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Full text of "Disertaciones sobre la historia de la República Mejicana, desde la época de la conquista que los españoles hicieron, hasta la independencia"

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D 
E 
Y 


DISERTACIONES 


SOBRE  LA  HISTORIA 


DE  U  REPOBlICl  MEJICim, 

DESDE  LA  ÉPOCA  DE  LA  CONQUISTA 

qüK  L08  ESPAÑOLES  HIcmON,  Á  FINES  DEL  8IOLO  XV  Y  PRnfCIPIOl 

DEL  XYI,  DE  LAS  ISLAS  T  CONT?KENTB  AMEBICAZfO 

UA&TA  LA  INDEPENDENCIA, 

POB 

D.  LUCAS  AT.AMAN. 


T  la  ffloria  Ueyaron 

Del  alto  imperio,  y  el  blasón  potente 

Del  reino  de  Ja  Aarora 

A  las  remotas  playas  do  Ocddeitte. 

BirRQoa,  TraéL  de  Horacio, 
Jyllfro  IV,    Oda  XV. 
Elog-lo  de  AVfpiito, 


TOMO  L 


Impranta  de  lA  TOZ  DE  €¥BA, 

Tsniente-Bey,  38. 

1S73. 


••.-■A-3:í  5í.1s3 


O  '^l 


:»hRVARD  CGU.  'RARY 


LM'IN  -  f'.y... 


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PROFtSSOli.-.i;         '^0 

ESCOTO  COlLui,ntN 

í.  ÜRUARY  6,  l9tS. 


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4    ^ 


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^. 


I 


PROLOGO. 


Di4  motiyo  &  esoribir  eata«  DíBertaoiones,  el  haberse 
acordado  por  el  Ateneo  qae  se  hioiesen  leotorae  pábüoas 
por  loe  eódosde  lae  divereas  claaes  en  qne  está  dividida 
eeta  apreoiable  oorpoíracídUy  mbre  laematenae  propias 
de  cada  nna  de^sii;  lo  qne  me  hizo  proponer  que  en  la 
seccioii  á  qne  pertenezco,  ano  de  los  asontos  que  se  tra« 
tasen  de  pre&nuioia  íoese  sobre  los  pnntos  más  intere- 
santes de  lar  historia  nacional,  acerca  de  los  eaales  ofrecí 
hacer  dfez  lectoras.  Apenas  se  yeriflcó  la  primera,  conocí 
que  en  menester  dar  mayor  extensión  á  mi  plan,  y  eecri* 
bir  una  ofaea  en  que  se  tratasen  con  más  extensión  estas 
materias^  imprimiéndolas  separadamente;  paes  la  inser- 
tiionoi  el  periódico  del  Ateneo  hnbiera  privado  á  este 
trabajo  de  la  mayor  parte  del  interés  que  pnede  presen^ 
tar,  condenándolo  á  la  efímera  doracion  de  una  publica- 
ción periódica.  Bsta  ha  sido  la  causa  de  redactar  en 
dirersa  forma  las  disertaciones  que  presento  al  pública 

M  objeto  que  en  ellas  me  he  propuesto  está  explicado 
snfteientemente  en  la  primera  que  ahora  sale  á  luz,  á  lo 
qne  solo  tengo  qpe  agregar,  que  me  ha  parecido  podría 
ser  útil  redadr  á  este  género  de  observaciones  el  resulta^ 
do  de  una  leetura  bastante  extensa  sebre  nuestra  historia 
nacional,  excusando,  á  los  que  no  tienen  tiempo  ó  volun- 
tad de  emprenderla,  el  trabajo  de  examinar  muchos  vo- 
lúmenes,  presmtándoles  en  un  pequeño  espaéio  el  fruto 
de  un  estudio  que  me  ha  ocupado  durante  mucha  parte  de 


4 


i        I 
I 


mi  vida,  y  que  en  los  memeotos  más  angustíados  de  elta  ha 
sido  mi  única  distiaocion.  Este  estadio,  por  otra  partOi  es 
árido  y  fastidioso:  nuestra  historia  está  ooitenida  en  gran 
l)arte  en  las  crónicas  de  las  órdenes  religiosas  y  en  libros 
escritos  por  los  miBionerós»  en  los  énales,  para  encontrar 
algnn  hecho  interesante,  es  menester  revolver  machas  pá» 
ginas  de  importuna  eradiccion  ó  do  aplicaciones  forzadas 
de  la  historia  santa.  Hay  además  largos  períodos  en  que 
no  hay  suceso  ninguno  digno  de  atención,  y  por  esto  es 
menester  bascar,  más  bien  que  la  serie  de  los  acontéci- 
mientosi  el  resultado  general  que  ofrece  de  tiempo  en 
tiempo  el  efecto  de  una  larga  paz  y  el  curso  uniforme  de 
las  cosas. 

Dos  han  sido  las  épocas  en  que  nuestra  historia  ha  pre- 
sentado sucesos  grandiosos  (1);  de  aquéllos  que  influyen 
no  sólo  en  la  suerte  de  una  nación,  sino  que  producen 
grandes  oonseonenciae  en  la  políiica  general  y  en  ci  esta« 
do  de  todo  el  universo:  tales  han  sido  la  conqolBta  y  la 
independencia.  De  la  primera  se  han  ocupado  muchos  es* 
critores,  y  entre  ellos  algunos  de  los  más  oélebres  de  Be« 
pafia  y  de  otras  naciones;  pero  ninguno  ha  tratado,  eon 
la  profundidad  que  era  menester,  la  parte  q«e  á  noeotioa 
más  nos  interesa,  que  es  el  establedmiento  del  gofaienio 
que  duró  por  ties  siglo»,  y  que  en  su  organiaadon,  y  piin- 
cipios  en  que  se  fundaba,  tiene  tanto  que  merece  ser  esa* 
minado  con  detenimiento,  y  que  hubiera  debido  serlo  sn* 
ficientemente,  antes  de  hacer  ligeramente  alteraciones  en 
que  es  muy  dudoso  si  se  ha  prwedido  con  acierto. 

Aunque  todo  lo  que  asiento  en  estas  Disertaciones  se 
funda  en  autoridades  respetables,  no  me  ha  pareddo  ne- 
cesario citarlas  sino  en  pocas  cosas;  pues  este  trabajo, 
muy  molesto  en  la  redacción  de  una  obra  de  esta  natas»- 
leza,  es  inútil  para  la  mayor  parte  de  loz  leotoies.  que  ge« 
neralmente  no  tienen  interés  ni  acaso  oportuodad  de 
confrontar  las  citas,  y  de  poco  provecho  para  los  litaniH> 
toS|  para  quienes  estas  materias  son  bastante  conocidas. 

( l)  Bl  snl«r  tindnda  ha  {émido  h«rir  k nuotptíbilfdiid  á»ná  o«iiipfttfÍ9tM 
qae  par  efeoto  d6  btt  olroanitineias  polítioai  aún  ooBstrraa  ezaMrbadaí  las 
pa«ionM.  Ko  deba  axtrañarse  ane  ima  persona  tanerndita  como  alSr.  Alaman 
qeiera  retrotraer  lanaeionalidad  de  la  aeinal  repúbbea  uenMua  6  éeeea  en 
qae  aqoel  lenit^rio  era  una  jpaite  integrante  de  la  monarqnia  eepañola,  ea/« 
htotoria  nos  pertenece;  pnei  fo8  aneeaoi  qnela  «onstitoyen  eon  simplemente 
el  reniluklo  de  xiaettns  tieifitades  próeptras  ó  «dversiSi 


^  5  — 

BionM«iido  ea  cAStetUno  hemos  llegado  á  tal  ponto, 
qae  es  menester  decir  la  lengua  qae  se  haUa  j  el  modo 
deesoñbirla»  La  mnltitnd  de  tradnooiones  francesas,  he- 
ohas  por  emigrados  españoles  que  han  tomado  este  arbi- 
trio paia  Tlvir  en  Francia,  ha  ido  introduciendo  un  idio- 
ma bárbavo,  en  que  no  queda  rastro  alguno  de  la  antigua 
el^^noia  castellana;  y  por  el  contrario,  otros  escritores, 
pretendiendo  huir  de  este  extremo,  afectan  un  estiló  an« 
ticaado,  que  hacen  consistir  en  la  profusión  de  enelítioas 
y  trasposiciones  á  la  manera  italiana,  atormentando  sus 
frases  con  el  uso  inmoderado  de  esta  figura>  áuu  cuando 
no  1»  pide,  sino  que  más  bien  la  repugna  la  construcoion 
del  período  y  la  armonía  de  las  voces  que  lo  forman:  afee- 
taeion  en  que  incurre  algunas  veces  aun  el  conde  de  To« 
reno,  no  obstante  ser  uno  de  los  escritores  que  mejor  huí 
eoBOOido  la  lengua  eastdlana  en  los  últimos  tiemposi  Yo 
heproeurado  apartarme  de  uno  y  otro  extremo,  siguien- 
do el  limpio  de  los  buenos  esoriteres  del  tiempo  de 
OárkM  in  y  Garlos  IV,  que  ha  sido  una  de  las  épocas 
más  felices  para  la  literatura  espafiola. 

■n  éUa  se  hablan  fijado  también  las  reglas  de  la  orto« 
gmfia^y  aunque  ssjetas  á  graves  inconvenientes,  la  práo- 
tíea  uaifónne  de  todos  los  sscritoies,  en  materia  que  más 
puede  eonsiderarae  de  convenio  que  de  principios»  haUa 
esteblecido  en  alguna  manera  estos.  Se  trató  de  variarlos 
y  ^leriendo  tomar  por  norma  la  pronunciación,  se  abrió 
un  ancho  campo  á  ionovaciones,  tanto  más  peijudida- 
les,  cnanto  que  en  la  mayor  parte  de  los  casos  no  f  luS  la 
ptónmciaoion  pura  y  «erecta,  de  los  que  conocen  y  ha- 
blaa  bien  su  lengua,  la  que  sirvió  de  tipo  para  la  escri« 
tmns  sino  la  prontmciacion  vulgar,  que  carece  de  todas 
aquellas  inflexiones  que  dan  gracia  y  expresión  al  leu* 
gnaje;  y  eomo  en  ninguna  cosa  pedia  caber  maj^or  varie- 
dad de  opiniones,  hemos  acabado  porque  cada  individuo 
tenga  una  ortogiafia  particular,  según  su  modo  de  ha- 
blar 7  cto  entender.  En  nada  ha  habido  tanta  incertí- 
dnmbre»  como  en  el  uso  de  la  x:  los  unos  la  conservan; 
los  otros,  creyendo  que  su  pronunciación  es  la  misma  que 
la  de  las  letras  simples  de  que  pudo  en  su  principio  for- 
marse* la  resuelven  en  ellas,  y  creen  que  en  castellano  es 
tm  defecto  él  uso  de  esta  letra^  que  en  el  griego  se  tuvo 
por  unamejora,  y  lo  que  es  rodavia  más  singular,  persos 


—  6  — 

naB  qne  topxosoriben  del  todo  en  aa  alfabetOi  la  oaoMr- 
van  exolasivaiii«nte  para  escribir  el  nombre  de  Jf  ^mk»|  por 
nnaai^peeiedeveneraeion  aaperstioiosay  al  modo  que  ou 
lod  primeroe  tiempos  se  escribió. 

Bneloastrilanoquehablamos  en  Méjico  hay  iin  pnuto 
bastante  importante,  en  qne  diferimos  de  lo  qne  se  obser- 
va en  Bqpafia:  quiero  decir»  del  oso  del  pronombre  él  en  el 
acoaativoi  pues  aquí  la  práotica  general  es  hacerlo  siem- 
pre en  le,  cuando  en  Bspana  se  usa  con  mncha  Taciedad, 
y  muchos  escritores  lo  hacen  siempre  en  le,  lo  cual  induce 
á  veose  dificultad  en  elsentidoi  en  términos  que  una  obra 
que  se  im^mió  aquí  en  esa  manera  pareció  á  veces 
inccmprenaible.  Bn  esto  me  he  conformado  en  lo  general 
ai  uso  de  mi  pi^,  porque  escribo  para  él,  excepto  enaque- 
líos  casos  en  que  disonando  demasiado  el  fo,  y  no  opo« 
niéndoee  4  ello  la  fíícil  inteligencia  de  la  frase,  he  usa- 
.  do  él  acusativo  2a,  á  lo  cual  autoriza  el  cóemplo  de  bne^ 
nos  escritores,  y  aun  Salva,  en  su  gramática^  ha  estable^ 
dde  este  uso  promiscuo,  según  la  naturaleza  de  los 
nombres  á  que  el  pronombre  se  refiere. 

Inútil  sera  afCadir  que  el  principio  que  invariablemente 
me  ha  guiado  es  presentar  la  verdad,  según  resalta  de 
los  documentos  históricoa;  y  que  así  como  no  ocaltaió 
ninguno  de  los  crímenes  de  la  conquista,  no  callaré  tam* 
poco  ninguna  de  las  ventajas  que  ha  producido.  Bstasecá 
la  mejor  impugnación  de  algunos  escritos  que  están  sa< 
liendo  á  luz,  en  que  se  suele  tratar  de  los  tiempos  de  la 
conquista,  y  ea  los  cuales,  perdiendo  de  vista  enteramen- 
te los  hechos  históricos,  y  dando  vuelo  á  una  imaginación 
desarreglada,  eeincurre  frecuentemente  en  errores,  que, 
si  son  fácilmente  notados  por  los  que  tienen  tintura  de 
la  historia  de  aquel  tiempo,  van  Jlenande  de  ideee  falsas 
ó  equivocadas  á  los  que  no  tienen  conocimientos:  de 
suerte  que  en  breve,  á^  fuerza  de  escribir  la  historia  ro- 
mánticamente, no  tendremos  nada  seguro^  ni  se  podrá 
distinguir  lo  que  es  cierto  délo  fingido, sino  ocurriendo 
á  los  libros  en  que  sólo  la  verdad  ha  dirigido  la  pluma 
del  escritor. 


PRIMERA  DISERTACIÓN. 


Sobre  las  camas  que  motivaron  la   conquista, 

y  mocitos  de  sa  ejecución. 

SI  olqeto  qne  me  propongo  en  estas  Disertaciones  es 
examinar  loe  pantos  más  importantes  de  nnestra  historia 
naetonal9.desde  la  época  en  qne  se  estableció  en  estas 
regiones  el  dominio  espafiól,  es  decir,  desde  qne  tuvo 
prioeipio  la  actual  nación  mejicana,  y  seguir  á  esta  en  sns 
dirersas  vicisitudes,  hasta  el  momento  en  qne  vino  á 
GOttSftitnirse  en  nación  independiente.  Ningún  estudio 
pnede  ser  más  importante  que  el  que  nos  conduce  á  cono- 
cer cuál  es  nuestro  origen,  cuáles  son  los  elementos  que 
componen  nuestra  sociedbd,  de  dónde  eliminan  nuestros 
nsoe  y  costumbres,  nuestra  legislación,  nuestro  actual 
eetado  religioso,  civil  y  político,  por  qn6  medios  hemos 
llegado  al  punto  en  que  estamos;  y  cuáles  las  dificultades 
que  para  ello  his,  habido  que  superar.  Si  la  historia  en 
genial  es  un  estudio  necesario  para  conocer  á  las  na<^ 
fsionee  y  á  los  individuos,  y  para  guiamos  en  lo  tenidero 
por  la  experiencia  de  lo  pasado,  este  estudio  es  todavía 
máa  importante  cuando  se  ti^ta  de  nosotros  mismos  y  de 
lo  qne  ha  sucedido  eu  la  tierra  que  habitamos,  cuando  se 
versa  sobre  nuestros  intereses  domésticos  y  sobre  lo  que 
nsás  inmediatamente  nos  toca  y  pertenece. 

Peio  este  mismo  interés  tAn  inmediato,  que  excita  al 


^8  — 

oonodiniento  déla  historia  patria  en  el  período  de  que 
Toy  ¿oeaparme,  ha  sido  el  obstáculo  qné  ha  Impedido  es- 
cribirla con  impareialidady  empleando  las  luces  de  la  fllo- 
•ofia  y  el  rigor  de  ana  sana  crítica,  para  calificar  las  ac- 
ciones y  dar  á  cada  cosa  su  verdadero  valor.  Los  extran- 
jeros que  han  hablado  de  las  cosas  de  América  lo  han  he- 
cho en  lo  general  con  pocos  conocimientos,  y  dejándose 
arrastrar  de  sus  afectos  é  intereses  nacionales^  ínás  han 
hecho  declamaciones  que  historias.  No  se  comprenden  en 
esta  calificación  el  jnicioso  JEtobertson,  ni  el  aeflor  barón 
de  Hnmbolt,  cuya  obra  vino^  por  decirip  así,  á  descnbrir 
por  segunda  vez  el  Kuevo  Mundo,  y  que  todavía  nosotros 
estamos  obligados  á  consultar  en  todo  lo  que  toca  á  la 
estadística  de  nuestra  república:  ¡tanta  es  la  exactítad  y 
abundancia  de  noticias  que  contienel  Los  escritores  es- 
paftoles  han  atendido  necesariamente  á  defender  á  sugo^ 
biemo  y  á  sus  nacionales,  aunque  la  justicia  exije  que  se 
diga  que  algunos  de  ellos^  y  en  especial  el  célebre  Anto^ 
nio  de  Herrera,  el  padre  de  la  historia  americana,  han 
presentado  los  hechos  con  tal  verdad  é  imparcialidad, 
que  la  sencilla  exposición  que  de  ellos  nos  han  dejado 
mstapor  sí  sola  paira  formar  un  juicio  exacto  de  los  aeon< 
tecimientos  que  se  refieren.  Ninguno^  sin  embargo,  ha 
considerado  la  cuestión  biyo  el  punto  de  vista  general  que 
yo  me  propongo,  ni  lo  permitía  tampoco  el  plan  de  mera 
narración  ócompiladon  de  hechos,  que  los  más'  adopta^ 
ron«  Sólo  Mufioz  se  habría  acercado  á  mi  objeto,  pero  su 
obra  quedó  incompleta,  no  habiéndose  publicado  más 
que  el  primer  tomo . 

En  Méjico  no  han  podido  tratarse  hasta  i^hora  libre- 
mente estas  materias,  pues  durante  el  dominio  espahol 
no  podían  escribirae  más  que  looree  de  la  autoridad  exia- 
tentCy  y  cuando  esta  cayó,  pasando  las  cosas  al  extremo 
opuesto,  como  sucede  siempre  en  las  oscilacionss  políticas 
él  único  objeto  de  casi  todos  los  escritores  ha  sidodepri. 
mir  el  poder  que  existió,  sacar  á  luz  todos  los  males  que 
pudo  causar,  ocultar  ó  disminuir  los  bienes  que  hizo,  y 
empleando  es^  declamaciones  como  un  arma  permitida 
durante  la  guerra,  servirse  de  lá  odiosidad  4iue^llas 
causaban  como  de  medio  muy  oportuno  de  defenss.  De 
aquí  ha  resultado  tal  confusiony  extravío  en  las  ideas  que 
hoy  es  ya  necesario  hacer  conocer  á  los  más  de  los  habi'- 


—  9  — 
taates  de  la  repúbIic(^  y  esto  aúa  á  hombres  que  por  sa 
instraoelon  en  otras  líneas  no  debieran  haber  participado 
de  los  errores  del  valgo,  qaé  cosa  es  y  ha  sido  la  nación  de 
qoe  forman  paf te:  Goaocimiento  necesario,  pnes  que  los* 
errores  4  qne  ha  indaoido  el  perderlo  de  vista  han  sido  ^st 
eanaa  de  grandes  malea,  y  pudieran  serlo  todavía  de  otrds 
mayores.  Hoy,  que  las  pasiones  han  calmado,  que  se  deja 
escachar  ya  la  voz  tranquila  de  la  razón,  ha  llegado  lú  'é^ 
poi»  de  examinar  libremente  estas  cuestiones,  y  de  jazgar 
oon  imparcialidad  todo^  los  sucesos  de'  nuestra  historia 
desde  la  conquista  hasta  la  independencia,  sin  poder  pa- 
B»  todavía  mas  adelante,  pues  que  para  el  período  muy 
importante  qa^  comprende  desde  la  independencia  hastar 
nuestros  dias,  existen  aún  los  mismos  inconvenientes  que 
áates  había  {Mira  hablar  de  la  época  del  gobierno  espafiol; 
todavía  el  fuego  de  las  pasiones  so  halla  encnbierto  bajo 
una  ceniza  engañadora,  y  así  es  menester  dejar  esta  par- 
te de  nuestra  historia  para  ijue  de  ella  se  ocupen  los  es- 
critores de  la  siguiente  generación,  contentándonos  con 
prepararles  acopio  de  hechos  bien  averignadoS|  sobre  los 
que  puedan  fundar  su  juicio. 

El  que  vamos  á  ejercer  sobre  los  tres  siglos  que  tras- 
onrrieron  desde  la  conqnista  hasta  la  independenciai  en 
núigana  parte  puede  pronunciarse  con  la  libertad  y  a'^ 
oíerco  que  en  nuestro  país.  Oes6  la  autoridad  qtie  impe- 
día hablar  libremente,  y  tenemos  á  la  vista  todos  los  he< 
chos  cobre  que  este  juicio  debe  recaer*  Más  para  proceder 
eaél  oon  acierto,  es  preciso  despojamos  de  todas  las  preo- 
cupaciones que  aún  pueden  quedar  mal  desarraigadas;  es 
menester  revestimos  del  carácter  de  ñlósofos  que  no  bns« 
can  más  que  la  verdad,  y  emplear  con  rigor  y  severidad 
laorítlca  que  sirve  para  encontrarla^  es  necesario  trasla« 
darnos  á  los  siglos  á  qne  los  acontecimientos  se  reñeren, 
penetramos  de  las  ideas  que  en  cada  uno  de  ellos  domi** 
nabas,  acostumbrarnos  á  sus  usos  y  ájnzgar  álos  hom- 
bres según  el  tiempo  en  que  vivieron.  No  hay  error  mas 
común  en  la  histoiia,  qne  el  pretender  calificar  los  suce« 
sos  délos  siglos  pasados  por  las  ideas  del  presente,  come 
si  fuera  dado  aun  individuo  cambiar  de  un  golpe  las  opi« 
niones,  las  preocupaciones  y  las  costumbres  del  suyo,  lo 
cual  nunca  es  obra  de  un  hombre,  por  superior  que  se  le 
suponga,  sino  el  resultado  d^l  trascurso  del  tiempo  y  el 

D19BBTA0I0liBS.--T0tf  I.--2, 


—  10  — 

efecto  do  la  sucesión  de  las  ideas  eú  muchas  generacio- 
ues. 

AI  eutrar  en  una  carrera  tan  nueva  y  etisada  de  no 
pequeñas  díñcultádeS;  sería  mayor  el  temor  y  desconflaa- 
asa  con  que  emprendo  correrlai..  si  no  contase  coa  la  aproi 
baision  üe  algunos  amigos  muy  ilustrados,  á  quienes  co- 
muniqué esta  primera  disertioiou  áutes  de  leerla  al  Ate- 
neo, habiéQ(]iola  también  rm-áhído  con  agrado  los  respeta- 
bles individuos  de  esta  corporación,  cuyo  voto  puede, 
considerarse  comouaa  anticipación  de  la  opinión  pública« 
Me  prometo  encontrar  nnaacojida  igualmente  benévola 
d«^  parte  de  mis  lectores,  y  en  vez  de  JUaUai^n  ellos  cen« 
sores  dispuestos  ano  perdonar  ninguna  íalta,  espero  por 
el  contrario  que  me  auxilien  con  sus  luces  para  la  oonti 
nuaciou  de  un  trabajo,  cayo  objeto  principal  es  suscitar 
entre  nosotros  asuntos  importantes  de  discusión,  y  llamar 
la  atención  dit nuestros  lectores  liácía  aquellos  puntos  que 
más  interesan  en  nuestra  historia,  para  que  el  acopio  de 
'  materiales,  y  la  reanioude  luces  quede  los  trabajos  de 
todos  resulten,  venga  á  prodacir  )>or  íln  un  cuerpo  com- 
pleto de  historia  nacional,  llecibiréy  pues,  con  aprecio  las 
observaciones  qne  se  me  comuniquen  y  los  consejos  que 
se  meden^  contestando  á  todo  loque  sea  objecciones  f  ani« 
dadas  en  razones,  aunque  omitiré  hacerlo  hasta  que, 
concluidas  estas  disertaciones  se  haya  podido  formar  idea 
de  la  totalidad  de  mi  trabajo.  Rn  edte  no  me  ceñiré  á  una 
relación  histórica  de  los  hechos»  que  supongo  conocidoi 
de  na  público  tan  ilustrado,  y  que  por  otra  parte  se  ha«* 
lian  en  muchos  libros  que  e^  fácil  consultar,  y  sólo  daré 
noticia  extensa  de  ellos  cuando  i^e  trate  de  cosas  menos 
sabidas  y  de  documentos  que  no  han  salido  todavía  áluz^ 

Bajo  tales  principios,  entremos  á  examinar  cuáles  fue- 
ron las. causas  que  produjeron  la  conquista  que  la  nación 
española  hizo  de  las  islas  y  continente  americano  á  fines 
del  siglo  XV  y  principios  del  XTI,  y  cuáles  los  medios 
que  se  emplearon  para  efectuarla :  este  es  argumento 
que  me  he  propuesto  para  esta  primera  Disertación, 
comenzando  por  los  conocimientos  generales,  indispensa^ 
bles  para  descender  con  fruto  á  nuestra  historia  par^ 
ticnlar. 

Las  circunstancias  en  que  las  grandes  potencíAs  de 
Earopa  se  encontraron  hasta  mediados  del  siglo  XV,  ha- 


—  11  — 

bían  coúceutrado  la  atención  de  cada  uua  de  ellaa  dentro 
de  8i  mismas.   Las  crazada»,  coAsideradas  hasta  el  si" 
glo  XVIT  como  meros  actos  de  ntia  impiedad  ardiente;  des- 
acreditadas por  los  filósofos  impíos  del  siglo  XVIIÍ,  co 
IDO  excesos  de  eTtravagancLa  de  un  fanatismo  frenótioo; 
mejor  ex^minada^í  l>or  lus  eí^critores  imparoiales  y  profun- 
dos de  nuestros  días,  son  miradas  hoy  como  una  de  las 
cangas  quo  más  contribn.vPTon  al  desarrollo  de  la  inteli- 
gencia humana,  á  la  estabilidad  y  regularidad  de  los  go- 
Iñernos  y  á  los  adelantos  de  la  geografía  y  del  comercio. 
Jja  autoridad  de  los  monarcas,  tau  vacilante  en  el  régi- 
men fendal,  recibió  un  grande  aumento  por  las  modifica- 
fiones  que  éste»  sufrió  á  consecuencia  de  aquellas  guerras 
distantes,  que  bajo  la  ensena  de  la  cruz  sacaron  de  sus 
castillos  á  una  nobleza  altiva  y  guerrera.  El  elemento  po- 
pular, que  eutonces  tuvo  origen  eu  algunas  naciones,  y 
qne  adquirió  mayor  importancia  en  otrasS,  sirvió  de  apo- 
jo  á  los  monarcas  contra  loa  grandes  vasallos  sediciesos, 
é  hizo  que  los  vecinos  de  las  municipalidades  empezasen 
k  tomar  ¡jarte  en  los  grandes  negocios  del  Estado.  Desde 
entonces  el  objeto  de  todiís  los  monarcas  no  fué  otro  qup 
reunir  á  sus  coronas  los  grandes  feudos  desmembrados  de 
ellas,  y  formar  cuerpos  de  nación  do  los  qne  hasta  enton- 
ces no  habían  sido  mas  que  miembros  débilmente  ligados 
entre  sí,  y  prontos  á  sublevarse  contra  el  soberano.  Esta 
í:nmce  y  difícil  empresa,  seguida  con  acierto  y  per8e\  e- 
rancia  durante  niuclio  tiempo^   vino  á  consumarle  en  el 
fiiglo  XV,  pues  si  bien  quedaron  existentes  los  seHoríos 
territoriales,  se  extinguieron  todos  aquellos  derechos  que 
los  "bacian  casi  independientes  6  iguales  al  soberano;  y  a- 
queWa  nobleza  guerrera,  conservando  todo  el  espíiita 
marcial  que  la  caracterizaba,  no  solamente  no  fue  ya  uu 
obstáculo  á  la  autoridad  real,  sino  qne  empleó  eu  su  apo- 
yo y  servicio  el  poder  de  que  habia  quedado  en  posesión, 
y  do  ella  salieron  los  grandes  capitanes,  los  profundo» 
políticos  y  los  hribiles  administradores  que  tanto  esplen- 
dor dieron  á  sus  respectivas  naciones.  Estas  quedaron 
iormadas  y  en  aptitud  de  emplear  en  grandes  empresas 
exteriores  las  fnerzas  que  hasta  entonces  se  babiau  ej^n-- 
sumido  en  guerras  domésticas.  El  espíritu  inquieto  é  in- 
vasor heretlado  de  los  pueblos  del  Korte,  de  quienes 
proceden  las  naciones  modernas  de  la  Europa,  quedó 


—  12  — 

Babfiistente;  pero  tomó  una  naera  dirección  y  mayor  im** 
pnlao  por  las  mayores  fuerzas  que  aquellas  adquirierou. 
Todas,  pretendieron  entonces  engrandecerse  á  expensas 
de  sus  vecinos  más  débiles^  y  con  ligeros  títulos,  y  aún  lia 
pretextos  a) gunosi  délo  que  en  nuestros  días  tenemoi 
también  por  desgracia  tantos  ejemplos,  entraron  en  guer< 
ras  largas  y  destructoras,  ya  para  aproyeoharse  de  loi 
territorios  ajenos,  ya  para  repartirlos  entre  sí,  que  fué  la 
cansa  de  las  diversas  invasiones  que  por  entonoes  sofrió 
la  desgraciada  Italia,  la  primera  en  experimentar  loa  e- 
fectos  de  esta  mudanza  añcaecida  en  la  política  general  de 
la  Europa. 

.  Las  cruzadas  hablan  dejado  en  los  espíritus  fuertes  y 
díuraderas  impresiones.  Estas  grandes  empresas,  que  por 
la  primera  vez  desde  la  destrucción  dcd  imperio  romAüo 
hablan  reunido  las  fuerzas  de  las  naciones  formadas  de 
las  ruinas  de  aquel,  para  obrar  unidas  y  con  un  mismo 
flni  hablan  tenido  por  objeto  en  su  principio  librar  del  do- 
minio de  los  mahometanos  el  sepulcro  de  Kuestro  Salva- 
dory  los  lugares,  consagrados  por  su  presencia;  pero 
después  las  miras  de  los  cruzados  se  dirigieron  á  apode- 
rarse de  toda  el  Asia,  y  dando  fácilmente  oxtension  á  la 
idea;que  había  sido  el  primer  móvil  de  las  guerras  san* 
tas,  se  tuvo  no  solo  por  licito^  mno  por  la  acción  más  me* 
titoria^  hacer  la  guerra  á  los  infieles  y  despojarlos  de  sus 
tierras  y  posesiones.  De  los  mahometanos  pasó  esta  pro- 
paganda armada  á  los  herejes  y  paganos,  y  una  cruzada 
sé  publicó  y  formó  bajo  las  órdenes  del  célebre  Simón  de 
Monfort  contra  los  albigenses,  y  otra,  que  dio  origen  al 
órdeaoL  teutónico,  contra  los  idólatras  que  habitaban  el 
norte  de  la  Alemania,  á  la  que  se  debe  la  fundaoion  de 
mud^as  de  las  grandes  ciudades  del  Báltico,  y  la  civiliza- 
ción de  varias  de  las  provincias  que  hoy  forman  el  reino 
de  Pruaia.  Asi  vino  á  establecerse  la  opinión  uniforme  y 
general  en  todas  las  naciones  de  la  Bniopa  en  aquel  tiem« 
po,  no  solo  de  la  licitud,  sino  aun  de  la  obligación  que  las 
naciones  cristianas  tenían  de  hacer  la  guerra  á  los  mñe-* 
les,  y  el  derecho  que  esta  les  daba  para  aprovecharse  de 

sus  despojos. 

Bstas  causas,  que  obraban  simultáneamente  en  todas 
las  naciones  europeas,  tanto  para  reunirías  lu^o  gobier* 
nos  vigorosos,  como  para  dar  una  dirección  6'  la  opinión^ 


—  13  — 


«Mneko  mM  podMOsas en  DspaSa,  doade  wift  fa«R» , 
titttámtxm  altos  para  recobrar  el  territorio  nacional 
Whoennado  oonstastemente  los  eepíritns,  y  esta  gn«- 
aáijñdaeonla»  los  invasoreB  ínfleles,  que  era  vetdade- 
ante  «na  gaena  santa  y  nacional,  habia  debido  anal- 
«■áBymásea  kMespaáoleslaideadecnietal  era  ei 

■igter  de  todas  las  que  se  hiciesen  á  los  infielw.  Una 

HinvoliMioB  hizo  pasar  la  corona  de  Castilla  ft  las  sle- 

m4»  Iiabel;  y  sa  matrimonio  oon  Femando  de  A^^E^* 

■Dksdolas  dos  monarqnías,  aonqne  coMe^»"^?** 
■  lejes  partíealares,  dio  un  gran  poder  á  aqndloe  lUUK 

In  «posos,  cuyo  primer  ensayo  f aé  la  «>n<l»»*»  «^f?" 


iH  «adidas  qod  tomaron  para  afirmar  y  aomenttr  sa 
ntnidedan  el  interior,  foeron  igualmente  féuoes:  la  m- 
oRiadonilaooronade  los  grandes  maestrasgosae 
ksdtdous  militaies.  no  solo  anmmto  mmensamente  ei 
podar  lesl,  ño  que  le  librd  de  la  dependeada  en  que  ae 
«ntiaoote  tenían  aquellos  jefes  turbulentos  de  ««»  ]"*" 
lioM  amados,  y  las  leyes  diotadas  en  las  fi*™«»",5S!? 
«te  Talado,  dando  influjo  y  poder  ¿  las  ?»>n»<íP"'5™» 
d^ipstaion  él  espíritu  p^blioo,  inspirando  en  los  esgk«o- 
iMlibKS,  dirigidos  por  una  nobleasa  guerrera,  el  udory 
«ariaBBO  capaces  de  las  mayores  empresas.  ■M'f"^' ■** 
tMaaaaexaiitos  de  todo  cuidado  doméstico,  dirU¡«i  sus 
Huaalreiao  de  ITépoles,  y  lo  someten  á  su  dominio  por 
If.kbUidad  y  pericia  del  Gran  Capitán:  la  «wiquMta  oo- 
taanada  por  las  batallas  do  Seminara  y  Oen«^»  •»««>»■ 
atlida  y  i^ma  por  la  briUante  victoria  del  Qanllano,  y 
«aaaiineUa  corona  á  la  de  Aiagon,  á  cuya  fi*»^»,?;^: 
Mdaia  la  Sidlia  desde  las  &moeae  Vísperas  Biauansa. 
ai  KffQida  Femando,  después  del  Éalleclmiento  de  su  es- 
(Q?ocapa  la  ITavana,  sin  mas  esf uen»  que  *««"««• 
diat  4  elhr&  Federico  de  Toledo,  duque  de  Alba,  owi  ana 

Tiaalloa,  al  mismo  tiempo  qneel  «^S^JB^f^nSí 
«amadra  y  un  ejército  levantados  ó.  ws  «PjmMJ 
\V>  el  mando  del  célebre  y  desgraciado  «>nde  Pedro  W  a- 
nncreeOTia  las  costas  de  Afinca,  vengan^  en  ellas 
Sagü^ursonadon  habia  r6¿bido  ^  siete  agios, 
j  «ataUeoieBdo  aquélla  Unea  de  P«i^*<»  m^^r»  que  flg- 
Winiadir  qu  se  fiwmasen  por  I» P0*<»<»*«  ™SS?!^ 
m  nwTM  intentos  contra  BspaSa,  y  ser  una  barrera  qw 


—  14  — 
oontayiese  la  piratería  de  aqaeUos  coraarioB.  ¡Días do  glo- 
ria y  de  px>8peiidad  para  BepaQa,  bien  diversos  de  h» 
dias  de  miseria  y  de  oonfasion  á  qae  la  han  traído  en  loa 
nnestros  el  desenfreno  de  las  pasiones  y  el  furor  de  loa 
partidos!  Todo  entonces  prosperaba  para  ella,  y  ánn  sua 
mismos  reveses  contribuían  á  aumentar  su  poder  y  sa  glo^ 
ria.  Asi  faé  oomo  la  funesta  batalla  de  Bavena  dio  tal  loa- 
tre  á  sus  armas,  que  pooo  tiempo  despnes  de  ella  el  virey 
de  Ñapóles  D.  Bamon  de  Oaixlona  reoorrió  oasi  sin  resisc 
tencia  una  parte  de  la  Lombardía  y  los  estados  de  tierm 
firme  de  la  Bepúblioa  veneciana. 

Lafedta  de  sucesión  varonil  délos  Keyes  Católicos , 
fuente  de  todos  los  malesque  en  adelante  recayeron  sobre 
aquella  monajqnía^  fué  por  ratóuces  motivo  de  engrande- 
oimirato»  hadendo  pasar  la  corona  á  la  cabexa  de  Car- 
Ios  y.    Al  inmenso  poder  que  esta  rica  herencia  le  daba^ 
renni*  aqnel  monarca  el  de  sus  propios  estados  de  ^.nstrii* 
y  de  Flandes,  y  habiendo  recibido  despnes  la  corona  im- 
períal,  no  hubo  ya  limite  &  su  ambición  y  á  sus  empresas. 
Bl  ejército  imperial  á  las  órdenes  de  D.  Fernando  Dava- 
les marqués  de  Pescara,  triunfa  en  Pavía  delrey  de  Fran- 
cia «m  perscmai  y  le  hace  prisionero:  marcha  enseguida 
bajo  él  mando  del  condestable  de  Borbon  á  castigar  én  la 
desgraciada  capital  del  mundo  cristiano  la  participación 
que  el  Papa  habla  tenido  en  la  liga  italiana:  la  ciudad  ea 
tomada  en  pocas  horas  de  ataque  y  entregada  al  saqueo^ 
á  la  vista  dcA  ejército  que  debia  defenderla  y  que  no  se  a- 
trevió  á  moverse  en  su  au;aE:ilio:  se  dirige  de  alU  á  Toscana 
oondmndo  por  Femando  Ctonzaga  y  D.  Diego  Sarmiento, 
y  tiene  la  funesta  gloria  de  extinguir  los  últimos  reston 
de  la  libertad  italiana  con  la  ruina  de  la  Beptiblica  ñorea* 
tina.  Un  príncipe  desposeído  del  trono  de  Tdnez  implora 
la  proteeoíon  del  emperador,  y  éste  se  la  concede^  Apto* 
vechando  esta  ocasión  para  destruir  el  poder  de  Barba- 
rrqfa:  de  tcd»  la  extensión  de  sus  dominios  acuden  tropas 
y  escuadras  al  llamado  de  su  soberano;  el  Papa  bendice 
la  expedición  y  concede  gracias  espirituales  á  los  que  to- 
men parte  en  esta  guerra,  considerada  santa,  oomo  t[>da« 
las  que  se  hadan  contra  los  infieles:  otro  Davales,  Alfon- 
S0|  marqués  del  Basto,  sobrino  del  de  Pescara,  y  como  él 
nfl^lit¿io  de  nacimiento,  toma  él  mando  de  este  inmen- 
so armamentOi  el  mayor  qtie  la  Buropa  habla  visto  desde 


—  15  — 

ím  onizadaSy  y  tiene  la  honra  de  qae  el  emperador  mitmo 
■itUe  bajo  sos  órdenes,  el  ejército  desembarca  á  la  yista 
dt  Tánes»  y  trea  oolnmnas,  cada  ana  de  diversa  nación,  a- 
tioa  la  Goleta,  fortBlesa  tenida  per  inexpagnablCí  y  no 
ébitaate  estar  guarnecida  por  seis  mil  torcos  escogidos  y 
mtda  oon  trescientos  cafiones,  es  tomada  por  asalto,  y 
ttngmidaserindelaciadad,  defendida  por  cincaenta 
■3  oombatieiites:  victoria  qne  hubiera  sido  mas  gloriosa 
■sola  hubieran  manchado  los  vencedores  oon  el  saqueo 
T  Is  matanza  horrorosa  de  los  habitantes. 

Nada  parecía  ya  imposible  á  los  españoles:  ni  ann  los 
obrtáonlos  de  la  naturaleza  y  de  les  eJementos  eran  podt^- 
ntos  para  contenerlos,  y  así  fué  como  el  célebre  duque  de 
Alba,  Femando  de  Toledo,  pasó  el  Alba  al  firente  de  un' 
ojénito  español  á  la  vista  del  epemigo;  y  mas  tarde  I). 
Uis  de  Beqnesens^  gobernador  de  los  Paises- Bajos,  acó- 
■otíó  y  llevó  á  eabo  la  tomeraria  empresa  de  hacer  atra< 
mta  á  vado  por  una  columna  de  tres  mil  hombres  á  i»s 
órteaes  del  célebre  Osorio  de  UUoa,  en  nna  noche  tem« 
pertnosa,  y  aprovechando  la  baja  marea,  el  brazo  de  mar 
de  mas  de  legna  y  media  de  ancho  que  separa  la  Zelaii-* 
dia  de  la  Holanda,  bajo  el  fuego  de  la  escuadra  holandesa. 
Hitos  sucesos,  que  los  unos  precedieron  á  la  conquists, 
kM  otros  fueron  oontomporáneos,  y  algunos  poco  poste- 
rioRB,  prueban  que  en  aquella  época  los  españoles  creían 
qoetoto  lo  xMMlian,  y  esta  convicción  bastaba  para  crear 
el  entoaiasmo  que  les  hacia  acometerlo  todo.  Possunt  qum 
fnte  Pkfemlur,  cómelos  luchadores  de  Virgilio.  Beligiosos 
luita  el  fanatismo,  guerreros  por  upa  escuela  de  setecien- 
tos aios  de  continuos  combates,  constantes  y  tonaces  en 
laadvenidad,  poseídos  de  las  ideas  caballerescas  del  si- 
glo^  estaban  ansiosos  dé  empresas  qne  pusiesen  á  prueba 
todas  estas  cualidades,  y  el  !N^uevo  Mundo  iba  bien  pron. 
to  á  presentárselas. 

lliéatras  que  en  Europa  se  formaban  las  opiniones  y  el 
poder  qne  habian  de  dominar  esie  hemisferio,  veamoH 
eoálea  eran  las  circunstancias  peculiares  en  que  él  se  e;i- 
sobraba.  Echando  la  vista  por  toda  su  inmensa  exten- 
noa,  observamos  desde  luego  dos  grandes  monarquías, 
launa  en  el  centinento  del  Korte  y  la  otra  en  el  del  Sur, 
que  ae  haUan  formado  de  peqnefioa  príncipes,  conqnis- 
taado  sucesivamente  los  territorios  de  otros  príncipes 


—  lO- 
meaorev,  á  quienes  los  españoles  llamaron  oadqaes,  por 
una  vos  deriTada  del  idioma  qne  se  hablaba  en  Haití,  ó 
BiQetRndolas  tribus  iodependientes.   Estas  couqnistas 
f*ran  en  parte  demasiado  recientes,  para  que  hubiesen  po- 
dido inoorporarse  sólidamente  en  la  masa  de  la  nación,  y 
en  fdgonas  de  ellas  hábian  quedado,  en  calidad  de  tribu- 
tariosy  los  mismos  pequeños  soberanos  del  pais  conqaista< 
do.  £1  resto  lo  ocap^ban  otros  monarcas  de  menor  impor^ 
tancia,  algunos  caciques  independieutes,  y  las  tribus  er- 
rantes que  no  habian  tomado  todavía  ninguna  forma  re- 
gular de  administración  políticab  Las  mayores  y  mas  cl- 
irilisadasde  las  islas  conocidas  con  el  nombre  de  AntilhSi 
en  que  se  practicaba  el  cultivo  y  labranza  de  las  tierras, 
estaban  sujetas  á  varios  caciques,  y  se  veían  atacadas 
incesantemente  por  los  habitantes  de  las  otras  islas  mt- 
norest  qne,  acostumbrados  á  alimentarse  de  carne  hnma- 
UAy  venían  á  asaltará  los  habitantes  para  devorarlos: 
costumbre  que  se  halló  establecida  en  todo  este  hemisfe- 
rio, excepto  en  el  Perú,  y  que  será  motivo  de  considera^ 
dones  mas  extensas,   en  que  entraré  mas  adelante*   ^Bn 
nuestra  república,  el  imperio  mejicano  ee  extendía,  segnn 
puede  inferirse  en  la  oscuridad  que  hsy  en  este  punto» 
hasta  uno  y  otro  mar,  por  dos  brazos  prolongados  al  Ór- 
nente hasta  las  costas  de  Yeracruz,  y  al  Bur  hasta  la 
desembocadura  del  rio  Zacatula:  sus  límites  al  Poniente 
y  al  Norte  eran  muy  reducidos,  pues  no  pasaban  de  Tola 
en  la  primera  de  estas  direcciones,  y  de  la  cordillera  de 
las  montafias  de  Pachuca  en  la  otra.  Esta  conformación 
tan  irregular  lo  exponía  á  frecuentes  guerras  con  sus  ve- 
cinos, que  también  eran  movidaspor  el  carácter  belicoso 
de  los  príncipes  que  durante  una  larga  sucesión  ocuparon! 
el  trono,   y  por  la  necesidad  de  hacer  prisioneros  pam 
proveer  de  victimas  las  aras  de  sus  divinidades.  Por  una 
singularidad,  que  mas  tarde  tendremos  motivo  de  expli^ 
car,  venimos  á  encontrar  en  América,  aunque  sin  contac- 
to alguno  con  la  Europa,  el  mismo  sistema  feudal  que 
entonces  trataban  de  destruir  con  tanto  empefio  los  mo« 
narcas  europeos,  y  que  por  las  frecuentes  desobedienoiaa 
de  los  cadques,  ya  para  marchar  á  la  guerra  con  el  sobe- 
rano, ya  para  pagarle  los  tributos  establecidos,  era  m6> 
tivo  de  guerras  continuas  domésticas,  así  como  lo  había 
sido  en  Boropa.  Este  imperio  era  electivo,  y  para  aon 


por  olm  aam^aiua  not»- 
il  núflino  qoe  «któaoea  m 
ioo,  teaiendo  el  d«reobo 
Ütario  de  Tasoaoo  y  T». 
inMtro  piüAon  traiedo  de 
A  de  Iloxoftla,  golienuda 
oaeiqaeH  6  aeDoiM  de  h>s 
Dnarqníft  de  MiohoMUí  o- 
ine  hos  forma  el  deputa- 
&9  de  lo  que  podOBoe  Ua- 
itaba  dMUibaido  eati*  di- 
la  exCenaion  de  Tala,  al 
wi  las  tñboB  eiTuiteB,de 
a  parte  ^vilúada,  oomo  lo 
a^MtftAmeiitos  dél-Norte, 
■  largo  tiempo  alsobiexno. 
reo  de  eataa  diMrcaoioses. 
8&ZOD  el  trono  de  Méfieo, 
ibi»  dejado  afmiiiar  eon 
sieudo  la  poligamia  nao 
Sa  espirita  además  «fte- 
íioaea,yaiia  predieoinge> 
i  de  anas  gentes  extrafios 
rair  bu  imperio,  le  pr^ta- 
a  fiüa  dias.  Todos  Im  oan- 
por  largo  tiempo  el  qae 
singan  eeEoerso  faera  de 
B  en  el  antígno  Ansboac 
lia  de  la  mooarqnia  meji- 
nes  peqaeE!a8,Teoia«s  des- 
inigoB,s(ibditos  podvoeos 
si  ¿  esto  ae  agrega  la  ÜaU 
ludes,  la  ignoranoa  de  to- 
bo ona  reTolaoioa  ctHD-- 
Boropa,  y  de  todos  los  a- 
«  cieuoias^  coBBigai«mte> 
el  Nuevo  Mondo  uo  este- 
de  entrar  en  lacha  eon  el 
nwKín^  (|u<7  •«  wBvuuiiuiwuw  UO  Serla  mas  que  la  sefial 
de  sadepeadendat  y  que  había  de  ser  neoesaritunente  la 
Ptendé  la  primera  nsaion  de.Earopa  qne  taviera  oono- 
dniúto  de  sa  existencia. 

SISBBTAaOmS.— TOM  hr-3. 


—  18  — 

Bflte  oonodmiento  no  podia  estar  oonlto  ya  por  mas 
tiampo.  ▲  medida  fue  loa  gobianio0earopeo8liabia&ad<« 
qairido  estabilidad  j  poder,  las  oiendas  haUan  hecho 
eoosideiables  progresos;  y  estos,  unidos  á  los  adelantoa 
prácttooa  de  la  naTegaoicm,  debían  preoisámenteoondaoir 
i  nn  oooooladento  petfiaoto  de  la  figura  del  globo  que  ha* 
bitanos  de  la  posibilidad  de  la  naregadon  al  rededor  de 
él,  y  de  la  probabilidad  de  enoontrar  nuevas  tíetras  en  el 
inoieiiso  espacio  hasta  entonces  ignorado:  habia  llegado 
ya  el  siglo  en  qoefCompliéndose  lacélebre  profecía  del  tr&« 
gieo  espattol,el  Océano  rompiese  las  impresiones  que  impe 
diaa  el  oooooiniiento  de  las  yerdades  nBicas.ocuItas  en  su 
tiempo,  en  que  se  desoufariese  un  gran  oohtinente,  y  en 
qae^  la  diosa  de  los  mares  diese  á  oonoeer  un  nuevo  mnudo. 

Cnanto  mis  medito  sobre  estas  palabras  de  Séneca»  en 
el  ooio  con  que  termtan  el  segundo  acto  de  su  Meiea.miA 
y  más  me  eonvenao  que  ellas  no  son  una  flg;nra  poétiea| 
ni  un  zeeuerdo  de  la  Atlániida  de  Platón;  Bl  Ariosto  y  el 
Taaso  pudieron  anunciar  en  sus  poemas  las  navegaciones 
y  conquistas  de  los  espafioleSfPor  una  figura  poética  des» 
pues  de  snoedidas;  pero  un  anuncio  tan  positivo,  tantos 
dglos  anticipado,  confirmado  por  otra  parte  con  igual  a« 
severamon  en  las  caestiones  naturales  del  mismo  autor^ 
no  puede  ser  obra  sino  de  una  faerte  conviocion,tundada 
en  el  conocimiento,  físico  del  globo,  que  habia  aloauEado 
aqoel  filósofo.  El  predecía  lo  que  veia  claramente  en  au 
razón,  y  yo  no  tengo  duda  que  ó  Séneca  no  le  faltó  para 
realizar  en  sus  dias  las  glorias  f  aturas  de  su  nacion,euaia- 
do  las  anunciaba  como  un  triunfo  del  arte  de  la  navega** 
cien,  más  que  el  uso  de  la  brújula  y  la  audáciü  del  nave^ 
gante  genovés. 

ISo  entra  en  el  plan  de  estas  disertaciones  extenderme 
sóbrelas  dificultades  que  D.  Oristóbal Oolon  tuvo  que  au- 
petar  para  hacer  comprender  sus  ideas  y  para  llevarlas  á 
ejeeuoion.  Bl  8r¿  Fernandez  Navarrete,  en  su  lnaprecia<« 
ble  coleccioii  de  viajes  y  descubrimientos  de  los  espafio« 
les  desde  fines  del  siglo  XV,  ha  publicado  todas  las  noti** 
ciaa  y  documentos  concernientes  á  los  cuatro  viajes  de  a- 
qnel  célebre  navegante,  y  el  8r^  Irwing  ha  agotado  la 
materia  dándole  todo  él  brillo  de  su  pluma.  Bástenos  da^* 
cir,  que  persuadido  Odón  de  la  redondea  del  globo  que 
habitamos,  é  inducido  á  error,  por  un  cálculo  equltocado. 


(»portag«MM  ha» 
k  el  Orieot»,  qa« 
M  del  oomeralo  qm 
raIiB»rK»joéI«t 
]a  á  Oooideate  po- 
iel  Aii»p(K-  «qntí 
até  A  diveiWM  go- 

por  qoim^ñeo,  y 
wl  de  OeqtiUa.  A 
»dni  o«D  qfieOslop 
ftl2d»  eoCabi^de 
haburae  daioabwt- 
ola  isiftde  Qtam^- 
ilTadoB,  qoe  m  aa» 
iBahama. 
«to»  aativiitoioM  • 

los   i^naipiM  de 

de  ana  edaoactoi . 
a  la  difiooltad  qo* 
minendw  7'  adop* 
[  alouioe  áe  todoa, 
9  Be  podiecoQ  teou 
I  máa  eztiafta  la 
ieas  en  el  eapíiita 
lombrodo  al  ver  ea 
»  de  agaa  daloe 
la  coata  de  Paria» 
T   ese  feoómeoo  y 

sapoeicion  que  sí 
bian  oreido  y  oob> 
pero  qae  eata  ie> 
déla  fijara  deaoa 
TO  alli  donde  tieaa 
ae  eata  paite  de 
linoaa  al  cielo,  y 
itamarOoéan»  ea 
lida  oonsecaFDoiag 
1  paraiw)  terrenal 

n  a— t*alinrMpwil«>lgrnpnd«Wl»'jnqQ*ll— imiloiMtaralw 
iMPf •%;«•  por  tMo  dapnmvMlMiotfMAtiiomlBanu  LM*j4*.*aiUBdo 

tit'M»«.EliiombradsChnsfttwQitip«nHteloBMilldl«a*  n»  lubUbti 

MMWiUaf  WítwtM. 


—  20  — 
<<flea  en  él  oo1mO|  allí  donde  di)ó  el  pezón  de  la  pera^  y 
^Hjae  pooo  á  pooo,  andando  háoia  allí  se  va  Mbtendo  á  M^ 
<<y  qne  pueda  salir  eea  agna  (la  del  .Ofinooo)|  bien  qne 
<'sea  1^00  y  renga  á  pu*ar  alli  donde  él  Tenia,  y  faga  este 
^üago;  y  m  de  allí  del  paraíso  no  sale,  parece  aún  mayor 
^^maraviUa,  porqae  no  oree  qne  se  sepa  en  el  mando  de 
^<rio  tan  grande  y  tan  fondo/'  ofreoe  en  seguida  mandar 
al  ad^  lantado,  su  hermano,  con  tres  navíosi  á  haeer  un 
reconodmiento  de  aquellas  tierras^  ^^en  qne  tiene  asen-- 
<*tádo  en  el  ánimo  qne  allí  es  él  paraíso  terrenal." 

Terifloado  el  desoubrimiento  del  Nuevo  Mundo,  los  Be- 
yes OatóliooB  obtuvieron  bula  pontifteia,  por  la  onal  se 
les  concedieron  las  tierras  descubiertas  y  que  sé  descu« 
biiesen  por  su  mandado,  para  que  en  ellas  se  extendiese  y 
propagase  la  religión  católica,  en  la  misma  fbrma  y  con 
las  mismas  gracias  dispensadas  á  los  reyes  de  B»rtUMl, 
en  lo  que  hablan  descubierto  en  las  costas  de  Afif ea.  Ba- 
ta bula  fué  expedida  por  Alejandro  ¥1^  en  3  de  imiyo  de 
1492)  y  en  aquellos  tiempos  este  título  seeonstderabtt  eo* 
me  el  mas  legítimo,  y  era  admitido  y  reconocido  por  to- 
dos. Así  es  qne  no  fué  enmanera  alguna  contestado,  pues 
el  lüsy  de  Portugal,  que  lüao  oposición  á  la  oonoesion,  de 
ninguna  suerte  disputaba  la  valides  del  título,  sino  qne 
habiendo  obtenido  otra  eonoesioh  igual  y  más  antigua  a» 
qnella  corona  del  Papa  Martino  T,  creía  que  la  qne  de 
nuevo  se  hacia  á  los  Beyes  Católicos  recaían  sobre  tier^ 
ras  que  eran  ya  de  su  pertenencia.  Edte  recelo  se  funda- 
ba en  las  mismas  opiniones  de  Oolon;  cuyo  intento,  como 
hemos  visto,  no  fué  descubrir  un  mundo  nuevo,  lo  que  no 
podía  entrar  en  el  cálculo  de  nadie,  sino  llegar  por  otro 
camino  á  la  India  Oriental,  á  cuyo  extremo  creyó  haber 
tocado  arribando  alas  Antillas  y  costas  de  Oolombia,  de 
donde  vino  dar  el  nombre  de  Indias  á  las  tierras  nuevan 
méate  descubiertas,  y  de  indios  á  sus  habitantes,  y  el  a- 
plioar  al  imperio  del  Catay  ó  de  la  China,  cerca  del  cnal 
creía  estar,  cuantas  noticias  recibía  del  continente  ameri- 
cano, hasta  el  punto  de  ofrecerse  á  llevar  á  Bspafia  al 
emperador  de  aquel  pais  para  ser  instruido  en  la  féde 
Chru9to.  Esta  disputa  con  Portugal  se  cortó  con  la  desig- 
nación que  se  hizo  por  el  Pontífice  de  los  límites  entre 
los  descubrimientos  de  ambas  coronas^  por  medio  de 

nnmwidiano  á  oien  legoai^al  Oeoidonte  de  lao  ialas  do 


■" 


—  21  — 
O^Yerde:  pero  como  esta  demaroaeíotí  fitfio  m  oob^ 
trtkttIOo«kioAtttnti<XKlacaeBtioii  to1tí6  á  MMltUM 
otando  al  dar  la  vuelta  al  matído^  las  espaff oled  m  encoii- 
^Moa  nuevamente  oon  los  portagaesee  en  los  antípodas 
de  la  línea  de  deoiareaeíon,  y  ñié  menester  fl)ar  otra  nue- 
va por  otio  oonvenio.  Los  Beyes  Oatólioosj  llenos  siempre 
del  ttayor  respeto  hada  la  Silla  ApostóUca,  le  presenta- 
gen  las  primiqias  del  Knevo  Mondo,  qne  se  aeababa  de 
dsmbrir  bajo  sos  auspicios,  y  el  primer  oro  qne  de  41  se 
iMDio  se  empleó  en  dorar  el  artesonado^^qne  itarma  el  te- 
ehade  laliasflioa  de  Santa  María  la  Major. 

Bl  dereeho  eoneedido  por  esta  bula  era  muy  sufldente 
í^P^****^  *  *^  ^3^  *«  í»  piadosa  Isabel,  pues  la  con- 
ríííf,??^  9oe  se  le  daba  de  la  propagación  de  la  religton 
€^  IM  kabilantes  del  Nuevo  Mundo,  ftié  dem^  d 
^Bfetode  ^  y  el  fin  de  sus  deieos.  D.  Oiük 

tAalOdon  estaba  tan  posuadido  déla  leritimidad de 
tdtf tolo^ue  eseribie&do  á  los  B^es  OatdUoos  desdo  la 
MM  de  Venguae,  les  dice:  «tan  sefloiesson  vuestras 
^lt«nis  de  esto,  oomo  de  Jeree  6  Tdedo:^  y  esta  misma 
mmomoB  obraba  igualmente  en  isodos.  Bl  rey  Fernando, 
qne  halna  despojado  eon  mU  artifldos  del  reino  de  If  ápo^ 
w^sna  paiifflites,  y  que  en  el  leeho  déla  mu«te  dsda- 
10  que  se  couMeraba  tau  legítimo  poseedcxr  de  la  ITavar. 
ra,  qne  nabia  invadido  sin  derecho  alguno  dno  por  meras 
oMMmtíam»  de  oonvenienda,  como  de  sus  estados  he* 
ismtunos  de  Aragón,  no  necedtaba  dn  duda  de  tantos 
motivos  para  deddirse  á  una  empresa  á  que  en  sus  prin- 
cipios Bo  tuvo  grande  imolinadon.ypor  esto  no  tomópar* 

í*??**  ^  •"•  P^'  ®^  corona  de  Aragón. 
Jí?  ^  «widdera  esta  famosa  bula  por  los  tfeotos 
que  prod^jc^  dn  haber  Jddo  causa  de  la  conquista:  que  se 
habna  verificado  igualmente  dn  ella ,  fué  benéfica  áloe 
países  conquistados.  Batabledendo  como  oljjeto  déla 
«MMniwta  la  propagadon  de  la  itügion  cristiana,  obUgó 
ftloomonavcas  espigóles  á  tomar  el  mas  deddido  empe>» 
no  en  d  oumpUmimto  de  esta  condidon,  y  proporcioné 
Mft  loe  pueblos  oprimidos  les  consuelos  de  la  religión 
n  ^^^  y  defensa  de  sus  ministros.  La  inhibidon  que  en 
«ujie  hace  cén  todo  el  rigor  de  las  censuras  ecledás^ 
«JWadaa  «itónces  por  todas  las  nádenos,  para  queno 
paoicMn  ir  6  comeocoiar  ni  oon  ningún  otro  pretexto  á  Im 


—  22  — 

bHmw  ütíotk  ñem»  eoncedidas  6  los  Beyes  OatÓliiXM^  sino 
aqiultos  á  quienes  estos  lo  pianiütieseiii  üapidió  qaeel 
nii6T0  oontUieiite  yiniese  6  ser  el  campo  de  batalla  entre 
las  potencias  emopeasi  como  lo  era  ea  aquel  tiempo  la 
desgraciada  Italia;  y  salvi  así  ¿  los  ainerioanos  dotados 
los  males  que  sobre  ellos  habieran  reoaidOi  si  las  naoiot 
nea  belígeraiites  los  hubiesen  obligado  &  tomar  parto  en 
sus  coestíones,  joomo  ha  sucedido  en  tiempos  posteriores 
con  las  tribus  del  STorte,  que  armadas  las  unas  en  favor 
de  la  loglatorra»  y  aliadas  las  otras  de  la  Frauda,  se  han 
destruido  entste  sí  mismas  en  guerxais  en  que  para  ellas 
no  se  dispntoba  sino  quién  habia  de  ser  sn  opresor, 

Ijm  dudas  que  enlo  sucesivo  se  suscitoron  sobre  los  oa* 
sos  «a  quepodia  considerarse  lei^tin^o  el  uso  del  dereolu^ 
conosdido  á  los  reyes  d0  ÜastiUa  por  eslía  bula^i  y  ea  que 
debían  ser  tenidas  por  justas  las  guerras  quese  haoian  á 
los  pueblos  á  9<ynde  se  presentaba  un  conquistador»  dÍ6^ 
roa  lugar  é  la  risible  intimación  que  se  les  hiKsiai  en  una 
lengua  que  ellos  no  entendiapi  ^  i^evalsiento  á  una  dis- 
tancia 6.  que  no  podían  oir,  haoiéndoles  saber  qie  habia 
un  Dios  en  el  deloy  cuyo  Ticarip  en  la  tierra  eo». el  Pon^ 
tífico  X9iaan(^  que  éste^  en  virtad  del  poder,  absobito  qjoa 
tenia  sobro  todos  los  reyes  y  pueblos  del  universo^  habia 
concedido  á  los  ri^es  de  OasBlla  el  dominio  de  todosloa 
países  que  descubriesen  en  las  islas  y  tierxa  firme  del  nuur  - 
Oo6anO|  por  lo  cual  los  requerían  para  que  se  reconocie- 
sen por  sus  vasallos  y  admitiesen  la  fó  cristianai  so  pena 
de  ser  invadidos  y  hechos  esclavos.  Esto  intimaciont  se- 
gún Herrera,  fué  redactada  por  el  Dr.  Palacios  Bubiosy 
del  consejo  de  los  reyes  y  jurisconsulto  de  gran  reputa» 
don  en  aquellos  tiempos.  £1  Papa  Paulo  III|  por  una  bu^ 
la  posteriw,  declaró  que  no  podía  darse  tal  extensión  á 
la  bula  de  ÁUgandro  Yl,  y  que  ella  no  autorisaba  á  des- 
pojar de  sus  dominios  temporales  á  ningún  príncipe  por 
el  solo  hecho  de  ser  infiel;  pero  para  entonces  la  conquis- 
ta estaba  conoluídaí  y  esta  bula  no  pudo  aprovechar  man 
que  para  mejorar  la  condición  de  los  pueblos  oonquista- 
dos. 

Bstableddo  así  el  derecha  de  la  corona  de  Castilla  á 
las  tienas  nuevamente  descubiertas,  se  trato  de  formar 
en  la  isla  eepaff  oUi|  miM9  conodda  deq^ues  con  el  nombca 
de  Banto  Domingo  por  d  de  su  capitolf  d  primer  «st^ 


—  24  — 
memoria  hasta  haestros  diae  en  éldereclio4e£aM«ai^  qm 
{Migaban  las  persoaaa  títalada8|  ea  lagar  de  loSy  hombree 
que  totes  daban;  pero  como  el  tiempo  por  el  cual  esta- 
ban obligados  á  eete  servido  se  redacta  á  aa  número  de^ 
terminado  de  meses  en  el  año,  eondaidos  estos,  el  sobe- 
rano se  encontraba  sin  ejército  y  en  la  imposibilidad  de 
eegoir  an  plan  de  operadones  qne  requiriese  aa  tlem-- 
po  prolongado.  Este  sistema  tampooo  podía  ser  pracüoa* 
ble  en  ezpedidones  distantesy  y  así  hnbo  de  terminar, 
cuando,  habiendo  adquirido  los  gobiernos  majf  or  poder  y 
obnsistenda,  se  amplió  también  la  esfera  de  sa  ambidon. 
1^8  tropas  regalares,  pagadas  por  el  tesoro  público,  y 
prestando  on  servido  permanente,  saoedieron  álos^ér- 
dtos  feudales;  pero  todavía  las  rentas  reales  no  estaban 
en  estado  de  hacer  frente  á  las  erogadones  que  requiere 
una  larga  guerray  la  manntendonde  ejércitos  nomerosos. 
Así  vemos  en  este  reinado,  que  la  guerra  de  Granada, 
base  de  toda  la  grandesa  á  que  llegó  la  monarquía,  no 
hubiera  podido  continuarse,  á  pesar  dd  empeño  que  en 
ella  tenían  los  soberanos,  si  el  cardenal  D.  Pedro  Oonsa- 
lez  de  Mendoza,  arzobispo  de  Toledo,-  no  hubiese  ofred« 
do,  en  nombre  del  clero  español,  tomar  á  su  cargo  la  ma^ 
natencion  del  ejército  hasta  la  conclusioii  de  la  campaña. 
La  conquista  de  ITaviara  la  hizo  el  duque  de  Alba  con 
sus  vasallos,  y  cuando  la  proximidad  de  un  ^érelto  fran- 
cés hizo  necesaiio  mover  mayoi^  fuerzas  en  de&nsa  de 
aqael  reino,  se  hizo  marchar  á  él  al  duque  de  ]H¿jera  cou 
los  suyos.  La  campaña  brillante  de  las  costas  de  África 
la  hizo  el  cardenal  Oisneros  á  sn  costa;  y  para  la  conquis- 
ta de  Ñápeles  fueron  tan  pocos  los  recursos  que  el  Gran 
Capitán  recibió  de  Bspaña;  que  tuvo  que  subsistir  á 
expensas  dd  pais  mismo  qne  iba  ocupando,  expuesto 
siempre  á  los  tumultos  militares  y  (i  la  insubdrdinacion 
que  causaba  la  falta  regular  de  paga.  Este  fué  también  el 
motivo  de  la  campaña  del  virey  de  Ñapóles,  D.  Bamon 
de  Cardona,  á  los  estados  venecianos,  para  hacer  subsis- 
tir en  dios  su  ejército;  y  la  dividen  que  pasó  á*Italia  á 
las  órdenes  de  Sarmiento  se  hallaba  de  tal  manera  des- 
tituida hasta  délo  más  preciso,  que  los  italianos  llamaban 
á  los  soldados  i  hUognssi^  los  neoedtados.  Aun  en  el  bri- 
lUuite  reinado  de  Carlos  Y,  sus  ejércitos  en  Italia  esta* 
vieron  siempre  privados  de  fondos,  lo  que  obligó  al  mar- 


,    -       —  25  — 
ipé9  de  Pescara  á  precipitar  la  batalla  de  Pa  vía,  y  dio 
Im^o  motivo  á  las  eittomoiiee  qae  sofrieron  los  mUaseses 
7  al  Iwribie  aaqaeo  de  Boma, 

Fftcalaadqaisioíoa  de  las  posesiones  de  i^  mélica,  sólo 

aekidecoa  por  la  cKHrona  los  gastos  délas  primeras  expe- 

dieioBes,  con tribajeado  á  ellas  por^a  parte  OoIod,  mc- 

Itm  los  ténniíiOB  do  aa  capitalacioo;  pero  en  lo  sacesivo 

fioáoftaéobradeoapeciilacioDespaTttcalares.  Bste  siste. 

aa^  si  biea  era  lauy  adeeaado  para  acelerar  el  corso  de 

bi4ssi»bcímieiit4M,faé  tambieounade  laa  caosas  qaemas 

^3Mibayeroa  á  La  roina  y  desolaoioa  de  lo  qoe  se  iba  des- 

enlinenido,  Oomo  aoeede  siempre  ea  la  forma  de  ooa  noe- 

vamusioB,  6  en  el  establecimiento  de  ODa  C3olonia  remo^ 

t%  Is  étase  de  habitantes  qoe  pasa  á  ellas  no  es  nonca  la 

aas  rsoomeadable.  Soma,  para  aomentar  en  población, 

ibtié  an  asilo  4  loa  malhechores  de  los  países  circonTe-* 

QBO^  y  aqoella  oiodad^  qoe  estaba  llAmada  á  ser  sefio^ 

isdd  mondo,  oameosó  á  robustecerse  llamando  á  trinar  \ 

psKts  en  so  enigruidecimiento  á  los  que  por  sos  crímenes 

sisB  persegoidos  en  so  pátia.  Oon  respecto  á  las  noevas 

eoioDiaB  espaüolas,  aonqae  se  previno  qoe  nadie  pasase 

&  eiUs  sin  expresa  licencia  del  gobierno,  para  qoe  no  se 

poblasen  de  frente  viciosa  y  vagaboiida,8Íendo  moy  corto 

el  A¿maro  de  iiidividoos  qne  se  presentaba,  el  gobierno 

nÚBDio,  no  obstante  la  opinión  de  Oolon  se  vio  en  la  ne» 

«aidsd  de  oeorrir  al  aroitrio  de  mandar  se  llevasen  á 

díalos  debncoentes  qoe  hobiesen  de  ser  desterrados  de 

la  f  aninsala,  6  condenados  al  trabajo  de  las  minas,,  y . 

taisbien  se  concedió  indolto  á  los  criminales  qoe  qoisie^ 

aaa  pesar  ¿  loe  noevos  estaiblecimientos,  conmutando  la 

pesa  de  moexte  en  desafíos  de  resideocia  en  las  islas. 

Has  adelaate,  caando  las  colonias  faeron  tomando  m%yoT 

eosaiatsneía,  no  hqbo  ya  necesidad  de  estos  estímulos^  y  . 

la  población  m^oró  notablemente. 

^ces  extraño,  paes,qae  con  tales  elelkíentos  la  obra  de . 
i*  propagación  de  la  religión  mstiana,  objeto  principal, 
dslaconqnista,  y  conttnoamente  recomendada  por  ios*, 
lefss^  se  perdiese  mocho  de  vista,  y  .en  so  logar  se  aten- 
diese  &  intereses  mocho  mas  proüúios.  Oca  el  fia  de  hacer 
tüabajar  ¿  los  natorales  del  pais  y  tenerlos  reunidos  para 
fieiti¿ar  la  enseüaoza  de  la  religión,  se  híoiecon    los  re<a 
paniíiiientoSy  distriboyéndo  aqaelios  entre  los  colonos  > 

3)ieimTAeX0NB8«*^T01ií  1.^4. 


«.n.  26  — 

i^be  áeblati  dootrinarlos;  y  ootno  la  poblaoion  fiíes^  éft<5a^ 
eeando  en  la  Bspafiola,  Be  ocarrió  á.l«i  tylras  islas  y  ^  la 
tierra  Arme  para  suplir  laf<iltaooiilosiii4mdiiOB4«e.de 
ella  se  condaoian,  y  aunque  por  repetidas  órdenes  estaba 
prohibido  haoer  esclavos  á  los  indios^  como  esto  se  permi- 
tió con  respeto  á  los  oitaibales  ó  comedores  de  carne  ha* 
mana,  bajo  este  pretexto  eran  condenados  á  la  esclavitud 
machos  en  quienes  no  habia  este  motivo.  Bsta  rápida  des- 
trucción de  los  habitan(esde  las  iala»  y  de  la  Odsti'  Fir« 
me,  así  nombrada  por  ser  la  parte  del  continente  ameri*« 
cíino  que  primero  se  descubrió  después  de  las*  AntiHasi 
llamó  la  atención  y  excitó  el  celo  de  algamos  hombres  hu- 
manos y  religiosos,  especialmente  edesiástíeoSi  entre  le» 
cuales  se  distíngalo  más  que  ningano  el  licenciado  Barto^ 
],omé  de  las  Casas,  que  después  tomó  tu  ÍMiifo  de  Suito 
Domingo  y  faé  obispo  de  Ohiapsti,  cuya  cdebrldad  nos 
obliga  á  entrar  en  algunos  pormenores  sotee  su  persona, 
relacionados  con  el  asante  de  esta  disertaeion.  Bus  aseen-* 
dientes  faeroa  de  Francia  á  hacer  la  guerra  á  los  rnoro^ 
y  sefior  Oemandesi  deepaei  de  la  toma  de  Sevilla,premió 
al  que  de  ellos  pabia  sobrevivido,  dándole  casa  y  repar<« 
tlmiento  de  tierra,  como  se  hacía  en  las  nuevas  conquis- 
tas, cuya  forma  se  siguió  despaes  en  América.  De  este 
Srocedió  Franoisoo  de  las  Gasas  ó  €asaus,  padre  de  Fray 
Bartolomé,  que  pasó  á  las  Indias  con  Oolen  en  1493,  y 
vol?io  rico  á  Sevilla  en  1491  Su  hijo  pasó  entónoes  á  es^ 
tudiará  Salamanca,  llevando  para  su  servicio  nu  indio 
esclavo  que  le  habia  dado  su  padre,  el  que  fué  puesto  en 
libertad  por  la  disposición  general  que  para  etlase  diotó« 
á  causa  áA  desagrado  que  á  la  reina  doña  Isabel  causó  el 
que  se  hubiese  impuesto  el  yugo  de  la  servidumbre  á  los 
habitantes  dri  nuevo  mundo«  Gasas  fué  á  la  Bspaflola  co^ 
mo  seoietario  de  Golon,  y  volvió  luego  ordenado  ya  de 
sacerdote  y  cantó  diisa  en  la  ciudad  de  la  Yega  Real, 
siendo  esta  la  primetai  celebridad  de  esta  clase  que  hubo 
en  el  nuevo  mundo.  Se  declaró  desde  luego  el  defensor  de 
los  indios,  51  en  sil  beneftcio  hizo  repetidofi|  vI^m  en  lae 
islas,  en  la  0<MBtaFrme  y  á  Bspa&a,  y  en  tiempo  en  que  la 
navegación  era  todavía  dificil  y  peligrosa.  Sus  reiteradas 
instandas  y  representaciones  en  la  corte  obtuvieron  mu<« 
chas  y  buenas  providendas  en  favor  de  los  naturales  del 
noevo  mundo;  y  el  cardenal  Gisneros,  regente  que  era  del 


.  .^ 


—  38  —  ^      • ' 

poso  qneá  los  castélUiiioe  que  Tfvian  m  iM  ladiM  m 
diese  saca  de  nefi^ros,  para  que  oon  ellos  en  las  granjeifas 
7  en  las  minas  faesen  los  indios  mas  aliviados.  Bste  ex 
pediente  pareció  bien  al  oaidenal  Adrlanoi  d^spnes  Papa 
oon  el  nombre  de  Adriano  VI)  qne  influía  en  todas  las  o* 
peraciones  del  gobierno,  y  á  los  ministros  flamenoos,  y  pa- 
ra qne  se  entendiese  m^jor  el  númerj  de  (solavós  qa«  era 
menester  para  las  onatro  islas,  Española  [dahto  Domin- 
goj,  Fernandina  [OnbaJ,  San  Jnan  [Pnerto  Bico],y  Jamai- 
ca, se  pidió  parecer  á  los  oficiales  de  la  casa  de  coatrata« 
oíon  de  Sevilla,  los  cnales  informaron  qne  onatro  mil,  'Con 
eoyo  informe  el  mayordomo  mayor  del  rey,  gobernador 
^delaBresa,  obtnvo  privilegio  para  sí,  qne  vendió  álos 
genqveses  por  veinte  y  cinco  mil  docados,  oon  condición 
qne  por  ocho  años  no  diese  el  rey  otra  licencia. 

Ésta  es  la  verdad  de  este  acontecimients  importante,  y 
esta  la  parte  qne  Oásas  tnvo  en  éL  ITo  faé  dertamenta 
soya  la  primera  idea  de  traer  negros  á  las  Antillas,  como 
se  le  ha  impntado,  pero  dejándose  arrastrar  del  ejemplo  y 
por  sn  empefio  en  favor  de  los  indios,  apoyó  y  coutribnyó 
al  anmento  de  éste  tráfico.  Tan  cierto  es  qne  el  espirita 
hamano,  inconseonente  consigo  mismo  cnando  se  deja  po«* 
seeif  nna  idea  dominante,  no  repara  en  sns  sistemas  Inv 
jnsta  era  la  opresión  qne  los  indios  sufrían,  pero  no  era 
menos  injasto,  por  aliviarlos  de  ella  condenar  á  la  escla-* 
vitnd  á  los  desgraciados  africanos.  Pero  tales  eran  las 
opiniones  de  aquel  siglo,  qne  á  nadie  chocó,  y  el  mismo 
jnicioso  Herrera  no  encuentra  de  reprensible  otra  cosa 
qne  el  privilegio  concedido  al  ministro  flamenco,  qne  ca- 
lifica de  merced  muy  dañosa  para  la  población  de  aqne^ 
lias  islas  y  para  los  indios,  para  cuyo  alivio  se  habia  or-- 
denado;  porque  por  él  impidió  que  todes  los  castellanos 
llevaran  los  esclavos,  vendiendo  los  genoveses  la  licencia 
de  cada  uno  pe^  mucho  dinero,  con  lo  que  pocos  loa 
los  llevaban;  y  as^í  cesó  aquel  bien.  Tal  fue  el  principio 
de  este  tráfico,  que  ha  tenido  después  tan  funestas 
consecuencias,  y  antes  que  en  ninguna  otra  parte,  en  la 
misma  isla  de  Santo  Domingo,  en  que  tuvo  su  origen. 

^  Gasas,  con  el  favor  que  gozaba  de  los  ministros  flamen- 
cos, se  propuso  formar  un  establecimiento  en  la  Costa 

pirmo;  para  aemostr^f  m  ^l  pT^iOftineiite  la  pOfiWiaaa 


ft 


\ 


'  -30- 
liabla  Tnelto  á  la  Bspafiolih  poroontestMíonefl  sosoitadas 
QOii  las  aafr>riffladftEi  de  la  iata4e  Chibagq%  al  wa^rnto  y 
la  lortele^  oomeazada  á  foimar  f deroa  atapadoa  por  loa 
flí^vajea,  maertos  loa  religÍQSoBy  y  los  pocos  habitaptec 
que  kabia  padieroa  escapar  con  difiooltad.  Esta  desan^ 
eia^  qae  daba  une  vas  arüxaa  á  sos  contrarios,  aoabode 
disi^tor  de  los  negocios  públicos  á  Oasas,  qae  tomó  en- 
tóaces  el  hábito  de  Santo  Domingo,  sin  dejar  por  esto  de 
eontiniiair  tarabiuan4o  hasta  al  fin  de  su  larga  vida  en  be- 
wSxAo  de  los  indios, 

:  Bsta  f  oá  lá  carrera  de  esto  varón  tan  señalado  por  aos 
servicios  ea  &var  de  los  natoraleci  del  llneyo  Mnndo.  Sn 
.  axdieato  imaginación^  deseando  el  bien  mas  allá  de  lo  4ue 
era  ppsiUe  oo^segnir,  le  arrastró  á  i^eap  eixtremada«ky  á 
▼eoes.ooatradiot(mas:  escritor  smnamento  ve^dico  en  to» 
4o  lo  qne  vio  por  sí  mismOf  cae  en  el  defecto  de  ciéilnlo 
en  lo  q5ie.reflere  por  oidas,  dando  fácil  ascenae  á  todo  lo 
:qiieQoaicidiaQonsnB  epiones,  forma  cálcnloa  exagera- 
dos  y  absolntamento  íi;l verosímiles;  y  arrebatado  por  sa 
pelo  en  i^vor  de  los  americanos,  y  sedn^do  por,  las  ideas 
d^  sn  aiglo^  en  qae  se  concadera ba  á  los  africanos  como 
nacidiOS  p¿ra  la  servidninbre,  no  dado  apoyar  y  antorizar 
e|,  coweivüo  qae  de  ellos  se  hacía  ya.  para  traaladarlos  á 
las  lÜLtUlas;  pero  esto  error^  hijo  de  su  celo  y^  4e  su  buen 
eorfoon,  ño  merecía  ser  tan  severamento  criticado  eomo 
k)  nan  heoho  Bobertson,  B^ynal  y  JÉ^aw,  y  no  oastante  él, 
sot  nombre  será  siempre  objeto  de  respeto  y  veneración 
pai^  todoa  los  amantes  de  la  humanidad. 

AoB^ae  Oasas  se  diatingaió  tanto  por  sos  servioioa  &  la 
humanidad  en  la  gloriosa  carrera  que  emprendió,  no  era 
él  solo  el  qae  se  hallaba  poseído  de  aquellas  benéfloaa 
ideas,  y  otros  macho&  especialmente  los  eclesiásticos  ve- 
nidoa  á  Indias,  laa  adoptaron  y  sostuvieron  con  admira. 
ble  empefiLo.  Sus  quejas  faeron  siempre  escachadas  en  la 
corte,  y  como  que  jamás  faé  el  sistema  del  gobierno  la 
opresión  de  los  naturales  de  les  nuevos  establecimienteB, 
se  dictaron  cuantas  providencias  podían  apeteoerae  pan 
su  bienestar.  Basto  ver  en  Herrera,  ppr  ú  orden  de  loi 
aSloa  qne  comprenden  sus  J)icaia$^  la  serie  de  las  dispoi 


Iope(Hui)o(iMoitt«H 
oon  qae  ae  prooedf» 
oíon  de  la  imigioii,  ü 
18  las  plantas,  semi^ 
r  A  la  conaerraoftHi  j 
mTino  al  alnira&to  ' 
(mea  cine  ae  Is  dieron 
■ecomendd  de  Boevo 
ibernar  la  Isla  Bspa- 
lo  pieferMita  qoe  ooa< 
I^ImL  en  el  oodieilo 
aerte  á  agoel  teata- 
lemoriay  qne  reprci 
tndes,  relteruido  la« 
trante  sa  Tfda  para 
or  de  bnenas  oonam- 
idOjaSade:  **Pi»en- 
oosamente,  renoargo 
oprfodpe  so  marido, 
ite  sea  bu  prlndpal 
^eia,7no  conBien. 
IOS, y  sos  moradores' 
aa/»  por  ganar,  t«oi- 
ni  bienes;  más  man- 
tados,  7  si  algnn  a- 
trovean,  por  manera 
neporla  dieha  oon- 
"  Irfk  firma  de  la  reina 
B  entre  los  nransOii-- 
,  por  SQS  oaraoteres 
wtado  A  qoe  ae  halla-' 
iba  qne  enlOB  últimos 
mIo  del  bnen  trato  de 
rbiaocapado  dorluite 
|ne  nna  pTq;Kirac!oa 
historiador  el  seSor 
laginaoioD. 

rtai^en  el  sistema  «o- 
loibl  de  loe  eepaSoles,  comparado  oon  el  qae  han  sepdd» 


■sauaones,  Toremos  gne  laopreiáon  de  los  natñrMs» 
<«  pite  ha  rido^  sistema  de  otros  gobieraos,  mimtifts 
ÍMnloBestabtecimie&toaeBpaaoleserael  tíooio  déla 


—  33  — 

desobediencia  á  las  órdenes  del  gobiemo«  cansada  p<yf  ta 
disteiuna  y  resoltado  de  los  abacios  délos  individuos^  qne 
arrastirados  por  la  codicia  infringían  las  leyes  hechas  pa« 
ra  reprimir  esos  mismos  abnsos. 

Bl  grande  estímulo  qne  el  interés  individual  presentaba 
pfrra  adelantar  los  deMoabrimlenlos^  hizo  que   estos  se 
hidesen  rápidamente»  atendidos  los  medios  qne  entonoea 
podían  emplearse?  Bu  los  veinte  y  seis  afios  corridos  dest 
dibtíL  primer  viaje  de  Oolón,  hasta  el  de  1518,  se  iiabian 
leconoddo  todas  las  islas  que  forman  el  gra^  archip^^^- 
go  de  Í%B  AntülfM  y  lá  costa  desde  la  desembocadura  del 
Orinoco  hasta  Honduras,  que  se  llamó  Oosta  ¿"irme,  por 
considerarla  parte.de  un  gran  continente,  y  pasando  el 
istmo  de  Panamái  Balboa  habia  descubierto  el  Mar  del 
iáuri  de  que  habia  tomado  posesión  por  la  corona  de  0a8>« 
tilla,  objeto  de  gran  codicia,  como  qua  salvando  el  obs- 
táculo que  oponía  el  Oontiuente  Americano,  debia  condu- 
cir alas  islas  de^  la  Especería,  esto  ^y  á  la  India  Oriental, , 
motivo  principal  del  viaje  de  Colon.    Estaba  también* 
descubierta  la  Florida  por  Ponce  de  León;  y   como  los 
esfueraofi  de  las  navegantes  se  dirigían  especialmente  ha- 
cia el  Sur,  por  creerse  que  por  aquella  parte  se  había  de 
encontrar  la  coihunicacipn  con  los  mares  del  Oriente,  Pía-* 
zon,  Américo  Tespüoci,  que  por  accidente  tuyo  la  gloria 
de  dar  su  nombre  al  nuevo  continente,  def  candando  da 
ella  á  Oolon,  Alvaro  de  Gabral  y  Solís  habían  reconocido 
las  costas  del  continente  Meridional  hasta  el  río  de  Im 
Plata,  y  Magallanes  preparaba  en  Sevilla  su  expedidoa 
al  Estrecho,  cuyo  descubrimiento  eternizó  su  nombre  y  el 
de  la  nave  Yictoiia,  en  que  Sabastían  del  Cano  di6  el 
primero  la  vuelta  al  mundo.  El  námero  de  empresarios  de 
descubrimientos  era  grande,  y  tanto  que  Don  Cristóbal 
Colon,  quejándose  de  la  injusticia  con  que  habia  sido 
triado,  escribe  á  los  Beyes  Católicos  desde  Jamaica  en  el 
aBo  de  1503,  y  les  dice:  «'Siete  a&os  estuve  yo  eu  su  £;Ma 
4}órtc^  q%e  á  cuantos  se  habló  de  esta  empresa  todos  á 
una  dieron  que  era  burla;  agora  hasta  los  sastres  8upli# 
can  por  descubrir.  ^    A  €sto  animaba,  no  solo  la^riquesa 
verdadera  del  pate,  sino  las  fábulas  que  se  divulgaban 
ptfrft  atvaer  aventureros  que  se  alLbtaien  para  nuevasex- 
pediciones,  asi  fué  qne  el  bachiller  Encimo  llevó  consiga, 
madia  gente  á  las  provincias  del  Darien,   alentándola 


IQe  el  oro  M  cogía  oon  te^ 
argo,  «rui  terribles,' ;  lo» 
It  que  soperar  paredón  ez- 
eadoqae  penetrar  porbos'* 
xntffecoe,  otm  tod»  especie 
atMümkiDtoe  y  oamiíjoa — 
ibie  de-lM  Umitea  ui^a- 
ita  se  haolft  oob  moy  e«»- 
)«ba  motivos  á  fceonentes 
ibridoies:  ohoqaee  que  ñas 
)  de^oB  ooBqniAadoies  del 
inoluw  de  loe  primetot  em- 
<\tm,  primar  almirante  de 
ralladolid  en  1506,  pobre, 
vndto  en  un  pleito  que  ■• 
IM  BtiUdadee  que  le  ocr- 
ea bennuio  dÚL  Bartolo- 
intado,  liabia  Ainerto  tam- 
B  ooinpaIlero%  terminó  su 
los  primeros  éi^ieoaladores 
bablau  tenido  desgtsáa- 
ibal  Sotomayor,  Juan  Díaz 
I  de  Oórdobft  y  otros  na- 
de los  indios  Diego  de  afi- 
lar, 7  algo  mas  adelante 
6  una  pmeba  tan  eeDalada 
i  la  vista  de  los  Keyes  Oa- 
k  que  solfa  de  ona  venta- 
1  lo  mas  alto  delaOirot- 
m  sn  extremidad,  acabó 
Santo  Domingo.  Pero  no 
A  desgracias,  cada  di»  se  * 
lores  qae  pretendían  ir  á 
r  riquezas  á  algon  nnevo 

adoa  esfoerzos  para  hallar 
Tiajea  de  deeoabñmieuto 
a  ti  hemiBeerio  austral,  ba- 
>  hada  el  ooddente,  y  casi 
I  de  Hondoras,  reoonootdas 
ei  despnes  de  tantos  aBoa, 
io  el  golfo  de  Méjioo  y  •{ 


—  34  -> 
irratidf  y  poderoea iini^rio qae to  hAdü^U)  uaornte»*-^ 
Jaam  de  Gnlalva,  eaviado  por  IHego  Valasqwi,  gober- 
nador die  ]|k  lala  ^  OabOi  f  aó  el  primeio « que  «a  tf  I  entaé' 
con  ana  ea^uadriUa  de  auatco  baqnesf  msúuoomíAú  toda  i 
la  costa 4e¿^  Yoeataa  hafltowSaa  JaHD ^  Ulú%^  jfxhm 
iuform£is.qad  dio  á^a  regreso  dioidieroii!'  4  Velaaqnai.  é 
prepararon  armamento:  >  eonaikliacableí '  picii  haoer  «n» 
tentativa  mas  formal  «a  loe  paisea  Dedeafcemente  ám&á^ 
biertos,  ./  •        ,. :     . 

JVUefttras.  que  loe  d^aoubrimíeñtos  «delanMbaiBi  ee  ha- 
bia  o<gaiU0lkdo  bi\)o  un  p||kaaiiaa-re8alaff  al  gidiier Bálde- 
los nQiOi^ÁMuatableoíinieatosU'XodM  loa  MgO(M»4ai  Indias 
dependia^tel  ooasqjoüíatitaido  ooa este  Hambre  desde» el^ 
tiempo  de  loe  Bqtos  Uatólieoa;  j  loSiinMteeeftMsroattDilei 
estaban  bsgo  el  conooimieiito  4a  la  andíencift  y  oaaaidftla- 
Contratación  estableeida  en  fievUla»  qua  esa  el  ponilD  dei 
.partida  46  todaH  las  espediinoneai  Ha  la  iala  Bapaüóla  ^1 
'  almirafijbe  tion. Diege  .€olon«  .bijo  de .  don  Driatófaait-  bs- 
bíeado  ganado  en  el  noneco  el  pleito  leosottada  á  4a.|>^^ 
dre^  gobernable  los  noevoei  eetaUeoimientoa  ait  Tixtad  de^ 
las  oapitoJAciones  y-,  convenio»  bechaa;oon  aqnelt  -ami^ne 
dep6Bdlenddpara4iQdM  eos  proTid^aeíae  áb^  lon«bDjaft 
Jerónimos». de  la  aa^odny  deJoa  oAdUaaMaittfqab Jiá 
habiidiú  e8tabledl4^  EU.eietema  dajapartinúentoB  é  énoo« 
tniendaíBi  tantas  veoes  mandado  oeoar,  aunqnaain  e&cla^ 
habifo  sido  por  fin  adoptadOt  bieorqne  oon  mnohaa  leslrio* 
eiones  y  prevenoioaes  en  favor  de  loe  indioe,  onyo  número 
habia  disminnido  rápioamente  íN>r  electo  de  las  vi^aoio- 
nes  qae  habían  anfrído, y  de  nn  trabajo  á  qnenoestabra 
acostumbrados;  y  este  sistema,  qne  era  nn  verdadero  fen* 
dalismov  habia  exigido  una  nueva  legislaoioa,  qne  dea-» 
pues  fué  teniendo  mayor  extensión,  y  por  la  qne  bO  eata^- 
bleció  el  derecho  de  sneesion^  los  casos  en  qne  se  perdían 
los  repartimientoSi  elgéneco  de  trabajo  para  qne  éstos  se 
daban,  y  los  límites  de  la  autoridad  que  ejercía  el  eneo«* 
mendero  sobre  los  individuos  de  su  repartimiento^  Ei  or-< 
den  de  administración  edesiástíca^  que  todavía  ae  obser* 
va  en  nnestza  xepftblicaí  se  habia  establecido  también,  en 
consecuencia  de  haberse  oonoedido  á  las  fieyes  Oatélicos 
el  patronato  de  las  nuevas  i^^esias,  :en  los  términos  qne 
tenia  el  de  la  catedral  deX3<ranad%  b«¡jo  onyo  modelo  ee 
(rigieíou  todas  las  cíatedrales  de. la  Aménoai  oon  las  am« 


—  36  — 
^iaíOioiiM  y  latitud  de  fíMaltadM  que  Ia.  distanoia  leqad^ 
lia;  7  «a  1a  legislación  gItí1|  annqne  la  baee  de  ella  fae^ 
fn  riemyrelaa  leyes  de  Oastílla,  en  caya  recopilación  y 
SR^doteatD  se  trabajó  en  aqnel  reinado^  sehabianido 
hiendo  las  variaciones  qne  exigían  las  oironnstanoias 
lo  qne  psodi\|o  en  seguida  la  recopilación  especial  de  In- 
dias. / 

Beaanmiendoi  pnes,  ahom  lo  qae  he  expnesto  en  el  cnr- 
flo  de  esta  disartadlon^  resnlta  de  ella,  qne  don  Oilstóbal 
Colon,  busoondo  por  otro  camino  la  In^  oriental,  viso 
ft  deseabrirla  América,  qne  cierra  casi  de  polo  á  polo  el 
camino  marítimo  para  el  Agia  navegando  al  occidente; 
qae  este  deacnbrimiento  coincidió  con  lanneva  y  vigorosa 
organización  qne  acababan  de  recibir  las  potencias  de  Ea- 
ropa;  qne  el  oelo  religioso  do  la  reina  Isabel,  el  espirita 
de  conquista  deminante  en  aiqnel  siglo,  y  qae  habian  oon- 
flermdo  como  principio  de  acción  1^  naciones  modernas 
qae  le  deban  sn  origen,  apoyado  en  las  opiniones  qoe  ha- 
bían n%eido  de  lascmzadas,  y  qae  en  España  obraba 
mas  e&cazmeate  qae  en  otras  partes  por  circunstancias 
pecnliaxes  qne  en  ella  intervinieron,  unido  al  espirita  mer- 
cantil qne  se  iba  generalisanto;  atrajeron  las  armas  espa« 
ñolas  al  hemisferio  nnbvamente  descnbierto,  y  qué  na  tí* 
tolo  que  eralrespetado  por  todas  las  naciones^y  reconocido 
por  ¿s Jorisoonsaltos  de  aquella  éppea,  en  el '  sentido  mas 
lato  qne  podía  dársele,  autorizó  estás  empresas,  cuyo  pro- 
gnsD  aceleró  él  interés  privado,  al  que  f aeron  entrega^ 
das.  Bste  mismo  interés  causó  la  mina  de  la  población 
originaria  de  ios  países  nuevamente  descubiertos,  y  dio 
métivo  para  que  se  tratase  de  trasladar  á  ellos  los  nata- 
lales  del  África,  cuya  mezcla  con  las  demás  especies  de 
liabitantes  de  América  fbrma  hoy  una  parte  tan  impor- 
tante de  la' población  de  esta.  Bntre  tanto  se^oiganizó  un 
ristema  administrativo  económico,  dvil  y  religioso,  y  to- 
do esto  se  habla  hecho  antes  que  se  descubriesen  los  dos 
glandes  imperios  continentales  de  Méjico  y  del  Perú, 

En  la  próxima  disertación  examinaremos  los  medios 
por  los  cuales  el  primero  de  estos  imperios  entró  bajo  el 
dominio  espaSol,  y  las  consecuencias  que  ha  tenido  este 
glande  áoonteeifiiento. 


7  V' 


v; 


>1 


\ 


' «  •  » 


->,. 


y". 


SEGUNDA  DISERTACIÓN. 


COBqnltta  úe  Méjico  y  «as  dependencias.  (1) 


Joan  de  Oríjalra^  como  vimos  en  la  primera  diserta- 
don  y  habla  descabierto  en  1518  toda  la  coata  del  golfo  de 
Méjico,  desde  Tncatan  hasta  S.  Joan  de  Ulüa  y  la  provi- 
ncia dePftnnoo.  Eu  este  viaje^  habiendo  salido  de  Santiago 
de  Onba  el  dia  1?;  de  mayo ,  siguió  primeramente  el  der- 
rotero de  Francisoo  Hernández  de  Górdobaí  descubridor 
de  Tncatan,  y  forzado  por  los  vientos  mas  hacia  el  Sur, 
tocó  en  la  isla  de  Ooisumel,  de  donde  pasó  á  la  Península 
que  fué  costeando  y  y  á  la  que  dio  el  non^re  de  Kueva 
Btjiaüa  j  por  haber  hallado  en  ella  señales  de  una  oivili- 
xadon  mas  adelantada  que  la  que  se  habia  encontrado 
ea  todo  lo  descubierto  hasta  entonces:  nombre  que  en 
addante  se  aplicó  á  una  extensión  de  país  mucho  mayot. 
Bu  todos  los  puntos  eu  que  desembarcó,  encontró  las  mis^ 
mas  dii^osiciones  hostiles  que  habia  hallado  Hernández 

[11  En  esta  diserticióh  me  aprovecharé  macho  de  la  Historia 
déla  conquista  de  Méjico  por  el  señor  Preacott,  paes  habiendo 
tenido  4  la  vista  este  escritor  manuscritos  y  documentos  de  que 
fto  tuvieron  conocimiento  los  antoriores,  ea  la  mejor  guia  qae 
•e  iniisde  tooiari  por  la  abundacia  do  notíeias  qns  sa  obra  con- 
tieneb 


-.38  — 
de  Córdoba,  quien  había  muerto  de  lesültaB  de  lu  hari* 
das  qae  redbió  en  los  combates  qne  tavo  ocm  los  indios. 
En  el  rio  de  Tabasoo^  al  que  se  dio  el  nombre  d'e  Grijal- 
ra  por  el  de  bu  desoabridor,  trató  con  un  cacique  qne  im 
recibió  amistosamente,  y  le  dio  alhajas  de  oro  de  bastan- 
te  valor.  Siguió  reconociendo  toda  *la  costa ,  poniendo 
nombres  á  los  puntos  que  descubría :  la  sierra  de  S.  Mar* 
tin  se  llamó  así  por  el  apellido  del  primer  soldado  qne  la 
percibió;  y  el  capitán  Pedro  de  Ai  varado ,  tan  famoao 
después  en  la  serie  da  la  opnquiataj-ha^^^do  entrado 
con  su  boqqe  hn  el  rio  Papiloipw  f  b  dur  su  nombre , 
que  aún  conswva.  Mas  adelante,  en  el  rio  que  se  llamó  de 
Banderas,  por  las  señas  que  los  indios  hacían  á los  espa- 
ñoles para  que  desembarcasen ,  con  unas  mantas  blancas 
puestas  en  lanzas  en  forma  de  banderas,  Grijalva  man- 
dó &  tierra  con  todos  los  ballesteros  y  escopeteros  y  vein- 
te hombres  mas  al  capitán  Francisco  de  Montejo,  y  éste 
faó  el  primer  español  que  puso  el  pió  eu  las  playas  vera-' 
ern¿ánás.  Ün  todas  éstas  ^costas  depeiíCdiéintes  del  Impe-* 
rio  mejicano  los  españoles  eran  recibidos  con  agasajo , 
porque  Moctezuma .  que  tenia  noticia  de  sd  llegada  des- 
de que  Hernández  de  Córdoba  habia  arribado^  Xuoatan, 
así  lo  había  mandado,  y  á  Montejo  te  ofrecieron  V'ívrere^  y 
refresco^ ,  con  cuyo  a\1se  Orijálva  se  acercó  coa  fíos 


víoB,  y  desembarcando  tomó  posesión  de  aquella  tierra 
por  el  rey  de  Castilla ,  y  Diego  Yelazqúcz ,.  ícobérnador 
deCiíba  én  su  nombre,  que  era  lo  prlrnero  'q«i3  ^o  hacia 
en  todos  los  paises nuevamente  descubierto^.^  OóuruiuáTi- 
do  su  viajé,  llego  á  la  isla  de  Saerificioá  ,>t;yo  íiohiWe  se 
le  puso  por  haber  encontrado  en  dos  t^^úíjilos,  ciae  .en'el^a 
había,  cinco  hombres  sacrificados  á'los  ídolos  <eu^  la  no- 
che anterior,  y  por  mejorar  de  fondeadero,  pasó  í^  otra 
isla,  eñ  donde  encontró  también  dos  iñücháchós  ^sacr^- 
cados ;  y  porque  preguntando  por  qué  se  hacía  'álq&éiló , 
le  paredó  que  le  contestaban  que  asi  lo  mandaban  loa  de 
Oulúaó  17¿if(i,'por  esta  circunstancia  y  llamarse  ól  mia- 
mp  Juan,  y  haber  Uegddo  allí  por  los  dias  de  Bah' Juan , 
denomino  aquella  isla  San  Juan  de  Ul(ía« 

Bl  Qio  que  se  habia  recogido  por  CjÚnbios  y  |>rasetitea , 
y  las  esperanzas  que  se  concebían  dé  la  riqueza!  del  p4ía 
por  lo  que  en  él  se  habia  visto,  inspiraron  á  GrijalFa .  j  á 
algunos  de  sus  compañeros  d  deseo  de  formar  un  estable* 


lo  oontrad^eron  por  n- 
Aaa;  ypmetío,  yeen- 
Kclones^qae  traifvde  Dte-  ' 
le  limitase  á  cambíBr  oro 
llevaba ,  mn  detenerse  h 
itva  reHoíviÓ  m*iia»r  ees-: 
ano  de  bus  baques ,  para 
a  qne  había  desoaÚerto, 
[  norte  lle^  á  la  ptoris- 
í ,  tocando  en  TanrioB  pnn- 
>:y  eanno  de«]lof,1tl- 
Beñnl  Híaz  del  OmíBIo, 
ancQViosay  Veridioa  de 
i  oonqaUtA,  balriéndOB^' 
goareoerae  de  los  mosqai- 
aoja  qné  había  tnUdo  de 
9  primenM  arbolee  de  a* 
n-BapalDa. 

ado  entre  tanto^á  Cuba ,  ' 
partee  lai&mafdel-fniD 
do  haeer.^  Dí^^  Velas- 
k  importaodb  de  a*  y  oU  - 
B  honk  pMfenido  expte^ 
tavién  &  haow  Mtñblui- 
emente  -oonlra  41  porque' 
tlTiá  formar  nn  armamen- 
a  ir  en  basca  de  QrlJalTa 
.  paises  qae  excitaban  ya 
iter  escoger  an  capitán 
empreea,  y  despnea  de 
elección  se  fijó  en  el  hom- 
oto,  y  este  hombre  fiíé 

qne  renjifa  las  oalidádm 
ra  sin  dada  el  qne  manofl 
Yelazquez.  Este  qntría 
a  moverse  de  la  isla  de 
mbre  qne  taviose  toda  la 
tra  tau  grandes  intentos , 
i  para  sujetarse  a  traba- 
idíficilea,  pornododrim- 
aB.  A  la  llegada  de  Qfi- 


—  40  — 

ral  V»  I  Velazqufiz  le  recibió  mal  i^  s  le  trató  duramente » 
siendo  así  que  no  habia  heobo  mas  ^ne  obedeoerle » y  que. 
segon  el  padre  Gasas,  que  le  conoció  y  trató  macho,  era 
hombre  de  tal  condición  de  sa  natural  qne  no  hioiera , 
cnanto  á  la  obediencia ,  y  ánn  cuanto  ^la  humanidad  y  & 
otras  buenas  propiedades,  mal  feaile  (1) «  Bien  presto  ta- 
To  Yrtazquez  que  arrepentirse  de  haber  encoiítrado  con 
hombre  de  muy  diverso  carácter. 

Para  proceder  Yelazquez  á.  la  ejeon'tsion  de  sa  empre- 
sa ,  maitdó  &  Juan  de  Salcedo  A  Icua  iislas  E^iaSolas,  para 
obtenpt  ,el  P^niiso  de  los  monjes  jeróninuoB ,  qne.  todavía 
gobernaban;  pero  para  ^  mas  asegurado,  einvió  ti  ^uúb- 
mo  tiempo  á  la  corte  á  sa  capellán  Benito  Maortinoon  las 
nuevas  y  relacipn  de  todo  lo  descubierto^  pidiendo  se  le 
liioiecan  algunas  mercedes ,  y  se  le  diese  mgun  títalo  por 
los  servicios  que  habia  prestado,  <xM}mado^  un  conve- 
nio, ó  como  entonces  se  decia,  un  asiento  pai»  el  nuevo 
establecimiento ;  en  cuya  virtud  se  le  hideron  laa  slgaien* 
tes  concesiones,  que  f oeron  la  base  soIm»  quesehábíade 
establecer  la  conquista  de  la  Kneva^Bspafta ,  y- que  por 
la  importancia  de  ésta  se  echará  fácilmente  de  ver  cuin 
exho^kútantes  eran..        .*-.    . 

Pamerámente  ^  se  le  concedió  Uceoflía  para^  descubnr 
á  su  costa  cualquier^  isla  ó  tierra  firme  que.hasCa  enton- 
ces ju>bu]biesé  sido  descubierta,  sin  mas  limitaeion  que 
el  que  no  cayese  dentro  de  la  demarcación  del  rey  do  Por^ 
tugaL  Que  pudiese  conquistar  las  tales  tierras^  comoea- 
pitan  del  rey ,  con  tal  que  guardase  las  iustcuecionesqae 
selejdiesen  para  el  buen  tratamiento ,  padficaGí<m  y  con* 
versión  de  los  Iludios.  Se  le  dio  el  títnlp  de  Adelantado 
l)or  toda  su  vida  de  las  tierras  que  habla  descubierto  y 
que  ásu  costa  descubriese ,  títiüo  que  corresponde  id  de 
gobernador  de  una  provincia  fronteriza ,  y  que  Gasas  en 
en  su  lenguaje  cáustico  deñne:  *^ Adelantados  j  porque  se 
adelantaban  en  hacer  males  y  «danos  tan  gravísimos  á 
gentes  pacificas.^  Goncediósele  además  que  pudiese  lie* 

[1]  Esta  y  otras  citas  del  P.  Casas»  son  tomadas  de  su  Historia 
general  de  las  Indias »  que  permanecen  Inéditas ,  y  yo  no  he 
TÍBto ;  pero  me  refiero  á  lo  que  dicen  Herrera  y  el  Sr.  Prescott 
el  último  de  los  ooales  tiene  copia,  que  se  !e  ha  mandado  de  lia* 
drid ,  y  no  puede  caber  duda  en  la  exaetitud  y  veracidad  4e 

aml)0|t 


—  él  — 

Tir  hk  quinta  iMurte  de  todo  el  aprovechamiento  que  en 
eoalqiñeca  manera  taviese  de  aqaellas  tierraB  el  rey ,  por 
■I  vida  j  la  de  ua  heredero ,  y  qae  habiendo  poblado  y 
faiofieado  caatro  Í8ias ,  y  habiendo  trntx)  seguro  en  la 
«na qae  él  escogiese,  tuviese  la  veintena  parce  de  todas 
las  reatas  y  provecho  qne  al  rey  se  siguiesen  por  cual- 
quiera manera,  perpetuamente  para  si  y  sus  sucesores. 
8eld  asignaron  otras  grandes  ventajas  pecuniarias ,  ta- 
les como  exención  de  derechos  de  todos  los  efectos  que 
Itovaae  á  las  tierras  nuevamente  descubiertas ;  la  escobi- 
lla ,  esto  es ,  los  caidos  y  desechos  de  todo  el  oro  que  ¿«e 
fundiese ;  qae  el  rey  proveerla  de  médicos ,  boticarios  y 
medicinas^  y  por  último ,  que  se  soliGitaria>de]Bu  Santidad 
bola  para  qae  los  castellanos  que  muriesen  en  aquella  de 
manda  ítaeaen  absueltos  de  culpa  ypena.  Esta  magulüca 
^  concesión  faé  hecha  en  Barcelona  el  dia  13  de  noviembre 
'  de  este  mismo  afío  de  151S.  El  agente  Benito  Martin  no 
qaedó  olvidado  en  estas  gracias ,   y  habiendo  informado 
qae  era  isla  lo  noevamente  descubierto,   pidió  y  se  le 
concedió  la  abadía  de  ella  y  cuya  concesión ,  como  todo  lo 
demás,  qaedó  frustrada ,  como  vamos  á  ver  en  breve. 

Mientras  qae  en  la  corte  andaban  estas  pretensiones , 
Cortés  activaba  los  preparativos  de  su  viaje.  En  el  tiem- 
po de  sa  residencia  en  la  isla  de  Onba  y  del  cual  y  de  to- 
do lo  que  es  personal*  me  reservo  hablar  en  otra  disifr*- 
taeíon  •,  habia  reunido  alguna  fortuna  y  adquirido  mu- 
cho crédito ,  y  era  á  la  sazón  alcalde  de  Santiago.  Su  po- 
pularidad le  proporcionó  reclutas  que  embarcaron^  co* 
mo  él  mismo ,  toda  su  fortuna  en  la  nuovaempresa.  Qué 
parte  del  gasto  se  cubriese  por  estos  medios ,  y  cuál  se  hi- 
ciese á  expensa  de  Yelazquez^  es  nna  cosa  muy  dudoi^a. 
Herrera  dice  que  este  último  invirtió  en  ella  veinte  mil 
ducados,  que  equivalen  á  once  mil  pesos  de  nuestra  mo- 
neda ;  el  ayuntamieivto  de  Yeracruz  en  su  relación  á  Gar- 
los V,  de  1?  de  julio  de  1519,  cuyo   documento  no  vio 
Herrera ,  y  que  ha  publicado  con  otros  muchos  el  geOor 
Aon  Martin  Fernandez  de  Kavarreto,  que  por  ser  muy 
importantes  se  reimprimirán  en  el  apéndice  de  esta  di- 
.    isertacion ,  dice  que  Diego  Velazquez  no  hizo  mas  que  la 
tercera  parta  del  gasto  j  que  esto  fué  en  ropas  y  basti- 
niento8,í  en  ]  que  lucró  mucho ,  habiéndoselos   vendido 
Buy  «aroi  ^  los  individuos  que  formaban  la  expediciont 

ni«BBXA0IO^S8.*-^0KO  I.— ti 


—  42  — 
Velazqnez  formó  las  instrucciones  á  que  Cortes  debia 
sujetarse ,  üieza  may  carioaa ,  cojo  conoeimiento  debemos 
al  mismo  señor  Navarrete ,  y  que  hace  mucho  honor  á  la 
capacidad  é  intenciones  de  su  autor.  ¡Trabajo  en  vano! 
pues  n  iellas  ni  las  mercedes  deC«i.rlo«  V  hablan  de  te- 
ner efecto.  Estas 9  como  hemos  visto ,  se  concedeeieron  en 
lo  de  noviembre  y  y  desde  este  dia  olraerva  Herrera  que 
no  trascurrieron  mas  qué  cinco  hasta  el  18  del  mismo » 
en  que  Cortés  so  alzó  con  la  armada  de  Velazquez.  Si  es- 
to fuese  un  plan  premeditado  por  Cortés  ó  efecto  de 
la  desconfianza  del  mismo  Velazquez ,  no  es  posible 
decidirlo ,  aunque  es  fuera  de  duda  que  esta  desconfian- 
za precipitó  la  ejecacion  del  intento ,  si  le  habia.  Un  in- 
cidente peculiar  de  aquellos^tiempos ,  en  que  los  bufonea 
tenían  tanta  entrada  con  los  grandes,  vino  á  fijar  la  re^ 
solución  de  Velazquez.  Iba  cada  dia  al  p,nerto  con  Cortee 
y  toda  la  ciudad  á  ver  y  activar  los  preparativos  que  «se 
hacían  para  la  expedición ,  y  una  vez  que  le  acompañaba 
un  truhán  que  tenia,  llamado  Francisquillo ,  este^  vol- 
viéndose á  éU  le  dijo :  Mita  loqueJiaceSy  no  hagamos  de  ir 
á  monteará  Gortés:  palabras  que  acaso  tuvieron  su  orí- 
gen  en  lo  que  se  sospechaba  entre  las  gentes  del  pueblo« 
Velazquez,  dando  grandes  gritos  de  risa^  dijo  á  Cortas: 
Compadre  (que  as»!  le  llamaba  siempre) ,  mirad  qué  dice 
aquel  bellaco  de  Francisquillo ;  y  Cortés  fingiendo  no  ha- 
.berlo  oido ,  preguntó :  ¿  Qué^  seüorf  ^Que  si  os  hemos  de 
r  á  montear^  replicó  Velazquez,  á  lo  qae  Cortés  le  con- 
testó: Ih'^ele  vurstramercedf  que  es  ten  bellaco '^  yo  te  lo  di- 
//o, //>co,  dirigióudosealbufon,  (/w<?í¿  te  tomo  ^  que  teJuí'^ 
(ja  y  te  acontezca.  Todos  los  concurrentes  se  burlaron  del 
dicho  del  truhán,  pero  no  Velazquez,  en  cuyo  espirita 
había  hecho  impresión,  y  ayudada  ésta  por  las  reílexio- 
nes  de  sus  amigos  que  venían  en  apoyo  de  sus  sospechag, 
so  determinó  por  fina  quitar  el  mando  de  la  armada  4 
Cortés.  Súpolo  éste  en  aquella  misma  noche  por  el  con- 
tador Amador  de  Lares,  que  habia  influido  mucho  para 
que  se  le  diese ,  y  teniendo  comprometida  en  la  empresa 
toda  su  fortuna  y  la  de  sus  amigos,  y  fincado  en  ella  to- 
do su  porvenir,  se  resolvió  sin  vacilar  á  partir  al  momen- 
to, despertando  á  los  suyos  para  que  fuesen  á  embarcar^ 
se,  y  con  algunos  de  ellos  fué  á  la  earnieería  pai»  hacer 


—  43  — 
Itefar  á  bofdo  tenia  la  carne  qae  háblese ,  como  lo  veri 
M, ao olMtoate  la  opOJüicioQ  del  obligado,  á  qaiea  dio 
iiMC«deaa  de  oro.  Velazquez ,  avisado  de  t^br»  uuvedad  , 
selefBQtó  y  ocurrió  Á  1»  inaiiH^i  con  t  »da  Ja  ciudad  e6-> 
patudii,  y  habiéud(>86  aceicado  &  tierra  Coitécj  eu  uua 
haébm  bien  arma  1m  ,  lo  dijo  aquel :  Pues  ¿cómo,  compa- 
iré,  aaí  oé^vais/  Su^na  manera  es  esa  de  desjjedírosdc  nd. 
Á  toque  Coctós  le  jec»po««cIió:  Señor  ^  perdóneme  vuesa  mer- 
títí ,  porque  estas  eoaas ,  y  las  semejantes ,  antes  han  de  str 
Héas  que  pensadas  ;  rea  vitesa  merced  que  me  manda» — 
Velazquez  qaedd  sitónito  c^ni  tan  atrevida  lespueAtu,  y 
la  umada  tiabléndotte  hecho  (%  la  vela,  vio  desa{)aro- 
eer  oom  ella  sos  €)«)perauzas  y  todo.s  ios  cálculo!)  de  hu 
imbieion. 

fiíila  precipitaila  salida  do  Cortos  ha  sido  fuertemontí^ 
9B9araid«  por  algaaos  escrirore^  ;  pero  si  so  refle^oua 
fie  Curtes»  no  poiüa  ser  considerado  como  un  meio  subul- 
temo  de  Veiazqaez ,  siuo  ma.s  bieu  como  na  í^ócio  en  una 
«a^vesaea  que  habla  comprainetido  su  foituaa  >  la  de 
sisainígoe;  qae  éstos  le  seji^aiau  eu  mucho  niiaieroy  a- 
trdúdos  por  su  influjo  persoaal;  que  además  hahia  obte- 
BiJo  aa  Bombramieiito  legal ,  y  que  no  habia  para  despo- 
julede  él  mas  que  meras  sospechas,  será  menester  eou- 
Feoirea  que  muy  pocos  habría  habido  tan  x>oseidos  dbl 
espirita  de  obediencia  y  subordinación,  qut)  en  las  cir -< 
•  eonstaaolas  no  hnbiesen  hecho  otro  tauto.  XacU  prueba 
ademfts  que  Cortés,  partiendo  de  estii  manera ,  quisiere 
defraadar  de  Bns  derechos  eu  la  empresa  á  Velazqutz  ,  y 
mas  bien  ae  vé  qae  elinteiito  era  asegurar  los  6u>os,para 
lo  cuál  no  le  dejaba  otro  camino  la  conducta  de  Vela/r- 
qoitz.  Este  j  si  cometió  una  falta  en  c.ouílar  el  mando  de 
U  armada  á  an  hombre  en  quien  no  tenia  absoluta  con- 
fianza, la  cometió  todavía  mayor  pretendiendo  quitarle, 
de  ana  manera  taii  violenta ,  ese  mismo  mando  de  que  le 
habia  revestido. 

lan  deeidido  era  Cortés  para  tomar  una  resolución  co- 
mo aotivo  para  ejecutarla.  Habiendo  salido  de  Cuba  des- 
proráto  de  todo  lo  necesario,  y  persuadido  de  que  Velaz- 
qnes  eitealarla  inmediatamente  sus  órdenes  á  todos  los 
pantofl  de  la  isla  para  hacerle  detener  y  privarle  de  los 
ibeanoaqae  necesitaba,  previno  con  su  celeridad  el  efec- 
to de  eetae.  De  Coba  ae  dirigió  á  Macaca,  donde  habia 


—  41  — 
oferta  hacienda  del  rey,  de  la  que  tom^  porción  de  baa- 
tiinrutii:»  cou  uomtire  de  préütuiuo  ó  compra  para  pagar^* 
lus,  y  dtdcubriendo  un  barco  que  veuiade  Jamaica  con 
Ottnlo»,  tüciuo  .V  pau  de  casave,  ee  apoderó' d»  él ,  y  man. 
d<>  k  Diego  de  Ordaz  que  tiiciose  lo  midmo  cou  otro  boque 
que  llevaba  comeociblea  a  la  misma  Jagaa.  Pagó  bus  va^ 
lore«i  emi  obligaciones  que  firmó,  y  áuu  persuadió  al  dae* 
ño  del  primt-ro,  Autoiiio  Sedeño  ,#  que  le  siguiese  en  bu 
empresa.  Clisas*  re ñerb  que  le  contó  éstas  yotrascMas 
el  mismo  Cortés ,  despae»  de  marqués ,  riendo  y  moft^ndo 
cou  astas  palabras:  A  la  vii/é^y  andnvepor  alii  como  un 
yentil  corsario, 

Eq  la  vilhi  de  la  Trinidad  mandó  poner  su  estandarte 
delante  de  SQ  posada  proclamando  la  jornada ,  y  allí  ae 
le  reunió  porción  de  ^ente,  eutre  otros  los  cinco  herma- 
nos Alrarados  y  otros  hombros  de  cuenta.  Estando  allí , 
llegaron  las  órdenes  de  Velazquez  para  detenerle,  ha- 
(;ieudo  saber  á  FranciiSeo  Yerdago ,  alcalde  de  aquella 
Tilla,  que  Oortés  no  era  ya  capitán  de  la  armada,  por 
haberle  revocado  los  poderes;  pero  Verdugo  conoció  que 
no  era  tiempo  de  efectuar  tales  disposiciones ,  y  aun  de 
los  que  las  llevaron ,  el  uno  se  quedó  con  Cortés  y  el  otro 
voiTió  con  una  carta  de  éste  á  Velazquez ,  en  que  le  decía 
que  se  maravillaba  de  que  hubiese  tomado  tal  acuerdo , 
uñando  su  deseo  era  servir  al  rey  y  á  él  en  su  nombre*— 
Iguales  órdenes  se  comunicaron  A  Pedra  de  Barba,  te- 
niente de  Velazquez  en  la  Habana ,  ciudad  que  se  hallaba 
entonces  situada  al  sur  de  la  isla ,  de  donde  se  trasladó 
después  al  pant/O  que  hoy  ocupa ;  pero  para'  entonces  el 
influjo  de  Cortés|  sobre  los  soldados  era  ya  tal ,  que  M  to- 
dos uosotros ,  dice  Bemal  Diaz  del  Castillo^  pusiéramos 
la  vida  por  él.  ^'  Cortés  escribió  nuevamente  á  Velazquez 
*<con  palabras  tan  buenas ,  dice  el  ínismo  Bemal  Diaz^  y 
de  ofrecimientos  que  los  sabía  muy  bien  decir  ",  y  termi- 
naba con  que  ^'  á  otro  día  se  haría  á  la  véla^  y  que  le  sé 
ría  muy  servidor." 

£n  consecuencia,  la  armada  salió  de  la  Habana  el  día 
1?  de  febrero  de  1510,  oon  dirección  al  cabo  de  San  An- 
tonio ,  y  reunidas  todas  las  fuerzas  en  Ouaniganigo ,  Oor- 
tés las  pasó  en  revista ,  y  halló  que  subían  á  ciento  j 
nueve  marineros  y  quinientos  y  ocho  soldados,  con  oosa 
de  doscientos  indios  de  Cuba  y  algunas  indias  para  hacer 


—  45  — 
ioirancbofl.  La  artiUetía  consistía  eü  diez,  pieeas  peqne- 
fiíMt  Había  además  diez  y  seis  caballos  ^  que  había  sido 
difícil  adquirir ,  y  habían  costado  de  coatrocientos  á  qni- 
BieatoB  pesos  cada  ono^  pues  todavía  eran  escasos  y 
may  caros  en  las  ialas^  pero  qae  Cortés  habia  tenido  gran 
empeño  en  procorarse,  conociendo  lo  importantes  qae  le 
eriui  en  el  género  de  gxierra  que  iba  á  emprenden  Los 
baques  eran  once  |  de  los  cuales  solo  el  que  montaba  Cor- 
tés era  de  den  toneladas ,  otros  tres  de  ochenta  y  de  se- 
tenta y  y  los  demás  eran  barcas  pequeñas  y  sin  cubierta. 
Cortés  enarboló  su  estandarte ,  en  que  se  Teia  una  oruz 
roja  en  campo  blanco  y  azul,  con  una.  inscripción  latina 
que  deda :  Amiga  sigamos  la  cruz  ^  y  si  inviésemosfáy  en 
esta  swal  Tenceremos. 

Tales  fueron  las  débiles  fuerzas  con  que  Cortés  acometió 
derribar  el  imperio  mejicano  y  sojuzgar  toda  la  Nueva- 
España  ;  pero  si  ellas'eran  cortas  para  tal  empresa ,  á  to« 
do  suplía  la  capacidad  del  capitán.  Cortés  tenia  entonoen 
de  treinta  y  tres  á  treinta  y  cuatro  años :  en  la  ñor  de  la 
edad,  ambicioso  de  gloria  y  de  riquezas,  multiplicaba 
los  recursos  con  su  iu  genio ,  y  &  ^ste  solo  le  debió  el  étito 
de  su  empresa.  En  las  conquistas  de  las  demás  provindas 
de  América  9  los  conquistadores  no  tuvieron  que  luchar 
con  pueblos  guerreros  que  supiesen  defender  su  líber* 
tady  ni  emplearon  mas  que  las  fuerzas  dejas  armaS;  á  la 
que  todo  cedió.  Cortés ,  por  el  contrario ,  'tuvo  que  oom- 
l»atir  con  naciones  valientes ,  acostnmbadas  á  la  guerra  y 
resaeltaM  á  defenderse ,  y  para  triunfar  en  ellas  turo  ne- 
cesidad de  todos  los  artificios  de  la  política  y  de  todos 
los  recurso|(de  la  táctica,  moviendo  al  mismo  tiempo  con 
singular  destreza  todos  los  resortes  del  entusiasmo  y  de 
la  codicia  en  los  que  le  seguían.  ^<  Yo  acometo ,  dijo  á  sus 
soldados ,  en  el  cabo  de  San  Antonio ,  una  glande  y  fa- 
mosa hazaña ,  que  será  después  muy  gloriosa.  He  hecho 
en  ella  grandes  gastos ,  en  que  tengo  puesta  toda  mi  ha- 
denda  y  la  de  mis  amigos ,  y  aún  me  parece  que  cuando 
menos  tengo  de  ella  j  he  acrecentado  en  honra ,  pues  se 
lian  de  dejar  las  cosas  chicas  cuando  las  grandes  se  ofto- 
cen.  Callo  cuan  agradable  será  á  Dios  Kuestro  Señor, 
por  cuyo  amor  he  puesto  de  muy  buena  gana  el  trabajo  y 
los  dineros.  Tamos  á  comenzar  guerra  justa  y  buena,  y 
de  gran  íáma.  Dios  Todopoderoso ,  en  cuyo  nombre  y  fé 


-46    — 

ae  hace  i  nos  dará  victoria.  Yo  os  propongo  grande9  pre^ 
míos ,  mas  ©nvaeltos  en  grandes  trabtijos  j  pero  la  TÍrtad 
no  quiere  ooioeidad,  y  si  no  me  dejáis^  como  yo  no  os^de- 
jaré  á  yosotros  ni  á  la  ocaaion  ^  os  haié  en  breve  espacio 
de  tiempo  los  mas  ricos  Iiombres  de  cuantos  jamás  ac^«< 
pasaron ,  ni  cuantos  eu  estas  partes  siguieron  la  gaerra.  ^ 
Acaba  diciendo ,  que  aunque  fuesen  pocos  eu  número  na- 
da tendrían  que  temer,  por  la  experiencia  que  tenia  de 
que  Dios  habia  favorecido  siempre  en  esta»  tierras  á  la 
nación  espafu)la,  y  q,ue  á  ésta  nunca. Je* habla  faltado  ni 
le  faltaría  virtud  ni  esfuerzo. 

Este  discurso ,  sea  que  electivamente  faese  didio  tal 
como  lo  refiere  Gomara,  historiador  y  capelJau  de  Cor- 
tés, 6  que  el  escritor  lo  liay'a  ex.ornadp ,  envuelve  en  si 
todas  las  ideáis  que  dominabiui  en  aquel  siglo  y  que  diri- 
gían los  pasos  (le  ^os  conqaiMtadores.  Animados  con  él  los 
soldados  ,  ansiaban  por  la  partida,  y  el  18  de  febrero  del 
mismo  ákilo  de  1519,  de.spue8  de  haber  a:iústido  á  mlBa  y 
dado  por  voz  de  reunión  el  no;nbre  del  apóstol  Shu  Pe- 
dro t  santo  de  la  devoción  especial  de  Cortés ,  de  j  tiren  de 
tinitivameute  las  coatas  úp  la  isla  de  Cuba  para  dirigirse 
á  las  de  Yucatán.  El  objeto  que  (^  ellas  los  conducía  era , 
según  las  instrucciones  do  Yelazquez ,  recobrar  lus  espa- 
ñoles que  estaban  cautivos  entre  tos  indios,  y  hahieudo 
recogido  á  uno  solo ,  Jerónimo  de  Aguilar ,  y  derribado 
los  ídolos  en  la  isla  de  Cozumel ,  continuó  Cort<^s  corrien- 
do la  costa,  hasta  el  rio  de  Tabasco.  En  vez  del  recibi- 
miento amistoso  qué  Gryalva  liabia  enc>ontrailp  en  est^e 
punto ,  Cortés  halló  todo  el  país  alarmado;  y  ^abLcndo 
desembaroadp  sus  tropas ,  ganó  u&a  espléndida  victoria 
que  difundo  por  todas  aquellas  regiones  el  terror  de  bum 
armas*  Ea  seguida  el  cacique  y  los  principales  se  presen^ 
taroiicon  regalos ,  y  entre  ellos  le  hicieron  &  Cortés  uno 
de  inestimable  importancia ,  cual  fué  la  célebre  doua  Ma- 
rina, que  vino  entre  veinte  esclavas  que  le  dieron  para 
hacer  tortillas  [1].  Esta  mujer ,  conocida  vulgarmente  con 

(1)  No  habittndoen  Islongai  mejicana  la  letra  «*,  se  constitnyó  en  au  lai^ar 
la  I .  qno  es  la  qn^  ntt9  se  le  aproxima :  de  aqai  el  nombre  Ue  Marina  ee  iraa 
formó  eii  Malina,  h  la  qne  agrej^da  la  terminación  tzífif  qne  era  el  diminu- 
tíTO  de  carifto  en*la  misma  leücra^,  reaultó  M&iíutsui^  Marinita,  y  como  Jo« 
eipaaoieB  corrompiaa  eatu  termi  <i  aoiou .  pronunoiauUo  en  un  lii^vsar  riu  ,  ralíó 
épi  aqni  el  nombre  tan  conocido  áffMalnichf,. 


_  47  _ 

d  nombra  de  la  SlaUache,  que  lauto  cuatribuyó  á  la 
eoaqoista  ^  hablaba  la  leagaa  mejicana ,  oomo  qae  ella  lo 
€ca  de  naolmieatOy  y  la  de  Taba^soOf  eu  donde  babia  iobí- 
duio  por  onacho  tieoipo ;  y  como  Agailar  ontendia  esta 
tdúma ,  por  el  círculo  algo  largo  de  estos  dobles  intér- 
pretes ,  Cortés  tenia  ya  medio  de  comunicarse  con  io8 
mejlcaooís  9  lo  que  habla  faltado  á  Orijalva.  £n  breve  do- 
na Alaxiaa  se  adestró  en  ia  lengua  castellana ,  y  así  se  fa- 
cilito la  ctMnonicaoíon  con  aquellos. 

Del  rio  de  Tabasco  pasó  Cortés  á  San  Juan  de  TTlúa , 
adonde  ll^gó  el  dia  20  de  abril ,  que  fué  Jueves  Santo. 
£a  la  travedía ,  los  que  acompañaron  á  Grijalva^en  su 
viaie ,  iban  ensilando  á  Cortés  todas  las  montabas  y  rios 
que  ae  presentaban  á  la  vista  j  pero  como  en  aqutí  siglo 
k»  romances  de  caballería  andaban  en  boca  de  todos  1  y 
hahiaa  venido  á  formar  un  lenguaje  popular ,  aplicando-' 
seá^todos  los  incidentes  que  se  ípresentaban,  Adolfo 
HerBaodea  Portocarrero  ^  acercándose  á  Cortés »  le  dijo , 
coa  reiarencia  al  romance  tan  conocido  de  Montesinos : 
^  ParócQoae  i  señor ,  que  os  han  venido  diciendo  estos 
calxilieróe  que  han  venido  otras  dos  veces  á  esta  tierra : 

Cata  Fmcida  AIoateBÍnoB; 

Cata  ParíB  la  oindad , 

Cata  laa  aguas  de  Duero , 

Do  Tan  &  dar  á  la  mar.  * 

Yo  digo  que  miréis  las  ricas  tierras  y  sábeos  bien'gober- 
nar.  ^  Cortés ,  comprendiendo  bien  lo  que  se  le  quena  de- 
cir, contestó  en  el  mismo  estilo  con  oportunidad  y  vive* 
za :  ^<  Dénos  Dios  ventura  en  armas  y  como  al  paladín  Bol- 
dan ,  que  en  lo  demás,  teniendo  á  vuestra  merced  y  á 
otros  caballeros  por  señores )  bien  me  sabré  entender." 
Cortés  hizo  su  desembarco  el  dia  siguiente ,  Yiémes  San- 
to,  en  el  mismo jpunto  en  que  hoy  está  la  ciudad  de  Ve^ 
racruz,y  seocupó  enfermar  chozas  para  alojamiento , 
eu  lo  que  le  ayudaron  de  buena  voluntad  los  indios  que 
de  todas  partes  acudieron  á  cambiar  oro  por  cuentas  de 
vidrio  y  otras  bujerías*  Bl  Domingo  de  Pascua  llegó  al 
eiercito  el  gobernador  de  aquella  comarca  por  Moctezu- 
ma, llamado  Teutile,  acompañado  de  un  cacique  princi- 
pal que  se  llamaba  Pilpatoe ,  á  quien  los  españoles,  ai9 
saberse  por  qué  ,  pusieron  el  nombre  de  O  vandiUo. 


—  48  — 

Estos  presentaron  á  Cortés  mnohas  piezas  de  oro  y  ro- 
pas ,  con  abundancia  de  víveres  y  á  que  Cortés  oorreepon- 
dio  con  otros  regalos  de  las  oostas  de  Europa;  que  por 
sa  novedad  atraían  mas  la  atención  de  los  indios ,  y  para 
hacerles  formar  gran  concepto  de  su  poder ,  hizo  an  alar- 
de de  sas  faerzas ,  dejándolos  admirados  con  el  estmendo 
de  la  artillería ,  el  correr  de  los  caballos  y  él  nso  de  nnas 
armas  qne  les  eran  desconocidas ,  todo  lo  cnal  f  aé  tras- 
mitido en  pintura  al  emperador  de  Méjico.  Cortés  tuvo 
ya  idea  mas  exacta  de  la  riqueza  y  extensión  del  país ,  y 
desde  entonces  sus  intentos  se  dirigieron  á  penetrar  en  él 
y  llegar  á  la  capital  de  aquella  gran  monarquía. 

Pero  otros  cuidados  mas  inmediatos  le  rodeaban ,  sien, 
do  el  principal  por  entonces  lo  incierto  de  su  posición  con 
respecto  á  los  hombres  que  venían  baja  su  mando.  Erna» 
nando  su  autoridad  del  nombramiento  que  habia  recibi- 
do de  Yelazquez^  revocado  éste ,  no  tenia  titulo  ninguno 
legítimo  para  exigir  ser  obenecido.  En  tales  drcunstan- 
das:  ocurrió  al  arbitrio  que  le  presentaba  la  importan- 
cia que  por  aquisUos  tiempos  se   habia  dado  á  los  cuer« 
pos  municipales  i  para  buscar  en  ellos  apoyo  contra  las 
demasías  de,l£(   nobleza.  Estos    cuerpos  gozaban  de 
mucha  independencia  en  sus  operaciones ;  nombraban  li- 
bremente los  individuos  que  lo  componían ;  arreglaban 
sus  gastos  y  y  levantaban  gente  armada  •  que  marchaba  á 
la  guerra  bajo  su  propia  bandera.  Se  habia  tenido  el  ma** 
yor  empeño  en  dar  importancia  y  consideración  &  eatas 
tropas  ciudadanas ,  y  tanto  que  ^  en  la  guerra  de  Grana- 
da, la  reina  doña  Isabel  9  al  presentarse  á  su  ejército  que 
hacia  el  sitio  de  Moclin ,  en  medio  de  la  brillante  comiti* 
va  de  la  corte,  y  pasando  delante  de  las  tropas  puestas 
en  formación  para  recibirla ,  saludó  con  respeto  á  la  hext 
dera  de  Sevilla  que  llevaba  el  alférez  real ,  conde  de  Oi 
fuentes.  Cortés,  pues,  resolvió,  por  tales  antecedentes,  ea 
tableoer  una  población ,  formar  en  ella  un  ayuntamiento 
y  haberse  nombrar  por  éste ,  capitán  de  la  milicia  del  ve 
cindaria,  que  eran  los  soldados  mismos  de  su  ejórcito.— 
Este  plan  hábilmente  manejado  ,  haciendo  servir  &  61  < 
disgusto  mismo  de  los  partidarios  de  Volazqupz ,  tnvo  te 
do  su  efecto;  y  en  consecuencia  £te  fundó  la  Villa Hioa  é 
la  VeraCruíSy  cuyo  nombre  se  le  dio  por  los  tesoros  qu 
allí  se  hablan  recogido,  y  por  haber  hecho  el  d^eni1>a«<« 


d  di»  de  TiéniM  SMto.  Cortés  te  presentó  al  aneyo  a- 
poktBMiwto  f  manifestando  sa  lespeto  háoia  aquella  cor- 
fonuAon  jy  poniendo  sobre  la  mesa  él  nombramiento  qne 
tei^  de  YélasqMS,  dijo :  qne  en  autoridad  habla  fene«* 
eido,  residiendo  ahora  toda  en  el  cuerpo  munioipal ;  éate , 
tomando  tiempo  ^  eomo  ai  fuese  para  deliberar^  le  nombró 
unánimemente,  en  nombre  del  rey,  ca|Htan  general  y  job- 
tioia  mayor  dé  m  villa.  Oon  este  acto ,  Cortés  no  de  rivaba 
ja  su  autoridad  del  nombramiento  de  Yelazquez ,  y  por 
él  artflcio  legal  que  había  empleado «  no  eran  ya  las 
fnersas  levautadas  por  aquel ,  sino  la  milida  veraeraza- 
na  la  que  iba  á  haoer  la  conquista  de  Méjico.  Esta  me- 
dida ,  ¿n  embargo ,  ezdtó  el  descontento  de  los  amigos 
de  Ydasques ,  y  paóra  reprimirlos  Cortés  tuvo  necesidad 
de  haoer  uso  ae  su  nueva  autoridad ,  y  por  un  golpe  de- 
dtlvo  hizo  llevar  presos  á  la  nave  á  varios  de  los  princi- 
pales que  hacían  cabeza  en  la  oposición ;  y  tal  era  el  as- 
eendiente  que  aquel  hombie  extraardinario  sabia  ganar 
sobre  lúa  que  estaban  en  contacto  con  él ,  que  estos  mis- 
mos presos  fueron  en  adelante  sus  mas  constantes  y  fie- 
les amigos. 

Mientras  que  Cortés  se  ocupaba  en  dar  un  nuevo  fan^* 
dsmento  á  su  autoridad ,  y  contínuaba  sos  contestacio- 
nes con  el  gobierno  de  Méjico ,  pretendiendo  pasar  á  la 
capital  como  embajador  de  uu  gran  príncipe  de  Oriente , 
que  le  mandaba  á  tratar  negocios  de  alta  importancia, 
visita  que  Moctnzuma ,  amedrentado  con  anuncios  sinies- 
ticos  y  rehusaba  recibir  y  procuraba  evitar  con  reiterados 
y  ricos  presentes  que  estimulaban  mas  y  mas  la  codicia 
dd  conquistador ,  se  presentaron  una  mafiana  en  el  cam- 
pamento cinco  indios ,  de  traje  é  idioma  desconocido : 
conducidos  á  la  tienda  del  general ,  por  medio  de  dos  de 
ellos  que  hablaban  mejicano ,  se  supo  que  eran  naturales 
áid  Cempoala ,  ciudad  entonces  populosa  y  capital  de  los 
Totonacas  y  nadon  establecida  en  la  cordillera  que  se«« 
para  las  costas  del  golfo  de  Méjico  del  interior  del  país, 
y  forma  la  mesa  central  de  éste.  Ellos  informaron  ¿  Cor- 
tés que  su  nadon  habia  sido  recientemente  sometida  por 
los  mejicanos,  quienes  les  hadan  sufrir  una  opresión  tal  ^ 
que  deseaba  impacientemente  sacudir  aquel  yugo  intole« 
rabie ,  y  que  instruido  d  cadque  de  la  llegada  de  los  es- 
panoles ,  haUa  mandado  aqndlos  mensajeros  para  invi- 

BJ8SBTA0I0inBS.~I01C0  I.-*-7 


tatlda  á  pagftráU  Capitel  ElgéttiopweluiiitB  «é«or- 
téa  conoció  ál  momentdí  táñh  la')ttipoft^ikéiifr>de>6ftt(iB  in- 
forméis :  por  eloA  Be  enteró  del  6é)a¿ió>teteiior  del  país  ^  y 
descubrió  desde  In^go  ^ti¡t  nqtiéllainoiiflr^QÍay  qné  á  pri 
mera  vibta  paiecía  tan  jKMÍeróea  y  temible ,  encerraba  en 
í-í  misma  los  elemeirtos  de  su  rnfifta'/  que  está  podía  e~ 
fectuarse  por  miedlo  de  Job  deftetoténtos  y  prestándoles 
apoyo ,  y  qne  Méjico  piodía  ser  eónqüiíítado  <íon  teoarsos 
sacados  del  mirtino  pais.  M  plan  de  ^la  üOiiqaista'qnedó 
formado ,  y  todas  Iúb  operaciones  de  <Odrtéft  ^  desdar  este 
momento,  no  fueron  mas  qne  el  dc^sai¥6]lo'  de  esta  pri- 
mera idea :  plait  qne  se  foé  madiik*ándo  ébn  los  nnevos 
conocimientos  qne  Oórtés  iba  adqtdtíetídb^^l  país ,  y  pa< 
ra  cnja  ejeencien' empleó  con  el  mayor  rtiíifeírto  tofibslos 
artillcios  y  resortes  de  la  pdlítiea.  Tant4i  fertf&d '  ee/  *  qne 
nn  solo  descontento ,  pnesto  en  contacto>  toón  üti  invasor , 
puede  éansAf  los  túrayores  males'á  trM^  tíaéien;  y  lebcion 
muy  importante  de  que  deben  aproVee^árSe  loir' gobier- 
nos. '    1  •   ■•  .  f 

Cortés  diiapuso  su  marcha  á  Cempoala .  LaWeniló  re- 
gresado Pedro  de  Alvarado  de  una  .expeflicion  ¿  que  la 
mandó  con  delí  horiibi'es,  parahacersfi  de  T^veres  que 
comenzaban  áésct^sear  ^  por  haberse  retirado  los  mdiOB 
que  concurrían  al  campo  por  diapoáíciori' del  gobernador 
Teútile,  luego  que  Moctezuma',  manifestó  su  desftjgrado 
por  el  empeño  con  ijue  Cbrtéá  I^siáUa  en  pasar,  á  su  cor- 
te, Alvarado,  en  eftta  éxiwédidpu  llegó '  hasta  CqU;xtla, 
de  donde  regresó' con  abundancia  di)  provisiones.  En  él 
visje  á  Cenpoala  llevaba  Cortés  'np  áolo  el  objetó  áe  po- 
nerse en  comunicación  con  el ,  cáciquQ  ,'  cuya  xnvítaci< 
habla  recibido 


Da  á  tiri  punto  de  la  costa  á'donde  habííi  aoordádo  !Fran- 
cisco  de  Montejo,  en  el  reconocimiento  qué  le  Ixabia'man. 
dado  practicar  para  encontrar  mejor  fondeadero.  Cortés 
hizo  embarcar  sti  artillería ,  y  mandó  que  Ta  armada  la 
aiguierr  costeando  9  mientras  marchaba  por  la  playa  al 
frente  dé  su  ejército  [1J..A  medida  que  ^ apartaba  de  los 
arenales  que  rodean  la  ciudad  de  y  eracruz ,  ¿t  paip  ^ru- 
sentaba un  aspecto  mucho  mas  agradable ,  con  16  que  el 

(1 )  SI  torMo  qn*  ftlmtió  •ortésen  ett»  {iriBMra  mtiirijtm ,  ••  Jkqr  de  la 

kaiieAdA<UlCiüigad«eiaT#.    . 


innú;**.  muii  unta' 
■Qtivo  para  eoQ- 
UabiABilitd't  á.^- 
BilADto  d«  ViAfa- 
píritii,todo  lo  (int» 
Intente  oxprofiáda 
aoruz  «seriliip  »l 
MtQ  .mimia-.Ano 
oitoato,  qo^pOT. 
ita  djaertaeioo — 
»,.  j;  fue» «^  Jos 
P'  bermcMwa  T^gáa 
y  QM  tti  toda  £«• 
MoihieAlftjvista, 
I,  se  8iaiDhta9,j 
Midar  pf»*  elúw  y . 
'  T  coa  lefeireneia 
lesaoM ,  domina- 
Omara,  dio«,eI 
ncÜllen&dÁ  sierras 
:eD  .£mQ.iOfti>era 
0-  ezoeda  .«o  uo- 
M  T^  ;  d^soabre 
BtanaJta,  qa»Bi. 
jaac  ni  ver  lo  alto 
i.  cBbierta  de  no- 
f  claro  dia,  ae  vé 
B  ella ,  y  eitá  toa 

storalesa  praseD-  . 
toiooa  el  horroro- 
so loa  espaüoles 
iaorifi«Bdas  ¿  los 
llegó  caasaejér- 
DiDcdiatafl ,  ca,TOB 
MüalesdeBacrifi. 
delante  tOToiendo 
. ,  y  se  alojaban  ea 
u  habiau  Iwoho 
)M  oMiiieanM ,  lia- 


—  62  -- 
ro  qaé^Chrijrivift  enoonM  fiMBoa  Im  mákwtm  da  1m  vic- 
timas  en  la  isla  que  por  esto  tomó  él  nom^hre  qoe  áim  con* 
eerva ,  é  igual  caso  se  veriflcó  en  San  Joan  de  UlAat  Al* 
varado,  esñ  sa  ext^edicion  &  Ootaxtla  vio  ea  diversas  par- 
tes lo  mismo,  y  el  horror  de  tal  espeetáonlo  se  aumentó 
onando  se  supo,  que  el  eooontrar  los  cadáveres  mutila- 
dos de  pierdas  y  brazos  y  otras  partes  oamosas  >  era  por- 
que se  kks  llevaban  para  comerlas.  Bate  oso  era  tan  co- 
mún ,  qne  Bernal  Diaz  del  Castillo  dioei  que  encontrabaoi 
hombtes  y  muchacbos  sacrifloados  ^  en  todoa  los  pueblpB 
y  caminos  que  topAbamoB :  ^  de  8aerte¡qne ,  per  serqosa 
tan  general ,  advierte  que  no  volveci  á  haoer  mendon 
de  ella.  Bi  se  atiende  ^  pues ,  á  esta  generalidad  i  y  á  que 
aun  en  pueblos  tan  insigniflcantes  como  los  que  Oortós 
enconttó  en  su  viaje  á  Oempoala,  se  hacian  fcecuei^te* 
menfe  estos  horrendos  saorifldos,  no  solo  no  pareof^rá 
exagerado  él  ciloulo  de  Clavijero  ^  qne  haee  subir  4  veino 
te  mil  individuos  de  todo|«íoy  edad  él  número  de  victi- 
mas sa<siflcadas  anualmentei  sino  que  antes  bien  pare- 
cerá corto  con  respectoála  extensión  del  país,  y  ésto 
sin  contar  las  solemnidades  extraordinarias  •  de  las  opa- 
les, en  la  dedicación  del  templo  mayor  de  M^iieOf  sesa*. 
orifieaaftm  setenta  mil  cautivos:  cosa  qne  llena  de  asom- 
bro como  pudo  establecerse  y  durar  tan  inhumano  culto  f 
y  cómo  hubo  pueblos  que  pudiesen  someterse  á  éL 

Doce  indios  enriados  por  el  cacique  encontraron  á  Cor* 
tés  antes  de  llegar  á  la  población ,  y  renovaron  el  convite 
de  entrar  en  ella.  A  medida  que  Cortés  se  acercaba  á 
Oemporia.  multitud  de  personas  saUan  á  recibirle  ^  ma- 
nifestándole el  mayor  agasajo ;  y  la  satisfieuxsion  qne  esto 
cansaba  en  los  espattoles ,  creció  mucho  de  punto  con  la 
noticia  que  trajo  imo  de  los  soldados  qne  iban  en  la  par- 
tida de  descubierta  que  precedía  al  ejército.  Bste, Jbua- 
biendo  visto  los  patios  del  interior  de  las  casas ,  blan^ 
qneados  con  una  especie  de  lustre  que  les  daba  cierto 
brillOf  volvió  á  rienda  suelta  á  dedr  que  las  casas  esta- 
ban-cubiertas de  láminas  de  plata,  cuya  noticia,  des- 
mentida después  por  Aguilar  y  dofia  Marina ,  iué  motivo 
de  risa  general, y  en  lo  de  adelante  sus  compafiezos  za- 
herían al  descubridor  de  este  tesoro  j  didéndide  qne  todo 
lo  blanco  le  paréela  plata.  El  cadque,  qne  era  excesiva- 
mente goidoi salió á redbír  á  loaaneToe  linéspedMial 


—  53  — 
Iifttio  del  »lojami»nto  qae  le  tenia  preparado ,  y  en  las 
ODnfeceaoiaa  snmaivaa ,  reiterando  á  Cortea  lai  quejas 
que  ya  le  hablan  dado  eos  enviados  acerca  de  la  opre- 
sión qoe  sofria  su  nación ,  le  informó  que  habia  otras  ma- 
chas que  llevaban  con  mayor  impadencia  el  yugo  meji- 
cano 9  y  en  especial  la  valiente  república  de  Tlaxcala  es- 
taba en  oontínna  gnerra  para  defender  sn  libertad  y  su 
independencia.  Cortés  ^  á  qnien  todas  estas  noticias  con- 
firmaban mas  y  mas  en  el  plan  que  tenia  ya  formado  >  le 
asegmró  que  no  snftíría  semejante  opresión :  que  era  man* 
dado  para  Ubrarlos  de  ella  por  el  mayor  monarca  del 
mando:  ^^  qae  no  venia  sino  á  desíMer  agravios  y  flivo' 
lecer  los  presoSf  ayadar  á  los  mezquinos  y  quitar  tira- 
nías. ^  IMas  pdabras ,  tomadas  de  su  historiador  Ooma- 
ra,  paraeen  trasladadas  de  algún  libro  de  caballería ,  y 
han  «do  después  olgsto  de  la  graciosa  y  punzante  critica 
de  Cervantes. 

Cortés  y  sin  detenerse  mas  de  un  dia  en  Cempoala ,  si- 
goié  sa  maieha  al  punto  en  que  pensaba  trasladar  sn 
nueva  villa,  que  esa  un  pueblo  llamado  ChíahuitzOa^  y 
por  loaeepa&óles  Quiabislan ,  fuerte  por  su  situadon  ^  y 
en  que.esperaba  hallar  mejor  temperamento ,  yernas  segu- 
ro anooniepara  las  naves ,  que  en  y esaoruz.  La  gente* 
del  pueblo  ^qnB  habia  huido  al  aftercarse  los  espaftoles, 
vol^  laego,  y  los  principales  los  recibieron  con  las  aten- 
ciones aoostnmbradas  por  ellos  lahumándools  con  in«« 
denso  y  excusando  el  no  haber  salido  á  encontrarlos  al 
camino.  'So  tardó  en  llegar  también  el  cacique  de  Cem- 
poala f  quien  unido  á  los  del  pueblo .  renovó  con  lágri- 
mas sus  quejas  contra  la  opresión  de  los  mejicanos,  expo- 
niendo todos  los  agravios  que  de  ellos  de  contínuo^ecibiaD* 

En  estas  pláticas  estaban  cuando  llegó  el  aviso  de  que 
entraban  en  él  pueblo  cinco  mejicanos ,  recaudadores  de 
loe  tributos  de  aqud  distrito.  Los  caciques ,  con  solo  esta 
noticia  perdieron  el  color  y  temblaban  de  miedo  ^  y  de- 
jando á  Cortés  solo ,  fueron  á  recibir  j  obsequiar  á  los 
reeien-Ilegados :  éstos  •  ricamente  ataviados  á  su  modo, 
pasanm  con  desden  delante  de  Cortés  sin  saludarle  y  y  en 
el  álQJamiento  que  les  prepararon  los  caciques  reprendie- 
ron severamente  á  éstos  por  haber  entrado  en  eomunioa- 
elon  con  lo(i extranjeros  sin eonocámiento  del  monaroai  y 
«B  wtíafiMMioale  pidieron  vdnte  TíctiniaB  de  ambos  sexos 


—  54  — 
para,  ^aerificar.  Cortés  se  impuso  do  la  novedad  p(fr  dófia  ' 
Marfúai  y  haciendo  llamar  á  los  caciques ;- los  aletfM  y 
les  prefiiao  qué  prendiesen  álos  rtjeaudadofes  mipjicrfnoa. 
Aterrados  quedaron  aT  oir  semejante  t&rdeíi,  pueiiM 
áan  concebían  cóino  pudiera  cometor^e  tal  atentado  (s^n-* 
tra  anos  ministros  del  grande  emperador;  pero  estrifñüla- 
dos  pQr  Cortés  I  al  ñu  se  determinaron ,  y  pasando  del 
abatiíniento.á  la  audacia,  como  sucede  siempre  en  lób  pu» 
silánime^  cuando  se  creen  protegidos  por  algún  podero- 
so j  ^Q  Qolo  pusibron  en  uu  collar  á  loa  empleados  st^JU  ' 
canq3y  sivfi  apalearon  á  uno  de  ellos  que  les  resistid,  y 
lop  destinaban  á  todos  al  sacríñcio^  á  cuyd'flá  lóS'6nbto^ 
diaban. í^^ella  noche  con  óuidado;  Si  en  la  poITtffea  de 
Cortés  en^xaba  suble  varios  pueblos  contra  su  séberisvnó ,  •  ' 
no  querí%,  siu  embargo,  ir  &u  lejos  que  esto  cauíias%;uti ' ' 
rompimiento  Inmediato  entredi  y  írqueMnonaroa i- lo  qu^'  • 
por  ^toi^oe?  habría  sido  imjpmdente  é  inoportipOé  Haoien- , ' 
do,  pue&u  servir  este  incidente,  á  dos  objetos  diversos  >  Ineb ' 
tmer^^eina  nodleí  á  su  presencia  á  dos  dé  Ms  presos  sbé^  • 
jioaixol»  j  les  preguntó  por  lo  ocurrido ,- y  átrfbifyend<J  é^' 
tos  eL^&evlmientp  de  los  caciques  al  apo^o  de  Cd^tléll,* 
negáite^ér  cbnoéiiiníento  alguno  del  'Seceso ,  y  íolfiS^^se-  ^ 
cretamente  l^s  medidas  n%cesari^  para  su  év^^tt&liV-A  «-^ 
fin  de  que  f  uieüséíi  á  hacer  saber  á  Hboteznittala  pKftebc^Qbr  ^ 
que  l^s  habia  dispensado ,  como  ñna  prueba  ^de'  kE^^ainl^^ 
tad  que  le  profesaba ,  y  de  su  deseo  m  estféehaTHi  mas 
yen^to  *á  vlStarle.  Al  dia  siguiente  repténdi*  á  lós  éaei- 
queíi  por  la  negligencia  con  que  habían  guardado  á  los 
presos,  V  para  que  no  se  escapasen  también  los  otros  tres 
qué  quedaban    los  hizo  conducir  á  los  buques.  La  fama 
del  suceso  volC  por  todos  los  pueblos  de  la  Totonaca^  que 
llamaron  líenles ,  estoes,  dioses,  á  los  extranjeros  que 
los  libraban  de  pagar  tributos,  y  de  tener  que  entregar  sos 
hij6a  para  que  pereciesen  en  las  aras  dé  las  sangrientas 
deidades' nxQjicanas.  Todos  acudieron  á  implorar  la  ^rÓL 
tecclQ4'  de  Cortés .  que  se  la  ofreció ,  haciéndoles  prestar 
obedieñoia  al  rey  de  Castilla ,  de  que  se  extenditf  acta  en 
forma  ante  el  escribano  Diego  de  Godoy,  que  acomj^alflk 
ba  al  ^^rcito.'Cortés,  pues,  por  este  hábil  manWo,  tín  der*» 
ramar  una  gcítá  de  sangre  y  haciendo  el' i>apelae  Ilb^^» 
dor  dé  Jos  oprimidos ,  había  ganado  para  su  soberano  ^  en 
eco  tíemj^  de  residencia  en  el  país ,  una  vasta'  exten** 


JS^ 


55 


^  ttoii  de  éste  y  un  gran  número  de  naevpa  súbditpeu 
Se  Qcapó  en  aegaida:  Cortés  de  la  fondacipa  de  1^.  nue- 
va yill^y  en  unos  llanos  á  media  legaa  de  di^tencia  del 
.pueblo, jc  trabajó  contal  empeño,  qne  en  breve  .qne- 
dó  formada  la  igleaia ,  la  plaza,  varios  edificios  y  todas 
las  fortificaciones.  Todos  trabajaban  á  pox:fía ,  aigaiendo 
el  templo  de  Oorté^y  que  fae  el  primero  que  se  pnso  á 
.cavar  los  cimientos,  sacar  tierra  y  conducir  piedras*  ha*« 
.  ciendo  lo  mismo  todos  sas  capitanes ,  con  lo  qué  senacia 
para  los  soldados  mas  lijero  un  trabajo  en  que  JJf^v^aban 
una  parte  igual  los  jefes.  Los  indios  uyudab^iji  co;^  j^fica'* 
pia ,  con  lo  que  en  poco  tiempo  se  tuvo  levantado  todo  lo 
qae  ora  menester  para  parecer  yilla .  oo;no  4ice, 'pernal 
Diaz.  j^ntre  .tanto  babia  llegado  4  Méjico   la  noticia 
de  la  prisión  délos  exactores  del  tributo^  ^  Ü^gbtezu- 
ma ,  grandemente ,  irritado ,  preparaba  sus  fuerzas  para 
castigar  á  /lus  vasallos  rebeldes  y  á  los  extt^ji6,rps  que 
los ^babi^n  auxiliado.  Si  en  aquel  momento  él  ;^obiai^ano  do 
Méjico  hubiex^  becho  uso  de  su  poder ,  es  muy  prot>ab]6 
que  hubiera  triunfado ,  pues  la  situación  en  que  se  ¿alia- 
ba C,ort^  ^ra  todavía  muy  peligrosa ,  y  sus  aliados  en 
.  deo^ajBi^e  co^tO;  número ,  y  demasiado  iñsegur^  si^  coo- 
peración para  ppíl^  contar  con  ellos;  pero,. ^rra^^d o 
^quel  principe  por  ^1  espitltu  de  v^cüaoíon  j^  cl^dacierto 
con  que  se  le  vé  proceder  en  todas  sus  relaciones  con  Gor- 
té§9  apenas  llegan  los  dos  presos  á  quienes  éste  nabía 
.  piV^to,en  Ubertad|  cuiaiudo  muda  de  resoulclon  y  dispo- 
ne maiídaí?  ni^eya  embajada  coii  'mayores  ^  m^  ricoe 
piesenteé  ^  en  la  que  iban  dos  jóveues  soVnnb0  ifuyos, 
Qon  cuatro  grandes  personajes  de  su  corte,  los.  cuales  se 
quejaron  déla  conducta  del  cacique  de  Gempoala  ,  á  quien 
.  no  castigaba  J^octezuma  como  ^merecía ,  por  considera- 
ción á  Cortés  y  4  los  suyos ,  en  quienes  creía  ver  aquellos 
lL(;nnbred  anunciados  por  sus  antepasados^  que  eran  de  su 
linaje^  y  que  andando  el  tiempo  liabia  de  venijT  á  estas 
tierras.  Cortés  recibió  el  presente ,  y  contestó  haciendo 
nuevas  protestas  de  su  sinceridad ,  y  en  prueba  de  ello 
les  eútiegb  los  tres  mejicanos  que  tenia  en  las  pavas;  pe- 
ro en  cuanto  al  pago  de  los  tributos  que  se  reclamaban  á 
los  totonacas^  dijo  que  estos  no- podían  servir  á  dos  se- 
fioreS|  porque  habiéndose  puesto  bajo  la  protección  del 
rey  de  Castilla  estaban  exento  de  toda  obligacioi^  para 
con  su  antiguo  soberano,  y  que  proponiéndose  pasar  pron 


—  se- 
to á  yerle  y  servirle  personábnente ,  para  entonoes  se  aiv 
reglatían  todos  estos  pontos.  Los  pueblos  que  hábíim  sa- 
cudido él  ytigo  de  los  meji<»uios  se  afirmaron  en  su  deso- 
bediencia, ii&riendo ,  por  la  consideración  con  que  Hoc* 
tesuma  trataba  á  Cortés  y  presentes  que  le  enviaba ,  que 
rin  duda  debía  temerle  mucho. 

El  cacique  de  Oempoala  quiso  entonces  abusar  de  ]as  ' 
ventajas  que  le  procuraban  sus  nuevos  amigos  para  ven- 
gar antiguos  agravios  contra  un  pueblo  vecino ,  al  que- los 
historiadores  españoles  dan  el  nombre  de  Oingapadnga ; 
á  cuyo  ñu  informó  á  Oortés  que  en  aquel  punto  se  habla 
reunido  un  ^ército  mejicano  I  contra  el  ciuil  imploró  su 
protección.  Oortés ,  para  hacer  valer  mas  y  mas  el  temor 

3 na  se  tenia  á  los  españoles,  qu^so  persuadir  que  uno  solo 
e  éstos  bastaba  para  protejerlos  contra  un  ejército  me- 
jicano; y  para  dar  mayor  fuerza  á  esta  idea ,  envió  oon 
él  cacique  á  un  vizcaino  viejo  y  contrahecho  llamado  He* 
redia^  que  ítiese  tirando  tiros  al  aires,  y  se  detuviese  en 
im  punto  determinado ,  donde  Cortés,  con  algion  pretexto 
lo  alcanzaría  con  sus  tropas.  Así  se  hizo  con  asombro  de 
los  indios  y  y  llegsmdo  al  lugar  donde  se  decía  que  esta- 
ban los  mejicanos « se  encontró  ser  todo  falso ,  por  lo  qne 
reprendió  Cortés  fuertemente  á  los  de  Oempoala ,  obli- 
g&idolos  á  restituir  á  sus  dueños  todo  lo  que  habían  ro- 
bado en  las  inmediaciones  del  pueblo. 

Bn  el  regreso  á  Oempoala  dio  Cortés  un  severo  ejem- 
plo de  disciplina ,  mandando  ahorcar  á  un  soldado  llama- 
do Mora,  porque  robó  dos  guajolotes  de  la  choza  de  un 
indio,  no  habiéndole  libnuio  de  la  muerte  mas  que  el  ha- 
berse apresurado  Pedro  de  Alvarado  á  cortar  la  soga 
con  su  espad^. 

