DICCIONARIO
DE CHILENISMOS
10093— Imprenta de La Revista C.vtrtlica. A%-. Cándell. 33.
^ISSC^
DICCIONARIO
DE CHILENISMOS
y I)E OTK.IS VOCES í LOCUCIONES VICIOSAS,
POK
MVMEL ASTOMO ROMÍN,
Uignidml dr 71 ii< .Irr-Karurln d<' lii nrlropaliliilia dr niinlinso dr C'hilr
7 %'irnrio €*rnrral drl Arzobispndo.
TOMO I:
^4- B O Y SUPLEMENTO A ESTAS TRES LETRAS
(Vi
SANTIAGO DE CHILE
IMPRENTA DE "LA REVISTA CATÓLICA"
Av. Cón.l.-ll, 8:?.
1901 8
\Á'
PllOLO(iO.
«¿Olro reprochador de voquibles
tenemos? dijo Sandio». (Quijote,
p. II, c. III).
Tal se me antoja que van á decir algunos, entre admirados y des-
deñosos, cuando vean el título de la presente obra. ¿Hasta cuándo" —
proseguirán — se han de aumentar los Diccionarios de Chilenismos?
¿No basta y sobra ya con el de Zorobahel Rodríguez, el de Camilo
Ortúzar, el de Echeverría y Reyes, el de Lenz, y tantos otros, aun-
que menos extensos, que han salido á luz? ¿A qué tanto purismo
en el lenguaje? Lo natural es hablar y escribir como escriben y ha-
blan todos, si es que nos hemos de entender unos con otros; estamos
en Chile, y á la chilena hemos de hablar, nó á la española ó cas-
tellana.
Vamos por partes, «ventajados discípulos do Sancho. Bien veo
que no se han extinguido, ni nunca se extinguirán, los «prevarica-
dores del buen lenguaje», como llamó D. (Juijote al bueno de su
escudero; pero armaos de paciencia y con ella despachad este senci-
llo prólogo; y, si os sobran gana.'', seguid después con el Diccionario,
que de algún provecho os ha de servir su lectura.
Era el año l^fjó y cayó en mis manos uno de los [irimeros ejempla-
res que llegaron á Chile del 'Diccionario manual de locuciones vicio-
sas,» del Presbítero chileno Don Camilo Ortúzar. La tal cual afición
que siempre he tenido al estudio délas lengviasy el ser la obra escri-
— vi-
ta por un sacerdote que no había manifestado inclinación á estas
materias, me hicieron leerla en pocos días. Aunque encierra en sí
muchas más TOces y doctrina que la de Rodríguez, noté que había
también en ella muchas deficiencias, que en algunas partes se podía
ampliar y profundizar más, y que en otras era digna de rectificarse
y corregirse. Todo esto me indujo á pensar en escribir algo, aunque
muy sencillo y modesto, algo así como un Suplemento ó Apéndice á
la obra de Ortúzar. Empecé pues á hacer anotaciones en el mismo
ejemplar, á formar listas y más listas de las palabras omitidas y á
leer, lápiz ó pluma en mano, algunas obras sobre la misma materia,
dándome, al propio tiempo, á redactar los artículos correspon-
dientes á las voces que no había registrado Ortúzar. Así, por mero
recreo y en las breves horas que me dejaban libres ocupaciones más
serias y sagradas, conseguí redactar todo mi proyectado Suplemento
hasta concluir la letra Z, aumentando en extensión á medida que el
trabajo iba caminando á su fin.
¿Qué sucedió entonces? Que la humilde hiedra había crecido tan-
to, que ya no era posible arrimarla al olmo en que se había pensado:
era forzoso plantarla eu el prado sola y dejarla campar por su res-
peto.
Hacía en ese tiempo su tercera aparición en el campo de las letras
La Bevista Católiea, periódico fundado y dirigido por el clero y sim-
pático para todos los católicos chilenos. Con el fin de hacer más
amena y variada su lectura y, á la vez, disponer yo de más tiempo
para dar redacción al nuevo material que venía acumulando, resolví
principiar la publicación en La Bevista Católica, haciendo al mismo
tiempo tirada aparte de los pliegos para formar obra separada.
Tal es, curioso lector, la historia de este trabajo cuyo primer tomo
tienes á la vista. Con estos datos y con el tiempo que ha durado la
publicación (al rededor de siete años), podrás explicarte por qué la
extensión de los artículos ha venido creciendo con el tiempo.
Vengamos ahora al criterio que he .seguido y seguiré en el curso
de este trabajo.
No he incluido las voces ni las acepciones que expresan un objeto
ó idea obscena y que por eso sólo se oyen entre el vulgo de úUima
clase; y si las usa la gente honorable, es á solas ó en los arrebatos de
la ira. Claro es que tales voces no forman parte del lenguaje general
y corriente, y, por tanto, -ao deben tener cabida en un obra de uso
— VIÍ —
^neral; fuera de lo que, por otra parte, prescriben las leyes de la
moral cristiana, del decoro y de la buena educación.
Tampoco he incluido muchos nombres usados en el comercio, co-
mo los de algunas telas y géneros, medicamentos, vinos y otros lico-
res, etc., etc. Generalmente son de una vida muy efímera ó de un
uso muy restringido, y á veces de una forma tan extranjera, que só-
lo son pronunciables jmra las personas que conocen los idiomas de
donde aquellos vocablos proceden. Por eso hay que esperar, para los
primeros, que su uso se haga más general, y para los segundos, que
su forma se acomoilc más á la turquesa ó molde castellano.
Y en cuanto á las voces, frases y locuciones que se estudian en
este Diccionario, ¿qué criterio debe adoptarse? ¿Habrá que desechar
como barbarismo ó extranjerismo todo lo que no se use en España
ó no aparezca en el Diccionario de la .\cademia Española? O, al con-
trario, ¿habrá que aceptar todo lo que se usa en nuestra República,
ora proceda délas lenguas extranjeras, ora de las nativas que en ella
se han hablado ó se hablan? Entre ambos extremos, á toda luz vi-
ciosos, preséntase como camino real, ancho y seguro, el término me-
dio, que es el que hemos seguido.
Y, efectivamente, si el lenguaje está por su naturaleza destinado
á expresar no sólo los sentimientos del alma, sino también todas las
ideas que guardan relación con el mundo externo en que vivimos, y
en este mundo hay innumerables cosas que no se conocen en Espa-
ña (animales, plantas, guisos, juegos, costumbres, etc.), claro es, más
que la luz meridiana, que no puede un chileno, ni ningún habitante
de la América Latina, ser purista en el sentido odioso que ordinaria-
mente se da á esta palabra. Todos los chilenismos comprendidos en
esta clase, los consideramos como de buena ley, necesarios y dignos
de figurar en el Diccionario de la Academia; tanto más, cuanto que
algunos de ellos no son chilenismos solamente, sino americanismos,
comoquiera que su uso está extendido á varias repúblicas de Amé-
rica.
Pero, al revés, hay voces que significan, nó algo exclusivo de Chi-
le, sino algo que se conoce y se usa también en España con otro
nombre. ¿Qué hacer en este caso? ¿Será propio y acertado recomen-
dar el chilenismo? Evidentemente que nó, pues lo mismo podría pre-
tender cada una de las otras repúblicas de habla española; y así se
daría el caso, como sucedió en un congreso pan-americano de Méji-
co, de no entenderse entre sí, á pesar de hai)lar el mismo idioma, los
representantes de las distintas naciones americanas. Lo justo, res-
pecto de tales voce«, es anatematizarlas y condenarlas al olvido, mos-
trando al mismo tiempo las equivalentes cai^tellanas, que sólo por ser
— VIII —
ignoradas de la generalidad, han podido ser supeditadas por los pro-
vincialismos (1).
Esto lo exige la unidad de idioma, que á todo trance debemos de-
fender, para bien y proveclio mutuo, todos los que hablamos el cas-
tellano. Los que sostienen lo contrario y, extraviados por un pseudo-
patriotismo, sueñan con un idioma nacional para cada república, no
saben lo que dicen ni los males que causan con tan absurda propa-
ganda. Ahora qae las naciones han multiplicado y siguen multipli-
cando sus medios de comunicación para el comercio, para la emigra-
ción é inmigración y para todas sus relaciones, ¿cómo ha de conve-
nirles separarse más unas de otras por medio del lenguaje, que es el
principal medio de entenderse? Ahora que el tiempo se hace escaso
para todas las ciencias, industrias, trabajos y afanes de la vida, ¿có-
mo ha de ser agradable dedicarlo á aprender idiomas? Bastantes son
ya los que la gente culta tiene que estudiar, para que todavía se de-
see aumentarlos. Y, mientras todo el mundo clama por un idioma
universal, como lo prueba el auge que ha tomado y toma el esperan-
to, no se explica que haya todavía individuos que quieran repetir el
acontecimiento de la torre de Babel.
(1) Chilenismos que merecen defenderse son algunos que, aunque tuvieron al
principio un equivalente castizo, con el uso se han ido restringiendo á una
acepción especial. En e.sto la lengua ha seguido el mismo curso que lleva la ci-
vilización cuando penetra en un pueblo inculto: la ciencia, las buenas costum-
bres, los adelantos y comodidades de la vida van poco á poco arrinconando ó
relegando al olvido la ignorancia, la grosería y demás atrasos de la otra raza.
Asi, por ejemplo, el quichua huincha significa cinta; pero todo chileno distingue
entre ambos vocablos: huincha es la cinta ordinaria de lana ó algodón, y cinta es
la fina, de lino, seda, etc. Ésta, á lo sumo será huinchita, así, con cariño de di-
minutivo, pero nunca huincha á secas. China en quichua significa criada, sirvien-
te; para el chileno es el mayor insulto que se puede dirigir á una criada: es co-
mo decirle que es la criada más ordinaria, descendiente de los quichuas. Chinita
sí que es admitido en sentido figurado como término de cariño. ¡Aro! es en
aimará la interjección castellana ¡altol pero sigue usándose por el pueblo en sus
fiestas, porque tiene un sabor y circunstancias tales, que no se ven en la voz
española. El araucano ruca jamás se confundirá con la casa castellana, porque
aquélla en todo caso no pasa de una simple choza ó tugurio. La pirca quichua,
admitida ya en el Diccionario como chilenismo, es \& pared castellana; pero nó
una pared cualquiera, sino la especial de piedra seca, que en castellano se llama
alharrada, horma ó pared horma, y que parece era la única que sabían construir
los quichuas. Desde entonces ha conservado su nombre y ha dado origen al ver-
bo T^iVca»' y al sustantivo ^¡Vcfíí/or.
Nombres como éstos necesariamente tienen que conservarse, porque signifi-
can algo distinto del correspondiente castellano; en lo cual no hacemos más
que seguir el desenvolvimiento natural de las lenguas, como lo hizo el castella
no con todos los términos cultos y eruditos que á manera de benéfico aluvión
le trajo el latín del Renacimiento. Con ellos duplicó y triplicó la forma, y por
consiguiente el significado, de innumerables voces, como puede verse en el ar-
tículo CATECISMO.
— IX —
Y, si nos quieren argüir con la evolución, diciéndonos que cada
idioma con sola la evolución natural de sí mismo, la variedad que le
dan los provincialismos y los distintos usos y costumbres de cada
nación, llegará con el tiempo á formar varios otros, como aconteció
con el latín, del cual se formaron las hoy llamadas lenguas roman-
ces, contestaremos por nuestra parte con el conocido aforismo jurí-
dico: DU-tiiiijiir témpora, cf concordahis jura: A distintos tiempos, dis-
tintos derechos. En la Edad-Media, con la dificultad y escasez de
comunicaciones, con la abundancia de los iletrados (los modernos
analfabetos), con la carestía y reducido número de los libros manus-
critos, pues los impresos no existían entonces, y no conociéndose
tampoco los periódicos y diarios de ahora, era natural que cada na-
ción se formara su prui)io idioma. Pero no así en el siglo XX, en que
cada uno está tijo y retijo con los moldes de la imprenta en las mi-
llaradas de obras impresas. Ahora que cada idioma es objeto de estudio
especial para muchos y respetables sabios, cuidado y cultivado con
cariño como cosa propia; ahora que tanto ha aumentado el comercio
intelectual entre naciones de la misma lengua, es imposible que en
las civilizadas se formen nuevos idiomas. Y si nó, cítese un solo he-
cho de un acontecimiento semejante. Lo único que se ha visto y se
ve, es mancharse un idioma con giros y voces exóticas, perdiendo
así su nativa hermosura, cuando, con el pretexto ó el deseo de for-
mar un idioma nacional, se le agrega cuanto viene á la pluma ó á la
lengua, de los demás que conviven con él. De lo cual resultará, nó
un idioma con su índole y belleza especial, sino un todo abigarrado
y heterogéneo, que lleva en sí mismo el germen de disolución y las
causas de fealdad. Tal idioma me huce el efecto de nuestros caci-
ques araucanos cuando se presentan en la capital de Chile vestidos
de levita ó sombrero de pelo en horrorosa mezcolanza con las demás
prendas de su tierra.
Todo idioma es un organismo vivo, que, lo mismo que las espe-
cies del reino animal, necesita asimilarse los elementos propios de su
conservación; de otra manera, en vez de la vida, le acarrean la muer-
te. Por eso no se puede atentar así no más contra la integridad y
pureza de un idioma, sobre todo en materia de sintaxis, porque es
como dañar las arterias, el sistema nervioso ó cualquiera de los prin-
cipios vitales de un organismo. Y esto es lo que hacen los que, en
vez de cultivar el castellano, rico y abundante como ninguno, no se
curan del mal pegadizo dv fra.se extranjera, que dijo Iriarte, sino que,
al contrario, lo prodigan y alardean de él.
Todo idioma tiene también su índole ó genio especial, visible en
el desarrollo de sus formas, en su fonética, en su sintjixis y en sus
— X —
modismos; algo como el estilo ó manera que tienen las obras de arte:
y así como no es lícito, so pena de matar la belleza artística, confun
dir y mezclar los diversos estilos en una misma obra de arquitectura
ó de escultura, por ejemplo, así tampoco se pueden mezclar entre sí
los idiomas. Comuniqúense en hora buena sus voces cuando en rea-
lidad las necesitan, bien así como en el comercio cambian las nacio-
nes sus productos; pero que sea con la condición de fundirlas en el
troquel castellano, para que en este traje pasen á formar parte del
acervo común y no queden como extranjeras. Así lo ha hecho con
feliz acuerdo la Real Academia Española con muchas voces proce-
dentes de los idiomas modernos, por lo cual merece la gratitud y el
aplauso de todos. Pero esos escritores que no pueden terminar una
línea sin intercalarle una palabra francesa, inglesa ó italiana, por
pura pedantería, ésos son la peor plaga del castellano y del buen
gusto, comparables sólo con un predicador que, queriendo lucirse en
un sermón del Corpus, lo principió con estas palabras: «Esta fiesta,
que los franceses llaman Féte-Dieu» ...
Semejantes á éstos, y á veces de su mismo número, son casi todos
los escritores de la prensa diaria, que no sólo no estudian el castella-
no, sino que parece que tuvieran á gala obscurecerlo y emporcarlo con
todo género de galicismos, barbarismos y absurdos. ¡Cómo se rae su-
bleva todo mi espíritu latino-castellano cuando uno de estos tales'
deja escapar un falso debelar en el sentido de «manifestar, descubrir,
correr el velo»; una francesa decepción por lo contrario de lo que
significa en latín y en castellano; un Monseñor por un Señor Obispo.
A este paso, el día menos pensado nuestros mismos diarios católicos
llamarán á los presbíteros ó sacerdotes chilenos el Abate Tal ó el
Sr. Abate Cual, el Sr. le Chanoine, y el Sr. Gran Vicario.
Estos y otros semejantes vicios de lenguaje pretende combatir y
extirpar el presente Diccionario. Pequeña es la hoz, extensísimo el
campo y de pocas fuerzas el segador; pero la voluntad es grande, y
sana y recta la intención. Si alguna vez me equivoco ó se me escapa
alguna incorrección, pido anticipadamente dispensa, porque es lo
más fácil del mundo que así suceda. Todos andamos como codeán-
donos con los galicismos, que pululan en lo escrito como flotan en
lo hablado, y por eso no sería raro que, andando uno entre tanta
miel, algo se le unte la piel, como reza el refrán. Testigos Baralt,
Cuervo y otros, que, persiguiéndolos á sol y á sombra, no obstante,
los muy tenaces y cachazudos se han burlado de ellos y se les han
escapado por entre los puntos de la pluma.
— XI —
Xi por miente? se me ha pasado pues que este trabajo pueda ha-
ber llegado á la perfección en lo que hace á la parte castellana; pero
mucho menos en la parte chilena. Mucho más abundante es sin du-
da, y á la vista está, que todos los demás que le han precedido; pero
todavía hay campo nó sólo i)ara espigar sino aun para segar en
abundancia. Para escribir un Diccionario completo de chilenismos,
sería menester contar con buenos colaboradores, por lo menos de ca-
da provincia, que la conocieran en toda su extensión y durante algu-
nos años. Pero no es fácil & un solo autor mover tantas voluntades,
y mucho menos cuando se ve cargado con otras más serias é impor-
tantes tareas. Sólo el Supremo Gobierno, con la autoridad y el dinero
de que dispone, podría, por ejemplo, organizar una academia f)ara
que llevara á término una obra semejante. Nadie mejor que él podría
buscarle corresponsales en los profesores de castellano de todos los
liceos y en los demás aficionados, que por algún premio ó retribu-
ción quisieran coadyuvar al trabajo. Yo lanzo, como ahora se dice,
la idea, y ojalá sea recogida, para que en las fiestas seculares de
nuestra emancipación política, que ya se aproximan, pueda ofrecerse,
como uno de los estudios más interesantes, el del castellano en Chile,
es decir, la expansión buena y mala que ha tenido sobre el hablado
en Espalda.
Tampoco me ufano de haber dicho la última palabra en las defi-
niciones y varias acepciones de los chilenismos. Es tan distinto el
uso de una provincia á otra, y a veces de uno á otro pueblo, que
no es fácil acertar con el más general. Como son voces ó locuciones
que generalmente no se escriben, sino que solamente ruedan de boca
en boca, y de ordinario nó en las más cultas, parece que cada perso-
na puede tomarse, ó de hecho se toma, la libertad de torcerles el
significado á su talante. Causa de ello es nuestra ingénita indolencia
en materia de lenguaje, indolencia de raza, que nos hace mirar con
indiferencia la exactitud ó precisión de las voces, usándolas á lo que
saliere, á lo yo me entiendo, que decía Sancho. Fenómeno ver-
daderamente raro en el chileno, no digo en el pueblo, más atento á
lo grandioso y heroico que á lo elegante y bello, pero sí en la gente
educada é instruida. Ésta, en mucha parte, mientras ama la belleza
y la cultura en todas sus manifestaciones, la descuida, y aun hace
gala de despreciarla, en lo que atañe al lenguaje, gloriándose de ha-
blar y pronunciar como el individuo del pueblo. Del mismísimo
Don Andrés Helio, patriarca de nuestras letras, se cuenta que así lo
hacía en el seno de la amistad y confianza; y, en general, casi todas
las personas educadas, cuando quieren dar la mayor muestra de
llaneza.
— XII —
Tal es el criterio de nmchas personas, que por lo demás se creen
de gran valer. Tienen dinero bastante y magnífica posición social;
visten á la última moda, sin que se les pare en la ropa la más leve
mota ó pelillo; son excelentes jinetes y conocen algunos de los mo-
dernos deportes; saben atender y decir cumplidos á las damas; en
una palabra, son la flor y nata de la sociedad: pero en cuanto á len-
guaje, ¡Dios nos libre! porque unas veces por la pronunciación, otras
por las voces que emplean, y otras por la sintaxis que conculcan, no
dejan nada que envidiar á los que jamás han saludado la gramática.
Muchos de éstos aman y sienten la belleza en la pintura, en la escul-
tura, en la música, y son sujetos de excelentes partidas; pero no hay
que hablarles de pulir y purificar el mal lenguaje que usan, porque
en eso son unos incorregibles, unos empecatados, dejados de la mano
de Dios y de... los clásicos.
Y ¿qué remedio, se me dirá, hay para esto? Estudiar cada vez más
el castellano en su literatura y con sus tratadistas especiales, buscan-
do las voces y frases más castizas y desterrando los galicismos y de-
más modos extranjeros. Con las riquezas sin cuento que atesora el
castellano en voces, expresiones y modismos, en frases y refranes,
tanto que ninguna otra lengua puede competir con él, es una ingra-
titud y hasta un crimen literario mendigar afuera lo que en casa se
tiene, y no así como así, sino muchísimo más abundante, gracioso y
expresivo. ¡Qué gran catálogo se formaría si se sacaran á relucir todas
las preseas de inestimable valor, inimitables é intraducibies, que tie-
ne el castellano para todos los gustos y circunstancias de la vida!
Algo de esto hizo con la obra reina de la literatura castellana, el Qui-
jote, Don José María Sbarbi, eruditísimo autor, probando, en un to-
mo entero de su Refranero Español, la intraducibilidad de la perla
de Cervantes, esto es, que es empresa imposible traducir el Quijote
á ningún idioma conservando toda su riqueza y gracia de lenguaje.
Y lo que se dice de esta sola obra, dícese en proporción de todas ¡as
demás.
Otro medio de corregir nuestro lenguaje es, que en las clases de
castellano se dé más importancia práctica á este punto, señalando á
los estudiantes las palabras y frases que se usan mal en Chile y en-
señándoles el modo correcto y castizo. Esta doble utilidad, para maes-
tros y discípulos, me atrevo á esperar de esta modesta obrilla, la que
proseguiré como Dios y el tiempo y las personas de buena voluntad
me ayuden.
Y aquí es del caso manifestar mi más profunda gratitud á todos
mis amigos, eclesiásticos y seglares, que han contribuido á este tra-
bajo enviándome algunas listas de palabras usadas en otros lugares
— Xlll —
ó cediéndome apuntes que tenían sobre esto mismo. De una manera
particular doy aquí públicas gracias por estos servicios al Canónigo
Doctoral Don Carlos Rengifo, á los Presbíteros Don José Agustín
Moran, Don Luis Antonio Honián y Don Elias Lizana, á los aboga-
dos Don Domingo Ocampo y Don José Luis Cornejo, al literato y
poeta Don Francisco A. Concha Castillo y al Secretario de la Biblio-
teca Nacional, Don Ramón Laval. El Sr. Ocampo llevó su generosi-
dad hasta cederme con noble galantería unos apuntes y notas que
tenia compilados desde años atrás, y, como provienen de una impor-
tante región del Sur de Chile y de la pluma de un abogado, que por
su misma profesión ha tenido que tratar materias distintas de las
mías, su coutribución es para mí valiosísima é inapreciable.
Después de esto no me resta sino acogerme á la indulgencia de los
lectores chilenos, á quienes entrego esta obra, nó como algo personal
mío, sino como un bien nacional, en el cual, ya que á todos nos in-
teresan su complemento y perfección, deseo que tomen alguna parte
todos los entendidos y aficionados á esta clase de estudios. Ya lo he
dicho y lo repetiré: un Diccionario completo de Chilenismos no pue-
de «er obra de una sola persona sino de muchas.
ABKEVIATFRAS.
En
gcDt-ral, son las mismas que usa el D
ccionario de la Real Academia E
paQül
excepto una que otra
que ba sido necesario agregar.
a.
activo (verbo).
lat.
latino, na.
actp.
acepción.
loe.
locución.
adj.
adjetivo.
m.
masculino.
adv.
adverbio, adverbial.
n.
neutro (verbo).
anib.
ambiguo.
n. p.
nombre propio.
ant.
anticuado.
part.
participio.
apell.
apellido.
pl.
plural.
art.
articulo.
prep.
preposición.
coni.
común de dos.
r.
reflexivo (verbo).
COIlj.
conjunción.
s.
sustantivo.
Dice.
Diccionario de la
sing.
singular.
Academia.
t'. ó ú.
Usase.
expr.
expresión.
Ú. m. c. s.
« más como sustantivo.
ext.
extensión.
Ü. t. c. adj.
« también « adjetivo.
f.
femenino.
Ú. t. c. n.
« » « neutro.
fililí.
familiar.
Ú. t. c. r.
« « « reflexivo.
fifí-
ü^upddo.
C. t. C.'S.
1 « « sustantivo.
fr.
frase.
\.
VtlI 0.
interj.
interjección.
'?!^i^¿ á-TIv^é émt^
Iai piiliibnLS escritas con li-tm vkrsamta y con iiosim, san correctas;
lu.« fwritas con negrita S4>n viciosas.
A. iliiy poco es lo (jue dice el
Dice, sobre esta letra, pues sólo la
consitlen» como prostética (v. gr.:
Atiil, Amatar), ó como denotando
•Uírivación (v. j;r.: Atutranjiulo, Apa-
liihiur). Debió agrc«rar: 1." que tiene
también, en este último sentido, el
signiticado de semejanza ó particii^i-
ción de la voz aim¡ilo á (|ue se an-
tepone; V. gT.iAlontttr, Aniñwlo, Aina-
jfrado; 2." que otras veces indica la
acción, el uso ó empleo de la niismi
voz simple; v. gr.: Abotoiuir, Acwhi-
Utir, Apflrettr; y 3." que otras veces
tiene el valor de la |)rep. 'i, corres-
IH>ndient« á la '/-/ latina; v. i;r.: Afu-
if'f, Arféiir, As'tUiir, A fritar, A'Oiiiu-
iVtr. S.ilta á la vist i la riqueza que
encierra el idioin i en el uso de toilos
csUh ca.so% porque son muchas las
voces que jiuedi-n formarse en «^nda
nno de ellos, y «■stas no jHicdc contc-
nerl.is nini^'ún diccionario, y, sin eui-
trap^'o, i|cb<:n considerarse tan casti-
zjls corno las que ni/is. Así, con la
misma corrccciiin con que (^uevedo
usó ¡ilarrívi», I'u¡<„'lilaucli y Capuia-
ny tiiftibiir/uitln, l'ereila itfhubil.Vílilu,
etc., quf no están en el I >icc., nuestro
pueblo dice también tidii-nnnmhi (de
color del rfienáii), iii/rinfftnio (pare-
cido iil gringo), a¡)in/iiiiiiu/o (enfer-
mo del pirguín), etc., etc. Xos pare-
ce ([ue un Dice, debería dar mucha
importancia al estudio de las partícu-
las y voces compositivas, como que
tienen mucho más valor y u.so que
cualquiera voz aislada. -Por primera
vez da el nuevo Dice, á esta letra
la accp., tan us;ida en Dialéctica,
di; «.signo de la proposición uuiver-
siil alirmativa».
A (Del griego «, privativa i. «Par-
tícula inseparable que deuotii príva-
ciihi ó uegHcii'iu. ArroinátiiO, Ateis-
m')v. Por primera vez ha diwlo cabida
el Dice, á estt- articulo, el cual debió
alargar un jkjco más, diciendo, jwr
ej., que con esta p¡irtícula pucJen
formarse y se forman muchas voces
nuevas (como nrittnlif-o, itiosmiumo);
que para anteponerla se tenga pre-
sente que, lo mismo que en griego,
toma '( eufiMiica si la voz á que se
ante|K)uu princijiia por vocal; como
Anemifi, Aii'irijiti/i, Anóniílu, Anó-
nimo; y, iK)r liltiino, que, como grie-
ga que es, sólo se junte con voces
1
que procedan del gi'íego, porque para
las demás debe usarse de in con las
diferentes modificaciones á que la ha
reducido la fonética castellana.
A, prep. Formando complemento
directo, debe usarse: 1." con los nom-
bres propios de persona: Admiro Á
CiíRVANTES; David mató Á GoriíAT.
Pero, si el nombre propio se halla
usado como apelativo, se suprime la á:
Tengo vs Virgilio de Ochoa-, Pin-
larco os dará íiil Alejandros,- 2:-
con los nombres apelativos de perso-
na cuando la significan cierta y de-
terminada ó representan toda una
clase como conocida, aunque sean sim-
ples adjetivos sustantivados: Todo pa-
dre ama Á sus hijos; Ayudar Á los
MENESTEROSOS Y DESVALIDOS. Sí la
persona es indeterminada, no tiene
cabida la prep. : Honrar padre y ma-
dre. Por esta razón es muy distinto
Agxiardar iin criado de Aguardar ú
un crimlo: en el primercaso se indica
que se aguarda á un individuo cual-
quiera que tiene el oficio de criado, y
en el segundo, que se aguarda á un
criado determinado. Los apelativos de
persona que designan empleos, títu-
los, dignidades, grados, cuando van
con verbos á que se unían primaria-
mente como predicados, se usan sin
prep. : ¿^/ r? y ha nombrado los ofi-
ciales para el ejército; El papa creó
los cardenales. Piden la prep. al-
guien, nadie, quien, y %mo, otro, todo,
ninguno, cualquiera, cuando denotan
persona. Con sustantivos colectivos y
con nombres de animales (á no ser
que estén personificados) es vario el
USO; pero, si están personificados, no
sólo éstos, sino todos los sustantivos,
y en especial los abstractos, deben lle-
var la prep.: «Hemos de matar en los
gigantes á la soherlia, á la envidia
en la generosidad y buen pecho, á la
ira eu el reposado continente y quie-
tud del ánimo, A la gula y cd sue-
ño...» (Cervantes). Nótese que con
los verbos activos que de ordinario
piden complemento de cosa es más
propio callar la prep., y el expresar-
la los puede hacer variar de signifi-
cado; así, Perder un hijo no es lo
mismo que Perder A un hijo; Los ro-
manos rolaron las sabinas no es lo
mismo que robaron d las sabinas; y
3." con los nombres propios geográfi-
cos, á no ser que lleven artículo:
«Vio á Palermo y después á Mesincn.
(Cervantes, El Licenciculo Vidriera).
«Atravesaron el Pirineo por Ronces -
valles» (Lista). «Escritores de menor
nota (escribe Cuervo) suelen hoy eu
España omitir la prep. antes de nom-
bres de ciudad y dicen dejé Valen-
cia, lo cual es por cierto un galicismo,
ó acaso algo peor, (solecismo,- según la
Acad.) de gusto intolerable». Ojalá
esta marca de hierro candente basta-
ra para hacer cesar el abuso, que por
desgracia es algo general, y suele des-
lizárseles hasta á escritores de nota,
no diremos menor. - ¿Qué debe ha-
cerse cuando, junto con el acusativo
con á, ocurre otro complemento que
también la lleva? La regla mejor es
la de Bello; y es que se omita la prep.
en el acusativo, á no ser que éste sea
un nombre propio de persona sin ar-
tículo. Así, sería permitido decir: Pre-
fiero EL ARIOSTO al TASSO; peronó:
Presentaron Zenobia ed vencedor;
aunque sería tolerable Presentaron la
CAUTIVA Zenobia cd vencedor. Cuan-
do es inevitable la repetición de la
prep., suele preceder el acusativo: El
traidor Judas vendió Á Jesús á ¡os
sacerdotes g fariseos. Si ambos tér-
minos son nombres propios de perso-
na sin articulo, liiy i|-.io desistir d-j
la construcción y bu*- irle otro giro.
Así, tan reprobiblees R- ■omrii'htioii
Ptílrú á Jtutii co:uo íl'-oiifn lifon
A Pf.1ro «i yM/i/«.-«-;E-! indiferente
poner ó no li» prep. en Lf miran cn-
iiio ¡xt lii; ¿«-«í trat't roiiu) <í hijos.' Me
parece (\ae ¡^ miran romo parlri- se
dice de lo3 t|Ue miran como un p.idre
til fjue no lo es; y que, por el contra-
rio. Los tntta romo á hijos siv^^rirúi
la idert de verdadera piternidiul». (Be-
llo). Mejor aún se percilx; la dife-
rencia en este ejemplo: Sf a'-n-<a <i la
Ii/ltüiu como li fifiHÍf/'t lie Uts rienciu-i,
ó romo rnnniíjii de ht-s cien-ins. ¥,n
el primer caso ae da á entender que
es enemiga, y en el se-rundo nó. El
fun<lumento de esta sutil distínciiHi,
dii-e Suárez, t;»lve¿ puede S"^r el si-
ÍTuiente: •«Ijc miran como á ludre»
es frase elíptica cijuivaleuLe de i\,<i
miran como se mira al piula*»; la
otra frase, la que cjireoc de prep.,
e<|uis'ale qnizás á «Le miran como
si fuese padre».- Admite üaralt las
expresiones Herho á ¡¡liimt, n pinrel :
Labrado á riiwel; Lámiivt nhierta á
hiirtl; Forjido ¡i m uiillo: ¡K'rn nó
Hecho á la pluma; Labrado
al cincel, etc., que H<.TÍaii Uirba-
rÍMiiiw intolerables, f Al lápiz tiene
1 1 uutori'lid de Mesonero Uomanos)
Asimismo admite Pinltir al óleo, al
tmiplf, li la agitailu, al fresco; Re-
Iratii hf lio ó siirivio al ilrujiierreolipo;
¡ler» buque, máquina, caldero, motor
á vapor, {«r de ra/ior, no tienen
la sanción de los buenos autores.- •< .V
ML'KiiTK, m. adv.: liasUt morir uno
fie \iH eonteudientcs; ditflo á miifrlf.
Sin dar cuartel: ijwrra á murrle».
(Dice.) .Sf^iin e»to, Mu |)ile'le (Leirse
en sentido fi^. odio á muerte, ni-
ño odifi iHorlrd; ni tamiioco odiar, alw-
rrejer, detestar, perseguir, á muer-
te, sino (/" muirle (.ini. adv. fig.t
implac-.iblemeute, con ferocidad».) -
«En lenguaje técnico de las mate-
máticas, escribe Barait, se dice: .4
f,< li /> romo C es ti X: jK-ro en cual-
quiera otro Cliso me disuena semejan-
te mo-io de hablar. Lo corriente y
cistizo es, V. gr.: IjX tierra es resperto
del iiniferso lo i/ne un átomo respecto
del sol». 8in embargo, observaremos
nosotros, semejante modo de hablar
es harto conciso y elegante, y, por
lo tanto, nada tiene de censurable.
Usuilolos académicos don Cayet;ino
Fernández en su discurso de incor-
poración: «El misterio y lo infinito
es, en algún modo, á la belleza in-
telectual lo ((uc el tipo idciil es « la
bellezi fisici;» y don Leopoldo A.
de Cueto en el elogio del Duipie de
Ilivas, leído en la .Vcadem¡:i misma:
» La hiiwrbole, mal contenida en los
estrechos límites del buen gusto, es
f'l numen poético lo que la fanfarro-
Uivla (// valor, un alai-de innecesario
de fuerza, que suscita dud;is sobre la
fuerza verdadeni". Antes había dicho
taml)icn en su discurso de iUcorpora-
cii'tn el académico don F. de P. l'aua-
lejas:... «las nuevas lenguas, que son
al Siinscrito lo que el español, el fran-
cas ó el italiano son al latín •. «La
declinación es al nombre lo i{ue la
conjugación ul verb<j». (M. F. Suá-
rez, Usli/lios //riinvitirales). « Ijos ver-
sos líricos son d los declamados lo
que los declamH<lo8 íí la prosa». (.V.
.\riiao). « El estilo es á una obra lo
que la fisonomía al cuerp-) de su
autor». (.J. M. Hliarlii). - /'/v/o á
pagrar, problema á re.solver, etc.
¡Dios nos libre para siempre de ga-
lii.-isuuis tan crudos y tan chocantes
a lo.'i oídos castellanos! Precio por
ABA
ABA
pagar, problema por resolver, es el
único modo que en estos casos admi-
te nuestro idioma, á no ser que se
dé k la frase otro giro ó pueda em-
plearse algún adj., como podría ser
pa^/adero para el primer ejemplo.
Abadesa, f. La que hace el in-
fame tráfico de mujeres públicas, di-
rigiendo una casa de éstas. En cas-
tellano es más que tercera y que
alcahueta: es la rufiana, y sólo es-
peramos á que el Dice, forme de ru-
fián este f. Aparece abadesa en este
sentido en la Comedia Tinelaria de
Torres Naharro, jornada 1."
Ab aeterno, loe. adv. lat. (pro-
niinciese eterno). Desde la eternidad;
desde muy antiguo ó de mucho tiem-
po atrás. Asi escribe y define el Dice,
esta conocida lóc; guarden pues el
desde, los que dicen desde ah ae-
terno, para regalarlo á los que dicen
desde ah initio, Niño Bambino;
San Santiago y otras linduras,
y esto aunque se escuden con una (jue
otra autoridad, para este caso inad-
misible.
Abajar, n. y a. Ant. lo declara
el Dice, y lo reemplaza por el sim-
ple bajar: aquí se us;i todavía entre
el pueblo.
Abajino, na, adj. y li. t. c. s.
Aplícanlo los del .Sur de Chile al ha-
bitante de las provincias del Norte y
del centro. Hoy casi no se usa. Las
corrientes marinas, que van de Sur
!Í Norte, son las que han hecho cali-
ficar de abajo el Norte de Chile, y
arriba el Sur. El Dice, admite á aba-
jeTio, ña, como americanismo: ndíce-
se del que procede de las costas ó
tierras bajas».
¡Abajo...! Falta en el Dice, como
interj. Don Ramón Caballero lo de-
fine: (iGrito, unas veces subversivo
en el sentido de trastornar, y otras
veces legal y espontáneo, frecuentísi-
mo en casi todas las manifestaciones,
y principalmente en las populares ó
políticas. Indica deseo vehemente de
que cambie el orden de lo existente,
que caiga algo ó alguien que está
encumbrado y no se (juiere que si-
ga á tanta altura, ó de que mueran
alguna ó algunas personas que fue-
ron traidoras á sus compromisos ó á
los deberes más sagrados con su pa-
tria, con la sociedad ó con la fami-
lia«.
Abalear, a. <<, Escobar el trigo,
cebada, etc., después de aventados,
para separar los granzones y paja
gruesa». Esto solo significa en cas-
tellano y nó fusilar. Véase balear.
Abandono, m. Autores ascetas y
místicos, de España y de Francia,
dan á esta voz una acep., á nuestro
juicio muy propia, y que hace falta
en el Dice; y es la de: entrega total
que el alma hace de sí misma á Dios
para que la trate ó pruebe como quie-
ra. Admítelo Baralt. Dicho se está
con esto que la misma acep. debería
darse al v. abandonar en forma re- '
fleja.
Abaratamiento, m. Acción y efec-
to de abaratar. Hace falta en el Dice.
Abarbecbar, a. Barbechar: «a-
rar ó labrar las hazas, disponiéndo-
las para la siembra».
Abarrajado, da, adj. Aiulaz,
pendenciero, libertino. De algún uso
entre nosotros. En el Perú se usa tam-
bién el verbo abarrajarse. ¿Ven-
drán estos vocablos de Barrabás (per-
sona mala, traviesa, díscola) ó de ba-
rragán, adj. ant. (esforzado, valien-
te)? En tal supuesto la forma actual
sería corrupción de abarrabasado 6
de abarraganado.
ABA
ABI
6
Abarrotado, da, adj. Aplicase en
(,'liilc á la tienda ó despicho en que,
además de sus artículos ordinarios,
se venden otros productos comesti-
bles, de los i|Ue Se acostumbni guar-
dar en fardos ó abarrotes.
AuARROTAii, a. «Por ext., llenar
completamente, atestar de géneros ú
otras materias una tiemla, un alma-
cén, etc.» Éste y otros significados
tiene en castellano, pen) nó el de mo-
no¡M>liziir, ijUe algunos malamente le
dan entre nosotros, sobre todo, en
juegos de naipes, cuando un jugador
reúne y reserva los triunfos ó las car-
ta.s de un palo. Probablemente es co-
rrupción de aijarrotar, al cual da Ca-
biíllero, en su /Vi'V. de Moili^mos, la
siguiente acep.: «En juego, preprar
las cartas o fichas de modo que el
(juc piense, por tener fuerza que el
cree bastante para ello, hacer una
buena jngada, no puetla realizarla por
haberle aijnrrolatlo otro de los con-
tnrios». (Véanse .\rAPARAU y Apo-
rratar). El V. castizo corrcsp<jii-
diente á esta acep. es nrruntltii\ a.:
lEn los juegos de naipes, juntar mn-
cbas cartas de un mismo palo. I'.
m. c. r.»
Abarrotes (Alma< k.v, i)e.spa-
< iin .. TIKVDA DE). I >ígase nbafpritt.
Aliiirrolr: «fardo pequeño ó cualquie-
n» otra cosa que sirve |iara abarro-
tar».
Abastero, m. .Síncopa de nhn^-
Irirní, al»a8te<;e<lor; como aliwerín lo
es de (ib(i>'lfieri>-i, aunque la .\cademia
quiere paní esta voz otra etimología.
El alwstero es entre nosotros el c|ue
compra reses v¡va.s, las mntji en el
matadero y vende la «irne por ma-
yor, a ilifcreucia del rortmlnr, que la
vende eti el puesto, del rrnnirn-n, que
\}i vcndr IKir 1h i:i1Ii- v :iI kit incnnr.
(el Dice, no hace diferencia entre ror-
lador y i-arnúero), y del rastrero, (jue
es el que tiene oficio en rastro ó In-
g-ar donde se matan las rescs, ó el
que trae ganado para el rastro. El
nombre que más se acerca á nuestro
abastero es uhnstei-edor, aunque sea
de significado mils genérico: el que
provee de bastimentos ó de otras co-
sas necesarias.
Abate, m. h Eclesiiistico de ónle-
ues menores, y á veces simple tonsu-
i-.ulo, que solía vestir en traje clericjil
á la romana. || Presbítero extranje-
ro, especialmente francés ó italiano, y
también eclesiiistico español que ha
residido mucho tiempo en Francia ó
[en] Itidiao. Asi ha enmendado y au-
mentado este art. el último Dice.; y
á la verdad, que ya era tiempo de ha-
cerlo. Ahora, lo único que falta es
enseñar á los malos traductores del
francés que el abhé de este idioma no
siempre debe verterse por abad, por-
íjuc muchas veces e.s simplemente aba-
te.
ABO. Díga.se y escríbase aberé,
(|ue no estamos pira jeroglíficos.
AbdenagrO, n. pr. m. Abdétwijo.
.\i!KTrxAií,a. ,fw/. enel Dice., que
lo reemplaza \)or embftiinar: íi(\nÍKS,ti\
toilavía en pleno vigor. Véase Beti'.v.
Abikkto, ta, adj. part. de Abrir,
«Fig. Ingenuo, sincero, franco». De
consiguiente, cae por tierra la críti-
ca que hace Barait de Abierto en este
sentido. - Banca abierta llaman
aquí los tahúres la (pie responde por
tollo lo que se apunta, aunque de he-
cho tenga á la vista mucho menos
dinero que el que suman los apuntes.-
Cuestión abierta llaman a<|uí
nuestiiis piliücosla ipie no va in-
cluida en el ¡)rograma ó en las ideas
(lí- lili i/;il)ini'(<' y, jMir 1(1 t:into, pue-
ABI
ABO
den loa partidarios de. éste opinar
libremente acerca de ella. - Véase
Abrirse.
Abigráil, n. pr. f. Ahif/fíil. Aun-
rjvie en hebreo se pronuncia Ahir/ái/il
y algunos buenos autores dicen en
castellano AbigiUl, no por eso se ha
de cambiar la pronunciación que nos
han dejado los clásicos y que es tam-
bién la más conforme con nuestra
lengua (¡wi-'', raíz, maíz, Luis, ahlj.
Cuervo da con mucho acierto la si-
guiente regla: «Ijos acabados en con-
sonante se hacen de onlinario agudos
en nuestra lengua, aunque en hebreo
lleven el acento en la sílaba anterior».
Y de hecho todos dicen Efraiii, Mfs-
mi II, í'ornzain. Para Abir/nil ofrece
el mismo Cuervo once citas de Cal-
derón; á las que nosotros podemos
agregar otras de Valdivielso y estas
dos de Lope:
La z.aiz,\ vi de Miiisen...
El trono de oru y marfil,
Lii hermnsa Ester, li la fifi
.\bi^ao y Ahiíjnil.
(De /./s Vu„ii,ie.')
Miro á Jiidit. sangriento el blanm acero...,
hA gracia ile Abisag, y la diilznra
De Ahiffait, que un rey venció con ella,
Y (le Raqnel la candida hermosura
(La! <„'e„tni„> ilel !i,iml,n-,
Ab initiü, loe. adv. (Prominciese
inicio). No hay que anteponerle des-
de, que ya va expresado ePi la prep.
latina ab. Véase Ab akturno.
Abisagk.\r. a. Corriente entre za-
pateros por-alisar y dar lustre á los
zapatos con la bism/ni. Hace falta en
el Dice. BiHiujra es: «palo de boj, cor-
to y cuadrado, con algunas molduras
en los extremos, de (¡ue usan los za-
pateros para alisar y dar lustre á los
zapatos por el canto después de des-
virados».
Abismarse. "Confundirse, abatir-
se; entregar.se del todo á la contem-
plación, al dolor, etc.» Esto significa,
segiin el Dice, y nó asnmbrnrse,
nd mirarse.
Abismo sin fondo. ¡Ojo al dis-
parate! Abi>;ino por sí solo, como que
es compuesto de la partícula griega
a privativa y del s. bi/saós, fondo, sig-
nifica sin fondo; así que, agregándo-
le á guisa de calificativo el comple-
mento sin fondo, ,yiué resultará? Un
absurdo por el estilo de la panacea
universal, negro curiche, Ni-
ño Bambino, pareja de dos
caballos; cosas ipie siílo diría iJon
Gonvdo González de I a Gonz'dera. No
vengan tampoco los novelistas y ora-
dores á hablarnos del fondo del
abismo, que sería meterse en hon-
duras sin salida.
Abnegado, da, adj. Aplícase á la
]5eráona que practica la abnegación.
Al suprimir el Dice. (1.3." edición) el
V. abnegar, debió dejar en pie es
te adj., que es de uso universal y
necesario.
Abneg'ar, a. «Renunciar uno vo-
luntariamente á sus deseos U. t. c. r.»
.\si decía la 12.'' edición del Dice:
pero la 13.'' lo excluyó de sus colum-
nas.
Abochornado, da ( Dia, tiempo,
etc.) «Causar bochorno en la cabeza
el excesivo calor. U. t. c. r.» Esto di-
ce de aborhornar el Dice; definición
que, como se ve, no puede convenir
al part.; por lo cual, no queda más
remedio que, (i considerarlo como sim^
pie adj. al modo de alorado, amiije^
rndo, apen/aminado, etc., en que 1h
partícula a indica participación ó se-
mejanza respecto de la voz primitiva,
ABO
ABO
o como part. pasivo con significado
activo, al modo de rnírtlenido, di-
irrtitlo, foinUo, etc. Ojalii aclare es-
te punto el Dice, y suprima tambiéu
en la definición el complemento en tii
rabfzti, ponjne no todo boi-liorno se
cansa en esa p.»rtc del cuerpo. *.Vr
abofhonuiban lo» tuétanos y me cs-
caldalxtn las pajarillas», dice Hstebd-
nillo Gonz'ilfz.
Aboketkvu, a. Oar de Iwfetadas,
C8 decir, •'oljies en el ciirrillo con la
mano abiert:i. A'pü lo usamos en vez
de iipiiüfir: d:ir de puñadas, que es
el ^olpe fjue se da con el puño;
confundiendo así los verbos como
conrundiinoi también los sust mtivos.
Véase Bofetada.
.ViioGADA, f. Mujer del abogado;
intcrvesora ó me lianora. Ya es tiem-
po de darle t imbién el significado de-
raujer <|ue ejerce la abogacía. Vé»se
Médica.
Akooado, da, m. y f. En sentido
fig. sigoific;» intercesor ó medianero,
esto es, c|ue intcrce<le ó media pura
obtener algnna gnicia ó para lil)rar de
alguna desgracia. Mal se dirá enton-
<x-a r|ue San Roque es el abogado de
la \nxte, Santi Birb.ira la aitogada
de las tempestades, etc. Dígase en el
primer caí?o contra la ¡¡estf ó ile los
a/it-HiiiiloM, y cu el segundo, rontra ó
en la» tenipestri'/et.
Abumic, a. Como enseñan todos
l<w gramáticos, úsase solamente en las
formne en (¡ne la terminación acaba
en I ó principia por estfi letra; sin
cml«rgo, don Jos<'' Ramón Saavedra,
buena autoridad en la materia, pro-
pone <|ue se le den también las de-
más formas, (|ne bario 8e necesitan
en la príVctiea, conjugándolas irregu-
lariiientc: iibiilo, nlmlit, etc.
Ahoixah, a. «Hikcer uno ó varios
bollos á alguna cosa», es decir, hun-
dirla en una ó m:ls partes por fuem,
sin romperla. Xo significa en ningún
caso lo i]ue mellar, ni debe confun-
dirse con su cuíisihomófono aboijan
poner boyas á cualquier objeto su-
mergido, ó mantenerlo á flor de agua
por medio de boyas. - El aplasUir nn
sombrero sobre la calxv.a del que lo
lleva es. con m;is propietlad, apabullar.
Abombado, da, adj. En castellano
es bombo, ba, adj.: «atunlido, ato-
Ion Irailo con alguna novedad extnior-
dinavia ó con algún dolor agudo".
De este adj. y según el procedimien-
to propio de la lengua hemos forma-
do ;i abomhfuh, que entre nosotros
equivale á desfane'-ido ó dcbilUado i/e
cabeza á consecuencia de algo. Así,
el borracho en el primer [wríodo de
la embriaguez, el convaleciente de una
fiebre, el que ba trabajado mucho
con la inteligencia, el que ha tenido
nn fuerte dolor de cabeza, se sien-
ten ahombalox ó sienten abomlnvla la
cabeza, es decir, vacía como bomba.
fií voz se usa eu casi toda Sud-Amc-
rica. Véase el siguiente, del cual ven-
dría á ser part.
.\noMHAU, a. <(Dar figura convexa.
Fig. y fam. .\.sordar, aturdir n. Con
esta definición y por primera vez en-
tra en el Dice, de la Aaidemia. ¡ Bien
venido sea!
AnoxAR-SK. «Pagar una cantidad
adelant'tila paní concurrir á alguna
diversiiin pi'iblica, disfrutar de algu-
na comodidad <> recibir algiin si^rvi-
cio periódicamente ó determinado nii-
merode veces». .\sí definido, admitía
ia 12." edición del Dice, este v. con-
tra la severa opinión de Baralt, y só-
lo faltaba ([ue le diera también la
forma íictiva ó tr.insitiva y nó sola-
mente la refleja, comoquiera que una
ABO
ABR
persona no sólo Sf abona ella misma,
sino que también puede pedir que In
abonen. La 13." edición ha enmenda-
do el yerro definiendo el v.: n Inscri-
bir H una persona, mediante pago,
para qne pneda concurrir», etc. U.
m. c. r.
Abono, m. Acción ó efecto de abo-
nar y abonarse Añ está corre<;ido, fue-
ra de las otras acepciones ijne siempre
ha tenido.-Billete ó cédula, an;regaría-
mos nosotros, para constancia del he-
cho y del dereclio del abono.
Abordar, a. «En la acep, fig. de
aburarse ron al/pino, arerrarse á él
para hablarle, y también tratar, rlif-
cutir, lina ruesfián, es verbo mala-
mente tomado del fi'ancés", dice Ba-
ralt. Annqne usado en ambas aceps.
por antores tan distinguidos como
don F. de P. Canalejas, Balmea, Pe-
reda y otros, «lo cierto es, dice Cuer-
vo, que este uso es neológieo y cal-
cado servilmente sobre el francés».
Veremos si con el tiempo llega á adop-
tarlo la Academia, sobre toio, si en-
tran en ella algunos marinos. Tratán-
dose de cosas, no disuena ni choca
tanto; y así es más corriente abordar
una cuestión por tratar resueltamente
de ella ó entrar en ella, u Repugnan-
do abordar problemas sor ¡ales...,
eligió un término medio». ( Mol íns,
Bretón iJe los Herreros, c. xv). «De-
terminó abordar la cuestióu de fren-
te». (Valbuena, Ar/va turbia, v).
Aborígena, adj. AI>orif/en. V.
va. c. s. y en pl.
Aborlon.'VD.', ha, adj. Aranillatlo,
da: aplícase al paño lí otra tela que,
por desigualdad- del hilo, del t«jido
ó del color, forma canillas, vetas ó
listas. Aborlonado está formado de
borlón (tela de lino y algodón sem-
brada de borlitas, semejante á la co-
tonía), y bien formado, según las le-
yes del idioma. Védase A, 1.'' art.
AbOStezar, n. Bostezar.
Abotonadura, f. Ant. lo decla-
raba la 12." edición del Dice, y lo
reemplazaba con botonadura, que no
significa acción ó efecto de abotonar,
sino «juego de botones para un tra-
je ó prenda de vestir». La 13." edi-
ción le dio el golpe de gracia elimi-
nándolo de sus columnas.
Abraham, n. pr. m. Aunque ca-
si todos los clásicos castellanos han es-
crito así, á la hebrea, este nombre, y
la misma ortografía pi'efiere también
Cuervo, sin embargo, nos parece más
propio castellanizarlo, como se ha he-
cho con Adán, Belén, Benjamin, Caín,
E/rain, Jerusalén, Serafín, Querubín,
etc., y escribir Abrafuin. Así lo trae el
Dice, en Seno y Pariré, aunque en In-
fierno se le escapó con m. La autoridad
de los clásicos en esta materia no nos
hace fuerza, pues todos ellos escribie-
ron con ortografía semilatina, y con
hebrea en los nombres hebreos. Y, si
nadie querría hoy imitarlos escribien-
do Chanaam, Joseph, Moysén,
Micheas, etc., ^ipor (¡né hemos de
imitarlos en la ni de Abraham?
Abiiasar. Ls derivado de brasa
(ascua ó carbón encendido) y no dé-
te confundirse con abrazar, deriva-
do de bí-azo.
Abrknx'ntio. Así escribe esta expr.
Iatin:i el Dice; pero una de dos: ó
se advierte, siquiera entre paréntesis,
su verdadera pronunciación, ó se es-
cribe como suena en castellano (abre-
nuncio). Preferimos lo primero.
Abricias. Forma vulgar y vicio-
sa de albr irías, f. pl.
.\BRir;Ai¡, a. Tomándola de Cuer^
vo, le agrególa 13.-' edición del r>icc.
la siguiente acep. fig.: «tratándose de
ABR
ABS
¡litas, voliciones ó afectos, tenerlos.
AbriCpAU proijffto*, rfpfranza.*, sos-
pfth'i", amor*.
AnRioo DK (Al). «En rigor uo es
castellano, ni consta en el Dice, de
hk Academia. Sin embiinro, como nbri-
r¡o sii,'nific;i auxilio, protección, am-
piiro, _v también el paraje Bbr¡>rn(lo ó
defendido de los vientos, ju/.^o jne
puede decirse: Ksloij ni abritjo il* mi
lio, Eittoij íil aliritjo del ¡lueiio, en el
mismo sentido ijue Esloij bajo fl ain-
}Htro ilf mi lio, f.'ftoi/ ijwirfi-i.lo en el
puerlo. Pero es •.'•dicisrno v dislate
aniiix .lógico Estar al abrigo de
la calumnia, de las injurias,
de la persecución, etc., inie oi-
go y leo á catlrt {)aeo. Ai|ni Hstur al
abrigo es, en acep. muy divci-sa de
las anteriores, Kstnr libif. Ser iiuu--
resibh á: (Baralt).
.\brir.sk, r. En el juego do la vein-
tiuna, liaeernn solojugadordos jnegos;
lo fjue suci-de cuando le salen dos co-
nunlines, y, al rii-ibir el segundo, los
separa y dice: Me abro. Es acep. muy
usada en Chile y <|Ue no aparece en
el Dice.
.\br<>icau, a. Silo significi •«ce-
rrar, unir, ajustar las vestidur.us con
broches, corchetes, licl)ill:is, lx>tones,
etc.»; ¡K-ro, por una metjifon», per-
fectamente apliutda, »• usa af|ui ])or
rt.<í> <) iitfiírnir jKini toin:ir preso ó cms-
tigar á uno, ¡«njuc en estos casos lo
primero <|ue se hace es asirlo de la
ropa I fibrnrhñrxetti ) por dclant*'. I',
t. c. reciproco en el Sí.-ntido de aga-
rrarse uno con otro ¡«ini [K'lear cuer-
f»o á cuerpo.
.\iilior.Alt, a. Ojalá la .\cadeniia,
ipie ya dio un gran fwso en es<;rib¡r
/>reRHniftilirn, rnnfniHU''/ili'ii, rÍHHei-
iinln, etc., se resuelva á i.«cribir tam-
bién nbKRmjnr, abRtiof/ti'itiii, que es
como pronuncia todo el mundo y no
U03 exixjugi» á \íXT suavemente la rr,
escribiéndola, como lo hace hasta hoy,
con un solo signo. En cuanto al sig-
nifíoado, confunden algunos ignoran-
tes este V., que significa abolir, rero-
i'ftr, con iirroíjtirse, que equivale á
i'tribuirfe, apropiarse.
Absolutamente, adv. Eutenimen-
te, sin restricción ni limitación. Éste
es el significado fundamental de este
adv. y nó el negativo <ie niiujtin mo-
do, (jue algunos aqui le atribuyen.
Sin embargo, si asi se usa algunas
veces, no nos atrevemos á reprobarlo,
iwrque va subentendida la negación
que se acostumbra reforzar con este
adv. K;Tienes veinte pesos que pres-
tixnni.-r-Ab.'iohilameiilen. Aqui el adv.
equivale á «o teiv/o nada nbsoUita-
menle: y, al usarlo de esta manera,
jxirece que hubiera la segunda inten-
ción de negar los veinte pesos ((|Ue
en realidad se tienen), pero sin in-
currir en la mcntini clara que insul-
taría de emplear la verdadera nega-
ción nñ ó nada. ;« Oíste lo que dijo
V\H\ro': - Absoliiliimente:» esto es: Xo
oí iibMhihtinenle nada. Véase aho-
ra un ejemplo del uso corretito: «Le-
vantóse de repente' un temporal fu-
rioso... y aniquiló absolutamente el
ejército". ((íou/.;iK'z Carvajal, Xotas
al Sahao -ílij.
.\bsohmer, a. Conji'igase, lo mismo
que el simple sorber, regularmente:
absnrliu. El part. absorbido sólo se usa
cu el significado retólo de embeber; en
los demás se nsa absorto, que el Dice,
y Bello dan como adj., |K'ro, según
Sidvá, es part. irreg. del v. aut. absor-
tar. Segiiu su formaci'ui y el uso de
h)S clíisicos, como pui'de verse en el
Dic(r. lie Cuervo, parece (|Ue no hay
iuconvenieut<.' pira considerarlo como
10
AOA
ACÁ
verdadero part. irreg. de absorber, li-
mitando en este caso su significado.
Abstracción hecha de. Es fr.
criticada por Ikralt, pero admitida
ya por la Academia, y lo mismo sn
semejante excepción hecha de.
Absurdidad, f. Quitóle el último
Dice, la nota de ant. que le daba el
anterior, y significa calidad de ab-
surdo; absurdo, m.
Abuelita, f. Especie de gorra
para niños chicos. El Dice, trae á mo-
ña como provincial de Andalucía con
el significado de: «gorro muy ador-
nado con que se cubre la cabeza de
los niños de pecho».
Abultamiento, m. Por primera
vez lo prohija el Dice, con el signifi-
cado de ((acción ó efecto de abultar').
Abusador, ra, adj. Que abusa.
Falta en el Dice.
Abusión, f. Superstición, agüero.
Suprimióle el último Dice, las notas
de ant. y de americanismo que le da-
ba el anterior, lo mismo que al si-
guiente.
Abüsionero, ra, adj. Supersticio-
so, agorero. Véase el anterior.
Abuso de confianza. Eufemismo
moderno muy usado para significar
cualquier atropello, robo, desfalco, etc.
Merece figurar en el Dice.
Abutagamiento, m. Abotaga-
miento.
AbUtagarse. Abotagarse, com-
puesto de á y bota.
Acabamiento, m. Alguien ha cri-
ticado esta palabra en el sentido que
le dan los enfermos cuando dicen que
sienten un acabamiento de cuerpo;
pero, vista la definición que trae el
Dice, de (tacción ó efecto de acabar ó
acabarse»,y la acep. que da al v. aca-
bar, de «extinguirse, aniquilarse. U. t.
c. r.», no vacilamos en aceptarla; á no
ser que los enfermos nos engañen di-
ciendo (jue sienten acabamiento, cuan-
do en realidad no es sino un debiJita-
miento, extenuación ó algo parecido.
Acabóse, m. fam. No hay nada
más que hacer ó que decir. Lo trac
Salva y lo usa Valora: ((Aquello fu(3
el acabóses; ojalá lo acoja también
el Dice, académico. Nosotros usamos
sanscacabó. Véase esta voz.
Acacio, m. Acacia, f. La última
edición d(;l Dice, fija la ortografía de
esta voz así con c, pues la anterior la
traía también con .s (acasia).
Acacharse, r. Formado de cíí-
cho, significa entre nosotros parali-
zarse ó cesar enteramente la venta de
algún artículo de comercio, que por
metáfora se supone que se ha endure-
cido como el cacho ó cuerno. De aquí
es que se llama también cachO al ar-
tículo mismo.
Académicajiente, adv. modal. De
manera académica. Admitido por pri-
mera vez en la 13.-' edición del Dice.
Acalambrarse, r. Contraerse
los músculos como sucede en los ca-
lambres. Ú. poco, y generalmente en
el participio.
Acalorarse, r. fig. ((Enardecerse
en la conversación ó disputa». Así lo
define el Dice, en una de sus aceps.
figuradas, y parece que con esta defi-
nición basta y sobra, sin necesidad,
como han querido algunos, de hacer-
lo sinónimo de encenderse, enfadarse,
irritarse, sulfurarse, que son verbos
más generales.
Acanaladura, f. Acción ó efecto
de acanalar. Digno de admitirse.
Acanallado, da, adj. Aplícase á la
persona que participa de los defectos
de la canalla. Usado y bien formado,
merece figurar en el Dice, pues el part.
de encanallarse, que pudiera suplir,
ACÁ
ACC
c:ípresa mncho más. Vóise A, 1/ art.
AcaSoxeak ó caSonkar, a.: Batir
.1 cañonazos.
ArAPAUADOR, RA, «ilj. Qiic acupa-
ra. Ú. t. c. s. (13.* cdii'ión <kl Dice.)
AcAPARAK, H. (íalicisino i|iie no
liaw faluí, dice Bar.ilt, y «[iie por ig-
norancia ó torpeza, ao:i'ega la Acaile-
niia, escriben y cstiinipiín muchos por
nwno¡>oliziir y también i)i)r (u-o/iinr ó
■ ■iiiprnr genero* ó fruto* p'ini luvi-r
monopolio de ello-t. Sin einbarjfo, ya lo
admite la lo.* e<l¡eión del Hice, con
el sii^nificiido (le '•ad>|uirir y retener
cosas propias del comeivio en canti-
dad snticicnte para dar la ley ¡ti mer-
cado.» .\1 V. iitrftremr da Cuervo la
siguiente acep., que no aparece en el
Dice, oficial: «comprar por iniyor los
géneros con el objeto de inouopolizar-
los»; y hi confirma con uní cita de
.lovellanos.
Acápite, m. •< De las pilabr.is la-
tina.* 'I •■i'iiiiie, con las cuales se signi-
ficaría <{ue había de continuar la es-
critura dex.le la raheza del renglón,
y no seguir de la mitarl: sería algo
semejante al francés alinea* (Cuervo).
Kn castellano tenemos lius vocea pá-
rra/ii y aprirle. Vtíise .VPARTE.-Ade-
más de '■ste significado ipie tolos en
Chile dan :t acápite, lisinlo también
malamente algunos eclesiisticoa en vez
de la e\j)r. ii rjtpitalo, en el rezo del
oficio divino. .Vsí es comiin oír que
las visper.issona cápite del siguien-
te, siendo i|ue en ellas no hay jamU
capiti ni rápiít sino solamente rapihi-
Itim. Kl error proviene de la abrevia-
tura a rap. que emplean los añalejos
y que los ignorantes interpretan a cá-
pite.
.VfAiíAMKi.vR, a. .Vdmitilo en la
I.S.* «lición del Dice, con los signifi-
cados de: «bañar de aziicar en punto
de cnnunelo; r. fig. y fam. mostrarse
nno extremadamente galante, obse-
quioso, dulce, melifluo".
Acarraladura, f. La líueu de
puntos que se sueltan en la media se
llama en «istellano carrera-, y la pe-
queña rotura que se hace por soltai-se
los puntos, s<! llama tiimbién punto.
Xo hay Uil acarraladura, que se
ha querido formar del v. ararralar:
encoger un hilo ó dejar un claro en-
tre dos, en los tejidos.
Acarreto (hilo dk). De provin-
cialismo de .Andalucía lo califica el
Dice, y lo li!»ce sinónimo de braituin-
te: kIiíIo gonlo ó corlel muy delgado,
hecho de cáñamo». Es artículo cono-
cido en Chile de.s<le el tiemjx) de la
colonia; y así leemos en la líistórira
reUtrióii del P. Ovalle (I. I, c. IV):
•(Sacan también el hilo que llaman de
abárrelo, y otros géneros de cordeles
que sirven pira varios efejtos".
Acaserar, a. Del s. casero, qur
en español es parroquiano. Correspon-
de al v. castizo aparroquiar (adtiuirir
ó llevar parroquianos á una tienda");
jxiro se usa nvis como r. en el signifi-
cado de -hacerse uno pariwiuiano <le
una tienda, y timbiéu de -aqueren-
ciarse, encariñarse.
A(!ASO. Es 8. y alv., pero no se
junta con el v. harer, como suelen
usiirlo algunos. La fr. es harer raxo,
y nó acaso.
AcATÓMco, CA, adj. De la partícu-
la griega n privativa y el adj. caihnli-
ri'n. .Vplícase al cristiano que no per-
tenece á la Iglesia Oatólicii. U. t. c. s.
Como adj. se nplicji también ii cosas:
¡)0'-lriiPi ACATÓLICA. Es voz muy usa-
da, especialmente por t*!'ilogos y ca-
nonist:is, y hace fiílta cu el Dic;. V<-a-
se A, 2." art.
.\CCES0, m. .\taque y repetición de
12
AGE
AGE
una enfermedad ; entrada, camino, etc.,
etc.; no debe confundirse con absceso:
acumulación de pus ó materia.
Accidentado, da, adj. Sólo sig-
nifica en castellano: «amagado de al-
gún accidente ó que ha quedado con
reliquias de él»; pero de ninguna ma-
nera escabroso, áspero, fragoso, que-
brach, variado, desigiml, y menos aún
borrascoso, lleno de ])crij)ecias. Queden
pues para los franceses los terrenos
y países accidentados y las vi-
das accidentadas, y destiérrensc
para siempre de los escritos castella-
nos.
ÁccidO, da, adj. y s. m. Bien
pueden lanzarlo al occéano los pu-
lidos que lo usan y dejarnos con el
sencillo ácido.
Acción, f. Lo que en las rifas es
simplemente número lo llamamos aquí
acción, confundiéndola con la «t-
ción de compañía, empresa ó sociedad.
Acecido, m. Aunque con la nota
de Americanismo, está ya admitido.
Pneden gloriarse de ello sus herma-
nos cicezo '^ jadeo. La edición anterior
lo calificaba de mejicanismo.
AcECiXAR, a. Hacer cecina. Xo de-
be confundirse con asesinar, a.: ma-
tar con alevosía.
Acechar, a. «Mirar, atisbar, obser-
var con cuidado alguna cosa, procu-
rando no ser visto». Asechar, a.:
«poner ó armar asechanzas». Como se
ve, son muy distintos ambos en su
significado, comoquiera que aserhanra
es el «engaño ó artificio para hacer
mal á otro». Acecho, que es el s. ver-
bal de acechar, es, más inofensivo, por-
que es simplemente «la acción y efec-
to de acechar-». '(.Acechar y asechar,
dice Cuervo, son formas diversas de
un solo tipo latino: assectari, seguir
constantemente, el cual se tomaba ya
en mala parte en la decadencia... La
conexión en el sentido es obvia: de se-
guir, perseguir, se viene á asechar; y
de aquí á mirar con curiosidad desde
paraje oculto, como que ésta es una
de las circunstancias que acompañan
la asechanza. La distinción de las dos
aplicaciones mediante formas distin-
tas no data de los primeros tiempos
de la lengua: usábanse indistintamen-
te las dos ortografías para una y otra
acepción».
Acedia, f. Acedía.- calidad de lo
que está acedo; indisposición del es-
tómago, por haberse acedado la comi-
da (en Chile, vinagrera. Véase es-
ta voz); desabrimiento, aspereza de
trato. Falta en el Dice, la acep. de-flo-
jedad, pereza, que se usa especialmente
en Teología.
Aceite de olivo. Como no es el
árbol el que lo produce sino el fruto,
(jue se llama oliva ó aceituna, es un
gran disparate llamarlo así, cuando su
verdadero nombre es aceite de oliva,
ya que ningún oído admitiría aceite
de aceituna - Tampoco debe ad-
mitirse aceite de nogral, sino de nuez,
ni aceite de palma, sino de coco, ni
aceite de petróleo, sino simplemen-
te petróleo, que etimológicamente sig-
nifica aceite de piedra ( petrae úleiim), ó
sea, nuestra parafina. Véaseesta voz.
Acelerador, ra, m. y f. Persona
qnc acelera. Falta en el Dice.
Acento. Aceptando las reglas de
acentnacióu que da la Academia, te-
nemos algo que observar, y es lo si-
guiente: L" Ni en la Gramática ni en
el Dice, ha consignado la sabia Cor-
poración la sencilla regla de que en
toda palabra grave, en la concurren-
cia de una vocal llena con una débil,
ó viceversa, si el acento carga en la
débil, debe siempre pintarse, como lo
AGE
AOE
18
pr.icticí» ella misma: v. ^t.: leitio, reú-
HO, oiilo. El no liacorlo lisi autorizitrin
P«ira Ittr léido, réuno, ÓidO, co-
mo dv onlinario lo hace nuestro pue-
blo. I^i misma Academia trae en su
Ti'ux./ilitiu-ia, ine<iiii-a,pisaiif<u, pin-
r/iaufim, traiutunlt, retine, reúnen,
foiitilini, etc.: y .'quién, si no es un
lector bastante conocedor del idioma,
diink :t estas piilabra:> la verdadera
aoeotuacióu? 2." En las mismas pa-
labras {jraves, en la concurrencia de
dos débiles, convendría adoptar la re-
•^la, insinuada ya y practicada jwr al-
<;una4, de acentuar, cuando no forman
diptoni^íos, la <|ae lleva el acento pro-
sódico; por ei.-.JesiiHd, dilii'ulo; pero
uo pinC'irlo en ningun.i de las dos
cuando hay diptongo: ruiílo, niinti,
fiíwio, sustantivo. :5.° La misma .\c,i-
demiu da la regla de que: «en las vo-
ces agudas en «¡ac haya encuentro de
vocal fuerte cou una débil acentuada,
ésta llevará acento ortognttico: país,
ulaúil», etc.: y, sin embargo, no lo po-
ne !i rrir, freír, deileir, nonreir y deniiis
infinitivos análogos. 4." Muchos gra-
iuátic<<8 acentúan las formas verbales
<|uo pueden confundirse con algunas
pn--[)OSÍciones; como, ¡xirn del v. pa-
rar, pora diferenciarlo de pam prep.;
éiUre di-1 v. rntrar: sobr^ del v. sobrar,
etc.: y ]ior analogía, algunas otras for-
mas también verbales ijue pucikn con-
fundirse con [Mtladrns de débil acen-
tuacitni; como uno, lina, del v, unir,
para diferenciarlos del articulo y del
miiiR-ral uno, uiui. Y no irá tan des-
ciiminada la tal regla, cuando al mis-
mo I)icc. de la .\aideinia se le ha en-
trado por las víx^-es Mavoiiazgo y Ojo
un en/re con un acento que no hay
niitg que \-er. :>." <Acentúansc t^imbiéu
ort<>gráOc3tmcnte ciertos monosílalios
que en la cláusula se pronuncian con
acento prosódico, jxira diferenciarlos
de otros que en ella no suenan como
acentuados». Así enseña la Academin,
pero olvidó practicarlo con la palabra
Te en el lugar propio del Dice., aun-
que por vía de anticipada repanición
la había acentuado en P.\7.orK y Sek-
vieío. li." En los adv. Sólo y Aún
hay en el Dice, gran confusión de
acentos. Asimismo, se han omitido y
proiligado indebiilamente en otras jw-
labras sujetas á las reglas generales.
~.° Convendría establecer la regla de
que debe acentuarse la primera parle
de un nombre compuesto siempre que
sea esdnijula ó pueda dar margen á
una mala prominciación: por ej.: ná-
nalotodo, simHicade)ii-ia, finibusterre,
fidei'-omiso, fideicomisario. Si uo se
piuta el acento, es de temer que se lea
saipilotodo, similii-atleiicia, etc. Esta
regla no sería una novedad en nuestra
ortografía, sino una simple aplica-
ción de la que se observa cou los ad-
verbios en mente procedentes de pala-
bnis ya acentuadas. 8." Xo deben éstos
llevar acento cuando están formados
de adjetivos agudos; como ¡ortesmen-
te, comunmente, porque es expuesto á
que se pronuncien como esdrújulos.
ArEKTVADA.MEXTE, adv. De una
manera acentuada, (Véase el siguien-
te). Falta en el Dice. Úsalo Pereda en
L/i ilontálvez.
Acentuado, da, part.de aemluar.
Ks galicismo, y gordo, en el significado
de —Jijo, ilcjinidn, riién/iin, ubullado.
(Opiniones, facciones, rasgos
acentuados). Véase .\ce.ntuah.
Al KSTiAU, a. Fuera de Iius acops.
propias le da el Dice, la fig. de «pro-
nunciar con esfuerzo significativo al-
guna i)alabra o fnisc para que en ella
se lige la atención». Modernamente se
ha generalizado tanibii-n mucho el
14
AOÉ
AOO
uso r. de este v. eu el sentido de-atif-
marse ó marcarse de un modo muy
vivo, y creemos que al fin sea admi-
tido por la Aciideinia. «Quizá con ex-
ceso se acentúa la primera teudeucia».
y así se acentúan también, especial-
mente para los periodistas, los rumo-
res, las noticias, las opiniones, etc.
ACEPCióx, f. En el sigiiiíioado de
aceptación lo declara ant. el Dice; sin
embargo, indistintamente puede decir-
se, según él, acepción ó aceptación de
personas.
Acepillar ó cepillar; y asimis-
mo, ACEPILLADURA Ó CEPILLADURA.
Aceptabilidad, f . Calidad de acep-
table. Hay muchos de estos sustanti-
vos verbales terminados en bilidaJ
(jue no aparecen en el Dice, y sin ra-
zón, porque están bien formados y son
indispensables en el uso corriente.
Aceptado. Palabra que tiene tolo
el sentido de una proposición elíptica
y que se usa para indicar que se acep-
ta lo que otros proponen. Merece figu-
rar en el Dice, al modo de tantas otras
parecidas que ya se registran.
Acera, f. y menos usado hacera.
En la 12.^ edición del Dice, figuraba
también cera por acera; paro en la
13." se ha suprimido: mientras menos
bultos, más claridad. Véase Vereda.
Acerbo, ba, adj. Áspero al gusto,
cruel, riguroso. No debí confundirse
con el s. m. acervo: montón de cosas
menudas; el todo de la herencia indi-
visa.
Acético, ca, adJ. Aplicase á cierto
ácido. Muy diverso de ascético, ca: re-
lativo á la práctica y ejercicio de la
perfección cristiana.
Aceval, Acevedo, apell. Aun-
que es algo delicado meterse en cues-
tiones de apellidos, con todo, haremos
notar que los especialistas que han
tratado de la materia y los buenos eti-
mologiatas derivan estos dos de aecho
(árbol); por consiguiente, deben es-
cribirse con é y nó con v; á no ser que
se les quiera escribir á la portuguesa,
para lo cual deben además convertir
la (■ eu z (Azeval Azececlo).
Acezar, n. Jadear, carlear, respirar
fatigosamente. No debe confundirse
con asesar, n.: adquirir .seso ó cordura.
Acigarrado, da, adj. Dícese de lo
que participa de alguno de los efectos
que hace el cigarro en los fumadores;
V. gr.: voz aciyarrada. Bien merece
figurar en el Dice. Véase a, !.■■ art.
Aclarar, u. No significa amanecer,
clarear ó clarecer, alborear ó rayar el
i.Ua, sino «ponerse claro lo que estaba
oscuro. Dícese con propiedad del tiem-
po cuando se disipan los nublados.
U. t. c. r.ji Sin embargo, Montalvo lo
emplea en este sentido: «Como hubie-
se aclarado del todo, caballero y escu-
dero salieron á misa;» lo mismo todos
los chilenos. Tratándose de líquidos,
usamos aquí invariablemente este mis-
mo V., que en realidad no es tan pro-
pio como posarse. Juzgue el lector por
las definiciones de ambos: (í.iclarar,
a.: disipar, quitar lo que ofusca la
claridad ó transparencia de alguna
cosa. Ú. t. c. r. - Posarse: purificarse
un líquido, cuyas partes más pesadas
se precipitan al fondo de la vasija que
lo contienev.
Aclocar, n. Lo mismo (¡ue enclo-
car, n. Ambos se usan más como r. y
se conjugan irregularmente. El Dice.
agrega también á encoclar, que, ó no
existe, ó es francamente inconjugable.
Acobardar. Lo admite el Dice, co-
mo a. y r. en el significado de-«ame-
drentar, causar ó poner miedo»; y és-
te es el uso común de los clásicos. Por
esto uo es raro que algunos hayan
ACÓ
ACÓ
15
cousideraJo eonio chilenismo el uso
que uosotros hacemos do él como n.
ó intrans.: v. gr.: «Comp;uiero, uo hay
por qué ttrohiinhtr: hemos pasado lo
más difícil del camino». (^Vicuña Ifa-
ckeniia). ¡Xo le ¡trobartlrs á tn adver-
sario! Sin embarfio, tal uso no es chi-
leno sino español, como lo prueban
las siguientes autoridades:
A WrminiM tan triiu» onudnridú
Mv tifO< mi Vi-iititrá. nU'- va teuio
Alrn.: 'I.. [lll.i
S : 11 >iuf me quc-
Tam -,... .. ui •.. .. .. i — . fxtrínin.
vCcO'Uic!», iMiilaIra, 1. III).
V ooiun, auiiuae le hieren, ni voltta
Su « 4|LA«U. ni á uu KQva» w retigUArda,
l>.i •»r.L^\fii •{»(■ cualquiero dello!} crea
V/u- «■^í.» hiriii'i de umerte. ó que acubnr>la.
(Ballmena. iV Bernufl: c. v).
Acocear ó cockar, a. Véase Patear.
Acodillarse, r. Formado de co-
tUllo: e.s de liso entre nuestros campe-
sinos con el signiñcado de -enfermar
un animal caballar de cinchera, que
es enfermedad (jue padecen en el pi-
raje donile se les cincha, que es detnis
de los codillos, por las costillas verda-
deras. Hay V. castizo wodtllar, \yevo
tn otros sentidos.
Acojinar, a. Acolcluir. Lo admita;
el Dice, como provincialismo de Mé-
jico; pero después lo usa él sin escrii-
pnlo alguno en la voz C'aro.na. Lo
qne indicai que los provincialismos,
una v(.-7, admitidos, pueden usjirsc en
toílas partes y sin temor.
Acolchonar, a. .Vunqne bien
forraadíj de rolc/ujn, no esUi admitido,
y en su lugar tenemos ncojiíuir, urul-
rlmr y rol luir a.: poner algodiin, seda
cortatLi, estopa ó cerda entre dos telas
y después bastearlas.
Acolitado, in. (Otros escriben oi-o-
¡iluzgo). iyTCii:\\ de acólito, que es la
cuartji de la- in.-iuii-ix. Hüii- fulla en
el Dice.
Acolitar, n. Hacer las funciones
de acólito. Bien formado y necesiirio;
lo admite Cuervo y ojah'i lo hicieni
también la Academia. Aquí se usa
nuicho, y siempre como a. Pnlro aco-
MTi) la iiii.ia.
Acollarar, a. En castellano signi-
fica: uponer collar á un animal; unir
los porros de wua unos con otros [H)r
los collares para que uo se extravien;
poner collenis ;i las caballerías»; ^K-ro
en chileno le agregamos también el
significado de-unir ó atar por el cue-
llo un animal á otro, formando par ó
j»areja; lo que en cspiñol es aparear,
parear ó acoplar, a. Usamos adem:is :i
acollarar como r. en el mismo sen-
tido del castizo apercollar, a. é irregu-
lar en su conjugación (coger ó asir por
el cuello á alguno). Pedro insulta á
Juan, y ésle, sin inás ni nuis, se aper-
cuella ron líu ofensor; y también en
el se-ntido de estar ó andar abrazadas
dos personas, ó por lo menos, unirse
íntimamente, encariñare. Esto liltiiuo
se expresa en castellano con acoplarse.
Acombar ó combar, a. Torcer, en-
corvar una cosa; como hierro, madeni,
etc. Ü. t. c. r.
AcompaSaxta, f. L'Sado por Valo-
ra y fK)r Pereda, lo consideíamos dig-
no de admitirse, y ojalá la .Vcademia
resolviera de una vez por todas el g»--
nero y terminación de los sustantivos
verbales como éste, terminados eii an-
te y ente, es decir, ,;conservan la ter-
minación »> y se califican de comunes
para ambos sexos, ó se les da la ter-
minación a para ol f. y la e para el ni.?
Xo hay duda de que esto último es lo
máa cómodo, claro y preciso; ¡x-ro el
uso to<Livia no es uniforme y constan-
te, y el Dice, participa también de
esta indecisión; así, al paso que admi-
te anislentíi, ronyreijantd, (lámanla,
16
ACÓ
ACÓ
íiiemliganta, presidenta, preimdienta,
principianta, sirvienta, niega esta ter-
minación á ayudanta, confidenta (usa-
do por Iriarte y por Valera), intriyan-
fa (usado por Puigblanch.), pacienta y
paficrnta (usados porD. R. de la Cruz),
postidanta, practicanta, regenta, que á
nuestro juicio podrían también admi-
tirla. Tampoco disuena la forma feme-
nina en aspiranta, dependienla, esrri-
bienta, esíiulianta, ejercitanta; pero si
en agonizante, amante, caminante, ce-
sante, (omlatiente, comerciante, con-
currente, contendiente, contríluyentc,
convaleciente, creyente, descendiente,
dibujante, doliente, fabricante, Juibi-
tante, Ktiyanle, navegante, negociante,
oyente, proponente, reincidente, rumian-
te, solicitante, traficante, trajinante, vi-
viente. Iriarte usa también sobresa-
lienta, que para el Dice, es común en
e. Baralt da para estos casos lu si-
guiente regla : ftTodos los participios
activos son adjetivos de una sola ter-
minación, y, si alguno toma la feme-
nina anta, pasa entonces á ser sustan-
tivo, ni más ni menos que los nombres
que designan las hembras de ciertos
animales: comedianta,. presidenta, del
mismo género que elefanta^K
Acompasadamente, adv. Ue manera
acompasada. Admit. en el último Dice.
Acompasar, a. Admitido en el úl-
timo Dice, como igual á compasar.
Aconcliarse, r. Compuesto de
concho (véase esta voz), es muy
usado entre nosotros en vez de los
castizos posarse, asentarse, asolarse,
tratándose de líquidos. En castellano
ha y también aconclmr y aconcharse,
pero en otros sentidos muy distintos.
AcoxDiciONAMiEKTO, m. Acción ó
efecto de acondicionar. Merece figu-
rar en el Dice.
AcoNGOJADAMENTE,adv.Con ánimo
acongojado. Admitido en el iiltimo
Dice.
Acontecido, da, adj. '(Dicho de
rostro ó cara, afligido ó triste» ; pero
ant., según el Dice. Sin embargo, el
compuesto caricu-ontecido, da, está en
pleno vigor aquí y en el Dice.
Acontecimiento, m. No le da el
Dice, más significado que Suceso, 1.^
acep.; y Suceso es: «cosa que sucede,
especialmente cuando es de alguna im-
portancia». Sin embargo, entre noso-
tros nadie usaría suceso jK»r aconteci-
mienlo; y así nadie diría: «La publi-
cación de este poema es un suceso
literario», sino un acontecimiento lite-
rario. «Es un acontecimiento el que tú
vengas á verme», y nó un suceso. Ca-
ballero en su Dice, de Modismos nos
da la razón á nosotros.
AcoPiiADuiiA, f. Acción o efecto de
acoplar (1." acep., que es ésta: «En
carpintería y otros oficios, unir entre
sí dos piezas ó cuerpos, de modo que
ajusten exactamente».) Admitido só-
lo en el último Dice.
Acoplamiento, ni. Acción ó efecto
de acoplar ó acoplarse (2.^ á ó." ace-
ps., que son las siguientes:» Unir ó
parear dos animales para yunta ó tron-
co. II Procurar la unión sexual de los
animales. Ú. t. c, r. || fig. Ajustar ó
unir entre sí á las pei-sonas que esta-
ban discordes, ó las cosas en que ha-
bía alguna discrepaucia. U. t. c. r. |j
r. fig. y fam. Unirse dos personas ín-
timamente, encariñarse».) Admitido
por primera vez en el Dice.
AcoyuíNAMiENTO, m. Accióu ó
efecto de acoquinar ó acoquinarse. Ad-
mitido en la 13." edición del Dice.
Acorazado, m. Buque de grandes
dimensiones blindado exteriormente.
Admitido por primera vez en la edi-
ción de 1899 del Dice.
ACÓ
AOO
17
un acordaos, aludiendo al conocido Me-
morare de S. Bernanlo, dirigido á la
SSma. Virgen y que en castellano co-
mienza por aquella palabra. Creemos
que es voz tan digna de figurar en el
Dice, como Aveiwiri't, Píulrenuestro,
Bfwiito, etc.
Acordar, a. (íalicismo apnguan-
te á nuestra leni^ia es el uso de este v.
en el significado de ioiue<ler (accor-
der), y m;is cuaudo se pretende LactT
pasar este uso como elegante: Acuér-
deme L'd.esta graria.-Só, seilor:
ACi"KRDE.sK L'd. de estudiar el easle-
¡¡ano, en seguida hágame presitlente ó
reyójtiiUa que tenga algún poder, g
entonces puede ser que acueudk con-
cederle á l'd. la tal gracia.- Acordarse
con algnno es ponei-se de acuerdo con
él; y acordarse de alguno es hacer re-
cuerdo de el. 4 Eu algunas ediciones
de la (iramática de la Acailemia (v.
gr., 1858, 1870), de donde sin duda
lo tomó Bello, se dice que este verbo
es regular cuando sigiiifica ¡x)ner acor-
de un instrumento. La misma Acade-
mia ha omitido posteriormente esta
nota, y con nizón, no solo ])oniuc el
nao de antiguos y modernos prueba
que el verbo es siempre irregular, si-
no porque la aplicación á los instru-
mentos es Secundaria, supuesto que
asi de ellos como de tus personas se
dice que esüin acordes, y de ambos que
a'-uerd'in ó se acuenim, lo mismo (|iie
conruerdan". (Cuervo).
AcordiÓn, m. Ai-ordeón (de CKor-
dej: instrumi-nto miisico muy. cono-
cido.
ACOIIRALAMIENT'I, in. .\cción ti
efecto de acorralar <> acomilarae. Ad-
mitido en el ultimo Dice.
.VfORRKR, a. * Hoy es de ¡xx» uso
y {)0<lna tililurse de arcaico; Cervan-
tes mismo aciso no lo usaba sino
remedando el lenguaje añejo de los
libros caballerescos». (Cuervo). Sin
embargo, y salva la reverencia debida
á tan grande autoridad, nos parece
que en poesía no puede todavía darse
por arcaico este v., como lo prueba el
mismo autor con ciUis de Jovellanos
y de Jlartinez de la Rosa. El Dice,
sólo lo declara aitt. en la acep. de
"correr ó avei"gonzar á alguno».
Acostada, f. Aunque bien for-
mado y muy usado aquí, no figura en
el Dice. Dígase acostamiento: acción
de acostar ó acostarse. Y ; qué dire-
mos de UfO-ítada tarde, que usan algu-
nos? Que, dando como aceptada la
voz acostada, estaría bien dicho, por
miis que algunos gramáticos bisónos
se escandalicen y pi-otcsten de ver un
s. modificado por uu adv., como se
han escandalizado de pan gratis y de
otras expresiones semejantes. Pues, sé-
p;inse los tales que es doctrina corrien-
te en castellano, aunque no la encuen-
tren en los textos de mínima cuantía,
(|ue los adverbios que equivalen á un
complemento pueden modificar á, un
s. Por esta razón puede decirse: « Hom-
bres que discurren tan |)oco no son ;l
propósito para el estudio, y hombres
«••<( (es decir, de esta clase) no me
gustans. Y por lo mismo es evidente
que puede decirse pan de Imlde ó de
gracia (pan gratis), acostada á hora
aranz<tda de la noche (acostada tarde).
AcüSTUMiiUAU. El R'flejo acosliim-
Inarsr pide la prep. ti; pero no así
acostumbrar (aun(jue el Dice, errada-
mente se la de en Dormida), excepto
cuando «siguifica hacer que algunocon-
traiga tid ó cual costumbre, li se haga
sufridor de Ud ó cual cosa, pues enton-
ces la palabra que expresa éstas va con
lio. (Cuervo). Se usa también como
instrans., coiistruv('ndos<' con un inf.
18
ACR
AOT
precedido de á. Pudiera creerse que
este uso procede de una abusiva asi-
milación con el refl. acostumhrarse;
no obstante, se encuentra autorizado
desde los primeros tiempos de la len-
gua. Ni la Acad. ni Salv<i, mencionan
este régimen, y parece lo más acertado
omitir la prep. (Id.) Más chocante,
pero ya enteramente desusado, es el
régimen con las preposiciones de y
en. — En cuanto á su sinonimia con
el V. soler, se diferencian en que acos-
tumbrar indica una práctica ó costum-
bre constante, y soler sólo eventual.
ACOTILEDÓN, ÓNEO, ÓNEA, adj . EstOS
términos tan usados en Botánica han
sido por primera vez admitidos en el
último Dice.
Acredor, ra, adj. y s. Acreedor,
ra.
Acribar o cribar, a. Véase Har-
near.
Acriminar ó criminar, a. Acusar
de algún crimen ó delito; imputar
culpa ó falta grave. — Incriminar, a.:
acriminar con fuerza ó insistencia;
exagerar ó abultar un delito, culpa ó
defecto, presentándolo como crimen.
Acrimonia, f. Acrimonia: cali-
dad de acre, acritud.
Acrimonioso, sa, adj. No exis-
te, y dígase acre, acerbo, mordaz,
picante, según los casos.
Acriollar, a. Hacer que el ex-
tranjero se acomode á los usos, costum-
bres y carácter especial de los criollos
ó de la gente del país. Ú. m. c. r.
Verbo bien formado y expresivo, pero
que no ha merecido la admisión de la
Academia.
AcRisoLAD.uuENTE, adv. modal. De
manera acrisolada. Admitido en el
último Dice.
Acristianar ó cristianar, a. fam.
Bautizar. — Cristianizar, a.: con-
formar una cosa con el rito cristiano.
Acta (Tomar). Tomar nota,
hacer constar, anotar, tomar razón,
asentar, apuntar, tener presente, tomar
en cuenta, etc.
Actitud, f. Postura del cuerpo
humano; disposición de ánimo de al-
gún modo manifestada. — Aptitud:
suficiencia ó idoneidad, capacidad ó
disposición para algo.
Activo, m. El penúltimo Dice,
admitía solamente como adj. esta pa-
labra, aplicada á los créditos, derechos
ú obligaciones que alguno tiene á su
favor. El último la acepta ya c. s. m.:
«Importe total de los valorea efecti-
vos, créditos y derechos que una per-
sona tiene á su favor».
Actuación, f. Sólo está admitido
como término forense y nó como si-
nónimo de acto literario, sentido que
aquí le han dado algunas personas. Lo
han tomado, sin duda, de la acep.
del V. actuar: «en las universidades,
defender conclusiones públicas».
Actualidad, f. «Tiempo presente»
es la l."acep. que le da el Dice, y
«calidad de actual» en su significado
de «activo, que obra», es la 2." y últi-
ma. Como se ve, ninguna de las dos
conviene al sentido hoy tan generali-
zado de esta voz y que podríamos de-
finir con Baralt: «calidad ó propiedad
de una cosa que tiene cierta conve-
niencia, interés ó novedad coetánea,
del día». Por más que este insigne
hablista y los que le han copiado cen-
suren 'como galicismo innecesario esta
acep., á nosotros nos parece necesaria
y admisible. Estiren cuanto quieran
el significado de oportunidad, que es
el equivalente que nos ofrecen, y ve-
rán que siempre dista mucho de actua-
lidad. La rtrfií«//í/rtí/tiene relación con
lo actual ó presente, y la oportunidad
ACU
ACU
19
con lo oportuno ó conveniente; aegiin
lo cual ana noticia ó proyecto, v. gr.,
pueden scr de toda ni-tiuilUhui, porque
ee estitn tratando en el tiempto actual,
en el día de hoy ó en el momento pre-
sente y totlos tienen sumo interés tu
saberlos, y por lo demás pueden ser
de lo mád inoportuno, exteniponiueo
é inconreuieute que cube. •• Xo quiero
hablar hoy de tan importante librito
(Los tres Ofleá)v>, de Aparisi): por
especiales circunstancias, (jue deploro,
parecería m;is de (¡rliuilUiml lo que de
él dijese yo que lo que llevo escrito».
(Cándido Nocedal).
Acu.iDRlLLAn, a. «.luDtar eu cua-
drilla; mandar una cuadrilla m, es lo
que significa este v. en castellano; pero
entre nosotros se usa por— acometer
varias personas, como formando cua-
drilla, contra una sola. Véase Cua-
drillazo. Existe el v. a/jurillurse
i|ue si;.'nifica «juntarse en cuadrilla».
Acuchillear, a. AeurhiUor.
Acuchuchar, a. Parece conup-
cion, poreiM'tit'-sis, de itrhwlutr: apliis-
tar, estrujar con la fuerza de ¡il-íiin
golpe ó peso.
Acuestas, m., adv. I'ur mis que
así lo escribía el Dice, eu la vok Po-
sar y todavía en Ataiiai., el modo co-
rrecto y usado e,s á i-nenla.s, como tin-
tas otras locuciones semejantes que
tiene el castellano: »/ xo/ím, i'i meilia», ú
bulto, á usriiiil.i, á pir, etc.
Actunuchamiento, m. .\c«;i«)n
ó efecto ili acumuchar, lís chile-
nismo poco iisudo y dube sustituirse
por agloiiierariim, (inimidiiriim. Véase
el sifíuiente.
Acumuchar, a. » Probablemente
es un V. b^ii'banimcnte formado de
nuulio, convertido \ii>v un vicio de
pronnnciiici<m en cumucho». (Ko-
dríj^ez). Es chilenismo p^Ko usado, y
eso solamente en el pueblo, y signifi-
ca aglomerar, arumidar. V . t. c. r.
AcmuLADOR, m. Admitido eu el
último Dice, con estas dos aceps.:
•i.\parato que sirve para regularizar el
trabajo de una máíjuina, recogiendo
la fuerza viva sobniute á fin de apro-
vecharla cuando falto. || .\jwii-ato des-
tinado á recibir gran cantidad de elec-
tricidad, desarrollada artificialmente,
y retenerla en depósito para su consumo
a voluntad».
Acorrucarse, r. Significaba: «En-
cogerse y aiTimar mucho la ropa al
cuerpo pai-a abrigarse»; pero el nuevo
Dice, ha corregid^: h Encogerse para
resguardaree del frío, ó con otro obje-
to». La cori-ección es justa y se hacía
necesaria. El v. castizo es también
acorrucarse.
Aci.SAR, a. Censurado jwr Banilt
en el sentido fig. de- revelar, manifes-
tar, estii j-a admitido por la .\cademia,
pero con la advertencia de (jue "se to-
ma genemlmente en mala parte». A
Cuervo no le ha gustado el paso dado
jKir la real Corjjorución; pero ¡qué he-
mos de hacerle! Entre tanto, nosotros
nos cscudaivmos con ella y con el uso
de los autores modernos, entre ellos
t^nintana, citado p<jr el mismo: «Tuvo
la i'csolución de desechar diferentes
composiciones (jue ariutahan demasia-
do los ixxjos años y ¡a inexijeriencia
del autor».- Está también admitido
este mismo V. tratándose del recibo de
carUi-s, oficios, etc., por avisarlo, noti-
ciarlo.
A'.'i'.SK, III. El novísimo Dice, le
agrega esta acep.: "Cada una de hts
cartas (juc en el juego sirven jwira acn-
mr», esto es, para manifestar uno en
tiempo o[)ortuno que tiene determina-
das airtas con que jwr ley de juego se
i'ana cierto luíniero de tantos. Esta
20
ACH
AOH
acep. es conocida y usada en todo
Chile.
Acusete, adj. En castellano te-
nemos arusóii, na, (adj. fam.: sdícese,
del muchacho que acostumbra acusar
á los otros. Ú. t. c. s. » ) ; soplón, na, (adj .
fam.: «dícese de la persona que acusa
en secreto y cautelosamente. U. t. c.
s. ); y los sustantivos figs. y fams.,
cañuto y fuelle, persona soplona.
Achacar, a. «La construcción de
este V. con de é infinitivo, conforme
á la sintaxis de los siglos XVI y XVII
sería hoy inaceptable)*, nota Cuervo.
Achacoso, sa, ó achaquiento,
TA, adj.
Achagrinado, da, adj. Dícese de
la piel curtida á imitación ó semejan-
za del chagrí ó chagrín. Como el adj.
está bien formado y se usa auu en
España, lo creemos admisible. Véanse
A, l.^'art., y Chagrí.
Acliamparse, r. Arraigar como
la champa. (Véase esta voz). Fig.
y llevando por régimen la prep. con,
alzarse ó quedarse con una cosa ajena.
En castellano se expi-esa esto con apa,-
ñar, a.: «tomar alguna cosa, ó apode-
rarse de ella, capciosa é ¡lícitamente».
. Achaparrarse, r. Admitido en el
Dice, de Autoridades con el significa-
do de «encogerse, bajarse y pegarse á
la tierra para esconderse y no ser vis-
to», ha desaparecido en las liltimas
ediciones, en las cuales sólo encontra-
mos el adj. achaparrado, da: aaplícase
al árbol o planta que se parece al chí>-
parro en lo grueso y bajo y en lo po-
blado y extendido de ramas. || fig.
Dícese de la persona gruesa y de poca
estatura «.Esta voz corresponde á nues-
tro chilenismo aparragado. Ojalá
repare su yerro la Academia resuci-
tando el V.
Achatarse, r. Úsanlo algunos en
el mismo significado fig. de Acham-
parse. Véase esta voz.
Acharolar ó charolar, a.
Achí, adv. m. Es el asi castellano
revestido de forma diminutiva por
nuestro pueblo, que ha tomado del ara-
ucano este modo formar los diminu-
tivos, que consiste en cambiar en ch la
consonante de la sílaba acentuada y las
siguientes;como se ve en naichicha
( nadita ), toichicho (todito), po-
quichicho ( poquitito), boñicho
(bonito). El uso de achí va siempre
acompañado de la acción de presentar
juntos los dedos de las manos, para
indicar la idea de atestar, henchir. «La
calle estaba achí de gente».
Achicamiento, ra. Achicadura:
acción ó efecto de achicar ó achicarse.
Admitido en el novísimo Dice. Para
la acción ó efecto de achicar en la 2."
acep., ha admitido, por primera vez
también, á Achique, m.
Achicar, a. «Reducir á menos el
cuerpo ó tamaño de alguna cosa. U. t.
c. r. H Extraer el agua de una mina,
de un dique, de una embarcación ó de
cualquiera otra capacidad con bombas,
con vertedores ó de otro modo. || ñg.
Humillar, acobardar. Ú. m. c. r.-o
Todo esto es achicar, pero nó lo que
hacemos aquí nosotros, que achica-
mos los terneros, operación que los
castellanos expresan con enchiquerar:
«meter ó encerrar en el chiquero; fig.
y fam.: meter á uno en la cárcel».
Achicoria ó chicoria, f.
Achicharrar, a. Es castizo en el
significado de freír, cocer, asar ó tostar
demasiado una cosa; fig. calentar de-
masiado; molestar con exceso; mas nó
significando aplastar, achuchar, es-
trujar.
Achiguar, a. Encorvar ó combar
una cosa, haciendo que presente el
ACH
ADD
21
aspecto de ohlgroa. (Véase esta voz.)
U. m. c. r. Los equivalentes castizos son
pandear, n.: «torcerse una cosa encor-
vándose, especialmente en el medio.
Dicese de las paredes, vigas y otras
cosas. U. m. c. r.»; combar, a.: «tor-
cer, encorvar una cosa; como ra-idera,
hierro, etc. U. t. c. r. >: alabearte, r.:
«tomar alabeo la maderas, es decir,
torcerse de modo que su superficie no
este toda en un plano; y los otros más
genéricos «lu-orvarse, lorcersf.
AcHiXADO, DA, adj. Aplícase ;i la
persona que por su fealdad se parece
á los chinos asiáticos ó á los indígenas
americanos. Vctuse Chino.
Achiquillado, da, udj. Si admite
el Dice, á Alunado y Amufhaehado, y
confiesa además que Chiquillo es igual
á niño y miteharho, es evidente que
debe admitir también á Achiquilla-
do en las mismas dos aceps. que los
dos adj. similares. Véase A, 1.' art.
Achlraf, Planta herbácea que se
cnitiva con el casi exclusivo objeto de
formar con sus semillas cuentas de
rosarios. En castellano se llama raña-
roro, m.
AcnocHAK.SE r. Ponerse chocho.
Bien formado y admitido ya por algu-
DOfl diccionarios, merece figurar en el
de la .\ca lemia.
Acholador, ra, ¡i'lj. Que causa
aoholamlento 0 acholo, Váinse
estas vix';9.
Acholamiento, ra. Acción ó
efecto de acholar ó acholarse.
Acholar, a. Cornr, avergonzar,
amilanar á uno, dejándolo ruborizado
ó intimidado á semejanza de los cholos,
que son naturalmente tímidos. U. t.
c. r. El Dice, sólo admite á fu-holndn,
(lit, como adj., aplicado á la persona
que tiene la tez del mismo color que
la del cholo. Además de los verbos
nombrados, hay en castellano para el
nso reflejo, atajarse, quedarse hecho
un mono.
Acholo, ra. Lo mismo que acho-
lamiento.
Achucharrar, a. Achwluir, des-
pwhurrar, aplastar, tn sentido pr.y fig.
AcHUCHó.v, m. Acción ó efecto de
achuchar, esto es, de aplastar, estrujar
con la fuerza de algún golpe ó peso,
ó de empujar una persona á otra, es-
trujándola. Admitido en la 13.» edi-
ción del Dice.
Achunchamiento, m. Acción
ó efecto (lo achunchar.
Achunchar, a. Frustrar á uno en
sus proyecto» ó pa-tensiones, dejándo-
lo un tanto corrido y avergonzado de
suerte que no se atreva casi á hablar ó á
salir en público, á manera del chun-
cho, ave nocturna, que de día perma-
nece oculta y como arrinconada. Ú. t.
c. r.
Achuñuscar, a. Achuchar, es-
trujar ó apretar con fuerza una cosa.
Parece derivarse del s. chuñO.
Achurrascar, a. Ajar y replegar
una cosa á manera de la churrasca.
(Véase esta voz) Ú. t. c. r. Es corrup-
ción de churruscarse: «empezar á que-
marseunacosa; comoel pan, el guipado,
etc.» Se ve que el chilenismo sólo ha
tomado para su significado el primer
efecto del acto de churrusairse.
Ad. Así como el Dice, ha admitido
las expresiones latinas ad hoc, ad libí-
lum, ad hóminem, etc., debió admitir
tiirabién: wl cau/élam, ad corpus, ad
efféctum videndi, ad honórem, ad ins-
tar, ad interim, al summum, que son
de uso general.
AnAPTAUiLiDAD,f. Calidad de adap-
table. Hace falta en el Dice.
Addexda. Expr. latina usada por
muchos 7 que significa: cosas omitidas
ADJ
ADM
que deben agregarse. Está formado á
semejanza de agenda, componenda, me-
morándum, nómina, errata y otros sus-
tantivos tomados directamente del la-
tín, y por lo tanto es digna de admitirse.
Adecuar, a. Conjúgase adecuó,
cuas, etc. Véase Uar (Verbos en).
Adelantado, da, adj. Por primera
vez le ha dado el Dice, y en primer
lugar, la siguiente acep., que tan
usada es aquí: «Aplícase á la persona
que en corta edad muestra notable
talento, agudeza, ú otra cualidad físi-
ca ó moral, y también á estas mismas
cualidades». Es el mismo significado
de Precoz en su 2^ acep.
Adiós. Interj. que se escribe tam-
bién d Dios. Usado c. s. m. tiene plu-
ral y sólo debe escribirse de la primera
manera (adioses). — ¡Adiós mi piafa.'
Véase Plata.
Adjetivar, a. Además de los sig-
nificados que le da el Dice, úsalo
Puigblanch en el sentido de — califi-
car de, tratar de, apodar: " Hablando...
de esta censura D. Leandro Fernández
Moratín...,la axJjetiva de amarga»...
«Sobre adjetivárseme de santo hom-
bre»... El P. Juan Mir dice también:
«Es en nuestros días de suma necesi-
dad adjetivar y poner á pública ver-
güenza los libros que pervierten los
entendimientos y trastornan las con-
ciencias». (La lielii/ión, prúl.J
Adjuntar, a. V. innecesario según
la Academia, porque tenemos acompa-
ñar, remitir ó enviar adjunta alguna
cosa; y adem;ifi anfibológico, puesto que
por sí solo no puede significar remitir.
Aunque muy usado en América y aun
en España por las personas que poco
cuidan de la pureza del lenguaje, es-
peramos que nunca sea admitido por
la docta Corporación. Varios verbos
hay formados por este mismo procedi-
miento y enti'e los cuales conviene ha-
cer atinada distinción. Así, á la vez
que no hallamos palabras bastante
inertes con que condenar á entrevis-
tar ó intervistar, reportar (en
el sentido que les dan los gacetilleros
de la prensa) y presupuestar, acep-
tamos gustosos á clausurar, incremen-
tar, indigestar, como lo hizo también
el último Dice, con imantar, ornamen-
tar y torturar. No debe confundirse
este moderno adjuntar con los anti-
cuados aj untar y ayuntar, que hoy
están reemplazados por el simpleyi/«/«r.
Adlántico, ca, adj. Atlántico.
Véase tl.
Ad látere. Corrupción de la ex-
pr. latina á látere, que se usa precedi-
da de la palabra legado. Escrita como
debe ser (á liitere) y usada en sentido
fig. y fam., la define el Dice. : «Persona
que acompaña constante ó frecuente-
mente á otra. Se toma á veces en. ma-
la parte». Es indudable que en plural
habrá que decir tos aláteres, concluye
Cuervo.
Adieta, m. Atleta. Véase. Tl.
Administrador, m. Casi todos
nuestros hacendados y dueños de fun-
dos tienen para que cuide de todo lo
relativo á éstos un administrador. No
diremos que el término está del todo
mal empleado, porque tiene un signi-
ficado general que lo hace suscepti-
ble de esta acep.; pero agregaremos
también que el nombre verdadero y
castizo es aperador: «el que cuida de
la hacienda del campo y de todas las
cosas pertenecientes á la labranza».
Adjiikistrar, a. «Levantó Baralt
dudas sobre lo correcto de administrar
vomitivos, deseando con sorna, buen
provecho al que tal usase. El Dr. La-
guna, insigne hablista, administraba
sin repugnancia toda suerte de medí-
ADO
ADO
camentos: no lo dificnltara Baralt si
lo hubiera olido, ni osara definir qnc
por admini.itmr se ha dicho siempre
en castellano propiíuir: ambas cosas
se pueden decir, porque se han dicho
siempre». (Mir, Fraxes de los autores
elási'-os españole», art. iledirinar). El
Dice, da también como última acep. á
administrar la de «tratándose de medi-
camentos, aplicarlos, darlos ó hacerlos
tomar». Y en estilo jocoso pueden ad-
ministrarse hasta sopapos y otros seme-
jantes raetlicamentos, como lo dijo
Pereda: i Y, atrapando al fin á su hijo,
arrástrale hasta la cocina, ailminis-
tráiulole por el camino media docena
de sopapos*. { El Buey suelto ). Así
también Valbuena, remellando á uno
de los poetas A quienes critica: Ni so-
beranas pellizas Chile las administra-
ba.
ADMixtsTR.vTivAMESTE, adv. mo-
dal. Por procedimiento administrati-
vo. Admitido en el último Dice.
Admisibilidad, f. Calidad de ad-
misible. Hace falta en el Dice.
Admon'itor. Merece recibir termi-
nación de s. f., que es como se usa en
las comunidades religiosas de muje-
res ( Admonitora).
Admósfera, admoafórioo.
Atmós/frn, atmosfiri'O.
Adobc, m. «Ladrillo seco al sol,
que se usa sin cocer». Así lo definía
la 12.* edición del Dice; pero en la
siguiente se ha corregido de esU» ma-
nera: «Masa de barro, mciwjla'la á ve-
ces con paja, de forma de ladrillo y
seco al sol, que se emplea en la cons-
trucción de paredes ó muros»; defini-
ción que, si suprimiera la expresión á
veres, que lari.i perfecta.
Adobón, m. Aunque bien formado
como aumentativo de adobe, no ha te-
nido cabida en el Dice, de la Acad., y
en su lugar nos da ésta á emplenta,
f.: «pedazo de tapia que se hace de una
vez, según el tamaño del tapial con
que se fabricaí'. La obra ó tjipia que
se hace de esta manera, se llama, se-
gún el mismo Dice., encajonado, m.
Adolorado, adolorido ó dolo-
rido.
Adomiciliarse ó domiciliarse.
Adoxaí, y nó Adonay ni Ado-
nai, escribe el Dice.
Adonde, adv. de lugar. «Usado por
donde es, dice Bello, un arcaísmo que
debe evitarse. Díccse adonde con mo-
vimiento, y dorule sin él: el lugar
adonde nos eiuamitutmos, donde resi-
dimost. Sin embargo, la Academia los
hace sinónimos y no practica esta dis-
tinción, que haría mucho más preciso
y exacto el lenguaje. En cuanto á la or-
tografía de este adv. y los demás cora-
puestos de doiiik, no estamos de acuer-
do con el ilustre maestro. Enseña él
que adonde, eiuionde, dedoiuie, por-
doiule (j ¿ por qué nó /uviadonde
hastadonde, paradonde y desdedonde?)
deben escribirse así, en una sola pala-
bra, cuando doiklc lleva envuelto su
antecedente, que es el término de la
preposición. Por ej.: «Estaba embos-
cado el enemigo en la selva adonde
nos encaminábamos»; y que deben es-
cribirse en dos palabras cuando no
hay antecedente expreso; v. gr.: «Sa-
lió </« donde estaba escondido». Fran-
camente, no alcanzamos la razón de
esta diferencia, y aúu más, creemos
que debe ser todo lo contr.irio de lo
que dice Bello. El hecho de hater an-
tecedente expreso es más bien un mo-
tivo para que se divida el adverbio,
como que está representando al mismo
antecedente y forma entonces un ver-
dadero complemento de preposición y
término; lo que no sucede cuando el
24
ADO
ADQ
antecedente no va expreso. « La selva
á donde nos encaminábamos» equi-
vale á " la selva á la o/al nos enca-
minábamos»; y, si nadie ha pensado
jamás en escribir como una sola^pa-
labra alaaml, ¿por qué se ha de acep-
tar esa teoría para adonde, endondc,
etc.? Otra cosa nos parece cuando es-
tos adverbios se usan como tales, en
sentido indefinido; entonces sí que
habría razón para escribirlos en una
sola palabra, aunque la Academia y
el uso han concedido este privilegio
solamente á adonde: ¿Adóxde nos en-
caminamos? Sin embargo, la lógica
debería obligarnos á escribir también
en usos como éste, dedonde, dexdedon-
de, endonde, haciadonde, hasfadonde,
paradondfí, pardonde. Véase Donde.
Adondequieua, adv. Así, en una
sola palabra, lo escribe el Dice, lo mis-
mo que el simple dondequiera .
Adoquinado, m. Por primera vez
lo admite el Dice, con el significado
de «suelo empedrado con adoquines».
Y ¿cómo se llamará entonces la acción
y el efecto de adoquinar? Los chilenos
creemos que también deben llamarse
adoquinados, y así de hecho los llama-
mos. Véalo la Real Academia, y ojalá
lo medite despacio para que sea más
condescendiente con los sustantivos
en ado. Así, sin haber por qué, nos tie-
ne privados de alfombrado, amoblado ó
amueblado, asfaltado, empapelado, en-
i'ielado, encoliguado, externado, inter-
nado, pensionado, y otros semejantes,
cuando en cambio admite á almoha-
dillado, alambrado, aplanchado, ar-
bolado, asado, atado, bordado, calzado,
cercado, decorado, dorado, emparra-
do, empedrado, encabado, enladrilla-
do, enrejado, entablado, entarimado,
peinado, planchado, sembrado,
tablado, teclado, techado, tejado, tilla-
do, tocado, traslado, tratado, etc., etc.
Bien está que no admita á alum-
nado, escolasticado y otros
galicismos en ado que no tienen
en su favor la ley de la necesidad ni
el uso general; pero no así los que
hemos apuntado, que ya están bastan-
te maduros para entrar en el Dice.
Adoratriz, f. Por primera vez lo
ha admitido el nuevo Dice, pero res-
tringiendo demasiado su uso, pues lo
define: «Profesa de una orden religio-
sa fundada en España para reformar
las costumbres de las mujeres extravia-
das». El objeto dice tanto con el nom-
bre como lo negro con lo blanco. Más
acertados andamos los chilenos, que
llamamos adoratriz á la mujer perte-
neciente á instituto religioso ó piadosa
asociación que tienen por fin princi-
pal adorar al SSmo. Sacramento.
Adormecedor, ra, aj. Que ador-
mece. Admitido por primera vez.-
Ad pédeji lítterae. Expr. latina
que significa al pie de la letra, único
sentido en que lo admite el Dice.; sin
embargo, el Príncijje de los Ingenios
Españoles, Cervantes, lo usa en len-
guaje festivo con el significado de —
ápie, á peonza, á tcdón, á peón: «Pues-
to pues á la ligera y del modo que
Avendaño quiso y supo, se pusiei'on
en camino de Toledo adpédam lítterae
y sin espadas.» ( La Ilustre Frecjn-
na).
Ad PERPETUA!! REÍ MEJIÓRIAM.
Expr. latina que el Dice, sólo ad-
mite en la fr. Información ad ¡ler-
pétuam rei memóriam. Creemos que
podía haber sido más liljeral aceptán-
dola también como introducción de
breves apostólicos, actas y otros do-
cumentos importantes.
Adquisitivo, va, adj. Forense. Que
sirve para adquirir. Titulo Adquisi-
ADV
AER
25
Tivo, pre^cripciim ADyrisiTlvA. Ad-
mitido por primen vez.
A. D. R. líotra? que correspoudeu
rcspectivaDient« ¡i liis notas de npro-
bmln, distingtiidii y rejirobmio que se
obtienen en los esáraenes. El Dice.
m\o admite en su lista de abreviiitu-
nis la primera y la última, y entre
nosotros se usan mucbo las tres.
Ad UEKEUÉ.VDi'M, expr. adv. Á
condición de ser aprobado por el su-
perior. Dicese comunmente de conve-
nios diplomáticos. Admitido por pri-
mera vez. Véase An.
AdriAx ú Adriano, n. pr. m. Aun-
que se usa de las dos maneras, preferi-
mos por nuestra parte la primera para
dcsii^nar al santo mártir, y la scgnnda
para desifrnar al emperador romano y
:i los Papas de este nombre.
.VdveSak.se, r. nacerse uno dueño
de una cosa ó apoderarse de ella. Ad-
mitido en el Suplemento de la 12."
edición del Dice., ha pasado ya al
cuerpo de la obra en la 13.* Y ;no
les liabni ocurrido á las mujeres es-
pañolas, que conocen m¡ls las dueñas,
imitar á éstas en sus maneras, oficio,
etc., con lo cnal darían á ailueñ/irse
niin 2.* acep.? Véase .\, l.'art.
Adulo, ni. Adutariim.
.\di;l<'>\, na. Por primera vez ha
tenido cabida en el Apéndice del
Dice, como adj. fam. que se nsa m. c.
8. con el significado de "adulador ser-
vil y bajo». Por nuestra parte le qui-
taríamos el ftrvil y el bajo, porque á
nu<.-8tro juicio no van envueltos en la
idea de tidiilón, que designa simple-
mente una persona aduladora ó lafn-
ritriis (Este lilt. es común).
.\d vai.óhkm, expr. adverbial lati-
na. Con arredilo al valor, como los de-
rechos arancelarios que pafjan ciertas
mercancías. Admitido por primera vez.
Advenimiento m. Falta en el
Dice, la fr. fií;. Esperar uno el san/o
(ulrenimien/n, usiida aquí y eu todas
jMirtes. Aquí 'le damos el sentido de
esperar ó aguardar algo que tarda
mucho en realizarse ó que no se rea-
liza, por alusión á las almas (jue es-
taban en el seno de Abrahán y que
esi)eraron por tantos siglos el adveni-
miento del Mesías. Advpnimienln por
itvenimimto (acción ó efecto de avenir
ó avenirse) es nnt.
Adverijializar, a. Usado por bue-
nos hablistíis, perfectamente formado
y necesario en el idioma, merece figu -
rar en el Dice., como ya figuran sus
hermanos y parientes adjetivar, sus-
tantivar, pluralizar, diptongar, etc.
Adverbios en mente. Véase Men-
te (Adverbios en)
Adver-sidad, f . íiC agregó el nuevo
Dice, la acep. de-calidad de adverso,
y le quitó la de-euemistad, animad-
versión.
Advertencia, f. Aparece en el úl-
timo Dice, con esta nueva acep.:
«Escrito, por lo común breve, con
que en una obra ó en una publicación
cualquiera, se advierte algo al lector».
Aereonauta, com. Aemimuta.
.\erodinámica, f. Parte de la me-
cánica, que estudia el movimiento de
los gases. Admitido por primera vez.
.Verodinámico, ca, adj. Pertene-
ciente ó relativo á la iieroilinámica.
.\dmitido por primera vez. Aeroli-
to, m. Aerolito.
.\eroxave, f. Artefacto ó máquina
aerostática cu forma de nave. Como el
invento bautizado con este nombre
parece que va á entrar en la vida leal,
y por otra parte el nombre está bien
formado, ya se puede incluir en lo»
diccionarios.
Akroktació.v, f. Navegación aérea.
26
AFE
AFI
ó arte de sostenerse en el aire ó de
surcarlo. Admitido por primera vez.
Aeróstato, m. Globo aerostático.
Admitido por primera vez.
Afarolamiento, m. Acción ó
efecto de afarolarse.
Afarolarse, r. Amostazarse,
amontonarse, sulfurarse. ¿Vendrá este
V., que tan usado es entre nosotros, de
la palabra /(wo?, por cuanto la persona
irritada despide de su rostro unas co-
mo llamas á semejanza del farol? De-
cídanlo los etimologistas.
Afección atmosférica ó me-
tereológica. Variación del estado
de la atmósfera en una localidad. U.
m. en pl. Muy bien hizo la Academia
en suprimir en su último Dice, este
colgajo puesto al fin del art. Afec-
ción.
Afeccionarse, r. Galicismo in-
soportable á los oídos castellanos, y tra-
dúzcase por tener afecto, amar, querer.
Afectado, da, adj. part. de afectar.
Es castizo en el significado de aparen-
te, fingido; que adolece de afectación;
aquejado, molestado; pero, aplicado á
os beneficios eclesiásticos y á las pose-
siones ó rentas, debe usarse afecto,ta.
Afectar. Eeprueba Baralt el uso
de este v. en su forma reñeja signifi-
cando ser sensible á, ó recibir impresio-
nes de; sin embargo, la Academia y
Cuervo lo admiten en tal acep. Este
último autor le da también el signifi-
cado de «obrar sobre alguna cosa oca-
sionando en ella alguna modificación t).
Huy busco tu protección
En un asunto sencillo
Que no afecta á mi bolsillo,
Pero sí á mi corazón.
(TJúñez de Arce, Quien debe paga).
A pesar de estas autoridades y las de
Balraes, Lista y otros, no acepta el
Padre Mir á afectar por mocUficar,
«porque ni fué latinismo, ni hispanis-
mo, ni construcción castiza». Razón
que prueba demasiado, y por consi-
guiente nada, porque según ella no ha-
bría neologismo posible. Lo que sí no
nos parece aceptable es el significado
de - presentar, ofrecer, ó, si se quiere,
remedar, -que le da el traductor chi-
leno de iQiw vadis? Sr. Poirier, en
varios pasajes de su tnducción: «El
carro afectaba la forma de una tien-
da». Esto no ha sido ni será castellano
jamás.
Afectivo, va, adj. Perteneciente
ó relativo al afecto. Acep. nueva: per-
teneciente ó relativo á la sensibilidad.
Fenómeno afectivo.
Afeitada, f. fam. Acción ó efecto
de afeitar ó afeitarse, en el significado
de hacer ó hacerse la barba. Es bien
formado, necesario y digno de admi-
tirse.
Aferrar, a. Hasta el siglo XVII
se conjugó indistintamente afierro y
aferró; pero hoy ha prevalecido exclu-
sivamente esta última forma.
Afgano, na, adj. «Natural del Af-
ganistán. II Perteneciente á este país
del Asia Centrabj. Admitido por pri-
mera vez.
Afiambrarse, r. Aunque no consta
en el Dice, es muy digno de figurar,
tanto por su buena formación, cuanto
por la necesidad que de él tenemos. Es-
tá ííámiúdo fiambrar, a.; pero sólo sig-
nifica: preparar los alimentos que han
de comerse fiambres. Nuestro afiam-
brarse, por su formación nada tiene que
envidiar á avinagrarse, asolear y de-
más compuestos de a.
Afiebrarse, r. Sentir excesivo ca-
lor y como principios de fiebre. Aun-
que bien formado, no aparece en el
Dice. Los que tengan escriipulo de
usarlo, á pesar del uso general de Chi-
le, pueden reemplazarlo, aunque nó
AFL
AFO
con toda exactitad, por oi-alorarse ó
iii-nlenturarse.
Afilador, m. «El qae tiene por
üñcio afilar instrumentos cortantes; co-
rrea en qne se añlan las navajas de
afeitar». Esto signitica en castellano,
pero nó pietlra de amolar, pieilra amo-
liuUra, muela, piedra afiladera, piedra
aguzadera, ó simplemente afiladera ó
amolaiiera, tjiie todos estos nombres
tiene esa bendita piedra para que toda-
vía qneraraos agregarle más. - Por ser
de la misma raíz, pondremos también
•k afilón, m.: «Correa impregnada de
grasa, qae sirve para afinar, suaviz;ir
ó asentar el filo.»
Afiliar, a. y r. Aunque Bello y Í5e-
not acentúan filio y afilio, sin embar-
go, Peñalver, Bretón y la generalidad
de los autores prefieren ////o y afilio; en
lo qne ran conformes con la acentua-
ción dc\ filiiin latino, del cual se deri-
van ambos verbos.
Afíx ó afine, adj. y también s. m.
yf.
Afinado, da, part. de Afinar. Anti-
cuiulo declara á este v. el Dice, en el
significado de-finalizar, acabar, termi-
nar; pero aquí es de uso corriente, por
lo menos en el participio: Erpetliente,
prorexo AFINADO.
.^FiNo, m. Afinación de los metales.
.Vilmitido por primera vez.
Afir, m. Medicina sacada de las bu-
yas del enebro. Es término de Veteri-
naria que, usado en el penúltimo Uicc.,
Iiii ("ido excluido en el último.
Afirmar, a. Tratándose de azotes,
palos, bofetadas, etc., es darlos, usen-
tiirloH y plantifitarlos, pero nó afir-
marlos.
.\flm'Tado, da, adj. Dicese déla
persona de cuerpo largo y delgado ¡i
semejanza de la flauta. Ú. t. c. part.
del siguiente. Asi lo emplea la señora
Pardo Bazán. Bien formado y digno
de admitirse. Véase a, 1.' art.
Aflavtau, a. Adelgazar la voz ó un
sonido cualquiera, imitando el de la
flauta. No tan usado como el anterior;
pero también digno de admitirse. En
algunos casos podría suplii'sc por ati-
plar.
Aflijón, na, adj. Que se aflige con
fi-ecucncia ó filcilmente. Tan bien for-
mado como destrozón, embrollón, prr-
i/untón, viaiulón, llorón, rezongón, so-
plón, saltón, mamón, tragón, etc., me-
i'ece admitirse. La terminación on en
estos vocablos no les da el carácter de
aumentativos sino de frecuentativos,
como lo hace notar la Gramática de la
Academia.
Aflcjaii, a. Es e^istizo significando
«dejar uno de emple;ir el mismo vigor,
fervor ó aplicación que antes en algu-
na cosa : aflojó en sus dcrofiones, en
el estudio f; pero nó en el sentido que
aquí le damos de-dar ó largar dinero:
Tuve que d'ñoia.V cien pesos. Caballe-
ro, en su /Ji'C. de Modismos, le da esUi
acep., pero más explícitamente en la
fr. Aflojar la mosra: «soltar dinero;
pagar una cosa". || Aflojar la pe-
pa. (Véase Pepa). II V. t. c. r. en
Chile fwr veniosear, peer.
Afloramiento, m. Efecto de aflo-
rar. II Metal aflorado. Admitido jwr
primera vez.
Aflorar, n. Dicho de minerales,
asomar á la superficie de un terreno.
Admitido por primera vez.
Afollador, m. Parece natural (jue
así se llamara el (|Ue mueve los fuelles
del órgano, ya que existe el v. afollar
que expresa esta misma idea; pero el
caprichoso idioma ae nos fué con su
música á otra ¡¡arte y nos dio á entotui-
dor, m. Ahora sólo falta que el Dice,
le reconozca á esta palabra la forma f .,
28
AFR
AGA
pues femeninas son las personas que en
casas religiosas de mujeres ejecutan es-
ta operación.
Aforrar ó forrar, a.
Afortunado, da, adj. «Una repre-
sión, un dicho, una palabra pueden ca-
lificarse de felices, para denotar que son
excelentes, singulares en su linea y de
gran novedad y exactitud. Una expre-
sión (ifortimada es la que, sin mérito
real, puede andar mny encomiada y
repetida: la expresión feliz q% aquella
que, acaso oscura, acaso desconocida,
quizás censurada, encierra, sin embar-
go, una gran verdad, una agudeza pro-
funda, una sentencia útil, un eminen-
te rasgo de ingenio» (Barait).
Afoscarse, r. Cargarse la atmósfe-
ra de vapores que hacen confusa la vi-
sión de los objetos. Es término de
Marina admitido por primera vez en
la 13.'' edición del Dice.
Afrancesamiento, m. Acción ó
efecto de afrancesar ó afrancesarse. Ha-
ce falta en el Dice. «Hasta Inglaterra,
la meuos propensa á dejarse subyugar
por extrañas doctrinas, no había podi-
do librarse de este afrancesamiento ge-
neral». (Cotarelo, Iriarte y su época,
c. II).
Afrancesar, a. Xo comprendemos
por qué el Dice, admite este v. como
r. solamente, siendo que admite tam-
bién el uso de a., aplicado á personas
o á cosas. '(...Y porque, siendo digna
de su profesión, lo fuese también de
nuestra lengua, sin fruncirla, violen-
tarla, desmayarla, ni afrancesar! a-<>.
(Moulau, Pról. á las Obras del P. Isla).
Así mismo D. Antonio Alcalá-Galiano
y D. Adolfo de Castro en El Libro de
los Galicismos.
Afranelado, da, adj. Parecido á
la franela. Hace falta en el Dice. Véa-
se A, I."' art.
Afrechillo. Moyuelo, m.
Afrecho, salvado ó bren.
Afrodisiaco, ca, adj. Afrodisia-
co. La misma acentuación esdrújula
ha venido dando la Academia á amo-
niaco, cardiaco, celiaco, iliaco, paradi-
siaco, pulmoniaco, simoniaco y zodiaco.
En el último Dice, y en fuerza de reite-
radas reclamaciones enmendó el acen-
to de elei/iaco, elefanciaco, (jenetliaco,
Imliaao, helespontiaco, hipocondriaco y
maniaco, que en la 12.-* edición lo te-
nían grave. Así han quedado también
en la última austriaco, demoniaco, egip-
ciaco y siriaco.
Afrontar, a. Á pesar de las censu-
ras de Cuervo y de Barait, lo admite
la Academia en el significado de arros-
trar, esto es: hacer cara, resistir, sin
dar muestras de cobardía, á las cala-
midades ó peligros.
Afueras. La 12.'' edición del Dice,
hacía ambiguo este nombre plural; pe-
ro la 13.* sólo lo reconoce como feme-
nino (las afueras).
Á fuer de, modo adverbial. A ley
de, en virtud de, á manera de. Todo
esto significa, pero en ningún caso á
fuerza de.
AfuSilamientO, m. Fusilamien-
to: acción ó efecto de fusilar.
Afusilar, a. Fusilar: ejecutar á una
persona cou una descarga de fusilería.
Afutrado, da, adj. Que imita ó
se parece al futre; propio de éste. Ú.
t. c. part. del siguiente. Véase a, 1.'' art.
Afutrarse, r. Acicalarse, empere-
jilarse, imitando al futre. Véase esta
voz.
Agabachar, a. Hacer (jue una per-
sona ó cosa imite á los gabachos ó sus
costumbres, modas, lenguaje, etc. Ú.
t. c. r. Usado este v. por Capmany y
por Puigblanch, merece ser admitido
por el Dice.
AGA
AGE
Agachada, f. Acción ó efecto de
ajracliarse. Lo usamos especialmente en
el leníiiaje fi?. y fam., sobiv tfl<lo, tra-
tándose de adulaciones r cortesiinias.
Auuque dÍ£cno de admitirse, á nuestro
juicio, no hace mucha falta, pues tene-
mos incUnafion, reverenria^goiuñexiiin.
AoAí.LA (Tkser). Fr. castiza fig.
\ fam. que sitrnificji tener ánimo esfor-
zado. Nosotros la desviamos un tanto
de su uso y significado, pues empicamos
el 8. en pl. y la hacemos equivalente de-
ser astuto y sagaz.
AoAhLADO, UA, adj. .\plicase á la
persona un tanto garbosa y hombruna.
Lo creemos U\n bien formado y por en-
de tan diguo de admitirse como am-
baUerado, oniñatlo, a/iombrado y tantos
otros de la laya.
Agalludo, da, adj. Dícese de la
[lersona muy astuta y Siígaz. .\plícase
también á los niños de inteligencia vi-
va y precoz. Es muy usado en Chile y
formado de la fr. te/icr agnlJo.
Ágape. 111. Áijiipe.
Agarraderas, f. pl. Xo existe en
castellano y debe reemplazarse por wja-
rrotlero, o-<a, mamjn, /ili/abóii ó chubeta,
según los casos.
.\i;akrak, a. Compuesto, como es,
de yiirní, significa «asir fuertemente
con la mano; asir ó coger fuertemente
de cualquier mo<lo. hacer presa»: por
lu tanto, no debe confundirse, como
sucede aquí, con lomar, roi/er, asir.
Empobrecemos tristemente el idioma
usando exclusivamente y para todos los
casoe el v. agarrar; ¡lsí, nuestro pueblo
no roijf ó rrcnijf las frutas de sus árlx)-
les, sino que las agarra; no rogt' ó pi-
lla una mona, sino que la agrarra; no
i/a á uno )lf palos ó de Ijofut idas, sino
que lo agarra á palos y bofeUidas;
fiara c'-l una cometa no loma, sino que
agarra vuelo-, un caljallo no foma.
sino que agarra trote; una persona
no cobra, sino que agarra bríos ó va-
lor; no loma, sino quc agarra lili vi-
cio ó mala costumbre, etc. Tnitáudose
de enfermedades, le reconocejel Dice,
el significado de «apoderarse del pa-
ciente con tenacidad»; Sf le agaruó la
ealenlura, la ronquera, la Ion. El fliiif-
no diría: La ntlenliira me agarra /c-
<Io el i-uerpo; El licor me agarró la
cabeza, ó sini]ik'iiieiito. me agarró.-
Agarrarla con uno es en castella-
no/>íy/7)- con uno. Así lo dice el Dice,
y lo confirma Tamayo y Baus en su
dnima La Bola de niere (II, 3."):
...Mi tía, cuando
Rabian sus hij>>8, la pr¡/n
Con Hutntroi. No le ha dado
Mucho de aquí la divina
Providencia; ni es tan raro
Que por aninr á bus hijos
La prgut cun tut fxtrañoí,
•AGARROCHAR, a. .V la accp. de «he-
rir á los toros con garrocha ú otra ar-
ma semejantes, ha agregado el último
Dice. la siguiente de Marina: «Bracear
las vergas por sotavento y halar do la
bolinas de barlovento á fin de ceñir el
viento lo más posible».
.\OARRü.v, m. .\uuque muy usado
entre nosotros y formado como otros
sustantivos en on que denotan golpí',
no ajjarece en el Dice; bien que podría
considerarse como simple aumentativo
de agarro, que éste define «acción de
agarrar». Existe también agarrada, f.
fam.: «altercado, ¡)endencia ó riña de
palabrita». Véase MoRDLSCÓ.v.
Agarrotar ó engarrotar.
Agavillar ó engavillar.
Agencia y casa de agencia
llama nuestro pueblo al maule //<• pií.
liad, lasa de empeños y rasa de prvsla-
mns. Otros m:is cultos las denominan
raxas de preiulas; lo que ni) está reco-
nocido en el Dice., pero puede admi-
tirse.
30
AGL
AGR
Agenciar, a. «Solicitar, hacer dili-
gencia para el logro de alguna cosa».
Así definía á este v. el penúltimo Dice:
pero hó aquí que llega el último y co-
rrige: «Obtener, adquirir, lograr con
diligencia alguna cosa». Errada nos
parece la corrección, porque el concep-
to de agenciar no es obtener una cosa,
sino gestionar ó diligenciar por medio
de agencia ó agente para obtenerla:
por lo cual bien puede suceder, y suce-
de diariamente, que, por más que se
agencie una solicitud ó despacho, no
se obtenga lo que se pide. Piénsenlo
los modernos académicos y dai\ln la
razón á sus colegas de 188-t.
Agenciero, ra, m. y f. Dueño
de un monte de piedad, ó casa de em-
peños ó de préstamos. Podría desig-
narse con el nombre de prendero, ra,
m. y f., que es el que tiene tienda en
que se venden prendas, alhajas ó mue-
bles usados.
Agermanado, da, adj. Que imita á
los germanos ó alemanes, ó sus cos-
tumbres, modas, lenguaje. Úsalo el
académico D. Vicente Barrantes, está
bien formado y merece admitirse. Véa-
se A, I.' art., y Germanizar. El Dice,
admite á Agermanarse, pero es en el
significado de «entrar á formar parte
de una germanía».
Agigantar, a. Al fin ha sido admi-
tido en la 13." edición del Dice, este
hermoso y bien formado v. con el sig-
nificado de «dar proporciones gigan-
tescas (Ú. t. c. r.)»; aunque la vot, pro-
porcionen no suena aquí bien á oídos
castizos.
Agitanar, a. Convertir en gitana
una persona ó cosa, ó hacer que se pa-
rezca á los gitanos. U. t. c. r. Es v. bien
formado y usado por autores españo-
les: bien merece figurar en el Dice.
Aglomerado, m. «Prisma hecho
en molde cou hornaguera menuda y
alquitrán, que se usa como combusti-
ble». Admitido por primera vez.
Agnosticismo, m. «Doctrina filo-
siifica que declara inaccesible al enten-
dimiento humano toda noción de lo
absoluto, y reduce la ciencia al cono-
cimiento de lo fenomenal y relativo».
Admitido por primera vez.
AGNÓ.STICO, CA, adj. Perteneciente
ó relativo al agnosticismo. || Que pro-
fesa esta doctrina. Aplícase á persona.
Usase t. c. s. Admitido por primera
vez.
Agojía, f . Canal ó reguero por don-
de sale el agua de las minas. Término
de Minería admitido por primera vez.
Agora, adv. de tiempo. Así pro-
nunciaron los clásicos el moderno aho-
ra, y así lo pronuncia todavía nuestro
pueblo; y á fe que es ello más confor-
me con su etimología latina hac hora.
El Dice, admite á agora como ant. y
poét.
AoosTAMiENTO, m. Acción ó efecto
de agostar ó agostarse. Admitido por
primera vez.
Agracear, a. Agraciar. Conjúga-
se ((grado, agracias, etc., porque es
compuesto de gracia.
Agramilar, a. Agrégale el nuevo
Dice, esta acep.: «Figurar con pintu-
ra hiladas de ladrillos en una pared ii
otra construcción».
Agravear, a. Agrariar. Conjii-
gase agravio, agravias, etc., como for-
mado que es de agravio.
Agravión, na, adj. Que fácilmente
se agravia. De uso corriente en Chile
y difícil de reemplazar. Véase Afli-
•lóx.
Agredir, a. Si tenemos en castella-
no agresión y agresor, y á indicación
de Baralt agresivo y agresivamente, ló-
gico es que admitamos también á agre-
AGR
AGU
31
dir, por más ijne no le guste ú Cuervo.
1.a razón que él da, de ser ¡noonjufTH-
hie en mucbas de sus inflexiones, no
satisface, porque en las mismas condi-
ciones cstatD todos los vv. defectivos.
Nosotros, conformes con el uso «rene-
ral de España _v de America y con su
etiraoloiria latina (aggretlior), clama-
mos por su admisión. En lodo c:iso,
no debe <iue<Jar este v. en peor condi-
ción que sn hermano transgredir, ad-
mitido liacc tiempo por la Academia.
A0RE.SIVAJIKXTF., adv. modal. De
roanem nf^resiva. Admitido por prime-
ra vez.
Agriar, a., aunqne úsase ra. e. r.
Conjiifraso agrio, agria-t, y nó agTÍO,
&gTÍB.S, porque se deriva del adj.
agrio, que carga el acento en la a.
Agrícola (Ingeniero). Xo hay
tal, sino ingeniero agrónomo. Sería in-
geniero agrii-ola el ingeniero que, dan-
do de mano á su profesión, se dedic;»-
ra á la agricultura.
Agriera, f. Así llaman algunos la
(utflid: 1 indisposición del estómago,
por haljcrse acc<lado la comida». Véa-
se Vinagrera.
Agrillarse ó grillar.se, r. Enta-
llecer el trigo, las cebollas, ajos y co-
sas somejuntes.
Agrio í Échale). Fr. fig. y fam.
que se usa festivamente entre nosotros
para animar á los que obran ó hablan
con poca gracia, ó para zaherir á per-
sonas que hacen algo impropio de su
estado ó condición.
Agrringarse, r. Conducirse como
un gringo ó imitarle en algo. I', ni. en
el part. Véanse A, 1.' art., y Gringo.
Agrisado, oa, adj. firísto, de color
que tira á gris. Admitido por primera
vez.
.VGRONÓMifAMEXTK, adv. m. que
hace falta en el Dice.
¡Agrü! Voz imitativa de las prime-
ras silabiis que pronuncian los párvu-
los, l'sase en son de cariño y para
incitarlos á hablar; irónicamente úsase
con los adultos y los grandes pira za-
herirlos por acciones ó dichos propios
de niños. El equivalente castizo «jup
más se acerca es ¡ajó: ó /rt/».' Kinterj.
con que se acaricia y estimula á los ni-
ños paw que empiecen á hablar. Tam-
bién se dice ¡ajó, taita: <>
Agia, f.-Agua colonia y agua
florida son en castellano agua de Co-
lonia y (igi/a de Florida. — Ag'Ua de
la banda 0 de lavanda es agua
de espliego ó de alhureiiia.-A.g\Xdi pe-
rra ó de perros: llamamos asi al
agua caliente que no está endulzada
con ningún ingre<liente.- Echar á
uno al agua, fr. fig. de mucho uso
entre nosotros para designar el perjui-
cio que se causa á alguna persona re-
velando contra ella algo que antes es-
taba oculto.-Echarle 0 largarle
á uno toda el agua, fr. fig. y fam.
que entre nosotros vale desatarse en
cargos, reproches ó insultos contra uno
sobre un asunto particular. -Fran-
cés, inglés, etc., de agua dulce:
«se dice así por ironía al hijo del país
que afecta ser extranjero. Alude este
dicho al agua de los ríos, en contra-
posición á la salada del mar, por don-
de vienen generalmente al país los ex-
tranjeros (R¡vodó).u Aquí también
usamos las mismas expresiones; pero
,;adm¡tin'mos la explicación anterior?
¿^o consistirá mejor la ironía de que
habla Rivodó en la sal que le falta al
agua dulce y le sobra á la del mar?.-
Más riaro que el agua ó Má.f rhim,
érhale agtuí, frases figuradas que usa-
mos [«ra designar una cosa clara y
evidente. - ;//oí;i¿irp al agua: fr. fig.
que usamos para indicar que uno está
32
AGU
AGU
arruinado en sus negocios ó en su fa-
ma, ó que ha caído, para no levantarse,
de 1» alta posición qne ocupaba. En
castellano, además del significado pro-
pio que tiene en Náutica, «se dice del
que no da esperanza de remedio en su
salud ó en su conducta».-/?** uno al
agua es fr. fig. y fam. que usamos en
el sentido de arruinarse.-Saber una
cosa como el agua es eutre noso-
tros saber algo con toda perfección, de
coro, ó corno ni bendito, como el avema-
ria, ó sea, al pie de la letra.-AgTUaS
abajo, aguas arriba son modos
adverviales que aquí usamos malamen-
te en pl., debiendo ser en sing.: aijua
ahajo, agua arriba.-has letras ó mar-
ca trasparentes que se Lacen en el pa-
pel al tiempo de fabricarlo y que aquí
y en otras partes se dicen de agua,
se llaman en castellano ////i/ra??//.
Aguacero, m. Lluvia rcfjentina,
abundante, impetuosa y de poca dura-
ción. Ténganlo presente los que llaman
asi á la lluvia que dura días y aún se-
manas enteras.
Aguachar, a. Domesticar, aman-
sar. Dícese de los animales y en sen-
tido fig. y fam. de las personas. V. m.
c. r. Véase GuachO. En castellano
hay también aguachar, pero con los
significados de enaguachar, que son
muy distintos.
Aguachento, ta, adj. Aplícase
á lo que pierde su jugo y sales por es-
tar muy impregnado de agua. Se dice
particularmente de las frutas. Usase
en casi toda América y no tiene más
equivalentes castizos que aguanoso ó
aguazoso, ó el ant. aguaginoso, que du-
damos mucho se apliquen á las frutas.
En gallego hay el adj. agoacento, que
parece haber dado origen al nuestro.
Aguada, f. Abrevadero ó paraje que
hay en los campos para beber agua loa
animales. Es voz muy usada entre nos-
otros y nada distante de la acep. que
le reconoce el Dice: «sitio en tierra,
adecuado para tomar agua potable y
conducirla á bordo»; y de esta otra
admitida en el nuevo Dice, «avenida
de aguas que inunda total ó parcial-
mente las labores de una mina)>.-^rtM-
jón de la aguada llamamos en Santia-
go una grande acequia que corre al
Sur de la ciudad, porque servía de
abrevadero á las recuas y hatos que
llegaban por esa ])artc.
Aguado, m. Voz con que designa
nuestro pueblo la bebida de aguardien-
te con agua. U. m. en su forma dim.
(aguadito). En realidad no es má sque
un adj. sustantivado, como tantos otros
que hay en el idioma, inventados por
la concisión natural á que tienden to-
das las lenguas.
Aguado, da, adj. Dícese de la per-
sona que sólo bebe agua. Es adj. usado
por Juan de Torres, Puigblanch y
.llarcón y digno de figurar en el Dice.
Aguafiestas, com. Admitido en el
último Dicc.con el significado de «per-
sona que turba cualquiera especie de
diversión ó regocijo:^.
Aguaitada, f. fam. Accionó efec-
to de aguaitar. Véase el siguiente.
Aguaite, m. Acción ó efecto de
aguaitar. Usase eutre nosotros, pero
solamente en las expresiones al ó de
aguaite. Dígase aguaitamiento ó ace-
cho; y si se trata de persona y para de-
latar, espia.
Aguajas, f. pl. Suprimido en el
último Dice, el cual sólo ha conserva-
do la forma ajuagas: especie de úlceras
que se hacen á las bestias caballares
sobre los cascos.
Aguamala, f. Este s., aguamar y
medusa eran para el penúltimo Dice,
tres nombres diferentes; pero el últi-
AQU
AQU
33
luo los ha hecho iguales, no sabemos
por (jué razón, y les da el significado
asigiiadu :^ niedu-ía.
Agruanés, «Jj. Aplícase al animal
vacaiio '1110 tiene ambos costillares de
iin solo color, pero distinto del del lo-
mo y di-1 df la barrÍL:a; por ln cual hay
aguaneses negros, aguaneses
colorados, etc. Muy usada es esta
voz en Chile. f)ero no atinamos con su
etimología; á no ser que se derive de
wjiM, por cuanto se considera el cuer-
po del animal como un techo de dos
liguas. En castellano no le conocemos
efiuivalente, y el que ra;4S se le aproxi-
ma es albaniado, da: «dícese de la res
racana. ó de otro animal, que tiene el
pelo del lomo de diferente color que
lo demás del cuerpo ".
Aoi'AXTADERAS, f. pl. Merece ad-
mitirse, como ya lo están creederas,
entendederas.
AouAXTAH. Ya le reconoce el nue-
vo Dice, el uso reflejo de callarse, i;on-
tcnerse, reprimirse, que no se registra-
ba en el anterior.
Aguardada, f. .\cción ó efecto de
Dgoardar. Falta en el Dice. »Si nos
convidan, no aguardamos al segundo
envite, porque deítas aijuardadas nos
han «ucí-dido grandes vigilias». (Quc-
vclo. m^t. del Iliisrón, ]. I, XFII).
Aguardientero, ra, m. y f.
AgiMrdfnlero, ni. V üsimisiiio (njiitir-
denltr'ui y ngiiiirdentoso, y U'i aguar-
dientería y agiiardientoso.
.XM'AunÁs, in. y uJ f. Dígase pues
ti (y i\i'> la) fii/iiiiriiix.
Aguasarse, r. Tomar los modales
(■> cohtuuibres dil gliaso (VúíSe esta
(Kilabra). Puede cu algunos casos equi-
valer á nvillinuirse: degenerar nno de
su nobleza y proceiler como villa-
AgruatarStí, r. Lo correcto es ena-
guachar: causar en el estómago estorbo
y pesíidcz el beber mucho ó el comer
mucha fruta. L'. t. c. r.
Aguatero, m. Voz (jue se ha usíi-
do mucho en America por aguatlor ó
azaran, pero que ya ha pasiido al nú-
mero de las anticuadas.
AorKUUiR, a. y r. Conjiigitse como
abolir. Danle algunos la acep. fig. de:
habituar el cuerjw ó el espirita á tra-
bajos penosos, á los sufrimientos, etc.
AciUli.A, f. Especie de comcUi usada
entre nuestros muchachos (Véase Vo-
lantín). U. t. en sentido fig. t^v pe-
tardista: acep. derivada indudable-
mente de la germania española, en que
significa <iladr<)n astutoc-Por lo muy
usada que es esUi voz en la acep. me-
tafóric;» de-persona o autor de talento
muy sublime,-convendría que el Dice,
también la aceptjjra, ó que por lo me-
nos incluyera los nsos msis corrientes,
como son: El Águila de líipona, ¡wr
San .Agustín; Kl Águila de ileaui, por
Bossuet; el Águila de Palmos, por San
Juan Evangelista. Expixsiones como
éstas no son simples metáforas, porque
ya eftiín incorporadas en el lenguaje
corriente, como el .Apóstol de las gen-
tes, por San Pablo; el Vicario de Jesu-
cristo, por el Papa; y otras de esta cla-
se que ya admite el Dice.
Agujador, m. Objeto, ya de una
forma, ya de otra, que sirve jmra tener
en el agujas. En castellano existen con
este fin alfiletero, agujero, cachucho, ca-
nutero y canutero.
AniMKUKAMtEXTO y AfilMKRKO, U).
El pueblo, hambriento de las palabras
nece.«aria8 con que cxpivsar sus ideas,
exige, señora .\cademia, la concesión
de estos dos vocablos, <), ]Kjr lo menos,
de uno de los dos.
3
34
AH
AHU
Agúj ero, ia.Agujero.-E\ que queda
en las paredes al sacar las agujas de los
tapiales, se llaiua en castellano /ii/ujal.
AoujETEno, m. Persona que hace
ó vende agujetas; pero nó el objeto
en que se guardan las agujas. (Véase
Agujador).
Aguj illa, f. No Lay por qué usar
el dini., cuando lo correcto y castizo es
atjitjax, f. pl.: «costillas que correspon-
den al cuarto delantero del aninial«.
Agujüela, f. Diin. Aa aguja. || Cla-
vo poco mayor que la tacUuela. Admi-
tido en el ultimo Dice.
Aguoso ó acuoso.
Agusanamiknto, m. Acción ó efec-
to de agusanarse. Admitido por pri-
mera vez.
Agrusar, a. Aguzar, no obstante
su etimología del bajo latín agiisare.
jAh! Interj. que denota pena, admi-
ración ó sorpresa, pero que no debe
usarse en sentido interrogativo, ya sea
como preguntando al oyente si ha en-
tendido lo que se le dice, y entonces
se usa al fin de la frase (¡tremenda
muletilla!); ya sea pai-a preguntar uno
mismo lo que no ha oído, y entonces
se usa sola. En España se usa también
como exclamación para recordar una
cosa olvidada. Así la usan Tirso de Mo-
lina, Antouio de Valbuena y muchos
otros. Pereda en sus Nubes de estío
escribe: «Lo que resultó fué que me
sacó á mí él casi toda la verdad....
¿Quernis creer que se me hizo de nue-
vas?.../^A.' Otra cosa: también habla
El Océano de la gira al Pipas». Cuer-
vo trae también otras citas en este
sentido. En Chile damos á esta interj.
éste y los otros significados ya dichos,
y además la usamos para espantar y
ahuyentar á los animales ( ;ah perro.'
¡ah caballo: ), y en algunos casos para
animarlos á andar ó á correr. En el
Dice, sólo encontramos á ¡oí! (interj.
que se emplea para espantará las aves
domésticas. Véase H U i C h. í ) , ¡zape!
(interj. f am. quese emplea para ahuyen-
tar á las gatos) y ¡orte! (interj. que se
emplea para rechazar á persona ó cosa
que molesta, ofende ó daña). Este uso
de ah proviene sin duda del que tuvo
en castellano para llamar á las perso-
nas: así se encuentra á cada paso en los
clásicos y en la Gomediu Calamita de
Torres Naharro ( jorn. I) leemos:
JüSQClNO. Llama sus, ve si está allá.
TOUCAZO. Hii mujer,
lia Libina.
Ahijada, f. de ahijado. No debe
confundirse govi aijada ó aguijada: va-
ra para picar los bueyes: en chileno
picana.
Ahogak, a. y r. Conjúgase ahogo,
ahogas y nó áhOgO ni áhugO.
Ahogo, m. «Aprieto, congoja ó
aflicción grande; estrechez, penuria,
falta de recursos»: confúndenlo aquí al-
gunos con ahoguío: «opresión y fati-
ga en el pecho, que impide respirar
con libertad».
Ahora, adv. t. Como lo indica su
etimología (hai: hora) significa á esta
hora, en este momento, y no debe con-
fundirse como lo hacen algunos, con
hog, que significa en este día (hor die).
Ahorcaperrü, m. Nudo corredizo
que sirve para salvar objetos sumer-
gidos. Es término de Marina admiti-
do por primera vez.
Ahorko. m. Acción y efecto de
ahorrar (2.'' y 3." aceps.). Así dice el
Dice, y creo que dice mal, porque él
mismo usa la palabra ahorro con la
primera acep. del v., que es «dar liber-
tad al esclavo», en la voz Ingenui dad.
Ahuesarse, r. Significa en Chile
lo mismo que acacharse (Véase es-
AIR
ají
35
ta voz); por alusión al haeso que, por
haber perdido su carne, no es fácil de
vender.
A H r.M A DO, in . r&ído pwr el Dice, en la
voz Crkosota, no aparece en su lugar.
Ahum.vr, a. _v r. CoQJiiirase (thúmo,
nhúmiix, j nó áh.uiiio, áhumas,
porjue es compuesto de humo.
AiVARÁ, adj. Aplícase \ la raza de
indios que habitan la región del lago
Titicaca entre el Perú j Bolivia. Ü. 1.
c. 5. Aplícase también á su lengua, cos-
tumbres, tradiciones, etc. Como s. m.
significa la lengua que hablan los mis-
mos. Es raro que este vocablo, tan co-
nocido en Amérioí, no figure en el
l)icc.
Airar, a. y r. Como compuesto que
es de ira, conjúgase airo, iiiras; pero
no así desairar, que, siendo formado
de desaire, debe conjugarse desairo,
desairas. Existe también el verbo ai-
rear, que se conjuga aireo, aireas.
AiBE, ra. Úsase mocho aquí, lo mis-
mo que en Cuba, por «la enferme<lad
perlática que tuerce ó invalida alguna
facción ó miembro del cuerpo repen-
tinamente» (Pichardo). En la l'i." edi-
ción del Dice, encontramos ya acepta-
da esta acep. y definiíla como «fam.
Ataque de panilisis. Ü. m. con el v.
díir.»-En sentido tíg. significa esta voz
tprimor, gracia ó perfección en el mo-
do de hacer his cosas; giirlx), brío, ga-
llardía y gentilez:i en las personas ó en
las acciones; apariencia, modo ó figura
de las personas ó las cosas:» aviso pa-
ra los pue lean á B.irdlt, que encontró
demasiados ^mIícísiiios en .\IRK.-Dar
aire á una cosa, como eandidatu-
ra, pretensiones, etc., es fr. fig. que usa-
mos aquí en el mismo sentido fie For-
mar almásfern. (Véase Atm<'>skk»a).
l}ar aire sólo significa en castellano
«gastarlo pronto», hablando de dine-
ro, caudal, etc.
.\i.sladamexte, adv. m. Figura ya
en la 13." edición del Dice.
Aislar, a. y r. Conjúgase aislo, ais-
la-^, como compuesto que es de inla.
Ajamonarse, r. Con su cara de
jamón y el significado que le damos,
es para engañar a cualquiera. Dígase:
amojamarse, acecinarse, acartonarse; y
aun avellatiarse; y apergaminado, si se
quiere un simple adj. No es raro que
se engañen con este v. los chilenos, que
no conocemos la mojama sino sólo el
jamón, cuando se han engañado hasta
los mismos csjxifioles. Abro La Mon-
tal vez de Pereda y leo: «Una gran mu-
jer que comienza á ajamonarse,
pero sin el menor síntoma de embas-
tecerse...» En la misma obra se repite
otra vez más el propio error; ú no ser
que el célebre novelista lo derive del
castizo ////ío;k7, (jue se aplica á la mu-
jer que ha pasado ya de la juventud,
especialmente si es gruesa. Véase A,
LUrt.
Ajar, a. Muy nsada es aquí la acep.
fig. de este v. en proposiciones como
ésta: Ajar el nombre ó la reputar ion de
ahjuno; y es sensible <|ue el Dice, no
le reconozca mis acep. fig. que la de
«tratar mal de palabra ¡i alguno ¡wra
humillarle». «Tu decoro, Israel, ha si-
do ajado en tus montes,» dice (ronzález
Carvajal en una nota al canto fúnebre
de David.
Ajedrecista, com. Persona diestra
en el ajedrez. || Persona (¡ue escribe
sobre e«te jnego. Es voz (¡ne hace fal-
ta en el Dice.
Ají, m. La última acep. que le da
el Dice, de ajiaco, no sabemos en (juc
país de América estará en uso: lo <|ne
es en Chile, (|Ur ]>arwe ser r-l país del
36
AL
ALA
ají, pues su nombre aparece en el Dice,
como sinónimo do este vocablo, no se
conoce el njiaro con el nombre de (iji.
El plural esíyíV'.s-yniaj ises.-Poner-
Se como un ají es fr. fig. y fam. que
entre nosotros significa encendérsele á
uno el rostro á causa de la ira y equivale
á la castiza EMar uno hecho un fuego.
Ajiaco, m. Admitido (aunque con
significado un poco distinto del que
aquí le damos) en el Suplemento de la
12." edición del Dice, lia pasado en
la 13.* al cuerpo de la obra..- Estar ó
ponerse como ajiaco ns entre nosotros
estar colérico ó de mal humor.
Ajicero, RA, m. y f. Persona (jue
vende ají. Ú. t. c. adj. aplicado á lo
que tiene relación con el ají; v. gr.:
calabaza.' ajicera, y también como s. f.
por el vaso en que se pone el ají en la
mesa. Bien puede figurar en el Dice.
Ajizal, m. Tierra sembrada de ají.
Figura ya en el último Dice.
Ajo, m. Aféresis usada aun en Es-
paña por la interj. grosera que tanto
repite el populacho. U. m. en pl. y con
el V. echar.
AjUStar, a. Tratándose de bofeto-
ueí, azotes, palos, etc., dígase asentar,
asestar, arrimar, pegar, dar, alumbrar,
atizar, y se hablará con corrección.
ACi, contracción de la prep. á y del
art. el. La práctica de deshacer esta
contracción cuando el nombre siguien-
te principia por la misma sílaba, que
Bello eucuentra digna de imitarse pa-
ra evitar la cacofonía al al, y aunque
autorizada por un buen poeta, como
lo es Don Juan María Maury, no ha
tenido muchos imitadores; y con ra-
zón, porque más embarazo y cacofóni-
co es decir á el alma, á el alcan-
ce, que al alma, al alcance. Más fluido,
y sobre todo en verso, nos parece este
segundo modo, y más conforme tam-
bién con la tendencia natural de toda
lengua á la concisión y rapidez. Hecha
por el castellano la buena conquista
del al, pues hasta el siglo XVI toda-
vía se decía á el cielo, á el tem-
plo, no conviene retrogradar, aunque
más no sea que para uno que otro ca-
so.-Al tener yo dinero, me
compraría una casa. Mal dicho.
Al con infinitivo significa coinciden-
cia de tiempo, y, omitido el artículo,
tiene significado de condición. Es re-
gla de todos los gramáticos. «Se es-
pantó del resplandor... «Z disparar de
la maldita máquina». (Cervantes). A
no entenderlo yo así, ya yo hubiera
vuelto allá.» (Id.) —Al buril, etc.
Véase A, 3.'' art.
Ala, f. Aunque en general signifi-
ca la parte del cuerpo de las aves de
que se sirven para volar, no debe con-
fundirse con alón, m.: «ala entera de
cualquier ave, quitadas las plumas.»-
Dar alas es fr. fig. que vale tanto co-
mo dar aliento, osadía, ánimo ó favor
á otro, para que se atreva á ejecutar
algo que sin esta confianza no ejecu-
taría por sí 5olo. Por extensión se apli-
ca también al que franquea su patro-
cinio para que alguno proceda ó se
porte con audacia ó insolencia. En sen-
tido contrario se dice cortar, quebrar
ó arrancar las alas. Es fr. que debe-
ría constar en el Dice, como castiza
que es. «Viendo pues una tan imperti-
nente paciencia, tomando algunas alas
de verme hechocomoel gallodecasa...,
mostrándome un poco libre, la dije es-
tas razones.» (El Donado hablador
Alonso, c. Vil). «Xo es suya la culpa,
sino de quienes tantas alas le han da-
do.. .-Que no entiendo eso de dar alas.-
Pues todo el mu ndo lo entiende » . (Sbar-
ALA
ALA
bi, rtoAa Ltui'X, novelaen qne se critica
lu 12/ eilición Jil Dice.) «Eso falta-
ba, que tú le dieses la razón...; con las
alxs qtit tú le ttof se cree ella autori-
zada á desobedecerme». (Floi\«, Ai/fr,
hoy y nuttUvM, c. IX).
a ■
Dirronme fama fn Cadií n.j sv cómo;
Aprrndi á ser grande humbro iiu se cuándo;
D* eK«:ueocia no tengo ni un aeomu;
Soy renoorofci, aiinqne con rostro blando.
Cnando no me <inn alns^ mt las tomo
Y me yoy poco i pocu encaramando.
(.Anónimo, Al diftulwl') -Ir-
giteUft^ par* p'iner debajo de su retrato).
En Chile es también fr. corriente, y es
claro que, conservando la metáfora,
puede usarse j se asa tumbicn el s. ala-*
con otros verbos, como criar, er/utr,
tonar.
.\LABAi)0,ra.Cantode nuestros anti-
;rnos serenos entonado al venir el día y
recogerse aknartel. Se llamaba así, por-
que principiaba porefcta misma palabra:
Atabo'lo sea el Santísimo
Sacramento del Altar
Y la Virgen concebida
Sin pecado origin.-il
Üc aíjuí la frase al alalxulo, que fcig-
niñcaba al venir el día, muy de maña-
XKí.-Rfyirle á uno fl aluba'io, fr. ñg. y
fam. que gij;n¡fica entre nosotros jK-dir
con instancia, valiéndose de siiplicasy
alabunza.s. Ea castellano alabado es:
< motete que se canta en alabanza del
.Santi.'iimo Sicramento, por lo recular,
■al tiempo de la reserva, y comienza
]»<jr I:i.s isiliibnis Alrihado sea».
Alábate, Molina. Kxpr. iróni-
ca con que se zahiere entre nosotros
al jactancioso que se alaba á sí mismo.
Es un jutf^o de palabras formado de his
tres voces .11 abaie Molituí, que se leen
en la estJitna de este sabio naturalista,
honra de (.'hile. En el mismo sentido
Hc u. t. la fr. aláliate, rola, f/tie el ti fin-
l>o tf sobra. Caballero en su Dirr. ilr
.ifoili-tiiios. trac Alálmlf, exiropajo,
Alábate, yrillo,ó simplemente .íltó/KT/o.
Alambbado, m. Sólo lo admit« el
Dice, en el significado de -(reil de
alambre que se pone en las ventanas y
otras partes»); lo que se llama también
alambrera: pero nó en el de-cerco de
alambre afianzado con postes -, tan
usado en Chile y con razón. Véitse
Adoquinado.
Alambhak, a. Cercar con alambre.
V. bien formado y necesitrio, muy usa-
do entre nosotros y digno de ser acep-
tado por la .\cademia.
Alambiieka, f. Así se llama la '(Co-
bertera de red de alambre muy espesa,
y generalmente de figura de me<lia
naranja, que sirve para cubrir y pre-
servar los manjares». Dejamos cons-
t<tncia de esta voz, porque hay muchos
chilenos que no la conocen y emplean
en su lugar otras impropias ó dema-
siado genéricas.
Alardeo, m. Acción ó efecto de
alardear. Bien formado y muy usado
por Castelar, merece entrar en el Dice.
Alargada (Dar la). Alargarle
ó soltar poco á poco el hilo á nna co-
meta, ya para alcanzar con ella ii otra
más distíintc, ó ya ¡jara su propia de-
fen8;i. Es fr. muy usada entre nosotros
en el juego de la cometa.
.\lariia. ilasculino para unos y fe-
menino para otros, ha venido variiin-
do de género hasta en la m¡sm;i Aca-
demia. Cuervo hallaba muy puesto en
razón que fuera m., como que en su
origen no es sino el grito ó señal que
se da para llamar :i las armas, que al
principio se escribió en dos palabras y
despuéjj fe sustantivó y escribió en una
sola. La 12." edición del Dice, lo ha-
cía m., ixTO la 1:}." se ha corregido y
lo hace f.: sólo faltique la 11." lo ha-
ga amb.
38
ALB
ALO
Alarmante, adj. part. de alarmar.
Hace falta en el Dice.
Alarmar. La acep. fig. de-causar
alarma-y la r. también fig., censura-
das por Baralt, están admitidas por el
Dice, desde la 12." edición. «Muy
puesta en razón (encuentra el Padre
Mir) la repugnancia de Baralt al reci-
bo del verbo alarmar, y muy de espa-
ñoles el desterrarle del Dice, encargado
de fijar, limpiar y dar esplendor á
nuestro romance». Pero el remedio ya
vendría muy tarde y tolos los escri-
tores y literatos se alarmarían dema-
siado.
Alarmista, com. «Persona que
hace cundir noticias que causan alar-
ma» figura ya en la 13." edición del
Dice. Ojalá hubiera también decidido
si es adj. que se puede aplicar á cosas:
Prensa alarmista, diarios alarmistas.
Albaca, f. Alhaliaca ó alfábega.
Albazo, m. Ant., dice el Dice, y
sinónimo de alborada, 2.-' acep., esto
es: «acción de gueiTa al amanecer».
Don Z. Kodríguez trae una cita de
una novela chilena en que aparece la
expr. de albazo en el significado de al
amanecer, como aumentativo de alba;
pero más usada es la forma diminuti-
va de albita.
Alborear, n. No significa albear
ó blanquear, como han creído aquí al-
gunos, sino amanecer ó rayar el día.
No se diga pues de nadie que las ra-
nas ó cabellos le alborean.
Alborotarse, r. Malamente em-
pleamos en Chile este v. tratándose
de caballos, cuando el propio y cas-
tizo es encabritarse: «empinarse el ca-
ballo, afirmándose sobre los pies y le-
vantando las manos». Si el caballo no
llega á tanto, dígase que es saltón, re-
tozón, ó espantadizo ó loco, según ios
casos, pero nunca jamás alborota-
do.-Alborotar es causar alboroto, y
alboroto es vocerío, estrépito, desor-
den, tumulto.
Álbum, m. Pl. álbumes y nó al-
bums.
Albúmina, f. Albúmina.
Alcachofa, f. fig. y fam. Úsase
entre nosotros, aunque nó con mucha
frecuencia, por bofetada, guantada.
Alcaide (el que en las cárceles tie-
ne á su cargo la custodia de los pre-
sos) no debe confundirse con alcalde.-
presidente de ayuntamiento ó muni-
cipio.
Alcaidesa: mujer del alcaide; al-
caldesa: mujer del alcalde.
Alcaidía (oficina del alcaide) no
es alcaldífi (oficina del alcalde).
Alcance, m. Úsase aquí para ex-
presar el mejoramiento de una mina
que, perdida la buena veta, vuelve á
dar con ella. Aunque pudiera caber
en la definición del v. Alcanzar, sin
embargo, convendría que el Dice, fue-
ra más explícito, si es que no hay otra
palabra que exprese esta idea.-«En los
periódicos, noticia importante recibi-
da á última hora». De esta acep. fig.
que registra el Dice, parece haber pro-
cedido nuestro alcance en brindis y
discursos, pues no es otra cosa que un
agregado oportuno y á última hora á
lo que ha dicho el orador anterior. —
Al alcance es galicismo, según Ba-
ralt en las siguientes frases: «Predica
al alcance de todos (dígase Predi-
ca de modo que todos le entiendan, ó
su predicación está d los alcances de
todos); Dichos pueblos están al al"
canee de las colonias (dígase conti-
guos á); Esta aria no está al alcan-
ce de mi voz (dígase es demasiado
alta para); Por más que lo deseo, no
ALC
ALO
39
está á mi alcance servirá Ud. (dí-
gase yo alcanzo el iiuJio de, Xo está
en mi mano, Xo me es posible nervir á
L'(l.)*.-Akanre de un arr/umento, se-
giiu el misino autor está bien dicho,
porque la metáfora es exacta j expre-
siva; sin embargo, en lenguaje eleva-
do prefiere fuers'i, exten*ió)%, fraseen-
denfia. La 1 3.* edición del Dice, da á
Akaiui; tratánd»^ de obras del espí-
ritu Lumano, el significado de «tras-
cendencia, resultado, consecuencia".
Alcancía, f. «tVasijii, comunmente
de barro, cerrada y con una hendedu-
ra estrecha hacia la parte superior,
por donde se echan monedas pura
guardarla», sin que se puedan sacjir
fácilmente». Tal es la akaiuia espa-
ñola, (|ue nuestra gente confunde aquí
con el cepo ó repillo: «aniuilla ó caja
de madura, pietlra ú otra materia, con
su cerradura \ una abertura estrecha
en medio de la tapa cuanto pueda ca-
ber por ella una moneda: se pone y
fija en las iglesias, calles y otros para-
je públicos para que echen en ella li-
mosn-i». .Sin duia por la semejanza
de forma y de oficio y por tener cepo
y cfpillo otros significados bigt;>ntes
conocidos, fueron aquí estas dos VfXies
inN'adidas y ahuyentadas por ahatvin;
jK-ro ya es tiempo de reponerlas en su
lugar, máxime cuando el r^/w ha des-
aparecido ya de nuestra legislación pe-
nal.
Al/'ANZADO, DA, a<lj. «límpeñado,
adeudado. U. m. con los verbos e»tar
y (tipiar». Por primera vez ha entra-
do en el Irxico académico, que lo de-
fine como queda copiinlo. Kntre nos-
otros se usa [nacho, pero nó en este
iH;ntido, sino en el de fallo, escaso ó
necMtlado, y tambi(!n en el de extenua-
do, debilttadn; v. gr.: Aiulo ái<Canza-
DO dé tiempo, de hambre; y en estos
casos lo juntíunos con todos los verbos
con que se puede expresar el estado
físico ó moral de una persona; como
rivir, hallar, encontrar, pasar, rer, etc.
Y que este uso es enteramente castizo,
lo prueba Cuervo con innumerables
autoridades, en su Dice, de construc,
art. Alcanzar, n." 6.
Alcanzar, a. Tiene, entre otras
aceps., la de «coger alguna cosa alar-
gando la mano para tomarla». Basta
y sobra con esta definición para ejem-
plos como éste: Alc.ínzame ene libro,
sin que haya necesidad de forjar otras
m;is particulares, como lo hace Salva.
La idea de aproximar, acercar, que se
nota en el ejemplo, es más bien del
pronombre me y del signo con que se
acompíiñan tales palabras, que del v.
mismo, que sólo significa lo que apun-
ta la definición, como lo evidencian
los conocidos versos de Jáuregui sn
su traducción del Aminfa:
Tanto quo apenafi con la tierna mano
Podía alcamar de las primeras ramas
En los |>c<meft<»9 n'rboles el fruto.
Alcaparhosa ó CAPAUROSA Se lla-
ma la sal que se emplea para preparar
la tinta de escribir y para otros usos.
Alcayota, f. Así llamamos aquí
lo que el Dice, llama cidra cayote, así
en dos palabras, aunqnc la 12.^ edi-
ción escribía de esta manera y también
en una sola voz (cidracayote). Rivo-
dó, rectificando á la Academia, qne,
como se ve, no le ha hecho caso, dice;
«En nuestro concepto estii voz debie-
ra suprimirse y dejar sólo chilacayote,
pues aquel ci/Ira no es más que una
corrupción de chila. Chilacayote es un
nombre compuesto, de origen indíge-
na mejicano entramlws elementos; y
la planta así llamada nada tiene que
hacer con la ciilra, (jne es otra total •
40
ALD
ALE
mente distinta». Pues, terminaremos
nosotros, doctores tiene también la
historia natural ... -El dulce que se ha-
ce del fruto de esta planta se llama en
castellano cabellos ó cabello de áiKjel.
Alce, m. Dos acepciones tiene en el
Dice, pero nó la que aquí le damos,
de-acción de alzar en los juegos de
naipes. Si no hay, como parece, otra
voz consagrada para esto, será necesa-
rio admitir il alce en este sentido.
Alción, f. Corrupción de ación:
correa de que pende el estribo en la si-
lla de montar.
Alcionera, f . Otro nombre corrup-
to que suelen dar nuestros hombres
de campo á la ación. (Véase el ante-
rior). Si en castellano hubiera acionera,
significaría la mujer que hace aciones.
Aleones. Nombre propio de una
aldeii y parroquia de la provincia de
Colchagua. Es indudable que se llamó
así por la abundancia de halcones ó
por alguna relación con estas aves; de
consiguiente, debe heredar de ellas la h
(Halones).
Alcuza, f. Muchos confunden aquí
la alcuza ó aceitera, que es la vasija
en que se tiene el aceite para el uso
diario, con las angarillas: «pieza de
madera, metal ó cristal, con dos ó m;ls
ampolletas ó frascos para solo aceite ó
vinagre, ó para estos y otros condi-
mentos, la cual se emplea en el servi-
cio de la mesa de córner)^. Las anyari-
llas se llaman también convoij, ialler,
aceiteras ó vinagreras. Con todas estas
voces tiene alguna analogía salvilla:
«bandeja con una ó varias encajadu-
ras donde se aseguran las copas, tazas
ó jicaras que se sirven en ella».
Aldaba, f. «Pieza de hierro ó bron-
ce, que se pone á las puertas para lla-
mar golpeando con ella». Confündenla
aquí muchos con la aldabilla: «pieza
de hierro de figura de gancho, que, en-
trando en una hembrilla, sirve para
cerrar puertas, ventanas, cofrecillos,
cajas, etc.»
Aldeanismo, m. Vocablo ó giro
usado solamente en aldeas. Es térmi-
no bien formado y que hace falta en
el Dice. Tiene en su favor la autoridad
de Puigblanch: «Pone también como
ejemplos de lenguaje corriente unos,
que, siendo ahleanismos en las aldeíis
de Castilla, son valencianismos en
Madrid •>.
Alderhedor, adv. 1. Dícese tam-
bién alrededor, al rededor, en rededor,
ó al derredor, en derredor, y en poesía
al redor ó en redor. Sólo á la forma cd-
rededor considera el Dice, como adv.
de cantidad, dándole el significado
fam. de «cerca, sobre poco más ó me-
nos», (el francés mviron).
Alegajar, a. Arreglar expedientes
ó papeles en forma de legajo. No apa-
rece en el Dice; pero es necesario y
de tan buena formación como apren-
sar, aplanchar, acanalar, acorralar, etc.
Cuervo prefiere enlegajar, admitido en
el último Dice, con el significado de
«reunir papeles formando legajo».
Alejos, n. pr. m. No faltan libros
antiguos que así traen este nombre; y
aun Capmany alcanzó también á escri-
birlo de este modo; pero modernamente
todos dicen Ale/o.
Alelí ó alhelí, m.
Alentado, da, adj. part. de alen-
tar. Muy usado es aquí (y poco menos
lo es el verbo) tratándose de enfermos
que acaban de sanar ó están conva-
lecientes de su enfermedad; y por ex-
tensión lo aplicamos también á toda
persona sana, especialmente en la con-
versación familiar. Estos significado"
ALE
ALF
no wtán claros en el Dice, de la Aca-
demia; iwro Se justifican con la doctri-
na de Cuervo, fiue ensei'ia: «Una vez
'|ne se dice nleiUnr á un enfermo, si-
¡luiendo lu analoria de (diriar, curtir,
sanar, se dice alguna vez alentar loui
ilolenriii ».
HitM.-
Á tiD Anug<>, que lo fuo
Tainbii-Q ilv CSC bidalgu hcríilo:
Y. aotnjpaftaudolo >••►,
Á ftu ca6a luc llevó:
Vilc en extremo alfHtwl'^.
(CALOEmíN).
Kl desmayad», el flaco, el dechiuiibríd»
gnedó sau'i. c^llardü j aUnlwlv.
(Ercilla).
Aleonar, a. y r. Rs el V. corres-
pondiente ni s. leona (vóise esta voz).
En ambos La convertido el uso la fcu
/; lo ijue es conforme con liorna, qae
jjttrece ser el venladero origen de ani-
llos chilenismos. Muy usado es eutre
nosotros este v. en el mismo sentido
del 8., esto es, formar alboroto ó des-
orden, zaliigarda ó bolina, oidinaria-
mciite jxir diversión ó entusiasmo y sin
serias consecuencias. El part. aleo-
nado se usa también mucho, pero con
sentido activo y mi pasivo: es decir el
hombre aleonado es el '(lie causa 6
forma el n\\>.)riit<) después de .sentirlo
í-l en bus adentros.
.\leuta, adv. m. (i inlerj; ¡vjrcou-
siguiente invariable: sin embargo, hay
también el adj. nlrrlo, Ik (vigilante,
cuidadoso). .Junto con ojo (ojo itlerta)
forma uní fr. invariable, fpie según los
ca8<w puede analizarse de distintiis ma-
neras: unas veces de8cm|)eria cada tér-
mino su natural oficio, s. el uno, y
adv. el otro; y otnis se convierte en
simple fr. adv., sustantiva ó interj(«-
iva. Para ejemplos puede verseel Dice.
de constr. de Cuervo, cuya es esta doc-
trina, .advierte el Hice, de la .\cade-
mia que tilerht se usa también como
sustantivo, pero no le designa género;
sin embai-go, Cuervo asientii iiuc la
misma Academia lo hacc/c«ic«m<7, no
obstante halx'r un pasíije de Vargas
Machuca en que apsii-ecc como nuiscu-
lino. Según t-odo lo expuesto no tiene
explicación jX)sible el siguiente pasaje
de la traducción chilena de ¿Qiio vti-
/lis.' «Sólo Terpuos y Diodoro, que de-
bían acompañar al César, se hallaban
alertas».
Alksxa, f . También es correcto les-
na y lezna.
Aletakoadamk.ste, ads'. m. No
hay por que no admitirlo, aunqnc no
figure en el Dice, de la .-Vcademia.
ALFAHARKRÍA, ALFAHAItKUO. IW-
ma admitida por el Dice, pero con re-
misión á alfarería, re, que es inuclio
más, por no decir la única, usada.
Alkajok, in. Ya le da el nuevo
Dice, el significado de ■<¡)asta hecha de
harina de yuca, iiapeliúi, pina y jengi-
bre, que se usa en .\niér¡cai>. Esta de-
finición, tomada literalmente del Dice,
de Zerolo, no cuadra, [tor cierto, al al-
fajor chileno, ijue es un dulce pequeño ,
formado de dos piezas de masa más n
menos fiíiay adheridas la una á la otra
con manjar blanco ó melcocha.
AiiFALKA y menos usado alfai.fk.
Alfalfal ó alfai.fah, m.: tierra
sembrada de alfalfa.
Alfalfau, a. Sembrar de alfalfa un
terreno. Muy usado es entre nosotros
este V. y lo creemos bien formado y
necesario.
ALKKÑnírK y no alfañlque ni
alflñiquo.
.Vl.FKItKZ hace en pl. alféreces.
Alfilerillo, m. Pasto muy común
i2
ALF
ALG
en Chile y que constituye un buen ali-
mento para I03 animales caballares y
vacunos, mientras está verde. Llámase
así, porque del centro de las hojas na-
ce un como pistilo en forma de alfiler.
Alfojibra, f. Puede considerarse
incluida en ¡a definición general de
alfombra la que usan en Chile para
asistir al templo las mujeres, aunque
algunas veces no sea ella /ej'úía, sino
hecha de pieles. Fuera de Chile la lla-
man en algunas partes merlo, que es:
«estera pequeña y redonda; y también,
esterilla afelpada ó de pleita lisa, aun-
que sea larga ó cuadrada».
Alfombrado, m. Corte de alfombra
para una pieza ó sala; piso ó suelo al-
fombrado. Tiene perfecto derecho á fi-
gurar en el Dice. Véase Adoquinado.
Alfombrar, a. ¿Qué habrán dicho
los poetas y prosistas elegantes cuando
han visto que el Dice, no da á este v.
la acep. fig. que reconoce aun al s. al-
fombra.' ¿Dejarán por eso de alfombrar
de flores los prados, jardines, etc.?
Alforja, f. Pasarse á la otra al-
forja, fr. fig. y fara. que entre nosotros
significa «excederse una persona de los
limites de la educación ó moderación,
ya tomándose más confianza de la de-
bida, ya saliendo con algún despropó-
sito». En castellano hay la fr. Sacar Jos
pies deJ plato, ó de las alforjas, aunque
nó con el mismo significado, pues ésta
«se dice del que, habiendo estado tími-
do, vergonzoso ó comedido, empieza á
atreverse á hablar ó á hacer algunas
cosas á que no se atrevía anteriormen-
te»-Par de alforjas. Véase Par
de estribos en el art. Estribo.
Alforzado, m. Conjunto de al-
forzas; alforza prolongada que se ex-
tiende á gran parte del vestido. Se usa
aquí entre el pueblo.
Alforzar, a. Hacer alforzas; dar
forma de alforza. Lo admite el Dice,
de Zerolo, pero nó el de la Academia.
En la primera acep. es muy usado en-
tre nosotros.
Algebraico más usado que algébri-
co, ca, adj.
Álgido, da, adj. «Acompañado de
frío glacial». Olvidan este significado,
que es el propio y etimológico, los que
usan este adj. como sinónimo de prin-
cipal, decisivo, critico, más alto ó )nás
ardiente.
Algo. «Como voz de cantidad, sig-
nificando Parte ó porción determina-
da, admite un complemento con de en
sentido positivo», enseña Cuervo. Por
lo tanto, está bien dicho algo de bueno,
algo de malo, como también algo bueno,
cdgo malo, bien que el análisis gramati-
cal es distinto.-Es común en nuestro
pueblo usar á algo como s. m. y prece-
dido de mi: mi algo es una cantidad
indeterminada de dinero. Esto trae su
origen del castellano antiguo, en que
algo significaba hacienda, caudal. «Es-
to le compró Micer Gómez de Albor-
noz del algo que ovo del Cardenal don
Gil, que era su pariente». (Crónica de
P. Nino).-Algo es algo es fr. fam. que
no aparece en el Dice, y que aquí usa-
mos pai'a indicar que uno se satisface
con algo que ha conseguido, aunque no
sea todo lo que esperaba ; es sinónimo
áe, peor es nada. Admítela Caballero.
Alg'Orra,, f. Corresponde al castizo
alhorre, m.: «erupción en la piel del
cráneo, el rostro, las nalgas ó los mus-
los de los recién nacidos: es varia en
su aspecto y poco duradera». El chile-
nismo está denunciando á gritos el re-
sabio de pronunciación que dejaron
aquí los conquistadores, que en mu-
chas voces aspiraban la h.
1
ALG
ALI
AlííI'IEN. iAli/iiie7i y na-lif, dice
Stlvá, se rtfiert-n á las personas sin li-
mitar su clase ó miiDcro, y toman el
carácter de sustantivos, pori]ue jamás
nconipañun á nini;án otro nombre. Es
niuv corriente esta fnisi-, , l'/Vio tilijuien
li rtrine.'-XívIie Im estiiJo. 5Ias no se
diw, Nadie de los escritores lo
ha tifinu'i'lo, \<OT referirnos va :i una
clase de liomba'S en iKtrticular. A ve-
ces se nsii de (ili/uno y niiu/inio en In-
giir de ahjttien \ niulie, v. gr. ¿Ha es-
ludo alijuno ti reí me.' yini/iino ó nadie
tiene la/raiujiiez'i de ronfenar su delito;
perú nunca empleamos á alyíiien y na-
die por alijuno y nin;/iino: Alguno de
los conrurrentex; Xiti'iano de cuantos
pasabitn, no pueblen mudarse en, al-
gruien de ios ronrurrente^f. Nadie
de iiianlo.t pasaban*. Esta dot^-trina,
coulirmada por IJelloy por Cuervo, es-
tá tan bien expuesta, nue no ha menes-
ter comentario.
Algl'.vo, xa, adj. Empléase para
denotar amtidad indeteiininada, pero
nó cuando isUí se determina con al-
ffiu) numero. Asi está bien dicho: fiare
alyún tiein/io, fiare a^ijunoa aílos; pero
nó: //'í.> algunos dieZ'"'?"'', Me de-
be algrunos treinta pesos; modos
calcados literalmente del fninceay que
nncTítra lengua exprc«a por euiiin, obra
de, rosa de, po-o nuis ó menos.->>nfrc
apócope delante de un s. ra., ora le pre-
cc<la inmediatamente, ora intervenga
un adj. : aU/un rn.i/illo, algún feliz aron-
lecimiento. I'ero,si mctliarc iKiIabra ijuc
no sea adj., ¡»crmantce inte<:ro: «Sa-
caljan de sus afanes alguno annquc
escaso provecho». {.\. (¡aliano, Ilerufr-
dn*). Por eso disuena el algTÍn que
otro usado mcxlernami nle \K¡r tul cual
escritor. I)elant«deuns. f. que comien-
za por a acentuada, es libre ap<x;opar-
lo ó nó: uhjún ave ó alguna are.
Alhacrán. .Vsi con /( intermedia
y sin ella escribía la .\c4idemia esta voz;
piTo ahora en la IS." edición de su
Dice, le ha limpiado esta letra y harf-
/íí</i> su ortografía eu ahirnin, como
suena.
Alhagador, gar, go. güeño.
¡ Buena alhaja son los halngiieñoB jwra
que se les equipare trastrocándoles la/'.'
Quede ello para los (jue escriben OC-
céano, conjugan Interezco y co-
meten otros cien gazapatones.
Alhajera, f. Xeologismo de co-
merciantes chilenos que debe traducirse
por estuche, que es, en general, caja,
envoltura ó aparato i>ara gnnrdar al-
hajas, joyas, etc.
.\i,iA.s\'i.sTA, :ii]j. y li. t. c. s. m. El
partidario ó individuo de una alianza.
Tiene buen asijecto para ligurnr en el
Dice. .\plicase también á cosa: ¡'adido,
prensa, .^li.wcista.
Aliau.se. r. Conjúgase go me alio,
etc.
AlicantO, m. Calicaalo: arbusto
originario de la .\uiér¡ca septentrional
y muy cultivado en los jardines por sn
flor, que es ba.stJtnte olorosa. Falta es-
ta voz en el Dice, de la Academia.
Alicate, m. Dígase alicates, m. pl.
(Ion ali'-at's).
Alicurco, ca,a<lj. Úsase en nues-
tro pueblo por asti'to, ladino. Proba-
blemente es corrupción de I.iiurgo, el
sabio legislador espartano. Don .luán
Valeni en sus primeras O'cAís Ameri-
canas emplea á licurga en el signitiía-
do de sabia, lo que tiene algún punto
de eonlacto con nuestro chilenismo:
«Xuestros pudres y abuelos... denigra-
ron á las mujeres sabias con los apodos
de licurgas y marÍHabidill.'iHi'. No sub-
rayamos la palabra, porque tampoco
41
ALI
ALM
lo hace el ilustre escritor, y eso que no
figura eu el Dice, de la Academia. Bre-
tón de los Herreros usa á licuryo en el
sentido de legislador. (Habla un gene-
ral, nombrado senador):
Mas me sacan tle mi burgo
Y uó para una campaña,
Sino para ver qué maña
Me doy yo para licurgo.
(La Escuela del matrimonio, I, 10.")
Alienable, ción, ar. Equipara el
Dice, estas tres voces de forma latina con
sus correspondientes c;istellanas ena-
ieiiahle,c¡iin, ar; sin embargo, no auto-
riza para decir alienación mental,
sino únicamente enajenación mental
(locura). Por la misma razón creemos
que no se puede decir alienado por
loco, demente ú orate.
Alijar, a. Alisar y pulir con lija
una cosa, es en castellano lijar y nó
alijar. Este último v. también exis-
te, pero sólo en los significados de: '(ali-
gerar, aliviar la carga de una embar-
cación, ó desembarcar toda la carga;
desembarcar genero de contrabando;
separar la borra de la simiente del al-
godón».
Alinderar, a. No existe en el
Dice, á pesar de usarlo nuestro Código
de Minería: dígase clealindar ó amojo-
nar: «señalar con linderosó mojoneslos
términos ó límites de una heredad ó tie-
rra»; ó también alindar: «poner ó se-
ñalar los lindes á una heredad».
Alinkar, a. y u. t. c. r. Conjúgase
alineo, alineas, alinee, alineen, etc., y
nó alinio, alinien.
Aliñador, ra, m. y f. Persona
que arregla ó concierta los huesos dis-
locados. Es chilenismo que se traduce
al castellano por algebrista, com. Véa-
se el siguiente.
Aliñar, a. Significa en chileno arre-
glar ó componer los huesos dislocados.
En el significado de condimentar ó sa-
zonar los manjares y de componer con
ciertos ingi'edientes algunas bebidas,
es tan castizo como el que más y aun-
que algunos se hayan permitido censu-
rarlo. El origen del chilenismo es la
etimología misma del v. (alinear, po-
ner en línea), por lo cual significó en
lo antiguo enderezar.
Alionar. Véase Aleonar.
Alitranca, f. Dígase retranca,
«correa ancha, á manera de ataharre,
que llevan las bestias de tiro». Usárnos-
lo también como fig. en pl. por arti-
jicio, astucia, razones falsas que se
alegan para conseguir un fin. ¿Será co-
rrupción de alicantina: «treta, astucia
ó malicia con que se procura engañar
ó no ser engañado»?
Alivianar, a. Ant. lo declara el
Dice, en el significado de aliviar, ali-
gerar, quitar parte de la carga ó peso.
Aquí es todavía de algún uso y á nadie
le ocurriría usar en su lugar á aliviar,
distinto en su raíz y en su significado.
Aljedrez, m. Ajedrez.
Almacigo, m. Malamente usamos
aquí esta voz por almáciga, f. Eu cas-
tellano es (dmácif/a el lugar en donde
se siembran las semillas de las plantas
que, después de brotar y crecer un po-
co, se trasplantan á otra parte, y alma-
cigo: «las pepitas ó simientes de las
plantas nacidas en almáciga». Almáci-
ga es sinónimo de semillero, y cdmárigo
es la semilla depositada en la almáciga.
Sin duda por metonimia se ha confun-
dido aquí, y lo mismo en el Perú, el
continente con el contenido; mas, pa-
ra alejar toda equivocación, véase la
definición que de almáciga da Cova-
rrubias: «Los hortelanos llaman almá-
cigas unos tarros grandes, ó ciertas
ALO
ALQ
ericas pequeñas cercadas, donde cri¡in
de pepita las planUis*.
Almario, m. Eu la 12/ eiición del
Dice, apiírecia esta voz en pleno vigor
y como igual á armario: pero en la 13."
tiene ya la nota de ant.; sin euibar-;o,
nanea la tendrá, porfineesotrosnsijni-
ficado y otra su etiraoIo<iía en la f r. Te-
iiei- uno su alnuj en su almario. «Te-
nía excelente coraión y el alma en su
correspondiente almario, y pwrecia una
estatuade peilernal ». (Pereda, La ilon-
(aliez, II p.. IV).
Almatroste, m. Armatoste:
ccnalqniera niá<')uina ó mneble tosco,
pesado y mal Lecho, que sirve más de
embarazo qne de conveniencia. || fig. y
fam. Persona corpulenta que para na-
da sirve».
Almofró ó almofrez, m. Almo-
frtj: 1 funda en que se llevaba la cama
de camino, y la cual era por fuera de
jerga ó vaqueta, y por dentro de anjeo
ú otro lienzo basto».
Almohadilla, f. Ks en castella-
no «cojincillo sobre el cual cosen las
mujeres, y que suele estar unido á la
tapa de una cajita en qne se guardan
loa avíos de coser»; mas en Chile ba
usurpado su oficio al rtc<'/-íV-o: «almoha-
dilla qne sirve para clavaren ella alfi-
leres».
Aló. Voz que se usa sola ó repetida
parallamarporel teléfonoy 8Í;.rnifica en
inglés: oiga Ud. Bien puefle el Dice,
abrirle sus columnas, ya que ¡Imo: que
se osaba ptara llamar á uno que estuviese
distante, ha que<lado entre las anticua-
das.
Alok ó .\L0K, ni. Aloes, ant.
.\l/)JADO,m. .\unque todo part. pue-
de sustantivarse, sin emb.irí,'o, hay al-
íennos que, por el mucho uso que tie-
nen como sustantivos, toman de fijo
ese canicter y ocupan como tales un
lugiir en el Dice. .\sí tenemos á casado,
prf.io, roto y tantos otros. Entre éstos
se echa de menos á alojado, que entre
nosotros se usa en el mismo sentido de
/iiii'ipel (persona alojada en casa aje-
na), al cual Ciisi ha conseguido deste-
rrar del leniíuaje familiar.
Alón, na, adj. Aludo, da: de gran-
des alas.
.\lpacoN', m. Género másgruesoy or-
dinario que la alpaca. Por lo conocido y
usado que es, merece fi¡;urar en el Dice.
Alpargata, f., ó ali'ar(;atk, m.
Calzado de cáñamo ó de esparto, en
forma de sandalia, (jue se asegura con
cintas á la gar^'anta del pie.
Alpechín, m. Lo empleamos aquí
para designar c-1 líi|UÍdo que despide la
cortez;i de la naranja, y la verdad es
que, según el Dice., sólo significa el de
la aceituna.
Alpestre, adj. .\dmitido en el Dice,
de Autoridades, de la Academia, se ha-
bía suprimido en las ediciones poste-
riores, hasta la 13.", que ha vuelto á
acogerlo en sus columnas con los sig-
nificados de: «.\lpino. || fig. ilontaño-
so, áspero, silvestre. || Bot. Dícesede las
plantas que viven agrandes altitudes».
Alpinismo, m. .\fición ó ejercicio
del alpinista. Véase el siguiente, junto
con el cual merece admiirse.
.\lpixi.sta, com. Voz de usommler-
no que es indispensable admitir para
designar al que se recrea ó ejercita en
subir á los .\lpes, y, en gencnil, á lo»
demás montes elevados.
AliíUilar, a. Emplétise in¡is comun-
mente tratándose de fincas urbanas, ó
de animales ó mnebles, y nrreiular, tra-
tiinduse ile fincas riisticas y de edificics
ó establecimientos de i|Ue se puede sa-
car alguna utilidad. Tal es la doctrina
46
ALT
ALT
del Dice. Tratándose de personas, debe
usarse rontratnr. Si Tirso usó una vez
:i alquilar, fué en sentido jocoso.
¿Y á mí? ¿que me p ipen diu'ln>y
Alquíleme á mí cnn e'l,
Que Tome pondrá la miel,
Y yo jjondré los buñuelos.
(Ln Villam de la Sai/ro, 11, IS).
De todos modos, usado como r. y en
el sentido de «ponerse uno á servir :i
otro por cierto estipendio», es rinf. se-
gún el Dice.
Alrevesado, da, adj. De la lo-
cución al. revés. Véase Arrevesado.
Alsacia.no, na, adj. Natural de Al-
sacia. U. t. c. s. Perteneciente á esta
región. Admitido en el último Dice.
Alta (Estar de). Es fr. fig. muy
usada entre nosotros poi-estar en buen
concepto ó tener influjo ó autoridad.
Probablemente se ba formado de la expr,
castiza rara alta (autoridad, poder);
porque la otra f r. dar de alta ó el alta
sólo se usa en la milicia y en los bos-
pitales y significa otra cosa.
Altamisa, f. Artemisa ó artemi-
sia: cierta planta medicinal.
Altamuz, m. Altramuz: planta
anua, muy conocida.
Altar, a. No e.\¡ste sino en labios
rudos y atrasados: dígase levantar, al-
zar, elevar, subir, hacer ó colocar más
alta una cosa.
AlTEUCACIÓX ó ALTERCADO.
Alter ego. Admitido y bien defi-
nido en e¡ Dice, falta agregarle (jue se
usa como s. m.
Alternabilidad, f. Calidad de al-
ternablc. Hace falta en el Dice.
Alternable, adj. Que puede alter-
nar, lleiece figurar en el Dice.
Alternativa, f. Á pesar déla cen-
sura de Baralt, cuenta ya con la acep-
tación de la Academia, de la cual
tomamos estas definiciones: uservicio
en que turnan dos ó más personas; op-
ción entredós cosas; efecto de alternar
ó de sucederse unas cosas á otras repe-
tidamente".
ALTII3A.J0S, in. pl. No se crea que,
por existir este nombre pura designar
en sentido recto las desigualdades ()
altos y bajos de un terreno cualquiera,
y en sentido fig., la alternativa de bie-
nes y males ó de sucesos próspei'os y
adversos, no pueda usarse la expr. al-
tos ij bajos: sería un error; pues, ade-
más de admitirla el Dice, la usan tam-
bién los buenos escritores en los dos
expresados sentidos.
Altiplaxicie, f. Tiene por e(juiva-
lentes castizos á meseta, mesa y rellano;
pero lo mucho que se usa en casi toda
la America latina reclama ya su admi-
sión eu el Dice, oficial de la lengua.
Cuervo le Lace algún reparo en cuanto
á la formación, mas no se atreve á re-
chazarlo redondamente. Rivodó no se
contenta con los equivalentes castizos y
pide la admisión de este americanismo.
Altisonancia, f. Si existe el adj.
altisonante y los sustantivos congéne-
re?, disonancia, resonancia, unisonan-
cia, asonancia y consonancia, no vemos
por qué el Dice, excluya á altisonancia.
Si es por autoridades, podríamos citar
á Pereda, á D. Cayetano Rossell, á
Hartzenbusch, y á llenéndez y Pelayo:
«Se le ba acusado de sacrificarlo todo
á la altisonancia de las palabras v.
Altivo, va, adj. Sólo significa en
castellano «orgulloso, soberbio.» Mal
lo usamos pues aquí aplicándolo al ca-
ballo scdtón. Véase Alborotarse.
Alto, m. Muy usado es entre nos-
otros por montón, pila ó porción de ob-
jetos que, puestos unos sobre otros, se
elevan á mediana altura: Un alto de
libros; Un alto de ropa. El Dice, no
ALT
ALU
le da tal acep., ni tampoco la hemos
hallado en autores espitüole^.
Alto, ta, adj. Xo le agrada á Ba-
ralt aplicado á /ifMM (altas horas ile
la noche) y prefiere que se diga horas
avanzada» de la noche: sin embargo,
Cuervo lo acepta, apoyado en la auto-
ridad de Salva j de Alcal;i-(íuliano.-
El uso de este adj. por el s. altura ó al-
to en ejemplos como éste : Planta eomo
de un pie de alta, que se deslizó en
varios artículos de la 12.^ edición del
Dice., ha sido corregido en la 13.'; y,
aunque de hecho aparezca una que otra
vez en los clásicos, no es posible admi-
tirlo. iSin duda se le ha confundido con
este otro, que, aunque raro, es grama-
tical, ponjue hace concordar al adj.
con el 9., y además tiene su fundamen-
to en el latín : <y al mismo borde [ha-
rás] una cornisa entretallada, alta de
cuatro dei los». (Scío, A>«(/o, XX\r,25).
Y lo mismo que decimos de altu apli-
qúese á los adjetivos ancho, largo, bajo.
«Su corteza em como de pino, los ra-
mos encorvadlos hacia la tierra, las ho-
jíis lari/tiK un coito, y anchas cuatro de-
dos». (Mariana, Hint. de EsjhiíUi, 1. I,
f. X.V ).-]íirar uno a otro de alto ñ bajo,
es fr. fig. y fam. que, aunque criticada
por Itaralt, ha sido aceptada por el
Dice. Significa mirar con descaro ú in-
sulencia, y mirar con desprecio, y equi-
vale á estas otras: Mirar de arriba aba-
jo, ó de pies á cabeza. -Vénet: H.VULAR.
Altos, m. pl. Asi usamos aquí esta
palabra para designar el segundo pÍ!<o
de las casas que tienen dos. El Dice,
dice: «ni. Kn las casas, cada uno de los
pisos ó suelos que dividen sus cuartos
II viviendask. «Se entró en mi casa, y,
subiendo á toda furia uno y otro rdto,
se puso en mi presencial'. (La Piíara
Juntiña, 1. IV, cap. IIj.
Altruísmo, m. .Vmor hacia los de-
m;is. .Así como se admitió tilantropia,
demos á los d¡S4:-ípnlos de .\ngusto
C'omte el inocente gusto de admitirles
su altruismo.
Al,TlU'ÍSTA, adj. Dicesc del que si-
gue ó practica el altruismo; pertene-
ciente á éste. I', t. c. s.cora. Lo mismo
que el auterior, puede admitirse sin
perjuicio de nadie.
Altl'ras, f. pl. Faltan en el Dice.
ti"e8 aceps. figs. de esta voz, que, por
ser de bastante uso, deberían ya estar
admitidas, y son : palacio de gobierno
(on lo civil y en lo eclesiástico), edad
avanzada de una jxíraona, y estado ó
tienijx) avanzado de un asunto y del
cual no es fácil ó posible volver atrás.
«; Quién tiene cara para irle á ese gran
caballero con esas coplas á estas altu-
ras.'r> (Pereda, Subes de estío, XX).
Aludir, n. Baralt y Cuervo reprue-
ban el uso de este v. como transitivo;
v. gr.: El me aludió; debiendo decirse:
aludió (i mi. Sin embargo, «siendo co-
mún, agrega el segundo, que verbos in-
transitivos admitan la construcción
pasiva (usted será servido, obedecido, la
senteiu-ia apelada), sería demasiado ri-
gor i"echazar en absoluto el participio:
la persona aludida-o. Huetios escritores
modernos no han hecho caso de esta
censura y siguen tan campantes. «Y
¿sabes que ya no rae pone Casallena
aquellos ojos tan tiernos que antes me
ponía, ni mealudecn susJckvks de ca-
ramelo?» (Pereila, .Vul/fi drcsfío, XI).
Alumbralado, m. Horrible ga-
zapatón de albañiles y constructores
legos en el idioma. Xo contentos con
el simple umbral, que adeniiís del sig-
nificado que tiene, contrapuesto al de
dintel, es también «madero que se atra-
viesa en lo alto de un van» ijaní soste-
48
ALV
ALÍi
iier el muro que hay encima», han in-
ventado este terminacho, que es una
amalgama del artículo c/, convertido
en al, con umbralado, que es otra
forma más culta de este amei icanismo;
)■ lo llamamos así, porque se usa tam-
bién en Colombia y otros países ame-
ricanos. Como de ord inario este umbral
consta de más de un madero, segura-
mente por eso se le ha dado el nombre
de umbralado, del v. umbralnr y
según la formación de los sustantivos
verbales en ado ( aJoquinado, empedm-
do, enmaderado, etc.)
Alumina, f. Alúmina: óxido de
aluminio.
Alumnado, m. Novedad francesa
que no nos hace falta: basta y sobra
con colegio, escuela y los neologismos
ex/ernado é internado, con los demás
nombres particulares que en abundan-
cia hay en castellano para todos los
gremios ó reuniones de estudiantes.
Alusión (Hacisr). «llodo de ha-
blar afrancesado, según Baralt. En
buen castellano se alude á, ó se habla
con alusión A una persona ó cosa. La
naturaleza ó carácter de la alusión no
permite que se haga, sino que se dé á
entender, que se indique». Mucho res-
petamos al grande hablista; pero la au-
toridad de escritores como Sigüenza,
Madrazo y otros, que han usado esta
frase, nos induce á aceptarla.
Alverja, akveja, arvejana, al-
cauroba, algarrobilla, veza, vicfa
y CU Aragón y Navarra, bisalto. To-
dos estos nombres figuran en el Dice,
con el mismo significado, y ninguno
de ellos es lo que en Chile llamamos
arveja: nuestra arveja es (desengáñen-
se los agricultores y las amas de casa)
el guisante español, clticharo 6 pésol, c\
petit pois de los franceses. La arreja
española es alimento de palomas, bue-
j'cs y caballerías, y nó de hombres. Di-
ce Terreros que en algunos lugares de
Castilla se llamaba arhejos á loaguisan-
tes; y de allí seguramente provino la
confusión de ambos nombres, que tam-
bién es común á otros países de Auié-
rica.-Por la pura alverja, expr.
fig. y fam. que entre nosotros significa:
inútilmente, sin resultado ó provecho
alguno. Véase Por la pura piedra
(ait. Piedra).
Alzado, da, adj. Lo aplicamos aquí
al gato, al zorro y á uno que otro ani-
mal que en la época del celo se tornan
bravios y huyen de la gente. Es térmi-
no decente y expresivo, y tiene buen
fundamento en laacep. ant. del v. Al-
zarse: retirarse, apartarse de algún si-
tio. Suele también usarse este v. para
significar que un animal ó ganado se
sustrae al dominio del hombre y huye
á lugares apartados para vivir libre-
mente; pero esto ya es castizo, aunque
no lo exprese claro el Dice. El clásico
Padre Ovallc escribe: «...después se
han multiplicado tanto [los caballos]
que, no bastando la gente para pasto-
rearlos y cuidar dellos, se han alzado
muchos». (Histórica relación, 1. I,
cap. X_X I). -Aparece esta voz como s.
en el art. Monitor del Dice, en una acep.
que no consta cu su debido lugar.
Allegro, m. No hay para qué es-
cribirlo así, á la italiana, cuando hace
tiempo que el castellano lo escribe y
pronuncia alegro.
Alliende, apellido. Novedad chi-
lena que no sabríamos justificar. El
apellido castellano, según los tratadistas
especiales, es Allende y Allendes. La í'
intrusa que aquí le han metido no se
explica sino por el término ant. alien-
de, que el penúltimo Dice, daba como
AMA
AMA
40
etimología de nllnule (corregida en el
ultimu por allá cmU i; pero reciu'rdesf
filie desputa de // no so escribe í en CJis-
U^llano eii los diptongos io, it; ilocuul
se orii;¡iia. dio; lit (iram. de lu Aeid..
de no prestarse eu nuestra lensrua la //
ni la ¡i á prec«.T.ler ú los diptongos io, i>,
formando sihibii con ellos». Por eso de-
be decirse \ escribirse iniiUii, mullern,
y nó nmllió. mulliera; y jwr la
misma nizón Mhndf y iu> Alliende.
Alli'LLa. f. Kl Diir. escribe IkiUh-
Uujhtilli/llo, (jnizi'is por qué razón. La
definición que da, tampoco está confor-
me con lo que aquí llamamos allullii,
pues lo qne la cíiract<'riza no es el que
Be cueza en el rescoldo (pues Ja nues-
tra se cuece en el horno), ni eu ladrillos
ó piedras muy calientes, sino el ser de
maaa niils ñna y el tener una forma
m;ia delgada que el pan. .Sentimos (jue
el Dice, de Zerolo, condesce.idiendo
con las malas pronunciaciones, haya
autorizado la forma ayuya, qne sólo
es propia de los (|Ue hablan casteya-
no. Vé?<se Ll.
\. M. Abreviatun» muy usjidu y (|ue
no aparece en la lisUique trae el Dice.
Signiñca itiitf meridiem 6 anti-meridii-
110. Véase Po.STMKKIDlANO.
Xmk. f. Es muy comiin llamar aquí
ama seca o de brazos á la nírtí--
rn; lo que es un lüsjHirate. Adera;is de
iiiiifrn, hay en castellano rolla, y en
lenguaje fam., rollonti.-Kl itmii dr rria
ó de Ifi-lie, ó simplemente itmii, se llama
también iwdriz'i. VA niño ('riado por
ella le da entiv nos<itros, por cariño y
gratitud, el nombre de maUía.--!"'"
(//• Ihinn es el verdailero nombre de la
llavera di- nuestras cíisas [«irticula-
res.
Amachambrar, amachem-
brar.a.rornqn-i'in de in/ir/ii/iiiiihiiir.
a.: ensamblar dos piezas de madera. Es
V. regular en su conjugación. Usa nues-
tro pueblo la forma corruptíi como r. y
en el siirnitioado de íiiiuiiuelxirse.
Amachiliarse, r. Aiuancflmrst'.
Ijo admiten Salva y Zerolo como ame-
ricanismo.
Amadrinar, a. Xo le reconoce el
Dice, el significado, usado en Chile, en
al Peni y en la .\rgentina, de: acostum-
brar al ganado caballar á andar en tro-
])il!a siguieiiih) á la yegua caponera
(madrina). U. t. c r.
Ámalditarse, r. Hacer del mal-
dito ó hacerse maldito, blasonar de ser
uno más ¡wrverso de lo tiue es. Es tér-
mino de algiin uso eu Chile.
Amallarse, r. Xo proseguir ju-
gando el que lleva ya ganada una bue-
na cantidad. Es muy usado en Chile
en esta acep., y algo también en la si-
guiente: guardarse las cartas superio-
res para el fin del juego, jugando al
principio las inferiores. Esto se expre-
S.-1 eu castellano con iiiiiollar, n., del
cual p.ireee corrn|x;ión nuestro ama-
llarse.
Amasch-l>.áu ó.m.\ntii,i-ar, a.
.\MA.VKrt:K, imp. y n. Personas na-
cidas y educadas en Es^xiña critican
nuestro saludo matutino ,■ Cómo ha
iiiminerido l'd..' La razón en que se
fundan es el ser éste un v. impersonal
((U'i significa "empezar á aparecer la
luz del día». Tal es, contestamos, el
significado fundamental de amanecer;
pero iX)co á poco se ha venido exten-
diendo con el uso. Primero se dijo del
día, del (liba, del .so/, ipie amaiierian;
y, una vez admití la la acep. de a¡iare-
rer, manifeslarsf, di-jarsv rer, se aplicíi
natur.dmente á Ins [>erson:.8. Por eso
desde el siglo .\ f I F encontr.imos ejem-
plos de este uso, aplicado á [H-rj-onas y
I
AMA
AMA
cosas. (lEl infante don Sancho fué pa-
ra allá, é entre día y noche anduvo
cuanto pudo en guisa que amanesció y
una mañana». (Crónic. de Alf. X).
«Echase orne sano é mnanesce frío».
(Rimado de Pal.) «Semeia que la trai-
ción amanerió despierta é la lealtad
adormida». (Calila é iJijmna). En los
autores modernos abunda también es-
te mismo uso. «Ala mañana siguiente
amaneció Iciar ahorcado de una venta-
na en castigo de su desacato». (Quinta-
na, El Gran Cnpilán). <íAmanmeron
los contornos. . . cobijados de espesísima
nieve». (M. de la Eosa, Tu. de Solía). Si
por lo visto se puede decir y se dice de
las )]ersonas, que amanecen; y esto de
tal ó cual manera, ¿qué inconveniente
puede haber para que se pregunte ,(7ó-
mo ha amanecido Ud.? y se conteste
He amanecido hien ó mal, algo enfermo,
etc.? -Mayor inconveniente, caso de
haberlo, habría para decir: Fulano se
amaneció jugando, y yo me amanecí le-
yendo. ¿Es posible, se objetará, hacer
reflejo al v. amanecer:'Tn\ reflexividad,
contestaremos con Bello (Gram., n.»
?i?A), no pasa de los elementos grama-
ticales, y no se presenta al espíritu si-
no de un modo fugaz y oscuro. El com-
plemenlario reflejo, bien que denota
en este cafo cierto color de acción que
el sujeto ])arecc ejercer en sí mismo,
no es el reflejo común sino una voz que
expresa la mayor fuerza ó intensidad
que hay de parte del sujeto. Así como
es muy distinto ¿e-s presos se salieron
de Los presos salieron, El agua se sale
de la rasija de El agua sale de la va-
sija, así también lo es Se amaneció ju-
gando y A muneció jugando. Es éste un
matiz muy fino y delicado de nuestro
idioma, que todavía no ha sido estudia-
do en toda su extensión y como se me-
rece. Ojalá algún gramático, siguiendo
la luminosa huella dejada por Bello,
aplicara estas observaciones á los de-
más verbos susceptibles de esta forma
cuasi-refleja.
Amanecida, f. Aunque su uso es
muy raro, lo admite el Dice, como igual
á amanecer, m.
Am.ínsador, ra, adj. y ú. t. c. s.
El que amansa. Como amansar no es
adiestrar un caballo hasta dejarlo en
estado de servicio, oficio que en Espa-
ña hace el picador, resulta que emplea-
mos malamente la palabra amansador.
Este, lo mismo que el desbravador y el
domador, no ejecutan más que la pri-
mera operación del picador.
Amar, a. «Tendrá que correr plaza
de galicano este v., dice el Padre Mir,
cuando se quiere significar con él tener
complacencia en una cosa. Muy común
es en el día decir amo la música,
amo el teatro, amo el juego;
amores ilícitos, á la francesa, que en
español se convierten en soy aficionado,
me gusta, siento placer en. Decían, sí>
los antiguos amar por tener vehemente
inclinación á la cosa, mas nó por tener
complacencia y gusto. Si algún autor
admitió esta última aplicación, no se-
ría merecedor de imitación. A veces al
x.amar daban el significado de estimar,
como se lo dan los valencianos y cata-
lanes; acep. que la Academia tiene por
buena, no obstante repugnarla Casano-
vas. Pero insufrible galicismo sería és-
te: Las naranjas aman los paí-
ses cálidos, corriente en la moderna
galiparla». Algo sutil y difícil de discer-
nir y aplicar en la práctica es la prime-
ra parte de este artículo, porque tmei-
vehemente inclinación á una cosa y tmier
gusto y complacencia en ella son ideas
casi idénticas y lasmás délas veces coin-
AMA
AME
ciden en el mismo objeto. Asi. cuamlo
Cervantes dice: « .1 iné ti urte dulce de ln
agradable poesía»; .Suavedra Fajardo:
«El iiielaucólico aborrece la coin|.iañiu,
ama la solnlinl*: Fray Luis de León:
*Ame el (nibujo \ aciXfenUni su casau.
no sabe uuo, francamente, en cual de
los dos sencidos Imn hablado estos au-
tores, porgue ios dos les cuadran á raa-
rarilla. Dejamos, sin euibarf;o, cons-
tancia de esta doctrina para consuelo
y complacencia de los puristas.
AiíAiilcONADO, ailj. Que tiene algo
d» maricón : niiuiri'H'lo, 'i/i minni/n.Xnx-
se A, 1.' iirt.
Amarillos aprietos (En).
Quizás por el color '|Ue suele tomar el
roetro en estos casos. L'. con los verbos
eitar, poner, dejar, etc.. y con los refle-
jos verse, /tallarse y otros semejantes.
Es fr. muy expresiva que usamos en
vez de la castiza Prnier n uno (ó rerse
lino) en r-ihiix linnifjiis {aprietas).
Amarilloso, sa, adj. .-1 mnrillen-
lo, la: que tira á amarillo.
.\maKRA, f. Sólo es castizo como
e<juivalente de nuestro bajador (véa-
se esta voz), como tcrmiuo de náuticj»
y en pl. fíg. y fam. como sinónimo de
proleecwn, apoijo. Es pues i;r.inde im-
propiedad usarlo, como aquí se Iiace,
por nmantuluní y ¡x)r todo lo que sir-
ve ¡«mi ;iin:irnir. Véase este v.
Amarrado, da, adj. fig. Apliciise
ú la persona poco cx|x;dita en sus mo-
vimientos ó acciones, como si tuviera
ntaAoióamnrratlo* los miembros. (Véa-
se el siguiente). Xo le da el Dico. este
R¡<;niticado, pero en Cliile es de bastan-
te uso.
.Vmakrak, a. i(.\tar y a.>-e;íurar |)or
medio de cnerdas, maromas, cailcnas,
et/;.» I'or esta definición Be ve <|ne lo
que expresa el V. aniiiirar es una
operación fuerte y recia que no cuadra
al que sólo tiene que a/nrse ó anitdar-
ne la corbata, atarse ó atacarse los za-
patos, ceñirse la cara, etc. Pueblo va-
liente y enérgico como es el chileno,
lo manifiesta hasta cu las vuccs (¡ue
usa, como se ve en amarra, ama-
rrar, agarrar, mordiscón, ca-
rantón, «.te. etc. — Amarrarse
uno los calzones es fr. tis;. y fam.
que entre nosotros siirnifica ser uno f)er-
sona valiente ó capaz de ejecut^ir una
acción difícil, ser muy hombre. En cas-
tellano se expresa con Tener uno bien
jitiestos los rahoneif ó Tener muchos ral-
z»nfs.
.\mautillaií ó. martillar, a.
Amasandería, f. Xo existe y dí-
gase tahona ó atahona (casa en que se
cuece pan y vende para el piiblico), ó
también panadería (sitio, casa ó lugar
donde se hace ó vende el pan).
Amasandero, ra, m. y f. Ama-
sai/nr, ra, adj. y li. t. c. s.
Amatiste y ametisto, m. .\m-
bos anliiuailos: dígiisc amatista ó ame-
tista, f.: piedra preciosa do color de
violeta.
Amkx ( Llerarle á uno el). Es fr.
tig. y fam. muy usada en Chile por
manifestar uno atjuicscencia para con
otro, ya scii por temor ó debilidail de
carácter, ya jior espíritu de adulación
ó servilismo. También puede llevarse
el amén como expresión de la verdad
y nó por los motivos anteriores. Xo nos
|)arece reprobable esta fr.. pues el mis-
mo Dice, conliesii (|ue amen se ii.sa pa-
l-a manifestar ai|uiescenc¡a. Don An-
tonio de Valbilena euq)U'a decir amén:
'• Bueno, como quieras,-le contestó la
pobre Juana, (|ue ya «ibía que, para
andar menos mal, tenia une decir amén
;i (<mU(». ( Itrlinjos, ¡irt. llftlerimies j.
52
AME
AMI
Amén de, loo. fam. «Además de: ||
loe. ant. Excepto, fuera de». Apoyados
en este liltimo significado, qne e.s el eti-
mológico (d menos de), creemos que la
Academia debe escribir en artículo se-
parado esta loe. y en ningún caso car-
gársela al Amén procedente del hebreo.
Amenudo, m. adv. A menudo. Y
ojalá no abusaran tanto de él los ma-
los traductores del francés, que parece
no reconocen otro significado al adv.
souvent, cuando el castellano los tiene
en abundancia: « las veces, á vetes,
muchas veces. Jas más de las veces; co-
mún, frecuente, general y ordinaria-
mente; etc.
Americanismo, m. Falta en el Dice,
la acep. de-amor á América ó entusias-
mo por ella. Así usan esta palabra Va-
lera y otros.-Se ha dado también en el
mundo católico, desde hace poco, el
nombre de «/íí<'/-/crt/íi'í.wo aciertos erro-
res propalados en los Estados-Unidos
y pronto condenados por la Santa Se-
de, de que la Iglesia debe conciliar sus
dogmas con las doctrinas modernas.
Ambuicano, na, adj. «Natural de
América. Ú. t. c. s. || Perteneciente á
esta parte del mundo». Asi define el
Dice, sin que haya pero que ponerle.
Dejen pues los señores yanquis de lla-
marse á si mismos y sus cosas america-
nos por excelencia, como si fueran los
únicos habitantes de América, y con-
téutense con los adjetivos que les brin-
da el último Dice: angloamericano,
norteamericnno y yanqui.
Amerindio, día, m. y f. Indígena
de América. Hé aquí lo que sobre el
origen de esta voz dijeron los periódi-
cos: «En una reunión reciente de la
sociedad antropológicade Washington,
los Señores F. Hilder y J. AV. Powell
observaron que no existe hasta hoy
nombre alguno para designar, en con-
junto, las tribus americanas indígenas.
Llamarlos simplemente indios es con-
fundirlos, no sólo con los habitantes de
la India,-bien que á éstos se les llama
miis comunmente indianos, como tam-
bién se suele llamar en Europa á los in-
dígenas de América,-sino también con
los indios de cualquier otro continente.
En cuanto á llamarlos indios america-
nos, era emplear el circunloquio que se
trataba precisamente de evitar. Para
llenar este vacío y salvar el inconve-
niente apuntado, M. Powell propuso un
vocablo nuevo, el de amerindio, forma-
do con las palabras amerkano é indio,
y cuya etimología y significado son bas-
tante claros. Naturalmente, este voca-
blo genérico no suprime las denomina-
ciones especiales, es decir, el nombre
propio de los indios de determinados
países ó regiones, como agmaraes, pieles
rojas, quichuas, guaraníes, etc. La de-
nominación de amerindios fué acepta-
da por la sociedad antropológica de
Washington. Lo que falta es que la
adopten los escritores americanos y los
de la Península, para lo que no hay
inconveniente razonable, puesto que la
palabra, además de ser conveniente y
aun necesaria para la mayor exactitud
del lenguaje, es también eufónica y ex-
presiva». Sirva esta cita para que se
conozca y adopte esta voz en todas
partes, porque realmente es cómoda y
bien formada.
Ametralladora, f. Gracias á la
13.' edición del Dice, pueden ya los ar-
tilleros hablar castizamente de las ame-
tralladoras.
Amiguísimo, ma, adj., superlativo
de Amigo. No figura en la Gramática
ni en el Dice, de la Academia esta for-
ma tan usada y aceptada por los gra-
AMO
AMO
niáticos como más conforme con el
positivo. «Fué iiiiiitjuiíiiiiio de hacer
bien». (Espinel). En el Dice, sólo apa-
rece Ami'-iiimo, más conforme con el
latino ami'-ii».
.\M[laxamien"TO, m. Acción ótfcc-
to de amilanar ó amilanarse. Admitido
por primera vez.
Amixoracidx, f. Minonuiíin. .\d-
mitido pur primera vez.
Aminorar o jii.norar, u.
Amo (XfESTRo). Expresión inny
usada en Chile para desii^nar al SSnio.
Sacramento. Como tiene la misma ni-
lón de ser i]ue Sfiior, y la .\cadeniia
dice á cada paso .Vuestro Sfñor, dcsca-
riaraos que admitiera también la expre-
sión Xiiextni Amo. .Seria ello una prue-
ba más del acendrado catolicismo r^ue
como oro en paño brilla en todo el Dice.
AmobLiADO, m. Existiendo ya orno-
bUtr, el 8., <|ue generalmente es prime-
ro qae el v., clama también por existir
en el Dice. Xo nos bastan ya moblaje
j mttfblnjf. Véase Adoquinado.
Amohosarse (óamogosarse,
como pronuncia nuestro pueblo), r. Xo
lo ncccsitíiino?, ponpie tenemos á on-
mohecer, nwherrr y mnohfi-rr, que se
nsan también c. r., t-nraneier, n. y r.,
nlirrrumbriirsf y hfrrumbrar.^f, tomur-
*« df moho, etc.
.Vmolado, r>A, adj. part. de Amolor.
Dárnosle aquí dos significados, activo
y pasivo: como activo se aplica á la
persona que molesta é importuna con
palabras, y corresponde al ca.stizo tno-
ktlor, rii; como pasivo se aplica ¡i la
persona que ha sufrido al^íún percance
ó mina, y Limbién al qae en una con-
versación ó disjHita es vencido por otro.
Vcaae el siguiente.
.\moi.(K, a. y r. En el s<;ntido fig.
en que lo umaiuos parlicipii nuidio es-
te v. de la acción del amolar castellano
(afilar en la piedra de amolar un ar-
ma ó instrumento); y para más seme-
janza, le damos, como á éste, conjuga-
ción iri^egular. En l)0ca de un chileno
es bastante expresivo y sólo inferior al
socorrido fregar. Los equivalentes
castizos son niottr, atafagar, aijonizar.
Tiene también cutre nosotros el sigui-
ticado, aunque no tiin común, de ven-
cer y reducir al silencio á uno en una
discusión ó disputa. La Vi.* edición
del Dice, se compadeció j-a de nosotros
y con cierta timidez puso al tin de .1 mo-
lar: «fig. Molestar, enfadar». Si no lo
hubiera hecho, ya teníamos pronta la
siguiente décima de Iriartc para pro-
barle qne también los españoles amue-
lan y sp amuelan de esta manera.
.1 un principiante de iñoUn
Muy amiJn»te spfiíir,
Qae amuelas tu lira dura
Con tilda la amiiladnra
Que puede un amolador:
Anudar con tal furor
E» amular, eso 8Í...
;Ay, nmnlailu do mí;
Que, aunque oi^ amolar á cíouiu
No hallo mrÍA amolamirnto
Que oírte amolar á ti.
Más exactiis nos parecen las dos
aceps. que le da Caballero de-fastidiar
y perjudicar.
Amoniaco, ni. .imonlai-o. Véase
Egipciaco.
.\miiR, ni. Falta en el Dice, la acep.,
tan común en los p(x.'tas, de-Dios del
amor ó Cupido. En lius Ix'llas artes se
usa también ¡xir-imagen ó figura del
mismo, la (pie siempre se fwue en for-
ma de niño iilado y armado de arco y
flechiis. l'or la misma n/.ón (jue ligu-
54
AMO
AMP
ran Furia, Gracias, Fauno, Parca, Sá-
iiro, etc., nos parece que no deben faltar
Amor con sus dos diminutivos y Cupi-
do con el suyo Cupidillo.-'De acuerdo
con Salva apunta Cuervo la acep., que
tampoco registra el Dice, de la Acade-
mia, de K paciencia y esmero con que
el artífice trabaja una obra, como re-
creándose en dejarla bien acabada», y
la comprueba con una cita de Azara:
«No contento con eso, emprendió co-
piarlas [unaspinturas] en pequeño con
un amor j empeño incrcíbles«. De de-
sear es que admita la Academia esta
p.cep. para no obligarnos á usar la loe.
italiana ron amare. — En cuanto á la
prep. que pide este s., autorizan los
buenos escritores el uso de de, d, hacia,
para ron y rara vez ron; mas el uso de
por está condenado por Triarte, Baralt
y muchos otros. « En lo moderno es har-
to frecuente, dice Cuervo; pero siem-
pre será más acertado arrimarse á la
práctica más gcnuina y autorizada.
Amor por quiere decir amor en fa-
vor, y es por tanto expresión ímpro-
l)ia,.y>-ffaier el amor una persona á otra,
fr. «Lo castizo es, según Bar.ilt, ena-
morar, cortejar, r/alanlear, obsequiar,
y más elegantemente servir. Y, en efec-
to, li/i-er el amor se parece mucho á
hacer calcefan, harer a/juas, y á otras
muchas cosas materiales». Con perdón
de tan ilustre escritor tenemos que con-
fesar que su razón no nos satisface,
pues son muchos los casos en que el v.
hacer no significa cosas materiales: v.
gr.: fface tiempo. Yo te ha'ia en el cam-
po, Hacer un baen papel. Hacer ante-
sala. Por el contrario, apoyados en
buenas autoridades, creemos que la fr.,
si no es castiza, tampoco se puede con-
denar abiertamente de galicismo. De-
fínanlo los maestros; pero antes oigan
á Mateo de .\lemán : «Trujo en su com-
pañía una muchachucla de muy buena
gracia, hermosa como uri ángel ... //í>r-
la el amor, mostróse arisca». (Guzmán
de Al/., p. TI, 1. III, c. II); á Alarcón:
«Hallaní auu un gran señor
Ildce lí su hija *■/ amor)). ( Ln prueba
'/'.' lfi.< /íí'omcsa.í;): al Maestro Valdivielso en su
^.
Como es gran Sseñor,
De bienes nos dota,
Y á la más devota
Hace más favor:
H'fcfuoii í'l amor
Con gusto y con gracia; a Tii'sn de
Molina (J¡1 cafUffo del penseque, a. I, esc. VIIJ:
Es una viuda gentil,
.Según me han dicho, señor...
;Ojalá te hlchra «mor...!: ¡i Rodrigo
Caro en sus Días (Jemales (dial. V, § IV;:
«Ala que le hace amoresy>:á Don
Adolfo de Castro, que en sus Estudios
prácticos del buen decir refutó en esto á
Baralt y concluye diciendo: «Hacer la
barba, las amistades, el amor, las paces,
la ley, son frases españolas y muy es-
pañolas»; y, finalmente, á Valbuena,
el de los ripios, que en su novela Aijua
turbia usa esta fr. por lo menos unas
cinco veces. El Padre Jlir, agregando
una cita de Esteban fionzález, dice que
esta fr. «debe ser celebrada por de pu-
ro linaje y de sabor clásico». Bueno
será pues que la Academia la reconsi-
dei'e en su Gramática, ya que la tacha
expresamente de galicismo.
.Amordaz.\r ó exmordazír, a. Po-
ner mordaza.
Amoktaj.amiento, m. Acción de
amortajar. Admitido por primera vez.
Amovibilidad, f. Amovilidad:
calidad de amovible.
Amparar, a. De americanismo ca-
lifica Cuervo la acep. que en Minería
tiene este v., de «llenar las condiciones
AMU
ANA
55
brijo las cuales est;» eoncedülo el dere-
cho de sacar ó beneficiar una mina.»
«EIsU acep.. continúa el mismo, hubo
de aparecer por suponerse la existencia
en el positivo de la correspondiente á
deiamparar. Cf. Lfijes de Iiplias, 4,
l'J, 6.» En nuestro Código de Minería,
art. 132, leemos: «Los propietarios de
minas ({ae en la actualidad gozaren de
los privilegios concedidos al socavone-
ro, de ampnriir varias pertenencias con
una sola labor, no pagarán pjitente por
máa de treinta hectártais.» Es evidente
que, si se da al v. esta acep., debe dar-
se también, mutatis mufandis, al s. AM-
PAHO, como es corriente en Chile.
Amparo, m. Véase el anterior.
AMPLIAR, a. Conjugase ij» ainiili",
tú ampliáis, etc., á pesar de derivarse
tlcl adj. •implio.
Ampoa, f. Ampolla.
Ampollar, a. y r. Hacer ampolhis;
ahuecar. Xo debe confundirse con em-
pollar, a.: calentar el ave los huevos,
poniéndose sobre ellos para sacar pollos.
En el signifícado de-críar ampolla-es
trnt.
Ampón, na, adj. Amplio, repollu-
do, u.«tdo por nuestro pueblo. Parece
derivado del li.irbarísuio ampoa.
Ami'Ehlado, m. Yaque el Dice, fué
tan liberal con el v., que lo admitió do-
ble (amoblar y amueblar), no hay por
que dejar de serlo con el ». Véase Amo-
blado.
.Vmuoroxar, a. I Llevar el sarmien-
to largo de nna vid por debajo de tie-
rra, de modo que su extremo salga á la
distancia necesaria pura que ocupe el
vacio de una cepa que falta en la viña".
Pura Cuta misnia o(ieración he<3ha con
otras plantas suele usarse aquí de e>-te
mismo v.; pero (m un error, porque pa-
rí "•*<i i?tá el i;l>"(Í/,(i iiéiiíliir, :i.
Amujar, a. Corrupción de amiis-
ij'ir, a.: echar hacia atrás las orejas el
caballo, el toro, etc., en señal de que-
rer morder, tirar coces ó embestir. Ú.
t. c. n. II Recoger la vista para venraejor.
Amurrarse, r. Amurrarse: bajar
ó inclinar la cabeza, obstinándose cu
no hablar. JIuy usada es aquí esta co-
rrupción, sobre todo en el pirtici|iio.
Quizás los primeros qne la adoptaron
creyeron que el v. no debía formarse
de morro sino de murria ; y á ¡a verdad
que el significado de esta voz (tristeza
y cargazón de cabeza que hace andar
cabizliajo y melancólico al (jue la pide-
ce), parece autorizar tal error.
Anafiie ó Anafe, m.
Anagrama, m. Atunjrama.
AxALKCTA.s, f. pl. Colección de tro-
zos en prosa ó verso, escogidos en las
obras de uno ó varios autores. Admi-
tido por primera vez.
Analfabeto, ta, adj. y ú. t. c. s.
Italianismo que aun en el lenguaje ofi-
cial usan nuestros vecinos los argenti-
nos para designar á la pereona que no
SJíbe leer ni escribir. Se compone de la
partícula griega (/ privativa, n eufóni-
ca y alfabeto: sin alfabeto. Aunque al-
gunos periódicos chilenos han usitdo
esta voz, pori|ue todo vicio es con-
tagios<j, no conviene imitarlos. To<lo
vocablo, antes de ser admitido, ha de
tener por lo menos forma castellanii, y
('■ste no la tiene, porque su terminación
como adj. no estii bien formada. En
su lugar proponemos ilelradn, da, que.
aunque no consta en el Dice., es de
formación intachable.
A.VALiSTA, com. Autor de anales. Xo
es lo mismo que Analizador, ra, adj. y
11. t. c. 8.: i|ue analiza.
Anana ó ananas. Femenina y
i/i'irp li;ici' ;i esta voz el Dice.: sin fin-
56
ANO
ANO
bargo, todos ó casi todos los america-
nos iii hacemos masculina y aguda.
Para tus hijos la procera palma
iSu vario feudo cría,
Y el ananás sazona bu ambrosía,
f Bello, La affi-icult. <h la -ona tórrida).
ÁNAiiQursMO, m. Conjunto de doc-
trinas de los anarquistas. ,.;Fué nece-
sario que el célebre C;ínovas muriera
asesinado por un anarquista para que
supiera la Academia que existía el
anarquismo? Así no más se explica
que tan tarde y sólo en el Suplemento
de su iiltimo Dice, haya admitido esta
voz de uso universal.
Anarquizar, a. Causar ó introdu-
cir el anarquismo. Usado por un miem-
bro correspondiente de la Academia,
puede aceptarse sin dificultad.
Anca (Al ó en). El modo castizo
es á ancas ó á l/ts ancas, según el Dice,
de la Academia, ó día (jrupa; otros ad-
miten también en ancas. El v. anear
que se usa eu el Peni no es conocido en
Chile. Véase Enancado.— Auca de
rana y también pata de liebre se llama
en los ferrocarriles un carril de cierta
forma que sirve para los cambios y cru-
zamientos de líneas. Ninguna de las
dos expresiones aparare en el Dice.
También llamamos de anca de rana
(ancarrana, según el pueblo) cier-
tas cerraduras de casas antiguas y que
ya poco se usau.-Ser de anca es la
fr. que usamos nosotros por la castella-
na (pero que sólo se emplea en sentido
negativo) no sufrir ancas: no consentir
las caballerías que las monten en aque-
lla parte; fig. y fam.: ser uno poco to-
lerante, no aguantar injurias ni chan-
zas. A decir verdad, m;ls propia y lógica
es nuestra f r. que la española, porque la
nuestra expresa sencillamente la cuali-
dad de la caballería, como cuando se
dice caballo de trote, de paso, mientras
que en la otra no es fácil conciliar el
significado del v. sufrir con el de anca;
á no ser que se recurra á la acep. fes-
tiva (jue le da el Dice, haciéndolo si-
nónimo de nalga.
Anco, m. Corrupción da zanco: ca-
da uno de dos palos altos y dispuestso
con sendas horquillas, en que se afir-
man y atan los pies.
Ancuviña, f . (Del araucano anra,
cuerpo humano, y huiñán, estirarse).
Sepultura de nuestros indígenas. Es voz
casi desconocida en el pueblo. «Comi-
siónase á don Edwin Reed para que
haga excavaciones en las ancuviñas de
la hacienda San José de Piguchén».
(Decreto oficial de 13 de Enero de
1897).
Anchar, a. Ensanchar, enanchar,
fam., dar anchura. Aunque nada ha-
bría que objetarle en cuanto á la forma-
ción, sin embargo, el uso de la gente
educada y las autoridades de la lengua
no le han otorgado todavía el pase. Aquí
es bastante usado en el lenguaje fami-
liar y Cuervo llega hasta citar un pa-
saje de Alcalá-Galiano: «Venia bien
con el uniforme de las tropas ligeras
españolas de aquel tiempo, chaqueta
con alamares ceñida, pantalón igual en
color á la chaqueta, y en la cabeza lo
llamado entonces morrión, y después
chacó, que iba anchando según subía».
(Recuerdos de un anciano, pág. 129).
Anchi, m. Del araucano amchi,
afncho de cebada. Es de muy poco
uso, y esto en uno que otro lugarejo de
Chile, en el significado de harina de ce-
bada ó de trigo brotado.
Ancho, cha, adj. Véase Ai/ro.
Anchor, m., ó anchura, f.
AND
AND
Anda. f. En castellano carece de
sini;nhir _v sólo se usa en pl. (/</.•< aiulas).
ASKADA. f. Aiit. lo declara el Dice,
en el si^nifiaido de « viaje, camino, pa-
so». Nosotros lo usamos, sobre todo
familiarmente, por-acción ó efecto de
andar; en lo cual no tiene e(]nivu1ente
ni liav para que buscái-selo.
AxDAi.i'cisMO, m. Locución, ¡2;iroó
modo de hablar, propio y pt.-culiur de
los undalnces. Hace falUí en el Dicu.
y rcemplaz.iria con vent:tja la consabi-
da aba'viiitara/»r. An I. (provincial de
Andalucía").
AxDAM'ZADA. f. AcciÓM ódiclio pro-
pios de andaluz. Es vocablo bien for-
mado y necesario, rpie merece ser aco-
j;ido |)or la .\e-.ideinia. l"uent;i con la
autoridad de Jlenéndez y Pelayo: <Se
arroja á decir [el abate Marchena] que
la eanciíin A ln.% rtiiiuis df Ilálim va-
le má-s que todas las odas de Pindaiti
y Homcio junta;:: tremenda mi laliizn-
lili que ni siipiera en un hijo de Utrera,
paisano del verdadero antor de la o la,
puede tolerarse», f h'l A bufe Marclie-
mi, im.
Andamiaje, m. Awlainiíula, i.:
conjunto de aii<lami<>g.
.\.M)AK. Xo hablaremos de los vicios
de conjuu'ación en que incurren al},'U-
noii iliterato» re8|>ect<)dec8tc v., porque
pBra eso hay reuiclio en cualijuier tex-
to de ;»ramática: halilaa-mos si de tres
UH08 especiales que hemos notado en
Chile y que alr;unos pueden censurar
como incorrectos ¡jor no constar en el
Dice, de la .Vcailemia. Kl primero es
con la prep. en jwra desij^nar el tiiMiijío
no cumplido de e<lad (pie tiene una ]icr-
8onu. Asi es muy común entre nosotros
decir, por ej., 7V/i//o vfinlf anos nnn-
/ili'lnn 1/ ASiníeiJ Ion ninliiinn. ; Es cas-
tiza est» accp.? .Vo la apunt^i el Dice.
oficial: pero on el de Construcción y
réijiraen, de Cuervo, encontramos au-
toridiides que la le<;itim!in. ■( Ki-a de
j^randes días, m C muios aiithiha*.
(Berceo, Vúin de S. Millán). «Quan-
do miilodiere en edat de treinta años
[puede recibir orden] de preste o.f'/'í/r-
tidti I, r>, 27). iSin la prep. en y con
tiempo ])asado significa simplemente
tranxfurrir; lo que difieiv bastante de
nuestro caso. «.\l principio del s¡íj;uien-
te año, diez // oehn días andados del
mes de Enem, en Zar:í<íoza se hicieron
las bodas del rey de .\rairón y de doña
.Sancha». (Mariana, Hi<t. de Esp., 1.
XI, c. XII). « Representa en su sem-
blante [el .\uditorde (¡ueira] tener ya
itn fados los eiwiientn, ó á lo menos los
cuarenta y cinco de su edad». (Puig-
blanch, Opuse, ijramnliio-snlirleos).-
El segundo uso es el de la forma ande
usted, 6 ande simplemente, (pie emplea
familiarmente nuestro pueblo con cier-
to carácter interjectivo al principiar
las proposiciones que envuelven algu-
na iKindemciiin ó novedad. .Vsi, después
de saludarse dos |x-i-souas de confianza,
le dirá la una á la otra con la mayor
naturalidad del mundo: «.l/x/r, que á
mi me Im dado una fiebre <pie casi me
he muerto». También este uso está au-
toriza<lo por escritores españoles. « An-
de vd., señor, que estjis gentes no x'au
á los ministerios ni se dejan ver en los
SJilones de las cortes». (Lafuentc, Vin-
je.t de Fr. flenm'lio). «DL'cian unos:
;Andif, hijo, qué hueco va! Habrá (pie
en.sinuliar las callas para que pase su
señoría». (líuiz .\guilera, Proreiliins
nimiion ).-K\ t'-rcer uso es el de la for-
ma anda, rete en vez de /•*■ ó relé simjile-
inente. .fuan de Arona la censura en
su />/<•/•. de Peniíinismn.i y la tacha de
pleonasmo vulgar «pie no tiene más ori-
AND
ANE
gen que representar más pronta y ma-
terialmente el movimiento ambulativo
que no se percibe tan claro en las for-
mas ve y vele. Eespetamos la autoridad
del ilustre escritor, pero no pensamos
como él. A las citas que él aduce de
escritores españoles, podemos agregar
muchas de Juan del Enzina, de Torres
Naharro, de Tirso, Moreto, etc., y la
siguiente del B. Avila: «Anda vete, que
no quiero consentir en eso que me traes,
que está mi Señor delante y sus ojos me
están mirando cómo trabajo (Trat.
XXVII); y hasta ésta de Martínez de
la Rosa: n Anda, ve por las cartas. n-
Usamos también este v. precedido del
modo adverbial por a/n en dos sentidos :
para expresar la idea de poro más ó me-
nos, y para significar cierta igualdad ó
semejanza. Ejemplo de lo 1.": «¿Ten-
drá este niño nuoá diez años?-/"»/' ahí
aadará.T) De lo 2.°: «¿Cuál de estos
niños tendrá más edad P-Z'oí- ahi anda-
rán». No creemos que este uso consti-
tuya un chilenismo; pero ojalá lo hu-
biera tomado en cuenta el Dice. Lo
único que á este respecto hallamos en
el es que el modismo por ahí, por ahi
significa poco más ó menos, y de él sin
duda ha nacido la fr. entera andar por
ahí. Admítela Caballero en su Dice, de
Modismos.
AjíDARiVEr,, m. Aquí y en otras par-
tes de América se llama así el mecanis-
mo empleado para pasar ríos y hondo-
nadas que no tienen puente, y consiste
en una cesta ó cajón, que, pendiente de
dos argollas, corre por una cuerda que
se ata en los dos extremos de la distan-
cia qne se quiere salvar. B! cesto ó ca-
jón se llama oroija, y la cuerda, tara-
¿»íVrt, ambos admitidos. La misma suerte
esperamos para aniIarirel.-VjSto escri-
bíamos antes de la 13." edición del
Dice, en la cual figura ya nuestro vo-
cablo con las siguientes aceps.: «Ma-
roma tendidaentre las dos orillas de un
río ó canal, para impulsar y dirigir el
movimiento de una barca ó balsa. ||
3íar. Cuerda colocada en diferentes
sitios del buque, á manera de pasama-
no, para dar segm-idad á las personas
ó para otros usos». Aunque no hay en-
tera semejanza entre la definición nues-
ti'a y la del Dice, hay que resignarse
y esperar, porque tampoco es uniforme
en Sud-Amériea el significado de .-l^i-
darivel.
Andino, na, adj. Perteneciente ó
relativo á la cordillera de los An-
des. Figura por primera vez en el
Dice.
Anduiuííal, m. U. m. en pl. y sig-
nifica «paraje extraviado ó fuera de
camino,» y nó barrizal, lodazal, como
malamente creen algunos.
Añedir, a. Es v. muy usado en
nuestro pueblo en vez del correcto aila-
dir (en el significado material do agre-
gar una cosa á otra, como hilo, soga,
cuerda, tela, paño, madera), y lo con-
juga con las mismas irregularidades
que pedir: anido, anides, etc. Es raro
que el Dice, no lo incluya siquiera co-
mo anticuado, pues se usó en Espaiía
por lo menos hasta el siglo XVI, y es
más conforme que el moderno añadir
con su original latino annécíere. Val-
buena lo emplea repetidas veces en su
tSifflo de oro, pero en la forma añedir;
lo cual es todavía más conforme con
annédere, porque en castellano es co-
sa corriente el que las dos enes latinas
se conviertan en ñ: anutis (año), pan-
niis (paño), stannum (estaño), etc.
Además, el que la ñ del siglo XVI se
haya ahora convertido en n, tampoco
es raro en castellano, como se ha he-
ANE
ANE
dio con los niiticna<lo6 iiiihla'in, ñudo,
y muchos otros.
AXEfíAn, a. y li. t. c. n. Xoescoin-
pncsto de nfijur. y |ior eso no se con j upi
como éste (jo aniegro) sino yo nnei/n,
lú iiiifi/ii.t, etc., á pesar de baber ejem-
plos de la coiijn<racii)u irrejrnlar en
Juan de Castellanos y en autores ante-
riores al siplo XVI. KI etimologista de
la .\cadcmia lo daba antes como prr)-
ccdente del bajo l.itin tineyare, corres-
¡londientc alcl;i-<ico it Im^-nre; pero aho-
ra se ha corn>gido diciendo que aiu^/nre
viene del antí^ruo alto ak-mán hñignn,
siimi-niir. Víase Anieg"0.
.\.VWO, JA, ó AXE.XO, .\A, adj.
.VxKMiKORDto, m. .\rpa eolia. Ad-
mitido en el liltimo Dice.
.VXKMOGRAKÍA, f. Parte de la inete-
reologia, (¡ne trata de la descripción
de los vientos. .\;lniitido por primera
vez, como asimismo los seis siguientes.
.VxEMor.RÚico, ex. adj. Pertene-
ciente ó relativo á la áncmografia.
ASEMijORAFO. m. El que profesa la
ánemografia ó en ella tiene especiales
conocimientos. || .Viiemoscopio, ó ins-
trnmoiit/» que sirve jMra indicar los
cambios de rlirección del viento.
.Vxesiomktría, f. Parte de la raete-
rcolo^ia qne enseña á medir la veloci-
dad ó la fnerai del viento.
AXKMOMKTRICO, CA, adj. Pertene-
ciente ú la ¡inemometria ó al anemó-
metro.
AXKMO.sfoi'io, m. .\.iicmó<ímfo, 2.'
accp.
AXKfifíRÁKlco, lA, adj. Dicesc de
la meiJalla, lápida, etc., que carece de
inscripción, y del escrito que no tiene
titulo ó e¡>(f;rafe.
AxKriTKSiAR, a. Pro<lucir la anuste-
íbi en algiin ser animado. I', t. en sen-
tido fi[r. Es V. necesario, bien formado
y nsndo ya en amlws continentes: s<ilo
esjK'ra la aceptación de la Aeideinia.
«Finlandia no es uno de esos pueblos
iiiif.'</rxii''/o>^.M (Pardo Hiizán).
Anexionamiento, m. Hasta y
sobra con iniPjrión^mM fácil de pronun-
ciar y m;is conforme con la índole del
idioma.
Anexionar, a. Aunque usado jjor
Valera y por Menéndcz y Pelayo, es
innecesario: bastj» y sobra con (inexar,
que es el legitimo y bien formado y
qucexpresi» exactamente la misma idea.
Va siendo ya verdadera plaga la can-
tidad de verbos que, formados como
éste, estamos diariamente usando. En
e«t4i categoría están aprovisionar,
decepcionar, iiiinr;„n,ii^r, evolu-
cionar, expansionarse, extor-
sionar, fusionar, ilusionar y
desilusionar, Ifsion'ir, misiotiar,
refaccionar, revolucionar, -sr-
Ifriioiiitr, ne.ti'i/inr, snliifio/inr. El ulti-
mo Dice, admitió á siiliirii'i'iiinr. .al-
gunos de estos verbos son inadmisibles
y creemos que nunca entrarán en el
lenguaje académico; otros tardarán iin
poco; y otros pueden ya usarse desde
luego, aunque no aparezcan en el Dice.,
con el solo ejemplo (pie tenemos de los
buenos escritores. Tales serían : emorio-
luirse, Ip.iioit'tr, nii^imitir, Kfsioiuir y no-
liiciorutr. Para <|ue mejor se vea el uso
y la propensión de nuestra lengua en
esta clase de verbos, pongamos ahora
algunos de los corrientes y castizos:
(ireioiKir, HtlirioiKtr, njirúiiiiír, colercio-
liar, amiixioii'ir, courrccioiutr, conffc-
cioimr,fr(irnoiuir,fuíuio»nr,iirfiioimr,
iin¡trn<io)i'ir, denimprexinnnr , insp^nrio-
iiitr. iiiKHnrrfioiinr, mmin'oii'tr, miini-
rio»iir, oriigioiiiir, })Piisioiuir, jirrfrrdo-
liar, posi'sinii'ir, rrflerinniir, rrlnrinniir,
saiirionar. Flsta cantitlad de verbos tan
60
ANF
ANG
usuales y castizos, al lado de otros tan-
tos incorrectos, está indicando que la
materia es delicada y que debe prece-
derse con tino y parsimonia. La regla
práctica que podría darse es: que por
lo general no debe admitirse un v. de
éstos cuando ya existe otro más cort'o
formado déla misma raíz: como fu-
sionar y /«w/íV, anexionar y
mwmr, revolucionar y revolver.
Anexionismo, m. Sistema que fa-
vorece y defiende las anexiones. Puede
admitirse.
Anexionista, oom. Partidario del
anexionismo. Ü. t. c. adj.: partido ó
poUlica anerionifita. El Dice, lo admite
en el Apéndice, pero declarando que
sólo se aplica á persona.
Anfictión, m. Cada uno de los di-
putados de la anñctionía. Admitido.
Anfictionado, m. Cargo de anfic-
tión. Usado por Castelar y conforme
con la índole del idioma, ha sido ad-
mitido en la 13." edición del Dice.,
juntamente con
ANFiCTiONÍA,f.Confederacióndelas
antiguas ciudades griegas para asuntos
de interés general. || Asamblea de los
anfictiones.
Anfjtrite, f. Diosa del mar, hija
del Océano y de Doris y esposa de Nep-
tuno, según la Mitología. Como en la-
tín y en castellano es corriente usar
este nombre por mar ú océano, en ge-
neral, convendría que el Dice, lo ad-
mitiera ya en sus columnas, y nó es-
drújulo, como erradamente lo escriben
algunos, sino grave, como lo es en
griego y en latín. Ovidio, al principio
de sus Metanwrfosix, dice:
neo lirachia li>ni;n
Margine terrarum iinrrcxerat Am/iliilrili'
Y Don José Joaquín de Mora, en una
oda á Martínez de la Rosa, escribe:
El Noto
Desencadena en vano sus rugidos,
Y en vano entumecidos
Se abren los senos de Aiifítrite airada.
También se da el nombre de Anfitrite
á uno de los asteroides. (El novísimo
Dice, omitió el género de aaferoide,
que, según el penúltimo, es m.)
Angarilla, f. En ninguna de sus
varias acepciones tiene sing., sino úni-
camente pl. (las anyarülas).
Angarillada, f. De tan buena for-
mación como carretada, palada, etc.,
reclama su lugar en el Dice, en el sig-
nificado de-carga que se transporta en
angarillas, ó cantidad que cabe en ellas.
Son muchos los sustantivos castella-
nos que para expresar lo que cabe den-
tro de una cosa se forman agregando
al positivo la terminación ada. Así, á
más de los nombrados, tenemos, entre
otros: ak azada, bocanada, hvchacla,
ciidutrnda, esportada, esquifada, gale-
rada, lanchada, nidada, panzada, re-
dada, sartenada. Y, si tan claro está
indicado el procedimiento, ¿por qué no
hemos de agregar los chilenos, además
de anjjarillada, caiutMada, carretillada,
cochadu, fuentada, tebrilluda, nari-
fjada, paitad :i, pañuelada, polle-
rada, ponchada, sombrerada, etc..'
Contra fuentada y pañuelada
puede argüírse que mejores serían las
formas fontada y pañolada, porque la
propensión del idioma es contraer en
o el diptongo iie en casos como éste: y
contra pollerada podría objetarse
que el primitivo pollera no es cas-
tellano. Convenido: pero, á lo menos,
no nos niegue el Dice, el derecho de
ANG
ANI
el
formación y principie ya ;i acoger al-
•„'un:ia ik' estus voces.
Angrarillear. a. y u. Trans[)ortar
en unuparilliis; tnibijur con ellas. El
Dice, sólo admite tiwj(trillf¡r,íi.: poner
angarillas á una cabalg-adtint. E:tas
angarillas no son conocidas en Chile y
consisten en una armazón de cuatro
piilos clavados en cuadro, de los cuales
penden unas como bolsas grandes de
redes de esparto, cj'iñamo li otra mate-
ria flexible, que sirve pira transportar
en cabalgaduras cosas delicadas, como
vidrios, loza, etc. También llaman asi
en España las aijuadera.i, ó scii, otra
armazón con divisiones para llevar de
la misma manera en tintaros ó barri-
les agua ú otras cosas.
AxoAS, f. pl. Es voz que sólo hemos
visto usada en la fr. fig. por anijas ó
por mmujax, ó bien, sen por angas, sea
por mnivjas, la cual no hemos encon-
trado en los diccionarios. Usámosla
nosotros en el significado de-de un mo-
do ó de otro, de todos motlus, en todo
eiso. Parece no tener otro origen que
la consonancia de las ¡xdabras.
Axr.ELiTO, m. Úsalo nuestro pueblo
¡Kir-cadáverde un p^irvulo, sobre todo,
cuando está vestido y adornado pjira
el velorio. Vwise esta voz.
AxfiELUS, m. Ya es tiemjx) de «lUe
el Dice, admita estji palabra de uso ge-
neral y que podría definií-se: '(Oracio-
nca que al toque de campana rezan los
fieles al amanecer, ai mi-diodía y al
anochecer, y en la.s cuales se rejiite la
siilntación que el Ángel liizoá Xuestni
Señora, cuando le anunci'i la concep-
cióndel VcrU» Eterno. || Tof|uede cam-
paiui que anuncia estas mismas oracio-
nes». Hasta hoy no se lian podido nnar
en ambos s^-ntidos sino las ¡lalabras
ontriunen, que es tan genérica, y ari-uui-
ritix, que no dice toilo lo (]ue se com-
prende en el án;/elii.i. En su tiempo de-
cía el académico Don Fermín de la
Puente y .Vpezechea que había algunas
docenas de e#|xiñolos que pretendían
llamar á las onir iones el <ai¡fe/ux; pero
no previo el buen escritor (jue bien
pronto se multiplicarían y generaliza-
rían esas docenas, como de hecho ha
sucedido. Díganlo, si no, Trucha, la
Pardo Bazán y tantos otros así de Es-
paña como de América.
Angina péctoris. Hablemos
castellano y digamos como manda el
Dice: anijinn de pe<ho. La íinf/iiiii en
general se llama también eni/ina.
AsHiDUiTA, f. Roca de mayor den-
sidad y dureza que el yeso, formada
por un sulfato de cal anhidro. Admi-
tido por primera vez.
AxiDAU, n. Hacer nido las aves, ó
vivir en él. || tig. Morar, habitar. || a.
fig. Abrigar, acoger. Es lo que dice el
Dice, sobre este v.; de lo cual pirece
deducirse que no puede emplearse co-
mo r. (anidarse), que es como ordina-
riamente lo usamos en Chile; sin em-
bargo, lo dicho en Amanecer sobre esto
uso cnasi-reflejo de algunos verbos y
el ejemplo de buenas autoridades abo-
nan la práctica chilena. Como autori-
dades, hé aquí cinco:
Pomas alegres, <lii el placer te anilla,
Vciitanatt del alcázar de lu vida.
( Bem. de Valtiuena, Nú//o de oro, (<gl. }).
Hombre es ja, en fin, en sociedad te auida.
y el ciclo alegre li t\i ventura ríe.
(Quintana, .1 J>. /!. Moreno, SuAic rl eitudiu
■tr la Poenia).
Ven del Liliano ya, mi ilulce eH{Ki<ia,
A «'«ironurte; y mira la fiirtiin»
Con i|iie reina y «efiora serii» luego
De Amana, llernnin, Kanir, li do ir anota
Kl león, e intimida
Kl leopardo con nú viiita licru,
((íonziile/. Carvajal, AV Ciinlicu ile luí cin-
<;co,,c IV),
ANI
ANO
Al alma noble,
Do la inocencia pliícida se aii'nla.
Ni el peso de los Ki'illüs la atornieiita,
Ni el son de los cerrojos la intimida.
(Gallego,^ ta muerte Je la Duque/a de Fr'iaí
Soles de un cielo do el amor ap anida.
(Duque de Rivas.)
Anieblar, a. y r. ó aneular. El se-
gundo se conjuga anieblo, anieblan, lo
mismo que el primero.
Aniego, m. ¡Admiraos, señores
gramáticos! Aun la Academia, la Real
Academia Española, transige con los
errores. Si ya nos daba ella misma á
aneyamiento, anegación, inundación y
otros, ^;para qué nos viene ¡i ofrecer
ahora por primera vez en la 13." edi-
ción del Dice, este bicho de anieg"0?
Decid si por vuestra parte lo aceptáis.
En caso afirmativo, hacedlo con bene-
ficio de inventario, porque, una vez
aceptado, tendréis que conjugar el v.
anegar de manera que queden mojadas
y se anieg'lien todas vuestras gramá-
ticas. Pensadlo bien. «El s. aniego que
como americanismo cita Bello, debe de
ser andalucismo, pues se halla en las
Escenas andaluzas, pág. 80. (Madrid,
1847).» (Cuervo, Notas á la Gram. de
Bello).- Véase Anegar.
Anilina, f. Admitido por primera
vez en la 13." edición del Dice: alca-
loide artificial, líquido, incoloro, aro-
mático, de sabor muy acre. Se usa mu-
cho en tintorería.
Anilla ó anillo de servilleta, por
más que lo digan los mismos españo-
les, no debe llamarse al servilletero:
«aro en que se pone arrollada la servi-
lleta».
Animador, ra, adj. Aunque cas-
tizo, no tiene el significado Aejaleador,
que aquí le damos. Véase Animar.
Animalada, f. Borricada, burrada
brukdidaii, dicho ó hecho necio. Suele
también usarse entre rústicos por-con-
junto de animales. En la 1." acep. aca-
ba de ser admitido; en la 2.", nó.
Animalidad, f. Calidad de animal.
Admitido recientemente.
Animar, a. Muy castizo; pero no
tiene el significado especial que le da
nuestro pueblo, de «animar con palma-
das, ademanes y expresiones á los que
bailan, cantan, etc." Esta idea se ex-
presa en castellano con jalear, a., j ja-
leo, va., y la interj. fam. que en estos
casos se repite es ¡alza!
Anímico, ca, adj. Perteneciente al
alma humana. Es vocablo bien forma-
do y usado por buenos escritores, y ha-
ce falta en el Dice.
Animosidad, f. k pesar de las ad-
vertencias de Baralt, sigue animosa la
Academia dando á este s. el significado
da-ojeriza tenaz.
Anisal, m. Anisar: tierra sembra-
da de anís.
Anivelación, dor, ar. Mrela-
ción, dor, ar.
Anoche, adv. t. Dice el etimologista
del Dice, que este adv. se deriva de a
y noche; lo que es un error: 1.° porque
nunca estas dos voces juntas podrían
significar lo que significa anoche; y 2."
porque la verdadera etimología es el
ablativo latino hac nocte, en esta noche
suavizado y convertido con el uso en
anoche, al modo que hac hora se con-
virtió primero en agora y después en
ahora, y hoc die en /wy.- Véase .Iyer.
x4.N0D0, m. Polo positivo de una ba-
tería eléctrica. Admitido en el último
Dice.
Anonáceo, a, adj. Dícese de árboles
y arbustos que tienen los caracteres de
A NT
ANT
la anona. || f. pl. Familia de estas plaa-
UiS. AJiiiitido por primera vez.
AxosiMAMEXTE. iidv. III. De modo
uniiniíno. Falta en el Dice.
Anorca. f. Xueza blanca. Reem-
plazado en el ultimo Dice, por (inorzu.
AxoRMALiUAi), f. Calidad de anor-
mal. Es vocablo bien formado y digno
de admitirse.
.\.NSiAR, a. Conjiigase ansio, ansias,
conforme á su raíz (el s. ansia), y tam-
bién ansio, tiiuia.t. De las miiclias citas
acumuladas por Cuervo se deduce que
modernamente va prevaleciendo la for-
ma ansio.
.\.\TAf;o.NisMO, m. Rivalidad, oposi-
ción habitual, i-specialmentc en doctri-
n:«s y opiniones. .\un(iue no le mostró
Bamlt buen ík^iublante, admitiólo la
Acaduinia, juntamente con sus de-
rivados A.sTAGóxico y AxTA<;o-
XI8TA.
AxTK. Prep. inseparable que denota
prioridad de tiempo i'i otra cualquiera:
itnifaijer, iinleritinnrn, an/einnnil, an-
tf/Htnfr. Tomamos estji definición de la
firumática de la Academia, ptóríjue su
Dice, tuvo á bien omitir todo el artí-
culo; lo que es sensible, porque una de
lan principides riquezas de un idioma
consiste en xus partículas componentes.
Con ésta formó el sabio Don .\ndri's
Bello la nomenclatura de todos los tiem-
jx» coinpuf-stos de los verbos cistella-
nos, en lo cual hizo un ^'raii servicio á
la lengua. Como esta nomenclatura es
tan ii-sada en toda la América Latina
y es raiis lógica que la misma de la .\ca-
demia, ya podía la docta corpor.ición
lialx.Tla incluido en su Di»;., ya que no
la lia adoptado en su (iramáticu. Es-
liéramos pues rpie un día acepte los
siiruienteM nombres: nn/f/irescn/i; un-
/>vo/iretrri/o, nii/ejire/érifo, an/n/ioij/re-
térito, antefuturo, y con m:L« niztin ro-
jiretériio y pospr^téri/o.
Ante, prep. «Delante ó en presencia
de alguna persomiu. Yerran jiut-s los
qne dicen ante las palabras, an-
te las ideas, ante los pensa-
mientos, razones, dictados,
etc., porque todas estas son < i«(/.< y nó
jier.sonas. Xi aun la prosopopeya podría
autorizar semejante lenguaje, á no ser
tratándose de cosas materiales ó cajja-
ces de pei-sonificarse. Asi dice Cervan-
tes de su famoso héroe «ique estaba
determinado de no parecer ante sufer-
moxura [la de Dulcinea] hasta que
hubiese fecho fazañas que lo ficiesen
digno de su gracia •• ; y .Jovellanos: h Im-
¡niro incienso quema ante sux anisu.
AXTEAXOCHK, AXTKXOCHE Ó AXTES
DE AXOCHK, adv. t.
AxTEAven, axtieu (fam.) ó axtes
DE AYEIl, adv. t.
Antecristo, m. Desde su funda-
ción viene la Academia autorizando
este error, permitiendo que se diga
Antecristo y An/inix/o. Si untf en
composición denota prioridad de tiem-
po ú otra cualquiera, y anti, oposición
ó contrariedad, es evidente que, tratán-
dose de ■! aquel hombre pervereo y dia-
bólico (|ue ha de perseguir cruelmente
á la Iglesia Católiai y á sus fieles al fin
del mundo», debe usarse esta última
partícula y nó la primera, poniue la
idea dominante en su nombre no es la
de venir antes de Cristo, sino la de ser
rtintiario ú opuesto á Cristo. Ya en su
tiempo quiso San .\gu8tiii eiiiiu-iidar
el error de decir Anlfflirislus, arguyen-
do con esta misma razón y concluyendo
( Tn fJpixt.Joan., tract. III, n. 4): Xon
sir ilirilur, ner sif srriliitw (no se dice
ni se escrilx; así). Séjianlo pues todos,
para que sólo se e.scriba y pronuncie co-
(i-t
ANT
ANT
mo debe ser: Anticristo. Si en algunos
clásicos y autores respetables se lee An-
tecristO, atribuyase á error común
ó á yerro de imprenta. No vale alegar
con Rivodó que la partícula anti es
también una modificación de ante, co-
mo se ve en anticipar, antifaz, antipa-
rras; porque estas voces, únicas que
pueden citarse para el caso, tienen fá-
cil explicación: anticipar no es caste-
Ilauo,sino que es recibido directamente
del latín anticipare; y en antifaz y an-
tiparras puede sostencráe el significado
de nnti, contrario ú opuesto.
Ante.iitkgo, m. Mecanismo de los
coches ó carruajes que está sobre el
juego delantero y le permite girar. Es
voz muy usada en Chile, bien formada
y digna de adoptarse, si es que no hay
otra castiza que exprese la misma
idea.