Vuelto  los  españoles  á  Oempoala,  quiso  el  cacique  es- 
trechar los  lazos  de  su  amistad  por  otros  mas  poderosos , 
y  presentó  á  Cortés  ocho  indias  jóvenes ,  hijas  de  caci- 
ques •  y  entre  ellas  una  sobrina  suya ,  destinando  ésta  á 
Oortés  y  las  otras  á  sus  capitanes ,  todas  ricamente  ata- 
viadas y  acompañadas  de  otras  indias  para  su  servicio; 
pero  Oortés  contestó  ^*  que  de  buena  gana  recibirían  las 
doncellas  como  fuesen  cristianas;  que  de  otra  manera  nO 
era  permitido  á  hombres,  hijos  de  laí^^esia  de  Dios,  tener 
comercio  con  idólatras:"  escrúpulo  que  se  qmtó  después 
con  el  bautismo  de  estas  jóvenes^  cuyos  padres  se  tuvie- 


loa  por  nmy  honrados  Tiendo  qae  loBespaSoles  laa.UeTa- 
ymi^Wá  ñompBSÍsL  P«ro  eata  amistad  estaco  i  poiitode 
fiídergc  y  por  im  acto  de  c«ia  rotigioso  de  Cortee» ,  qaien 
un  gmpe  de  autoridad  qaiso  destruir  el  caito  estable- 
>y  sin  qué  en  ello  taviese  todavía  parte  algnna  la  cod« 
Ifti,  sin  embargo,  may  plausitile  el  motivo  que  ft 
ella  le  decidió  Chocado  de  Ter  **  que  cada  día,  dice  Ber* 
mél  DiajB,  saenfieabaa  delante  de  uuooiros  tres  ó  cuatro 
y  ciaeo  indios ,  y  los  corazones  ofrerian  á  sus  ítlolos,  y  la 
satine  pegaban  por  las  paredes ,  y  cortábanles  las  pier- 
Ba4>  y  ntnsloSy  y  los  comían  como  Taca  que  se  trae  de 
iMi^aRiioetlas  en  nnestra  tierra ,  y  ¿uu  tengo  entendido 
ijiiMo  '▼endían  por  menudo  en  los  tianguis ,  que  son  mer* 
«sadto  ,  ^  exigió  del  cacique  que  se  pusiese  término  á  tan- 
tos hornnpea ,  y  se  arrojasen  de  sus  altares  los  ídolos  á  los 
qiie  tales  aamfloioe  se  ofrecían.  El  cacique ,  espantado  de 
suiSsj^nte  proposioion ,  no  solo  lo  rehusó,  sino  que  ame- 
nmaé  ^^eeistirlo  ^  pero  Cortés  hizo  subir  con  denuedo  50 
ai  templo  principal :  los  ídolos  rodaron  hechos 
pof  tas  escaleras ,  y  los  indíos^^uedaron  maravi- 
Hados  y  Tiendo  que  Ja  cólera  del  cielo  nb  se  manifesteba 
san  si  terrible  castigo  que  temían.  En  lugar  de  los  ídolos 
se  sotoeó  una  imagen  de  Nuestra  Señora  ^  y  por  entonces 
é  sato  se  limitó  la  variación  del  culto ;  pues  aunque  Cor- 
tés hiso  á  los  indios  un  razonamiento  sobres  los  princi-* 
pales  dogmas  de  la  religión  cristiana ,  es  muy  probable 
q«e  no  quedasen  muy  inístruidos  con  sólo  esta  breve  plá- 


Cortés  regresó  á  la  Yilla-Bica ,  y  se  sorprendió  de  ha- 
llar ea  él  puerto  un  buque  venido  de  Cuba  durante  su 
iHisensia.  Mandábalo  Francisco  de  Saucedo  9  y  con  él  ve- 
nte luda  Martin ,  persona  que  fué  de  importancia  ea  lo 
ssseiÉlvo,  y^annque  no  traía  consigo  maer  que  diez  solda- 
dos, an  eaballo  y  una  yegua,  cualquiera  refuerzo  era 
Meii  vsefMdo  en  las  circunstancias.  Entonces  se  supo  que 
Vslasqaec  había  obtenido  de  la  corte  el  título  de  Adelan- 
tada ^  la  isla  de  Cuba  y  de  las  tierras  nuevamente  des- 
ssMsrta^ ,  con  la!fiicultad  de  poblar  en  ellas  en  los  térmi- 
nos que  hemos  visto  en  esta  disertación.  Esto  persuadió 
é  Ooctés  que  era  necesario  dirigirse  á  Carlos  Y  para  que 
sus  ptoeedimientos  fuesen  aprobados  9  y  para  que  esto 
fiÉiSia  san  mejor  efecto  y  propuso  á  sus  eapitanes  mandar 

BIBBBTASlSaB8«-^T0]C#  I.-^8 


A  Espaüa  &  do9  de  élloa ,  ean  li^  n^laeion  :<k  todo  1^.4^* 
dido  5  oot^  todo  el  oro  y  á^mán  praioñtes  reo)^ido%  de 
Moctesoma ,  para  que  la  viita  de  este  teioro  diem  ina* 
^or  idea  de  la  riqueza  y  abandaBcia  del  país  reQifi^to- 
meute  descubierto ,  y  caja  conquista  habiáempr^ÍAido. 
El  quinto  de  todas  estas  riquezas  perteoedaal  fisoo^^por 
la  regla  establecida  en  las  nuevas  oouquistas;,delicaato, 
seguu  lo  I  acordado  por  el  ayontamiento  de  Veracruz 
cuando  su  instalación  ^  se  debía  sacar  otro  quinto  para 
Cortés,  y  distribuirse  lá  demás  entre  los  jefes  y  soldados ; 
pero  como  hecha  esta  repartisiou  era  poco  lo  qñe^nabría 
que  mandar  á  la  eórte  y  todos  cedieron  su  part^olim*' 
tariamente  á  persaacion  de  Cortés,  para  que  fniBema- 
5or  el  envío  que  se  hacía  al  sobwano.  La  listo  niuyco^ 
rlosa  de  lo  remitido  se  insertará  en  el  apandio^  \  flon  la 
carta  escrita  por  el  ayuntamiento  ^  en  que  da  raaoa^dr- 
cunstanciada  de  todo  lo  hecho  hasta  entonces»  f^ara  qns 
llevasen  nn<^  y  otra  cosa ,  f  aerón¡escogido8  I^aneísao  Mon- 
t«^jo  y  Alonso^ernandez  Portocarrero :  ésto  en  oonaide- 
racion|á que,  í&iendo  pariente  inmediata 4bel  conde  de Me- 
dellin ,  tendría  relaciones  en  .la  c6rte  paraqne  fneaeiiinas 
favorablemente  recibidas  las  pretensiones  de  Cortés  y-ans 
acompaOeros ,  y  se  nombró  por  piloto  del  bnqoe  que  se 
prestó  para  el  via^e  á  Antonio  de  Alaminos ,  por  el  oo* 
nocimiento  que  tenia  del  canal  de  Bahanda  ^  por  donde  se 
babia  de  desembocar ,  pues  se  díó  expresa  orden  4  los 
comisionados  para  que  no  tocasen  en  las  costas  deXSnba , 
para  evitar  que  Yela^Equez  tuviese  eonocimieatO .  de  su 
viaje  y  objeto  que  en  él  llevaban*  Contales  instmookmes 
se  hicieron  á  la  vela  el  dia  26  de  julio ;  pevo  no  ^batan- 
te  lo  que  se  les  habla  expreisamente.  mandado ,  aniba  - 
ron  á  Cuba,  por  el  interés  que .  Moatejo  tenia  en  visitar 
una  hacienda  que  poseía  en  Maiien ,  y  por  medio  de  un 
marinero  que  se  escapó,  Yelazquei  tuvo  oonooimianto  de 
todo ,  con  lo  que  hizo  prontamente  armar  dos  buques  li- 
geros que  fuesen  á  apresar  al  de  los  eomisiosiadoa ;  pero 
cuando  llegaron ,  ya  éstos  habían  desembocado  él  oanal 
y  navegaban  por  el  Atlántioo ,  siendo  éste  el  primer  via- 
je que  se  hizo  por  este  derrotero ,  que  ha  sido  despaes  él 
que  se  ha  segnido  en  el  inmenso  laráfleo  del  golfo  de  M^i^ 
eo  y  las  Antijftas  con  Boropa.  Yelazqu^a  9  qtie^h^t^ .  en  • 
tomcesno habia  tenido  noticia  de  Cortés  ni  de  su  expüdi* 


den  y  dirigió  sos  qn^jM  á  I««6diencia  de  Saato  Domin^ 
go  if-f^ÍMÉéDjefrjéMifiB^  4)M  g6beiii*hi^i  Im  6Mti»ble* 
ciinMtM  eepafiole»  de  A  méiléfi^  y  no  hábirado  »ido  alen- 
didM  coaio  deseaba  ^  ee  propuso  hacerse  él  d  ismo  Justi- 
eia  por  medio  délas  turmas ,  segan  masradelante  veremos. 
Loa  eomisionádoB  de  Cortés  llegados  á  Espafia  ñieron 
mal  redbidoe ,  y  ám  mal  tratados  por  el  obispo  de  Bar* 
gM  don  JiMii  de  Fooseoa ,  qae  presidía  á  la  sazón  el  oon- 
sejo  de  Indias ,  con  ló  qne,  de  aeaerdo  oon  Martin  Oor. 
tea,  padre  de  don  Femando,  resolvieron  enviar  á  Flan< 
des ,  donde  el 'emperador  se  hallaba ,  personas  qne  lleva* 
sen  sna  cartas  y  la  del  ayuntamiento  de  Veracniz  qne 
tfatain  en  daplteado  y  es  el  motivo  por  el  cual  ésta  se  ha 
encontrado  en  la  Mblieteea  imperial  de  Yiena.  Oirloa  V 
dejó  la  determinaeioii  de  todo  este  negódo  para  onando 
regresase  -i*  Castilla  y  por  le  qoe  per  entonces  qnedó  bin 
tesoiverséi' 

AfMñae 'habiaa  partido  km  oomiaienadoa,  y  coando 
CorMa'diq>oiifa  en  viaje  á  MéjkM^M  descnbrió  la  cbnsptr 
laeiett  qne  habla  formado  na  eslesiistico  qne  aoompafia* 
ba  al  ejJbrtftbllamado  Jhan  Dias,  con  otros  inditidnosi 
qne  tenia  por'  objete  embarcarse  secsatamente  en  nao  de 
los  bn^nes  (pe'haMsA  dispaesto  para  vt^veise  &  la  isla 
de  Cnba";  y'pét  seateMia  qne  Caries  dio  en  d  proceso 
qne  se^  e  fnfttmyó^  faeron  cendrados  á  la  pena  de  hor- 
ea  Pedro'  Bseadero  y  Jaan  Oerdefio ,  á  que'  se  le  cortasen 
los  pies  al  piloto  Qonzale  de  Umbría ,  y  á  azotes  lügonos 
marineros ,  no  habiéndose  impuesto  castigo  hiagnno  al 
presbítero  Jaan  Diaz ,  por  respeto  &  sn  carácter.  Cortés , 
al  firmar  la  sentencia  j  essolamó :  i  Oh ,  qnién  no  supiera 
escribir ,  para  no  firmar  muertes  de  hombres  i 

Bata  conspiración  le  hacia  ver  cuánto  se  aventuraba 
en  seguir  adelante  en  su  empresa ,  si  no  comprometía  en 
ella  de  una  manera  decisiva  á  los  que  le  acompaíiaban. 
I>e  éÉtoe  I  los  unos ,  dice  el  mismo  Cortés  en  sus  cartas  á 
Garles  V,  ^<  por  ser  criados  y  amigoa  del  mismo  Diego 
Yela^neafr  y  tenían  voluntad  de  saür  de  la  tierra,  y  otros 
por  verla  tan  grande  y  de  tanta  gente  y  tal ,  y  ver  los  po< 
eoe'eÉpaíMeÉqtte  éramos^  estaban  del  mismo  piopósi* 
to i^  con  loque  se  persoadiá  qne  era meneeter  quitar  la 
ceasien  denfeevnsdeÉeroioneay  por  uno  de  nqoellos  gol- 
pes atievidos  de  qttte  presenta  pocos  ejemplos  la  hisioria 


—  flo  —  .  >. .  »• 

Biio  marobar  parte  dé  la  tropa  á  Oampoala  ot»  JUvi^r4« 
do ,  y  él  misrao  sigitió  luego  ocm  el  xesto.  ▲lU.pMpnap  6 
los  jefes  y  principales  soldados  lo  que'  habia  pensado » - 
porqae  en  la  situación  de  Oortés  con  respecto  á  sa  ejér- 
cito j  siendo  general  por  elección  de  éste  ^  si  bien  tenia 
grande  influjo  y  disfrataba  de  poca  autoridad  y  y  tenia 
que  proceder  en  todo  lo  mas  importante  con  annenda 
de  los  que  babian  de  ejecutarlo.  Aprobado  sa  designa, 
para  darle  color  para  con  los  soldados,  hizo  presentar 
un  informe  por  los  pilotos ,  del  que  resultaba  que  Jos  bu- 
ques estaban  muy  maltratados ,  carcomidos  de  broma  é 
incapaesa  de  salir  á  la  mar ,  con  lo  que  dio  orden  de  ssr 
car  6  tierra  laa  anclas;  el  velamen  y  demás  que.se  pudie- 
se aprovechar ,  y  echar  á  pique  los  bajeles ,  no  d^ndb 
mas  que  uno  solo  y  las  lanchas»  Así  se  hizo,  y  episeguit 
da  una  mañana,  reunidos  tos  soldados  que  andaban  cosa- . 
temados  é  inquietos  con  la  noticia  del  sueesoi.  despula 
de  misa  los  instruyó  de  loone  habia  verificado,  persua-'  ^ 
diéndides  que  esto  halda  udo  efecto  de  la  necesidadf  a- 
tendido  al  estado  de  los  buques ,  los  cualea  por  otrapár^  j 
te  de  nada  ks  servirían,  si,  como  estaban  lesueltoa  a  ha- ' 
cerlo ,  i>enetraban  en  tL  intcortor  del  país »  cuando  des. . 
tr  nidos  aquellos  podiaa  contar  con  im  aumento  dé  Íimt^  . 
zas  f  reunidas  al  ejército  las  tripulaciones  y  damés^nte ,. 
de  mar.  Afladió ,  ^^que  conociendo  su.valor  y  resolución^ 
estaba  creído  que  ninguno  seria  tan  cobarde  y  tan  pusi- 
láidme  que  quisiera  estimar  su  vida  mas  que  la  suya,  ni 
de  tan  débil  corazón  que  dudase  ir  con  él  á  Méjico ,  don- 
de tanto  bien  le  estaba  aparejado ;  y  que  si  acaso  se  de- 
terminaba alguno  á  dejar  de  hacer  esto,  se  podía  ir  ben- 
dito de  Dios  á  Ouba  en  el  navio  que   l¿Abia  degado ,-.  de 
que  antes  de  mucho  se  arrepentiría^  viendo  la  buena 
ventura  que  esperaba  le  sucedería.''  Xos  soldados,  con 
este  discurso  del  general ,  como  sucede  en  las  reunionea 
numerosas,  pasaron  de  lacoasteoteacion  al  entusiasmo^ 
y  una  aclamación  general4  Mtjfiooj  á  Méjico ,  fué  la  con^ 
testación  del  ejército. 

Pero  ésta  marcha,  parala  que  todo  estaba  prevenido^ 
íaé  de  nuevo  interrumpida  por  otro  incidente  de  los  que 
fireonentemente  oconrían  en  el  sistema  que.  sé  seguía  da 
hacer  las  conquistas  por  vía  de  ampreeaa^particulttrea. 
Frandaco  de  Oaray^  gobemader  áe  la  Jamaica^  á  la  ¿una 


teloidfiioabniBi6BiíOBdeOryaIva«  iialú  ooqimda,  i  1^ 
c6fto  ^vetQOdtoado  «^  el  deooabrídor  de  aqueÜ»  parU  .  * 
de  coete^e  oMxe  desde  ^1  ño  de  Planeo ,  4?  dond^  jGrri-,  ^ 
jalv»  seluibiavaeltoy  hasta  la  Florida,  y  hi^bia  obte.-, , 
nido  el  títialo  de  adelantado  y  la  üaonltad  de  facmar-  est%  . 
bleoíonentoB  tti  todoaqoel  paüu    Había  mandado  coíi 
este  objeto  onatro  buqne%  los  cuáles  se  habían  pcesfp^ij  . 
"úo  delante  de  la  Villa-Biga  sin  querer  entrar  en  elpiíierto»   . 
no  obstante  las  señales  qne  se  les  habían  hecho  ^ra  Ila« 
marios.  Joan  de  Bsoalante,  qne  habla  quedado  niandañ-i 
do  anaquel  panto  y  dio  Inego  aviso  de  la  novedad  áCtar[- 
léS|  quea,  con  su  aoostnmbrada  actividad,  partid  íj^- 
mediatameate  puft  el  puerto ,   ajando  su  ejército  eñ 
OempoalabájoelmandodeAlvaradoySandoval:  y  ha*. 
taendo llegado, 'sin  qnexer reposar  un  momento,.. pprq^^ 
Bssndpda  un  ^verhio  vulgar,  dvjo:  ^'que cabra cqja.  < 
notsi^  sitttay " ,  se  dirigió  á  la  plajea  al  puntQ  dóndi; . 
estaba  lbanq¡MQ>ano  de  los  buques ;  nias  antes  dé  il^:ar  \ 
allá  fe  «i|9ooitir6  oon  un  eseiibanó  á^e  oon  doslesüs^s  y%  , r 
nía  á  aotíiloarleiiue  ab«id¿aa«e  aquella  partan  de  c6s^\'^ 
por.  perten^lper  ¿  laooncegion  hecha  A  Oaray^  Úortéá^e-J*^ 
tavb  agestes  taes  iadividubs,  y  por,  su  medifl^  coa  el  ártia- .  ^ 
cío  dis  haesrlés  eambiar  de  traje  obá  tres  soldádoe  st^yos, ; ' 
queopatetedistráasaaceroaroaal  bqqi^  px^t#i¿^  en^ . 
tesr  ea  oosdánieacioa  oofi  la  geate  de  este,  mitonologr^.. 
hsesr  desembaioar  y  coger  masque  cuatro  soldados,  pu^ 
los  demás  alaaron  velas  y  se  hicieron  á  la  mar.  BijL  estos 
easipe  los  conquistadores,  en  vez  de  darse  i|uxílio,se  tra- 
taban hostilmente  entre  si,  /defendían  sus  concesiones 
contra  sus  mismos  paisanos  como  contra  un  enemigo,^- 
traajero.  Asi  Seiba  repartieado  todo  el  coatineate  de  A^ 
mérica,  sin  datos  ningunos  en  que  fundar  eftta  di^tribu-^.' 
don^  V  los  aalurales  de  él  se  encoatrabaa  ser  vasalU^  de  . 
oapríaeípeáquieaaohabiiM^oidoaaacaaombrar,  per!^  .. 
que  los  oonsid^ba  sus  subditos  taa  positivamente  <K>* .  : 
nio los  nacidos  ea  BUS  antignlM  r^iaoB^  segua  sevéea  1%    , 
insizúoGioa  de  Yela^quez  Cortés,  sia  saber  twrpoco  este  , 
niínoipe  ni  sos  ageates  qtiiéaes  eraa  ai  doade  .estaba^ ,  £%« 
les  vasallos.  1  ',.(. 

Bemovido  este  auevo  motivo  dé  iaquietud,  OortéB  siw^ 
por  ft|  de  Oemtpoala»  á  cuya  pobladoa  puso  por  aombrl 
AmO!^  el  día  16  de  agosto  de  aquel  a&o  do  1518,  con  la 


'  *  <,; 


—  62   — 

Li  como  él  midmo  dice  al  «mperadot  Garlos 
Vy  <Mé  irá  VÉftf  áó  qnféra  que  efitaTiese,  ft  'aqael  ¿tmí  s^ 
fior  ¿átí  86  líamalya  Mocte^eama,  y  haberlo  preeíó  6  muer- 
to b  subdito  á  la  borona  real  de  Y.  M.''  Bl  oaciqüe  de  . 
Oempoala  le  did  cuarenta  indios  prinoipáles  qne  le  gniao 
sen  y  acompasasen .  y  doscientos  tameme$  6  eargadóres, 
cada  iiíio  de  los  cuales  cargaba  'dos  arrobas,  para  llevar  la 
ttrtUlerli^  pnés  en  cnanto  á  bagajes  dice  Bemal  Diaz :  pa- 
ra nosotrofer  los  polnres  soldados  no  habiamos  menester 
ninguno  y  terqueen  aqnel  tiempo  no  teníamos  que  lle- 
var I  porque  "nuestras  armas  Con  ellas  dormíames  y  ettu« 
minábamos ,  siempre  muy  aperóibldos  para  pelear."  Frtt* 
dente  precaución  de  caiAtan ,  que  i>enetrando  en  un  pais 
desconocido  no  queria  dejar  nada  á  la  casualidad , 
sino  ir  siempre  prevenido  para  cnanto  pndlera  ocurrir. 

Ouatro  meses  habla  permanecido  Oortés  en  la  costa  de 
Yeraerüt,  durante  los  cuales  habia'  sublevado  contra  iu  * 
Bobéraitcl!  á  nna-gran  parte  de  los  pueblos  de<Iá  semisíía , 
habla  átáca&o  el  culto  establecido  6  insistidcf  en  snieso- ' 
1UCÍ09  9e  pasaf  á  Méjico ,  sin'  qne  en  tanto  tiempo  Moc^ 
teamiatt.;  alarmado  ya  Justamente  diBSde  el  suceso  de  Tá*- 
basOó  t'  litibidBe  tom&do  1»  menor  providénéltf  nára  sn 
defeñsaV  ^  aun  siquiera 'ntuado'un  ejército  de ebserva^' 
don  q^Q^  Vrtorbáse  á  lók  ^^afioles  el  pasó  á,  im'ésfpita^^ ' 
si  lléviitiatiri^lánte  ^  intento  de  bt  á  ella  contra  sif  vó^* 
luntad.    iTódose  haMa  reducido  á  iflrecuentes  embajadiii' 
á  Oórtés  i  instándole  para  que  se  retirase  j  con  lo  qué 
poniadbmauiflesto.su  temor  ^  acompafiadas  de  presen-' 
tes  qué  estimnlaban  mas  en  aquel  el  deseo  de  poseer  un 
pais  que  tantas  rfí^aeisasproduda.  Oonforme  al  consejo  de 
los  ¿eitñpoaltecas .  6ortés  dirigió  sn  marcha  porTlaxca- 
la,  t^  ^^  ^^  república  amiga  de  aquellos  y  enemiga 
de  los  mejicanos :  el  derrotero  que  signió  ha  sido  demar-* 
macado'con  diligencia  por  el  Sr.  arzobispo  liorenzaua  j 
en  la  noticia  qué  precede  á  las  cartas  del  mismo  Oortés 
á  O&rlóB  Y/  que pu¿)lic6  en  esta  capital  en  177Q«  aunqne 
padécela  équivbcacion  de  hacerle  partir  de  la  Antigua  / 
pobladon  que  entonces  iio  existía ,  pues  la  Yillá^Bica  se 
trasladó  primero  couio  hemos  visto  á  las  inmediacioneár 
de .  Qiúabislá^ , ,  donde  pe^anedó  durante  la  oonmilstai 
habiéndose  mtidado  después  á  lá  Artigna  ^  de  donde  vol- 
vió al  cabo  de  algunos  años  al  puesto  qué  hoy  ocuj^ii.lá 


•f 


.-  63  — 
.  adqal  oindad  deYeraGrui  qae  es  ej  mismo  en  qa^  das- 
>  embarcó  Portes  é  hizo  la  primera  faadnoioa:^ .  Tariaciones 
ea  qoe  ^  ai  se  ha  tenido  por  objeto  m^orar  de  temperamen. 
to ,  no  se  ha  m^'orado  mucho  con  ellas.  .    /       *     . 

So  entra  ¿n  mi  plan  seguir  meáuds^meuté  todos  los  pa- 
sos de  los  conquistadores,  sino  solo  fijarme  en  aquéllos 
principales  que  caracterizan  la  conquista,  y  dan  a  cono- 
cer, las  ideas  que  dominaban  en  el  sigio  en  que  se  yeriñ- 
có  f .  pasado  ligeramente  sobre  todo  lo  demás»  En  su 
^narcha  f  Cortés ,  en  todos  los  pueblos  á  donde  llegaba  ^ 
hacia  cesar  los  sacriflcios  humanos ,  daba  alguna  tintura 
de  la  religión  cristiana ,  hacía  reconocer  al  rey  de  Casti- 
Ua  como  soberano ,  y  levantaba  cruces ,  recomendando 
88  las  mir%Be  con  acatamiento  y  reverencia ,  -á  cpya  prác- 
tica seopi|SO  el  padre  Fr.  Bartolomé  de  Olmedo,  relj« 
gioso  mercedario  que  acompañaba  al  ejército «  y  en  coja 
conducta  se  vé  /siempre  dominar  un  celo  ilustrado  y  Ter- 
daderamente  cristiano ,  por  el  cual  contenia  dentro  de 
JQStos  límites  ios  impulsos  menos  prudentes  de  Cortés;  y 
en  esta  ocasión  le  manifestó  que ,  habiendo  salido  de  los 
pueblos  de  los  totonacas,  sobre  cuya  obediencia  sé  podia 
OQutár.  era  exponer  á  desacatos  é  irreverencias  lainsig* 
nia  de  lá  redención  y  dejándola  á  la  voluntad  y  al  c^ipri- 
chQ  de  pueblos  que  no  tenían  idea  alguna  de  los  miste- 
ñdi  que  representaba. 

Nada  deseaba  tanto  Cortés  como  entrar  en  relaciones 
amistosas  con  Tlaxcala :  á  este  fin  dirigió  su  marcha  por 
aqoe^  ciudad ,  y  al  acercarse  al  territorio  dé  la.  Jfepú- 
bUca  mandó  una  embajada  con  cuatro  de  los  i^incipales 
eempoaltecaSy  que  f nerón  conductores  de  una  carta  en 
qne  pedia  paso ,  aoompañándola.con  un  presente  en  que 
manifestaba  el  aprecio  que  hacia  de  la  fama  gnerrera  de 
aqnella  nación,  ÜTo  era  de  creer  que  la  carta  fuese  com* 
prendida  por  el  senado  á  quien  se  dirigía ;  pero  Bernál 
Diaz  dice  que ,  aunque  bien  lo  entendieron  así  los  es- 
pañoles ,  creyeron  que  viendo  los  tlaxcaltecas  papel  dife- 
rente del  suyo ,  conocerían  que  era  de  mensajería.  Tar- 
daban en  regresar  los  enviados ,  y  Gortés ,  habiénd  eos 
esperado  tres  días ,  resolvió  continuar  su  marcha  con  más 
qne  BU  acostumbrada  vigilancia ,  y  á  la  salida  del  valle, 
^r  él  cual  habia  sej^ido  su  camino  se  encontró  con 
ima  gran'cerca  de  piedra  seca  que  atravesaba  todo  el  va- 


—  64  — 
He  de  nna  montafla  á  oti  a ,  dispneBta  de  maoera  qae  ee 
podía  combatir  oou  Begnrídad  deade  arriba ,  6úñ  una- eii«« 

'  tradadedfez  ^asos'de  aocbo ,  eabierteoon  tmerceroa^dO' 
ble  qae  la  cerraba  y  defendía.  Eeta  fortifiGaQi<Hi>^1Jába 
•ingente  que  la  gauruecieee;  pero  en  solides  y  estreohara 
Heno  de  admiración  6  loe  españolee ,  inquietes  ya  por  ¿I 
retardo  de  sns  enviados ;  xnas  Cortés,  poniéndole  at  fren- 
te de  sa  caballería,  se  entró  por  la  angosta  pnerta  di- 
eiendo  á  snj^  soldados^  Sefiores :  sigamos  nuestra  bande* 
ra,  qne  e^  la  señal  de  la  croz ,  qne  oon  ellaTCnceremoa." 
j  el  ejército  le  signió  lepitíendos  ^^  Yamos  mnelioea  bae- 

'  ¿a  bdra ,  iijáe  Dios  es  fii^rza  verdadera . "  '  A  poco  aiidar 
se  dejaron' ver  afganos  tlaxcaltecas  armados,  que  habien- 
do hecho  resistencia  6  la  cabaUería  mandada  á  su  alcan- 
ce ,  se  trabó  nná  acción  empeñada  oon  coto  de  cuatro  & 
eínco  mil  hombres  qne  salieron  em  defensa  de  sas  com- 
pañeros de  nna  emboscada  en  qne  estaban.  Los  espa- 
ñoles tuvieron  ocasión  de  conocer  en  este  combate^  et  va- 
lor v'destreza  de  los  tlaxcaltecas,  que  les  hirieron  al^unoa 

'  soldados  ymataron  dos  caballos:  pérdida  muy  grande  en 
aquéllas  circunstancias 9  enqtie  uña  ^an  piártele  la 
preponderancia  de  los  españoles  consistía  en  éstos  ani- 
males desoonoddos  &  los  indios ,  á  qnienes  llenaban  da 

'  efapánto. 
'  Erte  ataque  fué  el  resultado  de  la  política  capciosa 
que  el  senado  había  adoptado.    Fnese  por  recelo  de 'qne 
los  éisj^ñoles  estuviesen  cealigados  con  los  mejicanos, 

•^  %helnJ¿os  perpétttoé  délos  tlaxcaltecas:  recelo  que  se  fon* 

t  ^  en  ^que  los  veían  acompañados  por  los  de  Oémpoála  y 

^ide  ótrós  pueblos  tributarios  de  los  mejicanos  j^  ó  por  <Axos 
métiros ,  hablan  resuelto  impedirles  el  paso  pfft  eu  terri- 

'  tbrib ;  peto  no  queriendo  romper  manifiéstamelile,  com- 
binaron el  dc^jarse  un  camino  de  disculpa'sl  la  fortuna  les 
era  adversa,  imputando  las  hostilidades  á  sus  géumlea 
ó.  atribnjéndolas  á  deflmas  de  las  tribus  otomies  ^ue-  cir- 
cúiiídaban  sus  límites.  Por  esta  conducta  tortuosa ,  y  por 
la  que  Mocteasuma  siguió  en  el  curso  de  sus  eontesoacio- 
nes  con  Cortés ,  se  deja  conocer  que  la  •  doblen  coi^'qne 
procedían  por  aquellos  tiempos  algnnop  soberanos  dé  Eu- 
ropa no  era  cosa  desconocida  por  los  gobiernos  de  A- 
marica  que  más  adelantados  estaban  en  la  civilÍBaciob. 
T&áA  esta  guerra  de  Tlaxcala  es  la  parte  mas  intore- 


♦i 


—  Ca- 
sante y  poética  de  la  oonqnista.  El  lector  no  cree  lecorH 
rer  en  ella  los  sncesos  de  ana  historia  moderna ,  sino  qne 
le  parece  trasportarse  á  los  tiempos  de  Homero  y  á  los 
campos  de  Troya,  con  la  relación  de  aquellos  combates 
en  qae  brilla  el  valor  y  debtreza  personal  de  los  béroes; 
en  qne  los  tlaxcaltecas ,  despreciando  el  furor  do  ]o8  ca- 
ballos, se  asían  de  la  lanza  del^ginete  y  forcejeaban  á 
brazo  partido  para  derribarle  y' desarmarle,  en  qae  los 
escuadrones,  abiertos  con  largos  senderos  por  las  descar- 
gas de  artillería,  se  volvían  a  cerrar  con  nuevos  comba- 
tientes', arrebatando  de  lavifita  &  los  muertos  y  d  loa  be- 
ridos  ,  para  qne  el  enemigo  no  conociese  la  pérdida  sufi  i- 
da.  Los  sacrificios  á  Oamaxtle ,  divinidad  protectora  de 
los  tlaxcaltecas,  y  los  orácnlos  de  los  sacerdotes  de  esto 
ídolo ,  alternan  con  los  actos  mas  fervorosos  de  piedad 
del  culto  cristiano^  los  grandes  caracteres  de  Jicoten- 
cati  y  Cortés  domuRn  y  sobresalen  en  toda  esta  escena 
de  animada  acción ,  como  Héctor  y  Aqniles ,  en  la  Iliada 
son  el  centro  de  donde  parten  todos  los  sncesos. 

Cortés  entonces  combatía  casi  solo  con  sus  españoles , 
pae^^annqne  habia  reunido  algunas  tropas  aliadas,  tan- 
to de  Cempoala  como  do  los  lagares  de  su  tránsito ,  tatas 
eran  en  corto  número .  no  excediendo  de  tres  mil ,  aun- 
qne  le  fneron ,  sin  emoargo ,  de  grande  utilidad.   Al  se- 
gando dia  de  marcha  por  el  territorio  enemigo ,  qne  fué 
el  2  de  noviembre,  se  presentaron  los  cempoaltecas  que 
fueron  enviados  como  embajadores ,  refíiiendo  que  habían 
sido  detenidos  y  pacatos  eu  prisión  por  los  tlaxcaltecas, 
que  los  destinaban  á  ser  sacrificados ,  logrando  escapar* 
se  en  la  noche ,  y  al  mismo  tiempo  anunciaban  que  un 
grande  ejército  se  aproximaba  para  atacar  á  los  españo- 
lea. A  penas  tuvo  Cortés  tiempo  de  dar  sus  disposiciones, 
cuando  se  presentó  á  la  vista  el  enemigo ,  en  número  de 
mas  de  cien  mil  hombres ,  segan  el  mismo  Cortés ,  y  mas 
de  cuarenta  mil ,  según  Benial  Diaz,  ambos  testigos  o- 
culares  del  suceso :  ¡  tanta  es  la  variedad  qne  se  encuen- 
tra casi  siempre  en  la  historia  en  materia  de  cifras  I  Cor** 
é,  observando  las   formalidades  establecidas  en  las 
iquistas  de  América ,  comenzó  por  medio  de  los  intér- 
ites  á  amonestar  á  los  tlaxcalteca8,|y  requerirlos  con  la 
s  por  ante  escribano;  pero  acercándose  mas  y, mas  agüe- 
la se  empezó  á  hacer  uso  de  las  armas.  El  combate  fué 

DXSSBTAOieNBS.— TOMO  L— tf 


—  66  — 
reüido,  y  en  él  loa  tlaxcaltecas  mataron  ana  yegnaqae 
montaba  Pedro  de  Morón,  El  empeño  qne  tenían  para 
llevurde  la  yegua  mnerta ,  y  el  de  ios  españoles  en  defen* 
derla  y  poique  no  perdiesen  los  indios  el  tenor  á  los  ca- 
ballos viendo  quepo  Jiau  matarlos,  con  cuyo  objeto  oonl- 
taion  los  dog  que  murieron  en  la  piimera  batalla ,  recru- 
deció la  pelea,  en  la  que  por  ñn  loá  españoles  pudieron  sal- 
var ia&iiU  cortando  la  ciuclia;  pero  los  tlaxcaltecas  que- 
daron dueños  de  la  yegua,  la  que  hicieron  pedazos  para 
mostrarlos  A  todo:s  los  pueblos  de  la  república,  y  lamber* 
rallaras  fueron  ofrecidas  á  los  ídolos.  Los  españoles  triun^ 
faron  por  lln,  aunque  con  la  pérdida  de  algunos  heridos, 
á  los  que  curaron  con  la  grasa  de  un  indio  gordo  muerto 
en  la  batalla ,  pues  no  habla  aceite  ni  otro  género  de  me- 
dicamento. 

Los  combates  se  continuaron,  a<iHiendo  cada  vez 
mayor  número  de  tlaxcaltecas,  y  siendo  por  lo  mismo 
mart  critica  la  situación  de  los  españoles.  Cortés  había 
hecho  proiTosiciones  de  paz  por  medio  de  dos  de  los  prin- 
cipales prisioneros,  A  quienes  puso  en  libertad  con  os^te 
ñu;  pero  éátíis  volvieron cou  una  respuesta  altiva  y  ame 
nazadora  por  parte  del  bizarro  Jiootencatl ,  general  de 
las  tropas  de  la  república ,  anunciando  una  acción  decisi- 
va, para  la  que  había  reunido  todas  sus  fuerzas.  Oon  es- 
te aviso  los  eí<pañoles  se  prepararon  en  la  noche  con  el 
sacrametito  de  la  peüitencla,  por  que,  ^^como  somos 
hombres,  dice  el  valiente  y  Hincho  Berual  Díaz,  temía* 
inos  la  muerte.  ^  Tomadas  por  Cortés  todas  las  disposi- 
ciones necesarias  ,  amaneció  el  día  5  de  setiembre  de 
1519 ,  célebre  en  la  historia  de  la  conquista ,  por  la  seña- 
lada viot/Oria  que  los  españoles  ganaron  en  los  campes 
de  Tzompachtepetl.  Con  ella  se  habría  terminado  la  guer- 
ra,  y  con  este  fin  Cortés ,  aprovechando  el  golpe  decisi- 
vo que  acababa  de  dar,  mandó  una  nueva  embajada  al 
senado  con  proposiciones  de  paz :  el  partido  que  en  él  ha- 
bla en  favor  de  é;sta^  y  á  cuya  cabeza  se  hallaba  Magis- 
catzin ,  hizo  nuevos  esfuerzos  para  inclinar  á  ella  á  aquel 
cuerpo,  haciendo  valer  oon  este  objeto  la  generosidad 
con  que  Coi  tés  había  puesto  en  libertad  á  los  prisioneros, 
cosa  can  deau:iada  entre  las  nacioues  de  Auáhuao  en 
aquel  tiempo,  todas  las  cuales  los  destmabah  al  sacriñcio 
en  las  araa  de  sus  dioses;  pe^o  no  obstante  esto ,  prevalí 


—  67  — 
leció  todavía  el  partido  que  estaba  por  la  guerra,  iBda* 
oídos  taoibieo  á  coiitiQaarla  por  los  Bacerdotea  de^  boa  ido 
l«>s,  qaienes  habiendo  sido  consultados  sobre  bI  loa  e^])fl' 
fióles  eran  verdaderamente  eéroa  aobrenatumles ,  conten- 
taron :  que  si  bien  no  eran  iamortalea  j  pero  que  8Íeudo 
hijos  del  sol ,  recibían  de  dia  retuerzo  y  va^or  por  lohi  ra 
yes  de  la  luz  de  ^a  padre;  pero  que  por  oot^he  quedaban 
deafallecidos  con  la  ausencia  de  aquel  astro,  ycaeilan 
fáeil  presa  en  manos  de  los  tlaxcaltecas  para  ser  eac  ili- 
cados  los  dioses.  Oon  t^les  esperanzas  se  resolvieron  á 
dar  nn  ataque  nocturno,  y  para  conocer  mejor  la  ^itua^ 
cion  del  campamento  de  ¡Cortés,  mamlaron  htjata  cio^ 
cuenta  espías,  que  fueron  conocidos  y  descubiertos  por 
lOB  cempoaltecaí)  Presentados  á  Cortés,  y  resultando  del 
examen  que  de  ellos  ee  hizo,  que  en  efecto  liabiau¡vt!LiJo 
á  observar  su  campo,  les  hizo  cortar  á  todos  las  manos , 
y  en  este  estado  los  volvió  á  Jicotencatl ,  diciéndole  que 
estaba  dispuesto  Á  recibirle  de  noche  y  de  dia.  El  ataqne 
Be  verificó  con  un  éxito  tanto  mas  desgraciado  para  los 
tlaxcaltecas ,  cuanto  que  siendo  una  noche  de  luna ,  y 
dando  ésta  de  espalda  á  los  españoles ,  loe  hacia  parecer 
otras  tantas  figuras  gigantescas  que  aumentaban  el  ter 
ror  de  los  contrarios. 

No  quedaba  ya ,  pues,  recurso  por  probar ,  y  Cortés , 
atento  siempre  á  aprovechar  todas  las  ocasiones ,  hizo 
Bueva  intimación  oon  el  tono  que  bus  triunfos  le  autori- 
zaban  á  tomar,  amenazando  que  si  no  ee  le¡r^cibía  pacífí- 
dameute  en  la  capital  ,  se  presentaría  á  destruirla  y  lle- 
varlo todo  á  faego  y  sangre ,  y  para  hacer  ver  que  esto 
no  era  ana  ameuaza  vana,  recorrió  algunos  pueblos  cir^ 
convecinos,  no  obstante  el  mal  agüero  de  la  caida  do 
cinco  caballos  al  emprender  la  marcha,  por  lo  que  los 
que  lo  acompañaban  le  aconsejaban  que  fie  volviesen  , 
pero  **  considerando ,  dice  él  mismo ,  que  Dios  es  sobre 
natura ,  ante  que  amaneciese  dio  sobro  dos  pueblos  y 
mató  mucha  gente."  Pero  si  los  tlaxcaltecas  estaban  a- 
cobardados  con  el  mal  éxito  de  la  guerra ,  no  estaban  me 
nos  atemorizados  los  españoles,  viendo  la  re&istencia 
que  les  habían  hecho  y  la  bizarría  con  que  habían  pelea- 
do. Formaban  corrillos  los  descontentos ,  y  Cortés ,  que 
todo  lo  observaba ,  oyó  decir  á  algunos  en  una  choza ,  á 

]a  (jTje  se  acercó  pin  íjuq  le  Yleran  Ioíi  que  dentro  í?®  ^üa 


—  68  — 
estaban,  que  bí  era  tan  loco  que  se  metiera  en  donde  no 
podríti  salir ,  qne  no  lo  fuesen  ellos  y  que  se  volviesen  á  la 
m»v.  Lc»8  aliados  cempoaltecas  estaban  igualmente  desa- 
len tados,  y  ya  no  so  Labiada  del  viaje  á  Méjico  sino  como 
dt)anacu84í*aDtá^ticaé impracticable.  Oortes  inspiró  uuf- 
vo  valoren  BUS  soldados^  diciéndoles '^  que  mirasen  que  e^ 
ran  vasallos  de  vuestra  alteza,  le  dice  á  Carlos  V,  y  qne  ja- 
más en  los  españoles  en  ninguna  parte  hubo  falta ;  y  que 
ékmíí  de  facer  lo  que  como  ciistiaiios  éramos  obligados, 
en  puüar  coutra  los  enemigos  de  nuestra  fé ,  y  por  ello 
en  el  otro  mundo  gauábamos  la  gloria,  en  este  conse- 
guíamos el  mayor  prez  y  honra  que  hasta  nuestros  tiem^ 
po  ninguna  generación  gauó.  Que  teníamos  á  Dios  de 
nuestra  parte,  y  qne  á  él  ninguna  cosa  es  imposible ,  y 
que  lo  vieseo  por  las  victorias  que  habíamos  habido , 
donde  tanta  gente  de  los  enemigos  eran  muertos  y  de  los 
nuestros  ninguno. "  Oon  tales  razones  cobraron  mucho 
ánimo ,  y  Gort/és  logró  ^<  traerlos  á  su  propósito  y  á  facer 
lo  que  dcHoaba  ^  que  era  dar  ñn  en  su  demanda  comen- 
zada. Por  otra  parte ,  doña  Marina  •  que  estaba  poseída 
de  las  mismas  ideas  y  lenguaje  de  los  conquistadores ,  y 
en  cuyo  ánimo  varonil  jamás  había  tenido  cabida  la  fla- 
queza,  £egau  el  elogio  quede  ella  hace  Berna! Biáz, 
"sino  antes  muy  mayor  esfuerzo  que  de  mujer ^  '^  en  me- 
dio de  los  mayores  riesgos  alentaba  á  los  aliados ,  didón- 
doles  que  ^<  no  tuviesen  miedo,  porque  el  Dios  de  los  cris- 
tianos, que  es  muy  poderogo,  los  sacaría  de  peligro. 

Cortés,  en  tan  difíciles  circunstancias,  se  había  encon- 
trado además  atacado  de  unas  calenturas  peligrosas;  pe- 
ro su  carácter  enérgico  se  sobrepuso  á  todo  sin  cesar  de 
salir  al  frente  de  sus  tropas  ,  ni  aun  en  un  estado  de  sa- 
lud tan  débil ,  que  su  conservación  ha  sido  tenida  por 
milagrosa  por  algunos  histoiiadoresdela  conquista.  En- 
tro tanto  el  senado  de  Tlaxcala  se  decidió  á  hacer  la  paz, 
no  obstante  la  resistencia  del  valiente  general  Jicoten- 
catl ;  pero  los  desastres  sufridos  habían  quebrantado  v 
espíritu  de  las  tropas ,  y  no  era  ya  posible  llevar  mas  a 
delante  la  resistencia.  El  mismo  Jicotencatl ,  con  otrai 
cincuenta  personas  principales,  se  presentó  al  capitaj 
español  á  pedir  la  paz ,  y  en  su  discurso  no  se  humUló 
presentar  bajas  disculpas,  sino  que  atribuyó  la  resiste* 
cia  que  la  rep&blica  había  hecho  á  los  españoles  9  *  aqr 


—  69  — 
espirita  de  libertad  é  indepeadencia  qoe  había  hecho  qoe 
los  tiaxealtecas  rechazasen  dorante  tantos  afíos  el  yngo 
mfgioano ,  sojetándose  á  toda  especie  de  privaciones  y 
miserias.  Cortés  le  contestó  atribuyendo  todo  el  mal  que. 
Iiabia  Sucedido  á  no  haberle  qnerido  recibir  como  amigo, 
segOB  se  lo  hablan  hecho  esperar  los  cempoaltecas ,  pero 
se  dio  por  satisfecho  de  sns  excusas ,  habiendo  quedado 
y  o&ecídose  los  tlaxcaltecas  por  subditos  y  vasallos  de 
la  corona  de  Oastilla. 

En  seguida  pasó  4  la  capital ,  en  la  qne  entró  el  dia  22 
de  setiembre  de  1519 ,  y  fué  recibido  por  los  habitantes , 

00  como  nn  vencedcnr  en  cuyas  manos  los  ponia  la  snerte 
de  las  armas ,  sino  con  todas  las  muestras  de  cordialidad 
qae  se  hacen  aun  antiguo  amigo ,  y  desde  entonces  se 
formó  aquella  liga  fiel  entre  Cortés  y  los  tlaxcaltecas,  qne 
no  sa  desmintió  en  ningunas  circunstancias ,  resaltando 
mas  la  lealtad  de  aquélla  nación  en  los  mayores  reveses 
de  fortuna  de  los  espafioles ,  quienes  consideraron  siem- 
pie  á  Tlaxcala  como  sn  apoyo  el  mas  firme  y  el  centro  de 
todas  sos  operaciones  sucesivas.  Si  la  guerra  hubiera  du- 
rado mas  tiempo ,  y  los  tlaxcaltecas  hubiesen  podido  pe- 
netrar la  verdadera  situación  de  los  españoles,  esta  era 
dttnasiado  peligrosa  para  iK>der  evitar  su  ruina*  Fatiga- 
dos eoQ  tan  oontínaos  combates ,  enfermos ,  heridos ,  y 

.  mas  que  todo  discordes  entre  sí,  su^destruooion  era  inevi- 
table: y  si  en  estas  circunstancias,  Moctezuma,  dejando 
sa  política  tímida  é  incierta ,  hubiera  unido  sus  fuerzas 
áhyg  de  Tlaxcala,  habría  conservado  su  corona  y  evita- 
do la  triste  suerte  que  le  amenazaba.  En  vez  de  hacerlo 
así,  esperó  tranquilamente  el  resultado  de  la  contienda 
empalada  con  los  tlaxcaltecas ,  y  cuando  vio  que  la  for- 
tana  se  declaraba  por  los  españoles ,  envió  &  Cortés  una 
Hueva  y  magnífica  embajada ,  compuesta  de  cinco  de  los 
principales  señores  de  su  corte ,  con  doscientos  esclavos 
qae  llevaban  un  rico  presente ,  en  que  entre  otras  cosas 

1  '  \i  tres  mil  onzas  de  oro  en  granos.  Los  embajadores 
f  itaron  á  Cortés  por  sus  victorias ,  y  renovaron  sns 
i  >ncias  para  que  no  pasase  á  Méjico^  con  los  pretex- 
t  Idícolos  de  las  dificultades  del  cammo  y  la  inseguri- 
i  que  tendrían  en  su  capital  ^  ofreciendo  además ,  en 
I  )te  de  su  soberano ,  pagar  un  tributo  anual  de  oro  ^ 
I      -  ^AtnáB  riquezas  que  tenia.  Las  yictorias  de  Tlwi- 


—  72  — 
de  los  cadqaea  .f aeron  recibidas  y  bautizadas*  Una  de 
ellas  I  hija  dol  anciano  Jicotencatl,  padre  del  general  del 
mismo  nombre ,  recibió  el  de  doQa  Lnisa ,  y  f aó  dada  á 
Pedro  de  Alyarado,  á  quien  los  indios  llamaban  Tonal iuh, 
esto  es  8olf'  por  lo  rubio  de  sus  cabellos ;  y  como  eran 
muy  indinados  &  dar  sobrenombres  por  cualquiera  cñr. 
cunstancia  aocidental  de  la  persona,  llamaban  h  Oortéa 
Malintzin  6  Malinche  j  porque  tenia  frecuentemente  á  bu 
lado  á  doQa  Marina  ^  como  su  intérprete.  La  descendeU'- 
cia  de  Alvarado  y  de  ésta  doña  Luisa  so  enlazó  des-* 
pues  en  España  con  la  familia  de  los  duques  de  Albur- 

querque. 

Entre  tanto  ^  los  embajadores  de  Moctezuma  ^  que  ha- 
bian  permanecido  con  Gortés  ^  se  esforzaban  en  persna^ 
dirle  que  no  entrasen  en  alianza  con  los  tlaxcaltecas ,  in- 
vitándole á  pasar  á  Gholnla ,  ciudad  que  solo  dista  seis 
leguas  de  aquella.  Los  tlaxcaltecas ,  por  el  contrario^ 
enemigos  antiguos  de  los  de  Oliolula «  consideraron  eata 
invitación  como  sospechosa,  y  procuraban  disuadir  á 
Oortés  de  tal  designio.  Gholula  era  entonces  ciudad  de 
gran  importancia,  ypodiaser  considerada  como  la  Ro- 
ma de  Anáhuac :  tal  era  el  número  de  loa  templos  y  Ja 
veneración  con  que  se  veia  el  que  estaba  consagrado  á 
Qnetzalcoatl ,  cuya  misteriosa  misión  ha  dado  motivo  ft 
tantas  indagaciones  y  y  que  el  P.  Mier  cree  haber  sido  el 
apóstol  Santo  Tomás  y  fundando  su  sistema  en  muebas 
razones  muy  ingeniosas.  Este  templo  es  la  pirámide  que 
se  conserva  hasta  el  dia ,  con  una  ermita  de  Nuestra  Se- 
ñora de  los  Itemedios  en  su  plataforma  superior ,  y  es 
uno  de  restos  mas  prodigiosos  que  nos  queda  de  la  an- 
tigüedad pagana. 

Entre  las  diversas  embajadas  de  diversas  partes  que 
Clortés  recibió  en  las  tres  semanas  que  permaneció  en 
Tlaxcala,  hubo  unaquellamó  altamente  su  atención.  Eata 
fué  la  que  le  mandó  Ixtlilxochitl ,  hijo  de  Kazahualpilli  , 
rey  defCezcuco ,  quien  habiendo  disputado  la  corona  &  so 
hermano  mayor  Cacama ,  habia  obtenido  una  parte  del 
reino ,  y  conservando  siempre  en  su  pecho  sus  ambici  • 
sos  provectos ,  creia  haber  encontrado  ocasión  de  res  > 
zarlos  con  la  venida  de  los  españoles.  Gon  este  fia  o£ 
ció  sus  servicios  á  Gortés,  quien  se  condcgo  con  la  poli 
ea  que  él  mismo  describe ,  con  motivo  de  las  rivalidad 


—  73  — 
entre  mejieanos  y  tlaxcaltecas :  ^^Tista,  dice  &  OárloB  Y, 
la  diacordite  y  desconformidad  de  los  anos  y  de  los  otros , 
no  habe  poco  placer ,  porque  me  pareció  hacer  mucho  ^ 
mi  propósito,  y  que  podría  tener  maguera  de  mas  alna 
BoJQZgarlos,  y  con  los  unos  y  con  los  otros  maneaba ,  y 
h  cada  uno  en  secreto  le  agradecía  el  aviso  qne  me  dabn, 
y  le  daba  crédito  de  mas  amistad  que  al  otro. " 

Decidida  la  marcha  á  Gholula,  los  tlaxcaltecas,  ya 
que  no  pudieron  disuadir  á  Oortés  de  verificarla,  le  ins- 
taron para  que  le  permitiese  acompañarle  en  gran  núme- 
ro; pctfb  Cortés  no  quiso  que  le  sigaiesen  mas  que  seis 
mil  hombres.  En  Oholola  fué  recibido  con  las  mas  gran- 
des muestras  de  amistad  y  consideración ;  pero  á  poco  se 
eomenzaron  á  observar  señales  indefectibles  de  algún  se- 
creto plan  que  se  entablaba  contra  los  españoles ,  del 
cual  tuvo  Oortes  noticia  cumplida  por  la  comunicación 
que  hizo  á  doña  Marina  la  mujer  de  uno  de  los  caciques, 
que  habla  trabado  mucha  amistad  con  ella.  El  plan  venia 
de  la  corte  de  Méjico ,  y  habia  sido  combinado  por  lo8 
embsy adores  mejicanos  que  acompañaban  á  Oortés ,  con 
quienes  se  hablan  puesto  de  acuerdo  otros  enviados  re- 
cientemente venidos  de  la  capital ,  de  que  Cortés  no  ha~ 
bia  tenido  conocimiento.  Lo  que  se  intentaba  era  atacar 
6  los  españoles  á  la  salida  de  la  ciudad ,  cujas  calles  ha- 
blan sido  cortadas  con  estacadas  ocultas,  para  hacer 
caer  en  ella  á  los  caballos  ,  al  mismo  tiempo  que  de  las 
ftioteas  vendría  sobre  ellos  una  nuáe  de  piedras  y  armas 
arrojadizas ,  de  que  se  habia  hecho  gran  provisión ,  en- 
trando á  la  vez  el  ejército  mejicano,  que  estaba  acampa- 
do en  las  inmediaciones.  Tenian  por  tan  seguro  el  éxito , 
que  de  antemano  hablan  dispuesto  sacrificar  en  Cholula 
una  pfyrte  de  los  prisioneros ,  y  conducir  á.  Méjico  con  el 
mismo  objeto  todos  los  demás. 

Oortés ,  descubierto  el  plan ,  trató  de  tomar  tales  me- 
didas ,  que  no  sólo  le  sacasen  de  la  diñcil  situación  en 
ene  fie  hallaba,  sino  para  dar  un  golpe  [que  convenciese 
I  si  los  españoles  no  podían  ser  vencidos  en  el  campo 
batalla ,  tampoco  i)odian  ser  sorprendidos  por  pérfí- 
artificios.  Por  medio  ds  algunos  sacerdotes  de  los  ído- 
,  á  quienes  con  prMentos  hizo  descubrir  mas  complc'- 
Hite  la  trama ,  citó  á  los  principales  caciques  á  sus 
teles,  para  anunciarles  su  próxima  partida  y  pedirles 

BISBRTACIONES.— TOMO  !•— 10 


—    74:    — 

dos  mil  hombres  para  llevar  bu  artillería  y  bagaje.  Lia 
inó  en  isegoida  á  los  embajadores  merjicanos,  á  quienei 
manifestó  tener  descubierto  todo  el  plan  de  la  conspira* 
clon ,  y  qae  atribn^  éadose  ésta  al  emperadoi^  sn   amo 
debía  ya  tratarle  como  enemigo  y  marchar  como  tal  con 
tra  sn  capital.  Los  embajadores ,  sorprendidos,  se  esfor 
zaron  en  disculpar  á  su  gobierno  y  imputando  todos  á  loi 
caciques  de  Cholula ,  con  lo  que  Cortés  les  ofreció  qnt 
castigaría  severamente  el  desacato  de  acosar  al  ompera* 
dor  de  una  falta  tan  grave  contra  la^lcjes  do  la  hospi- 
talidad.  La  noche  se  pasó  en  contÍDUos  temores  de  un  ata- 
que repentino ;  pero  á  la  mañana  siguiente  ee  pre8enta-> 
ron  los  caciques,  trayendo  un  número  mayor  de  hombrea 
qué  el  que  se  les  habla  pedido.  8e  hace  entrar  á  éstos  en 
un  patio  grande  del  edificio  en  que  estaban  acuarteladoa 
los  españoles ,  y  Cortés ,  llamando  aparte  á  los  caciquea, 
les  echa  en  cara  su  perfidia,  y  ellos  se  excasan  con  las 
ordenes  de  Moctezuma.  Cortés  les  reprende  el  ateatado 
de  imputar  al  emperador  su  propio  delito,  y  con  aire  se- 
vero les  dice  que  hará  por  ello  un  castigo  tan  ejemplar, 
<iue  resonará  en  todos  los  ángulos  del  Auáhuac.  En  este 
momento  se  dispara  un  arcabuz ,  qno  era  la  señal  conve- 
nida: un  fuego  vivo  que  parte  de  todas  las  azoteas  del 
cuartel,  aniquila  en  un  instante  á  los  que  estaban  en- 
cerrados en  el  patio,  al  mismo  tiempo  que  los  tlaxcatte- 
cas ,  que  habían  acampado  fuera  de  Li-  ciudad ,  entran 
en  ella  sin  perdonar  mas  que  á  las  mojeres  y  los  ni&oa  ^ 
matando  ó  haciendo  esclavo»  á  Iom  hombres^  y  eiaque^^bdo 
todai  Ias¡casa8  coa  el  furor  con  que  sevengau  íavtíteradufl 
agravios.  La  obra  de  la  desolación  camiuó  de  tal  manera, 
que,  según  el  mismo  Cortés ,  en  dos  horas  murieron  mas 
de  trciiita  mil  hombres  La  distribución  del  botín  se  ha  • 
cía  por  sí  misma ,  pues  los  tlaxcaltecas  preíeiían  tomar 
los  muebles,  ropas  y  demás  comodidades  de  la  vida  ^  de 
que  su  pobreza  les  habia  hecho  carecer,    mientras  que 
para  los  españoles  presentaba  mayor  atractivo  el  oro  y 
la  plata ,  que  tomaban  como  su  parte.  Cortea  puso  '  ir- 
mino  á  la  matanza ,  y  ofreciendo  el  perdón  por  lo  p   «a- 
do ,  dió  libertad  a  dos  de  los  caciques  que  tenia  dtt    ü- 
dos,  y  por  su  medio  hizo  volver  A  sus  casüs  á  los     a-» 
hitantes  que  hablan  huido  despavoridos,  y  persuad   n- 
Í0  á  los  tlaxcaltecas  que  diesen  lil>ertad  A  lospiisionei  ts, 


—  75  — 
kte  teBiMea  cesar  la  enemistad  gne  había  entre  IO0 
tepoisbloa  Tal  faó  la  terrible  ejecución  deCbolalaf  y 
flp  a»  exsraño  qne ,  como  dice  Üoité»  á  Garlos  Y  ^  de»- 
pon  »^de  este  tranoepasado,  todos  han  sido  y  son  muy 
teoBO&Taaallos  de  Y.  M.  y  muy  obedientes  á  lo  que  }o 
m  «a  real  nombre  les  he  requerido  y  dicho ,  y  creo  lo  so- 
can de  aquí  en  adelante. 

£alo8  qaiuoe  ó  veinte  dias  que  permaneció  Gortés  en 
Cheliila)  na  fenómeno  natural  vino  &  aumentar  los  si" 
Btetros  presagios  qpe  contristaban  á  los  habitantes ,  y 
foé  motivo  para  inspirar  mayor  respeto  hacia  los  espa- 
ntes. £1  Popocatepec  hizo  nna  erupción ,  levantándose 
de  aa  cráter  una  gran  columna  de  humo  y  con  temblores 
dfitíecray  bramidos  subterráceoB.  Gortés^  tanto  para 
examinar  de oeroa el  fenómeno,  ouanto  para  sostener  la 
perenasion  de  que  los  españoles  eran  superiores  á  todos 
tes  peligroa,  despachó  diez  hombrea  ,  entre  ellos  a  Diego 
4e  Ordaa  ,  para  que  reconociesen  la  montaña,  llevando  en 
ra  eofflpaáía  algunos  indios  que  los  guiasen.  Estos  no  se 
alrevieEon  á  pasar  de  cierto  punto ,  ni  los  españoles  tam- 
poeo  pudieron  llegar  á  lo  alto  del  volcán^   taiito  por  la 
Btaeha  nieve ,  que  no  dejaba  añrmar  el  paso ,  cuanto  por 
ls^G«iÍza  que  caia;  pero  pudieron  descubrir  desde  aquella 
altara  todo  el  valle  de  Méjico ,  y  reconocer  el  camino  que 
debüm  seguir  para  llegar  a  él ,  ca>  o  reconocimiento  fué 
snxy  útU  y  satisfactorio  para  Goriés.    Esta  proeza  me« 
lec^  á  Ordaz  que  se  le  concediese    por  Garlos  Y   el 
poatarensus  armas  una  montaña  lanzando  fuego,  que 
kaaído  el  blasón  de  su  familia ,  establecida  en  Puebla , 
6n  donde  oreo  que  todavía  quedan  descendientes  suyoR. 

Bosoelto  Gortéj  á  marchar  á  Méjico ,  Moctezuma  hubo 
deeaderftla  necesidad ,  y  consintiendo  finalmente  en 
hhf  envió  machas  personas  de  distinción  que  le  aeompa- 
liisea  y  dirigieseu  en  el  viaje ,  discnlpándose  del  suceso 
dttChoinla,  que  atribuyó  álos  habitantes  de  aquella  cin* 
dsd.  Por  el  reeonocimlento  que  Grdaz  habia  hecho  des- 
ií  1  Popocatepec  I  Gortés  decerminó  pasar  por  entre  los 
di  '^IcaneSy  no  obstante  las  instancias  quo  ios  ernbaja- 
é  ufj  léanos  le  hacían  para  que  tomase  otro  camino  ; 
p  ''  «pues  del  suceso  de  Oholula  se  reeelaba  de  todo  lo 
q  le  proponía  por  los  mejicanos  j  temiendo  caer  en 
o         ^AAohflJusas.  Hizo  la  primera  marcha  á  Huejocin* 


—  76  — 
jo 'y  donde  faé  mny  bien  recibido,  pnes  aquella  república 
Iiabia  reconocido  ya  el  dominio  de  los  reyes  de  Oastilla , 
y  por  Ameca  y  Gaitlahoa ,  ahora  Tiagna ,  y  Oolhuacán  , 
llegó  á  Iztapalapa.  Grande  y  maravilloso  era  el  gol|>e  de 
vista  qae  se  presentaba  á  los  españoles ,  al  bajar  la  oor- 
dillera  de  montañas  que  cierra  por  el  oriente  el  hermotio 
valle  de  Méjico:  en  el  centro  de  éste  se  descabrían  los 
lagos,  mucho  mas  extensos  que  ahora ,  cuyas  márgenes 
estaban  ocupadas  por  grandes  poblaciones ,  y  en  el  cea- 
tro  se  levantaba  la  gran  Tenochtitlanf  como  cabeza  y  se- 
ñora de  todas.  Diversas  calzadas  formaban  la  comunica- 
cion  entre  la  ciudad  y  las  riberas  de  las  lagunas ,  y  una 
inmensa  muchedumbre  de  canoas  flotaba  en  éstas ,  con- 
duciendo de  una  á  otra  parte  los  víveres  y  todas  las  demás 
cosas  que  animaban  un  tránsito  muy  activo ,  y  toda  esta 
magnífica  escena  estaba  iluminada  por  la  clara  y  hermo- 
sa luz  de  uno  de  los  dias  de  otoño ,  en  cuya  estación  la 
atmósfera  mejicana  tiene  mayor  pureza  y  diafanidad.  Tal 
fué  la  impresión  que  este  espectáculo  produjo  en  los  es- 
píritus y  que  Bernal  Díaz ,  que  escribió  muchos  años  des* 
pues,  exclama:  ^' ¡Agora  que  lo  estoy  escribiendo,  se  me 
presenta  todo  delante  de  mis  ojos,  como  si  ayer  fuera 
cuando  esto  pasó !  '^ 

Moctezuma  habia  mandado  á  encontrar  á  Cortés  al  ca- 
mino á  BU  sobrino  el  rey  de  Tezcuco ,  y  en  Iztapalapa  le 
recibieron  y  obsequiaron  el  señor  de  aquel  lugar  y  el  de 
Golhnacán ,  deudos  inmediatos  del  emperador.    De  allí 
salió  Oortés  para  Méjico  y  donde  hizo  su  entrada  el  día  8 
de  noviembre  de  1519 ,  por  entre  una  multitud  de  gente 
reunida  en  las  calzadas  y  en  canoas ,  llena  de  admira* 
don  con  la  vista  de  los  caballo ,  de  la  artillería ,  del  ar- 
mamento y  traje  de  los  soldados ,  los  cuales  por  su  parto 
veían  con  asombro  y  no  sin  susto  aquella  gran  ciudad,  en 
que  por  todas  partes  se  echaba  de  ver  un  grado  de  ci- 
vilización ,  al  que  no  hablan  encontrado  nada  semejante 
en  todo  lo  descubierto  hasta  entonces  en  América,  y  en 
la  que  podian  ser  prontamente  destruidos ,  por  la  fac  1« 
dad  de  cortar  las  comunicaciones,  alzando  los  muc^   8 
puentes  construidos  en  las  calzadas, 
t    Cortés  entró  por  la  calle  que  ahora  se  llama  del  B  3- 
ro ,  y  que  por  mucho  tiempo  tuvo  el  nombre  de  Iz¿a  k- 
apa.  Moctezuma ,  con  un  acompañamiento  numeroso     ^ 


i 


—  77  ~ 
lió  á  recibirle  d«»8de  bu  palacio ,  qne  ea  ahora  el  palacio 
Qtscioaai,  y  se^ao  aua  aiitigaa  rr^tiicíoD  ,  CMUNHrvad»^  hu 
el  h  isvilt-il  dtí  Jt3Mi|9 1   el  puutKi  ea  qatí  le  eucoQtró  fué 
íreate  á  éste ,  y  por  ret^aerdo  del  nace^io  se  hizo  la  ta^ida- 
eioa  ea  aqael  paraje;  pero  esto  no  eaná  de  acuerdo  i'on  lo 
qae  diise  el  padre  Sabagan  j  qae  hq(íoqo  qae  el  eacii-ntro 
faé  mas  adelaate ,  ni  meaoü)  coa  lo  qae  anicnra  Berual 
Días,  qae  expresa  faé  fuHra  de  la  oiatad.  Moctezama  Ha- 
lado á  Oortés  COJO  agat^ajo ,  felicitándole  por  sa  lleg  ida , 
y  reQÍbi<$^  aa  collar  de  vidrios  de  colores  qae  aqael  le  ecbó 
al  caelio ,  y  cayo  obseqaio  correspondió  laego  con  otro  de 
mayor  valor ,  y  encargando  á  sa  hermano  ,  el  señor  de 
Iztapalapa,  qae  acompañase  á  Oortés,  él  mismo  se  ade- 
lantó á  esperarle  ea  el  alojamiento  qne  le  tenia  destina- 
do,  qae  era  el  palacio  de  sn  padre  Axayacatl ,  qae  esta- 
ba en  la  calle  de  Saata  Teresa,  y  se  extendía  hasta  la  del 
Indio  Triste.  Allí  le  recibió  en  el  patio,  y  conda  5Íéodole 
por  la  mano  á  nn  salón  ricamente  aderezado  t  le  dijo  :— 
^^  Malinche ,    en  vnestra  casa  estáis  vos  y  vaestros  her- 
manos, descansad;"  con  esto  se  retiró ,  ofreciendo  vol- 
ver laego.  Eatodo  este  recibimiento  de  Moctezama  á 
Cortés  se  deja'ver  an  aire  de  dignidad  y  grandeza  tal  y 
qae  en  nada  desdiria  del  ceremonial  de  las  cortes  mas  re- 
Uñadas  de  nnestros  tiempos. 

Moctezama  volvió  á  visitar  á  Oortés  despaes  de  ci>mer, 
y  en  la  conversación  qne  con  él  tavo«  se  manifestó  mny 
snperior  á  las  preocapaciones  de  sns  país» nos;  se  Infor- 
mó con  cnidado  del  nombre  y  grado  de  los  principales  o- 
fíciales ,  y  al  despedirse  hizo  nu  regalo  de  ropas  para  to. 
do  el  ejército ,  con  cadenas  y  otros  adornos  de  oro  á  Cor- 
tés. Los  españoles  celebraron  aqnella  tarde  su  llegada 
con  descargacf  de  artillería ,  con  asombro  y  terror  do  toda 
la  eindad,  qae  por  primera  vez  ola  el  estruendo  de  aque. 
lia  arma  y  de  cayos  estragos  hablan  oido  hablar  con  es- 
panto. 

Cortés  pagó  al  dia^siguiente  la  vinita  al  emperador,  y  en 
A^la ,  segnn  su  costumbre ,  promovió  desde  luego  la  des- 
loción  de  la  idolatría  y  el  establecimiento  del  culto  cris- 
mo, así  como  también  el  reconocimiento  del  rey  su  se- 
r ,  como  descendiente  de  Qnezalcoatl ,  pero  encontró  á 
>>6te«ama  poco  dispuesto  á  dejar  los  dioses  que  estaba 
9tumbra4o  á  venerar  desde  su  infai^cia,  y  deseando 


—  78  — 

Onrtéfl  ver  el  templo  mayor  y  todas  las  cariodídades  de 

la  i'Hpita)  j  he  lo  permitió 9  dándole  per^ouab  que  le  aeom« 
i>ariarseíi  é  iriíHtruyest^ii 

El  recío?»ociniú-iu.o  qn^*  OolÜ3^  hizo  de  toda  la  ciudad , 
y  t*l  g»lpt>  ílrt  viNtit  qu«-«  é-t^i-  lo  piuseíaó  dei^de  lo  alto  del 
tfiupio  mayor  le  |jei>u  tdió  i'^dü  vez  mas  de  cuan  peligro- 
Baerasu  ¡siruHCiou  Muy  aiiwida'  liatúa  »ido  la  r  Solución 
de  meteiSe  con  uii  cono  iJÚ-iuro  de  e8pañ«»lea  y  alguuos 
aliadod,  en  medio  de  uua  ciudad  pO[2uloi3a,  ácleu  it-giia» 
de  la  costa,  circundada  por  todaa  pafte»  depueBloaque 
dependían  de  un  príncipe  en  quien  no  podia  tener  cuu  - 
üauza  alguna.  Tantü  temeridad  no  podia  sostenereo  sino 
á  fuerza  de  nuevos  golpes  de  audacia ,  y  el  quo  se  rejsol- 
vió  ú>  dar  es  de  los  mas  pasmosos  que  la  historia  preoeu- 
ta.  Seis  días  después  de  su  entrada  en  Méjico,  llamó  á 
concejo  &  los  principales  jefes  del  ejército,  y  les  expuso 
todos  los  peligros  de  su  po&icion  :  los  uncjs  opinaban  por 
salirse  secretHmento  de  la  ciudad;  los  otros  por  hacerlo 
con  el  beneplácito  de  Moctezuma;  pero  Cortés,  para  quien 
no  eran  las  medias  medidas ,  les  propuso  ir  atrevidamen- 
te al  palacio  del  emperador  y  prenderlo.  Esta  idea,  mas 
propia  de  los  libros  de  caballerías  que  de  uua  re^oluoioD 
,  meditad»,  fué  adoptada  por  las  ima^inaoiom  s  fáciles  de 
iürtaraar  de  los  vaUeu  tes  jóvenes  que  la  oyeron,  y  una  vez 
admitida ,  Cortés  dispuso  todo  lo  conveniente  para  su  eje- 
cución. Al  dia  higuieute  fué  al  palacio  con  varios  de  sus 
caiñtanes,  y  después  de  hablar  de  cosas  indiferentes,  el 
c  nperador  le  hizo  varios  obsequios  y  le  ofreció  una  hija 
fcii^^aen  casamieato,  lo  que  Curtes  rehuisó,  porque  dijo 
c  itar  casado  en  la  isla  de  Cuba,  y  que  su  religión  no  le 
permitía  tener  dos  mujeres ;  y  variando  luego  do  asunto  j 
Cortés  le  manifestó  que  estaba  impuesto  que  Quauhpopo- 
ca ,  cacique  de  Nautla,  habia  hostilizado  á  la  guarnición 
que  quedó  en  Veracruz,  de  cuyas  resultas  habían  muer- 
to varios  soldados  y  el  mismo  Juan  de  Escalante ,  que 
quedó  mandando  aquella  plaza,  todo  lo  cual  se  atribuía 
á  órdenes  de  Moctezuma,  y  que  par  a  probar  que  no  era 
así,  era  menester  que  hiciese  venirá  Méjico  áQuauhpopoc* 
para  ser  castigado.  Moctezuma  mandó  inmediatament 
BU  sello  real  á  aquel  cacique,  ordenándole  viniese;  per 
resistió  vivamente  el  pasar  al  cuartel  de  Cortés ,  cuando 
éste  se  lo  exigió  para  maa  completa  satisfaccioot  Al  cab 


^  79  — 
de do9 horas  de  dispata,  amedrentado  por  el  semblan <• 
te  violento  y  amenazan  del  joven  eurpit^u  Velazquez  de 
León,  haio  de  ceder,  y  Méjico  vio  con  ai^ombro  etr  lie 
vado  preso  bu  ír'inperador  por  nu  puñado  (ie  extranjeros , 
que  hacia  pocos  dias  tiabian  llegado ,  y  al  infeliz  Quauh- 
|)0[)oca  qaemado  vivo  en  la  plaza  pública  con  otiu»  que 
)o  liabian  acompañado^  por  el  delito  de  haber  obedecido 
á  sa  soberano,  y  como  fii  e^to  no  ¡bH»ta.se  ¡ara  hnmiÜHr 
ftl  emperador ,  él  mismo  aherrojado  con  gi  11  loa  duiante 
la  «'jeeacion  de  ña  general. 

Moctezuma  parecía  complacerse  en  la  compaHía  do  los 
españolea,  y  Cortés  aprovechaba  la  facilidad  que  el  fre^- 
oaente  trato  con  el  emperador  le  daba ,  pata  luBtruirtue  de 
I       b  extensión  de  sns  dominios  y  de  tudas  las  circaustau- 
^       ciss  del  país.  Habiendo  excitado  la  cariosidad  de  su  pri- 
I       lionero  para  conocerlos  baieles  que  se  usaban  en  Euro- 
i       ]m,  ae  hizo  franquear  todo  lo  necesario  para  la  coustra  s- 
I       cioa  de  áoB  bergantines «  contando  eervirtje  do  ellos  para 
i       abrirle  un  camino  por  el  lago  cuando  conviniese.  Pero 
I       esta  degradación  del  monaiea  era>  motivo  de  dit^gosto  pa- 
i       ra  fias  subditos.   El  r*^y  de  IVzcuco,  Cacama  ,  inteutó 
í       reunirá  los  grandes  del  reino  para  librar  á  su  patria  y  íi 
\       BU  soberano  de  la  ignominia  en  que  estaban ;  pero  no  fué 
I       apoyado;  al  contrario ,  algunos  de  los  que  le  acompaña- 
\      bau  lo  pusieron  en  manos  de  Moctezuma,  el  cual  lo  en- 
'       tregó  á  Cortés,  y  el  resultado  fué  despojarle  de  su  leino^ 
y  nombrar  ou  su  lugar  á  su  hermano  Ouiouitzca 
C»fftéa  creyó  su  autoridad  buücieriUnuehte  establecida 
I       para  pedir  ú,  Moctezuma  un  act/o  fur«nal  de  reco!iocirui<m . 
r       tode  laeoberauÍA  de  los  re\es  de   Castilla.  Moctezuma 
;       convocó  á  los  señores  de  su  corto,  y  muy  enteruecitio  les 
exigió  qne  obedeciesen  al  soberiino  extranjero ,  y  á  Cor- 
tees en  su  nombre ,  con  la  misma  fidelidad  con  qne  á  él  le 
hablan  servido ;  así  lo  prometieron  y  juraron  ante  escri- 
l)ano,  y  pidiendo  Cortés  que  ofcecieáen  un  preseute  am-^ 
Mderable,  dentro  de  poco  tiempo  trajeron  gran  cantidad 
de-oro  y  plata,  joyas  y  otras  co.'ias  preciosas  ,  cuyo  iin- 
!    -  pjTüe,  reducido  ai  valor  actual  de  la  moneda,  lo  calcula 
el  Señor  Pretscott  en  seis  millones  ^  trescientos  niil  jie-os. 
I       La distribacion  de  tan  f^avn  tesoro  fué  moriv^o  d«  faenes 
i       diseadoaes  entre  ios  españoles ,  y  c^mo  la  partt3  que  de- 
bía tocar  á  Cortés ,  qne  era  el  diez  y  seis  por  ciento  ,  fue- 

I  "" 


-  8é  - 

■e  ocasión  de  mayor  descontento,  este  hombre,  qne  8a« 
bia  sacrificar  todo  á  sos  grandes  designios ,  la  cedió  en 
&vor  de  los  soldados  mas  pobres.  La  repentina  riqueza 
fometntó  entre  la  ir*  pa  el  vicio  deljaego,  y  estos  tesoros, 
ganados  con  tantas  fatigas  y  riesgos  j  pasaron  pronta- 
meutii  de  nuas  en  otras  manos ,  segan  el  capricho  de  la 
snerte.  ^ 

Qaedaba  un  pnnto  muy  esencial  qne  arreglar ,  y  era  el 
de  Itt  religión.  Cortés  instaba  por  el  establecimiento  del 
nuevo  cuito,  lo  que  Moctezuma  resistía^  y  esta  resisten 
cia  fué  tan  vigorosa  y  que  no  pudo  obtener  Oortés  ni  &nn 
la  cesación  de  los  sacritieios,  contentándose  cou{qae  cuan- 
do fuese  invitado  á  la  mesa  del  emperador  no  se  sirviese 
en  ella  carne  humaea.  Todo  lo  que  pudo  adelantarse  fué 
que  en  el  templo  mayor  se  colocase  en  una  capilla  un  al« 
tar  con  una  cruz  y  una  imagen  de  la  Virgen ,  y  habiendo* 
se  hecho  así,  secante  un  solemne  Te«2>eiwi ,  con  iroso 
general  del  ejército,  y  se  continuó  celebrando  misa^  mien- 
tras hubo  vino  con  que  decirla. 

Pero  CHtas  innovaciones j  sobre  todo,  las  qne  tocaban 
á  la  religión ,  aumentaban  el  descontento  y  y  Moctezuma 
hizo  conocer  á  Cortés  la  necesidad  de  partir  para  evitar 
iñía  conñagracion  general.  Cortés  lo  ofreció  así  j  mas  co- 
mo no  había  buque  en  que  embarcarse,  se  dispuso  todo 
para  que  se  constiuye^en,  aunque  Cortés  previno  á  los 
maestios  encargados  de  la  obra,  queno  se  diesen  prisa  en 
adelantar  en  ella  Otra  novedad  de  mayor  importancia 
vino  entonces  á  aumentar  Hus  cuidados ,  y  á  poner  en 
riesgo  cnanto  tenia  adelantado. 

Diego  Velazquez,  como  antes  hemos  visto,  habia  re- 
suelto hacer  valer  sus  derechos  por  las  armas,  y  no  obs* 
tente  las  Ititimaciones  que  la  audiencia  de  Santo  Domin- 
go le  habia  hecho ,  por  medio  del  licenciado  Ayllon ,  para 
que  desistiese  de  un  intento  que  podía  traer  tan  funestos 
resultados,  habia  armado  diez  y  ocho  buques  y  levanta- 
do novecientos  hombres,  de  los  cuales  eran  ochenta  «^e 
caballería ,  todo  con  nn  gran  tren  de  artillería  y  ab  l- 
dancia  de  pertrechos  y  municiones ,  cuyo  mando  di  & 
Panfilo  de  Narvaez,  que  habia  acompañado  al  mis  o 
Yelazquez  en  la  conquihta  de  Duba.  Esta  armada ,  la  i  k- 
yor  que  hasta  enton^^es  habia  surcado  los  mares  de  Ar  i* 
rica ,  salió  de  Cuba  á  principios  de  marzo  de  1S20 ,  y    [•« 


V 


—  81  — 
gniendo  el  mismo  derrotero  do  Cortés,  ancló  delante  do 
Baa  Jaan  de  üiáa  el  23  de  abril ,  aa  año  exact^uiente 
deupueaqne  Ooriéa  hübiui  desembarcado  en  aquel  punto. 
Allí  Bnpo  Karvaez,  por  uno  do  i ufl  i-Npañules  maudmloa 
ptir  Cortóé  íi  reconocer  el  paí.*»,  todo  lo  ocurrido  eu  él 
ílt\sde  ]«  Jle^adi*  de  6st(^:  y  tal  rolat'ion  autneutó  mucho 
m  euojo  íjontn*  el  que  habí»  arrebatado  de  laa  man  oh  de 
Velnzqueis  tan  rica  prensa  Por  medio  de  un  eclewiá&tico 
llaraado  Gnevara,  (i  quien  deíipaciió  cou  nn  esüiiijano  y 
faiatfo  testiíiros,  intimó  A  (¡onzalo  de  Saiidoval ,  que  man- 
daba en  la  Villa-Rica  desde  la  mnert-ede  Ewcalaute,  que 
k  obedeciese;  pero  Sandoval,  initado  por  loa  téi minos  eu 
qae  Guevara  «e  había  explicado  hablando  de  Cort/'s,  le 
prendió  y  á  los  que  con  61  iban ,  y  dispuso  mandarlos  á 
todos  á  Méjico  á  Cortés  y  con  veinte  hombrea  de  escoltíi , 
poniéndose  entre  tanto  eu  diíVnBa  por  si  Karvaez  inteii- 
uha  algo  contra  él. 

Las  i)rimeras  noticias  qno  Cortés  tuvo  de  tan  impor- 
tante novedad ,  fué  por  Jos  indios  delacoáta,  y  ]Moc- 
tozuuia ,  que  había  sid»)  informado  de  todo  por  sus  co- 
niíuidantes,  en  una  entrevista  en  que  lo  llamó  tres  diaa 
flespnes  de  recibido  el  aviso,  lo  dijo  que  no  habia  ya  mo- 
tivo para  diferir  su  partida,  pues  habiendo  llegado  gian 
Damero  de  buques  do  su  nación  podía  embarcarse  en 
ellos.  Cortés  diyimuló  la  sorpresa  que  tal  acontecimiento 
le  cansó  ^  pero  no  pudo  dudar  de  lo  que  los  buques  erau 
y  el  objeto  á  que  venían ,  eu  lo  que  fué  confirmado  con  la 
llegada  del  cióiigo  Guevara  y  los  deniás  que  le  acompa- 
fiaíMn.  La  situación  de  Cortés  era  la  mas  difícil,  viéndo- 
8tí  atacado  por  una  fuerza  superior  de  sus  paisanos,  mien- 
tras que  en  Méjico  estaba  amenazado  de  un  levantamien- 
to general.  Tenia  que  salir  al  encuentro  de  Narvaez  ,  y 
entonces  perder  todo  lo  que  habia  aventajado ,  6  esperar- 
le en  la  ciudad  y  combatir  con  él  á  la  vista  de  todas  las 
Coerzas  mejicanas,  que  no  dejarían  de  aprovechar  la  oca- 
frirt«  para  destruir  á  los  dos  contendientes ;  pues  pensar 
I      ivídir  las  suyas  para  conservar  al  mismo  tiempo  su 

<  quistas  y  salir  al  encuentro  á  Narvaez ,  era  lo  mismo 

<  desatender  uno  y  otro  objeto ,  siendo  tan  poca  la  tro- 
]  Í8  que  podía  disponer.  SSin  embargo ,  este  fué  el  ex- 
1  ^0  que  abrazó.  En  ninguna  circunstancia  parece  tan 
t         i^«inario  este  hombre  singular  como  en  este  mo-^ 

DISERTACIONES,-— TOMO  !•— H 


—  Si  — 
pasan  &  todos  á  cuchillo ,  despojando  en  segaida  los  ca* 
dáveres  de  la»  joyas  que  tf^nian.  Tal  acto  de  atrocidad 
ha  sido  atribuido  por  los  historiadores  á  di^^ersoa  moti- 
vos :  los  unos  pretendeu  que  no  tuvo  mas  objeto  que  el 
tomar  las  joyas  do  los  mejicanos  ^  ínudándose  en  la  pro- 
pensión que  Alvarado  había  manifestado  otras  vecee.  á 
este  género  de  rapiña,  por  loque  liabia  sido  reprendido 
por  (Jortés ;  otro»  creen  que  procedió  del  aviso  que  le  die- 
ron los  tlaxcaltecas,  enemigos  irreconciliables  de  los  me- 
jicanos, deque  se  trataba  de  atacarlos  con  ocasión  de 
aquella  celebridad ;  pero  todo  inclina  á  creer ,  y  esta  es 
la  opinión  del  señor  Prescott,  que  Al  varado  intenta  ha^ 
cer  una  imitación  del  suceso  do  Cholula^  aunque  con 
muy  contrario  resultado.  Todalaciudadcorrió  alas  armas 
para  vengar  tan  cruel  agravio ,  y  después  de  un  ataque 
vigoroso  rechazado  por  los  españoles ,  éstos  y  sus  alia- 
dos f  á  la  llegada  de  Cortés ,  se  hallaban  sitiados  y  ledu- 
cidos  á  perecer  de  hambre  ó  en  las  aras  de  los  dioses. 

Cortas  vino  desde  Tlaxcala  por  el  camino  de  loa  Llanos 
de  A  pan  y  Tezouco.  A  su  entrada  en  la  ciudad  no  vio 
por  todas  partes  mas  que  soledad  y  silencio ,  aunque  sin 
encontrar  resistencia ,  probablemente  porque  los  mejica- 
nos querían  dejarle  entrar  para  hacerle  perecer  con  to- 
dos los  suyos.  Alvarado  pretendió  excusar  el  hecho 
que  habla  sido  la  causa  de  la  guerra ,  y  Cortés ,  aun- 
que se  lo  reprendió  cou  aspereza ,  en  el  estado  actual  de 
las  cosas  no  creyó  sm  duda  oportuno  mas  severa  demos- 
tración. Los  seis  dias  que  Cortés  permaneííió  en  Méjico 
fueron  de  continuo  pelear:  los  mejicanos  atacaron  el 
cuartel  y  fueron  rechazados  con  bizarría,  pero  la  supe- 
rioridad del  número  hacia  que  se  presentasen  siempre 
con  nuevas  fuerzas.  Cortés  hizo  varias  salidas,  en  mía 
de  las  cuales  fué  herido ,  y  en  éstas  y  en  el  ataque  y  to- 
ma del  templo  mayor ,  son  extraordinarios  y  casi  increi»* 
bles  los  hechos  de  valor  personal ,  tanto  del  mismo  Cor* 
tés  y  de  los  suyos  como  de  los  mejicanos.  Los  santuarios 
del  templo  fuerpn  incendiados ,  y  el  dios  de  la  guerra , '  i 
deidad  mas  venerada  de  los  mejicanos ,  rodó  hecho  pM  - 
zos  por  las  escaleras  del  teocalli.  En  uno  de  los  ataqu  i 
que  los  mejicanos  intentaron  contra  el  cuartel  de  los  <  - 
pañoles,  se  creyó  conveniente  que  Moctezuma  saliese  i 
un  lugar  elevado  del  edificio  á  hablar  &  sus  vasallos ,  ^   i 


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el  objeto  de  calmar  su  furor  y  procurar  alguua  vía  de  paz. 
Lo  escacharou  al  priacipio  con  respeto ,  pero  cuando  hu- 
bo maiiifestadool  objeto  do  su  discurso ,  un  murmullo  de 
ÍDdignacioa  y  de  desprecio  se  ojá  en  toda  aquella  muche^ 
dambre^  gne  prornmpió  en  palabras  injuriosas  contra  su 
soberano )  áqcie  siguió  una  lluvia  de  piedras  y  armas  ar- 
rojadizas ,  contra  las  cuales  no  fueron  bastante  defensa 
los  escudos  de  los  espatioles  que  rodeaban  á  Moctezumai 
el  que  fué  herido  gravemente  de  una  pedrada  en  la  ca- 
beza. Betirado  á  su  habitación  y  vuelto  en  sí  del  desma- 
yo cansado  por  el  golpe «  se  abandonó  á  la  pena  qne  le 
cansaba  su  situación ,  rehusb  toda  curación ,  y  se  arrancó 
él  mismo  los  vendajes  que  le  hablan  puesto  en  su  herida. 
£1 P.  Olmedo  reiteró  sus  instancias  para  que  se  bautizase 
antes  de  morir ,  á  le  que  se  habia  manifestado  inclinado 
aatdriormente ;  peroeontestó  que  por  la  media  hora  que 
le  quedaba  de  vida  j  no  se  quería  apartar  de  la  religión  de 
sos  padres.   Una  sola  cosa  parecía  interesarle  vivamen- 
te ,  y  esta  era  la  suerte  de  sus  hijos ,  especialmente  de  las 
liijas  que  tuvo  en  sus  dos  mnjeres  legítimas ;  y  llamando 
á  Cortés  al  lado  del  lecho  en  que  yacía  moribundo  se  las 
recomendó,  <<  como  las  mas  preciosas  joyas  quepodia  de- 
j:^rl6,''  recordándole  quesu  triste  suerte  era  debida  á  su 
amiiitad  para  con  los  españoles ,  de  lo  que  dijo  que  no  le 
pesaba.  Cortes  cumplió  ñelmente  este  encargo ,  y  eatas 
Beuoias ,  casadas  después  con  los  principales  de  los  con- 
quietadores  y  ricamente  dotadas  y  han  sido  el  origen  de 
varias  &milias  muy  distinguidas,  como  mas  adelante  ve- 
remos, Moctezuma  murió  poco  después ,  y  su  cadáver  fué 
entregado  á  sus  vasallos  j  quienes  le  hicieron  los  honores 
fúnebres  debidos  á  su  dignidad,  aunque  no  se  sabe  exac- 
tamente cual  fué  el  lugar  en  que  fueron  depositadas  sus 
cenizas.  Su  hermano  Guitlahuac ,  que  habia  sido  puesto 
en  libertad  por  CJortós  ,  creyendo  por  este  medio  entrar 
en  relaciones  de  paz  con  los  mejicanos ,  le  sucedió  en  el 
imperio'. 

No  se  puede  contemplar  la  muerte  de  Moctezuma  sin 
c  jirsel  a  compasión  hacia  él,  no  sólo  porel  sentimiento 
(  ena  que  inspira  siempre  la  caída  de  un  poderoso ,  á 
^  n  se  ha  visto  en  el  colmo  de  la  gloría ,  y  á  quien  des- 
I  1  se  ve  en  el  abismo  de  la  desgracia ,  sino  por  las  cau- 
fl      n^riliares  que  le  condujeron  á  la  ruina.  Oprimido  su 


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eBpírita-por  la  persaasion  deqaelos  eapafioles  eran  aque- 
llos extranjeros  cnya  venida  había  sido  anmiciadaen  las 
profecías  de  sas  mayores ,  esta  oonviocion  le  hizo  vaeilar 
en  todas  sus  resolnciones  j  y  sin  hacer  uso  dé  las  grandes 
fuerzas  de  qne  podia  disponer ,  se  sometió  con  resigna- 
oion  religiosa  á  lo  qué  creía  ser  una  suerte  inevitanle ,  a-* 
trayendo  sobre  si  la  execración  y  el  desprecio  de  sus  va- 
sallos. Los  españoles,  acostumbrados  á  su  trato  y  ganados 
por  su  liberalidad  j  le  lloraronsinceramente ,  y  vieron  con 
su  muerte  perdida -la  única  esperanza  de  salvación  que 
les  quedaba. 

No  habiá  otro  partido  que  tomar  que  salir  de  la  capi- 
tal j  pero  esto  mismo  estaba  expuesto  á  los  mayores  peli- 
gros :  todas  las  calzadas  estaban  cortadas ,  y  habiendo 
sido  quemados  por  los  mejicanos  los  dos  bergantines  que 
Cortés  habia  hecho  construir,  no  quedaba  medio  alguno 
de  asegurar  el  paso  por  las  cortaduras.  Oortés  resolvió 
salir  por  la  calzada  de  Tacuba ,  por  ser  la  mas  corta ,  y  el 
rumbo  por  el  cual  Ja  tierra  ñrme  estaba  mas  inmediata. 
Para  reconocerla  hizo  por  ella  una  salida ,  empleando  pa- 
ra ahuyentar  al  enemigo  délas  azoteas  una  especie  de 
máquina  á  que  dieron  el  nombre  de  utantaj  y  era  una  tor- 
re movediza  de  una  altura  competente  para  dominar  las 
casa  I  que  casi  todas  eran  de  un  sólo  piso.  Tomada^  pues, 
su  resolución,  sólo  dudaba  la  hora  que  seria  mas  oportu* 
na  para  la  retirada ,  y  se  fijó  por  ñu  en  la  noche  y  creyen- 
do que  podría  alcanzarle  esta  para  llegar  á  la  tierra  fir- 
me I  antes  que  los  mejicanos  lo  echasen  de  ver  y  se  aper- 
cibiesen para  atacarlo.  Dícese  también  que  contribuyó  á 
hacerle  adoptar  esta  resolución  el  consejo  de  un  soldado, 
llamado  BoteUo ,  ^^hombre  muy  de  bien  y  latino ,  dice 
Bemal  Díaz ,  y  había  estado  en  Boma ,  y  decían  que  era 
nigromántico ;  otros  decían  que  tenia  familiar ,  y  algunos 
le  llamaban  astrólogo :  el  cual  habia  dicho  que  hallaba 
por  sus  suertes  y  aetrologías ,  que  si  aquella  noche  no  sa- 
líamos de  Májíco  y  sí  mas  aguardábamos,  que  ningún  sol- 
dado podría  salir  con  la  vida.  Era  tan  común  en  aquel  si, 
glo  la  creencia  supersticiosa  en  este  género  deagileros,  que 
no  es  extraño  que  Cortés  no  estuviese  exento  de  la  preo- 
cupación general ,  ó  acaso  estando  resuelto  á  salir  de  no- 
che 9  Quiso  apoyar  su  determinación  para  con  el  vulgo  de 
los  soldados  en  este  género  de  prestigio.  Be  dieron  en 


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oonsecaen  cíalas  órdenes  para  la  marcha ,  dividiéndose  el 
ejército eo  tres  cuerpos:  la  vanguardia,  compuesta  de 
üuscieütüs  infantes  eapanoles  y  cosa  de  veinte  caballos, 
se  encargó  á  Gonzalo  de  Sandoval  con  otros  capitanes  du 
distíndoa  ;  el  centro ,  en  que  iba  todo  el  bagaje  y  la  arti- 
llería ,  lo  tomó  bajo  sus  órdenes  inmediatas  Cortés ;  que- 
dando la  retaguardia,  con  la  mayor  parte  de  la  fuerza, 
bajo  el  mando  de  Pedro  de  Alvarado  y  Velazquez  de 
León  5  los  tlaxcaltecas  fueron  partidos  con  igualdad  en 
cada  división.  Antes  de  marcharse  se  entregó  el  tesoro 
procedente  del  quinto  á  los  oficiales  reales ,  dándoles  uua 
escolta  para  que  lo  condujesen;  pero  como  no  era  i)osible 
llevarlo  todo ,  Cortés  permitió  que  los  soldados  tomasen 
lo  que  quisiesen  de  lo  que  quedaba  ,aunque  recomendándo- 
les que  no  se  cargasen  de  manera  que  el  peso  los  emba- 
razase en  su  marcha.  Un  puente  volante,  que  se  había 
construido  para  pasar  por  él  las  cortaduras  de  las  calza- 
das,  ee  le  encargó  a  un  oficial  llamado  Magarino,  y  e  n  el 
orden  ya  dicho  salló ,  elejército  délos  cuarteles  que  ha- 
bían ocupado  ocho  meses  y  defendido  con  tan  heroico  va- 
lor en  los  últimos  dias ,  la  noche  del  30  de  junio ,  ó  muH 
bien  en  la  madrugada  del  I""  de  julio.  La  noche  era  mu> 
oscura  y  lluviosa;  la  plaza  y  las  inmediaciones  del  tem- 
plo mayor  estaban  silenciosas  y  desiertas,  y  los  espauo. 
tes  y  sus  aliados,  tomando  la  calle  de  Tacuba ,  *llegaro  n 
Bin  ser  vistos  hasta  la  primera  cortadura,  que  probable- 
mente estaba    hacia  el  puente  de  la  Maiiscala.  t  stable- 
cierpn  sobre  ella  el  puente  portátil ,  y  pasaron  sin  difi.. 
oütad  ^  pero  anos  centinelas  mejicanos  que  estaban  en 
aquellas  inmediaciones  dieron  la  alarma,  y  la  voz  de  los 
sacerdotes  se  hizo  oir  desde  lo  alto  de  los  templos ,  Ha. 
mando  al  combate  á  todos  los  guerreros :  éstos  se  presen- 
tan en  fuertes  escuadrones  para  impedir  el  paso  de  la  se- 
gonda  cortadura ,  que  estaba  en  lo  que  después  se  ha  lla- 
mado el  puente  de  Alvarado  al  mismo  tiempo  que  otra 
'"""^'edumbre  de  gente  armada  aparece  en  canoas  por 
^  otro  lado  de  la  calzada.  El  combate  se  empeña,  la 
ñdad  aumentaba  la  confusión ,  y  la  consternación  de 
españoles  llegó  á  su  colmo    cuando  entendieron  que 
tente  volante  que  se  había  de  colocar  en  la  segunda 
odura  no  había  podido  ser  levantado  de  la  primera, 
^"'''^«^  afirmado  con  el  peso  de  la  mucha  gente  que 


—  88  — 
sobre  él  pasó.  Se  desoonci^ta  entonces  el  orden  de  la 
marcha^  nadie  piensa  mas  que  en  salvarse « todos  se  pre« 
cipitan  á  la  cortadnra,  *^  qne  presto ,  dice  Bemal  Diaz^e 
llenó  de  caballos  muertos  y  de  los  caballeros  cayos  eran, 
qne  no  podían  nadar ,  y  mataban  ronchoa  de  ellos ,  y  de 
los  indios  tlaxcaltecas  ^  indias  naborías  f  de  servicio  ]  y 
fardaje,  y  petacas  yartilleiía,  y  de  loa  muchos  queíU3 
ahogaban  ellos  y  los  caballos ,  y  do  otros  mnclios  solda- 
rlos que  allí  en  el  agua  mataban.  '^  La  matanza  fué  tal , 
en  especial  Irenteálo  que  ahora  os  San  Hipólito,  qne  una 
capilla  que  allí  hubo,  llevó  por  mucho  tiempo  el  nombre 
de  los  mártirea ,  porque  por  tales  eran  tenidos  los  espa- 
ñoles que  morían  en  la  guerra  de  la  conquista.  Salvada 
por  tal  manera  la  segunda  cortadura ,  habia  llegado  ya 
la  vanguardia  á  la  tierra  firme ,  cuando  sabiendo  Cortés 
el  apriteo  en  que  se  hallaba  la  retaguardia ,  vuelve  con 
heroica  resolución ,  con  los  pocos  de  á  caballo  que  lo  que- 
daban y  á  meterse  en  el  riesgo  de  que  acababa  de  salir  $ 
ayuda  á  los  suyos ,  en  cuanto  es  posible ,  á  desembala- 
zarae  de  los  mejicanos  ,  y  Alvarado  qne  quedaba  á  pii> , 
muerta  su  buena  yegua  alazana ,  salta  la  cortadura  con 
maravillosa  agilidad  apoyado  en  la  lanza,  dejando  su 
nombre  y  el  de  esta  hazaña  al  barrio  de  la  ciudad  en  qne 
tal  hecho  acaeció. 

Los  mejicanos,  por  fortuna  de  los  espaüoles ,  no  seem- 
pefiaronn  en  seguir  el  alcance,  y  a^í  lo»  restos  del  desba- 
ratado ejército  pudieron  reunirse  al  amanecer  en  Popotla, 
de  donde  pasaron  á  Tacuba.  Allí  reconoció  Cortés  toda  la 
pérdida  que  habia  sufrido ,  y  pudo  contemplar  el  inmi- 
nente riesgo  en  que  ee  hallaba.  Toda  la  artillería,  la«  mn- 
niciones,  aquellas  armas  que  le  hablan  dado  tanta  enpe- 
rioridad  sobre  el  enemigo ,  la  mayor  parte  de  los  caballos, 
los  tesoros,  frutos  de  tantos  trabajos ,  todo  quedaba  ¿¡n- 
mergido  en  la  laguna.  En  cuanto  al  número  de  hombres 
que  perecieron ,  es  muy  varia  la  relación  de  los  autores , 
Cortés  hacia  oonsistir  la  pérdida  en  ciento  cincuenta  }• 
pañoles  y  dos  mil  tlaxcaltecas,  pero  todos  los  demás  3- 
critores  la  aumentan  mucho  mas.  Entre  los  muertos  le 
contó  el  fiel  Velazquez  de  León,  Francisco  de  Moría  y 
otros  jefes  de  cuenta,  y  también  al  astrólogo  Botello ,  <  e 
tanto  habia  contribuido  á  causar  esta  desgracia.  En  la  )• 
friega  perecieron  los  hljosdeMocteznma  y  el  rey  depu'    o 


\ 


. 


~  80  — 
deTeicitco,  coa  otros  priaion^ros  que  Cortés  llevaba  con- 
sigo; pero  la  pena  que  tantas  perdidas  lo  causaban  se  mi- 
ligó  viendo  eu  salvo  á  doíia  ídarina  y  á  Martin  López ,  el 
constructor  de  los  bergantineíi ,  puea  eu  medio  do  taiua- 
&4  derrota  nunca  su  ánimo,  üuperiov  á  t^das  las  dcsgva- 
eiaíi,  se  apartaba  de  su  gran  intento  y  do  los  m(ídio?4  íle 
llevarlo  á  cabo. 

Ooaniderándose  Corlea  poco  seí^nro  en  Tacaba,  no  f^e 
íHuvo  mas  que  lo  preciso  para  dar  alí;:uua  organización 
á  f?íiH  tropas,  y  so  retiró  al  cerco  do  Oconcalpolco,  don- 
ólo hoy  CíjC^i  el  santuario  de  Nuestra  St  ñora  do  los  líeoio- 
tlios,€uya  imagen  el  señor  Lorenzana  sciucliíja  íi  cr»er 
fjnees  la  misma  que  estuvo  coloci.íia  eu  el  templo  mayor 
(Irt  Méjico,  y  la  tradición  general  ticno  recibido  que  lae 
traída  por  uno  do  km  í^oldado^  qno  acompañaron  á  Cor- 
tés»  quien  la  df^jó  oculta  eu  uquol  paraje,  donde  destaca 
fué  hallada  milagrosamente,  y  e^  hoy  objeto  del  culto  uni- 
versal eu  esta  capital,  que  la  rocoaoi:e  por  su  patrona.— 
Beíde  allí  emprendió  Cortos  una  marcha  muy  ]jenosa  por 
Í03  cerros,  huyendo  la  proximidad  do  Alójicoy  procuran- 
do aj^ercarse  6,  Tlaxcala,  gumdo  por  un  indio  do  aquella 
repíiblica,  que  algauos  eücritorcs  de  la  coiiquinta  quieren 
fcese un  ángel  destinado  á  címducirlo ;  y  con  las  madores 
pnvaeiont^s  ♦  ttíniendo  por  un  n  galo  extraordinario  algún 
»«l>iiílo  que  niuiia  y  do  quo  d*íVoraba.n  liaíita  la  piol ,  paró 
♦*!  jMíqueiio  ejército  por  Cuautitian  y  Jiiltucau ,  y  lU-gó  á 
T»y?tihriacAn  en  los  llanos  de  Apau,  hi.^ar  í'^imoso  por  i;m 
piráiüides  que  en  sus  inmed'aeiont^a  cxi^fen  ctonNa^^radüM 
al  aol  y  á  hi  luna.  La  cercanía  del  teriiforio  do  Tlrixoa  a 
liacía  esperar  á  \oh  españoles  el  término  do  sa«  desf^i  acins; 
p«roal bajar  las  alturas  que  circundan  el  valle  do  Oiuniba, 
8tt  (iejó  ver  un  grande  ejército ,  formado  por  los  habitan- 
tea  (t9  Tezcuc  I  y  do  todas  las  ianioíliacioues,  resueltos  á 
»5errar  el  paso  á  los  españoles  Ct>rtés  ,y  los  suyos ,  pne^^tos 
en  la  necesidad  do  i)elcar  1)út  salvar  fu  vi(ia,  hallaron 
«a  Itt  dtfsesporacioa  las  iuerzas  quo  {>:irocian  agotadas 
""' tantos  trabajos.  Su  cacado  número,  en  medio  do  la 
iuid  innumerable  de  sus  enemigos ,  aparecía,  para 
las  palabras  del  P.  üahagun,  "como  una  islcta  en 
ar ,  combatidas  por  lasólas  por  todas  i)artetí.  Pero 
^fefuerzoa  heroicos  hubieran  sido  en  vano  sin  la  pre- 
^  'le  áuimo  de  Cortos.  Los  soldados  desmayaban  o»* 

PISERXACIOWES,— TOMO  I.— lli 


—  93  — 
<londe  habia  iuui«Uo  esUiblecer  su  cuartel  pfeueraL  EuLró 
en  aquella  ciu'liiil  el  último  día  del  año  de  1520 ,  y  apro- 
vecUaudo  las  vicLsiturlos  oourr'nlaa  eu  )a  familia  real,  imso 
sobre  el  trono  al  prluci pe  Ixtlilxocliitl,  que  como  Timos 
eu  su  lupir  s^^  luil)ia  ofrcciilo  á  Oort68  eu  Tlaxcala ,  y  qut) 
deapuea  eu  el  bautismo  so  llamó  I).  FernamlOt  cuyo  auxi- 
lio fue  tau  eíicaz  ¿Kira  poner  (i  su  patria  bajo  el  domiüio 
übpaüol, 

Autoü  de  cmprcMider  nada  contraía  capital,  mieutraw 
acababan  de  eypeditartíe  lo^s  ber^^antiuci  que  condujo  á 
Tezcuco  cu  piezau  Gonzalo  de  tíandoval  con  gran  núme- 
ro de  tlaxcaltoi^aa ,  Oorttvs  emprendió  hacer  diverHoa  re- 
conocimiüutoa  y  someter  todas  laa  poblaciones  del  vallo 
y  de  SUB  inmediaciones ,  marchando  á  ellos  el  mismo ,  ó 
mandando  á  algunos  de  sus piiuci palea  capitanes.  El  pri- 
mero do  estos  reconocí  míen  to.^ ,  que  por  sí  nii&mo  diiii',ió, 
í'uó  á  Iz tápala pa,  en  donde  tuvo  que  sostener  un  recio 
combate,  y  se  vio  en  muelio  pelig;ro,  habiendo  loa  mejit:a- 
nos  rotólos  diqaea,  con  lo  que  se  anegó  la  población.  El 
segundo  tuvo  por  objeto  el  rumbo  opuesto,  cointnirando 
por  Jalcotan  ,  ácueos  habitantes  quería  escarmentar,  y 
por  üuautitlan  llego  á  Tacaba ,  de  domle  volvió  á  Ttiá- 
cuco  por  el  mismo  camiuo  j  y  el  tercero  y  mas  exten¿o, 
se  veiificó  en  abril  de  1521,  emprendiendo  la  marcha 
por  Ohaliío  y  por  Tenango  y  Huaxtepeo,  llegó  á  Cuer- 
na vaca,  combatiendo  todos  los  diaa,  y  en  especial  ea 
la  úitima  de  ewtas  poblacioí>es ,  en  ía  que  tuvo  qno 
vencer  uua  fuerte  rcbisteucia  B^jó  de  allí  otra  vez  al  va- 
lle para  hacer  enteramente  el  círculo  de  los  ligos  y  (ijar 
sus  puntos  de  ataque ,  y  en  Jochimilco  corrió  el  mayor 
riesgo  á  que  hvista  entonces  habia  estado  expuesto.  Ha- 
biéndose quedado  con  pocos  soldados  á  la  entrada  del 
pueblo ,  se  vi5  repentinamente  envuelto  'por  un  gran  nú- 
mero de  mejicanos,  y  caido  del  caballo,  recibió  un  fuerte 
golpe  en  la  cabeza,  que  lepnso  en  manos  de  los  enemi- 
gos,  que  lo  hubieran  muerto ,  sin  duda ,  si  no  lo  hubiera 
salvado  el  empeño  de  los  mejicanos  en  ha  ler  prisioneros 
para  sacrificarlos  á  los  ídolos,  empeíio  á  que  muchas  ve^ 
ees  debieron  la  vida  los  españoles:  un  valiente tlaxcalte- 
ca ,  viendo  á  su  general  en  ta.n  gran  x>eligro ,  se  echó  con 
resolución  sobre  los  que  le  tenían  cogidos ,  lo  que  dio  lu- 
gar á  que  llegasen  dos  criados  do  Cortés ,  con  cuyo  auxi» 


L 

í 

—  «3  — 
lio  volvió  á  moular  ácabiillo  y  puílo  hacer  nao  de  «us  ar- 
ma^ ^  y  como  al  otro  día  ae  bufícó  cou  orupeíio  íil  tlaxcal- 
teca,  no  habióudose  encontrado  iii  !tívoiií  muerto,  Cor- 
:tésa,  liarla  devoción  quo  tenia  á  íSjui  Pedro,  crcjó  que 
e^te  sant>  había  tomado  la  forma  do  aquel  pura  salvarle 
isii*agrosamenté!  Después  do  un  nucvoy  vigoioso  aíaquo 
Ut)  liis  mejicanos  en  aquel  punto  y  hizo  pe^ííir  fuego  á  la 
;^H)bIacion,  y  llegó  á  Tacuba,  habiendo  perdido  en  el  ca- 
mitto  dos  de  SUR  criados ,  quo  fueron  cogidos  y  sacrifica- 
dos  por  lo3  mejicanos :  pérdida  (pie  lo  causó  mucha  iKjna, 
y  volvió  á  su  cuartel  /general ,  doudo  oncoíitró  los  bor- 
j^antines  prontos  á  echarse  al  agua. 

La  Hatiáfacoion  que  esto  le  cíuiísó  fué  t  urbada  por  el 
de&cnbrimientode  una  conspiración  tramada  contra  su  vi- 
«la  j  la  de  los  principales  fefes ,  por  algunos  soldados  do 
ioíarvaez  ,  d  cuya  cabeza  estaba  Antonio  Villafaíla  ,  que 
ifaéca^iiigado  con  la  pena  capital,  üugiendo  Cortés  que 
igyoraba  quienes  fuesen  los  doinÚB  comprometidos  en  la 
imzna  para  excusar  la  necesidad  de  castigarlos  j  pero 
difáde  eutances  se  estableció  con  este  motivo  una  guardia 
qub  defendiese  la  persona  del  general,  cuyo  mando  se  dió 
^  Atitonio  de  Quiñones. 

La  importancia  de  los  bergantines  era  tal ,  quo  Cortés 
Í5ceyó  necesario  celebrar  con  la  mayor  solemnidad  el  acto 
Aeecharlosalagua.  Al  efecto,  el  dia28  deabrülas  tro- 
Jas  so  pusieron  sobre  las  armas ;  toda  la  población  de 
Tezcuco ,  entonces  muy  numerosa ,  ocupaba  las  riberas 
leí  lago,  1  delante  de  este  concurso  el  P.  Olmedo  cauto 

Kjsa  y  bendijo  con  las  ceremonias  de  la  Iglesia  aquellos 
¡eies  que  iban  á  enseñorearse  de  los  lagos  mejicanos. — 
A  ana  eeíial  de  Cortés  los  bergantines  ba.ian  por  un  ca- 
^l  praciicado  á  este  cbjeto  j  saludándolos  las  salvas  do 
^Uerla  ,  la  música  militar  y  el  festivo  aplauso  de  toda 
OQn<sirreucia, y  un  solemne  TeDeum termina  esta fun*» 
n,  única  por  su  objeto  en  la  historia  americana.  En 
días  siguientes  comenzaron  á  llegar  las  tropas  alia- 
,  llamadas  por  Cortés  para  dar  principio  al  sitio  de 
oapitaL  Tiaxcala  mandó  cincuenta  mil  gaorreros  á  las 
enes  de  Jicotencatl ,  que  entraron  en  Tezcueo ,  forma- 
segan  el  orden  de  los  españoles ,  que  hablan  apren- 
C"  á  imitar ,  llevando  en  sus  banderas  el  águila  blan- 
^  c      oí^Ti  Ias  armas  de  su  nación ,  y  aclamando  uni** 


—  u  — 

dos  loB  nombres  de  ^^Oastilla  y  Tiexcala. " 

Pero  antes  de  la  salida  del  ejército  de  Tazcnco  oourrid 
uu  incidente  de  la  mayor  gravedad ,  que  podia  eehHr  por 
tierra  todos  los  planes  de  Cortés.  Jicotencatl ,  el  general 
tlaxcalteca ,  veia  ;siempre  tíon  disgusto  el  sistema  adop' 
tado  i)or  el  senado  de  su  nación ,  y  no  habiéndose  enga- 
nado  nunca  acerca  del  resultado  que  debia  tener  sobre 
todas  las  naciones  de  Anáhuac  la  gucn^a  en  que  estaban 
empeñadas  uaas  contra  otras ,  por  la  política  de  Oortéa, 
dejó  el  campo  para  retirarse  á  su  casa  con  algún  motivo^ 
ligero,  en  que  no  están  de  acuerdo  los  autores.  Cprtéa  ofh 
noció  desde  luego  toda  la  importancia  de  esta  deaercion , 
ó  hizo  seguir  á  Jicotencatl  por  una  partida  de  caballería, 
que  le  alcanzó  en  el  cauíiuo  y  y  vuelto  á  Tezcuco ,  le  hizo 
ahorcar  á  la  vista  del  ejército  y  aliados ,  publicando  el 
motivo ,  de  que  instruyó  también  al  gobierno  de  Ttax« 
cala.  Tal  fué  el  fín  do  uno  de  los  guerreros  mas  oélebrea 
de  las  naciones  americanas^  que  no  se  fascinó  jamáa  eofl 
la  falsa  política  que  por  medio  de  la  división  arrastrabi 
á  su  patria  al  abismo  de  la  servidumbre. 

El  plan  de  ataque  de  Cortés  era  dirigir  contra  la  ciu- 
dad tres  cuerpos  por  las  principales  calzadas ,  conservita- 
do  la  comunicación  entre  ellos  j  y  cortándola  al  enemigo 
oon  la  tierra  ñrme,  por  medio  de  los  bergantines ,  qn< 
eran  ana  especie  de  lauchas  cañoneras  de  las  de  nuesttl) 
tiempo.  El  mando  del  primero  de  estos  cuerpos  se  dio  i 
Al  varado,  quien  debia  ocupar  la  calzada  de  Tac^ibi^jrsii 
fuerza  se  componía  de  ciento  sesenüi  y  ocho  infantes  é» 
panoles ,  treinta  caballos  y  veiute  y  cinco  mil  tlaxcalte- 
cas. El  segundo  cuerpo ,  que  debía  situarse  en  Cnyoacasi , 
era  poco  mas  ó  menos  de  la  misma  fuerza  que  el  primeroj 
bajo  las  órdenes  de  Cristóbal  de  Oüd;  y  el  tercero,  qiu 
mandaba  Gonzalo  de  Sandoval,  debia  ocupar  á  Iztapali 
pa,  castigando  el  insulto  hecho  á  Cortés  en  aqnella^n 
dad ,  en  el  primer  reconocimiento  que  hizo  en  persona»  - 
Cortés  exhortó  á  sus  tropas ,  poniéudoles  á  la  vista  el  se* 
vicio  que  iban  á  hacer  á  Dios  y  á  su  soberauo  ,  porque  1 
idea  de  que  aquella  guerra  era  una  cruzada ,  emprendió 
por  la  causa  del  cielo ,  es  la  dominante  en  todas  la»  dj 
cnnstancias  de  la  conquista.  Los  soldadf  s  respondlero 
oon  entusiasmo :  **  Sírvanse  Dios  y  el  emperador  de  taj 
buen  capitán  y  de  nosotros  ^  que  ñhi  lo  harempí»  *'^^-^loe 


—  95  — 
como  quien  somos,  y  como  Be  debe  esperar  de  buenos  es 
pañoles."'  Ko  podía  haber  prenda  mas  cierta  de  la  victo- 
lia,  qne  esta  confianza  del  capitán  en  los  soldados  y  de 
los  soldados  en  el  capitán. 

Cífftés  reservó  para  sí  el  mando  de  los  bergantines ,  y 
el  de  acudir  adonde  lo  exigiese  la  necesidad,  t^a  primera 
opandon  faé  ocupar  el  punto  fuerte  de  Joloc ,  ahora  la 
garita  de  San  Antonio  Abad,  donde  'se  reunían  las  cal- 
zadas de  Iztapalapa  y  Guj'oacan,  el  que  los  mejicanos  ha- 
hian  descuidado  guarnecer  como  lo  exigía  su  importan- 
cia^ y  siendo  menos  útil  con  esto  la  columna  de  Sandow 
val  en  la  calzada  de*Iztapalapa ,  t'aé  trasladada  á  Tepe- 
jaeac,  cuya  avenida  había  quedado  dencubierta.  Quedó, 
pii€8y  establecido  el  ataque  de  la  capital,  avanzando 
contra  ella  Alvarado  por  el  camino  de  Ban  Cosme  hacia 
la  calle  de  Tacuba  ^  Olid  por  la  delllastro,  y  Sandoval 
por  la  dazada  de  Guadalupe ,  contra  Santiago.  El  acue- 
ducto de  Chapultepeo  habia  sido  cortado  previamente. — 
Las  faerzas  sitiadoras  se  aumeutarou  en  lo  sucesivo  con 
la  UegHda  del  rey  de  Tezctico.  D.  Fernando,  con  treintu 
milhombres,  y  los  auxilios  que  vinieron  de  los  otros  pue- 
blos del  valle ,  de  manera  que  durante  el  sitio  hubo  sobre 
la  ciadaü  cota  de  ciento  cincuenta  mil  hombres.  Cortea 
habla  sabido  excitar  los  resentimientos  de  todos  los  pne^ 
bl98  vencidos  por  los  mejicanos,  y  no  era  el  ejército  es- 
pañol el  que  sitiaba  la  capital :  era  el  odio,  la  opresión , 
la  saDgre  de  todas  las  víctimas  sacrificadas  en  las  aras 
de  Méjico,  todos  los  agravios  do  muchos  anos,  los  que 
v^iiaa  á  reclamar  una  horrible  venganza ,  siendo  uno  de 
los  ^pectácolos  mas  admirables  que  la  historia  puede  o- 
frecer,  el  oontemx^lar  á  Cortés  cou  un  puñado  de  españo- 
les en  medio  de  estas  grandes  masas  de  hombres,  ar 
Qiadoa  unos  contra  otros ,  para  servir  los  intereses  de  a- 
qneilos* 

Los  mejicanos  no  habían  omitido  diligencia  para  hacer- 
le de  auxiliares:  procuraron  persuadir  á  los  tlaxcaltecas 
(le Bos verdaderos  intereses:  llamaron  á  su  socorro  al  rey 
(te  ^oacán.  ¡Todo  en  vano  1  Pero  abandonados  de  to- 
de  se  abandonaron  por  eso  á  sí  mismos ,  y  con  la  re- 

80     L  de  los  sagun tinos  y  numan tinos,  determinaron 

de     -• ^««ta  quetlar  sepultatlos  bajo  las  ruinas  de  su 

pá 


—  00  — 
Las  columnaa  de  Cortég  salieron  do  Tezouco  el  dia  10 
de  mayo,  y  desde  que  ocuparon saa  posicionoa  empezaroa 
á  avanzar  hacia  el  centro  de  la  ciudad.  Cada  dia  erauíi 
combate,  y  aunque  la  venta  ja  quedaba  siempre  porlod 
españoles,  teniendo  que  volver  á  sns  cara pamonto^  por 
la  noche,  la  actividad  de  los  mejicanos  reparaba  las  oor 
taduras  y  levantaba  nuevos  parapetos ,  con  lo  qua  m  en- 
contraban los  sitiadores  en  la  necesidad  do  recnmiín?,Hr 
cada  dia  la  misma  obra.  Visto  esto,  detcroiinó  C¿>rté5  ds 
tablecerse  en  la  ciudad ,  á  medida  que  en  ellíi  avanaaso, 
y  i)ara  esto  destruir  los  edificios  y  ceírar  las  aceqaías  con 
los  escombros.  Igual  plan  ado])tó  en  Zaragoza  ,  trescien- 
tas años  después,  el  mariscal  trance 4 Lauuís ,  cuaudo fil^ 
tió  y  lomó  aquella  ciudad.  Los  auxiliares  de  los  e.spaüa- 
les  trabajaban  con  empeño  eu  e^ta  obra  de  dcáola-^ion ,  y 
los  mejicanos,  viéndolos  desde  sus  trincilif^ras ,  les  pfdu 
ban:  *»  Tirad,  tirad  nuestras  casas  ;  si  nosatros  veacíére- 
*'mo8,  tendréis  que  reediíi jarlas  para  no3etro3;yfli  el 
^^ triunfo  fuero  do  los  españoles,  las  lev^antateis  para 
*•  ellos. ''  Ni  siempre  la  victoria  abandonaba  las  bandtirds 
de  los  sitiados;  alcana  vez,  por  un  descuido  did  tcsoreTo 
Juan  de  Alderete^,  el  mismo  Cortes  osturo  en  manos  du 
RUS  enemigos ,  de  que  solo  lo  salvó  Cristóbal  de  Olea  sa- 
crificando su  vida :  alguna  vez  las  aras  de  Ilaitzilipoztli 
se  enrojecieron  con  sangre  espaiíala.  Ptiro  la  snerte  esta- 
ba» echada,  y  la  rniaa  del  imperio  niejníano  decidido  en 
loa  decretos  eternos  do  la  Providencia.  L  ts  coh-tínna^  ih 
ataque  se  habian  ido  aproxioiaiulo  hasta  rcudiLvw ,  y  no 
quedaba  ú,  los  sitiados  mas  que  el  corto  e?:;p:Hjioquri  hav 
eatre  ti  Carmen  y  Santa  Ana;  su  miseria  era  BUíaa,  y 
como  en  el  sitio  de  Jeriisalea  por  Tito,  las  malr/s  tk'Ví;- 
rabana  sa  hijos  para  sustentarse  con  el  frnro  {í^^  jma  ea 
traüas.  Todo  lo  habia  ven  cilio  Cortc.i,  mívíos  i\  áiüín'» 
indomable  de  Caftutomotzin;  á  qiiií^a  ])uo  le  jiplii-aru^  io 
que  dice  Horacio  de  Catón. 

./tV  rnnfa  ierra ru m-fin ha c tfi 

rrcter  airoccm  animuní  difonis  f  1  ]. 


(I)  I'ATí'íCt'jrf  ípe  veo 

}  )ú<r.'.ui<}  írl  orbe  entero 
iUenoA  del  gr,tn  Catón  el  pcílio  firi-."». 
O'Io  l^f  idt^  'i ? ,  «  A>il:uo  í'ol'".nt  JluRG >3    2Vaa 


r 


—  97  — 
Machas  veces  Cortés  le  instó  con  la  paz  j  muchas  le 
convidó  á  ana  conferencia ;  pero  procurando  sólo  salir  de 
]a  capital ,  ya  que  no  pedia  prolongar  mas  la  resistencia 
áe  éíita,  aprovechó  la  cesación  de  armas  á  que  dieron 
lagar  estas  contestaciones,  para  intentar  la  fuga  em- 
barcándose en  una  piragua  con  su  familia.  Cortes  tenia 
prevenido  ei  suceso  j  dadas  sus  instrucciones  á]os  coman- 
dantes de  los  bergantines:  uno  de  éhtos,  García  de  Hol- 
pin,  siguió  Ia  canoa  en  que  iba  el  fugitivo  monarca ,  y 
vmo  en  triunfo  á  presentárselo  d  Cortés.  "  Llegóse  á  mí , 
*'  dice  éste  en  mi  tercera  carta  á  Carlos  V,  y  díjome  en  su 
'Uengoaf  que  ya  élhabia  hecho  cuanto  de  su  parte  era 
"  obligado  para  defttuderse  á  sí  y  á  loa  suyos,  hasta  ve- 
'^nir en  aquel  estado:  que  ahora  ñciese  de  él  lo  que  yo 
^'quisiese,  y  púsola  mano  en  un  x)nüal  que  yo  tenia,  di-^ 
'^ciéodome  que  le  diese  de  puñaladas  y  le  matase. ''  Cor- 
tés lo  animó  y  asegurándole  que  seria  tratado  con  honor , 
é  iufürmándose  dónde  habia  quedado  la  emperatriz,  la  hi- 
zo conducir  á  su  pret^enoia.  La  piit^ion  del  emperador  y 
Ba  familia  hizo  ccisar  toda  resistencia.  Los  vencedores,  no 
padiendo  sufrir  la  infección  causada  por  tanto  cadáver , 
ai3  retiraron  ó  Cuyoacan  ,  llevando  cousi<;o  al  monarca 
prüáonero  j  á  cuya  instancia  dispuso  Cortés  que  saliOvSen 
Übremento  todos  los  habitantes  de  la  ciudad ,  para  dar 
lagar  á  enterrar  ó  quemar  los  muertos.  ^^  En  tres  dias  con 
**8us  noches,  dice  Bernal  iJiaz,  iban  las  tres  calzadas 
'Mleuas  de  indios  é  indias  y  muchachos,  lionas  de  bote 
"en  bote,  que  nunca  dejan  de  «alir,  y  tan  flacos,  y  su- 
'^cíos,  é  amarillos,  é  hediondos ,  que  era  lástima  do  los 
'^  ver.'^  La  mortandad  habida  en  la-capital ,  durante  los 
tres  meses  que  duró  el  sitio,  la  hace  subir  Cortés  en  los 
analtos  á  sesenta  y  seis  mil  personas ,  (i  que  deben  agre- 
gúese cincuenta  mil  que  él  mii^iuio  calcula  que  perecieron 
de  hambre:  otros  escritores  aumentan  esta  cuenta  á  un 
Búmero  mas  dol  doble.  Los  aliadoH/al  retirarMe  á  sus  pai- 
íes^  volvieron  ricos  con  el  botin,  y  una  i)arte  muy  consi- 
d  ,ble  de  éste  érala  (iarne  soca  de  los  muertos,  que  Ue- 
V    iii  para  comerla. 

kl  fué  la  toma  de  la  gran  ciudad  de  Méjico ,  verifica- 
d  1 13  de  agosto  de  1521 ,  dia  de  San  Hipólito ,  por  cu- 
jí notivo  se  declaró  ))atroa  déla  ciudad,  dos  años  y 
<a    ^^  «uea^s  después  del  desembarco  cu  Veracruz,  cu- 

PIS£BTA0X0»£3.— TOMO  I.— 13 


—  08  — 
yo  acontecimiento  muy  probablemente  se  habría  axciiaa* 
do  f  y  esto»  paíaes  habrían  pasado  bajo  el  dominio  eapa- 
fiel  sin  tanta  sangre  y.  desolación  y  si  no  se  hubiera  ye- 
rificado  la  expedición  de  Narvaez  y  que  interrumpió  loa 
planes  de  Cortes  é  hizo  tomar  otro  rumbo  á  las  cosas. 

Retirados  los  vencedores  á  Gnyoacan ,  hizo  Cortés  nn 
banquete  para  celt^brar  el  triunfo  y  para  lo  cual  habia  ya 
mucho  Tino  venido  de.  España,  y^tal  fué  el  desorden 
^' que  hombres  hubo,  dice  JJernal  í^iaz,  que  anduvieron 
^^sobre  las  mesas ,  que  no  acertaban  á  salir  al  patio;  otros 
*^  decian  ,  que  habian  de  comprar  caballos  con  sillaa  d« 
^'  oro  y  de  las  partes  que  les  habiau  de  dar. "  El  P.  OÍ  me* 
ro  mauifestó  su  desagrado  por  tales  escándalos,  y  Oortés 
le  dijo :  <'  Padre,  no  excusaba  solazar  y  alegrar  á los  Bol- 
*'  dados  con  que  lovuestra|reverei!Cia  ha  visto  é  yo  he  h  e- 
^^  cho  ¿e  mala  gana ;  ahora  resta  que  vuestra  reverenda 
^^  ordene  una  procesión ,  y  que  diga  una  misa  é  nos  pre- 
^<  dique ,  y  que  diga  á  los  soldados  que  no  roben  las  hijas 
'<  de  los  indios ,  y  que  no  hurten  ni  riilan  pendencias ,  é 
<<que  hagan  como  católicos  cristianos ,  para  que  Dios  nos 
*<  haga  bien."  Entonces,  según  el  carácter  singular  de  a 
(luel  siglo^  en  que  se  pasaba  de  la  disolución  a  la  dero- 
iñon  y  de  un  acto  de  liviandad  á  otro  de  religión,  ^^  el  fraile 
^^  hizo  una  procesión  en  que  íbamos  con  nuestras  bande 
'<  ras  levantadas ,  y  algunas  cruces  á  trechos ,  y  cantan" 
''  do  las  letanías ,  y  á  la  postre  una  imagen  de  Nuestra 
'^  Señora }  y  otro  dia  predicó  Fr.  Bartolomé,  é  comulga- 
^<  ron  muchos  en  la  misa  después  de  Gortés  y  Alvarado, 
^<  6  dimos  gracias  á  Dios  por  la  victoria.  *' 

Aunque  en  las  disertaciones  sucesivas  no  se  trataríí 
mas  que  de  las  consecuencias  de  la  conquista ,  como  esto 
será  contrayéndose  á  puntos  particulares,  será  bien 
echemos  ahora  un  golpe  de  vista  general  sobre  los  efec- 
tos de  este  grande  acontecimiento. 

Estos  trastornos  que  de  tiempo  en  tiempo  han  sufrido 
todas  las  naciones,  estas  revoluciones  que  mudan  la  ^^z 
del  orbe  y  que  tienen  el  nombre  de  conquistas ,  no  del  n 
ser  consideradas  ni  en  razón  de  la  justicia  ni  en  la  de  >)s 
medios  que  se  emplean  para  su  ejecución ,  sino  mas  Ib  n 
en  razón  de  sus  consecuencias.  Ni  Alejandro  tuvo  jo  o 
motivo  para  conquistar  la  Perfila ,  ni  los  romanos  p  a 
osmeter  baio  su  imperio  casi  t/>do  el  mundo  conocido     ^ 


I ,  los  lombardo»  paia  ia- 
> ,  d1  los  normaoilos  pe- 
ra ¡  bId  embargOf  las  na 
n  otfgen  &  esta  eérie  de 
'ina,  qaepor  ai  flauoaijiie 
labe  BaoBi'  ol  l>i(  a  Hei  inal, 
.contecñmieutos  e'  ealaúo 

oonotümíeotos  se  extit^n- 
m  ddíó  todas  las  uacioues 
Fea,  les  dit>  nua  tnisma 
ilizaoiou  se  geiieraljzó  y 
mieuto  del  crÍAiiauiamo. 
I, resoltado  delpoderab- 
jrras  civiles ,  había  trai- 
1  tan  poderoso ,  ¿  un  t»» 
)D  :  eotoDcos  lan  ilaciones 
le  en  él ,  y  adoptando  la 
blo  vencido ,  con  el  tras- 
I  mnobas  TÍcieitades,  se 
jas  é  ilastradas  i^no  aho- 
estos  trastorno»  oompl«- 
lian  dado  origen  á  otro 

ha  impi'eao  su  sello,  dan- 
o  que  en  sn  priofii^>io  no 
r  y  de  la  faerza. 
Botros;  la  conqnieta,  obra 

en  el  siglo  en  que  se  e je- 
ra nación  ,  en  la  cnal  no 
ites  existió:  religioa.  leñ- 
antes»  todo  es  resaltado 
len  esaminarae  los  males 
fectos  permanentes,  los 

permanecerán  mientras 

que  be  presentado  con 
stinga  &  eetna  dlBcrtacio 

qne  los  comnnea  &  todas 
te  &lss  del  siglo  en  que 
ino  del  conquistador  no 
aogre  ,  j  todo  lo  qne  bay 
ramo  sin  innecesatia  pro' 
ban  liecbo  cerrar  las  lla~ 

gqwFfta  engie  Bclieoíft- 


—  100  — 
iDt^venir  la  religiou,  las  calamidades  eran  majores*  por- 
que ellas  so  coDsiderabau  üomo  un  castigo  de  la  inñdeli- 
dad,  y  casi  no  eran  tenidos  como  hombres  ;  con  los  dere< 
ches  de  tales  los  que  profesaban  otra  religión.  Guando 
los  cruzados  mandados  por  Godofrodo  de  Bullón  tomaron 
á  Jerusalen ,  pasaron  á  cuchillo' á  todos  los  habitantes ,  y 
esto  no  fué  durante  el  furor  del  combate ,  sino  muchos 
dias  después  de  ganada  la  ciudad,  y  por  un  acto  delibe- 
rado de lo3  jefes :  habiendo  sido  tal  la  matanza,  que  en 
la  mezquita  mayor ,  construidasobreel  terreno  que  ocu- 
pó el  templo  de  Salomón ,  la  sangre  llegaba  hasta  el  en- 
cuentro de  los  caballos.  En  las  leyes  de  Oleren ,  publica- 
das por  Pardef  sus ,  código  marítimo  de  tanta  utilidad  eo 
la  edad  media,  se  establece  por  principio,  ^'que  si  los 
enemigos  son  piratas  ó  turcos,  ú  otros  contrarios  ó  enemt 
gos  de  nuestra  sania- fé  católica^  todos  pueden  tomar  lo 
que  quieran  sobre  tales  gentes ,  como  sobre  perros^  y  se  les 
puede  privar  y  despojar  desús  bienes  sin  castigo. 

En  la  época  de  la  couqui(<ta ,  el  derecho  de  la  guerra  se 
ejt^rcía  por  toda  la  ciudad  con  una  crueldad  que  la  civi- 
lización moderna  ha  hecho  desaparecer  hasta  cierto  pan- 
to. Por  aquel  mismo  tiempo  aconteció  la  toma  de  Boma 
por  el  ejército  imperial:  la  ciudad  fué  saqueada  ,  con  el 
mismo  rigor  que  Méjico  ó  Cholula ,  y  esto  no  fué  una  vio- 
lencia momentánea  y  pasajera ,  sino  que  los  soldados  se 
establecieron  por  muchos  meses  en  las  cac>as  de  los  veci- 
itOB,  á  los  que  daban  tormentos,  sin  exceptuará  los  car-* 
dt  naVs  y  prelados ,  varios  de  los  cuales  murif'ron  en  él , 
par»  hHoerle  declarar  d'>nde  teuian  ocultas  sus  riqui^zas, 
y  comi-tían  toda  e^)lecie  de  excesos  bu  las  fumlIiaA ;  lo 
mi^mo  sucedió  en  Milán ,  y  en  la  toma  dn  Túnez  yH  ht-mos 
TÍ8toqne  Va  población  fué  saqneadi»  y  pasada  á  cucbüto 
los  hH  hitan  ten  B^tns  atrocldaden  no  eran  »<olo  pr«>)ti^sde 
l>s  ejércitos  imperiales:  las  cometían  igualoient»  lo^fraa* 
ceses,  de  qu»  es  butMia  prueba  el  saqueo  de  Ravena  y  al 
de  Brescia;  y  la  continencia  tan  celet>rada  del  caballero 
Ba^vard  demuestia ,  por  ^u  singularidad ,  que  no  era  ec  i 
la  virtud  en  que  mas  se  di8tiiiguian  sus  paisanos  en 
mej*lntee»oca^iones,  a^i  como  se  ve  que  poco  se  r^-spet 
b^n  las  perhonaa  do  los  prisioneros  ,  por  el  hecho  de  Iíl  \ 
XII,  ptíucipe  por  otra  paite  celebrado  por  su  bonda  ^ 
que  hizo  ahorcar  al  gubetnádor  de  Peschiera ,  Andxéo    ) 


—  101  — 
Kva,  oott  ra  hijo,  sin  mas  ddlto  qne  haber  defendido  bien 
la  plaza  que  le  habia  confiado  el  senado  dé  Veneda,  ha- 
biendo hecho  también  lo  mismo  pocos  días  antes  con  la 
gnarnicion  de  Caravagglo.  En  Ingar ,  pnes  y  de  caTíflcar 
por  hechos  órneles  y  desnudos  algunos  sucesos  de  la  con- 
qnista  que  aparecen  tales  en  nuestro  siglo,  como  el  ha- 
b»  cortado  las  manos  á  los  espías  tlaxcaltecas ,  y  mar- 
car con  un  fierro  ardiente  &  los  prisioneros  de  los  pueblos 
qucy  por  haberse  antes  sometido  al  gobierno  espáfiol,  eran 
considerados  como  rebeldes  cuando  venían  á  tomar  las 
armas ,  como  Tepeaca ,  examinados  tales  acontecimientos 
á  la  luz  del  siglo  én  que  se  verificaron ,  no  se  ve  en  ellos 
mas  que  lo  que  en  otras  partes  sucedía ,  y  aun  con  cierta 
mitigación  de  severidad ,  pues  los  espías  eran  y  son  cas- 
tigados con  la  pena  capital ,  y  la  impresión  del  sello  ar- 
diendo todavía  se  practica  en  Francia  con  los  que  son 
condenados  á  galeras. 

Lo  que  sí  debe  parecer  muy  eztrafio  es,  que  en  nuestro 
^glo  de  ñlósofía ,  cuando  el  celo  religioso  no  >niiná  al 
espíritu  de  conquista  /  ^   cuando  para  todo  se  invocan 
los  principios  de  la  humanidad  y  de  la  justicia^  sé  h^yan 
repetido  las  mismas  vioíencias ,  sé  hayan  hollado  íds  miiS' 
mos  derechos  de  que  se  acusa  á  los  espafioles  ^  y  ésto  por 
las  naciones  cuyos  escñtores  se  han  producido  contra  éuos 
de  la  manera  mas  vehemente.  A8í  hemos  visto  ú\  Direc- 
torio de  la  república  francesa  invadir  la  Boiza  en  medio 
de  la  paz,  sin  mas  motivo  que  aprovecharse  dé  los  tesoros 
rbUDiloa  eu  Berna,  repartir  con  el  Au<^tria  la  Eeptibllca 
veueciiinai  sin  retipt!Ci>  niugauoá  su  uaciobaHdad,  y  de« 
cecar  la  campaña  «te  BSgipco  y  Siria  sin  A  meuor  pretex* 
tO|  U«9va>i'lo  la  mderte  y  la  deíoiaciou  á  unos  «lUebioH  que 
para  n»Mla  86  uitfzctabfiíi  ea  U  po  icica  dc^  la  lí!ar«u>a:  y  al* 
gaaus  atlüS  lt9Spu^4,  la  invaMOii  de  d)8pdQa  pot  Napui^'on 
T«9aui6  eu  NÍ  8ola  toda  la  ifgaNti.sia,  tola  laatro :i*laü ,  to* 
dud  iurt  crímeuet»  qae  tant »  se  pouderao  en  la  couquinca 
do  Amédisa,  biu  una  sola  razón  con  que  diHcu'purtos;  y 
tita  mi^ma  guerra  de  E^i^aña  vemua  á  los  ejército»  In- 
38,  los  ejércitos  m  *jor  4lid<dpliuados  de  la  Éiir>»M^y  **^ 
naciuu  que  veuídrii  á  proteger,  repetir  en  Bi.dHJoz  y 
S«n  S''b«isaari  tus  eXi^sun  que  maucharou  Cies  siglos 
s  la  toma  de  Boma  y  de  Mlilan.  tíio  t^mbargo,  los  cua* 
^'«<)  reprtsentan  la  ocuj^Tacion  d«  Malta  atacada  en 


^  — 102  — 

el  Mno  de  la  paz,  y  lae  batallas  de  7gipto  y  Siria,  ador, 
nan  los  Balones  de  Méjico ,  mientras  que  los  combates  da- 
dos en  ataqne  y  defensa  de  esta  capital  son  generalmente 
ignorados,  y  se  reclama  contra  la  conquista,  re  vindicando 
los  derechos  de  Moctezuma ,  como  si  los  ingleses  de  aho- 
ra pretendiesen  vengar  las  agravios  que  los  romanos  hi 
oierou  á  la  reina  Boadicea  y  á  sus  hijas. 

Aun  cuando  en  nuestro  siglo  de  escepticismo  no  se 
quiera  contemplar  el  cambio  de  la  religión  con  los  ojos  de 
la  fé  y  con  un  sentimiento  de  piedad^  bastan  los  princi- 
pios de  la  fliosofla  para  calificar  sus  yentdjas.  No  pueden 
leerse  sin  horror  los  libros  rituales  del  P.  Sahagun ,  en 
\  que  se  especifican  menudamente  las  festividades  anuales, 
el  número  de  las  -víctimas  que  en  cada  una  hablan  de  sa 
orificarse,  su  sexo,  su  edad,  el  tiempo  que  habia  de  tenerse 
engordando ,  el  modo  de  su  muerto  y  e3  guiso  que  habia 
de  hacerse  con  sus  carnes ;  y  una  religión  que  consagraba 
tales  sacrificios  era  ciertamente  un  obstáculo  insuperable 
para  todo  adelanto  verdadero  en  Ja  civilización' ,  pues  no 
puede  haber  sociedad  entre  gentes  que  se  comen  unas  á 
otrad.  Oierto  es  que  la  religión  cristiana  vino  acompaña- 
da con  la  inquisición,  como  han  dicho  varios  escritores  ex- 
tranjeros; pero  el  sefior  Prescott,  distinguiendo  con 
mucho  juicio  la  esencia  de  las  cosas  del  abuso  que  dü 
ellas  punde  hacerse,  reconoce  en  el  culto  idólatra  de  los 
mejicanos  y  en  el  canibalismo  que  lo  acompafiaba  ol 
mal  en  la  escencia  misma  de  ese  cu<to,  mientras  que  la 
inquisición  en  nada  tuca  al  fondo  de  la  religión  cristiana. 

Pero  ésta  y  otras  ventajas  que  veremos  en  el  cur  o  de 
estas  dis^^rtadoaes ,  tratáiKÍoée  del  gobierno  civil ^  de  los 
edtablecicnientos  de  iostraccion  y  de  beacfioeucia ,  y  de 
otcds  paacoH  faeroriel  resaiCaij  del  sísceooLaqae  los  mo- 
narca** españutes  adoptaron  respecto  á  las  posesiones  de 
América.  A  diferencia  del  que  otr«*s  naciMes  han  seguido 
en  sus  colonias,  no  se  las  consideró  meramente  como  es- 
tablecimientos productivos,  sino  que  se  las  hizo  partíci-' 
ues  de  todo  cuanto  habia  en  la  metrópoli.  Si  atendemos 
ál  plan  seguido  por  el  gobierno  inglés ,  con  respecto  á  bus 
estableelmientos  ulcramarmos ,  veremos  que  han  sido 
considerados  bajo  doA  diferentes  aspectos:  en  los  unos, 
formados  por  la  emigraeion  de  una  parte  de  la  población 
de  I^  metrópoli  (d  pj^rífife^  pcupfitíos  por  tribus  salv^^en,  póv 


—  103  — 
lo  se  ha  atendido  á  los  intereses  de  los  emigrados  y  y  para 
esto  la  población  nativa  ha  sido  enteramente  espelida , 
como  finoedió  en  las  colonias  inglesas  del  norte  de  Amé- 
rica^  qne  hoy  son  los Estados-l} nidos,  loscnales  signen 
el  mismo  sistema:  ni  nno  sólo  de  los  naturales  del  país 
queda  ya  existento  en  él :  pnes  sea  comprándoles  sos  po-< 
sesiones  ó  exterminándolos  como  á  los  Seminóles ,  se  les 
hace  abandonar  la  tierra  á  la  nueva  población,  que  ex^ 
(Masivamente  se  apodera  de  ella.  En  otras  regiones  en  que 
la  población  nativa  era  crecida  y  en  nn  cierto  grado  de 
civilización ,  sin  hacer  esfuerzo  ninguno  para  mejorar  su  . 
condidon  9  sólo  se  atiende  á  sacar  do  ella  la  mayor  ntili 
dad  posible ,  ya  por  el  consumo  exclusivo  que  se  hace  d» 
los  ¿tíoulos  de  la  metrópoli ,  ya  por  los  tributos  que  pa- 
ga ;  y  así  es  qne  después  de  doscientos  años  de  domina- 
don  inglesa ,  las  tinieblas  de  la  idolatría  cubren  todavía 
los  países  del  Indosten ,  y  la  viuda  de  Malabar  sube  á 
quemarse  en  la  hoguera  con  el  cuerpo  de  su  marido ,  eo. 
mo  la  víctima  de  Huitzilopoztli  subía  en  el  templo  mayor 
(le  Méjico  á  ser  inmolada  en  las  aras  de  aquella  sanguina* 
ríadivinidad«  Los  monarcas  españoles,  profundamente^ 
religiosos  ante  todo  j  consideraron  la  propagación  de  la 
religión  como  el  primero  de  los  deberes  y  y  lo  hicieron  es- 
tableciendo el  culto  católico  con  real  munificencia ,  con 
la  misma  pompa  y  solemnidad  que  en  las  catedrales  de 
Taledo,  Santiago  ó  Sevilla,  y  con  la  religión  vinieron  to- 
«ks  los  beneficios  de  la  sociedad  civil ;  de  manem ,  que  . 
siendo  inevitable ,  como  hemos  visto  en  la  primera  di^ 
flertadon ,  el  que ,  en  el  estado  de  las  cosas  en  el  siglo 
XYI,  estos  países  dejasen  de  ser  presado  alguna  na- 
ción europea,  fué  nnagran  felicidad  que  esta  nación  toe- - 
80  la  española,  y  la  historia  imparclal  y  la  crítica  Revera 
de  tos  acontecimientos  obliga  á  reconocerlo  así.  A  esto  se 
debe  el  grado  de  civilización  en  que  estamos,  la  magni- 
ficencia de  los  templos  y  edificios  que  adornan  nuestras 
eindades,  los  establecimientos  de  toda  especie  que  en  ellas 
^en  ^  y  loa  adelantos  qne  las  colonias  hicieron ,  y  que 
pasieron  en  estado  de  ser  nn  día  naciones  grandes  y 
ierosas. 

i  volvemos  ahora  nuestra  atención  á  las  ventajas  físi- 
que  han  resultado  por  la  conquista ,  pudiéramos  ^ha- 
una  prueba  práctica  en  nosotro»?  mismos ,  privando- 


—  106  — 
imaginación  desarreglada  y  y  se  sujetare  á  seguir  los  prin- 
cipios del  buen  gasto,  que  no  soa  otros  que  la  imitación 
de  la  naturaleza  y  de  los  grandes  modelos  de  los  escrito-» 
rea  clásicos.  La  nación  mejicana,  separada  déla  espa- 
ñola por  el  efecto  nacional  que  el  trascurso  de  los  siglos 
produce  on  todos  loa.  pueblos  de  la  tierra ,  como  un  hijo 
qne  en  la  madurez  de  la  edad  sale  de  la  casa  paterna  pa- 
ra establecer  una  nueva  familia  ^  tiene  en  sí  misma  todo 
cnanto  necesita  para  su  gloria ,  y  está  ^i  sus  manos  a- 
brirse  una  carrera  de  dicha  y  prosperidad ,  perfeccionan- 
do todo  cuanto  se  hizo  6  intentó  desde  la  época  de  la  con- 
quista ,  que  va  á  ser  el  objeto  de  las  disertaciones  suce- 
sivas. 


i 


TERCERA  DISERTACIÓN. 


E0tel>l«cliiilento  del  gobierno  espafiol. 


BxL  las  dos  disertaoionjes  qae  preceden ,  hettios  exami- 
nado  lás  caasas  generales  que  prodajeroa  el  deficubri- 
ittieuto  y  oooqaista  de  la  América  por  los  españoles  ,  y 
los  medios  particulares  por  los  cuales  se  hicieron  due- 
líos  del  pais  conocido  con  el  nombre  indeterminado  de 
Andhuac\í\^  al  que  ellos  dieron  el  de  Hueva-Eapaüa. — 
Vaoios  aliora  á  ocuparnos  del  establecimiento  de  la  au- 
toridad española  en  nuestras  regiones ,  y  de  la  formación 
ñél  firobierno  que  existió  por  sus  propias  fuerzas,  casi  sin 
auxilios  de  la  metrópoli;  y.  sin  el  apoyo  de  tropas  regula- 
res ,  por  el  largo  espacio  de  tres  siglos. 

Hasta  aqui  he  podido  tomar  por  guia  á  los  muchos  y 
distinguidos  escritores  que  han  tratado  de  la  conquista ; 
l>oro  &  éstos ,  los  unos ,  como  el  célebre  don  Antonio  de 
S0IÍS9  terminan  su  historia  con  la  tomado  Méjico;  y.otros, 
3omo  el  se&or  Prescott  ^  sólo  la  prolongan  hasta  la  muer. 
:e  de  Cortes,  sin  ocuparse  mucho  de  aquellos  pormeno. 


fl)  áná/Moe  quiere  decir  ceyea  del  of/i'-a ,  r  en  su  principio  no  aeeutecáiV 
or  Qtte  nomlire  mas  que  el  pafs  ÍAmediato  6  las  lagañas:  n  despue»^  se  le  di") 
sU^ifisaeiondetodoel  continente eutre loados  varef,  como  Veytia  pre- 
nde ,  es  una  cosa  laaj  dadoea. 


—  lio  — 

en  otras  muchas  cosas  que  la  equiparan  á  ella.'' 

Después  de  la  toma  de  la  capital  dio  cuanta  al  empera 
dor  de  aquel  grande  acontecimiento ,  por  su  carta  escrita 
en  Ouyoacan ,  en  15  de  mayo  de  1522 ,  certificando  ll 
verdad  de  todo  cuanto  refiere  los  oficiales  reales  Jaliai 
de  Alderete ,  Alonso  de  Grado  y  Bernardino  Vazqueí  d< 
Tapia ;  y  posteriormente ,  en  16  de  octubre  de  1624 ,  cí 
carta  escrita  en  esta  ciudad ,  que  entonces  se  conocía  c<x 
el  nombre  de  "la  gran  ciudad  de  Temixtltan, "  oontinti 
la  relación  de  todo  cuanto  se  habia  heobo  para  extendí 
y  propagar  el  dominio  español  en  todo  lo  deacubiert 
iiasta  aquella  fecha  en  este  continente.  Estas  tres  cartat 
que  eran  las  únicas  conocidas  hasta  nuestra  ópoca ,  lial 
hecho  con  razón  comparar  á  Cortos  con  César ,  que  en  su 
comentarios  ha  sido  su  propio  historiador ,  y  en  ellas,  oa 
admirable  sencillez  y  verdad ,  manifiesta  todo  lo  que  iiii 
en  la  conquista ,  y  todos  los  grandes  proyectos  que  i 
nuevo  habla  concebido. 

La  pronta  publicación  en  Sevilla  de  las  dos  primen 
hizo  conocer  á  los  españoles  la  grande  importancia  de  IK 
países  nuevamente  descubiertos  ;pero  Carlos  Y ,  ocupi 
do  en  asegurarse  la  corona  imperial  y  en  losne^cios  i 
Alemania ,  donde  á  la  sazón  estaba  j  habia  encargado 
('.aidado  de  las  cosas  de  España  al  cardenal  Adriano  i 
TJtreoht .  y  éste  dejaba  los  asuntos  de  Indias  al  obispo  i 
Burgos  uou  Juan  Rodríguez  de  Fonseca ,  quien  hablé 
doso  manifestado  poco  tarorable  á  Colon,  era  proteot 
declarado  de  Volazquez ;  y  además ,  la  guerra  de  la»  c 
munidades  de  Castilla ,  suscitada  por  este  mismo  tiei 
l>o  f  concentraba  la  atención  del  gobierno  en  sólo  el  o 
jeto  de  sotbcar  los  últimos  alientos  de  la  libertad  cas 
llana. 

En  tales  circunstancias ,  retirado  Cortés  con  el  ejór 
to  á  Cuyoacan ,  los  soldados  exigen  que  se  les  repúrtal 
el  botin  que  se  había  recogido  en  la  toma  de  la  capital 
como  este  fuese  muy  inferior  á  sus  esperanzas ,  y  que 
él  hubiere  de  sacarse  el  quinto  real,  y  además  el  qoii 
del  residuo  que  correspondía  á  Cortés ,  el  descontento 
manifestó  de  la  manera  mas  violenta.  Sospechaban  ^ 
Oaautemotzin  habia  escondido  los  tesoros  que  en  la  t 
dad  habia  y  y  que  Cortés  era  sabedor  de  todo  ello  y  e( 
ba  de  acuerdo  en  la  ocultación  ^  para  aprovecharse  ék 


— 111  — 

|o  de  todo  el  oro  y  la  plata  que  existía.  De  esta  sospecha^ 
|Qe  apoyaba  el  tesorero  Julián  de  Alderete ,  pasaron  á 
kdgir  qae  se  diese  tormento  á  Oaantemotzin ,  para  que 
ieobraae  dónde  Inania  oculto  los  tesoros  que  se  creía  ha- 
jM&  Cortés,  á  quien  repugnaba  semejante  acto  de  cruel- 
dad ,  no  lo  pudo  excusar  7  según  el  testimonio  de  Bernal 
Biaz ,  testigo  ocular  del  suceso,  pues  su  autoridad ,  mal 
jestablecida ,  no  pudo  resistir  el  imlsetudenua  multitud 
ítiasperada  por  la  sospecha  de  la  ocultación.  Cortés  se  ha. 
^ba  en  este  caso  en  la  misma  situación  en  qae  Tácito 
^representa  al  emperador  Otón,  cuando  á  su  pesar  manda- 
3ba  quitar  la  vida  á  los  ministros  y  amigos  de  su  antece- 
lor  Galba.  ^<  Tenia  bastante  autoridad  para  mandar  co- 
meter él  crimen ,  i>ero  no  para  impedirlo  "  [1] ,  dice  aquel 
sritor,  que  con  estas  pocas  pinceladas  ha  pintado  tan 
7i?o  la  posición  en  que  se  encuentra  un  jefe  que  dcl^i^ 
autoiidad  á  la  muchedumbre  por  medio  do  una  rcTohi* 
oa,  y  que  tiene  que  ceder  á  la  voluntad  caprichosa  d<^ 
N  qae  le  elevaron  ai  poder. 

i  Caálfneaela  licencia  é  insubordinación  de  las  tropas 
leaqaella  época  en  casos  semejantes,  piKKlese  conocer 
p^r  lo  que  aconteció  en  Boma  seis  años  después  de  la  to- 
pas de  Méjico.  Apoderado  de  aquella  capital  el  ejército 
¿Imperial ,  y  muerto  en  el  ataque  el  condestable  de  liorboii 
[^e  lo  mandaba ,  no  hubo  género  de  excesos  .4  que  no  S(> 
^tregase  aquella  soldadesca  desenfrenada,  sin  quepu^ 
^e  contenerla  el  respteo  del  príncipe  do  Omage,  que 
^Ó^ía  un  mando  enteramente  nominal.  Para  poner  t ar- 
illo Á  los  males  que  por  tanto  tiempo  habla  sufrido  aque- 
capital ,  fué  ponerse  á  la  cabeza  de  las  íTopas  el  mar- 
es del  Yasto ,  el  general  mas  respetado  de  los  ejércitou 
periales ,  por  el  brillo  de  su  nacimiento ,  por  el  ilustre 
tltrinníb  reciente  de  Pavía,  debido  en  fr^an  parte  (\  fina 
'^aerzos,y  por  la  confianza  que  el  emperador  le  dispensa- 
;  ^  aunque  llevaba  en  su  apoyo  las  tropas  que  habia 
el  reino  de  Ñapóles ,  no  sólo  no  consiguió  hacerse  obe- 
íer,  sino  que  temiendo  recibir  algún  insulto  en  su  per- 
na,  tnvo  que  salir  ocultamente  de  Roma ,  y  prefirió  ir 
haeer  la  guerra  á  los  tarcos  en  ITungiía  como  volnnta- 


plOütoiliaoBdiimanetoritA:!  Inerat  ad  ¡prohibendam  BCdlna:  jnberA  Jam 


—  112  — 
rio^  mas  bien  que  ponerse  á  la  cabeza  del  primero  y  inai 
afamado  de  los  ejércitos  de  Garlos  Y.  Oortés  ^  con  menos 
tftolos  para  poder  contar  con  la  obediencia  de  sns  sóida* 
dos  f  tnvo  que  ceder  á  la  necesidad }  pero  todavía  el  haber 
tenido  que  hacerlo  así  es  una  mancha  en  su  &ima. 

El  desgraciado  Onautemotziu  y  su  primo  el  señor  de 
Tacuba  fueron  puestos  al  tormento ,  quemándoles  los  pies 
a  fuego  lento  con  aceite  hirviendo.  Ix)s  lamentos  del  señor 
de  Tacuba  hicieron  que  dirigiese  hacia  él  la  vista  el  he* 
xóico  emperador  ,^ue  sufiia  sin  dejar  escapar  un  suspiro, 
y  reprendiendo  su  debilidad ,  le  dijo :  ^^  ¿lüstoy  yo  en  al- 
gún deleite  6  bafiot  ^  Expresión  que,  vertida  de  una  ma- 
nera mas  poética ,  ha  venido  á  ser  proverbial.  Oortés ,  a« 
vergonzado  de  la  deshonra  que  sobre  él  recaía  y  por  el  in- 
digno tratamiento  que  se  hacía  á  un  prisionero  á  qmen 
habia  ofrecido  que  seria  visto  con  consideración,  le  hi- 
zo retirar  del  tormento,  en  el  que  confosó  que  cuatro 
dias  antes  de  la  toma  de  la  capital  habia  hecho  arrojar  ú, 
la  laguna  el  oro  y  la  artillería  y  demás  armas  quitadas  ^ 
loa  españoles  en  la  noche  triste ,  de  todo  lo  caal  nada  se 
pudo  sacar,  aunque  entraron  al  agua  buenos  nadadores, 
y  sólo  fie  encontró  en  una  alberca  de  la  casa  de  Onaat4^- 
motziu  un  sol  de  oro  y  algunas  alhajas  de  poco  valor.  Ei 
aeUor  de  Tacuba  d^'o  que  tenia  ocultas  en  su  ciudad  al- 
gunas piezas  de  oro ;  pero  conducido  á  ella,  por  Alvarado 
para  que  las  entregase,  dijo  que  por  morir  en  o'  camino 
habia  dicho  aquello,  y  qae le  matasen ,  pne»  no  tenia  oro 
ni  joyas  ningunas. 

Todo  lo  que  los  oficiales  reales  tenían  en  su  poder  para 
repartir  no  ascendía  mas  que  á  trescientos  ochenta  mil 
pesos,  y  en  el  orden  establecido  para  la  distribncion ,  á 
los  de  á  caballo ,  que  era  á  los  que  tocaba  mayor  parte , 
no  les  venia  á  corresponder  mas  que  á  cien  pesos.  Vista  la 
cortedad  de  estas  sumas,  ningún  soldado  quería  recibir- 
íais;  y  &  este  motivo  de  descontento  se  agregaban  los  re- 
clamos continuos  de  los  acreedores ,  por  el  valor  de  m 
armas  y  caballos  que  les  habían  vendido  á  precios  exl  r- 
bitantes,  pues  las  ballestas  habían  sido  á  cuarenta  y  c  i- 
cuenta  pesos ,  las  escopetas  ciento ,  cincuenta  las  es;  i- 
das,  y  un  caballo  ochocientos  ó*mil :  y  el  cirujano  maes  i» 
Juan  y  un  médico,  Mnrcia ,  que  era  también  boticarii  y 
barbcffo ,  se  querían  hacer  pagar  bien  por  las  heridas '    e 


4 


—  113  — 

habiau  curado  duran  tola  guerra.  Cortas  so  vio  obligado 
á  iiooer  térmiso  á  la  mnltitad  de  cneetiones  qne  de  u>do 
esto  fie  originaba ,  y  paia  ello  nombró  dos  tafitadoreis  qne 
apieciasen  en  justicia  lo.qne  podían  valer  las  mercadeiías 
qoe  j^e  habían  tomado  fiadas  ^  así  como  también  Jas  caías 
bochas  por  los  lacnttativos,  j  ademásmaddóqno  á  los  mol- 
dados qne  ni  ánn  atí  i>ndi(gen  pagar  ^e  les  e&peía^e  per 
d('S  aüos. 

A  otro  espediente  se  ccnriió  no  menos  violento  y  de 
coüstcnencias  todavía  mas  i'nne&tas.  Para  anmentar  la 
cantidad  ue  óio  qne  Labia ,  y  hacer  de  et^ta  maueía  mas 
decidas  las  pagas,  fco les  echaicn  ties  qnilatts  de  cobie; 
j)4ro  elresnltado  íné  el  qne  piedme  siempie  ia  aiteíacion 
de  la  nioneda ,  qne  todas  las  mert  ancias  encaiecleion  ^n 
mtsqne  la  piopoicion  en  que  Labia  bajado  la  lr.>  de  ks 
metales  con  que  se  pagabbu;  >  fué  tai  el  desciétíito  de 
este  oro ,  que  te  llamó  de  tep'u::qne^  que  en  mejicano  signi- 
fica cobre ,  que  en  las  burlas  ce  toldados  acostumbran 
llamar,  álos  que  de  repente  te  habían  enriquecido >  quo- 
riao  aparentar  una  impoitancia  que  no  tenían,  I>.  Fulano 
de  TepxizffKe,  Una  vez  abieita  la  puerta  al  fraude  rxn  la 
alteración  de  la  ley  de  los  metales ,  que  servían  para  el 
cambio  de  todo,  pues  todavía  no  Labia  moneda  y  los  par- 
tiiidaies  se  aprovecharon,  alterándola  todavía  mas,  co- 
mo ha  sucedido  en  nuestros  dias  con  la  moneda  de  cobre, 
lo  qae  dio  motivo  &  que  dos  plateros  quo  hacían  este  tra- 
uco criminal  fuesen  easiigados  coniapena  de  horca.  Para 
eitÍDgair  estas  especies  alteradas,  mandó  el  gobierno  es- 
paflol  que  no  siguiesen  en  circulación  ^   y  que  todos  lo» 
derechos  que  se  causasen  de  almojarifazgo  y  penas  de 
eámara  se  pagasen  en  aquel  oro  adulterado ,  con  lo  que 
con  el  trascurso  del  tiempo  todo  se  recogió  y  se  llevó  á 
EdpaSa»  El  nombre  que  se  dio  á  estos  metales  con  liga  se 
conserva  todavía  en  Guanajuato,  donde  se  llama  pla- 
ta de  tepuzcos  la  de  fundición ,  qne  por  ser  de  menos  ley 
qoe  lacoi>ella9  vale  generalmente  un  peso  menos  en 
o    »o. 

descontento  de  los  soldados  se  manifestaba  cada 
di  lor  medio  de  pasqmnes  insultantes  á  Cortés.  Este  se 
h  ba  alojado  en  Gu>oacan ,  en  una  casa  grande ,  cuyas 
Pj  des  estaban  recientemente  blanqueadas,  y  todos  los 
di    -«nanecían  cubiertas  de  letreros injurioísos  en  prosa  y 

PSaiBBTA6I0inEB9.— TOMO  I.— 1& 


4' 


—  114  — 
verso  y  y  como  Oortós  presumía  un  poco  de  pceta,  xespoo* 
dia  por  loB  mismo  conaonantes ,  ^'j  may  á  propóbito,  dice 
Berual  Diaz ,  en  tx)do  lo  que  eBcritiía ;  y  década  día  iban 
maa  deav^ergonzados  ios  mtítroa ,  y  de  tal  manera  anda- 
ban las  co»as ,  que  Fr.  Bartolomé  de  Olmedo  Je  dijo  á  Cor- 
téjü  qim  no  i'ormitiese  que  aqaeilu  pasase  adelante ,  Bino 
que  coa  cordura  vedare  que  no  escribiesen  en  la  pared*  ^ 
Íj(>  hizo  asi ,  imponiendo  grabes  penas  ^  con  lo  que  iepri'« 
mió  Cute  abuso ;  y  paia  acabar  de  acnllar  á  los  descun- 
teutos  dio  nueva  ocupación  á  aquellos  espíritus  inqulB' 
tos  y  tnrbuleutua  con  las  expediciones  que  disiiUBO  a  di- 
verjas partas  del  país. 

Para  ilevar  al  emperador  el  quinto  del  oro  y  joyas  del 
despojo  de  la  capital ,  fueron  comisionados  Alonso  de  A- 
vila  y  Antonio  de  Quiñones;  y  habiéndose  tomado  tamn 
bien  muchas  rodelas  de  oro ,  penachos ,  plumajes  y  otras 
cosas  preciosas  9  pareció  Cortés  que  por  ser  tales  no  se 
debian  quitar  ni  dividir,  sino  que  todas  se  enviasen  al  em- 
pciador ,  á  cuyo  fin  hizo  juntar  á  todos  los  españoles  pa- 
ra que  cediesen  su  parte ,  á  lo  que  accedieron.  £ntre  las 
jo^as  refiere  Gomara  haberse  lemitido  una  esmeralda  de 
extraordinapío  tamaño ,  pues  dice  era  como  la  palma  de 
)a  mano ,  pero  cuadrada  y  que  remataba  en  punta  como 
pirámide.  De  todas  las  piedras  preciosas  ninguna  ha  sido 
tan  frecuentemente  confundida  con  otras  piedras  verdes, 
como  la  esmeralda ,  ó  por  mejor  decir ,  este  nombre  se 
ha  dado  A  muchas  sustancias  minerales  y  aun  artiflcia- 
les  que  tienen  aquel  color.  En  nuestra  república  no  hay 
esmeraldas ,  y  las  que  se  tenían  por  tales,  en  tiempo  de  la 
conquistai  eran  jade  ó  serpentina,  cuyo  color  tiene  alguna 
semejanza  con  el  de  aquellas.  El  limo.  Sr.  Arzobispo  I>r. 
D.  Manuel  de  Posadas  posee  un  idolillo  de  la  primer»  de 
estas  materias,  de  seis  pulgadas  de  alto,  que  habña  sido 
tenido  por  esmeralda  en  aquellos  tiempos ,  en  los  cuales 
por  no  tenerse  conocimientos  ningunos  de  mineralogía,  y 
creyendo  que  todas  las  piedras  preciosas  son  resistentes, 
la  prueba  que  hadan  en  el  Perú ,  donde  las  esmeraldas 
abundan ,  para  conocer  si  lo  eran ,  consistía  en  darles  un 
fuerte  golpe  con  un  martillo ,  y  como  son  quebradiza  , 
todas  se  rompían ,  de  suerte  que  tomaban  por  esmérale  a 
las  que  no  lo  eran  y  destruían  las  verdaderas.  Este  er  r 
era  común  también  en  Europa :  mucha  fama  tenia  en  i     « 


—  ÍIo  — 

lia  U  sacro  catino ,  el  sagrado  platón ,  que  se  conserva  eu 
la  catedral  de  Góaova,  y  cou  el  qae  se  decía  haberse  ne- 
íebrado  la  cena  pascual  por  el  diviao  Salvador  y  el  rey  D. 
Viooso  lo  dio  á  la  república ,  dol  despojo  de  la  ciudad  de 
Almería  I  en  premio  del  auxilio  do  naves  que  lo  prestó 
para  la  toma  de  aquella  plaza ,  y  se  creía  que  era  de  es- 
meralda. Trasladado  á  París  cuaado  la  Italia  fué  despo- 
jada por  [Napoleón  de  todas  sus  preciosidades .  se  aDalizi) 
por  los  químicos  de  aquella  capital ,  y  resulto  eei  de  vi- 
drio común  tenido  con  cobre.  Así ,  pues ,  todas  estas  es-* 
meraldasde  extraordinario  tamaño ,  de  que  se  habla  en 
tiempo  de  la  conquista ,  no  lo  eran ,  sino  otras  piedras 
verdes  de  diversas  clases. 

Eatre  las  cosas  curiosas  que  los  enviados  llevaban,  ha- 
bía tres  tigres ,  y  por  haberse  soltado  dos  de  ellos  duran- 
te la  navegación  y  haber  herido  á  algunos  de  los  marine- 
ros^  los  mataron  á  todos.  En  la  idla  Tercera ,  adonde  lle^ 
garon  felizmente,  Antonio  de  Quiñones ,  que  era  hombre 
leacilloso ,  murió  de  resultas  de  una  pendencia  por  una 
dama;  y  Alonso  de  Avila  ,  continuando  su  viuje  con  los 
doa  buques  que  llevaba ,  fué  apresado  por  el  corsario  fian; 
céá  Juan  Florín,  y  conducido  á  Francia ,  con  lo  que  to- 
dos  estos  tesoros  y  curiosidades  cayeron  en  poder  del  rey 
Francisco  I ,  quien  retuvo  prisíouerQ  á  Alonso  de  Avila , 
el  cual  no  obstante  pulo  hacer  llegar  las  cartas  que  lle< 
Taba  á  manos  del  padre  y  apoderados  de  Cortés ,  y  éstos 
las  despacharon  á  Flandes  al  emperador,  sin  dar  cono- 
cimiento de  ella  al  obispo  de  Burgos.  Algún  tiempo  des 
pues,  el  mismo  Juan  Florinfaé  aprehendido  cerca  de  Ca 
Harías,  con  otros  capitanes  franceses,  por  cuatro  buques 
vizcaiass,  y  conducido  á  Sevilla ,  fué  ahorcado  por  orden 
de  Oírlos  V ,  considerándolo  como  pirata. 

La  fama  de  la  toma  de  Méjico  se  había  extandido  por 
todo  el  Anáhuac,  y  de  todas  partes  venían  á  contemplar 
Im  rutilas  de  aquella  ciudad  tan  poderosa ,  y  á  someterse 
vencedores.  Entre  otros  llegaron  los  embajadores 
ey  de  Michoacán  ^  quienes  dijeron  á  Cortés  que  sa- 
lo que  los  españoles  eran  vasallos  de  un  gran  seftor, 
y  y  los  suvos  lo  querían  también  ser  y  tener  mnch* 
itad  con  aquellos.  Cortés  les  hizo  ver  los  ejercicios 
ires  con  las  armas  españolas ,  de  lo  cual  y  de  las  e- 
'  -lAfl  de  la  caballería  quedaron  maravillados,  y  des- 


—  316  — 
pidiéudoloí^coiLti^utoB  cod  el  rc^galode  al gaoaB  joyas,  dei* 
pti^lió  cou  elloR  do»  f  spaDoles  para  qae  fuesen  á  recoDo-* 
ü^r  el  paía ,  llegando  hasta  la  costa  del  mar  del  Sar,  de 
qae  :ra  He  tenia  alguna  noticia.  Este  era  el  ^ande  Abjeto 
i\xxe  ee  llevaba  en  tcdos  Iofi  viajes  de  descubrimiento,  y 
todavía  la  conquista  de  Mi^Jico 4  siendo  tan  importante, 
no  se  consideraba  mas  que  como  un  paso  para  llegar  á 
aquel  mar ,  ^<  en  qne  se  liabian  de  bailar  ^dice  el  mismo 
Cortés ,  en  su  tercera  relación  á  Gilrlos  Y ,  muchas  islas 
ricas  de  oro  y  perlas  y  piedras  preciosas  y  especería,  y  ce 
habian  de  df  sonbrír  y  hallar  otros  muchos  secretos  y  co- 
sas  admirables  ''  Los  dos  españoles  enviados  á  MiohoS'- 
can,  f  otros  dos  que  fueron  por  el  rumbo  de  Tehnante- 
pec ,  ilegaron  hasta  la  costa  y  sin  encontrar  estorbo  al- 
gnno ,  y  tomaron  posesión  de  este  mar  tau  deseado,  eri- 
^endo  cruces  en  sus  playas.  Las  noticias  que  trajeron  á 
Cortés  de  lo  que  habian  visto  y  reconocido  le  llenaron  de 
satistaccion  y  le  afirmaron  mas  en  los  planes  'que  ya  for- 
maba para  las  navegaciones  que  mas  adelante  empren- 
dió, y  á  las  cuales  se  debió  el  desoabrimiento  del  golfo 
de  Californias ,  que  por  esto  tuvo  el  nombre  de  mar  de 
Cortés. 

Con  los  dos  españoles  enviados  á  Michoacan  tuío  un 
hermano  del  rey  con  varios  principales  señorets  y  gente  de 
senricio,  qne  pasaban  de  mil  personas ,  trayendo  un  rico 
presente.  Cortés  le  recibió  con  pompa,  hizo  hacer  en  fu 
presencia  un  alarde  de  sus  tropas ,  y  le  condujo  á  ver  Ha 
destrucción  y  asolamiento  de  la  ciudad  de  Temixtitan, 
que  de  la  ver ,  y  de  ver  su  fuerza  y  fortaleza  •  por  estar 
en  el  agua .  quedaron  muy  mas  espantados.'^  También  el 
señor  dp  Tebuant^pec  mandó  su  sumisión  con  un  presen- 
te, y  otros  caciques  y  señores  se  presen tron  á  hacerlo 
mismo.  Do  esta  manera  se  formó  una  sola  nación  de  to. 
das  estas  partes  separadas .  y  este  elemento  precioso  de 
la  unidad  nacional  vino  á  ser  el  fundamento  de  la  gran- 
deza á  que  la  república  podrá  llegar  algún  dia,  si  sabe  con- 
servarla. Cortés  entonces  despachó  á  los  principales  de 
sus  capitanes  en  todas  direcciones,  sirviéndole  de  regla 
loa  libros  qne  tenia  de  las  rentas  de  Mocteznma ,  por  tos 
cuales  vela  deque  partes  le  traian  oro,  y  dónde  habia  mi- 
nas y  otras  cosas  de  valor. (Gonzalo  de  Sandoval  faé  eTivia* 
do  á  luztepe  que ,  con  orden  de  fundar  la  ríUa  de  Mede- 


— 117  — 
Iliu ,  cnyonombrese  le  dio  por  recuerdo  de  la  pátiia  de 
CortéS)  la  que  despaos  faé  trasladada  al  lagar  en  qae  hoy 
e^tá, y  desde  allí  del)ía  extenderse  hasta  Goazacoalco; 
Grtgtóbal  de  Olid  marchó  á  Michoacan^  y  despaos  pasó 
á Hibueras :  Francisco  de  Orosco  á  Oajaca;  Pec&o  de  Al; 
varado á  Goatemala;  Jaan  Yelazqaez  el  Ohico  á Colima' 
Tillafaerteá  Zacatula;  otros  á  diversas  partes,  y  ou  es** 
pedal  al  rio  de  Panuco  j  para  prevenir  las  pretensiones 
(le  Fnuieisco  de  Garay. 

La  vida  délos  conqnistadores  era  pasar  continuamente 
de  una  empresa  á  otra :  concluida  la  primera ,  todos  los 
sueños  de  felicidad  desaparecían,  y  su  imaginación   se 
llBoaba  de  naevas  ilaciones.  Para  realizarlas  y  no  habla 
(iificaltad  qae  los  detuviese  ni  obstáculo  que  les  pareciese 
iaauperable ,  y  así  vemos  emprender  en  aquella  época 
Tiajes  y  expediciones  que  hoy  se  tendrían  por  itnposibleS; 
Bofrí^do  trabajos  y  privaciones  que  parece  requerían 
otra  (»sta  de  hombres  que  la  que  ahora  conocemos.  Así 
foé  como  en  poco  tiempo  faé  reconocido  en  todas  direc* 
dones  el  vasto  continente  americano :  el  del  norte  por 
Cortés  y  min  compañerost  y  el  del  sur,  algunos  años  des- 
paes,  por  Pizarro  y  Almagro  j  habiendo  pasado  este  álti^ 
mo  la  elevada  cordillera  que  separa  el  Perú  de  Ohile ,  y 
atravesándolo  dejponienteá  oriente  Francisco  de  Orellana, 
quien  viendo  un  gran  rio  que  no  sabia  adonde  iba  aparar, 
fie  embarcó  en  él  en  una  balsa  con  pocos  compañeros ,  y 
dejándose  llevar  por  la  corriente  9  en  esta  navegación  que 
parees  una  ñccion  de  los  libros  de  caballería  mas  qne  un 
¿eoho  histórico  9  fué  á  salir  á  la  costa  del  Brasil  y  recor- 
rieado  el  gran  rio  de  las  Amazonas ,  que  por  algún  tiem- 
po tuvo  su  nombré,  y  que  debía  haberlo  cod servado. 

Mientras  Cortas  ganaba  para  Castilla  el  opuleuto  impe- 
rb  mejicano ,  en  la  corte  se  le  quitaba  el  mando  y  se  or. 
deaaba  que  fuese  conducido  preso  á  responder  de  su  con- 
tacta. Ikw  agentes  de  Yelazqaez  obtuvieron  del  obispo 
de  Rorgos  la  orden  para  que  se  enviase  un  comisioaado 
co  implios  poderes  á  sst'O  efecto ,  y  el  nombramiento  ro- 
ca. ,  en  Cristóbal  de  Tapia ,  veedor  de  las  faudacioues 
<ie  >  isb  Española ,  el  cual  llegó  á  Yeracruz  en  diciem- 
bf^  le  1521.  Hizo  saber  su  llegada  á  Cortés ,  1  aunque  le 
£j  que  no  presentaría  sus  despachos  mas  que  al  mismo 
^  ^"^  &  cuyo  fln  se  trasladaría  al  lugar  de  su  residen- 


/^ 


—  120  — 
de  decirle  que  una  nación  tiene  nna  constituciou ,  cuan» 
do  e&t^  consiste ,  no  en  estar  escrita,  sino  en  estar  radi- 
cada en  las  costumbres  y  opiniones  de  todos.  Solo  cuatio 
poblaciones  de  españoles  habia  en  llueva  España :  Vera- 
craz ,  que  fué  la  primera  ^  Tepeaca  ó  Segura  üe  la  Fronte- 
ra;  Méjico ,  cuyo  ayuntamieuto  se  habla  instalado  y  ie> 
sidia  en  Onyoacan,  y  Medellin,  qae  acababa  de  fundarse, 
y  >a  los  procuradores  de  estas  poblaciones  se  juntaban 
siempre  que  ocurria  tratar  algún  negocio  de  interés  ge- 
neral 9  como  lo  hadan  en  España  los  procuradore.^  de  Cor- 
tes; y  Méjico  los  tenia,  aunque  sin  llevar  este  nombre, 
por  bolo  la  costumbre  que  los  españoles  tenian  entonces 
en  celebrarlas.  Si  las  cosas  hubieran  seguido  b^jo  este 
pié ,  la  Nueva  España  hubiera  tenido  d^sde  su  principio 
una  legislatura  colonial  y  y  acostumbrada  la  nación  á  dis- 
cutir libremente  sus  propios  intereses ,  la  iodependencia 
se  hubiera  hecho  por  sí  misma  j  y  no  habría  habido  to- 
das las  diñcultades  que  hemos  tenido  que  vencer  para  la 
organización  do  un  gobierno ;  pero  en  la  misma  Kepaña 
las  íDstituciones  liberales  tocaban  á  su  fin^  y  en  los  cam- 
pos de  Villalar  se  habia  decidi(^o  por  este  mismo  tiempo 
la  cuestión  entre  el  poder  absoluto  de  Carlos  V  y,la  liber- 
tad ,  üe  una  manera  desgraciada  para  ésta. 

Aunque  se  habia  sometido  casi  todo  el  país  9  ocurrían 
todavía  insurrecciones  en  varias  partes  de  él ,  que  se  le- 
primian  no  sin  sangre  y  siempre  con  severos  castigos, 
de  las  cuales  la  mas  seria  fué  en  Panuco ,  donde  maK-hó 
el  mismo  Cortés  con  un  número  considerable  de  españo- 
las y  mejicanos,  habiendo  ofrecido  mucha  dificultad  las 
asperezas  de  las  Guasteca  y  el  terreno  anegadizo  y  cu- 
bierto de  lagunas  causadas  por  las  «uundaciones  del 
rio. 

Entre  tanto,  las  cosas  habian  tomado  en  la  corte  nn 
aspecto  muy  diverso  para  OortéSé  Sus  apoderados  y  ami- 
gos en  ella ,  sostenidos,  por  el  influjo  del  duque  de  Béjar , 
que  deede  el  principio  se  habí  a  declarado  ardiente  favo- 
recedor de  Cortés  9  habian  hecho  valer  las  representac  )• 
nes  de  sufpadre  don  Martin ;  y  habiendoregresado  á  I  »• 
paña  el  emperador  Carlos  V  en  julio  del52J ,  dispuso  1  >- 
mar  una  resolución  definitiva  sobre  los  asuntos  deMéji<  ci« 
¥ormó  para  ésto  una  junta  ó  tribunal ,  como  hemos  dic  lO 
en  la  disertación  anterior,  compuesta  del  gran  cañe*''  tr 


—  121  — 

del  remo  de  Ñapóles ,  Mercarino  de  Gartinara ,  y  de  Iob 
mlembroe  mu  distíngaidos  del  consejo  de  Bstado  y  del 
de  Indias,  entre  los  cuales  se  contaba  el  Dr.  Galindez  de 
Carvajal,  qne  desde  el  tiempo  de  los  Keyes  Oatólicos  es- 
taba prestando  tan  señalados  servicios.  Pánñlo  de  Xar- 
vaezyOristóbal  de  Tapia,  que  habian  regresado  á  la 
corte,  se  constituyeron  en  acasadores,  y  fueron  examina- 
dos detenidamente  por  aqnel  tribunal  todos  los  capítnlos 
deacosaoiony  que  consistían  principalmente  en  haber- 
se apoderado  Oórtés  de  la  armada  de  Yt^lazqnez  j  hal>er 
ejeieido  nna  antoridad  ilegal  y  usurpada )  haber  hecho  la 
gnerra  á  Karraez  y  resistido  á  entregar  el  mando  á  Ta- 
pií^  haber  dado  tormento  áOuautemotzin^  defraudado  los 
tesoros  reales ,  invirtíéndolos  en  expediciones  y  gastos 
ioneeesarios.  A  todo  esto  se  contestó  .que  la  armada  no 
86  habia  formado  solo  á  expensas  de  velazquez ,  habién^ 
dosehechoporOortésy  sus  amigos  la  ma^or  parte  del 
gasto ;  qne  limitados  los  poderes  é  instrucciones  de  Ye- 
l&zqnez  á  rescatar  oro  en  la  costa,  los  intereses  de  la  co- 
lo&ia  habian  exigido  tbrmar  establecimientos  en  el  país 
deacabierto,  á  lo  que  se  habia  procedido  en  forma  legal^ 
y  de  todo  se  habia  dado  cuenta  al  emperador  para  obte- 
ner su  aprobación;  que  las  hostilidades  contra  !N^arvaez 
A  mismo  las  habia  provocado  por  su  conducta  impruden- 
te, con  qne  habia  comprometido  la  existencia  de  los  es- 
pañoles  que  estaban  en  el  país,  y  puesto  en  el  mayor  ries- 
go el  progreso  de  la  conquista;  que  el  entregar  el  mando 
á  Tapia  hubiera  sido  muy  perjudicial  en  las  circunstan-* 
das  delicadas  en  qne  la  tierra  se  hallaba ,  y  que  por  esto 
ae  opusieron  los  procuradores  reunidos  de  todos  los  ayun- 
tamientos de  Nueva-España ;  que  el  tormento  dado  á 
Onantemotzin  habia  sido  exigi'^o  por  el  tesorero  Aldere- 
te,  y  Cortés  no  habia  podido  evitarlo,  y  que  no  solo  no  ha* 
Ua  habido  deiraudacion  del  quinto  real ,  sino  que  se  ha  • 
bis  remitido  mucho  mas  de  lo  que  le  correspondía,  y  que 
^  ios  gastos  de  las  diversas  expediciones  que  habiasido 
m-^Bflter  emprender,   Cortés  habia  invertido  todo  cuan- 
to   ibia  ganado,  y  se  habia  visto  obligado  á  contraer 
m    ooosiderablcs  deudas.  A  todo  esto  agregaban  los 
d(     aores  de  Cortés,  que  éste  habia  tenido  que  luchar, 
ac     o  con  las  dificultades  propias  de  tan  grande  em* 
p       -«»/« 0Q]i  ]||B  que  le  habian  suscitado  Velazquez  y 

BiaBBTA€XO«XS«— XOMt  I,— IG 


— 122  — 
el  obispo  de  Burgos,  de  suerte  qne había  tenido  mas  tra- 
bajo en  safrir  las  amenazas  y  aó'entas  que  los  ministros 
del  rey  le  hablan  hecho,  que  en  ganar  tanta  tierra,  y 
qne  nlngnn  vasallo  habla  pneato  jamá«  tan  grande  im* 
l)erío  en  obediencia  do  sn  pi  íncipe ,  sin  costa  suya. 

Ijosjaecos,  despnes  de  bien  coosiderado  el  negocio, 
declararon ,  como  se  dijo  en  la  disertación  anterior,  en 
cnanto  á.  la  cuestión  con  Diego  Yela2qnez ,  qne  esta  so 
Viese  y  decidiese  en  el  consejo  de  Indias ,  y  Cortés  fu6 
nombrado  por  el  emperader  capitán  general  y  goberna- 
dor de  Nueva- España,  cu^'o  título  solo  expidió  en  Va- 
lladoHd  en  15  de  octubre  do  1522  ^  asignándole  el  sueldo 
competente  para  tan  alto  empleo,  y  á  Diego  Yelazqaez. 
se  le  mandó' que  no  interviniese  mas  en  los  asuntos  de 
Kaeva-España :  todo  lo  cual  se  hizo  saber  al  mismo  Ye  • 
lazquez ,  al  almirante  D.  Diego  Colon  y  á  la  audiencia  de 
la  Espa&ola ;  y  como  el  ayudante  habia  enviado  oficia^ 
Itn  y  tenientes  sujos  para  cobrar  los  derechos  del  almi- 
rantazgo ,  loa  cuales  no  fueron  recibidos  por  Cortés ,  so 
le  dijo  h  ésto  que  habia  hecho  bien,  y  que  no  lo  pennitie- 
se  ha^ta  que  se  declarase  si  le  pertenecían.  También  ee 
dio  orden  para  alzar  el  embargo  que  el  obispo  de  Burgos 
habia  mandado  hacer  de  todo  el  oro ,  dinero  y  otras  co- 
sas que  habían  venido  para  Martin  Cortés  y  otros  parti- 
culares ,  y  el  obispo  quedó  recusado  para  todos  los  nego- 
cios de  Cortés.. 

El  emperador  escribió  á  éste  una  carta  muy  satisfac- 
toria ^  que  se  publicará  en  el  apéndice,  y  otra  á  los  a^nn- 
tamientos  de  Nueva  España ,  capitanes,  caballeros  y  de- 
más personas  que  en  ella  residían,  en  que  les  comunica- 
ba todo  lo  dispnesto,  y  cómo  habia  conferido  á  Cortés  el 
empleo  de  capitán  general  y  gobernador ,  <^  encargándoles 
y  mandándoles  les  obedeciesen  y  tuviesen  con  él  toda 
buena  conformidady  trabajando  en  la  pacificación  y.|pobla- 
cion  de  aquella  tierra,  como  lo  habian  hecho ^  en  espe- 
cial ,  en  la  conversión  de  los  naturales,  teniendo  por  cier- 
to que  desús  servicios  tendría  memoria  para  gratificarlos 
y  hacerles  merced. "  Y  para  completar  la  administración 
en  el  ramo  de  rentas  ^  fueron  nombrados :  contador ,  Ro- 
drigo de  Albornoz,  secretario  del  emperador:  üEbotor,  Gon- 
zalo de  SalaEar :  tesorero,  Alonso  de  Estrada,  continuo 
de  la  casa  real,  esto  es,  uno  de  los  cien  guardias  de  la 


/ 


—  123  — 
pérsotta  real,  gae  Hevaban  entonces  liombre  de  coBtínaos, 
prqae  So  era  sa  servicio  cerca  del  soberano ;  ^'veedor  de 
las  fandicíones^  Pedro  Almindez  Olúriuos ,  •  que  pora- 
brevacion  se  llama  oomimoieuto  Peralmidez.  También  se 
proveyó,  el  oñcio  de  tandidor  y  marcador  de  Iba  mió  as  do 
Xaera-^Bspaüa  9  lo  qae  equivale  á  ensayador  majori  en 
Francisco  de  los  Oobos ,  secretario  del  emperador ,  con 
quien  obtuvo  mucho  valimiento  j  y  después  fué  el  primer 
marqués  de  Oameraza,  y  oste  nombraba  los  ensayadores^ 
goienea  le  pagaban  por  estos  empleos,  lo  cual  hacía  el  su- 
yo muy  productivo. 

Autorizado  de  esta  manera  Oortés  para  ejei'cer  el  go- 
bierno sin  las  dificultades  conque  hasta  entonces  habia 
tenido  que  luchar  por  falta  do  título ,  dio  mayor  vuelo  á 
sus  empresas ,  y  se  dedicó  con  mas  empeño  á  la  organi- 
ilación  política  del  x>aís.  Para  ella  se  habia  ofrecido  des- 
de luegola  cuestión  de  los  repartimientos  ó  encomiendas, 
eaestion  que  es  de  la  naturaleza  inisma  de  las  conquistas^ 
y  de  tal  manera  propia  de  ellas ,  que  bajo  una  ú  otra  for- 
ma ,  en  todas  las  que  se  han  hecho  en  todas  partes ,  siem- 
IHre  han  venido  á  adoptarse  éste  ú  otro  semejante  medio. 
Por  una  parte  se  le  hacía  duro  á  Oortés  9  como  él  mismo 
lo  dice  á  Oários  V  en  su  tercera  carta  ,  ^^  compeler  á  los 
naturales  á  que  sirviesen  á  los  españoles  de  la  manera 
que  loa  de  las  islas^, "  y  por  la  otra ,  cesando  aquesto,  los 
oonqoistadores  y  pobladores  de  estas  partes  no  se  podiau 
sustentar, "  Con  el  fin  de  salvar  ambos  extremos,  Oortés 
habia  propuesto  al  emperador :  ^'Que  para  no  constreñir 
por  entonces  á  los  indio»  y  que  los  españoles  se  remedia- 
sen ,  le  pareeia  que  V,  M.  debía  mandar  que  de  las  ren- 
tas que  acá  pertenecen  á  V.  M.  fuesen  socorridos  para  su 
gastos  y  sustentación ,  y  que  sobre  ello  V.  M.  mandase 
proveer  lo  que  fuese  mas  servido."  Esto  era  recaer  en  los 
inconrmiientes de  un  ejército  permanente,  únicamente 
ocupado  en  sostener  lo  conquistado,  y  en  el  cual  so  ha- 
brían consumido  todas  las  reutas  del  país,  sin  librará 
e  de  las  vieji»ciones  que  podían  traer  consigo  los  miS'* 
^  repartimientos )  pues  siempre  era  necesario  sacarlos 
'Ursos  precisod  para  la  manutención  de  esta  fuerza  ar. 
la.  Cortes ,  pues ,  se  decidió  por  el  extremo  de  los  re- 
^mimtos  y  fundando  sus  motivos  como  sigue :  <^Vi&tos 
•nnphos  y  continuos  gastos  de  V.  M. ,  y  que  antes  de» 


—  124  — 
bíainos  por  todas  TÍas  acrece  atar  sus  reatas^  qae  dar  c^a* 
sa  á  Ips  gastar ;  y  visto  también  el  macho  tiempo  qneha' 
bemoB  andado  en  las  guerras  y  y  las  necesidades  y  dea- 
das  en  que  á  cansa  de  ellas  todos  estábamos  pnestos.  y 
la  dilación  que  habia  en  lo  que  en  aqaeste  caso  V.  M  po< 
día  mandar;  y  sobre  todo,  la  macha  importanacion de 
los  o&ciales  de  Y.  M.  y  de  todos  los  espafioles ,  y  qae  de 
nitj gana  manera  me  podia  excasar ,  faéme  casi  forzado 
depositar  los  señores  natarales  de  estos  partes  á  los  espafio 
les  y  considerando  en  ello  las  personas  y  los  servicios  qoc 
en  cartas  partes  á  Y.  M.  han  hecho ,  pata  qae  en  tanto  qae 
otra  cosa  mande  proveer  6  confirmar  ésto ,  los  dichos  ae- 
fiores  y  natarales  sirvan  y  den  ft  cada  espa&ol  y  á  qaien 
estavierea  depositodoB  y  lo  qae  habieron  menester  para 
sa  sustentación.  Y  esta  forma  faé  con  parecer  de  perso- 
nas qae  tenian  y  tienen  macha  inteligencia  y  experiencia 
de  la  tierra ,  y  no  se  pado  ni  pnede  tener  otra  cosa  qae 
esa  mejor ,  qae  convenga  mas,  así  para  la  snstentacion  de 
los  espaüoles  como  para  conservación  y  baen  tratunien- 
to  de  lus  indios  y  según  que  de  todo  harán  mas  larga  re- 
lación á  V.  M.  los  procuradores  qae  ahora  van  de  esta 
Nueva  España.  Para  las  haciendas  y  granjeria  de  Y.  M. 
60  señalaron  las  provincias  y  cindades  mayoree  y  mas 
convenientes.''  Pero  para  evitor  los  abusos  y  males  qae 
por  este  sistema  se  hablan  causado  en  las  islas  y  Oortée 
formó  los  reglamentos  quee  xaminaremos  en  seguida,  en* 
que  con  suma  diligencia  y  previsión  procuró  salvarlos 
todos. 

La  necesidad  de  escoger ,  entre  estos  dos  extremos  y  ha 
sido  conocida  en  todos  tiempos ,  y  Cortés ,  expresánjioae 
de  la  manera  que  hemos  visto  en  su  carta  á  Garlos  Y,  no 
hacia  mas  que  poner  de  manifiesto  la  dificultad  en  que  se 
han  encontrado  todos  los  conquistadores,  los  oaales  se 
han  decidido  por  el  uno  ó  el  otro  medio ,  ó  han  hecho  nao 
de  ambos  sucesivamente.  Los  romanos,  mientras  susoon* 
quistas  se  limitaron  á  las  naciones  inmediatas  á  Boma« 
despojaban  á  los  vencidos  de  ana  parte  ó  de  la  totali  m1 
de  sus  tierras  y  ciudades  para  establecer  en'  ellas  <  io* 
nias,  y  los  habitantes  antiguos ,  reducidos  á  la  servid  li- 
bre j  labraban  como  esclavos  las  tierras  que  les  hal  in 
pertenecido ;  y  cuando  las  conquistas  se  extendierc    & 

puntos  muy  remotos,  la  conservabaa  con  guamicior'^-  :«. 


—  125  — 


ñutiendo  en  ellas  las  legiones  y  las  escuadras.  Las  na- 
^  del  Norte ,  qne  vinieron  á  invadir  el  unP««o  «na- 
noya establecer»  en  él ,  repartieron  entre  lo8^°««JO" 
m  IM  tierras  y  sus  habitantes,  qne  quedaron  destinadoa 
roStívoSéitas ,  ya  como  siervos ,  y  a  como  obliRad.>8  á 
S?al  ¡efior  unapiíte  de  los  productos,  y  el  ««temafen- 
^  quedó  así  feriado ;  con  el  cual  los  conquistadores  se 
ooB¿ffvaban  como  permanentemente  a<»'^Pa?«9  *»  «} 
país  conquistado,  siempre  armados  y  prevenidos  pwa 
Smirse  él»  primera  señal.  En  tiempos  Pp^tenores  «uwa- 
do  OmUermo  el  Conquistador  se  apoderó  d»  1»  I°f  at^^^ 
n.  al  ftente  de  sus  normandos ,  dividió  todo  el  país  en 
bacías  que  confirió  á  los  principales  de  los  suyos ;  y  M- 
tosnandU  señores,  que  dependían  inmediatamente  de 
ScSona,  vendieroií  ¿la  gran  parte  de  sus  tierras  áo^s 
qne» luiíaton  caballeros  y  vasallos ,  los  cualw  estaban 
?cS_:."_  "L. «,..»>of/i 6. an  at^íínv . fiu  tiemDO de  guerra 


ySrr¿s™SrsS;^«dos  y  oí¿¿S-eno^  que  efseñor 
deffi'ií soberano;  y  lo? pocos  ingleses  ^ Quienes  se  des- 
pSbde  sus  tierras',  se  tuvieron  por  muy  íeUces ,  siendo 
%bidos  en  esta  segunda  dase  de  Vvovi^^^noB,^^om\, 
bajo  la  protección  de  algún  gran  señor  de  Noman^ , 
Mdian  ¿onservar  sujetas  á  estas  cargas  unas  tierras  que 
habían  recibido  Ubres  de  sus  mayores.  „„4.„w„ 

Bad  sistema  de  repartimientos .  tal  como  fué  estable- 
cido por  Cortés,  no  se  tenia  que  ocurrir  á  estas  medidas 
Táatorias.  Los  indios  nunca  habían  tenido  propiedad  m. 
dSSf  las  tierras  que  cultivaban ,  ó  P^««^«"  ^  '^¿ 
terano,  y  los  productos  que  pagaban  por  el  «s'^f  «t»^^^ 
eOas  estaban  apUcados  á  los  diverso»  ff  ^s  ^e  la  casa 
teal  y  del  servido  púbUco ;  ó  eran  de  la  comunidad  de 
ttda  oobladon ,  y  se  diatribuian  enti-e  los  vecinos :  de 
dídeFSSdíl'aítdhesion  que  todavía  conservan  á^te 
orden  áe  cosas.  No  hubo ,  pues ,  despojo  ninguno  de  pro- 
Biedad  en  d  repartimiento  que  se  hizo  de  los  Pueblos  en- 
teetosoonquístedores,  pues  estos  no  percibían  otra  cosa 
S»  tos  tóbntos  que  10^  indios  esUban  «««stumbradosá 
5agí;S^uales  se  dispuso  por  d  rey  <l°e  "T*  «g^í^ 
¿ele ¿que pagaban  á  sus a°fag«<>l .'"«°*^1^V„C  iue 
rarae  tampoco  ¿osa  alguna  en  su  gobierno  Pa'fae^a^'XS 
mbalstía  á  cargo  de  sis  caciques  y  g;obemadores,  como 
■Í9I0Ó  basta  la  independencia.  El  servicio  personal  de  que 


—  126  — 

tanto  66  habia  abusado  en  las  islas ,  y  que  había 
motivo  de  la  despoblación  de  estas ,  89  reglamentó  di^ 
manera  qne  se  ve  en  la  ordenanza  relativa  de  las  qjMB\ 
pnblioan  en  el  apéndice:  por  ella  se  fijó  el  modo  de  dj 
gir  este  genero  de  servicio,  el  tiempo  que  Iiabia  de  4|j 
rar,  los  alimentos  que  hablan  de  darse  y  la  reiauaió; 
clon  que  habia  de  pagarse.  El  número  de  horas  de  traii 
jo  diario  es  el  mismo  que  ahora  se  usa  en  las  liaoiená 
de  campo ,  en  las  que  no  solo  subsiste  en  observancia  ^ 
ta  parte  del  reglamento  de  Oortés  j  sino  tambiea  lo  qj 
previno  acerca  de  la  oración  é  instrucción  cristiana^ 
habia  de  preceder  á  la  salida  al  campo ,  á  lo  qae  se  1 
sustituido  el  cantar  el  Alabado ,  luego  que  se  reauea  U 
cuadrillas  antes  de  empezar  las  labores.  Es  una  oosa  í 
t^esante,  sin  duda,  encontrar  al  cabo  de  trescieiili 
afios  todavía  en  uso  lo  que  entonces  se  mandó. 

Este  servicio  personal  se  limitó  por  las  leyes  ea  lo  a 
cesivo  á  la  labranza  para  alimento  de  primera  aepesidaí 
y  con  el  trascurso  del  tlétmpo  los  repartimientos  viniere 
á  quedar  reducidos  á  solo  dos  tributos ,  y  estos  por  Ü 
He  incorporaron  en  la  corona  i  sustituyendo  penaionesil 
bre  el  te0c»ro  público  por  sumas  equivalentes  ó  lo  qi 
aquellos  producían.  La  república  deTiaxcalay  en  ateo 
cion  á  los  servicios  que  habia  prestado  para  la  oonqnií 
ta ,  quedó  exenta  de  repartimientos ;  y  estos  no  sólo  i 
dieron  á  los  conquistadores ,  sino  á  algunos  délos  mtsinq 
indios.  Los  tuvieron  muy  considerables  las  hijas  de  Mof 
tczuma ,  y  á  su  hijo  don  Pedro  se  le  4ió  primero  el  de  Tk 
cuba  y  luego  el  de  Tula ,  con  tierras  en  este  último  pfonl 
que  aun  conservan  sus  sucesores ,  con  el  titulo  de  comli 
do  Moctezuma  y  Tala  y  la  grandeza  de  IJspaila  que  del 
pues  se  les  concedió  ^  y  estos  repartimientos  eran  tai 
pingües  9  que  cuando  se  incorporaron  en  la  corona ,  s 
compensaron  con  una  peasion  de  veinte  y  cuatro  mil  p^ 
sos  anuales ,  que  han  continuado  disfrutando  hasta  nae4 
tros  dias  sus  descendientes ,  así  como  los  tienen  tambia 
otras  ramas  de  la  misma  estirpe  y  por  igual  origen.  lá 
mismo  se  verificó  en  el  Perú  con  los  descendientes  de  ím 
Incas  j  &  quienes  se  dio  el  título  de  condes  de  Oxopess, 
1^0  son  muchos  los  ejemplos  que  la  historia  presenta  di 
este  género  de  consideraciones  para  con  los  pueblos  coa 
qiistodos* 


F^^ 


—  127  — 
ro  artícalo  de  servicio  personal  íaerou  las  "^rniíias  i  y 
era ,  síd  dada ,  mas  opresivo^  asi  como  también  el 
otras  públicas ,  de  que  tendré  ocasión  de  hablar  en 
de  estas  disertaciones.  Todavía  se  conserva  en 
ijoato  el  nombre  de  tandas  á  los  mercados  ó  especie 
mensuales,  enqne  los  indios  vienen  á  vender 
de  sos  mannfactnras ,  el  cual  procede  de  las  tan- 
remndas  mensales  de  la  gente  qne  venia  do  los  pne* 
á  tebajar  en  las  minas  •  y  para  cnyo  socorro  en  su» 
ledades  habia  hospitales ,  de  qne  quedaba  memori» 
CalUjim  de  los  liospitales  en  qne  estaban  sitnadoH. 
Perú  el  servicio  x>er8onal  para  las  minas  y  con  c-l 
de  mita ,  doró  hasta  qne  lo  extinguieron  las  cor- 
Cádiz  por  sn  decreto ,  dado  á  propuesta  del  cé- 
diputado  del  aquel  reino  don  Juan  de  Mejía  Le- 
ves adoptada  la  base  de  los  repartimientos^  toda 
(ion  del  país  debia  ser  una  consecuencia  de 
[prineipiOy  y  esto  es  lo  que  vemos  en  *]as  ordenanzas 
qne  se  publican  en  el  apéndice ;  documento  pre- 
qoe  habia  permanecido  inédito  en  el  archivo  del 
K  Sr.  Daqne  de  Terranova  y  Monteleone,  en  las 
se  contiene  el  fundamento  de  todas  nuestras  innti 
kSB.  Por  la  primera  de  estas  ordenanzas  se  esta- 
,  que  todo  espaHol  que  tuviese  repartimiento ,  esta- 
''^''o  al  servicio  militar  y  á  estar  provisto  de  ar- 
r«ionadas  á  la  importancia  del  repartimiento 
I  con  las  cuales  debia  presentarse  á  los  alarde» 
qne  se  hacían  en  épocas  determinadas ;  y  como 
trascurso  del  tiempo  estos  alardes  hubieran  de  re*' 
á  uno  sólo  que  se  hacia  el  dia  de  San  Juan,  de 
procede  el  uso  que  todavía  conservan  los  niños 
de  militar  en  tal  dia  y  comprar  armas  y  cuba- 
B  JQguete  y  como  lo  harian  en  tiempos  antiguos ,  á 
de  Bospadrese,  que  se  presentaban  con  todos 
(sraesee  á  la  revista.  Pocos  acaso  habrá  que  sepan 
génwo  de  diversión  de  los  niños  de  nuestros 
tñ  ofl  resto  del  sistema  de  repartimiento  de  nuestros 

el  motivo  principal  de  los  repartimientos  se  con. 

ler  el  dar  á  los  naturales  del  país  la  instrucción 

n      '  *^TODorcíonar  los  medios  de  ésta  fué  una  de 


-.  129  — 

El  cuidado  y  la  vigilaiicia  de  éste  á  todo  se  extendía, •— 
El  tráfico  y  la  comunieaciou  entre  Yeraciuzyla  capital 
hiibia  hecho  que  se  estableciesen  mesom^s  en  el  cauíino , 
para  I03  cuales  fué  menester  hacer  un  res^lamento,  que 
ta  lá  fií'gonda  de  las  ordenanzas  que  bo  iiiaei  tau  en  el  a- 
pémlice,  y  el  grande  hombre  que  había  concebido  y  eje- 
carado  el  prodigioso  plan  de  la  couquista  de  Méjico  ,  ne 
ocupo  con  diligente  e^rnero  de  cuidar  i\ua  los  ctrdow  y  las 
gíillioiiá  no  raolé^.taseii  íi  los  caballos  en  las  caballeiizas 
(U*  I113  posadius,  y  que  las  pesebreras  cístuvicMCn  limpias  y 
bien  acondicionadas  para  que  no  ^e  desperdiciase  ei  maiz. 
Etta  singular  capacidad  <ie  Coités ,  tunto  para  las  cotias 
grandes  como  para  las  menoresj  e^ta  iacilidad  paiaccu- 
pai>o  con  igual  acierto  délas  materias  mas  difiero  ni  €s 
e^re  tcRon  cou  que  todo  lo  emprendía  ,  y  al  que  s«  debió: 
iiuber  organizado  en  poco  tiempo  la  admiLJtdracion  del 
pníaque  habia  cOnquiítado  ,  es  lo  que  hace  decir  al  Sr. 
l'reiicottquepor  grande  que  sea  el  brillo  que  sobre  Cor- 
ih  hau  reílejado  sus  pioe/as  müitHres,  eibis  no  bübtím 
para  dar  ana  idea  compkta  de  su  espíritu  ilustrado  y  de 
lacapacidíid  y  íacilidínl  de  bu  int¿énio,  en  cu^\o  sentido 
ílí  be  ontenderñe  el  adjetivo  rcrsaiile  do  qne  el  Sr.  Pres- 
cortu^a,  y  de  ninguna  manera  vertirle  por  la  i)alabra 
XfnáÜl^  como  se  ha  hecho  en  un  periódico  de  esta  cupi- 
ínl,  traduciendo  este  f>aa^*je  al  anunciar  la  publicación 
Uf.  l;t,  obra  de  aquel  célt^bie  iústOjiador;  pues  esta  voz  en 
caiit: llano ,  en  la  acepción  que  lo  da  el  aso  p.ctaal ,  feignl- 
ikíivjudabh^  inconstante  j  y  ciertamente  ninguna  ca lili -j 
cacion  puede  convenir  luenos  al  hombre  mas  ürrne  en  sns 
provectos  qne  ha  exiíítidojdmá;^,  y  mus  decidido  en  la 
«jecucion  de  ellos. 

Jíste  reglamento  y  arancel  de  Ins  posadas  prefcntan 
muchos  hechos  curiosos  para  hi  hi.'ítoria  económica  de 
nnesíro  país;  por  ól  pe  ve  que  en  la  ópoca  en  que  fc>e hizo, 
todavía  el  ganado  vacuno  y  lanar  no  editaba  bastante  pro- 
pagado para  qae  hubiere  expenuio  de  carnts  ae  vaca  y  de 
(  bfo ,  pero  qae  ya  lo  estaban  de  cerdos  y  de  g  ibinas, 
c  lataralmente  so  multiplicaron  cou  mas  celeridad  , 
2  ue  hfs  precios  eran  exhorbitantes,  pues  valía  una 
¡  la  doce  reales,  náentras  que  el  precio  de  un  gi<ajaío- 
t  !i  la  mitad.  Eá  pro[»orc¡on  eran  las  demás  coya»,  pues 
o       ">-  -^«'ía  seis  reales  y  un  huevo  medio.  El  aumento 

DI|8KBTA«102íEg.— TOMO  !•— 17 


—  130  — 
de  eostos  qae  causaba  en  todos  los  efdctoa  la  falta  de  me- 
dios de  coüdiiccioa,  seecliadt3vei  por  el  mayor  precio  que 
se  le  poae  al  viuo  por  cada  diez  leguas  de  mayor  distaa- 
el-i  de  la  co.hU.  Dó  toda^  escas  dispoáicIone3  qaeda  toda- 
vía ea  vigor  el  pago  del  alojamieiico ,  qae  ea  la  aotaali- 
diid  hOíi  Uos  reaios  por  el  cuarto,  lo  mi*iiiio  que  Cortés  fi- 
jó. E-í  t\mbieu  digno  de  noíar  eu  e^síxi  arancel ,  que  su  pu- 
b  icacioa  te  hizo  no  fiólo  cu  nombre  y  por  autoridad  de 
Oortóá,  hiño  por  éste  y  p jr  *4o8  muy  nobles  señorea  ja^ti- 
cías  é  regidores 4e  cata  ciudad  de  Temixtitau,"  porqae 
v\  ayuntiniiento  de  Mójsco  ejercía  entonces  facultades  le« 
gishitivas,  aun  en  lo  que  era  peculiar  sólo  de  la  ciudcidj 
como  veremos  en  lo  sucesivo. 

Por  las  ordenanzas  de  1525  se  arreglaron  las  íormaa  y 
facultatles  de  loa  cuerpos  municipales,  y  aunque  ellas  ew 
hicit-roíi  para  las  villas  de  la  Nati  viciad  de  ITuestra  deüo* 
ra  y  Trnjilio ,  en  la  costa  de  Honduras ,  hübióadose  de- 
rla? a  lo  qiiedtílnan  seguir  en  todas  las  demás  que  sefun- 
ila^en ,  deben  ser  coubideradas  como  la  base  de  toda  la 
íiiliuinibi  ración  eccnómica  de  las  poblaciones  que  se  fae^. 
ron  o.^tiibleciendo ;  y  como  las  inbtrucciones  dadas  á  Her- 
nando de  Saavedra,  que  quedó  como  teniente  de  Corlea 
ea  las  referidas  villas ,  son  un  complemento  de  estas  or 
denanzHS,  se  han  puesto  á  continuación  de  ellas  en  el 
apéndice  En  estos  documentos  se  hace  notar  el  espíritu 
de  orden  ,  la  prevl^ion  hasta  en  las  cosas  mas  pequeñas, 
el  cuidado  de  la  hermosura ,  el  aseo  y  la  comodidad  de 
las  poblaciones,  y  la  ellcacia  en  atender  A  la  obáerran- 
ci a  délos  deberes  religioso»  en  todos  los  actos  del  coito 
público. 

Estas  instrucciones  de  Hernando  de  Saavedra  contie- 
Den  además  moy  útiles  prevenciones,  sobre  el  comporta- 
miento que  deben  observar  y  decoro  con  que  deben  con- 
ducirr>e  las  personas  constituidas  en  dignidad  con  respec- 
to ásus  inferiores,  y  bajo  este  punto  de  vista  seria  maj 
<ion veniente  que  se  tuviesen  presentes  aun  en  nuestros 
dias  por  todos  los  que  gobiernan. 

La  dei¿truccion  que  se  habia  hecho  déla  ciudad  en  Mé- 
jico, durante  el  sitio,  habia  dejado  sin  capital  á  la  Kae 
vaEspaua ,  y  era  menester  dársela.  En  Cu^oacan,  adon- 
de, como  se  ha  dicho,  se  retiró  Cortés   con  su  ejóic'*o, 
«habiendo  platicado  con  los  españoláis  que  con  él  estal*  i», 


i 


— 131  — 
en  qué  parte  haría  otra  población  al  rededor  de  las  hi  ga- 
nas," se  decidíerou  por  restablecer  la  antigua  Ciudad ;  y 
UDa de la5  razones  quo  para  ello  tuvieron,  faó  precisa- 
meato  la  que  después  se  lia  juzgado  por  un  iucoiiveuieu- 
l8,qae  eslaeitaacioa  entro  las  lagunas,  sicuacxoii qms 
proporcionaba  la  ventaja  de  la  facilidad  de  las  coaiujii^ 
cacioaes  por  agaa,  y  que  si  se  hubiese  toncluido,  ó  ye» 
concluyese  todavía  la  inagDÍüca  obra  deldopagiie,  en  vez 
de taotos  gastos  inútiles  como  se  han  hecho,  juocuia- 
ria  aquella  y  otras  muchas;  comodidades ,  como  a^cíc- 
W08  cuando  se  haya  de  tratar  do  este  punto.  La  antigua 
iiíaa  do  aquella  gran  ciudad  fue  otra  de  las  coutíideracio 


"fecho,  pareciónos  que  en  ella  era  bien  poblar,  pcniue 

*•  estaba  toda  destruida,  y  yo  repartí  los  jsolareá  á  km 

I  "qae 80 asentaron  por  vecinos,  y  hízoso  nombramiento 

I  ''de  alcaldes  y  regidores  en  nombre  de  V,  íil.,  según  eu 

'•áu reino  se  acostumbra;  y  eutre  tanto  que  las  ciwjas  fse 

i  ^jhacen,  acordamos  de  e^iar  y  residir  en  esta  ciudad  de 

'' Cajoacan ,  donde  al  presente  instamos  de  cuatro  á  cinco 

!  ^'meses  acá,  que  la  ciudad  de  Temixtitau  so  va  reparan- 

**do ;  está  muy  heimosa,  y  cree  V.  M.  que  cada  día  se  irá 

"ennobleciendo  en  tal  manera,  que  com  >  antes  fué  [»riu- 

í  *'dp%ly  seiíora  de  todas  estas  provincias,  quo  lo  sciá 

I  ** también  do  aquí  adelante.? 

I  Tor  muchoque  nuestra  imaginación  se  Cíífíiorce  en  figu- 
r  lurse  la  antigua  Méjico  como  una  ciudad  mag'iítii;a  ^  lo- 
i.dos  los  hechos  hist<) ricos  positivos  lo  contraiticeu.  Aun 
i  «uaado  no  pueda  alegarse  como  una  razón  admisible  la 
I  bre^isdad  con  que  se  reílnjó  á  ruinas  casi  en  totaiid^d  du- 
I  raote  el  sitio ,  no  hübiendu  quedado  en  pió  do  toda  ella 
i  fflas  qae  uua  octava  parte ,  según  el  testimonio  de  Cortea 
y  de  Bernal  Diaz,  porque  ciento  ^  cincuenta  rail  hombres 
ocanadca  en  destruir  durante  dos  meses,  derriban  mucho 
iiai  leno  tendrán  loa  medios  do  desolación  que  ahora  tu- 
uoc  nos;  pero  habrían  quedado  fragmentos,  y  los  mis- 
^pi  acombros  atastigUi^ríau  efetamagniíiceiícla.,  bi  hi  lui- 
bie  habido.  Eoma  ha  sido  destruida  tantas  vict's,  quo 
Btt  í  Igao  pavimento  está  diez  6  doce  varas  mas  bajo  que 
tí  i      —'^ual ;  pero  por  todas  partes  se  ven  restos  de  ías 


—  132  — 
paredes  do  loa  templos ,  trozos  de  mármoles ,  pedazos  de 
coluiíiuas  y  esUUaas,  que  fonniíu  los  postea  de  Lia  callea, 
y  grandes  espíicios  de  eoipoirados  hofihos  coa  íVagrneu- 
tos  <le  pórüvloy  granito:  casi  toda  lama^aiücencia  de  loa 
edíticios  modeiuosde  aquella  grau  ciudad  es  debida  álaw 
colamaas ,  á  las  cstácuas  ,  eu  uua  palabra,  á  los  despojos 
de  los  monumoutos  auíigiios.  Xada  de  esto  se  ve  eu  Mé- 
jico,  y  si  hubiera  habido  esas  coluoiTias,  esos  suntuosori 
ediücioa  de  que  se  nos  habla,  no  habriau  perecido  hast:* 
bus  ruinas,  y  estas  h.*Aíriau  sersido  para  ios  editloios  qun 
de  nuero  se  hicierou  ,  auu  caaodo  uo  hubiese  sido  mas 
que  para  excusar  el  trabajo  do  traer  nuevos  materiales  de 
las  canteras.  Recogiendo,  por  otra  parte,  algunos  hc^clia^ 
esparcidos  en  las  relaciones  do  los  combatos  que  se  dieron 
dentro  de  las  calles  de  la  ciudad  ,  vemos,  entre  otras  co- 
sas, que  Cortés  construyó  su  célebre  máquina  llamada 
manta  ^  para  explorar,  antes  de  su  salida  de  la  capital,  la 
calle  de  Tacnba,  que  era  una  de  las  principales;  y  esti* 
manta  ^  que  se  reducía  á  una  torre  portátil  que  rodaba  so- 
bre cuatro  ruedas ,  dominaba  sobre  todas  las  ca^as  de  una 
de  las  mejores  partes  de  la  pobhiciou.    De  este  hecho  in- 
contestable, y  de  ia  íaltadc  fragmentos  y  ruinas  do  los 
edificios  antigaos  que  prueben  su  pretendida  magnificen- 
cia ,  debemos  en  buena  crítica  concluir,   que  la  antigua 
]\í('jtco,  á  excojiciou  de  los  palacios  reales  ,  que  Moctezu- 
ma dijo  á  Coi  tés  que  oran  de  piedra  coínau  ,  y  aljLruno.s 
edilicijs  principales,  se  componía  casi  eu  su  totalidad  de 
casas  baJHS  de  adobe,  como  las  do  los  pueblos,   qne  eu 
vez  de  puc-rta  tcniau  un  ¡íetate  colgado  »-  enrollado  á  la 
éntrala;  sf)bre  las  cuales sobresitlíau  en  gran  numerólas 
piríiniidtis  trancadas  de  los  templos ,  uiasis  pesadas  y  bin 
ninguna  elegancia  arquitectónica,  roueadan  por  unas  pla- 
zas circundadas  por  uu  muro  adornado  coaculebrasen- 
roscad-ts  y  otras  tigaras  horribles ,  sobre  el  cual  se  veian 
eu  largas  hileras ,  ennartadas  por  las  sienes  las  cabezas 
íiue  habiau  sido  sacritlcadas ,  y  de  his  cuales  uu  español 
ípie  se  entretuvo  en  averiguar  el  número  de  las  que  [wj^^'-'x 
al  rededor  del  templo  mayor  ,  según  leíiere  Btirnal  D;     , 
contó  ciento  y  treinta  mil. 

La  nueva  ciudad  fundada  por  Cortés  excedió  en  br  o 
sin  dificultad  en  hermosura  á  la  antigua ,  y  aunque  r 
largos  auos  distase  mucho  de  ser  lo  que  ahora  es ,  f"  -    a 


—  133  — 
vemos  eu  el  curso  do  esta  obra ,  mereció  coa  razón  lla- 
marse uaa  de  las  maa  lieroiosaa  del  muudo.  Será»  materia 
tío  ana  disertación ,  especial  tueu te  destinada  á>  este  obje- 
íx),  seguir  el  progreso  de  esta  población ,  según  la  distri- 
bucioa  de  solares  que  se  hizo;  demarcar  cuáles  fueron  loB 
i\víQ  se  dieron  para  los  templos ,  hospitales  y  casas  de  laA 
persoflas  Días  notables,  buscándola  correspondencia  de 
los  nombres  antiguos  de  las  calles  con  los  que  ahora  tie- 
nea :  trabajo  tanto  ma^  difícil ,  aunqne  entretenido  y  ca- 
rioso ,  cuanto  que  emprendido  por  los  señores  Sigiienza  y 
ricbardo,  no  ha  sido  después  contianado  por  nadie.  Baste 
por  ahora  decir  eu  general  lo  que  se  hiso  para  la  reedifl- 
caciondela  capital,  y  los  medios  que  para  ello  se  em- 


La  antigua  IVK'J ico  se  componía  de  dos  ciudades  reuní- 
íjas ,  que  en  su  origen  fueron  monarquías  independientes. 
Tenochtitlan ,  a£í  llamada  por  el  nopal  en  que  se  paró  el 
águila  que  demarcó  el  t^Srmino  de  la  peregrinación  de  los 
mejicanos ,  y  Tlatelolco ;  y  á  la  reunión  de  ambas  se  llamó 
Méjico,  nombre  derivado  del  dios  de  la  guerra.  Esta  mis- 
nía  divieion  se  conservó  en  la  ciudad  nueva ,  destinando- 
^  la  parte  de  Tenochtitlan  á  los  españoles  y  Tlatelolco  á 
los  indios;  de  donde  viene  que  por  corrupción  del  prime- 
H)  de  estos  nombres ,  en  los  primeros  años  después  de  la 
conquista,  la  ciudad  se  llamó  Temixtitan,  ya  censólo 
e5t6  nombre ,  ya  nnido  al  de  Méjico ,  hast^  que  este  úni- 
camente quedó  en  uso ,  por  su  mayor  celebridad  y  acaso 
tambiea  x)or  su  brevedad  y  mas  fácil  pronunciación.  Pa- 
ra la  distribución  de  las  calles  se  formó  un  plan ,  ó  como 
entonces  se  decía,  una  traza ,  á  que  se  hace  continua  re- 
ferencia en  las  mercedes  de  solares  que  ditba  el  ayunta- 
miento, habiéadoBe  fijado  para  éstos  una  medida  extraor- 
^ria;  y  la  base  que  se  adoptó  fué ,  dar  uno  á  todo  el  quo 
lo  pidiese ,  y  doa  si  era  de  los  couquiatadores ,  con  la  con- 
dición deque  fabricase  y  lo  poseyese  por  cuatro  afioscon- 
fiecativoR,  sin  lo  cual  el  solar  quedaba  denonciable^  sin 
er^-rgo,  la  construcción  no  íaó  tan  aprisa ,  á  lo  menos 
«1  ~na  parte  de  las  calles,  pues  como  veremos  en  la 
d  ion  que  t<enga>  por  objeto  la  formación  y  aorecen- 
ti  uto  de  la  ciudad,  alguíios  años  después  se  mandó 
Q  \  que  tuviesen  solares  sin  haber  editicado  en  ellos , 
1(       .^»«„  '\nnque  íuese  con  cañas ,  para  que  quedasen 


—  13i  -^ 
demarcados  y  cerrados.  Para  comenzar  a  ediñcar  ,  so  hizo 
qao  Caautemotzia  mandase  á  los  indios  que  limpiasen  la8 
calles  de  los  cadáveres  y  escombros  que  en  ellas  había  ,  y 
qne  reparasen  el  acaedacto  de  Chapultopec ,  que  habla 
sido  cortado  al  principio  del  siglo  ^  este  acueducto  ora 
subterráneo ,  y  se  le  da  cu  los  documentos  y  roticias  do 
aquel  tiempo  el  nombre  de  los  Caños  de  Chapultopec  El 
progreso  de  la  obra  y  lo  que  en  ella  se  adelantaba  lo  des- 
cribe  el  mismo  Cortés,  eu su  cuarta  carta  á  Carlos  Y, 
en  los  términos  siguieutss :  ^'  Como  siempre  deseé  que  es- 
ta ciudad  se  reedifícase  y  por  la  grandeza  y  maravilloso 
asiento  de  ella  ^  trabajé  de  recoger  todos  los  naturales , 
que  por  muchas  partes  estaban  ausentados  desde  la  guer- 
ra; y  aunque  siempre  he  tenido  y  tengo  al  señor  de  ella 
preso ,  hice  á  un  capitan'general  que  en  la  guerra tenia,^' 
yo  conocí  del  tiempo  de  Moctezuma  j  que  tomase  cargo 
de  la  tornar  á  poblar ;  para  que  mas  autoridad  su  perso- 
na tuviese,  tórnele  á  dar  el  mismo  cargo  que  en  tiempo 
del  señor  tenia ,  que  e&  cigtcacoat  y  que  quiere  tanto  decir 
como  "lugar- teniente  del  señor,"  y  á  otras  personas  prin- 
cipales, que  yo  también  asimismo  de  antes  conocía ,  les 
encargué  otros  cargos  de  gobernación  de  esta  ciudad  que 
entre  ellos  se  solían  hacer,  y  á  esto  ciguacoat  y  á  los  de- 
más les  di  señorío  do  tierra  y  gente,  en  que  se  mantuvie- 
sen ,  aunque  no  tanto  como  ellos  tenían,  ni  que  pudiesen 
ofender  con  ellos  en  ningún  tiempo ,  y  he  trabajado  siem  - 
pro  de  honrarlos  y  favorecerlos ,  y  ellos  lo  han  trabajado 
y  hecho  tan  bien ,  que  hay  hoy  en  la  ciudad  poblados 
íia^ta  treinta  mil  vecinos,  y  so  tienen  en  ella  la  orden 
que  salia  en  sus  mercados  y  contrataciones ,  y  heles  da- 
do tantas  libertades  y  exenciones ,  que  de  cada  dia  ee 
X)uebla  en  mucha  cantidad  ^  porque  viven  muy  á  su  pla- 
cer;  que  los  oficiales  do  artes  mecánicas,  que  hay  muchos, 
viven  por  sus  jornales  entre  los  españoles ,  así  como  car- 
pinteros ,  albañilcs ,  canteros,  plateros?  y  otros  oficios ;  y 
los  mercaderes  tienen  muy  seguiamente  sus  mercaderías 
y  las  venden ,  y  las  otras  gentes  viven  de  ellos  de  pesca- 
dores ,  que  es  gran  trato  en  esta  ciudad,  y  otros  de  agri- 
cultura ,  porque  hay  ya  muchos  de  ellos  que  tienen  sus 
huertas  y  siembran  todas  las  hortalizas  de  España  de  que 
acá  se  ha  podido  haber  simiente,  y  certifico  á  V.  O.  M 
que  sj  plantas  y  Bemillas  do  las  do  España  tuviesen  j    • 


—  1.'55  — 
V.  A,  fuese  servido  denos  mandar  proveer  de  ellas ,  como 
en  la  otra  relación  lo  envió  á  suplicar ,  segnn  los  natura- 
les de  estas  partes  son  amigos  de  cultivar  la  tierra  y  de 
traer  arboledas,  que  en  poco  espacio  Tde  tiempo  liubietie 
acá  mucha  abundancia.  ^'  Esto  decia  Cortes ,  en  15  de  oc- 
tabre  de  1524 ,  y  la  obra  había  comenzado  por  enero  dé 
1522,  pues  que  en  la  tercera  carta  al  emperador,  fecha 
15  de  mayo  de  aquel  año ,  dice :  que  hacía  cuatro  6  cinco 
meses  que  la  ciudad  se  iba  reparando ;  así  es  que  en  me  - 
nos  de  tres  años  ^^habia,  dice  el  mismo  Cortés,  mucha 
cantidad  de  casas  hechas ,  y  otras  que  llevan  ya  bueno?^ 
prineipios,  porque  hay  mucho  aparejo  do  piedra ,  cal  y 
madera ,  y  de  mucho  ladrillo  que  loánatnrales  hacen;  ha- 
cen todos  tan  buenas  y  grandes  casas,  que  puede  creer 
V,  S.  M.  que  de  hoy  en  ciuco  anos  será  la  mas  noble  y 
populosa  ciudad  que  haya  en  lo  poblados  del  mundo  y 
de  mejores  edificios."  Para  esta  actividad  de  trabujos  bti 
paso  á  contribución  de  brazos  á  todos  los  pueblos  del  va- 
lle, yel  annncio  de  los  mejicanos  durante  el  sitio  se  veri- 
teó  plenamente :  todos  los  que  trabajaron  en  arruinar  ú 
Méjico  antiguo,  levantaron  la  nueva  ciudad  páralos  es- 
pañoles. Fr.  Toribio  Motolinia ,  en  bu  historia  manuscri- 
ta, citada  por  el  señor  Prescott ,  dice :  "  que  era  tanta  la 
Siente  que  andaba  en  la  obra ,  que  apenas  pedia  hombre 
romper  por  algunas  calles  y  calzadas,  aunque  son  muy 
anchas." 

La  administración  civil  de  la  ciudad  so  orpmizó  desde 
el  mismo  año  de  1522  con  la  creación  del  ayuntamiento ; 
pero  éste  residió  en  Cnyoacan  ,  piobablemente  hasta  pri- 
cipíos  de  1524.  El  libro  de  cabildo  comienza  con  el  que 
se  celebró  el  S  de  marzo  de  este  auo ,  "en  las  casas  del 
magnífico  señor  Hernando  Cortés  ,  gobernador  ó  capitán 
general  de  Esta  Nueva-España ,  do  «e  hace  el  dicho  ayun- 
tamiento ;  y  á  este  cabildo  concurrieron  Francisco  de  las 
Casas,  alcalde  mayor,  el  bachiller  Ortega  ,  alcalde  ordi»* 
nario,  y  los  regidores  Bernardino  Vázquez  de  Tapia,  Gon- 
í  de  Ocampo ,  Eodrigo  de  Paz  ,  Juan  de  Hinojosa  y 
aso  Jaramillo ;  el  escribano  de  cabildo  era  Francisco 
<  3ñay  el  mayordomo  Femando  López.  Fa  tan  las  ac- 
1  le  todos  los  cabildos  anteriores,  que  debian  ser  muy 
i  retantes ,  pues  ellas  contendrían  los  primeros  acuer- 
i     -n.i^T^  la  formación  de  la  ciudad  y  distribución  de  lo» 


—  13G  — 
solaxes ;  y  aunque  las  he  buscado  eu  el  arohivo  do  la  ca- 
sa del  señor  duque  de  Terrario  va  y  Monteleoue,  donde 
esperaba  hallarlas,  por  celebrarse  en  la  habiUeion  de 
Oórteá  las  sesiones ,  no  he  conseguido  encontrar  nada. 

El  empeño  de  Cortés  se  dirigía ,  no  80I0  á  reediñcar  1a 
capital,  sino  á  ponerla  en  estado  de  defensa,  paia  lo  c«:il 
construyó  una  tbrtificacion ,  decuya  torraadon  y  fíitio  ha- 
blaré cuando  se  trate  pn  otra  digcrtacion  de  hi  topografía 
de  la  ciadad.  Carecía  de  artilleiía  y  m^miciones ,  porque 
el  obispo  de  Burgos  habia  impedido  que  se  le  mandasen; 
pero  *'como  no  hay  cosa ,  dice  el  nii-smo,  que  mas  los  ii» 
genios  de  los  hombres  avive  que  la  necesidad,  trabajó 
de  buscar  orden  para  que  no  se  perdiese  lo  que  con  tan- 
to iJ'abajo  y  peligro  se  habia  ganado  , "  píira  Jo  cual  ha 
bien  lo  hecho  buscar  cobro,  se  puso  á  fundir  eaiiOiieá,  ba- 
jo la  dirección  de  un  maestro  que  la  cíiHualidad  le  por- 
porcionó  ;  pero  faltaba  para  ello  e>staüo ,  cuya  raezoia  con 
el  cobre  lorma  el  bronce  ,  el  cual  hizo  sacar  y  traer  de 
las  minas  do  Tasco,  sirviéndole  de  indicación  unas  piezas 
deeste  metal  que  habia  visto  traídas  de  aquel  punto,  dondo 
circulaban  como  moneda,  única  prueba  que  tenemos  do 
que  esta  fuese  conocida  por  los  mejicanos.  (Jon  las  piezas 
que  fundió ,  las  que  tenia  y  las  que  se  sacaron  .1,  .ut.  ni* 
ques,  llegó  á  formar  un  parque  do  treinta  y  cinco  pioza.s 
de  bronce,  y  hasta  setenta  de  liierro  coladv^ 

No  bastaba  tener  >*rtillería ,  sino  que  era  necooario  pnv 
veerse  de  pólvora  para  servirla,  y  aunqae  el  Faliiíeabua- 
daba,  faltaba  el  azufro.  Tara  obtenerlo ,  a!■^  diapuso  ca- 
carlo del  volcan  de  Popocatepcc ,  el  que  habia  ^iái}  reco- 
nocido por  Diego  de  Ordaz  ,  que  subió  í'i  él  dt-f^do  Chohi- 
la,  como  80  hadiclio  en  la  segunda  diisertaí^ion  :  pero  n»» 
pudo  llegar  hast>i  la  cumbre,  ni  menos  rt^cono<:er  el  crá- 
ter. Subieron  á 61  con  este  fin  varios  e^pañoU's,  y  como 
enaquel^empono  sólo  no  1  abia  nada  imponible  [.aríiós 
tos, sino  que  parecese  complacían  en  deí>aliarb!R  [»eÍigrüH, 
llegando  ala  ordla  del  cráter  dos  de  elíos,  jMuutano  y 
Mesa,  disputaron  sobre  quici  habia  de  ser  el  primer  on 
bajar  al  interior  de  aquel  abí^  mo ,  y  echándolo  por  g  w- 
te,  tocó  ésta  i  Montano;  el  f.  jal,  según  refiere  Coi  .4, 
bajó  '*8eteüta  ú  oclnMila  brazay ,  atado  d  la  boca  al>-  ,'' 
y  sacó  el  azufre  suliciente  para  proveer  á  la  presí  nú  nv 
cesidad:  **ya  de  aquí  en  adelante  no  habrá  nec*-'-    il, 


— 137  -, 
eentínúA  didendo  el  mismo  Cortés ,  de  ponemos  en  este 
trabajo ,  porque  es  peligroso ,  y  yo  escribo  siempre  que 
xu»  proveaii  de  Espafia  •  y  Y.  M.  ha  sido  servido  que  no 
liaya  ya  obispo  que  nos  lo  impida.  ^  Oosas  se  hicieron  en 
la  época  de  la  oonqnista  y  en  los  años  inmediatos,  qne  no 
86  han  repetido  después ,'  y  qne  parecen  fabulosas :  nna 
de  ellas  es  esta  bajada  de  Francisco  Montano ,  d  tanta 
profondidad  en  el  cráter  del  Popocatepec ;  el  barón  de 
Hamboldt  no  la  cree,  pero  no  puede  ponerse  en  duda  el 
testimonio  positivo  de  Oortés ,  que  debía  bien  saberlo ,  y 
el  de  los  escritores  coetáneos  [1].  Al  cabo  de  tres  siglos*, 
m  que  nunca  se  pensó  en  subir  al  volcan ,  lo  hizo  dea- 
poes  de  la  independencia  don  Guillermo  Glennie  ^  oficial 
de  la  marina  ingleda ,  empleado  en  la  dirección  de  la 
compañía  unida  de  minas  j  y  han  continuado  haciéndolo 
otros ;  pero  nadie  ha  repetido  la  hazaña  de  Montano,  qne 
pennanece  úniea  en  nuestra  historia.  Un  hecho  tan  atre- 
vido I  y  en  las  circunstancias  en  que  se  verificó,  tan  nece. 
Bario  para  sostener  el  dominio  español  todavía  poco  con- 
flolida<k>|  pareda  digno  de  un  premio  señalado;  sin  em« 
hargo,  por  el  curioso  expediente  que  original  se  halla  en 
el  archivo  del  señor  duque  de  Terranova  y  Monteleone , 
en  el  hospital  de  Jesús ,  y  cuyo  extracto  se  publica  en  el 
apéndice  ^  se  ve  que  su  familia  quedó  en  la  miseria ,  y 
qne  su  hija  pudo  obtener  á  duras  penas ,  y  después  de 
muchos  trámites  y  formalidades ,  una  pensión  de  dos-' 
cientos  pesos  anuales  para  sustentarse  con  catorce  hijos 
que  tenia.  Ko  se  prodigaban  entonces  los  sueldos  y  las 
peoaUmes ,  oo  obstante  haber  obtenido  la  interesada  nna 
níBl  cédula  en  que  se  la  recomendaba ,  así  como  (i  todos 
loa  hijos  de  los  conquistadores ;  y  como  éstos ,  no  obstan^ 
te  estas  declaraciones  I  no  obtenían  la  preferencia  que 
AehiaBen  los  empleos  y  repartimientos,  de  lo  que  ya 
le  queja  amargamente  Bemal  Diaz ,  sino  que  eran  agra- 
ciados en  ellos  los  españoles  que  venían  de  Europa ,  creo 
qaeestafaéunade las  causas  que  desde  aquellos  primeros 
t'^'^pos  hicieron  nacer  la  rivalidad  entro  unos  y  otros, 
(  después  se  corroboró  por  otros  motivos  que  exami- 
^ofl  á  su  vez ,  y  dio  lugar  á  los  partidos  de  eriollos  y 


f^.  LoraBZaiw  dice  haber  yijto  nn  privilegio  del  emperador  Cárlo9 
feZ^reM. 


_í  i. 


—  138  — 
gachupines  |  qae  acabaron  por  hacerse  ana  guerra  tan 
sangriento* 

Habiéndose  perdido^  como  hemos  visto,  los  tesoros  que 
se  mandaron  &  Eapafla  con  Avila  y  Quiñones ,  Oortós 
(*.reyó  qne  debía  apresararse  á  reponerlos,  alegrándose  de 
íjne  hnbiesen  caiüo  en  manos  de  los  enemigos,  para  que 
viendo  éstos  el  poder  y  riqueza  del  monarca  espaQoli  *4os 
Traneeses  y  los  otros  príncipes  á  quienes  aquellas  cosas 
fuesen  notorias,  conozcan  por  ellas  la  razón  que  tienen 
de  se  sujetar  á  la  imperial  corona  de  Y.  G.  M/'  Y  para 
prueba  de  los  servicios  que  desde  estas  tan  remotas  par- 
tid podía  hacer  el  menor  do  los  vasallos  del  emp^ador, 
'^en vio,  dice,  con  Diego  do  Soto,  criado  mió,  ciertas 
cosillas  que  entonces  quedaron  por  desecho ,  y  por  no 
dignas  de  acompañar  á  lad  otras,  y  algunas  qne  después 
acá  yo  he  hecho,  qne  aunque  como  digo  quedaron  por 
desechadas ,  tienen  algún  paiecer  con  ellas.  Envío  asi- 
mismo una  culebrina  de  plata,  que  entró  en  la  fundlSoa 
de  ella  veinticuatro  quintales  y  dos  arrobas ,  aunque  creo 
entró  en  la  fundición  algo  mas,  porquesehizo  dos  veces,  y 
uuuque  me  fué  asaz  costosa ,  porque  demás  de  lo  que  me 
(tostó  el  metal ,  que  fueron  veinte  y  cuatro  mil  quinientos 
pesos  de  oro  el  marco ,  á  razón  de  á  cinco  pesos  de  oro  el 
marco  [IJ ,  con  las  otras  costas  do  fundidores  y  grabado- 
res y  de  ios  llevar  hasta  el  puerto,  me  oostó  mas  de  otros 
tres  mil  pesos  de  oro ;  pero  por  ser  una  cosa  tan  rica  y 
tan  de  ver ;  y  digna  de  ir  ante  tan  alto  y  excelentásimo 
príncipe ,  me  puse  á  lo  trabajar  y  gastar. ''  Bsta  magnifl- 
(;a  pieza ,  acaso  la  primera  y  última  de  su  clase  que  se  ha 
fundido  de  este  metal  en  el  mondo,  era  un  obsequio  de 
Cortesa  Carlos  Y,  y  tenia  esculpida  una  ave  fénix  y  este 
terceto : 

^qQf  uta  naoió  B^n  par, 
To  en  tervirofl  sin  tegando, 
Voa  sin  igual  eu  el  mando. 

Mote  qne  excitó  en  la  corte  bastante  envidia  contra  Gtt- 
tós.  Efite^  para  dar  mas  valor  á  su  presente,  dice  al  c  i- 
perador:  ^<  Suplico  á  Y.  O.  M.  reciba  mi  pequeño  se'  i* 

*  (l)  Por  eatepreeiose  ve  qne  la  plata  de  esta  cnlobrina  eetaba  me»  da 
con  eoia  de  nnateicera  paite  de  cobre.  £1  peño  de  oro  correspondía  &  «^  m- 
tro  peso  inerte. 


—  139  -^ 
do,  tettiéndole  ea  tanto ,  cuanto  la  grandeza  de  mi  vo- 
luntad para  le  haoer  mayor  ,  si  pudiera  merecer :  porque 
aunque  estaba  adeudado ,  me  quise  adeudar  eu  más,  de- 
seando que  Y.  AT.  conozca  el  deseo  que  de  servir  tengo  ^ 
porque  he  sido  tan  mal  dicliosoy  que  hasta  ahora  he  te- 
nido tantas  con  traducciones  ante  Y.  A. ,  que  lío  han  dado 
logar  á  que  este  mi  deseo  se  ínanitieste.  ^ 

Además  de  las  obras  curiosas  de  metales  y  pluma ,  se 
remitieron  á  lacór^  sesenta  mil  pesos  de  oro  porteño- 
GLontes  &  las  rentas  reales ,  por  cuja  muestra  el  empera- 
dor debia  fácilmente  creer  lo  que  Oortés  le  decía :  *  ^  que 
según  las  cosas  van  enhiladas  •  y  por  estas  partes  se  en- 
sanobaá  los  reinos  y  seüoríos  do  V.A.,  tendrá  en  ellos 
mas  seguras  rentas  t  y  sin  costa ,  que  en  ninguno  de  to- 
dos sus  reinos  y  señoríos. "  Poro  la  atención  de  Cortés  fué 
por  entonces  distraída  á  otros  cuidados ,  con  motivo  de 
la  desobediencia  de  Cristóbal  de  Olid^  &  quien  habia 
mandado  coa  fuerzas  considerables  á  las  Hibueras  eu  el 
golfo  de  Honduras :  este  famoso  capitán  y  que  tanto  re- 
nombre habia  ganado  en  el  sitio  de  Méjico,  yon  las  i  oi- 
portantes  comisiones  que  Cortés  le  habia  confiado  en 
Míchoácan  y  otros  puntos ,  iu  tentó  hacer  con  respecto  á 
Cortés  lo  qiíe  qI  mismo  Cortés  hab^a  hecho  respecto  á  Ve 
lazquez;  'pero  eran  muy  diversas  las  personas  y  las  cir- 
cunstan<;ias,  y  no  era  Cortés  hombre  que  pudiese  sufrir 
til  agravio,  sin  tratar  de  imponer  por  sí  misino  el  casti- 
go. Genital  objeto  eniprendió  aquella  expedición  llena  de 
peligros  y  dificultades,  por  países  tan  distantes ,  nunca 
transitados  y  del  todo  desconocidos ,  por  los  cuales  iia< 
die  ha  vuelto  &  pasar ,  no  sólo  con  un  ejército  ,  pero  ni 
aun  en  un  viaje  particular;  y  esto,  no  obstante  los  ries- 
gos á  que  exponía  á  Méjico  con  su  ausencia ,  y  &  pesar  de 
las  representaciones  y  protestas  de  los  oficiales  reales  y 
del  ayuntamiento ,  á  las  cuales  contestaba  que  en  pun- 
to á  obediencia  la  primera  falta  que  en  ella  se  tolera  des  • 
trave  la  autoridad  del  que  manda,  y  que  la  infidelidad  de 
» pocos  n  si  no  se  castiga  prontamente ,  hace  á  todos 
eale&JSsta  expedición  y  las  funestas  consecuencias 
ella  produjo,  serán  asuntos  de  la  siguiente  dísertn- 
^  Para  gsbernar  en  su  ausencia ,  nombró  Cortés  al 
Tero  Alonso  de  Estrada  y  al  Lie.  Alonso  de  Zuazoá 

^í^nia  como  asesor ,  y  á  estos  tué  figociado  <?espu  m 


el  contador  Albornoz.  El  faotor  S  alazar  y  el  Teodor  Ohi* 
riño  debian  acompañar  á  Cortés ,  y  le  aígnieron  en  efecto 
hasta  Goazacoalco  j  de  donde  regresaron  para  tomar  pa^ 
te  en  el  gobierno  j  con  motivo  de  las  disensiones  que  muy 
pronto  se  suscitaron  entre  Estrada  y  Salazar. 

En  esta  disertación  hemos  recorrido  el  corto  perfodo 
de  poco  mas  do  tres  años,  que  comprende  desde  la  to* 
ma  de  MéjicO|  en  13  de  agosto  de  1521,  hasta  la  saudade 
Cortés  para  las  Hibneras ,  en  fin  de  octubre  de  1524  f  1], 
limitándome  á  sólo  lo  relativo  á  sn  organización  del  go- 
bierno y  restablecimiento  de  la  capital,  y  dejando,  se^ 
gun  el  plan  que  me  he  propuesto  seguir ,  para  las  diser- 
taciones siguientes  los  vi^es  de  descubrimientos  en  el 
mar  del  Sur  y  el  establecimiento  de  la  religión  cristiana, 
así  como  también  otros  puntos  que  merecen  ser  tratados 
separadamente.  Asombra  sin  duda  el  yer  todo  lo  que  se 
hizo  en  tan  corto  espacio  de  tiempo :  no  sólo  sé  estableció 
la  administración  política  y  militar ;  no  sólo  se  reconoció 
en  todas  direcciones  la  inmensa  extensión  del  país  ^  dis- 
tribuyendo en  él  poblaciones  espallolas ,  con  un  gobitfoo 
municipal ,  sino  que  se  penetró  hasta  las  entrafias  de  la 
tierra  por  los  abismos  de  los  volc&nas ,  lo  que  no  te  ha 
vuelto  á  hacer  desde  entonces ;  se  fundó  artilleria  y  se 
fabricó  pólvora ,  teniendo  que  buscar  y  preparar  por  me- 
dios tan  extraordinarios  los  ingredientes  para  ella,  y  se 
construyeron  buques  para  emprender  la  navegación  del 
mar  del  Sur.  Entre  tanto  la  capital  se  levantaba  de  sus 
ruinas,  muy  mas  hermosa  y  magnífica  que  lo  que  de  an- 
tes habia  sido ,  y  sus  progresos  eran  tales ,  que  los  Teci* 
nos  no  solo  pensaban  en  proveer  á  las  necesidades  de  la 
vida ,  sino  que  se  ocupaban  de  las  artes  que  la  adornan  j 
embellecen ,  pues  que  vemos  dos  afios  después  que,  en  á 
cabildo  de  30  de  octubre  de  1526 ,  Maestre  Pedro  y  Beni- 
to de  Bejel  pidieron  un  solar  en  la  plaza  para  estobleoer 

[l]  El  señor  Prescott  fija  la  salida  de  Cortúa  para  las  HibneraB  «n  12  d* 
octubre,  lo  qae  no  paedo  ser,  porqae  la  cuarta  earia  de  Garles  V  es  fethaot 
Mójioo  en  l5  de  aqael  mes  y  en  ella  sólo  habla  de  en  inteneion  de  lalir  4«M- 
íÁ^AT  k  Diego  Veiasqnez,  á  quien  tenia  por  antor  de  aaaelU  desobedioiclt. 
JSa  el  m&rgen  del  libre  de  cabildo,  en  el  del  vtómes  4  de  noriembro  d^  eett 
afio  de  15  ¿4,  pneo  don  C6rlos  de  SlgUensa  esta  nota !  **  Primer  eabDdo«a  qot 
afiítieron  Znazo  ,  Estrada  j  Albornoz,  como  teaientei de  Qovlét ;  ooi  q«t 
este  salió  par%  Iai  Hibq«;ftii  poíiO  4^t0S  4^^  <^^  i  4#  9Pyl«m^rf  * "  J  m'  -*  ryC<f 
niii»  d^bÍM  i:oí.  r     . .         ....... 


—  141  — 
WM  €Huela  de  damarf  por  ser  ennoblecimiento  de  la  eiu- 
düí  y  por  el  apuntamiento  se  le  concedió  con  la  esten- 
síou  deoincnénta  pies  de  largo  y  ciecnenta  de  ancho,  pa« 
gando  la  renta  de  cuarenta  pesos  anuales.  —  Al  mis» 
mo  tiempo  que  se  tomaban  disposiciones  para  elreco.« 
noeuniento  de  la  costa  del  mar  del  Sur ,  y  se  solicitaba 
encontrar  por  estas  y  las  del  Norte  el  estrecho  de  comu. 
nicadon  que  s^creia  existir  entre  ambos  mares ,  se  abría 
camino  desde  el  rio  de  la  Antigua  á  la  capital ,  para  faci- 
litarel  comercio  y  la  agricultura  en  las  labranzas  esta- 
blecidas por  los  espafioles  en  los  diversos  puntos  que  ha- 
Utaban;  habla  tenido  tal  aumento  ^'que  ya,  desde  el  año 
de  1523  j  los  diezmos ,  de  cnyo  pago  estaban  exentos  los 
indios,  se  arrendaron  los  de  Méjico  en  cinco  mil  qoinien* 
tos  y  cincuenta  pesos ,  y  los  de  Medellin  y  Yeracruz  en 
mil  pesos  en  cada  una  de  estas  villas ,  y  estos  productos 
se  invertían  en  la  construcción  de  los  templos  y  en  el  pa- 
go de  los  curas  y  demás  ministros  del  culto.  Oortés  pro- 
ponía al  emperador  que  no  se  mandasen  obispos  ni  ca^ 
ndnigos ,  sino  solo  frailes ,  y  que  sus  superiores  estuvie- 
sen provistos'con  tales  facultades  que  no  se  necesitase  de 
la  autoridad  q^iscopal ,  y  que  tampoco  viniesen  abogan 
dos,  sino  que  la  iustieia  se  administrase  breve  y  sumaria- 
mente, sin  las  formulas  del  foro,  como  lo  estaban  ha- 
ciendo los  alcaldes.  Estos  y  los  ayuntamientos  se  nom- 
bfabau  en  todas  las  poblaciones  de  españoles ;  y  por  este 
orden  gradual ,  que  pareced  sistema  mas  sencillo  y  con- 
forme á  la  naturaleza  en  una  organización  social,  así  co, 
mo  de  la  reunión  de  los  vecinos  resultaban  los  pueblos 
representados  y  regidos  por  los  ayuntamientos  ó  conse- 
jos 9  los  procuradores  de  todos  estos  juntándose  cuando 
algon  caso  grave  lo  pedia ,  resolvían  sobre  los  intereses 
pnerales  de  todas  las  poblaciones ;  pero  como  la  libertad 
4SS  de  suyo  bulliciosa ,  mny  desde  el  principio  hubo  con- 
testaciones con  los  ayuntamientos  de  Méjico  y  de  Tepea- 
ca ,  que  resistieron  y  contradijeron  algunas  disposiones 
<  ortés.  Todas  estas  grandes  cosas ,  que  mas  tienen  la 
i  ienda  de  una  creación  que  de  una  orgauizacion  poli- 
i  I  que  supone  siempre  cierta  pausa  y  lentitud  de  ope- 
1  oes ,  son  refifflridas  por  Oortés  en  sus  cartas,  con  una 
I     Oles  que  parece  se  lutbla  de  los  sucesos  mas  ordina« 


—  U2  — 
á  Francisco  Montano  j  hablando  de  la  extracción  de  azn* 
fre  del  volcan,  sino  qae  simplemente  dioeqne  bajó  á  61  un 
español,  qnizi  porque  creía  qae  ningono  había  entre 
los  qae  con  él  estaba ,  qae  no  estuviese  dispuesto  á  ha- 
cer otro  tanto.  Suelen  ser  motivos  de  admiración  los  rápi- 
dos aumentos  de  los  Estados  Udidos ,  cuando  para  ellos 
no  ha  habido  mas  dificultad  que  superar  que  el  derribar 
bosques  antiguos  para  reducir  las  tierras  á  cultivo ,  con- 
tando para  ello  con  todos  los  auxilios  de  las  artes  mo- 
dernas y  con  grande  facilidad  de  comunicaciones ;  lo  que 
se  hizo  en  nuestro  país  en  los  tres  años  inmodiatos  á  la 
conquista ,  escede  en  mucho  á  lo  que  se  ha  verificado  en 
los  Estados-Unidos ,  y  atendidas  todas  las  círounatan- 
ciafi|  apenas  parece  posible  que  la  actividad  del  hombre 
pueda  llegará  tanto. 

Antes  de  dar  fin  á  esta  disertación,  debo  proponeruoa 
idea  que  me  ha  sugerido  el  curso  mismo  de  la  redaceion 
de  esta  obra.  El  aprecio  con  que  ha  sido  recibida  por  el 
público ,  que  ha  sido  tal  que  ya  es  necesario  hacer  nueva 
impresión  de  la  primera  disertación ,  que  se  tiró  en  me- 
nor número  de  ejemplares  que  loa  cuadernos  siguienteSf 
en  la  que  se  corregirán  algaaas  erratas  que  se  1^  nota- 
do en  la  primera ,  prueba  el  deseo  que  hay  en  la  nación 
de  ocuparse  de  lecturas  importantes  y  séiias;  y  los  mu- 
chos documentos  que  se  han  puesto  á  mi  disposición  por 
diversas  personas  que  los  poseen,  y  de  que  haré  uso  para 
dar  al  trabajo  que  he  emprendido  mayor  extensión  que 
la  que  me  había  propuesto  en  su  principio  y  correspon* 
diendo  así  al  aprecio  que  ha  merecido  á  mis  lectores,  de- 
muestran que  hay  naturales  sobrados  para  escribir  con 
buenos  datos  nuestra  historia ,  así  como  buena  disposi- 
ción para  comunicarlos  á  quien  de  ella  se  ocapa.  Pero  es- 
tos materiales  se  van  perdiendo  y  desaparecen  todos  los 
días:  ya  no  existe  el  libro  manual  de  los  gastos  del  señor 
arzobispo  Zumárraga  y  que  debía  ser  tan  interesante  y 
que  D.  Garlos  de  Sigüenza  vio :  tampoco  se  halla  la  obra 
del  Dr.  Cervantes ,  Méjico  por  dentro ,  escrita  en  diálogos, 
en  que  se  describía  la  ciudad  como  era  pocos  años  des* 
pues  de  la  canquista,  obra  que  tuvieron  el  mismo  Siguen- 
sa  y  el  P.  Píchardo ,  que  hace  pocos  años  murió  t  y  que 
existia  en  la  biblioteca  de  la  universidad*  El  archivo  de 
la  audiencig.  y  el  de  acordada,  en  su  mayor  pai^te  ie  ^  oi- 


j 
\ 


—  143  — 
dieron  por  papel  viejo ,  y  el  mismo  riesgo  corrió  el  de  la 
casa  del  señor  daque  de  Terranova.  Es  menester ,  pues , 
bascar  algan  medio  para  que  la  historia  *  nacional  no  siga 
sabiendo  estas  pérdidas  irreparables  y  j  para  ello  seria 
conveniente  &rmar  ana  sociedad  de  literatos  con  algunos 
fondos  y  para  que  pudiesen  adquirir  todos  los  documenten 
antigaos  que  calificasen  de  importantes ,  ó  los  hiciesen 
copiar  de  donde  existen  originales  y  con  anuencia  desús 
doefiog;  y  de  esta  manera  tendríamos  un  archivo  de  la 
bifitaria  nacional ,  que  se  pudiera  consultar  fácilmente 
por  todos  loa  que  se  ocupasen  de  estas  materias.  Si  el  su- 
premo gobierno  adoptase  esta  idea  y  la  propusiese  al  con- 
greao,  no  dudo  sería  aprobada ,  y  ee  haría  con  esto  una 
cosa  útil  y  honrosa  á  la  nación. 

Esta  sociead  debiera  ocuparse  también  de  conservar 
con  inscripciones  la  memoria  délos  lugares  en  que  se  han 
verificado  los  acontecimientos  principales  de  nuestra  his 
toria  I  desde  la  remota  antigüedad  hasta  nuestros  dias. 
Por  fzes  siglos  ha  durado  el  nombre  del  Salto  de  Al  vara- 
do, y  ha  permanecido  abierta  la  acequia  en  que  por  una 
tradición  constante  se  dice  que  este  memorable  sucedo 
acaeció.  Ya  se  ha  oerrado ,  construyéndose  en  aquel  sitio 
ana  casa ,  con  lo  que  no  le  quedará  este  recuerdo  á  la 
posteridacL  Mudias  inseripcioües  antigás  se  han  quitado, 
ablo  porque  tenia  el  nombre  del  virey  y  en  cu^o  tiempo  se 
pusieron,  haciendo  olvidar  la  época  en  que  se  constru- 
yeron los  edificios  ó  monumentos  en  que  estaban. — Una 
inactipcion  9  un  nombre  antiguo,  debe  ser  respetado  co- 
me un  recaerdo;verdadero,  d^tinado  á  ligarla  generación 
pasada  con  la  actual ,  y  á  prolongar ,  por  decirlo  así ,  la 
existencia  del  hombre ,  haciéndole  ver  como  presente  to*> 
do  lo  que  acotenteció  en  los  siglos  que  precedieron  á  su 
nacimiento  (1). 


(l)  En  otrorpaises  qne  eitnyieron  nnidos  k  la  España ,  no  ha  habido 
ttte  emo  deatroc*or  de  los  recuerdos  de  aquella  dominación.  En  los  Paises- 
Sr^- ,  ft pesar  de  tantas Ticíritndes  políticas  como  han  tenido,  f asando  & 
m  deptndientes ,  en  segnida  siende  parte  de  la  repAbliea  y  Inego  del  impe- 
ríc  Anees ,  j  de  nuevo  independientes  bajo  la  monarquia  de  aquel  nombre 
y  <  Holanda .  se  hallan  muchas  ínscripcioues  y  memorias  del  gobierno  eepa- 
áo  Y  afin  algunas  de  las  mis  adniatorias.  Sobre  la  puerta  de  la  ciudad  de 
Az  es,  qne  s^e  al  KueUe  del  rio  Esoalda ,  tí  la  siguiente  en  honor  del  rey 
ft        IV: 

Tagua  et  Ganges ,  Bhenns  cui  servit  et  Indas 
~  ""Aadet  familias  volvere  Scaldué  nquas. 


CUARTA  DISERTACIÓN. 


Expedlelon  alas  flibueras.— Ticlsltudes   del  ir«- 
blerno  basta  el  establecimiento  del  vlrenato. 


Besaelto  el  viaje  á  las  Hibneras ,  y  arreglado ,  segaa 
se  ha  dicho  en  la  disertación  anterior ,  el  gobf ^*bo  qna 
habia  de  quedar  en  Méjico  durante  la  ausencia  de  OortéSi 
emprendió  este  su  marcha  afines  de  octubre  de  1624 , 
dirigiéndose  á  la  embocadura  del  rio  de  Goazacoidoo^  ji^ 
ra  seguir  desde  allí  la  costa  hasta  el  punto  donde  la  pe 
nínstda  de  Yucatán  se  une  con  el  continente  ^  y  por  el 
istmo  que  separa  las  aguas  del  seno  mejicano  de  laa  del 
golfo  de  Honduras ,  salir  á  las  playas  do  éste  y  contlnnaT 

Rt  qiiM  oUm  proavo  vexü  anb  Cansare  pnppee 
Has  vehet  auspioiiB,  magne  rhilipe,  tuiji. 
En  Ñapóles ,  laa  doe  callea  principales  se  llaman  d«  Toledo  y  áe  W«dliiA, 
por  lo» Tíreyes  españolea  D.  Pedro  de  Toledo,  marquAi  de  Vill»frf^aea,  y 


Slste  gradam ,  YÍator,  nilrabilem  lem  aBj^icla :  é  Monter^gio  pon*  oit«« 
eitiregiuB. 

Largo  seria  referir  otros  mnchos  heohos  de  esta  olasa ,  entre  loa  cualea 
es  notable  el  del  nombre  de  la  cindad  de  Aprícena,  en  el  mismo  reino  <ieKá« 
polea .  qne  proTÍene  de  la  cena  que  hixo  el  rey  Manfredo ,  último  deeceiMieii* 
le  de  los  oonqniatador«B  normandos  ,  en  aqnel  pnnto  qve  era  eiit6iic«a  bm 
bosqne,  con  mi  jabalí  de  tamaño  extraordinario  qoe  mató  andando  4  oaul» 
y  para  conserrar  la  memorÍA  del  aaceso ,  fundó  nna  ciudad  con  es  le  nomlif «, 
qae  perman^e  no  obAtante  lo  extraño  de  su  origen.  '■ 


~U5- 
por  eOaiftltasta  los  ettabteeknieiitMeiiNiñolttitti'^pe  Cííb^ 
tóM  ib  OHd  tobib  hédlH>  la  rebeUoB ,  ^eayo  castígos  «ra 
el  objeto  de  está  trabajou  éxpedick».  ^t  •. 

Bata  itOítfSk^^  ^  maa  diB  qamientaa  legna»,  halna  dft 
liaeersepóri^aiaee^ter^nieiite  desooDoeidoaé  ineolios^ 
p<»  donde  nadie  habia^pasado  hasta  entonces  y  cabiertoa 
de  bosqné^  y  plántanos  i ntransi tablea,  y  ataraveHados  por 
cándalos  rioa ,  sin  mas  derrotero  para  dirigirse  qne  nn 
napa  pintadé  en  nn  lienzo  de  algodón ,  qne  dieron  é  Cor- 
tés los  indiée  coi  Goesbacoalco ,  en  qae  estaban  sefialados 
losños y  SiemMi qne  había  qneatraTesar v y  los Ingaren 
por  donde  IkabJa  de  transitar  con  la  brájnla  en  la  mano,* 
paia  bnseat  tí  camino  por  entre  aqBellas  «espeenran  ^  oo- 
mo  el  navegimte  en  la  inmeamdad.depleB'inaBea. 

Las  costas  de  Honduras^  descubiertas  pov  Oolon  en 

f  mtletüer'TiaJev  fie  extickiden  desde  el  gollo  del  raisno 

nombre^  sitando  eri  eJL  áDgnlo  qne  forma  la  peniosnla  .  de 

Yaeatan  eob  el  continente  hasta  el  cabo  de  Oradas  á 

Dios,  en  el  mar  de  las  Antillas^  ocupando  nn  espacio 

de  filete  ¿radeBde  longitnd  desde  el  85  al  d2  deluneridia- 

no  de  Parts.  Bíitxt  iTacatan  y  el  fondo  dd  goMbae  tialla 

itttimdala  colonia  Itiglesa  de  fialise ,  qne havenido.ilk ser 

im  cstableoittiiento  permútente  ^   habkada  Mmensiadií 

por  conenrrir  á  aqnel  punto  algnuos  baqnes  para  cectai' 

palo  de  tinte ,  con  permiso  del  gobierno  espaáolj  qne  lo 

Ameedid  Mn  la  condición  de  que  no  se  hiciese  ibrtiiflea* 

ctoD  algosa  I  y  reservándose  España^  eii  cuyos  derechos 

Ibaenttodo  Méjico  por  sus  tratados,  la  sobenuiíade  aquel 

terreno 'y  W  facultad  de  hacerlo  visitar  anualmente  por 

[hoqae  di^  guerra ,  para  cuidar  de  qn^estas  condieioneH 

jn  eoiñpliéseh.  Todo  el  resto  de  la  costa  de  donde  se  f  or-* 

pmrdn  )oa  establecimientos  espafkdes ,  obieto  del  viaje  de 

ptatfs,  pertenece  %éy  ú  la  repáblica  del  iieqtra  de  Amé^ ' 

Uea,  hasta  la  bahía  de  Mosquitos  qnelalnglatemirpQ^ 

lae,  y  én  la  que  sir  Gregor  Mac-Grsgor  Ibrmó  la.  colonia 

íde  Poyáis,  de  la  qtie  se  titulaba  piinoipeí  *^*'  v  i   »i 

i  Et  nombre  üe  Honduras  y  el  del  «abo  que  terttinif  «^  « 

tas  ccttns  se  les  di6 )  según  se  dicn ,  p<n:qne  fatigados  lot*. 

leude  lanategadon,  y  deseando  encontrar  fon«« 

Sando  lo  halhiron  dieron  graeioi  á  IMos  de  habev. 

o  de  tantas  hímdunéM^  Llámase  tan^bían  la  costa  d6>v; 

r^^^^ieroH  6  de  ias  Higueras  ^  por  la  multitud  '^de  cala- 

nnUBBTAOIONES.--TOMO.  !•— 19 


~  146  — 
t>azas  que  vieron  flotantes  en  el  mar ,  de  la  especie  qaé 
en  la  ida  espaftola  se  eonooe  con  esto  nombre.  Todo  el 
pafs  es  mny  mal  sanoi  anegadizoi  lleno  de  bo8<|nes  y  pap- 
tai  os  y  y  en  el  qne  no  han  quedado  otras  poblaaiones 
espatlolas  de  tancas  oomo  se  formalron  ^  sino  Xmjillo  y  el 
presidio  de  Omoa ,  de  triste  celebridad  por  sú  mortf  &io 
clima.  • 

OortéSi  en  el  año  de  1523,  mandó  á  Oristóbal  de  Olid  á 
posesionarse  de  aqnellacQSta  y  con  cinco  bnqnes  )i>ien  a* 
bastecidos  y  cuatrocientos  soldados  con  todo  géoerode 
armas,  en  cay  a  expedición  invirtió  sumas  mny  conside- 
rables. Bl  motivo  qne  para  ello  tuvo  faé ,  porqne  se  dice 
que  aquella  tierra  era  muy  buena  y  rica ,  y  piinoipalmen- 
te  I  como  él  mismo  escribe  6  Garlos  V. ,  *^  porque  hay  opi* 
*<  nion  de  muebos  pilotos ,  que  por  aqueUia  bahía  sale  es- 
^'  trecho  á  la  otra  mar  ( la  del  Sur, )  queesla^sa^ne  yo 
^<  en  este  mundo  mas  deseo  topar ,  por  el  gran  servicio 
^*  que  se  me  representa  que  de  ello  V.  O.  M.  recibiría. "  La 
espedicion  salió  de  Yeracruz  en  11  de  cuero  de  1524 ,  y 
Üortés  hi£o  todas  las  prevenciones  y  dio  todas  las  ins- 
tracciones  necesarias  para  el  feliz  éxito  de  aquella  em. 
presa :  pero  OHd ,  á  su  paso  por  la  isla  de  Ouba ,  se  dejó 
seducir  por  los  enemigos  de  Oórte  i ,  y  apenas  hubo  lie* 
gado  al  puntf  de  su  destino «;  quiso  obrar  independien, 
temen  te. 

Las  primeras  noticias  de  la  desobediencúa  de  Olid  las 
tuvo  Oortés  á  la  llegada .  del  factor  Gonzalo  de  tialazar , 
quien  en  la  isla  de  Guba  se  inlbrmó  del  suceso ,  y  arri- 
liando  &  YeraenuE  lo  puso  en  conocimiento  de  Oortés»  el 
cual  habla  de  ello  á  Garlos  Y ,  en  su  carta  de  13  de  octu- 
bre de  1524  ^  siendo  muy  de  notar  la  brevedad  de  las  co- 
municaciones entre  Yeracruz  y  la  capital  I  pues  dice  en 
ella  Oortés ,  qne  hada  solos  dos  días  que  Salazar  había 
llegado  á aquel  punto ,  y  ya  se  hablan  riKábldo  en  Méji- 
co las  noticias  qne  conducía.  Gon  este  aviso  Oortés  aprea  * 
tó  en  YeraoRiz  dos  buques  con  ciento  y  cincuenta  hom- 
bres, qne  despachó  á  las  órdenes  de  su  pariente  Francia- 
00  de  las  Gasas,  que  acababa  de  venir  de  Bspaffa,  el  caal 
llegó  con  estas  fuerzas  al  puerto  del^^Triunfode  la  Omz,^ 
cerca  del  ^mal  Olid  tenia  formada  una  villa  del  mismo 
nombre.  Guando  Gasas  se  presentó  en  aquel  puntó,  OUd 
tenia  consigo  mny  pocos  soldados,  habiendo  des  pachado 


— 147  —        .  ^ 

futpáaoipal  faerz^  contra  Gil  Ooiuslez  deAvlU,  que 
^estaba  oonqoista^do  e¡a  aqaella  misma  provincia ;  por  lo 
«mí  la   aadlencia    de  la  Espaüola,  qaeriendo  evitar 
499  dosastceg  que  eran  la  oondecannda  de  estas  guerras 
^•ntve  los  oonquistadores ,  nabia  enviado  á  su  fiscal  el  Br. 
l?edro  Moreno  para  intimar  á  Oasas  que  se  volviese  á  la 
^^aeya^Bspaüa,  y  á  Avila  y  á  Olid  que  cesasen  en  ?a  guer- 
ra que  se  estabiEui  haciendo,  y  también  llevaba  manda- 
miento para  que  Pedro  de  AI  varado ,  que  se  decía  venia 
por  tierral  por  ^órden  de  Oortés  contra  Olid ,  no  ^ase 
adelanta  ^> 

Cristóbal  de  Olid ,  viendo  que  en  su  encuentro  naval 
con  Oasas  habia  sido  echado  á  pique  una  de  dos  carabe- 
las que  tenia  y  perdido  algunos  hombres  ^  trató  de  entre-' 
tenerle  con  propuestas  de  avenimiento ,  mientras  llega- 
banlas  fuerzas  que  habia  mandado  contra  Avila,  atasque 
dio  orden  de  retroceder ;  pero  entre  tanto  lafortuna,  que 
muchas  veces  lisonjea ,  para  hacer  masvsegnra  la  mina, 
hhso  que  un  norte  violento  que  se  levantó  diese  al  través 
en  la  playa,  con  las  naves  de  Casas ,  quien  cayó  prisione- 
ro en  iiianoB  de  su  contrario,  él  cual  tuvo  también  la  bue 
na  suerte  de  apoderarse  de  la  persona  de  AviL*.  Aumen- 
lAdae  así  sns  fuerzas ,  pues  á  los  soldados  prisioneros  los 
lioso  en  libertad ,  exigiéndoles  juramento  de  servirle  con- 
(tea  Cortés  si  intentaba  atacarle ,  esperaba  seguro  en  Na- 
ico,  que  era  el  pueblo  principal  del  país  ^  la  venida  que 
ja  se  anunciaba  de  aquel. 

Las  fuerzas  que  acompañaban  á  Oortés  eran  ciento  y 
cincuenta  caballos  y  otros  tantoa^  infantes  espaüoles ,  la 
flor  de  los  conquistadores ,  llevando  consigo  a  los  capita- 
nes mas  distinguidos ,  y  entre  ellos  ¿  su  fiel  amigo  Gon- 
zalo de  Sando  val ,  que  no  se  aoartó  de  él  ni  en  lá  buena 
ui  en  la  adversa  fortuna.  Acordó  también  llevar  consigo 
&  Goautemotzin  y  á  los  señores  mejicanos  mas  principa- 
les ,  que  hubieran  podido  causar  algunas  inquietudes  en 
su  ausencia  ^  y  además  le  acompañaron  tres  mil  soldados 
de  aquella  nación:  El  aparato  de  la  marcha  era  bien  di-* 
verso  del  modesto  tren  conque  habla  venido  á  la  con- 
quista y  tenia  cierto  aire  de  la  comitiva  de  un  príncipe 
asiátíoo.  aunque  por  esto  desmentía  el  valor  y  el  sufrid 
miento  da  que  tenia  dadas  tantas  pruebas  f  y  que  ahora 
^as  queñnac^  eran  necesarios*  Stgan  nosbc^  eacrlto  Ber^ 


—  148  — 
nal  Díaz ,  qae  se  unió  «itGoazaooaloo  á  su  geueral ,  éate, 
¿(^omás  á^  varios  (^peUanea ,  se  habia  l^eoSo  aoompafiu 
por  mayordomo^  maestresala,  táller,  repósbét^f  deftpen* 
aero  j  eucar^ado  de  la  vajilla  de  oro  y  plata ,  xjm  ^ra  con- 
siderable;'camarero^  médicp'i  óinijano,  machos  f^jes  de 
su  persona ,  dos  pajes  de  )á  lanza ,  ocho  mosos  de  espae- 
)a  I  dos  cazadores  alcoDerps,  y  en  adición  á  esta  fnnillii 
de  un  ^an  señor  llevaba  táimbiea  irseta  su  d|versi<m  cinco 
chirimías  y  sacabaches  y  dulzainas ,  y  un  TOlteador ,  j 
otro  que  jugaba  de  manos  y  haicfa.  títeres ;  y  para  el  coi- 
jlado  de  sus  monturas  y  faraelajé ,  un  cabáUbiisso  con  tres 
acemileros  españoles;  y  entre  las  proviücnes  debocase 
contaba  una  gran  manada  de  c^rdo^  que  iban  pastando 
por  él  éainíno.  ''         *       .  ' 

Oon  todo  este  gran  tren  se  dirigió  la  marcha'pdr  On- 
zava á  Ooazacoafco  •  siendo  Oortós  recibido,  en  todas  las 
poblaciones  por  donde  pasaba ,  con  el  maytKr  aparato  y 
I>ompa.  £1  ayuntamiento  de  Goazao6áloo  salió  ft  eacon* 
trarle  á  treinta  lé¿üas  de  distancia  ,  y  pitf a  <tue  pasase 
el  rio  tenían  preparadas  mas  de  trescientas  canoas,  atadas 
de  dos  en  dos ,  y  á  la  entrada  de  la  villa!  estoban-oispiiee 
tos  arcos  tpuniUles ,  y  le  festejaron*  con^  eseáraiñosas  de 
moros  y  cristianos,  faegosáe  artiilci6y  ólsras  di^enionesi 
que  aun  en  ieste  género  de  cosas  manifiMtain  ^lóá  adep- 
tos qué  habia  habido  en  cuatro  añpi  DOBá  MUtina ,  que 
acompaña  á  Cortés  en  esexpedidoá  (1),  era  natt*^  de  es- 
tas inmediaciones ;  en  su  trato  con  Corlas  habia  tenidode 
¿1  un  hüo  llamado  don  Martiü ,  que  vetemos  figurar,  aan< 
que  de  una  manera  desgí>acida ,  en  el  curso  de  estas  di 
sertaciones,  y  en  un  pueblo  cerca  de  Orizava ,  se  habia 
casado  con  un  español  de  distinción ,  llamado  Juan  do 
Jaramillo ,  á  quien  se  dio  un  buen  repartimiento.  Estan- 
do Cortés  en  Goazacoalco ,  hizo  reunir  á  los  cadques  de 
aquellos  cortemos ,  para  hablarles  sobre  la  religión  y  so- 
bre el  buen  tratamiento  que  habia  mandado  que  les  hi- 
ciese ,  y  entre  ellos  se  presentó  un  hermano  de  doffa  Ma-  ' 
riña ,  llamado  Lázaro ,  con  su  madre.  Esta ,  reconodénliH 


(i)  JtTÚQiBio  ás  AgQllar,  aL  inIérpMte,  n»  aooqtMüS/)  6  Cortéi  en  Mte  tUm<. 
pero  no  porqi^a  hobieae  maerto.  como  dloe  Bernai  Oiu;  pues  en  el  eátím 
de  38  de  no  Sembré  <te  1525  pídie  AoUr  para  ixmBtratr  eaia  en  M^ioo.  de  ^ 
aeieMto  ineroedealaealIaéeMÉttfaiLoiíet,  qnt  «i«o.' na  Isqi»  ahora  f* 
U  ana  de  los  Btj^idie  Paliquera»  ,, 


ODáesteher-. 
tabia  vendido 
mw  de  Jioa- 
|iiela«ntzegó 
nOEDáPorto- 
mIó  «d  poder 
iBudre,  laa- 
letlft,  didéu- 
le  w  U  petdo- 
7 ropa,  todo 
í  qoeeramny 
i  Ht  amo  7  813' 
on,  oatjaUero 
Bemal  Díaz, 
'Oanjarameti- 
1  coQ.la  venta 
tÚBÍeuto  quu 
aftjlgipto. 
oe^ipnoiondo 
«1|l«n«ote  et 
wimto  de  ¿B- 
venoluibiera' 
l4«i«]Aoioiiefi 
r4i?f^di¿ndolofi 
«eos»  paralo 
üoaoioQ  segn- 
jNMie  recatada 
i. medio,  quo 
doporucou- 
Ebeto  de  esta 
ate.  sin  oonr- 
a  propensión 
jwiotn  par- 
oes  flurla  de 
inirír  grande 
ra  en  lastra- 
>re  de  la  Ma- 

uvD  A  experi- 
pedidon ,  qoe 
,.  «ointe  carta 

'MVI0WHM 


—  160  —         r 

víBto  mas  qae  los  extractos  que  ha  dad^  el  se&or  Pr^aooH 
en  sa  litatoría  de  Méjioo.  A  cada  paso  enooiitrabaii  loi 
QspafieleB  rio8  qne  alvavesar,  de  loe  cyoalee  pasaban  A  Ta< 
do  los  qué  per  sa  meaor  caudal  lo  penuitiaui  eonatni* 
yendo  pae&tee  sobre  loe  mayores;  y  para  d^r  algma  idoi 
de  k>B  ebstfteales  qae  habo  qfie  eaperac.,  baata  decir  qm 
en  poco  mas  de  Tiéiote  y  oinoo  leguas  ta  vieron  que  iomuu 
ciacaénta  de  estbeppoentee^  Ba  dono  de  loe  rioelaem 
presa  pareció  del  todo  impoaible^  y.los  soldados  desalen 
tados  pedían  volver  atrás,  antes  que  pereoei^  de  hambR 
y  de  fatiga  en  nn  país  qoe  cnanto  mas  en  él  adelantalMuí 
tanto  mas  intr  iiiBitable'pareoía.  Cortés  entonces  piíao  i 
trabajaren  la  oonstrncoion  del  puente á los  mc^ioBiio 
qne  lo  aoompafiabauy  lo  cual  bastó  pari^  excitar  1»  emi 
laclen  de  los  espaftoles ;  y  todos  jantes  i  en  el  espaaio  d 
cinco  dtas*  lo  fbraiaron  de  tal  magoünidi  qne  en  oonstanii 
cion  entraron  mas  de  mil  vigas  del  groeso  de  un  homto 
el  cnál  conservó  el  nombre  de  Piíente  de  Cortés.  Lioa  pu 
taños  fermados  por  las  inundaciones  de  Jos  mismos  xia 
e«*an  un  obstáculo  todavía  mas  düioil  de  .^^^epcer ,  y  pai 
hacerlos  de  alguna  manera  transitables  p^  los  q^balUí 
eoliaban  varas  ycamazon  que  Impidiesen  que  se  atase 
sen.  Estos  trabajos  se  aumentaran. oen  la  estaeton  i 
aguas  que  comensó,  y  con.  ella  las  enfermedades  >  y  1 
plagan  de  los  inseotos  y  re(.tiles  propios  de  las  tierras  s 
lien  tes.  Bl  camino  era|meiie8ter  abrirlo  con  liaohaspore 
tre  las  espesuras  de  los  bosques,  y  como  estos  oercBbi 
por  todbs  partes  la  vista ,  para  descubrir  á  alsroaA  di 
tanda  la  direooion  que  se  debia  tomar ,  subían  &  l«b  cm 
qve  de  los  árboles  sin  alcanzar  á  ver  mas  que  la  inme 
mdad  del  espado  cubierto  por  estos  árboles  tan  antigs 
como  el  mundo. 

Uno  de  los  parajes  mas  peligrosos  que  hubo  que  at 
vesar ,  faé  la  Si&irm  de  Uis  PedemaUa ,  en  la  que  tacd 
ix>n  doce  dias .  aunque  no  tuviese  mas  de  ocho  les^iaa 
Las  puntiagudas  piedras  que  formaban  el  piso  oortat 
loe  pies  de  los  caballos,  y  muchos  caian  en  los  préoipia 
que  bordeaban  el  estrecho  tránsito  por  donde  se  luilña 
pasar ;  de  suerto  que  se  perdieron  sesenta  y  ooho  da 
queilos.  pérdida  en  aquel  tiempo  de  jsncanaiB  ooxMida 
don,  y  los  que  quedcffQH  lleg^roíi  pasi  insprrtblei  9X  « 
Jado  de  1%  sierra. 


_  ISI  -      . 

ules  ociiMió  nn  suceso  fanes- 
Jomo  se  ha  referí  do,  á  Onati- 
aeSSéna  nugisaaos. '  Diósde 
endo  á  loa  «spaOoleí  apatW- 
Meontentos , .  h  ablmn  trama- .  - 
I  matar  á  Cortfo,y  qae  ha  bia  . 
S'BeaioTleeen  CMitra  los  q«« 
b'Ios  mfjioaDog  que  veniatk' 
1  bistxviadores  Uamait  K«- 
spaes  tavo  pw  nombn  Oiíb- 
<rt6B,  moatxándol*  un  papel 
los  eoojorados,  con  lo  que 
60tXM.'B.ía)t%tm  prooesOf  y 
nsados  Gaaatetatotzin ,  el  rey 
I»  qtie  los  aeompafiaban :  In 
naval  del  alo  de  1525,  eii 
dolgAoddloi  de  nn  iátbol  dn 
hace  HcRBra ,  y  en  cnyati 
i  oonCocme  Bemal  I>iaz. 
i desjfraeiado ,  qoe con ^alor 
sapltal  hasta  al  último  exlre- 
nbre  valiente,  y  en  todaiq  suh  , . 
sal:  qojslewi  algnnoa  qne  , 
para  g^lorl»  j  trionfo  de  snii 
ra  extraOfaima  y  lany  izaba - 
ra  caigo  el  omdiÉido  da  gnar- 
inotln>aeha  atribnido  esta 
iinil  la  oODJnracion  d£  qne  s» 
fendo  laacnsaoioB  61a8«x- 
insado  por  las  penalidadea 
a  ó  Oonés  la  moecte  que  m 
califica  dcmoy  ínjasta,  y  di- 
os qtte  Iban  en  aquella  joma- 
vledo  en  nao  de  los  diáloffOM 
por  el  seUor  Preecott,  y  *!*>- 
Cortee  importaba,  haber  coii- 
otzíD,  aunque  este  antor  da 
le  en  las  cúonnstanciaa  Itn- 
);  pnes  rednddos  los  espa- 
estaban,  habría  podido  ser 
10  de  nn  rio  6  de  algnn  pan- 
an  cnnan  m  hallaban  «i  U¿- 


--lüa-T.. ( 


torno  favovableá  lo»  ÍAtaiMaB  de  jQaftiitü^facitUm.  ¿ii'bmí^  .    á 
te  deé0l»,;ci»lqmam  qne^sea  te«p!es^ójqM;49bA^ii^t^i^ 
se  9  es  una  moieba  en  la  inMiQiria;fl6  Gantes  y  pero  jflii^ 
en  ana  largay  <ten|MMrtaoia  mvsm  pv^  gíon^x»  de 
haberia  MnÁd#  aíainatteillat  rSlbéisoe  4^1  atgioiib cace* 
oedemaflU)ltaiideettaefli»eole^  , 

No  ee^oempiende  por  qmi  no'se  libr6  Oort^/di^l/cni^*' . 
do  contíQQoeaqiiA  neoeflañaiaeftte  debía  ^eper)^  ^pi^  . 
aionero  eomo  Opantamolam,  Hiaiid6a4oi#  6  flepa&aiiípjat , 
diatamente  deiprna  de  la  totna^def  la  9Wit^  P?^^?  M^9n^ 
biendo  posibilidad  idgaiia  de  iie^qiia.^vj^'^.jjjLaQii^^^^  ,. 
dio  de  oooéenrap  nladMes  eoivS£^iopjWi4a  (^oiont^  di^\  ... 
gobierna» e8fíafiol>  todo  ria«go.ieeaaba  opa^e^ta.  itie^udá,, 
con  la  que  aalvaba  lodoalM  iacioayeiúeiitWr:ft^t99,taiQ^ 
se  afirmaba  el  ane^o  gabfemoi  A6i  «a  bícp'  m^»  fi^if^iíth  . 
conloa  nietx)BdeJU[tíctesiiaia>  tbüoe  de^4o^  J^édro, fcQi^ 
se  yeta  por  im  dooaiaMto  qoe  aepablicará,éiipt,|^^  ^PpWíli 
ce  y  y  esto  prodnjo  tales  r0BatiHÍmY;q«#  filgpsoff  aüo0.att*.  ,¡ 
paesnn oomdede  Jáooleeaaia  püMoj^Qir^r^^a.  i^ueaf  01 .. 
menor  iMel»,  á  8er:Tiix9)!de::Naf^a«jl^9pi^  J^sto^fipwt»..]  < 
cimiente»;  ladifioil  tttnadoaea  qiie4aeaeo:^tím%.  t^f^BXí¡,¡  ^ 
á  Oottés,  segmi  Bezmal  Diaa  refléf^imiJl  di^piifstJD.  ,]¡^-  .  , 
satíve^desaonteiito^  pof  lo^q^ie  apa  .«O^Mriio  púdieá^a  '[^ 
reposary  se  salió  de  la4iaiM|3r'ps0e&ii¿ofs^  ea  n^a  8á&  eá^/,' 
qne  se  hallaba  alojado^  qne  era. el  flipoa^tp  priacipfbl  del]  ^ 
pobleisnelo^eft  qne  estabaí  y  en  la  qae  habla  idpló^.fiia,  ' 
reparar  que  era  an  piso  alto^  cayóde^l  y  se  last^mq.  J^  .. 
cabeza^  eayo  aooidenteoaUá^  sin  dada^  por  no  llamarla    . 
atención  de  loa  s(ddadOB« 

Todo  debe  interesar  al  leotor,  ti^tánd^se  de  ;ati  hpmt)^'  \ 
como  Oaaatsmosin,  por  lo^queiíio  parfióeráta;  aápeiilii^    , 

aigaiñui  notieíaaisotoefiapenwia^4qf?iM9%J^  « 

Bn  el  baotisinQ  se  le  paso  per  nombra.  dpn{r^  >  ,^ 

8egim  el  testimonie  tantas  veeee  oitado  de  Be];i|al ;  Xiiiz, '  , 

«'era  bnen  eristiano^y  oríu*a  »biea  é  verdaderameiita.  .'JjS^' 

aa  muerte  le  asintió  eL  padi»  mecoedano  Fr.  «Taan  Vafi'    .' 

[las ,  qné  aoompañaba  i  Oortós^  lia  oa'4e  que  ahora  se  ita- . ,' 

ma  del  Factor  en  esta  capital^  tavo  e^i  hm  allos  iaiáedíar  \ 

tos  &  la  reedificaGion  de  la  cindad  el  i^ooo^bre  dé  oall^  de,  ^ 

Gnatemuzy  lo  qne  haoe  creer  qne  su  casa  estaba  eíi'ellá^  ^' 

Sa  Tiudaí  la  princesa  TecnichpOi  qne  como  en  la  segunda 


disertodon  se  dijo,  era  la  hija  mayor  de  MoeteisBmai  lo 
sotoBviTló  mnohoB  afios  y  caaó  en  segundas  nupcias,  ban. 
tizada  con  él  nombre  de  dofia  Isabel ,  con  el  contador  A- 
lonso  de  G-radOi  áqaien  se  le  meroedaron  por  el  ayunta- 
miento los  soliúes  en  qne  despnes  se  construyó  el  huspi- 
tai  de  Jesns,  hombre  de  grande  importancia  en  aqnelios 
tiempos,  y  qne  de86mp«)fió  sus  cargos  mas  honoríflcos. 
Übrtós,  en  nn  pririlegio,  cuya  fecha  es  de  27  de  junio  de 
1526 1  luidendo  larga  mención  ae  los  méritos  de  Moct^^ 
auna  para^  con  los  espafioies ,  y  del  encargo  que  le  dejó 
ál  morir  respecto  á  sus  hijas,  dio  el  pueblo  de  Tacnba  y 
otros  muchos,  '^  en  nombre  ae  su  S.  M. ,  en  dotes  y  arras 
&  la  dicha  doña  Isabel,  para  que  lo  halla  y  tenga  y  goce 
por  joro  de  heredad,  para  agora  y  para  siempre  jamás^ 
coa  título  de  señora  de  dicho  pueblo }  ^  y  esta  merced  de«* 
dura  que  la  hace  <*  en  nombre  de  S.  M.  para  descargar 
01  real  conciencia  y  la  suya  en  sn  nombre  [1]  " 

Muerto  Alonso  de  Orado ,  dofia  Isabel  quedó  sin  suce- 
sión de  ninguno  de  estos  dos  matrimonios ,  y  pasó  á  ter-' 
ceras  nupcias  casando  con  Pedro  Gallego ,  de  quien  tuvo 
un  hijo  que  ae  llamó  Juan  Gallego  Moctezuma,  y  muerto 
^Mie  tercer  marido ,  casó  por  cuarta  vez  con  Juan  Oano, 
que  vino  á  la  Kueva^Ebpafia  con  Narvaez ,  de  quien  tuvo 
tres  hijos  y  dos  hijas^  por  quienes  se' difundió  el  apellido 
do  Gano  Moctezuma.  Es  sin  embargo  de  notar,  que  en  el 
lelerido  privilegio  Oortés  no  hace  mención  alguna  del  oa ; 
Sarniento  de  dofia  Isabel  con  Onautemotzin ;  antes  bien 
dice,  que  habiendo  tenido  por  bien  aceptar  el  encargo* 
de  Uocteauma ,  llevó  á  su  casa  &  las  tres  hijas ,  que  se 
llamaron  las  otras  dos  dofia  María  y  dofia  Marina ,  ha*, 
riéndoles  él  mejor  tratamiento  y  acogimiento  que  habla 
podido,  educándolas  en  la  religión  cristiana ,  y  que  iilego 
^  dofia  lembel ,  que  era  la  mayor  y  legítima  heredara 
ds  Uoctezuma  y  la  que  mas  encargada  le  habla  dejudo, 
nabia  estado  en  edad  de  casarse,  le  habia  dado  por  mari- 
do al  dtado  Alonso  de  Orado ,  á  quien  califica  de  persO'- 
I  no  dehonra,  hijodalgo,  y  que  habia  servido,  desde  el 
[  pc&dpio  qne  á  estas  partes  pasó,  en  cargos  y  oficios  muy 
r  honrosos,  tales  como  el  de  contador  y  lugarteniente  de 

[l],BifcepriTll«gk>lo  h%  pablieado  e)  Müor  PrMeoU  en  mi  tomo  tercero 

ipWBTAOIOllWf—TOKt  L^2Q 


—  154  — 
gobronador  y  capiban  generaL  Oviedo  en  el  menoianado 
diálogo,  le  haoe  djeck  á  m  interlocator  C!afD|  qae  na  ha- 
bia  (iuedado  hijo  ninguno  legítMno  de  Attooteisama  |  eaoep- 
tofiu  mujer  doña  Isabel ,  la  cual  qued6  viuda,  porque 
Guautemot^in  au  primo,  por  afirmarle  mas  en  el  imperio, 
filando  ella  muy  muchacha,  la  tomó  por  mujer  con  laa  06" 
reoaonias  legales  de  los  mejicanos,  pero  que  no  tuvieron 
hijoa  ni  tiempo  para  p^crearlos,  y  agrega  que  el  nmmo 
Oaatttemota;in  mató  al  hi.io  legítimo  de  Mc^tezo^ai  Asa- 
paoaci,  heciuano  de  doíia  Isabel  de  padre  y  nuidre.  Gata 
muerte  y  este  casamienlK>  me  parece  indioaa  que  por  la 
conaolidaciou  del  poder  que  los  en^peradoree.^c  Méjico 
habiaa. adquirido,  espedalmente  en  tlemiiode  Moctezu* 
ma  9  la  monarquía  propendía  ya  á  hacerse  hereditaria  •  y 
que  ain  duda  lo  habría  sido  por  el  curso  natnral  de  laa 
cosaSy  si  no  hubiese  sobrevenido  U  oonquista,  Oano,  ]^ 
otra  parte,  no  habla  del  casamiento  dedoña  Isabel  con 
Alonso  de  Grado ,  y  parece  suponer  que  su  primer  ma- 
trimonio fue  con  Pedro  GaMe^^o ^  y  repopiendo  Oviedo  en 
dicho  diálogo  que  Oortés  babu  escrito  al  emperador  que 
ea  la  noche,  triste  habia  muerto  el  hyo  y  heredero  dei 
Moctezuma,  Oano  repite  con  aBeveracion :  ^<  pues  escriba 
usted  lo  quQ  mandare  y  el  marqués  Hernando  Oortés  lo 
que  quisiere,  que  yo  digo  en  Dios  y  eá  mi  conciencia  la 
verdad,  y  esto  es  muy  notorio.^'  En  esto  y  en  otras  co 
sas,  üanose  manifltiata  poco  amigo  de  Oortés^  ;^  hablando 
de  su  muyer  doila  Isabel  añade :    ^'  que  era  ÜL  persona 
que,  aunque  se  hubiera  criado  en  EspafLa  ,  no  estuviera 
mai  enseilada^  6  bien  doctrinada ,  é  católica ,  é  de  tal 
con  versación  é  arte ,  que  os  satisfaría  su  manera  é  buen 
gracia;  y  no  es  pojo  ti cd 6  provechosa  al  sociego  y  con* 
tent^ientp  de  los  naturales  de  la  tierra;  porqae  como  es 
se&ora  en  todas  sus  cosas,  é  amiga  de  los  crisiiaoos ,  por 
su  rf«peto  6  ejemplo ,  mas  quietud  é  reposo  se  iinx)rime  en 
loa  ¿njinoa  de  loe  mejicanos '^ 

Muerto  Ouautemótzln,  Cortés  nombró  por  seüCNc  de  M6* 
Jíoo  6  don  Juan  V'elazquez  Tlaüotzin  Cihuaooatl ,  .aunqae 
BO  volvió  &  la  ciudad  habiendo  muerto  en  el  viaje.  Bn  lo 
anceaivo^  reducidos  los  indios  ¿  los  barrios  que  se  lea  de* 
siguaron  al  formar  la  traca  de  la  ciudad ,  se  organizó  aa 
régimnu  particular  en  la^»  dos  parcialidades  de  Santiago  y 
Saa  Juan^  ^uyos  gobi»*nadoraB  duri»ron  basta  el  eataMa* 


cimíeato  de  la  oonetitacion  EspaSola ,  por  la  cn$i  m  in- 
cor  coraron  Tas  parcialidades  en  la  forma  general  de  mu- 
uioipalldadoB  átte  por  aqntslla  se' efitableeió. 

Los  coiides  de  Moctezama  faeron  trasladados  á  Espa- 
fia ,  y  por  falta  de  sacesion  varonil  el  títnlo  pasó  &  otras 
caeaSy  como  se  verá  en  el  árbol  genealógioo  que  ee  pondrá, 
oa  el  apéndice ;  redadda  A  pleito  la  sncesion  en  los  últi- 
mos tiempos,  se  declaró  la  tennta  del  ínayoraegoen  favor 
de  don  Alonso  Harcilla,  que  habiendo  istentado  venir  á 
MéjIcOf  despaes  de  hecha  la  independenda,   con  ínten^ 
clon^  según'  se  dijo,  de  hacer  valer  los  imagioMios  dere» 
choB  de  sa  familia,  no  se  le  permitió, llegar  á  la  capital , 
y  se  retiró  á  K devi^  Qrleans,  donde  se  qnitó  la  vida  al- 
ganos  años  déspnes.  Así  teraiinó  la  dinastía  real  ^de -Mé- 
jico, de  qne  no  tendré  ya  ocasión  de  volver  á  oenpanne. 
No  obstante  las  penalidades  que  Cortés  tuvo  qne  irof rit 
en  tan  largo  y  pdigroso  viaje ,    llegó  por  fin  á  las  playas 
dtí,  golfo  Ddlce,  qne  comnoica  con  el  de  Honduras  r  y  te- 
na ya  tomadas  sos  disposiciones  para  entrar  por  0orpre< 
Báen  Kaco'y  apoderarse  de  Oüd,  áquien  saponia  en  »qnel 
:  panto  j  cttatido  por  medio  de  Bandoval ,  á  quiíau  maiioé  á 
.  tomar-  notician  snpó  qqe  Oltd- A:a  moerto^  y  qae  en  vano 
habla  emprendido  esta  malhadada  expedición.  Oasas  y 
Avila,  prisioneros  do  OHd,  no  solo  habían  estado  libus 
en  Naco ,  'sin  mas  restricción  qne  no  poder  n  ar  armas , 
sioo  qne  eran  admitidos  á  la  familiaridad  de  Odd ,  apro- 
vechan Í08e  de  catas  vnrcaot«tancioH,  sm  pusierou  de  auner- 
do  cou  tos  soldados  de  Cortés  qne  Ulid  había  traído  con- 
Bíg'^t  algunos  de  los  cuales  le  hablan  abandonado  ;a,  y 
vuéltose  á  Nue^a^Eispaña  con  un  Briunes,  que  teuia  por 
capitán,  y  que  fué  ahorcado  poco  después}  y  uaa  no  he, 
cenando  con  Olid^  habiéndose  retirado  los  criados  cua- 
daida  la  cena,  so  echaron  sobre  él  cada  uno  con  uupu 
Üaf  que  traia  esconcfido.   Olid,  qne  era  hombre  de  graU" 
des  fuerzas « logró  escapar,  aunque  gravemente  hencio ,  y 
pudo  ocultarse  enei  campo  éntrela  :ma(eza;  eatx>nces 
,    OiÁas  y  Avila ,  adamando  los  nombres  ael  tey  y  Cortci , 
"*    íuntaron  la  gente,  é  intimando  la  pena  de  muerte  contra 
quien  ocultase  á  Olid  ó  no  di  scobriesedbnde  estaba  logra- 
ron haberle'  &  las  manos,  y  formándole  breveméme  pro- 
oeaO|  le  oondéuaron  á  la  pena  -capital  ^  Ja  que  se  ejecutó 


—  166  — 
dio  avi8o  de  lo  ocurrido  á  Oorté^,  por  medio  de  aa  ber- 
gantín qae  nanfiragó ,  y  él  mismo  ee  poso  en  marcha  para 
volver  á  Méjico,  dejando  fondada  la  dndad  de  Tmjiilo , 
por  recuerda  de  su  patria ;  pero  viniendo  por  el  camino 
de  Guatemala ,  y  habiendo'entonces  tan  pocos  medios  de 
comunicación,  no  pudo  encontrar  á  OortéS|  que  seguía  la 
opuesta,  ni  darle  noticia  de  lo  ocurrido. 

No  fue  poco  la  admiración  y  gozo  que  tuvieron  los  es- 
pafioles  que  reddíau  en  Naco,  con  la  visita  de  Cortés ,  la 
que  estaban  lejos  de  esperar.  Le  recibieron  con  aplauso , 
aunque  la  llegada  de  tantos  liuéspedes  no  era  la  mas  O: 
portuna,  en  circunstancias  en  que  la  colonia  se  hallaba 
en  mucha  angustia  por  íalta  de  comestibles,  cuya  nece- 
sidad fué  remediada  por  la  venida  de  un  buque  de  la  Ha- 
bana cargado  de  víveres,  los  que  Cortés  compró  á  crédito, 
y  repartió  entre  todos.  Pasó  de  allí  á  Trujillo,  con  dos 
bergantines  y  una  parte  de  sus  tropas,  habiendo  anolado 
á  dktancia  por  lo  bajo  déla  playa,  muchos  vecinos,  de 
aquella  población,  impacientes  de  verle  en  día,  se  metie- 
ron en  el  agaa  para  sacarle  en  hombros  á  la  ribera.  Tan- 
tos trabsgos  y  peligros  pareda  que  debía  haber  abatido 
el  áiidmo  de  Cortés ;  pero  apenas  establéddas  sus  fuerKas 
y  las  de  sus  soldados*  su  espíritu  activo  é  infatigable  se 
dirigió  á  nuevas  empresas.  Conquistar  á  Nicaragua  y  las 
demás  p<  oñucias  hasta  el  istmo  de  Panamá ,  castigando 
de  paso  á^los  espafioles  que  de  las  islas  habían  venido  á 
ijaltear  indios  e  i  aquellas  costas ;  encontrar  el  ^^secreto 
del  estrecho"  para  desembocar  en  el  mar  del  Sar,  y  seguir 
descubriendo  las  costaA  de  éste,  para  llegar  hasta  lasis- 
las  de  la  especería ,  eran  los  objetos  de  que  se  ocupaba 
con  el  ardor  quA  en  todo  le  era  genial,  cuando  los  avi«os 
que  recibió  de  Méjico  le  deciiieron  á  volver  allá;  y  toma- 
das las  didpoMídones  necesarias  para  dfjar  organizado  el 
gobierno  de  Himduras,  en  donde  quedó  por  su  teniente 
Hernando  de  Saa^edra,  con  las  instrucciones  que  se  han 
pubüci  do  en  el  apéndice,  se  embarcó  con  un  corto  núme* 
ro  de  personan^  oon  dirección  á  Veracruz.  Por  dos  veces 
las  tempestades  le  obligaron  á  retroceder,  y  por  último 
tuvo  que  desembarcar  en  TnyUlo  y  volver  á  emprender 
sus  op^radones  en  aqudla  tierra,  de  donde  pensaba  que 
no  habia  de  salir.  Estos  contratiempos  le  causaran  nna 

wfermed»4  ^^e  toposo^  {4  «^ttac^mo^  qoe  tíUYo  dispuei* 


—  167  — 
te  mortaja  da  San  Franoifloo  para  que  leentenaaeiu  Las 
notadas  que  nnevamente  le  llegaron  de  lo  qne  pasaba 
en  Méjico,  y  las  instancias  de  Bandoral,  le  hicieron  em- 
barcarse y  dejando  la  tropa  á  cargo  del  capitán  Lnis  Ma- 
tine para  que  la  volviese  á  KnevaBspafia  por  el  camino 
de  Onatemala ;  y  mas  dichoso  en  esta  vez  qne  en  la  an- 
terior ,  llegó  á  la  Habana ,  en  donde  era^a  mnerto  Ye- 
lasgaesB,  y  de  alli,  annqne  no  sin  nnevos  contrastes,  siguió 
m  viaje  á  Teraomz  y  ancló  firente  á  la  isla  de  Sacrificios, 
el  dia  21  de  mayo  de  1526,  na  año  y  siete  meses  después 
de  sn  salida  de  Méjico. 

Qoedbse  allí  por  aqnella  noche,  y  el  día  siguiente  saltó 
á  tierra  con  veinte  soldados ,  con  los  qne  se  fué  á  pié  has- 
ta  él  sitio  en  qne  hoy  está  constroida  la  actual  ciudad  de 
Veracmz ,  donde  se  encontró  con  algunos  pasajeros  qne 
venían  á  embarcarse  en  S.  Juan  de  ülúa ,  en  cuyos  caba- 
llofl^  sin  dejar  que  nadie  se  adelantase  á  dar  aviso,  se  di- 
rigió á  Yeracms ,  en  donde  entonces  estaba ,  y  haUendo 
llegado  dos  horas  antes  de  amanecer,  se  fué  derecho  á  la 
igleúa ,  qne  alió  abierta ,  ^  se  entrden  día  con  todos  los 
que  le  aoompafiabaií.  Bl  sacristán ,  qne  era  nuevamente 
venido  de  EtopaHa ,  no  conocía  á  Oortés ,  y  viendo  tanto 
número  de  personas  en  la  iglesia  ahora  tan  desusada,  sa- 
lló dando  voces  y  pidiendo  fitvor  á  la  justicia»  Los  alcal- 
des y  alguaciles  y  demás  gente  que  acudió  con  armas , 
C osando  que  era  otra  cosa,  comenzaron  á  decir  con  pa^^ 
bras  airadas  que  saliesen,  y  como  c^ortés  estaba  tau  fia* 
coy  macilento  por  los  trabajos  y  enfermedaaes  que  había 
pasado,  no  le  conocíerou  hasta  que  les  habló.  Llenos  en* 
tonces  de  regocijo  corrieroo  todos  á  besarle  la  mano:  y 
Oortés,  abrazándolos  y  llamándolos  por  sus  nombres,  los 
agasajaba  y  acariciaba;  en  segaída  sedi)o  misa,  y  le  llcc* 
varón  á  aposentar  á  la  m«*jor  casa ,  qne  era  la  de  Pedro 
Moreno  Uedrano.  Oortéei  avisó  su  llegada  al  ayuntamien- 
to de  Méjico ,  por  una  célebre  carta  que  se  publicará  en 
el  apénd1ce,«en  la  que  comparando  el  ehtado  en  que  la  ca- 
pital ee  hallaba  con  la  oscuridad  del  limbo,  en  qne  yacían 
loa  santos  esperando  el  advenimiento  del  Salvador,  ase^ 
mefs  su  llegada  en  tales  drcunstandas  al  triunfo  de  es- 
te. Ubiando  á  susamigos  de  la  servidumbra  en  que  es- 
taban. 

Me  ha  pwMido  Qonyenient?  I  en  ol>0eqniq  delaolari* 


—  ISS  — 
dail ,  no  interrampir  la  relación  del  viaje  á  las  Hílmeras, 
dejando  para  tratar  con  ignal  separación  los  ríxidoaoé  »• 
GOQteeiInientos  de  la  capital ,  qne  faeron  contemporáneos 
y  dieron  motivo  al  regreso  de  Oortés.  Estos  sncesos  soa 
do  nn  interés  pecnliar  para  nosotros,  y  como  se  hallan 
referidos  mn  vpor  menor  en  las  actas  de  los  cabildos  del 
ayuntamiedto  de  esta  cindad  ^  he  creido  qoe  interesará 
lo  curiosidad  la  lectura  de  estos  docameatos  qoe  contie- 
nen las  primeras  deliberaciooes  sobre  asuntos  públicos 
en  nuestro  país,  y  por  esto  he  puesto  en  el  apéndice  el 
extracto  del  libro  de  cabildo»  en  lo  relativo  á  estás  ma- 
'  teñas  9  bastando  por  tanto  tratarlas  aquí  sumariamen- 
te,  en  cuanto  fuere  menester  para  seguir  el  hilo  de  los  sa< 
oesos. 

A  la  salida  de  Oortés  para  las  Hlbueras ,  d^jó  gQber- 
nando ,  como  en  su  lugar  se  dijo ,  al  licenciado  Zoi^^  al 
tesorero  Bcstrada  y  el  contador  Albornoz ,  áunqde  safrí- 
mera  intención  fué  que  solo  quedasen  los  dos  pnmen^,  y 
qne  el  tercero  le  acompañase  en  la  expedición.  Los  1^ 
asistíeroa  por  la  primera  vez ,  como  tenientes*de  gober- 
nador ,  al  cabildo  que  se  celebró  el  á  de  noviembre  de 
1524«  IS^o  se  habia  alejado  mucho  Oortés  de  la  capital , 
cuando  ya  se  habian  desavenido  Estrada  y  Albornoz,  .que 
de  anteoiano  estaban  enemistados,  y  con  la  ligera  ocabion 
del  nombramiento  de  un  elguácil ,  ecíaroú  mano  á  las  es* 
padaq ,  lo  que  eu  aquel  siglo  era  frecuente  ^  y  no  se  tenia 
IKir  hombre  de  honor  el  que  en  cualquiera  pendencia  no 
sostenía  su  razón  con  las  armas.  Cortés ,  instruido  de  es- 
tas* «lesa  venencias  é  importuuado  por  el  facior  SaUiz«r  y 
el  veedor  Gtúrino ,  que  le  habian  acompañado  basca  Goa- 
zacoaloOi  les  dio  dos  nombramientos,  de  que  debían  hacer 
uso  según  las  circunstancias :  el  uno  para  que  gobernasen 
ellos  con  el  licenciado  Zuazo,  castig  ando  á  Estrada  y  6 
Albornoz,  si  lo  encontrasen  desavenidos ;  y  el  otro,  para 
que,  en  caso  de  estar  estos  en  armonía ,  gobernasen  loa 
cinco  juntos. 

Jf  n  estos  nombramientos  anduvo  desacertado  Oortés  y 
pues  habiendo  ya  desavenencia  entre  tres  individuos, 
de  temer  que  mucho  masl  a  hubiese  entre  cinco  que  de 
tes  habian.  numifestado  rivalidad :  á  no  ser  que,  como  pré 
sime  Berrera ,  sabiendo  que  estos  oficiales  reales  habiai 
^afunaaiio  ^PAtra  01  al  einp<)m4or^  es|>er»9e  qqe  el  4^ 


— 159  — 

cuerda  entre  ellos  sirviese  para  deshacer  la  calamDia,  ó 

lo  qae  es  mas  derto,  que  ansioso  de  partir  para  la  expedí- 

cloa,  no  reparare  cuanto  era  menester  en  lo  que  disponían 

acerca  del  gobierno  que  había  de  administrar  el  reino  en 

sa  ansenoia.  fin  esto  y  en  todo  lo  siguiente  es  de  notar  la 

grande  importancia  que  entonces  tenia  el  ayuntamiento 

de  Méjico :  ante  61  presentaban  sus  nombramientos  los 

gobernadores;  ante  él  prestaban  el  juramento;  él  déddia 

en  las  cuestiones  que  entre  ellos  se.  suscitaban .  calificaba 

sna  derechos  y  facultades  é  imponía  la  pena  de  muerto  á. 

los  que  desobedeciesen  las  providencias  qué  de  él  mismo 

emanaban. 

De  regreso  á  Méjico ,  Gonzalo  de  Salazar  y  Pedro  Al- 
mindéz  ühirino ,  presentaron  en  el  cabildo  celebrado  ol 
29  cte  didembre  del  mismo  ailo  de  1524  la  provisión  qne 
los  autorizaba  á  gobernar  ellos  solos  con  el  Ldol  2i0a7.c> , 
y  reconoddos  sin  dificultad  por  el  ayuntamiento ,  contU 
nnux>n  asistiendo  á  los  cabildos  sucesivos,  sin  interven 
don  algu!na  de  Estrada  y  Alborúo7..  Siguieron  así  las  ecr. 
soB  hasca  el  17  de  febrero  de  1525^,  en  cuyo  cabildo ,  deR-i 
pues  de  reconocido  por  «alguacü  mazor  Rodrigo  de  Paz,  u 
quien  Cortés  dejó  administrando  sus  bienes,  lo.cual  lo  da 
ba mucho  poder  é  influencia,  ademáis  de  ser^  comodico 
Hotrera,  mas  bulliciobO  de  lo  que  conviniera,  so  presen 
taroB  Estrada  y  Albornoz  manifestando  el  abuso  que  hn- 
bian  hecho  Salozar  y  OMrino  de  las  provisiones  de  Oorté?^ 
quien  én  jas  cartas  que  les  escribía  los  continuaba  rero- 
nociendo  como  sus  tenientes.  La  resolución  se  deja  al  Ldo. 
ZúsaOf  quien  declaró  que  todos  cuatro  debían  concurrir 
ai  gobierno ,  y  así  se  aprobó  en  el  cabildo  extraordinario 
que  aquella  mÍAma  tarde  se  celebró,  contra  el  cual  no  solo 
reclamaron  Balazar  y  Ghirino,  sino  que  impusieron  la  pe- 
na de  muerte  y  perdimiento  de  bienes  contra  el  alcalde  y 
regidores  que  se  entrometiesen  á  aprobar  lo  que  el  Jjdo. 
Zuazo  había  determinado ,  y  según  el  temple  de  aquellos 
hombres  I  la  imposición  de  estas  penas  no  era»olo  por 
atemorizar ,  sino  que  las  llevaban  (i  efecto  con  la  mayor 
severidad.  Estrada  y  Albornoz  volvieron  á  asistir  al  ca- 
Üido  desde  el  que  se  celaré  el  25  de  febrero ,  y  no  ous- 
tante  la  opofeicion  de  Salazar  y  Ghirino,  quedaron  recono- 
eidoa  como  tenientes  de  «; obernador  en  unión  de  los  úlii- 
mof  ,  en  virtud  de  la  sentencia  do  Znazo ;  pero  esto  no 


•  —ico- 
doró  mas  qoe  hasta  el  día  19  de  abril  del  mismo  aüo  és 
1526,  en  cayo  cabildo  el  inquieto  Bodrigo  de  Paz  hho 
reconocer  á  Saiazar  Ohirino ,  con  eeclnsion  de  Estrada  y 
Albornoz.  Para  efectuar  este  cambio  de  Paz  había  em« 
picado  Saiazar  una  intriga  mny  sutil :  á  propuesta  soya, 
y  no  obstante  la  oposición  de  Estrada,  hizo  dar  deoieto 
de  prisión  contra  Paz,  que  firmaron  los  cinco  individaos 
del  gobiem  o ,  y  dándole  por  corcel  la  casa  del  mismo  Sa- 
iazar, pudo  éste  persuadirie  que  aquel  atropellamiento 
era  causado  por  Estrada  y  Albornoz,  y  que  si  quería  unir- 
•e  á  él  y  Ohirino  para  que  los  dos  solos  quedasen  eü  el 
gobierno ,  hana  que  fuese  puesto  en  libertod ,  como  en 
eifecto  se  venrico  el  día  siguiente ;  pero  como  esto  dio  mo- 
tilo á  ff  uchcs  rumores  en  la  ciudad,  en  la  que  Paz  ejercía 
grand*  inflir  o,  para  hacer  ver  que  todos  los  que  forma- 
ban el  gobiomo  estaban  de  acuerdo  entre  sí,  Saiazar  per- 
suadió á  sus  compañeros  que  fuesen  juntos  á  comulgar 
públicamente  á  Bom  Francisco ,  que  ya  se  había  traslada- 
do adonde  ahora  está,  de  la  primera  calle  del  Beloj^  que 
faé  donde  se  fundó  y  donde  permanecieron  los  religiosos 
4)08a  de  un  afio,  según  en  su  lugar  veremos.  Sin  embargo. 
Estrada  y  Albornoz  sospecharon  la  liga  que  se  había  for- 
mado entre  Paz ,  Ohirino  y  Saiazar,  pero  este  últimO|  pa^ 
ra  quien,  según  parece,  todos  los  medios  eran  buenos  con 
tal  de  llegar  a  su  objeto,  les  protestó  lo  contrario  y  les 
propuso  hgarse  entre  sí  para  resistir  el  inflajo  de  Paz,  y 
conftrmarsu  concierto  comulgando  con  una  misma  hos- 
tia, dividiéndola  entre  todos,  oosa  que  entonces  se  prac- 
ticaba, como  también  lo  hicieron  en  Panamá  Plzarro,  Al- 
mi^gro  r  Luque,  cuando  formaron  compañía  para  la  con- 
quisto aél  Perú. 

Todas  estifis  novedades  no  se  hicieron  sin  oposición , 
pues  en  el  cabildo  de  20  de  abril  el  Ldo.  Zoazo  protestó 
contra  el  acuerdo  del  día  anterior,  contrario  á  su  senten- 
cia ;  pero  Saiazar  y  Ohirino,  apoderados  ya  de  la  autori- 
dad y  apoyados  por  Paz  y  una  p^rte  del  ayuntamiento, 
no  solo  desatendieron  sus  razones,  sino  que  nuevamente 
mandaron  llevar  adelante  lo  reftuelto,  imponiendo  la  pe- 
na á  los  contraventores,  de  perdimiento  de  bienes,  y  á  ios 
que  no  lo  tuviesen ,  doscientos  azotes;  y  en  el  cabildo  de 
2  de  mayo  acordaron,  que  el  síndico  Pedro  Sánchez  Far- 
fan  hiiáese  una  información  de  to4o  lo  ocurrido  para  dar 


— 1(51  — 
con  ella  cnenta  al  rey.  Estrada  y  Albornoz  intentaron  o- 
poaerse  at  pregón  por  el  qne  Re  les  declaraba  destitaidos 
lie  la  antorhJlad;y  danflo  motivo  á  nnevasinqnietiuloB,  el 
aUsaldo FrancíAcb  D.'ivila,  para  sosegarlas,  prohibió  qu« 
nadie  acadiese  con  armas  A  sostener  ningaaa  do  las  dos 
partes ,  con  lo  que  irritado  tíalazar ,  Cbirino  y  Paz ,  1« 
maltrataron^  le  quebraron  la  vara  y  le  llevaron  á  la  cÁi- 
cel ,  ofreciéndote  restitaírle  el  empleo  si  hacía  causi»  co- 
man con  ellos,  y  habiéndolo  rehusado,  mandaron  al  al- 
gaaeil  qae  le  matase ,  ix)r  temor  de  lo  cual  tuvo  que  o- 
eoltarse,  habiendo  log^rado  ponerse  en  salvo. 

El  estado  de  la  ciudad  era  cada  día  mas  inquieto,  y  no- 
tándose ^ne  todos  los  vecinos  andaban  armados  en  23  de 
mayo  He  ordenó  qne  no  llevasen  mas  armas  que  las  acos- 
tumbradas ,  que  en  aquella  época  se  tenian  por  tan  nece- 
sarias como  el  vestido;  y  en  la  noche  de  aquel  mismo dia, 
Bodrigode  Paz,  de  acuerdo  con  Sahizar  y  Cbirino,  pren- 
dió ai  Ldo.  Zaa7.o ,  en  la  catia  de  Cortés,  donde  t<)doa  vi- 
vían ,  é  inmediatamente  dispusieron  hacerle  salir  para 
Medellin  y  embarcarlo  allí,  d  pretesto  de  una  cédula  del 
rey  en  que  se  mandaba  fuese  enviado  d  Cuba  á  dar  sure- 
Híilencia.  Por  el  mismo  tii»mj)0  salieron  de  Méjico  Estrada 
I  y  Albornoz  con  licencia  do  Sahizar  y  Chirino  ,  para  con- 
ducir d  Medeltin  cietta  cantidad  de  oro  que  se  remitia  al 
í*y  ;  p^ro  sabiendo  que  se  aproximaban  Casas  y  Avila^ 
que,  como  se  ha  dicho,  veniíiu  do  las  Ilibneras  por  Gua- 
t«aiala  y  Oajaca,  i'ecelosoa  los  gobernadores  de  que  sus 
rivales  faesen  d  unirse  (%  estos  capitanes  para  venir  con- 
tra ellos  ,  salió  Chirino  de  ¡Méjico  precipitiidamento  con 
cincuenta  caballos  y  buen  número  de  escopeteros,  y  ha- 
bióndoioa alcanzado  á  ocho  leguas  de  distancia  déla  ca- 
pital, los  volvió  (i  ella  presos  y  despojados  de  sus  armas, 
lit^bténdose  evitado  un  combato  por  medio  de  los  francisf* 
canos,  que  halnan  adquirido  y  a  tanta  iníluencia  que  inter- 
vcDian  en  todo. 

Libres  Salazar  y  Chirino  de  tdos  sus  asociados  en  el 
gobierno,  no  les  faltaba  mas  que  consolidar  su  autoridad, 
baeiéndola  independiente  do  Cortés ,  y  echar  por  tierra  el 
poder  de  Paz^  qneles  había  venido  %  ser  molesto  desde 
que  ya  no  les  era  necesario.  Eete  es  el  curso  regular  de 
todas  lasrevolnciones,  y  son  mny  raros  los  ejemplos  con- 
naiioB  que  la  historia  presenta.  Para  lograr  el  primero 

DIBSBTAOIOHES.--T0MO.  I.--^21 


—  1G2  — 
(lo  estos  objetos,  hicieroii  valer  la  voz  de  la  tnuerte  de  Cor- 
tés y  de  todos  los  qae  le  aoompailabaa ,  y  espo  mismo  lea 
sirvió  para  ef(3ctaar  la  raiaa  de  Paz,  paes  oon  tiüalo  de 
asegurar  sesenta  mil  pesos  qae  Cortés  debía  ^i  erario  por 
lo  que  había  inv^ertido  ea  las  div^ersas  expe*iicioaes  y  gas% 
tos  de  desoabrimieatos  ,.liicieroa  qae  el  tesorero  y  el  con- 
tador j  cou  quienes  para  esto  se  pasieron  de  aoaerdo,  no 
ob^^tante  haber  atacado  poco  antes  sns  casas  con  iaerza 
armada  y  prendídolos,  intentasen,  proceder  á  inventariar 
los  bít^nes  de  Cortés.  Paz  lo  resistió  y  tomó  las  armas  pa- 
ra (lefenderse,  habíóndaso  liecUo  faerte  en  la  easa  de 
Cortés ,  que  era  en  el  Bmpedradillo ,  donde  ahora  está  el 
Montepío;  pero  por  la  intervención  de  Estrada  y  de  loa 
franciscanos  cedió ,  habiéndole  dado  segnro  para  su  per^* 
sona  Salazar  y  Chirino ,  qne  prestaron  pleito  homenige 
de  gnarilárselo  en  manos  de  los  capitanes  Jorje  de  Alva- 
rado  y  Andrés  de  Tapia.  Asegoradocon  esto  Paz,  abrió 
las  pnerras  y  entregó  los  bienes  de  Cortés ,  con  lo  qne  los 
odciales  reales  se  entraron  en  sn  casa  y  fueron  robadas 
machas  cosas  de  ella ,  y  sufrieron  insallos  las  indias  no* 
bles  que  Cortés  tenia  en  ella  para  darles  educación  y  ca- 
sarlas ,  de  )o  que  se  otendieron  macho  los  indios.  Todos 
estos  trastornos  tuvieron  lagar  del  17  de  agosto,  último  ca- 
bildo á  que  Paz  asistió ,  a)  22  del  mismo  mes ,  en  coya 
sesión  Salaz'^r  y  Chirino  dieron  cuf^nta  al  aynntamiento 
de  lo  acaecido,  y  con  parecer  del  bachiller  Alonso  Pérez,  á 
quien  había  nombrado  en  4  de  este  mes  'letrado  del  ca- 
bildo ,'"  se  hicieron  reconocer  y  proclamar  por  gobernar 
dojes. 

Para  confirmar  mejor  la  noticia  de  la  mnerte  de  Cortés 
en  el  finimo  del  pneblo ,  mandaron  hacerle  solemnes  hon- 
ras, en  la  qae  predicó  nn  religioso ,  moderando  sns  ala. 
bauzas  por  no  ofender  á  3alazar ,  quien  en  todo  se  con- 
sideraba el  principal  de  los  dos  gobernadores.  Los  bienes 
de  Cort/'s  se  depositaron  en  manos  del  tenedor  de  bienes 
de  difuntos ,  y  laego  se  vendieron  á  vil  precio,  y  lo  mismo 
se  hizo  con  los  de  Gonzalo  de  Sandovai  y  de  todos  los 
qa  hablan  acompañado  á  Corte  &  las  Mbueras.  Hacía 
dar  crédito  á  la  voz  que  corría  de  su  mueg;e  la  falta  ab- 
soluta de  noticias  desde  sn  salida  de  Ctoiízacoalco:  el  oa« 
pitan  Francisco  de  Medina  habia  ido  á  bnscarle ,  pero 
cogido  por  los  indios  en  Jacalango ,  le  dieron  ana  mnerte 


—  163  — 
cruelísitnsí  9  habiéndolo  cabierto  de  rajas  iMsqaeiias  de 
ocote  y  iatrodacidas  ea  todosn  caerpo,  qae  encendieroo, 
haciendo  oon  él  horrible  luminaria ;  Diego  de  Ordaz ,  qae 
á  sa  vuelta  de  Bspafia  había  ido  también  en  butiea  de 
Cortés ,  sabiendo  la  suerte  de  Medina ,  se  volvió  y  dio 
nuevo  valor  á  la  especie.  Los  gobernadores  no  solo  no 
trataban  de  averiguar  qué  habla  sido  de  Oortés,  b i  me- 
nos de  mandarle  socorro  alguno ,  sino  que  oa8t*gaban  con 
severidad  á  todo  el  que  desmentía  la  noticia  que  á  ellos 
les  interesaba  que  se  creyese ;  y  así  es  que  mandaron  azo- 
tar páblicamente  á  Juana  filansida,  mujer  de  Juan  Va« 
liento,  que  se  reiade  la  noticia  y  afirmaba  que  Cortes  vi- 
viai  yvaatorizaron  á  las  mujeres  de  los  que  hablan  ido  eu 
la  expedición ,  para  casarse,  en  segundas  nupcias. 

Habían  agraviado  demasiado  S^iasar  y  Ohirino  á  Bo-  v 
drigo  de  Paz  para  no  intentar  descubrirle  j  y  olvidándose 
del  seguro  que  le  habiau  dado ,  le  prendieron  y  le  dierou 
tormento  para  que  confesase  dónde  estiban  ocultos  los 
pretendidos  tesoros  de  Curtes.  El  tormento  á  que  se  le  so- 
metió fué  el  mismo  que  habia  sufrido  Cuautemotzin,  que- 
mándole los  pies  á  fuego  lento  con  aceite  hirvieiido,  ()ero 
con  tal  rigor ,  que  se  le  cayeron  los  dedos  y  se  le  abrasó 
hasta  el  tobillo.  Bi  los  conquistadores  eran  crnt^les  con 
otros t  no  eran  por  lo  menos  mas  benignos  entre  sí  mis 
moa.  En  seguida ,  so  color  que  causaba  alboioto,  le  ahor- 
carón  sachándole  en  hombros  al  suplicio ;  porque  por  elec- 
to del  tormento  no  podía  tenerse  en  pié ,  y  estando  en  ma- 
nos del  verdugo,  llehó  á  él  Salazar  y  le  ofreció  la  vida  si  ^ 
declaraba  loe  tesoros  de  Cortés ;  él  contestó  que   uo  los ' 
había,  ^  que  dijesen  á  Cortés  que  le  perdonase ,  porque 
al  rigor  del  tormento  dijo  que  se  los  habia  llevado  consi- 
ga á  las  flibueras  ^  no  siendo  verdad ;  y  no  obstante  ha- 
ber apelado  de  la  sentencia ,  se  llevó  adelante  la  ejecu- 
ción con  general  sentimiento  del  pueblo.  Así  murió  este 
hombre  de  grande  influjo  en  su  tiempo ,  y  el  primero  que 
figuró  en  las  revueltas  de  nuestros  abuelos,  siendo  vi c 
tama  de  aquellos  que  le  debieron  haberse  ensalzado  al 
poder. 