Antelar, a. No existe ni puede
existir en castellano. Los que lo usan
se han paralogizado con el s. antelación
(anticipación con que, en orden al
tiempo, sucede una cosa respecto á
otra) y han dado por supuesto que,
existiendo este s., ha de existir tam-
bién el V. correspondiente. Pues nó,
señores: atiendan ustedes á la lengua
madre, la latina, tan perseguida de
nuestros sabios, y verán que están ver-
gonzosamente equivocados. Antelación
es s. verbal del v. antéfero, por lo cual
debería ser en castellano anteferir,
como los demás compuestos áf¡\ fero la-
tino (cu.iferir, deferir, pr(ferlr, trans-
ferir, etc.), pero jamás antelar, que
es lo más contrario que ha podido in-
ventarse á las reglas de formación del
castellano. Así que, mientras no desa-
parezca el buen criterio lingüístico,
desterremos de todas partes este mal
formado neologismoy quedémonos con
el casero anticipar, que lo reemplaza
en todo y por todo.
AxTE MKR[UtEM. Expresión latina
que significa antes del meridiano ó del
mediodia. Es usada en todas partes y
con más comodidad que el adj. ante-
meridiano, que poco se presta para las
terminaciones plurales. Haría muy
bien la Academia en admitir á Ante
meridieui; aunque no sabemos cómo se
las avendrá con el nuevo decreto del
gobierno españ )l sobr» contar desde
una hasta veinticuatro las horas del
día y de la noche juntamente. Por lo
cual ya no dirán los csp.iñoles las ocho
antemeridianas (ó ante merúliem) ni
las nueve postmeridianas, sino las ocho
simplemente y las veintiuna. ¡Progre-
sos del siglo XX!
ANTll;^í.^.CIDO, da, adj. Nacido antes
de tiempo. Úsalo el clásico Fr. .Jeró-
nimo de San José en su Genio de la
Historia (III p., c. III): «Los [libros]
que en menos salen á este mundo, ó
son hijos abortivos, ó como antenaci-
dos duran poco.» La voz está bien for-
mada y no desmerece de ser admitida,
cuanto más que no hay otra con qne
reemplazarla, pues sietemesino y nona-
to, que algo se le acercan, no significan
lo mismo.
Anteojera, f. En sus dos acepcio-
nes de-caja para anteojos y pieza de
vaqueta que se pone al lado de cada
ojo á las caballerías de tiro,-autoriza
el Dice, para que se diga también an-
tojera. 'lÁ qué conducen confusiones
como ésta? Muy bien está anteojera,
porque se deriva de anteojo; pero, nn-
tojársele también antojera, es para «¡ue
le digamos que es el peor de los antojos.
Limpie de una vez, señora Academia,
su Dice, y fige la verdadera escritura
de las palabras.
ANT
ANT
C3
A.STK OMXIA. V.\\iT. latina que sig-
nifíca tiHte.t tie lo<la.i liis cofíis ó ante
íotlo, j qoe podría fi;:urar en el Dice,
porque no carece Je uso.
AxTErAUO, ni. «Estancia pequeña
que baj en los teatros detrás de los
palcos, separada de estos por puertas
ó cortinas.» (Dice, de Zerolo). Tanto
en autores cliilenos como en espiiñoles
hemos visto usada esta roz; mas, co-
mo en materia de teatros no somos au-
toridad, dejamos á la Acídemia el re-
solver sobre su admisión. Lo que es hi
forma de la palabra, no puede ser mejor.
A.VTEPASADO, DA, adj. « Diclio de
tiempo anterior ó pasjulo». Así dtliue
el Dice., y parece que sin razón, por-
que, si lo que ac"abi: de pasar es sim-
plemente pasado, lo tiiitej>a.vi)l» tiene
que .ser lo anterior á lo pasado. Así,
respecto de este año 1U02, el año pasa-
do es el 11101, y el antepasado el 1900.
Asi lo usamos en Chile, y, sefrún p!irece,
estamos en la verdad. Lo confirman
los demiis compuestos de ante, como
antepenúltimo (antes del penúltimo),
anteportada (anti-s de la portada), an-
tesala (antes de la sala), etc.
An'TEI'OXEIi, a. Sólo ahora, á entra-
das del si^lo X.X, le ha dado la Aca-
demia su Verdadero significado de —
<|)oner delante»: f^iempre lo había
tenido con el úm"co de prefirii-.
.\STEi'KOVEfTO, m. Conjunto de
trubujos ¡>relim¡rKires para redactar el
proyecto de una obni de ariiiiitectuní
ó de in};en¡eria. AdiriitiJo por prime-
ra vez. De los compuestos de protjrrio,
más usado es entre nosotros nmlrapro-
yerto, que trxlavía no ha merecido ca-
bida en el I >icc.
AxTKS, adv. Xo consignan los dic-
cionarios un significado muy exjjrt-sivo
j enérgico de esta voz usada al princi-
l>io de una proposición. .\lgo se ¡icorca
á la acep. que le reconoce la Academia,
de íconj. advers. que denota idea de
conlniriedad y prefei-cncia en el senti-
do de una proposición respecto del de
otra. El que está limpio de pecado no
teme la muerte: axte.s la dexea.y> El
sentido á que nos referimos denotjj la
idea de contrariedad, pero nó con la
pro|X)s¡eión expresa, sino con un con-
cepto tácito anterior que para el racio-
cinio no es menester expresar: tiene
algún [«arecido con la figura de Retó-
rica llamada corrección. Xos explica-
remos con algunos ejemplos. « Fué
tanto lo que comió Pedro, que le so-
brevino una fuerte i ndigestión.-/l«/M
no reventó al instante«, interrumpe el
interlocutor. «Es mucho lo que he pa-
decido y trabajado: antes estoy con vi-
da.!■ lluy frecuente es este uso en Chile
y lo ciwmos enteramente castizo.
Antesalazo, m. Así llamamos en
lenguaje fam. la larga espen» de una
persona en la antesala. No estil mal for-
mada la plabreja y es expresiva; pero
h:ista ahora no la admite ningún dic-
cionario. En castellano sólo existe la
fr. haier uno antesala.- aguardar en ella
ó en otra habitación á ser recibido por
la persona á quien va á ver. La cual
cstii bien para la idea de recibir ó lle-
varse un antesalazo, pero nó para
la de darlo, que habría que expresar
por alguna ¡xrífrasis demasiado larga.
El chilenismo, expresivo y sonoro, se-
ria pues bastante lilil.
Antetecho, m. Vuelo ó alero qnc
se antepone al techo. Es voz bien for-
mada y n( cesaría, y de uso en todo Chi-
le: siilo falta (Ule el Dice. la acoja en
BUS columnas.
AxTi, «prc]). insep. que denota opo-
sición ó contrariedad. .\xtiti>/o, ax-
fin
ANT
ANT
iipúlrido.Ti Es toJo lo que dice el Dice,
sobfc esta partícula, rica mina del idio-
ma, y en seguida inserta una que otra
de las muellísimas voces que con ella
pueden formarse. A juicio nuestro, de-
bió agregar: 1." que puede esta partí-
cula anteponerse á casi todos los adje-
tivos castellanos, y especialmente á los
que denotan ideas que admiten oposi-
ción 6 contrariedad; como antiireligio-
.10, aníiratólico, antkrisiíano, antipa-
triótico, antisemítico, anü/Uósofo,
antiUhcral. (Con esta observación nos
eximimos de colocar aquí los innume-
rables adjetivos compuestos de aníi,
usados por buenos autores y que no
aparecen en el Dice); 2." que puede
también anteponerse ;i los adverbios
procedentes de estos mismos adjetivos y
:i algunos sustantivos, como antisemi-
tismo (Valera), antipatriotismo; y 3."
que en la formación de estas palabras
se proceda conforme á la índole y bue-
na composición del idioma; según lo
cual las voces qnc resulten han de ser
llenas y sonoras y limpias de vocales
inútiles, como puede observarse en an-
tartico (=antÍártÍCO), antonomasia
y sus derivados (=antionomasia),
untaijonismo y sus derivados (=ail-
tiagonismo).
Anticipo, m. Ya tiene la acep. de
«dinero anticipado»!.
AnticuaI!, a. Véase Uau (Yerisos
EN).
Antidiluviano, na, adj. La
atracción natural que ejercen entre sí
las vocales ha hecho que la i de la sí-
laba di convierta en i la e de la partí-
cula ante, porque la verdadera palabra
es antediluviano. La razón es el distin-
to significado de ante y de anti: ante
significa prioridad de tiempo, y anti,
oposición ó contrariedad. Antediluvia-
no es anterior al diluvio universal; y
antidiluviano, si alguien lo quisiera
usar, significaría contrario ú opuesto
al dihnio.
Antifonario, ria, m. y f. En
castellano sólo está admitido antifona-
rio y significa el libro de coro en que
PC contienen todas las antífonas del año.
También se llama lihro antifonario ó
antifonal. Entre nosotros se llama ma-
lamente antifonario al hombre des-
tinado en el coro para entonar las an-
tífonas. El Dice, enseña que se debe
llamar antifonero; sólo le pedimos que
extienda su misericordia hasta darle
también el género femenino (antifonc-
ra), porque también las hay en los
conventos de mujeres.
Antinatciíal, adj. Aunque el Dice,
nos lo niega y en cambio nos da á con-
tranatural (contrario al orden de la
naturaleza), no vemos por qué se deba
exchür del idioma, cuando es tan ex-
presivo y tan bien formado como este
último. «Era el sueño fatídico de una
horrible pesadilla producida por la pe-
na, ó por una bebida ponzoñosa y an-
tinatural.y> \^Larra). Úsanlo también
Valera y otros.
Antinomia, f. «Contradicción entre
dos leyes ódos lugares de la mismalcy ».
A esta acep. etimológica y fundamen-
tal agregó el nuevo Dice, la siguiente,
más general: «Contradicción entredós
principios racionales».
AntiOGO, n. pr. m. Antioco.
ANTii'iRiNA,f. Medicamento en for-
ma de polvo cristalino, blanco é ino-
doro, que se emplea como febrífugo y
antinervioso. Por lo conocido y usado
que es, merece ya figurar en el Dice.
Comprendemos que no puede ni debe
éste dar cabida á todos los nombres de
medicamentos que se usan y de cuyos
ANU
ANU
annncios csUin llenos los diarios; pero
otra cosa es cuando son de todos como-
cidos y Dsndos.
AxTHOPÓLOCO, ni. «El que jirofesii
la antropol(i;j;Í!i ó en ella tiene es[)wiii-
jes conociniieulos.» Admitido en el úl-
timo Dice.
AXTrco, r\, n. pr. ra. y f. Dim. de
Antonio, núi, rany usado en Chile. U.
t., pero menos, Aníoni/o, la. Los espi-
úolesdÍL-en Anfón, tut, y Antoñiitlo, la,
A.Nl'AL. ndj. Dicen y escTÍlx:ii mu-
chos, incluso literatos del fnste de Pé-
rez (íaldi'is, «[ue nn;i porsoiui «juna ó
recibe tantos pesos ó duros anua-
les, mensuales, etc. Curioso seria
conociT '•>t;i chise de moiiitlas, siijuiem
para ofriverlas en buena venta ¡i les
«¡ue forman y mantienen monetario?,
portiuc sin duda han de ser de cuño
mny especial. liO que no s;il)enios es si
la colección principia desde lo« pesOS
diarios. si?ue por los semanales,
mensuales, bimestrales, tri-
mestrales, semestrales, conti-
mii i"ir los anuales, bienales,
trienales, cuadrienales, quin-
quenales, o lÚStriCOS, y acaba en
los seculares; iy)rfiue, si las cosas
han de ser cuaiplctas, más bien más
qne menos monedas delteria de tener
c«teorif,'inal sistema.- IVro el novísimo
Dice., se nos ar.'üiri, ha correíjido las
definiciones de toilos estos adjetivos,
diciendo iijue sucede ó se repite cada
día, semana, etc.», en lu;^ar de «que se
liace ó sucede cada », como tenía
untes escrito. — No lo negamos; ¡xto
tambii-n es cierto ijue hay varias ik(i-
nicioncs del Dice, que dejan mucho
«pie desear, ya por lo vagas y poco
precisas, ya porque no se ajcistan
exactami.'nte ú lo definido ó jK)r<|ne
degeneran en de8(.:rip<.'ión, y descrip-
ción demasiado individualópartieular;
y del número de estas malas definicio-
nes son las de to<los los citados adje-
tivos. Y la razón es clara; ponjue lo
€que sucede ó se n'pite cjula día, sema-
na, año, etc.», no son los pesos, sino la
renta, sueldo, canon, etc., ó a-a, laen-
tn^'T-i ó reeepciiin de estos últimos. Así,
se dice, y es como dclie decirse, renla
iiniKil, xtiflilo mensií/il, gaiuiU'-ia ¡lid-
ria, ranoii nrmeslrnl; pero peSOS
diarios, mensuales <) anuales..
...;ps! apenas para la cüliversaeiiiii fa-
miliar, y eso, porque aun en ella con-
sideramos esos adjetivos como simple
corrupción del adv. correspondiente.
Cuando uno dice, por ej., Hnito ríen
pesos mensuales, quiere decir que
los <;aiia indisu'ilineiitf, y, si no emplea
el adv., es ponjue es más desconocido
y larpro ()Ue el adj. y tiene cierta so-
lemnidad y entonación que mal se avie-
nen con lo llano y pedestre de la con-
versación familiar. Por esta razón, si
se nos objetara con alj;una cita de clá-
sico, que no es difícil hallar en los
Pii.tliiitx tlr Ilelin de Lope de Vifra,
l)or ejeiniilo, contestaríamos que ahí
está usado el adj. de una manera fami-
liar, y por eso piiecle tolerarse; pero
que, examinado el si<;nificado intrín-
seco de los términos, en len;;naje a-rio
es de todo punto reprobible y absurda
tal concordancia. Si así no fuera,
tendrían que convenir sus defen.sores
en que tanil)i('n iincde decir-n; pe-
SOS temporales, permanentes,
perpetuos, vitalicios y hasta
eternos, sempiternos y per-
durables. Ani^-n.
A.Nnii,AK().\nu,AU,y tambiénAS"LT-
ltl,.^l: y Sciü.AU, ant. Toilos se usan
t. c. r.
A.vf.NCiACió.v, f. Fiesta con que la
68
ANU
ANO
Iglesia celebra el misterio de l;i Aiuin-
ciación. Adición del último Dice.
Anunciar, a. Dice Cuervo que son
aplicaciones especiales, imitadas del
francés, lasaceps. de-avisar, dar noti-
cia al público, decir el nombre de al-
guien que va á presentarse, y refi.,
manifestarse en calidad de tal ó cual
cosa. Comoquiera que el gran filólogo
no sólo no impugnáoste uso, sino an-
tes bien lo comprueba con citas de
buenos escritores, al seguirlo, vamos
seguros y en buena compañía. Sin em-
bargo, más que del francés, nos pare-
cen imitadas del latín las tales aceps.
En efecto, en la Vulgata, libro de .Judit
(X, 1()), leemos: ciDuxeruntque illam
ad tabernaculum llolopliernis, anmin-
íi/intes eaní»; lo que cualquiera tradu-
ciría al castellano, diciendo: «Y la
llevaron á la tienda de lloloferncs,
anuiuinndulai), es decir, dando previa
noticia á éste, antes de introducírsela,
del nombre, condición y circunstancias
du .Judit. Es cierto que ni Scío ni Amat
ni Valera emplean en sus versiones el
V. anunciar; fiero éste no es motivo
para rehusarle la nueva acep., ni me-
nos para calificarla de galicismo: con
el mismo derecho que el francés la to-
mó de! latín, la toma también el cas-
tellano.
Anunciativo, VIA, adj. Aplicase
en gramática al vocablo ó frase que
anuncia la proposición siguiente. Es
termino tan usado por Bello y por to-
da su numerosa escuela, que ya mere-
ce entrar en el Dice.
Aña. Abreviatura de anflfmia, usa-
da en todos los libros litúrgicos y en
los devocionarios y que el Dice, se ol-
vidó de incluir en su lista.
¡Añañay! Interj. usada por nues-
tro pueblo para aprobar y aplaudir,
sobre todo, las acciones de los niños
pequeños. Procede directamente del
quichua añdij ó añalJaij: interj. del que
abona ó alaba lo que da gusto ó pare-
ce bien, ó una cosa pequeña, bonita.
Añkjo, .ia, adj. Como lo indica su
etimología latina (annirulua, que tie-
ne un año), que el Dice, se olvidó de
dar, significa: (pie tiene uno ó más
años, ó en general, mucho tiempo. Es
pues un error aplicarlo á cosas de po-
cos días (pan añejo, comida añe-
ja), á no ser por hipérbole.
Añero, ra, adj. Aplícase al áibol
que da fruto un año sí y otro nó. El
equivalente castizo es cerero, ra.
Añil, m. Sacarle auno el añil,
fr. fig. y fam. Azotar ó castigar fuer-
temente á uno. Díccse por semejanza
de las operaciones (trituración, mace-
ración y cocción) que se ejecutan para
obtener el añil del arbusto del mismo
nombre. La fr. no es de mucho uso
entre nosotros y podría reeinplazaise
por la castiza: Yo te curaré el alhorre,
con la diferencia de que ésta se usa
para con los niños.
AÑILERÍA, f. Hacienda de campo
donde se cultiva y elabora el añil. Ad-
mitido por primera vez.
Año, m. El excelente gramático D.
Rafael A. Peña (mejicano) tiene por
solecismo decir el año 1S9S y enseña
que debe decirse el «/7o DK ISOS. Co-
mo no da ninguna razón de su doctri-
na y el uso de los clásicos es de los dos
modos, no nos creemos obligados á se-
guirla. Antes bien, si la cuestión hu-
biera de resolverse por la sola razón,
sin atender al uso, mucho más razona-
ble parece suprimir el de, porque el
numeral cardinal hace aquí las veces
de ordinal, pues en cantidades tan al-
tas jamás se emplea en castellano el
APA
APA
00
ordinal ; así qae, decir el año 1898 cqui-
m\c Á: el tiHo mitéfimo oclingmiésimo
Homttjéximo ixlaro. Asi se dice Uimbiéii
en la leh';tiH m»triz, lu latina. Adema»,
la scmejunza con los días del raes {el
dirt 34, el lita ~0) y con los titulo?, ca-
pitnlos, etc., CM taiubicn nna niz ui más
en fuvor de la snpa-siún del i/c— La
(iram. de la Academia dice que sirve
esta prep. ¡wr.i determinar ó fijar con
ninror vivez^i la aplicación de nn nom-
bre apelativo, como el reino ile l^x/itiñi,
año lie ¡SOS; mas, como no tiene esto
el car.icter de [irecepto, no nos caemos
obli^dos Á seguirlo. Salva dice que
en unibas Castill.is se nsa constantc-
nientc la l>rep., si bien en las donii'is
provincias es frecnentc el suprimirla.
Cuervo autoriza ambos usos, apoyado
en ejemplos de los clinicos.-A Ño Ks-
cuL.VR es expr. qnc lineo falta en el
Dice. Con ella se dcsi;ínu el tiempo
qnc en las unías ó colegios duran los
curyos.
Añuñuyes, m. pl. Wmsc Aya-
yuyes.
.\i').\ll)KS f. |il. I,;w musas, .\dmi-
tido en el último I>icc.
AoVAK, n. Poner huevos lus aves y
otroa animales. ConjiV^^ase re<;ular, i/o
lloro, Á jiesar de .su relación etimoKijji-
cí con hiifrn.
Apa. Don Sanuul .\. Lafonc Qiic-
vedo nos lia dado en su Tesoro ilf ('a-
litinnri¡iieñixniox el origen de esta voz,
tan usada en Chile. Según él, procede
de ujMt, que en lengua de Cuzco signi-
fica ¡leriir, y w la expresión que los
niños dicen á sus nodrizas: n/in, lléva-
me ó cjírgame. Kn Chile se usa en el
Rignifícado de d riiestax, entre tinla
clase de iH.rsonas, sola con un verbo o
ngregiíndole ni: lléi-nine apa ó al apa.
Mas, si íólo sigiiifíca llerar ó rarijnr,
;por qué la usamos como sinónimo de
(i nie^tiis.' Derrota p;iní la etimología
y triunfo para el uso. Porque el modo
como las cuz(|ueñas y lus araucanas y
aisi todas lus mujeres no civilizadas
lleriiu ó cargan á sus niños que aun
no andan, es asi, á cuestax. Por eso,
aun exponiéndose a una reixtición
iibsnnla, á scmejunza de negro Cu-
riche, Niño Bambino, prcícin-
dió el uso (lil sigiiilicado itiinologico
y dijo llevar apa, es decir, llerar,
//í/ví/'.-Uelkxionaiido inils sobre este
vocablo, creemos que t<imbién pudiera
derivarse del castellano niijiar (ayudar
á subir ó levantarse). Aunque el v. se
conjuga aá/iii, aúpita, y de ahí la in-
terj. ¡ujia! ((pie se emplea jwru csfor-
Ziir ú los nirusá que se levanten); sin
embargo, el iiiieblo no dirá nunca au-
pa sino aupa, que en bocí de párvu-
los y de nodrizas (pues éstas se acomo-
dan al modo de hablar de ellos) no
po<Iria ser sino afui. En liii, n[iuiitamos
esta reflexión como simple dato, para
que otros más eiitendiilus resuelvan la
cuestiiin. Míis improbable nos parece
la etimología que propone Don Fidilis
P. del Solar, del s. la/ia: 1." ¡wrque la
loe., según se ve por su uso, fué en su
origen apa <> al apa, ya ijue no ha-
bría sido eufónico á iqia, como se dice
á pie, li rahallo; y 2." jKjrijlle lo qnc
residta r'ii su sigiiitiwido no es el ir una
pertoim pegada á otni, como la lapa
se (H-ga á las piedras de la coiíta, sino
sencillamente el ir cargada ó transpor-
tada á cuestas por otro.
Al'AHL'l-I-O, m. .\cción ó efecto de
apabullar, que significa «aplastar, cs-
trujar.i' (l;!.' ed¡cii)ii del Dice.)
Apagapenoles, m. pl. Término
de Marina que el liltimo Dice, ha co-
rregido ¡lor apaijapenol.
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Apagoso, sa, adj. Aplícale á las
cosas en las cuales no ardt; el fuego
con facilidad, jiorqne, una vez prendi-
do, se apaga; como ciertos tabacos,
maderas, etc. La voz equivalente de-
bería ser apayadlzo, que tampoco cons-
ta en el Dice.
Allí, bajo un humilde cubertizi),
Uu Cri&to colosal los brazos ticntle,
Y un farol vacilante, apai/adizo.
Un duro rostro á intervalos enciende.
(Narciso Campillo, La Jlunjn).
ApagroSO cuenta con algún nso en
Cliile. Examinen la cuestiín los SS.
Académicos y resitelv;in.
Apajarado, da, adj. Inclinado
á distraerse ó embobarse. Véanse i, 1.'
art., y Pájaro.
Apancoua, f. «Erizo de mar», decía
solamente la 12." edición del Dice. La
13." lo lia corregido, diciendo: «Can-
grejo marino de unos diez centímetros
de largo con carapacho oval y espino-
so, tenazas grandes y gruesas, patas
peladas y cola triangular plegada bajo
el abdomen. Vive en las costas de Chi-
le».
Aparatero, ra, adj. Dígase npa-
rtilnso, su.
Aparatosidad, f. Calidad de
a¡)aratoso. Bien formado, pero extraño
á la índole del castellano, qne rehuyo
estos vocablos tan largos. Por esto no
hace gran falta en el Dice.
Aparragarse, r. Véase Aciiapa-
ERARSE, con el cual coincide en el sig-
nificado, con la diferencia de que nues-
tro chilenismo se aplica también, á más
de las personas y animales, á las plan-
tas. Ú. más en el participio, para el
cual hay en castellano achaparrado y
aparrado.
Aparronado, da, adj. Que tie-
ne forma ó figura de parrón. ;, Véase
esta voz). Es chilenismo de poco uso.
Aparroquiar, a. ¿No puede un pá-
rroco decir que aparroquia á sus feli-
greses? Según el Dice, nó; lo que es
una inconsecuencia, dado que en este
mismo sentido admite al adj. Aparro-
quiado, da, y al v. Desaparroquiar. En
Chile damos á aparroquiar la acep. de
-atraer á los feligreses á su parroquia,
ti. t. c. r.
Aparta, f. Dígase apartado, m.:
«acción de separar las reses de una
vacada para varios objetos».
Apartamento, m. Mala traduc-
ción, en la forma y en el significado,
del francés appariemmt. En castellano
se dice apartamiento, que entre otras
cosas significa: «lugar apartado ó re-
tirado; habitación, vivienda». En los
otros significados se usa departamento
ó rompartimientu (cada una délas par-
tes en que se divide un territorio cual-
quiera, un edificio, un vehículo, una
caja, etc.)
Apartar, a. Por el s. apartado
(véase Aparta) habría fundamento
para dar á este v. el significado (]ue
tiene en Chile; pero, como hay otro
7'econocido por el Dice, que es hatajar,
no hay para qué hacer cuestión. Véase
Atajar.
Aparth, ni. Aunque el Dice, da á
prt/-;Yí/t) el significado que nosotros da-
mos á aparte, al cual confundimos con
inciso, preferimos quedarnos siempre
con nuestro (7/w/Yp. Según miestrouso,
el párrafo c» una división ó separación
algo notable, equivalente casi al arti-
cido ó número, y en tal caso lleva su
signo propio (§). Esto no (]uiere decir
que lo privemos del significado que le
da el Dice, pues también se lo damos,
como se verá. El apar/e es una separa-
ción menor, que, por contener un pen-
samiento que no está bien unido cou
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el anterior, escribimos en reugli'm scpa-
nulo; el iiteho es menos tütlavi:i, por-
(jne uiiicLas veces es un simple miem-
bro lie una ennint-raciói). Piíra fjne el
littor forme juicio propio, le daremos
los <Kli Iliciones ikl Dice. « Aparte, ailv.
in. (en la (iram. de la Acad. npartvc
como 8. m.) Empli-ase para dar á en-
tender al que escribe fjue ha concluido
nn párrafo s ba de poner en otro sc-
]Kinulo lo <|ue se le dicte». En la 1.1.''
edicíi^n se omitió, no sabemos ¡wr qué,
esta definición. Véase Pi'STO. (Nos-
otn>s llamamos aparte, y usado como s.
m., al piirrafo concluido }• al que si-
frue: sifiiiiticado que, según Cuervo,
puede n-cibir p^r extensión).- /"li/wj/i»,
m. «Cada una de las divisiones que se
hacen eu la escritura, pasando después
de punto final á otro reii;;lón, que se
empieza ¡i escribir mi'is adentro de la
plana que los anteriores y los siguien-
tes».- (Puigblauch hace á ;'«/■)•(//" si-
nónimo de iiiuirtf). Inci.sv, m. «Cada
nno de los miembros de un período
que encierran nn sentido parcial».
También trie el Iticc, aunque como
termino de Imprenta, la voz S(tn¡/rúi:
acción y efecto de Siin;;rar, esto es,
eiiqieKir una linea ni:ls adentro que las
otra» de la ¡ilaua, como .se hace con la
primera de cada |iarrafo. — Tres usos
admite la voz a¡Mirte calificados de ga-
licismos por Banilt, jiero que á juicio
de Cuervo no lo son: 1." « Hállase á
veces en conexiiWi tan estrecha con un
8ust;intivo anterior, que, más que ad-
verbio referente al verbo, parece adj.
qnc modifica á aquél. Xo se extrañará
esto si se considera primeramente la
nialtitud de ciusos en que va con un
verlio aconqnñado de un acusativo.
(Le dieron un niarln uparle), lo cual
La Kuaviz:ido la combinación; j luego
que, siendo originariamente comple-
mento, se dice lo mismo I 'n lilini apar-
te que / '/)</ rorrerriim á tiempo. Además,
cu ocasiones kista que nn adverbio
corresponda á un complemento ]>ar.i
que puetk modificar á un sustantivo:
I 'na rosa asi-= I 'mi ro.tn Je esta rspe-
rii\* Viene cu seguida una cantidad
de autoridades, (¡ue creemos excusado
reprotlucir: valga por todas esta de
Mariana: «Sobi-e tod'i se yerii» en criar
los novicios en casiis aparte, que lla-
mamos casas de probación». 2." Eu
ciertos casos se emplea para expresar el
concepto de omitir, desechar, excluir
con verbos, como dejar, poner, quitar ;
por ej.: «Dejemos esto aparte, que es
laberinto de muy dificultosii salida».
(Quijote) También elípticamente,
combinado con el nombre de a<piello
que se ha de omitir ó excusar:
Riístic*), fiii/añoi' npítrte.
Que ai|uí lio hay vimí ú cabrito. ( Lnpp).
Y, apartf et cumplitnifttto,
¿Stt me direÍ8. aiiii(;n. ron que intento
A<|iii entra.st'ni)?... (Calderón).
3." Modernamente se nsa en un senti-
do análogo la loe. aparte de: « Apar-
te de e.ito, es muy lindo muchacho»,
(llartzeiibusch). "El ingle.'!, aparte de
■III //ran mérito, es basUinte raro». ((Jal-
dos). «A(pii dos cosas í|uisiérani0á po-
ner en claro, dice el Padre Mir: pri-
mera, qne la dicción elíptica aparte de
no puede ser galicismo, j)iies la lengua
francesa no admite semejante ile; se-
gunda, que tampoco se halla usada por
los chisicos en R-ntido fig. No siendo
galicismo ni bispanisino, si')lo queila
llamarla nrologismo inventado por el
antojo, sin fundamento, sin necesidad,
sin i)rovecho. Si ba.«ta la autoridad de
Hartzenbnsch y de .Vlcíilá-Galiauo [la-
APA
APE
ra darla por española, allá se lo vean
los maestros: castiza nunca lo fué. Por
tanto, las expresiones aparte de los in-
convenienles, aparte de esto, aparte de
todo lo que hay, son merecedoras de la
censura que les imprimió Baralt, nó
por galicismos sino por barbarismos
ajenos del lenguaje clásico». (Frases
de los aut. clás., voz Prescindir'). Los
clásicos, agregaremos nosotros, decían
dejando aparte ó dejado aparte, sin ape-
lar á ninguna elipsis: m Dejado aparte
que al pastor Argos se le quebró de la
mano la delicada cnerda De/ando
ahora nuestro honor aparte (Val-
buena, Sil/lo de oro, égl. I). «Mas, es-
tas [mañas] dejadas apar1e,\-A, que para
estos pajarillos del famoso Montano
aprendí, pasa desta manera». (Id., égl.
IV). «Las cuales obras ellas en sí mis-
mas son por una parte tan propias de
aquello que en nosotros verdaderamen-
te es ser hombre, y por otra tan nobles
en sí, que ellas mismas por sí, dejado
aparte el bien que nos traen, que es
Dios, deleitan el alma». (Fr. L. do
León, Nombres de Cristo, 1. II, § IV);
o bien apelaban á la elipsis, como se
vio en el n.° 2." y en esta redondilla
de Calderón:
Y (aparte la ahgorin)
Permite que me detenga
En pintarte de Filipo
La gala, el bri'u y destreza.
¿Qué decir ahora del pl. que algunos
dan á aparte en los dos primeros casos,
diciendo, por ejemplo, casaS apar-
tes, cuentas apartes? Sencilla-
mente, que es un solemne disparate,
porque aparte es ahí adv., y de consi-
guiente, invariable, tanto más, cuanto
que se ha formado del complemento á
parte.
Apatronarse, r. Vulgarismo
usado en Chile por aiiiaiicebarse, aba-
rraíjanarse la mujer. Úsase también
en el significado etimológico de tomar
patrón ó patrona, es decir, emplearse
como doméstico.
Apa vado, da, adj. Con el mismo
derecho que se ha formado acaballera-
do de caballero, acrisolar de crisol, etc.,
hemos formado nosotros de nuestro
pavo el correspondiente adj. Véase
Pavo.
Apealar, a. Mal formado del s.
apea: «soga como de una vara de lar-
go, con un palo de figura de muletilla
á una punta y un ojal en la otra, que
sirve para trabar y maniatar las caba-
llerías». El v. legítimamente formado
esapear, que entre otras cosas significa :
maniatar las caballerías para que no
se escapen. Nosotros, no contentos con
formar tan mal el v., y también para
no confesar nuestro error, inventamos
á peal, al cual hicimos radical de
apealar. El Dice, desentendiéndose de
estos invento?, nos ofrece á manganear,
a.: echar manganas, y manr/ana es:
«lazo que sé arroja á las manos de un
caballo (') toro cuando va corriendo,
para hacerle caer y sujetarle». Nuestro
peal se echa por lo general en los pies
traseros.-^/;fff/rt?" se usa también en la
República Argentina.-Puede también
este V, ser corrupción de apiolar, que
significa «poner la pihuela,» y pihuela
es: «correa con que se guarnecen y ase-
guran los pies de los halcones y otras
aves; y en pl., grillos con que se apri-
siona á los reos». Véase Peal.
Apear, a. y r. Con buenas autori-
dades prueba Cuervo que este verbo
significa también: quitar á alguno de
su empleo ó destino, y, en general, ba-
jar, echar abajo; lo que no consta en
el Dice. ofic¡al.-6Ví(?« uno tiene su mO'
i
A PE
APE
tío de af}e,irie es fr. fjini. imiv asiiJa en
CLile y se dice en sentido festivo cuan-
do ano se cue del cabillo ó de ud:i :kl-
tuM. También so usi en sentido ñ'j.
aplicadit al proceder raro li orjiíinal de
una pL-r^oiin, v aun á su conducta ó
ino^lo ordinario: en este último sentido
cora-sponde á la fr. c;i8tiza Cu lii uno
titilé su moJo 1I0 jktjutr.
Apechugar, a. De la accp. II4.
y fam. <iiie le d.i el Dice, de «admitir,
aceptar alguna coi», venciendo la re-
pugnancia (|ue causa,» La venido á
darle nueiitro pueblo el si;^nili:;kdo de
-apoder.irso de una to« ajen i con ui;i4
ó nienoj violencia. ;() será mejor un\
deiviación del siguilicado propio y ivc-
to del verbo (cerrar |iecho á pecho con
alguno), por cuanto el que roba tiene
que liabcrjelas con el dueño y en in.n
de an cis-j cerrar pjc'ao á p-jclio con
él : En castellano h ly para cito upan ir,
a.: «lomar alguna cosa, ó apolcrar*;
de ella, capciosa c ilícitamente».
Apagualar, n. II i;er u-K) del pe-
gual. E-I V. muy usado cu tolo Ciiilo
venia Il;p'iblica .\rgeutiua, y Lista
hoy no le hemos encontrado eijuiva-
lenU; en cistcllauj. Véatne Pegual
y Pegualera.
Apelativo, m. ( Vulg.) A¡)eHiilo.
-Perder el apelativo, fr. fi^'. y
fam. I)ic.^se entre nuestro p:ieblo de
la {wrsona ijuc involuntiriamente y
delante ile otras e\pjle un i ventosidad.
APKL.M1Í «i. Ili-iti el ciiHiu':io y
uniform ;;i)'.M)te repiten loj grain iticos,
contra los gilipirlistis, que tienen pl.
Uilos los ap-.'llidos CiUtellanos que por
BU eitructura lo |) ijden tener. .\si de-
be dx:irs.-: //»< hfi-iniiioi Vai.dksbs,
Inieriirat IJitvv.M; ¡«ro Ffrnitile;,
GonziiUz, ÍJiíiz y deniiw lutronimí-
C0!«, lUi/ex, Floie*,y demás que llevan
forma pl., deben penuaueoer invaria-
bles. Si el apt.'IIido os un nombre eom-
p:iesto, coujo Stuitanviria, SantiuTiiz,
AU\ilii-Gii'i;iiU), l'illtirii-iosa el plural
debereciícr sobrcel últimocompt)nente:
¡ox Sin.'aiiMrúix ; mcHOi cuando el lilti-
niocoaiponentecs un vcrdaderoconiple-
mento, como en Mon'es de Oai, Potire
de León, Ortiz de Zarate: en este caso
se plurali/.a el primer apellido, si su
estructura lo jwrmite, y si nó, (¡ucda
también invariable. Tampoco varían
para el plural los procedidos de de, del
ó de Iti, como del Uusto, de la Torre.
«Los apellidos extranjeros que conser-
van su forma nativa, no varían en el
plural: loa Cánniíyi, los Wdxhiiii/.'oii;
á menos que su terminación sea de las
familiares al castellano: loíi Kaiiiex,
lo.i XeiiioiiesK. (Helio). .Vsí leeuíos en
Cap:nany (Traíro liisl-critiro, disc.
prel.): «ÍíOJ france-ses celebran, y no
acabín de alabtr, á sus liossiieles, Fe-
neloms, MitsUlon"x, Fie hieres, etc....
Lo m¡s:no hacen los italianos, aunque
con menos imparcialidad, con sus Mu-
sios, Twfu^, Seijiie.ri^, etc. Lo mismo
los ingleses con sus Hu'-ones, Pojics,
Sii-'ftx, Tdlotaoiies, etc.» La raz.in de
tener plur.d los a()ellidos es porque
son verdaderos u*»;nbres a¡)elat¡vo.-i que
s-' aplicm :i tolos los individuos de
una familia, y co:no tales están en la
mism i con lición de los demás a|)ela-
tivoí.-Djí casos dudosos nos ocurren
t) lavía sobre el plural de los apellidos,
y son: 1." Cuando, tratándose del pa-
rentcsc >, se toma un a|)ellido en toda
su extensión; v, gr.: Soy pariente de
N. p)r lo ('arruiro. Así decimos
a<| lí; mu I'ere 1 1 usa el plur.il: «Por
in Rui/, de H.joí, un poc», y por los
Casta ñeloras, más de otro tanto». (Pe-
has arriba, pág. 14'J). llientnis los
6
74
APE
APE
maestros no resuelvan la cuestión, noa
parece mucho mejor el modo chileno,
porque, siendo el apellido nn verdade-
ro adj., en el presente caso conserva su
oficio de tal, se tomaen toda su exteu-
sión yse sustantiva el lo; talcoraocuan-
do decimos: Las ilos hermanas se pa-
recen en LO CHARLATANAS. El 2.° caso
es la razón social que empican los co-
merciantes: Acevedo Hermanos.
¿Pactará la Academia con esta irre-
gularidad? «Señores Cascarilla Her-
manos y Compaúía», lOarpancho Iler-
m.'í, se lee en Tijws y -paisajes, de
Pereda; aunque la pieza de donde estáu
tomadas estas citas maldito lo que pue-
de servir para modelo de lenguaje.- Un
S.' caso sobre el plural délos apellidos
propone el gramático Don Marco Fi-
del Suárez, y es: si deberá usarse el sin-
gular ó el plural cuando el apellido
modifica ádos ó más nombres: Anto-
nio y Juan Avendaño ó Antonio y
Juan Arendaílos. «El plural lleva cier-
ta nota de afectación que hace creer
que el uso favorecerá decididamente
el singular. Los célebres Alcarados,
héroes de La Araucana, son menciona-
dos por D. Alonso de Ercilla de estos
modos diversos:
Heruandoy Juan entramltos i/f Alvaridn.
LoB primos Ah-arados Juan y Hernando.
Juan y Hernando Alimrados la jornada
Con el valiente Ibarra apresuraban.
El Último ejemplo es decisivo en fa-
vor del plural; desgraciadamente, no
hemos hallado en otros autores pisa jes
iguales cu que apoyarnos para atrever-
nos á establecer que se diga Antonio y
Juan Avendaños». — ¿Debe expre-
sarse la conjunción y cuando se usan
los dos apallidos, el paterno y el
materno? Así lo sostuvo el distingui-
do gramático chileno Don Enrique
Nercasseau y Moran en un articulo pu-
blicado en la prensa periodística, ale-
gando como razón fundamental el que
son dos adjetivos que modifican á un
sustantivo; y por eso desde entonces
alteró él su firma intercalando la y en-
tre sus dos apellidos. Mils de algo ten-
dríamos que observar á esta teoría,
porque no siempre se ligan por conj.
dos adjetivos que modifican á un sus-
tantivo, y aun en muchos casos es ele-
gancia no ponerla; pero no podemos
detenernos tanto en estas cuestiones y
sólo queremos dejar constancia de que
el uso de los españoles á este respecto
es de los dos modos: así, á la vez que
muchos firman con la conj., otros no
hacen caso de ella, como Benito Pérez
Galdós, Emilia Pardo Bazán, Narciso
Martinez Izquierdo, etc. Lo que sí es
muy conveniente es que, cuando un
apellido es compuesto de dos, va-
yan ambos unidos por guión, para que
así se entienda que forman un solo
nombre. Así lo practican muchos en
España, como Fernán tez-Guerra.
Apellinarse, r. Derivado del
araucano pellin, que significa el cora-
zón del roble, se usa por nuestro pue-
blo en el significado úc-endurecerse.
U. m. en el part. pasivo y aplicado á
las personas cpie llegan á la vejez sa-
nas y robustas, aunque enjutas de car-
nes; lo que en castellano se expresa con
amojamarse, acecinarse, acartonarse y
con el adj. aperyaminado.
Apexas, adv. Dice Bello que ape-
nas no, que usó Cervantes (n Apenas
el caballero no ha acabado de oír la
temerosa voz, cuando,» etc.) es cons-
trucción que no debe imitarse. Ape-
nas si, por el contrario: se ha intro-
ducido recientemente, tomada de U
APE
APE
75
lengua francesa j ge encnentni con
bastante frecuencia en las obras de
Miirtincz de la Rosa. No cree debadea-
eclwric, ponjiiese njiisUi bien -X la sig-
nificación de los elementos que la com-
ponen, T 1.1 cli[)sis que la acompiíüa es
natural \ expresiva: «j .»f oía, era (?/w-
nan. Ivo mismo opinan Raralt y Cuer-
vo, T raucbos escritores molernos la
ban adoptado. Mas el Padre Mir, espa-
da en mano, la coinb;ite valientemente.
«^Cuándo dijeron los franceses (i /w-
ne ti je r nUtnl, que c<iuivalJría á
ajmuts si If lúijo.' Nunca: muéstrennos
nn escritor francés que asi bable. Pues,
si los franceses no dicen apenas SÍ
le Oi^O, 'jpor qué lo3 espinóles nos
hemos de acomodar al capricbo de cu;i-
tro a'.í;ib.»cliados? No, señor, no puede
ser. Falsamente dice Bello que npfiit^
ti ee ajusta bien á la slgnilicación de
los elementos que componen la frisi':
ni se ajusta ni sirve para el caso. El
apeiuv español ^z.i de fueros amplísi-
mos que no reconoce el francés. Nos-
otros flecimos á tliifaíi ¡len ts, d m ilas
penaA, á ijrnces penax; los fr.mceses só-
lo tienen « peine, ipie significa ron
trabajo, con il i finí liad, y di: laceria
nunca salieron». ( Franes, voz Pi'rsu t-
ilir). Poco antes había afirmado que
apenas si no fué conocido de nues-
tros clásicos, y en su reemplazo propo-
ne la expresi'in aun apeivi.i, que en-
cuentra muy nsiida ¡wr Azedo de
Berrueza, uno de los escritores mis ele-
gantes del BÍ;^lo XV'II. Úsala además
Cervantes. Kn Kr. Luis de Lcin Uun-
binn 8e la encuentra, lo mismo que
etta otra : apena» que:
Y anuí' viene Uamada
Uiw l«irmcnta de otra, y con rliido
iJencarj^ una niit>aita,
.\p*iKtt «/«<• »c ha ido
La otra, y de tnil mmlo* «oy tiatido.
( Trurf. 4ei ÍVl/mo XU).
Apensionarse, r. De! s. pensión,
(Véase esta voz). Ks de uso corriente
entre nuestro pueblo por enlristecerse,
ajiesahtm brurse, melanrolizarse.
Ahe.'íl'scah, a. El nuevo Dice, lo
hace ignal á apañuscar, a. y fani.: «co-
ger y apretar entre las manos alguna
cosa, ajándola».
Apeonado, da, adj. .\plíoa«c á lo
qne p;»rticipa de la falta de educación
ó de la grosería del peón ó jornalero.
Es voz bien formada y de algún uso.
(Véase A, 1.' art.) V,n castellano exis-
te el V. apeon'ir, pero sij;u¡fica «andará
pie y acelertidamente». Los participios
arrufianado y avillana'io, aunque pa-
recidos á apeonado, no expresan exac-
timente el mismo concepto, como se
ve por la simple etimología. Más se le
acerca aptebeijilo.
Apequenarse, r. Hacer peque-
nadas. Véase PKgiE.VADA.
Aperar, a. Silo significa: «compo-
ner, aderezar y hacer carros ó galeras
y aparejos para el acarreo y trajino del
cani¡K)p>, y uó: proveer, abastecer, co-
mo lo usamos en Chile; ni tiene tam-
poco la forma refleja, qne es en la (¡uc
niiís lo usamos. ,\quí se aperan no
sólo las personas, sino también las co-
sas: se apera de todo lo necesario
para su ejercicio un cazador que sale
á cazar; se apera de libros, rojM» y
dinero nn colegial que vuelve de vaca-
ciones al colegio; se apera una casa
p'ini la familia (|ue la va á habitar; SO
apera un coche ó una carreta para
un viaje, etc., etc. La acep. chilena
parece haberse tomailo de aparar, qne
coincide con ajierar en la misma eti-
mología latina (apparare) y que sig-
nifica: 'ia|)arejar, preparar, dÍ8|)oner,
adornar. Ü. t. c. r.»; sentido antiguo,
Bcgiin Cuervo, y del cual apenas que-
APE
APE
dan vestigios en aplicaciones especia-
les con que se designan operaciones
que pnetlen mirarse como preparación
ó arreglo ]irevio pura la consecución
de cierto fin. En comprobación léase
la siguiente cita:
Capones son, no te alteres,
Francolines ¿que n)ás quieres?
La mesa tengo aparada
De cuanto escoger quisieres.
(El Hijo Pródigo, en la Colección
de autos, farsas )■ coloquios del siglo
XVI, t. II, por León Rouanet).
Apercancarse, r. Del araucano
fercán, molió, h'iuiio/iecerse. Tratán-
dose de la ropa blanca, que es cuando
más se usa este verbo, corresponde al
castizo apuh/aramc, que es: 'íllenarse
la ropa blanca (por haberse doblado
con alguna humedad) de manchas muy
menudas, parecidas á las que dejan las
pulgas».
Apercibirse, r. Aunque el a.
apcrcihir, nota Cuervo, llegii á usarse
en los buenos tiempos como forma en-
fática de percibir, como lo comprueba
con citas de Tirso y de JIoreto, no obs-
tante, comete hoy un galicismo grose-
ro y propio solamente de traductores
adocenados el que use á aperáhir ó
apercibirst por observar, notar, adver-
tir, caer ó dar en la cuenta, reparar,
divisar, columbrar, descubrir; y esto
aun excusándose con ejemplos de Cap-
many, Clemencín, Ochoa, Martínez de
la Rosa, y, lo que es más, del mismo
Quevedo, á quien todos tachan de ga-
liparlista en su traducción de la Vida
ilerota. Con este galicismo jamás lia
transigido la Academia, ni tampoco
los buenos escritores ni los estudiosos
del idioma.
Aperchar, a. (Del chilenismo
percha. Véase esta voz). Apilar, ha-
cinar ó amontonar en rimero, esto es,
guardando cierto orden y colocando
los objetos unos sobre otros. Así se
aperchan las teja/:. Jos ladril/os, la
madera, etc., formando de estos obje-
tos grandes rimeros. El v. es muy usa-
do en Chile. No debe confundirse con
los castizos emperchar (colgar en la
percha) y perchar (colgar el paño y
sacarle el pelo con la carda).
APKüGAiiiXAiíSE, r. Si acaríonarí-e,
acecinarse, amojamarse son verdaderos
verbos y están admitidos en el Dice,
no vemos por qué no pueda hacerse
otro tanto con apergaminarse, que es
de la mismísima casta en cuanto á for-
mación y significado. El Dice, lo acep-
ta sólo como adj. y le da las dos acep-
ciones de «semejante al pergamino», y
fig. «aplicase á la persona extremada-
mente flaca y enjuta». Hasta el pre-
sente no lo hemos hallado como v. en
ningún autor de nota, pero el día me-
nos pensido aparecerá, porque su for-
ma misma está diciendo: usadme.
Apermazar, a. IMala pronuncia-
ción por apelmazar, compuesto de á y
pelmazo: «hacer que una cosa e.'-té rae-
nos esponjada ó hueca de lo que se re-
quiere para su uso. U. t. c. r.)i
Apkuo, ni. «Conjunto de instru-
mentos y demás cosas necesarias para
la labranza; por extensión, conjunto
de instrumentos y herramientas de otro
cualquier oficio. Ú. m. en pl.» Tal es
lo que dice de esta voz el Dice; no
parece pues gran delito contra él apli-
carla, como lo hacen aquí algunos, al
recado que para montar usa un hombre
de campo.
APEllSONAIlSE ó PERSONARSE.
Apertrechar, a. No aparece en
el Dice, de la Academia, y otros que
lo traen lo califican de anticiiaífo. El
V. castizo es, pertrechar, a.; «abastecer
A PE
APE
de pcrtrcciioí; fig., disponer ó prcprar
lo ncct-sirio pnra la ejcc-iiuióii de una
cosa. U. t. c. r.»
Apesaraiuse, r. Todos los diccio-
narios (\»v bt'iuoj vi.-sto lo hacen sinó-
nimo de aif.*niliimbiiir¡'e: cinSíirse [ic-
8aduinba'.Hfl¡;^irsc;ainbos son tiimbión
aclivoe. Es cierto que, coiifoiinc á su
ttimolo;;ia (¡■estir), debe significar lo
niiüino que su sinónimo; j)ero tim-
bién es cierto (jue ¡lesur en su 3.' acep.
signitica «.irn'pcnli miento ó dolor de
los pccidos ó de otnk cos;i mal hecha r,
j en este sentido íipesurtirie no es lo
mismo (|Ue apestfliinifiriiiae. Un co-
merciante.'? iij>evn-a por un mal n-^'io-
cio que ha hecho _v, si pudiera desha-
cerlo, lo desharía; pero por la muerte
de su espos.1 ese mismo comerciante
no se opt-iara ó arre¡iiente, sino que se
n/ifxaJuinhni, se entristece. Tai es la
diferencia (|ue aquí hacemos de estos
dos verbo--: cstúdienios los autores de
Diccionarios de sinónimos}' resuelvan.
Apesar, m. adv. Sejtiin la Acade-
mia, delie escribir.-* se[)arad() (á pf-
fiir). Ks de necesidad que la ilustre
Corpor.ici'jn dé una norma lija p:ira
la pscritnr.i de expresiones como ésUi,
que, aunque compuestas de dos ó más
p,'dubrag, se usan sienqire invariables.
El nsode los dix-t<rt no es en esto uni-
forme, }• lii misma .Vca'lemia pirticipa
también deesa vacilación; así, al paso
qne cflcrÜM; Mbrenfiiifra j xobre m i-
iirra, y en la 12." edición del Dice.
sobi flojo y tobrf /o /«, divide en dos
p^ilabnu á xin embanjo, nn obs/iinlr.
I«a cnesli'm merece estudiarse bien y
en toija su extensión, y dcsile luepjo
pcMlemos indic-ar l.is cla-^es de [«libr.is
á que deijc concretarse, qne serían tres:
1." Ia<i qne forman venlaileros sustan-
tivos, como hazmerreír, rorreveidilf,
siesims, » o sequé (estos dos últimos
los escribe aparte el Dice.); 2." las ex-
presiones ailverbiales couipuesLis de
preposición y nonibiv, inclusas las la-
tinas, como, adeniiLS de las dichas, á
sabientliis, n (ontus ij li loras, en f/erto,
ii priori, ail libilum; y 3." I;i8 demás
locuciones latinas compuestas de dos
ó más voces, como virnersa, ría rniris,
vcrbi ijratia, Telvnin, non plii.i ultra,
sitie quti non. Dueño sería tener para
tolo esto refalas claras y precisas. — .1
pegar que. Mo lo adverbial (jue Orti'i/.ar
corrige á pesar de que, cora'cción qne
no se puede admitir sin beneficio de
inventario. La Academia no dirímela
cucstiin, pues sólo se limita á decir
que (i pesar pide la prep. ile cuando la
voz que inmediatamente le sigue no es
un pronombre posesivo; v. gr. : Lo ha-
ré li pesar de mantos quieran impeilir-
lo, á pesar de ser ija muy anriano.
Concedido, replicamos nosotros; mas,
^no es cosa corriente en castellano su-
primir la prep. de cu casos como éste
y cuando el término es tola una pro-
posición? Así á lo menos lo reconocen
todos los graTiiálicos, y en nuestros
cl.lsicos abundan los pasajes que así
también lo comprueban; y, bien visto,
nadie negará que con tal su¡iresión ga-
na el lenguaje cu fluidez y rotundiilad.
No decimos nosotros que siempre deba
suprimirse el de, pero si en nuichos ca-
sos, como cuando se juntan muchos
nionosílal)os ó la pro|H)sieión que le
sirve de término es muy larga. Comu-
nísimo es c-ite uso con ciimplementoB
en que entran sustantivos como m7/-
/•/», señal, testimonio, musa, rondirión,
dwlii, notiria, y otros pareciflos, (i ex-
presiones como á fin, sin embanjo, y
también con los verbos acordarse, ale-
ijrarse, olvidarse, holijarse y otros, y
78
APE
API
con los adjetivos seyí/ro, dtiJoso y otros
semujiíntes. Ejemplos: «Puede estar
ser/uro que de uquí adelante no desplie-
{;iie mis labios». (Cervantes). «.Aci/ér-
tlate que los has tenido y que los has
de padecer». (Qnevedo). «Y tornarse
el sol diez horas atrás en seTuil que al
tercer día subiría el rey sano al tem-
plo». (B. Avila). El que mejor ha tra-
tado esta cuestión es Beuot en su Ar-
quUeclura de las lenrjuns (t. TI, 1.
XXXIX), quien se explica así: «Siem-
pre los puristas han calificado de aba-
sos tales supresiones... [Se refiere no
sólo al de en proposiciones de genitivo,
sino también al de y á la a en propo-
siciones de ablativo, y aun al que, co-
mo lo prueba con citas de clásicos];
pero la verdad es que la práctica y la
autoridad de los antiguos maestros no
está con los puristas. Actualmente se
notan, en todos los escritores que se dis-
tinguen por construir correctamente,
tendencias muy decididas contra las
supresiones. Sin embargo, tales ten-
dencias no han logrado imponerse; y,
si bien las supresiones pueden talvcz
dar lugar á dudas, preciso es confesar
que acaso prestan ñuidez y velocidad
á la locución, cuando no cabo ambi-
güedad».-Algunas personas del pueblo
convierten aquí á pesar en al pssar,
con pesar, por supuesto, de la correc-
ción y pureza del idioma.
Apescollar, a. A/wn-ollar, como
lo dice su etimología latina (a per ro-
llum): coger ó asir por el cuello á al-
guno; acogotar; coger algo de prisa y
como á escondidas. Conjúgase apercue-
llo, apercuellas, etc.
Apestar, a. y r. De una persona,
animal ó planta que se crían de una
manera raquítica ó que por cualquier
motivo padecen algún atraso en su des-
arrollo, decimos que se apestaron ó
los apestaron; y en realidad de ver-
dad decimos mal, porque el v.rtjí^í'íito/" no
tiene tal accp.En lugar del part. apes-
tado usemos los ad js. rHqnitiro, enclen-
que,desmedrado, etc. ; y, si lo empleamos
para designar á la persona que tiene
viruelas, digamos varioloso, y á los se-
ñalados con ellas llamémosles picosos,
i'irolenlos.
Apestillar, a. Asir ó coger á uno
de suerte que se le asegure y no pueda
escaparse, así como el peslillo asegura
las puertas ó ventanas. Úsase entre
nosotros, pero sobre todo en el estilo
familiar. Véase Abrochar.
Apícola, adj. Perteneciente ó rela-
tivo á la apicultura. Admitidos, como
lo están, los dos siguientes, hace falta,
nó para el terno, sino para el uso, el
adj. apuntado. Siendo de tan buena
formación como ellos, no se ve por qué
pueda sentar mal decir, porej., indus-
tria apícola, revista apícola.
Apicultor, m. El que se dedica á
la apicultura. Admitido por primera
vez en la 13." edición del Dice, pero
con mezquindad todavía, porque no 'c
ha agregado la forma femenina, como
si no hubiera mujeres que también se
dedican á la misma industria.
Apicultura, f. Arte de criar laa
abejas y de aprovechar sus pi'oductos.
Admitido ya por el nuevo Dice, ¡.lie-
graos, manes de Virgilio, que con tan-
to cariño cantasteis estos insectos y su
beneficiosa industria!
Apiñuscar,a. VéaseAPEÑusOAR.
Para nosotros es corrupción de este úl-
timo y con su mismo significado. «Las
terminaciones usco, uscar, dice Cuervo,
tienen íntima conexión con la latina
esco, isco, con la gótica isk, inglesa ish,
etc. Otros verbos al tenor de apañuscar
APL
APL
son zurruífiír de zurrar, (hamuscar,
foniuición portuguesa sobru chamma,
Ibma. Compárvsf rhubaxeo, formado
de cJiuní, lluviu».
Apir, in. Minero que transporU ¡I
ctiesUis el nieUil desdv el interior de la
mina hasta el palio ó canclia queso
forma ai lado afuera y en el cual se
ChaDCan Ó desmenuzím. Su etimo-
logía es el verbo quicLua a/ui, lluvar,
cargar con, j es de mucbo uso en Chile
y en la provincia de Cat;imarca de la
Uepiibliea Ar;^entiua.
Apirg-uinarse, r. Padecer el La-
nado la eiiferme<lad del pjrgiiín.
V¿isc esta voz.
Apisonar ó riíOSEAU, a.: apretar
con piáiin la tierra li otra cosa.
Aplanar las calles, fr. fi?. y
fun». que usamos por ntllf/fiir. \ la
persona que en Ud se ocupa (aplana-
dor de calles) se le debe llamar <•«-
lUjfro, nt, adj., ó azotacnlles, com.
APLAXtHADoK, m. Departitmento ú
ofícina en que se hace el aplanchado ó
planchado. Ej voz muy usada eu Chi-
le, bien formada y necesaria, que hace
falUí en el Dice. Usté no conoce m;i3
(ijjiunfhathr, ra, que á la jiersona que
plancha, ó tiene por ofício planchar.
.Vi'i.ANCllAR, a. «Pasar la plancha
caliente sobre la ropa blanca al;^o hú-
meda ó sobre otnis coías». Personas
que se dan por muy instruidas recalcan
mncho la primera a de este veri» y de
BU.s derivados a¡ilitnrluulo y aplaiu-hd-
dor, como si esta sola futra la forma
correcta, siendo que loa simples ¡'Idii-
ehiir, phiiirh.fln y jilniuhmliir son fjni-
zás preferibles, pues á ellos remite el
Dice, al tnitar de los primeros. — Kn
lengnaje festivo y de fKx;o tiem|io acá,
da«.' tiimbicn en Chile á este v. y sus
derivados, en ambas furnias, el gii,'DÍ-
ñcado de-qucdarsc sin bailar una mu-
jer, durante nn baile nuls ó menos con-
currido, ponii'.c nin^^ún hombre la
inviUi para ello.
.\i*LASTAR, a. Censura Orellana, y
con raz<jn, el abuso que hacen de este
v. los que escriben proposiciones como
ésta : El ejérri/o aplastó al enemiyo.
*ApUu/ar es hacer una ¡)lai>/a,y no es
lo mismo (|ue erraser en sentido fijj.s
Diíjase eu el ejemplo propuesto opri-
mir, tlet/uirer, derrotar, desbaratar,
arrullar, y todos quedaremos eu paz.
La única accp. fi;,'. que á aplaxtar re-
conoce el Dice., es «dejar á uno con-
fuso y sin sidxT que hablar ó respon-
der...
.\i'i.Ai'uiDOit, KA, adj. Que ajilaude,
Ü. t. c. s. .admitido eu el último Dice.
Aplicación, f. Adorno exterior
que se sobrepone en los vestidos de
mujer. Ü. m.en pl. Es voz muy usada
\yoT mujeres, especialmente jxir modis-
tas, y, aunque no carece de fundamen-
to, porque aplifaciüii es en castellano
«acción ó efecto de aplicar ó aplicarse»,
y aplirar «poner una cosa sobre otra»;
sin emb.iríTo, el Dice, no da á esos
arreos ó adminículos la acep. particu-
lar (pie venimos indicando.
Aplomar, a. ;De dónde vendrá
el linico y ernuieo sii;nilicado que da-
mos acjuí á este v., de correr, arenjon-
z/ír, coiifandir.' No puede ser de aplo-
mo, que precisamente deiwta la idea
contr.iria; (juizás lo sea de plomo por-
que este metal con el simple calor se
liquida ó sp corre: tal como sucede con
la ¡persona avenjouzada: primero sien-
te el calor ó rul}or de la verirüenza y
liieifo ve rorre li se aploma. V . t. c.
r. Tandjién pcnlría ser accp. li;;. de la
ant. rpie le reconoce el Dice., de •M)[)ri-
mir con el mucho peso».
80
APO
APO
Aplomo, m. Fauna ¡oquiila esf, cau-
sa finita es/: liabló la Academia y se
acabó el pleito. Tan censurado por Ba-
ralt y otros puristas, el aplomo se ha
colado ya, coiuo quien es, es decir, con
mucho aplomo, tn la 13." edición del
Dice. Académico, con el significado de
«gravedad, serenidad, circunspección».
Eu Equitación significa también «ca-
da una de las líneas verticales que de-
terminan la dirección que deben tener
los miembros del caballo para que esté
bien constituido. U. más eu pl.»
Apocar, a. Como r. solamente le da
el Dice, el significado figurado de «hu-
millarse, abatirse, tenerse en poco».
No vemos por qué limitar á la forma
r. esta accp., cosa que no hicieron los
clásicos españoles. Y en prueba de ello
en Fray Antonio de Guevara leemos:
«Podría ser que las quejas algi'iu día
llegasen á la presencia de Dios para
que os castigase, y aun á las orejas del
Rey, para que os apocase-». En Chile
es corriente este uso que defendemos.
Apógrafo, m. Copia de un escrito
original. Admitido en el último Dice.
Apomn'arismo, m. Herejía de Apo-
linario. Incluido por primera vez.
Apolvillarse, r. Formado del s.
polvillo. (Véase esta voz). El equiva-
lente castizo es atizonarse: «contraer
tizón el trigo y otros cereales».
Apontocar, a. Sostener una cosa ó
darle apoyo con otra. (13." edición del
Dice.)
Aponce ó aponzamiento, m.
Véase el siguiente.
Aponzar, a. Por un clérigo Pon-
ce (q. e. p. d.), detenido algún tiempo
en el subdiaconado sin ser promovido
á las otras órdenes, se ha hecho común
en Chile el v. aponzar, y aun los sus-
tantivos aponce y aponzamien-
to, para designar todo retardo en la
recepción de cualquiera de las órdenes
eclesiásticas. El Dice, solamente nos
ofrece ¡i capiíjorroa y capiyorriatu, ad js.
fams., que se usan también como sus-
tantivos, para designar al c|ue tiene
órdenes menores y no es ascendido á
las mayores. El P. Isla usa la fr. llevar
calabazas, pero rufiriéudose, induda-
blemente, nó al llamamiento á órdenes,
que es libre de parte del Obispo, sino
al examen que precede á ellas:. ..«sin
embargo, de haber llevado tres reces
calabazas para epístola, una para evan-
gelio y dos para misa...» ('/^/•. Gerun-
dio, 1. 1 ir, c. V).
Aporcar, a. «Agrupar y atar las
hojas de ciertas plantas, como el cardo,
el apio, etc., alrededor del cogollo, y
cubrirlas con tierra á fin de resguar-
darlas de la influencia atmosférica y,
sobre todo, de la luz, para que sus ho-
jas, pencas ó tallos resulten más blau-
cos, tiernos y sabrosos». Esto es lo que
significa este v. y no debe confundirse,
como aquí lo hacemo;, con acollar, a.
(arrimar tierra al pie de los troncos)
u¡ con recalzar, a. (arrimar tierra al-
rededor de las plantas ó árboles), ni
con atetillar, a. (hacer una e.\cava
alrededor de los árboles, dejando un
poco de tierra arrimada al tronco). —
Aporcar se conjuga como regular: ijo
aporco, etc., porque es compuesto de
porca, en latín, surco, y nó de puerco.
Aporratar, a. En su forma pa-
rece corrupción de prorratear, el cual
pudo ir torciendo poco á poco su sig-
nificado hasta ser sinónimo de mono-
polizar y de arrunflar. Así lo nsa aquí
el pueblo, confundiéndolo enteramen-
te cou abarrotar. (Véase este v.)
Aporrkar, a. Muy usado es entre
nosotros el refrán Quien te quiere te
APO
APO
81
ajxn/e I, que, poco mÁs ó menos, co-
rresponde al castellano Qiiini tien fe
quiere (ó qttiera ) te hará llorar. Xo
faltan seudo&ibios en nueitro pueblo
qne enmiendan la conjug-.icióu de a¡w-
rreiir diciendo aporrla.
Aportarse, r. Jlainmente damos
á este V. el signifícado de aremirse,
Uef/iir.ie, asomnrge, cuando en realidad
DO lo tiene, y menos en su forma re-
fleja. Como n. significa: «llegará par-
te DO pens:ida, aunque no sea puerto;
como á un luirar, casa ó paraje, des-
pués de haber andado perdido ó extra-
viado». Siu duda de aqni ha provenido
Duestro uso, tan común como expresi-
vo; V. gr.: fJn loilo un año iu> te has
aportadO'i verme. :J(imiU te apor-
tes li mi ''lisa.'
Apoute, m. Muy nsado en nuestra
legislación por: Parte que lleva cada
cual á la socieilad de que es miembro,
y más comunmente, á la sociedad con-
yugal. Por su forma, que es la de nm-
cLos sustantivos verbales, y por su
Oso, es de no desprc.-iarlo. El castizo
a¡)orí(uión sólo es acción ó efecto de
ajMrtar en la misma acep. forense.
Aporuñarse, r. Formado del s.
poruña. í Vd-ascesta voz), \unca he-
m«í oído usar este v. en el sentido de
atesonir, (pie le d:» Rodríguez, y uo
comprendemos cómo pueda significar
tal cosa. El único significado que he-
mos oido en nuestro pueblo es el de
«fnisrtmrse uno en su intento 6 deseo»,
ó, segi'iD las frases castizas, estar en
Jurliln (quedarse en susp<;nso ó chas-
(pieado), quediirxe a^penje-'i (quedaran
uno sin lo que c.'iiwraba). Siendo este
V. compue-to de poruña, es muy ló-
gico y fundado el í<i;,'n¡(if;ado (pie apun-
tamos, porque, al aporuñarse uua
persona, sobre tfxlo si es niño, estira
el labio inferior á modo de poruña
ó hace pucheros. Lo cual se coulirma
con el significado que damos al parti-
cipio aporuñadO, da, en fonna de
poruña; y asi, uñas aporuñadas
son las acanaladas ó de figura larga y
abarquillada como la de las canales.
Apostar, Teniendo, como tiene,
este v. dos significados distintos, dos
conjugaciones, regular ó irregular, y
dos etimologías, parece que debía el
Dice, formar de él dos artículos, como
lo lince con aterrar y otros semejantes.
En el significado de hacer apuestas es
in'egular, y se conjuga ijo a/ntesío, etc.
En el significado de poner una ó más
pei-sonas ó caballerías en determinado
puesto ó paraje, es regular, porque es
compuesto de posta: i/n apusfn, etc.
Al'O.STElI.\ ó POSTEMA, f.
Apóstola, f. Xo lo admite el Dice,
que sólo se contenta con apóstol, m.:
siu embargo, Don Alvaro de Luna en
su Libro Je las virtuosas é claras mu-
jeres (I. Iir, c. XXIV) dice: «Jesu-
christo, rcsurgendo, apareció á ella
[Xlaria Magdalena] primero, c la or-
denó Apóstola». De la misma santa
Penitente canta el P. Ilíjjeda en su
Cristiada (canto VI):
.l/iúrtoln (le apiístolcs divina
Scro, que tiinto un siiuple amor merece.
Lo mismo se expresa también Jíalóu
de Cliaide en la dedicatoria de su J/(?//-
dalvna: '(Resucitando el Señor, apare-
ció primero á las mujeres y las hizo
Apóstolas de los Apóstoles».
.\posTiiOKAR, a. Si en Retórica sig-
nifica este V. dirigir apostrofes, porque
de Cita palabra es formado, ¿por (|iic
en (íraiiiáticji no hemos de tener otro
(ipiiitrn/iir, formado de apó.itrofn y con
el significado correspondiente á esta
82
APO
APR
voz? Así lo usan ya algunos gramiti-
cos; lo cual nos parece un progreso en
el idioma, digno de aceptarse y aplau-
dirse, al modo que ya tenemos apoco-
•par, sincopar, diptongar.
Apostrofe, amb. Cierta figura re-
tórica. Es distinto de apóstrofo, m.,
signo ortográfico (').
Apotema, f. «Perpendicular traza-
da desde el centro de un polígono re-
gular á uno cualquiera de sus lados. ||
Altara de las caras triangulares de una
pirámide regular)'. Incluido por prime-
ra vez.
Apoteosis, f, y nó m. (la apoteosis).
Apotincar, a. y ú. m. c. r. Poner
á uno en cuclillas. Es v. usado en al-
gunos pueblos del Sur de Chile, donde
el araucano está más mezclado con el
español. Y no otra cosa que mezcla ó
amalgama de los dos idiomas parece
el presente vocablo (a poto hincar J.
Apotrerar, a. Dividir una hacien-
da ó fundo rústico en potreros. Estando
ya admitido en el nuevo Dice, el s.
potrero, aunque no bien definido, pa-
rece natural e.xigir también la admisión
del verbo. Adehesar y dehesar, que son
los equivalentes que podrían señalarse,
corresponden al concepto de dehesa y
nó al de potrero. (Véase esta voz).
Apoyar, a. Sacar el apoi/o á las va-
cas. Véase el siguiente. Xo vemos in-
conveniente para que el Dice, agregue
esta accp., bien formada del s. apoijo
y usada en todo Chile.
Apoyo, m. Es en una de sus aceps.
sinónimo de apoyadura: «raudal de le-
che que acude á los pechos de las hem-
bras cuando dan de mamar». Entre
nosotros se da el nombre de apoyo á la
leche más gruesa y sustanciosa que la
vaca, al ser ordeñada, reserva para el
ternero y que sólo larga cuando éíte
principia á extraerla. El ordeñador en-
tonces lo retira inmediatamente, y si-
gue él la operación, que ya no puede
suspenderse. Así la astucia del hombre
ha triunfado del amoroso instinto del
animal.
Apozarse, r. Detenerse el agua for-
mando poza. Muy usado en Chile y
perfectamente formado: no se ve qué
podrá objetarle la Academia. Los ver-
bos' castizos más parecidos, pero nó
iguales, son encharcarse (que se dife-
rencia en lo mismo que charco se dife-
rencia ñepoza) y embalsarse, meterse
en balsa, sinónimo de poza. Usa este
último la 12." edición del Dice, en
Avenar.
Aprehender, a. Significa «coger,
asir, prender á alguno», y como térmi-
no de Filosofía: «concebir las especies
de las cosas, sin hacer juicio de ellas ó
sin afirmar ni negar». Los demás sig-
nificados corresponden á aprender.
Aprehensión, f. Acción ó efecto
de aprehender (Véase el anterior). Xo
debe confundirse con aprensión: falso
concepto que acerca de una cosa hace
formar á uno la imaginación; y otras
dos aceps. más, parecidas á ésta.
Aprehensivo, va, adj. Apren-
sii'o, va.
Aprender, a. Conjúgase yo apren-
do, etc., y nó apríendo, como lo ha-
ce el pueblo. — Echando á perder se
aprende, fr. fam. que entre nosotros
significa que todo aprendiz causa dete-
rioros ó perjuicios para llegar á apren-
der. Xo figura en el Dice.
Aprensar ó prensar, a.
Apretar, a. Conjúgase yo aprieto,
etc., y nó apretó, porque es compues-
to del s. aprieto. «Saber uno dónde le
aprieta el zapato; Quien mucho abar-
ca, poco aprieta », son adagios bastante
APR
APT
8o
conocidos y qnc nos enseñan la verda-
dera conjugación de este v.-Apretar á
uno es estrecharle fisica ó moralraeiite;
apretar ron uno es embestirle, cernir
coa él; apretar á correr es echar á co-
rrer. .Aprieta: es interj. fani. que se
emplea piini reprobar por incoherente
ó desatinada algana cosa.
Aphetixar, a. Formar en los ves-
tidos de las mujeres la parte llamada
pretina. Muy usado entre nosotros, lo
mismo que su compuesto de<<ipreliimr.
Ambos merecen admitirse, una vez que
el Dice, no nos proporciona otros equi-
valentes.
APROitAR, a. ¡Cuidado con aprobar
lo que solamente se debe probar! Se
aprueban los buenos exámenes, las bue-
nas resoluciones, los nombramientos,
etc.; pero las prendas de vestir y los
comestibles, simplemente se prueban.
ApropixcI'ar.se, r. Latinismo muy
usado en tieuipK) del culteranismo, por
acercane: hoy no se emjilea sino en
estilo festivo, advierte discretamente
el I>iec.
ApropÓSitO. A propósito, m. adv.
con q;ie se expresa qne una cosíi es pro-
porcionada li oportuna paní lo que se
desea ó para el lin ¡i que se destina.
(Véase Apesar).-.! propúnilo de es
loe. usada ¡Kir todos los que hablan
castellano y es raro no encouti-arla en
el Dice. Significa que, aprovechando
la mención ó recuerdo que se hace de
algo, se quiere ampliürlo ó tratarlo niius
especialmente. Facilií'imo sería, pero
iniitil, amontonar autor¡d:ides, sobre
todo, modernas. Xo es igual c-sta loe.
al galicismo reprobado por Haralt y por
otro3:<Todosd¡8currcn á propósito
de la guerra de Oriente»; no es iiMial,
decimos, [wrqne aquí no es loe. sino
simple complemento, que en castellano
debe cxpresai-se por sobre, con motivo
lie, acerca de. Hay también otros gali-
cismos no tan usados en (jue entra la
\oz propósito: el que quiera instruirse
sobre ellos puede consultar ;i Barait,
pi-ro rectificándole su afirmación de
que ^propósito nunca ha significado en
castellano asunto, materia, ó cosii por
el estilo I-, porque ésta es precisamente
la última acep. que á esa voz da el Dice,
de la Academia.
Aprovechar. Usado como n. pide
la prep. en, j como r. de. Es también
a. en el significado de lemplear útil-
mente alguna cosan, y en este caso
no debe confundirse su significado con
el que tiene en la forma refleja, en la
cual equivale á utilizarse de. Así, está
bien dicho: Aproveché la tela para ha-
cer dos vestidos, pero nó Aproveche de
la tela. Si se pone la prep, de, hay que
usar la forma refleja : .Ve aprovechó de
la tela.
Aprovisionar, a. (¡alicismo
nsado por avituallar, abastecer, surtir,
proveer, muni'ionar, suministrar. Des-
de que Barait lo puso en la picota, no
se ha atrevido á admitirlo la Academia.
(Téase Anexionar).
Aproximativamente, adv.
.admitiendo el Dice, el adj. Aprorima-
tivo, era lógico que admitiera también
el correspondiente adv.; sin embargo,
no lo ha hecho, y sólo nos da ú Ajiro-
fimadamente, más corto y fácil de pro-
nunciar: no hemos de reñir por ello, y
él verá si le conviene ó nó enriquecerse
con un término m;'is.
-Vptkro, ra, adj. Que carece de alas.
Loba admitido la l.'5."edieión del Dice.
Aptitl'Ii, f. «Pretenden algunos es-
pañoles qne aptitud no debe usarte ja-
más en el plural, como lo hacemos á
diestro y siniestro acá los peruanos»,
84
APU
APU
dice Juan de Arólas. Como á nosotros
no nos consta semejante pretcnsión,
(|nc por lo demás creemos iiifiitidadií,
segairemos hablando de aptitudes como
los peruanos, seguros de que vamos en
la buena compañía de Mora, á quien
cita Arólas, de Jlenciidez y Pelayo y
de otros.
Apud. Expr. latina ({ue, entre otras
cosas, signilica cu poder de y que se
usa cu castellano para las citas: su sig-
nificado es «en la obra ó libro de».
Apud Gallardo, dice Menéndez y Pe-
layo. Nos parece que debería figiu'ar en
el Dice, pues tiene la misma razón de
ser que Pássiin, Vide, Ut siipra, que
ya están admitidos. Falta también Ut
iiifra.
Apunarse, r. Padecer la enferme-
dad de la puna, ó sea, vértigos, aho-
guíos y otros síntomas que se experi-
mentan por la rarefacción del aire en
terrenos muy elevados. Es v. tan usa-
do en Chile, en el Perú, en Bolivia y
en la Eepública Argentina, que no de-
bió la Academia vacilar ni por un ins-
tante en admitirlo. (Véase Puna). En
Colombia se usa por arrecirse, que sólo
es un síntoma de apunarse.
Apuntación, apuntamiento ó
APUNTE: acción ó efecto de apuntar.
Apuntado, da, adj. part. de Apun-
tar. ¿Vendrán del limbo ó de la luna
los que dan por chilenismo esta voz?
Vean el Dice, oficial de la lengua, y
encontrarán que la última acep. de
Apuntar como r. y fam. es «empezar
á embriagarse».
Apuntalamiento, m. Acción ó
efecto de apuntalar. Admitido por pri-
mera vez.
Apuñalear, a. Apuñalar, a.: dar
de puñaladas.
Apuñuscar, a. Corrupción de
a¡ieriuíícar. Véase este v., como también
apiñuscar, en donde está explicada
la terminación usrar.
Apurar, a. Tan usado entre nos-
otros como criticado por los puristas
es este v. en el significado de apresu-
rar, acelerar, ó dar prisa. Pues, ¿qué
dirán ahora, al ver que la 13". edición
del Dice, le ha dado por primera vez
la acep. fig. de «.apremiar, dar prisa»?
Y en verdad que esta acep. era recla-
mada tiempo há, no sólo por los ame-
ricanos, sino aún por los mismos csp:i-
ñoles, pues la que le daban algunos
diccionarios, de «acosar, apremiar,»,
no basta para explicar muchos pasajes
de buenos autores; por ej., éste de Sa-
maniego:
«La ladrona .-i' np'iia y clesb.uata
Pur hacerla pedazos
Ya que nó con la garra, á picotazos»
y este otro de Valbuena: «Cuando us-
tedes quieran-dijo él ;--pero sin apurar-
se, porque no hay prisa». (A/jua turbia,
IX). Lo mismo lo usa también Pere-
da. Con la definición de la Academia
y con los ejemplos citados, ya no puede
haber duda de que el v. se usa t. c. r.
Lo único que habría que agregar es
que se usa t. c. n. en el mismo sentido
que urffir: Esto apura ó no apura.-'No
hay para qué advertir que el participio
apurado, da, se usa también en todas
estas aceps. y con el mismísimo senti-
do; por lo cual no habría por qué re-
formar la conocida sentencia El que
apurado vive, apurado muere, por esta
otra El que de prisa vive, de prisa mue-
re. Como adj., apurado, da, significa:
«pobre, falto de caudal y de lo que se
necesita; dificultoso, angustioso, y ant.>
esmerado, exacto^i.
AQU
AQU
Apcuo, ni. Asisjnnila al v. la accji.
tle «apremiar, diir prisí», lój;¡eo era
dar al s. el sij^nificaJo ile •< apremio, pri-
sa»; pero no pidamos á los mort;iles
obras jierfcctas: bastante hizo la Awi-
deniia con correfrir el v. y esperemos
'ine en la próxima edición extienda
tiirabicn su misericonlia al s.
AiTKÓx, XA. adj. Aplícase;'» la ]x;r-
sona (juc con frecnencia apur.i ó apre-
mia. Es muy usado entre nosotros y no
es indigno de admitirse. Por lo menos
es raejor qne apiiraihr, ra, (jne trae el
Dice. (Vcise Akmjo.v).
Aquebrajar, a. Xo es conociJo
en los reinos del Dice, donde sólo do-
minan quebrajar j resquebrajar, de la
misma familia.
AyiEL, M,A, LLO, pron. deni. Mu-
cho aburan de él los malos tr.iductores
del franccí, Last;» tal punto que es i-s-
tc uno de los pxíorcs vicios que carac-
terizjuí el estilo afrancesado moderno,
al decir de lianilt. (Vwise este autor).
Xo es nuestro ánimo detenernos en es-
to, sino úniciimente notarlo como de
puso: los que necesiten enmendarse de
tal vicio, lean los tratadistas de ?;ali-
cismos y ejercítense en la Ifctura de
los buenos autores y en la verdadera
composición castellana. Kn cuanto á la
forma material de este pron. es de ad-
vertir que muchos clásicos apocopa ban
la terminación femenina del singular,
convirtiéndol:'. en (u/uel, siempre que el
8. siguiente empezaba por a aguda; co-
mo ai¡itel alma, aijiiel ar/xi, aquel anjia;
pnictica iiue han seguido algunos mo-
dernos, come Lista, Martínez de la Ro-
sa, Cueto. Salva la considera como ar-
<-aí;imo del idioma y entre los tales la
loloca; ("ucrvo y Peña dan cuent.i de
ella sin emitir juicio sobre fu uso mo-
derno; á nosotros, fnincamentc, no nos
agrada, porque nos suena más sonora
y rotunda la forma (aquella alma ) que
la apocopada f aquel alma). Lo justo
y lo lógico seria suprimir la a final,
¡xíro nó el convertir adcniiis la // en 1;
según lo cual debería escribirse y pro-
nunciarse ai/uell'alma; mas, como el
apóstrofo no está en uso en el castella-
no moderno, vale más conservar ínte-
gras las dos palabras, como se ha hecho
con tantas otras (|ue también apoco-
¡xiban y juntaban los clásicos: i/'ai/url,
il'esíe, l'aspere:.!, qu'es.-'En cuanto al
acento, está admitido por todos los
gramáticos que los demostrativos es/f,
ese y aijuel lo llevan pintado siempre
que hacen el oficio de sustantivos; pe-
ro, como en la práctica hay dudas y va-
cilaciones, conviene agregar que tam-
bién es necesario que estén solos, es
decir, sin ningiin adjetivo ó relativo
que los modifique, porque en tal caso
no llevan acento, á no ser que el rela-
tivo se encuentre nuiy lejos. Así, en la
Epístola moral á Faino se acentuaría
9 Aquel eutiX! los héroes es contado |
Que el premio mereció, nó ijuien le al-
canza I Por vanas consecuencias del
Estado)'; {KTO no llevaría acento «¡Po-
bre de aquel que corre y se dilata | Por
cuantos son los climas y los mares, |
Perseguidor del oro y de la plata!»
Creemoí!, aunque no lo hemos visto en
ningún gramático, (juc también deben
acentuarse estos pronombres cuando
van pospuestos al s., porque así lo re-
clama el mismo acento tónico que les
damos en la pronunciación. Así en el
famoso verso de Iriartc se acentuará
ó nó el demostrativo según sea el lu-
gar que ocupe, antes ó después del s.:
«Canto las maravillas de aquel arte»;
«Del arte aquél las maravillas canto».
« Dicción isla propia, expresiva y bre-
S6
AQU
AQU
ve» (Baralt). (Por nuestra parte ha-
bríamos puesto entre comas el pron.
ésla). — También nos desagrada ver
muy repetido el dem. aqud para desig-
nar á la misma Divinidad, porque,
además de hueco y afrancesado, lo
hallamos sencillamente irrespetuoso.
Teniendo el castellano vocablos tan
llenos y sonoros, como Todopoderoso,
Omnipotente, Altísimo, Criador, Ser
Supremo, etc., no tiene para que em-
plear los pobres circunloquios de su
pobre hermana la lengua francesa.
Aquietar ó quietar, a. y ú. t. c. r.
Aquijotado, pa, adj. Aunque no
aparezca en el Dice, es de las palabras
de formación fija y general que pue-
den usarse sin escrúpulo alguno. Así
se han formado arnrdemdado, acaba-
llerado, aniñado y tantos otros en que
entra el prefijo a. «Ignorantón medio
loco y aqiiijotadoTi. (Montalvo, Capits.
que se le olvidaron á Cerv., Pról., cap.
XI). Véase A, I.' art. El adj. que, sin
ser igual, algo se le acerca en signifi-
cado, es quijotesco, ca: qne obra con
quijotería; que se ejecuta con quijo-
tería.
Aquiles (Argujiento). Expresión
filosófica, pero usada ya en todo géne-
ro de escritos, que es sensible no en-
contrar en el Dice, de la Academia.
Del Enciclopédico Hispano-America-
no tomamos lo siguiente: «Se ha dado
el nombre de arijumento Aquiles al
empleado por Zenón de Elea y tal vez
por Parraéuides para probar la impo-
sibilidad del movimiento. ...Se ha lla-
mado Aquiles este argumento, porque
en él se supone que Aquiles el de los
pies lif/eros no puede alcanzar á una
tortuga. ..Por extensión y amplificación
de sentido.... se ha expresado después
con las palabras arr/umcnto Aquiles
aquel raciocinio que se tiene por deci-
sivo para demostrar justificadamente
la tesis, y también (por contraposición)
razonamiento que semeja fuego fatuo
del espíritu, ó castillo de naipes fabri-
cado por el pensamiento, es decir, de-
mostración que se anuncia con gran
aparato y después resulta una necedad
sin valor ninguno. Por último, tam-
bién á veces, olvidando el sentido tra-
dicional del arr/umento Aquiles, se de-
signa con este nombre el argumento
batallón, el que lleva las cuestiones á
los puntos más álgidosy difíciles, cual
si el pensamiento se complaciera en
aumentar y reunir los obstáculos para
vencerlos junta y rápidamente. Excu-
sado parece advertir que esta última
acep. se halla tomada de las cualidades
atribuidas al héroe Aquiles, que, como
se puede observar en el argumento que
lleva su nombro, sólo entra como ejem-
plo». Quien quiera más explicaciones,
consulte el citado Dice; nosotros, si-
guiendo nuestro propósito, agregare-
mos solamente tres autoridades sobre
esta expresión: «Pero ya me parece estar
oyendo el arr/umento -aquiles de los
partidarios de el Arfe por el Artei). (P.
A. de Alarcón, Disc. de incorji. en la
Acad. Esp.) «El aquiles del autor es
que, no denotando tiempo con relación
al momento déla palabra, no puede el
infinitivo ser verbo». (M. F. Siiárez,
EsfuUos fjramat., I p., c. IX). «El solo
argumento déla crítica... es que debe-
mos errar, ya que nos atrevemos á dis-
sentir de Bello. Mal aquiles, pues es
nada menos que la infalibilidad de un
autor consagrada en materias literarias
y científicas». (Id., II p., c. II).
Que las niñas de quince á veinte abriles
Te pagaran cun creces lus enojos.
Y aun si has de usar del argumento Aquilet;
ARA
ARB
D^ja 1o< nados del boUillo flujne,
Y t« habrán de aplaadir los ministriles.
(El Marqar'í de Mullos, Presidente do la
Acad.)
Ayi'iLÓ.s", na. La región del globo y
el viento conociJos con los nombres de
aquilón j norte, mida tienen que ver
con ditiquiliiii, m.: <ungüento con que
Ec hacen emplastos para ablandamien-
to y supuración de los bumoa>s. Lo
hay de varias clases>.
AvfiLO.NiL ó Ayi'iLOXAR, adj. Per-
teneciente ó relativo al aquilón. || fig.
Aplícase al ticmpK) de invierno.
Aquintralarse, r. Cubrirse los
árbolesiiarbustosde quintraL (Vóa-
ee esta voz). También se aquintra-
lan aqni las plantas de sandia y de
melón y otras semejantes; lo cual con-
siste en cierta enfermedad (¡ue hace
erguirse las hojas é impide el desarro-
llo y madurez de la fruta.
Agcivo, VA, adj. Aplícase á persona
y n. t. c. 8. Admitido en el último Dice,
como igual á Atjiieo en todas sus aceps.
AR.\íi0.si.sMr), m. Locución, giro ó
modo de hablar, propio y peculiar de
los aragoneses. Hace falta en el Dice.
y recmplizaria con ventaja la consa-
bida abreviatura pr. Ar. (provincial
de .\ragón).
Araña, f. Llámase así en Chile nu
carruaje ligero y pequeño, que por lo
delgado de sus ruedas y de toda su ar-
maz<>n presenta el aspecto de una ara-
ña. Es parecido al bombé español. —
Picado de la araña, es en castella-
no Piíi'lo de la liiránlulii ó (hldíafrán,
ó Hiniplemente alucraiuiJo.
AuaSada, f. Acción ó efecto de ara-
ñar. Es de m:ts uso que nrañamienlo,
arañazo y arrirm, aruñn y anirinzn,
únicos que admite el Dice. íQnc diría
de ello (¿neveilü que en Kl (Irán Ta-
caiíi (c. XVII) escribió: «Tiróle por
dctnís una arañadas?
.\UAL'CAN"it!MO, m. Locución ó mo-
do de hablar, propio de los araucanos.
Nada perdería el Dice, con admitirlo,
ó por lo menos enseñe en alguna parte
(por ej., en la terminación ixuio) cómo
se forman y qué significan los vocablos
en ismii derivados de adjetivos, é igual-
mente los que se forman de sustanti-
vos. Esta es una riqueza del idioma
que nunca ha sido señalada ni explo-
tada i)or el Dice.
AuAUí'AXisTA, com. Persona enten-
dida en el idioma ó en las costumbres
de los araucanos. Bien puede figurar
en el Dice, al cual hacemos, mii/tilis
miitan'lis, la misma observación que
en el artículo anterior.
AuArcASiZAR, a. y r. Vwise Izau
(Verbos en).
Ara VA (Capitán). Klrapi/iin Ara-
tjn, que embarca la gente y se queda en la
plaija. Asi hemos alterado nosotros en
este refrán el «iK-Ilido Arana ó Araña,
que es el que usan los españoles: así,
á lo menos, lo traen algunos dicciona-
rios españoles, y así lo usan también
Sbarbi y Rniz .\guilera. Con el cambio
nuestro ha ganado la rima, aunque el
origen histórico (caso (|ue exista) ha-
ya perdido. El significado del refrán
es obvio y no necesita explicarse; es
sinónimo de este otro: Parecerse A la
campana, que llama á los fieles a la
iglesia y ella se queda fuera. Ningu-
no de los dos apai'íce en el Dice,
oficial
.VuiiiTUAii, a. Por iiiiiiropia tenemos
la f r. arbitrar recursos, tan usada
en el lenguaje moderno, por la sencilla
razón de que nunca ha significado ar-
bitrar allegar, reunir, conseguir, (|uc
es lo que le hace decir la fr. entera. Se
88
ARC
ARO
arbitran medios, mudidas, y aun, en
sentido fig., expedientes y recursos, pe-
ro nó dineros, ni recursos pecuniarios,
ni otros medios materiales de subsis-
tencia. Lo cual se funda en que arhi-
trar en todas sus aceps. supone un acto
de la voluntad ó del entendimiento
(Ubre arbitrio), y nó un acto material,
cual es el de reunir, buscar ó conseguir
dinero. Se arbitrarían sí los medios
para esto, y entonces por metonimia,
tomando el efecto par la causa, se dirá
que se arbitran, dineros; pero sépase
también qué lenguaje se habla, porque
no siempre sepuede usar del tropológico.
Árbol, m. El mueble en forma de
árbol para colgar la capa y otras pren-
das de vestir, se llama en castellano
ciielf/acapas, m.
Arbolera, f. Corrupción plebeya
de arboleda.
ArbolitO, m. dim. de árbol. Así
llama aquí el pueblo lo que en español
es árbol defue¡jo, ó de pólvora, es decir,
«armazón de madera, compuesta de un
palo, como pie ó tronco, y varios lis-
tones, como brazos ó ramos, que sos-
tienen las envolturas de papeles, por
donde va distribuida la pólvora para
un fuego de los que llaman artificiales».
Arcacliofa, f. Alcachofa.
Arcayata, f. Pieza de metal en
forma de dos anillos ó abrazaderas,
que, unidos entre sí, hacen el mismo
oficio de la bisagra. Así se llama en
Chile la tal pieza, aunque ya su uso y
su nombre se van relegando ul olvido.
Arcedeán, no, m. Corrección
exagerada y falsa que hacen algunos
de la verdadera forma arcedián, no.
No son estas voces, como á primei-a
vista pudiera parecer, compuestas de
deán, sino de archi y diácono, que es
otra forma castiza que les reconoce el
Dice. Si fueran compuestas de deán
(en latín dcccmus), resultaría el absur-
do de que el arcedián debía ser de ma-
yor dignidad que el deán, como arzo-
bispo es más que obispo. El deán es el
decano ó presidente del cabildo ecle-
siástico, y el arcedián (etimológica-
mente, el primero ó el jefe de los diá-
conos) es en algunas catedrales la dig-
nidad siguiente al deán, como en la
nuestra; aunque en otras es también la
primera de todas, pero nó por razón
de etimología ni de significado.
Arcial, m. Corrupción de acicd,
por la forma de la palabra y del ins-
trumento, y, al cual malamente llaman
aquí tortón. (Véase esta voz). El
equivalente de nuestro avcial es
bra//a (cuerda con que se ciñe un
fardo, un tonel, una piedra, etc., para
suspenderlo en el aire), ó en general,
cordel, cuerda, porque no es otra cosa
que un utensilio como éstos el que ma-
neja el mozo de cordel, de cuerda ó de
esquina, ó ganapán.
Arcifiiíio, nía, adj. Dícese del te-
rritorio que tiene limites naturales.
Neologismo que nos ha regalado el úl-
timo Dice, quizás teniendo en vista á
Chile.
Arción, era, f. Corrupción que
ha formado nuestro pueblo del castizo
ación, f. (Vé:^nse Alción y Alcio-
nera). Probablemente el error ha pro-
venido de confundir ación con arzón;
y, ya una vez convertido ación en ar-
ción, era fácil el nuevo cambio en
alción.
Archi. «Voz que sólo tiene uso co-
mo prefijo de vocablos compuestos y
denota preeminencia ó superioridad.
Xncuiduqiie. En otras palabras es dis-
tinta su forma. Aucánijel, Ancípresfe,
AiiqvEtipo, Anzobispo'i. Esto es todo
ARC
ARD
lo que cnscúa el Dice, soljix; esta [ar-
ticula, despucí (le advertir que se deri-
va del V. grieíTo i;/<-i, que siirnitica
iiinii'lítr en ji-fr. ¿Ser.i dabie qiic Uiu
lacónica y pobremente se estudien _v
enseñen las siempre jwndcradas rique-
zas de la ienjrua castellana!- ;N'o pudo
la Academia agrejrir que esta voz da
ori;_'en á muchas otras, sobiv toilo, en
el estilo familiar \' en el jocoso, t^into,
que es una mina iua;jotab!e pra los
buenos escritores!' So^iin este procedi-
miento son va de uso corriente iiir/ii-
milhnutrio, aichirilebre, mrhifumosn,
ttrr/iipf.lfin/f, arrfiinillo: y asi ncc-ptar¡i
también el uso to<las las demás que se
formen jwr este mismo estilo: porque
;quL' mayores atribuciones tenían los
cIhsícos (]ue formaron archiíjaHuia
(yáU:hAn\\\o),ar(hiinHñefo (Sidas Bar-
badillo), arrhipobre. arrliidiabln (Quc-
veáo),/irfli4bot¡e;/iiero,a>rliielenzúii,ni-
thilartiijo (Tirso), etc., etc., que no
puedan también concederse á los au-
tores modernos que tienen por teatro
un mundo mayor de personas y de co-
sas? Ya lo dijo también Horacio á este
mismo propósito, qnien, elegantemente
traducido por Martínez de la Kos;i, ar-
guye así:
C<><>r<liiur cnn aciertn lu p^ttlir.i^
Art«- pi<le y o«dict<>: y al putil»
Ln^tre y gnicia lUriirt, ni l.u cnl.ii.v
C'<iD tan utnta udíiíd, qiic como nacías
Ri-nplanilezcan la^ vr^rcs máit coiiiiinos . ..
;Purfl 'lar-'I /« Virgilio ncpiru'y á Vario
Lo qnr Á Cecilio y Plantel ot<*rgn Roiiiay
,'i niirani coa i'tíio<|ac yo propio
Cnn mi huiiiililc caatlal, xi alguno jiilito,
Aiimcnlt- el común fonil»? Y,;no loliiciinm
Enio y Catún, con pcrcgrínan voces
I<* pktriklcng^.ia rnri'|n«c¡eo<lo an ilia?
•Siempre licilii fne, lo »erii nienipre.
Con el wllo cirriente ac-i(>ar voco.
Pues bien, este sencillo modo de acu-
ñar vo<.Ts cnstizas con elementos pro-
pio?, es el que !u Academia debe cla-
ramente enseñar en sus obras, y no
venga después ¡i lamentai-se de iralicis-
luos. biirbariiiuos, extranjerismos y
dcin:is i)lagas en ismox. (Véase Axri).
AiifuiUASiLic.A, f. IJasilica preemi-
nente ó superior á las demás. Es titulo
que se ha dado, hace pocos años, á al-
gunas basílicas de Homa, como las de
San Pedro y de San Pablo y la del
Salvador. La voz puede ya figurar en
el Dice.
ArcllidiÓcesiS, f. l'sado fuera
de Chile por algunos rezagados de la
lengua, no ha tenido cabida en el Dice,
el cual sóloahoni,en su liltima edición,
nos da el equivalente (irquidióroiis.
Ai'chiepiscopal, adj. ¡Al pozo
de los aicaisiiios con él! Para el uso
moderno tenemos iiii¡tiie/>iscop(il y nr-
zobixpnl.
Ardidoso, sa, adj. Los antiguos
puristas que nos proponían este adj.
por el vulgar ardilOSO, se habrán
t|uedado con un palmo de narices al
ver que el Dice, da como anticuados
los dos artículos iiue consagra á Ardi-
doso: y lo más raro PS que cu ninguno
le da el signilicado de nuestro ardilo-
SO. Dejémonos de «/y/(V/ís y usemos sen-
cillamente riifn/pio, cucn/h/ri, ntentini,
iii; (i también, anixáii, na, sojdiin, mi;
ó los sustantivos figs. cánido y fuelle.
liste es el significado que siempre he-
mos oído dar á ardilcso y nó el de
nihnrdqitiriilo que a[)uiita Rodríguez.
Ardientisimo, ma, adj. super-
lativo de Aidiiitti'. \)i\iñst: '(idrii/isimo.
(Vc.ise Ciertíslmo).
Ardil, m. Dos errores comete núes,
tro pueblo con esta voz: el uno de ¡iro-
nuuciarla así, cuando en realidad ter-
mina en d (urdid), y el otro de darle
el HÍgin'licado de (irii<wii)ii, ijiie nunca
90
ARE
ARG
ha tenido. Lo que significa en caste-
llano es: (cartificio, medio empleado
hábil y mañosamente para el logro de
algún intento». Véa.sc Ardidoso y
téngase por entendido que ardil es la
acusación hecha por el soplón ó ardi-
loso.
Arenga, f. Úsase entre nosotros
por disputa, pemlencia ó contiemlu de
palabras, y no significa tal, sino: «dis-
curso dirigido á una persona de respeto,
á una asamblea ó á cualquiera reunión
de gente; y en sentido fig. y fam.: dis-
curso, razonamiento largo, impertinen-
te y enfadoso».
Areng'uear, n. Además de no
existir, le damos el falso significado
que hemos dicho de Arenga. El ver-
dadero V. es areni/ar, n.: «decir en
público una arenga: U. t. c. a.»
Arenillero, m. Es voz que sólo
usan los que ignoran que existe mlha-
dera. f.: «vaso, por lo común cerrado
y con agujeros en la parte superior, en
que se tiene la arenilla para enjugar la
escrito recientemente». — También lo
usan malamente por ampolleta ó reloj
de arena.
Areopagro, m. Areópago.
Arestín, m. «Excoriación que pa-
decen las caballerías en las cuartillas
de pies y manos, con picazón molesta».
Así define el Dice, al areslin legítimo,
que aquí confundimos con la sarna
lerruna.
ArestinientO, ta, adj. Muy pro-
pensos somos á los adjs. en cnto, y no
hay que serlo tanto, porque muchos
son de pura invención nuestra: como
catarriento, flacuchento,
ag'uachento, y otros más que nos
saldrán al puso. Por ahora cortémoselo
á ArestinientO y digamos arestina-
do, da. (Véase el anterior).
Arfil. m. Al/il.
Arfller, m. Alfiler.
Argentinisjio, m. Locución, giro
ó modo de hablar, propio y peculiar de
los argentinos. Parece justo que entre
ya á figurar en el Dice.
Arg'Olla, m. Úsase en Chile, en
lenguaje fam., como sinónimo de anillo
ó sortija, y particularmente tratándose
de los que se regalan los novios. No
hay para qué decir que es éste un uso
por demás incorrecto, pues la argolla
es en castellano un aro grueso de hie-
rro ú otro mela\; argolla es el aro gran-
de que se pone en las canchas de
bolas para el que aquí llamamos
jueg'O de las bolas y que en espa-
ñol se Uama también de la argolla. Ar-
golla es también en España un castigo
público que consistía en poner al reo
á la vergüenza, metido el cuello en una
argolla; y, finalmente, es una especie
de gargantilla de que usan las mujeres
por adorno. Siendo pues la argolla cas-
tellana tan grande, que puede servir
para el cuello de los reos, para la gar-
ganta de las mujeres y para bolas bas-
tante crecidas, mal podría usarse para
el dedo anular como anillo ó sortija, ni
aunque se tratara del mismísimo gi-
gante Gargantúa. El origen de este
mal uso puede ser la semejanza de fi-
gura, nó de tamaño, que hay entre la
argolla y el anillo; de lo cual, como de
tantas otras cosas, se aprovecha el len-
giiaje fam., siempre rico en expresio-
nes gráficas y pintorescas, en retruéca-
nos, anfibologías y otras figuras. Puede
también provenir de la fr. fig. EcJiar á
uno una argolla, que en castellano sig-
nifica «cautivar con beneficios la vo-
luntad de una persona», porque, real-
mente, al regalarse el anillo nupcial, se
cautivan los novios entre sí.-La acep.
ARG
ARI
que falta en el Dice, ¡i la voz Argolla
es: jiiej;© que consiste en encajar una
argolla pendiente de un corUel en un
garfio fijo en un poste, colocándose á
pocos pasos de él.
Árgruena, f. El Dice, trac aiyite-
'> y (iiyiieü'js (gr.ives, nó esilrújiilos)
f. pl., con el signitioado de al/orjis y
angarillas. En Cliile las arguenas
80II nitir distintas de las alforjas, pues
son unos cuévanos armados con vari-
llas y forrados en cuero que, puestos ¡i
ambos lados de una cabaliradura. sir-
ven para acarre-ar ó llevar distintas co-
sas. Ü. m. en pl. En Honduras dicen
lirt/aiMs, nombre f. pl. que el Dice,
defiue: «especie de angarillas, forma-
das con varas en arco». De este voca-
blo, usado ya por Juan del Encina, se
ha formado nuestra árguena. Ha-
blaudu de árgana, dice E;jiiilaz y Yan-
guas en su Glosario ElimológifO: a En
el sentido de serones ó angarillas con
la armadura de arco p;ira llevar la co-
mida sobre una bestia, que le da Cova-
mibias, creo (pie es lo mismo que ar-
gitfiín». Como se ve, no es tan grande
'u diferencia del nombre y del objeto
entre E»]>arm y Cbile. Las mi.imas ár-
ijatiiif aparecen también en Juan del
Encina con el nombre de giiti/roiies,
voz que no registra el Dice, y (jue la
edición académica de este poeta tra-
duce por enjiilnmx, aunque con el sig-
no de duda (?). Obvio y evidente es
para cnaltpiiera que lea el pasaje en
que estin usadas, que ambas significan
lo mismo.
JoilÁ.V. Qni<>ni Di .a r^^r■ n,-, l,ulra«cii
.Sil,
\a.
Qn.
gn. .1' .,iA.«ii.
PlKlíXICl-KTO. Tul.i vil ¡lia paral Diabro
Burras, árijanat y puerros.
(Encina, Atilo Jtl rtprlún).
Arguenero, m. El que hace ó
vendo arguenas.
Arguenita, f. Flor por|Ut.ria y de
color amarillo, do lii,'iira do árguena,
producida por una planta que se cria en
los cerros. Otros la llaman capachito.
Ariete, ra. Fáltale en el Dice, la
acep. fig. de amedio que sirve para
combatir una cosa», que ya le recono-
ce el Enciclopétlico de Zerolo y que
usan todos los escritores modernos.
Arismética, f. Ant. Aritmética.
AnisTiDE.s, n. prop. m. Conforme
al griego y al latín, lo hacen grave
Bello, Cuervo, Bartolomé L. de Ar-
gensola, Lope (las niils de las veces),
Jíiguel y el ilarqués de Morante; y
esdnijulo, Capniany, Lista, Sanz Ro-
manillos, Barcia, Benot y el uso popu-
lar de todas ó casi todas las naciones
que hablan castellano y que, pai-ece,
del>e prevalecer. «iXo es fiicil, según
reconoce el mismo Cuervo, que á quien
bautizaron Arislidex se contente con
sor llamado Aris/iilea».
Aristín, m. Arestín. (Véase esta
voz).
Arístipo, n. pr. m. Así escribe el
Dice, en la voz Cirenaico; sin embargo,
preferimos con Cuervo la accntu.ición
usual de Arislipo.
Aki.stocrático, f'A, adj. Es sinóni-
mo de ./í/w, di.sliii'/niíio, noble; v. gr.:
mudule» aristocrnliros,/ii/i/ra arin/ocrá-
lica. El Dice, lo define solamente «per-
teneciente ó relativo á la aristocracia;»
y, como aristocracia según el mismo es
«dase (pie sobresale entre las demás
por alguna circunstancia. Aristocracia
liel saber, del dinernn, resultaría que
cualquier millonario, aunque sea el
ARM
ARM
más tosco y grosero, tiene figura y mo-
dales aristocráticos. íixtienda pues la
Academia sus aceps. y se librará de
grandes errores. Lo mismo cabe decir
del adv. Auistocráticamexte.
Aristocratizar, a. Dar forma aris-
tocrática; sugerir ó inspirar á alguno
las ideas, los gustos y modales de la
aristocracia. U. t. c. r. Así define Ba-
ralt este v. y lo califica de expresivo y
conveniente para evitar penosos cir-
cunlo'juios, pues en ninguna de sus
aceps. puede reemplazarse por eimohle-
err. Xo lo acepta todavía el Dice, de la
Academia. Véase izar (Verbos en).
Aristotelisjio, m. Usado por D.
Antonio Cánovas del Castillo, merece
admitirse. Ya lo cstím platonismo, ave-
rroismo, Icaniismo, Icrausismo, maimo-
nisino y otros ejúsdem fárfuris.
Aritmómetro, ra. Instrumento que
sirve para ejecutar mecánicamente las
operaciones aritméticas. Admitido por
primera vez.
Arlequinesco, ca, adj. Propio del
arlequín ó perteneciente á él. Úsalo,
entre otros, Bretón de los Herreros, y
' nos extraña no verlo en el Dice, dada
su buena formación y la necesidad que
hay de él.
Arma, f. fJe armas tomar es fr. fig.
que el Dice, admite solamente con el
s. hombre y la define: «el que tiene
aptitud, resolución ó suficiencia para
cualquier cosaii. Como no sólo hay
hombres sino también mujeres, diosas,
musas ij otros seres, f\\xfi asimismo son
de armas tomar, parece cjue lo natural
habría sido darle forma general á la
fr. y colocarla en el artículo Arma. —
En arma. Locución que el Dice, ad-
mite solamente con el v. poner y con
el significado de «alarmarii. Aquí se
usa también con otros verbos, como,
tener, traer. «Este niño tiene en arma
á toda su familia». Xo debe confundir-
se esta loe. con esta otra: andar ó estar
uno en arma, que entre nosotros sig-
nifica: estar inquieto ó solícito por al-
guna cosa. El Dice, registra solamente
la fr. Estetr en armas: estar alterado
nn pueblo ó gente con guerras civiles.
Xo hay para qnc advertir que muchos
convierten esta arma en alma, dicien-
do con sobrada satisfacción que están
en alma por tal ó cual cosa, ó que
el niño los tiene constantemente en
alma. ¡Habráse visto! — Hacer armas
vale en castellano «pelear, hacer gue-
rra; amenazar uno con arma en mano;
pelear uno cuerpo á cuerpo con otro
en sitio aplazado y público", y nó, co-
mo quieren los galiparlistas «conver-
tirlo todo en armas, echar mano de to-
dos los arbitrios imaginables».
Armada, f. En su 1.-' acep. es «con-
junto de fuerzas marítimas de una
potencia», y en la 3." es sinónimo de
escuadra: «conjunto de buques de gue-
rra para determinado servicio». Así es
que, una armada puede en algunos ca-
sos solamente ser escuadra y viceversa:
ténganlo presente los que acostumbran
confundir estas dos palabras.
Arilídor, m. Jubón significa entre
otras cosas, y por el parecido que el
jubón tiene con el chaleco, muchos de
nuestros campesinos llaman armador
á esta última prenda.
Armazán, n. pr. El nombre de
cierta villa de la provincia de Soria
en España y el apellido que trae su
origen de la misma, son Almazin, por
más (jue aquí se diga y se escriba Ar-
mazán.
Armazón. Sólo es m. cuando signi-
fica esqueleto ; en todas las demás aceps.
es f . Xo debe confundirse con anaquel:
ARN
ARO
«cada nna de l:is tablas ó invnsuliis
puesUis liorizontiilnicntc en los muros,
6 en armarios, alacenas, etc.», ni me-
nos con aH4iqutleria (conjunto de aua-
quelcs), ni con armario.
Aumonía, únmco, osioso:ymás
conformes con sn etimología griejra,
uuni|uc menos usados en castellano,
IIAKJIOXÍA, ÚXICO, oso.
Armóxicamextk, adv. modal. De
manera armónica. Admitido por pri-
mera W7..
ArmÓniUIQ. m. Xo bay tal en
castellano, sino únicamente aniioiiinó
harmonio.
Armo.vizau, a. «Poner en armonía,
ó hacer (jne no discorden { .di-inier-
dni, .Sra. Academia!) ó se rechacen dos
ó más partes de un todo, ó dos ó miis
cosas que deben concurrir al mismo
fin. En J/'í.'iWí, escoger y escribir los
acordes correspondientes á una cantu-
ría ó á un bajete I'. Es todo lo que en-
sena sobre este v. el Dice. Académico
desde hace dos ediciones, porque antes
no lo admitía. Barait se inclinaba á
usarlo nada más que como n., y así
lo emplea también Jovellanos: pero
Cuervo, Italmcs, el mismo Jovellanos
y otros admítenlo también como a.
Como r. lo condenan todo?. •■ Lo som-
brío de las tintas se armonizaba
con Itt manera romántica del pincel ".-
En cuanto á la ortografía, puede es-
cribirse también como los anteriores,
COI) // f hni iiionlz'ir ).
Arnear 0 arnerear. Vi-ase
Harnear.
Amero, m. J/unum.
AíiXEsKS, m. pl. Ya está admitido
en la 13." edición del Dice, por «guar-
nicioues de las caballerías»; y las /iiar-
niriimt» son: «conjunto de correa je.« y
dcmiis cfocto.s que se ponen á las ca-
ballerías para que tiren de los carruajes
ó pan» montarlas ó cargarlas". Usjida
aquella voz en todo Chile y otros paí-
ses, era ya necesario (|ue f ueni acepta-
da por la .\c;idemia, tanto má«, cuanto
que Us equivalentes que se asignaban
no satisfacían ó no bastaban. Así, ííyTío.»-
y ijuarnii- iones son algo genéricas; ata-
luje 6 aíelíijf es más propio de la arti-
llería: y jiieres sólo es adorno (ine se
pone ;i las caballerías. Sin embargo,
adviértase que la admisión ha sido so-
lamente para el pl.; por lo cual no se-
ria lícito decir, v. gr., el arnés '/'•
1/n Ciibiillo; neaxito un arnés /'(ira
un -wlo caballo.
.Vusica, f. Es general entre nosotros
llamar así simplemente la tintura de
árniía; lo cual nos parece propio y co-
rrecto, por m;is que se arguya que el
árnica es solamente una planta y nó
la tintura misma, que se prepara con
las raíces ó flores do la planta: y lo
aprobamos, porque en ello no hay sino
una simple sinécdo(iue, que consiste en
designar una cosa con el nombre de la
materia de que se ha formado. Así se
dice timbiéu un tironee por una esta-
tua de bronce, el acero por un puñal
ó espada de acero, y nadie se atreve á
censurarlo.
Aro, m. l'sase en Chile por arete
ó arillo: aro de metal que como adorno
llevan las mujeres pendiente de la parte
inferior de cada nna de las orejas, ho-
radadas para este fin. Claro es que en
España no conocen las mujeres los
aros de las chilenas; y más vale así.
P^ste chilenismo se explica por cierta
propensión que tenemos los chilenos,
como pueblo viril y valiente, á deste-
rrar del lenguaje ordiniirio los dimi-
nutivos ó términos qne se lo parecen.
í*or esta razón decimos acema ó 06-
;u
ARP
ARP
ma, por acemita, olla li hoya por
hoi/uc'la, pepa por pepita. — La fr. fig.
y fam. Pasar á uno por el aro,
que usamos aquí por engañar, no apa-
rece en el Dice, sino línicamente entrar
uno por el aro ó 'por el arillo: ejecutar,
vencido por maña ó fuerza de otro, lo
que no quería. Ú. t. precedida del v.
hacer. — Como la 1." acep. de aro es
«pieza de hierro ó de otra materia rí-
gida, en figura de circunferencia de
circulo», no hay necesidad de definir
en particular el aro que para jugar
usan los niños; pero sí convendría de-
finir el juego mismo, que consiste en
hacer rodar sin parar, con la mano ó
con algún instrumento, un aro algo
grande. «Juega al aro, hija mía, ó á la
pelota». (Castro y Serrano).
¡Aro! interj. (Del aimará aro, pa-
labra, licencia; porque es como pedir
tirencia para una breve interrupción).
Úsase en todo Chile para detener á las
personas que hablan, cantan ó bailan,
presentándoles á la vez un vaso ó copa
de licor; es como decirles: ¡alto ahí:
descansad y bebed. U. t. c. s. m. con
el V. hacer. En las comidas y banque-
tes puede reemplazarse el ¡aro! por la
interj. castiza ¡bomba.' exclamación
fig. con que en ciertos convites anun-
cia uno que que va á proponer un
brindis, á decir una copla ó á dar pie
para ella. Así aparece usada en Frai/
Gerundio (1. IV, c. V).
Aroma. Como f. es la flor del aro-
mo; y como m., perfume, olor muy
agradable. Significando «cualquier go-
ma, bálsamo, leño ó hierba de mucha
fragancia", es, según el Dice, m. pero
ú. t. alguna vez c. f.
Aromar, a. Aromatizar, a.: dar ó
comunicar aroma á alguna cosa.
Arpa, f. ¿Debe escribirse así, ó bien
con li (harpa)? Las dos maneras au-
toriza el Dice, lo mismo que en arpado
y arpía. Para ser consecuente, debería
también autorizar las dos ortografías
en todos los derivados del áo— /■, griego,
que es la verdadera etimología del ar-
pa castellano, como son : arpar, arpella,
arpista, arpón, arponado, arponero.
Muy discutida ha sido la etimología
de arpa, que, según algunos, es vas-
cuence y según otros, goda; pero, se-
gún los mejores etimologistas, procede
del bajo latín harpa con fundamento
en la voz griega í^-r,, que significa
garfio, garabato, gancho, sea porque
tal forma tenía antiguamente el ai'pa,
sea porque se tañía con algún garfio ó
gancho. No deja de ser curioso que
esta voz haya conservado la h en todos
los idiomas del Norte de Europa, sueco,
dinamarqués, holandés, inglés, alto ale-
mán, y aun en el francés, y que la ha-
ya perdido en los del Sur, provenzal,
portugués, catalán, italiano. Sólo el
español se ha quedado entre dos aguas;
lo que en verdad no es honroso, por-
que es indicio de vacilación, pereza ó
falta de energía. A la Academia toca
en estos casos fijar la ortografía que
debe seguirse, diciéndonos de una vez
si imitamos á los doctos, escribiendo
harpa, ó al vulgo ignorante y ramplón,
sacrificándole la //., escudo de nobleza
del suavísimo instrumento, que hace
recordar su parentesco con las harpas
eolias de la poética Grecia.
Arpía, f., y más conforme á la eti-
mología griega, harpía.
Arpista, com. Es inclinación in-
nata del hombre disfrazar en público
con palabras decentes y biensonantes
lo que sería vergonzoso expresar en
toda su cruda realidad. Por eso en to-
dos los pueblos habrá siempre cierta
ARR
ARR
.'ermanía de uso particular, por medio
(le Li cual intentan los iuagot;ible3 des-
cendientes de Caco no ser conocidos
ni entendidos sino por los suyos. Una
li;íen» priK'lxi de esto es la voz arpis-
ta, <|ue p;in» cierta {jcnte no significa
«persona qnc toca el arpa>, sino per-
sona que, rosgiiFiando con habilidad y
ligereza otnis cos,is qne nada tienen de
arpa, se apoilera ocnltaaiente de elliis-,
es decir, ratero de oficio. Y no se diga
ijne tenia p(x;o talento tiuien inventó
tal vocablo.
AuyuíDUiCESiíi, f. Admitido por
primera vez en la 13.-' edición del Dice.
AuyfÍMEDKs, n. pr. m. Asi lo acen-
túa el nso general, y con él la 12.'' etli-
ción del Dice. I maroma de Arqiiiiiieles,
expresión qne ha desaparecido en la
1 3.*;, Benot y Mnury, aunque etimoló-
gicamente debiera ser Arquimedes y
annqneaBÍlohayanusadoalgu nos pocos.
AuRALAP.. Es n. y nó a. (Vc-.ise Ra-
lear).
Arranado, da, adj. Aplícase á lo
que es de forma plana y baja como la
rana. Es de las palabras de fácil for.
niaciún que el pueblo usa en todas
partes y que bien puede figunir en el
Dice. (Véase A, IJ art.)
Arrantada, f. Partida ó salida vio-
lenta. En édtíi y en las denLi-i aceps.,
fuera de las dos que tiene en Náutica,
lo declara iint. el Dice. Xosotros, que
II gran parte conservamos el lenguaje
• lo los conquistadores, lo usamos totla-
■• ia, sobre todo familiarmente y en for-
ma diminutiva (urnniradila), bien
que para nosotros no es nna «partida
ó salida violenta», sino una simple
partida ó salida rápida y corta.
ARRAXr'AR. Como n. y nó como r.
lo admite el Dice, en la acep. de «par-
tir de tsirrera p;ira wgnir corriendo^,
y en la fam. de «partir ó s.dir de al-
guna p;irtc)'. Aquí lo usamos mucho
como r. (asi también (Jaldos), aun(|ue
con aquella especie de reflexividad que,
según se cxpresii Bello, no pasa de los
elementos gramaticales y no se presen-
ta al espíritu sino de nii modo fugaz
y obscuro (como sucede en ef/tiiyr,
quedarse, irse, salirse), bien que siem-
pre se i)ercibe cierto color de acciiin
que el sujeto parece ejercer en sí mis-
mo. .\sí, El ladrón arranrú inmrdiii-
tamen/e que llrgó la poliria, no es lo
niismo que El ladrún SE arrancó, etc.,
porque en lo segando se nota cierto es-
fuerzo ó conato de parte del sujeto. —
De la acep. fam. de «partir ó s;ilir de
alguna parte», que para el caso podría-
mos llamar fundamental, ha nacido en
Chile una como desviación, que con-
siste en dar al v. arrancar el significa-
do dc/ií/iV, mostrarse huraño (tratán-
dose de personas) y brarin (tratiindosc
de animales). «El gato arranca del jk'-
rro, y los ratones arrancan del gato».
Quien lie otro se retira
Us yuTunc teme,
Y los hoinlires no arrnucti»
De las mujeres.
[^Canto popular).
— Censura el P. Juan Mir como inco-
rrecta la fr. Arrancar aplausos, y pro-
pone en su lugar alcanzar, lograr
aplausos. A pesar del resjjeto que nos
infunde su conocimiento del idioma,
no estamos de acuerdo con él, por la
sencilla razón de (pie, habiéndose di-
cho siempre en castellano arrancar
suspiros, quejas, gemidos, voces y otras
cosas análogas, es lógico que se pueda
decir también arrancar voces d(: aplau-
s", arran-ar vivas de enlusiasmo y
arrancar a¡ilausos simplemente, que
loilo es uno mismo. Por uln ])artc, los
ARR
ARR
verbos alarmar y h//rar que propone
el Pudre distan tanto de arrancar co-
mo lo frío de lo caliente, como lo pa-
sivo de lo activo. Creemos excusado
alegar citas de Pereda y otros nioder-
nos.-Muy usada es en Chile, porque la
generalizó Bello, la acep. intransitiva
y fig. dc-nacer, traer origen, dada á
airanrar. Aunque no la admite el Dice,
sino como término de Arquitectura, ha
sido, sin embargo, usada por Martínez
de la Rosa, l'almes y otros, y nos pa-
rece lógica, porque no es sino simple
aplicación de la misma metáfora áotras
cosas, y hasta elegante. «Son menester
motivos que, arraiirando de más alto
origen, ejerzan más eficaz influencia».
(Balmes, El Protesíantismo, c. XIV).
— Xos parece también que debió el
Dice, haberse mostrado más generoso
con la 2.'' acep. que da á arrancar, ya
ampliáudola más ó ya admitiéndola
también en sentido fig. Dice esta acep. :
«sacar con violencia una cosa del lu-
gar á que está adherida ó sujeta, ó de
que forma parte. Arrancar una mue-
la, un clavo, un pedazo del trajer>. De
la cual resultaría, por ser tan limitada,
que no podrían los músicos ni poetas
arrancar sonidos, armonías, etc., de sus
respectivos instrumentos, y la verdad
es que los arrancan que es un conten-
to dondequiera que se habla castellano.
Arrasarse, r. ¿ Rige la prep. de ó
en en la acep. tan común de «llenár-
sele á uno los ojos de lágrimas»? El
Dice, no sólo no resuelve la cuestión,
sino que ni aun menciona dicha acep.,
contentándose con decir, para este ca-
so: «Llenar de líquido una vasija hasta
el borde». Quien la trata y resuelve
con verdadero talento y erudición es
el P. Mir, cuyas palabras merecen gra-
barse en eterno mármol. Oigámosle:
'< La construcción de esta f r. (Se te
arrasaban los ajo.'< de hujrimas) corrió
válida en el siglo de oro, por el íntimo
nexo que tiene la prep. de con el v.
arrásame. Yo quedaría atónito si se me
ofreciera bien comprobada una sola
autoridad de aquellos floridos tiempos
que dijera arrarse los ojos en /«///■/-
mcts. Mas, no bien hubo entrado á ve-
las desplegadas la libertad en el campo
de nuestra literatura, amanece Jove-
llanos con arrasarse los ojos en lágri-
mas, como si arrasarse y aiiec/arse
fueran sinónimos; viene luego Martí-
nez de la Rosa, y cae en la tentación
de propalar construcciones flamantes;
(4il y Zarate, porñando en marchitar
la gracia de la antigua locución, escri-
be en llanto por en lágrimas-, Moratín
y el Duque de Rivas cortan por lo vi-
vo, sin hacer caso de dejar raquítica
la frase, cercenando láijrimas con aquel
frío se me arrasan los ojos, se, arrasa-
ron los njiis. ¿Qué juicio formarían del
corte los antiguos si viesen á los mo-
dernos llorando con los o/os arrasados,
que, en concepto del iJicc. de Autori-
dades, significa con los ojos limpios.'
Por estos pasos, atormentada en el po-
tro de la libertad, ha venido la fr. tra-
dicional á perder su valor y donosura...
I>a Academia, por parecer neutral,
como quien hace á dos manos, en su
(¡rara, aprueba de y e)?....Como quiera
que discurran los gramáticos, la fr.
integra, tradicional y legítima, es arra-
sarse tus ojos de lágrimas. Aliéntanos
á mantener en su entereza la de, fuera
de las razones insinuadas, el dictamen
de Cuervo, que la juzga más propia y
más autorizada que en. Debiera bastar
por todo argumento el Dice, de A utu-
ridades. Si viésemos en algún libro
clásico arrasarse los ojos en, fuerza
ARR
ARE
sería rtcntür :i las priiiu-nis «liciones
de la obra, y allí sin duda resplandi-
cerúi liLTino*), cumo el arrasado cielo,
la prcp. ilr trastrottula por los impre-
sori'S. Sospot-hamos (jiie del preceptista
Salva ha iiacidi> el desonlen de esa li-
cencia E^iiiaticil: fué el primero (|iie
la enseñó, l-^tas consideraciones son
de tanto mayor momento, cuanto ¡xir
de m¡«s desisti-osas consecuencias se
lian de estimar los neolo;;isinos de
construcción y redimen, popiue. adul-
terando en lo más fundamental la ín-
dole de nuestro idioma, como decía
Ilartzeubuselí, tienden á rjucbrant;ir
sn vi^or y contextura b. ( Frn.srs i/f lux
iiiiturtx elii-^iois, voz Llorar).
Aiiiu.STRAK.SE, r. Humillarse vil-
mente. Por primera vez reconix'e el
J >icc. esta acep. al v. nrrmliar.
Arreado, da. adj. Flojo ó pesado
pam andar, como animal que necesita
ser arredilo por arriero ii otra persona.
Aplici\sc aquí tanto á animales como
á personas, y en rigor no es sino el
pttrticipio de arrriir, usado como adj.
AuiiE.iR, a. * Estimular á las l)est¡as
con la voz, con la t*pncla, con troljies
ó c<>n cliasrjuidofi. pira que echen :i
nmLir, ó para que si^an c;iminando, ó
jiara que caminen nuts de prisa». Es
derivado de .iirif.' y se conjuga arren,
arreas, etc.: muy distinto, por consi-
pnientf, de iirrit(r,n. (lUijar las velas
ó h* Ijanderas: aflojar ó soltar un ca-
bo»), que se conjuga arrio, arrias, etc.
Hay lanibic'U otro nrrear, ant., que
eigüiñca "poner ancos, adornar»..., y
nn arriarse, derivado de //'", que sig-
nifica «inundarse |»or una avcniíla al-
guu paPiíji-".
Arrebosar, u. lí.nb:iri.''mo que
(«meten algunos ignora iih's ]H)r »/■/"/-
nir: «diTnimarnr' un liquidn |»ir fni'i-
ma de los bordes de un recipiente i-n
qi'.e lio cabe. Ilicesc tainbii'U del mis-
mo recipiente en (lUC ya no calx' el li-
quido. II tig. Abundar con demasía una
cosa. II tig. l>ar ¡i entender con adema-
nes ó palabras lo mucho que en 1» in-
terior se siente". Xo se confunda con
Arrehoz.vk, a. 1.0 mismo que ;■?//<»-
r<í;\ es derivado de ¿<C", y poreso sigui-
lic;i «cubrir casi todo el rostro con la
capa ó manto». Bueno es que lo a'paii
las iKi-süiias c|ue sólo .«e arrebozan
las espaldas ■'> los hombros.
.Vmbiis verbos se u.s;in t. c. reflejos.
Arreii.^r, n. Conjúgase arririn,
iirrerins, etc., y nó arrecco. arre-
ceas.
.Vrhedro. Sólo es adv. de lugar y
anl. y no del)c coufundir.<e cou arre-
draminilo: acción ó efecto de arredrar
ó arredrai-se. .■l/-<v'(//-o significa: atrás,
detnis ó hacia atnls.
.VuREfM.AR, a. Casto eufemismo usa-
do en Chile por castrar ó rapar. líl
Dice. Encicl. Ilisp. Amer. usa en este
sentido ártc/Ví/-. — También arreglan
lo.s chilenos deudas, cuentas, gastos? y
otnis C0S.XS por el estilo, es decir, pa-
¡/■i>i: lo i|ue, habhindo en puridad, no
nos parece nrrnfhíil'i al castellano. Se
arreí/lati las deudas y gastos cuando se
pone orden ó método en ellos, ó cuan-
do .se sujetan á cierta ley ó regla, ó
cuando se ajustan ó liquidan, ixto uó
cuando se pai/an, satisfacen ó snl ren-
tan, ó sr cubren, hablando á la moder-
na. Véase sí nó el uso de los cl;isicos.
lArreijlii mis puros 1/a.ttiis á mis po-
quísimiLS facultades". (JIoralín). "El
tiempo, el precio y his condiciones del
apa'iidizajc se arrei/lanin por un con-
trato libre entre el maestro y el paili-cu,
(.lovcllaiios).
9
ARR
ARR
Ya tenia
T. Illas sus </f «,;«.< paffada.i
V ttrri'jf/íi'io el testanieiitii.
(Morutíu, í.ri .Uo/ii/oln).
— Tarabiún se da en Chile al v. i'ne-
fflfir la acep. faiu. de-acicalar ó empe-
rejilar á niia persona, en la forma a. j
eu la r.; lo que no es un chilenismo,
porque también se usa en España, sc-
gi'in se ve en los novelistas modernos.
Lo mismo cabe decir, mutr/tis mtiltni-
i/is, del s. (irrei/h. — Arreglar á
pueblo á uno, es fr. fijr. y fam.
que usamos aqní en el significado de
castigar severamente. Sin duda pro-
viene de la idea que formamos cuando
tratamos con gente grosera ó nó civi-
lizada, que deseamos reducirla á me-
jores liábitos, :l liábitos de pueblo
culto, y por eso decimos que queremos
arrcijhttia á piwhlo.
AllREGOSTARSE Ó REfiOSTAllSK, r.
fam. Engolosinarse ó aficionarse á al-
guna cosa.
Arrejada, f. Vulgarismo grosero
que vale acción ó efecto de arriesgar
ó arriesgarse.
Arrejar, a. y i'i. t.c. r. Anicí^f/'/r.
(Véase Rio).
Arrejón, m. Acción ó efecto de
arriesgar ó arriesgarse demasiado. ]']1
equivalente castizo delx'ría ser arrics-
ijóh; pero el Dice, no lo conoce: lo que
obligaril á los puristas á usar á dies-
tro y siniestro el s. riei//o, variándolo
con todos los verbos. (Véase Mordis-
cóx).
Arrejonado, da, adj. Derivado
del anterior, lisase, aunque no mucho,
por arn'pff/ddií, temeraria).
Arrelingarse, r. No estamos de
acuerdo con los que consideran este v.
como corrupción de rcmiJfiar^í' y lo
escriben arremingarse. Xosotroslo
lioraosoidosii'inpre arreling'arsG, y
en el sentido de ad'idar.^f, fmprrcjihir-
se, oxlaró ir hfcho i/n hr inquirió, y más
bien lo creemos formado de rfiliiiffu y
r/'liiii/ar. Rclin/ja es en Marina «cabo
con que se i'efuerzan las orillas de las
velas»; y rrlini/iir: «coser ó pegar la
relinga)'; y también: «moverse la re-
linga con el viento ó empezar á flamear
los primeros paños de la velan. Tras-
ládense ahora estas ideas de refuerzo
y adorno exterior á un mozo ó cual-
quiera persona que quiera dárselas de
elegante, y tendremos el arrelingar-
se y arrelingado chilenos.
Arrellenarse, r. Xo hay tal, por
más que su le haya escapado á algiin
buen escritor aun en España: el v. es
arrellanarle, porque es derivado de
rellano y nó de rellmu.
Arremedar, a. Usado por Que-
vedo, D. Ramón de la Cruz, (¡onzález
Carvajal y otros más ó menos moder-
nos, ha pasado ya á mejor vida como
ant., quedando en su lugar el simple
remedar. Nuestro pueblo usa todavía
el arcaísmo.
Arremingarse, r. Véase Arre-
lingarse. La forma arremingar-
se pudiera ser corrupción de remihjursQ.
Arremolinearse, remolinear y
REjrOLiNAR: los dos liltiraos se usan
t. c. reflejos.
Arrempujar, a. ant. Uemjnijar.
Arremueco,in.«Hí'. Dígase ro-iv/-
)naco: «demostración de cariño que
hacen las personas con gestos ó adema-
nes». U. ni. en pl.
Arrendamiento, AURENDAfióN ó
ARRIENDO.
Arrenquín, m. Es vocablo que
lia recorrido casi toda la América Jja-
tina. desde Cuba hasta Chile. Casi
todos los autores de diccionarios pro-
vini'iali'S 1(1 dan como eorrupciiin de
ARR
ARR
(iilri¡ii¡ti, i-tiniülo'^'a "iiic parece accp-
tublc, duda la diticultad <|t)c tiene el
pui-blopara prounnciarla combinación
r/. por lo cual convierte á Carlos en
Cairos, )nia en pelra, etc. Sin
embanro, visto el sliriiiticsido que seda
á arrenquín, no es posible derivar-
lo del tirici/i'in qne traen los dicciona-
rio?, procedente del italiano, donde era
nn iiersonaje jrnicioso de conietlia, y
|)or extensión, «jiersona informal, ri-
dicala y despreciable", sino del arle-
i/híh que explica Monlau, derivado del
vascuence iirífiírtiuin (andarconmiijo),
sincoiMido en tinieijuin v hicí;o conver-
tido en (irleijuiii; ó mejor, confundido
con él, ajrcí^'urianios nüS<Jtros, pues no
sería el primer caso en un idioma el
ipie dos ctimolojjias distintas se fun-
diiu ó amalinimen para formar un solo
vocablo. Volviendo al sijjniticado de
arrenquín y prescindiendo de los
ipie le dan en otnis partes de América,
sólo diremos qnceii Chile es: ayudante
(j^.'neralmentc niucliaclio) ijuc llevan
liara su servicio los arri(;ros, carreteros
y viajeros: y, jior extensión, jxr.sona
empleada en servicio de otra y á la cual
»i«fne y obetlecccieiramente; al^o pare-
cida al rfiwliqíie ó esjuilistd esjMriol, que
es 'mozo (|uc camina :i pie delanti- de
la caUílIcriu en (jue va su amo», ó al
iii»:o ilf fs¡»iehi alie rspiielíi.i. llamado
también <lf miiliiy, que es «el que lle-
van los caminantes para que cuide de
las rabal leria?, (?! cual regularmente
va ¡i pie delante de ellas ". Xnes-
Iro arrenquín no siempre anda á
pie, ui iire<.'ÍHamcntc delante de la ca-
Icdlería del amo, pero si est;í s¡em[)re
al servicio de óstc.-.Vfirma IJodríj;nc7,
que K usa tambii'-n aijui para denotar
á aquellas |)crHona.s que viven en char-
la y movimiento ¡K-rjietuo y son ver-
daderas ardillas humanas: (K'ro no no»
consta ijue este uso esté bastante {jc-
ncral izado, y, caso de estarlo, seria una
simple aplicación ó extensión del <//■//•-
qtiin español, (jue, siendo jKrsonaje
cíimico y el gracioso principal, natu-
ralmente debe estaren continua char-
la y movimiento. I', aijui c. s. m. úni-
camente.
Arreo, m. lÜen podría admitir.'íe
por-aceión ó efecto de arrear, idaí que
carece de nombre ¡)ropio en castellano;
pero en nin^'iíu caso por rfrua ó dnia.
Arresg:ar,a. Forma tancomiin en
Alarcón, es hoy vulj^ar en algunas
piírtes de .ymcrica. (Cuervo).
Arretacarse, r. Kncoger el cuer-
po hasta presentar la ñfíuní de un rp-
líHo. Usado por un aprcciable escritor
chileno, no ha pasado todavía al uso
general, y menos al Dice. Ea de esas
voces de fácil formación que ocurren
á todo el mundo, y más á los escrito-
res jocoso?. Véanse .VniAi-AiiüAiíSK y
Aparragado.
Arrevesado, da, adj. Auníjuc
usado por tal cual escritor español y
con'iente en toda la .Vmérica, no apa-
rece en el Dice. Mientras ésta lo atl-
niile, pueden los escrupulosos usar á
rcrimdo ú enrevesado.
AltltlAl!. Véase .\uukau.
Arribano, na, ailj. .Vplícase aquí
á los habitantes de las ])rovincias del
Sur, en contrai>íjs¡(.ii')n á los del Norte,
que se Ihuuan abajinos. Kn la Ue-
públíca Arjícntina y en Mi-jico dicen
íirrileño, «í/, admitido ya por el Dice,
como mejicanismo con el sif^nilicado
de 'loplicase por los habitantes de las
costas al que proi;ede de las tierras
altas, r. 1. c. s." Arribano y aba-
jino son ya poco usados en Chile.
100
ARR
ARR
Arriesgracla,f.f:nn. Acción ó fíce-
lo (le arricsi^ar ó arriesgarse.
Arriesgo, m. Acción ó efecto de
¡iriesgar ó arriesgarse. No es reconoci-
do pov el Dice.
Arriesg-ón, m. (Véase Arre-
jón).
Arrinquín, m. Ycasc Arren-
quín.
Aruiscai!, a. y r. Significa arries-
garse, y fig., engreírse ó envanecerse,
pero jamás arreyazar, orremangar,
íliihlar; por lo cual no puede haber
sombreros de ala arriscada, dispa-
rate que debe corregirse con cualquie-
ra de estos tres verbos, ni menos na-
rices arriscadas, que en castellano
se llaman arrcinaiKjaduK^ resi/iiu/adas
ó resjnn¡/0}iíis.
Arritranca, f. En castellano es
igual á retranca: «correa ancha, ;i ma-
nera de ataharre, que llevan las bestias
de tiro». No parece que sea necesario
salir de este significado, ni menos con-
tar con un chilenismo más, para expli-
carse el que alguien haya usado alguna
vez á arritranca por-adorno charro ó
de mal gusto: no hay en ello más que
una simple metáfora ó una compara-
ción festiva y exagerada. Én Cuba y
cu Colombia se ha estropeado el voca-
blo convirticndolo en arritranco,
pero con el mismo significado. Véase
Alitranca, con que suele confun-
dirse.
Arrobador, ra, ^á]. Encantador,
doiiciuso. No existiendo el v. arro-
bar, a., no puede tampoco existir el
adj. verbal en or, porque tales deriva-
dos siempre tienen significado activo.
(Véase Arrobar). En sentido amo-
roso podría reemplazarse por rohador,
ra, formado del v. robar, (pie también
se usa así figuradamente. «Así dijo
una vez el Esposo á su esposa, ipie con
estos ojos rohadorts y encantadores le
miraba...!) (Fr. Juan de los Angeles,
Triunfas del amor de Dios, p. I, c. XI).
Arrobamiento, arroroó éxtasis.
Arrobar, a. El arrobar a., pero
aut., que reconoce el Dice, significa
" pesar ó medir por arrobas»: el arro-
bar que usan los noveles traductores
del francés es en castellano arrobarse.-
«elevarse, enajenai'se, (piedar fuera de
sí». Sin embargo, eu su Libro de los
Galicismos (cap. VI) escribe D. Adol-
fo de Castro, traduciendo á Dcauclair:
[Los proverbios] «causan efecto, ani-
man, dan variedad y engalanan la con-
versación, presentan ideas vivas y ([uc
sacan de sí á uno con grata elegancia
y fino y atractivo encanto, que arroban
la atención del lector... »Por donde se
ve que esto de los galicismos es algo
como la caza de la liebre, en la cual
al mejor cazador se le va alguna.
Arrodillada, f. fam. No existe,
y dígase arrodilladura ó arrodillamien-
to: acción ó efecto de arrodillar ó arro-
dillarse; y también rodillada: incli-
nación ó postura de la rodilla cu
tierra.
Arrojar, a. Omite el Dice, la acep.
fig. de-prcsentar, dar de si mismo como
consecuencia ó resultado, tratándose
de cuentas, documentos, etc., scgiin lo
cual es corriente y bien dicho Arrojar
un scúdo (/e...« Según todo lo que arro-
ja de sí este capítulo, el romance de
Altisidora fué improvisado». (Clcmen-
cín). «Ahora no hay nada que te dis-
culpe, Andrés, nada; nada de cuanto
el suceso arroja de sí; todo ello te con-
dena... (Pereda, Sotileza, XXVI).
Arrollado, m. Carne de puerco
cocida y aderezada con otros ingredien-
tes, (]ue se acomoda en rollo formado
ARR
ARR
(lu l;i |i¡i'I, timbicn c(x-iil:i, ilcl mismo
iiiiim:i!. (tiros iliivn t;iinbii'ii chan-
cho arrollado. I»i expresión i-mlo
iitliihiulii, <|iic piíra ambos chilenismos
l>roj¥)nen áltennos, fnincanieiitc, no
nos satisfaif. tanto jwr rt fnisc ente-
ra y nó un simple vocíblo, cnanto jwr
el si;iniHcailo tan ijcneral que entraña,
el cnal no poilria limitarse al particu-
lar qae tiene nuestro (irro/liii/n. Ahora,
8Í por otra ¡xirto se considera (jnc este
8. está tan bien formado como el «¡ne
iniis del v. urrullar, (jue lo definido
coucnenla admiroblementc cun el sig-
nificado intrínseco de su propio nom-
hrv, j que ;idem;ia' este nombre es usado
por una nación de tres millones de
iiabitantcs, ;qné raiia tenemos sino dar
liií,'as :i loa puristas y esperar con pa-
ciencia los futuros diccionarios de la
Academia? Por el mismo procolimien-
to que arriillndii, se han formado entre
nosotros ilfsrocadn, frito, rebozado, etc.,
que pueden verse en su propio lugar.
AuitOYO, ni. .V ningún chileno le
f>cnrriria jumas que pudiera confun-
dirse el iirroi/o con la ai:><¡tii(i, pues los
miracomocosas enteramente distintas:
sin enilKiriro, para muchos españoles
no lo son. Kl mismo que esto escribe
ha oído :i españolc-s ilustratlos llamar
iinoijo lo que aqni todos conocemos
por iiftquin, y, queriendo esclarecer la
materia, ha prcíruntíido á otros igual-
mente ilustrados, que diferencia hacen
lo» esp;iñülea entre ambas voces, y no
han sibido contestíirle. Pero ;ii qué
ni:i!», cuando en loa mismos cliusicos
encontramos la propia confusiiiu.'
* lÜen así como el que de nn gran río
Ni«i itrniiinH y ai-cquidnn, dice Ifon
Diego l>nicián;...M los nrroi/on, q-ic allá
fon Vali-ncia] llaman ttrfiinmn». lee-
mos en AV Ihntiidii linhliilur. Ton estiw
antecetlentes y no habiendo encoiit ni-
do ninguna luz cu los diccionarios de
sinónimos que hemos poilido registrar,
diremos con el de la Academia (|ue
iiff'/in'a es «zanja ó canal por donde
se conducen las aguas jxira regar y pa-
ra otros USOS"; por consiguiente, es
una cosa artificial, hecha por el hom-
bre, que tiene interés en conducir las
aguns por este ó nciuel lugar; y urn'i/o
es «caudal corto de agua, i|UC corre
casi siempre"; aquí se ve la obra de la
naturaleza, es decir, el agua que busca
y se forma su cauce natural. Por eso
el mroijo (;i lo menos entre nosotros)
es siempre de agua limpia y cristalina,
procedente, por lo general, de alguna
vertiente; y [wr eso también inroi/n es
voz figurada que significa «afluenci;»
ó corriente de cualquier cosa líquida:
iirriiijox de lii;/rioi'iít, de saiv/re», y no
así la (trei/i(i(i, porque lo natural se
presta m:is para el lenguaje figurado
que lo artificial, como sucede Uimbién
en el lenguaje poético. JIuy rai-o sei;t
encontrar en poesía la voz inri/nin,
mientras que los arroi/os, y especial-
mente los miirmuradnrex, corren (|Uc
es un contento por todos los Parnasos
de Mspaña y de América.
AltROMADIZAItSE Ó ROMAÜlZAIt.SK:
contraer romadizo.
AiíuniA, OAi; son iguales á rinjn,
jtiijnr.
AuI!l:i.\aii ó i:n\Ai;.
Arruma, f. Véase Ruma.
.\i!ia MüAit. a. "Poner una cosa co-
mo ini'itil en lugar excusado», es el
I. "■ significado que leda el I)icc. Sin
duda no lo Siibía el que Uiclió de hni-
liítro el uso (iu(! hacemos de este v. para
significar (pie «algunos objetos están
tirados por ahí, sin uso y privados de
las caricias del |iliinii'r()». El nsd ver-
102
ART
ART
iLidcnuiiciiLü bárbaro (jLie h;i liabidu
iii|uí es el de confundir ¡í arrumbitr uon
aherrumbrar á licrrumbrar: dar á una
cosa color ó sabor de hierro; cubrirse
de herrumbro". Según lo cual es muy
fácil dar con un dulce aherrumbradn
ó hcrrumbradii, y, en labios del pueblo,
arrumbado.
Arrumbe ó arrumbre, f. Sim-
ple corrupción de licrrumbre, f.: capa
de óxido de hierro hidratado, que cu-
bre al hierro en contacto prolongado
con el aire húmedo; gusto ó sabor que
;dgunas cosas toman del hierro; roya
11 honguillu parásito, á manera de pol-
vo amarillento, que se cría en varios
cereales y en otras plantas. En la 1.''
acep. es sinónimo de hcrriii, m.
Arte. Ambii/uo, dice el Dice; la
(!ram. agrega: «Aunque por una regla
fundada en la eufonía lleva siempre en
singular el artículo el, propende más
bien al genero femenino. Así decimos
arte yocLira, arle majiia de rudmuiido
Lullo: pero también suele decirse arle
románico, arle diabólico. En plural rara
vez deja de ser femenino».
AuTKRiA, f. Cada uno de los vasos
que llevan la sangre desde el corazón
á las demás partes del cuerpo. — Aii-
TEKÍA, f.: Amaño, astucia que se em-
plea para algiin fin. Hoy se toma siem-
pre en mal sentido.
Articulaclor, ra, adj. (,)ae arti-
cula. Véase el siguiente.
Articular, n. Úsase en Cbilc en
el significado de-disputar, altercar ó
ponerse á razones con uno. Es eviden-
te que esta acep. se ha to.nado de la
forense que tiene en el Dice: «poner
preguntas en el término de prueba, á
cuyo tenor se examinen los testigos».
Usámoslo también familiarmente por
-refunfuñar, rezongar, en sentido ac-
tivo, nó neutro; en lo cual nu se h;ire
más que tomar el efecto por la causa,
os decir, las palabras que entro dientes
pronuncia ó arlicula el refunfuñador,
por la causa que da motivo para ello.
O, si se quiere, os un simple eufemis-
mo, ponjue so emplea un v. de signi-
ficado inofensivo y bien sonante on vez
do los dos citados, que tienen mucho
de duros: y ¡curiosidades del idioma!
aquí vendrían á juntarse los extremos,
ponpie articulctr es «pronuuciar las
palabras clara y distintamente», y re-
J'an/ariar, «hacer cierto ruido ó souido
inurlicultulo on señal de enojo o de
disgusto». Cervantes, cortando por lo
sano, escribió con toda corrección y
exactitud en la *2.-' jornada de Lo^
Baños do Arijíl:
CONSTAN/IA. P'jio (luizá (lisimullis,
y mentiras acumulas^,
Que ser de pruvccliü ¿ientes.
Ca ülíALl (ijersonaje ([ue no ivIcanziLá pci-
fibir bien lii cinc el antei'ior ha flidiO, puniue
va (liri-iilo !Í uti-d):
¿Vm (lue. li.iblanili) entre
[los «üenlcs
Las lazónos no ftiiict'/a.-'f
AiiTicL'1.0, m. Extraña Ortúzar que
no lo registre el ])icc. por objeto, co-
sa, aunque lo supone en la definición
de articido de comercio y on la de ar-
liculo de primera necesidíul. No hay
tal omisión ni suposición, porque nun-
ca ha tenido la voz artirulo por sí so-
la un significado tan lato. Lo que hay
de verdad es que, cuando la usamos
sola, es porque hablamos con tales
personas ó en tales circunstancias que
sin necesidad de más agregado se nos
entiende á (jué artículos nos referimos;
observación que puede aplicarse al mo-
do corriente de hablar en todo orden
de cosas. Así un catequista le dice á
un niño: Tíepite los arliculos; y sin
ASA
ASE
iiücesidail »lc aiía-jar ih ¡ii fr, el niño
le L'utii'ude ul iasUiiite. Asi duciiuus
tainbii'D el !<e--iiiiíf jwr el /xi/>fl se.-iintf,
l'i An/etitii) I por l'i lltpiíblira Argni-
tiiui, y cutre penónos conocidas se
iKJiiibnin .lo3 individuos jwr cl nomliri-
^)lo ü por il ¡ipclliJo solo tiunbiún; y
iiadio lo cMraña y todos lo cntiendeii.-
Nucstro Codicio Civil llama tuiinitnx
i>n-e.iarii'< de aiibsisttiiriii ;i lo8 de pri-
men» necesidad, y mi escrito atribuido
a I>. Juan Xicasio Halieto, nrlinilos
•le roiiainnfi ilidnn.
AUVKJA, (Vi';L=0 ALVKn.l.v).
Arzobispado, m. Xo está admi-
tido por ¡Hilario ú aífimt iirznhixpal;
l)¡en que seria muy justo que tuvicni
tal acep., como la tiene en francés nr-
As, m. Cartí de la Uir.ija: moneda
romana: punto del dado. il.\/, m., ata-
do, lio. IIa/, m. tambii'U, tropa forma-
da en divisiones ó en filas. Haz, f.,
cara ó rostro; L-ar.i del jwño o tela; su-
perficie de la tierra. Haz, imjx-rativo
del V. Imcer. Has, 2.' persona del pre-
sento lie indicativo del v. haber.
.V.SA'iti.sTAXADo, BA, adj. Quc piír-
tieiie» de litó cualidades rt defectos del
sacristán, ó (|ue se piírece á él. Hs vo/.
usada en Im Pirara Justinn. VejLSO a,
l.'art.
ASAl.ARtAU ó SALAICIAi:, a.
AsAMiif.Ki'sTA. com. Persona que
forma parte de una asamblea. Ks t<''r-
mino bien formado y necesario, dijino
do admitirse, á .««mejanzii de tantos
otros acalmdos en m/".
.Vhau, a. Esponer un manjar crudo
á la acción del fue^^o. A/.au, m., casua-
lidad, caso fortuito; desgracia impn'-
vista; voz usada en varios jue'U)<<. A-
ZAiíAit, m., Ilor del naranjo, d''l liiiio-
ll«-r» V 'li'l eidll).
Asaz, adv. de cantidad. Bastante,
iiarto; muy. .Vdvierte el Dice. (|ue
«boy no se us;i ireneralmente más (jue
en iwesia», y en la prosa elevada, jx)-
driamos a!j;rc'iar. En los chisicos se ba-
ila con frecuencia usado como adj.
.VsrEXsió.v, f. .\coión ó efecto de
ascender; por excelencia, la de Cristo,
nuestro líedentor, á los cielos. V . t. e.
nombre propio de persona. Asi'XCKJx,
derivado del v. latino íisaiinierf, tomar
á su lado ó á su car<ro, es, por excelen-
cia, el acto de haber sido elevada ¡vir
Diosla Santísima Viriícn ufaría desde
la tierra al rielo.
Ascenso, m. Subida, promoción (de
nsiemhr). Aseitsn, m., asentimiento,
crédito, consenso (de axcutir i.
Asckxsoi!, m. «Aparato para tras-
ladar pereonas ó cosas á los pisos idtos
de las casas». Admitido por primeni
vez en el Dice, al cual, digámoslo c.i
chileno, .sí Ir /laxó la mmio en la de-
finición, iM)rqiic no tenía para qui' ha-
blar de «pisos altos de las casas»', como
quiera que hay ascensores para subir á
cerros, torres y oti-as alturas.
.\srirriCA, f. Doctrina de la vida
a.scéticii ó ascetismo. .\nt¡j:ua novedad
qni' por primera vez entra en el Dice.
.VsF.cuAn, a. (Wsisc A( bciiaii).
Asecho, m. Ant. lo declarad Dice,
y remite á aferhanza. Entre nosoti'os
está todn vía vifrente. Véase .Vcechai:.
.VsEía'itAi!, a. Censiiralo liaralt, y
otros con él, en el sijrnificado de '/"/-,
priipnrrionar: « Estas mcdida.s (uteijii-
vini defensores al Estado". .\nn(|ue
el Dice, de la .\cademia no le da nin-
;;nna acep. que á ésta se parezca, sin
embargo, cu el de Construcción y n-
gimen, de Cuervo, aparece la de/?;»-
iiiflrr, jK-ro confirmada con tales ejeni-
]iliis, que es difíi-il uo eonfuiidirla fon
]lll
ASE
ASE
l;i misma que reprueba Banilt. Y, si nó,
juzgue el lector, y verá que aneyurar
es mucho más que dar, propurcionar
y promelcr, poi'quc es dar por segura
vira cosa.cSeaKffjurú su benevolencia».
(Solís).
Coniij í'l humano pen.saniicnto ycn-a,
Esto me aaríjnraha la victoria
Y yo con picsunción y vanagloria
Volaba ya muy lejos de la tierra.
(L. (le Argensola, son. XV).
...Por eso solo que el te anuncia.
Me atrevo á nsfr^utarlf mi lin diclmso
En tus amores.
(Jáurcgui, .\miiilii).
Rendirte he, .siendo tu csjioso,
\iA hacienda que me n.m/ura
Dos mil ducados de renta.
(Tirso, La VlUaMi ,ls Valhcií, 11, .".).
Para que lumbre seas
En las tinieblas de su error ob.scuras
Con que te adore y crea
Y luz con que tisfgurus
La paz y gloria que á Israel procuras.
(Lope de Vega, /,').< Pasinrrí ik nelé„,l V).
Comunísimo es este uso en los clásicosy
no nos explicamos cómo pudo censurarlo
el gran perseguidor de los galicismos.-
También lo critica líaralt en el sentido
de afirmar, a-tercrar, dar por cierto,
asenfar, cuando no lleva expreso el
complemento directo, dando por úni-
ca razón que «este modo absoluto no
os de nuestra lengua». V. g.: kEs ne-
cesario saber dudar donde conviene, y
asegurar cuando es rítil». No se nece-
sitan autoridades para impugnar en
esto á Baralt: basta el simple buen
sentido. En efecto, <;de cuándo acá no
pueden usarse en castellano todos los
verbos transitivos en sentido ó modo
absoluto? ¿Xo puedo, por ej., decir:
«Conviene coñw para poder estudiar.'
-Otros echan menos que el Dice, no
admita á asegurar como r. en la accp.
de "aliniiar I) dar seguridad de la ccr-
((■•/.:i dr h) que sr ri'lii'IT >■. .\ la Verdad,
asi debía haberlo estampado el Dice.,
porque lo cierto es que el v. tiene este
uso, y así lo dice la Gram. de la mis-
ma Academia: t Asegurarse de la ver-
dad». t.S'í aseguró de la certeza del
hecho». (Quintana). No se confunda
esta acep. con la usada en el comercio
tratándose del seguro sobre la vida:
Me aseguré en la Compañía Trasatlán-
tica.
Asemilla!;, n. Tan usado en Chile
y tan bien formado, no aparece en el
Dice, el cual nos da en su lugar á cer-
ner, (2.-' acep.) n.: 4 Hablando de la
vid, del olivo, del trigo y de otras
plantas, estar fecundándose la flor».
De aquí lienie y la fr. en cierne. Nues-
tro asemiJlar, á sn buena formación y
al uso de toda una nación (no sabemos
si también lo usen otras de América)
une la claridad, porque todo el mundo
lo entiende en el sentido de-formarse
la semilla; lo que no sucede con cerner.
Por todo lo cual hacemos fornial indi-
cación para que la Academia lo tome en
cuenta en las posteriores ediciones de
su Dicc.-Tratándose del lino, puede
emplearse el v. hagar, n.
Asentador ó suavizador, m. Pe-
dazo de cuero de que se usa para sua-
vizar el filo de las navajas do afeitar.
Ai-jlador, ra. Correa en que se afilan
las navajas de afeitar. Afilóx, m.
Correa impregnada de grasa, qne sirve
para afinar, suavizar ó asentar el filo.
Asioxtar, a. Conjúgase asiento, tas,
etc.; pero no se confunda con asentir
(convenir en el juicio con otro, ser de
su mismo dictamen), que también ha-
ce en la 1.' persona asiento. Las irre-
gularidades de ambos son las de sus
respectivos simples sentar y sentir. —
JIuy usado es en Chile el v. asentar
en su forma i'etleja por estancarse al-
ASE
ASI
iUiíii >iisiíiiir¡a iutlisre^M (>!>¡ii ilitíorir,
. .1 cii v\ cst'iiii i','u. ya en los iiiU'Stiuus.
\'.\ Dlix: no la oihkv: ¡lero el liovisi-
¡11) S' la ariU» ile dar al s. mifitln: y,
' )!ni» »K-1 s. al V. no hay sino un jtasn,
• -|>erarenii)s vwx |>a'í¡eiK'ia la 14.* vúi-
• i'in. l-intrv tanto, ti)ntnl>nyiiniiis n'>»-
iitn»s II III i-<ta eitii de Tir.-») ( íimlr
T.lrl.,,; M.ulril, 11. »."):
...Nonca niv |Agu
I^p nunjar que <r nt'trutii
En la* lrí|iai>:'0>ii )>>lliai ka;;.! riicnU.
AsK.ÑOltAiH). DA, ailj. Dúvstde la
liursiuna onliiuiria ijiie tini á .señor i)
- Tioni 1) las \\\ñu\ en ai;_'«i. || I'inveido
' lii <|tie i-s prujiio do wñor o scñor.i.
I'alalir.í bien furniada, por el estilo de
i'iiiliitlli-m /u, i'iiiíiiriii, iixiniifliflii \
niuelüís otMs (|ue admito el Diré. Ks
ntil, jwr no deeir niti-Karia, y, .sc-iri'iii
jiare<X', de uso universid en Aniériea j
en K.>q>aria. «Aipiel iiseñuiiiiln conti-
nente; aquella a;íi-.idalile soltuní de
uiovimienius: a<juella elejíante senri-
llez de vestido... "(Pcreíla, Xi/lif-t ih
filiii, XVIII). I)el>e pues la Academia
darle i-.uta di- i'}isli/.a. Véa.se .\, 1.' art.
Asm^iliil.K, uilj. Que j>ne<le «.'onsc-
jiiirse ó aleinzar.-e. H.sto y nada m¡i.s
-!-_'ni(i<ii en «-.istellano: <i<'-|iinio loísijue
ii:iiilan de persouas asequibles,
)i;i''íi lo i|Ue '|iiii'ix-ii di'iri-i ,i,;i-x¡l,lr<,
tiiiliihlrs, ilf fin ¡I liiilii 11 fiiliiflit, i'iiii-
fililrifiilrx.
.\SKII<II).V, ASKItro li AKII!MA*'|i»X.
AsKKK.VAií Ó .«;kkb.\aii.
ASdrrear, a. Xose cono(v en (51.V
lillaim: ciiLMSi-' nifiiiir n Mmuir: (Mrtar
«I dividir e)n sierra la mader.i li otra
AsKHMl).\AIKt,l)A,alj.Qlli'p,in¡iÍlia
de liLs CU ilidales propias di-l N-nirin.
LliunllUt ll-íll lllilll:llll, ¡lllili'll 'Hfllllll-
iiii'lii. llaiv falta en el Dici-. esta \i> /.
Véase A. I.' art.
A.-íkrríx o skuuí.v.
Asi:Ritni(An, a. Si hay siiini y x,-
rrw.liu. natural era tamhién ipie exis-
tieran los ivsi)e( 14X1)8 verlios, porque
ni tales instrumentos ni las o|K'i-aeio-
ues (pie con ellos se ejecutan son i^'ua-
le.s. Asi lo hemos c inipifiidido lo.s
chilenos, y j),)r i-so, además de nsi-mir
{*> sn'aír ), usamos iisfiinr/im; (pie no
es conocido en el Dice, y al cual iv¡)ii-
ta Cuervo |)or de buena ley en esta
forma ti en la de soniirhiii-.
Asertar, a. Kecomendado por l!a-
ralt ¡i los an|nct>lo¡íos frantwses, pues
8<)lo ellos sal)eu (pie (isxfíii-r es una an-
tiiriialla de su leii^rua (pie si|.niiticalia.
allá ix)r los tiem])os de Cario Mau'uo,
irsfrrnn; /ifintiin\ iispi/itiiir.
AsKSTAR, a. La lo." ediciiin del
Dice, le atrreiía la si;íniente acep.:
•I Descarirar coiitni un objeto el pro-
yectil (i el ¡nt\])K de un arma (i de cosa
(pie hajra su oficio. Axes/ur un lirn, iiiia
pniiiifíitlti, una ¡mil lilla, mi ¡iiiñi'liizn <>.
AsKVKRATivo, VA. adj. Que asevei-a
(■) aKrma. Es voz usada ]ior Bello, bien
formada y útil, (pie no hay ]X)r qii<;
desechar del Dice. " l'^l i/w...^ enciien-
tiii en muchas otras exi ivsiones iiscrr-
i-iilirii^«. (i! nuil., n." l'.Mt, d).
AsKAr,TAl><\ ni. .Solado de asfalto.
Hace falta en el Dice. (Véase .\r)0(jll-
.VADO).
.\SKIXIA.\TK, ]). a. de iisfui'io: Que
asiixia. Admitido por primera vez en
la (flición 1:!.' del Dice.
.\si, adv. Así no más, modismo
adverbial chileno C(]UÍ váleme á iisinsi,
tul nial, i)ii>ilwiiiii)ii'iilr (V(-4(S(.' No
Illas).-.!'"""-'"'. Iiafr.,s(';riincl Dice,
es: inii/i/fiiíiii i)iixii/iii' iisiiilii: lo mismo
¡hijMirlM de un modo quede otru: y
III
ioí;
ASI
ASI
¡cuidado con cambiarle nna letra ó in-
tercalarlo otras palabras! Sin cnibari;'o,
Jovdlanos lo liacc, diciendo: ".I'*/ y
lió (fs/i'/o, se puede llamar á la ausencia
muerte». Granada y el I>. Avila cm-
])luan íí.-íí ó fisí: d !'. Isla y Mmitalvo,
lo mismo (jue nosotros, ii^¡i u iisá: uXo
me atrevería á decir: esto es usi ñ /isii^
])or(jue andan metidos en ellas más de
un sabio encantadorr).-,4x/ ijiir. Iva
] á.'' edición del Dice, daba á esta lo-
cución dos aceps. : luia como modo
adverbial (tan luego como, al punto
(jue), y otra como modo conjuntivo
(en consecuencia, de suerte que, jjor lo
cual); pero la I;!.'" los lia dividido en
dos modismos aparte con los mismos
signiñcados anotados, l)icn que raodi-
fícando la ortografía del segundo con
una coma (iisi, qiK'). Razón le encon-
tramos al Dice, para la primera coitcc-
ción, mas iió para esta última, poríjue
toda eonia ha de ser, ante todo, recla-
mada por la pausa ó suspensión natu-
ral de la \'oz: y aquí nada de eso hay,
puesto que nadie lee ni pronuncia axi,
que, sino iU¡ ijtif, de corrida. «El ene-
migo lialiia cortado el puente: usi i¡iw
no fué posible seguir adelante». (Dice.)
(,'ual(|uiera que sepa leer, hace aquí lii
pausa en que y nó en asi, como (jniere
el novísimo Dicc.-Así que sea,
modismo muy usado en Chile en lugar
de imaque aeii (':<i, /¡uiii/n, si/jni/iii'u ¡n
6 co/ir/'r/ieiii/o que srii asi.
Asierra, f. Corrupción de .s/Vv/v/
(instrumento).
AsKJXAR, a. Con su acostumbrada
infalibilidad decide Baralt que este v.
sólo \-ale smahir, c/fnfliifir, y nó, como
entre los franceses, iiiillnn-, dar á m-
iiiiri-i-, ildermiiiar, fijar, a'riliiiir. Basta
abiir el Dice, de Cuervo para \er lo
eriMdii i|in' aiidiu'.i el c'lrlire iiiisín/aid.
]ines por su uso y su etimología son
iguales el v. castellano y el francés.
AsiOXATAlUO, niA, m. y f. Persona
á quien se asigna l.i lieivi'.ci ; ó el le-
gado, ('oiidescendencia del nuevo 1 )ir.-.
con las legislaciones americanas, ]]nes
hasta hoy no les había admitido esie
término.
AstivAii, a. .Mbergar ti refugiar en
un asilo. Ú. t. e. r. Es v. perfectamente
formado, corriente en España y Amé-
rica y, si se (|uiere, necesario: es nmy
extraño no hallarlo todavía en el Dice.
No ignoramos (pie en su tiempo lo
combatió Triarte en sus polémicas con
I.ilpez de Sedaño; pero de Iriarte ac;i
es mucho lo (pie ha progresado el idio-
ma. «■ Axilar, por dar axilo, será \'0/i
castellana, decía el ilustre fabulista,
por(pic la haya querido introducir el
Sr. Sedaño, suponiendo su crédito l)as-
tante bien sentado para sor maestro de
la lengua». La posteridad lia -dado la
razón á Sedaño.
.\si.\nsMO, adv. m. ;Debe escril)irse
así, en una palaljra, ó en dos, asi mis-
mo.' La Academia no hace distinción
en su Dice, y, segi'iu se ve en el art.
^líSAto, erjuipara ambas ortografías;
en su Gram. sólo dice que «el adverbio
asimismo no es otra cosa que el de
modo í/.s/, unido á la voz adverbial "
[mi^iiiii^. Así y todo y aunque no he-
mos visto tratado este punto por niu-
iriín gramático, nos parece (pie la len-
gua ganaría en precisión y claridad si
Se hiciera distinción entre ambos usos,
dividiéndolos en los dos sigiiifioidos
que tiene el adw ;Qué cosíi más justa,
jior ej., (|ue escribirlo separado cuando
significa "de este ó del mismo modo»,
y junto caand ) significa «también "?
l'oi'que, en realidad, son usos y signi-
tica los tan divei'sos, que cqnivalen :i
ASI
ASO
lilis vofsililus i'l j>riim.-n>, y ;i niio s»>li)
i'I k.-5:uihIo. Si _vt» ilj;;»: • ElocucuK' os-
liivo el onulor, _v <».■•( iiu'sihh lo I1Í/.0
taiiiliiéii cu su ]K;iinlt¡iuu clisciii's»», C8
e\itk-iito i|nv nxi misiim üi|iievnle ;i ilrl
itiixniii iiimlit, ron lii liiitmii rliiriinirln;
\Mítr l'i cual i'ii luii^uajc fiiui. ])o<Irí¡i
»lf<"iive iixi tiiisniih. Pfn>, si nii iiitcr-
loi-utur U!írc^ii: •« Vadii.-'i'iilxitw noUiItle
L'l ilistnirso i|uc in-oiuiiició en d (.'011-
;rrw»», es claro «|uc este mtiiiüxinn
e'|UÍV!ile ii linnbi'-ii, y entóneos est;i
hieii escrito asi, eii iiiiu H)la i»alal>r.i.
Me<lit^-n esto los ki-tores, y si nos dan
la nizon, <li.stin,<;an en la práctica añi-
láis usos.
Asina, a Iv. nio.lal. Aii/iniiii/n en
el l>ic<-., i>.-ro nsalo tixlavia en el Sur
lie Cliile en el mismo sentido de usi,
en i|Ue .se iL«i en Rs|Kiña. Los cLisicos
(lijenin tamláén asin.
AsiRioL<"MiÍA, f. (,'icncia que trata
de lo relativo ¡i la anti<;ua Asiría, es-
tudiada princiitalniente en los moder-
nos desculirimientos ipie en a<|Uel>a
connirtr.i se lian lieclio. Ks voz usada
y neeeMiria, <[Ue ya puede li¿;urar en
el Dice.
AsiRi'iUxiii, m. .*íaliio <|Ue jiosee la
a;<iriolo<.'íu. (Véase el anterior).
Asi-TKXTA, f. «Entre las reii^íiosa.i
de la Visitación ó Side-sas, sujieriora de
la comunidad li una de la-< sufierioras».
Ahí delinc el I)icc. una de las acviis.
de esta voz: á la cual le oliservarcnio.s
doscosin: I. "lineen las ("(instituciones
de la Visitaciiin ipie liemos visto, la
AsistiMiui no es .sn|ier¡oi-a, sino lo i|iiu
indica su noniUrc, esto es, la ipie ílsIs-
te, ayuda y suple :i la sn|M;r¡ora: y -."
<|uc en esl»; mismo sentido del* esta
deliniciiiii exteiidei-se á casi todas las
«irdcui-s y ('jM;_'r<"_'¡u'iones n-lii/iosi^ de
mujiTcs. |iori|U(' en tiNlas ellas m; da
al i"ai"i:o este mismo nomlnv. (Vca.M.'
Ai'OMi'AXANT.\"). Si se trata del adj.
.íxis/rii/f usado i-onio s., aunipie se
a]ilii|ue á nuijer, no delie «miliiar de
terminación, ]iori|Ue, como adj., es de
una s<ila. .\si se diiVi /.<'< ¡isix/cii/i-.i d
itijifxiii, y nt't las asistentas.
AiS-MA, f. Es femenino; jicro, juvtr-
dido en singular de arlicido dclinido
delie decirse- pI tiswn y mi la asma,
se^iiu conocida reírla de {rramáticíi, y
Clin articulo indctiiiido. un ¡isnuí y no
una asma.
Asnear, n. Olirar ó proceder con
muy |H)co entendimiento, como un as-
no. II a. Tratar á uno de asno. Es v.
bien formado, ¡n-ro mi de mucho uso:
(piizás i>or esto último no tiiíura en el
Dice.
Asoi.All, a. Es formado del latín
iia.ifilíirr, ii)m]iuesto de od y de ■inhnii,
suelo: ]ior lo cual imita en su coiiju-
•jaciiiii :i este s. (iixiirlo, (isiirlus ),
(Xiincidiendo asi con su siirniticado:
«poner jiorel .sif/o, destruir, arruinar.
aiTasíH'». Lo mismo se conjujra tam-
Iiicii irsolinge ([losarsi.', tratándose de
lí<|UÍdos), ]>ori|Ue tiene idéntica etimo-
lüjiia; jn-ni no asi el ii-iolm; a. tiiinliién,
ipiesiiíuifica: "Secar los c4impos (iecliar
á jierder .sus fruios el calor, una se-
i|uia, etc. 'I, ¡Kinjue éstese i-ompone de
II y de -sol. \/Á)i..\K, a. (desliastar la
madera con azuela) se conju-ra irreiru-
larmcntc.iior.iue es derivadode iiziifhí.
Asoleada, f. .\uniine nmy usado
entre nosotros, 110 existe en el Dice,
en el cual siilo liallamos iixuhiiiiiifii/n,
m. ant., reem]ilazado jKir el moderno
iii.s(il'i'i<in, f. : "enfermedad causada cu
la ("alieza por el extvsivo ardor del
sol". ( Véa.se .\.sni,K(i).
.\.SOI,KAU ti soi.KAH, a. l'saiisc I. c.
reflejos.
ASP
ASP
As(>i,KO, m. Ailmitelo el Dice, como
tcrpiiiio de Yeteiiuaria únicaineiiti':
«eiifcrmcilad de ciertos animales, ca-
racterizada priiicipalineiitc por sofoca-
ción y violentas palpitaciones". T)c
donde resulta rjue la acción ó efecto de
asolear carecería de nombre en caste-
llano; y, sin embargo, liay axolfti de
fmtas, de pólvora lii'micda (i mojada
y de todo lo qne se tpiiera asolear ó
solear.
AsoxAR, n. Como compuesto que es
de sonar, tiene la misma irregularidad
de éste: asu-eno, ((■•<iieiitiií, ett-.
AsOROCHARSE, r. C'oger ó padecer
el soroilip. (Véase esta voz). U. m. en
Chile en el sentido fig. de ruborizarse.
Bien puede figurar en el Dice, con
aiubos significados.
A.SP.l, f. La misma observación que
en ftsma. En cuanto al significado, fal-
ta en el Dice, el u.sado en ilinería, de
«puntode intersección de dosvetas(iue
se cortaují. En Marina tiene otros, que
tampoco apunta el Dice, y ipie deja-
mos páralos entendidos.
AspamientO, m. Miente (piien
tal dice, jiues esta forma, usada hasta
principios del siglo XIX, ha desapa-
recido ya del idioma :1a palabra correc-
ta es ttxpoi'iMiu: «demostración exce-
si\-a ó afectada de espanto, admiración
ó sentimiento». No sabemos por (jué
la dejó sin etimología el Dice, dando
asi lugar á que los ignorantes .se con-
firmen en la que le suponen ¡wr el rui-
do de las m:eces, de asixi y denlo, con
la cual por desgracia parece coincidir
el significado, i)or()Ue el (jue hace ii^-
pavieii/os extiende de ordinario los
brazos y presenta la figura de un c.v//"
de molino que gira á merced del ¿•ini-
/(). Xo hay tal viento ni niño ninerto:
(/sj/arlfii/o es formado de isji//r¡<-ii/ii (lu
<|Ue delii(i advertir el Dice"), y cxpi/-
ri/'iilo lo es del latín é.rjMivrmí, p.rp/i-
rfiilia, el que tiene miedo ó así>mbro.
Sinónimos nniy expresivos de aspa-
riento son pasma rola y pasmarulaila.
Aspaventero, ra, adj. Que hace
aspavientos. U. t. c. s. Admitido por
pi'imera vez.
AsTEiTO. m. Véase Ba.jo.
Aspergear ó asperg-iar, a. Dí-
gase axiicrjar, segiin el Dici-. Sin em-
bargo, la cuestión no se j)uede dar por
resuelta así no más, ponjue hay buenas
autoridades que emplean las otras dos
formas; de éi-stas nos gusta más la ].".
tanto por ser más conforme con as/ier-
(//■s, cnanto poniue es más fácil de con-
jugar (jue la 2.", la cual no se sabría
si debería ser axpcrí/io ó aspenjio. Las
autoridades á que nos referimos, son:
Cipriano Valera, que, traduciendo la
EpLstiila á los Hebreos (IX, lO), dice:
"Tomando [Moisés] la sangre de los
becerros y de los machos de cabrío,
con agua y lana de grana y hisopo,
a^lierijió á todo el pueblo»; El P. Isla
en su Frai¡ Gcraiulin: (1. II, c. VIH)
«Volvió á arrojar en él ¡lor boca y ])or
narices como cosa de media azumbre
(jUe ya se había embanastado, con tal
ímpetu que aspcríjcn y roció mediana-
mente á los dos colaterales"; Valbuena,
en su /'V lie erratas del nuevo Dirr. de
la Arn'l., t. I: "Digamos á los acadé-
mios i|Ue no se dice asperjar sino
Asi'EKiiKAU, del latín aspert/es, segun-
da jiersona del singular del futuro ini-
pertecto de aspcrf/o, como tan)poco se
ákvjax//ar, ni ;/ol/jar, sino .faspkar y
(;oí,PE.\i;i'; El Dice, de Zerolo, (jue
admite á Asperi/iar. el cual debe con-
siderarjsc como una mera corrupciini
(le as/i/-ri/ra/-. Xn eslaiiii)^ de acMlerdo
cun la Academia en el signilicadu i|Ue
AST
AST
U'i»
iln it n.ij>fi'Jtn; ]mcscl¡<v seiu'ill:iini.-iilc:
roiiiir. i* IKV|>.: y fo<-iiii; •>.' ¡uvji.. t*:
• fsiwrt-ir cu iiie)iiula<i «rutas ol iiítiiü ú
otro l!<|iiiiIo>. Kit;» liiiMí i|iie en Icn-
<riiajf jo<i>s<i o fusiivo, como en la i-ita
ilol Fíiiy il'-i iifiilio. c-oiiveiiira á "■</«/'-
/-//■ i-si» (Iftinií-iiin: ¡icro i-sto no t-s lo
]in)]i¡o ni lo i-<)iTÍfiil«.':lo | ii») ioy nsual
es: . nn-iar 1) cellar at;ua <iiii el lii'ío-
]*>■: (letinieiiin i|iicel Dii-e. da á ///.«y-
jf'f, niiií" sin'iiiiino <(Ue el irenérii'o
ruiiiii:
Asi'Kit<;K-;, ni. Se le lian av'ivpi'lo
cistas (los a<v|is.: «Antífona <|iie <•.)-
niieiiz;) |K>r e.sla ]Kilaliiii>, v «hisojí >»,
i-üto i"s: • l'iilo corto y ixiloiulo. en cu-
ya exlreiniílad se jome un niauojito de
cenias, y sirve en las ijrlesias jianí dar
a;/na liendíta ó esi>areirla al imelijo.
Kl iiiaiiir<' suele ser taniliién de plata
ú uti'o metal».
AxI'l» o ASl'IDK, m.
A-i'rRAim. m. Si iixjiinnili-x se lla-
man los <|ue aspinin á un enipleo,
jiiK-sto, div'iiidiul, etc.. es natural '|iie
el ticin|io (|iie |Kisan eu esta condii-ion
leii!.'a nii nomWre es])ecial: tal sería el
de iixjñnrlu, ijne en i-sta aiv|t. no h;ru-
ra en el hice., teniendo, sin eniliarjío.
tanto der«.'<'lio i-omo norüiiii/o, iri,iin/ii,
etc. \m misma iiidie;yion liaix-iiios en
la letni I' ¡Kira /nixtulin/n.
Asta, f. (Vwi.'w asma). A.^í se csi-ri-
lie el s.. niJLs la iin-|ií).siei<in lleva //
I llllxlll I.
Astear, n. y a. Cliilenismo <le ¡xi-
f.ti uso y siniinimo de cachear, ipie
i-s mucliD más Usado. (V. •■■■■-t. ri|-
timo).
Astil, m. .l.«/,7.
.\«ti!i:a, II. )ir. f. Sin |ia-ieiidfr (¡iie
el |)ie<-. de In l/<-n¡rna sea lanilii'ii de
.Milolo^na. nos |>are<-e i|iic no deU'
|iri-ciiid¡r di; ciertos nomliii-s |ii(i|>¡o>.
voe.-s y liHUciones (|ue ya están admi-
t¡<los en tollas liu* litenitnni.s mniaiKxs
y <¡ne d ra<la paso eni-ontraiiins en la
esi)añola. ;C'i)ino cxijrir eiiloiu-es al
lector, máxime ahora que tanto si' van
olvidando los estudios clásico.'», ipie
teufrnii la mano un Diccionario .Mito-
liigici» ]>ani entender esos vocalilos ]iani
él desconiH-idos!' f^e- no.s diráque seria
aliai>-ar deniiusiado, ponpic lo misino
delieria lia<-ei-se tamliicn con la (im-
irrafia, con la Historia, y aun con la
i-itcr.ituin. Convenido, contestaremos
nos4 (tros ¡.isi delie liaitírse con los noin-
lire' y locuciones histfiricos, fjeo-íráti-
i-os y literarios f|ne ya liayaii entrado
en el leiifruaje usual y corriente, ]Kir-
i|ue i)ara e.So es i>ix'c¡s¡iinente el Dice.
;(ino se almila é.stc demasiado y es di-
fícil manejarlo:' Pue.s, al ¡m])resor con
COIS ditieultadcs, y uó al lector, i|ue
tiene deroí'Iio á exigir i|UO el Dice, sea
lo más i-om]>leto ¡losilile. Y, volviendo
á Axlii-ii, creemos (|iie dele.' admitir.se
en el si-rnificado de-diosa de la justi-
cia, ó la ,Iusticia)K'rsonilicada. Lo ([uc
es por -Hiítoridade.s, la.s Imy en c is¡
todos los cliisicíjs castellano.s, por lo
cual no las citaremos, sino únicamente
i'sta lie Mrctóii:
;Ii.'t lev que al hiiniililc .iiii|i.iia
tUiíiio lí la ulta (li^iiiila<r.
Si .l»/(tvi tuercv la vara.
IVIijpn la liliorta'). —
jVcniriiio lí iití ctiii .iftinir
Cilaiiilii la ira iiie aljiaíal
( Ijotrílln Jtip/icífi. y u < ¡nn- mi ffini i,
l'or las mismas i-aziiuesa'|ni expuestas
creemos «pie deU-ii ¡Kliiiilii-se .Unlr.i,
Altillo, /!>iii), ('ffiíi, Ciiiiiii (í ('¡irniili;
( 'lili', I 'ii/iii/o, Kiilii, A'sriilii/iiii, (i'iilr-
iiii, .lirriiliiin, ,lil¡nli-i\ l.iin, Mtl'/i/iilr-
iiii. Mili III. Mili lii, M'ii If y Miir'iili\
lio
AST
ASU
J/rsi/!i,ii/, J/i'i/'ra, J/iilfil.:, Xfjillilin,
PiniKisi,, J'iiiiln. Piulo. I'iiilnil, Uwl-
iiiiiilc. Sducliii, TcHiis, Tív/í/x, y oíros
que irán ¡iparecicndo en sus rcsiicctivos
luiíares. Miidios ha admitido vh el
])iw., sol)ro todo, cu su última edición,
tales como Adán, Aihjiu-<, Aiislmni,
lliihcl, 7)V/í'/í, Piciijiimlii, Cuca, Ciniri'r-
hoiit (i ( 'í'i-lirní, ürlcsliiui, ( 'iifióii,
C'n'.sn, *l¡iil,¡ii':i, />-,''», IIclio,i,iI,iilii,
Hciriilfs, Hiiiiriini, Jiitliis. Aliiriliir-
nrs. X/ocisn. Xciiiii, \hi¡¡iil(',¡S(tl(itnmi,
iSmi^iiii, Trii'ii i<i, Zíilli); \Y.'\-o muchos
más le ([uedau todavía por admitir.
En cuanto á frases y locuciones, hay
tandiión muchas ijue faltan en el Dice.:
tales como horrrro ilc orn. Injo jin'i¡liijt¡,
liiini ilil'lí'dnKi. (illas {Ir ljii¡ilíi, rlnir-
/)fs luriiis (■) f'i/li/i/s, csliir ri'i-ili's liis
lifi/y, hl.s iiio'llrloilí's del Ifi'iit. // simn lu
tliiiilii por i-fiaiKiliiliiil, inmi[ii(' si' rislu
tic si'ilii. 1(1 ¡iiniKi iilól((( se (¡itchíJiHo (le
Arl((,lil,i. Icrho (le J'n,r((slo, sii¡,l¡r¡o (Ir
T(Uil((lo. icl(( lie Pcidjlopc, etc., etc. Xo
e<Uui mejor abonadas, ni por el uso
ni jior su siííuilicado, muchas de las
ya admitidas, como aira Xoe, Iipíxi de
Jadtdí, caria de Urias, nudo (/ordiaao,
jKisar por la" liorcas i inclinas, pa: oc-
la riana, ¡larlo de los Ilion les, sancla-
.san- li'irain. et<-., etc.
Asti!(')I,(>(;a, r. íliijer (jiie prolesa
la astrolo^ia. Xo liay por qué no ad-
mitirlo en el Dice. (Véase MÉini'.\).
«Una [i^racia] tiene solire tod;is, i|ne
es lírande Asli-íilm/au. {.]. de Luna,
Dailt/ipis J'iiiiiiliares, dial. IX). Y Tirso
de Jlolina, en La Jlarrla de .lana
Ferni'in-lez (111. i;.^'):
;Z:(iie¡ -\^}cC>lof/(í acusauta.
rl^iiicii (le escalios te iiifonmi;'
Astuche, ni. Asi liemos (n'do lla-
mar poruluunas pci'soiias, sin que nos
cinste i|Ue sea uso general de t'liile, el
parche (i refuerzo de cuero ó de paño
resistente que se pone extcriormente
al pantahin de montar, en el asiento
y en la parte (pie da á las pantorriUas.
VA Dice, admite con este mismo sitrni-
tirado ;i cacliirido. pero con la nota de
Jlejicanisiiin. En autores esjiañoles no
hemos hallado nada eijuivalente, sino
una simple descripción. «En \e/. del
cal/.iin corto y la media, gastaba aún
el pantalón lai'go y encarnado (pre ha-
Ina traído del ejército, aunque remnii-
lado !/a de pana nei/j'a por Irasero 1/
nu'slosn. (Palacio Valdés, La Aldea
perdida). Por el contexto se \e (pie
este i'emonte no se puso al ]]antal(in
descrito para que lo usara un jinete,
sino fínicamente para preservarlo de
las injurias del tiempo y del uso.
AsTrRi.\,xrsJio, m. Locución, gii'o
('1 modo de hablar, propio y peculiar de
loi asturianos. Hace falta en el Dice
Úsalo Menéndez y Pelayo, y asimismo
lo usará sin escrúpulo cualipúera ipie
se vea en la necesidad.
Asu.MiU', a. Según su etimología
latina (asxümere) y su significado co-
rriente de «atraer á si, tomar para si»,
no ccnnprendemos por (pié algunos
candenan la. fr. tan usual asnoiir la
rrspiiiisiildUdad, dándole por equiva-
lente responder ó lomar sobre si. Si no
hay otra razón (pie el no haber sido
usada ¡lor los clásicos, no nos conven-
ce, píu'ípie ello equivaldría á negar el
progreso del idioma y á matar de una
plumada todos los giros, frases y mo-
dismos con (|Ue se ha enri(piecido el
(castellano nioderiKi. Condénese si en-
horabuena el exl i'aíalai'io galicisnm
asumir grandes proporciones
|i(ir Imiiar i/randc increiiicnlo. (Véase
l'Kol'dKI lii.N ).
ATA ATA 1 1 1
A lAiAiil.K.ailj. AJl!i<|IK•st•lc,s"■'•rt^"Jt itiiiKMli' ]»crk'si:<. ¡iiioidi-jia, de. .. Cíe ■-
sf/i\iiuh'x, lt)<|iK' *-' diiv ilul si'^iieiitr. mos i|tK' fl uso «rciieriil iK' los liiu-uos
At.VCAK, m. Copio del 1'. Mir la si- i-scritoivs lioiic inás luitoriihul imni el
uniente iiüt i: « Esto v. nos iivisi fUiin «iso<|Uci'l Vkf. ile la A(",uli'iiiiii, tanto
sin imu-ia ni iiropiedal liaren alanle nuis, cuanto «|Ue il v. (pu- i'-sti^' nos
los niixli-rnos de n/nnir, aplínindole, ofuKr ^ ///■<•/</»•/;/<//•.«/• y es r. _v no se pivs-
(itntra el dii-tanien ile los el.isiit>s, ¡i ta Lauto fiara expresiu' el ]K.-nsaniienio
un aí-outet-iiuieuto i-ualipiiera. Lf nln- romo uliinir y iiliirnrar. En cuanto ;i
r« ht riilriitiiiii, ;(|uic!i uo lo OVO á to- las demás aivps., estamos si de acuer-
das horas? A7 /«■//i»'//'»" /(V'c/v// >//«/■// /;/ do en (pie del>eu proscrihifsy como
/•rtí-//>/í/, i-s lucho i-onuin. .V«x "/'/<•///«"■< ajenas del castellano, sustituyéndolas
//<• ffrikir, ri'piteu dos fr.iíruadonis de i-oii otros vcrl>f)S, como ¡mi,iiiiiuii\
chismes. !<<« clásicos andal>au ciui niinliii/ii; ofniílrr, /n>r¡i;{.-U:,í^>:nu\i>A
ni.is ciento cu esto de /il/ii-nr. resi-rváu- i-asi>s.
dolé isir.i ojcji-acioiu-s niilitjiresy i>ara Atahona ó tamoxa. f.
usos eonuiues...Eu el día la vida so<'ial A iahum-.iío ó taiioxküo. m.
s<'ha ct>nvertidoen uii (-.imiioile Ajrra- Atahud, ni. .l/(/«.7; asi sin // y
uiante, donde to<los ti/m/oi, siendo la con aceiiui.es como delie escriliii'sei'sta
i\w lleva la jK-<>r jiarte la leiisrua i.-is- voz tan i-oiiocida, ¡Kir más ipie veinra
bi-ilana. Los fnini-escs no tienen nuevas del áinilie ntahiil.
de iiriixin; iixiilliir, iii-onirlrr iipirliir, . Atajada, f. .\ci-ióii <) efect;) de
iifífinrlrf, iliit; mIImi; fxli-n-httr. iiio- alujar (!'." y ."i." aceps.) Falta hace en
¡fxliir, Uiliiir, iihfilitiiziirxr, rinii/irlir, castellano y no hay cómo sii]ilirlo sino
rnitlniilrr y de otras sin número loen- haciendo liriros rodeos. \t\m s¡>lo se
cioue-s verl>-.d>i< propias de iiu-.-stro ro- usa en el l-ii;^uaje faiu. y en el plelieyo.
maiiLv; todo se lo (tim|)Oueu con nln- .VrA.íAit, ii. y a. Ir ]Kir el atajo;
dir. ;N'o seria más jmeilo en raz'iu cortar, dividir, impedir. No delie con-
fine nos4»tTOS prefiricst'iuosá su iHilm/a fundii-se con HATA.iau, a.: dividir el
nuestra riipiez;i? .;Eii ipicestá la solu- iraiiado en hatajos, ó separar del hato
ción de e'íte puiit4) sino en la voluntad, una i'i más ixH'ciones. Este liltimo v. i-s
cnelesludio, enel tnd>ajo?n-l'ii:i sola el ipie c dTesiioiide al apartar de
ol>s<.rvaciiiu. y |><.'nhm<' el clasicíj jesui- nuestros camjusinos.
1:1: Con la aut4>ridad de Bix-tiin, th; Ata.IO, m. Senda ó paraje jior don-
Mesonero- Koma nos y, aun diríamos, de r- ahrevia el camino. .\o delie con-
de todos los mo<lernos, ;no Imlirá lie- fundirse con hata.io, m.; peipieño
irifh) ya el lieinjio de dar á nliiaif el hato de irauado; Hir. y fam.: conjunto,
si^nifiwido fie «acometer, .sobrevenir, copia.
IniLindotK- del sueño, euferinedadi.-s, .\•rAl,A^A. Es f. cuando siirnilii'a
pla'.;.iH, etc.? I', t. c. r. .Vsi lo usa el torre, altura li eminencia para observar
mismo l)ii-<-. en Coi.Knicn (nliiaulii ó mirar á lo lejos, y m. cuando siinii-
del cJlera-morU»). I)e eí<te ino<lo i|Ue- lica hoinlin' destinado á olise-rvar <les-
diiria el v. ]mral<-lo en estji ace)i. i-on de la atalaya. Muy liien nos parece ipH'
el t». ///<«/<//•, i|Ue si','liilic:i: «iwonteci- la .\cnilcniia haya lijado el {rciiero de
niicuto rlc al'/ini ai-i-idi'iile rc|K-ntinii: i>y>- s., jumpic es muy expuesto á con-
ATA
ATE
fll-iimí liiic/fli) r. cu (;1 l'." sii;li¡tii"iil(),
c-iiiiio 1(1 liMi-iaii los clásicos.
Atambor y atamor, 'iiiilni,ii]„s.
Dijíasc li/Dil/nr.
AtaÑ'HI!, II. Toc.ir, coiii-eniir, pcr-
teneccr. «Sólo se usa (.'ii las tercfras
lícrsoiias do siiijiular y plural, y raras
vcc-..'S flK'ia di'l presL'iiti.' de indicativo ".
(Cuervo).
ATAQnc, m. Véase Atacah.
Atar.\ceau ó takackaPm a. Ador-
nar con taracea la madera íi otra ma-
teria.
AtARA.XTADO, HA, adj. «Picado de
la tarántula. || tit;'. y faiii. IiKjuielo y
hullicioso, (|Ue no ¡lára ni sosieua:
aturdido ó cspauta/lo». Toda esto si<í-
uifiei, soí;i'in el Dice, pero uó alrnpe-
llrt'/o ó prfirijiiMu, como tan comun-
mente se usa cu Chile. Alroitailv, ila,
(dicese del que hace las cosa.s precipi-
tadamente, sin cordura ni reflexión) y
(illmrotdtln, ihi, (pie por demasiada
\i\eza olira precipitadamente y sin
rdlcxión ) pueden reemplazar áiuicstro
atarantado;aun((ue, á decir verdad,
no podría ase<;urarse (pie los clásicos
no le hayan dado el mismo sio'nificado
fpie nosotros. De su comedia Los Bt¡-
ñns (le Aiv/pI dice el mismísimo Cer-
vantes:
En fin. comedia cautiva.
Ptjbre hambrienta y (k'sdicliaila.
Desnuda y atariniftuhi:
donde jarocc indicar claramente que
la escriiiió de nrinera atropellada ó
¡nvcipitada.
Atarantarse, r. A/ni/iriiaísc (>
jtirr¡piftirM\ ajiresurarse dcma-^iado.
.Muy poco usado.
Ataüazar ó tauazak. a. ?iíoi'ilcr ()
rasiar con los dientes.
.VTAr.incrEU ótai;iií:ci:í!. u. 1-aupc'-
zar á caer la tai'dc.
Atávich, ca. adj. Perteneciente li
relativo al atavismo. Admitido ]ior
jiriniera \ cz en el Suplemento del nue-
vo I)i(/C.
Atavío, m. "Compostura, aseo y
adorno de la persona», lo deline el
Dice, apartándose así del uso de los
clásicos y del .í¡;eneral, fpie ven en (dn-
rio lio sólo un s. abstracto, sino tam-
hién concreto, que siiiuilica los ohjetos
cui que se adorna una persona. Así el
P. Granada: ((Como á esposa me ha
ata\¡ado con todas sus joyas y ala ríos «.
Don Tomás de Triarte:
Bollas y penacho
Llevaba el p(}llíno.
Ijhzos. caseabele-S
V (ítro^ títuriofi;
Don Tomás González Carvajal: (jque
se de.siiojen de sus aiarm y galas se-
ñoriles, y tomen hábito de esclavas»
fXoli/s til r. XXXTI (!<■ Isa ¡as); y el
^Maestro T-eón (en La r<-ifrti! Casta-
lia. § XTI): «Aféase el uso de los afei-
tes, y cjiidénause las galas y alarios».
En todas estas citas se \'e que alario
no es la acción ni el efecto de ata-
viarse, sino algo c mcreto, sinónimo de
;/ala, ailnnin, en suma: objeto i)ara
ataviarse. Téngase presente (y esto da
bastante luz jiara el caso) <|Ue sabios
filólogos, como Cuervo, Calandrelli,
Dozy y Eguílaz y Yanguas, no acep-
tan la etimología arábiga (pie señala
á este vocablo el Dice, etimología
(lUe á todas luces ha sido la causa de
la mala definición, pímjue, dándose
por sentado que viene del árabe a tal/ id,
arreglo de rauel)les y otros objetos, no
]iodía dársele otra definicicin (pie la
abstracta (pie citamos al ]irii¡cipio.
Atkísta, adj. que se aplica á jier-
so:ia y (pie ^e usa tandiiéu como s. de
ATE ATE 1 1 :;
|.>»ili>s'_'fiHTii«_vi->iii I-I iiiisiiKisiY'ilitii-.i- in> <tiiiiii !i<lj.. .-iiKi iMiiui |>:iri. irn |_'ii-
• iii(k'////»<,inife-í iiiási-oiHMMiliiy ilsji'Io. Iiir |kixívi> ilc nlfiiilfi'. Kiu-sti' ciisoror-
Atkxai'Kak i» atk.xaz.\ii. ¡i. ina «-lúnsiiliis alistilntas. irif|ii-<>cli:ililis
Atkxdkimii:. ka. m. _v f. IVrsoiia y ili' li-<:itÍMm cvim «-isti-Uaiiu. " l.n i|nu
i|Hi', iinniiulo i-l nríiriiinl, w si i-stjín ¡i luí iiu- ¡uiiviv, iilniln \¡\ jiropiífhíd
i-oiifiiniK-s n»n el las |inicUis i|1k- va lU- la K-iisíiia oriíriiial... • ( Fr. Luis de
li-yi'inl<> i-l iiirn-<tor. Hs tiTiiiiiio >h- Ia-oii). No hay iliirla (k- i\w us iiiihIo
liiiprx'Mta iiMf ilcIxTia liiítinir i-n rl ii-- mas i-iUTirii-oy flciraiiu- i|iU' i-l iilrm/i-
\iiii aiiiiiriníc 1. '/" <|ii"' acallamos >\v ver; \tvnK «•oiiio
ATKMtiiKi, l>A. ailj. |Kin¡i'¡|ii(> i\r fl IIS4I iiiiNlcnio líi'iK' ya tan aiitoi'í/Mclii
A/rtiiltf. liarall, "|H'' vio u'alirismos i-su- liliiiiio, no ikhK'Iiios nosotros |ii'(is-
jnir tiNJiis jiams, tacliodf la! fl fiiiiili-o rriliirlo. y lo más <|1k- haivmos será
dfi's'U' iKirt. en chtnsnla alisoliiia y lo iviMmcndar el de los rlásicos. A vi'ivs
■ •rriyc fon las cx|irf8Íoiws "/»•////(«. <•// s.- ns<i (ai)il;ir-n nli'iiln pin s. cxinvsoy
il^iin'nii li, rti rislii i/r, fii riiiisiiirniriiiil snjilido su otirio |K(r Ulia imiposiriótl
'. iilfiiilhln li, Ifiiiriiili' ¡iirxriilp. ( 'inTvo inir<HÍnr¡da |>or (///<■. « Ksto mismo has
V los (Icni¡i8 ^'ramátiois, a|Miyai|os i-n tú de liairr. iilrn/n i/iir le ha hi'clio
■ I liso tntiisiiivodcl \. iilriiilri y i-n la Míos tan sini;nlar nuTivd ». ( ha l'ni-n-
.iiitoriüad di- i'Scriton-s iMnio Iriarlc. ici. Oinis vcivs si- usi» con la |iiv|). k.
\m l'ncntf. i'ni'.'Manch. Moratín, CI A/'n/n ¡i In imil \ á iiuc i-ra iumvsjhmo
nicMcín. I.isía. la Academia y todos concluir el asiento del |)m'liio...( Már-
li«i nnolernos, no han »dnn'tid<i la <■••- i|ne/,). «Mnclios eran de ojiinií'm se
riv«-cion y ileflendeii <•! nso il:- iilnnli- disimnla-^e a<|nellH vez la nneva elec-
'/", i|i|e su llalla en el mismo (-.is4i ipie ciiin. ////•///« li los accidentes de la re-
ritln, nnixiilniíilii, mtiii¡iiiiili> o cual- plllilica». (Meló). (Itnis xect'S aún se
■ |ilier otro leiri. de v. ailivii. ( Véise eniple<') solo, sin /' v sin <//"■. á seine-
Atkxto». ja nza de «'//■" y í-./wy;/».- » l'roveyíi ipie,
Atkxkísta. coni. S<K-iii de nn ate- tilmln la relÍL'ion y oliservancia di-
iM-o. ( Novísimo I til-)'. I aiplella ciudad y de IihIo el reino, la
AtkxkKsk.. r. • Ajnstarsí-, snji-t:irse reliiriiin se ipiilasea. ( Mariana). Kstos
•-n sus ai-ciones á ah.'nna nhiii. .Vtk- dos últimos minios ya no están en itso
vKU.sk (( lililí iiiilrii, II In ilirliii. ii liis y no convendría resllcilarlíis: |icro SI
i.Miillii.it, .\ilicion del ultimo hice los anteriores, ipie están eiileranienle
Atentar, a. l'siilo nuestro piielil informes cnn la •gramática lini/iin i/
■ ii las iloí >i'.'iiient«>s aii'p». "iiierl Dice, /ijii de los tieni|ios modernos, líello
dii-liini iiiiliiiiiiihi' y deluMi evpresarse mismo ( (linin., ^ :!'.i7.") riMinioce ipie
\>>r Iniliir. l«nii,¡HiliHii-: « !.•' eji-rcitar el s. de las chiiisiilas alisoliilas |iiiede
• I wiitido del la"to, |ial|i;indo o liN-iiii- s^-r nn i¡iii- annnc¡ali\o o una |i;-op(i-
■lo inm cosa iiiaterialniente: :;." e\a- sicimí internV.'-alixa indirecta: " Kl rey.
iiiiiiar y reconmvr |Kir nmlio ilel sen- ri<lii ijHi' no |Hidia tomar [mr fiicr/a la
i ido d>-l liicto lo ijiie no H- puede ver: villa...»: con lo ciial aiitori/.a el uso
I lino liaír el cic/o o el <|i|e >e halla de iilniln i¡iii-. |K'ro lili el de atentO
•■n nn lii'_iir oiis<-iir<i». á. ni iihihis el de atento á que II il
ATKMh i i. 1... \:i1t,i,. ;i c.,livi,|. i ;i| ij.- «tCntO -oln n I M \ :ll i:ll .1.-.
1 1
1 1 i ATE ATI
A'i'ioiiriiii'F.i, \:)<i, HA. II •i'i'.i;i'ii)i'i''.- tanto |iiir si'f (Ir (|iiioii es, cnanto piir-
I.Alio. HA. i|nc' la (■iiiijiiuarlon traillar es la iiiiiea
Al'Klillisf,, I'. I 'armarse ile IVio. 'I'o- coiiíiii'nie cin la i'!¡niolo;;ía I iiil Irsluiu,
(los los Liraniatii-os nos canlan i-cs]ie('í.i> o. en i-a<((llaiio, Irslu /. ]'"1 otro \ ., i|iie
(le este v. la misma ea ni hiela, esto es, no ilelie i-onfiimlirse eoii éste, es foi--
(lUe üs (lereel¡\d y se i-oiijn'ja en tollas mailo ilrl lalin iiUf^lmi. atest iü'iiai'.
las personas en i|Ur la tenninaeion es Xaila olVeee ile liai'tienlai', ni en sil
/ o ]irinri|i¡a ]ioi- /; sin eniliavü'o, con- eim¡ni:'.ieiiMi ni en sn siü'nilieailo.
liesa CiiiiMí i|ne jamas lo lia \ isto AtieildadO, da, adj. 1 )enoniina-
lisado sino en el inlinit¡\o y en el ]iai'- eiiiii i|ne se ila al desjiiiclio eoil traza
ticipio. (le tienda. jMás conforme con las vcü'las
Atiói:mami, xa, adj. "(^)ne difícil- de formaciiin sería /'/V^/ík/í/". AVase A,
mente da paso al calor: como sncedi; l.'art.
respecto de la Inz con los cuerpos opa- .\ iii,i)A:Mir.xro,m. ínclaido por pri-
ooS'). Es tí^'rmino de Física admitido mei'a \ez con el mismo sif^aiilicado de
])í)r primera ve/, y formado del Li'ric'j'o iiíililndiirii: acción (> efi-cío de atildar
ú privativo y del s. (-);;v.Y|. calor. Vi'a- o al ildarse.
se A, :.'." arl. Atinca, m. ^lala ¡irominciaci'in
Ari;iir,All, a. l>islinu'o: Almn)-. di;- de iiliiinir. ipie siiiiiiliea lo mismo ipie
rivado de livnu. y cnyas aceps. todas liitid.r.
tienen relación con la tierra, es irre- A'riXCKNciA. f. (Del latín (illiiiiin,
i;ular ( ulirrru, ulirn-ii^. etc.): iilcrnir, alcanzar, tocarj. Raro es (pie el Dice.
derivado de /rrrur, es reiiiilar ( iili'íru, no roiíistre esta voz, de l)uena fornia-
iiliTiiCi, ele.) ;l*(a' i|ii(' el Dice, omite cíiin y de iniielio uso, Sübl'e todo, cutre
üii estos casos la elimoloLiia. i|ne da la tc;ilii,u'os y canonistas a! tratar tic los
wi'dadera Ittzr urados de jiareiiteseo. Su siguíHcado,
AiiSTAiio, m. Hn el sÍL;uilicado (le indicado en la misma etiuiolojííu, es:
If-i/i.'iiii/iiii se usa en sinu'.: pero, siii'ui- acción ó efecto de alcanzar una cosa
ticaudü /i'</iniiiiiiíilf'í¡, se usa. cu pl. liasta otra, ó de tocarla: relaciiiii entre
Atestar, a. Hay dos verltos inny una cosa y otra,
distintos entre sí: uno es formado del Ating'ido, da, alj. I (ícese cu
com¡ileiiieiito latino inf Usíi/m (hasta Chile de la persona ]iusil;luime y afli-
la cabeza ó liasta arriba) y siiíuitica gida, (jiie se manifiesta tal, cspecial-
lit'iiililr (j rMeiiiir. La líeueralidad de mente en el semillante. Según el ])¡ec.
los gi'aináticos enseña (jne es irregular de Peruanismos, en I^inja se usa lain-
en su ('onjugaeitiu (alic>;lo, (tf'irxlax, biéii el v. ating"!!', al cual considera
ele). auni|Ue la Academia reconoce como corruiiciou de <ft/-i/iiin/ii-> i/s-
que t:imlii(''ii suele usarse como ivgii- /riin/iiy atillg"!!'; etimología ente-
lar, y cita un ejemplo de ^loratín hijo, raniente s;Uisíacloria. Aijuí es ]wco
Más explícito aftii es ('uer\o: ]iues. usado el v.: ,Sr ,,/p atinge '■/ "l/m'.
reconociendo (pie cu los siglos XA'I y "/ i'uisii/rnir...VA\ un manuscrito chi-
XVI I se usaba como irregular, agrega leiio del siglo XVI lí se lee: «Xo es
i|Ue "hoy se usa genci-almcnte como ]iondi'rablc lo ipic me jiersiguiíi y me
regular». A este jiar.cer nos aciistaliios. persigue, lo ipie mi; h:i hecho jia lecer
ATI
ATM
11. ">
y |'( i|iu' iiir atinge i->^i<-' nmlilito
[iluinoiiio] •.
AtISÜAI!, il. Ninlil ili<v il I >!(•<•. do
lii otiirioliH.'íii <le esto v. tiiii t-<>ii(M-ii|o
y iisi'li). Al liitit-n i|iK: lioiiio!) \ ii44> tni-
lar iW ella i-s ¡i ('¡ilandivlli, t-ii sn />/<■<•.
Filolihji'ii i'iiiitiMiniilii. ijuicii lit deriva
i\v\ vawiu-mv iil-is-ltru, mirar ¡nir v\
rv-«|aif¡o li ruiulija de la iiüerta, ol>-
t<T\ ar ¡«ir la imerU enlomada ó ivn-a-
ila. ( 'i>m|)-)iieíc del iioiiil>iv nlf, luierta.
ilel adj. I» |>ai1. /'■/(/. (vrradi», y del v.
Itni, Ver, mirar. nlisiTvar, notar. St-a
lo <|iie s»,' i|iiieni de esui (>|i¡iiii'in, nos-
otHKS \anios taniliién á e.\|Hiiier la
iiiiiestra, <|Ue mts jisiniv in:W seneill-i
y dinrlii, |nir(|iie í*- funda en el latín
y nii en el \;u>i<-nenev.', cuya nmlriliii-
••i'in en la forniaeiiin del r.islellano es
nula <> i'.tsi nula. Para nosotms('//x//(í/-
viene déla Híirtieula " y del noniliiv
jinipio yV-iAf, ji>ven lia'ñlonia amada
il<- rinuiio, euyos amores y desíi.slrala
muerte t-anla Ovidio en el liiiro IV de
.«US MrhiniHifini.*. Y liiuu, se nos dir.i,
;<|U''- tiene e-to <|ne ver imu el siirnili-
eido de iiHxliiir.' .Mueiio y luili-liísiino.
I.a ein-unsuinria |ir¡ni-i|Kd <|uc en es-
lío amon.-N di.-scrilie el |»iK.ta lalino is
una n-hdija ■> liendidur.i i|Ue lialiia en
la |Nire<l divÍMoria de \:\* e.iKi-s de am-
Uts anianlcs y |Ktr la cual se niir.ilKín
y lialiktlran .lín ijue nadie lo notara.
Sii'iido e.s(a falinlade l'iramo y Tislie,
nimo tollas las de Ovidio, tradueida é
imitada jiorlos jtoetasde IimIo el nuin-
do. nada lii'iiede r<uiii|ne los de lialila
)-.i«tellana rorniaran entoni-eüel v. ulix-
l'iir, leíiriéndolo |irimeroii los Piramos
i|Ue desde al^'una ]>arle más o menos
sii-n-Ui oliservan o miran a sus Tislnf.
.V>i lo dan á ent<nder taniliii-n los s¡-
;.'iiii'nt»'S veDüís dr TirK». en Ln lltoi-
l.i ilr.liiiin h'nihi.iili-: ( I. n.'j:
XiÁr. ll.K-llO» |»>r If lil:<Ú^
yur cu \a |iiiri'U cuailjuUua.
Vciitaiiaii Mt^tituñín,
lVintrni|ili' «livrrsas vmt»
Vcnfii- »^.-\ liizarrht.
Tii'f*r ya, ¡mr a;;iijrn»!«
>lin)ii<l<i y no ^ii'iiilti \ i-tn.
I 'na xez einiileado en e.-te st'nliilo,
ni> tanlo el v. en •reneralizju'si', iuista
slu'uilirar lo <|ue alior.i re/a el Piec.:
«mirar, olisi'rvar eon eiiiilado, rec lin-
damente".
.\tMi)skki!A, f. 'I'chIos los (|ue es< i¡-_
lien soliiv ea.'itellano o sulire iraliris-
nioij condenan como tal, sin discusión
y á velas apa-jidas, este voealilo en el
sentido liiT. de «nieilio social (|iie rodea
á una )K.'rsona». Y liasi;i la misma
,\cademia condena nniiiiiiiilini en su
(iramática la fr. hinrr iitnnisfrifi, ijue
corriire |>jr rifniiiiinir la o/jimVni. VA
apunto no es tan f.icil de resolver jiara
i|Ue se le termine de una ]ilumada: an-
te". i><)r el ••ontrario. es nniy disculilile.
y hasta creemos (|Ue se puede granar.
\]\\ efeilo, si, si'írnn el Mice., iilnii>''fr-
III es el «espacio á ipie se extienden
las inlluencias de una jívi-sona (i cosa>':
si en este mismo sentido escrili¡<) Mo-
lalin:
llii'ii i|iie luí f.ilui. lili falla
Quien talvex salirá cxtraiTla
l>i' i>ni nim-t/nv. llevarla
.\ inayiir >iililiin¡i1¡i<l:
;i|Ui- impide el ipie se di^ra Hinnli i'i
t'oiiiiiiilf li iniii iiliiiiisfriii, 'J'riirr inni
liiii'iiii I) iiiii/ii iiImnsjWii.' Francamente
no venios en c|nc se jnieda faltar á las
leyes del idioma al lialilar ile esta ma-
nera, ni menos á las de la metáfora,
i|Ue son las ipiu rijíen en el len^;ua je
liirnrado. « Hay \'acante un |mesio ijue
e.xi;.'!' á i|iiien Ini de ocuparle muclio
tallo y ni«yor evjK'riencia, y, sin salier
ioMiii.eiiip!''/,a á sonar d noiiilirc de un
116
ATO
ATO
liinii inuc-liiicliii: i-ivi-u i'l ruido, fm-
iiiiisf 1(1 iihiit'isl'rid, ]iv()\c.;se lii ]il¡ix.a
cu mi lidiulnv iiiil<i...( IVrcil;i. /-.'s/h/ivs
1/ nisi/i/ñiis /.
AtOCar, ii. T's;ili. iiufsin. ]inrli|u
i;li \e7, (le /lililí, i.' y :.'.■' ai-'_'|is.
Atónico, ca, ü-Ij. a ihüs ilc im
liiicii i'-;(_TÍt()r S'- \v li;i (le<li/.aili) ¡un-
li/mín, lili, ailj.: "siii atrntilai'iiHi jn-n-
siilica. Silii/iii i'iliniin..
.Vriil!AMIi;Nri), A'l'oUd. m. Arción
(> (.'ícelo de atorarse. J'Aistieiido e iino
existo el \. itliiiiiixi' en el misino sen-
tido ijiie iilrii;i:i:iliii-si-. os indisjtensalile
llar tainliií'ii el s. verlial e_)nts|i!iii-
dionto: \ \\ niiiLinno de los dos loeini-
cedcel ]>¡ec. Mur,i„ii,iilii y ,ihn„ nos
]mrocen de lineiia Idiniai'ion y son de
alj.n'ui uso en Chile.
Atornasolado, da, ii.lj. Tmiiii-
Mil'itlii, lili.
.Vti)I;.nii.I..vI"i1!. m. .\ ;;ritns y en
conformidad con el \. uliiiiilllni . lo
jiedimos tudos. carpinteros y no car-
piíltoros. Kl ilrxliiniilla'lnr i|iie adniite
el Dice, silo ostádelinido para destor-
nillar (ó ilf.tiiliiiiiilliii . i-oiiio aproliaron
e 111 muy lineii acii^rilo el Sii|ileiii"iito
de la \-¿:' e lición y el cner|io de la
1:1." I. siendo i|n<.' lo jirimero y mis
rr.'clii'iite es aloi'liillar. ;U ser.i ipn.'
los españoles miran como mas imp u-
laiite o como prinn/ia en el orden lo-
i;¡co la a-ci'in de desatornillar: .\si lo
hacían los romanos, ipie. para mc-dir
la prol'nndidail de las honduras, se sn-
]iüni¡ili oslar en el lomlo y de.sde ahí
miralian jiara arrilia: por lo cual c\-
Jiresalian el eoiice]ito de limiilii ^^ ¡im-
fir.iilii con el adj. nUiis. ,i, mu. Se ve
(|llo cada unción lum- su iiiinlu ili- ii¡ii-iii-
xi\ diiramos en chdeiio. aiinipie unas
Aiin; i'ii.i.Ai;. a. \'i-ilio imn hieii
l(M-mado y exiiresivo y de ninclio liso
i;ii ('hile. Xo comjirendenios ]ior (pii'
jaiiuis lo ha incluido el Diec, teiiiondo
ipie siijilirlo con la l'r. luiri'r liu-lillu u
iniii iicrsiiiiii o ni.-<ii. Ir. ipie .solo ha co-
rreuido en la 1;!." edicitin, juie-s en la
anterior la admitía únicmiieiito en la
lorma rofieja ( hurfi-xe loriilUí ). Faroí-e
ipie los aoiidcinicos aiiteriíjrcs á 18íJ'.i
no eonoeiaii las si.^'iiieiitos autoridades:
" Y aiiártese vd.. mi amo, i|iic parece
ipio .se mueve esa piedra, y \a á caer
sobre nosotros y liurciiKis IdiHIIu.-^ •>.
(I -a Fuente, Viiijrs ¡¡o Fr. (ii'iiiiiilln i.
l'.liKiik- h1 liniv.i general .lehtntc
t.'ii gi-Huo (le lial>a. tal para .«u int,cnt(».
Que no tuviera á nmcha iiiaravilhi
(Jile liiiiei-ii li Irchitu hii ihii !',!• tuililln.
I ¡yt .Mfj^'jiifa. e. XII. Cíjt.r. autcp'^n i .
Llegú una carreta
A este t¡eniiK> niisiiKi.
Y :í la triste liana
■¡■■■rl-ilhiU ),;-;. (Sani»MÍr-,>. F.ihn.
" .\o lia'.:as tal dosa::uisado, ]ionpie no
(•olas debajo y //'''/"••-■ lnrHU'i taiiUi y
tan noble uelite (;omo aijui .se lia jun-
tado», (t'orvaiaes, Kl ii-liihhi ilf lus-
iiiiiiurill/ix /.-VufVii do los verbos p-
ii-:-icos. como iijil.i-iliii-, ilcsiiiiuiirnii .
Irilunir. no hemos hallado en el Dice,
otro mas parecido i¡ile iilml iijiir. a.
(aplanar o aplastar ali;'iina cosa, ajire-
tandola ), ipie en cuanto á otiuioloii'ia
I II y Imiii I no esta mejor rormado ipic
el nuestro.
Atorunado, da, adj. l'rimcro
trabajemos por ipii_' nos admitan la pa-
labra Im mi", y ilespiKvs cnibíjstirenios
con iiim uiiiiilii: parecido al tonino.
\'iMllse esta \ o/, y .\. 1 .'' ai'l.
.\ritsii;AI!, liisi i; A l;, Arii.vicAí;.
riixiiAi;, a. V,-Ut< cuatro \erbos a]ia-
reccli como i'jnalcs en el hice, con los
dos si'jnilicailo.- de; inlicionar con lo-
ATR
ATR
117
sifí" ó vcii'-iHi: y Hl'. f;iii'^;ir u ii|iriiiiir
:i ah.'iiiiii, ihiiii|ci|{- iiiiirlia |ir¡s:i jKir.i
i|iic li;i:r.i iiiui f»>si. I', i. c. r. X» íiir-
iiiHi-.iii l>iKts ntliio al;.'lllH>i< crr.i'líi-
liifiitc iTifii. Iiiiilin- i> iiltiliir. h'iil'isi-
./.'< «'/(/. entosicar y -/"'. ento-
XlCari s-ilo t¡' lie la I.* acvii. di- |..s
aiili-l ,i>iv-.
Atracado, da, .i-lj. '"/«"/. Aiili.a-
.■>•• A la |nTs<iiia i-cvci-a y ri-^ida: y. aik'-
iii:u<, á lii i'it'JiU.Ta ó iuÍ!i<.'ral>k'. V.n e>(ii
úliíiii» aiT|>. ¡Kirmí' corniiK-úin iXk- hIh-
nuil), t|iio iMi i-Lsi*.'llaii<i ti*r. y fmii.
siu'iiitü't: iiiisL-nilik-, iiic/.<|iiiiiii. Sniins
liia.s aiiii;_'t>s lí»s i-)i¡li-ii<>.s (k- la.« silalia.s
fia-lli-s i|Uir (k- las siiaVL-s.
AritArAK, a. l'or iIHÍiHiH, ii-rini, \
ii/iriuiímiiws i-liüfiiisiiKi i-orrkiitr, un
s'iitidí» a. y r.. y ¡uk-iiias cu si-iitiilo
ii'_'. ixir iiiiiifíiísr: Me atraco •' i"
"yiiiii,ii i/r i'il. Ttxli» vstii c- lina ajili-
i-4r¡iMi (k-l ^¡'_'ii¡tii-:iik> luaritiiiii) i|ii<.-
lii'lic i'l V. y (jiní xa más aUijn. 'l'aiii-
kifii es i-liik-nisiiKi v\\ A s¡!,'iiitii-a<l<i <k
Iniliiliir mil xi-rnlilnl, v aun ruxliiiur,
l>r'liii\ »/«/(• lililí -11,111; |K:ro ni» en i-i
ti.:, y fain. (k: «liatvr <iiiner y lielior
a lina ]iiTXiliii \\\v*U\ i|ile se liarte. ('.
ni. e. r.> \a> eilal en i-islellaiio |iiii'<>.
I«i I:;.* i-ilii-ióii del IMVt. re'_'¡stral>ii
iin ^«>l« V. ulninii-. |k.ti> la 1:!/' K' li.t
ixrrt-.'ido y iidiuite d(»s euii di>t¡iila'>
eliinol<i</Ías, nim mn el üitrnilinidu de
• aiTÍiiiar las eliilniri-aeiiiiu-s á líerni.
o lillas ¡i otras-, y otro ron el lilliinii
■|iie liemos a|iiiii(ado. .\o rar.i. sino
muy <iimnn y frveiieiite, es la niniiia
iinavioii i|iie en el leii'.'ilaje si- liaii-ii
unas fui oirás las profesiones, arles y
olie¡.«<. y asi los \<M-alilos i|lle al ]irili-
ei|iio m: u<ariHi |rir luirla o donaire,
entran di-s|ilii-i al Toiiilo eoinlin d<'l
idioma. I'onronne á esl4i lendi-iieia,
laii |iri>|iia i|i-l lininliiv. el niariiio, al
Imjar á tierni. no ]iiuile oh iilar sus
ténniíuis |K-eiiliaivs y los ein|ilea á i-.i-
da tri>|iiitra>|ue: lo misino Iukv el mi-
litar, al salir tle su cuartel: y lo inisnio
el al>o;.rado, el inólii-o, el e-elesiastieo,
etc., s«il>iv todo, si ellelilaii entre los
oyentes o leetoivs eoii |>ersoiias ijlie
le-i elitioiuleii su es|x.-eial leliiriwje. Kll
esta eondieiou está el v. iilninii\ jHir
iiiriiiir, iifiiiuiíiiin; \M\t lio siilo en
Chile, sino aun en España. .\si lo usa
IVlwkt varias \eee.s en SnlUrz»: » . I //v-
(•" esos iihiii-fiilfs, señalando unas acei-
tunas ([Uedesealia". ((.'¡ip. Vil"). « has
<-osis ipie mejor uie suenan son las
i|Ue niiis i|UÍen) yo \er de lejos: se
marca mejor asi el rinnlio i|iie traen,
• pie iiliiiiiiiiiliisf á ellas >'. (Cap. VI 1 1 (.
Pespués de esto verá la Academia si
ya es tieiniK) de dar á iiUiinir un sij:-
nilirado terivstre y L'eiieral.
AriiACii.v, III. S)lo si>,niilica: ai-c¡>ni
o efecto de atracar, en la ao'p. tle "lia-
o.-r comer y lielu-rá una ]iersoim liasla
«pie se liarle. I', m. <■. i. •■: ii'Mo no
eiii|ielliili ó empujini ipie se ila ;i uno
eslivd laudólo. Véase M<iitl>!si k.v.
ATKANCAK li IKAXCAI!. Son siu'illi-
mosenel si;iiiilii"ado ai-iivo de •• cerrar
la puerta, iiseírurándola |(or dciarocon
una t'-aiica», y tainliicu en el neutro,
de "dar trancos o pasos lai';.ros". Mu
este si-ntido iisinio- aiplí á liiiiii¡iifiii .
ipie tamliicn es castizo.
AtüÁs, a.h. de lu-ar. Ecliarse
atrás o para atrás, iv. liu'. .\ fam.
iple usiinos ]M>r la casli/.a rolri'isr
lililí": no cumplir ki promesa o la |iii-
lalira, ile-jlecirse.
.\'ntAs.\lM(. KA, parí, de Miiisiii.
lian creído al'.'Ulios ipie no es c,isti/.o
decir/'/"/'/" lili ilxiiilii^iiiii ¡lili iiliimiiili),
r.ihiiHiiiilr iiliii.tiiilii. ele.: v ;|i<ir ipl"'';'
l'orcillc el hice, s'ilo da á iiliiisiiiln el
118
ATR
ATR
si'-'iiilicado th "ulcaiiZiiild, finjicñado,
t'si'aso de recursos». I'i'ro ¡iiitcIeoLos
vcrdadcraineiitc filiaxailns: ln (|uc dt--
liiiL' iilii (_•! Dice, según su costuuilii'c,
es el ailj. y nó el \)M%. atn(mdu, por-
(|iie nunca define los participios rcííu-
larcs. Ved i-l \'. iilrnmr, y CTicoutrii-
rcis (|ue su últiuia acep. y como r. es
" juedmve atrás ": lo (|uc ])ucde ser en
cuiílijuier cosa, ou la civilización, en
el estudio, y hasta cu la gramática.
Atravesada, f. lam. Acción ()
efecto de aLraves;u'. Xo es castizo, ni
es jiosilile reenijilazarlo jior /ii/msin
.sino en el signilii'ado de "\iaje por
uiai'".
A'ii!AVi:s.uiA (('.u,i,K). lía censu-
rado alguien esta expr., tan usada eu
Cliile, y Jios parece jue no liay razón
]iara ello, aunque abzuuos csijañoles,
como ileso ncro-Roma nos, por ejom-
jiio, digan r/r/lf ¡rnrksn. Si, según el
Dice., Inirii'sn sigiiitica niilriirfixíclii. (i
j)uesto al tra\es ó de lado», uo liay
motivo entonces i)ara no usar iiidis-
tintamcute csto-i dos adjeti\os. Tero,
deliuieudo á alrurcMi hi (se no< rejili-
cará), uo le da ninguna ae 'p. siuilni-
ma de ti<ir¡"xii. — Cieno (coute-;t,uuos
nosotro.s), poripic lo que eu ese art. se
deliuc uo es el part. sino el adj. ctni-
i'fsa'hj:(\i\i¡ así lo hace siempre el Dice.
c )u los iiirticipios regularos houiófo-
no.s de adjetivos: define éstos y omite
ai|Ucllos (rnliiriitlii. /■nrtiriiiiiln, ii'itiHiln,
etc., etc.
AriiAVi.s vÑi) II ['liAVESAÑo, m.
.Vti;a VK.sAi!, Afrancesada Ilaiui
IJaralt, y con razón, la acep. fig. ile
este V. eu frasea como éstas: Lns iicni-
/n,s II, ip atravesamos (dígase ui-
iilii~iii/!os. (■> lii\ llniíiiiis ijilr ciiiicii I :
i:i /mis atraviesa //«^vy /-"/■ i/ifl-
iih's 1 1,1 iiiis/iiiii iíi.-i. Sin ciuliarui). nos
parece liieii usado eu estos dos pa.sajes
de IMenéudez y Pelayo: «Esa uúsnia
poesía de los cantares de gesta, ;([U'''
origen tuvo, <pié vicisitudes ah-urf^ii.' "
II Habiendo luicido [la lengua frame-
.sa] de la latina, es necesario que para
llegar á su estado actual fiaija ah-di-o-
sinld muchos siglos de alteraciiiu y
liasitirdeo». La raz iu no es tan fácil de
alcanzar, porque tanto aquí como en
los ejemplos criticados por Baralt pue-
de traducirse el v. (ilracfm,- jior-pasar
I) ir al través de, que es lo ipic etinio-
liigicameute significa. Así que, su rec-
to uso dejieude de la exacta relaciiin
qne haya cutre el sujeto de la propo-
siciiúi y el cmuplemeuto directo, esto
es, (|ue el uno pueda pasar propia o
liguradamcnte al través del otro, l^a
misma relación «al través de» se \e
eu los verbos latinos tiíiiixiíjc-p y ¡,ii,¡-
x/,r, compuestos de la prep. /iiwf! y
que también se usan con acusativos
de tienqo: l,-(itist¡iir>if /nii/ii'x y /fW/in^
l,-ii„siiil,ii,i. — "Nótese, dii'c t'uervii,
que cuando se habla de calles y puen-
tes, uo haT)ía de referirse este v. sino
al paso de acera á acera, de gnardala<lo
;l guardalado: y por eso se ha censura-
do á los i(Ue dicen nlrarcxn,- el puente,
por Pasar el puente (í Atravesar el rio
por el puente. Xo obstante, se halla
\isada aquella expresión, cutre otros,
por Moratíu". (.Siguen dos citas de
este autor). La raz()n de esto es la
que da liartzeubuscli f Jlc,iio,;'i'x ilo
l,f I!. Ar,l:l. A'v/í., t. III, iiag. ."uisi.
que i-uaiido se pasa [lor un puente eu
toda su longitud, lo que se atraviesa
uo e.s el puente sino el i'ío. Por esto
uiisuio, tanqioro In usa bien el clásico
I'. Sigiicuza cuando, traduciendo la
i-aria de S. .lenuiiuio :i lieliodoro, di-
ce: "Auni|nr el padre tcinlido SI- (i-
ATU
AUN
atraviese i' 1 1 li'siiiiiiindi-s, |»¡is;i ohi
"j>M> «.'lijuiits |i¡s:iiiili> |M>r ciiriliui». Eí<
■ !.4r«> <|iit.' «-1 ¡icitlrc no s<' liulita tk- ti-ii-
l'-ral tntviVssiiitiá lohinrotlul iiiiilir.il.
Lii-i-t iii liininc |iiiter jíii-wu», <!¡i-
MiiipIfiiii-iiU- i'I ori'^iiinl latiiio.-Ucr-.i-
IKMV l-l I>i<f. ii l-SlO V., pLTd S»>Ill OHIIO
I-., i'l si<;iiiHiii'lri «Ic « ¡iiUTrmniiir h\
'•oiivi'ixiriiMi <le otros, inozí'láiiilosi' t-ii
• 11;»»: |m» ('lu-rvo pnii-lt!» con hiicniís
iiitoriilailcs (|a<.- puiilo UimiIi¡i'-ii iisiirse
•iiio ii. y «pu- «le allí ]iroci-<lc' la fr.
.i.stiía y ailniitida |K)r el Diiv. A/ni-
i-i-oii- i-iizDiirs. De eons¡>;niente, estaría
liien ilicjio: Xn hf nlniresn lu muí ¡m-
l.ihni ron Anliiiiin.-Ti'orr'oii i-s, <a"^riil
• I I>¡«',, ¡;ínal ¡i olnirrsin-.
AtriceseS, m. l»l. Voz fonv;_'i>la
'. .r iiiiii,'-, III.: «cilla una ile la.s ilos
ii<-liiilit« I- >n i]Ue se ¡sujetan ú la silla
ili- montar hts ariones de los estnlio.«».
\i) ent nada lo del ojo...
AtkójaI!, a. Tiene ya el si<;n¡lie;ulo
¡He le dalük Castelar, de nitriijiir (i
.nanlar en la tn>je fnit<>s. y es|iecial-
iiiente eerealus.
Atros.\ik)I!amk.vtk, adv. naxlal.
liao' falta en el |)¡rp. l'salo, enlix*
ciiroH, I). Ventura Uuiz de A<ruilera.
ATitoxKiiAit o TüoNKüAi:. íi.: aliiir
I II meras.
Ati:i>z, adj. " Fitn>. rriiel, inlinnia-
iio; eiionne. ;.'nt\i': muy ^nuidí- liiles-
mesnr.ido». '{'«Hloestosi'.'nilii-.i. ]«'ro mi
fiti, iv|iti>_'n.iiite:lie<liimdo, alMiniinalile.
AttaChé, m. I'iiro fr.iiHcs. ipie
MI lian- falta alu'Una: diir.ise iiiljioit'i
•idj.y s. ). ii'iifiiiiilii^ m., ó iiilxi-iilii,w\\.
Ati Jii i/n Ati o rr.Mi i.TiM!. a. r.
! . e. r.
Atunillar, a. y r. Miirnilhi,; a.
fitm.: •Confundirá uno. tnrliarli- de
uhkIo ijue no hc|i;i i|né do-ir i» ninio
Ihh'T uiih i-osa. U. t, e. r. •
AimiiAi: o Aiaii; vi:, .i.
Aiiii i:i<> «i Ai.iiKiio. m.
Auja, f. Asi diiv la ¡«arte más in-
tonsit de nuestro puclilo: los i|ne son
al>ío Icido» corriiren aüja, eomiéndo-
K- la // intermedia iii;iii¡<i). No hay
[Kira »|Ui- a','ix-^ar (pie de la misma
manera se estroix?an los derivados
iifliiji'rrnr y tii/iijWi'.
-Vll.l.Al!, n. < 'onjii;.riise niilln. ini-
lliis, ete.
Ari.i.iiii) <i Ari.1,0. m.
Ai"Mi:xTA(li)X. f. Allí. \mr uiniini-
/<>, mas mi |H)r la tij^riira ret<iriíM, esjM-cie
de jiradaciiiii en (pie el sentiilo \:i de
iiieiio-! á más. AlíTUiios tratadistas, ¡tero
H'i el I liec, la llainan tamltiéii inuiiciiln.
.\f.MKXTAl!. Critieiilo llai-alt. com.i
n.. |iero la Academia lo acrfiia eomo
tal y tamltiéii eomo r. I'JI J'iiiur iioimlnr
lllliill'lllllllll (i xf inillll'illtllill; Alllllflllil
li sf iiiiiiii'iilii rl ailor.
.\rx, adv. de tiem|io y de modo.
Todos los «rraniáticos i-onvieiieii en
ipie, usado antes del verlx) (ó de la
])<dal)ra á la rnal modiliea, a^'reirare-
inos nosotros), es monosílalio, y, ]K)r
lo tanto, lio del>e llevar ae?nto: pero,
si va desitiu'-s, es liisílalio y lleva jiin-
tado el ai'eiito. ,Aiiii lli/eri:' — Uiirn-
lililí. Esta re;.'la tan st'iirilla 110 siem-
pre se ve observada \ntY los p(K-tas. mi
]Kir i'rnuniiieia ipiixás, sino |>or la piv-
siiin misma ipie á ve<vs ejei<e el metro
y jvjr la iliieiilidad del \oealilo ipie se
presta |iara formar una <i dos silalias
se/iin lo iiee 'site el ¡(oela. — Conviene
taml)ii'-n dejar estaldeeido ipie. si iinii
viene desinii-s del \., jH-ro sin modili-
earlfidireeiamenie, sino formando fia-
«■ li eomplemento a|tart<', no deiie lle-
var acento. Tr iliiii' rinl ¡ipxns, // aIX
i/oxrinilits. K¡ liis iiiirxi/iiM, /J/ii^ iliiii.'
-Aun iiiiiii.
1 30 AUR AUS
ArXAl:. 11. V i\ í'ii\\\í\'Si>í- "inin, nii- n:ir¡iiii, ¡il:;ii plcliiric-:!. ilc la le/.». (1-1.
/iiis. vir. Taiild l!a/„ni. ivlralarnld á Cainiiou-
Arxi.ili:. i-niij. ail\'. •< A lon/nr, y \it hkh'). , .„ _
misino /Kin/i//- (("iiisaljy siiin. süii.ri- Áurig'R, m. -I////'/".- fl quu dir¡,i;i'
lili) iii'iirlitiois. liisílaliDS üaiiiis riiii li i;(iliÍL'nia las caliiillcrias que tiran di-
iiinito (li'liil, ]ior más que SaUíi, si- iiii rarriiajc. 'i'cnji'as': presente f|iic, tu-
^íilieiulo su Meuiitnaciíjn ]i:ii\ incial. mailn c-iiiini iiniiilire rdiimii. sülo se
eontra la dásiea cs]iariola, tililas!' usa en ]ioesia.
sieiii]ire en sus ediciones esas partieu- Aiskxiía, F. Xh lo admite el Iticc.
las e lino liisilalias au'udas». (Cai'n). en el si;;-|iilieado dr-l'aUa, caieiieia: _v
l''l liiisiiio le|iaro liare i'iii'jlilaiielí a eon vay.oll, ]iol'qlle hu'/'<r//'7V' sieUllilV
Salva: "'rainliiéii es un verro. y yerro se lia referido en eastellano á iiersouas
(|ue (■onieten valencianos y catalanes, o seres ]>erson¡fK'ados, lo misma (lUe
el aunque ajíudo, formado al eco di'l su correlativo ///v'.v7>/íívVí. (Véase esta
porqué". Ivs cierto i|ne a esla teoría \ 117. ).-/>'////«//«//■ s/i i/iisnni/i. Hsta l'r.
)inedeii oponerse citas de Calderiin, tan ciinocida y usada 110 a|iarece en el
Tirso, (Airvajai y otros poetas (|ne lian Oii-e.. siendo asi cpie nada tiem- de
heclio aleudo á í'////yí'''.' ]iero por liniíM repreiisilile. pues //;//////, couki \. lij;'..
coutestaeiiin repeí ¡remos el conocido si;:iiilica «lucir o soliresalir en talen-
verso de Horacio: tos, ]ireiidas. etc. •«: y, lialilaiido festiva
o ironicaiiientc. luce ]ior su exactitud
p¡.!<ir¡ii\i> utipi.- ]i I-lis '■! '!"'■ "" ii^ii^te á donde debía asistir.
liiii.llilp.'tuadoníli sriiin.T l'uitao'imi jiiitcstas: I'ero, para 111 Is ilnsti'aciiiii, lé;ise el
erudito articulo ipie di/dica ii esta fr.
solire toto, tratándose del iiietro octo- el />iir. h'iin'r!. //i^;i. Amnp: ■■ lirillur
siluiío, (juc, como más llano y prosaico. //»/■ su (UKi'itr'm es una locnciini que se
su acomoda á todas las licencias i|ue lia lieclio hastaiiif coniuii en nuestro
en materia de acentos pueden tomarse iilioma de ali;iuios año; :i esta jiartc,
los jioetas. — Excusado sería a'ji\rar ]H-ro i||il' fnc iineiitada ]ior 'J'ácito
todavía que la recta ]iiMiiuiiciaci('in 110 cuando, liaciendo refeiviicia á Casio y
es aunque sino áiiinjuc. d¡p!.oni;aiido linito. cuyas iináíícnes no se veían en-
la sílaliii inni por estar antes ile otra tre las (|ne tí^urahau en las exeijuias
piilahi'a. de .iniíia, espiísa y hermana resjiecti-
Ariiióui.» II Ai"i;i:iH.A, f. Le lia \aiiieiiti' de aqui'llos. dijo al final del
aiirepido el lílliino Dice, la acep. IÍl:'. lüiro ;1." de sus .l//"-Vs; Snl ¡iiiiij'iil¡ii-
de "ijloria que alc.i.nza una ]i'.'rsoiia //''/// < 'iis.-íIiik iil(¡iir l¡ni¡ns, m ¡¡is,i
p;ir sns nii'i-itos ti virtudes... iiim;! i'Jj¡;i¡r>: mnnn mni riilrlioiihir. fís
.Vtl!i;iil,Al!. a. .\dornar eonio con cierto que fra?e tan liella cuanto sij^-
aurcola. irennosísinio \\ ijne ojala se iiilicati\¡i pasaba :i los ojos de las len-
U-eiieralice para que lo acvptc la Acá- iiuas iii;olatiiias como si nunca liiiliiera
deiiiia. « l'jl caliello. Manco y limpio i'xistido, liasta tanto (|iic los franceses
cnio madeja de seda, y ]i;ililado aun le dieron nuevo ser en el siu'lo XVll
hasta cnla-ir todo el cráneo y inirnihir c ni motivo de honrar la nieiiioria (li-
la frente..., realza la ao-radalile ciito- Arnaiid y d.' J'as.-al. cuya liioyrafía
AUS
AUT
liuliiaii c-uiist.vuHlo Iu6 jesilitjts i|ne si-
elimiiuini de la Mixtuirr tlr* hoinmn>
illiislé-es ¡lor IVmuIt. y iio lo es me-
nos r|Ui'. |i<>r ImlnT trailiK-ulo «.-líos ¡i
su idioma dichu jtasaje Itajo la forma
hrillrr ¡Hif Mil iihsriiff, liemos mido
nosotros eu la U:iit:u-iói) de decir hri-
lliif jMtf sil iiuxfiifüi, (|iie nuestros olá-
8iit)8 Alamos de Hairieiitos y Sneyro
tnwlujen>n |)or el verlio reMjitmuWfr;
juTo. de todos mo<los, el verdadero
oriiren es puramente latino, i-omo (|ue-
da suficienteiuonte demostrado». .Asi
Slitirlii, cuyo {.s este articulo. ]iulilica-
do ya en IK7i! en su liiiro /ntrinií/ri/ii-
liiliuliUI Qiiijiilf, t. VI, de AV Hffíiine-
itt. Tenemos \t\\i:-, «m <|Ui'' defendernos
si Se nr>s tiwha de •;alicisuis. Incluye
también esta fr. Henot en su iMr. ih
AnuiiiiiilfM Imijo la forma de HiHhir
iili/iiifii jHir Kii iiifPiiriii. l'aní ahorr.ir-
nos de citar m¡'L< autoridades, solo in-
VíMMMuos la del Maniiu-s de -Molins,
l'ri'sident*^' <|Ue fué de la .Uidemia:
<■ l/is <|Ue ¡uiisten á las entnidiis triun-
fales de los triliuuo.s á las serenatiis y
entierros de los toix-ros, brilliihnii jmr
mi tiii*nir¡ii ». ( ¡¡fflini ile lim fíerreiiis,
c. XUX).
.\I"SK.\TAK, a. Con lujo de citas de
loH mejores cl;i»¡<x»s prnelM Cuervo
(|Ue este v. fu- nsu Uunliiéu como a. eu
el s¡<.'nifíc-ado de «liacer (|ue aliruno
|cirta ó se aleje de un lu-.'ar». Kl
Iticr. fie la .\c,idemia S'ilo lo trae
••oino r.
.VisKNTIsMo, m. Kn el Sujiieineiit-)
trae el último Dice, á «Impiilisiim:
«itMlumlire de ri-sidir el [iropietiino
fueni de la liM-alidal eu i|Ut.- radican
RUH bienes». Nos |iare<'e más i-onforiiie
con la índole del ciLStellano e.-^criliirlo
ininfiilÍKiiii), iuiilando ¡i aiisniriii. tiii-
nniliiiiir V iniHPiih;
Ausiliar, a. Aiiri/iii,: Véase esta
voz.
-VlsTitAi.iANii, XA. adj. Natural de
.Australia, r. t. c. s. || Perteneciente á
este i-oniiuente ó ¡rran isla de (Kva-
nía. .\dmitido eu la l:'i." e<lici(')i) del
Dice.
.VlSTIÍAl.lKNSK, ailj. IVneüwieUle
á .Vustraliit.
.VisTiiiAco. CA, adj. y s. .\si aivu-
túan este vocablo la .\cademia y I'.i'-
not. y no austríaco, como itavece
delKTÍa siT. Víase Hiíii'cíaci».
.\lTO, m. Hiiiir (lulo ih' fv ilf lililí
fusil, fr. fam. ipie se tiiidutv ¡xir i/in'-
iiiiirlii, jwr alusi(')n á los autos de fe de
la ¡ni|uisición, Uin iminiirnados couio
exagerados por los enemisíos de la
Iirlesia. Xo liemos lialhulo esta fr. en
los diivioiiarios corriente.*, ¡tero a(|ui
tiene aliíún uso, y lo mismo eu Kspa-
ña. >i.\ la hora de i'-sUi no (jueda niii-
«ruiia de ellas [hojas impresas de un
romance], i>ori|Ue en todas Uirinini
iiiilii ih fe y ejeuii)lar castigo». (San
Martin, L<i Hnxln-ia ih Ciiiililliiiin,
c. W'\).-/'iiiifi:ir lino eii los aillos.
.Vsi rejristra el Dic<\ esta fr. fiír. y fani.
y la interpreta \wr «]K)nei'se al caU) de
alfrúu ne;rocio p.ir averi;ínaci()n ]iro-
¡lia ó iudicai'iiiu ajena». Mi'us corriente
y usiula nos paivtv (pie es en sentido
activo y sin articulo: /«///'•/■ li uno en
nulos. .\8Í la emiilea tnmbiéii Dcui
.Ios(' Jlaria Sbarlii. — Sin tmis nulo
ni linslnlo, fr. Ii;r. muy nsiula entre
iiosotro.s, uó en el sentido forense, co-
mo ii primera vista pudiera paix'cer,
sino en el l'-niruaje ordinario y en el
fam. Sil si;.'iiilicado i>s: sin tomar in;is
medida ni pi'ovi<lencia, sin más ni niá-<.
TaiiiiKico la hemos hallado en los dic-
cionarios.
.\l T<>. V'«y. ipie en irrit;.'o siu'nitica
1:.'
AUT
AUT
inismo (a'jTÓí, v;, ov) y que su usa cu
castellano como in-añjo: (niíuhm/rtífifi,
fiiitúnrdfü, (lutomárU, autommia. Coiiio
puede dar origen á otras x'oces nuevas,
conviene que el Dice, le abra articulo
aparte, como lo hecho con (inli, semi,
anido, etc. Asi Doña Emilia Pardo
Bazán emplea la voz aufosui/esíióii,
(jue nos parece perfecta y legítimamen-
te formada. No se extrañe que, siendo
aiüós agudo en griego, en castellano
se pronuncie grave, porque es regla de
formación cu nuestro idioma que las
voces que toma del griego las tome
conforme á la prosodia y ortografia
latinas, en las cuales no se conoce el
acento agudo.
AutOCOpiar, a. Copiar por medio
(le m:Ai|uina (/■I Jior. Es voz híbrida,
l'ormada del griego aiiJós (el mismo)
y del castellano copiar. No sería inútil
su admisión, pero todavía no cuenta
pai'a ello con el uso y ¡uitoridad suli-
cientes.
Al'TOCi'oxÍA, f. Calidad de aut'ic-
tono. Es voz que hace falta y i.jue no
liay inconveniente para admitir.
Automáticamente, adv. modal. Tic
manera automática. De reciente ad-
misión.
AuTOJiEDOXTK, m. Atiflyu. (Véase
esta voz). Mucho celebramos que el ul-
timo Dice, haya admitido este termino
poético que ya teníamos en nuestros
apuntes para ofrecérselo junto con la
siguiente cita de Hartzenbusch, del
hermosísimo romance que escribió pa-
ra la erección del monumento de Lo-
pe de Vega :
Tomar la talle de Francos
Pretende el riiitomeiliijilc;
Mas el paso le embaraza
Tropel de gentes enorme:
y esta otra más antigua de Cervantes:
a; Oh! ¡(pié en hora Iiuena estén los
i/iifiiinf'iluiilrn y guías de los carros de
nuestros gustos....!» ( Lii Cufvn de
iSdUinwtmi ).
AuT()M(iyiL, adj. y ü. t. c. s. m. Ad-
mitido cu el Suplemento del último
Dice. «Que se mueve por sí mismo.
Aplícase principalmente á los carrua-
jes que tienen un mecanismo que los
pone en movimiento. »
Automovilismo, m. Uso excesivo
de los automóviles. Es voz usada y
bien formada y no hay por qué no
incluirla en el Dice.
Autoxomista, adj. Partidario de la
autonomía. Admitido en el Suplemen-
to de la Ki." edición del Dice. AgTega
éste que Api. á pcrs., ú. f. c. s.; lo (pie
no nos satisface, porque también hay
doiirina¡<, feoria«, cix/em/i-s auloiioiiüx-
IdS.
Autor, m. Usado por ¡uidre y por
¡iniiifiiHui- es galicismo reprobado por
Haralt, ;l pes:ir del uso tan común:
Los autores de mis días. .Sin
embargo, la Iglesia en sus himnos y
Cervantes en el Perñlea (II, 19) lla-
man á Cristo nuestro Redentor üdioi-
de la vida, autor del nuevo m/lo; lo
cual nadie podrá criticar. «Tampoco
decimos, prosigue el mismo, en len-
guaje correcto auhir por finahidiir,
el que ¡nsHtui/e ahjuna rus/i. V. gr.:
Jesucristo es el autor de la religión
cristiana. Numa Pompilio es el autor
de las mejores leyes de Roma». Esto
último nos paree» una simple exage-
ración de la galofobia de Baralt, pues
en ambas proposiciones se adapta la
voz autor al concepto general (jne tie-
ne en castellano.
Autoridad coxstituída. Galicis-
mo muy de moda, en sentir de Baralt;
niiixtUulda es «voz suparflua; porque
cutre nosotros (pi;en dice autoridad
AUT
AVA
1 1':'.
ciitiumle, y da :i eiiteink-r. <iuc es ou-
loriiluil coiixlitutilii, esto es, cstalilifida
conforme á Isis leyes, ó estaMeeida de
suyo, jiero de un IThkIo etioiz; donde
IK», ó es autoridad ile'^'itinia, ilepd,
iisuqKida: ó no es autoridad nin^ina,
1> >p ¡ue ninxv de fuerza y elif;ieia ». Xo
luil)¡endo en la fr. otn) defeeto, sesrúii
se ve, i|ue «.t sujierfluo el iKirtieipio
ron.iti/i(iJii,v9 Ik'mxi eoneliiir que euaii-
do iM) e.s sii|)erfluo sino nei.fsirio, la
fr. luí de ser aira-cU» y c.isliza: ¡lor
ej., c-nando se lial>la de una autoridad
nviéii or^iinizailrt ó constituida, en
contnijwsición á otra (lUe ha tvsado,
bu sido derrocvida, etc.
.VtTlIUITAltlAMKXTK, adv. Uiwlil.
Falla en el Dice, el cual, haliieudo
admitido ya el adj. siguiente, se olvid i
del adv.
ArT'iKiTAUíi), KiA, adj. Admitido,
^raciiks á l>ii>s, en la última edición
ilel I)ic\, aun<|U<.- ya lo e-Jtaiía en el
Sn](IeM»eiito de la nnterior, ¡K-ro en
ainlsu ¡«rteí mal di.-fiíiido: iK)ri|iie el
concepto i|ue todos tenemos de iiiiln-
rüitiiii no es de «|)ersona <|uepe fnnda
exclusivamente en la autoridad», ó
• ¡•irtidario del i)rinc¡i>io de autori-
dad», sino de jiersona <|Uc, constituida
en autoridad, almsii de ella siendo de-
miLsiiulo imiKjriosa ó exilíente con su?
$;iliditos.
AiTOiíiTAUísMO, ni. Es voz i|ue ha-
ce falta en el Dice., pjniuc, si hay
ln-rsonas autoritarias, ha de halK-r tani-
hicn un Momlire ]i;ira su mal j)ro(x'der
» el ahuso i|ue ha>-eu de su autoridad.
AlTORITATIvr), VA, adj. "C^ue
envuelve ó determina autorizacitin >•
(líiíi-. de Zerolo). Ku esto sentido es
admisilile, ]kto n>> cu el i|iie lo censu-
ra líandi: tono autoritativo, |H>r
lllllll lllll-li.lilll 11 '/' illiri¡s'l;ii,.
.Vi'ToniZAn, a. Xo riire d como en
francés, dice Haralc, sino ¡kiiíi: » Esta-
mos autorizados á devolverle sus jia-
lalinis». Sin emlmivo, con citas de
iíoratin hijo y de Quintana jirucha
Cuervo >[iK' taud>ién se usa win li. Sal-
va y la .Vr.idemia s-ilo le dan )u(ni,
tjue en ivalidad suena mejor.
AfXii.iAU, a. AliTunos jKK'tas, como
Carvajal y Iíiu-l'os, han t-onju^ado es-
te V. auxilio, auxilias; l)ero, i-omo
no K)S lia sejruido el uso coniiin ni
uiuLTuna irnunática, no es posilile imi-
tarlos. Sicilia ha sido el úniw i(ne ha
ijucrido conjnjrar este v. de las dos
maneras se<;ún sus dos siiinilicados:
ijit-oiirUm ( |)or doi/ atinliu ), y yo au-
XilíO íjwr iii/inlii (i hi'pii miirif); lo
(|nc tamiK)i-o está conforme con el uso
de los dos ¡«etas citados. ]x)r(|ue am-
Ikis enijilean el v. en el primer sij;ni-
licado. La teoría de Sicilia ha sido voz
en el desierto: y más vale asi, iK)r(|Ue
no hay para <|né comi)licar más las
conjuíraciones ni i)or ipu' sejiararse del
uso común ni de la ley idioinática (pie
i-ruala la ]iroiinnciacii)ii del v. con la
del noniltiv, ipie a((ni es el s. tiiiri/io.
Es láHima <pic l^uiííhlanch, c-cjiado
(piiziLS de su inipiina cunlra Salv;i,
aprobara la conju-racifin auxilio,
auiiipie de ello no da más razón «pie
la autoridad del citado Carvajal.
Avalancha, f. (ialicismo exco-
iiiiil^'ado |Kir todos los huellos escrito-
res. Dilíase «///'/, m.: "fírau nia.si de
nieve ipic resbala y se den'umba de los
montes á lo'i valles con violencia y es-
trc]iito». También aiiarei-e en el Dice,
con el mismísimo sifinifieado, lin//>,
III., iiero con la nota de arafíonis-
IIM).
.\VAI,IAI|ÚX, KVALIACIÓX, VAI.I A-
cn'iN. f., AVM.ro. III.
124
AVA
AVE
Avaluar, VAi,x\\n, evaluar, va-
lorar, VALOREAR, EVALOHEAR, iL
Avance, m. Llaiiuviiios así el jile-
co do pL'lotii que no se efectúa en
frontón ni triiKinete sino en campo
raso y abierto, de suerte (jue cada ad-
versario ])ueda avíiazar con ella hasta
hacerla pasar del término propuesto.-
Dale el Dice., entre otras, la aceji. de
avanzo; mas, como este vocablo tiene
dos significados y el Dice, no distin-
'^ue, parece que hay derecho para asijí-
-iiarie los dos, auuíjnc el segundo, de
«sobra ó alcance en las cuentas», apa-
rezca como antic. — En el significado
pl. de preliminares, contliriunen, pri-
meros jmsos, está condenado cí)mo ga-
licismo: y asimismo en el uso pl. por
audacia, temeridad, injiis/icia. Véase el
siguiente.
Avanzado, da, adj. part. de
Avanzar (Véase esta voz). Es galicis- -
mo en proposiciones como éstas: Aa-
/(oliii es un ese rilar do ideas ó durlrinas
III ai/ avanzadas ; José es m a y avan-
zado í'/í sus leorias. Dígase en ambos
casos ej-a'jerado, ej-tralimilado, audaz
ú otro adj. sinónimo. Es castizo signi-
ficando tiempo: Horas avanzadas;
Avanzado de, (ó en) edad.
AvAXZAR, a. Xo es castizo sino ga-
licano para algunos cu estas dos aceps. :
1.-' sentar, sostener; «Ud. avanza
una proposición eiTÓnea»; corríjase:
«Ud. sienta ó se avanza á sentar una
pi'oposición errónea 1); á." a ntirípar di-
nero; «-Aviutíeme Ud. el salario de este
mes». En realidad, si avance tiene ya
este significado, lo natural sería que lo
tuviera tamljién el v. para que haya
correlación entre éste y el s. verbal ó
cognado. Por este motivo no seremos
tan estrictos, que condenemos esta 2."
acop.
Avecasina, f. Así llaman aquí,
aun los sabios naturalistas, á la becada,
chocha ó chochaperdiz; «ave del orden
de las zancudas, poco menor (juc la
perdiz..., de pico largo, recto y delga-
do, cabeza comprimida y plumaje gris
rojizo con manchas negras, más oscu-
ro en las partes superiores que en las
inferiores... Su carne es muy sabrosa».
El error ha provenido de los nombres
franceses hecassin ó hecassine, que los
modernos naturalistas traducen ahora
por heca-ina.
Avefría ó Ave fría. Además de
su significado recto tiene el fig. y fani.
de «ijereona de poco espíritu y viveza».
Avemaria, f. Hay quo declarar in-
corregible al Dice, de la Academia.
Desde el año 18!);'. le venía advirtiendo
D. Camilo Ortúzar (jue en los artículos
Gloria Patri, Oración y iSalatacióa se
había equivocado escribiendo Ave
María en vez de Avenuiria,]í0Vf\\\c
no es palabra yuxtaiiuesta sino cona-
puesta: pues I)ien, el Dice, sacó lo qae,
el neijro del sermón, y eso que nombra
al Sr. Ortúzar, desde las primeras pá-
ginas, entre las «personas que han
auxiliado á la Academia en los tralja-
jos de esta edicióni). La única vez (pie
esta voz debe escribirse en dos es.cuau-
do se emijlea como Ínter j. ¡Ave María!
por la sencilla razón de que entonces
se toma el nombre mismo de la Virgen
María, mientras (¡no, al nombrar la
oración, se toman materialmente las
primeras palabras con (pie principia
en latín, al modo que decimos Tedéinn,
Gloriapatri (que también debe escri-
bir.sc en una sola voz) sin intención de
nombrar á Dios ni á la primera ¡xirso-
na de la SSma. Trinidad. Por de con-
tado que el pl. de .4 vemaria es A re-
marías; lo que es una prueba más de
AVE
AVI
(jDc (k-l*; t'R-ril'irsf junto, jxmíue. si
ii'i. la j lunilitlüil nt-.iiTia solniiK-ntc
s«)l>rv el imiiil'n.' ]iit>i>¡ü di- Mmiii. l'sj»-
do en siii^'uliir y (.-«iii articulo Sf i-on-
sidcni cx)iii(> si iiff fiicni iwlalin» ajiar-
l*-, )• jwr eso «; dii* rl ArfiHtniíi, mi
Affiwiriii: lo i|iic i'Oiistitiive una irru-
;;ular¡dad. jioniue no siR-.ile lo iiiisnio
i'ii lostlciiKis noiulirus i-oiii|HK-;t«s co-
mo una iiiitrxiilii, lii /iii/f/Hii/ii'lii.
AvKXiBi.»;, adj. Por iii.is ([iic il Dic •.
lio le liava dado lii;íar, lo encinos tan
bien formado y necesario como amo-
eibU. Iritliililf, rreiblf y deni:ls verbales
en l>lr. Entre no-sotros es muy usado,
aplír.ido á la |)ersona fácil de avenirse
ó i|iie se jiresta al avenimiento.
AvKXTAK, a. l'erfei lamente corac-
l<> en el .sentido en i|nc lo usamos; pero
Imeiio seria tjimbicn i'Oiumxt y u^ir ;i
hirliliir, a., niiis preciso aún : aventar el
montón con el Itieldo (la horqueta
cliilena), jiara í|necon el aire se seji-iiv
la |>aja del irntiio.
Aventura, f. N'o siempre es el
iicriilnie fninc-s, diiT li;irak. V. <rr.:
lin-ir lux rosiii á la aventura m te-
ner la |(oca ventura de Decir las cjia-i
niii rfrtrxiiiii . n Irwlirinnrlir.-Emir á la
avent\ira »e dic-,- en «istellano Aii-
iliir nnimiilii i¡ lii rmltirii, tt li lii hii'^ii"
rfiiliiiii, esto e.*, sin determinado fin
ni desi^'nio. á lo 'pK- di'|(are la suerte.
.VVKItÍA. f. Sí;.;n¡fic;i: «daño <|Ue
jKuleiTen las nicr<-adi-riiLS ó ^'énertis.
Tomase ni.LS comunmente jKir el ipie
jíulwvn en el mar. || fam. .\zar, daño
ó |y.TJnicio ». ISasiunte «(euérica es esta
tillima iRvp., jM-ro nó tíinto ipie auto-
rict la fpie damos en Cliile á urnin,
liai'iéndolü sinónimo de suremí i/i'ni/in-
n'/itlii en simlido material y en el li)?.
.\si un di-strozo de enseres.de cocina
I) i\f <f)ni"flor. ipieen castellano se lla-
ma rsfii'jii'iii, tiene aipii el numlnv de
iireriii; una mala aventura en ijue uno
a- cnivda jwr su i>oca previsiiin i» ca-
l«K-idad, es tina urniíi, y \mw eso es
i-omúu oír tpie ini lonto no sinr (ó no
rs biifnii) sin» ¡Mira unn nfriin. Xo
direuíos «pie este s. esté mal usjido en
todos estos casos, itero si (pie no con-
viene jíenendizarlo tanto, pues hay
otros desiiíuiticaciiin m.us propia y par-
ticular. Ténirase ]>resente la fr. casi iza
fi>r. y fam. frlmi- tizar: salir mal uiiu
cosa.
AvKsTurz. Diiritóe '■/ "i-f.-^lm: y l'is
tii-psiiiiiri, y ni) la avestruz, las
avestruces; l>orcpie, aumpie es
i-om|i!U'st<> (k- í'/r. este jiriuier compo-
nente ha sido alisorhido [lor el si'^run-
do, fxlrn:, m., anticuado y correspon-
diente al latín xlriilhlu; lo mismo «pie
ha sucedido con iircrhii'lio.
Aviado, ua, i)art. de Arinr. VÁ
Dic-. admite la fr. li^'. y fam. h'xlnr
II mi iii'iiiilo: CiUw rodciulo de dili<'ulla-
des ó coiitratiemiws. Jlás coinúii es
entre nosotros c-^liir <■> i/ifilnr inin
iii'iiidii por estar (i ipiedar lucido: lo
cuil no es apartarle del siííuilie ido del
v., ipie, entre otras ace])s., tiene la de
"anx'^'lar, comiioner».
AviAH, a. « Proj^rcionar á viuo lo
ipie liaw falta i)ai*a aliíiín fin, y csiie-
cialmente dinero. U t. c. r. jj Aiin-ii-
i-iinixiii'i. PresLir dinero o efectos á la-
brador, ^'anadero (> minero». (Dice.
.\cad.) Estas mismas acejjs. damos
tandiiii'U en Chile á esto v., pero con
diferente ré^Minen: para la 1." nsjunos
la iHX-ii. iiin: Arifiiif l'il. COn /'/' /"■■-",
cuando lo correcto seria: Arifiiii' L'il.
un ¡irxii (■> //(• (//( ¡uso: en la 2." accp.
y Iratiindos»; de minas, le damos por
acnsíiti\o. n<'t la |K'i-s(nia á ipiicn si'
avía, sino la mina: "Si, terminados los
U'G
AVI
AVI
avíos, liuliiere (HiwLuli) la mina en des-
culnerbo, el aviador tendrá dercclio de
retenerla y seguirla aviando bajo su
iulministración». (GMlijo (h Jlin., art.
l'K!). — No hay para qué advertir que
la coiijugaeión del v. es avio, avias,
ete.; pero sí debe advertirse que la -i se
separa para la pronunciación, de la
\-ocal siguiente en toda la conjugación :
aviamos, aviaiido, aviar, etc., porque
es compuesto de á y via.
Avicultura, f. Aun(|ue usado por
un buen escritor cliileno, no nos i)arece
ailmisiljle, porque, tratándose de seres
vivientes, no es cullivo lo que se les da
sino cri/mza y ruidadn. Es cierto i|ue
el último Dice, admitió á apirullvra,
formado exactamente de la misma ma-
nera: pero es de advertir que en la
apicultura resalta, más que la crianza
de la abejas, el beneficio ijue se obtie-
ne de la cera y do la miel: y éste sí
]Hiede llamarse caJtivo.
AviEXTA, f. Con nuestro buen sen-
tido lingüístico y siguiendo el ejemplo
de ^ifiya, cosecha, trilla, etc., usamos
nosotros esta palabra del todo indis-
pensable: pero lié aquí que el Dice, no
la admite y sólo nos propone á arnn-
lamicato, ])cro anlir. Pues entonces,
gu:irdelo la Academia en su museo y
déjenos nuestra sencilla avíenla para
designar la acción ó efecto de aventar.
-Esto habíamos escrito antes de la 1 A^
edición del Dice, que ya nos da á
avlfi/ila por «aventamiento del grano«
y le quitó á arcnlamipnln la nota de
anlic.
Avigorar, vigorar, ó vigorizar.
Avinado, da, adj. Penetrado de vi-
no ó acostumbrado á él. Admitido por
algunos diccionarios, no es tan despre-
ciable y está liien formado. Véase A,
].'■ art. En rigor no hace falta, porque
los dos conceptos pueden expresarse
respectivamente por vinoso \ vinolento.
Avío, m. En pl. es castizo por
« utensilios necesarios para alguna co-
sa. Avíos de escrilrir, de coser, de afei-
tar». De aquí ha tomado nuestro pueblo
el significado que le da, pero en sing.,
de avíos de montar; por lo cual es sinó-
nimo de montara (Véase esta voz). En
otras aceps. es tan"il)ién castizo en
sing.
Aviso, m. El comercio de Chile con
toda su clientela no conoce los anuncios
españoles, sino únicamente los avisos.
^; Podrá decirse que es éste un error,
jior cnanto se toma una cosa por otra,
(■) habrá libertad para decir indiferen-
temente aviso ó anuncio^ Estamos por
lo segundo. Y para probarlo, basta
presentar las definiciones de los verbos
ananciar y avisar, en las cuales apa-
recen como sinónimos. Ananciar es:
«dar noticia ó aviso de alguna cosii:
publicar, proclamar, hacer saber»: y
avisar es: ftdar noticia de alguna co-
sa». Si tan sinónimos son los verbos,
lógico es (¡úe también ló sean los sus-
tantivos de que proceden; por lo cual
no nos parece justo que el Dice, dé á
anuncio una definición tan marcada y
explícita como ésta: «conjunto de pa-
labras ó signos por medios délos cua-
les se anuncia algOD, mientras á (triso
le da la general de «noticia dada á al-
guno». Tanta razón hay para llamar
anuncio al aviso, como aviso al anun-
cio: y aun. si hemos de creer á Cuervo,
más en la verdad estamos nosotros que
decimos avisar, avisador y aviso, por-
que la acep. de «.avisar, dar noticia al
públicoi) dada al v. anunciar, es imi-
tada del francés.