La  arrogancia  de  los  gobernadores  crecía  cada  vez  mas, 
hiendo  desaparecer  toda  oposición.  Para  hacerse  de  un 
ptrtido ,  daban  largamente  repartimientos ,  en  especia  i  á 
hñ  que  íes  parecía  que  mas  lo9  podían  ayudar  y  f£^voi§- 


—  164:  —         . 

cer  9  y  en  todos  los  empleos  poniauporsoa^s  de  sa  con* 
ftanza*  A  Antonio  do  ViUaroel,  que  era  enteramente  suyo, 
le  nombraron  alguacil  mayor  en  lagar  de  Paz ,  y  á  pre. 
texto  del  corto  número  do  regidores «  lucieron  entrar  uu 
el  ayuntamiento  personas  con  que  pudiesen  contar.  Ta- 
reciéndoles  que  nada  debía  ya  inquietarlos ,  no  pensaban 
mus  que  en  gozar  de  la  autoridad  sin  tratar  del  gobierno. 
Ilen'cra  describe  uno  de  los  abusos  que  oometian ,  en  los 
términos  siguientes :  ^'  Enviaron  á  todas  las  provincia^  á 
))8  lir  el  oro  y  joyas  que  teaiau  los  señores,  y  les  esou- 
driSaron  las  casas  y  se  las  tomaron  por  tuerza  con  todas 
las  alhajas  de  plumería  y  riquezas  que  tenían'  Ixacióudo* 
les  mal  tTatamiento,  cosa  que  sintieron  mucho  y  si  la.es- 
peranza  que  Hernando  Cortés  era  vivo  no  los  tuviera  en 
freno ,  se  alzaran ;  y  con  todo  eso  so  fueron  muchos  des 
esperados  á  los  montes,  desde.doude  sallan  á  los  caminos 
y  mataban  álos  cristianos,  y  en  un  solo  pueblo  mataron 
quince,  y  mucha  parte  do  la  costa  del  mar  delKorte  se 
alteró.  Decian  públicamente  Salazar  y  Ghirino ,  que  el  rey 
no  habia  menestsr  que  lo  trajesc^n  tanto  oro  de  Nueva. 
Espaüa,  que  pues  no  letraian  mas  de  veinte  mil  ducados 
del  reino  de  Ñapóles ,  le  bastaban  otros  tantos.  Por  con* 
t«mplacioa  de  dos  mujeres  casadas  que  Salazar  y  Ghirino 
teuian  por  amigas,  á  las  cuales  disimularon  algunas  inso- 
lencias muy  diguas  de  ser  castigadas,  ocupiiibau  á  sus 
mandos  en  comisiones  fuera  dn  Méjico ,  y  les  dieron  ricos 
repartimientos.''  Para  evitar  que  las  noticias  de  lo  que  ee 
pasaba  se  comunicasen  á  España,  mandaron  desmanto- 
lar  los  buques  que  estaban  en  el  puerto ,  y  dieron  orden 
á  Francisco  Bonal ,  alcalde  de  la  Villa  Rica  de  la  Yera- 
Gruz ,  para  que  prendiese  á  cualquier  juez  del  rey  que  ullí 
llegase,  y  lo  volviese  á  enviar  á  España. 

La  persecución  contra  los  amigos  de  Corté»  era  riguro- 
sa :  unos  fueron  presos ,  otros  tuvieron  que  huir ,  y  otros 
se  retiraron  á  San  Francisco,  habiendo  quitado  á  todos 
sus  haciendas  y  repartimientos.  Mucho  se  recelaban  de 
Francisco  de  las  Gasas,  de  Avila  y  de  Diego  Hurtado  de 
Mendoza ,  y  habiendo  recibido  mal  á  los  primeros  cuando 
regresaron  de  las  Eibueras ,  estos  se  hablan  retirado  ¿ 
Oajq^c»^,  de  do^de  los  hicieron  traer  presos,  y  los  procesa- 

rQQ  ppr  }»  vm^vt^  (ia>  OUd  t  coQde9á>ndQloa  ó  la  peo»  e»- 


— 166  — 
ocasión  del  .temor  ea  qae  Iob  tenían  |  pero  habiendo  apo* 
lado  é  íaterpnéHüose  personas  de  respeto,  aooidaroii:  man* 
darlos  á  Espaila  cou  el  procoso  y  varios  oomisionados  de 
sa  coDÜanza ,  con  doce  mil  pesos  para  el  rey  y  madias 
joyas  y  presentes  pai-a  hacerse  amigos  en  la  o6rto,  todo 
lo  cnal  se  perdió  en  la  isla  del  Fayal,  salvándose  solo  las 
personas. 

Para  dar  mayor  color  á  sns  pretensiones  en  la  oórteroon 
el  viso  de  la  legitimidad ,  y  conforme  oon  el  esplntn  del 
tiempo,  que  como  hemos  visto  era  hacer  intervenir  siem- 
pre á  los  procaradores  6  dipatados  de  los  ayuntamientos/ 
Melaron  ana  j  anta  de  estos «  y  en  el  cabildo  dd  10  de  oc" 
tabre  acordaron  qae  se  les  diesen  los  poderes  de  laeiodad 
(le  Mójieo  y  de  todas  las  villas  xwbladas  de  espafiolss  á 
Villaroel  y  á  Bernardino  Yasquez  deTapia^  que  no  esta- 
ban  bien  con  Cortés  i  para  informar  al  emperador  de  todo 
y  pedirle  lo  qae  conviniese»  Itovoeaion  los  poderes  dados  - 
anteriormente  á  Montejo  y  á  Oeampo  9  y  sefiatauran  gran-' 
des  salarios  y  ayudas  de  costad  á  los  nuevamente  nom- 
brados j  y  porque  Yillaroel  se  que jd  de  que  PaE  le  hal^ 
;;aikado  al  juego  doce  mil  pesos^  se  mandó  que  se  le  paga* 
fien  de  los  bienes  de  aquel ,  que  se  pusieron  en  venta. 

£1  Ldo.  Zoazo ,  desde  la  isla  de  Cuba,  adonde  lo  des- 
pacharon Salazar  y  Chirino  y  dio  aviso  de  todo  ^  Oortés, 
quien  se  llenó  de  pena  con  tales  noticias.  Ka  pudo  con- 
tener las  lágrimas  con  la  relación  que  Zoazo  hacía  de  to- 
dos los  desastres  de  Méjico  y  cuya  carta  leyó  delante  do 
todos  sus  compañeros  y  amigos ,  la  que  conclnia  diciendo 
Zaazo :  ^^  Esto  que  aquí  escribo  á  vuestra  meroed  pasa 
ansí ,  y  dejólos  allá  y  embarcáronme  preso  en  una  acémi- 
la, y  oon  grillos  aquí  donde  estoy."  Cortés,  con  tal  leo« 
tora  y  pesa  *oeo  de  no  haber  dejado  en  el  'mando  á  alguno 
de  sns  antiguos  capitanes ,  es:eíamó:  ^^  Al  ruin  ponedle  en 
mandOf  y  veréis  quien  es.  Yo  me  lo  m^ezoo,  que  hice  hon- 
rar á  desconocidos  y  no  á  los  mies  que  me  siguieron  toda 
sa  vida.  ^  Eetírado  á  su  aposento  no  quiso  hablar  con  na* 
die  en  largo  rato^  é  instándole  sus  compañeros  que  se 
embarcase  luego  con  todos  ellos,  en  tres  buques  que  allí 
tenia ,  para  volver  á  la  Kueva-Bspafia ,  pues  tan  urgente 

era  e]  remedio ,  les  manifestó  los  peligros  que  pulsaba  si 

HQp?p8entsse  cía  imp^viao  en  el  puerto ,  por  lo  qm  v^ 


—  166  — 
Becrefeameate  y  entrar  descouoddo  ea  la  ciudad ,  y  des- 
pués de  tares  dias  de  rogativas  y  procesiones ,  habiendo 
oído  misa  de  Espirita  Santo ,  se  embarcó,  como  en  sn  la* 
gar  se  dijo ;  pero  repelido  por  los  vientos  contrarios  y  for* 
tanas  de  mar,  y  resaelto  á  permanecer  mas  tiempo  eu 
las  Hibneras,  mandó  á  Méjico  en  un  bergantín  á  mu  laca- 
yo Martin  Dorantes ,  con  cartas  en  qae  liada  saber  que 
vivia ,  y  revocando  los  poderes  qae  anteriormente  tmia 
dados ,  lo  confirmó^  Francisco  de  las  Qasas ,  paca  qae 
gobernase  en  su  nombre  hasta  sa  regreso. 

Mocho  habian  mudado  las  cosas  de  aspecto  entre  tanto 
en  ULéjico.  £21  número  de  los  retraídos  en  San  Francisco 
habia  ido  en  aumento,  y  aunque  Salazar^  Ohirino  no  res^ 
petaron  aquel  asilo ,  sacando  de  él  por  f  aerza  á  vanos 
individuos  que  mandaron  á  España  con  Gasas,  esto  no 
hizo  mas  que  empeorar  su  causa ;  pues  el  custodio  fray 
Martín  de  falencia  |  de  quien  tanto  tendré  que  deeir  en 
otra  disertación ,  viendo  qué  no  se  respetaba  la  censura, 
tomó  las  cosas  sagradas ,  y  con  todos  sus  frailes  se  salió 
procesionalmente  para  retirarse  á  Tlaxcala.  Salazar,  aan- 
que  muy  sentido  con  los  frailes  por  tal  suceso,  envió  tras 
ellos ,  y  ha  néndoles  volver  restituyó  los  presos  y  pi«« 
dio  la  absolución  de  las  censuras,  bien  que  acompaftan- 
do  este  acto  de  sumisión  con  muchas  injurias^  todo  lo  cual 
dio  nuevo  aliento  á  los  retraídos,  que  no  solo  tenian  ya 
un  jefe^  que  era  el  capitán  Andrés  de  Tapia,  sino  que  se 
hacían  de  armas,  de  caballos  y  demás  de  aprestos  guerra. 
Otros  cuidados  inquietaban  también  por  otras  partes  á 
los  gobernadores :  los  indios  se  habian  movido  en  Qajaca 
y  en  las  sierras  de  Ooat^n ,  distaates  diez  leguas  de  a- 
quella  ciudad ,  habian  muerto  á  cincuenta  españoles  y  á 
ocho  5  diez  mil  indios  esclavos  que  andaban  en  las  mi- 
nas, lo  que  pareció  de  tal  manera  grave,  que  Pero  Al-* 
müidez  Ohirino  salió  para  reprimir  aquella  sedicdon  con 
buen  número  de  españoles,  aunque  no  consiguió*  prender 
á  los  sublevados,  que  se  escaparon  una  noc^e  con  todo  el 
tesoro  que  tenian,  que  era  mucho ,  de  un  peñol  en  donde 
los  tenia  cercados.  Salazar,  habiendo  quedado  solo  en  Mé« 
jico ,  tomaba  precauciones  para  su  seguridad ,  y  annqne 
intentó  atacar  á  los  traidores  de  San  Francisco,  no  se  de- 
cidió á  ello  por  la  resistencia  que  estaba  seguro  nabian  de 
tlacote )  y  cierto  de  que  otros  tnuchos  se  hablaban  día- 


-^107-» 
poeBtOB  á  unirse  á  ellos.  Los  letraidodi  por  otra  parte,  ha- 
bían tomado  tal  atrevimiento ,  que  ya'^pensatMOL  si  sería 
biea  aoometer  á  Salazar  coando  saliese  á  misa,  y  matarle 
ó  salirle  al  eampo  y  joatar  gente  para  hacerle  la  guerra. 
Salazar,  temeroso  de  estos  movimentos,  formó  gaardia 
qae  le  aoompafiase,  y  para  hanerse  partido  prodigaba 
promesas  y  d&divas,  con  las  que  le  parecía  qne  tendría  la 
fiíQQte  desa  parte;  pero  por  macho  qne  ofrecía  no  llega- 
,ba  á  satisfacer  los  pensamientos  de  los  ambiciosos ,  qne 
con  ocasión  de  aquellas  alteraciones  no  trataban  de  otra 
cosa  que  de  su  provecho.  Este  era  el  estado  de  la  Kueva- 
Bspafia  coandó  resonó  en  ella  otra  vez  el  nombr^  de  Cor- 
tés, y  esto  solo  bastó  para  calmarlo  todo. 

Hábia  convidado  Salazar  á  todas  las  poruñas  princi- 
pales de  Méjico  á  pasar  un  dia  de  campo  en  unas  huer^ 
tas,  á  nna  legua  de  laciudad ,  qne  supongo  fué  por  San 
Cosme,  por  habérsele  dado  aUí  sitio  para  jardin  al  mismo 
Salasar  y  á  otros  muchos  en  el  cabildo  de  12  de  enero  de 
este  año  de  1526.  Todos  los  convidados  salieron  juntos  de 
la  capital ;  y  en  medio  de  todos  iba  con  gran  pompa  el 
gobernador.  En  el  mismo  dia  se  verificó  la  llegada  á  Mé- 
jico de  Dorantes,  el  cual,  instruido  por  los  amigos  de  Cor- 
tea^ de  todo  lo  que  pasaba,  se  fué  en  derechura  á  S.  Fran- 
cisco. Seuniéronse  alli  hasta  cien  personas,  hiciéronse  de 
ftmas ;  se  dieron  las  cartas  de  Cortés ,  y  en  medio  de  la 
noche ,  aonque  |con  una  luna  mny  clara,  se  convocó  el  a- 
yirntanüento,  al  cual  no  concurrieron  mt  s  que  un  alcalde 
7  pocos  regidores.  Entonces  Jorje  de  Alvaiado  con  trein- 
ta caballos  fué  recomendó  las  calles ,  proclamando  qne 
loB  que  quisiesen  servir  al  rey  acudiesen  á  SanjJB'ranciseo, 
ü(mde  venan  cartas  y  provisiones  de  Cortés.  Grande  fo^'; 
^l  eontento  de  todos  los  vecinos  sabiendo  que  era  ViVo|,  y 
mseha  la  gente  que  se  reunía  á  los  que  llevaban  su  voz. 
Salazar ,  i>or  su  parte ,  había  vuelto  precipitadamente  á 
n  afayjamiento ,  que  era  la  casa  de  Cortés  en  el  Empedra- 
dUlo,y  sehabiapuesto  en  ella  en  defensa,  con  cosa  de 
nifl  españoles  y  doce  piezas  de  artillería.  Tapia  hizo  un 
noQnoeíiiiifinto  á  la  gente  que  habia  acudido  á  San  Fran- 
cisoo,  en  que  refirió  la  tiranía  que  Salazar  y  Ohirino  ha*' 
biSQ  cometido ;  espuso  la  necesidad  de  nombrar  un  te- 
úe&teda  gobernador  mientras  Cortés  llegaba ,  y  que  los 
9Q6  de  buena  gana  quifúesen  darle  su  asíst  encía  se  que- 


—  ICS  — 
dasen,  y  los  demás  se  íaesen  en  bacna  hora. 

Siempre  en  las  revolnciones  se  atiende  á  lo  que  pareco 
mas  conveniente  en  el  momento ,  sin  cuidar  macho  úe^  lo 
ftiacesivo  9  y  (;:eneralmonte  no  so  hace  mas  qne  contrapo- 
ner nn  partido  á  otro ,  deíaudo  por  lo  oomiMi  loa  males 
en  pié.  £atcada  y  Albornoz  habían  sido  perseguidos  por 
Saladar  y  Ohirino ,  y  esto  bastaba  para  elerarlos  al  po- 
der en 'logar  de  aquellos  9  aunque  no  faesen  mejores,  y 
que  se  hubiesen  manifestado  ignalmente  enemigos  de 
Oortés.  Así  fueron  nombrados  tenientes  de  gobernador 
en  la  ansencia  de  Gasas»  en  el  cabildo  qne  se  ecdebró  en  29 
de  enero  de  este  afio  de  1526  j  no  en  las  casas  de  Oortés 
de  que  era  por  entonóos  due&o»8alazar.  sino  en  la  de  Luis 
de  la  Totre,  y  deponiendp  á  los  qne  hablan  obtenido  de 
Salasar  los  empleos  de  mayor  coufíanza^  fueron  nombra- 
dos en  su  lugar  los  principales  jefes  del  partido  qne  ib» 
predominando. 

Aunque  las  fuerzas  reunidos  de  San  Francisco  no  pa«i 
saban  de  quinientos  hombres,  Andrés  do  Tapia  y  Joije 
de  Alvarado  marcharon  denodadamente  con  ellos  (h  ata- 
car á  Salázar ;  pero  antes  de  hacerlo ,  dejando  la  tropa 
situada  en  las  esquinas  de  las  calles,  Tapia  so  adelantó  ^ 
caballo  á  hablar  con  Salazar,  quien  le  pidió  msjiifestsse 
las  cartas  é  instrucciones  del  ro^ ,  que  había  dicho  tener 
parasns  procedimientos  contra  Cortés,  y  habiendo  dicho 
qne  no  las  tenía,  Tapia,  arremetiendo  con  el  cabildo,  gritó 
ii  la  gente  que  acompasaba  á  Balazar :  ^«  Oi^balleroii,  pren- 
dedle,  no  queráis  ser  traidores. '^  iüntoncef;  Saladar  tiondió 
la  mano  con  la  mocha  á  nn  cañón  diciendo :  *-^  Dalla,  fií 
no  quieres  que  pegue  fuego ^"  {\  cnyo  tiempo  don  Xinis  de 
tinzman,  que  mandaba  la  artillería  de;  Salazar  teniiondo 
ser  atacado  por  la  espalda,  la  hizo  entrará  la  ca$«a  oon 
parte  íle  la  gente ;  el  resto  que  quedó  fuera  se  tinió  con 
Tapia  9  y  éste  acometió  contra  la  casa ,  cuya  puerta  t  né 
derribada  y  la.easa  entrada  por  muchas  partea.  Tapia 
cajó  del  caballo ,  herido  de  una  pedrada ,  y  Jorje  de  Ah 
varado  dio  presto  con  Salazar,  á  quien  éste  y  los  jefes 
pudieron  salvar  del  furor  de  los  soldados;  la  gente  de  Sa- 
lazar  se  desbarató  y  huyó^  saltando  por  las  ventanas  y 
paredea  A  Salazar  le  echaron  una  cadena  al  cuello  y  coii 
mucho  vituperio  le  pasearon  por  calles  y  plazas  para  qne 
todo9  le  viesen,  y  no  juzgáiidole  seguro  de  otra  suerte^  le 


eñcetraróh  tíi  tiiift  jaata  de  vigas  granaaei  que  at  efecto 
coQ»tniy6rott.  Igaal  sfiette  tuvo  Oblrino,  qnien  venia  de 
Oajaoft,  dofftde  se  hallabst,  al  Bocorto  de  aa  oompañero;  ^ 
pt^ro  sabiendo  que  Tapia  marchaba  contra  él,  se  retiro  ^  * 
.  T/uxoala,  y  se  metió  en  el  convento  de  San  FranelacOi  de 
doa^e  le  sm6  Tapia»  y  c^odnci^ndole  íí  Méjico  le  pobie* 
roe  en  otra  janla  plinto  íi  Balayar.  Oonst»  par  el  libro  de 
cAbikio  qae  en  2?>  de  mareo  del  ano  si^^ieute  de  1527  se 
mandaron  pagar  al  maeRtro  carpintero,  Hi-rnando  de 
T<;rres,  siece  pesoapor  )a  hechura  de  eataa  jaaiaa ,  y  ae 
imé  en  data  eata  anma  ])or  pfaatos  de  jnstiei».  A  Martin 
Ofvaatdéi,  el  conductor  de  las  cart>as  do  Cortés  se  le  cUó 
en  et  cabildo  de  «^  de  fetmnpo  de  1520,  pocos  días  después 
<)h  )a  revolaoion,  nn  8itio  para  huerca,  que  habla  sido  de 
Diego  de  OoaOá,  qnií^  no  liabia  eumplide  eou  las  eonda^ 
oiones  de  )a  merced. 

Cortea  reoibky  la  noticia  de  este  suceso  en  la  Habana , 
pHm  no  por  eso  varió  un  intento  de  venir  oculto  puei»  ce^ 
nta  grandes  motivos  para  recelar  de  Entrada  y  Albor- 
ním,  fistos  habian  inDórmado  contra  él  6,  las  Cortes ,  lo 
que  él  so  inoraba,  y  en  el  tiempo  que  gobernaron  se 
<v)DdQíevon  con  doblen  y  sin  descnidar  sosa'provechamien- 
tos,  lo  que  oausó  gran  disgusto  A- los  mismos  que  los  pu- 
mrmi  en  el  gobierno.  En  la  cindad  se  deseaba  el  pronto 
('«fitigo  de  Salazar  y  Ohirino^  pero  Albornoz  miraba'  las 
<«isas  de  otro  modo ;  y  como  que  aquellos  habian  obteni- 
<lo  san  empleos  por  el  gobernador  Cobos ,  á  quien  él  tami 
hieitdebiaefsujo,  no  qaeria  deseonteatar  «"^  nn  hombre 
d^  tanl»  intlnlocou  el  emperador, .  por  vengar  los.agra« 
ma  de  Cortés,  coya  mina  debía  prometerse  según  loa 
informm  qnecontr%  él  habian  dado  secretamente.  Bu-s 
^tfi  tanto ,  los  amigos  y  parciales  de  SalazM*  y  Ohiriao, 
tutelan est^ierzofi para  libertarlos,  con  cuyo  intento  tra- 
t&roQ  matar  h  Estrada  y  Albornoz ,  y  con  llaves  falsas 
ubrir  las  jaulas  de  los  presos ;  pero  ineron  descubiertos  y 
cistígadoü  eon  la  pena  capital ,  amputación  de  manos  ó  , 
Pifl,  asQones  'j  destíerres :  castigos  todos  tusados  por  la 
'^rtiara  tegtsHictou  criminal  de  aquel  siglo ^  muchos  de  .. 
lo«  cuales*  ha  puesto  en  olvido  la  in,ayor  humanidad  y  . 
hloiMiuta'dei  uuei^tro. 

ite este e<)eado  permanecieron  las  cosas  hasta  el  31  de  ,.; 
"'^je  ,^e  tñé  dhi  de  üorims  y  y  estando  los  gobernado-  <.: 

DISBBTACI0T7BS.--T0M0  L^22 


— i7ev^ 

res  con  el  áyantamiento  en  la  igleato'para  qi^Urroii  l^pio* 
cesión ,  llefó  Martin  Atto>  qae  á  tiMlii  dilíg^noia  balHa 
yeii^ido  de  Yeracnus ,  ^ii>la  carta  en  qoe  Oortés  avisaba 
8a  arribada  á  aquel  pnerto.  Sata  se  pablioó.por  bando^  y 
fú^.  inmenso  el  regocijo  qn^oansó  en  todos  los  liabitaa- 
tt^t)  (le  la  ciadad,  taoto  españoles .  oomo  indioSi  según  se 
t)H[>re8a  en  el  libro  de  cabildo }  poes  en  el  qne  se  celebró 
en  el  <lia  si^oiente  IV  de  jaiiio  para  acordar  la  contesta- 
ción ,  se  dispuso  se  diesen  altoidas  al  citado  Arto  y  ^^  por 
cnanto  tralo  á  Ciita  cindad  Jas  buenas,  nuevas  de  la  veni'* 
da  del  seftbr  gobernador  al  puerto  de  Medellin ,  de  lo  cual 
esta  ciudad  recibió  mucho  placer  y  aun  sosiegas  y. oHos 
en  nombre  de  ella  le  maikdaban  y  mandaron  4  dar  doce 
pesos  de  oro.'' 

Oortés  estuvo  descanmsdo  doce  días,  y  tardó  quince 
en  llegar  á  Méjico ;  tanto  en  el  tiempo  que  permaucM^Men 
Medellin  como  en  su  tránsito  á  la  capital ,  venían  los  in- 
dios de  largas  distancias -cqu  presentes  y  efcacunientos  9 
mostrando  grandísimo  contento  de  su  venida»  JL^mpiában- 
le  el  camino  p(^  donde  habia  de  pasar ,  y  lo  regaban  de 
ílores :  I  tan  querido  era  de  ellos  .^  ^  y.  tanta  lai  diiferencia 
que  habían  hallado  entce  su  gobierno,  en  el  cual  había 
cuidado  oon  tanta  eficacia  de  snconservaáñon  y  Inenesbu*) 
y  el  que  le  habia  sncedidol  Kodrigo  de  Albornoe,'queea" 
taba  en  Tezeuco,  se  adelantó  una  jomada  á  recibirle  con 
macho  acompafiamiento ,  y  en  Méjico  Alonsa  de  Estrada 
salió  á  su  encuentro  con  todos  los  aapaioles  en  ordenan- 
za de  guerra,'  y  los  indios  k>  recibi^on  con  n<t menor  a- 
plauso  que  si  hubiera  sido  el  mismo  ^Moctezuipda :  np  ca- 
bían por  las  calles ,  con  machas  danzas ,  bail^  y  música, 
y  en  la  noche  hicieron  hogueras  y  luminarias,  OortéSi  lle- 
no de  gozo,  se  dirigió  á  Ban  Francisco  á  dar  gr^as  á 
Dios,  porque  después  de  tantos  trabs^^os  le  habia  Jile- 
vado  á  tanto  descanso  y  seguridad.  JSste  delí>i<>  ser  €»i  dia 
maii  hermoso  de  la  vida  de  Oortós ,  pues  el  agradedmien- 
to  de  una  nación  es  el  mas  grande  premio  para  nnagraa- 
dealma.  Bl  dia.21  de  junio  se  tuvo  el  cabido  en  S.  Fran* 
cisco,  al  cual  asistió  í3ortés,  en  cuyas  ttuuaoa  entregaron 
las  varas  los  alcaldes  y  regidores  que  habían  sido  nom^ 
brados  durante  el  gobierno  de  Salazar  y  Ohirino^.  y  se 
nombraron  nuevos  funetonarios ,  y  se*  ansiaron  también 
las  mercedes  de  solares  hechas  durante  aquel  periodio. 


BAtre  tanto  «|ae  Oortéj»  andaba  eu  las  Hib^ei^asj  su  se** 
cPBtaiio  Juau  da  Bibera  6olitíit;ftba  por  él  eu  la  corte ,  y 
]>ara  faoilitar  ol  de&paobo  de  $aa  pretensioDea ,  se  obligó 
:i  hacer  llegar  dentro  de  auo  y  medio  doecientot)  mil  pe^^ 
sos  para  latí  urgeucias  d£i  la  coroua,  obligándose  Uorté»  ;i 
completar  eatá  smnay  si  no  la  habíase  eu  las  renta»  rea. 
les,  oon  8u  oródito  y  el  de  sus  amigos.  Bobre  Y'óüoa  |)ud-« 
tos  que  se  promovieron  acerca  de  los  gastos  hechos  en 
las  expediciones  de  descubrimientos,  sa  dispum»  aguar* 
dar  mas  estenaoe  informes ;  y  en  premio  de  Iob  ser  vicios 
que  había  prestado,  se  le  ooofirmó.el  tratamiento  de  Düííj 
se  le  Bombeé  adelantado  de  la  Nueva^ISüpafia,  y  se  le  dio, 
segua  Heneía,  el  há^blto  de  Santiago.,  Mandó  además  ei 
emperadora  que  se  le  espidiese  un  privilegio  en  que^  La- 
eiendo  lar^  relación  de  sus  servicios  y  se  le  dierau  armas 
aloaivas  4:esto0«  Bstosyotroti  documentos  se.  reservan 
par»  puíbliearlos  eocí  la-  disertaciou  en  que  me  ocupe  man' 
espeoialmeiite  d^  todo  lo  peraonal  de  Oortés.  EL  ;secreta- 
rio  Bíoera  oblnvo  otras  gradas  (>ara  sí  y  para  Fr*  Pedro 
Melgarejo,  que  habii^  asiptido  también  al  despacho  de  los 
asuntos  de  Corles. 

Pero  no  obstante  estas  gra(3ias ,  los  informes  siniestros 
de  los  e^cíales  reales  lu^bian  producido  su  efecto  j  á  lo 
que  ayudábanla  disposieioa  suspicaz  del  gobierno  contra 
todos  losqne le  habian  prest»wlo grandes  servicios  á con- 
siderables distanoias.  Donde  acababa  la  conquista  allí  se 
hacía  que  acabase  el  inflcyo  x  si  poder  del  oonquistadori 
eotrando  en  su  lugar  la  autoridad  real  eü  toda  su  estén- 
sien,  depositada  en  otras  manos  que  les  que  hablan  em- 
pu&ado  las  armas  para  la  conquista.  Tal  fué  la  conducta 
constante  del  gobiccBO  español  desde  la  conquista  de  l^á- 
poles,  y  es  menester  convenir  en  que  este  principio  era 
bien  enteiidido ,  aunque  praisticado  (^  voces  por  medios 
vspfobados^  Así  fué, como  reoelando. Fernando  el.  Católi- 
éa'del«QvaaOapitan,f  para  sacarle  de  I^ápoles  le  ofreció 
hacerle  gran  maestro  de. Santiago;  pei^ apenas  le  tuvo 
en  Espa&a^  ya  manifestó  su  renuucia  á  conferirle  una 
dignidad  que  una  sana  política  habia  hecho  incorporar  en 
la  cotona :  diósele  la  ciudad  de  Jjojay  eu  el  .reino  de  Gra- 
nada,  leei^Q  conquistado  de  loe.  moros )  además  de  los 
pxeoiiosrque  ya. habia  obtenido ;  se  ^  X)freció  el  seOorio 
perpétiiq»ito.eUa,  en  cambio  de  su  desistimiento  de  la 


—  172  — 
madUtríÉ  ^  á  lo  qtte  el  altivo  oonqníBtiiálor  iwpoodáó :  ^<No 
cambio  mi  resetittaiidtito  por  una  dadad. ''  Aau  eu  1^6 
circaustaamas  maa  difícites  de  la  guerra  civil  del  Perú, 
soio  eu  el  ultimo  extremo  ae  lo  antomó  al  piresideute  Pi^ 
dro  do  la  Gasea  para  que  dejase  eli^obiento  ou  manos  de 
Gouzalo  Pizarro ,  díoicudo  con  deapecho  uacousejeco  do 
ladias :  ^'Qaede  la  ti^ra  i>or  el  ooiperador,  y  gobiéraela 
ol  diablo ; "  petfo  el  i>espeto  al  soberano  era  tal  eu  aqui»- 
líos  tiempos ,  que  él  solo  bastó  para  dar  fa«rsa  álaii.pro* 
videnoias  de  aquel  Mbil  polítíGOy  y  ua  hombre  que  entró 
eu  el  Perú,  siu  m¿uB  armae que  su  bonete y.salireyiario , 
supo  hacerse  obedecer,  é  hiae  oortar  la  oabeza  eu  au  pa- 
libido  al  jefe  jK)dero6o  do  los'  tarbuleutoscouquintadoreH 
de  aquel  roinoi.  Este  sistema  causaba  el  dencouteiito  y 
las  quejas  de  los  couquistadoreS)  que  se  cceiaumalio- 
munerados  do  tan  grandes  stírricios,  uo  obstante  los  ))re- 
míos  que  se  les  couoediai),  los  cuales  eraul 'ó  recee  tales, 
aunque  siempre  á  espenaas  del  país  conquistado  i  que  sa 
misma  exhorbitancia'venia  ár  ser -motiven  de  nuevos  din- 
gustos,  por  la  resistencia  que  |>or  parte  del  gobierno  ha- 
bla para  su  cumplimiento ,  ol  que  nunca  llegaba  4  tener 
entero  efecto. 

Tanto  por  oonseoueneia  do  esta  sistema,  ouaaio  por  las 
continuas  acusaciones  que  ccmixm  Goítéa  se  hacían ,  Car- 
lo^  V  se  deddió  &  mandar  se  le  tomase  residenoia ,  y  al 
efecto  se  nombró  por  Jei'e  de  ella  al  Ldo.  Luis  Ponce,  que 
{\  la  sazón  estaba  en  Toledo  desempeñando  el  cargo  de 
teniente  de  su  deudo,  el  conde  de  Aleaud»«be,  coirregidor 
de  aquella  dudad.  Garlos  V  oomunioó  este  nombramien- 
to á  Jortés,  en  carta  que  le  esoribié  en  la  misma  Toledo, 
en  4  de  noviembre  de  1525  paro  la  venida  de  Ponce  se 
retardó  hasta  el  aflío  de  1527,  embarcándose  en.  2  de  fe- 
brero en  Sduldcar  de  Bairameda;  y  hablándose  detenido 
dos  meses  en  Santo  Domingo,  llegó  A  Ban  Joan, de  Olúa, 
desde  donde  despachó  á  Lope  de  Bamamiegoyá  Ortega 
Gomes  con>Bartafara  Curtes.  Este  recibió  lasoartasde 
Ponce  el  día  de  San  Juan ,  hallándose  en  una  corrida  de 
toros ,  diversión  que  los  espa&oles  habían  traído  con  sns 
demás  costumbres,  áfqne  eran  tan  aácionadoSy  que  lave- 
mos por  este  hecho  establecida  desde qae^fomenaó  ¿ha- 
ber gaoadoyracnna  el  cond  era  todavía  mnj  escaso  y  ca* 
vo )  luego  respondió ,  y  mandé  pex0onaii>9iie  acompaña- 


—  173  — 
«•n  y  obfieqoiaaea  en  el  camino  á  Poace.— Qaiaittra  este 
descansar  algoiiofi  dias^eu  jULedelliu,  pero  habiéndole  da- 
do á  entender  los  deBafecCoa  do  Oortés  que  haría  josticia 
antes  de  su  llegada  do  Salazur  y  Ghiruio  y  de  otros  que 
tenia  presos ,  precipitó  su  salida  ^  y  ou  ciriüo  dias  se  pu^ 
90  en  Istapaíapa.  Allí  se  le  dio  un  gran  banquetee  de  que 
h  Tino  una  eofermedad,  que  los  enemigos  de  Cortés  no 
dejaron  de  atribuir  á  veneno  quo  este  lo  habu^  dado.  Bu 
eutcada  en  la  capital  fué  el  2  de  julio,  y  mi(?rcoIes  4  del 
mismo,  estando  el  ayuntamiento  reunido  en  la  iglesia  ma- 
yoTj  que,  cuino  en  su  lugar  veremoSi  era  la  parroquia  que 
hubo  en  la  plaza,,  presentó  sus  despachos  y  faé  recouo^ 
cido  por  gobernador ,  cuyo  empleo  debía  ejercer  tan  solo 
daraute  el  juicio  de  residencia  de  Cortés,  que  en  seguida 
se  pablioó.  A  todos  Io4  alcaldes  y  regidores  los  conservó 
en  ejeroicio,  no  habiendo  retenido  para  sí^  como  él  mismo 
dijo,  maa  que  la  vara  de  gobernador. 

Apenas  se  comenzaban  á  remover  las  pasiones  que  la 
residencia  debia  exitar  en  favor  y  en  contra  de  Cortés , 
¿aUeció  Lnis  Ponce  el  vióroes  20  del  mismo  julio,  no  ha- 
biendo perqienacido  en  el  gobierno  mas  que  diez  /  ocho 
dias ,  ni  hecho  otra  cosa  notable  qúeponet  en  posesión 
del  empleo  de  alguacil  mavor,  que  euronces  era  mn;^  im- 
imrtante ,  al  comendador  de  Santiago  Diego  Hernández 
de  Proafio ,  eoyo  nombre  ó  el  de  sns  descendientes  se  ha 
perpetuado  en  el  célebre  cerro  de  Proaüo,  que'  contiene 
las  vetas  del  Fresnillo,  las  que  tantas  riquezas  han  pro- 
dacido  y  están  en  la  actualidad  produciendo ;  el  despacho 
de  su  nombramiento  se  presentó  en  el  cabildo  celebrado 
el  16  de  julio  en  la  posada  de  Luis  Ponce,  que  estaba  en 
cama.  Aunque  Betancourt  dice  que  este  fué  sepultado  en 
el  presbiterio  de  la  parroquia  de  San  José  es  mas  proba- 
ble que  lo  fuese  en  la  parroquia  de  la  plaza,  siendo  una 
equivocación  de  aquel  autor  el  asentar  que  la  única  que 
liabia  era  la  de  San  José. 

Luis  Ponce  dejó  sustituido  el  poder  que  trajo  para  go- 
bernar  en  el  Ldo.  Marcos  de  Aguilar,  el  cual  no  vino  con 
él  de  Santo  Domingo ,  según  Herrera  asienta,  sino  que 
oomo  el  mismo  A  guílar  contestó  al  ayuntamiento,  habia 
Tenido  *<oomo  inquisidor  á  entender  en  las  cosas  tocantes 
A  santoofifiio  de  la  inquisición,  ^  y  es  el  primero  que  ye- 
rnos haber  tenido  este  encargo;  pero  los  procujiSbAares  de 


— 176  — 
Tlazoála  ^  sabiendo  estas  novodades  so  trasladó  pronta 
mente  á  Méjico  para  mediar  en  ellas ,  Oort^  no  pensó  j^ 
mas  qne  en  pasar  á  la  corto ,  dejando  un  país  en  qne  t$^, 
nia  qne  sufrir  tanto.^  agravios ,  y  presentar  sos  quedas  JA 
ampeíador^  con  la  seguridad  de  haber  prestado  tan  ma»^ 
des  servicios ,  cnyo  premio  llevaba  en  bm  propio  p^ho  ^ 
aun  cuando  los  hombres  qui8i«^sen  rehusárselo ;  pues,  ca*^ 
mo  él  mismo  d^cía  en  su  quinta  carta  á  Oários  V  :  *'Sií' 
o»ib]e  que  por  tiempo  V,  M.  no  conozca  mis  serviohM^ 
y  ya  que  esto  no  sea^  >o  me  satisfago  con  hacer  lo  qw 
debo  y  y  con  saber  que  á  todo  el  muudo  tengo  satisfe^^j^ 
y  le  son  notorios  mis  servicios  y  lealtad  con  qne  los  h*^: 
go ,  y  no  quiero  otro  mayorazgo  que  est^^^'^  *  '* 

Mucho  necesitaba  esta  convicción  do  su  lealtad,  partid 
presentarse  con  confianza  en  una  C(3rte  tan  prevenidlj 
contra  él  por  el  influjo  de  sus  enemigos.  Oárlos  V ,  en  ccmA 
secuencia  de  las  turbaciones  ocurridas  en  Méj|co ,  habl# 
resuelto  vaiiar  el  sistema  de  gobierno  en  la  Kueva-EapaJl 
ñ%y  confiriendo  la  autoridad  suprema  á  una  audiencia  da*' 
clnoo individuos,  y  faerou  nombrados  oidores  los  I^doa^ 
Juan  Ortiz  do  Matienzo,  Alonso  de  Parada^  Diego  Dai^l 
gadillo  y  Francisco  Maldonado.  La  elección  de  preaidMi^ 
te  de  esta  corporación  no  pudo  ser  mas  desacertada^  paéi^ 
recayó  en  Ñuño  de  Guzman,  quien  habiendo  obtenidaPÜ 
antea  el  gobierno  de  P«^nuco ,  se  habla  conducido  de  Itf^ 
manera  mas  cruel ,  haciendo  trasladar  los  indios  A  las  isA 
las  para  venderlos  por  esclavos ,  y  había  tenido  varlaif^ 
contestaciones  con  Cortés  sobre  los  límites  de  su  gobier-  ^ 
no ,  por  cuyas  resultas  se  habia  declarado  su  enemigo  *-*2 
Al  comunicará  üortés  el  nombramiento  de  la  ncova  an-»^ 
diencia,  el  emperador  lepidio  por  favor  que  destínase  en 'j 
BU  casa  las  piezas  necesarias  para  la  residencia  de  los  nt«  ] 
dores  y  salas  del  tribunal,  pues  todavía  el  gobicni  o  no  ¡j 
tenia  edificio  que  le  perteneciese  en  la  capital ;  y  al  mis-  ' 
mo  tiempo ,  haciendo  uso  de  las  ndsm«aB  ^rDeríafi  quesn  ; 
habían  empleado  para  sacar  de  Italia  al  Gran  Gapitim  ^  '\ 
se  le  dijo  que  necesitando  el  emperador  de  su  consejo  pa  ^ 
ra  muchas  cosas  concernientes  al  bien  de  los  países  nue-  ; 
vamente  descubiertos  y  conquistados,  habla  resuelto  lia* 
marle  ú,  Bspaiía ,  y  &  la  audiencia  se  le  previno  que  le  ex-  I 
hort^tse  á  presentarse  cu  la  corte ,  y  quo  si  lo  reh  asaba  sú  i 
«e  prendiera.  No  habia  necesidad  de  estos  medios  violen- 


— 175  -y 
Sobi^aQ  el  Ldo. , Agailar  y  y  por  iaaerte  ó  aaaencia  de  és- 
Ee,  el  que.por  él  fa6se;Dombrado;  por  lo  cual  y  en  virtnd 
leí  poder  que  le  ía6  coQferido  por  el  mismo  A  gallar,  en  28 
Se  febrero  de  aquel  afio,  Estrada  quedó  reconocido  por 
boleo  gobernador.  Eiita  resolución  de  la  corte  fué  efecto 
de  los  ttiniestroa  informes  que  Albornoz  había  dado  con* 
tra  Corteé},  los  cuales  cada  dia  hacían  que  se  le  mirase 
coD  mayor  desconfianza. 

Uno  dé  los  primeros  actos  del  gobierno  de  Estrada  faé 
soltar  de  la  janla  al  factor  Salazár  y  dar  licencia  á  Chiii- 
Bo  para  que  saliese  deSan  Prancii^,  donde  estaba  re- 
traído ,  porque  habiendo  sido  sacado  por  Tapia  del  con- 
Tentó  de  la  misma  orden  de  Tlaxcala  ,  se  consideró  nece^ 
sano  restituirle  al  asilo  que  habla  sido  quebrantado.  Po- 
co después  llegaron  órdenes  de  la  corte  y  obtenidas  por  el 
Mojo  de  Cobos,  para  que  quedasen  ambos  en  libertad : 
cosa  que  sintió  mucho  Cortés^  persuadido  dé  que  eran 
inereoedores  de  castigo  y  el  cual  no  quiso  él  mismo  impo- 
nerles cuando  estuvo  en  sus  manos  hacerlo^  porque  no  x^a- 
liceiese  que  se  hacia  juez  en  su' propia  causa :  moderación 
mgosk  de  elogio ,  y  que  estuvieron  lejos  de  guardar  con  él 
I  sus  enemigos. 

i   La  enemistad  de  Estrada  se  manifestó  cada  vez  mas 
|«oatra  Cortés  y  todo  lo  que  le  pertenecía ,  aunque  él  evi- 
taba las  ocasiones ,  ocupándose  únicamente  de  sus  pro- 
J^etosde  deaonbrímiento  en  el  maír  del  Sur,  5  residiendo 
^ic^Bcaentemente  fuera  de  la  capital.  Hallábase  en  Cuerna- 
vaca  con  Sandoval ,  cuando  supieron  que  por  lijero  moti- 
vo, Estrada  habla  mandado  cortar  la  mano  izquierda  á 
¡^soldado  llamado  Cortejo  y  á  ún  criado  de  Sandoval  ^ 
vinieron  ambos  de  presto  para  evitar  esta  cruel  ejecu- 
óoflf  pero  la  encontraron  ya  hecha,  lo  que  dio  logará 
^sgnasoontestaciones  y  áque  Estrada  mandase  salir  de 
Méjico  á  Cortés :  al  intimarle  la  orden  de  su  destierro,  Cor- 
tés contest(^  :  <'  que  dabajgracias  á  Dios  que  de  las  tierras 
j  dndades  que  habla  ganado  con  tanta  sangre  suya  y  dé 
sos  compañeros,  vinieran  á  desterrarle  personas  que  no 
ctan  dignas  de  bien  ninguno ,  ni  de  tener  los  oficios  que 
í  tenían."  Todos ,  españoles  é  indios,   se  ofrecían  á  Cortés 
I  paia  sostenerle ,  pero  él  por  bien  de  la  paz ,  se  resolvió  á 
[  Silir  ¿  Oayoacan ,  de  donde  se  retiró  á  Tezcuco ;  y  aun- 
Wíray  Julián  Garcés ,  que  habiii  venido  de  obispo  de 


— 176  ^ 

Tlazoala ,  sabiendo  estas  novodades  so  trasladó  pronta 
mente  á  Méjico  para  mediar  en  ellas ,  Cortés  no  pensó  ya 
mas  qne  en  pasar  á  la  corto,  dejando  un  país  en  qne  ten 
nia  qne  sn&ir  tantoA  agravios ,  y  presentar  sus  qnejas  ni 
emperador,  con  lase^iidad  do  haber  prestado  tan  gran- 
des servicios ,  cuyo  premio  llevaba  en  su  propio  peého , 
aun  cuando  los  hombres  qui8i«-sen  rehusárselo;  pnea,  co. 
mo  él  mismo  dqcía  en  su  quinta  carta  á  Carlos  \^ :  <'^o 
osible  que  por  tiempo  V'.  M.  no  conozca  mis  servicios, 
y  ya  que  esto  no  sea,  yo  me  satisfago  con  hacer  lo  qu« 
debo  y  y  con  saber  que  á  todo  el  muudo  tengo  satisfecho 
y  le  son  notorios  mis  servicios  y  lealtad  con  que  los  ha- 
go,  y  no  quiero  otro  mayorazgo  qtio  ost^.-^ 

Mucho  necesitaba  esta  convicción  do  su  lealtad,  par» 
presentarse  con  confianza  en  una  c^rte  tan  prevenida 
contra  él  por  el  influjo  de  sus  enemigos.  Oárlos  Y ,  en  con* 
seonencia  de  las  turbaciones  ocurridas  en  Méjjco ,  habla 
resuelto  variar  el  sistema  de  gobierno  en  la  ^S'neva^Bspa^ 
fí%y  ébnflriendo  la  autoridad  suprema  á  una  audiencia  de 
cinco  individuos ,  y  i'aerou  nombrados  oidores  los  Ldoa. 
Juan  Ortiz  de  Matienzo,  Alonso  de  Parada,  Diego  Del- 
gadillo  y  ITrancisco  IVIaldonado.  La  elección  de  presiden- 
te de  esta  corporación  no  pudo  ser  mas  desacertad»^  pne» 
recayó  en  Nnílo  de  Guzman,  quien  halnendo  obtenidn 
antes  el  gobierno  de  Panuco ,  se  habia  condocidode  la 
manera  mas  cruel,  haciendo  trasladar  los  indios á  las  is- 
las para  venderlos  por  esclavos ,  y  habia  tenido  varia» 
eoutestaciones  con  Cortés  sobre  los  límites  de  hu  gobier- 
no ,  por  cuyas  resultas  se  habia  declarado  au  enemigo  — 
Al  comunicar  á  Cortés  el  nombramiento  de  )a  uceva  an*t 
diencia,  el  emperador  lepidio  por  favor  que  detitioaae  en 
su  í^asa  las  piezas  necesarias  para  la  residencia  de  io.q  oi- 
dores y  salas  del  tribunal,  pues  todavía  el  gobierno  no 
tenia  edificio  que  le  perteneciese  en  la  capital ;  y  al  mifc 
mo  tiempo,  hacieudo  uso  de  las  mismas  i>r<;eríaa  que  se 
habían  empleado  para  sacar  de  Italia  al  Gran  Capitán  ^ 
ae  le  dijo  que  necesitando  el  emperador  de  su  consejo  pa 
ra  muchas  cosas  concernientes  al  bien  de  los  paises  nüe-    j 
vamente  descubiertos  y  conquistados,  habia  resuelto  lia-    -; 
marle  á  Bspaüa ,  y  &  la  audiencia  se  le  previno  que  le  ex     ", 
hortase  &  presentarse  cu  la  corte ,  y  que  si  lo  reh  Qüiaba  ¿ib   i 
^e  prendiera.  So  habia  necesidad  de  estos  medios  violen-    i 


—  17í  — 
Umf.pBMMtífíB  de  que  saliese  los  oidores  de. Eapaia 
Uf)itte  taránd^terminado  y  diapoeeto  sa  viaje ,  y  para  e- 
feotniudQíideapiMAié  á  Y6i(a6nus  á  su  ociado  Pedio  Bfiqoi- 
vtik^  panyA{HDe8tar  doa  boques  qoei  estaban  en  elpaerto; 
pera  l>  sslifla>aa.retaBd6  por  la  desgracia  sacedid^  á  este, 
qnefaó.  eneoBtrado  al  cabo  de  algon  tiempo  muerto  en 
ana  islefea  da  lá  laguna.  Cortés  dejó  'encargada  la  admi- 
BisSmeian  dasnst  bienes,  daranfie  sn  auasneía.,  A  su  pa  • 
nenteoMidOb  JoandeAItamiranO)  d6  quien  procede  la 
cas»  ám  loaí  nuurqneees  de  Salinas^  iaeorporada  después  en 
la^de  losiccuidea  de  Santiago,  y  tomadas  todas  sus  dis- 
potáfllmwiSy  pnrtíó  para  embaroarse ,  acompasándole  Gon- 
adode^Baüdii^m)  y  Andrés  de  Tapia ,  pero  antes  de  darse 
ala  TBlaii  tSFO  el  sentimiento  de  saber  la  muerte  de  sa 
padieyuinetaotoís  serv^icios  le  había  prestado  oi  la  oor- 
^r  7  ofiyas  fiMqiúas  lúEo  celebraren  Vecaornz,  de  la  ma- 
nesa^mas  decorosa  que  aquellos  tiempos  permitían* 

TavDBíeBipre el  go^^ietno  español  el  mayor  empeño  em 
das  &  ksifiíncionaríos  qoe  lo  representaban  toda  la  coíim 
BtdenMMM  necesaria ,  para  que  la  obedieneía  procediese 
rnaada.  respeto  ala  autoridad  que  da  temor  al  castigo;  y 
por  «sto  dispuso  qme  los  oidores  de  la  primera  audiencia, 
dnnants  da  aavegaeion^  viniesen  como  capitanes  de  los 
ba<iaes  Ipie  ios  condpeían*  Iilegados  á  Veraern^  resolvie- 
vom  pasarse  á  MéjioOl  sin  esperar  á  su  presidente  UnSo  de 
Gwsnaan ;  y  el  ayautamiento ,  en  el  cabildo  de  13  de  no- 
viembre de  1528 ,  nombró  jtres  regidoi:^  qve  fueren  á  feli- 
citax;los  y  acompasarlos  en  el  visy  e;  y.  en  el  de  4  de  dioiemM 
br^  iantorizó  al  mayordomo  de  ciudad  ^^para  que  compre 
uriilés  para  los  áreos  y  castillo  que  se  hsioe ,  y  que  á  ca- 
da fioo  de  los  cuatro  troi^pe^  se  diesen  dos  varas  de.da- 
mmrrrr  oqíl  siia  flocaduras  de  la  tierra  las  trompetas,  pa- 
ra ¡sk  «ntrada  de  los  seileres  presidente  é  oidora."  Por 
mSiiiaclas  que pare^c^a  estas  noticias^  les  da  mucho  inte- 
réj  (a  ¿kñfiguédad ,  y  por  ella  se  ve  la  economía  muy  reco- 
Buenda^bíéjobn  qoe  procedían  nqestros  mayores  en  todo  lo 
que  .era  gastos  públicos.  En  este  mismo  auo  se  hizo  el  pen- 
dón ^oe  se  sacaba  en  la  función  de  San  Hipólito ,  por  lo 
qoe  se  ve  coán  falso  es  lo  que  dicen  Torquemaaa  y  6ó- 
myara^  y  qne  geneoralmentobe  creia  que  este  pendón  era  el 
nrismo  con  que  se  hl9;o  la  coo^iüsta ,  el  costo  que  tuvo,  in. 
étuso  el  de  la  colación  ó  refresco  que  se  dio ,  ascendió  to- 

919SBTAGZONBS.--TOMO.  I.-*-23 


.-lis- 
do  &  cnatenta  pesos,  cin^  reales,  segante  ownta  %úid 
pongo  por  menor  al  pié  (I).-  Esta  faó  la  piiwim  Tes  qw 
H6  solemnizó  esta  festividad  poiP  aoneido  del  «yanla- 
miento  de  31  de  jallo,  en  qae  se  dispaso,  que:  laifle^tü  d6 
San  Joañi  é  Santíaigo,  é  Santo  Hipólito,  é  "WmMsnk  Se- 
ñora de  Agesto,  se  solemnioen  macho,  é  que  oenraii  toiof , 
ójaegaenoafiae,  éqne  todos  oabalgaen^  les  qoetUTiesss 
bestias,  so  p«ia  de  dies  pesos  de  oro,  la  náiBá  pam  laa 
obras  pábiicas^  é  la  otra  mitad  para  qaieu  lo^deniiMia. 
re.''  Aan  en  las  f andones  qae  se  haeian  por  loa  mayem 
saoeeos  de  la  monarqniá.  se  prooedia  con'  la  miam»  dr- 
eaospeoeion ,  y  así  í  aé  cómo  ^  habiendo  oomnniMdo  Oéc^ 
los  V  á  todos  sos  dominios  la  insigne  viototla  de  PaV&h 
el  ayuntamiento  de  Méjico «  en  el  cabildo  de  Ifdeabnl 
de  1624,  dia  en  qae  se  recibió  la  noticia)  odmisionó  Jk  les 
regidoves  Alonso  de  Medina  v  Diego.de  fioto,*  Mpaia  ha- 
cer ana  fiesta,  y  den  ana  librea  al  que  trajo  la  nneva ,  y 
hagan  qae  haya  sortija,  y  den  ana  cena-,  y  mandaron  al 
mayordomo  qae  dé  paradlo  todo  lo  qae  oviersn  menester 
para  el  diobo  gasto  é  librea^  que  se  le  dé  libimmiettto|parft 
«lio ,  por  las  dichas  baenas  naevas  que  yinieiNm  hoy  dia." 
A  catoto  ascendiesen  los  gasto»  de  estas  grandes  solem- 
nidades nadonates,  paédese  inferir  por  el  qne  tav»  el  re- 
fresco qoe  se  dio  con  motivo  del  nacimiento  del  rey  Fe- 
lipe H ,  para  el  cnal  se  mandaron  pagar  en  el  oataáldo  de 

[X]  ealnhlo  de  14  de  a/fóBfo  de  l^m. 

Loa  dichoft  aeñorea  mandaron  librar  ^)  pairar  cuarenta  peaot 
cinco  tomines  de  oro,  qae  ae  araataron  en  el  Fendon  y  en  la  eol 
don  del  dia  de  San  Hipólito  en  eata  manera :. 

A  Jaan  Franco,  de  derto  tafetán  colorado.' '     6- 

A  Jnaa  de  la  Torre»  de  cierto  tafetán  blance 

A  Fedre  Jimenec,  de  la  lieohara  del  peedon»  é  tojas». 

é  Uechara»  6  cordones,  ó  air^ «— ^-^ 7H 

A  Diego  de  Afilar, de  dos  arrobaa  de  vino.... .. '  C   ^ 

A  AioDBO  Sánchez ,  ana  arroba  de  confites....  ^ i: 

A  Martin  Baneliez  ,  trea  pesos  ele  melones ....... 

4( 


I      •  » 


Se  ye  por  esta  onenta.  qoe  ya  habia  paaamaneroa.y  todo  loj 
latlvo  al  samo  de  aederia.  Por  conlltea  ae.  entendía  en  toncea  ti 
]n  de  dulcería .  y  lob  melones ,  como  Trato  nuevo  en  la  tierra» 
bian  aer  cosa  de  baatante  aprecio. 


I 


-^  179  — 
20  dedÍGiMibré  áh  1527,  '«á  Diego  H^ruándeír^  Aeniso  y 
veinte  plbam,  de  vino  y  confitara»  para  )a  tte«t»idel  iiaei« 
mieáCtodél  principo  don  Felipe  nueetro  cie&or." 

Poóos dia8  deapuos  de  su  llegada  á  Méjico,  fallebieron 
loé  do0  oidores  Tarada  y  Muldonado ,  con  lo  que  qu  eda 
róu  soloci  ejerciendo  la  grande  autoridad  do  «luo  estaban 
roFeetidos  Slatieii^o  y  Defgadülo.  Sin  dada  )K)rque  éníon 
residían  en  la  ciasade  Obrtés ,  en  la  cual  ee  habían  teni- 
do liaáta  entonces  los  cal^ildos,  no  se  eontinaaroa  estos 
allf  y  pues  el  de  10  de  diciembre  de  este  afto  de  1528  so  ce- 
lebró en  ^  casa  de  Beroafdino  Tazqnez de  Tapia ,  y  to- 
dos los  siguiente  desde  el  de  11  de  aquel  mes  se  tuvieron 
ya  ^'en  las  cadas  de  calido ,  que  es  en  la  cárcel  pública ,  '^ 

3116  es' lel  edificio  de  la  diputación,  para  cuya  oonstruo- 
lóÜBé  señalaron  seis  solares  desdi)  que  se  hiao  la  irnTsa 
de  Iaci«dad^  según  la  cédula  do  13  de  diciembre  de  15127, 
fecha  eñ  Sargos ,  que  se  baila  en  el  cednlario  delJüzce- 
letttMoiO  Ayuntamiento  ^  y  que  éste  ha  pnblleado  entre 
1^  documentos  relativos  á  la  constrnceion  y  demolición 
del  Parián^  Kufio  de  Oazman '  asistió  al  cabildo  que  te  ce- 
lebró en  ir  de  enero  ae  1529 ,  para  presidir  laa  eleccio-. 
nes,  á  las  cuales  se  di6  otra  forma «  y  todo  ei  gobierno 
mottieípal  tomó  direrso  carácter ,  cesando  las  facultades 
omnímodas,  de  qué  basta  entóneos  habia  usado  el  ayun« 
taniiento. 

Gomo  uno  de  los  capitales  de  las  instrucoionei  de  la 
audiencia  era  continuar  la  residencia  de  Cortés,  interrum. 
pida  por  la  muerte  de  Ponoe,  se  volvió  á  abrir  el  juicio, 
y  en  uis  circunstancias  en  que  esto  se  verificó,  las  acusa- 
clones  se  multiplicaron ,  como  que  los  enemigos  de  Cortés 
eran  atendidos  y  premiados ,  y  que  todos  los  anteceden- 
tes haeian  creer  que  se  le  llamaba  á  la  corte  para  ser  pro- 
cesado f  pufes  que  aun  la  impresión  de  sus  relaciones  se 
habla  prohibido  por  el  gobierno ,  y  se  habían  mandado 
detener  los  buques  que  fuesen  de  Nueva  Bspafia ,  creyen- 
do encontrar  en  ellos  los  tesoros  que  se  decia  haber  sido 
defraudados  por  Cortés.  Bsta  íaé  la  época  en  que  se  for- 
mó el  expediente  sobre  la  muerte  de  la  primera  mujer  de 
Cortés,  doña  Catalina  Juárez ,  &  quien  se  le  acusaba  de 
habenrle  quitado  la  vida,  con  ocasión  de  haber  fallecido  en 
hí^eve  tiempo  después  de  su  llegada  á  Nueva-Bspafia;  ea- 
hwú»  de  t^n^m  hiaó  ewdal  ni  mn  el  F,  Casas  ^  tan  f^^ 


ua  pídor  blaludiendb  la  lanza  coutciE^  una  cdiuuiíidafl  de 
religiosos.  Si  pararon  en  esto ,  si^o  que  liiéiéron  ah^(tftef  ¡i 
uno  de  los  retraidos,  lo  qao  f  aó  causa  de  qUiB  el  óbf^po  il^ 
«'.tarase  ecjsomnlgádos  íi  Matienzo  y  Delgadülo  y  puáles^ 
laciodad  en  entredicho  ^  como  consta  do  xin  documento 
que  ^  publicará  en  el  apéndice.        ',         •  r      ' 

Becelando  qne  Cortés  volviese á' la  NuevaBspaiSki;  réxi 
jiioron  una  junta' do  los  procutádotes  de  los  concejos  p^ 
ra  que  liiciesenuna  representación  para  ioij|)edírlQ.  Beliu* 
sároose  &  ello  ^  lo's  prócura(|oreS}  lo  que  dio'  motivó  á  cjor- 
cer.  pontra  élios  toda  jespeole  dé  violencias  y  déápojaribs 
de  sus  re{)artiailentod.  E^to  mismo  hicieron  co^  redto  de 
AlvaradoV  que  había  vuelto  dé  Espafia  con  el  títJAIo'de 
adelantado  de  Guatemala,  llevando  tain  ádéíante  la  con- 
fiscapion  de  sus  bienes ,  qué  habiendo  venido  &  yer  al 
presidente  |  montado' en  ^üá  ínula,  al  8attr  se  t^éontró 
que  se  la  nabian  quitado ;  y  tuyo  qué  volVorsé  á'pié. 

Cortés  entre  tanto,  llegado  á  España,  coíno  Véñínoa 
en  la  disertación  respectiva  y  habla  6ido  re0ibitfo'oon  a- 
plausos  y  colmado  de  favores  por  el  émperaidorj  quien  le 
creó  marqués  del  valle  de  Oajaca ,  y  i^  dio  grandiM  eéta^ 
do^  y  posesiones.  Le  confirmó  además  en  el  empleo  de  c^* 
pitaDfgenéral  deláKueva-España,  pero  en  castítbávol* 
verle  el  gobierno  político,  el  gabinete  español  no  sé  apw- 
tó  del  sistema  que  tenia  adoptado^  y  se  rehusó  á  elFó  no 
obstante  lo  satisfecho  y  contento  qué  habia  qmddado  de 
Cortés,  y  á  pesar  de  los  grandes  empeños  de  los  primeros 
personajes  de  la  corte.  Estas  noticias  venidas  á  Méjico , 
sobresaltaron  á  los  oidores ,  delante  de  los  cuales  y  de 
otras  muchas  personas  dijo  Salazar:  *^Un  rey  que  em- 
^^  plea  un  traidor  como  Cortés,  es^uíi  hereje,  y  no  un  cris- 
<f  tiano. "  Alvarado,  que  lo  oyó,  sé  presentó  á  la  audien- 
cia, pidiendo  permiso  para  desafiar  solemnemente  á  Sala- 
/<ar^^  el  presidente  decretó :  ^<  Que  Alvarado  mentfa  C6- 
^'  mo  traidor,  y  que  Salazar  era  un  fiel  vasallo,  y  no  halna 
^<  dicho  lo  que  se  le  atribula ;  '^  y  al  dia  siguiente  Alvara- 
do fué  puesto  en  prisión  con  grillos  en  los  t>iés. 

Toda  comunicación  con  la  corte  se  impedía  cuidadosa- 
mente, y  el  sénior  Zomárraga,  para  hacer  saber  lo  ^ue  se 
pasaba,  tuvo  que  mandar  un  paje  suyo  á  llevar ,  como 
muéjstrb  de  lo  que  se  hacía  el  país ,  un  fian^  Cristo ,  ek 
V^jo  pecho  se  había  practicado  una  couoatidftd  en  ^ 


üiaa  MnltaStlMcoírtaaiíBl  ^  obiapPi  d^  a^ezdo  con  I09  de- 
Lii¿ti1»>ltg¡iiwrwi  fideo&a  a],  fmpe^ador ;  /,<  Hemos  examinado 
^MMiaedk)R  mas  propúia  |>ara  haoor  prosperar  el  p^is  y 
^^mPMíU  eftyél  £»  fó  cristíaaai  y  nos  pafieoe,  qne  el  pri- 
U  mero  y  xuia  importóte  sería  ponet  al  frente  del  gobier'* 
*^  liL9  WMrpersftiía  jnstia  y  entendida «  qnepnsiese.untér- 
<(s9Mno»á  tadas  las  pasiones  diabóUq^s  y  4  todos  los  des- 
^-  ¿odeMSiqíie  o(»samw  este  país."  Le  manifestaban  a^e- 
rnaa^laiMeeiñdadáe  remover i9iaediatamente á KaSo.cle 
•0iifliD^y6lQeoi49i:)aS|  'npmbrandp  un , jaez  de  residen' 
^a..9Wa  iq^e,  diesa  jc^ent»  de  su  eoi^uctar . 
. .  BttoiOoiiaeja  foé  seguido  por  la  c^rtoi  pero  bailándose 
QUkmY  de*  viaje  pac^  S'lañdeS)  habiendo  concedido  á  la 
/eisdad'diBMéjieQ  iodos  los  privilegios  qne.^  di#£rat^ba  ]a 
(teBar^cis^  d^ó  4  su  partida  encargados  los.ui^ocios  de 
Hwvanfiapafta^  ár  la  emperatriz  an  w^o^*  J6)if  ta .  .princei^a 
.  xMcdvió  estabtoeer  onvireiBato,  y  despnes,d€^j^«JbiiBr  pen- 
•M^  en  diversas  personas^  recayó  la.eleccíoaf^eiL  D.  An- 
V  toaio.de  MenAoosa,  segando  bijQ  del  cél^rcjicfjidp  d9  Ten  - 
4iUa  y.  bfirmai^O'del  marqnés  deMQn<i^£^;,  noip^w*^  ^^  ^^^^ 
digno  de  ejercer  tan  alto  empleo ;  mas  como  su  partida.no 
ppodiaaac  ta>n»pD(^^tat  y  vgia  separax  del  ma¿doá  lo» 
qnetaotO:  aboso  cataban. Jptaciendo  d^  él  en  Méjico^  la  em- 
^l^ecatfiz  dispuso  mpdar  desde  Ineso  la  audiencia,  nom- 
brando por  prasidenié  déla  que  da  j^uevo  iba  á  formar  á 
;  dcMiiSelMistían  Kapui^  de  ITuenleal^  obispo  de  Santo  Do- 
nuipg^,  y  encarga  la  elección  de  los  oidores  al  'obispo  de 
Badfywt.  preiaidente  de^  cbanoillería  de  Talladolid,  re- 
.  oomendándote^^oogiera  pananas  de  p;>obidady  ci^cia; 
este  prolado  nombra  álos  Ldos.  Juan  d^  Sá^meron^  Alonso 
^  MaMonado,  FranQisoo  Geinos,  ftac^  q^  era  del  consejo,  y 
.  pw  última  á  don  Yiasco  d^  Qoiroga,  que,  después  íué  pri  - 
laar  obispo  de  Mj^^hoacsoa^  y  cuyo  i^ó^bre  solo  basta  pa- 
ra irecc^óaer  que. la  virtud  mismaviao  con  aquella  au- 
«  diésMcia.  Xfps  ojdoxea  debian  dirigiría  á.  Santo  Domingo 
1  pai»  aegQii:  de  allí  en  eompafiía  del  presidente ;  y  entre 
Jafl  imrtSEaecionas  q&e  se  les  dieron^  una  fué  que  examina- 
wea  ]»iverdadide los  cargos  que  se  bac^a  álos  individuaos 
,.>d6il|i.piii«!QMi  audiencia  y  ybajilándolos  fundadoSi  manda- 
•  sea  áeatofiáBspaíla  con  sus  procesos,  l!fo  quiso  esperar 
eato.Halk^^Q  6unnan,;p<)r  lo  que,  a^tes^de  la  llegada  déla 
audiencia ,  emprendió  una  expedición  á  Micboacan  y  Ja- 


li8C0|  quitando  la  vida  oraéiméttte  m  laplimera^dé  wtes 
pi^Tiiiciái  al  rey  Oalzcn^Ki ,  deij^áés  de  -  d6ftp^^lé40  mm 
teAQios^  j  fimdatido  en  la  flegmMa  la  .cl(idftA<fcfihiiAÉlfli- 
jat^  2  por  él  nombre  de  su  i>fttíia.  Á  OórMlse  IH  pwvfno 
qne  stispcindiese  sit  regresó  haéta  qae  se  tériiMse  la*  lle- 
gada de  lañneva  andienda^  para  eritar  leiiebd^fiieB  fti^ae 
podría  dar  Ingas  sa^preaeneia  en  el  país  ttieMrtu»  te  pri- 
mera gobernase ;  pero  no  habiendo  potfMo  'dcrtMfM»  por 
loé  motivos  qne  expuso  á  la  emperawy,  ^esta^ttwdé  que 
no  entrase  «íi  Méjico,  de  coya  pmvidíenda'  se  impúoo  la 
aadieuoia  por  el  abnso  qae  oometía  de  abrir  ^SOáM  loa  ^dea- 
paohosi  y  se  la  hixo  saber  en  Tláxeala^  por  medio  áüL  al* 
goadl mayor Proafio , qne al eteo<?0 sáltói  á tíáéáamfíñUtitb, 
Oórtós,  en  campUmiento  de  efeita  Óideá/fij^  sa  ifeíAdéMia 
en  Tezonoo  y  y  faé  tal  el  eononrsd  dé  las  t^soMi^píáBei- 
páles  qné  imuí  averie,  qae  esto  exdtJ6la4eaeóbflanaa~y 
onidadode  los  oidores^  qnienes  pr<Albiemn  <«ito8  ¡rts^ñ 
y  apreitatün  la  artillería ;  mas  como  eratMiitHihasleg  qae 
se  declimibÉin por Oortés,  las  cosasbabí^  llegado  4  an 
rompiniíenti^  si  >^  ^  bnbiera  evitado' por  el  mpeto  del 
señorottspo  Znmárraga. 

El  oidor  I>elgadillo^  entre  tantos  malesioomoioaiABHSy^  te^ 
zo  célebre  sn  nombre  por  nn  beneficio  de  imnottanoia : 
Francisco  de  Santa  Oroz  le  ái6  nna  qnatta  de  oniade 
semilla  de  gnsano  de  seda ,  y  con  ella  poso  nna  oti*  eon 
las  moreras  qne  tenia  en  nna  bnerta;  snya ,  yestehté  el 
IJtincipib  de  nn  ramo  qne  llegó  ánn  alto  grado  da  pros- 
peridad, ooñxo  en  sn  Ingar  veréoies;  fFanckHto^M  qué  «I 
fomentó  [de  la  industria  prodajo' béneáOHM  qáé  doran, 
coando  5  a  no  hay  ni  memoria  de  donde  préOecKlsmn! 

Los  vientos  contrarios,  impidiera  ^  los  oidMM  arttllar 
á  Santo  Domingo,' por  lo  cnál  llegoaron  á  ]üé)l4ó>6ia  isi 
presidentel,  y  segtm  las  prevencienes  de  la^cóne  UdMan 
sn  entrada  en  la  capital  con  grande  soiemnidíady'  al  firin- 
cipio  del  año  de  1531.  Como  en  todo  Se  llev«íb4  «el  «bjeto 
de  dar  nna  gnmde  idea  de  la  antorídad  Mal ,  y  qocftasta 
f  aese  la  que  se  sobf  epnsieee  á  todo,  el  edió  realy  abloea- 
dó  en  una  rica  caja  qne  caraba  ana  mnla  Mlíietta  ¿de 
terciopelo  negro ,  iba  entre  los  oidores ,  dMAiisKúaílaAo, 
con  la  comitiva  del  ayuntamiento  y  todos  los  vMittos 
principales  á  caballo,  porqne  entonces  este  «m  el-li^  da 
todas  las  solemnidades  de  esta  dase.  Alqjánmse  en  la  aa- 


maywttápeffxi^6&  tepánii*  los  males  caasadoa  por  el.isal 
goM^Mo'iMMSor;  Abierta  la  résidmciacolUraia  amíieii- 
eía,'  fcMMii  látfdltfftimM  las  d^nandag  que  se  {^reaentaccm 
coiltréílM  oidiMefir  Hattenzo  y  BelgadiUo,  pues  llegaroa  á 
eiefato  TOinte  ^  eoatró  los  pro'&esos  qae  contra'Ollo»  se  ins- 
•tmiaiiy  f  de  m  eíialeá,  ^n  el  año  de  1532,  se  senteiiciaioQ 
veilitb7'üihco  y  SftKét^i^  oondoDados'  k  pagar  cnai^nta  . 
mi(;]^teS6&LaíM|fllftóeia  del  presidente *á  todo  seextea- 
díá/y  oott  'i^refe^iifáa  á  onidar  del  bienestardelos  indio», . 
y  de  isa' lnAMiedon  éto  la  rsHgioD^  kabieadO' hecho  pnbli- 
esf  ltí(<Mlefl^del  téy,  perlas  cuales 'Se' impuso  la  pena 
de  muerte  á  los.  que  los  hiciesen  esctaví»!  ó  cometiesen 
TiAeubiw  ett  IM  pusebioi^  pacíficos;  JBe  oeapó  0(m  espeda-^ 
lidnd  eÁfl  Hémítilí^á]^  la  capital  y 'proporcionarle  todo  géne- 
ro de  cdUbdldod^  •  haciendo  conducir  éí  agua  al  barrio 
del TláttelMeó  y  formó  Ihentes  páUicas  en  todo»  los  de- 
más. Fláa^'facilitar'  y  asegurat  la  ^conumácacioB  con  Ye*« 
rseras;  diwuso  ftmar  una  población  nnoTa  ep  el  inter- 
meafo^i  que^  láfbiHdad  dePueMa  y  paubcáya  formación 
«kámétíÓiA  ^oídei'.fialmeten  y  al  P<  ^tí  ^orilno  de  Bena^ 
TéM^'tuMcmféeidís  con  el  nombre  de'  Mototinia  Jl],  no 
qtmifiííiíkí^^  en  Vlasoalaipor  no  causar 

la  &'}o^  indles^i  fiqírrenes  en  todo  quiso  siempre  la* . 
Toreéer.  Tuvo  él  mayor  ctfidadode'ltv  propagación  da  to-* 
da*' life  ^tantas*  útítes,  y  habiendo  irknido«on  la  marqne- 
lUl'^A^Mle  tinas^beataa  frauéiscanás  para  establecer  una 
calóla  dé' éduoacioti,  previno  se  ensenase  en  ella  á  las  ni**  ' 
üBBéi^MMñcbit é kHár ^\ «Ulamo  j/ Hno^ 

QdÉrietíjlb^aségamr  mtu4  el  buen  trató  de  loe  indios^  r^r- ' 
md'1ÉMi(jmitÉ'4uo áutomando^ sus  niaodamínntos*. remo- 
diaAí  Ids  ¿MÍMf  ^  en  cHase redcrjoinradhoel tralMijoper; 
KA^dé^'hm^Éíatttrales'l  seproliibióoqnéiseiea  emplÁaso 
piura  lleyar  cargas ;  se  les  declaró  tan  libres  como  los  es*- 
pflSMMy^mandá^ile  no  seles  obligase  á  trabig'aren 
Ita'OíbneABf  y  £»  ordenó^  qne  cuaudó  lo'hioíoseu  TOlunta- 
riaisenté/  se  les'|^aga!ié  su  jornal,  ecdgítodo  á  Jos  encí^ 


41 )  "iNtoHaui''  #11  m^jiovno  aigniliea  pol^rern,  y  en  naa  ile  Ja«  il/tiertar-iu- 
M  «igiú«nteB  •«  dirá  el  motivo  Jí»  ba)>er  adoptatio  eíte  uombre  él  pudra  Be- 


—  180  — 

menderos  juramento  de  tratarlos  bien  j  cristianamente. 
A  mae  de  eeto  se  diepnao  que  w  ffos  madadea  y  po^blog. , . 
eligiesen  anualmente  alcaldes  y  lragidoc<^e  qoe  aáimiiistirar 
uen  la  jostícia,  como  se  hacia  en  las  poblacipnes  dees*' .  ,, 
panoles.  £1  agradecimiento  dabido  6  las  b^^p^as  aocipnes . 
requiere  que  la  posteridad  reconocida  conserye  la^nienw)-  . 
ría  de  loa  individuos  que  compusieron  esta  jauta  Yfít^t^r 
deramente  filantrópica :  estos  fueron  el  obispo  de  l^é  jico 
don  fray  Juan  de^umárragar  á^quien  Teridnvos  figaarar  en 
lo  sucesivo  en  todo  lo  que  es  verdaderamente  bueno  j 
piadoso ;  el  guardián  y  prior  de  San  Francisco  y  ^anto 
JlomingOy  cadatuno  condes  religiosos;  el  manques  del 
Yallc^  los  cuatro  oidores;  el  comendador  ProaS^  alguacil 
mayor ;  Bemardino-|Vaflsqnez  de  Tapia  y  los  vecinos  Or. 
(Infla  ^f  Santa  01ara« 

(Jn  incidente  acontecido  durante  el  g<d)iemo  de  esta 
audiencia^  al  mismo  tiempo  qne  hace  ve^  el  espirita  qoe 
(íMitonces  dominaba  9  me  parece  qne  concurre  ¿  demostrar 
lo  que  he  indicado  anteriormente  acerca  ¡de  las  rivalida- 
des entre  los  espafioles  venidos  de  Espilla  y  los  nacidos 
en  Méjico,  qne  en  mi  concepto  nadó  de  la  que  hubo  desde 
el  principio  entre  los  conquistadores  y.  los  que  después  ^ 
llegaron :  al  salir  el  Corpas  ^  eo;  el  aSlo de  1536,  se  suscita 
nn  gran  tumulto  en  1»  pnarta  de  la  iglesia^  porque  ema^. , 
floles  recien  venidos  habían  tediado  lasvacasdelpaliPi  no- .'. 
Dor  que  los  conqnistadoves  pretendían  que  les  era  ekiáiiik» 
divamente  debidq.  De  las  palabras  paa9iron  ó  las  espada;^! . 
y  poco  taltó  para  que  la  caestion  se  decidiese  con  si^l* 
gre.  Por  entonces  cesó  la  contiiaversi%  protestandi^oadA 
parte  hacer  valer  sus  derechos  9  y  el  empers^or  ma^dó 
que  en  lo  de  adelante  d  presidente  y  oidgrefii  ;|Mwnl)araa 
las  personas  qne  habían  de  desempeüar  este.honra^Q.o&- 
ció ,  escogiéndolos  entre  los  principalfis,  vecinos  d^  l^iii^~ . 
dad.  Bn  alguno  de  los  últimos  aCos ,.  la  salida  de  li^  pro-  ' 
cesión  se  ha  retardado  por  no  haber  qnien  Ueyaae  estas 
varas. 

Si  el  presidente  Fuenleal  atendió  con  tan  eBpeciaLcni«> 
dado  el  bienestar  de  los  indios^  no  cuidó  menos  die  au 
ilustración.  Estableció  la  ense&anza  del  latín*  en  el.  oqle^ 
gio  de  SantiagOi  fundado  para  sn  edacadon ,  y  él  padre 
Torquemada  recuerda  con  gratitud  qne  allí  se  formó  don. 
A^itonio  Valeriano^  muy  aventajado  en  la  latinidad ,  ]» 


-187-^  ' 

^ae  enseSó  en  el  mismo  colegio ,  f  aé  góbetnador  de  Méji- 
eo  c^  oaarenta  afios  y  eneefióla  lengaa  mejicana  al  mis- 
,inopsKl^e« 

Tales  faeron  las  tareas  de  don  Sebastian  Bamirez  de 
í^aenleal ,  en  los  cinco  afios  qne  gobernó  hasta  sn  i^nnn 
cía,  que  le  faé  admitida  iwr  el  emperador,  premiando 
táá  relevantes  méritos  con  el  obispado  de  Ouenca  y  la 
presidencia, de  la  chandllerí (I  de  Granada.  Sn  memoria 
pfihé  ser  po^  siempre  grata  á  los  mejicanos  y  y  cnando  so 
acaben  de  calmar  las  pasiones  qne  por  algún  tiempo  lian 
dominado,  fidí  estatuid  se  verá  entre  las  de  los  grandes 
bene&ctóree  de  nna  cindad  que  tanto  le  debió,  y  Puebla 
lévantai^á  un  mdnnménto  á  su  ilustre  fundador,  en  el  que 
no  dejará  de  ocupar  digno  lugar  el  humilde  misionero  cu- 
yo 9ombre  y  blasón  fué  Iñ pobreza,  y  que  con  sus  mauon 
venerables  tomó  el  cordel  y  la  escuadra  para  hacet  la 
delineacíon  de  una  las  hermosas  ciudades  de  la  repú** 
l>li(». 

El  presidente  Fuenleal  fué- dignamente  reemplazado 
por  don  Antonio  de  Mendoza ,  oue  aunque  había  sido 
nombrado  yirey  desde  el  afio  de  1530 ,  no  vino  á  desem. 
pfiBar  este  empleo  hasta  el  del53S.  Procediendo  de  una 
de  Isa  mas  ilustres  familias  de^Españ'a,  cuyos  varios  indi- 
vidaós  habían  obtenido  los  mas  altos  empleos  de  U  mo- 
nsurqoía  en  lá  Iglesia,  el  ejército  y  la  diplomada,  á  cuyo 
"brillose.agregaba  él  de  la  literatura,  que  era  como  here- 
ditario m  esta  casa,  Mendoza  realzaba  la  dignidad  de  que 
se  le  había  revestido,  con  el  lustre  de  su  nacimiento,  y  tx>- 
davU  mas  con  el  mérito  de  sos  virtudes  personales.  El 
decoro  que  requería  tan  alto  puesto  no  le  hada  olvidar 
su  natural  modestia:  firme  en  sus  resoluciones,  sabia  tem- 
jplar  esta  firmeza  con  ía  prudencia  que  éxigian  las  cir- 
cunstancias ;  económico  en  su  persona ,  lo  era  también  en 
la  administración  del  tosoro  público ,  y  aunque  atendía  á 
los  aumentos  de  este,  procuraba  proporción  atlos  sin  o- 
primir  al  pueblo,  cuya  feliddad  fué  el  objeto  de  sus  des- 
velos.. Eo,  él  comienza  una  serie  de  hombres  de  probidad, 
de  üostracion,  de  verdadero  mérito,  como  fueron  lo»  pri- 
metoB  vii^eyeia ,  á  quienes  se  debió  el  establecimiento  del 
gobierno  én  todos|sus'ramo3,  y  que  fieles  á  su  soberano  por 
houoif  y  por  condénela,  sí  la  condendá  es  tosa  diversa 
del  honor  bien  entendido^  mo  creían  desempeñar  los  de^ 


—  188  — 
beres  que  lA  confianza  d^lmonarisa  les  imponía,  sino  con. 
aagcáadoso  enA^amente  á  promovec  todos  I09..  ^lantog 
de  que  era  sasceptil^ile  el  país  ,qae  se  1^  Iiabiá  c^ncqm^n- 
dado.  De  aquí  vinieron  los  progresos  qáe  liizo  en  tocto  la ' 
I^neva-Bspaiia  en  pooosaSos,  y  la  condncta  admirable  d« 
estos  funcionarios  Iigice  formar  n^a  idea  n^uy  ayi^'ntjmfda 
del  estado,  de  mor^Llidad  6  ilustración  qne  jdptónc^s  Xc^ 
la  alta  nobleza  española  ^  pues  qae  íjOfdos  sisdier^n'f^é  las 
mas  ilustres  casas  desellas.  .  .     .     «.    r 

Esta  primer^  épópa  delgobierno  español^  que  no  puede 


de  los  documentos  auté^ticps  que  be, trivio  4  \^  Y^^^^  ^^^ 
dado  toda  l^  p;ceci^pn,  u^c^rit^ & liu '  p9,lf(odb'  no  .poco 
«onfnso  do  nuestra  bistpúa,  j  he  íy adb  fpa'^pñj^cimien- 
toaque  él  abrazai^n  QusfrespectiYa8,fecba^  enlo  ctÁl^ha- 
bíaliabído á veoes. iñ^xa(?titud  en.Ips  .^c^itpre^ ,^qde  es 
han  ocupado  én  estas  materias.  "* ; 

,  BieljieriodoquQ  eomppien^ió  laantetíqr  disertación, 
que  ffid  d^de  I^  tpma  de  ja  capital  haata  yla,  ^aliHa.  de 
Cortés  para  las  Qibteras,  nos  hizo  yei;  ci|átito;90  hizo  en 
poco  tiempo^  m|eutjras  Cortas  pudo  dáT  lipren^éíite  vjielo 
á  su  genio  y  á  su  actividad,  el  presente  b<^s  of^e¿^  el  boa- 
traste  de  todos  los  male^  a  que  da^ lugar.  ía  ii^ábsisten- 
cié»  del  gobierpo,  la  ambición  ^e  apoderarse  de  ^\  t>OT  los 
.  medios  mas  reprobados  y  f  el  desenfreno  de  las  ^pasiones 
en  los  que  en  él  se  hatlaa  colocados.  El  nó^  démdefitra 
t^mlnen  que  no  es  la  variación  de  formas  poIítifaB  la  que 
hace  la  prosperidad  de  las  naciones:  en  diez/ (tilos  que 
trascurrieron  desde  la  salida  de  Cortés  para  la^Hlbueras 
basta  él  establecimiento  del  vireinato^  las  rieñaas  del  go- 
biérno  estuvieron  en  manos  de  diversos  gobernadores, 
unas  veces  asociados  varios^  otra^  uno  solo ;  de  aqní   ae 
pasó  á  ]<asaudienciaS|  y  si  la  primera  hizo.Ver  hasta  dónde 
puede  llegar  la  estravagancia  y  la  opresión  cuando  la 
autoridaa  repae  en  hombres  que^  sin  respeto  á  la  religión 
ni  á  la  sociedad,  iee  entregan  ciegaibente  á  los  Vicios  mmm 
detestables,  la  segunda  demostró  que  esa  misma  autori- 
dad de  que  abusaron  los  magistrados  que  coÍDfpurieron 
aquella,  es  la  fuente  de  todos  los  bienes  cuando  la  jcjéroem 

nano»  pur»»  ^íwMfi&^M^  t^ev^Wí^  %ii^  l}Of ;/.  ot» 


— 189  —  . 
teniaii  eran  lu  misniM;  igual  el  poder  de  que  estaban  re- 
TeeÜdas  ;.iio  se  habia  hecho  mas  que  ráriar  lae  penronas, 
peio  por  deegrada  todaTía  las  inetítaokmee  polítícas  no 
han  Uegado,  ni  es  probable  que  Uegnen  nnnca ,  á  nn  gra- 
do de  perfeo(4<ni  tol ,  que  oblignen  al  qne  gobierna  A  obrar 
hiea  por  efecto  de  la  limitación  de  fiMmltades  qne  se  le 
wfialeny  y  todo  será  siempre  efecto  de  las  cualidades  per- 
M>nai60  de  loe  individnos. 

La  elección  feliz  de  estos  es  nn  beneflcío  qne  la  Provi-- 
deoda  divina  reserva  en  sns  altos  secretos.  i>ara  dispon*' 
rarlo  &  les  pneblos  caando  qniere  hacerles  msfrntar  aquel 
grado  de  felicidad  qne  es  posible  gozar  sobre  la  tierra  ^  j 
eia  misma  ProTídendaí  qne  dio  id  imperio  romano  nna 
leñe  de  príncipes  tales  como  Kerva^  Trajano,  Antonino  j 
Mareo  Anrélio  y  pa»  consolar  al  género  hnmano  de  lo» 
males  qne  snfiió  bajo  los  moostmos  qne  les  precedieron, 
diéá  la  Nneva-Espafia  á  Fuenlealy  mendosa  y  los  Yelas< 
cosy  para  qne  su  sabidwia^  sn  probidad,  sus  virtudes  to« 
(tas,  corasen  los  males  qne  cansaron  Salasar  y  Ghirino , 
Onanan  y  sns  compaüeroa^  y  la  historia  impardali  esta 
jostfcia  qné  todas  las  aeneraciones  teñidoras  tienen  el  de- 
recho de  cs|eroer  sotoelas  generaciones  qne  pasaron,  al 
mismo  tiempo  qne  consigna  en  los  anales  migicanos  estos 
nombres  A  nna  perpetoa  execración,  consagra  los  de  a- 
qsellosal  aprecio  y  á  la  estimación  de  todas  las  edades 
tatoras,  mientras  la  virtud  sea  honrada  en  la  tierra. 


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áPENDICE  PRIMERO. 


BiaCMUVlAA 


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LAMINA  ISABEL  Y  »EC01IN. 


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uaaMia'i  mQ/mt 


i.A^i9^iiHaii« 


4u 


iuBJO)  )ay  iñkti  amiid  aj 


APÉNDICE  PRIMERO. 


L 
lia  Reina  dofta  Isabel  la  Católica. 

Bl  señor  Preicott,  varias  veces  citado^  célebre  literato 
de  los  Estados*  UBidosqne  me  honro  con  su  amistad  y 
correspondencia,  ha  escrito  en  tres  tomos  la  Historia  del 
reinado  de  los  Reyes  Católicos  don  Femando  y  doña  Isabel: 
obra  mny  estimable  por  el  acopio  y  exactitud  de  noticias 
qne  contiene,  por  la  profandidad  y  sólidos  juicios  de  las 
observaciones  en  que  abunda,  y  por  la  imparcialidad  con 
que  trata  los  puntos  mas  delicados  concernientes  6  aque- 
lla época,  tan  llena  de  acontecimientos  importantes ,  y 
que  debe  ser  considerada  como  el  principio  de  la  historia 
moderna  de  BspaQa ;  haciéndose  mas  notable  el  que  ha^ 
ya  podido  ocuparse  de  un  trabajo  tan  esmerado  y  prolijo, 
consultando  multitud  ds  obras  en  una  lengua  extranjera, 
un  hombre  qne  hace  mucho  tiempo  está  privado  de  la 
vista,  y  tiene  que  servirse  de  otras  personas  para  que  le 
lean  y  escriban.  El  mismo  señor  Prescott  ba  escrito  re. 
cientemente  la  Historia  de  la  conquista  de  M^i^o  y  la  vida 
ds  Femando  Cortés^  en  la  que  ha  hecho  uso  de  noticias  y 
documentos  que  le  he  comunicado,  y  que  saldrán  origina- 
leseen  estas  disertaciones.  Ambas  obras  han  tenido  tal 
aceptación,  que  déla  primera  se  han  hecho  ya  siete  edi- 
eioues,  y  de  la  Historia  de  la  conqiiista  de  MyicOj  habiéU'* 
dose  vendido  en  muy  poco  tiempo  la¡primera,  se  está  im- 
primiendo la  segunda,  en  número  de  cincuenta  mil  ejem- 

9I3BBTACI0NB&— -T01C9  1,-^25 


— 1&4  - 
plaUBS.  De  ñuMistoria  de  loa  Beyes  Católicos  í?aoaré  las  &o« 
tioias  sigaientes  relativas  á  la  reina  dofia  Isabel. 

Naoló  en  Madrid  el  dia  22  de  abril  de  1451,  Sa  padre 
el  rey  don  Jaan  el  Segando,  mnrió  cuatro  anca  despoes, 
el  21  de  julio  de  1451,  dejando  encomendado  á  su  hijo  y 
sucesor  don.  Enrique  IV ,  habido  en  su  primer  matrimo- 
nio, el  cuidado  de  los  hijos  que  tuvo  en  el  segundo,  que 
fueron  doña  Isabel  y  don  Alonso,  aeignando  para  la  ma- 
nutención de  la  primera  la  villa  de  Ouellar. 

A  ía  muorte  del  rey,  In  reina  viuda ,  doíia  Isabel  de 
Portugal  se  retiró  con  sná  hijos  á  Aiévalo,  donde  en  bre- 
ve sn  juicio,  ya  muy  menoBcabado,  acabó  de  perderse. — 
En  aquel  retiro  pasó  dofia  Isabel  sug  primeros  aiios,  asis- 
tiendo á  su  madre  enferma,  y  en  medio  de  las  estrecheces 
á  que  la  reducía  el  despilfarro  y  descuido  del  rey  su  her- 
mano, en  términos  de  carecer  á  veces  hasta  délo  mas 
uecesailo  para  su  subsistencia.  Así  adquirió  en  la  desgra- 
cia aquel  fondo  de  religión  que  se  dejaba  ver  en  todas  sus 
acciones,  i  aquella  consuipada  prudencia  que  la  hizo  cou- 
ducir<»e  crn  tanteo  acierto  en  las  circunstancias  mas  difí^ 
Qiles  de  la  vida. 

El  desgobierno  de  don  Heuriquó  y  las  liviandades  de  la 
reina  áu  esposa  cansaron  bien  pronto  una  guerra  civil  que 
dirigía  el  arzobispo  de  Toledo,  don  Alfonso  Oarrion  y 
don  Juan  Pacheco,  marqués  de  Yi llena,  y  á  pretexto  de 
que  no  era  hija  del  rey,  siub  de  D.  Beltran  de  la  Cueva , 
duque  de  Alburquerque,  la  infanta  doila  Juana  que  aca« 
baba  de  nacer,  y  á  quien  por  esto  llamaban  Beltraneja, 
en  una  ceremonia  solemne  celebrada  en  Avila,  destrona** 
ron  al  rey  y  proclamaron  á  su  hermano  don  Alonso,  de 
^dad  de  once  años. 

D.  Hc^iique,  con  el  fin  de  seiivrar  del  partido  de  loa 
grandes  que  le  eran  contrarios  al  marqués  de  Villena , 
trató  de  casar  á  doña  Idabel ,  que  tenia  á  la  s^zon  diez  y 
hiete  años ,  y  á  quien  habia  llevado  á  su  palacio,  con  don 
Pedro  Girón,  gran  maestre  de  üalatrava,  hermano  del 
mismo  marqués,  A  la  propuesta  de  un  matrimonio  tan 
desigual,  la  princesa  se  llenó  de  indignación,  y  comp  se 
la  amenazaba  obUgarla  por  fuerza,  su  fiel  amiga  dofia 
Beatriz  de  Bobadilla  le  dijo  con  resolución :  ^^  Dios  no  lo 
permitirá,  ni  yo  tampoco,-'  ensefiándole  un  pufiál  que 
llevaba  oculto  en  su  pecixo,  resuelta»  á  clavarlo  en  del 


•^ 


— 195  — 
maestre  laego  que  «e  preBentase  á  aquellas  bodas. 

Batas  se  preparaban  eon  gran  A5|aparato,  peio  para  im 
I>édirlas  no  fdé  necesario  el  puñalde  dofia  Beatrie,  pves 
la  muerte  repentina  del  maestre,  que  espiró  eaViUam- 
bia  en  medio  de  las  mas  horribles  impreoacloues,  porque 
se  le  arrebataba  la  vida  en  el  momenio  de  sn  trianfO)  li- 
bró á  doña  Isabel  de  este  conecto,  y  en  seguida  la  ocupa- 
ción de  la  ciudad  de  Begovia  por  los  partidarios  de  don 
Alonso,  á  consecuencia  de  la  batalla  de  Olmedo ,  le  pro- 
porcionó pasar  á  unirse  con  él.  La  tempftena  muerte  de 
este  joven  principe  desconcertó  los  planes  de  Tos  grandes 
.que  le  habían  elevado  al  trono,  y  entx>noes  el  turbulento 
arzobispo  de  Toledo  propuso  á  doña  Isabel,  que  ee  habja 
retirado  áuncon vento  de  Avila,  que  permitiera  ser  procla- 
mada reina.  Lo  rehusó  sin  vacilar,  espresando  qne  mien- 
tras viviese  su  hermano  don  Henrique,  nadie  mas  que  él 
tenia  derecho  á  la  corona ;  pero  eutre  tanto  Beviila  y  to 
da  Andalucía  se  hablan  declarado  por  ella,  y  don  Henri- 
que tuvo  que  entrar  en  un  convenio  con  los  grandes  des- 
contentos. Una  confei  encía  se  verííleó  en  los  Toros  de  Qui- 
tando^ á  la  que  concurrieron  el  rey  y  su  hermana,  cada 
uno  con  una  brillante  comitiva  de  los  grandes  que  for* 
maban  su  partido.  Bu  ella  quedó  establecida  entre]  otras 
cosas^  que  doña  Isabel  sería  declarada  heredera  de  la  co  • 
róna,  y  las  cortes  reunidas  en  seguida  en  Ocaña  la  reco- 
nocieron unánimente  como  la  sabedora  legítima  eu  los 
reinos  de  Oaatilla  y  do  León. 

Doña  Isabel ,  cuya  mano  desdé  su  mas  corta  edad  ha- 
bla sido  solicitada  por  varios  príncipes^  fijó  su  elección  en 
don  Femando,  heredero  de  la  corona  de  Aragón  á  quien 
su  padre,  el  rey  don  Jcían,  habia  cedido  el  reino  de  Sicilia. 
Los  artículos  del  contrato  matrimonial  se  firmaron  el  7  de 
enero  de  1469  9  y  en  ellos  se  estableció,  con  la  mas  dili- 
gente escrupulosidad,  todo  cuanto  era  menester  para  ase- 
gurar Aa  independencia  de  los  dos  reinos,  y  para  arreglar 
el  ejercicio  de  la  autoridad  en  cada  uno  de  ellos.  Pero  es- 
te matrimonio  disgustaba  al  rey  don  HenHque,  y  espe- 
cialmente al  marqués  de  Vilena ,  que  resolvió  impedirlo 
por  la  fuerza,  y  lo  habría  conseguido  si  el  infatigable  ar- 
zobispo Garrion  no  hubiese  prevenido  sus  maquinaciones, 
Inbtendo  logrado  apoderarse  con  un  oiüearpo  dé  tropas  que 
t^recápitadamente  juntó,  de  la  villa  de  Madrigal  logáis  49 


—  líje- 
la residencia  de  dolía  Idabtí,  ^la  qae  condujo  con  ee^if- 
rid^d  A  Yalladolid»  fernandOf  que  con  el  disfraz  de  mo- 
.zo.de  malas  habla  logrado  penetrar  enOastiUo,  pado  rea« 
niise  por  entre  mil  peligros  oon  los  grandes  de  sn  parti- 
do, en  Daeüas,  de  donde  se  trasladó  á  Yalladolid,  y  el  ca- 
samiento se  celebró  el  18  de  octabre  de  1469 ;  mas  iwt  pa- 
rentesco que  tenían  los  contrayentes,  en  grado  qne  entoa- 
ees  requería  dispensa  del  papa,  el  arzobispo  Oarrion ,  te« 
miendo  no  obtenerla,  fingió  una  bula  en  qne  se  conoedía, 
coya  artificio  descubierto  después,  disgastó  mucho  á  do- 
ña Isabel,  que  obtuvo  una  bula  verdadera  oon  s^xiel  ob- 
jeto, 

.  Henriqué  1?  falleció  el  dia  11  de  diciembre  de  1474,  y 
en  oonseouencia  doña  Isabel  fué  reclamada  reina  de  Gas- 
tilla  t  en  Segovia,  donde  entonceé  residía,  el  13  del  mis- 
mo diciembre ;  pero  el  tiempo  trascurrido  desde  el  con- 
venio de  los  Toros  de  Guisando  habiá  causado  grande  y«- 
riacion  en  los  ánimos  de  machos  de  los  grandes  que  for- 
maban el  partido  dedoila  Isabel,  y  varios  de  los  que  en. 
toncos  la, hicieron  reconocer  heredera  de  la  corona  de 
Castilla,  ahora  se  declararon  por  su  sobrina  doña  Juana, 
con  el  apoyo  del  rey  de  Portugal  su  pariente,  que  vino  á 
Castilla,  y  celebró  esponsales  con  ella ;  siendo  muy  de  no- 
tar que  aquel  mismo  arzobispo  de  Toledo,  don  Alonso 
Carrillo,  que  con  ^to  ardor  había  abrazado  los  intere- 
ses de  do&a  Isabel,  ahora  era  el  mas  decidido  partidario 
de  dofia  Juana,  habiendo  ido  á  unirse  al  rey  de  Portngí^ 
con  quinientas  lanzas.  ¡Extraños  cambios  de  las  revola* 
clones !  La  batalla  de  Toro  terminó  la  contienda;  ;y  la  vic- 
toria, que  se  declaró  por  doña  Isabel ,  la  dejó  en  pacífica 
posesión  de  la  corona  de  OastiUa,  habiendo  tomado  doña 
Juana  el  hábito  en  un  convento  de  Portugal,  aunque  sin 
d^iar  de  llamarse  reina  de  Castilla. 

Ho  es  posible  en  un  artículo  biográfico  describir  to- 
dos los  sucesos  de  un  reinado  tan  largo  y  brillante.  La 
conquista  de  Granada  y  de  Kápoles,  la  reforma  de  todos 
los  ramos  de  la  .administración,  la  represión  de  los  no* 
bles  turbalentos^  el  arreglo  de  los  edesiástioos,  la  reoo* 
pilacion  de  las  leyes,  la  propagación  de  las  letras  y  de 
todos  los  conocimientos  útileis,  el  respeto  á  las  antorida* 
des  y  lá  preeminencia  asegurada  á  la  corona   fueron  el 

resultado  de  una  señe  de^provideQcífM  sábiameute  oom- 


—  197  — 
b.inAdi^  y  «geoatadas  con  vigor.  Pero  entre  todos  IO0  a- 
eoDtectou^atoB  de  agaella  época  de  gloria  y  de  prosperi- 
dad para  BapaSa,  niagaao  faó  tau  notable  eomo  el  des- 
cabrimieato  de  Américaí  debido  á  Ia¡  protección  qae  |Ia 
I  reina  día  á  Oolon,  y  á  la  persaasiou  que  tuvo  de  la  soli- 
¡  des  de  lo«  principios  en  que  fandaba  sns  proyectos. 
La  felicidad  qoe  acompañó  á  doSLa  Isabel  en  todo  sn 
gobierno  no  la  sigoió  en  el  interior  de  su  familia.  Tnvo 
el  sentimiento  de  ver  morir  en  la  flor  de  sn  eiad  á  sn  hi- 
.  jo  el  príncipe  don  Jaan,  joven  de  grandes  esperanzas,  y  de 
'  dejar  la  corona  de  Castilla  á  nna  ¡¡familia  extranjera,  por 
el  oasamiento  de  sn  hija  doña  Jaana  con  el  archionqne 
Fslipede  Austria.  Ella  previo  todos  los  males  qae  de 
&qní  iban  áremütar,  y  annqne  quiso  prevenirloef  recomen- 
daadoen  su  testamento  á  sus  sucesoreslque  se  conformasen 
á¡(aB  leyes  y  usos  del  reino^  que  no  nombrasen  extraiyeros 
para  los  empleos  de  él,  y  que  no  hiciesen  duraate  su  an- 
senda  leyes  ningunas  de  kw  que  requerían  el  constoti* 
miento  de  las  cortes,  una  trisre  experiencia  vino  en  bre- 
ve ó  manifestar  de  cuan  poco  habían  servido  estos  bue- 
!  nos  GODsejos. 

Bstos  pesw^es  domésticos,  aumentados  por  la  decaden* 
f  oía  en  que  cayó  su  hija  doña  Juina,  que  se  rgoono'oió  des- 
\  de  la^o  i|¿carable ,  como  enfermedad  hereáitaria.  llena- 
,  ron  de  ^margara  los  últimos  años  de  doña  Jsabeí ,  y  le 
r  canearon  lá  enfermedad  dé  que  murió  en  Medina  del  Oam- 
I  poy  el  miércoles  26  de  noviembre  de  1504,  poco  antes  de 
Jiiediodiai  á  los  cincuenta  y. cuatro  años  de  su  edad  y 
treinta  de  su  reinado.  Se  dispaso  para  la  muerte  de  la 
kpaaaera  mas  cristiana,  y  conservando  eu  sus  últimos  mo^ 
baentos  el  decoro  que  habia  tenido  toda  su  vida,  no  quiso 
■bermitir  ni  aun  que  le  desoubriesen  los  pies  para  darle 
íOk eztremaundon,  y  mandó  que  su  cadáver  no  fuese  en- 
balsamado. 

Ea  sn  testamento  previno  todo  cuanto  pedia  ser  oon-^ 
duceate  al  buen  gobierno,  del  reino,  y  dudando  si  el  cobro 
I  de  las  alcabalas  se  hacía  legítimamente,  manda  se  exa* 
mine,  y  en  caso  de  no  ser  así,  que  la^  cortes  proveyesen 
I  de  otaros  medios  para  cubrir  los  gastos  de  la  corona,  por 
imc  medidas  para  coya  validez  es  necesario  libre  censen- 
Ltimieto  de  los  subditos  de  la  monarquía.  Beoomienda  á 

rposimcesores  de  li^  manera  mas  afiáctuosiii  ^I  eoidado  de 


.> 


—  198  — 
mis  amigoi  pertonalesi  entre  los  oiláles  oeopM  imliM 
distinkaido  el  murqués  y  marquesa  de  Moya  defia  Qmi 
de  BoDadiUay  la  compafiera  dé  sn  infancia.  Dispuqolgl 
se  lé  sepultase  en  él  monasterio  dé  dan  Franofsoo  del 
Alhambra,  de  Granada,  <*en  una  sepultura  fe^a  qns'j 
tenga  bulto  alguno,  salvo  una'  losa  baja  en  UI  suelo,ii 
na,  oon  sus  letras  en  ella,''  y  afiade :  ^  pero  quiero  é  mi 
do  I  que  si  el  rey  mi  señor  eligiese  sepultura  en  otra  «I 
quiera  parte  ó  lugar  destos  mis  reinos ,  ^ue  mf  cuerpo  É 
allí  trasladado  é  sepultado  junto  con  él  cuerpo  de  su  áé¡ 
Tía;  porque  el  ayuntamiento  que  tuvimos  viviendo  J4 
nuestras  ábimas  espero  en  la  misericordia  dé  Dios  ten 
e^  .el  cielo,  lo  tengan  ó  representen  nuestros  ctEwpsíl 
elduélo."^  En  cnmpliento  de  estas  disposiciones  ft£  A 
ducido  su  cadáver  á  Granada,  en  onya  catedrid  hlso 
tíri^ir  después  el  emperador  O^los  Y  un  magnífico 
ojio  úé  mármol,  en  donde  descansa  al  lado  de  su  fn 

pofia  í^bel  era  de  hérínosa  figura,  de  modálei 
tuosos  y  agraciados ;  hablaba  y  escribía  con 
lengua  y  conocía  perfectamente  la  latina.  Su  Ust 
era  muy  general,  sin  dejar  de  ser  muy  diestra  en 
Dores  de  mano  de  su  sexo.  Largo  sería  recopilar  1 
kioB  que  de  ella  han  hecho  los  escritores  de  sa  siglo ' 
'  fód  siguientes :  lo  ha  hecho  el  sefior  Olém^cía  en  e^ 
,  escribió  dé  esta  ilustré  xninceea ,  y  posteriói?BieBte< 
fior  Prescott ,  comparándola  con  lá  célebre  dfláf 
.  glaterra  ,!solo  halla  semejanza  en  algunos  ráseos  i 
rácter  público  de  las  dos  soberanas,  ^  dain&pi 
mente  la  ventaja  á  la  reina  de  OastiMa. 

Tal  fué  la  insigua  fundadora  do  los  estabh 
espanoles  en  América,  cuya  circunstancia  me  bft 
áit  á  este  artículo  alguna  mas  ostensión  que  la  qiu 
cía  requerir  mi  asunto. 


n. 

Don  Cristóbal  Colou. 

Ia  historia  de  don  Oristóbal  es  la  del  descubL 
del  xTuevo  Uundó<  El  lugar  y  a&o  dé  su  nadmleonto^ 
do  materia  dé  disputas ,  y  queda  todavía  Imdetto , 


í^imtiíBo  un%  larg%  di9wtacioiL.9ebK6  (96tQ  pimt^ 
el  Mfivr  ÍTuyaneto  86  delicio  por  1»  mii^^aa  ciudad  dé 
^vs,  y  qo^  m  oaoloiieato  faeací  el  año  de  1436«  JFaUe- 
09.  yalladoUd|4  la  ynelta  de  ñn  cuattQ  viaje,  el  dia 
I  Ja  AaeanfiioP:!  20  de  majo.de  1505.  ^liey.  douFepaiaii- 
>^  Oftbúloo  Úfso.eradiieir  su  enerpo  á  S^yiila»  y  pe  de- 
\t6  ^1  el  mimaeteiio  de  cartujos  de  Sta.  Maiíade  lae 
»ma  y  ea  el  eotíenro  dé  losaefioreB  de  Alcalá^  de.  dos- 
se  paaó  á  Ja  isla  y  ciiidad  de  Santo '  Domingo ,  y  aUí 
]eeoJoo6(2)  en  la  capilla  mayor  de  la  iglesia  cate-* 

.HiMtaraa  vivió  la  reina  dofia  Isabel  fa6  pairado  el  almif 
Ltaaon  mnchacoiisideraaion  y  apreoío  por  aquella ^o- 
^jraeleeonoedieronyarias  gracias  y  priviiegiQs^ 
z^y  don  Femando  le  trató  con  injosticia  y  desviOf  peffc» 
f  d0  sn  fiüIeQmiento,  sns  hijos  f oeron;  repuestos  «n 
loa  los  honores  y  derechos  debidos  á  sa  padre ,  y  pós- 
ito,  en  18  de  i^bril  de  1712|  reinando  Felipe  Y,  ^ 
A  aa  Emilia  el  títnío  de  dnqne  de  Yeragnas^  con  la 
de  Jispalla  de  primeea  dase, 
ida  &  la  Francia  la  parte  espa&ola  de  ídanto  I>omin- 
por  la  paz  de  Basilea^  el  teniente  general  de  la  arma- 
ídoa  Andrés  de  Aristizabal,  qne  mandaba  la  esonadra 

H07  no  paed«  dadane  que  iué  QéooTtt  U  p&trla  de  Colon :  ette  lo  ox- 

>«Q  MIS  Moritofl,  y  tal  fné  la  tradUion  ooustaute  de  España-  No  podemos 

IOS,  bíq  «mbttíí^  oóÉM  hm  podido  r^dmelrse  A  dodas  el  l«f  ar  4o?ra  ua- 

.  Ifia  loa  últímot  añoe  le  ban  publicado  nneyaa  prnebas  dÍ9  esta  yer  • 

íbsttarÍA  la  letra  da  sa  eodieilo  militar,  j  &  este  paedea  uní  ríe  Jas  mnebus 

'~    '         dal  g9noYé»  Bspotonko  y  otro»  de  rae  Compatriotas,  que  reaoídas 

;«ik  u  J^ar0  Jjíduiirial  de  la  Haban^i  en   nne  da  led  números  de 

I  por  don  A.  Bachiller. 

00  oofooó  0n  el  aepnloro  el  deipojo  mortal  de  don  Di^go  Co- 

Lkijo,  éa  «nja  orden  paaó  Diego  Veluquez  &  la  cenqnista  de  Cnba.  Ba 

'inon  da  Uía  eenizat  del  padre  yinieron  también  laa  delb^o,  y  en  Ijk  mis- 

■9  oaenentraii  los  hueso»  de  ambos  Cuando  cesó  el  gebiemo  cotatí 

da  ISSÚ,  se  extrpjo  el  código  de  1812  de  dicho  lugar  en  que  le[puso  el 

fispadftyOOBio  aitodayía  fuera  necesaria  esa  eireunati«oeia  nara  tr»er 

_  MM  moyimiento  á  los  restos  del  ilostre  Almirante.  Haat»  la  Inscrip- 

isak§TarÍado,  para  que  no  haya  en  nada  estabilidad,  cuando  de  Colon  se 

AhoM  ai  pf6  del  bnato  de  rehoya  de^&rmol  blaneo  ser  lee  en  el  sepqlcro. 

Bfieaa  la  paqneña  eaja  que  encierra  loa  testos  del  esqueleto   del  gran* 

ibre: 

fO  restüt  é  {fndr/en  dd  grande  Colon  f 
Mif  ñghtéarítíi  tiuaraadosin  laurna 
Y  tiita  rcm^mf^iuma  de  7iV€stianac¿oji, 


—  260  — 

eepaSola  destínada  á  hacer  la  entregft  de  la  ídaí  dispmo 
que  8e  Ileyasen  á  la  Habana  Jas  cenizas  de  Ckilon,  las  eoa- 
les  se  sacaron  con  macha  Bolemnidad  y  se  embarcaron  en 
el  navio  San  Ijorenf90n  cnyo  comñnáBiíte  eta  donToniáB 
de  Ugarte.  Llegada  á  la  Habana  en  la  mañana  del  márlM 
19  de  enero  de  1796^  se  trasladó  la  caja  qne  las  contesni 
á  la  falúa  enlatada,  á  la  que  acompasaban  en  otras  los 
jefes  y  oñdalidad  de  lamarina,  haciéndose  por  los  boques 
de|gnerra  qne  estaban  en  la  bahía  y  por  las  fi)rtiflcaci<»(i 
de  la  plaza,  la  salva  y  honores  correspondientes  á  la  dlg- 
nidad  de  almirante.  En  el  mnelle  se  hallaba  el  capiten 
general  con  todas  las  autoridades ,  desde  allí  se  formó  h 
procesión  fánebre  por  entre  las  dos  hileras  de  las  tropas 
de  la  guarnición,  llevando  la  caja  cuatro  capitulares  lM« 
ta  el  obelisco  puesto  en  el  lugar  en  que  se  celebró  ki  pri- 
mera misa  en  aquella  ciudad,  en  cuyo  punto  se  hiso  reoo 
i^ocímiento  del  contenido  de  la  caja,  de  que  quedó  entre*^ 
gado  el  gobernador  y  capitán  general.  Siguió  luego  la 
pompa  hasta  la  catedral,  en  la  que  después  de  las  exe- 
quias,  en  la  que  ofició  de  pontifical  el  sefior  obispase  co- 
locó la  caja  con  las  cenizas  del  inmortal  desiubridor  de  a- 
quella  isla,  en  un  sepulcro  en  la  capilla  mayor,  al  lado  del 
Evangelio,  en  donde  permanecen  hasta  el  4l£^* 


III 

Estandarte  de  don  Fernando  Cortés. 

Bste  monumento  precioso  de  las  antigüedades  mejica* 
ñas  se  halla  en  el  museo  nacional,  adonde  ha  sido  tnsla^'* 
dado  de  la  capilla  de  la  universidad ,  y  su  autenticádaid.^ 
consta  del  párrafo  siguiente  del  prólogo  de  las  constituí 
cienes  de  la  universidad.  ^ 

i. 

§  El  retablo  mayor  de  la  enunciada  capilla  es  hoy  sna* 
ve  y  eficaz  atractivo  de  las  atenciones,  por  halla^rse  cblo» 
cado  en  él  magníficamente,  en  el  cuadro  principal  que 
habia  de  corresponder  al  Sagrario,  el  mas  precioso  monu- 
mento de  la  prodigiosa  conquista  de  este,  nuevo  mündoi 
digno  á  la  verdad  de  la  primera  estimación  y  perpetua 
memoria  j  es  á  saben  el  estandarte  qne  enarbbló  el  íncli- 


—  201  — 
to  conquistador  don  JPernsndo  Oortéa ,  y  con  que  entró 
Tíotorioso  en  esta  imperial  metrópoU ;  para  caya  descrjip- 
don^  acreditada  con  los  inventaiiOB  auténticos  j  con  Isk 
yista  de  enantes  se  presentan  á  diclia  capilla^  basta  lo 
qne  dejó  escrito  el  eradito  caballero  don  Lorenzo  Botori- 
ni  en  A  libro  qne  con  todas  las  licencias  necesarias  ím- 
piímió  en  Madrid  y  dedioó  al  rey  oon  el  título  de  Idea  de 
una  nueva  hütoría  general  de  la  América  septentrional^ 
donde  habla  en  estos  términos:  ^^ Asimismo  pudeconse- 
''  guir  el  estandarte  original  de  damasQO  colorado  qué  el 
**  invicto  Oortés  dio  al  c^sitan  general  de  los  tiaxcaltecas 
'*  en  la  segunda  expedición  qne  hizo  contra  el  emperador 
"  Moctezuma  y  demás  reinos  confederados.  En  la  primera 
<<  haz  de  dicho  estandarte  se  Te  pintaba  una  hermosí*' 
''sima  efigie  de  María  Santísima,  coronada  de  oro,  y  ro- 
"  deada  de  doce  estrellas  también  de  oro^  que  tiene  laj 
*^  manos  juntas ,  como  que  mega  4  su  Hijo  santísimo  p^o« 
"  teja  y  esfuerce  á  los  espafiotes  á  subyugar  el  imperio 
^^  idolátrico  á  la  fé  católica ;  y  no  deja  de  asemcgarse  en 
^<  alguna  cosa  á  la  que  después  ae.aparecíó  de  Guadalupe. 
^^  En  la  segunda  haz  se  van  pintadas  las  armas  rj^ales  de 
"  Oastílla  y  León.  Beservo  para  dar  en  la  historia  gene- 
'^  ral  los  fundamentos  indisputables  de  ser  dicho  eBijAn^ 
^<  darte  el  sólo  original  qne  hoy  subsiste. '^  El  mismo  aun 
tcnr,  regocijado  con  tan  predoao  hallazgo,  decía  que  res  - 
peta  to  á  esta  sagrada  imagen  infinito,  por  ser  presea  de 
inestimable  valor,  y  qne  si  no  hnUera  conseguido  otra  co- , 
sa  en  tantos  afios  de  su  poriado  tiabmo ,  esta  sola  basta* 
rfa  para  consuelo  de  sus  peaosí siaBUu^tareas.  El  tamaño  es 
oaa  vara  en  cuadro,  adornada  á  espeñsas  deest^  real  uni- 
tersidad  con  un  decente  mareo  y  vidriera^  para  darle  la 
doracion  que  por  la  edad  no  scnnetia  lo  maltratado  de  su 
tela,  y  la  veneración  y  culto  de  que  carecía  en  los  lugares 
donde  había  estado  oculto,  por  el  dilatado  espacio  de  mas 
da  dos  siglos.  §  Hasta  aquí  el  citado  párrafo. 

El  damasco  antigno  del  estandarte  está  cosido  sobre 
otro  mas  moderno  con  qne  se  formó  el  cuadró,  lo  qué  im- 
pide se  vean  las  armas  que  Boinrini  dice  están  pintadas 
en  el  reverso.  La  imagen  tiene  un  nianto  azul,  cuya  piu*^ 
tora  está  bastante  maltratada,  y  la  túnica  es  encamada; 
las  labores  que  forman  la  orla  son  verdes.  Ko  puede  verse 
un  una  viva  conmoción  de  espíritu  este  estandarte,  qu  e 

PISBBTAOIOpfKS.— TOMO  L«-26 


—.202  — 
estavo  presente  en  tantos  sacesos  importantes,  y  que  pro- 
bablemente es  la  misma  imagen  que  se  llevó  en  la  proce* 
sion  qne  Bemsú  -Bia^^ctefloifife^.oan  ^que  se  ^6  gracias  á 
Dios  en  Guyoacaii  {v<9t  la  tema  de  1]^  capital. 

JSl  Señor tlon  Idldro  Ba£elel[<6oac1|»|,je^cargadO  del  mu* 
8eo  nacional,  qne  6(h!i'  suma  tendad  .me  ha  permitido  sa^ 
car  e.sta  copia,  y  mehli  ifsnqaeado>  fmantas  /noticias  me 
han  sido  necee^aSBObretodios.los.  puntos  en  que  le  he 
consurtado,  ha  rrasidoen  las  salas  de  la'  universidad  eu 
qrie  está,  el  museé^  multitud  de  monumentos  ^uj  intsre^ 
santes  pí)ra  la  historia  naoioiíal^é  que  j^cuerdan  sucesos, 
importantes  de  ella»  Am  diligente,  cuidado  se  debe  el 
haber  adqnirido  para  el  citado  niueeó  uncv  armailura  cosih 
pleta  qaeW  di^  ser  deOortés^  y  otra  qué  lleva  el  nom^ 
bre  de  dntn  Peáto  de  Alvacado^  y  aunque  estf^,  íiombre 
esté  grabado  i^onajtua  fuerte  en  tiempos  mas,  recién  testes 
muy  probaMe  que  se  pariese  para  hacer  coust^  de  quién 
Itabían  sido  átruellos  «meses.  También  ha  adquirido  olse^ 
Hot  Gondra,  y  áe  crniserva  en  el  museOí  el  djpíoma  de  no^ 
bleza,  (^\ponidoál  misma  Alvarado-por  el  emperador  Car- 
ina V.  ■       '"  •       "  '  .    .  ■    í   \; 

Vln  !a  casa  (M  ayuntamiento  de  Tlax<;alajso  qónserva 
otra  bandera  d(^  Oort^  conlas  a^ma^s  feáie^s,  y  en  el  ton« 
vento  de  Han  i<¥afidMMi  de  aqueja  .pjudad  el  cáliz  con 
qaf)  c^tebr^na  misa  el  pa<U«'  Olm^ló,..mo0^mentp  muy 
rtv^n^f á) »Irf  y  que  «debe  j^ardarsQ.mhy  cuidád^^anventi^ 

Pat/^daslas  pobW,ime8. antiguas  )vay^  monuntentoi 
r<i]aÜvoR  á  sn  í'dnda<Mdu^  y  títulos  y  tri^flipioues  coriqsr 
.Hohresn  origen  y  el  éé  los  aaotuarios^  de  aiis  .iamediaci( 
lies.  Sería  muy  de  desean  qAo  Jas  per^p^as  ilnatrailas  qi 
<^t)  ellas  redden  se^ieupeiiMi  dé  examináis  y  copiar  toa 
éstos  doRuineñtofly  á  lo  qifis<pediian  ca^tríbnir  Riacho  h 
seüoires curas, qué enlos urchivos. de.  sos parroqoi^^  üw. 
b^Mi  hallar  muchos  datoaimportantes.  Con. esto  so  poclri^ 
(X)mpj[)ner  una  obra,  'COmo  la  de Oaton  el  Censoh  del  or(^ 
gen  ué  las  ciudades  mejicanas  €on  estu  ;notivo  aotK>  Jiaj 
4*.er  honrosa  mension  de  dos  T^giosos.  an^igoa  mioá^jBul 
hacen  ^íudio  honor  A  la  literatura  mejicana:  ,el  l^T.  JR.  Fj 
h'c.  &rdtinel  de  Ban  Jttan  Oriaóstomo,»  itájera  en  el  aijeld 
prior  del  CUrírién  «deOnadalajara»  tan  ;(>istíng9id6  pa 
miá  obras,  de  las  cuales  una  derlas  mas  apr^IaDj.e8  es  ati  ^ 
sertaclon sobreiai  J^engua^a^omi^  pul^icatlaen i^¿iii  en.  lo 


—  203  — 
Estados -Unidos^  y  el  M.  B.  P.  Fr.  Macla  YaldoyinoPy  ac- 
taal  prior  deSaa  Agustin  de  Qaerétaro,  y  antes  secreta" 
rio  de  la  provincia  de  agustinos  de  Míchoacan,  qae  se  ha 
ocapado  con  empeao  de  la  liistoria  de  la  nación  otomí,  y 
me  ha  favorecido  con  varios  docomentos  importantes^  de 
que  baré  oso  de  estas  disertaciones.  Macho  debeprome 
t^rse  la  historia  nacional  de  los  trabajos  literarios  en 
qae  emplean  sos  ratos  de  descanso  estos  tan  apretsíables 
edemástlcos,  cayo  ejemplo  sería  de  desear  sigaiesen  to- 
d(tt  lo0  que  se  hallan  ea  su  caso. 


t    >• 


J 


APÉNDICE  SEGUNDO. 


I 
i 

1^  BOCV3IEIVTOÍ 

BAB08    Ó    IKBDItOS. 


RELATIVOS  A  LA  CONQUISTA  DE  MÉJICO. 


<-:•'  í  '.!>^   ÍMü^'jMA 


*í  !  /-.I  '•    f  jíi-i 


t  •* 


*  I  •  •.  i  I 


ADVERTENCIA. 


LiOsdocamentOB  contenidos  en  este  primer  cnaderno  han  nido 
pnblieadoe  en  la  colección  de  Docnmentos  inéditos  para  la  hU- 
toria  de  España  por  Jos  señores  don  Martin  Fernandez  de  Na- 
▼arrete,  don  Miguel  Salva  y  don  Pedro  Sainz  de  Baranda,  indi- 
vidaos  de  la  academia  de  la  Historia,  en  Madrid,  1843.  Se  reim  ^ 
primen,  porque  además  de  ser  anmamente  curiosos  ó  importan - 
tea  para  la  historia  de  Méjico,  aquella  colección  es  todavíj» 
mny  poco  conocida  entre  nosotros,  y  además  efltando  en  eli» 
mezclado  Jo  relativo  á  la  historia  de  América  con  lo  que  es  pt^* 
callar  de  España,  ofrece  menos  interóa  á  los  lectores  mejicanos 
quo  el  que  tendrán  estos  documentos  por  sí  solos.  Se  les  han 
ajcregado  algunas  notas  para  su  mas  completa  inteligencia,  día- 
tinguiendo  con  bastardilla  las  que  ce  hallan  en  la  edición  de  Ma- 
drid. En  los  cuadernos  siguientes  de  este  apéndice  se  expresa- 
rá los  que  sean  inédito»,  y  dónde  existen  los  originales. 


J 


APÉNDICE  SEGUNDO- 


INSTBUOOION 

qiuáió  él capitoH Diego  V4asfueg,  en  laisla  Femandina  [i],  en 
23  dñ  octubre  de  1518  al  capitán  Hernando  Oortét,  á  quien  con 
una  armada  enviaba  al  soeorro  de  la  que  llevó  Juan  de  tírijaUv^t , 
vednode  la  isla  [2]  déla  Trinidad,  con  derrotero  de  loa  vtlaa  de 
Ikmta  Orus  Oozumel  y  8anta  María  de  loe  Bemedioe »  por  otro 
wmdfre  Ulúa  •  I^unta  llana  de  la  tierra  que  nuevamente  des- 
c^brii^  Qrijalva  *  kaeta  llegar  á  la  bahía  de  San  Juan »  y  8an¡a 
Síaria  de  las  Meves  etc. .  sondando  p  reconociendo  todos  los  puer- 
tos t  entradas  y  aguadas  de  las  dichas  tierras :  todas  deseubier  - 
tas  por  el  expresado  Qrijalva* 

Hállase  oriidnal  en  el  archivo  K^^Deral  deladiafi  de  Sevillas 
entre  loe  papeles  enviadoR  del  de  8iinaD<*flB,  lej^ajo  5p  de  loa  ro- 
taladoa  *'de  Belaciones  y  Deecripcionea." 

Eq  la  ciadad  de  Santiago  del  Puerto  de  esta  isla  Fer- 
nandida^j  aoves,  13  días  del  mes  deoctabre,  aüo  del  na- 
cimiento de  nnesiro  Salvador  Jesncristo  de  1519  ailosi 
ante  el  mdy  vertnoso  señor  don  Diego  de  Daero^  alcalde 
de  la  dieha  ciadad  por  SS.  A  A. ,  é  en  presencia  de  mi  Vi- 
cente López,  escribano  público  del  número  de  la  dicha 
ciudad  1 6  de  los  testigos  jaso  eflcriptoa,  pareció  presente 
el  mny  magnífico  se&^r  Diego  Velazqaez,  adelantado  é 
ÍKobernador  de  las  i*  las  y  tierrras  nuevamente  por  sa  in* 
<lastríadeseabiertas|3|  é  descubrieren,  alcalde,  6  capi<« 

f  n  Cabt, 

{'A  Debe g^  "Villa.' 

(3)  Parace  debo  daoir,  y  "qnñ  ne  desoTibrieren." 

»]BSRXAOIOHS0.--TOMf  L--27 


—  210  I 
tan,  6  repartidor  de  loa  caciquea  é  indios  de  esta  iala  Fer. 
nandida  del  mar  Océano^  por  sas  SS.  A  A. ,  6  teniente  de 
ella  por  el  señor  almirante,  é  dijo:  que  por  cuanto  al  tiem- 
po que  él  envió  por  capitán  en  la  flota  é  navio,  qne  por  él 
nombre  de  SS«  AA.  fueron  á  poblar  la  tierras  é  islas  de 
San  Juan  de  CTláa,  é  Oozumel,  é  otras  que  Juan  de  Ori- 
jalv^y  capitán  que  primeramente  fué  por  dicho  señor  ade- 
lantado en  nombre  de  SS.  A  A.  descubrió  á  Femando 
Cortés,  el  cual  iba  por  el  dicho  señor  adelantado  en  nom- 
bre de  SS.  AA  á  poblar  las  dichas  tierra  é  isla8|  é  á  des» 
cubrir  otras  ^  é  al  tiempo  que  se  partió  á  lo  susodichOi  el 
dicho  señor  adelantado  le  dio  una  instrucción  firmada  de 
8U  nombre,  en  que  be  contiene  é  declara  la  forma  é  mane*    I 
ra  que  el  dicho  Fernando  Cortés  habia  de  tener  en  el  di- 
cho viaje  é  cargo  que  llevaba,  por  lo  cual  se  habia  de  se- 
guir y  hacer  lo  que  en  ella  ee  contiene  /  el  cual  dicho  Her- 
nando Cortés  llevó  consigo  la  ^cha  instrucción  al  tiemno 
que  se  partió  con  el  dicho  cargo,  de  la  cual  quedó  un  re- 
gistro en  esta  dicha  diudad,  é  porque  al  presente  él  tenia  ^ 
necesidad  de  un  traslado,  ó  dos  ó  mas  de  la  dicha  instrnc 
(úon  ó  capítulos  deifas^  para  la  enviar  ó  presentar  adon- 
de su  merced  quisiese  ó  por  bien  toviese :  por  tanto  que 
pedia  é  pidió  al  dicho  señor  alcalde  mandase  sacar  de  la 
tiicha  instrucción  un  traslado,  ó  dos  ó  mas  los  cnalee  en 
pública  forma,  signados  de  mi  el  dicho  escribano,  é  ñr- 
luados  del  nombre  de  dicho  señor  alcalde,  se  lod  manda- 
re dar  los  xiresentar  según  é  como  por  su  merced  era  di- 
cho. 

E  luego  el  dicho  señor  adelantado  dijo :  que  hacía  é  fizo 
presentación  de  la  dicha  instrucción,  la  cual  el  áiolio  se- 
ñor alcalde  tomó  y  mandó  á  mí  el  dicho  escribano  aacaso 
ó  ftcieee  sacar  de  ella  un  traslado,  ó  dos  ó  mas,  los  que  bu 
merced  menester  hubiese,  su  tenor  de  la  cual,  firmada 
del  nombre  del  dicho  señor  adelantado,  segnnd  por  ella 
Xiarece,  es  este  qne  se  sigue : 

I^or  cuanto  yo  Diego  Velasquez,  alcalde,  é  capitán  ge- 
neral, é  repartidor  de  los  caciques  é  indios  de  esta  iaia 
Fernandida  por  SS.  AA«  etc. ,  envié  los  dias  paeadoe  en 
nombre  ó  servicio  de  SS.  A  A.  &  ver^é  bojar  la  ii^la  de  l^Ta- 
catan.  Santa  María  de  los  Kedios,  que  nuevamente  h&bia 
descubierto,  ó  á  deacobrir  lo  demás  que  Dios  Kuestro  Sew 
üor  fuese  servido,  y  en  nombic  de  SS.  A  A.  tomar  la  po « 


_  21X  — 
sesioa  de  todo ,  uai  armada  oon  ]a  gente  ueceaaria  jen 
qae  faé  ó  nombró  por  capitán  della  á  Jaan  de  Gdjalva  « 
Tecinodela  villa  de  la  Trinidad  de^ta  isla,  el  cual  me  en  vi  ó 
uoa  carabela  de  las  que  llevaba  porque  le  bacía  macha 
agoa,  á  eu  ella  cierta  gente  que  los  indios  en  la  dicha  San- 
ta Mana  de  los  Bemedio  le  habían  herido  ó  otros  adoleci- 
do,  y  con  la  razón  de  todo  lo  que  le  habia  ocnrrido  hasta 
otras  islas  é  tierras  que  de  nuevo  descubrió^  que  la  una 
es  aoa  isla  qae  se  dice  Ooznmel  6  le  puso  por  nombre  San- 
ta Oraz,  é  la. otra  es  una  tierra  grande  que  parte  della  se 
llama  TJlúa.  que  puso  por  nombre  S'ta.  María  de  las  Nie- 
ves, desde  donde  me  envió  la  dicha  carabela  é  gente,  é 
me  escribió  como  iba  siguiendo  su  demanda ,  ])Tincipal  • 
mente  á  saber  si  aquella  tierra  era  isla  ó  tierra  Ürme;  co- 
mo ha  muchos  dias  que  de  razón  habia  de  haber  sabido 
naeva  dól^  de  que  se  présame,  pues  tal  nueva  dól  hasta 
hoy  no  se  sabe,  que  debe  tener  ó  estar  enalguua  ó  extre- 
ma neceaidad  de  socorro;  é  asímeomo  porque  una  cara- 
bela  que  ^o  enviéal  dicho  Juan  de  Grijaiva  desde  el  puer- 
to de  esta  ciudad  de  Santiago^  para  que  con  él  é  la  arma- 
da qae  lleva  se  juntase  en  el  puerto  de  San  Cilstóbal  de 
la  Habana,  porque  muy  ^las  proveído  de  todo,  é  como  al 
servicio  de  SS.  AA.  convenía  tuescí  cuando  llegó  donde 
}>ensó  baUarlOy  el  dicho  Juan  de  Grijaln^  se  había  hecho 
á  la  yelay  é  era  ido  con  toda  la  dicha  armada,  pnesto  qne 
dejó  aviso  dei  viaje  que  la  dicha  carabela  habia  de  llevar^ 
é  como  la  dicha  carabela  en  que  iban  ochenta  ó  noventa 
hombres  no  halló  la  dicha  armada,  tomó  el  dicho  aviso,  y 
íae  ea  seguimiento  de  dicho  Juan  de  Griíalva,  y  segnu 
parece  é  se  ha  sabido,  por  información  de  las  i>ersoQas 
heridas  é  dolientes  que  el  dicho  Juan  de^Gríjalva  me  en- 
vió, uo  se  habia  juntado  con  él,  ni  della  habia  habido  nin- 
guna nueva,  ni  los  dichos  dolientes  ni  heridos  la  supieron 
á  la  vuelta,  paesto  que  vinieron  mucha  parte  del  vaije 
costa  Ék  costa  de  Santa  María  de  los  Bemedios  por  don- 
de había  ido,  de  que  se  supone  que  con  tiempo  forzoso 
podría  decaer  hacia  .Tierra-'X^'jrme,  ó  llegara  alganajparie 
donde  los  dichos  ochenta  ó  noventa  hombres  españoles 
corrían  detrimento  por  el  navio,  ó  por  ser  pocos  ó  por  an- 
dar perdidos  en  busca  del  dicho  Juan  de. Grijaiva,  pues- 
to que  iba  muy  bien  pertrechado  de  todo  lo  ^ecesario;  a- 
.déoste  destoi  porque  despuejsi  (^n^  cou  el  dicho  iTu^  de 


^    _212  — 
Grijalva  euvié  iQ  dicha  armadaí  he  8Ído  informado  demnf 
cierto  por  ua  indio  do  los  do  la  dicha  isla  de  Yucatán, 
Santa  María  de  los  Itemedios  I  como  eu  poder  de  ciertos 
caciques  principales  dcUa  están  seis  cristianos  cautivos, 
ó  los  tienen  i)or  osdavos  ó  se  sirveu  dellos  en  sus  haden- 
daSy  que  los  tomaron  muchos  dias  ha  de  una  carabela 
que  con  tiempo  por  a^lí  diz  que  aportó  perdida,  que  se 
cree  que  alRuno  dellos  debe  ser  Nicüesa,  capitán  qnel  ca- 
tólico rey  don  Femando,  de  gloriosa  memoria,  mandó  ir 
á  Tierra-Firme,  ó'redimirlos  seria  grandísimo  servicio  al 
Dios  nuestro  Señor  é  de  SS.  AA. ;  por  todo  lo  cual,  pare 
ciéudome  que  al  servio  de  DiosuuestrojSeñorédeSS.  A  A. 
convenía  enviar  así  en  seguimiento  é  socorro  de  la  dicha 
armada  quel  dicho  Juan  de  Grijalva  llevó,  y  busca  de  la 
carabela,  y  tras  él  en  su  seguimiento  fué  como  á  redimir, 
si  posible  fuese,  los  dichos  cristianos  que  en  poder  de  los 
dichos  indios  están  cabtivos,  acordé,  habiéndolo  muchas 
veces  pensado  é  pesado,  é  platicándolo  con  personas  cuer- 
das, de  enviar  como  envío  otra  armadajtal  é  tan  bien  bas* 
tecida  é  aparejada,  ansí  de  navios  é  mantenimientos  co- 
mo de  gente  é  todo  lo  demás  para  sem^ante  negocio  ne- 
cesario, que  si  por  caso  de  la  gente  de  la  otra  primera  ar- 
mada ,  ó  de  la  dicha  carabela  que  fué  en  sü  seguimiento, 
hallarse  en  alguna  parte  cercada  de  infieles,  sea  bhstante 
l)ara  los  socorrer  é  descercar,  é  si  ansí  no  los  hallare,  i>or 
sí  sola  pueda  seguramente  andar  é  calar  en  su  busca  to- 
das aquellas  islas  6  tierras,  6  sabor  el  sustento  de  ellas,  y 
facer  todo  lo  demás  que  al  servicio  do  Dios  nuestro  Seüor 
cumpla  ó  al  de  SS.  AA.  convenga,  é  para  ello  he  aoor- 
dado  de  encomendar  (i  vos,  Femando  Oortés,  é  os  en- 
\'iar  por  capitán  della  por  la  experiencia  que  de  vos  ten** 
go  del  tiempo  que  ha  que  en  esta  isla  en  mi  compafiía 
habéis  servido  á  SS.  A  A. ,  confiando  que  sois  persona 
cuerda,  y  que  con  toda  pmdencia  é  celo  de  su  real  servi- 
cio, daréis  buena  razón  é  cuenta  de  todo  lo  que  por  mí  en 
nombre  de  SS.  AA.  os  fuere  mandado  acerca  de  la  dicha 
negociación,  y  la  gui'^reis  é  encaminareis  como  mas  al 
ssrviciode  Dios  nuestro  Señor  é  de  SS.  A  A  convenga;  y 
porque  mciíor  guiada  la  negociación  de  todo  vaya,  lo  qn- 
habéis  de  facer  é  tratar,  é  con  mucha  vigilancia  y  diligen 
cia  inquirir  é  saber,  es  lo  siguiente : 

Frimerameute,  el  prlugip^  motiyo  %w  yw  é  todos  109^ 


—  213  — 
de  Toetttra  oooipiiñía  habeiis  de  llevar^  es  y  ha  de  ser  par» 
qae  en  este  Yúye  sea  Dios  náestro  Señor  servido  y  alabar 
úOf  6  naestia  saata  fé  católica  ampliada,  qae  so  consen- 
tiréis qae  ningana  persona,  decaalqaiera  calidad  6  Gon«* 
dicion  qae  sea,  diga  o  al  de  Dios  naestro  Señor,  ni  de  su 
Bantísima  Madre,;ai  á  sas  santos,  ni  diga  otras  blasfemias 
contra  sa  santísimo  nombre  por  algnna  ni  en  ninganik 
manera ,  lo  oaal  ante  todas  cosas  les  amonestareis  á  to- 
dos, é  á  los  qne  semejante  delito  cometieren,  castigarlos- 
hm  oontorme  á  derechO;  con  toda  la  mas  riguridad  que 
ser  paeda. 

ítem :  Porque  mas  campUdamente  en  este  viaje  podáis 
servir  á  Dios  naestro  Señor ,  no  consentiréis  ningún  pe- 
cado públioo ,  ansí  como  amancebados  públicamente ,  ni 
qae  ninguno  de  los  cristianos  españoles  de  vuestra  com- 
pitílía  haya  aceso  ni  ayunta  carnal  con  ninguna  mujer  fue- 
ra de  nuestra  ley,  porque  es  pecado  á  Dios  muy  odioso,  é 
Iss  leyes  divinas  é  humanas  lo  prohiben;  é  procederéis 
con  todo  rigor  contra  el  que  tal  pecado  ó  delito  oometie- 
le ,  6  oaetigarloheis  conibrme  í  derecho,  por  las  leyes  que 
en  tal  caso  hablan  é  disponen  [1]. 

ítem:  Porque  en  semejantes  negocios  toda  concordia 
es  muy  útil  é  provechosa,  y  por  el  contrario,  las  disen- 
dones y  discordias  s^n  dañosas,  y  de  los  juegos  de  dados 
é  naipes  suelea  resu  t  ir  muchos  escándalos  é  blaslemi  is 
de  Dios  y  de  sus  sanios,  trabajareis  de  no  llevar  ni  lle- 
véis en  vuestra  compañía  persona  algnna  que  sepáis  que 
uo  es  muy  celosa  del  servicio  de  Dios  nuestro  Señor  é  de 
SS.  AÁ..  é  se  tenga  noticia  que  es  bollicióse  é  amigo  de 
novedades  é  alborotador,  y  defenderéis  que  en  ninguno 
de  los  navios  que  lleváis  haya  dados  ni  naipes,  é  avisa- 
reis dello,  así  á  la  gente  de  la  mar  como  de  la  tierra,  im-^ 
pcMüéndoles  sobre  ello  recias  penas  •  Itis  cuales  ejecuta^ 
reís  en  las  personas  que  lo  contri^rio  nicieren. 

Ítem :  Después  de  salida  el  armada  del  puerto  de  esta 
ciadad]de  Santiago  teméis  ínucho  aviso  é  cuidado  de  qne 
tti  los  puertos  qae  en  esta  isla  Femandina|saltáredes,  no 
fage  la  gente  que  con  vos  fuere,  enojo  alguno ,  ni  tome 

(1)  Para  nWar  esfce  «terúpulo  los  conquistftdores  acostnnibrabaii  baatiiar 
h  laa  indxM  antea  de  tener  aeseso  á  ellaa,  añadiendo  etta  profanación  del  aa- 
ciaaenk)  del  bantiamo.  ÜTa^a  ee  tau  cancterUtico  del  (igío  como  el  etaúpo,^ 
lo,  yelmodo  de.salyarlo. 


—  214  — 
COBA  oontra  bu  rolautad  á  los  Teoinos  é  moradoree  é  íb« 
dios  dellai  ó  todas  las  veces  que  en  los  díehos  puertos  sal* 
táredes*^  los  avisareis  dello  con  apercimiento  que  serán 
nuiy  bien  castigados  loe  que  lo  contrario  hicieren^  é  a  k) 
hicieren  castigarlosheis  conforme  á  justicia» 

ítem :  Después  que  con  el  ayuda  de  IMos  nuestro  8Mfít 
hayáis  recluido  los  bastimentos  é  otras  Cosas  que  en  los 
diúhos  puertos  habéis  de  tomar ,  6  hecho  el  alarde  de  la 
gente  é  armas  que  lleváis  de  cada  navio  por  sí ,  mirando 
mucho  en  el  registro  de  las  armas  no,ha/a  los  íjraudesqie 
en  semejantes  casos  suelen  facer,  presentándoselas  los 
unos  á  los  otros  para  el  dicho  alarae  y  6  da  Ja  toda  buoBa 
.orden  en  los  dichos  navios  6  gente  con  la  mayor  brevedad 
que  ser  puedaui  os  partiréis  en  el  nombre  de  Dios  á  ae 
guir  vuestro  vis^e. 

ítem :  Antes  que  os  fagáis  á  la  vela^  con  mucha  deli- 
gencia  mirareis  todos  los  navíos*de  vuestra  c(Hi8arva(é  ía^ 
queirireis  ó  fareis  buscar  pot  todae  las  víM  que  pudiere* 
des^  si  llevan  en  ellos  algún  indio  h  indios  de  los  natan> 
les  de  esta  isla,  é  si  alguno  falláredes,  lo  entr^fad  á  laa  | 
j  osticiasy  para  que  sabidas  las  personas  en  que  eti  nombra 
do  SS.  aA.  están  depositados,  se  los  vuelva»  é  eu  ningu- 
na manera  consintireis  que  en  los  dichos  navios  vaya  sin- 
gan indio. 

ítem :  Después  de  haber  salido  á  la  mar  los  navios  y  é 
metidas  las  barcas,  iréis  con  las  barcas  del,  navio  donde 
M)8  fuéredes,  á  cada  uno  de  ellos  por  sí,  llevando  con  voa 
un  escribano  [IJ,  6  por  las  copias  tomareis  á  llamar  U\ 
gente  que  cada  navio  llevare,  para  que  sepáis  si  falta  al* 
gano  de  los  contenidos  en  las  dichas  copias  que  de  cada 
navio  hobiéredes  fechOi  porque  mas  cierto  sepáis  la  godte 
que  lleváis ;  é  de  cada  copia  daréis  un  treslado  al  capitán 
(¡ue  pusiéredes  en  cada  navio ;  y  de  las  personas  que  £a^ 
ILarédes  que  se  asentaron  con  vos,  y  les  habéis  dado  di* 
ñeros,  é  se  quedaren,  me  enviad  una  memoria  para  que  acá 
se  sepa. 

ítem :  Al  tiempo  que  esta  postrera  vez  visitáredea  loa 
dichos  navios,  mandareis  é  aperolbireis  á  los  capitana 
que  en  cada  uno  dellos  pusiéredes,  é  á  los  maestros  é  pu 

(1 )  EntoiLMi  todo  M  bacía  en  fon^a  íadlcial,  j  nn  eacríbapo  aeoippavaba 

todaí  las  ejcptdieloRaff.  r        . 


.  —  215  — 
lotos  que  en  ellos  van  é  fberen,  6  á  cada  nno  por  sí  6  to- 
dos juntos,  tengan  especial  cuidado  de  seepair  é  acompa 
llar  el  navio  en  que  vos  faéredes,  é  que  por  ninguna  Tia 
é  forma  se  aparten  de  vos  en  manera  que  cada  dia  todo» 
vos  hablen^  ó  á  lo  menos  lleguen  á  yi^ta  é  compás  de 
vuestro  navio,  porque  con  ayuda  de  l^ios  nuestro  Sefior 
lleguéis  todos  juntos  &  la  isla  de  Oozumel ,  Sant»  Omz , 
donde  será  vuestra  derecha  derrota  é  viaje,  tomándoles 
sobre  ello  ante  vuestro  escribano  juramento,  é  poniéndo- 
les grandes  é  graves  penas :  é  si  por  caso,  lo  que  Dios  no 
permita,  acaeciese  que  por  tiempo  forzoso  ó  tormenta 
de  ia  mar  que  sobreviniese  fuese  forzado  que  los  navios 
se  apartasen  é  no  pudiesen  ir  en  la  conserva  arriba  di- 
cha,  é  allegasen  primero  que  vos  á  la  dicha  isla,  ap€rce^ 
birlesheisé  mandareis  so  la  dicha  pena,  que  ningún  ca- 
pitán ni  maestre  ni  otara  persona  alguna  de  las  que  en  lou 
dichos  navios  fueren,  sea  osado  de  salir  de  ellos,  ni  saltar 
en  tieara  por  ninguna  vía  ni  maneja,  sino  que  antts 
siempre  se  velen  é  estén  á buen recabdo  hasta  que  vos  lle- 
guéis ;  porque  podría  ser  que  vos  6  los  que  de  vos  se  apar^ 
lasen  con  tiempo,  llegasen  de  noche  á  la  dicha  isla,  mai)- 
daceleeheis  é  avisareis  á  todos  que  á  las  noches,  faltando 
algún  navio,  hagan  sus  faroles,  porque  pe  vean  é  sepan 
los  unos  de  los  otros,  é  asimismo  vos  lo  fareis  si  primeio 
llegáredes,  y  por  donde  por  lámar  fuéredes,  porque  todoH 
os  sigan  á  vean  é  sepan  por  dónde  vais :  é  al  tiempo  que 
destaisla  os  desabrazardes ,  mandareis  é  fareis  que  todos 
tomen  aviso  de  la  derrota  que  han  de  llevar ,  é  para  ello 
se  les  dé  su  instrucción  6  aviso,  porque  en  todo  haya  bue- 
na orden. 

Itom :  Avisareiés  é  mandareis  á  los  dichos  capitanes 
maestres  é  á  todas  las  otras  personas  que  en  los  dichos 
navios  fueren,  que  si  primero  que  vos  llegasen  á  algano 
de  los  puertos  de  dicha  isla,  é  algunos  indios  fueren  á  los 
dichos  navios,  que  sean  dellos  muy  bien  tratados  y  reci- 
bidos, é  que  por  ninguna  vía  ninguna  persona  de  ningu- 
na maneraé  condición  quesea  osado  de  les  facer  agravio, 
ni  lea  decir  cosa  de  que  puedan  recebir  sinsabor,  ni  á  lo 
^  qoe  vais,  sino  como  os  están  esperando,  y  que  vos  le  diréis 
y(  áellos  la  cabsa  de  vuestra  ida,  ni  les  demanden,  ni  ínter- 
ragnen  si  saben  de  los  cristianos  qne  en  la  iglesia  de  Saui 
ta  María  de  los  Eemedlos  están  cabtivos  eu  poder  de  los 


y 


-216- 
indiosy  porque  no  les  avisen  y  los  ínaten,  6  sobre  ello  por 
neis  muy  recias  é  graves  penas. 

ítem :  Después  que  en  bnon  hora  lleguéis  á  la  dicha  iria 
de  Santa  Oruz,  siendo  informado  que  es  ella,  así  por  in- 
formación de  los  pilotos,  como  por  Melctiior,  indio  nata- 
ral  de  Ssnta  María  de  los  Bemedios,  que  con  vos  llevaiB^ 
trabajareis  de  ver  é  sondear  todos  los  mas  puertos,  é  en- 
tradas, é  aguadas  que  pudiéredes  por  donde  ftiéredes,  así 
en  la  dicha  isla  como  en  la  de  Santa  María  de  losBeme* 
dios,  é  Punta  llana,  Santa  María  de  las  Nieves:  é  todo  lo  i 
que  faJáredes  en  los  dichos  puertos  farels  asentar  en  las 
cfu:tas  de  los  pilotos ,  é  á  vuestro  escribano  en  la  relación 
que  de  las  dichas  islas  é  tierras  habéis  de  facer,  sefialan- ! 
do  el  nombre  de  cada  uno  de  los  dichos  puertos  é  agua^ 
das ,  6  de  las  proyincias  donde  cada  uno  estoviere ,  por  I 
manera  de  que  de  todo  hagáis  muy  cumplida  é  enterante* 
lacion. 

ítem :  Llegado  que  con  ayuda  de  Dios  nuestro  Sefior 

Íieais  á  la  dicha  isla  de  Oozumel «  Santa  Ornz,  fablareis  á 
06  caciques  indio»  que  pudiéredes  della.  y  de  todas  las 
otras  islas  é  tierra  por  donde  fuéredes  aiciéndoles  <^mo 
vos  ir  por  mandado  del  rey  nuestro  seííor  á  los  ver  é  visi- 
tar,  é  darieshéis  á  entender  cómo  es  un  rey  muy  podero- 
so ,  cuyos  vasallos  é  subditos  nosotros  (\  el  os  somos ,  y  i 
quien  obedecen  muchas  de  las  generaciones  de  estemim* 
do ,  y  que  ha  sojuzgado  é  sojuzga  muchos  partidos  ^  tier- 
ras,*de  la  una  de  las  cuales  son  estas  partes  del  mar  Oeéa* 
no,  donde  ellos  é  otros  muchos  estáu,  e  relatarlesheis  los 
nombresdela  tierras  é  islas,  conviene  á  saber,  toda  la. 
oosta  de  Tierra-Firme  hasta  donde  ellos  están,  6  la  tala 
BspaSLola ,  é  San  Juan ,  é  Jamaica ,  é  esta  Feniandina,  ó 
las  que  mas  supiéredes,  é  que  á  todos  los  naturales  ha  he- 
cho é  face  muchas  mercedes,  é  por  esto  en  cada  una  de 
ellas  tiene  sus  capitanes  é  gente,[6  yo  por  su  mandado  es- 
toy en  esta  isla :  é  habido  íDÍormacion  do  aquellas  donói 
ellos  están  en  su  nombre,  os  enrío  para  que  les  habláis  4 
requeráis  se  sometan  bajo|de,su  yugo  (t  servidumbre  é  am» 
paro  real,  é  que  sean  ciertos  quo  faciéndolo  así  é  sirviés' 
dolé  bien  6  lealmente,  serán  de  á.  A. ,  6  de  mí  en  sn  do]||> 
bre,  muy  remunerados  é  favorecidos  ó  amparados  contri 
sus  enemigos :  é  decirlesheis  cómo  todos  los  naturales  d4 
estas  islas  ansí  lo  facen,  é  en  BeOal  de  Bervieio  le  dan  i 


^  -^217  — 
envían  mncba  cantidad  de  oro,  piedrasi  perlaa  é  otras 
cosas  qae  ellos  tienen,  asíinismo  S.  A.  les  £Ace  machas 
mercedes:  é  deeirlesheis  que  ellos  aosímismo  lo  fiftganí  é 
le  den  algunas  cosas  de  las  ansodiclias,  é  de  .otras  qne 
ellos  tengan,  para  que  S.  A.  conozca  la  volnntaa  qne  ellos 
tienen  de  servirle  6  por  ellos  los  gratifique.  También  los 
diréis  cómo  sabida  la  batalla  qnel  capitán  Francisco  Her- 
nandes,  qne  allá  fué  con  ellos  ovo,  4  mí  me  pasó  mucho: 
y  porque  S.  A^  no  quiere  que  por  él  ni  por  sus  vasallos 
ellos  sean  maltratados,  yo  en  hu  nombre  os  envío  para 
que  les  habléis  6  ajiacigüeis,  é  les  iagais  ciertos  del  gran 
poder  del  rey  nuestxo  seflor,  é  que  ai  de  aqui  adelante 
el7os  pacíficamente  quisieren  darse  &  su  servicio^  que  los 
eepafioles  no  ternán  con  elloa  batallas  ni  guerras,  antes 
mocha  conformidad  é  paz,  6  será  en  ayndarles  contia 
sus  enemigos*,  é  todas  las  otras  cosas  que  á  vos  os  pare** 
cieren  que  se  les  debe  decir  para  los  atraer  á  vueitro  pro- 
póBito« 

Iteiñ :  Porque  en  la  dicha  isla  de  Santa  Cruz  se  ha  fa- 
llado en  muchas  partes  de  ella,  é  encima  de  ciertas  se- 
pulturas y  enterramientos,  cruce»,  las  cuales  diz  que  tie** 
sien  entre  sí  en  mucha  veneración,  trabajareis  de  inqnirir 
é  saber  XM>r  todas  las  vías  que  ser  pudiere ,  é  con  mucha 
diligencia  escaldado,  la  sinigficacion  de|por  qué  las  tienen, 
é  si  las  tienen  x>orque  hayan  tenido  ó  tengan  noticia  de 
DiosnuMtro  Seflor  y  que  en  ella  padeció  hombre  alguno, 
y  sobre  esto  pomeis  mucha  vigilancia,  y  de  todo  por  ante 
vuestro  escribano  tomareis  muy  entera  relación,  así  en  la 
dicha  isla,  eomojen  cualesquiera  otras  que  la  dicha  cruz 
falláiredes  por  donde  fuéredes.. 

ítem :  Teméis  mucho  cuidado  de  inquerir  é  saber  por 
todas  las  vías  é  formas  que  pudiéredes  si  los  naturales  de 
las  dichas  is^as  6  de  algunas  *  dellas  tengan  alguna  seta, 
ó  creencia^  ó  rito,  5  ceremonia  en  que  ellos  crean,  ó  en 
quien  adoren,  ó  si  tienen  mezquitas ,  ó  algunas  casas  db 
oradon,  ó  ídolos,  ó  otras  cosas  semejantes,  é  si  tienen  per- 
sonas que  administren  sus  ceremonias,  así  como  alfa- 
qaifis  (1)  ó  otros  ministros;  y  de  todo  muy  por  extenso 

4 

(1)Miii]«tro8dal  eaItom)honet&no,  con  qaa  es' aban  familiatizadoB  los 
0»p»ñol4M  por  la  lar^  residancla  da  loa  noroa  en  Bapaña ,  y  coyo  nombre  a- 
ptuabAo  ¿  loe  aaeerdotea  paganoa  de  caalquieía  aeóta. 

DISBBTACIONBS.<-*TOMO  I.— 28 


—  218  — 
traeréis  ante  vuestro  escribano  muy  entera  relación ,  que 
se  la  pueda  dar  fó. 

ítem  t  Pues  sabéis  que.  la  principal  cosa  (1)  que  SS.. 
A  A.  permiten  que  se  descubran  tierras  nuevais¡|eS|  para 
que  tanto  número  de  almas  eomo.de  imnumerable  tiempo 
ac4  han  estado  ó  están  en  ebtas  partes  perdidas  fuera  de 
nuestra  santa  fé,  por  falta  de  quien  de  eJla  les  diese  ver- 
dadero conocimieiitOy  trabajareis  por  todas  las  maneras 
del  mundo,  si  |K)r  caso  tanta  eonveraacion  con  los  natc- 
rales  de  las  islas  ó  tierras  donde  vais  tuviéredes,  para  les 
poder  informar  della,  como  oonoEcan,  á  lo  menos  fiícién- 
doselo  entender  por  la  mejor  orden  é  vía  que  pudiéredes^ 
cómo  hay  un  solo  Dios  Criador  del  cielo  é  de  la  tierra  i  y 
de  todas  tea  otras  cosas  qtie  en  el  cíelo  y  en  el  mundo  son: 
y  dedrlesheis  todo  lo  demás  que  en  este  caso  pudiórades 
y  el  tiempo  para  ello  dieie  lugar^  y  todo  lo  que  más  y  me- 
jor os  pareciere  que  al  servicio  de  Dios  nuestro  Se&or  é 
de  BS«  AA»  oonviene. 

Ítem :  Llegado  que^á  la  dicha  isla  do  Santa  Cruz  seáis, 
y  por^todas  las  otras  tierras  donde  fuereis^  trabajareis  por 
todas  las  ^ías  que  pndiéredes  de  iuquirir  é  saber  alguna 
nueva  del  lunnada  que  Juan  de  Grijalva  llevó,  porque  po- 
dría ser  quf  1  dieho  Juan  de  Grijalva  se  oviese  vuelto  á 
esta  istei  á  tuviesen  ellos  dello  nueva  é  lo  supieren  de 
cierto,  d  que  estoviese  en  alguna  parte  ó  poerto  de  la  di-« 
cha  isla ,  é  asimismo  por  la  dicha  orden  trabajareis  desa- 
liar nueva  de  la  carabela  que  llevó  á  cargo  Cristóbal  Do^ 
lid,  qud  faé  en  seguimiento  del  dicho  Juan  de  Qrljalva , 
sabréis  si  llegó  á  la  dicha  isla,  y  si  saben  qué  derrota 
llevó,  ó  si  ticóien  ó  sepan  alguna  nueva  de  adonde  está  ó 
cómo. 

ítem :  Si  dieren  nuevas,  ó  supiéredes  de  la  dicha  arma* 
da  que  está  por  alíí,  trabareis  de  juntaiqs  con  ella,  é  des- 
pués de  joatos,  si  se  pudiera  haber  sabido  nueva  de  la 
dicha  «arabana,  daréis  orden  y  concierto  para  que  que- 
dando todo  á  buenrecabdo,  é  avisados  los  unos  de  los 
otros  de  adonde  os  podréis  esperar  é  juntar,  porque  no  os 
iomels  á  detramar^  é  conoertareis  con  mucha  prudencia 
cómo  se  vaya  á  buscar  la  dicha  carabela  y  ae  traiga  adou» 
de  concertáredes* 

(1)  Falta  ;por¿0 


--.211»  — 
ítem :  Si  6Q  la  díoha  isla  de  Santa  Orne  ao  gapiérede« 
niiev»  de  qae  el  armada  haya  vaelto  por  allí,  ó  eetá  cerca, 
y  sapiéreddB  nueTa  de  la  dicha  carabela,  iréis  en  bu  bus- 
ca, j  fallado  que  la  hayáis,  trabajareis  de  busear  é  saber 
noeva  de  la  dicha  armada  qme  Joaa  de  Gr^jal  va  IIev(3í. 

ítem :  Fecho  que  hayáis  todo  lo  arriba  dicho,  segan  é 
como  la  opertanidad  del  tiempo  para  ello  os  diere  lagar, 
i)i  no  sapláredes  nueva  de  dicha  armada  ni  carabela  que 
en  SQ  regnimiento  foé,  iréis  por  la  costa  de  la  isla  de  Yu- 
catán, Santa  María  de  los  Eemedios,*eii  laeoal  están  eu 
poder  de  ciei^  caciques  principales  dellas  seis  cristia- 
nos, según  é  cerno  Melchor,  indio  natural  d^  Ja  dicha  is- 
la, que  con  vos  lleváis ,  dice  é  •  os  dirá  ^  é  trabajasteis  i)or 
todas  las  vías  é  manerikS  é  mafias  que  ser  pudiere  por  ha- 
ber A  los  dichos  cristíanoB  ymr  rescate  6  por  amor,  ó  por 
o(ara  cualquiera  vía  donde  no  intervenga  deUimento  de- 
Hos ,  é  ni  de  los  espafioles  que  lleváis  ni  de  loa  indios;  é 
porque  el  dicho  Melchor,  indio  natural  de  'la  dicha  isla, 
quecoQ  TOS  lleváis,  conoce  á  los  caciques  que  los  tienen 
cabtivos,  haréis  que  el  dicho  Melchor  sea  de  todos  muy 
bien  tratado,  é  no  consintíres  que  pov  ningnoa  vía  se  le 
fiiga  mal  ni  enojo,  ni  que  nadie  habla  con  él  sino  vos  so- 
lo, é  mostradeheisf  mucho  oarifio  é  amor,  é  faoerleheis  to  • 
das  las  buepas  obras  que  pudiéredes,  porque  él  os  le  ten- 
gay  os  diga  la  verdad  de  todo  lo  que  le  preguntáredes  é 
mandáredisS ,  é  os  ensefle  é  muestre  loe  dicbos  caciques , 
«porque  como  los  dichos  indios  en  caso  de  guerra  son  ma< 
üosos,  podria  ser  que  nombrasen  por  caciques  otros  in- 
dios dé  poco  mafia  para  que  por  ellos  &blasen,  y  en  ellos 
tomasen  ispiriencia  de  lo  que  debían  facer,  por  lo  que 
ellos  les  dijesen :  ó  teniéndoos  d  dicho  Melcnor  buen  .a- 
mor,  no  consentirá  que  se  os  faga  engaño,  sino  antes  os 
avisará  de  lo  que  viere «  y  por  el  contrario  si  de  otra  ma- 
neta con  él  se  hiciere  [1]. 