Avispado, da, "adj. fig. y fam. Vi-
vo, despierto, agudo. II Germania.f^ns-
AVO
AYE
]>ic:iz, rwatudo •. Ksto diLtr la AcaJe-
iiiia: nosotros lo iisiuiios en el si^uiti-
«ido de fs/Hinliiilo (i-onio ¡«rt. del
üi*;u¡ente), |iero de tul niiineni ijne el
Cüpiinto se e«noz«» en lo !ksnst.ido de
lu oini ó de lu ininida.
Avispar, a. Entn; otnis aceps., le
cL» el Dicr. In d-j f.*jxiiüai\ ix,'ro como
exeliLsiva de la ;/erin<itiiíi, n^'repmdo
<|ne r. t. V. T. Xosotros lo usamos luni-
Wiéii usi en el len^rniíje corriente, jkto
wilo l: r. Vrtuse el anterior, i|ne usiimoo
ni:is <|Ue el v.
AVITIAI.I.AH ó VITfALI.AIl, a.
AvizoRAiMjR, KA, adj. Qne avizora,
r. t. C-. s. De a'lmisión ivt'iente.
Avo, VA, Mutilo lia c-ambiad<t la
ro<lueeión d'-- este art. C'oi)ii>renios la
última, "lile es la del Supleníeiito de la
|:!.* edición, ix)n|neesde su¡i>ner(jue
S-^ la mejor: •Tenninacion (jne se aña-
de :i lis niniieros cnrdinales ¡hini siír-
nitirxtr las ¡«rtes en <|iie se ha dividido
nna unida I. I', t. c. s.» ('on esta />//-
mintilo, como la llama el mismo Su-
plemento, lio tenemos nada (jue decirle,
K¡iioi|iie habría convenido dar al-fiinas
n.-;bis, ya «jue no las tr.ie la ;ri-am;itic,i,
pin) eiLSeñar el nxxlode eomliinar es-
Ui t<.-nni nación mii el canlinal: si mi,
)|Ue<Iuinoi« en la anarijuia, como í:Má\
Hiicediendo, p iP|ne, al ¡kiso ijiie unos
lüüen duztirits.veinhnuis (!)ic-e.), otros
dicen tlwniroA, reíiilKiriin. ;('nÁ\ es 1 )
inejnr? I)ecídalii la Acidemia. A nos-
otros nos suena mejor la conservación
ínt«ír!i del canlinal cuando <ini se us¡i
como s., y apK-'ppruli», cuando se nsa
como wlj. Así diriainoj: lux Ire^ ilozíi-
rii* ¡Mirlf-i, lin niiitro riidreiütiriiH jmr-
Im; Iv* il'trniriit, ruiilro ruuffnt<mri>».
I'cKlriu tumliién ai^rivar el Diir. ijue
uro, ¡idi-in.L-i de usarse c.iino teniiina-
ci<in, taiiiliii'-ii va: \w\ solo, conri s. m.:
...•«como si con su lectura por los ex-
tranjeros hiil)iesen de auinentai-se en
un ff/'osus lialdoiies al actual (íobieriio
esiuñol ". ( l'a:i;lilaiiclO.
Avocastro, m. (.'on-niK-ión de
aniiiixtio, m. ant. (jK-i-sona ¡K-sada y
enfados;i). En nuestro lenjruaje w-
rriente se usa ¡wr-ix-rsona muy fea; en
aistellano, ¡sierpe, airehiirlio.
AvAVAV, interj. Asi, trijiliciida, usa-
mos casi sieiiipi-e la interj. iii/; y aiiii
ni;'us, no contentos con esto, le damos
en el leiiíruaje familiar la forma diini-
mitiva: ayayalcitO. Kn España la
duiílirau y iriiiliciii.
Ayecahue, m. Del araucano í/z/í-
n'tii, liurlai-s».', reii-se, diaiiceai-se. Per-
sona tos<,'a y jiroserameiiU; \estida, y,
|)jr lo tanto, risible. V. t. en pl. ¡Hd-
extra va:,'aiicias, adefesios.
.\yki¡. .Vdv. de tiempo y nada más
lo llama el Dice, siendo ijue Uiitibiéii
suele sustantivarse. «Xo hay en t<Hhi
su dnración mañana ni aijer, pasado
ni futuro, sino un jierpetuo día». (Xie-
reinlx;r;;, I)p hi Hpntinsiii-n tie /Jios).
•< El movimiento reirresivo de España
hacia las más S'inibrias ]K'n!)x;ctivas de
sil iii/1'rn..JK. Pardo Üazáii, Lu ridii
roii/eiiiii).~AyeT noche. .Mucho nos
disuena este modo adverbial, admitido
en el Dice, jior tiiioflie y usado )K)r es-
critores, esp'jcialmeiite madrileños. La
razjn de distrustarnos es sencillamente
porijue es inútil, pues todo su sijíiiiti-
cado se expresa mejor y más lacónica-
mente por tnioilip. \ lo cual aiírí'iíucse
<|Ue es de difícil análisis i)ara la jíra-
niática, jwnpic, cmtra twlas sus re-
írlas, se encuentra un adv. constrnído
con nn s., feíKimeno cpie no ]K>dría
explicarse sino iK)r elijisis: iii/i-r en lu
iiiii-lip. Xo w alcfíiie tani)>oco (pie os ini
iiiimIísiiio semejante al de in/fr liirili'.
IL'S
AYU
AZA
iisiido por Solis, ])oi'i|iit' éstos son dos
iulverbios, lo misino que aijcr lempra-
iHi, (jiie cu cuanto á su construcción y
il su signifícado urnionizaii perfecta-
mente. Más semejanza liabi'ía con ayer
mañana, usado por Tirso en La Villa-
na (le Vallera» (II, 0.");
Pero ricmi.icesle:-'
—Sí.
A>/rr maíi/íuií le v¡.
El cual puede pasar en el verso pedes-
tre de la comedia, mas iió en el len-
tíuajc atildado y con-ecto. T)c otra
snerte estaríamos también autorizados
para decir: ayer mediodía, ayer
diez de la mañana, ayer me-
dianoche. l)iuainos sí: ai/er lani'x,
ai/er rei.'ile ih Jaalv, ai/er fiesta 6 /■!-
!//lia lie San Jaaii; todo esto está bien,
]ionjne es una elipsis sencillísima y
admitida ])or todos los ¡iT-nnátieo?.
Cuervo y Orellana condenan también
el ayer noche como inútil.
AvÚA, f. Árbol de América, de la
familia de las rut:ieeas...Se emplea en
construcción y en medicina. Incluí<lo
en el liltimo Dice.
AvL'DA, f. Úsenla tranquilos, de pa-
labra y de ol)ra, los pulcros que temen
lio sea castellana: lo es por el medica-
mento y por el instrumento. El prime-
ro se llama adeníás hirniita, rli.'<lel,
riisler, rrisler, enema y xrrririal; y cl
seiíundo, la ral ira y jeringa. El irriíja-
(hir, que es una jeringa más perfeccio-
nada, no h% entrado aún en el Dicc-
( 'on ayuda de vecino, es fr. fain. que
sii;nifica «con ayuda ó auxilio de otra
personan. Es muy usada en Chile, y es
raro no hallarla en el Dice, pues no
fué desconocida para los clásicos. En
Amor y reíos de Tirso de ]\folinii (1.
•J.") se lee:
Mas. iiTmqiie vulvjíi.s por el.
Yo se que escril)i(í el papel
Con tii/iiila r/c rec'tnoí¡.
En el j)rólo<;o de la obra de E.\imeno,
Don Lazarillo Vizcardi, también lee-
mos la contraria, ¡ún ayuda de vecino:
<' S¡ los prólogos, que prometen enseñar
ésta y la otra ciencia sin ayuda de ve-
cino, no fueran otros tantos botecitos
de cristal con agua del pozo, á estas
horas se hubieran ya tapiado las puer-
tas de las escuelas de todas las ciencias».
liO mismo el P. Isla en su Fray Ge-
rundio (1. III, c. V).
A vrD.WTA, f . Véase Acojipañaxta.
Ayudantía, f. Empleo de ayudan-
te. II Oñcina del ayudante. Es vocablo
bien formado y necesario, admitido
solamente cu el último Dice.
AviDAR Á MISA es la frase correcta
y nó ayudar misa: cooperar al
santo sacrificio, respondiendo y sir-
\ieiido al celebrante. Pero, tratándose
en concreto de una ó m:is luisas, es
evidente que ya no se usa la fr. sino
sólo el V. ayudar con su respectivo
complemento, iv; Quieres, buen mucha-
cho ayudarme la mixa.' La no ayudar,
Padre, y lo haré con mucho gusto n.
(luterián de Ayala, El Pinlor crixlia-
no). El P. Isla en su Fray Oerundio
usa el verlio de las dos maneras: con
y sin preposición, y el B. Diego de
(Aidiz dice también dos veces ayv.lar
la mixa.
Ayuya, f. Véase Au.ru.A.
Ayuyuyes, m. pl. Del araucano
ayú/i, (gerundio aynyiin), amíir, querer
liieii. Arrumariis, raiiilonya.'<, mimoit,
yaralusas, cii¡airical(i'<, li.tonjax. Usase
entre nosotros en el lenguaje fam.
AZAllOXADA, f., AZAD0XAZI1, lU.
Ei]uiparados por el Dice, y deli nidos
ambos por «golpe dado con azadiui».
AZA
AZO
120
líO ijue, cvideiiteiuciitc, es un emir;
pyr<|iio iiziidonit'la es la porción ile tie-
mi ítK.'.idu con el iizülún al civar, y
tiz/i'loii.an es orolp; jKira ¡roliKsiró liei ir.
Esta cJ la (lifcron'-ia i|iic liav entre los
su-Uantivos en ti h y en rtj". • Lí tierr.i,
[luntuai en rt?raltvr al lalir.iJor la?
(iz<vliiiiii Iti.i y snilor i|ii'-' le cost i el cul-
tivarlu». (Mán|n.'7., Krijiinlmil Jeni-
ntiüii). «El nno (lijo á su ¡ulro ((ue
DO ipiTÍa irá eiiltivar la viñi, y fn^-
á laSrarla, y muy bien; el otro dijo
(|iie irin, y tlespués no dio nzahiit ln».
(Siíüenza, Viilir di" X .hroiiinio, \. If,
dis.'. í.")
AZ-VKATE, m. • Esix-'cie d'j tMnsvsti-
11o tejido de miniiía-s, Ihno y ciii 1) >r-
de de px-.» altura. TambitMi se ha ■?ii
de p:»ja, oro, plita y otras init'jrias».
t'alie dentro de eU.a d'.-finieiin el con-
co\<iM de oziifttU (pie tenenioí en C'iiile,
«pie es sinónimo de hiiii'lr}! (i fuente
(.Tande de ¡xx-o fundo.
.VzAii, m. El liiiifinl frani-ésse pue-
de traducir, dice Barait, scírúii los c.i-
sos, ¡lor siifr/f, ff/i-v), lanrr, foiiuim,
lif.tijii, y otras vocea; memis i)or azar.
iple 8tlo8Í^nifíc.i en <-jHteIIaiio ilcs'/ni-
rüi iiH/)fiisii iii. Golpe de azar es
//«/y>^ ilf fiirliiiui, mii.iii, liijrn rtisinil;
en estilo fatn., rJiirijiíi; en el jue/o,
lniiiilMirriii.-'POT azar ei jmr iini.io,
¡mr mi/iiiit, jmr fm /iiii/i, /«//• nmunli-
liiiii, xiii j>fiisiij.-Á. todo azar es i)
loilii lifuijn, 11 lo lo iíiniif.-A.\ azar:
n lii rfii/iiiii, n In Ini'iui rfiiliiru, it In
i/ll' (UjMiir l'i fiinlf, li lo i/if mili/ti, II
iti bii^iiii ti' /^('x.-Tirar al azar es
tiriir ñ bullo. — .arrojar al azar sus
liietiC') y su liriiir.i, seria tiren I unir,
iirñfxijiu,, rT¡nuifi\ poner ni ronliinjeii-
rifi mu hifiift 1/ mi liniirii. En al'.'unas
iwrte^ de Cliile iíhil+' azar [K)!- i'ifijo,
..,/.../, <,.r;i |., miz de azarearse?
AZAÜANOAl:. ZAKANDAI! o ZAlíAN-
I>KAlt, a.
Azarearse, r. Mudio discuten
soltre este v. todos loi tpie lian escrito
sobre provincialismas americanos, ha-
ciéndolo unos sinniimo de iizortir.ie,
y otit)s de iiziinirsf. Xun exl noxlniín
lii.'lltis romjMiiere lilfs, y lo mejor t'S
(pie rala uno e.scrilu de lo i|Ue se ha-
bla en su nación. Porcíto, sin respon-
der d'j lo ijue pa-üi en ('olonil)ia, en el
Perii, e:i el Ecuador, en Honduras y
otros países, sólo diremos (pie en Chi-
le no so conocen (hablamos del pueblo)
iizoriirsr ni iiziinnxr, sino liriic.imeute
azarearse, cu el siirnitic.uio de •< Irri-
tars.' ó enfadirsj pjr aliíuna repren-
sión, burla I) p.dabra ofensiva.". Por
don le so ve que bien puxle nu'stro
c'.iilenismo de;'ivar.se de nznrtirxp, \nv
el fa3t¡d¡o y c )ntr.u'ie lad que expori-
mcnt:\ el ju;ri» lor á quien, en vez de
suerte, le toca azur-, ó también de tizo-
riirxp, que tiene el sijrnificado antic. de
« irritarse, encenderse «. .Vd viértase (pie
el último Dice, de la .\c;ulemia liace
una espjcic de ctiifusiiin eiita' iizfinir-
sfl y tizortirsp, porque, al paso (]uc al
]iriniero le da el sijrnilicado, «pie antes
no le daba, de "S<jbi'esalUirsc, alarmar-
se», al se,:ínudo ya no lo deriva de iizur,
conit) antes, sino del árabe iiilzont, es-
]iintar: lo cual embrolla más el oriííeu
(le nuestro azarearse y nos hace
azarearnos de veras.
Azareo, m. .Acción (i eferto de
azarearse. Véase esta voz.
Azocalar, a. r. en {'hile ))or—
p >ner z M-aio ¡i una j) ired. (Otros dicen
ZOCalar). Es <-laro y bien formado,
jR-ro no lo admite el Dice. La voz cas-
tiza es ftilz/n; (pie en sentido nietufi)-
ri(,-o si;;ii¡Kca: ii<íiiariie<X"r la parte in-
ferior de alguna cosí pain conservarla
130
AZU
AZU
ó fortalecerla», y que, secfi'ui el Dice, de
Aut., Covarrubias y Cuervo, se aplica á
las paredes. Tome nota de ello el Dice,
académico. «Geni!, caudaloso río....,
haciendo con clDarro maridaje de cris-
tal, viene á raizar de plata estos hermo-
sos ediñcios». (Vélez de Guevara, El
Diablo Cojiielo, tr. VI). Más expresivos
que el simple calzar son los compues-
tos recalzar (iiacer un recalzo, es decir,
reparo en los cimientos de un edificio
ya construido) y xorrihar (reforzar por
la parte inferior un edificio 6 uraro
que amenaza ruina).
Ázoe, m. Ázoe.
Azúcar, ambiguo. El ó la azihar-
Azúcar candia es azic-ar ramio ó
candi.
AzrcARAR. a. Bañar con azúcar;
endulzar con azúcar. || fig. y fam. Sua-
vizar y endulzar alguna cosa. Es todo
lo que trae el Dice, solire este v. Nos-
otros lo usamos también en la acep.
de-dar á nna co.ia el sabor del azúcar;*-
como !i los higos pasos; y la fi^. de-ha-
cor á uno afable y meloso en las pala-
bras. Ambas se usan más en la forma
refleja. Sólo á AZUCARADO, da, como
adj., le reconoce el Dice, estas dos
acéps. Abramos á Tirso en su comedia
Del cnemiyo el primer consejo, II, 12.",
y leamos:
L.^ tal Condesa,
Que después que nos mudamos.
Como nos entarimamos.
Nos atisba menos tiesa,
Me embillet<) para ti: (Ddlc un p:ipd)
En lo que escribe repara,
Y si acaso se azitaint.
Qxie no comes dulces di.
Después de esto podrá decirnos el Dice.
si xe, azUraruíi ó nó las damas españo-
las y (I parí tiunbién sns galanes.
Azucarera, f. xVunque hermana
de padre y madre con cafetera, lechera,
telera, y usada así en muchos países de
América, no ha querido el Dice, que
.sea f. sino m.: azucarero: «vaso para
poner azúcar en la mesa». En la 1 1."
edición se había escapado como f.;
pero lo advirtió la Academia y en las
dos siguientes lo lia venido vistiendo
de hombre. /;Gana con esto el castella-
no? Díganlo los académicos.
AzcEi.A, f. Conocida herramienta
de carpintero, que sirve para desbastar
la madera. — Azckla, inflexión del \.
azolar (desbastar con aznela).-Asi'E-
i.A, inflexión de asolar. Véase esta voz.
Azufrador, ra, adj. Aplícase á la
persona que azufra. U. t. c. s. Xo le
da este significado el Dice, sino el de
enjw/ailor ó mundillo (secador en
cliileno) y el de instrumento ó ajiarato
para azufrar las vides; pero, según las
reglas de derivación, el primero que
debe tener es el (|ue hemos apuntado.
AzuFRAAiiEXTO, m. Accióu ó efecto
de azufrar. Voz empleada por los vi-
ticultores chilenos y que no sabemos
por ([lié ha sido omitida en el Dice.
Azulejo, ja, adj. No hay tal ad-
jetivo, sino uu s. m., que significa:
ladrillo pequeño vidriado, de varios
colores, que sirve más comunmente
para pisos en las iglesias, portales, co-
cinas y otros sitios, y tamliiéu para
inscripciones, como nombres de calles
y números de casas. Los a'ljs. equiva-
lentes á miestro azulejo son azulado
y I/zalenco.
Azulejo, m. Del adj. antetiorsc
ha formado este s., que es el nombre
que se da á un pez chileno, muy bien
descrito y dibujado por Gay. Tiene
como cuatro pies de longitud; la ca])e-
za y el cuerpo snn de un hermoso co-
AZU
AZU
1:11
lor azul, imis oscuro en el dorso; las
aletas dorsiles, pe<.tomIes y la atudul
«oii taiuliiéii azules; las ventrales y
anales tienen un tinte luuelio mas ela-
H); lo deniits del cuerpo es azulado.
Kei'uniiéndalo el citado autor á la
¡kteni-i'Ju de io.-i naturalistas del |Kii$
como es¡»e<.-¡e distinta del tollo ó cazón.
El nombre latino une le da es airrli'i-
ri'in i/hiiiriix. En cuanto al noniltre
castellano, delicria cambiarse jwr el de
nzulrni-it ó azulado, como se nott) en el
articulo anterior.
Azules UVXOS, JIKSKS, TIK-MI'OS).
Asi Cí'.lifican en Chile la§ ji.Tsonas es-
c:kSi\s de dinero los años, diius, etc., en
<|uc no consiiruen verle la rara al ¡lo-
d'io:<o niballero. ,; Provendrá el calití-
uUivo del hecho de ijue estas personas
miran al cielo y lo ven siempre azul,
pero sin <|Ue les llueva el ajx'tecido di-
neri)? -;< ) ¡«rovendrá de la niisnuí razón
i|Ue han tenido |Kira ilaní ir piedra
azul (l>!)r lo dura ipie e.s de dar al;;o)
á la ¡«ersona nieZ'jninay cintera? Sa-
caran)« de csüís dudas el autor de
Azil,, Rubén Darío; jK-ro es iiuuil
pedírselo, iKir(|Ue no ha desivndido á
e.stos prosaísmos de la vida real. Véa.se
Skmana m: Dm.oitKs.
Azumagarse, r. Chileni.smo
muy usiido j» >r mici^tro puelilo: eiinio-
hccerse una cos;i; tomai^e dvl inolu)
los nKíi'Ics. ( Vcanse Amohosarse,
Apercancarse y Ama muak. cmh
totlüs los t'uales tiene aiialofria). l'ro-
bablemente es corrupciiin del v. zunia-
rar, a. (adobar las pieles con zuma(|ue),
ponjiie hay nuiclia a>mejanza, no s)>!o
en la forma material, m;us suavizada
en nuestro chilenismo, sino también
en el si^nitit-ado, pues el zumai/w ori-
«;en de zumaatr, es nn arbusto que
tiene mucho taninoy se us;i para cur-
tir pieles. Átense estos calws y véase
si tenemos razón; // quien (lijhe lo
rtiii/i'iíiii, ¡iii'ii/i\
Azuquita. Diminutivo familiar
de azúrai; difícil de ser reemplazado
por otro m;is conforme á la jframatica.
Alfíunos lo enijK'oran más diciendo
( ¡hoiriiiiie iUihi: ) azuquítar.
o : : o
: q ;
15. Si iuin los iiiisiuos esjKiñok'S
cjiífmiik'ii L'ii l;i in'oimiiciacióii el so-
iiMo de la /; con el de la r (lo que no
sucedo en los demás idiomas), no es
raro que lo hagamos también nosotros.
Y lo peor es que es un mal sin remedio,
poniue yn el idioma está formado asi,
como lo prneba la rima poética, que
a un siguo característico para el oído.
Por eso el poeta castellano, que nunca
aconsonantará r/ozo con yir/fioso, ni
h'illo con hai/o, ni lei/es con fiiírpi/iies,
sin el menor escrúpulo hace rimar á
cxlaha con esiiam, sin que el oído se
resienta de ello ni se lo censure el Aris-
tarco más severo. Por esta dificultad
de distinguir en la pronunciación am-
l)as letras, suelen los colegiales diferen-
ciarlas en los nombres, llamándolas
respectivamente he lanía y ve enría, ó
he ih huiro y ve He vaca. Sin embargo,
á pesar de esta confusión, distingá-
moslas siempre en la escritura, y aun
en la pronunciaciiin cuando estén pre-
cedidas de )it (■) n, jiara ([Ue no se al-
tere el sonido de estas letras. Asi, no
debe ]ironunciarsc embocar lo mismo
que invocar: para el primero se (nerran
los labios al pronunciar la combina-
ción mb, y para el segundo debe jun-
tarse la lengua al paladar para acabar
de pronunciar la /(, y después se pro-
nuncia la v; casi lo mismo que si se
escribiera ind-vocar ó inl-vocar, pero
pronunciando muy suavemente esa d
ó / ficticias. Tan delicada ha sido la
Academia en couser\ar en estos casos
el verdadero sonido de la r, que lia
preferido apartarse de la etimología la-
tina escribiendo n en vez de in en
voces como circanvalar, coran v(/bi><,
Iriimviro; porque, si se hubieran escri-
to con «i, habría sido imposible pro-
nunciar la /', á no ser dividiendo en
dos cada palabra. — En las voces
comjmestas de obs y sabs en que es
difícil pronunciar la b por seguir otra
consonante, autoriza la .\cademia la
BAC
BAO
supresión «k- ella: así, fscTÍl>e ¡mlistiii-
taniciito obttriiro y oifwo, aulflnitrüi
y fiixlinifiíi, Kiihurribir y suxrrihir, y
lo misino los tk-riv ¡ulos »k' Unios estos
Vüisililos: jK-nj iiuiitsi la ha suprimido i'ii
otixliir, iibslfíiiriii, tibxtiitiuse, obslniir
y sus respectivos Ji-rivados, ni laiuiH>-
fo efi la jKirtienla nb», exwjtto en el
uiitii-uailo iibifomier, ijiie se i'Si-ribió
btinitit'ti iiiffoiuln:
Bakkl. Como uomlire inxjjiio (k-
luinir es f.: jiem es ainbi^ruo en los
si^riiitieados fisrurados y fainiliaR-s t(Ue
siempre le daini>s, du «luirar en «pie
liíiy ^'nui desf)nk'n y eonfusi('>n (> en
(|ne lial>kin muelios sin entender»-'", y
«desorden y confusión».
Il.UIKKO, llABAnOR, PElHHUO, m.,
iiAiiKKA. f.: «¡ledazo de lienzo ipie ¡ta-
ra línipie/^i iwiien á los niños en el
|»ec'!io».
Kauii.la, f. Fue enuR-udada su de-
iiniei<in de la si^ruientt' manera: • Con-
junto <le nnis<-nIos «pie, envueltos p.ir
una Hiil«taiieia i)ep»jf»s;i, ase<rHran, en
diversos anímales, la artieuhieión de la
rótula eon el fémur».
ItAiilursA, f. « EsiH.vic de crnlo sd-
vaje «pie se criu en Asia, de mayor
tuinario «jueel JHl>idi...Su c-arne es eo-
mcstílile». Admitido en la 1:5." edieión.
lÍAiio.sn. SA, adj. « Aplícase á la per-
sona «jue eí'lm mur-lias Udiits. I', t. e.
s. II fi".'. y fam. Hnamuradizo y rendi-
damente ol»se<pi¡oso eon la** damas.
I', t. c. s. » Hstas son las dos a(X'|i8. ipie
le reconoce el Dicr.: ¡K-ro nosotros,
tomando, |¥)r metonimia, el efecto jH)r
la causa, lo usamos como termino de
insulto en el siiriiiticado de Innio.
IIacai.ao, m. Por la tendencia na-
tural «leí lenfTUaje, á ahorrar píilahinis,
se Mam» mpii simiilcmente bonilno al
artlle »//• biíjinbt iIp hiinil/io; lo 'pie, en
leniíuaje fani. y con la litvneia que
dan los tn>i»os, no nos («rece rei>rolia-
l>le.-El |iez (pie lns ]>e.«c-adoivs chilenos
llaman biirubio es distinto del verda-
dero Imcalao, dice Pliilipiti: el chileno
es una jK-n-a (Peifa Fernande/.iana),
ó iiKiíi bien un lalinix de \os ictiiiluiros
nuHlernos.
Hacai.i.ai;. ni. llomhre nistico, vi-
llano. .\dmilido ]ior i)riniei'.v vez.
Bacaxtk, f. Jfujer (pie celeliralia
las fiestas hacaiiak-s ode Buco; ]M)reso
se escril>e con /'.-Vacaxtk, adj. («pie
vaca) y s. f. (cargo ó empleo (pie está
sin jiroveer); del v. fomr.
Baccará o baccarat, m. .Iiuiro
(k- itaijies, muy en lK)ga en la actuali-
dad, es|K'CÍalmente en casinos, circuios
y cdsjis de jue«ro. Por lo usada (pie es
esta voz y por no tener e(|uivalente en
«istellano, jnies el jueiro es de origen
y de iiomhi'e fraiuvs, nos ))arece (pie
del>c admitii'se en el Dice oficial, pero
lavándola en el airiia del Manzanares pa-
r.i cpie tome foniia española I Ixinini I.
Bacenica (> bacenilla, f. A'"-
liiikn ó liiiriiiillc, p'Hipie es diniinuli-
vo de bdiíii. TcngiLse ])reseiite ([Ue el
btiriii ó biiíiiii/o es i>ara usos inayorc-s;
el de nieiiores se llama nriniil.
Bacía, f. Vasija de liarro ó de me-
tal, |Kico profunda y de ancho Inirde.
•Vn delie confundirse on riniíi, termi-
nación f. del adj. rtnin.
Bacilar, adj. De textura en fii)ra<
írniesas. .\si lo admite y define |M)r
jirimeni vez el Dice. Mejor hahria sido
darle una (k'finici('in m:i.s amplia, con-
forme á su etinioldííia (del latín biiri-
lliix, hastoncito): porej.: lo (|Me es
largo, delgado, cilindrico y liso como
una varilla. Xo se confunda con ni-
riliif, v.
Bacilo, m. (¡enero de iiai-terias,
l:U
BAC
BAG
llaiiiado así porque se presenta en for-
ma de batiionci/o (del latín lorillus)
ñliforme, más ó menos articulado, mó-
\ il ó inmó\il. Ya que tan común se
lia hecho este nombre con la propaga-
ción del cólera, conviene incluirlo en
los diccionarios corrientes, para que
los seudosa1)ios no lo sigan dando en
forma latina (bncillm, baciHusconui).
— En Zoología hay también otro ha-
n'/o, que los especialistas definen: «In-
secto que representa un subgénero do
la familia de los fasmideos, grupo de
los gresorios, suborden de los ortópte-
ros gcnuinos, orden de los ortópteros».
Baco, n. pr. m. Usado como es por
prosist<is y poetas, debe el Dice, admi-
tirlo sin duda alguna con el significa-
do de-dios del vino ó de los borrachos.
Véase Apolo.
B.iCTEiiiA, f. Vegetal sencillísimo
y microscópico, sin clarofila, de forma
globular, bacilar, filiforme ó en hélice.
Las bacterias son micro-organismos
que no pueden vivir sino en medio de
subsfamcias orgánicas ya constituidas,
las cuales absorben ó descomponen ó
hacen entrar en putrefacción ó experi-
mentar fermentaciones especiales. Es
voz ([ue merece figurar en los diccio-
narios comunes.
Bacterio, m. (iénero de bacterias,
de la familia de las bacteriáceas. Mere-
ce figurar en los diccionarios comunes.
Bacteriología, f . Rama de la ^Mi-
crobiología que tiene por objeto el
estudio de todo lo concerniente á las
bacterias. Merece admitirse.
Bacteriológico, ca, adj. Pertene-
ciente á la bacteriología. Merece admi-
tirse.
Báculo, m. Para designar el de los
Obispos exige el Dice, que se agregue
el adj. jxtsloral; lo que creemos inne-
cesario, poKiuc no hay persona (pie, al
oírlo nombrar, con sólo el s. no entien-
da de que se trata.
Bachicha, com. Apodo que se da
en Chile á toda persona italiana. || m.
Nombre despectivo con que se designa
el lenguaje italiano. Provino sin duda
este nombre de las sílabas chp, cid, que
tanto abundan en este idioma, ó del
diminutivo de lUttlIst i (Bautista).
Bachillerada, f. Usado por" Pe-
reda {L(i Jfu/i/íílirz, XV), no lo ad-
mite el Dice, y en su lugar da á ba-
chil/eria: locuacidad impertinente y
sin fundamento; fam., cosa dicha sin
fundamento por locuacidad imperti-
nente.
B-UiiiLLiiRAR, a. Dar el grado de
bachiller; r., tomarlo. Así define el
Dice, este nue\'o \"., dejando á barld-
l¡creiii\ a., como única accp., la fig. y
fam. de nlialjlar mucho impertinente-
mente i>.
Bauá.v, m. Tronco del cuerpo en el
animal. Adquisición del último Dice.
Badulacada, f. Bellacada, bella-
quería, acción propia de mi Ijellaco.
Badulaque, m. fig. y fam. Persona
de poca razón y fundamento. U. t. c.
adj. Así, con poca razón y sin funda-
mento lo usamos en Chile por hclluro,
que significa: malo, ¡jícaro, ruin.
Badulaquear, m. Hacer bellaca-
das ó bellaquerías. No teniendo biida-
l((qu£ el significado que aquí le damos,
mal podríamos admitir sus derivados
badulacada y badulaquear.
Bagaje, m. Equipaje militar de un
ejercito ó [de una] tropa cualquiera
en marcha; bestia para conducir este
mismo equipaje. Tal es el significado
de bdíjaje, y nó el generalísimo de
equipaje, que algunos afrancesados ó
militíirizados suelen darle.
BAJ
BAJ
1ía<;atela, f. Cierto juej^o de salón,
que ooiisisU! en liiieer eorrer iiiiiiá l>->-
liuis sol>iv 1111 tablero erizitdo de jhíiu
«» clavos, y lí.uia el ijiie alr.inz;i mejo-
res i)iint«s segiin el jianulero ile su lio-
litii. No sitliunios i-óuio so llamará en
mstellano.
Haoke, in. Pez eliileiio de ¡urna diil-
pc, pertciiwiente á los siluros.
Bagual, m. Se}rúii SaKá es amo-
rii-.iiiisino i|iie sifíiiifiea nlinivo (mejor
hiitriiij, feroz, indómito»: ¡wm en
Chile Se us:» ¡lor hninhruli-, sobre t<)<lo,
si es de cs4-asa iiiielt<;ene¡a. Halilaiido
en caíteilano. diéramos, jara expresar
la idea de liombrote, rsliuíliíjwi, ijtiin-
IxiliKi, (¡/iilariiii/'i, ant.), i/rnixiiniíi,
i/niiiii ¡rio, ¡im ¡lili, ftfiíiiilmi, /lerii/iiHo,
la jiirolf, r.inil; y pira la sei^iiiida, de
liomlin- iiwio ó IkjIk), hainlMirrui, coiii.,
ImiiMit, ImliiiliiiK, com., buréfiílu, rtilii-
¡Mi2ii, raimwMt, rñ'tii'lo, ni.'irlazux, It'ñii,
iitfttUin, itmiiii, ptiinirm, ni., ¡¡elfif, zii-
¡ifiirn, ziirrihiirn. Tan rie;) es el c-as-
tellaiio. ipie no necesita de pnivineia-
l¡.'<iiius |>.ini i-stas ideas familiares. —
l'or la pni|ii-iisión «itio hay en nuestro
]mel>lo á ittniliiar la silnlu /"' en '/" ',
al;;niii«« die-ii lamliién guag'Ual.
Baii.aIiÍ.N", m. .Vve chilena, «tiiyo
noniltre indica sus eoitumbres».
Bajador, m. Asi llamanios aquí
lo cjue en c;istc-llano tiene estos cuatro
nombres: ijiiiniirru, f.: e<jrrea <|ue, |i:ir-
tieiido de la mus<.-r<ila del freno, se
enliiz:! li la cincha y sirve ¡tara ipie el
i-drallo no desjKiiic ó picoteu: (el ca-
iiallo que tiene el defecto de levantar
miic!io la cilieza se llama esli-FlIern);
uifi/iit i/(iiiiari(i: la (|iic termina en el
pretal sin lle<;ar á la cincha; aninmi,
f.: ifleni: fiif/ftllii/lm; in.: correa que,
|iiil1ieiido del Imcadrty sujeta al cni'llo
del caUdli, le obli^'a á levantar la ca-
beza.— Taiidiii'ii en len<;iiaje fani. lla-
mamos bajador un trinquis ó trairo
de a^'uai-diciite ú otro li(\ir fucile (¡ue
ha-e lili fin- los alimentos cuando el
est-imafro se siente ]X!sado.
r>A.iAMAit. f. y nó m. ( ln lia/tniuii).
l'.AJO, ]iivp. Como los jxietas épicos
(jne, al llef;ar á un punto iinjxn-tante
y difícil de su jx)ema, iiivoc;iu nueva-
mente el auxilio de su musa, así (|ui-
sicnimos también nosotros, al tratar
de esta discutida prcp., invocar á los
mejores srRUiuiticos y jionernos htijo el
amparo de los más castizos escritores.
Sírvanos esto de invocacii'm y cnta-mos
en materia. Varios son los usos de
lif'Jo <|ue csuin en discusión entre los
jri-amáticos y tratadistas del idioma y
procuraremos estudiarlos uno jK)r uim.
-Bajo el aspecto: es fr. iiue. "so-
bre ser nueva en el lenguaje español
y de corte francés, es inqirojiia y dcs-
cal)ellada, como Cuervo la llanu», por-
que el iixjuiln de una cuestií'm no tiene
lii'jo ni alto jior donde mirai-se: el ax-
pirlii de la cuestión se imede mlnii\ »
la cuesüiin eu su iiKpprlir. jK-ro, bajo
el aspecto, fuera absurdo en caste-
llano. Poco ¡m|K>rta (|iie Capniany,
Clemencin, Lista, Balnies, (ül y Zarate
incurrieran en esa impropiedad: m;is
tolenible habría sido nimtiddiir iiiiii
rwsHiin ¡mr lid (ispprio, como dijeron
Moratin y Quintana, cuyos dichos
a]>rucba el citado Cuervo, .\ntes ijuc
el había Baralt censiira<lo la fra.se de
Halvá, conservando, como era razéni,
la diisica roimiilfinr A loi/nx li/i-es 1/ i-ii
lii lox mis (isppiios. Y es mucho ile no-
tar que, habiendo Meló é Ibarra tenido
con los franceses tanta coinunicaciiMi
como podían tener los sobredi<'h(is
afr.mccsados. no tradujeron el xmix
francés servilmente jior /«;/'«, sino lii-
13(;
BAJ
BAJ
(liilgamentc por en, como lo pedia ul
fíeiiio de nuestra leiiujiia, si es verdad
que la dicha frase pegóseles del fran-
cés, pues que antes del lO.'iOse baila
poco usada eu nuestro idioma". (Mir,
Fiases de lus aiiloies rhisúos, art. Cmi-
siiler/irJ.-'Bsiio la base ó el pie:
f r. que para siempre ha quedado con-
denada en castellano desde que con
tanta razón la puso en la picota Alcalá-
Galiauo en ]1^4(). «Olvido, dice, más
(jue de la gramática, de la lógica, y
aun de lo (pie dicta el claro juicio, es
otra frase disixxratada (jue se oye en
boca de oradores, y aun se lee en algu-
no.; impresor. Alúdese ahora á la mala
maña de decir Bajo este pie ó
Bajo de este pie, ó Bajo estas
bases i> Bajo de estas bases.
Xada aclara más cuan poco consultan
la razón ó alguna regla la mayor parte
de cuantos hoy escriben, que la falta
fpic señalamos. En efecto, si conocie-
sen qué cosa es el lenguaje figurado, ó
las frases á él correspondientes traídas
al ordinario, y meditasen un poco,
verían que asi como h/ijo el pie en el
hombre, ó la base en un edificio nada
hay ni puede haber, estando al revés
todo encima, lo absurdo de la metáfora
queda patente». T^a razón es tenni-
nante, v no hay más (|ue hablar. —
Bajo el punto de vista: francés
jmro, en expresión de Baralt, y que eu
castellano debe ser /lesde el jii/nli ilo
vista, porque con desde y nó con l/ajo
es lógico y natural expresar la relación
en que se encuentra el punto de vista
con respecto al objeto observado. << To-
dos nuestros buenos escritores, con-
cluye Baralt, desde principios de este
siglo (el XIX), si no me engaño, han
expresado siempre el mismo concepto
diciendo, \. gr., e.mmiiw)- las cosas á
ludas lares, á la luz de la razón ij de
la e.rpeiienria. en el pnnto de vista de
sn rihireniencia, á todas lares y en lo-
dos sns aspectos»; ó bien, (cá este viso,
en lid aspecto,-eii tal concepto, por este
líalo, d esta laz. Lbs cliisicos, deste-
rrando la partícula bajo de todos los
puntos, aspectos y respectos, dijeron
también con mucha elegancia debajo
de ana razón, debajo de esta conside-
ración. Si tuviéramos que dar parecer,
desearíamos ver desterrado de nuestros
libros el panto de vista, que tan inco-
rrecto nos parece con bajo como con
desde. ;Xo nos basta considerar las
osas en tal asperío, en tal viso, n la
luz de, d la consideración de, en la ra-
zón de, como los elásicos dijeron? El
punto de vista ó de mira podrá servir
á los a])rendices de Cicomctría descrij)-
ti\'a, mas no liace falta á los escritores
para dar realce á su correcta locución»,
(ilir). — Bajo el respecto: ina-
ceptable, sogún(Uier\o, ponjue respeclu
significa relación, y lo que está bajo la
relación está fuera de ella. Es locución
que, traducida del francés soas re rap-
port, se ha querido hac;r pasar como
igual á la castiza bajo este concepto. — ■
Bajo Nerón: inaceptable, según
Jíir. «Desde (jnc Jovellanos, escribe
este castizo jesuíta., empezó á decir
bajo los romanos, bajo Alfon-
so once, bajo Carlos cuarto,
bajo de León diez, bajo de
Alfonso once, se está enqjleando
la partícula bajo con nombres de prín-
ciioes ó dominadores para expresar la
época de su dominación ó gobierno.
Rx-onocc Cucr\'o el uso reciente, y no
le juzga por vicioso. Tenemos, con to-
do eso, la costumhro de los clásicos, que,
cuando habían de citar reyes ó pontí-
fices, en vez de usar bajo Nerón,
BAJ
BAJ
l:'.:
decían en ¡os diax ilf yero», en tiempo
de Xerón, en el rehuido de Xerün, en
fida de Xenin, ó fosa tal, sin hulearse
¡i traducir á la letra el son» Xéron de
los franceses. Dirán ellos iiiie notiacen
sino sciniir el estilo de los latinos;, (|ue
e$cri1iian snb Xerone. A esto so res-
ponde, que á los clásicos cspañiiies no
ks juatió l)ien el Bajo Nerón,
ponjne no descubrieron en Ixiju virtud
(|Ue diese "inicia al cnlare on Xerón;
por eso en el ( 'redo no ditv el e.s|uri(il,
tradncicnilo del latín, sii'i l'nnlio Pi-
l'if'K bajo Poncio Pilato, ni de-
bajo de Poncio Pilato, sino hi/D
el poder de ■ (o drlnijo del ¡loder ) de
Ponrin Pilólo. Esta manera const<»nte
de hablar, ns;ida jvjr nuestros mayores,
iK>8 alire los ojos ¡wr;» mirar i-on jireven-
ciiin, \ aun pira tener ]«>r iralicisnio.
la frase bajo los romanos, etc.,
introducida hace un si<:lo en nuestra
len^rna». — Esto es lo pnnciiKÜ y lo
mejor c|ue liemos hállalo en los trata-
distas sobre el abuso tiin frecuente de
Ihijo: y de intento hemos citado sus
propias |Nilabra$, p^ira i|ue no se cre-
yera (|ne era exajreración nuestra. I nú-
til nos parece ahora refuUir ¡i uiso i|ue
otro autor, <|Ue, como líivodi, ha de-
femlido la Iwucion bajo el aspec-
tO, panjue sus razones, en contr.ipo-
sii-ión de la^ (jue la condenan, son
demasía lo dJ'l»iles. Por el mia:no na-
tivo no citamos, auni|ue bien acotados
loa tiznemos, :i Ujs innumerables escri-
tores í|nc, c.'diendo al uso <reneral, de
suyo ontiu^ioso, han cmpleínlo l.i re-
ferida locución. De ello no hay más
expliciiciiin í|ue la raz^in contenida en
el ada'_'io|K)|)nlar,ile(|Ue, cuando llueve,
loil'iAse mojan, aun los ]>ap"l(.-s de los
m:ÍH «-orrectos escritores; y ;"|nién jk)-
drá n<Hrar>|Uecn todo el mundo liu-rario
liny venladera lluvia de jralicismos, ¡lor
la novwlad ijuc siemjire despierta la
literatura de Francia? Lo admirable y
raro no es incurrir en sralicismos, sino
librarse venladerauíentc de ellos.
Bajo, j.\, adj. Véase Alto. — Bajo
profundo: cantor cuya voz excede en
corpulciu-ia y pravislad á la ordinaria
de bajo. Acep. admitida i)()r jn-iniera
vez. — Eslnr de hoja, fr. fij;. y fani.,
i-ontraria á Exlnr de iillii. Si el s. lioja
siirnitica "diminuciiin del jirecio, valor
y estim;ición de una cosii», en sentido
fiír. y apli<-ido á ¡lersona, no nos pa-
rece mal decir de uno (jue exlii de hija
]>orí|ue ha jierdido ó se ha dismi-
nuido el buen c<)nce]>to ó estimación
(jue de el se tenia. El Dice, siilo admite
la fr. I>iir liiiju iiiui rosa, ([ue traduce
pDr «perder nmchode su estimación».
— La f r. dtir de baja, tan usada en la
milicia, jior «tomar nota de la falta de
un individuo ocasionada por nnierte,
enfermedad, deserción, etc.; ó ¡Mr eli-
minar () excluir á una persona del es-
calafón ó nómina de un cuerjio ó so-
ciedad», es enteramente ciistiza. —
Darle á uno el bajo, fr. fi<r. y
fam. f|Ue ns;inios en el sentido de dar
á uno un írolpí 1) herida (|uc lo deje
muerto. I'arece fpie en ella se ha to-
niiíJü el s. Iiíijo por el castizo liajón,
exaüeramlo su siíniticado, iK)r(iue .sólo
es «notable menoscabo ó diminución
en el caudal, la Sidud, las facultades
intekrtuales, etc.» A veces la fr. chi-
lena siírnilica solamente -derrocar á
uno de un ))Ue.sto ó carjfo eminente.-
l'san también alumnos chilenos el s.
Iiajii p)r el castizo //ffí-» con verbos co-
mo Idiiiiir. Iialhir, riinnrer. .\si, ha-
llarle el bajo á uno es hailarh- ti
Jlaio, o sea, el defecto dominante, á tin
de exjjlotiii'selo.
11
138
BAL
BAL
Ba.ioxado, 111. Pez parecido á la do-
rada, que vive en los mares de Cuba.
Admitido en la última edición del Dice.
Baioxíüllo, m. Instrumento mú-
sicj parecido al bajón, pero de menor
tamaño, porporcionado al tono de ti-
ple, de contralto ó de tenor. Admitido
por primera vez.
Bajo kkijeve. Asi escribe estas
palabras el Dice, y en la voz Bosque-
jar les da el pl. de Jmjos relierea. Pre-
ferimos esta escritura y este pl. á
hajorrelieve y bajorreliei'es, que hemos
visto en autores do nota, porque en
realidad no es un nombre compuesto
sino sólo yuxtapuesto. Por la misma
razón escribe el Dice, fil/o relieve, me-
dio relieve, todo relieve.
Bajo vientre. íilániese con su
propio nombre, que es /lijim/dítlrio
(parte inferior del vientre).
Ba.ios, m. pl. x\.si llamamos el piso
bajo de las casas (jue tienen dos ó más,
pero todo sobre el nivel de la calle y
nó en todo ó en la mitad más abajo,
como son el piso bajo y el entresuelo
de las casas europeas. Véase Altos.
Bajujo (Por lo). Es forma, en-
tre diminutiva y despectiva, que suele
usarse familiarmente en Chile, del mo-
do adv. fig. por lo bajo, que sijínifica
((recatada y disimulamente».
Bala, f. Xo entrarle á uno halas.
Es fr. fig. y fam. que usamos en Chile
para significar que una persona es de
complexión recia y robusta y como
blindada contra las enfermedades, ó
también que es inflexible ó inexorable
á las súplicas, rueo'os, amenazas, etc.
La fr. es expresiva y bien formada
(basta que la use un pueblo guerrero
y valiente), y bien merece figurar en el
Dice. La primera idea puede expresar-
se en castellano con la simple voz rolle,
que figuradamoiitesignifica : «pereonaó
cosa fuerte, recia y de gran resistencia " .
Balaje, ni. Rubí de color morado.
Admitido por primera vez.
l^ALAXf'EO, m. Acción ó efecto de
balancear ó balancearse. Admitido por
casi todos los diccionarios y bien for-
mado como es, nos extraña no verlo
en el de la Academia. Quizás diga ésta
que basta y sobra con balance; pero
nó, señor: balance es el simple mo\i-
miento ya á un lado, ya á otro, y ba-
lanceo es el mismo movimiento, pero
más continuado ó frecuente; es decir,
el uno es el s. primitivo, y el otro el
derivado, con significado de fiecuen-
tativo, tomado del v. coiTcspondicntc,
balancear. Asi tenemos también en
castellanos, con distintos significados,
tiaile y bailoteo, lloro y lloriqueo, labor
y laboreo, etc. Como autoridades en
favor de balanceo, allá van tres: «Da-
ba comienzo á su particular banquete
al suave arrullo de la resaca y al dulce
balanceo de la barquian. (Pereda, So-
tileza, XVI). «Alta, obesa, vientre
abultado y en continuo balanceo, cue-
llo corto, cara de luna llena..., dan á
doña Úrsula el aspecto de fragata em-
pavesada...» (Polo y Peyrolón, Pepi-
nillos I».'; vinaf/re). «Lloraba Lucila
sobre aquellas turbias aguas, que se
movían con ritmo y balanceo semejan-
tes al navegar de las almas de este
mundo al otro». (Galdós, Los Dvendes
(le la camarilla, XXX).
Balaxdro, m. Balandra ])e(|ueña:
barco de pescador aparejado de balan-
dra, <jue se usa en la isla de Cuba.
Admitido ]iov primera vez.
Balandrón, ada, ear. Quítese la
n intrasa y dígase sencillamente bala-
ílrón, (tila, ear, como lo enseña la eti-
nioloo-iii latina báhdro.
BAL
BAL
139
Balanza, f. Jinliiiirln, ronlrajieso,
fhorizo, liento, y hd balanza, llámase
el pillo lanro (|ue uí;in U># vulatiiies
I«ani maiiteiR'rsf en e<iiiilil>riu sobrí' la
fUenla. Hiilan-it es i-l conix-ido iiistni-
iiieiito jMnt jx'snr.
Balasto, ni. CaiK» Je irrava ó Je
pi(.-<lr.i in;R-IiaraJa, que so tiende sobre
la explanación de los ferrorarriles jianí
asentar y sujetar sobrv ella la via. Asi
ha cnniendadü el último Dict-. la for-
ma y definición Jel balaste de la
lá.» edición.
BaLATA. f. Ksi>ecie de liaUíSii que
aluinJa en las playas de las islas situa-
das entre el Asia y la .Vustralia, y es
objeto de comercio con la t'bina. .\d-
uiitido en el últinn Dice.
Balaustue. m. Etimolójjicanientc
es m;is autorizada la acentuación en la
11 ( IxiUiúnlrf ), y asi la usan Calderón,
Iglesias y otros, y la aceptan Bello y
L'neno; jiero el Dice, y el uso •renend,
que siempR' huye de lo afectado y tira
jKjr lo más llano, pretieren Imhiii^lie.
El Ditr. Enciclop. Ilispano-.Xmerica-
no recoiKK'o un)lKi.s pronunciaciones,
nu're<;audo que en .Vndalucia domina
lnildii.'lrf.
Balazo, ni. H;:. Decimos en Cliile
iple una persona es balaZO o Un
balazo pir.» una ciii; si^rnificando
con esto la jiresteza y vel'x;idad con
<pie uimina ó va de una parte á otra;
lo cual se dic« un ca.stellano Cí)n la
cxpr. fi;.'. y fam. romo una hala. Des-
viando la fr. de «u primer si^niHcado,
iLsanla también algunos para iudic.ir
la rapidez y ai^.-tito con (|ue se come
una C'tsa. ó la iirunlitud con (|ue se
ejccutíi un:i acci )n o trabajo. Kale ni-
ño m balazo pura la» iirat, para el
rabiillo.
BAi.iirciii. n. Tolos los (rniniáti(»s
dan como defectivo este v.. juto no
están de acuerdo en cuáles son las for-
mas ((Ue le faltan. Lo más corriente es
decir que sólo se usa en las inflexiones
(pie acjíban en í ó cuya terminación
comienza ¡xjr i: halbuci, balbuciendo;
sin embarjro, el Dice, usa balbuce. Las
formas »pie le faltan se suplen tomán-
dolas de balbucear.
Baldamiento ó haldadira.
Balde, in. «Cubo de cuero, lona ó
madera, más ancho ¡xir el fondo que
por la boca, usado en las embarcacio-
nes i)ara cojrer ó sacar el a<rua». Esto
dice el Dice, oficial, quitando por con-
siguiente, el nouibix' á los que ¡ujuí
llamamos bables. Por suerte nos saca
de apuro el Enciclopédico Hispano-
Ameriwíuo, que reconoce que en An-
dalucía y otros puntos, esixícialmente
en puertos de mar, se da indistinta-
mente este nombre á los culx)sde casa.
Balde (Estar de). Fr. anl., según
el Dice, y equivalente á e.ilar de más.
Ni lo uno ni lo otro, decimos por nues-
tra parte: no anticuada, porque toda-
vía es de iKistantc uso en Américji, ni
significa tiimiwco exlar de miit, es de-
cir de noftra, ó ser iniilil. En muchos
casos son siuónimns ambas fnises, pero
no Biempre. .\sí, i)uede estar de mas ó
ser inútil un trabajador, jiorque no es
necesario para una obra (pie se está
ejecutando jior muchos otros, aunque
esté él trabajando más (pie todos; y al
revés, puede un padre de familia estar
muy desocupado en su ciisa, y, sin em-
bargo, no está de más ni es inútil. Eslar
de bable significa entre nosotros estar
OCÍO.SO, sin ocupaci()n, mano sobre ma-
no, con lius manos ó con los brazos
cruzados, ó, si se quiere, sin trabajo,
de Ixibilis Ixjbilis. ¡Con qué fruición
entona el roto chileno la estrofa que
140
BAL
BAL
parece haljer sido compncsta por él
mismo y para sii exclusivo uso!
¡Cuando me caííirr yo.
Pa tener á quif'n pégale,
Mujer pa que me mantenga,
Y yo para ex/a/- dt; balJt.'
El Padre Mir no acepta la fr. en este
sentido; sin emhar^ío, coincide con el
adj. haldío, de donde se ha formado y
que significa: «vagamundo, perdido y
sin ocnpaciiin ni oficio». «Vamos á
rondar, dice en el Quijote (II p., c. 49)
el Gobernador de la íusula Baratarla,
que es mi intención limpiar esta ínsu-
la de todo género de inmundicia y de
gente vagamunda, holgazana y mal
entretenida: porque quiero que sepáis,
amigos, que la gente haldia y perezosa
es en la república lo mismo que los
zánganos en las colmenas, que se co-
men la miel que las trabajadoras abe-
jas hacen». Si es por autoridad de clá-
sicos, valga por todos la del Padre
Sigüenza: «Las ocupaciones de Jeró-
nimo en estas peregrinaciones no eran
ociosas, ni jamás esiui'o ile htJdefi.
(Vida de San Jenii.A. II, disc. I).
En otra parte de la misma obra (1.
V, .disc. IV) la emplea también, pero
no está bien claro si significará «ocio-
so.) ó «de más».
Baldequín, m. Bidihqu'ni ó bal-
daquino, de Baldar, nombre dado en
la Edad Media á Bagdad, de donde
venía una tela así llamada.
Baldosado, m. Embaldosado: pa-
vimento solado con baldosas (llamadas
en Chile ladrillos de compo-
sición).
Baldosíx, baldosón, m. Diminu-
tivo y aumentativo, respectivamente,
de haJdom, admitidos en el último
Dice.
Bale, n. pr. Basüea se han llama-
do siempre en castellano el cantón y la
ciudad de Suiza que los franceses lla-
man Bale. lia ciudad es célebre por
el concilio ecuménico que se reunió en
ella en el siglo XV.
Balear, a. Xo está en el Dice, y
á fe que no es indigno de figurar en él.
Los qne tengan escrúpulo de usarlo
digan fusilar y nadie les entablará
pleito. «Bailar supone balear, como
guerra, guerrear; balear vale tirar la
bala, la piedra, la honda, y balear sig-
nifica también hacer balas, hacer mon-
tones de heno: acepción, esta última,
usual en las montañas de Santander».
(Agustín Pascual, fJisrurso de incor-
poración en la Academia).
BaIíEO, m. Eucdo ó felpudo: ruedo
pequeño de pleita para recoger la ba-
sura ó para aventar la lumbre. Admi-
tido en el último Dice.
Baijdo, m. Voz del carnero, el cor-
dero y la oveja. No debe confundir.se
con valido, m. (favorito), ni con ráli-
do, da, (firme, subsistente).
Balija, jero. Hace tiempo que la
Academia ha enmendado esta b en r,
conforme al francés valise y al italiano
valiyia, de donde el castellano ha to-
mado estas voces. En el penúltimo
Dice, aparecían todavía con b en Mala,
Pealan ij Portacarlax; pero el último
corrigió el error.
Baliza, f. Señal que se iwne con
lanchas, canoas ó boyas en la entrada
de los puertos, para que las embarca-
ciones entren librando los bajíos ó pa-
sos peligrosos. Admitido por primera
vez.
Balmaceda, apellido. Valmase-
da, (con r y con s), escriben los au-
tores más correctos, como son Godoy
Alcántara, Ríos y Ríos (cuyas obras
BAM
BAN
I II
mlire apellulos casu-llatios .son liis úni-
cas preniiadu^ jwr la Ao-aJiímia), Cnor-
vo, t'oiito é Isaza. etc. Pero la priiici-
¡Kil autoriiUul puira nosotros es la
At-aik'inia de la Historia, y i-stj» en su
Dice. csiTÜie Viihiuixetlii (villa de las
más anti'jtias del .suñorio de Vizcaya),
cuya etinioloifia seria ralle ile J/iisnla,
V07., esta última, ijuc tanihién es ajie-
llido. l>é el valor i|U'-' i|uiera á estos
apuntes la lionoralilo familia <|ue en
Chile lleva este apellido, ijue nosotros
lio buscamos sino la verdadera coraf-
ción del leiiiiuaje lialilado y es«.TÍto.
lUl^.VJiiXA, f. Ha enniemlado el
último l)icc. la detinición de esta
plantu, y a-conocido otra más i-on el
mismo nombre.
B.M..SO, ni. Iaxzo ^'rande, de dos ó
ires vueltas, (pie sirve paní .«usiiender
jiexos li elevar á los marineros á lo alto
de los ]«los (') á las vePtTa.s. .Vdmitido
por ¡irimera vez.
r>.\i,sij.\, m. Correa para atar el ani-
do al yupo. Término usado iK)r los la-
br.idores chilenos. aun< pie no nos eon.s-
ta «pie sea conocido en todo el ])ais.
Parece aumentativo del anterior. Ve isc
Baii7/>.\.
Baltazar, n. pr. m. liullnxiir.
IJamii.\i.k.^k, ii.\Jii!Ohi;AU, hamua-
N'KAK. ItA.MItO.NKAR, U., ¡H.-ri) 118:111-%
m. c. r. Moverse una p'-rsona o cosa á
un ladf) y otro sin i)erder el sitio en
«pie esta.
Bambino, m. ¡Cuidado, puclilo
chileno, con los iudinnismosl Esta ]ia-
lalini ipic le ipiiereii introducir siirni-
lica sencillameiiti.- niñ'i; asi ipie, ó dices
cu cuMt«llaiio el Xiñ't Jenúi de Ariiffii,
el Xiño /jiox th Anircli, ó te declaras
netamente italiano y ditts ¡I Bainhino;
pero en iiin<^'in caso, pueblo amado,
juntes en híbrida y pleoná.'itica mezcla
amitos idiomas, diciendo ci NiñO
Bambino.
l'iAMiU' ó iiAMiU'c. m. Cierta iilaiita
orijrinaria de la India. El pl. debe
Ser Imiiihúes y kimhuqurg, ies¡x.'ct¡va-
inente.
nAMitrco, m. Baile p^ipular en Co-
lombia; tonada de este baile. .Vdniiiido
por primera vez.
Banal, alj. Fnincés puro: en cas-
tellano di'j-.ise roiiiún, liiriai, ruh/iíi:
Banalidad, f. Hijo del anterior
y tan irabai-ho como el. En castellano
tenemos vulijtiriilatl, Iririiíliilml, ¡iiro-
iinillíuld. fiilezii.
Banca, f. u.Vsiento de madera, sin
resjialdo. y á modo de una mesilla ba-
ja»; y l>(iiiro,m.: «.\sientode madera,
jior lo común, y con ri-sjvaldo (i sin el,
en ipie pueden sentarse á un tiempo
alfiuna-t iK-i-sonas». Asi detine el Dice,
estas dos palabras; de donde se puede
deducir, con Cuervo y con Ortú/.ar,
(pie la Imiin/ es asiento jKira una sola
¡lersonu y sinónimo de lahuri'ICy y hiin-
ro es asieiito para varias y sinónimo de
f.-¡nirio; lo contrario, ])rec¡s;imenle, de
lo que usamos en esta bendita tierr.i,
donde hay tantos fix;uos trocados. ¡Cui-
dado j)Ues, oradores i>arlanientario.s,
con hablar en adelante de "los ipie nos
sentamos en estos bancoS»! ¡Cuent;i,
maestros y cin]>leados de cole;;ios, is-
ciielns c ¡iglesias, con llamar bancas
esos como escaños larjíos en ijue se
sientan varias perso!ias!-Con ocasiin
de eütas dos voc^-s, parecidas en la for-
ma y en el sifíiiilicado, hemos estudia-
do todas las demás cpie, sin .ser iionibrL'S
de animales o indiuitivos del .«exo, e.s-
t;in en ¡i^ual condición, esto es, las (pie,
asemejándose alfjo en la sifinilicacion,
tienen forma ó lerminución distinta
para el m. y el f., para ver si era jwsi-
BAN
BAN
Ide sentar una regla general; pero el
resultado ha sido que el uso en esta
materia es vario y caprichoso, porque
muchas veces el f. es mayor ó más
extenso que el m. (cuando parece na-
tural lo contrario), y viceversa; otras
veces significan exactamente lo mismo;
y otras, finalmente, significan objetos ó
cosas distintas. Asi, de la primera cla-
se, en que el f. es mayor que el m.,
tenemos a¡máci;/r(, hrniasta, bielda, cal-
dera, canasta, cincha, cuba, chana,
farola, (contrapuesto con farol), grita,
hoya, huerta, jarra, leña, madera, mon-
taña (en contraposición con monte),
mosco, muralla (comparado con muro),
pesuña, pica, pilastra (comparado con
pdar ), platina, pradera y pradería (com-
parados con prado), rama, saca, silba,
tambora (comparado can tambor). Da
la segunda clase, es decir, ni. más
grande que el f., son: banco, barreno,
barco, botijo, botín (respecto de botina),
capacho, cesto, f/i'íja, lar/o (respecto de
lafjuna), navio (respecto de nare),
pajar (respecto de pajera), pa neo, pe-
ñasco (respecto de peña), rio. En talego
y talec/a se verifica lo que parece más
natural, que el m. es largo y angosto,
y el f. ancho y corto. En cut-híllo y
cuchilla pasa también algo parecido,
¡jorque el f. es de hoja más ancha que
el m. A la tercera clase, esto es, igua-
les por lo menos en una acep., perte-
necen : alfalfe, barranro, barreño, bolso,
brazado, cántaro (igual á cántara en
una acep., aunque en Chile son muy
diferentes), canjo, contrato, ciénafja,
costo, chiflo, descargo, don y dona, fres-
co, fruto, ¡jorro, (jrado, hilacho, hito,
lenc/ua y lenguaje, monte, olmedo, orillo,
orines (f . orina), pago, pájaro, pámpa-
no, pandero, pantuflo, poma, puc/iero,
¡lunteadn, rebusco, reguero, rehogo, ro-
zo, salcedo, sementero, sendero (f. sen-
da), serojo, serpientin (f. serpentina),
síncope, sobrecintJia, solape ó solapo,
sonriso, sonsaque (f. sonsaca), trillo.
A la cuarta clase, esto es, distintos en
el significado, pero con alguna relación
entre sí, pertenecen: algarrobo, bordo
y borde, caño, cinto, cuartillo, cuenco,
cuento, cuerno, chillo, denuncio, foso,
hacha, garito, higo, hilado, hilero, hilo,
honor y honra, hornazo, hornillo, ho-
yuelo, lejío, lio, libreto, manganeso,
mango, manto, mazo, moño, morro, pal-
mo, palo, panero, pellejo, pellico, pero,
pértigo, peso, plano, poyo, pozo, precin-
to, puerto, pujo, punto, puñculo, quiebro,
rayo, regato, rejo, rento, renuncio, res-
to, riso, rodillo, rollo, ruedo, saque y
saco, sayo, sobrecejo, tapadero, telliz y
telliza, temo, tiento, tormento, trato,
trazo. Hay también unns pocos nom-
bres que tienen dos y hasta tres termi-
naciones para el mismo género; como:
borde y bordo, raice y calzo, cierre y
cierro, coste y casto, descargue y des-
cargo, embarco y embarque, ensag, en-
saye y ensayo, estuco y estuque, ramo y
ramal, solape y solapo, trueco y trueque.
Banda, f. En una de sus aceps. es
sinónimo de baranda, barandilla, ba-
randado y baramhrje; pero, tratándose
del billar, sólo debe usarse baranda.-
La otra banda es aquí por antonomasia
la República Argentina, que, respecto
de Chile, está verdaderamente situada
á la otra banda de los Andes. La expr.
es castiza como la que más, y linica-
mente la mencionamos para, decir á los
que no lo sepan, que, siendo banda
sinónimo de lado, tienen también
banda los ríos, cerros, paredes, nuira-
Uas, etc. — Banda de músicos es loe.
que ha sido censurada por un buen
escritor, y por lo mismo y creyéndola
BAN
BAN
1-in
nosotros corretta, no (jiicreníos (|uc
(|ue<li' con la nota de r».'i>rül>;icii)n. Dice
ul ahulido i-s»TÍtor nUf Imiuln df iniixi-
rox le suvnu alfro asi tx)n>o hniuto ih
hiulos (lu c-ual ilfSílc Iiiejri) no jicfa «le
¡ní-orriH'to). \ i|uc t-n cistellano sicni-
[(iv se luk dii-ho biiiuia lir múxiai, To-
iiiadu la voz iiiHüifa en la atvp. en que
la toma nntstro autor, esto es, i>or
«eoniiKiñía lie niúsii-os cpie niiitan ó
t<M'uii juntos,» y 8Í;/nitíeando lniinid
• enerjiü de nnisic-os militares i|ue toran
juntos,» la loe. lnunlti th iininim ven-
dría á s<.T lii inisruo <-a<i i|iie banda
de banda, " miisica de música.
l'ue«, vavase eou su nuisiea :t otra ¡tar-
to, y déjenos con nuestra hanila ih
iiiii'ifi).*, ijue nada tiene de incorrecto,
y ul contrario, es la única furnia co-
rrec-tii y rm-ional. Siendo el sijxuificado
fundiimental de h.nt lu ¡lorción, ninl-
titnd. bandada, ;de qué otra manera
que diciendo luiinlit ilr niúxiros se ]X)-
dria ex|iR-si»r la [(or-íóu ó cuerpo de
niúüico.^ militares que tocan juntos?
Y ntitese (|Ue silo se a^re<ra el couiple-
niento de mii-tiioi para mayor claridad,
|»r tenor hamUí otros siiTiiitíc-adoj, asi
como ge die." t^tmliién <-a/iill/i ile riiiitu-
ifM, nifr/xj ilf ¡mliliidoit. Si la voz mii-
nirtí se tomara en sa siifuifit-ado general
y primario de-arto de lu melodía y ele
la armonía, entxtncfs no habría incon-
veniente |>ara decir IkiihIh ile mmü-ti,
¡uíi como ge dii-V luiili'ld ilr rnzii, nirr-
¡H) ilf fjérriíii: jR'ro nu-jor seria hmiilii
iiiiiJiinil li iiiililnr.
Ha.NDADA ó IIAXDA, f. " N'l'llIKTO cre-
cido de are» volando juiUas», e« la
(leKnición del I)i<r. Yemín ¡lUcs los
que hocen lindar o correr en luntilniliix
a los peco», H 1(*( animales cuadní|M'dos
y ii los seres racionales; 8<Jlo se admi-
tihu c»lo en gemido tig,, cu cuanto el
correr de un íiraii niiniero ]ircsema el
asjíecto y desiiierta la idea de hüiulmUt.
Así no nos p;írece mal el uso de este
vocablo cu las si<ru¡entes citas: «Esles
de iwrticular entretenimiento y gusto
[á los habitantes de los campos] ver
en los fresi'os é intrincudos setos cru-
zjir las liaiiiliiiliix de conejos, y en los
|)rados las medrosas liebres». (Cervan-
tes). "Ya ])or aquel tienijx) estaba Ks-
jvaña llena de extranjeros, ((Ue venían
á baivliuhi.t á buscar fortuna en nues-
tr,usiruen-.\s>'. (.Jovellauos). «.Vcreceu-
t.ibiise niiis este contento cuando veía
despuci venirá él los indios á Ixiin/di/iix.
manifestando su deseo de recibir la fe
y de ser adoctrinados en ella». (Quin-
tana). La uK'táfora en estos tres casos
está ixirfectanicntc usada é imposible
habría sido reemplazar á litiiiihula \v.n-
otra voz sin que ardieran «rrandonien-
tc en lo pintoresco y expresivo los tres
piis.ijes. (.'ontinnaeión de la misma nie.
tiifora son el v. ilfxhdiitUtrse, el s. (¡px-
hini'ldthi. y la loe. ú Id ilexhanílaild. —
Similares i|ue signiñcan multitud (i
trran luiíncro de ciertos auiniala^, son :
luirier/ful/i (a'baño ó número crecido
de bórreseos ó corderos); borriaidd
(conjunto ó multitud de Iwrricos);
hoijiuld (número prrande de bueyes);
hurrdihi (cabana ó manada de bun'os);
i-iihriii (rebaño de cabras); idihilloild
ó Irihiíjaila (conjunto de animal illos
ipte han nacido de un parto y se crian
juntos en un mismo sitio): rdiduiiif ó
iinddiiieii (nuiltitud de ])cces que ca-
minan jautos como en tropa) ; m/v/'7v/-
dd (rebaño de carneros);. /Vi ('//V/ (agrc-
;rado de [icrros (pie cazan juntos y
coni]>oiien una cuadrilla): dunidihi
(luito ó rebaño de ;;anado rjue está al
cuidado de un ])astor; conjunto de
ciertos aiiiniales de una misma w\ ccio
144
BAN
BAN
que anclan reunidos: manaiht dp paroa,
(le lobos); novillada (conjunto de no-
villos); perrada ó perrería (conjunto
ó muchedumbre de perros; este último
siojnificii también «conjunto o agrega-
do de personas malvadas»): j/Ji'm-« ma-
nada de cerdos, y por extensión, la de
yeguas, muías, etc.); torada (manada
de toros); varada (manada de ganado
vacuno); rentrada ó ventregada (con-
junto de animalillos que han nacido
de un parto) ; ijeijaada (piara de gana-
do caballar). Quedan de consiguiente,
excluidos los chilenismos borregaje,
carneraje, corderaje, maclia-
je, terneraje y torunaje. Véase
CaIíAIJ.AL).\.
Baxuear, a. Chilenismo muy ex-
presivo y bien formado: digno, por lo
tanto, de ser acogido en el Dice. Sig-
nüica: atravesar la bala una pierna ó
brazo, es decir, pasarlos de banda á
banda. Es muy usado, sobre todo, en-
tre los heridos de guerra, y no le en-
contramos un perfecto equivalente. De
los dos verbos bandear que registra el
Dice, ninguno coincide ni remotamen-
te con éste, y están anticuados en todas
sus aceps., menos en la refleja de «sa-
berse gobernar ó ingeniar para satisfa-
cer las necesidades de la vida ".
Banderizar ó abanderizar, a.
Dividir en banderías. Usanse también
como reflejos.
Bandidaje, m. Vicio ó mala vida
del liandido; reunión ó conjunto de
bandidos. En ninguna de las dos aceps.
le da cabida el Dice, á pesar del uso
(juc hacen de él algunos gacetilleros
americanos. No debe confundirse con
vandalaje, que tampoco estii acep-
tado ni con vandalismo, en el cual
domina principalmente la idea de de-
vastacicMi vdestruccií'di, v ni) la de robo.
Bandolerismo, m. Profesión ú ofi-
cio de bandolero. Xo aparece en el
Dice.; pero nos parece bien formado
y necesario, como lo prueba el grande
uso que de él se hace en todas partes.
«Dada su antigüedad, pudo [cierto
romance] servir de tipo á otras can-
ciones de bandidos..., por haber sido
Cataluña en el siglo XVII la tierra
clásica del bandolerismo, como después
lo fué Andalucía». (Menéndez y Pela-
yo, Antolofjia de poetas liriros castella-
nos, t. X, p. 284. nota).
Bandolina, f., ó bandolino,
m. Xo hay tal, sino únicamente híin-
düht, f., ó bandolín, m.: ((instrumento
músico pequeño de cuatro cuerdas,
cuyo cuerpo es combado como el laúd».
A.SÍ lo admite y define el Dice, no
obstante que algunos autores españoles
lo han usado también como nosotros.
Véase Mandolín.
PiANDURiíiA, f. ^De dónde habrá
provenido el llamar en Chile con este
nombre á cierta ave parecida al ibis
(/¿/s melanopis).' No hallamos otra
razón qué cierta semejanza entre el
canto y el cuerpo de esta ave con el
sonido y figura de la única y verdade-
ra bandurria, conocido iustrumento
músico. Sin embargo, haría bien el
Dice, en abrir otro artículo para la
bandurria chilena, ya que es ave ori-
ginaria de aquí y bautizada con este
nombre por el pueblo y por los natu-
ralistas, «...las bandurrias, en fin, ^ue
cada noche vienen de su pesca reuni-
das en grupo, cantando también. .Por
esto creemos que á esas aves (<) ¡t al-
gunas de sus aliadas) se les Mama Jor-
naleros ene\ Perú» (Vicuña Makenna,
('/lile rnnsiderailo ron. relarión ó su
ai/rirullara, V).
HAN'yrHRO, m. Xo es el dueño de
BAQ
BAR
un Ikiiico, sino «jefe de unii uisn de
comercio de bsuicti ». También siü^nificii
annhixlii, y en el jnejri) de la Imnc".» y
otros, el i|ne la lleva.
Baño, ni. Xo hay en castellano ba-
ño maria, jwr in;i.s 'ine lo di^a aliriin
autiir de dio-ionarii» franivs y lux .<«'-
liiiiiii^ tlf lii A/iluiiitiíi Tiijiiii. sin rival
entre las dulwras chilenas: la verd i-
dera loe. ha sido sicmpn.' en ciLstellano
Imiüo tlf iiiarui. — Dañn nisn es cierto
baño de vajwr, nmy u.sado en los esta-
blecimientos iKilncarios, y ijue bien yxi-
dria definirse en el Dice, oficial de la
lengua. (_'al»allero lo define en sentiilo
fam. |)or «roc-iada inesperada de aj,'na
fría ».
Bao, ni. «Cada uno de los maderos
que, puestos de un cost;ulo á otro del
bmiiie, sirven |«ra snjet-arlos y soste-
ner las cubiertas». Xo delw confundir-
se cun f'ih'i (va|K)r sutil y tenue ipie
se eleva y side de una cosa c-diente), y
mucho menos con rtitio (¡«raje de nn
rio, por cuyo fondo, llano, linne y ]>o-
co profundo, pueden jnsíir andando
pLT.-ionas 6 animales).
Baoiiaii, 111. (.'ierto árUil del .\frica
Iropicnl. .Vdinitido ]x)r i)riniera vez.
Bai/icta, f. Vara (lel;_'aila de liieriD
«i de nuuleni, con un casi|ii¡llo de cuer-
no ó metal, i|Ue sirve ftant aUic-ir las
urina:) de fiiev'o. Hn ]>!.: ¡«idilios cini
<|Ue se toca el tainltor. .N'o delie «di-
filiidírM con niiimln: ciiei-o o ¡liel de
buey ó vaca, curtiilo y adobado. VÁ
¡«rimero se deri\-a del italiano lnurliellii,
fjiie á su Vez viene del latino lniniliix;
mientras <|iie el scnmdo se deriva de
mea, con su R^iiectiva i\-( 'iinciii di-
iHiqiifiin, y lili de baqueta: (-.wtJL'o
militar, (|U0 con!<istía en currcr al reo.
con In esiNiliLi desnuda, ¡lor entre dos
lilas de soldados, ijiie le axotalNin con
el portafusil, si era de infantería, li con
las corrciis de s'""]^^- s' '1*-' cabal lería.-
Miiiutitr (i liutlitr ti ¡Hiijup/íf, ó /( Iti hn-
tiiii-lii, fr. fijr. y fam., dospólicanieiue,
i-vn despifcio ó severidad.
B.\yilAXO, XA.adj. «Práctico de los
raminos, trochas y atajos. Aplicase :i
jxTsona, 11. t. c. s. || m. (Jnía jiara ¡xi-
der traiisitflr por ellos». .\si admite y
define el último Dice, este vocablo tan
usado en toda la América española, y
aun en España, no sólo ]X)r los ipie
escribicix)ii de las llamadas Tittiiit.i ()i-
a'ilfii/tilrs, sino aun |)or iiuicnes nada
tuvieron «pie ver con ellas; como Pla-
teo Alcniiin, «lUC un su (Jiiziiiiin i/e Al-
furarUe dejii estampado: «...que como
tan htiquMiin en la tienni, todo lo co-
nocía». .Vsí t<iii despacio anda la Aca-
demia en la adinisión do voc-es usadas
por sus propias autoridades. I/O liiiico
que ¡i ésta le ha fallado en el novísimo
Dice, es la etimología, (jue, ¡i decir du
todos los entvndidos, es batiuki, t\\\c
en lo anti<,'uo siijuifieó «destreza, ha-
bilidad". Dejen pues sus infundados
reniilu'os los que pronuncian y escriben
baqueano, y diiran como el solR'ia-
no pueblo, que en este caso estii en la
\ irdad. asi. á la p;ita la llana. Ixiiiiiidihi.
Bar, III. l.os inqiortadoivs del
lunch, meeting, sandwich,
blOCk, etc., se nos han dejado ya
c-.ujr con el bar, que, scirún los dic-
cionarios ¡ii;_'leses, es cnartito de las
talieriia.s, liotilleríits ó cafés, en donde
se rwilie dinero. .\quí se usa ¡lor-tien-
da en (pie se venden licores, liebidas,
refrescos y comestiiiles para hacer las
once ó tomar cualquiera refacción. .\1
am|Kii'o de la moda y bajo el jiroteclo-
nulo, di^'aiiios ¡usí, de los in^rleses, estu
voz ha recorrido ya toilo el niniido,
l)orqiie aun en Sliaii'_dia¡ (Cliiiia) la
1 :.
U6
BAR
BAR
L'iicdntfi) T)on IjUÍs Valera. «Ruuniílos
en el bar ó sala du refrescos, van, á la
pal' que ¡nynryitando variados drliik>i
ó coktalL'i, eonuin ¡cuidóse las nnevas
del dia. ( S'iinhriis r/iitirxms, t. I, pái;-.
■J:)).
ÜARAIA, f. "C'onjnnto de cartas
qnc sirve para varios juegos». Casi to-
dos, instruidos é ipiorantes, confunden
en Chile la baraja con el mñpe, cuando
nai[tp es cada una de las cartas (pie com-
ponen la baraja. Díecse tamliicn ma-
lamente jug-ar á la baraja imr
ja'iar ti los /ii/l¡irs ó li laf: cartas, y
jueg'o de baraja im-Ja-'i/o ilc nai-
j/es ó de rar/as,
Bau.uau, a. Cualijuier chileno sería
capaz de «jurar en Dios y en su áni-
ma» que este v., fuera de la acep. i|ue
tiene en los juegos de naipes, signiñca
«parar ó detener, ponerse en guardia
para defenderse con brazo.? ó manos de
algo que amenaza;* y en sentido fig.,
taletencr, impedir». Pues bien, confe-
semos nuestra equivocación: barajar,
sólo en el juego de la taba ó dados y en
la fr. Barajarle á uno uiut prelensióa,
significa «impedir ó embarazar la suer-
te que se va á hacer»; y de aquí segu-
ramente tomó el significado general
fig., que no le reconoce el Dico. aca-
démico, pero sí el de Cuervo, de «im-
pedir, estorbar. » Para nosotros es éste
un significado secundario y metafórico,
pues el primario y recto es el de-parar,
impedir ó rebatir golpes, puñaladas, etc.
Tal parece ser la verdadera explicación
de esta acep. chilena, y nó la signifi-
cación aiif. que como n. tiene barajar,
de «reñir, altercar ó contender unos con
otros». Éáta es la que le da Pr. Luis
de León (Exposición de Job, c. IX),
traduciendo el contenderé latino: «Si le
placiere barajar con él. uo le re=>pou-
kVx'a de mil uno», pues en seguida lo
e\i>liea j)or hacer rostro, tomarse con él
li iiiaiiiis, y más adelante dice: ¡larajar
es contender con enojo.
Barajo, m. Badajo-, jiieza prolon-
gada, pendieute en el centro de las
campanas, campanilla^, cencerros y
esquilas. II fig. y fam. Persona habla-
dora, tonta y necia.
¡Barajo! interj. Es forma suavi-
zada de otra (pie no debe pronunciarse
ni escribirse. Es de poco uso en Chile
y eipiivale á ¡caramba!
Barandilla, f. No debe usarse por
comuli/atorio, aunque tenga éste la for-
ma de baranda ó barandiUa. Estos dos
últimos nombres son más genéricos, y
cinnatijatorio es particular para su pro-
pio objeto.
Barata, f. Nombre vulgar que se
da en Chile á la encaracha ó blata de
los naturalistas. Salta á la vista que
es corrupción do este último.
Baratero, ra, adj. No significa
recatón, regatero, sino «el que de gra-
do ó por fuerza cobra el barato de los
que juegan»; y en tal significado es
s. m.
Barba, f. No haljlamo? de la del
hombre, sino de las de la ballena, que
el Dice, admite solamente en pl. (bar-
bas de hallena) y como loe. ¿Qué se
hará entonces cuando se quiera hablar
en singular de una sola, como necesi-
tan hacerlo las modistas, corseteras,etc.,
y los fabricantes, vendedores y posee-
dores de bastonea de la susodicha bar-
ba! Según el Dice, no les quedaría
más recurso que decir en tal caso
ballena, nombre que en su segunda
acep. significa cada una de e^as barbas.
Pero esto ya clama contra el idioma
y exige pronto remedio.-Irse uno á
las barbas de otro es en cast 11 1-
BAR
BAR
no tuhiine Hiifí á hif htirlni» tlr otro:
atreverse ó perder el resjR'to al sujie-
rior, ó (luererse iiriialar itin (luieii le
extv<li'.
Barbaridad, f. Mmlio se nlinsj»
en Chile, en el lejiíiiaje fain., il ■ este
8., lo mismo <|ue del udj. bárbaro,
hasta el |mnio de ser (xira ul<;iiiius una
verdadeni inidetilla <iue eiiejijan en
toda fraae admirativa y ponderativa.
¿Se trata de nna j)ersona qne se toma
un trabajo extraoi-dinario ó se exiwne
á algiin |>eli<rro:' — ;Qul- bárbaro!
;<in.' barbaridad! ;Se lialila de
alguno <|tU' ha lieolio nna iíninde lui-
z;iña o i|ne ha tojKidu con la felicidad
en la tierni!--;t¿ii(' bárbaro tanihién
y <\»i- barbaridad! se le dii-c i-on
la ale>_'ria pínla la en el i-osiro. ;Hn?i-a
uno (-in ipi" irmar la vida, y durante
lueíics enteros no lo enenentra!'-¡Qué
barbaridad! Y así jwr este estilo
to<los somos bárbaros y ¡i ral i puso
iKiriKiriuinios ói-ometemos barbari-
dades. ¡Asi fiienin siempre tan ini>-
cenleá la liiirlmniltul y el háibnru ijiie
detine el l)iee.! ; Provendrá este abn-so
ehiJeno de lo nuiclio ipie em|>lea!'on
a<|ni los e ini|nÍ8ladorc> esp;)ñ()les la
iKilubr.t btir'mrii, ciHio se \e p )r Kr-
cilla, i|Ue siempre la prixüira, aniujnc
en buen ítentidn, á Iim héroes ile su
Al ini lililí.' Xlny natural nos pirec-e,
IKiripie ('Max fué la üniea región de
Aniér¡<-a donde el e inipñst.i lor encon-
tró tirme i\s<isteneia y vi'» nnichas
vetvs arrulladas sus escasas hueles
|)or \a< hordas ar.UKranas, como los
enro|ieos [lor los verdaderos bárbaros.
Miw, sesi lo ipu» fuere del ori}íen do
cate doble chilenismo, enmendémos-
lo en el lenguaje baldado y e.-writo,
|iiiri|ni-, en pleno sí;íIii X.\ oimo esta-
mos, no hay iniis Ixiibinu i|ue en s*'!)-
titlo li;.'., esto es: «iliero, cruel: arroja-
do, temerario (en esta awp. i-oincide
en ¡xirte con niieslix» chilenismo): in-
culto, {rrofero, tosco»; ni más liinhii-
riiliul que «(.alidad de bárbaro; dicho
ó hecho necio ó temerario»; y nó can-
tidad <> srran iniínero, como suele decir
también aipii el pueblo: nna barba-
ridad «le iilat;i, de animales, etc.
Bárbaro, ra, a.lj. Véase el an-
terior.
Barbariicho, cha, dim. fam.
del anterinr.
Barbecho (En), La fr. ciistiza,
li;_'. y fam., es liniiiir uno rumo m un
híiilirrlio: hacerlo sin examinar lo (pie
linna.
Hakiikko, m. Ks la voz cpie delie
us;irsc en Intrar d ■ peluquero (Véa-
se ésta); y en leiiirnaje fam.. in/iix/ii,
(|ue decía I)on(^uijot<'. VA último Dice,
ha dado también el nombre de hurJwio
á cierto jx.'/, del mar de las Antillas.
lÍAKi!ll.i..\, f. Corte dado oblicua-
mente en la cara de un madero paia
(pie encaje en el linceo paco profundo
de otro, lis aceji. de carpintería a;.íre-
jr.'.da en el último Dice.
H.vnüigiK.!) ó n.vitiioyiiMO, m.
Iiíu liados en el último Dice. VA \m-
mero si<¡;iiitica ademá.s, en Marina:
«c.ibn ó caleña que sujeta el bauprés
al taja:nir ó á la nla^.V-ise Fia-
dor.
Barbolla, f. liiiihulln: "mido,
vfxvs y ;_'r¡teria de los (pie hablan á
1111 tíeiiiiK) confusa y atropelladanien-
t*;». l'ermntición de letras, de las que
abundan en todo ])Ujblo; entre otras,
.suele el nui.-stro p.;rmutarla a |M>r la ",
por .ser ésta nna vocd mucho iiuis lle-
na y sonora, ('onio si; ve en mormo-
llo por miiniiiiiin. chamoscar por
rhiimu.ian-, sepoltura por .wy iilhirii
lifi
BAR
BAR
y en los dos si<íiiioiites. Para que no se
crea (juc este es un vicio exclusivo del
)meblo chileno, sino una \'crdadei'a ley
fonética de la lengua castellana, véase
eúmo ésta ha permutado también en
(I la u del latín en los siguientes casos:
1." en las terminaciones u», um y ii de
sustantivos y adjetivos, que lia con-
vertido en O; como lacus-I(if/o,.iolu'i-!io-
lo, temphim-fomplo, (jclu-liielo; ■>." en
la jirimera y tercera jxirsona del jilural
de muchos tiempos délos verbos; como
((nunnm-amamos, le.'jcnuü-leijo-oii; y
?>" en las siguientes palabras, que
liemos tomado al acaso: nmpuUa-mn-
pvlla, ¡niiiushis-diujoxla, hi/rrit-horn,
hiirííii-liolsii, biuiun-livj, (tiliUns-roiln,
culiiirn-rolino, nim-ivn, cumidarc-
fnlmiir. nipa-rúpti, nipidílas-codicHi,
cupiiiiH-cohrp, rí/nrrfi-roiTfli; ciirnis
-farra, dtio-doa, dtipAcr-dohlc, ftdiíjo-
íiiilliii, fu II d II ^-fo 11 do y lioiido, fiirni-
liijirii, fiiscii-i-foKco, _rtiiclti((ir-d(i/(ii;
¡jiillii-pidii. /nniifjiis-Iioinhro, //íxííAsí/x
-so.srt, jiiri'iiis-jiicrii, ¡iirrun'-loijnir,
hirriix-hi¡irojiiin¡iu>i-¡oiiio,liipiix-loliit,
hiliis-ludo, medidla-menJlo, iiiiiiidiirr-
moiidiii; miisra-monra, i¡¡iis/iiiii-mi)f;tii,
iiidn'i- - nodr'izii, palinnh'x - pídmiiii,
pliiiiibiim-phmo, pul r i a-polco, pulliis-
pollo, pideus-pozo, putare-podar, pu-
mcr-póuiex, piipix-popa, ronipcraro-
nrolinir, nibcr-nijo, riimpci-c-i-niiipcr,
iiliip(i-e>itopa, sub-so, siipcr y aiipni-
sobre,siipevare-sobr(n\í!iipcrhia-sob('r-
bid, friinciia-ifOiiro, ttirdiia-Zordo, tiir-
pk-torpe, tiirria-tonp, luiiur-Wn iidn,
/iisüis-fos, uinbdirm-oinbl ¡¡¡o, iinibra
sniiibra, ii liria-onza, inida-onda, mide
-donde, undcciin-oncr, vrsu.i-o$o, iir-
lira-orfiíja, ider-odre, vter (adj.)-o/ro;
en todos los cuales entra una cantidad
de cMuipuestos y derivados. La misma
ley se observa también en algunos
nombres propios: como Adid/i/ms-
Adnlfo, Rodidp/i us-liodol/o, Oiiiiphiiiis
-Oiiofre, Liicroiiiiiui-Loriroño, Cunlii-
b(i-i'iiid,d„i.
Barbollar, n. Iluilndliir: «hablar
atropelladamente y á borliotones, me-
tiendo mucha bulla".
Barbollón, na, adj. JUiíhidlim,
na: «(jue halila confusa y atropellada-
mente". Otros lo estroi)ean ai'in más y
lo convierten en borbollón.
Baubóx, m. Hombre l>arbado. Asi
dice el Dice, de lo cual no responde-
mos: pero, no obstante esta definición,
no nos creemos desautorizados para
usar esta jialabra como mero adj., de
dos terminaciones en el mismo sentido
de barbudo. Los adjs. en on y en itdo,
de esta misma clase, son moneda co-
rriente en castellano: barriffón, udo;
rabrzón, udo; narii/ón, orejudo, etc.
1).u:kucho, cha, adj. fam. dcspcct.
Lo aplicamos al animal () persona de
harija graesa, pero rala. Xo figura en
el Dice, aunijue bien formado.
I')AiiCAE,OLA, f. fi Canción popular
de Italia y especial mente de los gon-
doleros de Yenccia. || Canto de mari-
neros, en compás de seis por ocho,
que imita por su ritmo el movimiento
de los remos». (Último Dice.)
Bakda, f. o Cubierta de sarmientos,
paja, espinos ó broza, (pie se pone
asegurada con tierra ó jiiedras sobro
las tapias de los corrales, huertas y
heredades para su rcsguardoi». Según
esta definición del Dice, no serian
bardas las mejores que se usan en
Chile, que son de barro y tcja«, ó de
ladrillo y barro, en forma de lomo.
¡Quién le diera al Dice, un criterio
más amplio y más conocimiento de lo
que hay fuera de España, para que
acertara más en sus definiciones! Mu-
BAR
BAR
I l:»
chas son las (|nc en él se rcsieiiU.'n ile
este dffwto: y esto, claro c)«t;i, no le
lioiini en manera alirnnn.
n.viilK), n». • Poeta de los aiitiirnos
tvltas. II I'or extensión, jKK-ta iieroio»
i> lírico (le cnal<|nier épm-i <> \kW".
Mny atin.iil:! eó la oliservución de Don
.In.m Valeni sobre este vocaMo, y jwr
i-s<i Li tniM!<<.-r¡l>init)s: • Kl entnsia^ino
y la iniiUicioa de ( )ssiiin lian dejado,
no olisliinte, cierta hnella en nna ijiie
me |wret" manía. ann<|neel Dicciona-
rio lie la A(-ideni¡a la discnljia y «»#i
la antoriz t (sin <•//.«/, se<n'in se lia visto
]ior la derinición): la de llamar á lo;?
|)Oetas hdiilii.*: lo cual, en mi sentir,
e<|nivale ú llamar dmid:is á nuestros
c-lérii.'os y fniiles». ( noiiln/in, t. I,
Iiitixxlmvión, m ).
Barganíll, m. ■•Si.to formado de
Uii-ipiiics.: y Bárgano, ni.: «estat-i
de cuatro a seis jiies de alto, lieclia de
niaileni hendida, sin lalinir, y con
jmnta en niio de sus extivmos jtam
clavarla en tierní". AinUis voirs han
desiirin'cido del último Dice.
¡5AliXACi,A,ni. l'aio marino de lli-
K-niia, el cual se creyó i|iie nacía de
las madcr.is |)odr¡das. .Vdmitido en el
nltiuK) Diii'.
Barnizada "barnizadura, f.
f.im. Hml'iiiiiiztiiluní: aii:iíiii ó efecto
de Uiriiixar ó enilKirnizar.
í!Ar:MZAi>oi!, itA, adj. Aplirado á
(■ei-sona y li. t. c. s. <¿ue bariiiz:i. Has-
ta su 1:!." ciliciiMí no lialiia leiiiilo
conoí-imieiito de él el Dice.
Bai:xizau o KJiüAitxizAic. n.
Hauó.v, m. Título de di^niidad. Va-
lióx. ni. : criatura mcíoiiul del sexo mas-
culino. I<n misma diferencia oitoiínUica
ri-re l4iniliii'-n |Kini sus resj lectivos <leri-
xivVm-.lmroin'ifn, linniiiin; niroii/i, riirn-
iifMt, riiioniíi, riiiiiitil, rariiniliiii-nlf.
RAitgriXAZo. m. Siminimo de hii-
qtiflazo lo luu-ia el iiennltimo Dice.: lo
(jue á la Icfrna se comn-ia st.'r una
írraiide c<iu¡voi-acion. Kl último la lia
coiTcírido, ])Oii¡eudo ¡Kilurain, i|Ue es el
Hir.il|K' fuerte y con estruendo, i|Ue da
al.L'Uiia /irr.soii'i cuando cae». Puede
<|ue asi sea en Esjuiña, cuaiuhi tan le-
eienteincnte lo lia enuiendado el Dice:
jwro en Chile ¡i nadie se le ocurriría
confundir el haliiaiziK <inc está hien
deHiiido como está, con el híinjiiimizo:
t-ste lo reservamos a(]UÍ para el sacu-
dimiento fuerte, tuml>o ó vaivén recio
de los carruajes, y á \eces, testarada
y vuelco de los mismos. <'oii lo cual
«.' i-oiiforma la etiuiolo^'ia del vocalilo,
t|ue lio ]iuede ser otra i|Ue ficnjiiiii ó
htirqiiiiiii, dim. de hinni. Va\ una no-
vela publicada recieuteineiite en Ma-
drid vemos <|ne se da á hiiii,iiitifizii el
misino siirnificado (jiie en CMiile: « Por
la carretera piusidian canos de los
basureros de-itartalados. con las llan-
das lie<-lias de esjmrto, (|ue iban dando
hiin¡iiiiuizfí!<, tinidos ]H)r aliriíii escuá-
lido rAballo precedido de un valiente
IkiitíijuíIIo». Siiviniínos de luilinuzo
son liibiiliiil'i y Itiiiilinn'/ii.f". VÁ error
del Dice, lia provenido sejíurameiitc
del sijrniticado de «vientre" c|ue en el
si'.'lo XV y en estilo choi-arrero se
daba á la voz liin'i/iiiiio, como jiuede
vei'se en el ( 'mirionno tie Hiirim. Con
este si^nifir.ulo es evidente ipie hiir-
ijinnazn y hnUinizn tienen (|iie ser si-
néinimos: jn'i-o ya liemos visto <|Ue el
us<i ha ]irotestado y protesta contra tal
falseamient/i.
nAKKA.f.Tres jnejroscoiKicenioscoii
este nombre: el ]irimero, de ejercicios
y habilidadi-K corporales ejecutados en
una pií'xa di' metal, madera n otra
materia, di; forma cilindrica, ninclio
BAR
BAR
más larga que gruesa y metida en dos
listones ó bastidores, hincados en tie-
rra: todo lo cual es castellano puro.
Asimismo lo es el segundo, que consiste
en tirar desde un sitio determinado
una pieza prolongada de liiei'ro de di-
ferentes figuras y poso, ganando el ijue
hi tira más lejos. El tercero sí (pie no
es castellano, y es el que llamamos
también juego de los cautivos, que
en español es marro. Colocados los
jugadores en dos Ijandos, uno en fren-
te del otro, y dejando suficiente campo
en medio, sale cada individuo hasta la
mitad de el á coger á su conti'ario, y
el arte consiste en huir el cuerpo, no
dejándose coger ni tocar, retirándose
á sn bando. El (pie es cogido (jueda
niiiJIco del l)ando contrario hasta que
es liljertado por los suyos, y de ahí el
nombre de rairliivs, (|ne tiene también
entre nosotros. Según el Dice, de Au-
tui'idadcs (voz J'Iarko), se llama tam-
Vvi'W ¡lU'ijo da moros // rrkfiunos.
Barraca, f. Es entre nosotros un
edificio grande, sencillo, pero sólido,
en (pie se deposita ó se vende madera;
lo que en castellano se expresa con
madorprui. Xo falta también alguna
bai'raca de fierro, en que se ven-
de éste por mayor: en (jasLellano/í'jv^-
teria. Barraca, según el Dice, es ¡cea-
seta ó albergue construido toscamente
y con materiales ligeros»; y «vivienda
rústica, hecha con adobes y cubierta
con cañíis á dos aguas muy vertientes».
BARRAríÁX, m. Tela de lana, inqie-
netrable al agua. El último Dicí\ le
ha agregado: «abrigo de esta tela, para
uso de los hombres".
Barranca, barranco y nARKAX-
(H'KiiA. Yéase Baxca.
Barrenear, a. Barrenar, en sen-
tido propio y fig. El último Dice, le
ha agregado esta acep., tan usada en
lo moderno: ((hablando de leyes, de-
rechos, etc., traspasar, conculcar*!.
Barrexo, m. fig. Usárnoslo por tc-
ma ó manía; lo cual no pasa de ser
una metáfora, pero usada ya por toda
una nación; jiorque, así como el barre-
no taladra la madera, así la idea fija
de la tema ó manía taladra ó traspasa
la cabeza del que la tiene, ó se le mete
en ella como un larrcno, que por sí
solo no puede salir. Bien podría ad-
mitirse esta acep. fig. de harreno.
Barrer (Al). Loe. fig. y fam.
(pR' usamos en el significado de-coni-
pletaniente, sin exceptuar nada,- tra-
tándose de cosas materiales. «Me ro-
baron cuanto tenía, al barrer».
Pichardo dice que se usa taml)ién en
Pnerto-Prínci])e, para signifiair la
generalidad con que se habla, obra,
saluda, etc. Estando la loe. mal for-
mada, porque al no significa modo ni
condición, sino coincidencia de tiem-
po, no es posible admitirla ni us.irla
on lenguaje correcto. (Véase Ai>). Bí(-
rricndo, dice en igual ca-so el Padre
Ovallc: «Han entrado [los indios
araucanos] muchas veces ;i nuestras
tierras y hecho el mal que han pidido
en las estancias y lugares de los cris-
tianos, matando, cautivando, robando
y llevándose por delante buenas ti'o-
pas de caballos, y tal vez harricnilo
potreros enteros». ( Hisl. rclacüín, 1.
VIH. c VIII).
Bakiíial, ni. Sitio (I terreno lleno
de bari'o ó ludo. Anticuado ya en Es-
l)aña, donde ha sido reein]ilazado por
barrizal ó barrero, y aun jjor sus sinó-
nimos ciénaga, cenagal y lodazal ((i
lodachar y lodazar), está en pleno vi-
gor en todo Chile, en Colombia y otras
repúblicas sudamericanas. j\Iuchos son
J
BAR
BAR
li-»s vixublos ca-stellanos qnt' esuin t-ii
i-íta inútiii'i (.-on-lie-ión, esto es. anli-
iiüulos cii R<i>ium y viía'utes en Aiiic-
r¡i"i; »i>iuo hiiizu'lti, ili»iMirfj)i, forinh,
lliiiiiíiilii, i-iiiHiuhi, toratza, y inuehoj
"in)S «lile ir.m aj«ai-¡eiulo en su liipir,
(Lira no liulilar de las aloras tntnsiiiii-
tarÍDni-s o oirn."«n-ione3 qne no so i
iL-ttitliks por la «íetit*; eilunvla, sino
« i!ii [Mf 1-1 [«iii-lil.>: cDino arreme-
dar, Indulugrencia, Insralate-
rra, mesmo. mostró, recebir,
lie. I.a ni/iiii ile esto, (.-ouio uniy bien
iliseurre Cuervo, es la ineomiuiiuieión
en i|Ue vivieron nutítms alíñelos y
liemos scíTuido viviemlo iiosoln» con
los espjiñoles transfa-UTiios. Tales vo-
cablos son relii|nias «k-l c-istellano <|ne
liablaUtn los esimñoles del siiílo XVI
y <|ue tnijeroii á csujs jciises; por eso
'S i|ue, leyendo á los autores que en ese
mismo tienijio eseribieroii en Esjuña,
;i'4re<r.irenios nosotros, liemos jwdido
li;uxT numerosos descubrimientos y
iiftitieaciones: con lo eual se ve <|Ui'
inue'ioule los llann loi .tmcrieaaisinos
no son tales sino voces de c;ist¡zo uIk)-
li-njío.
Barrida, f. Jj<iiri<io, m.: aieión ó
I f,-.-:o i! ■ li.iraT.
Barridura, f. /¡nimiinti.
I! vKiii'.A, f. ¡suprimió el último
\H(x; la fr. /«//•«■ lMirri;/ii. Rtmplaziin-
dola i-on la 8Í<niient<; a(*p. \\<:. iple
:iu'n.-<^'ó al 8.: «comba i|iie iiaiv una
|aR-.J.. (V«»se Achiguarse). —
A/iirlarxe la fniirii/ii, dicen a<|ui al-
u'uncís fí<;urada y familiarmente |)or-
ilisminnír los •^a.stos de alimentación.
I'.arrk; >x, XA, o i!AUKi(;ri»o, ka.
I'akuk., m. Xn lo por lo ¡reneral
do ti'^ura de un barrilito y que \x>r
adorno Bc hace en las riendas. Xnestros
liombn-s de ciUn|Ki, que se esmcniíi
tanto en el manejo como en el adorno
del caiballo, usan unas riendas tan li-
Uiis y bien tejidas, (pie se<;nniniente
son descono<-id¡is en l<]s|mñ:i: con iniis
razón delic de serlo el ele^fante nudo
llamado lnnril. f'onio el nombre está
bien aplioulo, \m)V imestr.i parte lo
defendemos.
HAiiuii.KrK, m. El l>¡cc. lo liace
sinónimo de nniiiUi en su 1'." acejiciiin,
es decir, volantín, liablando en elii-
leuo; iHM'ü no estamos con el. Bien <|ne
la riiiiifla es de varias fi>rnr.is, nunca
so confundir.i «.•on el luirrilfli', que es
de una sola, esto es, hexafronal y lUiis
larjra que anelia, ó mejor, como un
iKirrilito visto de costado. Por iloudt.'
se ve (pie UkIo barrilete es cometa;
pero no toda cometaos barrilete. Luc-
ero...— r,a última ihIícíóu del Dice, lia
.ifíix'irado á Jliirn'Mf la a<vp. usjida en
Músie.i, de «.la pieza cilindrica del
clarinete más inmediata á la boquilla ».
I5Ai!Hii.i.Krí<), i:a, adj. Dicese de
las )ilant:LS de que se hace barrilla.
Voz tan u.^ada en muchas deliuiciones
del Dice., sólo ha sido admitida en la
!;>.• edición.
rÍAUUII.I.o y itAItlíd, III. ('onvsiKPii-
den amljos al chileiiisiiio espinilla.
El ]K>nnlt¡m<i Dice, sólo los admitía
en ]il.: ]iero el último ha correu:¡do el
eiTor y bs admite en siii<rular.
HakK(H(), ca, adj. Aplic.tse á todo
lo irrofíiilar y fuera del orden coine-
nienle en arípiitectura y artos, jj li<r.
Estranibitico. Es palabra muy usada
p IV todos los modernos y extraña no
verla en «^1 Dice, tanto iii;us, cuanto
(pie tr.ie su ori^ren del bajo latiii (l>ii-
lorux), (pie fn(!' de donde so fornui el
castellano.
Hauih'.vtau, a. Qiiiüile el liitiino
Dicc.laaccp.de «oIit», ipie injusta-
BAR
BAS
nK'iitu le dalja, conservan Jóle la qne
siempre ha tenido, de «prever, conje-
turar ó pj'escntir por algnua señal ó
indicio >>.
Baktola (Á I-a). Este modismo
signiftca solamente «sin ningún cui-
dado n, y nó como quieren nuestros
colegiales, que hacen ;xl s. sinónimo
de pereza. En buen castellano se usa
esta fr. con los verbos echarse, lemler-
se y fambarse. Sólo en Bretón de los
Herreros (Letrilla Ruede la hola) lie-
mos encontrado á Bartula conv.) s.:
¡Cuál gimes, pobre virtud!
¡Vicio, ciiííl es tu insolencia! —
Mas ,;que' se ha de hacer? Paciencia.
Mientras yo tenga salud
Y lleve bien ¡a hartólo.
Ruede la bola.
Bartolear, n. Derivado del mo-
dismo anterior, pero interpretado á la
chilena: y/rt/w/'. Es de poco uso, y aun
c.-íte, familiai'.
Bartular ó bartulear, n. Usa-
do en Chile eu el signillc.ido de radiar
ó íJeranarse los senos. Xo creemos, co-
mo Rodríguez, que se derive del s.
bártulos, sino directamente del nom-
bre propio Bárlulu que dio origen á
éste. Siendo Bartulo un sabio juriscon-
sulto (pie escribió muchas obras, de-
bió de ser un gran pensador, y expre-
sando el v. bartular una operación
del entendimiento, es natural entonces
que se derive del nombre propio y nó
del apelativo, que sólo significa: «en-
seres que se manejan». Eu los Diálor/os
familiares de Juan de Luna (dial. X)
se lee: «Ilespondió muy discretamente,
y si yo lo supiera antes, liubiérale con-
tado «se cuento á ese..., que piensti
sabe más que Bartulo ni Baldo." Y
asimismo en el hermoso romancillo
La niña cu feria, de Don .Serafín Es-
téljanez Calderón:
De Jhirtuh, y Baldo
Si'' graves sentencias,
Que os diré' en requiebros
Latí noídies enteras.
Bartuleo, m. Acción ó efecto de
bartulear. Véase el anterior.
Bauzox, m. Anillo de liierro, ma-
dera ó cuero, por donde j)a.sa el timón
del arado en el yugo. Asi lo define el
Dice, y nc), como quieren algunos, lá-
tigo con qne se sujeta el pértigo al
yugo. Véase Balzón.
Basa ó dase, f. En Ar(¡uitectura y
en sentido fig. son sinónimos, pero no
deben confundirse con haza: «nuimero
de cartas que, eu ciertos juegos de
naipes, recoge el que gana la manon.
Pues, si nada más que esto significa
haza, ^;cJmo es qne el Dice, le cuelga
:i esta \oz la loe. Sentada esta baza, ó
la haza, (pie interpreta «.sentado este
principio, ó el principio: esto supues-
to"? ^;Xo está aquí haza bramando de
verse escrita con z, pues sólo con .s es
como significa «priucipio y fundamen-
to de cualquier cosa»? Sin duda los
SS. Académicos oyeron la loe. de l)«ca
de algún andaluz, y como la oyeron
así la escribieron, y asi salió ella, cual
digan dueñas. Más acertados andamos
los chilenos, que hemos inventado y
usamos familiarmente la fr. lig. Iiacer
baza en el sentido de-ganar ó prospe-
rar en cualquier asunto ó negocio. L'.
m. con negación.
Basanita, f. Basalto, .admitido re-
cientemente.
'BÁSICO, VA, adj. Dícese de la sal en
que predomina la base. Es término de
(L'uiínica adun'tido eu la última edición
del Dicr.
BAS
BAT
i:,;'.
Hasíi,1(as, L J)1. Colección de leyes
funnailit por onlen del em|)er.wlor lii-
Ziiiitiiio Hiu^iliu el llin-vdoiiio y de sil
hijo liWii. Adiniíido jior primera
vez.
lUsii.i.stxi, tn. ñií. Persona (|ne se
encoleriza iiinclio y con faciliJud. Ks
voz 'jiie merece einíp;»r jwr si sola en
el I>ie^-. y nú uncida solaineiite ú la
fr. L'xltir uno herho un liasili.iro. Sola
I» admite taníbién (l'almllero en su
//(/■/•. ilf J/'i'//>//í">'.
Bastardeamiento, m. Di-rase
ilfi/fii/Ttiriihi. i/fjiidrtin'úii, nllerarión,
UmliifilUi, i|Ue «jiara nada necesitamos
en r.L«tellano tjiu liastardo y esc;»l)roso
vix-alilo-». (Bardlt.)
Bastahi>eau. Neutro y iió a. es
este V. st-^UM el I)iec. y todos los bue-
nos es<TÍtores; y asi lo enseñan tam-
bién Haralt y Cuervo, comprobándolo
con numerosas autoridades: y. aumjue
alíTunn vez se halla en lo moderno co-
como transitivo (escrilx; este último)
por — male¡ir, faUear.^-cste uso no es
di;;n<) de imitación. N'o se dÍL'a jmios
de nadie «luc bastardea el idio-
ma, las costumbres, institu-
ciones, etc., i)or<iue este v. no ad-
iitite ai-us;aivo, sino (|ue eslfix tnxnx
haxlnrilf/in » deírencran de lo fpie de-
bieran ser.
Basterdilla (IíKtua). Xo liay
til!, sino h'lni li/i-/iiiilillii.
Bastidor, m. Asi liainun en Clii-
ic lii» tejedoras de niantiis y cha-
mantos '-"ula imo de los dos jxjstes
'jue se entiernm en el suelo y forman
con los quilbos á manera de un
cuiulro en el ciuil se coloe;i la nrdini-
bru jKira hacer el tejido. Menos inifiro-
pio «.tíu llamar Imifliilor el cuadro
mismo, ]Kir lo «pie tiene de ¡lareeido
con los v.Tilii'lcros liiistldorcs, v ni»
una i>arte de él: aípii lo llanian Iflur,
«pie tanijx)cü es muy exacto.
Bastim.kaií. a. Echar biu<tilla. Es
v. usado y reclamado por todas las
c-ostureras ijue hablan castellano.
Hasto, m. L'uo de los cuatro \x\\os,
en el jne'ío de naijK's. Hasto. ta. adj.:
jrrosero, tosco, rústico. Vasto, ta,
lulj.: extenso, dilatado.
Bastón, m. Asi Ihmiaii hvs amasa-
doras cliileuiís el trozo larsro de nia.«a,
del cual van cortando la ])orción ne-
cesaria para formar rada ¡lan.
Bastoxkua, f. Mueble pura colocar
Iwstoues. Es vox ni-cesaria y usada que
delte admit¡i°se ¡i ojos i-en-ados. || Jíii-
jer (pie hatv oficio de liiistonero. (Véase
el sinfuiente'). Bien podía el Dice, ha-
ber llevado su srencrosidad luusta ad-
mitir esta forniii femenina del b:usto-
nero.
Bastoxkiui, m. Tiene, cutre otros
siirnifi«ulos, el siiruieute: «el que en
ciertos bailes desijrnacl luf;ar que han
de ocupar las juirejas y el orden en
que han de Uiilar". No es, por consi-
ífuiente, el que dirifre un banquete ó
hace de mneslio de rorpmmviast en otros
actos ó funciones, como malamente lo
us;iii alirnnos.
Basural, m. .Sitio donde se arroja
y amontona la liiusui-a. Muy usado en
(,'hile, i»ero desconocido para el Dice,
que S')lo-iViriíti"a con este mismo si-:-
lliticsído !Í hílxHiern.
Bata, f. I'<ilii y nó bata es la ta-
bla jfniesa y i-edondeada, con maiiiro,
ípie sir\-e jiara im¡»elcr la pelota. Ptir
Semejanza, «') (piizas ¡)or derivaciíin de
¡lalni ó de ha I ir, llaman también ba-
ta las lavanderas chilenas la ]>Mla <>
tableta con (pie •roI])can la ro|ia mo-
jada jKira (pie suelte la muírir. — lUiln
si'.'nilica en caslcllaiio: impa (alar con
1 .VI
BAT
BAT
mang'as, de que usan los hombres pa-
ra estar en casa con comodidad;» y
«traje holgado y cómodo que, geuc-
ralmeute y con el mismo fin, usan las
mujeres».
Batahola ó rataola, f. fam. Bu-
lla, ruido grande.
Batán, m. No sabemos si el primer
batán que se estableció en la capital
de Chile haría también las veces de la
iintorerki ó del tlnie (casa, tienda ó
paraje donde se tiñen telas, ropas y
otras cosa-s): el hecho fué que sus mis-
mos dueños lo bautizaron con el nom-
bre de batán, quizásporque con haiáii
funcionó la primera tintorería. El error,
transmitido liasta el pueblo, dura to-
davía, aunque no es tan general,
merced á la enseñanza de nuestros
hablistas. — Batán es una «máquina
movida generalmente por el agua y
compuesta de gruesos mazos de made-
ra cuyos mangos giran sobre un eje,
para gol¡)ear, desengrasar y enfurtir
los paños. II Edificio en que funciona
esta máquina».
Batatazo, m. Suerte en las carre-
ras de caballos cuando gana el que
contaba con menos probabilidades. Es
término muy usado en Chile y difícil
de ser reemplazado por otro. U. m.
con el V. dar.
Baterías (Hacer). La fr. correc-
ta es karcr balería y significa lo mis-
mo que liatir en su 1." acep., esto es:
«golpear una cosa contra otra con
ímpetu (■) v'olenciu".
Batiburrillo, m. BatihorríUo ó
l)aturríUo: «mezcla de cosas que no
dicen bien unas con otras. U. ni. tra-
tilndose de guisados. || En la conver-
sación y en los escritos, mezcla de es-
pecies inconexas y ijuc no vienen á
propósito».
Batk'I'lo, m. Cabo grueso que «(_■
da en ayuda de los viradores de los
masteleros. Término de Marina admi-
tido por primera vez.
Batjdo, m. Dos aceps. le da el
Dice, á saber: «masa ó gachncla d e
que se hacen hostias y bizcochos: cla-
ras ó yemas de huevo, ó huevos, ba-
tidos», y omite la que en el orden
lógico y etimológico es la primera,
cual es la acción debatir.
Batidor, m. Instrumento para ha-
cer el batido: consiste en un palo como
de media vara con dos tablitas en un
extremo, cruzadas en forma de aspa y
redondeadas por el asiento. Es más
sencillo que el molinillo y de nmcho
uso en Chile. Como el nombre está
bien puesto y, según parece, no tiene
otro en castellano, bien puede el refe-
rido instrumento presentarse con él en
el Dice. Véase Peixeta.
Batiportar, a. Trincar la artillería
de modo que las bocas de las piezas
se apoyen en el batiporte alto de las
portas respectivas. Término de Marina
admitido em el último Dice, lo mismo
que el siguiente.
Batiporte, m. Canto alto ó bajo
de la porta do una batería.
Batir, «.Batirse por contender, re-
ñir, jielear, es un enorme, y al par que
enorme, supcifluo y vicioso galicismo,»
escribía Baralt; pero la Academia,
atenta siempre al uso de los buenos
escritores y viendo que todos éstos lo
emplean uniformemente y sin escríi-
pulo, no vaciló en apartarse del rígido
galófobo y admitió en su Dice, á ba-
tirse con el significado de «combatir,
Ijelear.» Después de esto huelgan las
citas de Salva, Duque de Rivas, Hart-
zenbusch. Bretón, Tamayo, etc. — Cen-
sura también l'aralt el ijue se diga
BAY
BAY
Ccmino bnliilo jior Cmnino frilltulo; no
ol«taiitc, lo iisan el Padre St-ío y Er-
ciliii, y el Dio.-, misino eiisiTm que
• con voít-s sipnifií-ativiis de terreno
Cii ilcs|xjl liado, ctinio campo, rsIraiUi,
moiit', xflrit, svto, etc., [significa /<(/-
///•] recoiKKtT, reirLstrar, reromr, ya
]iura ()|ii-rueioiies miliuires, ya |iani
inzitr, yact)notro inoiivoi-. Lo mismo
admiten Cuervo y el Padre Mir.
Hatro, m. Planta de la¿i familia de
las tifáceas y parecida á la americana
hiloni (admitida ya en el IMw.) y á
las españolas inifu y espadiiña. Recla-
men i«'.r sus derechos los natimdistiU!.
Bati itKADA. f. Acción, dicho ó
hei'ho propio» de un ImtuiTo. (Tcase
el sijrniente). lis voz us^ada en Hspiña
y diurna de adraitir.-íe.
Hati'RKo. m. Etimoló<;iukmente es
fonna desjKx-tiva de balo (hombre
tonto, (j rústico y de jiocos alcances),
y <|niz;Ls jwr es j no la rejristra el Dice.;
juTo, como es tan U8a<lo jior los espa-
ñoles, nuLS aiin que el mismo nombre
)irimitivo. bien merect luirar es|)ecial.
r. t. c. adj. I'itfntiis baturros.
Baucha. Nombre abreviado y
f.mi. <1'.' I'i'iiilixta.
Baule, m. Uiiiil, y en [i!., Imiilis.
ISaiti/.vxim). ha. m. y f. Persona
ipic esui jwra si-r liautÍ7^ida. Ilatv fal-
Ut en el I)ic<-.. lo mismo que sus con-
ií<'nere8 rontinniiiiiln, ilii, ¡iinmoi-Piiiln,
li)n.iiirniulti, formados jvir el mismo
proceflimiento que los ya admitidos
ilorlniiinihi,filiiriiiuli>,extiininiinilo,ijni-
iliiiiiiihi, linireniiiln, onlenanilo, etc.
Baya, f. y fam. Por el color <|Ue
tiene w: llama asi en Chile á la iliiilm
de uva, y d<.-c¡mos de uva, jMirqne el
I)icc. no cfiíHMX; sino la de maíz.
Baya, f. Fnito de ciertas plañíais,
(ramoso y jm;.'ii!-o. qm- conlicne sciiii-
llas redondas de puljw. — Vaya: in-
flexión del V. //•. — Vaya, f.: burla ó
mofa (|ue se hace de nno, ó chasco
<ine se le da. — Vallii, f.: vallado (i es-
tacada: y ti?., obstáculo, inijiedimento.
Ba VETILLA, f. Bayeta aliio más fina
«pie la común. Siendo ]X)r su forma
un simjile diminutivo, no necesitaría
tiirunir en articulo ajíarte: mas, como
constituye un objeto distinto del sii;-
niticjulo ]x>r el positivo, creemos (jue
dt-lie el Dice, darle lunar espetúal.
Bayo, m. Asi se llama en nuestras
]iarroquias rurales el firelin ó auihix
en que se llevan los cadilveres al ce-
menterio. El Dice, trae á ijuhja, f., en
este mismo sentido, ¡lero restrinsido
á los pobres, pues el de los ricos se
llama rano, ó más pomposiunente ca-
no morluoño. Sirve también el bayo
en vez de tiimiilu ó catafalco. El ori?,'en
de este chilenismo ])arcce ser el nom-
bre bai/ela-f, (¡ue el Dice, de Autorida-
des define diciendo: «Se llama asi
aquel adorno que se pone á los difun-
tos en el féretro, de bayeta negra, sobre
el at^iúd y en el suelo, (jue, aaui|uc
nuicha.s veces es de paño, comunmente
se llaman bayetas».
Bayonesa, f. No hay nuls Iniyo-
iirxa en castellano (pie la i(.'rminacii)U
f. de bayoiicn, natural de Bayona (i
]K;rtenec¡ente á csUi ciudad. La salsa
fría hecha con awite, vinagre, yema
de huevo, Siil y á veces mostaza, se
llama mayonesa, del fran«>8 mai/on-
nai.se, (pie á su vez se formó de maho-
nesa, ]Kir(pie 8e inventó en Maliiín,
puerto y (japiíal de MeiKjrca. El origen
es ba.Htante ciu'ioso, y por eso lo damos
á coiitinuaciiin, tomándolo de las Coii-
K lillas al hice, lie la Leiniua de Don
Carlos K. 'i'obar. '.Tomada j)or asalto
en 17.'i(! la capital di- Jlcnoira, el
BEB
BEB
Cardenal ele Richelieu, jefe de las
fuerzas francesas, entra en un hostal
y pide algo de comer. El cocinero se
presenta al Duque y le expone que uo
(jnedau sino restos de comida indignos
de los molares de su Eminencia. — •
Tráemelos, contesta el trianfador, con
la concisión del cansancio y del ham-
bre. Después de algunos minutos, dice
el cronista, se servia al Cardonal un
plato de carne fría, guisada con una
exquisita salsa; llama al cocinero y
entablan el siguiente diálogo: — ¿Como
me dijiste que no podías darme nada
de comer? Este plato es excelente. —
La bondad del Señor Cardenal me
confunde. Usando de su licencia, he
aprovechado las sobras halladas en la
cocina y procurado prestarles algún
atractivo con una sencilla salsa de
huevo. — Tu salsa es una obra maestra
que merece pasar á la posteridad. Es
menester darle un nombre. — Si el Se-
ñor Cardenal lo permite, la llamaremos
saisfi mahonesa».
Baza, f. Véase Basa.
Bazar, m. En Oriente, mercado
público ó lugar destinado al comercio.
II Tienda en (¡ue se venden productos
de varias industrias. — Basar, a. : asen-
tar algo sobre una base; fig., fundar,
apoyar. — Vasai\ m.: poyo ó poyos de
yeso ú otra materia que, sobresaliendo
en la pared, especialmente en líis co-
cinas, despensas y otras oficinas, sirve
para poner en él vasos, platos, etc.
Bazo, m. Cierta viscera del cuerpo.
— Bazo, za, adj.: de color moreno y
que tira á amarillo. — Vaso, m.: pieza
cóncava de mayor ó menor tamaño,
que sirve para beber y para muchos
otros usos.
Bebé, m. nCélebre enano, cuyo
venludiTO nomlm' era Nicolás Feí-i'v.
Nació en los Vosgos cu IT^'J: nuu'ió
en 1764. Servidor del rey Estanislao
de Loi'ena, era hombre de escasa in-
teligencia, y su estatura, que en el
instante de su nacimiento era de 2 1
centímetros, nunca pasó de 70». (Dice.
Encicl. Hispano- Amer.) De a<juí ha
nacido el llamar con el nombre de
bebé al nene castellano, y aún, achi-
cándolo más, al rorro; pero esto solo
entre franceses y afrancesados, porque
los chilenos y casi todos los sudame-
ricanos decimos ¡imujim, que ya, gra-
cias á la Academia, está admitido en
el Dice.
Beiíer, n. y a. Hay, en la parte más
ignorante de nuestro pueblo, la idea
de que heher no debe usarse sino tra-
tándose de animales, y tomar cuando
se habla de la gente; lo cual es un
simple error, nacido del pundonor na-
tural fine obliga al hombre á diferen-
ciarse del bruto, como puede observar-
se en el v. jiarir y otros. Lo cierto es
(jue beber es el v. propio y adecuado
]iara expresar la acción de hacer que
un líquido' pase de la boca al estóma-
go, y tomar sólo ,1a expresa de una
manera vaga y genérica. — El último
Dice, ha agregado á beber la acep. de
«brindar».
BeiíiuAj f. Por antonomasia signi-
fica entre nuestro pueblo la bebida
alcohólica, de la cual tanto abusa.
Aunque no reconozca el Dice, esta
acep. particular, no creemos (pie ella
constituya un chilenismo, por cuanto
se la reconoce á belm; y es natural
(pie las aceps. del v. correspondan
también al s. que de él se forma. —
Otra acep. que también falta á bebida,
y ([ue debería ser la primera, es la de
— acción ó efecto de licber, (jne se usa
en todas partes.
BEG
BEL
líKíAzixA. f. Vi:iít Avecasina.
Heceüro ük Olio. Coiii» sun tantos
los ¡.donulotx'8 del codiciado inutal y
sicinjirv lik ]iusii>ii Initii de eiicul>r¡i>*.-
con nonilia-s jí)ct>s<js ó inistcnosos. no
han faltado iiuieiies iisen e«tJi Kx". en
el simple siirnitioulo de-diiicro. riiiiie-
Zíi, y asi la vemos cmplojida ya jior
todos los escriioa« uiodernos. Siendo
de suyo propia y donairosi, no teme-
mos recomendarla ]i:im su admisión
en el Diiv.. auni|Ue jwr otra jxirte no
corresi>onda su sit;niñc:ido con su ori-
íTcn histórico. iKjninc el culto rendido
por los heba-os im fué al oro como
metal valioso, sino al Iiccerro ó ídolo.
|)ues lo (|Ue ellos ]>edian era un dios y
nó dinero ni metal, lie a<|ui alirunas
autoridades:
Annqnc «in altar ni oipj.
Ni niiina^ilto qac oiorhc.
Hiiy ci>niii nnnca en el urbe
So 3'l"ra al llnrrm ./«• nro.
(BrcUJn. .1 .Uunih,,/
«Adora fl hei-n-ro ilf uro, fijíura siin-
Icdii-a del si;íIo XIX. ijue lialtía de
adonir el oro, aumiue fuem en un lie-
cerro». (I^irra). «Si^rue las máximsts
de su ¡«adre, entusiiusu» adorador del
lirrfirn ilf nru». (Taüiuyo y Haus).
Yt-asc S.W)\S).
Hki (HACINO, ni. (Hm nomlire dado
ii la f-iirtm\ (|ue es cierta planta de
la familia de liis horra'^'ineas, y admi-
tido liltimamentí- en el Dice,
IJKDrixo, XA.adj. Dicescde ciertos
áralx'S nómadas. A est<; si>fniHciido(|ue
siemiin.- lin tenido, uíR'^íóle el novísi-
mo l>¡cc. la ac^-f». H^'. y c. s. ni., de
«hombre Icirliaro y deíwforadoi..
l5>:(io.\iA, f. Planta |ierenne, on;;i-
iiaria de .Vinr-n' a, di' la familia de las
Ix'goniáceas, etc. Admitido jwr prime-
ra vez, lo mismo que el sijruicute.
Bkííoxi.ú'Ko, a, adj. Ai)líi-.ise á
plnntivs (|ue ix;rtcnei-cn exclusivamente
al írénero de la l>eironia. Ú. t. c. s. || f.
¡il. Familia de estsis plantas.
Bei.ciio, m. Jlata de la familia de
las frnetiiceas, etc. .admitido ¡xir ¡iri-
niera vez.
Belduque, n;. Cierto cuchillo de
hoja paiitiairuda y luaniro de madera
y de una sola pieza, que estuvo aipii
muy en uso treinta años atr.us. Maniá-
b:lí^.• también cuchillo de beldu-
que ó cuchillo belduque, adje-
tivando esta ;iitima voz. Créela Cuervo
venida de España y derivada de lUil-
t¡iii¡i(p. (|ue en» como pronunciaban los
españoles del si<rlo XVI el nombre
Bois-le-hw, ciudad de Holanda, «•-
lebrc en líis iruernis de los Países Bajos
y en la cual lia^ta hoy florecen las fá-
bricas de cuchillos. Tanto en Colombia
como en Chile se ha dicho también
balduque, lo qne se aix-rca más á
la aisi cierta et¡moloi;ia. Entre otros
usos, sirvió este cuchillo ]iam matar
y descuartizar rcses: en este Ciiso po-
dría reeinplazai'se ]K)r el castizo ///'/"/v).
Belkíkiíaxiia. f. l'sado jwr Don
.luán Valeni y otros, se hace ya indis-
¡lensidile en el I>¡(r.
lii:i,i,<), i,i,A, ;i(lj. Bella edad,
bellos años son ^íalicismos "lUe de-
ben tradurirsi.' jior flwl tlnriiln, Jlnri-
i/u.i iiTiits, ó /liir i/ii lii tifiiil, lo inijiir ilr
lii etltiil ó ile ¡US nñ'iK. — VellO, m.:
])clo del cuer])o y ]Klusilla ile altrunas
plantas y llores.
Bkij.OTo, m. .\rbol chikiio ( /Irllo-
lii J/ipissii ) [icrtenecietiLi' á la familia
de las lauríneas, l'roduw una nuez
silvestre que sirve de alimento á los
animalw. Vea la .\cadi iiiia si ha llr-
i:.8
BEN
BEN
gado el caso de admitirlo en su
Dice.
Bemoles (Texeu), ó Iciicr Irca he-
ino¡ps: fr. fig. y fam. con (|ue se pon-
dera lo que se tiene por muy grave y
dificultoso. Así, de estas dos maneras,
trae el novísimo Dice, esta fr., cuando
el i)enúltimo sólo la traía de la segun-
da. En Chile se usa más 'Tener muchos
hemoles.
BEXDEf'ii!, a. Tiene todas las irre-
gularidades del simple decir, menos en
el singular del imperativo (bendice),
en todo el futuro (bendeciré) y en to-
do el pospretérito ( bendecir ia). El
participo es bendecido ó benditn; aun-
(|ue en rigor sólo la ijrimera forma es
verdadero participio y es la que debe
usarse ¡¡ara los tiempos compuestos,
porque la segunda es un simple adj.,
excepto en las exclamaciones, como
; Bendita sen Dios! «Pero aun en este
caso es más elegante y poética la ter-
minación regular», dice Bello. — Con-
cedido, agregaríamos por nuestra par-
te, si el participio \'a posjniesto ( ¡Sea
Dios bendecido! ó ¡Dios sea de todos
bendecido.' ); pero no así si va ante-
puesto.-Todo lo diclio en este artículo
es también aplicable en todas sus par-
tes á middecir.
Bendito, ta, adj. Véase el ante-
rior.— Sólo con el v. ser, formando
fr. fam. (Ser uno un bendito), admite
el Dice, á bendito en el signiñcado de
«sencillo, de pocos alcances», cuando
lo cierto es que por sí solo expresa este
adj. tal idea. «^Entiendes, bendito, lo
que te digo?» El mismo significado le
da Caballero en su Dice, de Modismos.
Si se quieren citas de clásicos, lie aquí
algunas: «Creedmc, benditas, (dice Fr.
Luis de León á las mujeres que gus-
tan de afeitarse) mal guardaríais In ipie
Dios os manda, pues no conserváis las
figuras que os pone». Y dos veces más
repite el mismo calificativo en el pro-
])io párrafo, que es el XII de La
Pcrfectíi. Casada. «Pero el bendito del
dómine no reparaba en estas menu-
dencias... Siglos se le hacían al bendito
Fray Gerundio los instantes que tar-
daba...» (P. Isla). — Saber uno una
cosa como el BENDITO. A pesar de ser
bendito s. m. con el mismo significado
que aquí le damos, no admite el Dice,
esta fr. fig. y fam., que es tan usada
entre nosotros, y en su lugar trae Sa-
ber uno como el avemaria alf/ima cosa.
No se ve motivo alguno para no tener
por enteramente correcta la fr. chilena,
pues el bendito es una oración tan co-
nocida como el acemctrin, en España
y en América.
Bexedícite, m. Cántico que los
tres niños hebreos entonaron en el
horno de Babilonia y se reza diaria-
mente en laudes. Merece figurar en el
Dice, ('omo ya figuran Mctffnijicat,
Tedeum, etc.
Bexedic'TL'8. m. Cántico que ento-
nó Zacarías, padre de san Juan ]$au-
tista, y que se reza diariamente en
laudes: tiene pleno derecho á figurar
en el Dice.
Bexefactoi;, il\, adj. y ú. t. c. s.
ni. y f. Jlienhechor, ra'. Aun<|ue el
Dice, lo declara anticuado, no se han
dado por entendidos los literatos y si-
guen usándolo como si tal cosa: en lo
cual hacen Iñen, porque es voz más
llena y sonora y, como menos conoci-
da, más elegante que su equi vidente;
y ya lo dijo también Horacio, hace
siglos, que muchas voces inusitadas
volverían otra vez á usarse y que el
lenguaje se renovaría como las hojas
de los lirboles en el otoño.
BEN
BER
1 .-.'.I
Beneflcear, ¡i. /¡nifrinin: C'on-
jiijiase hfneth'io, btn^/iñiix, «.■te. y lió
' -■ iiio dicen los pulurtlos, beneflceo,
eas. Muchos signifioulos tiene este
V., i>.-n) nó el «jue le dan nuestros
!.onilin.-s de («nipo, juutiindoio con el
:i.-ns¡iiivo /c< ú otro semejante. />>;(/•-
liritif tiltil rr.t es para ellos descuarti-
/..irla y vender su carne. Xo nos paivce
iial la atv|>.. ftMUo i|ue está fundada
■ II el sipiiiticado primordial del v., (|Ue
s hacer bien ó sj»«ir proveciio; y. si
~- pnede briif/ia'itr un Ifrrfito, tina
iiiiitit jwr ciunto se saca de ellos un
venladero j)roveclio, ;por (pié no se
lia de lifiif/i'-úir uimliién una iv.<, ven-
diendo ó utilizando todas sus paites?
Hkxkkh'io. m. «Bien (pie se liaix;
■isc RTÜXín-.-ts el jiolo opuesto de
rrntjirio: «maleficio ó hechiceria». ;I/0
«pie va de /* á /•.' Y la misma oposición
hay entre los rcsiicetivos deriviulos:
/«•;!///>(>/»• y Vdiffiriar, hméfifo y rene-
lirn,
Beneg'as, apellido, (¡encral es el
ii.-i de escril)irlo con v {Vfneijn.%) des-
de el cLisico lliicstro .Viejo Vcne<ras,
i> Vaiii-<„'ais (i)ino eR-ribcn aliiunos. Ix>8
Benegras se fundarán (¡uizils en la
■ iiiiiolo;:ia ar.ilii'^'a de este a|iellidü
{lítn-Kijns, hijo de Ejfas) (|U0 le pa-
Híce muy explicable li Don An<;el de
li« Iliosen «11 obni sobre los A/irlIiilun
i'it-ttelhiiui» (cap. VI). Sea lo (pie fue-
re, es punto iiienos (pie imposible reac-
cionar contra el uso t-asi uiiiversjtl de
IV;I/-//,7.S.
Benevolente, a Ij. La nec-sidiwl
•i ■ darle nii ¡ositivo re-rular al super-
iitivo benffitlenlíiiinn, ha hecho '(pie
los i;;noniiit<-s inventen este desprop(')-
sitit. Si acudieran al alKirrecido latín,
(-1 leH enseñaría (pie la liiiica foriiiii es
lii-nrriilii.
Bengalina, f. .\si llainan x\i]\\\
los tcndcriis cierta tela, (pie creemos
será la (pie antiguamente si- llamaba
lifni/ala, por liaber venido de I?eiiirala
\as primeras, .\clualineme se conoce
en Santander con el nombre de hemiii-
la la muselina, sefrún atirma el Dice.
Hkocio, cu, adj. Natural de IWo-
cia. Ú. t. c. s. II Perteneciente ii esta
retrión de Grecia anti^'^ua. .Vdmitido
jwr primera vez.
BeUIIKUÍ, HKKItKUISCO Ó IIKUKItKK,
adjs. y li. t. c. siists. Natural de l'.er-
Ixjria. Los dos últimos aplícanse t;iiii-
bii-ii :i cosas.
Hkhen.jkxai,, ni. Sitio )ilaiitado de
lx;reiiienas. — En lujrarde la fr. JMcr-
Ke tuto en buen, en nuil ó en un, lieirii-
Jenal, sería mejor (]ne el Dice, diera á
la simjtlc voz berenjenal la aceji. ti;_'.
de « negocios enredados y dificultosos ",
como lo hace Caballero. Esto es lo ló-
gico y natural, ¡lonjiie, ya sea solo, ya
sea t^)ii muchos otros verbos, eso e.s lo
(pie si<ínifica berenjenal. A lo sumo
admitiríamos que se usa uiiis con el
V. ineler (ílsí, en su forma ,[;cncral, nó
en la ivHeja solamente). De hecho,
;iio puede decirse y estíi bien dicho:
A'xto ex un berenjenal. Me ri ó me ¡m-
xieron en un berenjenal.' No tememos
hallarnos en uno al escribir esto.
Hkiu.i.na (Ex la). Lo correcto es:
en berlina, expr. adv. fi<;.: en situación
(pie le ha<ra á uno objeto de bnrla (i
menosprecio. Usase con los verlws ix-
Itir, ¡mner y qwilar. En el Suplemento
advieiie el Dice, (pie esta herlinn pro-
viene del itídiaiio, en donde s¡<:ii¡tica
jiirota; por cf)iis¡!íiiieiite, debió escri-
birse toda la fr. en articulo aparte y
111) cxjl<;arla, como se hizo, á la otra
berliit/i, derivada de Herliii y especie
de coche cciriido. (pie nada tidie (pie
ICO
BET
BET
ver con l;i mimoseada expresión cii
berlina.
Berlixés, sa, iulj. Xatural de Ber-
lín, U. t. c. s. II Perteneciente ;i csbi
cindad do Alemania. Aceptado por el
último Dice.
Beso, m. n Acción ó efecto de lie-
san>, no es lo mismo (jne bezo: n labio
grueso».
Bestia. Dice el Dice, que en sentido
fig, significa esta voz «persona ruda c
ignorante. U. t. c. adj.» Pero, como no
advierte nada acerca de el género, da
á entender que es f., que es el único
que desde el principio lo señala. Sin
embargo, es comunísimo hallarla en
buenos escritores usada como ni., apli-
cada, es cierto, ú pereonas de este
sexo: por eso, la mejor regla sería la
que da Clemencíu cuando dice: «La
palabra hedia en su sentido recto ó
primitivo es femenina...: en el meta-
fórico es comiin de dos, y así se dice:
«fulano es un heí^fm, fulana es vna
hPHtUn. Despnés de esto huelgan las
razones y las citas. — A'case Uña de
la gran bestia.
Besucar ó líEsrt^L'F.Aii, a. fam.
Besar repetidamente.
Beteraga ó beterraga, f. Dí-
gase liciami;/!!, hclarnitn ó mnolachu.
Betleem ó Bethleem, n. pr.
En castellano es Belén. A([uí mismo
advertiremos qne la frase fig. Exíar en
Belén, que significa estar embobado,
en Babia, distraído, es perfectamente
castiza.
Betsamita, adj. y ú. t. c. s. com.
Habitante de Botsamcs, ciudad le-
vítica de la tribu de .Tuda en la fron-
tera con la de Dan, c}lel)re por haber
estado en ella el arca de la alianza y
por el castigo que se llevaron sus mo-
radores. Falta, esta voz en el Dice, en
el cual tiüuran otras 'de esta misma
naturaleza, tanto ó menos conocidas
que ésta.
]>ETrx, m. ^Malamente llamamos
aquí betón la composición ó mezcla
de azúcar y clara de huevos batido.^
con que se bañan ó cubren por enci-
ma muchas clases de dulces. En ver-
dad, no conocemos tampoco ninguna
palabra castellana que corresponda
exactamente á esta idea. Baño y me-
renyne son las que más se acercan;
pero la primera es genérica, porque
significa: «capa de materia extraña
con que queda cubierta la cosa^^baña-
da, como la de azúcar en los dulces,
la de cera en varios olijetos, y la de
plata ú oro en cubiertos y alhajas; «
y la segunda sólo es «dulce, ])or lo
común de figura aovada, hecho [con
claras de huevo y aziícar;y cocido al
horno», y nó la materia de que se ha-
ce este dulce, que es precisamente lo
(¡no nosotros llamamos bstün. El
Mún castellano es negro y de otras
sustancias muy distintas y se usa en
pegaduras, pavimentos, calzados, etc.
Sin embargo, con el Dice, de Autori-
dades podemos probar que en tiempos
anteriores tenía la voz belén un signi-
ficado mucho más lato, en el cual
holgadamente cabe el que aquí le da-
mos. En efecto, definiendo dicho Dice
(en lo cual no se diferencia do la lá.-'
edición) la litliocola, dice: "Betún que
se liace con polvos de mármol, pez y
claras de huevo: y sirve para unir y
conglutinar las piedras». Mansa, 2.-'
acep., «se llama también la mezcla ó
betún que se forma con el yeso, cal,
baiTo ú otra cosa, incoi-porada y bati-
da con agua». Otra cita de Laguna,
tomada del mismo Dice, dice: «La
primera cosa (|ue las abejas hacen.
BIB
dcspncs de haber emMunado bien el
corcho, es fabriuir los p:inalcs de cera».
Impreso el pliejro jiret-edente, hemos
hallado que el lénuino español anTes-
puüdiente ¡t Mún es el s. biniinexahe:
«dakt; hecho de clanis de huevo y
azúcar clariñcailo, con el cual se for-
man los menMigues».
Blbelot, m. (Galicismo que no
aparece ni aun en los diccionarios
franceses corrientes, pero con el cnal
se lacen los chii.-os de la prensa. Es
termino ¡renéric-o con que se designan
Is8 figurilhis, bujerias y jutruetes (jue
se fabrican ptr.t entretenimiento de
niños o para adorno de las casivs ó re-
creo de las familias.
Biblia, f. Xo vamos á tratar de su
inspiración, ni de su historia, ni de su
iuteqjrctación, ni siquiera de sn lectu-
ra y propn<raiida: «pieremos únicamen-
te considerar el vocablo en si, porque
nos da ocasión piara tnitar de muchos
otros an:ilo<r<>s. En verdad, llama la
atención la formación del vocablo bi-
blia, qne, siendo en griego y en latín
n. pl., ha venido á ser en castellano
f. singular. ,;Por qué lo qne en grie^'o
signifícu h» libron es en castellano la
biblia.' ¿jwr qué millia ¡lediim, (|Ue en
latín signihca un mil ile piex, es en
oístellano la milla, y lo que signiKca
Ion iiombrt-x es en castellano la itúiniaa.'
¿A í|ué ley del idioma olx-dece esto?
Sin duda á la forma exterior que nos
da una terminación eu a, la cual, no
pndiendo ser j>l. en «Lsteliano, p;)rr|nc
en esta lengua el signo de pl. es la le-
tni K n la silaba m, hi tenido que ser
necesariamente singular en cuanto al
número, y en cuanto al género, f., (|ue
es el diinúnante en los sustantivos en
a derivados del latín ó de otro idioma
que no nesi el griego. .Agregúese <pic
BIB
\r.\
casi todos estos nombres formados de
la misma manera que bil'lia tienen
también algo de colectivos en cuanto á
8U significado: lo cnal es una nizón nuvs
del número singular que se les ha da-
do. De esta clase son: arla, ni/eiida,
anéahla, anli/iiuilla, braza, biíjornia,
cabeza, rtja, cimmslancia, cizaña, coit-
quixla, cornamenla, rróiiira, cumia,
(letula, ensena ó inJtiíjnia, enfraila, era,
errala, excalera, etcétera, fiesta, fila,
foja, fuerza, gesta, /lerramienta, hila,
hueva, instituía, labia, lefUi, leijenda,
loza, luminaria, maraña, maravilla,
medalla, merienda, milla, minuta, mis-
celánen, mónita, montaña, mortaja,
muralla, musaraña, nómina, nueva,
oblata, oferta, ofrenda, on/ia, osamen-
ta, pieza, promesa, sábana, sandalia,
sa;/a, secuencia, semilla, seña, témpora,
tormenta, úlcera, valla, vestimenta,
viscera, vilualla; animalia, colectánea
y dona (anticuados); Castilla y Ostia '"
(n. pr.) Otros hay que, sin tener sig-
nificado colectivo en latín ni en caste-
llano, han pasado de neutros plurales
en aquella lengua á femeninos singu-
lares en ésti»; tales como arma, tioja,
¡Kcora, pera, poma, sif/la, vela (de
buque). Todo el que sepa un poco de
latín descifrará inmediatamente las
etimologías latinas de todas estas vo-
ces, y así lo hace también el Dice.,
menos en cinco, en que, á juicio nues-
tro, se equivoca: braza, labia, leña,
montaña y semilla. Braza, rpie es la
medida de los dos brazos abiertos, ó
brazada, se deriva evidentemente de
brac/iia, los brazos, y nó de brazo, co-
mo dice el Dice. .\sí mismo, labia, que
es la afluencia de palabrtts en los la-
bios, se deriva de labia, los labios, y
nó del castellano labio. Leña, que es
reunión de palos (> varas lechos trozos
17
1G2
BIC
BID
y destinados para la lumbre, se deriva
de liana, maderos, leños, y nó del sin-
gular leño. Montaña se deriva de mon-
tana, sitios ó lugares montañosos, y
nó de monte. Así, sustantivado en el
n. pl., se usa en el latín de la Vulgata:
«Et super omnia montana Judaeae
divulgabantur omnia verba haec».
(Luc, I, 6.j). Finalmente, semilla,
no se deriva inmediatamente de se-
men, sino de su diminutivo seminilla.
A otros, como aníii/ualla, (de antiqíui-
ria), raheza (de capitia, nó de aqnit),
muralla (de miiralia, nó de muro),
no les da el Dice, su verdadera etimo-
logía. Castilla se foi'mó de castella,
por los muchos castillos que había en
toda aquella provincia. Tan cierto es
que el castellano sólo admite plurales
en s, que los hebreos querubim y se-
rafim, que en aquella lengua son ver-
daderos plurales, han pasado al caste-
llano como simples singulares: el que-
rubín, un serafín.
Bicicleta, f. En fuerza del uso tan
generalizado se ha admitido ya este
vocablo, mucho más propio para su
objeto que reloripedo. Lo único malo
fué el que sus inventores lo formaran
híbrido, tomando el M del latín y el
ciclos del griego (círculo ó rueda). El
novísimo Dice, admitió en el cuerpo
de la obra á bicirlo (velocípedo de dos
ruedas), sin darle etimología, y á bü'i-
cleta en el Suplemento y con remisióu
al anterior.
Bicoca , f. Sólo significa en caste-
llano: acosa de poca estima y aprecio»;
y anticu/ido: «fortificacicin pequeña y
de poca defensa». ¿De dónde proviene
entonces el eiTor chileno de darle el
significado de «solideo»? Sencillamen-
te de las voces bicoquín y bicoquete
(esjiecie de gorra ó birrete con dos
puntas, que cubre las orejas), por la
semejanza del significado; y, como los
chilenos somos algo esquivos para al-
gunas formas diminutivas (como lo
prueban cema por acemita, mosco,
admitido recientemente, por mosquito,
pepa por pepita, olla por Jtoyuela,
haclia, cierto juego, por chita, etc.,
etc.), ahí tienes, oh lector, que, no
parándonos en barras, despreciamos
esas formas é inventamos un positivo,
que resultó ser bicoca. El bicoquín se
llama también becoquín y 2}apalina. —
Llama también bicoca nuestro pue-
blo la cocc¿ castellana, que es «golpe
dado con los nudillos del puño sobre
la cabeza de uno»; pero con más exac-
titud debe traducirse esta bicoca
chilena por el capirotazo español: «gol-
pe que se da en la cabeza ó en cual-
quiera otra parte del cuerpo, ó en
alguna cosa, con el dedo del corazón,
ó con el índice, el anular ó el meñique,
apoyándole por el envés de su pri-
mera falange en la yema del pulgar
y haciéndole resbalar con violen-
cia».
BicóxCAVO, VA, adj. Dícese del
cuerpo que tiene dos superficies cón-
cavas opuestas. Término de Geometría
de novísima admisióu.
Biconvexo, xa, adj. Dícese del
cuerpo que tiene dos superficies con-
vexas opuestas. Es término de (Jeome-
tría admitido en el último Dice.
Bicha, f. Figura de animal fantás-
tico, que entre frutas y follajes se
emplea como objeto de ornamentación,
principalmente en la arquitectura pla-
teresca, para llenar frisos y netos de
pilastras. Es voz de Arquitectura ad-
mitida recientemente.
Bidé, m. Cierto mueble de moder-
na invención. Es voz tomada del frau-
BIE
BIE
If.S
ais bidet y ¡uliiiitido cu t-l .Suplemento
del Dice. Desde IHOi, y ijuiais de an-
tes, la venia dando como cnbanismo
_el Dice, de Picliardo.
BiDEXTK, adj. y s. ni. De dos dien-
tes.—VrKKXTE. ni. Profeta.
BiKLA, f. Barra qne, unida al nia-
nnhriu de las niii<|ninns de vaj^r, sirve
p.ira iransfonnar el movimiento de
vaivén ea oiro de rotación. Admitido
por primera vez.
Bieldada, f. Conjunto de mieses,
legumbres, etc.. que puede cogerse de
una sola vez con el bieldo ó con la
bielda (instrunuMilos que corresponden
ofiui á nu'-stras horquetas). U.<a á
biel'ld'hi Don .Vntonio de Valbuena,
y, como la voz es de buena formai-iiin,
no hay p>or (pié deseciiarla. Véase Ax-
ÜAUII.I.ADA.
BiE.v, adv. ni. Dice Bar.ilt que no
es tolerable decir El enfrrmo está
bien jwr El fufeiino va biex, ó esla
MUDR; en lo cual tiene rarón, porque
etlá bien signilicaria que e^ii de una
numera rómoiln, segi'in la fr. c;istcllaiia
E*tHr uno bifit, que significa «disfrutar
conveniencias ó comodidades», juto
no signifií^ria <iue .sijue ó rn bien. Si
Be quiea- expri-sar la completa mejo-
ria, deljc decirse Exlá bwno, porque
bufno significa en este caso xnno. La
niiítma oljscn'ación del>e hacerse res-
pei;to de mnl y malo. El Pitfennn entá
mal no signific-a que xiíjm ó va mal,
ni mucho menoi que cnlá malo. Tan
cierto es esto, ijne mufhos, para darse
á entender, agitaran un coiniilemento
con ife: Estoy bien de salud, Es-
toy mal de la g-arg-anta. I^o cus-
tizo es Extiiij liiifiin i> J/f KU'iüit bien,
Eitoi/ malo th la ¡jarijanla ó ilf aionto
mal lie la ganjanta; jwrque Eslar bien
y Eütar mal sigiiififsin otra cosa en
aistellano, y otra cosa más distinta
todavía, si llevan complemento de per-
sona precedido de con ( Es/ar bien ó
mal (Olí uno). — Ai'X BIEN', loe. que
no apirece en el Dice, de la .\i-ademia
ni en el de Cuervo, pero qne acepta
Puigblancli como m;ís castiza que á
bien, que tampoco aparece en ninguno
de los dos Dices. Como es t;in curioso,
al par que poco conocido, lo que sobre
ambas locuciones escribió el a'lebre
gramático, no podemos resistir al de-
seo de copiar los dos pasajes, en qne,
puede decirse que agoló la materia.
Helos aquí. «También me censura el
aun bien que uso, diciendo (jue sólo
podría tolerai"se en un manólo de Ma-
drid; pero que un español culto diría
li biz-n. BuL'uo es V. ¡x)r cierto, Sr. Dr.
Villanueva, para decidirlo (pie es culto
y no culto en materia de lenguaje c;is-
tellano; díganlo si nó las muchas ex-
presiones suyas vulgares que entre las
deni;is faltas le he notado, así en el
presente como en el pasiido Opúsculo,
iluy al revés de lo que V. dice, si algo
pudiera con algiin fundamento obje-
tarse al aun bien, es ser una afectación
de cultura. Trabajo le mando yo á V.
si me ha de citar con verdad un ma-
nólo que le haya usado. Á pesar de
que el á bien le usa Don Tomsis de
Triarte, y yo mismo me he servido de
él antes de ahora, reflexionándolo me-
jor, hallo ser una corrupción vulgar de
aun bien, que es como dicen algunos,
aunque son lo3 menos, así como el en
que (jue usan otros lo es de aunque. Lo
cierto es que, analizado etimológica-
mente el 'i bien, no presenta elementos
de que KC forme, mientras que el aun
bien es el aunque y el bien que combi^
nados. )I:ls diré. El tan usado aunque
es una abreviación de aun bien que;
]i;i
BIE
BIE
tle modo que no cabe duda en cnanto
á que la verdadera conjunción es ai/n
hien, ó mejor, aun bien (jiip, y á que
es una corrupción de ella el á bieny>.
En las Correcciones y adiciones de su
obra agrega: «.Abbene dicen los italia-
nos, contraído de anco bene, sin ningún
inconveniente, por cuanto la b dupli-
cada, cual la escriben y proimncian,
recuerda aquel origen y significado, á
imitación del cual adverbio parece ha-
berse formado el castellano. Si en apo-
yo del (nm bien se me pide un texto,
dice en el Quijote (Part. II, c. LXIX)
Sancho Panza, y nó en lenguaje patán
sino en culto, cual suele darle, y cual
se le critica á Cervantes, aaun bien
que ni ellas me abrasan, ni ellos me
llevan», hablando de las llamas y los
diablos que veía pintados en su coroza
y sambenito en el patio de la casa del
Duque; y e : la misma citada comedia
del Diablo Predicador dice Fr. Anto-
lín, el lenguaje del cual, aunque fraile
glotón, en nada huele á refectorio,
<i'iun bien que no soy de misa», res-
pondiendo al Guardián que le decía
haber incurrido en irregularidad, por
haberle á un muchacho aplastado las
narices de una pedrada. En fin, si el
lenguaje de un canónigo que habla á
su Deán y Cabildo puede en su opinión
de Y. no ser el de un manólo, usa el
aun bien para con el de Falencia el
Abad y Canónigo de aquella Iglesia
D. Francisco de Sandoval, contempo-
ráneo de Cervantes, diciendo ttaun
bien que espero desempeñar la breve-
dad que en este libro afecto». El
moderno d bien en el sentido de
aunque es el abbene estropeado, y
de consiguiente, un italianismo». En
su comedia Pedro de Urdemalas, dice
también Cervantes: a Aun bien que
aquí hay teniente. Corregidor y justi-
cia». En el Fersiles lo usa asimismo
varias veces, é igualmente los demás
clásicos.-Es raro también que el Dice,
oficial omítala loe. xo bien, equivalen-
te á apenas y que por lo general se usa
contrapuesta á cuando. ÜDra veces se
usa sola, con el significado de Juet/o
que, al punió que. <iXo bien se alejen,
buscaré á Virginia». (Tamayo y Baus).
Los clásicos solían descomponer la loe.
intercalando otras palabras, como se
ve á cada paso en Cervantes y otros.
(íNo hubo bien oído Don Quijote...,
cuando dijo...» — BiEX h.vya. Forma
que tiene el castellano para desear
buena ventura ó felicidad y que nues-
tro pueblo estropea lastimosamente no
sólo conjugando, sino también cons-
truyendo mal el verbo, diciendo, por
ejemplo, ¡bien haiga los hom-
bres sabios! ó ¡bien haiga con
los hombres sabios! Adviértase
que el v. iiabcr tiene aquí el significa-
do de tener, que recibió de su origen
latino y que todavía conserva en mu"
chos casos; por consiguiente, debe te-
ner sujeto y variar para el pl., pues no
hay (|ne confundirlo con el liaber im-
13ersonal. Así, en el ejemplo propuesto
debe decir.se: ¡Bien hayan los hombres
sabios! La misma observación cabe
respecto de mal haya. Y, como esta
doctrina es más clara que la luz, no
perderemos el tiempo acunmlando ci-
tas de clásicos, que abundan en todas
sus obras.— Salir con bien es fr.
fig. que se usa en Chile para significar
que ha escapado bien la mujer del
trance más doloroso á que la condenó
Dios desde el paraíso. La fr. por sí
sola no puede significar tal cosa, por-
que es generalísima, y tanto puede
aplicarse á éste como á cualquier otro
BIF
BIL
trance, aprieto, peliirro, enfermedad,
etc. Ix) ijue le da tal sijrniticido es el
oomplemeiit<5 iM parto ú otro semeja ri-
te, que por recato ó del¡cadez,i se ci-
lla. Por consifiniente, la tal fr. en este
sentido viene ú ser, por doMe razón,
lo t|Ue los •n~'imáticos latinos llaman
eonxtnuti') pranjiums. En nin<riiii clá-
sico la liemos hallado con esto sis¡:nili-
cado, ni es posible hallarla. Lo qne
más se acerca es el modo (|ue empleó
t^nevedo (Carhuí (M Caballero df la
Tenmti): * Alumbre Dios á v. m. ron
bien*. E-ste complemento con bien en
el sifrniticado de ron feliriilail es conm-
iiisirno eii los chisicos.
Bienazo, adv. anmeutativo de
hini. Úsalo aijui la {rente nuls igno-
rante, y una (pie otra persona educa-
da, pero sólo por donaire. Ordinaria-
mente la tcrniin.ic¡ón azo indica jxx-a
cultura ó (íTOScria de lenguaje.
BlEXIXTKXCIüX.VDAMKXTK, adv. Ul.
Con buena intención. Admitido en la
última etlición del Dice.
BlESIXThXCIOXADil, UA, a<lj. _v ú.
t. c. s. Que tiene buena intención.
Admitido en el ultimo Dice.
BiEX.soXAXTK, adj. <¿ue suena bien.
Sí está admitido su contrario mttho-
winle y muchos otros comjjuestos de
bien, no vemos ¡lor (juó se haya de
excluir á bienmnanle.
HiEXTKVKO, m. Admitido reciente-
mente con el mismo signifícalo de
randelecho, f|ue es choza constniída en
alguna altura y á la cual snl)c el viña-
dor iKira otear desde allí é impedir el
rol» de las uvas.
KiKEito, KA, adj. Díccse de las plan-
tas que fnictifiain d<j8 veces al año.
Término de Botánica admitido en el
líltiino Dice.
BlFiiK), DA, aíJj. Hendido en dos
partes. Término de Botánica admitido
en el último Dice.
BltTKyiKKA, f. Plancha de hierro
para asar bifte<]ues. Es voz usada en
Chile y digna de ncopt;\rsc. Aunque
diga el Dice, en la defínición de hiflec
que éste se soasa en parrillas, el hecho
es que hay muchas cocina? en que se
asan (por aai j)oco se usan soasados)
grandes cantid;i<les de b¡ftei|ues, y i>;ira
esos «isos es jjreferible la biftequera.
Bir.A, f. Es voz iwtiwi tomada del
latín y significa: «carro de dos calw-
llos; conjunto de dos caballos de frente
que tiran de un airro». Nada tiene
que ver con viija: madero largo y grue-
so que se usa en los e<l¡tícios y en otras
cosas.
Bir.ARO, m. Admitido en el último
Dice. c"omo igual á 'bizarro, (pie es
cierto (tiracol marino que abunda en
las costas del Cantábrico.
Bir.oTERA, f. El último Dice, le
agTcg() esta aecp.: «bocera de vino ú
otro licor, (pie, cuando se bulje, queda
en el labio de arriba. U. m. en pl.»
Bilma, f. Corrupción de bidma,
que era (X)iuo se escriliia la moderna
biziiui: «eínjdasto para confortar, com-
puesto de estopa, aguardiente, incien-
so,mirrayotros ingredientes. II Pedazo
de baldi's ó lienzo cubierto de emplas-
to y cortado en forma adecuada á la
parte del cuerjio á (pie ha de aplicai-se».
Bilmar, a. y li. t. c. r. liizmnr:
poner bizma-<i.
BiUK'ACKKX, f. .\cci()n ó efecto de
bilocarse. No se concilx; cómo el Dice,
omite voces como ('sla, ipic son de uso
universal.
Wu.h, ni. Voz inglesa, \K-va de uso
universal; ]>or lo cual bien ¡wdria ad-
mitirse, ¡¡ero diíndole forma iniís cas-
tellana, (mVlW se lia hecho con urase
loi;
BIM
BIN
(así cscrüje el último Dice.) y otras.
Bill se usa por declaración parlamen-
taria, que en unos casos tiene todos
los caracteres de una ley, y en otros
es la expresión de los deseos ó senti-
mientos de las Cámaras legislativas
inglesas. «Con motivo de haber halla-
do resistencia en quien no se esperaba
el bil sobre reforma del Parlamento. . . »
(Puigblanch).
Billa, f. En el juego d<j billar, ju-
gada que consiste en meter una bola
en la tronera después de haber choca-
do con otra bola. — Villa: población
que tiene algnnos privilegios con que
se distingue de his aldeas y lugares;
casa de recreo situada aisladamente en
el campo.
Billar, m. Xo se llama asi la mesa
de billar sino el juego mismo, y tam-
bién la casa pública ó sitio donde está
la mesa ó raesas'para este juego. — Vi-
llar ó villa/e: pueblo pequeño.
Billetera, f. Cartera de bolsillo,
cou pocas divisiones y de forma senci-
lla, para guardar billetes de banco ú
otros papeles pequeños. Es nombre
bien formado y de uso corriente en
Chile, que bien podría admitirse.
Bimensual, adj. Yerran vergon-
zosamente los íjuc creen que esta voz
sigiúfica «que dura dos meses, ó que
sucede ó se rejilte cada dos meses»,
cuando para para ello está el adj. hi-
iiiestral. Si el Dice, admitiera á bi-
mensual, cosa que todavía no ha
hecho, no podría darle otro significado
qne el mismo de quincenal: «que su-
cede ó se repite cada quincena; que
dura una quincena». Está bien, se nos
dirá; pero lo que no dura una quin-
cena cabal, sino que solamente se re-
pite dos veces cd mes, como una revista
que se publique los sábados primero y
tercero de cada raes, ^;cómo se llamará
en castellano? Toda persona que no
se para en pelillos ve que, si matemá-
ticamente no hay según esa cuenta dos
quincenas, morahnente las hay, y, de-
jando escrúpulos á un lado, dice sen-
cillamente quincenal.
Bimetalismo, m. Sistema de mo-
neda en que sólo se admite el oro y la
plata. Merece figurar en el Dice.
Bimetalista, com. Partidario del
bimetalismo. Merece figurar como el
anterior.
BiJíACióx, f. Merece tener el signi-
ficado, tan usado en Teología Moral
y en Derecho Canónico, de: acción de
celebrar un sacerdote dos misas en día
festivo.
BiXAR, n. Merece tener la misma
ampliación del s. hinación. Valbuena,
en su ol)ra Rebojos, usa en este senti-
do á doblar; pero el Dice, no le reco-
noce tal acep.
BiSARio, ría, adj. «Compuesto de
dos elementos, unidades ó guarismos».
¿Cómo incluir en esta definición del
Dice, los tres binarios de <¡ue habla
San Ignacio de Loyola, cuyo libro de
Ejercicios espirituales figura eutre las
autoridades de la Academia y que,
comentado como ha sido por un sin-
número de escritores, puede formar
una biblioteca entera.-^ «El primer
preámbulo, dice el Santo, es la histo-
ria, la cual es de tres binarios de hom-
bres, y cada uno dellos ha adquirido
diez mil ducados...» Desentrañando
el sentido espiritual de la voz binario,
podría creerse que la usa San Ignacio
por tratarse do un hombre combatido
de «dos elementos», ó mejor, de dos
sentimientos opuestos, el afecto á los
diez mil ducados y el deseo de la sal-
vación; pero por el contexto gramati-
BIO
BIS
li'.T
cul (historia ó meditación de tres Oi-
iiiruts df hombres) se vc(jueel verda-
• it-ro seutido de biiMriu es aijui ¡Hirrin,
jxir ó tonjiiuto de dos hombres, con-
forme á la etiuiolo>;iu latina /«'/i/, de
i!<js en dos.
Kkmíiuki.vuo, da, adj. Xo tiene t;»n
mala «ira ijue dijramos; y, si se acom-
I>aña de su corresjwndiente v. bioijia-
' II- f«|ue \í\ usan alfrunos) podría pre-
-ciitar {Nink la publicidad los mismos
títulos tjue fuloijiafiítr, hisluruir y
otros. Resuelva la cuestión el doctísi-
mo en idioma castellano IKtn José
Mana Sbarbi, «jue en su propia sem-
blanza, (|ue ñiriira al freiite de su
Aiiiliii/ii Literario, habrá visto á bio-
iinijiíiilú nó una sino muchas veces. —
La resuelve usándolo él mismo en la
semblanza de Don Juan Nicisio Ga-
llego. Doña Emilia Pardo Haziin lo
usa también cuando dice: « Jorfie Sand
descal»a ver á los hombres ilustres de
su época biot/nifiíidoK jwr Plutarco»
(.\rtic. suelto Eleijiíij; asimismo Don
Joacjuin Hazañas y la Rúa cu sus
Obras de lliilierre de Celina y casi to-
dos los escritores modernos españoles.
BnJ<;R.\KO, FA, ni. y f. • Escritor de
vidas ¡«irticulares», lo define el Dice.;
pTo he ai|UÍ (jue han a|)arecido otros
interesados arrojíándose también el
mismo nombre; y son los ipie, por
medio del cincmat^ifírafo, exhiben he-
chos ó aa-iones de pers^juas. Hablando
(iaro,ómejordiclio,ct¡inoló<;icainentc,
no estii mal usur|>ado el nomlire, por-
i|Ue, si los dos componentes prie^)S,
¡iío; y -'sáoo, si<;nific;»n rcsiiecíiva-
mente vida y ijrabar, ya hiS reiilizan
adminiblemcnte estos últimos bioijrti-
fos, |ioniendo en acción «i repi'cscntan-
<\i> i/ifif¡raiiieiile la rida de las [lersonim.
MitK, cnino el idioma delx' atender.
antes (jue todo, á la claridail. no con-
vendría t|ue liiúi/ra/o tuviera estas dos
acc]». tan distintas, y por nuestra parte
!ux>nsejariamos ;i los poseedores del
nunlerno invento ipie se busíjuen otro
nombre m:is oriirinal.
Bió.MtK), m. «Combinación de un
cuerix) con doble cantidad de oxisre-
no». Término de Química recibido
por el último Dice.
Bii'KDE, ó níi'EDO, n.v, adj. De dos
pies.
BinLOCHO, ni. Es caiTuaje tiue, en
Chile á lo menos, ya ha p.xs;ido de
moda, y, como al|íunos lo confunden
con la calesa, el bombé y la silla de
mano, conviene recordar su verdadera
definición, que es: ucarruaje lifrcro y
sin cubiertiv, de cuatro ruedas y cuatro
asientos, dos en la testera y dos en-
frente, abierto por los costados y sin
portezuelas». El pueblo jwr su parte
estrojxja también el vocíiblo, diciendo
bilocho.
BiRMA.Nu, NA. adj. y ú. t. c. 8. «Na-
tural de Birmania. || Perteneciente ó
relativo á este país de la India Trans-
^aufíética». .\di|uisición del liltimo
Dice.
BlllKECT.vS(iii,o. .Vilj. admitido en
el último Dice, con remisión á 7'riáii-
ijulii esfcrito birrerláiiíjula, ijue es el
(pie tiene dos ángulos rectos.
BiiiRETE, m., ó HiKKurA, f., es el
solifleo encarnado (pie el papa da á los
airdenales al tieni]» de crearlos. El
sombrero de tres picos y ciiyivs partes
laterales se juntan fácihiiente, el cual
llamamos a(pií birrete, es en caste-
llano ciar, m.
Bisar, a. Re])etir, tnitíindose de
pic/.xs () trozos innsiciiles. Del latín
///.«, dos veces. Es novedad (pie jiie-
tenden intr<i(lucir los lúdanles de la
1G8
BIS
BIS
sociedad, ayudados por los gacetille-
ros de la prensa. ¡Buenas plagas son
ambos para la limpieza del idioma!
Bisco, ca, adj. y ú. t. c. s. Con z
(bizco) lo escribe el Dice, pero sin
razón á nuestro juicio (Véase Bisco-
CHO); y tanto menos, cuanto que bisco
63 una simple contracción de bisojo
(bis ocnJus en latín), que vemos escri-
to con s. Sinónimos de bisco y bisojo
son ojizaino, furnio, ojos de bitoque y
ojos luniios; el defecto mismo se llama
eslrabismo; por lo cual en el castellano
antiguo esfnibón significa bisco. Y
créese que por tener este defecto se
llamó también Estrabún (en griego
CT3x[ió; y en latín strabo) al célebre
geógrafo griego que inmortalizó este
nombre.
BiSCOCHO, m. No hay autor que
haya escrito sobre ortografía castella-
na que no haya notado la anomalía de
escribir el Dice, con z este nombre
(bÍZCOCh.O), siendo que su etimolo-
gía latina {bis coctus) y todas las de-
más voces castellanas compuestas de
bis abogan por la s; pero el Dice, erre
que erre, sin querer oír este universal
clamoreo. Ojalá hiciera una excursión
por los demás idiomas europeos, y ve-
ría que todos escriVjen bisroclio con s:
inglés y francés, biscuU; italiano, bis-
cotto; portugués, biscudo; catalán, Jí.'í-
í-íí///,- provenzal, besrueif, bescueig. Esta
observación ortográfica es aplicable
también á todos los derivados de bis-
cocho {bizcochada, biscockar, biscochero,
biscochuelo), que la Academia escribe
también con z.
Bisecar, a. Del latín bis (dos ve-
ces) y secare (cortar): dividir en dos
partes iguales. Es v. que usan y recla-
man los geómetras, como también su
liermano trisecar, admitido hace tiem-
po; y con razón, porque, si ya les da
el Dice, á bisección, bisector y bisectriz,
d/orliori deba darles el v., que es más
necesario. Admítelo el Dice, de Zerolo
en la forma bisecar y bisectar, co-
mo quieren algunos bárbaros.
Biselar, a. Dígase abiselar: ha-
cer biseles. Bisel: «corte dado oblicua-
mente en el borde ó en la extremidad
de una pieza limitada por dos caras
paralelas; como en el filo de una he-
rramienta, en el contorno de un cris-
t4tl, etc.»
Bisemanal, adj. No ha sido ad-
mitido; y, caso de serlo, no debe dár-
sele el significado de «que sucede ó se
repite cada dos semanas; que dura dos
semanas», sino únicamente «que suce-
de ó se repite dos veces por semana».
Esto y no más es lo que expresan los
dos componentes del vocablo: bis (dos
veces) y semanal. Lo que sucede cada
dos semanas se llama quincenal. (Véa-
se Bimensual). Digan lo que quie-
ran algunos ignorantes, no es posible
pactar con los errores; y, si nos ob-
jetan que en bienal y en bimestral
tiene la partícula bis el significado de
dos y nó el de dos reces, les contesta-
remos que también aquí están en el
error, porque estos adjetivos no se de-
rivan directamente de bis y el otro
componente, sino de los sustantivos
bienio y bimestre, que vienen así for-
mados desde el latín. Don Antonio
do Valbuena usa á bisemanal en el
mismo sentido defendido por nosotros,
según se ve por el contexto: «Y aun-
que no entremos á decidir ahora si
sus filoxeras eran diarias, ó tercianeras,
ó cuartanarias, ó simplemente bisema-
ncdes, pues sobre esto podría haber opi-
niones, baste decir....» (Rebojos, art.
Rejleriones).
BIS
BIT
169
Bisemanario, ria, adj. Aumiue
el simple semanario es ciístizo é i^iial
srinaiutl, lio ñus jwrece propio udiuitir
■ 1 conipnesio, ni c-onio ¡idj., ponjue ya
¡■•-■coniendanios pan» wc oficio á lUe-
iianal, ni menos como s., aunqne su
simple también lo sea, jK)n|ue mal se
uniriii el adv. Wj», dos veces, (sm un s.
Bisnieto, ta, ni. y f. Hijo ó hija
!o nieto 1) nieta. Asi, con s, y tamliién
' '«u ; (biznieto), escribe la Actde-
mia este vocablo; ¡t la cual hacemos la
misma observación que en Bl.SfcX'HO.
Bisobrino, na, y blstío, tía,
niiu. y ff. Son voces que proijone Ri-
\ixló en luííar de las familiares sobrino
■tifio (castizo resobrino) y tío abuehí,
resiKKtivainente. Á la verdad, están
liien fonnadiis y por el mismo proce-
dimiento ijue bisabuelo y binnielo, y,
¡ideuKls. no son eíiuivocas como sus
corresjwndicntes nobrino sejuntlo, tío
sfijundo; pero ¡qué hemos de hacerle!
'ru<lavía el tirano de las lenjrnitó. <jne
es el uso, no lus ha admitido, y mucho
menos el Dice, de la Aculeiuia, (|uc
en estas materias tiene ([Ue andar á
paso de tortuíra.
Bistec, ni. lUper: pl. bi/let/iies.
Aun'|Ue es mucho más fácil y natunil
[«ara los ijue hablan castellano ]>ronun-
ciar 1 que / antes de /. ha optado la
AtwJeinia )wr esta última letra y su-
primió uquc'lla, cuando en inglés, de
donde tom i hi ¡kilabr.t {liee/xleak), tie-
ne his doH. Valbuena en sus Itlfiins
l'llriiinarinos (t. IV, n." IV), usa
bistek: «Cómase usl'-<l buenos blS-
teks y déjeic de vol;iteri:is».
Bi.-iTfHÍ, in. Ilaoi en pl. bixliirix,
según Salva y B;llo: laOram itica de la
Academia calla, y, al hacerlo, indiui
clar.imcnte i[Ue deljc .sejíiiirsc lii refala
j.'encnd de los u<;udiis t<-rminados en
voc-al, tjue para formar el pl. ai;regan
la silalia es. El I fice, de Asonantes de
Benot trae bislaries. Couque, habien-
do variedad de opiniones y siendo que
no hay sermón sin Siui Agustín, ateu-
•rámonosal principio ó miixima de este
Santo: In dabiis libertas: en los cíísos
dudo.íos liliertad de pensar.
Bisutería, f. «Por ignorancia y
toqK'za escriben y estampan muchos...
bisutería, jwr buhonería, joijeria,
orfebrería, platería, etc., según los ca-
sos», ((ii-am. de la Acad.) En esta
etrilera de la Academia pueden tam-
bién comprenderse bujería (mercadería
de estaño, hierro, vidrio, etc., de poa)
valor y precio) y (¡uiwalleria ó quin-
qudleria (tienda ó lugar donde se ven-
de quincalla, que es: conjunto de ob-
jetos de metal, generalmente de escaso
valor; como tijeras, dcxlales, imitacio-
nes de joyas, etc.)
Bitadura f. «Porción de cable del
ancla f|ue se va á fondear, que se pre-
l>ara con adujas, sobre cubierta y con
la «tra de proa de las bitas, antes de
dar fondo.» Término de Jfarinu aduii-
tido en el último Dice.
BiT.NKUiicKo, A, adj. y ú. t. c. s. f.
Término de Botiinicade reciente admi-
sión.
BiTOXüO, adj. fam. Admitido en el
último Dice, con remisión á Niño bi-
/o/l^0(>4rt/i//o/o///io;muchachoqueqnie-
rc ó á quien se (piiere hacer pasíir jx)r
niño: nuestros cliilenos guagrualón
y guagualote.
BiT()(¿L'K, in. " Palo redondo con que
se cierra el agujero ó piquera de los
toneles,» es la única acep., y eso como
Anliiliirisnio, (|ue le reconoce el Dice.
Eii Chile lo usamos todavía tal como
h) detiniíi el de .Vutoridades: «wiñon-
cito de jeringa." Véa.se .iKKlxfiA.
la
170
BLA
BLO
BixíxEO, A, adj. y ú t. c. s. f. Tér-
mino de Botánica admitido en el últi-
mo Dice.
Bizantino, xa. adj. Además de las
aceps. que le da el Uicc, de «natural
de Bizancio, boy Constantinopla; per-
teneciente á esta ciudad,» tiene en
España y América la de «insignifican-
te, pequeño, menudo, de ninguna ó de
levísima importancia», por alusión á
los griegos, que aun en vísperas y al
tiempo de ser tomada la ciudad, esta-
ban tratando ó disputando de las cues-
tiones teológicas más insignificantes.
«Un breve resumen de cargos, bien
nutridito de color; una invocación á
las víctimas de la cruenta lucha; un
atrevido alarde de mi dereclio para
hablar así en medio de aquellas bizan-
tinas poi-fías». (Pereda, Pedro Sán-
chez, XXVI).
Blanco (Ex). «Sin aquello que se
poseía ó se deseaba alcanzar, ó sin
comprender lo que se oye ó se lee.
Usase con los verbos deja)- y quedarse^.
Esto dice de esta loe. en sentido fig.
el Dice, lo cual no empece, á nuestro
juicio, para que en sentido propio la
apliquemos á los libros ó cuadernos,
ó á la hoja ó plana que no están es-
critos ó impresos.
Bi.AXCOR, m., ó BLANCURA, f. Ca-
lidad de blanco.
Blandir, a. Mover un arma ú otra
cosa con movimiento trémulo ó vibra-
torio. U. t. c. r. «Era defectivo en las
mismas formas que abolir; pero mo-
dernamente ha empezado á usarse Man-
de, blanden...has formas que faltan á
blandirse suplen con las de blandear».
(Bello). Lo de modernamente que dice
el maestro, no es exacto, porque ya
en las comedias de Cervantes aparece
la forma blande.
Blanqueado, m. Hay blanque-
adura, bJanijiieamienio y blanqueo: ac-
ción ó efecto de blanquear. ^;Para qué
queremos más?
Blanquecino, dlanquinoso, blan-
quizco, y ant.blanquizo, adjs. Que
tira á blanco.
Blanquillo, m. Pez chileno {lali-
lus )u//ularis) de trece á quince pulga-
das de longitud y de color rojizo, más
ó menos pardo sobre el dorso y platea-
do bajo el vientre. Merece admitirse
en el Dice. — Llamamos también blan-
quillo, m., un durazno parecido al de
Zaragoza, pero de cascara y corteza
blancas.
Blas, n. pr. Dijido Blas, punto re-
dondo: expr. con que se replica al que
presume de llevar siempre la razón.
Adquisición del último Dice.
Blenorrárico, CA, adj. Pertene-
ciente ó relativo á la blenorragia.
Término de Medicina admitido en el
último Dice.
Blindado, m. Merece que el Dice,
le abra sus puertas de par en par. Véa-
se Acorazado,
Bloc, m. Así han dado en llamar
los políticos modernos, en sentido fig.,
al grupo ó partido que, compacto y
unido como un Moque (verdadera tra-
ducción del francés bloc), sostiene y
defiende á un ministerio. No es origi-
naria de Chile esta nueva acep., pues
la usan también los españoles, según
se ve en sus diarios y revistas, pero en
la forma española bloque y nó blOC
No nos parece mal aplicada la metáfo-
ra y por eso no vacilamos en aceptarla
por nuestra parte. En francés es de uso
corriente como s. solo y como comple-
mento: En bloc, en masa.
Block, m. Los comerciantes, que,
lo mismo que los periodistas, son para
BOB
BOC
171
los idiomas una potencia temible, nos
han introduc-ido i-sta palabra con el
significado de: cuaderno en blanco, de
hojas sueltas, pero peinadas todas li<rc-
rauK-nCe en un mismo canto, de suerte
que pueilan desprenderse con faciiiilad.
El e<|uivalente de blOOk 'lue nos ha
dado el novísimo Dice, es laro: «con-
junto de las hojas de p:i|)el sobrepues-
tas que forman el moderno calendario
de pared». Queda sin cjuivalente to-
davía el block para cartas ú oti-os
escritos. <|Ue es de |Ki]iel en lilanc>> y de
forma más jrraude. Cuando el block
€S iie<juerio y sir\"e |Mn» tomar not;is ó
apuntes, jiueile traducirse |>or «//<>«//<;,
f. (libro ó cuaderno en que se apuntitn,
p;tra no olvidarlas, a>|Uellas cosas que
se han de hacer), ó por memuráwlum,
m. (librito ó csirtera en que se apun-
tan los cosas de que uno tiene que
acordarse).
Blondo, da, adj. Significa rubio y
nó rrf.tjw, como han creído alirunos
Ulerat<« de aguachirle. — Ri"KO, FA, es
el que .nignihca las dos ojsíis: rubio,
rojo ó bermejo, y de jk-Io ensortijailo.
BtogrE, ra. fig. Véisi- Bloc.
Bixxji'KADoK, i;a. adj. y li. t. c. s.
Que bloi]ue:i. .Vdniitido en el Suple-
mento del liiiinio ¡)icc.
Boa, f. Prenda de abrigo, que usan
las mujea-fl ¡«an» rodear el cuello, he-
cha de [)iel 6 pluma y en funna de cu-
lebra. .\cep. agregada al articulo HoA
en el último Diw. /lotí en t<Klas sus
aoe|«. es f. .\o puede pues rlecirsc el
boa, como lo usan algunos.
Buhada, iioi)KiiÍAy«///. bobedad,
f. I)icho ó hecho necio.
BoiMi, iiA, adj. y ú. t. c. s. !>e muy
corto entendimiento y capacidad. Tie-
ne por aumentativo á bobniicún, na,
bi/hiiriúii. mi, v biibolr, ln, i|iii- t. hc
Uían c. s.: jwr derivado ó hobulias,
com. fam. (jK-i-sona muy lx)ba) y A
bobatel, m. fam. (hombre muy l»ob(i);
y l>or sinónimos á bodoque, alcornoque,
bambarria, com., hato, bausán, bucé-
falo, cafre, calabaza, f., camueso, cer-
nirulo, ciruelo, ijofo,fa, adj., leño, ma-
dero, mamacallos, mameluco, mastuerzo;
meliloto, memo, mentecato, motolito (es-
t')s cuatro últimos son adj. de dos
t<.'rm i naciones y ú. t. c. s.), panarra,
m., pelele, zamacuco; zolocho, zopenco.
Elsios dos últimos son también adjs. de
dos terminaciones y pueden usarse co-
mo sustantivos.
BtX'A, f. Figuradamente significa
«alMjrtura. agujero», y jwr eso decimos
en Chile /'/ boca de la manta, del pon-
cho; pero más j)ropio nos parece el
término cabezón, m., al cual expresa-
mente da el Dice, este signilicado:
«alxírtura «pte tiene cualquier ropaje
para poder sacar la calx;za». — Boca de
sapo llaman en las jieluquerias cierto
instrumento que usan para encrespar
el t-al)ello, é ignoramos qué nombre le
darán los Fi'jaros españoles, si es que
no emplean el mismo que los chilenos.
— JJoca santa llamamos en Chile la de
la |iersona que de nadie murmura; lo
Cf)nfrario de Imca de escorpión (persona
muy maldiciente) que trae el Dice.
En verdad que es una exjir. ¡xíríecta-
mente formada, bien signifií'ativa y
cristiana, y ojalá haya muchos que se
hagan tlignos de ella. — Mientras me-
nos bocas, más nos toca, es refrán muy
usado en Cliüe para significar que.
dism¡nuyen<lo el mimero de personas
que debían fiarticipar de una cosa, au-
menta la paite jiroporcional de los (juc
Bc hallan presentes; el cual no se usa
por sentimiento ile egoísmo ni de co-
dicia, sino úuiraiiM iilf por triacia y
172
BOC
BOC
donaire. Xo lo hemos visto en ningún
autor español, y, como es bien forma-
do y expresivo, bien puede acogerlo
el Dice.
BocABARRA, f. Cada uno de los
huecos hechos en el sombrero del ca-
brestante, donde se encaja la barra
para hacerle girar. Término de Mari-
na admitido por primera vez. En pl.
tocaharras.
Bocacalle, f. Pl. bocacalle!!.
Bocado, m. Muy usada es esta voz
en la fr. fig. y fam. bocado de reí/ ó de
principe^ que, según D. J. M. Sbarbi,
se aplica :l todo aquello que, por su
óptima calidad y excesivo precio, es
difícil de adquirir. Aquí se confunde
cou la otra fr. bocado de cardenal, que
usamos por — manjar ó dulce muy ex-
quisito. Según el mismo autor, tras-
ciende á italiano macarrónico puro
(boccalo di cardmcdi), porque en el
idioma del Tasso bocado se dice boc-
cone ó boccafa, en tanto que boccaío se
aplica á todo aquello que tiene boca,
como olla, horno, etc. — Durazno
de bocado llámase aquí uno peque-
ño y pelado, que madura á principios
del verano, y que en cuanto al hueso es
abridero ó abridor, porque el fruto se
abre por medio y lo suelta con facili-
dad y limpio de carne, ó en chileno,
prisco. (Véase esta voz). — Hela-
dos de bocado son en castellano
mantecado, m.: «compuesto de leche,
huevos y azúcar, de que se hace un
género de sorbete». Adviértase que el
sorbete español no es lo que aquí llama-
mos con ese nombre, sino que corres-
ponde á nuestros helados.
Bocallave, f . Parte de la cerradu-
ra (en chileno chapa) por la cual
se mete ó introduce la llave. La voz
está bien formada, y, si no tiene equi-
^"alente en castellano, como parece,
IHiede muy bien admitirse. El pl.
sería bocallaves.
BocamanCtA, f. Pl. bocama7iffas.
Bocamina, f . Abertura que sirve de
entrada á una mina. Es término muy
usado en Chile y sancionado por nues-
tro Código de Minería. aEl registra-
dor está obligado á labrar, dentro del
plazo de noventa días, un pozo ó bo-
camina de cinco metros á lo menos de
profundidad vertical, que sirva de
punto de partida para fijar la ubica-
ción de la pertenencia y para hacer
constar la existencia del mineral que
se va á explotar». (Art. 35). El voca-
blo está bien formado, y, si no tiene,
como parece, equivalente en castella-
no, bien puede admitirse. El pl. debe
hacerlo, como todos sus semejantes, bo-
caminas. En el Dice, de Autoridades
hallamos cabeza de mina, que, segiin
se ve por la definición («el principio
ó la entrada de las minas que se hacen
en las montañas para sacar los meta-
les»), equivale á nuestra bocamina,
pero ha sido suprimido en los Dices,
posteriores.
Bocarada, f. Bocanada. Pl. bo-
canadas.
Bocatoma, f. Es de uso general
en (ühile y corresponde al bocacaz cas-
tellano: «abertura ó boca que se deja
en la presa de un río, para que por ella
salga cierta porción de agua destinada
al riego ó á otro cualquier fin»; ó á
boquera: «boca ó puerta de piedra que
se hace en el caz ó cauce para regar
las tierras». También hay en castella-
no boquilla, que es una bocatoma
más pequeña, porque es «cortadura ó
abertura que se hace en las acequias
á fin de extraer las aguas para el rie-
go». Véase Toma.
BOC
BOC
BoCAZo, ni. Kxplosicin fiuc silf ytoT
la Ikxh» del Iwrrvno sin prodiicir efo*.'-
to. Ailmitid") nxientenieiitc.
BCR'IXA, f. Ann(|nc tiene liifnra «k-
bocina el iiLStninicnto <|ue {mni oír
ii<aii los sonloís sin enil«anp>, Kis que
<inicn)n hablar castellano llámenlo con
su \enla«l'To nombre, <jue es ferlintaiui
(i trniiiiif/il'ii, — Del Aflf/'/i castellano,
<|ue sijniilica «pieza retlonda de cs]iar-
to ()uc se jioiic por defensa alixile Jor
de los C!il)OS de las rneila'* de t-.irros y
galeras», provino sin duda, ]K>r cierta
st-niejanza en el oficio, el chilenismo
bocina, que corresponde á la aran-
dela, rilorta ó folamirra csixiñohn, es
decir: «chapa cin-ular do hierro ú otro
metal, con un agujero en el centro,
que se coloca en los ejes de los carrua-
jes, on los machos de los tornillos y
en piezas semejantes de las máquinas,
para evitar el roce de las superficies
entre las cuales se interpone».
B<x;io, p.\i'KRA y coto son para el
Dice, términos qu'.' sicrnitican exacU»-
ment<? lo mismo, esto es, «tumor ipie
8e fonna en la jKijKula ó en otros pun-
tos del cuello, d(.-s<Je la i;ar<;anta hasta
las orejas». Dejando á la lledicina la
resolución de si los tres son completa-
mente sinónimos, srilo queremos dejar
constancia de que los chilenos distin-
piiinios la ¡tapera del roto en que aque-
lla es un tumor pefjucño en la paróti-
da, y wtc un tumor lia-stantc ffrandc
en el cuello. La palabra Ao'-w no es
usada por el común de nuestni ^ente.
La 2.* acep. que el Dice, da á ¡taróli-
fia, «tumor intlainatorio en lairlándula
del mismo nombre», es propiamente
lo que aquí llamamos papera.
Boíf)X, .VA, adj. fam. y ú. t. c. s.
«Que tiene la iKK.'a mny grande || fi},'.
Que habla mucho y echa bravatíts».
Aplícalo tíunbióii nu<'stro puelilo (y
aun el español, como se ve en las no-
velas de (ialdós) en sentido li<;. al
maldiciente ó murmurador que halila
de cosas ocultas; y á veces lo hace si-
nónimo de Acusete. Véase estu
voz.
Bix iix), lu, adj. tjne tiene jírande
la boca. De i-onsifruientc, es menos que
hocún, ponjue este es el que la lieue
miiij i/raivie.
Bocllán, m. (Del araucano va-
rheii: p;»pi.s, triiro que salen sin
sembrarlos). Rastrojo de chacra, lo in-
terpretan Rodríguez y sus copistas.
Nosotros no lo liemos oído jamás y
dudamos mucho de que se use afinen-
de la frontera araucana.
Boclie, ni. Así llaman aquí iilirii-
nos el hollejo que qUL'da del triíjo des-
pués de sac:ido el almidón.
BocHrxc'iiE. m. Pocas ideas podr¡iu
e.xpi'esarse en Ciístellaiio con nombres
ui;i3 variados y iiiiiiicrosos (¡iie las
ideas de alljoroto, asonada, peiulencia,
batahola, etc. Parece que los españoles
fueran muy dados á todo esto, cuando
tanto han enriquecido su idioma en
este punto; y, no contentos con todas
las palabras que tienen, han ([uerido
también darla de ¡generosos admitien-
do á nuestro bnrliinrhe, como Ameri-
canismo, y á su hijo el adj. horhiitrhe-
ro. Véase ahora la <rran riqíifza <lel
castellano en esta materia. .Vdeiiiás <le
las palabras indic".idas y con diferencias
casi imperceptibles, t'n-wvw. fullona. iin-
zapera, f/azapina, marimorena, pelnzi/a
ó pela-a, peleona, pelolera, ipiimera, re-
dopelo ó redrapelo, repelo, rifa, rijirra-
fe, rija, riña, saiifranria, sarracina,
tasquera, liberio, lrapi.<<onda, zacapela
ó zacapella, zaraijala, zipizape, zurri-
hanila. hronca. hroniftiimi. vW.. etc.
174
BOD
BOE
Bochinchín, m. Diminutivo de
hnrhtnrhe j usado por el pueblo sola-
mente.
Bodas, f. pl. Bodas de Camacho.
Por alusión al célebre episodio de este
mismo nombre y original del Quijote,
llámase asi, figurada y familiarmente,
una comida, cena ó banquete rumboso
y abundante. Es expr. usada por todos
los escritores españoles posteriores á
Cervantes, admitida por Caballoi-o y
digna de figurar eu el Dice. — Bodas
de cobre, de piafa, de oro, de diamante:
expresiones figuradas y familiares que
se usan para significar la fiesta con
que se celebran los doce años y medio,
los veinticinco, los cincuenta ó los se-
tenta y cinco, respectivamente, de ma-
trimonio, de ordenación sacerdotal, de
in'ofesión religiosa, de gobierno ó rei-
uado, etc. Tan usadas son ahora estas
bodas y tan difíciles de reemplazar por
otros términos, que, mal que les pese
á ios puristas, al fin tendrá que admi-
tirlas la Academia, especialmente las
de plata y las de oro, que son las más co-
munes. Aunque provengan de costum-
bres muy ajenas de nuestras comarcas,
como dice Cuervo, y aunque sean in-
ventadas por los franceses y echadas
á volar por los catalanes, como se ex-
presa Vall)uena, el hecho es que las
tales bodas existen y se celebran ya eu
todo el mundo con más ó menos pom-
pa, y es necesario darles algiin nom-
bre. ¿Las llamaremos vigesimoquinto
ó quincuagésimo aniversario ó cumplea-
ños de..., celebridad ó celebración de...,
quincuagésima tornaboda, etc.? Pero
todo esto es tan prosaico y estirado,
que apenas puede tolerarse en el len-
guaje serio y académico: eu el sencillo
y fam. son de absoluta necesidad las
bodas de plata y las de oro, por más
que hayan sido bautizadas con las
aguas del Seua y nó con las del lilan-
zanares, el Ebro ó el Betis.
Bodega, f. Xo quedan incluidas en
las definiciones de esta palabra las bo-
degas ó carvos-bodegas de los trenes ui
todas las demás que hay fuera de los
puertos ó que no son para vinos; por-
que es de advertir que el Dice, restrin-
ge mucho las aceps., al limitarlas sólo
á los puertos y á las de vino. He aquí
las definiciones: «En los puertos de
mar, pieza ó piezas bajas que sirven
de almacén á los mercaderes; lugar
destinado para encerrar y guardar el
vino de la cosecha». De suerte que, si
«esta pieza ó piezas bajas que sirven
de almacén á los mercaderes» están en
otros lugares que no sean puertos, por
ej., estaciones de ferrocarril, ¿dejan de
ser bodegas? Y, si eu una bodega hay
todo género de licores menos vino,
¿pierde por eso su nombre? Más liber-
tad y amplitud en sus definiciones,
señor Dice.
BoDEGAJE, m. Derecho que se paga
por conservar en bodega las mercade-
rías. Es muy usado en Chile, y, como
está perfectamente formado, tiene ple-
no derecho á ser admitido. Y no se
alegue que puede sustituirse por ahna-
cenaje, porque éste dice relación con
almacén, y almacén no es bodega.
BÓER, adj. Aplícase al habitante
del Orange y del Transvaal, estados
del África Meridional. Ú. t. c. s. || Re-
lativo ó perteneciente á los mismos
habitantes: industria bóer, costumbres
BOERS. Es voz que en holandés signi-
fica campesino y debe pronunciarse
bur; sin embargo, aquí la hemos cas-
tellanizado y la pronunciamos tal co-
mo se escribe. No varía para el feme-
nino, y en el plural agrega una s
BOF
Boa
17.".
(boers). ;Cóino (kjar de incluir en
todos los diccionaric»s un nombre como
c.^ie, cuyos portadorus, con su valor
mas qUL- cs|k)rcano y con su lien>iii»
coiisiuiicia, lo han inmortalizado p:ira
siempre!'
IíokkSa, f. Euibucliado de Iwfes de
ct'rdo. Provincialismo de la Mancha
admitido en el último Dice.
lUiPETADA, f. Como en Chile con-
funden ai-runos esta jialabra con las
dem;i8 (jue exj)resan ideas poco más ó
menos parecidas, las pondremos aquí
todas con sus corres|X)nd¡entes defiui-
1 -iones. Uo/f/ti'lti: «golpe (lue se da en
1-1 carrillo con la mano abierta». — Jio-
''fó.'i: «iKjfetaila grande», ó simple-
mente «iHjfeuida». — Cíiflielf: «golpe
I pie se da á una persona con la mano
abierta». (Cachetada no es Ciistc-
llauo). — liunnldiln ó i/ioinlazo: «golpe
<|Ue se da con la mano abierta «. —
ilojifóii: «golpe que se da on la cara
con el puño». — Palnunht: «fgoljx; dado
con la palma de la mano». — Piiñtuln,
puñetazo y ¡tunelf: «golpe que se da
i-on el puño». (El Dice, no hace dis-
tinción entre catas tres voces, y con-
vendría que la hiciera, sobre todo entre
piiñiii/ii y pitiiriazo. (Puñetada no
es i-a'íteilano). — éStijxijm: (.-omo lo dice
la etimología »o, pn/io, deWjo del pa-
¡»o: »gol|)e que se da con la mano de-
l»ajo de la paluda»; y familiarmente,
«lK)fetada». — Tahulailii y lahunnzo:
«golpe que se iLi con la mano»; y fa-
miliannente, • Iwfetada ». — Tamhori-
liiibi: «golj»e dado con la mano en la
riilieza ó en las espaldas». — TurnUrúii:
»<i(>lpc (|ue de mano de otro reciije
lino en la cara ó en la tíiliezi, y esj»-
cialmente cuando .seda de revés». —
Tiiiiiiimlii y trompis: « puñetazo ».
(Trompón en c«te sentido no es cas-
tellano).— Finalmente, moquelf y la
voz tig. y fani. snjilunwfos: «golpe que
se da á uno en la cara, cspec-ialmentc
tocsindole las naricesT.. Véanse BiCO-
ca, Cachuclia y Coscacho).
Bofetear, a. Ahoftliar: dar de
bofetadas.
BoiiA, f. Xo significji «crédito, nom-
bradla, aceptación, fama», sino «ac-
ción de bogar ó remar». Xo deln; pues
decii"se de una jx'rsona ó cosa que al-
canza ó tiene mucha boga, sino
(pie cxtii en l»ii/ii, inirque la fr. Ks/nr
en boi/a si (pie es custiza por los cuatro
costados y significa «gozar de-ticept;i-
ción ó faina». Ojalá el Dice, no la hu-
biera restringido á rosa solamente, pues
se dice también de las {nji-sonas: y aun
mejor hubiera sido desixijarla del v.
eslar, dejándola en la simple loe. en
boi/ii, ])orque ílsí sola se us;x muchas
veces, y otnis con los verlws hallarse,
enronlrarse, poner, andar. «Hoy amia
mu;/ en boya la bondad; acaso porque
lo bueno escasea». (Harait, iJirr. de
Gal., avt. Boxiui»). Reconocemos, sin
embargo, (jue el vocablo bo¡ia va cami-
nando á pisos agigaiitíidos al signifi-
cado espurio, jxjr el uso que están
haciendo de él escritores tan estimables
como los siguientes: Don Enrique Ha-
mirez de Saavedra, Duque de líivas:
«Las Carlas Iransreiidenlales (pie
tanta boipi al(?anzaron, fueron ya la
geiiuina expresión de su talento agudo
y original»; Don Severo Catalina: « Xo
se confunda pues lo que era y es natu-
ral reminiscencia, elemento remoto...
de un orden de ideas..., con lo (jiie
fué realmente restaurac¡(')ii y ¿«//«...de
atpK-llas mismas fábulsis y tlesvaríos»;
Menéndez y I'elayo: «En esta é|KM'a,
(pie fiK- de gran hoi/a del Pam¡>li¡lus,
muy olvidado despUí's. se jniblicaron
17G
BOH
BOL
además una paráfrasis francesa en ver-
so... y una Farsa in li.ngita thosca».
Bohardilla, f. Admitido en el Su-
plemento del último Dice, como forma
igual de buhardilla ó buharda: venta-
na que se levanta por encima del te-
jado de una casa, con su caballete
cubierto de tejas ó pizarras, y sirve
para dar luz á los desvanes ó para sa-
lir por ella á los tejados. || Desván.
Bohemia, f. Vida del bohemio.
(Véase el siguiente). Es voz usada en
la literatura contemporánea y digna
de admitiree.
BoiIfíllIAXO, BOHEMIO y ÜOHEMO, A,
adj. y ú. t. c. s. Xatural de Bohemia.
Bohemo y también bohémico se aplican
á cosa perteneciente al reino de Bo-
hemia.
Bohemio, mía, m. y f. «Familiar y
metafóricamente, persona sin casa, ni
hogar, ni ocupación» (Caballero); y
de costumbres más ó menos libi-es,
agregaríamos nosotros. || Adj. perse-
neciente ó relativo á esta clase de per-
sonas. Es voz que priva mucho en el
moderno sensualismo; pero, como na-
da hay nuevo bajo el sol, se ve que es
una simple ampliación de la acep. de
«gitano», que le da el Dice; porque
¿qué otra cosa que gitanos son los mo-
dernos bohemios? De ellos puede con
toda exactitud decirse lo que de aqué-
llos se dijo, «que los que andan en
España no son gitanos, sino enjambres
de zánganos y hombres ateos, y sin
ley ni religión alguna, españoles que
han introducido esta vida ó secta del
Gitanismo, y que admiten á ella cada
día gente ociosa y rematada de toda
España». (Sancho de Moneada, Ex-
pulsión de los (/itanos). También se les
puede aplicar con toda exactitud la
primera quintilla con que Cervantes
pinta la vida de los verdaderos gitanos:
Mira. Pedro, nuestra vida
Es suelta, libre, curiosa,
Ancha, holgazana, extendida,
A quien nunca falta cosa
Que el deseo busque y pida.
(Pi'iiro de Ujulemalas. jornada 1.")
El ser los verdaderos bohemios gente
non sancta viene desde antiguo, según
se ve en la Vida de S. Jerónimo del
P. Sigücnza, 1. IV, disc. V: «Eneas
Sylvio en el Del origen de los bohemios,
que son los esclavones de (¡uien vamos
hablando, afirma que todos los absur-
dos y bestialidades de los Taboritas y
Oribitas nacieron de que tenían la
Santa Escritura en la lengua vulgar
y no la entendían».
Bola, f. Cada una de las bolitas,
por lo general blancas y negras, que
pai'a votar se usan en comunidtides y
corporaciones se llama en castellano
balota ó haba, y nó bola. — También
se llama Iwla eu Chile cierta cometa
grande y de forma redonda, que por
lo general se hace de tela, en lugar de
papel, para que tenga más resistencia,
y se eleva con cordel, en vez de hilo.
Si en castellano no tiene nombre par-
ticular, según parece, bien puede que-
darse con el chileno, ya que á la simple
vista y eu la altura ofrece el aspecto
de una verdadera bola. — Bola es cas-
tizo en el significado de «mentira»;
pero más exacto habría sido hacerlo
sinónimo de pajarota, pajarota'la, es-
peciota, tn/fa.— Gomo bola, ó re-
dondo como bola, ó más redon-
do que una bola, decimos aquí, en
lenguaje lig. y fam., del que es muy
torpe ó de escasa inteligencia: en cas-
tellano, boto, mentecato, topo, zamacu-
co; y mejor bolo (hombre ignorante y
de cortas luces. Ú. c. adj.), del cual
BOL
BOL
177
piia-o-' liiiK.i-sc foruuulii la fr. — ConXO
bola guacha, « fr. ti;:, y fam. con
ijue tk'ji;:iiaiiios en Cliik' :t la jx'rsdna
ijue anda de una ftarie á otra y sin
nimtio lijo, ¡i semejanza de uun lióla
<uelta y sin ilueño, que nieila :'t volun-
tad il'- ••nali|uieni i|nc la irnimls». (Vt-a-
- Guacho).— Echar bolas á la
raya, es fr. ti<;. y fauí. cine nsnnios
en ("hile por-conieter desaciertos de
IHilaiiru ó de act-ión y más ó menos
bunios y srroseros. Parece haliersie to-
mado, {lero en sentido irónico, del
juf'_'i> de la anrolla (en chileno, de laS
bolas), en el cual echar una lióla á
la raya ó al remate del jne<:o. es iranar
un |>iintoü raya. — LaS bolas "jue-
go de las bolas se llama en Chile,
lo mismo <|ue en Cuba, la un/olla:
«juc'o. cuyo principal instrumento es
una argolla, (|ue, con una esjiipi ó
puntit a^nda que tiene, se clava en la
tierra, de n)odo que pueda moverse
fácilmente alre<ledor, y ¡xir la cual se
lian de hacer ¡)as;ir una-s Iwjlas de ma-
dera, que se imiielcn con {alas cónca-
vas».— Xo llar m hnln: fr. fam. (jue
usamos en sentido projiio y ti;;. Kn
sentido propio es no acertar el jnjra-
dor d-.' billar en la l)ola contra la cual
ha tirado. I', t. sin iiejíición. En este
sentido nada le vemos de reprochable,
jiues toiliis las palabra^; que la coni¡)o-
neu Mtiii tom i hn en su propio y
Verdadero significado. En sentido fig.
..I qne Gütá mal usada, porque la ver-
■lidera y castiza es Xo < lar pie mu ho-
l/i: «e<|nivi>ciir3e muchas vece-i sej^ni-
daí»; aunque nosotros la usamos má-!
bien en el sijuifiísidíi de-no aíjertar en
nada de lo qu>- s<' tr.ita, no sal>cr atjir ni
il--Siitar, no diirptdolwld. — Raspar la
bola, como se dice en Chile, es en cas-
{AXaiw fK-iinir la //y V/.- huir, esc:ip:ir.
HoLAüA. f. Jíaiíjares apetitosos que
se llevan de afuera á j>ersonas ence-
rrad;i.=, como colesriales, asilados, prc-
Fos. En sentido tijr-, cualijuier cosa
buena que estaba oculta y llega á des-
cubrirse. En ambas aceps. es muy
usado en Chile, y uo es otra casa que
el bohiilo español, que. sp>riin el Dice,
de Autorithides, es » panal de aziicar
rosado [ó azucarillo]. Es usado en
Arapjn y otras jiartcs. Paixxxí viene
del p;rie<;o holoK, li del latino holux. (jue
vale bocado». Siendo asi, no hay por
qué escribirlo con v, como lo hace la
.•\cademia en sus i'iltímos Dices., dán-
dole falsamente por etiniolo<;ia el v.
voUtr. Los que tengan escrúpulo para
usar el chilenismo, pueden decir para
la 1." acep. pdprele.i, m. pl.: «golosinas
ó bocíidos apetitosos».
Bor,.\X[>isTAS ó BoLAxnos, m. pl.
Asi se llaman los sabios jesuítas que
desde el siglo XVII vienen escribiendo
la obra más colosal de Hagiografía
conocida con el titulo de Ac//i Sfinrló-
nim. La voz está tomada del primer
Padre que comenzó la obra, Juan Do-
lando, y es digna de figurar en el Dice.,
pues se usa ya en todo el mundo.
BoLDO, m. Arbusto muy común en
los cerros de Chile, «cnyos caqiidios
son unas pequeñas drupas comestibles,
últimamente recomendado como re-
medio en las cufermcilades del hígado
( Boliloa frniiranx)t>. (Phil¡p]>i). Ya es
tiempo de que el Dice, acoja esta \oz.
Boleadoras, f. pl. (; Vendrá do
la voz de <iennanía hnlcador: el que
hace caer á otro.' Por lo menos, la for-
m;i y el significado le cuadran á ma-
ravilla ). Son las boleadoras " un
instrumento para aj)rehender anima-
les, usiido fK)r los hombres de carn|X)
V \r)T los indios de la Patigonia. Con-
l'J
178
BOL
BOL
siste en dos ó tres bolas de piedra ú
otra materia pesada, retobadas y
sujetas á otros tantos ramales de huas-
cas torcidas ó bien de trenzas formadas
de tientos (tiritas de cuero). Eu el
juego compuesto de tres bolas, dos de
éstas son iguales, y de tamaño menor
la tercera, que sirve de manija en el
acto de voltear aquéllas al jinete para
darles vuelo y dirección. Arrojadas á
las patas del animal (toro, caballo, etc.)
que se trata de aprisionar, enrédanse
en ellas, por cuyo efecto cae ea tierra.
Eu el juego de dos bolas, la una, que
sirve de manija, es menor que la otra,
y ambas, por lo regular, menos grandes
y m;is livianas que las del juego de tres,
asi como más delgada y corta la trenza
ó huasca que las sujeta. Usanse en es-
pecial estas boleadoras para volcar
avestruces, venaíLís y otros animales
semejantes, arrojándoselas á las patas
ó al pescuezo. El retobo, en lo que se
emplea regularmente el garrón por su
forma y consisteiicia, á la vez que sir-
ve para afianzar la bola en la huasca
ó trenza, evita que la piedra, hierro,
etc., de que está formada, dañe al ani-
mal, cuando se le quiere solamente
aprehender, como sucede en los traba-
jos de las estancias». (Granada, Vocab.
Rioplatense). Poco conocidas son en
Chile las boleadoras, y por eso he-
mos tomado su descripción de un autor
argentino. Nuestros araucanos, que
también suelen usarlas, las llaman
laque. (Véase esta voz). Insertare-
mos también la descripción que ha
dejado de las boleadoras el clásico
Padre O valle: «Usan estos indios [los
pampas] de otro género de armas ex-
traordinario, el cual se compone de
dos bolas, como naranjas medianas,
la una es mayor y es de piedra perfec-
tísimamente labrada á pulimento, la
otra es de una vejiga ó cuero á manera
de pelota, que llenan de alguna mate-
ria menos pesada que la piedra. Están
estas dos bolas atadas fuertemente á
los extremos de un recio cordel, que
tejen de nervios de toro, y puesto el
indio en un alto, tomando eu la mano
la bola menor y de menos peso, de-
jando la otra en el aire, comienza á
hondear con ella, trayéndola á manera
de honda sobre la cabeza, mientras es-
tá haciendo la apuntería para derribar
al contrario. En habiendo asegurado
el tiro, arrojan aquélla como cadena
con balas, la cual, llegando, como pre-
tenden, á los muslos ó piernas del ene-
migo, con una y otra vuelta que da la
bola de piedra, con el grande ímpetu
que lleva lo enlaza, de manera que, en
un abrir y cerrar de ojos, lo traba y
lo derriba en tierra, como á un pollo;
bajan luego de lo alto donde estaban,
con tanta priesa que, no dándole lugar
á desenvolverse, lo hacen pedazos en-
tre las manos; y es tan poderoso este
instrumento, que basta no sólo para
enlazar y derribar un hombre, sino
también á un potro, un caballo y un
toro de los muchos que se crían en
aquellos campos después que los esjDa-
ñoles conquistaron aquellas tierras».
(Histór. relación, 1. III, c. VII). El
P. Acosta llama simplemente plomos
á las boleadoras: «Usan los indios,
particularmente para coger estas vicu-
ñas, cuando llegan á tiro, arrojarles
unos cordelejos con ciertos plomos, que
se les traban y envuelven en los pies».
(Hisf. Luí, 1. IV, c. 40).-Dejamos á
nuestros vecinos los argentinos la
defensa de esta voz ante la Aca-
demia.
Bolear, a. Es chilenismo, aunque
BOL
BOL
170
no muy usado, en el signifícado de-
reproliar en uu examen; {wr alu:>ión a
las bolitas (bulolax ) (jue se usan par.i
tales actos: y es argentinismo en el
sentido de-arrojar las boleadoras
á las patus ó pescuezo de un animal,
para aprelieiiderlo; en lo cual coincide
con un bolear i]ue el Ditv. admite co-
mo voz familiar en el signiñcado
de-arrojar. En Chile úsase para esto
laquear. (Véase esta voz). Según
Granad:!. <lan también los argentinos
¿ bolear la awp. fig. de-envolver,
enredar, tniinp.-ar á alvruno. hacerle;
ana mala juirtida.-* )tro signiticsido que
se da en Chile á bolear, aun(|ue
también es poco usatlo, es el de-reilon-
dear una cosa dejándola como lx)la.
En ca.stellano existe también bolear,
pero es n. y signitici: « En el juego de
trucos y de billar, jugiir por puro en-
tretenimiento, sin interés y sin hacer
partido, jj Tirar las Iwlas <le madera ó
de hierro, a|)ostando á quién las arroja
mis lejos. II Provincialismo de Murcia:
echar muchas mentiras».
Boleta, f. Xo ¡uitoriza el Diw. el
8igniti(-a>li> tan usiido en Chile, de-
borrador que dan las partes al notario
para ana escritura pública. La voz
boleta es castizi. poro en otros siguiti-
cados muy distintos.
Boletería, f. Xo existe en caste-
llano y dígase laquilln: «cjisillero para
los billetes de tejitro, ferrocarril, etc.
Por extensión, despacho de billetes».
,;Corregir<i alguna vez el error la l)i-
rección de P'errocarriles del EsUtdo
[Chileno]? Si no di*face otros entuer-
tos de más entidad, porque son contra
la vida y el l»ols¡llo de los pasajeros,
menos lo har.i, tratiinduse de volver
f»or los fueros del idioma, y (|uiz:is
para siempre nos (piedaremos leyenrlo
en todas las estaciones el feo titulo de
BOLETERÍA.
Boletero, m. Si no es castizo
boleto, menos lo seni el derivado,
(jue significa erpendedor tie billeles.
Más lógico seria llamarlo billeliro, jie-
ro tampoco aparece en el Dice: sin
embargo, puede admitirse sin dificul-
tad. Véase Euo (SrsTAXTivo.s k.\).
Boleto, m. Basta y sobra con
billete, que lo reemplaza en todas sus
aceps. el ultra: «tarjeta ó minia (¡ue
da derecho para entrar ú ocujiar asien-
to en alguna parte; cédula impresa ó
manuscrita que acredita participación
en una rifa ó lotería». El único bo-
leto chileno que no entra en esta de-
finición es el de las casas de agen-
cia ó (le emporwK y que en castellano
se llama boleta. Por su forma es bo-
leto eorruijción de búlelo, diminutivo
de bula y jxtr consiguiente, sinónimo
de brere. eDiéronsc luego letras cita-
toriiis contra el Provincial.... \ntes de
notifiairle el búlelo citatorio, metié-
ronse personas graves de por metlio».
(Juan Valladares, Caballero venluroao,
aventura XX.VII). En cuanto á su
uso, será liartí) difícil desten-arlo, pir-
que ya corre liljremente por todo Mé-
jico, Peni y Chile, y quiz:'ts en otras
repúblicas m¡U de Sud-América.
Boliche, m. Tomado de la Ger-
manía, en que significa «casa de jue-
go», se usa en el X'orte de Chile y en
la República .Vrgentina por-figoncillo
(j bodegón de mala muerte; tienda de
banitija-s. En ca.<<tellatio, entre otros
varios significados, tiene el corres|K)n-
diente á nuestro emboco ó embo-
que. Véiisc esta voz.
UoLlNKRO, KA, adj. Formado de la
acep. fig. y fam. (pie tiene bolina, de
« ruido ó bulla de pendencia ó desazón p,
180
BOL
BOL
no es tan despreciable que digamos y
bien puede aceptarlo el Dice. Cuenta,
por lo menos, con el uso general de
Chile. Los que rehusen aceptarlo, tie-
nen en su lugar alborotador, turbulen-
to, Imllangttero.
Bolita, f. dim. de bola. Aunque
bola es cuerpo esférico de cualquiera
materia, y por lo mismo estaría bien
dicho, sin embargo, reservamos aquí la
forma dim.: 1." para la bolilla que en
la Universidad y en otras comunida-
des se emplea para votar, la que en
castellano tiene el nombre especial de
balota; y 2." para la bolilla de piedra
ó de cristal que emplean los niños en
varios de sus juegos. Jwjar á las bo-
litas. Para esta acep. sólo hemos ha-
llado en el Dice. la voz pitón, aunque
con la nota de jfrovincial de Aragón:
«piedrecilla con que los muchachos
juegan al juego de los cantillosD. Este
juego, que parece ser el que aquí se lla-
ma délas bolitas, no aparece en el Dice.
Bolívar, m. «Moneda de plata de
A''enezuela, equivalente á una peseta.
Es la unidad monetaria». Admitido
en el último Dice, pero con tres de-
fectos, á nuestro juicio: 1." no dar la
etimología, que, aunque para los ame-
ricanos sea sabidísima, porque ningu-
no de ellos ignora quién fué el vene-
zolano Simón Bolívar, no lo es así
para los europeos, que saben tan poco
de América que da grima; 2." la defi-
nición dice: «plata de Venezuela», y
esto no es e::acto, porque bien puede
ser, y muchas veces sucederá, que los
bolívares se acuñen con plata de otros
países: una coma lo habría salvado
todo; y 3." el mismo que notamos la
fin del siguiente.
BOLiviAXO, NA, adj. Por primera
vez ha entrado en el reino de-., la
Academia, pero de dos tirones: uno,
hasta llegar al cuerpo del Dice. («Na-
tural de Bolivia. U. t. c. s. || Pertene-
ciente ó relativo á esta república de
América»), y otro, hasta encaramarse
en el Suplemento («m. Unidad mone-
taria de Bolivia, equivalente á cuatro
pesetas». ¡Cuidado, señor Diccionario,
con estas equivalencias tan matemá-
ticas! Tenga presente que muchas mo-
nedas de América no siempre son de
ley fija.
Bolón, m. Piedra de cerro, de re-
gular tamaño, que se emplea en los
cimientos de construcciones. Hay bo-
lón sencillo y doble, según su tamaño.
Es voz muy usada en Chile y digna de
admitirse, ya que tiene por fundamen-
to sus primiti\'os bola ó bolo, de las
cuales puede considerarse como au-
mentativo, aunque la forma del bolón
es más cuadrada que redonda ó larga.
Puede también ser corrupsión de mo-
lón, que en Álava, según Baráibar y
Zumárraga, significa «Piedra grande
de forma irregular, aproximada á la
esférica, desprendida de la cantera al
darbarreno ó por otros medios. || Trozo
de piedra de cualquier forma, antes de
ser labrado». El cambio de m por b
no es desconocido en castellano, en
donde tenemos desboronar, ant., por
desmoronar, mandurria, ant., por ban-
durria, bayonesa, usado por muchos
en vez de mni/onesa, mandolino
por bandolín, muñuelo por buñue-
lo. Moni por Bnn.i, abreviación fa-
miliar de Bonifacio, etc.
Bolsa, f. Por todos conceptos im-
propia estimaba Baralt la acep. moder-
na y tomada del francés que hace á
este vocablo sinónimo de lonja (sitio
público donde se juntan mercaderes y
comerciantes para sus tratos y comer-
BOL
BOL
lí51
cios); pero la Acadeniia no le hizo caso
y ha continuado autorizitnilo esto nso.
De esto no nos i|iK-janios noíotros;
antes bien, lo aproljaiuos sinci'ninicn-
te: de lo que nos quejamos es de qne
al articulo Boi.sa (talega ó saco...),
pnxt^ente del latino burxa, se haya
auTiv-»'!" como simple act-p. lo (jue en
reuliíJail constituye otro articulo apar-
te, p>ír ser distintos su etimolo<;ia (el
apellido Van dfr Bursr) y su siíruiti-
cado. ;Vuc necesidad hay de meterlo
todo en una sola y misma bolsa.' — De
bolsa, loe. muy usíula en Chile cu
Vez de las castizas ilf i/orní, á tifo, rn-
iitfr (/<• moi/ollóii, ririr uno Je mololilo.
Los dos primeras son más generales,
pues se usan con cualquier verbo, y
si<;niticun «á costa ajeuai", exactamen-
te lo mismo que nuestro chilenismo.
I<a tercera esUi asi, con el v. romer, en
el respectivo lugar del Dice., jiero en
L'/o (A) aparece sin v.; lo que prueba
que también puede usarse sola y con
otros verlKis. Y niits vale asi, porque,
8i se pnede romer de mtitjoUón, ^;<|ué
inconveniente hay para <\\k t;tmbién
*e alintifree, ne desayune, se cene, xe
hiiijan once, *e bebn, se fume, se viiije,
y en fin, se hagan dr moijollon tantas
cosas por las cuales liabríu que pagar?
«lieila de prestado en cuanto salió, y
la tengo ahora mía dr mof/olliin».
(Puigblancli). — K-studiaiido ahora el
origen del chilenisnin dp bolsa, nos
parece que proviene de la expresiíin,
hoy anticuada, bolsa de Oíos, que sig-
nihta «limoHiia». Kminentemeiite cre-
yentes como han sido nuestros padres
y con el buen humor propio del espa-
ñol, debierf)n de decir, cuando les
ai-ontecia «•oiner ó vivir de (jorra, ipie
lohncjan de la bolsa de Itios (quep<»co
á poco se abreviaria en de bolsa ),
por no decir de limosna, (|ue es más
vergonzoso y humillante. Esta exi)li-
cación nos parece m;is razonable (jue
la que insinúa D.Zorobubul Rodríguez,
(f rosta de bolsa ajena.
Bolsear, a. Formado de la loe. de
bolsa, que acabamos de analizar,
signitira en Chile jiedir á uno alguna
cosii que |X)r pobreza ó miseria no se
obtiene de otro modo. Xo corresponde
al socaliñar castellano, como apunta
Ortúzar, porque este v. significa sacar
á uno alguna eos;» con ardid ó artificio,
mientras qne el bolsear chileno no
envuelve en si la idea de ardid ni ar-
tificio, ni siquiera la de im]>ortunidad,
sino únicamente la de obtener algo sin
que nos cueste iniestro dinero. (Véa.se
Codear). — B^il.se-Mí está admitido
como arugonismo. en calidad de neutro
y con el significado de « hacer Iwlsas
el vestido, las tapiceríiu!, píuios, etc.»
Bolseo, m. AcciiMi ó efecto de
bolsear. (Véase el anterior). Pérez
Galdós emplea las voces gorronería y
parasitismo, que, auni]ue no figuran
en el Dice, estiin bien formadas y
pueden jiasar. Sin embargo, no tienen
el significado tan general de nuestro
chilenismo, sino el particular de sus
respectivos primitivos ijorrón y jmrá-
silo. Vi-ase el siguiente.
Bolsero, m. El que acostumbra
bolsear. (Véase esta voz). 'Unas ve-
ces jiuetle equivaler al t/orrero, iforrisla,
i/orrón ó mogrollo ca.slellanos, (|ue son
los qne tienen por hábito comer, vivir,
regalarse ó divertirse á costa ajena;
otras, al sim(ile pedigón 6 prdlgiirüo
(que pide cí)n frecuencia é in)jM)rtuni-
dad); y otras, aunque rarsts, al sorali-
íiero (el (|Ue sjica á otro con ardid ó
artificiólo qne no está obligado á dar),
ilás restiini.'idr)saiiri >^<>i\: /mnisilo: «el
182
BOL
BOM
que se arrima ;l otro para comer á cos-
ta ajena»; pegote: «persona imperti-
nente que no se aparta de otra, parti-
cularmente en las horas y ocasiones
en que hay que comer»; y rozaviUón,
(¡ue es voz de Gemianía: «el que come
de mogollón».
Bolsico, m. Como anticuado lo
trae el Dice, y le da el significado fig.
de «caudal ó dinero». Nuestro pueblo
lo usa por boUillo: saquillo más ó me-
nos grande, cosido en una ú otra parte
de los vestidos, y que sirve para meter
en el algunas cosas usuales.
Bolsiquear, a. Vulgarismo for^
mado del anterior y (jue suele oírse en-
tre nuestro pueblo por — registrarle á
uno los bolsillos, generalmente para
sacarle lo que lleva en ellos.
Bolsón, ra. No faltan en Chile
quienes llaman así al vade ó vademé-
cum castellano: «cartapacio ó bolsa de
badana en que llevan los estudiantes
y niños de escuelas los libros y los pa-
peles». Bolsón es castizo, pero en otros
significados enteramente distintos.
Bolla, f. Derecho que se paga por
fabricar naipes.-BovA: cuerpo flotan-
te sujeto al fondo del mar, de un lago,
de un río, etc., que se coloca para se-
ñalar un sitio peligroso ó un objeto su-
mergido. Véase esta misma voz Boya.
Bollen, m. (RagencMn oblonga).
Árbol chileno no muy crecido, pero de
porte muy elegante. Su madera es muy
dura y se emplea en mangos y en la
construcción de casas; sus hojas son
antifebríf ugas. Aboguen los naturalis-
tas por que sea admitido en el Dice.
Bollería, f. Establecimiento don-
de se hacen bollos; tienda donde se
venden. Adición del último Dice.
Bollero, m. Peón que forma y
entrega al maestro ó cortador el bollo
de que se hace la teja. (Véase el si-
guiente). Es castellano iiollero por la
persona que hace bollos ó los vende,
pero verdaderos bollos, es decir, de
masa de harina; y en este sentido tie-
ne también forma femenma (bollera).
Bollo, m. No es castizo en el sig-
nificado de-porción de barro con gre-
da, de forma redonda y calculada para
la hechura de una teja. En castellano
se llama jvZZ« ó pellada. Este último
está definido en el Dice, de una ma-
nera muy restringida; pero, por lo que
se ve en la^acep. de Albañilería del v.
Alzar, su significado es más extenso.
Bomba, f. El último Dice, le agre-
gó la siguiente acep.: «En los instru-
mentos músicos de metal, tubo encor-
vado que por sus extremos enchufa
con otros abiertos en la mitad del ins-
trumento, y sirve, sacándolo más ó
menos, para la buena afinación. La
flauta, el clarinete y el fagot, tienen
otra especie de bomba, que sirve para
alargar un poco el instrumento y bajar
su entonación». — Caer como una bom-
ba, ó romo bomba. Es fr. muy usada
en todas partes, y extraña no verla en
el Dice. Daremos la definición de
Sbarbi: «Dícese de la persona que se
presenta inopinadamente en una reu-
nión, ó de la noticia inesperada que se
comunica, y cuya respectiva aparición
ó referencia, por la gravedad que en
sí encierra, deja suspensos y como
aplastados á los circunstantes, causan-
do en lo moral parecidos efectos á los
que en el terreno material produciría
la explosión de una bomba». — Estar
en bomba, fr. fig. y fam. que regis-
tra Ortúzar como chilenismo y traduce
«estar ebrio, tropezar en las erres».
Por nuestra parte nunca la hemos
oído.
BOliI
BON
183
BOMBÁCEO, A, atlj. «D Ícese de árbo-
les intertropicales dicotiledóneos, con
hojas alterníis, jwr lo couuin palmea-
das, rtores axilíires, en racimos ó en
panoja, fruto vario y semilla frecuen-
temente cubierUk de lana ó de pul{>a;
como el l)aobab. Ú. t. c. s. f. jj f. j»!.
Familia de estas piantits». Termino de
liutáuíca ailmitido eu el último ílicc.
Bombarda, f. Antiguo instrumento
miisico de viento, del «ronero de la
chirimía, construido de una pieza de
madera con Jenirüeta de cjuias. || Re-
gistro del órjano, comi)ni'st.) de gran-
das tulfos con len^'iieta ipie producen
sonidos muy fuertes y graves. Dos
acc]». agregarlas en el último Uicc.
BoKBAKDi.vo, m. Instrument<:) mú-
sico de viento, de metal, semejante al
figle, |)ero con pistones ó cilindros en
vez de llaves, y que pertenece á la clase
de Iwjos. Admitido por primera vez.
BoMBARDó.v, m. Instrumento mú-
sico de viento, de grandes dimensiones,
de metal y con cilindros, i|ue sirve de
contrabajo en las bandas militai'cs.
Admitido en el último Dice.
B011B.Í.STICO, (A, adj. tig. Aplicú-
moslo en Chile á la fier.sona presun-
tuosa y que en su Oiiiducta y en sus
j)royecto8 tira á exagerada; y también
al estilo y lenguaje altisonante, hueco,
cumjianudo, hinchado. En cáIü última
acep. lo admiten el Dice, de Salva y
el Encicl. Hispano-.Vinericano; de lo
cual nos alegramos, por(|ue la voz está
bien forniiuia y es bastante expresiva.
BoMiiKUO, m. C'tuia uno de los ofp-
rariox encargados de extinguir los
inwndio». Ks aceji. agregarla por el
último Dice.; [jcro ,;cst:i bien nsíida
la [Milabnt nffrarios.' Creemos «ine n(>,
y bien pueden reclamar de ella, pues
no son simples ojwnirios, los coman-
dantes y altos jefes de las compañías
de Iwmberos.
BoMitii.LA, f. Hace tiempo (jue figu-
ra en el Dice, ctm el mismo significado
de hombillo: «tubo dr hojit tle lata con
un ensanche en la parte inferior para
sacar líquidos». ¿Ignorará la .Vcade-
mia que casi todas las bombillas de
por afti, excepto en casas muy |X)bres,
no son de hoja de lata sino de plata?
Bombo, m. Del significado propio
de esta voz («tambor muy grande que
se toca con una maz;i y se emplea en las
orquest;is y en las bandas militarcsi)),
hemos [wisitdo nosotros á darle el fig.
de — pompa, jirosopopeya, Ixirabolla,
porcpie de todo esto hay en el tal ins-
trumento y en el músico que lo toca,
que t;unbÍL'n se llama liombo.-Es tam-
bién muy usado aquí {}■ en España, si he-
mos de creer á Caballero) el significado
de-aplauso ó elogio exagerado, el cual
sólo admite el novísimo Dice, en la
fr. fig. y fam. dar bombo: elogiar con
exiigeración, especialmente por medio
de la prensa periódica.
Bombonera, f. Caja para bombones.
Admitido en el último Dicc.-Bombón:
confite que, por lo común, contiene
licor.
BoxAEBEXSE, adj. Natural de Bue-
nos Aires. U. t. c. s. || Perteneciente
ó relativo á esta ciudad de América.
Adición del último Dice. ¿Por qué
llama este á Buenos Aires ciudad so-
lamente y no también provincia? Por-
que entendemos que su intención ha
sido dar los nombres gentilicios de los
Estados de América y de sus rcsjK'cti-
Vius aipitales solamente, y nó los de
provinciiis, de[>anamentos, ciudades
de segundo orden, villas, aldeas, etc.
Este lujo mío se ha gastado con la
madre (latría.
1«4
BON
BON
BoXAPARTisMo, m. Partido ó comu-
nión política de los bonapartistas.
Admitido en el último Dice. Difícil y
delicado asunto es para los dicciona-
ristas atinar con el guiíto del público
en cuanto á nombres de partidos polí-
ticos; porque, á la vez que unos qui-
sieran incluirlos todos, lo que es mate-
rialmente imposible, otros quisierau
que ninguno hallara cabida en el dic-
cionario oficial de la lengua. ¿Cuál es
entonces el término medio? Admitir
solamente los de uso más general y
(jue ya han echado hondas raíces en la
historia, como es el presente y otros
pocos más que figuran en el Dice.
BoNAPARTiSTA, adj. Dícese del par-
tidario de Napoleón Bonaparte, ó del
imperio y dinastía fundados por él.
Aplícase á ¡persona, ú. t. c. s. común.
II Perteneciente ó relativo al bonapar-
tismo. Admitido en el último Dice.
Véase el anterior.
Bondad (Tener la). Es fr. til-
dada de galicana por Baralt y los bue-
nos escritores, que en vez de ella dicen
hacer el favor ó la honra, según los
casos. Así también Capmany. «Apuesto
que ningún ingenio daba en. la genuiua
explicación del pensamiento, si Vues-
tra Reverendísima no nos hubiera he-
flio la honra, ó por hablar al uso, no
hubiera tenido la bondad de
exphcárnosle". (P. Isla, Fr. Geruiulio,
\. IV, c. V).— Merecer las bon-
dades de alguien es merecer los
furores ó la gracia Je altjuien.
BoNDADOSAMiiXTE, adv. ui. que ol-
vidaron los redactores del Dice: con
bondad ó de manera bondadosa.
BoxETA, f. Paño que se añade á
algunas velas para aumentar su super-
ficie. Término de Harina admitido por
el último Dice.
Bonetero, ra. Arbusto de la fami-
lia de las celastríneas... Se cultiva en
los jardines de Europa, sirve para setos
y su carbón se emplea en la fabricación
de la pólvora. Admitido en el último
Dice.
BoxETÓx, m. .luego de prendas usa-
do en Chile y más conocido con el
nombre de gran botietón, que es el
nombre que toma el que preside el
juego. Es muy parecido al de la pájara
pinta, que el Dice, de Autoridades
describe así: «Juego que se usa para
divertirse en las visitas: y se hace en-
tre un número de personas sentadas
en rueda, que cada una toma su color
y el que gobierna el juego pregunta á
uno: ¿Dónde pica la pájara pinta.^ Y
el preguntado responde: En tal color
pica; y el que tiene este color debe
responder: Ox que no pica; y pregun-
tado aquél: Pues ¿dónde pica? respon-
de á otro color. Esto se ejecuta con
alguna celeridad, y el que no responde
paga una pena». Si los primeros aca-
démicos admitieron y describieron con
tanta minuciosidad su páxara pinta,
no vemos por qué los actuales no pue-
dan admitir también el l/onetón chileno.
BoxGO, m. Especie de canoa usada
por los indios de la América Central.
Admitido por primera vez.
Bonijo, m. Figuraba en el penúl-
timo Dice, como andalucismo, y el
último, haciendo de él caso omiso, lo
lanzó á la fosa del olvido.
Bonitura, f. CaUdad de bonito;
lindeza ó lindura, belleza, tiermosura.
Es voz que sólo se oye entre gente
ignorante.
Boxo, m. No lo define el Dice, en
la acep. que tiene en el Comercio, sino
que se contenta con remitir á Abonaré,
que es: «documento expedido por un
BON
BOR
1.-^:
purtit-iiliir ó una ofíciiiu en e<|HÍvaleii-
citt ó n.'prvsfiuju-irni de nim ¡Kirtidu de
tanro guiit:ula en ctienui. i> de un kiI-
dopreexisu-nte». Mejor nos ]»iuveei|»e
lu liiiliria cuadrado la detinícioM de
!•«/(•.• 'lujiel o se-^ini i|Ue se lia»-e ¡i
favor de uno, oMi^'-.indoíC á |KU,'arle
una enntidad de dinero». |)ori|Ue en
los liónos no hay U\\ jtirtida de eariro
ni saldo prw.'.\isU.'nte, sino ipie son
simples tituloe de crédito al |)orutdor,
(]Ue ruprt'sentan un valor nominal de
cierto inten-s fijo y se jui-pui seiriin las
condii-iones tijiulas al tieinjio de su
emisión. — Taniliién ilauíanios /mno en
Chile el hilleie ti tarjeta, impresos o
timbrados, ó las dos cosas á la vez,
i|ue al<;unas instituciones de carídiul
suelen dar á los jioltres ]iara que los
presenten y c-ambien por ciertos co-
nieütiblesi, |iii2aderos después por la
misma institnciiin. Es ace|>. usada
también en E^iniña, en el Peni y otras
jüirtcs, y i>or i-onsi^uientc, debe admi-
tirse. «Si un día se hiciesen distribu-
ciones de liiiiwx de flores y otro de
iMninn de (Kin, la •fente menuda... antes
se |ire<-ipiiaría á la ])riinera ipie á la
sc/unda». (K. Pardo Hitz^in). — lionot
i/e .y, y. Hs loe. ti^. y fam. con <pie
se alesi-fua el cri'tlito ó fama de una
jK-rsiina, ó el concepto u ojiiniíin en
tjue se la tie:ic. AflJt liónos de Knriqíie
hilil flihüli) iillirhi), ó puti'm nlllif iillos.
Xo Vemos dilii'ultad para i|Ue s«l ad-
mitida.
Bonomia. f. (Otros lo esíTibcn
bonhomía, niás confonne (.-on su
al)<ilen;;o fr.imV-s). Ks ]iiiro galicismo
y lie! IimIo inútil en i-kslellano, pui.s
leñemos |Kira i-l una i-anlidad dceipii-
xalenlex, l^des como llinirzn, i/ii/i'iiiii-
iliiil, riiiiJur, hoiiiliiil, y. tximado cu
mala parte, i<¡oifilf:ii, sinifilini/in/ r-j-if-
.siro, crriltilüliiil, hoberiit. Xo se con-
funda i"on hoinliria df hien ú lioiiniilf'.
PioxDTK, m. Filanientocxtraiilode la
corte/.;! del coco, lie reciente admisión.
BoñichO, cha, adj. l>ini¡nutivo
de l'Oiiilu, (pie ¡i su vez lo es de htwno.
Oyese en Chile entre la irente más
i;_'norante y entre los m;ls vecinos ¡i los
arauciinos. Véicse Achí.
Iíi)yiF.niK.STi>.T.\. adj. ,:Qué nombre
se (lar;i al \\W' ¡Kidece la enfermedad
de iKjiiuera-' En Chile se le da el de
lioijiipiii'ii/o, (|ue en realidad está bien
formado. ( )ptc pues el Dice, entre éste
y lioijiii-ioxo, (pie, á decir verdad, es de
forma ui;is j>nlcr:i y coiTecta.
I5(XirKit<).N", in. Por otro nombre
(ijiifiiiti it (iiir/ioni, f.: pez muy cono-
cido y (pie es un excelente comestible.
I!(X¿i"KTK, m. .\ la acep. de «entra-
da an'.rosta de un lupir ó montaña» le
ha agreirado el último Dice, la "j." de
BltKCliA, estoes: «cuaKpiieraalxTtura
hecha en una pared ó edificio".
HiK/ri, 111. Es¡K'cie de emidailiia
(|Ue se produce en el centro y en el
Sur de Chile, de la familia de IsLS am-
]x-lideas y de muclia utilidad ]iara
cisít(ja y caiiiustos y para otros usos,
p.or(pie su tiillo US de mucha resistt^'n-
cia. Seirún el color de ('-sltí, despojado
de su corteza, se llama lioijiii liltuiro,
roluim/n ó iirf/ro. Su fruto es el foilf (>
róifilil.
l'oií.vTKlíA. f..\si Uamamoseii Chile
la mina <h Iniralo. Como es vocablo
iiitiichable y el I)i(;c. no [luede darnos
otro mejor, nos (|ii(.'(laremoscon ('1 sin
escniptilo alírniio.
lioiiATKiio, 111. El ipie trabajad iie-
^rocia en Inirato. — U. t. c. adj. de d(»s
Icrminacioiies: |M'rtenccient4' ú relativo
al iKirato, (iá su extracción (i n(';rocio.
Meniv ser admili'lo.
18C
BOR
BOR
BoRi!OLLi')X. Es a. m. y significa:
^erupción que hace el agua de abajo
para arriba, elevándose solare la super-
ficie». Véase harhollón, con el cual lo
confunden aquí algunos, (juizás por el
modo adverbial á borboHones, que sig-
nifica (1 atropelladamente ». A la defi-
nición de borbollón que da el Dice,
debe enmendarse el sujeto «el agua»
por este otro: «cualquier líquido», por-
que todos los líquidos pueden formar
borbollones. « La olla que cuece á
borbollones...se'¿avíi está de las moscas
y del gato». (Fr. Juan de los Angeles,
Triunfos del amor de Dios, p. I, c.
VIII). ((Borbollones de sanffre»,\e(imos
en un antiguo manuscrito chileno.
BoniiORtfiJiO, m. Aunque el Dice,
defina en general esta palabra por:
«ruido de tripas producido por el mo-
vimiento de los gases en la cavidad
intestinal», lo cierto es que en parti-
cular se llama así este mismo ruido
producido en los caballos al galopar.
BoiiDE, m. «Extremo ú orilla de
alguna cosa. || En las vasijas, orilla ó
labio que se forma alrededor de la
boca. II Lado ó costado exterior de la
nave». En esta última acep. solamente
es igual á bordo; en la L" lo fué en un
tiempo, pero ahora ya está anticuado.
Por esta razón no debe pues decirse:
Llenar un vaso hasta el bordo, ni
El enfermo está al bordo del se-
pulcro, sino que en ambos casos
debe emplearse borde. — A borde, m.
adverbial: á pique ó cerca de suceder
alguna cosa. — .4 bordo, m. adverbial:
en la embarcación.
Bordear, n. Como lo indica su
forma, debería significar tocar una
cosa el borde de otra ó acercarse á él,
ya en sentido propio, ya en el fig. Así,
pai'a significar que un tiro casi dio en
el blanco, decimos que le anduvo bor-
deando; de una persona que ya frisa
en ó con los cincuenta años, decimos
que bordea en los cincuenta. Caballero
le reconoce la acep. fig. de «aproximar-
se, llegar,», coincidiendo, por consi-
guiente, con el uso chileno, que al fin
tendrá que imponerse, como justo y
racional. El Dice, sólo admite este v.
como término de Marina, por — dar
bordadas; pero no nos cansaremos de
repetir que los términos de las profe-
siones, artes y oficios se prestan siem-
pre á nmtuas invasiones; lo cual no
puede ni debe reprobarse, porque tien-
de á enriquecer el idioma, al mismo
tiempo que le comunica más gracia,
energía y concisión, según los casos.
Bordones, m. pl. En tiempo de
nuestros abuelos, católicos á las dere-
chas y más mortificados que nosotros,
era muy comiin ayunar los siete bor-
dones, es decir, los siete viernes que
siguen después de la pascua de Resu-
rrección (cada uuo de los cuales se
llama reviernes, según el Dice), por-
que había la creencia (tal á lo menos
era la que conservaba el pueblo) de que,
no llevando tales bordones, era más
que seguro caer y ahogarse en el río
Jordán, nombre que éste daba á la ^'ía
láctea. ¡ Dichosa edad y tiempos felices
aquéllos, en que de todo se hacía argu-
mento y á todo se echaba mano pai-a
enderezar las almas por el camino del
paraíso !
Borinqueño, ña, adj. Portorrique-
ño. Aplícase á persona, ú. t. c. s. (Til-
timo Dice.)
BoRRACiiix, XA, adj. y ú. t. c. s.
Diminutivo despectivo de borracho.
Bien puede figurar en el Dice, pues
se usa no sólo en Chile sino aun en
España, como se ve en los escritos de
BOR
BOR
187
Dofi.1 Emilia r;inlo Baain y en el
Vocabulario de vcnt-s alavesas, de
Don Fetlcrii-o BnráÜKir y Ziiiii;»-
rrapu
BoRRAfHo, m. (Xo burracho,
como di(%-n fiay y ios alemanes). Pez
chileno de nueve pulpidas de larjio y
de color venle. oscuro sobre el dorso y
claro y brillante Uijo el vientre, de
donde le viene su nombre especitico
(salarias ririilix i. Es dijino de Usurar
en el niii-.
Borracho, cha, adj. Aplícase á
la fruta i|ue ha perdido la sazón y
empieza á po<lrirse, esto es, poaaila,.
fwxlnrra, ¡Ht¡)aiuliija ó remtiiliiia, y aun
jxxlrüla y rairoüa. ( Rrmailiiro no esL;i
en el Dic-c., ¡icro eu su propio lu},'ar
a'wjr.iremos por él). Teniendo pues
tantos buenos e«|uivalcntes. el chilenis-
mo peí?» por iinitil. y p<5r eso lo pros-
cribimos. En .\l;iva emplean el adj.
macarro, rra. derivado de mararxf
(empt-zíir a ¡XKlrirse las frutiis). A
nuestro pueblo, i|ue pir des!j;nicia es
tan dado :i la embriai^uez. no le llamó
tanto la atención lo p Klrido ó descom-
puesto de la fniUk, sino el acto de
caerse del árijol, como el hormelio cpie
no puede tenerse en pie, y ¡wr eso la
ciliti'tj con el mismo nombre.
HoKKA'iiXKO, A. adj. y ú. t. c. s. y
c. f. ¡il. Es t4Tmino de Botánica admi-
tido por primera vez.
BoRKA.IKAn. ItORKü.NKAIl V lU-
RRAJKAR, u. •Es<.TÍi»ir sin lutunt/) de-
terminado á salira In ijue <:al<;a. || Hacer
nibricjis. nis^íw ó fifrnras pf)r mero
•■nlrctenimiento ó |ior ejercitar la [)lu-
nia». 'inardan relaciiin con estos ver-
Ujh tmborronnir, a. ( llenar de Itorrones
ó nwjios y pirni{)at(*s un f>a[iel; fij;.
cwriliir de [irisa, dcsalifiadamentc ó
ti>n \*H-A meditación) y ijnrrdiuili'iir.
n. ó ijdrabatfar, n. y a. (liat-er ^'¡irra-
patos ó «lanibatos:).
BORRASCA, f. Esniíiy iisndacnin' nos-
otros la fr. fam. Correr borrasca
una cosa en el sentido dc-str robada
ó perderse. Nada tendríamos que ob-
jetarle si liis voces i(ue la forman
conservaran su le<;ítimo sentido; pero
no es así, jxjriiue correr borrasra es
simplemente pjisiir por ella ó arros-
trarla, pero nó pea-t-er en ella, como
se da á entender en la fr. chilena. « La
encamisada pues de los caballeros y
soldados se puso á mediar con el
hui>sped el «íso, y don Cleofás, sobre
un Arte poética de Rciifrifo, «jue esta-
lla tíimbién corrieiif/o borrasca entre
esotros lesajos por el suelo, tomó pleito
homenaje al tal i)oeta". ( Vélez de
Guevara, El Diablo Cojiiolo, tranco
IV). «Salió de Mallorca el Caballero
ermitaño con su compañero, y corrió
tan fiera barranca, que pensaron (¡ue
la nave se anegaba». (Juan Valladares,
Caballero íwi/u/'o.w, aventura XVIII).
En ambas citas estit empleada la fr. en
su verdadero y castizo sentido.
Borregraje, ni. Uorref/ada, {.: re-
baño ó miniero crecido de Iwrrcgos ó
corderos. Véase Bandada.
BORRICAI.MKNTK. adv. ui. faiu. .\s-
nalinciite. .\dinitido jKir jirimera vez.
Borroniento, ta, adj. Difrase
borroso, sa: «confuso, [)or haberse es-
crito con pluma que no permitiese
trazar bien y limpiamente las letras, ó
por hal)ersc corrido la tinta, ó por
cualquiera otra caus;i>>. Esta última
parte de la delinicicin excluye comple-
tamente nuestro borroniento, ¡«ir-
que sin ella todav;;i podía (¡iftiidirsi',
diciendo tjue se a]iliuiba al escrito,
jmpel, etc., (pie tiene lH)rrone», jwrque
borrón es frota (i mancha de tinta.
188
BOT
BOT
Borujo, m. lícsto del castellano
del siiflo XVI traído por los conquis-
tadores: entonces significaba lo mismo
que orujo ó casca (hollejo de la uva,
después de exprimida y sacada toda la
sustancia), acep. que todavía le reco-
noce el Dice, pero como anticuada.
Borvjo es correcto en las dos aceps.
de: (onasa que resulta del hueso de la
aceituna después de molida y exprimi-
da», y «bulto uo grande de alguna
materia; coiuo de lana muy apretada
ó apelmazada». En las ti'es es igual á
liurujo. Véase esta voz.
Boscoso, SA, adj. Es de algiin uso
y de buena formación, y no sabemos
por qué lia prescindido de él el Dice.
No tiene mejor aspecto su sinónimo
selvoso, sa, (]ne figura con derecho
propio en su respectivo lugar y que se
aplica al país ó territorio en (jne hay
muchas selvas. Tamliién está aceptado
en la forma silvoso.
Bosta, f. Excremento del ganado
vacuno ó del caballar. Admitido en el
último Dice, sin nota ni caliñcación
alguna. Es de uso en todo Chile y nos
alegramos de su admisión, porque uo
es tan indecente como sus sinónimos.
La etimología, que el Dice, se olvidó
de darle, no puede ser otra (jue el s.
bosfar, ant. (lugar ó caballeriza donde
están los bueyes), que viene del latín
hoshir ó hoslarhnn^hos (hnQ\) y s/arr
(estar).
BosTEAR, n. Excretar ó excremen-
tar el ganado vacuno ó el caballar; por
extensión cualquier animal. Es natu-
ral que, admitido el s., clame también
pjr la admisión el v., que cuenta con
el uso de Chile y de la República Ar-
gentina por lo menos. Esperemos la
14.'^ edición del Dice.
Bota, f. Cierto calzado; cierto cue-
ro para licores; inflexión del v. Ixilur.
— Vota: inflexi()n del v. rolar.
Botabarro, m. «Cada una de las
alas ó piezas sujetas á los costados de
la caja de algunos carruajes, y qne,
en forma de S, llegan hasta los estri-
bos, sobresaliendo unos dos ó tres de-
címetros por lo alto de los antepeclios.
Sii'ven para defender de las salpicadu-
ras de lodo á los ([ue van dentro, y
su niimero es igual al de las ruedas».
Esto es lo ipic en ca.stellauo se llama
alfiro, y nó botabarro, «jUe no es
conocido en el Dice.
Botado, da, adj. part. du liolar.
Véase esta voz.
Botador, ra, adj. El abuso que
.se hace en América del v. Imlnr ha
trascendido también :i este adj. su
derixado. siendo que el castellano es
riquísimo en vocablos (¡ue expi'csan
mucho mejor la misma idea. I-os hay
de viirias formas y para todos -los gus-
tos; tales como í/crrocliador, tnalf/asla-
ihir, miilharíilfiihir, manir rolo, ¡iróilino,
ili'rrdiiiiiild, (li'sjii'nlii-iitilii y ili's¡ii'nli-
riailiir, ilixiiilfurndliir. (lilupiíliiilnr. ili-
sipailor, ¡ii'rili(ji)i\, pcnliilo.
BoTAfiUA, f. Moldura (jne se coloc;i
en puertas y ventanas por la parte
exterior para preservarlas de las aguas
lluvias, ó, como lo expresa su nombre,
para holur el aíjua. Está bien formado
y se usa en Chile. No le conocemos
equivalente castellano.
BoTALOJio, m. Cierto instrumento
de hierro que usan los encuadernado-
res para formar la pestaña en el lomo
de los libros antes de encartonarlos.
La voz está bien formada y no le co-
nocemos equivalente; si en realidad no
lo tuviei'a, l)ien podría admitirse.
Botamanga, f. Boramainia: par-
te de la manga, (jue está más cerca de
BOT
BOT
is:t
l:i limriLf:i. _V i^lK-L-ialliuiiti' ]««r lo 111-
t<T¡i)r ó el fomj. La botamangfa
ihiieiia ts l:i ¡Kirtc i-xtorinr. \:\ |iosti/.a,
va ilcl niisiiiu í;i''1iitu (loliludu liaciii
afiu-ni, _v sii-inprv cvri-uia a la inuño-
i-.i. Kii ul l»icc. cnanitrainos jwni la
|K>st¡7^i fl U'-nniíio riifllii (itla solia--
pili'Sta L-ii la e\ti\-iiiiila<l du las inanira-s
li i>lnis i«rtcs lie ricrta.s pa-liil;us du
vistir), y (Mir i-<|iiivuk>iiu¡a jrtK-df lla-
iiiursL- taiiiliióii asi la i|au coiisi.stv l-ii
ilolilar |Kirt afíiurii el iiii.siiio ^t'iiem.
ÜoTÁSHt), (A. Aileiiiius (le lulj.
(«|>erteilw¡eliU.' á lu Ijotáiiiwi»), es s.
111. y f.: «persona que jintfesa la liotá-
iiica ó tiene en ella esjieeiales conoci-
mientos». En esta act-]». es iu'iial á
Miiiiixlii, coiii.
HoTAK, a. "Arrojar (i t-<'liar fuera
con violencia ». es el si<;n¡licailo jiriiiie-
ro y fuiulainentid (|iie le da el I)icc., y
de 1-1 han ]iriKr<lido los falsos (|iic le
damos en niiicliius partes de Aiiicric;i.
I'or niR-stra parte eiinniermviiios los
de í'liile. 1." Se dice 1 (lie bOtan la
plata » el dinero, [K)ripie e<|iiivale ;i
«urnijarlo ó echarlo fiieni con violen-
cia », los iple lo ilixi/HiD.i/rs/iil/iirniii, ili-
lii/nilioi o de al;/niia manera il'-rriirliiiii,
iiiiili/iin/dn n miilhiirtildii sus liienes; de
iloiide provino el llamar bOtadOr al
•jile tal lia<v. Kn toilo esto no se ve
nna ¡.'nin falta contra el idioma, sino
Keni:illameiite la consa^íniciiin |ior el
ii.-K) de nna ¡u-ep. Hl'., tanto mim dis-
ciil|inlile, cnanto (|iieen a<|iiellos ticm-
]ios aliiiiKlalia mi'is el dinero \ior estos
niiimlos de |)ios, y así fKMlía malerial-
m^ntc Imliiruf. \ lo «pie se a<;reí,'a «pie
el V. por si solo es mncho iii:'ls enériri-
co, lireve y expresivo <pie to<los sus
siiDÍnimos, y tales vocahlos son los
l»n'ferid(»s firir los udaveras y bota-
dores.—-'." Botar á un criado
'> empleado se dijo al ]iriiicipio. sin
duda ]M>n|ne IiuIm) necesidad de ¡irro-
jarlo i-oii violencia, pjiiiéndolu de ]Ki-
titjis en la cidle. (> en la mitad del
arroyo, i-oino diirn en España; y de
alii provino (pie, tratilndose solamente
de ilr.i/iei/ir á un nimlit (•> i¡r tli'/xiiirr ¡i
un eni/ilfii(/o o fiiiirinnurio, se dijera
tiimhiéii <|Ue los botaban. — ;>." -Ma-
lamente se ns<i botar por liimlnir. (pie
si;;iiiticn: «hiU'er cai-r o dcrriliar á una
[iei'st)na ó cosii». .\sí, <le dos Uichado-
ivs «pie fon-ejaii cuerpo ;i cuerp'>. no
s»,' dir.i i|ne el uno bota al SUelO
al otro, sino ipie lo liimlm o ilfirihii,
ó f|ue da mu él ni rl .•nulo: ni de un
jinete scdir.i «pie lo botÓ el caba-
llo, sino tamhii'ii ipie lo liimlm li ilr-
rribó ó iliú mu él ru rl xurlo; á no ser
ipie en alguno de estos casos se haya
verilicado lo ipie sisíiiilica el v. Iml<ir
(arrojar ó echar fuera con violencia),
esto es, que el vencedor ó el caliailo
hayan arrojado fuera y con violencia
á su victima. La pnieha ni;is clara de
la falsa idea ipie aipii tenemos del v.
holiir es el part. Imliulo, al «pie damos
un siirnilicado (pie hará reír de buena
};ana á l(js esjiañoli-s. De un cuer|K) liii-
Iiiailo (jue est;i lentlitio, rrlHiiln (i ijUn
ijíim en la calle, decimos ipie i'Stá bo-
tado; y aun (¡admírense más los |iii-
ristas!) de las razones (pie saltan á la
vista, decimos en si-nlido tii;. y fam.
<]iie estiin bOtadaS. ¡Feliz el piieMo
(podríamos decir, parodiando á .luve-
nal) en ipic todo, disde las riipieza.s
ha.sta los cuerpos de sus hijos y los ar-
•;iimcntos y razones de sus saliios están
jnr dondeipiiera botadOS! — I." l''i-
nalmente, usiimos el v. Iialur como r.
en dos acejts., ipie tanijK)co son casti-
zas; á Sid)er: hiiizuisr, rrluiiKC i) tino-
,¡■11 SI- (botarse al agua " á nado),
190
BOT
BOT
y ñs. erh/irse á ó dei/icfirsf á ul^-iina
profesión ó cosa mala (botarse á
comerciante ó al comercio, á
ladrón). Los buenos hal)listas dicen
en este caso echarse á:
Echóse á pescailor el Dios Cupiíld
Y la mar en ijue pesca es un pobladci.
(Baltasar de Alcázar).
...«habiendo sido su carrera la de uu
recluta, ó de un quinto desertor (jue
se echó á bandolero coa patente de
guen-íllero... Puedo atestiguar que le
sabía antes que se echase á mercader
de libros». (Puigblanch, Opuse. Gra-
mático-Siiiir.) Botarse á gracio-
so, á poeta, es en castellano darla
de, tirarla de ó echarla de: locncioues
familiares que significan «presumir
de»; y también meterse «, hacerse el ó
hacer del. — No se confunda hotar con
Votar: hacer voto; dar ó decir nno
su voto.
Botarate, m. fam. Hombre albo-
rotado y de poco juicio. U. t. c. adj.
Este es el botarate castizo, sinónimo
de casquivano, alegre ó barrenado de
cascos, de cascos lucios, arbolario ó
herbolaria, tarambana, y nó lo que
algunos chilenos quieren que signifi-
que, es decir, lo mismo que el falso
botador (derrochador, etc.) El error
pro\iene de derivar á botarate de botar,
en el primer falso significado que he-
mos estudiado, cuando en realidad se
deriva de botar en el significado de-
saltar ó dar botes.
Bote, m. Lo que llamamos bote
para cuajar helados es f/arapiñera, y
la vasija exterior en que se mete se
llama cubo. La frase de bote á bote
es: estar de boto en bote: dicese de
cualquiera estancia ó lugar que está
completamente lleno. Bien haría el
Dice, en quitarle el v. estar, dejándola
en la loe. de bote en bote, como que de
hecho se usa también con otros verbosi
como llenar, hallarse, ver, etc., y con
los adjs. lleno, repleto, etc.
Botella de greda suelen llamar
á la alcarraza los ijne no la conocen
por su nombre. Es una vasija de arci-
lla porosa y poco cocida, que tiene la
propiedad de dejar resudar cierta por-
ción de agua, cuya evaporación enfría
la mayor cantidad del mismo líquido
que queda dentro. En Andalucía según
el Dice, se llama talla.
Botellazo, m. Golpe dado con una
botella. Admitido en el último Dice.
Botería, f. Tienda en que se vende
el calzado que se llama bota. No com-
prendemos por qué el Dice, hace caso
omiso de esta voz, siendo que está
perfectamente formada, abonada por
el uso general del comercio y necesaria
por su significado mismo; porque, si
se abre una tienda con el exclusivo
objeto de vender, no toda clase de
calzado, sino únicamente botas, ,;será
dable llamarla zapatería de botas ó
zapatería á secas, por no emplear el
fácil y sencillo neologismo boterin?
Véase Botinería, con el cual uo debe
confundirse. Las boterías que hay
en Chile son verdaderas botinerias,
porque, más que botas, se venden en
ellas botines y botinas.
Botero, m. Patrón de un bote.
Admitido por primera vez, pero sin
etimología. Xada le habría costado al
Dice, señalarla, diciendo que es bote,
barco pequeño, etc.; y así habría dis-
tinguido mejor este vocablo de su ho-
mófono botero (de bota): el que hace
ó adereza botas ó pellejos para vino,
vinagre, aceite, etc.; el que los vende.
— Hay tamliién, pero nó en el Dice,
BOT
BOY
oiro botero, y es d >iue Imce el «»1-
zmlu ijue se lliinm hoiA: pitra lu cual
no tiene af|nél otro nombre i|ue el ¡re-
neral ¿e za/xiUro. Sin eniUirgo, el <|ue
<|tiiera usar li ioUro, está en sn lien-cho
y nadie jiuede decirle ijne es un
error.
Botín, ni. Maliinnínte lo usi at|ni
una [Kirie del pueijio por eukflin. Y aun
lu 'fi:Mf tduoiida lo confunde lainliién
itjn bolüo, rei'ién admitido; pjr<|Ue el
holin español es « caizjido de cuero. i>a-
fio ó lienzo. (|ue cubre l.i ¡wrte suixirior
del pie y parte de la pierna, á la cual
se HJusUi con liotones, hebillas o co-
rreas», y holilo, «especie de IwUi de
hombre, con el:isticx)s ó con lx>toncs,
que se ciñe ni tobillo». Si [lasa aliío
del tobillo, se llama livlliui.
BoTi.NKRi.i. f. Taller donde se ha-
cen botines. || Tienda donde se venden.
Admitido {)or primera vez. Véase I!o-
TKIlfA.
HoTi.VKito. i¡.\. adj. Dicese de la res
vacuna de jielo claro que tiene nct,Tas
las extremidades, .\dmitido en el últi-
mo Dice.
Bí)T.». TA, adj. Romo de punü»;
fi;;. rudo ó toq>e de in'_'cnio ó de al;;iin
sentido. — Inflexionen del v. Iwtfir. —
Voro: jirümesii:sufra;íio. — Inflexiones
del V. rolar.
Boto.nkkía, f. Fábrica en que se
hacen Ixitones. || Tienda en que se ven-
den. Voz iLsada en el comercio y em-
plesula por escritores como I). Modesto
Liíuente. no venuw por qui- pueda ser
excluida por el Dice.
Bototo, m. r. en Chile por-za[)a-
to <:r:iiide y ordinario, s/i/xtliin. Cree
l>. Z. Ríxlriífuez que la etiniolo<;ía
[HK-di- ser el ara^onisino holii, admitido
en el Micc. y que Hi'^'nilicu: «ix.'llejo ¡ja-
ra n-li:ir vlnii, ;iciit<- 11 otro liquidií».-
Hay otro halólo, adndtido hac-c tiempo
como anieriamismo. pero siu'nitica:
«Kdaba&i para llevar agua».
RoTüTi>. ni. Rezón hu-jjo y hueco
que sostiene la hoja del lechoso (i pa-
]>ayo. II Tronqieta Siisri-ada y de iíuerra
de los indios del Orinoco. .Vilmitido
]ior ¡irimera vez.
Box. m. Sin admitir el inhumano
ejercicio (i ¡x-lea del boj-, podemos ad-
mitir la palabra, que en re;didad nos
lince falta. Xo basta ¡iitijilalo, (|ue es
un combate también á ])uñadas, jiero
lió principahiicnte en la cabeza, como
sucede en el hox.
Bo.XKAiioK, líA, m. y f. Si adniitinios
ií box, delieiiios admitir también al que
lo ejercita. (|ue es el hojeador.
RoxKAU. 11. Ejercitar el hoj-. Por la
misma razón que los dos anteriores es
digno de admitirse.
BiiXKR, m. JIny usada es esta voz
en los periódicos modernos paní de-
signar al individuo de una secta china
muy fanática, que. por defender sus
tradiciones y costumbres, jx^rsiguc de
la manera más cruel á todo extranjero,
causando innuinerables saípicos y a.se-
sinatos. Parece (pie se le llama así del
inglés liüj-rr, piigil li abofeteador, ])or
el modo de combatir (pie us;ui los tales
chinos. En jil. se dice Iioj-pis. l'or el
uso universíil que tiene ya este nombre,
es tiempo de admitirlo también en el
Dice, castellano en la forma y con el
pl. (pie acepten las autoridades del
idioma.
Boya, f. Xo hay iiiius hoi/u en cas-
tellano que ladi-finida en el art. Bova;
de consiguiente, lo (pie axpii en len-
guaje fam. y festivo se llama boya y
(|Ue consiste en hundirle á uno el som-
brero hastii las orejas (i hasta el pes-
cuezo, es nii puro cliiliiiisnio, bien
BOY
BOZ
formado, si se quiere, por la semejanza
que hay entre un sómbrelo así hundi-
do y una verdadera hoijti, pero chile-
nismo al cabo. En casiellano puede
expresarse esta acción por los sustan-
tivos genéricos acliuchúii, npahuUo y
aplmlamienfo. Y ¡cuidado con usar,
para expresar esta misma idea en gra-
do aumentativo, del s. boyazo, que
sólo es aumentativo de hmij y significa
buey grande! Algunos por metonimia,
pues toman el efecto por la causa, lla-
man boya la simple ahoUudura ó
holló que resulta en el sombrero á con-
secuencia del hundimiento. — Estar
en la buena boya es en Ohile es-
lar lioi/anli', esto es: tener fortuna ó
felicidad creciente.
Boycotear, a. Verbo (jue anda
muy valido por esos mundos del co-
mercio, merced al uso de la prensíi, que
prohija todos los desatinos contra el
idioma. Trae su oi-igen del capitán
Jaime Boycott, que fué la primera
víctima de lo que significa este atrevi-
do neologismo. Habiéndose rebelado
dicho capitán, en 1848, contra ciertos
acuerdos de la Liga Agraria de Irlanda,
ésta resolvió castigarlo, excluyéndolo
sistemáticamente de toda relación con
los irlandeses: sus sirvientes y traba-
jadores fueron amenazados con seve-
ras penas si no lo abandonaban; los
arrendatarios y comerciantes de los
alrededores fueron obligados á no tener
relación alguna con él, y hasta él mis-
mo y su familia fueron amenazados
por la fuerza, viéndose así en la nece-
sidad de emigrar á otra parte. Este
mismo procedimiento siguió empleán-
dose contra todos los demás que no se
sometían á las exigencias de la I^iga,
y luego lo aprendió también el público
para castigar, sobre todo, á los comer-
ciantes. Por lo visto podría definirse
á boycotear: sitiar á una persona,
casa de comercio, plaza, puerto, etc.,
impidiendo que se le acerque lo (pie
puede favorecerle; ó bien, como diiía
un periodista, hacer el vacío al rededor
de una persona o cosa para perjudicar-
la en sus intereses hasta hacerla ceder,
(') queljrar, ó mudarse. Ahora que tan
de moda están las huelgas y», los lin-
chamientos, no es raro que se use tam-
bién el boycotear, que es la defensa
pasiva de las multitudes contra las
tiranías ó abusos de los dictadores del
comercio; medida que sólo desearíamos
nosotros contra los comerciantes que
profanan el día del Señor, contra los
(jue obran de mala fe y contra los que
jiervierten la maralidad. A éstos sí tra-
tarlos como al capitán Jaime Boycott.
En cuanto á la admisión del v., estamos
por la afirmativa, ya que sería imposi-
ble hallar otro en castellano que expre-
se toda la idea. Admitido ya Hiuhar,
que también procede de un apellido
inglés; generalizado empecinarse, que
procede del solirenombre empecinmh,
no habría por qué ponerle mala cara
á hokotear, escrito así á la castellana.
Boycoteo, m. Acción ó efecto de
boycotear. Véase el anterior. Si se
admite el v., habría que admitir tam-
bién el s.
Bozal, m. Hacemos aquí deplora! ile
confusión entre hozal, hozo y niornil;
para evitarla, daremos las repectivas
definiciones del Dice. Bozal: esporti-
lla, comunmente de esparto, la cual,
colgada de la cabeza, se pone en la boca
á las bestias de labor y de carga, para
que no hagan daño á los panes ó se
jjarcn á comer. || Talileta con pi'ias de
hierro que se pone á los terneros para
(jue no mamen alas madres. || Frenillo
BRA.