ítem:  Terueis^mucho  aviso  é  cuidado  de  que  á  todos  los 
indios  de  aquellas  partes  que  á  vos  vinieren,  afií  en  la 

(I)  Da  ettos  espafiolef^^qne  eran  qnínce eon  dos  mnjereB.  nanfraffadoi  ocho 
Mñoé  bacU  en  los  Alaoranas  vioiendo  del  Daríeo  &  Santo  DomMgo,  solo  q«ie- 
.4aban4o«s  Jerónimo  de  Agniar -ordenado  4ft  -Emogolio  qoe  acompañó  á 
GoftéSy  f  Gonsalo  Gnerreio  que  no  qaiso  salir  de  Yucatán  donde  tenia  Mojer 
é  b{io«  j  habla  adoptado  todi»8  las  eostambres  del  pafs;  Los  deufts  hablan  si- 
do saenfteados  óhaolan  muerto  por  efeeto  d«  la  fatiga  j  mal  trato  que  let  da- 
ban loi  iadioi. 


mar  como  en  la  tierra  donde  estoviéredes^  4  veros  é  ha- 
blaroSy  ó  á;te0cataro8,  ó  á  otra  ooálqnier  cosa,  sea  de  vos 
6  de  todos  muy  bien  tratrdos  é  lecebidoB,  moBtiándoleB 
mnoha  amistad  é  amor,  é  animándolos  segan  os  pareoiere 
que  al  oaso  ó  las  personas  que  á  vos  vinieren  lo  deman- 
dan, é  no  cou^ntireis ,  so  grandes  penas  qne  para  ello 
pomeiS)  qne  les  sea  feeho  a{p»vio  ni  desaguisado  algauo, 
sino  antes  trabajareis  por  todas  las  víase  maneras  qne 
pndiéredes ,  oomo  cuando  de  vos  se  partieren  vayan  muy 
alegres  é  contentos  é  satisfechos  de  vuestra  oompa&la , 
porque  de  faoersse  otra  cosa  Dios  nuestro  Selior  y  SS. 
A  A.  podrían  ser  muy  deservidos,  porque  no  podria  haber 
efecto  vuestra  demanda. 

Itom:  Si  antes  qpe  con  el  dicho  navio  de  Grijalva  os 
)unt&redesy  algunos  indios  quisieren  rescatar  con  vos  al- 
gunas cosas  suyas  por  otrasde  las  que  vos  llevaiSi  porque 
mejor  recabdo  haya  en  todas  las  cosas  del  rescate,  é  de  lo 
que  dello  se  obiere,  llevareis  una  arca  de  dos  ó  tres  cer- 
raduras que  seftalareis  entre  los  hombres  de  bien  de  vues- 
tra compañía,  los  que  os  pareciere  que  mas  celosos  del 
servicio  de  88.  A  A«  sean,  que  sean  personas  de  conflan-- 
za,  uno  para  veedor,  otro  para  tesorero  del  rescato  que 
se  obiere  6  resoatftredes ,  así  de  oro  como  de  perlas,  pie* 
dras  preciosas,  metoles  é  otras  cualquier  cosas  que  obie- 
re; é  sí  fuere  el  arca  de  tres  cerraduras,  la  una  llave  da- 
réis que  tenga  el  dicho  veedor,  é  la  otra  al  tesorero,  é  la 
otra  teméis  vos  ó  vuestro  mandado,  é  todo  se  meterá  den- 
tro de  la  didha  arca  é  se  rescatará  por  ante  vuestro  escri- 
bano, qne  dello  dé  fé  (1). 

Itom :  Porque  se  ofrecerá  necesidad  de  saltor  en  tierra 
algunas  veces,  aáí  á  tomar  agua  y  lefias  como  á  otras  co- 
sas que  podrían  ser  menester ;  cuando  la  tal  necesidad  se 
ofreciBre,  para  que  sin  peligro  de  los  españoles  mcjjor  se 
pueda  facer,  i  enviareis  con  la  gento  que  á  tomar  la  dicha 
agua  é  leña  fuere ,  una  persona  que  sea  de  quien  tengáis 
mucha  oenflanza  y  buen  concepto  que  es  persona  cuei^, 
al  cual  mandareis  que  todos  obedezcan ,  y  mirareis  qne  la 
gento  que  así  con  él  enviáredes  sea  la  maapacífica  é  quie- 

(I)  Eflta  iatexreueion  de  veedor  j  teiorero,  era  pa»  eeparavion  del  quisto 
real.  Sn  logar  da  es^  mpl^doa  hubo  d^rones  los  oonttdoree  j  tee^reroidt 


—  321  — 
teé  de  mas  oonfirasa  ó  oordora  qae  vos  podiéredM^  é  1a 
mejor  armada^  é  mandarleíaheid  que  ea  aa  salida  y  estada 
no  liaya  eaoáadalo  ni  alborota  coa  los  áatarales  de  la  di- 
cha isla,  é  mirareis  qae  sea  é  vaya  muy  siu  peligro,  é  qae 
ea  ningaoa  manera  daerma  ea  tierra  niagaaa  noche,  ni 
se  alejwi  tanto  de  la  costa  de  la  niar,  qae  en  breve  no 
paedau  volver  á  ella,  porqae  si  algo  les  acaesciere  con 
los  indios  paedaa  de  la  gente  de  las  navío3  ser  socorrió 
dos. 

ítem :  Si  por  caso  algaa  paeblo  estoviese  cerca  de  la 
eoata  de  la  mar,  y  en  la  gente  del  viéredes  tal  volnntad 
qae  os  parezca  qae  segarameate  por  sa  volantad  y  sin  es- 
oándalo  dellos  é  peligro  de  los  espafLoles  podéis  ir  á  verle 
é  08  determlnáredes  á  ello,  llevareis  con  vos  la  gente  mas 
paefOca  é  cnerda  y  bien  armada  qae  padiéredes,  y  man¡ 
dailesheifi  ante  voestro  escribano,  con  pena  qae  para  eiio 
les  pomeia,  qne  ningano  sea  osado  de  tomar  cosa  ningana 
a  los  dichos  indios  de  macho  ni  poco  valor,  ni  por  niLga- 
na  vía  ni  manera,  ni  sean  osados  de  entrar  en  ningana  ca- 
sa deUos ,  ni  de  bnrlar  con  sns  mqjeres,  ni  de  tocar  ni  lle- 
gar á  ellas,  ni  las  fáblar,  ni  decir,  ni  facer  otra  cosa  de 
qoesepresamanqnesepaedan  resabiar,  ni  sedesmaní^ 
den  ni  aparten  de  vos  por  ningaaa  vía  ni  manera,  ni  por 
cosa  qae  les  ofrezca,  aaaqae  los  iadios  salgan  á  vos  fan 
cer  qne  vos  les  mandéis  lo  qae  deben  á  ha  de  facer,  se^ 
gon  el  tiempo  ó  necesidad  en  qae  os  falláredes  é  viére- 
des (1). 

ítem :  Porqae  podría  ser  qae  los  iadios  por  os  engallar 
é  matar  os  mostrasen  bnena  volantad  y  os  incitasen  á  qne 
faésedes  á  sns  paeblos,  teméis  macho  estadio  é  vigilan^, 
cía  depa  manera  qne  en  ellos  veis,  é  si  faéredes  iréis  siem- 
pre may  sobre  aviso,  llevando  con  vos  la  gente  arriba  di- 
cha.  y  las  armas  mny  á  recabdo,  é  no  consentiréis  qae  los 
iádios  se  entremetan  entre  los  espaüoles,  á  lo  menos  ma- 
chos, sino  qne  antes  vayan  é  estén  por  sn  parte ,  fadén- 
dotes  entender  qne  lo  facéis  porqae  no  queréis  qae  nin«. 
gon  eepafiol  les  fe^a  ni  diga  cosa  de  qne  reciban  endo  ; 
^^ecqne  metiéndose  entre  nosotros  machos  indios,  puedan 

(1)  LMOontínauórddiiM  d«  laodrte  para  el  bnen'irMo  de  iM  indias,  7f^i 
la  insliaotton  en  la  religión,  eran  la  eanaa  de  eitai  pceyeBOiOliea  rmndM  a 
^qniibiid  é  baoor  di^bnBtienipe.  **     ' 


—  222  — 
tener  celada  para  en  abrazándose  los  nnos  eon 
salir  los  otros,  é  como  muchos  [1]  podríades  (oorreT 
gro  y  perecer;  y  dejareis  muy  apercibidos  los  na>TÍ08, 
para  qae  ellos  estén  á  bnen  recabdo  como  para  qne  m 
cesidad  se  os  ofreciere  podáis  sertiooorridos  de  la  ~^ 
qne  en  ellos  dejáis,  y  dejarlesheis  cierta  sefiLa,  atí 
qae  ellos  fagan  si  necesidad  se  oviereí  como  para 
vos  la  fagáis  si  la  toviéredes. 

ítem :  Habido,  que  placiendo  á  Dios  nuestro  Setter,  i 
yais  los  cristianos  qne  ei\  la  dicha  isla  de  Santa  Marte 
los  Bemedios  están  oabtivos,  y  bascado  qae  por  éUa 
yais  la  dicha  armada  é  la  dicha  carabela,  sigoireis 
tro  vi^je  á  la  Panta  llana,  qae  es  el  principto  de  la 

Srande  qae  agora  nnevamente  eí  dicho  Joan  de  Qüjíl 
escabrió.  y  correréis  en  sa  basca  por  la  costa  de 
delante ,  bascando  todos  los  ríos  6  paettoe  delle 
llagar  á  la  bahía  de  San  Jaan  y  Ebttta  María  de  las 
vest  qae  es  desde  donde  el  dlcho^Joan  de^Gr^alva  wat 
vio  los  heridos  é  dolientes  •  é  me*  escribió  la  qoe  flurtH 
le  habia  ocarrido,é si  álM le  falláredes  jantávoéheiB 
él ;  y  porqae  entre  los  espafioles  qae  llévate '  jr  allá  es 
no  haya  diferencias  ni  disenoionés  jantes  qm^ssais  ^ 
ano  tenga  cargo  de  la  gente  qae  coiisigD  Usva,  y  eni 
bos  jantamente  é  may  conformes  oonsaltaveia  todo  aqi 
lio  qne  viéredes  qae  mas  é  mejor  servicio  de  Dios 
Señor  é  de  SS.  AA..  sea,  conforme  á  las  intracoioiieB 
.  de  sos  paternidades  é  mercedes  él  dicho  Jaan  de  <}rij 
llevó,  y  esta  qae  en  nombre  de  SSt  AA«  agora  yo  os 
y  jnntos  qae,  pladenda  á  Dios  naestro  Sefior ,  seáis  ^ 
algan  rescate  6  presente  oviere  de  valor  por  eoálqi 
vía,  recíbase  en  presencia  de  Franeisoo  de  Pefialosa, 
dor  nombrado  por  sns  paternidades. 

ítem :  Trabajareis  con  macha  diligencia  é  soUeitod 
inqnirir  y  saber  el  secreto  de  las  dichas  islas  é  tíerra&j 
délas  demás  á  ellas]  comarcanas  y  qae  Dios  nuestro  Si 
fiór  haja  sido  servido  qoe  se  descaliran  é  descabrieieÉ 
así  de  la  maña  é  con  versación  de  la  gente  de  cada  vd 
dellas  en  particnlar,  como  de  los  árboles ,  fintas,  yerbd 
aves,  animalesi  piedras  predelas,  perlas  y  otros  mecahl 

(UXalanotadAla  tdielon  de  Hftdild  té  pnnm»  deHa  46dr  ««bé  ¿m 
vhMin BUM piobablt  dQtM  elorigüuU  **6ccno  tifycren  moolioi.'' 


-^  223'-- 
ispeoierias  é  otras  cnalesqmer  cosas  que  de  las  dichas  is- 
mB  é  tierras  padiéredes  saber  é  alcanzar ,  é  de  tode  traed 
nitera  relabíon  por  ante  escribano  [1],  é  sabido  qne  en  las 
"clias  islas  4  tierras  hay  oro,  sabréis  de  dónde  é  cómo  lo 
•n,  ó  si  lo  ooiere  de  minas  y  en  parte  que  tos  lo  podáis 
b^  y  trabajar  de  lo  catar  é  verlo  para  qne  mas  cier- 
rélacion  dello  podáis  facer ,  expecialmente  en  Santa 
aria  de  las  I^ieves,  de  donde  el  dicho  Grijalva  me  enyió 
^^.ertos  granosMe  oro  por  fondir  é  fondidos,  é  sabieis  bí  a- 
ttiellas  cosas  de  oro  labradas  se  labran  allí  entre  ellos  óv 
Im  traen  ó  rescatan  de  otra  partes. 
^  ítem:  Bn  todas  las  islas  qne  se  descubrieren  saltareis 
tierra  ante  vnestro  escribano  y  muchos  testigos  ,  y  en 
bre  de<3S«AAy  tomareis  y  aprenderéis  la  posision 
ellas  Qon  toda  la  mas  solemnidad  qne  ser  pneda,  faci^nM 
o  todos  los  autos  é  deligencias  qne  en  tal  caso  se  reqnie-  "" 

é  se  suden  Cacer^  y  en  todas  ellas  trabajareis  por  to< 
las  vías  que  pudieredes  y  con  buena  manera  y  orden 
haiber  lengua  de  quien  os  podáis  informar  de  otras  ii^>. 
é  ti^riras,  y  de  la  manera  y  calidad  de  la  gente  della,  6 
i^e  diis  que  hay  gente  de  orejas  grandes  y  anchas ,  y 
que  tienen  las  caras  como  perros^  y  ansímismo  don 
lo  S^  A  qué  parte   están  las  amazonas  que  dicen  estos  m-- 
'06  que  con  vos  llevaíSy  que  están  cerca  de  allí  f2J. 
ítem :  Porque  demás  de  las  cosas  de  suso  contenidas  y 
ae  se  08  han  encargado  é  dado  por  mi  instruccioíi,  f  e 
pueden  ofrecer  otras  muchas  á  que  yo  como  auécnte  no 
Iirevenir  en  el  medio  é  remedió  dellas,  ¿  las  cua- 
VO0  como  presente,  é  persona  de  quien  jo  tengo  ispi- 
y  connanza  que  con  todo  estudio  é  vigilancia  ter- 
el  enidoeo  cuidado  que.convenga  de  las  guiar,  miiar 
enoaniinar  é  preveer  como'mas  al  servicio  de  Dios  núes- 
Señor  é  de  áS.  AA.  convenga,  preveereis  en  todas 
é  como  mas  sabiamente  se  puedan  6  deban  facer,  é 
la  oportunidad  del  tiempo  en  quQ  os  hallarédes  paia  ello 

[ijSolai  iottnwdonef  que  se  dieron  por  los  gobiernos  de  Inirlatorra  y  '^ ^"^a 

Wiwíém  «i  el  eiglo  paafttfo  h  loe  naTegantes  en  el  mar' del  Sar  para  haeer  dea- 
,«iibfJMieBto«i|  a*  te  hicieron  pteyeneionra  mas  «JEpreBaa  para  que  m  indagase 
tfid « lo  ntiUiTO  &  Ja  hietoria  natural  de  loe  paiaee  adonde  sportaBéo . 

(?)  Aeoipre  laa  largas  dfsUtfoiaa  y  loa  países  deseonocidot  han  dado  mate-  ' 

liaAeetaaí&bnlaf.  LoisaoldadoadeQerMánJco,  qaeYolvieron  pormardesu 
txptdieíoB  al  JSlba,  y  fueron  dlspersoa  por  la  tAoipestad  en  los  mares  de  Ale- 
uda, contaban  haber  Tiato  mónstraos  de  esta  especie. 


—  224  — 
00  diere  logar,  conformándoos  en  todo  lo  qne  ser  iradiM 
con  las  dichas  instrucciones  arriba  contenidas,  é  de  algu- 
nas personas  prudentes  é  sabias  de  las  qne  con  vos  lleváis 
de  qoieñ  tengáis  crédito  é  confianza,  é  por  esperienda 
«eais  cierto  qué  son  celosos  del  servicio  de  Bies  nnestio 
Sefior  é  de  SS«  AA«,  é  qne  os  sabrán  dar  su  parecer. 

ítem :  Porque  podría  ser  que  íntre  las  personas  que 
con  vos  fuesen  de  esta  isla  Femandiua,  óbiese  algunoH 
que  debiesen  dineros  á  SS.  AA. ,  trabajareis  por  todas 
las  vías  que  pudiéredes^n  todos  los  puertos  que  en  esta 
isla  tocáredes  y  gente  quisiere  ir  con  vos  •  si  alguna  def  )a 
debe  por  cualquier  vía  en  esta  isla  dineros  algunos  á  SS. 
A  A ,  é  si  los  debiere  fagáis  que  les  pague,  é  si  no  los  pu- 
dieren pagar  luego,  que  den  fianza  en  la  isla  bastantes 
que  los  pagará  por  la  tal  persona ,  é  si  no* los  pagaren 
diere  fianzas  que  por  él  los  pague,  no  le  llevareis  en  vues- 
tra conipaQía  por  ninguna  vía  ni  manera. 

ítem :  Trabajareis  después  que  hayáis  llegado  á  Santa 
María  de  las  Kieves^  ó  antes,  sisantes  os  pareciere  ó  obié- 
redes  fallado  el  armada  ó  carabela ,  de  con  toda  la  mas 
brevedad  que  fuere  posible  de  me  enviar  en  un  davfo  del 
que  menos  necesidad  toviéredes,  y  que  bueno  sea,  toda 
la  razón  de  todo  lo  que  os  obiere  ocurrido,  y  de  lo  qne  ha- 
béis fecho  y  pensáis  facer ,  y  enviármeheis  todas  las  oo- 
drs  de  oro,  é  perlas,  é  piedras  preciosas ,  especierías  é  a^ 
•  nimalías,  é  Irutas,  e  aves.',  é  todas  las  otras  cosas  que  pu- 
diéredes  aver  habido',  ps^  que  de  todo  yo  pueda  facer 
toitera  y  verdadera  relación  al  rey  nuestro  señor  ^  y  se  lo 
envíe  para  que  S.  A.  lo  vea  y  tenga  muy  entera  é  compli- 
da  relación  de  todo  lo  que  hay  en  las  dichas  tieiras  é  par* 
tes  é  tengáis  noticia  que  hay  ó  pueda  haber  (1). 

ítem :  En  todas  las  cosas  ansí  civiles  como  criminales 
que  allá  entre  unas  personas  con  otras,  ó  eü  otras  cual- 
quier manera  se  ofrecieren  ó  acaescieran ,  conoscereis  de- 
ltas y  en  ellas  conforme  á  derecho  é justicia,  é  no  en  otra 
maneía;  que  para  todo  io  susodicho  é  para  c^a  una  cosa 
épartedello,  épara  todo  lo  á  ello  anexo  é  conexo  éde. 
pendiente,  y  en  nombre  de  SS.  AA.  vos  doy  é  otorgo  po. 
der  cumplido  é  bastante,' como  é  según  que  yo  de  sus  AI« 


onb 


pi  Cortes  biso  esta  reUoion  directametats  á  Cirios  V ,  en  la  oarta  qoc  es • 
ibió  él  mismo  y  el  ajuntamiento  de  Veracrúi,  que  ee  pondrá  ea  ssgei  Ja. 


—  225  — 
tezas  lo  teiigo  con  todafi  bus  inddendas  é  dependendas, 
anexidades  é  oaaeaddadeB ;  é  en  nombre  de  SS.  AA.  man- 
do á  todas  é  cnalesquier  personas  de  cnalqnier  estado , 
calidad  é  condidon  qae  sean^  caballeros,  hidalgos,  pilo- 
tos, cómltres,  é  maestres,  é  pilotos,  contramaestres  é  ma-- 
rineroB,  é  hombres  buenos  así  de  la  mar  como  de  ht  tier- 
ra^ que  van  ó  fiíeren  ó  estnrieren  en  vuestra  compañía , 
que  hayan  é  tMgan  á  vos  el  dicho  Femando  Oortés  por 
m  capitán,  é  como  á  tal  vos  obedezcan  é  cumplan  vnes-- 
tros  manAami^itios,  6  parezcan  ante  vos  á' vuestros  lla- 
mamientos é  ccmsnltas,  é  á  todas  las  otras  cosas  neceea»> 
jías  6  concernientes  al  dicho  vneeti'O  cargo,  é  qne  en  todo 
6  para  todo  se  junten  con  vos,  é  cumplan  6  obedezcan 
vuestros  mandamientos,  é  os  den  todo  favor  é  ayuda  en 
todo  é  para  todo,  so  la  pena  ó  penas  qne  vos  en  nombre 
de  SS.  AA«  les  pusiéiodes,  las  cuales  é  cada  una  dellas 
^08  las  pooiendo  agora  por  escrito  como  por  palabra,  yo 
desde  agora  para  entonces,  é  de  entonces  para  agora,  las 
pongo  é  lie  por  puestas,  y  serán  ejecutadas  en  su9  personas 
é  bienes  de  los  qno  coi  ellas  incurriereu,  é  contra  lo  suso- 
dicho fneren,  ó  vinieron ,'  ó  consintieren  ir  ó  venir ,  ó  pa.« 
sar,  6  dieren  &vor  ó  ayuda  para  ello,  é  las  podados  eje-i 
catar  é  mandar  ejecutar  en  sus  pensonas  é  bienes.  Fo- 
elio  en  esta  pil>dad  de  Santiago,  Puerto  de  esta  isla  Fer- 
nandmay  á  23  de  octubre  de  1518  años.— Capitán,  Diego 
Velazquez. 

E  fecho  é  sacado  el  dicho  traslado  de  la  dicha  instruc- 
ción original  en  la  manera  é  forma  que  susodicha  es,  e 
dicho  señor  alcalde  dijo :  que  mandaba  é  mandó  á  mí  el 
dicho  escribano,. qne  signada  de  mi  signo  y  firmada  del 
nombre  del  dicho  señor  alcalde  en  manera  que  hiciese  fé. 
la  diese  é  entregase  al  dicho  'seQor  adelantado,  segund  e 
de  la  manera  qne  por  sn  merced  era  pedido  é  demandado: 
á  lo  cual  fueron  presentes  por  testigos  el  bachiller  Alon- 
so de  Patada  é  Alonso  Escalante,  escribano  público  de  lá 
dicha  ciadad;  é  yo  el  dicho  Yiconte  López,  escribano  pú- 
blico del  número  de  la  dicha  cibdad  susodicho,  que  á  todo 
lo  que  di^o  es  presente  fui  con  el  dicho  señor  alcalde, 
que  aquí  firmó  sn  nombre.«-Diego  de  Dnero.— Fice  es- 
ciibir  el  dicho  traslado  de  la  dicha  instrucción  original, 
«egnnd  é  de  la  manera  que  en  él  se  contiene,  el  cual  va 
eieito  é  ooBcertado  con  el  dicho  original,  é  va  escrito  en 

pnSBKTAOIOKM.— (TOII»  I.— 29 


—  226  — 
estas  cuatro  hojas  do  papel  con  esta  en  qoe  va  mi  signo, 
é  en  fin  de  cada  plana  va  señalado  de  la  señal  aoostnm* 
brada,  en  fé  de  lo  cual  fice  aqní  mi  signo  ataK— En  testi- 
monio dé  verdad.— Vi<%nte  López,  escribano  público. 

En  las  instrncciones  qnc  preceden  no  se  le  prevenía  á- 
GortésJUicieae  establecimienu)  algono^ipnes  como  se  ha  vis- 
to eran  limitadas  á  buscar  á  Grí jaiva  y  la  carabela  despa- 
chada en  su  alcanoCí  á  librar  á  ios  españoles  cautivos  en 
Yucatán  y  hacer  un  viaje  de  reconocimiento ,  rescatando 
oro,  si  se  presentaba  ocasión,  que  es  nombre  qne  se  daba 
al  cambio  de  este  metal  por  ouentaa  de  vidrio  y  otros  ar- 
tícolos  de  Earopa.  Quizá  el  no  haberse  hecho  prevención 
ninguna  para  poblar  ed  la  tierra  nuevamente  descubierta 
procedió  de  esperar  Yelazquez  para  ello  el  despacho  de 
MUS  solicitudes  en  la  corte,  por  ho  que  en  esta  instmceion 
solo  se  refiere  á  las  facultades  anteriormente  referidas 
por  los  monjes  Jerónimos  para  el  vaje  de  Qrijalva.  Sin 
embargo,  eu  el  memorial  presentado  al  rey  por  el  clérigo 
Benito  Martin  de  Martínez,  agente  de  Yelazqnez,  qne  se 
pone  á  continuación,  se  dice  que  Velasqnez  mandó  ó  Cor- 
tés d  poblar  donde  mqar  le  pareciese^  lo  cual  sé  halla  des- 
mentido por  dichas  instrucciones,  y  por  uno  de  los  moti- 
vos de  qu^a  de  uno  de  los  partidarios  de  Velaequec , 
cuando  se  trató  de  la  fundación  de  YeracruE,  üaé  que  en 
contravención  á  dichas  instrucciones  se  intentaba  poblar, 
y  el  mismo  Oórtés  al  entregarlas  al  apuntamiento  mani- 
festó que  ellas  no  le  facultaban  para  esto. 

Gomo  la  cuestión  entre  Yelazquez  y  Cortés  fué  de  taa^ 
ta  trascendencia  en  todo  el'progreso  de  la  oonqnista ,  ha 
I)arecido  conveniente  poner  aquí  el  memorial  presentado 
poii  el  agente  de  Yelazquez,  que  fué  el  principio  del  largo 
pleito  que  sobre  esto  se  siguió^  el  cual  se  halla  en  la  co- 
lección de  documentos  citada  al  principio  de  este  apén- 
dice. El  tratamiento  de  Alteza  que  se  da  en  algunos  de 
estos  documentos  á  Carlos  Y  y  á  la  reina  su  madre,  pro- 
cede de  ser  este  el  que  usaban  los  reyes  de  España,  no 
habiendo  tomado  aquel  monarca  el  de  Majestad  hasta 
que  recibió  la  corona  imperial,  y  luego  lo  siguieron  usan«> 
do  sus  sucesores  y  los  demás  monaroas  deEnropa.  Se  ha- 
bla en  plural;  porque  Carlos  Y  gobernaba  por  sí  y  en 
nombre  de  su  madre  doña  Juana,  llamada  la  Aoca,  por- 


—  227  — 
qae  lo  eBtabí»;  y  todos  los  diploinaoiiionibramietitoa  y  de- 
más actos  del  gobierno ,  se  encabezaban  en  nombre  de 
ambos,  oomo  so  verá  en  los  que  se  publicarán  en  el  curso 
de  esta  obra. 


MBMORIAli 

qm presentó  al  rey  Benito  Martínez,  en  íiombre  del  adelantado  Die- 
go Velazqt^ez»  enoiie  eji^pone  qKe  fiabicndo  el  adeloíntado  enviado 
*i  Hernando  Cortés  por  capitán  de  una  armada  de  siete  navioey 
cierta  gente  a  calar  la  itla  de  San  Joan  de  Lita;  y  de  poblar  donde 
le  pareciese  m^or,  luego  que  se  vu)  allí  se  había  cusado  con  toda  el 
armada  y  gente;  pidiendo  a  S,  M,  lo  tnafidcise  castigar  brevemente . 

Hiilaae  original  en  el  archiro  general  de  Indias  de  SatIIIa 
•QtrA  lo0  papAles  enviadoA  del  de  StekaocaB,  leiicajo  10  de  iut  ro  - 
talados  '*dd  Kalaciones  y  Deacripciones." 

Saora  Oesárra  Católioa  Majestad :  Bonito  Martínez  beso 
las  manos  de  Y.  M« ,  á  la  cual  suplica  le  pleg'a  saber  como 
Diego  Velazqnez,  adelantado  de  las  islas  de  Yucatán  y 
üloa,  envió  habrá  un  año  á  Uernando  Oortés  por  capitán 
de  cierta  gente,  y  con  siete  navios,  y  todo  á  pn  ooeto  y  mi- 
sión, y  que  fuese  á  calar  la  isla  de  CTloa,  y  á  poblar  don- 
de mejor  le  pareciere ;  y  el  dicho  Fernandez  Oortés,  capí  - 
tan,  des  que  se  vido  allá  y  vido  la  riqueza  de  la  tierra , 
base  alzado,  como  ya  á  Y.  M.  es  notorio,  y  si  esto  queda- 
se sin  castigo  sería  dar  atrevimiedto  á  todos  los  que  en 
aquellas  partes  tovieren  cargo  á  hacer  lo  mismo,  por  don- 
de se  signiría  mucho  inconveniente  é  mal  ejemplo,  é  mu-* 
cho  da&o  á  las  otras  islas  que  están  descubiertas  6  á  los 
indios  de  ellas.  Suplico  á  Y.  M.  lo  mande  remediar,  y  cas- 
tigar brevemente  conforme  ajusticia,  porque  si  en  el  cas- 
tigóle provisión  de  ello  hobiese  disimulación  ó  negligen- 
cia, ocurriría  grande  inconveniente,  y  lo  mas  brevemente 
que  ser  pueda  le  mailde  dar  el  despacho  de  ello. 

An^imísmo  dice:  que  porque  este  Hernando  Oortós,  ca^ 
pitan,  se  levantó  otra  vez  cuando  la  isla  Fernandina  se 
empezó  de  poblar  con  una  carabela  y  con  ciertos  compa* 
üerosi  é  Diego  Yelazquez  le  prendió^  y  á  ruegos  de  mu 
(chos  buenos  le  perdonó,  6  ahora  ha  hecho  este  otro  buen 


—  228  — 
heoho  en  se  alzar  con  la  isla,  y  para  hacer  sa  mal  hecho 
baenoy  dice  macho  mal  de  Diego  Yelazquez,  y  todos  los 
que  en  9a  nombre  vienen;  y  porque  elloa  tienen  pasión, 
y  es  este  el  postré  remedio  qae  tiene  para  se  faivar  de  la 
culpa  en  que  eon  caidos,;  suplica  á  Y.  M.  habiendo  respe- 
to á  loa  buenos  servicios  que  el  dicho  Diego  Yelazqaez 
ha  hecho  á  Y.  M. ,  que  no  se  les  dé  oródito,  poi:que  si  lo 
que  ellos  dicen  fuese  así  verdad,  en  siete  a&os  que  ha  qae 
tiene  poblada  la  isla  Fernandina ,  de  una  suerte  ó  de  otra 
ya  se  habría  sabido,  y  no  le  seguiría  tanta  gente  como  le 
sigue. 

Ansímismo  dice:  que  la  nao  en  que  estos  vinieron  de  la 
dicha  ialaUioai  es  de  Diego  Yeíá9sqbQZ|  6  tiene  necesidad 
de  se.oalaibtear  y  adobar,  que  Y.'M.  mande  que  Juan  Ló- 
pez, contador  de  la  contratación  de  Sevilla^  tome  en  sí  la 
nao,  y  la  mande  adobar,  y  ponga  maestre  é  marineros,  y 
la  mande  cargar  y  enviar  a  Diego  yelazquez ,  é  si  Y.  iL 
es  servido,  b6  de  dicho  contador  que  enviará  una  de  sos 
naos  con  gente,  juntamente  con  esta  otra  nao,  porque  hay 
mucha  necesidad  de  gente  para  aquellas  partes  ;  y  en  to^ 
do  suplica  mande  proveer  presto. 

Ansimismo  dice :  que  el  dicho  Diego  Yelaquez  ha  en- 
viado otras  cuatro  naos  con  coatrooientoa  hombres  á  so- 
correr y  llevar  refrescos  al  dicho  Uemando  Oortés,  y  vo- 
diá  ser  que  hallándose  los  unos  diferentes  de  los  otros  se 
hagan  algunos  desconciertos ,  por  donde  los  unos  y  los 
otros  recibiesen  mucho  daüo  y  los  indios  mucha  confa- 
sion,  por  donde  so  impidiese  el  servicio  de  Dios  y  de  V. 
M  y  de  la  buena  manera  y  orden  que  Diego  Yelazqucs 
lleva  para  la  conversión  de  aquellos  indios ;  porque  supli- 
ca con  toda  brevedad  mande  dar  el  despacho  de  ello  (1). 

Ansímismo  dice :  que  en  esta  isla  Fernimdlna ,  por  la 
grande  contratación  que  en  ella  hay  por  estas  islas  nue- 
vas, se  han  subido  y  suben  las  rentas  del  almojarifazgo, 
y  Diego  Yelazquez  siempre  recibe  las  pujas,  y  hanle  he< 
cho  ciertos  requerimientos  los  arrendadoreSf  que  suplican 
á  Y.  M,  le  envíe  á  mandar  lo  que  tiene  de  hacer. 

Ahsimimo  dice :  que  por  ser  la  tierra  buenai  que  agora 


(D)  Eftto  era  sin  dada  para  prevenir  el  qne  no  ee  le  impatave  el  dafio  qw 
podría  .oMinrra  coa  el  envió  de  la  la  expedición  de  Panfilo  de  Karvaea  coatn 


—  229  — 
qne  la  han  visto  deacubíerta,  mnc  as  persosas  con  codi^ 
ciaqne  se  les  liam6Vido«  han  demandado  licencia  á  los 
frailes  Jerónimos  que  estáñenla  Bspafiola  para  ir  á  res- 
^tar  y  traer  esclavos  á  la  Española  de  aqnellaa  islas  y  los 
tfaiiea^é  la  üanídado,  por  donde  se  deaecviiái  mncho 
Dios^  y  los  indios  serán  maltratados  y  mny  aniquilados 
oomo  ^i|  la  Bapwñola^  muy  alfborotados ,'  y  muy  grandísi  • 
mo  cargO'de  ooncienda  á  T.  M.  si  tal  petmitlercf,  porque 
rapliba  á  V.  i[.  lo  mande  remediar  con  toÚa  brevedad, 
<iae quinientas  legnas  al  rededor  de  lo  que  él  time  descu- 
bierto, qne  no  puedan  rescatar  ni  cativar  indios^  porque 
Befía  alboi^tarlos»  y  siempre  eatarian  resabiados  como 
eatáh  en  Tierra-Fieme^  cnanto  mas  qne  Diego  Velazquez 
trae  descubriendo: catorce  navios^  y  en '  todo  sapliea  á  V'. 
^*  le  mande  ^ar  el  despacho  de  todo  con  toda  brevedad, 
por  evitar  sÍKieboa  peligros  que  de  todo  esto  se  podrán 
fiegair«-^BeiiJLto  Mairtinez. 

Laa  cartas  de  Cortés  al  emperador  Oá^los  V  ^  que  lle^ 
^an  el  título  de  ^^Selaciones , ''  son  el  doonmento  mas  au- 
téntico y  ouii^»^4ei  todos  los  Relativos  á  la  conquista.  I^u 
«e  ¿abijar  encontrado  la.  pximecst  que  ha  publicado  ahora 
el  •eñw  4on  jilartiii  l^etnandez  de  KaTárreto  en  la  Colec' 
oioH  de  doQumenioa  Í7tMit09  para  la  hitíofía  deEtpafia ,  y 
Be  inserta  aquí  con  la  noticia  bibliográñoa  de  las  edi- 
ciones y  tradnccionea  de  dichas  cartas,  poir  el  mismo  se. 
&or  l!];avarre1;^  qué  precede  á  la  íneocíonada.  En  la  co. 
lección  de  Sisíoriíidores  primitivos  de  lans  fnddas  Ocoiden^ 
tales j  del  seiior  Barcia,  no  se  hallan  ináoi  que  la  segunda, 
tercera  y  cpihita ,  que  son  lafi  mismas  qoe  reimprimió  cu 
esta  capital  el  seSor  arzotñspodonFránéUco  Antonio  Lo- 
enzana.  con  una  noticia  del  viaje  de  Oo^tóé  desde  la  cos- 
ta á  Méjico^  advertencias  para  la  inteligenciado  las  mis- 
mas cartas ,  una  noticia  cronológica  de  los  víieyes ,  una 
cordillera  de  los  pueblos  que  pagaban  tributo  al  empera- 

'  dor  MootezumcK  y  otros  datos  curiosos  con  mapas,  aun. 
qae  muy  imperfectos!:  todo  lo  cual  hace  á  esta  edición 

'  digsaée  Qtia  mención  mas  expresa  que  la  que  de  ella  ha- 
ce d  sefior  ÜTayarrete. 


—  230-» 

BELA.0IO2!f 

del  descubrimiento  y  conquista  de  Nusva" España, hecha  jpor  lajt 
tiria  V  rcfjimiento  do  la  nueva  ciudad  do  Voracrus  d  iQ  de  jt 
de  1519. 


del  códice  númeto  CXX  de  la  Ibiblioteoa  impohali 
Vieña,  del  qae  hay  copia  aatonsada  eii  la  academia  de  HiaM 
remitida  en  O  de  abril  de  lT78j  Dor  don  Diefpo  de  Iriarte  I 
nazon  enpargado  de  negocios  de  Españ»  cerca  del  Kobiezoo  ü 
tríaeow 

Eatre  las  machas  cartas  escritas  por  Hernán  Oostí^ 
kay  oinoo  qae  llevan  el  nombre  de  Relaciones  ,  ora  \ 
por  ser  mas  largas  que  las  otras ;  ora ,  y  esto  es  loiií 
probable ,  porqne  en  ella  daba  cnenta  mny  cironnstai 
da  de  sos  empresas  y  conqnistas  en  Kneva-Bspafift.    | 

De  estas  oartasi  ó  mejor  relaciones  de  GortéSi  imaaj 
pnblicaron  desde^qne  se  recibieron  en  EspañaJ^  Alema^ 
y  se  tradojeron  en  yarias  lengnas  y  reimprimieron  | 
terioranente,  y  otras  han  permanecido  inéditas  bi 
nnestros días.  Esta ciitmnstanoia nos  obUgaá  djari 
noticia  de  las  ediciones  y  tradncdones  de  lasnnaay 
hallazgo  de  las  otras!,  ya  qne  todas  pneden  contri! 
ilostrar  esta  parte  bibliográfica  de  nuestra  historia 
rioaxia. 

La  primera  carta  6  relacii^i  es  la  qiie  el  mismo 
general  Hernán  Oprtési  la  justicia  y  regidores  de  la 
población  qne  aqnel  acababa  de  f  andar  con  el  noml 
yíUa;;Jt¿ea  is  la  Veraoruz ,  acordaron  de  enviar  oo^j 
procaradores  á  la  reina  doña  Joana  y  el  rey  don 
sa  hijo,  á  IB  (1)  de  jaUo  de  1510)  como  las  primu 
maestras  de  la  riqueza  de  aquella  tierra ,  que  Ooi 
menzaba  á  conquistar  en  voz  y  aefiorio  de  83. 
se  hallaba  en  parte  alguna  esta  carta^  cuando  jtiz| 

(1)  BMaealafMhaqnd  expresa  el  xnuiiuoríU)  de  la  biblioteca  ^ 
c4iya  íeoha  exlate  en  la  academia  de  la  Historia.  Boberta<m,  ea  al  saq' 
tracto  que  hlso  de  esta  carta  al  fin  de  en  hietoria  de  Amóriea.  dioa  q«a  i 
es  de  6  de  jallo  de  1919,  annqae  añade,  Cortói  escribe  qne  la  nao  «a 
▼iaba  esa  relación,  la  despachó  el  16  de  jallo.  Bobertson  ee  eqnívoo4 
cha  del  6  de  jnlio  es  la  del  reelbo  qne  dieron  los  comiisionadoe  úm  \m 
tea  qne  traían  de  Noeya-Bspafia;  la  del  10  ea  la  fecba  de  la  carta  6  tsI| 
Hernán  Cortés  t  de  la  justicia  y  regimiento  de  Veraamri  j  la  del  IS^ 
día  en  que  fnó  despachado  el  bnqne  para  la  metrópoli 


—  231  — 
atribnja  al  s^or  Bardía  su  extravío  á  haber  Bidé 
d  oonaejo  real  mandó  recojer  á  instancia  de  Pan- 
Nar?aezy  6  lo  qne  parecía  mas  cierto,  la  qne  Jnan 
qvtó  á  Alonso  de  Avila,  ó  se  perdió  en  el  comba- 
kobo  entre  ambos  (l).Onando  Bobertson  escribía 
de  América,  no  habiendo  logrado  hallar  en  £h- 
kutearto  de  Cortés  á  Oárlos  Y ,  inédita  aun  y  es- 
liempo  despnes  de  sn  desembarco  en  la  costa 
mejicano,  le  ocnrrió  qne  estando  el  empera- 
á  partir  para  Alemania  cuando  los  dipütadoa 
Ufaron  á  Biiropa,  era  posible  que  la  carta  que 
flievaten  á  S.  M.  se  hubiese  conservado  en  la  bi» 
imperial  de  Yiena.  Comunicó  esta  idea  al  caba*' 
^BobntoMarray  Keith,  y  este  obtuvo  del  gobierno 
kgraciadeqnese fhmquease  copia,no  Eolamen- 
fdioha  earta  en  caso  de  existir  en  la  biblioteca,  sino 
i4etodoBlos  papeles  que  sirviesen  á  ilustrar  la 
a  que  entonces  se  Ocupaba  aquel  célebre  escri  * 
no  se  halló  la  carta  que  buscaba  Bobertsou, 
fOO  <Mriglnal  sino  tiéslado  auténtico ,  (legalizado 
nbanopúblicOy  de  la  que  enviaron  al  emperador 
los  déla  nueva  colonia  de»yeracruz  fundada 
eon  fecha  10  de  julio  de  1519 :  carta  según 
00  menos  desoonocida  y  curiosa  que  la  que  era 
^i»mñ  indagaciones,  y  que  no  habiendo  llegado  & 
liasta  después  de  impresa  la  parte  de  la  hiato- 
^|ie  ae  lefiere,  extractó  sudntamente  al  fin  de  las 
Xiá  iltámo  volumen.  Al  mismo  tiempo  pareció  otra 
^ín  la  quinta,]  ó  Uámese  relación  de  Cortés  al  em« 
'Callos  Y  soore  su  expedición  á  Honduras  (2)  que 
fteha ;  pero  en  ia  copia  existente  en  la  biblioteca 
Madrid  se  expresa  haberse  escrito  en  Temixtitan, 
Mtifimbre  de  152G. 
^Kgooda  relación  escrita  en  Sevilla  de  la  Fronte- 
I)  ¿30  de  octubre  de  1520,  se  imprimió  en  Sevilla  por 
lOnoiberger,  alemán,  á  8  de  noviembre  de  1522,  en 
^fflenimprimió  en  la  colección  de  Barcia  en  I7á9  [4], 


BibUoteea  OccidMifaL  tit.  4,  t.  lí,  p.  598. 
iHT^jJoawi  prefádo  de  va  bistoi  ia  de  ikmóricA. 
[m7*^P**^  coneeiTHido  su  antigno  nombre  mejtoano. 
I  QiMadoraB  primitiTOB  de  la^  ludias  occidentaieb"  t.  1^  desde    alp 

iUlat2. 


—  232  — 

y  en  la  d^l  arzobispo  Iioronzaiiay  en  Méjico^  ^I  afto  de 
1770  (1),  '.  ' 

La  tercera,  escrita  en  la  ciudad  de  Gajoaoan,  6  16  de 
mayo  de  1522,  se  imprimió  en  Sevilla  por  el  mismo  Juan 
Gromberger^  á  30  de  marzp  de  1523^  en  fólio,  y  reimpri- 
mióse en  las  dos  expresadas  colecciones  de  Barcia  y  Lo* 
renzana.  Ambs^  eran  raras,  y  Barcia  las  obtnvo  paxa  dar- 
las álnz,  de  la  librería  del  consejero  de  órdenes  don  Ui- 
gnel  Nnñez  de  Bojas  (2).  '. 

La  cuarta,  escrita  por  Cortés  en  ^a  ciudad  de  Temixtí^ 
tan  á  15  de  octubre  de  1524,  deb^  ser  mny  Tara^-  amiqtte 
impresa  en.  folio  el  aiio  de.l525,  segon  la  .cita  Bama,  mí9 
expresar  el  pne'blo  ni  la  oficina  doiide  se ,  hizo  la  irniK^e» 
Hion,  ni  otras  circunstancias.  Brunet,  en  an  Miimwl  4#{<fi*: 
brerof  Bruselas  153S,  dice  que  Meusel  después  de  buber 
descrito  las  cartas  segunda  y  tercera,  ,]>er8iLadido  de  í^ 
la  primera  no  se  habia  impreso^  augura  1^0^.00  piulo  ad* 
quirir  noticia  sobre  la  primera  edicion.de  la  ouartáoar'« 
ta,  aunque  según  Panser,  li^bia  sidoi  iuipreaa  en  Tole- 
do por  Gaspar  de  Avila,  en  20  de  octubre  de  152$^  0á  fo- 
lio. £ste  mismo  afio  es  el  que  señaló  Barcia  en  la  piime- 
ra  edición. 

La  quinta  es  la  que,  según  hemos  iji4ioado,  se  bailó  ea 
el  códice  OXX  de  la  biblioteca  imperial  dQ  Yi^iusí  re- 
tíere  la  expedición  de  Honduras.  Iilo  tiene,  fechai  pe¿o.ei^ 
un  códice  de  la  biblioteca  real  de  Madrid  qae  copió  :doa 
Juan  Bautista  IVTu&oz,  se  dice  escrita :  De  la  cibdad  de  Te*  \ 
mixtitan  desta  Nueva- Espaaíap  á  tires  del  mea  de  aetiembftf  i 
aiio  del  nascimiento  de  nuestro  Señor  ¿{Salvador  JesucrisP^  Á 
de  152G,  [aiiadiendo  üiluñoz,  que  coti^jó  su  copia  qou  el  oó«  Á 
dice  de  la  biblioteca  real,  el  cual  está  sacado  i)or  Álon^  i 

( I)  Eq  una  nota  que  pnio  el  sofior  Lorenzan<»  &  la  p.  171  cobre  U  prin«m  \ 
edioton  hoeha  ea  Senila-el  año  de  \b'±i,  dfoe  f  (ipr  esta  i'echa  se  conoc»  qQ«  la  J 
iinpreaiuii  do  Mta  car  ta  fa^^  loa  primicia»  del  art^s  da  imprenta  en  Servilla  y  n(»-  ¡ 
hu  en  toda  España.". Este' eann  error  grave  que  eonvíene,  advertir,  pnea'ctt  \ 
He'villa.  BeKnji  ot  padre  M^nd^s  (Tipografía  eupañola,  p  J53,)  te  imprinf*  pof  -'  I 
1  o  menos  deede  1476;  y  por  lo  relativo  k  España,  aunque  -  el  mi«>mo  Meiwlaa  fl*  l| 
ja  la  época  en  el  aiio  de  1474  en  Valoncia,  poHt«iriorm6nter)ta  dea  estrado  dóa 
Jaime  liipoU,  canóuiíro  déla  santa  iglesia  de  V¡qnn«  qneesta  primaeia  debs 
out-nerla  hasta  ahora  Barcel  na,  por  el  libritoen  8<p  hallado  eu  labibiioie^ 
de  lop  trinitarios  descalzos  deaqaella  'cindad,  ó  imprt^so  ailf  por  el  alemoil 
Jniin.Gherliu,  A  7  do  octabre  do  Htüi 

{¿)  Barcia,  Biblioteca  oceidental,  trat.  4,  t.  II,  p.  593  Bistoris^doKS pkl 
mitivos,  t.  JL|  p.  e^é  iiaata  li2& 


-233  — 
80  Biaz  d^  mismo  original  de  Semu  Oortés,  comoeoiis^ 
ta  de  una  nota  del  mÍHino  Diaz  que  ae  \é  al  fin  del  códice. 

Tradlel^nas  lallBaa*  « 

La  segonda  y  tercera  d^  estas  cartas  ee  pnblicaroB  tra- 
|dQcidas  al  latín,  en  Nnremberg,  año  de  1524^  por  el  doctor 
Pedro  Savorgnani ,  quien  las.  dedicó  al  papa  Olemente 
Vil  con  fecba  en  ífaremberg  quarto  idus  Febru,  Anno 
Ihmin.  Millénmo  quingentésimo  vigésimo  quarto 
La  segnndfk  carta  salió  á  luz  con  eata  fecha : 
^^Praeclara  Ferdina^di  Gortesii  de  nova  Maris  Oceaini 
HíBpania  nanratío  Sacratísaimo  ao  Invictíssimo  Oarolo 
üomanorum  Impei'atori  Semper  angosto  Hispaniamm 
etélBiégi  AnnnQ  Domini  M.DXSy  transmisa:  íb  qna 
continentnr  píarimascitu  et  admiratione  digna  circa  egre- 
gias earam  provintiamm  orbes,  Incolamm  moresi  pne- 
roram  «acrificia  et  Iíe{igioaas  personas^  Fotíssimnmqne 
decelebri  civitate-Temixtitan  Yariisqne  illad  mirabiie 
qnx  Jegentem  mirifice  delectabnnt,  per  Dootorem  Petmm 
SagQorgnannm  Foro  Julieneem  lleven.  D.  Joan  de  Ee** 
vd)l6S  Episco.  ienensis  Secretarinm  ex  Hispano  idioma- 
te  in  latiam  versa  Anno  Domini  M.DXXIIII*  KL.  Martii; 
I  Cam  Gratia  et  Privilegio.'^ 

;      T  al  fin  ise  dice :  ^'Kxplicit  eecnnda  Femandi  Cortesii 
Narratio  per  Doctorem  Petram  Savorgnannm  Foro  Ju^ 
I  Jieusem  ex  Hispano  idiomate  in  latinum  conVersa.   Im- 
preaain  celebri  civitatí  Norimberga.  Oonventni  Impe-^ 
i  nali  presidente  Serenisaimo  Ferdinando  Hispaniamm  In- 
fante et  Arcbidnce  Anstrite  Sao.  B«  Imp.  Loont  Gleneralí 
I  ilTiBo  Domini  M.D.XXII1I :  Qaart*  JSo.  Mart.  Per  Fride- 
í  xieum  Peypns  Artbime6ioB.'' 
{     La  tercera  carta  se  pablicó  con  este  título : 
I     'Vertía  Ferdinandi  Gortetiil  Sac.  üsesar^  et  cath.  Maies- 
''  ta.  In  nova  maris  Oceani  Hyspania  Generalis  prsefecti 
I  preclara  oarraüo.  In  qna  celebris  civitatis  Temixtitan  ex* 
'  pagnatio,  aliaromqúe  P(Ovintiaram  qnee  defecerant  re^ 
coperatio  oentinetor.  In  quamm  expngnatione,  recnp^ra- 
f-  tíone  Pra&fectnsy  nna  cnm  Hispanis  Fictorias  satema  me- 
.aioria  digDas  conaeouutus  est,  pisaterea  Ineamaredel 

fiorOorteaiu detexisse  receset,  qnod  nos  Austral  e 

ladieam  Pelagos....  nt as  innúmeras  Provintias 

DISERTACIONES»--  TOMO.  I.^^SO 


—  234  — 

Aoilsodiiiis,  Unionibas eminanim  generibas  ¡refer- 

tas.  Et  postremo  illis  innotaBisse  in.  • . .  voque  Aromata 
contíaeri.  Per  Dootorem  Pettam  SavorgDannm  Foroin- 
üensem  Beven*  in  Ori6to  patria  Dfii.  lo.  de  Beyellea  Bpi8 
copi  YienneDsiB  Secretanam  ex  Hispano  idiomate  in  la- 
tinam  versa."  Y  al  final|  despnes  de  las  firmas  de  Oortéíi 
y  de  sus  oficiales  Jalian  Alderete ,  Alonso  de  Grado  y 
Bernardino  Fazqnez  de  Tapia,  y  de  la  lecha  en  Gnyoacan 
á  15  de  mayo  de  1522,  concluye  aoí :  ^<  Imptesfium  in  Im- 
periali  Oivitate  Norimbergai  per  Disoretnm  et  providom 
Firnm  Fsederionm  Artliemesinm  clvem^bidem,  iLnno  Vir- 
ginei  partas  milésimo  qningentesimo  vigésimo  qnarto" 

De  esta  traducción  latÍDa  del  doctor  Pedro  Savorgnasi 
.  se  reimprimieron  las  cartas  segnnda  y  terceía,  únicas 
que  tradujo,  oon  otros  documentos,  en  un  voltimen  con 
el  lítalo:  '^De  insulis  nnper  inventis  Ferd*  Oortesii  nar** 
rationes  etc.  Odl.  1532  en  folio,  y  en  el  N^ovus  Orbis  BasiL 
1555,  también  en  folio.  Así  se  hallan  aun  en  el  Fuevo  Or- 
be impreso  en  el  año  de  1616  con  esta  portada :  *<  I^ovaa 
orbis  id  est  navigationes  primee  in  Américam:  qaibus 
adjanxLmns  Gaaporis  Farrerii  Discorsum  super  Ophjra 
Kegione.  Eoterodami  apnd  Joannem  Leonardi  Berewont. 
Anno  MDOXVI." 

Barcia,  que  al  parecer  no  vio  la  edición  del  doctor  Sa« 
vorgnano  de  1524;^  la  citó  con  la  autoridad  ó  teatimonio 
de  Valerio  Taxandro  y  Abraham  Ortelio;  pero  habla  de 
tres  cartas,  no  siendo  mas  que  dos ,  y  añade  otra  edición 
hecha  el  año  de  1532,  en  folio,  con  el  título :  '^De  laa  is- 
las de  Fernán  üortés  halladas  poco  ha,  con  el  epítome 
de  los  pueblos,  idolatrías  etc.  de  los  pueblos  de  la  India 
descubiertos  poco  antes. . .  .*'  que  parece  son  las  que  dice 
Taxandro,  aunque  este  sólo  pone  dos. 

Juan  Hervagio  añadió  estas  dos  cartas,  á  saber,  le  sct 
gunda  y  tercera,  en  el  Nuevo  Orbe  de  Juan  Parvo,  año 
1555,  en  folio,  página  536. 

Traducción  alemana. 

Según  don  Nicolás  Antonio,  citado  por  Barcia,  un  ano** 
nimo  tradujo  en  alemán  las  cartas  de  Cortés  y  se  impri* 
mieron  ^  no  dioe  dónde,  ni  cuáles  ó  cuántas  eran  las  car- 
tas. 


--.  235  — 
Tra.da<^ctoiftes  Itallaiias. 

La  tradaceion  latina  de  Savorgnani,  Savorgnano  ó  Sa- 
vorgaanus,  sirvió  de  texto  á  Niooiás  Libamo  para  tras- 
ladaría  al  italiafio  cpn  este  título :  ^'  La  preclara  narratip- 
ne  della  nova  HíBpagna  del  mare  Océano  nell  anno  1520 
tmmeaask  enet.  Bern.  de  Fiano  1524.  en  4?  Beimpri- 
mióae  en  el  tercer  voldmen  de  Aamano. 

M.  Joan  Bebelles  la  tradi^o  tamoien  al  italiano  con 
igaal  títalo ,  y  se  imprimió  ea  el  mismo  año  de  1524 , 
en  4? 

Joan  Baaüsto  Bamnsio indujo  en  el  tercer' volumen 
de  sa  colección  de  viajes,  impreso  en  Yenecia  el  afio  de 
1565,  en  folio,  las  relaciones  de  Oortód  segunda,  tercera  y 
cuarta,  dos  de  Pedro  de  Al  varado  á  Oortés,y  una  de  Die- 
go Godoy;  traducidas  todas  al  italiano,  así  como  otras  d^ 
varios  espafioles  que  se  hallaron  en  aquellas  conquistas. 
Al  expresar  que  daba  principio  p<Mr  la  segunda  relación 
ddGorté^  añade:  ^^  porque  la  primera  dellas  falta,  y  aun- 
que  diligentemente  buscada^por  mí ,  i^o  he  podido  hasta 
ahora  encontrarla. 

Traducciones ,  francesas. 

'^Vojage  et  conquetes  du  Oapit.  Férdlnand  Oourtois  es 
lodas  Occident.  Trad.  de  leugue  espagnole  por  Gill^  le 
Bieton*''  París,  1588;  en  8? 

Esta  obra  no  es  una  trtiduccion  literal  de  las  cartas  de 
Cortés,  sino  nn  extracto  formado  de  las  relaciones  espa- 
Üolas  que  eK>bre  aquellos  sucesos  incluyeron  en  sus  histo- 
fias  Oonzalo  Fernandez  de  Oviedo  y  Francisco  López  de 
Gomara.  £ja  única  íraduccien  francesa  de  las  cartas  de 
lOortés,  de  que  tenemos  noticia  y  hemos  reconocido,  es  la 
siguiente: 

*H3(nrrepondance  de  Fernand  Cortés  avec  1'  empeteur 
Charles  Qoínt  sur  la  conqucte  du  Méxique.  Traduite  par 
^  r.  le  YicomtedeFíavigny,  Lientenant  colonel  de  I>ra<« 
et  Ohevalier  de  V  Ordre  Boyal  et  Militaire  de  Saint* 

uis.  A  Paris  chez  Oellot  et  Jombert  Fils  jeune  librai- 
eta" :  un  tomo  en  8?  de  508  páginas*  La  epístola  de- 
tona esftá  dldgida  á  la  sefioramarquesa  de  Polignac, 


—  336  — 
y  parece  qae  solo  por  complacerla  emprendió  este  traba- 
jo el  tradactor,  j  poír  Mnitgoiaite)  41»  á  ella  debia  agra- 
decer el  público  francés  la  comunicación  en  su  idioma  de 
este  preeioto  monumenito  de  literatura  y  de  historia.  Ko  se 
expresa  el  año  deja  impresión;  pero  estando  dada  por 
Mr.  Sñard  la  aprobación  para  ha^erla^  en  París  á  16  de 
febrero  de  1776  ,  concedido  el  privilegio  déL  rey  el  15  de 
julio  de  1778.  y  registrado  entre  los  documentos  de  sa 
clase  en  la  cámara  real,  el  4  de  setiembre  del  mismo  alio, 
no  puede  dudarse  que  por  aquel  tiempo  se  daría  á  la  es^ 
tampa. 

La  traducción  parece  haberla  hecho  M.  Flavigny  con 
presencia  de  lascartas  publicadas  en  Méjico  por^l  seffet 
Lorenzana  el  afio  de  1770,  á  quien  supone  como  el  recopi- 
lador y  colector  de  esto»  preciosos  documentos ,  deíMno- 
cíeudo  la  colección  de  Barcia  y  las  demás  antmores  ds 
que  hemos  tratado.  Asegura  que  desde  Oésar  hasta  él  si- 
glo XVI,  es  Hernán  Cortés  el  único  capitán  que  liaya  es- 
crito sus  propias  expediciones;  alaba  su  prudencia,  tu  ra* 
lory  su  penetra<áou,  sus  planes  6  designios,  sus  recursos 
y  aun  sus  mismas  preocupaciones  y  las  de  su  siglo ,  que 
él  respetó,  y  tanto  contribuyeron  á  la  asombrosa-réfoiu- 
cion  que  hizo  contiBui  feliz  éxito,  captándose  así  el  apre- 
ció  y  amor  de  los  que  contemplen  en  tul  hétoe  modesto  y 
sincero  el  tono  sencillo  y  natural  de  estas  cartas  que  a* 
gradarán  á  la  posteridad  y  serán  lecciones  útiles  á  todos 
los  hombres. 

Gomo  el  traductor  altera  el  orden  ó  numeración  de  las 
tres  cartas  de  Oottés,  denominándolas  primera,  segunda 
y  tercera,  cuando  el  señor  arzobispo'  y  los  demás  editorea] 
las  caMcan  de  segunda ,  tercera  y  cuarta ,  supone  que! 
aunque  existe  una  primera  ó  anterior,  escrita  en  Véa^' 
cruz  el  16  de  julio  de  1510,  cree  que  no  puede  ser  inteüre^ 
sante,  si  se  ha  de  juzgar  por  su  fecha,  comparándola  coa 
la  de  las  otras  cartas.  Añade  que  jamás  pudo  oonsegnit 
ó  lograr  en  España  una  copia  manuscrita  de  ella^  por  ser 
cierto  que  nunca  se  habia  impreso ,  supuesto  que  la  iob 
prusion  de  la  segunda,  por  el  alemán  Ch*omberg6r,  ea  Ifl 
de  noviembre  de  1522,  constituye  la  épocfi  cierta  de  H 
introducción  de  la  imprenta  en  Sevilla  y  en  toda  BspaSit 
error  notable,  que  copió  sin  examen  del  señor  LoramuaüÉj 

como  ya  hmo«  adyertidO;  pim  w^aq^ielbi  feote  toeter  3^ 


—  237  — 
coáieota  y  sm  afio9  que  ee  imliriinfa  en  Beyill*  y  dn- 
coenta  y  oaatco  par  lo  mebes  eil  Banselona. 

I^a  tradq^oofea  de  Mr.  Ffavtgiiy  se  rampritm6  en  Sai- 
za,  año  1760 ,  m,  8? 

(M.  F.  de  N.) 

daramepte  parece^  oaando  en  lasbistoiiaai  falta  el  fan*- 
damento  y  principio^  del  TeocmodBiiénto  de  las  oosas  aeae- 
cida%  que  queda  todo  oonfoflo  y  enoandllado;  y  porque 
eu  este  libro  eatin  agcegadae  y  juntas  todae  a  la  mayor 
pirte  de  lae  ^SGritucae  y  rela(3iokM8  de  lo  qncí  aA  sefior  don 
Ferinuido  Oortés,  gob^nuKlor  y  capitán  general  de  la  If  ue- 
va-ESepafia^  ha  nuoedktoy  y  la  ckmquiata  de  aquelláB  tfer- 
laB^por  tanto  acordé  de  poner  aquí  en  el  principio  de  to« 
da8¿lIaaelorígeudeo6£iaay  coándoyen  qi»é  manera  *el 
dioh0.^liemá4oflr  comensóáoonqniatarla  diohaNuera- 
Espalléf  qite  ee  en  la  mailera  tígníMto :  [11. 

Bstando  en  la  isla  Española  el  afta  del  Bellor  de  1518 
afik»  poi:  g^^iemádcHres  de  a^mUae  partes  de  las  Indias, 
isU^  y  t|e^i^  ftrme  del  mar  OoéSiio^  los  muy  retereiMlos 
padres  fray  irnte  dff  Sevilla  (2)^  prior  de  la  Mojotada  j  y 
fray- Alofliso^de  jgkintóDiEnningoy prior  de  San  Juan  de  Or* 
tfi^  ícailer  y  pioifesos  déla  <Men  del  Menavmturado  (3) 
Sr*  Saa  Jerámmo»  á .  los  ctiab»  hablan  enviado  despnes 
de  la  muerte  del.católioo  rey  don  Femando  con  la  dicha 
gobemamon  los  revevendífiimos  sellares  gobernadores  de 
Bspaña  don  fcay  Froncisoó  Jimeness,  arzobispo  de  Toledo 

y  cardenal  de  E^iata^  y  Mdehor  de [4]  deán  de  Lo- 

vayna^  embigador  del  rey  don  Oárlos  nuestro  sefior ,  que 
descaes  fué  cardenal  de  Tortosa  y  finalmente  papa  A- 
dñano  VI ,  Diego  Velazqnes  teniente  del  almirante  de  la 
ida  de  Ouba,  envió  el  dicho  año  á  suplicar  á  los  dichos 
padree  gobernadores  que  reddíaa  en  la  isla  Española , 
qae  le  diesen  licencia  para  armar  ciertas^  naos  que  que^ 

(l)  BMe  pieftmbnlo  de  la  relación  qne  síp^ae,  primera  de  las  cinco  de  Hernán 
Corlee,  pareee  haberle  escrito  alj|;im  eorioeo  para  mejor  declarar  el  contenido 
de  lo  <me  en  ella  de  refiere. 

C2)  Debió  decir :  Fr.  Luía  de  Figneroa 

tJ)  Aei  elMS. 

(1)  I^oal  Taeío  ae  halla  en  el  ma&nscrifco  de  Víena  que  oopiamoe.  Bl  deán 
nbiuújmÉiaddfliovayiiaaelIiiaiaba  Adriano  Flonaeio,  Fnémaeirtro  da 
Cvioe  y,  Yino  4  Bipaíía  eu  1415,  v  despnes  faé  snmo  pontífice,  oon  el  nombf» 
d«  Adriano  VI.  YóAse  4  AudOTal,  Hiflt..de  Ctoloi  V,  Ub.  p&irafo  6  y  58. 


—  238  — 
ría,  segan  oostambrede  aquellas  par  tes,  enviar  á  aa  cos- 
ta á  una  tierra  que  él  decía  que  habia  descabierto  h&cia 
la  parte  occidental  déla  dicha  isla  de  Oaba«  para  saber 
y  bogar  (1)  la  dicha  tierra^  y  para  traer  indios  cautivos 
de  ella  de  que  se  pudiese  servir  en  la  isla  de  Ouba,  y  pa« 
ra  rescatar  en  ella  oro  y  las  otras  cosas  que  hubiese,  pa« 
gando  el  quinto  de  todo  ello  á  SS.  A  A. ,  según  la  orden 
y  costumbre  que  en  dio  ^abia ;  lo  cual  los  dichos  padres 
gobernadores  le  concedieron  y  dieron  licenciai  y  ansí  ar- 
mó tres  navios  y  un  bergantín ,  y  envió  por  capitán  de 
ellos  á  un  su  pariente  que  se  decia  Juan  de  Quijalba  [2[ 
mandándole  que  rescatase  todo  el  mas  oro  que  pudiese. 
Y  es  de  saber  que  los  primeros  descubridores  de  la  dicha 
tierra  fueron  otros,  y  no  el  dicho  Diego  Yelaaques ,  se- 
gún adelante  parecerá,  los  cuales  no  sabiendo  lo  que  se 
decían,  la  intitularon  y^lamaron  Yucatán  porque  los  dichos 
primeros  descubridores ,  como  llegasen  áll&  y  pregunta- 
sen á  los  indios  natozales  de  la  dicha  tierra  cómo  ae  lia-* 
maba  aquélla  tierrai  no  entendiendo  lo  que  les  pregunta- 
ban, respondían  en  su  lenguaje,  y  dedan  Tueatan,  Yuca-- 
tanf  que  quiere  decir  no  entiendo ,  no  entiendo :  así  los  es- 
pañoles desoubridores  pensaron  que  los  indios  respon- 
dían que  se  llamaba  Yucatán,  y  en  esta  manera  se  quedó 
impropiamente  á  aquella  tierra  estenomhre  Yucatán.— 
Pues  como  el  dicho  Juan  de  Quijalba  fué  á  la  dicha  tierra 
nuevamente  descubierta ,  comenzó  á  rescatar  con  los  in- 
dios de  la  tierra  las  cosas  que  en  su  navio  llevaba,  segñn 
Diego  Yelazquez  lo  habia  mandado ;  y  no  se  dando  aqnel 
rescate  con  tan  buena  manera  como  Diego  Yelazquez 
quisiera,  volvió  á  Ouba  con  poco  rescate,  adonde  fué  mal 
recibido  de  Diego  Yelazquez ,  el  cual  hablando  con  Fer- 
nando Oortós,  que  á  la  sazón  era  vecino  y  justicia  de  la 
ciudad  de  Santiago  y  la  dicha  isla  de  Ouba  (3),  que  á  la 
sazón  estaba  rico  de  dinero,  y  tenia  ciertos  navios  pro* 
pios  suyos ,  y  era  mu7  bien  quisto  y  tenia  muchos  amigos 
en  la  dicha  iiala,  concertóse  Diego]Yelazquez  con  él  {Mira 
que  entrambos  hiciesen  una  buena  armada,  y  que  el  di^ 
cho  Fernando  Cortés  fuese  por  capitán  general  de  ella  en 

(3]  Dobe  ser  "Orijúya  6  Qriialba." 

(3)  Lo  miitto  quo  n  dijera :  ''ingUcia  de  la  oiodadde  8anü«go"^lB  <1a  diehí 
tíük  de  Coba» 


—  239  —  ^ 
nombre  de  SS.  AA« ,  por  el  poder  qne  para  ello  le  habian 
dado  loB  padres  Jerónimos  gobernadores  de  aquellas  par- 
tes. Fecho  y  asentado  entre  ellos  el  condertOi  poso  el  di- 
cho Diego  Velazqnez  solamente  la  tercia  parte  délas 
naos  de  la  armada,  j  el  dicho  Femando  Oortés  pnso  de 
lo  suyo  propio  las  otras  dos  tercias  partes  de  las  dichas 
naos  y  todas  las  costas  ^qae  se  hicieron  en  la  manda,  y 
liadéndose  á  la  vela  en  el  mes  de  octubre  del  afio  del  Sr. 
de  1518  años,  y  andando  costeando  por  las  costas  del  a  di- 
cha isla  de  Gnbacon  tiempos  contrarios,  finalmente  salió 
de  la  dicha  isla  de  Oaba  el  dicho  I^emando  Oortés  capi  - 
tan  g^eral  de  la  dicha  armada ,  á  12  dias  del  mes  de  ÍQ'* 
bieio  del  afio  del  Señor  de  1510  para  ir  á  la  dicha  tierra 
intítiilada  Yucatán  con  diez  naos,  las  siete  de  laa  cnales 
eran  propias  del  dicho  capitán  Femando  Cortés  y  las  tres 
de  Diego  Yeliazqnez,  y  después  le  alcanzaron  otras  dos 
naos  que  el  diciio  Diego  Yelazquez  le  envió  ;  ansí  que, 
foeron.por  todas  las  naos  de  la  dicha  armnda  doce  enue 
peqoeiias  y  grandes,  en  las  cuales  iban  quinientos  españo- 
les. Pues  como  llegare  á|la  dicha  tierra  llamada  Yucatán, 
habiendo  conocimiento  de  la  grandeza  y  riquezas  de  ella, 
determinó  de  hacer  no  lo  que  Diego  Yelazquez  queriu, 
qne  era  rescatar  oro,  sino  conquistar  la  tierra  y  ganarla 
y  sqetarla  á  la  corona  real  de  S.  M. ;  y  para  proseguir 
snpiopósito,  sintiendo  que  algunos  de  los  de  su  com- 
para temerososide  emprender  tan  gran  cos^  se  le  querían 
Tolyer,  hizo  un  fecho  troyano  ,y  fué  que  tuvo  manera,  de&- 
pnes  que  se  embarcó  [1]  toda  la  hente  de  dar  al  través 
eon  todas  sus  armas  y  instes  de  la  armada,  y  haciendo 
JQStiflÁa  &  dos  ó  tres  que  le  amotinaban  la  gente,  anegó  y 
(fesbarató  todas  las  noas  haciendo  sacar  la  madera  y  da.* 
▼asBon  de]ellas|á]a  costa^  con  presupuesto  que  viendo¡los  es- 
JH^les  qne  no  tenian  en  qué  volver  ni  en  qué  poder  salir 
de  aquella  tierra,  se  animasen  á  la  conquistar  y  á  morir 
ea  la  demanda,  y  este  fué  el  principio  de  todas  las  buenas 
▼eotoraa  del  dicho  capitán  Femando  Oortés.  Y  acertó  tan 
bien  en  esto,  que  si  no  lo  hiciera,  hobiera  pocos  de  los 
^ne  consigo  llevaba,  que  se  atrevieran  á  aquella  empre- 
i^  tan  grande  tierra  y  tan  poblada  de  gentes  belicosas; 
7  aunque  al  capitán  le  pesara,  según  los  aprietos  y  peli- 

(1)  £fffQrobAbíe  qnedijefleel  oríf^inal:  ^'degpnppqnfldeBeinbarcó." 


—  240  — 

groa  en  qne  después  sé  vieron,  si  las  naos  estaTieran  en» 
teras  se  le  volvieran  tddos  ó  loa  mas.á  la  isla  de'Onba.— 
En  esta  manera  empezaron  á  conquistar  la  tiem^  adonde 
faoia  hechos  hazafiosost  «Kxmíetíay  emprendía  cosas  inao- 
ditas,  y  donde  seg[nn  juicio  humano  no  era  Qreidoqnenin* 
guno  ae  ellos  pudiese  escapar  ^  oonio  adelante,  paraeerá. 
Habiendo,  pues,  el  capitán  Femando  Oortéa  calado  algo 
de  la  tiena,  acordó  de  fundar  una  nueva  pobladen,  en  la 
cual|  hechos  algunos  autos  y  topiado  su  siüOy  le  pnso  por 
nombre  y  la  llamó  la  Bica  Villa  de  Veracruz,  y  puestos 
en  ella  alcaldes  y  regidores  etc. ,  y  otrosofloialea,  el  dicho 
capitán  general  Femando  Oort4s,  el  jasticia  y  regidores 
de  la  dicha  villa,  acordaron  de  enviar  &  España  dos  pro- 
curadores á  la  reina  doña  Juana  (1)  y  al  rey  don  0¿¿k» 
Buh\ió  nuestros  señores ,  con  las  primicias  y  mnestrss 
de  las  riquezas  de  aquella  tierra  que  comenzaba  ^  noni* 
bre  de  88.  AA.  á  conquistar;  y  partiéndose  los  pcoenra» 
dores  déla  dicha Kica  Villa  de  Verácrq^s.,  vinieron  á  Sa* 
paña  y  llegaron  á  Valladolid  en  el  principio  del  mes  de 
abril  del  año  de  1520  años,  en  la  Semana  Santa ,  estando 
el  rey  don  Garlos  nuestro  señor  emi  propósito  de  camino 
para  ir  á  Alemania  á  recibir  la  corona  imperial,  y  presen- 
taron á  8.  M.  lo  que  traian ,  y  una  carta  que  el  cabildo, 
jasticia  y  regidores  de  la  dicha  villa  de  la  Veiaeruz  »» 
oribieron  &  SS.  AA.,  cuyo  tenor  es  el  siguiente : 

Mny  altos  y  muy  i)oderoBoa  ezoelentininiafl  Príncipes» 
muy  católicos  y  muy  grande^  Hey«s  y  Heñocea. 

Bien  creemos  que  V  V.  MM.,  por  letras  de  Diego  Velas» 
quez,  teniente  db  almirante  de  la  isla  Fernancdoa,  ha* 
brán  sido Jpformados  de  una  tierra  nueva  que  pueda  ha- 
ber dos  anos,  poco  mas  ó  menos^  que  en  estás  ¿artes  fuá 
descubierta,  que  al  principio  fué  intitulada  por  nombre 
Cozumel|  y  después  la  nombraron  Yucatán,  sin  ser  lo  nao 
ni  lo  otró|  como  por  esta  nueva  relación  V  V.  BJL  A  A 
podrán  ver;  porque  las  relaciones  que  hastaahoraá  VV. 
MM.  de  eata  tierra  se  han  hecho,  aj^i  de  la  manera  y  ri. 
queza  de  ella,  como  de  la  forma  en  que  £aó  descubierta  y 
otras  cosas  que  de  e\\s^  se  han  dicho,  no  son  ni  han  podi- 

(1)  Por  «qnivocacion  m  leo  en  el^^mannacrito  |'*doña  Isabeí  " 


~  211  — 
do  ser  oierias  porqae  nadie  kiMita  shonihlas  lia>  sabido, 
6omo  awá  este  que  noaotta»  á  V  Y.  BB.  A  A.  anviamea : 
y  tratftTOBlo&aqiií  desde  el  prinoipio  qm  foé  deaciibierta 
eitta  tieimi  hueta  el  estado  enq^eal  ttfeseateestá,  poorqne 
yy.  JIM.  sepan  la  tímñ  qae  es,  la  gente  que  la  posee  y 
lamaawadefeKi  vivir^y  «Lrito  y  oeremoniasi  sqta  ó  ley 
qoetisneii,  y  eV  fruto  qae,  en  ellas  Y  V.  BE.  A  A.  podrán 
bsees^  ydeella  podr&a  recibir,  y  de  quien  enella  YY*MM« 
luin^sida  servidos^  porque  en  todo  Y  Y.  BB.  A  A.  quedan 
hsoer  lo  que  mas  servidos  serán  ;  y  la  cierta  y  muy  ver* 
dsdeía  reiaoien  es  en  esta  manera. 

Psedakaber  dos  años  poeo  mas  ó  m^os,  muy  esola* 
reddos  príocipes,  que  en  la  ciudad  de  Santiago,  que  es 
en  la  isla  Feraandina^  donde  nosolroé  kemes  sidoveci- 
Hfls  en  los  pueblos  de  ella,  se  juatanm  tres  veoinos  de  la 
dicha  isla,  y  «el  tuno  de  los  cuales  se  dice  Francisco  Fer- 
nsBdea  de  Oóvdoba^  y  el  otro  Lorenzo  «Ochoa  de  Oai^oedo 
y  et  otro  Oristóbal  Moraota;  ly  oomc  ^costnmbie  en  es- 
tas islas  jqae  en  nombre  de  Y  Y.  MAi(i;alitán  pobladas  de 
•QNifloles^  de  ir  por  indios  á  las  islto)  qne  no  están  pobla- 
dss  de«  eaoafiolesf  para  se  secvir  de  éUos,  «nyiaron  los 
imsodíohos  ddSAayies  y  un  tergantán,  para  que  de  las 
íaissdiolias  trajesen  iadiosá  la  dicha  ida  FemandiBa 
para  se  servir  da  ellos,  y  oreemos,  porque  aun  no  lo  sá- 
banos da  cierto,  que  el  dicho  Di^  Velazqúes,  tenienre 
ds^miraate,  tenia  la  coarta  parte  de  la  dicha  armada,  y 
el  ano  de  loa  dichos  armadores  f  aá  por  capitán  de  la  ar- 
mada^ llamado  Francisoo  Fernandez  de  Oórdoba,  y  lle^d 
por  pilíito  á  nn  tal  Antón  de  Alaminos,  veoíao  de  la  villa 
de  PaloSi  y  á^este  Antón  Alminos  tro j irnos  nosotros  aho- 
m  tsmbien  por  piloto :  lo  enviamos  á  YY.  BB.  A  A. ,  pa- 
la qse  de  él  Y  Y.  MIL  puedan  ser  informados.  Y  signien* 
do  su  vtfkje  fiieison  á  dar  á  dicha  táem.  iatítalada|de  Yn^ 
csibmfAlA  pnnta  deella,  que  estSrá  sesentaó  setenta  le^ 
gusa  dala  dicha  teto  Fernandia*  de  esta  tierra  de  la  Bi*. 
es  liéflrm  ( I)  de  la  Yeraoruz, dQQlde[nosotios  en  nombnde 
Y7.BB«  A.A»  estamos,  en  la  ouaL  saltb  en  nn  pueblo  que 
is  dtee  Oampeehe,  donde  al  selinr  de  él  pusieron  por  noia< 
Im  Lázaro^  y  allí  le  dieron  dos  mazorcas  con  una  tela  de 
ersj  y  porque  los  naturales  de  la  dicha  tierral  no,  lo  con- 

[IJ  kti  dic«  el  mannsirlt^,  en  In^ar  da  "Kica  Villci. 

9IS8nTA0101iB8.~T0]Ca  I.— 31 


—  242- 
sintieron  estar  en  el  pueblo  y  tierra ,  se  partieron  de  a)lá 
y  se  fqeron  1a  oosta  abajo  hasta  diez  legoas,  donde  tOTi6 
á  saltar  en  tierra  junto  á  otro  pueblo  que  se  Hama  Ha  - 
ehooobon  y  el  Sr.  del  OhMn^Mito ,  y  allí  fueron  bien  red^ 
bidoB  de  ios  naturales  de  la  tierra ;  mas  no  lo  consiotie- 
ron  entrar  en  sus  pueblos,  y  aquella  noohe  áunnierou  hM 
espa&oles  fuera  de  las  naos  eñ  tierra.  Y  riendo  esto  kw 
naturales  de  aquella  tienrai  pelearon  otro  dia  por  la  ma- 
ñana con  ellosy  en  tal  manera  que  murieronjveinte  y  sos 
espafioles ,  y  fueron  heridos  todos  los  otros,  y  finalmen* 
te^  viendo  el  capitán  Fercisco  Femandes  de  Córdoba  es* 
t ) ,  escapó  con  los  que  le  quedaron  con  acogerse  á  las 
naos. 

Fleudoy  pues,  el  dicho  capitán  cómo  le  habían  muerto 
mas  de  la  cuarta  parte  de  su  gente,  y  que  todos  los  qvs 
le  quedaban  estaban  heridos ,  y  que  él  mismo  tenia  tcein* 
ta  y  tantas  heridas ,  y  queesiníba  cuasimuerto^  queno 
pensarla  escaparse,  volvió  con  los  dichos  navios  y  gealB 
a  la  usía  Femand^áa,  donde  hicieron  saber  al  dicho  Die^ 
go  Felazques  cómo  había  hallado  unatiena  muy  rica  de 
oro,  poique  á  todos  los  naturales  de  ella  lo  habün  visto 
traer  puesto ,  ya  de  ellos  en  hus  narices ,  ya  de  ellos  en  las 
orejas  y  en  otras  partes,  y  que  en  la  dicha  tierra  había  e^ 
diüoios  de  cal  y  canj^  y  mucha  cantidad  de  otras  cosas 
que  de  la  dicha  tierra  publicaron  de  mucha  administia- 
dou  (1)  y  riquesas ,  y  dijéronle  qos  si  él  podia  «iviaae 
navios  á  rescatar  oro,  que  habría  mucha  ea&tídadde 
ello  (2). 

Saoido  esto  por  el  dicho  Diego  7elasquez,-mpvido  mas 
&  codicia  que  á  otro  celo^  despachó  luego  un  su  procura* 
dor  á  la  isla  Eapafiola ,  con  cierta  relación  que  se  hiio  4 
los  referidos  (3)  padres  de  San  Jerónimo  que  en  ella  xm* 
diaa  por  gobernadores  de  las  Indias,  para  que  en  nombrs 
de  r.  M«  le  diecen  lioenda  por  los  poderes  iquedo  YV. 
áJl.  tenían  para  que  pudiese  enviar  á  bogar  [4]  la  dicha 
tierra  didéndole  que  en  ello  liarán  gran  servicio  á  F.  M., 
con  tal  que  le  diesen  licencia  para  que  rescatase  con  los 
naturales  de  eUa  oro  y  perlas  y  piedras  preciosas  y  otras 

ri]  QaüE&  ««dvimdon.'* 

m  Aii  el  manntoríto;  pero  qttisft  "da ello"  por  "da  él." 

[1  *<l(efBrado«"áica  el  niAlMiieiite  el  original  por  ''reJüexidoi.'^ 

i4j  Debió  deeir  "bojar/'^  ¡ 


—  243~ 
oota8,  lo  oaal  todo  fiMie  nyo^  pagando  el  quinto  á  VV. 
MM**,  locaal  pof  loa  diohoa  1¡SBl  PP.  gobeni|dorea  jar6- 
Himo8  la  faé  oonoadido,  anal  posqne  hizo  leláeioa  que  él 
kaUa  deaoabiarto  bk  dioba  tiena  á  aa  ooata,  como  por  sa- 
ber el  flooreto  de  alia,  y  á  proveer  oomo  áaervioio  de  V  V^ 
BR.  A  A.  OGUTinieae,  y  por  otra  parto,  ain  lo  aaber  loa 
díelioa  padrea  jerteini08t  enTió  á  un  Qonialo  de  Oozman, 
etm  80  poder  y  ono  la  dicha  relaciona  YV.  BR.  AA.  di-« 
eiflDdo  que  él  habia  desonbierto  iiqaeUa  tierra  á  sn  ooita, 

en  lo  oaal  ¿  VT.  MBL  habia  heoho  aervicio,  y  qne  la 
qaeiiaeonqniataráan  eoste^y  aapUoando  á  Y  V  BB.  A  A. 
iokioiewn  adelantado  y  aobernador  de  ella  en  oiertaa 
nenedea  (1)  qae  allende  de  eato  pedia,  oomo  V  V«  MU. 
kftkiátt  ya  visto  por  an  reladon,  y  por  esto  no  las  eapre« 
HuaosaquL 

Ba  esto  medio  tiempo^  como  le  vino  la  licencia  que  en 
Bombie  de  V v.  MM.  lea  dieron  ^loa  BB.  PF.  gobernado- 
ne,  dalaóidan^de  San  Jer6oimO|  dlOeepnaa  en  armar 
tres  navioa  y  nn-  bergantín,  porqne  ai  Y  V.  MM.  nofoeaen 
Mmdoa  de  leeonoeder  lo  qne  ccm  Gtmiurio  de  Oazman 
Im  batna  enviado  á  pedir,  los  hnbieaa  ya  enviado  con  la 
Itoencia de  loa diéhoB padírea  gobeinadoiea  jerénimoa,  y 
armadoat  envió  por  capitán  de  elloa  á  na  dendo  snyo  qne 
M  diee  Jnao  de  Grijalva  {2],  y  c<m  él  ciento  aceenta  hom- 
bree de  loe  veeinoa  de  Ja  dicha  iala,  entre  loacnalea  ve- 
BBmm  algnnnade  noaotroa  por  capitanea  por  aervir  4  Y  Y* 
SB  A  A,  y  no  a<do  venimoa  y  vinieron  loa  de  la  dicha  ar- 
aada,  aventorando  nnistraa  pereonaa,  mae  ann  caai  todos 
loe  baatímentoa  de  la  dicha  armada' puaieron  y  pneimoa 
de aneatras caaaa,  lo  cnal  gaf tamoay  gaataron  asaz  parto 
de  Boa  haeiendaa;  y  faé  por  piloto  de  la  dicha  armada  el 
dteho  Anton  de  Alaminoa,  qne  primero  habia  deaonbier- 
te  la  di<dub«tifirra  caando  faé  con  Franoiaoo  Femandez 
deOórdoba :  y  para  hacer  eatovii^e  tomaron  eneodicha 
denota^  qne  antea  qne  á  la  dioha  tierra  vinieaeny  deecn* 
Menm  mía  iela  peqnefia  qne  bogaba  [3  j  hasta  treinta  le- 
gaae,  qne  está  porla  paito  del  Bar  da  la  dicha  tierrai  la 

01  'Htaiti.''  eon  oiertea  nentdes. 

(2)  Jittade  OiUalTA  no  era  parlante  de  Velaiqnei,  aaaqvé  aaí  ta  deola  por 
tr  dem  níMU  tiemu  Slnra  ealo  áe«oneecla]i  4  lo  Que  ea  diU 


que  ea  dije  en  la  prioMia 
nrtnioQ. 
0)  Debió  d#eir"bojaU.» 


oaal  es  Hauíada  Oosamel,  7  Jtogvron  cu  ladiolift  isUki  «i 
paebloqaefOCiATQiipoitiioiiilm'Saii  JaaAde  Bostotett' 
na,  y  á  li^  dib»  isla  llanunDn  danta  Onis:  y  elinemo  di* 
qae  aquí  llegaron*  salíeíoQ  á  varios  hasta  éseate  y  «a* 
cuenta  personas  de  los  indios  del  pueblo,  y  oteo  día  ai- 
goiento,  segon  paieoíó^  dejaron  el  paeblo  los.  dichos  in- 
dios y  acogiéronse  :ál  monte:  y  como  el  (eaF«l4HLtQ:ñeseBe• 
ce8idadde  agoa,  bízose  á  la  vela  para  la  it  á  tonaor  &  otm 
parte  el  mismo  diáy  y  yendo  sn  viaje,  aooidéee  de  yoU 
Ter  al  dicho  puerto  y  la  isla  de  Santa  Gnus ,  f  aorgiiáea 
él,  y  saltando  en  tiena  lialló  alpoeblo  sin  gante»  oobo« 
nnnca faera  poblado^  f  tomada  su  agna  se  toróó  ¿sos 
naos  sia  calar  la  tiecra  ni  saber  el  seoietoJda  élta^  lo  enal 
no  tavieranfl]  hacer,  pnes  era menestev  gnelacaiaray 
supiera,  para  hacer  verdadera  relación  á  YVí  Kb.  AA« 
de  loque  era  aqnella'isla;  y  alaando  velas,  ie  fuá  y  fatm- 
gai6  sn  viaje  hasta  llegar  á  la  tierra  que  J^ranoíaeo  f^ 
nandee  de  Oóidoba  habla  desoabieito,  adonde  iba  psia 
la  bogar  [2]  y  hacer  sn  resoate,  y  Ueipiáos.  aUá  andnvi^ 
ron  por  la  eosta  deleita  dd6ar  ádael  poniente^ hasta 
llegar  á  ünabahte,  á  la  enal  dicho  capitán  6t\ialva  j  fi* 
loto  mayor  Antón  de  Alaminos  pnpioDon  pomomlmla 
bahía  cta  la  Asoeasion ,  qne  segmi..^iiiion  de  pilalQa  ss 
mny  cerca  de  la  pnnta  de  las  Yecas,  qneeslatiémiiqne 
Tícente  Tanéz  descubrió  y  apuntó^  qne  la.  parte  mido  [3] 
aquella  biUiia ,  laeoal  es  mny  grande  y  se  ODse  qne  pasa 
á  la  mar  del  Norte ;  y  desde  allí  se  volvieron  hoy  la  dicha 
costa  por  don^  habían  ido,  hasta  doblar  la  punta  de  la 
dicha  tierra;  y  por  la  parte  del  norte  de  ella  naveganm 
hasta  llegar  al  dicho  puerto  Oampoche,  qne  eLs^ELor  d&él 
se  llama  Lázaro ,  donde  habla  llegado  el  dicho.  Fuaneíseo 
Yemandes  de  Córdoba,  y  j4]  así  para  haoer.  sn  leoaatoy 
qne  por  el  dicho  Diego  Y  elaxquez  les  era  mandado,  como 
porlamnclia  necesidad  qne  tenían  de  tomar  a|^a.  ¥ 
Inego  qne  los  vieron  venir  los  naturales  de  latieceafSa 
pusieron  en  manera  de  batalla  cerca  de  sn- puebla,  pioa 
fes  defender  la  entrada,  y  el  ci^itan  los  Uaméeonaa» 

(1 )  Atf  diea  •!  maniueiito  eqníTocadaiiiMte  por  «déUmn."  "^ 

<3)  H*d«gOT*'bcfiftr," 

«b  "tM  U  parto  «Idf.»  ^ 


^245  — 
laBgii».yiiiMq»8to  qne^Ue^Ab^iy  y  vinieron  dertMin^ 
iM,^iwoaBte»]iísQ'^lÉiitMdfcp  qv»  él  no  venia  «pso  á 

élkw  de  lo  ^oé  tcurieiBea  y^  tomas  ág«f  ^  Y' 
fééflOQ'eUmhaMicmpniíi^edfe  agua  qne  estaba 
j«Aí4 aa pueblo» ir  allí oamemidá  tou«risaagaayá/lea 
Mriaao&etdioho Uñante  qne  laeJdieBett  oro  y  qael08  da- 
da teapreeaa  q«e  Uétn^Huí;  y  loe  indioB^  deeqne  aqne- 
bOBO tenían  oeo  qnele  dar  dij^nmle  qne 
{ty^g^jéi  Im  iog6  qnaies  dejasea  tomar  en  agna  y 
seixfan^  y4Wi  toioettono  fiepndo  delteerden 
fWLqoeotaMdia  de  matattaáhoM  denüsafi  loe 
aoteamenaaeeaáprtear  oonslie  aróos,  y  flechas  y 
fj  xodelMM>or  manera  oue  mátaaron  á  nn  espafiol 
ylfeMmaftdieho  oapitaBí  Oi^jalW  y  é  oti»B  nineliosi  y 
•fNlhiMKd6  sereoibanfiron  en  lasearabeliBui  ^oon  en  gen^ 

ea  las  iNiebla»  de  diéfcos  indios,  y  «in  sab«r 
daqae.-á  FK  £B.'MM.  vavdadera  felaoion  se  pn^- 
fy  da  idHae  fiMNm  por  la  dieba  oosta  liaste 
sia'i  aloiial  pnsiewn  por  nombre  el  ido  de  Oric 
J«lM^yáaf^anéloui¿horar.d(e:TísperM,y  elotro  dia 
iaaafliñaaa^gnijtewi  de  la  ana  y  de  la  otra  parte.diri 
dagnafc^nrtuaeTé  Íb  indioa  y^|«gte  de  gaeera,  eoa  sos  ar«« 
má  f.ñmalüms  lanMe>gr  rodmw'para  defender  )a  entrada 
awi  timsa^  y  segnn  pareoió  &  aiganas  peraonasi  a€rian 
k«faeiiiaoiBÉil.indioa^  y  eo^iO-cdcapltaneetOTiá,  no  sal. 
lé  á  tíena  nadie  de  sns  na^os^  sino  desde  loft  naTüoe  lee 
kÉMoaafa^leagaayfftrantesqnetciia,  rogpíadbles qne 
sUegaaeiLmaa  oerea  paiaqne lies  {Midiese diur  la oansa de 
■I  fS]  nenida,  y  entsaDon  veinte  indios  ea  nna  eanoa  y  y 
mayfeoatados  y  aeereácoaseé  los  na^os,  y  el 
fltijalva  leei:i£||o  y  diáá  entender  por  aqnel  in- 
qaeól llevaba^'  cótno  él  ne  venia  sino é  rescatar, 
y  q^e  qnoria  ser  amigo  da  eUoSy  y  ene  le  tmjesenorode 
leqoetODian,  y  qne  él  les.daria  de  ka  preseas  qne,lleva« 
baíry  «asi  lo  hioÍJenm^***JBl  dia  slgniente,  m  tfayéndole 
óoitBrijosFaadeeniBaÉJiesS  U  (8)  el  dicho  oapiínm  les  dio 
de  sniianÉta  toqne  le.  paíeciá»,  y  eUó»  se  v(4,tieron  á  sn 
paddo,  y  él  didioeapitan  estovo  áUí  aqnel  dia^  y  otrodia 


g)Ea«l  ■amiMritoqiia  eopiamos  falta  el  '*iii.^ 


mgaieate  se  huo  á  1a  veUk  sin  saber  nuw  ■eoceto  algvw» 
de  aqaeUa  tiena,  j  aígnió  hasto  Uégar  á  mía  bahía,  á  te 
cual  pnsieion  por  nombre  la  bab&i  de  San  Jaan ,  y  aUÍ 
ealtóel  oapitaa  en  tierra  oon  cierta  gente  en  ums  aieaa* 
les  despoblados;  y  como  los  naturales  de  la  tierra  habiaa 
visto  que  los  na^os  yenian  por  la  oosta,  aoadieron  allí 
ooñ  los  caales  él  habló  oon  sos  intárpvMeSy  y  saoó  nna  me- 
sa en  qne  poso  oiertáB  preseas ,  haoiéndoles  entender  o6« 
mo  venían  á  rescatar  y  á  ser  sus  amigos;  y  como  esto  vie- 
ron y  entendiaN>n  los  indios,  comensaron  á  traer  piests 
de  ropa  y  alganasjoiyasde  oro,  Jas  caales  rescataron  eos 
el  dicho  capitán ,  y  desde  allí  despachó  y  envióeldíeho 
capitán  Grijalva  á  Diego  Yelaaqaee  la  nna  de  las  dichas 
carabelas,  con  todo  lo  qne  hasta  entonces  haUan  resoate- 
do;  y  partida  la  dicha  «orabela  para  la  isla  Fernandina, 
adonde  estaba  Diego  Felazqnes,  ce  f  oé  el  dicho  ca|ittsn 
Oryalva  por  la  costa  abajo  con  los  navios  qne  le  qoadn- 
ion,  y  endnvo  por  ella  hasta  cuarenta  y  dnoo  legnas,  sin 
saltar  en  tierra  ni  ver  cosa  alguna ,  excepto  afnsUoqne 
desde  la  mar  se  paree» ,  y  desdeaUí  comensó  á  volver 
parala  isla  Femandina,  y  nanea  mas  vio  cosa  algnnade 
tierra  qne  de  contar  faesa  Porlocnal  lí  F«  BB.  AA.  pns- 
den  creer  qae  todas  las  relaei<Hies  qae  de*  estaticEía  setos 
han  hecho  no  han  podido  ser  ciertas,  paes  no  snpieaon 
los  secretos  de  ella  mas  de  lo  qne  por  sos  volontades  han 
qoerido  escribir. 

Llegado  lá  a  isla  Femandina  el  dicho  navio  qoe  el  d^ 
pitan  Joan  de  Qs^alva  había  despachado  de  la  bahía  do 
San  Jaan,  como  Diego  >FélaEqaea  vié  el  oro  qae  Uegnba 
(1)  y  supo  por  las  cartas  de  Gr^alva,  qae  le  eoedbíat 
las  ropas  y  preseas  que  por  dio  habían  dado  enxesoa^ 
parecióle  qne  se  había  rescatado  poco,  segan  las  nnavaa 
qne  le  daban  lo»  que  en  la  dicha  carabela  habían  ido  y  el 
deseo  qae  él  tenia  de  haber  oro,  y  pablicftba  qne  nohm 
bia  áhoirado  [2]  la  costa  qae  haUa  hecho  de  la  dicha  ar* 
mada,  yqne  le  pesaba  y  mostraba  sentimiento  por  lo  poi* 
eo  qne  el  capitán  Orijálva  en  esta  tierra  había  hecho ;  en 
la  verdad  no  tenia  mncha  rasen  de  se  qncgar  él  dicho 
Diego  Yélasqaez  ^  porqae  los  castos  qoe  él  hizo  en  la  di- 


-247^  ^ 
cha  Armada  se  le  ahorraraii  con  ciertali  botas  y  toneles  de 
Tiao  7  oon  ciertas  eajas  dei'y^eamisas  [l]¡de  presillay  y  con 
derto  lesoate  de  caentas  qae  envió  •en  la  dioba  armada, 
porque  aeáse  nos  vendió  el  vino  6  enatro  pesos  de  oro, 
que  son  dos  mil  BUffaved&i  el  arroba ,  y  la  camisa  de  pro- 
aiUa  se  nos  vendió  á  dos  pesos  de  o^,  y  el^mazo  de  las 
caentas  verdes  á  dos  pesos ;  por  manera  qne  ahorró  con 
esto  todo  el  gasto  de  sa  armadaí  y  aun  ganó  dineros ;  y 
lisoemos  destetan  particalar  reladon  á  TT.  MM.  por*, 
qae  sepan  que  las  armadas  qne  hasfii  aqoí  ha  hecho 
d  Diego  Yelazqnez  han  tf  do  tanto  dé  trato  de  meroade- 
lías  como  de  annador,  y  con  nneetras  personas  y  gastos 
de  nnestras  haciendas,  y  annqne  hemos  padecido  inflni*- 
to9tiabwjoS|  h^os  servido  álTY.  BB.  aa.,  y  serviremos 
liaste  tanto  qne  la  vida  nos  dnre. 

Estando  el  dicho  Diego  Télazqnes  con  este  enojo  del 
poeooio  qne  le  había  llevado ,  teniendo  deseo  de  haber 
1111%  acordó  sin  lo  dedr  ni  hacer  saber  á  los  padres  go- 
teniadoiesjerfoimos^  de  hacer  onaannada  veloz,  de  en- 
viar á  busoír  al  dicho  capitán  Juan  de  Gríjalva  sn  pa-» 
rtnte ;  y  para  la  hacer  4  menos  costa  soya  habló  con 
Femando  Ck>rtés,  reciño  y  alcalde  de  la  dudad  de  San- 
tiago per  YY.  MM.,  y  díjole  qne  armasen  ambos  á  des 
iMta  ocho  ó  dles  navios,  |K>rqne  á  la  sazón  el  dicho  Fer^ 
.  anido  Oortés  tenia  mejor  aparejo  qne  otra  persona  algn- 
aa  de  la  dicha  isla  y  qne  con  él  se  creía  qne  querría  venir 
mielia  nms  gente  qne  con  otro  cualquiera:  y  visto  el  dicho 
I'iBniando  Oortés  lo  que  Diego  Yelazqnez  ie  decia,  movi- 
do con  celo  de  servir  á  Y  Y.  BB.  AA. ,  propuso  de  gastar 
todo  cnanto  tenia  y  h  acer  aquella  armada,  casi  [2]  las 
to  partes  della  á  su  costa,  aai  en  navios,  como  en  bastí* 
smtoii  demás  [3],  y  aUendeMc  rápartir  si^s  dineros  por 
las  personas  que  hablan  de  ir  en  la  dicha  armada,  que  te- 
Bisa  neceaidad  para  se  proveer  de-  cosas  necesarias  para 
^  ^js;  y  hecha  y  ordenada  la  dicha  armada,  nombró  en 
Mnhre  de  YY.  ]lfli.  el  dicho  Diego  Yelazqnez  al  dicho 
Vtauíndo  Oortés  por  capitán  de  ella,  para  que  viniese  ó 


fl)  Ttít—B  qie  debi6  detir :  ^caím  d«  eaaiimí  d«  pnRUlsi,  6  bitOi  oají  f  r 
eimÍM»  d«  pnsUJa. '  -♦     *•    / 

('¿)  £1  origÍDal  diee  ''que  ti"  wt  •*# naii " 
(3)  qaiií,  **átmax.** 


-.248  — 
esta  tierra  á  rescatar  y  lu^oer  lo  ^|xie  OrijalTa  no  habí»  b9', 
cUo;  y  todo  el  cQiicierto  de  la  dí^%  ariqáda  ae  hizQ  á  vo- 
Iqntad  del  dio^o  Diego  Yelazquev,  aoaqué  no  ráao  Bi 
gaetó  él  maa  qae  la  terda  par^  de  ell^,  «egiu^.y  f  ».9i|ll 
aA«  podrán  m^rdar  v^  por  ¡laiS  infitraacioneB  y .  pod#£. 
que  ei  diolio  Jí'emando  Ck)rkésreciUió  de  Diego  .^^lajÉqnes 
en  nombre  de  Y  Y.  M&I.,  laa  caaJfis  enviamoe  f^»  p^ 
efitos  nneatr09  proonradaree  á  y  Y.  AA^  T.  seMiu  TV*. 
Mlí.  qne  la  m^yor  parte  de  lá 'dicha  terc|a  parb^  qn^el 
dicUo  Diego  Yelez^n^z  g^i^t^  en  j^aeer  la'.diQlia  anoadaí 
fué  emplear  ana  díneroe  eh  vinos  y  .en  rop^s  y/  en<i|Ria 
cociaa  de  poco  valor,  para  nos  lo  vender  acá  en  qiaclm)9f  a 
cantidad  de  lo  que  á  él  le  costó,  por  inanera  qne  pqdemói 
decir  qne  entre  nosotros  ^oA .  espióles  va8i(Upc|  die  VT* 
Bli.  AA.  há  hecho  Diego  Yelasquez  sa.  rescate  y  gptuii«a 
de  sus  dineros,  cobrándolos.  ni,ny  bien  • 

ApabedOrda  haoer1a|^cha  annada>  se  gafj^ó  deJÍAdi-' 
cha  iskb  Eerpandina  el  dicho  .capitán.  ,4^  m[n  IftJ^  ÁA« , 
Femando  Oortés,  piara  s^ir  su  vp^ie  conoi^  oaraJ^tlas 
y  caatrocijBntos  hombre^. ae,gnerra^  ,^tre  los<^a|¿^  yinU- 
ron  mnchos  caballeros  y  udalgq^  j^  diez  y'  seLf  4^»ba^ 
lio:  y  prosigniendo  el  viaje,  á  la  primefa  tierra  qifell^ga* 
roa  fué  la  isla  de  Ooznmel,  qiie  is^horase dice  deBt^ jOnus, 
como  arriba  se  ha  dicho,  [en  elp;iei:todey3aÍL%ra^.dft 
Portalatina,  y  saltando  en  t^ecra^  se  halló  el,  pnebi,a  qn» 
allí  hay  despoblado  sin  gente,  opmo  bí  iiuncá  hubiera  ai», 
do  habitado  de  persona  aignna.  IT  desbando  el  dicho  car 
pitan  Femando  Cortés,  saber  cual  e|*a  la  causa  de  ¿atar 
deí^>oblado  aquel  lugar,  hizo  salir  la|i;ente,de  los. navios^ 
y  aposentáronse  en  aquel  pneblo':  '^  estando  allí  con  aii 
gente,  supo  de  tres  indios  qUese  toínaronjen  uqa  cano»  en, 
la  mar,  que  se  pasaba  á  la  ida  de  Yucatán,  que  loa  oaoi« 
ques  de  aquella  isla,  visto  cómo  los  espales  haúí^  a- 
portado  allí,  habían  dejado  los  pueblos,  y  con  todqa  ana 
indios  se  habían  ido  á  los  montes  per  tempr  de  loa  ^ipsif 
ñoles,  por  no  saber  cqnqué  iutencio|i  y  Toyi|ita4^ÍBiUaiL 
con  aquellas  naos :  y  el  di($ho  Femando  €órtép ,  habtáo!^  ; 
doles  por  medio  de  una  lengua  y  lar&ute  que  llevaba,  lea.  | 
dijo  que  no  iban  hacerles  mal  ni  daño  algUDO^  sino  pfais  j 
lea  amonestar  y  atraer  para  que  ^viniese  enconottmiento  \ 
de  nuestra  santa  fó  católica  y  par^  que  fuese  vasallos  de 
VY.MM.,yles  sirviesen  y  obedeciesen  como  lo  hacen 


—  249  - 
todos  los  indios  y  gente  de  eataa  partes  que  están  pobía- 
daa;d^  MMttolea  t^ij^Ios  ds  Y  V.  BB.  A  A. ;  y  aseguran- 
dolpB  eí  4Vfhp  capitán  por  eata  manera)  perdieron  m^okia 
parte  ^f^  .temor  que  tex^an ,  y  dijeron  qne  ellos  querían 
ir  á  liámaí  á  los  caciquea,  qne  estaban  la  tierra  adentro 
en  los  monten;  y  lluego  el  dicho  capitán  les  dio  una  carta 
para  qne  los  dichos  caciques  viniesen  seguros »  y  ansí 
ííieroiL  cp^  ella ,  dándoles  el  capitán  término  de  cinco  dias 
paia  yplVer.  ^aes  como  el  ca{jitan  estuviese  aguardan- 
do Ja 'respuesta  que.los  dichos  indios  le  babian  de  traer , 
y  imbiesisn  ya  pasado  otros  tres  6  cuatro  dias  más  de  los 
(unco  qoe  llevaron  de  licencia ,  y  viese  que  no  veñian , 
d^&^nfüQÓ,  porqae  aquella  isla  no  se  d^poblase ,  de  en- 
viar por  l^a  costa^ae  eila  a(ra  parte ,  y  envió  dos  capita- 
nes con  cada  oien  hombres ,  y 'mandóles  que  uno  fuese  á 
la  una, punta  de  la, dicha  ista^^  y  el  otro  á  la  otra,  y  que 
hablaá^^  & I04  caciques  que  tobasen  y  les  dijesen  como  él 
loaeíit^baespeúrando  ea  aquel  pueblo  y  puerto  de  San 
Joafida  Portalatina  para  lea  hablar  de  parte  de  Y  Y.  MM;*| 
|y  4{íé  lea  rogaba  y  atrajesen  9omo  mejor  pudiesen  para  . 
;  que  qu|siaBea  venir  al  dicho  puerto  de  Sar^  Juan ,  y  que 
BQ IsB.Uciaaeii  mal  alguno  en  sus  personas,  ni  casas  ni 
Wie94aa,  porque  no  se  alterasen  ni  alejasen  mas  de  lo 
I  que  eeteban.  T  fueron  los  dichos  dos  capitanes  como  el 
I  eapitau  Femando  Oortés  les  mandó ,  y  volviendo  de  allí 
;áQiii^trodiaStdij.eronque  todos  los  pueblos  quehabian 
¡  t^palp.  estaban  vacidos  [1] ,  y  trajeron  consigo  hasta  dies 
[7^íoá6  [2]  personas  que  pudieron  habar ,  entre  los  cuales ' 
ítésia.aa  indio  principal,  áí  qnal  habló  el  dicho  capitán 
[ISaraando  CJortés  de  parte  de  V  T.  AA.  con  la  lengua  y 
i^férprete  que  traia ,  y  le  dijo  que  fuese  &  llamar  á  los  ca- 
liqaes,  porque  di  no  habla  de  partir  en  ninguna  mane  • 
tt  Ae  ^  dicha  isla  sin  los  ver  y  hablar ;  y  dijo  qae  ansí  lo 
psi^s  í  ^^  ^  1?^^^  0^^  su  G^rta  para  los  dichos  caci-  ^ 
IqiHP^'y  ^e  álíi  dpa  días  vino  C9n  él  el  principal ,  y  le  dijo . 
[qafl^  aéSor  de  la  isla ,  y  que  ven^a  á  ver  lo  que  quería ; 
^e^CApitán  le^abló  con  el  interprete  y  le  dijo  que  él  no 
I  qwnani  venia  á  les  hacer  mal  alguno ,  sino  á  les  deoir  - 
-qat  viniesen  al  conocimiento  de  nuestra  santa  fé,  y  que 


í^i 


1]   Sird,  TMÍo. 

'ii   QuiÉá,  diM^doee. 

PISBBTA0IONKS,->TOMO.  I«--32 


—  250- 
snpleflen  qae  teníamos  por  señores  á  los  mayores  prínci- 
pes del  mnndo,  yqne  estos  obedecían  á  nn  mayor  príncipe 
de  él^  y  qne  lo  qae  el  dioho  capitán  Femando  Cortés  les 
dijo  que  qneria  de  ellos  no  era' otra  cosa  sino  qne  Ion 
caciques  y  indios  de  aquella  isla  obedeciesen  también  á 
YV.  A  A.  ^  y  que  haciéndolo  así  serían  muy  favorecidos, 
y  que  haciendo  esto  no  habrían  (1)  quien  los  enojase^  Y 
el  dicho  cacique  respondió  que  era  contento  de  lo  hacer 
afií|  y  envió  luego  á  llamar  á  todos  los  principales  de  la 
dicha  isla,  los  cuales  vinieron^  y  venidos,  holgaron  ma- 
cho de  todo  lo  que  el  dicho  capitán  Fernando  Cortés  ha- 
bla hablado  &  aquel  cacique  señor  de  la  isla ,  y  ansí  los 
mandó  volver,  y  volvieron  muy  contentoSi  y  on  tanta  ma« 
ñera  se  aseguraron,  que  de  allí  A  pocos  dias  estaban  loe 
pueblos  tan  llenos  ae  gente  y  tan  poblados  como  antes^ 
y  andaban  entre  nosotros  todos  aquellos  indios  con  tan 
poco  temor  como  si  mucho  tiempo  hubieran  tenido  con- 
versación  con  nosotros.  En  ef^te  medio  tiempo  sapo  el  ca* 
pitan  que  unos  españoles  estaban  sieto  años  habla  eanti- 
nos  en  el  Yucatán  en  poder  de  ciertos  caciques ,  los  cua- 
les se  habían  perdido  en  una  carabela  que  dio  al  través 
en  los  bajos  de  Jamaica,  la  coal  venia  de  Tierra-Firme^  y 
ellos  escaparon  en  una  barca  de  aquella  carabela  salien-   j 
do  á  aquella  tierra^  y  desde  entonces  los  tenían  allí  can-    ! 
ti  vos  y  presos  los  indios;  y  bie  [2]  ti  ala  aviso  el  dicho  ca-   ! 
pitan  Femando  Cortés  cuando  partió  de  la  isla  Fernán-    ' 
dina  para  saber  de  sus  f3J  españoles,  y  cerno  aquí  sapo 
quevfls  de  ellos  y  la  tierra  donde  estaban ,  le  pareció  qne  \ 
haria  mucho  servicio  á  Dios  y  á  Y.  M.  en  trabajar  qne  • 
saliesen  de  la  prisión  y  cautiverio  en  que  estaban,  j  hiego 
quisiera  ir  con  toda  la  flota  con  su  persona  á  los  redimir,  I 
si  no  fuera  porque  los  pilotos  le  dijeron  que  en  ninguna 
manera  lo  hiciese,  porque  sería  causa  que  la  flota  y 
génto  que  ella  iba  se  perdiese,  á  causa  de  ser  la  costa  muy 
brava,  como  lo  es,  y  no  haber  en  ello  [4]  puerto  ni 
te  donde  pudiesen  surgir  con  los  dichos  na^os;  y  por  eeto 
lo  dejó  y  proveyó  luego  oon  ciertos  indios  en  una  cttao% 


(I)  Btndudtíf  no  habría. 
(^)  Quizá  f  Umbien. 

(3)  (¿QisA,  de  estos. 

(4)  »ÍHdMd<it,eliñ. 


—  251  —  , 
los  óaales  le  habían  dicho  que  sabiau  quien  era  el  caci- 
que con  quien  los  dichos  españoles  estaban ,  y  les  escii* 
l)ió  como  si  él  dejaba  de  ir  en  persona  con  su  armada  pa- 
ra los  librar,  no  era  sino  por  ser  mala  y  brava  la  costa  pa- 
ra surgir,  pero  que  les  rogaba  que  trabajasen  de  se  soltar 
y  huir  en  algunas  canos,  y  que  ellos  esperarían  en  la  is** 
la  de  Santa  Oniz.  Tres  días  después  que  el  dicho  capitán 
despachó  aquéllos  indios  con  sus  cartas  no  le  parecien. 
do  que  estaba  muy  satisfecho,  creyendo  que  aquello^ 
indios  no  le  sabrían  hacer  tan  bien  como  él  deseaba,  a- 
oordó  de  enviar  y  envió  dos  bergantines  y  un  batel  con 
coaienta  españoles  de!  sn  armada  á  la  dicha  costa ,  "para 
que  tomasen  y  recogiesen  &  los  españoles  cautivos  si  allí 
aeadiesent  7  ^^"^6  con  ellos  otros  tres  indios  para  que 
saltasen  en  tierra  y  fuesen  á  buscar  y  llamar  á  los  espa- 
Soles  presos,  con  otra  carta  suya ;  y  llegados  estos  dos 
bergantines  y  batel  á  la  costa  donde  iban,  echaron  A  tier- 
ra los  tres  indios  y  enviáronlos  á  buscar  á  los  españoles, 
como  d  capitán  les  había  mandado ,  y  estuviéronlos  es- 
perando en  la  dicha  costa  seis  dias  con  mucho  trabajo^ 
que  casi  se  haoieran  perdido  y  dado  al  través  en  la  dicha 
costa  por  ser  tan  brava  allí  la  mar,  según  los  pilotos  ha* 
Man  dicho.  T  vi;:to  que  no  venían  los  españoles  cuati  vos 
ni  los  indios  que  á  buscarlos  habían  ido,  acordaron  de  se 
volver  adonde  el  dicho  capitán  Femando  Oortés  les  este- 
lia  aguardando  en  la  isla  de  Santa  Ornz ,  y  llegados  á  la 
I  Us^  como  el  capitán  supo  el  mal  que  traían,  recibió  mu- 
Aa  pena,  y  luego  otro  día  propuso  de  embarcar,  con  to- 
díeterminacíon  de  ir  y  llegar  á  aquella  tierra  aunque 
~  la  &ota  se  perdiese ,  y  también  por  certificar  si  era 
lo  que  el  capitán  Juan  de  Oríjalva  había  enviado 
decir  á  la  isla  Fernandioa,  diciendo  que  era  burla,  que 
caá  aquella costa]habian  llegado  ni  se  habian  perdido 
^  jüelios  sspañoles  que  se  decía  estar  cautivos.  Y  ehtaii- 
80  con  este  propósito  el  capitán ,  embarcada  ya  toda  U 
¡gente,  que  no  faltaba  de  se  embarcar  salvo  su  persona 
oon  otros  veintes  españoles  que  con  él  estaban  en  tierra, 
IfliBciéndoIes  el  tiempo  muy  bueno  ^  conforme  á  sií  pro- 
pósito para  salir  del.  puerto,  se  levantó  á  deshora  un 
liento  contrario  con  ujios  aguaceros  muy  contrarios  para 
sslir,  en  tanta  manera,  que  los  pilotos  dijeron  al  oapitan 
^ae  np  se  emb^^oase ,  porque  el  tiempo  era  muy  contra- 


—  252  — 

rio  para  salir  del  puerto.  Y  vi^to  esto,,  el  oamtaa  niaDdi 
dosembarcar  toda  la  otra  gente  de  la  armadaí  j  otro  dii 
á  medio  día  víerQn  ana  canoa  &  la  velaú  áoi^^a  dicha  ulv 
llegada  donde  noísotros  estábamos,  vimos  como  veaÍAen 
ella  uno  do  los  españolea  cantivos^  que  se  Uamó  Jeróni^ 
mo  de  AgulIaTi  el  cual  nos  conuj  )a  ipanera  como  <ie  per, 
dio  ;  el  üemxK)  que  Labia  que  estaba  en  aquel  caatiTeno- 
que  es  como  arriba  á  W.  AA«  KEL  liemos  Iiecbo  réb* 
cion;  y  túvole  entre  nosotros  aquella  contrariedad  da 
tiempo  que  sucedió  de  improviso,  como  es  vérdá^poi 
muj  gran  misterio  j  milagro  de  t)íos ,  por  donde  s^  W^ 
que  ninguna  cosa  se  comienza  que  en  servir  á  Y.  M«  m, 
que  pueda  suceder  sino  en  bien.  De  este*  Jerónimo  de  A* 
gaüar  fuimos  i^iformados  qué  los  otros  espa&oles.que  eoa 
el  se  perdieron  en  aquella  oarabel^  que  ai¿  al  trávéSi  6B* 
tá¡)an  muy  derraigados  por  la  tierra,  fa^cuál  nos  dijo  ¿M 
era  muy  grande  y  que  era  imposible  poderlos  recoger  A 
estar  y  gastar  mucbo  tien;ipo  en  ello.  Poes  edmó  el  oaií" 
tau  Femando  Cortés  viese  que  se  ibap  acabando  yá  IM 
bastimentos  de  la'armada  ^  j  que  la  gente  padecería  mi* 
cha  nece£ádad  de  bái^bre  si  se  díUtase  y  esperase  aBI 
mas  tiempo  t  y  Queno  habría  efecto  al  pro^sítodeqi 
vi3j0|  y  (1)  determinó  con  parecer  dé  los  que  en  sucom^ 
nía  venlau  de  se  partir,  y  luego  se  partió  dejando  aqaáu 
isla  de  Oozumel,  que  ahora  se  ilam»  de  Santa  OruE^  huH 
pacífica,  y  en  tanta  manera  que  si  faera'para  hacérpobM 
dor  [2]  de  ella  pudieran  eon  toda  volantad  los  indios  oj 
ellas  comenzar  luego  á  servir  ^  y  los  caciques  qú"^^ 
ron  muy  contentos  y  alegres  por  lo  que  de  parte  de 
EB.  AA«  les  Iiabia  dicho  el  cai>itan9  y  por  les  haber 
muchos  atavíos  para  sus  personas:  y  tengo  por  cierto  q 
todos  los  españoles  que  de  aquí  adelante  á  la  dicha  U 
vinieren,  serán  tan  bien  recibidos  como  si  áotra 
de  las  que  ha  mucho  tiempo  que  están  pobladas  11< 
Es  la  dicha  isla  pequeña,  y  no  hay  en  ella  rio  algonO; 
arroyo,  y  toda  el  agua  que  los  indios  beb^i  es  de  p 
y  en  ella  no  hay  otra  cosa  sine  peñas  y  piedras  y 
tes,  y  la  granjeria  qu6  los  indios  de  ella  tienen  es  col 


<1)  Sébradj' 


—  253  — 

itCQS  procárafloreB  Ileraban  (1)  6  W.  AA 
^adé,  la.jnfel^y  tierra  de  los  dichos  colmenare. 
"  'mandril  Ver. 

.  HM.  Qn6  como  el  espitan  respondiese  á  los 
!c|e  la  dicha  isla  didiéndóles- que  no  Tiilieséíi  mas 
ea'Ia  'feb^  |:é^tíliGá  que  tenían ,  pidieron  qne  les  dietüe  ley 
tti  qñéyirvB^m  4^,^11^. adelantéi  y  A  ¿icho  capitán  los  in- 
f^jnSfó'Jó  mejot  qUe^  stipc^  en  la.t'é  catóBcaí  y  fes  dejó  niía 
iúíli:¿;  ^'paló  pnegí^  éa'üxia  ci^  alta  y  nna  ímá¿en  de 


éUojSinostrátdnloqtfe' recibían  todo  dé  muy  bne- 
Ctád^  yanóiqued^^  may  alegres  y  conteiitos. 
fltí  esüiiato.  ftümoé  á  Vacatan ,  y  por  la  banda 
oornmo^ la  tierra,  adelante  híMa  llegar  al  rio 
iié  se  diée  4^  Grijalvib  y  qiíe  es  ségan  relaícion  á 
..A A.  adofide]l^é  el  oamtan  (hffalTá,  paciente 
-j- .-— ^  yéltóq!ÍJ{i^Zj  y  es  tan,  baja  l4  eátraiija  de  aqnel 
i?o¿^qi^nj|:Dgon;,tí^vío  dé  los  grandes  pndo  en  él  entrar ; 
mu  pqi^e  él  dióho  capltián  Fernando  Ckurtés  esté  tan  in- 
¿niúidb  tfi  servicio  de  V.  M.,  y  tenga  volnntad  deles  ha. 
p^  irei^c^a  reládbn  de  lo  4^^  eiua  tieita  hay  5  |p!ropn- 


.  «a  ^é  n^  ^'ár  mte  adelantjB  hasta  saber  el  secreto  de 
ágt^'j:^<>yr.i>nebIos  qae  en  la  ribera  de  él  están  (2)|  por  la 
S^9n^  £i^qae)a^  riqueza  se  decia  que  tenían,  y  ana  sacó 
tbH^'m  ffence.  dé  su  armada  en  los  oergantines  peqnellos 
y  ^  la^  osiTcás  ^  y  subimos  por  el  dicho  rio  arriba  hasta 
litigar  á  ver  la  tien:a  y  pueblos  de  ella:  y  como  llegásemos 
al  primer  pueblo,  hallamos  la  gente  ae  los  indios  de  él 
puesta  á  ía  orilla  del  agua  ^  y  el  dicho  capitán  les  habló 
oon  la  lengua  y  faraute  que  llevábamos  y  con  el  diche  Je- 
rónimo dé  Agnilan  que  habla,  como  dicho  es  de  suso,  es- 
tado catitivo  ^n  Tucatan ,  que  entendía  muy  bien  y  ha** 
libiba  la  lengua  4e  aq,uella  tierra,  y  les  hizo  entender  co- 
mo él  no  venia  á  íes  hacer  mal  ni  daño  alguno,  sino  á  les 
lUiblar  de  i^iMe  de  YV.  MM. ,  y  que  para  esto  m  rogaba 
7  (o^.qne  ñótf  dejasen  y  tuviesexl  por  bieti  que  saltáseíAos 
en  tierra  porque*  no  teníamos  donde  dorhiir  aquélla  n0'« 


QmKá,  Uatail 

kn  4  intnii««}ito  te  Im  oqniTOCftdaaentei  «i¿eí. 


—  254  — 
che  sino  en  la  mar  en  a^tnellos  bergantines^  y  baroas,  en 
las  oaales  no  cabíamos  ann  de  pies,  porqne  para  volvier  á 
noestros  navios  era  |may  tarde  porqne  quedaban  en  alta 
mar;  y  oído  esto  por  los  indios  respondiéronle  gne  habla- 
se desde  allí  lo  qué  quisiese^  y  que  no  habíase  (1)  de  sal- 
tar él  ni  su  gente  en  tierra ,  sino  que  les  defenderían' la 
entrada ;  y  Inogo  en  dicíeado  esto  comenzáronse  á  poner 
enfórden  para  nos  tirar  flechas ,  amenazándonos  y  ais 
dendo  que  nos  f aésemos  de  allí ;  y  por  ser  esto  día  moy 
tarde,  que  casi  era  ya  que  quería  poner  el  sol,  acordó  el 
capitán  q^e  nos  fuimos  á  unos  arenales  que  estaban 
enfrente  de  aquel  pueblo,  y  allí  saltamos  en  tierra  y  dor- 
mimos  aquella  noche.  Otro  día  de  maQana  luego  sigiiien- 
te  vinieron  6  nosotros  ciertos  indios  en  ana  canoa,  y  tm* 
jeron  ciertas  gallinas  p[,  y  un  poco  de  maíz  quehabria 
para  comer  hombres  [3J  en  una  comid%  y  dijéionnAs  que 
tomásemos  aquéllo,  y  que  nos  f  uésemos^de  su  tierra;  y  el 
capitán  les  habló  con  los  intérpretes  que  teníamos,  y  les 
dio  á  entender  que  en  ninguna  manera  él  se  había  de 
partir  de-aquella  tierra  hasta  saber  el  secreto  de  ella,  pa- 
ra poder  escribir  á  Y.  M.  verdadera  relación  de  ella ,  y 
que  tornaba  á  rogar  que  no  recibiesen  pena  de  ello,  ni^e 
defendiesen  la  entrada  en  él  dicho  pueblo,  pues  que  eran 
vasalloB  de  Y7,  BB.  Aáu ;  y  todavía  respondieron  di  - 
ciendo  que  no  atreviésemos  de  entrar  en  el  dicho  pueblo, 
sino  que  nos  fuésemos  de  su  tierra,  y  ansí  se  fueron ,  y 
después  de  idos  determinó  el  dicho  capitán  de  ir  alláy  y 
mandó  á  un  capitán  de  los  que  en  su  compañía  estaban, 
que  se  fuesen  con  doscientos  hombres  por  un  camino  qae 
aquella  noche  que  en  tierra  estuvimos  se  halló  que  iba  á 
aquel  pueblo,  y  el  dicho  capitán  Fernandp  Cortés  se  em- 
barcó con  hasta  ochenta  hombres  en  las  barcas  y  bergan- 
tines, y  se  fué  á  poner  frontero  del  pueblo  para  saltar  en 
tierra  si  lo  dejasen;  y  como  llegó,  halló  los  indios  puestos 
de  guerra  armados  con  sus  arcos  y  flechas,  y  lanzas  y  ro- 
delas, diciendo  que  nos  fuésemos  de  tierra ,  si  no  si  qne^ 
riamos  guerra  que  comenzAsemos  luego,  porque  ellos  eran 


(1)  Qaiid,  y  qae  no'hablMo.  Mas  bi«n  sobra  se 
{'2]  Seriaa  tfoi^olotaBO  ehaobalaoas.  pqm  no  habla  gabinas. 
(3)  *'Aqii(  Mltanná  palabra  antes  de  nombtee,"  que  debia  v^  el  ctliqeiH)  de 
fí»to8  q^e  pollv^  alimentarle  con  aquellas  pr^Tiiionei» 


-255-  ^ 

¿oiDbzas  para  defender  sa  pueblo.  Y  después  de  les  ha- 
ber requerido  el  dicho  capitán  trek  veces^  y  pedídolo  por 
testimonió  al  escribano  de  YY.  BB.  ^A.  que  consigo  lle- 
vaba^ dieiéndoleB  que  no  queria  guerra;  viendo  que  la  de- 
termuiada  voluntad  de  los  dichos  indios  era  resistirle  que 
no  saltas^  en  tierra,  y  que  comenzaban  á  flechar  contra 
nosotros,  mandó  soltar  los  tiros  de  artillería  que  Uevabaí 
y  que  arremetiésemos  á  ellos;  y  solttodo  los  Uros  al  saltar 
qae  )a  gente  saltó  en  tierra,  nos  hirieron  algunos ;  pero 
fiflaunente,  con  la  prisa  que  les  dimos  y  con  la  gente  que 
por  las  espaldas  le  (1)  dio  de  la  nuestra  que  por  el  cami- 
no habia  ido,  huyeron  y  dejaron  el  pueblo ,  y  ansí  lo  to- 
mainos  y  f  os  aposentamos  en  la  pa^te  4él  que  mas  fherte 
nos  paremó.  Y  otro  dia  siguiente  vinieron  4  hora  de  vís- 
peras dos  Indios  de  parte  de  los  caciques,  y  trqjeron  cier- 
tas joyas  de  oro  muy  delgadas;  de  pooo  valdr,  y  dijeron  ál 
eapitan  que  ellos  le  traían  aquello  porque  se  fuese  y  ka 
deJaseBsa  tierra  como  antes  solirá  estar .  y  que  no  le  hi- 
deae  [2]  mal  ni  da&o;  y  el  dicho  capitán  le  J3]  respondió 
dldendoque  á  lo  que  pedían  de  no  les  hacer  mal  ni  daño, 
qne  61  era  contento;  y  de  dejarles  la  tierra  dijo  que  suple- 
SBQ  que  de  allí  adelante  habían  de  tener  por  señores  á  los 
mayores  principes  del  mundo,  y  que  habían  de  ser  vasa- 
Moa  y  les  habían  de  servir,  y  que  haciendo  esto,iY  V.  MM. 
lea  harían  muchas  imerceaes,  y  los  favores  crecerían  (4), 
1  ampararían  y  defenderían  de  sus  enemigos,  y  ellos  res' 
pondieron  que  eran  contentos  de  lo  hacer  ansí ;  pero  to- 
davía le  requerían  que  les  d^ase  su  tierra:  y  ansí  quedan 
moa  todos  amigos;  y  concertada  esta  amistad,  les  dijo 
si  capitán  que  la  gente  espaSola  que  allí  estábamos  con 
él  no  teníamos  que  comer^  ni  lo  habíamos  sacado  de  las 
naos,  ^ne  les  rogaba  que  el  tiempo  que  allí  en  tierra  es- 
taviésemos  nos  trajesen  de  comer ,  y  ellos  respondieron 
qpe  otro  día  traerían,  y  ansí  se  fueron,  y  tardaron  aquel 
^  y  otro  que  no  vinieron  con  ninguna  comida,  y  de  esta 
Misa  estábamos  todos  ^con  mucha  necesidad  de  manteni- 
»ietttoS|  y  al  tercer  dia  pidieron  algunos  espafioles  licen- 

(^  Sui  duda,  JitltUt  hicie$e, 
(3)  Bebió  daoir,  Íes, 

•    (4)  íiadud»,  (w/awrec«rww^ 


1 


$ 

~  256  - 
ota  al  capitán  pjjkra  ir  por  lúa  estancias  de  alrededor  i 
bascar  de  comer :  y  como  ercapitan  vli^  que  Itíi^  ind|iD# 
no  venían  como  halllan  qnedado,  envió  cnatro  o^mé^, 
con  mas  de  dosoleñtos  hombres  á  buscar  á  la  réd(^ba|^,jÍÍN 
paeblo  si  hallarían  algo  de  comer,  y  audándotd4>w0Ínl<Í9 
tx>paron  con  muchos  indios ,  y  comenzaron  liie¿o  Á"^^ 
charlee,  en  tal  manera  que  hirieron  veinte  eapaflolefií  >  y  bÍ 
no  fuera  fecHo  de  presto  saberse  el  capitán  pata  que  )<)a 
Bocorriésé  como  les  socorrió,  que  créese  que  matiúran  Ul48 
de  la  mitad  de  los  cristianoSi  y  ansí  nos  venimos  y  i^ 
trajimos  toólos  á  nuestro  real,,  y  fuerpn  curados  losbetí- 
dos  y  descansaron  los  qne;  haman  peleado.  Y  viendo.01 
c^it^  cuan  mal  los  indios  lo  habían  heqho,  que  ^d  JúMr 
de  nos  traer  de  comer  como  hablan  qncidacjo ,  \^  Rua- 
ban y  Hacian  gUjOTa,  mandó  sacar  diesí  ¿ábaltos^  llegpíis 
de  los  que  en  las  naos  llevaban,  y  apeMbtr  toaa)^.'gw- 
te,  porque  tenia  pensamiento  que  aqdelids  incUcNS  .'oon' él 
favor  (I)  que  elidía  pasado  hablan  to'm^^dó  Vendríais  A diur 
sobre  nosotros  al  real  con  pensamiento  de '  hacer'dliS(^  y 
estando  ansí  todos  bien  apercibidos,  envió  ótrb  dia  Yertos 
capitanes  con  trescientos  hombres  adonde  el  diá'imeadd 
habian  habido  la  batalla^  á  saber  si  estaban  ;<tlliiÓ8  di- 
oáoB  indios,  ó  que  había  sido  de  ^JIos,  y  dendé  ¿j^co  en- 
vió otros  dos  capitanes  con  la  retaguardia  con  ot^é  den 
hombres,  y  el  dicho  capitán  Femando  Oórtés  te'lbe  oon 
los  diez  de  acaballo  encubiertamente  por  un  lado.  Yendo, 
pnes,  en  ^ta  orden,  los  delanteros  toparon  gran  caútidirai . 
de  indios  de  guerra  que  venían  todos  á, dar  sobre  noab^ 
tros  en  el  real,  y  sí  por  acaso  aquel  día  lio  hnbiérámoé'M- 
bido  &  recibirlos  al  camino,  pudiera  ser  que  nos  pnsiOran 
ea  harto  iraliajo.  Y  como  el  capitán  de  la  artillería  • '^ab 
iba  adelante  Ixíciese  dertos  requerimientos  por  tuitéén 
cribano  álos  dichos  indios  de  guerra  que  topó.'dfindol^ji 
á  entender  por  los  farautes  y  lenguas  «que  ¿Uiibán;cou 
nosotros,  que  no  queríamos  guerra  aino'  paz  y  amor  Con 
ellos,  no  sé  cufa:^n  de  responder  con  palabras  sino  eón 
flechas  muy  espesas  que  comenzaron  á  tirar  «y  Ñe^taiido 
ansí  peleando  los  delanteros  con  los  indios ,  llegaron  les 
dos  capitanes  de  la  retrognardia ,  y  habiendo  £Mif>  ^dm 
que  estaban  peleando  todos  con  los  indios ,  llegó  el'Ó|]^^ 

1]  AMtOt  talar. 


^  267  — 
teB^S^enmBdo  Cortés  eon  ios  'de  aeaballo  por  to  una 
pacto  del  nunitet  por  donde  losiiidloa  oomenzaron  á  aer- 
eará taaespalSolea  4  la  redonda,  y  allí  andaro  peleando 
eoaloa  dioliOB  ixidios  una  hora  y  tanta  era  la  maitítad  de 
fai^osi^iielñ  loa  que  estaban  peleando  oon  la  gente*  de 
pléde  IM  españoles  veían  ó  los  de  aoabalio,  ni  «abian  á 
qoft  fiarte  andaban,  ni  los  mismos  de  aeaballo,  entrando 
y  ialieodo  &i  los  indios  se  TSiau  nnos  á  otros ;  mas  des- 
qae  los  espaSoles  sintieron  á  los  de  á  caballo  arremetí  e- 
Ml  de  golpe  ¿cellos,  y  luego  f aeren  los  indios  puestos  en 
kiáte ,  j  siguiendo  media  legua  el  aleance,  yisto'por  el 
captan  e6mo  los  indios  iban  buyeaio,  y  que  no  había 
nsa  que  hacer,  yjqve  su  gente  estaba  muy  cansada,  mau- 
défoetiMkie  se  recogiesen«á  unas  casas  de  unas  estan- 
que alii  habían ,  y  después  de  recogidos  se  hallaron 
mote  hombres,  de  los  cuales  ninguno  murió ,  ni 
di^lBé q«e  hirierouel  día  pasado ;  y  ansí  recogidos  ycn- 
laios  loe  heridos,  nos  volvimos  al  real ,  y  trojimos  con 
sototros  dos  indios  q|ie  allí  se  tomaron,  los  cuales  el  di- 
cte espitan  mandó  soltar,  y  envió  con  ellos  sus  cartas  á 
losieaeiques,  diciéndolesquesl  quiBieaen  venir  donde  él 
eMba^  que  les  perdonaria  el  yerro  que  habían  hecho  y 
qa»  aerían  sus  amigos,  y  este  mesmo  dia  en  la  tarde  vi- 
nieren dos  indios  que  parecían  principales,  y  dijeron  qne 
4  ellos  las  pesaba  mucho  de  lo  paaado,  y  que  aquellos  ca- 
eiraes  les  rogaban  que  los  perdonase,  y  que  no  les  hicie- 
is  mas  dallo  que  lo  pasado,  y  que  no  les  matase  mas  gen-- 
te  ^  la  muerta ,  qne  fueron  hasta  doscientos  veinte 
hombredi  Ifos  muertos ,  y  qne  lo  pasado  fuese  pasado^  y 
qae  desde  en  adelante  ellos  querían  ser  vasallos  de  aque- 
Hosprínetpes  que  les  decían,  y  que  por  tales  se  daban  y 
tsslaní  y  qne  quedaban  y  se  obligaban  á  servirles  cada 
vea  que  en:  nombre  de  V.-  M:  algo  les  mandasen^  y  así  se 
astetaroa  y  quedaron  hechas  las  pace^  y  pregunto  el  ca  • 
pitan  á  los  dichos  indios  por  el  intérprete  que  tenia,  que 
(fué  gente  ara  la  que. en  1»  batalla  se  había  haHado ,  y 
respondiéronle  que  de  ocho  profincias  se  habían  juntado 
los  que  allí  habían  venido^  y  quesegnn  la  cuenta  y  copia 
qns  ellos  tenian^  eerían¡por  todos  cuarenta  mil  hombres  y 
que  hasta  aquel  número  sabian  ellos  muy  bien  contar. 
iJrean   que  ^V.  BB.  AA.  por  cierto,  que  esta  batalla 
íbó  vencida  mas  por  voluntad  de  Dios  qne  por  nuestras* 


-268- 
f aerzas,  porque  para  oaarenta  mil  hombres  de  gaerra  ^ 
ca  defensa  faera  ooatrooientos  qae  nosotros  éramos.  De^ 
pues  de  qaedar  todoa  may  amigos  9 .  y  [1]  nos  dieron  ai 
oaatro  óciaoodias  qae  allí  estavimos  hasta  oi«ito  y  ova» 
renta  pesos  de  oro  entre  todas  piezas ,  y  tan  delgadas  f 
tenidas  de  ellos  en  tanto,  que  bien  parece  sa  tierra  m^ 
pobre  de  oro,  porque  de  muy  cierto  se  pensó  que  aqvilla 
poco  que  teuian  era  traido  de  otra  parte  por  reseatei  14 
tierra  es  muy  buena  y  muy  abondosa  de  comida  9  asi  di({ 
maiz  como  de  fruta ,  pescado  y  otras  cosas  que  ellos  m, 
ifteu.  E  ata  asentado  este  pueblo  en  la  ribera  del  sustvij 
cho  rio,  por  donde  entramos  en  un  llano,  en  el  cual ' 
muchas  estancias  y  labranzas  de  las  que  ellos  ussi^ 
tienen;  reprendióseies.  eljmal  que  hacian  en  adorar  á ' 
idilios  y  dioses  que  ellos  tienen ,  y  hízoles  entender 
hablan  de  venir  en  conocimiento  de  nuestra  miiy  saatil 
y  ¡quedóles  una  cruz  de  madera  grande  puesta  eu  alt%j 
quedaron  muy  contentos ,  y  dijeron  que  la  tendrían 
mucha  veneración  y  la  adorarian ,  quedando  los  di< 
indios  en  esta  manera  por  nue8ti;p8  amigos  y  por  v< 
de  yv.  liB.  AA.  El  dicho  capitán  Fernando  Oortési 
partió  de  allí  prosiguiendo  el  viaje,  y  llegamos  al  pn< 
y  bahía  que  .se  dice  San  J  uan,  que  es  adonde  el  si 
cbo  capitán  Juan  de  Grijalva  hi^'el  rescate  de  que 
ba  á  VV".  MAf .  estrecha  relación  se  hace.  Luego  que 
llegamos,  los  indios  naturiúes  de  la  tierra  vinieron  áj 
ber  qué  carabelas  eran  aquellas  que  habían^  venida^ 
lK>rque  el  día  que  llegamoH  muy  tarde  de  casi  noche^^ 
túvose  quedo  el  capitán  en  las  carabelas ,  y  mandó 
nadie  saltase  á  tierra,  y  otro  día  de  maflana  saltó  Ib. 
ra  el  dicho  capitán  oon  mucha  parte  de  la  gente  de  se 
mada,  y  halló  allí  dos  principales  de  los  indios ,  ó  loa 
les  dio  ciertas  preseas  de  vestir  de  su  persona,  y  li 
bló  con  los  intérpretes  y  lengaas  que  llevábamos, 
les  á  entender  como  él  venia  &  estas  partes  por  nm] 
de  V  V»  BR.  A  A.  á  les  hablar  y  decir  lo  que  hábíj 
hacer  que  á  su  servicio  convenía,  y  que  para  esto 
gaba  que  luego  fuesen  á  su  pueblo,  yjque  llamasen 
cho  cacique  6  caciques  que  allí  hubiesen  para  que 
niesen  hablar;  y  porque  viniesen  seguros,  les  dio 


saoiques  dos  camisas  y  dos  jabones^  nno  de  raso  y  otm 
le  terciopelo,  y  sendas  gorras  de  grana  y  sendos  pares 
lecascabeles ,  y  ansí  se  faeron  con  estas  joyas  á  ios  di^ 
ébos  caciquea ;  y  otro  dia  siguiente,  poco  antes  de  medio- 
ÍKa,  Tíno  un  cacique  con  ellos  do  aquel  pueblo,  al  cual  el 
jBoho  capitán  habló,  y  le  hizo  entender  con  los  farautes, 
liae  no  veniau  á  les  hacer  mal  ni  daño  alguno,  sino  á  les 
boer  saber  cómo  habiande  ser  vasallos  de  W.  MM.,  y 
ie'liabian  de  servir  y  dar  de  lo  que  en  su  tierra  tuviesen, 
pomo  todos  los  que  son  ansí  lo  hacen,  y  respondió  qne  él 
muy  contento  de  lo  ser  y  obedecer,  y  qne  le  placía  de 
aerrir  y  tener  por  señores  á  tan  altos  príncipes  como  el 
pitan  le9  había  hecho  entender  que  eran  W.  Bli.  AA., 
Iq0KO  él  capitán  le  dijo,  que  pues  tan  buena  voluntjui 
'  iba  á  Bu'ijBy  y  Sr.,.que  él  vería  las  mercedes  que  V  V. 
dende  en  iatdelante  le  harían.  Dioiéndole  esto,  le  hi« 
V€Btír  una  camisa  de  holanda  y  nn  sayón  de  teroiope-' 
f  ona  cinta  de  oro,  con  lo  cual  el  dicho  cacique  fué  muy 
Jltento  y  alegren  diciendo  al  capitán  que  él  se  quería  ir 
sa  tierra^  y  que  lo  esperásemos  allí,  y  que  otro  dia  vol« 
ria  y  traería  de  lo  que  tuviese  porque  mas  enteramen» 
oonooiésemoB  la  voluntad  que  del  servicio  de  T  T.  BR. 
' .  tienen,  y  así  se  despidió  y  se  fué.  Y  otro  dia  addan- 
vino  el  dicho  cacique  como  había  quedado,  y  hizo  ten- 
una  manta  blanca  delante  del  capitán ,  y  ofrecióle 
preciof  as  joyas  de  oro,  poniéndolas  sóbrela  man- 
de las  cuales  y  de  otras  qne  después  s«9  tuvieron,  ba- 
os particular  relación  il  W.  MM  en  nn  memorial 
nuestros  procuradores  llevaban.  [  1 J 
l)eBpues  de  se  haber  despedido  de  nosotros  el  ditího 
que  y  vuelto^  á  su  casa  en  mucha  conformidad,  como 
esta  armada  venimos  i)ersonas  nobles,  caballeros,  bi« 
dalgo  celosos  del  servicio  de  nuestro  Señor  y  de  VV. 
It  AA. ,  y  deseosos)  de  ensalzar  su  corona  real,  de  a- 
tar  sus  señoríos  y  de  alimentar  sus  rentas,  nos  jnu- 
y  platicamos  con^  el  dicho  capitán  Femando  Cor- 
diciendo  que  esta  tierra  era  buena ,  y  que  según  la 
itra  de^  oro  que  aquel  cacique  había  traído,  se  creia 
|Qe  debía  de  ser  muy  ricft„  y  que  según  la  muestra  del  di  • 
dio  cacique  había  dado*  era  de  creer  que  él  v  todos  suk 

|1)  {wU,  Uevan  ó  Uevirin. 


—  260  — 
iadios  nos  teniaa  mny  baena  voluntad  •  por  tanto  que  noi 
parecía  qa^  nos  oonyenía  al  servicio  d0  VV.  M&L ,  y  que 
en  tal  tierra  se  hiciese  [i\  lo  qae  Diego  Felazqaez  hanla 
mandado  hacer  al  dicho  capitán  Fernando  Cortés,  qoe 
era  rescatar  todo  el  oro  que  pndiesCí  y  rescatado  volverse 
con  todo  ello  á  la  isla  Fernaudina  para  gozar  solamente 
de  ello  el  dicho  Diego  Velazqoez  y  el  dicho  capitán ,  y 
qae  lo  mejor  que  á  todos  nos  pareoia  era  qne  en  nom- 
bre de  vy.  Eli.  A  A.  se  pobUse  y  fondase  allí  nn  pue1[)1o 
en  que  hubiese  justicial  para  que  en  esta  tierra  tuviesen 
señorío  como  en  sus  reinos  y  señoríos  lo  tienen  /  porque 
eiendo  esta  ti^ra  poblada  de  espaüoles,  demás  de  acie- 
centar  los  reinos  y  los  seQoííos  de  TV.  MM.  y  sus  rentas, 
nos  podríanJiu^oer^QÍeroedés  á  nosotros- y  á  los  pobladores 
que  jQxas  allá  viniesen  adelante.  Y  acordado  esto^  ndsltto» 
tamos  todos  *en  concordes  de  un  ánimo  y  volnnWd.  )( 
hicimos  un  requerimiento  al  dicho  capitauj  en  el  <maí  di- 
jimos que  pues  &.  veia  cuanto  al  servicio  de  Dios.nneKtzo 
Sefior,  y  alde¡yy.HM.  convenía  que  esta  tierra  estuviese 
poblada,  dándole  las  causas  de  qrxe  arriba  á  W.  A  A«  se 
ha  hecho  relamon,  que  le  requenmos  que  luego  cesase  de 
hacer  rescates  de  la  mahera  que  los  venia  á  haoeri  parque  , 
sería  destruir  la  tierra  en  mucha  manera^  y  VY.  MM.  se^  J 
rían  en  ello  muy  deservidosi  y  que  ánsímismo  le  pedlmoe,  ; 
y  requerimos,  que  luego  nombrase  para  aquella  villa,  q[ae 
se  babia  pqr  nosotros  de  hacer  yl/ondar,  alcaldes  y  regi- 
dores en  nombre  de  F  V,  Hll  A  A. ,  con  ciertas  pnitS6ta« 
cienes  en  forma  que  contra  61  protestamos  si  ansí  no  lo 
hiciese  [2].  Y  hecho  este  reonerimiento-  al^dicho  capitaá 
dijo  que  daría  su  respuesta  el  dia  siguiente:  y  viendo^  pues 
el  diriio  capitán  cómo  convenía  al  servido  de  KV.  BK« 
A  A.  lo  que  le  pedíamos^  luego  otro  dia  nos  respondió,  di* 
ciendo  que  su  voluntad  estaba  mas  indignado  al  sorn- 
cío  de  y  V.  MM.  que  á  otra  cosa  alguna,  y  que  no  miran- 
do al  interés  que  á  61  se  le  siguiera  si  prosiguiera  en  el 
rescate  que  traia  presupuesto  de  rehacer  los  grandes  gas- 
tos que  de  su  hacienda  habia  hecho  en  aquella  armada  , 
untamente  oen  el  dicho  T'elazquez,  antes  posponiéndolo 


(i)  Quaái  que  iioooiiT«nlaali6rY{oÍo(U  VV.pil(.  qof  •ntalÜinattliMt' 
10  «te. 


'—  261  — 
todo.  le  piada  y  era  ooatento  de  haoer  lo  qne  por  noso- 
trodjeei^  pedido^  piie»qae  taüto  oouvenia  al  servioio  de 
yy^m^  A/Ímí  y  lufegodomenzd  oon'gran  dllíéetíofa  á  po- 
l>*ac  yi^Ádar  wx^  VÜía  á  la  oaal  poso  por  nbmbré  la  Bica 
Titlji  dé  .la  itférá  Cruz,  y  noíábrónos  a  lo$  que  la  delante» 
saaeiibuQOf  |1]  por  alcaldes  y  regidoreíí  de  la  dicha  Villa, 
y  en  noml^  de  VY.  AA.  B£t.  recibió  de  noeiotros  el  )q- 
raii|(Biito  y  soleiQnidád  que  en  tal  caso  ae  acoetombra  y 
saele  haoQr^  después  de  lo  cnal  otro  dia  glgoleáte  entra- 
mos" en  nuestro  cabildo  y  i(y untamiento',  y  estiajidoaBí 
jautos  enviamos  á  llamar  al  dicho  capitán  Ferorudo  Cor- 
tés, y  le  jpedimpa  91^  nombre  de  yY/UB.'AA.  (Jtieí  ños 
mostofsé  loB  poderes  é  instrucciones  qné  el  dicho  Diego 
VelÉ^u^lib  habla  d£^do  para  venir  A  estas  partes,  el 
co^t  ényip  ][ud¿ó  pói^  ellos  y  nos  los  mostrd,  y  vieítos  v  léi. 
dos  ppr  ábpotrbá ,  1)íen  examliiadbdi  según  *I0  queí  piídi. 
mos  mi^Oj^  eátbuderl  hallamos  á  jhuestro  paf^ér  qne  pot 


luite.  PaiwiéiidoiM)&  puecí,  .mor  ezceléntí amos  príncipes, 
qBépáéi%;^amílca<Uou  y  <)OúcoMía  dentro  d^  nosotros, 
y  Pñ^  Boé^jgoDérnat 'bien  /  Q0líten5á  poner  tma  persona 
panosa  1^9^  éstuvTelte  en úombre  deYV. 

Mlf(.  éñ  Xá  mcpÁ  yillá  f  e^  estás  partes  por  justí(5iá  ma- 
70c  y  dipátah  y  oabez^  &  qtiien  todos  acatásemos  hasta* 
haser  relaoion  de  ello  a  TY.  BE.  A  A'. ,  patra  qne  en  éfíp 
proveyese  {2J  lo' qué  mas  servíaos  fneséU ,  y  visto  qne  á 
ninguna  persona  se  podría  dar  mejor  el  dicho  cargo  qne 
A  diohe  Fernando  Górtés ,  pórqne  demás  de  ser  persona 
tal  coal  para  ello  conviene ,  tiene  iñny  'gran  celo  y  deseo 
del  servido  de  VT«  MM.,  y  ansímismo  por  la  dicha  expe- 
riencia que  de  estas  jpártes  y  islas  .tiene,  de  causa  de  los 
caales  ha  siempre  dado  buena  cuenta ,  y  por  haber  gasta- 
do todo  onanto  tenia  por  venir  cómo  vino  con  esta  arma, 
da  en  servicio  de  TT.  MSL  ^  por  haber  tehido  ^n  poco , 
como  hemos  hecho  relación^  todo  lo  que  podía  gaoar  y 
interese  que  se  le  podía  seguir  si  rescatara  conio  tenia  cou- 

(3)  ÜKdjíiMto}  ptoye/eceii, 


—  262  — 
oertado  [IJp  le  proveímos  en  nombre  de  TV.  BR.  A  A.,  de 
jastleia  y  alcalde  mayor  ,.del  caal  recibimos  el  jaramento 
qae  en  tal  oaso  se  requiere ,  v  hecho  comoooaTenia  al 
real  servicio  de  Y.  M.,  lo  recibimos  en  sa  real  nombre  en 
nnestxo  ajantamiento  y  cabildo  por  josticia  mayor  y  ca^ 
pitan  de  voestras  reales  armas,  y  ansí  está  y  estará  haa« 
ta  tanto  que  YY.  MM.  provean  lo  que  mas  á  sn  servicio 
eonveniilfa.  Hemos  querido  hacer  de  todo  esto  relación  á 
YY.  BB,  A  A.,  porque  sepan  lo  que  acá  se  ha  hechO|  y  el 
estado  y  manera  en  que  quedamos. 

Después  de  hecho  la  susodicho ,  estando  todos  i^iunta- 
dos  en  nuestro  cabildo,  acordamos  de  escribir  á  YY«  MU. 
y  les  enviar  todo  el  oro  y  plata  y  joyas  que  en  esta  tierra 
habernos  habido  de  mas,  y  allende  de  la  quinta  parte  que 
de  sus  rentas  y  disposiones  reales  les  pertenece ,  y  que 
con  todo  ello,  por  ser  lo  primero,  sin  quedar  cosa  alguna 
en  nuestro  poder  sirviésemos  á  YY.  BB.  A  A,  mostrando 
en  esto  la  mucha  voluntad  que  á  su  servicio  tenemoSi  co- 
mo hasta  aquí  lo  habemos  hecho  con  nuestras  personas  y 
haciendas ;  y  acordado  por  nosotros  esto ,  elegimos  por 
nuestros  procuradores  á  Alonso  Fernandez  Portocarreio 
yá;  Francisco  deMontejD,  los  cuiales  enviamos  áY.M.  con 
todo  ello\  y  para  que.  de  nuestra  parte  besen  ims  reales 
manos ,  y  en  nuestro  nombre  I  y  de  ésta  villa  y  concejo, 
supliquen  á  Y  Y.  BB.  AA.  nos  haga  merced  dé  algunas 
cosas  cumplideras  al  servicio  de  Dios  y  de  Y  Y.  MM.  y  al 
.  bien  común  de  la  villa,  según  mas  largamente  llevan  por 
las  instrucciones  que  les  dimos.',y  los  cuales  humildemen- 
te suplicamos  á  VY.  MM.  con  el  acatamiento  que  debe« 
moSy  reciban  f  den  sus  teales  manos  para  que  de  nuestra 
parte  las  besen,  y  todas  las  mercedes  que  en  nombro  de 
este  conc^'o  y  nuestro  pidieren^^suplicaren  las  concedan, 
porque  de  mas  de  hacer  á  Y.  M.  servicio  en  ello  á  nuestro  * 
tíeñor,  esta  villa  y  concejo  recibiremos  muy  seflaladamer- 
oedy  como  de  cada  dia  esperamos  que  Y  Y.  BB«  AA.  nos 
han  de  hacer. 

En  un  capitulo  de  esta  carta  dijimos  de  suso ,  que  en  • 
viamos  ^  YY.  BB.  AA.  relación  para  que  mejor  Y  Y.  MM. 
fuesen  informados  délas  epsas  de  esta  tierra,  y  déla  ma- 
nera y  riquesm  de  oU^y  de  la  gente  que  la  pos^C;  y  de 

(1)  Sobra  la  y. 


—  2G3  — 
la  ley  ó  seta,  titos  6  oeremoniM  en  que  viven:  f  esta  tier- 
ra, mny  poderosos  se&Ofes  y  donde  idiora  en  noinbre  de 
y y«  UAL  estamos,  tiene  einonenta  leguas  Ide  oosta  da  la 
una  parte  y  déla  otrade  este  pueblo  :  por  la  costa  del 
mar  es  toda  Uaná  de  mnohos  tarenaleSi  qoe  en  algunas 
partes  duran  dos  leguas  y  maSi  La  tieiTa  adentro  y  fuera 
de  los  diohos  arenales  es  tierra  muy  llana  y  de  muy  her  - 
mosas  vegas  y  riberas  en  ellas,  tales  y  tan  hermosas  que 
en  toda  España  no  pueden  ser  mct}ores\  ansí  de  apadbles 
á  la  vista  como  de  fructíferas  de  cosas  en  que  ellas  siem- 
bran]y  y  mny  aparcadas  y  convenibles,  y  para  andar  por 
ellas  y  se  apacentar  toda  manera  de  ganados.  Hay  en  es- 
ta tierra  todo  género  de  caza  y  animales  y  aves  conforme 
á  los  de  nuestra  naturaleea,  ansí  como  ciervos,  corsoSi  ga- 
mos, lobos,  sorros,  perdtoes ,  palomas ,  tórtolas  de  dos  y 
de  tres  mañeree,  oodomiees,  liebres,  conejos ;  por.manera 
qoe  en  aves  y  animales  no  hay  diferencia  de  esta  tierra 
4  JBspafia,  y  hay  leones  y  tigres  á  cinco  leguas  de  la  mar, 
por  nnás  partes  y  por  otras  amenos  (1).  A  mas  va  udui 
gran  cordillera  de  sierras  muy  hermosas ,  y  algunas  dt» 
eUasBon  engran manera  muy  altas,  entre  las  cuales  hay  un  ji 
qaeexcede  en,  mucha  altura  á  todas  las  otras,  y  de  ella  se 
vey  descubre  gran  parte  de  la  mar  y  de  la¡tierra,  y  es  tan 
alta  que  st  el  dia  no  es  bien  claro  no  se  puede  divisar  ni 
ver  lo  alto  de  ella,  porque  de  la  mitad  arriba  está  toda 
cubierta  de  nub^ ,  y  algunas  veces ,  cuando  hace  mny 
daro  dia,  so  ve  por  cima  de  la  dichas  nubes  lo  alto  de  ella 
y  est&  tan  blanco  que  lo  juzgamos  por  nieve ,  y  aun  los 
naturales  de  la  tierra  nos  dicen  que  es  nieve;  mas  porque 
no  to  hemos  bien  visto,  aunque  hemos  llegado  muy  cer^^ 
oa,  y  por  ser  esta  región  tan  cáhda,  no  lo  afirmamos  ser 
nieve :  trabajaremos  de  saber  y  ver  aquello  y  otras  cosa^ 
de  que  tenemos  noticia  para  que  (2)  de  ellas  hacer  á  M  V. 
BR.  AA«  verdadera  relación  de  lab  riquezas  de  oro  y  pla- 
ta y  podras,  y  juzamosto  que  Y  V.  MM  podían  mandar 
juzgar,  según  la  muestra  que  de  todo  á  Y  V^  BB.  A  A.  en 
▼iamos.  A  nuestro  parecer  se  debe  creer  que  hay  en  esta 
tierra  tanto,  cuanto  en  aquella  de  donde  se  dice  haber  lle- 

(1)  FarMé'qie  antai  d«  amfnos  f^IU  Al/^nna  palabra,  'como    €amp9t  ú  ctr 
•HaÍTilentc  — ==— ,,No  creo  qne  f aJta   nada  ley  endo;'  h  m*noi. 
(9)  Bobi»  el  que. 


—  264  — 
TaAo  Salomón  el  or<^  paira  «el  templo-f  maa  eomohataA 
poco  tteu^po  que  en  ella  entramos  I  Do*  bemoa  podida  Ter 
maa  de  liaíita  ohioo  leguaa  cK*»  tierra  ad^tero  delaeofit» 
de  la  mar  y  7  hasta  diez  ó  dooeí  legiiasde  largO' de -tier- 
ra por  las  costas  de  una  y  de  otra  parte  qtíe  bemos  an- 
dado desque  saltamos  en  tierra ;  annqne  deelé&  la  mar 
mncbo  maa  sé  parece  y  macho  mas  Timos  viniendo  nave- 
gando. 

La  gente  de  esta  tierra^  qne  ha'btta' desde  la'^isl»  de 
Ooznmel  y  punta  de  Yucatán  hiista  donde  nosol^tM  esta- 
mos, es  una  gente  de  mediana  estatura ,  do  onerpos  y 
gestos  bien  porpordonada,  excepto  que  en  cada  provitida 
se  diferencian  ellos  mismos  los  gestos,  unos  horadándose 
las  orejas  y  poniéndose  en  ellas  muy  grandes  y  fea^  cosas, 
y  otros  horadándose  las  ternillas  der  laüs  naricea  haéta  la 
boca ,  y  poniéndose  en  ellas  ana  medajde '  piedras  may 
grandes  que  parecen  espejos,  y  otros  se  hotadan  loa  besos 
de  la  parte  de  abajo  hasta  los  dientes,  y  eaelgan  dé  elios 
no  as  grandes  ruedas  de  piedras  ó  de  oro  tan  pesadas,  que 
les  traen  [1]  los  besos  caldos  y  pareceti  muy;  difonaes,  y 
loa  vestidos  que  traen  es  como  de  almoisaléa  muy  pin- 
tados,  y  los  hombres  traen  tapadas  sus  Vf^gtienfisas  y  en* 
cima  del  cuerpo  unas  mantas  muy  delgaAss  y  plntadaaáM 
manera  de  alqnizales  moriscos,  y  las  mujeres  y  de  la  gen«  | 
te  común  traen  una  mantas  mujr  pínt.a<las  desde  la  cin- 
tura  hasta  los  pies*,  y  otras  que  le  cubren  las  tetas,  y  to- 
do los  demás  traen  descubiei^toi  y  las  mojeres  principa 
les  andan  vestidas  de  unas  muy  delgadas  oAmisas  de  &!• 
godon  muy  grandes,  labradas  y  hechas  á  manera  dero* 
quetes;  y  los  mantenimientos  que  tienen  es  maiz  y  alga- 
noa  cn;;es  como  los  de  las  otras  islas,  y  potu  yuca  así  co- 
mo la  que  comen  en  la  isla  de  Onba ,  y  cómenla  aaiidi^ 
ix)rque  no  hacen  pan  de  ella ;  y  tienen  sua  pesqnerisa  y 
cazas^  crian  muchas  'gallinas  como  las  de  ¥ierra«Fír  < 
me,  que  son  tan  grandes  como  pavos.  Ilay  algunos  pue- 
blos grandes  y  bien  conoertadoe;  las  eastis  en  las  partea 
que  alcanzan  piedja  son  de  cal  y  canto ,'  y  ios  aposeÉtos 
de  ellas  pequeños  y  bajos  ;y  muy  amoriscados ;  y .eUL  las 
partea  adonde  no  alcanza  piedra,  hácenlaa  [2J  de  adobes, 

(1)  El  SM.  dÍM,  lfYi4T. 


y  eiíoáanloa  p4r  enoima,  y  Ia9  oebertttnlB  de  Moima  fioü 
de  pAjft.^fty  caeáAde  algatioe  prinoípalee  muy  freseas  y 
de  muchos  aposentos,  porque  nosotros  l^abemos  Tjsto  mas 
de-einee  patios  dentro  de  onas  solas  easas,  y  sns  aposen- 
tos mny  aoonoertados,  oada  principal  servicio  qne  ha  de 
ser  por  sí  [1] ,  y  tienen  dentro  sns  pozos  y  alboreas,  de 
agna^  y  aposentos  para  esclavos  y  gente  de  servicio,  qne 
tienen  mncha ;  y  cada  nno  de^  estos  principales  tienen  á 
la  mitrada  de  Ms  casas  faera  de  ella  nn  patio  miay  gran<« 
dCi  y  algunos  dos  y  tres  y  cuatro  mny  altos,  con  sns  gra. 
das  para  snbiír  á  ellos ,  y  son  mny  bien  hechos,  y  con  es- 
tos tienen  sns  m^qnitas  y  adoratorios  y  sns  andenes,  to- 
do á  la  redonda  muy  andio ,  y  allf  tienen  sns  ídolos  qne 
adoran,  de  ellos  de  piedra,  y  de  ellos  de  barro  y  de  ellos 
de  pafos ,  á  los  cuales  honran  y  sirven  en  tanta  manera 
y  con  tantas  ceremonias ,  qne  en  mncho  papel  no  se  po- 
dría haeer  de  todo  ello  á  Y V.  BB.  AA.  entera  y  particn- 
lar  relación ;  y  estas  casas  y  mezquitas  donde  los  tienen 
son  los  msycMS  y  menores  mas  bien  obradas  y  (2)  qae  en 
los  pueblos  hay ,  y  tíéuenlas  mny  atnmadas  (3)  con  pin-* 
ma^  y  pafios  muy  labrados  y  con  toda. manera  de  gen- 
tileza ;  y  todos  los  días ,  autos  qne  obra  alguna  comien- 
i  san,  queman  en  las  dichas  mosquitas  endenso,  y  algunas 
^'  veces  sacrifican  sns  mismas  personas ,  cortándose  unos 
laa  lenguas  y  otros  las  orejas  ,i  y  otros  acuchillándose  el 
caerpo  con  unas  navajas,  y  toda  la  sangre  que  de  ellos 
corre  la  ofrecen  á  aquellos  ídolos  echándola  [4]  por  todas 
las  partes  de  aquellas  mezquitas,  y  otras  veces  echándo- 
la acia  el  dolo,  y  haciendo  otras  muchas  maneras  de  ce- 
remoniasi  por  manera  qne  ninguna  obra  comienzan  sin 
q«e  primero  hagan  allí  sacrificio,  Y  tienen  otra  casa  hor« 
fibley  abominable  y  digna  de  ser  punida,  que  hasta  hoy 
viate  [5]  en  ninguna  parto ,  y  es  que  todas  las  veces  que 
alcana  cosa  quieren  pe^lir  á  sus  (dolos ,  para  que  mas  a- 
eeptaeion  tenga  su  petición,  toman  mnelias  niñas  y  nifios 


fl)  Q*irrá  decir „  que  cada  persona  priaeipal  tenia  casa  6  aposento  para  st 

('i1(  Quita,  son  las  mayores  y  mejores  j  mas  bien  obradM. 

f3)  (fuigáf  aUiTiadaR. 

(  fj  KlSM.  diee,  y  echándola. 

(¿I  kta  <Ma,  no  se  ha  Tisto:] 

PISBBTAOIONK0.-TO1[O.  I«--d4 


—  266  — 
y  aau,  bonibres  y  mqjere^  de  laas  (X)  4e  íi9(^yor  eéM  t  7 
ea  preawoiade  «quelioB  ídqlos  IO0  f^JjNre^  Tiypspos  Imi 
p^ot^oa  y  leñ  sajcan  el  í^íaoxí^j  Isf  entra&a^ ,  y  qa^nun 
las  dicliÍBU9  entraflaa.  y  ooii:azaa6s  delwte  éd  lof  jdplaso- 
treciéodoleft  en  Bad^fioioaftael  humo.  EstohabepioB  T^to 
algauofi  de  nosoüros^  y  I09  qm  lo  lian  ^yjÍ6to  dicen  que  ea 
la  mas  terrible  y  más  espantosa  opsa-  de  veí  qne  jamás 
han  visto.  Hacen  estos  iudioh  (2)  tan  £recnenteinente  y 
tan  enhenado ,  que  segon^soin^  .inforipiwLoil ,  y  en  paito 
habemoa  visto  por  exp^ric^ci^  en  ]p  poco  qne  ha  qne  m 
esta  tierra  estamos  y  no  lia^y  ÍrÁo  en  qne  xio  maten  y  saoii* 
liqnen  anenenta  ánimas  en  oada  mezquita,  y  estose  nsa  y 
tienen  por  oostnmbjre  desde  |%,isla  de  Ooanmel  hastB  esla 
tierra  adonde  estamos  poblados  j  y  tengan  V  V..MM»  por 
moy  cierta  qne^  segnn  la  castidad  de  ia  Uerra  noa  pare- 
oeuaer  grande  y  las  mpchas  mezquitas  qne  tieniant  no  h»j 
año  en  lo  qne  hasta  ahora  hemos  desoqbi^rto  y  visto»  no 
maten  y  sapriílqnen  de  esta;a^era  tree^cnateo  rail  asi- 
mas  Vean  V¥.  BB,,MM,  si  ¿tebep  evitar  tan;  gran  mal  y 
daSO|  y  cierto  Dios  nuestro  Señor  será  servido^  ai  por  ma- 
no da  \y.  UE^AÉL.  estas  gentes  faesen  intn^dacidas  y 
instruidas  en  nuestra  muy  santa  fó  católica^  y  oonmatn- 
da  la  devoción,  í6  y  esperanm  que  .e|Oi  estos  sw  ídolos  tísr  1 
nen,  en  la  divina  potencia  de  DioSi  porque  es^cierto  que  ti  I 
con  taittaló  y  fervor  y  diligencia  á  Dios, sirviesen^  ellos  ' 
harian  muchos  milagros.  Bs  de  creer  qtie  no  sin  cauaa  de 
Dios  nuestro  Señor  ha  sido  servido  que  se  deseubrieMn 
estas,  partea  en  nombre  de  Y  V»  UK  A  A. , .  para  qne  tan 
gran  fruto  y  mereciopd^to  de  Dios  alcanzasen  V  V.  MH. 
mandando  ioformaTi  y  siendo  por  sn  mano  traídas  á  la  £6 
estas  gentes  bárbarasi  que  seigan  lo  que  de.  ellos  hemoa  J 
ooDOcido^  creemos  que  liabí/eiüdo  lengnas  y  pereonaa  q«e  \ 
les  (u) hiciesen  enten^r  la/V^dad  de  la>féyel  error  en  j 
que  están^  muchos  de  ellos  y  f^un  todos  se  apartacíáa  moy  { 
brevemente  de  aquella  ironía  [4]  que  tienen  y  vendxíaa  al 
verdadero  conocimiento^  porque  viven  mas  política  y  ra-» 
zonablemento  que  ninguna  de  las  gentes  que  hasta  hoy 


(1 )  Fobra^  de  roas. 

(2)  Tal  vcg,  hacen eito  eitofl  indloi. 
ó\  Kl  HM.  dice,  </. 
4J  Quita,  enoiiiik 


I 


,  ,  —267  — 

dh'MfM  mtt€b9é'  lia  Ttttd.  (|aeréi^  dar  &  Y*  M.  iodaa  tan 
pil^cmlwiAt^eB  db  éstfl^  tíérrá.y  gcfetOe  de  ella,  podufaaer 
que  en  í^ó  tie'  errase  lá  xdaoioii,  {x^ne  mnchas'dé  ellM 
lie  se  fian  vistxy  mas  de  por  i'atbrmifdM^  de  loe  natái^-' 
tas  de  ella,  y  póc'^to  no  nos  ^  entréoietemoii  á  dar  ma<s 
deaciaéllo  gne  por  miiy  ctortóy  verdadem  y  y.  BR.  A  hj. 
podida  mandw  teteer  d6  eUp.  Podrín  y  V.  MM.,  ei  fae^ 
tauaervidoBy  hacer  por  coto  verdadera  reládon  á  nnes- 
tro  mnir  santo  padre;  pata  qae  en  la  conversión  de  es- 
ta gente  se  ponga  diligencia  y  ttnena  drden ,  pnes  que  de 
eOo  s6' espera  sa^oaír  tan  graif  frnto  y  tanto  bien,  para  qne 
AiJSattttidad  laig^.  por  bien  y  permita  qne  los  malos  y  re. 
beidéá,  tíeüdo  primero  amonebtados,  puedan  t^er  ptauidos 
7  «fatigados  como  enemigós'de  nnestra  santa  fécatóli- 
cSb  y  éstk  ocasión. de  castigo  y  espanto  á  los  que  fueren 
teoeMes  ¿n  venír'en  conocimiento  de  la  verdad,  y  evita- 
rla tan  grandes  males  y  d/ifioa  como,  son  los  qüeen  ser- 
ticSoídel  deiiionio  háceo;*porqae  aan|aIleQde  d^  lo  que.ar^ 
riimÜcoÉlte rij  reladon  A  Y V-  H&f.  de  los nifioe y  hom^ 
bresyirnnjéresqne  matan  y  ofrecen  en  sus  sacrificios, 
liemos  sabido  i  sido  informados  de  cierto  que  todos  son 
«Momitas  y  nsan  aquel  alDon^inabte  pecado.  En  todo  [2] 
ttplioamos  á  YY.  l^fU.  manden-^roveer  como  vieren  que 
ibas  conviene  al  ser^ióio  de  Dios  y  de  YY  BB.  Aái.,  y 
eomo  los  qoe  en  su  servicio  aquí  estamos,  seamos  favore- 
sido  y  aprovechados. 

•  Oott  estos  nuestros  procuradores  que  á  YV.  AA.  en*  * 
víamos,  eatre  otras  cosas  que  en  daestra  instruecion  lle- 
van es  ana,  que  de  nuestra  parte  snplicquen  á  YY.  MM. 
que  en  ninguna  manera  den  ni  liagan  merced  en  et)tas¡par- 
tes  á  Diego  Yelftzquez ,  teniente  de  almirante  en  la  isla 
Fetnandlua,  de  adelantamiento  ni  gobernación  perpe« 
toa^  ni  de  otra  manera  ni  de  cargos  de  justicia ;  y  si  al- 
gmfca  se  tuviere  hecliay  la  mande  revocar,  porque  no  con^ 
visncfal  servicio  de  su  corona  real  qne  el  dicho  Diego  Ye- 
lasqnez  ni  otra  persona  alguna  tenga  señorío  ni  merf.ed 
etra  algdna  perpetua,  ni  de  otra  manera,  ^alvo  por  cuan  - 
to  fué  (3)  la  voluntad  de  Y  Y.  MM.  en  esta  tierra  de  Y  Y. 

• 

(1)  Tal  Tez,' hacemos  ó  hsmoi  hecho. 
[3]  El  8IK.  diee,  en  todos, 
1 1 13)  <?itiwí,>er^. 


—  288  — 

Bp.  AA«9  por  ser  ooiuo  esi  á  lo  que  ahoc»  ftloauaisoí 
y  á  lo  qoa  se  esperaiinay  rica ;  y  aun  allende  de  conve* 
uir  [IJ  gl  sorvioio  de  v  V.  M&L  que  el  dicho  Diego  Teliii- 
qaes  sea  proveído  de  oficio  alguno,  esperiMDOs  si  lo  faese^ 
qae  los  vasallos  de  YV.  J¡R  A  A.  qoe  lea  esta  tierra  he- 
mos comenzado  6  poolar  y  vivimos,  seríamos  muy  mal» 
tratados  por  ól,  porqoe  creemos  que  lo  fiue  ahora  se  bs 
hecho  en  servicio  de  YV.  M&I.  en  les  enviar  este  servido- 
de  oro  y  plata  y  joyas  que  les  euviamosy  que  en  esta  tíer* 
ra.  hemos  podido  haber,  no  será  su  voluntad  que  ansí  se 
hiciera^  según  ha  aparecido  claramente  por  cuatro  oiia* 
dos  suyos  que  acá  pasaron ,  los  cuales  desi^fne  vieron  la 
voluntad  que  teníamos  de  lo  enviar  todo  como  lo  envía*  * 
mos ái  YY. BB«  AA«.|HLblicarpn y  dijeron  que  fuera  me*  I 
jor  enviarlo  á  Diego  Yel^zquez  y  otras  oosas  que  habla  - 
ron  perturbando  que  no  se  llevase  á  YY.  MM. :  p^  lo 
cual  mandamos  prender  y  quedan  presos  para  se  hacer 
de  ellosjustiolai  y  después  de  hecha  se  hahL  lelaoion  á 
YY.  MM,  de  lo  que  en  ello  (hiciéremos,  Y  porque  lo  que 
hemos  visto  que  el  dicho  Diego  Yelazquez  ha  hecho  y 
por  la  experiencia  que  de  ellos  tenemos ,  tenemos  temor 
que  si  con  cargo  á  efiíA  tierra  viniese ,  nos  trataría  mal^ 
como  lo  ha  hecho  en  la  isla  Femandina  el  tiempo  que  ha 
tenido  cargo  de  la  gobernación ,  no  haciendo  josticiaí 
nadie  mas  de  por  su  voluntad  y  contra  quien  á  él  se  an- 
tojaba, por  enojo  y  pasión  y  no  por  justicia  ni  razón ,  y 
deeta  9Lanera  ha  destruido  á  muchos  buenos  traiéndolos 
á  mucha  pobreza,  no  les  queriendo  dar  indios  y- tomándo- 
selos á  todos  para  sí,  y  tomando  el  todo  oro  (2)  que  ha 
cogido,  sin  les  dar .  parte  de  ello ,  teniendo  como  tiene 
compahia  desaforadas  con  todos  los  mas  muy  á  su  pro- 
pósito ;  y  por  el  hecho  como  sea  gobernador  y  repajrtidor 
con  pensamiento  y  miedo  que  los  ha  de  destruir^no  osan 
heoer  mas  délo  que  él  quiere;  y  de  esto  no.tienen  v  Y.  MM, 
noticia,  ni  se  les  ha]hecho  jamás^Iacion  de  ello^  porque 
los  procuradores  que  á  su  corte  han  ido  de  la  dicha  iedA 
con  hechos  por  su  mano  y  sus  criados,  y  tiénelos  [3]  biea 
Bontentos  dándoles  indios  á  su  voluntad,  y  los  procura 


(l)  Tal  reí.  de  no  eonrenir. 
i*^)  Sin  dada,  todo  el  oro. 

(3)  £1  SU.  éw,  j  Utoenlos; 


—  269  — 

loMqM  yan  al  [1]  de  las  villas  para  negooiar  loqae  to- 
«s  á  Iss  sommiidades.  oúinplelfis  hacerlo  que  él  quiere 
porqae  les  d|^  indios  a  so  oontento;  y  ouando  los  tales 
pioranidorasyileiyaii  ¿  sos  Tillas  y  lesmandaa  cuenta 
[lie  lo  que  ha  heeho,  dicen  y  responden  que  no  envíen  per- 
^  «Ass  pobiMi  p(»qae  por  nn  cadqne  qoe  Diego  Velas* 
fstsksdayhaoen.todoloqneélqniere}  y  porque  los  re* 
Sideies  y  alcaldes  qne  tienen  indios  no  se  los  qnite  si  di- 
eho  Diego  Ydazqnez ,  no  osan  haUar  ni  reprenderálos 
¡ttoooradoces  qne  han  hecho  lo  qne  no  4^Diaii  cempla< 
ciesdo  á  Diego  YelazqneBí  y  para  esto  y  para  otras  cosas 
(ieoe  él  mny  buenas  [2]|  por  donde  YY.  AA.  pueden  ver . 
qse  todas  las  relaciones  que  la  isla  Ferñandina  por.Die** 
go  Yelugnes  hiso  t  y  las  mercedes  que  por  él  piden ,  son. 
por  indios  qjue  da  á  los  jjMoeuradores  ,  y  no  porque  lasco- 
nuuiidadesaondeeUo  contentpe  ni  tal  cosa  desean,  an- 
tas qaeñDiaii  que  los  tales  proraradores  faesea  eastíga. 
dflst  y  siendo  á  todoe  los  veolnos  y  moradores  de  esta  vi- 
lla de  la  Yeraoma  notorio  lo  susomcho  se  juntaron  con  el 
prooorador  de  este  oonccyo  y  nos  pidieron  y  requirieron 
por  su  requerimiento  flrxnado  de  sus  nombres^  que  en  su 
nomlMce  de  todos  suplicásemos  á  YY.  MM.  que  no  prove- 
Tosen  de  los  dichos  cargos  ni  de  alguno  de  ellos  al  dicho 
IXfVo  Yélaaquez,  antes  le  mandasen  tomar  residencia,  y 
.le  quitasen  él  cargo  que  [3]  la  isla  Ferñandina  tiene,  pues 
qoe  lo  snso^dio ,  tomándole  residencia ,  se  sabna  que  es 
Tocdad  y  muy  notorio:  por  lo  cual  á  ?•  M.  supUcamos 
loandMi  dar  u^i  pesquisidor  para  que  hágala  pespnisa  de 
todo  esto  de  que  hemos  hecho-  relación  á  YY.  BB.  A  A* , 
aoaí  para  la  isla  de  Cuba  como  para  otras  partes ,  porque 
le  entendemos  probar  cosas  por  donde  VV.  M&I«  vean  si 
os  justicia  ni  conciencia  que  él  tenga  cargos  reales  en  es- 
tas parteb  ni  en  las  otras  donde  al  presente  reside. 

j^uioe  ansímismo  pedido  el  procurador  y  vecinos  y  mo- 
radores de  esta  villa  en  el  dicho  pedimento  que  (4)  en  su 
nombre  supUqnemos  á  7.  M.  que  provean  y  mandien  dar 
su  eédola  [1]  y  provislon^real  para  Femando  Cortés,  ca- 

m  quizá,  kéi 

{^  Aqirt  lUtft  Qaa  polab»,  qtüzé,  "maj  bueiuit  BaiíM.'' 

(3)  D»t>io  dMÍTi  qiM  en. 

(4)  El  SK.  diot,  y  m, 

i^)  A«ÍOlBWMn^' 


—  270  — 
pitan  yjttktíolamáyorde  VV.  B&Aiu  pam  que  alan 
tenga  eu  jasticia  y  gobemacíoniíast»  taatoiqao  6Bte:tiíei* 
ra  «até  oonciaiBtada  y  pacíflea ,  y  por  el  tnenfio  qae  mu 
Á  V.  M.  le  pareoiere  faeve  servido  i  por  oonoeor  ees  til 
})ersona  que  coQTieai)  patwello ,  el  coal  pedliaento  y  re* 
qneritnieüto  eaviamoe  ootí  estoa  naest^os  proooBadoiQi  4 
V.  M.  j  y  hamildemente  áapHoaniOS  á  V  F¿  BB  AA«  qi» 
ansí  en  esto  eoíio  en  todag  las  otras  meicedes  en  mmJbn 
(1)  de  este  ooncéjb  y  la  villa  foeron  <2)  suplioadia  por 
parte  d«  kw  dichos  proonradores  nos  tas  h^gan  y  numáen 
conoeder ,  y  qne  nos  tengan  por  sos  mny  l^des  vasalk», 
como  bemoÉ  sida  y  iteremos  siempre.  / 

Y  él  oro  ypiata  y  joyas  y  fodelasy  ropa  que  árYV»  BB* 
AA.  obviamos 'oen  los  proooradores^desLasclBtquiito 
qne  i  F.  M.  perténece||  de  qna  súplioa  [3J  FeauHult 
Cortés  y  este' oonéejo  les  baoen  eerñoio ,  ira  oü  Ma  mei 
motift  ftimada  dé  lM4iobM  proonsadores,  oomo  per,eUi 
YV.  B&'ÁA.  pi$^4aTov.DelaBfeaTiua  déla  To»* 
Oraz  ¿  lOde  jniio  de  1519. 


.^.-j 


MBMOUIA 


(lé  la»  jouas,  rodelas  y  ropa,  remitidai  al  cmpeHídor  Oáflos  Vpof 
don  Jf errando  Cortés  y  «2  aywntaniejMo  de  YérjOtínus.  «mmí 
protmradofes  Franeisoar  de  Mirntejú  y  Alonso  Herntunde»,  Fort»* 
carrero^  4^  queso  haoe  monoUm  en  la  oarfa  de  relación  de  dicho  a* 
yiwnUmiento  de  10  de  julio  de  1520. 


§.— ;Bf  oonténiÜQ  de  esta  memoria  es  del  mayor  interé^ 
porque  manifiesta  cuál  era  el  estado  de  las  artes  de  lajf 
áA  los  m^ioanos,  antes  de  tañer  comonicacion  alguna  ootl 
hk  europeps.— L.  A. 

^  Don  Juan  Bantista  Muuoz  cotQjó  en  30  de  marzo  de 
<(  1784  esta  relación  que  sigue  de  los  presentes  aviados 
(<  de  Nueya-Sspaáai  con  otra  que  halló  en  el  libro  llama- 

(l)  8¿«  dudOt  qne  m  nombre. 
Hí)  Qm»á¡  íaoren. 

(3j  fia  Tes  4«^<fl(^ca»"ei  probable,  dij6B6  elorigünd,  <%ue^piM>'' 


—  271  — 
^á0Uimmtí  áaTe$9reroú»lBá  oaM  de  MntMttdoH  de 
«  Sftvilhi^  y  de  este  últüno  maniuíerito  Má  las:  Tftiiutefs 
<<qie  paaemoB  al  pié«'' 

E^iwoyjoyaey  plediaByplnmajeBqae  eehan  habido 
en  9$kBm  ptartos  [1]  naévuneQte  df  soubiertae  (2)  despnee 
qoeeftaiDMeaelmiq^e  Ta9|  AloDiip  Pen|£^^d9K  ^rtp- 
caqrerp  y  francisco  de  ULoutejOi  qoe  ^ajs  ppi;  pi;opuradOr. 
K^  de^ek»  xLoa  Villa  de  la  yera-43ra^  á  los  may  altoa  y 
eioámtíaisnism  piiiioipes  y  muy  católvcpB  y  n^uy  granjea 
iigres  y  fleQoíes  la  reina  dofia  Jaaoa  •  y  áQn  .Gáfioa  ea  hi- 
jo, Bueetroa señoresi  lleváis  son  las/  sígaiei^t^ *  ■     ,    .. 

Ftimerameirte  una  raeda  de  oro  grande  con  nna  fignra 
demánstnias  en  ella  (3)  y  labrada  t)(^da  d^  £ú|llaje8 1  la 
ooalpeed  ttm  mü  oohpoíentos  i>e9Qs  de  oro;  y  en  fasta  me- 
d»!  porqne  era  la  mcger  pieza  qaé  ao4  aeha  haÚd^d  [4]  y 
deiDí^rocoi  se  toi|¿iS  el  quinto  paira33^  AA.,  qne  iuó 
(5)  dos  mil  castellanos  qne  le  perteneoía  [G]  :de  sn  qninto 
y  derecho  real,  s^n^la  capitalacion  que  trajo.'(7)  el  cap\- 
taui  generaljl^emando  Cortés  de  los  padres  jerónunos  qu,<ñ 
resioen  én  la  isla  Española  Jr  en  las  otras  (S) ;  y  Jos  uvl 
oeh(|oíento8  pesos!  restantes  á  todo  )o  demás  que  tic^e  á 
cumplimiento  de  ioi  mi}  y, doscientos  pesos  [0],  y  poncho 
di^eita  TíJla  ]10[  hace  sesear  déUo  á  88.  ÁA-  .[lij>*  cop  to- 
uolojdeinás  qn»  aquí  ^n  esta  'memoria  va,  qne  ^ra  y  p^f- 
tenaeía  á  los  de  e^ta  dicha  villa  [  12J.  ,  .   , 

ítem :  Dos  collares  [I3[  de  ^oro  y  pe^lrería  queel  uno  [\j  J 
tienen od^o  hilos  y  en  ellos  doscien^tos  y  treinta. y  dos  ^{e' 

(I)   7  planas  y  pUta  qne  le  oto  en  las  partes  etc. 

i^i)  Boevamente  deecnbiertas  qú»  el  capitán  Fernando  CorK^'S  etivió  desle 

la  rica  Tilla  de  la  Vera-Crns  con  Alonso  Fernandez  Portocarrero  é  Francisco 

dalloaltjo,  pan  %  C.  é  CC  liK.«  é  te  reeibieron  en  esta  ¿Hna  fde  la  i^Atm- 

'  *>><ion  da  Sarilla,]  en  e&badOi  5  de  noviembre  d9  ir>l'J  afic!^,  .ion  lua  Bigni<:u- 


Oj   eoa  iina«ilgnra  de  m^nBtrno  en  modio. 

(M   qoe  aeá  Be  habla  habido. 

(^)  íoavoB. 

í^l  que  lee  perteneoia. 

P)  traja. 

[*)  7  en  todas  laa  otras. 

[')  de  loe  diehoa  tres  mil  é  ochocientos  pesos. 

»)   el  eoBo^o  de  la  Tilla. 

")   ftS8.1Q[.  dallo. 

|«l    qna  les  perteneeee. 
ítem  aias,'  doe  eoHaretet. 
qne  el  nno  de  elloe. 


'31    ít 
I")    V 


« 

r 


—  272  — 
draB  ooloittdflsy  dentoy  seaenta  y  tres  vwie»^  y  etté^ 
por  el  dicho  ootto  [I]  por  la  orladara  "de  él  veinte  y  siete 
casoabeleB  de  oro«  y  en  medio  de  ellos  hay  eimtro  tgmu 
de  piedras  grandes  engastadas  [2]. en  oro  ^  y  de  cada  nni 
de  las  de  los  dos  en  medio  [3]  cuelgan  pujantes  [4]  send' 
Uos^  de  las  de  los  cabos  [5]  cada  caatro  pnjantee  (<Sj  do* 
blaoos.  T  en  otro  collar  tiene  [7)  cuatro  hilos  qne  tieoei 
ciento  y  dos  piedras  coloradas ,  y  ciento  7  setenta  y  d» 
piedras  qne  parecen  en  la  color  Tcrdes,  y  a  la  redonda  de 
Lm  dichas  piedras  veinte  y  seis  éascabeles  de  oro,  y  en  «1 
dicho  collar  dos  piedras  grandes  angastadas  de  oro,  en 
qnet  cuelgan  ciento  y  cuarenta  y  dos  pujantes  (8)  dt 
oro* 

ítem :  cuatro  pares  de  antiparras,  los  dos  pares  de  ho- 
ja de  oro  delgado,  con  una  guamidon  de  cuero  de  tsu» 
do  amarillo,  y  las  otras  dos  de  hoja  de  plata delgadaí  coa 
una  guamidon  de  cuero  de  venado  blanco  [9],  y  las  rea- 
tantes de  plumajes  [10]  de  divercfos  colores  y  muy  biei 
obradas ,  de  cada  una  de  las  cuales  cuelgan  diez  y  seii 
cascabeles  de  oro^  y  todas  guarnecidas  de  cuero  de  ve^ 
nado  colorado. 

ítem  mas:  Oien  i>esos  de  oro  por  fhndir ,  para  qne  Sai 
AA.  [11]  vean  cómo  se  coge  acá  oro  de  luinas. 

ítem  mas:  Una  ciu'a  (12),  una  pieza  grande  de  plnnii^ 
jes  enfbrrada  en  cuero,  en  que  las  colores  parecen  ma^ 
tas,  y  atadas  y  puestas  en  la  dicha  pieza,  y  en  el  medir 
una  patena  grande  de  oro  [13]  que  p^  sesenta  pesos  da 
oro,  y  una  pieza  de  pedrería  azul  un  poco  colorada  (14]^ 
y  adcabo  de  la  pieza  otro  plumaje  de  colorea  qne  coaiga 
de  ella  (15). 

7  cnélgtn  del  dicho  collar. 

«ngutonadaH. 

y  ea  medio  del  uno.  / 

cuelgan  aiete  piujuntAs. 

7  en  los  cabos  de  loi  doi. 

]>iojanteB. 

7  ei  UDO  tiene. 

S infantes.  • 

e  Tesado  blanco  la  j^arnicion. 
lu)    7  las  restantes  de  ploaiaje. 
l\)   SS.BB.AA. 
[12]    en  ana  caja. 
|13|    de  oro  grande. 

(14)    é  an  poco  colorada  6  aanera  de  rueda,  7  otia  piesa  ds  ped  mamí 

un  poco  Golovada. 
( fó)    qoa  caelga  do  ella  4e  eo  ores. 


—  273  — 

Itom^lJ:  Un Tpostrador de  plumajes  decolores,  cop 
trointoy  Biete  vcAr^tas  tí2j  cubiertas  de  oro. 

ítem  mas:  üuá  pieza  grande  de  plumajes  de  colores 
qiiese  pone  i3[  en  la  Cabeza,  en  que  hay  á  la  redonda  de 
ella  i4{  seseñT»  y  ocho  \^i  piezas  pequeñas  de  oro,  que  se* 
recada  una  \0i  como  medio  cuartO|  y  debajo  de  ellas  vein- 
te torreoítas  de  oro  ]7[. 

Itemt  Uua  ristra  i8{  de  pedrería  azul  con  una  figura  de 
móastruo?  i9(  en  el  medio  de  ella  y  enforrada  en  nn  cue- 
ro qne  parece  en  las  colores  martas»  con  un  plnmaje  p^- 
qaefio,  el  cual  es  de  que  arriba  se  liace  mención,  8on  de 
esta  diéha  ristra  ilO[. 

Iiem':  Ouatro  arpones  de  plumajes  ill{  con  sus  puntas 
(le  piedra  atadas  con  un  hilo  de  oro  y  un  cetro  de  pe« 
drerfa  con  dos  anillos  de  oro  y  lo  demás  plumaje. 

ítem  |I2(  ITn  brazalete  de  '  pedrería  •  y  mas  una  pieza 
de  plumaje.  il3[  negra  y  de  otras  colores,  pequeBa. 

ítem:  Un  par  de  zapatones  de  cuero  de  colores  il4{  que 
imrescen  martas,  y  las  sutlas  blancas  cosidas  con  hilos  de 

Mas:  Un  espejó  puesto  en  uua  pieza  de  pedrería  azul  y 
*  colorada^  coii  un  plumaje  pegada  \l%  y  dos  tiras  de  cue- 
ro oolóradc^  pecados  |t7[^  y  otro  cuero  que  parece  tl8[  de 
[  ftquelhuin^ms. 

^    ítem  il9í  Tres  plumajes  de  colores  que  son  de  nns(  ca- 
tes» grande  de  oro  que  paresce'de  calman. 


i- {y 


lMVlBtt& 


pj   Tergitas. 


I' 
(O 


qiM  pone  3, 

^  la  redonda  dal 

■etenta  j  oeho. 

2a» 'aera  eada  ana  tan  grande. 
mas  bajo  dellas  veinta  tonecicaa  de  oro. 
[9]    ana  nitra. 
\*i)   Bonatrao. 

(iOl  el  etial  ▼  el  de  arriba,  de  <\nñ  Ee  bate  mención,  son  desta  dicha  nútm. 
01]  cuatro  uorparea  de  plnnaje. 
\^\  llemmae. 

M'Jl   de  plnxnaf. 

f  14)  Ítem  on  par  de  sapatoi,  da  nn  enero  qne  en  las  coloree  del  pareic«n 

»»• 

Ji  eontiriUiideorü. 

I«i  Hgado. 

^<    pecada. 

J5   H»  pereteen. 

u    iieBBM. 

DI  *¥ETA0IOSB8.~70M0  I.--35 


ttem :  Unas  añtifuiras  de  pedrería  de  "piedra,  «al  (li, 
eaforrada  en  na  caero,  que  las  colores  parecían  i2[  mar- 
tasi  en  cada  i3[  qoinoe  cascabeles  de  ora 

ítem  }4] :  Un  manípolo  de  enero  de  lobo,  con  cnatxo  ti- 
ras de  ooero  qne  parescen  de  martas. 

Mas :  Unas  darbas  (5)  pnestas  en  nnas  plumas  de  co> 
lores,  y  l^as  dichas  bar  uas  son  blancas  qne  parescen[[6]  de 
cabellos. 

ítem  [7] :  Dos  pinmajes  de  colores  qne  son  para  dos  ca- 
parates  [SJ  de  pedrería  qne  abajo  dirá. 

Mas :  Ocros  dos  pinmajes  de  colores  qne  son  para  dos 
piesas  de  oro  qne  se  pooe  [9]  en  la  cabeza,  hechos  de  ma* 
^era  [10]  de  caracoles  grandes. 

Mas :  Oos  pájaros  de  plnoias  verdes  con  sns  pies  y  pi- 
cos y  ojos  de  oro,  qne  se  ponen  en  la  nna  pieza  de  las  da 
oro  qne  parecen  caracoles  (1 1). 

Mas :  Dos  gnariqnes  grandes  de  pedrería'aznl  (12)^  que 
son  para  poner  en  la  cabeza  grande  del  calman. 

Bn  otra  caja  cuadrada,  nna  cabeza  de  caimán  grande 
de  oro;  qne  es  la  qne  arriba  se  dice  para  poner  las  dichas 
piezas  (IZ). 

Mas:  Un  caparate  (1^)  de  pedrería  azul,  con  Q5J  vein- 
te cascabeles  de  oro  qne  le  cuelgan  á  la  redonda  con  dos 
sartas  (l^J  que  están  encima  (11)  de  cada  cascabel,  y  dos 
gnariqnes  de  palo  con  dos  chapas  de  oro. 

Mas:  Un  pájaro  (l^)  de  plumajes  verdes  ,  y  los  pies, 
pico  y  ojos  de  oro. 

ítem:  Otro  caparate  (1^)  de  pedrefla  azul,  con  veinte 

( I )   lÍAi  qhm  «ntípttTM  da  pedrarfa  acol. 

(i)    paraioea. 

[ji)    eao  oadA. 

{%)  lummai. 

^'>)  Mm  eü  nnai  karbai. 

(^)  é  paretoen. 

(t)  lUa  mta. 

(%)  eaptMtaf. 

(V  <ia0  M  ponan. 

(\i¡)  ámanenu 

^ii)  Falta  alta  partida  tn  al  mtniucrito  laTlltano. 

^«S>  dapiadraaiQl. 

(iZ)  p«ia  qna  aon  lai  piaiaa. 

(U)  aapaoka. 

/'Iftl  an 

^61 )  eon  doa  enantta. 

(\T)  opa  aiién|aa  aaaada.  ^ 

ri8;  HaianapAJara. 

(iV  «apaaata, 


1 

•    — :275  — 

7  oínoo  oMwbeles  de  oro,  y  dos  oaentaB  de  oro  endma 
de  oada  oasoabel  qae  le  oaelgan  á  la  redonda  cou  anas 
fl)  ¿nariqaes  de  palo  ooa  chapas  de  oro^,  y  on  pájaiio 
de  plam^je  verde  con  los  pies  y  pico  y  ojos  de  ero.: 

ítem:  Bn  una  haba  de  calla  dos  piezas  grandes  de  oro 
qae  se  ponen  en  la  cab^a ,  que'  son  hechas  á  manera  de 
oaraool  de  oro,  con  sos  gniuciqnes  de  palo  y  chapas  de  oro, 
y  mas  dos  pájaros  de  plnmaje  verde,  con  sns  pies,  pico  y 
ojos  de  oro  (2). 

Mas:  Diez  y  seis  rodelas  de  pedrería,  con  sos  plnmajes 
de  colores  qne  cnelgan  de  la  redonda  de  ellas  (^) ,  y  nna 
tabla  ancha  esqoínada  de  pedrería  con  sns  plnmajes  de 
oolores ,  y  en  medio  de  la  dicha  tabla  hecha  de  la  dicha 
pedrería  nna  omz  de  meda  (5)^  la  coal  está  aforrada  ea 
enero  qne  tiene  las  colores  como  martas. 

Otxosí :  ün  cetro  de  pedreria  colorada ,  hecho  á^mane- 
ra  141  de  cnlebra,  con  sn  cabeza  y  los  dientes  y  ojos  qne 
parecen  de  nácar,  y  el  pnño  icoarnecido  con  enero  i6[  de 
animal  pintado ,  y  debajo  del  dicho  pnQo  cnelgan  seis 
plnmajes  peqnefiosi 

ítem  mas :  Un  moscador  {?[  de  plnmajes,  pnesto  en  ana 
cafia  goameeida  de  nn  enero  de  animal  pintado ,  hecho 
á  manera  de  veleta,  y  encima  tiene  nna  copa  de  plnma^ 
jes ,  y  en  fin  i8(  de  todo  tiene  machas  plnmas  verdes  lar- 
gas. 

ítem :  Dos  aves ,  hechas  i9[  de  hilo  y  de  plnmajes,  y 
tienen  los  cañones  de  las  alas  y  colas  y  las  n&as  de  los 
pies  y  los  ojos  y  los'  cabos  de  los  picos ,  de  oro  |10[,  pnes* 
tas  en  sendas  callas  ccbiertas  de  oro,  y  abajo  anas  pellas 
de  plnmajes,  ana  blanca  y  otra  amiurlUa  |11{ ,  con  cierta 
argentería  de  oro  entre  las  plnmas,  y  de  cada. nna  de 
düs  cnelgan  siete  ramales  de  plama* 


\        1  nnoe. 

2  Falta  MU  imrlida  «n  el  mannaorito  BOTÜlaao. 
í        3  4  la  redonda  dallat. 

4  da  raedaa.  , 

5  da  muera. 

6  con  na  enero. 

7  mmoxoador. 
S  qne  fn  fia. 

9  itea,  doe  ioadei  ftahai.' 

10  é  tieaen  loe  eaSoncf  d«  UMI  lúiS  é  li^S  'eolaa  dp  oro,  é  iaa  nñae  de  lop  pié j 
^  Vi  V^ «eboe  de  loe  pi6«  paeeiaa  tto. 

U  ]«iD»b]i90»7Ma£n^a«aiíUa. 


—  276  — 

ítem:  Gaatro  piéct  hechos  fli  amanera  de  lizas  paestaa 
en  sendas  cimas  i2[  cubiertas  de  oro!,  y  tienen  |3[  las  co- 
las y  las  agallas  y  las  ojos  y  bocas  oe  oro:,  abajo  i4{  en 
las  colas  unos  plamajes  de  plumas  verdes,  y  tienen  ¿oís 
las  bocas  las  dichas  lizas  i5[  sendas  copae  de  plum^jei 
decolores,  y  en  algunas  ^e  las  plamas  blancas  estA  \i[ 
cierta  argentería  de  oro»  y  bajo' cuelgan  i7[  de  cada  un» 
seis  ramales  de  plumajes  de  colores. 

ítem :  Unayergita  i8[  de  cobre  aforrada ,  én  im  cuero 
en  que  está  puesto  \0[  una  pieza  de  oro  á  manera  de  pía 
luajCj  fue  encima  y  abajo  tiene  ciertos  plumajes  de  colo- 
res. 

ítem  mas :  Oinco  moscadores  ilO{  d^  plumajes  de  colo- 
res, y  los  cuatro  d^  ellos  |lli  tienen  &  diez  {12[  caConei* 
tos  cubiertos  de  oro,  y  el  uno  tiene  trece  il3[.  , , 

Itom>:  Ouatro  harpones  de  pedernal  jl^i  blanco,  pues- 
tos en  cuatro  varas  de  plumajes  il5[,  .  ^, 

ítem :  Una  rodela  glránde  de  plumajes  gurl^^3á  del 
envés  il6[  y  de  un  cuero  deun|animal  pintado,  y  en  el  cam- 
po de  la  dicha  rodela,  en  el  medio  de  una  chapa  de  ore, 
con  una  figura  de  las  que  los  indios  hacen ,  con  cuatro 
otras  medias  qhapas  en  la  orla,  que  todas  ellas  juntas  ha- 
cen una  cruz. 

ítem  mas :  Una  pieza  de  plumaje  |47i  á&  diversos  coles 
res  hecho  á  manera  fl8[  de  medla>  casuUa  afoirrada  en 
cuero  de  animal  pintado,  que  los  señores  de  estas  partes 
que  hasta  hora  hemos  visto  se  ponen  il9[  colgada  del 

1  ítem  treí  pi^SM  hMhas. 

2  Cañaa.  .  ' 

3  y  qoeÜMMii 

4  y  abajo.  „,, 

5  é  áda  las  bocaa  da  lai  dichae  lizas  tieiieu  etc. 

6  cuelga.  « 

7  y  abajo  del  aaldero  cuelga. 

8  Tergaeta. 

9  en  tm  cuero  pnoitaj 

10  ítem  emitro  moecadoree. 

11  qne  los  tres  delloff, 

12  y  tifnoii  á  tres. 

13  y  el  uno  tiene  &treee. 

14  pedreñal. 

15  gaarnecidaí  de  plnmajes.    . 

16  guarnecido  «le&Téa. 

17  plumajes. 

18  de  manera* 

19  (|ae  los  üSorM  deltas  f9s\M  qn«  bMM^  ^nf  enn  m  poidM 


WiW^htf^.fi  pecho  tieaoQ  pceo%  pie^saa  [1]  de  oro 
muy  bi^  lMEMki|tÍ9Jdi|0«  <  •  >  i  »         - 

ítem :  tJi|4  j¡iWf^  4^  filamw^  4^  (^loDoa,  qaé  loe  eeOo** 
rae  de  está  tierra  se  saetea  poaer  ea  la  cabeza  [2],  y  de 
ella  eaelgaa  doiior$jiii|^.d&  pe^recíai  4(oa  dos  cascabeles 
y  dos  oaentas  de  oro,  y  eacima  aa  piamaje  de  plamas 
rerdes  aacho,  y  deb^o  caelgau  (4)  ooos  cabellos  blaa- 
ws,  .  .,       .  ^     . 

(Hcoeí:  QoatmiMíiiMli^^^éwi^ales,:  las  4q8  pficesoeu 
40(MMi8y  las.otos  dos  dA;tíipr!e3,  .f$J  QQn  ^laqs  caeros 
HiltadM»  ][  ^  eUps.[<;]  les  ciielg^  (ui^oab^es  de  metal. 

ítem  dos  caeros  de  aaimales  piatados  aforrados  en 
ro^  jBMttas  de  algodón  (7) ,  y  paieseen  los  cueros  de  gato 
owval(8). 

It^;,  IJn  eam>it>Wii^o  y  paprdillo  de  otro .  animal ,  y 
rtros  dos  caeros  que  parecen  de  venado  [9].  .     , 

;Ifa^,  0«^^9IWPX>S:d»  vewMioi^  oefloeOos  dé  qae  ifccá 

Bicea  los  goantes  peiwfi&wi.lid<ll>iMlos  [!<)]« 

|fas;jPp^itdP99  Í9Mfí.m^J¥¡^  tienen  Ic^  indios. 
Mas:  Media  docena  de  mosoadores  (U)  deplamajesde 

MaÍK  XJíiA.piími^  de  plóiáai  de  colores,  Qon  cierta  as- 
gutería  0s^  eUa  {^]«  i . 

QtiBQi^;:  XFi^.üq^dá  de  pli^tflh  imide  qiiepeaft  caarenta 
y  oeho  marcos  de  plata  [13] ;  y  más  a^  anos  brasaletes  y 
unas  hojas  batidas»  un  marco  y  ciucoonaas  y  cuarto  a- 
dannes  de  plata  (U),  Y  una  rodela  gráude  y  otra  peqne«« 
fia  de  plata,  que  pesaron  cuatro  marcos  y  dos  onzas ,  y 


j^flD  el  pMbo  Iroot  pitkas, 

que  los  MfioTM  en  eela  tierra  se  Bolian  poner  en  Ui  cabeus,  heoluM  6 

a  de 

[41   leeoelgen* 

L^  yleeotfMdofltigief. 

m  ydeUoA. 

Tm  nmtafldealgodofu 

(8)  que  pereeeen  de  gato  oerral. 

[9J  ee  otro  aalael  qne  pareioe  de  león,  j  otros  do*  eneros  de  venado. 

W  Mm,  enatro  oneroa  de  Tenadoa  peqneñoe  adobados,  y  mas  media  do« 

M  4s  nadameoiles,  de  los  qae  aeá  haoon  los  indios. . 
fW  de  amoacadas. 
119)  Mta  esta  partida  «n  el  manniorito  de  "^efla. 

J13)  Ia  enal  pea6  por  lOBUMia  enarenta  6  oeho  flUBMoa  de  plata. 
i4)]||g,inoalnMe]jStetdvw9  hojea  hatida^»  «a  naiw)  y  pinco  oiua« 
y  «qatnidsoiea. 


—  278  — 
otras  do8  rodelas  qne  pftreeen  de  píate  y  que  pesarai  «A 
maroos  y  dos  onus  [!]•  Y  otra  rodela  que  parece  aasf- 
mismo  de  plato  (2),  qae  pesó  on  marco  j  siete  onttSi  qoe 
son  por  todo  sesente  y  dos  marcos  de  píate  [3]. 

Ropa  de  algodón  [4]«  ^ 

ítem  mas:  Dos  piezas  grandes  de  algodón ,  tejidas  ds 
labores.de  blanco  y  negro  [5]  muy  ricos; 

ítem :  Dos  piezas  tejidas  de  plumas  (6)  y  obra  picea  te- 
jida de  Taños  colores  [7] ;  otra  pieza  tejida  de  lahmi, 
colorado,  negro  y  blanco,  y  por  ei  envés  no  paresoen  Im 
labores  [8]- 

ítem:  Otra  pieza  tejida  de  labores ,  y  en  medio  wm 
ruedas  negras  de  plumas  [9]. 

ítem:  Dos  mantas  blancas  en  unos  plumajes  i^* 
das  [10]. 

Otra  manto  con  unas  preseeillas  y  colores  pegadas  (11). 

ITn  sayo  de  hombre  de  la  tierra. 

Una  pieza  [12]  blanca  con  una  raeda  grande  deplunaB 
blancas  en  medio. 

Dos  piezas  de  guascasa  [13]  pardilla^  con  unas  ruedas 
pluma,  y  otras  dos  de  guascaísa  (14)  leonada. 

Seis  piezas  de  pintura  de  pincel  (15) ;  otn  pieza  ocü^f 
rada  con  unas  ruedas,  y  otras  despiezas  azules  de  pineda 
y  dos  camisas  de  mujer. 

Once  almaisares  (16). 

ítem :  Seife  rodelas ,  que  tienen  cada  una  obapa  de  oie 

(1)  laa  ovaleí  pesaron  míb  butoob  j  doe  oniaa  de  piafa. 

(2)  que  pareecie  aif  de  j^lata  | 

(3)  Falta  en  el  maniuBríto  MTiUa&Oi  que  eon  por  iodo  Mienta  r  doi  mar* 
«de  plata. 

(4)  Falta  eate  titulo  en  el  manoieriU)  de  Viena 

(5)  de  blanco  y  negro  y  leonado. 

(6)  de  plnma 


(7|    otra  pieza  tejida  &  eMaqnes  de  co1oree.H 
(8)   é  otra  piett  tejida  de  ooloresi  color  negro  Illanco:  por  el  enYói  no  i 
pareeoen  las  labores 
deplnmaa. 
[10)    con  nnoa  plunaíe^  tejidos 

Otra  manta  eon  nnas  pesedoas  pegadas,  de  colores. 

otra  pieza 

Dos  plesM  de  gnaea» 

gnawa 

Seis  pleess  de  pincel. 

Faltii  este  paiUdft  dft  «i  origfaal  d«  Vleí», 


Í9) 
(10] 
11) 

13 
''14 
15 


qte  jh>iB%I«i  judelOi  y  media  mitra  de  0x0  [1). 

Lae  GMa}M  oosas  ¿da  añade  ellas,  wgim  qae  por  es» 
tos  QBpítalos  van  declaradas  7  asentíalas,  nos  Alonso 
Femandee  Puerto-Oacrero  y  Eranoisoo  de  Montejo^  pro- 
caradores susodichos ,  es  verdad  que  las  recibimos  y  nos 
foeioin  entregadas^  para  Ucrar  á  BS.  AA. ,  de  tos,  Fer- 
nando Ckyrtés,  Jnstida  mayor  por  83.  A  A.  en  estas  par- 
tea^yde  vos ,  Alonso  de  Avila ,  y  de  Alonso  de  Orado . 
teaorero  y  veedor  d^  SS.  AA.  en  ella.  Yporq^e  es  verdad 
lo  firmamos  de  nuestros  nombres,— Pecho  á  6  diasde  Ju- 
lio de  1519  aftos.—Faerto«Carreio.^  Francisco  de  Mon^ 
tejo. 

Las  cosas  de  suso  nombradas  en  el  dicho  memoiialy  con 
la  carta  rdadon  de  soso  dicha  que  el  concejo  de  la  vera 
Oroz  envió,  recibió  él  rey  don  Oérlos  nuestro  sefior  como 
de  soso  se  dijo^  en  Yalladolid  ^  en  la  Semana  Santa^  en 
piiacipios  del  mes  de  abiil  del  año  del  Señor  de  151¿o 

«(Bn  logar  de  los  dos  párrafos  antecedentes,  que  no  se 
^^hallan  en  el  manuscrito  del  Manual  del  Te^arerp  de  la  ou- 
^'sa  de  la  oontradon  de  Sevilla,  hay  el  que  sigue  -J^ 

Todas  las  cuales  dichas  cosas  así  como  vinieron  envia- 
mos 6  S.  M.  con  Domingo  de  Ochandiano,  por  virtud  de 
mía  carta  que  sobre  ello  S.  M.  nos  mandó  escribir,  fecha 
ea  Holin  del  Bey,  á  5  de  diciembre  de  1519 ;  y  el  dicho 
Domingo  trajo  cédula  de  8.  lUL  por  la  cual  le  mandó  en- 
tregar las  cosas  sus^chas  á^  Luis  Teret,  guai^dajoyas  de 
SSL  XM.,  y  carta  de  pago  del  dicho  Liüs  Yeret  de  cómo 
la^  recibió,  que  está  en  poder  del  dicho  tesorero. 

^Jkm  Juan  Bautista  Mufioz  afiadé:  ^^Cionsta  del  mismo 
^Ubro  [Manual  del  Tesorero]  que  en  cumplimiento  de  la 
^icha  cédula  fueron  vestidos  ricamente  los  cuatro  indios, 
''dos  de  ellos  caciques ,  y  dos  indias  traídas  por  Montejo 
**j  Pnertocarrero,  y  enviados  á  S.  M.  á  TordesUlas,  don* 
«<dB  eflaba  S.  M.  Salieron  de  Sevilla  el  siete  de  febrero  de 
^^1529, 7  en  ida  y  estada  y  vudta  ^  que  faé  en  22  de  mar- 
ceóse gastaron  cuarenta  y  cinco  dias.  Uno  de  los  indios 
''no  filé  á  la  corte;,  porque  enfermó  en  Córdoba  y  se  voU 

(1)  8«i0  TodtliáBqQe  tleaé  Md«  vna  ehapA  de  oro  que  tona  toda  la  n>d«la 
MB,  ■•dta  mitra  do  oro. 


—  280  — 
<*vi6  á  Senilla.  Venidos  de  la  oórte  mnrió  uno.  Permane* 
<<oieron  los  ciüeof  «á  Béyüíñ  mny  Men  astetldbs  ^hiiáá  M' 
^<de  mariso  de  1521,  di»  en  qne  partlérott  m  lá^nM^e  Ani* 
^^brosio  Sanohes ,  enderezfltdos  á  DiegóTélr^tM»,  en  Git« 
<^ba,|mTa  qñedellos  hiciese  lo  qne  fofosíe  Bérriórade 

JIToto. -*  Siendo  en  la  actnalidad  olvidadas  mncUas  de 
las  voces  de  qne  se  hace  nso'toe  lá  memoria  jnrásédtoie, 
es  neceado  dar  algnhá  idea  de  las  cosas  á  ^cie  áh<M 
coiTestK>ndeny  para  sn  mejof  inteligencia.  Los  jftganfet  ó 
pinjantes  qne  sirven  de  adorno  á  los  collares  y  obras  ál^ 
bajas,  son  pendientes,  como  los  qne  ahora  se  nsan  en  les 
sarclHos  y  gargantillas.  >.   • 

Las  antíparras'6  antiparas  las  describe  de  esta  manm 
el  primer  Diccionario  de  la  lengua  espaSlólá ,  pubjfcadd 
I)or  la  Academia  en  1T2G,  qne  tiene  élt>rfg^ní3é  huipaM* 
bras  y  las  autoridades  en  que  se  funda  su  ^ei^ttdo:  ^^ielte 
género  de  inedias  calasas,  ó  i>oIainas  qhé'<Mhrai-)án  j^i^r^ 
uas  y  ios  pies  sóh)  por  la  partee  de  delaxrté,^  OéHwtW^ 
novela  tercera:  '^Mc  ense&ó  á  cortar  tiWHparaé^'qptbW' 
mo  vuesa  merced  sabe  son  medias  calzap,  <!on  ava^tf^fa." 
De  aquí  viene ,  sin  duda ,'  el  darse  esté  nombré  liaraib* 
pliacion  á  las  Qalzonerfus  qué  usa  la  gente  deVcamMiC  ' 

L&púiéna  era  un  adorno  redotdo  cotí  alguna  flwiei* 
culpida  en  -él,  que  se  llevaba  coleado  al  enélk).  ' 

El  moBcadar  6  mosquea&of ,  especie  de  at¡^nloo  de  pía* 
mas,  á  la  manete  de  los  que  recientemente  h^n  úáado  las, 
señoras.  Su  uso  era  muy  frecuente  entre  los  "attié^ 
mejicanos,  y  apenas  hay  alguna  pfntura  dé  aquél  tiempo 
en  que  no  se  encuentre.  Empleaban  fmx  ellps  h^  ma^jriiM 
plumas,  y  los  mangos  estaban  adornados  coa  las  ^íecfras 
preciosas  que  conocían.         " '  ' '  .  •      ' 

XOB  guariqíus  no  he  podido  descubrir  qué  cosa,  emn; 
los  capar etes  eran  capacetes^  pieza  de  armadura' que  cutixía 
la  cabeza.  '        •     .   . 

Las  lizas  eran  imitación  del  pescado  de  este  nombre . - 
puestas  eH  sendas  Afnas\'etí4}  eé  f  puestas  bada  una  en  la 
cstreinidad  de  una  varilla.  En  este  generó 'de  fandidon 
con  diversos  metale?  eran  muy  diestros  los '  plateros  t^e* , 
jicanofi^  pues  no  sólo  sabian  sacar  las  piezayei  en  un;»  sola 


—  281  — 
fandioioii!!  como  estas  que  aquí  se  describeiii  con  la$  eoUu 
y  loa  agatuu  y  lo$  ojos  y  las  hocos  do  orOf  sino  alternando 
Jas  escamas  anas  áe  oro  y  otras  de  plata. 

Las  vergitas  eran  varilias  de  metal  ó  de  otra  materia  á 
manera  de  basten  ó  cetro  y  con  algana  figura  ó  plamsje 
m  la  ponta.  Se  ven  frecuentemente  en  las  pinturas  anti. 
gtias  mejicanas. 

Los  gwmtes  adobados  se  debe  entender  de  cuero  cur- 
tido. 

Los  tejidos  de  algodón  con  labores  que  no  aparecían 
por  el  revés  ^  prueban  los  adelantos  que  liabian  hecbo, 
paes  saoian  tejer  con  doble  trama,  que  es  en  lo  que  con-- 
tiate  este  artífteio« 

Los  indios  que  fueron  llevados  á  la  corte,  según  Bemal 
Díaz,  fueron  castro,  que  estaban  en  Tababco  engordando 
en  jaulas  de  madera  para  ser  sacrificados ,  y  fueron  los 
primeros  que  se  enviaron  como  muestra  de  los  habitantes 
del  país. 

Sa  noticia  que  precede  se  ha  tomodo  de  la  colección  de 
doeunentos  inéditos  del  sefior  Navarrete,  en  la  que  se  ha- 
lla 6  oontínuacion  una  carta  de  Diego  Yelazqnezá  una 
persona  de  alta  rsprentadon  en  la  corte ,  que  no  se  nom< 
brá,  probablemente  el  presidente  del  consejo ,  qnejándo- 
se  de  la  ¡conducta  de  Oortés,  y  el  parecer  que  dio  el  licen- 
dado  Áyllon ,  consultando  que  no  se  efectuase  la  expedid 
clon  de  Narvaez  contra  Cortés.  Aunque  ambos  documen- 
toflsour  mny^mportantes!para  ia  historia,  ha  parecido  con- 
veniente no  insertarlo  en  este  apéndice,  por  s8r|relativosá 
cosas  Bofidentemente  explicadas  en  la  disertación,  y  para 
dejar  lugar  para)  otras  plesas  inéditas  y  de  mayor  inte'* 
réi  par*  los  lectores  mejicanos.— L.  A. 


DISBRTA0I0NKS.*--T0M0«I.— 36 


—  282  — 
ORDENANZAS  INÉDITAS 

I 

del  afto  de  1594* 

sacadas  del  archiva  del  Excmo,  Sr.  DuquedeTerranovayUonte' 
leone,  en  el  hospital  de  Jesús,— Fartida  á?,  del  legajo  ^minuro  19 
del  segudo  inveniari9, 

I 

Yo  Fernando  Cortés  i  capitaii'  general  y  gobernador 
desta  Nneva-España  y  ang  )>iovincia8  ^  por  el  emperador 
T(^y  don  Gárloe  y  la  reina  doña  Juana  nuestros  seQores. — 
viendo  cnanto  conviene  á  ]a  buena  gobanadon  destaa 
partes  hacer  ordenanzae  [1]  ó;  «apítnlos  para  que  se  ten-* 
gan,  guarden  entre  los  vecinos  y  moradores  estantes  6  ha* 
bi tantea  en  ellas  ,  é  que  de  aquí  adelante  vernán  é  vinie- 
ren ^  por  las  ouaies  se  encaminen  todo  aquello  que  con- 
viene al  servicio  de  Dios  nuestro  nuestro  Se&or  y  de  S. 
M.  ^  y  la  conversión  ^  bien  y  sosiego  de  los  naturales  de 
eHtas  tierras^  é  á  la  buen&  orden ,  utilidad  y  seguridail  de 
todos  los  dichos  españoles.  Por  ende,,  por  lo  encaminar  é 
guiar  de  manera  que  todo  lo  susocho  haya  efecto;  ordeno 
y  mando  se  haga  y  guarde  ó  cumpla  lo  siguiente : 

Prlmerameiite. 

Mando  que  cualquier  vecino  é  morador  de  las  ciudades 
é  villas  que  agora  hay  é  hubiere  j  tenga  en  su  ^easa  nna 
lanza,  y  una  espada,  y  uñ  pnfial ,  y  una  rodela ,  é  un  cas- 
quete ó  celada ,  é  armas  dáensivas ,  agora  sea  de  las  de 
Bspafia,  ora  de  las  que  se  usan  en  la  tierra,  y  qne  con  es- 
tas armas  sea  obligado  aparecer  en¡  los  alardes  cuando 
fuere  llamado,  so  pena  que  si  no  tuviere  las  dichas  armas 
desde  el  dia  qne  estas  ordenanzas  fueren  pregonadas  en 
seis  meses  primeros  siguientes ,  pague  de  pena  por  cada 
vez  que  no  las  mostrare  en  los  dichos  alardes  diez  pesos 

( I )  En  Ub  ordenanna  oomo  en  mnohas  partes  de  este  apéndice,  le  vé  qne  Ine 
primitiToe  gobernantea  de  Al&éríoa  ne  mlral»an  eomo  ana  fáotoii*  elpaie: 

Eroevraron  dotarla  de  bnenoa  oaltivoe,  mandando  expresftmeate  la  aiembra  de 
i«  vides  de  Kapafia,  y  da  qne  injertasen  en  (eapas  del  pafa  donde  no  ae  pndie* 
mn  lograr  aqneUas  píantaciones :  ^esto,  ain  olvidar  la  parte  moral  j  relfgioaa, 
en  onjo  pnnio  qniaieron  trasladar  á  América  las  mejorea  de  ana  inttltocioncs. 


—  283  — 
de  oro^  la  mitad  para  la  c&wenm  é  fiaeo  de  SS.  A  A. ,  é  la 
otra  mitad  para  Im  obxm  pubUcaa  de  la  tal  ciudad  ó  vi- 
lla doude  íaere  veeiaa  ó  morador ;  é  qae  bí  teniéudol^B 
BO  jiarecieaQ  ooa  ellas  en  loa  ()iohoe  alardes  y  haja  é  iu- 
ema  ea  peaa  de  im  i)eso»de  oro,  aplicado  como  diobo  e». 

Itetu;  Que  cualquier  vecino  que  tuviere  repartimiento 
de  iiidioB  desde  quinientoa  iu  líos  para  abajo ,  tenga  uua 
lanza,  y  una  espad»,  y  un  palláis  y  una  ceruda,  y  barbote, 
y  Oda  ballesttit  ó:  escopeta  é  armas  defensivas  delaBck 
&paiiii,  eoraaasó  coselete ,  lo  oaal  tenga  toilo  bien  ade- 
iV2adO|  ydospioas;  entiéndase  qae  üifaere  ballesta  la 
que  tavieoe,  tenga  con  ella  todas  los  cosas  neoeearias,  así 
eoao  aTaneoei^&s*  cepillos  empidgadpres,  y  media  doce^ 
nade  cnerdas  demasiadas  ó  hilo  parsi  ellas  ^  y  seis  done- 
ñas  de  saetas  encasquilladas ;  y  loi  toere  escopeta  tenga 
an  frasco  y  cebadero,  y  biurreoa^  y  rascador,  y  doscieutau 
pelotas  é  pólvora  para  ^oaeientos  uros;  lo  cnal  todo  ten*- 
ga  dentro  del  término  arriba  dicho «  so  pena  de  medio 
mano  da  oro,  aplicado  como  arriba ,  y  parezca  asimismo 
en  los  dichos  alardes  con  las  dichas  armas  ,é L  ó  otra  per- 
sona por  él  con  las  dichas  armas,  so  pena  de  dos  pesos  de 
on>  por  cada  ves  qae  no  pareciere^  aplicado  como  arriba, 
'  y  que  por  la  aegnnda  vez  que  no  le  hallaren  tener  las  di- 
chas armas,  pagae  la  pena  doblada,  é  por  la  tercera  pier 
da  los  indios  qne  tnviere, 

liem :  Que  los  vecinos  de  las  dichas  ciudades,  villas  ó 
logares  qne  tuvieren  de  quinientos  indios  para  arriba  has* 
la  mil,  tengan  las  arma^»  contenidas  en  el  capitulo  antes 
deest/C ,  é  mas  tengan  un  caballo  ó  yegua  de  silla,  adere- 
zado de  todo  los  ameeies  necesarios,  el  cual  dicho  cabalto 
ó  yegua  sea  oUigado  á  lo  tener  dentro  de  un  afio  de  como 
«fitas  ordenansas  se  pregonaren,  so  pena  de  cincuenta  pe- 
sos de  oro  pos  la  primera  vez  que  no  pareciere  cpn  él  se« 
^on  dicho  es,  é  por  la  segunda  la  pena  doblada ,  y  por  la 
tercera  pierda  los  indios  que  hubiere ,  é  que  sea  así  mis 
mo  obligado  asistirán  los  alardes  que  se  hicieren,  so  peini 
de  cuatro  pesos  de  oro,  aplicados  oomo  dicho  es. 

ítem :  Que  los  vecinos  de  las  dichas  ciudades,  villas  o 
lagares  que  tuviera  de  dos  mil  indios  de  repartimiento 
paca  iyrribft,  tengan  las  armas  y  eaballos  susodichas  en  la 
(ttdenaa»  seganda,  é  mas-  que  sea  obligado  á  tener  tres 
lanzas  y  sus  picas  y  cuatro  ballestas  ó  Oioopetas,  é  que 


—  284- 
teugan  por  ellos  pan  cada  ima'<sonftoniie  á  lo  que  ae  man 
dó  en  el  segundo  capítulo ;  lo  caal  todo  tenga  dentro  de 
un  afio  primeros  siguientes  de  como  fueren  pregonadas 
estas  dichas  ordenanzas ,  so  pena  de  cien  [pesos  de  oro,  a- 
plicados  como  dicho  es^  7  que  parezca  con  ellas  en  loe  di- 
egos alardes,  so  las  penas  contenidas  en  los  capítolos  an- 
tes de  este,  y  que  si  segunda  vez  no  tuviere  las  dichas  ar- 
mas  y  caballos  pague  la  pena  doblada ,  é  por  la  tercera 
pierda  los  indios  que  tuviere.  ' 

ítem :  Que  los  alcaldes  y  regidores  de  las  dichasgcia- 
dudes,  villas  é  lugares ,  sean  obligados  á  hacer  los  dichos 
alardes  de  cuatro  en  cuatro  meses  y  tener  copia  de  la  gen- 
te y  armas  y  caballos  que  en  cada  una  de  las  dichas  dw 
dades,  villas  é  lugares  hubiere^  bajo  las  penas  conteni- 
das enastas  ordenanzas,  so  pena  de  que  por  la  primera  vez 
que  elkMsi  ó  cualquier  de  ellos  fuere  remisos  en  la  ejeoooíoa 
de  lo  susodicho,  ó  de  cualquiera  cosa  ó  parte  dellas ,  pa- 
guen  cada  den  pesos  de  oro ,  aplicados  como  dicho  es,  7 
por  la  segunda  la  pena  doblada ,  é  por  la  tercera  pierdan 
los  oficios  é  los  indios  que  tuvieren,  é  que  ocho  ó  diez  días 
antes  de  que  se  haya  de  hacer  los  dichos  alardes  se  haga 
á  pregonar  para  dia  señalado, 

ítem :  Que  cualquier  vecino  que  tuviere  indios  de  ^re- 
partimiento sea  obligado  de  poner  con  ellos  en  cada  un 
año  con  cada  cien  indios  de  los  que  tuvieren  de  reparti- 
miento mil  sarmientos  aunque  sean  de  la  planta  de  su 
tierra,  escogiendo  la  mejor  que  pudiere  hallar ;  entiénda- 
se que  los  ponga  é  los  tenga  pesos  y  bien  curados,  en  ma* 
ñera  que  puedan  fructificar,  los  cuales  dichos  Barmientoi 
queda  poner  en  la  parte  que  á  él  le  pareciere,  no  perju- 
dicando tercero ,  é  que  los  ponga  en  cada  un  año  como 
dicho  es,  en  los  tiempos  que  convienen  plantarse ,  hasta 
que  llegue  á  cantidad  con  cada  cien  indios  cinco  mil  ce« 
pas ;  so' pena  que  por  el  primer  año  que  no  los  pusiere  é 
cultivare  pague  medio  marco  de  oro,  aplicado  como  dicho 
es,  é  por  la  segunda  la  pena  doblada ,  y  por  la  tercera 
pierda  los  indios  que  así  tuviere. 

ítem :  Que  habiendo  en  la  tierra  plantas  de  vides  de 
las  de  España ,  en  cantidad  que  se  pueda  hacer ,  sean  o-* 
bligados  á  enjerír  las  cepas  que  tuvieren  de  la  planta  de 
la  tierra^  6  áJb  plantarlo  de  nuevo,  solas  dichas  panas. 

ítem  s  Que  habiendo  otras  plantas  de  arboleada  Bsp»» 


—  286  — 
fla,  ó  trl^o  ó  oebadA  é  otros  oaalesqaier  legambroi  ^  mU 
mismo  sean  obligados  á  los  plantía  6  sembrar  en  los  pne¿ 
bles  de  los  indios  qne  tuvieren ,  so  las  penas  susodichas. 

ítem :  Porque  como  católicos  cristianos  nuestra  prhi- 
cipal  intención  debe  ser  enderezada  al  servicio  y  honra 
de  Dios  nuestro  Se&or,  y  la  causa  por  que  el  santo  padre 
concedió  que  el  emperador  nuestro  señor  tuviese  dominio 
sobre  estas  gentes,  y  S.¡M.  por  esta  misma  nos  hace  mer- 
ced que  nos  podamos  servir  de  ellos ,  £a¿  que  estas  gen« 
tes  fuesen  convertidas  á  nuestra  savta  fé  católica  por 
ende  mando,  qne  todas  las  personas  que  en  esta  Nueva- 
]B8patia  tuvieren  indios  de  repartimiento,  sean  obligados 
á  les  quitar  todos  los  ídolos  que  tuvieren,  é  amonestarlos 
qtie  de  allí  adelatfte  no  los  tengan ,  é  de  poner  mucha 
diligencia  en  saber  si  los  tienen ,  y  asimismo  en  defender- 
les que  no  maten  gentes  para  honra  de  los  dichos  ídolos, 
«o  pena  que  si  alguna  cosa  de  estas  hallaren  en  los  pue- 
blos que  así  tuvieren  encomendados,  que  parezca  ser  por 
falta  de  que  los  tuviere,  que  haya  é  incurra  por  la  prime- 
ra vez  en  pena  de  medio  marco  de  oro  aplicado  como  di- 
cho es ;  é  por  la  segunda  la  pena  doblada ,  é  por  la  ter- 
cera pierda  los  indios  qne  tuviere  ^  y  que  sea  obligado  á 
hacer  en  él  tal  pueblo  de  indios  una  casa  de  oradon  ó 
iglesia ,  y  tenga  en  ella  imágenes  y  cruces  donde  recen , 
que  sea  según  la  facultad  del  tal  pueblo. 

ítem :  Que  cualquier  vecino  que  tuviere  indios  de  re- 
partimiento, SI  hubiere  sefior  ó  señores  en  el  pueblo  ó 
pueblos  que  tuviere,  traiga  los  hijos  varones  que  el  tal 
señor  6  señores  tuviere,  á  la  ciudad  ó  villa  ó  lugar  donde 
fuere  vecino,  é  si  en  ella  hubiese  monasterio  los  dé  á  los 
frailes  de  él  para  que  los  instruyan  en  las  cosas  de  nues- 
tra ttnta  fé  católica,  é  que  allí  los  provea  de  comer ,  y  el 
vestoario  necesario,  6  de  todas  las  otras  cosas  necesarias 
á  este  efecto ,  é  que  si  no  hubiere  monastcnio  los  dé  al  cu< 
la  que  hubiere  ó  á  la  persona  que  para  esto  estuviere  se- 
ñalado en  la  tal  villa  ó  ciudad ,  para  que  asimismo  ten« 
ga  cargo  de  los  instruir ,  é  que  si  no  hubiese  señor  prin- 
cipal en  el  dicho  pueblo ,  ó  el  tal  señor  no  tuviere  hijos  • 
que  los  tome  de  las  personas  mas  principales  que' en  el 
dioho  pueblo  hubiere,  é  los  traiga  como  dicho  es,  so  pena 
que  si  aflt  no  lo  hiciere  pierda  los  indios  que  tuviere, 

ítem :  Potque  por  el  presente  en  todas  las  diudades,  vi« 


—  286  — 
lias  7  IpgareB  deata  Naeva-EspaSa  no  pueda  haber 
nasterlo  donde  loa  susodiohos  se  paedae  feci/|íar,  qae 
alcaldes  6  regidores  de  cada  una  de  ellas  salarien 
persona  que  sean  h&bil  é  suficiente  la  mas  que  se 
diere  hallar ',  é  de  buenas  costumbres ,  para  que  te 
cargo  de  instruir  4  los  dichos  muchachos ;  el  cual 
se  pague  á  costa  de  los  que  tuvieren  los  dichos  indiosi 
partiendo  mas  ó  menos  según  cada  uno  tuviere .  é 
tengan  diligencias  los  dichos  alcaldes  de  visitar,  me 
chachos  que  allí  hubiere  enseñándose^  é  de  saber  o6mo 
hace  con  elloS|  é  qué  personas  no  cumplen  esta  ordma^ 
za  de  arriba  en  no  trar  los  dichos  muchachos^  ao  peaa 
si  en  lo  susodicho  tuvieren  negligencia  ^  pierdan  loe 
chos  oficios. 

ítem :  Porque  todos  los  naturales  destas  parties  _ 
cipen  de  la  palabra  de  Dios,  y  el  sonido  de  eUa  ncijac 
todos  se  comunique ,  mando  que  cualquier  penMum 
tuviere  indios  de  repartimiento  que  sean  de  dos  mil 
nb%  tenga  en  el  pueblo  6  pueblos  de  ellos ,  un  dl< 
otro  religioso  para  que  los  instruya  en  las  cosas  de 
tra  santa  té  católica,  é  los  prohiba  sus  xibod  é 
antiguad,  y  admiuistre  los  sacramentos  M  la,I|^6Sia 
esto;  sea  pudiéodose  haber  el  tal  religiosa  y  y  tua  ú 
diéndolo  haber  no  lo  tuviere ,  pierda  asimismo  los  ^' 
indios. 

ítem ;  Qq/B  porque  habrá  muchos  que  tienen 
dios  de  repartimiento  é  tener  cada  uno  de  ellos  wt 
les  setía  mucha  costa,  y  aun  no  se  hallaríau  tantos 
tos  son  necesarios ,  mando  que  habiendo  alguno  de 
repartimientos  pequeños  juntos  en  poca  distanma  de 
ra,  que  entredós,  ó  tres  ó  cuatro  de  ellocí  que 
compás  de  una  legua  los  unos  de  los  otros  se  oonel< 
é  tenga  un  clérigo ,  é  le  pague  para  que  tenga 
todos  sus  indios  conforme*al  capitulo  antes  de  eeto^ 
lo  haciendo,  haya  6  incurra  en  la  pena  contenida 
dicho  capítulo. 

ítem :  Porque  hasta  aquí  los  que  han  tenido 
indios  de  repartimiento  les  h«i  pedido  íneo  ,  ém 
les  han  hecho  algunas  premias.*,  é  hace  sufrida  MÍ 
necesidadad  que  los  españoles  tenían,  por  -  eírta^  o 
taban  adeudados  y  empeñadoa  por  las  oaeas  qoe 
gastado  e^  las  guerras  pasadas  é  conquista  de  la  K 


■-287- 
Bipaña,  é  porona  los  naturales  de  ellas  tenían  algunas 
oya»  de  oro  de  los  tiempos  pasados,  é  podían  sufrir  has- 
a  aflufy  é  sLde  aquí  adelante  se  perinitiese,  sería  en  mu'« 
ho  dalh>  j  peijaioio  de  los  naturales ,  porgue  ya  no  lo 
ianen,  é  m  alguno  tienen,  tan  poco  que  no  satisfaría  á  las 
joluntadee  de  los  que  los  tienen  enooiüendados,  é  hacérn 

EB I  y  con  mttchas  premias  que  ella  no'pudiese'^ufnr ; 
yaeausa  de  mas  (del' inconveniente  de  ser  por  esta 
m  los  natoirales  maltratados  •  se  seguirían  otros  ma- 
luea'porqtie  se  levantarían  no  lo  pndiendo  suMr.  Por/ 
juto  mando  é  defiendo  que  ninguna  persona  de  cual- 
ley  y  estado  ó  condición  qu?  sean,  no  apremie  pi- 
ú  úToá  los  indios  que  así  tuvieretí  encomendado;  eo 
que  cualquier  persona  que  apremiare  los  dieho  in^ 
oles  0eoe  herida de^  a^ote,  palo  ó  de  otra  cosa  por 
ni  por  otra  persona  alguna,  por  el  mismo  caso  los  ha- 
parado,  é  que  sí  los  dichos  indios  no  le  sirvieren,  co- 
te tamUf  parezca  ante  mí  donde  yo  estuviere;  ó  en  mi 
— Héi  sute  mis  tenientes  y  alcaldes  mayores ,  á  los 
Htíanéto  qué  habiendo  consideración  á  los  indios  qu ) 
'^áii'qaA partes  están  poblados ,  y  el  que  los  tiene, 
au|illda^  servir  conveniblemente. 

:  'Q^e  para  la  conversión  perpetuación  de  las  gen- 

dr  estas  partes  la  principal  causa  es  que  los  espafio- 

^os  en  alia  poblaren,  y  de  los  dichos  naturales  se  hu- 

II  de  servir,  tengan  respecto  á  permanecer  en  ellas , 

astte  de  cada  día  con  pensamiento  de  partir  é  se  ir 

y  que  sería  causa  de  disipar  las  dich|u9  tierras, 

es  de  ellas ,  como  se  ha  visto  por  esperiencias 

islas  que  hasta  ahora  han  sido  i)obladas ;  mando 

todas  6  cualquier  personas  que  tuvieren  indios,  pro- 

y  se  obliguen  de  residir  é  permanecer  en  estas 

por  espiudo  de  ocho,  afios  primeros  siguientes,  y 

^  obligación  han  de  hacer  dentro  ,do  dos  meses  do 

j^pregonadas  las  dichas  ordenanzas,  é  que  los  que  se 

n  de  partirse ,  sepan  que  se  han  de  obligar  *  lo 

10  pena  que  cuando  así  se  quisieren  ir  de  ellas 

sor  cumplido  el  dioho  término ,  pierdan  todo  lo 

6  gtaojeado  en  estas  partes ,  en  cualquier  manera 

lo  hayan  habido  é  granjeado. 

Que  porque  algunos  con  temor  que  les  han  de 
y  removidos  los  indios  que  en  estas  partes 


-2SS- 
tovlerOf  tiomo  ha  *ido  hecho  &Iob  vecinoA  de  Ím  iaUa,  a* 
tan  itempre  como  de  camino ,  é  no  se  arraigan  ni  horo' 
dan  en  la  tíena,  de  donde  redonda  no  poblarse  como  oon- 
Tenia ,  ni  los  natorales  sean  tratados  como  era  razón;  j 
si  estuviesen  ciertos  qae  los  tenia  como  cosa  propia,  i 
que  de  ellos  habian  de  suceder  sas  hsrederos  y  snoceso^ 
res  tendrían  especial  cuidado  de  no  ^ólo  no  los  destruir  ni 
disipar^  mas  de  los  conservar  é .  multiplicar.  Por  tanto, 
3^0  en  nombre  de  SS.  M&I,  digo  é  prometo  qne  &  las  p«r^ 
senas  que  esta  intimación  tuviere ,  é  quisieren  permane^ 
oer  en  esta  partes,  no  les  Aan  removidos  ni  quitados  los 
dichos  indios  que  por  mí  en  nombre  de  SS.  MM.  tuvieceo 
señalados  para  en  todos  los  dias  de  su  vida,  por  ningnnii 
cansa  ni  delito  que  cometa,  si  no  fuere  tal  que  por  él  me^ 
rezca  perder  sus  bienes  ó  por  mal  tratamiento  de  los  di^ 
cbos  naturales^  según  dicho  es  en  los  capítulos  antes  de 
este,  é  que  teniendo  en  estas  part^  legítimo  heredero  ó 
sucesor,  sucoederá  en  los  didios  indios,  y  los  tendrán  pa- 
ra siempre  de  juro  é  de  heredad  como  cosa  pro^úa  suyi) 
y  prometo  de  lo  enviar  á  suphcar  á  mi  costa  á  S.  ÍI.  que 
así  lo  conceda  y  haya  por  bien,  y  solicitarlo. 

ítem:  Porque  mas  se  manifieste  la  voluntad  que  los  po> 
bladores  destas  partes  tienen  de  residir  y  perinaneoer  ea 
ellas,  mando  que  todas  las  personas  que  tuvieren  indios 
que  fueren  casados  en  OastiUa  ó  en  otras  partes,  traigan 
sus  mujeres  dentro  de  un  afio  y  medio ,  primero  aiguien^ 
tes  de  cómo  Cjstas  ordenanzas  fueren  pregonadas  ,  so  pe^^ 
na  de  perder  los  indios  y  todo  lo  con  ellos  adquirido  i 
granjeado ,  y  porque  muchas  personas  podrían  poner  por 
achaque  aunque  tuviesen  aparejo  de  decir  que  no  tíenes 
dineros  para  enviar  por  ellas,  por  ende  las  tales  personas 
que  tuvieren  esta  necesidad  aparezcan  ante  el  reveren^ 
do  padre  frai  Jum  de  Tecto  y  ante  Alonso  de  Estrada, , 
tesorero  de  S.  M. ,  &  les  informar  de  su  necesidad  para 
que  ellos  la  comuniquen  á  mí ,  y  en  necesidad  se  re^ 
bedie ;  y  si  algunas  personas  hay  que  son  casadas  y  no 
tienen  sus  mujeres  en  esta  tierra  y  quisieren  traerlas,  aa>^,¡ 
pan  qne trayóndolas  serán  ayudadas  asimismo  paralas^ 
traer  dandofianzas.  J 

liem :  Por  cuanto  en  esta  tierra  hay  muchas  peracuiaM 
que  tienen  indios  de  encomienda  y  no  son  casados,  poli 
ende,  porque  conviene,  así  para  salud  de  sus  condendaS  I 


—  28d  — 
de  lo»  titton  par  66tttr  en  buen  estado,  como  por  la  pobla^ 
cion  4  no/blecitaif e&to de  0aís  tierras;  mando  que  lab  tales 
personas:  88 <Men,  trafgann  ;  tengan  sus  iñcjeres  en  esta 
tierra^  dentro  d^  nn  afio  ▼  medio  después  qne  fnéren  pre^ 
gonada^^estas  dichas  craenanzaSi  e  qne  no  batiéndolo 
por  el  mismo  dalo  s^an  privados  y  pierdan  Ibs  tales  In^ 
dios  qne  así  tienen. 

ítem :  Qae  todos  los  vecinos  de  las  ciudades  y  villas  de 
esta  Naeva^BspaQa  qne  tuvieren  indios  de  repartimien^ 
túy  hagan  y  tengan)  casas  pobladas  en  las  partes  donde 
Bon  vecinos  I  dentro  del  dicho  año  y  medio,  so  pena  de 
perdimiento  de  los  dichos  indios  qne  así  taviere. 

ítem :  Porqae  en  esta  tierra  ha  habido  y  hay  muchas 
personas  qne  tiaoiseiívido  á  &  M«  en  la  Mnqnista  y  pa- 
áftcaeioa  de  ella,  y  aunque  algunos  se  les  ha  gratificado 
su  trabajo,  así  eo' darles  partes  de  lo  que  en  la  dicha  oon^ 
quista  se  ha  habido,  como  en  proveerlos  de  los  naturales 
para  qae  les  aytfdén  ^  y  otros  socorros  que  'de  mí  han  ha 
bido,  y  por  ser  muchas  personas  á  quien  esto  competo  ya 
tiempo,  y 'doTÚaehas'y  diversas  condidones  y  calidades, 
puede  taer  que  na  se  lia  ja  cumplido  con  todos ,  así  en  no 
habetlos  proveído  de  nada ,  como  en  no  haberlos  dado 
tanto  caaoto  sus- perdonas  y  servicios  merezcan;  y  porque 
la  voluntad  é  intención  de  S.  M. ,  y  mia  en  su  nombre , 
es  que  todos  sean  gratificados  conforme  á  sus  servicios  y. 
caUdad  de  sas  personas ,  para  que  mas  justamente  e^to 
■e  campla,yo  lo  he  remitido  al  reverendo  padre  fray  Juan 
de  Teeto  y  á  Alonso  de  Estrada  i  tesorero  de  S.  M.  Por 
tanto ,  'IMafS  perdonas  que  Se  sintieren  de  esto  agravia- 
dos ptmMtKa  tote  ellos,  dand(^razon  del  tiempo  que  están 
en  estas  partes  ^  y  d^  lo  que  han  servido ,  y  adonde, 
y  de-lo-qoe  tieíien  y  han  habido  de  la  tierra ,  porque  por 
BU  ifrfortíiadoB  yo  me  juntaré  con  ellos ,  y  se  proveerá  de 
manera  qwe  todos  queden  satiéfeéhos  y  contentos  según 
razón. 

Los  cuales  dichos  capítulos  y  cada  uno  de  ellos  por  la 
orden  y  manera  contenida,  mando  que  se  guarden  y  cum- 
plan en  toda  esta  Nnova*Bspafia'j|'  y  en  las  ciudades  é  vi* 
lías  que  en  ella  hay  éhubiere  de  aquí  adelante^  so  pena 
qoe  el  que  lo  coétrario  hiciere  ha^a  y  enourra  ei^  las  pe- 
nas contenidas  en  los  dichos  capítulos;  é  mando  que  es^ 
tas  dijQhas  ordenanzas  sean  apregonadas  públicamente 


en  esta  cíadad  de  Temixtitan  ,y  en  las  otras  vUIaa  que  ^ 
gorahay,  habiere ,  é  se. poblaren  de  aquí  adelaatte,  por 
Yoz  de  pregonero  é  ante  esoribano  púbUoo  qae  de  ello  dé 
fé,  porqae  veoga  á  noticia  de  tsodos,  y  ningano  pi6t»ndA- 
ignorancia.  Fecha  en  esta  cindad  á  20  del  mee  de  marzo 
de  1524.— Fernando  Oortés.^Por  mandado  de  an  meroé. 
Gregorio  de  Villamnera. 


OBDBNAIJZ  AS  INBDITAS, 
tf  arascel  para  los  i^enteros, 

sacadas  bel  mi8mcifltcMvoy]legcoo  que  las  amteriúrei' 

Las  ordenanzas  y  condiciones  qne  el  muy  magnífiob  se- 
fior  Hernando  Oortés ,  capitán  general  y  gob^adorde 
estA  Naeva  España  por  S.  M. ,  é  loe  mny  nobl^  oeOoiea 
jasticias  é  regidores  de  esta  dndad  de  Temixtitan  ,  man- 
da qíie  goarden  é  cnmplan  las  personas  qne  hicieren  ven- 
tas ,  é  mesones  en  el  camino  de  la  Villa  Kioa  de  esta  ciu» 
dad,  é  son  las  sigaientes : 

1*  Primeramence ,  qne  los  dichos  venteros  no  pnedan 
llev^arinas  de  nn  tominpor  cada  librado  pan  de  maíz 
hecha  en  tortillas ,  qne  sea  limpio  é  bien  cocida 

2^  ítem :  Por  cada  azumbre  de  vino  medio  peso  dé  oío, 
y  esto  si  estuviere  la  venta  diez  legnas  de  la  villa  de  la 
YéraOmz ,  é  si  estuviere  veinte  nn  dwado ^ qne  Qon aeia 
tomines ;  y  si  estuviere  treinta  &  peso  de  oro ,  de  mane^ 
ra.  que  ansí  á  este  respecto  se  ile ve  por  cada  diez  leguas, 
después  que  pasaren  de  las  diez  legnas  primeras  en  qne 
se  pone  la  dicha  tasa  á  medio  peso  que  por  cada  áifiz  Je* 
gnas  se  entienda  que  lleven  cuatro  reales  mas  por  cada 
azumbre. 

'^\  ítem :  Que  por  cada  gídlina  de  la  tierra  Ueve  nn  du- 
cado de  oro,  que  son  seis  tomines ,  é  si  la  gallina  fuere  de 
Oastilla  lleve  nn  peso  y  medio  de  oro* 

4r  ítem :  Por  nn  pollo  de  Castilla  nn  ducado. 

5^  ítem :  Por  nn  conejo  cuatro  tomines, ; 

6^  ítem :  Por  una  codorniz  dos  tominez. 


^  291  — 

7?  ítem  ?  Fot  nuA  libra  de  carne  de  puerco  fresco ,  con 
tanto  qae  se  lo  ¿aíse.  dos  tomines. 

8*  Icem  i  Por  una  libra  de  la  dicha  carne  salada  cnatro 
tomines,  6  se  entienda  qne  estas  son  libretas  de  á  diez  y 
seis  onzas  cada  una. 

9*  Iteiü :  Por  nna  lifi^reta  de  carne  de  venado  fresco  dos 
toñineSy  y  si  faere  salado  lleve  cnatro  reales. 

10.  ítem :  Por  cada  celemin  de  maiz  dos  tomines. 

11.  ítem :  Por  cada  persona  lleve  de  posada,  si  trújese 
eaballo  dos  ^tomines ,  é  si  viniese  á  pié  nn  tomm. 

12.  ítem :  Qne  ik>r  cada  hnevo  no  pueda  llevar  ni  lleve 
mas  qne  medio  real  de  oroy  qne  son  tres  granos. 

13.  ítem :  Mandan  que  no  tengan  puercos  ni  gellina& 
en  parte  donde  puedan  andar  entre  las  bestias,  y  esto  Ín- 
terin é  posaren  en  la  dicha  venta.  ^ 

14.  Mandamos  que  en  ias  dichas  ventas  tengan  buenas 
pesebt^ras,  é  limpias,  é  juntas,  por  manera  que  no  se  pue 
da  eaer  él  maiz, 

I^as  ouales  didias  ordenanzas  mandamos  qne  guarden 
é  cumplan  los  dichos  venteros ,  so  pena  que  por  cada  vez 
que  lo  quebrantase,  incnira  en  cien  pesos  de  oro  aplica 
dos  en  esta  manera :  la  tercera  parte  para  la  cámara  é  fis- 
co de  S.  M, ,  é  la  otra  que  se  aparte  para  las  obras  públi>* 
eos  de  la  villa  é  cabildo  donde  estuviere  la  venta,  é  la  otra 
terda  parte  para  el  denunciador  que  lo  acusare  é  denun- 
eiare.  E  mandamos  que  tenga  este  arancel  á  la  puerta  de 
cada  venta,  en  parte  que  se  pueda  bien  leer ,  no  ponién- 
dolo á  lugar  ninguno  escondido,  sino  públicamente,  adon- 
de todos  lo  puedan  ver  é  leer. — Por  mandado  de  los  di*« 
chos  seQores  justicias  y  regidores,  Manuel  Oalvo,  eBcríba* 
no  público  é  del  consejo. 


OUDBNANZAS 

hechas  «a  el  año  de  lb*M, 

Baeadas,  como  loa  dooumeMos  'anteriorest  del  archivo  del  ExcihO^ 
Sr,  Duque  de  Terranova  y  Monteleone. 

T0|  Femando  Oortés,  capitón  geuer^  é  gobernador  en 


—  292  — 
esta  ISÍaeva.KipaO^  é,  proviacjií^d?  eU^,  por  9I  emperador 
é  rey  don  Garlos  nnestro  B^Opr.  l^iwdo.seF  pamQli4«IP  a1 
servicio  de  Dios  uaestro  seSLor  é  de  S.  $[.  qne  en  las  tier  - 
ras  quevamente  pobladas  de  espafloleisf  haya  ordenaos^ 
por  donde  los  veoinos  é  moradores  estantes  y  habitantes 
«^n  ellas  ^e  r\jan  é;  gobiernen ;  é  para  qne  los  indios  natna 
rales  de  ellas  se  .perpetúen  é  upAserv^en  é  vengan  w  omo* 
oimiento  de  nneatra  santa  fé ,  y  las  diobas  ti€irr^s  se  en« 
noblezcan  é  pneblen ;  ó  porque  yo  agora  nuevaipente  he 
oonqnistado  estas  partes,  ó  traído  los  AatDrále44^  ^Uay»  á 
yugo  é  servidumbre  qne  deben  é  son  ol>U|;ados  áda.O  lUl 
del  emperador  nuestro  seftor  ^  ó  para  que  oa  eílaa  Dios 
nuestro  SeSLor  y  S,  M.  sean  servidos ,  yo  he  tundado  en  el 
real  nombre  de  tí.  HL  dos  villas ,  la  una  q^ci  ;hii^  Dombffe 
la  Natividad  de  Kdestra  Seüpra ,  que  fandé  én  esta  eos 
ta  en  el  puerto  y  b^a  de  Saotander;  é  laotr^^  qcie  se 
llama  la  villa  de  Trujillo ,  qoa  faBd(í  to  la  dÍQha  á)oate  tn 
el  puerto  y  cabo  de  Honduras,  para  que  en  ella%  |[.eu  to- 
das las  deoiás  que  de  aquí  adelante  se  pol;>larett,  haya  to- 
da buena  orden  y  concierto  1  y  se  sigan  IO0  efectos  aniba 
mencionado3,  y  otros  muohos  que  del  buea#^égimAn  y  go- 
bernación se  siguen ;  en  nombre  ele  .  S.  H.  1  >y  por  virtad 
de  sus  reales  poderes,  que  yo  tengo :  mandó  qaia.en  las 
dichas  villas,  é  términos,  6  jurisdicción  de  ellas  ^  y  emo^ 
das  las  otras  que  de  aqui  adelante  eu  estas  dichas  táer" 
ras  se  poblaren^  se  guarden  y  cumplan  las  Qrde4anjraB  si- 
guientes : 

PiimcA^ameiile. 

Ordeno  y  mando  que  en  cada  una  Op  las  dichas  villas 
haya  dos  alcaldes  ordinarios  y  cuatro  regidores  6  un  proi 
curador,  con  escribano  del  consejo  de  ella^  los  cuales  ri-^ 
jan  6  juzguen  las  causas  así  civiles  como  criminales  qne 
en  las  dichas  villas  y  sus  términos  se  oixecieren,  cada  uno 
<lo  estas  dichas  personas  en  lo  que  toca  y  atafien  al  oficio 
de  cada  uno^  sin  se  entremeter  los  dos  alcaldes  en  los  ofi- 
cios de  los  regidores,  ni  los  regidores  en  los  oficios  de  los 
alcaldes,  los  cuales  dichos  oficiales  mando  y  ordeno  que 
se  nombren  en  cada  nn  año  por  el  día  de  la  Bnosmacion 
del  Hijo  de  Dios,  qne  es  el  primer  dia  del  mes  de  enoro^ 
los oual^ no pu§d4 eles» pimom^»? 9V»  algima perao- 


—  39S  — 
no  fdem  yo  ^  6  mi  laj^r  teniente  siendo  yo  aii«¿nte, 
é  DO  pndi«ido  ser  para  ello  consultado^  ó  otro  cnal^ier 
>tmmaíif»^t  &.  H.  mtíi»  pail^es  gobernaré/  dé  T(te  coa^ 
Ikfédfroadavao  deeUMmieéiba  joraiáénto  eñ  forma 
íbieaé  ^haetite  iisaráa '  sos-ofícios ,  y^  en  todo  mira- 
:al  servicien  de  Dios  nuestro  Séfior  y  dé  S«  M. ,  y  el 
l«i'y  pío 'oomnn  de  0qK  (ñlebióB ,  el  cual  juramento  les 
tlíMien  kif  oflciides  del  atto'pádado. 

Itemr:  Ovdeiio  y  mando  ^ue  en  cada  una  de  las  dichas 

'"fiBAr  Hiy4  iííx  flel  que  vea  y  yisite  todos  los  bastimentos 

""1n  dfelukB  viTl^^  ^  vendieren ,  é  los  pesos  y  medidas 

iqffjé^VMdiereá  y  pesaren  las  aMerre  eldlclioñel, 

[<lisilMbilé  y'mar^ue  <^u  la  séflal  é  matca^^de  la  dicha 

^^HH^^A^qtte'Áin^tina  peítsona  pueda  tteúder  ningunos  de 

MVMSw  byáfeiifiteíiitos ;  si  no  fueren  ik>r  los  pesos  y  me- 

^ttllVtl^élffiéhóflet  les  diere  y  ÍBéfialáréy  so  pen^  de 

''^^^^^(^dídoj  elcttaldicho  flel  séa  sefialado  y  elegido 

'ámldM  y  tégidótes  de  dada  un  a'fio,  é  reciban  de 

ítá'ltbfem^dáa'iiue  éri  tí^  caso  se  requiere. 

ñm  Vlfrwdo jr  olrdéno  qu(B  él  dicho  flel  tenga  en  su  ca- 
tf  dteb  f  4i(0ia^  4!aide  a^irpba  liaáta  cuartillo  y.  medio 
mtñlb  ,^  U6  di£ater  éatéu'  fif^tlá4áa  y  seflaladaá  por  el 
wm\o  de  la  dieádvltla^  é  que  por  ellas,  ahfarra  y  seña* 
lélisT;ítra8dmdt<^SQú^rcLuierm  mando  é 

QÉd&na  que  háyá  S  teni^  dereéhoa  de  cada  medida  ó  pe- 
«í  qué  Mcñéré'  tUjádla  real  de  plata ,  los  cuales  dichos  pe^ 
my  medtdaá  Ie.á6  el  coflséjo  dé  la  dicha  villa. 

ítem :  Que  ninguna  pQrsons^  que  tr%jeíre  bastimento  á 
ToidQP  &  cualquiera  de  las  dichas  villaüs^  no  los  pueda 
mder  por  menndep  sin  que  primero  sean  vistos  por  el 
diol^oflel  f  é  por  uno  de  los  regidores  de  la  dicha  villa ,  6 
fuéstole  el  precio  de  ellasi  y  que  de  esto  tenga  derecho 
ddichóflel  de úád% carga  de  vino ,  que  se  entiende  do 
oflftoajrroc^  media  azumbre;  6  delassiaiAqúe  s^  hubie- 
itea  de  pesar  así  como  pasas ,  almendras  é  otra  cosa  qi;e 
^nqoism  peoo^  dois  Ubras  ;  é  que  si  lo  vendiere  sip  lé  ser 
¡IfiJBÉto  i^cedc^  pierda  lo  que  así  véndiére¡,  lo  c^al  se  apli^ 
Jte  eii  e^  ™^j^i^  •  Ift  tercia  parte  para  ^el  dicÜo  flel  i  y 
^otcji  tíi^  las  obras  páblicas»  é  la  oti^a  ter- 

^^^ÍWiifii^^  del  hospital  que  hubiera  en  las 

iví^ás^édi^ta  mancipa  se  éi^tíénciQ  qndsehande 


' »' . 


-r294  — 

apUofir  las  penas  del  segundo  capítalo  de  estag  ordenat- 

ítem .'  Qae  este  dioUo  flel  haga  señalar  y  sefiale  attft,i 
dos,  ó  tres  partes»  ó  las  qae  foere  neeesaiiaB,  oonfétme  i 
la  oaUdad  y  diaposicioii  del  asiento  de  la  dioha  villa, »• 
donde  se  eoho  la  basara  é  sociedad  que  se  saeare  de 
easasi  en  los  cuales  dichos  lugares  ponga  el  dicho 
sendas  estacas  gordas  y  altas,  é  que  se  pregone  que 
los  yeoínois  é  moradores  estantes  é  habitantes  en  caitl 
quiera  de  las  dichas  villas  echen  á  ella  dicha  basura  é  ¡ 
ciedad,  é  no  en  otra  partd,  so  pena  de  medio  real  de 
ta  por  cada  ves  al  que  lo  contrario  hiciercí  el  cual  sea 
ra  el  dicho  flel.,  é  por  su  autoridad  sin  mandamiento 
juez  pueda  sacar  prendas  por  la  dicha  pena ,  é  sea 
por  su  Juramento  si  le  negaren  haber  incurrido  en  elkk. 

ítem :  Que  ningún  rescatador  pueda  comprar  hídj 
de  las  mercadurías  que  viniere  á  cualquiera  de  las 
villas  para  las  tornar  &  revender ,  hasta  treinta  dias 
meros  siguientes  después  que  fuere  llegada ,  é  que  sL! 
comprarCí  que  lo  haya  perdido,  é  se  aplique  la  tercia] 
te  para  la  cámara  é  fisco  de  S.  M. ,  é  la  otra  tercia  ps 
para  las  obras  públlcasi  6  la  otra  tercia  parte  para  d 
lo  denunciare  ó  juez  que  lo  sentenciare/ 

ítem :  Que  los  alcaldes  6  regidores  de  cualquiera  de< 
dichas  villas  en  cada  un  aELo  hagan  pregonar  pul 
mente  todos  los  domingos  é  fiestas  principales ,  d< 
dia  del  afio  nuevo  hasta  el  dia  de  carnestolendas ,  si 
alguna  persona  qué  se  quiera  obligar  á  dar  carne  al 
p^ada  en  la!camicerf  a ,  que  la  venga  poniendo  en  pi 
con  las  condiciones  que  le  pareciere^  la  cual  se  remal 
dicho  dia  de  carnestolendas  en  poniéndose  el  sol , 
persona  que  mas  baja  hiciere ,  poniéndole  asimismo  el  i 
cho  consejo  las  condiciones  necesarias ,  y  señalándola! 
penas  en  que  ha  de  incurrir  cada  vez  quenoonmi^ 
cualquiera  de  las  dichas  condiciones ,  é  para  ello  dé 
zas  bastantes. 

ítem:  Que  porque  los  vecinos  de  las  dichas  villas 
traen  gandes  se  puedan  aprovechar  de  ellos  ven^ 
los  en  la  dicha  camiceria ,  quedé  en  cada  un  a&o 
meses  para  ellos,  y  que  en  este  tiempo ,  no  habienr 
^no  que  pese,  sea  obligado  todavía  á  pesar  el  que 
viere  obligido,  00  la  pena  que  tuviere  puesto ,  ai 


—  295  — 
cBá8  antes  qne  deje  de  pesar  el  Tecíno,  é  que  ai  no 
tere  no  inenrra  en  pena  ninguna  ^  é  la  pague  el  ve- 
íale habla  de  pesar  si  no  pesare  los  dias  qne  le  ca^ 

:  Que  el  consejo  sea  obligado  á  dar  á  dicbo  cami- 
nas pesas  é  pesos,  señaladas  de  la  seSal  é  marcos  de 
"^"la  Tillky  los  Goales  le  visite  el  dicho  fiel  todos  los  sa- 
lín le  Qevar  dereolios  ningunos. 
i:  Que  los  tales  carniceros  sean  obligados  á  matar 
adosen  la  tarde,  y  pesar  la  carne  que  Bfi  hubiere  de 
k»  domingos,  6  que  en  el  domingo  por  la  mañana 
^NBsraicería  abierta ,  so  pena  de  diez  pesos  de  oro 
te  como  dicho  es,  ^ 

i:  Qae  los  obligados  de  la  canücería  pastea  los  egi- 

l%la  vina  con  sus  ganados ,  y  que  otra  ninguna  per*^ 

^1  jM  los  pueda  traer  en  ellos  si  no  faeren  l^stias  de 

"  U  7  los  ganados  puedan  estar , quince  disfi  en  loa 

^dos ,  en  tanto  que  sus  dueños  los  ponen  eme* 

i:  Qoe  ningona  carne  de  la  qne  se  hubiere  de  pe^ 
la  dicha  carnicería  so  mate  en  ella ,  ni  desuelle  ni 
[Ano  qne  haya  matadero  faera  de  la  dicha  Tilla ,  eu 
pe  la  suciedad,  é  la  hediondez  no  pueda  inficionai' 
de  la  diclia  villa ,  el  caal  dicho  matadero  haga  el 
rer  so  pena  por  cada  res  que  el  camioero  matare 
n  ó  desollare  cu  la  dicha  carnicería,  pague  dos  pe* 
íde  esoj  aplicados  la  mitad  para  el  ilél,  y  la  mitad  pa^ 
w  obras  públicas. 

:  Qoe  las  panaderías  que  vendieren  pan  lo  vendar 
plaza  pública^  y  el  pan  faere  del  peso  que  fuere  or-^ 
lo  por  el  consejo  de  la  dicha  villa,  ó  al  precio  que  sa 
M6',  é  qne  no  venda  de  otra  manera  ,  so  pena  que 
vendiere  de  menos  peso  ó  á  miiH  precio ,  lo  pierdan, 
Aplique  la  mitad  para  el  dicho  iiel ,  é  de  la  otra  para 
potos  del  hospital. 

^nii:QielaB  dichas  panaderías  vendan  el  dicho  pan 
ooeido  é  sacado  de  agua ,  porque  lo  suelen  dejar  sin 
^pofqae  pese  mas ,  é  hallándose  no  bien  cocido  lo 
asaimismo,  ése  aplique  según  dicho  es. 
Aem :  Que  toda  la  hortaliea  6  frutAS  verdes  se  vendan 
la  pisa»  pública^  é  no  en  otra  parte ,  so  pena  de  dos 


—  296  — 

pesos  de  oro  eada  vez,  la  mitad  para  el  flél  6  la  mitad  p*- 
ra  la8*o1)ras  públipas- 

Itém :  ¡Qae;.  los  pescadores  f que  vendieren  pescados  fres 
oos,  lo  traigían  asimismo  á  vender  ala  plaza  páblioáté 
no  lo  vendan  en,  otra  parte«  so  la  dicha  pena  aplieitda  eot 
mo  dicho  es,  .       ' 

ítem:  Qne  los  domingos  y  fiestas  de  gnardart^^ulps 
vecinos  y  moradores  estantes  y  liabiian^  ep.  l^^ii^.^' 
lia  vayan  á  oir  misa  mayor  &  la  iglesia  prineipÍE»l»  y  enlveB. 
en  ella  antes  qne  se  comiencen  el  Bvang^Uq,  y  eÁtéiftjffL 
ella  basta  que  el  preste  diga  el  Ite  rnUi  estf^ficím  )abf%  ^ 
dicion^  so  pena  de  medio  pesó  de  oró ,  la  coal  se .  aplifas  ^ 
la  mitad  para  el  algoacil  qne  los  denunciare ,  é  1»  olía  \ 
mitad  para  la  obra  de  la  dicha  iglesia^ 

ItemrQae  todos  los  domingos  y  fleí^  <Jle  (j^áárdaf'.BO  j 
se  venda  cosa  ningnna  de  cnaiqtiier  calidad  qiae^áei^  d^  ^ 
pnee  de  tocada  la  campana  de  níisa  hasta  qiié  í|[lcm;fü 
ella^  ni  haj^  tienda  ^abierta  de  ningún  mercader  lii  oAmV 
so  pena  de  perder  la  mercadería  que  así  Veüdiete,  la  ter^ 
cera  parte  para  las  obras  publicas,  y  la  otra  tercera  par- 
te para  el  alguacil  que  lo  denunciare,  6  la  otra  terdebái^- 
te  para  la  oüra  de  la  iglesia. 

ítem:  Qne  todos  los  vednoB  de  las  dichael  Villas resi^ 
dan  en  élias,  á  lo  menos  las  pascuas  principaTeB4iíe,aopí 
Navidad,  Kesorieccion  é  de  Espíritu  Santo,  ¿  cúanÁcy  lié 
residieren,  el  otro  tiempo  tengan  snS  casas  pobladas  bmí¡ 
persona  4]|ue  sepa  dar  razón  é  cuenta  ^  so  pena  de  m«ldir 
marco  de  oro  por  c^da  vez  que  no  vinieren  en  las  dichas 
pascnas,  é  no  tuvieren  las  casas  pobladas  según  dtclid  es, 
lo  cual  sea  para  las  obras  públicas  del  consejo  de  Udkte 
villa. 

ítem:  Qne  ningún  vecino 9  ni  morailor,"  aiotn^eml'4 
quier  persona  puéda^asentar  sitio  de  labiuuza,  ni  trsm^' 
ca  de  ningan  ganado,  ni  huerta ,  sin  que  sea  por  Ucéiloi^ 
del  consejo  de  la  dicha  villa,  é  se  le  seSiale  limitas  y  i»i  «i 
edifique  casa ,  so  pena  que  si  lo  hiciera  sin  la  ^éha 
cia  caiga  en  pena  de  perder  lo  edificado,  é  sea  del  dieta» 
consejo.  ' 

ítem :  Qne  si  algún  vecino,  6  moradqr,  ó.  otra  c 
persona  tuviere  sitio  señalado  por  el  dicho  consejo 
trancas  de  puercos .  que  no  se  pueda  dar  otro  alguoo 
medía  legua  ¿  la  redonda^  é  qne  ai  alguno  pualece 


—  297  — 
deatro  de  esto  diohó  tcjrinino.  el  priuoor  poseedor  lo  pue- 
da eehar  de  ét,  é  reqairieiidole  la  primera  vez  ante  testi- 
gos que  saque  sa  gauadodel  diobo  sitio,  en  no  lo  ha- 
tiiendo  le  pueda  matar  el  dicho  gauado  siu  inoarrir  en  pe- 
naaigima* 

Iteui :  Qoe  si  el  dioho  sitio  fhere  para  ganado  vacnno  6 
obejuflo ,  este  le  sea  gaardadp  téi müio  de  nna  legoa ,  é 
qau  nadie  le  entre  en  «1  dioho  término  so  la  dicha  pena' 
ii«ni:  Qae  si  algan  traedor  de  puercos  qnisiereonndar 
Bü  ganado  Á  otra  parte  ^  qae  ningaua  persona  le  pueda' 
entrar  en  el  sitio  ó  terreno  que  d  jare,  hasta  seis  meses 
piimerofi  sigoienteSy  porque  mejor  puede  recoger  el  gana- 
do que  se  hubiere  quedado  perdido ,  no  embargante  que 
lo  tenga  despoblado  ^  6  que  el  que  en  este  tiempo  se  en- 
trare le  pueda  echar  cada  vez  que  quisiere ,  é  asimismo 
ninguna  otra  persona  pueda  entrar  á,  montear  en  el  di  ^ 
eho  eitiO|  durante  el  dicho  tiempo  de  loa  dichos  seis  me^ 
sea,  JM>  pena  de  hurto. 

ítem :  Que  ningún  sitio  de  ganado  de  cualquier  mane- 
ra que  sea  se  pneda  poner  media  legua  á  la  redonda  do 
níDgana  labranza,  así  de  espafiolrcomo  de  los  naturales, 
é  que  si  la  pusiere  ,  6  algún  dafio  se  recibiere  del  dicho 
gnnado ,  que  el  dueño  de  oHo  sea  obligado  á  lo  pagur , 
paeeto  que  no  se  ha  hallado  ni  tomado  el  dicho  ganado 
^dKutro ,  6  que  tomándolo  dentro  en  la  dicha  labranza  lo 
i>aiHÍa  matar  sia  pena  alguna,  é  demátTs»  le  pagne  el  da- 
i  Ao  qtte  hubiere  hecho* 

Icem :  Que  ei  alguno  quisiere  hacer  alguna  labranza 
;  dentro  del  sitio  ó  t^^rmino  que  está  señalado  que  han  de 
tener  los  asientos  é  criaderos  de  los  ganados,  que  la  pue- 
\dA  hacer  sin  que  el  señor  de^  dicho  ganado  se  la  pneda 
jlmpedir ,  con  tal  qne  la  tooga  coreada  de  manera  que  el 

eicho  ganado  no  le  pueda  hacer  daño  en  ella,  é  que  si  so 
í  hiciere  que  nó  ló  pague  peiia  ninguna  por  ello  ni  pueda 
liacer  ningún  daño  al  dicho  ganado,  é  qne  si  lo  hiciere  lo 
liafj^e  con  las  Setenas. 

!    Ítem :  Qne  todos  los  traedores  de  cualquier  género  de 

_o  qne  seay  tenga  su  hierro  é  señal,  el  cual  registren 

el  eserib«no  del  cabildo ,  é  ;no  le  puedan  mudar  sin 

^_CMM  del  dicho  cabildo  y  ó  «el  qne  no  tuviere  el  dicbo 

íito  é  eefial^  que  piüdalas  reses  que  tuviere  por  her» 

é  éé&i^lBiv  6  que  sean  oél  alguaeíl  major  de  la  dioha 

J)lSHSTAOIÓNK0.--TOBfO.I.— 3a 


—  2S8  — 
villa ;  6  puesto  que  tf^n^  hierro  ó  seüal  si  no  ío  reg;Í8tnn 
aote  »1  eseribano  del  diabo  cabildo»  ó  lomadareBiolft 
dicha  lioencia,  pagae  oiuca<mta  pesos  de  oro  pora  laso, 
hras  públioiis. 

Ic«m :  Mando  y  ordeno  que  los  alcaldes  y  regidareBda 
las  dichas  villas  ó  de  cualquier  de  ellas  no  paedan  haeer, 
ni  hagan  cabildo,  ni  janta,  nin  que  esté  presente  miia- 
gar  JDtjiiieute  ó  la  persona  qne  61  dejare  en  su  lugar  están* 
do  él  ausente,  so  pena  que  tÁ  lo  hicúeren,  por  el  mismo €&• 
so  pií^rdail  los  oftoios  y  é  paguen  doscientos  pesos  de  oro, 
la  mitad  [iara  la  cámara  y  tisoo  de  S  M.,  6  la  mitad  pan 
lab  obras  públicas  de  la  tai  dicha  viila ;  6  mando  qaee\ 
ef»ei  ibano  de  cabildo  no  se  junte  con  ellos ,  no  siendo  pr^ 
senté  el  dicho  mi  teniente  ó  su  sustituto ,  so  pena  de  per 
dimientio  di^l|oficio  y  de  los  dichos  doscientos  pesos  de  oíOf 
aplicados  como  dicho  es. 

ítem :  Mando  y  ordeno  que  el  alguacil  mayor  de  coal* 
quiera  de  dicbas  villas  entre  en  cabildo  con  el  d'cho  ffii  ¡ 
teniente  y  alcaldes  ó  regidores  que  tengan-  voto  en  él, i ' 
que  sea  el  postrero ;  ó  mando  al  dicho  mi  teniente ,  é  ai- ; 
üaldes  é  re^dore^  j  que  wi  lo  use ,  é  admita  al  dTcho  al*  | 
guacil  payor  en  su  cabildo,  teniendo  igual  voto  con  coal*| 
quiera  de  ellos ,  ó  que  en  ello  no  le  pongan  impedimenw 
alguno  9  so  pena  de  perdimiento  de  los  oflcioa  é  de  dod 
poNos  de  oro,  aplicados  como  dicho  os  y  Á  cualquiera  qai{ 
lo  contradijere.  I 

f  Parece  que  falta  la  concluríom  )     ! 


INSTRÜOOIONES  INÉDITAS, 

dail/rad  Hernando  (¡eSa^vedrat  lugm^-ieniente  de  gúhernaáora 

r  vUlae  de  Trujdlo  y  la  Natividad  áe  ^i 


jyiíu*»  gener*UenUi8 „       ^    

ira  f^eñf-ra  en  Honduras,  socaflas  del  archivo  del  Exemo.  Sr  IM 
que  de  Terranova  y  Monieleone,  dol  mmno  legajo  que  loa  doei 
•mcntos  unteiiores. 

J 

Lo  que  vos,  Hernando  ^6  Saavedra ,  mi  lugar  teniea 
de  gobernador  y  capitán  g<eneral  en  dichas  villas  d«  Ti 
jiilo  é  la  Natividad  dé  ITu^Mtra  Señora  y  6  todo  lo  4  ettj 
anexo  6  concerniente  habela  de  haoefi  es  lo  que  mign^  \ 


—  299  — 

Lo  primero ,  porqae  del  baen  tratamiento  de  los  natu- 
rales de  estas  partes.  Dios  dnestro  Señor  y  S  M.  son  muy 
servidos  de  ello ,  resulta  todo  bien  y  pacifioacion  déla 
tierra,  teméis  muy  especial  cnidadoy  vigilancia  en  que 
sean  mny  bien  tratados ,  é  no  consentiréis  qne  ningona 
personaleshaga  agravios  ni  faerza,  en  niogana  ni  por 
alguna  manera,  y  al  que,  lo  hiciere  oastígarloheis  oon  mn- 
oharegoridad  en  presencia  de  los  indios,  y  dánd«i]e^  á 
eotender  por  qoé  se  hace  el  castigo,  por  manera  qiie  ellon 
conozcan  qne  han  de  ser  amparados  é  mantenidos  en  jaa> 
tida,  así  ellos  como  sos  haciendas 

ítem :  Terneis  macho  caidado  de  vef  las  dichas  orde  • 
nansas  qne  yo  dejo  hechas,  en  lo  qne  toca  al  baen  trata 
miento  de  los  dichos  natarales ,  é  la  orden  qae  mando 
que  se  tenga  en  como  han  de  servir  á  lo  t  espafloles ,  y 
hacerlos  yo  pregonar  públicamente ,  y  en  ningana  ma- 
nera excederéis  ni  saldréis  de  la  dicha  ordenanza  hasta 
me  consaltar  sobre  ello,  é  yo  provea  lo  qne  coxivenga. 

ítem :  Porqae  la  principal  cosa  por  donde  Dios  nneS' 
tro  Sefi'Yr  ha  permitido  qae  estas  partes  se  descabrieseu, 
é  los  natarales  de  ellas  nos  faesen  einjetos  ó  nossirvie-* 
sen ,  de  donde  tanta  utilidad  y  provecho  á  los  espaSoles 
se  s'igae .  es  para  que  por  naeatro  me^o  mas  aína  ren< 
giok  en  conocimiento  de  nuestra  fó  é  se  salven  ^  c  si  esto 
no  procurásemos  con  todas  nuestras  ía<>^rza8,  mayormen- 
te los  que  nos  capo  cargo  y  a<lmini8tracioa  de  justicia,  no 
haríamos  lo  que  somos  obligados ,  y  no  podíamos  con  jus- 
to título  gozar  de sa  servicio ,  ni  ningún  interóts  quedo 
ellos  se  siguiese,  antea  seríamos  obligados  á  lo  restituir, 
usand#  de  ello  contra  conciencia ;  terneis  mucho  cuid»»do 
de  que  se  le  haga  saber  cómo  hay  un  Dios  Oiiador  y  Ha- 
cedor de  todas  las  cosas,  castigador  de  los  malos  é  remu^ 
aerador  de  los  buenos ,  en  quietf  todos  los  humanos  han 
de  creer  y  &  quieu  han  de  adorar  y  tener  por  soberano 
Bien  y  Señor,  y  defenderles  que  no  tengan  ídolos  ni  otras 
snpersüciohes,  ni  hagan  los  sacrificios  qae  hacían  *,  ó  de 
fenderles  todos  los  otros  ritos  y  ceremonias  de  que  hasta 
aquí'üan  usado  y  usau,  dándoles  á  entender  cómo  lo  qu(^ 

hacen  es  falso,  ó  por  inducimiento  leí  diablo;  y  cuando 

sean  amonestados  sobre  esto  en  mane  'a  que  lo  hayan  bien 

entendido  eslío  y  eonUoaaren  esi  #Uo,o$^tigarloiiheU  OQi}- 

ftwie  4  justicia. 


—  300  — 

ítem :  Porque  todo  el  biea  úb  las  tierras  noavays  y  qoe 
uaevamente  se  paeblau  es  el  trato  que  eu  oUas  so  tíeue 
l>or  la  mar,  por  doüde  ae  abaáteoen  así  do  gentes  como 
de  todas  las  otras  cosas  uecesarias ,  teraris  mocha  vigLi 
landa  en  qaeálos  maestres  y  otros  señoreado  navios  qao 
á  estos  paertoa  vinieren*  no  les  sea  liecUo  ningon  s^gcsb 
violantes  sean  favorecidos  7  áiSL  en  la  cobransja  de  scus 
fletes  como  en  el  despacho  de  sos  navios,  por  manera  que 
l)or  vuestra  calpa,  ni  de  algana  de  las  josticias,  los  Ui- 
ohos  navios  no  dejen  de  ser  brevemente  despachados, 
porque  habiéndolo  así  ternán  gana  de  venir  muchas  ve 
oes  así  ellos  oomo  los  que  lo  supieren. 

ítem :  Porque  los  mercaderen  son  los  que  proveen  Ub 
tierras  nuevas^  ennoblezcan  los  puertos  <^  pueblos  de 
ellas,  asimismo  mirareis  mucho  que  en  todo  sean  tarore-v 
cidos  é  cuida  doS|  6  si  de  algunas  de  las  mercaduilas  que 
trajeren  se  hubieve  de  hacar  avaluación^  á  causa  por  al- 
gunos derechos  que  pertenezcan  á  S.  M. ,  sea.  hecho  por 
los  oficiales  que  jo  en  hombre  de  S.  M,  dejo  nombradoB 
para  que  cobren  sus  reales  rentas  j  y  en  vuestra  i^reseDcla 
ó  de  dos  regidores  y  por  manera  que  á  S.  M.  no  se  le  pue- 
de  hacer  fraude  •  ni  á  los  dichos  mercaderes  agravio. 

IteoK, :  Porque  el  baen  tratamiento  que  las  personas.qne 
administran  justicia  é  gobiernan  on  tierras  nuevas  h«oea 
á  los  que  á  ellos  vienen  á  poblar,  es  gran  cansa  por  qao 
los  que  let»  fueren  sojetos  los  amen ,  y  amá^ndolos  scaq 
mejor  obedecidos,  pne^^to  que  de  vuestra  persona  y  bue- 
na condición  yo  tengo  en  esto  el  coace^ito  que  es  necesa- 
riO)  porque  conozco  ser  cosa  tan  principal :  os  ru*'go  y 
encargo  mucho  que  todas  las  personas  que  OMtnirieren  de- 
bajo de  vuestra  jarisdiccion,  a^í  vccinon,  f^omo  estantes  y 
habitantes,  sean  de  vos  muy  bien  tratados  y  honrados  y 
amparados  con  justicia,  asíellos  como  sus  haciendas,  y 
guardarosheis  de  decir  á  ninguna  persona  palabra  fea  ni 
iojario^a^  porque  demás  que  por  sem<^j antes  •  palabras 
se  indignan  los  hombros  6  provocan  á  enemistad  con  lo» 
que  se  las  dicen,  es  coua  muy  lea  que  on  lengua  de'bae« 
nos,  en  especial  de  persona  poderona,  quepan  semejautes 
palabras  y  y  deshacen  mucho  con  ella  el  merecimiento  de  ^ 
quien  son.  | 

Itom :  Teméis  muy  especial  ciiidado  en  que  ninguno  de  1 
los  juecesy  é  ulguaeiles  ni  escribanos  |  no  lleven  derechos  1 


4   ' 


—  301  —  . 
deaia^bdos  do  tos  que  sueloa  llevar  ea  las  otras  islaSi  di*' 
cíeado  «iqo  por  ra^ou  do  acc  los  bastimentos  y  otras  cosas 
luiMí  caras  on  las  tierras  UQOvas,  que  en  las  que  ha  tiempo 
quo  están  pobladas,  sobando  llevar  mas creoidos dere- 
chos, y  asimismo  no  cooseirtireis  que  baya  oobeshos  é 
otras  calumnias ,  ni  formas  de  adquirir  que  suelen  tenor 
losjaeoes  y  alguaciles  y  escribanos  ,  haciendo  de  sus  ac« 
cíooes  no  por  la  ejecución  déla  justicia ,  sino  por  sus  in- 
tereses, y  sabiéndolo,  castigareis  con  mucha  riguridad  é 
los  que  lo  hicieren. 

ítem  ¡^Defenderéis  que  cu  todos  los  pueblos  de  mestra 
jorlsdicoíon  no  bayí^  Juegos  de  dados  ni  naipes,  ni  afgu^ 
iioa  de  los  otros  defendidos  en  derecho  ,  porque  lademás 
de  qqede  ellos  se  causan  escándalos  y  ruidos,  y  las  gen- 
tes se  ocnpan  en  ellos ,  y  dejaír  de  hacer  otras  cosas  que 
lea  «onvienen,  sutle  haber  en  ellos  blasfemias  y  reniegos,. 
é  oteas  cosas  en  ofepsa  de  Dios ,  y  mandárloneis  aprego- 
nar  públicamente,  porque  con  mas  razón  sean  castigados 
lo9  que  lo  hicieren. 

ítem :  Defenderéis  las  blasfemias  de  Dios  nuestro  Se^ 
Sor  y  de  su  gloriosa  Madre , .  had^endo  pregonar  pública- 
mente que  ninguna  persona  diga,  pese  á  Dios,  ni  no  creo, 
Bt  reniego ,  ni  otra  blasfemia  alguna  de  nuéstxa  6eQora 
ttide  ningoBo  de  los  santos ,  so  las  penas  que  el  derecho 
dí^)0Tie  á  los  blasfemos,  las  cuales  elecutarois  con  rancha 
ngattdad  en  las  personas  é  bienes  ae  los  que  en  ollas  in** 
i  coitieren ,  y  teméis  muy  especial  cuidado  y  vigilancia 
!  sobre  esto ,  porque  haciéndolo ,  así  Dios  nuestro  Sk^üor  os 
!  ayudará  y  eucamiDará  en  todo,  y  si  en  esto  tuviósedes  al- 
I  gQQ  descnixlo  ó  flojedad,  seros  ha  al  coutrario. 

ítem :  Porque  en  cada  uñar  de  estas  dichas  villas  yo' en 

ooiubre  de  S.  M.  dejo  seüalados  oficiales  de  tesorero,  con« 

tadur,  í^tor  y  veedor ,  para  que  tengan  cargo  de  las  ha  - 

I  deudas  é  granjerias  de  S.  M. ,  6  cobren  susr^eales  rentas, 

I  teméis  macho  cuidado,  pues  vos  como  mi  1  igar^tenion^ 

te  sois  el  páócipal  oficial  de  ellas ,  para  en  lo  que  toca  á 

[  hirsutas  reales ,  en  que  en  todo  haya  mucho  recaudo  y 

bosDa  curtntay  raison  de  lo  que  á  3.  M.  porteneciere,  6  uñ^ 

[  T9fm  mucho  que  las  personas  de  los  dichos  oficiales  sean 

^  de  vos  moy  favorecidas  y  honradas ,  porque  demás  de  ts- 

ner  estoa  oficios  reales,  de  donde  les  reaidtan  muchat 

[  gwiwinenciag  é  inmuDídadeQ ,  ellofl  aon  honradas  p«r% 


»^ 


—  303  — 
Houas  6  lo  merecen :  é  seaalareis  un  dia  de  o^da  sernas 
na  9  oaal  á  vos  os  parecierejpara  que  vos  y  ellos  os  jnnteii 
en  vuestra  posada,  y  entendáis  y  platiquéis  en  las  oosm 
que  convienen  á  la  liacier  da  y  rentas  reales ,  y  esta  oos^ 
tambre  habéis  de  tener  siempre  parque  mejor  recado 
haya. 

ítem :  Os  juntareis  oon  los  alcaldes  y  regidores ,  é  jan- 
tos  en  vaestro  cc^bildo  señalareis  un  dia  en  cada  semanay 
ó  dos ,  si  03  pareciere  que  conviene ,  en  los  ouaies  os  jun- 
téis siempre  en  las  casas  de  cabildo  de  la  dicha  vill* «  i 
en  vuestra  posada  en  tanto  qae  se  hacen,  para  entender 
en  las  cosas  del  buen  régimen  de  la  dicha  villa  y  proveer 
todas  las  cosas  necesarias ,  y  pomeis  pena  á  caddk  uno  d6 
los  dichos  alcaldes  y  regidores  y  escribano  que  no  vlnie* 
ren  al  dicho  caoildo  é  junta ,  en  tocando  la  campana  qm 
para  ello  mandareis  tocar  al  portero,  así  para  que  loa  dir 
oho6  oficiales  sepan  á  la  hora  que  se  han  de^untar ,  é  loi 
vecinos  y  moradores  de  la  dicha  villa  sepan.asimiBmo  qw 
os  juntáis,  para  que  veugan  ante  vosotros  á  pedir  lo  qo» 
tuvieren  necesidad ,  y  no  consentiréis  que  los  diehoa  al- 
caldes ni  regidores  hagan  ningún  cabildo  ni  junta  ai| 
vos,  5  en  vuestra  ausencia ,  sin  vuestro  lugar-teniente,  f 
avisárloheis  de  ello. 

ítem:  Oomenzareis  luego  con  mucha  diligencia  á  lioh 
piar  el  sitio  de  esta  dicha  villa  que  >  o  dojo  talado,  ó  á»i 
pues  de  limpio  por  la  traza  que  yo  dejo  hecha,  sedíalareiM 
los  lagares  públicos  que  en  ella  están  señalados,  así  ooi 
plaza,  iglesia,  casa  de  cabildo  é  cárcel,  carnicería , 
dero,  hospital ,  casa  de  contratación ,  según  y  como  yo 
dcgo  señalado  en  la  traza  é  ñgara  que  queda  en  poder 
escribano  de  cabildo ,  é  después  señalareis  á  cada 
de  los  vecinos  de  la  dicha  villa  su  solar ,  en  la  part» 
yo  en  la  dicha  traza  lo  dc^ío  señalado  ,¡  é  los  que  dea], 
vinieren  se  les  den  sus  solares ,  prosiguiendo  por  la 
^*.ha  traza,  y  trabajareis  mucho  que  lab  calles  vayan 
derechas,  y  para  ello  buscareis  personas  que  lose  pan 
hacer ,  á  los  cuales  daréis  cargo  de  alarife  para  qae 
dan  y  tracen  los  solares  é  calles « los  cuales  hayan  por  ^ 
trabsyo ,  do  cada  solar  que  seSalaren,  la  cantidad  qna] 
vos  y  6  los  ^Icí^ldes  y  regidores  os  pereciere  qae 
Jiaber» 

'  Itm  i\  "^en^eÍB  pulpado  e»  que  las  penas  4e  ]^  oái 


86  oobten  y  estea  &  macho  recaudo ,  y  porneia  para  eUo 
una  persona  ^ne  sea  abonada  ji  y  dé  ilanza  para  qne  las 
cobre  é  tenga  ;  al  caal  mandareis  que  oL  escribano  do  ca<^ 
bildo»  ante  quien  se  ha  de  registrar  todas  las  condenado- 
nesy  dé  cuenta  con  pago  en  cada  semana  por  sus  registroc', 
é  no  consentiréis  que  de  ellas  se  disponga  ni  gaste  cosí» 
alguna,  hasta  que  yo  os  envíe  á  mandar  lo  que  de  ellas  ee 
lia  de  hacer,  en  no  mandando  que  las  cobre  ^1  tesorero  da 
S.  M. ,  porque  está  hecha  merced  de  ellas  para  los  pro- 
pioajde  las  villas  de  toda  mi  gobernación,  aunque  ¡yo  por 
el  preaente,  por  estas  villas  nuevamente  pobladas,  no  las 
aplico  luego  para  las  dichas  obras  públicas ,  hasta  prime- 
ro  consultar  sobre  ello  al  emperador  nuestro  sellor,  ó  ver 
lo  que  S.  M.  manda. 

Icem :  Fórque  8.  M.  ha  hecho  merced  á  todos  los  veci- 
nos de  la  Kueva'^España ,  qne  pueden  rescatar  esclavoR 
(le  los  sefiores  naturales  de  la  tierra ,  daréis  licencian,  d 
las  personas  en  quien  se  depositaren  pueblos  y  sefif  res  de 
ellos,  para  que  puedan  rescatar  de  los  dichos  se!l«  res,  8 i . 
pareciere  y  tienen  esclavos  la  cantidad  que  á  vos  i  s  pa  *e 
(iiere,  habiendo  respecto  d  la  calidad  de  la  persona  d  qui  n 
86  diera  la  dicha  licencia ,  é  íl  la  cantidad  del  pui  blo  dt) 
donde  se  han  de  rescatar  los  dichos  esclavos ;  é  dai«  is  las 
(licbas  lioencias|coD¡aditamento  que  todos  lob|esclavo»  quri 
aal  íescataren  los;  tr^agan  ante  vos  y  nnto  vuestro  e&eri- 
llano,  y  en  presencia  del  señor,  ó  persona  que  los re&ca. 
taren,  les  haréis  preguntar  qué  éidencs  ellos  tienen  anti. 
goamento  de  hacer  esclavos  entre  sí ,  y  cabréis  de  los  di- 
eho esclavos  apartadamente,  sin  qne  esté  el  señor  delan- 
te^ de  qué  manera  ó  por  qué  son  hechos  esclavos,  é  pare-» 
eiendo  serlo  según  su  orden  y  costumbreadjudicárlosheis 
&  la  persona  á  quien  hubiéredes  dado  la  tal  lecencia  para 
rescatar,  siendo  contento  el  sefior  qué  los  vende  de  la 
paga  que  por  ellos  le  dan,  6  habéis  do  lo  preguntar  apar- 
tadamente, porque  podría  ser  qué  con  temor  dijese  que  era 
pagado  é  no  lo  fuese,  é  siendo  así  pagado  á  su  contenta 
núento,  echarieshHS  el  hierro  de  S  M. ,  el  cual  esté  en  la 
eaaa  de  cabildo  qne  ha  de  tener  tres  llaves ,  é  cada  una 

etneis  vos,  é  *a  otra  un  alcalde  ó  regidor,  é  la  otra  el  es- 
eribano  del  (abildo,  é  cuando  se  hubieren  de  herrar  sea 
SQ  presencia  vuestra ,  6  de  vuestro  Ingar-teniante  siendo 
Yos  ausento,  y  no  do  otra  manera. 


—  304  — 
ítem :  Oaauclo  algoii  navio  viniore  ii  caalqüiera  do  los 
puertos  de  estas  dichas  villas',  laego  qoe  echare  el  aneli 
hureis  qne  alguacil  nia^or  y  el  eserífociDo  de  vaei4re  jnt 
gado  vajean  é,é\jj  tomen  los  jegistros  qae .  tmjerea  d«li 
gente  qne  viniere  en  el  dicho  navio ,  é  los  registros  que 
hnbiete  de  mereaderia  haréis  qne  se  entregnen  al  twore 
roy  contador  de  B.  M. ,  los  cnales  entraran  tantamente 
con  el  dicho  algnadl  mayor  en  el  dicho  navio ,  y  »  ko- 
hiere  algunas  cosas  de  qae  á  S  M.  pertenezca  derbotiM, 
mandareis  qne  acudan  con  ellos  á  los  dichos  ofícialeBí  »• 
valuándose  las  dicas  mercaderías  fiegnn  se  con  tiene  tn 
una  ordenanza  de  las  que  yo  dejo  hechas  en  esta  viHa.-^ 

Bata  inssmocion  se  hi2o del  mes  de delslio 

1533. 


ORDENANZAS  INÉDITAS, 

cn2^ft  te  ¿UiUira  la  forma  y  manera  enqne  loaeucomedfros  pueim 
servir ie  y  aprovecharse  de  tos  naturales  que  les  fu^n^  deposite-' 
dos  sueudas  del  arehivo  del  Excmo.  tír   ihique  de  Terronom^ 
Monteleone^  del  mismo  tegqjo  gve   los  documentes  atiteriores* 

Yo,  Femando  Cortés,  capitán  general  y  í;:ob^mader  et 
toda  esta  Nueva- España  y  provincias  de  ella,-  poreleinr 
perador  y  rey  don  Carlos  nuestro  fceíior.  Viendo  qne  tt 
Xirincipal  cosa  de  donde  resulta  la  perpotnaeion  é  poUs*! 
clon  desta  parte,  es  la  conservación  y  buen  ijiitamieñitf 
de  los  naturales  de  ellan,  6  que  para  eBto.  conviene  qoQ' 
haya  óxden,  queriéndolo  proveer  en  la  mejor  manera  qté 
á  mi  me  parece  qne  para  efectuarse  c^nTiene ,  or deno  é 
mando,  que  los  españoles,  en  quien  fueron  depositados,  é 
señalados  algunos  de  los  dichos  naturales  para  servicio 
de  ellos,  se  sirvan  é  aprovechen  en  la  forma  6  mañera  ds 
suso  contenida,  6  ^ue  no  excedan  ni  salgan  de  ella,  so  laf 
penas  contenidas  en  cada  uno  de  los  capítulos  de  ellas/ ' 
los  cuales  son  los  que  se  siguen. 

1?  «^Primeramente :  Que  cualquieraespafioi,  ó  otra  pei^ 
tona  que  tuviere  depositados  ó  señalados  indios  ,  seao- 
bligadoáles  mostrar  las  cosas  de  nuestra  santa  fé,  porque 


•—305  — 
por  Mte  iMpeeto  el  bhhid  pontííloe  oonoedió  qae  nos  pu- 
aiémnoé  gerrir  de  ellosi  y  para  este  efecto  se  debe  creer 
que  Dios  nuestro  Befior  ha  permitído  qae  estas  partes  se 
desmibriesen,  é  nos  ha  dado  tantas  victorias  contra  tanto 
número  de  gentes. 

2**  -ítem :  Qae  porqne  al  presente  loa  españoles  tienen 
necesidad  de  iMutimentos.  y  habiéndose  de  proveer  de  los 
pneUos  que  tienen  encomeadadoSi  sería  á  macho  trabajo 
é  mata  de  los  natnralesyé  los  espalloles  no  serían  proveí- 
dos ,  péAnaito  é  mando  qae  para  remedio  de  esto  los  es- 
psfioles.qne  tuvieren  depositados  y  señalados  indios,  pne- 
dan  Mol  ellos  hacer  estancias  de  labranzas ,  así  de  yaca  y 
t](8  [1]  como  maisales  é  otras  cosas. 

á?—Xtem:  Mando  qoe  ninguno  de  los  qne  tuvieren  id^ 
dios  depositados  y  señalados  vaya  ni  envíe  á  los  pne- 
blos  de  ellos  sin  licencia  de  mi  lagar«tenieate ,  é  que  se 
asiente  la  dicha  lioenda  ante  el  escribano  de  sa  jnsgado 
el  dia  qne  se  diere  y  él  plazo  que  ha  de  estar  en  el  dicho 
pueblo ;  i  que  si  fbere  ó  enviare  sin  la  dicha  licencia ,  pa  - 
goe  por  CfKla  vez  na  marco  de  oro  ^  la  mitad  para  la  cá- 
mara 6  flsco^  é  la  otra  mitad  para  las  obras  públicas  de  la 
diéha  villa. 

4^^Item :  Qne  ninguno,  de  los  qne  tuvieren  los  dichos 
indiosi  imedan  sacar  ni  saqaen  de  ios  paeblos  de  ellos  pa- 
ra ans  labranzas .  ni  para  otra  oosa  algana ,  niogana  ma- 
jar ni  mnchaehp  de  doce  años  para  abajo,  so  pena  qne  si 
b  aseare  pierda  los  dichos  indios  é  les  aean'quitados,  é  de, 
üeodo  á  todos  mi  higar>tenientes ,  qae  no  puedan  dar  li. 
eaneia  para  saear  las  dichas  mujeres  ni  mnchaohos ,  so 
panada  dosdentos  pesos  de  oro  por  cada  vez  que  dieren 
la  dicha  Ifeenda,  ó  viniese  á  su  noticia  que  se  sacaron  aia 
ella ,  é  no  ejecutaren  la  pena  contenida  en  este  capítoro 
los  cnalea  dichos  dosdentos  pesos  de  oro  aplioo  según  es 
[  difho  en  el  capítulo  antes  de  este. 

5?  «ítem :  Mando  qae  los  indios  que  se  sa&ren  de  sus 
pnebloa  para  haoer  labranzas  j  6  casas  é  otras  haciendas 
4  los  espafioles  que  los  tienen  depositadosi  qne  los  trai^ 
fan  d€Hreehoa  ante  mi  Ingar-teniente  para  que  asienten  el 
dia  qne  vieneii  á  sertir,  y  que  no  estén  en  el  dicho  servi- 
cia mas  qne  veinte  dias ,  y  acabado  este  tiempo  los  tome 

II j  AJit  SM  éU l0t;  Mf  ■•  Vaman  «n  Im  IntillM. 


h 


—  3oa  — 

á  traer  ante  e  dicho  mi  tfiammM  y  esoribaoo^  puftf 
Bi^pa  cQUBdo  los  despide^  80  pon»  4M4Í  iM^floB  tnjM 
al  venir  como  al  ir,  ósi  los  tiii^ietaim«tie^pqdc¡loM 
olios  veiute  diaB,  pague  de  p«ma  medio  mar^  dfípbj 
cada  vez  que  no  lo  registrare  como  diichoieBí  j(S  Bpd 
(1ÍM  que  loH  taviexe  de  maR  deidielio  tiéinfto,  otro  m^ 
marco  de  oro  apunado £omo  o iehó  ea¿  .    j 

Gv  -ítem:  Qoe  todo  e&  t)eni|)9'qiieJo9dicUofl  ii)dk 
tavieren  sirvieudo,  el  señor  que  de  elloe  sé.sirviff^l 
á  cada  ttuo  en  cada  dia  noa  iibra  de  pan  9,  ¿,  ^^^ 
sal,  ó  libra  y  mediado  ajeo  6 de  yooa <lMuiata|    ' 
con  Ha  sal  y  ají ;  y  porque,  al  preaMb^.  lop 
pueden  dar  los  didioa  baatimeutoeiéflp^diclioeij 
tienen  en  ^ns  casas^.  é  loa  poeten  Xtofft  para^  au  mi 
miento , din  que  s^  les  haga  agiravio¡.^lo  menoa/' 
presente»  porque  tienen  muitaas  Wtbrjanz^i 
mando  que  «sto  bo  se  entiekHla  Jhanta  de  avilA^ 
primero  Bígniente.  que  oopúitvfíUk  á  coirer  doodp: 
1?  áA  enero  de  1526  ^  tí  que  pasado  este  tje]yipo.r 
tengan  como  dicho  ea  ^  so.  pena  que  P9V  eá(í|i 
les  probare  que  na  ieq  dieoen  la  dielit^raQioii) 
dio  marco  de  oro,  aplicado  como  dicho  4^.  V^*f 
do  4  tres  veeea,  mando  que  pierda  lop  dioaoB  in^ 

7?Iteai :  Qae  el  tiempo^ae  loa  digbóa  iuáiofl¿i 
sir>^iendo,  ei  espa!LoLájq^en/(Sirviei^o9:uo.  Mm 
labmn  za  hasta  que.  sea  aattdo  el  aoJ^  ¡y  no  loa  ^ 
nms  tiempo  de  hasta  nnahtua  aatea^u^  eapQiij^ 
k  medio  dia  los.deje  reposai!  é  ooloeiífUii^  ^oüta^^ J 
que  cada  Tez  que  no  lo  ctunpiiere,  así  ^coiiio^  ¿í^a  " 
tinto  se  coBtienOt  pagua  medio  aroo  de  4^0  aq|í 
dicho  es,  y  si  tres  veoease  le  píchate  hai)erlq  ^ 
da  loa  dichos  indios*.    *  >       <     .    • .        .  •  ., 

8?  >  lem :  Que  «i  las  estaaeias  ó.^n  otriS^; 
loa  españoles  se  frir^ieren  de  losidielios .^^oa^ 
pnfte  eefialada  donde  tengan.  nnaiimágeiii¿de  Ki 
flora,  y  cada  día  por  la  mAQaBa,,ante8.^|ie< 
hacienda  los  Iteren  alU'^  y  tes  digan  }a^  qoaw 
nanta  fé,  y  les  muestren  la  oraoioa  del  PAter  i^i 
María,  í^redo  yaalve^Begina^  ea  laaaei^ .  q^é^pj 
can  que  reelben  doetrina  de  uufetü^  fép  ao  ] 
cada  vez  que  no  lo  hidiere  pague  seis  pesóa 
cados  como  dicho  es. 


•^4- 


—  307-1. 
(«-ítem ;  Qáe  el  «e^Qol  d  otra  peféoaa  que  taTiere 
^4e^>8itado8,  tenga  cargo  de  se  lea  qoiiar  todoe  ]o6 
m  qe  ídolos  que  taviéren  ea  stis  pueblos  ó  en  oti  a 
'fa  pacte.  Ó  les  haga una  Iglesia  ea  el  pneblo  con 
6  imágenes,  adonde  lem  haga  entender  que  hau 
á  lOgar  á  I>ios  qtie  les  alambre  para  qae  lo  co 
é  8e/9alven,  e  por  los  otros  bienee  temporales,  so 
elq^úe/dentro  de  seis  meses' como  les  foeren  do- 
lá«  dielios  ¿idios  ^  no  lee  tn^ieren  qnitado  los 
ó^fdx>rios  antigaos  /'é  no  tuviere  hecho  la  dicha 
pague  medio  marco  de  oro,  aplicado  como  dicho 
4Í6  aquí  adelante  pague  la  dicha  pena  cada  vez  que 
tiáttido  y  no  hallare  hecho  como  en  este  capítulo 
tiene. 

ítem :  Mando  qué  noée  dé  licencia  á  ninguno  de 

tgnriftreii  indios  depositados,  después  de  los  haber 

|í  W^P  I   P¿*a'  loi3  tomar  á  traer  otra  rez ,  hasta 

m  &mt>li'dos  tt^inta  dias  después  que  los  despidió 

^  f^Éíen  á  sus  casas,  lo  cual  se  ha  de  ver  por  el 

del  éüKÍribano  ante  quien  se  registraren  los  dichos 

jto  petía  que  el  júeí;  que  diere  la  tal  licencia,  antea 

^  IpttdO  el  dicho  tiempd ,  pague  doscientos  pe^os  de 

^^^G^Oa  ^mo  dicha  és. 

f^dl^ni :  Qx^e'  ninguii  juez  pueda  dar  licencia  para  ir 

il^p^blos  de  tos  indios  ni  para  traerlos  á  servir,  si  no 

'  Bjai  lugar- teniente  ó  la  perdona  que  éljdejare  en  su  lu  - 

)M¿»ado  él  ausente,  so  pena  de  doscientos  pesos  de^ 
.  JipUcados  como  dicho  és. 
li— ítem :  Porque  los  vecinos  de  las  dichas  villas  han 
tener  trancas  de  puercos  ó  otros  ganadola ,  ó  para  la 
Mda  é  tranca  de  ellos  han  menester  de  los  indios  para 
^  permito  que  mi  lugar-teniente  pueila  dar  licencia  *i 
diehoe  españoles  que  así  tuvierenjlos  dichos  indios  de- 
itados,  i»ra  que  puedan  sacar  de  ellos  los  que  í  aeren 
aifister  para  gpardar  de  los  dichos  ganados  ó  no  paia 
cosa,  4,  que  los  que  sacaren  para  eso  ctecto  se  trai 
ante  el  diohjQ  i|ü,  teniente,  6  Ip  haga  entender  al  cura 
I  pueblo  cómo  son  para  iaquello  y  aun  le  cv')atenten  con 
algoaa  cosa  deiMca&B»  y  esfl^  se  entiende  no  teuienao  ei 
W^psaLoiesola^vos  de  los  dé  rescate,  ó  tepií^n^' <>*<>»  ^^^ 
toí  ftqe  baste  para  ía  guarda  de  los  diohoo  ganados,  que 
to  ae  le  dé  la  dicflia  licencia  pan»  sacar  indios  níiígauos 


—  308-r 
para  los  díohcHi  ganad^Sy  é  si  los  oacare  jpíerda  1m  índik»- 
que  asf  tüTiere  depositaaos.    .  < 

13.-rltem :  Mando  qae  cada  uno  de  los  que  iUviei:»!  in- 
dios depositados  dé  ea  cada  un  año  á  cada  p^úsona  da 
los  que  se  «rviere^  conforme  al  registro  del  esoriteno  su*  ] 
te  quien  le  registre,  por  su  trabajo  hasta  precio  dé  me^  j 
dio  peso  de  oro,  en  caso  de  rescate,  ó  de  16  que  lepioA^  i 
ciere  A  mi  lugar-^teoiente^  la  opal  dicha  paga  se  liagásih  j 
te  él  é  ante  el  esoribauo  ante.quien  ae  registraren  Icii^iii^  1 
dios  que  Tinieseu  ¿  servil:  ^ .  en  manera  que  óáda  tékft  ] 
pueda  ver  los  indios  de  ^ue  cada  uno  se  ha  servidvi  éti  ] 
paga  que  les  ha.  hecho.  I 

\  Fáltala  ecfictuóion.] 

NOTA  DEL  EDITOB. 

Las  (Nídenanzas  'é  instrucciones  que  precedett  Üé'  íálk' 
sacado  de  una  copia  antigua  que  existe  en  el  ¿foVLy^M^] 
Bxcmo.  8  c.  Dnqae  da  lérranova  y  MonteleóñeVeíl!  étIBtf' 
pital  de  Jesus^  la  cual  es  copia  del  original  ó  oé^tra 
antigaa.  No  se  ha  creído  conveniente  nacer  éh'  ettti' 
reooion  algana^  sino  que  se  han  dcgadp  las  láiémail  e 
tas  que  aparecen  en  la  meñciona^^  copia, las  qué  por 
parte  son  f&elles  de  notar  y  corregir  por  él  lector ,  y  ttf^ 
ben  aftribuirse  al  copiante»  pues  den  Fernando  Oortés 
cribía  correctamente ,  como  se  ve  por  sus  cartas  y - 
muchos  párrafos  de  las  mismas  ordenanzas ,  las  oís 
contienen  toda  la  organización  política  y  municipal  da 
Nueva^Bspaf&a,  y  son  por  lo  mismoj  un  docuicneiito 
cioso  para  la  historia^de  eat^« 


CARTA  DE  CARLOS  V  A  HERNÁN  CORTES, 

en  QM  ae  da  por  sati^ceJto  de  $us  servicios  en  ÜfnevaSspañOf 
cada  de  la  colección  de  documentos  inéditos  .pura  la  Msknia^ 
España,  para  la  ciiai  se  copió  del  arehhó  de  Bimanoae^ 

VaUaioUd  15  de  oetmbredelSiSL 

El  rey.— Hernando  Ck)rtéS|  nuestro  gobernador  y 
tan  general  de  la  }7iieya-!Eq^a  llamada  Aralmi 


—  309  — 
TJllM.  Imeso  como  á  la  divinat.nfcMiwncift  plago  de  me 
taraer  i  esim  srinotí,  que  ámemlmqué  qon  poátk  mi  arma* 
da  TéA  wla  tUIa  y  pveito  de  SaatAoder  ^á  16  díaa  del 
meedejalie  deeetepreseatoattOt  maodé  qae  se  enten- 
dieae'coii  maoha  diU^uioia  en  el  deepacho  de  las  oosas  del 
eatftdO'dBesMipttrtea  comoea  oosa,tau  priacipal  ^  espe- 
dalateato  qmse  por  miieal  peleona' ver  y  entender  mes- 
traridadoiies  é  las  aosea  de  esa  Kaeva^^paña,  é  de  lo 
gneeiíiniaafleaeia  de  estop  reinos  ea  ella  lu^pasado, 
porque  lo  tongo  por  oosai  grande  é  se&alada^  y  en  qae  es- 
pero mestaDo  Seflor  será  may  servido»  y  sn  sante  fé  cat6< 
nea  i^nsalaada  y  aerecenteday  que  ee  nnestro  *  principal 
deseo^i  yde-qae  estoa  veíaos  recibirían  mndio  provecho  é 
Dobleoiniiento,  en<{Bapor'  la  dicha  mi  anseneía  no  se  ha 
podido  enteoder^  B^pa^qoesiejor  se  pndiese  hacer  y 
pfoveefi»  m^tidé  oir  é  lijCartin  Cortés,  voestro  padre,  y  A- 
fone»  Hcmandssi  SerteoamKfyS'mQisoo  Mont^o^  vñes- 
tooitHroooAidQies  y  de  ios>  pneblos  deesa  tierra  %  y  los 
proenradosÉs  dal  adelantado  Diego  Yelimneas.  asinusmo 
él  veedor  CMsixibal4eTi^^  qae  después  Uego,  que  ha» 
Uelefdo|Kroifáld»dalagDbenia6ion4e  esta  tierra  por 
wwtRw  góbetnadóres  en  nnestro  nombre,  y  por  todo  ello 
peieeeeoto  daflosa  ha  nido  paca  la  poblaólon  de  esa  tier- 
ra é  oonvenion-de  los  natnsalea  de  ellai  y  estorbo  para 
que  Noa  no  fnésemoa  servidos,  y  estoe  reinos  é  natnrales 
deéOoe  aproveohados^  la  diferencias  que  entre  vos  y  el 
dioto  adetontado  Jia  habido,  y  .cómo  aquellas  y  la  ida  de 
Panfilo  de  Karvae^^  1%  armada  que  llevó,  fué  causa  de 
le  abaré  perderla  grnu  ciudad  dej.Tremiztitan  [Méjico] 
que  estft  fondada  ea  la  grai^  laguna,  con  todas  las  rique^ 
zas  qae  en  día  habia ,  y  de  loé  males  é  muertes  de  cris- 
tianos é  indios  que  ha  habido ,  de  que  nuetro  Sefior  ha 
sido  muy  deservido  y  üfos  habernos  rescibido  desplacer.  B 
Nos,  qmrieado  proveer  en  ello  de  manera  que  la  pasado 
seieoiedie,  y  adelante  pueda  haber  camino  para  que 
eu  esta  tiem  sa  haga  el  fruto  que  es  razón ,  é  Yo  tanto 
dsseo  pora  ei  aeieeeatamieiito  de  nuestra  santa  fé  católi- 
eaysIávaekH^de  laaáDímas  de  los  indios  naturales  y 
baUtantes  en  esas  partes ,  é  por  vos  quitar  de  las  dichas 
dtfennfliaa,  haibenioarenKitftlo  las  dichas  difttrénoias  y  de* 
hebBoq«aetttrevósyddioho  adelantado  hay  ó  pueda 
Mtor  Ajtiskclay  ylohiMAoa  ccmietído  y  mandado  aliuts- 


tro  gran  cattclller  é  á  los  del  auestio  cam^  de  las  Iqdias 
para  qae  elloe^  conozcaa  de  ^Ilas^  y  bieTemente  os  liagf^ 
y  admialstren  enterd  campluniento  de  jasüoic^ ;  y  envío 
á  mandar  al  dicho  adelantado  qae  ao  arme  ni  envíe  mf^. 
tra  vos  Ícente  ni  faerza,  ni  haga  otra  violencia  ni  jip'- 
vedad  alganiá.  B  porque  soy  oertlíioado  de  lom«(^qtte' 
vos  en  ese  descmbúmiento  é  oonqiUsta,  y  en  tomar  6  g%r 
nar  I9  dícfha  cindad  é  provínolas,  habéis  fecho  ^  trabaja^ 
do,  de  qae'itíe  he  tenido  é  tengo  p(»may  servido,  é  tea* 
go  la  volnntád  qne  es  razón  pan  vos  favorecer  y  haeeí 
la  merced  qne  vaestros  servioioi»  y  tfab%jos  meceoen  r  J 
oonflando  ae  vnestra  persona  é  enjieBdo  qoe  me  secvireis 
oon  la  leáljtad  qne  debéis^  y  q«le  en.tado  portéis  la  bae- 
na  dijigent^ia  é  recando  qne  Gonvieney*  como  persona  qne 
tanta  ezperieticUi  ti€fñe  de  l<v'de JiUá^l  vx>s  habemon  Jl^•^ 
dado  proveer  delxsargo  de  maestia  gobernador  y>M£?|w. 
general  de  la  IfáevaEUipaat^y  provineb^  4e  ^lU^  por  el 
tiempo  que  nnéstp  merced  é  volntad  iim^ó  J$pa  maa- 
damos  pro^eeiratm  eosa,  oomc  ^seeieU  pdr:laa . jknmfípDM 
é  poderes  é  instraobiones  qnet^vos  maridoboiKÍAi^'i^^pef^ 
de  Yo  vos  mando  y  encargo  quai^useis  derdds  dióiiQfl)m9Í0Bj 
conforme á ellos ,  con  aqnella  dülg^natay  b^^i^.^eQfi^diir 
qae  &  vaestro  servicio  y  á  la  ejecoeioa  deiainqi^éü%jai^" 
tici'a  y  población  de  esa  tierra  cor  venga  >  é  Xüéevoa 
confío:  qne  como  dicho  es.  Yo  envi<^ á mandar  al  dicho 
adelantado  qae  no  haga  coca  algana  qne  pneda  ser  perju- 
dicial á  la  dicha  nuestra  gobernación,  é  á  la  pas'é  sosiego  «to 
esatierra^yqae  principalmente  tengáis  grandísimo  (nada- 
do y  vgllancia  de  qn^  los  indios  natnralesdeesatíénsaseaii 
indos^íados  é  doctrinados^  para  qae  vengan  en  oooocU 
mienl^de  nnestra  santa  fé  católica,  atracándolos  pai^ello 
por  toidas  las  bnenas  mafias  é  baenos  tcMaviientos  que 
convengan^  paos  (6  Dios  gracias)  segnn  vnestras  relacio- 
nes; tienen  mas  habilidad  y  capacidad  para  qne  se  liAgft 
en  ellos  fráto  y  se  salven,  qne  los  indios  de  las.^tf (is  ^'^ 
tes  qae  hasta  agora  se*han  visto ;  poi^qne  este  es  mi  piisL' 
dpal  deseo  é  intención^  y  en  ningona^iosa  me  po4^  ^^^* 
to  servir^  ^  ' 

Y  para  lo  qne  toca  al  reeaodhO'de  noestai  ^aeiend^iy 
porqne  haya  con  vos  personas  cnerdas-  é  oflcisl^  W&^r 
tros,  enviamos  á  álóMo  de  EMaiüka,  contino^  ^  niiestsa 
casa,  por  tesorero  [^  y  á  Bodrigo  «  Albornos  naestro  s^- 


—  311  — 

cretario^  por  nnestro  contador,  y  Alonso  deAgnilar  [1] 

pbr  nuestro  factor ,  é  á  P«raliiiiBdfis  Oborino  por  nvestro 

" '  veedor/  á  loei'imiileaTis  é&ongo  wmam,6  tratéis >ieii|CO^ 

nio  á  criados  é  oficiales  nnestros,  é  les  deis  parte  de  todo 

lo  qnc  08  paieiñere  que  •eonviflae  a  nmttiro  seryieiOy  é  que 

'       por  rason  de  sas  ^eAoloala  éében¡baber>«  de  manera  qne 

"'  eTtos  osen  y  ejer^ri,  y  pueda»  usar  y  ejfroeyc  como  con» 

'  viene,' que  ellos^nsimism^  UeT^anAle  fini  mandado  qne  os 

liodren  y  acaten  oonH>  es  raconi  y  en  todo  loa  íavoxezcaia 

domo  de  vofi  otmñé.  .  ,    ■  .       . , 

^ '  '  Las  mstrncclones  tocantes ,  asi  pava  1%  .buena  gobema- 

'"  ^'    hfAfí  de  esa  tierra.,  como  paraiQae  los  4iQbos  inüips  sean 

. .    bi^n  tratados,  doctrinadoa  ó  instimidos  en  las  cosas  de 

"  npAéstra  tonta  fé  católiea^  que  ea  lo^qne  principalmente 

deseamos,  como  á  la  ftnrma  é  laanesaíqibe' Jios  «liehos  nnes» 

tros  oficiales' han  de  tener  en  sw  oAcíos ,  llevan  ellos,  las 

caáles  vbs  iboitráis  por  mi  aerviolo ;  qne  vos  por  lo  que 

toca  á  vuestro  oficio  las  gaardeis  y.  onmpiaiSj»  y  hagáis 

gaardar  6  cumplir,  éá  ellos  para  que  las  guarden  hagáis 

dar  imñ&í%v(¡fté  ayuda  &  6. tened  .simare  cuidado  de  me 

escribir  muy  largo  de  todas  las  cosas  de  allá,  é  de  lo  que 

á  rókHfá  pareee^qne  ú%bo  diaadar  [«roveer  pa^rib  el  ouen 

*''  '   góbWnO'de  esastiecnMc  B»  Yalla^oii^yá  ISdiasdei 

"^^•tftés  de  «ocftabre  de  523  ^Aos.-r-Yo  e^  Bey^— Ppr,  ip^ndado 

^  de  S.  M. ,  Francisco  de  los  Cobos.     . . 


5< 


II 


ti 


'» 


i:xa?J2iL0io 


t 


dd  espei^íent^ promovido  fior  MigtiH  Mattinez  ^  oQttu)  vmrído  áe 
dDnmIteo»or.J)OHcei,gtja  U^ffitiuia  de  FranviSCif  JÚontaüo  ,  uno 
d«  to9^rw^ros  descubridores  y.  conquistadores  déla-  Nrieva-Jüs  - 

N  .  ^[  £fte  extracto,  sacado  del  expediente  origidal  que  se 

h  *  i  t  ^^  haUa  en  el  archivo  del  señor  duque  de  Téttánova  y  Mon- 

><  tel4aone>  ha  ¿ido  formado  por  don  «Tose  Tioente  del  yi^ 

t    ü -.  *Mlar,  á  cuy^o  cargo  está  dicho  archivo,  quien  por  sus  mu 

^ '  (IJVin  lugar  de  eate  yino  Goialo  de  Sakzar. 


^  clios  coBOeiiiiiMibMEi  y  piáoticado  la  l^ctu»  do  le  eMri> 
<^Ta  antlgQfti  meteprartado  mny  impoctaiiM»»  MBtyiámP 

Oomi€(D2a  por  on  eieiito  prawntado  por  diobo  Uaitíntf 
al  virey  1>.  Loiscle  VdiMMO^caqne alegan  1m  aeiUüadoi 
aerviciOB  de  los  progenUnreS'  de  su  esposa  •  naiidedoi 
pt^miar  por  la  real  oMiüa  qae  aoonpadaf  y  no  podtr  Ui* 
mentar  a  eatioroe  hijos  qne  tiene  en  su  matrimonio  ^  oim- 
clnye  pidiendo  qne  se  le  asigne  la  pensión  de  qninientoi 
peisoa  de  oro  eoninn  i>or  las  reales  oajas,  en  los  tñbstOH 
raoOB  ó  qne  vaoareDi  ínterin  se  le  haee  otra  meraed  óm 
le'daalgíma  enoomienda» 

Bl  expresado  vírsy  pioreyó  con  fecha  20  dediiñemb»' 
de  1593,  qneoeoniese  á  la  real  andiq^ciai  lo  qoe  hixo  por 
medio  de  otro  memorial  en  los  mismos  términos  que  ü 
anterior,  elcaal  le  mandó  pasar  al  fiscal  con  la  real  cé^ 
dnla  qne  signe :  f 

Cojpla  itteral  ae  la  real  cédula* 

fii  Bey.  Marqnés  de  TiUa*Manriqne^  pariente^  mi  vinfi 
gobernador  y  capitán  general  de  la  Ifoeva^BspaTiai  éá 
la  persona  6  personas  á  enyo  cargo  faere  el  gobierno  di^ 
ella.  Por  parte  de  Migoel  Martínez',  reciño  de  la  etnáil 
de  Méjico  de  esa  tierra ,  se  me  ha  hecho  relación  qoe  eitti 
casado  cen  dofia  Leonor  Poncel,  hija  de  FrandsooMo» 
taño,  qne  faé  nno  de  los  primeros  descubridores  y  poUai 
dores  de  la  dicha  NnevaE«pafLa ,  y  qne  se  halló  cni  dn 
Francisco  de  Alvnórádo  (1);  cuando  se  cercó  la 
cindad  de  MéjicO|  en  coyo  descubrimiento  y  población 
sirvió  arentajadamente ,  y  asimismo  en  oompsfiia 
marqoés  de  valle,  en  todas  las  ocasiones  qne  en  su  ti 
po  se  ofrecieron  en  esa  tierra,  con  mnoho  Instre  de 
persona,  y  qne  á  cansa  de  morir  pobre,  lo  es  tambim 
dicha  de  miyer  y  tres  hijos  qne  dejó,  como  constaba  | 
ciertas  informaciones  qne  se  presentaron  en  mí  oonae|<> 
las  Indias,  snplioándome  atento  ú  los  servidos  del 
Francisco  Montafio,  le  hiciese  merced  del  algnn  ea 
pimiento  en  mi  real  csja  ó  en  qnitas  y  vacaciones, 


[1]  Si  uva  •qniTocacion:  el  AlTarado  qné  mandd  nía  da  (M  «olimaiía^ 
ata^M  «a  •)  ai  Jolda  Méjic*  faé  don  Padin. 