BRA
in:i
qne se pone á los perros {xira que no
muerdiin. — Bozo: «ibcstro ó cuerda
que se echa ¡i las caballerías sobre la
boca, y, dundo un nudo ptor delKijo de
ella, foniia nn caliezón con 6»)lo un
cabo o rienda. — MuKHaL: saquillo ó
talejío para dar de comer ¡i las bestias
cuando caminan. El de los bueyes se
llama fiuririo.
Brackauok, ka, adj. Apliuisc al
caballo que, al andar, mueve repetida
y gallardamente las manos, üls de uso
corriente en Chile y equivale :i rorre-
/«/</or,quc tampoco aparece en el Dice.,
pero que debe considerarse castizo, co-
mo legitima y directamente formado
del V. rorvtlear. Ortúzar lo reeuqjlaza
por claro, izquierdo ó abierto de peritos;
pero no es exacta la correspondencia,
porque claro «se dice del calxillo que
andando aparta los brazos uno de otro,
echando las manos hacia afuera, de
modo (jue no pueda cruzarse ni rozar-
se»; izt/uierdo «dicese de la caballería
qne, por mala formaciiMí, saca los pies
ó manos hacia afuera y mete las rodi-
llas adentro»; y abierlo de pechón «di-
cesc del caljallo ó yegua qne al tiempo
de andar dirige con exceso la mano
liacia afuera, formando una especie de
semicírculo y cojeando mucho». Como
se ve, en estos términos resalta la idea
de un defecto, mientras que en bracea-
dor no se ve otra (jue la que se des-
prende del signifícailo literal de bra-
ctar: «mover repetidamente los brazos,
por lo común con esfuerzo (i gallardía ».
Con todijs estos adjetivos tiene alguna
relación piandor, ra: «díccsc del caba-
llo que levanta mucho los brazos y
pisa con violencia y estrépito».
BiiACKAJK, m. Profundidad del mar
en cualquier panije detí.-nniniulo. Tér-
mino de Marina alniitidu reciente-
nient*. No delie confundirse con bra-
zt'Je: medida de brazas ((Ue hay hasta
el fondo desde la superficie del ;igua.
Bracear, m. -Vplicido este v. al
Citballo, lo reemplaza Ortúzar i>or an-
dur claro; lo i]Ue es un error, jwrque
andar claro es «andar de modo que no
se junten las líneas del huello de am-
bos pies ó ambas manosx, y bracear
es lo (jue vimos en Braceador. Los
verbos castizos son corcdiar y (jambe-
tea r.
Braceo, m Acción ó efecto de bra-
cear. Admitido en el último Dice.
Bracete. De bracete ó de bracero
son modos adverbiales con que se de-
nota ijue dos personas van asidas del
brazo. — Buaceko, m.: el que da el
brazo á otro para que se apoye en él.
Dicese comunmente de los que dan el
brazo i'i las señoras. Lo mismo se ex-
presa con la fr. dar el brazo á uno.
BnAGi'ERO, m. .\parato ó vendaje
destinado á contener las hernia.s ó
quebraduras; no debe confundii-se con
estomaguero, m . : pediizo de bayeta
que se pone á los niños sobre el vientre
ó boca del estómago para abrigo y re-
paro, cuando se les envuelve y faja.
Qniziis la confusión ha provenido de
los aragoneses que liacen á braga (del
cual se útívWa .liraguero ) sinónimo de
meteilor: «paño de lienzo que suele
jwnersc debajo del pañal ¡i los niños
j)e«|ueñ<)S".
Braguetazo (Dar un). Es en
Chile casai-se nn hombre pobre con
una nuijir rica.
Braguetero, adj. y ú. t. c. s. m.
Formado de la fr. anterior. Hombre
pobre que se casa con una mujer rica.
Bramera, f. La ventana ó rcspi-
raílero que tienen algunos liornos es
bravera, v m bramera.
21
I
]04
BRA
BRA
Brasa, f. Lona ó carbón encendido
y pasado del fuego. — Braza: medida
de longitud, generalmente usada en la
marina y equivalente á dos varas. Se
escribe con z porque es derivado de
brazo, pues la hraza es la nicilidií de
los dos brazos extendidos.
Brasero para los pies llaman
los chilenos A la rejuda ó maridillo. Si
el objeto tiene nombre propio en el
idioma, como sucede en este caso, no
hay para qué usar un circunloquio ó
frase descriptiva.
Brasilero, ra, adj. Así se dice
en toda la América, conforme al por-
tugués hrasihiro; pero la Academia
jamás ha salido de brasileíio, ña: na-
tural del Brasil. U. t. c. s. || Pertene-
ciente á este país de América. Y á la
verdad, la terminación ero, era, no es
propia de nombres gentilicios, y, si
en uno que otro la hallamos, como
en ibero y celtibero, es porque ya esta-
ba incluida en los primitivos Iberia
y Celtiberia. Brasilero, en caso de
admitirse, debería significar — comer-
ciante en palo brasil ó del Brasil, ó
vendedor de esta madera.
Bravatear. Dígase bravear (echar
fieras ó bravatas) ó baladronear (hacer
ó decir baladronadas). Véase Gua-
pear.
Braveza y bravcra son sinónimos
en las dos aceps. de-«fiereza de los
brutos» y «esfuerzo ó valentía de las
personas». Braveza significa ademiis:
«ímpetu de ios elementos; como el del
mar embravecido, el de la tempestad,
etc.»; y bravura significa también
«bravata».
¡Bravo! «intcrj. de aplauso. U. t.
repetida». Debió agregar el Dice, que
se nsa además c. s. m. en sing. y pL,
como se halla en todos los escritores.
La Rana, por los semblantes
Bien conociíí, sin embargo.
Que babían de ser muy pocas
Las palmadas y los brapos.
(Iriartc, Fdhula XLIIJ).
Brazada, f. Es de nso corriente en
Chile por la medida de longitud to-
mada de los dos brazos extendidos y
equivalente á dos varas. En España
ha pasado ya á ser anticuada y se ha
reemplazado por braza. (Véase Ba-
rrial). Brazada tiene vigentes en el
Dice, las aceps. de «movimiento que
se hace con los brazos extendiéndolos
y levantándolos, como cuando se saca
de un pozo un cubo de agua», y «can-
tidad de leña, palos, bálago, hierba,
etc., que se puede abarcar y llevar con
los brazos»; lo que se llama también
brazado.
Brazo, m. Es común en Chile y en
otras repúblicas americanas usar el pl.
brazos -por peones ó jornaleros;, v. gr.:
«Faltan brazos para la agricultura».
No creemos que haya en esto un vicio
contra el lenguaje, como alguien lo ha
apuntado, sino una simple sinécdoque,
y de las más legítimas, en que se toma
una parte por el todo, es decir, lo que
más resalta y se necesita en un traba-
jador al día, que son los brazos, por
la persona misma. Ó si esto no satis-
face, considérese como una metonimia,
por cuanto se toman las partes del
cuerpo humano por las facultades ó
aptitudes que residen en ellas. Así, si
se puede decir, y está perfectamente
dicho, «Hubo entre los griegos cabezas
muy privelegiadas», por hombres de
talento, ¿por qué no se ha de poder
decir también, «Este año hubo en
Chi'e mucha escasez de brazos para
la agricultura», por escasez de peones
ó gañanes? No nos privemos del uso
BRA
BRE
105
de los tropos, que Uiiw viveza, her-
mosura y variedad comanican al len-
guaje, haciéndola por lo mismo más
agradable y ameno. Al pl. brazos sólo
da el Dio.', el sijiiiitieado &g. de «pro-
tectores, valedores». Si se quiere una
autoridad clásica para justitiair el uso
chileno, allá va la siguiente de Jove-
llauos: «Como las posesiones son gran-
des, para todas estas Ltborcs se necesita
nn gran número de bn¡-o.-<, que no
prestan sus auxilios sino por altos j
arbitrarios jornales». No no3 diga pues
Joan de Arona que sustituramos á
brazos por brari-ro (peón que se alquila
para cavar ó hacer alguna obra de la-
branza), porque no hay necesidad de
til sustitución y es más elegante y
expresivo el fig. brazos. — A brazos
cruzados decimos aquí (¡ue qwÁi ó
dyim á la persona que no cuenta sino
cou lo encapillado, porque ha perdido
todo su haber ó fortuna. La fr. castiza
es ron ios brazos cruzados ó ron las
manos cruzadas o mano sobre mano,
que el Ditr. traduce por «ocioüiraente,
sin hacer nada». Como se ve, no hay
entera e<|uivulene¡a entre la fr. chilena
y las españolas, ponjue en la nuestra
resalta la idea de despojo ó pobreza, y
[loreso, im[)üsibilitada la persona para
el trabajo, se cruza de brazos y no ha-
ce- nuda; mientras que en l.is españo-
las domina .so'amente la simple idea
de jiea-za. — Del brazO (Ir, andar,
¡uiMearse, Uerar á unoj. Véase Bkack-
TE. — Xo dar uno el brazo á torcer, fr.
lig. y fani.: «mantenerse firme en su
dictamen ó propijsito». Asi escriliC el
Uicc., olvidando, á nuestro parecer,
dos C08&1: !.• que la fr. puede usarse
también, y se usa, sin negación; y
2.* que además tiene el signitic.ido de
-no darse uno [>c)r vencido ó no con-
fesiir sn derrota; jwrque bien puede
suwder que ceda uno de su dietanien
ó propósito, pero alegando otros razo-
nes ó motivos y nó lo que princijxil-
mcute se tenía en vista: en este caso
cede uno. pero no da su brazo á torcer,
ó no c!ie de su asno ó burro.
BitAZoi.A, f. Reborde que forman
los cuatro maderos de la buui de una
cscjtilla. Término de Marina admitido
por primera vez.
Brea, f. Arbusto del género Bac-
charis ( Tessaria absinthioidfs), del
cual se sacaba en el tiempo del colo-
niaje en las provincias del Xorte una
resina que se usaba en lugar de la broa
eiiToi)tíi( Phdij>/>i). — En algunas par-
tes de Chile se usa también brea por
el mrconio ó alhorre castellano.
Bkeuaje, m. Asi se escribe en cas-
tellano y nó á la francesa, brevaje;
como tam¡X)Co su signilicado es el
genérico de h bebida», cual lo entienden
los franceses, sino el particular de «be-
bida compuesUi de ingredientes des-
apacibles al paladar; y en los buijues,
vino, cerveza ó sidra que beben los
marineros».
Break. m. Vez inL'lesa con que
se designa un carruaje de cuatro rue-
das, de pescíinte un poco alto y de
asientos longitudinales en forma de
bancos. Puede ser con toldo ó sin él.
En suma, es el break una simple
carretela, y por ser usado por las cla-
ses aristocráticas, se le quiere elevaí
de catogoi-ía conservándole el nombre
inglés: ;y digan los fnina-ses que el
nombre no hace A la cosa!
Brecho, m. Otro nombre que el
penúltimo Dice, daba al «rc/ro (cier-
to \Mz) y (pie el último ha supri-
mido.
Bkk.s'ía, f. F¡i)ra ó haz de fibras
l'JO
BRE
BRE
reviradas en un tronco. Admitido como
provincialismo de Asturias.
BrexaIí ó iíeeñar, m. Sitio ó para-
je de breñas. La 1, dice Monlau, es
homófona de la r, y permútanse una
en otra con suma facilidad, y esto en
todas las lenguas y dialectos; hecho
fónico que está muy en la naturaleza,
puesto que ambas letras no son más
que grados diferentes de una misma
vibración lingual. Sin hablar poraliora
de los que las trastruecan en medio de
dicción, diciendo, por ejemplo, sor-
dado, arbañal, arcachofa, nos
contraeremos á las terminaciones al y
ar de los sustantivos, que por la razón
apuntada suelen confundirse; lo cual
no es raro que suceda en el pueblo,
cuando aun el mismo Dice, no se ha
atrevido á resolver la cuestión y ha
dejado muchos de estos nombres con
ambas terminaciones; como breñal y
breñar, calmñal, calcañar y carcañal,
cascajal y cascajar, castañal y castañar,
encinal y encinar, juncal y juncar,
manzanal y manzanar, alfalfal y cd-
falfar, arvejal y arvejar, platanal y
platanar, etc. En Chile dicen mala-
mente las personas de mediana ins-
trucción delantar por delantal, pa-
jal Tpor pajar, sandial por sandiar,
y otros que irán saliendo en su lugar.
Para esto no hay regla fija que poder
seguir, como se ve por el doble uso del
Dice; sin embargo, de algo puede ser-
vir, porque tiene su fundamento en la
fonética, la observación de Cuervo á
este respecto, que «la terminación al
de adjetivos y sustantivos se convierte
en ar si el primitivo tiene I hacia su
fin». Así se dice particular, popular,
militar, olivar, palmar, melonar.
Breque f Estar ó poner en un).
No hay tal breque ni niño muerto: la
fr. castiza es estar ó poner en un brete,
en la cual brete significa aaprieto sin
efugio ó evasiva». Breque es castellano
en el significado de «variedad de pajel
con las aletas azuladas».
Brescar, a. Quitar á las colmenas
los panales con miel, dejando los su-
ficientes para que las abejas se puedan
mantener y fabricar nueva miel. Es v.
admitido en el último Dice, y sn sig-
nificado es el mismo de castrar en su
última acep.
Bretaña, f. Además del significado
tan conocido, de «lienzo fino fabrica-
do en Bretaña», tiene ahora el de
«jacinto».
Bretoxiaxo, xa, adj. Propio y ca-
racterístico de Bretón de los Herreros
como escritor, ó que tiene semejanza
con las dotes y calidades por que se
distinguen sus obras. Admitido en el
Suplemento de la 13." edición del Dice.
Véase Apolíneo.
Breva, f. Dos frases usamos for-
madas con esta palabra y en realidad
merecen consignarse. Breva pelada, en
sentido fig. es todo asunto ó negocio
que no ofrece ningún trabajo y se
presenta hecho y con toda comodidad,
como cuando se da una breva pelada,
que no da más trabajo que comerla. —
El cuesco de la breva es en sentido fig.
recurso ó medio imposible de hallar,
como si uno se afanara en hallar el
cuesco ó hueso de esta fruta. — Ser
breva una cosa es fr. castiza, por el
significado fig. que tiene breva, de
«ventaja lograda ó poseída por alguno.
Cogió, se chupó la breva». — Llámase
también breva entre nosotros, por el
color y figura, más nó por el tamaño,
el fruto ó baya del palqui.-En cuanto
á la etimología de breva, mejor que
praécoqna, que da el Dice, nos parece
BRI
BRO
la de bífera qne sefiala Don Ramón
Menéndez Pidal, es decir. /fci« bij>ra,
higuera que da dos frutos, ó que da
dos veces. Conociendo el camino que,
s«iijn la fonéliav han recorrido desde
el latín vulpjr las consonantes y voca-
les castellanas, se ve clara la tr.insfor-
mación de bifira en bm-a, y no asi la de
praéfoqua, que sólo por sospcc-lia ó pre-
sunción puede halwr apuntado el Dice.
Brkvu'KXXK. ailj. Aplicase á las
aves de ¡rran tamaño, de mandibulus
cortas y robustas, esternón de figura
de esc-ndoy sin quilla, y alas muy cor-
tas, que no les sirven para volar; como
el avestruz y el casuario. Ú. t. c. s.
(suponemos que f.) || f. pl. Familia y
orden de estas aves. Es término de
Zoología admitido últimamente cu el
Dice, y en su primera acep. sinónimo
de rorrtdor, ra.
Bridecú, m. .\dmitido reciente-
mente como igual á birirú: ccinto ó
correa que se ciñe á la cintura y de
que penden dos correas unidas pf)r la
I>arte inferior, en que se engancha el
«■sjuidin, sable, etc.» Xo hay que con-
fundir estos nombres con el qne tienen
las dos correas, que es el de Uro», m. pl.
KKiriAOiKKA, f. Mujer del brigadier.
.\dmitido en el último Dice.
Brigbarca, n>. Corregido brir-
bfirra tííif] novísimo Dice.: <lx;rgiintín
grande, que, ademiLS de sus dos palos
onlinarios, lleva otro chico ó popa para
annar la cangreja».
Urix, m. (Del francés brin, cierta
tela). LfOiía muy fina. Admitido en el
ultimo Dice. Creían algunos (|ue es
«•orrupción de ilril (del inglés drill ),
tela tosca de hilo ó de algo<i()n crudo,
ruando lo cierto es que brin aparecía
ya en el vocabulario que agregii ¡i su
díjicurso de incorjioración el académi-
co D. Agustín Pascual, donde dii'e:
«Brix. Vitre. lienzo de cáñamo nuis
firme y m;is flexible que la loneta.
Dice, marít.»
Brixdar, n. Xo estamos conformes
con la definición del Dice: <uiiaiiif es-
lar, al ir á bel)er el rinn, el bien (juo
se desea ¡i personas ó cosjis». Bien es-
tíirirt esto cuando el brindador se limi-
taba ii un simple gesto ó mirada, ó ¡I
unas breves palabras, como «Brindo
por fulano ó por Uú cosa», iX la s;ilud
de Ud. ó de zutano», etc., ó cuando
se bebía solamente vino, que sería allá
poco después del diluvio; pero ahora,
cuando los brindis son verdaderos dis-
cursos, y á las veces, mejores que los
de la Academia, y qne so pronuncian
ordinariamente al bel)er el chamitaña,
la definición académica aparece fran-
camente trasnochada é inexacta. Vale
pues la pena corregirla, ó por lo me-
nos, agregar otra para lo moderno.
Brixdis, m. Acción de brindar
(1.* acep.) Definición en qne se ha
quedado demasiado corto el Dice,
pues según ella no se sabría cómo lla-
mar al brindis escrito ó imfireso. Véa-
se el anterior.
Brisca, f. Falt^ibale la acep. de
«cada uno de los triunfos del juego do
la brisca», (juc por fin le ha reconoci-
do el último Dice.
Brisera, f. Especie de guardabri.sa
iLsado en América, .admitido en la
13.» edición del Dice.
Broa, f. Especie de galleta ó bisco-
cho de (|ue se hace mucho uso «n Fi-
lipinas. ¡Pobres filii)inos! Scilo ahora
que se han emancipado de Esjxiña ha
venido la .\cadcmia á admitirles éste
y otros vocablos.
BrooatO, ni. Es nombre anticua-
do y anigiinismo yor-brocado.
198
BRO
BRU
Brocearse, r. Echarse á perder
uua mina, sea porque se corta ó se
pierde la veta metálica, sea porque el
metal que produce es de baja ó mala
ley. En sentido fig., echaree á perder
cualquier negocio. Es v. muy usado en
Chile y en la región minera de Bolivia
y de la República Argentina, y no es tan
despreciable que digamos, tanto por
su mucho uso, cuanto por su buena
formación, basada, indudablemente, en
el s. broza, que en su segunda acep.
BignLfica: «desecho de cualquier cosa,
como el ripio de las obras y otros des-
perdicios».
Broceo, m. Acción ó efecto de
brocearse. Véase el anterior.
Brochar, a. Untar ó dar baño
con la brocha. Es v. que suele oírse
entre personas incultas y sin ninguna
autoridad; por lo cual renunciamos á
defenderlo.
Broche, m. Así llamamos en Cliile
el que se usa para cerrar algunos libros.
Xo diremos que está mal empleado,
porque lo general siempre incluye á lo
particular, pero también advertiremos
que el nombre m;is propio de tales
broches es maneciUa: «broche con que
se cierran algunas cosas, particular-
mente los libros de devoción»; y otros
lujosamente empastados, pudo agregar
e! Dice, comoquiera qne también la
llevan los álbumes y todos los libros
profanos á los cuales se les quiera po-
ner tal adorno. Lope de Vega en Los
Pastores de Belén, 1. II, usa manilla,
al cual no le reconoce semejante acep.
el Dice: «Dieron á Laureno por
premio un libro de' pergamino, en
q«e estaba escrito el Pentateuco de
curiosa letra, las cubiertas eran de
tablas de cedro, y las manillas de
plata)).
Brojieliáceo, a, adj. y ú. t. c. s.
(suponemos que f.) Dícese de hierbas
y matas monocotiledóneas... como la
anana. || f. pl. Familia de estas plan-
tas. Término de botánica admitido en
el último Dice, en donde puede verse
íntegra la definición.
Broxce, m. En lenguaje fig. y poé-
tico dice el Dice, que significa el «ca-
ñón de artillería, la campana, el clarín
ó la trompeta»; y ¿por qué nó «la es-
tatua ó escultura de bronce»? agrega-
ríamos nosotros. Si líemo se llama la
«pinturafque está sobre lienzo»; si
mármol es la «obra artística de már-
mol;» si tabla es la «pintura hecha en
tabla» (y la misma reclamación hare-
mos en su lugar para tela), ¿por qué
no condescender ya con el uso, que
hace tiempo ha dado á bronce aquel
significado?
Bronquitis. No es m., como lo
hacen algunos que no entienden de
géneros gramaticales, sino f. (la bron-
quitis).
BROTA,-.f. Acción ó efecto de bro-
tar. Este es el único significado que
aquí le damos en el lenguaje propio y
en el fig., es decir, tratándose de árbo-
les y de viruelas, sarampión, granos, etc.
Earo pues parece que el Dice, no le
reconozca otro que el de brote en su
primera acep., esto es: «yemas de las
cepas», reservando ú brotadura para
la «acción de brotar». Quédese en hora
baena[con sus términos, que tan raros
suenan á nuestros oídos, y nosotros
seguiremos con nuestra brota, tan bien
formada y tan lógica como corta, cose-
c/ia, esquila, poda, sitmbra, niega, trilla,
tala, trasquila y vendimia, ¡jara no sa-
lir de la agricultura.
Bruces (De) ó de bruces, y ant.
de buzos.
BRIT
BRU
Britita, f. Mineral formado de
ma:rnes'a liidratada, de color blanco ó
_T¡s y brillo anacarado. iiifiiS'ble al
-opkie y que se halla en crisUdes ó
masas coiupacuis. Se emplea en medi-
cina. Hs voz admit'da por primeni vez.
Brujo, ja, adj. Aplícalo nuestro
¡meblo á ciertas cosas tjue en el co-
mercio ó trato humano t-enen uu vic'O
0 defecto oculto, proveniente de fr.in-
dc ó malicia, como pnJier.i con toda
su astucia simularlo un brujo ó bruja.
A.«i, el zapatero que hace un cjdzado
' >cai|UÍIlado, pero citerionnente le da
I a<p2cto de cosido, hac-c una coa: fura
1 rosillo brujos; el leñador que ven-
iu una c-ar:.'a de leña que uo const^i
de los (;4 polos corrientes, pero está
de tal manera formada y rellena que
ajcia-nu» tenerlos, vende una rari/a
bruja; etc. Puede reemplazarse este
( liik-nismo \n)T fraudulento óftiho.
Brulote, m. En castellano es «bar-
co canpido de materias combustibles c
inflamables, que se dir¡<íe sobre los
buques enemigos para incendiarlos».
I(e este signiñcado, que es tomado del
fmncés, en donde tiene por origen el
v. brulrr (quemarj, se ha derivado la
aoep. fi<;. que le dan algunos chilenos,
de-diclio ofensivo, indecente ó grosero,
ó sea, pdabrota ó grosería de palabra.
Hablando con Unía verdad, no estii
mal usada la mi:?l:ifoni, porque la tal
]>alabn)ta viene á ser para el caso un
lx»rca cirgado de materia itiflamable
que se dirige contra el ofemiido y le
haíx- saltar los odores á la «ira.
Bruñuelo, m. Estropeo (¡ue hace
aquí el pueblo del legitimo buñiwlo,
cre^'endo, quizás, que se deriva de hru-
ftir. Ks (.-osa curiosi» lo que sucede con
olf^nos vocablos en la mala pronuncia-
ción del viil-'d. i|iie. en vez de incli-
narse :i lo m;is suave y sencillo, prefiere
lo miis duro y complicado. Asi, por
ejemplo, estrojK'a :i Gahrirl y ntprirho
en Grabiel y crapricho, entrar
y esMin¡iiir en deutrar y descam-
par; y de las conjugaciones -ijwra iiué
hablar?
Brusela, f. ¿Tendrá ya kisUnte
uso pr.ra 8i.'r admitido en el Dice, con
el significado de-tripe fabricado en
Hruselas? A nuestro juicio todavía nó,
pero para allá va caminando.
BKUSfJMKXTE, adv. m. De manera
bruscíi; y brusco sólo significa: «áspero,
desapacible». No debe pues confundir-
se con el francos bruxqufinent, que sig-
nifica a precipitada, atrojK'lladaniente,
con celeridad, de sopetón, de golpe, de
rondón, sin reparo, pronta, impensa-
damente, de improviso, de repente».
¡Cuan rico es el castellano y cuan
ignorantes de él se manifiestan los (jue,
sin estudiarlo, acuden á la lengua fran-
cesa, la pobrccita mendiga que llama-
ba Voltaire!
Bui'.^QfKiUD, f. Calidad de brusco.
Es bastante usí\do, aun por académi-
cos, y necesiirio para t<xlos: no vemos
jx)r qué se lia desentendido de él el
Dice. Acíulémico. En cuanto á su for-
ma es irreprochable, iK)n|ue hu segui-
do el j)rocedim¡ento usual del idioma;
como broiu/uctlaJ, de bronco, poqutdail,
de poco, tosqufJad, de tosco, ¡erque<la<l,
de Ierro, parquedad, de parco, seqtie-
dcfl, de yero, oquedad, de ¡tueco, etc.
Brutalizar, a. y ú. t. c. r. En
libros ini¡)re.süs en Barcelona hemos
visto este dislate por embrutecsr.
Bri.to, ta, adj. Además de los sig-
nificados que le reconoce el Dice,
nótanse en Chile tres usos: 1." Aplíca-
se al gallo (rara vez al pollo) origina-
rio del jKiis y en contraiKjsíción al de
200
BUG
BUG
raza inglesa, más valiente en el reñi-
dero; 2." Usase por la loe. castiza en
bruto, que en su segunda acep. se dice
de las cosas que se toman por peso
sin rebajar la tara; y .3." La fr. á la
bruta: toscamente; torpe ó excesiva-
mente.— -Véase Tu quoque, Brute.
Buiióxico, CA, adj. Perteneciente ó
relativo al bubón. (Suplemento del
último Dice.) Tanto habló la prensa
diaria de la peste bubónira, que al fin
llegó á oídos de la Academia, siquiera
para el Suplemento.
Buc'cixo, m. Caracol marino de con-
cha pequeña y abocinada, cuya tiuta
solían mezclar los antiguos con las de
las púrpuras y los múrices para teñir
las tehis. Admitido en el último Dice.
BucELARiO, m. «Vasallo ó criado
que comía en casa», lo definía el pe-
núltimo Dice; pero el último se ha
corregido, diciendo: «Soldado de cier-
tas milicias bizantinas. || Eutre los vi-
sigodos, hombre libre que voluntaria-
mente se sometía al patrocinio de un
magnate, á quien prestaba determina-
dos servicios y del cual recibía el dis-
frute de alguna propiedad». Algo pa-
recido á nuestros inquilinos.
Bucólico, ca, adj. Además de las
aceps. que tiene relativas al género
poético de este mismo nombre, debió
reconocerle el Dice, la fam. de-perte-
neciente ó relativo á la bucólica en su
acep. también fam. de «comida»; por-
que, en realidad, así se usa este adj.
entre los modernos, que tienen, para
defenderse, nada menos que la auto-
ridad de Cervantes, quien, refiriéndose
il unas gallinas, hace hablar así á uno
de sus personajes:
Andad con Dios y dejaldaa,
Y desde lejos miraldas,
Como i reliquias honralJas,
Para el culto dedicaldas
BucñVtco y adoraldas.
(PeJro Je í'rdcmalas, jornada 3.*).
Mas, para que la corrección sea com-
pleta, advirtámosle también al Dice,
que debe escribir en dos artículos
tanto el adj. Bucólico como el s. Bu-
cólica, porque las dos aceps. de cada
uno corresponden á dos ¡deas y á dos
etimologías enteramente distintas. La
acep. fam. de «comida» se les ha dado
únicamente por el parecido material
de estas voces con bucea, que en latín
significa boca, mientras que la acep.
principal de-poesía pastoril, procede
de legítima cepa griega y alquitarada
por el latín.
BucoLiSMO, m. Afición á la poesía
bucólica; sistema especial de entender-
la ó escribirla. «Ni á Teócrito, ni á
Mosco, ni á ninguno de los maestros
del culto idilio alejandrino ó siciliano,
ni á Virgilio su imitador, debe Gil
Vicente su propio y encantador huco-
lismo». (Menéndez y Pelayo, Aiitol. de
poetas ¡ir. cast., pról., III). Es voz bien
formada, pero que no merece el honor
de una campaña por su admisión. Allá
verá su autor si la defiende ó nó en el
seno de la Academia; nosotros nos
arrimamos al buen criterio de Don
Juan Valera, manifestado en estas ati-
nadas reflexiones: «Esta traza de en-
riquecer el idioma valiéndose de co-
nocidas terminaciones para componer
nuevos vocablos, no supone rara habi-
lidad ni grande ingenio. Los invento-
res abundan, por consiguiente, y la
riqueza de los idiomas puede llegar de
esta suerte hasta lo infinito. ¿Qué ina-
gotable manantial de palabras no es,
V. gr., la terminación ismo? Apenas
hay ya cosa, doctrina, creencia, vicio,
pasión, persona y objeto que no tenga
I
BUE
BUE
201
un ismo correspondicutc». Ix>qac cou-
veuJria en estos casos, nos p;ireco á
nosotms, seria estiuliar y abalizar bien
■-tas tcrniiiiaciones, lo mismo qne las
'¡••m:ui pitrticulas componentes, y re-
gistrarlas en el respectivo lupvr del
Oict'. Asi se conocería mejor la riquc-
TA del idioma, se evitaría la mala fo"-
macion de mnchas p:klabras y se aho-
rraría, sobre todo á los extranjeros,
uvlsde alguna vacilación ó error.
Budín, m. Hspecie de tort4i qne se
Lac-e de miiTi de j»an, ó de harina de
i:iaiz ó de arroz, coa leche, hnevos y
il;riiiias especias, y se usa como postre.
Xo debe confundirse con el Jlan ni
' on la torta ó lortmta. Es voz tomada
del inglés pwtiling y de nso en toda ó
en casi toda la América. Algunos pro-
pfinen la fonna inuiin ó ¡mtlinyo, pero
la m:ts <:eneralizada es hiuihi. Bretón
de los Herreros, en el canto VI de su
I>oenia La Desveríjüriizii, adepta la
forma pwHii:
¿No e; ^Tnri.i .[tio un goloso en un fortín
Fruti- .. y fío Aran juez.
Y á ; til ilfl Rin,
AUU4;, j ir el lio JiTCí,
Y me la cebe lic ingles oon nn piuUn
Y Uo moro con dátiles <le Fez...?
Resuelva la cnestión la Academia, pe-
ro nó con la lentitud f|nc acostumbra,
sino con la buena voluntad de las pcr-
mnwA lalKjriosas.
BaeicltO, m. diminutivo de bupy.
\m forma correcUi es loyezupln, indi-
«ula en el I>icc. y usada j)o:- los cLusi-
ci).í. Tamp K» son contra la fíramática
liis formas tninjpriUo, liueijt^nclo Ime-
i/ffilú, boi/frifo y lioi/ri-ilo, pero si lo es
(.1 chilenismo buelcltO, porque «los
inonosilalKi.s terminarlos en consonan-
te, inchisa la y, exigen l¡w terminacio-
nes rritu, frillo, rñrn^ rzHflii, ¡fliurtn.
achiifhs. (Gram. de ¡a Acad.) líuy
violada, ó mejor dicho, entcr.inicnte
ignorada es en Chile esLi rigla del
idioma; por lo cual no hay casi un
monosílaba que escape bien cou su
diniiinitivo. Así niahiniente decimos
florcita, piecito, malcito, sal-
cita, solcito, pancito, reicito,
dioslto (;i>or Diosito!), parci-
to, tecito, trencito. mielcita,
pielcita, pianito, liijnindose del
estropeo estos ¡mcos: crucecila, diececi-
to, liifen'ta, nuefecila, tosecitu y rorrrita.
Las únicas excepciones que admite la
Academia son rttinrdlo y los nombres
propios de pei-sonas, como Blasillo,
Güito, Juanilo.
Buenazo, za, adj. aumentativo
de luir. 10. La forma correcta indicada
por el Dice, y usada ¡xir todos los
buenos escritores, es bonaso, za, con-
forme á la íudole del castellano, qne,
para formar los derivados, cambia el
diptongo ue en o; en lo cual no hace
más que volver á su primer origen, el
latín. Así, bueno, formado de honiis,
en sus derivados bonazo y bonísimo,
pierde ó contrae el diptongo ue y vuel-
ve á lo o primitiva; cuerjw, fonnado
de rorpus, hace carpazo, rorpiHo; puer-
líi, fonnado de porta, hace portazo,
partid; puerro, formado de porai.i, ha-
ce ponjferizo, porquería; etc., etc.
Buenísimo, ma, adj. sniwrlati-
vo de bueno. Síigiin el Dice, y los me-
jores hablistas, la forma correcta es
boni.fimo, ma. (Véase el anterior). Otro
superlativo de bueno, jwro irregular
y tomado directamente del latín, es
óptimo, ma.
Bi'E.NO, XA, adj. Sr.ls de algo tene-
mos que decir solire este vocablo,
principiando por fiu Rigniliaulo. ,;l'ür
rpié no advierte la Acailemia lo que
202
BUE
BUE
varía éste, segiin que el adj. se ante-
ponga ó posponga al s.? No lo sabe-
mos; pero lo cierto es que hay gran
diferencia entre ambos usos, como se
nota también en los adjs. ci»rto, gran-
de, polire, puro, simple j uno que otro
más, pero en casos más limitados. Así,
no es lo mismo decir buen día que día
bueno, buen hombre y hombre bueno,
buen mozo y mozo bueno, etc. En
buen día el adj. sólo sirve para ma-
nifestar el buen humor con que se
habla, ó realzar el significado del s.,
pero sin agregarle ninguna idea más.
Buen hombre es un hombre sencillo y
sin carácter, casi un tonto; y hombre
bueno se toma en el sentido recto que
tienen ambas voces. Buen mozo es
hombre de aventajada estatura y ga-
llarda presencia; y buena moza, mujer
de iguales cualidades físicas; mientras
que mozo bueno y moza buena conser-
van su significado recto. Buena pluma
es un buen escritor ó uu buen escri-
biente, y pluma buena, la de ave ó
acero que es cómoda para escribir.
Buena tijera es persona hábil en cortar
ó persona que come mucho, y también
persona muy murmuradora; y iijera
buena, y más usado en pl., iijeras bue-
nas, se toma en su sentido recto. Bticn
Pastor es Cristo, nuestro Redentor, y
pastor bueno, el que cumple con su
deber. Tener buen diente, que eignifica
ser muy comedor, no es lo mismo que
tener dientss buenos. Buenos días (nó
buen día, como dicen los agabacha-
dos) es expresión que se eai2Jlea como
salutación familiar durante el día;
mientras que dias buenos son los de
cielo y aire serenos, y los que se pasan
con felicidad. Lo mismo bufias noches
y noches buenas ; con el agregado de
que noche buena ó nochebuena tiene el
significado antonomástico de ot noche
de la vigilia de navidad». Buena pieza,
buena vida, buen humor y buen tercio
no significan lo mismo qnc jneza bur-
na, vida buena, humor bueno y tercio
bueno. La loe. adv. en hora buena
puede sor también en buen hora ó en
buena hora. — La 3.* acep. que da á
Bueno el Dice, es «Grandoi; y pone
por cj.: buena calentura, buena curhi-
llada. A nuestro juicio, debió ampliar-
se esta acep., diciendo que se extiende
también al tiempo, y en tal caso equi-
vale á larí/o, y siempre se antepone al
s.: Hace un buen rato que te estoy
esperando. Dos buenas horas, dice el
B. Ávila por «dos horas largas». — Hay
un uso de bueno como s., muy enfático
y expresivo, y que parece ser p'jculiar
de Chile, y es cuando se junta con los
pronombres posesivos mi, tic, sv, nues-
tro, vuestro, significando, según los
casos, mi buen trabajo, tu buen ingenio
ó talento, su buen afán, esfuerzo ó di-
Uijeiuia; V. gr.: Gané el premio por
mi bueno; Este escrito me ha costado
mi bueno; Pedro se salvó por SU
bueno. L^na de las frases castizas
que más se acercan á este significado es
por sus puños: «con su propio esfuer-
zo ó mérito personal». — Otro uso muy
caractírístico de bueno, pero castizo
como el que más, es el que tiene en las
expresiones ¿A dónde bueno? y ¿De
dónde buem? No sabemos por que no
incluye también el Dice. ¿Dónde bue-
no? ¿Para dónde bueno? ¿En dónde
bueno? ¿Por dónde bueno? ¿A qué
bueno? ¿Qté bueno? pues todas estas
expresiones se han usado por los clá-
sicos. Por eso lo mejor habría sido dar
una definición general para bueno en
todos estos casos; pero aquí está la
dificultad, porque ¿qué significa bueno
BUE
BUE
en todas estas exprcjioiics?' Piíni el
Dice., nada, ponjue se contenta con
traducir las dos primeras: « A dónde va,
o se va? ¿De dónde viene, ó se vie-
in.-?> prescindiendo enteramente del
bueno. Para Caer%o «da á entender
cortejanamonte que se supone que el
pri-^iiitado lleva un bncn fin». Xo nos
[(.irecc mal esta interpR'tación, siem-
pre que 6c le dé mas importancia al
cortesanameiüe que al httenjin, ¡xiniue
la Verdad es que el bueno, m:is (jue un
concepto particular, expresí» cu estos
ca^s la cortesinía, el buen humor ó
la contianza a;>n que se Imbla. Vinien-
do ahora al olicio gramatical qnc des-
empeña en la frase, diromos sencilla-
mente con Garois que e3 el de adverbio,
moiliticativo de ílonde; menos en las
dos últimas ¿A qué bueno? y ¿Que
bueno? en las cuales no pucfle ser otra
cosa que adjetivo sustantivado, modi-
ficado por qué, equivalente á ¿Qué com
fiwnu.' *t'A f/ué bueno por ac:i el Giba-
.'■'■nt de Ille^cis? ¿Es menester algo?»
1, Alemán, (i'ianxin ile Alfar., p. 1, 1. II,
c. V). «Y (i qué bueno viene jwr aci?»
' ' ' rio» de J/oiwnj. »,Qué
|K>r acá los hombres de
,• ■■. .i • ..f Xarnl y lie .■ilii¡/.iil). —
A la buena, es expr. fam. cin que
li''miis al)ri;viado la conocida y cistiza
1 bi buena de iJiox: sin artificio ni
malicia, á la \wAs\ la llana, á la i>ata
llana ó á ]>ata llana, llanamente, sin
afwtación. « Ileapnc-s de aijnellos ciuii-
jilidos regulares, hechos |x)r parte de
I)on C'aíiniirü con desjn.-jo y desemba-
razo de colegio, y corres|)ondid()8 jvjr
los de la casa á la buena de Dliix, según
el ceremonial cinqjcsino, Antón fe fué
á cuidar de los mozos». (I*. Isli, Fr.
Gerundio, I. V, c. IV'). — I)K I'.IK.VAS:
loe, fam. mar usada entre nosotros
con los verbos estar, hallar, andar,
venir, etc., y equivalente á de buen
humor ó á las frases castizas E.-^tar
bien templada la yuitarra y Estar de
buena luna. (Véase De jial.\s en el
.articulo M^i.o). Quiziís sea una abre-
viación, aconsejada por la delicadeza,
de la fr. lig. Tener buewis puli/as, (jue
también se us;i entre nosotros, como
contrapuesta á Tener malas }>ul¡/as,
(jue es la única que apunta el Dice.
Xo será originaria de Chile la loe. de
buenas, cuando la vemos usada por
todo un Pérez Jíaldós, estante y habi-
tante nada menos que en la coronada
villa, corte de Espiüia: «Esperaba ella
una fuerte reprimenda, vocablos dis-
plicentes. Pero la señora parecía estar
de buenas, domado, sin duda, el áspero
C!>rácter jwr la intensidad del sufri-
miento". (^Miseriforditi, VI). Caballe-
ro admite también de buenas y de ma-
las con el v. coijer. — Hacer buena una
fos'i, es fr. fig. y fam. que, según el
Dice, significa-probarla ó justilicarla.
Asi la admiten Caballero y el Padre
llir; pero en Chile nos hemos apar-
tado un tanto de este concepto y la
usamos jx)r-garantir una cosa ó res-
ponder por ella, sobre todo, tratiindose
de dinero ó de cosas preeioestiinables.
Para que se vea el verdadero signifi-
cado de la fr. castellana, he aipii dos
buenas autoridades: «Hay (|uien dice
que se puede harer bueno, con testigos,
lo que cíos demonios de mujeres dije-
ron y traficaron para perdieicin de esta
casa». (Pereda, Solihza, XXV). «Avi-
sailo Vasco Núñez, bajii titmbicn á la
costa, y entrando en el mar hasta los
muslos, con una espada desnuda, dijo
que tomaba posesión dól y de todas
a(|uelliLS ¡ilayas y costas en nombre de
su rey. ¡íor las coronas de Castilla y
204
BTJE
BUE
León, y estaba dispuesto ;i hacerlo
bueno con aquella espada siempre que
fuese necesario, contra quienquiera
que le contradijese y quisiese hacer
resistencia». (Ovalle, Hislórka rela-
ción, 1. IV, c. IX). En Qucvedo, Visi-
ia de los chistes, la hemos hallado
también una vez, pero eu el sij,'nifica-
do de-curaplir. Así también la usa
Bretón, hablando del mismísimo Que-
veda eu el siguiente romance que le
dedica; aunque también puede inter-
pretarse por-probar ó justificar.
Dígalo el que en San-Martín
Contra una dama cíe fuste
Se desvergonzó villano,
Pensando quedar impune,
Y remolcado á la c:ille
Desde el sacro balaustre,
Quevedo con fiero estoque
Le hizo bueno el quia puhis.
Esperamos que el Dice, en su edición
siguiente resuelva esta cuestióu. Algu-
na luz da esta fr. del Dice, de Auto-
ridades: ^ Hacer buena al¡/ima canti-
dad. Modo de hablar, que significa, y
vale tanto como pasar alguna cosa en
cuenta y recibirla en data: y así se
dice en las letras de cambio y en otras
libranzas, que la cantidad que en ellas
se libra so hará buena en las cuentas».
■ — La buena, es otra loe. fam. con
que significamos la buena sverfe, for-
tuna ó ventura: «Pedro está ahora en'
la buena»; «A mi hermano le llegó la
buenai). No debe confundirse esta loe.
con las expresiones irónicas ¡Buena es
ésa, ó ésta.' ¡Esa ó ésta es buena! que,
según el Dice, denotan ya estrañeza,
ya desaprobación, y que nosotros cam-
biamos en Ésta es la buena, ésta si que
es la buena. En el mismo sentido de-
cimos también Esta es la bonita, ésta
es la liada; lo cual, aunque no apa-
rezca en el Dice, no debe considerarse
como prohibido, porque es conforme
con la índole del idioma. — En cuanto
á la apócope de buen por bueno debe
advertirse que sólo se usa precediendo
iimiediataraente al s. m., al v. en pre-
sente de infinitivo y á algún adv.:
pero, mediando una ó más palabras,
debe usarse bueno. «El bueno y verda-
dero caballero ha de ser animoso eu el
corazón, esforzado en el pelear». (Gue-
vara). Antes de sustantivos femeninos
que principian con a ó ha acentuadas,
apocopa también á bueno la Academia;
y así escribe en su Dice. Juan de buen
alma, A buen lumbre no hay pan du-
ro. Con el s. hora autoriza en buen
hora y en buena hora.
Buey, m. Buey de parada llaman
nuestros hombres de campo al de la
yunta aradora que, al empezar otro
surco, se queda parado, mientras da la
vuelta el otro, que por esta razón se
llama de vuelta; distinción que se hace
necesaria en el uso práctico y en el
lenguaje, por que no todos los bueyes
están adiestrados para ambas opera-
ciones. No creemos que llegue á repro-
bar el Dice, espresioucs tan bien for-
madas y aplicadas. — Hacer la del
buey tapanca, es fr. fam. muy
usada en Chile en el sentido que va-
mos á indicar. Cuenta la tradición que
en el tiempo de la colonia, en el cual
tan pocas cosas había que contar, hi-
cieron unas señoritas, muy pulcras y
compuestas, un paseo en carreta nada
menos que á la plaza principal de esta
misma ciudad de Santiago, como era
entonces la costumbre. Uno de los
bueyes que tiraban la carreta se lla-
maba tapanca, por tener sin duda
alguna mancha gi'ande en el anca,
BUI
BUL
punjiiu tapanca ■■^- lia üainmlo siem-
pre ai|ui la (jwil'liopa eípufiohi. Pues
bien, al lle,'ar al fin iKl pa^co, en ple-
na pliiRi (le armas y sin respeto alguno
á la <reiitc tan princi}xil qne coiiducia,
9c le ocurro al tapanrn irse de ciimanis,
salpicindo á livs principales hcri>in:ts
del pisco. Con lo cual se iimiort^ilizó
el njuiiso é inocente rumiante nuLs que
Erújlnto con el incendio del templo
de Diana, y las ofendidas no tuvieron
por su parte otro desíjuitc que tnins-
niitir á la jwsteridad el nombre y la
aci'ión de atjuel animal, uií'ls alevoso
par» ellas qne el mureiélaifo del poeta.
Desdo entonces anda corriente en Chi-
le, mis 'pie su autor, la fr. li¡st'>rica y
luimoristica Hacer la del buey
tapanca.
Bueyada, f. Jlalo \-niv la forma,
j).jri|Ue, fc'.'iiii las reirías de derivaeión,
del ic ser b<)i/ada: «número <;;raiide de
bueyes». El corral ó establo donde
¿ítos í* reeofjen se llama boijcm.
Bueyero, m. El que guarda bue-
yes ó los conduce se llama boyero, y
aiit. boy erizo.
Bl'kvuxo, bovino ó bovino, xa,
adj-t. Perteneciente al buey ó vaca.
Bi"t"ONKsío, fA, adj. Propio del
bufón ó truhán; itertenccientc ó rela-
tivo k él. Xo apiírece en el Dice., que
en su luíjar ofrece á bufo, fa, bufón,
na, ó fhoairrero, ra; poro lo usa, entre
otrw, Mcncndez y Pelayo y parece
digno de aíxiptaryc. La tcrminución
Mrt> es una de las más socorridas «pie
tiene el castellano para formar adjeti-
vos familiares, lo mismo (jue la i7, que
tanta lela (lue cortar suministró á
(«critores desenfadados y maleantes,
i-omo Cervantes, (¿uevcdo y Tirso.
Buitreada, f. .\cción ó efecto de
buitrear, v. .•.■• .1 ^v-Wu-v.*.
Buitrear, a. Vomitar algo que se
acul'a de comer, á semejanza del bui-
tre cuando está harto. Es v. que cuenta
con algún uso en el lenguaje funi.
chileno. El medio ordinario qn<> tienen
nuestros campesinos ]>ara «izar e«ta
ave, es ponerle en un lri«íar solo carne
muerta en abundanei* para (pie baje
á coméisela. Después de darse en ella
un haitazgo ó atracón, queda tan pe-
sadiv, que no puede volar, y entonces
cae en manos de los cazadores. Sin
embargo, antes de eso alcanz;i el ins-
tinto de la propia conservación á su-
gerirle un último esfuerzo, yes, ccliar-
ge á correr para vomitar ó buitrear,
y así aligerar el cuerpo y poder enca-
par. Pero generalmente usa de este
recurso cuando ya no es tienij);). Véase
cómo, á otro propósito, describe nn
chisico, el Maestro lA'ón, la acción de
buitrear en el homlro: «Y como
acaece á los muy comedoi-es, «pie, por-
que hinchen sin medida el estómago,
y porque sin cirtarlo con los dientes
lo tnigjín, lo tornan luego feamente á
volver». (¿Ir/ios. de Job, c. XX).
Buldog:, ni. Del inglés bull-dofi,
alano (■) p'iTO de presa. Así los cipii-
para el Dice, inglés qne tenemos á la
vista, mientras que el de la Aculeniia
Esp;iñola distingue el (daño del de
presa y á éste lo hace igual con el doyo.
Resuelvan la cuestión los peritos en
cinegética.
Bulevar, ni. Del francéa boidrvard,
que por su forma y ¡xjr su antiguo
significado equivale al bidunrie caste-
llano, pues los modiriios bulrrarex de
París ocupan el lugar de sus antiguos
y verdaderos Imluarles. Pondrán el
grito en el cielo los puristas exagera-
dos al ver (|ue jior nuestra parle accp-
tíimos y recomendamos el bulevar
20G
BUL
BUL
francés, aunque escrito y pluralizado
á la castellana {bulevares). Pero no
tienen razón pai'a tanto y discurramos
como Dios manda. Si las cosas se han
de llamar por sus nombres, y si el
nombre lo da la propia nación ó los
que inventan la cosa, ¿cómo se llama-
rán las grandes avenidas ó viales que
los franceses han bautizado con el
exclusi^'o nombre de houlevanh? Di-
rán que basta con los ya indicados de
avenidas ó viales; pero éstos son gene-
rales, replicaremos nosotros, y al oír-
los, nadie entenderá que se trata de
los verdaderos bulevares. Lo que hay
en el caso es que los puristas y auto-
res de diccionarios padecen una gran-
de equivocación: creen ellos que, al
admitir la palabra bulevar, va á que-
dar inmediatamente castellanizada ó
que va á usarse al par de las castella-
nas ó con preferencia á ellas; pues nó,
señores: nosotros no queremos que se
admita en esas condiciones, sino úni-
ca y exclusivamente en el significado
que todo el mundo ilustrado le reco-
noce, de-gran avenida con dos filas
de árboles, que rodea la ciudad de
París. Así quedaría admitido en ^1
Dice, nó como nombre genérico, sino
como particular, al modo de cadi, ur-
confe, jedive, maiuhríii, czar ó zar,
aha/e, dux, lord, madama, monseñor,
su/i, etc.; chalin, franco, lira, penique,
rublo, etc.; areópaffo, foro, sanedrín,
etc., etc. Y así como nadie aijlica estos
nombres á porsonas ó cosas españolas,
nadie llamaría tampoco bulevares las
avenidas, carreras ni calles de Madrid
ú otras ciudades de España ó América.
Sólo pues en este sentido encontramos
razonable lo que en el seno de la
Academia dijo Don Fermín de la
Facute y Apczcchea, contestando á
un discurso de incorporación : «Borró-
se de los edictos municipales, y aun
creemos que de los registros también,
la [voz] de boxilevctrd ó bidevctr, no
menos ridicula é inexacta, y bárbara
por añadidura en la forma que nos
venía, y la hemos sustituido con el
nombre, harto más propio y español,
de calle, con que se ufana la de Alcalá;
y aun pudiéramos haberle dado los de
carrera, corredera, coso, y aun eslraday>.
Blllra, dor, ar. La culpa no es
del sirviente sino del amo; porque, si
el amo pronuncia mal, ¿cómo han de
enmendarle la plana sus mismos cria-
dos? Según se ve en .luán de la Enci-
na, en el Arcipreste de Hita y en otros
antiguos, los españoles escribían y
pronimciaban así estos Yocablos in
illo témpore; por lo tanto, no es de
extrañar que así los pronuncien tam-
bién los que de ellos los aprendieron:
nos referimos á la parte más ignorante
de nuestro pueblo.
Bulto, m. No se confunda con el
anticuado vulto, tomado directamente
del latín y que significa «rostro». —
Mientras menos bultos, más claridad,
es f r. fig. que usamos mucho en Chile
para indicar el deseo de que haya en
una reunión menos personas. Está bien
formada y es digna de admitirse. —
Santo de bulto llama aquí el pueblo la
imagen de un santo hecha de escultu-
ra, para diferenciarla de la que es de
pintura, grabada, bordado, fotografía,
etc. No hay duda de que la expr. está
bien formada, aunque á pirimcra vista
parezca redundante por significar bul-
to, por sí solo, «busto ó imagen de
escultura». En ella está tomado bidto
en su primera acep., esto es, «volu-
men ó tamaño de cualquiera cosa»;
por lo cual el Dice, no tiene cscrúpu-
BUQ
BUR
lo pira dtt-ir en EslILTIRA «rcpre-
Ecntando de bullo nn objeto de la
naturaleza», y Cervantes misaio dice
iinliién en ano de sus entremeses
■i/iijnt ih bulto. «;E8 notarme de bo-
: -icho, ó ¡tiensas que estáis quitando
' 1 pjlvo á iilpuna inuif/en ib: Ak//o.'>.
{La (juania cHuiadosa).
Ik'LLA, f. Jleleni bu' I a os fr. fiü. y
fam. que, según el Dice, significa:
«impedir que so prosiga en nn asunto,
introduciendo muchas especies extra-
ñan»; lo cual no es obstáculo para que
se diga, correctainentc jwr cierto, me-
ter bullii, por causarla ú octisionarla,
I>ncs aquí esuin toni;vi:us las dos voces
en su sentido propio.
Bullado, da, adj. Muy usado en
Cliile \ntr-iuiilosiu que da que hablar
ó decir, que .ie prenta á foméntanos;
tonailo: «divulgado con mucho ruido
y admiración». Aplicase sólo a cosas.
BfLLAXGA, f. Significa otumulto,
asonada», y nó simple bullicio ó ruido
de gente, aconnüiñado de algún alter-
cado ó desorden, como lo usan algunos
chilenos.
Bullanguería, f. Basta y sobra
>n el anlorior y dejémonos de bulla.
Bihi.AXiíiERO, KA, adj. Alborota-
'¡•>r, amigo de bullangas. U. t. c. s.
\>-AM- IUl.I,AXf;A.
Bullón, m. Bollo, corrige senci-
IhiiuLiite el Dice., y lo define: «cierto
plegíuJo de tela, de forma esférica,
;i-«dü en las guarniciones de trajes de
• ñora, y cu los adornos de tiqiice-
na>.
Buqué, m. Los (juc quieran ha-
blar fnincé.-*, bús^inenlo en los diccio-
n.'iriiLí de ar|nella lengua, escrito á la
fi-ancíaia bouquel, y déjennos en ]az
con los castellanos aroma, -¡lorfume,
fraijtiDfia.
DcRnuos, m. Ya es tiemix» de (juc
la Academia sea msis lil)eral con los
n():nbivs de los vinos y licores que se
han liiflio de uso general en todo el
mundo. Si bien es cierto que no jniede
incluir en su Dice, todos los piirt ¡cu-
lares de una ó m:is naciones, también
es cieito que no puede excluir los que
ya son conocidos y designados con un
noniliro fijo por toda la gente ilustra-
da. Asi pasa, jior ejemplo, con el bur-
deos, que no srilo es nombrado asi por
todos, sino que también se produce cu
otros países. Y la misma razón que
para el burdeos milita también para
el eoRae, el curazao, el champaña, el
jerez, el oj'orlo, ú ¡risco, etc. En cnanto
á los de forma extranjera, como char-
Ireu-^e, piense la Academia cómo puede
castellanizarlos. A la verdad, no deja
de ser raro ver en el Dice, nombres
como reculo y mdsi'co, vinos usados en
tiempo de los romanos y llamados así
por el lugar en que se producían, y
no encontrar los nombres de los vinos
y licores usados por los mismos espa-
ñoles. Si es Diccionario de la lenijua
castellana, incluya entonces los nom-
bres castellanos modernos con prefe-
rencia á los antiguos, y si admite los
nombres de telas, monedas y otros
objetos conocidos de las demás nacio-
nes, ¿por qué no admite taml>ién los
de licores nacionales y extranjeros que
ya gozan de fama univer.sal? ;Qué
diría á esto el Duque de Rivas, Presi-
dente que fué de la Acidcniia Españo-
la, y que escribió con toda lilx.Ttad
los siguientes vei*sos?
Ten
Doii'It
ElJtKi, dManíimilla
I-:i llur.l.o/, el nor|;i>nn
I ui a cs,).tcii>rn cava
iirr|M iiiiL'V» toman
208
BUR
BUS
BüRDiGALENSE, adj. Porteiieciciite
ó ralativo á la antigua Burdigala, hoy
Burdeos, ciudad de Francia; natural
do dicha ciudad. Es adj. de bastante
uso y extraña uo verlo en el Dice.
Burlesco, ca, adj. No consta de la
definición del Dice, que este adj. se
aplique á persona, como aquí lo hace-
mos, y el uso correcto es aplicarlo á
cosas. Para las personas tencaios los
adjetivos burlón, fiyón y zumhbn, que
expresan con toda propiedad la idea
de hacer ó decir burlas. la illo fémpo-
re, en tiempo del Dice, de xVutoridades,
se aplicaba también á per.sonas, y de
ahí sin duda proviene el uso chileno.
Burocracia, f. Aunque de i^ro-
cedencia francesa y viciado en su
origen, pues se compone del liureau
francés (escritorio, bufete, oficina) y
del -/.oáTO? griego (autoridad, poder),
etimología híbrida; sin embargo, la
Academia, contra las protestas de Ba-
ralt, le dio cabida en el Suplemento
de su último Dice, definiéndolo: «in-
fluencia excesiva de los empleados pii-
blicos en los negocios del estado».
Depónganlos las crestas, diremos con
frase de Fray Luis de León, y acep-
temos la resolución del areópago de la
lengua, aunque, por lo visto, no ha
tenido más fundamento que el uso.
Burocrático, ca, adj. Pertenecien-
te ó relativo á la burocracia. (Suple-
mento del último Dice.)
Burra de Balaáx. Expresión fig.
y fam. coii que se designa á la persona
simple ó ignorante que acierta á decir
una gran verdad. Trae su origen del
hecho prodigioso, narrado en el libro
de los Números, de haber hablado la
borrica del falso profeta Balaán. Gra-
ciosa como es y bien aplicada, creemos
que debe admitirse en el Dice.
Burriquito, ta, m. y f. Así dice
nuestro pueblo por borriquito, ta, que
es el verdadero diminutivo de borrico.
Burrito, ta, y barrillo, lio, sí están
formados de burro.
Burros negros (Ver). Es fr.
fig. y fam. muy usada en Chile y equi-
valente á la castiza ver las estrellas, á
la cual le quitan aquí algunos el artí-
culo las, como si en su mano estuvie-
ra, por no decir en su lengua, hacer
tales supresiones.
Burujón, m. Es castizo por «hin-
chazón que se hace en la cabeza por
un golpe que se recibe en ella». (Véase
CotOtO). Aquí lo empleamos como
aumentativo de burujo, que es «bulto
no grande de alguna materia; como
de lana muy apretada ó apelmazada»;
y á veces en lugar de reivjo ó relntru-
jún («envoltorio que con desaliño y
sin orde ! se hace de papel, trajio ú
otras cosas»), ó de gorullo («bulto pe-
queño ó redondo que se forma unién-
dose y apretándose casualmente unas
con otras las partes que estaban suel-
tas; como en la lana, en la masa, etc.»)
Garullo es para el Dice, igual á buru-
jo en la acep. transcrita; mejor hubiera
sido que lo igualara con gorullo. En
el V. reburujar («cubrir ó revolver una
cosa haciéndola un burujóny>) emplea
el Dice, nuestro chilenismo; lo que
prueba una de dos cosas: ó que en
realidad no lo es, porque se usa tam-
bién en España, ó que el Dice, nos ha
metido en un verdadero hartdlo con
todos sus burujos, burujones y guru-
llos.
BuscapleitOS, com. Dígase bus-
carruidos, cora. fig. y fam.: «pci-sona
inquieta-, provocativa, que anda mo-
viendo alborotos, pendencias y discor-
dias». El novísimo Dice, le ha aarrcírado
BUS
BüT
esta aoop. de Marina: ccmbarcación
::. -ñor qne iba de exploradora delante
ic- una flota».
BusCAH, a. ilny coniiiu es osar este
T. eii el siu'iiifit'i '.■■ iL-lI;;inar ú uno ó
pn-L-iüiuir ¡. // ú üd. eu
!.i ¡ 'i-.'-ria: .;' ■ A.'í Busr/ri;
! Dice., es «iiiijuirir, bccer di-
, jKira hallar ó cncoutmv iüga-
uu cusa», y uiinbica «á alguna perso-
na», i^rregariamos nosotros!. Por donde
se re «jue la acción de bunatr va
aconipuñada de diligencia, cnij)eño, y
:i veces de ahinco y vivo deseo. Así
..iiesíro Señor Jesucristo, al ver en
■ 1 Huerto l;i tiirlxi de desahiiados que
■ in grande ;n>:;r.ao iban -X prender-
le, les preguntó: ,^1 quien Li'scáis.'
Eneas, en el libro I de la Eneida, al
Ver la inquietud con que sus compa-
ñeros andan preguntando por él, se
les hace visible de repente y les dice:
«.Vqai esta en mestra presencia el
que ¿iMMM». Muchas veces, no hay
diuhi, podrán confundii-sc los coucep-
t'is de bnirar á una ¡rr.ionn (ó cosa)
y de pre'jtinlar ¡'ir *■''.', y la mejor
¡•raelia es la forma niirrir con que
■ I castellano vertió el i/ií.arrre latino,
lile, en rea-
iiia persona,
■ ,<• I. ;.;/;, ir. ir.i ;:• ó esUir COn
1 'i i: V jwr eso pnede ella preguntar:
,;(¿iii- ijuiere Ud.? ó ¿Qué me quiere
Ud.? como dicen algunos españoles.
Sin embarco, para hablar y escribir
con to-la corrA-';ión, conviene teuer
; - vie el verdadero significado de
rbo. — No hay que confundir,
1.. ]\:.ii'. el IJicc. en la voz Pie,
i;- :': '.\s^. y famn. buscar cinco
/■■ '■" '"r Ire-i piex al fffi/o.
l.i; i: tentar la pitcicn-
.1 (li. irritarle; y la
segunda: empeñarse temerariamente
en c^sas imj;oíiblcs.
Buscavida, com. Dígase .'. ñ -
viíia», com. lig. y fam.: «jk-v
masiadamentc curiosa; en a
las vidas ajenas. || Peisoiia uw.v iliii-
gente en proporciüiiarse jkiv tv,hü los
medios lícitos su subsistencia y la de
su familia».
Di'.sco, m. Umbral de una iinci'ía
de esclusa. Admitido cu el últirao
Dice.
Bi'siLis, m. Convendría dar la
etimología de esta palabra, que, :'i no
dudarlo, es la que se consigna en al-
manafiuc-s y librejos de chistes, á saber,
la mala lectura de la fnisc latina in
(¡icbus illis, que un estudiante des-
compuso en in:¡¡e (las Indias), busillis
(aquí e£t;i la dificultad, no entiendo).
Asi consta también del Dice, de Au-
toridades, que relata así el hecho ó
supuesto: «El origen de esta voz es
dilicultoso; ¡xíro parece que puede de-
ducirse de un ignorante, que, uánJolc
á construir estas palabras latinas Li
illelius iUis, construyó diciendo: /?i die,
en el día; y, no pudiendo pasar ade-
lante, dijeron de él, ó él dijo de sí,
que no entendía el IukíUsd. Acepta
esU etimología el P. Torres en su
Gram. Jlistiirico-comparada, n.° 70.
Busquillo, adj. fam. y ú. fc. c. s.
ni. Muy usado en Ciiile, lo luiísico que
en el Peni, y «inivalenfe al cixstizo
bmcavidaa, aunque en realidad en el
busquillo hay miis habilidad y as-
tucia para proporuionarEC recursos.
Ú. ni. en fr. con el v. ner: ser un
busquillo ó muy busquillo.
Buta, ni. Del araucano vnla, ma-
rido. Así se llama cu Cliiloé, según un
discreto opúsculo sobre a(]uclla pro-
vincia escrito por N, N. N., el jefe
2a
210
BUT
BUZ
que la creencia popular da al aquela-
rre. Llámase también imbunche
(véase esta voz) y se le supone con la
cara torcida y una pierna pegada á la
espalda.
BuTOiiKO, A, adj. Dícese do hierbas
monocotiledóneas, perennes, palúdicas,
;l veces lechosas, con bohardo, hojas
radicales, flores solitarias ó en umbela,
frutos capsulares y semillas sin albu-
men: como el junco florido. U. t. c. s.
ii f. pl. Familia de estas plantas.
Término de Botánica admitido en el
novísimo Dice.
B rzAJiiEXTO, ra. Inclinación de un
filón ó de una capa de terreno. Admi-
tido en el último Dice.
BuzAKDA, f. Cada una de las piezas
curvas con que se liga y fortalece la
proa de la embarcación. Término de
marina admitido por primera vez.
C. Lástima grande es qne los ame-
ricanos huyamos fierdido en la pronun-
ciación, confundiéndolo con el de la .«,
nno do los dos sonidos que tiene esta
letra, (ine es el suave, antes de e y de /,
é igual al de la r. Esto es sencillamen-
te empobrecer la lengua y exponerla á
mil antilmlogías, que unas veces resul-
tan perjudiciales y otras cimicas. Fué
muy trist*; que Don Andrés Bello, el
gran maestro de castellano en Sud-
AnK-rica, dier.i |iúblicaraentc la nota
de desaliento en esta materia, diciendo
qne «es cosa ya desesperada restablecer
en Amérifui los sonidos castellanos que
corresponden reápectivanienie á la .' y
á la í, ó á la r sub.'^.'guidu de una de
las vocales e, i». fOiioloijiti, I p., III).
Si hubiera recordado el gran maestro
r|ne la mayor parte de los pueblos de
K.'i|Niña tam[K)co distinguen en la j>ro-
nunciación la f y la : de la .«, miw no
por eso dejan de enseñar esa distinciiin
y de i)ra'-ticarlaen público, janii- 'i'-
bria escrito lo que escribió, que es
paní desanimar al más constante. 8in
embargo, desentendiéndose de esas pa-
labras, ponjue de hombres es el errar,
deberían, á nuestro juicio, los rectores
de colegio, los preceptores y profesores,
especialmente de castellano, de litera-
tura, de canto y de declamación, exigir
de sus discípulos la recta pronuncia-
ciiin de estas letras, á lo menos en las
lecturas, recitaciones, cantos y decla-
maciones, con el estímulo de los pre-
mios mejor que con los castigos. Así
en poco tiempo se formaría una gene-
ración (jue tendría soljre la presente
la ventaja de una buena y castiza
¡iroimiiciación. Y no se disculpen con
el carácter dejado é indolente, y hasta
rebelde, que manifiestan para esto los
niños; porque la verdad es que el
estudiante, de bueno o de mal grado,
cumple al fin lo que se le exige, y
mncho más en estos tiempos en que es
!,,.: r-Mimpí ,| ..<ii'ili,> (le los idiomas
21:
extranjeros, para los cuales liay que
enseñar pronunciaciones y sonidos mu-
cho más afectados y difíciles que los
sencillos de za, ce (ó su), ci (ó zi,) zo,
zu. ctEl seseo y ceceo, dice Martínez
jarcia en sus Curiosidades gramatica-
les, constituyeu el primer vicio de
pronunciación que los padres y pro-
fesores deben corregir con cuidado
constante y exquisito». — Otro vicio
de pronunciación respecto de la r en
que incun-e nuestro pueblo, pero sólo
en su parte más ignorante, es vocali-
zaría en u cuando va antes de /, en
las combinaciones act, ecf; y algunas
veces antes de c; así, acío, recto, acción,
son respectivamente auto, reuto,
aucióa; y por analogía sufren tam-
bién en algunas voces la misma trans-
formación los grupos ffii y p/ y la letra
X: magno (matlüo), Benigna (B8-
HÍlIHO), aceptar (aceutar), Máxi-
mo (Máusimo). Sin embargo, no
S2 crea que es éste un defecto exclusi-
vo del pueblo chileno; que también
domina en Aragón en las clases popu-
lares, según lo reconocen, y nó como
defecto siuo como peculiaridad del
dialecto aragonés, los que han escrito
sobre provincialismos de aquel antiguo
reino. Pero, sea ó nó importación de
Aragón, lo cierto es que la vocalización
de ciertas consonantes es una tenden-
cia natural en todas las lenguas, ten-
dencia que los filólogos reconocen ya
como ley, formulada en «ley del menor
esfuerzo». Fundado en esto, no dijo el
pueblo romano navifrag'ium sino
naufragium, ni cavtio, cavtum,
sino cautio, ccmtiim, ni abfug'io,
ábfero, sino avfuyio, áiifero; y el
español n^ dijo tampoco, sino cuando
se estaba formando el castellano, cilo-
dad ó civdad (d'_'i '-¡ritu^ latino).
debda (de debita), baptizar, ab-
senté, sino que dijo ciudad, deuda,
haulizar, ausente. Claro es que el
araucano, idioma suave y lleno de vo-
cales, no podía aceptar dureza ninguna
del castellano y todas tenía que suavi-
zarlas segúu su índole. Por eso el roto
y el campesino chilenos no dicen agu-
ja, laguna, sino auja, launa. Una
vez suprimida la g, les pareció afecta-
da la pronunciación aúja, launa,
y diptongaron las dos vocales cargan-
do el acento en la llena: lo mismo,
exactamente, que hizo el español con
las voces latinas regina y vagina, que
primero convirtió en reina y vaina
y ahora son reina, vaina. (Véase G).
Siempre las mismas causas producen
los mismos efectos. Cuando el grupo
ce está después de i, como entonces no
sería posible convertir la primera e'en
w, porque sería casi impronunciable,
nuestro pueblo la suprime completa-
mente, lo que es muy natural; así
aflicción y contradicción son para él
aflición y contradición; como
el castellano formó de los latinos acce-
lerare, uccomodare, peccare y succesus, .
acelerar, acomodar, j>ecar y suceso, j
suprimió también la c en casi todos
los participios y adjs. cu ctus y sus-
tantivos verbales en ctio; por eso sub-
jectus, defunctus, benedicius, distinctus,
sanctus, con sus respectivos sustanti-
vos, pasaron al castellano convertidos
en sujeto, difunto, bendito, distinto,
santo, sujeción, defunción, bendición,
distinción, sanción. Y así mismo una
cantidad de palabras sueltas; como
amito, autoridad, contrato, delito, fru-
to, luto, llanto, matar, multa, ptinto,
respeto, viior, vitorear, todas las cuales
en latÍQ tienen c antes de la t. Esta
clase de nombres era mucho mayor
CAB
CAB
íl:í
antes de la reacción que ti-.ijo al cas-
tellano la época tlel renacimiento. Asi,
ant« de eí;i e]>f)e;i era etirriento decir
conduta. ditamen, dotor, do-
trinii. eruto. Otuhre y Vitoria,
. como Kom-
ifia; y, como
i¡ i -:-o pueblo recibió esa pronuncia-
L-!.>:i de los mismos conquistadores y
ei la que msat» le cuísta, con ella se
qucd j; esto es, eu los ¡grupos ifl, ocl y
wl suprimió la c. Y aun los jwetiis
tspafioles de los siglos XVI y XVII
rimaban sin tomar cu cuenta la c antes
de /, en casi todas las palabras, acon-
sonantando, por ejemplo, á perfecto
con iliscrelo, adido con thlUo, pero
cuidando de suprimir esa letra en la
escritura.
Cabalgar, adj. No liay tal adj.
.sino tiniciiiiente el v. cahalíjarj un s.
anticuado. El adj. castizo es rahallar:
■1 perteneciente ó relativo al caballo;
parecido :i él ». Rtiza ctibaUar.
Cau.\llai).\, f. Manada ó conjunto
de caballos. Asi oímos y leemos dia-
riain«nt« esta voz, sin que nadie pare
m¡''iiti-s ■•II que noafiareceen el Dice;
)r\:\ iiiii'ir_r I. admitida como fué en el
'I'/ .\'. ■ . . es indis^ua de ser
II II V .lia, por la falta
ijne lia<- > ;i <•: lOioma y por la buena
forma qne tiene, íjue es ifrual á sus
similares horrrij-.iiln, horricathi, hoijatla,
hurnithi, riirliilUnlit lí Inhiíjailn, ear-
nfriit'i, manaiht, norillada, perrada,
Innrlit, varada, vi-ntruda ó vnilreijanhi,
ir ■'1,1,1. (V(}a.sc Ha.M)AD.v). Podría
'!• irseno.H que ijejwtda suple bien
i. I íalia de rahallida, porqne siíjnifica
• piara de finado caballar»; á lo cual
responderemo.s <|ue no hay completa
sinonimia, puesto que en la ijfijwida
puede lialjer yeguas y potros de dis-
tintas edades, como lo indican la voz
misma y su significado tan general,
mientras que en la rahaUuda no se
ineluyen sino los caballos. — También
podría tener cuhaJhida la acep. fig. y
fam., pero de poco uso, de-hecho ó
acción propia de caballos.
Caballazo, m. Eu América, donde
se usa el caballo mucho niius que eu
España, aunque de allá nos vino ori-
ginariamente, ha dado origen este útil
cuadnipedo á más de un vocablo y lo-
cución. Uno de ellos es rahaUazo, que
es muy usado en Chile por-encuentro.
golpe ó topetón que da un jinete con
su caballo á una ¡lereona ó cosa; lo
cual no puede ser miis propio y exacto,
como que los aumentativos en azo ge-
neralmente denotan golpe. — l^a acep.
figurada, que también se usa bastante
y estii perfectamente trasládala de lo
material alo tropológlco, es: acometi-
da recia y violenta que de acción ó de
palabra da una persona á otra. En
ambas aceps. nos parece que la voz es
digna de aceptarse.
Caballero, m. Dos aceps. le ha
agregado el novísimo Dice: «Per.-5ona
de alguna consideración ó de buen
porte; depósito de tierra sobrante co-
locado al lado y en lo alto de un des-
monte». Xos parece que á la primera
debió agregarse, ó como ainpl¡aci<)ii
de ella, ó como otni acep. aparte, la
siguiente, que trae el mismo Dice, para
SfcÑOR y, malatia makindis, para Se-
Soua: «Término de cortesía que se
aplica ;i cualquier homiire, aunque sea
igual ó inferior». Tal es el uso corrien-
te en España y .Vmérica.
Caballista, m. (Lógiairaente y
comparailo con loa demiis nombres en
w/íí, debería ^ur roiiiíni ). «El (pie en-
tiende de t-aballos y monta liien. jj
í
:.'1-J:
CAB
CAB
Provincial de Andalucía: Ladrón de
á caballo». Admitido por primera vez
en el último Dice.
Caballo, m. ¿Qué es lo que se en-
tiende en Marina y en Mecánica por
fuerza de un caballo? Véase en el Dice.
caballo de vapor. — Hay una acep. de
cahatto que injustamente ba omitido
el Dice, y que el de Autoridades daba
á los diminutivos cahallico y caballito y
á la loe. caballo de caña, y es la de-palo,
caña ó cosa semejante con que juegan
los niños poniéndoselo entre las pier-
nas y tratándolo como verdadero ca-
ballo. ((Corriendo sobre un caballjco
de caña». (Bobadilla, Política para
Corregidores, 1. V, cap. IV). El Duque
de Rivas enmendó así un romance del
Marqués de Molíus:
Mientras que mi nietezuelo
Hace mi bastón cabaltü,
Y dice que va !Í la guerra
De moros y de cristianos;
segiin puede verse en las obras de este
último (t. I, p. 259). Esto nos hace
entrar en otras consideraciones más
generales, que ojalá tomen en cuenta
los redactores del Dice, oficial. Pres-
cindiendo de los varios significados
que toman las voces en el recto uso de
la metáfora, de la metonimia y de la
sinécdoque, y prescindiendo también
de la identidad de nombres que nece-
sariamente debe haber entre la figura
y la cosa figurada en las artes del di-
bujo, pintura, escultura, bordado, etc.,
hay además otros muchos casos en que
los objetos toman el nombre de una
cosa porque son figura ó representación
de ella ó porque hacen sus veces; como
lo vemos en el caballo. ¿Qué relación
hay entre el verdadero caballo, animal
cuadrúpedo, y el caballo de palo en
que corren y juegan los niños? Hay
alguna en cuanto al modo de montarlo
y de gobernarlo, y de ahí la igualdad
de nombre. Lo mismo sucede en coci-
na, dulcería, confitería, pirotecnia y
hasta en el juego de la cometa, en que
se hacen objetos de distintas figuras
y se les bautiza con el nombre de és-
tas. ¿Es propio y correcto este proce-
dimiento? Indudablemente que si, y
no sería posible emplear otro. Pues
esto es lo que deseamos que mediten
los SS. Académicos para que vean có-
mo llevarlo á la práctica en la redac-
ción del Dice. Actualmente reconocen
que batalla es «cuadro en que se re-
presenta alguna batalla ó acción de
guerra»; cacería, «cuadro que figura
una caza»; estrella, «objeto de figura
de estrella, ya con rayos que parten de
un centro común, ya con un círculo
rodeado de puntas»; y ¿por qué no
decir también algo parecido de luna,
sol y de los objetos que con más fre-
cuencia suelen representarse? — Caballo
ó caballito del diablo, por otro nombre
libélula, es un «insecto del orden de los
neurópteros, notable por su hermoso
color azul, la fuerza de sus alas y la
rapidez de su vuelo». Parece que no
es el mismo que el conocido aquí con
el nombre de caballo del diablo. Véan-
lo los naturalistas chilenos. — Caballo
de mar ó marino, llamado también
hipocampo, es un «rpez del orden de los
lofobranquios, que habita en los ma-
res de España, de quince á veinte
centímetros de largo, con el cuerpo
comprimido, de siete lados y cubierto
de tubérculos duros, la cola igualmen-
te comprimida, de cuatro lados y m;ls
larga que el cuerpo, y la cabeza pro-
longada y erguida como la del caballo».
^Caballo de 2>alo ó caballete: «pieza
CAB
CAB
; c los gaadarDeses, que se compone de
dos tablas jnntas ú lo largo, de modo
íiue formo un lomo, y Ins cuales, ele-
rJas Bobrc cuatro pk^i, sirven para
uer l:vs sillas de manera que no se
nialtmt'-n los fusiis». — Caballo
cuartago llaman cu Chile al que.
-Ji babiT sido enseñado ó irahado j>a-
1 ello, da naturalmente cierta uiarchu,
tiisi Um ligera como el trote, pero
mucho más suare y acompasada. Los
caballos adiestrados para eso se llaman
aqiif de paso. Ciutrliujo es en caste-
llano s. m. y no adj., y significa «ro-
cín de mediano cuerpo», parecido en-
tonces á nuestro caballo chilole. — De á
caballo. ¡Cuidado con el de, qne puede
pegársela al gramático más pintado!
Se nsa correctamente con sustantivos
ó adjetivos sustantivados, pero de nin-
guna manera con verbos. Así estii
bien dicho: O'^nle de á rabal 1'^, loi de
á caballo: [¡ero no asi Pasearse de
á caballo, Andar de á caballo.
Pelear de á caballo, porque aquí
huelga como vicioso ui ilt. Con el v. ser
hay que andarse con tiento, ponjue, si
bien puede decirse Soy de á caballo,
J'eilro M muy de á caballo, debe no-
tarse que el de no es régimen del v. sino
del 8. tlicito hombre, ¡¡ersonn, etc., y
en este easo el significaílo de la loe. es
mny distinto, ¡»')r(jiie significa «diestro
ó liábil |iara cabalgar», ó sea, caballis-
ta, buen jinete. .4sí Espinel "en su
J!arco»'de Obregón, dice: <(Fu¿ el me-
jor hombre de ti caballo»; al modo que
se dice ya/I de á libra, lela de á veinte,
reales la vara. — Familiar y figurada-
mente usamos también la fr. Andar á
caballo ó bien á caballo por ser enten-
dido ó psrito en alguna ciencia ó es-
pecialidad; lo cnal no ixisa de ser nna
lu'.-láf'ira legítimamente empleada.
Caballino, xa, adj. Aplicase á
ciertas cosas más grandes ó recias de
lo que son de onlinario sus semejan-
tes. Ortiga caballuna, fiebre caballu-
na, remedio caballuno. Muy usado es
en Chile este adj., que no aparece en
el actual Dice. El equivalente debería
ser caballar, por lo que tiene de caba-
llo como el chilenismo, jxm'o no expre-
sa como Cite la idea de algo grande,
fuerte ó extraordinario. Lo mejor será
resucitjir el antiguo caballuno, ya (]ue
contó un tiemjx) con la aceptación del
Dice, de Autoridades, que lo definía:
«cosa perteneciente, ó que es propia de
los caballos: y de aquí se llaman Km-
peines caballunos por la semejanza que
tienen á los del caballo". Y viene en
seguida nna ciU^del EstabanUlo: «Yo
cargalja con la ganancia jx>r merca-
der de empanadas caballunast.
Cabe. Por ocasión ó lance que im-
pensadamente se ofrece para lograr lo
que se desea, es cabe de pala. Usado
como prep. no llevaba n antes del tér-
mino. Cábela real /m^wia (Castillejo).
Cabe mí, cabe él (Sta. Teresíi). Cabe
el camino (Rivadeneyra). En casa del
bueno, el ruin cabe el fuetjo (Dice.)
Jinchas veces solía llevar de: «Bien-
aventurado (juien de verdad le ama-
re, y siempre le trajere cabe de si»,
(Sta. Teresa). Como prep. está ya an-
ticuado y sólo se usa en poesía y en
la prosa elevada.
Cabeceada, f. Acción ó efecto
de cabecear. En buen castellano es-
cabereo ó cabeceamiento.
Cabeceadou, RA, adj. Que cabecea.
Dícese de los atiimales que dan cabe-
zadas cuando |)rincipian á dormirse, y
también delo3cabaIlosf|nc nnieveucon
frecuencia y de alto á bajo la cabeza.
Estas dos aceps. y nuichasotnts niiusque
21 G
CAB
CAB
tiene elv. cabecear se aplican al adj.,
que no sabemos por qué falta en el Dice.
Ortüzar y otro que le copia al pie de la
letra, cuando no lo desluce y desmejo-
ra, confunden la causa con el efecto
al decir que cabeceador se usa aquí por
(/amarra. Eso es levantar falso testi-
monio á los chilenos, que llamamos
cabeceador al caballo que en realidad
lo es. Gamarra sí que es aquí desco-
nocido y lo reemplazamos por baja-
dor. Véase esta voz.
Cabeceau, n. Echar cabeza la ce-
bolla, el ajo y alguna otra planta pa-
recida. II Formar las puntas ó cabezas
de los cigari'os. Usado en Chile y bien
formado, parece que puede admitirse
en ambas aceps.
Cabecilla. Común, cuando signi-
fica «persona de mal porte, de mala
conducta ó de poco juicio», y m., úg-
nilicando «jefe de rebeldes». Y éstas
son y no más las aceps. que tiene en
castellano, siendo, por lo tanto, chile-
nismo ó provincialismo de alguna otra
parte llamar cabecilla al arzón, que
es: «fuste delantero ó trasero de la
silla de montar». Ello se explica por
una de las aceps. que tiene la voz
cabeza: «principio ó una y otra extre-
midad de alguna cosa. Lcts caiezas de
tina vit/a»; y del positivo al diminu-
tivo hay un paso.
Cabecita. com. Dígase cabeci-
lla. Véase el anterior en su 1." acep.
Cabellar, n. Echar cabello. Ú. t.
c. r. II Ponérselo postizo. U. t. c. r.
Nunca lo hemos oído ni leído: pero el
Dice, lo admite por primera vez y bien
sabido lo tendrá.
Cabello de áxgel ó cabellos de
üiif/el es en castellano un dulce de al-
míbar que se hace con la cidra cayote
(nuestra alcayota), y nó la planta
parásita que aquí designamos con este
nombre y que en castellano se llama
ementa, f.
Caber, n. y rara vez a. Harto co-
nocida es su conjugación por lo irre-
gular; por lo cual no hay para qué
tratar de ella. — Es cuanto cabe, es fr.
que usamos aquí mucho, y es extraño
no verla en el Dice, pues parece cas-
tiza por sus cuatro costados. Sólo apa-
rece, y en el mismo sentido, iVo cal>e
más: expresión con que se da á enten-
der que una cosa ha llegado en su
línea al último punto.
Cabeza. En las dos aceps. de «su-
perior, jefe que gobierna, preside ó
acaudilla una comunidad, corporación
ó muchedumbre» y jefe «principal de
una familia que vive reunida», es más
común en lo moderno hacerlo ra.; lo
cual nos parece justo y razonable,
aunque no lo diga el Dice, académico,
porque en sustantivos como éste debe
buscarse el -género nó en la 'termina-
ción sino en el significado, como en
ayuda (fe cámara, barba, cabecilla, ca-
lai'cra, carneta, f/olüla, espada, leni/i/a,
justicia, ordenanza, máscara, trompeta,
posta, canalla, consueta, guarda, guar-
dia, gula, reda, mano, que son mascu-
linos cuando se aplican á hombres.
(Véase Digxidad). Y, si á algunos no
satisface esta razón, admitirán, á lo
menos, que hay en este caso una si-
lepsis de las más legítimas, como cuan-
do decimos: Su Señoría es justo; Su
Excelencia está enfermo. <íAI cabeza de
familia (ó dígase jefe, á la moderna
galicana usanza) incumbe apartar del
mal ejemplo á los suyos». (Sbarbi, I/t
illa tém2]ore, IV).
El cahcza de baiulo,
En mi rodela dando una estocada. ...(ValUi-
darcs, VubalUro Venturoso, aveut. VII).
CAB
CAB
-m:
Lo minino laiiibu'ii i-I 1>. I'iejío de
Cádiz, fumoso omilor (.-sjciñol. .Siu em-
Itargo, no aprobamos i-l íri'iiero m., jwr
no ser frcciK-iito su uso ttKliviii. pnra
i'iiii/iiijufln, riflintii y ri.silii, nplicidos
•I sentido fií;. á varones. — t'iiheza
l!:in]amas tiunl)¡(>n el /'iiH>o de la celw-
Ila; en lo cual no jwrece (pie andamos
desacertados, pues el Dice, llama con
■ I mismo nombre el del ajo, tanto en
M deKnición de esta voz, cuanto en la
fr. fíibrzíi lie iijij-i. Y. p;)r fin, si aibfza
e.-<, se^iu el mismo Dice., «principio...
■ !c alguna cosa», ;cómo no ha de ser
"ibfzti la parte priuc¡iwl y sustanciosa,
la r.kiz, el «principio» mismo de la
planta? Y esto sin argumentar con la
semejanza que hay entre esta cabeza y
la humana. En corroboración do imes-
tro modo de jiensar, he aqui una cita
del cistellnno antiguo, del Fuero de
VilUirifenflu: «De karro de alios, aut
de cefiollas [pariat] viginti restes de
octo ra/ief'is»; esto es: Por cada carre-
tada de ajos ó de alwlias, pague veinte
ristras de ¡i ocho rahezax. — A cabeza
, >'lailii, es loe. que u-amos aquí mucho
i-n el significado de-á cabeza descu-
liierta, sins<jmbrero ó sin gorro. Aun-
•|nc en si es algo anlibológicu, jwjiipie
imbicn jiodria siguitirtir-a cabeza ra-
jada, calva ó sin cabello, sin emlxirgo,
la crevmos ace[)table, porque lo qne
'•rdinariamente cubre la c:d>vzi en la
idawxiialesel sombrero. Don.Viitonio
il'? Valbuena usa la loe. ti pelóle, í|ue
tumpoctj aparece en el I>icc. oficial.
« lilev.iba un mjmbrero blando tircl('>s,
que ni entrar en el templo había me-
tido deliajo del brazo..., y al salir se
le olvid'» |^)nerle y se fué i'i ¡lelole has-
ta la Blanca •. (Af/ua liirbia, X). —
< 'orlarle uno la cabeza, en fr. (i;í. y
fam. «lUe ii.sanuiS mucho en Chile en
el significado de-coutradecii-se, negan-
do uno lo que antes ha alinnado, ó
viceversa. V. t., pero mnclio menos,
en sentido activo. «Cogíales hts armas
[.San Jenininio ¡I los judíos] jwi-a cor-
larles con ellas las cahezax», es decir,
aj)rendia los argumentos de los judíos
p¡n-a R'futar á éstos con los mismos.
(Sigüenza). Aunque ésta es una sim-
ple metáfoni. algo se acerca á nuestro
uso. TamjKK.-o aparcc-een el Dice, esta
fr., y bien ludria figuraren él. — Ha-
cer cabeza, es fr. fig. calcada en
sus similares hacer cara y hacer frente,
¡K-ro que no puede admitii-se sin de,
(hacer de caÜezti), porque cabeza uo es
en este caso un complemento directo
de hacer, puesto que se toma en la
acep. de «superior, jefe que gobierna
ó acaudilla una comunidad, corpora-
ción ó muchedumbre», y en tales sig-
nificados rige el v. hacer complementos
con de. Asi, con de, admite también
esta fr. Caballero en su Dice, de ilo-
dismos.
Cabezón, na, adj. EspiriluoM ó
espiriliiso. .Viilicase al licor y cuenta
con algún uso en Chile. Xo está mal
formada la palabreja, porque, toman-
do el efecto por la causa, se puede
decir qne tal ó cual licor es cabe-
zón iwr cnanto, así, en aumentati-
vo, le hace sentir la cal)eza al ((ue lo
bebe.
CABKZfKl.A, f. Conjunto esfériio ó
hemisférico de flores con pedúnculo
muy corto ó sentadas sobre un eje
deprimido y ensanchado. Término de
líotánica admitido por primera vez.
C.\itiLA, f. Cada una de las triltus
de Berlx;ría (pie habitan en la regi(in
del .Vtlas. Kn la penúltima edición
ai)arecia con k; ])ero ya lo tcncmoa
castellanizado con c,
11
218
CAB
CAB
Cabildante, m. «Individuo de uu
cabildo ó mnuicipio», dice el último
Dice, en su Suplemento, pero con la
nota, de Fenianismo. Yaen 1832 usaba
esta voz clInsigMebablistaPuigblaiicli:
i( Ha podido ser otra de las miras de
Gafas disculparse con el Lector, de
que Imbiese tardado tanto en mani-
festar la opinión qne aparenta tenía
formada, de qne debía abolirse el tri-
bunal, con presentare como hombre
ajeno de todo espíritu de proselitismo,
y que, aunque canónigo, no es ciilil-
dantcy>. Según se ve por el sentido,
cahiJdanfe no significa paraPuigblancb
lo que apunta el Dice, ó sea, capitular,
sino lo mismo que éste llama rahildero,
esto e?, el (|ue cabildea ó gestiona con
actividad y maña para ganar volunta-
des en un cuerpo colegiado ó corpora-
ción. Conque, bueno sería partir por
mitad: tómense los españoles esta úl-
tima acep., que admite también el
Enciclopédico de Barcelona, y déjen-
nos como americanismo la primera,
pero corrigiendo así la definición:
«Individuo de un cabildo eclesiástico
ó de un municipio». Para la acep. de
mhildero tenemos nosotros la voz ca-
pitulero, ra, m. y f. Véase en su
lugar.
C^vBiLLERO, m. Tabloncillo con agu-
jeros, donde se colocan las cabillas
para amarrar los cabos. Término de
Marina admitido en el último Dice.
Caiuxza, f. Pez chileno, de cinco
pulgadas do largo. Gay describe dos
espacies, que llama meiulosoma caeni-
lescens y mendosoma fenumdezianus.
Cahinza, que es el nombre vulgar, de-
be figurar en el Dice.
Cabla, f. Maña, treta, ardid, aña-
gaza, camándula, especialmente para
los negocios. Así y también caula,
hemos oído en Chile esta palabra, pero
nó cábula, como la trae Ortúzar. Es
evidente que es simple corrupción de
cábakc, que en sus dos últimas aceps.
significa: «cálculo supersticioso para
acertar ó adivinar una cosa; negocia-
ción secreta y artificiosa». Así el cas-
tellano formó también J/abla y tabla
de los latinos fábula y tábida, diablo
y establo, de diábolua y stábulum.
Cablegiiáfico, ca, adj. Pertene-
ciente ó relati\o al cable eléctrico ó
submarino. Oficina cableijráfica, parte
cablee/ riijico. Así corre impunemente
por los mundos de la prensa diaria, y
por nuestra parte no le pondremos
atajo, pues lo consideramos tan propio
y necesario como el siguiente.
Caiílegrama, m. Con seguridad
esperábamos que la Academia hubiera
admitido esta voz en su último Dice,
ya que es tan necesaria y de uso gene-
ral en España y América. Pero, ya
que no lo ha hecho y antes que, por
los descubrimientos de Marconi y de
Edison, desaparezca el cable eléctrico
ó submarino, nosotros la aceptamos
gustosos con los demás diccionarios cu
el significado que todos le dan, de-
despacho enviado por cable eléctrico ó
submarino, sin que sea obstáculo para
ello su origen híbrido de español y
griego (eeibte y rpáay.a), que tales
\-ocablo3 abundan en el léxico caste-
llano.
Cablista, com. Que usa de ca-
blas: mañero, camandulero. Véase
Cabla.
Cabo, m. La masilla de cera com-
puesta con otros ingredientes, de que
se usa para el pelo, se llama en caste-
llano eeriJla y nó cabO. — El primer
grado de la núlicia se llama cabo ó
calo de escuadra, porque tiene á su
CAB
CAB
■2\'.\
'-ii-go lina cseuadni de soldados. —
IJei'ar uno á cabo o al cnho una i-ns/i,
w ejet-utarla. tx)nclinrla. — Por mal
y por mal cabo, es fr. fam. que
nsuuos en Chile juira si^nifiear «|iie
Ee cjecnuí uim acción ó se hace una
obra, ¡¡ero malamente y con luala vo-
luntad.
Cabra, f. Es chilenismo en cst!\s
■ :i:itro actps.: 1 .", madero como de tres
■ iiarias de Iar;;o que ee cneltp» del
jiertigo de la canx'ta en donde princi-
jiitt sn armaz'^n, y sirve pan» sostener
i peso de ¿•sts\ cuando se p:ira ó se la
i-iiere tener levantada: i.*, perol. En
estas dos accjis. parece ser corrupción
de cabria, inie es «má(|u¡na conipuesU»
ordinariamente de tres vi<^.is ó jialos,
que, asentando en el stielo, convergen
y se unen por lo alto... » Considerado
el fíndeesta m:i(|uina. qnees levantar
1 sostener peso?, su li<rura de tres
líos y hasta la forma de la palabra,
no deja de tener analo«¿;ia con las
dos enumenulas aceps. de cabra. La
:!.•, pero ya al^o olvidada, es: moneóla
fie cobre de valor de un centavo. En
la fr. Xo leiirr ni una cabra, e.«
mone<la de ínfimo valor, es decir, me-
dio centavo. De aquí ha provenido
Uiinliii'-n la otra fr. J/'W ¡mOre ijiie
lina cabra, en que hemos conver-
jo la r::L«tÍ7.:i J/ás pobre (¡Uf una rala,
./«<• lax rulas: sumanienlc pobre. —
I !ii sentido fif;. se llama también rabra
.1 la muchacha s-iltona, traviesa y que
pusta de enairamarse á la? paredes,
ártjoles, et<'.; lo cual no ci chilenismo
sino nn u-w legitimo que detiería con.s-
tar en el l>i<rc. — -1." Llamamo8, final-
mente, cabra nn «intiaje ligero, de
dos meda? y de forma muy sencilla.
Cabrear, n. Jugar Sidtando y
brincando como liw cabían. Es v. fam.
y de jioco uso, que puetle reemplazarse
por los castizos cabriolar y rabriolrnr,
también neutros: dar ó hacer cabriolas.
Cahkkuizo. z.\. Además do adj.
(pertenei-iente ó «.'lativo :i las cabras)
es ahora s., (jne en su forma maícnli-
na significa «csibrero ó pastor de ca-
bras», y en la femenina (cabreriza)
«mujer del «ibrerizo». Y ,:[x)r (¡ué no
también «cabi-eni ó pastora de cabras»?
Inconsecuencia del Dice.
Cabresteador, ra, adj. Siendo
el V. rabrslre.ir, este derivado debería
ser cabeslrmdor: j)ero no lo rcgisti-a el
Dice., y en cambio trae como andalu-
cismo á cabexirero, ra: «aplícase á las
caballerías que principian á dejarse
llevar del ailxstroB. Nada tiene de
mejor cabestrero que cabeslrtador.
Cabrestear, n. l'abeslrear: «se-
guir sin repugnancia la bestia al que
la lleva del cabestro». Distinto de
cabestrar, a.: «echar cabestros á las
bestias que andan sueltas. Neutro:
caziir con buey de cabestrillo».
Cabresto, m. Cabestro; por otro
nombre ramal ó ronzal. — Usii.se tiini-
bién cabresto como adj. y aplicado
al gallo que en la primera arremetida
de su adversario, pierde el vsdor, no
acomete y huye. En sentido fig. aplí-
case también ;i las ¡¡ersonas.
Cabretilla, f. Cahriiiiia.
CtniíiTA, f. De cabrito dice el Dice:
«cría de la cabra desile que nace hast;i
que deja de mamar». Así se enmendó
la antigua y mala definición á indica-
ción de Valbuena; pero, enmendando
el cabrito, se suprimió la cabrita. ;I'or
qué r.izón?
Yci toiiú nnn cahritn
Y fl zorro iiic la llcvií;
¡ Vaya, vaya <v>n el zorro
yuc' kíii uihru nic <lijiíl
.\qin el verdadero zorro fué el Dice,
220
CAO
CAC
Cabrito, in. (liano du morocho ó
de curagua que, al tostarse, revien-
ta y se abre en forma de flor blanca.
Al reventar salta, y de ahí el nombre
de cabrilo. En el Perú se llama jxdo-
milía, al decir de Arena, y flor en al-
gunas partes de Chile. De estos granos
se hace la estimada harina de llalli, la
cual, no siendo conocida en España,
ha de quedarse necesariamente, lo mis-
mo que cabrito, con el nombre que le
han dado sus autores ó inventores.
Cabro, m. Más conformes con el
latín rapcr, ablativo cctpro, llamamos
nosotros cabro al macho de la cabra,
mientras los españoles han preferido
la forma aumentativa cahrún. Tiene,
además, los nombres de itjüedo, macho
cabrio ó maclio de cabrio, bode y buco.
Todo el tiempo que mama se llama
choto, y desde que deja de mamar hasta
que llega á la edad de procrear, chivo.—
Ijlamamos también cabro en lenguaje
fig. al muchacho saltón y travieso y
que gusta de encaramarse ú las paredes,
árboles, etc.
Cabeón, m. Fig. y fam. «El que
consiente el adulterio de su mujer».
Esto significa en el Dice; pero aquí
se usa por »■!</?«« ó director de una
casa de tolerancia.
Cabulla, f. Así ha corregido el
Dice, la antigua cabuya, que figu-
raba hasta en el de Autoridades: pita;
fibra de la pita, con que se fabrican
cuerdas y tejidos. En Andalucía y
América, cuerda, y especialmente la
de pita.
Cabullería, f. Conjunto de cabos
menudos. Término de Marina, que
antes escribía el Dice, cabuyería.
Cacaraña, f. Cada uno du los ho-
yos ó señales que hay en el rostro de
una persona, sean ó'nó ocasionados
por las viruelas. Quitóle el último
Dice, lo mismo que al siguiente, la
nota de mejicanismo que antes le daba.
Cacarañado, da, adj. Lleno de
cacarañas. Cacarizo, za, que significa
lo mismo, queda todavía con la nota
de J/¿/. (provincial de Méjico).
Cacasexo, m. Creemos que podría
admitirse en sentido fig. para designar
á la persona simple ó boba que se pa-
rece al nieto de Bertoldo; y así lo ad-
mite ya Caballero. Véase Apolo.
Cacatúa, f . Ave de la Oceanía, del
orden de las trepadoras, con pico grue-
so, corto, ancho, dentado en los bordes
y la mandíbula superior sumamente
arqueada, un moño de grandes plumas
movibles á voluntad, cola corta y plu-
maje blanco brillante. Aprende á ha-
blar con facilidad y vive en nuestros
climas en estado doméstico. Admitido
en el último Dice.
Cacereño, ña, adj. Natural de
Cáceres, U. t. c. s. || Perteneciente á
esta ciudad. Adición del último Dice.
Cacería, f. Partida de caza. — Cn-
se-ia: casa aislada en el campo y en la
cual viven las personas que cuidan de
alguna hacienda contigua ó cercana.
Véase Casería.
Cacerina, f. Bolsa grande de cuero
con divisiones, de que se usa para
llevar cartuchos y balas. Felicítense
de la admisión de este neologismo los
cazadores, que hasta ahora no conocían
más que la mochila ó morrcd, que es
otra cosa distinta: «saco que usan los
cazadores, soldados y viandantes, col-
gado por lo común á la espalda, para
echar la caza, llevar provisiones ó
transportar alguna ropa». — Otra acep.
da también el Dice, á cacerina, en
Marina, y es: «caja pequeña de metal
que el cabo de cañón lleva sujeta á la
CAC
CAO
■221
cintara y en la cual <niarda los cstopi-
iiL-s 6 fuluiiiiuutcs con (jue se da fuego
á la pieza».
Caceholaüa, f. Lo(|iie «ibedeuna
vez en una cacerola. Merece la inclu-
sión en el Dice. Véase Ant.auim.ada.
Cacical, adj. Perteneciente ó rela-
tivo al Ricique. Bien formado y digno
de aidniitirsc.
CaoioatO, ni. Oifif<Kf/o: dignidad
■ l-l «-iciiiui.'; territorio «jne jwscc el
• ici'iue.
Cacimba, f. Hoyo (|ue se hace en la
jilaya para bn.'rc-.i ragua potalile. jj Bal-
de. (Véase esta voz), .\dniision del
liltimo l)¡«_-c.
Caci'Mk.v. m. Quizáis niiis de uno,
engañado por la etimología latina y
|)or la semejanza con ra/'iil (ciiU'za),
■ -Lani creyendo que signitk-a algo co-
:'io mollera, neso: no li.iy tal, sino sen-
Üaniente «agudeza, ijerspicncia, tras-
'•nda». El primer signitic.ido. f|ne es
«altura», c-itá ya anticuado. Vé;i¿e
Calktki:.
CdCllCl, f. rs.ini >sloai|UÍ ]vw man-
'.}• no s<)lo de naviija^ y cuchi líos, si no
L.tuihiéu de rev'jivcres, bastones, etc.,
cuando en realidad significa: «cada
una de las piezas li Injas de qnc se
comiiouc el inangí) de las nav.ij.xs y de
algunos cuchillos. I', ni. en pl.» Si el
mango se cam|K)ne de dos piezas li
jpiijiís, poilr.i llamarse mrhnx, pero
iii'-i cacha. Llámase también /w/Jo
1 mango de algunas armas blancsu». —
El cíjmplemcnto hasta la cacha
(jne usíimos nosotros en sentido propio
para indicar <|Ue un cuchillo ó instrn-
ini-nto jcia-'-ido .se mete hasta el man-
' I, no pue<le ser correcto segiin lo diciio
::o cuando el cuchillo ó instrumento
ligan una 8<jla airlut. En «iLstellano
- dice tfinla UiK riirlinn. jK'ro en .sen-
tido fig. y con el significado de 'isobrc-
nianera, ;i iu:is no ¡loder. Oicesc prin-
cipalmente del que R' mete en algiiu
empeño 1'.
Cachaciento, ta, adj. Dígase
cachazudo, ihi: <pie tiene mucha ca-
chaza. Aplícase á jiersona y ú. t. c. s.
Cachafaz, m. Honiba> desbani-
tado, pittiro y sin vergüenza. Es de
algún uso en Chile en el lenguaje fani.,
jx;ro ni;is en la República Argentina,
de donde jiarece haber venido p;ir.i
aci.
Caciiami'a, f. Pez parecido á la liza,
que se ciía en la dcseml)ocadin-<i de
algunos ríos de Chile. Estúdieiilo y
reclamen por su admisión los natura-
listas.
Cachanlacua, f. Así es como pro-
nunciamos y escribimos esta voz todos
los chilenos, conforme á su etimología
araueaiia airhún-hthuéii,)- nó cacha-
la-g:uen, como e<]nivocadaniente di-
ce el Dice. .Vsiinismo se e<]nivoca en
el nombre de la planta, diciendo que
es canchalagua <> canchelagrua
y haciendo incurrir en el misino error
á los demiis diccionarios (pie le han
cojiiado. Lo natural, ya que la planta
y su etimología son chilenas, es seguir
á los autores chilenos, entre los cuales
podríamos citar á Bello, (pie cscrilic
ra(hiinUi(jwi, al abate llolina y á Phi-
lippi, que dicen rai-huaUíhuo, inius
próximos aún ¡i la verdadera etimo-
logía.
Cachaña, f. Burla, fisga, vaya. ||
Molestia, cinsera, majadería, im[)er-
tinencia. Nunca lo hemos oído en el
sigiiilicado de '(rebatiña» (pie le da
Ortúzar.— Hacer cachaña: hacer
burla; y ta:nliii''n hacer marro, esto es,
regale ó hideo del cuerpo pai~.i no ser
cogiilo y burlar al (pie |KMsi^Mie.
CAC
CAO
Cachañar, a. Hacer burla, hacer
fisga ó dar vaya. Véase el anterior.
Cachañero, ra, adj. Que hace
cachaña. Véase esta últinia voz.
Cacharpas, f. pl. Del quichua
ccacharpa-yani, despachar, aviar al
caminante; como que en su origen se
llamaron cacharpas los objetos de
que se provee el viajero. Por extensión
lia significado después, en el Perú,
Bolivia, Argentina y Chile, trebejos,
trastos, objetos y muebles de poco
valor.
Cacharpearse, r. Formado del
anterior, sigiiilica entre nosotros ador-
narse una persona con las mejores
prendas y zarandajas: y también pro-
veerse de muebles, ropa y objetos
mejores para la casa. En ambas aceps.
se aplica únicamente á personas del
pueblo ó de la clase media; á gente
aristocrática sólo se aplicaría por burla
ó donaire.
Cacharpero, m. El que vende
cacharpas. Véase esta voz. No es
muy usado que digamos y puede reeui-
plazar.ie por los castizos chamarilero,
ra, m. y f. (persona que vive de com-
prar y vender trastos viejos) y ropave-
jero, ra, ra. y f. (persona que vende,
con tienda ó sin ella, ropas y vestidos
viejos, y también otras baratijas usa-
das).
Cache, n. pr. Dim. fam. de Ja-
cinto y .Jacinta. En España, ó en Ca-
taluña ¡i lo menos, dicen C'info, Cinta.
Así, al popular poeta Jacinto Verda-
guer, le llamaban familiarmente Mosén
Cinto.
Cacheada, f. Véase Cacheo.
Cacheador, ra, adj. Comeador,
ra; acorneador, ra; umurca'Jor, ra.
Cachear, a. Aunque bien forma-
do de cacho (admitido ya por cuerno),
no hay necesidad de él, porque ya te-
nemos á cornear, acornear, ó acornar,
amurcar. Puede ser que con el tiempo
lo admitamos como v. familiar.
Cachemira, f. Tela muy conocida
y usada, parecida al merino, pero más
delgada. Quizás se fabricó primero
en la ciudad de Cachemira y por eso
ha tomado su mismo nombre, como se
ha hecho para casi todas las telas y
géneros, que han sido bautizados con
el nombre del lugar en que se fabrican.
Aunque no es posible admitir todavía
á muchos de éstos, ya porque son poco
conocidos, ya porque su nombre no es
fijo y uniforme, creemos, sin embargo,
que debe hacerse excepción para eache-
mira, que reúne ya estas dos condicio-
nes en su favor. En la señora Pardo
Bazán hemos leído cachemir, m., pero
sin saber si scrii la conocida cachemira.
Cachencho, m. fam. Persona
Ijoba ó simple. Para expresar esta idea
tiene el castellano una cantidad de
voces; tales como bamliarria, bobalías,
cascabelero, ciruelo, leño, mamacallos,
mameluco, mandria, mastuerzo, memo,
mentecato, motolito, 2}arapoco,2ieal, pe-
lele, zoloc/io, zonzo, zonzorrión, zopenco.
Cachené, m. Vuélvase á Francia,
de donde vino, tapándose las narices
con su z para que así le conozcan
(cache-nez) y deje tranquila á la cas-
tellana bufanda.
Cacheo, m. Basta y sobra con
cornada, amurco, mochada, topeada.
Cachetada, f. Dígase cadietc.
Véase B(JFETADA.
Cachetas, f. pl. Enmendado en
el último Dice, por caclieta, que es
igual á (jadíela: «palanquita que, opri-
mida por un resorte, sujeta en su po-
sición el pestillo de algunas cerraduras,
encajándose en él por medio de dientes
CAC
CAO
y mnescns. || Cada nuo de los dientts
de esta clase que hay en la cola del
pestillo».
Cachete.* K, a. Dar de cachetes.
Merece admitirse.
C.u"Hírr<')\, XA, adj. De buena ley,
scjjún Cuervo: pero no aparece en el
Dice, «pie sólo trae forMin/o, nirri-
lluih, moff'liblJrsáii. de dos termina-
ciones los tres. Entre nosotros se usa
nuis la tcnninación on (juc la ii (o
para esta elasc de vocablos, que por lo
peneral la fonuan de las dos maneras
CD castellano.
Cachicamo, m. .\dmitido ¡wr pri-
mera vez como siii'iiii:na de nrmaitillo,
qne es el no:nbre «istizo de nuestro
quirquincho, ó quirlquinctio,
como de<-iaii los aiitliruos.
Cachidiaiiu», m. fain. Conforme á
su etimología italiana [rmrinrf tlinbolo,
arrojar ó lanzar al diablo), le lia asriv-
pado el último Dice, el significado de
erorrislii.
Cachimi!'), ni. Lo ha admitido el
último I)icc. como sinónimo de cn-
rhiinlm ó /»i/w para fumar, ai,Tegi'ni-
dole como provincialismo de Venezue-
la, la fr. f'/iii/>ar rnrhimlio: fumar en
pipa, y fam.: chuparse el niño en la
lactancia alirún dedo de la mano. En
Chile, donde es tan conocida la ra-
rhiitilm, jam:is lieinoí oído la forma
riirhimlm. — En el Snjileinento del Dice.
a]»arecc lambirn como ¡leniaiiismo ¡xir
-i-ivi<,ii ó L'uardia nacional, en 8<;iitido
(leí<])e<tiv".
Cachiné, m. Wasc Cachené.
Cachiporrero, m. Nombre (|nc
en len^'najc fain. sui,-le darse al rapcUnii
lie roro ele las (rateílTiilct. por cuanto
en ciertas fiincioncH maneja un ri-tro
p-ireridn ¡i la eíichi|)<)rra. jwrra ó clava.
El nonibn; c.isliz'jeí<rf//(>/-o en cuanto
tiene derecho á usiiry usa del cetro; pero
por sn oficio en general se confunde
con el lieiif/idado y el rapctlámle roro.
C.\ci!0, m. Hace tiempo <|ue el Dice,
le ivconoce el significado de ruenio ó
fl.s/í/, como americanismo, mas nó el
de nterna ó aliara, ó sea: «vaso rústi-
co hecho con un cuerno de res vacuna,
quitiida la parte maciza y tapado en
el fondo con un taco de madera», que
también le damos en Chile. Xo siem-
pre lleva el fondo tapado con un taco,
pues innchns veces se deja terminado
en punta, tnl como sale de la ies.-Til¡í-
mase figunulamentc cachO, y tam-
bién hueso, en el comercio chileno,
el articulo que por cualquier motivo
no se Vende y viene á ser un verdadero
gravamen para el comerciante, ó una
cos;i de tan jxico valor y tan despre-
ciable como un nirho (i un Inteao. De
aquí los verbos acacharse y ahue-
sarse.— Jloílernaniente se ha ll:inia-
do tambiét^en Chile rarho ó aif/iilo el
juego lie Ids dados, por cuanto se reco-
gen y consí.-rvan en un nrr/io ó nirnio
y de él se tiran.— Raspar el cacho
es fr. fig. y fam. ipie usan aquí algu-
nos en el significado de-linq>iar la
garganta por si misma para no cariíus-
pear al hablar ó leer ó no .soltar un
gallo en el canto. Xo conocemos en
Ciusteliano fr. ni voz más apropiada
para esta idea que el v. deslosfrse (juc
emplea el clásico Vclez de (¡nevara
en su ¡tlahh ('ojwlo, pero (pie no ad-
mite el Dice. «Y, apercibiéndose el
(Jojnelo para otro [soneto], ¡¡cííIokícii-
ilo.ip, como es costumbre en los hom-
bres, siendo él espíritu, dijo de este
mo'lo...» (Tranco l.\).— Rasparle
el cacho á uno vale en Chile, III
el leníTuajc- fam., repreiidiMlc. (Véase
Raspaj.
224
CAD
CAE
Cachúa, f. Baile de los indios en el
Perú, el Ecnadory Bolivia. Admitido
por primera vez.
CacllUCha, f. Es chilenismo en
estas dos acops. : 1 ." bofetada ó palma-
da que se da á uno en la cara con la
mano abierta (Véase Bofetada). Para
otros es capirotazo. 2.'^ Cometa peque-
ña en forma de cucurucho. Quizás
proviene esta acep. del significado
anticuado de «cartucho», (jue todavía
reconoce el Dice, á Cachucha y que
nosotros confundimos lastimosamente
con ciu'uruclio. — En el significado de
«bote ó lanchilla» está ya admitido
sin nota alguna de provincialismo.
El mismo significado se da también á
Cachccho.
CacllUCho, m. Fondo o caldera
grande. Generalmente se da este nom-
bre en el Norte de Chile al fondo es-
pecial en que se cuece el caliche.
Cachudo, m. Ave chilena pequeña,
de color gris, con moño en forma de
cuernos, de donde le viene el nombre,
que se usa más como diminutivo (j-u-
chudilo) y por lo cual en algunas par-
tes se le llama también torito y en
otras ch ¡fiador por el chiflo que conti-
nuamente da. El nombre latino es
anereli'n jiarnili/s.
Cacliudo, da, adj. l'sase en Ciiile
por-mañcro, ladino.
Cada, adj. Siendo, como es, un adj.
distributivo, no tienen explicación po-
sible las locuciones de despedida que
viciosamente emplean algunos: Has-
ta cada instante, Hasta cada
momento. Hasta cada rato,
(jue dcljcu corregirse por Hasta dcs-
2>ués, Hasta lue/jo, Hasta muí/ pronto.
Hasta más tarde, según los casos. —
A cada nada es otra loe. dispara-
tada, (jue tampoco puede aceptarise:
dígase á cada paso, á rada instante, á
rada triquitraque. — «Cada ij ruando,
m. adv. Siempre que, ó luego que».
Así, tan lacónicamente, trata de este
modismo el Dice, cuando debió ense-
ñar claramente si se le agrega ó nó el
(jve, pues de las dos maneras lo vemos
usado por los clásicos. Cuervo, que
habla de esto expresamente, después
de citar una cantidad de autoridades
en que se emplea la forma rada ij cuan-
do quf, concluye diciendo que rada ij
cuando (sin que) es la combinación
más común hoy. «Tenía cédula del
rey para venir cada ij cuando le pare-
ciese á informar de lo que pasaba».
(Quintana). — Anduvo también desa-
certado el Dice, académico en la eti-
mología de cada, que dice ser el dis-
tiibutivo latino quotus, que no pasa
de ser su simple equivalente. La ver-
dadera etimología, que ya en su tiempo
señalal)an Aldrete y Garcés, es la pre-
posición griega x-a-vá, que por su es-
tructura material y por su signifícalo
distributivo tiene con aula muchísima
más relación que quotus. Para citas y
comprobantes véase á Cuervo.
Cadux'A, f. Ha desaparecido del úl-
timo Dice, reemplazándolo por Mem-
brana caduca, término de Zoología,
pero con la advertencia de que más se
usa solo y como s. f.
Caduceo y caduceo, m. Así, grave
y esdrújula, admite esta voz el Dice.
Esperamos que con el tiempo se que-
dará sólo con la primera forma, que
es la más conforme con la etimología
latina (caducaeum) y también la más
usada. El ccutuceo era una vara que
llevaba dos serpientes enlazadas entre
sí y era reconocida como insignia de
Mercurio.
Caer, n. Es uno de los verbos miis
CAF
CAF
estropeaJ<« en su conjngación por
nuestro jjuvblo. Enemi<^ invconciliu-
ble de las i-ouiUiímciones ae, ni, aú, el,
antes que [iroiiuiiciarlits i-omo es debi-
do. prt.-fei¡rá dcsc-Uiutiair y destrozar
liis palabnis, diciendo que bien se en-
tiende él asi. Pan» tales uiales, las
'.Tainatlc.is y las escuelas priauírias. —
Dejar caer una cosa jwr ilejarin
¡taxar, no luifrr ruso de rlln, olridirila,
es giro afraneusado cuu que se han
' •intaoríudo algunos cliilenos que oyen
•iiuelio á los franceícs.
C.KTKitis i'Áuiiirs (prouúnciepe ri--
■íÍji). Expansión iutiua que. usada
i'oiuo ca pf)r nni:^lios (véase Feijoo.
Fidihitidiiil de h* admjios), merece
tifrurar en el Dice. Sijruifica litend-
nicnte: siendo ¡"fílales las demás con-
• llcioiies. ó sea, en igualdad de circnus-
■ Jieias. tif usa cuando se comparan
unas cosas con olrxs.
Cafarnaum, n. jir. f. ( 'afunninm.
Cakk, m. I'or m.is (|uc aiiruuos
li'^aii y escriban el ¡ilural cafees, ó
¡leor aún cafeses, no hay <|ue imi-
tarlos. Rccuérde-se que la regla ilc la
Academia es: que nías palabras agudas
finalizada'* eu e toman s'ilo una .1 para
el plural; como de rtifi; oifix; de ra-
niifit, riiii/ijH-.i; de/;i>. /«'«». /;Xo liabni
alguna per.s(»na caritativa (¡ue dé á
conocer esta regla á los comerciantes
inglese.-!, jeira que no sig;in cubriendo
iixlos los diarios y almacenes con los
■ iisparaUídos anniicios de snstees, en
i /.caí na concordancia wn un bébase
' exíjase; y lo mismo á lasciríctc-
nis, y en geiienil á todas las nuijcres,
l>.ira (pie no hablen de corsees sino
de rontén.' — Así cjmo vivimos y obra-
mos al vapor en tanta3 cosas, asi
hablamos también en muchos »isog.
Truflia de esto ea la desajtariciiin de
la pa>posición de de c-asi todos los
sustantivos empleados para designar
un color. Asi es muy común oir: un
manto café, un vestido gra-
nate, un sombrero plomo, una
chaqueta crema, unos guan-
tes lila, unas medias violeta,
etc.; lo correcto es: un inanlu de color
de ftifé, de ador de ijranale, etc. Dinisc
(|ne esto es alargar mucho el discui-so,
y que, además, en estos modos de ha-
blar h.iy una eli|)sis que todos entien-
den con facilidad. Pues entonces sigan
en su oiiinión, supriman todos los ar-
tículos, pre[)osiciünes, conjiiiieioncs,
etc., y hablen en lenguaje telegráfi-
co: «Esmeralda pique primer espolón
Iluiisc-ar»; y así, como nuestra gloriosa
nave, se irá también á pitpic la rica y
sonora lengua qr.e heredamos de la
madre patria. Jliís cómodo e-s, sin
duda, prescindir de la pre|K)s:ción en
estos casos, como ya lo ha hecho el
castellano con una cantidad de nom-
bres (vé;ise Di;); pero, traUindose de
colores, ha preferido convertir en adjs.
los pocos que usa sin de, como ras la rio,
ceiiizi, i/irddo, pardo, lordn y tordillo;
en chileno, plomo, lacre, café
y algiin otro. Carmexi es i>ara el Dice.
8. y adj. iías, á jwsjir de la propensión
nutural á suprimir la de, solire todo
con el s. rolor, pues todos decimos
color carne, color sangre, co-
lor g'Uinda, etc., sin embargo, ios
esciitores coirectos y el Dice, dicen
siempre rolor de. Pneden verse en éste
las definiciones de Areiliinado, Aplo-
mrido, Arreholur, Azafrnnado, Azul,
Ciixlníío, Cenizo ó Cénit ieiilo, (Itiiddo,
Plomizo y Plomoso, ¡lusco. Tordo y
Tordillo, Violáreo y Violado, Zafirino.
Lo más liigico y iiatund en estos ca-
sos nos parece que is adjetivar el
220
CAF
CAF
nombre que designa el color, como ya
so ha hecho con cas/aílo, gualdo, par-
do, tordo y carmesí, y como todos lo
hacemos cuando usamos esos nombres
en su forma diminutiva. Así, por
ejemplo, nadie dejaría de adoptar la
terminación femenina en estas propo-
siciones: La niña se puso lacrec'da;
Compré unas medias cafecitas; No me
gustaron tanto las ¡ñomitas. Si no se
adjetiva el segundo nombre dándole
dos terminaciones cuando su forma lo
IDermite, tendríamos un caso que no
ha sido todavía bien estudiado por los
gramáticas. Todos éstos nos hablan de
profcta-reii, dama-soldado, monja-al-
férez, papel-moneda, y nos dicen uni-
formemente que el segundo nombre
es adj., porque modifica al primero;
pero no profundizan ni nos abren
más horizontes, ctiando en realidad el
asunto exige mucho más estudio. Al
tenor de los ejemplos citados, hay
innumerables en castellano; como arco
iris, astro reg, pueblo reg, agua lluvia,
huque-cscuela, carro-salón, casa-cun/t,
casa-habitación, _ casa-palacio, casa-
quinfa, escusla-taller, cólera-morbo,
carta-prólogo, hombre-aviso, hombre-
moijo, hombre-máquina, Hombre-Dios,
muelle-dársena, nota-protcstít, piedra
alumbre, piedra azufre, piiedra imán,
peje espada, pejerreg, pájaro moscit,
pleito homenaje. (En el artículo Güióx
daremos la razón por que escribimos al-
gunos de estos nombres con este signo).
Penetrando en el verdadero significado
de estas combinaciones de nombres, se
ve claro que algunas son lo que dicen
los gramáticos: un s. modificado por
un adj.; pero también se ve que de
otras de éstas no puede decirse lo mis-
mo, porque son simplemente nombres
yuxtapuestos, calos cuales no prima
gramaticalmente un elemento sobre el
otro, sino que ambos son iguales; co-
mo buque-escuela, carro-salón, caria-
prólogo. Para el análisis gramatical
estos nombres son lo mismo que los
compuestos, es decir, como si forma-
ran una sola palabra. Por nuestra parto
sólo llamaríamos adj. al segundo nom-
bre cuando por su significado hace las
veces de tal, calificando ó determinan-
do al primero, y equivaliendo, por
consiguiente, á un adj. Así astro reg
y pueblo reg equivalen para la gramá-
tica á astro y pueblo real ó principal;
edificio monstruo, á edificio monstruoso
escuela modelo á escuela ejemplar; ó
normal; perdiz macho, ii perdiz mascu-
lina; lengua madre, á lengua matriz.
Pero otra cosa muy distinta es cuando
estas combinaciones son de dos nom-
bres cuyos significados se funden en
uno solo, porque el nuevo vocablo que
rcsiüta de ambos designa un ser que
participa igualmente de los dos ele-
mentos ó constitutivos; por ejemplo,
papel-monada, escuela-taller, nota-pro-
testa. Y otra cosa más distinta todavía
es cuaudo estas combinaciones son do
dos nombres á los cuales sólo por abre-
viación y comodidad se les ha quitado
la preposición ú otras voces interme-
dias; como argumento Áquiles, dialu-
nes,premio Xobel,lado Sur, limite Nor-
te, vía Magallanes, via Cordillera, ri'i
Panamá, cuestión, Drcgfus, pesos oro,
2)esos billete ó papel, escritor ioMinist.ro,
nmebles Imprrio, estilo Renacimiento, á
tantos dias plazo, fecha, vista. A este
grupo sí que se equiparan las expresio-
nes color crema, manto café,
etc.,qne venimos analizando; las cuales
creemos que andando el tiempo se admi-
tirán, como ya lo están, y hasta escritas
en una sola palabra verdeinar, verde'
CAJ
CAJ
monlaRa, rtrderrjiíja, con supresión «le
)a lU. Asi se han fonnado tonibiéu
telaraña, ItOfarnllf, btyamanija, mars-
trrtstruela o iiuirflif*cut-la, nuiextirsala,
inatlrtKflra, madrf¡>filo, i/iiíajirrr/ia,
fohi/fz, hojniala, aíjaamar, atjuamifl,
aijiutnieff, etc. Xo pediríamos Uuito
para csUis expresiones, sino sólo (|ncse
utlniiutn escritas scpiinulanieute, al mo-
do (jiie se ha hecho con ¡ndo brasi(,p(ilo
ramjifrhf, j'iierro ex¡iiri, eU'. — En sen-
tido fig. y fura, lisiiso aipii café por
-reprensión. Vcas'.- Raspa.
CaKEÍ.v.v, f. Principioaetivodelciifi'.
Término de Qníniiai admitido |X)r
primera vez en el Suplemento del I 'ice.
Cakkiu.i, f. Aldea ú cortijo. Admi-
tido en el último Dice.
Cjfetkra, f. Ha recihido dos nne-
va.<! a<x-ps.: «dueña de un cafi-: mujer
ipie vende aifc en un sitio piildicop'.
Cafiroleta, f. Vi-aa' Caspiro-
leta.
Cahuill, m. (IK'I araucano ra-
huiñ, ninida ó lieliida con i|ne se
celehra un obra nueva, como ter la
construcción de una iiisíi, el cercado
de nn terreno). Tiene algrín uso entre
{(ente aleone con el sifruificiido íjcneral
de-lio rracliera, ó comilona ai -ompañada
de borraíhera. V'r.í.<c RemOJO.— Kn
sentido li','. llama también el pueblo
cachuín al rhi^moM; Y en algunas
I>irt/-s. cachuinero, ra.
í.'aii), m. Iv<pc¡e de juez ó f,'ol)cr-
n:ulor en (-1 anti<:uo reino de Arjjjel.
.Vdmilido por primera vez, lo mismo
ijne el siííiiiente.
(jAiyi'K, m. I5arca mu>- li^'era (pie
se nsi en los mares de Levante. || Es-
ipiifc destinado al .servicio de las <ra-
leras.
í'A.fA, í. Muy n.'sido es en Chile |K)r
cauce, lidio ó nnilp' de loa lie.'-: lo
qne no nos pan. ce mal, jxjrqiie en
realidad el cauce de nn rio, sobre todo
cuando tiene altrnna hondura, pi-esen-
ta el asjxícto de una verdadera ai/a; y
adeuuls el Dice, le reconoce tanibión
esta acep. jreneral, que no deja de te-
ner analo,!;ia con la diilena: «hueco
ó espacio en que se introduce nl|;>:una
cosa». — Entre mineros se Huma tam-
bién rajíi la masa de roca estéril que
envuelve una veta ó filón: acep. qne
ya admiten otros diccionarios, jx'vo nó
el de la Aciulemia.— íW/Vf del riicrjio,
¡x)r lúiaj-, acaba de ser admitido en la
última etlieión. — Cuja <ii> Paiuhra es
fr. tomada de la 5Iitolo;ria, que cree-
mos delK' tifiurav en el Dice, en el
sentido recto y en el metafíirico. Xo es
«lugar en que hay nincho d(.'.s'.)nlen)>,
como erradamente dice Caballero, sino
caja ó receptáculo en (pie se contienen
variíis cosas que irónicainente pueden
cousiderarec como buenas y preciosas
y (pie en realidad son malas; por alu-
sión á la fábula de Paiuloiri, que fué
la primera mujer creada por Zeus ó
Júpiter y que recibió una caja en «pie
iba dei>ositHndo los dones ó rcp;aIos
ipie le hacia cada uno de los dioses:
de ahí el nombre de Pamlnra, fpie en
•rrie<íO si<,'nifica «todo don». Rajada
al mundo, abrió la caja antes de tiem-
po y todos los dones se convirtieron
en males: pestes, enfermedades, ejiidc-
mias, etc. «Antiíiuaniente, cnnló lle-
siodo, dulce era la vida humana, hasta
que, destapando Pandora la caja, sa-
lieron de ella ejércitos de molestos
cuidados y pena.s, que eniliislieron en
ella y la hicieron ain;ir;;a)i.
Cajita de agua. Asi se ha lla-
mado en SantiajíOf'ielnpre, i>ero mala-
mente, lo (jnc en castellano es ¡irra ih
iKiun ó n'iiiililiii: casilla li dt'iK>s¡to pa-
228
CAL
CAL
ra reeiWir el agua y distriljuirla. La
cambija es arca de agua elevada sobre
la tierra.
Ca.jóx, ra. Se llama así en Chile la
angostura larga que hay entre dos
cerro.s y por cuyo fondo corre algún
río ó arroyo: El cajón del rio Maipo,
el cajún del Aconcafjua. De aquí ha
nacido el v. encajonar, más u?ado en
el participio. Si caja puede admitirse
por cauce de río, parece lógico que el
aumentativo cajún pueda admitirse
también para significar el mismo le-
cho y algo más, como es la grande
abertura que queda entre dos ceri'os
para dar paso á un río. — También se
ha usado mucho cajón por alaüd ó
caja mortuoria; pero ya se va reaccio-
nando contra este error, aunque será
poco meno-s que imposible dejar de
llamar cajón la caja ó ataúd sencillísi-
mo en que se sepultan los pobres, tanto
más, cuanto que la palabra ataúd es
demasiado culta y casi impronuncia-
ble para ellos. — Finalmente, se llama
aquí cajún, entre minci'os, una medida
de capacidad equivalente á 64 quin-
tales antiguos. Los comerciantes en
leña tienen también su cajún, que
consta de 18 cargas, de 24 palos cada
una. El último Dice, agregó á cajón
esta acep. de Arquitectura: «cada uno
de los espacios en que queda dividida
una pared de tierra ó de mampostería
por los machones ó verdugadas de
material más fuerte».
C.UOXADA, f. Eucasillado que se
construye á ambas bandas del sollado,
para colocar en él las maletas de la
marinería. Término de Marina admi-
tido por primera vez.
Cala, f. Planta acuática, de la fa-
milia de las aroídeas, con hojas radica-
les de pecíolos largos, espádice amarillo
y espata grande y blanca. Se cultiva
en los jardines por su buen olor y
hermoso aspecto. Al fin entró en el
Dice, esta conocida planta, y quizás en
desagravio por la demora, fué admitida
también con el nombre de aro de Etio-
pia. Ahora sólo le falta á Cala una 2."
acep. que diga: flor de esta planta. —
En chileno llaman cala los muchachos
un juego del trompo que consiste en
hacer adelantar hacia un lado, hasta el
término convenido, un tejo ó moneda,
pegándole con la púa del trompo ó
dándole la papa (véase esta voz) final.
El jugador ó el partido contrario debe
arrastrar el tejo ó moneda en dirección
opuesta. II Partida de este mismo jue-
go. Si en España no tiene nombre propio
este juego, debería admitirse el chile-
no.— En sentido fig. se llama tarahiéu
c(da entre nosotros la estafa ó engaño
en (pie se hace caer á uno, ó sea, pe-
tardo, sablazo: lo que puede pasar como
\'erdadera metáfora por el significado
que tiene cala en medicina casera.
Calaba, m. Admitido por primera
vez con el inismo significado de (Ca-
lambuco: «árbü^ americano, de la fa-
milia de las gutíferas, de unos treinta
metros de altura...»
Calabacear, a. y fam. Dar calaba-
zas. Es V. usado ya en todas partes y
admitido en algunos diccionarios, me-
nos en el de la Academia, que es
siempre el más tardío de todos. (Véase
el siguiente). «Xo se supo nunca si
fué casual ó de intento la llegada del
cahíbareado mocetón.» (Pereda, El sa-
bor de la fierruca, XXI).
Calabaza, f . La planta de que es fi'u-
to la calabaza se llama también cala-
baza ó calabacera.-Ya, es tiempo deque
el Dice, académico admita el pl. cala-
bazas, así solo y sin v., como lo hacen
I
CAL
CAL
■2-2\t
otros y c-oiiio lo usa toilo el inuiulo, en
!;is dos acüps. <nie le rcvonoa; en la fr.
/krr ealabazw*. La voz s¡j;iiitíi-a j>or si
sola todo eso, sin utH.rsiJad de v. alum-
no ócou varios otros distintos de il'ir.
Asi D. RainóD de la Cruz la usa con
el V. »er: « Elstas si que son culiibazilst,
y otiüs on llffur, sufrir, recibir, etc.
Pereda la usi taiubiéri c >\\ toda IíIkt-
tatl, sin sujeción á v. nl<;uno. — t 'ahi-
Iniza, oilahnzn, rado un > jitira xu caxa,
i's refrán que usamos faniilianuente pa-
ra des|K.tl¡r lilas p:Tsonasó|ara retirar-
se el niisnio(|ue lo dicv. Aun<|uc no aj)a-
rece en el Dice., no uicrccí; desecharse:
el cjuc más se le acerca es el provei'bio
f'a.la mochuelo a nu olivo, con «¡ue se
ind¡c:i que va es hora de i-ecogerse ó
(ienipo de (jue cad;i ciial se ate en su
|iin.-sto i-uiiipliendo con su deber.
Calabazo, m. Siendo la ailabaui
■< muy varia en su fonna, tamaño y
(• ilor, • sejrún se expresa el Dice., no
iiiiy por qni- ni para qué iidmitir al
calabazo. Conténtense los (|ue lo
dt-seen con el ralabarino, (|ue es ««ila-
t>;iz;i seca y hueca jjara llevar vino»,
distinta del cuhibacin: «calabaciUi ci-
lindrica, de corteza verde y carne
blanca. » \a calabaza para llevar n«^ua,
la llama el Dice, baloto, con nota de
am'.-rirunismo.
Cai.afatkar ó cai.afktkah, n.
CAI.AKATKO ó CAÍ.AKATKUi a:
«acción ó eftrto de calafatear».
CaI.aIta, f. .Vdniitido por primera
vez con el mismo siffniticado de ////-
i¡ufM: «mineral amorfo, formado jmr
un fosfato de alúmina cr)n al;,'o de co-
bre y hierro, de color azul verd')Sí)...i>
Calamüa»', m. .\rbol del extremo
Oriente, de la familia de las le^nmi-
nosiM, (xin liojiLS sencillas, lanccoladim,
ninv enteras, v Wiwr* i-n riiinn'x cr-
líuidos terminales. Su madera es el
palo aloe. Admitido en el novísimo
Hice.
Calambur, m. Del francés ai-
leinlioiiri/ y que no tiene ix*r qué liprn-
rar en castellano. El equivalente ras-
tizo vsjuei/o ile palabras: artificio que
consiste en usjir palabras, por donaire
ó alarde de in<ienio, en sentido equivoco
ó en varias de sus acepciones, ó en
empleiir dos o niiis que sólo se dife-
rencian en alguna ó algunas de sus
Ictr.is. Rrlruirano, además del signi-
ficado (]ue tiene en Retorica, también
suele tomarse por otros juegos de pa-
labras,
CalamiIíI.eua, f. Asi corrigió el
novísimo Dícl-. la calamiyera de
la penúltima edición. Cainillcra es
igual á liaren, f. pl.: «cadena de hierro
pendiente en el cañón de la chimenea,
con un garabato en el extremo inferior
para poner la caldera, y á poca distan-
cia otro pan» subirla ó bajarla».
Calamorro, m. Especie de cal-
zado que llega hasta el tobillo y se
ata donde nace el empeine del i)¡c.
U. t. c. adj.: zapaio calamorro.
Parece el mismo que en Venezuela
llamau rhinelón y que el último Dice,
ha admitido por primera vez y con
esta definición: «especie de zajjato que
se u=a en Venezuela, con orejas, sin
latones, hebillas ni lazos, y niils alto
(|ue la chinela)).
C'Ar.ANDKACA, f. Sopa que se hace
¡i Ijordo, cuando hay esca.scz de vi\e-
re.s, con \:\ mazamoi'ra y pedazos de
galleta. Término de Marina admitido
por primeni vez.
CaI-aSa, f, .\banico muy ordinario
y barato con varillaje de caña, .\dmi-
tido en el Suj)lemento de la 13." edi-
r-MMi d.'l Dice.
í'30
CAL
CAL
Cálao, m. Avu trepadora, de gran
tamaño, coa el pico muy grueso y las
mandíbulas á manera de sierra. Se
cría en Filipinas y se alimenta de
pajarillos. Admitido en la 1;!/' edición
del Dice.
Calavera, m. fig. Hombre de poco
juicio y asiento, dice el Dice. Nosotros
restringimos un tanto esta palabra
aplicándola solamente á los borrachos
y tahúres. Como f., calavera es la ar-
mazón de los huesos de la cabeza,
despojada de carne y pellejo.
Calcañal, calcañak ó calcaño.
I;0S tres signiñcan lo mismo que talón.
— Calcadera, anticuado, significa-
ba también lo mismo.— Calcáneo
es el hueso del tarso, en la parte pos-
terior del pie, donde forma el talón.
Calcico, ca, adj. Perteneciente ó
relativo al calcio. Término de Química
admitido por primera vez.
Calcorrear. Admítelo el Dice, co-
mo voz de Germanía, es decir, de
ladrones, y como n., nó a., con el
significado de «caminar con veloci-
dad», ó sea, correr. Vean pues todas
las inconveniencias y errores que en
una sola palabra dicen los chilenos
que hablan de calcorrear un pa-
go, una dilig-encia. CaJcon-mr se
i'ormó de calrorro, que en la Germanía
significa zapato.
Calcular, a. «Hacer cálculos», es la
única definición que da de este v. el
Dice, y como cálculo significa también
conjetura, tenemos que calcular es sinó-
nimo de conjeturar, que significa: «ha-
cer juicio probable de una cosa por
indicios y observaciones». De consi-
guiente, se comete galicismo usando á
calcular por «hacer una combinación
ó apreciación de cualquiera especie con
el fin de salir bien de un negocio ó de
una empresa»; y por «prever, pesar las
probabilidades, consecuencias, etc., de
una acción». (Baralt). «Calculadas
todas las contingencias del viaje, nos
pusin\os en camino». Dígase pesadas
ó tanteadas. « Este escrito ha sido cal-
culado para producir un efecto terri-
ble». Dígase ha sido hecho ó preparado
con la intención, con el intento ó con la
mirada. « Calculó bien su proyecto» :
trazó. «Calcular el alcance de las
palabras»: medir ó considerar el alcan-
ce de, pesar las palabras. «El miedo no
calcula ni razona»: í'/ tniedo ni re-
acciona ni juzga.
Cálculo, m. Salvo las aceps. que
tiene en Matemáticas y en Medicina y
la común y corriente de «conjetura»,
es galicismo usado por desii/nio, mira,
proyecto, y más aún por cuenta, traza,
jjlan, y mucho más todavía por interés.
«Mi elección es asunto de cálculo
más que de afecto».
Calcha, f. Voz araucana que sig-
nifica «pelos interiores». Úsase én Chi-
le, y generalmente en pl.. por la castiza
cerneja: manojillo de cerdas cortas y
e.spssas, que tienen las caballerías sobre
las cuartillas de los pies y las manos.
U. i3or lo común en pl. Pero más fre-
cuente es su uso (casi siempre en pl.)
para designar los pelos ó plumas que
tienen algunas aves en las lúernas has-
ta los pies. Véase Calchón. — En
sentido fig. y festivo llaman también
calchas las personas del pueblo sus
prendas de vestir.
Calchacura, f. Del araucano cal-
cha y cura, pelo ó barba de la piedra.
Especie de liquen que se cría sobre las
rocas.
Calchón, na, adj. Derivado de
calcha. Tratándose de aves, reem-
plácese por calzcuJo, da: «dícese del
4
CAL
CAL
■2::\
p.ijaro «jae tiene pelo ó pluiuns lia^ta
lus pies»; y trauiíulosc de eabiklleríHS,
digascc^r/i^Wo, (/(/.- <i|ue tiene nuichivs
' •TiK-j;is». — Moteca.lchóni'sek-iB-
■ llano// <//)'/<>//". Ve.ise lIoTK.
Calchona, f. Deriviulo liel ¡inte-
rior. Slt f:i;:t;ist¡c.), crecido jior la iuiu-
_ 'nación del pueblo ciiileiio, y al eual
■ alriijuye e! oficio de asiLstar de noche
y íieiieraluiente á los csiniinantes en
los parajes solitarios para roUnrlc^scnan-
■ ■ llevan ó causarles otros perjuicios.
' ';rus veces se aparece también en las
<-.isas de los camjHwinos ijue están aisla-
das de las deai;'ts y roba lo i|nc puwle.
Fácil es exjilic-ai-se estos hechos en la
astucia de los pillos y ladrones que de
Uktitas nianer.is Kibeu disfrazÁirse para
el lo^ro de su profesión; lo cual no es
propio ni exclusivo de un p;u's, sino de
toJo el universo mundo, porque todo
él es cumpo abierto ¡«ira los discípulos
de Caco. Y asi como en Asturias y
Santander es tan conocida la rámila,
de que tanto ¡Ktrtido ha SiU^do Perctla,
y en otras [«rtes otros entes anál;>gos,
asi también los c.impe.sinos chilenos
tienen su calchona iKira terror de
niucluní y diversión de nuichos más.
Kn el I)icc. encontramos, para exprc-
Farcstu \<\%Á, f<inlnxiiui,í.,s para meter
miedo á los niños, r.icn (el CUCO <iuc
dicen aquí) y iniuimintln. — Tanibii-n
m lia á calchona el KÍ¡.'n¡licado de
— iiiHiiitiii.s I) i/ilii/fiíiciii, rarrelflii.
Calchudo, da, adj. Du menos
\\M> i|nc calchón. Véase cst;i voz.
t'Ai,i)i;isMu. m. (iiroó modo de ha-
blar propio y [irivativo de la leiijifua
cjildea. .\o vemos ¡lor qué lo ha onii-
tidoel l)icc., cuando ha incluido tantos
notnbrcH cnn;,'irnere8 en ÍKinn.
''ai.dkka, f. Kl liltÍMio Dice, leagre-
.1 esta aix-p. de ^ilineria: «Parle más
Ixija de un jwzo, donde se hacen atinir
las ajinas jnu a extraerlas m;«s fácilmen-
te».—í '<//(//■;•« es «vasija srrande y
redonda, de hierro, i-obre li otro metal,
con una ó dos :isas ó sin elhus, setnin
los usos, qtHí sirve comunmente para
poner á calentar el au'ua li otra cosa";
y cuhleni es «caldera jKM|Uerm, cuyo
suelo forma casi una media esfera: tiene
su .nsii en forma de arco asida de dos
argollas fijas en la Ixjca». ¡Cuidado
pnoi con llamar calderos las aihlr-
ras de las locomotoras y otras niáqni-
iias, de los buques, etc.! Véase Banca.
Cm-deuilla, f. Arbustillo de la fa-
milia de las grosularicas, de uno ó dos
metros de altura, con hojas pequeñas,
acorazonadasy lampiñas, flores de color
amarillo verdoso en racimos coligantes,
y bayas rojas, carnosas é insípidas.
Admitido ¡.or primera vez en la 13."
edicióu del Dice.
CaIíDeró.v, m. De la única accp.
qne en llúsica le daba el penúllimo
Dice, el último ha formado tres: «s¡^-
no que representa la suspensión del
movimiento del cou)i)ás; esUi suspen-
sión; frase ó floreo que el cantor ó tañe-
dor ejecuta tu/ ¡ihl/iim durante la mo-
mentánea suspcnsiiMí del compiis».
Caldo (Dar un). Es fr. fifr. (pie
pira las jxjliciíis chilenas sif^nifica dar
tormento al reo ]iara ipie coiiliesc el
delito. Probablemente es corrupción de
la fr. castiza Dar una carda (dar una
reprensión fuerte). Por tratarse de aí/-
il/i, que es tan áspi'ra, pudo la repren-
siiin convertii-seeu toriiieiilo,y después
el nombre mismo de ranii en nililo.
Cai.dituí), m. '1 Caldo abunilantey
de ¡loca sul)stancia ó mal sazonado».
.\sí lo deliiic el Dice, antciMinií'ndoK;
la nota di- i/i>.s/ifrliro. No hay duda que
de este significado tnie su origen el
CAL
CAL
especial y í'aiii. (¡nc se da en Chile á
calducho, sobre todü en los cole-
gios, de ciíueto ó vacación corta. Como
no sólo de jian vive el hombre, el cole-
gial chileno hizo poco caso del caldu-
cho, condumio ó qaudeamus (jue se le
daba como premio ó estímulo de sus
tareas, y atendió más á la libertad que
se le dejaba para tirar los libros y re-
gocijarse á sus anchas; por eso trasla-
dó el nombre de la comida á la holgura
ó libertad (¡ue se le daba, es decir, al
simple asueto o vacacióu.
Calduda, f. Del adj. caldudo,
da, de in\ención chilena, pues el cas-
tizo es caldoso, sa (que tiene muclio
caldo), ha formado el pueblo esto vo-
cablo, que él estropea más aúu diciendo
caldúa; en realidad es un simple adj.
sustantivado, pues se subentiende em-
panada. Con estos antecedentes ya
puede darse por definida la calduda
chilena, como que uo es sino una em-
2mnada caldosa, aunque aliñada de tal
mauera, que todo el que la toma no
puede dejar de saborearse con ella. Su
lujo extraordinario consiste en ir tam-
bién aliñada «con pasa, aceituna y
huevo», como la pregonan sus vende-
dores. Véase Pequen, con el cual es
igual en todo más que un mellizo con
su melliza.
Caleidoscopio, m. Error en que
incurrió la Academia en algunas edi-
ciones de su Dice, y de su Gramática,
y que por suerte ya ha corregido escri-
biendo calidoscopio. Todo el que tenga
una mediana práctica en el griego sa-
be que el diptongo ei de esta lengua
pasa al latín y de éste al castellano
convertido en i; así, de los vocablos
griegos óíptovsía, zkz'^'úoí, ■XsiT'jpyía,
v£'.po'jo-'ía, císor.v, tenemos en latín
ironía, elegía, liturgia, chirurgia, sirtii,
y en castellano irania, elegía, litnrgia,
cirugía, sirena. Calidoscopio es «instru-
mento óptico que generalmente sirve
para recreo. Consiste en un tubo que
encierra dos espejos inclinados y dos
chapas de vidrio, transparente la una
y raspada la otra, y entre ellas varios
objetos menudos de vidrios de colores,
cuyas imágenes se multiplican simé-
tricamente, variando hasta lo infinito,
al ir volteando el observador el tubo
con la mano, mientras que aplica el
ojo por un agujerito. Este instrumento
ha empezado á usarse también última-
mente para la composición de dibujos
simétricos en la industria».
Calentada, f. fam. Muy propen-
sos somos á formar sustantivos de esta
clase, y hay que irse con tiento, porque
es fácil dar un traspié. El acto de calen-
tarse de prisa es calentón, yla acción
de calentar ó calentarse, cale/acción.
Calentar, fam. Es común oír á
los padres de familia y demás personas
que ejercen alguna autoridad, que,
para amenazar ó castigar á sus subal-
ternos, les dicen que les van á calentar.
Por elipsis va suprimido el s. espaldas,
cuerpo, etc. Parece que en España se
usa también solo, porque así lo admite
Caballero con el significado de «zu-
rrar, pegar, maltratar de obra». Véase
Zumba. Usamos también el v. ca-
tentar como a. en el significado de
exasperar, enardecer, ó irritar; lo que
lio pasa de simple metáfora, fundada
en la primera y principal acep. del v.,
«hacer subir la temperatura», ó hacer
entrar en calor. U. t. c. r. De la mis-
ma manera se explica la acep. fam.
que le dan nuestros malos estudiantes
cuando dicen que calientan sus e.váme-
nes, esto es, que los jjreparan á la ligera
y superficialmente.
CAL
CAL
CAi-t.s I TüA. f. ."Ñilosijriiilicii « liebre»
en casu-ll;»iio. Al5,'iinas j c.\<o!ins, f obre
todo del pueblo, la oiifiinden af|iii
con lii tisis ó liihn-riil,¡*is piilinomr,
en lu e.val h:\\ tauíbiéii id^o de liebre.
Cai.kxtirikxto. ta, adj. Dk-cse
del i|ue tiene eiUe^itura, ó <|ne tiene
imlicioi de (-.deülnr.i, no entor;>:nente
dt-cliiradu: no es, jior coiisiirniente,
lixi'O, fii, coiuo nialunicnte dicun aiiní
al'^nnos. Vé-.ise el anterior.
Caleta, f. JIuy eonocido _v usado
•^ entre nosotros, hasta el punto que
lii-mos relcpido al olvidí» el positivo
rtilii: «ensenada i»e"iueña <|ue liaee el
niar, entrándole en la tierra». Si la
cala es ensenada pefiueña, ;cu:iuto más
pe<|Ueña ser.i la ruleta, ipie es su dimi-
nutivo?— Para complemento de estas
ideas, he a(|ni las deni:ls voces (|;ie
tienen al<;nna sinonimia con éi<tas:
Abifi: «ensenada ó Ijidiía donde las
embarcaciones pueden dar fondo y
estar con aljjuna seí^urid.ul». Anróit:
«ensenada pcijucña en (pie se puede
fondear». lUihiii: «entrada de mar en
la costa, de extensión considerable,
f|Ue i>nede servir de abrigo á las cm-
iKircaciones». Enxiiuuhi ó aii'jm: «re-
' <h1o cpie fonua seno, entrando el mar
:i la tierra». I'nniln: «luf^ar en la
i-ita, defendido de los vientos, donde
¡Mieden hacer lo.s Iwrcos las operacio-
nes de car^'a y de^CJU-íra '<. ¡indd: «ba-
liüi, ensenada, donde las naves pueden
estar ancladas al abri;;o de al<^iinos
vientos». — Kl último Dice. a<,'rejíó á
rnlrlii lasiiniicntc aoep., como provin-
cialismo de Wnc/.ncla: «p^remio de
tral*ajad(ires qne bcocuiki en el trans-
]iorte de mercaderías, a'^peeiulmente
i-ii los p.iert'is de mar».
Caletero, ra, iwlj. Aplicase ¡í la
einb.iruieióa ipie va deleu¡énd>)se o
haciendo escala en l:is calas y calitiis.
(Vó.iíc el anterior). .\si lo nsínnos en
Cliile en vez del c-.utizo roslimno, ra.
— Va\ c t.>^tellano no hay más r.ilrlrro
que el conocido en (iermanía: "ladrón
<|ne va con el «detah; y rale/u es en la
n:isma icc)'<;a «ladnin qne linita jwr
ajrnjeroi'. — También está admitido
ftilflero como [irovineial de Venezuela
y con el si<;niliciido de <iti:ib;ijador
que p-rteliece á la caleta».
L'ai.kihk, m. fam. Solenws usixilo
en el sentido de cerebro,, cuando en
lealidad siirniüca: «tino, disceiniuiien-
to, capacidad», conforme á su etinio-
liiSTÍa latina (Yí//('////íí.<, habilidad, l'/ii-
rtiiiieii es el sinónimo fam. de caletre.
Magín sijinitiea u imaginación». Véase
CAflMEX.
Caleuche, m. Del araucano raliit,
cuei'j.to liumano, y che, sufijo (pie in-
dic.1 jx-rsona ó ,?ente. Copiamos del
opúsculo intitulado Cliüué, pues síilo
en aquella provincia parece ooiiocerse,
la extraña descnpc¡()ii del caleiiche:
«.Se<::úu la mitología de los chilotes, es
un vaiKH' sulimarino que recorre tanto
los marej como los ríos. Su calado es
acomodaticio, y está tripulado por
brujos (pie hacen sus excui-siones en
tierra ¡jara llevarse á Ijordo á (piieiies
de>ean. Este vajjor tiene la pro|)icdad
de con vertirse, según las propiedades
lo exijan, ya en un tronco, y\\ en una
roca, ya en otra cosa cuahiniera, y los
tripulantes en IoIk>s marinos ó en aves
acuáticas. Según algunos, aparece el
caleuche á la su])eríicie de las
¡ignas. coniunniente de noche y alum-
brado á giovno; tiene un hermoso
cisco y es muy ligero en el andar. Las
personan (pie han tein'do la desgracia
de caier en manos de e-tos fantásticos
piraUH, apareen con la cira vuelta
25
234
CAL
CAL
hacia la espalda y en completo estado
de demencia».
CÁi.iiiE, m. Individuo de un pueblo
de la antigüedad que habitaba cerca
del río Termodonte en el Ponto y se
ocupaba en beneficiar y labrar el hie-
rro. U. m. en pl. Admitido en el i'ilti-
mo Dice.
CíllicantO. Con el uso hemos for-
mado una sola palabra de tres: cu} ij
raiilii; es decir, fábrica ó construcción
hecha de cal ij ccia/o.— Como expr. fig.
y fam., de cal y canto significa «fuerte,
macizo y muy durable».
Caliche, m. Voz traída del Perú á
Chile con el significado de-tierra ó
«montón de tierra que queda después
de haber sacado el salitre». Lo que va
entre comillas se llama en castellano
harreva; voz que, por tener ya kiutos
significados, será imposible que reem-
place á caliche, por lo menos en Amé-
rica; por lo cual bien podemos que-
darnos con ésta apelando al futuro
Dice, tanto más, cuanto que caliche
lio es desconocido en castellano, pues
tiene estas dos aceps.: «piedra intro-
ducida por descuido en el ladrillo ó
teja, que se convierte en cal al co-
cerse; costrilla de cal que suele des-
prenderse del enlucido de las paredes».
CalientitO, ta, adj. Conforme á
las reglas y al uso correcto, dígase
calen /i/o, ta.
Calificación, f. lilam Jse así en
Chile, conforme á nuestra antigua ley
de elecciones, la cédula ó certificado
que se daba al interesado de haberse
inscrito en los registros electorales y
que debía exhibir al tiempo de votar.
La voz no era tan propia que digamos;
por eso e; mej jr que haya pasado á
las anticuadas jui¡to con la ley que la
creó.
Calificar, a. Inscribir á uno en
lo; registros electorales en señal de
que se le reconocía como ciudadano
con derecho á votar. Usábase tanibién
c. r. Véase el anterior.
Californiano(ócalifornino),
na, adj. Aplicado á per.sona debe de-
cirse califurnio, y aplicado á cosa,
culifiímico. Así enseña el Dice, aun-
que no le admitimos el la que le an-
tepone á California. En América es
más comiín nombrar sin él esa pcjiíu-
sula ó país: así se dice San Francisco
de California y nó Sun Francisco de
la Ccdifurniu.
CÁi/i(iA, f. «Especie de sandalia
guiírnecida de clavos, que usaban los
soldados de Roma antigua ». Nada más
dice el Dice, con lo cual se deja en el
tintero las ráiii/as que usaron también
los monjes en la Edad-Media, y, sobre
todo, las que usan hasta hoy día los
obispos. Estas y aquéllas no son, por
cierto, «especie de sandalia», sino «es-
pecie de polainas», porque cubren la
pierna hasl;a la rodilla y se abotonan
por fuera. U. m. en pl. Además de los
liturgistas de todo el mundo católico,
puede verse el Dice de Du Cange.
Caligrafía ó calografía, f. Arte
do escribir con ktra gallarda. El adj.
adiíjrájico y el s. caliíjnijo aparecen
con esta sola forma.
Calillas, f. pl. Deudas; ccdi'ario,
fig. y fam.: «Deudas que uno ha con-
traído, cuando son muchas, á seme-
janza de los que llevan fiado de las
tiendas, y se lus van apuntando con
rayas y cruces».
Calistro, a, n.^ir. m.y f. El nom-
bre de santo es Calixto y Ccdirta. En
la Mitología existe también el f. Cu-
listo, nombre de una ninfa, transpor-
talo de ahí poi' los astrónomos á un
CAL
CAL
a teroiJe descubierto en 1879. Esta
n^'sma diferencia hace la Gramática
de la Academia. Et'uiológicamente
deU.TÍan escribirej con « el nombre
eclesiiisiico y el paírauo, y así se escri-
ben en latin, ¡«orrine amlx» se derivan
del t;rii-<íü xzA/.'.rr';; (liellísimo): pero
el nso lia ijncrido distinguir el nombre
cristiano eonvirtiendo la sen Jt (Calix-
lo): nuestro jmeblo pretende n);is toda-
vía asTCgándüle /• y aun rr (CallS-
trro).
Cai.IZ, ni. Muy us:ido es, figura-
damente, e.i el IciiíTuaje .«agriado ¡tor-
reuiión ó conjunto d; dolores, males ó
des^rac'as, y de ahí ha ¡xisado á la poe-
sí.i. ¿En <|ué libro espiritual, por ejem-
plo, no se habla del t diz dtl tlo/or, de
¿>i"6;r r u/n uno su e iliz.' Hebraísmo c:i
su ori<:en, tomo <iue es común en la
Biblia, ha sido adoptado por todos los
idiomis moderno.-; hal «lados ¡wr cató-
lico-, y por (SO C3 muy extraño que
t nhivia no aisirezca en el Dice, aca-
dóni'co. En éste sólo hallamos la fr.
ujiíirar la roffi del dolor, de la desi/rti-
fin, etc. (mejor habría sido generali-
zarla suprimiéndole el v. apurar), y
aun(|ue jxjr rojm traducen los antiguos
intíTpretes de la Biblia la voz latina
ndij-, nnicho m:is común y usado es
tra<lui;irla por rali-. Caballero tnie la
ex|ir. riliz de la amanjnra: «toniientos
ó disgustos frecuentes ó continuos «lue
ajxican el ánimo y acongojan el espí-
ritu»; p-'ro también se dice rl ndiz del
dn'iir, de la /"«ri/wi, y cáliz simplemen-
te; |>'»r lo cual sería mils acertado dar
á est;i sola voz el sign-icado tig. fpie
insiimamos al principio, como se ha
hecho on rruz, <|ne figuradamente
signitica: i|ieso, carga ó trabiijo».
('.U.i>FllIAi:sK ó CALOSFIIHIl-íK, r.;
lo mismo cALOFUio ó cai.oskkId:
«indisposición del cueqx) en <|ue aller-
nativamente se siente calor y frío.
Ú. m. en pl.» Xo se confunda con
escalofrió: «iudis¡x)sición del cueiiw
en que á un liem¡io se siente algún
frío y calor extraño. U. m. en pl.«
Calomelano, m. El Dia-. sólo lo
admite en pl. {calumelanos) y lo define:
« Protocloruro de mercurio, sustancia
blanca é inodora tpie se emplea en
medicina como purgante, vermífugo
y antisifilítico».
Calor, f. Muy jwgado al oído tie-
ne nuestro pueblo el género femenino
para c-^tc s., siendo (¡uc siempre es
masculino {el calor). Sólo en el caste-
llano antiguo y en algunas comarcas
esjiañolas en que no se habla el idioma
en toda su purez;», se ve us;»do como f.
Hasta los tiempos de Santa Teresa,
que dcda: «Calorcita fuirev (Car-
ta 4J) y aun hasui Moratíii hijo, (|ue
llegó á escribir:
Mi alcol).i es un cliicli.iriero
Y li calor me di-svihi.
todavía se usjiba como f. Este mismo
género .se daba tíunltién á color, dolor,
honor, deniíonor, olor, como se j)ucde
comprolxir con Berceo; y aun los adjs.
en or amservaban esta terminación
para el f.: ave CantOr. Por todo
esto es muy raro (pie la (iramática de
la .Vcademia (edición de r.)U2, pág. 10)
cite todavía á calor ajino ejemplo ilcl
gcMiero ambiguo, acejdando el calor y
la calor, cos;i que no hace el Dia*.,
que lo admite solamente como m.
Cai.oiiíI'KHO, m. Caja metálica (jue,
llena de agua ailieiite, sirve jiaia ca-
lentar los ¡lies. .\cep. de la 1:!." edición
del Dice.
2ái;
CAL
CAL
Caloroso ó calfroso, sa, adj.: lo
mismo el adv. caloro -ají exte ó ca-
LUR08AMEXTE.
Caloyo, m. Cordero ó caljrito re-
cién nacido, ó extraído de la madre,
muerto ó vivo. Adición del iiltimo
Dice.
Calvario, m. El Dice, lo equipara ú
vía cnicis, y entre nosotros son muy
distintos: el ría crucis es una serle de
catorce cruces ó cuadros que represen-
tan las catorce estaciones que anduvo
nuestro Redentor para llegar al Cal-
v.irio; y calvario es un cuadro ó grapo
escultórico que consta del crucifijo y
de las imágenes de la Dolorosa, de
San Juan Evangelista y á veces tam-
bién de Sta. María Magdalena. Y que
así se entiende también en España, lo
prueba este pasaje do El Viaje enfre'e-
nido de Rojas (1. IV): «Quejábase una
vez un amigo mío casado de que tenía
gran cruz con su mujer, y respondióle
otro: ¿y de sólo una cruz se queja?
/qué hiciera si tuviera V. M. á cuestas,
como yo, todo un calvario? Pregunta-
do cómo era que tenía un calvario, dijo
que el otro tenía mujer sola (que era
la cruz que había dicho); ^Jero él, ma-
dre, hija y mujer, que era un calvario
eiifero». Aquí es cosa coiTÍente llamar
altar del calvario al que está dedicado
á un cuadro ó grupo escultórico como
el que hemos descrito; y eriyir, kac^er
ó formar un calvario, es arreglar un
gi'upo de esta misma clase en una
iglesia, casa ó cualquier otro lugar.
Otras veces en dicho altar ó arreglo
no hay más imagen que el crucifijo.
La señora Pardo Bazán emplea la voz
ccdvario por-grupo de tres cruces, co-
mo se ve por la siguiente cita: «Hay
pechos [de homl)res condecorados] que
son, nó un calvario, como impropia-
mente se dice ( ¿que val/n tres crucef;? ),
sino la Via Apia el día de la célebre
crucifixión colectiva», (¿w Quimera).
Calvkz ó calvicie, y anticuado
calveza: falta de pelo en la ca-
beza.
Calxaii, a. Ctdzar uno laníos ¡mnlos
(tener su pie la dimensión que indica
el número de éstos) está admitido sola-
mente como frase. También usamos el
V. calzar con el s. frente para designar
la que es poco espaciosa, por nacer el
cabello á corta distancia de las cejas.
El Dice, admite solamente la frase
frente calzada; así que, no podemos
decir que á un niño se le calzó la fron-
te, sino que tiene \a frente calzada, ó
es de frente calzada, ócalzado de frente,
como usó Cervantes; todo lo cual es
restringir demasiado y sin necesidad.
■ — «Tratándose de guantes, espuelas,
etc., ponerlos. U. t. c. r.»; así define
el Dice, la 2." acei). de este mismo v.,
definición qué habríamos deseado fuera
más especificada, agregando, por ejem-
plo, «y oti'as prendas», pues también se
calzan los dedales, los anteojos, y en
sentido fig. hasta los empleos; todo lo
cual acepta Cuervo y lo confirma con
cita de Moratín hijo. En Chile .se ccd-
zan puntos no sólo para el calzado sino
también para los corsés y cuellos, y
Quevedo los hace calzar de cara; lo que,
junto con lo anterior, es una gran de-
rrota para la etimología del v., que,
derivándose del ccdx latino (calcañar,
talón), viene á convertir en otros tantos
talones las manos, dedos, narices y has-
ta las cinturas de las damas. ¡Y fíese
Ud. de las etimologías, cuanda el uso
dispara para donde se le antoja! — Cal-
zar paredes, murallas, castellano puro,
falta también en el Dice. Véase
Azocalar.
CALL
CALL
■2M
Cvi.Zit, m. iladero ik- foniia ¡iJc-
eiiiul;» para i]Ul' en i-l desoiiiscn la
(jiiilhi y p:uitj>iae de la emlMnaicióii
menor cunidu s<.- mete dontro del lin-
i)ue. Tt-nuino de Marina admitido jnir
I>rinK'ni vez.
Cakzón', m. y úsase m. en jil. Al<;n-
ntjj lo confunden con cl panlalóii, ijUC
timliión so nsíí ni. en jtl. El mlzón lle«;a
solamente hasta la rodilla, y el ¡Hiiitii-
liin hasta los tohilioí:, ó h;vsta cubrir
trio el I don, co.no parece indicarlo la
etinii«lo'_'ia !;rie!;a(-xv TaVJv). — .1 rul-
rón quiliidii, fr. fi<;. y fani. (pie se va
genendizand ) eu Chile y que sifrnili-
ca: con toda claridad ó franqueza, sin
escnípnlos ni tiipiismiquis. Ü. ni. con
los verUia habliir y derir y no jws i de
st-r lina simple metáfora legitiinamentc
empleada.— Amarrarse los cal-
zones, |K)r-ser muy liomiire ó muy
valiente, es en castellano Tener bien
¡iiiex'ox Ins rfihones ó tener uno mutlios
ralznnes.—Hn ralzonex, m. adverbial
iis:ido en Marina y jior primer.i vez
incluido en el Dice: «Se dice de las
velas mayores cuando, para dismiiuiír
su superiicie á causa de la mucha fuer-
za del viento, se carjran los brioles,
dejando más ó menos casa<lo9 los pu-
ños *.
Calzoncillo, m. Xo hay tul, sino
' 'Izmirif/nn^ 111. J('.
CalladitO, m. Baile jKipular que
>•■ usaba en (.'hile y que se llamaba
íi'í |Kin|Ue í^: ejecutaba sin vímUi.
Callampa, f. I'el quichua w/-
lltiiH/'ii, que es cl nombre v''-n<'"r¡(ío de
tod<» los /loni/os tanto conu-stibles co-
mo venenosos. U. en txjdo Chile. El
c<pi¡valcnte castizo, adeniiis de Jion;/»,
<■< 'i!,t, (jiic desl'^na los comestildes y
■ ■ M-i.s, y niijiirrin y frrspillit, (jne
'i- .-.^11 lU 8<jlamente hn primf-ros.
C.\l.l,.\NA, f. del (luiehua roillana,
tiesto. lia iia-valecido en Chile y he-
cho olvidar al araucano leupe, que
servia ¡wra el mismo objeto. He aquí
cómo lo describe el Padre < halle, des-
criiición (pie cuadra también á la r<t-
llana: «VA modo de hacer la harina
no escomo nosotros la hacemos en los
moliiw.s sino á mano. Tuestan prime-
ro el maíz [y también el trilío y la
curau'ua] en sus leupes, que son
como unnsgnmdes alljorniíts de liarro,
é.stíis i>oneii al fuejro con arena dentro,
la cual estando ya bien caliente, echan
f| maíz desgranado, y meneándolo muy
apriesa con nn muzo de palitos á ma-
nera de escoba [^riini/ups'], se tuesta
con <;iiin brevedad, y .'^acaiulo el tos-
t4ido, echan otro tanto del crudo, y de
e-sta manera en muy p )co tiempo dis-
jwnen una gran pirtida para hacer la
harina». (Hislor. Re'acwn, I. III, c.
III). Si hubiera de bufcai-se cl equi-
valente castellano de rnllana, proiH)P.-
driamos jwr nuestra parte (mejor que
iilhornia) ruenro y lofliníor; pero cree-
mos que lo justo y natural no es bus-
carle equivalente, sino admitirlo lisa y
llanamente en el Dice: )." ponpie
equivalente, en todo riiror, no tiene
uiniruno, pues el objeto no e-i usado ni
conocido en España; y 2." jionjue,
emjileada esta voz por m;is de cuatro
millones de p'^r.^^onas ((.'hile, parte del
rerú y de la República .\r!;entina) y
para designar can ella un tiesto espe-
cialísimo, bien merece su inclusión en
el lé.NÍco (ilicial de la leiiíinii, aunque
más no sea como provincialismo. — Eu
lenfíuaje festivo lláma.se también en
(.'iiile callana lo «pie en España ni-
lenliiiliir, ú sea, «reloj de faltriquera
demasiado granile», ó simpleiiienle
ordinario. — Fiíínnidamente llama ca-
CALL
CAM
llana el piK'blo cierta mancha, negra
como la callana material, que se
supone tienen poco más arriba del ano
las personas que descienden de negros
ó de indios.
Callanudo, da, adj. Aplicase en
Chile illa persona que tiene callana
(última aecp. de esta voz).
Callapo, m. Prescindiendo de los
significados que le dan en otros puntos
de América, sólo diremos que en Uhile
«se llaman así los palos con que van
enmaderando la mina para que no
derrumbe, y seguir su trabajo». (Pedro
FeriKindez Niño, Curfilla de Campo).
«Poste con que sostienen las cijas de
las vetas en las minas para que no se
desplomen y puedan cargar los des-
montes», lo define Lafone Quevedo en
su Tesoro de Culamarqueñismos, en lo
cual coincide con el antiguo maestro
de nuestros agricultores. La etimología
apuntada ¡jor Lafone es: caJkipi, palos
atados al través para llevar algo. Así
se explica el significado de «parihuela»,
que le da Juan de Arona. Según el P.
Cobo, se llaman callapos los esca-
lones de las escaleras de minas, y de
el sin duda ha tomado esta acep. el
Dice, de Zerolo.
C¿LLE, f. Falta en el Dice, la aeep.
de «serie de casas ó casillas en linea
recta en el tablero de damas, de ajedrez
y de otros juegos parecidos; y también,
linea diagonal que cu el mismo tablero
recorren algunas piezas de un ángulo
á otro». Es de uso universal en Chile
y en todas partes, y hasta en el Dice,
de Autoridades aparece dos veces en la
siguiente definición del juego de da-
mas: «Entretenimiento que se ejecuta
en tablero de sesenta y cuatro escaques
con veinte y cuatro piezas, de las cua-
les tiene doce cada jugador, y en con-
siguiendo que llegue una pieza á la
primera calle del contrario, ésta se lla-
ma dama, y camina por el tablero con
libertad de andar las casas que quisie-
re de la calle en donde se halla...»
Callejeo, m. Acción ó efecto de
callejear. Si existe este v. y su deriva-
do el adj. ccdlejero, ra, no comprende-
mos cómo se ha olvidado el Dice, del
s. calle/eo, tan bien formado como usa-
do en todas partes. No creemos que
sea su intención obligarnos á emplear
largas perífrasis con las expresadas pa-
labras ó con azoUKcdle ó la fr. azotar
ccdles.
Calleuque es muy buen lu-
gar, fr. fig. y fani. Equivale á las
castizas En loca cerrada no entran
moscas. Ponerse un candado en lorlo-a
ó en tos labios. C'atleuque es en Chile
n. pr. de lugar y por su semejanza
material con el v. callar ha dado ori-
gen á la fr., que es de uso corriente cu
las provincias centrales de nuestra
república.
Cajú., f. Gran desengaño será para
muchos lectores ver la defi'.úcióu que
el Dice, da á cama: «armazón de ma-
dera, bronce ó hierro en que general-
mente se ponen jergón ó colchón de
muelles, colchones de lana, sábanas,
mantas, colcha y almohadas, y que
sirve para dormir y descansar en ella
las personas»; es decir, lo que en Chile
llamamos cdtre, que, según el Dice.
es: «cama ligera para una sola perso-
na»; por consiguiente, no debe llamarse
catre uno grande ó para dos personas,
sino cama. El conjunto de la armazón
de madera, bronce ó hierro, con col-
chones, sábanas, etc., para descausar
y dormir, se llama en castellano lecfw,
voz que aquí miramos como culta y
que nunca empleamos en el lenguaje
CAM
CAM
239
fallí. Tiiltiino es la «c-íiiii;i de los (les-
pio3ai]o$>, T «Jstíi si tjiie es culta p:ini
tíxlos. pues sólo tlcl>c usirsc en poe-sia
y en lu pros» elevada. El lecho |K)l>r>í
y sin aliño se llauía ni^iitixlio. Siu
viiiiüir^, aiuic]ue no lo dii^pa e! Diix.-.,
es iiiiludable <jne en Es|>aria so Huma
Uiiniíióii r iimi, lo misiuo (jue aiiii. el
conjunto de rojKi i|i]e se tiende 6 urre-
■•la iKWM ijue nna pen«)na se acuesto
soba- ella y so abrigue. Sin ir iu;is lejos
en buíca de autoridades, coiitentéinu-
nos con Peretla: «En el rincin déla
izquierda había una uiiser.t rtimu sobre
un znvM viejo, sostenido jwr cuatro
estiiois; y en u<]uelhi cuma vacia la Ii;i-
niila». (Stitiorde lalierniai, XXIX).
(Véiiío Sommier).— Cama se lla-
ma la:iil>ica aijui el eoiijuntJ de todas
la-i rtimnx ó /'///;/« que forman el círcu-
lo do la metía de coche ó cirro; en lo
cual lio hay ni:is error que usar el
singular por el pl., porque niitut ó />¡-
iia es: «cada uno de los trozos curvos
di; madera que forman en círculo la
nidia del coche ó carro, donde enca-
jan iMjr la iwrte interior los i-ayos, y
]M)r la exterior asientan las llantas de
hierro». — Caer á la cama es en
CiLHtellano nier en ciimn ó en lu nniiti:
¡«iiiersc enfermo, enfermar. — /■fm-er
uno ftimri es: estar indispuesto y pre-
cisiulo ii guardar cama-, y hacer la ca-
ma es: prepararla pira acostarse e:i
ella. — llacn la cama <i uno es, segiiu
el Dice., «tr.ilKijar en secreto para
jierjudicarle». Xo negamos que mu-
chas veces, y aun las ni:is de ellas, se
usji en U\,\ sentido esta fr., y así la
nsanios también en Chile; 1*10 no es
ójtte su Rent¡<lo fig. directo, sino el
puraniento irónico: ¡loriiue do liacer la
cama á una persona, (|ue en sentido
i-K-to v¡'_'iiiliia |iri-|>:ir:ir!i' un objeto
blando y cómodo para descans;ir ó
dormir, 110 se puede dethu-ir (jue ligu-
nidamentc signifique «trabajar en se-
creto pira Jierjudicarle 1', :i no ser jxir
ironía. .\sí niciocinamos para jirobar
que la citada fr. no siempre puede
tener el s¡giiific:ulo que le asigna el
Dice, sino (|ue también signific-.c pre-
pararle :i uno un buen negocio, empleo,
ociisión, etc., ó dejarle medio arregla-
do algo que le conviene. Y en prueba
de que en E>paña no siempre tiene el
sigiiilicado irónico que le atribuye el
Dice, véase el (pie le da Caballero en
el suyo de Modismos: «preparar un
asunto con disimulo y con gran proba-
bilidad de éxito». Para reforzíir nues-
tro modo de pensar, he acjuí, adennis,
dos citas de chisicos: <i He antepuesto
otra parto ;i e.ítas tres, que es el primer
estado del alma antes del pecado, jior
parecerme necesíirio de saber cómo va
cayendo del estado de gracia en el do
pecado, y para que de esta manera le
/licic.semos la cama al Evangelio y á
sus primeras palabras». (Malón do
Cliaide, La Magdalena, dedicatoria).
« En el veiTío «pie viene después de éste,
amonesta Sofar á Job que so vuelva á
Dios y ordene su corazón con El; y
antes que se lo diga, dispone agora
para decírselo, y h ícele la ruma, como
suelen decir, mostrándole (jue, si el
hombro... nace enfermo de vanidad y
jiccado, pero es enfermalad que recil>c
cura, y la recibirá en él si «juisierc».
(Fr. Luis de León, Ex/ms. de Job,
c. XI). ¿Xo es evidente (juc en nin-
guno de estos pasajes significa la fr.
discutida «trabajar en secreto para
lx;rju(liear á uno», sino jirefianir suave
y disimuladanutnto ;ilgo (jue le convie-
ne?— Con camax y ¡lelur.as. Es fr. muy
expresiva (pío usanm-i 111 ('iiilc para
■2iO
cam
CAM
si'^'iiificiir que uii;i persona ó fiuniliii
se luuda ó se traslada, ¡i otra parte con
todo lo que tiene cu casa: muebles, ro-
p'.i, trastos, etc. Puede traducirse por
la fr. castiza, ñ'¿. y fain., Liiir lo.^
báiiidos: arreglarlo todo })ar,i una
mudanza ó viaje.
Oamaliueto, m. «Es un animal
fant.istieo que existe sólo cu la imagi-
nación del clidote..., quien Je atribuye
una belleza extraordinaria, unida á
unas fuerzas colosales. Nace en los
ríos y allí crece hasta que adijuiere su
mayor desarrollo; entonces se dirige al
mar, ai-rastrando consigo troncos y
grandes trozos de tierra. Para poder
pillarlo, se ha de usar solamente el sar-
gazo, como cable, pues es la única li-
gadura que no puede cortar. Tiene
este animal dos cuernecitos muy boni-
tos, que sirven, raspándolos y cocién-
dolos con agua del mar y vinagre con
sal, para adijuirir considerables f ncrzas
y buena salud, y para curar las fi'ac-
turas peligrosas de un brazo ó de una
pierna. Si se tomaran tales raspaduras
sin cocer, ó si cayera algún pedazo del
c ichito ó cuerno no cocido, cu el agua,
saldría do allí un nuevo animal».
(Chiloé, folleto anónimo, c. IX).
Camaldulexse, adj. Aunque el
Dice, sólo dice camanduJense, buenos
autores prefieren camahlulense, como
más conforme con el italiano Camal-
iloli, donde tuvo principio la orden de
la Camándula ó Oamáldida.
Cajiajiila, camomila ó manza-
nilla.
Camanchaca, f. En Chile y el
Perú llámase así l:i niebla espesa y baja
que reina en el desierto de Tarapacá.
La voz parece de formación quichua y
y corresponde á la castellana rali/ut ó
calima.
CÁMARA, f. Agrególe el novísimo
Dice, la siguiente acep., que es la 2." de
Aj/unlainienlo: «junta, congreso de
algunas perdonas: cámara de comercio,
cámara at/ricolari; y admitió también
la cxpr. cámara clara con el mismo
signilicado de cimara lúcida. Pero to-
davía le faltan, á nuestro juicio, las
doj siguientes: gran sala ó salón don-
de se reúne cada uno de los cuerpos
legisladores ó cu-.dquiera oíro que se
llame cámara {cámara de senadores,
I amara- de diputados), j junta ó sesión
que celebra cada uno de estos cuerpos.
Estas dos clases de aceps. da el Dice,
á Academia, Calnldo, Consejo, y no ve-
mos por qué puedan negarse á í'ií/íirt-
ra,, máxime cuando son ya de uso pú-
blico.
Camareta, f. dim. de cámara. Le
agregó el liltimo Dice, estas dos aceps.
usadas en Marina: «cámara de los bu-
(jues pequeños; cámara que en Iqs bu-
ques grandes sirve de alojamiento á
los guardias marinas».
Camarillesco, ca, adj. Propio de
la camarilla. Tiene algún uso, y, como
además ejtá bien formado, puede aco-
gerlo el Dice.
Cajiakotüro, m. Mozo de servicio
para los camarotes y personas que van
en ellos. Voz usada y de buena forma-
ción, que sólo espera la acogida del'Dicc.
Camastra, f. En castellano sólo
existe el s. camastrón, na, m. y f., y
que también se usa como adj., y signi-
fica: «persona disimulada y doble que
espera oportuiúdad para hacer ó dejar
de hacer las cosas, según le conviene».
Pues, de camastrón, al cual había que
darle madre, hemos formado nosotros
á camastra (que puede traducirse
por zorrería, astucia, disinnilo) y el
siguiente v.
CAM
CAM
Camastrear, n. HiRvríe il ra-
nuistriin. V''';ise i-l aiiu-rior.
Cambalachar, n. f.un. La finn:»
corrtt.-iti es raiiilntlw/ie/ir: j)eriuuuir,
trocar, cxtinbiar unas cosáis |x>r otnis.
Cambiador, lu. Aunque bien for-
■.:.:i<lo. licuf ya su e-juivulcnte ciistizo,
"jüc es ymirdaaijujíi», ni.: « en)jjleado
(jne en los cambios Je viiis iK' los fe-
rrof;irriles [en los cuales se incluyen
Uinibicn los urbanos] tiene ¡i su curtro
el manejo de las agujas, p;in» que cada
treu [ó tranvía] luarclie ¡xir la vía que
le corres|)ouJe». — Llámase también
eamhiiiihr cu ^Iccánica (y esta accp.
si que puede acejitarse. si es que no
liay otr.i voz) la pieza que sirve para
mudar la cuerda 6 correa, en las luá-
(piinus, de la polea fija ¡i la mud;tble,
ó vicx-vers:).
Camiiiak, a.Conjiifíase ntmbio, búts,
etc., y nó cambeo, beas, á la ga-
lli-jra. como lo liacc nuestro pueblo. —
Sobre el uso tuoderno de este v. no
p<jdemos resistirnos ;i trasladar integra
esta sabrosa nota del Padre Mir: <iEl
V. aimbiiir ba entra lo en el li^urin de
la motla t;in de lleno, que uu hay ser-
vicios que no preste ni rarezas que no
ejecute. Semejante ¡«ijel nunca hizo
cu los días del clasicismo. El I*. Roa,
con la tluia de los chisico^, le usó tran-
sitivo; ora sonase j-ennular, ora run-
vertir, ora alleroi; en txlo casi t^nia
por conip:iñero un predicado; si La-
puente le emplei sin el, fué fjura darle
el sentido pi'opio, no fi;,'., de eumbitir
iliitfro. Fuera de esta circunstancia, no
se le conocía jxir n. L¡ls cxpri.sioues
vulgarí.si!iiiu< Yo no cambio, El
carácter de fulano ha cam-
biado. Las cosas cambiarán,
w-rian del lodo nuc-vas a lo.s antiguos
cscritoroM, aum^uc á los modernos les
paiw.can muy graciosas. A francés
huele el intransitivo aimhuir. Cierto,
la .\cademia le asentó en su doceno
Dice., [y también en el trei-eno] con
no haberle abierto las pueitas en el
undécimo sino para apropiarle al vien-
to. Este progreso hacia el galicismo
r;está bien justificador Ucs{K)ndan los
lx;riU)s: uiivs esji tendencia general á
rebajar la pureza de los verims, tenc-
mosla á infelicidad desastrosiv. No sería
de extrañar que, á ix)dcr de condescen-
dencia, oyésemos mañana Cambie
usted, en vez de líitlde iisli;!-. El
orador cambió á las mil ma-
ravillas, en lugar de Pioituiuió un
hfrmo^o ilUiiirso. Porque ya tenemos
lo.-i oidíis Henos de ni-ologisnios como
t-stos: Cambiaron algunas ra-
zones. Cambiemos cuatro re-
flexiones, Cambiarán uu gra-
ve saludo, Han cambiado las
pascuas. Los ministros S3 re-
unieron para cambiar impre-
siones, etc., para significar que
romuniraioit cii/re si i/os jirrsniífix, [<>
en una sola palabra, rnnfcrir, rniifm-.-i-
riai]; así como cambiar miradas
vale ya iiiiiin; cambiar lágrimas
es llorar, cambiar tonterías so
llama hulear, cambiar trufas sur-
na mcii I ir, csLmhiar truhanerías
se dice ¡wlardfur; \j-orret¡miiil('itr¡a
riif'íliíiilii,(]icc Ferrer del Rio i)or lo que
ahora se 11 miaría nOtaS " Cartas
cambiadas]; pur mancia que, nuil-
biar será en adelante el v. camaleón
de la cursijiarla, si los limpiadores
autorizitdos no lo remedian. Xo es esto
decir que el uso no prevalezca contra
el abuio; lo que con lo dicho ascnlii-
ni(i8 es, que ai|nellas s(Ms condiciones
pne.itas p;ir llartzenbnscli para legiti-
mar uu neologismo, á 8ulx;r,-8Í lu voz
2Ü
242
CAM
OAM
ó locución es necesaria; si es fácilmen-
te comprensible; si es lógicamente jus-
tificable; si á lo menos es bella; si
tiene origen latino; si hace tiempo que
se usa, empleándola autores correctos-
no se cumplen todas ni parte de ellas
en el v. camhiar, según le usa la neo-
parla i>. (Frases de los aut. chis, espaíl.,
art. Mudar). Antes del P. Mir había
escrito también con mucha razón y
gracia el peruano Juan de Arena lo
siguiente: «Como el v. mudar no re-
cuerda los objetos del camliio ó mu-
danza de una manera tan material
como el V. cambiar, lié aquí por qué
sustituímos lastimosamente camliiar y
cambiarse á mudar y mudarse y otros
verbos más propios que aqmM. Aun
para vestirnos decimos cambiar de
ropa ó cambiar ropa; siendo in-
consecuentes, jiorque lo que nos trae
la lavandera es una muda y nó un
cambio: debemos mudarnos y nó
cambiarnos. Igualmente se oye
cambiar de parecer ó de con-
versación-•• En los primeros [años]
de nuestra independencia, aun al cam-
bio (como hoy se dice) de Gabine-
te, se le llamaba mudanza de Miais-
/e/v'o... También este mudarse se trueca
en cambiarse : Fulano está
muy cambiado; Zutana está
muy cambiada; ya no es la de
antes». {Dice, de Peruanismos, voz
Cambiar). Y, como los vicios de leu-
guaje son siempre pegadizos, hasta las
lavanderas y fregonas, porque lo han
aprendido de sus señoritas, dicen
ahora que van á cambiar de casa,
como si fueran á permutar una casa
por otra. ¡Majaderas! Podían haber
aprendido el antiguo refrán castellano
«A ((uien se muda, Dios le ayuda»,
que les enseña á hablar y á tener sen-
timientos cristianos. Para que se vea
prácticamente la grande economía que
hacían de este v. los clásic9S, vamos á
transcribir un pasaje del Cicerón espa-
ñol. Fray Luis de Granada: «Para esto
tomemos agora un hombre que lo ha-
ya corriólo todo; que algún tiempo fué
vicioso y mundano, y después por la
misericordia de Dios está ya trocado
y hecho otro. ..Desto podrían dar muy
buen testimonio muchos de los que
están diputados en la Iglesia para
examinadores de las conciencias aje-
nas; porque éstos son los que descien-
den á la mar en navios, y ven las
obras de Dios en las muchas aguas:
que son las obras de su gracia, y las
grandes mudanzas que cada día se ha-
cen por ella, las cuales sin duda son
de grande admiración. Porque verda-
deramente no hay en el mundo cosa
de mayor espanto, ni que cada día se
haga más nueva á quien bien Iji con-
sidera, que ver lo que en el ánima de
un justo obra esta divina gracia. ¡Có-
mo la transforma, cómo la levanta,
cómo la esfuerza, cómo la consuela,
cómo la compone toda dentro y fuera!
¡Cómo la liace mudar las costumbres
del hombre viejo! ¡cómo le trueca todas
sus aficiones y deleites!... Y, sobre todo
esto, lo que mayor espanto pone, es
ver en cuan poco tiempo se obran to-
das estas cosas; porque no es menester
cursar muchos años en las escuelas de
los filósofos, y aguardar al tiempo de
las canas para que la edad nos ayude
á cobrar seso y mortificar las pasiones,
sino que en medio del fervor de la
mocedad y en espacio de muy pocos
días se muda un hombre tan mudado,
que apenas parece el mesnio...v (Guía
de pecadores, 1. I, c. XXVIII, § V).—
Mandar cambiar. Véase M.íxdar.
CAM
CAM
Cambio, ni. Adviértiwe, ante todo,
que deb^n rvprolx»i-se e i este s. l;»s
mismas íiceps. (lue se han reprobado
imn el V. ( 'iimiiiir: cambio de ro-
pa, de notas, de casa, de nego-
cios, de ideas, de una persona.
ViMSe el aiiurior. Ikelia esta salvedad,
j(ros»«ruiiuos. Si ya está aprobada jui-
ni el V. camlñ'ir la acep. de «mudar de
dirección, refiriéndose al viento», justo
y liVgieo es ijne se dé al s. la misma
atvp., aunque no sabríamos definir
si debe extenderse á toda variación
atmosférica. Fray Luis de (ii-anada
llama siempre esto mudanza, y nunca
aimbio. — Falta en el Diec. la acep. tan
nsada entre los qnc conocen los ferro-
carriles y los tranvías y 'lUe podría
definirse: «aiKU-atoo aux-anisnio de las
via-s férreas forma<lo jior las aiíuj.is y
otras piezas y que sirve paní hacer (pie
las locomotoras, los va;^onos ó los tran-
vías vayan por una de dos ó más vías
qne concurren en un punto», l'sala
ya el Dice, en la voz lliiiinliuujiijas,
cjnio vimos en Cambiador, y sóId le
falta a;^ri';_'ár.--ila á l'ninhin. — A cam-
bio: iligHSC en atmbio, m. adv.. en
lujjar de, en vez de; cambiando una
cosa por otra. — i Libre ramhio: Doc-
trina econ<>n)i«i que defiende la lilx;r-
tad de amiercio; réjíimcn aduanero
fundado en esta doctrina». -Vdición he-
cha ])or el liltiniíi Dice, en su Aiy-ndice.
Cambray ' Piedra). Úsase aquí
¡xir la i.;LStellaria//í///'í'; «piedra pelada
y chii-i ipie »e encuenira en las orillas
y niadrcii de los ríos y arroyos». Ks
más pciueña (¡ue el iruijarro ó canto
rodailo y Si' etnplea en los enH)edrados
njiu< liipiH.
Cambucho, III. N'<» está en el Dice,
y equivale á f «/•//, //r/i». (¿uizils sea voz
caprichosa, inventada como sinónimo
y con.ionante de ésta, pues á miestros
aiitisj^uos cucuruchos de semana
Siinta (en c;istillano. ihiztireiios) les
;_'rita!r,i!i los iiifios: CUCUrucllO,
cabeza de cambuclio.—Taiiibicn
en se'ntido fij;. llamamos cambucho
una habitación pequeña y estreclia, ó
sea, rhiribilil, tabuco, tuijurio, jiero nó
fochilfil ni zaquizamí, que envuelven
adeuüis las ideas de iiiimmdieia y des-
aseo. Véase Socucho.— Cambu-
cho es también para ntisotros la resta
ó canaxto en que se echan los pajieles
inútiles, ó en (juc se guarda la ropa
sucia.
CAiinri.Lóx, m. Desde la 12." edi-
cióu del Dice, figura en él como
Peruanismo y con el significado de
«enredo, tranqw». En Chile es tam-
bién de uso corriente, pero nó con un
significado tan genérico, sino con el
particular de-trampa ó enredo prepa-
rado ocultamente para ganar una elec-
ción, derrocar un ministerio, ó en ge-
neral, para obtener cualquiera mu-
danza favorable en la vida social ó
l>olitiea.
C.\Miirií, m. «Planta déla familia
de las musíiceas, muy parecida al plá-
tiino, ¡lero con la hoja más ovalada y
el fruto m:is redondo, por lo conuin
de tamaño algo menor é igualmente
apreciado como comestible». Siguen
en el mismo artículo, .idniitido por
primera vez, varias esiiccies de esta
planta.
Camiu'TK, m. Planta tropical, de la
familia de las gramíneas, con el tallo
ramoso desde la base, de unos cuaren-
ta centímetros de largo, qne forma
césped, hojas algo anchas y agudas y
flores en espigas pareadas y divergen-
tes con la rasjja conipriiiiiila. .\(lni¡li-
do en el último Dice.
244
CAM
OAM
Cajielia, f. Tela de lana, más fina
que el merino y que la cachemira y del
mismo tejido que el lienzo. Yaes tiempo
de incluir su nombre en el Dice.
Caiielico, ca, adj. Dícese de árbo-
les y arbustos dicotiledóneos, siempre
verdes, con las hojas lampiñas, flores
axilares hermosas, frutos capsulares
dehiscentes y semillas sin albumen:
como la camelia y el té de hi China.
U. t. c. s. f. II f. pl. Familia de estas
plantas. Término de Botánica admiti-
do en el último Dice.
Cárnica, f. Muy usado en Chile
entre los constructores de edificios en
el significado de-pendiente ó inclina-
ción del techo. Parece ser corrupción
de cambija, tanto por el significado
(arca de agua elevada sobre la tierra),
cuanto por su forma misma. Juntán-
dose en ella dos consonantes labiales,
wj y b, la pronunciación vulgar pres-
cinde de la más débil y secundaria, y
mucho más en este caso en que la di-
ficultad se aumenta por lo esdrújulo
de la voz y por la y de la última sílaba.
Si el chileno no hizo caso de la b en
también y dijo tamién, usó del mis-
mo procedimiento que el español al
decir lamm; lomo, paloma, plomo, redo-
ma y romo, de las voces latinas lam-
beré, lumbus, palumba, plmnbum, ro-
íumba y rhombus; jamón del francés
jambón; cama (de la rueda, del freno
y de las capas, etc.) del bajo latín
camba. Antiguamente decía también
el español amoS y camiar por am-
bos y cambiar; y aun hoy dice chamar
y chamarilero, del anticuado camiar.
El ai'agoncs dice también melicO del
latín umbilietis. El apellido Coloma es
el latín columba, y Colón es el ita-
liano Culombo y latino Columbus. El
latín samb't/cus, perdiendo m y b.
quedó en saúro y para nuestro pueblo
saúco.
Ca3[inaxte, m. Ave chilena muy
parecida á la alondra y llamada por
Philippi certhilamla cunicnlaria.
Camino, m.— Camino de cintu-
ra es galicismo gordo que debe tradu-
cirse por camino de circunvalación. —
Camino de hierro está admitido (pero
ojalá no lo estuviera, porque también es
galicismo imperdonable) con el mismo
significado do ferrocarril y ria férrea.
— Camino de la cruz es otro ho-
rrible galicismo que al castellano se
traduce por fia crucis, m., ó ria sacra,
f. — Camino real llamamos aquí, sin
duda porque los primeros se hicieron
por orden del rey, que los consideraba
como bienes suyos, lo que en España se
denomina carretera, camino carretero,
ó carretil ó de ruedcm. — Camino veci-
nal es en Chile el camino angosto que
difícilmente puede dar paso á una ca-
rreta y que pertenece á algunos veci-
nos. En España es «el que va de un
pueblo á otro ó á cualquier punto del
término del mismo pueblo y es costeado
de fondos municipales». — A medio ca-
mino, fr. fig. que falta en el Dice.
y que significa: en la mitad de un
asunto, diligencia ó negocio. U. más
con los verbos estar, hallarse, que-
darse.
Camisa, f. En mangas de cami-
sa, es en castellano ¡Jn nurpo de cami-
sa: «vestido de medio cuerpo abajo, yde
ia cintura arriba con sólo la camisa».
Si se quiere expresar que no se lleva
más ropa que la camisa, dígase sim-
plemente En camisa. — Meterse uno en
camisa de once raras, sólo significa
meterse uno en asuntos que no le
importan, pero nó meterse en asuntos
superiores á nuestras fuerzas, como
CAM
CAM
nialainoiitc lo us;\iiios. _v aun ¡uliiUt.'-
nmilo la forma, pnes decimos ilflerse
á camisas <!' once raras.
í'amiskta. f. La 12/ edición del
Ditv. confundía la nimineta con la
eltulini, nonilire, este último, no cono-
cido en Chile. La !?>.• «lición las
distinirno claramente t"onio dos prendas
distintas. Cnmisfla es: «c-aniisa corta,
ajustada _v sin cuello, de franela, algo-
dón ó seda, ordinariamente do punto
y ipie por lo común se pone il raíz de
la cirne». La eláulica es: «chaqueta
interior (jue ordinariamente es de pun-
to y de lana ó de algotlón, y sirve de
al>rii.''> iii ti invierno».
Camorrero, ra.adj. — Camonh-
Iti, cora.
Camotal, ni. Siembra ó semhriiclo
(!■• iu!ii()te,<. I )elH: fiüurar cu el Dice.
Camote, m. Xo se trata de la
]tlanla y fruto conocidos con este nom-
bre, sino de otro uso particular (lUe
tiene estJi voz en Chile. Faní la írente
de mando yjlc riuinioniDiifiíiln, auni|ue
es chilenismo i|ue ya ha calido mucho
ainifio al popoleo, del cual, sin em-
bargo, no es enteramente sinónimo.
Véanse Popoleo v Tiemple.
Campanazo, m. Según su termi-
na-inn y el uso general de lijs aumen-
Uitivos en 'IZO, delx:ría sigu¡fic;ir-golpc
diulo con la camiKtna; pero no lo n^n
a'ii algunos, sino en las acepciones que
Ríin pn)pias de mmjifinfifhi, ¡i salier:
• golpe que da el badajo en la oimpa-
nn; sonido que hace; fig., esciindalo ó
novedad niidosji».
Cami'avkla, f. Kl ultimo l)¡ei\ le
ugregii la siguiente aeeiK-ioii: >< Entre
guitarriftíL", sumido de la cuenla <|Ue
w; toca en vacío, en medio de un acor-
de hw'lu» á bastante distancia del puen-
te del instrumento».
Campankiia, f. En las comunidades
de mujeres, la (|ue tiene iwrotieio toc-ar
la ounpana ó las campanas. Es raro
que el I) ice. sólo conozca al ram panero.
Campanilla, f. La planta que
aquí llamamos wn este nombre es la
a¡/itilei)(i castellana. Su flor sí (|ue pue-
de conservar el nombre dcainijmnilln,
por cuanto tiene figura de campana
pequeña, y asi lo autoriza el Dice.
Cami'.v.mi.i.ko, m. .\ccióu ó efecto
de tocar con frecuencia la campanilla.
Existiendo ya el verbo cainpanillrar,
es lógico que se admita también el s.
correspondiente, que no carece de al-
giiu uso.
Campañista, m. .\sí se llama en
Chile al pastor que cuida de los ani-
males vacunos y caballares en los fun-
dos grandes que tienen campaña, cerros
ó montañas. El pueblo dice campa-
ñisto, forma que da á casi todos los
nombres de esta clase, como cuen-
tisto, bromisto, mcflsto, plei-
tistO. En cuanto ¡il equivalente cas-
tizo lie campañista, no conocemos
ninguno i|ue eiirniS|ionila exact;inientc
á su significado. Los (pie más se le
acercan son: maijoral (pastor princi-
pal que cuida de los rebaños ó cal)a-
ñits); rabadán (mayoral que cuida y
gobierna todos los hatos de ganado de
una cabana, ó algunos de ellos, y man-
da !i l<i8 zagales y ¡Mistores). Va/jiirro
ó rai/iitrizo, y i/f¡/üfro 6 ijeijiifrizo, lo
mismo (|ue rabroro ó nibrerizn, y ore-
¡fro, son de significado niils particular,
jK)rqne sólo designan al pastor (jue
cuida las vacas, yeguas, cabras y ove-
jas, res[)ectivamenle. Caiu/wo, anti-
cnailo, era el i|Ue corría el ciimjK) iNUii
guardarlo.
Campeada, f. «Correría, salida
repentina, ex|H'(lii'i<)n siibita contra el
2-iG
CAN
CAN
enemigo en son de algarada «. Anti-
cuado, según el Dice, aunque nosotros
todavía lo usamos familiarmente por-
acción ó efecto de
Campear, a. Usado al princijiio
en el significado de-recorrer un cam-
po, bui-cando uno ó más animales
perdidos, ha pasado á tener entre nos-
otros la accp. general de-salir ó andar
en busca de alguna persona, animal ó
cosa.
Caiipechaxamexte, adv. m. De
manera campechana. Hace falta en el
Dice.
Campeonato, m. Asi han dado
en llamar los diarios modernos lo que
siempre se ha llamado en castellano
limpio inujñaio: «contienda ó pelea
que se mantiene á puñadas entre dos
ó más hombres». No advierten esos
grandes corruptores del lenguaje (jue
su sonoroso campeonato está for-
mado del Champion francés, (pie no
corresponde en este sentido al cnmpeón
castellano; y siendo malo el cimiento,
malo será también lo que sobre él se
edifique. Véase Box.
Cajipo de A(iRA3iAXTE, ílg. Lugar
donde hay mucha confusión y en que
nadie se entiende. Agramante es uu
personaje del Orlando Furioso. Es loe.
que del Suplemento de la 12.'' edición
ha pasado ya al cuerpo de la 1 3."
CAia"ZA ó GAJirZA.
Cax, m. Nueva manera, admitida
por el último Dice, de escribir la voz
Kan: principe ó jefe, entre los tárta-
ros. Así lo escribía también en su
tiempo Don Antonio Puigblanch. Los
lectores escogerán de estas dos formas
la que más les agrade.
Canaam, n. pr. m. Aunque en
hebreo y en latín termina en m, en
castellano, donde no se conocen voca-
blos terminados en esta letra, debe
escribirse y pronunciarse Canaán. Así
lo ha corregido el novísimo Dice, en
los artículos Amorreo, Caxaxeo y
Fiesta. Véase Abraham.
Caxabíxeo, a, adj. Dícese de las
plantas dicotiledóneas anuas y dere-
chas ó perennes y volubles, jugosas,
con tallo de fibras tenaces, hojas opues-
tas, flores masculinas, distintas de las
femeninas, por frutos cariópsides ó
aquéneos y semillas sin albumen; como
el cáñamo y el lúpulo. L^. t. c. s. || f. pl.
Familia de estas plantas. Término de
Botánica admitido en el último Dice.
Canaca, com. Nombre dado en
Chile al individuo de raza amarilla.
Proviene probablemente esta \oz de
canaca ó hmak, nombre que se dan los
indígenas del archipiélago de Hauaii
y que significa hombre del pais. Los
europeos lo han extendido á los indí-
genas de otras islas de la Polinesia y
Melanesia.
Caxadillo, m. Admitido en el no-
vísimo Dice, con el mismo significado
de belcho.
Caxal. Es masculino cuando signi-
fica álveo ó cauce artificial para riegos,
navegación, desagües, etc.; brazo de
mar; parte más profunda y limpia de
la entrada de un puerto; y paraje an-
gosto, en el mar, por donde sigue el
hilo de la corriente hasta salir á mayor
anchura y profundidad. En las dem;ls
acepciones es femenino.
Canaleta, f. dim. de cancd. Esjíc-
cie de canal en que los mineros lavan
las tierras auríferas. El Dice, sólo
admite la forma canaleja; pero, como
ambas terminaciones, eja y eía, son
corrientes en los diminutivos castella-
nos, no hay por qué renunciar á nues-
tra canaleta.
CAN
CAN
Canalista, coni. Accionista do una
Büciedail dueña de iiii i-anal. Es térmi-
no iisudo eu Chile, donde casi todos
los canales que existen ¡xira el rie^o
Son ultras de la iniciativa pirticubir.
Es de buena íoruiaciún y bien puede
admitirse.
Caxaí.i.ada, f. Acción, hecho ó di-
cho propios de la c-analla ó de un
canalla. Por lo nsado y bien forn)ndo
i|ae es, del» figurar en el Dice.
C'ASAi.LE.'^Dt, CA, rtdj. Propio de la
canalla ó do un canalla. Es voz tan
UKida y bien formada, «(ue hace tiem-
po delieria liirurar en el Dice.
Canard, m. Galicismo innecesario
jKtr.i una len^'ua como la española (lue
cuenta, i>ara expresar la misma idea,
C»n ¡Hijiírottt, ¡kijiirotdda, bola ó Irufa
¡fraiulr. En franccs significa pato, y
8<)lo en sentido ti«r. ha podido recibir
fcitíi otra acep.
¡Caxauio! Asi, en sing. y nó en pl.,
se usa esta interj. fine indica sorpresa,
«•fradable ó des¡ijrradable.
C'a.va.sta, f. Ccáto redondo y ancho
de boca, que suele tener dos asas y se
liatx; de mimbre. Se diferencia del ca-
naxln en que éste es m;is recogido de
Iwca. — El idtimo Dice, agregó á mnas-
1)1 la siguiente «cep. náutica: «Conjun-
to de vueltas de t-abo, la última mordi-
da, con que se mantiene aferrada la
Kindcra ó vela que se quiere izar
en tal disposición y largarla desde
alnjo».
Canastada, f. Porción que ciilieen
nnn cauíutu ó canasto. Es de tiin bue-
na formacifin como rmi/>/ii<fa, piilfit/fi,
nirlianiiln, etc., ya admitidos. Véase
.\SKAKIÍ.I.ADA.
¡Caxastos! Al revé.s de ;r fina rio!
ú. solo i-ii [il. Es interj. que indica
itorpiesa.
Cancagrua, f. Arenisca consisten-
te y muy hnmetia en invierno, usada
como material de construcción ¡«ira
eililicios, hornos y aun bniscros, en la
provincia de Chikxí. Los entendidos
dirán si tiene equivalente en castella-
no, poniue la voz es piu-aincntc aran-
can;!. El nicc. de Zerolo registra á
Cangragua: «cierta tierra de (luc.
hac-en adobes en Quito». Evidente-
mente es lo mismo que nuestra Can-
cagua.
C.vxCAMO, m. Substancia conociila
de los antiguos y que era, á lo (lue
jwrecc, resina ó gonia de un árbol de
Oriente. .\dición del último Dice.
Caxcáx. m. Baile grosero é inde-
cente que, inventado por los franceses,
estuvo en uso en España y en .Vniérica.
Debe figurar esta voz en el Dice, jwr
lo menos como anticuada.
Cáxcaxa, f. Araña gruesa de patas
cortas y color oscuro. Admitido en el
último Dice.
Caxcerarse ó excaxckuausk, r.
Caxcekbero, m. Se le suprimió la
acep. fig. y fam. de «qwrtero soez»,
conservando siempre la otra fig. de
aguarda severo é incorruptible».
Caxcíi.i.ekí a, f. Sólo significa oficio
de ranriller. Elii las demiis aceps. está
anticuado. El tribunal (pie hay en
Roma, ])or donde se despachan las
gracias apostólicas, se llama en el Dice.
canri>hiria ó raiire/eria, contra el uso
común y cwTiente (|ue lo denonima
ranrillrn'/i.
Canción nacional. No os ¡ao-
jjio. y dígase ////////« mifiotinl ó pal rio.
La ranriúii es composiciiin poética y á
projxisito para ponerse en nuisica, ikto
es de ¡deas ó sentimientos tiernos y
delicíidos, ó tjimbién amorosos; mien-
tras que el himno es, para esta acep.,
2iH
CAN
CAN
«poesía cuyo objeto es honrar á un
grande hombre, celebrar una victoria
ú otro suceso memorable, ó expresar
fogosamente, con cualquier iHotivo,
impetuoso júbilo ó desapoderado en-
tusiasmo; composición musical dirigi-
da á cualquiera de estos mismos fines».
Caiíciojíicro, m. Se le suprimió la
acep. de «autor de canciones^, que se
restituyó á cancionista.
Canco, m. Del araucano can, cán-
taro, y co, agua. Rodríguez y otros lo
han confundido con el chúico, que
es de forma bien distinta. Ycase esta
voz. El canco chileno es una especie
de botijo grande ó de olla especial, y
se destina á distintos usos domésticos.
—También llaman canCO algunos chi-
lenos la mácela española, esto es, «vaso
de barro cocido, con un agujero en la
parte inferior, y que, lleno de tierra,
sirve para criar plautas».
Caxcha, f. «Maíz ó habas tostadas
que se comen en la América del Sur»,
lo define el Dice, siendo que esta acep.
es la menos conocida y quizás se use
solamente en el Perú. La que se usa
en toda ó casi toda la América Latina
es la que imperfectamente definió en
el Suplemento el mismo Dice: «local
destinado á juego de pelota, riñas de
gallos, etc.» Decimos imperfectamen-
te, porque el concepto de cancha es,
según su etimología y su uso, mucho
más genérico y extenso, pues el voca-
blo vale en quichua «patio, cercado,
corral, y en general, todo recinto m;is
ó menos extenso y desembarazado de
todo obstáculo». Por esta razón caben
holgadamente en él las distintas aceps.
que se le dan en América. Nosotros
enumeraremos solamente las de Chile,
que son las siguientes: lugar para co-
rrer caballos {candía de carreras), en
castellano, liipúilromo, corredera; can-
cha de gallos, reñidero; cancha de pelo-
ta, frontón, y trinquete, si es cerrado y
con techo; cancha de bolas, el lugar
donde se verifica el juego de la argolla;
lugar en que se ponen á secar los ado-
bes, ladrillos y tejas en sus respectivas
fábricas, tejar; lugar que hay afuera
de las minas y al cual se transportan
las piedras metalíferas para triturarlas
(chancarlas), examinarlas y esco-
ger las de buena ley. — En sentido fig.
se usan también las frases Ahrir, dar ó
dejar candía, ó simplemente ¡cancha!
que es en castellano Abrir paso. Hacer
¡liaza ó el anticuado ¡Plaza!, Hacer
calle, campo, lugar, Dar paso. — Estar
lino en sus canchas es Estar i/no en su
elemento. — Sei' una cosa ó lugar las
canchas de uno es— poder uno desem-
peñarse á maravilla en algo, por ser
de su competencia ó especialidad; co-
nocer uno muy bien un lugar, de
suerte que pueda expedirse en él con
toda destreza. Es de esperar que estas
frases sean admitidas, ya que lo está
el vocablo en sus principales aceps. —
Según lo advii'tió ya en su -tiempo el
Inca Garcilaso, son muy distintas las
dos canchas que ha definido el Dice:
«háse de pronunciar con m en el pri-
mer caso [camcha~\, porque con la n
significa barrio de la vecindad ó un
gran cercado».
Canchalagua, f. Véase Caciiax-
LAGUA.
Cancheador, ra, adj. Aficiona-
do á canchear.
Canchear, n. Formado del s.
cancha, tan generalizado en toda la
América Meridional, en algo participa
del significado de esta palabra en la
acepción de patio, corral ó recinto
destinado á algún eutreteniínieuto.
CAN
CAN
2í9
Asi cemo Jo riruijtii se foniió i-ira-
qiiear; de ainijw, famj>ear; de rerano,
veranear, y asi «isi Uh1(.>s los frecueii-
tiitivos ciLsiclliuios.tk- ■aitrha roruiainos
nosotros canchear, ctm la significa-
ción de buscar uliíún eutretiínimiento
ó pretexto ó nindanzii de local jmr.»
d'/scansiir o ¡wr no cam¡li;' una ulili-
irai'ión.
CanchtO, m. Acción ó efecto de
canchear. Kn cjjstellano tenemos
bureo, /lanii/uneria.— VsiMwAo tani-
l)it'n jior-trabajo, o<-up;icMón ó nejrocio
pcf^ueño que se ¡¡resenta aislada y oca-
sionahneiite. Fulano rire iM can-
cheo '' lie cancheos. Est;» acep. es
muy poco ó iiailii \vku\.\ en el anterior
y en ti siiruieMto. Véase Corte.
Canchero, ra, adj. Aiiliease á
la persona aficionada á canchear.
Caxdai,iz.v, f. Cada uno de los cti-
bos (jue, juntamente con otros, hacen
en los cangrejos el oficio de los brioles.
Término de Marina admitido por pri-
mera vez.
C.O'DEAL ó CAXÜIAI,, adj. Apliciisc
á ciertii clase de trigo y al pan que de
<•! se hace. Si la etimología de estas
voces es oindulo, lo natural y justo
Seria que el Dice, optara por la forma
que niiis se «cerca ¡i su origen {ram/üil)
y di-si-clmra la espuria y afectada
(candeal).
Candeleja, f. Comiiición de ran-
ililrjn en la forma y en el significiido.
VjfXc úitiuiD siJlo significa: «vaso inte-
rior del oindil; cualquier vaso i)ef|ue-
ño cu que se pone aceite li otra mate-
ria combustible, para que ardan una
■ > mi» lucc!-; lucérnula: y en pl., linea
<le luc-cfl en el prosíjenio del tentron;
¡Mjr.i jain.H ha significado la «pieza á
modo lie ]iliit¡l!o ó de tacilla, de vidrio
6 meliil, que tiene un agujero en me-
dio y Se ptjiie en la parte !^u|l^■rior del
candelero, abnizando la vela, p;ira re-
coger lo que se derrame y caiga de
ella I) del pábilo». Ksta pieza siempre
se ha Ihimado en castellano annuMa.
Candelejón, adj., aunque se usa-
bi> más como s. m. Si antes se usó una
que otra vez en el significado de sim-
plón, hohalifón, actualmente ha pasado
ya al miniero de los arcaísmos. El autor
del hice, (le Peruanismos lo da como
aumentativo irregular de ninilitlo; lo
que no nos parece bien, ¡«rriue no hay
p:ii-a qué torturar la dramática, cuando
es mucho más f:icil llegar jwr otro
C4uniuo al mismo término. Si damos
una ligera mirada á las innumerables
voces que tiene el castellano para de-
signar á las ¡K-i-sonas sim¡)lonas, boba-
lic(.>nas, Cándidas, ó que adolecen de
otros defectos físicos y morales, veremos
que todas ó casi todas están tomadas,
tjilcscomo suenan, de objetos materiales
y nó de derivaciones irregulares: jwr
ejemplo : aliornoqtte, arer/i who, bamba-
rria, bausán, bragazas, cafre, caJabaza,
ramuezo, ciruelo, estafermo, leño, made-
ro, maniquí, paleto, pelaU',)ilomo, sina-
pismo, topo, rc/f/f^etCiCtc. Después de
esto .{quién no ve que candelejones
un simple aumentativo, y (le.^pcftivo á
la vez, de candelejaen el sentido que
aciiljamos de ix:iniinar y que es tam-
bién el que .se le da en el Peni? Así
como la candeleja tiene respecto de
la vela un oficio tan bajo y humillan-
te, así es tand)ién en la sociedad el
pobre candelejón.
CANi)i:i.i:itu(l';.\). Locución fig. que
significa: en puesta), dignidad ó minis-
terio de grande autoridad; y nó como
solemos emplearla nosotros aplinindola
á p-.M'sona.s que están próximas sola-
mente á couHguir un puesto ó digni-
27
250
CAN
CAN
dad. De coiisij^uientc, nuestros hom-
bres en mndelero son simplemente
asjñran leu, raii(li,d(i/os,soIiri/aii tes, etc.-,
porque de liecho no tienen todavía el
puesto ó dignidad. U. esta locución
con los verbos eslar, poner, etc. Eslar
uno en cántaro es estar propuesto pai'a
algúa empleo ó próximo ¡I conseguirlo;
estar uno en infasiún para una rosa,
hallarse en aptitud y disposición para
conseguirla en breve.
Candelilla, f. .\unque la pala-
bra no es fea ni está mal formada,
tenemos en castellano liicicrnai/a ó
f/usano de Juz y noctduca para nom-
brar los insectos luminosos que llama-
mos candelillas. Hasta una planta
hay (Jmérmda') que de noche despide
alguna luz ó claridad. Algunos llaman
también candelillas los fuegos fatuos.
y aun los meteoros conocidos con los
nombres Ao. fuego de San Telmo y he-
lena.— La frase Ver candelillas es en
castellano ver las estrellas, y nó ver
estrellas, como solemos decir.
Candia. Véase Azúcar.
Caxdiüato, m. Dos cosas tenemos
que observarle: 1." que ya es tiempo de
darle terminación femenina,, porque
también las mujeres pueden presentar,
y de hecho presentan, candidatura pa-
ra los puestos á que tienen opción; por
consiguiente, hay también candidatas:
« Candidata al sambenito y la coroza»,
dice do una mala hembra la señora
Pardo Bazán; y 2." que por nada de
este mundo se diga candidato 6 candi-
data á, ni candidatura á, porque es
sencillamente un disparate. Los únicos
sustantivos que rigen complemento
cou á Bon algunos derivados de verbos
que por su formación llevan este mis-
mo régimen; como aspirante, condena-
do, dijnitado; pero de ninguna manera
los que ni son verbales ni nada tienen
que ver con esta preposición. El can-
didato se llamó así del latín candida-
tas, que significa «vestido de blanco»,
por(|ue en este ti'aje se presentaban
al pueblo elector, en la antigua Roma,
los pi-etendientes de los puestos públi-
cos. Sabido esto, dígase ahora qué
significado ó <¡ué explicación tendi'ía
la fr., por ejemplo, candidato á la
presidencia, es decir, «vestido de blan-
co á la presidencia». La preposición
reclamada por candidato y ccmdidatura
sólo puede ser para, y en ningún caso
«. He aquí una autoridad: «Prueba de
ello acabamos de tener en su dimisión
de la candidatura para diputado por
Logroño. (Molius, Bretón de los. He-
rreros, c. XX I II).
Candh.era, f. Mata de la familia
de las labiadas, de hojas lineales y
flores amarillas con el cáliz cubierto de
pelos largos. Adición del último Dice.
Caxeca, f. Frasco cilindrico de ba-
rro vidriado, que sirve para contener
ginebra ú otros licores. Admitido por
primei'a vez.
Caxéfora, f. Doncella que acudía
á ciertas señaladas fiestas de la anti-
güedad pagana, llevando en la calieza
un canastillo con flores. Agregado en
la ] 3." edición del Dice.
Canelo, m. El canelo chileno {dri-
mi/s chdensis) pertenece á la familia
de las magnoliáceas y no debe confun-
dirse con el de Ceilán, perteneciente
á las lauríneas y único que figura en
el Dice.
Cangralla, f. Desperdicios de los
minerales: es el significado que se le
conoce en Chile. En el Perú se usa
por-col)arde, ú hombre despreciable y
que para nada sirve. Es de suponer
que en esta acep. sea ni.
CAN
CAN
¿51
Cangallar, a. Kulnir un liis mi-
nas metales ó piedras metalifenis.
Es el sigiiiíic-ado que se le da en
Chik-.
Cangallero, m. Ladrón de nie-
tal'.'s o [licdnis metalíferas; eoniimidor
de hi cangalla.
Cangrina, f. Corruixión plelxya
de diih/rfiiii, (|iie es forma nduiicida
ácijtiiujrriui, como caiujreiutrse áei/aii-
(jrriuinie. Picliardo trac como ciil>anÍ3-
no la voz cangrina, ixro siftnitíca
si-giin él una enfermedad violenta y
murt^il del ganado vacuno, ({uc nada
tiene <|ue ver con la ijmtijrnui.
(.'axííüeso. iu. Pez de mar, del
orden de los acantopterigios... Admi-
tido por primera vez.
C-WoiRO, m. Conocido mamífero,
imtunil de Australia. Sólo en el Su-
jilemento >• sin señalarle etimología, ha
admitido esta voz el Dice.
Ca.\íi!.\i., adj. y ú. t. c. s. «Salvaje
del mar de las Antillas tenido fiencr.d-
mente jvjr aiitropjfafio». Ya es tiempo
de <iuc á esta deKniciim agrcffue el
I)¡ec. lii generalísima i|ue todo el mun-
do da á este vocalilo, de — cruel, iidui-
niuiio, de.Mlmad(>, y (|ue él mismo le
da ya á Caxiuai.ismo. — La forma r/i-
íihiil, que tiimbién le da, es discutida
f><)r al'.runos, entre ellos I'irliardo, <|uc
aKrmu y ])ruclia ser injusta la aa'p.
<|ue le aplica el Dice.
Caxiiialisjii), m. Antropofagia
atriiiuída á los caníimlc-f. El i'iltimo
Dice, le agregó la siguiente aoeit. lig.:
•• fenKMdad <) inhumanidad propias de
i-iníbalcs».
Caxixa, f. t'onforme á su etimolo-
gía latina (mnis, el |ivrro), signitiui
solamente ul excremento del ¡térro, y
mi el del hotnhrc, cunio ca-e a(|ní el
|iUel)I.>.
Canino, na, ndj. Fallábale la pri-
mera y princijial iicep. ([ue le aiaiía de
dar el Dice: «Perteneciente ó relativo
al can: Raza caniíiat.
CanisÚ, m. Dígase canetii.
Caxjk, m., y c.íxjeak, a. Estas vo-
ces, que antes sólo se usaban en la
Diplomacia y en la Milicia, se usan
también ahora, según el Dice, en el
Comercio. Dando á éste toda la latitud
posible, parece que jxidrenios extender-
lo á las bibliotecas, empresas de jicrió-
dicos y diarios, coleccionistas, etc.,
que son los ([HC faiíjetii) sus libros, im-
presos, manuscritos, tarjetas, sellos y
timbres postales, etc.
Caxnáceo, a, adj. Dicese de plantas
monocotiledóneas, perennes y sin aro-
ma, con raíz fibrosa, tallo simple ó
ramoso en el :ii)ice U. t. c. s. || f.
pl. Familia de estas plantas. Término
de Botíinica agregado en el último
Dice.
Canoa, f. Tres aceps. m;is, fuera de
las que trae el Dice, damos cu Chile
á esta voz, las cuales bien podrían re-
ducirse á una, diciendo (jne se entiende
también ¡wr anioit lo que tiene figura
de canoa, es decir, de embarcación ó
Iwtc ligi-ro, sin (|uilla, proa ni popa: y
entona-s entrarían en la delinicii'm:
1." la vaina grande y ancha en que se
crian los coquitos de imcstra palma;
2." la canal de madera, laUv ú otra ma-
teria qnc se coloca sobre un canal,
acequia, zanja, etc., para conducir el
agua por sobre ellos; y ;í." las canales
del tejado (maesira y menores), que
generalmente son de lata.
Canon, ni. «Lo «¡ne .>^' paga en re-
conocimiento del dominio diivcto de
ulgiin terreno», es la definición foR-nse
ipie da (le esta voz el Dice. Aquí la
uwanios in<li.«tinlamenteiM)r-jirccio del
CAN
CAN
arrendamiento, siendo así que éste se
llama precio, arriendo ó arrendamiento,
en general, y en particular: alquiler, el
de fincas urbanas, y renta el de fincas
rústicas y todo el que se paga periódi-
camente.— Omite el Dice, una acepc.
muy común de canon, que podría defi-
nirse: libro que usan los obispos en la
misa desde el principio del canon has-
ta terminar las abluciones. Creemos
que basta indicarla solamente para que
la incluya en su próxima edición.
Canónica, f. «Vida conventual du
los canónigos según las antiguas reglas:
la canónica augustiniana». Así
agregó y definió el último Dice. lia
voz aug-UStiniana que emplea debe
ser ayustiniana, que es como se dice
en castellano y como la registró él mis-
mo en su propio lugar.
Uaxónica, f. No hay cbisico ni es-
critor español que, al citar la epístola
de Santiag:), la de San Judas ó alguna
do las de San Pedro ó San Juan, no
diga: «Como lo dice San N. en su ca-
nónifa», ó «en su primera, segunda ó
tercera canónicay>; en una palabra,
siempre usan sustautivadameute esta
voz. ;^o será ésta razón más que sufi-
ciente para que el Dice, hubiera agi-c-
gado al adj. CA>aJNico, ca, en su 2.^
acep., Ú. t. c. s. f., aplicado á las epís-
tolas tales y cuales? — Ganar una elec-
ción canónica, Ser, salir ó resultar
canónica una elección, es en Chile,
en lenguaje fam., ganarla por unani-
midad; lo que no es tan canónico que
digamos, porque, para ser canóiúca la
elección, basta que sea ajustada á los
sagrados cánones, esto es, que reúna las
condiciones necesarias para ser válida.
Caxoxicidad, f . Calidad de canóni-
co, en la S.'' acepción de este adj., es
decir, aplicado á los libros y epístolas
que se contienen en el canon de log
libros auténticos de la sagrada Escri-
tura. No nos explicamos por qué el Dice*
ha omitido esta palabra.
Canóxiga, f. fam. Siesta que se
duerme antes de comer. Admitido en
el último Dice.
Canonjía, f. Los que no conocen
el trabajo y las cargas que impone una
canonjía, aplican en Chile este nombre
á lo que en castellano se llama sinecura
f., es decir, «empleo ó cargo retribuido
que no ocasiona trabajo alguno ó que
da muy poco que hacer».
Cantada ó caxtata, f. «Composi-
ción poética de alguna extensión para
que se ponga en música y se cante».
Mala definición del Dice; porque, si
así se llama la composición destinada
solamente á ponerse en música y can-
tarec, ¿cómo se llamará después que ec
haya puesto en música, cuando ya se
esté cantando ó después de cantada? —
La 12." edición hacía á cantmla distin-
to de cantata; la 13." los ha equipara-
do; sólo falta que la 14.-' corrija la
mala definición.
Cantar, a. «En ciertos juegos de
naipes, decir el punto ó calidades», es
una de las aceps. que da á este v. el
Dice. Eu Chile la generalizamos más,
porque la aplicamos á toda clase de
juegos. En la lotería casera llamamos
cantar publicar en voz alta los núme-
ros que se van sacando de la bolsa,
para que los jugadores que los tengan
los apunten en sus cartones.
Cantarada, f. El líquido que cabe
en un cántaro, se llama también cán-
taro, ó cántara si la vasija es cántara;
pero en ningún caso cantarada.
Cantakazo, m. Golpe dado con el
cántaro ó con la cántara. No hay por
qué excluirlo del Dice, en el cual
1
CAN
CAN
í:.3
fiíiiron tantos otros tlf cst:i inisiua
cliiae.
CÁXTARii. La fnv««.' Tanltis í-wm va
ti cántaro al aijun, que al fin se quiebra,
es en custuUano: Tantas reres ra el ahí-
taro á la fuente, que al;/una se quiebra,
ó que deja el asa ó la frente.
Cantear, u. Labrar las pieilr.is pa-
ra las construcc-ionos. Verlw corrifnty
en Cliile y al cual no hay jioro «jue
ponerle, antes bien lo creemos preferi-
ble al «íenérifo labrar, que tiene tantos
otros signitícailos. Si hay cantera, can-
tería y cantero, todos derivados de
canto, ;'jne cosa iniLs \6'/\a\ que admi-
tir también el v. correspondiente?
CÁNTICO DB i.os CÁNTICOS. Expre-
sión igual :i Cantar de los Cantares, y
que delie fitrnnir en el Dice.
Cantuja, f. Así lux'ntiia esta voz el
I)i<.c. y tacha de anticuada la csdrújula
cantiga. Xo hay duda de (pie está
en la vcpla 1, aunque m;us exacto habría
sido tachar de cormptela al tal esdni-
julo, parque no nació sino del error de
considenir á cantiga como formado del
latín cántica, siendo (jne su verdadera
etimolofTÍa es el latín canticula, «m-
cioncita. convertida primero en eanti-
cla y después en cantif/a. Así pcns;iba-
nios y discnrrianios jwr nuestm ¡wirte,
»p<jyando nuestro sentir en varias citas
del .Vrciprchte de Hita, cuando vino á
Cítntirmarnos (• ilustrarnos más un
erud i to | nirnifo del editor y comentador
de las Ciint{;/as del Ileí/ fiíbio, Don
¡A'oiwldo Aui^isto de Cueto, (pie a^^o-
ta |Kjr su parte la mat^-ria. Quien quie-
ni i-onocerlo, véalo al fin del capítulo
II de hi Introducción de aquella obni.
Cantina, f. Tres definiciones da de
csUl voz el Dici;. que tienen alguna re-
lación con lo rpie aquí llamamos can-
tina, ¡icro nin'.'una sirve («ara su objeto.
Tales son: «Sótano donde se guarda
el vino j.>;ira el consumo de la casa. ||
Puesto publico inmediato á los cuarte-
les y csimj>amentos, en que se vende
vino y algunos comestibles. || Pieza de
la casa, donde se tiene el repuesto del
agua para belx'r». Xuestm cantina es
pública y domestica: la piiblica es el
puesto, prescindiendo de cuarteles y
csimpamentos, en que se venden prin-
cipalmente bebidas alcohólicas. (Así
también en Honduras, según ilembrc-
ño). La doméstica, que se usa en las
grandes reuniones, tertulias, bailes,
etc., es el lug;ir en que están los licores
(jue se dan á iK'ber. A'ea ahora la Aca-
demia si ha llegado el caso de reformar
alguna de sus definiciones, ó de redac-
tar una especial para América.
Cantón, m. Especie de lienzo que
se fabrica en Canttin, ciudad de la
China, y en el cual el estambre y la
urdimbre son de igual resistencia.
Creemos que, por lo generalizado que
está el nombre, delx; admitirse en el
Dice.
Cantonal, adj. "Partidario ó de-
fensor del cantonalismo. U. t. c. s. ||
Perteneciente ó relativo á él.» Así es-
cribe el Dice, en su Suplemento, y á
nuestro juicio equivocadamente, |X)r-
(jue estas dos aceps. no pueden cuadrar
sino al adj. Cantonalista, (pie él no
menciona. Cantonal no puede ser sino
lo relativo ó i)ertenec¡eiite al cantón.
Cantonalismo, m. Sistema político
que aspira á dividir el listado en can-
tones indeiHjndientes. (Siqilenieiito del
Dice.)
Cantonkua, f. «Pieza de nidal que
se suele jxiiier en las esipiiiias de algu-
nos mueliles <) de las cubiertas de los
libros ¡tara firmeza i) adorno». ;Por
qué no se mostrará mils l¡i)eral el Dice-
254
CAN
CAN
con los polires que no pueden usar
cantoneras Je metal? Por el hecho de
ser de cuero, «ó de otra cosa» (frase
tan socorrida del Dice), ¿dejarían de
ser verdaderas cantoneras?
Cantor, m. «Que canta. Ú. t. c.
B.»...«m. Anticuado. Compositor de
cánticos y salmos». Con estas dos aceps.
que da el Dice, y que son las vínicas
pertinentes al caso, no queda, eviden-
temente, definida la otra tan común
en poesía y en la prosa elevada, de — ■
poeta, ó autor de varias poesías ó de
un solo poema notable: El cantor de
Af/ui'es, el cantor de Eneas, el cantor
de ta Atlántida; accp. que corresponde
á la misma del v. cantar: «entre poetas,
componer ó recitar alguna cosa;» por
lo cual todos los poemas de alguna
importancia principian con dicho v. —
De puro cantor es loe. chilena que
se aplica á la persona qne asiste sin
tomar parte activa á una fiesta ó con-
currencia en que todos la toman. Como
en ella no toca pito, mientras los demás
lo tocan, quizás por eso so dice qne
asiste de puro cantor.
Cantora, f. fam. Quizás llamada
así por el ruido ó canto que forma a!
cumplir sn oficio. Dígase hacinica ó
bacinilla y también orinal; bacín ó ba-
Tuulo, si es para mayores.
Cantora, f. El chilenismo anterior
ha sido la causa de que se haya pros-
crito entre nosotros, como malsonante,
esta palabra, que es la propia y gcnui-
na para designar á la mujer que canta.
El Dice, mismo la trae y defino en su
lugar y la emplea en la definición de
Cantante. Úsanla Uimbién casi todos
los clásicos, los tres principales traduc-
tores de la Biblia en español, Yalera,
Scío y Amat (Eclesiastcs, II, 8). La
misma expresión emplea el académico
Don Fermín de la Puente y Apezcchea,
traduciendo el propio pasaje {Los li-
bros sapienciales'):
Apile plata y oro,
De reyes y provincias conquistadas
Riquísimo tesoro;
Y para mis moradas
Músicos y cantoius delicadas.
Don Juan Valera en sus primeras Car-
tas Americanas escribe: «Las lindas
mujeres eran también cantorasn; y en
otra parte: «la admirable cantora afi-
cionada, la Sra. doña Elisa de Lujan».
González Carvajal usa también á can-
tora innumerable? veces en su traduc-
ción de los Salmos. Los que á pesar de
esto sean tan meticulosos que no se
atrevan á usarla ó teman desagradar
con ello á las del oficio, pueden valerse
de cantante, cora, (cantor y cantora de
profesión), cantarína (ídem, y además,
en lenguaje fam., que canta ¡I todas
hoi'as fuera de propósito) y cantatriz,
igual al anterior. Cantadora, ant. en
el significado de Cantora, significa
ahora «persona que tiene habilidad
para cantar coplas populares».
CantÓrbery, n. pr. Cantorhenj.
Así, grave, y nó esdrújulo, escriben el
nombre de esta ciudad el Dice. Aca-
démico y el Hispano-Americano, con-
tra la opinión de Rivodó, que lo hace
esdrújulo.
Canuto, m. Juntamente con sus
derivados canutero y canutillo, admite
también la forma cañuto (cañutero y
canutillo). — Canuto es en Chile el
sobrenombre ó apodo que el pueblo ha
dado á los ministros ó pastores protes-
tantes, y aun á sus simples secuaces;
voz que, si no fuera conocida en su
origen, que fué el apellido Canal de
un pastor muy propagandista, podría
CAN
CAN
l«.'^.ir:vla ii cual'inieni ]>or lu^ scincjnii-
zas mctiifóriciis que Li'.y entre nii ca-
nillo y uii <iist-í|inla de la ínhn reforina,
Eeiiilinuiíír (le iikIch sus errores.
Caña, f. Color caña, vestido
cada, eío. I)i«?ase fohr de Míifí, fe<-
tiiio lU color de ruña. Vetíse Cafk. —
Caña i>k azi t'Ar. caña uii.ck, caña
H¥.\Jí\í y CAÑAMiKU y cu M-jko,
CAÑA i>K Castilla: totUis estos iu)in-
bres tiene en el Dice, la dula' irrauíi-
neu de <|Ue !* extiiie el azúcar coniiin.
Cañada, f. « Es[>acio de tierra (|ne
liay cntiv dos muntaüa^ ó alturas poco
distantes entre sí». Si tal es la ctiñada
española, a juz<riir jHir el Dice., nial
hicieron los esjtafioles fundadoR's de
esta ciudad en llamar ¡i.si al niius her-
moso de sus paseos y vías piibliais, á
L» Alameda de las Delicias. Bien se
comprende (jue entonces no era sino un
cuicc seO) |>or donde en invierno solía
t'X]»kyarse el MaiKtcho; ¡lero en todo
caso no era «es)iaci(i entiv dos uionttt-
fias ó alturas». Felizmente ya está casi
olvidado, y cads» día msis, un nombre
tan impropio y <«])re;;onero importuno
de los humildes comienzos» de nuestra
.\lame<hi. Eln Cubase lUinial>a caña-
da, en tiemjx) de Pichardo, «el nvvo-
yití) ó cuucf de a^ua muy ix)bre y re-
ducido, «jue a[>arece seco una pjirto del
año»; lo (|Ue pnieba (pie esta iinjiro-
pie<l;ul de leii'.ínaje vino de mis lejos.
Cañadilla, «lira. de '"(///«//«. Xom-
biV "pie se dalxi á la que es hoy Ave-
nidii de Iti IiulepeiuUnciii, en esta ciu-
dad. Véasr- el anterior. Por primera
vez fi^'ur.i CaÑaiiilla en el Dice,
pero Cfiu el significado de: « Esi>ecie de
iniirice de carne comestible y cuya
tinta I* cree que era una de las que
cin|ilc!»bnn los aiitiguns [lar.i dar á las
t,.|,«.| f:i'...>., (•,!,.!■ .!.• i,riri.rii-(...
Cañafistola, f. Xo hay (pie admi-
rarse de que alirunos jii-onuncien así es-
ta voz, y nó ctiñn fisliilii, (pie es como
de!» decir.^», |H(rque la Academia mis-
ma <\m h» norma en su Diec. de .\uto-
ridades Ihinunulo cañafístolo al
:irlK)l y cañafistOla al fruto. ViVise
Barbollón.
Cañallueca,coiu. lij;. Así llama-
mos á la persona que no guarda secreto
y que todo lo cuenta: rKC/í/wo, cunilis-
1(1 úninilóii. El Dice, no registra esta
palabra (que, á decir verdad, eslú bien
formada y es bien e.\i)resiva), y en
cambio nos da un adj. cañUniero, que
sólo se aplica al trigo cuya «ula es va-
na ó hueca. Para esta significación está
muy bien, )iero nó para la exjnxsada
jxjr nuestit) chilenismo, en el cual hay
una veitladeni metáfora de tomar por
una caña hueca á la jiei-sona que nada
guarda dentro de si. Xo estamos en
esto muy lejos del Dice, pues ¿ste da
á la ijalabra cañuto la acepción fig. y
fam. de soplón, y entre caña y cañuto
no hay mucha diferencia. Un cantar
jiopular español, conservando el signi-
ficado propio á rañti huera, lo usa con
mucha gi'aeia:
Como las cnTiuf httecaf
Sun los mujeres.
Que se llenan de aire
C'n.-in'Io Ins quieren.
CÁÑAMO, m. iSeinillade aiñamo» es
la fr. ipic usamos aipií ¡lara nomlirar
el cañamón, cuando en realidad basta
esta s<(la voz, (pie es U>ml)i('ii su proi)io
nombre. — Tambií'ii se llama aipií ra-
ña nio el cordel hecho de la corteza del
cáñamo; i)ero este uso, fundado en las
buenas regltts de los trojKis, está tam-
b¡('u expresamente recoii()ci(h) ix)r el
Din- . i|iii' (lici-: .. Por siiiL'cdoípie y eu
2óG
CAN
dAP
estilo poético (esto no más es lo malo,
ponjue aquí lo usamos en estilo fami-
liar), puede tomarse [la voz cáriamo']
por alguna de varias cosas que se liacen
de cáñamo, como la honda, la red, la
jarcia, etc.» Y en esta ekélera cabe
holgadamente el uso chileno, coino cabe
éste de Hartzcubusch :
Y el conlcl ominoso atanrlo á nnlliierro.
Lanzó al aire el cadáver palpitando
Pero el cdñtimo vil con iin crujido
Turbó el piadoso fúnebre liomenaje.
(¿7 alcalde Ronquillo y d obispo Acuña).
Cañaveral, m. Por otros nombres
ccuMih j cañal, es el sitio poblado de
cañas ó cañaveras, ó el [ilantío de
cañas, pero nó la planta llamada caña-
heja, cañahera ó cañajelt/a, como creen
aquí algunos rústicos. La cañarpra es-
pañola es igual al cañizo.
Cañerí.v, f. «Conducto formado de
caños, por donde se llevan Jas aguas á
las fuentes ó á otras partes». Según
esto quedarían privadas de su nombre
las cañerías de gas; pare mientes el
Dice, y amplíe su definición.
Canilla ó cañuela, f. Así se lla-
ma en el juego de la cometa (en chile-
no, volantín) el palito ó cañita en
que se envuelve ó recoge el hilo. Aun-
que podría pasar como dim. de caña,
parece más propio decir can U la, que ya
tiene en el Dice, una acei). an;Uoga.
C.vÑóN, m. Cañón de piezas:
dígase cnijici; fila, serie, etc., de piezas;
ó mejor ala: «cualquiera de las partes
que se extienden á un lado ú otro del
cuei'po principal de un edificio». — Al
pie del cañón, f r. fig. que usamos mucho
en Chile y que no aparece en el Dice;
sin razón, indudablemente, porque está
bien formada y se usa también en Es-
paña, segi'in se ve por el Dice, de Ca-
ballero, que la define: «con persistencia
y constancia en el cumplimiento de su
deber:» exactamente, el mismo signi-
ficado que en Chile. — Ni á cañón,
fr. fig. y fam. que usamos para indicar
la firmeza de una negativa ó la impo-
sibilidad de conseguir algo, como si se
dijora: ni á cañonazos.
Cañonera, f. Cuatro acepciones
tiene esta palabra en el Dice, pero
ninguna aplicada á los buques de gue-
rra que todo el mundo conoce con este
nombre. Es cierto que del adj. Caño-
nero, ra (aplícase á los barcos ó lanchas
que montan algún cañón), dice que
U. t. c. s.; poro todos sidjcnlos que se-
giin la práctica del mismo Dice, esto
seria aplicable á la terminación m. del
adj. y nó á la f., de suerte que según
él podemos decir el cañonero, pero nó
la cañonera. — También se llamaba
aquí cañonera (hoy nó), el porta-
plumas ó mango en que se ppue la
pluma de escribir, á causa del cíiñóu
que suele tener en la parte inferior y
en el cual se sujeta la pluma.
Cañota,' f. Planta de la familia de
las gramíneas, con el tallo sencillo, nu-
dos vellosos, hojas lampiñas, ásperas
en los bordes, y flores en panoja con
ramos verticilados. Admisión del noví-
simo Dice.
Capa, f. Confundimos aquí, lo mis-
mo que en otras repúblicas sudameri-
canas, la capa de coro con la capa plu-
vial, como si fueran una sola y misma
cosa. Capa de coro es «la que usan los
dignidades, canónigos y demás preben-
dados de las iglesias catedrales y cole-
giales, ¡jara asistir en el coro á los oficios
divinos y horas canónicas, y para
otros actos capitiúares^^y ccqja jilarial,
ó pluvial, m., es ftla que usan princi-
palmente los prelados y los que hacen
J
CAP
CAP
oficio lie pivstc en vis|>emíí, jihkx-sío-
iii-s r ointA actos del culto divino*. I^i
jiriinen» se parece en la forma :i la f/ipa
maijna de l«>s ol)is]tus. Humada taniliiéii
reiixiüloniil, y es la (nu> iisiin los euió-
nij/os en la dominiai do Pasiiin v en el
vii-rms Sjinto; inientnis tpie la rti/ifi
phirliil ó el pliiritil, s. ni. (aiimiue no
lo admita asi el Dice), es la «pío tie-
nen ttMias la.* iiilesiiLS juira piDasionis,
vi.spenL«, exposiciones, etc.
Capacidad, f. Usado i»r-houi-
l>re muy c-.ijia/. ó de Uilento, es puro
iralic-isüio. v.as..' Celebridad.
Capacha, f. Xo «.-s iiiiii.'iiiiii cs-
pncrta ni capadlo nuestra capacha,
como podría civerse ¡lor las definicio-
nes del Dice.: es rán-el, entierro, pri-
sión, etc., ó simplemente rasti't/o, según
los casos. De un criminal que es c )n-
dncido ii la can-el se dice que pasa
para la capacha; de un colegial
"|Ue ci ci)iideii;iilo :il encierro todos di-
cíii <|ue cayó en la capacha. El
Dice, emplea á mjnni'ni en el si'_niifi-
cado fam. de riirrel, en la fr. Esl/ir
meliiln en aijionera; y á chiroiui, tam-
\wn en el lenguaje fam.
C'ai*achad.\, f. Lo que cabe en un
cajKu-lio ó ca|>nclia. Tiene i>leno dere-
cho ¡i figurar en el Dice. Véase .\xfiA-
ItlI.I.AHA.
CapachitO, ni. l'lanuí chilena,
f(or otn> nouiiire argruenita, en ra-
zón de la figuní que tiene su Hor. El
nomhre indigeiía es Intiupilrraupi,
to]>a-topi. Es de la familia de las
escrofiilarlneax, g<''uero calceolaria, y
«."giin l'hili|ip¡, liay en Chile unas cin-
cuenta e'^jn-cies. Segiin el Dice, hay
t-'imhicn una planta con el nombre de
rriparjif), pero es distinta de la nuestni.
— Hace tienipi «c llamó también entre
noiíiln»" f'"'lre capachiiv ul religioso
de la orden de San .luán de Dios: y,
como ellos cuidalmn del lios]i¡tai de
este mismo nombi-e en esta ciudail, des-
de cntom-cs se inventa entre las inadies
del pueblo y las niñeras el arrnIK) (pie
todavía si- oye jiara adormecer ¡i los
niños:
Dormite, nifiitti.
Dormito iKir Dii><<.
Por los aipac/itfo,<
De S;ui Ju;ui do Dins.
Esta es una sola estrofa del canto do
l:i rurrupata. Véase esta voz. El
n imbix" de raparhilo en esta acep. es
un siur])le diminutivo de raparho, (pie
figurada y familiarmente significa, se-
gún el Dice., religioso de la orden do
San .Tuaii de Dios, así como la orden
misma se llamaba también raparha,
por<]ue sus religiosos al principio i-eco-
gíaii en raparhax la limosna (]ue pe-
dían paia los pobres. .\sí lo dice el
mismo Dice.
Capagato, m. Parece con'U]ici()n
de esrii¡)iri/tilox, pon|Uc en realidad ha-
ce c.s<aipar ó huir á los gatos. Es lo
que el Dice, llama hramaikra y ]iare-
cido á la trompa (2." art., 2." acep.):
tromix) grande, hueco, con una aber-
tura lateral para (pie zumlx', y punta
larga de luiulera, en la cual se enrosca
el hilo.
C'ai'AUÍdko, a, adj. Dicesc de plan-
t.TS dicotiledóneas, hcrbiiceas ó arbó-
ivius, con estípulas espinosas » sin ellas,
hojius alternas, simples ó compuestas
palmeadas, flores soliUirias ó en raci-
mo, raras veces unisexuales, y por fru-
tos bayas ó silicuas; como la alcaparra.
r. t. c. s. II f. |il. Familia de estas
|ilantas. Es ti-rmino de líotánica (pie
ha l(jgrudo admisión en el último Dice.
28
L'.jS
CAP
CAP
Capaz, adj. Muy pegado tenemos
en Chile un uso tan impropio como
infundado de este adj. en dos casos:
1." en la fr. impersonal Es capaz,
á la cual damos el sijíniticado dc-es
'/w.iilile, (i riesgo, á pique; v. gr.: ES
capaz que te salgan al encuentro
unos bandidos y te maten; y 2.° solo,
en tono de amenaza ó desafio: ¡Ca-
paz que no me pagues! Todo esto es
verdaderamente ininteligible en caste-
llano, porque capaz, aplicado á perso-
na, sólo significa: apto, proporcionado,
suficiente para algún fin ó cosa; de
buen talento é instrucción. Así, los
bandidos serán capaces de matar auno,
ó será posible ó estará á pique que lo
maten, pero no es oapaz que lo ma-
ten; nn deudor será capaz de negar la
deuda, pero ¡cuidado 6 cuenta con ha-
cerlo!
Capeada, f. fam. Acción ó efecto
de capear en el sentido en que usamos
aquí este verbo.
Capeador, ra, adj. Dícesc del que
es aficionado á capear en el sentido
que damos acjuí á este v.
Capear, a. Sin duda por el signifi-
cado fig. y fam. que tiene este v. de
«entretener á uno con engaños ó eva-
sivas», lo hemos aplicado nosotros á
todo acto, distribución, función, etc.,
á que debería asistirse: capear la clase,
el sermón. Puigblanch dice capear ¡a
clificuUad, en el mismo sentido que
nosotros, y capear el temporal, se dice
también en todas partes. Parece que
ya es tiempo de darle al v. esta acep.
Capellada, f. «Remiendo de cor-
dobán que se eoha en los zapatos rotos
del medio pie adelante por la parte de
arriba». Por semejanza ó analogía lla-
man así algunos chilenos el cuero (jue
se pone al zueco.
Capeo, m. Véase Capeada.
Capi, m. Convenio que hacen los
niños de cederse mutuamente los obje-
tos y comestibles cuando alcanzan á
sorjirenderlos en manos del que los
tiene. El que los ve tiene derecho para
arrebatarlos para sí, diciendo la con-
sabida fórmula: capi, que te lo vi.
El convenio se sanciona dándose los
meñiques de las manos derechas. En
Costa Rica usan la palabra acoto, que,
según lo prueba 1). Carlos Cagini con
autoridades de Rojas y de Tirso, es
una de las acepciones del v. acotw:
elegir ó dar uno por suya una cosa
entre varias que le ofrecen ó que pue-
de tomar. Nuestro capi parece inven-
ción de algún colegial maleante de
aquellos tiempos en que se hacía uso
del latín para todo ; ponjue, en realidad,
no puede ser más ad hoc el significado
de ser cogido ó tomado, que la voz capi
tiene en esta lengua; á no ser, que
quiera derivarse del v. acapizarse (aga-
rrarse uno á otro riñendo), que el
Dice, califica de fam. y de aragonisrao.
— Otro significado que capi tiene en
Chile es el de-c< vainitas tiernas, ó po-
rotos ó frijoles nuevos con vaina»
(Febrés, Dirc. Hispano-Chileno); ó
mejor, toda vaina tierna de simiente.
Capilla ardiente. Ojalá el Dice,
amplíe m;ís la definición de esta loe,
pues ahora la tiene restringida á los
príncipes («túmulo de luces que se le-
vanta para celebrar las exequias de
algún príncipe»), y el uso es ya llamar
capilla ardiente la que se prepara
para cualquier personaje de impor-
tancia.
Capingo, m. Dim. un tanto des-
pectivo de capa. Era una capa corta y
de poco ruedo, es decir, capeta, que se
usó en Chile durante el período coló-
CAP
CAP
2."pil
niiil y alirunos años desiiui-í. llov ya
no Se OIIKMV.
Capiruza, f. Caperuza.
Capital. adj. «En aecp. de-princi-
jwl ó muy irrande, se dice sólo entre
nosotros de aljrunas cosas, v. irr.: Eiif-
niiifo, error, CAPITAL; y de los jiecados
ó vicios «jue son c-abeza ú oriijcn do
otros, como la soberbia, etc. Pero líen-
se asa malamente á la francesa, ó más
bien, a la inglesa, en sentido de lo /irin-
rifMtl, lo iiim promineiüf en su lineti,
imporlítnle, muy bueno, ejrelenle.n (Ba-
ralt). I)e<-<)n8¡;rti¡eiUo i|iK-da proliibido
tcnlo asunto 11 obra capital.
("aI'ITax, m. Capitán de puerto.
Del puerto, dice el Dice., y sin ra-
zón, port|ue se trata del cargo en ge-
neral, sin aplicarlo ;i ningiin puerto
determinado. Por este motivo se dice
tJimbicu btujue de ijuerra, y nó de la
guerr.i; tren de jMSíijeros, y nó de los
pjisajeros, etc. Y, ya que estamos tan
cemí del mar, pues estamos en el puer-
to, advertiremos también que la fr. tan
usada entre nosotros Donde mandu ra-
piliin nii uuindfi marinero, es en buen
ejiíKiñol : //onde h'ii/ patrón no manda
marinero. — El tiran t^apitán: creemos
que el Dice, debe aceptar y explicar
esta loe., diciendo que por antonoma-
sia se llama asi á lionzalo Fernández
de C'órdolM, y de en seguida los p'ir-
menores f|ue quiera, para que no se
trlicn de menos como en la definición
de Lax Cuenla.t del (Irán Capitán y
en otnts. La misma razón (lUc tuvo
para admitirá .Apóstol jKir-Son Pablo,
Sal mixta, -<:\ real profetji David, vale
también paní la loe. qnc defendemos.
La misma oliscrvacióii haremos en
l'"ll,<')s<tKo y Saiiio. K1 Poeta, ]K)r Ho-
mero, y el Hríinijetista, pf)r San .luán,
no están tan frener.ilizados.
Capitoné, adj. Puro galicismo
que los ¡qMvndicfs del francés tradu-
t-en capitOnadO. ¿S'e entendenin á
si mismos esos traidores, que no tra-
ductores de lenguas? Como aplicjuí
este adj. al respaldo ó asiento de sillas
y sofiis, se comprende (|Uelo(|ue (piic-
ren decir es ¡irolc/iado ó liasteado.
OapitOSO, sa, adj. l'sanlo algu-
nos piratas del idioma en el mismo
significado (pie cabezón. Véase esta
voz. Si hubiéramos de elegir entre am-
bas, estaríamos jwr esta última, por
ser de forma m¡us castellana y más fácil
de entender.
Capitulear, n. Muy usjido en
Chile en \ez del castizo rahitdeur:
«gestionar con actividad y maña para
ganar voluntades en un cuerpo cole-
giado ó c()r|ioración».
Capituleo, 111. Acción ó efecto de
capitulear. Véase d anterior y dí-
gase la/iili/en.
Capitulero, ra, adj. Aplíciuse á
la persona i|iic capitulea. Hn Ciistc-
llano es nihildero, voz (pie el Dice, de-
be enmendar haciéndola, en vez de s.,
adj. de dos terminaciones, pünjue
también hay mujeres (pie cabildean, lo
cual no es oficio sino cuali<lad, hablan-
do gramaticalmente.
Capitulo, m. Dígase rajiitula, (.:
■I lugar de la sagrada Esci'itura que so
rezsi en todas las horsus del oficio divi-
no, despuí* de los siilmos y las antí-
fonas, excepto en maitines». «Im capi-
tula, dice íiracián, se llama de este
nombre, pfirijue en un concilio se
aconseja que ¡nira levantar el es|iíritn
y {X)ner atención en los oyentes, rajn'-
tula i/uaedam lei/antum. lís la forma
])l. del latín rapitulum y aunque en
cada hora del oficio divino no hay sino
nn solo capitulo, (jue la riibrica latina
200
CAQ
CAR
llama capiluhim, en singular, y el cual
nunca pasa de dos ó tres vereículos de
la sagrada Escritura, sin embargo, el
uso quiso que tomara aijuella forma y
no ésta. Ya había combatido este pl.
Valbuena en su Fe de erratas (t. I),
pero sin dar razón alguna: la Acade-
mia no le hizo oaso. En Chile el clero
secular dice capitulo; pero el regu-
lar, que suele conservar mejor algunas
tradiciones, dice capitula, como manda
el Dice. —Véase Acápite.
Capotk (Daii). Dar capote á uno
es fr. castiza, aunque fam., que signi-
fica: dejarle sus compañeros sin comer
por haber llegado tarde; y dejarle
corrido y sin tener qué contestar en
discusión ó controversia. Nosotros,
ampliando su significado, la aplicamos
á muchos otros Ciisos: en los juegos de
naipes da capote á sus contrarios el que
hace todas las bazas (véase Zapa-
tero); en los colegios se cta capote á
uno cuando cargan muchos contra él
con puñadas, azotes, palos, etc.; en los
bailes se tía capote á una psrsona bai-
lando sucesivamente con ella las por-
sonas del otro sexo hasta cansarla; y,
en general, se da capote toda vez que
varias personas dan en contra de una
venciéndola ó humillándola.
Capotillo, m. La cascarilla en
que se contiene el grano de trigo y el
de cebada, se llama en castellano cas-
cabillo, y nó capotillo, como deci-
mos en Chile.
Caqxji, m. Árbol frutal, originario
del Japón, aclimatado en Chile y qui-
zás en cuántos países más. || Fruto de
este árbol. Toca á los naturalistas des-
cribirlo y reclamar jior su inserción en
el Dice. Don Luis Valera en sus Som-
bras Chinescas escribe esta voz kha-
ki; pero lo mejor será castellanizar su
ortografía, cscrüiiéndolaaíi/í//, tal como
la pronunciamos.
Cara, f. Como frases distintas y de
distinto significado admite el Dice, á
Hombre de dos caras («el que en pre-
sencia dice una cosa y en auseucia
otra») y Hacer á dos caras («proceder
con doblez»), cuando en realidad las
dos no son sino una sola,^ y no sujeta
al V. hctcer ni al s. hombre, sino libre,
para juntarse con muchos otros verbos,
como tener, presentar, mostrar, y tam-
bién con otros sustantivos, como mujer,
persona, individuo, etc. ¿Por qué en-
tonces no suprimir las dos frases y
poner en su lugar la loe. fig. dos caras,
monda y lironda? La cual se podría
definir diciendo que se aplica á la per-
sona que procede con doblez.- — Cara
Ó sello, llaman aquí los muchachos el
juego que consiste en tirar hacia arriba
una moneda, volteando, y gana el que
adivina por qué lado cae, si poi' la cara
ó por el sello; entendiendo por sello
el reverso de la monedn, que por su pro-
pio nombre se llama crnz, aunque en
la actualidad muchas de ellas no tengan
el signo por excelencia del cristiano.
Asi lo declara el Dice, al dar á cruz la
acep. de «reverso de. las monedas, las
cuales, desde la edad media, suelen te-
ner eir este lado escudos de armas,
generalmente divididos en cruz». Y en
el art. Cara dice que cara ij cruz es el
«juego de las chapas». En Chile son
dos juegos distintos, y lo mismo cu
Méjico, donde se da al que \cnimos
describiendo el nombre de volandos.
Aquí se usa más para resolver pronto
una apuesta sencilla.
Caradao, m. Eumiantc parecido al
búfalo, del que se distingue por tener
la piel gris azulada y los cuernos lar-
gos y comprimidos. Es la ¡iriiicipal
CAR
CAR
L'l'.l
bestia de tiro en Filii>it!iu«. Admitido
en ti ultimo Diiv.
Caracalla, n i>r. m. Carcu-dlii,
enseñit lu Aaideniiu en sn O raniátiai:
«Se escriben ya con una sola / ciertas
(lalabnis, cunio Sibilii, Hflesfoiilo, (la-
liii, iliireelo y Pólux, qne antes se
escribían con dos. á la ¡rricpi ó latina,
dando Inspir á «jue, contra la intención
de los escrit/jres, pronunciara con soni-
do de // ni:ls de un lector Sibilla,
Hellesponto, Gallia, Marce-
no V PolluX. y i|ilf ann hoy aL'Uiios
dij;^»" Ó Iciu Caracalla». La razón
de esto no es sino el us4), (|ne en mu-
chits voces sinipliticó en una la doble
fie latina, como se ve, ademiis de los
ejemplos citados, en Bélerofonte, Cami-
lo, /Jumililii. Guio, alfluija, apelar,
bula, roleija, rolegio, rolorar, denlilar,
elerar, inlelú/enria, iliimiiuir, itiéiliila,
molicie, iiiiln,/HÍIiilo, toletole, Ininquilo,
varilor, tocios los compuestos de ¡léllere
(romjM-ler, expehr, impeler, repeler) etc.
En cambio, hay una multitud de vo-
cablos en que la doble ele latina se
convirtió en la '■//'• castellana; como en
am/H)lla, Mío, ral/alio, ralle, Canlilla,
reittfila, rnllaih, ruello, donrellu, ella,
exirella, fuelle, ijnllo, f/allina, muelle,
olla, pollo, sello, valle y todos los di-
minutivos en i7/i/«, illa, illuní: etc.
¡(.'ak.M'oi.ks! Interjcc. fain. de ale-
^•iu y .sorjtresai á la vez, ó, mejor dicho,
de ak'íjre sorpresii. ;.Se intn>dujo cuan-
do R' descubrieron y se hicieron aquí
tan populares los minendesde Caraco-
les!' <¿u¡7.iis nó, ¡X)r(|ue en España es
tanibii'-ii muy usada. «¡Caracoles, mi
amo, y qué breve.>i eran los sumarios!»
(I). Modesto Lafnente, Viajes de Fr.
(lenmdio). »;f ararolea! — dije yodati-
iK) un i-stremccido». (Valbuena, Áíjua
turbia, X). Y lo mismo Sbarbi, Caba-
llero, Peretla. y Polo y Peirolón. En
vistii de esto creemos que la Acade-
mia no deuionirá en admitir una
interj. t-omo ista, usada en Esiviña y
.\niérica. F^sixíremos.
C.KU.ÚTi'.ii, m. Hemos oído decir
traje de carácter por el que visten
en litó Representaciones y funciones las
personas que hacen el ijajiel de otra
pertcnec-iente á una profesión, irrcmio,
oficio, etc., (jue usa vestuario especial,
como el marino, el militar, el cazador.
Como el Dice, no da á Canirler niu-
•runa acepción apaRMitc para este caso,
es de creer que este mal dicho traje
de carácter y que deba sustitníi-se
]K)r tri'jf (le li, profesión, del ojicin, etc.,
ó rararteristiro, (|ue es como dice Pere-
da en Efireiias monta Tiesfis {fJI fin do
una raza, III): «Consisruo este dato,
jwrque á la sazón no era ya este Ira/e
el cararlerisliro del oficio». — El pl. de
e/irdcler es caraeterex, ]H)r m;is que al-
L'uiios poeta.s antijíuos hayan dicho
caracteres, bien (pie como poetas
tienen licencia para esta y otras seme-
jantes lilKírtades.
CAUAfTEní.sTlC.\, f. Déjenlo para
las matemáticas, en las cuales es muy
conocido y usado, y no pretendan los
modernos pedantes introducirlo en el
leiiiíuaje vulpir y corriente. .\si como
los pueblos y familias conservan sus
tradiciones y buenas costumbres, sus
nombres y a|)ellidos, asi también cada
ciencia y ])rofesión, cada arte y oficio
delie conservar sus propios tériiiiiios,
reclamándolos como suyos é inipiílieii-
do (pie Sidjfaii de sus dominios. De
otra suerte cada idioma vendría á pa-
rar en un totiim rernliitiim (|iie ]ironto
nos liana rctro^'radar á los ticnqios de
la torre de liabel. No hay pm-s razón
alguna para liiiir con iiii (¡•tiiiiablc
2fi2
CAR
CAR
escritor: ^El hablar seseando es la
característica de nuestro lenguaje
local», pues habría liastado con las
expresiones lo caracferisfico, el carácter
peculiar ó distintivo, lo que caracteriza
ó di.itinone, ü otras que estén al alcan-
ce de cuantos no son matemáticos. El
Dice, por su parte nos da la razón,
porque no da á característica, f., otras
aceps. que las dos que tiene en la cien-
cia de la cantidad. La misma observa-
ción merece Resi'ltaxte, f.
Caracha, f. «Enfermedad que pa-
decen los pacos ó llamas, semejante á
la sarna ó rofian. Así define el Dice,
esta voz quifhua (raro que no dijera
quichua ó quechua, según su mala
costumbre), sin agregar (|ue también
la padecen otros animales y aun los
racionales, á lo menos en el Perú y en
Chile, según testimonio de Arona y de
Rodríguez, porque no es otra cosa que
la misma sarna ó roña. La forma ca-
rache, m., ijue admite también el Dice,
es deseo nocida en Chile. — ¡Caracha!
suele decir nuestro pueblo por ¡carain-
ha! — La etimología de caracha., según
Lafone Quevedo, es: Ccara, costra co-
mo cuero, y cha, hacer.
Carachento, ta, adj. Aunque bien
podría decirse roñoso y sarnoso, apli-
cado al que padece de caracha, prefe-
rimos el adj. formado directamente del
s., aunque no lo registre el Dice. En
el Peni se usa carachuso.
¡Caráfita! ínter j. muy usada acjuí
por ¡caramba.' Parece variante eu-
fónica de ¡ carápita! Véase esta
voz.
Caraíta, adj. Ü ícese del individuo
de una secta judaica que profesa escru-
pulosa adhesión al texto literal de la
Escritura, rechazando las tradiciones.
U. t, c. s. II Perteneciente ó relativo á
los caraítas. Admitido por primera vez
en el Dice.
Carajón, m. Los que necesiten
usar esta palabra tengan entendido que
es cagajón: cada una de las partes de
que se compone el estiércol de las mu-
las, caballos, burros, etc.
Caramanchel, ra. Úsase aquí en
el significado de — puesto público para
gente pobre en que se venden licores,
refrescos y algunos alimentos ligeros y
objetos de poca importancia, como ci-
garros, fósforos. Por lo general se co-
loca en las afueras de la población y
en las aldeas. Por su aspecto y valor es
el caramanchel menos que el
chinchel y d ilc>:pacho, y menos que
hi fonda y ventorrillo españoles; en una
palabra, es la más simple expresión ó
el primer escalón en esta clase de ne-
gocios. El origen de esta voz parece
ser una mera aplicación á cosas de tie-
rra del significado que tiene en Marina:
«cubierta á modo de tejadillo sobre las
escotillas de los buques: en los de gran
porte es fijo; en los pequeños ó en los
climas cálidos suele hacerse de quita y
poní). Y asi realmente es el lugar que
ocupa el caramanchel terrestre:
«una cubierta á modo de tejadillo», á
veces un galpón pequeño, á veces una
simple ramada ó randio, ó una pieza
pobre.
Caramayola, ó caramañola,
f. Vasija redonda y plana, tamaña co-
mo un plato común, de aluminio y
con un pico en la parte superior, que
usan los scjldados para llevar el agua.
Otros la llaman cantimplora, voz cas-
tiza, pero que designa otra vasija seme-
jante á la garrafa.
¡Caramiíola! interj. Como el len-
guaje f am. es tan variado y caprichoso, y
masen las interjecciones, por paragoge
CAR
CAR
2(;:í
y para hacer más sonoro el vocablo, se
ha convertido á ;rariimbt¡: en .rtnaní-
bola! y no solo en Améric» sino tam-
bién en Espina, á juzgar por el testi-
monio de L'alMiilero. — Al s. nirtiinliolii
le agrejiü el liliiuio Dice, esta acvp.
fi«r. y fani.: «doble risnttado tjue se
al(-.iiiz;i iiiedianti- mía sola aivión».
Caramboleado, da, adj., i^arii-
íipio de carambolear. El v. se ns;»
poco, en conipurai-inii del part. Por se-
niejauzadel movimiento ira'gulary aje-
no de M misma que toma, en el juego
del billar y otros ¡xiaridos, la Itola á la
cual ¡xíjín el jugador con la suya, se
llama caramboleado a! e/niu, jwr-
«jue no es dueño di-1 movimiento de
sus pies. Es tt-rmino <|ue no carece de
razón y de gracia. Véase Cufifo.
CaramüOlkro, ka, adj. Diccsc de
la persona diestra en liac-er i-aramtio-
las.l'sado en Chile y digno de admi-
tí rae.
Caramelo, m. Nuestros caramelos
son los liolillvs españoles, ijue sólo se
usan en pl. y estiin definidos: «barritas
de maí>a dulce». El aíramelo español
es: *|Kista de aziicjir hecho almíbar al
fuego y endurecido sin crístulizar al
enfriarse. Es ijuebradiza y se usa en
pistillas 11 otras formas, generalmente
aromatizadas con esencias para darle
mejor gusto». En Filipinas llaman <ví-
ramrlo al iiziirinillo, Mjmnjado ó ¡itiniil,
segiin il último Dice.
Carantón, na, íulj. aum. llal
forniailo c innettisario. pues tenemos á
('iiiutiuiíii, rhii, adj. fauí.: (jue tiene
aiii'lia la lar.i.
(Carápita! Interj. ijue usan a(|tií
tod(M en el mismo signiKcado de ;ra-
ramlin! Vr.Lse el signieiite.
iCaráspita! Forma (|ue por ei)é'n-
tesisha ricibidoenlre nosotros la interj.
castellana ;a'txp¡ta!,ó quizases la pm-
nunciariiin esforzada de ¡carápita!
Carátula, f. Xuncji ha signilicado
porhula de libros, ¡wr otro iiombi-e
fiontis, froiilixpiriu o facliadtt, y aun
frontera, sino liniaimente careta ó
imUcara y ejercicio de fai"s;intes. —
Carátula falsa llaman «([Ui en al-
gunas iuiprentas lo ipie en castellano
es anteportada ó anteporta, es decir,
«hoja (|ue pi^ecedc á la portada de un
libro, y en la cual ordinariamente no
se pone nuis que el titulo de la obra».
Otros la llaman portadilla^ lo <|ue no
es tan improi)io y podría tolerai-se; pe-
ro mejores son los dos (|ue le sefiala el
Dice.
Caravana, f. No s¡gn¡tic;i en cas-
llano pendiente, arracada, como lo usan
aquí todas lascliileiias. — Hacer unO
la caravana á otra persona, se
dice aquí ixir-galantear, cortejar. Sin
duda alguna es significación tomada
de la fr. castiza Correr 6 hacer caravu-
nax ó UiK cararanax, que figurada y
familiarmente es: «hacer las diligencias
(pie regularmente se practican ¡lara
lograr alguna pretensión».
;Cauav! Interj. usada en España y
América en el mismo significado de
¡rararnlia! La hemos visto usada por
Pereda, Don ilodesto Lafuente y la
señora Pardo-Hazán y la registra Ca-
ballero en su l)irc. de .]íodixmus. Pi-
chardo dice ijue es derivada del catulán,
pero mils innoble que ¡caramba! jwr
el significado de su origen. En Chile
suelen algunos agregarle al fin una a
(¡carayá!) .Vdmite el Suplemento
riel liltimo Dice, á .caraij! en el signi-
ficado de ¡caramba!
Cariióx, m. En contra]K)8Íción al
de espino st; llama aqui carbón blanco
(aunque en realidad es bien negro) al
■2C,i
CAR
CAR
de otras inaderas más blandas y bara-
tas que el espino. En España se cono-
ce el pirón, que es «especie de carbón
muy menudo, hecho de ramas de en-
cina, jara ó pino, que sólo sirve para
los braseros». El blanco nuestro no se
usa solamente para los braseros. El
liltimo Dice, agregó á carbón la acep.
de «brasa ó ascua después de apagada ".
Carboxada, f. Dos aceps. culinarias
le da el Dice: «carne cocida hecha
pedazos, y después asada en las ascuas
ó parrillas; bocado hecho de leche,
huevo y dulce, y después frito en man-
teca». Aquí llamamos carbonada el
guiso hecho de carne, frita ó cocida
primero y luego dividida en pedazos
menudos, con caldo y papas, partidas
también en pedazos pequeños, y ordi-
nariamente con agregado de arroz,
zapallo en trozos menudos y cIlogIo
en rajas ó en granos partidos. Se hace
también sin caldo.
Carboxeko (La fe del). Es loe.
digna de figurar en el Dice, en el sig-
nificado metafórico que todos le cono-
cemos de — fe ciega y absoluta á lo
que enseña la religión; por alusión á
un carbonero, que, sin tener instruc-
ción alguna científica, creía ciegamen-
te cuanto manda creer la santa Iglesia.
Carbonífero, ra, adj. Dícese de!
terreno que tiene carbón mineral. Ad-
mitido en el último Dice.
C ARC.v.J, m. Agrególe el liltimo Dice,
como propia de América, la siguiente
acep.: «funda de cuero en que se lles'a
el rifle al arzón de la silla».
Carcelazo, m. Déseles, cuando
exista, á los que cometen el delito, des-
graciadamente impune en las legisla-
ciones penales, de estropear y corrom-
per el idioma. En castellano tenemos
carcehria, prisión.
Cárculo, m. y Carcular, a.
Pronunciación propia de los que dicen
sordado por xoidado, cardo, por
cakh, sarpullido i^or salpullid)], etc.
Carda, f. Asi llamamos aquí al fru-
to y á la planta, cuando lo propio es:
cardencha, la planta, y carda, el fruto,
que es una calveza de figura de pifia,
compuesta de aristas largas, rígidas y
terminadas en forma de anzuelo.
Cardador, m. Miriópodo de cuerpo
cilindrico y liso, con poros laterales,
por los que sale un licor fétido. Se ali-
menta de substancias en descomposi-
ción, y, cuando se ve sorprendido, se
arrolla en espiral. Admitido por pri-
mera vez.
Cardal, m. No es sitio poblado de
cardos ni de cardas, porque no existe:
el primero es en castellano cardizal; y
el segundo, cardenchal.
Cardenal, m. La planta y flor
(¡ue designamos con este nombre, sin
duda por abundar más las de color
encarnado, es geranio: planta parecida
á la malva, con las hojas do color más
claro y más suaves al tacto.
Cardenillo, lla, adj. «Entre los
pintores se llama el color verde her-
moso, especialmente el sacado del ho-
llín del cobre con los vapores del vina-
gre». Así decía el Dice, de Autoridades,
y como la palabra está todavía en uso
entre nosotros, sin duda conviene re-
sucitarla. Si no el color, la palabra
siquiera se ve en la redondilla popular:
Tengo una pena amarilla
Y un sentimiento morado.
Una rabia cartlenUla
Y un suspiro colorado.
En Tirso de Molina {El castiqo del
pensecjue, I, 1.'') también leemos;
OAR
CAR
2()5
OvenJu t\ auur i»util
D« an gilán de perrjil
Con un ooUto auiAríllu.
Cárdkno, xa. adj. Al 8Í<íiiiticado
que t«uia «de ct>lor parei-ido ul del lirio
ctíniíiii*, se ^retraroii lus dos gi^uieii-
les au'|«.: «duvsf del toro ciivo folor
es puri-cido al del cuUillo tordo; díeese
del u^ua de color o|>al¡iio».
(.'abüoX, iu. Planta de tvrro, de la
familia de lius broineliaceas \ eiiyo fru-
to es el rluiijiial. Alniíida en las pro-
vincias del centro _v del Norte de Chile.
El nombre latino es puja roiinlala, ó
también /lourrelúi, sefíúit Fliilippí. Es-
te y el s¡);uiente merecen admitirse.
í'abdoxai,, m. Sitio ó lu;íar en que
abunda el cardón.
Cakih'íIKX, m. (inicias á Dios que
el último Dice, le quitó la nota de an-
ticuado que le liabia puesto el anterior.
Pero *# If ¡uixú la maim al quibirsela
Uuiibién á oarduiue, que es el linico
que pura «ienqtre delx' conservarla, á
DO ser que se opte jior lo mejor, que
Hería eliminarlo del Dice.
í'aRKak. a. y r. ;('uida<lo con con-
fundirlo oon raruiiKe! YA primero se
deriva de rara, pon|Ue si^'nitica poner
frente ¡i frente ó rfíni á cura á ciertas
peraonas imni averiifuar una u>8a: y el
«etrnudo «e deriva ile raiit». Sejíuu esto
te» iMli/júit te rtirfdti; Ion liiienos // ilifii-
le» M rarum.
Caii'ía, f. If»pli> ti uno n la air¡/a,ca
fr. <|ue Ke u.sa mucho en Chile en el
leiJL'Uaje farn. en el sentido de-acoiue-
tí;r i> arremeter, einlKatir. sobre UkIo,
tr:itúu«l<i«e de aninml(« bravos, .\unque
luás |>ropia de la Milicia, no nos utre-
Vá-nioü a condenarla. Vi'-ase más a<l<:-
lanle CauiíaIí, i.' acp.
CargraburrO, m. lUinv, simple-
mente, es el juciTO de uai^H.'S que a(|UÍ
llamamos cargaburro. Ha prove-
nido sin duda este nombiv de la fr.
antigua Ctnytirle d uno la luna, que,
ge>rijn el Dice, de Autoridades, se usii-
ba «para dar á entender que á aljíuiio
le han maltratado de palabra, o herido
•iravemente en la honrau; jjür(|Ue nal-
mena- se nialtratii de ¡jalabra y auiKiue
sea ])or chaii/.a, al que pierde en el jue-
í;o, ó sea. se cania de penitencias al
(|ue queda de burro, 6 burro de curt/a.
como lo llama el l'icc. .Juan ile .Vroiia
llama este juego carga la burra,
y así se llamaba también en Chile en
el tiempo colonial.
Cakcadkka. f. Candaliza do la.s ve-
las can}.mijas. || Calx) (lUe, firme en el
puño alto del foque, sirve para facilitar
la ojxíración de arriarlo. Termino de
Marina ailmitido ¡wr primera vez.
CARfiADOU, m. X pesar de su signi-
ticado Uin ireneral («el que tiene ix>r
oficio conducir caríras de un j)iinto á
otro i>), han censurado al<runosesta voz,
en cuyo lufíar no admiten sino á //«/)«-
/iiiii, ¡lalanquiíi, mozo de cordel ó de
esquina; jiero, según se ve por la defi-
nición, no hay rawin alguna para tul
exclusivismo. — También se llama rar-
i/ador en Chile todo Siivmiento (¡uc,
ba.stante recíjrtado al tiempo de la
IHida, se deja ]>ara que lleve la carga
principal del nuevo fruto. Esta acep.
no est;i en el Dice, y no .sabríamos
con (pié rceui|)la»irla. — El liltimo
Dice. supriiui(> ¡i can/ador la acep. de
.\rquitcctuni: >< madero (|ue en la mani-
postería se pone en los huecos de puer-
tas y ventanas».
í'auííar, a. Por ser tan aficionados
á las voces y significados bien e.\|)resi-
vos, usamos arpií este v. ¡Kir Iraír ó
1"J
¿nc
CAR
CAR
llevar, tratándose de armas, anteojos,
relojes, escapularios, medallas, solanas,
háhitos, j aun del dinero, como s¡ fuera
mucha car¡/a ó peso llevar consigo es-
tas cosas. Si ellas fueran en mucho
número y sobre una misma persona,
entonces por metáfora podría us;irse
correctamente el v. eanjar, porque en
tal caso son verdadera cartja. Asi (íue-
vara exclama: «¡Oh príncipes, m/v/rtos
de brocados, acumulad muchos teso-
ros!» Y Quintana:
Cargiironme de joyas y at;UKis
Y me privaron de la paz dichosa
Que yo gozaba en mi inocente asilo.
Sobre todo, tratándose de armas de
fuego, debe evitarse esta acep. chilena,
porque se presta á ser confundida con
la propia y castiza que tiene para esto
el mismo v.: «introducir la carga en
el cañón de cualquiera arma de fuego,
para disparar»; lo que en realidad no
está muy bien dicho por el Dice, por-
que los revólveres, las pistolas, cara-
binas y rifles, por ejemplo, no se
cargan así. — También damos aquí á
cargar otra acep., que no es tan co-
rrecta que digamos, y es cuando lo
hacemos sinónimo de acometer ó em-
hestir, tratándose de animales bravos
(toros, perros, etc.) Es cierto que el
Dice, le reconoce en Milicia la acep.
de «acometer con fuerza y vigor á los
enemigos»; y, como hay alguna seme-
janza entre ambas cosas, no nos atre-
vemos á condenar esta 2." acep. chi-
lena.— Cargarse al freno. Fr. bien
formada y propia; pero más breve y
conocido de la gente ilustrada es el v.
desbocarse, que significa lo mismo.
Cargarse significa también: «echarse
con todo el cuerpo hacia alguna parte»,
y por eso no nos parece del todo re-
prochable esta fr. — El participio car-
gado, da, aplicado á bebidas, como el
té, café, mate, es también muy usado
en Chile en el sentido de-rigoroso,
fuerte, y eu oposición á simple ó finjo.
Como, al hablar asi, se comete una
simple elipsis, por cuanto se calla el
régimen pasivo del participio, que en
estos casos sería el complemento de
sustancia, de rigor, de fuerza, de jugo,
etc., segi'm las bebidas de que se trate,
no nos parece tampoco reprochable este
uso. Coi-riente debe de ser eu España,
cuando lo vemos en la señora Pardo
Bazán, que hace tantos años vive en
Madrid: «Sin embargo, el caíé, carga-
dito, caliente (ó helado), en taza de
Sajonia, merece otro himno, aun
despuéá del bellísimo que le dedicó
Campoamorii. (La Vida Contempo-
ránea).
Carro, m. Es corriente en Chile
como término forense ¡xn-certificado
que al pie de los escritos pone el secre-
tario judicial, para indicar el día, y á
veces la hora, en que fué presentado
el escrito. Es acep. digna de admitirse.
— Hacerse el cargo. Basta con hacerse
cargo, que no hay para qué agregar
ese el que desnaturaliza toda la fr.
Así, sin el, hacerse uno cargo de algu-
na cosa, tiene estas tres aceps.:« En-
cargarse de la cosa; formar concepto
de ella, y tener en cuenta todas sus
circunstancias».
Cargosear, n. Pedir ó hacer algu-
na cosa con importunidad. Aunque el
Dice, dé por ant. el adj. cargoso, que
tan usado es entre nosotros, hacemos
indicación para que admita el v. fre-
cuentativo derivado de él, tan bien
formado y tan necesario.
CAR
CAR
Cargohebía, f. Acción propüi de
persona citrgosa. Tan biuii foruiudu
como i/rosfria de ijroxrro.
Cakiíosiuad, f. Mala cualidad pro-
pia del i-an^oso.
(.'.viiüosu, .SA. adj. Por iiuis (|iic lo
declare anticuado ul acuial Dice., no
{lüileinos hacerle caso y sejjuireinos
iUj;indulo coiuo lo detinió el de Anlori-
dade^: «molesto, jjeíado, };ravoso y de
considerable desjizóu y cu-j^a», Imjto-
bible seria desterrar de Chile esta voz,
más de lo iiue es, de ordinario, desiireu-
derse de los tjue la mea-cen. El Dice,
da, en lufpir de airijoxo, á ran/anlf:
«i|Ue «irga ó molesta»; jiero, ajrrade-
cicndole el presente, nos ijuedaa-nios
siempre con nuestro carijom.
Cari, adj. Es voz que en araucano
Bijrnitiai rente. En Chile es de uso
{general, pero con el siifnificado de
jHiniíi, ó mejor dicho, pardo duro:
iwiiilti cari, '■"/"/■ cari. Lafone Que-
vudo tr.ie esta voz entre sus Cnldinar-
yiifñisinox. con el significado de «color
ploutJ», ajire^ando «pie «es de dudo.so
origen, y bien pue<l'.' ser Cacana, ]>or
ser tan general su uso en la región
Diaguita».
Cakiaiii'oi,i,aihj, da, y Cauiampo-
I-l,AU, adj». Mofletudo. Anilx)s admi-
tidos ]f)r primera vez.
Cariantón, na. V>msc Caran-
tón.
("Akir.Di.s. I'or liLs razones que ex-
piisimoH en el artirnlo Ai"(ii,o creemos
que el Dice, deix: admitir la vo7. Cnrili-
liijivn los dos usos que de ella han hecho
los cliwicos castellanos, fuiídailos en los
latinos y griegos. E.stos dos usos son:
1 ." la fr. fig. ' 'iier en hJariUi jmr huir de
i'itriti'liit, que puede variarse con otros
veriios y en otro orden y que signilica
lo niisiM'i que Huir ilil íuei/o ij dar en
las brasas, que se dice del (jue, procu-
rando evitar un peligro, incouveniente
ó daño, CJie en otro. ( 'aribdix y Ksrila
fueron, según la Mitología, dos nuijeres
que ¡wr distintos motivos fueron trans-
formadas en sendos peñascos colocados
en el mar de Sicilia, cerca de Jlesina,,
el uno frente al otro, y tjuí jieligrost>s
para los navegantes, que les era difícil
evitar los dos. La fr. latina (|uedó co-
mo esculpida en este verso de Ovidio:
«Incidit in Si-yllam cupiens vitare
Charylxlim». — El 2." uso es («mo
simple s. fig. en el significado de-esco-
llo ó jK'ñasco de mar muy jM.'ligroso.
En cuanto al géneroque delx- asignarse
;i la nueva voz, decídalo la Ac^idemia.
Por nuestra parte sólo le anticiparemos
que en Cervantes y en Yillaviciosa la
hemos visto f., y en Tirso y Sigüenza
m. y f.
CarhíLAXCO, CA, adj. Xo jiorqiie no
aparezca en el Dice, hcniíjs de dese-
charlo; por el contrario, lo admitimos
como [xjrfectamente c;istizo y de tan
buena juLsta como sus hermanos cari-
íifijro, carigordo, carilargo, carirredon-
do, etc., (pie no adivinamos (jué mayo-
res méritos puedan alegar para tígunir
como ya figuran en el h'-xico académico.
Caricaturar, a. HepresenUir algo
])or medio de caricatura. Es v. (pie
tiene algiin uso y aun lo acepta algún
Dice.; sin embargo, no nos agrada, á
causii de las dificultades (pie ofrece
pai-a su conjugaciíin. Otros lo enqK'o-
ran más todavía, diciendo caricatu-
rizar, ipie bien ]todria servir para
ejercicio de pronunciación.
Cakkatiki.sta, com. Dibujante de
caricaturas. Admitido en la 13." edi-
ción del Dice.
Cauidai», f. Falta en el Dice, tanto
vu su biL'ar como en la lista de abre-
268
CAR
CAR
viaturas, el significado que tiene esta
voz en las comunidades religiosas de
mujeres, entre quienes es el tratamien-
to que da la superiora á sus subditas
y el que éstas se dan entre sí. Basta
abrir las Cartas de Santa Teresa para
encontrar á cada paso, al principio:
«La gracia del Espíritu Santo sea con
Vs. Caridades, Hijas y Hermanas
mías»; y al fin: «De Vs. Caridades
Sierva Teresa de Jesús, Carmelita». Y
así se usa todavía en España y Amé-
rica; por lo cual no acumularemos más
citas, advirtiendo sí que ya esta acep.
está reconocida en el Dice. Encicl.
Hispano-Americano, aunque no defi-
nida con toda exactitud. — La caridad
bien ordenada empieza por casa, es for-
ma más suave y modesta que usamos
en Chile en vez del refrán español
literalmente más egoísta: La caridad
bien ordenada empieza por uno mismo.
Carie, f. Cai'ies: úlcera de un hue-
so. No comprendemos por (jué Ortúzar
corrigió los caries, cuando siempre
el Dice, lo ha hecho f. sing. ( la caries ).
Agrególe el último Dice, la acep. de
tizón, ó sea, lo que aquí llamamos
polvillo en los cereales. — Caries se-
ca: enfermedad de los árboles qne
convierte el tejido leñoso en una subs-
tancia amarillenta, seca y estoposa.
Carilampiño, ña, adj. Xo tiene
mucho uso, pero está bien formado.
Es sinónimo de lampiño y de barbi-
htmpiño.
Carillón, m. Es vocablo digno de
aceptarse, pues no hay otro en caste-
llano con que expresar el objeto que
tal nombre lleva, y felizmente su forma
misma se presta para castellanizarlo.
Para la descripción del objeto cedemos
la palabra á Don Modesto Laf uente,
que en sus Viajes de Fr, Gerundio, t.
II. dice así: «El mejor campanario
DE EvROPA. En algunos pueblos de
Francia, en casi todos los de Bélgica
y en todos los de Holanda hay en las
torres de los templos y de otros edificios
públicos lo que llaman carillons, ó sea,
campanarios, cnyas campanas, de dife- •
rentes tamaños y sonidos, están inge-
niosa y artísticamente colocadas en
escalas musicales, y cuyos martillos,
movidos por las puntas ó martinetes
de nn gran cilindro, producen con sus
golpes sonatas armoniosas, que, puestas
en combinación y en dependencia con
la máquina del reloj de la torre, hacen
que en cada hora se oiga una música
de campanas ruidosa y alegre y mu-
chas veces agradable, pues algunos
carillons tocan piezas de mucho mérito,
y no es raro oír trozos de ópera muy
buena y de mucha ejecución.... Su ca-
beza [de la torre de la catedral de
Amberes] es filarmónica en sumo gra-
do, pues tiene un carillón nada menos
(jue de 99 campanas, una de las cuales
necesita la coopei-ación de dieciséis
hombres para tañerla, y cuyo padrino
de bautismo fué el eraixírador Carlos
V». Por todo esto se ve que no basta
la voz campanario para expresar la idea
especial del carillón. Una vez admitido,
es evidente que su plural déte ser ca-
rillones.
Cariño, m. Úsalo aquí el pueblo
por regalo, presente ú obsequio. Aunque
en sentido fig. significa: expresión y
señal de afecto, voluntad ó amor, cree-
mos que tales expresiones ó señales se
limitan solamente á las palabras y ca-
ricias, sin llegar á los objetos materia-
les. No sería propio ni razonable exten-
der tanto la metonimia, que es el tropo
que en este caso se emplearía al tomar
el nombre abstracto por el concreto.
CAR
CAR
?t58
Cariofíleo, ea, mij. Ks tónnino
de ÜoUinicu t.-nnit.'iuliuJo l-ii el último
Dice, en cuanu> ni ucento: ahora i*
mriofilf".
(.'ariói*sii>k, f. Fruto st-co é imlt-
hisL-entc a aira única scinilia está inti-
mamente anido el jtericarpio; éDino el
praiK) de triu:o. Tonnino de Botánica
admitido jxir primera vez.
(.".íKI.asta, f. Molestia c;ins»>da \k>t
¡«.■rsona insistente y jusaila; finixeni.
¥m rastellaiio no gi^niticu nada de esto
sino: maula, |>icanlia. roña. I', ni. en
pl. En sentido propio sifinitic-a un collar
con puntas i|ue se pone á los mastines
pira i|Ue no sean moñudos de los lo-
bos; definición i|Ue no tiene el Dice,
jwr «pie n-strinj:ir tanto, pues este mis-
mo collar se pone ¡i ttnla clase de ] térros
para defenderlos de cnalcs<|uiera mor-
deduras. (Quizás de este si<;nifica<Jo í^
ha fonuink» el metafórico <|ue aquí le
damos, j)or la molestia «pie la rarlnma
i-ausa al perro ')ue lo lleva y á los ipie
lo muerden. En Homlnras se Huma
también rarUmra no solo la molestia,
sino también al ipie la ocasiona.
CaKI.EAK, n. í^ual -Aurezar s jndfur.
í'aui/m», n. pr. m. (No hay para
i|Ui' decir (jue nuestn) pueblo pro-
nuií'ia Cairo). Ponemos aquí esta
voz [«ra advenir que su terminación
en ox i» exce|icióii á la reírla ¡ícneral
de que los nombres latinos en un de la
1'.* y de la 4." declinación pasan al
castellano en o; como .1 nioniíix, Hrulw,
/HiluA, inimiruK, liiruK, (pie son respecti-
vamente A iiloilin, /¡nitn, ¡ifiln, Piiriilit/O,
loifo. .Sólo en comjxjsición pierde la «;
Curlomii'ino, n á la italiana, Montf
Curio. La misma foniia de Carlos to-
maron Filifton, h'fvlim, /'ilfifim. Murros,
y aun Aj/ií/i/io*, annqiie no hay nni-
fomiidad en su escritura, pues al^'unos
escriben Loiif/iiin. Xiroil^nnis se ipiedó
ivn su forma latina. AlejOS dijeron
al principio al^'unos, aunque en latín
es Alcj-iii.''; pero felizmente no preva-
leció, y ahora todos le* (pie escrilxni y
pronuncian bien, prcfieivn Alnn. /hoa,
debiendo haU-r sido Deo ó DÍO,
ajíre^íó también una .«, cosa que los
judíos esi«ñoles reprochaban á los ca-
tólicos de F^spaña, dieiéndoles que se
habían hecho |Militeístas al piur.dizar
el nombre de la l)ivinida<l. Palos, el
ci'lebre puerto en que se embarcxi Co-
lón jRira venir á descubrir el Xuevo-
Mundo, «no es pl. de jialo, vara gruesa
y lttr<ía. de madera, si no forma corru|)-
ta de la voz latina I'aliin, laguna, jiov
la que inmediata á hi ¡toblacion hulx)
antiguamente», ((iraní, de lit .\rad.j
Públicos llamó (¿uevedo al liéix»e de su
íiiisión.
Carlota rusa, ó simplemente
cariota, m-- llanuí en Chile una torta
hecha de leche y huevos, azúcar, co-
lapiscis y vainilla. Es fama que un
chileno, hallándose en un hotel de Ru-
sia, ijuiso conocer y jirobar la verda-
dera y legítima cariota; pero sólo
se quedó con Iíls gaiía.s iKinpie, ha-
biéndola ¡)edido, ew tan desconocida
para los rusos como el fénix de la fá-
bula.
Caiímki.a, n. pr. f. Mucho se ha
generalizado en Chile este nombre |x>r
el verdadero de Cannm » .)larin ilil
Carmen, que es como han dicho siem-
pre los españoles. S()lo en las provincias
que hablan el gallego se usa Carmela
jx)r Carmen, segiin el Diw. (¡allego;
en lits demás partes á lo sumo se ha
usado como nombn- familiar, lo mismo
que Pe/Hi ¡K)r ./usefn. Peta ¡lor Pelrn-
nila. Por consiguiente, no es |iropio
llamarse ó firmarse seriamente ÍW/w/rt
270
CAR
CAR
en vez de Camión ó María del Carmen.
La celebre y real escritora que se firma
Carmen iSilra, nuuca se ha llamado ni
firmado CarmeJa.
Carmelito (Padre, color...)
¡Y hay gente educada cjue <asi lo dice!
Pues sepan que carmelita es de una
sola terminación en a, nunca en o, ya
como adj., ya como s. Por lo tanto
debe decirse un padre carmelita, una
monja carmelita, los carmelitas, ó las
carmelitas, según de quienes se hable.
En cuanto al color carmelita por color
pardo, castaño claro ó acanelado, puede
tolerarse por la misma razón por que
el Dice, da á Franciscano, na, la acep.
de «parecido en el color al sayal de los
religiosos de la orden de San Francis-
co». Así opina el sabio Cuervo, funda-
do on el uso de España y de América.
Carnadura, f. Úsase aquí por
musculatura, robustez, carnes, y tam-
bién por encarnadura, que es: «estado
ó calidad que tiene la carne en un
cuerpo vivo», con respecto á la cura-
ción de heridas, agrega el Dice, pero
nó el uso corriente.
Carnavalesco, CA, ailj. Pertene-
ciente ó relativo al carnaval. Admitido
en el Suplemento de la 13." edición
del Dice.
Carxaza, f. Dos aceps. le damos
aquí que no reconoco el Dice: 1." car-
ne despreciable, delgada y sin gordura;
y 2.-' en sentido fig. se llama así la
persona ó personas que tienen la des-
gracia de servir de blanco, yendo así '
á una muerte segura, en una batalla ó
lucha cualquiera. Otros dicen en este
caso carne de cañón, expr. que tampo-
co registra el Dice, pero sí el de Mo-
dismos de Caballero, el cual admite
también, con iiequeñísimas diferen-
cias, nuestras dos aceps. de carnaza.
La ] .'' es una simple metáfora ó trans-
lación del significado verdadero y pri-
mario de esta voz: «revés de las pieles,
ó parte interior que ha estado inme-
diata á la carne», por lo cual creemos
(jue delie admitirse. Xo basta para ex-
presar aquel concejito la carniza espa-
ñola: «desixirdicio ó desecho de la
carne que se mata». La 2.", si no se
quiere admitir, bien podría reemplazar-
se por carnada, extendiendo un poco
su significado: «cebo de carne, para
pescar, y también para cazar lobos».
Carne f. Solemos decir carne
blanca, y segim el Dice, sólo puede
usarse en i>\., carnes Mantas, y son las
de las aves en general y la maj'or parte
de las que no son de montería. — Algu-
nos han querido introducir la novedad
francesa de llamar carne de buey
á la que nuestros padres, defendidos
en esto por el Dice, llamaron siempre
carne de vaca, ó vaca simplemente. —
Carne de Castilla llaman nuestros
mayores la de cordero, sin duda porque
la oveja fué introducida aquí por los
(|ue venían de Castilla, ó á lo menos
hablaban su idioma. — Carne de
perro llaman los agricultores y jardi-
neros á los árboles y plantas que no
exigen mucho cuidado para criarse;
así como el perro, que rara vez enfer-
ma, y si le llega el caso, se cura con
facilidad. Ignoramos si la frase se usa-
rá también en España, pues el Dice
sólo apunta esta otra: Tener uno carne
(h perro: tener mucho aguante ó resis-
tencia.
Carnear, a. « El Señor Salva pone
este verbo entre los provincialismos de
la América Meridional, indicando muy
acertadamente que significa matar y
descuartizar las reses. Ademils del sig-
nificado indicado, tiene el metafórico
CAR
CAR
i'71
de eiii/iiíuii- a iilfiuicii, ¡«.rjildiaindole
eii asuntos df dinero, ya por mwiio ile
fontrutos leoninos, va de tninijKis en
el juejro, etc. . (Rodríguez). Los an;en-
linos usan uuielio esU? v. en la 1."
acep.; nosotros lo usamos niiis en la
¿.', ijue viene ;i ser la tijrunula.
CaU.nkkaJK, ni. Es dereiho ó loniri-
bneión iiue se pai.'a ¡wr los carneros, v
no re baño de carneros, que eiu-astellano
es ftinii'nniii. En Chile se usa también
carneraje onmo rebañci de otra ula-
~- >\<- carneros. Vi-asc el siiruiente.
Carnero, m. En sentido ti-r. Ua-
inanios ¡tsí en Chile lo (jue Caballero
denomina burro de rmlii, es defir, «la
|iersona (|ne no tiene voluntad propia
ni iniciativa, y sijrue las indicaciones
o marcha de los demás, sin a-fiexionar
si le conviene ó nó sejruirlas». Como
estas personas abundan en tínlas jtartcs,
pues son las mismas ijue el líistoriador
romano (Tácito) estijímatizó con su
a-lebre fnise' hoiiiiiiPit mi servitutein
jKinili. no es raro ((ue existan también
en Chile y (|ue se les haya bautizado
con nn nonii)re ba.stantc inofensivo.
; Provendrá él de la mansedumbre
pn)pia del carnero, ó del refrán aistc-
llano (>rf¡(ix boba», jwr do ra una rtin
lodiis, por ser el carnero el ma'.-ho de
la oveja y ya <|Ue á las tales fiersonas
no se les había de dar el nombre de
ovejiLs? I)i'<'idanlo rilros con mejores
riauís. — Echarse '> botarse al
carnero «i^'iiitica, enia- los estudian-
t«s cliili-nos, flojear, entrc-inirsc á la
pereza o á la <ralbana.
Cah.mckko, ka, m. y f. Persona
<|Ue vende <3»rne públicaniente. Xo de-
lie confundirse con matar hin, malarifr,
ójtffro: oficial «pie mata las rescs y Iíls
di5icuarliz:i. f 'orlador, m., i-s lu mismo
i|Ue f/iniirfro.
Cako, UA, adj. Es también adv. de
modo y signifioi: «á un precio alto ó
subidoi<. Lo difícil es s:ilx'r en ijué ca-
sos debe usarse como adj. y en cuáles
como adv. l'or desiiracia no hemos
hallado tratado expresamente este pun-
to en los irnunátii-os: y en cnanto al
uso, es tan jwco uniforme, (pie no
imeile deducirse de él una n.'<;la «ícue-
nil. Así lo reconoce también Cuervo,
ijue dic-e: «Con verbos como comprar,
costar, es vario el uso, pues puale usiir-
se el adj. como predicado ó el adv.»;
y ojnfirma su aserto con numerosas
citas de buenos autores, así antijiuos
como modernos. Por nuestra parte
potlemos ilecir (pie en alffunos casos
nos disuena bastante el uso de raro
como adj. (jon los verlws comprar, cos-
tar, salir, patpir, vender, ali/iiilar,
arrendar, etc., como, por ejemplo, en
esta cita de Calderón :
¡Que' fuera
Tun avara mi fortuna!
Pero mi fitrtiina ({iiioic
Que con ku sangre la compren.
l*oniue más caro les cuesU';
y en esta otra de Larra: «Compias la
victoria demasiado cura para í,'ozar de
ellan. Por nuestra jwrte habríamos
preferido en ambos casos el adv. caro,
lK)n|ue mej(jr se expresa el sentido con
('■ste, ipie e<|uivale al coniiilemento «á
un ])recio alto ó subido», que con el
]ircdicad<7. Sin embar;íi>,en otros ca.sos,
es decir, cuando se da á caro un 8¡<>;ni-
licado m!Í8ex]ilícito y miis en relaciíui
con el sustantivo á (pie delxí referiim-,
se puede preferir el predicado; v. <ír.:
"Compré l;us papas caras y las vendí
liaralasA. l)c |ini|)<')sito hemos i-Hcrito
este último ¡idj. par.i >pie se aplicpie á
2?2
CAÍl
OARR
él cuanto se ha dicho de caro. Lo úni-
co que acerca de esto encontramos en
la Gramática de la Academia es lo
siguiente: «Muchos adjetivos ptisan á
ser adverbios, pero siempre en termi-'
nación masculina! lo cual se conoce
claramente por el contexto de la ora-
ción. Si la palabra de que se trata tiene
racional concordancia, explícita ó im-
plícita, será adjetivo; si no la tiene ni
puede tenerla, será adverbio». Lo cual
es discurrir a 2Msterior¡ 6 examinar las
cosas por sus efectos, cuando lo que
convendría sería estudiarlas en sus
causas ú orígenes.
Carola, f. Corrupción de raroiui:
pedazo de tela gi'uesa acojinado, que
se pone en el lomo á las caballerías,
entre la silla ó albarda y el sudadero,
para que no se lastimen.
Carolingio, gu, adj. Hemos visto
usado este adj. por persona de mucha
autoridad en lugar de carlorinr/iu, y á
fe que no nos suena mal, como más
conforme con el latín CArohis.
Carón, xa, adj. Qne tiene grande
la cara. De la misma formación que
hocón, jetón, hocitón, patón, etc., me-
rece admitirse. Véase Carantón.
Cabpa, f. «Tienda de campaña", es
la única acep. que le da el Dice, y ésa
como Peruanismo. Nosotros, es decir,
todos ó casi todos los sudamericanos,
más conformes con la etimología qui-
chua carpjia, que signiñca toldo, cu-
bierta, damos el nombre de rarpa ú
toda tela ó cubierta más ó menos gran-
de que sirve para cubrir ó guarecer un
sitio ó local. Así se puede poner carj/a,
para defensa del sol, de la lluvia ó del
aire, á una carreta, á un patio y á
cualquiera armazón que se improvisa
con un fin determinado. En este .sentido
es igual al tMo ó tendal castellanos.
Carpe, m. Arbusto de las regiones
temi)ladas de Europa y Asia, de la
familia de las corilácea.s, con las hojas
aovadas y aserradas, flores masculinas
en amentos laterales y las femeninas
en espigas termiliales, con brácteas di-
vididas en tres lóbulos, que acompa*
ñan á un fruto como avellana peque-
ña. Su madera se emplea en trabajos
de tornería y su corteza se aprovecha
en los tintes. Es voz admitida por pri-
mera vez.
Carpelo, m. Hoja que, revuelta so-
bre sí misma, forma el pistilo. Térmi-
no de Botánica admitido jtor primei-a
vez.
Carpeta, f. «Cartera grande ó car-
tapacio, que se ¡Mue encima de la mesa
para escribir sobre él y guardar pape-
les». En esta acep. confunden en al-
gunos colegios la carpeta con el pupitre,
que es «mueble de madera, con tapa
en forma de plano inclinado, que se
pone en la mesa para escribir sobre él».
Carpincho, m. Por otro nombre
nipiliara (hydrochoerus capybara), del
Brasil, Paraguay, Chile, etc. Es el
roedor más grande, pues llega al ta-
maño de un cerdo pequeño. (Philppi).
Debe figurar en el Dice.
Carpinterear, n. Carpintear, n.
Trabajar en el oñcio de carpintero. ||
fam. Hacer obra de carpintero por
afición y mero entretenimiento.
Carraón, m. Especie de trigo de
poca altura, con espigas dísticas com-
primidas y grano también comprimi-
do, parecido al de la escanda. Voz
admitida por primera vez en el noví-
simo Dice.
Carrascal, m. «Sitio ó monte po-
bliulo de carrascas», es lo que significa
en castellano; jiero, como en Chile no
es conocida la carrasca, que es árbol
CARR
OARR
273
parecido á la enciiui, iiaii creído al^'U-
iios, por el ruido de las nueces, disro
por lo duro y set» del vo«ililo, ijue es
sinónimo de ¡mheijal, \ no se aver-
•;üenz:in de usarlo así. Sin embargo,
niils c»uocido es cx)mo nombre propio
de un Ingarejo veeino á Sjiiitiago.
Cakuasi>eak, n. Si hay airnis/ifiii.
que es «cierta usjxíreai en la garganta,
que impide tragar libremente la saliva
y enron>|uece la voz», es natural ipie
exista tjimbién el v. que denota la ac-
ción ó efecto de la f<// /(/.i/ «■;«,• fx)r eso
Pereda, sin miramiento á los dicciona-
rios, lo usa libremente y cada vez (jue
lo necesita en sus Xiilii-x de tstio, para
no nombrar sus denuis obras. Lo mis-
mo podemos hacer n(is<jtros, ya que
el V. es necesario y estii perfecUuuente
formado.
C.\liR.isi*K(), m. .Vccióu o efecto de
carraspear. X(-.isí: el anterior. Kstji bien
formiuioy liace falta; jnir lo cual cfee-
nios que d.-lx- admitirse. «Hizo un
cigamj con pajx'l de su librillo, encen-
dióle en las asi-uas mortcciníts de la
cliofeta, y a>n)cnz() á fumarle muy
gosegiidanientc, entre eructos y rti-
rraxjieo»*. (Pereda, AV sabor ile la lie-
rrurii, VI).
C'AHK.tsi'iyrK, m. I'lant;i herlKÍc-ea,
de la familia de las cruciferas, de unos
cuatríj decímetros de altura, con tallos
rectos, hojai luuceohulas, serradas Isls
inferiores, y flores moradas ó blancas
en coriinlxis redfuidos nniy apretados.
Se cultiva en los jardines. Voz admi-
tida i)or primera vez.
Carrendilla, f. ifny usado en
f'liile en el si'.'tiilic^ido de-/i/7í>rrt, luir/u,
y por extensión, lutirlieiluinhie. 'l'am-
bii-n suele u.sar.se la I<r-. de carren-
dilla con los vcrlKJs ///>/•/'/■, her, xahor,
/iii/ilar, en el mismo sentido que la fr.
30
castiza lig. y fani. Stiher uno ih cture-
lilla una rvM: lialier tomado bien de
memoria lo que lia leído y estudiado,
y decirlo corrientemente. El origen de
este chilenismo pjireiv ser el s. caste-
llano ron-finlillti: «acción de ir ó pasar
corriendo un corto trecho», con el cual
guarda analogía do significación y de
forma. La permutiicióu de o por a en
silaba inicial átona, como cu este caso,
no es rara en Cíistellano: asi, sin ir
m;is lejos, tenemos rarraleja y rarrira,
derivados, según el mismo I)¡cc., de
correr; los latinos iioraitda y rolnslra,
que dieron en ciistellaiio á iianija y
ailosira; y el anticuado abscuro,
que corresponde al usual obscuro.
Cauukreuo, m. El aficionado á las
carreras de á caballo ó (jue se ocupa
en ellas. I', t. c. adj.: caballo CAUUE-
KKiíO. .Vunipie no apaix'zca en el Dice,
esUi bien formado y es necoíario, y
mejor también <iue caballo de carrera,
que propone Caballero.
Cauiíktal, m. Sillar toscamente
desbasUido. .\dniitido por primera vez
en el último Dice.
Carretel, m. Como jirovinciaüs-
mo de Extremadin-a lo admite el Dice,
en lasiguienteacep.de carrele: «rueda
en (|Ue llevan los pescadores rodeado
el hilo delgado y fuerte, cuyo extremo
está asido al anzuelo». En Chile se
llama carretel el carrete de hierro
que tienen las m:l(|uinasde coser ]i;ira
arrollar en él el hilo. Véase Carre-
tilla, 1." aceji.
Cauuetioi.a, f. Xo es igual á la cs-
]iañoIa la carretela chíl(;na, sino mi'is
bien !Í la dtlit/ei¡riaú;i\ óiiiiiiliux. Véan-
se, si nó, las deliinciones. Cakiíktki.a:
«coche de cuatro asientos, de caja ¡to-
co profunda, y cuya cubierta, |irovisUi
al efecto de los necesarios goznes, fe
274
CARR
CARR
abre y cierra á vüluntad de quien lo
usa»; (lo que llamamos aquí coche
abierto). Diligencia: «coche grande,
dividido en dos ó tres cuerpos ó depar-
tamentos, que camina periódicamente
por determinada carrera, llevando va-
rias personas y en término más breve
que los carruajes ordinarios de cami-
no». Ómnibus: «carruaje público de
gran capacidad, arrastrado por caba-
llerías, que sirve para transportar per-
sonas, generalmente dentro de las po-
blaciones, por precio módico».
Caruetelkro, m. Conductor de
carretela. Si hay cochero, carretero, etc.,
natural es que haya taml_)ién carre-
telero.
Carretilla, f. Ros acepciones da-
mos á esta palabra que no son caste-
llanas: la de carrete (cilindro taladrado,
generalmente de madera, con bordes
en sus bases, que sirve para devanar y
arrollar hilos en él), y la de quijada,
quijal, qvijir, numctihuta ó carrillera,
ó fam. varilla.
Carretillada, f. Lo que cabe en
una carretilla. Merece figurar en el
Dice. Véase Angarillada.
Carretillero, m. Peón ó jorna-
lero que trabaja con carretilla. Debe
admitirse en el Dice.
Carretonada, f. Lo que cabe en
un carretón. Véase Angarillada.
Carretonaje, m. Transporte ó aca-
rreo en carretón; precio que se paga
por él. Es voz muy usada en el comer-
cio chileno y no vemos inconveniente
para su admisión, pues está bien for-
mada y designa con claridad y preci-
sión su significado. No basta para esto
rarretaje, que sólo es «trato y trajino
que se hace en carretas y carros».
Carretonero, m. Conductor de
carretón. Véase Carretelero.
Carric'era, f. Plata perenne, de la
familia de las gramíneas, con el tallo de
(le más de dos metros de altui'a, hojas
surcadas por canalillos y flores blan-
quizcas en panoja muy ramosa con
aristas largas. Admitido por primera
vez.
Carril, m. No consideramos esta
voz como nombre abreviado de «Fe-
rrocarril», que es como la usan en
Santiago los vendedores de periódicos
para designar el viejo diario que se
llama «El Ferrocarril», porque esto
no entra en los límites que creemos
debe tener un Dice, de Chilenismos:
la consideramos como voz más origi-
nal é independiente, como término,
por decirlo así, .tui juris. Así usada
por los jugadores chilenos, significa
lo mismo que copo ó acción de copar,
bien entendido que copar es: «hacer
en los juegos de azar una puesta equi-
valente á todo el dinero con que res-
ponde la banca». Carril por la
banca ó carril por todo es pues
en castellano claro copar.
Carrilano, m. Peón que trabaja
en la vía lérrca ó ferrocarril. Por ex-
tensión, peón que trabaja en cualquier
camino público. En sentido fig., hom-
bre desalmado ó soez. En estas aceps.
se usa este nombre en Chile, formado,
como puede verse, de la voz carril.
Carro, m. El que forma parte de
un tren se llama en castellano carruaje
acoche, en general; y en particular,
raijón (nó wagón), de /lasajerox, ó
(le mercancian (nó de 0cirg3i^,far(pjn
ó (le equipajes, según sea. El carro ó
carrito urbano, aunque no está del
todo mal dicho, es tranria, m. — Lla-
maban también carros nuestros abuelos
unos verdaderos carros, grandes y ti-
rados por bueyes, en los cuales se con-
CAR
CAR
diieia <i los presos, coiuleiiados á tra-
bajos funuulos. de un lugar á otro.
Carki'skl. 11). .Vuiiijuc veiipi dul
fniiiccá rtirrorxsel, uo hay por t|Ui'
desecharlo, máxime no teniendo ivein-
plazantc.
(.'akta, f. ( '»iin jiujaild se Ihima
aijui en sentido li:;. á hi ¡Kr^na i|ue,
por ser ya conocida y tratada en algún
asunto, no inspira contianza, y de
i-oiisiguientc, no vuelve ;i s<.'r aeejU^ida
)>ani lo misino. Xo nos ¡xirece mal la
met;tfora. — -Vw milifr uno ti qué rarln
ijitnlarni'. Familiar y inetafóricjiíiieiite,
vacilar, dudar. .\s¡ admite esta fr.
C'aliallero y asi la usjk todo el mundo,
y Inieno será ijiie la admita también
el I)icc.,auniiueeii forma m:is general,
IX)r<|Ue también ¡xhIcuios decir: ,".l
qué caria le queda».' Yit resolri a qué
caria ilelw quedariiie. Por consiguiente,
no hay para qué restringir la fr. al v.
.talirr, sino iMiieamente á quedar. —
Itelirar caria, decimos, en sentido fig.
también, j)or-arre|K'nt¡rse ó desistir de
un negocio ó a-solución cual(|uiera.
Es fr. expresiva y digna de acejitarse.
(-'aktki.kiia, f. .\rmatoste en que se
lijan los t-arteles ó anuncios públicos.
Admitido |ior primera vez.
t'AitTKo, in. .V(X-iónó efecto de rar-
teiirse. IIucc falta en el Dice.
(.'artkiía, f. Xfuchos la confunden
iH|UÍc<in el simple yío/7rt«Jí>H/'í///.'<, cuan-
do la forma de la carina es tan dis-
tinta. Vt-asc cciiiio la descrÜK; el Dice.
«Utensilio á iikkIo de estuche ó l)ols-a,
ordinaríainentu de |i¡el, qnc se cierra
con broche, presilla, cinta de goma ó
de otra inaneni, y contiene por lo co-
mún d'« o más divisiones |»ar.i guar-
dar papeles, y un librito de hojas en
blaiicf) |«ra tomar a|)nntes. Suele con-
tener también un hipiz, y á ve<:es
cortaplumas, tijenis ú otros efectos de
comodidad, y siempre de tanuu'io (¡ue
jierinita llevarla en el Ik)1sí1Io». — Otni
acep. que le da el Dice, es: «adorno ó
IHiitezuela que cubre el Iwlsillo de las
uisacas ó chalecos»; en lo cual no está
confoniie con nuestro uso ni con lo
(juc dicta la razón. Para nosotros car-
lera, en esta acep., es: especie de IhjI-
sillo, de forma más ó menos cuadrada,
()ue se pone á toda prenda de vestir
que envuelve la caja del cuerpo hu-
mano, como levita, frac, diaciiieta,
blusa, chaleco, paleto, etc. Kl nombre
de bolsillo lo reservamos i«ni el (jue
es de forma larga, jxu'que se usa en
prendas que siguen hi dirección de
las piernas. Y nada más racional que
esta distinción: porque, si cartera viene
de caria, es natural que sea un algo
á propósito para poner carias, es decir,
un bolsillo »|ue imite la forma de la
ciiiUi, y lió un simple adorno ó jwrte-
zuela, como dice el Dice; y IioIkHIo,
(jue es diminutivo de bolsa, tiene que
ser (a(|uí sí que dice bien el Dice.) un
■tsaquillo más ó menos grande, cosido
en una ú otra parte de los vestidos, y
(|ue sirve jiara meter en él algunas co-
sas usuides». — Xo eslar uno para la
carlera: es fr. fig. y fain. (pie significa
entre no.sotros — no ser uno tan tonto,
<|Ue acepte una ocupación, pulido ó
projiuesta cualquiera (jue no le con-
vienen. No saWmos si se usará en
España; ¡leroeii todo caso es digno de
admitirse. A primera vista y dadas las
dificultades que en casi todas las na-
ciones tienen las carteras de Estado,
parece (pie el origen de la fr. hubiera
sido la repugnancia ó resistencia (pie
]K)neii niuchos jMira admitir esta clase
de carteras; jkto, recordándolo bien,
se ve i|ue la fr. viene usándose mucho
270
CAR
CAR
tiempo antes que se coiiocici'an las ta-
les dificultades, es decir, cuando á
todos les gustaba ser ministros de
Estado. Y aquí abrimos un paréntesis
para dejar constancia de lo incompleta
que salió en el Dice, la acep. de ciñie-
ra en este sentido, pues dice simple-
mente: «empleo de ministro», siendo
que la voz ministro tiene tantas aceps. :
más claro y exacto habría sido: «em-
pleo de mi nistro de Estadoj). Volviendo
al origen de nuestra fr., parócenos más
natural derivarla del uso fara. que da
el pueblo á las voces mrlern y bolsillo
cuando, jiara mostrar la superioridad
de una persona sobre otra, dice que
puede echársela á la cartera ó al bol-
sillo. .Justo es que el amenazado contes-
te entonces; No estoij para la cartera.
Cartivana, f. Tira de papel ó tela,
que se pone en las láminas ú hojas
sueltas para que se puedan encuader-
nar de modo conveniente. Admitido
en el iiltimo Dice, por primera vez.
Cartomancía, f. «Arte vano y
supersticioso de adivinar lo futuro
por medio de los naipes». Con toda
energía y en nombre del simple buen
sentido y de la civilización, para no
mentar á la religión, reprobamos la
maldita costumbre que tienen tantas
personas, sobre todo las del se.\o cu-
rioso, de acudir al «arte vano y su-
persticioso» de la cartomancia (nó
cartomancía). ¡Inocentes é igno-
rantes, que van á perder no sólo su
dinero, sino hasta su criterio y buen
sentido, sin contar el ¡lecado con que
manchan su alma, por<pie de ordiiiaricj
su ignorancia no es tal, que las libi'e
de todo reato! ¿Qué relación podrán
hallar entre los naipes ó cartas, mate-
ria insensible, y los sucesos futuros que
penden de la libre voluntad del hom-
bre? Y lo i)eor es (pie en esto caen
luisla las señoras y señoritas cpie por
lo demás no carecen de ilustración.
¡Cómo se reirán de ellas las llamadas
adivinas, al verse tan consultadas y
bien pagadas! Basta con esto y pro-
sigamos con nuestras observaciones
filológicas. Muy raro nos ha parecido
que el Dice, acentúe esta voz en la i, lo
mismo que hace, erradamente también,
con ceromancia y ¡jeomancia, cuando
todos los compuestos del aavTSÍa grie-
go, que significa adivinación, deben
acentuarse en la primera a. Así lo
practica el mismo en deromancici, es-
pátulomancia, liiteromamia,hidroman-
cia, nigromancia (oniromancia, que no
aparece en el Dice), onomancia, órni-
tomancia, piromancia, quiromancia y
uromancin. I^a razón de esto es el uso,
y la naturalidad y la facilidad de
pronunciación; porque nadie negará
que es muy afectado y casi pedantesco,
y además difícil de pronunciar, decir,
por ejemplo, áeromancía, órnlto-
mancía, cuando todo se salva seuci-
llaineiite cargando el acento principal
en la primera a de manda. Recono-
cemos de buen grado que todo esto va
en contra de las leyes prosódicas del
griego y del latín, que son las que
deben imperar en la formación de
esta clase de vocablos; pero así lo qui-
so el uso con las demás razones que lo
justifican, y no es posible oponérsele.
Quizás no faltarán autores que habrán
escrito y escriljirán cartomancía,
ceromancia y greomancía, como
lo hace el Dice, pero mejor es la
uniformidad en toda esta clase de
voces.
Cartoxa.tk, m. Arte de hacer ol)ras
de cartón, como cajas, carpetas, pastas
sencillas de libros, etc. Es voz tomada
CAR
CAR
il 1 fr.iiK\-í, JH.TO (lUf. ¡i^ir ¥11 iiío y lii
falta i|U(.- Imiv, luerece admitirst.'.
Cartoné, (Pasta, KXCiAKKitNA-
Cióx). l'scío, pjíra evitar esto fiulicis-
nn), el V. ntrartúiuir, i|iie si^jiiilica
• cnc-Hü'leriiar sólo wii «-iitones rnbier-
l«»5 de jsijiel»; ó el simple |i;irtic¡|>io
enfiirloiuiilo, da.
C'aktoxkkÍA, f. Fabrica en <iiie se
liatt; el lartóii: tienda en ijue se vende.
I>el>e admitirse en ambas aceps.
Cauticiio, m. En Chile eomo en
otras ¡wrtes se confnnde esta voz c-on
eiiriinir/to, (jue es cosa mny distinta:
el airliirho es de forma i-ilindricii, y el
cunintrho de forma cónica, iKiniuc se
deriva del latín diriillm, coiriilhi o
ui|iiiclio. Jliis, comí) snccde i|iie las
mismxs cosas se envuelven en nnas
partes en rtiiiiir/iox y en otnis en eu-
cuntrhos, como jtasa con los dulces
menudos, de alii ha provenido la con-
fusión. La jKJIvíira y las monedas se
envuelven de ordinario en rarhicho»,
que son envoltorios ó líos cilindricos;
los dulces y otras cosas de comer, las
semillas y otras cosas menudos pivfie-
ren los rtu-iirurhoK, es decir, los j)a|ic-
li.-s amillados en fonna de cono. El
nicunirlio se llama también cu «isto-
llano olrarlnz ó nlralaíz, y en chileno
tiene otro si<ín¡lii-ado muy caracterís-
tico i|uc veremos en su liij^Jr. — Bola-
da en cartucho se llama aipii
cual'|uier dulce ó v'olosina, ú otra chu-
chería cuali|uiera ipie .se presenta de
nnn manera más ó menos oculta. — I'or
cierta» Hcini jaiiwi ipic tiene su flor con
el falsíi cartucho, se da también en
('hile ií<te nombre á la ])lanla llamada
en Mistellaiio hrrerra ó iliwji'ni. y ¡i la
flor i|Ui.' prodiu*.
('AitrisiAXii, XA, adj. Así llaman
¡dv'"""!" litxicoH y muchos autor.s di-
mita á la ¡lersona ó cosa iiertenccientcs
á la Cartuja; pero el Dice, scilo tiijc
CAiiTfJAXO. XA. lios unos jiartieroii
del latín, y el otro del mismo castella-
no. VÁ Carlusiano por antonomasia y
citado }K)r todos los cl!ii^it^)s es el mon-
je Dionisio, flamenco del si;4lo XV;
quien, i>or hal)cr escrito en latín, es
llamado ¡isi y nó Carlujano. Sin em-
bar-ro, Fr. Ambrosio Jloutesino, tra-
ductor, en ir>.jl, de la «Vita Christi»
de I^odulfo (ó liandolfo) de Sajonia,
monje también de la Cartuja, llama a
este el Carluxano, que hoy se lee Cm-
tiijiiiio. Conviene pues (pie el Dice,
admita la^ dns fcriiias.
CarvaChO, apelüdn. CiilViiilin co-
rriire el Dice, especial de Contó é Isaza,
lien» sin dar la razón de su corrección.
Carvallo, ain.ll¡d<>. Ccrbalh, sc-
•rún el Dice, de Contó é Isaza. «Tanto
el nombre de lupir ('tirlidllo, como el
de su derivado Carballcs, cpie se han
convertido en apellidos, se escril>cii
con h; y en esa forma los vemos ufa-
dos en Es]iaña, en Venezuela y en el
Uru;íuay [y en la Argentina]. Ade-
mis, en los dos iiltimos y en otros
países existen los apellidos Cara lia lio
y Caí hall ¡nn, cpie ¡lareceii alteraciones
del primero. En España hay también
Carballfdo y Carhallcda. Talvez los
ipic escril»en Canalla derivan su ape-
llido del [lortn.L'ué.s lengua en la cual
se escrilx; Carndiw y se lee Carralh:
el nombre del ^faivpiés de l'ombal,
Ministro jiortugués, lo escrilx; I'\'rii¡in-
dez Cuesta Splmxliáa Jnsé dr Corridiio ».
(Dice, cit.) En sil a])oyo citan estos
autores á (iodoy y .\K;intani y á Híos
y Híos, que son los dos chcrilorw de
a|iell¡(los «-istcllanos laiir('a<los por la
Academia. En .\sturias y (¡aliria, cii-
vo dialecto se j)arecc tanto al [wrtii-
278
CAS
CAS
gucs, se llíima car rallo, según el Dice,
académico, el roble, y quizás de ahí
pueda derivarse también el apellido;
sin embargo, el Dice. Gallego y los
autores gallegos que hemos visto, es-
criben carbaUo.
Casa, f. Del significado especial de
-espacio ó parte, que tiene esta voz en
varios juegos, parece ha pro\enido la
accp. que aquí le damos de «cada una
de las partes en que se divide el rosai'io,
compuesta de diez avemarias y un
paternóster)), que es lo que en caste-
llano se llama diez, m. Y tan genera-
lizado está este error, que quizás no
haya un chileno (y lo mismo sucede
con muchos sudamericanos) que deje
de decir: rosario dn cinco casas, de
quince casas, en vez de cinco dieces 6
quince dieres. — Han creído algunos
que el pl. casas con que se designan
en Chile las de los hacendados ó due-
ños de fundos, y á veces las de parro-
quias que sirven de habitación al cura,
constituye un chilenismo. Nada más
desprovisto de fundamento. Basta alirir
el Dice., y no solamente en su última
edición, para leer que el pl. está ahora
anticuado en el significado que antes
tenía, igual á la 1.^ acep. de Casa, esto
es, «edificio para habitar». Luego, si
está ahora anticuado, es porque en un
tiempo se usó también en España; y
prueba al canto: «Dados lutos, hecho
solemne entierro y honras, el mayo-
razgo quedó con su hacienda y casas,
y el Caballero y su madre se retiraron
á otras con lo que les quedó, que fué
mucho». (J. de Valladares, El Caba-
llero Venturoso, avent. I). En todas
las escrituras públicas otorgadas en
Chile durante el siglo XVI y XVII,
constantemente se usó el pl. casas por
el singular. Como ahora las casas de
fundos y de parroquias son de ordina-
rio más grandes y extensas que las
demás, nada tiene de raro que se las
nombre en pl, y como este pl. no está
anticuado en Chile como en España,
seguiremos siempre usándolo con per-
fecto y legítimo derecho. — Casa de
agencia. (Véase Agencia).— Ca-
sa de caridad ó de misericor-
dia: dígase asdo, ¡lospicio ú hospital,
según los casos. — Casa de corebc-
cióx DE MU.JERES; SÍ es Una simple
cárcel en que se castigan sus vicios ó
delitos, se llama en castellano, [/alera;
pero, si tiene también el buen fin de
corregir, podría eonser\'ar su nombre.
—Casa de expósitos es en caste-
llano, inri a /"/.—Casa, de locos ó
de orates, manicomio. — Casa de
tolerancia. (Véase Tolerancia).
— For casa ,'cúmo andaremos, ó anda-
mos.' Es fr. fig. y fam. que se usa en
Chile para contestar uno al que le ha-
ce un cargo ó reproche del cual el
amonestador no está exento; es pareci-
do'á la máxima ó sentencia española
«No hay que tirar piedras á la casa
del vecino, cuando la propia es de
cristal»: ó á laexpr. fig. y fam. Todos
la matamos, con que se nota ó redar-
guye al que reprende un defecto en
que él mismo incurre.
Casaquinta, f. Llama la atención
su completa omisión en el Dice. Y no
se diga que piTcde reemplazarse con
casa de campo ó con el simple quinta,
porque significa más que cada uno de
ello.s, como que envuelve las dos ideas:
la casaquinta es entre nosotros una
casa algo pintoresca y holgada, con
alguna extensión de terreno para huer-
to, jardín ó ai'boleda, en la parte rús-
tica ó en la urbana; en otros términos,
una finca plantada y con casa. Daré-
CAS
CAS
iiios, jwra t|ne se veji la ilifi-renciu, \us
detiniciuncs tlel I)¡cc. Cusii ¡Ir enmpo:
<c-asji fiíbriuiila fiKT.i ik- poblado, y en
la cual se habita, bien ¡Kira cuidar del
cultivo de las tii-rnis circuuvecinas,
bien jKira recrearse, ó con uno y otro
objeto». — Quintil: «casa de roi-rvo en
el campo, cuyos colonos solían |>airar
por renta la quinta {«rte de lo^ fru-
tos».— Filtra: «propiedad inmueble,
n'istica ó urbana».— El pl. de r«.v«-
(jiiinlii es rasasquiíi/tis.
C.\s<ABEi.EAR. a. fig. y fani. -«.Vllio-
rotar á uno con esix-ranzas lisonjei-.js
y vanas ¡Kira al<;una cosii. || n. titr. y
fain. Portai-se con liirercza y px-o jui-
cio». ELsto solo si-^nitii^i este v. y nó
fluirulolnir: asi ijue, la fr. Hcrrwlura
que cascabelea, rlnro h fiillii, es:
hfrradura que iharohlfa, riaro If falla,
fjue no si<:nifica lo (jue aquí le atri-
buimos, sino (juc es simple refrán con
(jiK' .«e noU» al (pie blasona nuiclio de
su nobleza, teniendo en ella un defecto
c-oiLsiderable. El v. ijwirhapfar signi-
fica también: sonar una chapa de
hierro por estar mal clavada: como
chilenismo, vésisele en su lugar. — Usa-
mus tumlpi'ii, fig. y familiarmente, ¡i
cascabelear en el sentido dc-])ro-
testar por lo Iwjo ó refunfuñar. En
esta.s dos malas acejis. lo hacemos n.
Ca.sí'a.iai, ó cas4'a.;aii, ni. l'itsajeó
sitio en donde hay mucho cascajo. ||
Taraje donde se eclia la casca de la
uva fueni del lagar.
Cascajento, ta, adj. Dígase ««-
rajiisn, sil: abundante ilc pielras ó
casaijo.
í'así'axckcks, m. Iiistruiijento [tira
rpiebrantar la cáscsira de las nueces.
VjH digno de admitirse, jKirijuo es ne-
c-síirio y estii bien fonnado. .\sí figura
en el Ilicc. rasra/iiñonex.
Cascak, a. .Sigiiifit-a: «(juebnintar
ó hender un vaso, una vasija ú otras
cosas, r. t. c. r. jj fam. dar ¡i niio gol-
jx-s con la mano ú otra cosa, jj tig. y
fam. quebrantar la salud de uno. I',
t. c. r. II fam. charlar. I', ni. c. n.»
De i-sta y de la segunda accp. ha.
pivtveiiido sin duda la ex|>r. tan co-
rriente cu Chile ¡Vamos casraiulo.' con
(pie familiarmente nos animamos ¡i
proseguir con más ardor nna cosa ya
comenzada, ó á empezarla nuevamente
si se había interrumpido: como un
\ iaje, un baile, un juego, etc. También
decimos en est«s casos ¡Vamos petjan-
lio.' o ," Vamos lostando! aceps. que no
traen los respectivos verbos, pero que
pii-ecen legitimas. Finalmente, usa-
mos en Chile otra acep., fam. también,
que registra el Vocabulario de Horao
como propia de .\nig<)n: «dedicarse
con preferencia á una cosa, c-oino se ve
en liLS fniscs Cascarle al pan, Cascarle
al ílercc/io romano». — Voz nisrada (la
(pie carece de fuerza, sonoridad y fá-
cil entonación) es fr. enteramente cas-
tiza.
Cascara, f. El llamado ai|ui color
cascara, nombiado así ]ior la voz
riisrarilla, siiKJniíno de rancla, se tra-
duce al castellano jwr el adj. canelo,
la, de color de canela, es decir, rojo
amarillento. (Véase Cakk). — Como
intcrj. de sor])icsa ó adiniraciíjn es
¡riisraras! — Cáscara ainarg^a se
llama aquí al individuo de mal genio
ó colérico, es decir, al rasriirrahias.
En castellano Síilo se conoce la fr. fig.
y fam. Ser uno ilr ((i ile la) ñisca ra
amari/a: ser trarieso y valentón.
Cascareo, m. fam. .\cci(>n ó efec-
to di' comer «l'i^iriLS de frutas, gene-
ralmente las de sandía y melón, (jiic
siempre salen con alguna carne. Es
280
CAS
CAS
nombre bien formado, pero no cuenta
todavía can el uso general de Chile.
Cascarilla, f. 8e le agreo-ó la acep.
do «blanquete (ó afeite para blancjuear
el cutis) lieclio de cascara de huevo».
Cascarria, f. Escríbase cazcarria,
advirtiendo ijue se usa m. en pl., y
teudrenio? la fiesta en paz. Lo emplea
también aquí el pueblo en sentido fig.
por-jiersona muy despreciable, tanto
por su apocamiento y cobardía, cuanto
¡lor su mala traza y desaliño. Para
expresar esta idea hay en castellano
calandrajo, casaicirnelas, com., cerme-
ño, cliuclmmeco, churriburri ó zurribu-
rri, mandria, peal, pelayalox, pendejn.
Caballero acepta á cascarrias, es-
crito así con s, y lo define: «Símbolo
de suciedad y abandono. También se
emplea, familiarmente, en sentido des-
pectivo».
Cascarriento, ta, adj. Cazca-
rriento, ta: que tiene muchas cazca-
rrias. Aquí se aplica figuradamente á
las perdonas y animales sucios ó des-
aliñados, y también á toda persona
nniy despreciable. Sépase que cazcarria
sólo significa en castellano: «lodo ó
barro que se coge y seca en la parte
de la ropa que va cerca del suelo«.
Casco, m. «Cada uno de los peda-
zos de cualquiera vasija ó vaso que se
rompe», es la acep. más próxima ó pa-
recida que tiene esta voz en castellano
para explicar lo (jue aquí llamamos
casco de naranja, de nuez,
de ajo, que en español se llama ¡jajo:
«cada una de las divisiones interiores
de varias frutas, c3mo las de la naran-
ja, granada, etc.» El casco de nuez
se Wwaíi pierna de nuez: «cada una de
las cuatro partes en que está natural-
mente dividida la ])ulpa de una nuez
ccmiu». Si la división ó parte no está
formada naturalmente, sino que es he-
cha por acto posterior, se llama cacho:
«pedazo pequeño de alguna cosa y
más especialmente el del pan y el do
algunas frutas, como el limón y la ca-
labaza». C'acho de granada traducen
el fraymen mali punid del Cantar de
los cantares Scío, Amat y según algu-
nos manuscritos Fray Luis de León;
sin embargo, González Carvajal em-
plea hi voz casco, sin que se vea claro
si la toma como sinónimo de pedazo,
fraí/mento, cacho, ó por toda la corteza
de forma globosa en que están ence-
rrados los granos. Más parece esto
liltirao, por la explicación que se agre-
ga en las notas; y en tal caso corres-
pondería á otra acep. que damos nos-
otros á casco; por analogía con el cctsco
militar y con el casco de la cabeza y el
de las naves, llamamos así la parte
dura y unida á la corteza en algunas
frutas, como la granada, la sandía, el
melón. — Casco se llama también en
Chile cada uno de los trozos ó partes
(generalmente dos) en que se dividen
los colchones; pues, para doblarlos,
volverlos y transportarlos con más fa-
cilidad, suelL'U hacerse en esa forma. —
Casco pelado, ó casco solamente,
denominan nuestros agricultores el te-
rreno solo de un fundo ó finca, sin
aniuKxles, enseres ni otros adherentes.
Aun(|ue la frase es expresiva, tiene la
desgracia de no ser castiza, y por eso
no aconsejamos su uso. En sentido
fig. y algo parecido usa Puigblanch la
palabra casco: «Hemos conocido reno-
varse y aumentarse esta ciudad [lien-
dres] en sus calles, plazas y edificios
por un equivalente de todo el casco de
jNfadrid ó de Sevilla, que son los dos
pueblos más grandes de España». Tam-
poco aparece en el Dice, esta acep.
CAS
CAS
2S1
Casería, f. Muy usado es aquí
ciitix' ul pui-blo jK)r ¡uinoquia un la
acep. de «conjunlo de personas que
acuden :i surlii-se do nn:t nii:<nia tienda,
f|ue se sirven del misino aistre, (jnc se
valen del misino fiiculuilívo, etc.» La
primera idea (i-onjnnto de ¡«rsonas
que acuden á surtirse de una misma
tienda, alniiu.vii, desp;icho, etc.) estii
bien expresada jwr jHirnnjiiüi, aun(|uc
el pueblo la cntienila aquí en acti\M,
ponjue llama casería, nó el conjun-
to de personas que acuden á la u)isnia
tienda, sino la costumbre ó afición de
una j)ersona de comprar en una mis-
ma tienda, ponjue se le vende nii'is
barato, ó se le dan especies de mejor
cjdidad, ó jwr cualtiuicr otro motivo;
}• ¡Lsi dice, por ejemplo: Fulano liene
caseríi en tal ¡miie. La segunda
idea (conjunto de personas que se sir-
ven del niisini) sastre, que se valen del
mismo facultativo, etc.) se expresa
también en castellano, y quiziis mejor,
por la voz rlienlela. — La única acep.
vigente que hoy tiene caseria es: «icasii
aislada en el t"ampoy en la cual viven
las peiiüinas ijue cuidiin de alguna lia-
cii-nda contigua ó cercana».
Casero, ra, m. y f. lluy usado
en Chile entre el pueblo. Tradúz-
ca.se p ir ¡mrroquiano, na, conforme
á la pi'imeni parte del anterior, por-
que en la si-guiid;i, (pie corresponde-
ría á rlirnlr, no es aquí usiulo. .Según
Pichardo, casero y casera es en
Cuba «la jiersona que |)iM;ta ó acos-
tumbra traer ¡i la casa loí artículos
de ventii iwuales, es[xxial mente los
comestibles de coasumo de ella, y
también quien los rom/irtí». Esta últi-
ma fiarte de la definici(in es también
aix:|>tad:i y a|ilicada entre no«)tros. —
Xo hay ¡Kini qué agregar aquí Ims
ai-cjv;. castizas de casero, ni, como
s. y como adj.
C.ASlCONTR.\TOÓCUASICOXTnATO,m.
Casii,i..\, f. «Cada uno de los senos
ó divisiones del casilleros ; y ais i I leí o
es: «mueble con varios senos ó divi-
siones que sirven para tener en él, con
la conveniente separación, papeles, car-
tas, billetes de teatros ó de ferrocarri-
les, etc.» ^H•gnn estas deliniciones se
ve <|ue estii bien usada en nuestras
oficinas de coran) la voz rasHht, y has-
ta seria impropio reemplazarla }X)r
apíiiiailo, como dicen en Madrid y en
otnis partes, ponjue (iparkulo sólo es
«conjunto de cartas, ¡x;r¡(')dicos, etc.,
ípie se apartan en el correo para que
los interesados los reciban cuanto an-
tes», y también «en algunas partes,
lugar cu que se dan»; ¡wro no es la
división misma, cerrada con llave, en
fin, la casilla, en que se guarda toda
la convspondencia que le llega á una
[)ersoua.
Casimik, casimira y casimiiío. To-
das estas forniiis acepta el Dice. En
Chile se conoce la 1.", y por nuestia
píjrte imnca hemos visto ninguna de
las otras dos en los libros ó inqiresos
de otnus partes.
Cakimiuo, ra, m. y f. Por eufemis-
mo y ¡wr donaire y conforme á la
estructura material del vocablo, se lla-
ma a.sí en Chile al hinco ó hianjo, y á
veces también al tuerto. (Véase Bisco).
Como, segiin ])arece, es coniente este
uso en nmchas otnts partes, bien po-
dría aceptarlo el Dice. Este nn'smo
signifi(;ado parece tener en el emito
español :
Ciinimiro A 811 (Innm
Dijii afligiilo:
Tullo» t« e»\án iiiiraiido,
Yo can miro,
31
282
CAS
CAS
Casineta, f. Cierta tela iiifenor
al casimir. Según Rivodó es casine/e,
sincopa de casi mírete, y por supuesto
m. Decídalo la futiii'a edición del Dice.
Casino, m. «Sociedad de hombres
que se juntan en una casa amueblada
y sostenida á .sus expensas, mediante
la cuota fija que de entrada y men.--ual-
luente paga cada socio, para conversar,
leer, jugai', etc. Edificio en que esta
sociedad se reúne». Por estas definicio-
nes se ve claro que luiestros casinOS
no son tales casinos y que csce nombre
corresponde exactamente á nuestros
clubes.
Casita, f. En muelios colegios y
casas se llama así el hq/ar común. Véa-
se Común, 1." acep.
Casiterita, f. Bióxido de estaño,
mineral de color pardo y brillo dia-
mantino, que es el que sirve princi-
palmente para la extracción del metal.
Admitido en la 1:3." edición del Dice.
Caso, m. Xo debe confundirse en
ninguna de sus muchas y variadas
aceps. con cnzo, que es el nombre que
tienen ciertas vasijas de metal. — Cuso
que ó en caso de que, dado caso y demos
caso, son locuciones y frases castizas
que significan lo mismo, esto es: su-
puesta tal ó tal cosa. — Xo sea caso que,
es fr. que falta en el Dice, y que sig-
nifica: no sea que, no suceda que, el
ne forte latino. En una que otra obra
hemos hallado No sea acaso que.
Aunque el acaso no es aqni un error
manifiesto, porque puede explicarse co-
mo adv. intercalado con el significado
de-por casualidad ó quizás, que es lo
que significa, sin embargo, preferimos
la forma Ko sea caso que, que es la
usual y corriente. — Para el caSO,
expr. que el pueblo estropea en pa"l
caso, con el significado de al contra-
rio, mientras tanto, ó más literalmente,
en tal caso ó en este caso: «Me dijiste
que llovía, y pa'l caSO ro era cierto )i^
Caspicias, f. pl. líesta, sobras de
ningún valor. Admitido en el último
Dice.
Caspiroleta, f. Cierta bebida en
que entran como ingredientes princi-
pales la leche caliente y el aguardiente.
Usa-.e en algunas partes de Chile. La
voz parece ser la pronunciación esfor-
zada de cafiroleta, registrado ya
por Pichardo con el significado de
"dulce compuesto de boniato, coco ra-
llado y azúcar».
Castañal, castañar, castañeda,
y en Asturias, castañera: sitio pobla-
do de castaño?.
Castañeta, f. Pez chileno, de seis
á nueve pulgadas de largo, de color
azul apizarrado, muy oscuro por el
dorso y plateado por el vientre. Helin-
ses crusma es el nombre técnico .que
da el naturalista Gay. Parece que el
vulgar de castañeta tiene derecho á fi-
gurar en el Dice.
Castañola, f. Pez grande, del or-
den de los acantopterigios, de color de
acero, con el hocico romo, el cuerpo
más levantado por la parte anterior
que por la posterior, escamas blandas
que cubren las aletas, y carne blanca
y floja. Abunda en el Mediterráneo y
e, comestible. Admitido en la Kj."
edición del Dice.
Castañuela, f . Malamente lo usan
aquí algunos por tarreña: «cada una
de las dos tejuelas que, metidas entre
los dedos y batiendo una con otra, ha-
cen un ruido acorde». Hay también en
castellano castañeta, pero es un instru-
mento músico muy distinto.
Castellanismo, m. Úsalo Menén-
dez y Pelayo y no hay duda de que
CAS
CAT
2.><;í
del» admitirse en el sentido de-giro ó
modo de hablar jiro|ii() ó privativo de
alguna de las d(6 Castillas.
Castellano, na, adj. Apliaise á
K)S |>ull(is, galliiüLS etc., de color ceni-
ciento oscuro con pinUis ó manchas
l«liiiiju¡zc;is, ponjue eu sn origen vi-
uiemn de alguna de las dos Castilhis.
Casticidad, f. Calidad de c-astizo.
Ilicn puetle admitirse, pon]ue en ver-
dad hace falta y tiene algún us.i.
Casticismo, m. Amor ó afición á lo
castizo del lenguaje, sin n)3'ar en lo
exugenulo, i]ue es el vicio dc\ piiiimno.
Es término nec-es;ir¡o, usado y de bue-
na formación; digno, ¡wr consiguiente,
de ser admitido.
Castigar v.va cie.nta, ix invex-
TARIO, etc. Es frj.'c corriente que ya
jtodria figurar en el Dice. a)n el signi-
ficado de reducir sus partidas al menor
monto jxjsilfle, ó revisarlas con niás
atención i)ard eliminar lo inútil ó co-
rregir lo errado. líivodó la acepta sin
inconveniente.
Castilla, f. Tela de lana con mu-
cho pelo, de «jue se usa para abrigo.
Es el biiijrli'iit castellano. Si'gnnunente
se llamó castilla, voz de uso general
en Chile, porque vino la mencionada
lela de la.s Ca-stilhLS de España.
Ca.stii.LO, m. Parec-e qne no es co-
nocida en EsiKiña, en la forma á lo
menos, la torta cs]>ecial y alta que aijuí
(c denomina msli/lo. Allá se conocen
el rrortinle ó f/ttirlur/ip ([Ktata comwti-
ble de almendras tostadiLS y aíramelo)
y el /liñontile (masa de harina frita
cortada en pedacito.'* ([ue, reiiozados
con miel ó ahnibar, se míen unos á
otroM, formando |Kir Irj común una |i¡-
fiu), que son algo |iarecidos. En vista
de esto no vemos inconveniente para
que se acejite inie«tro (•«<////(;, huc.4|)ed
necesario en banquetes y grandes al-
muerzos ó comidas. Es cierto «pie el
Dii-c. proix)iriona para él los nombres
de ramillete (plato de dulces (pie for-
man un conjunto elevado y vistoso) y
plato mniilmlo (cualquier manjar que,
para mayor lucimiento, se presenta so-
brc una base, canastillo ó tenqilete, á
veces comestible y con fa'cuencia vis-
tosamente adornado), jiero no son
tan expresivos y conocidos como ras-
tillo.
Castou. m. Mamífero muy conoci-
do, del orden de los roedores. Xo debe
confundirse con Cii-<loi\ héroe mitoló-
gico, hermano de Pólux; y tíimbién,
una de his dos estrellas principales de
la constelación de Gémiiiis.
CASfAiíio, m. Ave del orden de las
corredora-!, de menos tamaño que el
avestru:'., con tix-s dedos en cada pie,
de color negro ó giis y tan poco suel-
tas las barbiis de sus plumas que el
animal parece cubierto de crines. I^a
esjiecie que vive en las islas del Océano
Indico tiene una protulierancia ósea en
la caK'za. Admisión del último Dice.
Casts iíki.li (promincicse hcl-li),
expr. latina. «Caso ó motivo de guerra.
Empléase en el lenguaje diplomático
de todos los plises de tluropa». Olvi-
dóse el Dice, de que hay diplomacia y
derecho internacional y de gentes, y
por consiguiente castis lielli, en lodo el
nnindo y no solamente en Europa.
Cata. (Del griego v.xzi). Prep. in-
sej). que signifiai luirin ahajo. Cata-
im.a.sma. Admitido en la 13." edición
del Dice.
Cata, f. Parece corruiH'iíin del anti-
cuado catalnica (''"/'"'yíJ. Einpléasíí
también el ni. rain y el diminutivo
ratita. — También se usa Cala como
diminutivo fa:n. de Catalina, [)ero un
28i
CAT
CAT
tanto despectivo, porque el diminutivo
de carino es Calila. Capmany emplea
Catana, que en realidad vale menos
que los nuestros.
Catadióptiuco, ca, adj. Dícese del
aparato compuesto de espejos y lentes.
Término de Óptica admitido en la 13."
edición del Dice, pero sin indicar la
etimología, que salta á la vista: ■axzÓl
y h'.rj—za-.yJjz.
Catalanismo, m. Xo aparece en el
Dice, y creemos que, dado el uso que
tiene, debe admitírsele en las siguien-
tes aceps. : Voz, giro ó modo de hablar
usado en el castellano de Cataluña;
doctrina política que enseña la sepa-
ración de Cataluña del resto de España;
partido político que acepta y propaga
esta doctrina.
Catalanista, adj. y ü. t. c. s. co-
mún. Por más que diga Orellana que
es un adj. de nueva invención, sin
ejemplo en la lingüística, y aunque por
su parte no lo acepte, nosotros no po-
demos dejar de admitirlo como simple
adj. ó como adj. sustantivado, corres-
pondiente á catalanismo en las dos úl-
timas aceps. que liemos apuntado, se-
gún las cuales significa: perteneciente
á la doctriua llamada ralalanifimo;
partidario ó secuaz de dicha doctrina.
En estas aceps. no sólo tiene ejemplo
en castellano, como lo prueba la gran
cantidad de nombres en isla, sino que
es necesariamente reclamado para ex-
presar los conceptos que en ellas se
encierran y á los cuales no puede satis-
facer el adj. catalán, que tiene aceps.
muy distintas. No hay necesidad de
aducir autoridades, que abundan en
todos los escritores modernos.
Catalaxizar, a. Dar ú una cosa la
forma catalana, ó ;i una persona las
costumbres ó sentimientos propios de
Cataluña. Es v. bien formado y usado
y debe figurar en el Dice.
Catalejo, ra. Anteojo de larga vis-
ta. Compuesto, como es, del v. catar,
ver, y del adw hjo», o¡)!na Rivodó que
debe ser catalejos, conservándose
invariable para el pl. Mus no lo quiso
así el uso, y ya no es tiempo de retro-
ceder á la época de la formación del
idioma.
Catalogación, f. Acción ó efecto
de catalogar. Sustantivo necesario y
bien formado.
Catalogador, ra, m. y f. Persona
que cataloga. Merece figurar en el Dice.
Catana, f. Viene de la voz catcm,
desconocida ya para los modernos
Dices., pero nó para el de Autoridades,
que la define: «Una especie de alfange
que usan los indios, que en el Japón
le llaman catana». ¿Qué tal? ¿Cómo
ha venido á parar entre nosotros la
calaña japonesa? Explíquenlo, si' pue-
den, los viajeros ó los aniueólogos; por
nuestra parte sólo diremos que catana
es el nombre despectivo (]ue damos en
Chile al sable, especialmente al largo
y viejo y al que usan los polizontes. En
el primer caso equivale á la charrai-ca
castellana («arma arrastradiza; por lo
común, sable»), ó al chafarote («sable
ó espada ancha»); y en.el segundo, ca-
si, casi, al yaiaiján. — En Cuba signifi-
ca catana, en lenguaje fam., cosa
pesada, tosca, deforme.
Catanazo, m. (¡olpe dado con la
catana. Véase Planazo.
Catanear, a. Dar decatanazos.
Xo es muy usado que digamos.
¡Cataplum! En lugar de ésta ha-
llamos en el Dice, la interj. ¡pum! voz
que se usa para expresar ruido, explo-
sión ó golpe. Sin embargo. Pereda es-
cribe: «Por muy a.lto que subieras entre
CAT
CAT
la chiisiiiii de Ul iKirtiilo, á lo lUfjor
:rftla¡iliim: »...(Pftlr<> Süiitliez, XXX I ).
l'sila umbiiMi en 7'i)«)>t // ¡xthajts lias-
ta Jis Vires. Euse!>io Blasco nsa ;ra-
^//./,ii( ' ,|iK- lainpoco npaave en el nicc.
Catarrear, a. Lo mismo cjiíe
majaderear. Véase esta voz.
Catarriento, ta, adj. El Dice.
sdIm nojiii-it' a rtil)irroso, xa, apliaido
¡i pere ma, y cnlarraK aplicado :i cosa.
CATASTRAL, adj. Perlcnecientó ó
relutivoai «lUistro. Admitido en la 1:>."
edición del Dii-C.
Catatán, m. Es voz que se oye en
el |)iiel)lo en el sijrnifie-.ído general de-
c.i-it !'_'•>. (¿uiz-ts se haya formaJn de
catana, jxir alusión á los golpes da-
dijs ix)ii esta arma.
Cateada, f. fam. Acción ó efecto
de catcíir, en la acep. de «aguaitar li
oljservar cautelosamente »; minida ú
oljservación de una cosa ó acción á la
liger». A'áwse Catkar.
C.VTKADOU, RA, adj. v ú. t. c. s. m.
El fjue catea. Por antonomasia, el que
exfilora terrenos en busca de minas.
.\si lo usamos en Chile, y con buenas
razones. Vésise el siguiente.
C\TKAU. a. Con el signifiwido de
•<bus<-ar, descubrir», ¡lero con la nota
de niiliriiiiilo lo registra el Dice. .\<iuí
ha jNjrseverailo siempre esUí aceji., aun-
c|Ue inclinándose más al signifitwlo de
••buseir» que al de «descubrir», y res-
tringida á lits minas. Cnlcar es entre
nosotros reconocer ó cx]>lonir los terre-
no» en Imscjí de alguna veta de metal.
De aqni se ha derivado la otra acep.
i!'; «aguaitJir ú oljservar r-antelosamen-
tr», que le damos en el lenguaje co-
rriente y en la cual lo confundimos con
riiliir, que en «wtellano significa: «ver,
examinar, rirzistrar, mirar». Pareí*
pue< justo «pie por el uso que tiene
entre nosoin s el v. ralcnr, en ambas
a<v|«. y por ser ésUis bien fundadas, se
admitJk en el Dice, jku- lo menos como
chilenismo. Si no a- admitiera en esta
última acep., hay i«ra ella, además de
aguaitar y acechar, amaillnar (obser-
var y mirar con cuidado, acechar, es-
piar) y mrreinlar, n., (ivgistnir y ace-
char con curiosidad lo que otix) esi-ribc
ó hace. En el juego se dice del compa-
ñero que ve las cartas del otro). — En
U!ia que otra i)irtc de Chile se usa el
adj. cateado, da (otra etimoloria),
aplicado á la tierra removida |ior las ca-
lax, y, como éstas andan en grandes ban-
dada*!, la dejan como aiad.i de nuevo.
CATECISMO, m. Libro en tpic se
contiene la expliración de la doctriua
cristiana, en forma de diálogo; obra
que contiene la explicación sucinta de
alguna ciencia ó arte, y que está redac-
tada en forma de preguntas y respues-
tas. No debe confundirse con caliquis-
ino ó raleqw'.iis, f.: ejercicio de instruir
en los artículos y demás cosas jierteiie-
cieutes á nuestra sagrada religiiiii: arte
de instruir jwr medio de preguntas y
rcspuestsis. Esta distinción, (|ue no hizo
cu su tiempo el Dice, de Autoridades,
nos parece útilísima en la práctica para
no confundir hus varias aceps. (jne tiene
ahora el primitivo griego v,%—r¡/'.'viJi-.,
en latín, r//W//.vw/w. Esprocodiinienlo
muy usado en ciislellano el (|ue una
voz, que en latín ó en griego fué una
sola, se bifurque, por decirlo asi, con
el tiempo, |)orquc la gente culta y
educada la lleva iK)r mi camino, y el
puel)locon su ignorancia y enievesada
])rouunciación la an-.istra |K)r otro; y,
como es difícil (|ue ambos partidos se
unan, y, al contrario, muchas veces s(!
separan enteramente poroldistintosig-
nilii'adoqne dan á la misma voz, vieiicá
28G
CAT
CAT
resultar ésta dividida en dos, y tan di-
vidida que en muchos casos sólo el filólo-
go puede conocerla. Por vía de ejemplo
citaremos alj^unas voces de esta natu-
raleza: en unas el significado es ente-
ramente distinto, en otras conserva
alguna semejanza ó sinonimia, y en
algunas pocas es igual. Con esta i)re-
vención examínense las seguientes vo-
ces: abad y abate, alalia r y loar, albe-
drio y arbitrio, alegar y allegar, alma
y ánima, ampolla y bambolla, ancla y
áncora, apedrear y lapidar (aunque las
raíces latinas, jjf/y« y tapis, son distin-
tas), auditor y oidor, bienhechor y be-
nefactor, bonísimo y óptimo, cabildo y
capitulo, calidad y cualidad, constar y
costar, clave y liare, cuidar y curar,
cisma y chisme, clamar y llamar, colgar
y colocar, colmo y cúmulo, comulgar y
comunicar, cuaderno y cuaterno, contar
y computar, deán y decano, décimo y
diezmo, dirigir y enderezar, derecho y
directo, doblar y duplicar, delgado y
delicado, domingo y dominico, enjambre
y examen, erguir y erigir, estrecho y
estricto, expuesto y expósito, fita é lula,
filo 6 ¡alo, fibra y liebra, fervor y lier-
vor,foja y hoja, forma y horma, fosco
y liosco, flojo y flujo, fierro y hierro,
fondo y hondo, fundir y hundir, fumar,
fumigar y humear (forma triple), haca
y jcwa, hastio y fastidio, hostigar y
fustigar, integrar y enterar, integro y
entero, laudable y loable, leal y legal,
librar y liberar, laico y lego, liar y li-
gar, lidiar y litigar, limitar y lindar,
limpio y límpido, literato y letrado, lo-
grar y lucrar, logro y lucro, lúcido y
lucio, llana y plana, llano y plano,
llanta y planta, lleno y pleno, llegar y
plegar, mcauha y mácula, mandado y
maíidato, malísimo y pésimo, madera y
materia, tnaesr, maestre y maestro.
mascar y masticcn; ordenar y ordeñar,
octavo y ochavo, obrar y operar, obrero
y operario, pasmo y espasmo, pólipo y
pulpo, plagar y llagar, prójimo y próxi-
mo, peje y pt^z, padrenuestro y patei--
nósier, raudo y rápido, rayo y radio,
rehusar y recusar, recobrar y recuperar,
recorrer y recurrir, reglar y regular (v.
y adj.), respeto y respecto, retar y repu-
tar, rueda y rota, rotura y ruptura,
seglar y secular, segundar y secundar,
sello y sigilo, sobrar y superar, templar
y temperar, tronco y trimco, tronchar y
truncar, tradición y traición, útero y
odre, velar y vigilar, vengar y vindicar;
y haíta los nombres propios Benito y
Benedicto y adj. bendito, Gil y Egidio,
Jlillán y Emiliano, Isidro é Isidoro,
Felipe y Filipo, Luis y Ludovico, Rei-
naldo y Reginaldo, llamón y Raimun-
do, Santiago, Jacobo, Jaime, Diego,
Diago y Yago, Feliz y adj. /efe, Fidel
y adj. fiel. Silva y s. selva, Ebro é ibe-
ro, Pablo y Paulo, etc., etc. Del grie-
go hay también varias voces que, coin-
cidiendo en significado etimológico con
las formadas del latín, han quedado,
sin embargo, en castellano; como «íící-
clica (circular), católico (universcd),
símbolo (credo), sínodo (concilio y
viático), metro (medida), kgrie (señor)
y los nombres propios Eleuterio (libre
ó Liberato), Ensebio (Pío), Irene (^Paz),
Solero (Salvador), Teodoro (Adcodato),
Macariú (Félix), Erasmo (Desiderio).
¿Quién puede dudar (pie esta abun-
dancia de formas es una verdadera y
positiva riqueza para el idioma? Es al-
go así como haber recibido nn solo
objeto ó un bien cualquiera y sacar de
él, en seguida, con la industria y el in-
genio doblada y á veces triple utilidad.
CÁTEDRA, f. El último Dice, le agre-
gó la siguiente acep., que es la 1.-' de
CAT
CAT
■2S7
ArLA: «sala doiiJe se oiiscña al;;»»
arte ó fui-iiltai) en las nniversiiltules ó
ais:is de i-stiulio». liastaiites aceps. te-
nia ya Ciileiliii pjír.i añadirle osui otra
tan inKo usada (si es que lo es ¡wr
al-_'uieii)y Lan dLütinta de !>u etiinül(><;ía
;rrie;ra, qne si*;iiiHca «silla ell alto»
(xará £ <^pi).
Catf.Xakia, adj. Dieese de la curva
que furina un cordón sus|)Ciid¡do de
dos puntos i|uc no están en la misma
vertiral. I', m. c.s. Admitido cu la i;'./'
edición del Dice.
Cateo, m. Ati-ion ó efecto de catear.
Es de lu» cirrientc en Chile, l:astii t;d
luiiito que un titulo del C(xligo de
Minería trata «de la investigación ó
cateo». Paa-<-c pnes que del)e ndiuitir-
se. Familianuente se usa taniiiién en el
mismo si;;in'f¡i';idii (|Ue cateada.
CATEyriZAiKJii, itA, m. y f. Persona
qne cate<iin'z;i. en la aa-p. tijrurada (pie
tiene este verijo de «jwi-suadir á uno á
que ejecute ó consienta alguna cosa
que repugnalia»; porque «el que ins-
truye en la doctrina y misterios de
imcstra Síinta fe católica) á los adultos
qne desean Uiutizarsei. (l."ace|i. del
V. ralequiztir) se llama aileqiti.slti. Cii-
Ift/uüii/or no a|Kire<'C en el Dice., aun-
que CA de mejor formación y más usa-
do que el nilfqulzoiile que él nos da.
Vuler.i lo usa en el mismo sentido que
raleijiii.slii, lo que no nos {Mirece liien,
ponpie eso es introducir la confusión
y ananjuía en la lengua. «Conténtate
por ahora con salxr que el vciiendile
jKulre jfsuita, mi catcquizador, me
|)U.so, ul liautizarme, el sevillano nom-
l>!e ;]e Isidoro». ( flaiula i'i Id Ciijiifña
l.l.iiu;,. VIH ,.
Caterva, f. Corrupíñón Aaralfirii,
lo mi.Hmo «pie parva \*>T ¡iftrra, rala
[)or rtilu. Parece qui;, alargando la pa-
latina iKjr metlio del aci'Uto agudo, se
quisiera indicar la grandeza ó magni-
tud del ohjeto signilicado jwrella. Los
seudocultos, (^•onigioiido al piiililo. di-
cen catervada, parvada y rala-
da, como las canttiras de íaUriia <|ue
cantiin: Señora Doña Marida. .
Catete, m. Tsase cu Chile |K>r-
¡Kileld^ ¡Hil illas ó el (lüthlo. «llsis feo
que Catete» es en castellano Más feo
qiip Picio, ó sea, excesivamente feo.
«Miis astuto ó hábil que Catete ", es
sencillamente «iíius astuto ó liáliil que
Pateta, el diablo, llelistófeles, etc.» —
n Metete c-on Catete- • • », refrán ipic en-
seña con tono de amenaza que no delic
tratai'sc con el diablo ó con jx^i-sona
que tenga algo de diablo, por(]ue con
seguridad le irá mal y se le podrá apli-
Ciir la sentencia pojjular ((jue no n])a-
rece en el Dice.) «.Xsi pnga el diablo
á quien bien le sirve». También llama-
mos catete unas piuhes, (jaeUm (t
fiiniitlns (juc .se hacen con caldo de
cerdo. En la provincia de Jlauie, según
dice Vá.squez, el catete es la fécula
(cliuño) que se extrae del afrecho
remojado en agua ó en leche.
Catetómktko, m. Instrumento que
sirve para medir exactamente ix'(|ueñas
longitudes verticales. Término de l'i
sica admitido jxir primera vez, forma-
do del griego /.aiVi—/;, linea perpendi-
cular, y 'aétsov, medida.
Catili.sakia, f. (iracias á Diosíjue
fué admitido en la última edición del
Dice, (jue, si nó, teníamos ya prontas
nnas bueuiís autoridades en su favor.
He a(pií la detinición con qne ha que-
dado: «adj. Dicese de las oraciones pro-
nunciadiis porCicenin contra Catiliiia.
r. m. c. 8. II f. tig. Escrito ó discurso
vehemente dirigido contra alguna |)er-
sona». La l."acep. debió extciideive
CAT
CAU
también ú la tenninación masculina cu
cuanto á la forma, y á la persona de
Catilina en cuanto al significado. Ejér-
cito ratíJinarío, Guerra cídüinnria. Así
están admitidos en el Dice. Cemriuno,
Cireroniano, Pompei/ano, etc.
Catimbao, ni. Llamábase así en
Chile al hombre qne, vestido con traje
ridículo y vistoso, bailaba en las pro-
cesiones y fiestas piadosas al son de
algún instrumento y cantando algo á
propósito. Generalmente se bacía esto
entre varios, hasta el punto de formar
verdaderas compañías debidament* or-
ganizadas. Esta costumbre, que en sí
nada tiene de reprobable, porque es
fruto legitimo del entusiasmo religioso
y tiene en su favor el ejemplo de David
bailando delante del arca del testamen-
to, va desapareciendo ya de entre nos-
otros y sólo se conserva en algunos
pueblos apartados y sencillos; pero ya
los bailarines no se llaman catim-
baos, sino danzantes, ó vulgarmente
cllillOS, porque generalmente son
descendientes directos de los indígenas.
Fuera de bailarín y danzan/e, y ha-
ciendo á un lado á ¡latjaso y ¡mlchinetn,
que casi nada tienen que ver con ca-
timbao, el equivalente más próximo
de éste es matachín: «en lo antiguo,
hombre disfrazado ridiculamente, con
carátula y vestido de varios colores,
ajustado al cuerpo desde la cabeza á
los pies. De estas figuras solían formar-
se danzas, en que, al son de un tañido
alegre, hacían muecas y se daban gol-
pes con espadas de jialo y vejigas llenas
de aire».
CÁTODO, m. Polo negativo de una
batería eléctrica. Término de Física
admitido por primera vez, del griego
x.sri>oSo:, camino descendente.
Catópirico, ca, adj. Perteneciente
ó relativo á la catóptrica. Admitido en
el último Dice.
Catru, m. Véase Cajia.
Catrintre, adj. Voz araucana que
usamos como adj., aplicado á ciertos
quesos de ínfima calidad y de poca
sustancia. No hay duda que hay cierta
analogía entre esta voz compuesta y la
simple trintrfi, que significa cosa cres-
pa. (Y aquí protestamos de una vez
por todas contra los araucanistas, que
no acertaron á escribir el sonido arau-
cano trra, trre, trri, trro, irru, sino
que lo convirtieron en tha, the, thi, Iho,
t/iu, como si la // tuviera en castellano
algún sonido). El equivalente de ca-
trintre es soso, desabrido.
Catulo, n. pr. Según Cuervo y
conforme con el latín, debe haber en
castellano Catulo y Cátulo: Calido es
el poeta veronés, Cayo Valerio Catulo
(en latín Catállt/s), que se distinguió
en el género erótico y epigramático; y
Cátulo (en latín Cátulus) es apellido de
un cónsul y de otros personajes de la
antigua Roma.
Caturro, rra, m. y f. Es otra for-
ma de cata ó catíta (psittacus erythro-
frons). También se usa cal imito,
la.
Catuto, m. Cierto pan de forma
cilindrica, hecho de trigo cocido y
machacado; por otro nombre apare-
jo. Viene del araucano catrrutun, cor-
tar; por eso algunos pronuncian ca-
trrutrro ó catrutro.
Caucasiano, xa, adj. El Dice, sólo
registra á Caucáseo, sea, pero no por
eso debe excluir á Caucasiano, que es
mucho más usado.
Caucásico, ca, adj. Aplíc:ise á la
raza blanca ó indoeuropea por supo-
nerla oriunda del Cáucaso. Admitido
en el Suplemento del último Dice,
CAU
CAU
Caidato, adj. Reiristra i-sta voz ti
Dr-c. sülamciitc p;ira remitir » Comk-
TA CAllíATO. ulvidáiulusc- lie Imcerlo
tainhii'ii «)ii SoxKTO rAi'DATO.
Caidii.i.ajk. 111. Sistema de goliier-
iio, ó mejor de desirobieriio. en que
R)lo duininaii ó inundan los caudillos;
reunión de estos. lis voz que, por el
uso que tiene y por ln iiccx-sidad que
li;i_v (le ella, merece adinitii-sc.
Caula, f. Corrupción de cúbtiUi.
Vi-ase Cabla; y en cuanto á la voca-
iizitcióii de la h en «, véase C.
Cailkscextk. adj. Diceso de la
planta cuyo tiiUo se distiii!j;iie f.icil-
inente de la raíz jwr estar bien di-s-
arrollado. Término de Botánica admi-
tido |K)r primera vez y formado del
latín rfiiilesreiig.
Caulista, 111. Véase Cablista.
CaI'.^^a, f. La lix-. A onixíi que, que
si^niticii j>oii/iif, ron iiwliro de, no es
incorrecta. ix)r cuanto el ile tpie le fal-
ta e-iüi suprimido por eliivsis, como es
c-orriente liacerlo en castellano en locu-
ciones semejantes. (Vé;ise Apesar).
Sin emlKir^'o. ni¡is ajustado á la jrra-
mática es a atu*(i de, con iiilinitivo, ó
i't rau.in de i/iie, cxju los deniis modos
del verlxj. y así también lo aconseja
Itaralt. — //nrer uno lii ruiisu de oiro:
favorecerla. Ks fr. iulmitida ix)r pri-
nier.i vez. Véa.sc H.irKK.
Causa, f. lleu'w usado que cau-
SeO (ví-iusj esta voz), suele t-'imliién
oir.-s*' faniiliarinente y en un si;.(niHcad<>
niiis restr¡n;íido (pie aquél, (pie suele
ser in:us aliuiidante y |)rc[KU"ado. l']6|)c-
cialmcnte empleamos á causa IKira
indicar que Un manjar, en ciertas
circunstancias ó mezclado con otro ú
otros, no liaet; daño y, al contnirio, es
e\"|ni«ilo. Kl autor de Unza Chilena
da de este vocablo una ctimol<><'ía
harto iivjeniosíí y erudita y (leseamos
que sea conocida de nuestros lee-torcs.
He aquí sus jnilabras: «Iíes])e<to de
causa recuerdo que en el IVni dan
esc nombre á un íjuiso particular,
jici-o lio la emplean en el sentido
general (jue nosotros. En Trieste y.
otras ciudades alemanas del Austria,
rejiioiies habitadas en un tiempo jxir
los (iodos, no es raro ver en las hos-
terías li hoteles de los suburbios un
letrero con la palabra ./í/iw.'íi", que sig-
nifica exactamente lo mismo que la
miestra causa ó causeo, y que in-
dica al transeúnte (pie ]inede jiasar á
cualíiuiera hora á saborearlo. Asimis-
mo conjugan el verl>o Jaiíxsen. Ni el
verbo ni el sustantivo pertenec-en allí
al lenguaje literario, están en las mis-
mas <x)ndiciones que los nuestros. Las
voces chilenas, y también las austríacas
lirübableinente. son las góticius kausia
=cosa escogida, delicada, csjwcialmen-
te al paladar, y el verbo Icausian =
lirol)ar, catar, escoger, palabras de que
provienen muchas otras en los roman-
ces: proNX'iizal rausir, italiano riausire,
fi-ancés r/ioi.iir, y en castellano miar y
sus derivados». (Parte II, c. II, § 4).
Y('ase Causeo, en donde damos la
etimología (piiclina de causa, que
pirece ser la más obvia y natural, sin
necesidad de buscar otra allende los
maiX'8. Recuérdese la anécdota del ar-
qucíilogo y epigrafista (pie se torturaba
la mollera ])or interpretar á la romana
(¡Jen. (}/iliiiii>. Máximo...') la inscripcicin
DOMIXCO TiíLLO, hasta que llegó
el rústico de este nombre que la había
grabado p^ir sus manos y que la leyó
«Jino (piieii lee su ])ropia firma.
Causear, n. Xo tan usado como
el s. causeo, suele, sin embargo, oír-
se en lioca dij algunos en ti significado
32
290
CAU
CAY
de-tomar los alimuntosquoconstituyeu
aquella refacción. Véase el siguiente.
Coino a. significa, en general, comer;
y cou complemento directo de persona,
vencer á ésta con toda facilidad, ó co-
mo se diría familiarmente, comL'r.-5ela
ó comérsela viva.
Causeo, m. Comida ligera que se
toma, por lo general, á liora exti-aordi-
naria y por algún motivo particular,
V. gr., por andar de paseo ó de viaje.
Ordinariamente se compone de alimen-
tos fríos y secos, que pueden adquirirse
y transportarse con facilidad. La voz
es de uso general en todo Chile y difí-
cilmente se podrá reemplazar por otra;
porque ni merienda, ni cnndumio, ni
menos francarhela, ni ¡jaudeamus co-
rresponden exactamente al concepto del
causeo, que mejor, aunque de un
modo muy genérico, se traduciría por
refacción. La etimología de causeo
es el quichua causai/, ó cauc'ii, según
lo escriben otros, y que significa la vi-
da, la subsistencia, las necesidades de
la vida. Por eso en el Perú se ha intro-
ducido la voz causa, que, al decir de
Arona, es «plato criollo, muy popular
en Lima, Trujillo y otros puntos de la
costa. Se come frío y es un puré de
papas, aderezado con lechugas, queso
fresco, aceitunas, choclo, ají, etc.»
Véase Causa, 2.» art.
Causeta, f. Cierta hierba que na-
ce entre el lino. Desapareció del último
Dice, quizás por halx;r mudado de
nombre, ya que es más difícil que la
hierba misma haya desaparecido del
reino vegetal.
Cautchuc, m. Ni esta forma ni
oti-as más ó menos extranjerizadas
pueden admitirse en castellano, en
donde ya tenemos la limpia y sencilla
caucho: goma elástica.
Cautelación, f. Acción ó efecto
de cautelar, y también i/aranfia, m/u-
ridad, resguardo. Aunque existen el v.
cautelar, el s. cautela y el adj. cauteloso
con su respectivo adv., no se ha dado
cabida á este s. verbal, que en realidad
es feo é innecesario.
Cautivo, va, adj. y ú. t. c. s.
«Aprisionado en la guerra. Aplícase
más particularmente á los cristianos
hechos prisioneros por los infieles».
Esta y otra acep. anticuada es todo lo
que le pone á esta voz el Dice, exclu-
yendo así la acep. üg. que siempre ha
tenido, de-preso, poseído ó dominado
de algún afecto ó pasión, y que él mis-
mo usa en el artículo PiusioxEUO: «el
que está como cautivo de un afecto ó
pasión». En lo cual no hace otra cosa
(]ue harmonizar ó concordar á Cautivo
con Cautivar, que significa no sólo
«ati'aer, ganar», como dice el mismo
Dice, sino también «rendir, sujetar
completamente», como agrega Cuervo.
—Los cautivos ó juego de los
cautivos, es en castellano marro.
Véase Barra.
Cavial ó caviar, m. Manjar com-
puesto de huevas de esturión saladas y
prensadas. Expórtase principalmente
de Rusia. Así, con v, escribe estos
nombres el Dice, de la Academia; pero
la Gramática do la misma sólo trae la
forma cabial: f/X cuál de los dos se-
guir?
Cayeputi, m. Árbol de la India
Oriental y de la Oceanía, de la fa-
milia de las mirtáceas, con el tronco
negro y los ramos blancos, hoj;is
alternas, lanceoladas, puntiagudas y
falcadas, flores en espiga, y frutos cap-
sulares cou muchas semillas. De las
hojas se saca por destilación un aceite
aromático que se emplea en medicina.
CAZ
CEB
■2:n
Admitido OH el último Dice, por pri-
mera \cz.
Cazai>a. f. f;im. Acción ó efecto de
cazjir en la acep. luiuva qne npnntamos
eu a-iruida para este v. AniKiuc el s.
no es tan usado, sin cml>ar<,'0, no pue-
de deíiecliársele.
Cazador. Al mrjor Mza lor se le ra
la liebre, fr. fií. ijue merece estar en
el Diic. y sifinific-a fpie el niiis liáliil en
una materia pue<le cometer un cn'or ó
jKidecer un olvido ó ciiuivixración.
Cazar, a. Por ser demasiado cono-
cido, no ha? paní «pié atl vertir á los
reos del se^eo, ipie somos todos los
americanos _v otros m:i% (pie no debe
confundirse este v. con rasar. Y, heclia
cjta advertencia, agregaremos que fal-
ta en el Dice, una acep. lig. y fam. de
raz-ir, muy usada entre nosotros, pero
conocida ta'.nl)iéu en España, y es la
de-o^ger á uno en alguna cosii (pie
delna salier y no sabe, ó enredarlo en
alguna dificultad de la cual no pueda
salir. .Vsi un profesor y un examinador
mznn con toda facilidad á los alumno.^.
Taml)i('-n, sorprenderle ;i uno un secre-
to, descubrirlo cu un engaño, etc., eu
lo cual es sinónimo de coijer, ¡ñlUir y
pesrnr en las aceps. mis li menos pare-
cidas (pk- li> lia el 1 )icc., y de la fr. Dar
riizo: «[¡rocnnir con afán llegar á com-
jircnder ó conseguir alguna cosa: ihtr
ritzti á un empleo, ¡i un secreto». En la
Fantu lie lo» leii'/iiii/es (III t. de la
«•oleít-ión de León Kouanet), de un
sinónimo del siglo XVI, leemos que el
.Vinor, en rcs)iue8ta á un franws que
no atinaba eu algunos puntos de doc-
triiiM. !<• di"-:
' '/.,(./., u_- f, ílon traidor.
Qnc ta • Dios nu le un iiiiia<!'i:
Y !tl prójimo destruido:
Cada vez que le as topado.
De su dolor te aa placido.
;No es evidente que razar tiene aquí
la misma acep. qne le damos iio.sotros.'
Cazvki.a, f. >i(iuis;ido qne se hace '
eu la cazuela (cierta vasija de cocina),
comjiuesto de varias legumbres y carne
Iiicjula». Definición que se queda muy
corta para nuestra sabmsa cazuela de
ave, y aun para la de cordero ó de \aca.
La de ave, sobre todo, es tan buena y
apetecida, ipie hasta los extranjeros
tratan de aprender á hacerla y de acli-
matarla eu sus cocinas. — También se
llama aquí razuela lo que el Dice, de-
nomina paraíso, esto es: «conjunto de
asientos del piso m.ís alto de algunos
teatros», por analogía ó semejanza, sin
duda, con la antigua ívííí/Wi^í española,
(pie era el «sitio del teatro á que sólo
podían asistir mujeres».
Cka ó cía, f. Hueso de la cadera.
Ckática ó ciática, f. Enfermedad
muy conocida.
Ceba, f. Xo sigm'tíca en ca'^tellano
lo (|ue pretenden los cazadores chilenos,
esto es: «pólvora que se pone eu la
cazoleta ó fogón de un arma de fuego»,
que por su propio nombre es cebo. —
Ceba es la «alimentación abundante y
esmerada que se da al ganado, ef!i)ecial-
mente al ijuc sirve para el sustento del
hombre, á fin de que engorde».
Cebadero, ra, adj. Perteneciente
á la cebada. Dígase cebadazo, za: saco
cebadazo, ¡Hija cebadaza. Ckhadkko
tiene muchas acei>s. en ca-stellano, ]«-
ro sólo como s., derivado de cebada y
de cebar, ponpie como adj. no es cono-
cido en el Dice.
Ckhau, a. Dos aceps. tiene entre
noBütros (juc ilisian mucho de ser cae-
292
CEB
OEB
tizas. La 1.-' fs cuando decimos Ce-
bar el té ó el café, ó cebar una
taza de té ó café, por aen-lr el té
ó d eaji, ó llenar sus respectivas tazas.
Esta acep. es tomada de la legítima
que tiene en castellano: «alimentar,
fomentar; como cehar aceite á la luz,
leña al fuego, n.iincral al horno, etc.»;
y agua ó hierba al mate, agregaríamos
nosotros. En todos estos casos está
perfectamente usado el v. cehar, porque
conserva su significado fundamental,
que es «alimontai'», del latín rihare,
que á su vez nace del s. eihus, alimen-
to; porque, en realidad, la lámpara ó
luz, el fuego, el horno y el mate, reci-
ben, al cebárseles, un nuevo alimento
para continuar en sus funciones; mas
no así la taza de té, café, chocolate, ó
de otra bebida análoga, que tiene un
oñcio tan pasajero. Eespecto del mate,
está bien decir que se le ceba, cuando,
preparado ya con hierba y azúcar ó lo
demás que se le quiera poner, se le de-
ja caer el agua; ó cuando, bebido ya
uno ó más, se le sigue cebando ó au-
mentando con agua y hierba; y así co-
mo el mate ha sido reemplazado en
nuestras costumbres por las otras be-
bidas nombradas, así se ha querido
continuar también con las mismas vo-
ces, sin pensar que va mucho de un
verbo á otro. — La 2." acep. incorrecta
que damos á cebar es con el se reflejo
en el sentido de-acostumbrarse y cons-
truyéndolo con una prep. que no le
corresponde; v. gr.: El 2>erro se cebó
á los liuevos, es decir, se acostum-
bró á comérselos. Tambíéu esta acep.
proviene de otra legitima que tiene el
V. en castellano, cual es, «entregarse
con mucha eficacia é intensión á una
cosa»; y aun «dejarse atraer ó seducir
(le ella», agrega Cuervo. Por ejemplo:
nEstás cebado en la golosina del peca-
do, y poi- ese precio te obligas á llevar
sobre ti la carga déb. (Granada).
«Cuando es laigo, espeso y rubio [el
cabello], es lazo y gi-an red para los
que se ceban de semejantes cosas». (Fr.
Luis de León). También en estas aceps.
conserva su significado etimológico de
«alimentarse», y por eso admite como
propias las preposiciones en y de, pero
nunca á.
Cebo, m. Del latín cibus, significa
alimento, en sentido propio y fig., y no
debe confundirse con sebo, del latín
sebum, grasa sólida y dura que se saca
de los animales herbívoros. De aquí los
respectivos verbos cebar y ensebar, tan
distintos en todo.
Ceboll-í^s de Egipto. Fr. fig., alu-
siva á los alimentos que en sus conti-
nuas murmuraciones echaban de menos
los hebreos en el desierto. Así como
aquel pueblo, á causa de las penurias
que experimentaba, se acordaba de los
alimentos que había tenido en el Egip-
to y suspiraba por ellos, aunque en
realidad eran bien ordinarios, porque
la vida que allá llevó fué de verdadera
esclavitud, así también, de toda perso-
na que por regalo, cobardía ó ingrati-
tud echa menos las falsas comodidades
■ de otro tiempo, se dice que se acuerda
de las cebollas de Eyipto, que las echa
menos, que las desea, etc. En este sen-
tido usan esta fr. todos los escritores,
y especialmente los místicos y ascetas,
y por lo tanto, debe figurar en el Dice.
En éste sólo hallamos Las ollas de
Eyipto, que es otro modo que se da á
la misma fr., pero definida con mucho
laconismo: «Vida regalona que se tuvo
en otro tiempo. L^. con los verbos re-
cordar, desear, rolrer, etc.i> Véase
ASTREA.
CEB
CEF
Ceboli.iti. f. .IiieiTO de iHUcbaclios
usiiJo en Chile. Se sientan varios en
nn circnlo ó en tila, (ineilándose uno
en pie. ijiiieii entuMa eon el principal
ilel cÍR-ulo ó fila el siguiente diálogo:
— Manfla á decir mi inaiiiila
yue le «le ana crbolli!a.
—¿Y la que le di ayer?
— Se me fue nn ahajn.
— ¿Por que' DO le echó el lazo?
— Porque ?e rae oort<í.
— ¿Por que DO lii ftnidió?
— S»* me o>rt<i t-n mil pe'lasos?
— ¿Por que no le echtí los perros?
— Estaban oomicDdo fiaco.
— Entre á la huerta y saque.
Y. tirando de nn brazo ¡i cada uno de
los t)ue estiiii sentados, forceja ¡jor
siicarlos de su higar; estos se i-csistcn
cuanto pueden, ganando el juego si no
s<jn movidos de su asiento. — De atjui
la fr. Hg. y fain. fjslíir dura la rebolU-
la, (|ue significa: estar firme uno en no
ceder de su prop<3sito ó resolución; y la
otra Rez/ar ó cuidar la reüollifa: culti-
var la am¡.stad de una ])ers<jna ó au-
mentar las atenciones |iara con ella,
con el tiri de omseguir algo. Bien pue-
den admitirse el juego y las frs.
Cebollón, na, m. y f. Puro clii-
lenismo. "|Ue se tniduce jwr snlteróii,
na. La forma aumentativa no le añade
ninguna idea de corpulencia ni de dc-
niiLsiada e<lad. Prohablemente se deriva
nu'Stra ac-ej). de la que tuvo antes
( 'fbollwlo, da, y rjue todavía registra
el Dice, como anticuada: «decíase de
la p.Tsoiia tosca y bastji, <> gruesa y
ahuilada», como la (siljeza de la cclw-
lla, |K>ri|Ue tal es la forma ijue con los
añ'W toman mnclnis veces Xonsollcntnex.
Kl r-liollud'.i ¡ahriidora (|ue aparew en
il (juijidp lo interpreta Clemencín por
• 1 di:~,i lora harta de cebollas, ó rechon-
cha como una iX'l)ollaii. En his K'jliKjas
ijfarsax de Lucas Fernández hallamos
solmlloiui, que su editor traduce jx)r
«muy solwna»: pero por el contexto
parece (jue fucm igual á nuestro chi-
lenismo. Otros lo resolverán.
Ceuiíatana, f. Metátesis por certin. ,
tana, (jue es la forma m:is usada.
Cec'eau, n. Pronunciar la >■< como
r por vieio ó por defecto orgánico: lo
c"ontrario de senfar, ijue es pronunciar
la (• como .«. La misma ortografía delie
distinguir también á los R'siK'ctivos
derivados eeceo y sent'O, rereo.so, sa, y
fieosot<o, m. Este último falta injusta-
mente en el Dice.
Cedacii-i.o, m. Plant;i anua, de la
familia de las gramíneas, parecida á la
tembladera, de la cual fe distingue jwr
tener his espiguillas acorazonadas y
violáceas. Admitido en el último Dice.
Cedahe.no, xa, adj. y ú. t. c. s. Si-
nónimo de alárabe ó a'jareno, segiin
los intt'rpretes de la lÜttlia. Hace falta
en el Dice.
Ceuuóx, m. Plaiitítde la familia de
las verbenáceas, en latín l¡iipia rilrio-
dina, olorosíi y medicinal. Aunque
originaria del Perú, se produce abun-
dantemente en ("hile. Delie tiguiar en
el Dice.
CÉUI'I.A, f. ¡iful dituhi lian dicho
invariablemente todos nuestros escri-
tores, y aun los de la [)cninsula; pero
el Dice, invierte el orden y escribe cé-
dula real; en lo que no vemos razón
alguna, á lo menos para restringir la
fr. á esta sola forma.
C'efai/H'OI)!), adj. Dícesc de loH
moluscos marinos (pie tienen el manto
en forma de saco con una altei tura por
la cual Siile la eilícza, distinta del resto
del cuerpo y rodeada de tentáculos á
propósito paia la nataciiin: que se
29i
CEH
CEL
lialliin, por lu general, desprovistos de
concha y segregan un líquido negruz-
co con que-enturbiau el agua con ob-
jeto de ocultarse; "como el pulpo, el
argonauta y el calamar. Ú. t. c. s. ||
m. pl. Clase de .estos animales. Es tér-
mino de Zoología, compuesto de los
griegos y.zoxlr^, cabeza, y Tzr/j;, ttoSó;,
pie, admitido por primera vez en el
Dice.
CEFERiNO,y segúnotros, Zbfkrino,
n. pr. m. Por nuestra parte preferimos
la primera forma, por ser más confor-
me con la ortografía castellana, en la
cual se ha adoptado la c en vez de la z
para casi todas las sílabas ce, ci. La
Academia acepta Ceferino y Zeferino.
CÉFIRO, m. Tela de algodón, fina,
suave y de color, que se usa general-
mente para vestido de mujer. Es voz
muy usada en Chile, y bien puede ad-
mitirse si es que no tiene equivalente
en castellano, como parece.
Ceg.ír, n. y a. De ciego se pasaría
quien confundiera este conocidísimo
V. con seíjar, que es cortar con la hoz
ú otros instrumentos.
Cegatón, na, adj. Inclinados co-
mo somos á los adj. familiares en ón
(véase Afujón) y por la tendencia
natural á atenuar los defectos físicos,
llamamos cegatón al cegato, ta, ó
cegarra castellano, que significa «corto
de vista». Cegarrita, adj. fam*., que se
usa t. c. s. ra., se aplica á la persona
que, por debilidad de la vista, necesita
recogerla mucho para pader ver.
Ce haclie. Así llaman algunos
hitiniz mtes, malamente por cierto, á
la che castellana (ch). Pase que en la-
tín se llame así, ya que eu aquella len-
gua no tiene el sonido de che, pero nó
en el castellano actual, en que siempre
lo tiene. Sólo «antiguamente, dice la
Academia en su Gramática, se escribían
con cli, dando á esta letra el sonido de
h, muchos vocablos procedentes del
hebreo, del griego y otras lenguas; v.
gr.: Oham, 3IaGh.abeos, eucharistia,
chcrubin, niách.''/íff, AntwclCLn,Jesu-
Christo, Achmetfi.
Ceibo, m. Admitido por primera
vez como sinónimo de crifja, f., árbol
am'ericano, de la familia de las bom-
báceas.
Cejar, n. «Retroceder ó andar ha-
cia atrás las caballerías que tiran de
un carruaje, y por consiguiente, el ca-
rruaje mismo. II Aflojar ó ceder en un
negocio ó empeño». No debe confun-
dirse con sesgar, a., y que el pueblo
pronuncia sejar. Significa: «cortar ó
partir en sesgo. || Torcer á un lado ó
atravesar una cosa hacia un lado».
Cei,a,je, m. Como un celaje, es
fr. que se oye con frecuencia en Chile
en el sentido de-rájiidamente, como un
relámpago. Como en la palabra celaje
no va envuelta la idea de rapidez, no
litty cómo excusar dicha fr.
Celastríneo, ea, adj. Dícese de
árboles y arbustos dicotiledóneos que
tienen hojas alternas ú opuestas, sim-
ples y casi siempre coriácea?, flores
blanquecinas ó verdosas y fruto.s cap-
sulares; como el bonetero. Ú. t. c. s.
f. II f. pl. Familia de estas plantas.
Término de Botánica admitido por
primera vez.
CelGha, f. Cercha es el verdadero
nombre del «patrón de contorno curvo,
sacado en una tabla, que se aplica de
canto en un sillar para labi'ar en él
una superficie cóncava ó convexa».
También se llama cercha «cada una
de las piezas de tabla, aserradas for-
mando segmento de círculo, con las
cuales, encoladas unas con otras, se
CEL
CEL
29:>
furnia el an> de nna lue-a rwloiula, uii
ariti, ó cosas íeinejuiites». Xo se coii-
fiiiida con la n'inbra ó ñmhna: «ar-
mazón lie niii'leros fuertes eliluZiliiüS,
<|ue sosiietie la superfi:-iü convexa so-
bre la cual se van colocanilo las dove-
las de una Iniveda ó are > hasta ilejarlos
cerrados ».
Cklda. f. Cada uno de los api)sentos
donde so encierra á los presos en las
c.irceles oelulares. Xneva acep. recla-
mada por el uso y a.TvjTiida en el ul-
timo Hice.
Celebridad, f. JIuy nsiiila es es-
ta voz entrf l<i> moderno.; litenitos en
el siirnitii-ad) de-persona muy cclebni-
da en ali;nna profesión ó arte, y fácil
nos seria acumular citits de niuchisiinos
de ellos: jiero válipi por todas ésta,
tomada de una conuiniraciiin dirigida
á la Academia \io\- Don Julio C'alaiño
y pultlit-ada en las Jleniorúis (t. v), de
orden y por acuerdo de la misma
Ae-.ulemia: «Fué apadrinada por tres
•^Taiidfs celebridades del mundo
literario, como los Excmos. Sres....»
I )ados estos antecedentes, ;es admisible
la voz celebridad en el siii^niñcado
a¡innta]>>? Kii la buena com]iañía de
liaralt. Padre Mir y otros, creemos
'pie nó, jior la misma raz'in |K)r ipie
nn so adiiiiie ii Capacidad r Inca-
pacidad, Eminencia. Especia-
lidad, Insig-niflcancia, Me-
diocridad. Medianía, Notabi-
lidad, Nulidad, Personalidad,
y Vulgaridad en ai.-ep-i. semejantes.
"Nulidad en el sentido francés, dice
Harall, subvierte los principios de
analr)^'ia (|Ue reíX)n<KX! nuestra lenffua.
Si nos fuese permitido, si-;,'iin ellos,
detnr: Fulano en una nulidad, ;<|Ué
i iiciii Veniente [lodría lialK.-r para ipie
dijésemos igualmente: Fulano es una
barbaridad, una ineptitud,
una temeridad, una sutilidad,
eti-.r Las niisniu-; m/.ones inililan ]iai'a
proscribir el vocüIpIo Notabilidad,
ttimado también del frantvs, en aitp-
ción <le liombn.' notable, de expectación,
de cuenta, etc.» En seguida cilii el
I>icc. frautx's de Bescherelle, ipie, ha-
blando de Xutabiliti; dice: «Neologis-
mo. Se dice abusivamente de las per-
sonas notid)les. Este vocablo no ha
emi>ezado á tener uso en tal sentido
sino desde la éjwca de la Constitución
del año VIH". Y luego concluye: «¡Y
nosotros autorizaríamos lo (pie en otm
lengua está mal dicho! ¡Y nosotros
haríamos caudal de lo que los france-
ses rechazan como impropio!» ¿Quién
no le dará la razón al insigne hablista?
Examinando intrínsecamente el mo-
derno abuso de estos vocablos, vemos
(jne no podría cohonestarse sino por
algún tropo ó figura retórica, y en este
c;iso no divisamos otro (pie la metoni-
mia, (jne, entre otras aplicaciones, tie-
ne la de admitir el nombre ab.stracto
por el concreto: v. gr.: Hacer una ra-
riihnl, por una obra de caridad: La
ii/norancia es alrevida, ]X)r los hombres
ignorantes; A7 mérito es modesto, por
los hombres de mérito. Sin enil)argo,
nadie diría Las Caridades del
catolicismo, \»>y l^s liomlires cari-
tativos: ni. Fulano es una igno-
rancia, para indicar (|tie es un hom-
bre ignorante: ni mucho menos, LoS
méritos de la patria, \w los
hombres de mérito. Tarécenos (pie el
único caso en rpie se puede aceptares-
te uso es cuando interviene la jmiso-
pojieya, ¡wHiue entonces, ]ier.<onificado
j) ir medio de ella el nombre abstracto,
se le pueden atrilinir fácilmente accio-
nes ó cualidades propias de! ser ani-
29G
CEL
CEL
mado. Scgiiu esto, se puede legitima-
ineute decir: Fulano es la nulidad
misma, es la ineptiiud en pentnna; pero
no se podría decir: Las nulidades
que hoi/ privan en las cicnriii'i: Este es
el sil/lo de las mediocridades;
Las celebridades del mundo lite-
rario..., porque esto ya r.o es proso-
popeya, pues no se personifica á la
n ulidad, á la mediocridad ni á la cele-
bridad como ii seres reales y aparte,
sui juris, sino que únicamente es un
modo de designar así á ciertas y deter-
minadas personas. La prosopopeya
verdadera consiste en dar vida y per-
sonalidad propia ¡i seres ú objetos
materiales, ó á simples seres abstractos
ó entes filosóficos, pero nó á meras
cualidades ó accidentes, como son
celebridad, mediocridad, medianía, no-
tabilidad, etc. Muy bien hizo Vii-gilio
en personificar á la fama, Ovidio á la
envidia y al sueño, casi todos los poetas
á la muerte, el autor de la Epístola
moral á la cjdicia, á la ira y á la am-
bición; pero los nombres que acabamos
de citar verdaderamente se resisten á la
personificación. Y téngase presente que
toda figura retórica debe fundarse en
la sana razón y en el buen gusto, por-
que, de lo contrario, iría á parar en lo
estrafalario ó en lo ridiculo. Sensible
es que el Dice, académico, condescen-
diendo con el abuso moderno, baya
admitido á notabilidad y á nulidad en
el sentido que reprobamos, cuando
para expresar sus respectivos conceptos
sobran en castellano los términos. Xo
se confundan estos nombres abstractos
que analizamos con otros de la misma
clase que también significan pcKona;
como son, por ejemplo: divinidad,
autoridad, beldad, concurrencia, matri-
monio, relaciones, servidumbre, visita,
etc., y todos los expresivos de algún
título ó dignidad: 31q/estad, Paterni-
dad, Santidad, Alte-a, Feverencia,
Señoría, etc.
Celebrísimo, ma, adj. El ver-
dadero superlativo de célebre es á la
latina, celebérrimo, ma, como unos po-
cos más que se conservan, cual preciosa
herencia, de la rica madre del caste-
llano.
Celebro, m. Ya es tiemjDO de que el
Dice, le ponga la nota de anticuado,
porque actualmente sólo está en uso
entre la gente ignorante: la educada
dice exchisivamente cerebro, conforme
á la etimología latina. Xo se confunda
con cerebelo, que es la parte inferior y
la posterior del encéfalo.
Celemín, m. Sólo significa cierta
medida de capacidad para áridos, y la
porción de grano, semillas ú otra cosa
semejante que cabe en ella; pero nó
midtitud, infinidad, sinnúmero, .como
lo usan muchos chilenos. Buen des-
engaño será para ellos, pues queriendo
oxpi'esar una cantidad excesivamente
grande, se encuentran con que el ver-
dadero celemín es poco más ó menos
como un almud.
Celeste, adj. «Perteneciente al cie-
lo. Los cuerpos celestes; la celeste eter-
nidad». Xada más dice de esta acep. el
Dice, con lo cual nos deja á oscuras,
sin saber si podrá usarse á releste en
el mismo sentido que celesiiíd. Así lo
han hecho los buenos escritores, y por
eso debió dividir.se en dos la tal acep.
■ — El que quiera celeste, que le cueste.
Es refrán muy expresivo que usamos
en Chile para indicar que la persona
que quiere alcanzar un bien, comodi-
dad ó ventaja, debe poner para ello su
propio esfuerzo ó triü)ajo. Es sin duda
alguna, digno de admisión en el Dice.
CEL
CEL
207
— Celtile Imperio, nombre que todo el
mundo le recJiíoce á la China por
cuanto su einper.ulor se cree y se llania
hijo del cielo, del»e también figurar en
el Dice. En este sentido han dicho al-
gunos gniciosainente lox celesUs por
los chinos.
Celestina, f. Con niny buen acuer-
do lo admitió el Dice, en su 13/ edi-
ción c-on el significado de alathuplti,
con el cual ya muchos lo venían usan-
do. «Si Cer\'anles no habla de las
pnertas de las iglesias, es jwrijue talvez
en su tiempo seguía todavía la costum-
bre de introducirse mañosamente en
las casas las ceUslinasu. (Sbarbi, /;»
tilo téinpore ). Por alusión ¡i la famosa
vieja de este nomba- '|Uc figura en la
tragicomedia de Calixto y Meli!x;a, el
vocablo tenia nect.'Sariamente que in-
mortaliziirse y hacerse nombre gené-
rico, como sucedió con Quijote, ¡íárii-
les, S'iloinon, Stnxmi, ulopi/i y tantos
otros nombres tomados de la historia,
de la mitología y d^.- la f.ilmla. Véav
AsTÜKA.
CELK.STIXA, f. Mineral formado por
S'jlfato d«; estronciana, de color azula-
d ) genenilinente y de fractura concoi-
dea: es insoluble en lo.; ácidos y conin-
nici á la llama vivo cjlor Citraiesí.
Admitido en el último Dice.
Celestino, adj. Dicese del religioso
de la onlen fundada por San (V-lestino
V. r. t. c. s. Es vociblo que falta en
el Ditr. Para antoriairlo, Iwsta abrir
cualquiera historia eclwii'isticii li otros
libros comnne-i. cSu cuerpo [el de
Don .'Vnt)ui) Pi-rez] cíti ent<;rrado
iI.Mitm de nna cipilla de la i'flesia de
XiHcelesUniix». (Ca¡)miny, Teniro hisl-
f ni ira, t. III).
Cellbatario, ria, alj., in-ro ú.
in. c. s. m. No lo ne<x'sitan»(M en c is-
tellano, porque ya tenemos á rilihe y
soliera, y en lenguaje fam. relih/ilo:
hombre célibe. Muchos vocablos tene-
mos ya de esta misma forma, como
arremhl'trio, concesionario, deslinalti-
rio, manduliirio, pelicionario, reaccio-
nario, pero no hay para qué aumen-
tarlos sin necesidad. '
Celisua, f. .\dmitido en el AfK-n-
dice del ]ieniiltimo Dice., ha pasado al
cnerpj de la IS." edición con el mismo
significado de Jeriní/uillo, que es un
arbusto de la familia de his filadelfas.
Celo, m. En su significado general
de «afecto que mueve á procurar cui-
dadosa y eficazmente la consecución
de alguna cosa ó su observancia, con-
servación ó aumento», rige un comple-
mento con (le. Esto es lo clásico y
correcto; pero también puede tolerarse
Cv)n por, aunque tenga cierto sabor á
galicismo. «Es construcción moderna,
dice Cuervo, cjue en el siglo pasado
[el XVIII] tacliaba de galicismo
i). T. de Triarte; no obstante, su
enqileo puede ser oportuno algunas
veces, como cuando concurre un com-
plemento con (le ó un pronombre po-
sesivo». Como los ejem])los abiinihm,
no hay psra qué citarlos.
Celoso, .sa, adj. Además do las
aceps. «que tiene celo, ó celos», y «re-
celoso», le reconoce también el Dice,
la siguiente, propia de la Marina:
«ajilicasc á la e:nbarcac:ón iiequeña
muy ligerii». De ésta se ha derivado,
sin duda, la ijuc le damos en Chile:
aplícase al arma de fuego f|ne se des-
carga con nuiclia facilidad y rapidez;
¡i la tr.impa, balanzti y deimls objetos
análog<)s que funcionan con el más
ligero movimiento; al hilo, cordel, la-
zo, etc., que son nmy cm-edizos. Tam-
bién puede ser cstsi lu-ep. una sini¡ile
33
298
CEL
CEM
translación ó metáfora de la primera y
principal que tiene celoso, povipie un
i-ealidad los objetos enumerados son,
cuando aquí los llamamos celosos, tan
activos y sensibles como la persona
que tiene celo, y tan peligrosos, agre-
garemos, como la que tiene celos. No
puede pues haber inconveniente para
admitir esta acep.
Celtibero, ra, adj. y ú. t. o. s.
«Natural de la antigua Celtiberia, a?í
llamada par proceder do la un¡(>ii de
los caltas é Ibérosv. Según esta teoría
del Dice, el nombre debería ser grave
y nó esdrújulo (celtibero) como lo es-
cribe el mismo; pero por suerte no es
cosa resuelta que sea ésta la etimología
áe celtibero. Desde luego algunos pien-
san de otra manera; como c! P. Torres,
que hace suya la opinión de Lisalde,
quien dice: «La palabra celtiber ó cel-
tibero (considerando el ber como un
simple afijo; ejemplo: cantu-ber, salii-
ber, septem-ber, etc.), significaría lo
mismo que celta, y sería el nombre con
que los iberos conocían á los celtas, sus
vecinos». Cuervo no acepta del todo el
acento de celtibero, y dice (jue acerca
de esta voz «cabe sin duda apelación».
CiíLTíciSMO, m. Afición al estudio
de la lengua, literatura y vida de los
celtas. Es usado por algunos escritores
y no hay por qué desechai'lo.
Celtídeo, E.i, adj. Dic?se de los
árboles ó arbustos dicotiledóneos, con
ramos alternos y ramitos axilares espi-
nosos, hojas alternas, enteras ó aserra-
das, casi siempre de tres nervios,
estípulas caedizas, flores hermafroditas
ó unisexuales, solitarias, en racimo ó
en panoja, y por frutos drupas carnosas
con una sola semilla; como el almez.
Ú. t. c. s. [^;m. ó f.?] II f. pl. Familia
ái estas pía ibas. Término de B it.l-
nica por primera vez admitido en el
Dice.
Cello, m. Aro con que se sujetan
las duelas de las cubas, comportas,
pipotes, etc. Admitido por primera vez.
El Dice, le da por etimología el ciiuju-
lus l.itino, ceñidor; pero, ya que en la
forma y en el significado se parece
tanto á encella, que el mismo Dice,
deriva de colla ó cellula, celda ó celdi-
lla, ¿por qué no d;irle esta última
etimología, que sin duda se acerca más?
Decimos así en el caso de que no haya
otra, procedente de otra lengua ó dia-
lecto.
Gema, f. Nombre estropeado del
acemita castellano: pan hecho de ace-
mite, ó sea, de afrecho con alguna
corta porción de harina. Según el Dicc.j
acemite se deriva del árabe acemid, en
el cual la a es el artículo; pero Mayáns
con Eguílaz y Yanguas lo derivan del
gc'iego 'Qyjx-zr^. (Puede verse este últi-
mo autor en su Glosario e'dmoUcjico,
donde trata el punto con bastante
erudición). Cualquiera de liis dos eti-
mologías que se adopte, tiene pues
razón nuestro pueblo p:u'a suprimir la
primera a (véase Cequia); y en cuan-
to á abandonar la forma aparentemente
diuiiimtiva,cs [iráctica bastante común
en él (Cf. huma, leva, pepa,
olla, hacha, tarja, etc.); sobre
todo, en esta voz que designa un pan
tan ordinario y, por consiguiente, tan
poco susceptible del cariño y ternura
que envuelven lo.s diminutivos en ito.
Ha. Por el contrario, el haber troncha-
do el vocablo por delante y por detrás
parece indicar claro el desprecio con
que recibió 4 la prieta y áspera acemita.
Ceiiextau, a. Meter barras de hie-
rro en disoluciones de sales de cobre
pa:-a (pie este mata! se i^recipit;;. Acep.
CEX
CEN
de Minería admitida pnr prinitra vez.
C'kmexto, m. El último Dice, le
a^reu; > esta> doj aoeps. : < iltileria con
que se cjuienta una piez:i de metal»,
y «masa mineral que une los. frumen-
tos ó arenas de que se comi>oncn algu-
nas rocaá»; y le suprimió la de «cemen-
tación»: acciJn o ef'x-to (le C-'UV.'ntar.
Véasn Cimiento romano.
CEXADon, adj. y ú. t. c. s. Que cena.
Como sim|)le s. si^nitira t;iml)ién-<;lo-
rielit ó espicio (pie suele lialjcr en los
jardines, ceraido y cubierto. Xo delx;
confundirse con .w/Wífor, m.: individuo
del seiiad.».
('KN"CKitHAüA,f.fam.<Ruid ¡desapa-
cible, (pie se liatx' con cencerros, cuer-
nos y otras cosas, jiaa burlarse de les
viudos la noclie que se i-asan ». Xo estii
bien en ota deñnición del Dice, el
conq)lemeiito «la noche que fe casan»,
porr|Ue el matnmDiiio rarísima vez es
de noche: d'.-bió decirse: «en la |)rime-
ra nodie del mitrimonio», ó de otro
mo lo semejante. — Tampoco e3ti bien
el cpie se liüva dado al vocablo esta
sola at.-p., pu-.-s pjr extcusióa se llama
lambicu (enrcnnda toda burla que se
hace en la misina forma :i cnahpiienv
¡lersoua (soltera, «t'isida ó viudí)
y en cnahpiioni hora del día ó de la
n<K'he.
Ck.vkka. f. Aí,'re;;óle el último Dice,
estas tres ac-ps. de Marina: «líadero
KTUf^) (pie r.idea una cofa, ó en que
termina i> ajtoya su arniaz ín: cala uno
de los i-i:it<)S circuí ires del armaz jn de
los tamlKtres en las ruedas de niii vapor;
tira de lona qui,'cuel<^a ih Vm relinfras
del t>Mn pini <piu no entro el sol ¡or
el co tal ">.
Ccncg'al, ni. Corrupción de cena-
f/tl: sitio ó lu^a'- lleno de cieno (que
también se llama ciáutfjn); negocio de
difícil Siílida. — Senrgnl es un rio de
Afrif:i.
Ckxh'Ero, m. Vasija ó platillo
donde deja el fumador la ceniza del
ciipirro. Acep. a-rreirada en el último
Di-íc.
Cenicikxto, ckxizo y ckxizoso.
.\djs. de dos terminaciones que signi-
fican «de color de ceiiizan.
Cenobia, biO, nombres propios,
f. y m. La Aca^letnia y casi todos los
que los usan, los escrilen Zenobia y
Zenobia.
CKXoniARCA, com., pero m:is usado
como m. Sn[R'rior de un cenobio (ant.)
ó moiiiisterio. Del griego /.oivóSioví
cjiíobio, y is/ó;, jefe. Hace falta en
el l)¡(.'c.
Cenon, n. pr. m. La Academia y
los mejorci escritores lo usan con z
(Zenón ).
Cexoi'U, ni. Deposito de agua que
se halla e:i Méjico y otnis partes de
Améric.i, generalmente á gran ])rofuu-
didad de la tierra en el centro de una
carcrna. .Vdinitido en el cuerpo del
último Dice, á donde pasi del Apén-
dice de la 12." edición.
Censuario, m. Anticuado lo de-
clara el Dice, en el signiticado de «cen-
sualista», que es el único que le da.
Entre nosotros no está anticuado y
significa lo contrario de censualista,
esto es: [«rsona sobre (¡uien recae la
obligaciiin de ptigar los réditos del cen-
so, p')r i-er la jKJSeedora de la finca
gravada, ó sen, censatario: «el que pa-
ga los réditos de un censo». Adopten
j)nes nuestros abogadíjsesta última voz,
ipie es la (pie registra el Dice, para
(pr; pue lan entenderse con los deiniis
(|ue Imilla n caslellano.
Cextaliiico, k.\, adj. y ú. t. c. s. f.
Ocncianeo. || f. ¡il. ííencianens. Es tcr-
300
GEN
GEN
mino de Botánica adinilido por prime-
ra vez.
CKNr.vvo, m. Sólo el liltimo Dice,
le ha dado la acep. de «moneda de
cobre americano qne vale un céntimo
de p3so». Véase Gobre.
Cen'TELL.í, f. Us;ise también aqni
en su acep. legítima de-rayo, sobre
todo, el que tiene poca intensidad; por
lo cual es corriente en el pueblo la
exclamación :
¡Santa Biírbura. doncella,
Líbrame de esta ceuUlla!
que se dice también en sentido fig. en
cualquier peligro, golpe ó caso rcpen-
tlno.^Gentella llaman también en
Chile la planta venenosa que tiene
por verdadero nombre ranúnculo, m.
Centellar ó céntelle.í.r, n.
Centenal, m. Según el Dice, es
sinónimo de ceníenar 6 centena y de
centenario (fiesta que se celebra de
cien en cien años). Pero además admi-
te otro cmíenal ó centenar con el sig-
nificado de «sitio sembrado de cente-
no». Ya esto no es riqueza del idioma
sino simple confusión, que convendría
hacer deíaparecor.
Gentígramo, m. Dígase rrnli-
f/nim), como deciíjramo y milii/ramo,
y adeiniís decagramo, hectogramo y ki-
logramo ( Miriagramo no figura en el
Dice.) La razón es porque la a del
segundo componente es larga pjr
posición, puj.? en el grieg) voxv.v.x,
que 03 de donde se deriva, está seguida
d3 do3 emes. Por esta misma razín son
graves los demás compuestos degrama;
como anagrama, diagrama, epigrama,
m vngram'i, penlagram't, programa,
telegrama.
Centilitro, m. A todos los co¡n-
pucstos de litro, los hace graves la
Academia, escribiendo centilitro, deci-
litro, m dilitro, decalitro, hectolitro y
kilolitro.
Gentillei'O, m. Casi no hay igle-
sia pública entre nosotros que no
cuente con un centillero (santl-
llero, según otros) para las exposi-
ciones del SSmo. Sacramento. Es un
candelabro de siete luces, al cual no le
conocemos en castellano nombre parti-
cular. Puede nuestro chilenismo ser
una corrupción de septillero, y así
tendría algún fundamento etimológico;
ó do centellero, derivado de centella.
Ni una ni otra palabra existe; pero eu
todo caso tendrían más razón de ser
que centillero. Antiguos inventa-
rios de parroijuias, formados (y nó
confeccionados como los moder-
nos) por x'erdadei'os españoles, traen
la forma centellero.
Centinela. Es ambiguo en sus dos
significados de: «soldado que vela,
guardando el puesto que se le encarga;
fig., persona que está en observación
de alguna cosa».
Central, adj. Por más que extra-
ñen algunos el uso que hacemos en
Chile de esta voz en el mismo sentido
que céntrico, debemos seguir imperté-
rritos, como que contamos con la
protección del Dice, que hace iguales
á ambos adjs., dándoles los significados
de «perteneciente al centros y «que
está en el centro». Lo que sí no tiene
defensa es la fr. Casa central, por
casa matriz 6 iirinci/j(d áti una congic-
gación ó institución cualquiera, porque
el significado de central no guarda
relación con el concepto que se quiere
expresar, de prcerdiiiencia ó superiori-
dad respecto de las casas sucursales ó
secundarias.
GEN
CEP
Cestr.\li.svo, m. Doctrinu de los
centralistas. Admitido en el Siijile-
uientu del likiino Dice.
Cextrai.ista, adj. Partidario de la
oeatralización política y adiiiinistniti-
va. Ai)licase a persona (-;p<>r qué no
tünbiéii ácti^i: Iforiacfutralista, ideas
f^iitriilisldis.' j, ú. t. c. s. Admitido en
el Suplemento del último Dice.
C'kxtralizai>oh, ua. adj. Que cen-
tnklizii. Hat.'e falta en el Dice.
Ckxtko, m. No nos piirece tan fue-
ra de c:imino la acep. (jue a'jui le da-
mos de-punto céntrico de la ciudad:
Voi/ al rriitro, AuiUire ¡lor el centro;
en lo cual todo smtiaguino (gr.kcias á
Dios, (jue ya nos conoce con este
nombro il Dice.) entiende que se habla
del fi'raz',n ó del riñon de Cíta capital.
En vez de emplear estos dos últimos
lérmim s, qne sólo tiirni-adainente y en
deU.rmin:'dos casos fwJriamos usar,
menor lijfura y inuc'io más llano nos
jtaa*ce decir sencillamente entro, por-
que lo que asi se llama es realmente
el pnnto ó la parte céntrica de la ciu-
dad. Así lo usó t;uiib:én sin escrúpulo
el correcto escritor madrileño D. Ra-
m in de Mesonei-o Romanos: « La mul-
titud va disminuyendo en hts calles;
1 )S Ixirrios iipirtad « [icrmanecen soli-
tarios, y s<i!o los del centro ofrecen
to<lavía vida hasta después de cerrados
los teatros>. (í'/i día en Madrid). —
Oini act'p. muy generalizada de cen-
tro, que tam|K)CO admite el Dice,
es la úf-direcfión (inieral, « decir,
cnalquiei-:! de la<í oficinas EU|>erioi"es
que dirigen una institución pública,
un ramo de administrac¡ó:i, etc. Así
Af.'ixm'M Kl Centro aleinin, f'l Centro
rntálicn, /■SI Centro coiixerrcidnr. Centro
de o/>rrtifioneit, etc. .Vo U'W pirecj tan
ccnsurabl-; este us<j, c-omo (|uiera qne
la idea que se desea expresiir entra en
el significado general de centro, y ade-
niiis nos ahorramos de usar verdaderas
frases, como serían dirección i/eneral,
juntn central, etc. — Centro de pobla-
ción, por lugar ni;i8 ó menos poblado,
al cual se acude de varias partes, es
loe. que también del>e admitii-se. —
JIem de centro. Véase Mesa.
Cextroamkkicaxo, xa, adj Merece
entrar en el Dice, con el significado de-
perteneciente á cualquiera de las repú-
blicas de Centro-Amériai; y comos.,
habitante dealguna deestas repúblicas.
Cextiíobáuico, C'a, adj. Pertene-
ciente ó relativo al centro de gravedad.
Del griego /.Évraov, centro, y riifoc,
pesadez. Término de Mtcánica ¡wr
primera vez incluido en el Dice.
Cextixviiiai-, iidj. Perteneciente ó
relativo á los centunviroí. Admisión
del último Dice.
Ceñir, a. Téugivsc presente que,
ademiis de la irregularidad de canibiar
la e radical en / en muchos de sus tiem-
pos, tiene también la de jx'rder la /cu
hus terminaciones que principian por ie,
io; scgtin lo cual deU' dccii-so y escrit)ir-
se ciñendo,ciñii,r¡ñe.se,'¡ nó ciñiendo,
ciñió, ciñiese; «lo cual se origina,
dice la Academia en sn ( ! r.nnática, de
no prestarse en nuestra lengua la // ni
la « á jireceder á los diptongos io, ie,
formando silaba con ellos», pues j-a
dichas consonantes llevan como em-
bebido el sonido de la /". — Kl último
Dice, agregó á C'e.>íiu la siguiente ;m'C|'.
de Marina: «navegar en dirección de
seis cuartas ó niiis respecto del viento»,
qne es la misma de bolinear y de nn-
veijnr (ó ir ) de bolinn.
Cepa, f. Parle del tronco de cual-
quier árl)ol (■) ]ilantii. — Sei'a, inflexión
del v. saber.
CEP
CEP
Cepellón, m. Masa de tierra que
se deja adherida á las raíces de una
planta y que conviene conservar cuan-
do se ha de hacer el trasplante. Térmi-
no de Agricultura, equivalente en
parte á nuestra cilampa (véase esta
voz), admitido jior primera vez, poro
sin etimología. ¿No será aumentativo,
un tanto despectivo, de cepa?
Cepiller.\, f. Mueble ó aparato en
que se colocan los cepillos ó escobillas
de ropa y de dientes. El objeto y el
vocablo son de uso moderno en Chile.
Como este último está bien formado y
es necesario, bien puede admitirse.
. Cepo, in. Agrególe el último Dice,
esta acep. de Arquitectura: «Conjunto
de dos vigas entre las cuales se sujetan
otras piezas de m;idera, como los pilo-
tes de una cimentación». — Ya que
estamos en esta voz, no queremos
privar á nuestros lectores de la erudita
é ingeniosa explicación que da el filó-
logo aragonés, Presbítero Don Julio
Cejador, de la expr. Cepos quedos usa-
da en el Quijote. Dice asi: «En la
segunda parte, cap. 23, ful. 88: Cepos
quedos, dixe yo entonces, señor don
Montesinos, cuente v. m. su historia
como deue, que ya sabe que toda com-
paración es odiosa. La frase cepos
quedos la empleamos para indicar que
varaos á enmendar lo dicho por otro,
ó para cortar alguna conversación que
disgusta ú ofende. Pero ¿qué quiere
decir cepos y qué valor propio tiene la
frase? Los Diccionarios no lo dicen, ni
lo he visto explicado en ninguna parte.
El lector curioso que deseo solazarse,
hallando la solución por sí mismo,
busque en el Diccionario sus diversas
acepciones, que es seguro dará en ello.
Para los que tengan prisa, allá va lo
que á mí se me alcanza. Dicen los eti-
mologistas que cepo deriva de cippus,
columna con alguna inscripción (Ho-
racio I Senno. Safijr. 8). Lo malo es
que cepo jamás ha significado columna,
ni con inscripción ni sin ella. Y lo peor
que la t larga acentuada no puede
hacerse e en castellano, ó no existen
leyes fonéticas ni ciencia lingüística,
ítem más, el italiano tiene cippo «co-
lonna tronca», y al mismo tiempo
ceppo «troncone d'albero». Pero esta
es una concreción del significado, que
prueba uo ser italiana la palabra. En
provenzal cep; en francés cep, sep; en
catalán cep, cepa. En castellano cepa
con el valor más genérico de pedazo
de tronco, de rama, gajo ó rama, pie-
zas de madera para varios usos, entre
ellos el de coger como en trampa á los
lobos, el de asegurar la pierna del reo,
el de recager limosnas eu la iglesia. Ya
no escxclusivamentoíra/ic/'o. C'ep-illo
de cirpinteru y cep-iUo do iglesia, por
hacerse de un tronco, de un tarugo, de
un pedazo de madera, cepillar y a-cc-
pill-ai\ que después por traslación se
aplico al de*la ropa. Cepa es la parte
del tronco soterrada, el tronco de la
vid, el tronco ú origen de donde arran-
ca una familia. ¿Hay quien croa que
de la idea de columna con inscripción
se vino á parar- á estos valores? No es
ése el camino de la metáfora. Cepo y
cepa no signinc^m originariamente más
que cosa cortada por abajo. Cep-eda
es lugar que abunda en brezo, cuyas
cepas ó raíces cortadas se utilizan para
hacer carbón; cep-ej-óii es lo último y
m;is abultado de cuaUjuier rama del
árbol, sepai'ada de su tronco: «Desgajó
do una oliva un verdugón con su cepe-
jón y con aquél se metió en la bata-
lla c hizo allí con el cepejón tales
cosas, que con las armas no pudiera
CEP
CEP
■?,IK\
hacer tanto». (Cron. de S. Fernando).
De aqai el sobrenombre de Viinjas y
Miukuca, á que se refiere Cervantes
(I, 8, 24). En Alfxunlre lisiUamoá
fe/» por truno de leña (2j'JI ), y Sf/'O
(2070) : alternativa de silb.uitos,pr.'|):a
de loá tcr.ninos eiiskéricos. Con r.'/,en
la <ier.u:ini.i, teneaios rlfjHt pir cor-
cova, jorolja, y pjr si alguno no perol-
be la metáfora, cu Slurcia y .\l!nei-i:i
ehfiHi C3 el orujo de 1:» aceituna, :usi
ll.iraalo jwr ser cirt'ulj, machaca' 1).
Eu efecto, sepa en eú-ik-'ra, na silo es
el troncj corto, sino tiimbién el pedazo
de cicoria, y vale cortado por lo l«jo,
«#-/«. trhe-tu, cortar, ¡vi, pe por ahajo.
En Z.ir-apjozi cp-urrio es cosa fjrueía,
disfonne, sin utilidad conocida. Ifet^í-
fora oniinaria enere nosotros es la de
llamar Imiiro, znqu-ele^zoc-tilo. pedazo
de alcornoque, etc., al necio, y cep-orro
es cepi vieja y hombre que duerme
como un tranco: orro y urrio son su-
fijos cuski-ricos. «El e.tuvo quedo co-
mo un repot, 80 lee en la Picara Jiisli-
firt (221). Dice el refrán: «Afeita un
cepo (un tronco, un necio), parecerá
mancelio». /Cepos quedos.' e piivale á
aíllcnsc los nx-ias, 1 >s (jue lo son en
c-te asnnt); yo g >y el «lue salx; lo (]Ue
hay que hacx-r, yo hablaré. No dejaré
de recordar <|ue en Asturias reihe sifr-
nifica suelt), lilm-, sobre todo del í;a-
nado, ceib-ar s'>ltar el imanado. Ceihar
pudiera ca'cr.*; que viene de reliar; pe-
ro reibe no se cxi>lii«rt!i, ni rrb-re p')r
terco, difícil de domar. La idea primi-
tiva ea la de su-tlo, separado, (pie es lo
que vale el tema cuskérico, y jam¡'is
valió el fippus latino, on in.scrii)ción
ni sin ellaD. Muy buena é instructiva
oibi toda e.4ta cita d -I insigne lilóli)!;o,
j».;r.) no jKxleinos menos de rectificarle
el (niiicipio que nii/iita, de cpie «la /
larga acentuada no puede hacoi"se e en
castcllanoi. Fncra de las innumerables
voces laliuiks en tjue se ix)dría dudar
si la í es hirsía ó breve y habría que
acudir á la prosodia chisica para cono-
cerlo, sólo ((ueremos citar unas jx>cas,
en las cuales la / es evidentemente
acentuada y larg:a, y, sin emb;ir<;.i, se
ha convertido en e jxara el castellano.
C'apilhi% catrina, rerrícia (cerveza), <•//•-
ra, rirciis, crispas, crista, fibra (hebra)
t/i/psu:n (yeso), ille-llla-illu I (el-ella-
ello), iVk/*', í/í"?/-//)//* (con todos sus de-
rivados), insitjnia (enseña), inleijer (en-
tero), irtier (entre), intro, v. y adv.
(entro y dentro), ipse (ese), úsle-i«ta-
islad (i sto-csta-esto, lignum (leño),
liiiqui, miera (letra), millo y sus com-
puestos m/h»i ///o, adcommillo, promillo
y suhmillo (meto, cometo, acometo,
prometo y someto), pi¡/niis (]x;ño, ant.,
que dio los compuestos empellar y
empeño), piscis (]>ez, con todos sus
derivados), sayil.'u (saeta), srinlilla
(centella), sircus adj., y siceo, v.,
siipui, pl. (seña), silva, sin/juli (sendos),
stira (esteva), slriclus (estrecho; la
forma estricto es culta), rinco y cúii-
vinco (venzo y convenzo), los nume-
rales en (jiitla, desde Irii/inla hasta
iiomif/iiila, los nombres propios Al/ri-
dus y Iñilifridux, etc., etc. l)e.«pués de
esta cantidad de voces, que con un po-
co de paciencia puede aumentarse más
tíxlavía, ;sc i)odr.i aseirurar (pie «la »
lari^a acentuada no puede hacei-se e en
castellano?» Jliis ex!U;ta nos ¡«irece la
rcL'la de Lanchetas, fpie dice: «La i
tónica siiruc una marcha parecida il la
de la H, pues ya se mantiene, ya se
cambia cu su inlermedia e. Siendo
lar<;a, tiende á conservarse; v. frr.: sic,
si; dic, di; Iriliium, Iriíju. Siendo breve
(i larjía I Kjr |)osición, tiende il cambiar-
304
CEQ
CER
se en e; v. gr.: concilium y concejo;
cristam y cresta». (Gramát. ij Vocah.
de Be/reo, cap. I).
Cequia, f. Anticuado, dice el Dice,
y remite á Acequia. No negamos la
fuerza del uso, tirano y dictador de
las lenguas, pero creemos que es deber
de toda la gente instruida írsele á la
mano cuando no tiene mis fundamen-
to que un error. Y uno de estos casos
es la voz acequia, en la cual el verda-
dero s. es cequia y a el simple articulo
árabe; de suerte que, al decir un espa-
ñol la acequia, es como si dijera la la
cequia. Por eso están más en la verdad
los antiguos castellanos, que siempre
dijeron cequia, como también los va-
lencianos, gallegos, mallorquines y
catalanes, que así dicen hasta hoy; y
por eso no es raro que así digan tam-
bién los chilenos iletrados, tal como lo
oyeron á los conquistadores españoles
del siglo XV í. Para más confirmación,
véase esta cita latina de un privilegio
de Alfonso II de Aragón: «Certa loca
sint in cequiia, in quibus ganata bi-
bant». (En el Glosario de Ducangc
pueden verse otras más). En el mismo
caso que acequia se hallan agcdla,
alearán, ainmbor, azamhoa, achicoria,
cdhóiidiga, alcalde, azufre, cdcroeo, aljo-
faina, (dniarjal,almojama, almuérdaíjo,
aluquete, anoria y otros. Es esto re-
sultado natural de la ignorancia del
vulgo, porque, no enttsndiendo el signi-
ficado propio del primer componente,
lo amalgama ó mezcla con el segundo,
como si ambos fueran una sola voz.
Por esta misma razón dice el español
sin escrúpulo alguno el rio Guadiana,
el rio Guadalquivir, sin caer en la
cuenta de que está diciendo el río río
de Ana, o Diana, el TÍO río Alqui-
vir, ó Grande, porque yitadi ó wadi
en árabe significa rio; la plazuela del
Azoijuejo, es decir, la plazuela de
la plazuela; lo mismo que todos
decimos también el aporto, por cierto
vino, siendo que Oporto, de donde
procede, significa el puerto. Y, retro-
cediendo á la formación del idioma,
¿no tenemos t&xiúnén conmiyo, contigo,
conaiqo, formas calcadas sobre el mecum,
tecum y sccum latino, con la agregación
de otro cum al principio, como si no
bastara el del final? (El dei'ivar estas
formas del antiguo gótico, como lo ha-
ce el autor de Raza chilena, no nos
parece cosa suficientemente probada, y
por eso preferimos la teoría aceptada
por los filólogos españoles). Asimismo
los hoy anticuados connu.tco y conrusco
(con nosotros y con vosotros), formados
por el mismo procedimiento, de nobis-
cum y rohiscum. (Véase Apa). En cor.-
secuencia, no demos por anticuada á la
correcta y legitima cequia y no digamos
Las tres acequias, por cierto fun-
do vecino á esta capital, sino Las tres
cequias, como dijeron sus primeros
dueños y dice todavía el pueblo.
Cequióx, m. aum. de cequia. Como
lo indica su forma, es una cequia
grande ó canal. Nacido en los buenos
tiempos en que cequia cori'ía como voz
legítima, y teniendo, como tiene ya
entre nosotros, vida y blasones propios,
pues hasta una calle hemos bautizado
con ese nombre, no hay por qué dese-
charlo. Si la madre cayó en la miseria
y el olvido, el hijo se ha conservado
en todo su auge y nobleza.
Cera, f. Sustancia que fabrican las
abejas. —t'prrt i'ií'ja: porción de cabos
que queda de velas ó cirios. Adición
del último Dice. — No se confunda cera
con Sera, f.: Espuerta grande, regu-
larmente sin asas, que sirve para con-
CER
CER
iliii-ir tíirlión y jior.» (itros n-so;;. — Ski;\
iiillt-\i'>ti ilul V. xer.
Cera. f. A<liii¡t¡(I.» cu el !>¡ir. de
la At-i'lciniii «lisílc la e«l¡fióii <]e I72i'.
(lor iimii ó h'ii-rrn, lia siilo cliiniíinilo
fii la I:'.." fflii-iim df ix'.i'.l. Y un iva-
liíjail, si lia «le iLir fu ¡i su t-t iiiioloiristii,
• |ii<." «liTÍva á itrrrii tic hiicrrn y á esta
dv fia, tiene nizúii el últiiiio l>ic<.-. pa-
ra (lesliJuxTsc de uera, <|iie eii Uil C"a«>
vendría á ser una iiiiseiiihle fi:T«|K'ii>ii
de iV|iu'-lla!!: pero el asiiiiro no os t:iii
sencillo e->ni«i jsireiv. loniiie no todos
arvptan la eliini>lo<;ia de la Ai-ideniia.
i)He p^r |ir¡uieni vez ha ajiai-eeido en
el I)ÍLV. líes-le Inejro ('a!aii>lrelli
sostiene <|He l;i venladeiM elinidlo-
•ria es el latino xpriff, tila, liilcia,
i(iic en 1 >s on;>'iies de la leiiíUi u:s-
tellan» en» a'-oinpañado del ^renitivo
tl'jiiionim (de casas), "jue esj»:clfii-aba
811 idea, l.iicjro ffia de rjixiis se redujo
¡t (•/•íVf. a^-^áiidose en sei^nida el pre-
fijo ir. Kn cnanto al cambio do la .<
]>or f, no es cos;i descon<K;¡da ni de-s-
nsida en cistellano. Vraiiso Aikiía y
Vkukda.
Ckiica, adv. de luj;ar y de tieiuix).
• Con la pn.'|). </' sirve en leii<;iiaje di-
))loniátic-u jianí designar la residencia
de nii niiiii.Hiro en <leterniiuuila corte
extranjera. HiiilHijailor cerca '/' /"
SititUt Kntf, CKRCA (/'■ Su ilnjf.slwl
l'ahilirii». (Dice.) Mucha hurla liicie-
T<m de esta acej). íian-a y liuralt; pera
sin razón, <lice Cuervo, [lonjue no es
niño iiicra a|ilic:ic¡(iii del uso ant¡<;uo
español; y aiiu, n<íre}(a este misino nu-
t/ir, «señala lu ¡lorsoiia en ijuieii se
ejerce ulirtina inflnciicia ó con (|uien se
tiene valimiento», sifíiiificndo (pie
UiiiiiKHK) accjita Haralt, y sohre el cual
•guarda silencio el l>icc. Sin eniharíro.
lo inun los clásiats.
K«!i>lfi). ilU'Hi': üc Suiítáiíj'-l, h «hU.í
i'trcti ttrl n'V tle allt'iriilacl tan gniv»*.
Te ilrsiuch» a la oirt.\
(lí^ipc lie Vcg.i. A/i ¡ii-criitr hiiiin).
«.VlKirivcia al Jlarcí .Vntonio, viéndo-
le en suma estimaciiiii de soldado y
mayor civiüto rririi del Conde-l)u(pie
tpie niniíún otro de su orden». (Meló,
líucrní (/c r«/<//«H// y. «[Persona] de
estimaciiHi y |wrtes, (]Ue se hallakt en
el ejército, euya jrracia iví/v/ de los ijue
inandalian la pudo liawr iuí'ls ¡xtlitíro-
sa». (Id., ilnil.i — No menciona t-am-
¡KK-o el Dice, la aco]>. de-aceix-a de, con
ivsiK-cto á, (pie abunda también en los
cliisicos, jwr ui;is (juc ahora haya caído
en desuso. «Paní (pie sepáis el modo
iple rerrit f/(>.«/o... halléis de tener, oíd
á .San .leronimo». (H. .\vila, Avtl¡,fi-
liti ). — Otra acep. empleada también a
menudo iX)r los chisicos y omitida en
el Dice, es cuando se usa en el siprni-
tícsldo fiel adj. i-eíanto. « listas frasi'S,
dit« Cuervo, se pueden explicar al'ru-
iias veces como resultado de una elip-
sis». «Kn ai]uella comarca tuvieron su
habla en Ciria liorobia, (pie son pue-
blos iPiYit el uno del otro (Mariana).
Al iiiiis *:trif'i «le un' prejxiiit^' luogu
ít:i calila (le \ñ grita ocasionada.
(Ercilla. .i/r/ncn»«. c. XXI).
— I^a fr. Turar de rerrtí, (pie también
censura Rnrult, no significa ]>ara el
Dice, «interesar una cosa, tocar en lo
vivo», sino «tener una jiersona pal^•n-
tesco próximo con olni», y tiií. y
Iratiiiidose de un asunto ó nef;ocio,
«tener conocimiento práctico de él». —
Kxcusado es decir (pie reirá admite la
foniia diminnliva rerquilii.
Ckuca, f. Muy errada es la iKH-ión
(pie de (.-sta voz tenemos en al>;nnas
jiartes de Chile v bashi abrir el Dice.
CER
CER
para probiirlo. Cerne o vallado, tapia
ó muro que se pone al rededor do
cualquiera sitio, heiedad ó casa para
8U resc^uardo ó división». Por donde se
ve que cerca no sólo es nn término más
ó menos <fenérico, sino (|ue, aiin más,
tiene mnj poco ó nad;i de la cerca clii-
leiia; porgue el vallado, que es lo más
parecido á ellaqne hay en la definición,
es simplemente «cero que se levanta
y forma de tierra apisonadn, ó de bar-
das y arbustos, para defensa de nn si-
tio é impedir la entrada en él ». Y estas
«bardas y arbustos» ^;son lo que se ll;i-
ma en Chile una cerca? Muy lejos
de eso. Nuestra cerca es sencillamen-
te el seto español: «cercado de palos ó
varas entretejidas»; ad virtiendo que
esas varas del Dice, son nuestras vari-
llas; ó también el sebe: «cercado de
estacas altas entretejidas con ramas
largas». Eso y nada más es la cerca
chilena: un cercado compuesto de pa-
los plantados en la tierra á distancia
de un metro, poco más ó menos, uno
de otro, y entre los cuales se entretejen
varillas ó ramas. Si los palos son árbo-
les ó arbustos vivos, ó si todo el cercado
es de matas vivas, se llama cerca
viva fsefo viro), y en caso contrario,
cerca muerta (suponemos que en
español sea se/o nnierlo, aunque no lo
diga el Dice.) Siendo pues tan distin-
tas la cerca chilena y la española, es
lástima que nuestro Código Civil haya
incurrido también en la misma confu-
sión. «El ceri amiento, dice en su art.
8 14, podrá consistir en paredes, fosos,
cercas, vivas, ó muertas»; con-
fusión que parece venir desde España,
pues el nicc. Hispano-Americano pu-
blicado en Barcelona dice: « Tas cercas
empleadas en las construcci<..,€.s rura-
les pueden sor tapias de fábrica con
mortero ó en seco, tapiales, sehis vivos,
barreras ó palenques... » listo confirma
lo que decíamos al principio, esto es,
que el término cerca es más ó menos
genérico; por consiguiente, luiestro
error está en halierlo restringido al sig-
nificado propio del selo ó sebe. — a Cer-
cas de frnijanle seto vivo», dicel'ereda
en El sabor de ta liernicít, alejándose
algo de las definiciones del Dice.
—No hablaremos de la empalizada, de
la estacada ni de la c/ia'iicha, que, aun-
que tienen algún parecido con nuestra
cerca, son en realidad distintas. —
Cerca de alambre. Véase Ar.AMBKAno.
— Saltar á uno como cerca vieja,
es fr. muy expresiva (pie usamos en
Chile en el mismo sentido (pie tienen
en sí las palabras de que se compo-
ne. La empleamos para indicar el poco
aprecio, consideración ó respeto que se
tiene con una persona, de (juien no
debe presc¡ndir.íe.
Ckrc.\r, a. (Véase el anterior). El
mismo envr en que estamos con res-
pecto al s., cometemos también con el
v., el cual no significa en particular
«construir ó hacer un seto», sino cu
general: «rodear ó circunvalar un sitio
con vallado, tapia ó muro, de suerte
que quede cerrado, resguardado y
dividido de otros».
Cercé.v (.V). Asi acentúa la Aca-
demia este adv. modal, que significa A
raíz ó por la raíz, y así lo escriben y
pronuncian también casi todos los
modernos. Sin embargo, Menéndez
Pidal, en su Gramátira Imtórica espa-
ñola, enseña que debe ser grave (cer-
cen) por derivarse del latino rirciiius
y porque «así acentúan los clásicos y
Zon'illa, y nó rerrén, como escriben los
Diccionarios por ciror». Tal es la ver-
dad y ojalii se enderece el uso moderno.
CER
CER
Ckiíco, 11). D.iinosle ai|ui un si;ruiti-
cm\i> i|Uu uc-ttiulmi'iite no licuó cii los
DicL'ii. «■astcllamií, df-sitiü ó tcrrvno
tva^ilu, destinado jKira siembra ó pas-
to de ^Mnadus _v de e.\U;iision lueiior
i|Ue el jiotrero: de consijriiieMte, ei|U¡-
valo al remullí, foi't, ¡iriidn ó <Mirsii
cs|iariule:i. Coiuo el primer sijriiifirado
de ferro es «lo t|Ue ciñe ó rtxlea», to-
mando el continente }X)r el contenido,
dimos al sitio ó lerivno ix-ñido 6 rodea-
do de rerro este mismo nomba'; anncjue
pn>lKiblc:uente no seriamos nosotros los
autores de este si<;niñcado, sino los
inismoti esiMñüles. jwninc e:i Tii-so de
)l<)lina, i|Ue es uno de los autores nuls
¡«opnlua-á en cu into á lenjruaje, leemos:
[({ne\!ój El gana lu. luiLi Iu9 penus.
Gordo», para revcutur.
RohiKianflo el palomar.
Llf no el a'ito ile becernis:
li<irri-^os. Dio.4 los aunienU'.
Xi en los tcdilea ni cnv ••
' Ventura te ile Dior, fiíjo ).
l'n fXTifir moderno. Pío Baroja, em-
plea rrini; lo ipie pirecv niiis iini)ro[iio
_v raro. «Pues IxJi' "^lii? rentis que
entraron en la repurticion, y j) jr<iue á
un arre:idador le |ierdonalKt yo veinti-
cinco ó cuaR'nti reíde.< al año, este
V'-rno de Illescas, ;sal>e usted lo ipic
lla(X'?, pues nada; de^jiide id ijue esta-
lla en la rerní, ¡i un viej ) «pie era buen
]iii;.r-idor y iuni<tn mió. y [xinc allí á
uno «pie «pii.io fier verdugo y lia sido
circeleru en la villa íh Sautu )Liria
dj Nieva. Fifíürcse usted rpié liombre
«JIM el ttl, (\-\; c! viej >, al te'ijr i|U3
dejar lu rerra. le advierte «pie el fruto
tic los linertijcillos. unas judia» y unas
IKltatL't, soM suvif, ('limo l.i burra ipie
dej-) e:i el cirnil. v el liondiro iple ipii.sii
.«er verdii.'o le arranc-.i tola la fruta v
todas las bortalizasv. De propósito be-
mos puesto toda la cita paní cpic su
vcii el verdadei-o siirnificado (pie el au-
tor da a(|ui á cerai, que no es otro (|ue
el misiuo de lieifihul ó luterta. En
cuanto al nombre cerro, considenido en
si mismo, está tan bien formado como
rerauh, coto y iMiesii, jxinpie los tits
no signitiain etimolorricameiite el tc-
nxMío mismo, sino su ivígnardo, des-
linde ó defensji; ]k>v eso y coiiio reno
es sinónimo de rirritlo y el circulo es
redondo, á lleduiido le da también el
Dice, esta acep.: «Dicese del terreno
adelie-Síulo y <pie no es común».
Ckiuh.\, f. Véase Celcha.
('kiu)Oso ó Cekuido, adjs. de dos
terminaciones.
Ckiikmoxikuo, wx, adj. Usiimoslo
en Cliile familiarmcna» y lo admiten
landiién algunos Dices., jiero nó el
.\i-.idé;nico, ipie trae solamente á
Ceremoniosd y Ceremonia I iro: «Que
observa • n puntualidad \i\s cere-
monias. II i¿ue gusta de ceremonias y
cumplimientos exagerados»,. Hieii pue-
de admitirse también nuestro Crre-
mo^iiero.
Cerero, m. fam. El (pie no tiene
oficio y se anda pascando por las calles.
Su|irimido cu la i'iltima edición del
Dice. Digase iizn/aaillex, com.
Ckrifi.ou, f. Planta de la familia
de las Ixirragiuca', de unos tres deci-
metros de altura, con ramos alternos,
hojas abraz idonw, aovadas, dentadiw,
tuli-jrcnlosits y de color verde claro,
flores blancas amarillentas y cuati-o
se nillas dentro de doi nueces huesosas
cdutenidius en el fondo del ciliz ¡lersis-
tent^. Su|i'inesc vulgarmente (pie de
l.i llor (le esta planta sttcan la cera
(.-OH preferencia las alx;jiis. .\dmitido
en el último Dice. No síiljcmos ¡lor
CER
CERR
iiuc omitió la seguíala oiisabida acuji. :
"flor de esta planta».
('kkio, m. Metal de t-olor pardo ro-
jizo que se oxida en el agua hirviendo
y se emplea en medicina. Admisión del
til timo Dice.
Ceuita, f. Mineral formado por la
combinación de los silicatos de cerio,
lantano y didimio, ijue se encuentra
cu masas amorfas con lustre como
de cera en el gneis del norte de Eu-
ropa. Incluido por primera vez en el
Dice.
CEll^'KIJOU, m. Torno de cerner ha-
rina. Admitido por primera vez.
Ckuxiii, a. Le da también el Dice.
la forma nrucr, lo (pie no hace con el
compuesto concernir, que sólo tiene es-
ta forma. Discernir aparece asi y anti-
cuado en la forma discerner. Cuervo
admite solamente la forma //• para los
dos compuestos. Volviendo á cernir,
recuérdese (|uc es irregular de la 1.^
clase f cierno, cierna, cierne); por c )nsi-
guiente, el prcté^rito y sus deri\ados
son regulares: cernió, cerniera, cerniere,
cerniese, y iió cirilió, etc.
Ckko.maxcia, f. Arte vano de adi-
vinar, que consiste en ir echando gotas
de cera derretida en una vasija llena
de agua para hacer cómputos ó deduc-
ciones scgiin las figuras que se forman.
Adinitidoen el liltimo Dice, con acen-
to en la / (ceromancía). Véise
Cartomancía.
Ckuuti;, m. Xo es gota de cera de-
rretida (pie cae de una vela o hacha,
ni los cdios y desperdicios de \elas tic
cjra {cera vieja), orno creen aquí al-
gunos, sino la «mezcla de pez y cera
de (pie usan los zapateros».
Cerotear, a. y n. Verbo mal (or-
uiadj y niid usad) [Mí-jole:ir la ceri,
en''jrar. {'. también entre los zapateros
en el significado de «.■ul.irir con cerote
el hilo que emplean.
CíOKQriTA. Adv. de lugar y de
tiempo, dice el Dice, sin agregar <jue
es diuiiiuitivo de cerca. Asi admite
también á Dkspacito y IíKJITOS. Xo
nos parece bien esta preferencia, por-
que con ella excluye muchos otros
advs. diminutivos; por ejemplo: aha-
jitn, acewito, adentrito, afuerita, ahorita,
apenitas, arrihila, dehajito, del an lito,
detrasilo, encimita, enfrentilo, jamasito,
janliio, tueijuito ó ¡uejuecilo, malito,
nunqnita ó ni'iiquitita, pronlito, siem-
precilo, larJeciio, tempranito y todos
los adjs. que suelen advcrbializarse,
como bastante, ¡turto, cierto, ctaro, Jus-
to, sejaido, lii/ero, derecho, poco, tanto,
caro, larato, etc. Así pues, ó se ponen
todos ó ninguno. Por nuestra parte
creemos que ninguno y para su forma-
ción bastan las reglas de la gramática.
Si hubieran de admitirse tales diuiinn-
tivos, habría (pie incluir también los
aumentativos, tales como abajazo,
If/a-o, carau), etc.; lo cual nadie tole-
raría.
CiíRliADü, DA, adj. Aplícase fam:-
liarmento en Chile á la persona incapaz
ó torpe, subentendiendo el complemen-
to de intelif/encia, de motlera, li otro
análogo. El mismo uso, según Pichar-
do, tiene también en Cuba; y aun en
España, segiin Caballero. Por consi-
guiente, usémoslo sin escnipulo, aun-
fpie la Academia no le haya reconocido
todavía osta aecp. El comiilemento se
calla por eufeniisaio y ponpie al buen
entendedor, pocas palabras: sin em-
bargo, algunos también lo luiu exi)rc-
sado: «Era cerrndn de cabellos (_'oino
de motlrra, y ¡m salii) la corona (.'on
Lo 1:1 prrl'e.' ú );i vc;ieral)le>>. (Tir.-o,
Los tres maridos Ourlailosj.
CERR
CERR
Viuicruii cxtrcinrao» en caxlrilUs.
lii»*ll crrraJttt tic hariMl y tic mulUrti.
I (jnvvc !o. Ijat Hrct<lailct y locnnit ilr Itrlnmln,
.: I).
— Taiiipotw conoce el I)icv. uira accp.
Ii!cii c':i!>t¡ai de fernulo y <|iic tisuiDi^
unidlo lii (.'liili-, y es la de llaniiir asi
al fxtraiijuro (¡uc pruiiuiicia e¡ «istc-
ll.iiio cuino hi tnviera la Vioca apix-taila
ó rfiiiiilti, y jwr lo tanto, de una nia-
n -nx |ioctj ¡ntfliiriblc. Kii el pncWlo y
ann VA la lícntc educada es ^onu'in oir
i|UO tal misionero ( frani.'ús, alemán ó
ntidán) es muy renudu ¡mru /i/il>ltn;
ó !iini|ilenientc cernulo, pori|Ue ival-
niente lo es tid su pronunciación,
ci)ni|iarada con la castellana. Ya una
aiiti^na ver.iión de ln ISiblia tmdujoel
• Cnni inciix:nn)cii!U siui lahiia» del
HmkIo i>or « E so fiTwln de falila».
Calo es, Cfniídu de laliios, como tr.wln-
c:.-n otros. Parwv pues esUi accp. dis-
tinUí de esta otra (pie apuntit (.'ñervo:
• (¿iiO no liaMa sino sn leij;^ua ó dia-
lecto: i|ue tiene ó nuiL-stra todo el
atvnt'ide la provinciaáipic pertenece";
a'v|>. ipie justiKca con las si*;nienlcs
auloridades: «Es un andaluz, aragonés,
etc., reirwlo'. (.Salva, Dice.) «Tuvo
miHÍo |Nira enviannu á decir con una
anii;,';i suya, tan reirai/ii en bi len<;ua
suya como yo en la vizcaína, <|ne...ine
íne^^c• á la salida de Bilirao |>ara Vito-
ri;L, ipic allí me li:il>Iaríai>. (Ivspinel,
J-.'xrwlpiiij. • Kn la [|Kirte] sei)leiitrio-
nah'c- lia de hablar preci.^amentc vizcaí-
no: en la nieridionul, :indHlui'. rtrnitii) «.
t^'iuhAit), f'arltin mftmimis /. Tixr-t á
la .Vcadeinia rus<dver si admite ó ni)
c-ias dos iiliimas iu'ejis. — Cuestión
cerrada, en oiKwicion á cuestión
abierta, llaman niK^itros |Kili(í-
lotí la ipie iKir.i nii miiiii-lci'io o |kii'-
lido no (ielic .tillóla solución ijiie el
le da y a.sí deU^n eiitendeila sus jmr-
tidiu'ios.
Ckhuajó.n. m. (."erro alto y esr.ir-
jHido. .\dn)¡t¡do ]k¡v primera vez; \<vvu
cnid:ulo con asimilarlo ¡i re/rfijún, ipie
sii^nitica todo lo contrario, esto i'S. tx'-
nx> iK-tpieño.
Cerrania, f. llienan los (|ue i-s-
crilícn así esta voz. derivándolu de
(r<jo, <-uandü la rniicai|ue hay en cas-
tellano es xcnitniíi, derivada de sifiTíi.
(.'KiiKAU, a. Jinchas son las acejis.
castizas ipie como a., n. y refl. tiene
este V.. ]x;ro ninguna ijue jnstili(|Ue la
que aipii solemos darle, de-echarse con
todo eini>cño y sin admitir ojiosición,
á h;ic-cr alguna Cí)»a: 'Se cerró á
hablar y no calliien dos horas». ,:.Seiii
uso tomado del italiano, en donde ap-
■rntini, ijuc es nuestro r^'/vyH'.'ií', signili-
c-a arrojai-se con imp-lii!-' Puede ser.
Kn caslellaiiü la acep. «pie más se
acerca á nuestro uiodisnio es la lig. de
«nninteiiersc lirme en uii propiisito»,
ipio le da el Dice., pero (pie en ningún
caso autorizaría el uso del v. como
auxiliar. Para expliciU- el uso nuestro
tendríamos (pie su)X)ner una eli]>sis
niiis (pie ordinaria, como sería la fr.
ei/ittiKe íi: «Se cerro en su obslinacitJn
ó pro|)ósiU). y se echó ú hablar |ior dos
lior.is enteras". Véase ahora un ejem-
plo cl:'usi(jo de la acep. legítima:
' >/).;.■<• aijiií l.t reina y fue' fnrziulii
Hacer oiii l'ts ilc Yarhas nuevo aHÍent^i.
(liralla. .l(vi((ifr,/(/. c. XXXIII).
— ¡Santiago, y nWiv, Kspaña! iMiiy
di.scutido ha sido el signilicudo del v.
rrniir en el antiguo grito de guerra
(pie usaban los españolt/s: y, ya «pie
st-r.in muy |(ocos los ipie hayan visto
tiiitada cst^i ciii-stioii, vamos :i lepio-
dticir lo (|lle hemos leído sobre ella.
CERR
CERR
I'iii^hlauuli l'uó el primero (jnc l:i
trató á fondo y fíloriáhase do haber
sido el único que hubiera descubierto
el verdadero sentido del v. Según el,
cerrar viene del latín aerare, que bajo
otra forma es serrare, es decir, guardar,
conservar; por consiguiente la fr. sig-
nificaría con toda claridad : « ¡ Santiago!
óyenos ó senos propicio, y guarda á
España». Grandes esfuerzos de erudi-
ción hace el ilustre gramático: 1." para
¡)robar la pérdida de la r en el veibo
serrare, para convertirse en serarc y
por fin, en cerrar; 2." para explicar la
conjunción // que liga la invocación
con el V.; y 3." para explicar también
la omisión de la prep. á delante de
España. Sbarbi aceptó de lleno, califi-
cándola de magistral, la explicación
de Pnigblancli y la reproduce íntegra
e.i su Refraneni Español (t. VI, ¡¡ág.
271). Pero Cuervo, más entendido y
erudito que todos, se admira de esta
explicación tan alambicada, diciendo:
«Causan maravilla las intrincadas ca-
vilaciones á que acudió Puigblanch
para explicar el mencionado grito de
guerra, apartándolo de la interjiretación
que en España siempre se le ha dado.
El uso de la conjunción se aclara con el
pasaje de Mendoza que va más abajo,
y con multitud de frases familiares, co-
mo ¡ Animo, muchachos, y á ellos! ¡Un
trago, y á correr!» El pasaje de Men-
doza es éste: «Diciendo: Cierra, cierra,
Santiago, y á ellos, los siguieron otros
muchos, incitados de su ejemplo». De
suerte que, según el filólogo colomliia-
no, í'í/ VYWsignifica aquí: trabar liatalla,
venir á las manos, embestir, que es
acep. (pie también le reconoce el Dice.
Esta misma explicación acepta Cle-
niencin, tomándola de Pellicer: Quiere
pues decir: «.\comete ¡oh España! en
nombre de tu patrón Santiago». Aquí
tienen pues los simples como Sancho
la verdadera traducciónde lainvocación
española, y no vengan á decirnos como
aquel famoso escudero: ii;Está por
^■entura España ahkrta y de modo que
es menester cerrarla; ó (jué ceremonia
es ésta? " — «Simplicisimo eres, Sancho,
les responderemos como D, Quijote, y
mira que este gran caballero do la cruz
bermeja básele dado á España por pa-
trón y amparo suyo, esjicciabuente en
los rigurosos trances que con los moros
los españoles han tenido, y así le invo-
can y llaman como á defensor suyo en
todas las batallas que acometen, y mu-
chas veces le han visto visiblemente
en ellas derribando, atropellando, des-
truyendo y matando los agarenos es-
cuadrones». (Quijote, p. II, c. 58).
Sin embargo, la mejor explicación de
este pasaje os la que leemos en un re-
ciente artículo de Ccjador sobi'e I.iUo-
tis;nos del c Quijote », profunda y erudita
como todo lo suyo. Hela aipií, para
iiistrncción y solaz de los lectores:
«Otro garlito en que han caído los
romanistas: cerrar lo traen de sera,
cerrojo, cerrar, por serare. Dos pre-
guiítitas nada más: la s inicial ¿^c
hace c en castellano!'' La ;■ suave ¿se
hacu fuerte, rr, en castellano, al pasar
del latín? Lo primero sólo sucede en
cedazo, si viene de saetacciim, de saeta:
derivación tan rara que de saeta se di-
jo seda con s, y parece hubiera dado
sedazo. La r suave jamás se hace /■/'
fiiurte al pasar al castellano. I)c sera,
cjrrojo, no pudo, pues, derivar cerrar,
conforme á la fonética: cnanto al sig-
nificado no hay menores dudas. Ya las
expuso Sancho, cuando preguntó á
1). Quijote: "¿por que dizen los Espa-
ñoles, (|uaudo quieren dar alguna ba-
CERR CERR
(allii, iiuincaiulo :i<nicl san I)i(^ iiiiita (.•n.\\:Wi\:iiiraiii(i.:iiirtii¡/<ii;rsiíilr\\\M\
Moros, Siiiit¡íu;o, y rlfi-m Kspñ:»!' it Sfrrunja en 7a\\x\ s xpiranjur » rha-
-li-süi, por veiitiiri, R^ieiña aliiertu s innirJia, iine UiniUicii v.xh en Alavn
il • minio <|iK' c-s ineiK.'sU'r iv//ví;7i/.'» cs|i:ul:i li cnchillo «ritiinlo, cohid '•//<»•;•-
(II. ."iM, i-Jtt). Ni) V!>]t>, luu's, ffiívo- i'ii iisri), i'ii Álava y Navarra, por jrnuí
iste laiso li> i|iie lie onlinario. lo con- salilo. TnUiL«e aiiní de la espada de
tnirio lie ¡ilirir, sim» lo ipie rtraír rmi madera t\\ví pxlirndf \ rastrilla el lino:
rl fiifiiiii/o, es dei'ir, erhurxf soliif él la alternativa de los gilliantes repito
/WI7I ro//«/«. Y tal es el valor de r/ /•;/'.< que es propia del eiiskera, \atrr\iOV
por nianoí ([ne eo*»vn,en la(!erin iiiia, snri-Qw alijunas de las formas dielias
el xerrnt francés, es decir, ifarras: Tu c miprnelinn las variantes feriar y ai-
lleiius (llenar impío). En las «rarnis de nar. En Álava zorní es tranca, estaca,
tus ftri'tix (II, o7, 21t!). Asi, en la y .sob?v todo, las (juc se ponen en los
< íeminnia, murar li axemir, jwr coirer, cnatro ¡injfnlos del carro para transpor-
n.sir,a2errado,cou'ido,ai!erriulor. criado tar leña; ziirm-¡nidi<ií<^ son tabhts de
de jnstici¡i. Y nótese la alternativa de la delantera y tra-sera: zarmtún, cada
siltiantes, .«, j, <•, propia de loa términos nna de las dos piezas de madera dentro
eiLskérieos, y no de los latinos. Con <•, de liis cnales <;ira el eje de los chirrio-
cn IJen-eo, fii-cfrnir piir foitilicar: nes; zarr-ote y zair-a es palo ó tnmai
« B.istiendo los castillos, las villas en- qne cierm. T)c ztirr-apo se dijo zana¡>-
i.vrr.indo» (."<. Doni. 7i;">), y en^errath, tiitro, zarrapaslr-oso, de ashoso, andar
yrir ol)scnro, difícil, prieto: «Ca era como siijx) ó rana, arrastrado y con
mala letra, c/i<v;/Yí(fo latino» (id., CO'.t). zanias, término (pie tiene el mismo
« Yo leía Uus letras, ma.s no Iíls entendía, origen, de ixirr extender, poner, meter,
cíi eran eiicfrrnilíis" {Diflo, 157). Sa- verbo comnnísimo en ei'iskei'a, y (i/>o,
biilo es (|ne lo obsonro y nejjro se con- rana, todo lo (pie anda por el snelo, de
cilie en Elspaña como apretado; asi donde ¡imar-apo, gaz-apo, rarh-apo,
decimos qne fulano habla un franc'-s i/uiri-<ipo y har-íipo, y otros ciento de
mu)/ rerradi,)' /wío vale obscuro, ne.jro orifien enskérico». — No se confunda á
y a[iretado. y el mismo priflo si*;nificó rerrar con serrar ó aserrar: «cortar ó
iieirro, obscuro. Cerrar valió, pues, dividir con sieiTa la madera (i otra
c >;;er, ajya-t^ir, meler, 6 sea ¡Miier en, cosa •«.
ilespuw encerrar ó riaudere. Pero su Ckkuim/), m. .\un'pie no da cabida
fonna primitiva fué carrar. En las el Dice, á los diminutivos ref^ulares,
Orilinariones (le Iiarhasho{Rei'. Ara/f., bien pndo hacer excepción en favor de
i;)08, piip. .')2ti), se halla eiirarra^los, éste |)or el si;_'nitieado tan propio é
por enrerrados. En eúskeni zfirralu y inx-ernplazable ipie tiene, hasta tal
zerralii, [wr cerrar, de rw/r, «rt;r, w/- jmnto que en t'liile ha llefjado :i ser
/« meter, extender, poner en: jrt/T-(7/)o, como iiomI)re propio de muchos r«vv-
nuia, se dijo del extenderse, apo \iot lo iones ó ceiTos iieqneños y casi no hay
bajo, arn»strándofic, por lo cn:d en dep:irtamento (no diremos provincia)
.Mava vale cscnerw), zarrmirha, rlia- que no U;n<;a al>riin rrrrilh. Los de
rrnnrhn en eiiskera rs peine ó tabla con Teño, iK)r ejemplo, en la provincia de
p ia-< que CT^ff el lino y lo desenreilM: ('uriei, se han iinnortalizado como
ñl2
CER
CES
cinipo du huzíinas para los Cacus chi-
lenos. Véase Platillo. — El único
sii^nificado qno por primera vez le lia
i'cconocido á rfirrillo el Dice, y eso co-
mo provincialisuio de Cádiz, es el de
(¡fama del Xorl/\ que e? nna planta
jierenne,de la familia de las j^ramineas.
Cerrumado, da, adj. Aplicase á
la cal.ialleria que tiene defectuosa ó
mal formada la cuartilla. Término de
Veterinaria suprimido en la 1:5." edi-
ción del Dice, quedando solamente el
primitivo cernunn ó renimn, f.', con el
significado general de cuartilla, en las
caballerías.
Certeneja, f. Cierro hecho de ho-
yos, de tal forma y distancia unos de
otros, que no puedan pasarlos los
animales vacunos y caballares. Gene-
ralmente los hoyos van de cuatro en
cuatro y formando la figura de un
rombo. Por economía y por ser bas-
ümte para su objeto, se usa en las
provincias del Sur en lugar de la zanja
ó foso. — Llámase también certeireja el
lioyo que se hace en los cauces de los
ríos. Xo le conocemos equivalente en
castellano ni atinamos con su etimolo-
gía. Bien puede admitirse.
Certeramente, adv. m. De modo
certero. Falta en el Dice. íln lo anti-
guo se usó por flerlHmcntp, lo (pie aho-
ra lio se tolerarí;;.
CEavECERO, RA, 111. y f. "Persona
que hace cerveza, jl Persona que la
venden. Es todo lo que dice el Dice.
Nosotros empleamos también esta voz
como adj. con el significado de-perte-
neciente ó relativo á la cerveza: Ca-
mión cerrecero, ho/ella cervecera-, y no
parece que tenga nada de reprochable.
Asi se usa también cu Méjico, según
vemos en sus periódicos, y quizás en
cuántos países más.
Cervillera, f. Admitido por pri-
mera voz en el mismo significado de
ca¡mcele: «pieza de la armadura anti-
gua, que cubría y defendía la cabeza».
Cesárea, n. pr. f. Así escriben y
]ironuncia!i muchos este nombre de
ciudad; sin embargo, el Dice, acentúa
Cesárea en la voz Cesariexse, con-
forme á la prosodia latina. A nosotros
nos suena mejor Cesaren, como ]iro-
mmcia y escrilie la mayor parte.
Y lí todos cuantos ren(lí.s
Píirias y sois feíidatarios
De la sacra Cesárea,
Exhorto, requiero y mando.
(Lope de Vega, Nucimienln
niieMm Salrndor Jesiicrislo)-
Jlonsefior (iasparri, que fué Delegado
Apo.stólico en el Perú y Arzobispo ti-
tular de aquella antigua ciudad, firma-
ba bien claro: Arzobispo de Cesárea.
Cesáreo, ii. pr. in. Así escriben
todos ó casi todos este nombre; sin
embargo, la cosa no es tan clara, por-
que, tanto el Martirolof/io latino como
el Año rristiano traen una cantidad de
Cesarios, y uno ó dos Cesáreos sola-
mente.
Cesio, m. Metal alcalino; muy pa-
recido al potasio, cuyos compuestos
producen dos rayas azules en el espec-
troscopio y se hallan en varias aguas
minerales. Admitido por primera vez.
Cé.sped ó céspede, m. «Hierba
menuda y tupida que cubre el suelo»,
es la acep. más conocida y usada, á lo
menos en poesía, y sólo en su última
edición se la ha reconocido el Dice. —
También le agregó: césped mi/]és=
vallico.
CESTiARtO, m. filadiador que com-
batía con el cesto. Pasó del Suplemento
de la 12." edición al cuerpo do la 13.*
cíe
cíe
Cesto, id. Cesta íinuidi'. Xo ilebe
ooiifu lid irse txjii el urJiíiul xexio (Ü." ó
VI). — (>,</« es Uiuibiéii uiiii «arniii-
duru de I:i iiuuio, us)id:t en el pu<iil¡ito
por los anti;;uos ntleuis, (jue cuiisistin
eii correus •;u¡iriici.'idiis ooii puntas de
metal, y i|Ue .se utalm iilretletlor de l¡i
niuiiü y de la uiiiñeca y :i vecvs subía
husta el eodo». Pus<> del Suplemento
de la lí.» edición del Dice, al eui.Tpo
de la 1 ;i.»
Cet.vria, f. Elítanque ó vivero para
la cria y conservación de peces y otros
animales marinos, .\dmitido pí)r pri-
mera vez en la 1;!." edición del Dice.
CiAMT.*, f. ( I>el íirie'To x-jxvo;,
azul). Chorlo azul. .Vdmitido en el
último Dice.
CiitK'A, f. Se le agregó la siguiente
acep. de }ilnriiiu: «tirapa con (¡ne se
sujetji una jiiez;i á otnt in;iyori>.
Cicaterear, a. (Del adj. ciaileroj.
Bien formiulo como todos los demás
verbos íi-ecuentativos; pero el Dice, no
le lia dado entrada. Se oye, pero rara
vez, en Chile.
CicEUO, m. Tériniíio de Imprenta
admitido pjr primera vez, en las si-
guientes acejis.: •■ Letra de imprenta
i|ue es de un grado miis que la de eii-
tr«d(M, y de uno menos ijue la ataua-
8¡a>; por otro nombre, leclurii. \\ Uni-
dad de medida usada geiiendmente en
tifiografia |Kira la ju^^titic-ición de li-
neas, pigina.s etc. Tiene \'l puntí)á y
cquiviile á ¡M>co más de 4[i milímetros».
CiCERO.SB, m. (Prjnúnciesc rhirhe-
roiif). .Xdmítiólo el Dice, en su II.'
edición; pero, como aiTe[x:iilido de
haberlo hecho, se ajiresuió á sacarlo de
la siguiente, sin <itie haya vuelto á
aparecer en la ]:{.*, que es la ultima.
,;Obrü bien o mal en esto el I)icc.? Por
nuwlra (jarte creemos (pie mal, [)or(|ue
se tr.ita de un vocsiblo. que, auníjuees
italiano puro, es ya de uso univei-sal
no solo entiv los (|Ue hablan castellnno,
sino en todo el mundo civilizado, y
(¡ue adeiuiis no tiene ei|uivalente en
esiMiñol. Por nisis «pie los tnitadistns
lo hagan sinónimo de //««/, prácliro,
roiitiiif/or, la verdad es que el cicerone
es algo m:'is todavía: es miis bien un
iitsirti. tor que iX)See algunos conoci-
mientos geneiiiles y que acoinp:iria al
viajero eiiíeñáiidole y explicándole las
cosas que ve, monunicnt<)s, ninseos,
obras de arte. etc. Véase el artículo
Boulevard.en el cual dimos razones
ciiteranieiite aplicables á cicerone. En
cuanto á citas, las hay de todos los
escritores de algún valer, y por lo mis-
mo no nos cansaremos en reproducir-
la.*; iK'ro, sin embargo, no podemos
omitir la siguiente de I). Adolfo de
Castro, por la autoridad especialísima
que tiene como autor de El Libro de lox
ijaücismos: « El lial)er estado en París
[cierto cuadro de (|uc viene hablando]
inmediato al de Hafael (pie representa
la Transfignrac¡()ii del mismo pintor,
ha hecho (jue los cicerones de Sevilla
aünneii (|ue en el Museo de Xaix)león
Se pusieron en coni|)etencia una y otra
pinturaA. Nótese (|ue se liabhi de cice-
rone» de Sevilla, nó de Italia; que el
autor escribió la palabra en letra co-
rriente, nó en Iwstardilla, y que lo da
pl. á la aistellana, nó á la italiana (ci-
ceroiii). Creemos pues (|ue la Academia
no debe ya discutir sino resolver la
admisión de este vocablo, dándole, eso
si, la forma ciustelhina cicerón, ])orquu
la italiana es contraría á la vista y al
oído español. .\sí el nombre Cicerón,
qiie a])arece ¡xir iiriniera vez en el
Dice, como m. (ig., con el signiticado
de «hombre muy elocuente», recibiría
30
3U
CID
cíe
como 2." acep. el significado que tiene
ahora cicerone, pero advirtiéndose que
en este caso es nombre coaiúii y por lo
tanto debe escribirse con minúscula.
Cicigia, f. Así, y también zizi-
gia, lo escribía el penúltimo Dice;
pero el último lia corregido sicii/i/i:
término de Astronomía que significa
conjunción ú oposición de la Luna con
el Sol. Esta última forma es la única
que corresponde á la etimología griega
CiCLi.sMO, m. Voz que forzosamjnte
debe ya admitirse, por el uso general
que tiene. Significa: destreza en el usi
del velocípedo; ejercicio ó costumbre
de usar de él; afición ¡i usarlo.
Ciclista, com. Velocipedista; es
decir: «persona que anda ó sabe andar
en velocípedo». Admitido en el Suple-
mento del último Dice. A nuestra jui-
cio, debe también admitírsele como
adj. Industria ciclisfn.
Ciclo, m. Período de tiempo y tér-
mino de Botánica. No debe confundir-
se con sido: moneda hebrea de plata,
con peso de una onza.
Cíclope ó ciclope, m. De las dos
maneras lo acepta el Dice. Annciue la
segunda forma es la única usada en
griego y en latín, debemos confesar que
la primera, la esdrújula, es la más co-
mún y corriente en castellano.
Ciclorama, m. Admitido por pri-
mera vez en la l."acep. át Panorama,
Cito es: «Vista pintada en un grau
cilindro huecú, en cuyo centro hay una
plataforma circular, aislada, para los
espectadores, y cubierta por lo alto
á fin de hacer invisible la luz ceni-
tal».
Cidra, f. Fruto del cidro. (Véase
Alcayota). — La cidra confitada se
llami acitrón. — Sidra: «bebida alco-
hólica, de color ambarino, que se ob-
tiene por la fermentación del zumo
exprimido de las manzanas» (nuestra
cliicha de manzanas).
Cielo, m. Xo se confundan las fra-
ses Bajad» ó venido del cielo (prodigio-
so, excelente, peregrino y cabal en to-
do) con Llovido del cielo (que denota la
oportunidad con que llega una perso-
na, ú ocurre alguna cosa, adonde ó
cuando m:ís convenía). — Clamar al
cielo una cosa es fr. fig. que significa
resaltar mucho y e.xigir pronto remedio
ó castigo una injusticia, desorden, cri-
men, etc. Como se usa también en
España y en todas partes, extraña no
veril en el Dice.
Ciempiés, m. En su 1." acep. signi-
fica cierto miriápodo, que el Dice, lla-
ma también Cientopies. Mejor sería
que desapareciera esta última forma,
tan contraria á la gramática y tan
criticada por algunos. El último Dice,
agregó á ciempiés la acep. fig. y fam.
de «obra ó trabajo desatinado ó inco-
herente».
Ciénago, m. Anticuado en las dos
acep-i. de cieno y cenar/al.
CiKX(7A, f. Falta en el Dice, la expr.
ciencia media, tan conocida en Filoso-
fía y en Teología: es el conocimiento
que tiene Dios de los futuros contin-
gentes.— A ciencia cierta. Así usamos
nosotros esta fr. cuando queremos in-
dicar que una persona obra con pleno
conocimiento de lo que hace; sin em-
bargo, el Dice, en su 12." edición decía
solamente cierta ciencia. Cual-
quiera que hal)lücastellario sabe la gran
diferencia que hay entre anteponer ó
posponer al s. el adj. cierto; por eso la
13." edición eiunendó el yerro dicien-
do: «.-í ciencia cierta ó de ciencia cierta,
m. adv. Con toda sfeguridad, sin duda ■
cíe
cíe
al>nina. I", ¡wr lo c<iumii cx>ii el v.
sjiljeri».
Ciendoblar, ¡i. Usado jwr algu-
nos clasicos, no ha prevalecido, porque
lo aho<;ó en su mismo nacimiento su
homónimo ffiiliiplicar, que es el mismo
V. en üu fonnn latina. «Multipliqúese
mi afecto en amarle, dóblese, y redó-
blese, y ciendóblese mi umor y mi
admiración de tu intiiiitisima inñnidad
de perfecciones». (Nicremberf;, Her-
iiiosiim de IjÍo.i, I. I, c. v, § I).
Ciénega, f. Probablemente asi se
dijo en tiempo de los conquistadores,
porque en Méjico y Centro-América
hay muchos lui.'aa-s asi llamados. Bl
Dice, dice ahora ciéiunja: lupir ó pa-
ñi je lleno de cieno ó pantanoso.
ClKXTO. Es corriente entre los ^-a-
máticos la regla de que este adj. se
apocopa sólo en el caso de seguir des-
puts de el uno ó más nombres y aun-
que vaya precedido de otro numeral;
por ej. : cifii ])e.iO!i, mil e'.en mtranjas,
cien mil ¡tfrns; en los dem<is casf)s con-
ser\-a su forma integra: i<;( oiexto
de limonm, CIKNTO treiiüa unidmlex.
Sin embargo, no hemos vistx) tratados
estos dos casos: cuando rienlo viene
enteramente solo, y cuando viene repe-
tido, me<liaiido una conjunción ó [(re-
posición. Ej.del l.":;Cu;int¡LS naranjas
te tocaron!' — lUd. ;I>el)e ajui decirse
fien ó denlo.' Aunque la costumbre
a<|ui y en España es decir olen, debe
corregirse ciento, porque el adj. se
ciuplea solo, aunque esté Uicito el s.,
y de consiguiente no tiene por qué
apocoparse: v. gr.:
Dcjr'moiliis nn rato pn"* tratando
De (lar. nó nna bat.'ill.t, iiinocím/fj(ErcilIa).
ÍJr una /uixln ciento. Quien haré un
rexto liará ciento. Ej. del i." coso: Lo
he risto cien ijcien reres; de cien en cien
años; de cien á cien años. El Dice, em-
plea esta última forma en laj* voces
.JlBiLEO y Ckxte.nakio, y, á nuestro
juicio la emplea bien, porciue hay aquí
una repetición aconsonantndaque entra
en la sustancia de la frase y que des-
apareceiia si se dejura de apocopir á
ciento. Bretón ( Desrergüenza, canto
VI) dice también:
Y Marco Pulo, vencedor del Noto,
A playas t'tru y <:'uu voh» sereno.
Martínez de la Rosa:
Vi en el Tniuesis umbrío
í "íVh y cien naves cargadas
De riqueza.
Tamayo y Baus en La Bola de Nieve:
Cien y cien pesadumbres.
Don Cayetano Fernández en su dis-
curso de recepción en la Academia:
Lanza sus flechas, hiere, los deshace:
Cifíi y t'íVH rayos mándales: y al punto
Son aterrados.
Xo sucedería lo mismo cuando no hay
esta repetición; por ej.: Este mueble
ntexta de 100 n 200 jwnos. Aquí nos
parece que debe decirse: de ciento á
doscientos pesos, porque, conservando
doscientos su forma integra, la reclama
también para sí ciento. Tampoco debe
apocoparse cuando al último ciento uo
sigue un .«. « Y se recostaron por partes,
por ranchos, de ciento en ciento, y de
cincuenta en cincuentan. (C. de V'alera,
S. Marros, TV, -/O). Así mismo traducen
t:mibién f^ío y Amat. Las exj)re«ione8
un rirnto por rienlo, al ciento por ciento
estiiii bien así; y lo mismo ciento ti
ciento, que es rauy usado en el Ber-
310
cíe
CIG
nardo de Valbuena y una vez por
D. Andrés Bello. — ¿Habrá que ad-
vertir que sien (cada una de las dos
partes laterales de la cabeza compren-
didas entre la frente, la oreja y la
mejilla) su escribe con s.'
Ciernes (En). Dígase en ríeme,
así como se dice en flor, en em-
brión.
Cierro, m. La acción ó efecto de
cerrar ó cerrarse unacosii (carta, puer-
ta, abanico) se llama en castellano
cierre ó cierro, y aun cerramiento y ce-
rradura; pero la cubierta, por lo comiin
de papel, en (jue se incluye la carta,
comunic;ición, tarjeta, etc., que lia de
enviarse de una parte á otra, no se lla-
ma cierro, sino sobre, cuhier/a ó so-
brecarta.— Lo que aquí llamamos cie-
rro en propiedades rústicas ó urlianas,
es en castellano cerramiento, término
general, y según los casos, indiada,
cerca, cercado, seto, sebe, pared, tajm,
■pirca, quimba.
CliíRTÍ-siMO, MA, superl. de Cit-rto.
Aunque usado por muchos, es más
propio y correcto certisinio; porque «es
regla de derivación, bastante general
en nuestra lengua, que los derivados se
formen del tipo latino con preferencia
al tipo castellano, si éste ha recibido
alguna eufonización; así áureo, corpo-
ral, dental, litercd, moría!, secular, etc.,
no están formados de oro, cuerpo, dien-
ta!, letra, muerte, sii/lo, etc., sino de los
tipos latinos auro, corpore, dente, ntur-
te, soiculo, etc.» (Monlau). Por esi<i
razón es más correcto bnnisimo, des-
trísimo, ferventisimo, furtísimo, terní-
simo, crudelísinio, fidelísimo, que las
formas tomadas directamente del cas-
tellano, aunque algunas serian de todo
punto inaceptables, como fervien-
tísimo, fuertísimo, flelísimo.
¡Y sigan todavía nuestros .sapientísi-
mos, ó mejor sabiísimos, pedago-
gos persiguiendo al viejo latín!
Ciervo, va, m. y f. Animal mamí-
fero rumiante, muy conocido. — Sier-
vo, VA: esclavo. El primero es del latín
cerrus y el segundo de servíis.
Cifra, f. No lo admiten Baralt ni
el Padre Mir por c/uarismo totaJ, can-
tidad total, svma, total; y tienen razón,
por más cpie Ortúzar no haya alcanza-
do á verla. Con mucha exactitud dice
Baralt que 'ícifra es nota ó carácter con
que se expresa algún número; guaris-
mo, la cantidad expresada por medio
de cifras; por donde se ve que entre
éstas y el guarismo corre la misma
paridad que entre las letras y la pala-
bra, entre los sic/nos y el concepto».
Por consiguiente, no puede decirse:
La cifra total de luiestro presupuesto
de gastos es enorme, sino la cantidad
ó (/uarismo total, la suma ó el total.
liO único que hay que advertir es que
ya el Dice, da también á ¡/uarismo la
acep. de: «cada uno de los signos ó
cifras arábigas que expresan una can-
tidad»; por consiguiente, en esta acep.
es sinónimo de cifra. El origen del mal
uso de cifra que venimos censurando,
debe de ser, sin duda, el significado
fig. que tiene esta voz, de «suma y
compendio, emblema», tan corriente
en los chisicos.
Cigarrera, f. «Caja ó mueblecillo
en que se tienen á la vista cigarros
puros. II Especie de estuche de cuero,
paja ó metal, para llevar en el bolsilio
cigarros ó tabaco picado». Esta última
es también acep. de Petaca. De todo
esto se deduce que la cigarrera más
usada y conocida en Chile no figura con
este nombre en el Dice: éste la llama
^>í'.'/7/era; «petaca paraguardar pitillos»,
CIG
CIM
y pHHIo es: «cigarrillo de jiapel ». Véa-
se Cigarro.
Chíarrkría, f. ;Cónio se llamarán
en España las tiendas en qne se venden
cijrarrosr O no existen, ó tienen alsini
nombre muy raro que nosotros no eo-
nocenios, 6 se llaman todavía mala-
mente estanco de lahatos, taltaqufria,
ó simplemente se olvidó el Hice, de
incluir á rüjarreria, (¡ne es el qne u.sa-
mos en C'liile, en el Perú y otras partes,
y el único qne conocemos. En Méjico
usan tabaralera, que tampoco aparece
en el Dice. En cambio, nos da éste una
cantidad de voces ¡lara nombrar al
tigarro: j)ero ;de qué sirve todo eso si
no sabemos dómle comprarlo?
Cigarro, m. Como muestra de la
abundancia de voces que nos lia dado
el riíjarro, v«inse las signientcs: paji-
lla (cigarro de hoja): riyarrillo (id. de
papel); pilillo (cigarrillo de i>a]x;l);
puro (cigarro de hojas de tabacj enro-
lladas); rorarfto (puro de tiUjaco fuer-
te y malo); enlri-arlo (puro cilindrico
y pe<|neño); ¡kinelela, f. (puro largo y
delgado); tai/arniíui, f. (puro muy ma-
lo); fhii-oU, m. fani. (cigarro puro). —
En genenil, la voz cigarro es p:ira el
Dice, mnclio iiiiis restringida (jue para
nosotros, ¡lonpie, según él, sólo signi-
Hca el puro ó cigarm puro, y entre
nosíjtros signitic-a más bien el cigarri-
llo de jwpel y el de hoja. Lo mismo en
Costil Rica. — Por no ppnler un rigarro
¡i^nlfr lino la buha I ihaqufra, es fr.
fig. y fain. que asa nuestro pueblo en
el sentido de-verse uno obligaflo á su-
frir un mal mayor por no lialx;r que-
rido soportar otro mucho menor.
Cu;ofii,KO, a, adj. I)ic<;áe de plan-
tas dicíjtil<;dóiieits, hierbas, arbustos y
árboles, que tienen hojas compni'ytas,
f.r,.|i..;i ,^ l«)r lo común, flonw de cinco
pt'talos, generalmente solitarias, y fru-
to cajisular con muchas semillas de
albumen «irtilaginoso ó nulo; como la
morsana, el abrojo y el guayacán. U.
t. c. s. f. II f. pl. Familia de estas plan-
tas. Es término de BoUinica admitido
por primera vez y se compone del
"rie^o ^'j"'ó;, yugo, y oja^.ov, hoja,
]iort|Ue tiene las hojas compuestas de
dos hojuelas pareadas.
CuiO.^Ah, m. El último Dice, le
agregó esta accp. de Fovtiticación : u vi-
ga que sirve para mover la báscula de
un puente levadizo, y de la cual pende
la cadena que lo levanta».
Cija, f. Cuadra pjira encerrar el ga-
nado lanar durante el mal tiempo.
.\c<.']>. agregada ¡Kjr el último Dice.
Cijo, ra. Corrupción demro; «car-
bón muy menudo, ó resl<luo que (jneda
del grue.-io en las cartoneras donde se
encierra».
Cijuta, f. ('¡rula.
Cilantro ó rir^AXTRO, m. Hierba
muy conociila. aromática y de virtud
estomacjil. — Humo ps el rilanlro, pero
no lanío, R'fr¡in que se oye aquí en el
mismo sentido que la fr. De lo bueno,
poro.
Cilindrar, a. Comprimir con el
cilindro ó rodillo. Xo están tan atra-
sados en el lenguaje los empresarios
del asfalto Trinidad, cuando con toda
pro]iicihid han usado este v. (]ue s<'>lo
ha .-^ido admitido en el último Dice.
Cima, f. Lo más alto de los montes,
cerros, collados, árboles: fin ó conq)le-
mento de alguna obra ó cos;i. — Sima:
cavidad grande y muy profunda en la
tierra.
Cimarra, f. I'alabra (pie se usiv
siempre con el v. Iiarer en el sentido
de-faltar el estu(li;inte ó colegial una
ó mucliab veces al colegio ó clase á que
818
CIM
CIN
debe concurrir. Las frases castizas
equivalentes á la nuestra son: Hacer
novillos. Hacer corrales, Hacer rahona.
Hacer bolas; y sin referirse en particular
ii los estudiantes: Hacer mico ó marro.
(Esta última voz equivale por sí sola
á nuestra cimarra); Zawjmnija, f.
fam.: «ficción de una enfermedad ó im-
pedimento para no trabajar. Hacer la
zanyuaníja; B,emoUn, na, adj. y ú. t.
c. s.: flojo, pesado y que huye del traba-
jo maliciosamente. Hacer uno hi. muía,
fr. fig. y fam.: hacerse el remolón.
Cimarrear, n. Hacer la cima-
rra. Véase esta voz. El v. no tiene
mucho uso un Chile.
Cimarrero, ra, adj. Nocillero,ó
bolero. Lo justo y natural sería que
novillero fuera adj., como bolero. Pue-
de ser que así lo decrete alguna vez el
Dice.
CiHARRóx, XA. Entre nosotros, no-
villero. El Dice, pone á Cimarrón la
nota de Amér. y lo define: Silvestre,
inculto. Aplícase al esclavo ó al animal
que se huye al campo y se hace mon-
taraz, y á la planta no cultivada, cuan-
do de su nombre ó especie hay otras
que se cultivan.
Cimbra, f. Significa: armazón de
madera para construir sobre ella lus
arcos ó bóvedas, y nó-movimiento
trémulo ó vibratorio. Nosotros le he-
mos dado esta acep. tomándola del v.
cimbrar, que significa: mover una vara
larga li otra cosa flexible, asiéndola por
un e.Ktremo y vibrándola. Ú. t. c. r. Ya
no diremos pues puente de Cim-
bra, sino puente cohjante. — El último
Dice, agregó á Cimbra esta acep. de
Marina: «vuelta ó curvatura que se
obliga á tomar á una tabla, para colo-
carla y clavarla en su lugar en el forro
de un casco».
CniBRE, m. Galería subterránea.
Admisión del último Dice, lo mismo
que el siguiente.
CiiLBREO, m. Acción ó efecto de
cimbrear ó cimbrearse.
Cimbrón, m. Aum. de Cimbra
en la acep. que aquí le damos.
CniEXTAR, a. Conjúgase cimiento,
tas, etc., porque es derivado del s. ci-
miento. Sólo los (|ue dicen apretó,
empedró, desmembra, neva y
otras lindezas propias de los resabidos,
tienen derecho á decir también ci-
mento, cimentas. Habiendo á
este respecto completa uniformidad en
los gramáticos, nos extraña sobrema-
nera leer en los Estudios ¡jramaticales
de D. Marco Fidel Suárez: «La res-
puesta ha de buscarse en las autorida-
des en que nuestro sabio cimenta
sus enseñanzas». Ojalá sea errata de
imprenta. — Simiknte significa semi-
lla.
Cimenterio, m. No sabemos pa^
ra qué guardará estos fósiles el Dice,
sin ponerles, ni la nota de anticuados.
Reine y viva solamente cementerio, que
es el usado por todos y el único con-
forme con su etimología griega y latina
(/.O'.j.rj-r/ípwv, cmmeterium).
Cimiento romano. Ni lo uno
ni lo otro, porque no es cimiento
ni es romano: dígase cemento ó ci-
miento; aunque mejor sería que supri-
miera el Dice, esta liltima forma y
dejara sólo á cemento, del latín cernen-
ium. — CiiiiuxTO: parte del edificio,
que está debajo de tierra; fig., princi-
pio y raíz de alguna cosa.
Ci.N'CELADO, m. Obra hecha á cincel.
Hace falta en el Dice. «Sierra prescin-
de de los consonantes ó de la rima;
pero no la reemplaza con el cincelado
cuidadoso de la dicción poética». (Va-
CIN
CIN
lera. Terapéutica social, lilt. articulo).
<Xo cotnpurenios uim delicada minia-
tura ó un cincelado de Benvenuto Cel-
lini con un frest-o de Misniel Ángel».
(Canalejas, l)ixcur»o de rere/), en la
Academia).
CiSf-KLAiifUA. f. Acto ó efecto de
ciucvlar. Debe fi^íunir en el Dice.
CixcKLEUiA, f. Tienda ú uticinaen
ijue se cincela. N'o hay razón \wn\ ver-
lo excluido del Dice. ".\lli se falpric:»
toda clase de ro])a y de calzado, de
tejidos, de cerrajería, de botoneria, de
ebanistería, de cinreleria...\\\\ vi cin-
celar esas ti;íunis y jrnijios de bronce
que sirven de remate y adorno á los
relojes de rnesu». (D. Modesto Lafuen-
te, Viajex de Fr. (Jenmdiu).
C'ixco, m. Moneda de plata de valor
de cinco centavos. Parece que puede
admitir.-^, porque no sólo se usa en
todo Chile, sino también en Costa Rica
y talvez en otra.s repúblicas de .\mé-
rica. — Cincos ó cu/irldlos se llaman en
Chile las monedas qne se arrojan á los
niños y concurrentes pí)bres en los
bautizos, matrimonios y otros actos
gemejantcí. — Cinco jazmines. Véase
.Iazmi.vks.
ClxcoTll'lA, f. Nombre que dan al-
gunos al arte de grabar en cinc y que
el Dice, llama ñncoijrafia.
Cincuentenario, m. Oliligados
algunos a f.'.\prt-üir la ides» de quincua-
gésimo aniverniírio n fiesta que se ce-
lebra á los cincuenta anos de vcrifícado
un hecho ó acontecimiento, no han
sabido á dónde tirar y han desenterra-
do este adj. anticuado, qne significalm:
«perteneciente al inimero cincuenta».
A decir verdad, no está mal formado
ojmo 8., |K»rque imita á sus congeneres
renlenirio y miJeiurrio, es bien com-
prensible 7 breve de pronuDciur. Ojal-A
se generalice para que se imponga al
Dice. Otros ]>rotiiTi'n las formas cln-
cuenta.nario y quincuagena-
rio. Véase liuliAS.
ClxciUR, a. Signitica en castellano:
«asegurar la silla ó albarda apretando
las cinchas»; ¡«ro entre nosotros, ade-
m;is de esUi acep., tiene también la
de-tirar ó arrastrar á caballo una cosa
apef/iialando en la cincha, (pie nos pa-
recx> bien formada é imposible de ser
expresada por otro verbo. — Yerra el
Dice, al darle también á cinchar la
acep. de «asegurar con cinchos», es
decir, con aros de hierro que sirven
]>ara asegnrar ó reforzar barriles, rue-
das, maderos ensamblados, edificios,
etc. Y la raziin es claní; jwnpie este
cinchar se deriva de cincho, y el otro
de cincha. Siendo pues tan divereos los
significadas y las etimologías, diversos
tienen qne ser también los verbos, y
por consiguiente, deben aparecer en
sendos artículos, aunque ]X)r lo demás
se escriban con las mismas letras y se
conjuguen exactamente iguales.
Cincho, kxcki.i.a y forma.ik se
llama el molde para hacer (jucsos; y
también fokma, aunque es término
iná-s genérico. — El último Dice, agre-
gó á CixcHO esta acep. de Arquitectu-
ra: «porción de arco saliente en el
inlrailiis di' un bóveda de cañón».
Cinchón, m., aum. de cincha. No
hay necesidad de él, porque con su
mismo significado tiene el castellano á
sobrej-inchaj sobrecincho: » faja ó correa
que, pasada por debajo de la barriga
del caballo y por encima del aparejo,
sujeta la manta, la mantilla ó el capa-
razón».
CixkMat'hikako, m. (Del griego
/.ív/¡y.x, movimiento), y •;sx'-^c>, grabar,
dibujar, representar), cApiTato óptico
:í2()
CIN
CIN
en el cual, haciendo pasar r:lpidameiite
muchas imágenes fotográficas que re-
presentan otros tantos momentos de
una acción determinada, se produce la
ilusión de un cuadro cuyas figuras se
mueven». Admitido en el Suplemento
del último Dice.
CiXERACióx, y más usado ixcixe-
RACIÓX: acción ó efecto de incinerar.
Cineraria, f. Planta de jardín y
de la cual hay en Chile muchas varie-
dades; flor de esta planta. Es la misma
que describe el Dice. Enciclop. Hispa-
no-Americano, pero que todavía no ha
sido admitida en el de la Academia.
CiNGALÉs, SA, adj. Natural de Cei-
lán. Ú. t. c. s. II Perteneciente á esta
isla de Asia. Admitido par primera
vez.
Cingiberáceo, a, adj. Dícese de
plantas monocotiledóneas herbáceas,
con rizoma rastrero ó tuberoso, hojas
alternas, simples, con pecíolos envai-
nadores y un fuerte nervio, flores ter-
minales ó radicales en espiga, racimo ó
panoja, y frutos capsulares con semi-
llas de albumen harinoso; como el
jengibre y el amomo. U. t. c. s. [jde
qué género?] || f. pl. Familia de estas
plantas. Término de Botánica incluido
por primera vez en el Dice, y derivado
del latín zingiber, el jengibre.
Cingleta, f. Cuerda con un corcho
en una punta, que el jabegote lia al
cabo de la jábega para tirar de él. Voz
admitida por primera vez en el
Dice.
Cing'ue, m. Asi ha traducido
nuestro pueblo el para él impronun-
ciable cinc ó ziiu; y, á la verdad, con
más instinto castellano que los sabios,
quienes se verán apurados para formar
el pl. — Úsalo también por-pkncha ú
hoja de cinc.
CiXQrERO, m. Trabajador en cinc.
Admitido en el último Dice.
Cintillo, ra. Muy usado en Chile
por-cinta corta y angosta con (jue las
mujeres se sujetan el pelo por delante.
Lo natural sería llamarla cmlillcí, como
dim. de cinta, y nó ciníilJo, que lo es de
cinJo, aunque, entre otras cosas, signi-
fica: cordoncillo de seda de que se
usaba en los sombreros para ceñir la
copa. De esta acep. ha provenido sin
duda el cintillo chileno. El clásico
Fr. Juan de los Angeles, traduciendo á
San Jerónimo, escribe: «Las dádivas
ordinarias, las cinfillas y apretadores,
los bocados mordidos y ofrecidos, los
papeles amorosos y dulces, no los tiene
ni conoce el amor santo». (Manual ele
vida perfecta, dial. I). Por el contexto
no puede saberse si estas cintillas son
los cintillos chilenos; pero parece
muy probable que así sea. El texto la-
tino emplea la vozfasciola, diminutivo
da fase ia y que tiene también el signi-
ficado genérico de fajita, cintit-a, ven-
dita. El último Dice, admite como
provincialismo de Asturias á cadarzo:
«cinta estrecha de seda basta;» y á
prendedero: «cinta ó tira de tela con
que se aseguraba el pelo».
CiXTKEL, m. Cuerda ó listón que se
ñja por un extremo en el centro de un
arco ó bóveda, para determinar con el
otro la dirección de las dovelas ó de
los ladrillos. Término de Albañilería y
de Cantería admitido por primera
vez.
Cintura, f. El último Dice le agre-
gó esta acep. de Marina: «ligadura que
se da á las jarcias ó cabos contra sus
respectivos palos». — Camino de
cintura. Véase Camino.
CiNTURÓN, m. Recibió en el último
Dice, esta acep. fig. : «serie de cosas que
CIR
CIR
321
i.\ lí o.i.uar-
ClPERÁCKi», A, U'lj. Dieose de plan-
tas niüiiocutilednieas herlKíe-íus, aniins
ó pereniu-s, con rizoina corto diviiliclu
en filmis ó rasta-ro, tallos por lo común
trianiruliires y sin mulos, hojjis envai-
nadoras, :i vet-vs sin IíiíiIk», Hoi-es esi
cspif^as solitarias, ó auIoni-.-r.idas en
cabezuelas, c«rii')p5Í<lus [K>r frutos, y
semilla con allmnien liurinoso ó carno-
so; como la juncia, la ca^tafinda y el
papiro. V . t. c. s. [;de (iiié jri'ncro?] ||
f. pl. Familia de estas plantas. Es ter-
mino de Botánic.i derivado del {^riiiffo
X'jrrí'jo;, en latín rijpéros, juncia, y
admitido por primom vez en el Dice.
C'lPKI.\0,XA,CIPUIO,riUA.CHII'!UO-
TA. adj. y II. t. c. s. Natural de Chipre.
II Perteni-ciente á esta isla del iledi-
temineo.
CiyiiTRoyiE, m. Fritada de pi-
mientos, Uiniales, cebolla y calabacín.
ó s<)lo de ¡limientos y tomates. Con este
8Í!rniS«ido, f|ne es la 2.* acep. de Pi.s-
To, ha sitio admitida ¡Kjr primera vez
esta voz, jjero sin etiniolojíia.
Circa, f. .\oci<in ó efecto do cir-
car. V(-.u<c el sipniente.
Clrcar, a. «.Vbrir un descalce en
uno do ios (listados de un lilón en una
lonifitud de seis ó siete metro«, deján-
dolo en tal estado hasta (pie empiece la
exísivación de disfrute». Asi deline esta
voz, como ti-rniiiio de Jlineria, el I )icc.
de Zerolo. L'sase también en Chile, lo
mismo <pie la anterior, aunque con al-
pnna diferencia en el siirniíicado, por-
(pie el clrcar chileno, como lo indica
su evidente etimolo<ría c^'/crtr, es hacer
un descídce nlrednlor de un trozo (i
piedra de mina para e.\cavarl<« con
más cum(>dlda(l. No s^diemos si estits
voccii tienen opi i valentes en castellano.
CilíCK. n. pr. f. Es on la Mitolo-jia
una famosa hechicera, hija del Sol y de
Pers.a, (pie atraía á los hombres a)n su
hermosura y sus halajros y despui-s los
hacia victimas de sus encantos. Desde
la Odisea de H(miero, en que hace un
ffran pajK-l, viene figurando en la lite-
ratura grieíra y latina y en todas las
demás (pie en ellas se han in.spirado,
liast,i el punto de ser ya un nombre
coniiin o aix-lativo, aplicado en sentido
fiíT. a toda mujer hermosa que atrae y
seduce á los hombres, y auna losviciosy
pasiones (jue luicen este mismo oficio.
Kn este sentido creemos que esta voz de-
lK>r¡a ya estar admitida mucho tiempo
há en el Dice. (Véase Astkea). Los
cl.isicos castellanos, tanto poeUis como
prosisUis, sagrados y profanos, la usan
c-on toda libertad y á cada paso. Valga
])oi' todas esta cita de Calder()n en Lox
enrantox ilf la ciil/iri:
UoMBlEE. ;Ay, EntrivUinieiitu uno!
Dichu») 9(«y, pues ijue tengo
Con quo vencer los en(»into8
De esta r¡m:..
y estas otras dos de Quevedo en su
Kiiffr/ip ó Musa I'//.-
Y todos luis sentidos...
Diieruien despiertos ya de largo Buefto,..,
Unrt'L'los para siempre Á la grandeza,
Al trúfalo y bullicio cortesano,
A la ('¡rce crllcl de la riqueza
Que en vano busca el mundo y goza en vano.
Dorisa, ñera, crllel,
Circr bella, aleve, ingrata,
Diosa de mi pensamiento,
Incendio de mis cntranns.
Cilicoxio, m. Jletal muy raro, pul-
verulento y nc^uzco, extraído del
circíin. Voz a^lmitida por primera vez
en el último Dice.
3C
3á2
OÍR
cm
Circuito, lu. Agrégasele la siguien-
te acep. de Física: «conjunto del apa-
rato productor de una corriente eléc-
trica, del que la recibe y de los alamlires
conductores que van de uno á otro».
CiRCULAXTE, in. Usiinlo algunos por
moneda circulante, y á nuestro juicio
no lo usan mal, aunque guarde silencio
el Dice. Véase Civil. — Jubileo
circulante sí que es solemne dispa-
rate, porque ni es jubileo sino simple
indulgencia, ni tampoco circula, sino
que pasa simplemente de una iglesia
á otra. Dígase cuarenta horas ó ¡whíl-
genña de las cuarenta horas.
Circulatorio, ría, adj. Pertene-
ciente ó relativo á la circulación. Ad-
mitido en la última edición.
Círculo, m. Tiene ya estas dos
aceps. que antes no tenia y que eran
vivamente reclamadas por el uso mo-
derno y en contra de Baralt: «Sociedad
de hombres que se juntan en una casa
amueblada y sostenida á sus expensas,
mediante la cuota fija que de entrada
y mensualmente paga cada socio, para
conversar, leer, jugar, etc. jj Edificio
en que esta sociedad se reúne». Estas
dos aceps. las tiene también la voz
Casino. — Circulo y casino son pues
los verdaderos nombres de lo que aquí
malamente llamamos club. Véase es-
ta voz. — Mucho se usan ahora en todas
partes los circuios literarios, sociales,
politicos, etc., en el sentido de reunio-
nes ó tertulias. Aunque el Dice, no le
reconoce expresamente esta acep. á
Círculo, sin embargo, puede decirse
que la acepta de una manera general
al hacerlo sinónimo de corro, y por eso
la aceptamos también nosotros. — El
circulo de la Luna y el del Sol, que
nuestro pueblo menciona como refrán,
diciendo que
Circulo en la Luna
Novedad ninguna,
(según otros, Peste y hambruna);
iCírculo en el Sol
Aguacero y temblor,
son para el Dice, según los casos, au-
reola ó auréola (coi-ona sencilla ó doble
que en los eclipses de Sol se ve alrede-
dor del disco de la Luna), cerco (au-
reola que á nuestra vista presenta el
Sol, y :i veces la Luna, con variedad
de cjlor é intensidad) y, finalmente,
corona (meteoro luminoso que consiste
en un círculo de colores bajos que sue-
le aparecer alrededor de los discos del
Sol y de la Luna).
CiRCUMixsEsióx, f . Falta en el Dice,
este término teológico, que se define:
la mutua existencia y habitación de
coías sustancialmente unidas. Tal es
la unión que hay entre las dos natu-
ralezas de Cristo y la que hay entre las
tres divinas personas de la SSma. Tri-
nidad.
CircuxckSir, a. Ceñir al rededor.
Bien formado y útil, merecj la admi-
sión en el Dice. Úsalo Juan Montalvo
en los Capitulas que se le ohiJaron á
Cerrantes (cap. XXV): «Por efecto de
un poderoso encanto yace desconocido
[el país de Ansén] en medio de una
niebla espesa que le circunciñe cual
muralla impenetrable». El libro divino
del Eclesiiistico (XLV, 9) lo emplea
también en latín: Circumc'nxil eum
zona gloriffi; pero ninguno de los tra-
ductores castellanos se atrevió á tras-
ladarlo literalmente.
Circundante. Participio activo
anticuado de circundar, dice el Dice.
Tiende á volver al lenguaje corriente.
Circunstanciar, a. Referir por
menor y con todas las circunstancias.
Admitido por algunos, no 1 ) ha sido
CIR
GIS
por la Academia; y m;is vale asi, por-
(¡ne, ad'jmis de inútil, pues lo reem-
plaza al pie de la letra tletallar, es feo
y de difícil coiijuip>ci6ii.
CiRcixsTA.vciAS. f. jil. ;Hay viuda
alguna cargada de familia, cesante que
hace tienipi que Inisa» «-upación, nn
mendigo ó petanli-ita cualquiera, que,
iil pronunciar su consaliido discui-so,
no hable de sus rimiiixlnnrins, y, ^wn»
mover miis el ánimo, de sus rritiftis
cimmMitni-iti».' Xo dirán que han lle-
gado al último extremo, que se ven
oblíg-ados á pe<lir una limosna, (pie
tienen que acudir á la earidad, etc.,
sino (pie seguirán hablando de las eir-
ruii*Uinr¡a» que los rodean y de las
fimiitnlaiiriii» arriba y de las rirnins-
Imtriftx al>ajo. Xo dirc-mos (]ue está
mal usada la jtalabra, pero se abusa
demasiado de ella p ir no expresar cla-
ro lo que se quiere decir, esto es, la
falta de dinero, de bienes ó de posibles.
En este sentido y nó por (Huero sim-
plemente, creemos (pie debió traducir-
la Pereda cuando maliciosamente la
usa al ¡>rinc¡pio de .sus XithfK ile eslin:
«O hemos (i no corrido juntos Ids tem-
pirules de nuestro mundo tan (siluin-
niado por los que no le conocen, y bien
IK)CO entretenido para los que le cono-
cemos á fondo, cuando las arrastradas
firninxlítiiri/is (vulgo, ////iíro> no c<)n-
(merdan en g('iiero, riiimero y caso con
la oiniiini(j<la liljertad, que nunca falla,
de expliir.irle en ttxJas direcciones».
Ciitcf.NYACKXTE, adj. Que yace al
re<]e<lor. Xoble, elegante y digno de
admitirse.
Clrgrúela, lo, f. y m. Así pronun-
cia nuestro pueblo hw voces rintfia, lo,
(|ue «in duda son muy tinas para sus
labios y oidos y por eso prefiere una
pronunciación nuis esforbida y recia.
Asi lo lia'.-e tanibirn con pp>^ll^•l(ll¡l>.^^ül:
para él es perg"iiétano, ale/(i~g\iSi-
leta,ív//v//»,f /--guarapalo,, '/<'//«'«-
gualpón, etc.. etc.
(."lUIXKil, CIRKXKO (S CIIÍKXAICO, CS
el natural de Cirene; pero s(ilo el pri-
mero se aplica á ."^imón, que ayndó á
Nuestro Señor á llevar la cruz, en el
sentido propio y en el fig.: No latios
lieneii .111 cirineo. La forma correcta y
proi)ia debería ser cireneo, de Cirene,
pero el uso, que viene así desde el latín
de la Edad Jledia, se plantó en cirineo.
Cirio, m. Vela de cera de un pábilo,
larga y gruesa. — Sirio, m.: la msla
brillante de las estrellas fijas, en el Can
Mayor. — Sirio, ría, ó Siriaco, ca,
adj. y ú. t. c. s.: natural de Siria;
[xTleneciente á esta región de Asia.
Cirros, m. pl. Conjunto de nubes
que tienen apariencia de zarcillos y se
mantienen en las regiones superiores
de la atmósfera. Adición del último
Dice.
Cis, pre]i. insejiarablc. De la parte
ó dei lado de acá. Ci.smoxtaxo. Ad-
mitido en el último Dice.
Cisnix, f. Cisura ó incisión. Yerran
pues los periodistas y políticos (jue lo
confunden con escisión, (pie significa
rompimiento, desavenencia. Y yerra
también (qwtmlnque bonu.s tlormi/iif
Homentx) el sabio Cuervo al decir (|ue
ctimolcigicamente ainlnis vocsiblos son
idénticos, como ijue proceden del latín
scis.iio,\ que la diferencia es solamen-
te convencional. Grande error, pues
cisión es el latín c(fsío, del v. caedo,
herir, y del cual proceden los coui-
]iue8tos inritln, incisio, incisivm; mieii-
tnis (pie escisión proviene de scissio,
del V. scintlo, rasgar. Ortiizar, guiado
jxir tJiu grande autoridad, no vio el
error y lo copió ))alabra [wr palabra.
m
CIT
ClV
CisxE (Canto del). Es expr. que,
por el uso universal que tiene, debería
finjurar en el Dice, en el sentido meta-
fórico que todos le dan, esto es: último
discurso (■) poesía, muy buenos, que
escribe ó pronuncia una persona antes
de morir; por alusión á la creencia
fabulosa de que el cisne, al tiempo de
morir, exhala sus mejores cantos.
Ya lo dijo por su parte el poeta la
tino:
CJtque jaccns lipa deü-re Cai/ílnm ales
Üicitur ore suum deficiente
y nuestras cantoras de salón entonan
también por la suya:
Soy como el cisne,
Que canta y muere:
Muero cantando
De amor por ti.
Císter, m. CisleJ ó Cisler: orden
religiosa de San Bernardo. Siendo en
latín Cistércium y en francés CÍIpchix,
no hay por qué en castellano pudiera
ser Císter.
Cistíneo, a, adj. Dicese de plantas
dicotiledóneas, arbustos ó matas, con
hojas sencillas, casi siempre opuestas,
flores por lo común en corinibo ó en
panoja, y frutos capsulares con semillas
de albumen harinoso; como la jara y
la estepa blanca. U. t. c. s. f. {| f. pl.
Familia de estas plantas. Término de
Botánica derivado del latín cistus, ja-
ra, y admitido por primera vez en el
Dice.
Cítara, f. Conocido instrumento
músico. — Citara: «pared con sólo el
grueso del ancho del ladrillo común»,
ó con ladrillos de SOg'a, como diría
un chileno: dígase á soga.
Cité, f. Los diccionarios franceses
nos dicen que esta voz significa el cen-
tro ó parte princip:d de una ciudad
que ordinariamente se compone de la
catedral, el palacio episcopal y algún
otro edificio público: pero en Chile se
está usando ya por-edificio grav.de y
más ó inent.s lujoso, de varios pises y
cuyas partes se arriendan para alma-
cenes, tiendas, oficinas, ca as de ha'j:-
tación, etc.
CiTEREO, A, adj. Natural de Citera,
hoy Cerigo. U. t. c. s. || Perteneciente
á esta isla. Venus ciierea. Falta esta
voz en el Dice.
CiTKA, adv. de líigar, anticuado. Del
lado de acá. El último Dice, le agregó:
«prep. inseparaljle, igual á r/.s. Citra-
monfanof.
Civil, m. Cura civil, y civil
simplemente, llama üquí el pueblo al
oficial civil que en nombre de la ley
lleva los registros de nacimientos, de-
funciones y matrimonios; en lo cual
no ha hecho otra cosa que seguir la
práctica usual en castellano, que es
sustantivar el adj. en las concordancias
ó frases de s. con adj.: El expreso, el
ordinario, en vez de tren expreso y tren
ordinario; (/ riego, hebreo, tspañ,ol,fran-
cés, por idioma hebreo, etc.; puro, por
tabaco ó cigarro puro; el amarillo, el
azul, el rojo, el verde, etc., por el color
amarillo, etc. Y aun los españoles
mismos, con expresa aprobación del
Dice, dicen el civil por el guardia ci-
vil.— Además ignorando nue.'tro pue-
blo lo que es el oficial civil, toma mu-
chas veces la voz sustantivada civil
por la oficina ó el registro de dicl.o
empleado. Asi, pasar por el civil
es para él presentarse á laoficiiapara
inscribirse en el respectivo registro.
Civilizado, da, adj. «Acostumbra-
do al lenguaje, usos y modales di.' gente
culta í. Así lo registraba la 1 2." edición
CLA
CLA
del Di'-v.. i«.Tij en la 1;{.» ha desapare-
cido. Lo cual EÍ^niliui <|uv no liar por
ijuó abrirle articulo aparte, caando es
simple participio del v. rin'liznr.
(.'iZAi.i.A, f. Instriiinento ¡i modo de
tijenis srru lides, con el cual si- cortan
en frío las planchas de metal. Es adi-
ción dd último Dice.
Clac, ni. Voz imitativa del ruido
do nna pidraada ó de otro semejante.
Kl último i (ice, suprimió esta accp.
i|iU' const iba en el ¡«enúitimo.— Vcise
BiuRrrt:.
ClaDOUIO, m. Ramilla ensancliada
i|ue lienu aspecto de hoja: c<jmo en el
bmsco y el esi>,irr.ii,'o. Es t4,'rmino de
Botánica derivado del griego •/.IxH'-j;,
rama, y admitido por primera vez en
el Dice.
Clamidad, f. Todavía no Fe ha
a,'í)taiJo h formación de sincop:is en
el ca>tella!:o, pues no fallii por est;is
tierras quien diga clamidad jwr
trtlainiílwi. Y ;<iui' mayor raJamidad
(|Ue estrojiear .lsí las palabras?
Cl.AMDKOiAMKNTK, adv. de nKxlo.
De manera clamoroáu. A pesar de l:a-
l)erlo hecho pre--ente Don Camilo Or-
túzar, todavía no ha sido admitido en
el Dio-.
Ci.AKA, »dj. y li. t. r. s. f. No lo
admite el Dice, jKjro injustamente, y
de ahí han deducido algunos puristas
t\\K no debe usarse sino (|tie deln; ceder
sn ln'.;ar á C'i.auisa (díce-e de la n.'li-
giosa <|Ue profesa hi regla de Santa
Clara). Dos razones tenemos nosotros
paradefeiidi-rlo: 1." el ns<j de la prensa
esitañola. pues continuamente lo hemos
visto en « I,a Cniz» de Madrid, en la
«Kevistji Eclc-i.islica» de Valladolid,
en las «Tónicas ile revista de la señora
Parrl(>-Bazjin, etc. .AHÍmismo lo usa
(lallanlo en sn Biblioteca, articulo
Rfinirfz df ¡II Tropera (Albnnio):
« Décima de Doña Sebiistiauo de S;inda,
monja elítni en Madrid». 2." La ana-
logia ([ue guarda con las demás voces
similaa-s, en las cuales los nombres
propios de los santos fundadores han
pasado á ser simples adjetivos ó sus-
tantivos comunes para aplicarse á sus
respectivos religiosos. En este sentido
tenemos ahora: At/ii.iliiio, /lasilio,
/¡prniiriln, íienilo, Francisco, Jerónimo,
y, si algnnos de ellos, como Ayuxiino
yAffií.iliniano, Bernardo y Cisterciense,
Benito y Benedictino, Francisco y
/'/■««/•/.sMíio, admiten doble forma, jpor
(|uc no hemos de aa-ptar también á
Clara y Clarisa.' En Chile todo el
mundo llama Claras iV las Clarisas, y
hasta la «ille en que viven ha recibido
el nombre de calle de las Claras. —
Como nombre propio de mujer y pre-
cedido de Dona, c3 para nuestro pueblo
la heroína miis conocida y que nunca
puede faltar en las funciones de títeres,
jiorqne es la esposa del héroe indis-
jiensable, /Ajh Crislúbul.
Clahidaij, f. Con acierto y á peti-
ción de Sbarbi enmendó el Dice, la !.•
acep. fig. do este vocablo de la manera
siguiente: «Palabra ó frase con (¡ne se
dice :i uno fr.ir.ca y resueltan)ente algo
desagradable. U. ni. en pl.»
CLAUíKtfADOK, ka, adj. y ú. t. c. s.
m. Que clurilica. Hace falta en el Dice.
Clarín, adv. de modo y usado
familiarmr'nte. ('¡aro, claramente. Óye-
ee en Chile con alguna frecuencia, y
en verdad, no carece de gracia.
Clarín, ni. Las conocidas planta y
flor de iiuest ros jardinesdesigiiadas con
este nombre se llaman en castellano
ijiiisanle de olor.
Ci.AUís VKKUi.s. Expr. latina que
significa «en ó con claras palaViras», y
326
CLA
CLA
que se rsa ajui en leii<;uaje fam. Bien
pu di admit'rla el Dice, y si nó, lia-
blaiemos seneillaments m canto llano,
que es la Ir. equivaleiit;, / or lo claro,
claramente ó ramos claros.
Clab), RA, adj. Aplícae á la per-
sona que se expresa cm lisura, sin re-
bozo, con libertaJ. Acep. agregada por
el último Dice. — ¡Más claro, échale (ó
échele) a'jua'. Fr. fara. que usamos pa-
ra indicar que una cosa es sumamente
clara, sencilla ó evidente. U. t. en Es-
paña, pero no la registra el Dice, aca-
démico. El de modismos, de Caballero,
trae /Más claro, agua! y Más claro que
el afjun, pero con definiciones que no
no.4 satisfacen.
Claroscuro, m. Combinación de
los trazos gruesos, medianos y finos de
las letras. Acep. de Caligrafía agregada
en el último Dice.
Clarovidencia, f. En la dificul-
tad de hallar una voz completamente
igual á la clairvotjaiice francesa, han
inventado los noveles traductores de
aquella léiigun esta clarovidencia
ó clarividencia nunca vista en
castellano. Fácil es comprender que
algunas veces no podrá traducirse por
¡lerspicacia, penetración, vista clara, que
es lo que literalmente significa; pues en-
tonces, antes de tomar el camino veda-
do, tradúzcase el pensamiento, aunque
nó la palabra, con alguna de tantas
frases ó locuciones como abundan en
nuestro idioma ; por ejemplo : á ojos vis-
tas, estar á la vista una cosa, sallar á los
ojos ó á la vista una cosa, ver más que
un lince, ver por sus projiios ojos, etc.
Clarovidente, ó clarivi-
dente, adj. Perspicaz, penetrante. Es
e\ clairvoi/ante íi-cLucés, que bien puede
quedarse en Francia sin pasar á Espa
ña ni á Ainérica, Véase el anterior,
('lase, f. Xo admite el Dice, cla-
ses altas ni bajas para designar á
los ricos y á los pobres, pues tales ex-
pi'esiones huelen á galicismo. — Clase
media sí que está admitido: «la que
está entre las pudientes y ricas y la de
los que viven de jornal ó salario». —
En clase de por en calidad de, es de uso
moderno y no muy correcto, porqueoca-
siona anfibologías, dice Baralt. — Po-
ner clase de es en castellano clásico
poner cátedra de.
Clásicamente, adv. do modo. De
manera clásica. Bien puede ser admi-
tido en el Dice.
Clasicismo, m. Con muy buen
acuerdo refundió el último Dice, en
una sola las dos aceps. que á esta voz
daba el penúltimo. La definición ha
quédalo ahora como sigue: «Sistema
literario ó artístico fundado en la imi-
tación de los modelos de la antigüedad
griega y romana. Dícese en oposición
á romanticismo». La misma corrección
se hizo en el adj. Clásico.
Clásico, CA, adj. Le falta en el Dice,
la acep. litúrgica: «aplicase á la fiesta
doble de primera ó de segunda clase»;
acep. que se usa también en el lenguaje
fam., aplicada á día ó fiesta de gran
solemnidad. Así se usa también en Es-
paña, según lo hemos leído en las car-
tas del B. Diego de Cádiz.
Clasificador, ra, adj. Que cla-
sifica. Bien puede figurar en el
Dice.
Clausurar, a. Aunque está admi-
tido el s. clausura por «acto solemne
con que se terminan ó suspenden las
deliberaciones de un congreso, un tri-
bunal, ecc.,» no así el v.. que, á decir
verdad, va ganando terreno día por
día en el uso moderno y no tí(,rdará en
ser admitido,
CLA
OLA
Clavador, m. El i|ue iisí Ihinian
alanos zapateros es en Lnistclhino «-
tiiquiUador: «lezna jrruesa y corta do
que se sirven los za|stteros p»ird hacer
taladros en los tacones \ poner en ellos
hi8 estaquillas».
Clavador, ra, adj. (¿ue clava;
)^ únzante, de punta aguda. Espina
dartiilora. Bien puede admitirse.
Clavadura, f. Sólo signilica para el
Dice, «lieridaijuese haccá lasaiballe-
rias cuando se les introduce en los pies
ó manos un clavo que penetra hasta la
carne». Para nosotros loschilenossig-
nilica tamb¡é:i: acción ó efecto de cla-
varse en la acep. que tiene este v. de
«introducir una cosa puutian:udai>. Si-
nónimo de rldiadiiiíi en este sentido
son fg/>inai¡un7, ¡luiizad't y piiiizwliini.
Clavar, a. Falsamente lo han dado
algunos c:mio chilenismo en la acep.
tig. y fam. de-[)etardear, cuaado en
realidad es de lo iiuis castizo que cabe;
y el Dice, mismo le reconoce esa acep.
remitiendo á la 2.' de eiii/aruir, esto es;
■ emplear malicia ó fraude en los tratos
y oontraKis. I', t. c. r.» (Como r. no
implica malicia ó fraude). Si es por au-
toridades, allá van dos bien res{)etables:
El UiniU)
K<« «banicu. /;Que prcctu?
— iSeis Onnis. — Xo vale tant»;
P^ro »ln rlu'U el tender»
Hatic que táiy propietaria
y mo <(i damlii piir p»<>.
( Bret4tn, Kl <imig; m-irtir).
Haola pur el vicario.
Y M catan en camisa.
Pienta el yerno que /c rlur^i
(il «negro y qne da nn corcovo;
Pero rl rcHpondc: Anda, li dii.
Que e«o e» lo que yo baicahi.
(Canizarea).
Clavaria, f. Monja f|Ucon la orden
del Carmen forma [Htrt« del coiiHcjo 6
cuerjra de sobierno de cada convento.
Falta en el Dice.
Clavel de onza. Es simplemen-
te el rldivl dublé.
Clavelina, f. Xo hay en caste-
llano sino rltirellin/i. — «Clavklli.va
DE i'LrxiA: especie de clavel con los
tallos tendidos al principio, erguidos
después hastJi tres decímetros de altu-
lu, hoj;is radic.iles, lineares, largas y
que forman césped, y flores blancas ó
rojas con cinco pétalos ñuamente di-
vididos en lacinias largas y estre-
clias. II Flor de esta plantat). Adición
del último Dice.
Clavelito, m. Especie de clavel
con tallos rectos de m;is de tres decí-
metros de altura, ramosos, con multi-
tud de flores dispuestas en corimbos
desparramados, que despiden aroma
suave jKir la tarde y por lu noche y
tienen pctídos blancos ó de color de
rosa divididos en lacinias piuatifi-
das. II Flor de esta planta. Voz admi-
tida por primera vez en el liltimo
Dice.
Clavelón', m. Planta herbiicea, do
la familia de las compuestas, de tallo
y ramos erguidos, hojas recortadas y
flori-s amarillas y fétidiui. Crece en
Méjico; es muy común en los jardines,
y su fruto y su raíz son purgantes.
Admitido en el cnerpodel último Dice,
á donde i)asó del Suplemento del an-
terior.
CLAVUAS (.Vl'ltKl'AlíLE Á f.VO las)
es: «estrecharle en un discurso ó argu-
mento, ó por medio de diligencias
judiciales ú otras», y nó: estrecharle
con violencia ])ara (pie haga ó diga lo
(pie no quiere; lo cual en friLses casti-
zas es: fipreliir los rnrdelex á uno, ó las
em/iiili/u^ra.i, ó también apretar 6 ajux-
lar á uno Ui ¡/oídla. Caballero aduiilo
OLE
CLE
la fr. en el mismo sentido en qne l;i
usamos en Chile.
Clavijero, m. Parte del timón del
arado en la cnal están los agujeros para
poner la clavija. Acep. de Agricultura
que por primera vez figura en el Dice.
Clavo, ui. fig. y fam. No tiene en
caftellano el significado que aquí con
tanta frecuencia le damos, de-artículo
de comercio que no se vende; de-nio-
lestia,gfavamenó daño, ya sea cuando
se pide un trabajo ó servicio oneroso,
ya cuando se pide prestada alguna
cantidad de dinero que se teme no se
ha de jiagar: éstos y otros semejantes
son para nosotros clavos que nos
meten nuestros prójimos. La acep.
procede indudablemente de la fr. hoy
anticuada Arrimar el clavo á
uno, que significa lo mismo que cJ:i-
var en la acep. que hemos defendido.
Deshecha ó perdida con el tiempo la
fr., se conservó solamente el trozo
principal, el clavo. Sin embargo, no
debe de ser tan desconocida en España
esta acep. de claco, cuando Caballero
le señala la genera! de adaño». En to-
do caso no nos apuremos, porque, como
el achaque de engañar y estafar al
prójimo ó de aliviarse á costa suya es
tan antiguo como el mundo, hay innu-
merables modos de expresar en caste-
llano ambas ideas. Si se trata de dinero,
hay, por ej., gatazo, sablazo, pe/ardo,
pegar una bigotera ó un petardo;
gi de exonerarse de un trabajo ó mo-
lestia, echándolo sobre otro, descargar-
se, irriponcr cargas ó gravámenes, sacar
el asciui con In mano del gato ó coa
mano ajena.
Clemente (Penas de San).
Muchos padecen aquí las penas de
San Clemente, comparables solamente
con las del lacho. Las de este tiesto, que
pasa casi toda su vida en el fuego, cual-
quiera las comprende; pero las de Sau
Clemente, que son, poco más ó menos,
las de cada uno de los mártires, no se
adivinan fácilmente. Averigíielasalgiin
Varg:!s chileno, que por nuestra parte
sólo podemos decir que las penas
de San Clemente son entre nos-
otros significativas de grandes padeci-
mientos.
Cleofas, n. ])r. m. y f. Cleofás di-
cen los mejores autores; como, por
ejemplo, la Academia Española en el
prólogo de las Obras de Encina, Pere-
da en varias de sus novelas, Castelar,
etc.
Clerical, adj. Sólo significa en cas-
tellano: perteneciente al clérigo, como
hábito ó estada clericcd; pero nó-partida-
rio del clero, correligionario con él, co-
mo pretenden los enemigos de éste.
Clericalismo, m. Desde que
Gambetta pronuncio su famosa frase:
«El clericalismo, /te ahí el enemi-
go», desde entonces ha venido esta voz
repitiéndose por todas partes; y sin
razón alguna, porque carece de base
en el idioma, como se ve en el adj.
Clericcd. Si los enemigos de la religión
entienden por clericalismo las
doctrinas y principies que jiropaga y
defiende el clero, la influencia social
que ejerce y las simpatías y adhesiones
que tiene entre los seglares católicos,
hacen bien en buscar un nombre para
expresar esa idea; pero la verdad es
otra. No conocen la religión católica,
ó á lo sumo admiten las teorías del
deísmo, y entonces suponen que todos
los dogmas conocidos por la revelación,
el culto externo y todos los trabajos y
obras sociales de la religión, son inven-
ción exclusiva del clero para su medro
personal; por eso es natural que griten
CLI
CLI
0-29
_v protesten contra e! clericalismo,
CJino los protestantes contra el pa-
pismo. ¡Iznordiites y niaüiinos! .Si
<|aisier,tn abrir los ojos, vuriaii (jiie on
la reliijión: papa, clero y fieles, dov^ina,
culto y obras, forman un salo todo,
una sola p.-rsonaliiiaJ moml y un solo
cuerpo de doctrina; por consi^iieutc,
hablen, si ijíiieren, contra el ratolicixmo
o rf/if/ióii ai/i'ilii-:i, j>»ro nó cuntni el
clericalismo, que no existe ni en
la do<-[riiia eat )lic:i ni en el Dice.
Clerigalla, f. Nombre despectivo
con ([Ue en la jei-ga inasónica y jaco-
bina se desi.nia al clero eatóliro.
Clkrombia, f. Dado el uso tan
general que tiene esta voz y su lejíiti-
nia etimoloiria "rieira (•/.atíso; y oó io;),
pneíle lijrunir en el Dice, con el siu:iii-
tíe-ado ilf-horror ú odio al den).
Clkrófobo. ua, adj. A¡ilicase á la
persona que padece clerofobia. L'. t. c.
6. Ojalá tome nota de esta voz el Dice.
para su pró.\ima edición. «Por al;;iin
tiempo me sentí inclinndo á burlarme
|ior ifíual manera de los rleni/oho» y de
los devotos». (Mir, citando unas ¡xila-
braí de .Vrasro. HunnonUí ende la
eifinút 1/ In ff, cap. I.\).
Cliollé, m. l)i:;iLsc r.'/.i(>, pl. rUséa.
Hace niii-i de veinte años (|Ue lo tiene
udinitidoHsiel l)icc.,y liKlavía los re-
zagados é i};norantes del ca.stellano nos
esbin diciendo en f rancia clicllé. r. Ha-
brá ]>acienc¡a.^ liüdetiiiición del Dice,
cü: <|)lanclia clisada y especialmente
la que representa a!í,niu «.aabado».
Ci.lMA, m. Confunden alpinos el
8¡«;niKcado de esta voz con liis de Uin-
pfraliirn y tempnnmmto, siendo que
varían entre «i. Clima es el cconjunlo
de las afc-cioiic-í atmosféricas que ca-
nw-teriain una re^íión», y tamliiiMi
etcmicTatura piírticular y demxs con-
diciones atmosféricas y telúricas de
cada paisi". Por donde se ve (jue la
leiiijwatura (^rado mayor ó menor de
calor en los cueriws) es parte del rlima.
Mejor lo explica Humboldt, diciendo:
« íja palabra rllinii comprende, en su
sentido nv.is _2;eneiiil, todas las modifi-
caciones de la atmosfera sensibles para
nuestros órganos, tales como la lempo-
ralurii, la humedad, los cambios do
presión Iwrométrica, la tntnijuilidad
del aire ó los efectos de vientos hete-
rónimos, la pureza de la atmósfera ó
su mezcla con emanaciones de gases
niiis ó menos in.salubres, y, por fin, el
gnido de diafanidad habitual, la sere-
nidad del cielo, de tanta im[M)rtai!cia
por la influencia que ejerce, no sólo eu
la irradiación del suelo, en el desarro-
llo d'j los tejidos orgáüicos vegetales y
la maduración de los frutos, sino ade-
más en el conjunto de los sentimientos
morales que experimenta el hombre en
1.18 distintas zo\)asv. — Temjvmmenlo,
lo mismo que /empeiie, es el «estado
de la atmosfera, según los divei-sos
grados de calor ó frío, seípiedad ó
humedad». Y aun á tetii/ieral tira di\e\
Dice, este mismo significado.
Climatiíkico, (A. adj. Sólo signifi-
ca: «Kelativo á cualquiera de los pe-
riodos de la vida considerados como
críticos. II Díccse del tieniixj peligroso
por alguna circunstancia», ah's/ar uno
flimnlénh), fr. tíg. y fam. Listar do
mal templen. En Chile n.-an algunos
este adj. en el mismo significado que
rlimáliro, rn, (|Ue, segiin el Dice, de
.\utoridades (jwrque ya los modernos
no lo traen), «equivale al parecer á
mudable, vario y revoltoso. Hs voz
baja y del vulgo».
Ci.i.v >i riii\, f. solamente. Véase
Quilín,
330
CLI
CLO
Clípeií, m. Buque de vela fino y
muy velero. Voz tomada del inglés
c'ípper j admitida por primera vez en
el Dice.
Glisadura, f. Acción ó efecto de
clisarse. Véanse el si¿-aiünto y Tri-
sadura.
Clisarse, r. ILis usado en la for-
ma trisarse, con la cual lia llegado
á confundirse basta el punto de usarse
promiscuamente con ella. Vca?e esta
voz. i Vendrá clisarse de la voz de
G-ermanía enclisiai/o, íto, que significa:
herido en el rostro? En cuanto ¡I la
forma, bien puede ser, porque el pueblo
es muy capaz de comerse toda la síla-
ba es. como lo hace con estaquilla,
Están fsl/io, que para él son taquilla,
Tanislao, y con muchos otros; y
hasta el español, de escirro formó cirro.
Uonosaraente se burló Cervantes, en
varios lugares del Quijote, de esta pro-
pensión del pueblo ;l estropear los
vocablo?, ó voquibles, como decía San-
cho, y por eso el inmortal Manchego
reprendió á su escudero fior ((prevari-
cador del buen lenguaje». En el c;ip.
XII de la I parte dice el pastor que
cuenta la muerte de Grisóstomo:
((Principalmente decían que sabía la
ciencia de las estrenas y de lo que pa-
san allá en el cielo el sol y la luna,
porque puntualmente nos decía el cris
del sol y de la luna. Eclipse se llama,
amigo, que no cris, el escurecerse esos
dos luminares mayores, dijo U. Quijo-
te. Mas l'edro, tío reparando en niñe-
rías, prosiguió su cuento diciendo:
Asimesmo adevinaba cuándo había dt;
ser el año abundante ó estil. Estéril
queréis decir, amigo, dijo I). Quijote».
¿No está bien retratado en este pasaje
el vulgo, eterno estropeador de los
idiomas? Pero más fácil aiin es e]
tránsito desde la germauía á nuestro
chilenismo, si se toma en cuenta que
algunos no e.=criben esclisiado, como la
Academia, sino eclisado, como lo hace
Augusto Jiménez en su Vocabulario.
La pérdida de la e inicial es mucho
más común en chileno y en castellano.
(Véase E). Ahora, en cuanto al signi-
ficado de clisarse y al de esclisiado
ó eclisado (herido en el rostro), no es
mucha la diferencia: todo depende de
que la forma de la herida sea larga,
angosta y poco profunda, como es, por
lo general, nuestra alisadura.
CLO.^(!A,f. Porción final, ensanchada
y dilatable del intestino recto de las
aves. Acep. de Zoología por primera
vez admitida en el Dice.
Clonqui, m. El nombre castizo es
arznlhi, f.
Clora, n. pr. f. Diminutivo fain.
de Cloriiida.
Global, m. Líquido producido por
la acción del cloro sobre el alcohol an-
hidro, y que con el agua forma un
hidrato sólido. Úsase en medicina como
anestésico. Es término de Química que
por primera vez ha entrado en el Dice.