—  313  — 
06  pudiesen  sitatentar  él  y  la  dloha  nn  mnjer ,  y  mandase 
qne  le  pioFcgréaedes  en  ofloloe  y  eargos  de  ios  que  hable»tf 
sen  en  esa  tierra  qne  fbesen  de  mi  servieio ,  y  asimismo  Á 
loe  que  casasen  con  las  hermanas  de  la  dicha  sn  mujer. 
Y  vistp  por  los  del  dicho  mi  consejo  y  las  dichas  info];ma' 
doneSf  pcurque en  las  noevas  leyes  hay  dos  del  tenor  si. 
goieiite :  *^Y  porque  es  razón  que  los  que  han  servido  en 
kia  deaeuhrimientrá  de  las  Indias « y*^tambien  los  que  ayu< 
dan  á.  la  población  de  ellas  que  tienen  alió  sus  mujeres^ 
sean  preferidos  en  los  aprovechamientos^  mandamos  qne 
los  nuestros  vireyes ,  presidentes  y  oidores  de  las  dichas 
nuestras  audiencias,  prefieran  en  la  provisión  de  los  cor- 
regimientos  y  otros  aprovechamientos  cualesquiera  á  los 
primeros  conquistadores ,  y  después  de  ellos  á  lo)9  pobla. 
dores  easados ,  siendo  personas  hábiles  para  ello.  Y  que 
haata  que  estos  sean  proveídos,  como  dicho  es,  no  se  pue- 
da proveer  otra  persona  alguna.  Primeramente  j  por  un 
capítulo  de  las  dichas  ordenaneas  est&  mandado,  que  por- 
que en  la  NuevanBspaffa  hay  algunas  personas  que  son 
de  los  primeros  conquistadores  y  no  tienen  repartlmien*' 
to  de  indios,  que  el  presidente  y  oidores  de  la  dicha  aun 
diencia  de  la  dicha  Nueva-BspaOa  se  informen  de  las  per- 
sonas de  esta  calidad,  y  les  den  en  los  tributos  qne  hubie- 
ren de  pagar  los  indios  que  se  quitarep,  ex)nfonne  á  lo  con- 
tenido en  las  dichas  ordenansas ,  lo  que  les  pareciere  pa*« 
ra  la  sustentación  y  honesto  entretenimiento  de  los  dichos 
conquistadares  qoe  ansí  están  sin  repartimiento ,  y  por 
'otro  capítulo  de  las  dichas  ordenaneas  mandamos  que 
los  nuestros  visoreyes,  presidente  y  oidores  de  las  dichas 
aodienoias  de  las  dichas  nuestras  Indias ,  prefieran  en  la 
pffovision  de  los  corregimientos  y  otros  aprovechamientos 
cualesquiera  á  los  primeros  conquistadords,  y  después  do 
ellos  &  los  pobladores  casadf>8 ,  siendo  personas  hábiles 
para  ello  9  y  que  hasta  que  estos  sean  proveídos  como  di^ 
eho  ea»  nose  pueda  proveer  otra  persona  alguna.''  Y  por- 
que somos  informados  que  en  la  dicha  Nueva-Bspafia 
£ay  algunos  hijos  de  los  primeros  conquistadores  que  no 
flotem^nte  notí^en  indios,  pero  quedan  pobres  y  no  tie- 
neo  de  qué  se  sustentan  Y  á  causa  que  por  las  dichas 
ordeiu^nzas  mandamos  que  la  dicha  sustentación  y  ho- 
nesto entretenimiento  sedé  á los  primeros  conquistadores 
que  estuvieren  sin  repartí  mientos,|y  qne  estos  prefieran  en 


—au- 
la i)rovi8iou  de  loB  eortegimientos  y  otros  aprovedia- 
mientofi  caaleaqnier^  los  coalea^  «irado  muertos,  no  tto  po- 
dría ejecutar  en  loa  didioa  B«t  •  hijoa  la  meroed  qne  maD- 
damoH  baeer  ó  ana  padres ;  deoiaramos  y  mandamos, 4)iie 
con  loa  bijoa  de  loa  primeros  éonqnistadores  de  la  dicha 
Nueva-EMpafia,  que  no  tuvieren  repattiníiento  de  io^os 
y  quedaren  pobres,  siendo  de  legitimo  matrimonio  naci* 
dos,  se  veiiiiqae  en  ellos  los  diobos  eapítalos  como  se  hi* 
ciei  a  con  sus  padres  ai  fueran  vivos ,  j  qne  estoa  tti% 
teniendo  babiüdad  y  edad ,  el  nnestro  visor^  que  es  6 
fuere  de  la  dieha  ^neva*Espaí&a  ,  lea  dé  y  provea  corre* 
gimientos  y  otros  aprovechamientos  en  ella.  Y  á  los  qiid 
lie  e^tos  no  tuvieren  edad  para  ello,  les  óén  de  los  tíllm* 
tos  qno  pagaren  los  dichos  indios  que  ansí  ee  qnltaren,  lo 
que  les  pareciere,  con  que  m^  crien  y  sustenten.  Yo  os 
mando  que  veáis  los  dichos  capí  culos  arriba  incorporadogt 
y  los  guardéis  y  cumpláis,  y  lo  hagáis  guardar  y  cumplir 
con  el  dicUo  Miguel  Martín  y  con  las  personas  que  casa- 
ren con  las  henuaeaa  de  la  dicha  su  moier,  en  todo  y  por 
todo,  según  y  como  en  ello  se  contiene  y  declara.  Y  que 
en  lo  que  se  les  ofreciere  en  osa  tierra  les  ayudéis  {é^fa- 
vorezcais ,  proveciéndolos  en  oílciofl  y  cargos  qne  sean 
conformes  (x  la  cualidad  y  habilidad  de  fius  personas,  en 
quo  me  puedan  servir  y  ser  honrados  y  aprovechados, 
que  en  ello  seré  servido.  Fecha  en  Maarid  &  24  deno-^ 
viembre  de  1588  añoa— Yo  el  üey.-^Por  mandado  del  rey 
nuehtro  señor,  Juan  de  Ibarra. 

Sigue  un  poder  que  el  dicho  Martines  y  su  esposa  dofia 
Leonor  conlirieron  á  Alonso 'de  Paa,  procurador  de  Iti  au- 
diencia ,  quien  habiendo  acusado  varias  rebeldías  al  fin- 
cal,  consiguió  que  en  el  mes  de  febrero  de  1594  diese  en 
parecer,  el  cual  se  reduce  á  pedir  que  se  dé  cutnplimiento 
á  dicha  real  cédula,  haciéndoles  merced  á  los  interesad<i8 
en  las  especies  que  ella  señala ,  conforme  á  la  calidad  y 
habilidad  de  sus  personas,  para  cuyo  efecto  produjeran 
la  correspondiente  información  de*  ser  los  contenidos  en 
la  referida  real  cédula.  A»i  lo  mandó  la  anüienela,  en  su 
auto  acordado  del  dia  8  del  dicho  febrero ,  y  en  su  conse- 
cuencia se  examinaron  seis  testigos  por  el  tenor  del  ínter. 
rogatx)rio  formado  áeste  efecto  ,  habiendo¡resnltado  pro- 
bado que  el  dicho  Montano  fué  uno-  de  los  primeros  de»- 


^\ 


H 


-.315  — 
cubridores  y  couquistadorof ,  y  qae  la  referida  doña  Leo- 
Bor  Douoel  era  su  hija  legititua  t  eu  cuya  virtad  ,  la  lual 
audiencia ,  \)ov  mi  decreto  do  8  de  julio  del  luisnio  año, 
maudó  que  los  oüciolesi^e  lai  real  l^iciouda  le  acudietseu 
con  doscientos  pesos  anuales  do  los  tributo»  do  los  pue- 
blos incprporad^i  cntoacttsá  l^roal  ooraua  los  que  eula^ 
ban  se&alados  para  los  entretenimientos  do  ios  coDqaíu- 
tadores  y  sus  hijos ,  oaya  sentencia  ó  decreto  está  jboua« 
lado  con  seis  rábricaa* 

No  habiéndose  conformado  con  esto  la  agraciada  ^  re 
presentó  á  su  nombre  su  esposo  ILgnel  Mactinez,  que  ni 
toa  suúciente  dicha  asignación  para  remediar  sus  uecesi 
dades,  ni  el  ramo  BoUce  que  se  consignaba  era  bastante 
para  que  tuviese  efecto»  por  lo  cual  ^  y  reproduciendo  los 
méritos  antes  legadoe  f  suplicaba  se  le  concediesen  los 
quinientos  pesospedidos,  consignándose  en  otra  cosa  mas 
segara.  Dada  vista  al  fiscal ,  este  supuso  en  su  dictamen 
qae  oonfoíñie  ala  real  cédala  citada,  estos  situados  de- 
bían entenderse  splamente  para  aquellos  que  no  tuviesen 
edad  sññciente  paca  servir  algunos  empleos  ó  cargos,  en 
oaya  atención  pedia  la  revocación  del  auto¡|  en  que  se  com 
cediéronlos  referidos  doscientos  pesos ,  y  que  eu  compon - 
secioQ  se  le  diese  un  corregimiento. ca>^  qu^e'^se  entretenga  y 
smtent^. 

De  este  dictamen  se  dio  traslado  á  iü  parto  eu  10  dei 
ml&mames  de  julio^  q^ieu  coutestaudo  á  él  alegó  do  uno- 
Yo^  que  según  la  real  cédula  bien  podía  dárselo ,  además 
del  situado  que  pedia,  el  corregimiento ,  paos  lo  uno  y  lo 
otro  se  mandaba  dar  en  ella/  mas  el  fiscal ,,  á  quien  volvió 
el  expediente,  insistió  en  su  anterior  dictamen  ,  y  por  úl- 
timo la  real  audiencia,  por  sentencia  que  dio  en  grado  de 
revista,  en  30  de  agosto  de  1£0JL ,  confirmé  su  auto  do  8 
de  julio,  con  la  cual  se  conformó  la  parto  do  doña  Leo- 
nor, pidiendo  se  le  diede  testimonio  de  ello  para  ocurrir  á 
los  oficiales  reales.  El  fiscal  que  intervino  en  este  nego> 
cío  fué  el  doctor  Gaseo  de  Yelasco,  y  el  escribano  que  iiu- 
torízó  las  diligencias  se  llamaba  Sancho  López  do  A-- 
güito. 


DoouMBurros 

á  im  condes  de  Moctezitiiia. 

Memorial  que  dio  la  primera  vez  la  casa  de  Moctenumapre  < 
tehdimdo  la  gramdeza  de  Hspafku 

El  conde  don  «Diego  Luis  de  MoctezamsL  hijo  del  prin- 
cipe don  Pedro  de  Mooteznma  y  nieto  del  emperador 
Mooteznma,  dice :  **  Qae  obedeciendo  la  real  orden  de  V. 
M. ,  ha  venido  de  Méjico,  y  viéndoee  hoy  á  nne  reales 
plantas ,  cepera  qne  no  estorbe  ya  la  separada  distancia 
las  generosas  inflaencia9.de  sn  real  presencial  pnes  solo  la 
relación  de  legítimo  nieto  de  nn  monarca  tan  poderoso, 
ann  cnando  le  habiesen  deposeido  del  reino  yiolenciaso 
derechos  de  otros  príncipes ,  si  en  tal  caso  se  refdgiara  á 
España  y  se  valiera  del  real  amparo  de  V.  M • ,  faera  esti- 
lada atención  de  tan  angnsto  ánimo  el  seOalarle  rentas  y 
honrarle  con  puestos  qne  conservasen  algnn  Instre  res. 
pectivo  á  la  primera  grandeza^  de  que  da  cada  dia  V.  iM. 
plausibles  ejemplares,  enriqueciendo  de  rentas,  oficios, 
gruesas  ayudas  dé  costa ,  á  tantos  que  caídos  de  menos 
alta  fortuna  hallan  en  la  real  magnificencia  de  Y.  M.  lo* 
gro  de  su  caída,  en  considerables  medras^lsin  mas  mórito 
que  recurrir  al  favor  de  Y .  M  ,  y  le  expenmentan  pronto^ 
por  mas  que  instan  los  empeños  de  la  corona  y  aun  los 
aprietos  de  su  real  palacio. 

Lucen  dignamente  los  descubridores  de  la  América  con 
mercedes  de  grandeza ,  títulos » estados  poderosos  y  ricos 
mayorazgos,  gozando  sus  descendientes  cada  dia  nuevos 
fevores  y  mercedes,  con  que  adelantan  el  esplendor  de  sus 
casas.  El  suplicante,  pues ,  no  debe  verse  con  menos  lu- 
dmientoy  teniendo  en  sus  venas  tan  fcesca  la  sangre  real 
deaquel  emperador,  y  tan  rédente  la  memoria^  de  todos 
tan  do  admiración  como  sincgemplar  servicio,  conque 
Moctezuma  su  abuelo,  con  ardiente  afecto  y  sin  violencia 
alguna,  puso  á  las  augustas  plantas  de  la  real  casa  de  V. 
M.  su  corona,  su  reino,  sus  vasallos  y  toda  la  Nneva-Bs^ 
paña. 

Zfanea  m  enycg^oeró ,  ge&or^  tw  heAíioo  mérito :  eiem* 


V.  M.  del  hi^terio  da 
05}  ooQ  Ift  plata  y  oro 
•ona  de  M^loo,  llena  V. 
rta  que  abren  íu  Filipi- 
las  i«alea  ot^aa  de  Méjí- 
áEepaSa  oonaeroomo 
Boastaa  por  loe  regiBtros 

de  Sevilla,  Boninna- 
raltOf  y  leSozando  en 
no  ataiore  reales  meji- 

I  de  laa  joya*  mas  rioas 
a  monaiqnfa  de  T.  M. 
qae  de  oan^Uluías  y 
iraspadoe,  deanatos  nni- 
obras  piafl}  estadoide 
rentas  de  mayotazeoe, 
poderoaae  y  magnmoaa 
»  qoe  T.  M.  reparte  á 

01  aquel  gran  Mooteza- 
9  ánimo  y  demoetracion 
todoe  en  la  real  oaeade 
deecedientei,  por  maa 
I  gloria  de  eer  vasallos 
,  Ti  viendo  debiijo  de  sn 
anos  las  riqoesaayrei- 
poeeyeion  sos  pasados 
lléjico. 

expedosas,  qae  es  may 
ber  oonsegoido  ya  mer- 
mil  dnoados  diá  renta, 
a;  palada  No  eúlo  dice 
I  tuabien  generaboente 
laanadones,  oonBide- 
as  de  qoe  Y.  M.  haga 
if  poes  las  saele  hacer 
■o  ha  interesado  tan 
ando  haya  qoíen  hobie> 
dnofl ,  no  hay  r«y  qne 


—  318  — 
con  igflal  afecto  como  MoofaBcma^  en  la  major  pujanza  de 
au  iuinorioi  qe  entcegii^  ood  todos  sos  vae^os  por  vaosOo 
tioY.  iVt.  I  vio  (|tio  es' de  imponderable  y  caai  incEé|Íi 
aáombro,  qno  ea],d^fensa  de  esta  cansa  se  arrestase  lus|ift 
(Itrraíuar  Iasao¿rójr^)order  la  vida,  saotí(l6'bid08e'ÉÍ( 
t  o  talmente  al  servicio  de  IT.  M. ,  y  de  su  eatólica  oorofi& 
Sin  parecer,'  paes,  que  pito  la  raya  de  sa  modera- 
cioa  ni  los  grados  del  'merecimiento ,  Énplioa.  qne  V,  M. 
'  honro  m  casa  con  primera  sprandesa  i  la  llave  de  la  ck- 
mará  y  cieti  mil  ducados  de,  renta  en  la  casa  de  la  Oon* 
tratación,   "        ' 

Y  cnándo  en  la  jnnta  partícidar  [á  qne  suplico  A  T.1L 
se  remita  la  consideración  de  este  memorial]  no  meréde* 
re  que  Y.  M.  le  haga  merced « íse  sirva  darle  iíoencüa  pus 
qae  se  Vuelva,  á  las  IndilMi ,  donde  e¿  un  rlnoon  deü^* 
co  pase  con  la  poquedad  ^Ue  allá  tiene,  lamentando  m 
poca  suerte,  pues  no  sé  Ju2ga  por  digno  ae  servir  4  T.K 
on  palacio  I  ni  ¿oísar  d!a  la  nberafidM  que  toOos  esgtíá* 
mentan  y  le. ofreció  el  Vitéy  de  Méjico  en  ndiábíé  dal\ 
]\t. ,  cuando!  íe  ijítimó  's^'teal  orden  para  qué  vinim  t 
£spañd ,  que  etf  esto  del  deseñgaUo  \  y  en  lo  otro  dd  £i^ 
vor  recibirá^merced  de  V.  M, 

^oto.--.Este  documento  i  cuya  fecha  ihuon> ,  ba  sido 
i^iicado  por  el  reverendo  padre  tntf  Mucio  YaÚo\ino8y 
(¡ae  ha  tenido  la  vendad  de  comunicármelo  y  de  un  nia- 
imscrito  pertenciente  al  colero  de  laOompafiía  de  Jo- 
sas do  Moreliai  que  sé  titulad  Historia  áel  eúiperádor  JhC' 
fczuma^  escritapor  el  padre  Luis  de  Mbctezuma,  Bl  tíiioDO 
II.  V.  me  ha  ofrecido  formar  un  extracto  de  esta  obra, 
que  debe  ser  muy  curiosa ,  el  que  j^ublícaré  cuando  lo 
reciba, 

Los  resultados  de  esto3  documentos  fueron  algunas 
gracias  de  poca  valía^y  añade  el  documento  inédito  do, 
donde  se  han  tomado  estas  noticias,  que  nada  pudo  con- 
seguirse por  entonces  á  eausa  de  loa  grandes  trastúmoo 
de  ia  rebelión  do  Flandes  y  óánquista  de  I^ói^tugaL  TSo 
pudíendo  el  conde  hacer  en  la  c^rte  él  gasto  que  bu  do- 
vado  rango  demandaba,  se  tetiró  á  un  pe^tiefio  mayoral* 
go  que  poseía  en  Guadix.  . 
J9u  hüo  dra  Pedro  lesifon  de  MoctMuina  renovó  esta 


—  319  — 
eoando  éS  m^arca  español ,  por  consulta  dtl 
de  I^diaBí  pidió  quñ  la  casa  de  Moote^una  rei^ 
la  reannoía  del  imperio  mejicano ,  que  aa  bisabne^ 
'  haelio.  lia  elánsala  de  la  esoritaia'  literafmente 
fligae : 

por  bien  I  y  desde  Inege  bos  todev^  madie  é 
de  an  acuerdo  y  confotiiiidad  nos  desiatimofl,  qui- 
y  ajirtaüioa.deeualqaieg  dgeého.  y  pretenfliom 
'  aos  y  onalqiiier  de'iioii^  y-  mtestrotf  herederos  y  suc- 

sdel  diehoMoote^Lma',  y  lo  cedemos ,  rennn- 

y  teaspasasios  en  B.  U.  y  énlos  s^fiores  reyes 

el  tiempo  faeren  sus  saccesoies ,  y  ea  bu  coro 


m 


L^g^ro  ha  dado  en  sa  Historia  'de  M^ieo  ti  árbol  ge 
"nHobde  esto  familia»  que  se  po);ieá  continnacioD.  E^ 
m^omado  por  Felipe  II  el  año  de  1550  >-  y  en  ITül^ 
biQsratta  mil  pesos  de  pensión  anual,  aegun  Ber . 
^^^  TíMúMd0  Oasiilla  i  la  grandeza  deBepafialt^ 
viUapor  Oárlos  III,  por  decreto  de  17  de  dioiembrtí 
I 1765- 


■  t 
i'  i 


~320^ 


DSSCBHDlirOIA  OU.  Ktt  WOtMXJCZOlUL 

MOTfiueaeoMi,  IX  rejr  de  lt6jtoo,  oando  eom  IfiiniTi jocbitl  sn  s»briiiA 

D.  Pedro  JUiíuUoahoAUiíi  Moltzuna.  mmmIo  «ob  1>?  CataUMQMs^iocUtl, 

na  aobriim« 

D.  Di^go  Liis  ItattaBoUia  HoImum,  outáo  «n  Jbpft&a  eon  áofi»  PíSdcII' 

cAdaUb  Cueva. 
I 
D.  Fodr»  TmUm  MoUtoBMi  dt  Ift  Omv«,  Ie<»d*d«ÍI«tonnuijdeTah.7 
^soond*  4b  liOMi  oMMioeon  J>?  JMÚDtauk  PbitM. 


D.  Diego  Loie  Motatamey  Porral,  II  ooftdade 
Motesaoia  ote .  mmuIo  coa  don  i  Luiaa  Jofte 
Iioaiaa  J  CanfllOt  hSJa  del  eonde  del  Areo. 

D?  KárfA  Jeróniaie  Motenma  Jofre  de  Loelia, 
III  eoadeei  de  MotezamA  ete.,  e«aada  fou  don 
Joeé  BanaieDlo  de  VaHada^ee,  qoe  f  aó  Tire j 
de  líéjieo  y  I  duqae  de  Atiiaeo. 


Dofia  Faoata  Dominga   D?  Melehora  ttetml^ii' 
flanai^atoT  Moteta-      to  Moletmaa*  V  ooa« 


ma,  IV  oondeía  de 
Jtotoaoma,  maerta  en 
tierna  edad,  ei  Myji- 
00,  en  1697. 


deea  de  tfotexooia, 
murió  da  mee^lon  en 
1717,  porloqne  reea* 
yeron  loi  eeudoaae 
Motetama  en  l>?  'IV 
réia  Nieto  etc.,  hija 
úéi  ptimer  marqn^i 
de  Tfnetron. 


D?  TeNM  Praneleea  dt 
Motesaoia  y  IVme»te« 
aad«  oon  D. '  Diago  Gít 
aeroB  de  Oumte. 

D?  Jetdnina  de  CioerM 

Motetno».  casMa  eta 

D.  Félix  NiatA^  safa. 

I  maiqaét  de  Taaabien. 

I 

D!  TeretaMiete  4a  flUn< 
y  Motesama,  U  m»a- 
qntaa  de  Tene^  i«b  y  VI 
condeaá  de  Mo*agaii« 
eco.,  casada  con  D.  0^* 

Sarde  Ooa  Saraueato  y 
iúñiga. 

D.  Jerónimo  da  Oca  y  Me* 
teKam%,lll  miumialade 
Tenetirony  VII  coade 
de  Moteinma.  ca»4e 
con  de  ría  María  Joaeft 
de  Mendosa. 

I 
D.  Joaqaia  de  Oca  Jf  dt« 

zama  y  Mendanaf  VIU 
ronde  ¡de  Moteanmaetc 
IV  marqaé«  da  Taa^ 
lirón  ▼  grande  do  Keea- 
ña.  (Vivía.  eoan<lo  da* 
▼igeio  etcrtbió  «ata  oe 
brH,) 


Hay  en  Méjico  y  en  EipaSa  alganaa  ramaa  laterales  de  esta  ilaé^  eatlrpa. 

Bl  primer  marqnés  de  Tenebron ,  aegnn  Berni  en  1* 
obra  dtada ,  ae  llainó  don  Antonio  Nieto  de  tíil  va  >  y  no 
don  Félix,  como  le  pone  Olavigero.  Itete  título  foé  creada 


—  321  — 

por  el  (djr  Oísúo^JU  en  1?  cIq  mi^o  ¿^  16^^  ;B1  mayo^ 
razgo  estaba  en  Caai^IaJa  Tie)a,  y  faé  del  célebre  carde* 
D^I  don  FrandfiQo  Jiménez  de  OíaneroSi  arzobispo  de 
Toledo. 

,  Apenas  se  encontrará  nombre  en  que  los  escritores  ba- 
jan di&rido  mas  que  en  el  de  Mocteznma  en  el  modo  de 
ttorioirle,  Kinguno  sigue  el  nombre  mejicano,  por  la  di^ 
floníad  de  acomodarlo  á  la  pronunciación  espaüola :  Cor- 
tés le  llama  Muteezuma ;  Bernal  Díaz  [en  la  edición  de 
Cano  de  1795]  Monieguma^  y  este  mismo  nombre  se  le  da 

^f^¡Bl títalo dtt  conde f  yes  elcomnn  en  los  escritores 
iomediatos  &  la  conquista ;  la  familia  se  firmaba  Jlío^e^if- 
Mytegon. el  documento  inserto  eu  este  apéndice,  y  los 

.  tamos  ^  ella  que  quedaron  en  Méjico  usaron  llamaroe 
Mopíízmaj  por  cuyo  motivo  y  el  ser  lo  mas  usado  entre 

]  kioso^  es  por  lo  que  le  he  dado  la  preferencia» 


»  '*> 


^^AOTO  de  la»  acía$  ée  la  cabOdiPs  del  ayunt^mirnto  de  Mé  • 
Jj^rehUvaa  á  ln$  twrh^u^ome»  aeonUecidoa  aurante  la  eji^edician 
^O^téf  d  las  Hibueraa. 

Viernes  17  de  Febrero  de  1625  añoe. 

%BSté  dicho  dia^  estando  juntos  en  cabildo ,  segan  lo 
^4  de  oso  y  de  costumbre  los  señores  Ldo.  Alonso  Zuax 
Jt  Pero  Almindes  OherinOy  y  el  factor  Salazar,  tenientes 
(gobernador ;  y  Francisco  de  Avila  y  Leonel  de  Oer^ 
^tes,  alcaldes  \  y  Bodrigó  de  Paz,  y  Sotomayor,  y  Jaan 
la  Torre,  regidores ;  é  dende  á  poco  de  hora  vinienni 
«eflores  el  t^orero  Alonso  de  Estrada  y  el  contador 
Arigo  de  AlDÓmoz,  tenientes  aísimlsmo  de  gobernador. 
^  este  dicho  dia  los  diclips  sefiores,  por  virtud  de  una 
>vi8ion  del  señor  gobernador  y  recibieron  por  alguacil 
9<vá  Bodrígode  Paz  y  recibieron  juramento  de  él 
iftme  á  la  dicha  provisión ,  y  le  dieron  vara  de  jnstix 
la  eoal  él  recibió  y  mandaron,  que  nombre  y  ponga 
tenientes  oonfornie  &  la  dicha*  provisión. 
'T  estando  en  el  dicho  cabildo  de  la  manera  que  dicho 
t.6Í  dicho  tesorero  y  contador  hablaron  al  dicho  cabil. 
^1  dtíendo  qae  el  dicho  factor  y  veedor  trajeron  cier  ta^ 

^ISKBTAOIOIÍKS.— TOiro  I«— 4L  '   ' 


*  t>tOTÍ8lon6s  éti  que  el  sefíoi*  ¿o  1i)éiWÍ6r1os  tuiiábihit»  pQ 
6118  teDientea,  y  qae  moBtxatotí  lá  t)^vi8Íbh  tigttrbs»  m 
tra  eUos ,  y  qnelo  qae' eral eii  tía  té^rotno  paanetítf .  yin 
el  señor  gobernador ,  j)or  cartas  qae  agora  lea  esonbl^lM 
tieiie  por  tales  sas  lagares- teDieateSs.iaeCcaales  (¿lutlas  I» 
^eroQ  en  el  dicho  cabildo ;  por'  émde  i^ae  pedhi!i^4d8'n' 
ineJiasen,  y  Inego  los  dichos  contador  y  tesorero  m  fli< 
lieron  de  dicho  QablldO.        «    '  '  '      ^ 

Y  lafego  el  dicho  factor  f  Veedor  *  bioátrftroá  ntift  profi* 
.  sion  del  dicho  señor  gobernador,  la  cnal  selevó^  y  piíridli 

pareció  los  ñombréi  por  sas  teuíentes :  6  pfu^  por  t^Ni 
lo  recibieron.     '  '         '  •    *•         "*^' 

Y  iaego  los  dichos  señorea  Leonel  dé  Oér^ántbs^'ftlMl* 
de,  y  el  señor  Bodrigo  dé  Paz,  alguacil  nía^ot,' j  Ottte 
re  de  Sotomayor  y  el  dicho  «Taañ  de  la  Totte ,  ftrl^cnwi 
dgeron  qae  pedian  por  merced  á  los  dtehoé  atíñóí&ilpáU 
saliesen  de  dicho  cabildo  ^  porqne  parecía  que  ae  aptilt' 
nab<in,  y  calieron  el  Ldo  Aloiido  Zaaso,  y  el  dicho  fiíolor 
y  veedor  Francesco  de  Avila  (e  salieron. 

Y  Iaego  platioai^n  sebillo  soÉodioho»  j  por  vDtoi|i 
da  ano  de  los  dfchos  señores  dtjo  lo  sf gaimte : 

El  dicho  Leonel  de  OervanteSi  alcalde,  dij6 :  ijtie 
recia  qoe  la  proylsio]Btqae  pr^eatarcm  los  dlohoe  fií 
veedor  del  señor  got>eriia;aor,  qae  áqnella  se  debe 
d^  hasta  tanto  qae  paresoi  otra  .cpsa^  fK)rqii0 
tar  recibidos  en  cabildo  por  ella,. 

E(  señor  Bodcigo  dé  Paz  diJQ :  qae  vjsto  lotiiie  tííi 
tesorero  y  contador  pide,  dicbm'do  qae  el  ta6tor  y  ^ 
trajeron  dos  provisiones  del  gobemadoír,  isa  8eSdr| 
para  qne  todos  cnatrojantáii^on te  áBí^fieseny  (ioiM 
la  provisión  qae  el  diclio,  tesorero  y  contador  aiil 
nian,  y  qae  el  factor  y  veedor  presentaroii  en  cáhil 
la  la  ana  provisión  ^  de  lo  caal  el  cabildo  fné  engafi 
no  ostaate  qae  ellos  son  ádoxicldóa  por  la  püiovUdoá 
presentaron,  el  lido.  Zhi^zb.c^  jaez  in  solidum.'en  Ui 
sas  de  justicia ,  como  paréée  qae  por  )a  proviáloñ  qé 
raello  tiene ,  ante  el  caal' ^|  dic^ó  tesorero  y  doíd 
han  pedido  sa  jasticiá;'  qá0\lfiu>.'lo  'qae  el  Ldo, '^^ 
como  tal  jaez  en  este  caso,,  sehidhóie  siendo  ^ustii 
aqaello  en  cabildo  se  campTirá^  y  qae  hasta  éa  ti 
la  provisión  dé  dicho  factor  y  veedor  se  gaarde  y 
como  en  ella  1^  contiene. 


awoea  jaez  por 

tiane^  y  qae  61 
{ffatiootlo ,  y  lo 
aquello  le  paro< 

este  caso  no  se 
I  ft  toque ol  80- 

juez  qae  es  de 

ella  se  verá  eu 
rdará  j  cutnpU-- 
oberandor. 
ocurador  (le  es-, 
to  Que.  los  8efio> 
iQ  det  seSo  go- 

se  hallan  aerax 
1  Sr.  Ldo.  Zúa- 
iiaso  el  pleito  j 
luoiaree}  y  por- 
BT  alguu  esoán?' 
ocho  daüo,  qae 
,  que  anotes  que 
,  vean  si  de  ella 
t^  Dios  naestro 
Uca,  y  pidiólo 

'idores  qii«  hao 
luerimieuto  be- 
Bron.:  qaeanle 
como  jaez  úo-. 
i  noliabna  nt- 
itigado  porjns- 

m  la  tarde,  tor- 
orea  el  Ldo.  A- 
'rancisco  de  A- 
yor,y  Juando 

ia  oa  la  taide,   . 
anciado ,  satis  - 
JCho  por   i*ero 
adad  dijo ,  quu 
eso  y  Benteocia 


—  824  — 
se  traieseal  dicho  esUldo,^  Vteeéo  lá  Jiuttola  j  rqgfidom 
de  él  lo  qae  en  taX  <i(K80 .  tenifctn  ptonanciado  y  bcwiUmioíí 
dO|  s  de  cómo  XtíAo  era  oonforme^al  servicio  de  Dios  imer 
tro  Señor,  y  de  8.  M. ,  y  del  sefior  gobernador  ea-M  re» 
nombre,  y  para  paz  y  sosiego  de  maohos  baUiüfos  y'St« 
cándalos  (jtte  podrían  suceder,  así  entre  iM  eepaf!ol€Bi<|iii 
en estalTaeya-EspaÜa residen,  como acett» delossal»* 
rales  de  ella ,  y  para  que  en  esto  el  dicjio  ayontomieiít» 
provea  lo  que  mas  contiene  ala  Sa2on,  y  se  hag»  ooate- 
me  á  lo  susodicho. 

Y  Inego  el  dicho  alcalde  y  regidores  dijeron  /  que  sita* 
Sor  licenciado  hagan  jasticia  como  mejor  viere  t  le  ptm- 
cí.ere,  porque  1^  que  su  merced  hiciéhre  6omo  jues,  el  eaU- 
do  lo  ha  por  bueno  y  lo  apruébate; '  ^ 

Lo  cual  todo  qué  dicho  es ,  luego  en  eiM^dioh«  ^Umm 
la  tarde,  á  ^poca  de  hora  por  Hernando  Fsres^ 
fué  notiftcado  lo  susodicho  en  esta  tarde  á  IM 
factor  y  yeedor  en  sus  persanas. 

Los  cuales  dijeron  \  que  el  dichb  iMrildo  heéiio  lief  ■« 
la  tarde,  ya  contra  todcórden  de  derecho  y  se  pnetoli^r 
mar  mas  propiamente  monipodio,  paratnoTeer 
deservicio  de  S.  M.  y  en  desasosiego  de  esta  cfndMli: 
gun  parece  por  lo  proveido ;  y  por  tanto  \o  pio^ 
ninguno  y  de  ningún  valor  y  efecto,  por  cuanto  á  qna 
do  el  cabfldo  se  hallara  preéente ,  y  espedalmBate  4imá 
fialado  para  él,  la  ciudad  no  era  parte  pora  apiobMé 
que  el  dicho  licenciado  hiciese ,  por  ser  como  es 
y  suspenso  en  negocios,  y  no  lo  haber  conoddo  ni 
car  por  tal  juez,  y  lo  mismo  se  dice  por  Francisoo  do 
la,  alcalde ;  y  demás  de  esto  la  ciudad  los  tiene 
y  están  en  posesión  usando  y  gozando  el  cargo  de 
tes  del  sefior  gobernador ,  y  no  habiendo  otra 
contra  como  no  la  hay,  no  pu^e  dejar  de  ser  oomi^Müi^] 
guardada  la  dicha  provisión :  por  tanto,  por  viitoá  C^ 
poder  que  del  sefior  gobernador  tienen ,  íes  mancan  ti 
dichos  alcaldes  y  regidores  que  hicieron  el  dioho 
extraordinario,  que  so  penado  muerte  y  perdií 
bienes  para  la  cámaray  fisco  deS.  H.,  nose  enl 
á  aprobar  ni  aprueben  cosa  alguna  de  lo  por  el 
candado  determinado ,  antes  fo  den  por  ninguno 
es  en  sí  él  ayuntamiento  que  así  hideron,  pw^ue 

lo  que  conv{«ae  la  servicio  do  DiosmfiestroMl^i  if 


—  325  — 

I  S  K. )  j  pac  j  «Miegb ,de>0sl» oiniBM^lw •e.imiiiplA la  pro* 

I  Tiikm  91»  p<»¡el  Sr  gob^niadinr.  e9tá  dad»  t  la  coal  estó  o- 

bedediday  cMiptida  ^  y  así  maadanm  notifloar  á  mí  el  ái- 

oho  eeoribaiio  á  los « aoaodichosu^Giuutalo  de  Salazan-^ 

Pem Alaiades. ,  .  ,,,^ 

Bq  18  de  febrero  de  1525  años  se  notificó  este  auto  á  loa 
fieSo0e«  reí^ídoris^  estando  ea  oabildo  hoy  dlcko  día  sá 
badO|  oeafonoe  al  mando  snsodiolio» 

Su  9Íbaio  25  defekresro  de  1525  ailoa. , 

•  •■'■.  •    .. 

Al  eito  oabüdcí  ^  eetaado  aa  él  loa^aeSores  lieenoiado  A> 
loiüo  KoMo,  y  el  teeocevó  Almo  de  Bstrada,  y  el  oonta . 
<lor  Bddrigo  de  Albornos ,  y  él  fiíotor  Salasar  9  el  diofao 
^Mtor  ptweoató  ana  provisión  flonada  del  may  magnlQoo 
MhhP  HeniaadD  Octetos»  sagpon  por  ella  pareeía^sy  presen- 
tad* anta  losdMioaselloiBS  y  ante,  la  jostieia  y  regido*^ 
YM  AbI  dfaho  oaUldD  dijo,  qoa*  podia  y  pidió  á  sos  jperoer 
to  b  goMdMi  y  onmpliui  segan  que  en  ella  se  ocmtiene^ 
7  flo  las  penas  en  ella  contenidas,  y  Inego  el  veedorP^^ 
Almindez  qne  estaba  presente  dijo ,  qne  dice  y  pide  lo 
miimo.  '^    '  *  ..c 

T  lo^go  el  dicho  seOor  licenciado  dijo^  qne  ya  sobre  es- 
ta sansa  iuilria  ptoito  peadisntB,  y  sobre  la  dicha  penden^ 
pásate  les  dichos  aeSoxcaháhMldo  pronunciamiento  y 
seDteBsia,la-caale«lái  mandada  obedecer  y  cumplir  por 
nuiohas  cansas  y  raaones  contenidas  en  lo  pronnnciadp'á 
qo^dijo  se  leteíai  y  qne  por  bien  de  paa  y  concordia  de 
todos  estos  se&ores ,  y  por  lo  qne  toca  y  atañe  al  serFÍoio 
de  8.  IL  y  del  seOor  gobernador  en  su  real  nombre,  qniCN 
tad  y  sosiego  y  i>aciflcaoion  de  «astas  partes ,  mandaba  lo 
que  mandiMlp  tiene. 

,  Y  Inego  los  dichos  contador  y  tesorero  dijeron^  qnaesta 
dicha  proTidon  ha  sido  ya  presentada  en  este,  cabildo ,  y 
qoe  lo  en  ella  contenido  se  ha  litigado  con  el  dicho  señor 
Itandadol  y  qne  en  éUo  sn  merced  dio  y  pronunció  §en. . 
teaoia,  de  la  cual  hicieron  presentación  y  pidieron  á  los 
MBotes  de  este  ayuntamiento  que  la  cumplan  y  guarden 
eomo  en  ella  se  contiene. 

LQ0go  loa  sefioretf  Erandaoo  de  Ayila ,  alcalde,  y  Bou 
drijo  de  Faas,  y  Botomayor,  regidores ,  dijeron ,  que  obe^ 

^Mbm  la  wntaMto  dil4(»  y  pipi^mab^  W  ^  fi|e8o;U^ 


_^2e-í — 

oendá(M|nr  aquella  «Mtdiaay  60taií.piMtM4ie  la  qamplff 
como ^n -wa  se  eantie&e >  y ea «mqrtfanimito  da.)a'4i«te 
sentetteia  Teoibi^tont  ó  loa  diohoB  tosoieid  y  «tntadoc  por 
tsnieatos  degoberáadorV^^t^*  y*  mido  «aataalo  enuí  f  y 
MderoQ  el  jaramento  y  solenmidady^gon  qm.fleailteato 
tiene  hecho.  -  •  :••:«  '•  .  •       '..!-»•• 

J«na  ée  la  T^rre,  iefUor  qaaaitaha  pr^Bmte<diiO|  que 
por  oaanio  después  de  los  Tnote»  .y  lantostparan  estooíiH 
bildo  pasaion  sobre  este  caso  el  viernes  qae  pasó,  los  di- 
ohos  señores  6oaEal6  de  Babusor^  Pero  Alidbid6l|de  Ohi< 
riao^  tenientes  de  gobernador^  hablan  mandado  so  graves 
peuaoy  que noreoibiesep 4 los>diclto8  sefiotMitMMMMO'iy 
conMdwálosoflidosdeigobQfiiÉMfaMii  ni Mtepdiésemos 
en  itiaa,  pues  ellos  lo  *  ertaa:  fwrpiovMmii  bastan^  laamo 
mas  iargam^ate  enfloBídJahéft'isns/mündae  >paBiQe;i  qae 

agolpa  poD  lúHané^|ffeienter|it.iwkinifinl!t^  ré^imám  aa«  - 
fioréá  tasoreré  y  MHtfttor)yao/Ie'pa0ar.pei|fMi(K4ísap6sif 
sontt  y  bienes,  ae«>61  en^iúq  muyaicftiiMn  al :D¡iaiidirf;»*B» 

Inn  ttm\tr\n  tnnitiHlmfi)-  ditrostn  mi  JninrfcntniTriíliwtMt  i\P  tf "  : 

depor^testlüiAiio*.' r' '      >ri'>.:  ?•..  .1 ,. '.lüa- .f.'    <.*;•*# 

MUrooles  19  dtf  a&riZ  ^  1525  alíoí.  '  •  *:« 


•    '    !'',''•    .r.    ;;■  -.    .•    1  .-^'f-.-'    '. 


Y  Ine^oíndontinéntl,  el  ^úsbo'iBodvíeordérPiaidyov'qM 
porcnantO'lóadiae'pasáditaiCeiiíaii..  >I&f2(uitoHAiijfluia 
seute&oia;  lK>r  la  ooal  mándd^iwradnrtliíaataa  por .towe»! 
tes  d^gobÉrnaddr  á  loB^ififioedacáLlnnRrjda  Ssfenm»  yiBa« 
drího  de  Albornoz ,  tesorero  sr^eeoto^or  de  S^  ICy  jaiitei: 
mente  bon  el  factor  y  ^needori'tatdaal  áKtwt  senteifiía  aon* 
que  al  presente  faó  por  61  oonsentida'^  qniragétH  pGUqtae 
le  parece  qae  los  aAmitir  á^los  sBsodidhos  ppc  tenisatei 
de  gobernador,  no  hizo  lo  que  debía :  qnan  decía  jK  era  sa 
pareceif,  qoé  no  w  débia  ák  adoütír  á  los  diebod  oaiioi^ 
salvo  los  dichos  factor  y  Veedor .  ppv  virlmá  dé  la  provi • 
sioh  qne  qresentaroa  /la  cual  «e  debe  pvegonat'públifla*^ 
mente  para  que  vefiga&'notlisia^t<]ído!3«  y  qaefttrser 
como'  es  infirmado  de  lo  susodicho  lo  dice  y  prepone  ^ 
segan  y  de  la  manera  que  dicho  tieae«  ** 

BodxíBaide  Brit» 

T  la%;o  él  diófiO'flbñoitaB'ranídsóo  dií'JLámU  dijov  4M,^ 
licenciado  Zaazo^  tenitate  da  gqiberiUHixIr^.  aioáldd^mi^i 
yor  én  la  Jui^yoia  «a  «^RAuMy^ioitiwinoifl  y:aaiteMió  «ateto 


i 


m  jmbéhMfalóá  ^  lá  oual  dWha  sentéttttilí  tlié  ftfmtMida  por 
"rá'fiíiydrtwté  de^esfte^áMIdói'y^'iíimm  adumidoB  los 
dtcüdá  ééfittreA  po^  tehientéti  de  gt/bMAtkAtn  j  Ma  pareocr 
'  fléí  tffelío  MIor  lüoétMiliao ,  eóíáo'  Mmé&  jr  Juez  que  es  y 
del  dicho  oabUdo :  qoe  si  ello  fÚ^júbtd  6  m  ftifi  jÉsto , 
^ae  el  dieU  fiéfió^  '/lloenc^do  tiene  la  examinacion  y 
ptiiebudiB  éXLó  cada  y  oftando  qáe dé  la  jfidieteñ^  tS!^^  él 
üo  es  en  qne  baya'' ótwnovédad  itún  de  laé  habt&S')  ó 
qae  ti  alkáüáfí'lihbiére'^eYi  que  Dliyaj^'e!  rey  sean  deserví- 
do0.  áne  «sdef  'ágbia  Hsie  é&ime  dé'  Mto « y'  qM  esto  daba 
y  dio  pditni  tespaestt^'-^FraadfilborDátim^ 

•  T  lluego  incoiitlnentl ,  erUealderlíeonel'  dt»  Oerraates 

que  ^o  al  dicho  cabildo  dijo ,  que  hasta  tanto  qno  los 

Sdloté^f&ótot  y  veedor  Viiñeroii  dé  do^esb  tteroed  está, 

él  iS(i^,póf  tenientes  dé  ébbemaSoi'>%  los  sefi&res  óoAt»- 

dtAf  bdaoréMj  por  lá'phiViAhki  qtitf'^l  seflot^siAemador 

íenüsdí'jy^tLd  l<tt  dlefee»  áefiolw  fJMc^  y  vewA^r  tirajerou 

otcajiroFisioníTxyr)a^aI  hie^eabala  que  tenia  dada  á 

loB'aM^¿s 'feíéííorés  teéorero  y  eofttadory  oti«  ooal^nier 

'<(áé^littbiese  dado,  la  cual  fué  redibidsftítf  esblldD:  qne^éL 

desde  entonces  tenia  y  tiene  p(n*  tóülefiítés  dé  Ipétomador 

á  •  leá(  VC^üs'fUétor  jt  veedoir^  no  g  dl^^presenanlsguna, 

3^  ¿áoá  y  éttenSb'  qtié  los  diebóé  tíéñútéé  alciade  y  regido- 

xttr'^f&isierén  entbnddi'  éA  todo  Id^rté^omrMga  á> sspvi- 

cior  ^  Dios,  t'de  S:%rydel  éefüorjgdb^iiadófen  snnom* 

tyréy'él  estálpreMxS'y'ftllát^ado'áe  lo  cnsfrplir  mtiy  entero^ 

nietitéi  y  í^  así  reqniere  y  pldé  á  los  diobos  'sefiof es  al- 

^caldeé  y  IreHdores  dné  los  téüjgta  por  tales  tesríentes  de 

gcfbéníadiir  á  los  diohód  fáctdi^  y  veedor >  y  no  6  otmnin- 

g^iih  persona.  írp(deltfl>dl'teáfíniotoída^Leonel  de  Oer- 

tttntes;  •;'-,^' '''  :   ■  •"'•        •■*^"  "  '  \  ' 

T  htegb  él  diebo  Ontlerre  acTSototniiyor  dijo,  qne  él  ha 
tetridoy'tiene  por  téáfentéfr  dé!  señor  gobernad!»  á  los 
diéhés  ttedrero  y^oXktidor,  JVbtaiáéüte'eoty  Ms  dichos  fac- 
Ibü  y  Vi^edor ,  y  por  estar  como  están  recibidos  en  oabiK 
dóL  T  (|te  asi  les  tiene  f  terna  hasta  ^  tanto  qne  el  señor 
gobernador  veilga.^Bbt6majfor: '    ' 

X  laego  ál  dicho  Jnan  d^  la  Torre,  dijo^qne  desde  el  di  a 
dne  fnilldoHñdada  éá^éateiáikbiMía la' sentencia  'delsefior 
nbendadb  Zaazo/partf  qtteí  se  TeisitAesen  por  teniente^  de 
gobtínxadcft  al  teso4í^ro  -  Albnso  de  Sstmda  y  al  contador 


Bodrigo  de  AlbOTüOSf  él  f ¿é  de  yotipy  piH9Q(Q|Drq«eiiOM 
,  seoibieaea*  ni  sefainoTaee  la  proTÍBioadáclft  ñor  ^  Sr«  gp 
bemador  6  loft  ae&ore^  Gh>nzalo  di^  Salasar  j  Pero  Almuía 
ám  Ohirinoi  oamo  mas  largfuaeiite  en  el  aotp  que  wAfua- 
ees  hiBo  paregesáy  y  q^e  lo  mismo  dioe  agCHr%  xefiri 
en  lo  que  piimeio  nabia  diebo. 

Jaán  de  1^  Torre* 

•Ylaego  vinieíoa  al  cabildo  loa  iseftorea  faetor  j  veedor 
de  88.  MM. ,  á  loe  oaales  loa  ^qicboS;  alcalde  Leonel  d6 
Oeryantee  y  y  Bodngo  de  Paz  ^  y.  Jnan  de  la  Torre  dije^ 
ron,  qóe  los  requerián  y  requirieron  n^maén  pregonar  la 
dicha  su  provisión',  para  que [  venga  á  nqtíicia.  de  todos , 
para  que  los  tengan  solamente  por  tenientes  del  se&or  go- 
bernador* ,  •  •     z 

Bl  diebo  alcalde  Francisco  p¿vila  dijo,  quQ;$i,|iieQe 
á  todos  los  dichos  señores  ofloialea  deS.  ÍL  por  tegij^tés 
de  gobernador,  y  que  si  alguno^  de  ellos  piietenden.  tener 
dereoho  á la  dicha  gobernación,  ^oas  loí^  unófi  fiuf^los  o- 
tros,  que  hagan  en  ello  lo  que  foe^re  justó,       '' ' 

Bl  dicho  Sotolongo  dijo,  q^e  ¿1  tiene  á  todos  loá^mchos 
seftores  por  tenientes. do  gobernador,  y  qif e  así  los  temA 
hasta  que  el  señor  gobernador  venga,   . . 

Y  luego  los  dictios  señores  ftctor  y  veedor  dyeioi^f  qne 
como  ty lentes  deludidlo  seÍDior  goberhador,  por  virtud  ^ 
la  provisión  que  de  su  merced  tíeneii.,  y  deV^^^otbind^m 
que  les  fué  hecho  en  este  cabilao ,  quQ  se  coi|formabi^i  i 
eonfbrmajTon  oon  lo  que  ia  mayar  parte  de  lo  quedos  al* 
candes  y  regidores  tíei^n  acordado,  y  que  mandaban  y 
mandaron  que  la  dicha  provisión  se  pregpne  porque  h^ 
vecinos  y  moradores  de  esta  NuevaJBppafia  eepaii  los  que 
han  de  gobernar  la  tierra  en  nombre  qel  señor  góberns^ 
dor ;  y  que  porque  en  las  cosas  pasadas,  en  que  loe  dichos 
'  stílores  tesorero  y  coutadox  se  opusieron,  y  e^  dicho  señor 
licenciado  se  quiso  hacer  jues,  faé  cosa  injusta  y  agravia- 
da^ y  así  apelaron  de  ella  como  de  sentencia  dada  por  no 
juez ,  que  lo  daban  y  dieren  agora  de  nuevo ,  coqío  de  an 
tes  lo  tienen  dado  por  ninguno^  porque  aiBí  cumpl^  id  ser» 
vido  de  S.  M.  y  bien  de  los  vecinos  y  moradores  de  la 
tierra. 

Bate  dia  se  pregonó  la  dicha  provisión  d^  los  dichos 
£aetor  y  yeedor,  en  la  plaza  pública  de  estaciadad ,  es- 
trado presentes  los  dichos  señores,  en  fií;»  ^e  mucha  gente 


—  320- 

rUtdé «atáW.— I!6súg08, ÁntoDÍo  de  VUlaOomez,; 
D!«So,  f  ot^ÁrmaclioB. 

Íi20  de  «ftn'I  áe  1525  iijToi,       ' 

iQo  eii.cabi1<lD  7  a^nnt&taieilto  los  se 

'  izo,  y  loa  sefiórea  facEor  y  veedor  de 

i  goberniidor  en  est»  Xaertt-tiSpaña,  y 

I  ialde  CervantCB,  y'  Ontierre  de  Soto- 

6  Paz,  y  Jaán  delft  Torre,  regiflDripa, 

o  eacribaiiodiJeroilVtliie  por  cnanto  en 

'  ;  mandó  pregonar  cierta  provisión  del 

a  que  tuvieaen  por  gobernadores  á  ÍoS 

ry  vcedtr,  juntamente' con  61  BtBof 

no  otra  perabna  afguna ,  itobre  lo  cttal 

abo  aeOori^tlcénciadO  había  eatendido 

I. tía.\a  corregir  yeaiaendar,yBobreel1o 

hmuiiIú  liacer  ciertoB  aotOB  y  notiUcaoionea ,  qne  qneriao 
entender  y  platloar  80bí«  ello  lo  qneconveaia  al  servio  de 
^  V-,  y  bien  y  paciticaoioQ  de  eetos  partes;  y  qneriendo 
proraer  sobre  «Uq,  diieron  ku  dicbo  seBores  faotor  y  vee- 
díir.  vT.annd  aa  harirtantaa '.  Viiiti^o  dc  Paz ,  y  JoaD  de 
1,  juntamente  con  los 
acordaron ,'  en  obe» 
la  pTovlaiotí  qne  del 
faé  jnstifieadaiitente 
babia  hecho  en  obe- 
'licenciado  habla  da. 
bien  y  procomún  con* 
evo  se  tome  á  man- 
regone  públicamente 
ttá  ciudad  sea  obliga, 
mandamiento,  salvo 
20 ,  y  factor  y  veedor 
(ts ,  Go  i>eDa  de  perdl- 
né  los  tnviere  de  cien 
it¿B  ni  emplazamien- 
amo  en  las  déla  go'j 
ilon  que  del  dicho  go- 
e,  salvo  de  los  dfchoH 

qne  él  tiene  poi  te> 
TOMO.I.— 4a 


—  330  — 
mientes  de  gobernador  al  se&or  lieendado  Zoaaso  i  y  ¿  loi 
■efiores  tesorero,  y  contador,  y  factor',  y  Teed<n:  de  8.  V[. 
y  así  los  tern&  hasta  qne  el  aefior  gob^nador  venga. 

El  dicho  licenciado  Zaaao  dijo,  qne  ¿1  di6  la  dielua  sn« 
tonda  qne4e  snso  se  hace  mención,  y  qne  éonfonne  i  ella 
hasta  agora  está  votado  y  platicado  en  paz  y  sosiego; 
qne  él  segnn  derecho  no  puede  venir  oontra  sn  sente&Ss, 
qne  él  estíi  presto  y  aparejado  de  cumplir  en  todo  lo  qae 
el  sefior  gobernador  le  mandare  y  le  tiene  mandado^ 

Los  dichos  señores  factor  y  veedor,  j  alcaldes ,  y  regi- 
dores dijeron  que  mandaban  lo  qne  tienen  manidÍ||áo ,  j 
pedian  y  requerían  al  dicho  éefior  licenciado  se  conforme 
con  la  dicha  provisión  del  señor  gobernador,  y  con  lo  qse 
ellos  y  con  la  mayor  parte  del  cabildo  tiene  acordadé, 
eon  protestación  que  todo  lo  que  sobre  rason  de  lo  SÍBSS- 
dicho  y  piotestado  quieren  hacer  sucediere ,  sea  eiplpaj 
cargo  del  dicho  señor  licenciado,  y  pidiéronlo  pOrtm> 
monio. 

Pregónese  en  12  de  dicho  mes  y  áffo,  por  vos  de  Fias* 
eisco  González,  pregonero. 

Martes  2  de  mayo  de  1526  añoe^ 

Este  día,  estando  en  cabildo  y  ayuntamiento  los  ss&ih 
res  factor  y  veedor,  y  Lda  2uazo,  tenientes  de  gobema* 
dor,  y  los  señores  alcalde  Leonel  de  OervanteSi  y  Bodrigo 
de  Paz ,  y  Juan  de  la  Torre,  regidores ,  para  entender  es 
cosas  cumplideras  á  servicio  de  S.  H.  y  al  bien  y  procd^ 
mnn  de  esta  ciudad,  dijeron',  que  por  cuanto  en  askaetej 
dad  han  acaecido  algunas  cosas  después  que  el  sdtor  fl 
bemador  se  partió  &  ella,  que  es  bien  hacer  reEsdóa  4 
M. ,  qne  les  parecía  qne  se  debía  de  escribir  solare  éBb 
S.  M. ,  dándole  reladon  de  todo,  y  porque  sea  lóia  inf 
m^o  de  la  verdad,  qne  se  haga  una  informador  de  1 
tífios  de  todo  lo  acaecido  y  suceídido  después  de  la  pü 
da  del  dicho  señor  gobernador ,  y  parque  se  haga  mas 
forma,  mandaban  é  mandaron  a  Pero  Sanchea  F 
procurador  de  esta  ciudad,  qne  haga  un  pedimento 
ello  anto  dicho  señor  alcalde,  y  presenten  loA 
qja»  convengan  de  se  presentar  en  la  dicha  rason« 


IfñSSde  müg&4lel5264í1íó$. 

éftM  dia ,  estando  en  cabildo  los  sellores  factor  y 
iry  y  Ldo.  Zaazo  ,  ttoieutes  de  gobéma^r ,  y  el  aK 
Leoa<)1  de  Oervantes «  y  Sotomayor  ^  y  Bodrigo  de 
Paz  «'  y  Antonio  de  Oairajal ,  alcalde  y  legidoree,  düje- 
ron,  gae^r  cnanto  en  eataoindad  algonaepenonaa  tnüan 
armas'  óftnfii vas  y  'defénnvae  j  6  mae  de  las  que  ae  Melen 
acoetnmbran  traer ,  la  cnal  es  inaner»  de  alboroto  y  ea- 
eftndalb,  por  tanto  qne  mandaban  y  maadavon  que  ae  a< 
pregone  públicamente ,  qne  se  guarde  y  onmpia  la  o6n 
dolii  de  B.  M.  I  en  qne  manda  las  armas  qoe  han  de  tner 
\sm  eonqnlstadofres  y  los  demás ;  qne  ninguna  persona  de 
Bi4¿bn  estado,  ni  condición  qne  sea, .  taiga  otras  aiauw, 
nin  ¡papada  f  pnffal «  y  si  anduviere  á «aballo  qnepao' 
dá  fiaer  nn  mozo  con  lanM ;  so  pena  qne  el  qne  lo  cous 
áiúro  hiciere^  por  el  mismo  caso  baya  perdido  las  diciías 
annáé  qne^asf  trajere  demás  de  las  susodichas,  las  cuales 
asan  piura  el  alguacil  qne  las  tomare. 

ITota.  — D.  Garlos  de  Sigttensa  eaeribió  á  la  margen : 
^'BMe  fué  él  útlmo  cabildo  á  que  asistió  el  Lda  Zuaso , 
'aporque  en  la  noche  de  este  dia  lo  prendieron ;  y  el  dia 
^'  siguiente,  víspera  de  la  Ascención ,  comió  en  Tescnco. 
^^  Véase  á  Oviedo  en  su  Historia  ^  en  el  libro  de  los  nau< 
«  ícagios,  par.  32,  fól,  183  » 

En  4  dios  del  mes  de  dgosto  de  1525  alioe  [  L  J. 

Nota.—D,  Garlos  de  Slgilensa  al  pié  de  la  Arma  de  Boi 
Hñgo  de  Paz,  que  se  re  én  el  acta  de  cabildo  de  este  dia, 
ssoñbió :  *<  Esta  es  la  última  Arma  de  Bodrigo  de  Fas  en 
'''este  libro,  porque  después  le  ahorcó  su  grande  amigo 
^  González  de  Salazar." 

Én  17  ^e  agosto  dé  1528  años. 

.2(ota.^KlDgano  firmó  este  cabildo,  por  consiguen  te  iii 
Jtf0drígo  de  Paz.  aunque  asistió  á  él. 

[f]  Sa  Apiadlea  I  o  átH  tSÍ.  S6,  le  pnto  por  ecfniToeMfoQ ,  htblándoae  ém 
mím4MmtmAák  fiMt%mé toé ea  fX  ^\IMq Ú9Í'(ill^l^  <^f  a§Wiifi,4f* 


^m--^ 


MoiOm^  éh.  «|Mtft>  de  16»  i(Ko$. 

Bn  eatediolio  dia » estando  aynntaflofi  eaaa  €iftbU4%lQi 
didioB,,fleftor80  €hMiBaky  úb  SaUuiar  7  J^^eo  Almuideas  y\^ 
Tino,  Sielar  y  veedor  é  teoientes  de  ¿oberiíader^  j.Kéóiid, 
deOePíMitesy  aloalde,  y.J^an  dí^  líi^Torre^  é  Antbmó,4e' 
Ottmb^l^éUef  ode  Yaldenebroi  é  GoD2(aJk>  U^j/a,  ^ 
iM^Anleiiío^de  YiiJlAioeii  tooíqo  de  esta  cinám^ii 
naa  pxovMton  de  los  dieaos  sefiorofi  teáientea^l^', 
nador!,  por  la  cual  paveee  400  le  pcorciyerou'  ak  i 
ma^ror  de  eela  eindadi  coa  voto  de  regidor  ea  et^a^ 
vimm  por.loa  éiokLee  seuofea  jaetioia  y  regi^otes  ^1 
rentiofanieiito  ^del  dieho  Antonio  de  ¥111%^^  sobi 
Qal  de  la  oiniz,8egaQ  forma  dedereoho^  qawtadí  d 
jaral  y  preaietíé  de  asar  biea  é  fielmeute  dé  ^ÓQÓ 
guardando  él^flervieia  de  *SS.  M&C. ,  é  bien  é  j^ 
do.estaoiadad,éeampUr6  ]os  maó^aTaiépi^jfl^ 
eboafleBorea  teiileatea4fl  gobernador^  é  ^aioalcte> 
dadad, y  gaardará  el eeereto del  cabüdt^^.ae.jj 
maateiimieatoa^  y  en  todo  bará  ooiao  buen  a1¿ii  ^ 
y<iF<.xégUkur  sueleé  debe bai^^r y  é  be^bó ef  d^4Íb9 

mantoylosdkdioaae&oreajaBtípiaéregldc^ea^  jfi 
roaaLdicho 


í»  M 


^JtT,h^ 


BstBdiobodia,  asteado  i^uotedos  en  sa  oab(ldo  l04[4k 
chos  sefioies  Gonzalo  de  Salasar,  é  Pero  Alnima^  C£tt9i 
no,  factor  y  veedor  de  S.  M, ,  é  teaientos  de  gbbeniMsr 
en  esta  Noeva^-Espaüáy  é  Leonel  de  Cervantes^  alealdaé 
Antonio  de  Yiliaroel^  algnaoil  mayor ,  é  Jaan  de  la  Toa» 
re ,  é  Aatonio  de  Oaravajal  j  é  Diego  de  Vaf^enebM^  4 
Gonaalo  Mejía,  regidores ;  los  dicbos  sefiores  toav9i|tjba4|| 
gobernador  propaaieron  ea  dicho  pabildo  é  dUeiyvn  ^ 
bien  sabian  los  dicbes  señores  justicia  y  regidiQjeeax 
ba  mas  de  seis  meses  qne  no  se  sabe  del  dicho  aéfiikr 
bemador,  ni  hay  nueva  de  él,  é  que  es  pública  vos 
en  toda  esta  NaevaBspafta  qne  es  muerto  oon 
qne  oon  él  iban,  por  manos  de  loslndiod,  équeél 
ae&or  Hernando  Oortés  los  dejó  proveídos  de  oap^i 
generales  de  esta  Kueva-Bspa&a,  é  de  tenientes  de 
nodor  en  ella,  é  ellos  fueron  recibidos  á  los  díchoe 
é  que  después  ao64ue  hababidQ  algunas  novedades 
dudad  cerca  de  los  dicbM  suaoflcioséalgiinak 


oaysi 
todos 


'}^J^  > 


>    *■-.■  «ÍLÍ  «• 


el  aátudo  en  Ib 
MééüraiMMd« 

■     •  r.dfliAD> 


qne:áe«Uf  m  p*- 
lOsctáf  te  dobla* 
inmeiteidB'loh» 
atocfüMlMe^taif'- 
bt^etdtehOíHer. 
B,  ihcefao '  nvi  o»i 

idikiaitaao^<qnri 
■«alsBHi'éqali 
ili«rn*ÍODÍMWi« 


ayimtAmiailto  d« 
salir  dote  «A» 
•  imcbas  penas, 
iéiparwMieüw. 
(BDUtdehMar,  é 
6  ms deJH^ia» 
«ral,  gabsnuuter 
te  losdMMiBod- 
i  por  B.  H.  has* 

üjbEabDdamteo- 
Atiáalaa^iiBeoe- 
iitfnalHB*iúliÍ«< 


B;  AOL 

í  NgidBC,  pata 
senda;  dielMoa- 


bildo  á  ím  diflhM  aéSoraB  teaieufeM  de  gobevm^dcur ;  6us^ 
Kdo8  pregnntaroft  al  Be.  Aiúuao  Peras,  lebriido  á/^,áim^ 
cabildo,  qneiesdiga  si  eegiin  deteoho  de  mas  del  áii^ 
mo  é  coBlsambre  de  Espa&a,8e  eojBto  ó  debe  haoer  lo  « 
loe  didioe  aefioiea  tenientes  de  gobeattador  pedían,  el4p 
dijo,  que  eegwL»  derecboi  ios  tales  twieates  de  oapíM 
y  gobernador  ó  oorregidor ,  qne  son  recibidos  y  usan  ^fs 
los  diohos  ofleios,  no  espira  en  poder  por  muerte  del  §^ 
pitan  6  gobernado  6  oorregider  prineipal  hfMtta  tanto  w 
Su  M.  provea' de  óteos,  y  que  deben  ser  obedeoidos  seguí 
y  por  lai  Horma  y  materia  que  antes  lo  ecan,  y  qae  loe  qp 
lo  eontntto hiolesen  eaerán  en  mal  laso,  y  S.  M.  loatP' 
dria  cnstuar,  eemo sifaesen  subdelegadee  y  tn^ie^em^i 
adomapodert  pnes  por  el  poder  de  S.  JC»  f  ueroa  sul  ' 
gados,  el  imal^Dopudit  espirar  eb  los  tales  aul  ~ 

B  Inego  los  díobessefitees  justicia  y  regidoree 

ron  «ñtraren  el  cUehocabUdo  á  losdiubos  e98i«ee< 

tss  de  capitán  geneod^'  y  gobernador  y  jastíioía  mai 

dieron,  que  pnes  eraipúbliea  tos  y  fáÍMi  que  el  m&mi 

becnador es mnertoy  tedas  losqne*  fooEon  10091  j^; 

mano  délos  indios,  y  qae  de  esto,  hay  mfiiÁi%  otr^ ' 

por  haber  siete  meses  poco  mas.ó  taeawjsiwm^i  w 

deéLnideningnnespa&ol  ni  indio  ti"^  r^Tt  ^'  ^rrr  i  jii 

pos  Mee  cree  que  por  ser  la  tiecra  por  doihantaAiú|M| 

sayllenade  denegó,  qne-los  indica  los  .tonuuNm  en.  mS 

donde  no  podían  valerse^  ni  escapar  ningaoo  qiuo  tHÉJ^I 

la  rasen*;  y  yistes  los  dichos  alborotos  y  eso&ndaloe.y  4Mi 

acatamientos  hecbos  á  los  dichos  sefiores  tenientes  da  ÁMi 

bemador, en  deservicio  de  Diosy  deS. M,,ypo2qiMMÍ 

esto  no  se  remediase  se  podría  perder  la  tierra;  qnajiai^ 

ban  y  jaraxon  por  el  nombae  de  Dios  y  de  iSeata  itf^ffe 

y  por  las  palabras  de  los  sus  Bvaagelios ,  Bobre  la  mHI 

de  la  cruz  en  que  pusieron  sos  manos  derechas  oorpodj» 

moite,  de  los  haber>  tener  y  obedeeer  de  aqoi  ad  ^ 

por  tenientes  de  capitán  general,  i$  gobernador^  y  j 

mayor  de  esto  Nueva^Bspaffa por  8S.  MM.,  y  si  n 

er<,  diJeEO|i,que  de  nuevo  en  nombre  de  S.  M«  loa^ 

yieeibieíoná  los  ditibos  ofteiesy  que  mandabau  y 

daron  que  por  todos  los  Tocinos  y  moradoiWy  asti 

habitantss  deesto  dudad  y  ns  tíeriM  y  térmiimí 

per  tales  tenientes  de  8.  AL  obedecidoe  y  coieplli^ 

gn^pgemigPtQgy  ^  ]»a  penaq  ^ii«  leci  pi^Bf^ee^  haM« 


*-►/ 


-335- 
que  8.  M.  provea  .«obre  ello  lo  que  mas  sea  én  SttvíoiOj  y 
luiflta  tíáito  que  el  dicho  flefiof^  gobernadora  (ri  eavivoi 
oéra  cdtttKíoVea:  y  Inandaron  qne,  fle  jimte  él  pueblo  poiM 

S' 'no  hay  niiigima  novedadi  y  juren  de  lo  tener  y  giuyr* 
y  camplir  tuií,  y  para  ello  mandáíron  dar  nn  pn^gon 
en  ésta  diohá  cindM,  sn  tenor  del  oaal  ea  este  qné  ao 
sJéie:  • 

'  I^dia.—D.  Garlos  de  Sigilensai  á  la  margen  del  párrafo 
ai|iüante  escribió :  ^'Snponiendo  la  mnerte  de  Oorib^  eon 
'*  parecer  del  Br,  Alonso  Pérez,  letrado ,  se  hacen  prege» 
^iÉt  por  gobernadores  y  capitanes  generales  Saladar  y 
^Ohjtibo,  martes  22  de  agosto^  de  1625  áfios;  el  sábado 
**Á^  faé  el  alboroto  de  ISádrigo  de  Paz." 

"    'todos  los  vecinos  y  moradores^  estsates  y  haM- 

ieü  esta  ciudad ,  como  estando  ayuntados  en  saca- 

^'iegon  que  lo  han  de  uso  y  de  costumbre,  los  seflO' 

fOBticia  y  regidores  de  esta  ciudad ;  viendo  la  púbUea 

^^üima  del  sefior  goíbeinador  Hernando  Oortes,  y  có«« 

"  'muerto ,  y  las  novedades  que  ha  habido  en  lo  de 

Itanes  generales  y  tenientes  de  gobernador  de  esta 

-;^pa&a|  y  los  alborotos  y  escándáloB  qoe  sobre  les 

-Oficios  ha  habido,  especialmente  el  sábado  en  la 

Mm>^^[^  agora  pazo  con  el  ayuntamiento  de  gentes  qiie 

«\f  BMrigo  de  Paz  contra  los  Sres.  tebienlM  de  gobena* 
^  j  en^tari  deservicio  de^SB.  MM.^  y  dafio  y  perdimiento 
lera  recreoer'en  la  tierra,  levantándose  los  natura- 

ella  como  otras  veces  lo  han  hecho ;  acordaron  con 

mi^Boer  del  letrado  del  cabildo  de  esta  ciudad ,  que  pues 
it  8r.  »>bémador  Hernando  Oortés  proveyó  de  capitanes 
"  leraies  y  tenientes  de  gobernador  á  loü  seüores  Ooa* 
Salasar  y  Pero  Almindez  Ohirino,  con  jurisdieoion 
j  criminal,  y  les  dio  poder  cumplido  para  usar  del 
o  car|o  en  esta  Fueva^Espafia ,  según  que  lo  tenia 
i  «V  88.  MIU. ,  y  fueron  recibidos  á  los  dichos  oficios ,  y  los 
^  gh  usado  y  usan ,  y  de  derecho  no  espira  sn  poder  por 
dU  dicho  señor  gobemáddr :  por  ende,  que  si  ne- 
erapor  mas  servirás.  M,  y  por  la  padtcacion 
tierra,  de  nuevo  los  redbían  y '  recibieron  á  los  di. 
ottdos  de  traientes  de  capitán  general  y  degobma* 
e  esta  H.-Bspaffa  por  BS.  MftL,  según  que  hasta  aquí 

lo  han  usado,  y  según  que  lo  usaba  el  dicho  sefioi  gober- 

'    ■  •  •■  •  •  I 


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Mvy 


]^  litaJi)itant6s  OQ  attf' Qmg^d^  ^ 

de  eapitan  general  :i^  de  gobernador  y  jóáfioia  xiiajai^.íiQÍr 
SS.  MM. ,  y  cumplan  sob  mandamientos :  y  paca  haesr  7 
cjttMtor  pw  oftfiiOB  y  la  q w  c(mvj^,ajljí^ 
V  aA  biJM  y  ^procomou  da  I»  Uerrai»  mww  a<eUM  y  ^^iw 

perdimiento ,  de .  todoi;'  ^'^a  Heie^ .  $\^C9J)^'^ 
eontmrio  Jiipiecen,  parfk  Ja^  oáo^^y  ,fiaÓ9  fk\^ 
las  cuales  díchsu»  óeMa  dú|e.  pgf^ra  '^laafy 
jaittoia^«B««n43iWO  calg^d^p/j^Jía^^ 
hübMron  por  conden^oalo  cp^j^ip  l>%ftipt  _, ,.  ^ 
vwg»  á  noticia  de  tpoo^,,  y  jiuigvfuQ  ,Qq^^|iri^ 
i«l^orancia^ma^dA^?»lo  PT¿gonap^  .¿yj  ^ 

.  £despBesdeestq^alieoao4al,0|cüOi^b|]^ 
ififiores joaticia  y  jf^figidqrea  f.eewfltfo  ^í^  I^ 
del4iobo  señor  gobernador  mo^ua  gen"^^ ''" 
tanda  aUtpiKewitteíi  los  se^f^irc^^AlonsQ 
dricp  de,AÍboi:aos^.teae»ero  y  poAta^f» 
este  ]ííoe¥a:Ssp|i|Sa„  lae^go  le^  4Í4?I^  s^ 
xttfidoBsatoB  l^oi^roQ  jmmta  de  Iff.^nfiOq4fi|(^ 
á  mí  Piégo4e  .OcaSa^  eMht)ai)Q  jpó^bli^o  de, 
que  imidi.  en  el  dicho  cabil^  que  léá  ü^cae  el  ^ 
g^M^lf  y  P<tf  i>^^  ^'^  ^^^  l6i49^  yQ%út^.,  y  a4,r' 
«hos  sefioiies  ]lf¥ri9orero  y  contador,  fucierpú  .^ 
allí  estaba^. Sff untados  on  raxo|^u^iento »  eL 
eusíl  era  q»e  todf  estaba  ipny  bien  Jlv^cuio  ^ ,  y;'<^  ^^ 
Venia  al  servicio  de  Sp  M*  ly  «1  bie^  dé  ^^Jn^n%;jf |^ 

egaft  alegares  y  0|»|iteiita«  de  ejlpí  y.  qu^  si  r'' 

j0f»^tos,pai}^a  que  había  habido  jptré  ll:^  ,  »¿i  ^ .  ,  v « 
fiíc^r a^  ycjDdoiL  teniente  d¿  got^emado^yeif^  ^ 
sido  t^d^uMv^ldo  á  buei^  lUt,  panma^ido  los  ittibsy4^,fí 
^uaae^c&ibiu^inas.eneLiiervicip  dej3.1JKt ,  .y..qp"  ~ 
bAbian  áoórdi^dfi  en  él^*  y  qoe  ^s  rogaban  qu^  oa  fi 
lao^  no  se  hiqiesfio  mas  alborotos  ^ .  porgue  ^ec^  f^ 
desarvicáo  deiS..^  $.^, otras  cosas  mndías  dijéroj^ 
oeittejantss^  do  qjoe  f aerea  testigos  Ips     '^-—  ^ — ^ 
segidered.-        m  ,  ^^ 

B  luego  el  comendador  Gil  González  de  Avila,  por  man- 


[ti 


«1 


>«;> 


keido. 


~3S7  — 
dtdiide  los  dtekott  Mfioras  tenmteB  de  sobenadM  r^l- 
M6  pleito  homenaje  de  Gonzalo  de  ücampo ,  aleaide  de^ 
iafiírüatoea  y  atMraaana  de  eataoiaded,  el  oual  teniendo 
puestas  ana  manoa  entre  laa  del  dieho  Gil  Ctonaales,  hizo 
pleito  homenaje  ana  y  dos  y  tres  veoes ,  nna  y  dos  y  tres 
veces ,  nna  y  dos  y  tres  veoes ,  como  cabaüeio  y  hijodaK 
go ,  segan  uso  y  faero  de  Bspaüa ,  de  acudir  con  la  dicha 
fiyrtaleza  y  oon  todos  los  tiros  y  armas  y  otras  cosas  qoe 
en  eUa  están  á  SS,  MM.  j  tirados  y  pagados ,  y  4  los  di^ 
abes  se&ores  Gonzalo  de  Salasar  y  Pero  Almindea  Ohjri^ 
no,  teniente  de  gobernador  en  sa  nombre:  téstigoe  loa  sn- 
•odiebos. 

£  Inego  loa  diohos  sefiores  jostioia  y  regidores  reeibie* 
ton  jaramente  sobre  la  señal  de  la  santa  Orne,  segnn  for- 
ma de  dereeho,  del  dieho  Gil  González  de  Avila  y  de  An? 
Mé  de  Tapia  féegun  muliitnd,  de  hombrea  de.  túd¿$  loe  vc- 
tmé»prineipale$:J  so  Virtnd  del  cual  juraron,  y  prometie- 
rei  de  tentar,  gunrdar  y  onmplir  todo  Jo .  contenido  en  di^ 
eko  pregón  qa^  ae  ha  de  dar  y  les  foé  leido  delante  testl  i 
|M  loe  sobredidos* 

fi  deapoea  de  eato,  este  dicho  dia  en  la  tarde ,  estando 
tt  /a  plaza  pdblioa  de  esta  oiodad  Joan  de  Brbas,  pregO'* 
a«o  del  consejo  de  ella ,  pregonó  el  dicho  pregón  á  alta 
y  Tiv»  Toz,  en  haz  de  mucha  g^nte  que  ende  estaba :  teB<» 
dgos  Jor)e  de  Alvarado  y  Hernando  Pérez,  escribano^  y 
Joan  Hernández  del  üastáUo,  escribano  publicó ,  y  otvoa 
omdioe.  .1 

JUáriee  10  de  ectuhre  de  1525  ano$» 

Ea  esle  dla,'estando  en  cabildo  y  ayuntamiento  los  muy 
nobtea  sefloies  £ftctor  y  veedor  de  S.  M.  y  tenientes  de  go^ 
lN<ruador  en  esta  Nneva*Bspafia,.y  los  señorea  Leonel  de 
Oervaktea,  alcalde  de*la  dioha  ciudad,  y  Diego  de  Yalde^ 
aabio  y  Ctonzalo  Mejía  y  Antonio  de  Üaravajal  •  regido** 
leBf  dijeron :  que  por  cuanto  al  servicio  de  S«  MI  convie*- 
ae  avisarle  de  las  cosas  que  acá  han  sucedido  y  del  estav 
dode  la  tierra ,  y  para  este  efecto  se  han  señalado  doa 
personan  para  que  vayan  á  hacer  la  dicha  relacicm,  que 
esa  Antonio  de  YUlaroelf  alguacil  major ,  y  Bemardino 
Facqnas  de  Tapia,  que  aoordadan  y  acordaron  que  solea 
diese  podei>  asi  cu  nombre  de  eeta  ciudad  como  de  toda 

PiaXSTAOI01XB8.--T01C     I.--43. 


—[ató- 
la tkrm  y  de  tas  villai  qoeal  pmMtft&eatáoi  pobla^;4l 
«spaftotoft,  para  pedir  laa^oowui  neeesamB  y  cofiíplUftf  ii 
al  serviolo  de  S.  M.  y  al  bien  y  proooman  de  eata  tieru 
y  de  loa  ^eciiioe  y  nunradotea  de  ella. 

♦ 

J^  $ábaáú  16  "de  didmbre  de  lií25  añoi. 

« 
Eetedia^  estando  jantos  ^i  oabüdo  y  ay&nUunieatef 
segan  que  lo  han  de  nao  ^  de  ooatnmbre ,  oon^ieoe  A  ai" 
ber,  el  may  noble  aeñor  Oonaalo  de  Salaaar,  teniente  dn 
gobernador  en  esta  Nneva^lüapafia  j  é  los  ac&oiseB  Iieonel 
de  Cervantes,  alcalde  en  la  dicha  ciadad ,  y  Antonle  da 
Oaravajal  y  Gonaalo  Mejía,  regidares^  y  Juan  de  la  liom 
y  Diego  de  Yaldeuebro,  por  ante  mi  Pedio  d^  OaatiU<v 
eaoriliano  públieo  y  del  dioho  oabildo,  entendiendo  en  oa* 
ñas  eniupbderas  al  s^vicio  de  S.  M.  y  al  bien  y  padflea^ 
oion  de  esta  dicha  oiodad ,  dvjeron ,  qne  ^á  an  notioia  ai 
venido  Jor)e  de  Alrarado  ,  en  nombre  de  Pedro  de  Alva- 
radOy  Btt  hermano,  trajo  oierl »  capitulación  para  qne  otar 
gasen  loa  dichos  seftores  gobernadores  conciertos,  ána^ 
nacando  escándalo  y  levantamiento ,  como  se  anena  qné 
lo  qneiía  hacer  y  por  ana  oapítnloa  oonata;  y  qne  deapaca 
de  Tiatoa  y  atontado  elerto  ^concierto  qne  en  onoeieraa 
el  dicho  aefter  gobernador  y  el  dicho  Joije  de  Al vmodo 
en  el  dicho  nombre^  que  á  Un  y  canaa  de  alterar  y  levaa- 
tar  la  tierra  en  deservicio  de  Dios  y  de  S.  M. ,  y  para  qae 
los  qne  piensan  novedadea  tengan  Ingar  para  aedeaoas 
brir  y  para  iadinar  al  dioho  Pedro  de  Alvarado,  an  her- 
mano, paja  que  con  la  gente  qne  tiene  aiga  alguna  tira> 
nía  en  la  tierra,  ae  ha  retraído  él  y  l^doa  ana  hermanos,  y 
Gaspar  Arias,  qtie  con  ellos  venia,  al  monasterio  de  úan 
Francisco  de  esta  ciudad ,  donde  estaban  otros  mnoboi 
omieianos  [por  homicidas]  y  malhechorea  traidoBy  per 
ende  qae  pedían  y  requerían  al  dicho  sefior  gobernadav 
que  lea  haga  moatrar  todo  lo  que  el  dicho  Pedia  de  Ailá 
varado  eacribió ,  y  loa  dichoa  oapítnloa  y  lo  que  aobre  aUe 
ae  asentó^  y  lo  demáa  que  en  eUo  ha  hecho ,  porque  eati 
ciudad  provea  de  lo  qne  que  mas  convenga  4  aervioio  4i 
Dios  y  de  S.  H.  . 

B  luego  el  dicho  aefior  gobernador  mandó  Yenir  alttJli 
Diego  de  Oeafia,  escribano  público  de  esta  ciudad  y  de  lai' 
gobernación  de  eata  Nueva «Espafia,  el,  cual  venido  1^ 


ihatidó  leer  los  díolios  capflmloft,  y  lo  qM  sobre  ello  Mti- 
Rentó,  y  lo  que  tiene  proeesado  en  la  dicha  cansa,  el  enal 
lo  leyó  en  el  dicho  cabildo  y  lo  llevó  en  sn  poder ;  y  así 
ieidO;  luego  los. diobos  seSoreajasticia  y  regidores diíeN 
roír,  que  por  loa  dicbes  capítulos  parece  que  el  dioho  Pe. 
dtp  de  Al  varado  amenazó  levantamiento  de  la  tierra  f  y 
;>oiqae  el  dioho  Jorfe  de  Al  varado ,  como  los  dichos  ins 
hermatios,  y  el  dicho  Gaspar  At'ia,  á  fin  y  cansa  de  levan- 
tar novedades  y  eso&ndalo  en  la  tierra  j  se  han  retraído 
af  dioho  monasterio ,  y  porque  esto  podría  redundar  mny 
gfan  dafio  y  escándalo  en  la  tieanra  <  por  estar  en  el  dicho 
monasterio  retraídos  con  ellos  las  otras  personas  qné  allí 
sstih  retraídas :  por  ende  |  que  pedia  y  requerían  al  di*» 
cho  señor  gobernador  lo  mandase  luego  proveer  y  te*^ 
mediar,  maud&ndolos  sacar  y  sacándolds  de  dicho  nio- 
^talterio  que  proceda  contra  ellos  brevemente  oonfórm»  á 
derecho,  en  tel  manera  ^  que  ellos  se  castiguen,  y  no  se 
.l^sda  levantar  alboroto  ni  escándalo,  porque  al  presente 
hay  en  esta  ciudad  por  causa  de  lo  susodicho ,  sea  pacifi-^ 
car  y  apagar  [1] ,  y  que  si  así  lo  hiciere,  liará  bien  y  dere  - 
Qho  y' lo  qué  qebe  á  servicio  de  S.  M. ;  en  otra  manera  lo 
contrarío  haciendo,  dJJeron  que^  protestaban  y  protesta^ 
ron  que  si  algún  deservicio  se  sigue  de  no  lo  hacera  8.  M., 
^ae  será  su  culpa  y  cargo,  y  B.  M.  depare  sobre  ello  á  él 
6  á  sus  bienes ,  y  que  demás  de  lo  snsodioo  ^  por  via  de 
ciudad  no  queriéndolo  él  proveer  lo  proveerán  de  manera 
que  3.  M.  sea  servido  y  la  tierra  esté  en  paz,  y  pidiéronlo 
por  testimonio. 

E  Inpgo  el  dicho  seQor  gobernador,  viendo  ser  cumplí* 
dero  al  servicio  dé  S  M  y  al  bien  y  pacificación  de  la 
tierra  lo  que  el  dicho  concejo  le'  pediay  reqoeiia,  mandó 
al  dicho  Diego  de  Ocaüa,  escribano,  que  luego  ordene  uu 
pregón,  en  que  manda  á  los  sobredichos  aue  para  escasar 
ios  dicbíos  alborotos  y  escándaloSi  dentro  a&  tret  k^ras,  por 
tdlos  térmluoS;  salgan  del  dicbio  monsErt^rio  y  se  va^pan  á 
sus  casas,  y  estén  en  ella  en  paz  y  sosiego ,  y  no  curen  de 
alborotar  y  escandalizar  la  tietracomo  la  tienen  alboro- 
tada y  eecadaUzada,  por  se  haber  xetraido  sin  cansa  ni 
r^oa  alguna;  so  pena  de  ser  habidos  por  escandalizado 
res  y  alborotadores  y  traidores,  y  de  perdimientxMí  de  to  - 


tt)  B!  t«ütldo  efft&  iteptrfeoto  por  fi^  dt  «Iflf^Bi»  p«kbr«ii» 


dMfla«  hkMB  p«m  1*  cimam  y  flaoo  de  S.  M. :  otro  lí 
di)0|  que  mandaba  y  mandó  qué  asimismo  ae  pregóos» 
qne  las  otras  personas  qne  estin  retraidas  en  el  dioh» 
monasterio  *  en  elMioho  término  y  so  las  dichas,  penas, 
salgan  del  diclio  monasterio  y  se  presentan  en  la  oán»! 
de  esta  ciudad ,  porque  la  tierra  se  pacidqoe  y  qne  tof  se- 
zA  guardada  su  jnstinia ;  y  qne  ai  los  nnos  y  loe  otros  I0 
oontrario  hicieren ,  desde  agorar  dijo,  qne  les  oondsnabs 
y  condenó  en  las  dichas  penas,  las  cuales  serán  ejeontt^ 
das  en  sus  personae  y  bienes,  y  que  como  á  traídoDes  j 
alborotadores  les  serán  derribadas  bu9  oomb  y  aradas  j 
$mbraiaÉ  dé  éaL 

Bste  dicho  dia  sábado  16  del  dicho  mea  de  diciembn 
del526afios. 

Bste  dicho  dia  tomaron  á  hacer  cabildo  despuea  de  C0| 
mer  los  dichos  sefiores  teniente  de  gobernador,  y  alcalde, 
y  regidores,  por  presencia  de  mí  el  dicho  Pedro  del  Cas- 
tillo, escribano,  y  estando  platicando,  en  cosas  camplids- 
rasal  servicio  de  B.  M. ,  y  al  bien  y  'paciñoacion  4e  esta 
dicha  ciudadi  los  dichos  seücres  alcalde  y  regidores  dpe* 
ron  al  dicho  sellor  factor ,  qne  por  cuanto  á  sue  nóti&a 
era  venido,  que  pueato  que  por  su  Qiandado  se  haMa  da* 
do  el  dicho  pregón ,  pi«ra  que  las  personas  que  estaban 
retraidaa  en  dicho  mouastt'rio  se  preaentaeen  ante  an 
merced,  y  los  d>eho8  Jorje  Alvarado  y  sushemanoa.  y  A 
dicho  Gaspar  Aria ,  se  fuesen  á  sus  posadas  y  eatUYieaen 
en  ella  en  paz  y  sosiego  sin  curar  de  eacandalisar  ni  aL« 
borotar  la  tierra,  especialmente  esta  ciudad,  que  ¿oanaa 
de  se  haber  así  retraído  los  susodichos  sin  causA  alf^oat] 
estaba  escandalizada  y  alborotada :  no  embargan!»  el 
cual  dicho  pregou.  no  hablan  querido  hacer  ni  onmplir 
en  él  contenido,  dentro  del  término  que  les  taé  aaie^oi 
antes  como  persodas  precisas  en  su  mal  propósito  :y 
fiada  Tolnotad ,  habian  dicho  muchas  palabras  en;o€( 
de  la  preeminencia  de  la  justicia  y  en  menosprecio  ¿le  ell 
lo  cual  si  así  hubiese  de  pasar  seria  dar  audacia  y 
á  que  otros  se  atrcTiesen  á  hacer  lo  semejante,  de  lo 
aepodria  recrecer  tanto  dafto  y  peligro  ,  qne  el  r^ii^c 
íuCse  dudoso,  y  aun  irrecuperable;  y  porque  al  dicduy 
fior  teniente  de  gobernador,  como  {uaticia  mayor  y 
tan  general  en  .esta  Nuevas  Bspafia ,  pertenesca  prv 
y  remediar  en  loanaodichtS  que  le  pedían  y  auplioa^b^l 


-^341  — 

li  AMeMimeB  le  teciAetian  qae  pmrfmte  cero»  4el9  «u- 
flodíeliot  miúÉidaQdo  sacar  del  moaastetiolos  AtíktMÍ  tfBo- 
rofadores  y  esoandalizadoceQ » por  oayá  éáaluí  éít»  dioliA 
dndacl  y  graa  par  fe  de  la  (iarra  e«t&  alborotada  y  esóatt^* 
datilada;  y  a«í  saoadas ,  lod'inaiidé  oastígar  éonforme  i 
derecbo],  oba  aperolbiaieatolqae  no  lo  baeletido  en  mer- 
.  oad ,  loii  dú&oa  seflores  alcalde  y  regidores  proveerfan  de 
lelio^yporvia  deciodan  euteaderlan  en  el  remedio  de 
etloi  por  máaera  qae  S.  Si.  sea  serrido,  y  esta  oaidad  se 
poiin  ea  paoidoaoloo,^  paa  y  sosiego^  y  cese  el  dicho  A- 
bon4o  y  eso&adalo,  qae.por  causa  de  los  sasodiclios  ásti 
enceadido. 

B.hiego  el.  dicho  seQor  teniente  de  gobernador  dijo  qn^ 
AestabadapropóBltodeponerenló  sasodioho  el  reme* 
dio  «ae  mas  Al  ser  violo  cte  8.  tf.  I  é  bien  <  pad&caeion  de 
«^  tierra  conveoga.  O  Inego  tnoontinentl  mandó  á  Dfe- 
Ig»  dé  OoaSa,  escribano  público  y  de  sn  Josgado,  qné  M«* 
c$esH^?eg6aAr  pdblicatnaate  por  las  piases  y  mercados^ 
TPóc^odas^  6ai\e&  pnbli&s  de  estaldichacindad^Vine  to- 
ral lM¡reoiaosy  moradores»  estantes  y  habitantes  en  ella, 
iJMesea  con  sns  armas  á4a  posada  del  seSor  gobernador^ 
isa'isvordeliajastioia.  para  sacar  del  dicho  monasterio^ 
les  alborotadores  y  escandallzadcres ,  so  penadeperdi- 
üiientQ  dfl»  todos  sos  bienes  é  indios^  é  las  personas  é  mer- 
csdde&M- 

B  loagó  loa  dichos  sellores  alcalde  y  regidores  mandan 
ion  4  mí  el  dicho  escribano ,  qne  hidese  pregonar  lo  sn- 
;  sódieho  por  sn  mandado  por  esta  dicha  ciudad ,  so  la  di- 
¿sha  pena :  lo cnal  se  pregonó  este  dicho  día  en  presencia 
4o  mi  el  dicho  Diego  de  Ocafia,  y  de  mi  el  dicho  escriba^ 
í>  M^  en  la  plasa  pública  de  esta  dicha  oindad,  y  por  las  ca« 
í.Bm  «eoétambraaas de  ella,  por  voz  de  Fraaoico  Gon2a>* 
Vm%f  pssgonero  del  concejo  de  esta  dicha  cindad. 

^.  J^a  29  de  euero  de  1626  aüos» 

^ .  Sa  la  cindad  dé  Temixtitan  de  esta  Kneva^EspeHa,  Id* 
^MB  29  días  del  mes  de  eoero  de  1626  afios ,  estando  jnn- 
á  agmntados  en  las  casas  de  Lnis  de  la  Torre,  veolno 
B0to  Aeha  cindad,  conviene  á  saber :  loa  nobles  sefio. 
Jjum  de  la  Torre,  alcalde  ordinariO|  y  Oaroía  Olgnin, 

etiQomeodadurLeoft^ldeOervahteSy'yHerúán  Iiopes 


f 


d»  Á^\^  JF  él  dioao  hxúA  de  la  TorriB ,  y  Pra>tLOiá<Só  TMi 
ff0.:i)f gidqreí»  éi^  preaenciab  de  mí  Pedro  dérOastülof* 
QVibáaa.  páblico  j  -del  didlio  >cabüdo  ^  ITarf íin  Ddrmíit 
triado  4ei;^ay  magnífico  sector  HeraaBdo  ÍDortég/ gofq^ 
jaador y capifiaü  getv^al de óata fTae^áBapáüa j aiis|fln" 
irio^as  por  S.  31^ ,  ^íiítrá  eú  el  dicho  ^  cabitdo  7  presm 
ient^  loa  düahoi  aaHórí^  na^^cartí!^  del  dicho -sefiorg^^* 
A^Aórt  ea  que  eu  electo  las  déclaii  rogaba  y  eRCagaba^ 
reclbieseu  por  sa  taateate  á  FráncUco  de  las.C^áietí^'^Bápti' 
Wk  j  por  dicUoa  se&oreB  Vista  fa  dicha  carta  f  toA%) 
ea  ella  ooñteaido/  hieleroii  traet  ante-sí'  la  prd^atón^mi 
4al  dioho  w^o  y  otlcio.el  dich^  «ellQr  ¿obe^dor  mA* 
'ba^al'djich61*ranc¡9c6'd^la8t3asa9;;  évisto-^ue  itor^^ 
Jto  €%e  y^  nombra'porvSñ  teniente  de  ¿obernador 
tan  general  de  todU  elitá»  JÜTue vér^España;  y  revi^ 
jhMims  que  paca  IcJd^Uós  cargos  y  oficio  dt¿ 
lo  de  dalazar  y  &  l'edro  Alminde:^  Chiríno  i  tsM 
'dor  de  S*  tf*  enééfea  I^aevib-^paSa ;  €  vicjtó  !odmo 
oisob  de  las  Casás^Bo  ést&  al  presente  eiréHa,  yaiííi 
cÜa^  el  dicho  á^iuOE  gobernador  at  t¿teá^cr  qne  4eJ 
•  fü^Y^tE^tfü^^ X óLadad.¿ali6.  h^6 por siftrbenír"^' 

j||$Mads^  y  Bodxí  JLlbornoÍ!;|  teAoréiut'OQtite 

'SrH.  j  segan  qne  más  largamente  etftor'i^dereQr  * 
.  ra  íqUo&  les  dio  se  ocMitLene :  por  .t^nto/qci'e  por  t 
deldíono  Francisco  de  las  Casas,  y  por  no  estar  ea 
dqade  no  pueda  ser  habido  para  encargarle  el  dich 
gó  y  oi^o,  conforme  á  la'  voluntad  y  provisión  del 
iieilor  ¿pbernádor^  y  por  evitar  escándalo  ^  úhofttM^^ 
.  proveían  y  joroveyeron^  :f  elegían  y  eligieron  ppr  ténl^ 
de  gobernaíaor  y  capitán  general^ ,  én  nombre  de  8á< 
ced,  á  los  dichos  seSLores  Alonso  de  Estrada  y  S 
de  Albornoz,  tesorero  y  contador  de  S.  M. ,  les  dfa 
daban  poder^y  fáoutad  para  qne  en  nombre  del  dicl 
ilor  gobernador  tenga  la  gobernación  de  esta  If  neT 
pa&Lymaatenga  la  tierra  en  paz  y  justicia,  hassa 
,  qué  cucho  seUor  gobernador  venga  & ,  proveer  otra* 

<    en  contfrarío«  .^ 

i£  Iu€^  los  dichos  seüores  tesorero  y  coiíWl<^^ 
toa  en«l  dieho  ^cabildo,  Jos  cuates  y  cada  Uflo'  4^ 

.    lueiesdií  eljnramento  y  solemnidad  qué  en  1^1'  ^^  ' 
Ximeré;  y  lu4igQ  los  jUcbc^  alcaldes  y  Tegidanm  ' 


deiQpho,  dé  iHMr  y 
i  como  nles  leniCQ^ 

de  gpberoádor  dfje- 
i;  ei¡£t«tbn  'ifóT^'- 
A  dicbo  comendador 
var^  de  la  jnBtloJa, 
'  'solemoidad  qae  en 

téf)  de  gtfberoadbr, 

vicio  dJe'a.x y  si* 

>a  y  mfjor  cninpUdit- 
igian  y  eligieron  po^ 

al  Be,  jqaa  de  Or-i' 
ndod  á  ADdt«a  dtt 
ajoaticíaiyelIc^U 

jaraménto^solem- 

scribftDo ,  por  Aáb. 
de  gobeijiador,  talci 
I  wiá  dicha  oiadait', 
tbiaa  !e)je¿ldo  y  nom- 
capitáii  geoersl,-por 
OorttSs,  &  los  diotioa 
p,or  tanto,  ^ne  man- 
ta y  moradorcá ,  es; 
lad ,  que  en  nouibrt] 
len  y  obedicíenpor 
de  ser  habidos  por 
Ktá  bienes  para  Ift 
pregonó'enlapiai^ 
lea  y  otros  logaría 
?z,  pretónero  públf^ 
ite  estaba. 

Icho  día ,  mes  yallo 
iteates  aa  goberna- 
I  eclbteron  pleito  tib- 
io hizo  en  manos  áil 
1  Teces,  tina  y  dos  y 
!gnn  fnero  y  costom- 
algo ,  de  ácndir  «m 


1*  fottiddta  de  las  atarazanas  de  oata  didia  dndié  i  di 
gm  le  proveyeron  por  alcaide  I  oon  todos  ¡oa  tiroaytf* 
maa  que  en  ella  estavifsen ,  &  SS.  MM.  tirados  ó  ^piip' 
dos. ó  al  dijcho  sefior  gobernador  en  sn  nombre:  tcstifM 
el  m.  Jnatt  de  Ortdga,  y  Jnan  Vello ,  y  Gonzalo  Ceit« 
y  otros  mnchos. 

JE!»  3  de  febrero  de  132$  año$. 

Bate  dia^ estando  JantOB de  cabildo  y  ayaütemientOiü» 
gnn  ^ne  lo  han  de  uso  y  de  costambré ,  en  laa^eaaai  ^  *« 
Rentos  del  taay  magolíloo  sefior  Hernando  Obrt6i|  ea» 
pitan  general  y  goberdador  de  esta  Naera  fispáñat  tm 
viene  A  saber:  loa  muy  noblss  señores  Alonso  de  BstM* 
da  y  Bodrigo  de  Albornoz,  tesorero  y  contador  de  8. 1^ . 
.en  esta  l^neva  España,  y  tenientes  de  gobemadoi'  en  eMi{ 
Kn^va  Bspaña  por  su  merced  y  los  eíefiores  Br.  Joaa*^ 
Ortega,  alcalde  mayor  de  esta  üToeva  España « y  Joaaip^ 
la  Toire,  y  Leonel  de  Cervantes  ^  alcaldes  ordlnaiioe  m 
esta  dicha  ciadad,  y  Hernán  López  Dáviia  y  Laie  deí 
Torré  y  Frandsco  Terdágo,  y  García  Olgoin,  regif 
para  entender  en  las  cosas  cumplideras  a  servicio  ia^ 
ÍL  y  bien  de  esta  ciudad  y  de  los  veeidos  y  moradorea^ 
eHa,  dijeron :  gqeiior  cuanto;  Antonio  de  Oaravájal 
retraído  en  el  monasterio  del  Señor  San  Fránciaoo  dé^ 
tá  dudad,  por  derto  delito  que  ha  cometidOi  el  cual 
ba  dégido  por  regidor  de  la  dicha  éiudad  •  y  Antonio 
Arriaga  y  J  uan  Tirado ,  que  les  estaba  oado  el 
oficio  de  procurador  y  mayordomo  de  esta  dicha  di 
estáji  presos  por  dertos  delitos  que  asimismo  cometli 
por  tanto,  que  enjugar  dd  dicho  Antonio  OáravsJ 
iegían  y  digieronpor  regidor  de  esta  dicha  dudad- 
diés  de  Barrios,  y  por  mayordomo  &  Miguel  DíaSi  y  _ 

Srocurador  6  Hernando  de  Vitianueva,  escribano' dé-^ 
[. ,  vedaos  de  e^ta  dicha  dudad :  los  cuales  eneaadof 
sentes  hideron  el  Juramento  y  solemnilad  que  en  ttA^ 
80  Be  requiere ,  el  cual  así  hecho  por  los  didioa 
fueron  ledbidos.á  los  dichos  oficios. 
De  pedimento'de  Martin  «Dorantes,  habiendo 

^   radon  que  es  délos  primeros  pobladores  y  conqu 

^  ,de  esta  Nueva  España .  los  dichos  señores  le  Ud 
"^  nerced  de  la  tleitaqaa  la  estaba  dada  para  huerta  á' 


—  345  — 
0^  4m  Oealtoy  la  caal  dijeron  qae  le  daban  y  dieron  iN>r 
ítÉiliiIni  visto  cómo  el  áioho  Diego  deOí5aña  ñola  ha  ser* 


En  jueves  22  de  febrero  de  1.120  míos. 

Bate  dta  Alonso  del  Castillo^  procarador  de  la  villa  del 
Saptrita  Santo,  y  Francisco  Gorras,  procurador  do  la  T^ 
lia  de  CoUma,  y  Pero  Sánchez  FarfáOi  procarador  de'ea^ 
taeindad  deTemixtitaní  dijeron :  que  por  cuanto  por  ei^% 
lar  la  tierra  en  tiranía  por  el  factor  (lonzalo  de  Salazar  y 
porel  raedor  Pero  Al tniadez,  loa  cuales  se  nombraban 
sobemadorea  de  esta  líueva-fispañ^* ,  y  se  hicieron  jurar 
por  talea,  y  qne  ellos  con  los  otros  procuradores  de  las  vi- 
Uesde  eata  Ñaeva* España,  forzados  sin  poder  hacer  otxa 
oosa,  revocaron  los  poderes  que  las  diphas  villas  y  ciada- 
te  deeata  Nueva*  EspaQa  hablan  dado  á  Francisco  Mon- 
to)o  y  á  Diego  de  Qcampo ,  qne  fueron  por  procaradores 
fBiieralae  &  sopllcar  y  pedir  &  S,  M.  ciertas  cosas  cntnpli- 
úenñ  á  sa  servicio ,  y  bien  y  procomún  de  esta  Xneva- 
Sipafia  y  de  los  vecinos  y  moradores  de  olla ,  y  habían  e- 
legido  á  Bemardino  de  Tapia  y  cantón  lo  de  Villaroel.-por 
tasto,  qne  agora  qne  estaban  en  su  libertad  y  fuera  de  la 
dieba  tiranía,  dijeron,  qne  revocaban  y  revocaron  los¡di- 
ebos  poderee  qne  habian  dado  y  otorgado  á  los  dichos 
B«mardino  de  Tapia  y  Antonio  de  Yillaroel ,  y  aproba*^ 
bsny  confirmaban  los  dichos  primeros  poderes  de  los  di- 
ehos  Diego  de  Ocampo  y  Francisco  Montejo  ,  para  que 
por  virtnd  de  ellos  puedan  pedir  y  suplicar  á  S.  M.  las 
sosas  é  los  capitales  que  llevaron  contenidos  ,  y  otras 
eualesqaiera  que  convengan  &  su  real  servicio  y  al  bien 
pcocomnn  de  ésta  Nueva-Espafia  ;  y  la  pidieron  por  tes- 
timonio :  testigos,  el  Br.  Juan  de  Ortega  j  alcalde  mavoi, 
y  Joan  de]  la  Torre  j  y  Bernardo  López  j  y  Eodrigo  Al** 
varec 

Jta  31  de  mayo  de  1526  aQos,  ante  Martin  de  Gak^hor- 
ra.  (Mito  e$f  Calaliorra  fué  el  esoribano  ante  quien  m  hizo 
cute  tíJ>ado.J  Este  dia^  los  muy  nobles  señores  Alonso  de 
JÉsoada  y  Bodrigo  de  Albornoz.^  tenientes  de  goberiia- 
dor,  y  los  safiores  justicia  y  regidores  de  cindudi)  ^^ 
•itabaaeiila  iglsaia  de  ella  para  salir  oon  la  :p^^ 

BiBaaTAOionaa.— TOMO  i«-««  ^ 


—  346- 
ftiou  (l)y  dijeron :  que  por  coanto  aquella  Íioi% 
cibido  una  carta  del  señor  gobernador  HeraaB&o 
y  de  80  baena  llegada  al  puerto  de  San  Jaan  01 
ca.,  y  porque  la  venida  de  su  merced  ha  dado  madioj 
oer  y  repodO  eu  estas  partes ,  y  de  ello  hablan 
una  carta  "que  mandaban  qne  se  fuesen  apregonadaj 
blicameute,  é  por  algunos  capítulos  que  en  ella 
mandaban  y  mandaron  que  86  pusiese  en  estelíbl 
cual  su  traslado  es  est^  que  ne  sigue.  Apregonóse 
por  Francisco  Gonza'ez. 

'Nobles  y  muy  virtuosos  señorea:  Yo  llegnC 
puerto  de  San  Juan  de  Galcbícuecaá  24  días  de 
de  ni»yo,  y  porque  todas  la»  cosas  que  nuestro 
tor  viviendo  en  este  [mundo  hizo,  fueron  hecbl 
nuestra  iustrneion  é doctrina,  y  acordándome 
j')rim<>ra  que  después  de  su  pasión  hizo,  fué  visil 
resurrección  á  sas  amigos,  que  esperando  sa 
advt' ni  miento  habia  muchoB  tiempos  que  estál 
obscuridad  del  Limbo,  en  la  subjeccion  y  capí 
diablo,  (memigo  de  natura  hum»nn ;  quise  en 
HU  vescigios,  y  viendo  que  vosotros,  señores,  coi 
migos,  con  mi  ausencia  habéis  estado  opresos  át 
nuevos  Bersebú  é  Satanás,  que  tales  sepaedeii^ 
pues  siguieron  el  camino  por  donde  estos  inft 
piritus  perdieron  la  bienaventuranza  para  que 
crió,  no  acordándose  ni  teniendo  respeto  á  los 
que  de  S.  M.  recibieron  en  tux  creación,  antes 
cido  este  Salaii<4s  con  las  excelencias  qne  el  m 
der  de  Dio  i  en  él  puso  ^  quiso  no  bolo  no   a|^ 
mas  aun  ser  igual  á  su  Hacedoi^  y  ansí  estos  , 
cid  os  de  mucho  caso  que  yo  de  su  persona  hi< 
raudo  á  los  beneficios,  honras  y  buenas  obras 
rec^ibieron,  quisieron,  no  solo  igualarse  á  mí, 
conocerme,  y  seguir  y  maltratar  á  mis  amigos, 
del  todo  aniquilar  mi  nombre  y  memoria, 
fama  y  servicios,  y  lo  que  peor  y  mas  feo  es  ,   é 
yo  mas  sentimiejato  tengo ,  poner  en  mi  persoí 
no  dignos  de  mis  merecimientos ;  parecióme 
Dios  nuestro  Señor  para  henchir  el  colmo  &  1% 
las  innumerables  mercedes  que  siempre   me 


^i;,£ra  ia  procesión  db\  Corpns,  cuy  a  festividad  cfl}^  m  cst* 


—  347  — 
».paf9  raaedta  d^  todo  esto  y  de  la  libertad  de  todos 
tro3)  aeñores;  resascitaroie  de  la  maerte  qae  estas 
»  m^habian  qaerido  dar,  y  traerme  á.  este  puei-to, 
mi  primera  visitación  debía  ser  á  vosotros ,  soDoreS; 
>ái08qaemas  del  faego  de  estos  habéis  partlcipa- 
ioc  kaberQs  hallado  mas  cerca  de  sa  incendio^  y  por- 
bo  pudo  ser  esta  visitaoioa  personal,  por  venir  yo 
flaco  y  fatigado  ^  así  de  macha  enfermedad  qae  he 
b,  oomo  del  trabajo  de  la  mar;  tomé  por  remedio  vi 
iM  con  mi  carta,  que  tengo  por  cierto  que  segan  vue8< 
buenas  volantades  no  sera  de  menos  efecto  qae  mi 
l&eia,  é  yo  me  daré  la  mayor  priesa  que  pueda  eu  ir 
^eíadad,  para  qae  del  todo  mi  deseo  y  el  de  vosotros, 
tes, 86  cumpla;  donde  os^daré  alguna  parte  de  cuenta 
íperegriaacion  é  trabajos,¡porque  darla  toda,  ni  vos 
iKfie&orealf  podríades  oiría  üi  yo  contar.  A  nuestro 
Iple^^a  recibirlo  todo  en  su  servicio ,  para  qne  t-ca 
Di^aanque  pequeña*,  para  descargo  de  mis  muchas 

Ej  ofensa  que  siempre  le  he  hecho  y  hago, 
pesque  llegué  á  esta  villa,  he  sabido  que  al^u- 
l^nas  de  las  que  siguieron  á  esos  comuaeros  \1] 
^sentados  de  ellos  por  vergüensa  de  su  jerro  Uu 
ipor temor  déla  previsiou  del  que  me  ha  pesado 
^[i].  porque  en  la  verdad,  segan  soy  informado  de 
KM  que  han  pasado,  y  de  la  rigorosa  tiranía  y  cruel 
¡Da  eu  qae  esos  malos  tenia u  puesta  la  tierra,  mas  es 
M^ villar  de  los  que  coatradijerou  que  de  los  que  los 
ion,  por  donde  me  parece  que  aunqae  no  se  le  pue- 
par  calpa,  menos  se  les  debe  dar  pena  ,  y  por  e^o 
|>  señores,  qotiñc-vr  á  los  que  algo  de  sí  estuvieren 
bIiosos,  qa&  pueden  estar  seguros  é  sin  temor  de 
^no  habiendo  tocado  en  crimine  lesos  Alajestatis^  ni 
láo ofendido  notablemente  á  tercera  persona,  por-, 
fiesto  no  se  puede  negar  justicia  pidiéndolas  las 

I- 

^re  tanto  que  yo  soy,  que  será  placiendo  á  nuestro 
')Con  la  mas  brevedad  que  yo  pueda,  os  pido,  seíío^ 
Or  merced,  tengáis  en  mi  lugar  á  Alonso  de  £stra*« 

(•nombre había  venid)  áoer  uaapodd  inf  iinlintar[d«sdc (|^ao  los  ^a- 
l»loltev4ifeii  fjttrm  Teneiios  por  Oárloa  V. ' 
fMIpk  «OAlOttoa  de  paVbrae  ú  omisión  de  algnnai. 


—  348  — 
da  y  á  Bodrigo  de  Albornoz ,  tesorero  y  contador  dé  & 
M« ,  y  honréis  sus  personas,  y  obedezcáis  sus  mandamieii* 
tos  como  si  yo  en  nombra  de  S.  M.  os  lo  mandase  i  y  por 
esta  les  doy  para  todo  poder  cumplido, .  según  quejo  \q 
tengo  del  empej^dor  nuestro  seüor,  y  los  nombro  y  sefisk) 
por  mis  lugartenientes ,  é  al  Br.  Juan  de  Ortega  pw  mi 
alcalde  mayor,  según  está  mandado. 

*^Bien  creo  que  el  mucho  deseo  que  tenéis,  sefiores,  d« 
verme,  el  cual  juzgo  por  mió.  os  hará  á  algunos  mom 
de  vuestras  casas  para  salir  al  camino,  y  puesto  qoe  yo 
pierdo  de  gozar  de  vuestra  vista  é  acompafiamiento ,  qse 
no  lo  tengo  por  poca  pérdida ,  deje  ese  poco  tiempo  que ' 
se  podría  adelantar  con  vuestras  salidas ,  porque  seiia 
da&oso  que  en  tal  coyuntura  esa  ciudad  quedase  den^ 
compañada  de  vuestras  personas  por  esos  presos,  tambíoi 
porque  los  naturales  de  la  tierra  que  tienen  sua  puebloi 
por  el  camino  no  reciban  trabajo  con  mucha  gente ;  oa 
pido,  sefiores,  por  merced  que  nadie  se  mueva ,  haeta  qia 
yo  llegue  á  esa  ciudad  ó  moy  cerca  de  ella ,  y  quien  BU 
amigo  jnío  fuere,  de  este  recibiré  mas  merced  que  lost»»' 
me  por  si.  Kuestro  Señor  vuestras  nobles  y  mny  virtmoM 
persoiias  y  casas  guarde  como ,  sefiores ,  deseais.-*Feriifc 
ut  snpra.  A  lo  quo  vuestras  mercedes  mandaren««*J70r 
nando  Cortés» 

En  1?  de  junio  de  1526  añoi. 

Esto  dia,  estando  en  ayuntamiento ,  según  que  lo 
de  uso  é  de  costumbre,  convien^  á  sa^^er :  los  mny 
aefiores  Alonso  de  Estrada  é  Eodrigq,  de  Albornoz.  ««. 
rero  y  contador,  y  tenientes  por  el  sefior  gobémaoor , 
el  Br.  Juan  de  Ortega,  alcalde  mayor,  é  Juan  de  la 
re,  alcaide,  é  Rodrigo  Bengel^  é  García  Olgnin.  é  H< 
do  López  Dávila,  regidores ;  por  ante  mí  el  dioho 
baño  dijeron  :  que  por  cuanto  el  señor  gobernador  l^ 
bia  escrito  una  carta  misiva  á  ellos  y  los  demás 
de  esta  ciudad,  que  era  bien  que  le  xespondiesen  á 
merced,  é  todos  dQjeron  de  un  acuerdo  que  era  bien :  é 
e  scribio  en  respuesta  esta  carta  que  se  sigue* 

Muy  magnífloo  sdíor :  Día  de  Corpus  Cristi  por  Is 
ftana  reelbimes  nna  sarta  de  ynestra  mereed,  «a  q«e 


y 


—  349  — 
udaiabef  la  llegada  á  «se  paéblo  de  an  muy  magnffloa 
perdona,  y  en  tal  dfa  como  aqael  h^bia  de  ser  la  Tirita^ 
«ion  á  sns  aervidores,  para  que  con  mas  alegría  se  oele^ 
bnse  la  ñésta  como  se  hizo,  en  cnmplir  en  todo  nuestro 
<iM6o  de  ver  á  voestra  merced  en  la  tierra,  que  para  nos- 
otroB  ha  sido  otra  nneva  resurrección ,  según  onánenel 
I^mbo  habernos  estado,  con  la  soberbia  é  cruda  tiranía 
^i^tttos  presos  que  tanto  han  trabigado  deosonieoer  loa 
tórnelos  y  merecimientos  de  vuestra  merced;  sobre  lo 
^  después  de  haber  conseguido  la  libertad ,  todos  con 
ttniéa  voluntad  habemos  trabajado  que  la  tierra  se  junv 
Htt^  para  reparar  los  males  é  dü^fios  que  estos  hablan  he« 
<Ao  en  la  tierra  ^naturales  de  ella,  y  en  la  fama  é  haden- 
iftde  vuestra  merced,  como  habrá  sabido  de¡Franoisco  de 
Divila  6  de  Luis  de  la*  Torre,  nuestros  mensajeros.  La 
«vti  de^vuestra  merced ,  como  espejo  nuestro ,  se  hiso 
pregonar  á  la  letra,  porque  todos  participasen  en  tal  dia 
del  placer  que  teníamos  con  la  venida  de  vuestra  merced, 
7  porque  los  sospechosos  se  asegurasen  con  la  merced  que 
▼oestra  merced  les  hace  de  perdón,  y  así  es  quería  crueza 
eoQ  que  estos  tenían  la  tieria ,  era  tanta,  queesdemá^* 
n^Tlllar,  como  vuestra  merced  dice ,  de  los  une  osaron 
<^tradeoirIe8 :  las  manos  de  vuestra  merced  besamos , 
por  to  ^ue  nos  manda  que  en  su  lugar  tengamos  al  teeo- 
(m  y  contador,  y  por  alcalde  mayor  al  bachiller  Ortega; 
«eí  lo  habemos  hecho  y  haremos  por  el  concepto  que  de 
oUoe  habemos  tenido  y  tenemos  de  muy  dertos  servid(»ea 
ie  vuestra  merced ;  y  asi  se  hará  que  los  que  quedamos 
iu>  saldremos  de  esta  ciudad  por!  las  causas  que  vuestra 
Bittced  Jio  manda,  aunque  antes  de  su  carta,  con  el  mucho 
'deseo  que  todos  tienen  de  besar  sus  manos ,  algunos  se 
íaeron  y  otros  estaban  para  ;hacer  lo  mismo,  y  por  obede- 
oer,  aunque  se  nos  haga  largo  el  término,  aunque  vnes- 
ka  mefced  lo  abrieve ,  estaremos  en  la  ciudad.  Suplica^ 
iBos  á  vuestra  merced ,  pues  que  su  venida  es  para  des- 
cansar en  su  casa,  que  abrevie  su  camino  para  se  venir  á 
día,  de  donde  podrá  proveer  lo  de  hay  é  de  las  otras  par- 
^  que  tan  larga  ausencia  hay  bien  en  que  vuestra  mer- 
ced entíenda.  segná  la  vuelta  que  estos  grandes  comune- 
ros dieron  á  la  ticKrra  é  cosas  de  ella.  Nuestro  Sefior  la 
nsy  magüíftea  jienéna  y  muy  magníflco  estado  de  vues% 
ta  u^eed  p#r  largos  tiempos  acfrei|i wM  y  prospec»/ 


—  330  — 
mo  TtiOitra  merced  y  sos  ciertos  aervidorea  desoímos.  Be 
esta  graa  oiadad  á  1?  de  jaaio  de  1526  años.  De  vuestra 
merced  n^ay  ciertos  servidores  ,Tque  sos  muy  magDÍficafi 
maiio9  besamos.— Bodrigo  de  iabornoz.— Alonso  do  Es^ 
trada.— El  !Br.  cTaaa  de  Ortega.— Jaau  déla  Torre.— Ro- 
drigo BepgQL— Gitfcía  Óigalo.— Heroaado  López  Dávi^ 
la.— Pablo  Kejía.— FraiKüsoo  Y erdago»— Andrés  de  Bar- 
rios* 

Esiie  día,  los  dichos  señores  tenientes ,  é  alcaldes ,.  é  le**^ 
gidorc»  susodichos  dijerpí^  j  que  por  cnanto  Martin  Arto 
trajo  á  esta  ciudad  las  baenas  nuevas  de  la  venida  del 
sefioc  gobernador  al  pnerto  de  Mjedeilin ,  de  lo  onal  esta 
oíndaá  ^eoibió  mucho  placer /y  aun  sosiego,  y  porque  le 
habia  mandado  que  esta  ciudad  le  daría  las  albricias,  qne 
ellos  ea  nombre  de  Qlla  le  m^andaban  y  mandaron  dar  do- 
ce pesos. de  oro ;  é  que  se  le.dó  el  libramiento  para  el  ma^ 
yordomo  de  l|k  dich^.  ciudad ,  que  de  los  pesos  do  oro  qao 
de  eito;  tiene  se  los  pague. 

Éíiju,é!)cg  i21  diasdot  m$8  de  junio  de  1526  añ09. 

I' 

Este  dicho.  di%\  estando  en  cabildo  y  ayuntamiento  en 
el  mQi]Mk6t6][^io  del  Seuor  San  Francico  de  esta  ciudad , 
conviene  á  saber :  los  muy  Tirtuosos  señores  Francisco 
Dávila  é  Jaan  de  la  Torre,  alcaldes  ordinarios  de  la  dicha 
ciudad  9  é  Bodrigo  Üengel;  é  Luis  de  la  Torro ,  é  Pablo 
Mejia,  é  Hernando  Lopes ,  é  García  Olguin ,  é  Érancifico 
Verdugo,  é  Bodrigo  Alvarez  Ohico,  é  Pedro  Sánchez  Par- 
ían, é  Andrés  de  Barrios,  regidores  de  la  dicha  dudad, 
por  preseneia  de  mi  Pedro  del  OastiUo ,  escribano  pábli- 
00  y  del  dicho  cabildo,  dijeron :  que  por  cuanto  al  factor 
é  veedor,  después  de  haber  hecho  jurar  por  gobernado^ 
res  de  esta  Nueva- España,  é  teniendo  tiranizada  ssta 
tiena  contra  el  servicio  de  S.  M, ,  siendo  vivo  el  señor 
gobernador  Hernando  Gortés,  los  hablan  elegido  nombra* 
do  por  aloaldes  ó  regidores  é  porque  al  presente  eldieho 
señor  gobernador  era  venido  á  esta  dicha  ciudad ;  que 
ellos  é  oada  uno  de  ^os  se  desistían  é  apartaban  de  ios 
diohos  oftcioi^  6  del  uso  é  ejercicios  dellos,  é  los  ponían  6 
pusieron  en  manos  de  su  señoría ,  para  que  como  tal  go- 
bemadK»  é  jostima  mayor  de  esta  ]!r,NEspaña  por  SSiHltv 


-.  «51  — 
«tija  é  nombre  los  'dichos  alcaldes  é regidores,  é  en nom 
brd  4e  B.  M.  los  ponga  en  las  personas  qne  mas  á  sn  real 
servicio,  6  al  bien  y  procomún  de  esta  dicha  dndad ;  é  de 
los  vecinos  é  moradores  della  convenga;  é  pidiéronlo  por 
testimonio,  é  firmáronlo  de  sus  nombres. 

Los  dichos  alcaldes  Francisco  Davila  é  Bodrlgo  Een- 
geld)jeroB|  qae  ellos  no  faeron  elegidos  por  los  dichos  fac- 
tor é  veedor,  ni  menos  el  dicho  Andrés  de  Barrios ,  salvo 
por  Bodrigo  de  Albornoz  6  Alonso  de  Estrada ,  tesorero 
y  CQQtador,  llamándose  tenientes  de  S.  8. ,  pero  qne  así 
ellos  oomo  los  sosodichos  alcaldes  é  regidorías  potiian  é 
pnsieron  los  dicho  sus  oflcios  en  manos  del  dicho  señor 
gobernador,  para  qne  S.  S  ,  en  nombre-de  S.  M.,  dispon i 
ga  de  ello6|,  é  los  dé  á  qnien  mas  á  sn  real  servido  con-^ 
venga.  '  * 

Lnego  los  dichos  seSores  alcaldes  diero¿  las  van^s  qne 
tenían  en  la  mano  al  dicho  sefior  gobernador,  -para  qne 
B.  8.  preveyese  de  los  dichos  cargos  é  oficios  á  las  per» 
sonas  qne  mas  á  servicio  de  8.  M,  é  bien  de  la  tierra  con^ 
venga» 

E  luego  el  dicho  sefior  gobernador  dijo  que  proveía  y 
proveyó  por  sn  alcalde  mayor  do  esta  ciudad  de  Temix  - 
ti  tan,  por  vltud  de  los  poderes  reales  que  de  8.  M.  tiene 
al  baohillerJuan  de  Ortega  que  presente  estaba,  al  cual 
dijo  que  le  daba  6  dio  sn  poder  cumplido  ,  segtin  que  de 
derecho  en  tal  caso  es< necesario,  el  cual  estando  pre- 
sente hizo  el  juramento  solemne  que  en  tal  caso  se  re« 
^iere. 

Xn  mdrtM  26  dias  del  mes  de  junio  de  152G  afíú9, 

Bstedia,  estando  juntos  en  cabildo  é  ayuntamiento  en 
las  casas  é  aposento  del  muy  magnifico  sellor  Üemando 
Oottés,  gobernador  é  capitán  general  de  esta  KuevaEs^ 
pafia  por  B.  M. ,  conviene  á  saber :  el  dicho  señor  gober- 
nador, é  el  Br.  Juan  Ortega ,  alcalde  mayor  ,  é  los  Beño* 
res  Juan  Jaramillo,  é  Orístóbal  Flores ,  alcaldes  ordinai 
rioB  de  la  dicha  ciudad,  é  Jorje  de  Alvarado  ^  é  Eodrigo 
Bengel,  6  Luis  de  la  Torre,  é  Andrés  de  Bamos,  é  Fran- 
eisoo  de  Villegas,  é  Francisoo  Dávila ,  é  Juan  de  Sance*- 
do«  é  Cristóbal  de  Salamanca,  é  Alonso  de  Paz,  é  Alonso 
B&balos,  regidores,  para  entender  y  platicar  en  las  oosas 


—  362  — 
oamplidArM  al  servicio  d«  S.  M  ,  ó  bien  6  prooam«B  i$ 
esta  oiadad,  é  de  loe  veoiaoe  é  moradores  de  ella  •  luego 
el  dicho  se&or  gobeümador  dijo ,  qae  por  oaanto  despiai 
que  el  factor  Gonzalo  de  Salazar  y  el  veedor  Pero  Al 
loindez  Ohirino  se  Uamaroa  goberRadores  de  esta  Koevi 
Bepafia,  juntamente  con  el  cabildo  de  esta  dipha  ciadadi, 
qoe  como  opresos  é  oprimidos  no  podían  hacer  otra  oom 
mas  de  la  qne  los  dichos  factor  y  veedor  querían  eneami* 
nar,  6  desta  manera  repartieron  en  esta  cindad  é  ftaen 
ala  redonda  della  mnchos  solares,  huertas  é  sitios  de  hio> 
linos,  oaballerías  de*  tierra  é  otras  cosas ,  para  lo  ooíd  Im 
dichos  factor  é  veedor  no  tuvieron  poder,  ni  menos  el  di- 
cho cabildo  f  por  ser  elegidos  é  nombrados  por  manos  de 
los  tiranos :  por  tanto  que  desde  agora  lo  reponía  y  ts« 
puso,  é  daba  é  dio  por  ninguno  para  de  hoy  en  adelante 
lo  proveer  á  la  persona  é  personas  qne  mas  á  servido  da 
S.  M.  é  bien  4  población  de  la  tierra  convenga^ 

Enjuécei  28  dias  dtl  mes  d€  junio  ne  1526  qhoí. 

Este  dia,  estando  juntos  en  cabildo  y  ayuntamieato^ 
según  qne  lo  han  de  uso  é  de  costumbre ,  en  las  casas  é 
aposento  del  muy  magaíflco  seflor  Hernando  Oortís,  ge* 
bemador  y  caf^itan  general  de  esta  Nneva-Bspalia  per  - 
SS.  MM.^  conviepe  á  saber:  el  muy  noble  señor  Br.  Jasa 
de  Ortega ,  alcalde  mayor  en.esta  ciudad  por  S.  S. ,  é  lei 
señores  Joan  Jaramillo,  alcaide  ordinario  en  la  dicha  dac 
dad,  é  Joije  de  Alvarado,  é  Alonso  Dábalos,  é  García^CA* 
guin,  4  Cristóbal  de  Salamanca ,  6  Alonso  de  Tai,  regi- 
dores :  por  presencia  de  mí  Pedro  del  yastillo ,  escribano 
público  y  del  dicho  cabildo ,  pareció  presente  Alcmso  de 
Grado,  y  presentó  una  provisión  del  dicho  señor  gobe^' 
nador,  firmada  de  su  nombre  y  refrendada  de  Alonso  Va«! 
liento,  su  secretario :  su  tenor  de  la  cual  de  vertSVad  ver- 
bum,  este  que  se  sigue :  lí 

Yo  Hernando  Gortás,  gobernador  y  capitán  ganet^fl 
esta  Kueva-España  y  partes  de  ella ,  por  al  em^erai' 
don  Garlos,  reyy  ó  reina  doña  Juana,  nuestros  i^tfiorssi 
por  cuanto  al  tiempo  que  yo  me  partido  esta  ciudad  d' 
Temixtitan  para  ir  á  conquistar  é  pacificar  Ia^.iierraa^ 
provincias  que  son  á  la  presente  de  las  Hibueras  y  oi ' 
de  pnerle  de  Honduras,  donde  yo  en  nombre  de  B.  IL 


—  8S3~ 
o  iMtedM  dM  tIIIm,  yo  dejé  pormii  IngsraMmiieiitei 
de  gdtMnador  á  AUrnaa  deBeferada  y  Bodrigo  de  Albora 
Boi,  teaaenro  y  oontiidor  de  SS.  MM. ,  jantamente  oon  el 
Uow  AUxneo^ZtiaEOí  y  eetendo  eiidic¿a  dadadoieiitoy 
dte legoM  pooomae  ó  menosi  por  ofiiiflae  que  á  ello  me 
iBovieron.  oonyeiúeateB  al  servido  de  Dios  nneetro  Se^ 
lar é de  SS. MIL,  -pKfvtí  nueTamente  á QoBsálo de Sa^ 
Ituré-áPeto  AlmiQde¿OhirinO|  factor  y  veedor  qae 
en  de  Sd.  MM.  >  porqae  juntamente  con  los  diohos  A^ 
kntD  de  Bstrada  é  Bediigo  de  Albornoz,  édieholieen* 
éado  tavieaeii  eargo  de  kidielia  gobemaoioñ;  y  asíee 
qae  loe  Achos  CKminüo  de  Salaasar  é  Peco  Almlndes  OhK 
liae,  con  intéiieton  dallada ,  segan  qne  pwticAó  •  tuvieron 
talea  artas  é  malla  qneeeliaron  de  la  dicha  goDeraadon 
á  kMídtehOB  Alonso  de  Betrada  é  Bodrigo  de  Albornos,  é 
al  ItandadOy^  é  se  qaedaion  ellos  .gobernando  la  dicha 
IneraihBspaSft :  é  despaes  qne  se  vieron  apoderodos  de  la 
tidia  tierra  y  manilo  de  la  jnstida,  no  mirando  al  servix 
cío  de  Dios  6  de  SB.  MM. ,  se  alzaron  oon  la  tierra  é  pro*- 
coraron  de  la  tener  eomo  la  han  tenido  tiranamente,  ha*« 
ámúú  como  kan  hecho  mnchos  robos  é  mnohas  injnsti- 
eu,  asi  ^  los  espafiolesTednosy  moradores  de  esta  tier- 
n  como  6  los  natoraies  de  ella ,  los  cnales  han  sido  mny 
uttetadoB,  6  han  redbido  mnchos  6  grandes  agravios. 
Mide  sns  haciendas  como  de  las  personas,  de  lo  cual  han 
wsltado  mneftes,  é  robos,  é  diminndon,  é  distraimien^ 
todeUos  •  é  se  han  quebrantado  las  leyes  é  ordenanzas 
de  8S.  MM.  qne  sobre  sn  bnen  tratamiento  tienen  hechas, 
7  he  qne  y  o  en  su  real  nombre  habla  hecho,  y  han  ido 
emtta  ellas,  hadendo  mnchos  crímenes  y  excesos ;  é  por<% 
qué  la  real  Intendon  é  voluntad  de  88.  MM.émiaen  sn 
nal  nombre ,  es  •  qne  los  dichos  naturales  sean  muy  bien 
tmtadoB  é  industriados  én  las  cosas  de  nuestra  santa  fé 
é  ampwadtt^  porque  así  ccmviene;  queriendo  riamediar  é 
proveer  lo  insodicho,  como  convenga  al  servido  de  Dios 
nueetro  Sefior  é  de  dS.  MM. ,  é  al  bien  y  procomún  de  la 
dieha  tierra  é  naturales  de  ella. 

Ooaflando  en  tos  ,  Alonso  de  Grado ,  yedno  de  la  du- 
dad de  Tenüjrtitan,  que  sois  tal  persona,  que  bien  é  fiel  6 
dttigentemente  harois  é  cumpliréis  lo  que  por  mí  os  íiiere 
•ovetido  y  encargado  en  nombro  de  SB.  MM. ,  os  nom*^ 
Vio  é  hago  mi  jasa  visitador  general  de  toda  esta  llueva 

|ianaTAeioTiM.~TOM  1,^45. 


—  354  — 
lltpafiai  para  qae  <3omo  tal  jaes;.  visitador  ^  por  vaestrt 

Jropia  antOEidad  podaia  ti»^y  tn^0^:w«^i<i|fígpia 
6  U  jOBtima,  y  vaia  por  todas  lasjciiíaa49af  JY^JJ^^  ^P»: 
res  j  y  estancias  é  minas^'  é  p<»  todoa  lostpneÚQfl  é  wpi- 
tos  de  los  señores  natorales  delia  i  y  poi;  toA^lM  yfas, 
forflias  é  maneras  esqaisitas  que  ser  pn/eda  ^  ipqiuraia  é 
sepáis  é  hagáis  pesquisas  púbUoa^  éoi^eretas  en  pomo  é 
de  qaé  forma  é  manera  hsax  sido  tratado^  é  induabiadoB 
en  las  cosas  de  naestra  santa  fé  los  dicho9  sefioresi  na- 
turales 9  y  cómo  b»B  egoardo  ó  oamplidp ,  y.  guardfui  Isi 
ordenanzas  é  pregones  qse  sobre  sn .  omn  ti;^ktamiento  sss 
tan  hechos  y  ordenados»  é  se  harán*   < 

B  á  la  persona  ó  pdsonasqae  hailácedesomlpadqSi  con- 
forme á  las  dichas  ordenabas ,  leyes  :y  pregones  de  Sd^ 
reinoSi  qne  sobre  el  dicho  sa  Imen  tratamiento  e^táA  hs* 
ohas  é  hicieren,  6  á  lainatraccion  qne  Armada  de  minepii^ 
bre  tenéis,  por  la  cnal  vos  mando  4|i#'||igai4  4,  prooedaia  / 
contra  ellos  é  cada  ano  dellos  civil  camii^^lnif^te  i  Im 
penas  qne  con  derecAo  halláredesi  6  qne  las  apliquéis  por 
la  forma  é  manera  qne  se  deben  aplicar^segnii  lo  qae  so-, 
bre  ello  está  nlandado  é  ordenado }  é  para  qne  podada  to- 
mar é  toméis  en  vos  todos  los  procesos  é  cansas  cívIUm  í 
criminales  qne  «ite  onalesqoier  jaeoes^  éjnsticias,y.^ 
nientes  ó  alcaldes  mayores  se  hacen ,  anagne  hayan  pa- 
sado  en  cosa  jnsgada ,  paca  qne  sepáis  cómo  Jes  lia  ¿de 
gaardada  á  los  dichos  naturales  su  justicia»  y  en  todos  ka  ¿ 
desagravios  é  hagáis  en  el  caso  lo.  qne  sea  j^st^cía;  y  sC .: 
las  dichas  jnsticiaS)  alcaldes  mayores,  ó  tenieij^teS)  ú  óteos  i 
'caalqniera  qne  hayan  sido,  son  ó  fueren  de  aquí  adelá%^ 
te,  ó  vier^  hecho  algún  agravio  ó  maltratamiento  en 
cnalqnier  manera  á  los  dichos  séilores  é  naturalee ,  0  U- 
oieren,  podáis  proceder  é  procedáis  ooatra  ellos  é  oontra 
sus  personan  é  bienes  conforme  á  derecho* 

Otirosí :  por  cnanto  yo  soy  informado  qne  se  han  hedió  t 
muchos  esclavos  sin  lo  poder  hacer  ni  haber  raaon  iian 
ello  y  de  lo  cnal  ha  resultado  mucho  é  gran  déaervifiip  4. 
Dias  é  á  SS.  MSI.  j  6  la  tierra  y  natulares  de  ella  luui  re? 
cibido  muy  grandes  agravios ,  y  lo  que  peor  ha  sido  ,  qua^ 
ansí  de  estos  tales  como  denlos  otros ,  se  hap  gacuMio  de  la 
dicha  tierra  muchos  esclavos,  ymido  en  todo  contra U 
mandado  y  ordenado  :  vos  doy  el  dicho  mi  poder  ^ea  el  ái« 
cho  nombre,  para  que  lo  sepáis  6  castiguéis»  é 


—  355  — 
desagraviando  á  los  dichos  natarales ,  los  que  ansí  ha  < 
Iláredes  no  ser  hechos  esciaros  jurídicamente,  se  pongan 
an  sa  libertad^  é  los  hagáis  parecer  ante  mí  para  qne  yo 
provea  en  ello  lo  que  m^  sea  servido  de  SS.  MM. ;  y  á  las 
personas  qne  ansí  ovieren  sacado  fa^ra  de  la  dicha  tierra 
los  dichos  esclavos,  no  embargante  que  digan  ,  é  aleguen 
é  muestren  Ccenclas  de  Gonzalo  de  Salazar  é  Pero  Al- 
mindez  de  Ohirino ,  factor  y  veedor  que  fueron  de  83. 
MÚ .  y  é  de  otros  cualesquier  jueces,  los  castígaeis  é  pro^ 
dedais  contra  ellos,  conforme  á  los  pregónos  que  yo 
eu  nombre  dé  B.  H.  he  mandado  dar  para  que  no  se  sa^ 
quen. 

Otrosí :  vos  doy  el  dicho  mi  poder  cumplido,  para  que 
podáis  conocer  é.  conozcáis  de  todos  los  pleitos  y  debates 
que  entre  los  dichos  señores  é  naturales  o  viere,  así  de 
términos  como  de  todas  las  otras  cosas  civiles  é  criminas 
les.  y  hagáis  en  el  caso  lo  que  sea  justicia: 

Otrosí :  vos  doy  el  dicho  mi  poder  cumplida  •  para  que 
si  alguna  persona  6  personas  de  cualquier  caliaad  é  con- 
dición que  Asan,  se  desnostare  contra  vos*ó  i'dijeren  eosa 
gjie  no  deban,  durante  el  dicho  vaestro  oficio  de  visita^ 
dor  general,  qne  lo  podáis  preader,  é  con  la  pesquisa  é 
información  me  lo  enviar  preso  é  k  buen  recaudo  á  do 
quiera  que  yo  esto  vi  ero ,  para  que  yo  haga  en  el  caso  lo 
que  sea  justicia  j  y  por  esta  mando  á  todos  los  concejos, 
¿justicias  é  regidores,  caballeros,  escuderos  é  homes 
buenos»  ó  otras  cualesquier  personas  de  todas  las  ciuda^ 
des,  villas  é  lugares  de  toda  estaKueva-España,  qne  vos 
hayan  é  tengan  por  tal  mi  jaez  visitador  general ,  é  que 
vos  obedezcan^  y  vengan  á  vuestros  llamamientos  é  em** 
plazamientos,  so  las  penas  que  vos  de  mi  parte  ó  nombre 
de  B3.  MAL  les  pusiéredes,  en  las  cuales,  lo  contrario  has 
oiendo,  los  doy  por  condenados  en  ellas ;  é  vos  den  para 
osar  y  ejercer  el  dicho]  oficio  y  la  dicha  ejecución  de  la 
justicia,  todo  el  favor  é  ayuda  que  oviéredes  menester, 
seyendo  para  ello  requeridos,  por  manera  que  no  falte  ni 
meijgiie  óosa  alguna,  so^na  de  perdimiento  de  todos  sus 
bienes,los  cuales  desde  agora  doy  por  condenados  en 
ellos,  los  cuales  aplico  para  la  cámara  é  fisco  de  SS.  MM., 
al  que  lo  eontxario  hiciere :  para  lo  cual  todo  que  dicho 
es  é  pata  cada  una  cosa  é  parte  dello  ,  é  para  lo  que  ello 
janexoé  concerniente  al  dicho  oficio  de  mi  juez  visitador 


—  356  — 

S3¿  MM. ,  oon  todas  sos  inddendiui  é  depeiid6iida«|  ai» 
xidades  é  oo&exidades,  é  mando  qa«  esta  mi  pioyifiion  aei 
piesentada  é  obedecida  en  el  cabildo  dé  esta  oíadad  de 
Temixtitany  6  de  vos  el  dicho  Alonso  de  Grado ,  mi  jua 
visitadtr  general,  reciban  el  juramento  é  solemnidad  que 
en  tal  caso  se  requiere :  é  recibido  al  dicho  ofioiO|  en  la 
/manera  que  dicho  es,  no  tengáis  necesidad  de  la  presan* 
t(ur  ni  presenteis  en  ninguna  otra  ciudad ,  villa  ni  Ingu 
de  esta  dicha  Nueva-Espafia.  Oa  por  la  presento  yo  oi 
doy  por  recibido  en  nombre  de  SS.  MM.  al  dicho  oflciD  j 
f  jercioio  de  él :  é  para  el  uso  y  ejercicio  del  dicho  cargo  é 
oñdo  TOS  doy  todo  nú  poder  cumplido  ,  como  yo  de  8fr. 
MM.  lo  tengO|  con  todas  las  incidentias  y  depeodendis, 
anexidades  y  conexidades :  y  mando  que  tqs  seaa  aeadi- 
dos  con  TuestiK>s  salarios  y  derechos  1^  dicho  ofldo  aas* 
zos  é  pertenecientes ,  é  vos  sean  guardadas  todas  Isili* 
bertades  á  franquezas  que  por  razón  de  él  hayáis  de  sa- 
ber é  tener,  é  que  podéis  llevar  é  llevéis  vos  el  dicho  lú 
juea  general  visitador ,  é  los  escribanos  '<  átgaaeUes  da 
vuestra  audiencia,  que  para  ello  en  nombre  de  SS.  MIL  , 
yo  nómbrate,  y  con  todos  los  otros  de  la  JTueva-Bqiifia^ 
que  yo  en  nombre  de  SS.  MM.  tengo  nomUiradoa  é  hm^  i 
brare,  todos  los  derechos  doblados ,  como  lo  han  é  Iléná  ^ 
los  mis  alcaldes  mayores  $  tenientes  de  esta  dicha  Ktieva 
Sspafia,  conforme  á  los  aranceles  que  sobre  los  dichos  da» 
rechos  están  hechos,  é  mando  que  con  vos  usen  los  diehai 
oñcios :  so  pena  de  pri  vamento  de  ellos  é  de  perdimiutla 
de  todos  sus  bienes.  Fecha  en  la  ciudad  de  Iraiixtitan  Ü: 
27  dias  del  mes  de  junio  de  1526  afios.    Hernando  Oet»' 
tés.— Por  mandado  del  gobernador  mi  señor,  Alonso  Yt^. 
líente. 

E  así  presenteda  la  dicha  provisión  de  S.  S.  é  vista  posi 
losTdichos  sefiores ,  dijeron :  que  recibían  é  redbieroii  ai 
dicho  cargo  é  oficio  de  visitador  general  de  esta  ÑnevM 
Bspafia,  según  en  la  dicha  provisión  se  contiene ,  alm 
cho  Alonso  de  Orado ,  é  recibieron  de  él  el  juramento  f^ 
solemnidad  que  de  toí  caso  se  requiere,  é  a^í  hecho ,  ki 
dichos  sefiores  les  dieron  una  vara  de  justicia^  con  la 
se  salió  del  dicho  cabildo.  * 

2í0ta.   Hasta  aquí  les  documentos  que  me  ha 
do  intecesanto  saear  del  libro  de  eabildO|  relatiTMi 


[«o  en  I>  anaenoía  de  Oor- 
iqaetoia6  pontemediar 
i.  La  «arta  en  qae  avisa 
I  ayuntamiento  aepnblí» 
lar^  Bnstamante,  en  on 
Ulan  ejemplares.  Todo  lo 


ei'Mátienfo  y  Dtlgadíao,  v 
kdmvajww  á  la  «iudacL  Iné- 
o..8t.  Daqtu  de  I^owwi  y 

público,  aposttüioo  eo  e» 
é  de  la  abdienda  é  jnzga- 
dd  é  magniaoa  BeCor  don 
>  obispo  y  Jaez  apostólico 
£(  é  verdadero  teetiinonio 
«n ,  gne  Dios  nnestro  6e<^ 
i  días  del  mes  de  marzo  de 
JO.  Joan  Of  tiz  de  Matien- 
gae  faeion  d^  esta  andien- 
7  casa  de  BeBorSan  Fran- 
tstóbal  de  Ángulo  é  iOar- 
ma  qna  estaban  tetrudoa 
1  amonestedos  el  dicho  li» 
ma,  y  el  dloho  lioendado 
■orada  y  de  la  cárcel  real, 
ir  mandado  de  aototidad 
to  jaez  apostólico  ,  é  por 
cío ,  que  dentro  de  tñerto 
oontemido,  so  pena  de  des- 
lestitayesen  á  los  diohos 
i  se  inbibiesen  del  oonod- 
los  dbdios  rriiraidos  prooe- 
te  en  la  dictka  monitoríase 
noiadOR  no  qnidaron  obe^ 
«KOB  'daranoiitdes  pac  pú- 


-358- 


bliooB  descomalgad08|  taHieado  campanas  é  matando  cu 
delaa,  y  f aé  puesto  entredicho.  E  desxiues  de  esto,  liai 
qae  se  contaron  4  dias  del  dicho  mes  de  marzo  del  diob 
afiOi  yo  el  dicho  notario  notíQqaé  á  los  (licbos  liceodado 
en  sd  persona  otra  aatoridad  monitoria  y  cesación  i  i 
vinis^  en  la  que  fueron  requeridos  por  mandado  del  dM 
seQor  juez  apostólico,  que  dentro  de  cierto  término  m  I 
dicha  autoridad  contenido  •  y  so  pena  de  desoomavii 
mayor  y  de  otras  penas  en  la  dicha  monitoria  contenUÉ 
volviesen  é  restitay  esen  los  dichos  retraídos  6  se  inhltii 
sen  áA  conocimiento  de  la  dicha  causa,  lo  que  no  qvÜi 
ion  obedecer  ni  cumpUr  los  dichos  licenciadoa,  antas ' 
tenciaron  á  los  dichos  retraídos  clérigos  de  oaronaiéj 
tidaron  al  uno  de  ellos ,  que  fueron  el  dicho  OrisM  ~ 
Ángulo :  por  lo  cual  el  dicho  término  pasado ,  los 
liceudados,  por  su  rebeldía  é  contumacia^  fueron  i 
ciados  nuevamente  por  públicos  descomulgados,  y 
so  oesacion  ú  divinis ;  en  las  cuales  dichas  descomí 
los  dichos  licenciados  han  estado  y  están,  y  no 
suelto  de  ,ellas ,  desde  el  dicho  dia  4  del  dicho  *] 
m^zo  del  dicho  año,  hasta  hoy  10  dias  del  mes  de 
de  1531  afios ,  en  las  cuales  dichas  censuras  6 
niones  están  hoy  dicho  dia ;  é  porque  de  lo 
declarado  é  .certificado^  de  pedimento  del  ilnstie'y | 
nífioo  seSLor  el  marqués  del  Valle,  doy  verdadera  ffj 
timonio  de  todo  lo  susodicho ,  según  que  ante 
firmado  de  mi  nombre  é  signado  con  un  signo  que 
cho  en  esta  gran  ciudad  de  Temixtitan,  á  10  diaa  d 
de  febrero  t  alio  del  nacimiento  de  nuestro  SeBot! 
cristo  de  1531  afios.— T7n  signo.— Yioí  [1]  Deo  da; 
iuda.— Diego  Yelazquez,  notario  público  apostóUc 


NOTIOIAS   BIOGRAFIOAS 

^el  llceBclado  Alonso  de  Zaaso^ 

Lo  mucho  que  se  ha  hablado  en  las  actas  dd 
miento  insertas  en  esto, apéndice,  del  licenciado 

(l/^  Debe  de»ir;  "Vincit  Leo.» 


—  359'— 
«dge  que  se  den  algunaas  noticdM  acerca  de  la  tennina- 
di  la  caneía  de  una  persona  que  tanto  fignró  en  loe 
distorbioB  de  Méjico ,  las  qne  se-tomarlüi  de  sn 
^  esorita  por  el  señor  don  Maitín  Fernandez  de 
,  é  inserta  en  el  cnaderno  onarto  del  tomo  II 
la  Ooleccion  de  dgenmentos  inédito  para  la  Historia 


Ldow  Zoazo  vino  de  Santo  Domingo  con  los  monjes 
enviados  por  el  cardenal  Jiménez  de  Oisneros 
las  colonias  españolas,  con  el  encargo  de  ad^ 
o^.»  la  justicia  civil  y  criminal  •  por  ser  esto  cosa 
dfllcanéoter  x^gioso  de  aquellos.  Desempeñó  en 
iUss  miidiaB  é  importantes  comisiones,  yen  enero  de 
IHSdiiigió  nn  infonne  sobre  al  estado  de  los  establecí- 
eqpiSóles  á  Mr.  de  Otdevres ,  qae  tanto  inflojo 
A^iaeipio  del  :reinado  de  Garlos  V.  En  este  do^ 
.llbiioso,  que  ha  sido  publicado  por  el  seño  Ka-- 
en  el  citado  cuaderno ,  Zuazo  habla  enteramente  , 
[Mtidodel  padre  Gasas,  de  quien  fué  amigo,  y  pro- 
[Mas  las  medidas  que  le  parecian  conducentes  á  la 
de  la  población  indígena  ,  inclusa  la  intrc* 
ds  negros. 
inoÜTo  de  las  diferencias  suscitadas  entre  Ghtray 
'  sobre  él  gobierno  de  Panuco,  pasó  á  Méjico  por 
» 8e  Telazquez  para  tratar  de  avenirlos  como  ami« 
iOk dé  ambos,  y  quedó ,  tfrmo  se  ha  visto,  de  te> 
de  gobernador  nombrado  por  Gortés  cuando  salió, 
ibi  Sibueras.  Enviado  preso  á  Gnba  por  sus  com«^ 
I  en  el  gobierno,  fué  absuelto  de  todo  car|:oenel 
de  residencia  que  él  mismo  habia  pedido,  y  para  el 
filaé  comisionado  el  Ldo.  Altamirano.  Fué  en  seguida 
Minado  oidorlle  la  audiencia  de  Santo  Domingo  ,  en 
IMaio  de  sns  muchos  v  buenos  servidos ,  y  allí  murió  el 
ibdel427,  a^mpañfljidole  al  sepulcro  las  bendiciones 
^  todos  los  buenos,  y  aun  el  respeto  de  sus  enemigos. 


—  S0O~ 


1^ 


> 


0* 
t  '  '' 


«  •*! 


▲DXOIOKBS  Y  BEOTÍFIGAOIONSB 
á  alfiuioa  pontos  de  laii  4iwrtaclane«. 

Juan  d$  Oryáha»  Bn  1a  primera  edidpa  de  la  piimim 
díBertadeiii  fallo  41^  líih  10 ,  ee  dice  qae  faé  aobribo  91 
Diego  Yelasqaez ,  aigniendo  á  yarios  aatorea  qué  inear- 
rieron  eu  eita  equiyocaoioii ,  ia  qae  se  corrigio  en  la  e^ 
ganda  edición.  El  freoaentar  macho  Grijalva  la  casa.^j 
y elazqaes  y  ler  may  fiftyoreddo  de  él ,  luzo  creer  q 
sa  pariente,  pero  no  era  así, 

D.,Dieto  Oolen.  Bn  el  folio  44  de  la  presente  edirio»^ 
dice  qae  gobernaba  les  nneyos  estaHeclmientos  ffi. 
tnd  de  las  capitalaciones  jjk^nTenios  hechos  pon  ñ 
dre,  lo  caal  debe  entenderse  en  cnanto  competía  ájp] 
pleo  de  almirante ,  pnes  el  gobierno  civil  continnaf' 
cargo  de  los  monjes  Jerónimos ,  caya  complicación 
veces  motivo  de  contestaciones  y  diñcntades. 

Daña  Marina.  Bn  el  folio  53 ,  dando  la  etimológfi 
nombre  Malinch$f  con  qae  es  valgarmente  conocida  «. 
dijo  qae  laí^terminacion  miejicana  tsAn  es  el  d^minifáTo! 
aprecio ,  y  qae  así  MaKntsm  significa  Marinita :  e^  t 
minaoion  indica  dignidad, .cómo  en  Onantemotnifi ,  m 
giscatsin  y  otros ,  y  así  Malintzin  qneria  decir  la  sefltí 
Marina^  sin  dndaporqne  los  espafioles  la  llenaban 
Marina. 

Dcña  liábel  Moetemma.  A  los  diversos  casamientos 
esta  sefiora,  de  qae  se  nabla  en  la  cnarta  disertación, 
189á  191,[es  menester  agregar  el  último  conjJoan  An^ 
de,^de  qoien  desciende  de  los  Andrades  Moctesnmas  y 
condes  de  Miravalle.|Bn;el  arehivo  de  la  casa  de  estos  ~ 
mos  «ástia  ana  real  cédala  aaigmándolesjona  pensian. 


Ilcadda  todos  los  oasa- 
doQa  Isabel :  se  me  htí 
ioaié.  El  difanto  gene- 
nte  interino  qae  faé  de' 
castillo  de-San  Joan  de 
ibiica  qne  ocaparoa  los 
a  Alanoela  Trebaeato  y 
leMiravalle,  y  es  una 
>  de  una  seQora  deseen^ 
le  Moot«zama,  faeaeel 
qoe  tremoló  la  bánde- 


9'IOAOIOKBS 


116  se  dUe  400  mnrid  el 
t%»  fué  el  ano  signienté. 
e  ae  le  coocedieion  ;  & 
.  página ,  uno  faé  el  de, 
leion  á  aa  edad  ;  enfei-  . 
lia  venido  á  ser  tan  ge- 
cria  de  caballos,  y  para 
nn  Fcnjicia :  este  fué  el 
nías ,  reservándolo  do* 
los  y  médieoa. 
D  el  folio  253  so  dijo  por 
iriroSt-  dneilo  de  loa  so- 
el  o>QveDto  de  la  Oon- 
ros :  solo  lo  fa6  do  e»te. 
idréa  de  Tapia ,  y  esta 
er  fíü  este  error,  líei-» 
ipleoH  do  alcalde  y  regi- 
lenmente  sa  tena  en  el 
a  estnro  en  Kapaüa  eo- 
y  obtuvo  dirersaa  con- 

ge  Usirada  f  Alhorruiz, 
ii  indMdvos  de  la  pri- 
--■      1  í—4fi 


—  382  — 
Mera  oMUneia.  Han  flganido  tanto  cpImiaiiifUtaMüA 
ptríodo  qae  oomprende  1a  oaarta  disertaoio&  »  411»  pim 
ii606B«rio  agregar  algo  á  lo  qae  aoaroa  da  6Uo«a4)jÍHt 
la  citada  diaertaoion  y  eu  la  parte  relativa  al  apáaibi 
segundo. , 

El  tesorero  Alonso  de  EstraiUi»  Falleoió  en  ^ata  oaritol 
el  año  dé  1530^  en  el^ejeroicio  de*su  empleo,  .qae  ae  d»  fff 
aa  muerte  á  Jorje  de  AI  varado ,  qae  estaba  oaaacbMPí 
nna  hija  anya.  Otra  de  sua  h^as  faé  miúer  da  Jtpmím 
Yazqaez  Ctoronado,  qae  f aé  por  oapítan  delaegpaJBtwi 
qae  el  yirey  don  Antonio  de  Mendosa  mandó  4  Omm^ 
4  la  Qaivíra  y  Gibóla ,  ó  oomose  decía»  4  ^^laa  8Íito.:4iK 
dades.'^ 

E^rgo  de  Aíbtyrñoz.  Sn  familia  qnedó  e«tal>lacida  pv 
mucho  tiempo  en  M^ico ,  y  he  visto  nna  esoritaia  pocla 
enal  aparece  qne  sn  nieta  dofia  Lnisa  de  Albonioa  y^ 
dio  en  1619  anas  casas  que  poseia  en  esta  cindad. 

Ofmzalo  de  8alazar.  En  Espafia ,  adonde  hahia  passdoy 
obtaf  o  por  inflnjo  del  comendador  Gobos  el  volver  4  Ué- 
jico  mandando  la  flota  qne  salió  de  Sanlúcar  da  Bapft* 
meda  el  6  de  abril  de  1538|  en  compafiía  de  la  an|MiiAi 
qne  formó  para  la  expedición  de  la  Florida  el  addjo^; 
do  Hernando  de  Soto ,  bajo  ca^as  órdenes  djüÚM 
Salazar  hasta  la  isla  de  Qaba ;  pero  este  qae ,  como 
Herrera,  no  habia  parte  en  donde  dcd^^^^  moefcns 
malas  inclinaciones ,  desde  la  primera  nophe  mwí  * 
con  sn  navf  Oy  desobedeciendo  á  Soto,  el  qne  le  hiao 
y  mandó  hacer  fuego  sobre  él ,  y  cercado  por  t  toda 
mada  tnvo  que  rendirse.  Soto,  para  castigar  ¿ 
mandó  ahorcar  4  Salazar,  lo  que  no  se  yeriñcó  por  loa 
chos  qae  intercedieroil  por  su  vida ,  qae  acabó  ea  la 
caridad. 

Perálmindez  Ohitino.  La  suerte  de  este  faé  maa  d 
ciada:  acompañó  4  Ñuño  de  Gusunan  en  la  expedk)i< 
Jalisco  en  calidad  de  su  teniente,  en  la  qne  conaetié 
excesos,  y  volvió  seganda  vez  4  la  misma  provimna . 
el  virey  don  Antonio  de  Mendoza ,  y  en  este  visge  aa 
haber  perecido  4  mano  de  los  indios. 
^  Sufio  de  €hkzman  «presidente  de  la  primefs  «idi« 
Habiendo  venido  el  Ldo.  de  la  Torre  concraüsiaa  dd 
s^ode  Indias  para  residí^Gíarle,  el  virey  dm 

doMeQdo2»lehúQ  veolr  á  M^iw ^  d9  iTwiiw  doote 


\ 


fiMMl  4id0n  ptm  qaidf  privado  d«l  goUenio  de  J«li8<. 
^lWii«  ala  oártoi  dando  flan» de  pre— ntMwe  alom- 
MjfodmdeliaUa  d6  yene  sa  leddenaia.  Don  Fmmamdo 
OQfU»y  m  m  viaje  á  Bapitíla  en  16461,  oMavo  que  la  oan» 
BMeaoüvBM^y  «e  leowdenaae á pagfrto  íoatmi  samas, 
por  las  sentencias  injustas  qaiB  oontra  él  habla  dado  yoon 
4IS  it  liaUaa  Bájodioado. 

Imfá$rm  Matímuo  y  BélgaiiUo.  Sstttenetadoa  por  la 
•«aMa  aadienda  qne  pfoeedió  á  lesidenctarlos ,  7^  oen*« 
wüdBS  al  pagada  giaadas  oantidades,  se  vendisron  saa 
wysy  y  noáloanisando  estompa»  el  pago»  fueron  pxesoe* 
«ilasároel  páblioa.  en  la  qtte  también  foé puesto  y  nm- 
manbMnaM  de  Delmdillo,  Uamado  Bamo^  que  haUa 
«do  ateUe  mayor  deOi^aoa.  Ambos  oidorea  mniieimi 
«^  mnaria  en  BspaOa» 


-01OIOírí¡S  y  BEOTIFIOAQIOITEa 
«lapéB^lce  segiuado. 

J^|<»«ií»*  fin  la  página  293,  lin.  29,  se  dice  queeLttm^ 
*"  06  esta  península  80  tomó  de  unas  palabras  de  la  len- 
¿maya  qne  signMoan  no  entiendo.  Bl  señor  don  Alon^^ 
ireon.  muy  Tersado  en  aquella  lengua,  me  ha  informa* 
'  qae  las  iñdabras  que  tienen  esa  signifloadon  no  pue  • 
'  ocxrresponder  en  manera  alguna  al  nomine  Yucatán  r 

<»  mobable  que  los  naturales,  del  país ,  al  oir  á  loa 

^«es,  se  dijesen  unos  á  otros  "uy  u  taft,''  oy«  ccwao 
)  cuya  pronuncJacioin  suena  como  Yucatán  para  oi^ 

00  aooatombrados  á  aquel  lenguaje ,  siendo  esta  ea;- 
waon  del  indio  yucateoo  muy  natural  en  los  modis% 

oe aquella  lengua»  y  aun  característica  deeste  pue- 

¿^  las  ordenanzas  de  don  Femando  Oortés  del  año  de 
sóbrela  forma  y  funciones  délos  ayuntamientos , 
353,  se  dioe  qu'i  la  elección  de  estos  se  hará  <«eldia 
\ .Bnoarnacton  ^  Hijo  de  Dios,  queee  el  primer  dia 

mifld©  enero  >  '^  «n  lo  floe  iay  eyldent^nente  equlvo* 


MMHidoicetes  cxátMmwBm  y  «e  halla  i«p0tiáo«  te  la^(nüa' 
gng&ám  blm  el  autor  anániao^e  la  Yiilaí  áeüottft^^ ' 
inédita^  qoeme  ha oammiioado el mAot donr  OÉitaaBoa- 
íamanto^de  qoehacQioQaQíoaalpiriiidpiO'fto  laipÉlMa 
ditetaoioD*  t  f*   ^. 

Bn la páff.  413,  IÍil  23,  oopiando laoarta^pe Oovté^éa*  •' 
eribió  alajnniteinlitetodé  este  capital  déade  IMMMUí^  * 
sa  regreso  de  Honduras,  se  dije  ea  aote ,  quelhflliiaKeHU'*'  I 
fosion  úoolísian  de  palabras  en  lafkMe  sigQtBnte^  Mkm^^ 
^^  pues  que  Uegué  ¿  esCa  vUliLipe  sabido  qoealfaDiafttv  * 
<<  semis  de  lasiqM  bigmeaim  «Ihtée  eoBoneíoi  teoftf        ' 
<<  saatedos  de>éli)os  porvergtteua  de  aií  S^errede'ellDé.9^ 
<<  t«er  de  lainovisien  del  de  queme  ha  pewdo  láaelÍK^  ^ 
Bl  señor  don  José  María  Baaooo  meha'heahxxnnMrqab'^^ 
el  sentido  se  adara  con  solo  variar  la  pnntoaoioni  de  es- 
ta ñianera:  ^<He  sabido  qae  algunas  peisonas  de  las  que 
*<  sigoieron  á  esos  oomtmeros  están  aosentados'thaoiendo 
^<  la  oonóordaneia  por  el  sajeto  y  np .  por  el  j^e|;o^peFso% 
^  na,)  de  eUoé  [esío  es,  ipam]-p(^  ▼ergSahsa'd#«ii*yecTo, 


^'de  ellos  [efrfx>  es,  otra  parte 


por  temor  de  la  provisión 


<<  [del  castigo,]  de  loUQoeins  ii»piss8ídiniftBoho.''  JDe  Ma 
como  distribativo  es  inny  usado  en  el  antiguqi  lenguaje 

espMMJ)'^'  '  -        •;.  "!  .-i  .í  '*  .  :i:  .    -TcBíi^-rn 

.••••..•{£'■•  . .        •    ;i   1  !l«     í -h;      1  •   f  '  1. 


f. 


FIN  DBL  TOUO  I; 


f 


I 


DISERTACIONES 


SOBXX  ¿A  HISTORIA 


li  11  REPUIlICl  lEJIClll, 

D£SD£  LA  £POCA  DE  LA  CONQUISTA 

%Vt  LQI  IgPAilOUn  BICmON,  1  FINES  DEL  SIQ£0  XT  T  FJUKCinOi 
nXi  ZTI|  DB  LAS  IBlUüi  T  OOMTJNSirriB  AMBEIOAlfO 
HASTA  la  INBBPl$KDSyClA| 

POB 

D.  L¥CAS  ALAMAN. 


T  la  fflorU  ÜATaron 

IHl  alto  imperio,  j  el  blofon  potante 

Peí  zeino  de  laÁmora 

▲  la«  femotas  playee  da  Ooeidenta. 

BuBOOe,  Trad,  dé  BOMkClO, 
Sobro  IV,    Oda  xv. 

Elogiadle  Avgusi», 


TOMOn. 


laprtiita  «!•  lA  TOZ  BE  SIBA, 
TttHieiite-B«7,  tt. 

1878. 


Xf. 