Clorita, f. Mineral de color ver-
doso y brillo anacarado, compuesto ("e
un silicato y un aluminato liidrat ules
de magntsia y óxido de hierro. Admi-
tido por primera vez en el Dice, y
derivado del griego x.lojoóc, verde.
Cloro, n. pr. m. Diminutivo fam.
de Clodomiro.
Clorofila, f. Materia colorante
verde de los vegetales. Admitido tam-
bién por primera vez y con la misma
etimología que Clorita.
Clorofílico, ca, adj. Perteneciente
ó relativo á la clorofila. También de
novísima admisión.
Cloroformar, a. Por ser más
CLU
co
;;:?1
breve y f:icil de pronunciar, lo usan
aijui casi todo.í, uió Jicos y no uióJícos,
en vez líel i-orr^rcio y único admitido
por el Dice, rloroformiztir: «nplic-ar,
scgúü art.', el doraformo ¡lara produ-
cir lii :lIle-teiia^.
Clown, m. Dojómoslo en infles y
para lu; in.'lcscs: en cistolliino tenemos
¡laijaso, j con si^niticjvlos ni;is «renem-
les, folalinero, titirilt>ro, ¡/raciono.
Club. m. Muy impu<;nada ha sido
la definición de club que da el Dice.:
cjunta de individuos de una sociedad
política, por lo común, clandestinaii.
Lo qne ts en Chile, el club no tiene
nada de clandestino y muchas veces ni
de político. (Véase CínciLo). Por eso
preferiríamos la definición de D. .\dol-
fo de Castro: «círculo ó reunión de
niuclia.4 perst)nas que discuten asuntos
públicos ó con relación ¡i ctjsas de cos-
tumbres públicas, como Club de rega-
tas. Club hípico, etcétera ». — Otra acep.
que en Chile se da ¡i club, pero que no
nos parece leíjitiuia, es la de-rifa que
se verifica niensualnie:ite entre personas
que durante el mes han pairado poco á
poco el valor de su número, con la
ventaja de que, si no l(« toí-a en suerte
el objeto que se- rifa, sifiueii comprando
nuevos números y tom;indo parte en las
rifas 8¡;ruieiite-i hasta que, completado
el valor del obj-.'to, en t<Mli) caso looi>-
licnen. A-^i liiiy club de calzado,
de relojes, de máquinas de co-
ser. Invención de conien.ianies para
vender sus artículos á jKTsoniin que no
pf) Irían c<)m|)rarlos <lc una 8<ila vez. —
El pl. de club, seiíiin Iíls re<;las del
caütellano, ilelx; ser chihcs; aunque no
faltan autores tan buenos cumo Martí-
nez de la R< sa y liretón, que ditvn
clubs.
Cl,i i;i-iA, coiii. Individuo |KMtcnf-
ciente :i un club. Usado por Pereila en
Xubex tie extio, puede admitirse como
bien formado y necesario. «íh? busca y
se respeta mi dictamen en los conflictos
más serios de los clubinlas del Sport
en todas sus manifestaciones».
Cluni ó Cluny, n. pr. — Cluni.
Asi enseña el Dice, á la castellana y
con M castellana, nó :l la francesa ni
con M francesa, como suele oírse por
acá cuando se nombra á las Hermanas
de San José de Cluni.
CLfKíEKSE, adj. «Natural de Clu-
nia, hoy Coruña del Conde. U. t. c.
s. II Perteneciente ;i esta ciudad de los
arévacos». Así corri^'ió la forma y de-
fínicióu de esta voz el último Dice. El
anterior decía Cluniacense, voz que
ahora (pieda reservada para lo «perte-
neciente al monasterio ó congregación
de Cluni, que es de San Benito, en
Borgoña. Aplícase ;i pei-son;i, úsase t,
c. s.»
Co. «Prep. equivalente :i con, inse-
parable en voces simples, y que indica
unión ó compañía. Cornusai/o, cohere-
dero, cndcliiicunileTt. Es todo lo que
dice el Dice, sobre esta partícula,
cuando pudo y debió alargai-se mucho
más. Véanse .\, 1.' art., y A.nti. En la
(iramática de la Academia ni siquiera
está eimnicrada entre las que ella llama
preposiciones insi'parabks, sino entre
las separadas, como igual á con, cuan-
do en realidad es una sola partícula
insc])iiral)le, que toma distintas formas
s<'gún sea la primera consonante de la
palabra á que se une. Será coin, si esa
consonante es h6p (combiilir, comprex-
bilrro, componer ); será cor, si es ;■ (ro-
rrcinanle, correo ); y será co, si la pala-
bra principia jior vocal ó por h, ó |K)r
la rdiisonante /, ó ¡«r /', en una que
otra voz (roíiutor, cohermano^ coligar,
COA
COA
c ipartkipe). Eii los demás casos (!S ron:
consiervo, convecino. Antes de m, \m\
lo general es co en las voces anticuas
{comadre, comandar, comentar, comercio,
cometer), y ron en casi todas las moder-
nas (conmemorar, c^onmemurar, conmi-
(jo, conm'ición, conmutar). E¡n todas
estas formas ba dado origen á una
multitud de palabras, admitidas ya en
el Dice, y seguirá siempre prestándose
para muchas otras. Así Puigblanc'n
formó y usó con toda naturalidad y
derecho coeditor, cointrijante, cooposi-
tor; otros han dicho coacreedor, coarti-
fice, coasii/n/itaria, codeudor, coeterni-
dad, coeducación, cofiador, compaisano,
comprisionero, conncmonal, copartida-
rio; y por este procedimiento pueden
formarse munbisimas voces más. Pedi-
mos pues á la Academia Española que
nos dé mejor estudiado en su Gramá-
tica y en su Dice, el uso de las partí-
culas componentes, que son una de las
})rincipa!es riquezas de la lengua.
Coa, f. Palo aguzado y endurecido
al fuego, de que se valían los indios
americanos para labrar la tierra. Acep.
agregada por el último Dice.
Coactar, a. ¡Qué falta les liaco á
los escritores modernos un baño de
latín! Extraviados por el s. coacción,
que se deriva del v. latino co^/o, coc/i,
coactum, han creído que el v. castella-
uo deba ser coactar, cuando el ver-
dadero está dicieiiilo á gritos que es
coartar, del latín coarelare, compuesto
de co, con, y arctare, estiecliar. Coac-
tar, caso que existiera, signiticuria
forzar, violentar; mieutrasqne coartar
signilica limitar, restringir, no conceder
enteramente alguna cosa.
Coadjutor, ra, m. y f. «Eclesiás-
tico que tiene título y disfruta dotación
en una parroquia, jiara ayudar al cura
de la misma en la distribución del
pasto espiritual^. Con todo res-
peto observamos al Dice, que esta úl-
tima fr. de BU definición, por lo menos
así tan á secas, no se aviene con el
buen gusto literario, y menos en pleno
siglo XX. Lo mismo decimos de Uis
defíniciouüs de CuiiA,'de Parroquia
y de OBit>PO. — Extiéndase también la
liltima acep. de Coadjutor á todas
las órdenes y congregaciones religiosas
de ambos sexos que tienen coadjutores
ó coadjutoras, y no se limite sólo á la
Compañía de Jesús. La misma obser-
vación debe hacerse á la fr. Hermano
coadjutor, que está definida en el mis-
mo sentido.
Coalición, f. Confederación, liga,
unión. Cuidado con equipararlo con
colisión, que significa: choque de dos
cuerpos; oposición ó pugna de ideas,
principios ó intereses, ó de las personas
que los representan. Coalición procede
del V. latino coaliscere, coálitum, reu-
nirse, juntarse; y colisión, de coltidere,
cotlisum, chocar, rozar.
CoALiCiOxiSTA, com. Partidario de
la coalición; miembro ó participante
de ella. U. t. c. adj. aplicado á cosa.
Es voz muy usada y digna de figurar
en el Dice.
Coaligarse, r. Desde el tiempo
de los cl;lsicos hasta hoy en día no ha
habido en castellano sino colif/arse, del
latín co!li(/arc, unir, juntar. Ei mons-
tiuoso ooaligarse ha nacido del
francés se coaliser, que á su vez r.ació
del latín coaléscere, el cual, para el
concepto que se quiere expresar, signi-
lica menos que colliyare. Quedémonos
pues con el castizo colii/arse y proscri-
bamos el híbrido neologismo, que no
ha sido aceptado por ninguna autoridad
en materia de lengua.
COB
COB
Coisk;xatauio, kia. id. y f. Asii;-
natario ó »si<riiuiariu jiiniainentc am
otro ú otni. Es voz luuv iis;ul;i por
Bello til su provecto de Ccklijro Civil,
bien formada y di<;i)a de udmitirso.
Véase (-'o.
Coba, f. f;i!u. Embuste {rracioso.
Admitido por priincni vez en el I)ii'c.
CoBKUTKKA. f. EsUi anticmido en la
acep. de «cubierta de c-ual(|UÍeni cosa»,
pero nó en la de liijxií/eni, ó sea: «pie-
za llana de metal o de Uirro, de forma
jreneralmente circular, y c-oii un asii ó
botón en mwlio. que sirvo para tapar
las ollas, etc.»
COKUAIl, ClItlJAK o KXCDHMAU, a.
Ya (xKlria el Dice, dar por anticuado
el scfíundo.
ConriAU, a. «Percibir uno la c;inti-
dad (|ue otro le delx-», es la primera y
principal acep. de este v. riue dan todos
los diccionarios, fundada en la etimo-
lo^ latina, que es el v. ni/ierare, for-
ma frecuentativa de ni/iere, tomar,
ina$it.ida como simple, pero usada en
el comiiucsto ¡mi/ífrarf, rec-obrar. ;I)e
dónde ba provenido entonces, en Espa-
fia y .Vuiérica, el dar á robrar la acc]).
de-peilir, exií:¡r, ó demandar la (-anti-
dad que se delje.^ A juicio de Cuervo,
el oriííen de ella es la costumbre que
tienen los malos ¡««.iidores, los train-
¡loso!', (|ue en todas [lartes aliundan,
de no fniiíar al acreoJor su dinero, lia-
ciendo asi <|ue este vaya a-petidas veces
á cobrarlo es decir, á ftercibirlo, sin (|ue
sn diligencia pare en otra a>sa que en
pedirlo. Con eso el cobrar, ó el cobro ó
cobranza, no fué la perce[ic¡ón de la
deuda, sino únicamente la petición ó
exi|;cncia de su pa^o. Explic-ación es
M«ta que nos p:ire«; muy natural y la
aceptamos de lleno, ponjuc ckUí dentro
del de«'nvolvimiento ideológico que
toman los vocablos en cuanto a su
siirnificado, sejíún las costumbres, usos
é ideas del pueblo que los usa. Así
snceilió, entre otros, con el // ibere la-
tino, que, sijrniücando primero en cas-
tellano tener, paso después á si<rin'ficar
existir. Jlucliiis cit-;is teníamos ¡iivfKi-
nidas para probar esta acep. de cobrar;
pero proferimos las f|ue trae Cuervo cu
su ¿fice, (le roiistn/crión y ré(/imeii,
ponpie señalan mejor el ciunino que
ha andado el v. para lle-jar al signifi-
cado que hoy le damos. «Si yo los
debía, y venían á robrar de mí y su-
pl¡cal>a me aj;uardasen, respondía el
acreedor: Señor, el venir á cobrar ha
sido tan ¡i punto crudo (|ue no lo puedo
susixíuder». (Qiievedo). «Amenazóle
que, si no le papiba, (jue lo cobraría de
modo que le pcsiV^e». (Cervantes).
,;Pi)r qiiu emperezas el venir rogiula,
A f|ue nte cobrt detula el monnmento.
Pues es la humana vida, larga y nada?
(Quevedf). Snnrto ti In Mnvt-te).
«No le liaíras ir ni venir muchas veces
y echar tantos caminos por cobrar su
hacienda, que trabaje nuus en cobrada
que en «ranarla». ((¡ranada). « La suer-
te le preparaba ya el ailiz de aflicción
que tiene siempre prevenido á los
hombres eminentes, como para robrar-
Ifn con usura los pocos días (|ue les
concede de <rloria y alearía». ((Quinta-
na).
Un acreedor eficaz
Cnhn'i lí Blas cuanilii moría,
Y e'ste al acreedor decía:
D(fj*nie murír en paz.
( Aniíninio).
Después de esto no qne<la sino reco-
mendar i|ue en las esfrituras y contra-
tos se tengan presentes estas d<w aceps.
Ü34
COB
COG
de robrar, para que despiu's no se lla-
men ;i engaño las partes. — Cobrar
la palabra á uno, ó la promesa, ó
lo prometiflo, es en castellano roijer ó
pedir la palabra, esto es: «hacer prenda
de ella, para obligar al cumpliiniento
de la oferta ó promesa». Sin embargo,
la fr. se usó también en España con el
V. cobrar, como lo prueba esta cita de
Lope de Vega:
Con esta carta que tengo
Para el caso prevenida
Por ciar á la prometida
Palabra que d cobrar vengo.
La justa satisfacción.
Imí mocnlailcí ile lin-nnr.1„ .1,1 Carpió.
jorn. I.»)
— Cobre allá. Juego de mncliachos
que consiste en pellizcar ó pegarle uno
al que tiene á su lado, diciéndoje á ese
tiempo: cobre allá, para que éste baga
lo mismo ó se desquite con el siguiente,
y así indefinidamente. — Usamos tam-
bién la misma fr. en lenguaje festivo y
fam. cuando hacemos á uno una juga-
da ó daño cualquiera y le indicamos
que se desquite con el que tiene cerca
ó vecino. En ambos casos está tomado
el V. cobrar, como se ve, en la acep. que
hemos estudiado.
Cobre, m. Desde el tiempo en que
teníamos monedas de cobre puro usa
el pueblo esta voz para designar la que
vale un centavo. En ese tiempo podía
pasar como verdadera sinécdoque, pues
se tomaba el nombre del metal de que
estaba hecho el centavo por el centavo
jviismo; pero ahora, cuando estas mone-
das son de níquel, hay que tirar esta
palabra al rincón de las anticuadas.
Según Caballero, en España se dice
también cobre en general por la calderi-
lla, quees « numerario de cobre ó bron-
ce», pero nópor una moneda particular.
Coca, f. Así se llama en Chile el
nudo ó torcedura que forma el hilo de
puro retorcido. En el Dice, hallamos
oqueruela; se parece, pero no corres-
ponde «exactaraente á nuestro chilenis-
mo: «lazadilla que la hebra forma por
sí sola al tiempo de coser, cuando el
hilo está muy retorcido». Por lo visto
la oqueruela se forma cuando se cose,
y la coca, además de este caso, cuando
se ovilla y devana. Bien puede el Dice,
ampliar un tanto su definición.
Coca, f. La nuez del nogal, entre
personas del pueblo, y sobre todo entre
niños pequeños. Probablemente es la
forma femenina del cjico que da la
palma indígena de Chile, por el pare-
cido que tienen ambos frutos. < J también
puede ser corrupción de cucas, f. pl.,
que en Asturias significa «nueces,
avellanas y otros frutos análogos», y
del cual han formado allá mismo el v.
enciicar: «recoger y guardar los frutos
llamados cucas». En Aragón se llama
coca «cualquiera golosina que se ofrece
á los niños». (Borao).
CoCAÍXA, f. «Substancia de propie-
dades anestésicas que se extrae de la
coca, arbusto del Perú». (Suplemento
del último Dice.) Y la coca de Bolivia
¿no servirá tambiéa para preparar la
cocaína?
Cocaví ó cocavín, m. Provisio-
nes ó comestibles que se llevan cuando
se sale de viaje ó de paseo. Es voz
usada en todo Chile, con la diferencia
de que la gente culta dice de la primera
manera (cocaví) y el pueblo, de la
segunda (cocavín). Además de los
nombres indicados, hay en castellano:
víveres (lo necesario para el alimento
de cualquier persona); -prevención
(provisión de mantenimiento ó de otia
cosa, que sirve para un fin); avio (en-
coc
coc
tre pastores y g^ente de campo, provisión
(jae ileviia al hato pjini nliiueiitarác
durante el tienip<j i|iie Lardun i-n volver
al pueblo ó curlijü); y aun en lenguaje
fam., auníjue el Dicf. solunient*; lo dé
como ténuiuo de Milicia, inunicUmf»
dé bofii. En cuanto :i la etimología de
cocaví, señala Tobar el quichua
ruciihui; pero más luz nos dará el si-
guiente trozo tomado de Lozano í Hi.s-
lorUi del Itiü de la Plata, t. V, pá_'.
125): «(V/fn-bastimento-es lo ijue el
Curaca de Encamana prometió al Pa-
da- Eugenio de Sancho (Uljs) y á su
compañero el Padre Juan de Xn^rn
cuando los expulsaron del valle de Yo-
cavil. En mi casa están los descendien-
tes de ese Cacique. ( )ca secada al s<il
sin remojar, en quichua llámase (íí/íi"
ó A'rtMi' (ver (¡onzíilez Holguín). Pa-
rece pues que en la forma Coran tene-
mos la variante Cat-ana. Xo creo <jue
en Santa Jlaría pudiesen tener Ocas,
que es la Yuca ó Mandioca, plantas de
país cálido. El í (/(•«/•/ debió ser rosetiiá
de maíz hechas harinas p:ira tomar en
forma de /i///w, es decir, desleída en
agua y endulzada con harina de alga-
rrobo. Ymá claro (|ue el prefijo Co de-
termina la clase de Caui, y con el
tienipr) pxlrá suministrarnos una raíz
iuijiortantc del idioma». Co en arau-
cano, agregaremos nosotros, significa
agua, y lo mi.<<nio en otras regiones
vecinas á Chile; pttr consiguiente, el
primitivo cocaví fué lo que sospecha
liozano, un simple ulpO, <> tulpo,
como el dice. Lafone Quevedn dice \x>r
»u parte: tCmcaiu en lengua de Cuzco
es fiambre de viaje; pero Coran es la
voz Caciina». ( Te^rn de Calamari¡uj<-
ñinmn» ). Y para ilustración de los lec-
tores, Imsta con lo dicho, en lo cual se
habrá not^ido que el significado literal
de cocaví abraza mucho menos que
sus correspondientes c"asíellanos.
CocEK, a. Preparar, hervir, secar
por metlio del fuego ó del calor. Se
conjug;i cuezo, eneres, meza, etc. Xo
debe confundirse con cerner, ens:irtar
con aguja, y que se conjuga regular-
mente: coso, coses, cosíi, etc. — Tratán-
dose de los sembrados, cuando los
abrasa el calorexcesivo, no delnídeciree,
como en Chile, «jue se CU'iCen, sino
«lUc se afollaran ó se asuran. Corer, cu
estos casos, signifiai desecar, ó madu-
rar, síizonar, como se ve por las siguien-
tes iuitoridades: « Resonaba [el campo]
á la manera que, cuando el sol ruere
las mieses, se oye ¡mi)ortuno rechinar
con la infatigable vozde laschicharras».
(QueveJo, Hora de lodos).
Beber agua caliente
Cu-indí) cuece las niiese» el estío.
(1(1., Doctrina ile Kpiclelii).
Y ilinie. cnandu el día hierve en oro
Y el sol está cociemlo en la campaAa
Las mieses. dónde llevas tn ganado.
(I.I.. .!/...« ¡).-,
Otros entienden por cocerse lOS
sembrados, iwdrirse la raíz de la
planta ¡i causa del mucho riego ó por
hacer.se éste á hora intcniíiestiva; lo
cual, aunque pudiera tener un leve
fundamento en otras aceps. del v. cocer,
no nos parece del todo correcto ni
autorizado: dígase con toda fnincjueza
y seguridad jiodn'rse.
Cocino, ()i,i,.\ ó i'icHKiíi), no her-
vido.
Cocidura, f. Cocedura, cocción ó
rociiuioiih.
CfMIENTK <) croriKNTK.
Cocina (Latín de), y rara vez
cocinero, se llama en Ciiilc al ¡alin
murar ron ico, es decir, el muy defectno-
336
COCH
COCH
so, que peca gravemente contra las le-
yes de la gramática y del buen gusto.
Macarrones y coriiia bien se entienden,
y por eso se han empleado estas voces
para expresar la misma idea.
Cocinería, f. ant. Manera de
guisar. Aquí lo usamos jiov/if/án, bode-
gón, merendero, ventorrillo; y con más
exactitud, fabanco: puesto ó tienda
que se pone en las calles, donde venden
de comer para los pobres y gente de
servicio y tnifago.
COGOrocÓ, m. Voz (jue se usa en
Cliile para remedar el canto del gallo;
y, á decir verdad, es más imitativa que
la castiza quiquiriquí, que sólo convie-
ne á gallos muy nuevos y de poca voz.
Ya viene el üúi.
Los gallos cantan
Cocorocó.
(^Va:,. ¡„.j,ul,u:.).
Cocoroco, ca, adj. Aplícase á la
persona que pretende sobresalir y se las
da de ufana y gallarda como el gallo.
Su equivalente es también quiquiriquí,
y como adj., arrogante, enf/allailo, at-
tanei-o.
Gocota, f. Aunque de origen fran-
cés, es ya admisible en castellano según
Rivodó; pero, por nuestra parte, ojalá
el Dice, le cierre siempre sus columnas,
como la buena sociedad le cierra á la
pájara ésa sus puertas.
CoCHADA, f. Lo que hace de una vez
un coche. Véase AxoarilTíADa.
Coclialluasua, f. Otro nombre,
aunque menos usado, del roáiai/ujjo.
Véase Huasca.
CoCHAYUYO, m. Del quichua íw7íí/,
lago, mar, y yuyo, hierba, hortaliza,
cogollo. No basta el nombre genérico
ttlya ú ova que nos dan todos los Dices.
para designar nuestro cochayuyo, que
es planta marina especial y comestible,
el durvilcla utilis de los naturalistas.
Uomo el nombre se usa en todo Chile
y otras partes y no tiene equivalente
en castellano, creemos que debe admi-
tirse en el Dice, tal como lo trasmitiei'on
los aborígenes chilenos. Véase lo que
dice de él el Padre Ovalle: «De estos
troncos nacen unas vainas muy largas,
de más de tres y cuatro varas, y algu-
nas anchas de cuatro, seis y ocho dedos:
éstas llaman corhayuyo, y son de dos
suertes ó especies, y aunque son casi de
una misma figura y color, hacen los
indios muy gran diferencia de las unas
á las otras, porque las buenas las cortan
y secan y hacen jjrovisión de ellas para
la Cuaresma, y las malas [/n«Vo.s] las
dejan en el mar, el cual Ins arranca de
las peñas y las arroja á la playa, de que
se suelen hacer muy grandes montones,
pero inútiles y de ningún provecho».
( Histér. relación, 1. I, c. XVÍ). — Llá-
mase también cochayuyo el guiso ó
plato que se hace de esta alga. En ri-
gor, no pedimos que se reconozca como
acep. aparte, porque así habría que
pedirlo también para todas las cosas
comestibles, sino que únicamente ha-
cemos constar que así se usa en Chile.
— Como cochayuyo, so dice de las per-
sonas que tienen la Qara negra ó tosta-
da ii semejanza del cochayuyo.
Coche, m. Coclie de posta ó de
comercio llamamos á los que en
l)uen castellano se denominan de punto,
de plaza, de servicio público, de alqui-
ler, coche simón ó simón simplemente.
— Coche de trompa llamamos á
uno que ya va desapareciendo y que se
distingue por tener el pescante algo
bajo y prolongado, lo cual le da cierto
aspecto de trompa.
COCH
COCH
•^■^'^
Cochecho, n. pr. diin. vulgar de
JoM. Eii leiiguajt; f:tin. ü«ise también
por simple, necio.
CochechÓC n. pr. aura, del an-
terior _v i-.iyario en sobrenonilve.
CociiEnÍA, f. El estahlecimi'íiito en
que se wiistniyen, venden y componen
carruajes, se llamo en cistelhino carro-
rn-ia; j el paraje donde so encierran
los coches, cochera, f. Lo i]ue no se co-
noce en el Dice <|ne sepamos ¡i lo
menos, C3 el nombre del esUibleciniien-
to ó casa qne tiene cociies pan» alqui-
lar y qne en eso negocia. En Ciiile y
en la Repúblitii Ai-geutiua a- llama
este establecimiento ó «isa cuch^ria; y,
como la voz esfcV, jwr lo dein:u<<, jwr-
fectamente formada y hace falta, cree-
mos que debe admitirse. Algunos
chilenos llaman también jwsada, f.,
esta misma casa; pero tal significado
no es tan e.xacto como el de coi-luria.
CiHiiERO, lu, adj. No aparece en el
sentid;) de-perteneciente al coche, y en
rwilidad hace fidui. Cnhallo cociiEno.
Cocheron, na, adj. .\plicase por
el |)nel)!o á los caiallos frisoncs y \nsr-
cheroii'.-s, y, en genend, ¡i los muy
pesados y corpulentos, sem^rjantes por
eiito á los ya nombrados. Sin duda es
8um. cié I 'nrliero, porque se les cree m:is
aptos para tirar de un coche. CocHE-
Ró.v e-i en castellano una cochera
grande.
Cochi, m. Xo es en Chile nombre
d-'l rrnio ó piifrco, como han dicho
algunos, sino voz que se usa repetida
para llamar ó acariciar al mismo iini-
mali voz que no jmrece tampfico exclu-
8iva de Cliile, pUL-sto que la hallamos
entre las aragonesas usadas en S.'gorlw
en la forma cnrh rorh y on el mism)
signiíicvlo que entro n )-iOtro». ( Torreí
Foriics). En muchos pueblos de la ri-
bera del Ebro, dice Lancheta?, llaman
cjcJw^ á los cerdos; y tambiéu en .Vstu-
rias y (Jalicia llaman rocho, cocha, al
cerdo y cerdii, scgiin el Dice, formas
que acepta el mismo, suavizadas en
gorh'), ijncha, sin nota alguna de pro-
vincialismo; y aun en francés tenemos
corhón, forma bastante conocida. Aho-
ra bÍL'n, ¿scnin todas estas formas
simples iipócíijx;.' de la voz cochino,
que es otro de los mucluis nombres
que tiene el /Wfreo.' ó al re\"és, ¿ser-.i
cochino nu simple derivado de aqué-
llas? El Dice, responde diciendo qne
cochino procede del cocho asturiano-
gallego, y éste del a-ltico huurh,
cerdo. Francamente, no se ve tan claro
el tránsito de huuch á cocho, y por eso
creemos mejor con el citado Torres
Fornes «que en las maneras actuales
de comunicarnos con los animales hay
restos toscos del lenguaje informe del
hombre incivilizado», en el cual debió
de entrar por mucho la harmonía imi-
tativa. Otras noinbres del mismo ani-
mal, además de los apuntados, son:
marrano, nt; ijiuirro, nri; f/orrin ó
i/orrirto, na; bien que ¿ste signitica
también el cei'.lo peqnijño que no llega
á cuatro meses; lechon: cociiinillo que
todavía mama, y por extcnsiiin, puerco
macho de cualquier tiempo; lechona:
heinl)ra del lechón; corezuelo ó ctiere-
ziielo y cochinillo: cochino ó cerdo de
hcho; porcino: puerco pequeño. Varra-
co ó rerraco, y también verrón, se lla-
ma el cerdo padre. Va\ Chile tenemos
taml)ién los nombres cliancllO y
chancha para designar al cerdo y
cerda en general. (Véanse estas vo-
ces). — El ckutchi atacameño j)arcce
ser forma (falcada sobro el COChl; lo
mism.) qi:e el ccw'ti (jne trien los
diccíonariüs quichuas.
a7
338
COCH
COD
Cocllino, na. No lo consideramos
aquí como s. m. y f. en el significado
de cerdo ó puerro y su hembra, sino
como adj. Aplicado á la persona muy
sucia y desafeada, es castellano y nada
hay que decirle; pero, aplicado á cosa,
no puede llegar á tanto la figura, y
por consiguiente, no debe admitirse.
No se diga pues casa ó ropa cocllina,
sino sucia, como tampoco se podiia
decir puerca, que está en el mismo
caso. Téngase presente que cochino y
puerco son nombres verdaderos y par-
ticulares del cerdo, y que, si se adjeti-
van, es para aplicarlos ;i seres vivientes
y nó á simples cosas. No nos parece
pues propia, á no ser como prosopope-
ya, la expresión cOCllínO país, que
ha usado en España nn autíjr moderno.
— Otra iicep. que suele darse aqui á CO-
chino y que tampoco es castiza, es la
de cicatero, miserable, tacaño. Véase
Coñete.
COCHIl'RIL Ó CUCHITRIL. Pocilga.
— En el significado de habitación estre-
cha y desase;! da, véase SuCUCh.0.
Cocho, m. En algunas pintes de
Chile llaman así el ulpo caliente. Es
el participio latino codas, cocido, que
dio en castellano antiguo cocho, cha, y
del cual quedan muestras en sancocho,
biscocho, melcocha. «Por lo que antes
decían cocho, decimos agora cocidoi>,
escribió Valdés en su Diálogo de las
lenguas. El atacaraeño ckotcho, que
significa lo mismo que el araucano
chedcan, ó el aimará ccocchu, maza-
morra, parecen más bien formados del
cocho español que llegó á estas tierras
junto con los conquistadores.
CocHURBRO, m. Operario encargado
de cuidar del fuego en los hornos de
destilación del azogue en Almadén.
Término de Minería admitido por
primera vez en el Dice. Con este crite-
rio de admitir las voces que sólo se
usan en las minas de un lugar, crecería
desmesuradamente el Dice, y se vería
asediado de peticiones semejantes en
todas las manifestaciones de la vida
humana, sin lograr nunca satisfacerlas
totalmente.
Coda, f. Prisma pequeño triangular,
de madera, que se encola en el ángulo
entrante formado por la unión de dos
tablas, para que ésta sea más segura.
Término de Carpintería formado de
codo y admitido por primera vez en el
Dice.
Codal, m. Agrególe el último Dice,
estas dos aceps. : « En Carpintería : cada
uno de los dos brazos de un nivel de
albafiil. II En Minería: arco de ladrillo
qut se apoya en el mineral por sus ex-
tremos, construido provisionalmente
para contrarrestar la presión de los
hastiales».
Codeador, ra, adj. Pedif/üeño, fia,
y nó S'icaliñero, ra, como han creído
algunos. Véase el siguiente, y además
Bolsero.
Codear, a. Como á muchos próji-
mos hay que darles ó peijarles en el co-
do (fr. que debería figurar en el Dice.)
para que suelten ó aflojen el dinero ú
objeto que se les pide, hubo necesidad
de formar un v. que expre.-iara esa idea
y hétenos aquí con codear, que ya
ha venido á significar, nó la acción
material de pegar en el codo, sino lo
que ella indica, es decir, pedir con in-
s'stencia hasta conseguir lo que se de-
sea. Este es sencillamente el codear
que se usa por lo menos en Chile, Perú
y Ecuador; por consiguiente, no equi-
vale, como han dicho algunos, al cas-
tellano socaliñar, que es sacar á uno
con ardid ó artificio lo que no está
COD
COF
389
obligado ádar. — El último Dice, agre-
gó á cotlfar, como rt-flcxivo, la acep.
tig. de «cratur^L- de igual á igual una
persona con otra»; idea que tambiéu
se expresa con hombrear (ú.,t. c. r.):
«iiuercr igualarse con otros en saber,
calidad ó pn.-nd:kS>.
Codeo, m. Acción ó efecto de co-
dear. Véase esta voz.
Codeo, m. Óyese en nuestro pueblo
jK)r fainaiada, roinpinchf, compañero
ligado con cierta amistad ó por algún
convenio. Probablemente se ha formado
del s. co.h, ponjue las tales person<is
suelen andar de bnicete ó como atados
por los codos.
CoDEfDOR, RA, m. v f. Usado por
nuestro Código Civil _v por toda clase
de persí>nas. es digno de aceptarse en
u siíinifiaidc de-deudor, ó deudora,
juntamente con otro. Véase Co.
Códice, m. « Libro manuscrito en
que se conservan obras ó noticias anti-
guas». A esta única accp. que le da el
Dice, del» agregarse la litúrgica de-
parte espjcial del misal y del breviario
que contiene las m¡.>as y oficios, res-
pectivamente, concedidos á u na diócesis
o cor))oración. Es lo que se llama tam-
bién propio, m., que tampocu aiKirece
en el Dice.
CoDir;iAR,a.Codiceo codiceas,
etc., dice aquí el vulgo en vez da eotli-
eio, roriifia», etc. Es defecto tan gene-
ral, que se ha hecho extensivo ¡i aisi
todos las vcrixts terminados en iur.
C'iDiFiCACió.v, f. .Vcción ó efecto de
codificar. Admitido en el liltimo Dice.
Es|)eremo8 la II." edición para que
admitji también á
CoiiiKicADOit, iiA, adj. y u. t. c. s.
Que codifica.
Codillo, m. ('¡lichera,)- nó codi-
llo, <-s la «enfermedad que jodecen los
animales en el paraje donde se les cin-
cha, que es detnis de los codillos, por
las costillas verdaderas».
Codo, m. Corrupción de acodo;
«Viistago acodado i>, es decir, metido
dehijo de tierra y sin separarlo de la
planta, para formar otra de lu misma
clase. Lo que llaman COdO ó codito
nuestros saiuUareros es el tallo ó v;is-
tj^o en que se forma el germen de la
fruta en las plantas de sandias, melones
y otras análogas.
Codo, m. La fr. Hablar hasta
por los codos es: Hablar uno )>or
los co'lnx ó Hablar por la» co¡/unturas:
hablar demasiado. — Darle ó peijarle á
uno en el codo, es fr. fig. y fara. que
debe admitirse en el Dice, en el signi-
ficado de-pedir con instancia á uno
dinero óalgúnsocon'o. Vé;ise Codear.
CoEDUCACió.s', f. Educación que se
da juntamente á niños de ambos sexos.
Es vociiblo que puede admitirse.
CoKHCiBLE, adj. Que puede ser coer-
cido. Hace falta en el Dice, máxime
estando ya admitido su contrario /«■
coercible.
Cofia, f. Añadióle el último Dice,
esta acep.: «birrete almohadillado y con
armadura de hieiTO, que se llevaba de-
bajo del yelmos.
Cofiador, ua, m. y f. Fiador jun-
tamente con otro ú otros. Usado en
nuestro Código Civil (arts. 2378 y
2H7'J), merece admitirse. Véase Co.
CüKro, TA, adj., aplicase á persona
y ú. t. c. s. Admitido en el último
Dice, omio igual á CoPTo en sus aceps.
de acristiano natural de Egipto» y
•1 perteneciente ó relativo á los coptosi;
jiero nó en la acep. que tiene como .'.
m., de «idioma antiguo de los egipcios,
(|ue se onserva en la liturgia propia
del rito coptoí.
340
COG
COG
Cogedera, f. Recibió en el último
Dice, esta nueva acep.: «palo largo
terminado por varios hierros corvos
que sirve para coger del árbol la fruta
ii que no alcanza la mano. La hay
tambiéu en forma de tenaza». De esta
forma es la guiUabera que usan
nuestros campesinos. Véase esta voz.
Cog'nac, m. Aceptado, pero escrí-
base coñac, á la española. No figura
todavía en el Dice, eu ninguna de estas
dos formas; pero en la Gramática de
la Academia se lee: «No termina pala-
bra [la letra c] sino en ruc, ave fabu-
losa, y en algunas voces modernas, y
de procedencia extranjera, como cl.ic,
COÑAC, frar., vimc, cinc». Para el caso,
basta y sobra con esta prueba. Véase
Burdeos.
Cognoscibilidad, f. Calidad de
conocible. Hace falta en el Dice, en
esta forma, que en realidad nos parece
mejor, ó en la otra más castellanizada,
coiiocibiliílad.
Cognoscible ó conocible.
Cogollo, m. Cumplido, alabanza
ó requiebro eu verso que se canta en
honor de alguna persona al fin de las
tonadas. Algunas veces suele ser tam-
biéu el COg"Ollo, nó de alabanza ó
piropo, sino de burla ó de ironía, según
el humor de las cantoras y las circuns-
tancias del caso, y jDuede también pasar
de uno y más, según sea el número de
los que se quejen por omitidos, solici-
tando así este cumplido. Para muestra
de lo que es el COg"OllO cliileno, que
uo sabemos si se conocerá con este mis-
mo nombre en otros países, he aquí
algunos, tomados de Rodríguez:
¡Que viva misiá Juíinita,
Cogoliito de limón,
C^ndadito de mi pedio.
Llave de otro corazón!
¡Que viva el señor Don Pabli>.
Verde cogollo de olivo!
Advierta que soy constante
Y lo que quiero no olvido.
Eu otros uo se nombra la palal)ra CO-
grollo, pero sí alguna planta ó flor ó
alguna parte de ellas.
¡Que viva Tula mil años,
Cascarita de granada!
Yo me muero por usted
Y á usted no se le da nada.
El USO, nó el nombre de los cog^ollos
en el canto, por niiis que algunos lo
crean, no es original de Chile, sino que
vino de España. Basta abrir el «Can-
cionero popular» de Lafuente y Alcán-
tara para tropezar con verdaderos CO-
g^ollOS como éstos:
Sau Antonio bendito,
Ramo ih flores.
A las descoloridas
Dales colores.
Mariquita Manuela,
Flor lie romero, '
No le digas á nadie
Que yo te quiero.
María, rfor de hermosura,
Por ti peno y por ti muero:
Tú tienes la medicina,
Dale salud á este enfermo.
Asómate á la ventana.
Cara ile rosal florkío,
Que el día de tu llegada
Mi pecho sintió un latido.
Otros hallamos en forma de despedida,
lo mismo que en Chile se usa esta voz:
Echemos la despedida
Con un ramifo de íímcccjí,
Que la música no ha sido
Como tú te la mereces.
Te echare la despedida
De rositas y claveles,
y un ramito ¡le alhuliaca
Para que de mí te acuerdes.
COG
COI
341
Mis snignitn» me dic.-n
Q-i ■ -i*<ür:
La iJea de conip;\rar á la persona
uiuuda cm una Hor li plaiiui Irtihosi,
es lo más natnral «jue puwie darse, y
por e ■<) lo han practicado asi los pueblos
todos de la tierra, incluso el hebreo en
los Libros santos: «Como el lirio ó
azucena entre las empinas, asi es mi
auiadií entre las hij:is ó doncellas», di-
ce el Cantiir de los cantíires, y después
emplea también ¡Míni las mismas mm-
panicionc-s el raciaiode uva, la granada,
la viña, etc. — Por extensión se llama
también cogollo el agregado f|ue se
hace aun discurso sagrado ó profano,
jwra llenar al;nin vacío ó s¡»tisfacer un
deseo. — Adviértase, tinalmente, qne el
eoffollo castizo no es, en los árboles, la
parte más alta, «ine eso en castellano
Be llama rima, sino «cada uno de los
renuevos (¡ne arn)];in los árljoles».
Coiox, ni. Planta de la familia de
Iks sramineas, pripia de los países c.i-
lidos, que tiene las flores en panoja
cilíndriui y cuyas cañas sirven en Fili-
pinaü f»ani cubrir hn casas de los indios.
Admitido en el último Dicx;., como
también el siguiente.
CoooXAL, m. Terreno abundante en
cogon.
CoííOTAZO, m. fíolpe dado en el co-
gote con la mano abierta. Admitido en
la 1 :i.* e<l¡ci<>n del Dice.
Cogotera, f. Pieza de tela ó gé-
nero acolcliada ó rellena «¡ne .se pone
en el cogote de los bueyes ¡jara que no
so lastimen con el yugo. Aunijue no
exactamente iguales, porque no es tam-
poco igual la manera de colocar el yugo
en Es|)aña y .\inéricn, hemos lmlla>lo
en el Dice, dos voces que expresan la
misma idea de cogotera: CoUn-a:
«collar de cuero, relleno de borro ó
jiaja, que se pone al cuello á las caba-
llerias ó á los bueyes para que no les
haga daño el horcate»; y melena: u tro-
zo de pelleja de cordero que se pone al
buey en la frente para que no se lasti-
me con el yugo».
ConoTVDO, PA, adj. Creemos que
por su buena formaciiin y jwr su uso
delte admitirse en su signilicado pro-
pio : fornido ó grueso de cógete; auntjue
no lo sea en el fig. que suele dársele
entre nosotros, de -rico, influyente,
copetudo.
Cóovu,, m. Del araucano coghúll,
fruto del hoqui. I5s comestible. Encar-
gúense los natunilistas de describirlo
con todos sus [wrnienorcs: nosotros só-
lo pediremos que su nombre sea incluí-
do en el Dice. En algunos lugares de
Chile se pronuncia malamente COile.
Cohermano, xa, m. y f. Cuatro
significados le da el Dice, pero todos
anticuados: primo hermano, medio her-
mano, hermanastro y cofrade; y no le
da el único que, según su etimología,
tiene y debe tener, esto es: hermano de
uno en religión juntamente con otro ú
otros; y así se usa en algunas reglas y
constituciones religiosas. Pero léase
mejor este pasaje de Capmany, que no
fué religioso: «Creciendo con esto en
el Parral el afecto de sus co/ifirmaiion,
atentos sólo á su virtud y luces, le
eligieron su Prelado... Este tiro no le
vino de manos extrañas ni enemigius,
sino de las de algunos ai/tfirmaiiOH y
prelados suyos en San Lorenzo». ( Tea-
tro liixlúrico-criliro, P. Fr. José de
Sigüenza).
CoiCOy (SaI'o). Sin (Inda por el
grit<j ó c-anto que le es propio y en el
cual parece r<;|)elir la voz wy, se llama
342
COJ
COL
así en Chile un sapo pequeño que tie-
ne en la espalda unas cuatro protube-
rancias que parecen otros tantos ojos,
por lo cual lo llaman también sapo de
cuatro ojos. — El nombre de sapo arrie-
ro, con que alguien lo ha confundido,
está fundado en otra idea muy distin-
ta y no es exclusivo del COicoy sino
de todos los sapos chicos.
CoiHUE, m. a Árbol inmenso, dice
Philippi, cuya madera es apenas infe-
rior al roble -pellín». Se cría desde
Chillan para el Sur de Chile, y aun en
la isla de Chiloé. Su nombre, araucano
en su origen, debe figurar en el Dice.
Coila, f . Del arancano coil-la, men-
tira. Tiene algún uso entre el pueblo;
lo mismo que su derivado Coilero,
ra.
Coile, ra. Véase CóuriL.
CoiLERA, f. La enredadera, ó lioqai,
que tieue por fruto al cóguil. Su ver-
dadero nombre debería ser coguUera.
Coilero, ra, adj. Embustero, men-
tiroso.
CoiPO, m. Del araucano coipu, ma-
mífero dé agua dulce. Es el myopota-
mus coipu de los naturalistas. Se pare-
ce mucho al castor y sale del agua aun
menos que él. Su nombre debe tener
cabida en el Dice.
Coirón, m. Gramínea muy abun-
dante en Chile, de hojas duras y pun-
zantes, y usada para techo de casas en
los campos. Debe figurar en el Dice,
con más razón que el co[ion filipino.
CoiRoXAL, m. TiUgar ó terreno
abundanteen coirón. Merece admitirse.
CojEAii, u. Hace falta en el Dice,
la acep. lig. de este v. de-adolecer de
algún vicio ó defecto. Fídano cojea
de murhas cosas. «Se sabe perfectamen-
te (le qué pie cojea el vecino y en qué
rama po.-;a cada pMJarracoD. (Pardo-
Bazán). «Está usted allí como en su
propio hogar; sabe usted de qué pie co-
jea cada uno». (Pereda, Esbozos y ras-
guños).'En el Dice, de Cuervo abundan
las citas para comprobar esta acep.,
aun sin emplear el s. ¡jie ni la prop. de.
A claudicar, sinónimo de cojear, sí que
le da el Dice, la acep. fig. de «proceder
y obrar defectuosa ó desarregladamen-
te». De cojear sólo dice: «faltar á la
rectitud en algunas ocasiones». Ambas
definicionesquedan cortas para la acep.
que hemos indicado. — La 1 3." edición
del Dice, agregó á Cojear el refrán
El que no cojea, renquea, con que se da
á entender que nadie es perfecto.
Colee, m. Cok ó coque, escribe el
Dice. Sin embargo, coquera (especie de
cajón ó mueblecillo de hierro para
tener el coque cerca de la chimenea),
que antes escribía el mismo cokera,
ahora sólo es con q. Una de dos: ó
ambos se. escriben de las dos maneras
ó se le quita también la k al cok, escri-
biéndolo á la castellana coc.
Cola, f. En sentido fig. y fam. lla-
ma cola nuestro pueblo á la persona
que por cualquier motivo sigue siem-
pre á otra, nó como lo hace la que la
gente culta llama sombra, que procede
de una manera sigilosa y con algún fin
secreto, sino en público y naturalmen-
te. Como es una metáfora bien aplica-
da, no hay por qué despreciar esta acep.
— Cola, y más comunmente colita,
se llama también en Chile el cóccix
(nó cóxix): «hueso pequeño unido
al sacro y en el cual termina la colum-
na vertebral». No hay jinete ó caba-
llista principiante que no pague el
noviciado pelándose la COlita. Por
eso se dice también como refrán: «Al
que da y quita, le sale una corcovita
en la colita»; pensamiento que en el
COL
COL
:í43
Enlrnnés de refrmifs, atribuido á Cer-
vantes, se halla expresado: «A quien
da y toma. Dios le da una corcova. —
Cola de cigarro 6 de pucho es
en c-.isteliariü rulilln: < jxirtv di-1 ,ci¡r;irrii,
que se tira por no ser posible fumarla
sin (|uemarse». La única acep. de Co-
i.\ (¡ue pudiera aplicirscle es ésta:
(punta ó extremidad posterior de al-
guna cosa, por oposición á cabeza ó
principio»; jjero, como es tan general,
mejor es conservar la vozespecialisima
que en España se da á este objeto. —
Cola de mono llama aquí el pueblo,
sin duda por el a>lür que toma, una
bebida compuesta de a'^uarJieute, café
y leche. — Cola de zorro es en mu-
chos c<»ii,-/ii).s o! gTiante ó disciplina.
— Alábate, uola. El refrán castizo
es: AliibiMi, coles, que h'tij ntihox en la
olla; sirve para notar á los que estiman
tanto sor preferidos, que pretenden
serlo aun en c jmp.iraci ju do otrus m;is
ruines.— Lt fr. Con la cola entre
las piernas es: SitUr (ó ir) U'it
rabo entre nierii'is: qued ir vencido y
avenronza lo.— De cola y tirante,
es fr. ñ¿. y fam. ipie hemos formado
del jueiro de la cuineta. Cuando al echar
comisión t^^ma un volantín á
otro de la eolfi y de un tirante, no hay
escaftatoria y el segundo tiene que Ciier
irremisiblemente. Por eso traer, tener,
llerttr, etc., á una persona de COla
y tirante, es cogerla y asegurarla
de tal manera que no pueda esca-
par^;.
Colación, f. Tiene aquí un siirni-
ficado ba.st.'inte arraigado, que es el de
Lt ijrafjea española: <tconfites muy me-
nudos de varios colores», l^a voz mis-
ma ron/ite sitrnifica también: «piu^ta
liecha (le aziicur, ordiiiariainc-nte en
forma de bolillas de varios tamaños y
figuras. U. m. en pl.» Los ron files son
pues m:ís gnuides que nuestra cola-
ción. -Vdemás de ¡/nij/ea, que es nom-
bre colectivo, cada grano puede llamarse
anix: «grano de anís con baño de azú-
car; p.ir extensión, toda confitura me-
nuda». El significado chileno proviene
sin duda de otras aceps. castizas que
tiene colación: «jwrción de cascajo,
dulces, frutas li otras cosas de comer,
([ue se da a los criados el dia de noche-
buena» (¿día de noche?. .-íquién
puede juntar esos extremos?); «refac-
ción de dulces, pastiis y á veces fiam-
bres, con que se obsequia á un huésped
ó se festeja algún suceso». En esta
última aL-ep. está usada la voz colación
en el siguiente pasaje del Caballero
venturoso (aventura VI): «Y porque
no hay fiesta cumplida al cuerpo
humano sin comer, abrieron el segundo
pistel de colaciones y dulces, con que
consumaron su fiesta merendando, que
tidas eran gente moza, que il todo
tieujp.i tienen el molino picíido». Poco
antes haljía dicho que este pastel era
«de mucluis confituras y conservas».
También hay en cistellauo la voz ca-
chuwle, f., que significa: «pasta com-
puesta de almizcle, ámbar y cato, de
la cual se forman unos gninitos que se
traen en la boca, y sirven j)ara fortifi-
car el estómago».
Coladera, f. Cedacillo con que se
cuela un licor para que salga limpio. —
CoL.\DERO ócoi-ADOK: manga, cedazo,
paño, cesto ó vasija en que se cuvla uu
liquido.
CoiiADKRO, m. El último Dice, lo
añadió e.-ta acep. de Minería: «Ijoquete
que se deja en el entrepiso de una mina
para echar por él los minerales al piso
general inferior, y desde alii bacarloB
fuera».
COL
COL
Colapiz, f. Colajjiscis, cohifez ó
cola de pescado.
Colazo, m. Dígase coleada, f.:
«sacudida ó movimiento de la cola de
los peces y otros animales».
CoiiCO, m. Habitante de la antigua
Cólquide. Es nombre que falta en el
1)ÍGC. Lo ponemos solamente como s.
m., porque nunca lo hemos visto usado
en la forma f., ni tampoco como adj.
aplicado á cosa.
Colcliado, m. Dígase colchadura:
acción ó efecto de colchar ó acolchar.
Colchar, a. Véase Corchar.
GolctLO, cha, adj. Véase Cor-
cho.
Colchonería, f. Tienda en que se
venden colchones. Aquí las hay y se
llaman asi ; pero en España, no sabemos
qué nombro tendriln, pues el Dice, no
registra á rolchoneria.
Colchoneta, f. Cojín largo y del-
gado que se pone encima del asiento de
uu sofá, de un banco ó de otro mueble
semejante. Admitido por primera vez
en la 13." edición del Dice.
Coleada, f. «Sacudida ó movimien-
to de la cola de los peces y otros ani-
males», es la definición del Dice; por
consiguiente, no cabría en ella la co-
hada que dan algunas mujeres mo-
viendo despreciativamente, borneando
ó sacudiendo la cola del vestido. Sin
embargo, como esta acep. está bien
aplicada y sería imposible expresarla
de otra manera, creemos que debe
admitirse.
Colear, a. Damos á este v. la sig-
nificación de-negar ó frustrar á uno
un intento ó pretensión: Colearon
al niño en el examen; el niño salló co-
leado. En esto no vamos tan fuera
de propósito, porque una de las aceps.
de Cola, de donde se deriva el v,, es:
voz que se usa entre estudiantes como
oprobio, en contraposición de la acla-
mación ó vítor. El colear castellano es
n. y significa: mover con frecuencia la
cola. Como mejicanismo es a. y signi-
fica: coger el jinete la cola al toro que
huye.
Coleccionador, ra, m. y f., y co-
leccionista, com. Persona que colec-
ciona.
Colectador, ra, m. y f. Dígase
colector, recolector ó recaudador.
Colectivismo, m. Nombre nuevo
con que quieren algunos ennoblecer al
socialismo. En el fondo no hay dife-
rencia esencial, y en cuanto á su admi-
sión en el Dice, no vemos inconve-
niente. Véase Bucolismo.
Colectivista, com. Partidario del
colectivismo. II Adj. Perteneciente al
colectivismo. «Socialismo colectivista-i),
dijo Castelar. No vemos inconveniente
para la admisión de este neologismo.
CÓleg'a, m. Gracias á Dios, vades-
a])ai'eciendo ya la pronunciación esdrú-
jula, y raro será el chileno que no diga
cole(¡a. — Como esta voz significa en
general «compañero en un colegio,
iglesia, corporación ó ejercicio», cree-
mos que la usan bien los periodistas
cuando figuradamente llaman cole'ja á
cmilquier otro diario distinto del suyo.
COLEGiALADA, f. Travesm'a ó dia-
blura de colegial ó propia de un cole-
gial. Es voz tan bien formada y de
tanto uso en Chile (y lo mismo creemos
que será en otros países), que no nos
explicamos por qué la ha omitido el
Dice.
Cólera-morbus, m. Dígase en
castellano cólera-morbo; y ojalá nos
autorice también el Dice, para decir
simplemente el cólera, que es como di-
ce todo el mundo, sin el aditamento de
COL
COL
315
morbo, (|iio sólo cst i bien cuando fe
habla de esi enfenueiJa 1 cientítica-
meiiie.
Coi.KKic ), (A, atij. Parúceiios que
el Difc. del* formar dos artíqulos de
esta voz: uno pira la^ accp;. qne tie-
nen relación con la cJlfia, y otro para
las relativas al cólera. Ambos cóleras
tienen, es cierto, en su oiijjeu una
misma raíz, el /o/.v- irrietro (bilis): ¡ e-
ro ul pas:ir al castellano se han divi-r-
sifícid) tanto en signilicado y en
género, (|Uo ya se miran como dos
palabras distintas, y de hecho el mismo
Dice. s<>lo acepta la segunda en su
fonna compuesta (cólera-morbo ).
Colerín, m. Colerina, f.
Colero, ni. Asi llamamos cu senti-
do vulgar y fam. el aombrcro de copa,
ó (If copa alia, ó redondo, sin duda por
lo lustroso y tiuso rjue es, como si es-
ta viera enibadurnadacon (•«/«, ó [lorque
se parec-e á la olla eu que se calienta
la cola. VwíSe TarrO. — Pere.la usa á
colero en el siguiticado de eaiiJalario
seglar: «Detrás de ios ¡Hírsonajes, San-
cho Vargas, vestido de dril, con zapato
bajo y sombrerito á la marinera; el
¡K-riodista de marras y Peix; (¡limez:
los tres colerox de Su Excelencia».
(Nube» de e.slio, X.VIl). Esta voz en
tal acep. no es desc- )ii(K'ida en Chile y
como cst;i muy bien formada de rola,
pncle ser admitida sin in<^)nveniente.
Coi/íAl>o, i).\, pirt. de rnli/fir. Falta
en el Dice, el signiliciulo es[)ecial que
en EsiKiña y doudcfjuiera queso habla
su lengua se da á este participio, ya
solo, ya acompañado de los verbos cx-
lar, quedar, dejar y otroí. Felizruentc
Cncr\'o suple el olvidn, diciendo (pie
Cit» participio se aplica á la jwrsona
que ha qued:idi) burlada (i fni.str.ida
en sus es[)eranzas ó deseos, i Es [xjsible,
agri'ga, (pie jirovcnga este modo de
hablar de aiK'cJ>itas populares jior el
estilo del liinw de I>. Quijote colgado
del bnizo jwr la hija del ventero y [lor
Maritornes (Qiiljile, p. I, c. .\ 1,11 1)».
Y confirma este siguiticado con esta
cita de (!il y Zarate fL'l cesante /: «Da
nti batacazo y desapareas dejando
C4diiad')í> :i sus acreedores»). — Por ex-
tensión se dice eu Chile que chIú coI-
í/ada toda jxíi-soiia (pie carece entera-
ineiile de recui'sos pecuniaiios, sin
tener tnmpoco de dónde procurárselos;
lo cual en el lenguaje de acción se
tniducv iwniéiidose el pulgar debajo de
la barba, para indicar que de alii estA
pendiente ó cohjada la víctima.
Coi/iADOK, m. Solo admite el Dice,
el que se usa en las ¡mprentiis; i)ero eu
las tiendas de muebles ha aiiarecido
tambié-n otro nuevo, de varias formas,
para colocar en ('I algunos utensilios
del laraho 6 lavatorio chileno.
Bien puede lulmitirse, ya que el voca-
blo está bien formado y es necesario.
Colgajo, m. Se le agregii esta acep.
de Cirugía: «prción de piel síina que
cu las operaciones quinirgic^is se reser-
va para cubrir la herida».
Ci)L,';ar, a. ,;Eii qu('' familia chilena
no se habla de rulijar á uno en el día
de su santo? Pues bien, la fr. es castiza;
fiero ¡cuidado con hacerla degenerar
de su legítimo sentido! ¡Kirqne no sig-
nifica, anno creen algunos, colgar de
una viga ó de una altura al liíjroe de
la fiesta, sino colgarle al cuello la ca-
dena ó regalo semejante que en ese día
se le hace. Óigase al Dice, de Autori-
dades, que e.\i)licu la cosa con más
amplitud (pie los modernos: «Por
translación se toma [c«///í//] jior rega-
lar, dar 1) enviar alguna alhaja (i ]>re-
sente á alguna persona, en celebración
3«
346
COL
COL
del día de su nombre, ú de su luiei-
miento : y, porque este c ¡vtejo y demons-
tración de or lin;ir¡o se hacía echándole
al cuello una cadena de oro li plata, ó
una cinta rica de seda con alguna al-
hajita ó relicario pequeño, que quedaba
pendiente del cuello, por esto se llamó
(Johjnr, y Cnelíja esta demonstración,
cuya ceremonia es nuiy antigua y se
ri?ay estilael día de hoy frecasnteinente
entre los deudos, parientes y amigos».
Pone en seguida esta cita de la FUo-
mma de Lope de Vega: fQue la víspera
de la fiesta de su día le habían cohjado:
uso notable de España, y de tierupus
inmemoriales úsalo en ella»; y esta
otra de Qiievedo:
La vi'ápera deitu santo
Por ningún modo parezcas.
Que con tvi bolsón te ahorcan,
Cuando dicen que te ctidijdt).
De! mismo Qusvedo podemos agregar
nosotros estas dos citas más:
Labrezno Gst¡í en la cajiilla
Uicen que le colganhi.
Sin ser día de su santo.
Que es muy bellaca señal.
Si yo me muero, me olvidan
Y si cumplo años, me cueU/irn;
Si vengo, dicen ¿que traigo?
Si voy. que lleve encomiendas.
— Una acep. fig. de col;ji/r que hace
mucha faltíi en el Dice, porque ya es
de uso uiuversal, es la de-imputar,
achacar, atribuir, que le reconocen
Cuervo y otros diccionaristas. La Aca-
demia la acepta solamente con el s.
mihn/ro (Colgar á uno el milagro:
Atribuirle ó imputarle un hecho re-
prensible ó vituperable); pero la verdad
es que ya el v. se u?á en este sentido
con todos los sustantivos (jue significan
acción, dicho ú opinión. aVotar el
puchero significa poner ó colgnr fados
los votos posibles al candidato á quien
se quiere favorecer». (Valera, Doña
Luz). Caballero admite también las
frases Colgarle á uno el mochuelo, Col-
garle el muerto, que para la Academia
son, respectivamente, Cargar uno con
el mochuelo. Echarle ó tocarle á uno el
mochuelo, y Echarle á uno el muerto. —
Colg-ar las sotanas. Véa.se So-
tanas.
CoiiHUE, m. Del araucano collhue,
«unos choros de cascara blanca», se-
giiu Febrés. Como el molusco e.xiste y
sólo se conoce con este nombre en todo
Chile, es tiempo ya de admitirlo en el
Dice.
Coliche, m. fam. Eaile ó -fiesta ala
que sólo pueden acudir los amigos de
quien la da, sin ser por el formalmen-
te convidados. Admitido por primera
vez en el último Dice.
CoLiHU.iR, m. Sitio ó lugar abun-
dante en coühucs. Debe admitirse, lo
mismo que el siguiente.
CoLiHiTE, m. Planta indígena de
Chile, perteneciente á la familia de las
gramíneas. Es la chusqvea de los natu-
ralistas, «(iramas leñosas de tallo sóli-
do, lleno, frecuentes en Chile, llamadas
(jaita, coleu ó colihue. Hay muchas
especies. La quiladcYiúdí\iíi,chusi¡iiea
quila, y sobre todo, chasquea valdi-
viensis, es nmy ramosa y trepa en los
árboles hasta la altura de 30 y 40 pies;
hace el monte impenetrable; de coliírue
de la Araucania, chusquea coleu, los
Araucanos y Pehuenches hacen sus
lanzas». (Philippi). Debe admitirse en
el Dice.
COL,IL.iRG.-l (Ó larguicot.a), f. Da-
se este nombre, en las provincias ccti-
COL
COL
iralts de Chile, á varias espx-ieí de
]iujarillos insectívoras pertenecientes
al jréuero Sijnalhiris de los oruitólo-
«í'18. Eu la provincia de CLiloc se de-
signa con este niisnuí noiul|re otni
especie originaria de s<ila a<|ne!la re-
gión, i|uc lleva en <)rnitol(>gia el nom-
bre d.' Ki/riortlujrhijnehus D?smurii.
Es nn iMJarillo elegante, cnya cola
lleva du'i ]iluni;)s dos veces in;is largas
<|iie todo el cni,'r[)0. En el Dice, apa-
recon el raliiUinjo y el ratio de junco,
pAjaros uuiy parecidos ó iguales al
uuu-stro. Decídanlo los especialistas.
Colillero, ra, ni. y f. Persona
que recoge por calles, cafés, etc., las
colillas que tiran loi fumadores pam
utilizarse del tabaco que contienen.
Ad nítido en el último Dice.
CoLiX, a<Jj. Díeese del caballo que
tieuc p Ksi col i. AdiuitiJo por primera
vez. (;Y la terminación femenina?)
CüLtXDAXrE, adj. « Dicese de los
cam]>>9 ó edificios contiguos uno de
otn)». Asi lo define el Dice, pero n<TS-
utnM lo aplicunios también á [tei^^onas,
diciendo, por ejemplo, So>i rolindanle
ron Pablo, en el significado de que la
propie<lad, sitio ó finca (pie tengo,
liúda co I 1 1 de I'ablo. Creemos» que
por met jnimia jmede ¡lasar cílc modo
de hablar, que no se limita, por su-
puesto, al adj. roUiulfinle, sino que se
usa también (» i los verlwí lindar,
dtslindiir y otruj fwrecidos. Asi se usan
tunriié:i lo< verlx)» i/nenitii:tf é iiu-fn-
diurnf; por lo cual, tratándose de un
incendio, s • pp'gunta con toda natu-
ralidad: ,'(¿ii-en Kf> inreitiHó.' Y cuand I
en una reunión de personas se [)en;ilx;
olor de tni;><) (|neinadu, se pivgiinta
Uimbién: ¿Quien se quema.' Y «e con-
testa: S« inrendi't Fulano; Zulann xe
tjii'ina; y i\ó la caüi ó tjjki de amlx).''.
En este mismo sentido dijo Virgilio,
en el II libro de la Eneida: «.liim
pruxinius ardet Ucalegon:» ya arde ó
se incendia el vecino [de la casa ante-
rior] L'calegón.
Colindar, n. JIny usado en Chile,
cuando el Diri-. solo admite el adj.
folindan/e. Aunque no está ní;il for-
mado y bien podría pasar, sin embargo,
los que no quieran usarlo tienen en su
lugar á lindar y alindar, neutros tam-
bién: «estar contiguos dos territorios,
teiTcnos ó fincas», jiero u6 ii deslindar,
que es a. y signifiai: «señalar y dis-
tinguir los términos de un lugar,
provincia ó heredad»; en lo cual es
igual á la 1.» acep. de alin lar, que en
ella es también a. Otro sinónimo de
lindar es ron finar, n.: «lindar, estar
contiguo ó inmediato á oti-o un pueblo,
provincia ó reino». Limitar no puede
usarse en este sentido, ]X)r(pie no es n.
CoLlS.\, f. Se usa en Chile en dos
aceps. bien distintas: pan de forma
cualrangular, de miga suave y en ho-
jas como la hullulhi: fardo de [Kistii
aprensado y seco, de forma plana y
delgada, ó mejor dicho, fardo peque-
ño, que es :Hjmo la mitad del ordi-
nario, i)ero on la misma sujierficie.
; Vendrá este nombre del francés ro//,»,
calió, aijón, fardo: ó del castellano
ridisa, rpie eu Marina significa «plano
giratorio cu todas direcciones, (pie,
colocado en un buque ó batería, sirve
para (pie gire la cureña de un cañón?'»
No tenemos datos para asegurarlo; y
en cuanto á la admisión, ya (¡ue no
hay, según parece, con (jné leemiilazar
las (los aceps;, estamos por ella.
Colmataje, m. .\cción ó efecto de
COlmatar, ijue era: «rellenar una
hondonada haciendo pasar rejietidas
veces airua cai'gada de sustancias térro-
3i8
COL
COL
sas, que S3 va:i depositando en ella».
Ambos, s. y v., han sido suprimidos en
la 13." edición del Dice.
Colmo, m. Exceso, abundancia, lo
hacen significar algunos en España y
en América, cuando el Dice, sób dice
«complemento ó término de alguna
cosa»;' lo cual está mí? conforma cju
el significado del v. análogo, colmar, y
con la etimología latina c«m!</í«s. Una
cosa está colmada cuando su medida ó
capacidad esti llena; pero, si el conte-
nido es excesivo, entonces ya no se
dirá que está colmada ui que ha
llegado á su colmo, sino que está
reple/a, que rebosa ó rebalsa, que se
derrama, etc., según los casos. Pues
bien, si esta pasa en el sentido propio,
¿pDr qué en el fig. no habríamos de
seguir la misma lógica? Si se quiere
dar nombre á algo que en su línea es
excesivo ó demasiado, ó que sale de los
límites ó términos ordinarios, ^por
qué se ha de decir que eso es un col-
mo ó el colmo de tal cosa? Dí-
gase en hora buena que es lo sum') (de
la extra vag lucia, de la ridiculez ó de
lo que se quiera), que es excesivo, enor-
me ...por todo extremo, y entonces imi-
taremos á los buenos autores.
Colocólo, m. Monstruo fantástico
que el vulgo chileno ha heredado de
los araucanos. Se le da forma de lagar-
to ó de pez, se le supone procedente
del huevo pequeño ó degenerado de la
gallina (del gallo, según el mismo vul-
go) y se cree que, extrayendo desde un
lugar invisible la saliva del hombre, le
causa la muerte. Puede admitirse eu el
Dice. Para la etimología sépale que en
Catamarca se llama colcol un bulio
grande, que parece pronunciar esa voz,
y Febréj llama colicoli uu «gato man-
tés».— Colocólo se Uami también un
valiente cacique de Arauco en los
tiempos homéricos en que se desarrolla
la acción de La Araucana de Ercil'.a.
Colodión, m. Disolución eu éter
del residuo del algodón descompuesto
por el ácido nítrico. Se emplea como
aglutinante en cirugía y para la pi-epa-
ración de planchas fotográficas. Es voz
formada del griego -/.oW-cóS'/;;, pegajo-
so, y admitido p^r primera vez.
Colonato, m. Sistema de explota-
ción de las tierras por medio de colonos.
Admitido por primera vez.
Coloniaje, ni. Aun no está admi-
tido por el Dice, y dígase tiempo ó
época colonial, ó tiempo, época, gobier-
no, etc., de la colonia.
Colonizados, ra, adj. Que coloni-
za. Aplícase á persona y ú. t. c. s. m.
y f. Admitido en el Suplemento del
último Dice.
Color, f. Gr<isa derretida y prepa-
rada especialmente para condimentar
los guisos. Sin duda se le dio en Chile
este nombre por el color que tiene
(arrebolado ó rojo amarillento) y por-
que además colora ó da colorido á los
mismos guisos. El género femenino que
se da á color en este sentido parece
resto ó recuerdo del mismo que tenía
en tiempo de los clásicos, en los cuales
siempre se halla femenino para todos
sus significado^, menos el que estamos
estudiando, que es exclusivamente
chileno. Sólo en el siglo XVII (como
se puede probar con todos sus
autores) principia á usarse promis-
cuamente como f.y m.(V'éaseCalor).
Por lo demás, y ya que en castellano
no puede tener equivalente, pues la
color no se conoce en España, creemos
que este chilenismo tiene derecho á la
admisión.— Color crema, color
café. Véase Cab'é. Coma otra prueba
COL
COL
uo
más de que en ésu» no debe omitirse
la pn:p. ilf, recuérdese el refrán «lue
dice: «Se acalw el amor verdaderi\ t|uc
era de rotor <¡* rielo, y reina el (/*■ la jila-
t&,<|ne t )do lo avasalla». «Cu\*ntos de
tohr tU roM», es el titulo de un i-ono-
cidisimo y celebrado libro de Triiebsu —
Comer (n.) con color una cosa,
fr. íii'. y faiii. i-on 'iiie se da a eiiteiuler
que una cosa es muy difícil ó cuesta
muy caro. El oriireu de la fr. es la cx-
p.Tieticia que todos tenemos de (|ue
8ó1j los que poseen aljio pneden
materialmente romer con rotor. — El
último l)icc. admitió est<tó dos frases
figuradas: Pintor una com con ne;/ros
f'í'oríJ'.-considerarlamelancóliramente;
V IVr uní lie rotor de rosa tas rosas:
considerarlas de un modo haingiieño.
CoLOUAD>, DA, adj. Entre otras
acepc'onjs, fdiceae de lo impuro y des-
honesto que por via de chanza se suele
mezclar en his cmrersfirionfs». ,;Por
que sólo en las conversaciones? ;Xo
son tamliii'u colorados los pasajes
de alu'unos libro-, y coloradas y más
que coloradas, cic-rtiL< novelas ente-
ras? Porque pira estos usos reserva el
Dice, el adj. r^rdi-, (pie en una de sus
aceps. figuradas signilica: «libre, inmo-
desto, obsceno: aplica* á cuentos, es-
critos, p esias, etc.» — En otro acep. es
sinónimo de rojtt; p)r lo cual, sin es-
cnipnlo al/uno ]>ued*; decirse montit
rolonrl'i ó rnjn, irsfido rnloradn. etc. —
Ponersa <• plantarse uno en
las coloradas, se Ah-v en Chile fior-
mante!:er<; uno firme en una re-solu-
ci6 1, sin c-eder par ningún m )t¡vo.
Cor/JUAK, n. Dar de color ó teñir
algún i osa. — Coi.okkau, a. Dar, pre-
textar a'gi'ni motivo ó razón apirentc
p»r.i hícer una cos-.i poo justa. || lig.
C'ohoncitirla d<«pu<''S de hecha. || n.
Mostrar una cosa el color colorado que
en si tiene. || Tirará colorado. || Tomar
algunos frutos, como la cea^za, la guin-
da, el tomate, el pimiento, etc., el color
enramado de su maduR>z. (.\t\'p. nue-
va, sinónima de Pixtau y Tomar
coi-ok). — Colorir, a. Dar los colores
alo (pie artísticamente se pinta. || Fig.,
1.» y ¿."acep. del anterior. — Tales son
las difei-eiicias de esUis tres verbos.
Téngaa» adein:is ])resente que ro/ori> es
defectivo, pues sólo se conjuga en las
formasen que la termiiiiición principia
por I ó iiaiba en esta letra. «Ni todas
las terminaciones que principian por i
pueden usaive cuando esta i hace jiarte
de un diptongo; pues, aunque el oído
no ext raña nliolió, hIioIípsp, le chocarían
sin duilaaterló, ateriese». (Helio).
Para la Academia rotorir y í/rsrolorir
son regulares.
CuLOKKRA, f. Olla ó tiesto jKjíluerio
en que se guarda la rotor. El Dice, trae
//rasera, vivsi ja donde se echa la grasa ;
|)ero, como la rolor no es una simple
gra.s¡i, no corres]ionde exactamente esta
palabra á nuestra rí»/«/Y/7í. U. t. c. adj.:
Olla rotorera. Por la misma razón
que rolor, ñus parece que debe ser ad-
mitido.
Colorín, na, adj. y u. t. c. s.
Aplícase á la jx-TBona de pelo rubio
que tira á rojo. En castellano tenemos
para esto pelirrojo, juro, bermejo, y sus
derívalos herwjis'), bermejón, berme-
jiiut. Rnttirundo, que también significa
lo mismo, es de miis alto tono y algo
ar|n¡jotado.
Colpa, f. Del (|U¡chua rrorpa, te-
rnin. Metal en piedra. Es voz usada
en todas las regiones mineras de (jliile,
Argentina y Peni. El Dice, llama tam-
bié:i cotp:i el «colcilir i|uc como ma-
gistral se cniplea para beneficiar la
350
COL
COLL
plata en algunos procedimientos de
amalgamación». Por ser los dos tér-
minos de Minería y por cierta i'elación
que hay en su? significados, pu'ece que
no es extraño el uno del otro.
CoLQUicÁCEO, á.,aJj. Dícese de hier-
bas monocotiledóueas, perennes, con
raíz bulbosa, hojas radiciles, entera?
y envainadoras, flores radicales ó axi-
lares en bohirdo ó tallo, frutos casi
siempre capsulares, y semillas en gran
número con albumen cirnoso ó carti-
laginoso; como el cólquico, la cebadi-
lla y el eléboro blanco. U. t. c. s.
f. II f. pl. Familia de estas plantas. Es
término de Botánica admitido por
primera vez.
Coltrao ó coltrahue, m. Voz
araucanacon rj;ij se áei\g:ra,a\ niiivirr-
jo ó renacuajo. En araucano es coltrrau.
Coi,UDO, DA, adj. Si se trata de
animales cuadrúpedos, puede reemi)!u-
zarse por rabudo, dii; ó rnbilarf/o, ija:
que tiene lar^'o el rabo. Este último
adj. se aplica tatnbién á la persona que
trae las vestiduras tan largas, que le
arrastran. Sin embargo, bien puede
admitirse nuestro coludo, que es más
fam. y mis propio. Recuérdele que en
cistella:io hay muchísimos aljs. en
H h, para designar lo excesivo ó abul-
tado de alguna parte del cuei'po: (du-
do, barrüju lo, cabezudo, ¡eludo, pulu lo,
pelu lo, rentru lo, etc.
Coi,UMi>r.iR, a. y r. Collimpeo,
COlumpea, etj., dic^ aquí el vulg),
en vez d; columpio, cilumpia, etc.
Coluna, f. Trá'jlo todivíael Dice,
sin nota alguna de arcaísmo y como
igual á cihimia. Aquí no se atrevería
;i usarlo ninguna persona mediana-
mente educada, ni siquiera el rimador
m is ai^arado con una consonancia en
uia, que es c.ianti puede decirse. —
A CoLi MXA le agregó el último Dice,
estas dos aceps.: «serie ó pila de cosas
colocadas ordenadamente unas sobre
otras»; y en Física: «porción de flui-
do contenido en un cilindro vertical.»
— C'omrj locuciones de Arquitectura
definió la Cuhimnn einbelnda, la exen-
ta y la (jótka; y par último, admitió
también la columna verlebral: «espi-
nazo.»
Cor-LAU::), m. Agrególe el último
Dice, esta acep.: «depresión suave por
donde se puede pasar fácilmente de
un lado á otro de una sierra.» Pareci-
do á nuestro portezuelo. Véase esta
voz.
Collar, m. El últiuio Dice, le
agregó esta a^ep. de Mecáuici: «anillo
que abi'aza cualquiera pieza circular
de una má(|uina para sujetarla sin
impedirle girar». — Lo que nneslros
coc'.ieros y trabajadores llaman co-
llar cu las guarniciones de animales
caballares, es en castellano Jiorcnlc, ni.:
arreo de madera ó hierro, en forma de
herradura, que se pone á las caballe-
rías encima de la collera y al cual se
sujetan las cuerdas ó correas de tiro.
Horcajo, pirecido al anterior, es: hor-
ca de madera, (]ue se pone al pescuezo
de las muías para trabajar.
Collera, f. «C.jllar de cuero relle-
na de borra ó paja, que se p)ne al
curíUo á las caballería! ó á los bueyes
para que no les haga daño el horcate.»
Esto significa e;i castellano, y no par,
'juila, tiro ó tronco, según los caíos.
La frase cMera de yeijuis ó cabras es:
«cierto número de yeguas enlazailas
y amaestradas para la trilla». — Las
que Uainamoj colleras de camisa
son en castellano //émulos ó bolones.
Collerín, m. Dígase rollarin.- al-
zacuello de los eclesiásticos; sobrecue-
COM
COM
■x,i
IKi aii'io-co ij'.ie so iwue eii algunas
c.isicis.
Collerino, m. ''oUaríni: anillo
i|iie t-Tiniíia el fust*; de una columna
y recÜK' el capitel.
Coi.l.UUAV, m. t'nlli luai/ii olori/e-
rti, «le la fa'nilia il; l;is uuforljiáct'a*.
Arbínto oumn o;i nuestras provincias
c-'ntraleí, cuya Icñ» da un olor ¡urra-
d iblc al quemarse. (Philippi). Puede
adniitifse en el Hice.
CollO, l'a, adj. fani. Ve.uidj,
jiiésiiiiiffo y xejiiiv ilf no cicaparsc.
Part'ce participio dialect il del v. cojer
=:eol¡fi; i»ait. fw//'), cocido. Oyese uim
'jue otra vez en Chile.
CoiíADRAiiA, f. Hoc'.io ó acción pro-
pio de comadre en la 1." aoep. de este
vocablo. rs¡ilo Don Antonio de Solis
en sn poesía //enmi/roJilo:
LlaiiitUe la CJinadre^
Con penlún de su padre,
Pintiparvla imagen de su nbuplo.
Vumailradn ojnHÍn de tierra y dolo.
Bien puede pues aceptarlo el Dice.
roMADUKAii, u. 1 Chismear, mur-
murar». Aipii lo us:inios en buen sen-
tido, esta es, conversar entre si de
cosas ale:;^^, familiares, ó, cuando
ni:is, frivolas, jtersonas que se tienen el
ciriñi» y la contiauza de las comadres.
CoMAKRKo, m. .\ccii)U ó efecto de
c )mivlrear. Si hay romadmir y roma-
ilrrro, natural os (|ne liaya también
roinadreo, y por eso usamos n:)gotros
de esta pitlabra sin Chcnipulo alf^uno,
aunque no la veamos en el l)icc. Para
que ac vea lo al>undante que es el cas-
tellano en sustantivos en eo, ahí van
algunos, formados de sus res[x;ctivos
vcrljos : ii •(inen, mj injoneo, njflirn, ////>-
Ui), (ijuilfo, aneo, bailolfo, balanceo,
l/lnquei, homhnrilw, rof/neo, «líionen,
Ciiiitiuleu, careo, cencerreo, centelleo, cla-
moreo, cloqueo, contoneo, cuchicheo,
chancleteo, chacoloteo, chisporroteo, em-
pleo, escamoteo, floreo, gimoteo, ijolpeteo,
ijorjeo, laboreo, Unjrimeo, lloriqueo, ma-
nipuleo, mareo, meneo, palmoteo, pape-
leo, pa»eo, pataleo, pisoteo, prorrateo,
raxijtieo, recreo, regateo, regodeo, repi-
queteo, revoloteo, rodeo, salteo, sermo-
neo, solfeo, sorteo, tableo, tambaleo,
tanteo, tijereteo, tiroteo, titubeo, trapi-
cheo, traqueo, traqueteo, vapuleo, vera-
neo, zanuirreo, zangoloteo, zangoteo.
COMADiiKUÍA, f. Acción propia de
persona comadrera, que es !a holgaza-
na que anda buscando conversaciones
por las cas:is. I', en Chile, jHjro más
en pl., y bien puede admitirse en el
Dice.
CoMAüHoxA, f. Ú.sase en Chile en
el mismo significado (pero aplicado
á mujer) (jue el Dice, da á comadrón.
Sin emkirgo, el positivo comadre sig-
nifica por si solo partera ó matrona.
CojiAXDA.NXK, lu. El quc manda un
buque de guerra. Acep. agregada por
el lilliino Dice.
Co.Mlil.NAfiüX, f. Cada uno de los
grupos que se pueden formar con letras
en todo (i en parte diferentes, pero cu
igual mimcro; v. gr.: abe, abd, efg.
Acep. de Algebra admitida ]i(ir prime-
ra vez en el Dice.
CoMi!lXADOR,UA,adj.<íiie(onil)inii.
Falta en el Dice.
CüMiiiXAU, a. l'na de las aceps.
generales que tenia: «comparar, cotejar
una cosa con otra, examinando las
varias relaciones (pie tienen eiiti-e si»,
fué suprimida en el último Dice, el
cual agregó esta otra de Química:
«unir dos ó niiis cuerpos en deterini-
nadius proporciones pam formar un
coinpueito cuyas propiedades a-an dis-
352
COM
COM
tintas de las ile sus componentes. U.
t. c. r.»
Combo, ni. Tres aecps. tiene en
Chile y que son desconocidas para el
Dice. Entre mineros se usa por almá-
dana, almádena ó almádina, esto es:
mazo de hierro con mango largo para
romper piedras. — • Entre herreros es
macho ó mnzn: martillo grande para for-
jar el hierro. En estas dos aceps.se usa
también en Catamarca. — Por fin, se
toma en Chile i>ov puñete ó puñetazo,
trompada ó trompis, por imitación del
golpe recio que se da con el combo,
es decir, el efecto por la causa. En
castellano no hay más comho que el
«tronco ó piedra grande sobre que se
asientan las cubas, así para preservar-
las de la humedad, como para usar can
más comodidad de los canilleros por
donde se saca el vino».
CoMiiRETÁCEO, A, adj. Dícese de
árboles ó arbustos dicotiledóneos, con
hojas alternas ú opuestas, sin estípulas,
flores axilares ó terminales en espiga,
y por frutos drupas con semillas soli-
tarias; como el mirobalano y el júcaro.
Ú. t. c. s. f. II f. pl. Familia de estas
plantas. Termino de Botánica admiti-
do por primera vez.
CoMBURENTK, adj. y 11. t. c. s. ra.
Que hace entrar en combustión, que la
activa. Es término de Física, del latín
romburens, tis, admitido por primera
vez en el Dice.
Combustibilidad, f. Calidad de
combustible. Admitido por primera
vez.
Combustión, f. Añadióle el último
Dice, esta acep. de Química: «combi-
nación de un cuerpo combustible con
otro comburente»; y á la loe. Combus-
tión espontánea, esta acep. de Medicina:
«la que se produce en las partes grasas
del cuerpo humano por el uso conti-
nuado y excesivo de las bebidas alco-
hólicas».
Comear, a. Poner comas á los perio-
dos escritos y, figuradamente, también
á los hablados. Es v. bien formado y
necesario, que convetidría admitir. Úsa-
lo, entre otros, Pereda en sus Esbozos
1/ rasguños: «Traíase ahora de un
embustero, que un día y otro día le
abruma á usted con narraciones auto-
biográficas, sin principio ni fin, como
la eternidad de Dios; pero muy pun-
teadas, muy comeadas y con más
espacios que un libro de malos versos».
(La intolerancia). El v. genérico que
para esto da el Dice, espiíntuar: «po-
ner en la escritura los signos ortográ-
ficos necesarios para distinguir el valor
prosódico de las palabras, y el sentido
de las oraciones y de cada uno de sus
miembros».
Comedia, f. «Suceso de la vida real,
capaz de interesar y de mover á risa»,
es la acep. fig. que le da el Dice. ; pero
el uso la ha ampliado más, haciendo á
comedia, en esta misma acep., sinónimo
de «farsa, hipocresía, engaño». Asi
Caballero en su Dice, de modismos.
Comedirse, r. Volvamos por los fue-
ros de este v., tan usado en Chile y en
casi toda la América Latina, aunque en
algunas partes, como Colombia y Cen-
tro-AmériC;i, le agregan una a prosté-
tica (acomedirse). Es tan expresivo
y necesario en el trato social, que no
sabríamos con qué otro reemplazarlo;
y, por otra parte, está tan arraigado en
nuestro lenguaje, que sería imposible
extirparlo ó hacerlo caer en olvido. Y
todo ello ¿por qué.' cuando podemos
probar con abundancia de autoridades
que es enteramente castizo y que la
acep. que aquí le damos nos viuo de
COM
COM
353
Espiíña en el sijílo du oro de su litera-
tura, por in:is qne los l>iw.í!. hayan
huello <Ie ella luuientable oniisiúii:
incnos C'ovarrubias, <jne en su J'e.inro
(¡tesoro al cilto!) detini) nuostni acep.
«Antii-ijMirse á liaoT ul^jún servieio ó
cortesía sin (jiie se lo ailvieitan ó pi-
dan:» auni|ue <á veces, agre^jarenios
i-on Cuervo, no expresa anticifwciiiii
sino mera proniitnd en eom placer o.
W.mse ahora ali^unas aiitorida les, y
despnt"S de leerlas, dipise si tenemos ó
n'i ruón p.ini ilofender este v. «Tam-
bién iuül<i(|uitalia [el Iwnete] él á mi;
mas, de cnaiitiis ve.-es yo se lo qiiitab:i
jirimero, no fuera malo com/'/irsi' él
alguna y gaiinnne por la mano I^e
vi en disposición, si acababa [su pan]
untes (jue yo. xe comnlirin á ayudarme
á lo que me quedase, y con esto acaba-
mos ftisi :i una», (ilendozi». Lazarillo
de Tormes).
Y pn« ol enemigo u comiJt
A tratar de conrierto y nuevo ine'lio...
(Ijrcilhi, .Iraucana, c. XVI).
I' ito <le ellos le comiiUt
(': pira ti DO pi'les,
C,M reto en tas erarios.
(Queve<lo, Mura g.').
Qne porqnc sa traidor no desespere,
A llamarle sa amigo $t comiJe,
(Id.. .V««i9.').
Tal mi cjntenti impide
Elía penriiía y tan prolija au.ieocia.
gnc nunca /cc-'/ifii'/e
A aliviar su dolencia.
(Cervantes, Gaintea).
Li>« cnntrapucittift \'ient08 m coiiñilvft
A complacer la l)clla rogadora
V cim nn aolo aliento la mar mielen.
(Id., Viaje ni Puma Au).
Y en pmcba de su crueldad
A da I te no w cnmiile
El KM^.rr.. ün-ifn-'.)
rvl i- ' " l.ado
gu. , ta pide.
(Tlr... / «I/, III. II)
En his Diálogos de Juan de Luna tam-
bién leemos: — «¿Quién reparte? — En
la casa de los irr.indes, el maestivsala;
un las otras, la ama de c:v<a, ó el tjuc
xf fomiile á ello». Y en el Quijole de
Avellanwla (cap. XX.KIV): «Por una
parte, si no les ponéis treinta agujetas
[:l unos zaragüelles ó calzones], se os
caen jMir los lados: y por otni, si les
¡xinéis todas las que ellos piden, no se
romiKliráu :í cierse en una necesidad si
no l:ts dcs;ttáis de una en una». ¿Se
«laiere todavía una autoridad más
antigua.' Del siglo XIV tenemos la
siguiente, del Arcipreste de Hita, es-
trofa 1341! de la edición de Ducamin:
Di'xol dofla Oaroi;»: "¿envióte el li mí? —
Dí.\ole: -'non. señora, mas yo me lo cometli;
Por el bien que me fecistes en cnanto vos
[scrvf.
De.'spucs de todo esto ¿qué duda puede
quedar de que nosotros, al usar el v.
comed ir se en la acep. indicada, no lia-
cemos sino conservar las tradiciones de
los clíisicos? Quien las ha olvidado en
este caso es la Academia, (piu imnca
ha acogido esta precio.sa y castiza acep.
Qniziisse nosobjeUirá con que el signi-
ficado fundamental del v. es nuiy dis-
tinto, ¡wrque, como compuesto (pie es
de medir, signiticii figuradamente « mo-
derarse, contenerse o, esto es. mantener-
se dentro de la medida ó reglas de la
buena educación. Convenido, diremos
por nuestra parte, y eso preci-samentc,
pero con m:is atención y prontitud, es
lo que hace el comedido: ofrecerse
esjwntáneamente á prestar un servicio
cuanrlo la buena educación se lo pide;
por eso rorlis, átenlo, srrririal, oficioso,
no bastan para reemplazar Acomedido.
El que se desmideó extralimita de esiw
re.das, ü': llaniu sencillamente intruso
3U
354
COM
COM
ó enti'oinetiJo; el (\i\e no las cumplo
por düjadcz, pereza ó mala voluntad,
descomedido. Por conrsiguieiite, recla-
mos tandjióu pava comedido y descotnc-
dido, comedimiento y dcscomediimcnto,
comedidame;i'e y descomedidamente, en
nombre de boda la América que habla
el castellano, los siguifiwiilos correla-
tivos con comedirse. Resiwcto de este
V. no nos ba-sta p.ira reenipiazailo el
brindarse que hallamas en el Dice:
«ofrecerse voluntariamente ;'i ejecutar
ó hacjr alguna cosa;» porque brindarse
no tiene la cortesía y gentileza de
comedirse; brindarse es más genérico
y frío, y es muchas vecei para una
acción lejana ó remota, mientras que
comedirse es siempre para algo inme-
diato y próximo. Convidarse («ofrecer-
se voluntariamente j¡ara alguna cosa»)
es también frío y remoto, comparado
con comedirse.
COJIEJOXERA, f. Lugar domle se
cria comején. || fig. y fam., en Vene-
zuela: paraje donde se reúnen gentes
de mal vivir. Admitido por primera
vez.
C'OMEXDAUOH, m. Agregósele la si-
guiente acep.: «el que en las órdenes
de distinción tiene dignidad superior
á la de caballero é inferior :i la de
gran cruzT>.
CoMKXDADORA, f. Recibióc.íta nueva
pero en realidad vieja acep.: «religiosa
de ciertos coriventos de las antiguas
órdenes militares. Z«s comendadoras
de 8antiaijoy>.
CoMiiNSALA, f. Para la claridad y
la lógica del idioma convendría que se
admitiera, porque es malsonante decir
la comensal, como habría que ha-
cerlo, ya que el Dice, no admite sino
i'i comensal con género común. Si ya
tenemos colegiala, coronela, qoncraln.
luariscala, oficiala, Jlarciala, Pascuala,
y con el feminisuo pronto habrá tam-
bién fisccda, corresponsala, etc., ¿por
qué no hemos de tener también comen-
sala? La rival sería excepción á esta
regla. — Es nrgentc reformar la defini-
ción de comensal, porque no solo es
«pe".--ona que vive á la mesa y expiensas
de oUm, cu cuya casa habita como
familiar ó dependiente», sino también
toda ijersona que come en la mesa de
otra, aunque sea una sola vez, pero en
comida extraordinaria ó banquete, y
aunque no viva en casa de ella. Así
decimos todos los días: «Hubo en el
banquete ó en la comida tal veinte
comenscdesB. — Qvc&moí, que ya deben
pasar al número de las anticuadas las
formas conmensal y conmensa-
lía que todavía registra el Dice.
CoMKNTAR, a. Diósele esta nueva
acep., reclamada ya por el uso: «fam.
Hacer comentarios» ; recibiéndola tam-
bién el s. CüMENTARro: «pl. fam.
Conversación detenida sobre personas
ó sucesos de la vida ordinaria, por lo
común con algo de murmuración».
Gomentariar, a. r)asta y sobra
con coincnlar: «fam., hacer comenta-
rios». No se ve qué más pueda agi'e-
garlc el largo comentarlar, por
más que lo haya usado Zorrilla y qui-
zás algún otro que no puede propo-
nerse como modelo de lenguaje.
Hicieron alto los otros
Teuiien^lo emboscada próxima,
Comentariando las causas
De tan extraña maniobra.
(El (kmfio del .¡labio).
CuiíEXTARisTA, cora. «Persona que
escriba comentarios». Neologismo ad-
mitido en el Apéndice del último Dice.
Este es el verdadero significado y nó
COM
COM
el <|ne le da Vallmcii:» en el siiruieiite
]ia5iije: < Volviéronse ii formar los
iiiUnios grupos de comentaristas
en el vestíbulo luego que terniinó el
acto tercero». ( Ai/iia lurhm, IV). Este
uso no es correcto y mejor liabriti ve-
nido en este ca?o romeii/iitlor ([«rsona
tjue comenta), jwnjne roinenltinxlfi es,
como lo dice el léxico oficiid, el ()iie
e»rribe comentarios. )Iuclio inij>oi't:i
•jiie huya alguna diferi'rn-ia entre ain-
ll!lS VíKIJS.
COMKR, a. Xo nos explicantos \\ov
(|UC el Dice, le ha suprimido ¡i este v.
la acep. tan antigua como clásici» de-
omitir en la pronunciación, lectui'a ó
escritura algunas letras, sílabas, ]mla-
bnis \ auti frases ó renglones enteros.
Kien ix>driamos citar autoridades como
las de Cervantes, .St-a. Teres i, el Padre
IjU-Pucnte y otr.is de primera cla-e,
sin co:itar con los escritores modernos,
que abundan cu lo mismo; pero lo
mejor ser.i Intccr hablar al Dice, de
.\ntonilades: «CoMKR. .Significa tam-
bién hablar confnsamentc y sin pro-
nunciar algunas silabas: y así se dice,
Este «« eonii> las pidabras». En seguida
un:i cita de la Viiln ¡M Gnin Titrañ),
de Quevedo: «^laudüronino leer el
jiriuier nominativo ;i los otros, y er.i
de manera mi Iminbro, que nic des-nyu-
né con la mitad de las razone^, comién-
iloniflit»». En sns últimos Dices, lia
<Iarlo cabida la .\cadeniia ¡t la fr. fig.
y fam. ('onirigf uno l(i.i ¡>a¡iihnis (omi-
tir algunas al escribir ó hablar, por
de.scuiiIo, ofiis«i<;i()n ó torpeza); |iero
c<jn ello no remedia la acep. nniclio
nirls gcnéricsi (pie le ntiniú al v. riiitpr.
EsjKTeuios pnes su einiiieiiilü. — fomir
una como un HulmTióii (comer nuiclio y
con ansia), c» fr. lig. y fam., castiza
y ad.niitida, iiii'- \M<'it<\v<<^ usamos m;is
en grado comparativo: romer tmis <¡iie
un siibailón. — Lo i¿uf no /uix ile ro-
iiifi; déjalo cocer: refrán que advierte
que no es discivto inmiscuiífe en
asuntos ajenos, y agregado en el últi-
mo Dice.
CoMKKciAi!. 11. Comerceo, co-
mercean, etc., dice aquí el pueblo
por cinncirio, comercMii, etc.
Comercio, m. Usado ]>or tienda,
almacén ó cosa semejante, por miis (juc
se Ufe en el mismo Madrid, no lo ad-
mite el Dice, y alegrcmoiuis por ello.
Si se (]uicre nn nombre abstracto, ahí
está nei/ocio, que expresa toda la idea
y es legitimo y corriente. — La acep.
cs|iOcial (jue tiei.e esta voz en las ciu-
d.ides y pueblos grandes, de-paraje en
que estiin en nuLs abundancia las tien-
das, altnaccues y deiniis casiíS de co-
ni'jicio, no est-V bien definida en el
Dice, pues dice solamente: «paraje
m;is concurrido de las gentes en los
pueblos gi-andes»; lo cual j)odria apli-
eirse á un pisco, ¡i una jilaza. á una
esüición, y hasta á un lialiieario, ¡i
una iglesia, etc.
CoMET.x, m. fig. y fam. Pei-sona que,
á semejaiiz i de los cometa.s, aparece
muy de tarde en tarde en un lugar;
como el colegial en su colegio. Tiene
algún uso en Chile y bien puede admi-
tirse.
CometimientO, m. .\eto de co-
meter lina diligencia judicial. A.sí se
usa en el foro chileno; y al parecer, sin
razón suficiente, ixjhjuc con comisión,
(pie significa «acición de cometer» en
todas las acejis. de este verbo, basta y
s<jbra para el caso. — líl Dice, admite
á CometimientO, pero sólo como
anticuado y en el significado de neo-
mclimicnlii, porque cumelrr significi»
tiinibicn en lo antiguo acmiitlrr.
356
COM
COM
Comicidad, f. Calidad de cómico.
No merece admitirse por lo disonante
que es, y no tiene tampoco autoridades
que lo amparen.
Comilitón, m. Ya es tiempo de
que se le dó por anticuado, quedando
vigente únicamente conmiUlón, que es
el que usa la gente educada, ya que
no es voz que pueda llegar hasta el
pueblo. El único significado que le da
el Dice, es: «soldado compañero de
otro en la guerra;» por consiguiente,
no es sinónimo de correJif/ionario, como
lo usan aquí algunos; á no ser que se
trate de una metáfora continuada ó
alegoría, en que se hable de guerra ó
batalla, armas, jefes, etc.
Comilona, (admitido solamente eu
el último Dice), ó comilitona, f.
fam. (comida, cena ó merienda en
que hay mucha abundancia y diversi-
dad de manjares) no debe confundirse
con COJIISTRA.JO, m. fam. ( mezcla
irrcgulai- y extravagante de manjares).
Cominillo, m. fig. y fam. Muy
arraigado está en Chile en el significa-
do fig. de rescoldo («escozor, recelo, es-
crúpulo») y mejor aún reconcomio («re-
celo ó sospecha que iucita ó mueve
interiormente»). En castellano, romi-
nulo sólo significa /o//a, que es una gra-
ma muy parecida al vallico. — Vulgar-
mente se llama también cominillo en
Chile el licor llamado en alemán //«VZ-^ff.
Comiquear, n. fam. Ejercer la
profesión de cómico. Es v. nsado por
D. Ramón de la Cruz y que bien pue-
de admitirse, á lo menos con la nota
de familiar.
Pablo. ,;Ci'n que U'l. no ht ojiiih/ncailo
Tüi!avíiiy
LOKEXZO. Ni) por cierto:
Sólo en f auciones caseras.
(Nííi'.írfív ¡)¡r,l¡los. Lu .UcíunaUlu).
Comiquería, f. Sistema ó forma de
educación que tiene mucho de cómico.
Úsalo Valbuena y bien puede admitir-
se como voz fam., ya que no hay otra
que exprese la misma idea. «Yo varias
veces he oído que en la América espa-
ñola se conserva mucho el antiguo
trato español, franco y noble, la afa-
bilidad cristiana de nuestros abuelos
[¡gracias por la alabanza!] llevada
allí por los que fueron á conquistar y
á civilizar aquellas regiones salvajes;
mientras que acá nos hemos contagia-
do mucho de la comiqmn'a francesa, y
no poco del frío y estúpido formalismo
de los ingleses». fAffucc turbia, X).
Comisar ó decomisar, a. Declarar
que una cosa ha caído en comiso.
Comisión, f. Combate de dos
cometa-s (en chileno, volantines)
entre sí, ó de varias contra nna, sobre
todo cuando ésta es más grande, como
bola, pavo. Lástima es quo estos
juegos, que podían considerarse entre
nosotros como nacionales, vayan de.s-
apareciendo para dejar el campo á
oti'os muy inferiores ó á entretenimien-
tos que dan al traste con la moralidad,
con la enei'gía y demás cualidades de
raza. El vocablo comisión parece
formado de colkión (choque de dos
cuerpos; rozadura ó herida hecha á
consecuencia de ludir y rozarse una
cosa con otra) ó de con mis fian ó con-
mij-lión (mezcla de cosas diversas). —
Tambicu se llama aquí malamente
comisión al corretaje: «premio y
e-itipsndio que logra el corredor por su
diligencia». Si se quiere usar de otros
términos más generales (y así tendrá
que hacerse para otras comisiones
comerciales), ya que rorreliijc significa
taiubiéu la diligencia misma del corre-
dor, dígase emolumrntos, derechos, rs-
COM
COM
3-.-
ti/i-n'ii ', (R.ri> eli llüiiilli c;t*i> C01HÍ-
Sión, f| lie si^niticíi co&is muy divergís.
Veit luj' (imiv jMKX) asido, advierte el
Dice.) sijrnilie.» tuinliiéii «pi^.i dad.» á
uno por el tnilwjo de veii-ler los iróne-
ros que se le encoiiiiendaii». ímí diriva
de los aiitkuados venda j vendida,
<jue hoy csUn reeiiiiilitzados por venia.
CoJii!-o ó DKCOjii-0. ni.
('OJIITÉ, in. Ya es tieiujKj d'' admi-
tir este neologismo, corriente en to<las
part«s en el ien;ru:>je pilitic»), y aun(|ue
tan malí ntra le hayan puesto algunos
pnriátas. Pensar <|ue ¡uiwh» snstituií'se
por sos cipiivalentes castellanos /M/(/rt,
romisióu, ilirfclorio, tlirerrióii, corpora-
ción, es punto menos que imposihle.
Kl voc.ililopriicededel in¡;\csconiiiiiHee
y dtsiirna la junt^i directiva de un par-
tido en cnaltjuicra loc;didad.
Como. adv. TnitátidcFC de los días
del me-', uo delie pre«rnntarso: ¿Á CÓ-
mo estamos? sino: ,•.•! mantos eala-
mos? Como indica modo, conipara-
eión, etc., (en latín quo mulo, de qué
modo) pero nó ciutidad. — Por la
misma r.izán no deheria det'irsc: ,•.4
cómo se vende, se arrieniln ó sí alquila
esto? sino A'/» rninto; porque manto es
el a.lj. q'ie si;;ni(ii:a e;iiit¡lad iu<leter-
minaíla. ¿Gómo se vende esto?
debería sii^nifií-ar el modo de hacerse
la Venta, [Mr ej., al fiado, ai contado;
por libras, por metros, etc. Caballero
admite como familiares en su Dice,
de ModÍKín'» estoí dos moa: ,'A cómo
estamox.' y ,-,4 cómo nmlii tal cojun.' y
el Dice, de la Acidemi.i tnie también
como ejeini>lo, en el v. .Skk, acep. de
valer: «,',1 rmo en lo (|ue Rc vende?»
á pesar de qne ni en lu Gramático ni
en «11 re.^iKclivo articulo se dio :i Como
esta a'x'p. En rigor, uo delitria admi-
tirse en ai.4olliiuo, [Kir ser contra lu
naturaleza del vocablo; jK'rü el uso ha
heclio que el romo sea siiKinimo de
cuiinlo no sólo en las exclanmcioues,
sino Uimbién en las compunciones en
que se contrapone á tanto; por ejemplo:
Canción, si tanto <le primor tuvieras
Como tienes «le amor, jo me obligara
Que nadie |)or grosera te dejara.
(Valbuena, Sujlo ítt ofu).
En vista de esto, admitimos pues el
cómo, jjero precedido de á, para signi-
ficar precio; pero nó para preguntar
la fecha del mes, porque en este aiso
ya uo se le hace sinónimo de cuánto
iudeterminado, sino de cuántos, pl. —
Censunin algunos, y con razón, la
expix'sión Como por ejemplo,
porque est:i ile má.s ó el romo ó el por
ejemplo. Signiliamdo ambos lo mismo,
no tienen paní qné acnniularse pleo-
násticarnente. — ( orno ser es también
criticailo por alguien en este mismo
significado; pero 110 hay motivo para
ello, por no haixir la misuia redun-
dancia, y porque, además, es expresión
usíida pr)r todos los buenos escritores.
— VÓL-io L'xo.
Como quiera, loe. adverbial.
«La .\cademia escrite separadamente
los dos elementos, conforme á un uso
que puede decirse general; pero sería
de desearse C|ue se uniformase la orto-
grafía de estos couqiuestos, escribién-
dolos todos en una sola palabra, como
cualquiera, domlequiora , tloquiera •»
(Cuervo), y quienquiera y siquiera,
agregaremos nosotros. Efectivamente,
gana con esto la higica del idioma, y
además se conforma la ortografía con
el uso latino: qunmmliirumqtte. quililiel,
quirumi/ue. qniris; fuera de qne tam-
bién resijlta m¡tó la claridad, poniue
romo quiera, escrito asi aparte, se re-
COM
COM
servaría para el caso en que forme
verdadera proposición: Como quiera
Ud.
Compaginador. Sólo lo acepta como
m. el Dice, siendo que ya en muclias
imprentas hay también compaginado-
ras, tan capaces como los hombres, ó
quizás más. Y, sin ir mis lejos, quien
ha compaginado estos pliegos, es una
hija de Eva, una roinpaf/inadora.
Compaña, f. Anticuado; ¡icro
«úsase hoy en algunas partes», dice el
Dice, en la acep. de «compañía». En
algunas partes de Chile lo usa también
el vulgo.
CoiiPARECER, n. Téngase presente
que sólo 83 término forense y por con-
siguiente uo debe emplearse en el sig-
nificado general de-presentarse, acudir,
venir. Siempre que uno comparece, es
«en virtud de llamamiento ó iutimaeión
que se le ha hecho, ó para mostrarse
parte en algún negocio».
Comparecimiento, m. Dígase
rompareeencia: uacto de comparecer ó
presentarse una persona aute el juez ó
superior, en cumplimijnto de orden
que se le ha dado;» ó también compa-
rición, que ade:ná3 significa: «auto del
JLiL'z ó superior, dado por escrito,
mandando [;cáspita con el gerun-
dio!] á alguno comparecer».
Comparendo, m. Sólo significa
«despacho en que el supjrior ó juez
cita á algún subdito, mandándole
orapirecir». Así quj, ui es lo misiuj
que comparecencia ó comparición, co!üo
lo usan en Ciile. — Nuestro pueblo
tiene también otro comparendo
más especial, y es la entrevista ó con-
ferencia más ó menos reñida que tiene
una persona con otra. «Me acuso. Padre,
que tuve un comparendo con mi
suegra».
Compartimento, m. Comparii-
miento ó tlcpartamrnlo.
Compás, m. Recibió en el último
Dice, lassiguientesaceps. : «En Marina :
brájula; ósea: instrumento que se usa
á bordo, compuesto de una caja redon-
da de bronce en la que se hallan dos
círculos concéntricos: el interior es de
cartón ó talco; está puesto en equilibrio
sobre una púa, y tiene la rosa náutica;
lleva adherida á su línea norte-sur
una barrita ó flecha imanada, la cual,
arrastrando en su movimiento la rosa,
marca el rumbo de la nave, por com-
paración con el otro círculo exterior
circuuscrito, que está fijo y lleva indi-
cada la quilla del buqu,;. || En Música
(fuera de las trc, que ya tenia): ritmo
ó cadencia de una pieza musical».
Agregáronse también, con sus respec-
tivas definiciones, el compcU de cali-
bres, de cinco por ocho, de cuadrante,
de doce por ocho, de dos por cuatro, de
espera, de espesores, ó de gruesos, de
nueve por ocho, de seis por ocho, de tres
por cu'itro, de vara, ternario.
CoMPASióx, f. Censura OrLúzar, sin
alegar razón alguna, las frases Sir una
compasióny Estar hecho unacompasión,
tan usadas familiarmente entre nos-
otros. No hay motivo para tal censura,
porque no hay cu este ca^o sino una
simple sinécdoque, pues se toma el
nombre abstracto por el concreto, esto
es, compasión por cosa, objeto ó perso-
na (jue din ó in-ipiran compiuón. Y
así leemos en el Quijote: « En el monte,
respondió el hallador, le vi esta maña-
na sin albarda y sin aparej.) alguno, y
tan ñaco (\x\e.era una compasión iniss-
rablc.Con una al parecer chinela le
comenzó á dar tantos azotes, que era
una compasión^. En todo esto vamos
en la buena compañía de Cuervo.
COM
COM
Comi)elir, a. Auticmido: ahon»
silo so iisi mnijiflfr, al cual Imn ¡ii)i-
totlo en la forma los(lcin:iscon)|iiicst(is
del ¡¿llfre latiuo: exfirlrr, iiiij>elei\
rejifler.
CoMPKXiHAn, ó roMiM:si)i7.Ai!, a.
CoMPKTKU y roMPfmit. u. Xo fal-
U\n (|u¡encs eoiifniíilaii estos verinis,
porque i<;iioran sii «iiijiitraeióii y su
8Ígiiitie:ulo. f 'omfetfi- es impersonal,
poríjiie silo 8J conjuga en las terceras
pc'r*nias,y s¡i:nitÍK»: «pertenecer, tocar
ó incnniljír á uno al<;uiia cosa». lüu su
ooi)ja<;aciún es regular: coiiifelf, roin-
jiflút, f'íiupeliá, etc. — I. 'uin/ietir es per-
sonal é irre*.'iilar en su conjugación:
compilo, fom/u'li, rom}>f(in; rompilii,
cíe, y signitici: «contender dos ó más
personas entre si, aspiranilo un.ts y
otras cun empeño á una misma co-
sa. II l¡;ualar una cosa á otra análoga,
en la perfección ó en las propiedades».
Ambos !ir)n formas diverguntc-s de hr
misma miz latina rum /¿/fie, y anti-
guamente llegaron á cjnfundirse, usiin-
dofe aunjielii- por roiiipeleí; acep. fjue
el Dice, reconoce como anticuada.
C011PII.AK ó coi'ii.An, a. Esta últi-
ma furnia se tomó para el compuesto
recopilar.
Complejo, .i.i, ó complexo, xa, adj.
f>I)Ucstoá siini>le ó sencillo. En general
los c<|U¡|)ara el I)ic<-.: |)ero ])ara núme-
ro rom/'lejn y múutilo romjilexo los
distinguí-.
Complementar, a. Dar compk-
m'-nto, t«-niiiiio «i |N-ifcccii)n ú una
cosa. Es V. liieii formado, sonoro en su
iuñnilivo, pero d<-s:ipacihle en las de-
más inflexiona. Tiene algiin uso, paro
no merece todavía admitirse. Usido,
entre «itros. I). Miguel Antonio Caro,
adminilile trarluctor de Virgilio. «Para
des'-nvolver aipiel iien''iim lento, liuW)
de complementarlo con los re-
cursos de una ciencia variada y
amena . . . Frases cuyo si iitido se com-
plementa, se amplia, se espiritua-
liza».
CüMPLEMENTAUlO (CaSO). Xo lo
ha accjitado la .\«idemia en el signi-
ficado que le da Ikllo, de «forma que
toman los nombres declinaliles en cier-
tas es|)ecies de complementos». Como
lo probj el ilustre gramático, no hay
en c:»stellano otras palabras declinables
ipie los pronombres personales //o, 1 11,
el, con sus respectivos plurales «oso//-os,
rosolroí>, ellos, y el reflejo se. Por con-
siguiente, éstas son las únicas que tie-
nen raxos, y estos casos han de variar,
s'.gún que formen por sí solos un
complemento, y entonces se llaman
casos complementarios, ó simplemente
cmnplemenlarios, ó según que sirvan
de término de un complemento, y en-
tonces el caso se llama caso lerminal,
ó simplemente lerminal. Asi el pro-
nombre yo se declina:
Nominativo, yo.
Comploiucntario acUí^ativn, mt.
Coniplemcntaiio dativo. me.
Terminal, rrii.
Xo hay duda de que esta nomenclatu-
ra es mu'^lio más exacta que la de la
Aciuleinia, y ojalá algún día llegue á
aceptarse.
Co.mi'M:iik.vt() oudixaiíio. Xo ns:»n
1(« gramáticos españoles est;i cómoda
y necesaria denominación y sólo divi-
den el complemeiilo en directo é indi-
recto, incluyendo en el indirecto el que
nosotros llamamos ordinario. Así lo
dice expresamente la (Jramátiai de la
.\cademia: «Cualquier otro comple-
mei:to de oración que repugne este
cambio [la cinversión en sujeto de
oCO
COM
COM
ovación pasiva] y lleve la preposición
á, como sucede en Voi/ á Madrid, Ca-
mino á caballo, será indirecto. ..Las
demás preposiciones con, en, entre, sin,
etc., indican siempre complementos
indirectos». Siendo tan distintas las
relaciones expresadas por el dativo y
por el ablativo, es más natural y clara,
y al mismo tiempo más lógica, la divi-
sión de complementos que hacemos en
Chile. Aquí llamamos indirecío al que
recibe indirectamente la acción del
verbo, ya sea él un complementario
dativo, ya sea un complemento con á,
pero que si'^niíica daño ó provecho, es
decir, el dativo latino. «.Te entregué el
libro; Entregué el libro á su dueño».
Ordinario llamamos el complemento
que no es directo ni indirecto; por
consiguiente, todas las relaciones de
procedencia, situación, modo, tiempo,
instrumento, materia, etc., que se ex-
presan con el ablativo; las de posesión
ó pertenencia que se expresan con el
genitivo; las de lugar á donde, que en
latín se e.xpresau con acusativo y pre-
posición tácita ó expresa; y aun las
relaciones de daño ó provecho que lle-
van la preposición jüam,-. V. gr.: «Te
traigo el Whvo para tu hija».
CoiiPLETAJíEXTE, adv. de modo.
Significa «cumplidamente, sin que nada
falte», y nó enteramente, totalmente,
por entero.
Completo, ta, adj. Con un rótulo
de letras bien grandes puesto al frente
de los tranvías eléctricos anuncia aquí
la Compañía que el carro va lleno, y
por consiguiente, no puede admitir
más pasajeros. Pero ojalá dijera lleno,
que es lo propio y correcto; pero dice
desgraciadamente completo, que
sólo significa «cabal, perfecto». Si se
quisiera expresar que al cai'ro no le
falta pieza alguna y que está entera-
mente apto para el servicio, est:iria
nuiy bien el completo; pero, cuando es
otra la idea, otra debe sur también la
palabra. Y á tanto ha llegado el mal
uso de este completo, que todos los
empleados de la misma Compañía lo
han completado ó rematado haciéndolo
s. Quitael completo, Po/í el com-
pleto.— De la misma definición de
completo, que hemos copiado del Dice,
se deduce que la loe. por completo,
en el significado de enlerampnle, por
entero, totalmente, de todo en lodo, no
es castellana sino francesa.
CoMPLiCADOP., RA, adj. Que com-
plica; aficionado á complicar. Debe
registrar.se en el Dice.
Complicar, a. «Mezclar, unir cosas
entre sí diversas». Ya es tiempo de
agregarle que se usa también como
reflejo y que significa además, en am-
"bas formas, embrollar, enredar, enma-
rañar. Así lo admite el Padre Mir y
así lo usan también todos los escritores.
Y lo que decimos del v. apliqúese al s.
complicación y al participio complicado,
da.
Complot, m. fara. Así, escrito á ¡a
francesa y pronunciado á la castellana,
es como lo ha admitido el Dice, y con
el significado de «confabulación entre
dos ó más personas contra otra ú otras;
trama, intriga». El pl. debe ser roí/yj/o-
tes y nó GOmplOtS.
COMPLOTARSE, r. Si está admitido
el s., lógico es admitir también el v.
para el completo desaiTollo de la idea.
Sería verdadera perturbación para la
inteligencia y la memoria poder usar,
para expresar la idea de confabulación,
el s. complot y no poder usar el v.
complottirse, debiendo acudirsc para
esto al V. confabularse. Felizmente el
I
COM
COM
r.r.i
Ui> So lii iL'l.ir.»lj v.i ea favor del
nuevo V., que por lo ilu ));'ia luul.i tiene
de irrfgiilar ni de nialionunlc'. Ücsea-
iBJá pu'.'s i|ue 1:1 AcM'le usa se apr.-sure
•Á a linitirlo.
Componedor, ra, m. y f. (Vira-
se (.'o.Mi*.f.\"E!i, i'/ accji.) Cu c-a>tellaiiü
Lay iihfliri.ilu, L-o:ii.: ix^riDua ijue |iri)-
fc-ia el áljíebra ó «arte de restiluir :i su
Uii^r los huesos disluc.idos; » y ta!uliÍL-ii
eif<filiiiiv/oi\ ni, in. y f.: |«rsDna tjue
tenia pjr oficio cüin¡K)iier bs huesos
diálooudos ó r..tos. Xo se confunda ¡i
ettos simples cinínderoscon el ortoye-
duUt, c-oni.: per*»na que ejerce ó pro-
fesa la ürt<)i« li» ij «art; de cj¡-a'j;ir ó
de evitar las def iraiida les del cuerpj
humano jior medio de ciertos aparatos
ó de eje.TÍc¡o3 corpir:d.'3. Tiene mis
frtcncnte nplicicióu cu los niños».
CoMPONK.vüA, f. A.,'iv^"iselo Cita
acep. fani. que Inicia falta: «acción il¡¡
componer, en la ac-.>p. dc-ccrtar aliíún
daño (|ue ai teme, ac-.dl.iu lo jwr este
medio al que puede pe"ju li«ir con sus
cpiejas ó de otro nio 1 )i>.
CoMi'OXKK, a. Euf'jmismo chilcn-)
muy u»ad<) \Yjr-caxl,)ir. Yé.L<« Aniin-
fiLAU. — Otra Rc;p. (p'.e eaíc v. tiene en
Chile ci la de «cwmponcr los huesos
dislocíidos ó rotos», (pie es el sii;nili-
(-.ulo preciso del rim/il.n'ir castellano.
Aunque cate concepto caljc dentro del
si;;nilicHdo geiicr.d d.- o}iiijHj/ier, es
mejor usar el v. es|)eí;¡al destinado para
ello. — Recibió este v. en el último
Dice, esta acjp. de Matemáticas:
«rccmpiatir en una propor..-ió:i cada
aiit«ce<lentc |xir la suma del mismo
con su consecuente ^.
Composición' dk i,rí;AH. líl Dice-,
registra »>laniente la írnv: liiifcr rom-
¡MDiriin ilf lu/ir (oieliUir todas liw
circunstmci n de u.i n •;;ir.-io. y formar
cjn eii'.' c)nüv.-iniiento el ])lan c>inda-
cente á su nuis aei?rt;»da di:-ección);
pero no tvwi la ex¡>resión fo»iposició/i
lie lujar, que cu ejercicios espirituales
y en t<xIo3 los lil)ros de mcditacioncj y
de piedad siiínilica-repj-esentación ima-
ginaria (|Ue se forma uno del Uis^ar ó
denuts circunstancias propias de un
sucesj, veíxlad ó asunto que quiere
meditar. X nuestro juicio debe lijjunir
también en el Dice.
CoMPítA, f. «Acción ó efecto de
comprar; conjunto de loa comestibles
ipie se compran para el gasto diario de
las casiisj». Estjis son las únicas aceps.
que le reonocc el Dice; pt>r nuestra
parte a:n|)li:iria:nos la i'." ó agregaría-
mos una :!." con la deiinición general
de-todo objeto comprado. Así, una
p.'rsona que cnnipra en una tienda,
zapatería, librería, etc., lo que necesita,
vuelve :i su casa con las rompas que
ha hecho, ó sea, los paquetes, atados ó
simples objetos que lleva del comercio.
Y, para que no se c:'ca que este uso es
e.xclusiv.) de Chile, he aquí una cita
tomada del Venerable Palaftix, en la
nota I) á la XVII carta de las de Fta.
Teresa: «De esta atención ]>rudente es
buen ejemplo cl de .Santa Pulquería,
emper.ttriz de Grecia, hermana del
emi;erador Teodosio, á quien escribió
Síin León Magno algunas cartas, y cuta
virgen fué prudentísinuí: y, viendo que
íru hermano lirniaba sin leer, hizo poner
cutre los despachos una carta de S'cnta,
por la cual el emigrador por cien ni'l
escudos de oro vendía á la emp-ratriü
811 mujer á un mercader rico de Cons-
tantinophi; y, tirmi'indola Teodosio,
di'spuf's fnécl mercader, estando la san-
ta pre-entc, á cobrar su rom/ira; y cl
e.n|)erad ir, admirado, y viendo había
ür.n ul ) aquel djs.iiino, reparó ni;i.-(cn
ñ(¡2
COM
COM
e!loB. Esperamus (jue el Dice, nos daní
la razón y aceptará la nueva acep.
CoiiPiiAR, a. Dice Orellana que
cimprnr en (tal precio) es loe. niailri-
leña, pero n ') castellana, y qne debe
decirse por y nó en. Oorao no aduce
prueba alguna de su aserto y ya paga-
ron los tiempos del Majiater dixi.t,
descontiemos de su palabra y veamos
qué nos dicen otros maestros. Cuervo
dice expresamente que para indicar el
precio rige este v. complementos con
en ó por; y cita en confirmación varias
autoridades clásicas.
Gomprehender , a. Ya ha pasado
al número de los anticn idos con tod )S
sus derivados: comprehensible,
comprehensión, coraprelien-
sivo y compreliensor; á dife-
rencia de aprehender, que todavía está
en uso con todos los suyos. En lugar
de comprehender dígase compren-
der; y asi se quitará también la sílaba
he en sus demás derivados.
CouPRENDicR, a. Formado como es
de comprehender, significa en sentido
propio «abarcar, ceñir, rodear por to-
das partes una cosa»; por consiguiente,
pasando al sentido metafórico ó figu-
rado, no puede significar «entenderá
solamente, sino entender perfectamen-
te, enteramente una cosa, «abarcarla,
ceñirla (i rodearla por todas paites cou
el entendimiento». Por eso cou razón
que le sobra escribe el Padre Mir: «E!
Padre Maestro Heredia conservó el
sentido propio del v. comprender, que
significa abarcar perfectamente, dar
alcance por en/ero á una cosa. No es
entender comoquiera, según la fuerza
del comprendre francés. Dicen muchos
en el día: Yo no le comprendo
á usted, para significar no le oi;/o ó
no le entiendo: Comprendía poco
lo que le preguntaban, para dar
á entender que le costaba penetrar la
pregunta. No empleaban así los anti-
guos el V. comprende); como quienes
sabían muy bien qne el comprenJer las
cosas es blasón propiamente de solo
Dios, cuya inteligencia lo abarca todo,
y en todas sus partes, y de una sola
mirada, al paso que el hombre entien-
de alguna parte no más de lo qne se
ofrec3 á su vista ó entendimiento. Los
dos cjemp'os propuestos son galicis-
mos». A mayor abundamiento véase
ahora en el uso de los buenos escrito-
res la diferencia entre comprender y
entenler. «El entendimiento, si entien-
de, lio se entiende cómo entiende: al
menos no puede comprehender nada de
lo que eniiendev. (Sta. Teresa). «En-
íiéndene que se goza un bien, adonde
juntos se encierran todos los bienes;
mas no se comprende este bien...»
«Deshácese toda [el alma], hijíi, para
ponerse ra¡'is en mi, ya no es ella la qne
vive sino yo; como no ■puede compren-
der lo nve entiende, es no entender
entendiendo». (La misma). Esto sí que
es ponerles la cartilla en la mano á los
modernos galiparlistas, y para más
vergüenza es una mujer quien lo hace.
El ala:.i <;5 íeverer.cie. que os eitiUu'h
Que del velo mortal, ilivina idea.
Nn es gliiria para vos l;i reverencia.
Que quien como deidad no os compre-
Aunque de' lo posible que desea, \^licn¡le,
Cou no ciíUn<!eroa niega vuestra esencia.
(Frniiciaco de la Torre).
Nuestro puelilo, y hasta la gente edu-
cada, emjilean aquí malamente este v.,
confundiéndolo con e«/wíí7cr, confusión
que el vulgo lleva aun á la conjugación,
diciendo sin razón ninguna: com-
priendo, comprienden, com-
prienda, etc.
COM
COM
363
CuMl-i;i..\>ii>.N. i. Aiíu-l: «jcif »ía
acep. de L'jgfica: «Todo lo que está
contenido en una idea bajo el aspecto
de cualidad». Nótese que el comple-
mento hajo el a.<i¡}fdo, que es régimen
inmediato do eonlenülo, no es el mismo
que criticamos en el art. Bajo.
Compreso, va. Nombre mal dado
jwr ai^íuuos á la conocida y castiza
intitula.
CüMPUOKESíiRADO, m. Profesorado
ó cueri» de profcsoR-s rcs[K:cto de uuo
de ellos. Es voz bien formada y digna
de admitirse. « No hemos querido ape-
lar :i los vínculos del fomprofesorado y
la amistad que con aijuél [D. José
Amador de los Ríos] nos uncu». (J.
liorao, Dirc. de rocts arajonesas,
Intro-l.)
<.'oMruoMETEB,a. Fuerade lasaceps.
castizas se da á este v. una que lia sido
tx-usurada como galicismo por los buc-
noj liablistaf!, y es la de-exponer ó
poner á riesgo ó peligro una cosa,
cjiíio la honra, la autoridad, los bienes,
etc. « Los modernos, dice el Padre Mir,
cual t-i no sobra^n á la lengua empa-
nóla equivalencias autorizadas, no
saljcn sititar de la mano el v. roinpro-
iiifler. (¿uién rompromele su dii/nidad,
quién rompromele su auioridíul, quién
teme compromeler ku reputnrión, quién
no n-|iara en comprometer su honra:
uA'H rompromelen, nadie avenlura;
jiero ponen en grave contingencia las
elegantísimas formas frecuentadas por
nuestros mayores, más dignas de iiui-
tar-ión íjue cuantos modismos nos pue-
da regalar la gali|)arla. La Real Aca-
demia no patroi'ina el romprnmi-ter
di'/nílfid ni cosii «.'mi-jante. .\bní-o es,
qU'j no il<-!)c ]ir«;scr¡bir ni tomar anto-
rida/l».Mu>;liores¡K;tainosy admiramos
al ilustre y clásico jouita; \x-tii en e.ite
i-a.-ii üu iiuduiuos ¡x-iisar como i-l. Si la
Real Academia tiene ya admitido,
hace bastantes aSos, el v. comprometer
en la acep. de «exponer á nhjuno,
ponerle á riesgo ó peligro en nna ac-
ción aventurada», ¿qué distiuicia hay,
y sobre todo en lenguaje figurado, de
la persona á la cosa? Si yo puedo decir
que comprometo á una persona, ¡x)rque
la expongo á riesgo ó peligro eu una
acción aventurada, ;por qué no he de
poder decir también que comprometo
su buen nombre, su dignidad, su honra,
su porvenir, sus intereses, etc.? Franca-
mente, no se ve la razón de la diferen-
cia: tanto menos, cnanto que compro-
meter ti una persona es comprometerla
cu alguna do dichas cosas. Y, si á esto
se agrega el uso de los modernos, como
Quiutancí, Valera y tantos otros, á
quienes Cuervo cita sin reprobar, no
vemos por qué no pueda exteuderse
también á cosas la citada acep. del Dice.
Véase qué bien usado parece el v. eu
este pasaje de (Quintana: «El obi.sfio,
puesto en pie, insistió eu excusarse,
dando las mismas razones y añadiendo
que él no venía nlli á comprometer en
una disputa su autoridad ij su^t canas».
Asi que, una de dos: ó se ivdmite esta
acep. para jicrsonas y cosa?, ó no se
admite para unas ni otras, ya que en
aralws casos parece tomada del francés.
— Y para ser higicos, tenemos que ad-
mitir también iromprometer trAtiinúoi-o
del cueri» humano y de sus partes.
Asi hay enfermedades que comprometen
el hígado, el pulmón, el corazón, etc.,
y personas que aparecen rompromelidas
de ¡lii.'s á calxíza. — Un comprome-
terse que suele oírse en Chile (¡alrr-
ta, confesores extranjeros!) sí que no
es fraile, '-s ni español. Por el eufemismo
¡iroveiiieiiLe del pudor iiatunil, dicen
8G4
COM
COM
algunas mujeres, principalmente del
pueblo, que se han comprometi-
do con un hombre, ó vieeversa,
cuando han anticipado las relaciones
niatriinoniales. El mismo sentido dan
también al s. compromiso.
OoMPROJitSAiuo, m. Agregósele esta
acep.: «Aquel en quien se comprome-
ten los electoi'es para llevar á efecto
una elección».
Compromiso, m. Yéise Coii-
PUOJIKTER, últ. acep.
CoMPKOiiiTiíXTE, aJj. Si se ha de
admitir el v. comprometer en la acep.
afrancesada que hemos defendido, de-
be aceptarse también este adj., que
hace para el las veces de participio de
presentí y (jne cuenta en su favor on
la buena forma latina. No bastan los
adjs. arries'jcuh, aventurado, peligroso,
porque compromilente añade la idea de
actividad á la cosa que compromete ó
p3ne en riesgo ó peligro. Fernán Ca-
ballero y Valera usaron el participio
pasivo comprometido, aplicado ;l la
cosa en que hay riesgo. Así la primera
escribió: «Casi siempre sus afectos, en
el cúmulo de negocios arduos, excitan-
tes, peligrosos, comprometidos, secretos
unos, públicos otros, que había abar-
cado..., no hallaban tiempo ni cabida
en su vida». Y el segundo: «Aunque
no sea más que por esto, escribir es
comprometidisimo para las mujeres».
No nos disgusta este uso del participio
pasivo, pero más claro y corriente ha-
bría sido usar el de presente. Comj>rome-
tedor, va, que es el üuico que admite
el Dice, y como adj. fam. solamen-
te, se aplica nada más (pie á las per-
sonas.
Comprovinciano, na, adj. Que es
de la misma provincia que otro. V. t.
c. s. Es voz perfectamente formada, de
algún uso y necesaria; por lo cual debe
admitirse sin vacilación. Véase Co.
CoiiPCESTA, f. Conjunto de renglo-
nes ó líneas de letras que caben en el
componedor. Es término de Imprenta
usado en Chile. Como está bien formado
y es necesario, bien puede admitirse.
CoiiPL'LSADOR, RA, m. y f. El que
compulsa, en la acep. que tiene com-
pulsar, de «examinar dos ó más docu-
mentos cotejándolos ó comparándolos
entre sí». Hace falta este vocablo, lo
mismo que su sinónimo Cüte.jador,
BA.
Coiit'i.GADOR, RA,adj. Que comulga
con mucha frecuencia. Hace falta en
el Dic;-.
CoMÚ>r, m. No se diga común
solamente, sino lu//ar común, exrusaito,
ó letrina, f¡arita, necesaria, prirada,
retrete, secreta. — No están admitidos
(y esto sí que hace falta) los comunes
del oficio divino: común de apóstoles,
de un mártir, de virr/enes, etc. «Un
clérigo galbanero se da al diantre
siempre que en el breviario ó misal
encuentra parle del rezo en remisiones
ó citas, y, por no ir á buscarlas, ape-
chuga con el primer común que se le
pone delante». (Isla, Fr. Gerundio, 1.
Y, cap. YII). — También llaman co-
munes (in. pl.) en Chile los terrenos,
generalmente de cerro ó montaña, que
poseen en común varios dueños. No debe
confundirse esta voz con el e/ido espa-
ñol: «campo común de todos los veci-
nos de nn pueblo, lindante con él, y
donde suelen reunirse los ganados ó
establecerse las eras». — Cámara de los
comunes: la segunda de las dos cámaras
del parlamento inglés. Por lo usada
que es en todo el mundo esta expresión
ó denominación, creemos que debe ya
íi'j-urar en el Dice.
COM
COM
305
Comuna, f. No !» u-Imite c-1 Dioo.
por munifipio ó muiiiripalühiil: «coil-
juiítu de vecinos de una población,
representado por su aynnuuuicnto»,
que e3 la acep. qne le diinios en Cliile,
como también en Catiiluña \- al^nmas
¡«rtes de Aru^u. Aíjui le tt;irepinios
también \\\ acep. de-territorio munici-
pal. Don Joaquín Ahumada (iálvez,
en nna memoria que eicribió sobre los
primeros artioubs de la lev ciiilena de
MuniciiKilidades, defendió el uso de la
voz comuna, pero con razones qne
uo nos on vencen. «.Se lia censurado,
dice, la introducción de esa palabra en
nuestro leiignaje, y aun se lia llegado
á scñal'ir esa falta como uno de los
defectos que se atribuyen á la ley mu-
nicipal vigente. Observaremos i este
respecto f¡ue la r.'forida palabra no se
encuentm eu p;irCe alguna de la aludi-
da ley: y en cuanto á su uso en el
lenguaje ordinario, estimamos que el
que se hace hoy día entre nosotros de
tal galicismo, está suficientemente nu-
l.->r¡zado, si se tienen para ello pres-^n-
tcs la.s regla 5 d.idas sobre el particular
p^r Don Juati Eurenio Ilartzeiibusch,
a-itoridad en l.i materia, en su Pnilogo
al /^iT. </» [/iilifit Ilion de ü irall. En
efecto, el voc.iblo m'iiicionad» reconoce
un oríifen lal-.no [riimntmi*, de citm y
miinui']: y »e ii^i i/i hace lieinpo entre
nosotros, finfiíf iiifhlo autores ror recios.
Lo encontnrnos usa lo por Don Jorge
llnnccu 1 y p ir Din f^uis Orrego Luco.
Se usa t m.bién consUiiitenientc en los
díscurs >» parlamentario.-!, en la prensa
diaria, en los decretos gal)ernativo< y
en las íCMit niciiW de l';s Tribnna'es
El n I > de la \\ d.kbnt de ijnc trutinius
\w c« exclusivo de los chilenos, ]iues
j>are«qne ta nbién lo han adoptado
los csí-ritoriM argentini»s... » En todo
este alegato no hay otro argumento
válido (|ue el uso chileno y el argenti-
no, si es que este último existe verda-
deramente; porque la autoridad de
Hartzenbuích, lejos de favorecer, es
contraria al Sr. .\humada, comoquiera
que la primera c^jndición que exige
iwra la admisiiin de un galicismo es:
que la voz ó locución sea tucesaria: y
comuna no lo es de ningaina manera,
pues su signiticado se expresa en caste-
llano con iiiuiiici/kilidad y municipio.
Adem;is, su admisión seria causa de
confusión en castellano, donde común,
m., comunal, también m., y comunidad,
f., significan ya a todo el pueblo do
cualquier provincia, ciudad, villa ó
lugar». Comuna sólo está admitido
como provincialismo de Jfurcia en el
significado de «acequia principal de
donde se saom los brazales». — Por el
fr.inc-'s commuie, que en Francia es
subdivisión del cantón, se ha llamado
commune allá y comuna en el mundo
de habla c.ístellana, la insurrección
habida en París en 1871. En esta acep.,
cjnsagrada p ir todos los historiadores,
creemos quedebe ya admitirse esta voz.
CoJiiwiCACióx DE mioiiA.s. Falta
cu el Dice, esta loe. teológica, que pue-
de definirse: la mutua predicación
(tomada la voz predicación en su sen-
tido filosófico, que tampoco consta en
el Dice.; véase Pkedicah) de propie-
dades ó atributos divinos y humanos
en razón de la identidad de una perso-
na que i-s Dios y hombre á la vez. En
virtud de estaro;wí/HiV//f/íÍH de idiomas
se atrili'.iyen á Cristo-hombre las pro-
]tiwhides de la naturaleza divina, y
viceversa, á Cristo-Dios las propieda-
des de la naturaleza humana.
CoMi'.vii'AM, f. Es corriente en la»
oninmMa'l'S religiosas llamar tanibi('ii
306
CON
CON
comunidad la sala más ó menos espa-
ciosa en qne se reúnen sus individuos
para algunos actos comunes. Está bien
usado y debe ad ra i t irse. Véase Cabildo.
Comúnmente, adv. m. Así, es-
drújulo, escrilie el Dice, este adv., lo
mismo que cortésmente. ilás de
alguno, especiahneate entre los extran-
jeros, puede creer que estas voces son
eslrújulas y por lo tanto pronunciarlas
como tales. Por esta razan y, más que
todo, porque en voces de esta clase so
pierde enteramente el acento tónico
del adj. y se translada á la sílaba men
del adv., parécenos que debe suprimir-
se también el acento prosódico del
mismo adv. Así como nadie p>ronuncia
felizmente, audazmente, nadie
dice tanipocu comúnmente. Otra
cosa es cuando el adj. tiene el acento
eu las sílabas penúltima ó antepenúl-
tima: entonces sí que puede y debe
pronunciarse y escribirse con su acento
propio; como débilmenle, fiiamenie,
f/TÚneamenfe. En este caso no hay
incompatibilidad entre el acento del
adj. y el del adv.
Cóxcivo, m. Eecibió esta nueva
acep. de Minería: «Ensanche alrededor
del brocal de los pozos interiores de las
minas, para colocar y manejar des-
embarazadamente los tornos».
CoxcEBiBLE, adj. Que puede conce-
birse, en la acep. fig. de este v.: «for-
mar idea, hacer concepto de una cosa,
comprenderla». Admitido por primera
vez en el Dice. Como este, hay muchí-
simos adjs. verbales eu ble que no
aparecen eu el Dice, y, sin embargo,
son legítimos y corrientes.
CoxcEBiR, a. En sentido fig. signi-
fica «formar idea, luvcer concepto de
una cosa, comprenderlas; pero jamiís
significará redart/ir, /•snilu'r ó crjircsar,
como lo usan los que hablan de lele-
(ji-amas, decretos, lei/es, etc., conce-
bidos en tales ó cuales térmi-
nos. Así confunden seucillamente la
concepción con el parto; y al buen
entendedor, pocas palabras... — Bien
podría agregar el Dice, la acep. de
«cobrar ó empezar á sentir, tratándose
de afectos ó pasiones », acep. que C uervo
justifica con un sinnúmero de autori-
dades.
Coxx'BJO, m. Significa: 1." «cor|K)-
ración que en las ciudades, villas y
otras poblaciones forman para el go-
bierno de ellas el corregidor, donde le
hay, el alcalde, ó los alcaldes, y los
concejales; 2." casa consistorial. (Estas
dos accps. las tiene también la voz
aijwüamienio); 3." distrito municipal,
en Galicia, Asturias y montañas de
León; i.° sesión celebrada por los in-
dividuos de uu concejo». No debe pues
confundirse con co)ise¡o, con .el cual
puede parecerse en estíis accps.: 1."
«tribunal supremo, que se componía
de diferentes ministros, con un presi-
dente ó gobernador, para los negocios
de gobierno y la administración de la
justicia; 2." corporación consultiva,
encargada de informar al Gobierno
sobre determinada materia ó ramo de
la administración pública; 3." casa ó
sitio donde se juntan los consejos». —
Concejil y concejal, como derivados que
son de concejo, se escrli)en con c.
CoxcÉXTiuco, CA, adj. Sólo está
admitido como termino de Geometría:
« Dícese de las figuras y de los sólidos
que tienen un mismo centro». Por lo
visto no ha llegado á conocimiento de
la Academia el .fisfema ó método de
enseñanza llamado concéntrico, que
ta:ita bulla iia voiúdo nieíiendo en
Chile.
CON
CON
C''j.N(.'Ki>.'io.\ijTA, com. Aplicóse ni
rel¡o;iuso ó relivri'JSii de la liiiiíaculiwla
Coiicipción de Nii^tni Stñon). Debe
fijrurar cu v\ l>¡(.r.
CoMKrii-Mo, ¡n. .Setüi, doctrina
literaria ó c^ttlu du los cuiicopliatas.
Del .Siijilcnicnío du lu peiráUinw c.li-
ci'Jn (iol Dice., CD donde fisrnraljo con
djüaloiiii i:icoar)Ie*.ii, linsidí trasla-
d.id» al cu>T|»o de l,i última clicióii.
t'oxcKPTio-íinvD.f. CiiliJaddeooü-
ce,)tiioso. Ts-id.! \r.tr Xlenéiide/. y I'ela-
yo en hu; Oiiicx ilr Milá. y bien forma-
do fomo está, es digno de admitirle.
CoxcEKXi R, n. Véa<!c Ckuxiu. « Con-
reniir emplé:L<e únicAmeiile, pur sn
Bigititicacion, en ten.-eras personas; cu
el {rerundio, rttnrcntifiido. y en el par-
ticipio activo, roiuernieiite; y rara ve?,
se habrá ns,-»-!;! en más ticni[K)5 tpie los
presentes de ¡ndicíitivo y snbjnntivo,
foWíVr/c, conrieriien, conrienia, ron-
fitrnan, y el pretérito imiwrfecto del
I)rimero de estos dos modos, ronreriiiir,
conf4>niifí)i*. ( Uriim. de Itt Aoidemia).
('oxcEKT,\U, a. En nn.flroí ¡nK-blos
de cjnijx) principalmente, que es don-
de »c eonservan m:is restos del c-aslc-
llaiio anticuo, se dice to lavia (oiverlnr
un iilAt, sirrifiilf,iA(í., por-anvn larle
En-5 servicios, y oncerltirne uno es-
BJnstarsc ó ac')ni'xlar8c como sirviente.
Tü<lo lii mal es casi i /.o lia-ta no m:ls,
auii'inc no lo registre el a'.-tnal Diw.
€(¿nerria yo salx.T...fn:into ganaba un
escudero de un caballero andante en
a'inellos ticmpas, y si ne coMfrUiban
por meses ó pir días, como pwneí de
nlbañir». ÍQuijolc, />. /, r. XX). En
loj últimos Dices. Iiallamos con (st«
RJgnificiido, pero cjmo anticuado, á
(il'juiliirite: íp-nicrsc uno á servir á otro
jx»r ciertíj e8tij«ndioii. .Vdviéitase íjnt!
el parti'-ipio riinrnliiiln, usado después
de hoiiihie. muchacho, mujer, etc., pue-
de ofix-cer alguna ambigüeiUvl, porque
pnetleciinfundirse con el adj. anticua-
do conrertdih, da, que significa «com-
puesto, arreglado», y que es el mismo
¡lartieip'o empleado co.no adj.
CoxcEimsT.^, coin. «Persona que
dirige un concierto, ó cuita ó toca cu
él». .Vdmitida en el Saplem'.-nto d.l
último Dice.
ConcetO, m. Xo vemos razón pa-
ra que so admiUm en los diccionarios
modernos arcaísmo.^ como éste, que ya
ni por licencia usan los jwetas, como
lo hacían aun los j)rosistas en los siglos
XVI y XVII, y muclio m:is en tiem-
)ios anteriores, {)orque entonces asi se
pronunciaba. Pero, aliora que toda la
gente educada dice y escribe concf/do,
omo dice y escrilje también (t»>jdnr,
hrnirjno, efcrlo, doe/or, octubre, secta,
di'jno, perfecto, victoria, etc., etc., no
tiene el Dice, para qué aumentar su
volumen ivgistraüdo á acetar, be-
nino,efeto,dotor,otubre,seta,
diño, perfeto, Vitoria. Signién-
dulo en ese terreno, tendríamos que
decirle que Im omitido una cantidad
de voces de esla misma dase: como
defeto, indino, imperfeto, edi-
to, indinarse, jatarse, y Insta
nombres jiropios, como EgritO, Ma-
dalena, etc. Por eso, ó se incluyen
t<)diu«, lo que serí i volver á la ffirniacion
del castellano, ó se dejan para las gra-
máticas históricas de la lengua ó pnra
los diccionarios de arcaísmos ó voces
anticuiulas.
Coxrii,i.\TOl!io, uiA, adj. Usado jwr
DjIIo, Ferrer del Río y otros, merece
admitirse en el mismo sentido de con-
ciliu.dor (que concilia) y roncilialiro
(dícese de lo que concilia), únicos que
aparecen (xir alion» en el Dice.
:;r.8
CON
CON
Conclave ó cóX(.'Lave, m. Las dos
acentuaciones admite el Dice, pero
prefiriendo la primera, que es la única
Cv)iifornie con la etimología latina.
Conoón, ni. Ave nocturna, cuyo
nombre en órnitologii es ulula o'.ufi.
Parece que el equivalente c.istellano es
aulillo, m., ó íí/íí/rt, f.
CoxcouD.\NCi.\.s, f. i'l. '¡Índice alfa-
bético de todas las palabras de uu libro
[de la Biblia, decía con mucha res-
tricción el penúltimo Dice], con toias
las citas de los lugares en que se ha-
llan».
Concordar, a. y n. Conjúf,'ase con-
ciierdo, C4) licúenlas, etc., á juicio de la
Academia, Bello y Salva. (Xo hay pa-
ra qué citar otros i>^'am;iticos). Así lo
ha querido el uso para uniformarlo con
acordar, discordar, recordar y trascor-
darse, aunque ninguno es compuesto
de cmrda ni de cuerdo, sino que for-
mados, menos los dos últimos, de los
adjs. acorde, concorde y discorde. Por
eso lio es raro que en lo antigu i se
conjugaran regularmente los tres verbos
compuestos de ellos. Hasta Cervantes
alcanzó á decir concorden, en La
casa de los celos, y lo misuio otros
poetas de su tiempo y anteriores á él;
en lo cual hay que ser ra;is indulgente
por la tiranía ;l que los somete la rima.
— El último Dice. su¡)lió la acep. de
Gramática, hasta ahora omitida : «(For-
mar concordancia. U. t. c. a.»
CoxcouDATARio, RÍA, adj. Aplica -c
á la nación ó estado que celebra un
concordato, y á lo relativo ó pertene-
ciente al concordato. Bien puede admi-
tirse, porque está bien formado y aho-
rrará muchas perífrasis.
CoxcoRDi.STA, coni. Persona que
sigue el sistema ó método de concordar
ó harmonizar los pa.sajcs de una obra
que ofrecen alguna oposición ó contra-
riedad; por ejemplo, en la Biblia. —
U. t. c. adj., aplicado al sistema mismo,
á la doctrina, teoría, etc. Es voz que
debe admitirse.
CoN'CRKADo, DA, adj. Creado junta-
mente con otro ó al mismo t¡e:n¡K).
Úsalo Fr. Juan de los Angeles en sus
Triunfos del amor de Dios (p. í, caps.
III y IV'): «El amor natural de Dios
está impreso y concreado en el ánima,
en cuanto formada á la imagen y seme-
janza del mismo Dios El primero
[amor] se llama libre y concreado
El primer amor respecto de Dios se
dice libre y natural, y que no puede
boi'rarse impreso, conrreado é inserto
en el hombre». Bien podía haberse
expresado la misma idea con los ad :s.
coiina/nrcd é innah; pero es más pro-
pio y e.xacto concrea-do, que, aunque no
aparezca en el Dice, es voz legítima y
perfectamente formada. Véase Co.
Concretar, a. «Combinar, concor-
dar algunas especies ó cosas. || r. Re-
ducirse á tratar ó hablar de una cosa
sola, con exclusión de otros asuntos».
Esto e^ todo lo que dice el Dice, sobre
este V.; en lo cual hay que observar
que en la _." acep., que en la práctiox
es la más usada, el v. es también a. ó
transitivo. Dígalo, si nó, Jovcllauos,
que escribió: «Quisiéramos que. ..ense-
ñase el regente á sus discípulos el
compendio de la historia eclcsiiistica
del Berti, y el ile la disciplina de .Alejo
l'ellicia...; ampliando y concretando
estos estudios á los de historia y disci-
plina particular de España». Todo el
mundo dice también concretar la aten-
ción (¡ alifuna cos/r, y no parece mal
dic'.io.
ConCfetO. ni. Llaman asi los
coustruclores chilenos, v con ellos to-
CON
CON
•M9
(los los Itiil'itaiites de Chile, l:i inus<i
funil-.ul:i de a<mn. <•»»! _v c:issc:íjo jmra
cimientos y otnisobnis de ullKiñileri».
Ks di:iti!it-.i de l:i anjamasn, mortero ó
mnrlii, i«r. I lie istias, en vrz de c:isfajo,
llevan itRMm. En cistellano tenemos
r.7/(-(/i<i, ijneel iKMiúltiii)>i Dice, definía:
«inezelí de csd. pie^lra niennila _v otros
niatt-riaK*»: pero el último lo ha hecho
siiiúnimo lie linnniíjün, ipie es «fáliriea
comptiestíi de piedras meiiiidit.s. _v mor-
tero de C!»l s aronn ». Con rtilniui y
/iorini;/ii/i (|!ieda |nRS reemplazado
nuestro concreto.
CO.NCKKT()( SrsTAX iivoó xomiikk).
No lieinoi» hallado en los j,'ram:iti(»s
(*pafioli-s l:i división en ronrrelo y alts-
trdffi) i\ne da Bello para el sustantivo;
la cual, siendo tan pr.'pia y útil, con-
viene sjI "ruma ñera c )nservar. < 'onrrelo,
que i»ara el ihislre filóU);ío significa
«inhea'nte. incorp<jrado», es el s. que
nos representamos con tales cualidades,
aunque sean falndo.^is ó inia^inariiis,
es decir, con existencia propia ó real;
como ra.s/t, rio, eifini/r, rnüiniro. Ab»-
Iroflo, que significa «separado», es el
s. que nos repra-viitamos con esta mis-
ma cualidad, ci«to es, c<jn una existen-
cia ficticia ó nominal, ]Kiri|ue no es
sino la cnalidoil que atribuímos á ob-
jetos rcides, 8UiK)ni:Midola Eep:irada ó
independiente de ellos; como rerdnr,
Tfihiulfz, Ifimr, mlmifufiíht, alliini,
tiuüirz.
CoxrnxADOR, ua, adj. Que concul-
ca. .\plifase á ¡«rsona y á cosa. Hace
falta en el Dicf.
Coxci Saimj, da, m. y f. 'iCónyu<íc
de nna jK-rsona. resjiecUj de otra jicr-
sona hennana de aquélla». .\sí define
esta voí el Diiv., definición que, ó no
cal* en nuiattrus entendederas ó en
realidad está mala. I/O que se entiende
con ella es el niiidilo, pero no el ro.i-
riiHiiifn, ¡i no ser que en España, lo que
no cn-emos, sean ambas voi-cs ¡frualc-.
En Chile se llama roiuurtado, i/n, scn-
cillaniente al hermano ó hennann del
cuñado () cuñada resjH,'Cto del hermano
soltero de uno de los cónyuíres. y t;ini-
biéii al marido de la cuñada y ¡i la
mujer del cuñado respecto de lualquie-
n\ de los cónyusres, entendiendo en
todos estos casos ¡lor cuñado lo que
delxí entenderse y nó tanqKMX) lo
que dice el Dice. Para nosotros este
]iarentcsct), como mutuo ó reciproco
que es, tiene el mismo nombre para
las dos jiei'sonas á quienes lipi; así,
yo soy cuñado de la nnijer de mi
hermano y ella es cuñada mía; y de la
definición de Ci.VAUO que da el Dice.
1:0 se deduce esto. .Si<ruiendo el mismo
ejemi)lo, el hermano de mi cuñada es
roiiniñiidu mío y )'0 soy conruñado su-
yo. O esta es toda la verdad en este
asunto ó declaro (pie IgnOrO CUna-
dos, como me contestó una vez jw r
c.ilileirraina un agente italiano ipie salx;
solamente algo de español, ."^e había
concluido en la Curia .\rzol)ispal la
facultad para disi)ens;»reste parentesco
en los matrimonios, y ocurriendo un
cxso urgente, no hubo m¡is recurso que
tlirigir un cablegrama ;l Roma, jior el
cual se preguntaba al agente si estaba
ya prorrogíula la facultad i)ara dispen-
sar ntiVidos; y, como aquellos telégra-
fos carecen, sin duda, del signo que
representa la letra í¡, h tnmsmitieron
el telegrama diciendo cunados; por
lo cual no pudo él contestar sino lo que
contestó: Ignoro cunados. El que
ignora aipii los cuñados y cmcufiados
pari-ci: que es el liltimo Dice. l"l ]>ri-
nier > (el llamado de .\uloridades) lani-
¡•Jic." conoció al c(nicnñiido; el segundo
II
370
CON
CON
(es decir, la 2." edición), lo definió con
estas palabras: «Se llama así una per-
sona resi)ecto de otra, cuando las dos
están casidas con dos hermanos ó bei'-
manasíi. Esta, que viene á ser otra acep.
de concuñado, es también conocida y
u^ada en Chile. Estas dosaceps. se co-
nocen y usan también en Venezuela, en
donde un ilustre escritor, Don Aníbal
Domínici, tratando este mismo punto,
llegó ala sifruienteconcIusi()n: ((Concu-
ñado, DA. Lo son entre sí dos personas,
casadas con dos hermanos ó hermanas
[respectivamente]. Ll.iinase'del mismo
modo el hermano de un cónyuge respec-
to del hermano del otro». El adv. entre
paréntesis es de Rivodó, cuya es la
cita.
CoxcuPiscEN'TE, adj. Bien formado
y de uso corriente, merece figurar en
el Dice, tanto más, cuanto que no hay
otro adj. con que reemplazarlo, pues
conciipücible, único que aparece, sólo
puede juntarse con el s. opefito.
CoxcüRHEN'CiA,f. Falta la definición
de esta voz como tt!'rmino de Liturgia;
coincidencia de dos oficios en víspera-i.
La misma acep. falta en el v. Concu-
hRiR. — La acep. de ((asistencia ó ayuda
para una cosa», que echa menos Ortú-
zar, no es propia de concurrencia, sino
de concurso.
Concha, n. pr. f.. dim. fani. de
Comepción. \'. también en España. En
Chile, además de Concha, se dice Con-
chifa.
Conchabear, a. Comprar ó ven-
der una cosa; permutar ó trocar una
cosa por otra: son las dos aceps. que le
hemos oído en Chile. Alguna senu-jan-
za en la forma y en el significado con-
serva con el castizo conchahar, a.:
«unir, juiitar,asociar; mezclar la suerte
inferior de la lana con la suijerior ó
mediana después de esquilada, en vez
de separar las tres calidades, como debe
hacerse; r. fam.: unirse dos ó más
personas entre sí para algún fin. Tóma-
se por lo comiin en mala parte». En
esta última acep. se dice también
acoiic/uihfrrsc.
Concliabo, ni. Acción ó efecto de
conchabear. VíHiseel anterior. «Co-
mo yo no sé ni sabo, ni me meto en
su conchabo», es refrán que usan
familiarmente algunos en Chile para
significar que no toman ó no quieren
tomar parte en un asunto. En caste-
llano no existe sino comhahanza: aco-
modación conveniente de una persona
en alguna parte; acción ó efecto de
conchabarse.
Concho, m. Del quichua fro/ír^w,
heces ó asiento. También aparece en
los Dices, araucanos en la forma que
Iioy conservamos, concho, pero es
sin dnda el mismo vocablo que emigró
desde el imperio de los Incas hasta la
remota Araucauía. En el Dice, gallego
de Cuveiro Pinol aparece también con-
chos con las aceps. de ((cascaras exte-
liores y amargas de las imeces aun
verdes, y que suelen manchar mucho;
montañas y costas de Cantabria; las
hojas que cubren las espigas del maíz».
Estos conchos gallegos se derivan, sin
duda, del concha castellano, sinónimo
de costra, como aparece en desconchar y
desconchado. Los equivalentes castizos
de concho son: hez, pie, residuo, se-
dimento, asiento, poso, madre, borra,
zurrapa, según ios casos. — De este
significado fundamental de conchO
hemos formado varias aceps. más. Los
residuos ordinarios que quedan, des-
pués de sacaí' el corzuflo ó lo mejor de
las granzas, se llaman aquiconchos,
y, por consiguiente, valen menos que
CON
CON
f.71
a'jueiias; asimismo k)S a-sidiios lio los
metales en las labores de minas — Los
restos ijne quedan de manjares, dulces,
etc., después de un baniiuete ó fiesta
de familia, se llaman tamliién. y pueile
decirse (¡ue par antonomasia, los
conchos. E^ramorho (sobras de lu
comida ó bebida) podría usarse en
castellano, aunque es un término algo
general. — Fi^unidaniente se llama
también COnchO el último liijo de nn
iDatriraouio cuando no hay esp'jniuzas
de otro.— Echar los conchos ó
el concho del baúl, que aquí de-
cimos, es eu castellano Echar tos extre-
mos, Ethar ó envidar el resto. Los
trapos (ó los trapitos i de cristianar: la
ropa mas lucida que uno tiene. U. por
lo DJUiiin con los ver1»os sacar y /w/iw-
«'.— Enelconchoestálobueno
(ó lo mejor), is En el Imiulón (o
Allfmdón) está la miel, fr. que no
aparece en el Dice., pero sí en autores
del sif^lo de oro.
C'oxdexaDO. da, adj. part. de con-
denar. Fuera de las aceps. (¡ue tiene
cotuo tal participio y fuera de la de
«reprobo» que le re>x)nocc el Dice.,
tieue también estas otras dos: «jxrver-
80, de m;ila intención y dañadas cos-
tambrctt; de mala calidad, ruin, mi.sc-
rable». Y las ponemos entre c )millas,
porqne son las mismas que il Dice.
n«i(;no, entre otnis, á Maldito como
adj. Cuervo resume en una estas dos
acrj*. de CuxDKXADO, expl¡c;indola.s
con las voces «endemoniado, perverso,
nocivo». He a<|uí ahora alu:nna3 auto-
ridades en comprobación de 1" dicho.
Y el •cottitrHftiht acci'IenU;!
('■imii paHrc une ue indiiM
Mo niKaiií. >■ oc entre la genU;
Me twlí ii«i-retAinente
A modo He peregrina.
' l'fi ihil'ii/rn ilr >. .inilrr>. auto ltn<''niniii<li I
•igln .\VI. tn U Colecciiín «le L. Ibniuiirt).
<i 1,0 dijo que aquella era la suya, y que
la sifruicse hasta cogerla ó mils bien
cazarla, pues á paso muy ligero iba la
condonada-». (Galdós, Misericordia,
XIV). <i;Cómo esUi Ud. siempre ;i mi
lado y en frcnte de su amigo-' Por el
f y //(/wi«(fo amor propio; por el tesón;
jior la soberbia...» (Pereda, El sabor
de la tierruca, XX). «.Siempre tenía en
tramitación dos ó tres expedientes, dos
juicios de faltas y otros tantos cti
apelación; y todo ello por ser Cutres el
hombre más testarudo que ha nacido
de madre; por el condenado empeño de
hablárselo todo él st)lo, después de for-
jai-se las cosas á su gusto en la empe-
dernida mollera». (Id., Cutres). «Par-
ticularmente esta comlenada abeja que
me estil probando la paciencia, te con-
fieso que no me hace gracia». (Coll y
Vehi, Diáloijos literarios, 111). Borno
pone también á Coxdkxado entre las
voces usadas en Aragón, con el signi-
ficado de «jX-Tverso, violento, con re-
lación al genio, carácter, maña, voz,
etc.»
CoxDE.vsAR, a. Ya es tiempo de que
el Dice, le reconozca la accp. fig. que
todos le dan, en España y .\mérica,
de-resnmir ó compendiar un escrito ó
materia, tomando solamente lo princi-
pal y en pocas palabras. Excusamos las
citiis, porque abundan en todos los
e-scritores modernos y conteni]K)ráneos.
Cu.N'DKTÓx, f. liueno será que sepan,
los que ignoran el latín, que el com-
plemento latino sine qua non sólo se
junta en ca«t<'llano con el s. condición
y nó con otro cualquier.i, y mucho
nienr>s si es m.; y decimos esto, porque
hemos visto en libros (]ne se dan jior se-
rios (admírense los penecas <!»■ primer
año de latín) requisitos sine qua
non. Ni c<Mi i'l |p|. anidiciiines se po-
872
CON
CON
dría juntar el sitie quri non, que sii,'ii¡-
fica literalmente Ksin la cual uó».—
Con condictim: reprobado por Ba-
i'alt, á causa quizás de la cacofonía de
con con, que se evitaría intercalan-
do el artículo la, lo hallamos en el P.
Niercmberg: k Descansa este buen rato
y recibe tu sueldo y estipendio, mas ha
de sor con condición que al mismo pun-
to que te hiciere señal para trabajar to
has de levantar muy diligente». (De
la adoración en espiri/u y verdad,
1. III, c. III). Santa Teresa emplea
á condición.
CoxDiMEX TADOR, RA, m. y f. Persona-
que condimenta. Hace falta en el Dice.
Condolencia, f. Acjión ó efecto de
condolerse; pésame. Si de dolerse se
formó dolenciti, de condolerse debe
formarse condolencia, que ya es usado
por buenos escritores desde los tiempos
del Padre Isla, que escribió: «Irá el
conde de Aranda por embajador ordi-
nario, después de haber evacuado ya su
embajada extraordinaria, que parece se
redujo precisamente á condolencia por
la destrucción de Lisboa». (Cartas
familiires, p. I, carta XLVI). Admite
también esta voz el Dice, de Zerolo y
esperamos que pronto lo ha de seguir
el de la Academia.
Cóndor, m. Ya se ha asentado y
uniformado en el Dice. la verdadera
acentuación, que es cóndor y nó cón-
dor.— «Moneda de oro de los Estados
Unidos de Colombin, que equivale á
cincuenta pesetas», es la 2.* acep. El
chileno («moneda chilena que vale diez
pesos de oro») alcanzó á entrar en el
Suplemento del Dice.
Conducir, a. Sin razón alguna lo
calitíc 3 Baralt de galicismo en la acep.
r. de «comportarse, portarse, gober-
narse, procederes y cu la activa de
«llevar, impeler y otras tomailas del v.
francii/WMsw/-!). Ambas están admiti-
das por el Dice, y son corrientes en los
buenos escritores, cjmo puede verse en
el Dice, de Cuervo.
Conductividad, f. Calidad de con-
ductivo. Admitido por primera vez en
el último Dico.
Conducto, m. fig. «Persona por
quien se dirige un negocio ó preten-
sión». Es la acep. fig. que lo da el Dice. ;
por consiguiente, quedaría excluida la
frase tan usual Por conducto de Fula-
no, que creemos enteramente castiza.
«Habiendo entregado el dinero por
condwto del Padre Doria, este pagó á
su hermano». (D. V. de la Fuente,
Carias de Sta. Teresa). La Santa mis-
ma en otra carta (la 257 de esta colec-
ción) emplea la palabra i'ia: «La
[caria] que Y. P. me envió jw;- via de
la señora Doña Juana».
CoNECrADOR, m. Aparato ó raelio
que se emplea pira conectar. Falta en
el Dice.
CoxKCTAR, a. Admítelo el Dice, ce-
rno término de Mecánica únicamente:
«combinar con el movimiento de una
máquina el de un aparato dependiente
de ella». Más propio nos parece dejar
pai'a conexionar las otras aceps. que
suelen darse á conectar, ^'éase Co-
nexionar.
Con eso. Expresión fam. que usamos
muclio como conj. final, sinónima de
para que, á fin de que. «Vente luego,
con eso vamos al comercio». Lejos de
repn ¡baria, la estimamos como muy
conforme con la índole de nuestra
lengua y con el al'andono propio del
estilo familiar, y tiene además mucho
parecido c )n la expresión latina eo co/i-
silio «/y otrassoniejantc.'. Considerada
en ;-í misma, es simplemento una apli-
CON
CON
878
au:¡'jn m;is ivuriii:;iila ó m;is bivvc ik-l
(r>ni;»Ie:iR'iito con ffo eü su propio y
vei-Jadoro sentiilu. Asi, cu il ejemplo
propnesto scri.» faeilisiino tr.idiicir el
ron M/) ciiilciio ul legitimo v castizo:
«Vente lne<;o; ron eso, es tlecir, con
VL'iiirtc liic:^ ó con tu pronta venid:»,
po-Jrcmos ir, ó nos ale.mzar.i el tierui)0
pir.i ir al comercio». Con esta prevoii-
ció'i ljv«e nboni csts pasaje de l'ered i,
de Ti/ios 1/ puisaje-i: « Vii:nos ¡i to:n >r
u juél [oche] que se e-st i ocupaud » y.i,
|>orquc serÁ el primero qne sil.'a. Ire-
mos en l« delantera, si á nstwl le pard-
eo.— Perfectamente, fo;» «a ve:v mejcr
el ¡misaje; » es decir, cou ir en la d-lan-
tor.i. IVrfectaniontc, diremos también
nowtros: un cbileni li:ibrii diclio cu
esto ca« con toda n:Uumlid;ul s correc-
c'óu: f Vete pues en la dehinteni ó en
el peíKvnte, ron rxo ves nn-jor el paisíi-
je». Por twlo Cito se ve claraincutc
que toda la diferencia entre el us)
cliileno y el español está en la pnusii
qnc se liare enta* am!»as proiwsicionw:
el c'jileno la li:iee brevs, de una simple
cima, y por eso en muchos c;isos su
ron eso c<]uiv.tle :i /vira qm ó ron el fin
lU qii^: el esjuñol liacj una pausa más
Lin^a. de punto y coma, y ¡>;ir eso su
rnn no repnxluce toda l.i prü|)o»¡cii'iu
anterior. Visl-k; ¡lUia con cu.int:\ iiijus-
ticiu y liirereza liau con<lenado e.4ta
e.xpru.4ión toil h los cliilenoi i\\v: li:in
escrito sobro chilenisunjs.
(.'oNKXioXAr;, a. El Dice, .sólo lo
a>l:nite en la f',r;n:i refleja, roneriomir-
rr: uontruer conexioni-s. Como so u*ii
tainliiiMi en la iict¡\'a en el HÍ<;nil¡c:ido
de-for.niir connexi'in y e:i la li;;uiala
de-n-liic;oiiiir, deducir i» ciictiutnir
inntos de conlncto. de iinalii;;ía, de
aliridal. (.tC, v:v.n>« <|il'! di-btf r.for-
inir.«'i>ioarlicul >. Pord" r¡v:irscd¡ref;-
fiiuenU' de roneriúu y jxir ser ronexión
afín de ronexo, voces, ambas, conocidas
y usjulas en castellano, nos jiarece que
las referidas acc-ps. le vienen mejor á
este V. <|ue nó á roneelar, como suelen
colE:.irsel;»s algunos.
CosKEccióx, f. «Atvión ó efecto de
confeccionar», dice el Dice: y con/tc-
rionar es, según el mismo: «hacer,
prepir.ir, componer, acabar», i>ero
•itMtándose de obras materiales». Por
con3Íi;uieutc, hablan como si estuvieran
en Francia los que hablan de confec-
cióa fie leyes, de programas,
do reglamentos, y aun nuestro
Coliíío Civil, que habla de COnfeC-
oión de inventarlos; y e>te error
no es solamente de su redacción detí-
iiitiva, sin3 del proyecto mismo de
Relio, «jne en dos jiartcs, p ir In menos,
hidjia de confección de in venta-
rio, aunque en muchas ot;as emplea
la voz formar ¡ón. Bien pod:ia él defen-
d.-rsedicieudj que l,i formación de un
inventario es una obra material, y de
consiguiente, calle dentro de la delini-
cióu del Dice; ¡K-ro, jx)r \ó generid, no
es asi, sino que supone algunos conoci-
mientos é impone trabajo intelectual.
Por el signifícado etimológico de con-
fcrrión y roiiferionar, que se derivan
del v. \m\\w fiirere, hacer, se ha visto
obligada la Academia á reconocerles
cst:i a(v[>., pvro limitada á obras mate-
riales, como lo dice expresamente en su
Dice, «(■> cuando más, de alguna otra
o|K-ració:i manual v, dice en su (íramát.
Por eso los sastres y las mo.l;st:is po-
drán hablar de la rniijhriú:! tlr un trnir
o ilr un rrtdifh; los carpinteros, 7.:\\kí-
ter is, hcrrei'os, etc., de la ronferrinn de
suíU'sp.rt i \asol)nts, aunque los buenos
hablistas dlc';i wv'niv hrrlnini ox\ todos
c.-tos c;l«)S: |Hni (|ne todos unos seño-
37i
CON
CON
res redactores nos liaMen de confec-
ción de una ley, de una escri-
tura, de un reg'lamento, de un
programa-.., eso no puedo pasar
sin... indigestión por lo menos. «La
sociedad debe [de] estar enferma, dijo
yi\ Baralt en su tiempo, pues todo el
mundo se ha vuelto boticario», como
que la botica y la farmacia son el cam-
po propio délas verdaderas fOrt/ívciones;
ahí es donde se conocen bien, se pre-
paran como manda la ciencia y se
venden para los enfermos; ahí también
está en su elemento el v. confeccionar,
que significa hacer esta clase de con-
fecciones. (Véase Facción). — Otra,
más que francesa, bárbara y absurda
confección que llaman aquí los
comerciantes de géneros y el sexo
femenino, es una capa corta ó esclavina,
más ó menos adornada, que usan las
mujeres. Esto sí que no tiene perdón
de nadie.
CoxFECctoxAR, a. Xada tenemos
que agregar á lo dicho en el artículo
anterior: ahí están dadas las dos aceps.
castizas do este v.; por consiguiente,
todas las demás son viciosas. Confec-
cionar expedientes, escritu-
ras, prog-ramas, reg"lamentos,
leyes, artículos ¡Dios santo!
hasta el idioma lo están más que con-
feccionando, inficionando y ence-
nagando que da horror.
CoNFEDiíRACtóx, f. Recibí) esta
nueva acep. que hacía falta: «conjunto
de personas o de estados confederados.
Confederación helvética».
Conferencia, f . Con muy l)uen acuer-
do le agregó el último Dice, la siguiente
acep. que le faltaba: «disertación en
público sobre cualquier materia».
Conferenciante, com. Ycase el
siguiente, con el cual es exactamente
igual. Como el, creemos que también
debe aduiitirse.
CoNPERKNCiSTA, com. Persona que
da conferencia, en la acep. que á esta
voz acaba de agregarse. Debe admitirse
sin vacilación alguna, porque está bien
formado y es de uso uni\'ersal.
Confe.sa, f. Viuda que había entra-
do á ser monja. Admitido en el último
Dice.
Confesión, f. Suele tomarse, en
general, por el sacramento de la peni-
tencia, y convendría que el Dice, con-
signara esta acep. «Entre estos sacra-
mentos, los que más á menudo se
pueden recebir, son el de la confesión,
y el de la sagrada comunión». (Grana-
da, Símbolo ele la fe, p. II, c. X, § II).
— También puede agregarse la acep.,
reconocida ya en la historia, de «decla-
ración de fe, hecha por protestantes»,
como fué la de Ausburgo. — Confesión
general\\a.m& el Dice, además de la que
todos conocemos con este nombre, la
«fórmula y oración que tiene dispuesta
la Iglesia para prepararse los fieles á
recibir algunos sacramentos, de que se
lisa también en el oficio divino y otras
ocasiones»; es decir, el Confíteor ó
Confíteor Deo, en castellano Yo pecador.
No hay para qué llamar confesión
general esta oración, aunque en sus
términos sea de lo más genei-al que
puede darse, porque ello sería introdu-
cir la confusión y alargar inútilmente
los vocablos: basta llamarla simple-
mente confesión, cerno se la nombra
generalmente en todas partes. «Ya vc-
cólíLconfesión; VajÁrczav la confesión».
«La misa... tiene otra parte que abraza
las oraciones y ceremonias que le
acompañan desde la confesión hasta el
fin». (La Puente, 'J'rat. del sacrif. de
hi misí/, c. V, § 111). «Venida la ma-
CON
CON
fiana, el An-hipáiiipauo salió ;i misa,
llevando consigo t\ ^^ilncllo. al cual
preguntó por el camino si sjíIjíh ayudar
á misa, y res[)ondió diciendo: Si, señor,
aunque es verdad (|Ue de unus días ¡i
esta jMirtc, como andamos metidos
t:uito en este demonio de nventunis, so
me lia volado de la testa la ron/exión y
todo lo demás, v sólo me ha (|Ueilado
de memoria el encviider las mndelas y
el escurrir las ampollas «. ((¿tiiplf de
A vellane<I;(. «."ip. X X X 1 1 1 ). No hay p;i-
raipié citar á loslitnr^'istas,piie< todos
ellos reconocen y del»en rw-onocx-r este
nombre, (jue es e! mismo fjue emplea la
rúbrica latina: «Delude HeÍMlomada-
riu8 facit ( 'on/fssioiifiii [y sigue el ( 'on/i-
/«>r/y«)].I)e¡nde[Chorus]repet¡tro/i-
fentionfui „¥iu:tn I b«/M.si'««íaChoro..ii
— En Liturgia tiene también la voz con-
fe*ión otra acep. que no aparece en el
Dice., y C8-el nepulfro del altar ó de la
piedra de ara en que se colocan las reli-
quias de mártires. El Pontiíkal Romano
define asi csUi act;p.: <Cnni e<j [chris-
mate] signat ronfexsioiieiii, id est, se-
palclirumaltaris. in quo reliijuiaesuut
reponendae». Con esto se entenderá
claramente lo que en historiivseclesiiis-
ticas y en descripciones de Roma se
llama la ron/exión ile Síin Pedro ó altar
de la confesión de San Pedro. Esta acep.
no es sino el signiHcido material, lla-
mémoslo así, de otro signiñcado nijía
amplio y espiritual que en los martiro-
logios, actas é historias de mártires
tiene la \oz confesión. En ellos siguitiui
el acto de confesar el mártir al Dios
verdulero, ó de c-onfesar la religión ó
la fe católica, y, como esc acto ilm
unido al martirio, significa tambicn,
por extensión, el martirio mismo. Eli
anillos sentidos se halla á cada ()a.so en
t'ray Luis de Granada, para no citar
á otros. «Y luego comenzó [S. Clemen-
te] á d:ir gracias al Señor por la venida
de aquel mancelx), i-ogiindole con mu-
cha eficacia que lo esforzase para que
fuese coun>añero de su ainfexiún ».
(Simh. df hi/e, p. II, c. XXIÍ. § III).
« Dame fortaleza y paciencia jiara que,
acalKida esta jornada de mi confesión,
me juntes cxin tu siervo Clemente».
(Ibid., § V). La definición general que
de confesión da el Dice: "declamcióu
que uno hace de lo (jue sabe, volunta-
riamente ó preguntado por otro», que-
da corta, y muy corta, jiara estas aceps.,
como asimismo para la que se deduce
de este pasaje de Fr. .\lonso de Cabrera
en su oración fúnebre de Telipe II:
cCuandocl ¡ni|n'o Lulero con sus lierc-
tii.'os dogmas turbó la Iglesia y comen-
zó á pervertirá la Alemania, ap.irtán-
dola de la unión del rebaño de Cristo,
¡con qué celo, con qué constancia se le
opuso este cristianísimo príncipe [Car-
los V]! Sea testigo aquella católica
confesión que hizo y escribió su propia
maiioy firmódesu Hombreen Wornies».
Aquí, lo mismo que eu la declaración
que hacían los mártires, confesión equi-
vale á ¡imfesión de fe. — La fr. Oír en
confesión es Oir de confesión.
Confesional, adj. De la 2." acep.
que hemos indicado para foi(/e.s/ü« han
derivado algunos este adj. con el signi-
ficado de-p:opi<i de una seda ó falsa
religión. .\sí, cementerio confe-
sional seria el que está destinado
para los protestantes eu general ó para
una secta particular de ellos. Dígase
cementerio proleslanle, ó acolólico, ó no
liendilo.
CoxKEsioxAnio, m. Dos ncej s. le da
el Dice: la de confesMiario, es decir,
«mueble dentro del cual se coloca el
sacerdote para oír las confesiones su-
376
CON
CON
cratuentíilc'S en lus iglesias»..., y la de
«tratado ó discurso en qne se dan reglas
para saber confesar y confesarse». Da-
do el liso que se liace modernamente
de la voz confestonario, la que sólo el
vulgo ignorante emplea i)or confesona-
rio, convendría ya quitarle esta acep.,
dejándole solamente la que ahora tiene
como 2."
Confianzudo, ua, adj. Aplicase al
que se toma una confianza indebida,
ó ¡I la cosa en que se manifiesta esa
confianza. No nos disnena por su for-
ma, y bien puede admitirse. « Esta
señora está siempre aquí, y se pxsa las
mañanas fumando tendida en mi di van,
ronjianzula como en su propia casa».
(Pardo Bazán, La Quimera). «Liber-
tades ronfiaiiziuhifi-n, dice en otra parte
la misma autora.
Confldenciar, n. Tratar cjnfi-
dencialmente. Verbo bien formado,
pero uo de mucho uso. Xo gastaremos
tiempo ni tinta en defenderlo.
CoNFiDENrA, f. Xo lo ailmite el
Dice, con esta terminacií'm sino única-
mente con e (coiiftilenlej, pero de gé-
nero común: «persona á quien otra fía
sus secretos ó le encarga la ejecución
de cosas reservadas». Iriarte, Jovella-
nos, Meléndez, Clemencín y Valera,
entre otros, lo usan como f. en r/, refi-
riéndose á mujer, lo que nos parece
muy propio y más claro. Véase AcoJi-
TAÑANTA.
Confinar. «Es galicismo, dice Ba-
ralt, cuando se usa, como pronominal,
por recluirse, encerrarse. V. gr.: con-
finarse ea el fondo de una
provincia; confinarse en una
soledad. Todo esto es puro francés
en el fondo y en la forma. Dígase
casfcellanamente: Recluirse en un rincón
(le provincia: porque no sabeinos que
las ¡irovincias tengan fondo, como las
botellas. Recluirse, encerrarse, sejnilhir-
se en un i/ermo, ó desierto, ó solediuh'.
El Dice, le da también la razón á Ba-
ralt, porque no admite este v. sino
como n. en la acep. de «lindar, estar
contiguo ó inmediato á otro un pueblo,
provincia ó reino», y como a. en la de
«desterrar á uno, señalándole un paraje
determinado de donde no pueda salir
en todo el tiempo de sn destierro». Es
cierto que Salva admite en su (¡raniá-
tica Confinarse á vivir en un
rincón; pero, como no alega razón
ui autoridad alguna, queda siempre
bajo la censura de Baralt.
Confirmando, da, m. y f. Persona
que está para recibir el sacramento de
la confirmación. Bien formado y usado;
digno, por consiguiente, do ser admi-
tido. Véase Bautizando.
Confite (Á partir de un) es
en buen castellano: Morder en un con-
fite. Comer en un mismo plato ó Estar
d partir un piñón con alguien.
Con Fi peor ó Confíteor Deo, m.
Oración tan conocida como ésta mere-
cía estar mucho tiempo há en el Dice.
Véase Confesión. 3." acep.
CoNFOUJiE, adv. Todos saben que
significa modo; pero tiempo, jamás.
Yerran, por lo tanto, los que lo emplean
en tal significado: Conforme Herjue
el sirviente, avísame. Puede sí usarse
significando á medida que, en el mismo
(jrado que: « Conforme avanza el siglo
hacia su terminación, va extendiéudo-
se el uso del patronímico». (Godoy
Alcántara, Apellidos castellanos). «Se
entristecía y alegi'aba á bulto, conforme
veia y notaba los semblantes á cada •
uno». (Cervantes, Quijote, I, iVi). Este
uso, bien castizo por cierto, es el que
erradamente ha traído el abuso chileno.
CON
CON
piieí' aquí ii#;iiiiosa fOíi/ori/ic irorapeiiiis,
en f lili II ¡o, liiftjo qiif, lio Irini, asi como.
Ski i Acaz al rucuentro tii y tu hijo....
Y nfi crtmo lo encuentrv«. dile luígo...
(firvijal, lu¡„i,. Vil).
Eli los Itiax ymialfx do Rotlrijro Caro
(dial. I, § II) liallaiuü.s usado á con-
forme de una inancnt (|iie no os muy
corrieiito. pero (¡ue Uiinpoo) jnstifiofl
el abuso cliileno, como á primera vLsta
]iad¡era creorse. < A estos lances llama-
Uiii missus, \ venían á ser todos los
lances Veinte o veinticinco, conforme
habia el núuieru de auritras»: es decir,
conforme al número de allli'_ra:^ ijiie
habia, y nó en cuanto ó luego
que lialiia el mimen) de rturisriis.
Confort, m. 1 íuiíL'scs y franceses
dicen confort al biencstir material,
» las omoilidades de la v¡d:i. En este
sentido (y también en el malamente
anticuado de soairro, asistencia, con-
suelo, confortíición ) ¡jodiamos muy
bien nov)tros emplear nuestros voca-
blos conforte y conhorte. Jle gusta niiis
el segundo. Y asi diriamo.a, v. gr.:
Bscogió tres de sus discípulos para su
ompaúin y conhorte ((.-onsuelo) [ Fr.
Luis de L'.-ón]. Y en el sentido mo-
derno: El conhorte ile la vúln; El con-
horte de toila» liix cltutes nocíales es ¡a
mejor prenda ij más seijiira fianza de la
/;í/2i'/c/i*'/-«/i>.(narak). También podría
emplearse el anticuado conforto, (|ue cj
lo mismo í|ue conforte ó con/iorte. Co-
rríjanse pues de su ]x;daiitesc:i manía
loa que acostumbran salpicar sus escri-
tos de v(<ces y frasea extranjeras y vean
fjue el castellano tiene Vf>cabl(j8 para
todo ó por lo menos puede asimilárselos
según su pro|)¡a forma.
CosrOHTM'.l.K, aílj. Volvemos á co-
piar ii liaiiilt, |iop]Ue nadie, que solía-
nlos, ha tratado mejor de esta voz.
«Vocablo, dice, c|Ue los fninceses han
tomado de los ingleses, y (jue los gali-
parlistas han traído ¡i Esjmña en signi-
ficación de cüU'.odo. conveniente, (¡no
proporciona deleite ó bienestiir mate-
rial: y así dicen muchos: El calor de
esta chimenea es muy confortable;
Abrigo confortable; Coimd&coiifortable.
Yo no veo ningún inconveniente en
adoptar este adj., teniendo, como tene-
mos confortación ; confortador, ra;
confortamiento; confortante; confortar;
confortativo, ra; ant. conforte y confor-
to. Y que confortable se acomoda á la
Índole de la lengua, es evidente. Esto
en cuanto á la forma; pero ¿qué signi-
ficación le atribuiremos? A mi juicio,
la suya propia y natural de lo qtie
conforta, ij da rif/or, cspiritii y fuerza,
en una acep.: en otra lo que anima,
alienta ij consuela. Y, como e.vtensión
del primer significado, lo que propor-
ciona bienestar material. Por lo cual
tendivmos por bien diciio calor confor-
table, abril/o confortable, comida con-
fortable (como decimos calor, abrigo,
comida saludable eu uii sentido análo-
go); pon]ue el calor, el abrigo, la
comida, etc., confortan, y dan vigor,
espíritu y fuerza. Pero no diremos
Sillón confortable, zapatos
confortables, casa conforta-
ble, jardín confortable (y lo
dicen muchos), poique ni el caso es el
mismo, ni tenemos para qué poner en
desuso los más propios vocablos cómo-
do, acomodado, proporcionado, bien
ditpuesto, bien distribuido, etc.» El
Dice, ha guardado hasta hoy alisoluto
silencio sobre confortable; pero ya seria
liiieiiu que se resolviera á admitirlo,
IKirque no es posible que sea raiis es-
tricto que Haialt. Confortable se
378
CON
CON
ha usado hasta hace poco en Chile Gi-
mo s., generalmente f., para desiii-iiar
unas sillas cin'os brazos estaban forra-
dos hasta comunicar con el asiento.
Confort \\T!J, adj. y ú. t. c. s. [in.]
Que confoita. — Además de esta acep.
le daba el penúltimo Dice, la siguiente:
«especie de guante de punto, general-
mente de lana, que sólo cubre desde la
muñeca inclusive hasta la mitad del
dedo pulgar», y también la de milón,
que el mismo definía así: «especie de
guante sin dedos, de que usan las mu-
jeres». El último Dice, ha refundido
estas dos aceps. en una sola, la de
mitán, cuya definición ha quedado
enmendada así: «especie de guante de
punto, que sólo cubre desde la muñeca
inclusive hasta la mitad del pulgar y
el nacimiento de los demás dedos».
Confrag'uación, f. Mezcla de
unos metales con otros. Así aparecía
en la 12." edición del Dice; pero en la
13." fué suprimido.
Confraternizar, n. Tan usado,
sobre todo por chilenos y argentinos
con ocasión de los pactos internacio-
nales, no está admitido en el Dice, el
cual proporciona para esto al simple
fraternizar, cuyo significado («unirse
y tratarse como hermanos») basta y
sobra pai'a el caso. También existe el
anticuado confraternar: «hermanarse
una persona con otra»; pero éste no
satisfaría á los que creen que el toqui
ore rotundo que decía Horacio consiste
en emplear voces largas y sonoras. —
El s. confraternidad sí que está admi-
tido.
Confrontador, ea, m. y f. Jlerece
admitirse en el mismo significado de
CoMPDLSADOR. Véase esta voz.
CONFCTSróN, f. En el foro chileno
es-modo de e."ctinguirse una obliiíacinn
por concurrir en una misma persona las
calidades de acreedor y deudor. Nues-
tro Código Civil dedica á la ronfusiún,
en esta acep., todo el título XVIII del
libro IV, y la admite tand)ién, como
término de Legislación, el Dice. Enci-
clopédico Hispano-Americano. Espe-
ramos que pronto lo acepte jior su
]iarte el de la Academia.
Congeniar, n. Conjúgase rart/rjí/o,
congenias, etc., como compuesto que es
de fienio, y nó cong"eneo, conge-
neas. Véase Iar. (Verhos e.v).
C.iNRKSTiONAR, a. y ti. t. c. r. Cau-
sar congestión. Es v. bien formado,
l)a5tante usado y necesario: creemos
que debe admitirse. «Nó, Nina, nó;
hija mía, dile todo, aunque se te ponga
la cara muy colorada y se te congestio-
ne la verruga que llevas en la frente».
(P. Galdós, Misericordia, XXVI).
Congojar ó acongojar, a. y lisan-
se t. c. r.
Congosto, m. Desfiladero entre
montañas. Admitido en el último Dice.
Congraciar, a. y r. Conjúgiisc
congracio, congracias, etc., y nó con-
graceo, congraceas, porque es
compuesto de gracia. Véase Iar (Vf,R-
BOS en)
Congregación, f. «Cuerpo ó comu-
nidad desacerdotes seculares, dedicados
al ejercicio de los ministerios eclesiás-
ticos bíijo ciertas constituciones. Las
hay con varias denominaciones: del
Salvador, de San Felipe Neri, etc.» A
esta acep., que es la más pertinente al
caso, debió añadir el Dice, otra en que
se definiese \& congregacién refigiosa de
komltres que no son sncerdotss, y la de
mil/eres, nó la sim])le cofradía, asocia-
ción, ó sociedad, (pie es congregación de
laicos ó seglares, sino la congregación
ó instituto reliífioso de liombi'es ó de
CON
CON
379
mujeres liga ios por los ux» voCu> rdi-
giosoa, pero simples (si son soleiniies,
se llama orden), y que viven bajo
oonstitucionos aprobadas por el Obbpo
diocesano (j- en tal ciso se llaoia con-
gre<rafión diocesana), ó por el Papa (y
en esto (.■aso es oongregacióu apostóli-
ca). Las voces roiinmidad y corjioraeiún
son mucho más genéricas, ¡xirque abm-
zan Á los individuos de una orden ó de
una convrrugnción.
Cojí(;KE<;ACioxiSTA,cjm. Individuo
de las congregaciones religiosas; par-
tidario de ellas. || adj. Perteneciente á
los congregaciones religiosas ó á sns
obras. Voz de uso niodi-Tno y necesaria;
no vemos inconveniente paní sn acep-
ución. Ve¡i.<f CongTeganista.
CongreganiSta.enn. E.sel nom-
bre afrancesado de lo (jue en cast<;lla-
no siempre se ha llamado roiKjreijaiüe,
la, m. y f.: «individuo de una congre-
gación», tomando aquí á congregación
por sinónimo de f^fradia. Véase Cox-
ORKOACIÓX.
CüNtiUf-SAi,, LA, m. y f., y coxgre-
siáTA, com. Individuo perteneciente á
un congreso, tomando á congreso en el
significado general que tiene en todo el
nmndu, de «jnnta de algunas personas
I>ani deliberar sobre aigiin negocio... »,
como la paz, algún ramo de la ciencia,
algún asunto rcliu'ioso, social, ]x>litico,
etc., etc.; fongmo df la jmz, rongrrso
rientifiro, roivfreso eurarMiieo. Y, como
algunos de estos congresos Síjn á vejes
de mujeres, resulta que también boy
rongresniax ó eoiujresixla» femeninas;
por eso no vacilamos en d ir ¡i estos
dos vocablos los géneros ya ujiuntadus.
Pues bien, en esta ace]). ci''.-emos <|ue
ambos delicn s<!r admitidos, porc|Ue e.v
tiin bien formailos, son Uí^ndos en todas
¡lart/'s y hao-n verdad'-ra falta. — I,a
ac:p. qiK' no es uin urgente de aJmiiir
es la que tienen como miembros de un
congreso legislativo (véase el siguien-
te), porque en este caso pueden reem-
plazarse por diputado ó senador, según
sea la secciiin ó parte dtl congreso á
que pertenezca la persona.
CoxonESO, m. En Chile y en casi
todas las repúblicas sudamericanas se
llama fOH^íwo iwrional,ó simplemente
conijrmo, el Poder legislativo de la na-
ción, compuesto de dos cámai-as, una
de Senadores y otra de Diputados, quo
en algunos casos deliberan juntas. Es-
tiis dos cámaras, cuerpos ó estamentos,
se llaman en España Cortes, y separa-
damente. Senado y Congreso de los
ÍM'j'tilados. Por eso los españoles no
necesitan de la voz congresal ó congre-
sista para designar á un individuo de
gus Cortes, sino que lo llaman resijec-
tivainentc Senador del reino y Diputa-
do á Cortes. Pedimos pues se reconozca
nuestra accp. de congreso,
CoxGitrEXCiA, f. .\ñadióle el último
Dice, esta accp. de .Vlgeljra: «expresión
algebraica de una cantidad congruente
con oti-a y que se representa |X)r tres
rayas horizontales paralelas interpues-
tas eutre arabas, añadiendo el módulo
encerrado en un paréntesis».
CoxfiUi'EXTE, adj. Recibió esta nue-
va acep. de .Vlgebra: xcantidad que
dividida por otra da un residuo deter-
minado, que se llama módulo»,
CoxjLGABLE, adj. Que puede con-
jugarse. Merece admitirse, lo mis-
mo que sn compuesto y contrario Ix-
C'OX.IlüAUI.E.
Cox.UfiArjúx. Inifiosible sería, en
una obra de chilenismos, prescindir del
sistema de conjugación (¡ne usji nuts-
tixi pueblo, capaz por sí solo de deso-
r¡i-ntar ;i cualcjni'r cxtranj'-ro hasta
380
CON
CON
creerlo un dialecto especial; pero, bien
visto, no es sino la misma conjugación
que usaba el pueblo español del siglo
XVI, muy poco más estropeada. Lo
más peculiar de ella es no reconocer
las segundas personas tá y vosotros,
que son reemplazadas resp3ctivamente
por vos y ustedes (véase Vos), el supri-
mir la e en los plurales que terminan
en éis, y el igualar la segunda y terce-
ra conjugación en la primera persona
de plural del presente de indicativo
(nosotros comimos, por comemos).
En el imperativo se usa también el
pl. por el singular, aunque en gran
parte ya va desapareciendo este cambio ;
por supuesto que cuando se usa la for-
ma pl. se le suprime la rf final, como lo
hacían hasta los clásicos del siglo de
oro. Esto es todo lo que hay que
notar en los verbos regulares; en
cuanto á los irregulares, ya que no
es posible tratarlos todos, sólo habla-
remos de uno que otro en su respec-
tivo lugar. Para más claridad, he aquí
un ejemplo de nuestra conjugación
popular.
Verbo Comer.
Indiratiro.
Presente.
Yo como.
Vos comís.
El come.
Nosotros comimos.
Ustedes comen.
Ellos comen.
Imperfecto ó copreterito.
Preti'rito perfecto.
Fuera de la irregularidad en las
personas, ninguna otra tienen estos dos
tiempos.
Futuro.
Yo comeré.
Vos comerís.
El comerá.
Nosotros comeremos.
Ustedes comerán.
Ellos comerán.
Imperatiro.
Come ó come vos.
Coman ellos.
Subjunfivo é Infiiiitivo.
Ambos modos no tienen nada de
particular fuera de la denominación
de las personas.
Téngase presente para la conjuga-
ción, que el pueblo chileno hace una
horrorosa confusión, pero siempre uni-
forme, del vos con el tú. De este último
sólo usa la forma te (acusativo y dati-
vo) y aun mezclándola con vos, con el
cual suple todas las demás forma?.
Ejemplos: ;Qué te importa á vos!
Nada tengo que tratar COD. VOS.
Dormite, niTiílo, por Dormios, ninito.
Llévatelo, por Llévatelo ó Lleváos-
lo. La forma os, antes y después del
V., es enteramente desconocida: lo mis-
mo que nos, que se convierte en los,
consapenasperceptibk':LosjUÍmos
(Nos fiamos); Vámolos de aquí.
(Vamonos de aquí). Hay, además, un
tá muy original, que usan las personas
del pueblo que pretenden iraicar á la
gente educada y que en sus labios
suena y se declina así: tuz, á tuz,
de tuz, con tuz, etc. Los posesivos
nuestro y vuestro son desconocidos y
se reemplazan por los complementos
de nosotros, de ustedes.
CON
CON
sai
CüNJiiiADo, HA. a'lj. Atriv^oselc-
esta awp. de Matemáticas: «aplicase á
las lintns ó á las cantidades que están
enlazadas por albina ley ó relación
determinadas. hUi metros conjugados,
valores foiijwfiulos de una fiinrión».
Allá se avengan con sn lenguaje los
inatemácioos, i|ue, gracias á Dios, no
hade rebasar los límitesde sin ciencias;
porque, si todo él hubiera de ser tan
propio como este adj.. que á la legua
hnele á francci, medrado estaba en-
tonces el castellano.
CoxJiOADOR, RA, m. v f. Pcrsona
que conjuga. Merece admitirse.
CoxJi'NTiviTis, f. Inflamación de
la conjuntiva. Término de Medicina
que alcanzó cubida en el Ajjéndice del
último Dice. — La definición de Cox-
JfXTiVA fué reformada de esta mane-
ra: «membrana mucosa que cubre la
parte anterior del glolx) del ojo, excep-
to la córnea, y se extiende por la su-
perficie interna del párpado».
CoxjfRA y coxjiRACióx, f. Conspi-
ración pre-meditada contra el Estado, el
principe ú otra autoridad. — Con/ura-
eión signifícu también, como anticuado,
ronjiiro, m., que es la acción ó efecto
de conjurar loscxorcistas; imprecación
supersticiosa hecha en los maleficios;
y mego encarecido.
CoxjiiXADOR. RA, m. y f. Persona
qncconmiiia.Mereceadmitir.se, p<jr<|ue
hace falta y no {Kidria reemplazarse
por í 'onminalorio, n'/i, adj. que se aplica
al mandamiento que incluye amenaza
de alguna pena: y también á nna
clase de jnnimento, debici agregar el
I >ifc.
<'OXMOVKIM)R, KA, adj. Í¿UC COII-
niufve. .\dinitido en el último I)i(*.
Conmuta, f. ])í<íi\»í: ronmularión :
tnK-qii'-. '•.Tnibio (i jM-niiuta que sí; lince
de uim cusa [wr oti'a; y en Hitorica,
retruirano.
CoNMiTAnoR, adj. Que conmu-
ta. II m., término de Física: pieza de
los aparatos eléctricos que sirve para
«imbiar de conductor una corriente.
Admitido en el último Dice.
CoxxACioxAL, adj. Que es de la
misma nación que otro. U. t. c. s. Es
voz bien formada, de bastante uso y
necesaria, que no espera sino la inclu-
sión en el Dice. Xo bastan para reem-
plazarla conterráneo, paüano ni otros
sinónimos, jxirque no significan preci-
samente lo mismo que ella. A'éase Co.
CoxxiVEXCiA, f. «Disimulo ó tole-
rancia en el superior acerca de las
transgresionesque cometen sussúbditos
contra las reglas ó leyes bajo las cuales
viven. II Acción de confabularse». Esta
es la definición del Dice; il la cual
observa Cuervo: «aunque usada tam-
bién generalmente en España la acep.
de inteligencia de dos personas en daño
de tercero, que aquí damos ordinaria-
mente á connicencia, la creemos impro-
pia...; por tanto no diremos de ¡«rso-
nas que se entienden ó conchaban jiara
algún fin, que estiin en connivencm-D.
Xosotros sí que lo diremos, con perdón
del ilustre bogotano, aumine suavizan-
do un tanto y reduciendo ;i su verda-
dero significado esta acep., que tampoco
ha sido bien definida por el Dice. Si el
V. latino ronnifpo, de donde se derivan
la connirentUi latina y la connirenria
castellana, signifiai disimular, hacer
que no Bc ve, y también hacer del ojo,
esto es; hacer uno ii otro señas guiñar. -
do el ojo, para que le entienda sin (|ue
otros lo noten, y familiarmente, estar
líos pci-soiias de un mismo jiarecer ó
dictaiiieii en una cosa, sin lialTéi-selo
coiiinnicado I;i iiiiii ;i la otni; si esto
CON
CON
(repetimos) sigiiificau eu latiu connifco
j connk'enlia, ¿que cosa más natural
que dar el mismo siguificado á la con-
nivencia castellana? Por consiguiente,
no es lo que dice el Dice: «acción de
confabularse», ni lo que dice Cuervo,
entenderse ó conchabarse, sino menos
todavía: es simplemente el hacer del
ojo, que hemos definido con las palabras
mismas del Dice. Xo es pues sinónimo
connivencia, en este sentido, de confa-
bulctciún, conjuracün, complot, monipo-
dio, pastel, ni siquiera de conchabanza;
y, si algunos lo han usado como sinóni-
mo, es por la tendencia ó pudor natu-
ral del hombre, de dar á las cosas feas
y vergonzosas nombres más suaves y
llevaderos.
Cono, m. Se le agregó esta acep. de
Botánica: «fruto de las coniferas". —
La de Geometría se dividió eu dos:
«sólido limitado por una superficie
cónica y un plano que forma su base;
por antonomasia, el recto y circular».
— So incluyeron también, con sus res-
pectivas definiciones, el cono circidar,
el oblicuo, el recto y el truncarlo.
ConOCiencia, f. Úsase todavía
entre el vulgo por coiwciniiento ó cono-
cido, du, m. y f., que son: «persona
cou quien se tiene trato ó comunica-
ción, pero nó amistad». El Dice,
admite todavía á conocencia ó
conoscencia en el significado de
conocimiento (sin decir qué acep. de esta
voz) y advirtiendo que «hoy conserva
uso entre la gente vulgar». Probable-
mente será en la misma acep. que en
Chile.
CoxoiDi'), ni. Todo este artículo
quedó reformado de la manera siguiente
en el último Dice: «Sólido terminado
por una superficie curva con punta ó
vértice á semejanza del cono. || Super-
ficie engendrada por una recta que se
mueve apoyándose en una curva y en
otra recta y conservándose paralela á
un plano».
Conopeo, m. Del griego ;<.(ov(o-síov,
en latín conopccum, han formado al-
gunos en castellano la voz conopeo,
que, á decir verdad, no es necesaria,
porque ya existen otras que expresan
la misma idea; y son: pabellón (colga-
dura plegada que cobija y ¡idurna una
cama, un trono, altar, etc.) y mosr/ui-
fera, f., ó mosquitero, va. (pabellón ó
colgadura de cama hecho de gasa, para
impedir que entren á molestar los
mosquitos). Aun la voz dosel tiene
alguna semejanza, porque significa:
«mueble de aparato, fijo ó portátil, que
cae il modo de colgadura por detrás del
sitial, y á cierta altura lo cubre ó
resguarda, adelantándose en pabellón
horizontal». Del COnopeO se habló,
talvez por primera vez en Chile, cuan-
do se publicó el edicto de lí de Octubre
de ISOü del lUmo. Arzobispo Valdi-
vieso sobre la conservación do la Eu-
caristía en las iglesias y en el cual una
sola vez se cita esta voz, y eso con
bastardilla, como que no es castellana,
traduciéndose las demás veces por
pabellón.— ho peor del caso es que al-
gunos la han entendido tan mal, que
la aplican, nó al pabellón del altar, si-
no al pequeñísimo pabellón del copón,
al cual nunca la rúbrica latina ha lia--
mado conoprcum, sino simplemente
álbum velum, velo albo ó blanco.
CoXQCE. Conjunción ilativa, con la
cual se enuncia una consecuencia na-
tural de lo que acaba de deciree. Se
escribe así, eu una sola palabi-a, y no
debe confundirse con el complemento
con f/ue, que puede ser también inte-
rrogativo y admirativo, ií^ Conque se
CON
CON
383
entretiene iistedr Y ¿ion qu^ se entre-
tiene? El libro on qw me entretengo
es la íuiitíiriún th Críalo ». Belli cácrihe
ú eon i/uf en aiub.is casos a{K\rte, como
dos p;il;il»raíi; lo iiiK* es coiitnirio á la
pntctica lie la Acu'lemia. (¡ne es la «¡ne
liemosexpi\esto._v a la del mismo autor
en otras voces similares, como lalrez,
amenudo. Vcstse Talvkz.
C'ox.-iAiiRACióx, f. lAcción y efecto
de cons.i?rar». decía la 12." edición del
Dice.; la l:'..* a'/ro.;ó: «ó cjn8a<írarse»:
y nosotros todavía correfrirtími>3: «ac-
ción ú efecto», en lu^'ar de «¡loción y
efecto», com > liemos veiiid:i cjrrisrien-
do en todas hus detiniciones qus así
principian, ponjue stm cosas muy dis-
tintas la acción y el efecto y basta que
exista nna de las dos ])ara que exista
también lo definido.
CoxsAííKAR. a. Significa, según su
etimolo<ría latina, hacer sagrada ana
persona ó cosí» ( roiixerrare ) : por con-
signientc, lo más qne puetlen exten-
derse sus ace[is. es hasta aplicarse á
cosas que, aunque de suyo no son sus-
ceptibles de consagración, son en cierto
modo sagradiLS segiin el c-oncepto gene-
ral. .\sí ge pucflen coitsa;)r(ir mw/uix
huras al estwlU) y alyíinris til dfxcanso;
ae puede roniuu/rar la pluma d la de-
fenni Jf la re'i/li'»i 1/ ilc Iti palria, etc.,
etc.: pero un casino consagrado
al jueg-0. un tren consagrado
á determinados transportes,
non consatTaciones que no liana ni un
derviche.
Coxsí'RiiTO, m. El Dice, s ilo admi-
te Prulre ronKrripln,y ya InArojiKrri/ilún
militares, estoe», los tpie por ley deben
entrar pf)r algiin tiemjw ¡i aprender la
milicia, se van generalizando por toda
la América. En Et^paña el ronsfriplo
nuestro equivale al f/uinlo, m.: <rii<|ní'l
á quien por suerte le toca ser soldado»,
y también al re^-luta: «jwr extensión,
mozo alistado jwr sorteo ixim el servi-
cio militar». Por el noble origen de la
voz ryiixrfiplo, por el uso tan general
que tiene y jxir la in-irriju-iiiii i|ue exi-
ge la ley de servicio militar obligatorio,
idea que no cal)» en quiíilo ni en reflu-
ía, y sí en conscriplo, qu? es compuesto
de xcripltts, creenws que ya es tiempo
de admitirlo en el Dice.
Cox.-íEcrEXCiAL. adj. Que expresa ó
envuelve consecuencia. Es el califica-
tivo que dan algunos gramiticos á la
conjunción (]ue los demfts llaman ila-
tiva. La voz estii bien formada y puede
admitirse.
CoxsKCiKXTK, adj. ;Qué prep. rige
esta palabra!' ; Puede decirse indistin-
tamente C'oiisfcwiilp (i KHS ideax, Con-
xerufiüf ron sus ideas, ó Consecueii/e
en sus ideas.' La .\aidemia y Salva
guardan absoluto silencio: Cuervo se
limita á apuntar que Quintana usó
Consecuenle á mucluis veces, y Tlemen-
cin una; Barait es el qni' dice termi-
nantemente que Consecuente á
lx>r fiel á no es castellano. Dada la
regla general que existe en castellano,
de <|ue las palabras compuestas rigen
la misma preposición de que se com-
ponen, regla tomada de la sintaxis la-
tina, y atendiendo, por otra parte, al
uso getieral, creemos con el grande
enemigo de los galicismos que no debe
decirse Consecuente á sino Conse-
cufnle riiii. Otni cosa será si se usa
rnnsij/uienle, sinónimo de ronseruenle.
Y ,;por qué la diferencia? Porque ron-
seruenle es voz latinizada, en la cual el
castellano no puede ver otra cosa que
su estructura material, es decir, (¡uc es
compuesta de ron, y, fwr lo tanto, que
ese mismo ha de ser sn régimen; niien-
:l8i
CON
CON
tras que en consifjuieiile se ve la forma
verbal castellana que pide el mismo
régimen del v. consei/uir ó del simple
seguir. «Y consiguiente á esto es lo que
añade». (Pr. Luis de León). Respecto
de en no hay disputa, porque, expre-
sando ella una relación más genérica,
algo como de lugar en donde, no es el
régimen propio é inmediato, el cual en
tal caso se callaría, sino que es un ré-
gimen mils vago y general. Si yo digo,
por ejemplo. Soy consecuente en mis
ideas, quiero decir que Soy consecuente
conmigo mismo, ó con Dios ó con mi
conciencia, en expresar mis ideas.
Conserva, f. Masa ó pasta con
que se rellenan algunas empanadas
ordinarias, como son las de pii-as, ó
que se pone en medio de las hojas de
algunos dulces. La conserva castellana
es «fruta hervida en agua con almíbar
ó miel, hasta el punto necesario para
que se conserve; pimientos, pepinos y
otras cosas [agregúese siquiera co-
fflfs/í'A/ís] que se conservan en vinagre».
— Según esto no debemos decir Duraz-
nos, Vi-as, frutas en conserva (;i lo
sumo sería en conserraciún), sino Con-
servas de duraznos, uvas, etc., ó Du-
raznos.. .conservados.
Conservador, m. Prescindimos del
significado político que tiene en Chile,
porque, sujetos como están á tantas
mudanzas todos los nombres de parti-
dos, y aunque esto menos que con
ninguno rece con el conservador, que
defiende los invariables principios ca-
tólicos, sin embargo, de intento los
liemos excluido á todos. — Fuera de es-
to, se llama aquí conservador de bienes
raices, ó conservador á secas, el registro
público en que se inscriben las tranfe-
rencias de dominio de los bienes raíces
y otros actos y contratos relativos :'i
los mismos Iticnes. — Por extensión fe
llama también conservador al funcio-
nario público que tiene á su cargo este
registro. — Por último, es también con-
servadorla, oficina de este funcionario.
Por el uso general que hay en Chile
de estas tres aceps. y por estar autori-
zadas por nuestras leyes, creemos que
deben entrar en el Dice, por lo menos
como chilenismos.
CüKbERVATORio, m. Significa «esta-
blecimiento costeado por el gobierno
con el objeto de fomentar y enseñar
ciertas artes:» Conservatorio de música;
pero no lo que quieren hacerle signifi-
car en Chile: «lugar cubierto y abri-
gado artificialmente para defender de
la acción del frío», que en castellano
se llama invernáculo, y aun invernacte-
ro y estufa.
Conservatorio, adj. Aplicase al
registro conservador de bienes raíces
que acabamos de definir. Puede admi-
tirse.
Considerar, a. y ú. t. c. r. Le fal-
tan en el Dice, las aceps. de-juzgar,
reputar; imaginar, figurarse; hallar ó
tener como objeto de i'eflexión ó estu-
dio, que sicmpi'e se han usailo en cas-
tellano. Pondremos una autoridad pa-
ra cada una, tomándolas del Dice, de
Cuervo. «Como no se consideran mor-
tales, vienen á morir con doblada
muerte». (Fr. Luis de León). «No ca-
bía de contento considerándose ^.n una
casa pobre, vestida de un saco, junta
con otras de su trato y espíritu». (Sta.
Teresa). «En Cristo, consideramos
cuerpo, y consideramos alma, y en su
alma podemos considerar lo que es en
sí para el cuerpo, y los dones que tiene
en sí por gracia de Dios y el estar
unida con la propia persona del Verbo».
(Fr. Luis de León).
CON
CON
3ÍÍ3
CV).ssii;XAi£, a. La UL-ep. (.-riticAda
por Baralt fué adniitidti [lor el Hice,
con t-sia ikti Ilición: «TraUíuioso de
o[»¡nioiies.voU>s,ductrinas,l>i.H;lios.i'tc..
asentar por oserito (-na|i|ii¡c'rii df i-stits
ooeng».
CoN.si<;o, ablativo del proii. nH.>v>.
Xo faltan por estas tiernis pei-sonas
ethicadas i|Ue dicen sin eacriipulo: «Xo
las teniTo ttnlas consigro;» v en ge-
neral emplean a mnsn/o en vez de roii-
mii/o; error ijue sin dinhi lia provenido
del otro in;is «iraiide que señalaiiioji en
el articulo siguiente.
Consigo, ga, a.lj. Hay ipiienes
toman e-stJi |)alubt-a por verdudem jiar-
ticipio del V. amüftjuir y asi tienen
valor de emplearla. )'// loilo lo letujo
consigo. ¡Huella pro les haga! Es
evidente que es una confusión con liis
forraos contractas roiimii/fí, rontiíjn,
coiuiíjo. Oyendo el pueblo fr.isos como
éstas: Ya tiene el dinero consi/o, Pedro
llera el libro eon.tiijo, Extá bien nmnii/o,
etc., debió de pensar (jue iiuerfaii decir
eonnejiiido, jwrticipio ijuí; no del)eria
8cr asi sino consigo, como dec-ian
sus patrones. ^L'u.mtos en-ores n» se
han pmiKiiado por u:i simple ¡Kiralo-
gismo.'
Coxsrr.iiKSTK, adj. Véase CoNSK-
ci-KXTE.— Por lo consiguiente,
modismo muy usaiio en ('iiili- y ipie
nnnai hemos halla lo en autoi°es e.-°pa-
fiole!<; estos dic-n Por rl tniumo roiisi-
guienle (Cervantes), <jue hoy ya no se
asa; Por el consiijuienle (Dice., Cer-
vantes y otr»), poco usarlo al presente;
Porronxif/uieii/e,<¡\ más usado en todas
partes; ¡Je coiixi^inientf, (pie no figura
en el I)icc., jiero usado ]>or los moder-
nos, como Herniosilla, .Mr-nlá-daliaiio,
Gallego, eU;. El significado de todos
estos niixlismos e-;: \v\t coni-ecu 'i.cia,
en fuerza ó virtud de lo aiiteivdento,
y lió «asi mismo, del mismo modo»,
como usjín algunos chilenos á Por lo
consiguiente.
Consola, f. La especie de niéiisnla
ijue sirve p:'i"a sostener un busto, vaso
li otro adorno, se llama repisa ójioi/a-
///. Coxsdi.A es lo (|ue aquí llamamos
mesa de arrimo, ó sea: mesa hecha
para estar arrimada á la pared, conniii-
mente sin cajones y con un segundo
tablero inmediato al suelo, la cual sue-
le colociU"se en la sala ú otra pieza
princijiíil de la casa, y se destina de
ordinario á sostener reloj, floreros y
otros aiK>riuis.
Consommé, m. Fniiic(;'s]H)r nom-
bre y origen, es el caldo aristocrático,
el de los banquetes y comidas de lujo.
Hace más de veinte años que el Dice.
lo tiene admitido en la forma castella-
na ronaumado, in., y lo define: «caldo
que se hace de ternera, pollo y otras
carnes, siícando toda la sidistancia de
ellas, para lo cual ordinariamente se
cuecen en Iwño denmria. I", m. en pl.»
CoxsoXANTKito, lu, adj. Aplíciise á
la persona «jue tiene la costumbre de
formar consonancia á cada dicho ó
palabra <|ue oye. .Se cuenta que, habién-
dose acusado en confesión una mujer
del pueblo de ser muy rnnxonanlera, el
confesor le preguntó (pié significaba
eso. EUa se explicó como pudo, dicien-
do (pie echaba consonancias; con lo
cual se entabló el siguiente diálogo.
— \ ver, ilimc una.
— ;Ah, hij' ana!
— Dinie utra.
— .Sií(Mmc la jxitra.
— No seas losa.
— Chúpate i'na.
El vocablo cstíí bien formado y como
el si,'i;iticado ipie tiene e; vicio de to-
n8(5
CON
CON
dos los países, bien puede admitirse.
Véase Refi'aniento.
CONSOXANTISMO. m. FyStudio de las
letras consonantes de un idioma. Úsa-
lo el académico Don Agustín Pascual
en su discurso de incorporación en la
Academia Española. «El consonaiifis-
mo disipa las tinieblas de aquell.is
remotas edades». Por nuestra parte lo
admitiríamos además en el. significado
de-« vicio, asi de la prosa como de la
poesía, que consiste en el uso inmoti-
vado, ó no requerido por la rima, de
voces consonantes que se correspondan
unas con otras, hiriendo el oído», que
es la última acep. (jue el Dice, da á
Consonancia.
CoNsoNANTiZAR, a. Convertir una
letra vocal en consonante. Ü. t. c. r.
Es V. usado en Filología, bien formado
y necesario; por lo cual debe admitirse.
Véase Izar (Verbos ex).
Conspirar, n. Usase en Chile en la
acep., que no le reconoce el Dice, de-
empeñarse ó esforzarse por conseguir
algo, aspií'ar á ello con empeño. «Este
niño no conspira por aprender», dice
con aflicción una madre. No hay duda
de que esta acep. se ha formado de una
de las que tiene en el Dice: «Concu-
rrir varias cosa-s á un mismo fin:» y
así lo reconoce Cuervo cuando dice:
«Los últimos ejemph)S, en que figura
un colectivo, muestran por dónde ha
llegado á emplearse el verbo, no sin
impropiedad, cuando se trata de un
solo objeto ;« y aduce las tres siguien-
tes autoridades:
Su .intigua Musa, que ¡í vencer lo eternii
Conspira, y tiempos sucesivos doma.
Pide al ;irte español triunfo moderno.
(Jáuregui. Farsiilia. c. I).
«Es creíble que la codicia de los acree-
dores hubiese introducido sobre este
punto algunos abusos, á cuyo destierro
rnnspiraha esta ley». (Jovellanos, Re-
flcxiniicx sobre uso de las sepulL) «Es-
tos planes en que varios personajes
fingen una intriga para escarmiento
de otro, son incompletos y ronspmm
contra la convicción, que debe ser el
resultado del arte». (Laru.\).
Constatar, a. Muy usad:) en la
moderna galiparla por comproliar, pa-
tenlizar, manifestar, evidenciar, reco-
nocer, hacer constar, y á veces también,
compulsar. Así lo emplea el Marqués
de Molíns en su obra Bretón de los
Herreros (cap. VII): «Porque [los
sucesos] han sido por mí consta-
tados en documentos públicos y
oficiales». El v. es innecesario y hasta
hoy no ha sido admitido por la
Academia.
Cox.sTELAR, a. Llenar de constela-
ciones. Es un hermoso v., bien forma-
do y digno de ser admitido. Natural-
mente, no puede tener mucho uso,
porque sólo es para la poesía y la prosa
elevada; pero de este género hay mu-
chísimas voces en todos los idiomas.
El poeta chileno, Presbítero Don Luis
Fe'ipe Contardo, en su clásico «Canto
á la Cruz», había escrito primero:
¡Salve tú que te elevas á la cumbre
Ctmsldttiíii de regios luminares!
pero despué?, huyendo sin duda del
neologiemo, corrigió así:
¡Salve tú. que á la cumbre
Donde en nube de ardientes luminares
Se asienta Dios, te elevas.
Estrechando dos mundos en tus brazos!
Mejor hubiera sido conservar el her-
moso constelar.
CüNSTiTrciONAiJDAD, f. Calidad de
constitucional. Aunque es enemigo el
c;tstenano de las palabras kilométricas,
CON
CON
S87
liav, ¿iu eiiiliar^o, «Itruiuis «¡ue no
puede dejar de admitir jwr la falta ijue
hacxii: y niia de éstas es la presente.
« Jledida cuya conylitwioiwlidad
podrá ser disputable». (Bretón de los
Hera-ros, art. Lti Caslaüercij.
C'o.\sriTriio.VAi.ME.VTK,adv. ui. De
modo cuQstitucional, conforme á la
constitución. Debe tigurar en el Dice.
t"ox.sTiTrvESTE, adj. «Dicese de
las Cortes convocadas para reformar
lu constitución del Estado». Es indis-
pensable acomodar esta detinición del
Dice, al sistema legislativo de las re-
públicas. Vijise Cox<;re.so.
Consuegrar, n. Hacerse un jwdre
ó uu:i madre consuegro ó consuegra de
otro piídre ó madre. Asi apaa-ce este
V. en el Dice, de la .\cadetnia; el de
Zerolo, ademiis de esta forma, le da la
de consni/ivir, que nos parece ser la
única propia y corixcta jxira el infiniti-
vo, como en casi todos los verlxjs iiTCgu-
larcs de la segunda clase que mudan
la o en uf. líello, en su vocabidario del
Poema del Cid, s<ilo pone consoi/aír; y
asi, en efecto, está escrito en el poema
en do5 pasajes que se citan:
Pur coH^jffnjr oín Ic» Infantes (!e Carrión.
Por (iMtnyrar cun Miu Cid Don B«j<irigri.
C'o.v.siETAS, f. pl. Ueglamento, esta-
tutos ó reglas por que se rigen los
cabildos eclesiátiticos. C. t. en sing.,
trdt:uidose de cualquiera de diciías
reghs: Ltt miuueUt *.", y además
c. OfJj.: In reí/la eoiisiielii. Vomo ma-
chas de ¿atas se fundan solamente
en la CMSlombrc ó lo acostuujbnkdo, en
latín consmltim, de aquí el nombre
roitttwln, formado por el mismo pro-
cedimiento que ¿i7//»V/. (Véase esta voz).
f'oiiAiifl'i w ha usailo 8Íem|>reeii Cliile,
y, «••gún iiurwe, en casi toila la .\nic-
rica Latina, iKirque ya lo admite tam-
bién el Dice, de Zerolo.
CoxsuETiDiNAi,, adj. El Dice, sólo
admite Consue(tuUn(trio,ria: «dicese de
lo que es de costumbre». Derecho con-
suetudinario: el introducido por la eos-
tumba». En nuestros sinodos antiguos
hallamos ins/i/uciones connueludiiuileí!;
y á la verdad que el adj. no es disonan-
te y está tan bien formado como con-
fue/udinario.
Coxsi'LTAR. lian censurado algunos
el uso reflejo de este v. por cuanto el
Dice, no se lo da expresamente; pero
en el de Cuervo leemos que «]ior ana-
logia con aconxejarse se ha dicho con-
sultarse con ali/uno;v y jx)nc dos citas
de Don Ángel de Saavedra. — Muy
con'iente es en Chile consultar una
partida, un ítem, una cantidad en el
presupuesto de la nación; ó en pasiva,
partida consultada en el presupuesto,
¿Es castizo este uso de consultar? Sí
y nó: si, cuando se trata de proponer
á la autoridad esas cantidades para que
las apruclx;; nó, cuando ya están apro-
badas. En este caso son cantidades
aprobadas, ó cmisii/nadas, ó inclums,
pero nó consultadas, jiorque con-
sultar en esta acep. significa: «dar los
consejos, tribunales ü otros cuerpos,
al rey ó á otra autoridad, dicUimen jwr
escrito sobre un asunto, ó jíroponerle
sujetos para un empleos.
Consultorio, ni. Pieza ó sala debi-
damente preparada en que el médico
oye las consultas de los enfermos iwra
estudiarlas y resolverlas despacio, solo
ó a.v)ciado con otros. En algunos ca.sos
es así el consultorio, y así debiera serlo
siempre para ser digno de su nondjre;
¡«ixi niuchiui veces es el siim\}\c estwtio
que siempre se ha conocido con este
nombre. I.a voz considloriu tiene ya la
CON
CON
debida madurez para ser admitida. «En
ol dubate abundan las palabras que
antes sólo resonarían en las clínicas y
en los consulioriosti. (Pardo-Bazán).
CoNSUMiDERO, m. Lugar ó sitio, y
también acción ú ocasión en que se
consame una cosa. Es voz bien forma-
da, por el estilo de otras, como gasta-
(lei'o, hervidero, matadero, sumidero,
rezumadeiv, y usada en Chile y en
España, y seguramente en los demás
países de habla castellana. Para todos
valga la autoridad de Don Antonio
García Gutiérrez en su discurso de
ingreso en la Academia: «Teníamos á
nuestro lado al infeliz amante de la
malograda doncella, que en medio del
general conflicto, sin madre ya ni deu-
da que la hubiesen adornado con la
amarilla palma, con la corona candida
de las vírgenes, conducida es á la fú-
nebre hoya, consumidero de la hermo-
sura». No falta pues sino la admisión
del Dice. Véanse los chilenismos Ha-
bladero, Pecadeko, Peladero y
Resumidero. Xo abogaremos por
estos dos últimos.
Contabilidad, f. Desde que Baralt
hizo notar los galicismos que se come-
ten con este vocablo, no ha habido
respecto de él ninguna modificación en
el Dice, el cual sólo le i'econoce estas
dos áceps.: «aptitud de las cosas para
poder reducirlas á cuenta ó cálculo;
orden adoptado pava llevar la cuenta
ó razón en las oficinas públicas y par-
ticularesD. Por consiguiente, quedan
en pie todos los reparos que hizo aquel
i n signe escritor en estos términos: «Son
galicanos los modos de hablar siguien-
tes: La contabilidad de esta
casa es iniíicnuí: Oficina de con-
tabilidad; y'i'iir A sif rar//o una
s'ran contabilidad. Y la razón es
que en ellos cnntalnlidad significa el
conjunto de cuentas, ó libros de cuen-
tas, de una casa particular, ó de una
dependencia pública, y también el
cúmulo de negocios en que entienden.
Y ésta es, sin embargo, la acepción
más genei'alizada hoy; pues, como el
Gobierno y las Cortes son entre nos-
otros los corruptores más desaforados
del idioma, vemos en aiTeglos de
ministerios, reglamentos y otros do-
cumentos públicos Sección de
Contabilidad; Negociado de
Contabilidad ; Considerando que
hasta aquí ha sido tan considerable
como cinharaztsa la contabilidad
de esta Secretaría, etc. Nuestros
mayores decían OJicinas de cuanta ij
razón; Las cuentas de esta casa; E¡
manejo de raudales de esta dependencia
es considerable, etc. Contaduría se lla-
ma aún en las casas de los grandes á
las oficinas de cuenta y razón ; y no ha
mucho era aún Contaduría general del
Reino lo que hoy, á usanza extranjera
y sin liaber ganado nada en el cambio,
esDirección de Contabilidad».
Coxtagióx, f. Figuraba en el penúl-
timo Dice, con dos aceps. que á la le-
gua dan á conocer su origen francés;
el último las suprimió y dejó á Con-
tagión como igual en todo -k contagio.
Puede ser que para la 14." edición
desaparezca enteramente, y nadie lo
echará menos.
CoxTAGiONiSTA, adj. Usado por D.
Pedro Felipe Moniau, académico, y en
un discurso leído en plena Acadeuiia,
merece admitirse en el sentido de-
perteneciente al sistema que en medi-
cina sostiene el contagio. Ú. t. c. s.
com. El propio autor emplea en el
misiiKi diseni-so la palabra AntK'OX-
TAGIOXISTA.
CON
CON
389
Contagioso, sa, a Jj. isalo nu-
l:i ii'.-'.it.' el val:;.) chileno. |xjr (/<•«(•<?«-
UnUulizo. Vciist' Contigioso.
Contal de cuentas, Ji-rin el
penúltimo Dice.: issirtal do pietlnis ó
cuentas pr»m contar». Kl i'illimo supri-
mió el c-ouiplemento de CUentaS.
Co.NTAMiXADOi!, KA, adj. Qiic con-
tamina. Admitido en la I:!." edición
del Dice.
CoxTAR. a. Afirmó Baralt qne la
fr. Mt etitntn en el número de sm ami-
ijos está muy lejos de ser tan castiza
como Soy uno de .««.< amigos. (Art.
XCUEKO). Pues bien. Cuervo y el P.
Mir con lujo de autoridades cliisicas
prueban que en esto padeció e<inivoea-
ción uiiucl grande enemigo de los gali-
cismos. Lo que ambos no admiten e?
el uso del v. como intransitivo en este
caso, aunque no han faltado alorunos
modernos (|ue asi lo lian empleado.
«Muchos hidalgos y ricaclios la han
pretendido ya. Pues yo nO CU3nt0
en ese número " (Vakra. El Co-
mendador Mendoza j; es decir, no me
rúenlo, no estoy, no figuro en ese nú-
Diero. «Prurito es de los niodernoü,
concluye en esta ocasión el P. Mir,
convertir en intransitivos algunos ver-
bos que antes fjrrian ¡daza de activos,
y tener por reflexivos otros que nunca
lo fueron: y eso por no ajustarse al
genio de la lengua, cf>nfurme la deja-
r.>n coiistiiiiiila los antiguos maestros».
—Contar sobre alguien <> so-
bre algo (sobre sus fuerzas,
sobre los auxilios), [wr Conlnr
«■"rt.eK gaüi'isino ronilotiadi) |>or todos,
aunque alguna vez se les haya deslizado
á escritíin-s tan B](rcciados como Scío,
p<ir cjenq»lo.
Co.NTKMiT.Ai:, .1. (¿iiixiis iHiiiui han
cst'i'H.'ado más qui; en el presente siglo
los conlemplúiirox, y sin enibargo, el
v. anda en lx)ca de todos. Ya no tanto
se contemplan los divinos atributos y
los misterios de la religión, las Ix'llezas
de la natundeza y las obras de arte,
sino mucho m-ÁB los casos y sucesos
m:'is ordinarios de la vida diavia; lo
cual no es ronlemplación tan elevada
ni tan propia que digamos. No hay
orador parlamentario que no hable del
caso que ronlemphtmos, ni abogado que
no trate del asunto contemplado en el
juicio, ni profesor, ni gacetillero, ni
nadie, que no hable también del hecho
ó del disparate que cada uno ¡i su mo-
do contempla. ; Es wte el uso propio y
castizo del v. contemplar.' Segiin las
definiciones del Dice, nó, por masque
las estiremos; pero, según las autori-
d:ules del idioma, si; y por eso y en
vista de ellas dice Cuervo que este v.,
por extensión, significa tanibicn «mi-
rar, considerar, juzgar». Allá van unas
pocas de las citas que el trae. «La con-
templo como conviene que sea una
dama que contenga en sí las partes que
puedan hacerla famosa en todas las del
mundo». (Cervantes, Quijote). «Unos
le contemplan [el verbo] como expre-
sión compuesta de otras dos». (Lista,
En-taijos). «.Si» contemplaba ni;is útil
un buey que una oveja». (Scío, Kxodo).
Por nuestra parte agregaremos cpie el
Dice, lo usa también en una de liis
aceps. de Carta iílaxca: «La (pie se
da á un general ó magistrado, para
que obre lo que contemple oportuno
segiin las circunstiincias». Y la misma
Academia, en su edición del Futro
Juzí/o, dice también en el glosario:
" Por solo este i-esiMíto no xe contemplan
artículos del glosario [ciertos voca-
blos], p'i'o «! notan algunos para quo
.se vc:i su uso II. Sigan pues en sii pro-
390
CON
CON
fana coiikiniilación estos nuevos nm-
templaiiros, que nosotros tambióu los
contemplamos con la otra conocida
acep. del v.: «complacer á una persona,
ser condescendiente con ella/;»/- afecto,
por respeto, por interés ó por lisonja».
(y; No hallaría el Dice, cómo repetir
más el 2)0 r.^)
CoxTEXciosAMENTE, adv. m. De
manera contenciosa. Hace falta en el
Dice.
CoxTKNEE, a. Más de alguno habrá
censurado como vulgarismo ma3'iiscu-
lo la acep. fam. que damos en Chile á
este V. haciéndolo sinónimo de sif/nifi-
car ó querer decir. Está, por ejemplo,
uno ejecutando una acción indigna;
llega otro y le sorprende, y su primera
exclamación es: «¿Que contiene esto?»
llealmente, según las definiciones del
Dice, no tendría explicación este uso;
pero felizmente en el de Cuervo está
bien reconocido y autorizado con la
siguiente cita de la Doro/ea de Lope:
— ¿Qw C'.n'u'ne este háljit'i?
— Una promesa.
— ¿Habe'is estado indispueáta?
— Y eun gran peligro.
Las formas del imperativo contiene y
contiénete ^ov con tény contente, que
suelen hallarse en Fray Luis de León
y en algún otro, deben mirarse ya co-
mo anticuadas, y de hecho no están
admitidas por la Academia ni por
ningún gramático, que sepamos.
CONTERTULIASO, XA, ó CO-NTEllTr-
Lio, I,IA, m. y f. Persona que concurre
con otras á una tertulia. El Dice, los
eijuipara, pero da al segundo, no sabe-
mos por qué razón, la nota de familiar.
Contesta, f. Lasado aquí por el
pueblo en "\'ez de contestación ó rcs-
piii'sla. \ü es inferior, por su formación
y por .su uso, á compaña, conmu-
ta, conocencia, coxversa y otros
términos anticuados ó vulgares.
Contestar, a. y u. «Las aceps. [de
este verbo], dice Cuervo, no corren
paríilelas en todas las lenguas roman-
ces: al paso que en castellano la acep.
forense ha llegado á la significación de
responder, en francés ha parado en la
ác disputar, poner en duda. ..En esto
siglo se lia querido dar á nuestro verbo
la significación francesa, como se hizo
en el pasado con contestación; pero se
viene á los ojos lo inconveniente de
reunir en un vocablo dos significados
contrarios». Que no pase pues al siglo
XX el mal uso del XIX, reprobado,
como se ve, por esta grande autoridad
y por el Dice, que jamás lo ha admi-
tido. Estamos ciertos que, fuera de los
malos traductores del francés y otros
afrancesados que no conocen su propia
lengua, nadie diría ahora como dijo,
por ejemplo, en su tiempo Alcalá-Ga-
liano: «Si la reputación de Pitt como
¡jolitico ha sido más ó menos contes-
tada, su concepto como orador nada
ha decaído».
Contexto, m. Orden de composición
ó tejido de ciertas obras; serie del
discurso, tejido de la narración, hilo
de la historia. zVsí, con i; debe escri-
birse, y nó con s, con la cual se con-
fundiría con la inflexión contesto del
V. contestar. El primero se deriva del
V. latino te.co, tejer, y el segundo del
nombre testis, testigo, del cual procede
también el adj. castellano conteste.
Véase pues cuánta razón hay para
distinguir en toda la ortografía la.rde
la s.
Contigioso, Sa, adj. Igual á
Contagioso cu ul mal u:^3 chileno.
Véase esta voz.
CON
CON
Contimás. Vulgarismo jior <-i/,/;i.
liiii'i*. «|tii.' t-s ailv. inn(J:i1, contr.icción
de riuiiilo ij iiiú-i. Xifise este modismo
en el artículü Cr.vxTO.
Contino, na, adj., contina-
mente. :idv. in. Anticuados yu (.11
Esjciña, viven lozanus en nuestro pue-
blo en vez de los correctos ronlinuo,
eontinuanfiile,(h ronlinun. Sin embra-
go, en poesía no puede ni doljc dei-la-
rarse anticuado el adj., tanto porque
todavía se usa, cuanto [M)r la díticultitd
<|Ue ofrece para la rima el mmlerno
ronlinuo. Recuérdense los versos fami-
liares:
El cjne reparte y reparte.
Y en repartir tiene tinci.
Siempre «lej» </» cuHtiiin.
Para >i la mejor parte.
CoXToxE.VRSE, r. Xo faltan quienes
lo confundan con eonlonieur, a. El
primero es deri vado de tono y siirnilica :
«liaítir movimientos afectados con los
iiombros y caderas», como para darse
totio:
El ««reiv> (lp la eitqaina
Tiene una mujer muy fea;
.Ma.4. man>i<> Kile á la calle.
Muy liien qnc «e ctinlunra.
El «."«nindo es compuesto <le lomo y
sijíiiiliea: «dar vueltas al re<ledor ó
en c-ontorno de un panijc ó sitioo, y
en Pintura: «fx-rtilar, liaccr los con-
torno? ó ¡«rliles de una fijíurai». í,a
L-iUsa de esta confusión eí la mala
prona nciación de la r antes de /). Los
in¡.<mo8 que dicen canne, Connejo
jior rnrnr y f 'ornejo, son Uimbién ca-
pac-e« de corre<;ir á ronlonfame por
contornearse.
('((XTD.sKn. m. Xo se confunda con
ronlurnfio. ¡[ay entre amims la misma
diferencia que entre los resjK'ctivr»
vert)OS.
CoxTonciüX, f. Desde la lenjrua
madre, el latín, viene esta voz escri-
biéndose de dos mancr.us: conlortio y
rontorsio, que corresponden á ronlor-
rión y ronluiiiión en castellano. El Dice,
da á la primera el sijinificado de a re-
torcimiento» y también el de «cont-or-
siónn. esto es: «actitud forzada, movi-
miento irre^rular y convulsivo (jue
procede, ya de un dolor repentino, ya
de otra causa física ó moral; ademán
n:rotesco, írcstioulación ridicula, propia
de histriones ó juglares». Xo vemos
razón alguna para esta diferencia de
significado y creemos que lits dos for-
mas son enteramente sinónimas. En
cuanto ii la ortografía, aunque en
castellano es más usada la forma roii-
lomiún, en latín tiene miis funda-
mento la otra, iwrque, como s. verbal
quo es. debe proceder del supino lor-
I II III.
Contra, prep. Significa en castella-
no oposición y contrariedad y también
enfrenir, y antiguamente hacia. Por
esta razón no son castizos los siguien-
tes usos de ronlia: « Le clavó contra
la |iarudi> (en castellano decimos enj;
"¿Contra qué estudio si no apren-
do:' Contra nada porfíits, ])or(]ue
tendrás que liact-Tlo:» chilenismos en
que el eonira equivale á para ijiic, ron
ijiié ñn, ron i/tié objeto, y sin interroga-
ción, inúlilnipnle. En el P. Xiereml>crg
hallamos un jxjusamiento muy parecido
á éstos, pero expresado con la prep.
nobre, que en e.sta acep. no aparece en
el Dia". «Si no es posible señalarla [la
razón por <|ue Dios no crió otro hom-
bre en lugar tuyo] /nohip r/iw te cansas
en discuRíos para darte á Dios entcra-
\ncnUíy...,'Solirp i/wj pues te engríes y
ilesvanecesi" í /> la adorariim en expi-
riliii/ nnlfiil.l. ÍI,r„¡ s. Sil ij XV ¡1).
Í92
CON
CON
— «En lenguaje vulgar y provincial,
dice Cuervo, se emplea en el sentido de
manto para denotar correspondencia ó
paralelismo en el aumento ó diminución
de intensidad entre dos actos ó cnalida-
des: Gonlrn más pobre, más generoso;
Contra más frío hace, más se agrava».
Es uso, éste, propio de Aragón y como
tal lo trae Borao en su Vocahuíar'w;
pero también se oye entre nosotros. —
¡Cuidado con introducir otro abuso de
contra tomado del latín arcaico y del
francés y que en castellano es simple-
mente por! «Poma veneunt rontra
aurum,» decía el antiguo latín; «Chan-
ger du vin cóntre deriiuile,» dice
todavía el francés; pero el castellano
no conoce esos contras, por más que
los usen, á más de los libros y perió-
dicos afrancesados, los pedagogos ale-
manes que para vergüenza de Chile
dirigen aquí la enseñanza pública del
castellano. — En castellano antiguo, ad-
vierte Cuervo, era enc^onlra preposición
equivalente de contra: mconfra mí, co-
mo sus semejantes en provenzal, fran-
cés é italiano (cf. m pos); empleóse
luego como adv. (cf. ante, acerca'): en-
centra de mí; y, finalmente, separándo-
se los dos componentes, vino á tomarse
el segundo como s., y se cambiaron los
complementos de mí, de ti en los posesi-
vos mi, fu, mia, tj(¡ja,T> y aun su, sui/a,
nuestra, vuestra, según se comprueba
con las numerosas autoridades que él
mismo acumula en su Dice de cons-
trucción y régimen. Como s. f. óyese
en Chile, nó en el significado de «difi-
cultad, inconveniente,» que le da el
Dice, sino en el de-antidoto ó contra-
veneno, alexifármaco, propia y meta-
fóricamente, lo mismo que en este
pasaje de Alarcón, citado también por
Cuervo :
Pienso que no te está bien
Mostrar al marque's amor.
Porque es Ja contra mejor
De un (lesrlc'n otro desden.
— Contra incendio, está bien dicho con
el V. aseyurar, y con seyuro, s. y adj.,
pero nó con casa, edificio, constriirciún
y otros semejantes, porque en realidad
no está el tal complemento regido de
estas voces sino de aquéllas. Los espa-
ñoles dicen en este último caso incom-
bustible, lo que es, sin duda, más lógi-
co y correcto. — Seguro contra la
vida no hay ni puede haber, sino
sobre la vida, ó si se quiere, contra la
muerte. — -Hacer la contra á uno, e& fr.
fani. que en castellano significa «difi-
cultar el logro de lo que quiere ó desea, »
y nó «contrariarle», como se usa en
Chile: esto se llama en español Llevar
la contraria á í«ío.— Junta el Dice, en
un solo artículo la prep. y el prefijo
contra, cuando debieran estudiarse
aparte y m-.is á fondo. Véase Coxtra-
cpítica.
contlíaalmirantazgo ó coxtral-
iiiRAXTAZGO, m. Debe admitii'se por
lo menos en la acep. de-dignidad de
contralmirante.
CUXTUAALMIRAXTE Ó CONTRAIiJU-
RAXTE, m.
Coxtraatagcía, f. Segunda ata-
guía que se pone detrás de la principal,
para reforzarla é impedir mejor las
filtraciones. Admitido por primera vez.
CoNTRABALAXCEAR, a. Sólo signi-
fica: «cargar en la balanza el platillo
con la materia que va á pesarse, hasta
lograr su completo equilibrio con el
platillo de las pesas». No tiene pues la
acep. fig. de «igualar una cosa con
otra» (contrapesar), ó «disponer ó ha-
cer que una cosa no exceda ni supere
á otra, uiantcuiéudolas pn)]ioreional-
CON
CON
noií
Diente i>,'iulcs» { eijuiliiiar i: ni Uiin-
poco la de < resistir. Iina-r frente y
oposición» ( roiüaineiiliir ó conlras-
Uir). Sin eiulwn^o, lo usjí llenéndez y
Pelayo en la acep. de contra/ enirr ó
H¡uilibrar: «Totlo inclinalxi piu* :i los
portU'^iies^'s u recibir de buen jrnído lu
heg'Uemonia {Jt^jemonia, dii-c el
l)ii.v., ni:i.s conforme con el griego
i-^'j.vr.x\ custellana en este orden, al
paso que con tanto empeño lu com-
batían en el >stnii)o de la iriii-rní y ile la
política. Xi \yi\T.\ contrabalan-
cearla era suficiente la afición ni:is
difundida uUi «pie en el centro de Es-
paña...á la lectura de lus devaneos y
ficciones c-aballerescasdul ciclo bretón ».
( A ntoloijiíi de poeta» lirifon fíislellfiiios,
I. l/r,Pról., II).
Contrabandear, n. Medicarse al
ooDtraiíaiido. s<.T contnil^andista. Bien
formado, |iero no tiene mucho uso.
CoxTR.MioM.VA, f. Cabo <|ne Se aso-
ldara hacia la mitad de la relinga de
caída de una vela, para ayudar á sus-
penderla del modo conveniente. || Se-
gunda Itolina que se da en ayuda de la
primera. Termino de Marina admitido
{íor primera vez en amliag acx-pí.
t'oxTUACció.v, f. « Ni en franevs ni
en castellano, dice Hanilt, ha signiíi-
aido ni significa rt/)/¿-tf/-i«//, como quie-
ren los que dicen, v. gr.: Stiontrarriña
á Ion nejocios rurre ¡líirpjiifi ron su linlii-
li-iad tj hvifudez. Es modo de decir
inadmisible'. No Uiiilo, le ¡xxlemos
re«p'jnder con Rivodó: usar rontracrión
en el sentido expresado no tiene nada
de inadmisible ni de malo, pues es sólo
dar Imn.slaticinmente alguna extensión
ásu signifií-udo, extensión uMno la que
el Dio.', aulorizii en roiix/ii/niriíni. i/e li-
rHfián y otni'». El Dice, de Zerolo le
recotifM-r yaetita iicep.comoainoricaiiis-
11)0 y la define: «aplicaciiin, asiduidad:
consagración al estudio ó al examen de
un iisunto cualquiera». La razón de
esta acep. es la tendencia natural que
tienen todos los idiomas á expresar las
ideas con las menos palabras jxisibles.
Así como el pueblo dice cu castellano
blncarse jwr hinaír ¡tjs rodillas ó
arruddiaritf: las ]K:rsonas instruidas,
ti jar se ^r tijar la atención; y los clá-
sicos, picar por dirigirse, encaminarse,
inarclíar, cuando la frase entera debió
de ser en un principio picar con la
e.*puela á la cahahjMlura; asi también
nada tiene de extraño que se dig» con-
tracción simplemente por conlrarción al
estudio ó (i otros asuntos, como se dice
distracción, con sentido completo y ab-
soluto, por lo contrario.
Co.NTK.^ci.AVE, f. Ciida una de las
dovelas inmediatas á la clave de un
arc<j ó bóveda. Término de Arcjuitec-
tura¡ncluidoi>or primera vczenel Dice.
Coxtracrítica, f. Úsase en Chile
en el signifioulo de-respuesta ó contes-
tación á una critica; voz que nos parece
bien formiula y necesaria y, por con-
siguiente, digna de admitirse. Dado el
signitícadodero/(/;Y/co)noprelijo de vo-
ces compuertas, hay pleno derecho para
formar con él voces litiles y que haa^n
falta enel idioma, lo mismo (|ueseprac-
ticiV con otros prefijos como a, ante, unti,
in, neo,pscudo ó seuih, pre, semi, ultra,
riee,ctc. Por esta razón hemos formado
nosotros los otros vocablos contra/ia^
dor, eontramanifestiición , cxtntruiroyec-
lo, conlraquerella, eontrarrcclamación,
contratorpedera, que sin dudase usarán
también en otras partes, rsanilode esl a
liliirtad,enqi!eó Valliueiia conlrarurva.
Pereda conlracorrienfc, el P. Mir con-
traenmienda, el P. .\ic.ud') c^m'n jui-
cio. Videra C'n'ra^ ronuficimiii'iilo, y
•14
304
CON
CON
Alcalá, en El Donado hablador, con-
trarentura; lo cual no es sino muestra
y ejeuiplo de lo mucho que en este
sentido puede hacerse. Eelativamente
íi crilica, sólo liallamos en el Dice.
Anticiiítico, m.: «el opuesto ó con-
trario al crítico»; peroenel sabrosísimo
opúsculo de D. Bartolomé .José Gallar-
do Cuatro palmetazos bien plantadox
por el Dómine Lucas á los Gaceteros de
Bai/ona, leemos: «Si en su crítica e.50S
caballeros han seguido el orden que se
les ha antojado, yo también soy muy
dueño de seguir en mi cantracritifa el
que más me acomode». Y la autoridad
de Gallardo en punto á lenguaje vale
por muchas.
Contradecir, a. y ú. t. c. r. Así
resume Cuervo sus irregularidades en
la conjugación: «No hay duda en que
sigue á decir en estos tiempos: contra-
digo, contradices, etc.; contradecía, as,
etc.; contradije, iste, etc.; contradir/a,
contradijese, contradijera, contradijere,
contradiciendo. Salva y Bello dan con-
Iradiré, contradiria, y la Academia
contradeciré, confradeciria; todos tres
convienen en el participio contradicho
y el imperativo contradice. Arriba ha-
llamos autorizados contradirá, contra-
diría por el libro de Calila y Dirana,
por el marqués de Santillana, Fr. Luis
de León, Fr.Luisde Granada, Mariana,
Lope, Quintana y Valera; contradecirla
no lo hallamos sinoenClemencín. Usan
contradicho el Fuero Juzgo, Guevara,
Granada, y J. L. Villanueva; c-ontra-
detido Sta. Teresa, Fr. Luis de León y
Clemencín».
CoXTRABESE, r. Así como no hemos
condenado al s. contracción en el signi-
ficado que modernamente se le da,
tampoco podemos condenar al v. en el
mismo significado; y, al contrario, le
damos gustosamente el pase en la buena
compañía de Cuervo, que lo autoriza
con esta cita de Jovellauos: «Nuestros
pensamientos se contraen, á cosas que
existen en la naturaleza, ó á cosas que
miramos como existentes». (Trat. del
anal, del clise.) — Ifás usado es aún el
participio contraído, da, como simple
adj. y con un significado más absoluto,
lo mismo que su afín distraído, da.
Contrafacción, f. Tomado del
francés contrefutlion, bien podría pasar
en castellano, porque está conforme con
su índole; pero en realidad no lo nece-
sitamos, porqne mejor se expresa la
idea con falsificación, imitación ó reme-
do, según los casos. En lo antiguo se dijo
en castellano contrahacimiento
(hoy anticuado): acción y efecto de
contrahacer; pero mejor todavía confra-
hec/iura, que, aunque no aparece en el
Dice, fué usado por el Pinciano, cuya
sola autoridad basta y sobra: nEsta
imitación, remedamiento y contrahe-
chura es derramada en las obras de
naturaleza».
CoxTRAFOQCE, m. Vela triangular
que se enverga más adentro q ue el foque.
Término de Marina admitido por pri-
mera vez.
CoNTRAHL'Ei.LA, f. Plano vertical
del escalón ó peldaño. Admitido por
l)rimerd vez.
CoxTRALECHo (Á). ui. adv. Con las
capasde estratificación perpendiculares
al plano de hilada. Aplícase á los si-
llares sentados así en obra. Locnción
de Arquitectura admitida por primera
vez.
Contramuelle, m. Muelle opuesto
generalmente á otro principal. Admi-
tido por primera vez en el Dice.
Contrapares, m. pl. Segundo
orden de pares que se f-uele poner en la
CON
CON
ñl15
aninJura de ios ctlirioios. Asi ilefia ul
penúltimo Dice.; el úitiiuo ha enmen-
dado en sin^ínlar, CoxtraI'ar, y lo lia
deñnido: «Cabrio», 1." acep., ó sea:
f madero colocado parjlelamentc a los
pares de una anuadiira de U'jado pin»
recibir la tablazón».
Contrapear, a. Aplicar nnas piezas
de madera contra otras, de manera que
su; fibras estcn cruzadas. Término
de Curpiuteria admitido jwr primera
vez.
CoxTRAPKso, m. Muv usado es en
Chile en el significado de-inqnietud,
temor, zozobra. Fuera de las aceps.
propias, no le reconoc-e el Dice otra
fig. qne i-sta: «lo que se considera y es-
tima suficiente parae<|uilibr.ir una cosa
que prepondera y excede»; pero esto no
ci, ni con mucho, el rontrapeao chileno;
y decimos cliileno, ponjue, dado el
í-ilcncio del Dice, pjípece (¡ue ya no se
usa en España, aunque fué bien cono-
cido en tieuiix) de Siint*» Teresa, que
escribió: «Considero yo, si yendo á no
liai.rr mal, sino en servicio de Dios, se
siente tanto miedo, ;qué será de las
personas que le van á hacer, siendo
contra Dios y contra el prójimo? Xo sé
qué ganancia pueden tener ni qué gu.sto
jiuc<len buscar c-on tal ronlrapesot.
I Libro Je lúa fund/irioiiex, XXV, 7).
El P. Sigüenza f Vida de S. Jeiónimo,
1. II, dist. II) llama también eoiitni/iexo
las inquietudes y cuidados (]uc lleva
consigo el estado del matrimonio; por-
que, después de einimerarl^is, agrega:
«Tras esto la dificult«id de atx-rtar con
compañera quetraigaalgiin alivioentre
tantos conlaipeMx, cosa (|Ue tan raru
suce<le».
CoxTRAmzo, Ul. Hornillo (i fogata
que el minador cstablew (■■>ntra la ga-
lería ilel ehfuii','o. Ti-miino lie Fnrlili-
cacion que por primera vez ha entrado
en el Dice.
Contraprobar, a. Si se admito
el 5., cleÍK.MÍa admitirse también el v.;
pero en realidad no tiene éste tanto uso
ni es tan necesario.
Co.vTKAi'RiKUA, f. Scgún el Dice,
sólo significa «segunda prueba que
sacan los impresores ó estampadorcss;
¡)ero, según su uso y etimología, signi-
fica también-prueba en contrario, y
bien puede admitirse. Véase CoXTiiA-
crítka.
CoxTRAPCERTA, f. Recibió esta nue-
va acep. de Fortificación; «puerta que
se pone en las fortaleza; delante de la
principal !■.
Co.NTRAPr.VTARSE Ó COXTRAPIX-
TEARSE, r. Decirse entre sí dos ó niiis
jKrsonas palabras picantes; picar.-ic ó
resentii-se entre sí dos ó ni;us itersonas.
Contrapunte y contrapunto,
ni. El iiriinero no existe en castellano,
y el segundo aparece en el Dice, úni-
cnunente como término de Músiai:
«concordancia armonioi^a de voces con-
trapuestas». Entre nosotros se desigua
con estos nombres el desafio ó certamen
poético de dos pilladores ó poetas po-
pulares, en el cual se proponen entre
sí cuestiones para ellos difíciles, ó se
insultan y pican cou sus propios versos,
los cuales en estecasose llaman amebfos
en todas las literaturas. Hn Chile es
snnianiente jwpular el contrapunto
entre 1 )on Javier de la Rosa y Taboada
y ojahi alguna vez \o» folklorislas chi-
lenos lo rcoiricran para impriniirlo. —
Estar de contrapunto uno con
otro, e.s fr. que usamos en el mismo
sentido de la española l'kUir de ¡mnla
(es tareiicontradoó reñido uno con otro)
ó de los verljos roiiliíijiuiileaise y ron-
liit/iiíiilinsr.
3Í)6
CON
c:.N
CoSTBAiirAii, a. Conjúgase contra-
rio, rifis, etc., á pesar de derivai'se del
a ]j. contrario.
Con I r.vbiedadJ.I.o censura Baralt
como galicismo en el significado de
«obstóculo, embarazo, estorbo, impedi-
mento, contratiempo súbito, chasco
imprevisto»; pero ya hace tiempo que
la Academia lo tiene admitido en este
mismo sentido: «aceidenti que impide
ó retarda el logro de nuestros deseos».
Contrario, ría, a lj.Z)eto c9)¡//-a)-íO;
locución que vale en el caso contrario,
si tal cosa no se verifica. No aparece en
el Dice, pero la admite Cuervo, apo-
yado en buenos autores; y, como es tan
usada y correcta, todos debemos acep-
tarla.— El último Dice, agregó al modo
adverbial Por el contrario la variante
Por lo contrario, y aceptó taiubiéu la
fr. fam. Llevar la contraria á uno:
coutrariarle.
CoxTiuSELLAU, a. Poucr contra-
sello. Admitido ya en algunos Diccio-
narios y bien formado como es, bien
puede aceptarlo la Academia.
Contrasello, m. Sallo menor que
se pone al lado de otro mayor. || Lo que
queda impreso, estampado ó señalado
por este mismo sello. Puede admitirse
en las dos aceps.
Contrasentido, m. Aunque criti-
cado por Baralt, lo admite la Academia
en estas dos aceps.: «inteligencia con-
traria al sentido natural de las palabras
ó expresiones; deducción opuesta á lo
que arrojan de si los antecedentes».
Contratuinciiera, f. Contraapro-
ches, m. pl., ó sea: «trinchera que los
sitiados hacen desde el camino cubierto,
para descubrir y deshacer los trabajos
de los sitiadores». Término de Fortifi-
cación que por primera vez ha entrado
en el Dice.
Co.NTRAVOLUTA, f. Voluta quc du-
plica la principal. Término de Arqui-
tectura admitido en el último Dice.
Contri, m. Del araucano contrri,
que significa molleja ó cachuela, esto es,
«estómago muscular que tienen las aves,
muy robusto especialmente en las gra-
nívoras, y que les sirve para triturar y
ablandar por medio de una presióu
mecánica los alimentos, que ellas no
pueden mascar ni ensalivar en la boca
como los mamíferos». Es voz usada en
todo Chile y por toda clase de personas
y que costará mucho sea desterrada por
la mollejit, que confundimos con la
carúncula. — Hasta el contri, es
fr. que usamo? familiarmente en sentido
fig.: hasta lo mis íntimo del cuerpo ó
del alma. Y en general y como si los
racionales tuvieran también contri,
usamos esta voz en la acep. fig. de
entrañas: «lo más oculto y escondido;
el centro, lo que está en medio».
Control, m. Como no se halla en
los Dices, c.iitellauos, abramos el de la
Academia. Francesa y traduzcamos:
«Controle, s. m. Registro doble quese
tiene para la verificación de un rol, de
otro registro, etc. Decíase particular-
mente antes, del registro doble que se
llevaba de la expedición de actos de la
hacienda y j usticia públicas, pai a mejor
asegurar la conservación de la verdad
é impedirlas antedatas... Significa tam-
bién verificación, sobre todo en el len-
guaje administrativo. ..En sentido fig.
significa examen, censura, crítica. Te
r/oavernemeni lie real pas de controle:
Este gobierno no quiere que sus ac-
tos sean examinados, verificados...»
Basta con esto y quédese // coitróle
en francés, que es su idioma nativo:
no tenemos para qué paparlo al caste-
llano.
CON
CON
307
Controlar, u. lhiL'iiiiiu:> lu niisino
«jUL- con el iintoriur. ■tS¡<;ii¡ticuba antes
¡«ner en el registro... Sij;n¡fiea abora
algunas reces, sobre todo en las admi-
nistraciones, verilicir...Eu sentido fig.
signitiat e.vaniinar, verilicar. . .y ann
reprender, criticar, censurar las accio-
ncí, las [rilabnis de otro...»
CoxTi XDEXTK (Arcimexto'). Ya
es tieiDjx) de admitir esta loe. en el sig-
nificado tig. (jne le da todcí el mundo.
Aceptamos ¡«ra ella la definición i|ue
da Caballero: «los golpes que se dan:
las armas con que se amenaza». Imi
sentido parecido admite el Ihcv. jabón
de Palf liria, (\u(i interpreta «zurn» de
palos», nada ni:is que por la semejanza
de Paleiieifi con palos, así como se dice
í/í Valdirüi (ann en España) por de
hdde.
C'o.vTf.M.\z, adj. Recibii) esta nueva
acep.: «aplicase á a(|uellas materias ó
snl)6taneia.s (juc se estiman propiits para
retener y propcigar los gérmenes de un
cintagio».
ContUSionar, a. Xo hay tal, sino
foiiluadif: magullar, golpear. Hay si
ffinhuiÓH y ronlu-io, que p-.ecjden del
fonlúndfrr latino, que es nuestro cnn-
lan.lir. V.-is- Anexionar.
Convalescer, n. Aunque en latín
ge csí.tíIm; roiivaléseere, en castellano
pierde la /» y se escriljc rnnvalcrcr, lo
niismoque sussiinilares adohrer, rrerfi;
jiarfi; luirrr, conortr. (.'orno estos verbos
toman una z para sus formas irregu-'
lares (ndnhzro, enn raleza, crezco, ¡mz-
ro, nazco, conozco) no seria propio que
cu el iiilinitivo llevaran k, porque así
jx:dria creerse i|ue esa letni se convertía
d'spuós en z, cíisa tan conlniria á la
fonética castellanií. — L(;s derivados de
cniírnircri- pierrlell tamliién la x; |Kir esf)
ilcN/n cíM'ribir.-M.' miiralrripnle v ronra-
i.int'i'i. y nunia convalesciente,
COnvaleSCenCia. fv>Io ndulesrenría
y adolesceitle conservan la .«, porque so
derivan no del verlxi castellano, sino
de los nombres latinos adolescenlia y
adolescens.
CüXV.\r,iD.\K, a. Admitido como tér-
mino forense jior primeni vez en el
signilicado de «revalidar lo ya aproTia-
doi>, (|ue es la -I." acep. de Coxfiií.mar.
CoxvExnúx, f. Muy usado es en la
política chilena en el signilicado de-
reunión general de uno ó más partidos
para proclamar un candidato ó para
acordar ó resolver otras cosas, cuando
el significado que le da el Dice, es:
ua?amblea de los representantes de un
país, que asume todos los poderes». —
lia misma diferencia, respectivamente,
hay en el s. conveneiomd: individuo de
una convención.
CoxvKXClOXAMííMO, ui. Sistema ó
práctica en que domina lo convencio-
nal. Bien puL'(le admitirse. Véase Bu-
COI.ISMO
CoxvEXiDO. Síodo elíptico con que
se iranifie.sta el acuerdo ó conformidad
con otra persona en alguna cosa, y que
se U3JI Como adv. Creemos (jue debe
admitirse en el I)i(.-c. como ya lo están
Cab.4l, CoiüiífXTE, JisTO en ace]»-
I)areeid¡is.
COXVEXIE.S'CIA, f. «La voz rnnre-
mnue, d:ci Baralt, es para los franceses
una esp?cie de comodín que les sirve
l)ara mueiías cosas que nosotros expre-
samos por mediodediferentes vocablos:
cada cuil apropiado ásu cano», líala-
monte pues se usa conrenienria por
]>iop¡pil(td, decoro, decencia, bien parecer,
cuando en castellano sólo significa:
«wjn'eliiciiin y conformidad entre dos
cosas diíitintas; utilidad, provecho;
ajuste, conciirlo y conveni"; acouuHlo
398
CON
CON
do una persona para servir en una casa;
comodidad». Wás común es aún el mal
uso que se le da en pl. haciéndolo sinó-
nimo de consideraciones, respetos, buena
cri<inza, buenos inoJahs, contemplacio-
nes ó miramientos sociales, lo cual
nunca ha significado en castellano, sino
únicamente: «utilidades que, además
del salario, se daban por ajaste en al-
gunas casas á ciertos criados; como
dejarles guisar su comida, darles las
\erduras y otras menudencias. || Ha-
beres, rentas, bienes». Con razón escri-
bió Don Juan Valera, como haciendo
al vocablo cierta mueca de desprecio:
«Lleno de temor de faltar, no va ii un
precepto de la ley, no ya á un regla-
mento de policía urbana, sino á lo que
llaman conveniencias, ¿qué se ha
de esperar que dé de sí un señorito
pobre, digno de la más sencilla y pe-
destre novela.'» (Las ilusiones del Dr.
Favsliiio). Esto, en la pluma del atil-
dado escritor, tan fino y delicado en el
manejo de la ironía, quiero decir: «lo
(jue los sencillos y pedestres novelist;is,
lo que los malos escritores, ayunos de
castellano y hartos de francés, llaman
malamente conveniencias»; como
un correcto escritor chileno que duran-
te una comida habló así á la criada que
servía á la mesa: «Piisame lus angari-
llas ó el taller, es decir, lo que vosotras
llamáis alcuza».
COXVKXTILLO, m., dim. de conrento.
Según el Dice, significa «casas de vi-
viendiis pequeñas en las que suelen
habitar mujeres perdid;is y hombres
viciosos», admitiéndolo también en las
terminaciones iro é ito (conrentico,
cmventito). En Chile el conventillo no
está tan desacreditado, porque no «sue-
len habitar en él mujeres perdidas y
hombres viciosos», sino gente pobre, y
más bien es sinónimo de lo que en cas-
tellano íc llama casa ele vecindud: «la
que contiene muchos cuartos reducidos,
por lo común con acceso á patios y
corredores, en que viven distintas fa-
milias poco acomodadas». En Anda-
lucia se llama esto mismo, según el
Dice, corral de vecindad. — También
llamamos ronventillo, y es lo correcto,
aunque no lo diga el Dice, el convento
de algunas ciudades ó lugares subal-
ternos, por ser más pequeño y con
menos religiosos que el convento prin-
cipal ó provincial.
Converger ó convergir, n.
Conversa, f. fam. Convereación,
charla. Tiene en Chile algún uso,
aunque no os originario de aquí, sino
de España. Enelsainetede Don Ramón
de la Cruz La casa de los linajes ó I^as
bellas vecinas, leemos:
Tekesa. ¿k que te quito las muelas
De una guantada? Juanilla...
¿Con quien estás en convefsa^
Jl'AXILí-A. Con un compañero mío
Á quien deljí mil finera >
Cuando estábamos sirviendo.
El Pelegrino curioso, obradeB.trtoloraé
de Villalba, del último tercio del siglo
XVI (libro I), dice:
No se trata de aquello en su tv
Sólo de esta Larina ¡tlaticaban:
interpretando Don Pascual de Gayan-
gos, su editor, la voz conversa por
«conversación», tanto en la nota res-
pectiva como en el glosario final. Lope
de Vega, en El anzuelo de Fenisa
(a. II), dice también:
Despncs quehasdarofn le'ucir tu
Al estilo y manera valenciana. [vida
Ni admites juegos, ni cun rema quieres.
CON
CON
300
Piru uiliiiiifiiiuiK's mas loiliivia: t-l pu-
rista Iriane (D. Toin;is) iisi también
■X conrersti sin el menor escrúpuln cu
£1 Filósofo cMOtlo (;i. II, esc. Vil):
Narciso. Ahora que tiXÁ en ojk rtrta
O'D mi ama. aonqnr lutcd no vaya
Eu nn par de horas, no tenia
Que fe cuwe <le Mperar.
Culi _v Altalcis it)>iinia taiiibiéii ¡i ron-
rrrsii coiuu voc-tlilo uisiido en el pueblo
<le la Litera )• lo traduce jior «iwlique».
Veii pues el Dice, si le liaütan estas
iiutoriJaiIes.
Conversada ó conversata, f.
liruul eusi{;iiit)(-.ulf> ven uso al anterior.
Conversador, RA.adj. Eseasi inex-
plicable que no aparezca en el Dice.,
cuando su s:<rnifícado es una de las
cualidades canicterísticiks de los espa-
ñoles; y si nó, díganlo las chilenas (jiie
cantan:
Xifia. si quieres casarte.
Cásate con espaftnL
(Jne. ti no tirnc qof^ darte,
Te llar»
Conversador se aplica pues á la jK-rsona
añcionada á conversar ó que ¡íusta de
conversar. » Ia)8 franceses llaman á esta
clase de pláticas rauserie, y al (jue las
hace c) desenificña rniiJieur; palabras
'|iie, traducidas fK)r conversación y
I >>nrfrs(u¡or ó hablador, no dan tf)da la
8Í(!niñcación del vocablo». (Mipuel
Mir, Prtilir/idorfs de los siíjlos XVl ¡/
XVII, I. I, Itist. prelim.)
CoxvKRsi(')S, f. Ya es tiempo de que
ül Dice, le dé la aoep. especial (|ne tie-
ne en la hacienda pública y en el co-
mercio, de-mudanza del pajiel moneda
en dinero efectivo. Ordinariamente se
llama ronrersión melálica.
CoNVKií.siüMSTA, com. Partidario
de la convei"sión metiUica. U. t. c. adj.
Perteneciente ó relativo :i la misma
conversión.
Converso, sa. Diie el Dice que
c-omo s. m. siguitica en algunas órde-
nes religios:>s, leijo. Hay en esto dos
defectos: 1.", hacerlo solamente s.,
cuando también es adj. ; y 2.° no reco-
nocerlo como s. f., cuando también lo
es. lo mismo que leija.
CoNVERTiniUDAD, f. Calidad de
convertible. Usase especialmente cuan-
do se trata de la moneda. Debe admi-
tirse en el Dice.
Con VKXiDAí), f. He aquí enmendada
y ampliada su definición: «calidad de
convexo. || Parte ó sitio convexo».
CoxvK'cióx, f. Se ha criticado como
impropio el uso de este nombre en pl.
en frases como ésta: «Es hombre de
Wrmcs cojivirciones-», dándose por razón
que ronrirfión sólo significa «acción ó
efecto de convencer ó convencere», ó
sea, «convencimiento». Concedido; pe-
ro, como esta convicción ó convenci-
miento puede versar sobre varias cosas
y bien distintáis unas de otras, es claro
que entonces hay también varias cou-
vicciiines, y el hombre que las tiene,
deljc decirse que es «hombre de con-
viccionest, firmes ó flojas, según ellas
lo sean. <:Qné impropiedad de lenguaje
puede halx;r en esto?
Convino (Como). Quizás creen al-
gunos que este juego de palabras, tan
usado por los gacetilleros y escritores
festi vos cuando hablan de los bornuhis,
es original de estos tiempos: nó; remón-
tase i)or lo menos á la i'p<jca de Qiicve-
do, por quien lo vemos usado, si es que
no fue él su inventor. En el soneto «.V
la venida del Duque de Hniiiena" dlic
asf:
400
CON
CON
Vino el francés con botas de camino
Y sed de ver las glorias de Castilla.
y la corte, del ñmndo maravilla,
Le salió á recibir comn cnuvino.
Aquí apareció el equivoco; el cual, si
ofi'cciera alguna duda, se aclararía con
la siguiente nota de las antiguas edi-
ciones: «Alusiones son todas á Viuenos
bebedores».
CoxviVEXCiA, f . fig. Acción ó efecto
de vivir una persona ó cosa en íntima
unión ó consorcio con otra. Es vocablo
lierinoso, bien formado y expresivo,
que, dado el uso que ya tiene entre los
buenos escritores, debe ingresar en las
columnas del Dice.
CoxviviR, n. Vivir juntamente con
otro; ser coetáneo ó conteniporáueo de
otro. En este último sentido lo usa el
P. Enrique Flórcz en sus notas al
Viaje de Ambrosio ih Morales, impreso
en 1765: «.C'uni'irió Alfonso VI con el
Emperador Alejo Coraneno». Es voca-
blo digno de admitirse.
Convólvulo, m. Lns dos aceps. que
tenía se corrigieren de esta manera:
«oruga muy dañina, de unos dos cen-
tímetros de largo, color verde amari-
llento en el cuei-po, y cabeza parda
brillante: vive á expensas de los frutos
y hojas de la vid, que roe, arrolla y
seca. II Enredadera II.
Convoyar, a. Úsalo nuestro pue-
blo por-ayudar ó auxiliar á uno con
dinero ó cosas equivalentes para algiin
negocio, empresa, etc. En castellano
sólo significa: «escoltar lo que se con-
duce de una parte á otra, para que va-
ya resguardado».
Convulsionar, a. Es uno de los
muchos verbos formados por la moder-
na galiparla, que los quiere siempre
largos y sonoros. Bien pudo el francés
formar de convulsión coiirulsiomier;
pero no así el castellano, que es idio-
ma (pie respeta más sus tradiciones.
(Jontentáudose con el s. convulsión y el
adj. ronvvhn, formará frases con ellos
ó echará mano á los innumerables
verbos que tiene para expresar esta
idea, pero no usará de un barbarismo
tan contrario á su índole como los fe-
roces presupuestar, influen-
ciar, revolucionar, etc. Véase
Anexionar.
Conyugicida, com. Cónyuge que
mata al otro cónyuge. Es voz bien
ffii'mada (de las latinas conjiu, cónyu-
ge ó consorte, y cmWe, matar), usada
por muchos y que hace falta en caste-
llano. Si no se admitiera (cosa que no
esperamos de los actuales académicos),
habría que expresar la idea con verda-
deras frases, como asesino ú Jiomicitla
de su cónywje, lo que es bastante largo.
CONYUGICIDIO, m. Muerte dada por
un cónyuge al otro. Lo mismo que el
anterior, debe admitirse sin discusión.
Coñac, m. Véase Cognac.
Coñete, adj. Voz muy usada en
Chile y equivalente á mezquino, cicate-
ro, cutre, aijarradn, afretado, atacado,
estirado, estreñido, (juardoso, miserable,
piojoso, roñoso, ruin, sórdido, tacaño,
teniente, tinoso. Tanta abundancia de
palabras para designar al cicatero está
indicando que esta clase de personas
es también harto abundante. También
hay el s. verrugo, m. fam. (hombre
tacaño y avaro), y las frs. Indiano de
hilo negro y Bolsa de hieiio. ¿Vendrá
este chilenismo del araucano ffifi/, niño
pequeño? A lo menos no le hemos ha-
llado otra etimología más aceptable^
La terminación ele, que es por lo g(-
neral despectiva en castellano (vejete,
(jalancete; en chileno, acusete, hur-
guete, metete, aun(pie éste bien
COP
COP
4iil
poede consiilenu-se coiiio foraia verbal),
unida á roñi, daría pues la idea de-niño
despreciable, li hombre que por su
n)czi|uiiidud es despreciable como un
niño. pjri|iie los niñi><, sobre tnJo los
del pueblo, son meztiuiíiüP.
Coñeteria, f. Hezquiíuiad. mise-
ria, tiralfria, taffíüfriü, ruiíulad.
Cono, ña, adj. y li. t. c. s. Voz que
el pueblo aplÍRi como apodo al eíspañol.
sin duda ¡wr lo «pie él también la iv-
pite.
CüOrERATivo. VA. adj. Xo l)asta la
definición Uiii ^'neral que tiene: xdi-
cese de lo que coofjera ó puede cH)ope-
rar :V ali^uiia cosa». Ya es tieinjxj de
añadirle otra más particular y más
acomodada al uso moderno. Aliñaren
CMprralirii, tienda roojienilira. V. t. en
la t«rniiii)u.-iüM f. ouio s. f.
CooRDK.VAiio, DA, iidj. .\<rre<;áronse
en la 1:{.* edición del I>iw. la coorde-
nada rarlfxiaiui y la coordenada polar,
como tt-nninos de <reometria y con sus
rwpefAivas defiíiirioni-s.
Co<)KDlXAi)Oit. itA. adj. Que ciordi-
na. Falt<i en el l)icc.
Copa (Htkvo.s á i.a). .\unque ori-
ginaríumuntc pare<« lialjcr venido de
la expr. fr.mcesa (Ku/x ii la rni¡w, que
Dignifica «huevos en cjiscara pisados
por agrua», como de ordinario se sirven
(■«tos en co/ya. no hay ¡lor qué de-*cl¡:ir
l.i expr. castellanii.queen si nada lieue
que sen cintririo al idioma.
Copaquira, f. Género de capa-
rrosa o sulfato de cobre. Voz mny
usada en el norte de Chile, en t^jda la
reftión salitrera.
(JoPAK, a. De la aeep. que tiene en
Milieia «sorprender ó cortar la reti-
rada á una fuerza militar, haciéndola
j)risioni'ra», ó quiziiít di-l franctis eoii-
j)er, cortar, ha vi'iii'lo á siíriiificar este
V. en nuestro pueblo-terminar una
contienda ó riña con un ^oljie deci-
sivo.
CoPAYKRO, m. Árbol de la faniilia
de las le<;aminosas, propio de lu .\nié-
rica Meridional, de (¡niñee á veinte
metros de altura, copa poco poblada,
hojas alteniíis compuestas de un ini-
niero par de hojuelas ovaladas, enteras
y lustrosíis, y flores blancas de cuatro
¡x'talos en espi<ras axilares. Su tronco
da el bálsamo de copaiba. Admitido
en el liltimo Dice.
Cope, m. Parte más espesa de la red
de pcsrar. Admitido por primera vez
en la 13." edición del Dice. La 12.»
traía estsi definición como acep. espe-
cial de COPO.
Copela, f. Ain-ególe el ultimo Dice,
esta acep.: «plaza hecha en los hornos
de copela con arcilla apisonada».
Copete, m. Sólo admite el Dice.
Homhre de cópele (el de estimación y
autoridad), siendo (pie todos hablamos
de perxoiia, familia, f/enle, mujer, etc.,
de cópele. Déjese pues la simple loe. De
cópele como de uso general y re<^¡8trada
en su propio lupir, que es el artículo
Copete. — La fr. liir. Tener uno cópele
o mucho cópele, que aparecía en la 12."
ediciíin del Dice, ha desai)arecido en
la si<;(iientc y cu su ln<;ar hallamos la
acep. fi^. de Copete: «atrevimiento,
alt.tneria, presuntuosidad».
CoPETiix, XA, adj. Admitido por
Cuervo y usado en casi toda la .\mé-
rica, debe aa-ptarlo también el Dice,
como igual á eopeludo, da: «que tiene
copete. II F¡<r. y fani. Dícese del que
hace vanidad de su nacimiento ó de
otras circunstancias que le distinítuen ».
Copia», a. Xo faltan iftnorantes que
lo conjuírau á la í;allr;ra: COpeO,
copeas, ele, cuiíndo el s. ro/iiti les
45
402
COP
COR
dice claramente que debe ser copio,
copias, etc.
CopiHriE, m. Del araucano copiu.
«La forma copihue, dice el araucauista
Lenz, es el singular analógico, sacado
de copihues, que es el plural normal de
copiu; como si se dijera leye de lei/es,
en vez de /ey». No respondemos de
este p!., verdaderamente extraño res-
pecto de copiu. El copihue (lapayeria
rosea vel alba) es una enredadera que
crece en abundancia en las provincias
australes de Chile y da una flor roja
del mismo nombre, y algunas veces
blanca, y una baya parecida al ají an-
tes de madurar. La flor, que es bien
hermosa, es muy estimada para adorno
de iglesias, salones, comedores, etc. La
voz copihue debe pues ingresar en el
Dice, oficial.
Copla, f. No agucen las orejas los
poetas y versificadores, porque no se
trata de sus coplas, ni siquiera de las
de Calaínos ó Don Gaiferos: se trata
sencillamente de otras que no son co-
plas sino cójndas, porque son pedazos
de cañón con que en las cañerías de
gas y de agua potable y otras seme-
jantes se unen dos cañones. Tal es el
nombre que dan á esa pieza en Chile
los gasfiteres, gásfiters ó gasfi-
teres, que todos estos nombres tienen
estos artesanos, menos el verdadero y
castizo, que ts. plomero.
Copo, m. Quedó enmendado asi:
cracción de copar. || Bolsa ó saco de red
con que terminan varios artes de pes-
ca. II Pesca hecha con uno de estos
artes».
Copo de nieve, m. Así se llama
en Chile el rihurnum opulus de los
botánicos, ó sea el rihurno castellano.
CoPRETÉRiTO, m. Nombre que en la
nomenclatura verbal de Bello eijuivale
al pretérito imperfecto de indicativo.
Ya que esa nomenclatura está aceptada
en tantas partes, debe también el Dice,
acoger cada uno de sus términos. Véa-
se AXTE.
Copucha, f. Véase Cupuclia.
Coque, m. Véase Coke.
Coqueluche, f. Tos ferina ó con-
vulsiva. Es voz francesa, pero usada
ya en muchos Estados de habla espa-
ñola. Admítenla los Dices, de Zerolo y
Enciclopédico Hispano-Americauo.
Coqueteo, m. Sinónimo de coque-
tería: «acción ó efecto de coquetear;
estudiada afectación en los modales y
adornos para mayor atractivo». Lo
admiten los dos Dices, nombrados,
autorizándolo con una cita de Bretón
de los Herreros, y se usa también en
Chile. Bien puede aceptarlo la Acade-
mia. Véase Cojiadreo.
Coqueto, adj. fam. Es en caste-
llano c-oquelóii: «dícese del hombre que
por vanidad procura agradar á muchas
mujeres. U. t. c. s.» — Para la forma
femenina coquetona, que algunos echan
menos en el Dice, véase Ox, xa.
Coquito, m. «Coco tierno ó de le-
che», lo definía la 12." edición del
Dice, agregándole la nota de provin-
cialismo de Méjico; pero la 13." lo ha
suprimido, talvez por considerarlo co-
mo simple diminutivo de coco, voz que
en el Dice, académico significa la pal-
ma indiana y su fruto, el cual nosotros
llamamos coco de Pcmamá. Según esto,
se ve que no consta en el Dice, nuestra
palma, que Philippi llama micrococvs
chilensis (el IliUa de los araucanos), ni
su fruto, que es el coquilo; algunos lo
llaman también coco.
CoRACÁx, m. Planta anua tropical,
de la familia de las gramíneas, con el
tallo erguido y comprimido, hojas pía-
COR
COR
403
ñas rioros cu t-spii,Ms iiiit; se cuc-jrviiii
Lacia adentro y semillas con cubierta
membranosa, que sirven de alimento
en tiempos de esciisez. Admitido en la
última edición del Dice.
CoRAMBKK, f. .S; le agregó, como
nneva accp.; el significado recto de
«odre».
CüRAM PÓPULO, loe. lat. En ¡mblito.
Admitido en el último Dice.
ConÁxico, CA, adj. Akoránico. Ad-
mitido por primera vez.
CoRA.woHis, m. fam. Asi escribe
ahora hi Academia lo qne ant«s CO-
ramvobls. Enmendó también y
gnstancialmente Iadetinioión,(jue antes
era: «persona de cara abultada y de
buena presencia, en especial cuando
afecta gravedad». Ahora no es «perso-
na», sino Kaspecto de la jjersona gruesii
ó corpulenta (jue afecta irra vedad »>. Un
buen aciii-rdo fue i'ste. ¡nii-.s iialie decía
Fulano es un coranvobis, sino
Tiene mucho coranvobix. Es de r/ran
coranvobis. La ortografía <iuedó tam-
bién bien enmendada según la regla
general del castellano <jue siempre exi-
ge n, y nó m, antes de r: rirrunvahr,
(I^ceni'iro, triunriro.
(.'oRA/.'tX. in. .*y; sn|irinHÓ la fr. fig.
Cobrar corazón, qne significaba
«Cobrar ánimo»; y agregó Tararle á
uno en fl romzón- <t mover su ánimo
pan» el bien».
Corbata, f. .\sí llaman en Chile
loB juga/Jores de billar el espacio estre-
cho que queda entre una baranda y la
bola á que se tira y por el cual dcU.'
pasar con difícnitad la Ixila del tirador.
CoRU.iTA, f. «Tira de a-da ó lienzo
fino, que Cfjmo adorno ó como ai)rigo
se pone alreíledor del cuello, dejando
caer la-< [luniiis IiílsUi el ¡m.-cIki, ó ha-
ciendo fiu ella.» lazos de varias fornins».
Sf confiiuilc iii|UÍ con el coiii.nui, que
e*: «corbata corta que sólo da una
vuelta al cuello y se ajusta por detnis
con un broche, ó por delante con un
lazo sin caídas». — A corbaiin le agregó
el último Dice. la siguiente acep.:
«corbata de suela, con una sola vuelta
al cuello y ajust^ida jwr detrás con he-
billas, (juc se ha usado, princijíalmente
por los soldados, diimnte algún tiem-
po». En Chile estríen pleno vigor esta
acep., con la diferencia de que esta
pieza no es de suela sino de género.
CoRiUTiXERO, RA, m. y f. Persona
que hace ó vende corbatines. — U. t. c.
adj. aplicado á la industria, tienda, etc.,
de corbatines. El nombre esUi bien
formailo y tiene algún uso; por lo cual
es digno de ser aceptado en el Dice.
Corcova, f. En castellano sólo sig-
nifica: «bulto que se levanta sobre las
espaldas ó el pecho, por lo común á los
que son contrahechos»; pero nosotros,
en lengn;ije lig. y fam., llanísimos tam-
biéu corcova la prolongación de una
fiesta de familia por uno ó más días, y
así decimos; Fiesta 6 Santo ron rorrom.
El Dice, de Zerolo lo admite como
americanismo. Es, en verdad, una sim-
ple metíifora, ó quizás ha tomado este
significado por unaespeciede confusión
ó contaminación, por cuanto el s. cas-
tellano merienda significa también
«corcova». Con estos datos pudo cual-
quier travieso discurrir así: Si la me-
riemla, f|uc es una comida ligera, es
rórrova; luego, la comida que sigue á
la principal y grande de una fiesta, es
también rorrnva. El refrán n.Xl queda
y fpiita, le Side una corcovita en la
colita», a|)arece así en el Voralmlarin
de (ionzalo Correas; «A (|uien da y
toma, nácele una rorrora: dicen esto
los muchachos á los desconfiados (]ue
404
COR
COR
dan dando y tomando». Vóansc Coa-
clio y Cola.
CoKcovEADOR, RA, iidj. Quc Corco-
vea. No hay por qué no darle lugar en
el Dice, cuando está bien formado y
aquí tiene bastante uso.
Corcovear, n. Significa ddar cor-
covos»; pero aquí lo usamos figurada
y familiarmente por-protestar, repug-
nar, resistirse á una orden ó exigencia.
CoRCOVKO, m. La acción y efecto de
corcovear no puede tener otro nombre
que éste, y así creemos que podría
aceptarlo el Dice. Corcovo, que es el
que más se le acerca, es un solo salto y
jió una serie, que sería lo que signifi-
caría Corcoveo. Véase Coíu.dreo.
Corcha, f. Hacerle la corcha á
uno. Véase el siguiente, 2.» acep.
Corchadura, f. Acción ó efecto
de corchar, en la accp. que aquí damos
á este v. En castellano sólo hay corcha,
f., término de Marina correspondiente
al mismo v. en la acep. que también
tiene en Marina. Véase el siguiente.
Corchar, a. «Torcer ó entretejer
los ramales de cuerda ó jarcia». Así y
como término de Marina, lo define el
último Dice, quitándole la nota de
anticuado, que le había puesto en la 12.*
edición. Entre nosotros se usa tratán-
dose de un lazo ó látigo cortado y cu-
yas puntas ó cabos se unen entretejién-
dolos. Hay también en castellano el v.
acolchar, a., que en Marina significa:
f(unir los cordones de un cíibo torcién-
dolos uno sobre otro». Quizás por esto
dicen aquí algunos colchar por
corchar. — También damos á corchar la
acep. fig. de-aceptarle á uno el desafío
ó combate cuerpo á cuerpo. Véase
Cruzar, 2.-' acep.
Corcho, cha, adj. Acorchado, da,
part. del v. acorcharse: tomar una cosa
el aspecto del corcho, poniéndose fofa,
perdiendo la mayor parte de su jugo y
sabor, ó disminuyéndose su consisten-
cia, á causa de algún trastorno en las
funciones de la nutrición:/; m/« ó mcc-
dera acorchada.
Corcho (Hacer el). Fr. fig. y
fam. que suele usarse en el signi-
ficado de-dispararse uno rápidamente,
como el corcho cuando salta de una
botella.
Cordaje, m. «Jarcia de una embar-
cación», dice solamente el Dice. Aquí
lo usamos también por el-conjunto de
todas las cuerdas y cables que se usan
en cualquier arte, industria, fábrica,
etc. El Dice, de Zerolo admite esta
acep. como propia de Artillería; pero
mejor es aceptarla como genérica.
Cordel ó cuerda llaman aquí el
juego de la comba: «juego de niños
que consiste en saltar una cuerda que,
movida circularmente, pasa por. debajo
de los pies y por encima de la cabeza
del que salta. || Esta misma cuerda». —
A cordel le agregó el último Dice, la
siguiente acep.: «entre mesteños, vía
pastoril de -45 varas (;j7 metros próxi-
mamente) de ancho.
Corderaje, m. Hato, reunión ó
conjunto de solos corderos. Véase
Borrega je.
CoKüKHiTo, m. Juego de muchachos
muy usado en Chile, que consiste en
tomarse algunos de las manos forman-
do un corro ó círculo, en el cual se
encierra uno de ellos. El que preside el
juego entabla con él el siguiente diá-
logo:
— Cofdcfito, sal de mi huerta.
— Señor, que no tengo puerta.
— Salí por tiende entraste.
— Eompere' las siete puertas.
— Rómpelas, si acaso polis.
COR
COR
405
Entonces el cordiiilo roiiipc á eiiijxi-
joiifs T cabezazos hasta que, ó consigne
abrir el circulo, ó se caii8a sin conse-
guirlo, ó se escapa de el con otra
habilidad. Bien puede admitirse el
nombre, ya (|ue el jue«;o no tiene otro
en castellano, qne sepamos; á no ser
que sea el llamado cj}rro por alguuiw.
C'üKüERO (.Madre del). En Cor-
dero ó en M.\DRE delje ponerse esta
loe, jr asi sencillamente y nó Esa e.s-
(ó no ft) la madre del cordero, que es
oomo la rcíñstra el Dice, en e! articulo
Madre. Y la prueba de que el demos-
trativo ésa y la inflexión verbal m no
son partes esenciales de la loe. ó fr., es
el que ésta puede usarse de mil mane-
ras prescindiendo de esas dos palabras:
iCudl será la madre del cordero.' Ya
dexeuhri ó ronoci lo madre del cordero.
Otra fué la madre del cordero, etc., etc.
Cordial, adj. Se apliui, entre otras
cosas, al dedo del medio, de la mano,
y no debe confundirse con cordal, que
se aplica ¡i las muelas últimas de las
mandíbulas. Cordial es también s. m.
por la bebida que ge da á los enfermos
para confortarlos.
Cordillerano, xa, adj. Pertene-
ciente ó relativo á la cordillera. Muy
asado en Chile, bien formado y di;/nu
de aceptarse. Nada tiene que envidiarle
á Seruami, na: «perteneciente á las
sierru-s ó serranías y á sus moradores».
CoKDi)itE.SADA, f. Accióii, diclio Ó
he;;ho propio de los cordobeses. Est;i
bien formado y merecv admitirse. « l)i()
el Oran Capitán al duipic Valentín
grandes [talabriLS de que libremente
[Kxlia ir ii NiijK)les. Fué y prendiéronle.
Dijo el duque: Esta, rordobcRuda ha
sido», (l'uentox rer-ofridns [Kir I). Juan
de .Xnniijo, publiaido» en las Siilcx cs-
¡laiinlan d" \. Paz y Melia, t. II).
Cuuuii.v, i\\. Muy usada es en Chile
la lix-, cordón de cerros por-scrie ó ca-
dena de cerros m;is ó menos alta y
prolon¡iada. El Dice, sólo admite cade-
na de uiiinlaíiaji ó cordillera: «serie de
montañas enlazada*! entre sí». Nuestro
cordón es menor y debe también adnii-
tii-se. — Cordón sanitario: cuerpo de
guardia que se coloca escalonado ó en
un solo jKiraje en tiempo de epidemia
para inniedir que [«netrcn personas
atacadas de ella. Es loe. que también
hace falta en el Dice. — Cordón umbi-
lical: loe. de Zoología admitida en el
último Dice, coa su respectiva defini-
ción.
Córdova, a[)elliJo y n. pr. Córdo-
ba, del latín Corduba.
Cordovez, aiiellido. Cordobés.
C0RIL.ÚEO, A, a'lj. «Aplícase á
árboles y arbustos dicotiledóneos, de
hojas sencillas, alternas y con estípulas,
flores en amentos, cúpula foliácea y
fruto iudehiscente con semilla sin albu-
men; c-omo el avellano y el carpe. Ü.
t. c. s. f. II f. pl. Familia de estas plan-
tas». Término de Botániea admitido
en el último Dice.
CoRr.sTA, m. «Religioso que asiste
con frecuencia al coro, y niiis propia-
mente, el destinado al coro desde que
profesa hasta que se ordena de sacer-
dote».— Creemos que debe agregái-sele
otra acep. (jue diga, poco más ó menos:
<if. Jlonja ó religiosa que profesa para
formar parte del coro, en contraposición
:i las legas, convers;is ó coadjutoras.
U. t. c. adj.: Monja corista, novicia
corista K. Este es el uso de muchas
C'imunidades de mujeres, usf) l('igi(.'o y
natural, y m¡us cinnodo que el conqjk-
mcnto de ciro, al cual reemplaza.
('ORISTADO, m. Lugar en (lUe están
formándose los coristiLS. || Conjunto ó
406
COR
COR
reunión de éstos. || Ti'-mpo que dura
su formación. Es voz que liace falta.
Cormillo, m. ¡Arto y carma,
seor sordado! er que llama Ud. cor-
millo es sencillamente colmillo. — El
último Dice, agregó á Colmillo la
siguiente acep.: «cada uno de los dos
dientes incisivos prolongados en forma
de cuerno que tienen los elefantes en
la mandíbula superior».
CoRXALóx, adj. «D ícese del toro
que tiene muy grandes los cuernos».
Agrégalo en el último Dice; puede
ser que la edición próxima agregue
la terminación femeniua para las
vacas.
Cornarina, f. Conmtina, corneli-
na ó cornerina: ágata de color de san-
gre ó rojiza.
Corneja, f. Agrególe el último
Dice, como segunda acep., «buharro».
Córneo, a, adj. Añadióle el último
Dice, estas dos aceps. de Botánica:
«Dicese de árboles, arbustos y hierbas
dicotiledóneos, con hojas opuestas por
lo común y enteras ó dentadas, flores
peíjueñas en cabezuela, umbela ó co-
rimbo, drupas abayadas y semillas de
albumen carnoso; como el cornejo ó
durillo. Ú. t. c. s. f. II f. pl. Familia de
estas plantas».
Corneta, f. Así llaman las Herma-
nas de la Caridad la especie de som-
brero que usan. Es el francés cornette,
f., que el Dice, de la Academia Fran-
cesa define: «Especie de cofia de que
se sirven las mujeres cuando están en
traje de casa». En la obra es2}añola
Estatuas tumularias hemos visto á
Corneta tal como lo usan las Herma-
nas de la Caridad y sin nota alguna de
extranjerismo. Ya es tiempo de incluir-
lo en el Dice, oficial de la lengua espa-
ñola.
Corneta-pistón, f. Es el comet
(i pistón de los franceses y que en cas-
tellano debe traducirse poraeta de pis-
tón, porque pistón es «llave en forma
de émbolo que tienen diversos instru-
mentos músicos». Otros han seguido
un camino más breve y llaman esta
corneta simplemente pistón, lo que
es ya intolerable. «Echámonos todos á
reír del juicio crítico de Tirabeque; al
mismo tiempo sonó una corneta dg
pistón; salimos á ver y era la del co-
chero que avisaba ser la hora de regre-
sar». (Lafuente, Viajes de Fr. Gerun-
dio).
Cornezuelo, m. Agregósele, como
nueva acep., ucornatillo», que es «va-
riedad de aceituna de más de dos cen-
tímetros de largo y encorvada á manera
de cuerno».
Cornialtar, m. Xo hay tal, ni
menos cornualtar, ni tampoco la-
vabo, ni manutergio, sino única-
mente cornijcd: «lienzo con que se en-
juga los dedos el sacerdote al tiempo
del lavatorio en la misa». Hixsta
nuestros antiguos Sínodos usaban cor-
niialtar, como se ve en la.s Reylas
consuetas de la Catedral, aprobadas
en 1689 por el Illmo. señor Carrasco:
«Este mismo día se muden los coi-po-
rales, purificadores, manteles y cor-
nualtares.»
Cornicabra, f. Recibió en el último
Dice, esta nueva acep.: «Mata de la
familia de las asclepiadeas, derecha,
ramosa, de hojas oblongas y opuestas
flores blanquecinas y fruto de ocho á
diez centimetros de largo, puntiagudo
y algo encorvado. Florece en verano y
se encuentra en Canarias, en África y
en nuestras costas de Levante».
Cornizo, m. Otro nombre dado por
el último Dice, al cornejo ó corno.
COR
COR
407
C011MUIL1.A. f. AilinitiJo un il
último Dice, con el mismo signifií-ado
de i>fz martillo, tainliién de reciente
admisión y definido asi: «pez parecido
al tiburón, de unos tres ó cniUní metros
do largo, _T cuya cabeza, innv ensiin-
chada por los lados, da á su cuerpo
apariencia de martillo».
CüRXfoo, DA, adj. Agrejrósele la
expr. fig. y fam. Tra» de cornudo,
a/HiletiJo, ijrual ú Sol/re eufrnos, peni-
Ifíicki. A'jui decimos también Sobre
nierno», ¡míos.
Coro, m. Le faltan en el Dice, las
sij^üientes aceps. : jwuje alto del tem-
plo (no simple tribuna), colocado al
fín de él ó al frente ó á los lados, j)ero
siempre en alto, en el cual hay alpin
órgano ó armonio y en donde se ponen
ios cantores que acompañan los divinos
oficios. Tan cierto es esto, que no hay
iglesia en Chile qu^i no tenga su coro, y
aun cuentan con él muchas capillas. La
única acep. pertinente al aiso que hay
en el Dice, es éita: «paraje del templo,
donde se junta el clero paiii cantjir los
oficios divinos» [y para otras cosas
más]. Este coro sólo existe en las igle-
sias caitedrales, colegiales y conventua-
les, ponjue las demás no tienen esta
clase de coro, sino presbiterio, que es
cusík distinta. Y, si ese «paraje del
templo» se llama coro porque ahí se
juntji el clero para cantar los oficios
divinos, junta que t<kmbién se llama
coro, [)or la misma razón deije también
llamarse asi el paraje alto en que se
junta el otro coro de voces, qne ordi-
nariamente es compuesto de pi-rsonas
Heglares. Y de hecho, coro alto se llama
en todas las iglesias que fuera de el
tienen también coro baju. «En 1510, ¡i
ITde.Vbril, ¡)rohibiói|Ue los incndigiis
«ubÍL>sen al rom alio á jtCílir limosna
durante los oficios..., y se contentasen
con peilirla desde el coro bajoi>. (Villa-
nueva, Viaje literario á las ii/le.sias de
A's/wfiff, t. X!V, carta XC VI). Fray
Luis de Granada habla también en
vai'ias partes del coro bajo, lo que hace
suponer que hay otro que se llama alto.
Con estos mismos nombres di.stingui-
nios en la Catedral de Santisigo ambos
coros. Xo hay duda que el alio, en la
forma en que lo tienen nuestras igle-
sias, no existe ni j)uede existir en las
grandes catedrales y basiliciisdel Viejo
Mundo, porque no habría voz humana
que se hiciera oír desde un extremo al
otro del templo; á lo sumo tendrán
tribunas al frente ó á los lados del al-
tar mayor. « El coro alio á la entrada
de las iglesias emjiezó á fines del siglo
quince». (Francisco Naval, Elemenlos
de Arqueoloffia, n." 173). — Otra acep.
que falta también en el Dice, es: en
iglesia de monjas, paraje, separado por
reja, donde éstas se juntan para asistir
á los divinos oficios y á todos los de-
más actos de piedad que se practican
en el templo. «Estaba esta religiosa,
como solía, ¡mentada junto á la reja del
fo/-o¿í//o...Unadelas n)adresque traía
un bordón en la mano se lodió...;mas
ella, tomándolo en la mano, comenzó
á andar por el coro, y, visto que sin él
podía muy bien andar, lo arrojíi. En-
tonces fueron tantas las lágrimas y
sollozos de las religiosas. ..y tanto el
re^iullicio del coro, que toda la gente
que estaba en la iglesia liulw de saber
lo que pasara... Entonces la maestra...
fué al Xii'io JesiLS, (|ue estaba en el
mismo corot. ((¡ranada, Simb. d« la
fe, p. II, c. XXIX, § XII).— Tercera
acep. que falta: orden ó categoría de
santos en el cielo; como coro de los
profetas, coro de los ii/iósloles, coro de
408
COR
COR
/«i viryenefi. Xo hay necesidad de
aiiicir autoridades de clásicos, porque
abundan por doquiera. Y no se diga
que esta acep. está incluida en la pri-
mera y (general que da el Dice: «con-
junto de personas reunidas para cantar,
regocijarse, alabar ó celebrar alguna
cosa», porque en tal caso tampoco
debería haber aceptado como acep.
aparte el coro angélico, que el mismo
define: «cierto número de espíritus
angélicos que componen un orden: los
coros son nueve». — Otra acep.: con-
junto ó reunión de personas seglares
que responden, á una voz, á otra que
guía ó preside un rezo en común, por
ejemplo, el rosario; y, si estas personas
se dividen en dos grupos que se colo-
can frente á frente ó en lugares sepa-
rados y rezan alternadamente, cada
grupo se llama también coro: el coro
de la derecha, el coro de la izquierda.
Cuando se reza del penúltimo modo
decinros en Chile que hace COro
el que duñge ó preside el rezo; fr. que
no debe tolerarse, porque, además de
mal formada para este significado,
lX)dría confundirse con la única castiza
Hacer coro, que es fig. y significa (aun-
que no aparezca en el Dice.) asociar ó
unir uno su voz ó su opinión á la de
otro ú otros. «Núñez de Arce es poeta,
y cuando quiere cantar, en vez de ha-
cerse cómplice de los infames regocijos
que nos embrutecen, aniquilan y des-
honran, protesta valientemente y hace
coro, con inspirados versos, á las inspi-
radas palabras del elocuente Jesuíta».
(D. Cándido Nocedal, Discurso de con-
testación á Alarcúii en su recepción de
académico). «Denle [el ejemplo] los
buenos escritores; y, yo ñador, no fal-
tará quien les haga corov. (B. .1. 'la-
llanlo). Tradúzcase pues el Hacer
coro chileno ó Llevar el coro
por dirigir ó presidir el coro ó el rezo.
Iterar la voz en el rezo ó guiarlo. De
este último modo se expresa la señoi'a
Pardo-Bazán: «El eco de su voz catrn-
do guiaba el rosario no se me olvidará
mientras viva». (Ü7i destripador de
antaTio). Sin embargo, guiar el coro ó
los coros no significaría esto mismo,
sino llevar la voz más alta en uno ó
en más coros para que la sigan las de-
más en el rezo ó en el canto. Así Gonzá-
lez Carvajal, en sus Libros poéticos de
Ja Biblia (t. VI), dice en este mismo
sentido: «Entonces María la profetisa,
hermana de Aarón, tomó en su mano
un pandero, y saliendo en pos de ella
todas las mujeres con panderos y dan-
zas, cugos coros guiaba, entonando la
primera...» «Se celebró con música y
danza aquel triunfo por coros de muje-
res que guiaba María». De la voz coro
empleada en el sentido de estas dos
citas, se deriva el corro castellano,
como lo probó Rodrigo Caro en sus
Días geniales. — Rezar en coro,
que decimos también en Chile es rezar
de la primera manera c|ue dijimos, esto
es, respondiendo á una voz todos los
que forman el coro á otra persona que
dirige ó preside el rezo. No debe pues
confundirse esta fr. con la castiza Re-
zar á coros: rezar alternativamente,
empezando unos y respondiendo otro?.
— Última acep.: estrofa corta que en
himnos y cantos canta todo el pueblo
ó el coro al principio, al fin de cada
una de las demás estrofas y de toda
la composición; así mismo en los ver-
sos de novenas, plegarias y otros, que
no se cantan sino que solamente se reci-
tan ó rezan. Coro en estos casos es
jwrecido á cslribilt". — "apa de coro.
Véase Capa.
COR
COR
•lO'.t
Ceroidea, f. Cor¡ii:i'>í^' iwr Co-
ROIDKO. A, :v!j. lApIii-ase ¡I eicrUis
im-inl>raiiits muy Viiículaivs y ¡i lo
pertoiiwieiile ¡i elliU». iímihianu coroi-
liei i'f! ojo, humor eoroidto, mui.i
nroiiiftis*.
f'onoiüKs, f. Tcruiiiio (le ZudIoíííh
lulniilido c-in esta Juliüiiióii: «niein-
braiia qne tupizn iiit-jriorna-iitc todo el
^IoIk) di ojo, exceptj la cónica tnin.-:-
iwrentt'». Dd ^lieío yosíOii^rj:, «|ne
¡i su vez se deriva de /¿s'av, cuero, y
süío;, forma.
CoKOJO. m. «AHmiI americano de la
familia de la.s |>aliiias, cuyos fmtosson
del LamoTio de un luicvo de pidoma y
de ellos se síígi, ocii-iidoioa, una sul).s-
tiiicia ^Risa (jiie emplean los iiejjfros
como ma:iteci en sus cjndimuntos».
Admitido en el liltimí Hice, con este
nomlirt» y con el de rontzo.
Coiti>i,iFi.o!iA, adj. «Diccsc de las
plantíH dicotiledóneas í|iie tienen jieri-
goniü dol>le y los pcUdos 8olilad<is en
carola de una pie?.:» inserta solire el
rec».'¡>t,icnlr); conjo la dnlcauíara. I'. 1.
c. 8. [f.] Término de IJotáiii'-a admi-
tido en la i:l.» e<lici>n del I>¡cc.
CoiíoxA. f. Sn|iriiniiisc. y iiieii lie-
dlo, ]K)ripie era inútil, esta a«'p.:
• Adorno circular ipie us;iii lius nnijeres
en los saraos y otras íieiU'us. Las liay
de flori«, de metal, etc.» — La radial ó
Tiiili'ilii se lliinia tjiiiil)it'-n aliora radia-
da; se enmendó la detinieión de, la real;
y á la roslradft li rnitrulii se le llama
adcm:M roitiral. — Corona del />oelii, f.
Henno» nomlire dado en Ciiile á una
plonta de jardín, ori'^iiiaria del Ja|ión
y ¡icrtcneciente á la familia de las
ro«¡M«as y llamada en lioUiiúra xpinm
lanmldla. — .Su flor, í|Uc is blanca y
Iiei|iifña, llevad mismo nombre, f'oiiio
pareí'e (|:im en castellano no tiene
nonilire. bien puede conservar el ipie
aquí le liemos puesto.
CoKoXACióx, L «Acto de coionaiise
un solx;raiio», define el Dice, la 1.»
acop. de esta voz. Como jjara los cató-
licos el Pap,i es vcrdailero Sül)eiano,
no ncttísitamos ipic la detinieión lo
nombro expresamente; jioro á los jioe-
tas, :i l(js hijos mimados de la.s JInssus,
si (|ue liay i|Ue nombrarlos, jx)r(]ue, si
nó.cpiedan excluidos de la corouacicin.
Y naila más falso, pues muchos de
ellos, como el Tasso, Quintana, Zorri-
lla, han sido enroñados con toda pouqvi
y solemnidad. — Otra roroiiarión ijue
falta en el Dice., es la del catre ó cama,
porque lio basta la (jue da como propia
de la Aniuitectura: «adorno (pie se
pone en la jwrte superior del cdilicio
y le sirve como de corona».
Coronar, u. 'JY-nfíase presente que
en la acep. de-recompensar con un
premio, especialmente \>ov obras cien-
tíficas ó literarias, es un puro <;alicis-
mo. Si la recompensa ó el premio
consisten en una corona, entonces, sí,
no hay inconveniente para decir que
sp roroiifi a] autor en el acto de ponerle
la corona. Pero, dwir que su Obra
ha sido coronada, no lo jK)denios
admitir ni |Hir iiiutoniniia. Dígalo en
hora buena la .\cademia Francesa,
jtor el autor y jwr la obra, porque en
Francia si que sifinifica eso el v. rnii-
ronner; pero nó en castellano, donde
jamils ha tenido tal acep. — CoronarHe:
dejar ver el feto la cabeza en el mo-
mento del jiarto. Adición del último
Dice, .\llii responda él con los de la
profes¡()n de esta acop. veidaderainenle
jicre^rrina.
('ouoxAliTA, f. Rueda de los relojes
que manda hi aífuja de los sejíundos.
Aihnitido pur primiia \ez.
41°,
410
COR
CORR
Coronel, m. Agcegósele esta accp. :
«Cimacio ó moldura que termina un
miembro arquitectónico».
Coronelato, m. Dígase coronelía,
f.: empleo de coronel.
CüRoxiLLA, f. dim. de corona. Dul-
ce de harina con huevos y de hoja
ancha y delgada, redondeada en forma
de corona. No vemos inconveniente
para que se admita.
Coronta, f. Del quichua ccoronta,
corazón de la mazorca del maíz. Buena
confusión es la que se forma uno regis-
trando en el D !cc. las voces equivalentes
de ésta; y para desengaño del lector,
se las presentamos con sus definiciones:
Caroso, m., provincialismo de Galicia:
«raspa de la panocha ó espiga del
maíz;» y en el artículo Raspa no hay
ninguna acep. que convenga al signi-
ficado de coronta. Abrimos el Dice.
Gallego y hallamos: «Carolo: centro ó
corazón de pera, manzana, etc.» ¿Es-
tará el maíz incluido en esta etcétera?
Parece que uó, porque poco antes
figura otra voz especial para este obje-
to, y es (iCarólú: la parte leñosa de la
espiga del maíz;» y más adelante,
((córucJw: tronco de la mazorca del
maíz». Sigamos con el Dice, académi-
co: Garojo, m., provincialismo de San-
tander: «panoja de maíz despojada
del grano». Esto sí que está claro.
Tusa, f. y provincialismo de América,
igual á Zuro, m. : «corazón ó raspa
[¡otra vez la raspa! ésta sí que la
merece el Dice] de la mazorca del
maíz después de desgranado». Resu-
men: tres provincialismos (carozo,
garojo y tusa) y una sola voz castella-
na (zuro). Comparando el ntimero de
personas que usan cada una de estas
voces con el de los que usan á coronta,
que son varias repúblicas de Sud-
América, y considerando que esta voz
es mucho más antigua, comoquiera
que de América pasó el maíz á Europa,
creemos que la Academia no debe ya
vacilar un momento sino apresurarse
á recogerla para la próxima edición de
su Dice. Advertimos que no hicimos
mención de maslo, que es otro nom-
bre que en algunas jíartes se da á la
coronta, porque el Dice, lo trae ya co-
mo anticuado en la acep. general de
«astil ó tallo de una planta».
CORPiÑERA, f. Mujer que hace cor-
piños. Debe admitirse en el Dice.
CoRPi's, m. El Dice, y los buenos
hablistas dicen siempi'e el Corpus,
procesión del Corpus, fiesta del Corpus.
«Un tío Machuca , por una gran
urgencia tenía que emprender su viaje
en día cabalmente de la fiesta del Cor-
pus-Christh. (Capmany, Teatro de la
elocuencia española. Discurso prelim.)
Corralón, m., aum. de corral. Co-
mo este aumentativo constituye una
voz especial con significado propio, esto
es, patio grande y descubierto y de
forma más ó menos redonda que tienen
las casas principales de los campos, y
como así se usa también en España, es
justo que el Dice, le abra articulo
aparte.
Correa, f., fig. y fara. En el signi-
ficado de-aguante, paciencia, y de-
fuerza, resistencia, no lo admite el
Dice, sino en la fr. Tener uno correa:
«sufrir chanzas ó zumbas sin mostrar
enojo; tener fuerza y resistencia para
el trabajo corporal». Ya es tiempo de
dejarlo campar por sí solo, sin sujeción
á V. alguno. Así lo hace Pereda, que
en El sabor de la tierruca, en una sola
página lo emplea tres veces, diciendo:
«Personas de las llamadas de mucha
correa; los señores de mucha correa;
CORR
CORR
los hombres de rorrea». — El último
Dice, aífre^ó esta acej». al pl. rorreas:
«Tiras delgadas du cuero sujetas á un
mango, que sirven para sacudir el
polvo». En Chile hemos visto este
objeto t-iS'fro, jkto hecho, nó de tiras
de cuero, sino de trapos; lo cual no
del)e obstar jwra que reciba el mismo
nombre dí rorreas.
ConuEAZO, m. Ojijje dado con una
cirrej. Admitida por primera vez.
CoRKKO'iox.vL, adj. Sólo se aplica
á cosa y nó á ¡Xírsona, según el Dice. :
«dicese de lo que conduce ti la correc-
cióu». Por eso cst.i bien dicho K.irtwla
rorreteioiuil, r<'fr'l rorreccional; pero
nó cnaudo se aplica este adj. al «que
sufre pena di corr^.-ccióu C!i algún
establecimiento ó punto de^^tinado al
efecto:» éste se llama en castellano
corriíjendo, <lti, adj. y li. t. c. s. (Suple-
mento del último Dice.)
CoRREOioXAi.isMO, m. .Sistema de
corregir los defei-tos y vicios de las
personas en estiblecimientos ad hoc ó
por otros medies. Es voz mny ns:ida,
Lien formada y necesaria, (|ue delx;
admitirse cuanto antes. Véase Bico-
LISMO.
CouKKf-TO. TA, part. pasivo irreg.
de rorrejir. U. c. adj. y significa: kIí-
brc de errores ó defectos, conforme á
las regla'*. Díct.'se di-l lenguaje, del
estilo, del diiiujo, etci Véa-se ahora,
¡xira completar i-sta d(x-triiia, la pre-
ciosa nota del I'. Mir: i La lobicultura
del lenguaje miKlerno va dando cada
díi más ninm frutos. I>u un lionibn' ili;
bif.Mi a liLS diTirf|ia.<< w; dici" alior.i : anda
muy correcto en su proceder,
guarda un proceder correcto,
63 de conducta correcta, usa
maneras correctas, tiene tra-
to correcto; >■ mi', -i -<„,•/•,/« y
hoitfslo, razonable, deforo.to, inlarhahle,
edifiealiro, fuciim voces sinónimas. Ni
Baralt, ni Ortúzar, ni Cuervo imagi-
narían que tal desprojxisito llegase á
cobrar fama entre nosotros, pues no le
mencionaron en sus censuras; señal de
ser mny fi-esca la introducción. El
árlwl maldito de la lilwrtad echa siem-
pre de si retoños de frut^i bravia. Co-
nocido era el estilo correcto, la frase
correcta, la impresión correrta de nn
libro, el dibujo correcto de un cuadro,
porque dábase el nombre de correcto á
toda obra material, libre de errores y
defectos; pero, desde que correcto se
ac3moda al proceder moral, al trato y
manejo de ¡vsuntos, ya no habremos di;
extrañar que so diga mañana, salón
correcto, palacio correcto,
paseo correcto, plato correc-
to, moda correcta, espectácu-
lo correcto, y otriis parecidas ma-
chadas de incorrecto y zalio lenguaje».
Sobrada razón tiene el ilustre jesuíta
y ojalií (|ue todos se aprovechen de su
atinada y oportuna corrección. Para
que se vea el uso de los clásicos cu esta
materia, agregaremos algunas citas de
ellos, cu las cuales no han usado el
participio irregular correcto, sino d
regular correijidn.
Era OroinpcIKi...
Maniwi, tratable, fiicil, i'on-ff/itln.
Y en ccaMÍcm iiieti'Io, valeroso.
(ijrcilla, .Irai/innu, c. X.)
OVjras hcroicaH, trati) Holierano,
Almaff devnia»^ ffriííe correffitla.
(ViiUíUcna, (IrawUzn mejicano, c. IV).
'■Había resuelto nuirchar á Zumpo-
ala..., siendo el principal motivo tic
abreviar su jornada la justa conside-
ración de no permitir que so acercasen
á su corte, por componerse aquel
412
CORR
CORR
ejército de r/r-iüp menos atonta y menos
corregida que fuera razón ¡jara fiarse
de su vecindad». (Solís, Conquista de
Méjieo, 1. IV, c. Vil). «Ninguno fué
de tan excelente 3' corregida vida como
él». (M/ü-qnez, Teatro de Capmany).
«Fué uno de ellos Pisístrafco, en cuyo
tiempo florecía el filósofo Damónidas,
varón por cierto mxig corregido en el
vivir y elocuentísimo en el hablar».
(Guevara, Epístolas fa)n., 1. I, c. 15).
«Varón [David] según el corazón de
Dios, tan blando en las venganzas y
tan corregido en sus iras, que, teniendo
en las manos á su enemigo Saúl, se
contentó con quitalle un jirón del ves-
tido». (SaaveJra, Empresas políticas ) .
Corredera, f. Entre otras accps.,
tiene la siguiente: «cordel dividido en
partes iguales, sujeto y arrollado por
uno de sus extremos á nn carretel, y
atado por el otro a la barquilla, con la
cual forma un aparato destinado á
medir lo que anda la nave». — «Este
mismo aparato», agregó el último Dice,
junto con esta otra acep. de Mecánica:
«pieza que en las máquinas abre y
cierra alternativameute los agujeros
por donde entra y sale el vapor en los
cilindros».
Corredor, m. Agregósele esta acep.
de Zoología: «f. pl. Orden de las aves
corredoras;» y también la expresión
corredor de comercio: «funcionario cuyo
oficio es intervenir, con carácter de
notario, si está colegiado, en la nego-
ciación de letras ú otros valores eudo-
sables, en los contratos de compraventa
de efectos comerciales y en los de se-
guros». Queda siempre vigente la
conocida acep. de corredor: «el que por
oficio interviene en almonedas, ajustes,
compras y ventas de todo género de
cosas».
Corregüela ó correhuela, y ant.
correyuela. Es sinónimo de centi-
nodia, que es planta de la familia de
las poligonáceas. — El último Dice.
agrególe esta otra acep.: «mata de la
familia de las convolvuláceas, de tallos
largos y rastreros ()ue se enroscan en
los objetos que encuentran; hojas al-
ternas y acorazonadas, flores acampa-
nadas, blancas ó rosadas, y raíz con
jngo lechoso. Abunda en nuestros
campos y se emplea como vulneraria».
Correinado, m. Gobierno de dos
reyes en una misma nación. Admitido
13or primera vez.
Correlativo, m. Así llaman en
Chiloé al agiiiirdii'iite, quizás ¡)orqne
hace correr en el estómago á los demás
alimentos, así como por acá suelen
llamarlo bajador. Véase esta voz.
Correo, m. Agregósele esta acep.:
«Servicio público que tiene por objeto
el transporte de la correspondencia
oficial y privada. U. t. en pl.»
CoRREÓx, m. «Aum. de Correa. ||
Cada una de las correas anchas y grue-
sas empleadas para suspender la caja
de los coches antiguos». Entre nosotros
es una correa corta y delgada; es un
dim. con forma de aum., lo mismo que
istote, pilón, que á su vez forma tam-
bién dim. regxú&v : correoncito. — A lOS
OOrreones : á kipretinaóenlaprelina.
Correoso, sa, adj. No es aquí
para el pueblo lo que en castellano:
«que fácilmente se doblega y extiende
sin romperse», concepto que el chileno
traduce por latig"ud0, sino lo que
con otro chilenismo denomina cur-
SientO. (Véase esta voz). Otros dicen
correízo, corrupción del español
corredizo ;r/, que sólo signilíca: «que
se desata ó se corre con facilidad ; como
lazada ó nudo».
CORR
CORR
413
C'iKiiKH. No esi.i Ijií'u dclinidií iiim
awjt. muy couiün de esto v. El Dice,
silo dioe de ellíi: «iK-rseguir, acosar;»
y á nuestro juiciu del» descenderse
IDUS ó formar oira a])iirte, que di¡^,
p">r ejeniiilo: ahuyentar ó poner en
fupj, alejar de un nimio nipido á una
persona ó animal; y Hirunidameiite,
ahuyentar á uno. j)or otros medios, de
una casa, empleo, etc. — Otra acep. (¡ne
faltn en el l)icc. es la de-cundir, pro-
]*:durse ó susurrarse, trat;indose de la
voz, fama, opinión, noticias, rumores,
etc. Usado el v. como n., no ofrec-e
nada de particular esta acep., porque
naí, en n.-alidad. la u.^aron los cl;isicos
y la nsan siempre los buenos esí-ritores;
liero nosotros lo ns;imos tamhién en la
voz activa y en la imperstinal: Corra
L'il. la voz ó la noliriit de.... Corren la
muerte >le Pedro, Se corre el mal r tino iiio
de Juan con Liii-in. Pero no vamos
solos en este uso, sino en la buena
compañía de Pereda, que varias veces
cm|)lea amU'is construc-iones. «,'£o
corre ella mesnia. don Elias?» (Es de-
cir: ¿Corre Pilara su propio enainora-
micnto con Pedro .Juan?) «Era muy
natural que ardiera en de8«x)s de inijui-
rir lo que le faltalia, y de b.-lterlo en
buena fuenU;, jior el {jnsUizo de rm'rerlo
en seguida por el ¡meblo». «Pues ese
[icdantón sin vcr^iienza ha ahorcado
\m libros ijue estudiaba, y anda ahora
:'t aiz;i del ¡rato del Merru^o casiiiidosc
con su hija. Pero ¡morruda uistaña le
van ii dar! Porque Inés no le trapa
ni á palos. Me lo ha conÍL'sado ella
misma... Puedes correrlo ¡cir ahí si te
da la (rana*. EiUis tres ciuis son de La
I'uflmra. Véase ahora otra jiara la for-
ma imperwjiial, tomaila de ¿V mibor de
1(1 lierruri; « Hs síibjtlo qne la mitjid
del v<.rÍMd:irio di; Ií¡iicon''da estuvo
conteui]>lando el desastre de t'iiinliia-
les, durante la furia del hurivc;in,
a<razai)itdo al socaire del cerro advii-
cente: y aun se afirma que palmoteaba
aquella jrcntc levantisca cada \ez (¡ue
nn árbol se tronclialia ó caía una chi-
menea. Eslo ,sy corrió por Cumbrales á
la hora de calmarse el viento». Los
clásicos emplearon en estos casos el v.
sonar, im|M;rsoiial y usado con ni;is
frccuencia en la forma refleja, con la
acei). (¡ue le da el Dice, de «susurrarse-
esparcirse rumores de una cosa». El
P. Isla, sijruiendo como nosotros la
construcción activa, usó la fr. Echar
la voz, wmo se ve en este psísaje:
« Ilabia corrido jwr toda la comarca la
nolicia de que Fr. Gerundio bajaba á
predicar en la función del Sacramento
en la célebre fiesta de Camixiz:is. ya
IKjrquc .Vntón Zotes, como mayordomo,
había convidado á todos lus amifios
que tenía...., ya jwrque el mismo Fr.
Gerundio no se había descuidado cu
ecJuir también la mz entre sus ¡quusio-
nados y conocidos, siendo tentación
tan común en todo predicador princi-
piante, que tal vez cunde hasta los
más adultos y provectos, dejarse caer
al descuido con cuidado, ya en las
conversaciones, ya en las cartas, el día
ó días (|iie predican». ( Fr. Gerundio,
I., IV, c. III). Examinando el signifi-
cado del V. correr en h'.s aceps. que
vtrnimos discutiendo, no veincs jx»r
<|ué pni-dan dejar de aceptarse, puta
guardan analogía con las otras que
tiene y con sn régimen transitivo en
tantas de ellas. Esi)cramos pues f|nc
las ac"|(te también la .\cademia. — Kii
el juego del biliar llamamos correrFC
uno ])egar con su bola á otra de suerte
(pie anibíL-! corran |)ara el frente; lo
que se consigue dando con el taco en
414
CORR
CORR
la parte superior ck la bula con (jnc
se tira, y chocando ésta de medio á
medio con la otra. No aparece esta
acep. en el Dice, y si los españoles no
emplean otro v. más propio, bien pue-
de admitirse como la usamos nosotros.
— El último Dice, agregó á correr estas
dos acep5.: «a. Tratándose de la ba-
lanza, hacer que se incline y caiga uno
de los platillos por haberle puesto más
peso que al otro. || r. Trabindose de
velas, bujías, hachas, etc., derretirse
con exceso, haciendo canal la cera ó el
sebfii..— Correrle á uno las pro-
clamas, decimos en Chile por lo ijue
en España llaman Correr las amonps-
taciones ó moniciones, ó simplemente
amonestar: «publicar en la iglesia al
tiempo de la misa mayor los nombres
y otras circunstancias de las personas
que quieren contraer matrimonio ü
ordenarse, para que, si alguien supiere
algún impedimento, lo denuncie. U.
t. c. r.»
CORRESPOXSALA, f. Forma femeni-
na de corresponsal, que merece ya li-
gurar en el Dice. Véase Comensal.
CORUETEADA y CORRETEO. AmboS
hacen falta en el Dici'., como perfectos
derivados del v. Corretear. Véase
C.iJIADREO.
Correvedile ó correveidile,
com. fig. y fam.
Correverás, m. Tenía por 2.* acep. :
«juguete fantástico é ideal, con cuyo
ofrecimiento se engaña y distrae á los
niños, para que se presten dóciles á
tomar una medicina estando enfermos,
ó cedan gustosos á los mandatos de sus
padres». En el último Dice, ha sido
suprimida y enmendada así la 1." y
ahora única acep.: «juguete para niños,
que se mueve con un resorte oculto».
Corrida, f. Cuatro accps. le damos
en Chile que no son castizas: 1 ." Hilera
ó hilada, esto es: «orden ó formación
en línea recta de un número de perso-
nas ó cosas;» ó también ringle, m., ó
rinf/la y ringlera, f.: «pila ó línea de
cosas puestas en orden unas tra^ otras:»
corrida de libros, de ladrillos;
i.^ Corrida de misas grego-
rianas ó de San Gregorio, por
«/ treintanario ó serie de las mismas;
3.» Corrida de ejercicios, por la
tanda, cantidad ó grupo de personas
que se recogen juntas en una casa á
hacer los ejercicios espirituales; y 4.%
en Minería, dirección de una vita.
Corrido, m. Así llamamos al ro-
mance popular que contiene algu-
na historia, hecho ó aventura. La
palabra no es chilena, pues en el Dice.
se lee: aCorrido, ó c-orriilo de la costa:
romance ó jácara que se suele acom-
pañar con la guitarra al son del
fandango;» y Don Z. Rodríguez trae
la siguiente cita de la Biblioteca de
Rivadeneira: «Todavía en Andalucía,
con el nombre de corrió, ó corrido ó
carrerilla, que así llama la gente del
campo á los romances que conserva
por tradición, se recita ó cuenta el
siguiente, que trata también de Geri-
neldo». El nombre se explici muy
bien por la facilidad con que corrs el
verso en este género de composición,
como si dijéramos de verso corrich, ó
por la ligereza y velocidad con que se
canta al sonde la música. Así lo llamaba
también un poeta á principios de este
siglo (Don Pantaleón Rivarola). Co-
rrida lo llamó Don Juan Vaiera en
su última obra que publicó antes de
morir (Terapéutim social); pero en-
tendemos que sería simple errata por
corrillo, pues él por su ceguera no po-
día ya corregir las pruebas: «El argu--
CORR
CORR
Iliflito úi; Et siiinbreio </>■ tres ¡'ims
está ttxlo en la jáestra ó corrida. <|uc
he oíJ) yo mil veces cantar en mi
tierra al son de la guitami, y que
principia » — Ük corkiuo, modo
adverbial que liace falla en el Dice, y
que talvez se usa ni.Vs que Üe rorrida
(actleradaiueiite, con jirestcza o velo-
cidad), «jue es el único ((ue admite.
Muchas cilus poilriaaios amontonar
aquí do loloj los inoderUii?, como
Ua'tin. Téjalo, Lafuentc, Valera,
IVreda, Memiidez y Pelayo, Ducjue
de Rivas (Don Enrique Ramírez de
Saavedra), en favor del primer modo;
pero sólo |M>ndrt.Mnos dos, por ser m;is
ant¡iru.ts y de chisicos ya reconocidos.
Valbuena en su Sitjlo de oro (c^rlot;^
2.') dice:
Has ;ay! que Pan no pucucha mis razones.
Vv)» en oír mi canUí </<• cfirr'nlo
Enjuga en mi zampofta ya los gones.
V Errilla fn sn .Ir
biú:
(canto XV) .
La ix4|uierila janta á la derccluí mano,
V, aprrtando la ps|i*(la, tlr forritto
Al liárliaro arremetí*, altáis los lirazc s.
I'rnunlo <livii|irle en <lo« |>e(laziM.
Xosíjtros empleamos de cmrido prin-
c¡|>alinente con los verbos leer, rtinUir,
rerilíir y rezor y con los respectivos
sustantivos, y nó iirecisaineiite en el
si^^nifíc-jdo que el Dice, da á De rorri-
dii. Bino en el de-sin tropezar en las
letras ó palabras, correctamente y sin
detenenie, corricuteinuMte; que es el
mismo (jac le dan los modernos que
hemos citaílo. Por esta razón «cria m;is
liijíico atlmilir los dos nifxlos cuno
distinlra y wn distinto sirrniticado.
Couitiiio. HA, ndj., participio de
rnrrer. H:iii; falta en el Dice, este
ámenlo, pues no basta el CVhírido,
adj. y s., que re^'isti-a; y ui:is, si se
atiend í á la confusión que s«.' introduce
l><)r darle al CüUUiix) adj. la acep. de
«averiíonzad), confundido,» quj no e.s
del ¡uij. sino del ]iarticipio, el cual la
recilje del v. correr: naverjíonzur, a)n-
fuudir. V. t. c. r.» — Sin euibari;o, no
aliopimoj por que se dé al part., una
vez adaiiti.lo, esta acvp., pues en tal
Cíuo habría que reixítir las innumera-
bles del V. correr: sólo queremos (|Ue
se !e reconozca la de-continuo, en di-
mensión h)ii<ritudinal; como hídcón
corrido, m imilla ó pared corrida, meiro
corrido, tratiindose de ci)n.strucciones.
Esto es castellano v no delie faltar en
el Dice.
Corrientada, f. Corriente fuerte
dj afrua; fuerza li iuii>etn de la misma
corriente. Tiene al<ínii uso en Chile; y
taniliiiii. iuiiiiiue menos, en la forma
correntada, que es la que usan los
niils sabidos.
CüUUiKXTE. Suprimiósele en el ul-
timo Dice, la accp. de «río», (¡ue se le
daba como pro|iia de Gemianía, y
añadi(>sc la corrienle elérlríca, que en
I'isic;i sijrnitica: «inovimieiito de la
electricidad á lo lar^o de un conduc-
tor».
CoiiltlE.VTKS. .1 lanloa de loa rorrirn-
lex, es modo usado jxjr muchos para
indicar una fecha del mes y ailo co-
trienle^, que ya en otra parte del escrito
se han dado ó darán á conocer con
todas sus letras y números. Locución
bárbara la llama Orellana; jwro sin
razón; porque basta parar mientes en
el significado mismo de hts palabras
para convencerse de la legitimidad de
sn uso. Si puede decii-se .-1 Uinlox del
mes corriente i/ del aíio corriente, A
tantos del mis ij año corrientes, ,;|Kjr
416
CORR
COR
qué no ba de poderse tamljiéa decii'
más brevemente .4 laníos de los corrien-
les.' Al contrario, creemos que es un
modo más expedito é inteligible. Se
objetará quizás que está da más el pl.,
porque basta con nombrar el mes co-
rrienle, para que no pueda confundirse
con niniíuno de otros años. Convenido,
diremos; pero más claro y preciso es
nombrar los dos. Por lo demás, el uso
es ya bastante general, y no se ve razón
clara para detenerlo. No así con las
otras f()rnuilas el ines en curso, ó
que cursa, el 20 del que rige
ó de los que rigen. Esto sí que es
bárbaro, como lo veremos en su luizar,
y como tal debe proscribirse.
Corrientoso, sa, adj. Aplicase
al río, canal, arroyo, etc., que tiene
mucha corriente. Usase mucho en
Chile, y algo también en la forma
cerrentoso, que es la que se reserva
la gente más instruida. En castellano,
dado que no se admita, puede suplirse
con los complementos de t/ran corrien-
te, de curso arrebolado, viólenlo, impe-
luoso, etc.
CoRr.nnENTO, m. No hace muchos
años era común en Chile llamar corri-
miento al que ahora renmatismo. El
Dice, no autoriza para tanto, sino
únicamente para llamar corrimienlo ó
la reuma, en la acep. de ((fluxión de
humores que carga á alguna parte del
cuerpo; como á los ojos, la boca, los
pechos de las mujeres, etc.» YAretima-
tismo, «enfermedad que se manifiesta
generalmente por dolores vagos y más
ó menos vivos en las partes musculares
y fibrosas del cuerpo», es, según él,
sinónimo del reuma, pero nó de la reu-
ma. Los médicos dirán si estas dofini-
cione.=i son ó nó exactas. — El último
Dice, suprimió la ac?p. de «curso y
movimiento de las aguas», que el an-
terior daba á CoiíRniiENro; en lo que
hizo muy bien, porque eso se ha llama-
do siempre corrienle, f., y agregó esta
otra acep. de Agricultura: «accidente
que padece la vid en la época de la
florescencia cuando, por efecto del frío,
del viento ó de la lluvia [o nuesti'a he-
lada de Todos Santos], se imix)s¡bili-
ta o entorpece lafecundacióny resultan
los racimos desmedrados ó ún fi'uto».
Corro, m. Agregósele esta acep.:
«esi)aeio circular ó casi circular».
CoRROüORATlVO, VA, adj. Que co-
rrobora. Es más aceptable que el corro-
lioranlc (jue trae el Dice. Don Rafael
A. Peña, en su excelente Gramálica de
la lenijuí castellana (n." 882), usa á
corroburatifo como calificativo de his
conjunciones ó locuciones que comu-
nican á la afirmación mayor energía;
V. gr.: sino que, como quiera que, como
que, ¡mes (en algunos casos). •
COR.'^É, m. Ya dijimos en el art.
Café que el pl. de esta voz es corsés y
nó corsees ni corseses, como dicen
muchas de las pobrccitas que los usan.
Corsetería, f. Tienda en que se
liacen y venden corsés. Hace falta en
el Dice, que bien puede admitirlo,
como lo liizo con Corretera, f., que
ya corie libremente con esta detinición :
«La que tiene por oficio hacer cor-
sés. II La que los vende».
Corso. Como s. significa: «campaña
que hacen por el mar los buques mer-
cantes con patente de su gobierno para
perseguirá los piratas ó á las cmbai'ca-
ciones enemigas». Como adj. sigm'fica :
«natural de Córcega. U. t. c. s. || Per-
teneciente áesta isla del Mediterráneo».
No se confundan con corzo: «cuadrú-
pedo rumiante, algo mayor que la
cabra..." — En España y en las repú-
COR
COR
bhi-as siuiaiiK-rii-inas si- i-sia lluiiuindo
también corso de flores, ¡i la ita-
liana, lu ticst-i o t-siiit'ftaeiilo piiblifo
en que varias pervoiías. ilestle csirniajt-s
adornados con florvs, se divii-rtcn arro-
jándoR* flores uunbicn unas li otras. Si
se ha de admitir el nombre, lo natural
seria darle forma tiistellnna, y en oís-
tellano hay para esto roso, qne siirniti-
ca: «plaza, sitio o liitrar cereado. donde
ae corren _v lidian toros, y se ejecutan
otras fiestas pi'ibliuis».
Cortada, f. Anticuado en el Dice,
lo mismo (jue cortamiento. Ambos
sigoiñcabun: lao-ioii ó efecto de cor-
tar», ó rorU, m. At|UÍ todavía se usa
cortfíila fwr corte ó cortaduni.
CoKTAUERA, f. Xonibre '|Ue da
nuestro pueblo á varias plantas silves-
tres que son esi)ecies del íréiiero CvPK-
RC8. Todas ellas s<jn hierUas que se
crian esp<jnláneameiite ¡i las orillas de
los nos, arroyos y lafrnnas, y, sin dnda,
se les dio tal nombre {wrque sus hojas,
largas y angostiLS como las de las gra-
míneas, tienen los bordes ¡isperos y
cortantes, l'arece que no hay en caste-
llano otntó voces propias para denomi-
nar Citas e3f)e<'ies chilenas; jiero sí las
hay para desiíinar al^'unas es]K.'c¡es
e.xóticas; como la iuwúi, conntn en
muchas ¡>rovincias de Esywña; hir/ni/u,
planta europea, conocida en Hotiinica
con el nombre de rijpfni» dtrulenlus,
porfjuc sus tutxírculos son comestibles;
y el po/nro ( ci/peius ¡lapiji us ),G»\y^c\e
oriunda del E<;ipto y famosa en la
antigüe<lad, porijuc con la médula de
sus tallos se fabrical»! una especie de
papel: es ya una planta de adorno en
nuestros jardines. Kn vista de esto del w
admitir*- en d l)iic. inii-stra nirUidc-
rrt.— Estar uno en la cortadera,
es fr. tí;;, y fain. que suele usarse en
Cliiie jiara siirnitic-ar que uno csia muy
pobre ó esi-aso de recursos, muy recor-
tado de medios. Véase CristO.
Cortado, da, adj., part. de cortar.
Usase alu'o en Chile en el si<;niticado
de-siii dinero, sin blanca: pero mas en
la forma conqMiesta recortado, da.
(VciLse esta voz). Este nso chileno de
cortado puede hal)er provenido del
adj. (V'íVc, (|ue, seirnido de un comple-
mento con (/í>, en algunos eas<is, se
a|)lica ;i la i)ersonaque disjione limita-
damente de algo: «Corto de medios»:
falto de caudal. «Estaban los Estados
ii la sazón muy cortof¡ de d¡nero«. k lo
cual delw agregarse (jueroj/o en el cas-
tellano antiguo y en el ¡(ortngués mo-
derno es participio irregular de corlar.
CoRTADon, KA, m. y f. En las sas-
trerías y talleres de costura, persona
que coYiA los trajes ó piezas de ropa. —
En las zapaterías, persona (jne corta las
piezas que entran en cada calzado. —
Eli las fábricas de tejas, ladrillos y
adoljes, i)ersc)iia (jue recibe la porción
de masa suficiente para cada pieza y la
pone en el molde para darle la debida
forma. Todas estas aceps. (y quizás
haya otrsis análogas) creemos que de-
Ixíii figurar en el Dice, ixirqne no basta
la definición general (jue da: «(lue cor-
til», y eso como adj. En los Cufiünx
nueroa de Ensebio IJlasco hallamos á
corlador en la 1." acep. (jue liemos in-
dicado: « Ponía la cara entre triste y
feroz y volvía á la sastrería, porque er¡i
aprendiz de corlador... De su oficio su-
bía mucho má.s, tanto, que su antiguo
maestro le tomó de corlador-n. (Las
aa.icHcian de Trinláii ).
Cortadura, f. Agrególe el último
Dice, esta acep. de Jlineria: "eiisjinche
i-n el encuentro de las galerías con el
|H)Zo ]iriuc¡pal".
US
COR
COR
CoRTAFíTEGO, m. Los que saben que
por sí solo es s. m. lo usan así, sin arri-
mo de paredes ni murallas. — El último
DicCi le agregó esta acep. de Agricul-
tura: «veítída ancha que se deja en
los sembrados y montes, para qne no
se propaguen los incendios».
Cortapapel, m. En castellano no
lia liabidij ni hay sino plegadera, f.:
«instrnmento de madera, hueso, mar-
íil, etc., á manera de cuchillo y con
corte por ambos lados, á pi'opósito para
plegar ó cortar papel». Con la última
frase de la definición hay de sobra para
dar muerte á este inútil chilenismo.
CoRTAPicos, m. Insecto ortóptero
de dos centímetros de largo próxima-
mente, cuerpo alargado, de color negro,
cabeza rojiza, antenas articuladas, fili-
formes, y abdomen terminado por dos
piezas córneas, móviles, que forman
una especie de alicates. Es muy perju-
dicial para las plantas». Admitido por
primera vez en el Dice.
Cortaplumas, m., nó f . Así también
su sinónimo tajaplumas. «Instrumento,
á manera de navaja pequeña, que sirve
para cortar pluma? de escribir». Así
define todavía el Dice, al cortaplumas,
cuando ya nadie lo usa para cortar
plumas de escribir, que ahora se fabri-
can de acero y bien cortadas; á lo sumo
será para plumas de dientes ó monda-
dientes de pluma, y para muchos otros
usos manuales. Urge pues reformar la
definición.
Cortar, a. y n. He aquí algunas
aceps. de este v. usadas en Chile y que
no figuran en el Dice. Tratando de
carreras de caballo, decimos que uno
corta il otro cuando lo aventaja en la
carrera de .suerte qne quede algún es-
pacio entre las ancas del vencedor y la
cabeza del vencido; es decir, se corta la
continuidad que forman los dos cuer-
pos paralelos. Lo mismo se dice tam-
bién de los jinetes: que el uno cortó al
otro por tantas varas. — También deci-
mos f orto/- un caballo cuando del mucho
correr se le corta el huelgo ó alientoi
En esta acep. usamos también el v. c. r. :
Se cortó el caballo. — Por último, usamos
el v. cortar como n. fam. en el sentido
ác-largarse, irse para una parte con
alguna presteza, picar con complemen*
to de lugar á donde (véase Picar),
tirar en la acep. de «torcer, dirigirse
á uno ú otro lado». Las dos primeras
aceps. son enteramente legítimas, por-
que ambas llevan en sí el significado
fundamental de cortar, que es dividir,
separar ó interrumpir una cosa. En
cuanto á la 3.^, es una simple omisión
del Dice, el no haberla incluido, pues
la han usado hasta los clásicos; y si nó,
díganlo estas citas, que tomamos de
Cuervo: «El perfecto siervo de Dios
ha de cortar por todos los gustos, y
afecciones, y cuidados, y codicias, y ne-
gocios, y ocupaciones demasiadas que
le fueren impedimento de esta beatí-
sima unión». (Granada, Símbolo de la
fe, p. I, c. XIV, § 4). lliis claro está
aún el significado en ésta de Fr. Luis
de León:
Por los tendidos mares
La rica navecilla rm cortamJo
Asi como en este último verso está
subentendido el acusativo «el agua» ó
«las aguas», así en los demás casos de
esta acep. va oculto ó tácito el respec-
tivo acusativo. En este mismo sentido
decimos Cortar por lo más derecho, que
en el Dice, es Atropellar por todo, ó
mejor Cortar por lo sano: «emplear el
procedimiento más expedito sin consi-
COR
COR
419
ik-nK¡oii aU'uiirt, \»\vii ivimtliür iiuilvs
ó conflictos ó zanjar ini"onvi.-nienies ó
diticuliadus». — El último Dice. ap:ref;ó
á CoRTAU esta atvp.: «labrirge la i-pi-
deruiis por tfwto del frío li otras e-an-
sas»; concepto <|ue expresamos nos-
otros, no c-on raiiclia proj)¡edad, con
el V. riijarsf.
Corte, ni. Obra, trabajo, servicio
ó dili'jencia eorla «pie se encomienda á
<itro \ por lo cnal st- da al^'iin pairo. —
Este mismo pairo, j>r-cío, csliixüidio.
pratifií'ación ó pitanza i|ue se da |x>r el
corte. Es voz mnv usada en Chile en
aml)as aceps. y parecida ¡i CancheO.
El e(|uivalente oístellano jKira al>rnnos
caá» €« ftorle, ni.: «acción de portear
(condncir ó llevar de una parte :i otra
una cosa por el ¡wile ó precio en (pie
ee ha ajustado y convenido): cantidad
«jue se (la ó paga por llevar (» tnuisjwr-
tar una cosa de un lugar á otro»;
cora|KÍrcse en esta accp. con ini/wríe:
enumero ó cantidad ¡i (juc llega lo (]i)c
se compra ó ajusta». El origen de este
chilenismo parece ser el mismo s. cns-
tellano miU, ni.: a(x;i(Jn ó efecto de
cortar, |)or<iue el corte chileno es una
diligencia (i trabajo breve, incidental,
(pie se rorla. por decirlo asi, de una
obra ó tralvaj'j niavor.
Cortero, ra, !»dj. .\iilicase á la
p(,'rs.»na i|Me se ocupa en ¡ranar COrteS.
DigiL'je rarijador, fxjmr/illero, faquii),
gana/fin, mozo dn rordrl ó de esquina,
pilltlil'/iiiii. <><n\i\ IfiS (51SOS.
Cortésmente, adv. m. Cortfs-
mniir. ViiLs.' Comúnmente.
Cortez, a|)elli<l'i. Ya va (le.sa[iare-
ciendo esta mala e^•l•^inll•a de Corléi,
(|Uc por cierto no fue tniida á .Xnu'rica
por el coi)<|UÍstador de Mi'-jico ni ¡wr
ningiin etíjeiñol, sino introducida jKir
los ipie iinnca pronuncian la s.
t'oKTlXA.iK, ni. 'iCunjiimn ii juego
de cortinas», no debe confundirse, co-
mo todos lo hacx'ii a<jui, con lOrUnón,
()ue es el verdadero nombre de una
cortina grande. Por primera vez figura
este último en el Dice, con articulo
aparte.
CoKTiTO (Llkvau á u.\o). Fr. que
usamos familiannent« en el significado
de-!levar á uno bien asegurado, sin (jue
pueda escaparse y con ni;ls ó menos
prisa, generalmente á un lugar de cas-
tigo. Suele también usarse con otros
verlws de movimiento, como enriar,
lanzar. La razíin de este uso estii en la
siguiente explicación (jue trae Cuervo
de una de las acejjs. del adj. Corto:
«iPor alusión al cabestro ó ronzal con
(pie se atan las caballeiias, se usa eii
las locuciones Atar corlo. Tener corlo,
privar de liberüid ó facultad de obrar,
tener sujeto. «Les parecía (jue bastaba
lener á Francisco de ^[oliiia corlo con
poca gente, y bllos hacer rostro á la del
du(|ue». (Mendoza, Huerra de (Iratut-
da). S'e ve qne corlo es aquí natural-
mente predicado y jjor tanto concuerda
con el acusativo inmediato; no obstan-
te, en la fr. Alar corlo, usualisiiiia, se
ha adherido de tal modo al v., (pie á
veces aparece invariable, como si fuera
adv. «I Era muy mala, muy descarada,
y había (]ue alarla rnrlo^>. (IVrez íial-
dós. Fortúnala // .lacinia)». Hasta
aquí Cuervo.
Cülti'M.A, f. Pañol de las jarcias en
las galeras. || Espacio deliajo de la cn-
biertíi (j inmediato al costado de la
galera, jj aiit. Crujía, en la awp. de
«espacio de popa á proa en medio de la
cubierta del bu(pic». 'l'odas son accps.
de Clarilla y con ellas ha entrado
por primera vez este vocablo en el
Dice.
420
eos
eos
Corvalán, apellido. Corhahin, co-
rrigen Contó é Isaza, sin alegar nin-
guna razón.
Corvina, f. Sierra más ancha en el
medio que en las puntas y con dientes
triscados. El nombre es corriente eu
Chile y está bien puesto por la forma
de corvina que presenta la hoja. Xo
sabemos si tendrá equivalente en cas-
tellano.
Corvo, m. Adj. sustantivado; lo que
no es para asustar á ningún gramático.
Los que sean tan meticulosos digan
puñal, faca, ó sencillamente cuchillo
corvo. (Véase Civil). Corvo, coraos,
m., es para el Dice, sinónimo de garfio.
En la provincia española de Álava se
usa la forma diminutiva corrillo con el
significado de «podón, ó navaja con
hoja en forma de hoz». Lo que indica
que el corvo chileno tiene, por más de
un motivo, abolengo español.
Cosa, f. Como que no quiere la cosa,
es loe. adverbial fig. y fam. que el Dice,
corrige Como quien no quiere la cosa:
«con disimulo, suavemente, como si no
se quisiera conseguir aquello mismo
que se apetece», como quien no tiene
gana. — Como si tal cosa, es fr. elíptica
usada en España y en todas partes, y
hace falta en el Dice; significa: como
si no existiera tal inconveniente, razón,
oposición, etc. — No sea cosa que, es
fr. que indica precaución y temor, el
ne forte latino, y que también debe fi-
guraren el Dice. En Literián de Ayala
hemos leído Xo sea caso que (véase
caso), la cual no es la forma común
de esta fr. — Se permuta también cosa
con caso en la fr. La cosa es, que algu-
nos dicen El caso es.
¿Se tr.ata de matrimonio?
Dijo Ine's; pues Diego, Antonio,
Pedro, Juan; alto, encogido,
Lindo, feo. turco, godo
Con cualquiera me acomodo:
Et caso es tener marido.
(Bretón, Lo que quieren todas).
Cualquier agabachado habría dicho:
La cuestión es. Véase Cuestión.
— Xo ser cosa y A'o valer cosa, dice el
Dice, que son frases familiares que sig-
nifican: «no valer nada». Noobjetamos
el significado, que es exacto, pero sí el
considerar como frases estos dos ver-
bos, cuando la verdad es que el s. cosa,
precedido de cualquier verbo con ne-
gación, significa «nada», palabra que
se omite ahora por rapidez ó por ele-
gancia, pues al principio se dijo cosa
Mtcla, y más atrás res nata, que es el
origen etimológico del s. nada. X'o sa-
ber cosa, X'o codiciar cosa, Xo dejar
cosa por mover, X'o espero com, etc.,
etc., son usos tan castizos como los que
más y en todos ellos cosa significa «na-
da».
Aunque no curas de m
Ni. por mí se te ¡la cosa.
(Encina).
Á cosí; de lo dicho respondieron
Los bien afortunados castellanos.
(F. Álvarez de Toledo. Piinn ¡mIómUo, c. XV).
— Uso muy corriente en Chile es darle
á cosa el significado del adeo uf ó ita
ut latinos: de modo, de suerte, de tal
manera que, hasta tal punto ó grado
que. «Vente temprano, cosa que no
faltes á la reunión»; «Trabaja en la
juventud, cosa que ahorres para la ve-
jez». El primer ejemplo podría tradu-
cirse así: «Vente temprano, no sea cosa
que faltes»; y en tal caso habría sola-
mente una mera inversión en las pala-
bras, aunque el sentido no es exacta-
mente el mismo. El segundo ejemplo
eos
eos
121
es lililí diliiil de (.'Xplirar irniniatirai-
mentt; y sólo lo euU'UiJcmos asi: «Tni-
baja en la juventud, que ai-a cosn que
ahorres jiara la vejez». Caso bien pa-
recido á este pasjije de Fr. I-iiis de
líCÓn:
Viní yu il mi huerto, hcniíana E.«p>>sa,
Y vm ci-*%\ mi mirra y mis olores.
Cunii el panal y la miel s&bni;».
Bebí mi vino y leche y mis licores:
Venid, mi§ compaften»!*, ywe no r> asa
Une dejelit <le gustar tales dulzores.
(Cantar de lo* eantaret. cap. V).
En los siguientes versos de St-bivstián
de Horozc-o, poeta toledano del siglo
XVI, se ve usado el s. com de tal ma-
nera que bien puede t«ner bu signifi-
cado propio y genérico de 'i cualquiera
entidad, algo, que jiarece lo más na-
tural, jwniue el v. dejar reclama su
acusativo, ó bien puede dar el signifi-
cado especial (|uc venimos analizando.
He aquí los versos, puestos en Ijoca de
Booz, qae habla en favor de Rut:
Ora pnes ella es ansí'.
Vo he placer
Qot* ande aqai' tal mujer:
Y aun tambir'n le dejareis
Adre<ie. cnan'Io seguéis.
íVtío i^He pueda otger.
I'ues lo ha de menester.
Coscachear, a. Dar de cosca-
chos. V'ii.-ií'el .«iguiente.
Coscacho, in. Ks la pronunciación
ó forma esforzada d"- mniilin, (|ue es
oinio dio;!! en alguniui |)riivincias de
Hspuña, en el Peni y en otras jartcs.
Ahora bien, rorarlio es la forma dimi-
nutiva, ó mejor dcsjiectiva, de cnrn,
qne 8Ígnifii-!i «catieza* y taml>ii>n el
• golpe dado con los nudillos del [niño
«obre la ("lU-za de uno», es decir, nues-
tro coscacho. Muy bien estudimla
ha sido |ior |)on .lulio C'ejiulor, en sus
jiiiiili.-^iii"s tiri (^iii/ii/e, la etiinoiogi»
de la voz ruca con todos sus afines y
derivados. l,a hace proceder del euskc-
rico X-'i, que significa lo alto convexo,
y repetido (ko-ko), todo lo muy esfé-
rico, huevo, C!»reta, por ser toda snjicr-
licie superpuesta, calx'za, que es lo alto
y esférico en el hombre. «Ahora veamos
(prosigue el mismo autor) una cáfila
de derivados castellanos que nadie ha
explicado. Cora es la cal:K?za. en .Vlava
co-tiu-era, «no diga la lioca jxir do
pague la coca»; además significa golpe
en la cal)eza con losnudillos. en Aragón
torta y tarasca. Curo es fantasma, y
dijose del tomar careta ó burujo revol-
viéndose la cat)eza con ropa i)ara meter
miedo: «que viene el coco [el chileno
rtuo, qne también está admitido en el
Dice.] y se come á los niños (|ue duer-
men poco», «hacer el coco», «parecer
ó ser un cocoi>; por lo mismo, gesto y
naueca, «hacer cocos». Además, roco es
la cuentecilla, ó cal)ecita, del rosario,
el fruto del cocotero, gusano, «coc-osis
lialras» ( (luzmi'm de Alfuraelie, p. I,
1. 2, c. 1). La Academia da una etimo-
logía distinta para cada acep. de este
término, que es único y cuyos valores
se explican por el euskérico. Diminu-
tivos son rora-c/io por coscorrón, y
roe-ole ó roij-ole; el kolwle del «i.^kera,
rocol-udo ó roi/ol-udo. VA rnr-óii ó fan-
tasma, como coco, dicese en Navarra,
donde además, para meter miedo, se
habla á los niños de la ralarera en ni-
quin, es decir, de la calavera «pie pre-
senta todo el hueso del cráneo, -/.•>■ es
el modal euskérico. /lemi/uin i-s el adj.;
-/( del m»ki\r<) ¡le-lcolri {\x-nti: En Ara-
gón roqu-era es huevo cóncavo y talla,
en .Uava la calieza. ( 'oqu-ela es el golpe
con los nudillos, en .\lava rura-rho, en
Santander cwywV-ííío..., roqu-ev.\\ As-
422
eos
eos
turias por golpe en la caIieza...En .1.
del Encina: ttcocorrón qne te daré», es
decir, golpe en la coca». Hasta aquí el
erudito y valiente Cejador, que tantos
servicios está prestando á la ciencia
filológica. Habríamos querido trans-
cribir todo su articulo en que sigue
tratando de los derivados de co y coca;
pero tememos alejarnos demasiado de
nuestro chilenismo. Volviendo á él,
sépase que sus equivalentes castellanos,
además de cora ya citado, son : coscorrón
(golpe en la cabeza, que no saca sangre
y duele); cnpáii (golpe dado en la ca-
beza conel nudillo del dedo del corazón).
Capirote y capirolazo designan un gol-
pe más especial, esto es, el que se da en
la cabeza ó en cualquiera otra parte del
cuerpo, ó en alguna cosa, con el dedo
del corazón, ó con el índice, el anular
ó el meñique, apoyándole por el envés
de su primera falange en la yema del
pulgar y haciéndole resbalar con vio-
lencia. Pereda emplea en Sotileza la
voz pina, que él mismo define asi, co-
mo usada en Santander: «golpe dado
con los nudillos, á puño cerrado».
Coscorrón, adj. Aplícase á la es-
pec'e de porotos de grano más grande
que se conoce. Coscorrón, que como s.
significa en castellano «golpe en la
cabeza, que no saca sangre y duele»,
se ha adjetivado en este caso por ana-
logia con burujón, bollo, chichón (véase
Cototo), que es otra de las aceps.
que tiene en Chile la voz poroto. A
nuestro ]\\\Q.\o,coscorrón debe admitirse
en el uso y significado chileno, como
deben admitirse también todos los de-
más nombres de animales, objetos y
cosas que no lo tienen en castellano;
por eso admitimos por nuestra parte
todas las demás especies de porotos; las
que pueden verse en esta voz.
Cos]CR, a. Véase Cocer.
Oosiaca, dim. fam. de cosa. En
Colombia se usa COSiata. En España
parece que sólo se conoce cosita, cósica
y cosilla. Cosicosa y quisicosa significan :
«enigma ú objeto de pregunta muy
dudosa y difícil de averiguar»; así (¡ue,
rara vez corresponderán á nuestra CO-
siaca, que sólo se refiere á cosa ma-
terial.
Cosidura, f. Tratándose de cabos,
especie de ligada. Término de Marina
admitido por primera vez.
Cosmopolitismo, m. Sistema, doc-
trina, aficiones ó régimen de vida
propios del cosmopolita. Es voz que
necesariamente debe incluir el Dice. De
los muchos escritores que la han usado,
sólo citaremos á Menéndez y Pelayo:
«El desarrollo creciente de la vida fa-
miliar, sus relaciones cada día más
complejas, los excesos de la vanidad y
del lujo, la confusión de razas distintas
dentro de la unidad del Imperio roma-
no,con peculiares ritosy supersticiones,
con varias y pintorescas costumbres,
cierto género de cosmopolitismo, en
suma, alimentado por frecuentes y lar-
gos viajes, era medio adecuado para
que el ingenio lozanease en ficciones de
toda casta, aun sin traspasar los límites
de la verosimilitud». (Or ¡genes de la
novela, Introd., I). Véase Bucolismo.
Cosquilla, f. En castellano no
tiene singular sino pl. únicamente
(cosquillas).
Cosquillear, a. El Dice, admite
solamente á cosquilleo, m. («sensación
que producen las cosquillas»). Parece
que el v., por su buena formación y la
falta que hace, debe también admitirse
en el sentido de-hacer ó causar cos-
quillas con frecuencia. He aquí una au-
toridad ensu favor: «Loqueexcitabasu
eos
eos
•lL>3
curiusiiliiJ y Itíio-^i^iuHeiilnt su¡tV(.'iU(.'iite
las lelas ilel tfrt'liro era la coiulieióiide
Piidiiiiiii». (^ Valora, iJe rarios rotores j.
Costa, coste y costo. Cantidad
que se da ó se \k\^a por una ct)si. —
Costas, f. pl.: ¡.nistos jiulioiuk-s.
Costa abajo y coata arriba,
suelen íltvir aliíuiios eu vt-z de ruexUi
abajo y ciiesla arriba.
Costal, ra. «Saco j;runde de tela
ordinaria, en i|nc coniuiuucntc so t rans-
portna •granos, seniilliLs ti utnis co-uis».
Tal es el costal e8[)iiñul; el chileno se
llania en «istellano i-orar/m, {.: «saco
de cuero ijuesirve para conducir talmco,
cac-io y otros troneros de Anicricn».
Tiene por diminutivo á rorac/iiii, m.
Entre las muchas autoridades «pie ]K)-
driamos citar en confimiación de lo
dicho, l»iista Cita sola del Vtnabularlo
de (¡onzalo Correas: «En al<riinas tie-
rras u»;in unos ror^zuflos para la ha-
rina, [ion|Ue rehusan echarla en tale-
ga, ijue es eonlal peípierio <le lino, ¡jor-
que se cuela la harina jxir la hilaxa,
y se pierde mucha, lo cual no sucede
en el cuero». Eu otra parte dice:
* Quilma es nixtaltn el reino de León,
y antipia y ordinariamente ile leño*.
Véase pues cJnio el rox/al español es
de lela, de lino, y aun de leño, nunca
de ritero.
Costalada ó tostalazo. ' ¡oIjk; que
uno da en el suelo con las costillas,
por resludiirsele los pie< ó ix)r otro acci-
dente. Ojo al complemente ron las
ronlillan, para que no se llame ronlalaila
ó roülalazo lo que en realidiul no lo es.
Caer Ixtcsi ahajo es en castellano raer
(ó llar) lie briires ó de huriro». También
se «le de cs|mldas, de caljeza, de ¡ties.
El «íjolix! fuerte y con estruendo, fpie
da »l¡;una ¡x-rsona cuando cae», es el
batacazo. K\w; nuestro puehlo proniuicia
guatacazo, nouilne que le trae la
idea di' guata. Véase esta voz. El que
se da con fuerza aiyendo en el suelo,
especialmente el que se da con las asen-
taderas, se llama tainhoritada ó tambo-
rilazo. VeiU-e Culazo.
Costalearse, r. Darse una costa-
lada o costalazo.
CosTAitiíU'i:ssK, adj. Auin|Ue usiido
})or alfiunos, no ha prevalecido, y casi
todos, siguiendo en esto al Dice., pre-
fieren Costarriqueño, ña, adj.: Natural
de Costa Rica. U. t. c. s. || Pertene-
ciente á esta república de [Centro]
América [nó mi este estado de la re-
públid de (iuatemalan, como decía la
|)cniiUinia edición].
CosTKAii, a. De costa, f.: «instru-
mento de madera dura, de dos decíme-
tros de laigo y tres ó cuatro centí-
metros de grueso, con muescas en los
extremos, que usan los zapateros para
alisar ij bruñir los ratitas de la suelan.
Esta última p:írte de la detinición es
lo (]ue quieren significar los zapateros
chilenos con el costear inventado por
ellos; y á fe que está bien formado y
merece admitirse.
CosTEAU. Como a. significa: «hacer
el gastí) ó la costa»; y como r.: «pro-
ducir una cosa lo suficiente para cubrir
los giistos (pie ocasiona». Y {Mire l'd.
de contar, porcjue el otro roslear que
hay en castellano significa cosa muy
diversa: «ir navegando sin perder de
vista la costa». Según esto son abusos
chilenos projiosiciones como éstas: «No
costea meterse en este negocio»; «Xo
me costea levantarme temprano»;
es decir: No me liíne menta ó no me
conviene; Xo se costea este nei/ocio.
Costeko, m. Recibió en el liltimo
í)icc. estas dos aceps. de Minería:
«Ciida uno de los muros (pie forman
424
eos
coi
los costados de un horno alto. || Hastial
de un criadero».
COSTILLA.TE, Ul. faul., Ó COf«TILLATl,
m.
Costillas, f. Las locuciones Á
costillas mías, (tuyas, suyas,
etc.) y Á costillas de Fulano,
son: á mi costa, á tu costa, á costa de
Fulano. Parece que se ha querido jugar
con la palabra costilta dejando que se
entienda en doble sentido: como diiu.
de costa y en el sentido propio que
tiene costilla, para que mejor se vea el
trabajo corporal del que hace el gasto.
'(Salió della [la venta] muy contento
de no haber pagado y de haber salido
con su intención, aunque había sido «
costa de sus acostumbrados fiadores,
que eran sus espaldas*. (Quijote, p. I,
cap. XVII). Si la fr. Á costillas
fuera castellana, en pocos pasajes habría
encajado mejor que en este. Léase en
cambio este otro: «De lo que yo me
maravillo es de que mi jumento haya
quedado liljre y sin costas, donde nos-
otros salimos swicosW/rt.s». (Id., 1, 15),
IJsanse también estas locuciones en Mé-
jico,Cuba y fxuatemala; y no hay duda
de que son de origen castellano, pues en
el Vocabulario de Gonzalo Coi-reas lee-
mos estas dos frases: «Pegarse á las
costillas: Por gastardesuyo», y «Tiene
ffls////(7; Por hacienda para hacer gasto».
Costino, na, adj. Tan usado por
nosotros, es en castellano: costeño, cos-
tanero ó costero. CosTixo, xa, significa:
perteneciente al costo, que es cierta
hierba medicinal.
Costumbrista, com. Persona que
escribe sobre costumbres. Aunque no
es de mucho uso, está bien formado y
podría admitirse. Úsalo, entre otros.
Pereda, pero con letra bastardilla en
señal de reprobación: «En esa litera-
tura,de abolengo ilustre, hay novelistas
como los mejores de Europa; hay poetas
líricos y dramáticos admirables; hay
costumbristas, como ustedes dicen, y
críticos superiores». (Nubes de estío,
XIII).
C0.STUBA, f. Así C|uedaron enmen-
dadas en el último Dice, las aceps. de
esta voz: «Acción de coser. || Toda
labor que está cosiéndose y se halla sin
acabar, especialmente si es de ropa
blanca». Y en el Apéndice se agregó:
«Serie de puntadas que une dos piezas
cosidas».
Costurero, m. «Especie de cajón
con almohadilla encima, de que se sir-
ven lasmujeres para la costura. Algunos
descansan en pies, formando como una
mesita». Esto es en castellano costurero
y nó el cestillo ó canastillo en que traen
la labor y la tienen á mano, que en
buen español se llama tabaque, m. Pe-
reda, en El Salwr de ¡a tierruca (IX),
le da el nombre de canastilla, acep. que
no reconoce el Dice. — También llaman
aquí cosTUREUO el cuarto ó pieza de
labor en que se hacen las costuras; lo
cual podría admitirse por metonimia,
esto es, el contenido por el continente.
El novelista español 1). Arturo Reyes
en su novela C'artucherita, n." VII,
llama á esta pieza cuarto de costura:
«Las ramas del árbol caían mustias so-
bre los hierros del balcón del cuarto de
costura... T
Cota, f. Tomándolo del italiano,
llaman así algunos al roquete de mangas
cortas, hasta la mitad del brazo, que
usan los eclesiásticos, á diferencia del
de mangas largas y angostas que usan
los obispos, canónigos y otros eclesiás-
ticos que tengan tal privilegio. Hasta
hace pocos años sólo se conocía aquí,
en vez de la cota, la sobrepelliz, de
COT
COT
425
una furma t-spctiiil. lientlada de alíru-
Dus ijilesias esjafiolas, pues tenia, en
vez (le mangag, uiia.s como alas, qne,
envueltas en Jos brazos, |ien(lian á los
lados del cuerpo. Parece <|ue esta xobre-
pflli: Se usó en toda la América Kspa-
ñol:i, y i|n¡zás t xlavia se use en algunas
de sus diócesis. He atjui las definiciones
del Dia-.: Roqi'ETK: «especie de sobre-
pelliz c-errada». — Souukpelliz: «ves-
tidarablanea de lienzofino, con manirás
p.'rdidas ó muy anchas, (jue llevan
sobre la sotana la<: eclesiásticos, y aun
loe ledros i|ue sirven en las funciones
de iglesia, y (pie llega desde el hombro
liasta la cintura poco mits ó mcnos«.
Mejor hice notar la diferencia entre
la xohrfpflliz y el roqufle Don J. L.
Villa nueva en su Viaje lilernn'u á la.i
üjlesia» de t'spañii: «Que la sobrepelliz
no se diferenciaba del roquete en la
tela ni en la longitud, sino sólo en las
mangas anchas, á diferencia de his del
roquele, (|ue son angostas, como lo dice
el primer Concilio de Milán: siiperjiel-
lieiu lati» »inl manicix, non an¡/ii.slis
intltir rorjteli». (XoUi .'i á la carta II,
t. I). Véase cómo, por rara casualidad,
juntó á giihre/ietlis con w/«, ¡lero en
808 verdaderos significados, el autor
del Purén indómito en la si'.'iiiciite
octava del canto XI :
OtraA vec«« armadoit. Ifis rartmefl,
l'ur la eApociíAa y ancha plaza (Iv amiaH
Hacían <!*• ffr<líiiani> pn>ceH<inci«,
Cuando libre* eittaban «le laA arman:
\jat bonete* que llevan ion morriones;
.SobrrpeUicr». cfAat y utraa armaa;
Picaa larga*, imágene* y cnice«.
Las coerdaa, enccn<lúla(i eran luceit.
También hay en castellano el //irrdde-
te: <nM|Uetc sin mangas».
('oTAimo,m. Ladera de un liarraiK».
le agregó como 2." ac-ep. el último I)icc.
COTKJAR, a. Significa solamente:
«Confrontar una cosa con otra ú otr.is;
compararlas teniéndolas á la vista». —
Por eso conviene agregar que en Chile
tiene la acep. esj>ecial de-ensayar ó
probar entre si dos ó más caballos ipie
después han de correr en piiblico.
Cotense, cotensioó cotinsio,
m. No hay tal, sino rolanza, f.: «es-
ftecie de lienzo entrefino», llamado así
de Coutances, ciudad de Francia, de
donde procetle esta tela; aun<ine en
realidad el cotense ipie se conoce en
Chile y otras ivpiililicas americanas no
tiene nada do entrefino, sino que es
una tela burda de cáñamo.
Cotiledóneo, a, adj. «Pertenecien-
te ó relativo al cotiledón: Cuerpo coti-
ledóneo. II Dicesc de las plantas que
tienen cotiledones. Ü. t. c. s. [f.] || f,
pl. l'no de los dos grandes grupos en
•píese divide el reino vegetal». Con
estas tres aceps. de BoUlnica ha entrado
por primera vez en el Dice.
CoTix, m. HÍIolpe qne el jugador
que resta da á la pelota al volverla de
revis alto al (pie faca»: y nó la tela
llamada cotí ó ntti.
Cotiza, f. Especie de sandalia qne
usa la gente rústica en Venezuela, jj
Ponerse uno las rotiziis, fr. fig. y fam.:
Ponerse en cobro, .\rticulo original del
último Dice.
C<jTiZAiiLE, adj. Que puede coti-
zai-se. Merece figurar en el Dice.
CoTiZADOK, HA, m. y f. Persona que
cotiza. Hace falta en el Dice.
CoTiZAU, a. Significa como termino
del Comercio: «publicar en alta voz en
la Ijolsji el precio de los documentos de
la deuda del Estado, ó el de las accio-
nes meraintiles (pie tienen curso pii-
blico». Y nada m:is. Xo significa iiues,
como iilgnnoK creen, «pagar In parteó
48
426
COT
COT
cuota que toca á cada uno de todo el
oíste hecho de común acuerdo entre
varias personas»; esto se espresa en
castenano jior escotar, a. y compuesto
de es y cmda; ni significa tampoco «re-
partir una cantidad entre varios, pro-
porcionando á cada uno la parte que le
toca», que es el significado propio y
exclusivo de prorruterer, a.
Coto, m. El Dice, lo hace sinónimo
de bocio y de papera, dando la defini-
ción en este último: «tumor que se
forma en la papada 6 en otros puntos
del cuello, desde la garganta hasta las
orejas». Los que poseen la medicina
verán si esto es ó nó exacto; por nuestra
parte sólo diremos que el común de las
gentes distingue en Chile el coto de la
papera, dando el primer nombre al
tumor que se forma en la glándula
tiroides, que está debajo del cuello; y
paperae%\vLparólida castellana: «tumor
inflamatorio en la glándula del mismo
nombre», esto es: cada una de las dos
glándulas situadas debajo del oído y
detnis de la mandíbula inferior. — No
debió el Dice, académico haber colo-
cado al Coto americano, que procede
del quichua y que tiene significado tan
distinto, como simple acep. del Coto
español, sino como vocablo diverso y
en artículo aparte, como lo hace en
casos análogos.
Cotofe, m. ant. Vaso para beber.
Asi decía el penúltimo Dice. El último
corrigió Cotrofe (del bajo latín scu-
tra, vaso cilindrico, del latín scuteUa,
vasija), pero conservándole siempre la
nota de anticuado.
COTOXA, f. «Chaqueta de gamuza»
y provincialismo de Méjico, dice el
Dice. Para nuestros campesinos es una
camiseta de tela resistente, ó bien ca-
misa de forma sencilla t de tela recia
para usarla durante el trabajo, gene-
ralmente de cotón (tela de algodón
estampada de varios colores); por lo
cual suele llevar también este nomlire
por sinécdoque y conforme al castella-
no, que en la germanía hace á cotón
sinónimo de jubón. Y algo de la ger-
manía debe de tener el cotón chileno,
porque aquí son populares los siguien-
tes versos:
Cotón colorado
Mató á su mujer
Con un euchillito
DBlportsdcc'I.
(Valíante: Al amanecer).
Sacó las tr-ipitas
Y salió á veníler:
— ¿Quie'n compra tripitas
De mala niTijer?
En confirmación de esto sépase que el
Dice, trae también la loe. Cotón colo-
rado como usada en Germanía con el
significado de «castigo de azotes».
CoTOXÍA, f. «Tela blanca de algodón
labrada comunmente de cordoncillo».
— Díceseen Chile Escupir cotonía
por -echar uno sangre de la boca ó de
las narices.
Cotorra, f. Agrególe el último
Dice, esta acep.: «Ave americana del
orden de las trepadoras, parecida al
papagayo, con las mejillas cubiertas de
pluma, alas y cola largas y puntiagu-
das y colores varios, en que donúna el
verde».
Cotorrón, na, adj. y ú. t. c. s. m.
y f. "Equivale á solterón, na. Se apli-
ca especialmente al hombre». (Eivodó).
En Chile, lo mismo que en el Perú,
Méjico y Cuba, se aplica en general á
la persona de edad madura, y en espe-
cial á la mujer que ha pasado ya de la
juventud, sobre todo si es gruesa; es
decir, la jamona ó talluda castellana
cov
cov
427
Cotorrón c- m.a.. li. ...,..,,,.. cou;o
que las personas llegadas á esa edad
se ponen de ordinario ni;is habladoras.
CotOtO, m. Parece fusión del qni-
chua rriito y del araucano Irrotrro, i|ue,
sej;ün Febrüs, es la uianzanilla de la
garganta. (Sin duda quiso decir la
MiMC.qnees «la pronnnencia i|ue forma
la laringe en la garganta», i>orque
imiiizanillii es la «piírtc inferior _v re-
donda de la barlw»). Poresoen alsrunas
j)aru-!i di- Chile pronuncia el pueblo
COtrrotrro, y la gente educada, co-
trotro. Su signiücado pue<le tradu-
cirse por varios vocablos castellanos:
borujón ó bunijón: «bincliazón (jue
se hace en la cabeza por un golpe que
se recibe en ella»; bollo: '(hinchazón
que levanta en la cabeza un golpe que
no saca sangre»; ehirlwn y ¡loirino:
«bulto que se hace en lu cabeza de re-
8ult.i3 de un golpe». — Por contami-
nación con este vocablo forman asi
algunos en Chile el diminutivo fami-
liar de ('ri.tónloino.
Ci>Tl"lM). DA, adj. i}iK tiene coto ó
bocio. Eütá bien formado, es de u.so
ct)rricnte por lo menos en Chile y hace
falta en el idioma. Por todo esto cree-
mos que del)e ai f)gerlo el l)iiv. — I)(:l&
acep. de <|ieludo, algodonado», (|ue le
dun otros, no respondemos.
CoTixro, m. .\dniitiólo el ultimo
I)icc. como provincialismo de Cuba y
con esU» detiniciiHi: nKn Bayamo, si-
jii»; y /r//«es: «rapaz nocturna de las
.\ntillas, de unos Ki c>Mitimctros de
largo...»
Coupé, ni. llfjen de escribirlo á
la franc«<a, pues hace tiempo (pie el
l)icc. lo tiene admitido á la citstcllana:
fupé.
CoVACH.*, f. Es dlniiimlivo de ri/era
y m'Ao sigtiilica, según el Dice, «cueva
¡•■.(iK-fia". Asi lo conipriKban los si-
guientes jíiísajes del Vioje ih Ambrosio
iloiules: « Quedó va asi suelo, parte de
la peña y parte de esta madera, para
hacer una iglesia que no tiene aún
treinta pies de largo, porque, aunque
la Cueva [Covadonga] es algún tanto
m;is larga, no toda tuvo altura bastan-
te, y hay rorac/ins y otras entradillas,
que no quisieron picar, á lo que yo
creo, por dejar lo más que ser pudie.«e
de lo natural... En lo postrero de la
iglesia, frontero del altar mayor, está
una covacha alta hasta la cinta y que
entra como doce pies... En la tribuna
[de San Miguel de Lino] hay en am-
bos lados dos apartamientos, ó más
verdaderamente corac/iitas de bóveda...
Labráronse para tener libros y otras
c-osas dtl servicio del coro». Bastante
claro queda cofi esto el significado
propio de coracha, claridad que se au-
menta aún más con la definición de
covachufla: «cualquiera de las secreta-
ría del despacho universal [del gobier-
no de España], (|nc hoy se llaman
ministerios. l)i()seles este nombre por-
que estaban situadas en las bóvedas del
antiguo real p-ilacio». — En Chile lla-
mamos coracha el cuarto ó departa-
mento peípieño, de tablius, biombos ó
cortinas, formado en una sala y en el
cual duerme la persona encargada de
vigilar toda la sala; como sucede en
los dormitorios de colegios y casas
religiosiLs, en los hospitales, etc. En
estilo familiar y fior metáfora puede
pasar esta ac«p. En Mi'jico se llama
asi el «aixjsento situado debajo de la
esc:iler;i, estrecho, hiimedo, oscuro, y
naturalmente con el techo en desván.
Suele servir de habitación al ¡«(rlero».
Tanibií-n llaman «la zaga ó parte ¡xis-
terior de las diligencias y otros carrua-
428
COY
COY
jes de camino, donde se colocan los
equipajes, que se cubren y sujetan con
un cuero». (García Icazbalceta). En
el Ecuador llaman coi'achas las tiendas
á donde se trasladaron las ventas de
productos agrícolas que antes se hacían
en los sótanos ó cuevas (verdaderas
covachas) de los atrios de la Catedral
y de San Francisco [suponemos que
de Quito]. Así lo dice Don C. Tobar
en sus Consultas al Dice, de la lengua.
Covadera, f. Admitióse ya en el
Suplemento del último Dice: «espacio
de tierra de donde se extrae guano».
Bueno será quitarle la nota de Perua-
nismo que ahí se le ha puesto, porque
se usa por lo menos en dos repúblicas
más, Chile y Bolivia.
Coveña, apellido. Cobeña, según
Contó é Isaza.
Covin, ra. Del araucano coveü,
maíz tostado. En unas partes de Chile
se llama COVin el maíz tostado, como
lo dice el araucano; en otras, los gra-
nos de morocho que, al tostarse para
hacer la harina de llalli, no se abren
á manera de flor, como se abre la
mayor parte de ellos, que por eso se
llaman flores, y también rabrifos por
lo saltones. En otras partes de Chile
también se llama COVin el trigo tos-
tado.
Coxis, m. Corregido en el último
Dice, por cóccix: «hueso pequeño uni-
do al sacro y en el cual termina la
columna vertebral». Véase Cola. La
corrección está conforme con el griego
y el latín, que escriben x.óx.xjj^ y coccijx.
CoYÁN, m. Coijam escriben los Dices,
araucanos y Philippi. Es una de las
varias especies que tenemos del hcii/a
europea y que aquí llamamos roble,
j pellín su corazón. Siendo este árbol
originario de Chile, es justo que ten-
gamos derecho á ponerle nombre y que
este nombre sea aceptado en todas
Ijartes.
Coyocho, m. Voz araucana que
los Dices, traducen «raíz de nabo,
nabosii; y no van descaminados, jwr-
que nabo significa también en castella-
no : «cualquierraíz gruesa y principal».
Y esto es lo que actualraente significa
en Chile COyochiO, en general; en
particular es la raíz del rábano grande,
á diferencia del pequeño y común.
Véase ahora un coyochO monstruo,
citado en una de las cartas (la III) de
Eugenio de Salazar (1.570), en que
refiere á un amigo suyo «algunas men-
tiras que oyó á ciertos gentiles hom-
bi'es»: «Y aun pudiera dar de aquellos
nabos que Vm. vio en Galicia, que,
sentada la huéspeda sobre uno, tira por
bajo cinco ó seis chochos, y corta del
y hinche una gran parrilla para ella y
el marido y familia y cochmaje,.y aun
queda del dicho nabo un razonable
tajoncillo para se sentar al fuego». (A.
Paz y Melia, Sales espartólas, t. II).
La palabra cochinaje, que hemos pues-
to de cursiva y que, indudablemente,
significa-reunión de cochinos ó cerdos,
no aparece en el Dice. Es ella una
prueba más del significado de la ter-
minación aje en esta clase de nombres.
Véase Bandada.
Coyontura, f. Coijunlura, del la-
tín conjunclus. Otros también lo des-
coyuntan diciendo cuyuntura.
Coyunda, f . « Correa para atar las
abarcas», le añadió como 1." acep. el
novísimo Dice.
Coyuntero, m. Admitido en el úl-
timo Dice, como igual á acoijunkro:
«cada uno de los labradores que aco-
yuntan»; bien entendido que acoyuntar
es: «reunir dos labradores caballerías
CRE
CRE
Jl"J
[;p<ir ijuo no tambicii Inu'Ves?] >|Uf
tieneu de non, paní formar yunta y
labrar á medias, ó |K>r cuenta de en-
trambos».
Coz, f. Agregóeele esta aeeji. de
Marina: «extremo inferior de los nias-
telercs».
Cracoviaxo, xa. adj. Natural de
Cracovia. V. t. c. s. || Perteneciente ;i
esta ciudad de Polonia. Merece admi-
tirse, lo mismo (jue el siirniente.
Cracoviexsk, adj. Véase Craco-
viaxo.
Crasiexto ó (írasie.nto. ta, adj.
Crascl.ú'EO, a, adj. Término de
Botánica admitido con las siguientes
acepe.: «dicesc de bierlms y arbustos
dicotiledóneos, con hojas carnosíis sin
estípulas, flores en cima y jwr frutos
folículos deliisivutes con semillas de
albumen curnoso; como el ombligo de
Venus y la uva de gato. V. t. c. s.
f. II f. pl. Familia de estas plantas».
Cráter, m. Por analogía con carac-
lert», dice IJello t|ne algnnos hacen el
pl. de rniler. cráteres; lo cual no
hemos hallado confirmado ¡lor los de-
más gnimátiois ni [lor la .Vcadcinia,
que ni sícjuiera nombran este s. Hn tal
caso deije seguir la regla gener.il y ha-
cer rráUren.
Creacióx, f. Ya se nos ha quedado
en ras», como bien lo pronosticaba
n^ralt, en el signitiavlo tig. de «obni
literaria ó artística ori<.;inal y de méri-
to relevante»; f>ero tió en la acej). de
«fundación, inauguración, invención,
descnbrirnietit/i»: ¡nr iji-ttiplo: crea-
ción de la libertad, creación
de un género, de una litera-
tura. Ai V. rrrnr «i ijii.- 1.- dii el l)|ic.
estaaoep.: «eslablec<;r, fiindiir, intro-
ducir por vez primera una wsa; hacer-
la naf-er (i darle vida, en sentido tig.
í'ji.ii iiHii iiiiliiglnii, un ¡,'éiieio Uti ra-
no, un sistema Jilosolico, un on/rn
¡loliliro, neresidmles, derechos, ahusosf.
Esperamos que con el tiempo partici-
\yarii también el s. de esta a(x\).
CuEADiin. itA, adj. y ü. t. c. s. ni.
Sólo refiriéndose á Dios es igual á
Crítidor, ra; en las demás aceps. se
distingue de él lo mismo que crear de
criar.
Crear, a. Según el Dice, es igual
:i criar en estas tres aceps. : « 1 ." pro-
ducir algo de nada; dar ser á lo que
antes no lo tenía, lo cual es propio de
Dios sólo; 2." fig., instituir un nuevo
empleo ó dignidad; y :>.". tig. también,
tratándose de dignidades muy elevadas,
por loconn'in eclesiiisticas y vitalicias,
hacer por elección ó nombramiento á
una persona lo-que antes no era: Fué
creado papa; será creado cardenal d. En
lo antiguo se usó también crear por
criar en estas dos aceps.: «nutrir ó ali-
mentar la madre ó la nodriza al niño
con la leche de sus pechos; alimentar,
cuidar y cebar las aves y otros anima-
les». Pero éstas son ahora aceps. tan
pro[)ias de criar, que seria falta de leso
idioma dárselas á crear.
Creatura, f. Anticuado lo han
declarado l:is dos últimas ediciones del
Dice., remitiendo para todas sus aceps.
á Criatura. No vengan pues algunos
á hacer distinción entre ambos sustan-
tivos.
Crece, f. Jfny común es en Cliile
darle singular, cuando en realidad no
lo tiene, ¡lUes sólo se usa en pl. (creces ):
y aun el significado en que aijui se Ui-a
no es tan propio que digamos. Csiimos-
lo aquí |)or creciente ó crecida, f., que
es el «ainueiilode agua (¡ue toman los
ríos y arroyos [Mir las muchas lluv'ns
o por derrctir>-<- la nievcH: lo qni' es un
430
ORE
CRE
poco menos que la Uenn, f.: «crecida
cjue hace salir de madre á un río ó
arroyo». Creces, fuera de otras aceps.
que no hacen al caso, sólo significa:
«aumento, ventaja, exceso en algunas
cosas»; lo que es tan genérico como
crecimiento, y, por consiguiente, poco
apropiado á la verdadera creciente,
crecida y llenct.
Crecer. Agregósele esta acep. r.:
«tomar uno mayor autoridad, impor-
tancia ó atrevimiento».
Credescial ó Carta credexcial.
U. m. en pl.: Cartas credenciales.
Credo, m. Ya es tiempo de admi-
tirlo en la acep. de «creencias ó con-
vicciones que tiene uno, en cualquier
materia que sea, y á las cuales aju.sta
8'JS actos. Tiene más uso entre los
políticos». Así el Dice. Enciclopédico
Hispano-Americano, que comprueba
lo dicho con la siguiente cita de Don
Antonio Flores: «Lo de que el hombre
no vive para comer sino que come para
vivir, era máxima favorita [de Cerva-
tana], ó, como dicen lus hombres de
hoy, su credo económico». Realmente,
como dice el citado Dice, se usa más
esta voz entre los políticos: El credo
del partido tal ó cual, el credo polítiro.
Creer, a. En la siguiente nota del
P. Mir está compendiada toda la doc-
trina de los modernos acerca del sig-
nificado y uso de este v. y por eso
preferimos darla íntegra: «Otorga la
Academia al v. creer la acep. de pensar,
juzffar, conjeturar. Aun(]ue creer sea,
en su sentido recto y absoluto, dar fe,
tener por cierto, tener fe, también se
halla en los clásicos figurando opinar,
conjeturar, estimar y otros verbos sig-
nificativos de probabilidad y verosimi-
litud, según podrá ver quien gustare en
Cuervo. Los ueoparlistas enmendaron
la plana á los antiguos en la construc-
ción gramatical. Los antiguos decían
creer por en vez de juzgar, como lo
muestra el P. Lapuente; los modernos
borraron el por del predicado, en esta
forma: «No cree buenos artistas á todos
los que son maestros». (.Jovellanos,
Inf. sobre el libre ejerc. de las artes).
«Corrieron á él creyéndole muertos).
(Quintana, Pizarro). «Podían creerse
enviados de Apolo». (Lista, Ensayos).
«Cuyas explosiones se creían ser los
gemidos de los gigantesii. (Clemencín,
Comentarios). Mostróse Baralt rebacio
en aceptar la supresión de por, y cen-
suró varias frases de la moderna elo-
cución. No parece tan seria la dificul-
tad, pues vemos usados estimar y
juzgar sin preposición alguna. Con
todo eso, muy bien hechas están varias
de las coiTccciones por Baralt. No es
para olvidada tampoco la observación
de Ximénez de Embun, que dice: «Son
ahora muy corrientes, en forma re-
flexiva, algunos verbos que nunca se
habían usado de esta manera, con razón
calificada de no muy castiza». (Lengua
esp(uiola). La desaforada libertad no
es ciertamente progreso, sino retroceso
y amago de babélica confusión». Plá-
cenos sobremanera la doctrina del
ilustre jesuíta, y hasta la franca liber-
tad y desembarazo con que inventa
voces tales como neoparlistas y babéli-
co, tan propias del castellano. A su
nota sólo (jueremos agregar la autori-
dad de Salva, que en su Gramática
pone como ejemplo de indefinido ab-
soluto esta proposición: «Te engañanis,
si le crees hombre honrado^); y la del
Dice, académico, que define así al ¡w-
bre 1/ soberbio: « El que, teniendo
necesidad de auxilio ó socorro, procura
ocultarla no admitiéndolo, ó el que no
CRE
CRE
•131
Se cuuuata i.-o:i lu iju.- le ilun o ani «,1
favor qae le liacc.i, rrei/éiiiloxf mereee-
tlor lie iiiii.sf. — Eli cuanto á la coiíjii-
giicióii de este v., is una coin|>as¡6ii
i-ómo lo estropea el vuliro cliileiio:
suprime tina e en hu< furnia:^ en qnc
iiav di>s (crer, ere, eréis, i^imefr,
fiee, atvi.1/; por no pronunciar la
cuinbinuc'iún r;', (|ne [Mira el íuena como
muy afeetaihi. <lire creída '> creya,
eréidamosi'créyamos.i-ir'vv//'.
rrtiiimos: crei, CreimOS, 1 1' ir líei,
rreimoi; y en el |«irtiei|iiii, creido,
da, por rrfií/o, lili. Por último, supri-
me la 1/ en las formas ()Ue la llevan,
couvirticinli) 1:1 coniliinaclon <•// en /;
criando, criaron, criera, iwr
rrrijí'nilu, n-fi/eroii, cieijeni, etc., etc.
Crema, f. Xo csUí aún admitido
en la aeep. fij;. i|ue le dan tant4)g escri-
tores mwlernos, esj)ecialniente as|(año-
les, de-la ¡tiirte lUiis esco_í;ida de la
Rüciedud, la tlor de la aristocracia, ó,
como dina Cervantes, la flor y nata
(fr. que ta;!i|ioco liírunt en el I)icc.)
Fnint-inii-nte, no nos cae en frracia la
tal crema, y mucho menos cuando se
junta con sminiiul. Sociedad cre-
ma es, en efei-lc, al;.'o «jiie iiiirri|iila,
algo que oltliiran'.i :i dispararle con el
tintero al |iedante que lo escribe. Si-
t|aieni, /// rrfmn de lii xuciediiil, no es
tan disimratado (pie digamos, ]Mr<jue
ahí rreina puede, por metáfora, tener
el flignitii-ado que ya le dan algunos,
de «simtxjlo de tiimra y delicadeza
exquisitas».— Color crema. Véase
Café.
Cremar, a. I'>1 v. latino eremare
dióen castellano y (/í'Wííry ni) eremar,
como querrían algunos extninjeros en
ideas y en idioma y partidarios de la
rreinariúii de cadáveres. Dense |K)r sa-
tisfechos con lu admisión del s. (y aun
el es demasiado culto, conijiarudo con
los castizos quema, i/iieiiiiiiliiru y (jiie-
mazün ). y no pretendan introducirnos
un v. tan inútil y feo. — A rnuniciún
le suprimió el último Dice, la aiep. de
■icoDibuslión é iucinenición de los ca-
dáveres humanos», que le daba el an-
terior, dejándole solamente la general
de «acción de quemar».
CiíKM.vTÍSTitA, f. Admitido en el
ultimo Dice, ain el mismo significado
de etonomia juililiiii y con la etimología
griega /j;r,/.XTt'7TU'.-/-, acto de negociar.
Crematorio, ria, adj. Aplicase
al horno en c|ne se hace la cremación.
Por ser todo horno para i|iK'iiiar y por
lo que dijimos en Cremar, conside-
ramos este adj. enteramente inútil.
Cremkxto ó jxciíemkxto.
Cremo, m. -Crémor.
Ci'.Ki'istTLixo, XA, adj. Admitido
por primera vez como igual á nepii!<-
ciilar: perteneciente al crepúsculo.
CitKsi'O, m. Xo existe en el Dice,
sino el adj. nexpo, pa. El sust. corres-
pí)ndiente es rizo^ en general; pero,
segi'in .sea la forma del rizo, cilindrico,
de anillo ó de sacacorchos, toma el
nombre particular de bwle, sorli/a ó
tirahiizúii. Sin embargo, en otro tiem-
po se usó en Es]jaria, como lo prueba
esta cita de la Norlsimn llcmpilarión
(lib. VI, tit. i:}, 1. 7): «Xingiin hom-
bre pueda traer copete ó jaulilla, ni
guedejas con rres/H) ú otro rizo en el
cabello, el cual no puede pasar de la
oreja». Como este s. es corriente en
todo Chile y (piizás en otra.s naciones,
pedimos su inclusión en el Dice. —
Queil/trufi uno con los crespos hechos,
aunque es fr. bien formada y exj)resi-
va, no aparece en el Dice, y en lugar
de ella hallamos: ijueilnrse uno rn bliir,-
co ó in albis (no conseguir lo que pre-
4:i2
CRI
orí
tendía ó esperaba), (jne no significa
exactamente lo mismo. Queddrxe con
los cresjws hechos es figuradamente
quedarse con los preparativos ó arre-
glos que se habían formado y no con-
seguir el fin ú objeto de ellos, v. gr.,
la llegada de una persona, un paseo,
etc. La fr. ha provenido de la compos-
tura que en tales casos hacen las mu-
jeres en su persona, encrespándose el
pelo, etc. Creemos pues que debe ad-
mitirse.
Crestería, f. Derivado de cres/a y
admitido por primera vez con las si-
guientes aceps.: En Arquitectura,
adorno de Labores caladas, que se usó
mucho en el estilo ojival, y se colocaba
en los caballetes y oti-as partes altas de
los edificios. II En Fortificación, con-
junto de lasobrasde defensa superiores;
y también almenaje ó coronamiento de
las antiguas fortificaciones.
Crestóx, na, adj. Que tiene cresta
grande. Raro es que no aparezca en el
Dice, cuando está legítimamente for-
mado, al modo de cabezón, denlón,
patón y otros, y cuenta con el uso de
millones de personas. Aquí lo usa
también el vulgo como término de
insulto, menos fuerte, por cierto, que
animal, bestia, burro, borrico, y equi-
valente sólo á tonto, necio, tiobo. En
Méjico, se usa también así. No se con-
funda el aum. crestón con el adj. cres-
tado, da, que sólo significa: «que tiene
cresta».
Cretáceo, a, adj. Perteneciente
al terreno inmediatamente posterior
al jurásico. Término de Geología de-
rivado del latín cretáceas, gredoso,
y admitido por primera vez en el
Dice.
Criadilla, f. Agregósele en la últi-
ma edición del Dice, criadilla de mar:
«pólipo de figura globosa, hueco y pe-
gado por un solo punto á las rocas, de
las que se desprende fácilmente». Los
naturalistas dirán si es el mismo pólijo
que en Chile se llama potO.
Crianza, f. Significa: «acción ó
efecto de criar; época de la lactancia;
urbanidad, atención, cortesía». En Chi-
le se le cuelga además una acep. qu
no le pertenece: conjunto de hijos que
nacen de los animales en una época
determinada y se crían juntos; por
ejemplo: «Vendí toda la crianza de
este año». En castellano sería las
crias de este ano, porque cria en sing.
significa: «conjunto de hijosque tienen
de un parto, ó en un nido, los animales»,
y también, «niño ó animal, mientras
se está criando». — El lugar destinado
para la cría de los animales se llama
en castellano criadero.
Criba, f. Añadióle el último Dice,
esta acep.: «cualquiera de los aparatos
mecánicos que se emplean en agricul-
tura para cribar semillas, ó en minería
para lavar y limpiar los minerales».
En estay en la I." acep. («cuero ordi-
nariamente agujereado y fijo en un aro
de madera, que sirve para cribar. Tam-
bii'in se hacen de plancha metálica con
agujeros, ó con red de malla de alam-
bre»), es igual á cribo, m., y á harnero.
Véase esta voz.
Cribado, m. Acción ó efecto de
cribar. Admitido por primera vez.
Cribador, ra, adj. y ú. t. c. s. Que
criba. Admitido también por primera
vez, lo mismo que la expresión ;Voto
ácribasl quesignifica «¡Voto áCristo! «
que es expresión de juramento y ame-
naza, nueva también en el Dice.
(ÍRIBAR, a. Diósele esta nueva acep.:
«pasar una semilla, un mineral ú otra
materia, por la criba para separar las
CRI
CRI
4:í3
p>arti-s im-iimlasde las gruesais». Vca-se
Harnear.
Criminal, adj. Enmendóse asi en
susactp». y definiciones: «jterteneciente
al crimen ó que de él toma orijien. ||
Dicese de las leyes, institutos ó accio-
nes destinados á jiereefijuir _v castiifar
los crímenes ó delito.*. || Que ba come-
tido ó procurado cometer un crimen.
Ú. t. c. s.»
CRiMi.NALin.tD, f. «Cómputo de los
crimenes cometidos en un territorio y
tiempo determinados. Efle año ha hn-
büio, rfxpffio del niileríor, nhjún au-
tHfnlo en hi rriminalUwlt. Nueva acep.
admitida en el I)¡c-c.
CRllll.VALOr,í\, f. Xeoloíiismo usado
ya en todo el mundo y ijue del»e fisrurar
en el Dii-c. Xo IkisUi para recinplaziírlo
la denominación drrrrho penal , (pie es
«el que tratude la represión ó ca.«t¡>;o
de los criaienes ó delitos píir merlio de
la imposición de las penas; de las cuales,
ó de BU materia, Ujma el nombre». La
crimiiutlogia trata del crimen en si
mismo y en su ori'ien, en sus ramili-
aic¡oiK»ycon<«cciieiici¡is. Esunaciencia
moderna ri;';ii;io:iada con hw medicas
y sociales y i:.m la imícdIo^íb.
Crinolina, r. rrancí'sen su origen
frmwline, jx)r ul tejido de rriii que
entralia en su f.ihricación), lia desixpa-
recido en nuestni tiemiv), jKirquc tam-
bién ha dejado de usarse el olijeto
conocido (.-on este nomlire. Sin embargo,
hemos leído en los diarios de Méjico
(pie dos HcñoriUis yankis tuvieron la
extravagancia de resucitar la crino-
lina, vestirs<;la, andar con ella en
públicr)y aun subir en los tr.invía*, o>n
protestas y risas de tr)dos. Para (aTV-ziig
y genialidades ;quién se la'< vale como
los habit.'intes de la gran rejHÍbli«i?
He aquí el artículo de «Kl l':iis»,d<l I''
de Febrero de lítOO, en que se da cuen-
ta del hecho: <i;Vi"ELVE LA cui.vo-
LiXA? El valor de la mujer americana
es proverbial. .\jx?nas hay ]K'r¡ód¡co
diario que no s.aque á lucir alguna lia-
zjiña del coraje de est;is hembras de
nqui...Lo que he admirado siempre es
el otro valor, el valor cívico. Y ése es
el que ahora admiro en dos señori-
tas, llamémoslas «misses», vecinas de
Pittsburg. Su Hombreantes que todo:
llámase la una (ienoveva Tncker y la
otra Enriqueta Herliert. Estiis dos
muchachas se han hecho a-lebres en
un instante, con una hazaña digna del
esfuerao que ]>ara soplar sus nombres
al través de la áurea trompa, hace ac-
tualmente la fan)a. .Acalx-mos. Por las
calles de Pittsburg se piusean las dos
jóvenes vestidas con niariñaques, ó
sean, crinolinas estupendas, como
en siglos payados se usaron. El efecto
que la aparición de ese anacronismo ha
producido, es el de una alarma general.
El pi'iblico todo ha sentido faltarle el
aire á la idea de los tranvías atestados
de mujeres vestidas con jaulas de alam-
bres y tela como para glolws. .\(|iii, en
donde el espacio e8(>asea, los edificios
buscín las inil)e«, los veliículos horadan
la tierra, no habiendo ya superficie que
contenerlos pueda, no es iwsible otro
vestido para las mujeres sino el que
actuahuente llevan, con la tela indis-
pensable para no ])ilhir un frío en las
carnes. Y cabalmente, el rasgo de valor
civico de íienoveva y de Enriqueta,
consisteen desafiar, como han desafiado,
con su retrógada moda IwnibiVstica, la
moda de seniivestirse actual, alegando
ellas, las del miriñaque, fuertes razones
de tiecencia, contra las jKKlerosas de
comodidad y de necesidad (pie hoy
iinp( rail en los fi'_Miriiies ciscultnrales
434
orí
CRI
femeninos. Eso es valor, puro valor cí-
vico el de estas dos ainazonas de la
campaña crinolinesca. La opinión
pública en masa está en contra de ellas,
pero no cejan en su empresa, tienen el
fanatismo de lo abultado, la religión
del mal parecei-, la obsesión de lo feo
con el ideal de lo púdico. Son dos lic-
roíiias idiotas. Aqni el valor de la
mujer toma todos los aspectos de la
enfermedad, inclusive el de la locura.
Por fortuna, ya fcstas dos están presas
en sus j)ropias jaulas de alambres. Bo-
bas fueran las demás mujeres si tra-
taran de seguir su temeraria moda en
los prcícntes tiempos de las aglomera-
ciones de gentes dentro de limitaiiisinio
espacio. Imaginémono3por un instante
un carro de tranvía lleno de mujeres
con crinolinas, apretadas éstas de
todos lados por pasajeros metidos i gol-
pes de cuña hasta que no cabe ni un
alfiler más en el carro. ¿Qué sucedería
en tal desastre.' Agradézcamne (Jeno-
veva y Enriqueta, pare aquí la pluma y
no prosiga en los dibujos quesu maldita
ocurrencia sugiere. ¡Vaya un valor el
de estas chicas!» — En cuanto al objeto
llamado crinolina, es el mismo que
antiguamente se llamó rerdti¡ií¡ilo en
España, íunlillo en el siglo XVIII y
con ligeros cambios miri/líique en el
siglo XIX. La que alcanzamos á conocer
en Chile se parecía más bien al tontillo,
tal como lo definió burlesKimente un
historiador de la moda en aquel tiem-
po. «¿QíSé son los tontillos.'» pregun-
taba; y se contestaba él mismo: «Son
Cixmpanas de tela sostenidas por aros
de ballena y cuyos badajos parecen ser
los pies de las mujeres». En el mismo
sentido se burlai'on también de los ton-
tillos los poetas de la época, y especial-
mente Quevedo.
Criollo, lla, adj. Le falta en el
Dice, la acep. relativa á cosa, jiorque
las dos que le da sólo son aplicables á
persona. No hay razón para que admita
solamente í'«»íA«;vt/o//o, cuando todos
los días están hablando los mismos
españoles de literatura criolla, costum-
bres criollas, etc.
Cripta, f.Agregósele como 2.» acep.:
«tpiso subterráneo destinado al culto en
una iglesia».
Crisantemo, m. Vuelve á vivir en
el Dice, aunque un tanto metamor-
foseado; porque, después de haber figu-
rado en la 1.* edición como hortaliza
comestible, ahora es simplemente plan-
ta de jardín. Lo que prueba que los
büt micos de aquel tiempo no pensaban
C3mo los de ahora. Omite el último
Dice, la consabida acep. de estos casos:
«flor de esta planta».
Crisis, f. Ya fué admitida en el
Dice, la crisis ministerial, con la si-
guientedefinición: «situación deunmi-
ni.sterio cuando todos ó parte de sus
individuos pretenden abandonar sus
puestos por hallarse en disidencia entre
sí ó con el jefe del Estado»; ó con
el parlamento, agregaremos nosotros.
Mejor hubiera sido no atar el s. crisis al
adj. ministerial, porqueesoata también
dem.isiado el lenguaje y es contrario al
uso moderno, que no siempre emplea
las dos voces juntas; por ejemplo: «El
mitiisterio está ert crisis; Terminó la
crixisyy. Una simple acep. más y defi-
nida con las mismas palabras, advir-
tiendo que se usa en lenguaje político,
habría bastado para el caso. — También
se llama crisis en lo moderno la gran
perturbación que se produce en la ri-
queza pública, causada por la escasez
de dinero; por lo cual suele denomi-
narse crisis monetaria. — Crisis reliyio-
CRI
CRI
■I3j
M 'llámase también la pertiirl>»c¡óii
social ijue se produce en el onieii reli-
^oso; V respectivamente, (Ti'.'m yw/i//-
c/i, social, etc.; frases (|ne bien pueden
admitirse por el signiticjido íreiieral que
tiene crisis, de «momento decisivo de
DD ue<;ocio grave v de consecuencias
importantes.»
Crismkra, f. «Vaso ó ampolla de
plata en que se guarda el crisma».
Segi'ui eMa definición del Dice, no po-
drían llamarse crimnerat los otros dos
vasos ó fr.ts<]Uito6 en que se guardan el
óleo de los catecúmenos y el de los en-
fermos; y.sin embargo, asi se llaman en
todas partcj y la liturgia no liac« más
distinción entre ellos que las iniciales
que recomienda ponerles jtor fuera pira
que no se i'onfnndan; estas iniciales
son: S. C. (siiiielum rhrisma), O. C.
( olnim eaterh umenorum y y O. I . ^ oleum
in/irmoninij. Aun<jue el nombre pro-
venga de cruina, no quiere decir que
el objeto se use p:tra el crisma sola-
mente, iisi como la riiiujtra no tiene
limitado su uso al vino, ni la Itlera al
te, ni la ple;¡whr(t á plc-gar, etc., etc.
Aparece también en el Dice, oliera:
«vaso en que se guarda el santo óleo ó
crisma». Si la oliern es pues [«ira el
óleo y el crisma, la rrixmcra detjc ser
también [wn» el crisma y el óleo; sin
cmliargo. el «iiioilo de .Sevilla impreso
en Itio;) parece distinguir aml>os obje-
tos, jmcs dice: «Verán [los visitadores]
laa nlieni.i y rrixmeras, si están Iim])ia8
y sanas, y si son de plata». — La penúl-
tima edición del I)¡cc. escribía nlu'ia,
con crema, para indicar que esta pala-
lira delie pronunciarse en cuatro sílabas
y nóen tres cí)nio oliera, tiemito del v.
oler; pero la liltitna la trae sin signo
algnnri; lo que, sin embargo, no auto-
riza ¡mni [iniiiunciarla en tres sílabas,
pon]ue en esa niisma condición, esto es,
sin signo, están escritas todas las demás
palabras en que ocurre este mismo caso
de juntarse una vocal débil con una
llena, ó vicevei'sa, ó también dos dé-
biles, sin formar diptongo, ó sea, el
c-aso del ailiplongo, que llaman algunos
gramáticos. Desgraciadamente, el pun-
to no está resuelto con uniformidad jX)r
los prosmiistas. Mientras unos se abs-
tienen de usar y |)roiK)ner algiin signo,
dejando así la pronunciación entregada
á los caprichos del uso, otros proponen
signos raros y nunca vi.>;t()S. Benot, por
ejemplo, usa el subpunto (nombre
mal puesto, porque etimológicamente
no puede significar lo que se desea), ó
sea, un punto debajo de la primera
voc-al que no se diptonga con la siguien-
te, extendiendo-este uso aun á la vocal
que está al fin de jjalabra y que no
forma sinalefa con la siguiente. Un
prosidista muy moderno, el Presbítero
Don Felipe Robles Dégano, que acaba
de publicar la «Ortología clásica de la
lengua castellana», usa una tilde igual
á la de la ñ sobre una de las débiles
que no se diptongan. Inútiles nos pa-
recen estas novedades, pues ya tenemos
el signo de la crema ó diéresis para
estos casos, el cual, auncjue poco usado
en prosi», poríjue parece que sólo la
poesía lo necesita, no habría más que
generalizarlo para todo. Así no se con-
fundiría el s. piara con el tiempo piara
del V. piar; no se pronunciaría cria-
dor, criatura, como hacen algunos,
sino n iiiilnr, rriatuní, como delx; ser;
y, en fin, se evitarían y ccnegirían
innumerables abusos. El inconveniente
que Henot le halla á la crema es, «que
no se presta ¡i todas las variantes t)UC
pueden ocurrir. ;Cómo con la crema
se puede indicar la verdadera promín-
436
orí
CRI
dación del apellido Daóiz?» [en tres
silabas]. Pues muy sencillamente, le
diremos nosotros. Póngase la crema en
la /, y todo el mundo ve claramente las
tres silabas. «¿Cómo con la crema se
puede indicar el número de silabas y
el lugar del acento en voces tales como
argüb , argüíamos'; V Muy sencillamen-
te, volvemos á decirle: escribiéndolas
tal como están; y, si alguien dijera que
hay peligro de leer argüir, en dos sí-
labas, escríbase entonces con dos cre-
mas: argüir. Las demás objeciones que
amontona el mismo autor citando ver-
sos de distintos poetas y exagerando lo
difícil de su lectura ó medida, se re-
suelven todas, absolutamente todas,
con el simple acento, usado según las
reglas de la Academia, y con la crema.
No multipliquemos pues los entes sin
necesidad y quedémonos con los signos
usados y conocidos en casa.
Crisneja ó crizneja, f. Trenza de
cabellos. || Soga ó pleita de esparto ú
otra materia semejante. La penúltima
edición del Dice, deriva estos nombres
de crin; la última ¡os trae del italiano
crínale, adorno de pelo.
Crisóstomo, n. pr. m. Si ya están
admitidos Cicerón y Démóstenes en el
significado general de «hombre muy
elocuente», lo mismo debe hacerse con
Crisóstomo, definiéndolo: «orador sa-
grado muy elocuente». Xo hay para
qué recordar que éste fué el calificativo
dado por el pueblo al Síinto y esclare-
cido patriarca de Constantinopla, Juan,
Padre y Doctor de la Iglesia, á causa
de su grande elocuencia, y con él ha
pasado á la historia y al martirologio.
Crisóslomo significii «boca de oro», del
griego /p'.ió;, oro, y cToaot, boca. En
cuanto al uso cjue tiene, podemos decir
que es tanto como el de los dos nombres
citados. Véase Astrea.
Crispadura, f . Crispatura: «efec-
to de crispar ó crisparse».
Cristalería, f. Establecimiento
donde se fabrican ó venden objetos de
cristal. II Conjunto de estos mismos
objetos. Así ha sido admitido y defini-
do en el último Dice, este bien formado
y necesario neologismo; y si nó, lo ha-
bríamos pedido á nombre de todos los
modernos. «Y, sin ir tan lejos, en la
misma capital de Austria, hay un egre-
gio conde que tiene tienda de crisfale-
riaií. (Valera, Garuda ó la Cigüeña
blanca, X). Lo mismo Don Modesto
Lafuente en sus Viajes de Fray Ge-
rundio.
CriStiada, f. Dejemos esta pro-
nunciación pai'a los que dicen perio-
do, máiz, áhi, páis, Valparaí-
so, ráiz, etc.: los buenos ortólogos
escriben y pronuncian Cristiada, her-
moso y piadosísimo poema del Padre
Hojeda.
Cristianar, a. y su compuesto
ACRISTIANAR valeu en castizo lenguaje
fam. lo mismo que bautizar.
Cristiano? (¿QnÉ quieke decir).
Fr. fig. y fam. que usamos para indicar
que ya debía haberse sacado una con-
secuencia que salta á la vista, ó saberse
una cosa que es muy s;ibida. La fr. está
tomada de la pregunta que con estas
mismas palabras hace el Catecismo del
P. Astete, que en su tiempo fué texto
único de religión en todos los colegios.
Bien puede admitirse en el Dice,
poi'que es de uso general en Chile.
Cristo. Correr á Cristo significa
por donaire en nuestro pueblo, acom-
pañar en el domingo de Cuasimodo al
sacerdote que lleva el SSmo. Sacra-
mento á los enfermos. Como este
acompañamiento se hace á caballo en
las parroquias de campo y á paso más
que regular, casi corriendo, por eso los
CRI
CRI
■187
\
fieles pracioea pero no irrevercntciuentfi
diitii c|iu- corren ó (jnt- van co-
rriendo " C'ri-^lo. — Ksiuelit lie Cristo
se Im llaiuadu ai|ui hasta lioce pcR-o
ana función piadosa, ve!>|iertiiia ó noc-
turna, que consistía en rozar el rosario,
oír ana lei-tura ó plática c^ipiritaal,
terminando con al*;iin otro ejercicio
piadoso. El nombre no es solamente de
Chile, pnes lo hallamos también como
nndo en el rruiruav en l:i obra de
Sallasti sobre la delegación api^lólica
en Chile de Monseñor .Fuan Mnzi (I.
IV, c. IV): «Xotó también el dicho
sacenlot^; (|Ue todas las familias, aipii
y allá reunidas en pe<|uufias poblacio-
nes, tienen sn capilla construida de
preda v de madera, con techo de paja;
en la '¡uc se reúnen tfKias las tardes
para oír la lectura de cnal(|nier libro
devoto, rezar el santo rosario con su
letanía y practicar otros actos de pie-
dad; reunión á <|ue ellos dan el nombre
de h'xnield ,le ('n'.t/ii«. — Las frases clii-
Icnas Sin cristo y No tener un
cristo son en castellano Xolrnerlilait-
ra, mnitixfii, un nuirto; Kslnr sin un
nutrió; Haihir uno el ¡tflmlti. Xo halla-
mos otra explicación de este significado
cbilenode (,'/•/.•</« (¡nc las¡í;uitnle:('onn>
nuestro j>Meblo ha sidoeminenUimentc
católico, Eslfir sin Criilo sif;nificaba
jwra el, como jjara tcnJo cristiano, el
niiiyor de los males, la mis grande de
todas las dcsfínicias, carecer del iiltimo
rccurwi rjue puwlc tener un discípuh)
de (,'risto. En este scnLido dice el
Beato Avila: «Xo qneremo» probar á
qué salte fKlar xin Criólo, qne es cosa
muy amarga y se paga ixm n)ás (pie
Helenas». ( Kiñalolnrio expiril., c. XV);
y U Iniihirión ilf ('ri*ln (I. M, c. VI II):
«El que halla á -lesiis, halla un tesoro
baeno, v bueno 8í>bre toflo bien. Y el
que pierde á Jesús, pierde mucho en
demasía y más que si perdiera todo
el mundo. Pohrmmo es el que rire sin
Jesús, y riquísimo el que está bien con
Jesús». — Xo saber uno el cristo es:
Xo saber el cnslus, ser muy ignorante.
CKisTfS: cruz que precede al abeceda-
rio ó alfaljeto en la cartilla. — «Ha.'^ta
verte, Cristo mío», es en castellano:
Ha-sla verle, Ji-sús mio: «hasta apunir
el liquido contenido en un vaso, jwrque
antiguamente algunos de éstos llevaban
en el fondo la cifra IHSn. (Véase esta
cifra en su lugar). — En este artículo
dejaremos constancia de cómo el pue-
blo interpreta el grito de algunos ani-
males. Segiin él, el gallo canta: Cristo
narió. ,'En dóntle.' pregunta el buey;
En Belén, contesta la oveja. Y la cabra,
como más intmsa, niiis saltona y co-
rredora, completii el diálogo diciendo:
Vamos á ver. Inter|>retac¡ón verdade-
ramente ingeniosív y natural.
Crlstóval, n. pr. m. Cri-tlóhal,
con h. ]K)r venir del latín Chrisló/orus.
Con la misinaideln; escribirse también
el f. Crlslobtilina. — El héroe de nues-
tros titiriteros, ¡Jon I 'ristóhal, no es
creación chilena, como han creído al-
gunos, sino es]iañola y se usji en España
tanto como aipií, aurujuc sin el Don
«pie le ponemos nosotros.
Ckitu'Ismo, m. «Sistema tilosófico
que tiene p(jr Ulsc la duda racional».
Admitido en el iiltimo l)icc.
Chítico, cw, adj. Dos aceps. le da-
mos que no constan en el Dice: 1."
apurado ó angustioso, y también apre-
tado, á causa de la escasez ó pobreza:
es el adj. correspondiente á crisis nw-
uftíirin. (Véase ClHCf.NSTANCIA ); 2."
.\plicado al tiempo, ixíligrono, temible,
uilaniitoso.á causíide una perturbación
(pie se prevé (i está á la vista: asi se
438
CRO
CRU
dice año critico, (lia critico. — Día crí-
tico (ó decretorio ) llama también el
Dice, «aquel de que pende la decisión
de una enfermedad ó negocio». (Véase
Crisis). Por extensión de estas mismas
aceps. en el s., pueden admitirse tam-
bién en el adj., y asi las usan buenos
autores españoles.
Crocodilo, m. Todavía figura en
el Dice, sin nota alguna de anticuado
y como igual á cocodrilo, cuando en
realidad ya no se usa. Cierto es que en
un principio y conforme al latín croco-
dilus y al griego y.so/.ó'^íilo;, se dijo
también en castellano crocodilo,
como se decía Grablel, Pero (por
Pedro), hespital, ingüente, an-
sí, etc., etc.; pero de esto liace ya al-
gunos siglos y el Dice, ha de ser para
el uso de los que vivimos en el XX.
Crojiotipia, f. No se confunda con
la cromotitoyrafia, que significa: «arte
de litografiar con varios colores, los
cuales se obtienen por impresiones su-
cesivas; estampa obtenida por medio
de este arte», y la cual se llama tam-
bién abreviadamente cromo, m., así co-
mo el kilof/ramo se llama también
simplemente kilo. Menos aún debe con-
fundirse con la fotolitogrofia y con la
fototipoíjrafia, las cuales, como lo in-
dican sus nombres, designan artes dis-
tintas de la cromotipia. Esta obtiene
sus resultados, que son impresiones de
vaiios colores, por medio de grabados
en cinc (la cincnrjrnfiu), y por eso al-
gunos la llaman también cincromoti-
pocjrnfiu.
Croché, m. ¿Se conseguirá que
las mujeres dejen este crudo galicismo
(crochet ) por los castizos majadero ó
majaderillo («palillo de hacer encaje,
randa, etc.»)? Era de que los talleres
de bordado dieran un premio á la pri-
mera que popularizara estos nombres.
«Hanme hurtado la bolsa, y algunos
de mis vestidos, y la almohadilla, y los
majaderos que traía, para hacer puntas
de palillos, que las hago muy buenas».
(La Picara Justina, p. II, 1. II, cap.
II, § III). Cervantes usa palillo, voz
que aquí distinguen del croché en
que no tiene la j)unta harponada de
éste: «¡Cómo qué! ¿Es posible que una
rapaza, que apenas sabe menear dos
palillos de randas, se atreva á poner
lenguas y á censurar las historias de
los caballeros andantes?» También
existe en castellano (aun(|ue algo dis-
tinto en la forma y en el uso) el bolillo,
qne es: «palito torneado que sirve para
hacer encajes: el hilo se envuelve en la
mitad superior, que es más delgada, y
queda tirante por el peso de la otra
mitad, que es más gruesa».
Cróxica, f. ;Quoúsque tándem, se-
ñores Cronistas? Ni vosotros os
llamáis así, sino f/acet Uleros, ni es
crónica lo (|ue escribís, sino {/aceldla.
Cr(').\ica es: historia en que se observa
el ordeii de los tiempos.
CiiONisTA. Debe calificarse de cora.
y nó de m., como lo hace el Dice. Hay
la misma razón que ha habido para
articulista, maq uin isla, etc. ; y de hecho,
en muchas comunidades de mujeres se
nombra una cronista para escribir la
historia de la comunidad. — Véase el
anterior.
Cruck, m. Acción de cruzar ó de
cruzarse (en las siguientes aceps. de
este verbo: «atravesar una cosa sobre
otra en forma de cruz; atravesar un
camino, campo, calle, etc., pasando de
una parte á otra: pasar por un punto
ó camino dos i)ersonas ó cosas en di-
rección opuesta»). II Punto donde se
cruzan dos lineas: El cruce de dos ca-
CRU
CRU
•1.S9
mmox. CoD estas dos aceps. figura por
primera vez en el Dice, este vocablo.
('KICKRO, CRICIFERARIO y CRUlí-
FEKO, in.: «el qne tiene el oficio de lle-
var la cruz delante de los arzobi$i)üS «.-n
las procesiones y otras funciones sagra-
das; sacristán encanrado de llevar la
cruz en entierros y pnx«siones». — ( 'ni-
ctro es también sinónimo de encru-
cijdiLt, í. : « piíraje en donde se cruzan
dos ó más calles ó caminas». Véase el
anterior. — .V ciwfrv afrretró el último
l)icc, esta acep. de M¡neraloo;ia: «di-
rección de los planos paralelos, por
donde los minerales y las roc^s suelen
tener división más fácil>. — Crucero se
]lan)u también en Chile un arbusto de
la fuinilia de las ránineas.
Cruceta, f. Asi se llama en Chile
y en el Perú el lorniqufle cistellaiio;
esto es: «especie de torno en forma de
cruz de brazos iguales, que gira liori-
Z(^ntalmente sobre un eje y sirve para
Cerrar Ins entradiis |>or donde sólo han
de pa.«iir una á una las ¡M.-i°sona.«>. U.sa-
8e este a|>ar.!to en algunas ]iliizas y
pa«eos y lugares públicos con el fin de
que DO entren animales ni gente de á
caliallo y que las jK-rsonas que entran lo
hagan una ¡tor una, j>ara no causur
tropel ó confusión ó para entregar o rc-
cibirordenadamente el billute de entra-
da que en estos casos suele exigirse. —
La rrtutUí castellana es: «cada una de
las cruces ó de las aspas rpie resultan
de la intersección de dos líneas iiarale-
los. U. comunmente tratándose de
enrejados, ó de laUjrcs y adornos fe-
meninos». Kn Marina es: «meseta que
en la calxjza de los masteleros sirve
])ara los ini;<mos fines que la cofa en
los palos mayores». Hs acep. del últi-
mo I)ia-. — Kquivdcow .hian (le Aroiia
al decir que la oruceta peruana y
chilena corres{)onde al mo/i/i«/« español,
el cual no tiene tal aa'p.
Cridillo, m. Vésíse el siguiente.
Cri'uo, m. Se ha usado aquí como
nombre de un género ordinario jiero
recio, para forrar ó embalar. Asi lo
empleó O'Higgins en sus cartas: «El
crudo para aforrar la azúcar irá por la
recua... El arriero Francia lleva 800
yardas de crudo para el forro». Xo
sabemos si sera el mismo que ahora
llaman los tenderos crwlUlo, que ven-
den para IkjIsíIIos y [lara armadura
interior de algunos vestidos. Es de al-
godón y no es tan basto como la har-
pillera, que es de estopa. El Dice, sólo
dice que crudo, da, adj., «aplícase á
algunas cosius cuando no están prepa-
radas ó curadas; como la seda, el lien-
zo, et<-. » Por -analogía pueden pues
ndiiiitii-se ambas voces, crudoy cnuUllo.
CRlEhisiMO, JIA, adj. superlativo
de crufl. Admitiólo el primer Dice, de
la .\cademia con las autoridades de
Ribadeneira, La-Puente y Fuenmayor,
y lo mismo el adv. CrwUsimamente.
Usanlos también los autores modernos;
poro el último Dice, admite solamente
la forma crudiliximo, que nos parece
niiis con'ecta, mejor sonante y de anti-
guo alwlengo, como ([Ue procede del
mismo latín, al estilo de fídelisimo,
sapienlisiiiio, acérrimo, inlegérrimo, y
de otros superlativos que han adoptado
exclusivamente la forma latina. Véase
Clertísimo.
Crujida, f. Dígase f/iz/'w. — Pasar
crujiít {\M crujías) ó sufrir uiui
crujid, es, figurada y familiarmente,
«[ladecer trabajos, miserias ó males de
alguna duración ».
Crujidera, f. De la misma for-
mación (|Ue creederas, fn tendederas,
dormideras, Irayaderas, significa entre
440
CRU
CRU
nosotros la pieza de cuero ó de suela
que hace crujir el calzado; lo que usan
con verdadera complacencia nuestros
guasos. Cuando el calzado cruje por
estar reseco ó por otra causa, se dice
familiarmente, ó por burla ó por do-
naire, que es por no haberlo pagado,
como si el mismo reclamara de ello.
Cruquillas (En). En cudillas:
modo adverbial con que se explica la
postura ó acción de doblar el cuerpo
de suerte que las asentaderas descansen
en los calcañares. No contentos con
estropear este modismo ó loe, hemos
formado también el v. encruqui-
llarse. Véase en su lugar.
Crustáceo, a, adj. Le agregó el
último Dice, estas dos aceps.: «que
tiene costra» (diferente de costroso y
anticuado crustOSO: que tiene cos-
tras). II m. pl. Clase de los animales
llamados crustáceos.
Cruz, f. Cruz alfa, la que se lleva
sobre un astil ó mango y generalmente
entre dos ciriales en las procesiones y
otras funciones religiosas. Así se llama
comunmente aquí, y aan en España,
como lo prueba esta cita del t. VIII
de las Memorias de la Academia: «Ya
todo dispuesto, se condujo en hombros
la caja desde ilontferrier, con acom-
pañamiento del cura y otras personas
hasta el puente del arrabal de Bouto-
nett, adonde había salido á recibirle en
procesión con cruz alfa y cirios el cura
y clero de la parroquia de San Pedro».
Según nota del editor, es probable qne
el autor del artículo del cual se toma
esta cita, fuese el atildado aaidémico
Don Juan Nicasio Gallego. Otros lla-
man la cruz alfa, cruz procesional:
pero ni una ni otra aparecen en el
Dice. El P. Coloma, en Jeromin, 1. I,
n.° VII, emplea cruz alzada. — Cruz
roja: conocida institución humanitaria
para cuidar de los heridos en los cam-
pos de batalla. Hace falta también en
el Dice. — .\simismo falta en él el sig-
nificado del signo de la cruz (f), que
tiinto se usa en las defunciones en vez
de las palabras muerfo, ta, ó tnurió. —
El último Dice, añadió á Crtiz las
siguientes aceps. : «imagen ó figura de
este antiguo suplicio» [el de la cruz];
en Astronomía: «constelación próxima
al círculo polar antartico, compuesta
de varias estrellas que forman una
cruz»; en Marina: «punto medio de la
verga de figura simétrica; unión de la
caña del ancla con los brazos»; y en
Minería: «pared que divide la plaza de
los hornos reverberos españoles». A la
expresión Cruz de JerusaUn se agregó
también esta acep.: «la griega ensan-
chada por sus cuatro extremidades»;
se admitieron Cruz griega (la que se
compone de un palo y un travesano
iguales, que se cortan en los puntos
medios), Cruz latina (la de figura or-
dinaria, cuyo travesano divide al palo
en partes desiguales) y Cruz potenzada
(la que tiene pequeños travesanos en
sus cuatro extremidades).
Cruza, f. No aparece en el Dice,
ni para remedio. En Chile le damos
dos aceps.: 1.* la de hiña ó binazón,
esto es, segunda reja que se da á las
tierras de labor; y se llama así porque
esta segunda reja se da siempre atra-
vesando ó cruzando los surcos hechos
en la primera. — La 2." acep. se usa
con el V. hacer. Hacerle la cruza
á uno es en castellano aceptarle el
combate cuerpo á cuerpo, trabarse ó
tomarse con él, venir ó irse á las ma-
nos con uno; fuera de otros innume-
rables verbos que expresan con más ó
menos variedad la misma idea; por
Á
CRU
CUA
441
ejcuiplu: iiftecJiíijíir, u.: cerrar ¡ncíio
á pecho con aliiiiiio: alrarfunme: en-
oontraríie con al<:uiio, tener pendencia
con él; Jcjc' f»» uno: ai'onieterle con
violencia: fHf«'ii¡nnte: enzjjrzarse, en-
redarse unos con otnts riñendu y pa-
gando de las palabras á las manos; etc.,
ele. Una acción como ista, Un anti>(na
como el luuiiJo, pnes la vemos ejecu-
tada desde el scziindo lionilire que vino
á él, ha do tener, es natural, muchas
maneras de expresarse.
Cri/j^da. f. Falta en el Dice, la
acep. fig- de-propairanda ó trabajo <|ue
se emplea en pntpa^ar una idea, com-
Iwtir un vicio, etc., que tanto se ha
usado y se usa. «Nuestro esclarecido
autor [el Padre Isla] no cejaba en la
ei-vzmld que había valert-isamente em-
prendido contra la cornijiciün del pul-
pito». (1). P. F. Monlau, Vida del P.
Isla). * La lectura del prefacio ó pró-
logo eu que el autor... excita y provoca
H una rniznda general contra ellos...,
noe cansó impresiones harto profun-
das». (I>. M. Lafuente. Viojc.t ile Fr.
(Seruiulii' I.
Cri'Z.^L)0, m. Bajo este nombre de-
finía el peu'.iltinio Dice, una anti<;ua
moneda de Castilla; el último define
tres, unlignas también y de distinto
valor. En él puede leerlas el que tenga
interés en distin<ruirla.<!.
Cri'Zamiento, ni. «.Xecion ó efecto
de cruzar», en la acep. que tiene este
V. de «dar, á las hembras de los aní-
male», niaclios de distinta procedencia,
jiara mejorar las castas», jj Cruce. —
Admitido en el ultimo Dice.
Cruzar, a. No aparece en el Dice,
la w*-\i. que aquí le damos de dar se-
(/unda rej/t á las lifrrnn, binar, volver.
Véase Cruza, 1." a'.ep. (La tercera
reja ci terá'AZJii, y darla C9 terciar; dar
la cuarta, es í/(<//7(//-, y la quinta y ulti-
ma, quintar. Para ésta hay tamliíén el
\.,cohpfliar.(\w¡ en Aí;ricultura sifrni-
fica «alzar el liarlwcho. ó dar á la tierra
la última vuelta antes de senibnirla»).
— llenos aparece en el antidode | elear
ó combatir con uno, cruzarle. Véa-
se Cruza, 2." acep. No es tan extraña
que digamos esta acep. chilena de rru-
zar, porque en su orítreu no fué sino
el síírnílicado tig. del mismo v., tal
como se ha dicho siempre en castellano
rnaarle <i uno el rostro ó la cara por
abofetearlo ó pegarle. sVive Dios que
he de cruzarle toda esa cara». (Anasta-
sio Pantaleón de Rivera, Vejamen I).
«El rey levanta un látigo que tiene en
la mano y cruza la cara á Cuello ».
(Moratíii, hijo). Cf. Calentar, y más
adelante, Fijaíísk, Hincarse. — El
último Dice, agregó ¡i cru-.ar las si-
guientes aceps.: «¡¡asar jjor un punto
ó camino dos personas á cosas en di-
rección opuesta. II Iiiter|>onerse en un
itóunto influencias encontradas á favor
de diferentes individuos. || En (¡eonie-
tría: pasjir una linea á cierta distancia
de otra sin cortarla ni serle paralela».
CRrZAT, apellido. Asi se ha escrito
y escribe en Chile, y así lo traen tam-
bién Contó é Isaza, aunque algunos
españoles suelen escribirlo Crusat.
•"/« Abreviatura de cada uno, muy
usada en el Comercio y que hace falta
en la resj)ectiva lista del Dice.
Cuácara, f. Blusa ó chaqueta or-
dinaria i]ue usan en Chile los hombres
del pueblo; por extensión, esta misma
prenda cuando es de buena clase, pero
vieja. El nombre no está inuy genera-
lizado, y se usa especialmente por
burla ó donaire. En cuanto á su eti-
mología, no hallamos otra que In voz
cuikern <\ ciivjupni: porque, disciptilo.'»
U-2
CUA
CÜA
como fueron los cuákeros de un simple
zapatero, no serían más elegantes en
el vestir que nuestro pueblo. Y viene
á confirmar nuestra sospecha el siguien-
te pasaje de 8allusti (Storin del le Jíi.s-
sioiii ApoKÍolkhe nello Stato del Chile,
1827), en que hablando de la indu-
mentaria que usaban entonces los co-
cheros gauchos, dice: «Sulle spalle
a verano un tabarro grosolano tagliato
alia Quacquera, e stretto sui lombi con
una cintura di enojo»; esto es: cubrían
sus espaldas con una capa ó casaca
burda, cortada á la cuákera y ceñida á
los ríñones con un cinturón de cuero.
Dada la semejanza de significado y de
forma eiitre cuácara y ntákera, y la
frecuente comunicación entre Chile y
la Argentina, parece indudable que
éste es el origen de nuestro chilenis-
mo.
CuADEiixo, m. Confúndenlo aquí
algunos con folleto (obra impresa que
no consta de bastantes hojas pai-a for-
mar libro), ó con opúsculo (obra cien-
tífica ó literaria de poca extensión).
También puede llamarse en este caso
librito ó lihrete, diminutivos de libro.
— El cuaderno nose refiere á lo impreso,
pues significa simplemente: «conjunto
ó agregado de algunos pliegos de papel,
doblados y cosidos en forma de libro»;
y también «libro pequeño ó conjunto
de papel en que se lleva la cuenta y
razón, ó en que se escriben algunas
noticias, ordenanzas ó instrucciones».
En Imprenta siguifica: «compuesto de
cuatro pliegos metidos uno dentro del
otro»; y talvez de aquí ha provenido
la confusión con el folleto ü opúsculo.
— El último Dice, agregó á cuaderno
esta accp. : «pieza de madera de hilo del
marco de Valencia, de treinta palmos
¿e largo, y con una escuadría de die-
cisiete dedos de talila por dieciséis de
canto».
CuADO, DA, adj. Dícese de un pue-
blo, suevo de origen, que habitó al
sudeste de la antigua Germania, entre
la selva Gabreta, el Danubio y las cor-
dilleras de farmacia, vecino de los
niarcomanos por occidente y norte. U.
t. c. s. ¡I Perteneciente á este pueblo.
Admitido por primera vez en el Dice.
Cuadra, f. Ya está anticuado entre
nosotros, pero nó en el Dice, en la
acep. de «sala ó pieza espaciosa». Lo
que antiguamente se llamaba en las
casas de Chile la cuadra, es ahora el
salón por excelencia. — Le da también
el Dice, la acep. de «manzanadecasas»,
con la nota de aine^-icanisrno; y man-
zana, según él, es «en las poblaciones,
conjunto aislado de varias casas con-
tiguas». Desde el tiempo en que se
promulgaron las leyes de Indias viene
usándose cuadra en América en la acep.
de-terreno cuadrado que en las pobla-
ciones se destina para casas, separado
por calles en sus cuatro costados y con
ciento cincuenta varas, regularmente,
de longitud por cada uno de ellos. (Y
esto es también lo que llamamos man-
zana, ó sea, una cuadra cuadrada, en
las poljlaciones). De aquí y por exten-
sión se llamó también cuadro la longitud
ó distancia de una calle á otra, con tal
que no sea excesivamente inferior ó
superior á las ciento cincuenta A'aras,
porque la distribución del terreno varía
también en las ciudades, siendo en unas
de cien varas solamente la cuadra y
en otras de ciento cincuenta. Los es-
pañoles llamaron primeramente casas,
islas ó manzanas de casas en cuadro ó
en cuadra á esos espacios cuadrados de
las poblaciones; en seguida y por abre-
viar, los llamaron cuadra: de aquí las
CUA
CU A
•113
I
dos aceps. que en esta materia ahora
dHinoj á esta voz. — El último Dice,
aprejíó la fr. Xare^tir á hi nuitlra. que
en Marina siiTiiifica: «llevar el biiqae
el vic-nt<j íoriuaiido un ángulo de ocho
cuartas con la dirección de la proa».
CrADRADii,i.o, m. Recibió en el úl-
timo Dice, estas dos aceps.: n pieza
cuadrada con que cu las camisas se
unían las mangas al cuerpo» (también
se Huma ciuiJraJo, m.) || «Barra de
hierro cuva sección transversal es un
cuadra lo de dos á tres cvutimetros de
lado».
CfADKADO ó itadkatíx, m. Ter-
mino de Imprenta '|Ue sígnitica: « pieza
de metal del cuerjw de las letras, que
scjione entreellasjKira formar e.-!pacios,
intenalos ó blancas, ó jwra afirmar y
sostener luá letras ».
Cl'AURAXTE. m. La acep. que tiene
como monetla se enmendó asi : • moneda
romana de cobre, e>pi¡valente ú la
cuarta parte de un asi>. Más claro ha-
bría sido decir: *tiiiti'jH-i moneda, etc. »
— Se agrcjiaron estas Ao?, acejis. más:
«cuadral », ó sea: madero que atraviesa
oblicuament'e de una carrera á otra en
los ángulos cntratiti-s. Es ténnino de
Ari|U¡toctura. — La otra ar.-cj). nueva es
de .\stn>logia: «cmla una de las cuatro
pon-iones en «pie queda dividida la nie-
diaesfcra del cielo su[)crior al horizonte,
¡lor el meridiano y el primer vertical,
y se numeraban de oriente á mediodía,
{Mnientc y norte, para formar el tema
oelestc».
CuAUUAiíSK, r. Hace f)ocosaños (jne
Re le da en Chile, cuando lleva un
CoiDjdemento regido de ron, la acep. de
-subsí'ribirse con una masque regular
cantidaí] de dinero ó su equivalente
para un lin ó (.'mjiresa determinada, ó
dar d«; h'-cliooa cantidad ó valor: Mf
niadn ron mil jtfso.i; Se cuadró con ditz
mil pesos jHira la ijuerra. Aunque esta
acep. no aparece en el Dice, tiene
cierta gracia y belleza que nos hacen
abogar \>ov ella. En efecto, si cuadrarse,
según el Dice, significa «(juedarse pa-
rada una («rsona con los pies en es-
cuadra i>, y también « mostrar de pronto,
al tratar con otra, inusitada gravedad
ó firme resistencia», el cuadrarse chi-
leno tiene también ambas cosas, porque
la jiersona, al resolverse á dar una
buena cantidad, como que toma la po-
sición de (juedarse con los pies en es-
cuadra, mostrando también inusitada
gravedad.
CfAKUicic'LO. ni. .Vsi ha principiado
á llamarse un velocíjiedo de cuatro
ruedas, recién inventado. Aunque el
nombre resulta ^librido, por constar de
elemento latino y griego, habrá que
admitirlo, como tantos otros de esta
misma cliuse que ya están en el idioma.
Si fuera todo griego (telraciclo), sería
más duro de pronunciar.
Cl'ADKiKXAi,, adj. Enmendóse así:
«que sucx;de ó se rejiite cada cuadrienio.
II Qoe dura un cuadrienio)».
Cl'AIJIUK.VIO ó CCATIÍIKNIO, m.
Tiempo y espacio de cuatro años.
Cladiuli.a, f., y úsase ni. en pl.
Cierto baile de salón, rpic generalmente
se ejecuta entre cuatro parejas cruza-
das. Para más detalles, á los entendidos
en estas materiius. En cnanto á la ace] -
tación de esUi voz, (|uc |X)r nuestra
parte recomendamos, sólo citaremos, á
más del uso general, dos autoridades,
una americana y otra española.
Lilla, on la fcütira ti(>|>.i,
Va, viene, revuelve, gira:
¡\'kI8c! ¡cnuilrillít! ¡t^alopiíl
X'i (lescanüa. iiu respira.
(BcUu, Lat fantaimíif. IV),
444
CUA
CUAI
o T/a zozobvii de T). Juan no reconoció
entonces límite, y ya sólo pensó en
aligerar el ¡laso de la encamisada y cu
terminar de cualquier modo que fuese
las varias cuadrillas qne se bailaron á
la luz de las antorchas cu la plaza de la
Armería». (P. Luis Coloma, ./cí'ow//),
1. II, n". VII). El nombre cuadrilla
tiene varias aceps. en castellano; pero
ninguna aplicada á baile, pues todas
las que tiene en este sentido son toma-
das del francés. He aquí cómo las defi-
ne el Dice, de Zerolo, traduciéndolas
casi al pie de la letra del de la Acade-
mia Francesa: «Antiguo baile francés
en el (|ue tomaban parte vai'ios grupos,
compuestos cada uno do cuatro parejas,
y que se distinguían entre sí por la
variedad de los trajes. || Número par
de parejas que ejecutan las contradan-
zas de un baile. || Conjunto de las cinco
figuras do una contradanza, bailadas
sin interrupción. Hay cuadrilla ordi-
nariaycuadrilla de lanceros. || Nombre
de las piezas de música que corres-
ponden á las figuras de una contra-
danza».
CrAüRiLi.AZO, m. Acometida de
varias personas contra una sola ó con-
tra unas pocas; ó, como lo dice su
etimología, ataque ó embestida de una
cuadrilla. Muy usado es en Chile en
sentido propio y fig., y, como, por otra
parte, está bien formado, es bastante
expresivo y no es fácil reemplazarlo por
otro vocablo, nos parece digno de ad-
mitirse.
Cuadrillero, m. Ninguna de las
aceps. que le da el Dice, es aplicable á
la (]ue tiene en Chile, de-individuo
(]ue forma parte de los que dan cuadri-
llazo, ó aficionado á darlos. En este
último caso es adj. No es tan usado
como cuadrillazo; pero, por las mismas
razones que éste, bien puede admitirse.
— El último Dice, le agregó la acep.
de «guardia de policía rural en Fili-
pinas».
CrAüRI.MESTUE Ó CUATUIMKSTRE,
adj. Que dura cuatro meses. || m. Es-
pacio de cuatro meses.
Cuadrino, na, adj. y ú. t. c. s.
Empleado, comerciante, trabajador ó
jornalero del cuadro (véase el siguien-
te, 1." acep.) — Por extensión, vecino
del mismo. Aunque ya desapareció en
Santiago el cuadro, origen de esta
voz, ella tendrá que subsistir todavía
por muchos años más, ó quizás para
siempre, porque no es fácil hallarle
equivalente.
Cuadro, m. Así se llama en Chile
el sitio en qne se mata y desuella el
ganado para el abasto público, ó sea,
el makídero castellano. En Santiago
ya casi no se oye esta voz, pero si en
provincias. — pl. Pieza de vestir, abo-
tonada, que hace en los niños chicos el
oficio de los calzoncillos en los gran-
des.— Cuadro plástico ó vico, es expre-
sión que, por el uso universal que tiene,
merece ya figurar en el Dice.
Cuadrúmano, na, adj. Aunque
en latín es esdriijulo, en castellano el
uso lo ha hecho grave (cuadrumano),
y así lo registra el Dice, lo mismo que
hace con su similar I/imano.
CrÁDRui'LE, adj., ó en ádrutlo,
PLA, adj. y ú. t. c. s. m., ó ccatro-
TAXTO, m.
Cuaima, f. Serpiente mny ágil y
venenosa, negra por el lomo y blanque-
cina por el vientre, la cual abunda en
la región oriental de Venezuela. |{ fig.
y fara. (en Venezuela), persona muy
lista, peligrosa y cruel. Así ha entra-
do por primera vez este vocablo en
el Dice.
CUAL
CUAL
f'rAJAUA, f. lÍLVili..! L^:.l ...1. .1
aifj>., (|iie es la ü.' di- RKtírKsóx:
«cuajada ijul' se saca do los a-siduos de
la leche después de hecho el queso».
CiAJO ó ciAJAi!, 111. ritiina de his
cnutro r.ividades en (|iie se divide el
estónia<;o de los rumiuntes.
ClAJALECHK, 111. Admitido i>or ¡iri-
nieni vez con la misma definición de
la planta llamada amor tU hortelano.
Cual. Incxplij-ableó inadmisible es
esta ¡lalabra fii proposiciones como
Citas: «¿Cuál es que viniste á mi
llamada:- ¿Cuál es que me pajpis lo
que me dct^'s?" Kii ellas va subenten-
dido: cuál VA el motivo 6 la razón jx)r
que no. ..y asi las entiende cualquier
chileno: lio saltemos si lo mismo pa-
Kini á log extranjeros. Nunca hemos
visto en autores esjsiñoles este uso tan
pecoliiir: sólo en el latín de San Jcró-
iiiino leemos algo parecido, aunque no
con el significado nefitativo que aquí le
damos. «í^/<^í/<»eiiiin enl, iit individuns
comf« .V¡x>stoli, Ínter caetemscjus res
htic soluin ifriioraveritr» (;Cu!Íl es la
razón, ó que razón hay, para (pie el
compofiero ¡nseiüirable del .\póstol [S.
Pablo, esto es, San Lucas] entre los
demás hechos de aquél, este solo íf^no-
nira.') Kl uso de rml, neutro ó adver-
liializado. es en este caso igual al chi-
leno, jiero nó el siiinilicado, que es
eiitenniicnte contrario. Si iiii chileno
hubieni dicho: «¿Cuál 88 quC San
J^iit-.usignonjcste hecliode.Saii Pablo?»
habría qnerido sitrniHcar que en reali-
dad liólo ¡•riioró. — ToniHinosdeCuervo
la Hiffuiente doctrina, que concuerda
cuteramente con nuestros apuntes y
oliKcrvaciones. « 1.a frase li rii/il iihík,
con que denotamos bajo la forma de
una com[)etcncía qne una cualidad se
llalla en grado igual en varios sujetos.
ij eliptira, sul)entindiéndosc (ijwsUir.
El adj. concuerda en siiig. ó en pl.,
según el análisis que se adopte: deci-
mos "Tres hombres á cuál m;is rico»,
refiriendo n'i-o á niál, como si la frase
entera fuese: Ti-cs hombres (pie apues-
tan á cuál do ellos es más rico: y «Tres
hoinbix» ricos á cnál más. á cii;il más
ricos»; juntando inmediatamente el
adj. (Mil el s. y considerando como pa-
rentétiea la frase interrogativa». He
a(pii algunas autoridades (jue justifican
anilxjs usos: «lín est:i preocupación se
envuelven doR alisitnhs, ú niál mnijor.
(Cadalso, Cartas marr., 21).
Y liis signiviitc8 ./i(i.> UmIus fueron
fAngel <le Saavedra. A7 Muro e.rpi¡r.. c. III).
Y las utras doa, la Paclu
Y la Manolita, totla/
Fueron <í cmil máf A«nr«i/ní.
( Moratíii. Et ricju y la u'iñii, a. I. esc. S.*)
« Dos aiitoriladcK que por fortuna ten-
go á la mano, y que son á ciidl más
reupcltitiles «. (.lovellanos). « El Orlando
furioso tu\'o tres traductores á nial ináx
iiifelites». (Menéndcz yPelayo, Uriíje-
iim df ¡a novela, V). Lo mismo y por
idéntica razón delx; deciii-c de la frase
rt nidl itiPiios.
CuAHíiiKiíA, adj. Xo olviden al-
gunas ]>ersoiias, señoras sobre todo,
que por lo demás no carecen de edu-
cación, (pie el pl. de esta palabra es
ntalrstjiiier (i riiiilfxt/iiicra; pues ellas
creen hacerlo mejor diciendo muy re-
pulidas y con ]ii''siiiia conconlaiicia:
cualesquier día, cualesquiera
cosita. Sin (luda l(.-s parece ipie el
singular nmli/i/i/r, va, s(')lo es para los
zafios (pie acostumbran no [¡ronunciar
la K. — Censuró Paralt como afrancc-
sa'los niuclios usos de cualijuina, cuan-
440
CUAN
CUAN
do en realidad tienen en su favor la
autoridad de los clásicos castellanos,
como puede verse en el Dice, de Cuervo.
CuAXDO. Es chilenismo anticuado
como 8. m. en el significado de-baile
popular que se usó aquí en otro tiempo
y que se ejecutaba al son de un canto
cuyas estrofas jirincipiaban por la pa-
labra cuando.^FaÁta en la Gramát. y
en el Dice, académicos un uso especial
de cuando que ha sido estudiado á la
perfección por Cuervo. Callándose los
verbos ser, estar y otros parecidos en las
proposiciones introducidas por cuando,
vino á quedar úcuando precediendo in-
mediatamente á un predicado: «Nunca
más ocupada ni tan bien, como cuando
oeíosa». (Roa). « Por las cosas que dicen
que dije cwindo loco, podéis considerar
l:us que diré cuando cuerd^n. (Cer-
vantes).
...Sino esta sola tablilla [os traigo]
Para qiia vais ciiamlo gvanlc
X la escuela.
(Lope tic Vega).
Extendióse también e.ste uso á los
sustantivos, conservando siempre el
oñciü de predicados:
Este, cuando mancebo, competía
En entender y usar de la robusta
Uuerra con cuantos de su tieni|Mj había.
{.J.h,ref/,ú).
Al fiu me lia de servir algo
Haber estudiado un poco
De latín ctuuhlo muchacho.
{r.,h IriarU).
C'iamlo úonccUa te quiso
Uno de una buena cara.
(Cermnie,).
Hasta aquí se ve la tendencia de cuan-
do á tomar el oficio de preposición;
pero más claro se ve aún cuando pre-
cede á un s. con su artículo ó con un
posesivo. En este caso equivale á du-
rante, al tiempo de, en et tiempo de:
«La coi'te, que, cuando el desafio, es-
taba, como ahora, en San Ildefonso,
esperaba con ansia las resultas de este
negocio». (.Jovellanos). «...á quien vi-
no asistiendo ciuindo su. casamiento con
Pedro IIIii. (Quintana). «Llegaron
entonces al castillo el almirante... y don
Fernán Alonso de Robres, el contador
mayor, separado de la corte y desterra-
do á Valladolid cuando el suceso de
Tordesillas... (Id.)
Ciiumlo la boda
Viniste Gou tu criada
A recibir á la novia.
(Moreto).
« Como parece en lo que razonó Abrahán
con Dios cuando la destrucción de So-
doma». (Fr. Luis de León). Con estas
citas parece que ya ningún, gramático
vacilará en calificar de preposición á
cuando en estos casos. Ésta es también
la doctrina de Bello: «El adverbio re-
lativo cuando suele también emplearse
como preposición: cuando la ¡jue.rra,
por en el tiempo de la guerra-». ..'tY, si
recordamos que las preposiciones llevan
á menudo predicados \)ov términos,
reconoceremos el mismo carácter pre-
posicional en cuando viejos, cuando
solteros; espresiones enteramente aná-
logas á desde niños, mientras jóvenes.
Si se prefiere mirar esta frase como
elíptica, subentendiéndose el v. -"ier.
repetiré que, haciéndose habitual una
elipsis, los elementos suprimidos se ol-
vidan, y las palabras entre las cuales
median, contraen un vínculo grama-
tical inmediato». — Guando menos, m.
adj. «Alo menos», lo interpreta el
Dice; en lo cual, á nuestro juicio, se
CUAN
CUAN
447
i|iiiaa mitip, Jii>li|iiu, .1 luas ili- i-.-li-.
tk-ne nn s¡gnifii-a<lo iii-srativu ó irónico
bastante expa*¡vo, patvt-ido al ailv.
liitiiiom/n/M^. Por ejemplo: « Prvslnnie
unos veinte poso?. ;('imn</o lurtion.'»
Esto es, irónií-anieiite: apróntate, es lo
menos f] lie puedo prestarte. — Ciiiiiulo
lió: «de otra suerte, en «iso contrario»,
en la de nÓ, como dice vnlparmente
d chileno. — i 'iitindo qiiier ó ninnilo
quiera: «en cuaUíuier tiempo». .\si se
escribe comunmente; ¡x-i-o lo justo y
natunil es escribirlo en una sola piíla-
bpa, como se hace con nmlqiiieni-
quirnqmera, (hunhquifia, etc. Véase
Como. Este es también el pjtrccer de
Cuervo.
Ci AXTO. Jinchos abusos se cometen
con esta voz cuando prece<le ¡i un com-
parativo (mayor, mnior, mejor, peor),
que modifíca á un s.; v. ¡ít.: Cuanta
mayor razón. I'uanlo cu este caso es
adv. (|ae modifií-a al adj. mayor, como
lo prueba el aii;ilisis: rczmi riiiinlo mn-
yor, y n.i cuanta razón mayor,
que 8Í|[|;niticaria otra co>a cuteramente
distinta!. La mejor pruelKi de c.^^to es la
oeparución que suelen hacer los clásicos
cutre el nuinlo y el compirativo: «Si
asiste [Dios] á la formación de cuan-
tos nejjrillos y ue<;r¡llas son c-onccbidos
en Etiopia..., <■«'/«/« ron mayor razón
asi-Htint á la con8a<.'nición de su cuerpo
para la santiñcación de nuestra vida?
...,'Cwinh scni mayor la didzura <le
este manjar i|ue la de todos los otros
corporales !' » (< í ranada. Símbolo dr la fe,
p. IV, diiil. VIII). Sólo cuando el com-
¡mnilivo es más ó menon, concuerda
cnanto en peñero y mimen) con el s. :
ruanlii más razón; rwinla» menos razo-
nes, Ix> mismo del>e decirse de lanío,
miirfio, poro. Estoes lo rpie pide y rccla-
Uiu la ló¡j;¡ca del idioma; ¡M.-ro, como no
liay Houitio, por laitno ijue sea. ijue de
ve' eu cuando no cabecee, :i muchos
cla.-icos y correctos autorcs se les puede
soqirender en el mal uso; lo que, por
cierto, no debe imitarse, pues proviene
de una distracción ó paralofrización, ó
de simi)le errátil de iiiiprcnta. — Cuanto
más, man lo y más. ; Son si non i mos estos
dos modismos? Así lo dice el Dice, y
lo enseña también Cuervo, comproban-
do su doctrina, como de costumbre, con
una cantidad de autoridades. Lo mis-
mo hemos notado nosotros en nuestras
lecturas, especialmente en Tirso de
JIolina. que casi siempre usji manto y
má.% pero en el mismo sentido de
manto más. Garcés, sin embargo, re-
conoce que «al<?o más lleva la dicha
expresión si le añadís eu medio la //
conjunción diciendo: cuanto, y más,
que es modo de realzarla ponderación».
Lo mismo reconoce Puigblancli, di-
ciendo que manió y más «valia liaito
más que él \_cuanlo hwx]»,- y dice
«ralia», jxirque él no admite ninguno
de los dos, sino únicamente manió ni
más, (jue, aunque defendido fuerte-
mente por este ilustre catalán, <ino se
halla en los escritores», al decir de
Cuervo. El ruanlo y más, -jue por su
misma construcción está diciendo cla-
ramente que vale y expresa más que
el otro modismo, es el que dio origen
al familiar nainlimás, que, usado por
SaiiUi Teresa y otros clásicos, llegó
hasta nosotros, convirtiéndose luego,
eu labios del pueblo, en COUtimás.
— <• Cnanto y más y manlimás que se
decía en el mismo sentido [que ruanlo
más'], creo que pasaría hoy por desali-
ñado y rastrero", dice Helio. Perdii-
nenos el ilustre sabio, pues no podemos
|)cnHar como él: no es posible despojar
¡il idioma de modismos lan es|K'ciale«
448
CUAN
CUAN
y tan usados por los clásicos; el uno,
por lo enérgico y expresivo, y el otro,
por lo familiar y cómodo, valen lo que
jamás podría valer el vulgar manto
máfí. Véase, para más claridad, lo que
decimos, en su contrapuesto tanto ij
más: «Predicar al mundo que un hom-
bre crucificado en compañía de ladrones
era Dios, era fanto ij más como decir
que un hombre ahorcado era Dios,
criador de los cielos y de la tierra y de
la mar». (Granada). Salta á la vista la
fuerza y energía que añade la simple
conjunción y. En el modismo cuanto
más, como lo nota Cuervo, el cuanto
ha perdido ya la entonación interroga-
tiva y por eso no se le pinta el acento.
En proposiciones negativas ó virtual-
mente negativas se puede usar cuanto
más ó cuanto menos sin variar el sen-
tido: «No se puede entender, cuanto
más decir». (Sta. Teresa). «Venia ha-
blando entre sí cosas que no podían ser
entendidas de cerca, cuanto más de le-
jos». (Cervantes). En ambos casos se
podría decir cuanto únenos, sin variar
el sentido, y aun sonaría mejor al oído.
Así se ve en estos otros ejemplos: «Su
boca misma en este juicio no saldrá á
su defensa, cuanto menos otro ninguno ».
(Fr. Luis de León). «Ni siquiera dio
muestras de indignación, cuanto menos
de aliento, al ver amenazada á su ma-
dre». (M. de la Rosa). Todo depende
de la palabra á la cual la monte ponga
la negación. Así, en el ejemplo de Santa
Teresa, si la negación se pone al v.
poder, resulta malo el cuanto unís y
tendrá que ser cnanto menos; pero, si
se prescinde de la negación y se atiende
al encarecimiento que lleva en sí el
ríM/í /o )»rt.v, entonces resulta bien dicho,
y el sentido viene á ser éste: «No se
puede enteudcr, con cuanta más razón
(no se puede) decir». Por eso el uso
varía no sólo en los autoies, sino tam-
bién en las lenguas. En latín, por ejem-
plo, se halla un qunnto magis que los
tres traductores españoles de la Biblia
(Valera, Scío y Amat) han vertido por
cuanto menos. Es el versículo 27 del
cap. VIII del libro tercero de los Reyes.
Dice el latín: «Si unim coelum et coeli
coelornm te capere non possunt, quanto
mafi'is domus haec, quam aedificavi?»
Si no te pueden abarcar el cielo ni los
cielos de los cielos, ¿cuánto menos esta
casa que he edificado? Según las auto-
ridades castellanas antes citadas, se
habría podido decir también cuanto
más, es decir, con ctmnta más razón;
pero e! sentido no habría sido tan claro
y preciso. — En cuanto no más: modo
adverbial que nosotros viciamos con el
agregado tan chileno no más. (Véase
en su lugar). El modismo castellano
es simplemente en cuanto y significa,
en esta acep., «al punto que, tan luego
como», a En cuanto anochezca, iré a
buscarte». — En cuanto á es lo mismo
que cuanto á, esto es: «por lo que toca
ó corresponde á». — Por cuanto que.
Suprímase este que inútil y dígase
solamente ^io/- cnanto, cuando se quiei'a
notar la razón que se ha de dar de al-
guna cosa.— Un cuanto hay, es fr.
sustantiva que usa aquí el pueblo para
significar «todo» en un género ó mate-
ria determinados. Así, un vendedordice
que tiene de un cuanto hay en el
género ó negocio (juc trata: una dueña
de casa, abastecida de todo, dice tam-
bién que tiene de un cuanto hay.
Cuantuá. lluy poco conocen el
castellano y el uso de las s¡i':.!efas los
que se escandalizan de oír esta expre-
sión, que es el cuanto lia español en sus
distintos usos.
CUAR
CUAR
ClARKXTA (COUTAItLK Á IXO El,).
Fr. ñg. y fain.. toinnila del jiicíro de
la lirLsca, por-friistrarlo :i uno sus jiln-
nc3 ó iiiteiitos; ims icirvt.'e iiiuv jutipia
y aceptable. l,a e<ni¡\aicnto en caste-
lliilio Ci ( 'orttirle ti uno rl lerfxiiio: • ini-
jK-dir á lino el desi'jnio (|ue llevaba».
CiAitF.STóx. x.\, adj. y ú t. e. 8. Que
ha eninplidu ya cuarenta años de edad
y no lia llegado á los rineuenta. Bien
foniuido y de ulgiin uso, niercfc adini-
lirso, como lo est^in rus congéneres
fiíiriifiilón, xesenlúi). xrlenlon, orhrnlún
y iioff Ilion. CiMiirai/enario, (jue |)odria
suplirlo, nocs ütu expresivo y rainiliar.
Cuaresmero, ra, adj. Cuando se
cuuijilía nn jor un Ciiilc la ky del ayuno
ne apliciÍKi esta voz a la ¡tersona (juc
ayunalKi to<la lacuaresniu; hoy solóse
oye a|il¡(nda á la jiersona que se al)stie-
iie del licíjr en la cuii resma. — También
suele aplii-arse al árbol cuya fruta ma-
dura en I.I cnai(.ráina,ó:i la fruta misma.
Kn eítaatep. se tradu:-iria al castella-
n') por fiutnxmal: relativo ó pertene-
ciente :i la cnnresnia.
CrAiíFA, f. Asi llamamos el cordiin
ó torzal grueso, formado de cordeles ó
correas, con ijne tiran de una carretil
calla una de las yuntas >|ue signen des-
pllc!* de la primera, 'rambién suele ser
una cadena de hierro. Sin duda trae su
origen este vocabl) del aiuLducismo
nuiílit: «muía de guia en los ciiches»,
«■) fie la ex|)resi6n l>f niarliis o Un
fiuiiUix: «dicese de la.s calmllerías en-
ganchadas inmediatamente delante de
la.s de tronco, cuando llevan en el tiro
olm li otro par delante». (Jasi estas
mismas voces lrimrl(i¡n y rw/pnillnj
emplea un jiersonaje de l'eivda; por
donde se ve ipie la rumia chilena ha
venido U-imbiéii do Hs|Hiria: «\\,n que
e* inni b-siia sola delante de una vnuta
y jalando tx)n ella varga arriba!... ¡Qué
jalar de bestia! ¡Ajo! á pico de pezuña
y triscando lax aulfniUug. ;Las cude-
nUla.t, cutres! poniue yo nunca quis-e
Ion liiiinlrs (/(• rmitiiijo, que á lo mejor
se podrecían y le dejaban á usté en
blanco en la vai-ga de más enipeño...
¡Ajo! siempre i-adeii illas, como hombre
avisao». (Caires). Sí'pase que liranle
(ó Uro ) en este «iso es : » cuerda ó coriva
que, asida á las guarniciones de hu; ca-
iKdlerias, sirve para tirar de un airniaje
o de un artefacto». Por eso la fr. .1
liranles lart/os significa: «tirando del
carruaje cuatro caballerías, con dos
cocheros». Véase también este pasaje de
Rodrigo Caro, en qne us;j cu este mis-
mo sentido hi voz rmirla: «Xo había-
mos caminado un cuarto de legua
cuando volvió c«l coche á gemir, rechi-
nandosuscarcomidascostilhis, cosa que
aumentó nuestro temor y solicitó mu-
cha risa. Kn esto, una de las ruedas se
comenzó á desencuadernar, y snltando
un r¡iyo de ella, como si fuera despe-
dido ¡«r Júiiiter desde hi esfera, nos
dejó á todos espantados, y el coche se
paró, no pudiendo más rodar. Salimos
todos al punto y haciéndonos Dédalos
y Arquímedes, supliuxis con el artificio
la falta de instrumentos y materiales,
y lo volvimos á [Kmer más corriente...
[lícspués de una cita latina prosigue
el otro interlocutor del tliálogo] : Pienso
qne dirá ahí V. ni. cómo, junto con mi
señor, se uncieron jior ruarlax [wra sa-
carlo de aquel arenal». ( Itias i/entales,
introd. al dial. I). Rn la República
.Argentina se llama ruarla, según (¡ra-
nada, la «cabalgadura (¡ne, conducida
IKjr mi jinct<;, ayuda los vehículos á
subir las cuestas ó á pasar un mal ca-
mino, nicdiautc un maneador 0
cnerda afianzada pfjr un extremo á la
01
450
CUAR
OUAR
cincha, y por el otro en el carruaje. —
Li misma ayuda ejecutada con bue-
yes»; accp. que comprueba con esta
cita de Estala: «Si no pueden arrastrar
la carreta [al pasar un río ó arroyo],
la maiuienun parada á pecho firme,
hasta que añaden otros bueyes que 11a-
m m aiaiiat:». En Catamai'ca es el lazo
ó torzal como entre nosotros. En Mé-
jico se acercan también á nosotros,
p )rque allá se llama fimrfa, además de
nuestra huasca (también tiene esta
acep. en Cuba), «una soi^a laríja y
g ruesa, de cuero crudo, q ue en los carros
y en algunos coches de camino se usa
omo tirante», ((iarcía Icazbalceta). —
Usamos también en Chile de esta voz
en la fr. Estar, andar ó quedar á la
citarla, que significa estar escaso de di-
nero, ó no tener ninguno. Puede verse
su origen cu las Tradiciones Perua-
nas de I). K. Palma. El Dice, admite
la fr. con el agregado de-pre(/i/nla.
Cuartag'O, m. «Rocín de mediano
c lerpo», es lo único que significa en
c istellano; en chileno se usa más como
adj. y aplicado al caballo que, sin ha-
ber sido adiestrado para ello, tiene por
naturaleza el andar que llamamos dG
paso (véase Paso), y en castellano,
andadura, ¡taso deandadara ójiorla/ilr.
Cuartaguear, n. Andar el cabal lo
cuartago; andar á imitación de él
las j)ersonas.
Cuartagueo, m. Acción y efecto
de andar el cal)allo cuartago. Véase
esta liltima voz.
Cuarteado, da, adj. Aplícase á
las caballerías que tiran de un carruaje
cuando van en dos parejas. No parece
sino una extensión de uno de los sig-
nificados del v. cuartear: entrar á
cumplir el niímero de cuatro para jugar
algún juego, (ofrecemos á los (pie con
esto no se contenten la expr. De cuartas
que trae el Dice: dícese de las caba-
llerías enganchadas inmediatamente
delante de las de tronco, cuando llevan
en el tiro otra ú otro par delante; y
también la loe. Tiro par: «el que consta
de cuatro caballerías». Suponemos que
esta definición del Dice, se entiende de
dos parejas, la una en pos de la otra,
y no de cuatro caballerías que tiran
todas juntas y de frente, como en la
antigua y clásica cuadriya.
Cuartería, f. Serie ó reunión de
cuartos ó piezas pe(iueñas para habi-
taciones de gente pobre. Por su forma
es distitito del conventillo. I-a voz
está bien formada, es necesaria y tiene
el uso de Chile y de Cuba; merece, por
consiguiente, aceptarse.
Cuarterola, f. Es castellano en la
acep. de «barril que hace la cuarta
parte de un tonel»; y también en la de
«medida para líquidos, que hace la
cuarta parte de una liota»; i^ero no lo
es en la de-arma de fuego que usa la
caballería y un jmco menor que la ter-
cerola.
Cuarterón, m. lia mitad de un
ladrillo partido á lo largo ó á lo ancho.
— Significa también en Chile el ma-
dero (jue se coloca diagonalmente en-
tre los pies derechos de los tabiques
para mejor trabarlos y afirmarlos: y,
además, el puntal ó pie de amigo que
en algunas construcciones suele poner-
se á los pares para sostén y refuerzo.
Parece que el origen de estas dos ace))s.
es esta acep. castiza de Cuarterón:
«Cada uno de los cuadritos que suele
formar la armadura de las puertas y
ventanas....» Cuadritos parecidos se
forman también en los tabiques y en
los pares con el madero interpuesta), ó
sea, el cuarterón descrito
CUAR
CUAR
Cl'auteto, 111. Tenia ota acep. de
Música: 4 couipo jición para cantarse á
cuatro voces, ó para tocarse \k>t cuatro
instniuieiitos»; y á ella af^n^ó la úl-
tiiua eílioióu del l)icc. esta otra: «el
conjunto de est-aí cuatro voces ó ins-
trumentos ►.
Cuartilla, f. N'o es en Chile nin-
{(una de liis lililí idiis i|Uedetiiieel Ilicc..
bíoo el cuiuiillo. ó cuarta [«arte del al-
mud ó ix-leniÍD. como el s¡;:uientc.
Cuartillera, f. N'o tiu'um ene!
l)i(.r. Kiiin iKi.sotros siiTuifira una me-
dida para áridos, (|UC hace la cuarta
fiarte del almud ó celemín, ó sea, el
cuartillo e^^pañol. Usase menos <|ue el
anterior.
CLARTiLi.t», in. «Cuarta parte de un
real», dice el Dice., y asi es tambicu
entre nosotros, esto es, tres centavos;
aunque en realidad bien poco ó nada
lo usamos, por tener, hace ya muchos
años, en nuestra moneda el sistema de-
cimal.— La ace|i. ijue está en pleno uso
es la fij;. y en pl. de-jiropina y recuer-
do que se distribuye en alffunas fiestas
de familia, i-omo bautizos, matrimo-
nios, et<'. Ix)S niiii/illos consisten, en
estos casos, en monedas para los e«|x;c-
tadores del acto, y en impresos, meda-
lla!», ramilletes li «tros dijes ó chu-
cherías más ó menos lujosos scj^in la
calidad de la.s personas. Ixis rwirlilto»
se iwpin ;:eneral mente por los ¡«drinos
de la fiesta. TambiV'ii van prevaleciendo
los nombres ácrinrn y eininluilo (lisanse
m. en pl.), jio^iue lo que se distrilmye
BOU jrcncralmentc inonedaR de ciiic<i
centavos y recuerdos adornados de una
cinta, de la cual pende dicha moneda
li otra de ni¡i.s valor, ó imilalhi, etc.
Ct AUTO, III. Cuarto redondo se
llama en C'liilc y en Méjico el ajiOHcnto
pobre que no tiene salida á ningiin
pililo ni i-orral, sino únicamente puerta
á la cidle. El calificativo de redondo no
signifiai que el cuarto sea de esta fi-
gura, sino solamente que el que lo ha-
bita esUi como en un circulo jmr no
tener á dónde moverse. — Cuarto de
liont: le falta en el Diw. la acep. fig.
de-tiempo en que uno esUi de buen
humor y \)ov debilidad, cobardía ó sim-
ple condesi'eiidencia concede fácilmen-
te lo que se le pide. Se usji en Kspiíña
y .Vincrica. « VÁ niiVlico estaba inara-
villado de la paciencia y la afabilidad
con quu le atendía a(|uel hombre,
cuyas despabiladeras eran proverbiales
en el lugar; y, creyéndole en buen
cuarto de hora, se aventuró á decirle
derechamente..." (Pereda, l.a /'uc/ie-
ni, IX).
.Vunqnt; linda y se<iuctoi'a.
Eres criatura humana.
Y t^ndra's tu cnitto Je hora
Coniu tiMla ticl cristiana.
("Bretón, Hh el álbum <le hijo riclilz)
Caballero, en su Día: de modi.imos,
admite en este .sentido la fr. Cot/crle
[á uno] en la hora tonta: « hallarle en
la ocasión y momento ojxjrtunos para
obtener de él un servicio de (|ue luego
suele arreix;ntirse. Manera de condo-
lernos de lo (jiie hicimos sin darnos
cuenta completa de ello». Por eso al-
gunos llaman también este cuarto de
hora «el cuarto de hora del diablo».
\a\ simiile loe. cuarto de hora está de-
finida lusí ]>or Caballero: «familiar y
metafóricamente, momento en (|ue el
ánimo ó la inteligencia funcionan con
la regularidad acostumbrada ». Lo cual
no estii conforme con el significado
que todos le damos.
Cuartón, m. .\sí llaman nueítros
constructores el madero labrado y de
ibi
CUA
CUA
igual dimensión en sus cuatro costados,
generalmente de cuatro pulgadas. En
la forma, pero nó en el espesor se
parece á la cuartera española: «made-
ro de dimensiones varias, que por lo
común mide quince pies de longitud,
y ocho pulgadas en cuadro, de sección».
En Caballero hallamos cuartón de per-
tiyueño: «provincial de Huesca : madero
(¡ue tiene cuatro pulgadas francas de
canto, cualquiera que sea su longitud».
Cuasi, adv. de cantidad, igual á
Casi. Es todo lo que hallamos en el
Dice, harto incompleto por lo visto.
Suplámoslo con Bello. «.Casi j cíiasi,
originalmente una misma palabra, tie-
nen hoy diferente significado: crtsi de-
nota que la palabra modificada por él
no es exacta, sino con cierta rebaja: «El
edificio estaba casi todo en completa
ruina». Cuasi quiere decir que nos va-
lomos de una palabra, nó para signifi-
car la idea propia de ella, sino algo que
se le asemeja: subsiste sólo como par-
tícula compositiva en cuasi-delito, cua-
si-contralo. [El Dice, escribe en una
sola palabra cada uno de estos dos
vocablos]. — En el sentido de casi es
anticuado». Como partícula composi-
tiva tiene cuasi un uso general, como
se ve en cuasi-refle/o, cuasi-ejríscopcd,
cunsi-ordinariu. El Marqués de llolíns.
Presidente que fué de la Academia de
la lengua, emplea, cuasi-Mstoria, cuasi
-virreinafo, cuasi'-sedición ; y Puig-
blanch, cuasi-continuación. Tirso de
Jlolina había dicho también casi cau-
tiverio, casi monarquía. Dése pues una
definición general de este uso y ad-
viértase que el significado de «casi»
estil ya anticuado.
CuATEKXARio, RÍA, adj. Recibió en
el último Dice, esta acep.de Geología:
«perteneciente al último terreno sedi-
mentario, en el que aparecen vestigios
de la especie humana. U. t. c. s.»
Cuaterno, xa, adj. (que consta de
cuatro números). Aquí lo hacemos s.
m. y lo usamos en vez de cvaterna, f.:
«suerte en el juego de la lotería cuan-
do se han sacado cuatro números de
una de las combinaciones que lleva el
jugador».
CuATORViRATO, m. Dignidad de
cuatorviro. Admitido por primera vez
en el Dice, lo mismo que el siguiente.
CuATOUViRO, m. Cada uno de los
cuatro magistrados romanos que en
municipios ó en colonias presidían el
gobierno de la ciudad, elegidos de en-
tre los decuriones.
CuATRiLiXGÜK, adj. Aplícase á la
persona que habla cuatro lenguas. || Es-
crito ó impreso en cuatro lenguas dis-
tintas. Usado por Mayáns y Sisear y
liien formado como está, á semejanza
de liilinijiip y triliníjiie, merece admi-
tirse. De otra manera, ¿cómo se expre-
saría, sino con una frase entera, este
concepto? Potiíjlolo, ta, que podría ser-
vir para ello, es muy genérico, porque
se aplica á la pereona versada en mu-
chas o \'arías lenguas y á lo escrito ó
impreso de la misma manera, pero nó
precisamente en cuatro.
CuATRiLi,(')X, m. Un millón de tri-
llónos, ó un millón multiplicado por
un trillón. Es voz usada por los textos
y profesores de aritmética, por el P.
Torres, excelente filólogo, y por otros
autores, pero no admitida en el Dice,
el cual se quedó bastante corto, admi-
tiendo solamente á millón, billón y
trillón, cuando en realidad podía haber
admitido sin escrúpulo alguno á cua-
trillón, quintillón, seu-tdlón, septillñn,
octillón y norillón.
Cuatro, m. Moneda de plata que
CUB
CUB
v;ile eiuilro de nuestros antiüuos rciiles,
ó sea, ciiicneiita centavos. MeaH.-e ail-
niitirse, ya que es el único nombre fine
aquí le damos, y mejor que metlio pe-
so, que quieren al<^unos extranjeros.
Xo sabemos á cuánto equivaldrían los
ninlros que en el libro de Heitoldo se
tiraltan á las ranas. — ^Cuatro gatos:
familiar y metiifóricamenle, jxicas per-
sonas y de poca importancia». — *Cua-
Iro ojoa: familiarmente se dice del que
nsa anteojos». Asi define Caballero es-
tiis dos locuciones de uso universal y
que no apan-irii un el Dice.
Cuatrocentista, com. .\si. a la
italiana, llaman al^'unos modernos :il
cjscritor que tiv'uró en el año 1400 o
l>oco después. || Adj. Aplicase á lo (pie
Se escribió i)or i'sc inism-) tiempo. Xo
ei conforme este vocablo con la iudulc
del i^Lstellano. y. \*)V lo tanto, no debe
admitirse.
C'i'K.vxi.sjiu. ui. Vorablo ó fíiro usa-
do en la isla de Cuba. Delic admitirse
en el I)icc., crjino tantos sustantivos
en M«/io(pic si^'niHcan ideas semejantes.
Cfithrr.\, f. Recibió estas dos acejis.:
• luirte inferior del ui-jw, donde están
colocados los resortes de los pedales";
«recipiente, jwr lo común rectanirular,
de {lorix-lanii. vidrio, jrntaiienha ú otnis
materias, muy usado en ojieraciones
i|uimiras y esix-vialuiente en las foto-
}n~áfica.s ».
(.'lliicfi.o. ni. .\]Misento, alcoba. .\d-
mitido |K)r primera vez, sin adverten-
cia al;;una, cuando debió decirse que
sólo se nsa en |>oesía, |K)r(|iie en ¡iro-
sa no se atrever.in á usarlo sino los
latinizanteii, los decadentes ó los [le-
daiil<'!<.
CriiIllItTA, f. Kccibió eytas dos acep.
nuevas: «forrr) de [tai>el del libro en
nística», <|Uc aquí se llama malamente
tapa; y en .\rquitectura: «parte exte-
rior de la t*i-liumbre de un edificio».
CfBiEUTO, ni. Xo significa Irnedor,
como lo usan algunos chilenos, sino
«juego compuesto de cuchara, tenedor
y cuchillos, y también, «servicio de
mesa que se pone á cada uno de los
que han de comer, i'ompuesto de ¡¡lato,
cuchillo, tenedor y cuchara, pan y ser-
villeta».
CfUlKUTO (.\). << Para decir salvaise
han inventiido los modernos maiitras
de hablar como estas: Su honor
está á cubierto: Los tiros nos
hallan á cubierto; Vivo á cu-
bierto de la calumnia. El mo-
dismo (/ iiil/itilo es clásico, lo testifica
el />('(•/•. (le Aii/vi idtules, aun(|ue niiiniiu
texto podamos alegar al presente ni de
Cervantes, (|ue'nunca le usó. ni de los
asa'ticos y iiovelist;is posteriores. El
I)irr. de Autoridades enseña que nPo-
¡lersf (( cul/ierlo vale, demás del sentido
recto, i-esguardars<' ó pre\enii-sc del
daño ijue se i)aede ivcibir» (art. ('f-
lüKltTo). pjsta es la sola fr. en que á
nitiicrto puede entrar. Mientras los
modernos no presenten autoridades de
]K."so, notaremos de incorrectas las fra-
ses á rri ba ci tadits, siguiendo el d ictameu
de Haralt». Tal es la doctiinadel 1'.
Jlir, que ac"atamos y s<'guimos en todas
sus iKirles; y en comprobación de ella
bolo agregaremos (|Ue el último Dice,
usa la loe. á ruhirrto en los artículos
AsKfiíK.wt y l'UKSKiiVAii,))ero con el
V. poner linicamenle, como lo aprobii
el de Autoridades. Es cierto i|uc mu-
chos autores nioduriios, tan estimados
como el 1*. Isla, I), .\ngel de Saavedra,
(¡onzález Carvajal y otros ar.ulémicos,
lo usan tambii'U á la frantesa (A eou-
rerl) con cualquier verlw; pero, por
resjieto y conservación del castellano,
454
CUB
CUB
lio debemos imitarlos, mayormente
cuando ésto posee mil y mil modos
mucho más vai-iados y elegantes para
expresar la misma idea; como son: Es-
tar Ubre ó res¡jHardado de, Poner en
salvo. Librar, Salvar, Guarecer, Asegu-
rar de im rifsrjo ó peliffro. Salvamento,
Arnijerse, Refugiarse, etc., etc.
Cubija, f. Así suele pronunciar el
pueblo en vez de cohija; en lo cual no
\aii tan descaminado, porque el mismo
Dice, da al v. cobijar la forma cubi-
jar, sin ponerle siquiera la nota de
anticuado, como es de razón.
CuuiLETE, m. Ya va desapareciendo
del lenguaje político este chilenismo
que con los dos siguientes estuvo muy
cu uso en otro tiemix). üe una de las
aceps. castizas que tiene, «vaso de co-
bre ú hoja de lata, redondo ó abaiqui-
llado, y más ancho por la boca que por
el suelo, del cual se valen los que hacen
juegos de manos» ó prestidigitadores,
\ino á significar entre nosotros, por
metáfora, la intrif/a, cúbala o ■ardid
especialmente políticos; aunipie en
realidad más se usal)a formando com-
plemento de intriga \\ otro s. parecido;
V. gr.: «Estas son intrigas de cubi-
lete».— Otras de las aceps. castizas
que tiene y que olvidamos eu el art.
Cacho, es: «Viiso angosto y hondo,
algo más ancho por la boca (jue ¡lor el
suelo, y que ordinariamente se hace de
cuerno, y sirve para menear los dados
y evitar las trampas en el juego del
chaquete y otros)'.
Cubiletear, n. Intriíjar ó maqui-
nar, especialmente eu política. Véase
el anterior.
Cubiletero, adj. y ú. t. c. s. m.
Intrhinnle, nuuiuinador. (Véase Ci'Jii-
lkte). En castellano es solamente s.
m. y significa «jugador de cubiletes»
y también el molde de cocina y de
pastelería llamado por otro nombre
cubilete.
Cubilote, m. Horno cilindrico, de
chapa de hierro revestida interiormente
con ladrillos refractarios, en el que se
refunde el hierro colado para echarlo
en los moldes. Admitido ¡xir primera
vez en el Dice.
Cubo, m. Tiene el significado gene-
ral de «vaso de madera, metal ú otra
materia, por lo connin de figurado cono
truncado, con a.sa en la circunferencia
mayor, que es la de encima, y fondo
en la menor. Cuando es de madera, las
duelas que lo forman se aseguran con
flejes de hierro i'. Por eso puede llamar-
se así el (|ue se usa en la preparación
de los helados; pero el nombre más
propio es corchera, f. : «cubeta hecha de
corcho empegado ó de madera, en (jue
se pone la ¡/arrufa (nuestro molde)
con nieve para enfriar la liebida^i. Por
esta razón los dos objetos juntos y
formando un solo aparato se llaman
íjarrafi corchera. Esta misma (jarrnfa
se llama VAmhién (jarapiñeía, f.: «vasi-
ja que sirve para gara])iñar los líquidos,
metiéndola en un cubo, generalmente
de corcho, más alto y ancho que ella,
y rodeándola allí de nieve ó hielo, con
sal». Todo esto es ampliación á lo que
dijimos en el art. Bote.
CriiOiDES, adj. y ü. t. c. s. en el
mismo significado que Awcso cuboides:
hueso del tarso, situado en el borde
externo del pie. Término de Zoología
incluido por primera vez en el Dice.
Cubrecama, f. Dígaseso¿r«-«w«;
«cubierta (jue se pone sobre las sábanas
y cobertores para abrigo y decencia de
la cama». Por esta definición del Dice,
bien puede confundiré la sobrecama ■
con la colclut, que es «cobertura de '*
cuc
cuc
cama que sirve de udurno y abr¡go>;
pero nosotros las distingaiiuos iiotable-
inciiU:: lu primera es gruesuv ai-olcliada
y se usa en invierno y pan» abrigo: la
segunda es delgada y se usa principal-
mente jwra adorno y aseo. Con estos
objetos tiene alguna relación el ("«/rw/ó/í,
que es el plumón ó colchón hecho de
la pluma tina de las aves, y t;imbic>n
«almohadón, relleno ordinariamente:
de este plumón, que sirve pjiii» abrigo,
ailocado á los pies de la rama».
Ci'BREf.oKSK, m. .\si llaman, aun
las damas esjíañolas, esta moderna
prenda femenina; por lo cual no jHxlni
el Dice, excusarse de admitirla.
CfBKlK. a. Dosaceps. le Tallan á
este v.enel Dílv.: l.*lade-|)agar, satis-
fiuxír, tratándose de gastos, cuentas,
precios, valores, costos. prt'st;imos,deu-
da.s,et^'. Paa'OC que la .Vcadcmia se dio
por satisfecha con la fr. ( 'itbnrhirufitlti:
ten las contaduri:L<, ir añadiendo par-
tidas á la data, hasta que salga igual
con el cargo»; ¡rmo la verdad es (jue
esto nt) l>asta, |)orque ya el v. es de uso
general y corriente en esta nct-p. no sólo
con el s. nienlii, sino con to<Ios los que
hemos enumerado, y ¡tsiel mismo Hice.
lo nsa en las voces Consignar, Cos-
TKAK y Dkkicit, y toilos los autores
modernos, como >[onlau, .lovellanos,
Moralín. .Mcalá-fíaliano, la Pardo-
Baz;ín, .\dolfode Castro, etc. — La otra
Hcep. omitida es la de-encubrir li ocul-
tar el S.Smo. Sacramento, que estaba
potente ó maniliesto. Kn este cjtso el v.
puede ser a. (i n. y es sinónimo de re-
Dervnr. Por la misma razón que se ad-
mitió en BU acep. litúrgiai ¡i nizfir,
coiuuiiiir, kuiiiir y otros, creemos (pie
dcte tambi('-n admitirse ¡i nilnür.
Cita, f. Según Phili|)iii es ave chi-
leoB del onk-u de las znncudiui (anlt<i
cwoy), muy jjarecida á la garza eiiroi)ea
(árdea cinérea ), pero m:U grande. En
el Dice, riira significa cosas muy dis-
tintas y la única accp. de Historia Na-
tund es: «oruga ó larva de ciert;!
mariposit nocturna. Tiene de tres á
cuatro centímetros de largo, los costa-
das vellosos y con pintas blancas, tres
articulaciones amarillentas junto á la
cabeza, y las demás pardas, con una
cinta m;is clara y rojiza en el lomo»,
lilámase también niro, m.
CiTAi-óx, adj. y ii. t. c. s. Dio origen
á este curioso chilenismo Don .Vntonio
Cucalón, i-ico caballero peruano de
]irocedencia española, ijue durante la
guerra del Pacifico <]UÍso darseel placer
de navegar en el lluásc-ar {wra pre-
sen^'ar los triunfos de esta nave contra
lius ci. llenas. Pues bien, en una de las
primeras ocasiones tuvo la desgracia
de caer al mar y ahogarse. El hecho
fué sabido y tan celebrado en Chile,
que inmediatamente se bautizó con su
aj)ellido á todos los que, sin ser mili-
tai-esó marinos, y vestidos de paisanos,
se metían en estas profesiones; tales
como los corR'sjwnsales de diarios y
otros que itxui \>ot mera curiosidad.
Desdcentonces y por extensión, n/fff/áí/
es entre nosotros el intruso ó curioso
que se mete á una profesión (jue no es
la suya. Nunca lo hemos oído en la
terminación femenina; pero el día me-
nos pensado les caerá en gracia á al-
gunas y, como el tipo es tan común
tíimbicn en su sexo, tendremos nira-
lonns jx)r todas partes. — Sombrero rii-
caliiii llamamos ac|ui uno de fábrica
inglesi, alto de copa, ala muy corta,
tiesa y caiila, y forro generalmente
verde. Se llamó asi jwrque principiaron
á usarlo los iwalunen; ahora lo usan
muchos laballeros en el cinijio y duran-
45G
cuc
cuc
te d verano. — Para defenderel presente
cliilenismo, basta recordar que en cas-
tellano, para no mencionar otras len •
f,nias, hay innumerables voces y fr;!ses
que deben su origen á un nombre o
apellido. Sin hablar de los nombres
históiicos y mitológicos, como Caín,
Benjamín, Salomón, Judas, Ailonis,
Caco, Á''arciso, citemos los más moder-
nos de Perillán, Perof/rullo, lincha-
miento y linchar, Arerii/üclo Varyas,
indirectadel Padre Cobos ; los modernos
hnicolear y boifoieo; los chilenismos
Hacer la de Lucas Gómez, apoma r y
aponzamiento, Moija, Hacer la del Pa-
dre Padilla, etc., etc.
CucaracllO, m. No lo acepta la
Academia, sino únicamente á cucara-
cha, f., para todas sus aceps., que han
sido aumentadas y corregidas en el
11 1 timo l^icc.
Cucarra, f. Golpe que se da á los
miicluichos en la cabeza con la punta
del dedo pulgar y lo coyuntura del me-
ñique. Sin duda se llama así por el
sonido y movimiento ásix-ros (jue se
prodncen, semejantes á los del íronijio
rmarro. Véanse Coscacho y Cu-
carro.
Cl'Carro, rra, adj., pero poco usa-
do en la terminación f. He aquí un
chilenismo de cuenta, que hasta hoy no
ha sido estudiado por nadie como lo
luerece. Usámoslo nosotros en dos
aceps., una recta y otra fignrada: en la
recta lo aplicamos al 1 rompo 6 peón que,
por tener la púa torcida ó desnivelada,
baila ásperamente; y en la figurada,
por gracia y donaire, lo hacemos sinó-
nimo de ebrio ó borradlo, como fácil-
mente se explica. Este es el uso chileno;
pero ¿en qué está fundado? Sencilla-
mente en el cwarro español, que es adj.
de una terminación, derivado de cuculla
y que significa: «apodo que daban los
muchachos á otros que estaban vestidos
de frailes». Esta costumbre de vestir
de frailes á los niños se usó también
en Chile, y, tanto aquí como en Espa-
ña, no pudo dar buenos resultados,
porque los niños en tales casos se ol-
vidan del hábito que llevan, y, como
cabritos (¡ne son, tiran al monte. Por
e.so se formó el refrán español Fraile
cucarro, deja la misa ¡/ rase al jarro,
que hallamos en Gonzalo Correasy que,
como todo refrán, jiarece un e^'angelio
chico por el fondo de verdad que en-
cierra. Asentado pues el dato de que
el fraile cucarro, como el obispillo de
San Nicolás, se complacía en empinar
el jarro más de lo necesario, el pueblo,
que juzga más por los efectos que por
las causas, generalizó entonces el cali-
ficativo y llamó cucarro á todo borra-
cho; y después, siguiendo la compara-
ción, apellidó también cucarro al trompo
ó peón que se mueve irregular y áspera-
mente, como lo hacen los devotos de
Baco. Con esta explicación y consi-
derando el origen castizo del vocablo
y el uso (|ue tiene en todo Chile, cree-
mos que debe ser admitido en el Dice.
en las dos aceps. chilenas. — En Colom-
bia se usa cucarrón, pero con el
significado de " escarabajo». (Cuervo).
— En Cataniarca se usa también el v.
CUCarrear, que aquí nunca hemos
oído, ((del ti'ompo fiue se mueve de una
parte á otra iwv desigual». (Lafone
QuRvedo). Ninguno deestos dos autores
da etimología.
Cuco ó coco, m. « Fantasma que se
figura para meter miedo á los niños».
Llámase también bu y cancón.
CucrrJ. Los peruanos y el Dice, de
Zerolo hacen f. este nombre; nosotros
lo hacemos m. Es ((paloma silvestre
cuc
CUCH
del tainañodc ladot-.ü-stit-i, ¡uiliíjue mas
esbelta y aristocnitk-a en su corte. Es
de color cenizo y al rededor del ojo
lleva uua bellísima órbita azul sabido.
Como todos los nombres onomalópicos
en la ¡>riuiera etapa de su formación,
eiiculi imita directamente el canto del
ave, sin silaba de m:is ó de menos, de
esas que I» eufonía ó la analogía gra-
matical van añadiendo ó cercenando á
las palabru.s de este origen, ¡i medida
que se labran con el transcurso del
tiempo. ( 'olumbii melada. El «mto de
esta ]«tloma es tan bello y tan rotundo,
los golpes de sn pecho tan aconiy>asados,
que es muy solicitada jtara la jaula,
donde se cría ¡jerfect-iraentc, no obs-
tante lo arisct) y sol)erb¡o de su a»rác-
ter». (Juan de Arona, Diir. de Perua-
ni»mox ). En esta cita tienda Academia
los datos suficientes |)ara la aceptación
de este vcR-ablo.
Cucurucho, m. Una parte por el
todo. Por ser el runirwlio (gran bonete
de forma c-ónicj») la prenda nuis visible
y notable de los nazarenosf chilenos, se
les bautizó aquí cou aquel nombre;
procedimiento usual en castellano y en
todas las lenguas, como se ve en barba,
m.,fiarnarha,¡iolilhi, y aun bonete, fig.:
«clérigo secular, á diferencia del reli-
gioso, que se llama rapilUta. Véase
ahora la definición del nazareno cspa-
fiol: «penitente <|ue va en las proce-
siones de semana santa vestido con
tiínir.-t.jwjr locomún morada». Nuestro
cucurucho viste todo de negro y
hace su aparición antes de la semana
santa, pidiendo limosna ¡lor calles y
pluza.s < [>nra el santo entierro de Cristo
y soledad de la Virgen «, á pie ó á ca-
ballo, segiín las distanciiLS. A su vista
se a.<in8tan y huyen los muchachos tí-
midos y los pequeños, niientnis los
mayoresy mas v;iliriuo> Icjian matraca
gritándole: 'iCucuruchO, caUza de
cambucho". Ya este famoso perso-
naje va dosa|Mireciei!do de nuestras
costumijres.y en poco tiempo niiis, pura
conocerlo, tendremos que trasladarnos
á su cuna, que fue Sevilla, y asistir á
las fiestas de esta ciudad en semaua
santa. En España eran tan conocidos
estos bonetes cónicos en los discipli-
nantes ó penitentes, que el P. Isla los
menciona como cosa común: <iY á la
verdad, un disciplinante con su riint-
riicho de á cinco cuartas, derecho, al-
midonado y piramidal, su capillo ¡i
moco de pavo, con caída en punta has-
ta la mitad del pecho...» (Fr. Gerun-
dio, 1. I, e. III). Por eso la definición
que de cufururlip da el Dice, se queda
corta para esta acep. Véase esta otra
cita de Tirso de Molina ( EMo si que
es neíjoriar, 1, 8."), eu que está también
usado por bonete ó sombrero:
CI.EMENXI.V. Rústica, ¿sabes quien soy?
Leumsa. Una ninjer. cnando mucho,
Con gorgnera y cocii rucho.
Y esta otra de Quevcdo:
Por cucurucho la hurniiv
I>e la nariz de un sayún.
Estrecho, si. de cintura,
Pero de conciencia nó.
( f.'ru/ura cuutra lo* prttfnnoi' ^lí/ripftnanttii) .
Véase Cautl'cho. — Hacer á uno
cucurucho, es fr. fig. del vulgo
chileno que significa-engañar á uno,
ó en otros términos, tambii-n chilenos,
hacerlo leso.
Cicrv, Cfcivoó cocrvo. m. Cierto
insecto coleóptero de la América tro-
pical.
CiciiAiíA, f. No registra el Uicc. la
fr. fig. .Ue/er uno su (ó la) rurharu en
458
OUCH
CUCH
■una cosa, que tan usada es en Chile,
y sin duda en muchas partes más, pues
k hallamos en Gonzalo Correas, céle-
bre Catedrático de Salamanca de prin-
cipios del siglo XVÍI y cuyo Vocalm-
lario (le reframs ij frasea proverhiaJea
sólo se ha publicado en 190G. En el
hallamos la f r. « Cada uno mete su cu-
chara: hablar sin venir al caso». El
Dice. á&: n Meter uno su cucharada:
tomar parte oficiosameute en la con-
versación de otros» (lo que se expresa
también con Echar uno su cuarto á
espadas); y «meterse ó mezclarse sin
necesidad en los negocios ajenos», ó
sea también, ciwharefear. Es sinónima
de estas frases Meter u?io la pata:
«intervenir en alguna cosa con dichos
ó hechos inoportunos». — Eschilenismo
cuchara, aunque más usado en la
forma diminutiva CUCliarita, en el
significado de puchero: «gesto ó movi-
miento [de la boca] que precede al
llanto verdadero ó fingido. U. m. en
pl. y con el v. hacer». — El último Dice,
agregó á Cuchara la siguiente acep. :
«cualquiera de los utensilios que se
emplean en diversas artes, y tienen
forma semejante á la de la cuchara
común». — Agregó también la fr. fig. y
fam. Meter á uno con cuchara, ó con
cuchara de palo, unce cosa: explicársela
minuciosa y prolijamente cuando no
la comprende.
Cucharilla, f. Recibió esta nueva
acep. : «varilla de hierro con una de las
puntas aplanada y doblada en ángulo
recto, con la que se saca el polvo del
fondo de los barrenos».
Cucharón de todas ollas ó tri-
llas. Loe. fig. y fam. con que designa-
mos al intruso ó entrometido, porque
en todo mete su cuchara ó cucharón.
Téase el anterior. Por la gracia v exac-
titud de la fr., bien puede admitirse.
Cucliayuyo, m. Cochayuyo.
Cuulie (Quedar). Véase Jeje
(Quedar).
Cuchichear, n., y chuchear, n.
también, significan: «hablar al oído á
uno delante de otros». — Cuchuchear,
n., significa esto mismo y además, fig.
y fam., «decir y llevar chismes». —
Cuchichiar, n.: «cantar la perdiz».
Cuchilla, f. Considerada como ins-
trumento cortante, es distinta del cu-
chillo que se emj)lea para comer y para
otros usos domésticos: éste es de hoja
más corta y por lo general angosta
(menos en el machete), y aquélla es de
hoja ancha y larga. Algunas personas
poco instruidas ignoran estas nociones
y llaman cucllilla al cuchillo de me-
sa.— También se llama aquí malamente
cuchilla, en costuras, lo que en
España se llama cuchillo, asto es: aña-
didura ó remiendo, ordiliariamente
triangular, que se suele echar en los
vestidos, para darles más vuelo que el
que permite lo ancho de la ropa, ó
para otros fines. Ú. m. en pl.» — Otra
acep. de cuchilla, no chilena sino ame-
ricana, que no aparece en el Dice, es
la siguiente, subdividida en dos: cresta
ó altura de montaña, escarpada y más
ó menos prolongada, á imitación del
filo de una' cuchilla de acero; y aber-
tura de esta misma cresta ó altura,
en figura de un ángulo, á imitación
del cuchillo de los vestidos, que, se-
gún acabamos de decir, llamamos
aquí malamente cuchilla. En estos
dos sentidos se usa en Chile la cuchilla
de cerros ó montañas; lo que nos pare-
ce muy natural, dadas las dos seme-
janzas que hemos señalado. La voz se
usa poco más ó menos en estos mismos
sentidos desdo iléjico y Cuba hasta
CUCH
CUCH
i.'.:i
Chile _v la Argentina, aunque no en
todas partes se la luí definido con tanta
precisión. Pií-lmnJo. ijue fué el primero
en acorría, la define: «montaña ó al-
tura escaqwida, cuya cresta corva y
afilada fi|.aira su comparativo». Cuervo
dice : « t 'wrliUla no sijínifica ceja, sierra,
cordiller.i. si bien la metáfora no es
impropia*, (.¡ranada (ai-geniino) se
a|)arta algo de esta idea, pues define la
curhilla : «loma, cumbre, meseta,
cuando se prolongan considerablemen-
te. II Continuidad de eminenciasexcep-
to las serranías. Pueden hallarse, sin
emlmrgo. montañas ó sierras en una
larga curhilla, c-omo sucede en la Ge-
iieral ó (fnnule <|ue atraviesa la Kepii-
blica Oriental'del Uruguay y parte del
linisil. En este caso, sin perjuicio de
conservar, consideradas aisladamente,
las montañas, siernis, etc., su nombre
jKirticular, quedan comprendidas en la
denominación común de nichilla (juc
lleva la serie. Es acep. de uso antiguo,
corriente, geognifico y oficial, y expre-
sión única con que en el Río de la
Plata se nombra toda eminencia con-
siderablemente prolongada y cuyas
pendientes se extienden suavemente
hacia la tierra llana, alimentando ó
dando origen, con las aguas que vier-
ten, a ri(;8, arroyos, lagos, lagunas y
cañada.s. Los geógrafos españoles que
concurrieron á la demarcación de limi-
tes entre las posesiones de España y
Portugal en la .Vniérica Meridional, la
emplearon igualmente en sus descrip-
ciones, mapa.'», etc.» Y agi'ega las si-
gaicntes cita.s aunque reconoce que no
convienen con el significado (|ac ahora
ie da á nirhilla en la .\rgenlina: «Así
[fiW/iV/í/] llaman al camino cuando
■iguc l.'LS cimas de los cerros n. (.Jos»'-
María Cabrcr). En este caso (larccc que
se hubiera tomado la semejanza de la
hoja tendida de una cuchilla; así como
en este otro se considera la cuchilla de
filo ó de lomo: tCiír/tilUí: nonibn.' (lue
se da :i las montañas cuando tienen la
forma muy aguda». (Juan Yilanova y
Piera). Difícil va á ser para la Acade-
mia, caso tjue se resuelva á aceptar este
americanismo, darle una definición ge-
neral y común ]wra todas los repúblicas
americanas; sin embargo, es lo (jue se
nei-esita y conviene, si hemos de tener
ideas exactas y precisas de los vocablos.
Entre tanto, (jueremos contribuir por
nuestra {jarte á esa definición general
con las siguientes autoridades:
Dtl Eliri) claro lí la corrient*^ fría
Altvraudii llegii en ruimir la tierra [Fcrra-
CVm rajos de oq^ullosa valentía, gut]
Qne r8 la faz de »n espíritu la guerra;
Y del Hondo salto que hacía
La preñada iiiíhilla de una sierra.
Como en grillos de planta vio ceñido
Del hnniil<le collado el tumbo erguiflo.
(Balbucna, Kl Deiuanlo, I. II)
.V bogar comenzamos con los remos
Cada uno por su parte, y de la orilla
Ai>cnas se cMXindicron los extremos
Y del cerro de Es|>aca la cvcliiiUi.
Cuando el navio cretense volar vemos.
(Id.. 1. VIIJ.
Y el día siguiente caminando en duda,
.Sin conocer la tierra donde estaba,
Al darle el tumlni ú una ntrfíitla aguda
Que el seguido camino en dos cortaba,
Pidiendo viiS en el llano al cielo ayuda
.\ OM h..ml.r,.,..
(Id.. 1. x.\;.
Yh el ciirro «le oro seftalaba al cielo
El medio curso de la noche muda,
Y en su '(Uietud mayor el niueit,) suelo
Al ilulcc sueno con silencio ayuda;
Cuando entre risco», breñas y recelo,
De una alta loma la ciicliUla aguda
La mar les descubrió...
(Id.. 1. X.XII).
4fiO
CUCH
CUCH
«Y entonces, rayando el sol en aquella
inmensidad de nieves y en aquellas
empinadas laderas y blancos costados
y cuchillas de tan dilatadas sierras
[habla de la cordillera de los Andes],
hacen una vista que aun á los que na-
cemos allí y estamos acostumbrados á
ella, nos admira y da motivos de ala-
banza al Criador que tal belleza pudo
criar». (Alonso de Ovalle, Hisf. rela-
ción, 1. 1, c. V ). «Unas veces se extien-
den y explayan [los ríos] con manse-
dumbre por las peñas lisas y llanas;
otras se encanalan por las cuchillas de
otras, por donde se precipitan, ya cu-
lebreando como sierpes, ya dividiéndose
en varios ramos y pasando por entre
guijas á su centro». (Id., c. VII). «Son
[los araucanos] grandes hombres de á
caballo, y con un mal fustecillo y aun
en pelo, van más seguros que otros en
buenas sillas de encaje; arrójanse co-
rriendo por una cuchilla de un cerro ó
por una ladera abajo, como gamos».
(Id., 1. III, c. III).
Por cima de una altísima cuch ¡lia
Nuestra gente pasó sin sentir nacía,
Á donde la cruel ba'rbara cuadrilla
Estaba al mismo pie de ella emboscada.
(F. Alvarez de Toledo, Purijn iudomito. c. V).
García Icazbalceta define así la cuchilla
en Méjico: «Entre agrimensores y la-
bradores, faja de terreno más angosta
por uno de sus extremos que por el
otro». Acep. tomada sin duda de la 2.»
que hemos analizado en este articulo
y que también se usa en Méjico enti-e
sastres y costureras, á decir d'jl mismo
autor.
Cuchillero, adj. y ú. t. c. s. m.
Lo usamos malamente por acachilla-
ilor, ra: que acuchilla; pendenciero. —
Cuchillero en castellano es s. y sig-
nifica: el que hace cuchillos; el que los
vende; pieza de metal ú otra materia,
que sirve para asegurar alguna cosa,
ciñéndola. (Esta última es también la
2." acep. de Abrazadera). Como adj.
sólo se junta con hierro: hierro cuchi-
llero (ó cellar): el forjado en barras de
cinco centímetros de ancho y uno de
grueso, con el que comunmente se
hacían las celadas de las ballestas.
Cucliillo de hueso, de mar-
fil, etc., para abrir libros, etc. Con
estas y otras denominaciones suelen
llamar á la pler/adera los que no la co-
nocen por su nombre. Véase Corta-
papel.
Cucho, m. Sombrero de lana en
forma de bonete cónico, que usan los
campesinos de algunos lugares, espe-
cialmente los vaqueros. Otros lo llaman
sombrero maulino, quizás porque se
usa ó fabrica más en la provincia del
Maule. El nombre CUCho parece sín-
copa de cucurucho, al cual se asemeja
también en el significado.
Cucho, cha, m. y f. Nombre fam.
que damos al gato y gata, principal-
mente para llamarlos. Parece que ha
sido tomado del gallego, en el cual
cucho significa: «cachorro, perrillo; en
algunas partes, el ternero». Aplicado
primero de una manera general á los
animalillos domésticos, sin duda se
restringió más tarde al gato. No abo-
gamos por la admisión de este chile-
nismo en el Dice, pues tenemos en
castellano varias voces para expresar
su significado; tales son: ¡nicho, cha
(ó miza), y minino, na; y para llamar
al animal: mitio, mió, miz, morro, rra.
Cucho, cha. Diminutivo fam. de
Agustin, na, y que á su vez forma
también el diminutivo Cuchita, fa. Tal
es el uso de Chüe. En otras partes,
CTJEC
CUEN
•ifil
tCueho es dim. iuraiitil, aplicable á
caal(|uier nombre. Por lo menos, he
conocido Cuchos qae no eran Agush-
ntst, dice Rivodó; lo cual no se expli-
caría sino por contaminación con el
anterior. Por nuestra parte creemos
qne Ciuho puede ser la pronunciación
infantil de Aiujmlo, qne es el primitivo
de Aiju^lin-
ClTUiCHEO, m. Si el v. es rur/iichear
ó cufhuchtar, justo es que el s. tengra
también las dos formas, y no solamen-
te la primera ( diehicheo ) , como lo ha
querido el Dia-.
CrCHl-n.ETA, CUIFLKTA Ó CIRKE-
TA, f. fam. Dicho ó palabra do zumba
Ó chanza. — Los derivados se han for-
mado del seirundo-de estos vocablos:
ckuñelear, n. fam.: decir chufletas;
ehtijiftero, ra, adj. fam. y li. t. c. s.:
que chufletea.
CiÉBASO, m. El l>i(.c. lo acepta asi
y también con v (cuévano); la Gra-
mática de la Academia, en su «Catáloifo
de voces de escritura dudosa », lo acepta
de esta última manera únicamente. ,;.\.
qué atenernos en este caso? Ya que el
liso aparece vacilante, no hay más que
apelar á la etimolotna, y sc<;iin ella debe
pa-valecer la h, porque en latin y en
jíriego el vocablo se escril)e con ¡th
(eop/iinnx y xóoi-/o;).
Cl'ECA, f. \o afwrec»! en el Dice.
sino a)n el nombre de zninariifra, que
es demasiado lur;;o pira estr>s tiempos
y va cayendo ya en desuso. Pero lo itcor
es la dehiiición de la tal 3^»"/. ..«danza
ijrolMca (|ne st.- usji en Chile, en el Perú
y en otras ¡«artes de .\ni(''rica, comun-
mente entre indios, zamlwa y chuchu-
mecos. II Jlúsica y canto con que se
liaila». Lo que es en Chile, |X)d(^mos
a8e)(nrar que la rwm no sólo no tiene
nada de i^rotesco, sino qtie es harto
jrraciosa y elegante, y que no la bailan
loe indios, zambos ni chuchumecos, sino
úniaimente la senté civilizada, desde
la última jx'rsona del pueblo hasta las
damas y caballeros de la más alta aris-
tocracia. Si dudaran de esto los SS.
Académicos, no tienen más que pre-
guntar á su colega Don Ramón Meiién-
dez Pidal, ((Ue en su breve paso ¡wr
Chile alcanzó á oír la música de la cueca,
y de tal manera le entusiasmó, que se
olvidó de lo apremiado que estaba por
la hora y, siguiendo el conipiis con las
manos, tenía que detener las piernas
l>ara que no siguieran también la mú-
sica. Testigo ocular de la escena, el
mismo que esto escrilie. Luego nuestra
cueca no es ni puede ser la danza gro-
tesca de los zambos y chuchumecos.
Enmiéndese pues la definición é inclu-
yase la voz cwca.
Cuelga (Echar). Es fr. usada
por iiiic'ítri) pueblo ¡¡ara significar que
una carreta ó carruaje, jtor haber cho-
cado el pezón de su eje con otra, con
alguna pared ó con algún otro objeto,
ha (|ue<lado detenida <) coltfada, como
materialmente quedan las ruedas en
muchos de esos casos. Fuera de las vo-
ces choqite y enrufitlro (estrellón
nó, ftoniue también es chilenismo), y
los respectivos verbos clwcar, encon-
Irarsp y es/rellar, no conocemos en .
castellano otra expresión equivalente.
Bonio dice que en Aragón se usa en
este sentido el v. apnonar (chocar dos
carruajes por el pezón), que no ai)arece
en el Dice. — Llaman también cuelga
en Chile la peiiilifiilp, el decUff ó tli-s-
nirel t\ac tienen lasaceijuias, ó, tratitn-
dosc di'l agua, la simple rorricní/'.
CrKXTA, f. Hay (pie estudiar varias
f nises en que entni este vocablo. Caer
uno en cuenta es en castellano Caer
462
OUEN
CUEN
}ino en la cuenta, ó simplemente caer.
Esta fr. «es proverbial en nuestros clá-
sicos, dice el P. Mir. Los modernos,
poco solícitos en la conservación de
nuestra riqueza, osan decir caer en
cuenta de, privando á cuenta de su
tradicional articulo. No importa que el
P. Isla omitiese el dicho artículo alguna
que otra vez por descuido». Dar en ta
cuenta, emplea Cervantes en este mis-
mo sentido: «Y luego dio en la cuenta
de lo que su continua y desvariada
imaginación le representaba!); frase que
también admite el Dice. — Dar uno
cuenta de una cosa significaen castellano
«dar fin de ella, destruyéndola ó mal-
gastándola»; y también «dar razón ó
satisfacción de ella»; no tengo que dar
cuenta de mis acciones. Todo esto es
del Dice. Fundado sin duda en ello,
dice Baralt qlie Dar cuenta por referir,
narrar, contar, dar conocimiento, dar
noticia, es impropio; por ej.: Daré
cuenta del viaje en breves razones. Si
creyéramos á Baralt, no sabríamos cómo
interpretar todos estos lugares del Qui-
jote:., «deseos, de los cuntes di cuenta,
por mi mal, á Don Fernando». «No
has tú de consentir que.yo dé cuenta de
, mi desatino á otra persona». «No hay
para qué se dé cuenta aquí de mis cosas:
yo soy libre». «Estáme atento y mira,
que te quiero dar cuenta de los caba-
lleros más principales que en estos dos
ejércitos vienen». «Hecho esto, me vine
y di cuenta de cuanto había pasado al
renegado y á mis compañeros». «Un
estudiante, respondió al criado, á quien
diste cuenta de vuestros pensamientos,
fué el que lo descubrió». «Fueron lue-
go á dar cuenta á la duquesa de lo que
pasaba, y del laúd que pedía Don Qui-
jote». «Recebí el dinero y las señales, y,
dando cuenta desto al señor Don Juan
de Avendaño, nos pusimos en camino
desta ciudad». Esta última cita es de
las JVovelas de Cervantes. Agregúense
las siguientes de otros clásicos: «Juntó
cortesen Barcelona, dio cuenta delBíCm-
presa que pensaba tomar». (Mariana).
«Y parecióle, antes de hacer novedad
alguna, dar cuenta de este milagro y
de lo demás que debía hacer, al capi-
tulo de la religión» (Yepes). «No se
cansaba de dar cuenta de su alma á sus
confesores» (Id.) «Oyó estas asechanzas
un sobrino de Pablo, hijo de su her-
mano, y fué luego y diMe cuenta de lo
tratado contra su vida». (Quevedo).
«Le llamaron con gran secreto á la
corona, recelándose que, entendiendo
los moros lo que pasaba, detendrían su
persona; pero, como ¡prudente y reco-
nocido al hospedaje y amistad, le dio
cuenta de todo». (Saavedra). «El secre-
tario general detrás cuenta en ella [en
la junta] de los negocios ocurrentes».
(Jovellanos). «Vueltos á Cajamalca,
dieron cuenta de su comisión». (Quin-
tana).
Pero liis Iiellc.s rubís
De vuestras luejillas. hij:i,
Según quebrados están,
í'uíitfa. auu(¡ue mudos, me d(ni
De vuestra pasión prolija.
(Tirso, LiPcña ,1c Fraiidii,!!!, \.')
Pero el fuego que la abrasa
Cesará, si de quien es
Le doy cuenta.
(Ibid.. Ij.»]
Es cierto que, estrictamente hablando,
dar cuenta, que es correlativo de pedir
cuenta, significa «dar razón ó satisfac-
ción», más bien que «hacer relación,
contar ó referir»; pero no se olvide que
muchas veces coinciden ambos concep-
tos y que el v. contar y el s. cuenta son
CUEN
CUER
Á^'.:^
etimológi«»niente del mismo significa-
do.— Por estas misiuns razones debe
admitirse también la fr. refleja Darst
uno cufnlii lU una cosa, <|ue no aparece
en el Dict'. t á la cual tiimpoco le pone
buen sctul>iante Baralt. Si yo, jwr
ejemplo, ¡lucdo ilar cuenta á otro de
caalquier cosa, ¿[«r <)iu' no be de ¡xKler
dármela li mi mi.*mo.' * Xo puedo liar-
me cuenta de los afectos (|ue uie asaltan
al verla »,eátjiria mejorasi (dice Baralt) :
«Xo acierto á explicarmí", ó :i discernir.
ó li distinguir, ó á comprender los
afectos, etc. » Es mucbo sutilizar: bivsta
companir este siírniticado con el de
algunas de his frases activas que aca-
bamos de citiir, para «¡ue se vcii (pie es
el mismo: dar razón, explicación, satis-
* facción. — J/iinr cuintti es fr. castiza
en el significado de <ifigurdi>e uno ó
dar i)or supuesta una cosa». También
puede decirse /farerse uno cuenta ó ht
cuenta, pero jam:'ts Hacer ó hacerse de
cuenta, oiniu >nv\v eí<-;i[iiir>^'k's á al-
gunos.—Hacerle CUenta una co-
sa á uno, por «serle útil, conveniente
ó provechosa», es puro chilenismo, (pie
se traduce al (<istellano ¡wr Tener
cuenta uncí rom: nSi tal es la condición
del horal)rc con res|ieclo á su mujer,
no tiene cuenta el casarse». (Amat, Sun
Mateo, XIX, It»). .Vsi está traducido,
y bien, el non erpeJit ñutiere de la
Vnlgjkta, ([ue Scíoy Valera habían ver-
tido: «Xo conviene ca.sarse». — ¿Qué
cuentas tienes con eso? Es fr.
í|U(- liiiiibiéii Se oye en Chile en el sig-
nificado de: ;Qui' tienes <|Ue ver con
eso, ó (|ué te im[K)rta eso? E.stá tomada
de la castellana Xo tener uiw cuenta
con una roía: «no (piertr mezclarse en
ella».
Cuentear, n, fam. Decir ó meter
cuentos, en la acep. también fam. ipie
tiene esta voz de "chisme ó enredo que
se cuenta á una jx-i-sona, para ponerla
mal con otra». Xo tiene mucho uso y
uo vale la i^ena admitirlo, sobre todo,
teniendo buenos equivalentes caste-
llanos, como son: chismear (ti'aer ó
llevar chismes), comadrear (chismear,
murmurar).
OlE.NTEUO, Ií.\, CIK.NTIST.V y ( TKN-
TiJN". Adjs., los tres, y úsanse también
como sustantivos. Significan: «(jue tie-
ne la mala costumbiv de llevar cuentos
ó chismes de una parte á otra»; lo
mismo i\\\Q chismero y chismoso. De los
tres |)rimerüs, luiestro pueblo sólo usa
ii cuentista, pero deformado en cuen-
tlsto para el masculino. — Y ;cónio
llamar al autor de cuentos literarios?'
Cuentista lo llaman algunos; acep. que
ya conviene agregarle. .\1 tener que
usar el vocablo en esta acep., escribió
Clarín: i<Va subrayada la i)alabra, por-
que la Academia no admite que ha\a
más cuentistiis que los chismosos».
CiEQrEAU, n. fam. Bailar la cueca.
Es us;ido en Chile, está bien formado
y es necesario; \x>r consiguiente, puede
admitirse.
CrEgi'EUO, liA, adj. Aplícase á la
pe!"sona que es muy aficionada á bailar
la cueca. Decimos de est<i voz lo mismo
que de la anterior.
CiERADA, f. Lo que cube en un
cuero extendido, plegado ó cocido.
Véase Axííakiij.aüa.
Cuerda, f. El juego de niños que
consiste en sallar una cuerda que, mo-
vida circu lamiente, pasa por debajo de
los pies y por encima de la cabeza del
que salta, no se llama de la cuerda
ni i^' 1 salto, sino eomlia. Este nombii^
lleva también la cuerda misma. — Bai-
lar uno en ta cuerda, es fr. fig. y fam.
que usamos en el sentido de-estar uno
4C4
CUER
CUER
vacilante ó indeciso entre dos ó más
partidos, opiniones, pareceres, etc., in-
clinándose ya á uno, ya á otro, como se
inclina y se levanta en la cuerda el
volatinero ó fnnámbnlo. Es fr. bien
formada y Jitrna de admitirse. — Estar
uno con cuerda o con toda la
cuerda, decimos figurada y familiar-
mente en vez de las frs. castizas Estar
uno en vena ó Picarle á uno la i'ena:
«estar inspirado para componer versos;
ocurrirle con afluencia y fecundidad
las especies». — Estar uno con la cuerda
cortada, Tener la cuerda cortada ó Cór-
tamele á tino la cuerda, se dice entre la
gente piadosa por-no poder uno con-
tinuar comulgando por haber cometido
algún pecado. La metáfora está bien
tomada y aplicada y bien puede acep-
tarse como f r. corriente. Con este mismo
significado, pero en sentido afirmativo,
puede variarse la fr. de mil maneras:
Tener cuerda para mucho ó poco tiem-
po. Tener larga la cuerda, Estar con-
cuerda, Ricibir cuerda, Darle cuerda c'i
uno, etc., etc. — Litigar por una cuerda,
ó una sola cuerda, es fr. forense que se
usa en el significado de-litigar bajo un
solo procurador dos ó más personas
que tieaien el mismo interesen el juicio;
al revés de Litigar por cuerda separada,
que significa que cada uno litiga bajo
distinto procurador. La sola expresión
Por cuerda separada tiene uso más ge-
neral, pues se emplea no sólo en los
juzgados, sino dondequiera que se pre-
senten escritos que proveer, y significa
que una cosa debe figurar aparte ó
separada de la otra ú otras con las
cuales se había unido ó podía unirse.
Todas estas frases deben entrar en el
Dice.
Cuerno, n. Dos aceps. castizas le
faltan en el Dice: 1." la figurada que
tiene en el v. encornudar, en el adj. cor-
nudo y en las frases Poner los cuernos.
El cornudo es el postrero (ó el último)
que lo sabe. Tras cormí-do, apaleado, y
mindanle hailar. Sobre cuernos, peni-
tencia. Puede decirse que no hay autor
español que no haya usado esta voz.
libre y suelta, sin sujeción á frase al-
guna; por eso no citaremos sino muy
pocos. Alarcón, en La Verdad sospe-
c/iosa (I, S.'^), dice:
No ignores, pues yo no ignoro,
Que un signo el de Virgo es.
Y los de cuernos son tres;
Aries, Capricornio y Toro.
Como se ve, basta la simple alusión.
Lo mismo sucede en esta otra de Iriarte
(epist. X):
No era de plata ni bronce [mi tintero],
Xo era de estaño ni hierro.
Ni del material terrible
A mí-ridos y á toreros.
Baltasar de Alcázar fué más explícito
y dedicó una sextina al asunto, con el
título de «El autor ásusfíWMO.'i.» Quien
quiera puede leerla entre sus poesías.
«Decía Don Fernando de Guzmán que
los cuernos son como los dientes, que
al nacer duelen; pero después se come
con ellos». (Cuentos recogidos por Don
Juan de Argui/o, en \sisSales Españolas,
de Paz y Melia). Ahora, el que sea más
curioso y erudito puede averiguar el
origen de esta acep. en el «Elysius ju-
cundarum quaestionum campus», de
Don Gaspar de los Reyes Franco, de
(jue habla Gallardo en su Biblioteca, y
que, según parece por el titulo, trata ex-
presamente de la materia en la cuestión
LXXVII: «Cornuti quare dicantur
apud vulgus illi, quorum uxores corpus
invulgant.» Quizás ahí lo habrá leído
Don José Jlaría Sbarb!, que en su Re-
CUER
CUER
465
/,„„',- ¿-/,w. .., t. VIH, t-.\j.l¡u4 rtsi
este asunUí : « Saliidoc-s qno los uiitii^iios
pusíemn d nouibre de niro ó rurlillo
al marido de la adúlU-ra. entre loe la-
tinos riutiai, por la r.;7. «n que expunc
e$te tan anti<:uu cunto inmoral cantar
de nacstra nación:
Sny de la opiniím ilel cnro.
Pájaru qne nunca ani>!a:
Pune el huevo en uiJo ajeno.
Y utru pájan> lu ciú.
Pues bien, (jncrieiido castigar la jus-
ticia á los t:dcs dc~'<;raciado9, segura-
mente por su extvso do bondail, ó falta
de precjuifión. ó iimU^s á la vez, los
niandal>a emplumar, ¡wniéiuloles ade-
in:is unas orejas 6 runiws de pluma en
la caixíza á la manera del nirlillo;
cuernos que. jwra mayor afrenta, se los
fueron aumentando con el tiempo hasta
parar en una enramada por el estilo de
la que ostenta en su t.'stuz el ciervo.
ObligiUjaides, con el fin de que reme-
da.sen mejor á aquella ave cuya con-
ducta les había scrvi io de modelo, si
bien no como a-,'cnt<í8, mas como pa-
cientes, ol>li;_';iban!eí>,digo, á(pie fue-sen
contrahaciendo su lú<:ubi-e amto r.ucú;
y. paleándolos por las calles de la po-
blación, eran azotados por su desleal
consorte, quien al propio tiempo lo era
por el verdugo. De aipií nacieron los
refranes Sohre riifnios, penitmria, y
Traif rornwio, apalc-ulo. Castigo tan
infamante se aplicaba los martes, asi
como el de cortar una oreja á los mal-
hechores que eran sentenciados á esta
pena aflictiva, de donde provino igual-
mente a<|nel otro ix-frán de Xo htiij ¡<n-
rn rada mitrli>s oifj'ix', — La 2.* afe[i.
de ru»nto que se echa menos en el Dice,
es como interjefCÍónded¡KgU8t<ióenfa-
do. como el ;¡>orru! castellano. í/í"iw-
íio en el fraile, y qué respingiiii que
sale!» (P. Isla, Frní/ Geniiulio, 1. IV,
c. II).
; Cufrno.'
Que me ha quemado la vela.
(D. Ranii!n de la Crui).
*;Cufrno: Exclamación qucdenotaira,
sorpresa y asombro». (Caballero, Dice,
de modLinws). «Xi la O ¡fuerno! ni la
O se conoce en estas anlass. (Pereda,
SoHIeza, I). Y pululan, materialmente,
en esta wlebrada obra de Pereda, los
/rufriws.' El origen de esta acep. es el
significiído despA'Ctivo que tiene para
el español la voz cuerno, como se ve en
las frafies Xo valer un cuerno (valer
jwco ó nada) y ¡Saber á cuerno quemado
(hacer desagradable impresión en el
ánimo una nueva, una reprensión, una
injuria, etc.); para el español, decimos,
porque no sucede asi con los antiguos
judíos, por ejemplo, para quienes el
ruerno es el síuibolo del jwder y de la
fuerza, como se ve á cada ])aso en la
Biblia. Puct)lo dedicado á la ganadería,
como era, veía en ella el valor y uti-
lidad de los ruernos. Sin duda que el
esjMiñol diría al principio pedazo de
cuerno, en señal de disgusto ó enfado,
como dice todavía pedazode alcornoque,
de aniuud ó de bruto, por cualquiera
persona incapaz ó necia: y después, por
abreviación, dijo sinipIemente/O/crHO.'
Usada en Chile y talvez en toda la
Aiocric"a Latina, lo mismo que en Es-
pañ:i, debe pues esta interjección entrar
cuanto antes en el Dice. (Véase JL\K-
liAií). — También tenemos que ampliar
otra de las aceps. de Cl'Kiixo que el
Difc. define así: «en algunas cosas,
lado, 2." acep.»; esto es, «lo cpie está
á la derecha ó á la izquierda de un
todo». Pagando por alto la inexactitud
53
406
CUER
CUER
de esta definición de Lado, como tam-
bién ese «algunas cosas» en las cuales
cuerno es sinónimo de lado, pues nos-
otros no coiioceinos para esto sino los
altares, digainoí sencillamente que el
cuerno del aliar está mal definido. Sólo
por extensión j hablando en lenguaje
vulgar puede aceptarse la sinonimia
de cuerno y lado en este caso, pues el
verdadero significado de cuerno, tra-
tándose del altar, es ángulo ó esquina.
Tomóse este significado del latín cornu
de la Vulgata, traducido literalmente
del griego y del hebreo, comoquiera
que los dos altares que hizo construir
Moisés, el de los perfumes y el de los
holocaustos, tenían en las cuatro esqui-
nas sendos cuernos, como lo dice la
Biblia repetidas veces, sobre todo, en el
Éxodo (XXXVII, 25, y XXXVIII, 2).
Es cierto que en el cristianismo los
altares no tienen tales cuernos; pero,
por el recuerdo histórico y por la se-
mejanza, han continuado llamándose
así en la liturgia las simples esquinas ó
ángulos del altar: el cuerno de la epísto-
la, üXcuerno del evangelio ; equivaliendo,
en algunos casos y nó siempi'e, á Iculo.
Cdero, m. No es para que le tengan
miedo los pulcros y elegantes cuando
lo vean usado por culis, que, según el
Dice, es también «.cuero ó pellejo que
cubre exteriormente el cuerpo huma-
no)). La 1." acep. de Cuero es: «pellejo
que cubre la carne de los animales»;
y es así que el hombre es animal, luego
su pellejo también es cuero. No será
fino y elegante usar de esta voz en el
lenguaje elevado, concedido; pero nada
tiene de reprochable hacerlo en el fam.
Sin embargo, un poeta del siglo XV^,
Mosén Juan Tallante, no tuvo escrú-
pulo para usarla hablando del mismo
Cristo Señor nuestro:
Y ese cuerpo delicado.
De mi carne todo entero,
Todo lo veo ofuscado
Como de un pobre romero...;
De pinturas sanguinosas
Ocupado todo el cuero.
{Cancionero de H, del Castillo).
Otro poeta de la misma época, incluido
también en el propio Cancionero, Ro-
drigo Cota, en su Diálogo del Amor y
el Viejo, hace de cuero el mismo uso:
Mira tu negro garguero
De pesgo seco, pegado,
Cuan roído y arrugado
Tienes, viejo triste, el cuero.
— Llaman también algunos chilenos
cuero la piel de las frutas, ó sea:
«parte exterior que cubre la pulpa de
ciertas frutas; como ciruelas, peras,
etc.)) En otras, como la uva, la habi-
chuela, se llama Jwllejo y también ^;e//-
cula: «pellejo ó piel delgada que cubre
algunas frutas y legumbres)). La cor-
teza es algo distinta, porque es la aparte
exterior y dura de algunas frutas y
otras cosas; como la de la cidra, el
limón, el pan, el queso, etc.» Cascara
es más genérico: «corteza ó cubierta de
los huevos, de varias frutas y de otras
cosas». No defendemos pues esta mala
acep. de cuero. — Cuero del aguaWvims.
aquí el pueblo una especie de pulpo
que cree que existe en el agua dulce y
que es el terror de los muchachos que
se bañan. Se lo representan en su ima-
ginación como un cuero ó piel exten-
dida, que se repliega para coger y
envolver su presa. Sin duda se ha in-
ventado esta fábula con ocasión de los
pulpos marinos, que algunos clásicos
han llamado también odres marinos, ó
por las algas ó lamas desprendidas que
suelen enredarse en las piernas de los
que se bañan en aguas corrientes, —
CUER
CUER
•ir.:
Sacarle el cuero á uno, es fr.
fig. y fara. que Uranius por-niuriuurar
de él acerlwiiieiite. ose:», (/<■.•"-»//«/•/<' (i uno
t'ii-o. Vían* Descuerar y Pelar.
Conforme al siiTcitit; do de esta fr. se
dii* taniiiit-n «iiir uno tiene el
cuero duro ó blando, sc.'wn sea su
a;^uaiitf ¡«ra tolorur i|Ut.' iiuiriiuiren
de el.— Sacarle el cuero á la
yegrua, dicen también en Chile por
— jiiíiir con la baraja juegos de
azir.
Cuerpazo, anm. de CiEiiro. Cor-
pazn.
CuerpitO, dim. de cuerpo. .\si
dicen malamente algunos en vez de
eifrpedlo ó rorp/^-ifo; lo mismo con las
terminaciones (fico, ecillo, (zuelo. La
regla de la .\cadeinia á este respecto es
terminante, porque dice <|He exigen
estas terminaciones, ó también las en
iehue'o y arhuelo, fnera de otros nom-
bres, €2." Los bisilaljos cuya primera
8 laba 65 diptongo de ei, ie, w; como
r'inefit i, cié ¡ut-zu^lo, hifrbecUla, /iiwre-
eict;/(rc'ZUfl(i, diminutivo de fu/rza,
j ¡Krlii-hirlo, de puerto*. Para confir-
mación bastj la sola autoridad de Fray
Luis de (Jranada (Símbolo de la fe,
p. IV, diil. VIÍI ): 1 Despui's de orga-
nizado el rii/Tpprilo del niño en las
entrañan de su madre, el Criador de
todas las cosas por si solo cría el ánima
y la infundeena'inel rorp''rito...¿Cain-
UiA ocasiones habrá do día y de noche
para criar Dios ániínius y infundirlas
en sus fuerpefilo!*.'»
CfKRI'O, m. Cuer/M) de delito ó del
delito, es en castellano. — Con todo el
nterpo, fr. fig. muy usiida en Chite y
censurada injustamente por Ortúzar.
Si en Sf;ntido propio ó recto se puede
asar con su significado literal, no hay
razón altnina para no usarla también
en e\ lenguaje fig. ó metafórico. Por eso
no vemos nada de impropio en jirojK)-
siciones como éstiis: Dejarse caer con
lodo el cuerpo, Jleterse en un asunto ó
negocio con todo el cuerfw, es decir, de
lleno, plena, entera ó lotnimenle. — Sacar
uno el cuerpo, decimos siempre en Chile
por Escurrir, guardar ó huir uno el
¿i/Z/o (eludir óesqnirar un riesgo ócom-
promiso), ó también Huiro hurtar uno
el cuerpo (moverse con prontitud y li-
gereza, pan» evitar el golpe que va
dirigido contra él; evitar el entrar en
una dificultado emjieño). Estatíltima
idea se expa>sa también con lafr. Erhar
uno el cuerpo fuera. No es incorrecta
nuestra fr. Sacar uno el cuerpo, pues
todi»s las voces de que consta están to-
roadnsensu verdadero significado; pero
es m:is projMo -usar las que ya están
destinadas para esto en el idioma. —
Suelto de cuerpo. Asi calificamos aquí,
en sentido fig., al individuo que obra
con algún descaro ú osadía y sin in-
mntarsc. Es un eufemismo por desca-
rado, desrenjonzado, cínico, sin ven/üen-
za, etc. Xo creemos ([Ue este mal, pues
suelto significa por sí solo «libre, atre-
vido y poco sujeto «. — Admitió el liltimo
Dice, la expresiiin de Ifarina Cuerpo
muerto: «Ijoya fondeada con gran se-
guridad, con un argoUón, para que á él
se amarren los buques en vez de fon-
dear»; la de Química Cuerpo simple:
«el que no ha podido descomponerse»;
y la de Zoología ( 'uerpo tiroides: «glán-
dula situada en la parte superior y
delante de la tráquea, (pie contiene un
lii|iliiliiiilhiiMiin(iso'i. (^iifdó suprimido
Cuerpo administrativo de la
armada.
CL'Eni:DO,üA,adj. Que tiene el cuero
ó ])iel mny grueso ó duro. Podría ad-
mitirse.
408
CUES
CUES
CrERYO(HACHR T.A DEL,() ].0 DEL, Ó
COMO kl). Es fr. fig. que significa: irse
ó salir por mandado de otro ó con algún
pretexto y no volver más. Est;i tomada
de lo que hizo el cuervo que soltó Xo:!'
después del diluvio. En este sentido
está usada la voz cuervo en estos versos
de Juan Alvarez «enviados á los teja-
dos de su amiga en una vara» :
Qxie ya se que en bal-lc va,
Sino que con rabia l-i_n\o:
Pero de vos se veiá,
Y soy cierto que será
El mensajero del cuervo.
(Caucionero de H, ce^ CaslVlo).
Puede admitirle en el Dxc. la fr. Véase
Becerro de oro.
Cuesco de la breva. Véase Breva.
Ú. más con los verbos buscar, hallar y
otros parecidos: buscarle cuesco (ó el)
cuesco á la breva.
CueSO, sa, adj. vulgar. Cojido,
asegúretelo, prisionero.
Cuestión, f . « Cuesfión,s\ atendemos
á la raíz latina, viene á ser pregunta;
acep. general que ha quedado á la ívun-
cesa.Yozquestion.'Einc&steManocues/ió/i
lio es mera pregunta, sino pregunta
que ofrece un asunto controvertible. De
aquí los equivalentes problema, debate,
propuesta, disquisición, altercado, pen-
dencia, riña, alboroto, rei/erta, contienda,
argumento, punto debatido, asunto dis-
cutido, etc., etc. Pero los galiparlaiites
han hecho de cuestión una suerte de co-
modín para hablar de todo. Así dicen:
Abordar la cuestión por entrar
en materia; tocar superficial-
mente la cuestión, por di'sjtorar
un asunto; es cuestión de refor-
mas, por de reformas tratamos; será
cuestión de tiempo, por d tiempo
lo dirá; el asunto en cuestión,
por el asunto propuesto; el PUntO de
la cuestióa es éste, por en esto
consiste la dijicuh'ad; ésta es Cues-
tión larg"a, por ¡mg para ¡'ato. En
estas y otras parecidas locuciones el s.
cuestión pierde la índole (|ue le recono-
cieron los antiguos, y admite formas
que lio son españolas. Mucho ha de
costar el vencer un abuso que tan arrai-
gado está». Hasta aquí el P. Mir, con
razón que le sobra. El Dice, no reconoce
sino estas cuatro cuestiones: «pregunta
que se hace ó propone para averiguar
la verdad de una cosa con t ro vertiéndola;
riña, pendencia; oposición de términos
lógicos ó de razones respecto á un mis-
mo tema, que exigen detenido estudio
para resolver con acierto; en Matemá-
ticas, problema». Por eso dice Baralt
que «hay cuestiones teológicas, filosófi-
cas, políticas, etc.; pero para ser tales
deben tener los requisitos que exige
la definición: donde nó, serán tesis,
puntos, lugares, problemas, disquisi-
ciones... A.&Í, wwíí, pregunta común que
lio verse sobre asunto controvertible,
y que se controvierte, no es cuestión;
como tampoco lo es un punto contro-
vertible y que se controvierte, si no
tiene la forma de piregunta hecha ó
propuesta para averiguar la verdad de
la cosa discutida». Estricta por demás
nos parece toda esta doctrina, excepto
en las frases consuradas por el P. Mir.
El concepto general de cuestión en cas-
tellano no es el de pregunta sino el de
asunto, tema ó punto controvertible,
como que procede del v. latino qiuiero,
que significa buscar; por consiguiente
la cuestión es un asunto al cual se bus-
ca solución, una materia propuesta al
estudio ó investigación. El que ese
asunto se enuncie ó proponga en forma
de pregunta, es algo tan accidental que
CUES
CUFI
4C9
no aftcti ni puede afectar ú la esencia
de la cosa. Pur eso, de totlas \i\s fues-
liont» (]iie füiTuan la Siiimi TroUijira
de .Sunco Tomás de Aiiniíio, rarisiiiia
es la íjiie está en forma de pa-gunta, y
cusí la totalidad de ellas llevan títulos
tan fjenerales como éstos: • De la prc-
descí nación. De la procesión de las
personas divinas. Del conocimiento de
los án;_'elcs. De las jxjtcncias del alma,
Acción do la críatnra cor[x>ral», etc.,
etc. Y asi Lan escrito y dividido sus
obras inlinitos autores, latinos y c^istc-
Ilan06, como liay también tratmlos,
folletos y revistas de cuestiones soriaifs,
poUlicas, Uolói/irits, filosóficas, tjrama-
licalfs, etc., que, por cicrto,no anancian
en forma de pregunta los temas ó ma-
terias de f|ne tratan. ;Qué necesidad
hay, entonces, de restrin^rir tanto el
concepto de cufslión, sobre todo, si en
BU oriiren no hay fundamento pira
ello? Refórmese pues la 1." acep. del
Dice, y sigan corriendo libremente la
eufslión obrera, la cues/iúii de OHenle
y cuantas rMM/ío/iMsiirnifiíiuen puntos
ó materias discutibles en cualquier ra-
mo de las ciencias ó en cnali juier campo
de ideas. Así andarán también acordes
el V. cursliimir y los adjs. cnrsUonable
ó incueslionnb'.e con el s. cuestión que
le4 ha da lo origen, ¡^i en los primeros
no entra para nada el concepto de
pre;;unui, no tiene tan)|)oco por qué
entntr en el secundo, como no entra
en hn locnc¡fr!:e3 cuestión lialnllonu,
twsli'in c/in-/i-ntf, cuestión ih i/abinele,
rti'slii'm lie nombre, y otras miis que
admite el líicc. — llarer cuestión de
unii cosa. Cnalqniei-a, á primera vista,
tomaría por galicana esta fr.; sin eni-
borgo, liíiila Fr. Luis de León i Er/ms.
de Job, f. ,\XVI): <i;.\ quién aconse-
jiiar/.- ú .jnien no tiene ciencia? [Pre-
gunta Job á Baldad. Alior.i proslíue el
expositor]: Que lo dice en la misma
razón de lialivrle parecido á Hildad
neccsitrio apoyar el salier, el jioder y la
justicia de Dios, siendo ansí t|ue ni
Job ni otro alguno bacia cuestión de
ello ni duda».
Ci'ESTioxAUío, ni. «Libro que trata
de cuestiones, ó que 5Ólo tiene cues-
tiones». .Vsí decía el pciuiltiuio Dice.,
excluyendo, por consiguiente, la acep.
más usada de esta voz, que es: «lista
de cuestiones que se proponen con
cualquier fin». Felizmente el último
Dice, suplió esta omisión.
Cuete, m. Cohete. Lo que nosotros
llamamos así es, según el Dice, triqui-
traque. El co/iefe español corresponde á
nuestro rotador, que también es casti-
zo.— a Voladorde luces», que llamamos
nosotros, es, según el Dice, de Autori-
dades, (•o//í>/í'f/<'/(f//r/»w.?; «cierto género
de cohetes que, después de haber subido
á su mayor elevación, despiden unas
luces como lágrimas, compuestas de
azufre y alcanfor».
CfHTO, in. Sitio alto y defendido. —
El último Dice, le agregó esta otra
íice]). de .Asturias y Santander: «colina
de forma cónica, aislada y, ¡lor lo co-
mún, peñiiscosa».
CfEVA DK KATO.X Ó 1)E IlATOXIiS.
1 >ígase mejor ratonera, f. : «agujero que
hace el ratón en las paredes, arcas,
na.sas, etc., para entrar y salir por él.
II Madriguera de ratones». — También
significa esta misma voz lo que aquí
llamamos trampa de ratones ó pura ra-
tones: más breve y niiis propio es pues
ratonera.
CuflfO, adj. Ebrio, peneque; estar
hecho un cuero. \\ Chispo, achis¡iado,cu-
tamocano,estarunoentre Pinto ij Valde-
moro (estar medio borracho). Ú. m. con
170
CUI
CUIC
los verbos estar, andar, ir. Veause Cu-
rar y Rascar. El origen de este chi-
lenismo lio pílele ser el aimará cufa,
chiclia de maíz, como lo han afirmado
erradamente algunos, por la sencilla
razón de que en aimará no existe tal
vocablo, sinofí«rt. La causa del error ha
sido el haber confundido con la/lasan-
tigua de imprenta, que antes tenia for-
ma prolongada y parecida á la f. Pero
así con esta clase de eses está impreso
todo el Dice, aimará de Bertonio, único
que conocemos de esta lengua, y es raro
que no hayan reparado en ello los que
han querido aprovecharse de esta sola
voz. La f ni siquiera existe en aimará,
sino solamente una ph, que no corres-
ponde á la <p griega ni á la ph de otros
idiomas, sino que es una p más fuerte
que la común. En cuanto á la etimo-
logía de cufifo, creemos que puede ser
alguna voz caprichosa pronunciada por
algún borracho, que halló gracia entre
los oyentes y luego se fué popularizan-
do. ^;Cuántas veces se ve que estos
individuos, sobre todo en el primer
período de su embriaguez, lucen una
graciosa inventiva para formar y defor-
mar vocablos? Otras veces dicen y
repiten uno solo, que ellos mismos han
inventado ó estropeado; y es claro que
con ese sistema pueden dar existencia
y vida larga á cualquiera palabra, ex-
presión ó frase.
Cúi, m. Animal del orden de los
roedores, parecido al conejo, pero más
píMjueño. Cavia cohaija lo llaman casi
todos los naturalistas, y algunos Caria
aperea y Cavia piorcelius. En toda la
América del Sur es conocido con el
nombre quichua CÚi, que ya debe es-
cribirse á la castellana, cvy, é incluirse
en el Dice, porque no es propio que
en España sigan diciendo, como en
tiempo de la conquista, roiujiUo (ó co-
chinillo) (le Indias. «Otro género hay
de conejitos, semejantes á éstos, pero
son domésticos y se llaman cu'j(s, que
son también muy regalados y de mejor
vista, porque son de varios colores y
manchas». (Ovallo, Histór. reí., 1. I,
c. XXI). El pl. castellano, como se ve,
no puede ser otro que aii/es; el f., que
entre la gente educada es invariable,
porque el nombre es epiceno, tiende
entre el pueblo á la forma cuya; nom-
bre que aplica también, figuradamente,
á la mujer muy fecunda. En Álava,
según el vocabulario de Baráibar y
Zumárraga, se llama nuestro nii/, co-
bai/a; aunque confiesa el mismo autor
que éste es el nombre semicientífico y
que el popular es corqu?te, que él deriva
del francés croquet, en signiñcacióu de
((roedor».
Cuíco, ca, adj. y li. t. c. s. Apodo
que se da en Chile al individuo natural
de Bolivia. Difícil es dar con la etimo-
logía de esta voz, usada en varios Es-
tados de Sud-América. En Cuba es
«adj. vulgar. Apodo ó tratamiento bur-
lesco aplicado á los mejicanos del bajo
pueblo». (Pichardo). Según Maclas, ya
no tiene uso al presente. En Méjico es.:
«guarda ó agente de policía. Es palabra
injuriosa, y ya poco usada. Viene, según
algunos, de la voz mexicana cuicatl,
cantar ó canto, porque esos agentes
denuncian las infracciones de los regla-
mentos de policía, por lo cual la plebe
los considera como soplones ó chis-
mosos». (García Icazbalceta). En el
Ecuador se dice cuica por lombriz, del
quichua Iccuica. En Catamarca es:
« nombre con que los criollos designaban
á los arribeños cuando la guerra de la
Independencia. Exilt.: cui, conejo; cu.
partículade plural». (LafoneQuevedo),
CUID
CU ID
Cuidado, ra. «íQuién ha oído á los
maestros de la lengua el pl. cuUladoí.'
Lfsielo.*, esfufrzon, diligencian, alen-
cioiifs, sí; j)ero ruidajos ¡(jni' pocas
veces se halla! Cuidados ajenos matan
al asno, dijo Cervantes en sentido umy
distinto de los s'üns franceses, que,
torpemente vertidos por cuidados,
apestan nuestro idioma. A7 ij-ÍIo no
e.rresjondi' li mi.s culdadOS; If /»o-
digui los cuidados /""- snlicilos; ella
se dio cuidados f(ira (onseguirlo, son
frases de curte y sabor francés, que
habrían panciilo bárbaras á nuestros
mayores». (>I¡r). En la lista de «frases
incorrectas» afin-íra el mismo antor las
siguientes, conv<ridas entre paréntesis:
filan llevado sus miras á lOS Cui-
dados que requiere la infancia (han
jiiieflo el fuiíhido ). Estuve en cuida-
do I de ruiílado) tres dia-s. Extiende
SUS cuidados l desrelv.-< ) :i las pro-
vinciiL'i. Kfsiiharon vauos los Cui-
dados que se dio i ranas la.1 Innas
yiiy Idiiiii i ])ini cjnseguirlo. DlÓ
todos sus cuidados (drdiró sus
des reíos ) ¡i la religiiMi». Ya Capnr.my,
en su Alie de híi'lufir {lllCí), había
advertido también que «11 rend des
soins au Ministre» es en c.istellano
«Corteja, ó cultiva al Ministros; y (pie
«Tons les S4>in8 (¡u' il ge donnuit
ponr...», significa «Todas las diligen-
cias que hacía para...» Es cierta) que en
francés soins se dice particulanneutc
por las alenriones que se Iwciin á algu-
no, ¡wr los servir iits que se le prestan
y por lus tral>ajos ó afanes íjue se le
evitan. En e.Htc sentido no es tan cas-
tizo el |)l. cuidados, ¡)ero si lo es en las
treflac<;|>íi.princii>alesquelerecon(K;eel
Dice.: «solicitud y atención para hacer
bien una cosa; dependencia <» negocio
que esUi ;i c.irt;o de uno; ret^-lo, sobre-
salto, temor». De las dos jirimeras hay
innumerables ejemplos en los prosist^is
castellanos; de la tercera en los poetas,
que lo imitaron de los latinos:
Vestibalaní aDt« ipsuní priuiiüque in
[faucibus ore*
Luctus et ultrices posuere cubiliii Curae.
(Virgilio, Eitriiia, VI, 273-4).
Non euim gnzae, noque cun^ularia
Submovet lictor miseros tumultué
Menti», ct curas Liqueata circuiu
Tccta volantes.
(Horacio, Oilas, I, IG).
Ci"ii>AR, a. Xo trataremos de .su
significación ni de su régimen, sino de
su jirosodia: la silaba cui, diptongo,
¿del» pronunciare rui ó cúi.' ¿Debe
deciree ruido ó cuido.' Etimológica-
mente y según el uso de los clásicos,
debería stívniido,y así decimos todavía
muchos chilenos; ])ero modernamente
se ha preferido la forma cuido, lo mis-
mo que en el compuesto de.<cuido y en
el s. homófono. I,a Academia en su
último Dice, no pinta acento á ninguna
de estas formas; ¡tero eu su Gramática
dice que «con la voz ruido.. .se acon-
sonantan, así la voz de.iruido, que tiene
el diptongo ui, como huhido, ijemido.
Cupido, etc., que no lo tienen». Y lue-
go agrega que «en algunas provincias,
donde falta la delicadeza del buen oído
ca.stellano, [¡agáchate, Chile!] suele
contradecirse esta regla; y aun la con-
tradijeron, bien que en muy corto
mímero de voces, [no es tan corto ([ue
digamos ] escritores felicísimos de
luiestros siglos de orón. Y, si se piensa
que entre estos escritores felicísimos se
cuentan nada menos (jue liOpe de Vega,
Calderón, Cervantes, (ióngora, Vélez
de Guevara, y entre otros más moder-
no', Sil.'s, MLJi'iiclez, Lisia, (ti;., se
472
CUL
CUL
verá que no vamos en tan mala com-
pañía. Agregúese á estas autoridades
el uso popular, como lo podríamos
probar con el Romancero General y
con innumerables adagios y refranes,
y agregúese también la razón de eti-
mología (có¡/¡to, que dio coito, cóido,
cuido, según Cuervo; ó curo, cures,
según la Academia), y se verá clara-
mente el gran traspié que lia dado el
uso moderno de los españoles y el di-
vorcio que ha venido á establecer con
i'elación al origen de su lengua y á la
práctica de sus clásicos. Entre los
refranes que prueban el acento de la
u, vayan los siguientes: La puerca ru-
hia. Jo que hace, eso cuida; Gafa rubia,
cuales las hace, tales las cuida; Quien
hace casa ó cuba, más gasta que cuida;
llanda y descuida, no se hará cosa
ninguna. Si quisiéramos citar á los
poetas, seríamos interminables, y eso
que para ellos la terminación úido es
una fatalidad en la rima, y, al contra-
rio, la en ido es un venero inagotable.
jDescúidanse, leemos en las obras de
Fr. Luis de Granada publicadas en la
Biblioteca de Rivadeneira en 1881 y
recopiladas por el académico Don José
Joaquín de Mora. En vista de todo
esto, apelamos del juicio de la Acade-
mia al uso más racional é ilustrado de
la posteridad.
Culatear, a. Tiene algún uso en
el significado de-dar de culatazos; y,
tratándose de fusiles, escopetas, etc.,
dar culfitazos.
Culazo, m. Tabalada, f. fam.;
«golpe fuerte que se da cayendo ó sen-
tándose violentamente en el suelo».
También tamborilada, f., y tamborila-
zo, m., ambos familiares: «golpe que
se da con fuerza cayendo en el suelo,
especialmeute el que se da con las asen-
taderas», forrado es más genérico,
porque es el golpe que se recibe pnr una
caída. Véase Costalada.
Culebrilla, f. A las dos aceps. que
tenia se agregó la de «dragontea»:
planta herbácea vivaz, de la familia de
las aroideas. — El meteoro eléctrico y
luminoso con apariencia de linea on-
dulada, no se llama culebrilla, sino
culebrina.
Ci'LÉx, m. Al busto indígena, muy
abundante y apreciado en Chile, espe-
cialmente para las enfermedades del
estómago. Se toma en infusión, hecha
con la hoja, ó con la flor, ó con el palo
ó su raspadura. Philippi lo llama ;wo-
ralea glutinosa, y \oi antiguosespañoles
albahaquilla del campo. No hay más
remedio que incluir en el Dice, su
verdadero nombre araucano (culén),
que es el que le damos en Chile y que
Bello no se desdeñó de usar en sus
poesías.
CuLEXAR, m. Sitio ó lugar en cpie
abunda el culén. También debe admi-
tirse en el Dice.
Cclííro, m. «Pieza del vestido de
nuestros mineros que, á modo de una
faja ancha, les cubre los ríñones y la
barriga. Los hay también más ordina-
rios, de cuero sin curtir, que, cubrién-
doles por detrás las asentaderas, les
sirven para sentarse sobre las piedras
y cascajo, sin daño de los pantalones».
(Rodríguez). En la Argentina, según
Granada, es «pieza de cuero que les
hombres de campo se aplican exterior-
mente por la parte de los muslos, para
evitar el roce de los instrumentos de
trabajo con la ropa». Más parecido al
chileno es el de Cataraarca: «cuero qre
los mineros se atan á la cintura paia
sentarse dondequiera». (Lafone Que-
vedo). Todas estas definiciones tienen
CULP
CULP
473
al^iin parecido con la i'.* accp. (|iie el
Dice, da á euUra, f.: «nniiciidü un los
ealzoni-s ó pnntaloncs solirc la ¡larte
ijUf ciihre las ascnladuras » ( vcasc
Astuche); pero, ojmo no son ¡«jua-
l'-'á y el culiru es tan u^do en estas
repúblictis sndan)eri(.<inus, liifii pcede
y;i admitirK- en el I>icc.
ClLiXEGüo. i;iu, adj. Omitido en
8n luErar, lo consijfna el Dice, en la voz
S\RTK.\. El íi;rnitíi-ado ae explica ¡wr
si «lio. \m última etlii-iun lo admite en
el Suplemento.
CiLMiNACióx, f. Acvion ó efet^^todtí
culminar. || Kn Astronomía: momento
en que nn astro oinipa el punto más
alto á que puede Uepir sobre el hori-
zonte, .admitido en el ultimo Dice.
CiLMiSAit, n. Llcj^ar una cosa á la
posición miis elevada que puede te-
ner. II En Astronomía: pasar un astro
por el meridiano sn()erior del observa-
dor. Admitido en el idüimo Dice.
Ci hox, .NA, adj. Etimología y sij;-
niKcado, má'i claros que la Inz del día.
H:ioe falta esta voz en el Dice, asi,
como üdj., pr)rque fiíiura s<ilo como s.
m. y con el sipnitíi-ido li-i. y fain. de
• soldado inválido».
Cllpa (Mka). m. Ex [)resión toma-
da de la oración latina Con/i/por Dco;
fsignitica «por mi odpa» y se usa en
señal de arreiKiiiimiento di; lo que se
lia hecho. Suele decirse con el cuerpf)
inclinado, acom|>añada de gol|)e8 de
pecho, y rcjK-tida tres veces ( iiiea ciil-
fxi, iiifa nil/)ft, mea máxiimi ctilpn),
como cuando se a-za el ( 'onjilmr. L's-a-
■e más con lo» verlxjs ranltir y derU, y
entonces equivale á la fr. castellana
Canlar lit ¡loliiiotlia, si el acto se li.'ice
en público, ó simplemente á los verbos
rflmrliirxe ó nn'Piifiiliinf, si C8 en pri-
vado. Ili'inos visito inta expresiiin en
las obras de Dun .luát.' ilanu Sluirbi,
y, como es usada en todas parles y
tiene tan buen origen, debe admitirse
en el Dice, en la letni M.
Culpable, adj. y n. t. c. s. En el
uso se confunde nuichas veces con
Clli'ado, 1)a, adj., (pie se U8i\ t. c. s.
lie aquí las detiniciones del Dice.
Ciil/mltle: «aplicase á aquel á quien se
puede echar ó se echa la culpa. Dicese
también de las acciones y de las cosas
inanimadas». Ciilpaih: «que ha come-
tido cnipa». «Los franceses carecen de
este primor y dicen f)or lo tanto con-
pnblp en amlK)s casos. Traducen pues
mal, y tniduciendo mal empobrecen
nuestro idioma los ijue dicen, v. gr.:
Los remordimientos atormentan al
rulpahle (cul¡Hido). Han castigado al
inocente y al rulpahic (cidpado). En-
tre ndpalde y culpado hay la misma
diferencia que entre Uichablc y tachadn,
lenmrahk y cemurado, etc.; diferencia
que estriba en la que hay de la intención
al hecho; de la cjilificación moral á la
pena positiva; de lo (pie la opinión
reprueba á lo que la ley castiga. Asi
somos culpahJox cíxliciando la mujer
ajena; y tenemos propósitos culpalhs
cuando los encaminamos á hacer daño
al prójimo; pero no se nos puede llamar
culpado!! sino cuando, pasando de la
voluntad á la acción, y de la jurisdic-
ción del público á la de los tribunales,
cometemos adulterio, caluiuniamoí',
robamos, ó matamos». (Daralt). «La
diferencia enti'e culpable y cúlpenlo,
diremos nosotros con Cuervo, no se
halla siempre bien clara en los escri-
tores; jK-ro creo (pie existe conforme
al uso lUiis autorizado y al valor mismo
de los términos. Lo que dice ISaraIt
acaso no es bien exacto: culpable se
iT-licre al juicio de los demás, es snb-
474
CULP
CULT
jetivo; culpado es objetivo, se refiere ;i
lo que existe en el objeto. Lus actos
son culpables y nó culpados; de un
reo convicto y confeso se dice qne cas-
tigaron al rulpado. Con mucha fre-
cuencia \os culpa 01 fis resultan cul/xiclo.i,
y de ahí la confusión». Esto último
que asienta el gran filólogo es la mejor
explicación de la confusión que se hace
entre ambos vocablos, la cual, sin em-
bargo, con\¡ene evitar para más clari-
dad y precisión de las ideas. Los clásicos
españoles, que estaban más distantes
de los franceses, usaron casi siempre á
culpado, y rarísima vez k culpable; más
bien preferían -Áculjumle; mientras que
ahora, que tenemos tanta comunica-
ción, sucede lo contrario: ya no hay
culpados, sino que todos son ciüpables.
Y hasta el Dice, que no debería par-
ticipar de estos defectos, se hace tam-
bién reo del abuso. En el art. Pagar
dice: «Pagarla ó paf/aiias, expr. fam.
Sufrir el culpable su condigno cas-
tigo ó la venganza de que se hizo más
ó menos merecedor». Y en Reconocer
escribe taml>ién: «Confesarse culpa-
ble de un error, falta, etc.» Xo cita-
mos más autores, aunque los hay en
Inien número, porque no deseamos, por
nada de esta vida, que prevalezca este
mal uso.-^Fuera de él se está introdu-
ciendo también en Chile un inculpado,
con el cual hay que irse con tiento para
no darle un significado que no tiene.
Hay v. inculpar: «culpar, acusar á uno
de una cosa». Como participio suyo,
participa inculpado del mismo signifi-
cado, es decir, se aplica á la persona ;i
quien se culpa de una cosa; jiero no
vaya á considerarse como palabra com-
puesta de in negativo y ás culpa, corno
son incvlpable, incidpablemenh' r lu-
culjjudtimenle, porque entonces, como
éstos, significaría lo contrario del v.
inculpar. Para que se vea lo antiguo
que es este v. en el participio, léase
esta cita del Fuero Juzíjo: nEl iuez que
insticia el ouine de muerte, que non era
enculpado [anticuado por inculpadoj,
deve morir tal muerte qual él dio al
otro que non era culpado».
Culpeo, m. Del araucano culpeu.
Especie de zorra más grande que la
ordinaria. «En Chile hay dos especies
de zorras: la zorra jjequeña ó clrilla
(canis Azarue), y la grande ó culpeo
(canis magellanicus) ". (Philippi). De-
be pasar ya al Dice.
CrLTAi,ATiNiPARi,A, f. fest. Len-
guaje afectado y lalwrioso que usan los
cultiparlistas. Así ha quedado enmen-
dado este vocablo en el último Dice.
Antes era cultilatiniparla y tenía
también, como adj. festivo el signifi-
cado de: «dícese de la mujer marisjibi-
dilla. U. t. c. s. f. » De él se burló
donosamente Valbuena, y quizás á eso
se debe la supresión.
Culto, m. Mal y polireniente estal)a
definido este s. en la peniíltima edición
del Dice: pero ahora todo se enmendó,
haciéndose de la única acep. antigua
estas cuatro: «reverente y amoroso
homenaje que el hombre tributa á Dios
ó á los bienaventurados; conjunto de
actos y ceremonias con que el homÍ)re
ti'ibuta este homenaje; honor que se
tributa en las falsas religiones á ciertas
cosas tenidas como divinas y síigradas;
por extensión, admiración afectuosa de
que son objeto algunas cosas. Rendir
culto á la belleza ».
Cultual, adj. Perteneciente ó re-
lativo al culto divino. Inventado por
los franceses ícvUunl ¡ con ocasiíin de
sus leyes de persecución religiosa, no
merece pasar al castellano.
CUMP
CUMP
4 7 "i
Culumpiar v culumpio. A.-i
pronuncian iniiclms imlividuns «k-l
vulgo, itjnio si lu etimi>lo>;iu fuera lu
vor f|ue princ-ipia jwr las tivs primeras
h-tras, i-uaiido lo i-s el v. griego
/.'j't.j-i.'^xiK nadar. Véase Colimpiar.
("iMAXAGOTo, TA, adj. Natural de
C'umaná. U. t. c. s. || Pertenet-iente á
esta ciu ]ad y provincia de Venezuela.
.V'liniíido en el último Dico.
("IMBUERA, f. Diüle ya el Dice., y
en primer lugar, la aeep. de Arquitec-
tuni usiula en Chile y en Cuba de
• madero que furma el lomo do la ar-
mad uní. y .«e sostiene om las calieziís
de los fiares». Es la (!.' (jue tiene en el
mismo I>iiT. la voz IIilkra.
Cumpa, m. Poco salx-n de etimo-
lii'.'M los i|ue lian creído que esta voz
es araucana, nada m;is que ¡x)n|iie la
lian visto figuraren algiin vo<-al)ulario
de esta lengua. .Xctualuiente la usa el
pnelilo en to<lo Chile, sin que seiwnios
a punto fijo si fueron los araucanos ó
los primeros mestizos los que la toma-
rr>n de los españoles, porque no es sino
la forma abreviada del castellano COm-
pañO, lioy anticúalo, ó rom/uirtero.
Kn cuanto ¡i la primera vocal, no hay
diKcultiid ninguna, ponjUe el araucano
{lermnia con facilidad la o con la ii y
viceversa. Por lo demás, el proceili-
miento de abreviar las palabras largas,
sobre todo en el lenguaje fam., ea pro-
pio de todas las len>rua.s. Sin salir de
la silalwcíí, tenemos en chileno cuña
]»tTninniln, curco iK)r curcuncho.
Otra etimología, y la miis |ii'ol>able,
que puede señalarHC de csti; cliilemsino
es la Voz rnin¡m(lrf, á l.'i cual reconoc'-
el Dice, esta ¡u-ep.: «V.n Andalucín y
en algunas otras |>nrtes se suele llamar
asi á los amiifos y conoí-idos, y ¡inii h
los i|Ue jHir c'.isualidaii sc juntan en
[RiSiidas o r.iminos". Con este dato leu-
so ahora lo siguiente: «Es el compadre
Heleria el gitano uiiis famoso ijne tiene
Cira nada... Vamos ¡i vir, COmpá He-
leria, lo dijeron, usted (|ue salie tantas
cosas, quizás no sepa decirnos por qué
en (¡ranada hay tantos rulños. (Y el
COmpá Heleria contesta:) Puez de
ahí venga un pitiyo, quer compá
Heleria no enseña é barde". (•!. Ti-
iieo Rel)olledo, La Leiu/iui ¡litami).
Recuérdase (pie aun los espiuiolos ins-
truidos pronuncian familiarmente pae
\)(>r ¡>m/ip, y por compadre dirán COm-
pae, voz que el gitano aba'via en
compá, y compá, en labios del
araurano, (¡ue no pronuncia veces
agudas sino al fin de la frase y que
fiicilmento |>ern)uta la o con la ii, ha
]X)dido muy bien convertii-se en el
chileno cumpa. En iít'jico, según
Ramos Duarte, dicen compa, que él
tnuluce por « compañero, amigo •■.
Equivalentes de esta voz, á nii'vs de los
indicados, son ramaradn, ami¡io, ami-
lióle, compinche, compadre, y ant.,
aparcero. ( Nótese la fuerza etiinológicíi
ríe eornpaño y sus derivados companiero
(anticuado) y cinnpañern: el que com-
jwrte el pan con otro; como el alemán
humpan ). — Usase también cumpa
como adj. de una ?ola terminación; en
lo cual no jiodrían imitarlo í'0í«/w/7«-rt,
cantarada ni compinche; v. gr.: «Pedro
y Juan están ahora muy CUmpaS",
es decir, muy amigos, muy de acuerdo
en todo.
Ci.Mi'hASK, 111. Dos aceps. le da el
Dice, pero ninguna corres])ondc á la
foivnso de u'jui: orden ó decreto que
un juez fKjne al pie de una sentencia
que no admite ya otro recurso, para
que se ejecuic ó cumpla. I,a 1'." ai-ep.
que Mpareee en el Dice. (" fólllllllH <|lli,'
CUM
CUN
ponen los presidentes de algunas repú-
blicas americanas al pie de las leyes
cmando se publican») es propia do la
última edición solamente.
CuMPLiMEXTAK, íi. A pesar de si r
derivado de eumpl ¡miento, no es irre-
í;ular en su conjugación. Diñase pues:
¡JO rumplimenio, iii cumplimenias, etc.
OniPLiMiEXTO, m. Las frases Estar
(■> //• ítp nimplimlenlo y Ofrecer una cosa
lie (j por ctimvt ¡miento quedaron supii-
midas en el último Dice, y en su lugar
se puso el modo adverbial De ó per
cumplimiento: de ó por pura ceremonia
(■) urbanidad.
Oumucho, m. Reunión ó amoii-
tonauíieutü de cosas, ó agrupamiento
de personas, más ó menos esti-echas <>
apretadas. En el v. Acumucharse.
formado de esta voz, apuntamos el
parecer de Rodríguez, que lo hace
derivado del castellano mucho; pero,
registrando un vocabulario quichua,
nos hallamos con el s. Iccumii, aircova
y corcovado, que nos puso en la pista
de mejor etimología. En efecto, agre-
gúese ú Irinnu la partícula cltri, que,
según las leyes de aquella lengua, «con
nombres, hace y compone verbos que
quieren decir: hacer aquello que el
nombre significa». Kcumurha signifi-
caría, entonces, hacer corcova ó corco-
vado: y esta figura es la que se forma
en la ropa que está algo suelta, cuando
se infla ó ha quedado mal cortada, que
es otra de las aceps., y quizás la prime-
ra en antigüedad, que damos :'i GUní U-
cho; de la cual, por metáfora, pasaría
á las otras que expusimos al principio.
CÚJirLO, ni. Agregósele esta acep.
de Meteorología: «conjunto de nubes
propias del verano, <iue tiene aparien-
cia de montañas nevadas con bordes
brillantes ri. Definición (jue hace recor-
dar la bellísima poesía de Zorrilla
(Don José) titulada Las Xiihes:
¿Qnv quieren es;is imbeR ([\ie con furor se
[agrupan
Del .lire transparente por la regi<>n azul?
,;Que' quieren cuanrlo el paso de su vacío ocupan
Del cénit suspenJiendo su tenebroso tul?...
¡Cnán rápidas se agolpan! ¡cuál ruedan y se
[ensanchan
Y al firmanieutu trejjan en lóbrego montón.
Y el puro azul alegre del firmamento manchan
Sus misteriosos grupos en t<jrva confusión!
Resbalan lentamente por cima de los mon-
[tes,
Avanzan en silencio sobre el rugiente mar,
Los huecos oscurecen de entrambos horizontes,
El orbe en las tinieblas bajo ellas va á que-
[dar...
Ya montes gigantescos semejan sus contor-
[no9
Albiillo de uu relámpago que aumenta la
[ilusión,
Ya de volcanes ciento los inflamados hornos,
Ya de movibles monstruos alígero escuadrón.
Clxas, f. pl. Juego de muchachos
que consiste en enredar- con varios
lazadas en los dedos de ambas manos
un hilo atado por los cabos. La primera
figura que suele formarse es la de una
cnna, y de ahí el nombre del juego. En
seguida otra persona coge las lazadas
con los dedos también de ambas manos
y de tal manera que resulte otra figura.
Hace otio tanto la primera persona ú
otra cualquiera: y así indefinidamente
hasta que agotan las distintas combi-
naciones ó figuras que conocen, tratan-
do de volver á la jirimera con que
C(uncnzó el juego. Las figuras se llaman
retas, columna, ojo ríe Imei/, araña,
pala de ¡pillo, etc., según sus distintas
formas. No sabemos qué nombre tenga
en español este juego tan conocido cu
España como cu Chile; si no lo tuviera,
debe admitirse el que aquí le damos.
Un español á quien consultamos, sólo
supo decirnos ijue, al presenlar una
CUN
CDN
persona » la otra el hilo juru ([ue formo
alguna figura, le dice: «Tejedor, teje»;
lo (juc indicuría i|Ue el jueiro puede
llamarse del l^jetlor; oiro nos dijo ipie
creía so llamaba 1» ninii; pero los dic-
cioniírios guardan absoluto silencio. —
El último de la Academia agregó á
(.'l"XA esta acep. de Marina: «¡iparato
armado en la grada debajo del buijue,
para )>utarlo al agua». Es lo (|ue so
llama titnibicn Itasaihi en castellano.
Cuncuna, f. Según Lafone Que-
vetli), s»' c<iiii])one de cim, raíz. y ruivi,
¡larticula de pluralidad. La voz, iigiv-
ga, es muy ivnocida en U«la la legión
cacana: y la define: «igus:ino que |)er-
sigue las alfas [ipii."«) decir íil/al/íni]
en lugares ío<--os». La edición i|ue leñe-
mos!'del I)icc. araucano de Febirs no
menciona esta vo/. sino en la p<ir(e
castellana, tnidiiciéndola [K)r r.'iuni. y
r/iiivti en la |Kirte iiranc^ina, es: «cun-
cuna, gusano mordedor». En 4UÍCI1UU
hay un v. rnincioii, oler mal, haler,
del cuul tamliic!) puede derivara'. 8ea
lo «(Ue fuere de la etimología, el signi-
fiaido I |Ue en Ch i le dauios á cun cuna
es el mismo de la onii/ti castellana:
«larva de los insectos lepidópteros ó
mari]x>sas. Es vermiforme, con doce
anillos cxisi iguales y de c^>lüre8 muy
variados Hcgiín hus e.'íjjecies; csilx;za
Cíiniea y Ixjca somojanto ¡i la de los
insct'tos maa<.'adores. Destruye los ve-
gctaleti, de cuyas partes todas se ali-
menta, princi ¡«luiente de \¡\n hojasn.
Difícil Hor.i desternir de Chile el jwpu-
lar nombre de cuncuna, '|ue es
usado por toda clase de fKT.sonas,
mientras ipie el de mw/a sólo es cono-
cida de las [R-rsonas muy instruidas. —
VnriiiB fnws se han formado con
ni|uella \<)/,: tales como Hacerse
una cuncuna (enrollai- ó doblar el
cuor^K), i-omo lo hace esto insecto);
Matar la cuncuna («piitar la cau-
sa u origen de un mal; otros dicen
también en esto sentido. Malar il ¡/u-
sano; fr. t|Ue ademiis se emplea fami-
liarmente pjíra invitar ¡i beber en las
comidas antes de tomar ningún ali-
mento): Ser una {<■> como una)
cuncuna. Volverse cuncuna
(irritarse o enfuiecorse, a^r una furia).
Cuncunilla, f. dim. de cuncu-
na. (ius;ino (]ue devora la raí/, de los
sembrados ó plantas. Los hay de
distintas clases.
ClXDiüOR, KA, adj. Que se extiende,
aumenta ó multiplica con facilidad.
Aplícase á cosa, luincu ¡i {lersona. liien
formado del v. cundir, y creemos que,
lo mismo que en Chile, se usará en todos
los Estados de 'habla española. — Eu
('hile usamos también la fr. tJrlutr ano
la cundidura: ejecutar una obra ó tra-
bajo de una manera rápida, sin cuidar-
se mucho de su perfecciihi. Stilo en el
bic(. ralmciuiio — castdlaao de José
Escrig liallanios algo parecido: «Cfx-
I)IUUi:ü, itKS, ])hir. Cundidores ó las
cosjis que cunden ti dan mucho de sí».
Creemos que todo esto puede acepUirse
en el Dice, académico.
Ciña, f. La «pieza de hierro (|ue en
los carruajes nti-aviesa la punta del eje
para que no se sidga la rueda», se lla-
ma en t^ii!»tellano ¡leMnera, f., y nti
cuña, como decimos a(jui. — Punirle
ruña 11 iiiui, es fr. fig. y fani. (|ue
usi\mos en el sentido de apretarlo (>
urgirlo en el cumplimiento del deber
ha.sta que deje la carrera, empleo ó
]>retensii)n ipie tiene; como se hace
materialmente, v. gr., con la madera
cuanrlo se la quiere r.ijar por medio de
mvAraña. La fr. está bien formada y
pneile admilii-se. — Snprimi'isc en il
478
GUOT
CUP
liltiino Dice, una accp. de Cai'¡i¡nU.TÍu
(jue se daba á Cuña y que bien cabe
en la primera y general que tiene en
todos los diccionarios, y agregóse) e esta
otra: «piedra de empedrar labrada en
Forma de pirámide trnneada».
Cuña, com. Abreviación fam. de
í7//7r«/o y cuñada.
Cuñar ó acuñar, a.
Cuotidiano, xa, adj. Tan caloso
como es el Dice, para recoger tantos
arcaísmos inservibles ya en el idioma,
se ha obstinado en no aceptar á Cuo-
tidiano á pesar de habérsele hecho
presente y á pesar de haberlo usado él
en la 12." edición, art. Pitanza. Nos-
otros lo defendemos no ya como anti-
cuado, sino como vivo y lozano, no
sólo en Chile, donde lo usa todo el
mundo, sino también en España mismo.
(( V, n cuanto al planchado de las enaguas,
ocurre una vez en la semana y le hacen
las chicas, que no quieren privarse ni
de sus paseos ni de otros placeres ciw-
fiílianos». (Pereda, Tipos ij paiiajes,
El bi'-eii paño ra el arca ¡se rende).
" Xo transigen con que el pobre, rendido
por el trabajo cuotidiano, se limite... á
tumbarse á roncar sobre una mala ca-
ma». (Ibídem, .4/ amor tle los fizones j.
«Pedimos á los extraños vuoHtliaims
inspiraciones». ( Adelardo López de
Ayala). «Deshecho para mí el antiguo
y cuotidiano camino del foro...» (L.
Fernández-Guerra y Orbe, Disc. de
recep. en la And. I ¿Xo bastarán estas
autoridp.des para qne la Academia se
resuelva á admitir esta voz, que en
reahdad es más antigua, más sonora y
más legítima que cotidiano.'
Cuotizar, a. Xo hay sino adizar,
del francés culiser. La cuota castellana
no dio origen á ningún verbo simple si-
no al compuesto escotar.Y¿a.se Cot izar .
Cui'É, m. Recibió en el último Dice.
esta acep.: «en las diligenciiis, compar-
timiento situado delante de la baca»;
y baca es: «capacidad en la parte
superior de las diligencias y demás
coches de camino, donde se colocan
equipajes y otros efectos, resguardados
con una cubierta de cuero ó de tela
embreada. || Esta cubierta».
CuPiDiLiiO, m., diminutivo de Cu-
pido. Ú. en la última acep. que recla-
mamos también para el siguiente.
Cupido, m. El Dice, lo ha aceptado
por primera vez, pero solamente como
fig., }Kjr «hombre enamoradizo y ga-
lanteador», cuando la primera y prin-
cipal acep. debe ser la que insinuó entre
paréntesis el etimologista del mismo
Dice, esto es: Dios fabuloso del amor,
hijo de Venus. No hay poeta, novelista
ni literato que no la use, y por lo tanto
no debe faltar en el Dice. (Véase
Astrea). — Para que el artículo salga
completo, debe agregarse también la
siguiente: imagen de este mismo dios
y que generalmente se represente en
figura de un niño vendado, con alas y
armado de arco y flechas.
Cupó.v, m. «Cada una de las partes
de un documento de la deuda pública
ó de una sociedad de crédito, que pe-
riódicamente se van cortando para
presentarlas al cobro de los interesa
vencidos». Es la única acep. que tiene
esta voz, á la cual erradamente cuelgan
algunos el significado propio de cupo:
«cuota, parte asignada ó repartida á
un pueblo ó un particular en cualquie-
ra impuesto, empréstito ó servicio».
Cúprico, ca, adj. Enmendóse así su
definición: «aplícase al óxido de cobre
que tiene más oxígeno, y á las sales que
con él se forman. Oxido cúprico, sulíato
cápricon. Es termino de Química.
CUP
CUR
479
CfPKÍKKKo. KA, iulj.í^llclil'lie venas
til- cobiv, ó que lleva ó encierra cobre.
Mineral niprifrro. Aduiiliclu jwr pri-
mera vez en el Dice.
CvrKOíío. .-«A, iulj. TcriuiíHi ile (/iií-
inira admitido Uinibién )ior priment
vez. -Vplii.íiüc iil óxido de ti)bre que
tiene menos oxiiieno, y :l las sales (¡ue
i-on el so rorniiin. Oxido ruproxo. car-
lionato rii/niisii.
CupUCha. f. V. ji'.'ii (le aniniiil
liencliidu de viento <> n^llena «le otn»
ciKia. Cuando se usu jvini nadar, debe
lliunur^' itadtiitrru: neuda una de las
cjilaliazas ó vejijrLs de que se .«ncle usar
pura aprender á iiailar». l'uando liaee
el oficio de jerinira l>;ira ]v>iier ayudas,
llámese ///*•(//</•(( ó í///«////. l'saseen todo
C'lii'e en estas ace|)s. La etiniolo<ría de
esta voz es el quichua /<h/-(/(7/(í, que dio
en aiinara ¡ilmnirltii y se conservo en
aniuamo ¡'nnirliu. « Veji^ con (|ue
et-lian ayudas», lo traduce <le esta len-
ííua el I'. Febn-s. Piu wlio, rliit. llama
tMlavia el pueblo del Kcuador a lo
hueco, vacio, *pie no c«intiene sino aiix*:
ijuichua purito. dice Tobar: de inicu^
plato de mullera o de calabaza, ó de
¡iiiruna, soplar. Es evidente entonces
)Ue. ns;indose este vocablo en todo el
anti);uo imperio de los I ncas, ha pasado
de allá á los aniucanos. y de ellos lo
han toniiulo los chilenos para conver-
tirlo en cupucha « copucha, I>or
metátesis.
Cl TILA. f. Reiibio estJl arvp. de
ISotanica: •• involucro á manera dei-o^Ki,
foli;ux''». esíaimoso ó leñoso, (pie cubre
má.s (> men<J8 el fnito en la encina, el
a\X'llano, el ca-st^ifio y olnw plantas»;
de lujiií el adj. rupulifero, ni, <pu; sí;
aplica á la familia de estiM ]ilantas. —
CápitliDv lliiuia también, y M('>torre,
como decimos ai |in' con excesiva L'cne-
i-alidad. la "torrecilla de hierro, redon-
da, cubierta y i:ii-atoria, (]ue tienen
aliruuos buipies blindados, dentro de la
cual llevan uno o lUiis cañones de
ttrueso calibre». La torredel Ihuiícar,
al pie de la cual murió heroicamente
Arturo l'rat.
CfQl'KltA, f. .admitido j)or primera
vez a>mo provincialismo de .\ra<:óii y
con el siirniticado de n<,'usanerai'.
Curadera, f. liorrachera, embria-
jfuez, ebriedad: turca, fam. Siilo lo usa
el vuliío. Véase Curar.
Curado, da, ailj. y u. l. es. Lbrio,
iKirnichii. Véase Curar.
ClKAiifA, f. Del araucano ciini,
piedra, y //iot, maíz: nmiz duro como
])iedra, jwnjue asi rcídmente lo es. En
alirunas provincias confunden la f «/"«-
i/iM con el itiui'orho, ó iiiiiiz iiioioeJiu,
cvmo lo llama el Dice. Ctiia//iut debe
admitii-se, ya que designa una cosa
que uo tiene otix) nombre en castellano.
Curagiiilla, f.. dim. del anfírior.
Es el w/v/o () la zdliina castellana: jxir
eonsiifuiente, no hay por qué pedir su
admisión.
CuRAXHKiío, m. "El ([Ue hace de
médico sin scrlon. Tauíbiéii hay aquí,
y sin duda en todas partes, cirandk-
iiAs. A^rcjiuese pues la forma ó termi-
iiaciiin |iara el f.
Curanto, m. Los (pie usan esta
palabra |)ueden escocer entre harlmrmí
(carne asada en un hoyo que se abre
en tierra y se calienta como los hornos)
y /xiihiimiiiiai (carne que se asa entre
piednis caldeadas ó en,a|L{UJero que se
abre en la tierra y se cubre con ])icdras
calientes. CondiuiénLnse con ají y se
usa en la .Vmérica del Sur). Currin/u
en araucano si-íniíica itedre;íal, de iitni,
pi(,ilra:y de i'-l se forma el \.iiirai)ltiii,
apeilrcar ú hacer al-ro con piedras. He
4 so
CUR
CUR
aí)iü cómo desiTibc ul curanto cliilc-
iiu un hijo de la provincia de Chiloé,
doudo todavía se usa por todos: «El
(jue no lo conoce, ignora lo mejor que
hay en el arte culinario de los cliilotes.
El curanto es una mescolanza de
alimentos sanos y nutritivos, y el modo
de prepararlo es el siguiente: se hace
un hoyo en la tierra de un metro de
diámetro ó ad libiíum; en seguida se
pone leña menuda dentro del boyo, y
encima leña un poco más gruesa, y más
arriba una nuiltitud de piedras vivas
(duras), que, calentadas por el fuego,
van ocupando el lugar de la leña que
se ha convertido en cenizas. Cuando
las piedras están suficientemente ca-
lientes, se colocan encima los mariscos,
los cuales son generalmente choros ó
quilinahues, facas, pwos, etc.; después
l)apa8, arvejas, habas; sobre todo esto
va una capa de paja ó de hojas de
panrjue (nalca), las que suelen tener
más de dos metros de diámetro; final-
mente, más arriba aún, va la carne, el
pescado, lo? milcados, el queso y chori-
zo, etc., etc., todo esto cubierto por
uua capa de paja y de césped. Una
hora es, por lo general, el tiempo pre-
ciso para que todos estos alimentos se
cuezan lo bastante. Los peritos calculan
perfectamente el momento preciso de
la cocción, y para esto tienen la expre-
sión está sudando (el curanto). Le
sacan entonces los céspedes y se apartan
las viandas más delicadas; mientras
tanto, todos los coucarrentes van oon-
paiido sus asientos al rededor del cu-
ranto, y allí, sobre la hierba y con
las piernas cruzadas á la usanza turca,
saborean las deliciíus de estos aliment(js,
que toman, cocidos de esta manera, un
sabor agradable por excelencia. Hay
que poner la carne un poco cocida ya,
si no es de cordero tierno, pues de otro
modo (jucdaría cruda. La base de los
curantos son los mariscos, y sin és-
tos no sería posible fabricar aquéllos,
pues el agua que contienen, evaporada,
sirve para ayudar y apresurar la coc-
ción». (N. N. N., Chdoé).
Curar, a. y ú. m. c. r. Embriagar,
emborrachar. YA origen de este chile-
nismo, al cual bien podríamos calificar
de rey de toda su raza (tanta es su
popularidad), es la tendencia natural
que hay en el hombre á expresar con
palabras suaves ó inocentes las ideis
que, expresadas con sus propios nom-
bres, podrían causarle vergüenza ó
sonrojo: es lo que en Retórica se llama
eufemismo. Es natural que el borracho
ó ebrio no quiera llamarse por su pro-
pio nombre, sino que dirá solamente
(]ue está aUyre, achispado ó chispo
(véase Cufifo), ó que ha pillado una
mono,, que ha coi/ido ó pilkulo un cer-
nicaJo ó tomado uua turca, que está
hpclto un cuero, una cuba o mta uva,
etc., etc. Por esta misma razón no le
exijamos que use verbos tan duros y
malsonantes como emhurracliarse y
cinbri.íi/íirse; hay que permitirle que
adopte otro más suave y encubridor.
Miró á su ah'ededor y vio que las car-
nes y pescados se curan por medio de
la sal, el humo, etc.; así pierden la
humedad y se conservan por lai-go
tiempo. Vio que las jyieles se curan
curtiéndolas y preparándolas para sus
^'al•ios usos; que se curan también las
maderas, teniéndolas cortadas algún
tiempoantes de usarlas, conservándolas
ó entre cieno y agua ó al aire libi-e,
según el uso para que están destinadas;
que .SI? curan los hilos y lienzos, etc.,
etc. Pues entonces (diría para su vien-
tre), yo también necesito curar mi
CUR
CURC
4^1
cstóinafio, yo lainbii-u (jiiicro ruraniif,
ponjue el «(iic .<» rura vive suuo, coiuu
diz (|ae contestó uii sac-erdote espiíñol
.\ un Ituiiso iiiie se acusaba de haber-
se curado; necesito /•!//•(/;• nñ cner|)o
iwni furtíilecerlo y prevenirlo iwnira
las enferinedades.ó mejor, para curarlo
de euiliriaguefesiy hétenos a<jui jnsti-
tieado y popularizado al rey de los
chilenismos c-on unía su (le.sceiidencia
de curados y curaderas. En con-
firniución de esto, véase lo (|Ue con
tanto donaire como verdad dice un
notable autor chileno: «Con los |X'Ue-
jos de cabros adultos suplieron por
mucho tiemjx), y aun hoy se usa en
los campos, los Iwrriles ¡)ani guardar
y conducir el a<:uardiente: jwr lo <]ue
no es de extrañiir i|Ue éste adquiera
ali;ún olorcillo á chicuto, nombre ipie
dieron ul contenido, (.'on el uso conti-
nuado. eni|xi[iaihi.s y lavadas hasta sns
últimas libras, es<js odres perdían al
tin 8U cúprico aroma, teniéndolos desde
cntoncx-s como rioiu/os de olores e.\tiu-
ñ(J6, y asi también llamaron á los pr>iji-
mos(|uese remojan y enjua'jtn por el
míümo |(rocediiniento, añadiendo á ve-
ces, para ipie no ijuedaran dudas
respecto del orifien de ese chilenismo,
la fra.se, tamiiii-ii chilena, roiim nifnin.
( ¡iiizii f'hihiui. p. /, r. //, 6";.— Otra
¡M.vp. del V. rurur usada en (Jhile et!
cuando se apüca ¡i al<;unos objetos de
UKo niitso menos fomiliar. Así seniruii,
¡Mir ejemplo, n)Uclios trxsto.s de cocina,
lie '.'reda, loza \ cri.-'líil. ivmoj.indolos
ó lavándolos con al<,'iin n^'ini prOparada
ad hot-, |Ntra ipie no se .salptn ó se ipiie-
brcn; *' niriin \iu nai|)es, n-frefíando
sns Uirdes en el jk-Io de la caln-Zii,
|«ini Inkrajurlos y jn^'urlos c-on iniis
facilidad: .«<■ </oví el hilo, en el jn',';ío
d<- la (n)niela, ctm una ]m-|mración de
'>Ia ó ¡roma líipiida y vidrio molido,
jxira que con la a^iiereza que así toma
pueda cortar el otro hilo de la cometa
i-ontraria; .>r furan los mates de cala-
Uiza, con que se toma mate, para (jui-
tjirles el gusto á la cascara de eíta fruta ;
.<<• rwíin las bivvas paní que madinvn
más temprano, clavándoles un pali-
to; etc., etc.
CuKASAO, m. Licor fino fabricado
con corteza de naranja. Su etimolojria
es el nombre de la Antilla de donde
¡irocede. Admitido por primera vez en
el Dice, con .s, á pesar de tpie la .\n-
tilla SI' nombra ( 'uracav.
Curco, adj. y li. t. c. .s. (Nunca lo
hemos oído en la terminación f. sino
rara vez y con el siüiiilicadode-joroba).
Es sincopa del sijrniente y con el mis-
mo siírnificado, aun(|Ue no tan usado
como ti.
Curcuncho, adj. y li. t. c. s.
(Talvcz se use en la terminación f.,
pero no lo hemos oído). >Su etimología
parece ser el quichua rcurní, tronco,
madero, y la partícula cha, tanibicu
quichua, que, según la gramática de
aquella lengua, se une á los nomlires y
"hace y compone verijos que (juieren
decir: hacer aquello que el nombre
significan. Ccunu [//] rZ/íí sería pues
hacrr un tronco, tener su figura ó ser
semejante á él (vi-ase CumUCho); y,
en realidad, alguna remot^i semejanza
tiene con el tronco el rornirailu ó Joro-
li(ulii,(\i\(i es lo que signilicu curcun-
ChO (COrCOnChO en Méjico) en
ciu«i tolla la América del Sur. I,a eti-
mología (pie projione Lal'one (¿uevcdo,
de </uin/itiiir/it>, no es acejitalile, tanto
pur la forma, (jne es tan distinta, pnes
la /en estáis lenguiu» no se conviene en
/', cnanto por el signilicado. Es cierto
que el i/iiin/uiiir/ii> (ya cst.i admitido
en el .\[x'ndii-e del Dice.) se ve como
joroiíado; |K'ro no es ésta la idea que
5j
482
CUR
CURR
ha despertado en el piielilo paia su
significado fit;., sino la de viveza,
ligereza, furia. Véase en sn lugar. Si-
nónimos de conovado ó jorobado son
también (jibado y (i¡boso, con/rahreho y
corveta. Este último es eomi'in en cuan-
to al género.
Curdo, da, adj. Natural del Cur-
distán. Ú. t. c. s. II Perteneciente á
esta región de la Turquía asiática.
Admitido por primera vez.
Curel, m. t/íWfi/, pez marino.
rruiA, f. Recibió estas dos aceps.
nuevas: «conjunto de abogados, escri-
banos, procuradores y empleados en la
administración de justicia. || Curia
romana: conjunto de las congregacio-
nes y tribunales que existen en la corte
del pontífic3 romano para el gobierno
de la Iglesia católica».
CuRi.ALESCO, C'A, adj. despectivo.
Propio y característico de la curia
eclesiástica ó civil, tomado, por lo ge-
neral, en mala parte. Estilo curialesco,
trámites curialescos. Es voz que usan
ya todos los modernos, bien formada y
digna de admitirse.
Curiara, f. Embarcación de vela y
reuio, que usan los indios de la Amé-
rica Meridional, menor que la canoa,
p3ro más ligera y más larga. Admitido
en el último Dice.
Curiche. (I>el araucano cari, ne-
gro, y che partícula que indica gente ó
persona). Apodo vulgar dado á las
personas de color negro ó moreno. Lo
peor es qae casi siempre se usa esta voz
pospuesta á su equivalente castellano.
Así, á una persona negra ó morena,
rarísima vez se le dirá por insulto ó
cariño curiche simplemente, sino
iiejro curiche. Véase Apa.
Curioso, sa, adj. La última acep.
ijue tiene en el Dice, es: «que traía
una cosa con particular cuidado ó di-
ligencian; y la 1." es: «(pie tiene cu-
riosidad», y una de las aceps. de Cu-
riosidad es: «cuidado de hacer una
cosa con primor». Con estos datos ya
so puede explicar una acep. esiiecial
(jue damos familiarmente en Chile al
adj. Curioso. Curiosa es i)ara nosotros
la persona industriosa ó ingeniosa, que,
ayudada de cierta destreza y pericia,
hace, en lo material, cosas prolijas,
])or lo general obras de manos. En vis-
ta de los fundamentos en que se apoya
esta acep., no sólo no la reprobamos,
sino que la aceptamos. — Otra acep.
de Curioso, usada en España y Amé-
rica y que tampoco está en el Dice., es
una parecida á ésta de Céliobre y
Famoso: «aplícase á pei'sonas y á he-
chos ó dichos ([ue llaman la atención
por su chiste, ó por ser muy singulares
y extravagantes. Famoso tarambana,
Famoso disparate, Ocurrencia famosay).
Sin embargo, no son exactamente igua-
les, porque lo curioso tiene algo de des-
conocido y gracioso, de singular y raro
á la vez, pero nada de extravagante, á
no ser por una suavísima ironía. «Es
curioso que Cipriano de Valera evita el
arcaísmo». (Cuervo, Lfiiguaje borjota-
no). «Si los supiéramos, daríamos á,
nuestros lectores esta noticia tan curio-
sa como impovtante». (Ibíd.) «En la
última parte no deja de contener al-
gunos casos curiosos, aunque poco
verosímiles». (Cotarelo y Mori).
Curricáx, m. Aparejo de ¡jesca de
un solo anzuelo, que suele largarse por
la popa de los buques cuando navegan.
Admitido por primera vez.
Currutaco, ca, adj. fani. y ú. t. c.
s. Xo significa retaco (hombre rechon-
cho), como creen algunos iletrados,
por el millo de las luieces, sino
CURS
CURS
t>3
<!iiii_v afifUiiiii cii ti uso ik 1,1.- iii'^l.i.-' .
Ci'KSAK, a. y II. Xo liulilcinos de ixs
iuxp6. castizas (|IK- siempre liu teiiiiJo,
sino de una kirliara que luiii i|uerido
darle alonóos nioderiiiv: A7 lautos del
'/("■ cursa. «Esto es Ijestial. Al dia-
blo no se le <K.-urre suplir el mes di-
eieml > el que cursa.» (Oa'llana).
Ilesiliiieiite, no liav como explicjir esU»
rara atx-p.. «jiie no tiene antecx;dent<s
cu la historia de la lenjiua ni en la
etimoloiiia de este v. Curmir, fumiado
del latín ciirxitiirr, ijiiu es frecuentativo
ó intensivo de ritrrrrf, correr, si<;nifíca
etimológicamente ivrrer con fi-ectien-
cia ó con fuerza»: lo cual no hay ¡Mr
I pie aplicar al mes, cuyo correr es de
lo Diiis común <pie puede halter. Sólo
al viento, que corre con tanta rapidez,
se aire-vió Fray Luis de (iraniída á
aplicar este v. (ace)). ipie ni aun á él,
c«)n ser (piien es, le ha reconocido el
Dice.): «En las Indias Orientales en
cierto tiempo del año cursan unos vien-
tos <jue sirven jxira nave<^ar c-on ellos á
cieruis jKirtes; y en otm ruman otros,
i|Ue son |>arj volver del las». I Simb.th
la fe, 1. I, c. VII. s« I). En el V. Fr.
.\li>nso de CaljreTa, i|Ue Horeció en la
se.ni"da mitad del si^lo XVI, halla-
mos este mismo V.. pero en laitcep. de
«transcurrir (i i»Lsar», (pie tiene al<:u-
na sein>-janz;i con el uso cpie venimos
ceiLsiirando: «Tan nuevo el padecer
[de los condenados] á cabo de ruraa-
ilon mil siglos, como si ruera a<|uél el
día primero». / Jíinmlfs iti>.ipii^H del
Ihimiiuin de l'iixii'iii I. Véase Cl'R.so.
— El ultimo Dice, a'/reííó ¡i Ci'ksar
esta aix-p.: «dar curso á una solicitud,
instancia, ex[«!<lientc, etc.. ó enviarlos
al triliiiiiali* autoridad ¡iipiedeiien ir».
Cursiento, ta, adj. vul^'ar. Cii-
iiiiii ieiilii, lii: dicese di- la pcrsíiiia ipie
juuii,".-!- Lin>o.s, ili;inca o liujii 11 des-
enfreno de vientre, S(.-guidillas,c;imanis
ó despeño. Son en este sentido frases
castizas: Eultir ó andar uno cornenle.
Irse uno de rarrla. Irse como ana ai-
nillu ó de ranilla. También significan
lo mismo los sustantivos correnria y
iorrenlia y los verbos zúrrame y zu-
rruscarse.
Cl'K.sii.KUÍA, f. Calidad de cui-si;
dicho ó hecho propio de una jicrsona
cursi. Por el uso qnc tiene y la nece-
sidad que hay de él, bien ¡tuede admi-
tirse.
Ci'iíso. ni. La acep. primera y fun-
damental es: «dirección ó carrera», y
en ella coincide con los francvses rours
y coursc. Lo advertimos pai-a que no
se tomen por galicismos algunos mo-
dismos castellanos; por ejemplo: El
curso de Ui vida (Le cours de la vie),
ÍMtr libre curso al dolor, á las liii/rinuis,
n las pasiones (Üonner un libre cours
á la dduleur, aux lannes, aux pas-
sions). AV curso de la rida puede ex-
presiirse también en «istellano jwr dis-
curso ("espacio, duración de tiempo»),
decurso («sucesión ó continuación del
tiempo») ó transcurso («paso ó carre-
ra del tiem|K)»). También lo adverti-
mos pira que no venga algi'in arclii-
chisico :i decirnos (pie s()lo pueden
usarse estos tres liltimos nombre-s. —
«.Serie de informes, c"onsultas, etc., que
precede á la resolución de un expe-
diente. l)ar curso á unu solicitud: se-
i/uir su curso el tiei/ocin, il prncpsoD. Es
otra de lius aceps. que tiene Ce uso y
en ella puede también encontraim! con
el franci'S: ]K)r eso hay i\w ii'sc con
liento, l'or cjeuqilo. Dar CUrsO á
una opinión. Imprimir curso
á una noticia. Tener poco cur-
so la .sátira, on muí fniscs < ¡islclia-
184
CUR
CUSP
ñas y habría que corregirlas por Pio-
■payar tina opiniún, BivuUjar ó ecluir á
mmr una notkia, Adquirir crédito,
acreditarse ó tener aceptación ó ser acep-
tada la mtira. De la fr. Dar curso dice
Baialt que «semejante modo de ha-
blar sólo puede aplicaree entre nosotros
á la moneda, ó lo que haga sus veces,
como cédulas, billetes de banco, etc.;
y aun así es galicismo: salvo que ya
está generalmente adoptado». — No sa-
bemos cómo habrán leído el Dice, los
que califican de chilenismo á cw.w
(ú. m. en pl.) en la acep. análoga al
adj. anterior, cuando expresamente di-
ce en la 6." acep.: «Despeño, á.^acep.»,
estoes: «desconcierto, flujo de vientre
ó diarrea». — Mes ó año en curso
no es expresión castellana. Véase Co-
KUIKXTES.
Curtiembre, f. ruriiduria, ndu-
beria y tendría se llama en castellano
el «sitio ú oficina donde se curten y
trabajan las pieles». í'xistiendo ya estos
tres vocablos, no hay para qué recomen-
dar á curtiembre, por más que se
use en algún otro Estado de América
y aunque lo haya empleado el clásico
Padre O valle: « Los materiales para ja-
bón y curtiembre de cordobanes,
mny aventájalos». ( Hintúr. Relación,
1. II, c. VI). En este pasaje se ve que
más Ijien significa el acto ó efecto de
curtir y nó el sitio ú oficina donde c^to
se ejecuta.
Cururo, ra, adj. Del araucano
ruri, negio: aunque (lay afirma que
procede del grito currrrrniro que re-
pite mucho la espece de rata campes-
tre y negruzca á ([uc se aplica ge-
neralmente este adj. En esta acep.
li. t. c. s. m. Los naturalistas har.in la
descripción y clasificación de este te-
mible y dañino animal. — Aplícase
también CUrurO, aunque no es uso
tan general en Chile, á los demás ani-
males negros, y aun á las cosas y á las
personas.
Curva de xivel. Término de To-
pografía que por primera "^'ez ha en-
trado en el Dice: «línea que resulta
de la intersección del terreno con uu
jjlano horizontal. Empléase en los dibu-
jos para figurar el relieve del terreno».
Curvatura, f. Se suprimió la acep.
que decía: «ley del curso y desenvol-
vimiento de una línea curva», y quedó
solamente ésta: «desvio de la dirección
recta».
Cuspar, a. Es V. que hemos for-
mado del s. siguiente y lo usamos en
el significado de-correr uno en pos de
otro y casi pegado á él, para darle
alcance: es la idea inmediatamente an-
terior al «teíííiíH'-castellano, que sig-
nifica: «llegará juntarse con una per-
sona ó cosa que va delante».
Cuspe, m. Del quichua Lrusjii,
ti'ompo () peón ligero. Es la trom/M
castellana, esto es: «trompo grande,
hueco, con una abertura lateral para
que zumbe, y punta larga de madera,
en la cual se enrosca el hilo [ó cordel].
Se la baila con la ayuda de una ma-
necilla agujereada en un extremo». —
También se llama aquí cuspe nn
trompito que se hace del eoíjnito de la
jialma y poco miis ó menos con el mis-
mo mecanismo del anterior. Estos dos
son los únicos cuspes que hemos co-
nocido siempre en Chile, muy distin-
tos, por cierto, de la peonza castellana,
por la cual han traducido aquella voz al-
gunos de los que han escrito sobre chile-
nismos. La peonza, que aquí el pueblo
llama malamente perinola y más
comunmente pirinola, es «juguete
do madera, sonícjaute al peón [ó t.roni-
CTJT
CUT
po]. ytero sin jmnta de liii-rro. _v ((He
í<e bncf Uiiliir ¡izotándolo con una cu-
rrea [ó liru de tela]». Pf riñóla es en
citstellano «peonza pe«|neña (.{lie baila
enandü se liai-e girar rápidamente con
d»» detlos un inaM<;uillo i|ue tiene en
la parte superior. El cueriio de est*
jujruete es á veces nn prisma de cuatro
caras manaulas con letra.-', y sirve en-
tonces para jiig-ará interi'S». — ComO
un cuspe, eí loe. muv usada: i\m
irraude agilidad ó li^reza. en colnnihix
(rápidamente, en un instante).
Cuspetear, a. Formado de CUS-
pe l«>jr la coiifusiiiii de el con peonza,
tpie liac-en alirutins: y, como á la jieon-
zu se la Ixiila azotándola, (|nieren que
este V., inventado por ellos, sijrnitique
también: azot-ar, zurrar. Ks de jkjco
uso.
Cutama, f. Kl I>icc. (juichua y el
aimará traen es-ta voz tal como la he-
mos c-scrito, txjn el si'_'nifi(«do de "c-os-
tal». Es m:is natural (|ue de aquellas
rociones viniera :i Chile, pues los Incas
dominaron luista el Manle. y lió que
de aquí fuera para allá. Por eso la
cutama queaiwrece en el Dice, aran-
i-iiio de Febrc« («es ciimo un saco (>
alforjiLS que hacen del ¡«liclio»), no
puede ser otra que la misma (piichua
ó aimará. Dáinosle en Chile el signifi-
cado general de-saco lleno de c-osas
domi-siicas para transiiortai-se; cual-
quier Imito luiis ó menos {rrando. — Kii
sentido fip. se aplica á la |ier8ona [m.--
«ada de cuorfio para montar á caballo,
Kubir aljTuna altura, etc. En este ca-so se
usi» también como adj. de una pdIm
terminal ■ion: /Ww.t mu;/ cutama;
Tan cutama que en enla mujer.
CiTbLi.A. f. Tenia la misma acei».
de «epidermis», y ahora hc le a^TCiín
la de '<]ieltVulai>.
Ci"Ti.>». Es anibiiruo en cuanto al
<;énero: el culis ó la ruti.i.
Cutitin, m. (iuiso de cochaynyo
mn frangollo ó aliíiin otro aliño. I', en
algunas partes de Chile. — .\plicase,
como !ulj., á la persona de color muy
negro, y siempre junto con esta última
VOZ: Xeijro CUtitín; lo ciüd dice nin-
cho más que in'firu curiche. Xo es-
tamos ciertos de su etimología, líien
|nie«ie derivarse del castellano culis
y del araucano lili, plomo, estaño:
cutis de i-olor de plomo, ó sea, oscuro,
negro.
Cuto, m. .Vilinitido en el último
Dice, con esta definición: «arma blan-
ca de cortas dimensiones, ¡i manera de
daga ó sablecillo, <jue como adorno
usaron algún tiempo los oficiales de
guerra de la ai'mada y guardiiLs mari-
nas, llevándola al costado izquienlo,
pendiente de un biricú». Es el franci'^s
rouleau, cuchillo, y á la verdad no tie-
ne para (jué figurar en un Dice, espa-
ñol, aunque malamente se haya usado
algún tiempo por los mismos españo-
les. ¡Cómo habrá celel)rado la inclusión
de esta voz el inqilacable Valbuciia,
que tanta burla hizo de ella en su Fe
ílc erratas: Incluye también á cutó
eii. su Vocabulario de Jíe.cicanismcit
(lai'cia Icazbalceta, como usado eu
Jli'jico en tiemix) de la colonia.
Cutrana, f. Ardid ó astucia para
engañar, especialmente al adversario
en los juegos. — Por extensión, suerte
para librarse de [¡eligros ó males. Tie-
ne algiin uso en el pueblo, pero no es
general en todo Chile. Piiode deiivai-se
del araucano culrniíi, dolor, enferme-
dad y enfermo: porque el dolor y la
enfermedad fingidos son muchas ve-
ce*, y sobre todo en gente astut.') como
la araucana, ardides puiM cons</L'UÍr
CUT
CUY
otros filies. — Alunna vez liemos oído
cutriana en vez de cutrana.
Cutre, f. Piojo ó piojillo lie las
aves, especialmente de las gallinas.
Talvez se deriva del araucano rutrru,
lunar, ijecaó señal negra en el cuerpo.
Outriaco, m. Guiso, generalmen-
te en forma de carbonada, y que tiene
mucha verdura, como ser porotos en
vaina, choclo picado, etc. Se usa en
algnnas partes de Chile y se deriva del
araucano cütrnin, coger verduras, y
co, agua. También podría entrar como
primer componente rii/rra//, choclO
de maíz. Véase Cliaucliau.
CututÚn-peuCO. Juego de mu-
chachos en que uno hace las veces de
esta ave de rapiña y trata de llevarse
por fuerza á éstos, uno por uno, y que
están tomados de las manos en liilera
ó en círculo. Entre el que hace de t/a-
llhia y el penen se entaliía el siguiente
diálogo:
—renco. fAe il.iirlc venís?
— Del p.ajonal.
— Á que venís?
— A robarte los pollitos (ó los pollos).
— Róbalos, si acaso podís.
É inmediatamente los pollos, que son
todos los niños, y la gallina, que es-
tá al frente de la fila ó en medio del
círculo, se defienden y se mueven y
agitan para no ser cogidos. El nom-
bre es araucano: cufuhhi: jugar al
milano ó al ptuco, por otro nombre á
la gallina clueca. En castellano basta-
ría Uamai este juego, juer/o del peuai,
ó el penco simplemente, como lo lla-
man también muchísimos chilenos. El
juego del milano, por el cual traducen
algunos el del peiieo, tiene, en realidad,
mucho de parecido, y especialmente el
de ;Madrid, en su última parte ó des-
ealace. Se ponen los niños (ó niñas)
uno tras otro, cogidos de la cintura, y
todos ellos de la cintura de la madre,
((ue es la directora del juego. Uno de
los del corro sale tres veces para ver si
está vivo ó muerto el milano, que es
oti'o de los niños y que se ha retirado
á un lado y ha cerrado los ojos como
muerto; á la tercera salida el milano
abre los ojos y el niño grita ¡Vivo! y
vuelve corriendo á defenderse en su
puesto. El milano corre también hacia
el corro ó círculo y hace esfueizo por
coger á uno, que generalmente es el
último. La gracia del juego consiste
en (jue los niños estén tan unidos en
todos los movimientos que hace la
madre para protegerlos, que formen
siempre una línea recta, pues á la me-
nor ondulación el milano podrá apo-
derai'se de alguno. Cuando esto sucede,
el niño que se ha dejado coger ocupa
el puesto de milano, y éste entra á for-
mar entre los demás, y el juego vuelve
á comenzar. Asi lo describe el Folk-
lore de Madrid, después de dar todos
los detalles y recitados de las dos pri-
meras salidas. En Exti'emadura, según
la misma obra, se juega poco más ó
menos lo mismo. También en Anda-
lucía y en otras partes, con alguna li-
gera diferencia y con el nombre de
San 3fíi/íiel >/ el Dialih, o El Duihlo
simplemente.
Crv.vxo, XA, adj. En sentido pro-
pio significa: natural de la provincia
de Cuyo, de la República Argentina:
relativo ó perteneciente á él. — Por las
relaciones que siempre han tenido los
chilenos con los habitantes de esta pro-
vincia, que un tiempo fué también
chilena y que para muchos era la iini-
ca que conocían de toda la Argentina,
cuyano suena todavía en el pueblo
chileiio como sinónimo de aryenliiw, —
CUY
CUY
Carambola cuyana s<- llaniii aiiní
íuiDÍliarmeiite la (|iie t-l I)icc. llama
(iiraniMu piifira: ciiandu la Ituhi im-
pelida |><>r la i|iie se arruju t*H-.i a la
tercera.
Cl'VO, VA. proii. n-lat. Derivado del
;reiiitivo latino nijim, tiene todos los
sigiiifíoulos de éste, y en el pl. (cuijo»,
cuya») lus del pl. latino quorum, quo-
rum, quorum. Por consijíiiiente, signi-
fica: del cual, de la cual, de lo cual:
de I06 cuales, de las cuales: de (juien,
de <|uienes: de i|uien, de i|uii'nes. Ks
pues una de la.< mejores riquezíis (|ue
ha heredado la lengua-castellana de su
madre la latina. .Vdemás del carácter
de relativo, tiene nii/o el de posesivo
s concierta, no con el ]xiseedor, sino
con la persona ó cosii jjoseida: «Mi
liemiano, ruija mujer está enferma:
\a |NitrÍH, fui/iif infortunios deploro».
Kxtrai.-lemi>s ahora lo mucho y bueno
i|ue ha esí-rito Cuervo sobre este pro-
nombre, porque c-onviene tenerlo muy
presente al leer lo que enseñan sobre
el ¡«articular la Academa, Bello y otros
gramáticos. •■ Entre <•«//« y su antece-
dente, ditv el gnin filólogo, puetlen
mediar varias palabras: en lo cual
nncstros clá.si(-os, usando de la liber-
tad que entonci/s había para el uso de
los relativos, llegaron a un extremo
<|ue hoy no fXKlria imitarse. En varios
de los pasajes siguientes se preferiría
en el lenguaje actual el empico de un
demostnitivoódeun simf)le ijoscsivo».
Keiujui algunos d(;es<)S pasajes: «Fue-
m del uimpo que tenia sobre Hona,
ruijo KurfM [fiel camfKj] se dirá luego,
formó otro», ((.'arlos f'oloma). «Ha
dii-ho los males que cometen (sitos do
<|Ue habla, y ¡xir rui/n rauxii [de los
males] liios los castiga». (Fr. Luis de
Le<)U;. 1 ALuru euentoii uueülrus detes-
tables siglos no esui segura ninguna
[doncella], aunque la oculte y cierre
otro nuevo lalierinto c-omo el de Creta;
[lorque allí j>or los resquicios ó por el
aire i-on el ivlo de la maldita solicitud
se les entnt la amorosa pestilencia, y
les hac-e dar con t<Hlo su recogimiento
al traste. Para niija sei/uridml [de las
doncellas], andando más los ticmiws
y cretriendo más la malicia, se institu-
yó la orden de los calmlleros andantes».
(Cervantes). Como estos, sigue una
multitud de pisajes de los mejores au-
toi-es en que el uso del citi/o apenas se
diferencia del otro tan reprobado que
han querido introducir algunos igno-
rantes. Continúa Cuervo: «Puede ser-
vir de anteceilente [á ii'i/o^ un con-
cepto anterior, de modo (|ue el relativo
signilica: de lo cual. «.S; ve claro cuan
principal me<lio sea ('-ste para hallar á
Dios. Para rui/ti confirmaríóa [confir-
mación de lo importante (|ue es este
medio] no dejaiv de decir lo que es-
cril)e San Huenaventuran. (Fr. liUis
de (iranada). «Muchas veces paix'ce
que .lob y sus compañeros dicen lo
mismo, siendo los intentos contrarios.
Para cuyo entendimiento [entendi-
miento ó inteligencia de lo cual, de lo
que dicen Job y sus compañeros] ad-
vertimos...» (Fr. liUisde J.eón). «Xo
para la envidia, que tan bien muerde
un vestido como un entendimiento: á
lui/a i/pxilif/ni [de ser mordido jHjr la
envidia] están infelizmente sujetos lo?
hombres (|ue tienen alguna gracia, si
los acomjtaña buena persona». (Lo])e
de Vega). Después de muchas otras
citíw análogas, prosigue Cuervo: "Ofre-
cen tal corres¡K)ndencia, entre otros,
estos modos de hablar: ú ó /mr rui/tt
fínutíi, por fuija razón, ú (i /larii ruiju
fin, ¡)or fuyu mulini, en ciii/o cuno, pur
4.s,s
CUY
CUY
niiio inp(lwi>: loíjiie coinpnio!>a liiniino-
samente con una cantidad de aniori-
dades, de las cuales sólo reprodncircnios
las de JovcUanos y de Moratín que.
según el caliñcativo de Bello (eneiiiiiío
de estas expresiones) son 'ceseritores
elei^antes y cuidadosos del lenguaje».
«Costeó una y otra [bóveda], /w/' cvt/a
razón se puso el escudo de sus armas
en cinco claves de ella». (Jovellanos).
«Procuraba de lieclio estorbar ii los
cartujos el cobro del salario de su cas-
tellanía, ü citijo fin hizo formal oposi-
ción de que se les entregasei. (Id.)
«Temióse en este año que el famoso
Barbarroja viniese sobre esta isla, mn
einjo motivo. ..se mandó artillar y pro-
veer de defensores este castillo». (Id.)
<( A menos que la exportación no s()lo
se prohiba, sino que efectivamente se
impida; en cuyo caso la reproducción
anual se irá disminuyendo». (Id.) «No
siendo verosímil que el cadalso levan-
tado para los vigías se pudiese soste-
ner sobre la punta del árbol ó mástil . . . ,
es preciso suponer que estuviese como
al tercio ó á la mitad de él, en nnjo
ritan sólo podría afirmarse por medio
de tornapuntas ligados desde su cir-
cunferencia al ápice del mástil». (Id.)
«Me hospedé en la Locanda de Due
Torri, magnífica, llena de escudos é
inscripciones alusivas á los soberanos,
príncipes y sátrapas que se habían alo-
jado en ella, /lo)' cuya poderosa razón
me sirvieron caro y mal«. (lloratín).
«Todo eóto nacía de la revolución de
París, (lor cuyo motivo se habían ce-
rrado los teatros de Bolonia». (Id.)
« Escríbeme noticias, con aquella seq ue-
dad histórica que refiere y no exorna, por
cuyo medio lograrás unirá la veracidad
la concisión». (Id.) Con esto creemos
que quedará suficii^ntemente defendi-
da la acep. nolnrial do cuyo, ¡nqnigna-
da {Kir Relio: pero agreguemos tam-
bién la doctrina de Benot: «Esta clase
de expresiones: por cuya razón, á cu-
ya señal, á cuya rinicj, etc., ha sido
muchas veces censurada, pero sin ra-
zón, por los que no ven significado
neutro en n(yo. Pero contra la ignara
censura protesta la práctica de todos
nuestros buenos maestros del decir. Y
lo romo del análisis lia sido tan exa-
gerado en algunos gramiiticos, que les
ha hecho incluir estas elegantes expre-
siones de lo neutro en la justa repro-
bación de la Academia Española ii
expresiones tales como: Box /lombres
cruzan el rio, cuyos hombres
traen arman; Una eatatua ile la Victo-
ria íte halló en la.i ruinas de Sagiinto,
cuya estatua he comp-ado. La Aca-
demia reprueba estas bárbaras expre-
siones, ].)orque en ellas desaparece el
sentido de genitivo que siempre osten-
tan los nexos cuyo, ya, cuyos, yas, sen-
tido preciosamente conservado en las
sin razón censuradas expresiones neu-
tras: jwr cuyo motivo, de cuya sefud, á
cuya i'isfa, etc.» Sigue Cuervo: «Se
usa [también cuyo'] acompañando á
nn nombre que va en oposición con
un concepto anterior: diferenciase de'
el cual en que representa además nn
complemento determinativo formado
por deiK He aquí algunas de las auto-
ridades en que funda esta doctrina:
Ii .averigüésele tambi'ín tener sus pun-
tas de hechicera, por cuyos delitos [de
hechicera] el corregidor la sentenció
á cuatrocientos azotes». (Cervantes).
« Pero casi luego comenzó á llorar una
criatura, al parecer recién nacida, á
cuyo lloro [de la criatura] quedó Don
.Juan confuso y suspenso». (Id.) «La
primera culpa que se le nota es no te-
CUY
CUY
■|.'<:i
ner jilan ni coorJiímcion, mu riii/;i
rircunxiuiifia [de no tener plan ni
(Moniinacíón] no lir.r escrito bueno ■•.
(Iriarte). «Úsase, por lin, el riii/o (ha-
bla todavía Ciien'o) como eqnivulente
del n-hitivo fjue ó fl rúa!, tin a:rrc<rar
idejí alirnna de pisesión. jiertenencia
ó deterniinaciúti». (Kte u-o si (jue es-
Lii reprol>ado por totlos los «iraniáticos,
y »on razón, pon|r.c va coi.tni ¡a ua-
tnralczn misma di-I vocablo). Ejemplos:
«Aconsejo el estu lio del fnincé', cu-
ya lengrua e-; tanto más útil, cnanto
no liar ya materia i|ue no se discuta
en ella». (JoveÜanos). «El malÍ!;no
i^piritu contesta al exorcista:
,;Piir «int' me tceren blrbira tan mjnte?
/•"" cuyo versóse Imrlóá un tiempo
Lope dfl abuso iiidictido y dn la ma-
nía de prohijar voces latinas». (Mar-
tínez de la Rosa). He aqní ahora
la conclusión á (jue arriba Cuervo:
«Hemos seííuido el uso del relativo
posesivo irniados |>or la Cürrespondeii-
cia de la prep. ile, hasta el punto en
que, desvanecido el concepto de pose-
sión ó iKfitenencia, viene :i convertirse
en ciuivalente del relativo ordinario
giif, ti runl, y ann ¡i eiiipleai'se en qa-
sos en que Uistaría un mero demostra-
tivo. Bello, el primero, tachó el empleo
de rvyo en Inirar del mero relativo,
o.-nsnra justa que la .U-ademia ha re-
forzado desput-s: es corruptela que
desviriiia el valor ori;:¡iiario de la pa-
hibni desiK)jándola de uno de los dos
elemento» <|ue c.)!i8titnyi;n su esencia.
Ik'llo extendió su censura :i cisos en
que R-.ihnente existe el coua-pto de
poscüión ó iK-rtenencia, cu el sentido
;;rarnat¡cnl. conm <<a;,'iizmente lo lia
piUMto en claro |)on Marco Fid'-l Sná-
T •■/■■. I'r.) 'iliín- no »:• usa referir el
relativo ruijn á un antecedente lejano
y mucho menos á un concepto si^ini-
licado por una projiosición ó intinitivo;
de suerte que, al conservai-se ciertas
fórmulas (pie tenían aquel valor nor-
mal, ya no las interpretamos coi;for-
nie al uso antiiruo. Por tanto y no
siendo de necesidad absoluta la con-
servación de locuciones en que fe jc-
trilica una voz qne tiene vida indejwn-
dienle. es todavía atendible la censura
de Ik'Uo, aunque no sean del todo va-
lederas los razones en que la ni)oy:i)i.
— Teiifran muy presente, sobre todo los
traductores del francés, la excelente
advertencia de Bello: «Xo es <;enial
del castellano el {liro (pie al uso de nt-
ijo suslitu3"e ú menudo un escritor
merecidamente estimado: «Cuando el
tierno y honratío padre hubo inspira-
do á su hijo los sentimientos generosos
y las máximas elevadas de que éste
consignó muchas vece? en sus obviis
el grato recuerdo», en vez de ai-
ijn ijraln re iwnlo rjn.iii/nó; «Roma,
sujeta á una tiranía de que nadie
podía prever el término ", en vez
de nii/o lérmino nadie, etc.» Y ¡cuánto
abunda este vicio en los traductores
de pane lucrando y, en general, en los
chicos de la prensil, que de latín no
aprendieron ni el f¡ui. t¡ii(ie, qiwd, y,
por consiguiente, no llegaron al geni-
tivo nijux.' En realidad, cuesta fami-
liaiizarsc con el uso de este pronombre
cuando no se posee el latín. — «.Ctii/o,
advierte Beiiot, no se usii con los ver-
bo.i (i meilUix que rigen de. I'or ejem-
plo : tener nrrexidad de, nrordame de,
olfid/irxr de. Con estos verbos, en vez
de <*////«, se emplea de que: Y.\ sonibre-
ro de que tienes necesidad ; Kl sombrero
de que no le lU'uerdas; La burla de que
no te olvida:;». — Recuérdese, jnir lílti-
400
CUY
CZAR
m o, que en iiiteiTOíiaciolics dirccías ó Czar, Cz.uíevitz y Czarixa se
indirectas nii/o debe ir siempre acen- escriben tamb!¿'n, seiún la Academia,
tuado: ¿Cúijo es este libro!'
E iclavo soy, pero cin/<,.
Eso lio lo diré yo;
Pues cuyo soy me mandó
No dijese que era suyo. —
(Antonio de \
Cuyuíitura, f. Coi/iniliin
Zar, Zarprítz y Zarina, pero nó
Tzar, Tzarevitz y Tzarina,
cimo alíiiinop si ele i liac-.rlo. (Jomo
] is formas primera y teic:ra sen in-
])roiiunciables en castellano, i o hay
in;is lemedio iiuc releí;', rías al olvi-
do y ii'.irdarse ron la se;i-nn(la linien-
mente.
SUPLEMENTO
Ababii.la :sE. r. Enfermar do la
Ktbiila un animal. Babitla es el «uju-
jiinto (le niúüculus i)uc, envueltos par
una íuljistancia p'gajoía, a;egura:), en
diversos a:iini lies, l.i a"ticu!i:ci >n de la
rótula con el fémur». El v. se usa e:i
l k1i> Chile, y. como está bie:i formado
y no tiene equivalente, que sepamos,
bien pucile admitirse.
Abadesal, adj. Pert4.'nec¡entc ó re-
Iniivoá la ai.ade;;!. Celda abadesal.
Asi lo usan en alirunos nu)iia<t«.'riiisdc
Santiajio. El equivalente castellano es
ubacütl: « certeneciente ti relativo al
uljad, á 'a ¡.bales i ó á la a'xidían.
AuA'iit.íJAi;. a. Véase lo dicho de
Abarrajado. En n¡ns;iin autor es-
jiifiiil liulii iiiiris hallado est:; v., l:aUa
q!i'- troin-zjiinoscDn él en los sermones
del I'. .Monso de Cabrera, en estos dos
jiasiijcs: «;<¿ué «e niij da á mí (pie te
.se t|nite prosto el entjjo, si mientra-; le
dura liuiidc-8 la ca.sa y ubarrajdx y
atr<>[>ellas cuanto te se [Kjne delante?"
( LllltPK i/rs/iiiV-1 lili ilniíl. -j." ilf Cll'i-
reuma). oCtiii ej^te enerno, ¡lucsto en la
Cilieza y fi-ente de la J'.;lesia, quedti el
hombre Uin valercjso y fuerte, (pii- i'l
'I»!" antes amio Haco eni vencido y
maltratado do los cncmiíros infernales,
ya los (ilinnajii y ati'oix.'lla por alii.
porque del ítoIixí de este cuerno (¡neda-
ron heridos y quebrantados». {í<eimóii
1 de la orlara de la Ejñfaniíi). Por
e;tas c¡tiís se ve que el signilicado de
este v. es sinónimo de atro/tellar; por
consisruiente, podría derivai-se de kira-
Jar, (pie en sus dos acejis. anticuadas
significa: «atropcUar, llevar de calle
al<ruiia cosa; reñir, altercar ó contender
unos con otros». La forma abarrajar
seria entonces la prominciacióu esfor-
zada (!e aqnel v., aumentada todavía
con la a prostética, tan común en
castellano.— Otra acep. que damos
aquí á este v. como r. es la misma (pie
entre los pcinianos le reconoce Arólas:
'(lanzai-se por completo en la ])erd¡-
ciiin y el esc-.iiidalo; no conocer freno
ni miramiento niiiíruno». — Otra acep.
r. (pie se usa en el Sur de Chile es
])arecida á l:i a. del I'. Cabrera, esto
(-•s: atropellai-se, llcvar.-e jxir delante
los (ibstáculos (pie inqiidcn el Iíj^to de
una (Dsa: •tLl.jío. (pir se abarraja-
ba; Abarrajarse \m- un enqilco».
— Eiiialnieiile, sc! usa también en el
•Sur en el mismo sentido (pie damos
492
ACÁ
ACÓ
ai 1 11 i ;l hariijiir. pero como r. Asi, ;i
uno que se resbala so le dice: Aba-
rrájate; esto es: deficndute del golpt',
lihrate de caer. — El p:\rticip:o abarra-
jado es para algunos desbarrajado,
quizái por su semejanza cou desbara-
tado: «de mala vida, conducta ó go-
bierno. U. t. c. s.»
Abocinarse, r. Ensancharse, á
cansa del uso, el agujero ó taladro del
cubo de las ruedas de modo que el eje
quede como jngando ó Indiendo dentro
de él. Es V. usado en todo Chile; mas,
por ser bastardo en su origen, no lo
recomendamos. En efecto, ni hocln ni
boii/ui, de uno de los cuales hubo de
formarse, significan el agujero ó taladro
ni el buje de la rueda. Véase Bocina
en el cuerpo de esta obra. A las voces
dadas ahí agregúese csfornija, f.: «ani-
llo de hierro que se pone en el pezin
del eje de los carruajes entre la rueda
y el clavo ó clavija que la detiene para
(juo no se salgan.
Abombarse, r. Embriagarse. Vé-
anse Abombado, Auojibar y Bomba.
Aburridor, ra, adj. Que aburre ó
causa aburrimiento.'Aplícase áper.sona
y á cosa, y es extraño no verlo en el
Dice, cuando es tan castizo y de uso
corriente en todas ¡jartes.
Acabo de año. Como acabo (lo
mismo que acabamiento) signilica:
«acción ó efecto de acabar ó acabarse;
efecto ó cumplimiento de alguna cosa;
muerte», han confundido algunos el
acabo (,íii ó término cíe año) con el
cabo de año, que es cosa tan diversa:
«oficio que se hace por un difunto el
dia en que se cumple el año de su fa-
llecimiento ii. Ojalá (pie el Dice, hubiese
principiado esta definición lo mismo
que la de aniversario: «oficio y m isa...»
AcaIjAMBUARSe, r. Padecer calam-
bres. Úsase en Chile y en otras partes;
y, como está bien formado y es nece-
sario, merece ser admitido. Uribe, en
su Dice, de (ialicismns. propone como
mejor encalambrarse, que tam-
poco ai^arecj en el Dice, ni lo hemos
visto ni oído en ninguna parte.
Acetileno, m. Termino de Quími-
ca, conocido en todas partes, que ne-
cesita ya entrar en el Dice. U. t. c.
adj.: Gas atetileno.
Acivilarse, r. Celebrar el llamado
matrimonio civil, prescindiendo del
católico. Es V. muy bien formado y
usado ya en algunas partes de Chile.
A'case Civil.
Acolita, f. Religiosa (|ue hace de
acólito ó más bien de cerof erario. Usa-
se en los conventos de monjas y debe
entrar en el Dice.
Acometividad, f. «Propcns'ón á
acometer, á arrostrar cualquier dificul-
tad. II En Frenología, protuberancia
que revela el ánimo y valentía)». Así
definía este vocablo en 18.j'J el Voca-
bulario de Luis MartytCaballero. El
Dice, de Zerolo copió literalmente estas
dos aceps. y agregó esta otra: «En
sentido más lato, propensión á reñir, á
buscar camorra por cualquier pretex-
to». Lo hemos visto usado en las no-
velas de Pérez Galdós y en la prensa
chilena.
Acomodo, m. «Empleo, destino ó
conveniencia»; es todo lo que dice de
este s. el Dice; por consiguiente, no
es castiza la acep. que nosotros le da-
mos de-aderezo, arreglo, ompostura,
ornato: El acoiuodo de la casa;
El acomodo de la ig-lesia. El v.
acomodar sí que la tiene, y en primer
término; asimismo acomodación, que
significa: «acción ó efecto de acomo-
u:ir». Acomodamiento c&: «transacción,
ACH
ADO
4 '.13
«juste 1) convenio sobre :ilgiiaa co&i;
cuniüilitlad ó co:.venienc¡ii».
AcoiTAUi, f. Vé-ise lo qne dijimos
actrca de él. Admítelo A:cs»rdo, distiu-
piido literato qne «cribe en la a.-atli-
tiidu revista española lUizmi ij Ff,
tonlinuándolo con la sijniionte antj-
ridad:
Lu viiUs qnc traemos na son viil.-»,
Y c»t<i vetálu en la primer seiimxk
Eu 'ic I i-dti, ccnai y oumidn».
(Ai:timniu (le IiiW-'J),
Ácrata , com. Del ^ego i, pri vat i-
vo. y Azi-nc, autoridad: sin autoridad.
Nombre in\eMtado ¡xir los modernos
deni:iiro,:;os y n«ado ya por ellos en lodo
el mando. Co.no los anarquistas (nom-
bre ipie fnsUíiicia'niente sifrnitiea lo
ini-m-j que ácrata, asto es, sin jefe ó
autoridad) han extremado tanto sus
doctrinas, asesinando reyes, presidei.-
les, etc.. ¡wr lo cual liau desacreditado
el ¡Kirtido. es natural ijuc bus(|Ueu
ahoni otra voz con (|ue denominarlo.
Por uso liiUita diarios han fundado en
variiLS lurtes con el titulo de El
Ácrata. Xo n:>s parece este vocablo
suticientemente maduro ¡Kira incluirlo
ya en el Diw.
Acreencia, f. .\nnf|nc hay (irrpf-
i!'i.\ ni, no hay necesidad de acreen-
cia, <|Ue se tr.iducj ■poTrrédilo. « l'arece
.•>u;,'eri(lo fior el francés cmiiire, y es
inútil», dice (.'uervo. Usase en Colom-
bia, Venezuela, Chile y probablemente
en otrns jtaises de ."^ud-América.
Achanchar, a. Dejar sin movi-
miento prwible una licha ó t;into en el
jne'^o de darna-í. V . t. e. r. tratiiiiduse
del ini.inio tanto ó del ju^jador á ipiien
¡lertetiece. — Kn el JHe;;o del doniinij,
dejar á un ju'^ador on una ó m:'i.s fichas
de [tdo iloble sin pnlür colocarhw ]K)r
' -'xTír ju'/idoyii todis las di-I mismo
palo. Ú. t. c. r. Estas lidias de palo
doble se llaman m Ciiile familiiir y
festivamente chanchos (vé;ise esU»
voz), y de ahí el v. achanchar, al
cual no hemos hallado c(|uivalcnie eu
castellano.
Acholloncarse, r. Es el ca.stc-
llano ariflillarse ó estar eu cuclillas.
Para sn formación «paix'ce ijiie se han
mezclado dos palabras del nmpuche,
dice Lenz: rln'ñodcinu estar en cucli-
llas, y lliononlrn, estar en cuclillas ó
apichadoM. Ú. m. la forma choUon-
oarse.
Achuicarse, r. Formado del s.
chuleo (proniinciese el diptfingo lU
tanto en el s. como eu el v. con acento
en la m), vasija chilena que jior su
forma sólo pueile estar tendidii. ó arrin-
conada, si se (¡uiera mantenerla recta,
significa este v. imitar una persona
tiguraJamcnte al chuiCO, esto es,
apocarse, avergonzarse, correrse, reti-
nindose por esto mismo de los demás.
r. en la provincia de Concepción y en
otros punios del .Sur. Véase ChuiCO.
Adefesiero, ra, adj. aplicado á
¡x-'i-sona. Derivado de adefeaio y usado
en Chile cu las aceps. (li¿-il¡K¡Hirnl(iil(ir
ó ilis/mnil<i(lo; de exterior ridículo y
extravagante por el modo de vestir.
Esta acep. se expresa en castellano por
la simple voz (ulf/cxlo, (pie como s. fam.
es: «jícrsona de exterior ridiculo y
extravagante».
Ai)OiiKKA,f. En castellano es: «mol
de para hacer adol)es. jj ant. Obra he-
cha de adobes, jj Provincialismo de
Sféjic:): ipieso en forma de adobe».
.\ipii llauíainos ác'stc, qiipKo de ado-
bera, p:>r la semejanza de su molde
on el de los adolics, y también (¡tipso
ilf ("iiiiiu-n, por hacerse de muy buena
cilidad en el pueblo de este nombre. —
494
AGA
ALA
El nouilü'c de adobera, que tambicn
claraos al molde de este queso, no est;i
tan mal dado, porque en realidad tiene
la misma forma de la adobera, j los
otros nombres que hay en castellano
(véase Cixciio) son muy generales.
Afarolarse. Tómese en cuenta
para su etimología la voz farolazos, pl.
íig. (disputa en que se llega á las ma-
nos) que trae el Vocabulario de Luis
Marty Caballero.
Afilalápjcks, m. Así se llama en
Chile un instrumentito moderno que
sirsx para apuntar ó sacar punta á los
lápices. Bien puede admitirse por lo
bien forniado y por ser necesario.
Afrecharse, r. Enfermar un ani-
mal, principalmente el caballo, por
haber comid ) mucho afrecho. De uso
corriente en Chile.
Agarraií. Cualquiera mirará como
incorrecto y plebeyo el uso de este v.
en proposiciones como éstas: «Pedro
aijarrá el vicio de laembiiaguez; Juan
aijarró la mala cosiumbre de criticiirlu
todo». Sin embargo, en el Vocabuhirio
ih refranes y frases del Maestro Gon-
zalo Correas, insigne y estimado huma-
nista de principios del siglo XV'IÍ,
leemos: <rNo se le puede quitar de la
cabeza»; frase que él aplica «al que
abarró alijoi». Y es claro que este al ¡¡o
no es una cosa material, sino alguna
idea, tema, porfía. Pocas lineas después
trae esta otra fr.: «Xo se lo quitarán
cuantos aran y cavan»; explicada así:
«una mala costumbre ú opinión ai/arrc-
da, ó palos, y lo semejante». El libro
de Correas se ha impreso solamente en
1ÍI0(). Aducimos estas citas, nó para
pedir que vuelva el uso antiguo, que
ya ninguna persona educada admitiría,
sino para explicar y jiistiticar el len-
guaje de nuestro pneblo.
Acta. Para la fr. Echarle ó
largarle á uno toda el agua,
tengase presente que 'íI Dice, de Borao
trae también esta otra muy parecida:
Echarle el agxia de San Gre//orio: re-
prender á algur.o con tuda lisura y aun
impertinencia.
Águila (Andar á palos con
el). Fr. fig. que entre nosotr.s s'giii-
íica-estar pobre, ó estar urgido por la
necesidad de t.il manera que haya que
defenderse de ella como un in liviJuo
que se viera acometido en sa persona
ó en sus animales por un águila y tu-
viera que ahuyentarla á palos. Xo te
puede nei;ar que la fr. e; ingeniosa y
expresiva.
A.jiLGUERARSE, r. Hablando de los
canarios, nacer ó salir alguno, por efec-
to del cruzamiento, más parecido al
jilguero que á su propia especie. || Can-
tar el canario á la manera del jilguero,
por la convivencia con él. Es v. usado
en Chile y como está bien forcnado y
hace falt.i, recomendamos su admi-
sión.
ALACAr.T"FE, adj. y ú. t. c. ?. Xom-
bre gentilicio de los indios que residían
al sur de los indios c'ionos, ó sea, al
sur del golfo de Penas, en la Patagonia
occidental é islas adyacentes.
Alagunar, a. y ú. t. c. r. Basta
y sobra con el castizo alii//ar (de hit/o),
a., ipie se usa t. c. r.: «llenar de lag(js
ó charcos». Sin embargo, por lo bien
formado y por haberlo úsalo los clá-
sicos, puede recomendaree también á
enlar/imar, a.: llenar de agua un cam-
po, como si fuese laguna. Aunque no
aparece en el Dice, lo ha sácalo a
nueva vida el P. Mir en su reciente
obra Rrhmco de voces castizas, auto-
i'¡z:indolo con dos citas de Ijnenos
autores.
al:
ALM
■105
AiaR'iADKRj, f. Término do Quí-
mica usi.do Cii Cliile y en toda? partes,
qne no a^-KwcCf en el Dice. El Enei-
elopi'tliio Hispaiio-Anv. ric.ina lo de-
fine as;: «tubo de vidrio fusifurmc
cin el el Kuiebauíientj en sa mitad
anterior y que s: adapta al mello de
lius retortas en aljíimas oferac!oi:cs
destila tiiritis...»
Ai^loi;(.t.\k-;k. Vi^se !<> diei¡o Folire
él. I 'sin la bs cliisicos tratándosí- del
caballo, pero no en el sentido exclnsivo
dc^iifalirílfirse,fiino en el de tnrbarse,
abitarse ó moverse en distintas dirco
ciones. Asi inervantes dice en el Quijote
(F.", X.\): *.A¡boroli')te Rocinante con
el estruendo del a^na y de los grolpes;
y, sosetrindolc Don Quijote, se fué
lli><;ando poco á |xx-o á las casas»,
fionzalo Correas, definiendo en su Vo-
tahulario el v. enermonnrse, dice: «le-
vantarse en dos pies el caUdlo relx'lde,
allioroltnlo». (Este menmnarsr es paní
el Dice, fiiariiieiiiarsp, de in y aniiii>¡,
espalda ó lomo de los animales).
.\LEnz.vi,, ra. Sitio ó terreno planta-
do de ali.Tces. Se n&i en t'liile y está
bien formado: ;iior (¡né no admitirlo?
Ai/;az.viia, f. Su ncep. más anti<;na
es: «vocería de los moros al sorjirender
ó acometer al enemigo i>; y la más nsnal
ahora: «ruido de mnclias voces juntiis,
fjne por lo común nace de alegría». En
el Sur de Chile ae usa también jxjr la
n]uche<lund)re ó mnltitnd que da esUis
voces; lo que tiene alguna nnaloiría
con lu nueva acep. que en sn O'ifiii
Ihrr. ih la leni/mi r/isMIdiia ha a^iv-
frndo á esta voz Don .\niceto de Pajees:
«tropa de moros (¡nc levanta vocería
ni sorprender ó acometer al encmi<,'0T«;
nivp. nntori/adn con esta cita de Don
AlfoiiHo el .Sidiio: »Echó huf;o mis ni-
yuzara» i corrieron toda la tien a ».
.Vi.iAXCi.sTA, com. Tsase en Chile
en el significado de-individuo ó miem-
bro de los dÍ!-tiut<is partidos políticos
que forman una alianza; como adj., lo
aplican á todo lo (pie se ix-ficre á la
misma alianza. Piensa ó diario aliini-
rislo; dorliiiuis nliíinris/ax. En estas
dos aceps. no hay inconveniente para
nceptnvlu, portpie i stá bien formado y
es irreemplazable por otro. Alindo,
rolii/ddu y roiiffdoriido, auiuiue pa-
ivciilos no expresan exaetüincnte Id
mismo.
Alianza, f. Por donaire y á imi-
tación (le! fianct's (dlifa/f, llaman así
altrunos la mezcla que de varios licores
luiccn en el mismo vaso. En c;istellaiiü
hay. para expresar esta idea, el s. eahi-
hritidd (mezcla de vinos, csiiccialmente
de blanco y tinto'; fitr., mezcla de cosas
divei-sas) y el v. rhtimpurrar ó chtifii-
rmr (mezclar un licor con otro). —
Véase Lianza.
Alienado, da, adj. Enajenado,
sus¡K.i)ío, filtra de sí. Usado repetidas
veces por l-'ray Luis de (i ranada y otros
cliisios, del» lijrnrar en el Dice, como
anticuado, porque en realidad lo está.
Uesuc-itarlo con el sifíiiilicado de-loco.
deme;ite, sería, más (lUe «ralicismo,
locura im|ierdüiiable.
Almidón cortado. Tilámase así
en medicina domé-tica el qtie, desleído
primero en agua fría, se cuece en se-
guid;» dejándole caer agua caliento.
Por consiguiente, no (pieda tan cocido
como si hubiera sido h.ervido; ]Tero
tanijioco qne:la roí Indo, como la leche
ó los huevos cuando realmente se ro/7ír;í.
Xo vemos pnes razón ])ai a la expresión
almidón cortado. Si no se quiere
llamarlo ron'dn, llámesele eiitf)iices.w//-
mrhiidi), por(iue síilo queda cocido ú
medías ó melio cocido.
40fi
AMA
AMB
Almohadilla, r. Además del
acerico, como so dijo en ul cuerpo de
esta obra, ha usurpado cii Chile el
significado á otras dos voces: anarra-
í/or, in. («especie de almohadilla que
sirve para coo;er por el asa la plancha
palientex) y muiidiUo, m. («almohadi-
lla cilindrica de seis á siete decímetros
de lartro y unos dos de diámetro, que
usan las mujei'es para hacer encaje»).
Alorarse, r. Del adj. castellano
loro, ni, (del latín Júridiis, negro, os-
curo), «de color amulatado ó de un
moreno que tira á iiegroi. Usase en el
Norte de Ciiile en el mismo sentido
que el adj. que le ha dado origen, esto
es: ponerse de color amulatado ó negro
á causa del sol ó de los vientos; ó me-
jor, como decía la negra del cuento:
Con l>,s vientos y los choles
He mudado los colóles.
En castellano hay atezar y fnnoijrecfr,
activos que se usan también como ro-
il-.jos.
Altear, n. «Entre los madereros
de Chiloé, subir al palo más alto con
el fin de explorar la montaña para el
mejor trazo de la senda». (Maldonado,
EiliuUos soh'C CMloé). Basta, para
expresar esta idea, el castizo nlmr, a. :
«registrar desde lugar a'to lo que está
abnjú».
Alverjado, m. Guiso de alverjas.
Como lo que en Chile se llama nlrvrjii
(véase esta voz) no es tal sino ijnhai)-
If, es claro que no puede admitirse otra
voz m¡is, pi'ocedente de tan mal origen.
Ama .seca. En el cuerpo de esta obra
reprobamos esta expresión, porque, ha-
biendo en castellano otras voces que
expresan el mismo sentido, no es ella
necesai'ia. Ahora vemos que la admite
D. Aniceto de Pagés en su Dice, pj^-
tumo, que actualmente se está publi-
cando. Defínela: «nodriza que, después
de haber retirado la lactancia á la
criatura, se queda en casa de los padres
para seguir cuidando de ella»; acep.
que confirma con esta cita de Eusebio
Blasco: «Hija mía, yo te crié, me que-
dé de ama seca, después de doncella».
Sin embargo, el uso general llama ama
seca á toda 'niñera, aunque uo haya
pasado por el oficio de nodriza.
Amarra, f. A lo dicho en su higar
tenemos :quc añadir que una de las
amarras usadas por nuestro pueblo es
]a fronda castellana, término deCirugia
que significa: «vendaje de lienzo, de
cuatro cabos y forma de honda, que se
emplea en el tratamiento de las frac-
turas y heridas».
Amateur, m. Galicismo innece-
sario con que atormentan la vista y el
oído castellanos los que chupurrcan
cuatro palabras del francés. Dígase
aficionado ó apas 'onado y santas pas-
cuas.
Ambo, m. Falta en el Dice, la acep.
que tieíie esta voz en la lotería casera,
esto es: suerte que consiste en sacarse
dos ni'imeíos de alguna de las combi-
naciones que lleva el jugador. || Usase
también en Chile por-conjunto de
pantalón y chaleco, hechos de la misma
tela. La lógica del pueblo ha consistido
en rebajarle un niimcro al temo, lo
mismo que ha hecho en la lotería.
Ambucia, f. Ansia en el comer,
vora<-idad. Se usa en algunas partes de
Chile. Evidentemente tiene el mismo
origen que los mejicanismos lam-
brusco (hambriento, goloso) y lam-
brusquear (golosinar), que á las
claras cst;in diciendo que provienen di'
/lamlrre, talvez por intermedio ó por
semejanza del aragonés l.imbroio, glo-
ANO
ANG
•in:
;..!!. I>'l-M.i ii;ii;> (.■.><.TÍliii-se oiii ii
(Hambucia).
Ambuciento, ta, adj. Ansioso,
voraz. Di-rivatlo del anterior y nsailo
también i-onio el.
Amk.v. Kn el I Vrt /?»//«;•(</ tic (íonzii-
lo Com-a? luiUainüs lu fr. «Sabe res-
]ioii<liT á los «//«•«i'.i», i'xplifsida asi:
<el <|no sube llevar el t;nsto y conili-
ción». Curresponde exnctjmicnte :i la
moderna /Jfniíli- el ntitcu li ciin. y es
m:L- |iiii|i¡a y e\acia.
Americana, f. Asidto f|ne k>
empieza tomando jor la espalda los
brazos de la victima. .\si define este
chilenismo mtHlerno nn ]X'riódieo joc-o-
8i). Probablemente proviene esta acep.
del nso .tít:. (pie liaría aljnin pillo del
vo«iblo aiiifíiainfi (especie de cliaqneta
cpie liaja liasUt los mnslos), diciendo,
jx)rejemj)lo: «Voy ¡i ponerle lo ami-ri-
riinii á esta persona», co<:¡éndole al
mi-imo tiempo los brazos ¡lor detr.us.
Amoñar, n. Echar moño el ave.
Tiene al'.'iin ühí en Chile, y, aunqne
no le conocemos ctpiivalentc en caste-
llano, no nos atrevemos ¡i recomendar-
lo. Va\ el Dice, sólo aparece su contra-
rio iltxiiuni(ii\ a. fam. y ii. t. c. r.:
«'piititr ó descomponer el moño».
AiiOKTifíiAit, a. y n. t. c. r. .\nnquc
tiene la acep. ñ'¿. de « hacer menos viva,
efica/., intensa ó violenta al(;una cosa:
fiiiiorlii/ufir fl fiifffo, lii luz, *■! ruiíln,
un (iferlii, una p»»lún«, en Chile, tra-
tíindose de hortalizas, le ha usurpado
8U lu^ar :i fMrahltir, a., r|ue es el v.
prí)pio ¡mni el cjiso: -Ijañar con a<rna
hir\-¡endo una cosa».
Ancestral, adj. Relativo ó perte-
neciente ;i jir. abuelos 1) antepasados.
Ks formaílo del fiimtrs iiiia-lii>.i y,
uun<|ni' usado ya por alirunos en Ks]ia-
ü\\ y Aiui-rií-a, no con\ lene dejarlo
]iru.-.i)eiar ¡K.r su mal oiii:en: usife en
su lufrar altii iiw, ra: perteneciente li
relativo al atavismo, y ipie ha sido ad-
mitido en el A]Vnd¡c-e del último Dice.
A.\I>I!KS (8.\N), I'KILIS lOCIllAS. I>i-
cho usado en todo Chile para indicar
fpie en el día de este santo (:!(• de
Novieinbrí') están las piaras en esUtdo
de comerse cocidas.
AxEXO, m. VA Dice, lo admite sola-
mente como adj. de dos tenninacionrs,
sin advertir (juc se usa t. c. s. ni. Kn
Chile es comunisimo este uso en el
sentido de-documento ó pieza (pie
como comprobante se ap;re<ra al fin de
alíriin manuscrito (i impreso. V . t. en
Méjico, como se ve en el Dice, de lla-
mos Duarte. En riiror, no hay necesidad
de (A en castellano, pues su s¡£;nificado
puede expresarse con a/>viulice, inn/ni-
menlox, iloriimpiilox, papeles ó pieza n
pislifiraliraK, romprolmiilex, etc.: ¡xto,
ya fpie está tan bien formado y tiene el
uso de dos repiiblicas ¡wr lo monos,
bien puede admitirse.
ÁNfiAs. ,;Ser;i corruiK;ión ih /uililax,
cansada jior la fuerza atractiva del
consonante mant/ax.' Mien puede ser.
ponjuc el sentido es el mismo de la fr.
castellana /Je huldax ó ile tiiaiii/as: dde
iiu modo ó de otro: [lor bien ó por nial :
(piiera 6 no (juieran. «Si me dura el
oficio, yo buscan' (|ué enviar, de /lalilan
ó <le inangash, escribi(i el (iobernador
de la ínsula Baratarla :l su amo T)ou
Quijote (II.-', LI). YA sentido de este
pasaje armoniza perfectamente con el
de la fr., ann(|ne Pellicerdice (pie lial-
iliiK sijíiiifica iKjUÍ los derechos f|ue
Sancho debía percibir como íiotx'rna-
dor. En todo caso el sentido li<r. es el
niismo.
Angeloro, m. C(,rnipei(ni de a,i-
i/elóiUiii. irellilivo lie pl. jal ¡lio. Coll la
49«
ANS
APA
terminación en ónim, por ser Uirsa y
sonoi'a, acostumbran los principiantes
de latín y ct pueblo que les oye expre-
sar familiarmente la idea de aumenta-
tivo. Por eso angreloro es el pár\ulo
que por su cuerpo ó su edad ya no
merece el nombre de anfjríi/o (véase
esta voz), porque ya es un ¡insrel gran-
de, nn aniíclíiu ó anf^'elotc. De estos
tales cree el pueblo que al pasar por el
purifatorio alcanzan á chamuscárseles
las alas; lo cual, tomado en íjcneral
como pena ó castigo de purgatorio, es
cierto si el angeloro ha tenido la
malicia suficiente para cometer pecado
venial.
Axni.v VIL!. Loe. ¡atina que se usa
en Medicina para significar todo ani-
mal ii'racional que sirve para experi-
mentos ó ensayos. La loe. completa es
■in anima rili; pero el uso, y especial-
mente fuera de la iícdicina, le va qui-
tando la prcp. in. «Es público y no-
torio (]ue los funcionarios postales son
en España el ánima vili y la carne de
cafión de los cambios de ministerio)*.
(Dr. Thebussem, Un piief/o de cartaa).
" Dejen de ser las jjostas ánima rili,
donde estrenan ó ejercitan sus lance-
tas aprendices del oficio». (Id., Frua-
Jeriaa posiak-i). Así la hemos visto
también en obras de médicos chilenos,
y creemos que puede ya entrar en el
Dice.
Anquento, m. Nombre que se da
en Chiloé á las papas que, rayadas con
conchas de choros y ahumadas en el
hogar, se secan y conservan convenien-
temente, tomando así un sabor azuca-
rado. Del araucano ancini ó anqnen,
secarse; cosa seca.
Ansioso, sa, adj. Hay r|ne estirar
más la 2." acep. del ans¡o.io castellano,
para hacerlo siiiónimfi, porque lo es, de
arillo, roraz, (lovorador, ei\(julli<lor. IjOS
conceptos expresados por famélico ó
h'imbyienlo,\K)Y f/lolón j r/oloxo, íion algo
distintos del de ansioso, y más distinto
aún el de Iraf/ón, ó lra(/anlón,romilnn,
zampa lorian ü zamj)aliiitIii/o>i ó zampa-
holloa ó zampapalo.
AxTOxio (.Sax) bendito no comr
NI 1!EI!E Y SIEMPRE ESTÁ CORllITO.
Adagio que por gracia ó donaiiv se
aplica en Chile á la persona de buena
salud que la conserva sin esfuerzo.
Añejo, ja. En la acep: censurada en
el cuerpo de esta obra, se corresijonde
por rancio. Así también el v. nñejar y
aJicjarse se corresponde en la misma
acep. por enranciar y enranciarse..
Apache (Estar)- F^í^e fam.
usada en el Sur de ( 'hile, que se traduce
por las castellanas Morder en tin confile
y Comer en vn mismo pialo: «tener dos
ó más personas grande amistad ó con-
fianza". El juez está ahora-muy apa-
che con el gobernador. (Véase Cum-
pa). ;Scrá antífrasis de lo que hace
el indio apache, esto es, asaltar, asesi-
nar.^ ¿() enti'ará en la frase la pace ita-
liana, que se pronuncia jonr///' y signifi-
ca paz? Decídanlo otros con mejores
datos.
Apachugarse, r. Es el castellano
alebrarse: «echarse en el suelo, pegán-
dose á él como las liebres «. T'sase en
las provincias del Sur de Chile.
Apañado, da, adj. Es el caste-
llano panado, da: "dícese del lííjuido
en que se pone en infusión pan tostado,
con lo cual en ocasiones se sustituyen
los caldos».
Aparatero, ra, adj. Lo registra
también Borao como usado en Aragón:
«el que pondera con exceso la impor-
tancia de una cosa: en ocasiones es
sinónimo de aparatoso''.
APR
ARI
Apilguarse, r. Ilciuir lallo piL-
in;iciiro liis lct!iii;^i»s y otnis bortalizas.
K» el rnl,iUn:f,- luítcllano: echar tallu
las ¡ilaiitiis y arlHjl'js. I', t. c. r.
Apitiguarse, r. y li. m. til el
jKirticillio i>asi\o, apitiguado, da.
Foniiuilo de ¡liliijuí: ave t-hilciui del
onKn de las tajwdor.LS. (Vc-ase en &\\
hi;.'!ir). Kl V. siiriiilica abíJtirse.geiitirsc
]m!>ilaiiiin&,HiKirci-¡ciKl() al misino tieiu-
}») del-rado o llaciiclio. — Al^'iinus saii-
tia.'iiiiios ji<>r errur lineen al participio
apitiguado sinóniuio de elri/anif,
¡Hiqiirlf, ó ¡ueiuiida, traUtiidosc de
lutijeres.
Ai'iTOXARsK, r. Adelgazarse o jras-
taree en las puntas el eje de los carrua-
jes, aira-tíis, etc., por el rozaiuieiito
con los l)ujes ó con l'js cnbos de las
rncíliLs: p<jr lo ciwl lle;_'a :í tomar la
forma deyí/u/i, de donde se ha formado
ti V., y necesita calzai-se. Ü. en el Sur
de Chile. \o conocemos en c;L«.tellaiio
otra voz imr.i expresar esta idea, y,
como el cliileiiÍ!ímo está tan bien for-
mado, seria de desear íjnc lo acofrieni
el \)\l\:
Aplastapapeles, m. I'ts(i/Mi¡i(len
es el ei|iii\;tlLiite, adiiiilido cu el Sil-
plemeiito de! último Dice, y definido
iisi: «utensilio <|ne en las mesas de
cHritorio se jioiie síjIjiv los papeles para
«pie no se mnevaiiii.
Aporca, f. No hay sino ti/ioiat-
diint: ".iix'ión ó efe<.'t<> de a])orcar».
.\i'iiiOR¡!¿THO,< A.adj.Voz formadií
de la e\[iri-sir)n latina (■/////o;/, adniiii-
da en el IHec, y (pie están usando
iKistunte los modernos en el mismo
K-ntido de esta expresión. Y hasta ha
liabido tilówifo <|iie en su texto de Fi-
lo»>fia usa el s. derivado a/uiorii<lii ís-
mu, lücii purd"' admitirsí- [Kir lo menos
Arcayata, f. Este chilenismo,
incluido en el cuer|X} de esta obra, es
la voz castellana (tkaifíiUi: uclavo con
cabeza acodillada ijue sirve jiara suje-
tar bien lo ()uc se cuelipi»; (jue es el
mismo s¡!;niticado de ennir/ihi. C'ou
esta defiuieión se explica bien que dos
iili-(ii/altui formaran una cernidura,
auiKpie ]K)r cierto bien sencilla. Y ipie
el tal clavo andaba en esos olicios, lo
dÍL-en, m;is claro (pío el Dice, estos
vei-sos de Alarcóii:
Pncs »1 salir |xir 1» piu'i t;i,
Omio iba iirriniarío. asiúiiic
Ln alcayota de In aliluba
Pur li)3 tiros ilel estoque.
{Ln ccftlíitl .«(wyicv7í0í«. II. '.').
AiiEXíiA, f. (Véase en su luu'ar). No
hay duda de tjne se usó taml)ién en
aistcllano la aap. viilpir y fani. (|ue
aipií le damos, como se ve jwr estas
autoridades:
Si'gucnic. y sin más nnní/n
Despide tal iWDsainieiitti.
(Cirtagoiia, cu el Cuncionifo de
Hcmíinilo del Custillu).
(ttll amo rei)lieü no st- (pK- wwií/íí.s- y
diseulpasi.. (Qnijn/r, 1.', XXXI). En
aml«)S pasajes no sitrnilica nmuja lo
(pie ahora dice d Dice, sino lo ipie
decimos en Chile. Coiivendria pues
iiifhíir esta iiwp. como fam.
Arguenero, ni. 'J'iene lamliiéii la
ai'i p. (le -vendedor de i>rodnctos, horta-
liza- li comeslililes (pie se llevan en
arguenas.
Arincarse, r. h's/,fíiii:sc: i^iu-rse
el \ iciitre en disposición de no poder
evacunrst.'. l'ara la voz activa hay los
verbos astiiiii/if y fK/i/'linif. Esta es
la acep. ireneral (pie tiene en el centro
y en el Sur d(! Chile — l'or extensión
w iisii laml'jcii en ¡il^'iMias piíi'tes ¡lor
ARO
ARR
atnigaiitarsu ó atorarse, y aun por
pegarse ó adherirse los guisos ;'i la olla
mientras hierve. La etimología es el
sufijo castellano a y el araucano n'cn-
ctim, estacar.
Armado, m. No tiene estas aceps.
de (innadura: «pieza ó conjunto de
piezas unidas unas con otras, en que ó
sobre que se arma alguna cosa. || Es-
(]ueleto)); ni mucho menos estas otras,
que son propias de alma: «lo que se
mete en el hueco de algunas piezas de
pocaconsistencia para darles fuerza y
solidez, como el palo que se mete cu
hacheros de metal, varas de palio,
etc. II Huecoió parte vana de alguna?
cosas. II Madero que, asentado y fijo
vorticalmente, sirve para sostener los
otros maderos ó los tablones de los au-
damios». — Armado sólo significa en
castellano: «Cada uno de los hombres
con'armadura y lanza, que en semana
santa suelen dar guardia á los monu-
mentos y'acompañar algunos pasos de
las procesiones».
AiiMADOR, RA, m. y f. Persona (jue
arma, en la acep. que tiene armar de
iccoucertar y juntar entre sí las varias
l^iezas de que se compone un mueble,
artefacto, etc.» Falta en el Dice, esta
acep. de Armador, que es común á
casi todas las artes y oficios. En Zapa-
tería, por ej., el armador es el ijue arnuí
el corte do zapato en'_la horma, el que
lo amolda'á ella ó lo ahorma.
Arjioxizablk, adj. Capaz de armo-
nizar. Bien puede entrar en el Dice, en
esta forma ó con h, como la tiene tam-
bién toda su familia desde ¡ifniíonia
hasta harmonizar.
Aro, apellido. Tanto el nombre
geográfico como el apellido, que sogu-
raníente se deriva del mismo, se han
escrito en castellano con h {Haro),
porque sin duda la etimología es el
oá:o: griego y phartis latüio.
Arranque, m. «Principio de un
arco ó bóveda», es la última acep. que,
como propia de la Arquitectura, le da
el Dice. Aquí llamamos también arran-
que el principio de un muro ó pared
que de intento se deja, generalmente
en forma endentada, al lado de otra
pared ó muro, para continuarlo cuando
convenga. — Tampoco están bien defi-
nidos en ninguna de las aceps. figs. los
arranques de los poetas, oradores, etc.
Arremingarse. También puede
proponerse como etimología la voz
castellana Jlin¿/o, aféresis de Dominrjo
y usada en la expresión fig. y fam.
Más galán que Jlini/o: dícese del hom-
bre muy compuesto y ataviado. Las
sílabas arre pueden provenir de la
interj. que se escribe con las mismas
letras, dicha en este caso por burla ó
donaire, ó del v. anticuado arrear,
poner arreos, íidornar, hermosear, en-
galanar.
Arrenquín. Luis Slarty Cala-
llero, en su «Vocabulario de todas las
voces que faltan á los diccionarios
castellanos», impreso en ^íadrid en
18d0, incluía ya esta voz en la forma
arrequín, como ameiúcanismo y con
esta definición: «el caballo que sirve
de guía á los demás de la recua».
Arrepollar, n. En castellano es
repollar: "formar repollo. Dícese de
ciertas plantas y de sus hojas. U. t. c.
r. » — Así r. y figuradamente lo usó con
gracia .Jotabeche hablando de una se-
ñora que, al sentarse en el suelo, aco-
moda muy l)ien su vestido: realmente,
queda como repollada en medio de él.
Arriscar. La acep. que hemos cri-
ticíido de este v. y (]ue es harto comiíu
en Chile, parece andalucismo, pues la
ASA
ASP
.i>.i í.iííiÍm< a i-l r. Vr. Alonso lie Ca-
breni, uNcckntv autoriilail. Pu'ti's, (¡iic
lü incluye cu su Dic-c. la define: «eii-
crt-spnr*; aplica-ic principiílinentc á
las olas del mar*. El pasaje del Padre
(.'aba-ra es i-ste: «En la mar no hubo
tonnenta ni se íinisi-aron las olivs, an-
tes fc- i|Uedó sesjra como primero!». El
sentido de ambos no es exactamente
¡j;ual al (|ue usamos en t'iiile; jk'po,
como se ve al'_'una semejanza, es evi-
dente r|Ue la acep. chilena ha procedido
de la andaluza.
Arrobadera, f. I' sanio los ih.tíií-
dicijS l\r ;lUTÍLllltlini Cll cl UlisUlO sij^ui-
lieado de pala de buey. Es corrup-
ción de ii)/,(ii/>'iri, ijue es el nombre
ciuitizo de este n|>ar.ito. .\si lo denomina
el Dice, y también Irailla, y lo define:
«e-^jK-eie de cogedor •rninde <iue, ari-.is-
trado jior una o dos caballerías, sirve
p iru igualar los terrenos Hojos, llevando
a los sitios Ijajos la tierra <|ue sobresale
en los altos ». Como en ( 'hile, en vez de
calwllcriius, se usan para esto más co-
nmnmente luR-yes, si; lu lia dado el
nombre de pala de buey <> pale-
buey. pala á buey y palabuey,
oiniii dice el iiutlili).
Arrumar, a. .\ parece en el iJicc.
e-oiiio ti-rniino de M:irina únicamente:
«distribuir y rolo(_-ar la carija en un
buijue». .\si i|U". no sijrnilica poner en
rimero, ruuHa o montiui, :irrinconar,
arrimar, amontonar, como i|U¡ercn al-
guno». Véase Ruma.
.\s.iii, a. Expivsaino.s con este v. dos
idea-H ipie no son propia.^ de 61 sino de
tinu manera muy genend. Como esto
»cTÍa emiNibrecer la lenirua, enmendi'-
nioiKw y iLSemos los verljos propios y
CiUttizos. I'lxu »s son : ¡n-nliiiiir, a. : •< soasar
lii jM-rdi/. 11 cualijuierotra ave li vianda,
jMru i|Ue se conwrve algún (ieinjn) sin
Jaüaite. || l'repaiar la carne en cazuela
con alguna giitsí», paní (pie esté m;LS
substanciosa», y soiueasai; a.: «volver
:i pxmer :i la lumbre lo que estit asado
ó cocido, para ijue íe tueste».
Asardlnado, da, adj. Aplicase
á la obra hecha de ladrillos, adobes ó
piedras cuando van puestos de canto.
Es voz usada \x)r los alliañiles y cons-
tructores chilenos, formada, indudable-
mente, de sunliiid: «obra hecha de
ladrillos puestos de canto y de modo
(¡ue se toipien por sus «iras».
Asollamar, a. Sollamar, 8.: «so-
carrar una cosji con la llama. U. t. c.
r. » — Asi c. r. se usa en algunas pro-
vincias del Norte de Chile en la misma
acep. (jue dimos á Alorarse. Véasele
en este Apéndit'c.
Aspa, f. Extensión (i cabida de una
mina, conforme á los límites «ire se le
bandado. Esacep. muy us;idacn Chile.
Asi'Kiio, KA, adj. ; Puede decirse de
un caballo y de un carruaje ijue son
)isj)fioi< en su andar? .\1 ver las dehiii-
eiones del Dice, jiarece que nó; pero,
aiK'lando á la metonimia, que toma la
causa jx)r el efecto, si. Y, como esto es
ya de u.so gener.il en todiís i)artes,
crcrmos (pie debe reformarse ó expli-
carse más la iiltima iu'cp. tig. de .\¡5-
i'KHO, que dice así: «Riguroso, rígido,
austero, contrario á la afaljilidad ó
suavidad. O'fiii'o áxjicio; J-Jslan'ún á.yic-
lao. La liltima palabra: «contrario á
h...su(iríila(/», pudiera ser favorable
para nuestro caso; pero ;del)c entm-
densc esta suai-hlad en el sentido ma-
terial ó cu el Hg.? Esto es lo que delje
aclarar el Dice.
AspiertO, ta, ailj. Vulgarismo
chileno |Mir i/cs/iinl", jirincipalmente
en la acep. Iig.de «avisado, advertido,
vivo».
502
ATR
AY-J
Asurar, a. y ú. t. c. r. llulilanJo
de las viñas, perjudicarlas el viento
sur, hasta el punto de no dejarlas
fructificar ni aun crecer. Ú. en Con-
cepción y en otrospuntos del Sur. Como
se ve, se ha formado este v. del s. sur,
y por lo mismo no debe confundirse
con el asurar castellano, que se formó
del e.rárere latino y sij^nifica quemar.
Atacajiita, f. üxicloruro de cobre
hidratado, de hermoso color verde es-
meralda, ó verde puerro, á veces verdi-
negro, ó verde pistacho. Es mineral
hallado en el territorio de la provincia
y del desierto de Atacama; pero es más
notable la atacamita de Cobija. Se
encuentran variedades en el Perú, en
la Australia y en las lavas del Vesubio.
Este mineral se funde bien y da col)re
metálico. Su nombre está admitido ya
en los Dices, de Zcrolo é IIis]iano-
Americauo; falta síÍIo que énti'e en el
Académico.
Atentón, m. l.'sase a(|UÍ en las
dos aceps. anticuadas del v. atcnUir:
dii>-ase tocamimfo, íarfo; y menos usa-
dos paljmmimto y palpadura.
Atletismo, m. Afición á los ejerci-
cios ó juegos atléticos; si.stema ó dot:-
trina acerca de ellos. Xo hay inconve-
niente para admitir esta voz y véase
l!rcnLis:\[0.
Atralacarse, r. Amlar uno ii;iiy
abierto de piernas ó esparrancado y
por esta causa tropezando. I', en el
Sur de Chile, aunque con más frecuen-
cia en la forma tralacarse.
Atrasarse, r. A semejanza de los
c.uninantes que no pueden seguir con
los demás cuando por cualíjuier motivo
se atrasan ó quedan atrás; á semejanza
de los estudiantes que también .sp alra-
saii. en sus estudios; y á semejanza
también de los animales, de las plantas
y de todas las cosas que s'' alramn en
su marcha, crecimiento, movimienlíi,
etc., el hombre del pueblo se atrasa
cuando, por herirse ó lastimarse algún
miembro, no puede continuar como los
demás. Por eso hace á este v. sinónimo
de licrirse, lasfimarse, enfermar: Me
atrasé de una mano, de un pie.
— otra acep. chilena de atrasarse,
aunque no es general en toda la repú-
blica, e&~ correrse, aceríjonzarse, que-
darse coríddo.
Atrincar, n. Es formado del v.
friurar, término de Marina que signi-
fica: «asegurar ó sujetar fuertemente
los cabos, (jue se amarran á alguna
part€; fig. y fam., atar fuertemente».
Atrincar se usa en el Sur de Chile y
significa exactamente lo mismo que
encobrar que nsamos por acá. Como
este liltimo tiene más uso y está tam-
bién perfectamente formado, abogamos
por él en su lugar.
Auj illas, f. pl. Son las ai/iijas
castellanas, ó sea: «costillas que corres-
l)onden al cuarto delantero del animal.
Carne de ai/ujas; animal alio ó bajo de
aqu/'a-':».
Auque, m. <ireda blanca de que
se fabrica loza, boUtas para jugar, y
otras cosas. Ú. principalmente en la
provincia de Nuble.
Avagarse, r. (.'(¡n-upción de ani-
llarse ("echar de sí ó despedir vaho»),
se usa en el Norte de ( "hile en el mismo
sentido de apercancarse. Véase
éste en el cuerpo de la obra.
Ay-JeSÚS, m. fam. Persona á
(jnien se tiene especial cariño ó pi'edi-
leceión, sin intervención de pasión
desordenada ni con mal fin. Así se dice:
Fulerno es el ay-JesÚS de Zulann.
esto es, su amor, su cuidado; algo pare-
cido y tan inocniti' romo el /larn de
BAI
BAL
liitjrinuht. En la (nlfen'ün i¡r ror^x M.<rt-
<Am fii la Litfiii, lie ( olí y AUaltás,
kf mus ajeSÜS, pero con el s¡<riiiíic:i(lo
de «al>Cf«liirio», cuiilirniado c»n los
siiTiiieiites versos:
K«ta íiin*r qTi!-- =i.-r.
I.H VOZ ¡xircce aistellana por su aspecto
y si;rnilifíiilo: jxro hasta hoy no la
hemos hallado en otros autores espa-
ñole». En (íonzalo Correas aparece r\
nij i/f mi roruzón, i|nc parec-e si^'uiHcnr
lo Miisiuo <|no el ay-JesÚS, aumpie
i-l no da nin'^uua explicación. Si esta
ñltinia voz no ha venido de la Penín-
sula, bien i)nede haljer.<e formado entre
ntMolros del estribillo de las saet:ts,
(jue en aipicllos tiemjios debió de siT
nnn'ho m:is jiopular (jue ahoni:
Til. -• ■
■ Iv. .'■ . ^'■
Si IIK' lililí" Ji' «Iv^l.
Ayunto, m. Llamamos asi la pii]i!i
() patata dol>k', (|ue risulta de hal)ersc
con^rlomerado o tii/iiiiliuio en uno solo
dos ó tres tnlxTculos de esta conocida
]ilanta. En Colombia se usa arato,
del cual dice l'rilx-: «Con este adj.
«dificamos ¡i los frutos ve;;etales do-
bles (i j)e«rados. y aun hemos psisado á
hacerlo sinónimo de adherido ó junto,
en oii-.LS c»>sas)>. ISastan, jaraexpnísar
esta idea, los adjs. ¡lemdu, ineUizo ú
i/iilih': ¡i no ser que á la parte menor
se la llame /liJo ó /li/ilo de la mayor,
como muchos lo dicen.
.\/OTAlin. I)A. Como adj. sii;nilicii:
«ide varios colores unidos confusamen-
te y sin orden. IMcese niiis de las llores ".
En sentido fijr. se aplica aquí al animal
e?i cuya jiiel domina un color, pero
manchado de rayas transversíiles de
otro color. Para esto hay en castellano
los adjs. (ilii/rai/o, ri'lirado ó urebrtnfo,
y a]>licado á los \-acunos, flioireado:
Milícise de la res vacuna (|Ue tiene el
jx-lo con rayits verticales, de color ni;is
oliscnro que el «reneral de la capa».
B
Bacalao, m. Llámase a.si en la
jtTu'a lie los liotele», la jK-rsona mise-
rable y mcz<|n¡na, xer/i rojno va htir/i-
l'iii, íjne no nrcompeiisa los servicios y
alencíoncs (pie .se le prestan. Véa.se
Canario en este Apéndice.
Bailar, n. Comunisinio es en
Chili- di.-<-ir que á una persona le
bailan Inn ¡ñf», In^ njns. liiK M/oins,
cuando el í-siKiñol dice que /'• Inilli-ii.
Óigase al r)icc.: «lliilHilf i't uno iiiUi
rnnd: fr. liu'. y fam. con ipie se explica
el deseo vehemente que se tiene de al^'o;
como hiiDiilf lí una Ihh ¡lics, cuanilo ve
bailar».
Halcix, m. ¡(iracias á Dios que ya
no se ve en los trenes de Chile (tal
p.irece «pie es la verdad) aquel famoso
aviso, jtrcífonero de nnesli'o mal Icii-
^tiaj"-: Es i'iioMiiiiini i-.\i!Ai!SK Kx los
Mil
BAL
BAV
balcones! l>o de ¡mrar><r pinlieni
pasar en el sentido de que los pasajeros
no debían detenerse ó hacer alto en lo
que el letrero llamaba balcones;
pero lo de llamar balcón á la simple
plataforma del carro ó coche, eso si
que no pasa ni á cañón, ^'|■•ase
Pararse,
1>AI,DE (Dk). En confirmación del
siunificado que damos en Chile á esta
l'r., véanse estas otras antoi'idade?.
Gonzalo Correas: «Más vale de balde
hacer, que de balde ser: contra la ocio-
sidad». «Estar mano sobre mano: por
estar de balde, sin hacer nada». Fray
Alonso de Cabrera: « Sarmiento sccj,
inútil, que estás de balde en la viña,
guárdate del golpe inevitable de la
muerte». (^Viernes después del dnmin-
!¡o II de Cuaresma). «.Jamás comió el
pan de haldey>, traduciendo el texto:
«Panem oiiom non comedit». {Jueves
después del domingo IV de Cuaresma).
Con éstas y las otras autoridades cita-
das en el texto hay ra;us que suficiente
para que el Dice, reforme su defi-
nición.
I>ALDEAR, a. «Regar las cubiertas
d'.' los buques con los baldes, á fin de
refrescarlas y limpiarlas». Es la única
ocep. que le da el Dice; nosotros le
damos otra más general de-regar con
baldes cualquier suelo, piso ó pavimen-
to; en lo cual no vamos errados, pues
el V., como formado que es de balde,
debe tener más relación con este objeto
que con hxs cubiertas de los buques.
Bale, n. pr. f. Así se escribe en
francés este cantón, ciudad y obispado
de Suiza, pero uó cu castellano, que
desde el principio lo tradujo Ilasilea,
conforme con el latín. Véase Xombuks
riiOPios.
Balseo, m. Tsase malamente en
Chile por la balsadera ó el hahadrro:
"paraje de un río en que hay una balsa
en que pasarlo".
Barredera (Hacer). Dicese en
castellano liui-i-r un barrido, ó simple-
mente barrer: « no dejar nada de lo
(|ue había en alguna parte, llevárselo
todo», ó arrebañar, a.: «juntar y re-
coger alguna cosa sin dejar nada». —
Barredera usado como s. sólo significa
red barredera.
Barriga llexa, corazi'jx co.vticn-
TO. Adagio que usamos en Chile en el
sentido propio y en el fig.; esto es:
mostrarse ó sentirse uno contento por
haber satisfecho el hambre que tenía,
(j por haber conseguido lo que deseaba.
Ü. t. en YenezAiela y probablemente
en las demás partes de Améi-ica y do
España. Est;i bien formado y merece
admitirle.
Basa. La fr. Hacer baza (]ue defen-
dimos en nuestro art. Basa, se halla
en el Vocabulario de (ionzalo Correas
en esta forma: «Xa hace baza: del (pie
está lejos de alcanzar la pretensión; Xo
hacer baza en otras cosas y cuando no
dejaron á uno hablar. Varíase: Nn
hice bazai). En el Quijote de Avellane-
da (c. XXXII) también loemos: «Ape-
nas le dieron pie para hablar á Sancho,
cuando tomó tan de veras la mano á
su amo en referir cuanto les había su-
cedido, que jamás le dejó Itacer baza,
por más que con cólera le porfialia,
contradecía y desmentía».
Basuriento, ta, adj. Lleno de
liasui-a, que tiene basura. Xo es tan
necesario y basta con sacin, inmundo,
sin barrer.
Bayo, m. Copiamos, como dato
(jue puede servir para su etimología,
estas p)alabras de Fr. Alonso de Cabre-
ra en su ( )iación fúnebre por Felipe 1 1 :
BLU
BOC
• La nuKTte v¡(.'ne cu su jiosm /«»//" y
trae jior lac-avo al intiemo».
Bksti\ (^(¿lEDAissE por). « I'or
<„'r:u.ña se diiv, el (|iie no lialló eabal-
;:a(liini en <|iie ir». .\si reiristrn y delinc
esta fr., ijiie («Mlnvia iKTdun» en mies-
troet oiletrios, el maestro (¡onzjílo Co-
rreas, del primer tercio del si<:lo XV 1 1.
Xi/éil norum suli nolf,
Hil..viii.\i., adj. .Vplicsise á la leln»
en i-nya pronunciación deben usitrse
los dos labios. Dicesc también del so-
nido y otros sustantivos semejantes.
« Ixte dos sijrnos /' y /• representan hoy
un sonido linico en c:tótellano. hilahial,
friouivo... Concurriendo en la ii con-
sonantizada el fiole hilaln'nl con la
articulaci(>n irntural de la n voeal...»
(Cuervo, A/iiinl. rri/irtis, r. X). Her-
moso y bien formado vocablo que hace
faltft en el I )icc.
niui.i, m. Blanco que queda en la
lú^'ina c-orta de final de capitulo. Ks
i«-rmin<i de imprenta» ns:uloen Hspaña
y en Chile y hace falla en el Dice.
lU.ASiH» (San), l'sase en Chile en
esta f r. fam. Ptirii i>l día de S<tii Ulan-
do, ijiif no lifiif ci'iindo. Puede ser que
BOU esiMiñola: pero hasta ahora no la
hemos hallado en los autores i|ue hemos
leído: en el mLsnio sentido trae la
«¡•juiente el ViK-abulario de (ionzulo
Correas: «l'ara el día de San Cimelo,
que w un día despni« de la fin» [del
mundo]. Kn Chile si- dice también:
• Paní el día del juicio en la tarde,
despuis de la |K)lvare<la». Kn el l)icc.
sillo hemos hallado la expr. fam. AV
iiHfi ilf ¡(I nnnilti: el tiem|Mi incierto y
muy remoto.
Bluff, m. Vil/, in;,'le8a, (|uc, entre
iitras i'iis;is,s¡>;u¡li<-a fanfarronada, ba-
liulroiiada. faram:dla. .\sí la usan al;_'u-
iiii* in Cliil.'. sin iii(i-«l(|iid al;.'una.
como se ve. y, lo que ts ¡leor. dándole
]Kir descendencia el v. blufear, que
apíirece demasiado raquítico compara-
do con los castellanos hn¡adritneai\
/iiii/iiironftir.
HocA, f. Tiipnrh la boca á uno, es
fr. ti;.;, uísada jxjv los clásicos y por to-
dos los que hablan y escriben el caste-
llano y que no aparece en el Dice. I,as
dos aceps. que tiene están bien definidas
jior Caballero, que la admite en su />/(•<•.
de Jíodisnio.i: «cohechar á uno con
dinero ú otra cosa para ijue Ciille; ci-
tarle un hecho ó darle una razón tíin
coucluyeute (jue no teufra qué respon-
der». Véanse ahora algunas autorida-
des. "Esta consideración sirva para
l(i/ntr lii l'ocd ii aljrunos filósofos desa-
tinados (|ue nciíaron la divina Provi-
dencia», (l'r. L. de (¡ranada, Símbolo
df bife. p. 1, c. XVII, § 2.") «Ved si
quedan bien lapadas lax boran de los
mentirosos y cuánta es la fuerza de la
verdad». (I''i\ .\lonso de Cabrera. Do.
itiiiif/o de Pasión ). Compárese esto con
las dos aceps. principales del s. ni.
lafinboca: «fiolpe que se da en la boca
con la mano abierta, ó con el botón de
la espada en la e-sitrima. || fi;;. y fam.
Razón, dicho ó acción con que á uno
se le corta y suspende la conversación,
obligándole á que ealle, especialmente
cuando se le convence de ser falso lo
que dice».
l'oiAMrxA, f. En prueba de que se
usíi también en España, léase este pa-
saje: «Valiéndome de la palamiuetn,
no tardé cu demostrar aljrunos de los
jieñiuscos <|uc habían sido colocados allí,
I)io8 sabe cuándo, para disimular la
bof amina n. (Simón Sánchez. AV l'iirlo-
/io,vn el t. IV de la «ColecciiMi de fra.ses
y refranes en acciiin » de Cuest4i y
Díaz). I',M ri:ilii!:iil i|i' verdad no se
r,or,
BOL
BOL
trata alií de la boca de una mina, sino
de la boca ó entrada de un subterráneo;
liero, traduciendo la voz del estilo fifí.
en que habla el autor al llano y corrien-
te, se ve que el significado es el mismo
(jnc nosotros le damos.
Bochan. Véase lo dicho acerca de
esta voz. Don Tomis Guevara, en su
IlMoria de la civil tzac ion de la A ran-
miiia, distingue, y con razón, entre
bochan (rastrojo de chacras, deriva-
do del araucano rochan, cañas de maíz)
y ruchen, ilegítimo. Este último ha
dado el chilenismo buchenes, m.
pl.,con que se nombran en las provin-
cias del Sur las papas que nacen espon-
táneamente sin ser sembradas. I'', t. en
singular con el significado de-ilegiti-
mo.
Boche ó bochi, m. Abreviación
fnm. de bochinche. «Se armó un bOChe
fenomenal».
Bog'ar, a. Quitar la escoria al me-
tal con i'astriUüs en los hornos de
fundición. No sabemos qué equivalen-
te tenga en castellano.
Bogue, m. Carruaje cu forma de
victoria, pero más alto y de ruedas más
grandes, que se usa en algunas provin-
cias del Sur de Chile.
Bolita. La que usan aquí los mu-
chachos en algunos de sus juegos se
llama en Venezuela metra, segiin don
Julio Gaicano, quien agrega lo siguien-
te: «Ni el juego ni el nombre son
amei'icanos. El Dice, nada dice; pero
en España se la ha llamado siempre
me/ra y ¡Wí [voces que tampoco apa-
i'ccen en el Dice] Metra es forma de
petra, piedra. Los ingleses la llaman
marhte, porque ellos la hacen de már-
mol. Hoy se fabrican también lujosas de
vidrio. El vocablo metra remonta hasta
lo;; antiguos romanos. Metra y Metralla,
como Petra y Pelrella, son apellidos
italianos muy antiguos. El diminutivo
metralla, metralla, que también se dijo
metelta, metila, medalla, metala, es la
etimología de nuestra voz metralla,
que fué en tiempo de los romanos,
según Vegecio (Milit. 4. 6.), una má-
quina de guerra que consistía en una
costa llena de piedras que los sitiados
arrojaban sobre los sitiadores, liste es
el origen de metralla, mitaille, y milra-
¡jlia, y nó mile, cobre, como hasta
ahora habían creído todos los etimo-
logistas».
Bolsa, f. Muy usada es en Chile la
fr. fig. Hacer i/no bolsa una cosa en el
sentido de molerla ó quebrantarla de
suerte que La parte solida queda suelta
y lacia y como encerrada en una bolsa.
El perro que después de matar al ratón
le tritura todos los huesos, lo hace bol-
sa-, la fruta que por estar demasiado
madura cae al suelo y se le- ablanda
toda la carne, se liace bolsa. Es fr. bien
formada, por el estilo de Hacer trizas,
Hacer añicos. Hacer tortilla. Hacer
noche. Hacer cera 1/ pabilo, y de otras
que no están en el Dice, debiendo
estarlo, como Hacer harina. Hacer
humo. — No se confunda la fr. que
analizamos con el v. bolsear, provin
cialismo de Aragón, y definido en el
Dice: <í Hacer bolsas el vestido, las
tapicerías, paños, etc.», porque bolsas
no tiene aquí la accp. general que tiene
en nuestra fr., sino esta otra, que tam-
bién le reconoce el Dice: «arruga que
hace un vestido, cuando viene ancho ó
no ajusta bien al cuerpo, ó la que for-
man dos telas cosidas, cuando una es
más larga ó ha dado más de sí ijue la
otra».
Bolsico. «Quien gana tres dine-
¡■Qs y gasta cinco, no ha menester bolsa
BOY
BRA
ni bolnifo», tlice un rvfráii esnañol en
d fenía di- tete vulpir diminutivo y en
coifirniafión dt-l ructo si^iitícado que
¡i'jiií le diiiiiix.
Bordeaux, ». pr. f. Conocida
ciuiJiíd d; Fraucia iiiic sioraprc se ha
n )niIirado en castellano Utirdeo». Véa-
s Xomi-.::es propios.
Bordones. Oigamos al distinsrui-
do niastro (ionztdu Correas: «El lior-
tl II» del alma; ayunar el horilón del
alma. Llaman el bordón del alma el
ayunar los siete viernes de entre Pascua
y Pascua, des<le la de flores á la de
K'piritu Santo, i (|ue doncellas y mu-
jeres y otras fiersoniL»; tienen devoción ».
iíivróN. m. Hablar al divino
botón, o al botón, es fr. liu'. y fam.
"[ne entre nusotros siinitica-liablar «/
tuntún, ó al biifii tuntún, esto es, sin
rellexióu ni previsión; sin certidumbre,
sin conocimiento del asunto. — l'ara
miiestni liasta un botón: «fr. prover-
bial (jue denota (|uc es bastante la
inieiaciim ó señal de una cosa para
deducir lo i|Ue puede ocurrir en el
iwrvenir y lo (|Ue puede esj)erarse de
una persona». Asi define Caballero esta
fr., ipic también es muy usada entre
uosotriíS y falta en el Dice.
Bouquet,ni.(l'rüminciescAM//Mt').
Puro <;alicismo. ijue <|uieren intro{lucir
en el castellano los i|ue ajanas diapu-
rnim uniw cuatro [silabnis de fninccs.
\¿\n dos aix-ps. en i|ue lo us.in, son las
dos principales ijue tiene en ai|Uella
len'Hi;!: rinn» ó rainiltele; ¡icrfíiine ó
finijditiiii ([He tienen los vinos.
Boya, f. Vi-íLse lo dicho sobre estji
voz. .S«.-<ifún se deilnce de la cita (|ue
vamos á hacer, se deriva ella del v.
itlmllnr, coniimpido en boyar. « Km-
IK.-zf» á diir iKirra/.os al r.mtaro, ipie,
iiiiiM> '1-1 de lata, no se (piebiaba, y lo
i|ue hacia era boyarlo. [Nota] Bo-
yarlo por aliollinlo, hacerle aliolla-
duraxv. (Sergio Hernández de Soto,
Cuentos populii res de Kxtreinailura, I).
En el cuento II, muy parecido al I, se
lee también; «Porrazos van y jxjrrazos
vienen, y, como el cántaro era de lato,
se bollaba, pero no se rompía». —
Cosa muy distint^i es la hoya de la loe.
buena boi/it, la cual hemos encontrado
en el Vocabulario de Correas interpre-
tada así: «Hecho á la buena boi/ii, ó
hecho á buen fin: por un bonazo man-
so»; significado (|ue no corresponde al
que aquí le damos. El P. Juan Mir en
su reciente obia Uebtcsco de voces cas-
tizas (11)07), después de esta cita del
P. Iluélamo: «Estando ocioso y de
buena boya, jugaba á los dados», agre-
ga lo siguiente: «El nombre boya
recibe a(]uí una acep. fig. ajjenas cono-
cida. .V la manera ipie el corcho, atado
á un cabo, y flotante sobre el agua,
llámase boya en sentido propio; así la
holganza, desocupación, poltronería,
ociosidad, se expresan por el nombre
boya en la fr. galanísima Estar de
buena Imya metaf(')riCi»mente...Talvez
la fr. podría significar liandrarse, sa-
l»erse gobernar ó ingeniar. Véanlo me-
jor los eruditosn. Y vean también el
uso ijue de la misma loe. hace el Qui-
jote de .Vvellaneda (c. XXIV): «Estaba
tal [habla de una mujer muy fea], que
sólo podía agr.idar á un g-aleote de cua-
renta años (/'■ buena boya».
Hkamadkiío, m. Poste liso ó con
estacas fijas en él, (|uc se pone en los
c'irrales li otros sitios y al cual se atan
los animales para marearlos, matarlos,
ordeñarlos i> para otros fines. Ija voz
se usa en Chile, en Cuba, en Jléjico y
en Colombia, segiiu los resjK-ctivos
Dices, de provincialismos, y aigounti-
BRU
BUI
giia debe de sor en América, pues la
trae el P. Bertonio en su Vombulario
(limará y la define: «palo donde atan
los toroso vacas paraordeñaró matar 11.
Con este aso tan general y con la buena
formación que la recomienda, bien me-
rece figurar en el Dice, académico.
Brazo, m. fig. Tratándose de un
edificio, dígase más bien ala, en la acep.
citada en el artículo Cañón. — Tratán-
dose de iglesias, tendrán lirados, si
tienen ellas forma de cruz, porque la
cruz sí que tiene brazos. Si tienen otra
forma, los tales brazos serán enton-
ces alas, capillas ó naves, según los
casos.
Broche, m. Asi llaman en Chile
el instrumentito de metal en forma de
tenacilla que sirve para mantener uni-
dos los jiliegos ü hojas de papel, en-
sartándolos en él y doblándole por la
punta las dos piezas largiis de que se
compone, para evitar (jue los pliegos
ú hojas se suelten. Es evidente (|ue
esto no puede llamarse broche ni
corchete, que son instrumentos do-
bles, compuestos de macho y hembra;
ni tampoco gancho, garfio, pin-
cho, clavo, pasador, ijue son ob-
jetos distintos. ;Cuál es, entonces, su
verdadero nombre? Hasta ahora y á
pesar de muchas diligencias, no hemos
podido conocerlo, si es que lo tiene en
castellano. — Otras veces el llamado
broche es en forma de chapita metá-
lica, que, colocada en el canto ó en la
esquina de los papeles que se desea unir,
se dobla y los asegura de suerte que no
pueden separarse sin romperse. — Otras
veces es un alambre parecido á la W
ó en otras formas, y taml)ién con el
mismo fin.
Bruselas, f. pl. l'sase ya bastante
para designar los tripes que se fabrican
on Bru-ielus, capital del reino de Bél-
gica, y que son de los mejores. Las
casas de comercio anuncian con toda
libertad entre sus artículos " bruse-
las surtidas», y en las familias se habla
frecuentemente de las ricas ó finas
bruselas. Lo que no hemos oído ni
visto escrito es el singular brusela,
que al fin también habrá de usarse. 1 )e
la misma manera que tantas telas y
géneros han tomado su nombre de la
ciudad ó lugar en que comenzaron á
fabricarse, como la brekuia, el cam braij,
el damasco, el mahún, la muselina, la
holanda, el riian, etc., así también con
el transcui-so del tiempo tendremos en
el Dice, la brusela; lo que es lógico
y natural. Por ahora no está todavía el
vocablo suficientemente maduro.
¡Buf! ó ¡buh! interjección de
admiración y de desprecio. Parece de-
rivada del bu castellano, m. fam.:
"fantasma imaginario con que se asus-
ta á los niños. || fam. y fest. Persona ó
cosa ([ue mete miedon. ]\Iejor aún po-
dría derivarse del cíustellano ¡iiiif.' ó
¡iif: «interj. con que se denota cansan-
cio ó sofücaciíui. II Indica también re-
pugnancia».
Buitreada, f. El equivalente
castizo es vomilona, f. fam.: k vómito
grande producido ¡lor haber comido ó
bebido mucho».
Buitrear, u. Se omitiíi la acep.
de-cazar buitres; acción que se ejecuta
tal como se describió en este mismo
artículo.
Buitrera, f . Curco ó estacada para
cazar buitres, en la misma forma que
tienen nuestras eras para trillar. Den-
tro de este cei'co se pone una res \iva
ó muerta y los cazadores se ocultan en
los alrededores, l'na vez que los Imi-
tres han devorado su jn-esa, se ponen
CAB
CAB
lilll |«..Sl.ll..-, .jilo ¡lo llllr,ll-Il lllziir ll
vuelo á lu ahur» ilc las estacáis » tk-l
lierro (jiie tiene la buitrera; eiinm-
c-tó aciulen los cazadon-s _v lus inutan.
IkJÍA, f. Falta en el Dice, la acep.
de-nniílad de medida en las luces del
ulumlmiJo eltftrico y de gn?.
Buña, f. Especie de luernielada
'|Ue Imttíu los araucanos de ¡«pa medio
¡MMlrida, pero frita ó a&ida. Es dulce,
])ero de sabor al<;u malo.
HiRETA, f. iTubo irraduado en dé-
cimas ó medias decimas de centímetro
cúbico íreiieralmente. y dispuestiis al
modo de pipeta, de manera «ine el li-
qaido que contenga u puede verterse
gota á gota [Kjr una extremidad, que
por esto mismo se halla afilada en
punta...» .\si define el Dice. Enciclo-
¡xídico His|i¡ino-Americ:mo este ter-
mino de (¿uimica que delxiría ya figu-
rar en el académico.
niühETK, m. E* el nombre de un
objeto domt'-siii-í ijue corre entre las
familias sin nombre especial ó denomi-
nado con alguno (pie no le correspon-
de ó jwr perífrasis demasiado genéricas.
El hwlele e< la i tira de vendo ó tela.
y L;ciiei-alnii.iiu- de tiguní cilindrica,
con iX'Ueno de estojx» ó algodón, (¡ue so
jKine al canto de las hojas de puertas,
Italconcs ó vent4inas, para que al ce-
rrarse ipiedcn cubiertos los intersticios
y no pueda entrar por ellos el aire en
liis habitaciones». El nombre i)rücede
del francx!* boiirreleí ó houiM, rosco de
telíi relleno de borm.
lU'ulMóx, m. Véase primero nuestro
articulo sobre esta voz. X contirniar el
signitíciulo (|ue le damos en Chile y
(|Ue por una feliz cíisualidad se le esca-
pó al Dice, en la deliuición de IJEBl"-
ULMAU, como ya lo probamos, viene
ahora la autoridad del P. 51 ir, «pie en
su lle'iwico (le roces rfi.sli-as dice: «De
hunijo side el aumentativo burujón,
<|Ue dice masa ¡¡¡(¡uerin de alguna cosa,
(ledacito de carne, bultito de madera,
como de lana apretada. El Dice, llevó
el biiniji'ni \nv otro camino; jiero no
se puede negar la projiiedad S()l)redi-
cha, atestiguada por Xiercmlierg". La
cita de Xieremberg es ésta: «Tiene
IX'udientes delante de los ojos dos como
hilillos, en cuyos extremos están dos
buntjoiirillos de c-arne».
c
Caballeros pobres, ni.pl. Son la
liiiijfi rM.iii.ll:iiiii: 'cp llanada de ¡lan
empajüida en vino, leche li otro h'quidn,
frita en mantcn-ji ó awite, y enilulzada
con miel, almíbarii a/.iicar. Suele iX'bo-
zai>econ huevos y se hace también con
otros in^'n;d¡ente.M». Este chilenismo es
tan feliz, pir lo apropiado y exacto,
como la cxprexiiin iIihIhk i/ í/i/ibiiiiilns
di'l princiiiio del (jiiijitle. .\sí como el
hidalgo mancliego, decaído de su pri-
mer» fortuna, tenia iior ordinario rtli-
mcnto el que era entonces, con nomlire
tan expresivo, propio de los pobres, asi
tambii'ii en ("hile el pialo de caba-
lleros pobres <s sabroso y baratisi-
mo para los que no pueden costeai'se
otros mejores. Los que quieren huir de
310
OAB
CAB
l;i mancha de la pobreza los llaman
tostadas de novia, nombre mejor
Sünante é inocente.
Caballo, m. La fr. fam. y fig.
Andar á caballo, ó bien á caballo pue-
de corresponderse por la castiza Hombre
(le, ambas sillas: el que es sabio en va-
rias artes ó facultades. — Pásensele d
uno el caballo, es figuradamente entre
nosotros extralimitarse, excederse, 7?»-
sar de la raya ó de rai/a, esto es: a pro-
pasarse, tocar en los términos de la
desatención ó descortesía, ó exceder en
cualriuiera linea».
Cabeceada, f. Agregúese á los
nombres propuestos cabezada: «cada
movimiento ó inclinación que hace con
la cabeza el que, sin estar acostado, se
va durmiendo».
Cabezal, m. Lo mismo que en
ílcjico, se usa aquí jjor cabio: «trave-
sano superior é inferior que con los
largueros forman el marco de las puer-
tas ó ventanas». En Colombia se llaman
cabezales las « vigas cortas tranversales
para unir pilotes ó estacones en puen-
tes provisionales de madera». (Uribe).
Cabezóx, XA,adj. Idéntica á la acep.
chilena es la que da el P. Alonso de
Cabrera, á Cabezudo, acep. que no
aparece en el Dice: «Es el vino de ellos
tan hermoso, tan recio, tan cabezudo,
como la hiél, como la ira del dragón,
que es animal calidísinjo y feroz, se-
diento de la sangre del elefante».
(Viernes después del ¡lont. 2° de Cua-
resma). «¡Oh vino recio, acedo, cabe-
zudo, hiél y vinagre, ponzoña, heces
amarguísimas!...» (1.' Domin/jo de
Adviento, serm. I). Con esta autoridad
y con lo parecidas que son en castella-
no las terminaciones udo y on, podemos
continuar tran(juilos en el uso de nues-
tro chilenismo.
Cabra, f. Agrcguese á lo dicho en
su lugar lo siguiente. Por el parecido
que tiene con la cabria española, lla-
man cabra los cocheros chilenos un
aparato que usan para lavar los coches.
Se compone de una viga (timón di-
cen ellos) con varias muescas, la cual,
asentando por un extremo en el suelo,
80 levanta por el otro por medio de dos
pies que tiene, y además se mueve y se
alza más por medio de una manija
(manilla dicen aquí) que nace de la
nnion de los pies con la viga. En ésta
se apoya el eje del carruaje, corriéndose
por la.s muescas según convenga. —
También llaman cabra los carpin-
teros chilenos la cabrilla española:
«trespiés [así escribe el Dice, esta
voz, sin registrarla después en su lugar
ni salvarla en la fe de erratas] en que
los carpinteros y aserradores sujetan
los maderos grandes para labrarlos ó
aserrarlos.-Cabra llaman taTubién los
albañilcs, en algunas partes de Chile,
una herramienta que usan, como de
una cuarta de largo y con mango del
mismo largo. Es como un maitillo
alai-gado por ambos lados: el uno como
hachuela ó destral sin filo, para señalar
los ladrillos donde deben partirse é
igualar su corto, y el otro como punta
de azadón, para romperlos ó (juc-
brarlos con el golpe. — Fala de cabra
es en castellano «instrumento de boj
ó de hueso, algo parecido á la pata de
una cabra, con que los zapateros alisan
los bordes de las suelas después de
desvirarlas». Así también en Chile:
pero el error que se comete^aquí es dar
este mismo nombre al pie de cabra:
«palanqueta hundida por uno de sus
extremos en forma de dos uñas ú ore-
jas». Véase pues (jue no es lo mismo
pata (juey/íV, ni aun en las cabras.
1.
i
CAB
CAC
C'.via;.). 111. Tr.Klo i.; iJioc. J.- Tcitc-
roe, autori&iiidolo con Qiievedo, (jue
!•> usa cu el siguiente pasaje:
Yu DO Tco lo que miro;
": ■ iw tligo lo que liablo;
liíceii cnña qne no crea?
\fo bulto* qne no tnR»/
Abro puerta sin toser.
\" *ín decir: yo soy cabrof
He dicho esta boca c« mí»,
Aun xitrnilo .ijono« !»«* plato»?
■» Kü evidente, dice Ciien'o. (jiic la frase
sifíiiitíea: i/o so// t/iíabro, que ulno,
niediuiito iina elisión usada poj.ular-
nieute en España, nnu« v después de
Quevetlo: quamor, ijiíavéx (Alvarez
(iuto): ijuanles (Eneinn); cascurlm,
utdbii», t'ijué m ihirri-.' (Cruz). Supó-
nesc pues (|ue Queve<lo empleó atjuí un
equívoco ó hizo una alas¡(>n [porque
es un marido sufrido el que bublu], y,
por plausible (jue sea la idea, no es el
pasaje del todo cünclnyente...» Perdo-
ne el Sr. Cnervo: p¡ira nosotros el pasa-
je es harto claro y sutieientemcnte con-
cluyente. íSiJavoz ruln-o (i]u\r'abro),
in<;eniosaniente fonnttda en este atso,
no iiubiera FÍdo conocida de los lectores
de entonces como sinúninia A^ cabrón,
¡lor lo menos en e!-scnt¡do iig., ^;qné
(frnciik ni .ncntido liiibrian tenido para
ellos los versos del «^'ran satírico? A
mayorulinndninieiito véanse Cíto." otros
de Lope de Ve^M :
Andan (■•■n ■/trii- la- i-iiiira«
Kn jircíencia de lo» €ahr,>t.
(Xaiiie tt eimoct, jorn. I).
l'.ii .•>i.is ¡jocas citas y por el uso ííc-
neral que ha queilndo en América, es
evidenli'qin-í-rt/'/v* n- u.-alia i ii l>]>iri:i
en tiempo de los chisicos casi al i^ual
de cabrón, y. por cons¡j;uiente, si ahora
se le quiere minir como americanismo,
no debemos avergonzarnos de él.
I'acodilato, m. «Combinacié)n dil
iicido cacodilico con una base». (Dice.
Knciclojmi. ffisf ano-A mericano). Esta
voz, con el s. cacodilo y el adj. cucoili-
lico, por el mncho uso que tienen, de-
ben ya figurar en el Dice.
t'ACHKTEAU, a. Ilcmos hallado en
su favor la autoridad de D. I<eandro
Fernández de Moratín: «La diversión
de este espectáculo consiste en ver una
multitud de pillos que se amontonan
de aquí y de allí, «c acachetean ...» f i 'ia-
ie. de Italia ). La rt prostética no (S
inconveniente, ix)itiue «en el habla po-
pular vino á ser puramente intensiva,
de donde muchos compuestos se hicie-
mn sinónimos de los simples..., y to-
davía tenemos verbos (jue se usan
indistintamente con el prefijo y sin él:
nplanchar y planchar, arredondear y
redondear, arremolinarse y remolinarse,
arre¡iostar¡-e y reifostarse, etc.; muchos
lohan perdidodefinitivamenteenel len-
guaje culto: arremedar, ar rem-
pujar, asosegar, etc.: iiciu el vulgo
lo conserva en éstos y lo añiide en otros
que no lo llevan en el Dicen (Cuervo,
Apuntaciunes criticas, !)();J). Ya cu sii
tiempo había dichn también .Inan de
Valdés en su Didlot/o de las leni/iias:
«Si halx'is mira<lo en ello, hallaréis qne
|M)iigo f cuando el vocablo que precede
acaba en consonante, y no la pongo
cuando acaba en vocal». Lo que hiue
niits general todavía el uso del ¡irelijo'
Cachimba, f. Así se llama en
Chile, desde hace jwcos años y juirti-
cnlarmente entre los salitreros, el terre-
no qne, comunicado con el |)ro])io jior
medio (le un camino ó vía angosta,
CAC
CAJ
forma la tiniira de una rcr/tiiiilia ó jiipa
ik' fumar y se usurpa al venladero duc-
ñn.— Fregar la cachimba, es fr.
fifí, y fam. que en Chile sisj-nifica fas-
tidiar, molestar, moleí'. amolar. Véase
Fregar.
Cacho, m. El juego del cacho 1)
cachito que mencionamos en este
artículo se llama en castellano ciibilelc:
«vaso angosto y hondo, algo más ancho
por la boca que por el suelo, y que or-
dinariamente se hace de cuerno, y sirve
para menear los dados y evitar las
trampas en el juego del chaquete y
otros». — Padrino cacho. De la 2.-'
acop. que dimos á cachO se ha deri-
vado el empleo y significado de adj. que
tiene en esta loe. En Chile, como en
todo el mundo cristiano, es costumlire
que en el bautizo de una criatura, cuan-
do no es de las últimas clases sociales,
el padrino arroje algunas monedas á la
turba de muchachos y gente del pueblo
que en estos casos nunca faltan. Y ;ay
de ('1 si uo lo hace, ó si lo hace en po-
ca cantidad, porque lo perseguirán
gritándole: ¡Padrino cachO, padrino
cacho! es decir, miserable, mezquino,
cicatero. Es curioso observar lo general
que es esta costumbre. En Madrid, por
ejemplo, según dice el FolJr-lore de D.
Eugenio Olavarría y ITuarte, es tan
grosero el calificativo del padrino, que
no nos atrevemos á estamparlo; y lo
mismo en Vallecas, en Valencia y en
Salamanca. En Cuenca y en Toledo es
más suave. En Álava y en ]\Ic'jico gri-
tan: «; J/( bolo \_hoUo'], padrino! Fer-
nán Caballero trae lasfr.ases: ¡Padri-
no pelón! Pedir el pelón y
Hubo pelón. En Colombia el grito
es: ¡Padrino, pa folio! es decir, para
alfondoque, (¡ue es cierto dulce. En el
Perú: ¡Padrino sebo! I''n la Ai'gcn-
tina: ¡Padrino pelao, padrino pe-
lao, que no tiene medio pa liaralao.'
En todas partes la idea es la misma:
mezquindad, tacañería. Y hasta en
]'' rancia, donde dicen: ;.l /« rranne.'
(|ue significa f/rasa, figuradamente en-
tienden también la misma idea.
CaC'HOUTIo, m. Disparo suave de
pólvora con (pie se afloja el calirlie.
(Véase esta última voz). Es acep. usa-
da en la provincia de Tarapacil y parece .
haber procedido dúrachorriUo español :
"pistola ])equeña que se lleva en el
bolsillo». Entre un disparo suave do
]iülvora y el de una pistola de bolsillo
no hay mucha diferencia, y menos aún
entre cachorro y caclwrriUo. Por eso no
podemos ponerle mala cara.
Caderudo, da, adj. (Jue tiene abul-
tadas ó grandes las caderas. líien for-
mado y digno de admitirse.
Cague, m. Especie de ganso, común
en Chiloé y en Magallanes:- ««««/■ an-
tarticas ó micropfernx cinéreas, según
los naturalistas. El nombre proviene
del araucano cag/ie, que Febrés inter-
preta: «un pato, como el pato rcabi.
C.ÍHUJI,, m. Ave chilena parecida á
la gaviota: lañes cirrocep/iahis, según
Cay. Viene del araucano caghidl, gar-
gajo, porque algunas gaviotas vomitan
cuando se las persigue para cazai-las.
Abunda el cá/ruil en la laguna y case-
río de este nombre, que están en la
provincia de Curicó, departamento de
Vichuquén.
Caichi, adj. Usase en Concepción
y otras provincias del Sur en el signi-
ficado de enfermizo, débil, raquítico: lo
cual es un eufemismo del que le co-
rresponde por la etimología araucana:
raic/il/n, evixcuaciones ó seguidillas:
tener dicha enfermedad.
Caja, f. L:i "-." !ici']i. qu' le diiiins
i
CAL
CAL
:,\:,
\
tifue jKjr Liiuivuleiitf cii nistellano ;i
xallxiiiilii: «oipíi, onliiiariuiiieiiU- aici-
llosii, (|iie ^«.-piir.i el tiluii de lii ruca
estéril». — La nija de lupé tieiie en
i-iiUellanu el nombre especial ile laba-
ijiina. f.
(.'ajkiía. f. Mnjer <ni'' en hu* easas
<le eoincreío y en a!<:>in!is instituciones
i-iiida de la ii»ja, ó sea, del dinero. EU
vi« t«u cuiuún, <|ne ya debe fignnir en
el Dice. al bulo def«/><o, lo mismo i|n<-
Ifsuifio figura unido con tesorera.
C.VJKTILUA, f. Mea-ngue vaciado y
cocido en una especie de «ijita de pa-
pel. Asi se llama en Cbile; par.i lo cual
no vemos inconveniente, pues la voz
riijrliHa es también diminutiva de aij<i,
y anncjUe el I)ia'. le dé solamente la
acep. de «|>a<|neto de ci;rarr¡llos de
l.i|.cU.
Cajón, m. .\ los cajones, buenos y
malos, di.'ti nidos en su lugar, hay ijue
agiví.aír ilos: el de cí-critorios y papele-
ras, "pie en castelliino se llama ijiirelii.
f. («oijiin w»rre<l¡z»> ipie liay en los
recritorios y |ia|ielera.s, y sirve |K»ra
gnanlar lo ipie se (juiere tener á la
mano»), y el de la chapa, el cual
tiene ¡wr verdadero nombre rfnailfro^
ni. («cbiiiiii de liieii°o linec-.i ipie se
clava en el marco donde se ajustii ó se
eiH-aja la puerta, en que está puesta la
«x-rradura, desde la cual corre el ¡(esti-
llo ó pnondor á entrar en ella lo bas-
tante i>ara ipie <|ue<le cerrada»).
Calabaza, f. ('«iitiniriiutie, m.. se
llama iii ciisteílaMo el «guisado lieclio
i-oii «.-.liiiliacinis».
Calador, ni. •> Entre couierciantes,
iiistuimdito Imilla Kiicar mucstnui, de
los tercios cerrados ijuc contienen al-
mendniK, (ncaos,sem i liim y otros áridos.
V,» un iiiIh) de hierro, cdiiio de una
cu.irta de lal <_'•>, a<_'il/.iidii. ¡i iiiaiiir.i de
pluma i>ara escribir, en uno de sus
extremo.*, |>or el cual se introduie en
el tcri-io; y, como sjde lleno el huei-o
del tubo con una pane del contenido,
se reconoce la calidiul de él». Así es el
calador en Méjico, según García
Ica/.balceta. Kntre nosotros es posible
cjue existí» en la misma forma sin ipie
el autor de estos apuntes lo conozca.
1,0 que algunos llaman aqui caladOl"
es una esiK'cie de aguja grande ])ani
abrir sacos, barriles, etc., y robar el
contenido, sin romperlos; lo cual se
hace ordinariamente en los trenes de
mercancías. Otros llaman este instru-
mento pijiir/ie, por la acep. que esta
voz tiene en Marina, de «estaquilla
que sirve paw cerrar un agujero >•,
porque en realidiid el agujero (en ba-
rriles y pipas) queda U>n bien cerrado,
deápué.s de cometido el rolx), (¡ue no se
nota á la simple vista. Pero mejor es
derivarlo de la primera y principal
acep.: «arma ó iiLStrumento puntiagu-
do: como espada ó asador». Y de aqni
también el v. n/iii/i(ir ((pie en caste-
llano signitica «pinchar») con (pie ex-
presan la acción de robar de esta ina-
ner.i. Xo se confunda este calador o
/>,v/m7//' con la «/////'« castellana: «varilla
larga de hierro, con mango en uno de
sus extremos, y con ojo á veces en il
otro, de que usan los dependientes del
resguardo para atravesar las cargivs de
|>aja, grano, et<'., ¡i liii de conocer si
oculuin coiitniliaiido'i.
CalcOClia, f. Coineta ])e(|Ueria y
sciicillí.sima (|ue usan los niños inoiu -
IX'S. V.» un piqiel cuadrado, cniziido ]K>r
dos ])idillos en forma de X. y (pie i.o
se eleva mucho del suelo.
Calcocho, cha, adj. CmaraTiailo
ó p¡(;ai|ii (!•■ viruelas. — Kn algunas
parles signilir !i liiiiiliicii iiicdio podrido
■|14
CAL
CAM
(palo CalCOCllO) y suele piDiJlin-
eiarse carcocho; lo cual nos pone en
la pista de su jirobable etiniolouia: nir-
nnitidd, eontaininado con (•nrím.
Caldo (Dar un). En vez de la
explieacion propuesta parece mejor
derivar este chilenismo de la Ir. caste-
llana finf. y fam. Dar adela, ó una calda,
II uno: acalorarle, estimularle jiara rpie
linira alíjuna cosa.
Cai.exdarista. m. por alioi'a; y
com., cuando haya mujeres <]ue se de-
diquen á esto. Persona encargada de
cscriliir calendarios ó añalejos. Asi se
llama en las comunidades religiosas de
(-'hile y de Méjico, y seguramente en
todas las demás de habla española, el
religioso encargado de formar ó redac-
tar el añalejo ó calendario. El nombre
está bien formado y debe admitirse,
sin necesidad de inventar otro de for-
ma griega, como lo hace liamos Duarte,
I pie jiroponc á hemeráloiio. J5astante
griego y latín lleva ya el (pie todos
usan y eutiendeu.
CAiiicHEnA, f. Sitio ó yacimiento de
caliche; en general, terreno en qne hay
caliche. — Y aquí aprovechamos la oca-
si()n para corregir la definición que
dimos de í;^//'-//?, extraviados por otros
autores. En el Norte de Chile se llama
vulgarmente ralicJie al salitre sódico ó
nitro cúbico, ó nitrato sódico, y tam-
liicn al terreno que contiene esa sus-
tancia. La voz raiii-hfira está tan bien
formada como ijiiancra y corudera,
admitidas en el Dice, y como stdifrera
y ludiera, que usa ya todo el mundo
y (pie también deben admitirse.
Camií.xtií, adj. Voz con que se le
indica á uno que está próximo á adi-
vinar algo. Generalmente se usa en
esta forma: CaJiente, calionlc, nunn il
agiiarduiilf: en contraposición á Frío.
frío, roiiiii el ai/iia ' el rio, que tan poco
aparece en el Dice. En él sólo hallamos
qiKinarí'P, fig. y fam.: «estar muy cerca
(le acertar ó hallar una cosa. Xo se usa
)ior lo común sino en las segundas y
icrcei-as personas del presente de indi-
cativo»!. Aquí usamos este v., nó cuan-
do se está cerca ó muy cerca de acertar
ó hallar la cosa, que para eso esralien-
Ic ó mují rediente, sino cuando de hecho
se acierta ó se halla, y no sólo en el
presente de indicativo, sino en todos
los tiempos, según el giro que se dé á
la frase.
Cam-ic, f., (■) CAU.E.TÚx, U). Eu Im-
prenta, línea qne se ve en la composi-
ción cuando coincide en varios renglo-
nes seguidos y en la misma dirección
el espacio que se deja entre una dicción
y otra; lo cual es un defecto de com-
posición, que deben salvar los con'ec-
tores de pruebas. Los nombres de calle
(■) eidle/oii están bien puestos y son de
uso general en Chile. Vea la Real
.\cademia si en España se usan otros
mejores,- y si nó, admita éstos, siquiera
como chilenismos.
Callkcai.lk, amb. Planta medici-
nal irídea, del género liherlia, de flores
blancas. 8e cría eu las provincias del
Sur de Chile y ha dado su nombre al
rio Calleralle de la provincia de Valdi-
via. La voz parece araucana, pei'o no
aparece en los diccionarios.
Oajiauuta, f. Fuera de las aceps.
que tiene en Marina, no le reconoce
el Dice, (á no .ser en general como
diniiiniti\"o de cnnniretj la de morlen-
le ó ni/iiina, ipie se le da en Chile, eslo
es: "pieza pequeña de hierro, con su
fogoncillo, que usan en las festivida-
des, atacándola de pólvora: cuyo dis-
]iaro imita la salva de artillerían. Si
tiene la forma de clin lia, debe llamar-
CAM CAM
- o>n fstv iii)iiil)n. 'r;iiiil>ii'U ticML' eíinuiol li;ibri:i dicho iiicjur M'AíV/Hr.síí
n'lü'-ioM i-oii t-stos fl i-ftcnlo: «hueso, ó soliif/miio, ú lialiria inventado t-iiid-
uiñiuo ó cosa sfiuejuntf. "juc se lleim iiiiieniotr.i voztiue fiieni iiiáscoiifoniii'
de jKjlvora y se ntac-a y liipi fuerte- coiieleastelhino, a'>ino//WH//'//7/', )H(í./-
mcnte para <|nc, prendiéndole fuego. Irlilli'. snbii-nuiiilfl, eU\
1>i<k1iiz<-.i una irran detonación». Camisa, f. Varias camisaS se
CambucllO, m. Omitiéronse dos ns;in en (.'hile ijne no apaixcen en el
aivi's.:<.-»nieUi jwiiueñay nuiy seiicilhi. Dice, ('nmixn llama el ein]>;iiKlad<ir
■ !i- forma ciiiiiui y sin ¡udillos.iiue usan al [tapel oiilinario ([no suele ¡Kincrse
Ins niños menores. Aliíuuos dicen debajo del lino, |i;na ipie é.ste ¡isienle y
cambucha. f. — Funda ó forro jn- peírne mejor. — Camisa .se llama en
jizo «(ue se p>ne á las iKiteüas ikhm i|Ue Imprenta un lienzo (pie se- ]n>ne encima
uo ."*: ipiielireii cuando se triins]torlan del mulettin ó imánele como forro exle-
eii e-ajones, canras, etc. Parei-c ipie esta rior y lUiis suave del rodillo if.ipres(ir.
voz proviene del dialecto iisturiano. en — i'niiiisu llaman eii hus lámparas de
el cual sii;nifii-a «cania ri pina de rué- jras una como Iwlsita abierta por am-
dn».y seeserilK-y prouunc¡a'7/w//(/'-/í(/. bos lados, hecha de liiladilloy iirc]»ara-
CaMBILLiix, m. TéiiLTiuse presente, da con cierta comiKtsic-ión para liacirlii
í-onio sinóninia de esta voz en el sen- incombustible. Su olijeto es (jue el lias
lido chileno, la rnlrwlnula ca.stellana: se «píeme niejdr y con tiiils cconoiinü.
-cosa lie<-ha jwr confabulación de al- y la luz resulte más suave.— Camisa
irnnos i-on euiraño 6 malician: y asi- llaman en sombrererías el simple ion c
mismo el v. fntnirliiir. a. fam.: «atraer de sombrero sin ahormar y desprovisto
a uno con disimulo y entraño, usando todavía de su forro y adornos. l,a 1.'
de ortificio.s |)iini meterle en alfriiu de estas aceps. puede admitirse por
nctr««Mo», v el ailj. fauí. ciifnirhóii, lui, analoL'ia o semejanza coiu'sta del Dice:
• pie se usa t. c. s.: ««pie hace ó prac- •ica]>a de cal, yeso ó tierra blanca <|iie
tit-a entruchadas». Pueden servir taní- se echa en la pared cuando su enluce 6
bien jiara expresar la idea de rom- cnjalbeLta de nuevo». Ija lí." está tonia-
/ilo/(iri>f. da del francés <-hem¡sc, que, entre otras
Cajii.v.vstk. iu. .Vve chilena pare- c<'sa.s, si^j^nüica: «trozo de tela pura
cidu ¡i la alondra. VA nombre procede envolver ciertas mercaderías". La :'..*
lie la i-o.stnnibre "|ue tiene <le andar es también frances:i, pero [«idria adini-
delaiite de los (■:iminaiites ó viajeros, tir.se. |)or<pie iruarda aiialo^'ia con esia
f'rrliliniil'i la llaman los iialuralisULs, castellana: «revestimiento interior de
con el a;fref;ado de f ('///'■«/<//•/><, jxtri pie los hornos de fundición formado ]«)r
vive en cuevas como el conejo (/•«///- materiales refractarios».
nihiK). (.'amI'ANA, f. .luego de niucliaclios
Camino de mesa. Desgracinilo i|Ue se ejecuta entre dos de esta iii:iiii-
iionilire con 'pie ipiiere barnizarse á los ra: se enlazan amlxis los brazos jior la
IKiños tiiiox. Iwrdados ó de encaje, «pie espalda y en seguida se levantan alter
como arlorno KC jionen a lo largo ríe las nativamente el uno al otro imitando
mesas de cuincr; á la legua .se descubre el movimiento de algunas campanas
la iiilaz:i fi-aiie«!S!i di- la fr. «i liw. l'n cuaiiilo se locan, ."^i no tiene nombre en
CAM
CAM
ciistellaiio. liicn piiudu udiiiitivse el chi-
leno, que es tan exacto.
Campaña, f. No signiñca Id ijue
i|uieren los modernos pciiodistiis, qne
diariamente nos aturden con sus falsas
campañas en favor de tal cosa ó en
njntra de tal otra. En sentido propio,
(■iiinpana sólo signiñca, como derivado
ijuo es de campo, «campo llano sin
montes ni aspereza»; y por extensión,
en Marina y en Milicia, el tiempo que
los buques ó ejércitos están fuera de
sus puertos ó cuarteles para obrar con-
tra el enemigo. Claro es, entonces, que,
significando cam]in y tiempo, no puede
dársele el significado (jue se pretende
de-guerra, ludia, batalla, excursión,
correría, jornada ó expedición militar,
según los casos, y figuradamente, cru-
zaila, propaganda; por tanto, no podrá
usarse esta voz con verbos tales como
hiKcr, rmnrciidpr, iniciar, abrir, porque
con ellos no conservaría su significado
fundamental de «campo». Por eso en
el Dice, español sólo hallamos frases
como éstas: Batir 6 correr la campana,
Eskir ó hallarsp en campaña, Salir á
camparía ó á la campaña. (En la de-
finición de Couso Se le escapó el ga-
licismo: «campaña que hacen
por el mar los buques mercantes....»)
Lo mismo vemos confirmado por los
clásicos españoles: «Comenzó á correr
por aqueUa campaña Ya había-
mos de estar en esas campañas desha-
ciendo agravios Esotro día han de
salir en campaña los de mi pueblo —
contra otro lugar». (Cervantes, Qulju-
te). «Salir en campaña y pregonar
guerra contra él». (Rivadeneira, Trí-
lialación ). ((Salió ron el en cump/tña».
(Jfariana).
Con Santiago en la boca solía Ksjiaña
.Sa/í/- li til í-iimintFiíi,
Diciendo en t.iilo estrago:
¡Esijaña cierral ;á ellos. Santiago!
Mas. y.-i que le hacen gLierra.
También Santiago con España cierra.
(Quevedo. Cnií'rii el patronato di: Sania Tcrem).
(Yese en esta estrofa otra autoridad
miis en favor del \'ei'daduro sentido del
grito de guerra espiulol ¡Sttnlutijo ij
cierra, España! que estudiamos en su
Ingar). Digan pues enhorabuena los
redactores y gacetilleros de la prensa
que salen á campaña ó en campaña por
tal idea ó empi'esa, que se pondrán en
cainpaña contra tales entuertos ó gi-
gantones, etc.: pero por amor del cas-
tellano no digan jamás que harán o
abrirán campaña, que se ini-
ciará una campaña, porque en-
tonces era de echarlos á la verdadera
campaña á sembrar papas y porotos,
entonces era de emprender una
nunca vista campaña contra cUns
por tales desafueros contra el idioma.
Estudiemos ahora el origen de este
abuso, y veremos que procede del fran-
cés. Campaijiie, según el Dice, de la
Academia Francesa, «se dice tamltién,
por extensión, del movimiento, del
campamento y de la acción de las tro-
pas. El ejercito está en campaña .
Lita tropas se pondrán pronto en
campaña, ilrlirn entrar pmDio en
campaña. Hace? una campa-
ña, la campaña. Abrir la cam-
paña. Comenzar la campaña.
La campaña de Holanda. Las
campañas de Italia, de Ale-
mania, etc. » He aquí la explicación
de este gordo galicismo que ha conta-
giado á tantos escritores modernos,
dignos, por lo deni;ís, de toda estima.
Los clásicos españoles hablaban, cuan-
do se trataba de guerras materiales, de
J
CAN
CAN
' •itjtrtMi, jormvla ó s¡iii|)lcuiciiU> ijitf-
'"'!<; i»r eso son tan conocidas///»
"irnn» lU h'litniUx, lux ijwrní» de
Alfiiuinitt, la ijiierní ¡Ir (iiimmlii, lii
iHiii/or jonuuhi que rieron Ion siyhs.
i/i) me /wllé en <r¡iielhi frlirisiino joriUT-
il't, rjnc dijo Cervantes de la excnrsióji
iidiir.i el Tnreu \ i\\\m tnvo |>or remate
I;k batalla naval de lieimiito. (li-^ase
alioni á Don IHe^'o lluruido de Men-
dozii. autoridad militar y l¡i)iriiístic:i,
»'ii su (íiiemí de Ih imada: « Es faniii
c|ne en la íinm empma (pie el enipc-ra-
dor 1). ('arlos, vencedor de ninchns
■^ntes. hizo contm Barlwrrojii, tinino
de Ti'inez, sa-rifiairon los moros del
e,il>j d,- Carta^i cinco nifi-js crit¡;i-
no . . .Tuvo hi primen orden de s;nerni
en la pt^trera /•iii/iri'sa del emperador
contra el rev llenrico II de Francia...
Puo'e el rombre Aiíatocle-, tirano de
Siciliit, en la ¡mm emprnia ipie tnvo
ontnk los i-arta;;ii.cses... Nombró i):ir
^eneial de toda ln enijirenfi al raaripiés
de Vele/.». Y como estos, innumerables
]>;i«jijes más en tod:i la obra. Kiii/ursa,
en eítii ;icep., es: «acción ardua ó difi-
cnllosu i|Ue valero.saniente se comien-
za». Si^iiiticii también aiiiijinH-i: «cada
año de servicio militar \ activo». Tén-
•^\s*: pR'jíente esta acep. para entender
wistell:iiiamente alfrunos pasajes de los
cl;isie.)S.
C&nard, m. In)[K*sible sería atinar
con el origen y miKlernDsiiriiificado de
rMtti.<r,-t|¡i-¡.«iii(>s¡ii estaren antecedentes,
lie aipii los tpu; da \). Rafael L'ril)e I'.
en su Oirf. nhirfiadn de Gidiri^iiiox y
ipie creemos ajrr.idarAn á miestros lec-
tores; «Enojado con Iils noticias ridi-
culits i|uc los diarios fninccoes le lleva-
lian c.ida manilla, nn |ier¡i><liro lieli;a
Hinincioen liLSColumiiasdesii hoja, ipie
ai-alMilia di- Imirr nna cvixTiencia muy
interesante par.i dcinosir.ir la S(>iprvn-
deiite voracidad de los áiutiles ó patos
(canard }. Ilalñcndo ivunido veinte de
e-itas aves, descuartizó nna, y la sirviii
tvn plumas y t<xlo ¡i las otras, que la
devoraron en un santianién. Inmolado
el secundo p;ito, tuvo la misma suerte;
IneíTo el tercero, y en tin, sni-esivameii-
te, todos los ánades, luista no ipieilar
sino uno, el cual, por tanto, se había
engullido vorazmente los otros dieci-
nueve en nn esjüicio de tiemix) muy
c;)rto. Esta fábula, contada con nincho
talento, tuvo un éxito ijue sin duda no
esperaba su autor. Fui- repetida jwr
lodos los fieriódicos de Europa, y aun
jiasó á .Vmérica, de donde volvi() toda-
vía más recar-rada de hiiicrlioles. Todo
el mundo celebró la pajarota, y la pa-
labra ranard 'ipiedn consagrada jiara
designar las noticias inverosímiles ipic
los periodi<-os ofR'cen como pasto ;i la
curiosidad de los lectores».
Canario, m. fiír. Xombie i|uc la
servidumbre de hoteles da á la pemnia
rumbosa y genero.sa en las propinas.
;Ser<i jwr lo fino del ranario, en con-
traposición al /•////(/•y/, (|Ue es la iwsoiiu
<|Ue da poco, ó por el color aiiiiuillo,
semejante al del oro? Véase Bacalao
en e.ste Apéndice. — También se llama
aquí canario lo que el Dice, llama
inlo en la ;!." acep. de esta voz: «vasi-
ja pequeña de barro [en Chile es de
lata], á modo de cantarillo, «pie )ii'o-
dui-e un sonido como el gorjeo de los
|i¡ijaros cuando, llena de agua hasta
cierta altura, se sopla |M)r el pico».
Caxastero, m. En castellano es
|)ersona que hace canastos, y también
la <pic los vende; en Chile, además de
esto, es el vendedor aniluilante que
vende frutas y legninbres en canastos:
además, el liiibajador ó empleado que
CAN
CAP
en l;is paiiaderius transporta el pan en
canasto rlcsde el horno al enfriadero.
— También se llama mii/ísfpro un ave
del orden de los pajarillos, qne se dis-
tingue jx)r la habilidad con que fabri-
ca su nido, en forma de canasto 6
canastillo: y de ahí su nombre.
Canastillo, m. Asi se llama en
Chile un tejido jiequeño que se hace
con las hojas de palma que se bendicen
el domingo de ramos. Lo más couuin
es darle la forma de castillo o torreci-
lla, y uó la de canastillo, que unnca
hemos visto. Por eso creemos que esta
voz, () es corrupción de rasUUo ó se
introdujo porque la forma del tejido es
semejante á la del ranasti/Io, ó porque
al principio se daba esta figura al oiíje-
to. 1 [ablando de ellos, se expresa asi la
Sra. Pardo Bazán: "Lo único que uo ha
degenerado son las palmas del domingo
de ramos. Su ornamentación semiilrabc
debe de ser la misma que era allá hace
siglos. Sus trenzados, rizados, copeles y
vohtkis dicen á las claras la tradición
moruna de los países retostados por el
sol. ( L(i Vida ronlein/Kiránea ).
Canding:a, f. Us;lmoslo por rail-
sera, ma/aderití, iiiachaqiwo. ;Será co-
rrupción de /jandinga: «mineral me-
nudo y lavado»? Bien puede ser por
la forma del vocablo y por lo molesto
que ha de ser para los trabajadores
juntar ese mineral menudo y lavado.
Canoa, f. Olvidamos la acep. de-
especie de artesa ó cajón de forma
larga en que se echa de comer á los
anímales, especialmente A los cerdos.
Úsase también en otras partes de Amé-
rica. En Colombia es, según Cuervo:
«cajón oblongo y enterizo que se iisii
jiara echar miel ó dar de comer á las
bestias»; en Méjico: «gran cajón de
una pieza, largo y angosto, que suele
servir como depósito de leche li oti'o
lí(|uido, y tiimbién para dar de comer al
ganado» (García Icazbalceta); y en
Cni)a: «cualquiera especie de canal
gruesa de madera enteriza con caV)ezas.
Las hay de diferentes dimensiones y
destinos, como para recibir miel, leche,
etc.» (Pichardo). Ei equivalente cas-
tellano es comedeio: « vasija ó cajón
donde se echa la comida á las aves y
otros animales». Penehre es también
la «especie de cajón donde comen las
bestias». En las obras de Pereda so
Ice el provincialismo COCino: artesi-
11a en que comen los cerdos.
Caxquéx. m. Esjxicie de pato silves-
tre: en Ancud es domesticado. Ver n ida
rliHoeiisis lo llaman los naturalistas. El
nombre, que sin duda es araucano, y
i|ne también se conoce en la forma de
rauqniin, ha dado origen al de todos los
lugares que en Chile se denominan
Caaquenes.
CaxhO"<ü. sa, ailj. l'or anticuado lo
da el Dice, y lo define: «Cansado. 2."
iicep.n, ó sea: «aplicase á la ]ierson:i
que cansa ó molesta con su trato ii
conversación». En Chile se usa t.od.'i-
via i-'insosn. pero aplicado principal-
mente á cosa: dolor cansoso, enferna-
dilil riiiisiisa.
Capacitar, a. Xo existe en cas-
tellano, sino solamente su contrario
inca/iacifar, que vale iuitaliililar. Tra-
dúzcase pues por liahilitar, á fa-cidlur,
iiiiinrizar, rnmisioiiar. posiMIiíar, sc-
giín los casos. «Por cierto, hermano
c'abrero. tpie, si yo me hallara po-'-ilii-
llladu de poder comenz-ir alguna aven-
tura, que luego me pusiera en camino
por que vos la tuviérades l)uena».
(Quijote, p. 7, c. LTI).
Captatorio, ría, adj. «Se enten-
dei'iin por tales [disjwsiciones cap/alo-
1
CAR
CAR
rifix'} arjiíullits en <|uc v\ testiidor, nsitrna
luirte i]e sus liienes ¡i foiulirión i|iic i'l
iisi^iiatario Ic deje (wr testaiiiuiilo ¡il-
tíuiia (wrtf (le los siirus». Asi so oxpn'si
mu-stit) (■ó«i¡;ío Civil i-n su articulo
Io.">;i. Auu(|ue el ndj. olist-a ¡i fniiifós
/ iii/ilaloiif), es dificil reomplnz:irlo cu
■•¡istcllauo. y por eso estamos |ior su
adiuUión en este sentido, pero ii(> eu el
de rnprioMi. (pie le dal)ii un i'studiaTite,
:t ipiieu oiuios «(nejarse de «pie su ]>io-
r>-a)rle l)!iciLi cu el examen preg'lUl-
tas captatorias.
C\iToit, ni. Aiiifhfiisiir. Con tan
Imcua formación y tan nsiulo eu nues-
tra le<ri.''lación, es extraño no verlo cu
el Dice. ;Cóino llamar ti/nf/ifiixnr ai
<>i/iloi- de pres;is marítimas, \k)T ejem-
plo? Los laliios y oidos se resisten.
('AB.\.MH<il,tmo, in. El (pie hace v,\-
r:iinlioliL«. Csadoon Ciiile, liien forma-
do y disno de tiirurar en el Dice.
rAUltO.VKIíA, f. "Pieza ó sibil desti-
nado paní ííuanlar el earlwn», es una
de liM aceps. t-aslixas. I'or semejanza
llamamos taiubien an lioiififi en Chile
la [larte del ténder en (pie va el carbón:
y mando este carruaje es muy jiefjueño,
i-omo su<'<.í<ie en altrunas locomotoras,
la riiilniiinii es el carro o carruaje que
va en si-guida. El nombre está perfec-
lauíente usíido y no liay por i|Ué deso-
i'liarlo.
Carenaje, ni. I'mx) fran«'-s {aiif-
iiiiiio). ¥.\ "re[«roy coni])Ostnni ipie
.■* Iiuee en el i-wi'» de la nave, ¡«u-.i
ipie pue<la volver á <>er\°ir*, su llama
en tnstellano niiemí, f.; y rarfiifiii, m.,
i-l «sitio ó ¡Kiraje en (pie se da (-¡iix-na
a los liU(pies*.
CaR'íaI!. Omití- el Oicc. la acep.
relativa á los árbcjlcs y plantas frutales,
en la cual w nsa este verbo (> solo li
eiii la pie|'. '/'•. l'suse foinn ( osa co-
rriente en Chile y es de lo niius (.-astizo
(pie hay. Al>rase si nó, el Dice, de
< 'ñervo, donde apaivcen siete autorida-
des de primera clase, con de y sin ella,
eu tiempos jK-i-sonales y cu participio,
en sentido projiio y en el tig. «.'cue-
len asimismo [los duraznos] rarr/nr
mucho, y |>or eso jie recen niiisaína».
(.Monsode Herri'ra, Ai/n'ni/liini i/eii.,
III. i':'.)- «Trasplantada en la ivü-ricin,
iiiii/i) de Hores y fiutos de excelentes
virtudes». (Martin de Roa. \'i(l(t t/r
lioTid Ana Poiice de León, I, 1). —
Acerca de la 1." acep. «pie censuramos
en el uso de este v., veiise mejor los
inwnivenientes y alwurdos ¡i que se
pR'sta.aplicándolo á las nodrizas, cfHíio
se hai.-e en Chile y cu otras p;M'les.
Cargar un niño es aquí llevarlo (i
tenerlo en brazos; y nlñO Carg'adO,
el «pie es llevado o tenido df esta ma-
nera. Sijíuilicando rurijiir como a. « im-
¡Hiner carera «» i>eso». mal puede la
nodriza cargar al niño (> ser éste
cargado por ella, ponpie lo «pie
¡sisa en lealidad es lo coiiliario. Alu'o
antitruo es este mal uso de niiijnr,
como que en 1 (¡74 lo hallamos en nn
estimable autor: "Muy colérico man-
dó me levantasen de la cania, y en nna
mala silla me mand() jKuier con inqx-
rio, y á unos mulatos (]ue me Car-
gasen;» es decir, ([iic cdiv/asfii cnnmi-
i/n, (■) iini mi nieijio, ó fon Iti silla en
(jiie yo iba. (Fr. Fernando Espino,
Iii/ornie solire lo» /mlins .Virui/iies ). —
Por contaminación con la 2." acep. de-
acometer, cmlK'stir. ipie estudiamos en
este V.. sedii-e cnCiiiJi' cargar con
uno o contra uno «n el sentido «le
-culparle o inculparle, hacerle risp«iii-
sídile de al^ro: AV lo hizo, ij cargaron
conmigo. Muy clásico es ranjai- en
la aiip. IÍL'. ili- ■ihiicer nn carino ó iiu-
CAR
CAR
piitaciún, aciisai')j; pero en tal caso no
se construye así, sino con acusativo de
lii persona á quien se acusa, y con las
preposiciones de ó con de la cosa im-
putada. "Quede pues por cosa cierta
cjue Bruneciiilde fue buena princesa, y
que sin embai-go en a(]uellos tiempos
muy perdidos ¡a caí (juro n de pecados
ajenoíiv. (Juan de J\lariana, Hisf. de
Espaíia, V, 10). «Xo fué tan rigorosa
como prometía la animosidad mostrada
contra Don Alvaro y las odiosas im-
putaciones con que antes /« rarffctban».
(Quintana,/). Al raro de Luna). Otras
veces el régimen se varía en acusativo
de la cosa imputada y dativo de la per-
sona ;l quien se imputa: «.Cari/ando a
/odas la culpa que yo sola tenia».
(Cervantes, Quijote). «Extrañaba mu-
cho lo (¡ve cargalan á la reinaii. (Ma-
riana, /(/., VIII, 13). En estas citas
tomadas de Cuervo y en otras muchas
(pie se hallan en su Dice, se ve claro
el signiñcado fundamental de carf/ar y
por eso es tan usado por los clásicos.
CAUfíAZÓy, f. Conforme á la 1."
acep. de car¡iar que acabamos de defen-
der, damos también á carnazón la de-
abundancia ó copia grande de frutas ó
frutos en los árboles y plantas. «Hubo
este año ccirijctzón de peras., de papas».
Debe pues agregarse esta acep. á las
ti'cs que ya tiene Cargazón en el Dice.
Caricaturesco, ca, adj. Pertene-
ciente ó relativo á la caricatura. Hace
falta en el Dice.
Carnaza, f. No sólo en Chile se
usa carnaza por carnada, sino también
en España. <í Carnaza ó cebo para la
pesca», dice Don José Pérez líalleste-
ros en su Cancionero popular ¡¡alleyo.
Caunk. (Véase en su lugar). Carxk
DK caxíkv. Véase un ejemplo de esta
loe. rii el arí. AM-MA Vil, I de este
Apéndice. — I 'ame de perro. Así, sin
verbo ninguno, hallamos esta loe. en
el Vocahuhtrio de Gonzido Correas, y
explicada de esta manera: «por el que
se trata mal y sufre en malas venturas».
Con esto queda claro y ¡«tente el ori-
gen de nuestro chilenismo.
CarxerilIíO, m. dim. de carnero.
Dígase mejor: cordero, si no pasa de
un año de edad: borro, si pasa de un
año y no llega á dos; y borrecjo, si tiene
de uno á dos años. Cordero recental es
el que todavía no ha pastado, y leclml.
el que todavía mama.
Carnet, m. Voz francesa que sig-
nifica libreta (libro pequeño de papel
blanco), que usan los comerciantes, los
médicos, y, en general todos los que
necesitan tomar á la ligera algunos
apuntes. En castellano, además de //-
bre.ta, tenemos: ucjenda (libro ó cuader-
no en que se apuntan, para no olvi-
darlas, aquellas cosas que se han de
hacer), memorándtim (librito ó cartera
en que se apuntan las cosas de que uno
tiene que acordarse), cartera, cuaderno,
librillo ó librito. Éste es pues el signi-
ficado de carnet y nó el que se le da
en Chile de-tarjeta de baile. Por más
que ésta se doble en dos hojas en forma
de libro, nunca pasará de tarjeta; á lo
sumo sería minuta, ll^ta, nómina, pero
en ningún caso libreta ó librillo, que
es lo que significa carnet. Menos
descaminados que nosotros andan ks
diarios mejicanos, que dicen, aunque
siempre á la francesa, carnet del
cronista, carnet del repórter.
Carozo, m. Suele oírse en Chile con
el misino significado que en Galicia:
«centro ó corazón de pera, mai.zara,
etc.», y más comunmente por huoso ó
cuesco de fruta. Véanse Coronta y
Descorazado.
CAS
CAS
Carrala. f. Vitíse en el cuerpo tle
la ol.ni Acarraladura.
('.míi:ki¡I>ta. oiiii. Aticioimdo a las
«iriiras tle caballos. || Kl ijue apuesta
en ellas. E.'íiá bien formado y no se ve
iiuiinveniente paní aceptarlo. Xo se
confunda con C.vrrkreko que dimos
i:i <n hiiT.ir.
Casado, m. Asi llaman en alfruiias
iuipn-ntus la iiii/mitirióii castellana :
«i-oni|iüsición de cuadrados que sejiara
\:\a jilaniis eiitiv si, para qne, impresjis,
:i|xirezc:in i-otí las márgenes correspon-
di''iites».
Castillo, III. Pila ó riinew de
maderos c» tablas puestos unos sobre
otn!S formando cuadro, triangulo li
iiira li'.'ura, jwra que se sequen y ¡i fin
de que no se tuerzan, iíuv usada es
e.^ta atep. en Chile y jx)dria traducirse
|)ür ¡■ilii (montón, rimero n fiiinulo de
una co»i, <|ue se hace poniendo una
«.tbre otra las piezas ó porciones de que
consta), rimero (conjunto de cosas
puestas una* sobre otras), ó luir i no
(nionUin, rimeni). [K-roen ninfrim caso
]Mir montón, que es uconjuntflde
cíjsitó pue.-ítas sin orden unas encima
de otras-, cuando en el castillo
nucíitro reina precisamente el orden,
.'^i se hubiera de bautizar ahora este
objeto c-on un nombre nuevo, propio y
«istizo, propondríamos por imestra
¡lartc el 8. xol/rf/'iifKto. que, aunque no
tiene expresamente en cststcllano esta
aceji., implícitamente la tiene en su
sitpiiticadu mismo. También, por se-
inejun/ji. [)odria llamarse niof/ote: « ha-
cina ó inonton d<- haces en forma
pintmidal».
f',^.STl/.o, ZA, adj. Fáltale en el Dice,
la accp. de-muy prolifico, aplicado á
Um animalcü, y que se usa también en
< 'ilile: « S<in ittwxoiiihiilliix rilxUzns, que,
echados H 1.1S yeguas en el prado, son
tan rijosos que, si algún caballo pasa
|x)r el c-araino, salen relinchando á él,
qne le quieren comer á bocados». (Fr.
Alonso de t'abrcra. Lunes (le.t¡)u¿.i del
dom. 2" He Cuaresma ). «Han hecho
como rnhallox de rrixla, padres, que en
viendo la mujer ajena dan el bufido y
el relincho del mal deseo». (Id., S<il'.
de.tjniés del doin. :?." de Cuaresma).
Esta segunda cita explica el signiticado
de la primero. No siempre la expivsicm
aiballo castizo significará esto misino,
pues Cervantes, por ejemplo, la emplea
en el sentido de-caballo de casta cono-
cida y apreciada {<^uijnle. I, 40); ix-ro
lo cierto es que es ncei). que debe reco-
nocerse á castizo, ti'allo castizo, caballo
castizo. Don Julio Cejador, en sus
artículos «CriteVio del casticismo», sr
expiX'S;! así: 'it'aslizo llamamos á lo
que viene de casta: pero no lo es me
nos lo que la produce, pur lo cual
Herrera escribió de las pilomas: <¡ui-
sean muí/ castizas, de muchas crias
(I. ,"), c. :>4); y de los toros: ,SV el se-
ñor de las rucas procura tener Imiii
turo castizo (1. r>, c. 42).
('AsrcHA. f. Muy socorrido es en
Chile este despectivo, pues se usa, no
tanto para lo (jue indica el Dice, acasa
peíjueña y mal construida 6 maltrata-
da», sino nii'is bien para nombrar la
ijarita y otras ciusillas parecidas. Así
llaman a(|iiicasucha la que usan los
bañistas, la que se iiace para abrigo y
comodidad del ]ierr<) cíusero, las que
hay en las estaciones de trenes y de
iranviius (éstas son verdaderas //«;■//(!.'< ^
y algunas otras destinadas al comercio,
i|uc más bien merecen el nombre de
Iciosros <) quioscos, cuya definición es:
'I paliellón <) edificio pe(|uerio y general-
mente circular li ochavado, (pie se
üil
CAÜ
CAU
construye en i)lazas ú otros parajes
públicos para vender periódicos, fós-
foros, flores y otros artículos de poca
importancia». Garita, en sn acep. per-
tinente, es: ft casi lia pequeña de madera
(jne se destina para abrigo y comodidad
de centinelas, vigilantes, guardafrenos,
etc.» Si no se quiere usar de estas úl-
timius voces, dígase más bien caseta,
rafyíta ó casilla, simples diminutivos
(¡ne no envuelven el concepto de 'nnal
construida ó maltratada» que envuel-
ve el despectivo taaurha.
Casuchero, ra, m. y f. Persona
(]ue tiene por su cuenta una casucha
() que está encargada de su cuidado.
Como tiene poco uso y además está
mal empleada la voz casucha, de
(jue ésta se deriva, no debe de ningún
modo admitirse.
Catarrear, n. Igual á este chile-
nismo es el mejicanismo acatarrar,
a. fani.: «fastidiar, molestar. Este niño
me acatarra, en vez [de] Me fasti-
dia, me aburre, me molestayi. (Ramos
Duartc). ulmportunar, hostigar. 3Ie
tiene acatarrado con sus conlinuos
jji't/idos: roa ■'<iis interminables histo-
rias». (García ícazba'ceta). También
se usa en el Ecuador. En casteUano
sólo hay el v. r. acatarrarse: contraer
catarro, y el adj. encatarrado: (|ue está
acatarrado.
Caucarse, r. Xo habíamos pensa-
do hacer mención de este vulgarismo
ciiileno; mas, como puede inducir á
error aun á los más escogidos literatos,
diremos de él dos palabras. Es el cada-
car castellano, ( juc, corrompido primero
en ca-U-car, cauco, luego dipton-
gó la primera a con la í ; y di(i caucar ,
cauco; lo mismo quemeico, reito,
creitO, y los castellanos cruel, Jiet,
ver, ser. (Vi'ase D). Pues bien, de las
aceps. ].■' y o.^ de endurar (hablar u
obrar sin juicio ni concierto por la de-
bilidad que trae consigo la edad avan-
zada, la falta de los sentidos ó el vicio
de la-s potencias; arruinarse ó acabarse
alguna cosa por antigua y gastada), se
han derivado las siguientes para can-
car: 1." ser, una persona que ya ha
pasado de la juventud, habituahnciiti;
enfermiza: de ella se dice que se está
caucando, que está caucada >>
cauca (ccaiaca); 2.'' caerse el jielo á
trechos á las personas por alopecia, la
lana ó pelo á los animales, las plumas
ii las aves: Este niño lia ¡iriuci/iiado n
caucarse; la oreja se está cau-
cando; :!.■' tratándose de guisos ó
manjares, enranciarse; y por extensión,
ahumarse ó tomar mal sabor.
Cauque, m. Xombre que en mu-
chas partes de Chile se da al ¡xíjerrcy,
sobre todo al grande de lomo plateado,
aunque algunos naturalista.s pretenden
que es otro pez parecido á éste. — Fig.
Persona lista y viva como el pejerrey;
y al contrario, ¡jersona torpe y desma-
zalada, que por poco tino ó malicia cae
en un fraude ó engaño, á semejanza del
cauque que se deja pescar. Como lo
notanl el menos lince, todo está en d
punto de vista desde el cual se contem-
pla al pejerrey. Si se le mira en su pro-
pio elemento tornasolando las aguas y
deleitando la vista con sus rápidos y
graciosos movimientos, es la imagen
viva de una persona lista y ágil; ]Tero,
al revés, si se le ve ¡pobre de él! cogido
en la red ó en el anzuelo, ó ensarnado
de las agallas en el lerche, entonces es
la imagen muerta ó moribunda del
hombre lerdo y torpe, que merece aca-
l)ar de la misma manera. El nombre
talvez está relacionado, dice Lenz, con
el araucano caun, estar mojado, cho-
GEN
CER
rre;iinlo iiirua: rinn/iiri slirnílicanu: os-
lar .-¡Lüipa- ilionvaiulu iitriia.
Cautil <> cautín, m. SuUlaihi,
111.: «iiistrumeiiU) con <|iie so suil-
Ceba, f. ••initióec la aa]>. i'liili-im
ilt-- :n.vioii ó efecto de cebarse cu la
1'.' airp. i|nc tumos á tsu- vcrlto. Asi
ciiiiii» el verlw puede corresjioMder.ie.
w)ii tirrnjoit/arsf ó rrifvxliiiKi' (-«eniíolo-
íii liarse ó aticioimrrc ú alrniim cosa»),
a-i Uiinl>ién el s. jiimlo rceniiiluKirst.'
|>ur iiirri/iis/ii, III. fain.: "jrusto ijlie se
loiuaá una a>sa, liet^lio ya costumbre».
— ¿rt r/iii' >f tinir rs la CCba: fr. ]iro-
vcrl>iul i|tie suele usarse tu el sentido
de-lo 'lUe Se teme es el mal luibit^j ó
mala costumbre. <|Ue la persona se lia-
bitiie ó acostumbre á tal ó cual cosa.
Cemento armado. Xo hay tal,
|«ir mus (|Ue IndiiTan lus arijuitectos _v
■ ■iiiistnicioa-s ciiilenus y frani-cses: el
iH •iiibre castellano es lionniíjón uniuu/n.
Kii efecto, el liormiíjün es: «fábriai
i-xmpuesta de piedi"as menudas, y mor-
tero de cal y arena»: jxir consiguiente,
el cfinmln sólo entra como parte, y no.
muy LTJiude, de este compuesto. Será
fim fililí (iri)i(ulo si lo «pie se coloca
dentro de la áraiazón ó annaduní es
solamente cemento, como liay también
nlirunas ccmstniíf iones.
t.'KMZA, f. Falta en el Dice, la iic.p.
d<--priiner día de cuaresma ó miéri-ole.-i
«le t.x'ii¡»i: (pie se usa en todas |Kirtes.
.\si,escoiiiiin do«'ir: « Volvcn'' del ciim-
po |«ra rniizii; Xo me (•onKes<i liasia
rfiiiza". Kii cnanto :i autoridades, lie
»<iai algunas: » El día de reniza la to-
ma primero el i-lero ». i Lfifi"» ile IiuHas,
I. IIF, tit. .\V, ley X). «.Mcgriaíi, an-
truejo [el carnaval]. <pie uiañatiu serás
irniziio. (lionznlo Correíi.'i, Variilnila-
riii I. ■•('(MiNÍd<;nwi"iies del jueves dt^;-
plles de la rfiiizw. es el titulo de una
Iiláticn de Fr. Alonso de l'abivni.
Ckxtoi.la, f. Es de los bi-iupiiums
más grandes de Chile, dic-e l'liilippi,
jiues alcaiiKi á tener siete pulgad;is de
largo. Se halla en los mares de Chilué
hasta Magallanes. Su nombre cientítico
es lil/ioik.i iiiilarriira.
Ceuuauo, da, adj. En caiitíniíacioii
de la '!.' acep. (jue damos aipii á este
adj., véanse estas tres autoridades:
" Hablar renmio: los que obscurecen el
luiblii, y esclavos y extranjeros». ((íoii-
zalo Correas). •< Su hablar gangoso y
obscuro, en parisién del más renvilo,
produce el marco aun en medio del
Xilü». (E. Blasco, Los ¡tasajerux tlrl
llfliiT(i). « El dialecto es el mismo
(|Ue en la merindad de Tudela: el aia-
goni'>s: iiero nuis roñado y con voca-
blos más regionales.» (Julio Cejador,
J/oIfs 1) n/ioi/vx j.
CKUUnxo. Xo retraetaiiios lo dicho
sobre él: pero (|iierenios estampar ar|ui
sus sinónimos: mnnlinilo (monte pe-
«lucño. ])or lo común aislado, y obra,
ya de la naturaleza, ya de la mano del
hombre): inotí( (eminencia de poca al-
tura (jue se levanta sola en un llauo);
otero (ccn'o aislado (|ue domina uu lla-
no); riliazn (porción de tierra con al-
guna elevación y declive): rolinii (ele-
vación natural de terreno, menor que
una montaña); r.illnilu (tierra (jue se
levanta como cerro, menos elevada (pie
el monte); moi/ole (montículo aislado,
de forma cínica y rematado en punta
roma").
Certeneja, f. Leyendo los Ser-
mones de Fr. .\lonso de Cabrera lialln-
mos el origen y signilicado de este
curioso vocablo. Es corrujición de xiii-
Iriipjii, forma ijiie aiiarece en el Dice,
sillo para avisar ipie es diiiiiiiiitivo de
CER
CES
siniái, con lo cual ni el más lince po-
día ¡idivinar todo el gatazo qne había
allí encerrado. Léase ahora, despncs de
recordar la C3rteneja chilena, el
pasaje del dominico español: «8i miráis
la tierra en fin de Agosto, como han
pasíido por ella los calores del estío,
veréis en esos bnhedos unas abertnras
y crietas y sartenejas, que parece que
la tierra tiene sed y que aquellas tajas
y liendediu'as son unas bocas que tiene
abiertas hacia el cielo, esperando el
agua (jue la ha de fertilizar y como sus-
pirando por ella». (Senn. 1." en el 2."
linm. de Adv.) ¿Xo es verdad que, al
ver á sarteneja en un buhedo (tierra
grcdosa) y al fin del estío, en medio de
las aberturas y grietas, ó tajas y hen-
deduras, quedan enteramente claras y
justificadas las aceps. chilenas? A ma-
yor abundamiento y como prueba de
(jue el vocablo vino de España á Amé-
rica, véase también el significado que,
según el Dice. Endchp. Hispano- Amr-
rieano, ha conservado en Méj ico : « Sa ii-
TBNEJAS: cavidades naturales abiertas
en las peñas que existen en la penin- .
.snla de Yucatán (Méjico) y en las que
se deposita el agua pluvial en la esta-
ción de las lluvias. Su número es gran-
de, pues se presta el terreno pedregoso
á la formación de estos depósitos, ijue
prestan gran utilidad: en tiempo de
sequía se agotan». García Icazbalceta,
en su Vomliulariv de Mexiranlsmos,
define la certeneja: «pantano de cor-
ta extensión, pero profundo»; sin dar
etimología ni otras explicaciones. Para
el cambio de e por a en la primera sí-
laba del ^'ocablo, recuérdese que en
castellano es harto frecuente, poratrac-
ción, y otras veces por disimilación de
las demás vocales. Así, antes qni' /'■/(-
teja y lentejiieta .se dijo lanteja, y laiite-
jueJa; lantisco por lentisco; nionexirrin
por iiKinasterio; lerhr y ler/iia/a se ha
dicho siempre de los latinos lacle y Itir-
fuca; Cerceli se dice ahora de ¡Sari/et,
«lugar, en el cual hay mucha contra-
tación de higos pasos», como dijo Cer-
vantes en la novela del Cautivo; ctia-
teco y jaleco del turco ijelec, mientras
el pueblo dice clieleco; Aijaeda del
latín Agatha. Otras veces influye en
estos cambios la metátesis: como nia-
lencolia y malencónico ó malenróliro por
melancolía y melancólico.
CERTiFiC'ACióx,f. Significa: «acci(Jn
ó efecto de certificar. || Instrumento en
que seasegurala verdad de un hecho»;
pero nó colección ó conjunto de certi-
ficados, como malamente dicen algunos.
Cesta, f. Dos aceps. de esta voz
tenemos que hacer notar. Ce-'<ta, lia I tes-
ta, ¿en cuál ¡nano de éstas? Fr. (jue se
dice en Chile por vía de juego y mos-
trando á otro las manos cerradas para
que adivine en cuál de las dos .se con-
tiene lo que se le quiere dar ó mostrar.
Usase también en España, como se \"c
en el Foltc-lore de Madrid, du 1 ). I''.u-
genio de Olavarria y Uñarte, aunque
la fórmula es algo distinta:
—Esta ballesta
Camino lue cuesta.
— f;En quf Iwgai-y
—En Portugal.
— r;En que' calleja?
— La jMoraleja.
— Me dijo mi madre
(jue pegara en esta.
O bien esta otra:
—Esta ballesta
Camino me cuesta.
La pura verdad.
Que dice mi madre
Que en c'sta estará.
Al decir los versos se van tocando al-
ternativa y suavemente las dos manos.
CES
CIR
y til i-I ultiiiHi M. tk-Murjíu un j;u1jk;
iiiiis fiurtc sibrc la iiiauu ck'i;ida. Kii
('ataluña la foriiinhi i-s iii:i# ]>¡irL'fiilu
a la iiii(.i>tra:
1^* otr nic diu
Qae prciigm a<|Ue7tUi.
S ;;iin fl IHiv., el iioinbiv df este jue^'O
isrhiiui: «suerte i|Ueecliiiii los ninclia-
<lii« nieliemlu en el pnfio niia piedre-
eita li otr.i cosa semejante, y. presen-
lando Ins dos manos txTradiis, pierde
a>|Uel (|iie tH.Tmla la innno en ipie está
la pietlni». .;No será lu conii'urio: tjne
L'ana el <|Ue adivina d(')nde e.su'i la
piíilni' Las Voces i^xhi \ Imlli'sla no
tienen en la fr. ipie estiidianuis otiii
• ilic-iu (|ne el de la e<jnsonaiiciii, como
snceilu en tiintas otms fnisi-s «astella-
lias: Sin ilrrir rlm.s ni mii-i. Sin ilitir
nru iñninrh, ScR por angas, sea
por mangras, Sin ion ni son, A.ii ijiiF
, ...' II ti.s:iiln, |ji todas cstiLS fniscs una
viiz |¥.ir lo menos está fonnada por con-
><uianeia i'i scniejan/.a ron la otra. 'I'am-
liii-n ¡tudiera darse otra explicación,
:iun>|Uenos|)arece nntantoalamlticadu,
dcsa>ni|ioniciiiloasi lasdos voces: ,'.SW/í
i-'lti.' o rfil éxtii=z>pi<til ó rtxld. Vni/ li
vkIii, o riiiia n éxlii=zlini/i:ylii ó ballcxld,
l>adu la mala pronunciación de los
niño?!, 'pie son los que usan este jncfro,
y el movimiento alternativo ijue hacen
pank mostrar una y otni mano, no os
lan invi-n>sim¡l la explicación. Hn el
IH(x-. no hallamos mi'is nuitro de esta
rnla i|Ue en la fr. I}etir uno unax nrex
rfnln // ohii-i Imlli-flti: «decir unos veces
una cosa, y otnts otra diferente ó con-
iraiio". (.Art. Vk/.). Fray Aloaso de
( 'alirera eni])lca tundiién (•sl4i8 voces en
••ste nn'smo yentido, ¡Kirecido á: l'na
iliif hlanfii, ;i olii) t/ire nniiv: "«^'iiot
capita, tol senlentiae. I" no dice crttla,
otro /Hillrsla». (Mar/es iffi</)i(¿s ilfl
tlom. lie Ptmún). Estos dos usos de
cealti nicixten quedar en el l)iec. en
articulo especial, ahierto exinvsamente
l^am est;i resln.
Cicaterear, n. VA cast<;lhiiio fue
cicatero con el v. mismo que expresa
Cita idea, pues le negó una silal)a ((Uc
|)or origen le correspondía y lo dejó
redundo á ricalear, n. fauí.: hacer ci-
caterías. Jlius lóiiico y lícnei'oso fue el
pueblo chileno con su Cicaterear,
ClKLO, ni. Jiinliii.vlc (i uno la liorní
run el cirio. Es fr. tiiT. ele USO corriente
en Chile, y aun(|ue no aiMuetv en el
Dice., es segurainento castiza ymv lo
expixaiva y hermosa. Creyéndola tal,
no pensiunoseu buscar autoridades en
su favor, hasta que la hallamos en
(Jarcia Iwizbalccta, <|uieu ladctine co-
mo uiejicanisuio: ■lUcuarse de congoja
y aiuilauiír.íe por el i-eiwnlino descu-
brimiento de un mal grave y al |iarecer
sin rcmwlio».
Ciltcfl.n, 111. l'alta cu el Dice, esta
accp. litiirgic".!: semiciiculo (|Ue forman
los ainónigos al pie del trono del obis-
po cuando celebra de medio pontifical,
al tiempo de los kiries, el gloria, i'l
credo, el sanctus y el agiui.sdei, rezando
juntamente con el esUis oraciones. —
Y iusi mismo esta otra: en algtmos cole-
gios, reunión de estudiantes presidida
jwr uno ó más profesores, en que fe
defiende por uno de aciuéllos una tesis
ó conclusión contra los argumentos de
otros.
CiuiEi.iLi.u, m. ,\rbol con Mores de
i'olor de esf'arlata, nniy hermosas. KI
nombre que le dan los boLiitiicos es
i-nilinlliriinm i-onincnui. Merece admi-
tirse'.
OLA
COC
CIjAVETeai!, a. Su acep. pviuiura y
principales: 'i guarnecer ó adornar con
clavos de oro, plata ú otro metal algu-
na cosa; como caja, puerta, Coche, etc.»
En la cual es sinónimo de tachonar:
"adornar una cosa sobreponiéndole ta-
chones: clavetear los cofres y otras
cosas con tachones»; y tachón es: «ta-
chuela grande, por lo común dorada ó
¡¡lateada, con que suelen adornarse
cofres y otros muebles». Bueno está
todo esto; pero ojalá se agregara á
clavetear, por la semejanza que hay con
su primaria accp., la siguiente, que se
usa en todas las cocinas chilenas: ador-
nar algunos guisos, dulces, tortas, etc.,
con claros de olor, semillas de almen-
dra, pepitas ú otras cosas semejantes.
Verdaderamente los objetosasí adorna-
dos, aparecen claveteados, y más cuando
los adornos son claros de olor. Lo que
jamás será clavetear, por más (jue lo
diga alguna llaritornes, es: «untar con
lardo ó grasa lo qne se está asando»:
el cual es el significado propio y exclu-
sivo de larilar ó lardear, a. Xo se olvide
á mechar, que también toca pito en es-
tas materias, pues significa: «introdu-
cir mechas de tocino gordo en la carne
de las aves ó en otras ^•¡andas que se
han de asar ó empanar»'.
Clavi.ja, f.Sólo de una manera muy
genérica podría usarse cu castellano
por ¡H-zún y pezonera, como lo hacemos
en Chile. Pero enmendémonos, porque
las cosas deben llamarse por sus nom-
bres. Pezón es: «palo de unos cuarenta
centímetros de largo por cinco de grue-
so, que se encaja perpendicularmente
en el extremo del pértigo y en el cual
se ata el yugo». (La medida del largo
y del grueso no puede ser tan exac:ta.
Jinchas de nuestras carretas tienen dos
pezones, uno mayor y otro menor).
Pezonera es: «pieza de liierru qui' rii
los carruajes atraviesa la punta del eje
para que no se salga la i'ueda». Y se
llama así de pezón, que en otra de sus
aceps. significa: «extremo del eje, que
sobresale de la rueda en los carros y
coches».
Clkjiente (Penas de San). 1"-1
oi'igen de esta fr. es, sin duda algmiü.
el martirio de San Clemente, oIjísjid
de Ancira, narrado por el P. (jranada
en su Símbolo de la fe (p. IL c. XXII)
do manera que deja profunda y dolo-
rosa impresión en e! ánimo, tanto poi'
la duración y crueldad de los toruien-
tos, cuanto por la constancia del már-
tir. Como las obras del Y. Oranada
eran para nuestros mayores pan de
cada día, no es de admirarse que de la
lectura de este capitulo formaran esta
expresión y cristiana fr. El Jlártirolo-
gio líomauo, en el día 23 de Enero,
s'ilo dice de este mártir: «Qui saepius
cruciatns, tándem subDiocletiano mar-
tyrium cousummavit».
Clo (Decie). Kr. fig. y fani. (|uc se
usa en el significado de-dar la iiltim:i
boqueada o morir; á semejanza de las
gallinas cuando se les retuerce el pes-
cuezo para matarlas. Clo es en caste-
llano el «sonido qne forma la gallina
cluecan, y de él se derivan clocar ó
clofjiiear. cloi/nrii y clni/aera. El adj.
clueco procede del v. clocar. Creemos
(jue no hay inconveniente para acept;ir
esta fr. Véase Cochi en este Apéndi-
ce, donde aparece una cita de (ronzaki
Correas, aunque no exactamente en el
mismo sentido.
Cocada, f. «Pastilla de pulpa de
coco i-ayado», la define Cuervo: y <íai-
cia Icazbalceta: «postre que aun no
pierde su antigua fama, compuesto de
coco, huevo y azúcar. Algunos le aña-
COCH
COL
dea leche, piüa ó já'anm, y taiubicn
vino». Con el tis<> tío ('oloinbia y de
Méjico, ú <|UÍeiies ivpri'Seiitaii estos dos
antore*, y con el de Chile, del cual da-
mos u-stin)oniii nosotrojí, hay sulirnda
ni/oii jsíra i|Ue la Aciidenila airpte este
\iH-nh\u.
• '«xiXA (líArix dk). Como chilena
huhiainos i-onsidenido esta expresión,
siendo i|ne lu nsa .luán de VaUk'S en su
liiilotjo ilf liiA leiii/iiiix: m El Itiliii bien
vet) «pie es, como dicen, (/<• rnriim, |(ei()
txiavía 8e entiende», .\siinisnio I),
.lulio Cejft<hir: « I.0S cléritros habla-
hiin su latín, dici- el autor curdoÍK-s.
es decir, un lulin dr i-orimt, que distii-
\m bastante |X(r una jmrte del latín
cliiüico, y por otra del habla vulirar».
I /m fivl lición iM ai.'tMIdno /.
C<K'OA, f. Kspecie de harina en (jue
entra como principal ¡nirredicnteelca-
»io y que m: loma diluida en a^ua <>
cu leche. Es de fácil dii^ístión y de
mucho U.SO.
Cochezuela, f. Metátesis vul^'ur
|)iir i/inijiifzi'rlii: Khueso en la parte
iintcríur de la articulación de la tibia
c >n el fémur": róhilii. por otro nom-
bre.
COOhi, "I. Vcan.sc otras |)niebiLs
lUiLs del orifren esiwñol de esta voz.
«.V los ¡luercoí» llaman los indios fw/í/,
y han introducido esta |ialabra en su
lenguaje jKini decir puerco, porque
oyeron decir á lo3 españoles <or/i&. ro-
rlii-, cuando les hablalian». (Incsi (iar-
cilatio, l'niiinil. rrnlfi, p. I, 1. I.V,
c. XI.X). < Cuando el zapatero dice vox
[¿10/], mete la casa en alUirox. piensa
el mozo que dice cox, la nmjer '|uc dice
á \ui, el ((ato que dice niox, la (ralla
■ pie dioe hox [oj-], el perro <|ne dice
to, y el gallo (pie dia- cío, y el cochino
que dice ni' /ir, y niflc la c,i [fí/.ií/] cu
allwrote». ((íonzjdo Corn-as, Wiailiii-
liiriii I.
CociiiXADA, f. tiir. y fam. Sinónimo
de rof/iiiit-nii, tiene las dos aceps. de
éste: «ix»njuería, suciedad: acción in-
<lecor()S;i, l)iija. irrosera»: pt-ro lui la de
-mezquindad, tacañería, miseria, que
es de uso c»)rriente en Chile y en el
l'eru. No nos consta de otras ¡lartes.
COChusO, ni. Usado en el Norte
de Chile: es una plata sulfíirica.
Ciicoi.i.iiid, DA, adj. Bien puede
admitirseeu esta acep.: aplicase al árbol,
arbusto ó planta (¡ue tiene muchos co-
gollos, entendiendo por roijollo lo que
esta voz sigiiilica en castellano: o lo
interior y ni¡is a|)i-eta(lo de la lechuga,
Iterza y otras hortalizas: cada uno de
los renuevos que arrojan los árbolesf.
— Pero lio podría adniitii-se en el mis-
mo siguiticado de roprnlo o lopoxu, ipic
tiene copa, ponpie ro/m es «txinjuiito
de I-amas y hojas que forma la iwrte
suj>erior de un árlwl». — Menos aiiii
jjodría admitirse conn> siiniíiinio ile
liilliiild: (|ne ha echado grande tallo.
Coico, ca, ailj. Forma suavizada
de coreo i> curco, aix)co(X's de cur-
CUnchO. Véase esta voz. CoiCO st'
nsii masen las jirovincias meridionales
de Chile.
Coleada, f. y colear, a. olvi-
damos la ace]). (|ue estos vocablos
lieiien en el juego de la cometa ó
volantín. Colea nn volantín á
otro ciiamlo lo ilelieiie en el vuelo, ó
lo hae'c aier, ó le causa cuahpiier otro
[«rjuicio con la cola, la cual entre
iios<itros lio se usa de tiras de jiapcl,
como ilicc el Dice, sino de trapo, más
ó menos resistente. — Coleada es la
acción ó efecto de colear.
Coliblanco, ca, adj. Díga.se .«-
Iiiiiini. lili, ci iiiliiriiiiii, lili; iidíceSe dil
".2s
COL
OOM
animal que tiene en la cola canas ó
cci'flas blancas». Rahirán se usa tam-
bién como apócope de rabicana.
CoiiifJ CACHO, m. Lo trae Febrés en
su Dice. Araucano: ucollihuarlio: un
mo.scarfl6u renegrido y fiero». Tn-
h/mu¡< dcpressV'íí ó pani/onw, dice Phi-
lippi; «muy común en la provincia de
Valdivia; negro, con los bordes del
coselete y el abdomen cubiertos de pelos
anaranjados ó más bien bermejos; muy
molesto». Se conoce en casi todas las
provincias de CliJle y lo persiguen los
muchachos para extraerle una bolsita
ó depósito en que guarda la miel i|Ul'
recoge. Es digno de figurar en el
Dice.
Coló, m. Del araucano rolii, colo-
rado (]uc tira á oscuro. Es el ¡nof/alc
castellano: «baño (¡ue cubre alguna
cosa, y particularmente el que usan los
alfareros».
COLOOOiiO, m. Á lo dicho en su lu-
gar, que versó principalmente sobre la
creencia vulgar en el roJocolo, tenemos
(jue añadir que este nombre se ha dado
y se da á dos animales muy distintos:
,1 un ratcuicillo cantor, que repite rol,
rol, rol, y de ahí su etimología, y al
gato montes que nos dejó descrito
nuestro abateMolina cuestos términos:
K VA colocólo es un gato montes de her-
moso pelo, que habita en los montes de
Chile, que tiene formas análogas á las
del gato casero, bien que son un poco
mayores, y de cabeza y de cola más
abultadas. El color del colorólo es un
blanco manchado, variamente, de ama-
rilloso y de negro, cuyo último ctilor
le va redondeando la f'ola iiasta rema-
tar en la punta. Se alimenta deaveS".
Va\ el ilnseo Nacional existe el ejem-
jilar, ipiiziis único, de este mamífero,
i|uc SI' lia conseguido en Chile. La otia
especie de colorólo es también muy
escasa, pero no tanto.
CoLOU.\DO. Más rale { ¡.onerxi' ) una
vez rolorndo qim cíenlo amarillo. «Ke-
frán con que se da á entender que en
vez de emplear rodeos y reticencias,
con que se sufre mortificación sin ob-
tener resultado, es preferible halilar
desde luego con entera claridad, y po-
ner fin á un asunto enojoso». Así
García Icazbalceta para Méjico, y lo
mismo exactamente decimos tambiihi
nosotros para Chile, donde es de uso
corriente este refrán.
CollonCO, ca, adj. Rabón, sin
cola. V . más desde la provincia de Tal-
ca para el Sur. Xo aparece en los Dices,
araucanosy qniziisse derivedel quichua
ccollonchi, sin orejas, usado en Arequi-
pa, según Arona.
r'oMEDiRSE. Aunque fué plenísima
la pruelia que rendimos en favor de la
acep. chilena de este v. (chilena deci-
mos, porque ya en España parece que
la han olvidado), queremos rematarla
ai|ui con estas tres autoridades más, ile
primera clase. «Yo muchas veces comía
fuera de mi casa: y otras, convidaba :i
otros, que me daban de comer en mi
propia casa; á otros hacía jugar con-
migo cosas de comer: y si ellos pei-
dían, pagaban: y si yo, ni ellos rae
lo osaban pedir, ni yo me. comedia á
pagarlo». (Juan de Valdés, Diálotjo de
Mercurio ij Varón). «Un curioso que
se halló presente, que por ser él co-
iiif'ilido, sin mandárselo naide ni dalle
salario por ello, se puso á hacer el
oficio de contador, jura que llegaron
:i doscientos» [los cardenales t|uc ii
causa de unos azotes le resultaron a
cierta persona]. (Alonso .Jerónimo dr
Salas Barbadillo, La Hija de í'clcslina,
c. V).
COM
COM
Cual raudo y huudti río
Snelc impedir al cuuinante el pvo,
Y al viento, nieve y frío
Le tiene en csnipo tmio.
Y el albergue delante
Se le nim-<tn (te allí pueo diítaiitt :
Tal mi ointentrt iiiipiíle
Ki^ta j^m»^ia y tAD prolijn anuencia.
yue nunca ir ¡romóU
A aliviar 8U dolencia,
Y casi ante mis ujos
\'*«t quien reine«íiarA mi'* enoj*):-.
í Ctrv.inu-<<, í.a.'of.o, 1. III).
«'iiME-SKllO Ó ÍOMKTOtlSO, Hl. AvC
di ¡lena del oixlen de los pitjarillus,
familia de las ceriideas. Su nombre
cieiitiHi-o es xi/naUaris humicolu. « K.»tó
e«pefie, dice tíay, es haüUiiite coiiniii
en Cliile, y es eoiiceidu bajo el nom-
bre de boluria, Hjerilii, etc. Visita con
bastante frecuencia los jardine-S don-
de se la ve esftdar los troncos de los
árboles ó los nuiros, Iniscando con 1»
mayor vii-acidad los poiutños ini^'Ctos
de t|uc se alimenta: su grito es un
silbido ii!.;udo, imitamlo los monosíla-
bos /}i\ ¡i¡, i>i. La liembRí dejwne tres
á s<-is liuevos en un ajiujcro cubierto
de tallito.s y en cuyo interior íe en-
cuentran sustancias vejíetales luuy
l>!andü.sK
CoMlsAKÍA, f. Ein|ileo y oficina del
comisario, son las dos aceps. castella-
nas, y coiiiinario c-s: «el que tiene po-
der y facultad de otro para ejecutar
alguna orden 6 entender en alfjún ne-
gocio*. En esta definición tan hita bien
caben nncstros ammarioa di» ¡mliriii, y
por consi^^uiente, sus fomi.saritis esUin
en píísesiiin de su verdadero nombre.
(,'0MI'A<;IXA1!, a. «Ordenar unas co-
Kis con otras, con las cuales tienen
relación ó onexión. Ü. t. c. r.» Ks la
linica ucep. f|uc le do el Dice, y esto
como fiíf. Por consiguiente, se lia omi-
tido la propia y principal, <]Ue es: or-
denar los trozos ó pileradas de imprenta
en forma de p;i¡:¡nas piini el jilie^o que
se ha de imprimir. Esto, y nada más,
es en sentido i-ecto coiii/iai/iiuir: fonnar
liis yii/<///i<í.s; ¡lor lo tanto, numerar las
]KÍí;inas ó planas de un escrito o im-
preso, no se expresa con este v. sino
c-oii el simple ¡unjiíuir.
Compensativo, m. Xn hny tal,
ni como s. ni como adj. Dí-iase senci-
llamente coinpeiisiiciúii; ó icrompensa,
¡■eIriliKciúii, paijo, exlipemüo, según los
CílSOS.
Competencia (Beneficio de). «El
que se concede á ciertos deudores para
no ser obliirados á paiíiír mis de lo que
buenamente puetlan, dejándoseles en
consecuencia lo indispensable para una
modesta subsistencia, sesriin su clase y
circunstalicias, y con cargo de devo-
luciim cuando mejoren de fortuna».
(Có'lii/o (iril r/iilciw, arl. lG2ó). No
aparece en el Dice, y, como sería im-
posible adivinar su significado atenién-
donos á las ac'-'p.s. generales de CuMl'h-
TEXCIA, hay (jue admitirlo por lo menos
como chilenismo forense.
CoJii'KOMETiOR. Recomendamos en
su lugar este v. tratándose de enferme-
dades (pie desde la parte en que están
como local ¡Ziu]a.s se extienden á otras
partes ó miembros del cuerpo. Para ser
leales, advertimos ahora que en autores
modernos españoles hemos visto usado
en esta acep. el v. in/cresar. Registra-
do en el Dice, nos remite éste, », afee-
lar, -I." acep.: «hacer impresión una
cosa en una persona causando en ella
alguna sensación. Ü. t. c. r.» Delini-
ción que no se adapta t.in bien á la idea
que hemos expresado; pero los dos v.
tienen en realidad esta acep.
CoML'.\Al,,adj. En castellano es igual
ii común cuesta acep.: «dícesc délo
til
CON
COP
que, no siendo privativamente de nin-
guno, pertenece ó se extiende á varios.
Bienes, pastos comunes». Pero en nin-
gún caso es sinónimo deladj. munirijml
(perteneciente ó relativo al municipio),
como quieren aquí los que llaman CO-
muna al municipio ó munifipaliiiad.
Consecuencia, f. Censura Baralt
como galicismo, y con razón, la expr.
En consecuencia cuando se usa como
complemento: «Creyó ser amante pre-
ferido, y obró en consecuencia w,
es decir, y obró ó procedió como tal. Pero
olvidóse de agregar que, usada adver-
bialmente, es enteramente castiza; y asi
la acepta el Dice, y la usan la Gramá-
tica de la Academia y todos los autores.
Está formada como tantas otras expre-
siones similares: en conclusión, en reso-
lución, en fin, en unap(dahra,encamhio,
etc.
Constancia, f. Sólo significa en
castellano: «firmeza y perseverancia del
ánimo en las resoluciones y en los pró-
pósitossj y es todo lo que dice de esta
voz el Dice. Pecan pues contra la pu-
reza de la lengua las frases Haber ó no
haber constancia de mía cosa, Dejar
constancia y (Jíwferconstancia,
todas las cuales deben traducirse poi'
los verbos constar, asentar ó sentar,
apuntar, anotar ó tomar nota, según los
casos, ó por otros giros ó frases caste-
llanas. «Es de toda justicia el decir y
dejar bien sentado, que con el trabajo
del Sr. Herrera posee nuestra lengua
una traducción de la Eneida de Virgi-
lio, que no sólo aventaja en elegancia,
propiedad y mérito poético á las que
hasta ahora se han publicado en Espa-
ña, sino que podrá competir con las
mejores que se han hecho en las len-
guas cultas, de este inmortal poema».
(Informe de la Academia Esj-añolaJ.
Retractamos pues el mal uso que se nos
ha escapado de constancia en el
cuerpo de esta obra.
Contrasellar y contrasello.
Una de las aceps. de estos vocablos
puede expresarse por resellar (volver
á sellar la moneda ú otra cosa) y rese-
llo (acción y efecto de resellar; segun-
do sello que se echa á la moneda ó á
otra cosa).
Convenir, n. Por ser exactamen-
te igual á lo (jue se usa en Chile, ce-
piamos de Uribe (Dice, abreviado de
Galicismos ) : «Una acep., cuanto risi-
ble, curiosa, que dan á este v. los an-
tioqueños,es para expresar la necesidad
ó fatalidad con que un suceso, por lo
común desagradable ó siniestro, había
de ocurrir á una persona, sea que ésta
se haya esforzado por evitarlo, sea que
se haya sujetado ciegamente á su suer-
te. Del (jue, a! pasar un río, se vio
varias \-eces en peligro y por fin muere
en él ahogado, dicen: Era que le
convenía. Del que inútilmente trató
de suicidarse en varias ocasiones, y en
una de ellas consiguió su torpe objeto,
repiten : Le convenía suicidarse. Y
de uno que tiabó riñas con Fulano, y
por merecido de sus provocaciones re-
cibe de él la muerte, exclaman: ¡Cómo
le convenía morir á manos de Fula-
no! Para los que crean en el sino, la
predestinación y la fatalidad, hay lo-
cuciones como estar condenado, estaba
escrito ó decretado, estaba de Dios qiie,
con las cuales pueden reemplazar el
inadmi-ible convenir».
Copo, m. Tiene aquí algún uso
por loso (cima ó alto de un cerro ó
collado) ó cumbre (cima ó parte su-
perior de un monte). Cabezo significa
también: «cerro alto ó cumbre de una
montaña». — Copo de nieve: el
COR
COR
531
ei|UÍSali.'liit: L-aíli-Uallu lio t» c¡ <|lle
indieamoe, sino muiuliUo ó boht de
n¡fv&.
CoRDKRO, ID. Hay en Chile el error
de creer qne fordero es «ilaiueiite el
tornero llano ó castrado. Y es error,
porqne cordero es el «hijo de la oveja,
qne no pasi de an año», y rarnern, el
nombre frcnérico de eítc niamifero,
noniba'qne nosotros, contra toda razón,
queremos hacer exclusivo del carnero
de fimiente 6 morueco. Las «dos gran-
des manadas de ovejas y carneros^ que
it I). Quijote se le antojaron ejércitos
de hombres, ;tendrian tantos moruecos
como ovejas, para que Cervantes las
llamase manadas de orejit-s ;/ carneros.'
,;Xo es evidente que carnero está toma-
do ahí, como en el Dice, y en todos
1 )S autores españolts. \y>r el macho de
la oveja? — Consecuencia de ésta es otra
acep.que también usamos malen Chile,
por in;is (|Ue la pase en silencio el Dice. ;
y es la de-carne de carnero, cordero ú
oveja, que se usa para alimentación.
.Vqui la llamamos, en general, de cor-
dero, cuando el u-o más corriente de
Esparia es llamarla de carnero. '(Una
olla de algo mJa vaca que c/irneron,
dice el Quijote en su primera página.
«Bajaban de la sierra moros del c.impo
á vender pan, carne, huevos, aceituniis,
pcsí-ado, vaca, carnero y otras mil co-
sas». (Padre L. Colonia, .feromin, 1. I V,
n. VI). Hasta el mismo nombre de
carnero está diciendo á gritos que, si
exÍBle, es por ser la carne principal para
el puchero en Ca.stilla. Asi lo reconoce
el Dice, con los etimologistas. Otra
pruel» es el refrán castellano: «l)c las
carnes el coimero, de los pescados el ¡ne-
rr)». Sin emlmrgo, no es esto inconve-
niente jiarn que, cuando se qniera nom-
brar en particular hcarnede cordero, »c
le do este noiubiv, porque el término
general no destruye al particular. Por
eso el Dice, deline asi á CociliFlilTO:
itduisado que ordinariamente se hace
de tajadas de cabrito ó cordero. ..v
Corneta, adj. y ü. t. c. s. m. «Di-
cese del animal vacuno á quien le falta
uno de los cuernos. í^on muy incómo-
dos en la manada, porque trojiiezan con
losotrosy los histiiuaiii>. (.1). Granada).
Poco se usa en Chile, y eso tínicamente
en las partes limítrofes con la .argen-
tina. El origen de la voz fe explica por
la semejanza (|iie ofrece un vacuno de
esta clase cfiii el corneta de las bandas
cuando va tocando su instrumento. El
equivalente castizo es morjón. na, adj.:
■idiccse de la res vacuna á la cual falta
un asta, ó la tiene rota por la pun-
ta».
Coroca, f. Manía, extravagancia,
rareza.
CoitoxTi 1,1,0, 111. Planta de la fami-
lia de las saxifragáceas, del género
escallonia. Los bot;inicos la llaman
escallonia illita, por la resina de que
aparece coir.o untada, ó Berteriana,
jKir su descubridor Bertero. El nombre
de corontillo es porque su flor, en for-
ma cilindrica y ¡ispera, semeja una
coronta. Es planta medicinal para en-
fermedades del hígado y su nomlirc
(IcIh; figurar en el Dice.
CoKKAi,, m. Mucho empobrecemos
el idioma empleando, como lo hacemos
aquí, esta sola voz en lugar de otras
sinónimas. Corral sigiiiHca: «sitio ce-
rradoy descubierto, en las casas ó en el
cani[xj)i. Hay, además: aprisco (para-
je donde los pastores recogen el gana-
do para resguardarle de la intemperie);
establo (lugar cubierto en i|iie se en-
cierra el ganado para su descanso y
alimento) : majada (lugar ó paraje don-
COR
C03
de se recoge de noche el ganado y se
albergan los pastores); redil (aprisco
circuido con un vallado de estacas y
redes); trascorral (sitio cercado y des-
cubierto que suele haber en algunas
casas después del corral).
Correas, f. pl. Porfamaiüas, m.:
«par de coi'reas enlazadas por un tra-
vesano de vnqueta, con las que se su-
jetan y lleva-n il la mano las mantas ó
abrigos para viaje)^; los libros y uten-
silios de estudiantes, la ropa de baño y
todo lo demás que se quiera y se pueda
llevar en ellas, podía haber agregado
el Dice. Asi no se extraviaría el criterio
de algunos, como sucede en algunos
colegios de Chile, donde se llama por-
talibros este mismísimo objeto, sólo
pjrque sirve para llevar lib?'os y, por
consiguiente, es un poco menor que el
de viajes.
CoRRETEAE, «a. fam. Andar de calle
eu calle y de casa en casa». Tros eiTores
hallamos en este breve artículo del
Dice: 1." calificar de a. al verbo en la
acep. definida, cuando á todas luces es
n.; 2." restringir tanto el corretear, que
haya de ser necesariamente de cal'e en
calle ó de casa en casa, cuando también
se corretea por plazas, alamedas, jardi-
nes, parques, bosques y por todo lugar;
y 3." omitir la acep. a. del v., esto es:
acosar, pereeguir ó ir en seguimiento
de uno.
Corriente, adj. Faltan en el Dice,
estas dos aceps., que define asi García
Icazbalceta: «que no es fino, sino de la
calidad común», aplicado á artículos
de comercio; y «que es llano en el trato
y enemigo de cumplimientos». Ambas
se usan en Chile lo mismo que en Mé-
jico, y seguramente en los demás Esta-
dos sudamericanos.
Cortear, n. Ganar cortes, dedi-
cándose á ello como ocupación ó medio
de ganarse la vida.
Cortero, m. lío procede del chi-
lenismo corte, como pudiera creerse,
sino que, al contrario, este se formó de
aquél. Cortero proviene del francés
courtier, agente ó comisionista.
Cosa, f. En confirmación de la últi-
ma acep. que defendimos en este voca-
blo, véase la 'autoridad de Cervantes:
«Aunque sepa ir contra lo que á mí
mcsma debo, si me prometes de decir
quién es la dama, yo te diré qué digas
á tu amigo, y coui tal, giie él quede
contento por ahora». ( Galalea, 1. II).
Pudiera creerse que cosa es aquí simple
acusativo de diré; pero, aun suponién-
dolo a.sí (lo (jue no es claro), no obsta-
ría al uso que defendemos, sino que
sería solamente el modo literal y pri-
mitivo del modismo. Mas, donde no
admite discusión ni duda es en este
cantar popular que tiae 1). Luis Mon-
tóte en sus Costumbres po/mlares an-
daluzas (VIII):
Entre los dos que bailan
Caiga una nube
De confites y almendras;
Cosa que dure.
—La cosa pública. Así quieren
nombrar algunos modernos, calcando
la expresión francesa la chose publique,
lo que nuestros padres en la lengua nos
enseñaron á llamar la República, el
Estado, el yohierno ó administración de
la una ó del otro, la causa pública, el
bien público, etc. Bien podían ellos
haber naturalizado la expresión tomán-
dola del latín respublica ó res publica,
que entraña todos esos conceptos; pero
sin duda no les pareció bastante noble
y hermosa para este objeto la palabra
cosa y por eso no la tradujeron, sino
CRE
CRO
533
i(iif la di junm t.-n luliii y ailiii-ri<la al
compuesto repúliliai. Dejemos pues
aliriiim vez de minir como elegancias
las jwba-zas \ vulíarithulrsile las otras
leiiííuas, iiiaiido eii la nuestra tenemos
en abundancia todo lo ijue puede ape-
tt-cer la pluma mis variada y fecunda.
¡Con i|Ui- fina ironía se luirlo de la
cosa pública, y eso (¡uc escriltia
dcstle el misino París, el no muy es-
crupuloso en achaijues de lenguaje,
Eusebio Blasco! «El rey y la reina so
ocupan más de lo i]Uc paicce de eso
i|iic liemos dado cu llamar la COSa
pública». ( Hfi/fx ij Prfsitleiilex ).
Otro estimable csi-ritor. Doii Mariano
Pardo de Figuerija, (a) el I)r. Tlic-
bussem, csijuiva el sralicismo defeu-
dicndoye con el latín: «Y por esta
cantni, por esta antipatía que me pro-
duce cuanto se relaciona con la ;v.s-
f'iililiai, me admira y espianla que ba-
ya liomlires dispncítos á » (Art.
L'iut Alrtililailii I.
CoscoKOBA, f. Cisne todo blanco,
un |X)co menor qne el común y de
cuello más corto. Es común en la*}
provincias australes de Chile y en esa
misma regióu de la .\rgentina. Cijcnwt
coscoroba lo llaman los naturalistas. El
nombre vulgar, con el cual delje entrar
en el Dice, se le lia dado por onoina-
topcya, á cansa del grito ó calilo, cu
que [laivie d<cir: ¡roscoinhu!
Costalearse. Omitimos la acop.
tii;. de-llevarse uno un cba-sco ó frus-
trársele un deseo ó cs|>ei-anza; que es
tan frecuente como la recta ó propia.
Cr'-che, f. Comedero de bueyes,
oveja» V otros animales semejantes. ||
Por antonomitsia. el ¡Kísebre en que fué
c<>l(Hado Nuestro .Señor en el niomen-
Ui d>- su nacimiento, en el establo de
Ií«.!< 11. II Establecimiento en que se da
asilo diiraiitc ti día a los niños ]»bre8
menores de dos años, para dejar á sns
madres facilidad de trabajar. Fastas son
las tres aceps. que tiene en francés la
voz o'cchf. De la :•'>.* se han tomado
algunos diarios chilenos para decir las
creches, bendición lie lux creches;
lenguaje que sólo tiene igual en el de
un estudiante de fi-.inirs que decía:
Voulez-vous de quése?-- Dígase en
castellano las cunas ó casa df runas, si
es ([ue la institución no tiene otro nom-
bre más particular, como sucede en
Barcelona, donde un establecimiento
de esta dase se llama «La gota de le-
cho».
Criancero, ra, m. y f. Dígase
criador, ra: «persona (pie tiene á su
cargo, ó.|K)r olicio, criar animales;
como perros, «iballos, gallinas, etc.»
Croché, ni. (Por inadvertencia se
puso después de Cu<>.Morii'l.\). .\qní y
en España se usii también {xirel encaje
ú obra qne se hace con este instru-
mento. «Como de costumbre, cuando
su hija daba lección, estaba [la baro-
nesa] haciendo crochet en el cuarto
inmediato». (Blasco, Cuentos nuevo»),
Croqcis, m. Para el Dice, es «dise-
ño ligero do un terreno, paisaje ó
posición militar, que se hace á ojo y
sin valerse de instrumentos geométri-
cos. II En Pintara, diliujo ligero, tan-
teo». El francés, de donde se tomó esta
voz, extiende también esUi última accii.
á las obras intelectuales. «II a jetó sur
le papier un croquix de son poéme», es
el ejemplo que trae el Dice, de la Aca-
demia Francesa. ,;Se puede aceptar en
castellano esta acep.? Ni es necesaria
ni la usan los autores de primera nota,
aunque sí algunos de sciruiido ó tercer
orden. «I'jiii|)ezó una novena á la
Divina Pastora, cuyos croquiS, que
534
CUB
CUI
son arsenales de líennosos pensamien-
tos, están en el 25 y siguientes del
cuaderno 15 de Ideas panegíricas. ..^^
«Los croquis los guardo tal como los
dejó su preclaro autor». Así se expresa
hablando del B. Diego de Cádiz un
estimable capuchino. El término más
usado, tratándose de sermones ú otras
obras oratorias, de poesías y demás
obras literarias, es ;;/««. Y aun bosque-
jo ó esbozo, y fig. y familiarmente es-
queleto, aunque no les reconozca esta
acep. el Dice, son mejores que cro-
quis.
Cuartillera. Xo es igual á
cuartilla, como se dijo en el texto,
sino que equivale á dos litros y se usa
para áiidos.
CrcA, f. Ave del orden de las zan-
cudas, familia de las ardeideas, y muy
parecida á la garza i'cal. Árdea Gocoi
es su nombre científico; el vulgar de
cuca parece que lo ha i'ecibido por
onomatopeya. «Este pájaro es muy
raro en Chile, dice Gay; por su grito
desagradable y su vuelo tan feo, todo
el mundo lo desprecia, y varios cam-
pesinos lo miran como de mal agüe-
ro».— También se llama cuca en
algunas partes de Chile la hogaza
castellana: «pan de salvado ó harina
mal cernida que se hace para la gente
del campo». Aquí se da á los jornale-
ros ó peones y es más conocida con el
nombre de gcdleta, que en España es
distinta : «pan sin levadura y dos ve-
ces cocido, que por su duración se
emplea para abastecer los ejércitos y
los buques y para otros usos».
CuBREMANTEL, m. Mantel fino y
adornado, y generalmente de color,
que cubre la mesa de comer sin colgar
por los lados. Usase más para las once
y otras refecciones ligeras y suele po-
nerse sobre el mantel común: de alií
su nombre, que, en realidad, esUi bien
formado. Bien puede admitirse, si no
queremos quedarnos con los genéricos
CAibicrla y iapete.
Cuchareta, f. Ave chilena del or-
den de las zancudas. Su nombre cien-
tífico es plafalea ajaja. «Este hermoso
pájaro habita los ciénagos de los ríos
y lagos, mezclado á veces con los fla-
mencos. Aunque se halla en todo Chi-
le, abunda poco». (Gay). Varía de
color con la edad: cuando viejo, el
macho es todo de color de rosa oscuro
ó rojizo; en su edad media es de un
rosa pálido, con lo alto del ala y las
cubiertas inferiores de la cola de un
rojo vivo, y los guiones caudales
amarillo-rubios; cuando joven, es
completamente blanco. El nombre
vulgar de cu-chareta proviene de la
forma del pico, que es como una cu-
chara aplanada, ó mejor como espátu-
la, nombre que también suele dársele
por esto mismo y por el parecido que
tiene con el ave europea llamada es-
pátula.
Cuchillón, m. Doladera se llama
la especie de segur que usan los tone-
leros.
Cuerera (En la). Locución
que entre nosotros significa estar muy
flaco, en los puros cueros; y fig., estar
muy pobre.
Cuidador, ra, m. y f. El Dice, lo
registra solamente como adj. ant., y
nada más que en estas dos aceps.: «ni-
miamente solícito y cuidadoso; muy
pensativo, metido en sí». Y los cuida-
dores y cuidadoras que en Chile cuidan
de las casas cuando se ausentan sus
dueños, los otros que en los campos
cuidan de los sembrados, de las viñas,
de las eras, etc., y, en general, todos los
CUL
CUL
:,-x>
(li-inásri/iV/ff</<rrM,(juese llttiuan así (mh--
qae están contratados |Kira cuidar de
al^o iu:UcT¡al, ¿ijUí- iioiiibre tieueii en
utílellaiio? Sin pa-tender desterrar á
niiiliiilor, ni, eomo nombre genérico,
(ines est;i bien formado v expresa bien
la idea general. pr»»;ntamoscoino eijui-
valeute suyo á gwirda,wti\\.: «pera».>na
«jue tiene it su cargo y cuidado la con-
tcrvacióii de una cosa»; y en seguida
ruriue otros ijue expresan oficios ó
cuidados 1 articulares; como ijiutnla-
rifujas, (juardaalmofén (ó guardalnia-
r¿ii), gunrdahanderas. (juardaharreni,
ijimnlabosque, ijmirdaeai luchos, ijuar-
diiruii's, i/iuirdti/reiios, (juaidajoi/as,
guardamulf líales, guardaihuebles. Ca-
luro, ra, es «persoia que cuida de una
(nisji que otra tiene en algún pueblo ó
en el cinipo»-; niiiera es la «criada
dcKliiiada :í cuidar niña-o; viñadero ó
viñador es «hombre que se emplea en
guardar una viña [lara que no se coman
6 He lleven las uvas cuando están ya
madurasr. Otros son especiales para
ganados ó n-kiños; como calmo, ra,
y cabrerizo; boyero y ant. boyeriZO;
orejero, ra; jHisIvr, ra; vaqiieio, ra, y
vaquerizo, si; i,egiiero y yegüerizo;
porquero y porquerizo. Y otros son para
distintos oficios; como enfermero, por-
tero, cthallirizo.
Culepe, m. fam. C'oirupcióu de
itilei e, que en su acep. fig. y fam. sig-
nifica «rcpi¡menda,(-astigoi>. Tomando
el efe<to por la causa, esto es, el miedo
ó susto i|Ue producen la reprimenda y
el castigo, hemos dado nosotros á CU-
lepe el signiliciido de-miedo, temer,
susto. En Yui-alán, segiin Hamos
I)uarle,yi//í'/,(> significa u[iuro, aiirieto;
en Veracruz y Tabusco, traljajo, sufri-
miento; y en Cnbu, tiubnjos, jx-nali-
dmk-:'.
Cullncar, a. Tostar á medias el
trigo, niaiz, cebada y otros i-ereales ó
frutas. I', piincipalmcnte en el Siir
de Chile, como derivado (pie es del
araucano ciilliii, asestar, apuntar ó
Hechar, signiticiido algo i emolo del
actual. En algunas ¡jartcs se pronun-
cia cullincar; y úsase también el s.
m. culincado: trigo ú otro cereal
medio tostado.
Culvén, m. Voz (Hie en araucano
significa: maleza ó monte, ó lo que se
roza para .sembrar. De ahí ha pasado
á significar en las provinciiís del Sur
el terreno inculto y msis ó menos lle-
no de malezas ó arbustos, (jue se roza
para sembrarlo por primera vez; pre-
cisamente el iwral castellano, de abo-
lengo latido: «aplicase á la tierra que
se cultiv.i de nuevo, y también á
las plantas y frut<js ([ue ésta produce».
El modo adverbial de nuevo está aquí
mal empleado \)ov el Dice, pues él
mismo lo define en su lugar: «oli-a
vezí, y en \oval significa: jwr pri-
mera vez. porque éste es el concepto
«pie etimológica y nsualmente entraña
la voz noval. Otro error del Dice, en
cuanto á noval, e-s hacerlo adj. sola-
mente, cuando tambiéti es s., asi en
latín como en castellano. Basta ver
cómo han traducido los españoles este
verso de Virgilio (Égloga I, 71):
Iiijpius hucc taiii culUi nornliu iiiilc8 liabcbit?
r^UnoB wildados, de mi patria i'xtranos,
Habrán dr poneer ettus uunilrs,
Do invcrtf lui sudor por tantos anos!''
traduce D. Félix M. Hidalgo. Siglos
antes había traducido también I>.
Gregorio Hernández de Velatco:
¡Tiiate }'o! ¿un fiero y bárbaro soldado
(jDzard mis sonibradoa y iiucalcn,
Qui- yo con «udur tanto lie cultivado?
530
CUL
CUR
Ochoa en su prosaica y floja tra-
ducción empleó la voz barbecho, que
no expresa la misma idea. El otro
verso en que Virgilio sustantiva á
noral (Geórg., I, 71),
Alt«rnis Ídem tonsas cesaare nóvale?^
no ha tenido la misma suerte en ma-
nos de los traductores. — Si se (juiere
hablar de una tierra que no admite
cultivo todos los años, entonces úsese
añojal, m.: «pedazo de tierra que se
cultiva algunos años, y después se de-
ja erial por más ó menos tiempo», ó
también barbecht, que significa en
I.'' acep. : «tierra labrantía que no se
siembra durante uno ó más año?».
Culle, m. Voz que en araucano
vale ruiagriUo, hierba chilena que por
el zumo pertenece a! género oifiHx,
pero por los caracteres bot;lnicos al do
asromiz-xi (ruimi;). La hay de va-
rias especies, algunas de las cuales son
conocidas on nombres particulares;
cjm), /?«/• de la penliz, ojos de ng un,
etc. El zumo ácido de muchas de estas
especies se emplea como bebida refres-
cante en las enfermeia les febriles y
es muy recetado por las médicas vul-
gares ó curanderas; los tallos, hojas y
raíces de otras sirven de alimento, y
no pocas suministran un mordente
que sirve para fijar y avivar los colo-
res en tintorería. El zumo empleado
como remedio ó como mordente se
llama también culle, que algunos
pronuncian culü y también cuyi ó
cuye. Nos parece mejor conservar la
voz viiuujrUlo, más generalizada en
Chile y más próxima al castellano.
CcKAi!. Con relación á las brevas
que se curan en Chile, es digna de to-
marse en cuenta esta explicación que
da Gonzalo Correas del refrán «Tem-
prano es la castaña que por Mayo rega-
ña»; «Las castañas vienen por Octubre
y su madurar se llama curarse»; acep.
que no aparece en el Dice.
CuEíA, f. Su acep. primera y prin-
cipal 63: «tribunal donde se tratan los
negocios contenciosos. Tiene más uso
en lo eclesiástico». No es pues correc-
to ni exacto decir la curia de Santiu-
(jo, de Concepción, por el f/obierno ecle-
sixstico, la adininistración ó la auto-
ridad eclesiágfica de La curia es
solamente una parte, ó sea el tribunal
contencioso d'il gobierno de una
diócesis.
FlX DEL TOMO L
FE DE ERRATAS
l'A.;.
Col..
1,1. V.
III. K
l>I.HL liK" II!
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