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mm\\  ¡vivihu  ijii 


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"  jiSÍA  WSERTACIOIÍ. 


i««^4tni.  terr--. 


ixtráúrdiuaú'o :  sa. 

doméatico:  todo' 
b^es  de  li^^r  ob- * 

flgaraodo  eu  la     ' 
lúliUtfóa  qu«,'  baa  ,.',, 
■osti^iaad,  ^de-^j' 
imilla,  oasu,ti'alw*"i, 
pimiento  porsonul    ¡ 
wunto  de  tisui,  i;>i^    , 
iticalacoa  tioócor- 
aatt(^o  Cortúa,  y,./, 
áctamuute  du  1<>,    ; 
íbljcade  auliom-', 
pflHfatAa,  «u  düK.-; 
auáparocidpcon-    ,', 
k  epaqui«Wy  gó-     ' 
[fió  tfratadp  eulají     j 
úeoe  mas  flu  par-   '_ 
eida  BU  na^Biieu'  ' 
desde  qtte  d«iÓ  d 
fo^,  exteDdléD> 

IO,4«lMdÍTtItM 


tnailMlenMdtmMdáTWyjpdtM  daiottdMidA hiiti 

1»  épMa  pniente  {ÍJ 

D.  FemaH^do  Oortéfl  bmIó  en  HédelUii  en  k  ptovioflli 
de  Bzts^emadara  de  la  corona  de  Oastílla,  enélaSodi 
1485]^  reinando  en  BepaSa  loa  rejea  oatóUcoa  don  Fer- 
nando  y  dofia  IsabeL  Sa  casa  estaba  en  la  calle  dab 
Feria,  y  mnohoa  peieoniyes  qoa  tnviexon  ocaeion  da  ft^ 
«ar  por  aqnélla  villa  ae  aJojaron  en  ella ,  honrándoee  «n 
albcorgarae  bajo^el  techo  jg^oe^ió.  nacer  A  .Mii§l.  homlifi 
extraordinario*  SU  el  afie  Ah  IMf  taét  ¡tendía  por  loi 
firanoesee ,  á  conaecnencia  de  la  batalla  qne  peréuó  enlü 
inatediacionee  de  aqnella  población  el  general  doáOia* 
gorio  de  la  Oaesta»  y  en  la  actnalldad  n^n^dan  máa  qm 
alganoe  trozoa  de  pared,  habiendo  corriao  igual  sner^ai 
aqnella^gnerra  deatmotora  otros  mnchqaedlfleioa  máll". 
cordaban  gfandes  acéhteciiinéntpa\y  U0^ 
pafia.  Fneron  sns  padres  Martín  Coitos  d<Monroy|Oaft> 
tan  qne  habia  sido  de  in&ntería,  y  dofaOatalina  rm^ 
ro  Aitanúranoi  poiíqnien  estaba  lig¡^pde.Miif|iatMqoe^ 
los  ÜzaiTds  conquistadores  del  lírií;  Aijí^"  '"-''^ — '^ 
a  aquellas  familias  npbles  de  las  provili4ji|k% 
tun%  qne  consütuje  la  clase  mema  4c  la  spi 
cual  han  salido  tantos  hombres  sefiatadoSy^ 
do  no  menos  la  armas  que  las  letras^  Ijos 
han  hablado  de  la  genealogía  de  Cortés,  hau 
su  origen  hasta  los  r^yes  Lombardos  que  ñfiaaiúiÉtúlf. 
Italia  después  de  la  destrucción  del  imperio  tomaDOi 
ro  aunque  tan  ilustre  progenie  no  se  funda  infta  que 
semejanza  de  los  nombres ,  como  sucede  cad^'  al¿l| 
estas  derivadones de  antiguas  alcurnias,  no  hló^  ^ 
que  la  fiunila  creia  traer  su  nobleza  m  aquéUoi 
remotos.  Cuando  Gcnsalo  Plzarro  ftaé  preeentado  i 
ro  al  presidente  Pedro  de  la  Gasea  despuen  déla 
de  Saesahuana,  que  los  escritores  espafiolee  diMi 
quijahuana  eerca  del  Cuzco  en  el  Peili,  él 


'■'  '^ 


en  cara  á  Pizaito  su  ingratitud ,  pues  habla  heaU 

d«l aatiffiío  lütfqnMado del  TaU» de  Oajmt  MrtewM'tsMí,.  * 
DiMpe  ddTtmuunrft  jUcmtéíñOBñ.  y  támMab  st  iiliah&lom' 

v»-Bapafift  gln  BMib»4e  jMtt«iv<a  vaifot  «tMdMTMt  MMau»  1 1-< 
u,  qiMm*  haaido  oommitcwda  por  el  Mñor  doQ  GMoñ  MmIa 
laque  gerlamy  digna  del  honor  de  la  impieeion^ 


—  5  — 
guerra  al  emperador  de  quien  había  recibido  hosras  i  ri-< 
qnezaa  y  nobleza :  á  eáta  palabra  el  orgnlloao  prisisnero 
eoatj&stój  <<  nobleza  no ,  mi  familia  la  trae  desde  los  69- 

Los  padres  de  don  Femando  gozaban  de  consideración 
y  apieoio  en  Medellin ,  y  el  padre|  Casas  qne  conoció  á 
Martin,  dice  qne  este  era  ^*  harto  pobr0  y  homilde ,  ann^ 
que  cristiano  viejo  y  dicen  que  hidalgo."  En  ana  primeros 
afios  faé  don  Femando  de  salnd  mní  débil^  con  cuyo  mo- 
tivo sos  padreB,  gente  piadosa  y  devota  ^  echaron  snerte 
entra  los  doce  apostóles  para  escogerle  nn  patrón ,  como 
SQde hacerse  todavía  entre  nosotros  ^Analmente  en  las 
familias  y  le  salió  San  Pedro,  qne  faé  el  motivo  de  la  de- 
▼Odón  especial  qne  profesó  á  este  Santo  en  todo  el  cnrso 
de  sa  vida,  atribayendo  en  sn  patriotismo  haber  adqniri~ 
do  aquella  robustez  de  qne  tanta  necesidad  habia  de  te. 
ner  en  la  serie  de  dnros  trabajos  qno  estaba  destinado,  á 
wtMrtftr- 

A  los  catorce  afios  de  sn  edad ,  sos  padres  qne  le  des- 
tinaha  á  la  oaxrera  del  foro,  le  enviaron  á  Salamanca,  n. 
aitsraidad  la  mas  célebre  de  España  y  una  de  las  maa 
afamadas  de  Earopa  en  aquellos  tiempos ,  poniéndole  á 
«tadiar  lapidad  en  casa  de  Francisco  Nnfiez  de  Yalera, 
qne  estaba  casado  con  Inés  de  Paz ,  hermana  de  sn  pa^ 
dre.  Su  genio  inqnieto  y  emprendedor  no  se  acomodaba 
41a  vida  tranquila  y  uniforme  de  las  escuelas,  por  lo  cual 
á  los  dos  afios  abandonó  esta  carrera  y  se  restituyó  á  su 
easa,  no  sin  gran  sentimiento  de  sus  padres ,  que  veian 
oon  esto  desvanecidas  las  esperanzas  de  fortuna  que  les 
luusia  concebir  para  su  hijo  el  ingenio  que  en  él  se  desou^ 
Ma.  Dfcese  que  don  Fernando  obtuvo  el  grado  de  Ba** 
ehillér:  y  aunque  hubiese  interrumpido  tan  á  los  princi- 
pios la  carrera  de  las  letras ,  no  puede  dudarse  por  los 
nidfDientos  que  en  ellas  adquirió  y  el  trato  con  los  jóve- 
nea  de  la  universidad  que  las  cultivaban  ,'£ aeron  la  causa 
de  aquella  superioridad  de  ideas  que  le  nicieron  tan  se- 
Salado  entre  todos  los  conqaistadores  de  América.  A  e8> 
toa  mdimentos  de  educrcion  literaria  debe  atribuirse  el 
«tilo  puro  y  fluido  que  se  notaje^  sus  cartas ,  que  como 
aa  ha  dicho  ya,  le  han  hecho  comparará  César;  laopor- 
tona  é  ingeniosa  aplicación  que  hace  de  los  textos  de  la 
aaeriinra,  y  el  acierto  y  claridad  de  sus  reglamentos  ad- 


—  6  — 

miui8trativo8.  Oompoiiía«tambien  veíaos ,  y  goatab»  de 
haoer  gala  de  su  poesía ,  contentando  en  epigramas  &  bt 
pasquines  qne  contra  él  se  ponían.  Sin  duda  también  pío- 
cede  del  mismo  origen  la  demasiada  inetftiamon  á  liti- 
gar qne  se  le  advierte  en  el  último  período  de  sa  vida. 

La  gaerra  de  Italia  y  las  conquistas  en  América  eiaa 
las  dos  carreras  qne  se  preseu^aban  á  la  j aventad  espa- 
ñola en  aquella  época :  el  renombre  del  gran  capitán  ds^ 
ba  masjbrlKo  ¿  la  primera;  la^  segundas  presentaban  Ift 
espectati va  de  ma>  or  fortuna.  El  joven  Clortés  9  baUimch . 
so ,  activo  y  travieso  se  avenía  mal  con  el  orden  y  xegU'* 
laridad  qne'se  guardaba  en  la  casa  de  sus  padrea »  y  r^ 
suelto  á  dejarla  para  seguir  la  milicia ,  vacilaba  entcea- 
listarse  bajo  las  banderas  del  conquistador  de  NápoleSf  6 
pasar  á  buscar  fortuna  en  las  regiones  nuevamente  ám^ 
cubiertas   El  nombramiento  de  don  Kioolás  de  Ovandoi 
comendador  de  Lores  en  la  orden  de'Alcántara^  para  su^ . 
ceder  6  Colon  en  el  gobierno  de  la  isla  Española  decidió 
su  elección^  pues  siendo  Ovando  amigo  de  bu  padre ,  eila 
droun^tancia  facilitaba  sus  adelantos  en  la  cartera  qas 
iba  á  abrazar.  Un  accidente,  efecto  de  la  demasiada  jfíh 
pensión  que  desde  tan  temprano  manifestaba  hacia  el  be*^  .| 
lio  Bex0|  impidió  por  aquella  vez  este  viaje.  Subiendo  una 
noche  por  nua  cerca  para  hablar  á  una  ^  dama  ^  1»  pared  . 
mal  cimentada  se  vino  abajó ,  y  al  mido  de  la  oaida ,  un 
marido  celoso  que  salió  de  uoa  casa  vecina  quieo  maJbax* 
le,  lo  que  pudo  estorbar  la  suegra.  La  curación  del  golpe 
fué  larga  y  se  siguió  á  ella  una  ñebre  intermitente ,  qoe 
le  retuvo  en  su  casa  mucho  tiempo*  Los  que  goatan  de  a- 
tribuir  los  grandes  acontecimientos  á  pequeñas  oansaB, 
no  dejarán  de  encontrar  en  este  amorío  la  de  la  eonqaista 
de  la  ^uevavEspaña ,  pues  si  Oortés  hubiera  venido  á 
América  entonceB,^cuando  losespaSolea  no  hablan  Qntndj 
todavía  en  el  golfo  de  Méjico  en  el  curso  de  ans  desoabri- 
mientos,  se  hubiera  sin  duda  embarcado  en  alguna  de  las 
expediciones  que  se  hicieron  por  aquel  tiempo  al  Dariea 
y  a  la  eofita^flrme,  y  su  ingenio  vasto  y  su  carácter  emn 
prendedor,  se  hubieran  empleado  en  algunas  de  las  emn 
presas  desgraciadas^.que  tuvieron  por  objeto  aqneUaaooa*' 
tas  malsanas. 

Eestiablecido  Cortés  de  sus  malos ,  resolvió  de  noevo 
pasar  á  Italia^  y  según  dice  tiómara,  emprendió  el  viaje  á 


por  qaé  motíTOi  Ge  volvió 
iciou  de  ms  padrea  y  el 
> ,  se  etaliarct}  ikif  lin  para 
Uarr»meda ,  eii  el  aüu  de 
la  reina  duQa  Isabel.  Te- 
y  naeve  a^os.  y  el  uapitau 
lado  AloDBo  Quiuteio,  por 
krgameiito  lleg»udo  an^B 
[O,  fie  api^ó  por  dos  Teces 
>  perdido  su  derrota  y  su- 
DStuTO  á  punto  de  naulra' 
los  Oaribes.  La  Güt»  de 
uauaada  por  lo  largo  «la  la 
on  y  paaajeioB  eu  el  ma- 
la  paloma  blauca  quo  tíiiw 
ajor.  Tjste  inoidente,  muy 
:a,|.lia  Bído  atribuido  ¿mi' 
ipáaolea ,  que  han  oitrido 
Banto,  qne  quiao  guiai'  la  ' 
k  do  uer  el  iuatrumouto  pa- 
n  ciiuliaüa  ea  estas  regio- 

omingo ,  Quintero  tuvo  el 
emás  navioB,  en  onya  com- 
ear y  ileHpues  de  Oaiiarias, 
aucho  tiempo  antes  qne  el 
)  liabian  vendido  con  veu- 
tstigo  qne  merecía,  £1  go- 
la aazon  eulaciudíul,  ite- 
con  agasajo  á  Coitús ,  y 
36  allí,  le  ofreció  solar  pa 
labrar;  pero  el  joven  ain- 
habian  exaltado  con  ideas 
»  contestó,  que,  había  ve- 
-  la  tierra.  El  gobernador 
Qomplacido  con  él,  y  le  dtó 
la  escribania  del  a; nula* 
cababa  de  fundar.  Le  hizo 
acias  qne  so  hablan  levaír 
I  VelAzquez  hizo  eus  pri- 
de  la  isla  Esiuílola.  Abí 
u  esta  alteinativa  de  ooa- 


paciones,  fiin  dejar  por  ellas  en  inolinadón  á  la  galasta» 
ría.  que  le  atrajo  diversas  pendencias ,  en  las  que  dü  á 
eonocer  su  esfaerzo  y  destreza  en  las  armas,  salfaiWs 
siempre  victorioso ,  aonqne  en  una  de  ellas  sacó  una  ls< 
rida  debajo  del  ]<i.bio ,  cuya  cicatriz  le  qnedó  toda  sa  fb 
da,  la  que  se  le  dejaba  ver  algo  por  entre  la  barba,  qossi 
aquel  tiempo  se  usaba  crecida.  Pero  como  este  gemeíodi 
vida  finiforme  y  oscuro  era  tan  poco  adeotfado  á  su  oaioiS'. 
ter,  estaba  resuelto  á  embarcarse  en  Ja  desgraciada  4a^ 
díciou  de  Diego  de  I^icuesa  para  la  costa  de  T«ragM|la 
que  le  impidió  una  ^postema  que  tuvo  en  la  oórba  Mní 
derecho,  y  este  nuevo  accidente  le  conservó  para  maywi 
empresas. 

Bn  el  afio  de  1511,  envió  el  almirante  don  Diego  OdMi 
hijo  de  don  Cristóbal ,  al  capitán  Diego  YéUuBqiiai  M 
conquista  4o  la  isla  de  Ouba ,  y  Oortós  le  aoompalllp^ 
aquella  expedición ,  en  calidad  de  oficial  dd 
guel  de  Pasamente.  Herrera  y  el  padre  Gasas  dion.^ 
fué  secretario  de  Yelazquez,  quien  en  todas  las 
de  mayor  empeño  hacía  uso  de  él ,  conociendo  su 
y  actividad.  Conquistada  la  isla  se  le  dio  el  repartii 
de  indios  de  Manicarao  'en  compaílía  de  Juan  Ji 
por  encargo  de  Yelazquez  entendió  en  la  fáteiea 
hospital  y  de  la  casa  de  f  audición.  Establecido  Ji 
Cuba,  trasladó  allá  á  su  madre  María  de  Maunoaida^ 
oflina,  y  á  sus  tres  hermanas ,  las  cuajes  habiaa 
Santo  Domingo  desde  el  año  de  1509  con  doña 
Toledo,  esposa  de  don  Diego  Oolon,  que  llevaba  él 
de  vireina.  Cortés  arrastrado  siempre  por  sus  pi 
nes  amorosas,  galanteó  á  la  una  de  ellas  Uainada 
Catalina,  y  le  dio  palabra  de  casamiento  que  des^ 
sistió  cumplir.  El  gobernador  Yelazques ,  que  se 
saba  por  otra  de  las  hermanas ,  las  cuales  Ut 
cho  la  atendon  por  su  buen  parecer  y  ser  pocas  1m 
ñola?  que  en  la  isla  habia ,  se  declaró  en  IGavor  da 
Catalina,  lo  cual  le  indisptiso  con  Cortés  •  quien 
motivo  se  unió  á  los  que  hablan  quedado  ái 
de  Yelazquez,  porque  se  creian  mal  atendidos 
partimientos  de  la  is^  Beuníanse  estos  en  casa  da' 
tés,  y  habiendo  dispuesto  hacer  una  representaeiOA 
tra  Yelazquez  6  los  monies  gobernadores  y  ai 

Sdnto  Domingo;  eUgieroa  6  Uort69  para  fua  fiMMft 


-.9  — 
,  pina  locaal  tenia  que  ezpo&firse  al  ú&m)  de 
itraTdsár^eii  una  pfBquefia  lanclia  ain  oabierta ,  el  biaEO 
de  maTi  de  diez  y  éoho  leguas  de  ancho ,  que  separa  las 
dos  islas.  S^rtHdo  por  Yelazquez.  le  hizo  prender ,  pero 
Oortós  se  di6  tal  maña  qne  logro  qoitarse  los  grillos  que 
le  habían  paesto  I  y  rompió  con  ellos  la  ventana  de  la 
pieía  es  qne  estaba  por  la  qne  se  descolgó,  y  tomando  el 
tooqnel  y  la  espada  del  alcalde ,  de  poso  en  salvo  en  nna 
iglesia  inmeffiata.  Yelaasquez  respetó  aquel  asilo ,  pero 
poso  gente  qne  espiase  los  movimientos  del  retraído  y 
habiéndose  este  descnidado  en  salir  fuera  del  sacado,  ñié 
spaltedo  y  preso  por  nn  algaadl  llamado  Jnan  Escuaero. 
que  molió  ahorcado  en  llueva  Bspafia>  por  orden  del 
mismo  OortéS)  por  delito  qne  después  cometió. 

Bl  lunso  f né  llevado  con  grillos  á  un  buque  qne  debia 
stlir  el  dia  sigui^ite  para  Santo  Domingo  9  para  ser  allí 
ms^gsdOé  Al  la  noche  lo|^  escaparse  de  nnevO|  sacando 
los  pi¿B  de  los  grillos  con  mucha  dificultad  y  doloreSi  y 
sabiendo  sobre  cubierta  por  el  agujero  de  la  bomba,  tomó 
el  bote*que  estaba  atado  al  lado  del  buque  I  y  con  el  ma- 
yor flOeneio  400  pudo  se  dirigió  á  la  costa.  Era  fuerte  la 
oonisnte  al  aproximarse  á  éUa,  y  no  podía  vencerla^con 
si  hotel  pero  siendo  buen  nadador  se  echó  al  aguai  atán- 
dose en  la  eabeea  unos  papeles  que  le  interesaba  conser^ 
var,  y  saliendo  á  tierra  buscó  asilo  en  la  misma  iglesia 
qne  antéele habia  servido  de  sagrado.  Esta  fEusilidad  en^ 
escapar  de  la  prisión  por  dos  veces  seguidas,  ha  hecho 
mmp^otut  al  señor  Priescott  que  hubo  para  ello  coonin 
vencía  de  los  carceleros)  á  quienes  sin  duda  ganaba  Oor- 
tét^fitm  su  a&bilidád  y  con  aquélla  superioridad  de  carác^ 
ter  qne  ya  se  maniftstaba  ,  y  quemas  adelante  le  hizo 
4$ereer  un  influjo  tan  señalado  sobre  él  ejército  1  que  le 
obeideeló  casi  sdo  por  este  predomüiio  que  adquiere  un 
hombre  superior  sobre  los  que  le  rodean. 

Sea  que  el  casamiento  de  doña  Catalina  quitó  él  moti^ 
vo  que  habia  para  la  enemistad  de  Y elazquez,  ó  que  éste 
acnrpxeiidido  por  Cortés^  armado  en  una  casa  de  campo» 
eomo  algunos  autores  cuenta  con  poca  verosimilitud,  se 
feoanciw  con  él,  admitiéndole  de  nuevo  á  su  &miliari<» 
áoAy  hasta  el  punto  de  encontrarlos  durmiendo  en  la  nüs- 
matoama  él  guarda  que  venia  á  dar  parte  de  la  salida  de 

Portes  del  8agra4o  ea  que  efift»iba  í  el  heoho  ee^u^Te* 


—  10  — 
lasqaez  le  dispenaó  de  nuevo  sa  favor  y  le  dio  tietm 
oeroa  .de  SantiagOi  de  paya  villa  foé  nombrado  aloaMti 

Oortéfl  muy  feliz  oon  sa  esgoBSkfáe  quien  d  padre  Qmm 
refiere  haberle  dicho  61  nüsmo^  *'que  estaba  tan  oonlh» 
to  oon  ella  como  si  f aera  hija  áe  una  duquesa : "  ae  oa^ 
paba  en  trabajar  las  minas  6  placeres  deroro  oon  loaia^ 
diosdesu  repartímiento ,  y  en  el  cultivo  de  soa  oampüii 
y  pareóla  haber  abandonado  todo  proyecto  de  máa 


.ü 


engrandecimiento  por  la  vía  de  las  conquistas,  penid 
genio  emprendedor,  de  que  después  dio  tan  i 
pruebas^  se  dejaba  conocer  ya  en  medio  deestas 
las  ocupaciones.  Llevó  á  su  propiedad  diversas 
de  ganado8|  y  faé  el  primero  que  estableció  la 

dios  en  aqudla  islai  así  como  después  en  Ifueva* . 

^  fué  el  introductor  de  varios  xamoa  de  labransa «  qxm, 
Bon«una  parte  muy  principal  de  la  rique»  ptbiioA^ , 
en  su  lugar  veremos.  Forestes  arbitrios  había  Je 
reunir  un  pequefio  caudal ,  aunque  según  ^  p^re 
no  sin  usar  Iob  medios  de  opresión  que  empl< 
encomenderQSi  que  fueron  la  causa  de  la  éktúudoii 
de  la  población  Indígena  en  las  Antillas. 

Bn  tales  ckounstancias  el  descubrimiento  de  1a  ü 
Bspafia  vino  á  despertar  de  nuevo  laambieioii  4% 
presentándole  un  teatro  en  que  poder  despl^g^ 
los  recursos  de  su  genio.  En  la  segunda  disertacioii 
dicho  cómo  fué  nombrado  por  y  elazquez  eápitaai 
aquella  empresa ,  y  la  parte  que  tuvo  en  el 
por  sus  propios  recursos,  por  su  crédito  y  piOr  soa 
goS|  y  en  la  misma  y  la  siguiente  se  hadadonan 
general  de  toda  la  serie  de  sucesos  de  la  conquirta ,  jf:, 
las  disposiciones  administrativas  que  tomó  para  la 
nizadon  del  gobierno  en  el  país  /conquistado.  JSa 
los  acontecimientos  humanos  la  dirección  que  ee 
contribuye  muy  poderosamente  á  su  ézito^  peoro  en  la 
neral  se  cuenta  siempre  con  medios  de  ejeouelon  ad< 
dos  al  objeto.  En  lá  conquista  de  M^ico  todo  es  ob^^ 
Cortés :  la  dureccion  y  los  medios,  el  plan  y  la  ejec^ 
el  intento  y  la  obra.  Sin  más  autoridad  que  laque  ley 
flrió  el  ayuntamiento  de  Yeracma  que  él  mismo 
creado ;  obrando  en  nombre  de  un  soberano  que  ai 
siquiera  sabia  la  eYisttenoia  de  un  vasallo  que  tan 
«os  serricios  lo  pre&taba  i  no  solo  sin  esperar  auxilMs^ 


—  Il- 
las medidas  qae  oontra  él  temasen  las  aato 
das  inmediatas,  emprendió  derrocar  nn  im^' 
i«MMecido  y  ecmsoUdado  por  mnckos  afios  de  yic>^ 
twide  y  respetado  por  todas  las  naciones  oircnn^ 
Por  m  tirato  a&ble,  por  su  familiaridad  con  el 
i-for  él  ejemplo  qne  daba  de  ser  el  primero  en  las 
j  4  primero  en  los  peligros ,  se  concilio  el  respeto 
r#adi¿iefa  de  nna  rennion  de  volnntari03  qne  todo» 
i^on  los  mismos  derechos  y  tenian  iguales  pre^ 
lasque  Uadanyáler  siempre  que  les  parecía 
idady  qne  permitían  se  ejerciese  sobre  ellos, 
Um  límites  que  le  habían  impuesto.  <^  Todos 
Igo,  dice  con  orgullo  Bemal  Díaz  (1),  y  nos 
imnoho  más  qué  de  antes  con  heroicos  hechos 
IwwMfcfia»  qne  en  la  guerra  hicimoSi  peleando  de' 
ioefce  y  estando  tan  apartados  de  Castilla ,  ni  te- 
i$»coao  ninguno,  salvo  el  de  nuestro  Sefior  Jesu- 
es  él  socorro  y  ayuda  verdadera."  ^^  Las  mn-^ 
isotüla  paren  soldados , "  le  dijo  una  vez  Oortés 
los  shyofl  qne  se  desmandaba,  haciéndole  enteu- 
le  &ltar£an  los  que  necesitase :  <^  también  pa- 
testó  este  con  audacia ,  capitanes  y  goberna- 
llo estos  mismos  hombres  á  quienes  era  menea* 
para  poderles  mandar,  le  seguían  con  reso^ 
tlasmas  atrevidas  empresas, y Isacrificaban  su  pro-  * 
-pot  salvar  la  de  su  capitán  ^  como  lo  hizo  Oris*^  * 
Olea,  cuando  desbaratada  la  columna  que  OorN 
Ineía  por  la  calleada  de  Tacuba  en  el  sitio  de  la 
los  mejioanes  vencedores  le  tenian  cojido ,  herido 
^Henia  y  la  Uevaban  prisionero  á  una  muerte  se-  ' 
'  I  que  Olea  le  libró  con  la  suya.  Orgullosos  con 
^  hm  soldados  de  Cortés,  este  nombre  los  inñama. 
[lUfareeia  superior  á  todo  título  y  á  todas  las  di6^ 
qne  luí  inventado  la  ambidon  para  cubrir  la 
BuL  Cincuenta  afios  después  de  la  conquista, 
IHaa^  no  obstante  sus  continuas  quejas  contra 
'  por  haberse  aplicado  toda  la  gloria  de  sus  sol- 
fyno  haberlos  premiado  como  merecían ,  cuando  el 
asmo  que  iospiran  los  suteesos  recientes  debia  estar 
ittbiado  coíi  el  transcurso  de  tanto  tiempói  quenen- 


^ 


Capftolo  ce  Vil 


—  la- 
do dar  naon  del  motivo  porq[iié¡Qii  su  historia  no  esciib^ 
<^on  Hernando  Cortés,  ni  otros  títolos  de  Maiqnéti  ■ 
oapitan,  salTO  Cortas  á  boca  llena"  dice :  ''La 
ello  es  porque  él  mismo  se  preciaba  de  que  le 
solamente  Cortés,  porque  este  nombre  era  tan  temido  f 
estimado  en  toda  Castilla,  como  en  tiempo  de  los  ras»- 
nos  solían  tener  á  Julio  Césaró  á  Pompeyo,  y  en  ns» 
tros  tiempos  teníamos  á  Gonzalo  HemandeE,  por  sobn* . 
nombre  el  Graui  Capitán.  I 

La  ambición  de  Cortés  mudó  denatoraleza  cnaadoifr  j 
rió  el  campo  en  que  babia  de  ejercitarse.  El  miMWfSl 
solo  vino  á  buscar  oro  ¿  la  isla  Jflspafiola ,  no  oonsidsiMl 
OTO  en  Nneva*^Espafia  sino  como  el  medio  de  satisÉMt  ¡ 
miras  mas  altas,  y  16  que  al  principio  no  fué  más  queü^- 
dida,  se  cambió  en  ambición  de  gloria  y  de  poder.  Ifel 
esto  en  la  distribución  del  rico  tesoro  de  M< 
bandonó  á  los  soldados  la  parte  que  le  tocó,  pata 
el  disgusto  que  la  desigual  repartición  causaüba. 
en  Méjico  ungrande  imperio  para  íehi  soberano ; 
cer  en  él  la  religión  cristiana ,  ideas  que  iban 
el  espíritu  de  los  conquistadores  y  que  eran  las  di 
tes  en  aquel  siglo ;  ampliar  todauía  más  este  im| 
los  descubrimientos  en  el  mar  del  Sur,  y  hacer 
de  la  corona  de  Castilla  la  China  y  las  islas  de  te 
cería,  realizando  así  el  primer  intento  de  Colon : 
eran  los  grandes  objetos  de  la  ambición  de  Cortés.  Bm 
grandedmiento  y  fortuna  particular  hablan  dejaer  Ini 
secuencia  de  estos  intentos,  Basta  leer  sus  mnohasi 
tas  á  Carlos  Y  y  examinar  despreocupadamente 
sus  operaciones  para  convencerse  de  ello»  Para< 
estas  grandes  miras  no  hubo  diñcnltad  que  le  ái 
ni  obstáculo  que  le  embarazase,  bi  la  esouadm  b 
la  marcha  al  interior,  y  presentando  al  soldado 
peranza  de  volver  á  su  paíSji  le  dejaba  otro  oamiiMí 
guridad  que  la  victoria ,  la  escuadra  era  siunergidn^ 
fondo  del  mar.  Si  después  una  escuadra  era 
para  hacerse  dueño  de  las  lagunas  m^icanas,  m 
flotar  en  ellas  trece  bergantines  •  conducidas  por 
bres  desde  los  pinares  de  Tliacala,  que  mas 
efecto  de  aquellas  creaciones»  que  la  mitología 
seirta,que  resultado  de  esftierzos  humanop.<X>ntani]oi 
insigo  mismoj  supo  hacerse  aliados  donde  no  podini 


i 


—  13  — 
peíar  más  que  enemigos ;  aprovechó  con  habilidad  las 
creeiKáas  y  preocnpaciones  establecidas  en  el  pneblo  que 
86  habla  propuesto  sujetar ,  y  firme  en  sa  Intento  en  to- 
das las  Tidtndes  de  )a  suerte,  se  creyó  tan  duefio  deMé« 
jico  onando  echado  de  la  ciudad  tuvo  que  acojerse  al  fa* 
Tor  de  los  tta^óalCecaSy  como  cuando  viúo  á  ponerle  sitio 
al  frente  de  ciento  y  cincuenta  mil  hombres.  Cauto  y  de- 
tsnido  para  emprender ,  no  cohüó  á  la  fortuna  nada  de  lo 
qae  podia  prevenir  la  prrfdencia ;  en  ejecutar  resuelto  é 
intrépido  y  no  economizó  su  sangre  ni  su  persona  cuando 
fué  menester  exponerse  á  todos  los  peligros ,  mereciendo 
'  MÍ  e!  elogio  que  un  orador  romano  hizo  de  otro  héroe  es- 
PAfiol,  diciendo  que  no  se  distinguía  de  sus  soldados  sino 
por  el  BQírimiento  de  los  trabajos  y  por  la  valentía  en  que 
4  todos  se  aventajaba  [1]  <'¡]AdmiTable  conquista!  dice 
Mía  al  acabar  su  obra,  ¡y  muchas  veces  ilustre  capitán! 
wagaellos  que  producen  tarde  los  siglos  y  tienen  raros 
i'Jcnuplos  en  la  historia.''  fiStas  palabras  de  aquel  célebre 
•SBtitor  han  sido  confirmadas  por  toda  la  posteridad. 

Pneden  imputársele  á  Cortés  algunas  faltas ,  sea  por- 
^0  realmente  lo  fueron,  ó  porque  ol  mal  éxito  de  los  su- 
ooBos  las  han  hecho  calificar  por  tales.  Es  la  piimera;  ha- 
^^ejado  mandando  en  M^ico'á  Pedro  de  Alvarado  cuan- 
dosalió  á  batirá  Narvaéz :  Alvarado  le  era  conocido  por 
^  nipaeidad  de  que  habia  tenido  que  reprenderle  ante- 
riormente, y  esta  mala  prot)ension  lo  ponía  en  riesgo  de 
oometer  excesos  tales  como  la  atroz  matanza;  que  hizo 
^6  los  nobles  mejicanos,  que  fué  el  motivo  del  levanta- 
Bjiento  general  contra  los  eepaííoles,  pero  si  Alvarado  te- 
>úi  este  grave  defecto,  se  distinguía  por  su  intrepidez,  y 
JODqne  esteló  fuese  calidad  extraordinaria  entre.los  que 
fcnnaban  aquel  pequeño  ejórto,  todos  jó  venes  resueltos  á 
■írostrar  todos  los  peligros ,  acaso  el  sobresalir  tanto  en 
|Otla,  fcé  el  motivo  de  la  elección  de  Cort^íi,  cuando  se  tra- 
líba  de  dejarle  con  un  corto  número  de  españoles  ,  ex- 
Voentm  á  tantos  riesgos.    La  ¿alida  de  Mímico  por  la  no- 
oheesotrode  los  errores  que  se  atribulen  á  CorK'íS,  y 
isrece  en  efecto  que  habría  podido  verificarla  con  menor 

^  0)  Wwetibi  spvd  hoBten  Tenerntío.  ¡Qaui  apiid  militep'^  ¿Ct)naTn  admira! io- 
^Bi  qoiBmiulmodiini  ooiii|>amBtiif  Qaniu  uscam  inAdiam ,  tf^cam  ferront  bin'm: 
P^;^t»^D¡,  túaí  robore  ao  pi2e¿t»uiia  dilltrens.  PJídío.  Panegírico  ae 


-  14  - 
peligro  de  diai  puesto  qae  en  los  anteñores  habtereooN 
rido  ana  gran  parte  de  la  población  con  menos  diücolt*. 
des  que  las  que  era  natural  temer  en  la  osonridad  may 
difíoil  esJQzar  del  acierto  de  un  movimirato  militar 
expuesto  á  tantos  aocideutes  como  es  una  retirada, 
sin  tener  á  la  vista  toda^  las  circunstancias  del  mo- 
mentó,  que  no  pueden  apreciarse  bastante  después  de 
tanto  tiempo ,  y  en  esté  caso  parece  que  üortás  se  ooa&í 
en  el  descuido  de  los  mejicanos,  prometiéodose  poder  «h 
lir  de  la  dudada  ntes  que  percibiesen  su  marcha,  lo  qae  no 
habria  podido  ser  de  dia }  y  ei  revés  que  se  experimental 
procedió  principalmente  de  no  haberse  podido  levantar 
el  puente  que  se  echó  en  la  primera  cortadura  de  la  osl* 
zada,  con  el  que  Oortés  contaba  para  el  paso  délas  otrai 
La  expedición  á  las  Hibueras  por  la  costa  seria  una  Vt^ 
meridad  sin  duda  inexcusable^  si  en  aquel  tiempo  se  ia^ 
biesen  tenido  todos  los  conocimientos  que  hoy  poaeemofljlft 
aquellos  terrenos ;  y  ei  en  la  éí)Oca  de  la  conquista  no  m 
hubiesen  hecho  cosas  que  hoy  nos  parecen  increíbles.  Sb 
embargo,  hubiera  sido  mas  acertado  hacer  el  viaje  por 
Gaatemala  como  lo  aconsejaba  Bernal  Diaz,  ya  que  estft^ 
ba  resuelto  á  emprender  «aquella,  expedición  ^  la  que  mai 
bien  se  presenta  como  un  acto  de  venganza  de  amor  pio> 
pió  irritado,  que  como  castigo  de  una  ofensí^  contra  la  » 
toridad,  y  que  en  las  circunHtancias  en  que  la  N.^BspsSa 
quedaba,  mal  segura  todavía  la.  conquista,  no  puede  eii- 
miree  de  la  nota  de  import^nna  ó  imprudente.  Ésta  expo* 
dicion  por  otra  parte  dio  á  conocer  de  todo  lo  era  capu 
el  genio  de  Oortés :)  en  ella  no  solo  deaempeüó  las  funoio. 
aeii  de  capitán  y  desoldado,  sino  que  también  hizo  de  pi- 
loto ,  dirigiéndose  por  entre  loa  bosques  inacoesibles  con 
la  brájula  y  una  imperfecta  carta ,  y  de  ingeniero,  oona* . 
trnyendo  puentes  de  grande  extensión  para  pasar  riod 
cándalos,  y  estos  puentes  fueron  de  tal  solidez,  que.ha 
hiendo  permanecido  muchos  años  después ,  excitaban  la . 
atención  de  los  viajeros  y  conservaron  el  nombre  de  loi ' 
puentes  de  Cortés',  según  la  expresión  de  Bernal  Dias, 
como  si  se  dijese  Las  coluimuis  de  Hércules, 

Por  desgracia  las  grandes  acciones  de  los  guerreros 
son  por  lo  general  otras  tintas  calamidades  para  la  ea^ 
pecie  humana,  y  la  historia  de  las  conquistas ,  de  las  re* 
Toludones ,  dé  las  guerras  en  que  tanto  renombre  han 


.    :  -  15  - 

inquirido  los  (H^andes  oapitaues,  son  la  historia  de  la 
dMtniocíoQy  de  la  miaa  de  las  naciones  qne  las  han 
safrído.  En  medio  de  estas  exoenas  do  desolación  y  de 
maerte,  solo  puede  callflcarse  la  mayor  ó  menor  hnma< 
nidad  de  los  actores  por  los  límites  qne  pusieron  á  los 
males  qne  era  preciso  cansar  para  llegar  á  sn  obleto,  pues 
qne  estos  objetos  no  podian  obtenerse  sin  aquellos ,  y  el 
objeto  mismo  solo  pnede  estimarse  por  las  opiniones  re- 
cibidas en  el  siglo  en  que  los  sucesos  acontecieron*  Bxa- 
Dünando  pues,  por  estos  principios  la  conducta  dé  Oortés 
en  la  conquista  de  Méjico,  es  menester  reconocer  que  en 
una  empresa,  qne  según  las  opiniones  de  su  siglo^  era  tal 
que  con  ella  se  creía  defender  la  causa  del  cielo ,  no  ma- 
Bifeetó  una  mclinacion  á  hacer  males  innecesarios.  CaU 
onlándolo  toao  según  lo  exigia  su  posición,  cuando  orejé 
inetíso  hacer  en  Uholula  un  escarmiento  que  inspirase  el 
terror  d#  su  nombre  en  todo  el  país ,  'hizo  correr  sangre 
porque  así  la  exigía  sn  intento ;  mas  cuando  tomada  la 
capital  no  habia  y  a  objeto  para  una  crueldad  inútil  con- 
tuvo el  furor  de  sus  aliados  á  quienes  excitaban  contra 
loB  vencidos  antiguas  venganzas  y  el  horrible^nterés  del 
canibalismo.  Después  de  la  conquista,  los  castigos  qne 
hizo  en  los  pueblos  que  se  sublevaron ,  considerándolos 
como  rebeldes  al  soberano  que  habían  reconocido^  fueron 
también  sangrientos,  pero  á  diferencia  de  los  demás  con- 
quistadores de  América,  protegió  á  los  naturales  del  país 
preservándolos  de  la  esclavitud  y  dé  los  males  que  en  o^ 
tras  partes  resintieron ,  lo  que  fué  el  motivo  de  que  le  a- 
Bflnasen  y  considerasen  como  sn  protector  y  padre.  Pu- 
diera comprenderse  en  pocas  palabras  el  sistema  sn 
goido  por  Oortés :  hacer  la  conquista  como  cosa  de 
nida  á  su  religión  y  á  sn  soberano:  emplear  para  ella  la 
guerra  con  todos  los  medios  que  esta  autoriza :  procutar 
6  los  pueblos  conquistados  todos  los  bienes  que  podian 
diairutar  en  el  estado  de  dependencia ,  y  con  ellos  y  los 
conquistadores  formar  una  nueva  nación  con  la  religión , 
las  leyeii  y  las  costumbres  de  los  conquistadores ,  modifi^ 
cadas  y  acomodadas  á  las  circunstancias  locales  En  la 
raalixcMston  de  este  vasto  plañese  echan  de  ver  las  ideas 
del  siglo  en  él  intento;  el  gran  capitán  en  la  ejecuoiou;  el 
tantee  raptor  á  sn  sigb  en  las  oons^ueneias  d(»  la  goh- 
quista^ 


L»-^. 


—  16  — 

Al  regreso  délos  Hübueras  y  pasiMlo  el  entastMmo. 
caofiíó  sa  presoacia  en  Méjico.  Cortés  ezperimeni^  lt 
des  disgOBtos  y  coatrariedades.  £1  tesorero 
rece  qae  se  propaso  hacerle  oonooer  hasta  dónSéj 
llegar  el  ídAjo  maligno  de  la  envidia  resvestida 
der :  le  hizo  salir,  como  hemos  visto  en  su  Ingar,  ñ&, 
ciadad  que  habia  levantado  desde  sns  cimientos, ' 
que  después,  como  avergonzado  de  tal  hecho ,  h| 
«buscado  camino  de  acomodamiento  por  medio ' 
Julián  de  Garóes  ^  obispo  de  Tlaxcala ,  Cortés  m^ 
más  que  en  pasar  á  la  corte  y  desvanecer  con  so 
cía  las  calumnias  que  contra  su  fidelidad  habían 
gado  sus  enemigos»  á  las  cuales  se  habia  dado  tal 
que  se  habia  tratado  de  tomar  medidas  n^uy  se 
ixa  ély  y  se  tenia  por  cosa  increíble  lo  que  cféoía 
dro  de  Alvarado  que  por  este  tiempo  llegó  á 
oual  aseguraba  que  Cortés  se  presentaría  como 
sallo  al  llamado  del  soberano. 

Cortés  se  proponía  en  este  viaje,  no  solo  dar  noá] 
ba  4^  BU  fidelidad^  sino  también  hacer  formar 
aventsús^^  de  la  riqueza  y  recursos  del  país  que^ 
ganado  para  la  corona  do  Castilla.  Llevó ,  pues  i  T 
porción  de  aves  y  animales  curiosos  y  desoonoof 
Europa ;  muchas  especies  de  perfumes  y  gomas » 
indios  diestros  eii  jugar  el  palo  con  los  pies,  otros 
nes  de  los  que  solían  hacer  nna  manera  de  yú 
trenzado  al  rededor  de  un  mástil,  al  que  se  'ata' 
cuerdas;  enanos,  contrahechos  con  diversas  mo: 
dades  y  varios  albinos ;  cantidad  de  obras  de 
otras  curiosidades :  pero  sobre  todo,  lo  que  más  ^^ 
mar  la  atención  en  la  corte,  se  provej^ó  de  una  gnttít. 
de  dinero  y  muchas  piedras  de  las  que  seteniím^ 
meraldas ,  de  un  tamaño  extraordinario.  'Hizo  qoi^; 
compañasen  dos  hijos  de  Moctezuma  y  otros  jóvt^rf^ 
las  familias  más  distinguidas  de  Méjico  y  Tlazoal^ 
mandó  pregonar  que  daría  pasaje  y  comida  de  bal* 
daS  las  personas  que  quiesen  Ir  cok  él  á  Castilla^  to^ 


t  ^ 


fcí>^ 


fl)  S^goen  eito  6  Chimalpain:  Bemal  Dits  solo  eepedfiea  tns^ 
tlaxoalteoaaqiM  llevó  &  rnego  da  aqaellofl  eaoíqaei,  entre  los  oaakü 
Jodelandano  Jicotenoalqneen'el  oantitmoiellfivó  D*Lerci 

Hijo  <¡$  ll99(fnm  Umm49  dw  VftrtUt 


t:y; 


—  17  — 
Ijljonou^^!  d«l  gotyernador.  El  acopio  de  yíveres  faé  oonm^ 
'  'leñté'  á  esta  comitiva ,  habiendo  provisto  los  dos 
M.q\:|e  compró  para  la  navegación  de  todo  cnanto 
Mf4i>  haberse  en  la  KnevaOBspafia,  y  en  tal  cantidad,  qne 
diMBernál  Diaz,  ^^ qne  con  lo  qne  sobró  se  hubieran  po- 
dido mantener  por  dos  años  otros  dos  navios  aunque  tu^ 
v|gcfan  macha  más  gente :  todo  como  convenia  para  un 
Séfiór  y  rico:  como  Cortés  era."  La  travesía  fuá  muy 
y  á  los  cuarenta  y  un  diae  de  navegación  sin  haber 
o  en,  ninguna  parte,  arribó  Oortés  en  mayo  de  1528 
puerto  de  Palos,  el  mismo  en  que  Colon  desembar^ 
Bü.tegteso  del  descubrimiento  del  Nuevo^Mondo,  35 
I  antes. 

Gf^de  fué  la  sensación  que  prodtljoen  la  oórtela  lle«» 

gada  dé  jüortósy  pues  se  estaba  tan  lejos  de  esperar^  qne 

ae^lu^i^  prevenido  un  meii  antes  á  la  audiencia  qne  le 

manVotlte  preso ,  si  i^edístía  6  difería  obedecer  la  orden 

9ii6  9(tle  dabade  presentarse  al  emperador.  Disipados 

mí  éi¡^  los  tepores  que  se  hablan  concebido  acerca  de 

Bii  fidelidad^  dieron  lugar  al  entusiasmo  que  su  nombre  y 

U  lima  de  su  hechos  excitaba;lpero  antes  de  disfirntar  las 

lÉtfiébodónes  que  le  esperaban,  tuvo  el  [sentimiento  de 

tMtilér  á  sn  buen  coinpafiero  y  fiel  amigo  [Gonzalo  de 

SMúldcrraL  Se  habia  quedado  este  en  Palos,  mientras  que 

QmlSBp  por  tener  alojamiento  bastante  capaz  para  sá  nú- 

BMffbM  comitiva,  habia  pasado)  al  inmediato  convento  de 

fboilDlBiqanos  de  Santa  María  de  la  Bavida^  en  que  tam-^ 

rntíoL  86  alojó  Colon  cuando  vino  á  Portugal  á  presentar 

'4  Io9  ii^es  Católicos  su  gran  proyecto  de  navegación,  en 

íst^oe^to  le  auxilió  fray  Juan  Pérez  de  Marchena, 

0^tfiñ$ak  de  este  monasterio  ,  á  cuyas  recomendaciones 

úébtóel  ser  bi^^  recibido  por  la  reina  doña  Isabel  Bsta^ 

1b¿  alojado  Sandoval  en  casa  de  un  cordonero  de  jarcias 

'2  Oíbles  I  él  cual  viéndole  enfermo  le  robó  á  su  vista  tre** 

r  <|felMCKas,de  oro,  habiendojpara  esto  combinado  el|que  es- 

l  JbiÉvIflÍBe^o,  mandando  á  las  personas  que  le  acompaña» 

í  liéa idár  atísó  de  su  enfermedad  ¿Cortés,  y  din  esperar 

[  larVffüda  de  este  se  fu^ó  6  Portugal.  Oortés,  impuesto  de 


r. 


^  18  — 

U  gravedad  en  que  sa  amigo  se  liaallaba  vino  inmediato 
meute  á  acompañarle  ea  sua  últimos  momeatos  #  y  Stf* 
dovaly  vieado  acercarse  su  tin,  se  dispuso  á  la  maeriA  W 
I>iedad  y  resiguadoa ,  y  eu  sa  testamento  dejó  por  sad* 
baoea  á  Oortés  y  por  herederas  á  sas  hermanas.  Así  ÜBtt 
ció  este  bizarro  capitán  al  volver  á  sa  patria  j  en  la  tM- 
prana  edad  de  treinta  y  nn  años ,  pues  tenia  veinte  y  doi 
caando  pasó  á  IN'aeva-Éspafia.  Era  como  Oortés  nai 
de  Medellin  y  se  distinguió  en  la  conquista ,  no  soí 
sa  pradenola  y  su  valor ,  sino  por  una  calidéíd  rara 
los  conquistadores ,  que  era  su  desinterés ,  pues  no 
da  aspirar  á  otra  cosa  que  á  merecer  la  gloria  de  un' 
soldado.  Su  cadáver  fuó  sepultado  en  el  monasterio 
Bavida,  y  Oortés  tuvo  este  nuevo  motivo  para  el  lutti 
actualmente  llevaba  por  su  padre  y  por  su  mujer. 

Durante  la  permanencia  de  Oortés  enlaBavída' 
á  aqud  convento  don  Francisco  Pizarro.  que  ibaft 
barcarse  para  emprender  la  conquista  del  Per&y  j^l 
comitiva  de  Oort&s  venia  Jtian  de  Bada  (1)  que 
adelante  veremos ,  fué  á  Bama  encargaao  de  loB 
de  Oortés^,  v  dej  vuelta  á  la  If  uevanEspafia  pasó  al 
donde  siguió  el  partido  de  los  Almagres :  y  para  v 
la  muerte  de  don  Diego  f  qé  el  gefe  de  la  cons^iraoLdflI 
t|^a  Pizarroi  á  quien  quito  la  vida.  Entre  los  aocÑ 
mientes  mas  interesantes  de  que  habla  la  historia^ 
misterios  de  este  porvenir  obscuro  que  encadena 
oesos  humanos  fuera  de  toda  provisión ,  puede 
esta  concurrencia  casual,  bajo  el  mismo  techo  en 
Ion  discutió  con  fray  Juan  Pérez  sus  planes  que 
entonces  al  alcance  de  muy  pocos ,  dol  conqi 
Méjico  que  venia  á  recibir  el  premio  de  sus  graai 
«lonesy  del  que  iba  á  ser  del  Perú ,  y  del  que  aespi 
tantas  vicisitudes  habia  de  matarle. 

Instruida  la  corto  de  la  llegada  de  Oortés,  dio  6} 
para  que  en  todos  los  lugares  de  su  tránsito  se  le 
se  como  era  debido  á  su  dignidad  y  mérito.  La  í 
su  venida  que  por  todas  partes  se  extendió^Jatn^ 
tud  de  gente  de  grandes  distancias  al  camino  por 
debia  pasar.  Be  alquilaban  las  casas  y  los  balconea  y 

n)  Bm&aI  Dlai  !•  lUm»  de  Htrrevac  j^m  naltnl  de  las  Aonlafiti 
tíla  j  de  Jimtre  BadmiestOi  legon  Herrera* 


—  19  — 
ponian  tablados  en  las  callea  del  txánsito  para  yer  al  con- 
qolitadorde  Kaeva- Espafia,  qae  con  su  numeroso  séqui- 
to reí  exteafio  espectáculo  de  los  indios  que  le  acompa- 
fitf^,  oon  todo  el  lujo  de  sus  trajes  propios  y  el  tren  de 
ámmales  nunca  vistos  que  le  seguían ,  más  parecía  un  so 
terano  de  un  país  remoto  y  desconocido ,  que  un  vasallo 
qiie  venía  á  predentarse  al  monarca  de  Oastilla. 

De  la  Bavida  «e  dirigió  á  ios  estados  del  Duque  de 

Medina  Sidonia  que  le  recibió  suntuosamente  y  le  hizo 

[  im  jpagnífiop  obsequio  de  hermosos  caballos  andaluces. 

Bfoió  luego  por  motivos  de  piedad  al  monasterio  de  Gua- 

wape.  donde  por  casualidad  estaba  con  otras  señoras 

\^  délaoorte  doña  María  de  Mendoza,  mpjer  del  cómenda- 

f  ier  mayor  de  León  Francisco  de  los  OoboS|  gran  privado 

deOiatos  Y.  Oortés  tuvo  aUí  ocasión  dé  hacer  gala  de 

n  peralidad  en  los  ricos  regalos  que  hizo  á  estas  da^ 

isajSkB  cartas  le  prepararon  un  acogimiento  todavía 

pomposo  en  la  corte.  Esta  estaba  entonces  en  ToIch 

donde  se  dirigió  desde  Guadalupe ,  y  á  la  llegada  á 

capital  salieron  á  recibirle  sus  antiguos  &vore- 

el  Duque  de  Béjar ,  el  conde  de  Agailar ,  y  otros 

señores  con  toda  la  nobleza,  que  en  medio  de  nu 

inmenso  le  condujo  al  alojamiento  que  le  esta- 

laevenido. 

mgoiento  día  fué  presentado  al  emperador ,  y  ha. 

ose  arrodillado  para  besar  su  mano^  Garlos  Y  le  le- 

tó,  oyó  con  agrado  la  relación  que  le  hizo  de  sus  ser*- 

y  recibió  un  memorial  en  que  exponiendo  estos, 

ba  oon  qnejarse  de  los  agravios  que  le  hablan  in% 

o  en  Méjico  los  oficiales  reales  y  en  especial  el  teso. 

Bstrada^  en  el  tiempo  de  su  gobierno.  Garlos  Y  que- 

lony  satisfecho  de  Oortés  y  le  consultó  en  todo  lo  con  - 

niente  al  gobierno  de  Kueva-'España ,  manifestándole 

consideración  que  habiendo  estado  gravemente  enfer*^ 

9  faé  6  visitarle  á  su  alojamiento ,  distinción  tan  sin • 

por  aquellos  tiempos ,  que  todos  los  escritores  ha- 

mención  de  ella  considerándola  como  si  ella  sola  fne- 

ttia  di^ia  remuneración  de  los  servicios  de  Cortés. 

I^us  refiere  otra  prueba  de  la  preferenda  que  el 

~or  hacia  de  Cortés  sobre  todos  los  grandes  de  su 

:  un  domingo  asistiendo  á  misa  Carlos  Y  estaba  ya 

b  iglesia  oon  su  corte,  cuando  llegó  Cortes  y  pasando 


^"^^^y 


/> » 


,     ■  1 

-20- 
delahte  do  todos  faé  á  sentarse ,  por  maudado  del  (MPo< 
rador,  junto  al  conde  Nassau,  príncipe  soberano  4jBÍ^|h 
manía^  que  estaba  inmediatamente  al  lado  déí  mimbe^ 
lo  que  no  dejó  de  excitar  la  crítica  y  celos  entre  la  ooÍMN 
rencia,  no  obstante  la  orden  del  emperador. 

Hasta  entonceflí  Oortés  no  habia  recibido  otro 
que  el  nombramiento  de  gobernador  y  capitán  gem 
la  Hueva  Espafia,  restringido  después  á  este  úl^im^ 
pleo ;  la  concesión  de  las  armas  [1]  y  el  tratamíeátt  jp^' 
Don  que  entonces  era  poco  comiau ,  y  su  riqueza 
en  los  repartimientos  de  diversos  pueblos  que  se 
aplicado,  los  que  sin  duda  eran  de  mucha  oónsif 
según  los  gastos  que  hizo  y  las  sumas  que  á 
Yó,  no  obstante  lo  que  le  habia  quitado  Salazar  y 
no.  Carlos  Y  satisfecho  de  su  fidelidad  y  per^üa 
la  importancia  de  los  servicios  que  le  hablan  {^i 
quiso  remunerarlos  magníficamente :  por  diveirsall 
todas  del  6  de  julio  de  1529  en  Barcelona,  á  donde 
había  acompañado  al  emperador  que  pasaba  á 
recibir  en  Koma  corona  imperial ,  se  le  conoedid  él 
de  marqués  del  Valle  de  Oajaca^con  el  señorío  def 
Has  y  23  mil  vasallos,  4ue  él  prefirió  á  todo  el 
Michoacan  que  se  le  ofreció :  diéronsele  tiunbien 
casas  vieja  y  nueva  de  Moctezuma;  las  tiertaa'' 
Tlaspana,  conocidas  hoy  con  el  nombre  de  ranohii 
Tepetates,  y  para  su  diversión  los  dos  peñoles  dÍQ 
Tepetpulco  en  que  habia  caza  de  venados  y  con 
Be  le  confirmó  nuevamente  el  empleo  de  capi 
néral  de  la  Nueva^España,  y  después  la  empeTBlt3ii¿ 
l)eroadora del  reino  por  ausencia  de  Oáxloisi  Y,  lf| 
rió  el  de  gobernador  por  tx)da  su  vida^  'de  las  isias 
ras  del  mar  del  Sur,  con  gran  ainplitud  de  fácnlt 
la  dodécima  parte  de  todo  lo  que  descubriese  f2J. 

(I)  Estar  amas  aan  las  qoe  se  han  púwio  al  principio  da'tetik  Di 
7  la  explicación  da  bus  cnarUlen  y  «iel  cojiar  con  tieto  reyes  ^tesotí 
ittft  «n  orla,  se  en(ioiitrar&  en  la  cédala  relativa,  fecha  en  nadiid  4-7 
£0  de  ir)¡¿S  qne  ee  pnblicar^  en  el  Apéndice  II  de  eate  tomo. 

(í¿)  En  el  ap^dndice  se  pablícarán  lae  nat  interesfintea  de  «sfeaa  «éi 
cadaa  de  loi  originales  que  est&n  en  vítela  en  el  leRajo  núneio  1 44 
del  antigno  marquesado  del  Valle  de  O^aca,  en  ei  hospital  de  Jeena» 
tiya  &  \ha  canas  ae  Moetemma  seryirA  en  sn  lugar  para  demarcaría  I 
lie  efitas»  La  de  nombramiento  de  f^obainador  de  las  IcIuRy  tiermn'és 
del  Sor,  es  dada  en  Madrid  4  5  de  noviembre  de  l.V^:  Todaa  iaa  de«át„ 
ü  de  jnlio  del  aü$mo  año.  La  licencia  pAra  fundar  may  i.  raigo  6éá§Wt\ 


►7  •     •"  •>     *•      •»    ^ 


'■'•■'*"■         '»  i^  31  J.     - 

ifié  tfifiMiéM  tamtdén  se  le  dio  el  hábito  de  Santiago, 
'  it^que  Herrero  dic»e  qneftiéd  afio  de  1525,  pero  no  lo 
'.Sojtefio admitir  porq^ae  se  le  diá  sin  encomienday  y  aünqne 
^'^A'ios  libros  afo  aqnella  órdci^  se  le  anniera  entre  sus  iu- 
>  ^daoBy  no  se  vé  ni  en  sns  armaa>  ni  en  sns  retratos,  ni 
^ Étsas  títaloá  qne  la  tavieae.  A  estas  gracias  se  nbieron 
I  Ii|b  4iie  obtuvo  en  Boma  su  enviado  Jaan'ae  Bada,-  con^  t 
1^  ératéndole  el  Papa  Olemente  VII  el  jpatronato  perpetuo 
[^tél  Hospital  dé  la  Purísima  Ooncepcion ,  hoy  mas  eono- 
'^1»  úón  el  nombre  de  Jesús  Kazareno,  que  habia  ftinda^ 
Iportés casi inmeniatamente  después  déla  conquista 
todo  lo  demás  qne  fundase^  con  muelias  graelas  es^ 
~  kles  para  estos  establedmieutos,  como  se  vé  por  las 
las  4tte  se  pubiíoaráu  en  el  A  péndice,  y  además  el 
sumo  Pontífice  ligitimó  por  otra  Bula,  que  también 
ora  en  el  mismo  Apéndice,  á  los  hijos  naturales 
riDértés  habiá  tenido  en  diversas  "mujeres.  Bada  llevó 
\á  VSb  indios  que  hadan  diversas  suertes ,  con  las 
jg¡tíe^6  muy  complacido  Oloniente  Til ,  quien  red-- 
l'M  jpteseoD^te  que  Ooi  tés  le  hizo  por  medio  de  su  envia^ 
i¥  maikdd  celebrar  solemnes  acciones  de  gracias  por 
ÍTriuit^qué  Oortés  habia  obtenido,  que  coudtícian  al 
'demiento  de  la  religión  en  tan  extenso  país.  Pero  lo 
í jtf q  pudieron  conseguir  los  amigos  de  Oortés,  per  mas 
''^>  qne  hicieron,  faé*el  que  se  lé  volviese  á  dar  el 
ka  de  la  l^Tueva^Espafia  ,  é  instando '  sobre  ello  el  . 
de  ITassau,  le  contestó  Garlos  Y  con  cierto  enfado, 
le  había  dado  estados  que  excedían  en  mucho  á 
;^ue  el  mismo  conde  tenia  en  Aleníánia. 
klós  jóvenes  indios  que  Oortés  llevó  á  la  corte  se  man- 
f^e  se  les  tratase  bien,  se  les  vistiese  á  la  espaffiola ,  y 

I  jM^lfei  Siil«i  dftl  éíiibaniiM  Al  Cárioi  V  éá  Bweelova  pm  GteoTa.  Bl 

Jlarqn^  par«M  «itAb»  tf«itiiuUlo  pan  pr^siv  da  loa  «anquiítadcrea 

lea;  k  Fbarro  ae  le  DombrO  el  afio  de  1535  Marquóa  de  loa  Atavllfoa 

CbaiviWj.  dandoaale  también  la  orna  de  Santiago.    Laa  oonqüistaa  en 

>  ■•  éo&áiwmban  de 'mayor  Impotcauoiá,  j  vot  etto  al  gian  capitán  ea 

I  títttfo  dé  Dnqae,  primero  deTenanotajr  detpaéa  de  Saiaa:   eate  tl- 

rÍb1Pnt*Doya  Ea  ixto  motiro  de  qae  «I  Kr.  Breaootl  crayeie  que  aetnal- 

léaatÉiii^inildaaan  noa  miaata  eiaa  laa  di8eetMi<ik«iiís  del  gran  capí- 

'dé'CaMéi)  lo  qne  no  ea  aaf  oomoi«>t«téb  ea  en  h^r  Bl  aeior  4izobu- 

Méui  CS76  también  en  otny  «no»}  de '  loa  nmebocf  lea  qne  inenr  rió  en 

„  4  l««a«itaa  de  Cortéfi  aMbajíéndo  «l-tanlo  de  TanuiOTa.  al  basoo 

nombre,  frente  4  lai  aoatu  del  efemadi,  liando  ail  qne  proeede  de  nna 

de  Galabfla  en  el  remo  de  Ñápeles  7  lo  llera  la  eaaaqne  aetoalmeate 

tiaift  éBié»  auMho  antea  de  baberae  Ineorporado  en  ella  la  da  Coitéa. 

9JUSRTAfI09W.— TOMO  ll'r^é 


muiflÉii 


—  22  — 
ie  Tol viesen  asa  pfttB&expensafl  delrey  [1]  yea 
1m  qoiqjaa  qoe  Oorttf  s  pxQMiitó  coAtm  el  taMM 
y  en  espeoial  por  el  atontado  de  liaber  oortMil  la, 

.  Gristóbal  Oortcyo  sin  oiile  ni  que  habieBé 
mentó  de  la  pvte  agraviada,  por  la  onal  pedia 
gravemente  oaatígado  y  reintegrado  Oortigo  da 
qae  habia  hechO|  y  el  dafio  de  la  mano  qne  e 
tres  mil  éñcadoSf  se  le  mandó  á  la  andieocia 
prendieae  ¿  JSetrada.  y  qne  no  dando  flania  i 
dooadoe,  de  estar  á  dereoh.o  y  presentarse  en 
de  Indias  dentro  del  término  que  se  le  ^ 
bando  sns  cnentas  le  enviaeen  preso  4  bneii 
oórte,  y  á  Oortejo  se  le  levantó  el  destierro 
NaevaiiBapafia  en  qne  Bstradá  le  conden< 

,j  cnltad  para  qne  pudiese  volver  y  estar  eii 

Cortés  liabia  obtenido  en  su  vi%je  á  la  oórta 
to  había  podido  apetecer  I  y  acaso  m4í9 
bia  figurado  oon  todo  el  oalor  de  la ' 
sido  iM*emiadosj  sns  servicios  de  lina 
ellos  y  del  poderoso  monarca  que  tanmai 
remuneraba;  habla  hectM>  callar  la  mal 
brado  la  confianza  de  su  soberano  I  y  habia 
008  enemigos  haciendo  recaer  sobre  ellos  la* 
güensa  que  sns  calumnias  hablan  mereoidoJ 
ba  por  cumplir  uno  de  los  objetos  que  se 
puesto  en  esto  vi^e.  Su  primera  mujer ,  d 
Juárez,  falleció  en  Ouyoacan  poco  tiempo 
llegada  á  la  Kueva^Bspafia :  su  repentina  m' 
al  desagrado  que  Cortés  habia  manifestada  pwi 
nido  antes  que  él  lo  dispusiese ,  dieron  motívi^' 
que  Juan  Juaresi  cufiado  de  CortéSi 
en  tiempo  que  gobernando  la  primera  au 
se  daba  fádl  oído  ¿  todo  cuanto  se  aeriminaliá 
sino  que  no  habia  nadie  que  se  atreviese  á 

[1}  BMU«6Td«iiM  d«l  mpmdor  4*S  4*  oetnbr*  d»  15» 
1% «i^ienlTte  d«l  1$ d«  nan»  y 31  d«  Majodi  1539 oi  TsT 
qa»  Mtot  J6v«iM  H9%  38.  S«  !•  dl6  A  fltdAimo  mi  JnbMi  ó 
palo  atol,  «alias  6  oaJaooM  da  dawiiaa  amarillo,  «apa  j 
goffiadaMNloMloaaBl,  doa  tuaiiaay  lipatot  Stioa  f« 
en  abiU  da  1399,  j  aaniiiaalMfa  nofaiia  aiaiaiia  i»  fni|a 
ia««ha  li^  aa  aqaal  ttanpo.  GalaMion  da  Tanuix 
lia  37, 


--23  —    •  '  '        ^ 

élHile  Jaares  de  haber  qnitedo  lá  Tida  4  dofiaX}ataIi'^ 
MI  la  naolie  de  un  féBtín ,  ahogándola  oon  una  liga: 
(>  esta  acusación  cayb  de  sí  misma  laego  qne  cesaron 
droonstancias  en  qne  se  intentó  y  se  tío  desde  aquel 
ipo  con  tal  desprecio ,  que  ni  la  segunda  audiencia 
ttauó  procediendo  en  ella,  ni  en  la  corte  se  le  dio  im- 
Mola  ninguna,  ni  fué  obstáculo  oara  que  Oortésse 
toase  coa  una  de  las  mas  ilustres  familias  de  Bspafia. 
Iqne  es  más,  ni  tampoco  ha  hizo  valer  la  madre  de  da 
Eüítalina,  dofia  María  de  Marcaida,  en  el  pleito  que 
yrás  descendientes  siguieron  por  muchos  años,  sobre 
paandales  correspondientes  al  tiempo  del  primea  ma< 
wtúo,  cayoe  autos,  aunque  incompletos,  existen  en  él 
üvó  dél  hospital  de  Jesús. 

i^po  hacía  que  Oortés  tenía  contratado  matrimonio 
#aa  Juana  de  Zftñiga,  hija  del  conde  de  Aguilar.  D. 
nlSamirez  de  Areliano ,  y  sobrina  de  don  Alvaro  de 
IM^  duque  de  Béjar.  Esta  sefiora ,  joven  y  hermosa. 
m  dada  objeto  de  envidia  en  la  corte  por  el  casas 
)  que  iba  á  hacer,  el  que  doüá  Haría  de  Mendoza, 
del  ministro  Ctobos,  había  querido  para  su  herma^ 
i4és  efectuó  en  este  viaje  su  boda ,  y  entre  las  ]o^ 
gran  valor  que  regaló  á  su  nueva  esposa  ,  se  en« 
cíHoo  esmeraldas  de  tamaño  extraordinario ,  las 
mo  se  ha  dicho,  no  eran  esmeraldas  sino  jadeó 
a ,  pero  entonces  se  tenían  y  estimaban  como 
y  se  les  i^predaba  en  una  cantidad  excesiva, 
piedras  se  avaluaron  en  den  mil  ducados ,  y 
flola  de  eUas  o&ecieron  cuarenta  mil  unos  joyeros 
en  Señlla :  la  una  estaba  labrada  en  forma  de 
en  figura  de  corneta ,  otra  representaba  un  pez 
de  oro,  obra  de  los  indios  que  Ips  autores  con«« 
ueoe  llaman  maravillosas ;  la  coarta  tenia  forma 
ípanilla,  guarnecida  de  oro  con  una  rica  perla  por 
"  en  la  orla  estaba  escrito ,  Bendito  quien  te  crió^ 
aera  una  tacita  adornada  con  oro  y  perlas,  y 
mayor  de  todas,  Oortés  que  gustaba  de  hacer 
jabia  latín  y  habia  leido  la  Biblia,  de  la  cusJ  era 
la  moda  hiM^  á  todo  aplicaciones,  hizo  esculpir 
redor  lo  que  el  Salvador  dijo  de  San  Juan  Bau- 
IiUer  naUi  wulierun  non  Éurrextl  majar.  ^^Iflngu- 
Ibo  mayof  entre  losnaddos  dsmiyer.  Díeese  que  la 


^i 


■Oilíí 


—  24  — 
emperatriz  deseaba  tener  MtwJcKFM,!  y  que  élliátariil 
dado  Oertés  4  «a  noviay  íu¡6i  el  mo^vo  4^-Bpm  fiíTOV  9||r 
en  adeTaute  lé  manifestó  aqnella  sobcucitná^  '  * 

Después  de  dos  alaos  de  residencia  ^  lÉpa&a 
habiendo  segaido  al  emperador  hasta  Efn  enibatq 
Barcelona,  dispaso  sn  regceso  á  Méjico  aeoinpa 
sn  esposa,  sa  madre  qne  halóla  viviáb  pai^a  Ver  la 
deza  de  su  hijQ,  y  nna  numerosa  comitivaí  én  laA 
oentaban  las  beatas  franeisoanas  que  veniflA  á  fkiil 
Nueva-Espaiia,  y  fray  Joap  de  Leguízamo,  sa 
de  sa  mDj^r,  mercedario ,  qae  con  el  mismo  o 
doce  religiosas  de  sn  orden.  Sabiéndosele  Wey< 
esperase  para  venir  ^  üiféjioo  &  Ja  nneva  aomeii' 
tavo  muchos  dias  en  Sevilla  y  San  Lúcar  dé'  B 
y  dos  níeses  y  medio  en  Santo  Domingo  aé  la 
fióla ;  "pero  demorando  mucho  la  llegada  de  a*^ 
poracl/^  j  y  siendo  excesivos  los  gastos  qoélia^ 
grande  acómpafiamlentoy  tuvo  que  resolverse  ft; 
sa  viaje^^  y  de^einbarcd  en  Yeracruz  éhl6  dei  ] 
Se  detíúvo  en  aquellas' iaii\jB^acipnes  alguooír 
só  á  l^fazcalá  y  á  Tezcuco  sin  entrar  en  Méjico, 
mahdadó  la  emperatriz,  gobernadora  del  r^<^^j 
hiciese,  por  evitar  choques  con  la  audiénica 
Oortés  estaba  en  declarada  oposición,  ^ista  i 
alarmada  poír  el  gran  numeró  de  personas  qti| 
Méjico  á  verle,  temió  ó  fingió  temer  poír  sn^  é 
hizo  preparativos  de  defensa ,   reuniendo  g< 
y   aprestando  artillería ,   cuyas  disposidonea 
por  intevencion  del  obispo  de  Tlaxcala  y  el  ^ 
Santo  Domingo,  l^o  obstante ,  los  oidores  p 
que  nadie  fuese  á  ver  á  Gortés,  quien  habia ' 
car  su  empleo  de  capital^  general  y  se  habia 
conocer  por  tal,  y  como  durante  su  ausencia  le 
todo  cuanto  tenia,  el  aprieto  en  que  le  pusieron  fií 
mo.  El  mismo  dice  á  Carlos  V  en  la  carta  que  le 
en  Tezcuco  en  10  de  octubre  de  este  año  de  1580i 
han  dejado  sin  tener  de  donde  haya  una  hanen 
ni  otra  cosa  de  que  me  mantenga ;  y  demí^  dem 
los  naturales  de  la  tierra ,  con  el  amor  que 
han  tenidOi  vista  mi  necesidad  é  qiíe  yo  y  ioB  qttñr 
go  traía  nqs  moríamos  de  hambre,  como  de  hecKü'; 
m«itom»deGíeiipeisonaaae¿»q9«  eamí 


kií%fPm  Mta^áBtetAgeitUm  j  neqmláBd  de  provifioiiMi 
tte  yeiijw  é  T^  y  me  proveiaxi  de  algunas  cosaa  de  bae« 
tímenfoy  eaT^aJM^  loe  dichos  oidores  algaacilés  á  prender 
á  los  diohos  naturales  qae  conmigo  estaban ,  á  fln  que  no 
me  proveyesen  é  se  les  diese  á  entender  qae  yo  no  era  par- 
te para  nada  en  la  tierra. 

Batas  y  otras  vejaciones  qne  Oortés  atribuyó  al  deseo 
de  precipitarle  á  alguna  medida  violenta,  que  diese  apan 
rienda  de  verdad  á  las  acusaciones  que*  contra  él  hablan 
dirigido  al  emperadori  cesaron  con  la  llegada  de  la  nue» 
Tftaudienóiai  pero  luego  se  suscitaron  con  esta  otras  di- 
icoltadesy  principalmente  en  cuanto  á  la  ejecución  de  las 
aeroedes  hechas  á  Oortés.  Pretendía  este  que  los  veinte  y 
treemilvasallosquese  le  habían  dado  debian  contarse 
por  vecino^^  teiUéndose  por  un  va»^llo  un  padre  de  fami- 
lia coa  toda  esta » y  los  oidores  sostenían  que  la  cuenta 
debía  hacerse  por  individuos',  de  la  misma  manera  que 
los  tributarios  (le  los  pueblos  de  la  corona.  Sato  hacía  una 
diferencia  míiy  gn^nde  en  el  resultado ,  y  para  evitar  la 
eneetion  se  c esoivíó  por  la  audiencia  en  2  dé  mayo  de 
1531,  que  dejándole  a  Oortés  en  calidad  de  depósito  las 
viUat  996  te  hallan  sitdo  dadas  coir  todos  los  vednos ,  se 
aguardase  laresoioclon  dd  soberano,  obligándose  portes 
4  devolver  todo  lo  que  excediese  de  lo  que  debiera  pertC' 
&eoerle,6egan  la  adaracíou  que  el  cpnseio  de  Indias  hi-* 
de  se  de  la  merced  que  se  le  hizopor  el  emperador.  Pero 
entre  autoridades  superiores^  cuyas  facultades  no  estaban 
daramente  determinadas,  cada  día  se  suscitaban  nuevos 
motivos  de  cuestiones ,  mucho  mas  estando  Oortés  acos- 
tambrado  á  mandar  sin  restricción^  y  siendo  los  oidores 
muy  odosos  de  lo  que  creían  competirles.  El  primer  dia 
de  fiesta  después  de  la  llegada  de  la  audiencia,  cantó  mi- 
sa el  obispo  de  Tlaxcala  con  asistencia  de  aquel  tribunal, 
y  habiendo  agregado  en  las  oradones  después  de  la  fa» 
Billa  real  «¿  meen  exetQÜm  noatri ,  f<y  el  capitán  general 
de  nuestro  ejérdto^  el  oidor  Salmerón  se  lo  reprendió  y 
di6  cuenta  al  consejo  de  Indias.  Todo  esto  disgustó  á 
Certas,  y  tanto  él  como  los  oidores  conocieron  que  no  po- 
dían residir  convenientemente  en  el  núsmo  lugar ,  por  lo 
que  Oortés  resolvió  retirarse  á  Ouemavaca  y  acoparse 
pfindpaimente  de  sus  proyectos  de  descubrimientos  en  él 
MrddSar. 


f 


—  26  — 

Habia  hecho  levantar  para  su  habitación  en  aqtxéUa  Tt 
Uaéledifldo  que  es  todavía  propiedad  de  sus  descen- 
dientes y  que  lleva  el  nbmbre  desn  palacio.  Bstácons- 
tmido  á  la  orilla  de  la  población,  en  la  falda  de  la  colina 
en  qne  esta  está  situada ,  dominando  una  vista  ynny  ex 
tensa  sobre  el  valle  hacia  el  Sur,  la  que  al  Korte  y  Orien- 
te se  termina  con  üft  magestuosa  cordillera  que  separa  d 
valle  de  Ouemavaca  del  de  Méjico,  en  cuya  cumbre  ae  ha- 
lla la  cruz  del  Marqués,  para  designar  que  desde  álll  em^ 
piesan  las  tierras  de  Oortés.  Bsta  pintoresca  situación,  la 
disposición  del  palacio  reduddo  hoy  á  escombros  y  ocu- 
pado por  la  cárcel  y  el  cuartel ,  y  lá  hermosa  iglesia  de 
San  Francisco  que  es  ahora  la  parroquia  ,  costraida  por 
Oortés  y  ráriqnecida  de  alliajas  y  vasos  sagrados  por  su 
esposa,  manifiestan  el  buen  gusto  y.  la  piedad*  ¿eZ  Marquéi 
y  de  la  Marquesa^  que  por  ser  los  prinleros  y  únicos  en  es- 
te  título  entonces  en  la  Nueva-Bspafia  así  se  llamaban  y 
firmaban,  como  lo  hacen  en  Bspafia  hasta  hoy  los  mar* 
quesee  de  Yillena ,  por  ser  los  mas  antiguos  de  la  monar> 
quía.  < 

Bu  esto  agradable  retiro  te  ocupaba  Oortés  de  intro- 
ducir en  sus  estados  todos  aquéllos  ramos  del  cultivo  que 
hoy  forman  la  riqueza  de  la  tierra  caliente ,  de  propagar 
los  ganados  ,.y  no  menos  del  trabajo  de  las  minas ,  pero 
el  punto  que  de  preferencia  atraía  su  atención  eran  los 
viajes  y  descubrimientos  en 'la  mar  del  Bur.  Gomo  si  la 
conquista  de  ÜTueva^Bspafia  no  hubiese  sido  más  que  un 
paso  que  debía  facilitar  este  grande  objeto ,  su  ardiente 
imaginación  no  se  contentaba  con  otra  cosa  que  coa  el 
descubrimiento  y  conquista  de  las  islas  de  la  Bspecería, 
y  con  someter  á  la  corona  de  Oastilla  el  grande  imperio 
de  la  Ohina.  Unuslnan  áuffimt  arhis  [1  j :  <%o  le  basta  nn 
sdo  mundo"  se  dijo  de  Alejandro:  este  lema  adoptaron 
los  Jesuítas,  cuando  en  la  inmesidad  de  sus  empresas  re- 
liglosaSy  habían  abrasado  todo  el  orbe  con  sus  mimones^ 
y  el  mismo  hubiera  podido  aplicarse  con  razón  á  Oortés. 


[I^^Brtaei  ln  iuoripcion  queeiU  eo1ir«  él  magnifioo  ftltar  da  ]«iMi  lásnli, 
eon  ectátoM  y  «domoi  de  pUia»  que  Ifk  oempanía  de  Jeeai  erigió  en  lai^e- 
lia  de  JeeoedeBoma,  paradepoiiter  lai  reKqoiai  de  ra  eanto  íondador.  xa 
plata  le  quitó  ovando  Pió  VI  iaro  que!  eomprar  de  Napoleón,  la  pas  de  T^. 
lentino,  aaerifioaiido  lai  riqaeíae  y  teaoroi  artieticoi  do  Boma,  y  en  lagar  de» 
loi  adomoi  de  aquel  neU^  99  puieron  de  bronoe. 


—  27  — 
J/m  J^únites  que  me  he  propuesto  en  eeta  diflertaoion  no 
peraúta  ecrtenderme  sobre  IÍm  empresas  agrfoolasi  mine*- 
lili  7  comerciales  de  Oortés  ^  que  encontrarán  lugar  ade< 
caado  en  el  eurso  de  esta  obra,  ni  menos  entrar  en  todos 
los  pormenores  de  sus  viajes  en  el  mar  del  Sur,  de  que  ha 
dado  completa  noticia  el  señor  Kavarrete  en  la  intro^ 
dacdon  al  viaje  al  K«0.  de  las  goletas  Sutil  y  Mejioaoa. 
Basta  por  ahora  decir,  que  habiendo  dispuesto  diversas, 
expediciones  desde  el  momento  mismo  de  la  conquinta, 
tma  de  las  cuales  no  llegó  á  toner  efecto  por  su  salida  pa< 
m  España,  ;  por  la  persecución  de  los  oidores  [de  la  pii* 
mera  audiencia^  á  su  regreso  no  solo  envió  varios  nave^ 
{antes  á  estos  descubrimientos ,  sino  que  él  mismo  se  di« 
rigió  á  las  costas  de  Jalisco,  en  cuyo  viaje  fundó  el  ma^ 
yorazgo,  por  instrumento  otorgado  en  Oolima  en  9  de  ene- 
ro de  1635 :  recobró  en  Ohametla  un  buque  que  le  habia 
sido  tomado  por  Kaño  detGuzman,  y  reunidos  los  que  ha- 
bia hecho  construir  en  Tehuantepec,  se  embarcó  con  toN 
do  lo  necesario  para  fundar  una  colouia.  Los  trabajos  que 
pasó  en  esto  viaje  fueron  grandes,  habiendo  estado  á  pun- 
to de  perecer  de  hambre  y  por  las  tompestades  que  su- 
frió, en  términos  de  dársele  por  perdido,  habiendo  tenido 
que  enviar  el  virey  don  Antonio  de  Mendoza,  por  instan*. . 
cía  de  la  Marquesa,  dos  buques  en  su  busca  para  cercio-r 
rarse  si  habla  muerto,  é  instarle  para  que  se  volviese  si 
vivía.  Begreáó  pcnr  ñn  á  Acapulco¡,  pero  no  contento'  con 
estos  esfuerzos,  hizo  todfbvia  practicar  nuevos  reconoci- 
ñuentos  por  francisco  de  UUoa ,  cuyo  resultedo  faé  el 
descubrimiento  de  la  Oalifomia  hasta  la  isla  de  Gedros,  y 
de  todo  aquel  golfo  á  que  los  geógrafos  han  dado  por  este 
motivo  el  nombre  de  Mar  de  Oortés. 

Loe  gastos  que  erogó  en  estas  expediciones  pasaron  de 
trescientos  mil  pesos  y  sin  ninguna  especie  de  compensa^ 
cion,  pues  aunque  se  le  mandaron  pagar  por  cédula  de  IT 
de  abril  de  1529  fecha  en  Zaragoza  (1)  los  que  haste  en^ 
tonces  tenia  hechos,  y  para  que  constesen  se  formó  expe- 
diente qae  existo  en  el  archivo  de  lá  casa,  nunca  el  pago 
tuvo  efecto  y  todos  los  sucesivos  fueron  a  su  cargo ,  en 
eonseoaencia  al  convenio  que  tenia  celebrado,  y  esto  ago- 
tó de  tal  manera  sus  recursos ,  que  en  carto  que  escribió 

(IJ  Eirtao^iílai«  piibUoar&  en  el  apéoAide' 


deftto  TautdpeCy  con  ftclia  13  de  agosto  de  ISSS,  á  üii 
gene  García  de  Llerena  le  dice ,  *'  no  tengo  nn  peso  di 
oro  que  gastar  eu  cosas  que  son  menester ,  y  por  eeoio 
se  pueden  hoy  librar  los  dínercs  de  aqaelta  qnitack»; 
gastad  abora  dolo  vuestro  qne  todo  se  pagará  junto '- 
Uasi  siempre  se  observa  en  la  suerte  de  los  hombres,  q« 
cuando  alguno  llega  á  toser  alguna  prosperidad  eztnoc* 
diñarla ,  como  si  la  fortuna  hubiese  agotado  con  esto  it 
,  poder  ó  se  hubiese  cansado  de  favorecerle,  en  lo  snceuvo 
todo  es  adverso,  y  la  misma  fortuna  que  le  elevó,  parece 
complacerse  en  abatirle  con  reiterados  reveses.  EatOBdi' 
xno  sucedió  con  Cortés  ^  quien  <<en  cosa  ninguna  ta^ 
ventura  después  que  ganó  la  Nueva -Espafia^'^  dice  Ber- 
nal  Diaz,  atribujéndclo  á  maldiciones  que  le  echaroiloi 
acidados,  por  no  haber  remunerado  sus  servicios  tan  ]a^ 
gamente  como  pretendían. 

Un  nuevo  desubrimlento  excitaba  por  entonoea  la  i* 
tención  de  los  conquistadores.  Un  misionero  fraiici£eaii0) 
fray  Marcos  de  Niza,  decía  haber  encontrado  al  KoKts4a 
Sonora  una  naciotí  muy  rica  y  poderosa ,  conocida  4XHI  4 
nombre  de  la  Quivirai  ó  las  siete  ciudades ,  cuyacapitii 
llamada  Cíbola  parecía  tener  toda  la  civilizadon  de  Itf 
naciones  europeas.  £1  virey  Mendoza  armó  una  e^^iefi- 
cion  para  esta  conquista :  Cortés  pretendió  pertea^oeill^ 
como  cosa  anexa  á  su  empleo  de  capitán  general  y  por  A 
privilegio  relativo  al  mar  del  Sur ,  hacia  cn^as  cosuav* 
taba  el  nuevo  descubrimiento.  Nuevo  choque  entredi^ 
rey  y  el  capitán  general :  y  como  Cortés  tenia  otros  noti^ 
vos  de  descontento,  y  creía  ajada  su  autoridad  por  losfri 
mites  á  qne  la  reducía  la  del  virey ,  no  estando  pOroM 
parte  declarada  la  cuestión  sobre  el  modo  de  oontarlÉ 
vasallos,  ni  pagado  el  gasto  hechos  en  las  primeras  «é 
pediciones  dd  mar  del^Sur,  resolvió  volverla  la  cócto,  m 
perando  que  su  presencia  en  ella  allanaría  todas  laá  dÜ 
cuitados,  y  creyendo  que  su  regreso  seria  breve ,  ae  ed 
barco  eioL'el  año  de  1540,  llevando  en  su  oompaüla  ¿aÉÉ 
su  hijo  don  Martin^  de  edad  entonces  de  ocho  afioa. 

Las  circunstancias  hablan  variado  mucho  desde  su  |rif 
mer  viaje :  el  tiempo  habia  apagado  el  entufiiasmo  qnaj 
nombre  y  fama  excitó  cuando  desembalado  en  Sspafial 
162S:  él  descubrimiento  y  conquista  del  Perú;  conaidflrt 
do  entonoes  como  más  rico  que  la  Ifaeva^BspaSU^  haU 


á  esta  se  daba ,  T 
ntreoet  háata  cieno 

maestras  de  Atéa- 
I  Loaisa,  presidente 
Dtro  siempre  qae  se 
asantoB,  y  le  datra 
oa ;  pero  so  por  eao 
y  caando  creía  ha-* 
>o ,  se  encontraba 

traslados  y  tétqü" 
nada  al  cabo  de  tui 

i  contra  Argel  en 
.:  acompaOó  ^teát 

del  Almirante  de 
le  tormenta  qae  bi- 
6a  con  BQ  hijo  pudo 

la  mar  las  famosas 
iable  llevaba  siem- 
a  lo  gne  bobo  para 
le  Garlos  y  le  hizo, 
in  gae  ae  determino 
te  agravio  procedió 
irtétt  inaietieae  en  «1 
ifeatado,  ezpres^- 
lientea  compafleroa, 
I  de  Méjioo.  Pnede 
aprecio  coa  qae  los 
I  de  Indias ,  qne  no 

ae  badán  entre  ai 

armaa. 

negocioa  de  OortSs, 
ia  de  dejar  Üasorias 
rabaranzando  aae- 

legales;  pero  qoé» 
10  é  imputar  la  oan~ 
M  T  en  el  memorial 
4  (1).  "A  V.  M/nin- 
aisiese  qoltarne  to 

m«tM  «M  rffHat  «Hfu 

;— TDH*  n— 6 


—  So- 
que mo  dio,  poder  tiene  para  ejeeotariOiPiiai  al  qiifl 
»  y  paede  nada  hay  imposible.  Decir  que  se  buepa 
mas  para  colooar  la/obra  ^  y  que  no  sienta  el  iataipii^ 
oabe  ni  pueden  caber  en  los  reyes  nngidos  por  Diot' 
medios,  porque  para  con  él  no  hay  color  qne  no 
parentQ  para  con  el  mundo  no  hay  para  qué 
porque  así  lo  quiero,  asi  lo  mando,  es  el  desoaift^ 
qne  ios  reyes  hacen.'^  La  circunstancia  de  hallaáp" 
sazón  en  el  consejo  presidiendo  interinamente 
bastían  Bamirez  de  Fuenleal,  promovido  al  obí 
Guencay  y  el  licenciado  Salmerón ,  que  en  Mi"^ 
fallado  contra  él  en  el  negocio  de  la  cuenta  ae 
lloi^y  Is  hizo  pedir  se  nombrasen  individuos  da^ 
consejos  para  que  determinasen,  dice  al  enipw 
bre  una  escritura  de  merced  que  T.M.  hizoá  um 
de  una  partecica  de  un  gran  todo  con  quej  él 
M.  sin  costar  trabajo  ni  peligro  en  sn  real . 
cuidado  de  espíritu  de  proveer  como  se  hicicÍM,  al 
de  dinero  para  pagar  la  gente  que  lo  hiZ0|  y  qua  ' 
pia  y  lealmente  sirvió  no  solo  con  la  tierra  que  _ 
ro  con  mucha  cantidad  de  oro  y  plata  y  piedria 
'despojos  que  en  ella  hubo.'' 

Si  la  ambicien  pudiese  curarse  con  desen 
presenta  Cortés  en  los  últimos  afiosdesu 
para  demostrar  que  la  felicidad  no  consiste 
aparente  de  la  gloria,  ni  enja  realización  de 
preiBasy  y  que  aquellos  á  quienes  eUvulgo  tiisM 
dichosos,  suelen  ser  los  qne  se  encuentran  mas  ^ 
disgustos  y  sinsabores.  Bl  conquistador  de  la  Hi 
pafia;  el  que  habia  dado  á  su  soberano  la  mas 
de  las  posesiones  desn  corona ;  el  que  ha  dejado 
teridad  un  hombre  inmortal ,  obligado  á  andaír 
litigante  vulgar  y  solicitando  él  despacho  de  ana 
y  defendiéndose  del  fiscal  *'que  ha  sido  yes 
toso  que  ganar  la  tierra  de  los  enemigos,''  le  d^oi* 
los  T  en  el  memorial  citado :  ^'Pensé  que  haber 
do  en  la  juventud,  me  apxol^echara  para  que  ei 
tuviera  descanso,  y  asi  ha  cuarenta  afios  que  mm 
prdo  en  no  dormir,  mal  comer  y  á  las  veoss  ni  . : 
'  mal,  traer  las  armas  á  cuestas,  poner  las  peraoaw 
Ugros,  gastar  mi  hacienda  y  mi  edad,  todo  en 
DioSy^acieeentando  y  dilatando  el  nombre  de  mi 


.íí?v**> 


^-#' 


en  esto  reino  sb  mu  de 
Diento  otros  gae  fae  gu- 
TÍado,"  7  saplloando  al 
o  on  tiempo  determioa- 
o,  ¿grega  "porqne  &  di-  ' 
erme  he  &  mi  casa,  por- 
por  mesones,  sino  para 
m  Dios ,  pues  la  tengo 
lesoargos ,  y  será  mejor 
Dlma." 

empo ,  no  podiendo  obi 
Bstribo  del  coclie  en  qae 

alterado  ¡qaién  era ,  1» 
i  Y-  M.  mas  reinos  qoe 
Iota  es  enteramente  de 
10  bay  antor  alguno  qne 
aera  probable  qne  qnlen 
idacCado  en  los  térmiooi 

que  se  han  oopisdo,  ta- 
.  emperador  al  extrafio 
^nado . 

iTortés ,  el  asonto  no  se 
rte,  y  el  &llo  le  faé  con- 
por  cédala  fecha  en  To- 
en oonglderaoion  no  eo- 
0,  ^no  también  &  los  de 
iobmpaüado  en  sn  TÍ»je 
en  la  &kmo8a  batalla  de 
10  militar  en  ta  campafia 
inier  m^íoano  qne  an*  ' 
lo  presente  qne  la  renta 
idente  para  sostener  sa 
las  las  villas  oonoedidas 
imitación  de  número  d« 

paerto  de  Tehnautepec, 


;ift  fatF«ti :  El  Ibr^n^  d*  ■on- 
D  dslndiH  tIo  fuéMlpurad* 
•I  Uosnebido  T*>lo  da  fañdoT*!, 
io;  al  Dr.  KindM«lra,eIIÍMa, 


qM  npervd  pan  I^«<«otu  o 
toa  tribatog  qae  d^  ella  Baoa 

Oansftdo  de  esperar  sin  £ri 
tés  Yolveras  á  Méjioo ,  ooa  i 
donde  se  propooía  esperar  1 
doQa  María,  cnyo  caaamieDt 
Alvaro  PererOiíorio,  hijo  i 
Astorga  y  heredero  de  aa  Üia 
do  este  enlace  le  dio  tal  eaoj 
gustos  qae  le  rodeaban,  faé 
le  ataoót  j  peisoadido  de  la  ] 
pó  de  extender  sn  testamen 
villa,  i^oralejarsa  déla  oonoi 
impedían  consagrar  sn  tieni[ 
tóales,  oon  cii;o  fln  ae  ret  tú 
dpB  leénaa  de  aquella  oindad 
fermeoad,  ardeoados  todos 
Totameate  loa  Santos  Bacrai 
dioiembre  de  1547  á  la  edad 

Si«  don  Fernando  Cortea 
faft'dtgadoBemal  Díaz,  "de 
bien  proporcionado  y  memb 
lába  algo  á  cenicienta  y  no 
rostro  mas  largo,  mejor  le  p 
amorosos  y  por  otra  graves 
tas  y  pooas  y  ralas,  y  el  eal 
osaba,  era  de  la  misina  man 
pecho  alto  y  la  espalda  de  b 
y  de  poca  barrica,  y  algo  eal 
bien  sacados  [Ij.  Era  baea  { 
mas  ansí  á  piu  como  &  cabí 
osarlas,  y  sobre  todo,  coraza 
al  úaso.  Ea  todo  lo  qne  mos 
meneo,  oomo  en  pláticas  y 
en  el  vestir,  en  todo  dábase 
tidoq  qne  ee  ponia  eran  sega 
le  dal»  nada  de  no  traer  mu 


(1>  Eltla  daMiípeioD  Muviayapérfat 
piui  d«Jaiu,«ajo  ariK'oal  lin  dods 


iwt,  atoltaMmMte  yimj  pnIUtoi  ni  tbnípow  tridi^  ^- 
dfliiÍM^8i>*deiiiÍe  oiHn,  «alvo  una  oádeidtá|<é  vio  dé  J^Mma 
hidliim^  eoíiKiii  jo/<d  coa  la  imftgeii  46  niieBlM  SedóiíA  la 
V&|;eii  Ssintía  María  con  mi  hijd  preoloio  6!)  lod  1)razo9}  7 
ooQ  un  leti«ro  te  latía  en  lo  qae  era  de  nniditra  Sefiorai  y 
dría  «¡traf  arto  del  joyel  el  JSelEor  San  Joan  Bantídta  con 
oteo  Mrero  /  y  también  traía  en  el  dedo  nn  anillo  mny 
riob  Cdn'nn  dianante,  y  eñ  la  gorra,  qne  entonces  tfe  nea- 
baa  de  terdópefo  traia  nná  meíbillay  y  no  me  Acneirdo  él 
nntca  qae^n  lá  medalla  traía  figarado  la  tetrao  éL  mas 
despicM el  tiempo  aiKündo  iriempré  traja  Mrrade  pallo 
m  fliedattMSdrviaie  ricamente ,  temo  eran  S^fi^  ^  con 
énm  máitlMUdás  y  mayordomo*  Y  mnohoi^ '  pa'g^^  t  tedto 
d98nietod6MeaBamúycamplido.  é  spÉ^deé  wjipav 
^pltta'y  úró.  Ooniia  al  medio  ^Ua  bien,  ylMbia  una  bnfh 
nt  tMEa4a  Vfaió  agnado^  qné  cabria  mí  cáartitlOi  ;^  tam- 
Usa  ieinabaif  no  era  nada  regalado  >  ni  se  le  dal^a  ñáda 
ptxradmwttúoitaieBdeKcadosni  ¿ostoeoe ,  «alT0  cnándó 
vcia  9ie  habla  neeettdad  qne  é»  glMtaee  ó  los  hnbieeé 
oMaéiter.  Bra  muy  afkble  con  todos  nuestros  capitanes  f 
cewpaBttiMy  eOn  e^CKsUü  eoñ  los  qué  pásamlM  con  él  dé 
l»iua  de  Ottba'la  ptimera  tcs  :  y  era  latino,  y  olKit  ^^^ 
9tt6tta  BacMDer  en  leyeÉi  y  eñandó  hablaba  con  letrados 
y  kcmbres  lAonos ,  irespoíitta  á  lo  qñe  le  decían  en  Utin. 
Hniigo  poeta,  hacía  coplas  en  metros  y  en  proéa  •  y  en 
^  Vb  platicaba  lo  deoia  mny  apacible^  v  con  mny  Dtieua 
fMikA  y|reaába  por  la  mafianaenunas  horas,  é  oía  misa 
ooB  divooion :  tenia  por  sti  abogada  á  la  Tírgen  Maria 
nnsstr^  Be&cira^  y  tambien^tenia  1  SeSor  San  Pedro,  Ban^ 
ttage  yai  Befior  San  Juan  Bautista,  y  era  Umo^nero.— 
OiiaadojQraba'deoia!  en  mi  conciencia;  y  cuando  $e  eno^ 
jaba  con  algon  soldado  de  los  nuestros  sus  amigos  le  de^ 
tí»  :6  mil  pelM  A  TOS ;  y  cátodo  estaba  mas  enojado  se  le 
mmttiabaiiiia  Teftia  de  la  garganta  y  otra  de  la  írentCi  y 
ana  aigiiBBU»  Teces  de  muy  énojádi>,  arrojaba  una  manta 
y  00  deoiapalabrafta,  ni  injuriosa  á  ningún  capitán  ni 
soldado;  j  «ca  mny  sufrida ,  porque  so}dflÁ4<>s  hubo  muy 
desoonsidei^os,  que  decían  palabras  mny  descoiiedtdad^ 
y  so  tas  reÓMdia  cosa  muy  sobrada  ni  mala,  y  ^unqM 
haHa  matarte  para  ello,  lo  Inas  que  le  díMüa  era;  callad, 
oídos  con  Diis,  y  de  aquíadelante  ttned  pías  miramien^ 
to  9n  lo  que  ^éredes^  porque  ps  (HHf^  eií^  po>  9lol^  é 


—  3i^ 

M  luffé  oartigAr.  Eta  uuur  pi»f ando»  en  cspeoíal  ea  coiii 
déla  goerra:  6ra  muy  anoionadoá  juegos  de  aaipeí  jdi* 
dos,  y  cuando  jugaba  era  may  afable  en  él  juego,  y  osÉb 
dertos  remoquetes  [1]  ^  que  saelen  dedit  los  que  jai^pii 
los  dados.  Era  tainy  coidadosOí  y  machas  noches  fomAs 
y  andaba  requiriendo  las  reías  y  éntiaba  en  los  randMl 
aposentos  de  nnestros  soldados,  y  al  que  hallaba  siaM> 
mas,  6  estaba  descalzo  los  alpargates ,  le  leprendiayji 
dedk  que  á  la  oveja  ruin  le  pesaba  la  lana.  Oaandent** 
mosa  liM  Hibuexas habia  tomado  una  mafia  6  uundllÉli 
que  cuando  comia,  si  no  dormía  un  sueBo  se  le  xevoM^A 
estómago  y  rebosalMi  y  estabamalo,  y  por  eeeoMs.sMi 
mal,  cuando  caminaba  le  ponían  debajo  de  nnáiiil^- 
otra  sombra,  Ana  alfombra  que  Uevaha  a  mano  pa¡ri^ 
objeto,ó  una  capa,  y  aunque  mas  soi;hubiese  ó  llot " 
diñaba  de  dormir  un  poco  y  luego  caminar,  SoUai 
firanco  cuando  estaba  en  la  Kueya^Bspafia  y  la..! 
TOS  que  fué  A  Castilla,  y  cuando  volvió  la  segunda 
el  afto  de  1540  le  tenían  porescfMO,  y  si  bien  ae 
considerar  y  miramos  en  ello,  después  que  ganó  |a~ 
va^^Bspafia  siempre  tuvo  tracMjos  y  gastó  mu6hoi> 
de  oro  en  las  armadas  que  hizo ;  en  la  Oalifomia 
de  les  Hibueras  tu vo  ventura ,  ni  en  otras  cosas 
acabó  de  conquistar  la  tierra,  quizás  para  que  la 
en  el  cielo ,  é  yo  lo  creo  ansí ,  que  era.  buen  cabí 
niuy  de  voto  de  la  Virgen  y  del  apóstol  San  Pedro  •< 
otros  Santos.  Dios  le  perdone  sus .  pecados  y  6  mil 
bien."  Tal  es  la  sencilla  pintura  que  Bemal  Díaz 
dejado  de  su  capitán  en  todo  lo  que  concierne  á  so. 
nkmodales  y  usos  particulares. 

jDon  Femando  Oortés  dcgó  de  su  matrimonio  oosi 
Juana  de  Zdfiiga,  un  h\jo  y  tres  hyas  y  además  cb09f\ 
tardos.  Los  primeros  fueron  don  Martin  Cortés,  fl&  M 
sor  en  él  título  y  estado :  doña  María^  que  casóoom: 
Luis  Yigil  de  Qpifíones»  quinta  conde  de  Luna :  dolQdikj 
lalina  qne  murió  en  SeviUa  sin  tomar  estadoy  y  doÁí 
na  casada  con  don  Hernando  Enriquez¿^  Bivera,  ae| 
do  duque  de  Alcalá  y  marquós  de  Tarifa. 

Los  oastardoa  fueron  don  Martín  Cortés,  ciballeM. 
hábito  de  Santiago ,  habidoen  lacélebre  diSa 


(IJ  9i9ll0f  9f(ai9$  7  gf^lOMMI. 


-35- 
MSk  OatáUsa  Fisairo,  h^a  de  dolía  LeoBM  Picaño:  doft 
LaiMf  «ibillut  también  de  Santiago,  naddo  de  doSa  An*^ 
tpniaHennoaiUa:  doña  Iieonor  y  dofia  María,  habidas  en 
ifldiaB  nobles :  dofia  Leonor  casó  oon  Joan  de  Tolosa,  tís- 
eaino  rioo ,  nno  de  loe  desonbridores  de  las  yetas  deZa^ 
cateeaa.  Había  tenido  otro  hijo,  don  Lnis;,  mnerto  antes 
qae  sa  padre,  y  sepultado  en  San  Franoisoo  de  Onsma* 
vseaussí  como  dofia  Catalina  Pizarro ,  madre  del  mismo 
dos  Femando. 

En  sa  testamento  proveyó  á  la  subsistencia  de  todos 
na  hgoB,  é  hizo  diversas  fondaciones ,  de  que  se  hablará 
es  la  fiigniente  disertación,  dando  rasen  mas  oironnstan<- 
dada  de  aquél  documento.  Dispuso  que  su  cadAver  se  de- 
podíase  en  la  parroquia  del  lugar  donde  falleciese,  si  mu- 
ám  en  Bspafia,  y  que  se  llevasen  sus  huesos  dentro  del 
ténnido  de  diez  afios  á  la  Nueva^Bspafia ,  donde  se  ha-^ 
Usa  de  enterrar  en  el  convento  de  monjas  fhmciscanas, 
que  oon^el  título  de  la  Oonoepcion,  mandó  fiíudar  en  Cu- 
yosoao,  trasladando  también  á  él  los  de  su  madre  y  de  su 
hijoD.LuiS)  que  como;seha  didio  estaban  en'Ouemavaoa. 
Eiias  disposiciones  producen  una  reflexión  muy  Impor** 
tants.  CKnieralmente  en  las  demás  naciones  que  tienen 
establecimientos  ultramarinos,  los  gobernadores  y  otros 
personaies  que  mueren  en  ellos  disponen  que  suscadá^ 
vBies  sean  tzasladados  á  su  patria,  y  á  ella  destinan  sus 
liqaecas,  sea  para  sus  fiímillas  ó  para  diversos  establee!-' 
iiiiiiitos ,  los  que  en  las  colonias  hacen  fortuna.  Cortés 
iDiixíó  en  Xspafia^  y  por  el  amor  que  tenia  al  país  que  ha 
Ua  conquistado  y  que  consideraba  como  su  patria ,  mas 
pela  que  le  vio  nacer,  quiso  que  sus  huesos  se  traslada- 
asa  á  M^ico,  fundando  en  esta  ciudad  establecimientos 
de  beneficencia ,  cuya  utilidad  goza  la  población  tres  sí - 
1^  después  de  su  muerte,  sin  haber  destinado  pamf  él 
lugar  de  sa  nacimiento  mas  parte  de  su  fortuna  •  que  la 
dotación  de  unía  lámpara  que] ardiese  en  la  capiUirde  la 
iglesia  de  San  Francisco  de  Medellín,  en  que  estaba  se» 
paitado  sa  padre,  i  Bsta  misma  conducta  siguieron  obsers 
▼aado  casi  todos  los  espafioles  que  se  enriquecían  en 
Kneva^Bspafia  y  á  ella  sedeben  tantas  fundaciones  mag- 
síflcas,  oomo  él  colegio  de  las  Tizcainas,  el  muy  filantrox 
pico  y  deegndado  fondo  piadoso  de  Californias ,  y  otra 
que  tenían  por  objetó  ^propagar  la  religión  y  con  ella  to- 


tflUdik á ton Jóveii«fl,4i^ fle deatínabáii ala  ottarte» ímA 
tglBriil^.ó  alMirim.  AHilo  A  Im  iaifiUita:de0¿[nMtaAU,4^4>if 
do  etfiOiefiBk  «fiacfto  de  l<ki  piJntípkMi  TéHgiaos  ftrnituBMhti 
eétableddos  ea  aqn^los  boiñtneft^  ed  ibacnaleB  éi  ÍmUi 
mnoha$?m)es  eacoeeoí  no  lif^y  dada  qae  prédiiQiautBBlí 
geMral  leniltadoa  mnj  i)#néfl(M. 

D^é  j4  étfípQMoioB  d«  «08  albaceaa  id  f oneml  qua  Mh 
de  hacéiseíe,  pero  previno  que  ooncorrieaen  4  (WHitái 
ádúQim, lüQMfteiidoa  y  eapeUaaet  dé  la  panbqaiaJOoi 
fi^iúlcaídatodjfu»  laa  órd^nfis  qaü  bnUese  ion  ai  l^gav^^ 
DUtxitM^  para  qa%¿faesea  ^ea^  aooBipa&aaBliNito  di»  la  éam. 
y  aaistteaeii  á  lua  «xeqoíM»  y  que  .aedfeéénp 
•UmMina  ó  cmonaata  pobnii  qaa>.  focsa  eom  hi 
eendldiul;,  y  que  en  el  diadel  entí^np  y  iQs 
le  dücaea  cúico  mil  iníaaa»  aplUando  mü  por  1 
del  purgatorio  t  doa  mil  eneapedaíLpQr  laadtf  «;pMm 
pcarsonaaquemurienon  enm  oonipaaíalealtt'éoliqaMvli 
Ifmva*]SBpa!i%ydoa  mil.porlíifl  de  «{itelloa  pmuuM 
qoieniai  tenia  al^on  eargo  qide  nb  hiristoee  tonidéiiifÉelk 
para inindmlo  sattft&oer*  Sueadái^er  se  tltippfirt'iifil 
aepülciá  de  loa  dnqnee.  de  MedinaiSidoaiá^  «urt/ooMM^ 
to'de  Sao.  IsidiQ  extranmiüos  de  BeviUai  per  itinimiMilM 
aiiflino  dnqne»  qaeliié  nonbtado  m  albacea^^^cm'^fcMit» 
qaés  do Afttorga  y  el  ixmSí^  do  Jígoilac  pam 
de  Bfipafia,  y  pam  loa  de .  HéSMoo  l0  f tteran  la.iai 
jdofii^  JiUMia  de  Záfüga^  el  obiapo  D.  Fr.  Jaon  de  JS( 
raga^  Ft.  DMuago  de  Betaaizoa,  prior  dé  Saato  Boi 
y  el  Iido.  Altamirano. 

Yarioa  han  sido  loa  entáerAMi  y  boniae  qne 
ae  kan  beabo  en  diversas  épooaa  á  dfm  Fétnaai|átO*BÍik] 
Laa  primeraa  fbexon  estando  todavía  vivo^  i 
lante  la  expedidon  A  las  Hibneíaa;,  Qonaalo>  _ 
y  Pedro  Abnindea  Ohirino^  babiéndOsé  apoééaíi^ 
gobierne^  oea  el  fin  de  afirmane  en  él'  divnlglutnbi 
tácia  da  sn  amerte^y  para  qfvd  anaa  ae  creyéáe 
eelebiar  jaobonraa  oon  oraoíMea  £(biebrea  y 
lenmidadi^e  admitían  aquellos  tíenqoíds.  Uaaj 
bas  qoe  jiedieion.do  la  mnerte  dé  Odrt6B^li|&i:i 
monio dé^osípessoiias  réspetaUeeqiier.diBdaraKoi 
visto.8|i  alana  en  pernio  oon  la  ^e  !dofia>MiBáD%aii 
00  y  áaalxsemeaterio  de  la  iglesia  daQBaidiagft  Xiaita] 


—  37- 
00.  AI  fegmo  de  Cortés  piiaa  dsnianda  coniaca  Saláeat  f 
OhiriiMVpava  tw  le  volvieBeu  los  gastoB  que  babian  he^ 
ebo  dA.^]|bM|eiida  eu  limoenas  y  misaeqae  mandaron  de<. 
eii  por  6a  «dma^.i^r  haberáe  hepho  todo  oon  malicia  7  bq- 
lo  por  aewlitar  la  voz  qae  había  divulgado  de  su  falleeí*« 
mieutoii  f  im.  vecino  .de  AléjioOf  llamado  Joan  Oácer^,  Á 
qoiea  deeían.  y0t  eobie  nombre  ^^el  Bico/'  compró  todoe 
estos  anpoiiiende  haber  quedado  sin  aplioaoioUi  para  pro- 
Techo  de  u  alma  cuando  muriese :  gj^aero  de  especulación 
eu  créditos  de  que  teníamos  ejemplo  en  nuestro  tiempo, 
tan  fecundo  en  esta  especie  de  negocies. 

Eq  cumplimiento  de  lo  dispuesto  por  Oortés  en  eu  tes- 

tíuamtOw  sus  huesos  se  trajerou  á  la^Nueya-Bepafiai  peio 

Bo  habiéndose  construido  el  convento  de  moldas  que 

mandó  fundar  en  Ooyoacan,  se  depositaron  en  la  iglesia 

de  San  Francisco  de  Tezcuco,  en  donde  permanecieron. 

hasta  el  iallecimiento  de  su  nieto  don  Pedro^ acaecido  en 

30  de  enero  de  1^9.  El  virey  marqués  de  Uerralbo  y  el 

arzobispo  don  Erancisco  Manso  de  ZáfSiga,  dispusieron 

entonces  qiiB.se  hiciese  con  toda  solemnidad  el  entierro 

de  don  Fernando  y  su  nieto,  en  quien  se  extinguió  su  des* 

cendeneia  varonil ,  en  la  capilla  mayor  de  San  Francisco, 

qne  es  de  la  propiedad. y  patronato  de  los  señores  mar^ 

qaeses  del  Yalle  de  Oajaoa,  construida  por  ellos  para  su 

entierro  y.  de  sus  suceaoresy  según  los  documentos  que  se 

publicarán  eu  el  apéndice,  per  cuyo  motivo  el  retrato  y 

aseado  de  armas  de  Oortés ,  qué  ahora  se  guardan  en  el 

archivo  del  conv^to,  eistuvierou  en  ella  hasta  que  los  re^ 

ligioaofi  creyeron  necesario  apartarlos  de  la  vista  del  pú^ 

blico,  por  la^  mismas  razones  que  hicieron  se  quitase  el 

sepulcro  de  doiji  Femando  en  la  iglesia  de  Jesús.  D.  Fer« 

osudo  Ck>Tté8.habia  &vorecido  especialmente  á  los  frm« 

eíscanoa,  y  ei^ta  misma  incUnadon  á  este  brden  tuvieron 

sus  descendientes^  pues  en  las  cuentas  de  su  casa  relati«« 

vas  al  tiempo  en  que  don  Pedro  vivió  en  Méjico  hasta  sn 

muerte,  entre  otras  cosas  se  vé  que  cada  afio  hacía  una 

limosna  de  trescientos  pelsos  al  convento  de  Méjioo ,  para 

los  fuegos  de  la  función  de  S.  Felipe  de  Jesús,  que  entoa^ 

ees  se  veneraba  oon  el  nombre  del  beato  FeUpe  de  las  Oa- 

I  y  para  la  comida  de  la  comunidad  en  en  aquel  dia  [1  ] 


(1 )  La  eimuifUaflia  d«  habezM  imtraiilo  «xp^dientai  lepaxvdot  pam 


Traidoa  privadamente  de  Te^eáeo  los  hüéaoft  de  écfn 
Femando,  estovieroii  por  naete  dias  oon  el  caáárTer  de  D. 
Pedro,  en  la  eaia  de  la  casa  de  ea  estado  qaew  álMvaet 
Montepío,  la  qne  se  habia  enlutado  y  puesto  «n  ella  idta* 
res,  en  los  onales  la  comunidad  de  bán  Fraacisoo  cantó 
vigili£tsy  misas  dnrante  todo  el  novenario.  Bl  entiertose 
hiaso  el  dia  24  de  febrero  de  1C29  y  á  él  asistieron  todas 
las  cofradías  con  sns  estandartes,  las  oomnnidadee  reli- 
giosas qne  eran  entonces  mny  numerosas ,  y  él  cabildo  e^ 
olesiástíco  con  el  arzobispo ,  y  en  este  Ingar  iba  el  oadA- 
yer  de  don  Pedro  en  atand  descnbierto  qne  cargaban  ca« 
balleros  del  h&bito  de  Santiago,  por  haber  sido  profeso 
de  él  y  consejero  d^  órdenes.  Segnia  Inego  la  caja  cerra^ 
da,  forrada  en  terciopelo  negro,  qne  contenia  losboesos 
de  don  Fernando,  la  qne  iba  en  hombros  de  oidores  ^  y  4 
los  lados  dos  hombres  armados  de  todas  armas  qne  Ue- 
yaban  dos  guiones  ó  estandartes ,  el  mno  de  raso  bUHroo 
qne  tenia  por  un  lado  bordado  de  oro  nn  Oracifijo,  Nues^ 
tra  Befiora  y  8.  Juan  Bautista,  y  por  el  opuesto  las  armas 
de  Bapafia ;  y  el  otro  de  terciopelo  negro  con  las  armas  de 
la  casa  también  bordadas  de  oro.  A  continuación  yeaia  la 
universidad,  todos  los  tribunales,  la  audiencia  y  el  vliey, 
acompañado  de  gran  número  de  caballeros  y  los  indivi- 
duos de  la  famia  y  demás  dolientes^  y  detrás,  seguían  na 
.  caballo  despalmado  y  enlutado  y  cuatro  capitanes  arma- 
dos, adornados  los  cascos  con  plumeros,  y  las  picas  en  loe 
hombros ,  con  cuatro  compañías  de  infknteria  con  las 
banderas  arrastrando  y  las  cajas  cubiertas  de  paños  ]ie>« 
groe.  Bu  la  carrera  estaban  dispuestas  cuatio  posas :  la 

frimera  en  el  Bmpedradillo ;  la  segunda  en  la  calle  de 
lateros;  la  tercera  en  la  Profesa^  y  la  cuarta  en  la  eiüie 
Qe  San  Francisco.  Fué  inmenso  el  concurso  á  esta  fast* 
cion,  la  mas  magnifica  que  desde  su  fundación  habia  vis- 
to Méjlca 


«idft  i»o  dé  )m  fmttoi  ano  se  hietoron  «n  eite  énú&no,  mandándoae .  _  „ 
tos  por  Mito  del  jaes  prltativo,  ••gan  «bUba  entonoM  estaUltcido  pmVl  wú- 
gimen  de  la  eaa«,  ha  neeho  qna  bo  ooneerTen  laa  notíciü  oniiosliliiiaa  qna  «g. 
toe  f  xpedientes  oontienaa,  que  dan  idea  de  la  nagDÍfieeoflia  de  aqiielloeti#fli. 
poi,  del  faiie  eon  qao  TÍTiá  don  Pedro  Cortea,  oon  íamiUa  nuaeroaa.  de  ca«> 
tüee  hombree  j  pigei  eomo  grande  de  Kepefia,  j  del  estado  de  lae  artee  yd^ 
la  Indoeiria  en  aqnella  épooa,  por  lo  qne  ee  pnblioaria  «n  el  apea^Ue»  loa 
Mae  iMerf  emtea  00  eeíoe  doenneBloe. ' 


—  39  — 
'    lAflDlwmidad  en  la  iglmsk  de  Ban  Francioo  fíié  cor- 
raqMmdieBte  á  erta  pompa.  Se  Iiahia  dispuesto  mi  túmiu 
lo  sobervio  qoe  aliunbiaban  tresdentas  laces  sobre  otros 
tsatos  oaadslerós  de  plata,  lojo  extraordioariOi  i^obre  todo 
si  se  atiende  á  qae  no  kabiaa  transcarrido  mas  que  cien 
afios  deede  la  conqntota.  Tresdentes  frailes  üranoisoaiios 
qae  se  reanieron  de  solo  los  conyentos  inmediatos  de  la 
cspitat^asiBtieironála  vigilia  y  misa  qae  se  cantó  y  el 
esdiver  de  don  Pedro  se  depositó  en  ana  bóveda  al  la- 
do del  BvaagéliOi  qoendo  la  caja  qne  oontenia  los  haesos 
dedoaVemandoenelpresbiteriOi  entre  unaa  barandi* 
UaS|  baio  un  dooel  de  neo  brocado.  De  allí  se  pasó  Alan 
nidio  qne  se  abrió  en  la  pared  á  espaldas  del  sagrario, 
con  paerta  y  enrcjlado  de  fierro ,  donde  estaba  encerrada 
en  otara  orna  de  madeva,  dorada,  con  cristales  y  con  la 
iasoripdoD:'*^Jto^díiuMid{  Corte»  ossa  $ervantur  híe/amoi^^^ 
esgoo.  consta  de  certiflcacion  qae  se  pablicará  en  el  apén- 
4rae,  7  así  perHianeoíó  hasta  el  dia  2de  jalio  de  1794. 

Bl  celebro  viroy  conde  de  Bevilla  6iged0|  cnya  vigilan* 
eia  se  esteodia  4  todo  cnanto  podiadar  lastro  4  la  capital, 
oiey6  qne  era  indeecuroso  qne  los  haesos  del  f andador  de 
Méjíeo  moderno  no  tavlesen  nn  sepnlcro  mas  santaoso, 
y  coa  este  objeto  en  14  de  setiembro  de  1790  dirigió  ofi- 
cio al  Barón  de  Santa  Orna  de  Saa  Garlos,  gobernador 
qae  entonces  era  del  estado  y  marqaesadp  del  Yalle,  en 
«qae  entro  otaras  cosas,,  con  motivo  de  la  limitación  qne 
*este  tenia  para  hacer  ciertos  desembolsos  por  caeta  de  la 
casa,  le  dice :  ^'Gastes  hay  qae  aanqae  parezcan  nnevos^ 
no  pueden  menos  de  aprobarse  y  celebrarbe  por  el  mismo 
qae  debe  hacer  el  desembolso :  tal  seria  segaramente  el 
de  oonstmir  nn  magnífico  sepaloro,  caal  corresponde  al 
ilostoe  y  ewlarecido  Hernán  Oortés,  cayo  nombre  solo  csn 
eaask  todo  elogio,  y  caando  sas  ilastres  saceaores ,  hero- 
«deros  de  sn  gloria,  de  sas  honores ,  y  de  sos  caantíosas 
rentas,  no  tavieran  con  qae  |costearIo ,  contribairia  coa 
gusto  y  satisfiacoion  al  efecto  todo  baen  español,  y  desde 
Inego  yo  sería  el  primero  qae  oírecería  mi  caadal,  persha- 
4ido  á  qae  este  era  el  mas  digno  objeto  á  qae  sepadiera 
destinar.''  Dada  coenta  con  este  oficio  á  la  dirección  ge  - 
neral  de  los  bienes  del  Exomo.  sefior  dnqae  de  Terreno- 
va  y  Honteleone,  establecida  entonces  en  Madrid,  el  se^ 
2ior  don  DiegQ  jalaría  PígiíateUii  hermano  del  seSor  da- 


—  49  — 
que  en  oarto  dé  22  de  oetohíe  de  1791  dispnáofié  erigM* 
ñen  en  el  preabiterio  de  la  igleeia  de  Jeeas  dos  fle|Nil<a«) 
para  trasladar  á  ellos  los  hnesos  de  loe  seSorea  éosi  Pe- 
nando y  don  Pedro  Oortésy  y  al  efecto  mandó  los  dis^ 
que  formaron  los  monjes  artistas  de  aquella  oórte,  y  co- 
mo por  las  notioias  qae  dio  el  padre  geardSaa  de  Su 
Franciseo  no  se  enoontró  el  cadáver  de  don  Pedio,  oon  a- 
cnerdo  del  conde  de  BeviUa  Oigedo ,  coa  qnien  todo  se 
consultó  por  la  janta  de  gobierno  de  b  casai  (se  lesolvié 
hacer  solo  el  sepulcro  de  D.  FemandiO,  enya  oonslamcdoB 
se  contrató  con  el  arqnitecto  D.  José  del  Maxot.  por  eacii' 
tura  que  este  otorgó  en  30  de  abril  de  1792 ,  obUgándoM 
á  ijecntsT  la  obra  conforme  al  diseflo  que  se  psesentá,  de 
piedra  de  j^pe,  siuicet-dl  ó  Tíllefía  y  tecalii  por  te  canti* 
dad  de  mil  quinientos  cincuenta  y  coatro  {Mbob  i  á  lo  que 
se  agregaron  mil  quinientos  peses  que  se  pagaíDeiL  á  doft 
Hanuél  Tolsa,  director  de  escultura  de  la  aoademiA  ^ 
San  Oárlosi  por  el  busto  y  escudo  de  armas  qae  bizo  de 
bronce  dorado  á  fuego. 

El  cuidado  del  virey  no  se  limitó  á  esto  solo*  ▲  pío* 
puesta  del  gobernador  del  estado ,  Barón  de  8a»to  OiU| 
quiso  que  se  solemnizasen  las  lionras  que  oad»  a&o  aees- 
lebraban  en  la  iglesia  del  hospital  de  Jesús  el  día  2  di 
diciembrcy  aniTcrsario  de  la  muerte  de  D.  FttnandOf  oos 
mayor  pompa  que  hasta  entonces  y  con  oración  lánébre^ 
la  que  el  mismo  Barón,  que  habia  sido  alunmo  de  Saa 
Ildefonso,  propuso  se  encargase  á  aquel  colegio,  para  qu0 
su  junta  gubernativa  designaba  quien  habia  de  piredicar* 
la  de  entre  los  indivinuos  del  c3legio,  el  cual  no  aolo  sd* 
mitió  este  encargo,  s^ no  que  renunció  la  graiificaelon  qua 
se  ofrecía  por  la  casa,  todo  lo  que  aprobó  con  ga^d 
virey,  aunque  no  llegó  á  tener  efesto,  habiendo 
do  la  época  del  gobierno  de  aquel  grande  hombre,  antc^ 
que  todo  esto  hubiese  quedado  estableando. 

Ooncluido  el  sepulcro  se  proctdió  &  la  trasladon  de  tea 
huesos ,  para  la  cual ,  previas  las  licencias  necesarias ,  d 
gobernador  del  estado  marqués  de  Bieira  Kevada,  paad 
&  San  Francisco ,  acompi^ado  de  los  principales  em^ 
picados  de  la  casa,  á  las  oradonea  de  la  noche  del  dial 
dejullo  de  1784  y  elB.  P.  provindal  Fr.pIartín^Francifld 
de  Omzalegui  ordenó  al  padre  sacristán  mayor  Fr.  Fiaa*^ 
Giseo  Mtlg«ciij9 ,  aaease  la  d^a  en  que  estaban 


\ 


—  41  — 
doi^  y  poMte  en  6l  pr^ébitoci^  sotire  wm  meiA  cubierta 
de  tanÉopela  Aegro  oosenatro  laeés,  hizo  la  entrega  y  re- 
ooBooimientOi  habiéadose  eneontrado  dentro  deima  nrna 
4eitMBaflo  denna  Tcaade  madera  dorada  y  criataleB, 
ooa  cuatro  asas  de  plat«,  en  cnya  oabeoera  estaban  pin» 
tadas  las  armas  del  difunto ,  oíura  aroa  de  madera  forra>« 
da  MI  plomo,  la  eaat>  abierto  con  la  llave  qne  entregó  el 
padre^aoriston ,  se  descabrieron  los  haesos  envneltos  en 
«a  sábana  de  eambriqr  bordada  de  seda  negra  opn  eno 
)■  eaje  aft  oanto  de  lo  laisaio,  y  la  oalbvera  cubierta  con  se- 
I  paraoion  oon  un  pañuelo^el  propio  lienzo  co;n  eno%$e  blan- 
^^M  á  hk  orilla.  Vnelto  á  cerrar  la  caja «  se  entregó  en  la 
Si^Biama  fimna  gne.  estaba  al  marqués  de  Sierra  IfTevada, 
t'  Itiflsen  sneoobie  laeondiqo  al  hospital  de  Jesús  y  allí 
^  WQQisoó  en  el  sepnloro^  de  todo  lo  cnal  se  estendió  acta 
f'V^aepiiblieaffá^i  el  apéndice,  con  todos  los  demás  do* 
p-lNBMitos  xelatívosi 

p''-8eftalado  paca  la  •celebración  délas  excequias  el  día  8 
[4é  Aoyiei&bre  dd.  mismo  afio  de  1794 ,  se  dispuso  la  igle- 
lab  de  Jasas  onbriendo  sa<  pavimento  con  alfombras  y 
lidíateibayendo  en 'el  eoerpo  de  ella  veinte  y  cuatro  ache* 
Na  de  plata  para  otoea  tantos  oiries,  y  el  sepidcro  se  ilu- 
friufté  iguabaeAta  eon  tveínto  «eíiioe  If  velas  en  blandones 
plata.  Desde  la  víspera,  el  doble  gena»!  de  campanas 
lodas  las  iglesias  anunció  la  solemne  función  ,  á  que 
vidaronel  juez'  conservador  y  el  gobemad<»r  del  esta^ 
Aunque  por  una  ley  de  Indias  estaba  mandado  que  el 
7  y  la  audiencia  no  fuesen  á  ningún  entíerroyen  a» 
^'oa  á  la  perscma  á  quien  este  honor  se  tributaba,  a^ 
on  asistir  dispensando  por  esta  vez  el  cumplimien- 
de  la  referida  ley,  y  daJr  asiento  entre  los  oidores 
gobemadi(»r  del  estado,  tonto  por  representar  al  do^ 
""^^  principal,  eoante  porque  gozaban  de  estopreemi** 
los  marqueses  del  Valle  [IJ ,  y  habiendo  dado 
al  rey  ee  les  aprojüó  por  real  orden  de  21  de  octu- 
de  1795.  £1  cabildo  eclesiástico  se  ofreció  á  hacer  las 

^py]í%iiÉ4i«B«ímpQratítod«18  d«BOTi«Dbr*  d«  1621  deolaró  qoe  íiempre 

ilmvquéidal  V«UaaiistieM  «1  tribaoal.  para  lavUta  de  loi  negodoB 

I  tu  él  taTieie  m  le  díMe  atiento  &  la  iz<[aierda  del  virey  enando  éste  ee- 

9  pNfMite,  fltntlBdoee  kíA  dereeba  el  oidev  mu  -aatígao;  j  faltuido  el 

qme  «nviea»  el  lUrqnée  el  aegoiide  lonuTi  to  eval  M  ooBfirmó  y  se 

ebunraiT  por  eólal»  de  16  de  juiio  de  1624. 


—  42  — 
«MqaiM  ea' forma  capitular,  y  por  ammoia 
arsobispo  ofició  el  aeftor  gobsnuuUir  de  la 
Jo0é  Boiz  de  GonejareSy  teioieíoi  dignidad  da 
iglesia.  Dorante  la  misa^  la  compaflía  de  gra: 
estaba  en  la  paerta  hizo  las  descargas  y  h 
pottdientess  al  empleo  de  capitán  general ,  y 
aqnelLa  el  padre  fniy  Servando  de  Mier,  que 
ees  religioso  dominico  d^o  la  oración  f&n^hn 
grangeó  la  celebridad  qne  f  aé  él  origen  de 
gradasi  las  qne  le  procuraron  despnes  mayot 
todavía. 

Parecía  qne  Oortésdebia  haber  hallada 
qne  sns  hnesos  reposasen  segorosi  en  nn  eir 
y  de  pública  utilidad  levántalo  á  sns 
▼Idsitndes  políticas  vinieron  6  inqnietsrloa 
Desde  principios  del  afio  de  1822  se  habian 
propoedciones  en  el  congreso ,  paia  qne  ae 
pnlcro  en  qne  estaban  y  se  desbaratase  esfce^ 
oonsideraGion  en  la  sesión  del  12  de  agosto  ida 
el  padre  Mieri  qneriendo  evitar  el  mal  en 
posible^  hijBO  una  adición  para  qne  la  i 
lo  qne  pudiese  ccmidderarse  como  monnmenta 
se  trasladase  al  mneeo,  cnya  idea  fiíé 
objeto  por  otros  sefiores  diputados, 
disensión  el  sefllor  Oaores  por  la  «sactitndy 
con  qne  explicó  los  efectos  de  las  opiniomia 
en  cada  siglo.  Las  cosas  quedaron  por  ent6 
tado  hasta  que  en  el  afio  siguiente,  apro: 
lemne  traslación  á  esta  capital  de  los  huéasé 
tres  patriotas  que  prodamaron  la  indepen 
diversos  impresos  agitaron  la  opinión, 
blo  á  extraer  los  huesos  de  Oortós  para  11 
mar  á  San  Lázaro.  Los  temores  de  que  así  aa 
ron  tales  y  tan  fundados  que  el  se&or  pro 
cuenda  de  las  contestaciones  que  tuvo  con 
político,  mandó  al  capellán  mayor  del^ 
Joaquín  Canales,  que  en  la  noche  que 
setiembre,  día  en  que;  la  foncion  citada  habia' 
carse,  procediese  á  sepultar  en  lugar  seguro 
de  Cortés,  como  lo  vcoiflcó ,  habiendo  yo  in 
la  pronta  Cjjecucion  de  estas  órd^ies,  en 
limcioneB  públicas  que  desempeñaba ,  por 


^;^-# 


■re  '..^4^ 


^  «t^y 


—  43  — 

ptdnrejeentíTOi  todo  lo  cual  ooiuta  da  doenti 
que  se  pablloarán  en  el  apéndice.  El 
do  Lneohefii,  qne  estaba  entoneesen 
o  del  sefior  duque  de  Terr&Éovat 
m¡B  con  los  huesos ,  qne  provisionalmente 
i»  tartana  del  altar  de  J^sns.  ^o  basté 
los  rumores  que  oonian  y  á  que  daban 
los  escritos  y  diseursos  públioos,  habiendo 
de  la  fundón  patriótíoa  de  aquel  afio, 
qne  cayese  sobre  la  tumba  de  Oortés; 
aer  oratoria,  pero  el  pueblo  incauto  que 
entender  él  sentido  que  acaso  estaba  en  la 
debió  propender  mucho  á  darle  un  yalor 
que  se  tuvo  por  necesario  hacer  desapare* 
eepnlcroy  que  habla  quedado  cubierto  des- 
las  cenizas  que  contenia.  Así  se  hijBo,  f 
de  bronce  dorado|que  en  él  estaban,  »e 
o  al  se&or  duque  de  Terranova,  y  loa 
se  conserraron  por  mucho  tiempo  en  el 
ieron  de  allí  cuando  aquel  estabieoi- 
en  1S33  en  manos  del  primer  comisionado 
la  ocupación  de  aquel  establecimiento  y 


que  fué  el  primero  que  hizo  conocer  en 

suceso^  dice  con  relación  á  él  (1).  ^<Por  una 

bastante  común  en  las  revoluciones,  los 

de  los  españoles  I  en  odio  de  la  conquista 

colonia,  á  la  cnsd  ellos  y  la  república  me^ 

[su  existencia  natural  y  política,  con  una  a^ 

no  se  puede  dar  nombre  ni  asignar  causa 

hicieron  desaparecer  este  monumento,  y 

profanado  las  cenizas;deI.héroe,  sin  la  pre- 

despreocupadas^  que  deseando  evi^ 

de  su  patria  por  ton  reprensible  é  irré- 

lograron  ocultarlas  de  pronto  y  desx 

m  á  Italia  á  su  familia. 

no  puede  sin  smbargo  ser  motivo  de  incul  •• 

Ivas  cenara  nuestra  naden.  Todas,  en  las 

de  las  revoluciones  han  caido  en  mas  ó.  me^ 

aun  aquellas  que  se  hallan  al  frente  de  la 


I  TiBo  3p  rano  188.  Méjico  j  flw  reTohicicnef . 


—  44  — 


oiTiljzacioii  modetaa.  Dozante  la  ^eairitdora  gsemífc 
treinta  atloB,  oafii  Bo  liubo  templo  en  Alemania  4110  m 
faese  bolado  y*  derastftdo,  y  en  .tiiempoe  maa  redaMM" 
lo  revolaeiDn  franoesa^-poiiiui  deoreto  de  la  oonvemíQiyki 
8epalet0rae  k»  r^ee  faeipn  abiertos  y  loe  cad¿veraíiN 
rejados  en  piia  fosa,  (orQue  elTandaHsmo.nvaea 
destrnctor  que  coando  se  ejerce  en  nombre  de  la  fikMA 
y  del  piogrefio*  Onando  eete  ÍBxot  i^yolaoioiiarlo  aaiiÉil^ 
pasado  ya^  los  ejércitos  franceses  qne  invadieron  ti;  H^' 
paña,  repitieseti  en  todas  parto  ignálee  escenas.  Ba 
misma  iglesia  de  San  Isidro  carca  de  Sevilla  ^  en  ~ 
primero  se  depositó  el  cadáver  de  Ooités  i»  yo  he 
bierto  los  sepnlcros  de  tantos  héroes  de  ]a  ilnstsre 
de  Onunan  el  Bueno  y  sns  estátnaa  matilidas^  ni 
mas  respetadas  en  San  A  gnstín  de  Sevilla  las 
gran  marqnés  de  OÁdiz  y  de  otros  célebres  peiso 
los  Ponces  de  Leon^  sepultados  en  agnella 
mentamoSi  pues,  con  raz<»i ,  que  el  espirita  revifli 
rio  haya  extendida  hasta  nosotsos  sn  asóte  ^  'per^si 
Agoramos  que  las  demás  naciones  han  estado 
de  él. 

La  snerte  da  los  grandes  hombres  suele  ser^  quft 
te  su  vida  son  el  blanco  de  la  crítica  y  de  la  mal 
porque  Be  tienen  mas  á  la  vista  los  males  que  hi 
causar  que  los  beneficios'  que  se  les  deben,  porjo 
y  el  transcurso  del  tiempo  hacen  olvidar  los  f^t 
jando  vivo  él  recuerdo  délos  segundoSide  loq 
notables  ejemplos  recientes.  En  Ooxtés  al  cabo» 
glos  se  ha  querido  poner  en  olvido  estos,  parpit^' 
con  acrimonia  la  odiosidad  de  aquellos.  Sin  em 
madas  las  pasiones  del.momento ,  se  le  hará 
que  se  le  debe,  y  en  memoria^  para  concluir  ~ 
de  las  palabras  del  mismo  Dr.  Mora  quehe  oi 
^^está  tan  intimamente  enlazado  con  elDOmbna 
que  mientras  este  subsista  no  podrá  perecer 

[l]  ElnisTvo  Dr.  Mora  ha  pnbliaado  el  toAtamento  da  CoTté% 
bian  hizo  al  Baroa  Hnmboldt  y  par  ler  obrai  c^ne  andaa  ea 
he  creído  deber  omitiría  ÍBeercion  en  el  apéndioa. 


ERTACION. 


Cartel}  «at  AiBdacl**. 


d«  Oortéa  no  bnblenm  to« 
itamlflnto  da  sa  fortnnsj- 
;  peio  «Has  han  tiáo  el  ori' 
fffisperos,  de^a  rlqnraa  na- 
Jan  Ter  las  grandes  mlrM 
)  aSos  inmeolBtoB  á  la  eoa^ 
[o  lo  (loe  podia  ooDtnbnli 
leyes  fbmeDtaban  todaA  e»- 
liando  &  la  intiodncoioii  7 
[an  piogrMur  en  1m  útT«r>> 
»'  mandándolo  bajo  de'  gra^ 
nías  ordenanzas dri mls<< 
ndo  se  diapUBo  eoutarA 
3S ,'  qne  con  ana  piodBtrtw 
les  arttcoloB  de  la  agiibah 
(tanolae,  7  asi  deaapazed»- 
seda,  en  loa  pciBoipioa  ha  • 

qne  en  aqnel  siglo  dlBti»- 
e&cexmenta  laa  miras  del 
irineipal  de  sna  «sñnnaé 
eiwraa,— TOK»  n-e 


—  4d  — 

fiuteeldeBonlnimlcato  delasmlnasde^roy^atk,  u 
pcff  eso  dexHiidRban  los  dmáfl  ramos  de  eq)eoBlHWli 
piodactirafl,ydeRMB08d6  tenutodMlM  oomoiBáÉI 
de  üt  vida  que  oouMiaii  en  bq  pafa,  se  apnmiabait  émt- 
ladax  al  que  acababan  de  conqolstar  tninslnn  ■nliMlilj 
fhitoa  de  que  eate  oa^eda^  y  (áda  jtrodnccáon  nuera  áp 
obtwiaD  era  un  motíTO  de  fleeta  ;  de  plauso  entie  «p 
Bl  Inoa  Gandíase  de  la  T 
do  el  tesorero  del  Oiuec^  I 
padre  el  aüo  de  l^ES  tefe 
se  dieron^  íaé  tal  el  plaoe 
nidos  para  oomerioB  ateta 
mo  padre  húo  oocser  los  ei 
ea  el  brasero  qne  en  él  tei 
éntrelos  convidados,  pi 
mado  para  eí  uno  de  los  i 
oosa  de  Bipalla.  habla  qn< 
TSB.  Bl  mismo  historiikdoi 
meros  olivos  qne  habo  ei 
empeOo  qae  había  en  la  | 
piikfit^a- 1>,  Antonio  Biveí 
donde  había  ida  por  proa 
sigo  en  dos  tinqones  mas 
owfls  Bolb  Uegñron  vivas 
foya  en  lae  inmediatíonea 
las  robasen ,  pnso  en  ang 
ftosydepeÓTos,  qnode 
obstante  esta  precanolon, 
das  Alé  robada  y  traslada 
tisA  el  prinolpio  de  la  molí 
bo  en  aquel  pafa,  y  alcab 
SKOomonifHíeBqae  Biven 
Lima  ooDtra  loe  ladrones 
ébo  leer  en  todas  laa  iglea 
gaáÓ  que  se  le  reatlto;ese 
aae6  ni  qníén  la  trajo,  se  1 
t»,  en  el  mismo  lagar  de  • 
ala  elempeQo  qoehabiaen 
males  y  plantas  de  la  Bu 
la  abnndanoia  qne  uaestr 
dad  de  prodooeiooes  disb 
Lnu^  qna  la  oonqqiata 


—  47  — 

SM  taro  propiedades  m  lií  UAm  de  Oaba ,  había  tratado 
é ttmltípGdáf  eii  ellaa  1<SIbi  gánadoe ée  BetiaSa,  tateo  traer 
jSelaeielaB'tedá'eiipeofe  de  animaílee  y  aemillae ,  y  en 
inis  eartas  al  emperador  reoomienda  qaeae  mandes  de 
Bspaffa.  Las  tierras  que  ee  le  conoedieroni  aitaadaa  es  el 
tallej  de  M^oo,  en  loa  de  Tolnoa ,  Oaemavaoa  ^  Ooántla 
7  O^WBij  en  Oharo  en  el  departaniento  de  Michoaeaa»  y 
entes  eoetas  del  golfo  de  M^ioo  y  del  mar  del  Bnr ,  le 
própOFolonabaní  por  la  variedad  de  dimas^  establecer .to>« 
dos  los  ramostfe  la  agrienltora  enn^eay  déla  de  k»  tró- 
picos; pero  oome  sneede  en  todas  las  cosas'  nnevas  ^  los 
primeros  ensayos  no  f aeron  siempre  felioss,  oomo  que  se 
*  hadan  sin  bastante  conocimiento  del  clima  qae  cada 
I  Manta  reqnería  y  de  las  localidades  qae  le  oonTenfan. 
Por  esto  se  intentó  cnltivar  en  Oayoacan  la  calla  de  az6< 

'  csr,  triada  de  la  isla  de  Onba  al  trapiche  qne  estaMeció 
etf  Tazflla  en  la  costa  de  Feraoraz ,  y  por  la  d&asnl»  40 
dtf  testamento  se  Té ,  qne  con  este  objeto  dio  elonsmo 
Oottés  tlerhis  en  las  inmediaciones  de  aquélla  Tilica  sn 
criado  Bemardino  del  Castillo  que  estableció  aiU  nn  in^ 
píiá6,9etoeA  objeto  preferente  de  Oortós  foeron  siempre 

;  ras  propledadee  de  Caemavaca  y  Cuáaila^  mnohoimas 

^^'^sae  ^pie  establacW  su  resideuéia  en  la  pniner»  de  es* 
tM  pobfadones.  Contiguo  á  ella  formó  el  ingenio  de  lial- 
teliaDg<r ,  siendo  el  primero  que  intoodujo  el  cultivo  de  la 
esOa  en  la  tierra  caliente  del  Sar,^como  lo  habia  sido  tam. 
Men  en  la  costa  de  Yeracmz*  La'  situación  de  este  esta% 
bleeindeiito  en  las  lomaa  que  forman  el  descenso  al  va^ 
liSi  exponia  la  caua  á  helarse  frecuentemente,  y  por  este 

'  motivo  lo  abandonó  su  hijo  don  Martin ,  cuando  adquirió 
la  hacienda  dé  Atlacomulco,  que  todavía  poseen  sus  des» 
cendienteS)  h  la  qne  trasladó  todos  sus  aperos  de  Tlalte- 
))angO|  en  cuyo  sitio  todavía  se  ven  las  ruinas  de  los  an** 
tiguos  ediflciós,  frente  al  santuario  de  aquel  nombro. , 

La  cria  déla  seda  y  beneficio  de  esta  j  fijó  muy  desde 
el  principio  su  atención ,  persuadido  de  las  grandes  pro*- 
porciones  que  para  ello  ofrece  el  clima  do  la  mayor  parto 
del  país,  ne  dicho  en  otro  lugar  de  estas  disertaciones 
[i]  d  origen  qne  segon  Herrera  tuvo  este  ramo,  atribu. 
^eodola  a  la  semilla  que  Francifico  do  Swta  Oros  dio  al 


'   •. 


m^M  ■.-•^ 


HkM       ■'» 


■♦JLI-    »*t 


'kvemoaiw  deM^jieo.  Pero  jGwiiJft4ft)»ffflíl 
^  eroe  haber  gído  pariente. muy  <3efWM4ii.,$ai|. 
•JesüB^  yqve  leeidió  largo  tiempo  WrJk  Maíteflft , 
ealde  mayor  y  eoooaiendeDOf  en.el^i;A||Mm^fri4|S 
te  J^iiMf a^JBfpdii«,  qm  eeoríbib  papa  el  «fK|  oa  Im 
toree  fiíejfoaiioB  /^l),  atriboye  á  Ooi^^  ^  ~^~    '^ 
tainchietria  entaM  iieeotroBi  y  el  mi^io 
que  desde  el  afio  de  1622^  aeíi^  •  afio» ;  aa^ 
DelgacUh)  á  M^ieo^  había  enviado  XJcsb^! 
-altear,  mtMreraSf  pe¿ii^««da,  BMOiieatoe  J- 
'plantee.'' Bebe,  puee^  atcibuíisele.  el.  mlBB¡ti 
este  lamo  de  cóltiiro^  qoe.  existía  ea^  lea. 
do  mandado  desde  el  afiüO  de  1593  *1m 
^M  en  la  isla  Eepellola  se  diese  diAe« 
'  momlesy  para  qne  se  inftnodqfese  }a«¡ra|igyffte 
prne  eerfa  mny  proveehosai  y  nsíDiiemo  el  _        _ 
bla,  porqaíi  ee  entendía  qne-  habia  mneto.  j  appgij^' 
enlai0la<3V' 

'  Oortée did  graade extensión  4^oe 
en  todo»  los  pnebloa  de  la  tierra  oalicntí»  dar 
dsenes  dalSaatepec,  y  en  el  ar^y». 46/41^ 
eiitre  ottee  doonmensos  relatlToe  4  seta  svnKh 
tes  ^[oe  llevó  Oristófoal  de  Mayorgai^  á  eqya 
el  afio  de  1550,  tres  años  deepnes  del  {álí 
[piando.  Por  estos  documentos  se  vé, .  qne 
de  abril  y  mayo  de  aquel  afio,  en  las  diveveas 
heredades  plantadas  de  morales  en  Jiotepeo^ 
Temasoaleingo,  y  otros  muehee  pueblos,  tralN^ 
riamente  en  oada  una  setenta  f  oohenta  y  badta  • 
treüita  peones,  en  renovar,  aamentar,' segar  y 
estos  plantíos.  Bste  ramo  progtes6  mueho  en, ' 
en  varios  departamentx)s »  eepeoialmente  ea  la 
otros  puntos  del  de  Oíyaoa,  en  TepeaoadíeL  de 

-<1)  BilÉ.eitl  primtr  iiattde  eicritoan  leofoaowtellaiia  woh^i 
SsttHviaíiii  eaUíanadapor  B^no  Babat.  1581.'  8?  Se  rda; 
en  1690  con  la  Aí^iicnltnra  de  Herrara.  * 

(3)  Deoad.  lU.  Ixb.  YI.  cap.  VIU,  fél.  13S.  SSriintn  I^Ueiea  Jaj 
17SÍ6. 

[31  Eftaa  plantas  de  que  ae  htelA  mo  «a  la  tintara  deidaí 

aon  de  mayor  importancia  en  los  naestroe,  en  que  por  loe  edelaaloa  i 
miea  aplloada  4  las  artes,  sns  preparaeionee  se  epipleaii  ea  Ivysrai 

ai  la.  ík  nVU  «Unt  »l^vs<iiH»l»8Mtf  0fr It^'f  «T»  .fttf  ieftf|lf»«|i 


-0- 

j^  %jeap  00  este  Ingftr  el  ef  troobuc  %|WiÍ 


^mí/,- 


Omi  xefdrenda  á  carta  OBcrita  ea  ^ 
oe^  que  déade  entonoes  ^i6  aviso  de  w   . 
Famaadez  IiadriUerOi  maestre  y  pilo^^i^ 
Ltearo  y  <<dé  la  pardioioá  ele  todo  lo  que  ^Y^ 
estas  partes  tauia,  y  délo  qae  mas  se  pér^eÉ^' 
eUaa  navios  09  Y»  Se&oría  vinieseiii  y  si  á  mí 
gara  antes  Ib  que  ellas  eran,  saplioiira^T 
mandara  echar  la  soga  tras  el  caldero  cpn 
bul  L&saro,  ni  que  menos  permitida  mj  de  ^, 
tiemn  poes  de  lo  uno  y  de  Ip  otro  tan  poco 
jia.^  Signe  especificando  que  habiif  devoeU» 
enoargado  la  venta  dé  aquel  cargamen^  4 
gara,  y  hablando  de  la  pérdida  de  otraé 
dones  de  varios  n^ociantes ,  dice  .qqie 
gqpa  manera  de  oonsnelo,  pues  anjtos  qu 
se^wmia  V.  SeSoría  aviso  por  JSTan  V[ 
traodon  dejtodosi  y  con  esto  olvidé  algo 
aayorenqneduren  esta  tlerra;''y  añade,  ^^[^^ 
llegué  hasta  hoy  no  ha  habido  navio  présco 
nilo  habrá  en  todo  el  mes  da  ei^ljp  ;  4^ 
he  recibíalo  mucho  daño  en  iiu  *qtiedab{^ 
desesperada  tierra,  y  tanto  qué  u^o  to  j^ 
porque  va  creo  está  v.  Sefiíoría  iníórmago 
d3  la.  vida  de  aquí  y  costumbre  de  la  tíení 
tiempo  he  dicho  á  Juan  de  Sie^ura  que  ^x 
der  estos  bastimeatosi  y  salga  de  dios  como 
vaya  de  aquí,  porque  me  parece  que  se  cosb 
bre  ellos  fgue  oauga  demasiados  castos J  y  oon^ 
que  se  ha  tenido  de  la  armada  del  adelantado 
que  viene  á  poblar  lo  que  hay  de  aquí  á  Uk 
del  marqués  don  Francisco  fizanoV  h^IoB 
eooL  subidos  precios ,  y  no  se  ha  vendado .  / 
ellos,  y  agora  que  él  adelantado  es  Uegi^dc^. 
BOSi  de  manera  que  cuando  vengan  á  deq^ 
de,  no  habrá  quien  lostome^  por  habeñi^ 
porque  esta  tierra  no  perdona  cosa  de  lo  q/f^, 
tcaqneno  la  pruebe  (que  no  la  destrum 
vmiiáfk  M  flldo  de  la  cargaason  de  Sanl 
la  de  fiaiíi  Yicmlíe  ^o  se  ba  perdido  i  y  ft 


'*'í. 


>rlo  flerrl- 


io  mrlfl 
no  nene 


>imfi>  qud  htt 
ade  laptlBMni 
'  cataougaxea 
TxeMMoftf  Y, 

yqiw  qnlfln  h» 
s  áránoanago» 
fiial  Antam  MI 

M  hombres  eo- 

le  los  IdteniM 
DmBflsátMM^ 
go  (jtiedflairA' 
arlae:  a61a»Ai- 
rora  hsy  en  1» 
alandQadea ,  y 
7  MCMqaele 
k  cometido,  iwr 
d]iü6ttdo:  D»' 
',0  cte-AIrwadn 
ir  oolirarlogiie 
lor  estar  eouo 
poblactffliei  y 


me  dicen  qn» 
npofuido  á  loa 

08  mnchoaqae' 
ladido  macliM 


si  E*siiRe1Io,  DO  !«' 

Iw  «MqnWMWM 

ftqul  nino,  tan  •! 

]acen)irelo,t!nDd« 
Ibi  &  MjaBl  ni»»,: 
1(HM,  oaatarianM 

qoellOB  p«Uh. 


que  de  todo  iic 

diulopíiplagc 

Undida  Itw  o 

d«IaooaqQisti 
n»4íoa«(wm 

tenlA^do  otnoa 

porniiedioaejQ 

í>  d^  M^  qae  86  ] 
rióos  que  se  fai 
tedM  loa  datos 

tzíbutOBi  y  Otea 
pift&iiio  aowdi 

traefttoa'tíiétBb 

ponqué  IfoUMfl 
menor  la  de  la ; 

aombiaaíddáiM  i 


J 


—  53  — 
pnrezai  este  se  reoojía  proporcionaímente  en  mayor  abim« 
dañóla.  Loa  españoles  introdajeron  mejores  métodos  de 
fándíoioa ;  soplo  mas  poderoso ,  y  sobre  todo  el  nso  del 
azo^ae  para  la  amalgamación ,  á  cuyo  descubrimiento  se 
debe  la  grande  abandancia  de  plata  qne  ha  dado  tanta 
actividad  al  comercio,  y  qne  na  alterado  los  precios  do 
todas  las  cosas. 

Cortos  con  el  ospíritn  activo  y  emprendedor  qne  lo  disv 
fíngaia  en  todo,  trabajó  minas  de  plata  en  diversas  par«« 
tes.  En  Zacatecas,  la  Quebrada  [acaso  Qaebradilia],  Oata 
ricay  laAibamda^  que  ahora  hace  parte  de  la  negociación 
de  Veta  Grande ;  varias  en  Bnlcepec,  Tasco  y  otros  mine- 
rales, formando  haciendas  de  fuüdicion  para*  beneficiar 
ios  metales^  y  tenia  también  caadrillas  empleadas  en  re«« 
cojer  arenas  de  oro  en  las  inmediaciones  de  Tehuantepec. 
JBxistíxk  en  el  archivo  de  su  casa  las  cuentas  de  tod£S  es- 
tas negociaciones,  cuyo  examen  daría  mucha  luz  sobre  el 
origen  de  nuestra  minería.  Por  lo  que  ha  hecho  el  señor 
Deport  de  todo»  estos  documentos  que  le  franqueé ,  ha 
resultado  ya  un  hecho  curioso  y  muy  importante  para  la 
historia  de  la  amalgamación*,  de  que  este  autor  habla  en 
la  apreoiable  obra  que  publicó  en  París  el  año  de  ISá't , 
titulada  :  JDe  laproduccioñ  de  los  metales  preciosos  en  Mé^ 
jico,  considerada  en  su  relaciu7ies  con  la  Geología  ,  laMetdi 
lurgía  y  la  Economía  política,  *'Iío  ijuede  d^jar  de  parecer 
muy  es!crafio,  dice  página  143,  que  el  antiguo  continente 
no  haya  podido  dar  ai  Nuevo  Mundo  algunas  modificaoio- 
nes  útiles  al  descubrimiento  de  Medina,  [1]  que  se  ha  es^ 
tado  practican<lo  durante  casi  tres  siglos,'  sin  que  los  pro- 
gresca  de  la  qutoiica  hayan  producido  en  61  ninguna  va- 
riación notable.  Me  he  convencido  de  que  no  puede  haber 
dispata  sobre  esta  aserción ,  por  el  examen  que  he  hecho 
en  et  archivo  de  la  familia  de  Cortés,  cu;^os  primeros  des- 
cendientes, qne  ténian  el  título  de  marqueses  del  Valle  de 
Oajaoa,  continuaron  el  laborío  de  las  minas  de  Tasco  Ea 
este  archivo ,  que  se  guarda  cuidadosamente  en  el  hospi- 
tal de  Jesús,  laudado  en  Méjico  por  Corté  j,  existen,  muy 
bien  conaervados  varios  cuadernos ,  cuya  escritura ,  no 


[I]  Bartolomé  ds  Mediaa,  minero  de  Pachaca,  destmbrió  el  beneficio  llama- 
do  ds  pliUo  d  amfttgAmacioi  con  azcgae  por  el  año  do  1037,  J^a  l^U^  j^  ü^biji 
mi  iSactiCocav  <fó  kacisndaH  en  qae  t  alo  m^^todo  ee  argaia. 

D]BBBTACIO|VKS»«-TOMO  n.*->7 


-84-  '  ' 

obstaate  la  mnltitad  de  abreviataras^  oon  un  pooo  de  es- 
todlo  ea  muy  inteligible,  para  todo  el  qae  est^  familiari^ 
zado  oon  la  lengoa  eapa&ola.  Por  deagrada  estos  dooa^ 
mentoa  no  sesigaen  anos  &  otros ,  y  por  esto  á  pesar  de 
mi  deseó,  me  ha  sido  imposible  saoar  de  ellos  notidtf 
bastante  completas,  para  calcular  los  costos  que  tenii  A 
laborío  de  las  minas  ó  la  amalgamación  en  aquella  época» 
pero  si  he  tenido  la  satisfacción  de  hallar  datos  nnméri" 
fíos,  que  no  dejan  duda  ninguna  acerca  de  la  ley  media 
de  los  minerales  que  entonces  se  beneftoiabay  y  de  la  €an>« 
tidad  de  azogue  que  de  perdía  por  cada  marco  de  pbtai 
Hé  aquí  el  resumen  de  los  docnmentos  que  lie  exautína- 
do,  y  cuyas  fechas  van  desde  1570  &  1585.  Los  mloenta 
beneficiados  fueron  2370  quintales ,  ó  lo  que  es  lo  miíBO, 
237,000  libras,  que  produjeron  772}  marcos  de  plata  con 
pérdida  de  5S1  libras  de  azogue ;  y  siendo  el  peso  de  ni 
marco  de  plata  igual  á  mecfia  libra ,  se  ve  por  esto  qoelí 
plata  sacada  es  al  peso  del  mineral  como  16  á  10,000 ,  j 
que  la  pérdida  de  azogue  correspondiente  á  Í2  onzas  pñ 
marcOf  proporciones  exactamente  las  misma  que  se  ob« 
servan  en  los  minerales  y  en  la  amalgamación  en  laépo* 
ca  actual. 

;;:!^Es  muy  notable,  en  efecto,  que  cuando  en  las  artes  to* 
dos  los  primeros  pasos  son  dudosos  y  los  prooedimieutoi 
imperfectos,  mejorándolos  el  tiempo  y  la  experiencia,  ei 
la  del  beneficio  por  patio  estamos  hoy  ^n  el  mismo  paato 
en  que  éste  se  hallaba  cuando  se  descubrió,  y  que  las  hs- 
ciendas  de  Zacatecas  en  que  hizo  sus  experimentos  el  se* 
flor  Duport,  den  al  cabo  de  trescientos  años  los  misaioi. 
resultados  que  se  deducen  de  las  cuentas  de  las  de  lafií- 
milla  de  Oortés,  en  los  dos  puntos  capitales  de  la  ptstt 
producida  y  pérdida  de  azogue*  Pero  si  en  cuanto  á  la 
esencial  de  la  amalgamación  nada  se  ha  adelimtado,  lü 
debemos  por  esto  figurarnos  que  los  establecimieütos  le 
una  y  otra  época  tengan  entre  sí  mucha  |aemejan2a:  loi 
Ael  tiempo  de  Cortés  eran  sin  duda  una  cosa  n^uy  en  pe> 
quefio  y  muy  distante  de  la  extensión  y  magnifícencia  qnfl 
vemos  en  las  minas  y  haciendas  de  nuestros  diaa.    EM 
se  demuestra  por  las  mismas  cuentas  á  que  me  he  referid 
do,  pero  las  utilidades  debían  ser,  sin  embargo,  nuijoit^ 
pues  además  de  que  todos  los  electos  de  que  hace  oso  í 
miseria  eran  mas  baratos,  en  minas  saperflmaleB, 


—  55  — 
tas  gttieralmeute  en  loa  crcatones  miBouN»  de  las  vetas  y 
trabi^adM  á  ta^,  eran  muy  oortos  los  gastos  de  ademe  y 
.de  desagüe  y  para  dieminair  estos  tltitnoa  Oortés  hizo 
aso  de  bombas  ea  sos  miaas  de  Tasco.  Probablemenie  es- 
tas bombas  no  eran  mas  qne  de  mano ,  como  las  que  se 
usan  en  los  buques  9  pero  este  ensayo  imperfecto  de  la 
maquinaría  que  despnes  se  ha  establecido ,  es  el  primer 
paso  que  se  dio  en  el  nso  de  esta  en  las  minas.  Bn  el  la- 
vado deloro  en  las  cercanías  de  Tehoantepeo,  las  ntilida- 
des  eran  sin  duda  muy  cortas ,  pues  por  la  cuenta  que  se 
hquidó  con  Onstóbal  de  Molina ,  mayordomo  de  este  ra«. 
mo,  en  28  de  setiembre  de  1643  y  se  ve  que  todo  lo  que  se 
habia  reoojído  con  la  cuadrilla  del  mismo  mayordomo,  en 
los  seis  meses  corridos  de  1?  de  enero. á  flo  de  jumo,  fue- . 
ron  644  pesos,  de  qne  se  pagaron  9á  citado  mayordomo 
por  la  7^  parteqne  tei\ia de  partido  y  por  el  sueldo  de  nn 
dependiente  80  pesos  7  reales,  y  oon  las  otras  dos  cuadri- 
llas que  estaban  á  cargo  ^e  otro  dependiente,  lo  recojido 
en  el  mismo  ti^npo  fueron  solamente  740  ps. :  estos  oor- 
tos productos  hicieron  .desde  luego  abandonar  este  ramo, 
y  de  entonces  acá  las  especulaciones  w  minas  de  oro  en 
Oajaea,  han  sido  rara  vez  felices. 

Atendiendo  al  número  de  variedad  de.  negociaciones 
qao  Oortés  tenia  á  un  tiempo  en  actituil ,  no  es  extraño 
qoe  estuviese  tan  freeuentemei^to  en  di&oultades  de  di^ 
nero^  pues  debia  ser  necesario  mucho  para  atender  á  toa- 
das. Su  viaje  á  Espafla  en  1510  debió  causar  mucho  atra- 
w)  en  todas  estas  empresas,  pues  aunque  en  su.  testamen- 
to se  manifiesta  satisfecho  do  los  dependientes  que  habia 
dejado  encaijgados  de  oll^s ,  y  recomienda  á  sus  albaoeas 
en  las  refpectivas  administraciones,  no  podía  menos  de 
resentirse  una  máquina  tan  complicada  de  la  falta  de  la 
.  cabeza  que  todo  lo  dirigía.  Esta  ausencia ,  que  Cortés 
creía  seria  corta,  se  prolongó  hasta  su  muerte  [1]  j  y  no 
pnede  dndaorse  que  esto  fué,  como  Oortés  sospechaba,  e- 
feoto  de  la  desconfianza  con  que  Oárlos  Y  le  veia,  estan«« 
do  sin  duda  resuelto  á  no  dejarle  volver  á  Méjico.  Esto  y 

(i;  Qibivndo  dicho  en  la  qaiñu  dijertaiioo,  folio  2<^.  la  caía  y  caDe  en  que 

CortáaoaeI6dnMMÍaIUn,  xkod^bo  omitir  igoaleB  notfciaf  reepeeto  al  día  y 

etia  on  qne  marió:  está  fué  la  del  iarado  Jaa1l^Bodrígael    en  la  calle  real  da 

CMtillajade  laCoeeU.  y  el  día  3  de  diciembre  de  15i7  90  que  falleció,  eaj^ 

aquel  a&o  en  e&bado. 


—  56  — 
sa  imaginaoion  qae  le  llevaba  siempre  á  grandes  cosas,  le 
hizo  morir  engañado  sobre  el  estado  de  su  fortuna,  y  ha- 
cer un  testamento  que  no  se  podía  cumplir  por  no  quedar 
caudal  senciente  pam  ello ,  que  fué  causa  de  las  dieea*< 
sienes  que  estuvieron  á  punto  de  suscitarse  en  su  familia. 
Por  el  instrumento  de  erección  del  mayorazgo,  fecho  en 
Ck>lima  en  O  de  enero  de  1535,  quedaron  comprendidos 
en  el  vínculo  todos  los  bienes  que  Oortés  poseía,  pues  no 
solo  se  espeoiñoaron,  como  haciendo  parte  de  dicho  ría* 
culO|  mny  menudamente  todos  los  que  constituian  la 
merced  que  se  le  hizo  por  el  emperador  Oárlos  V  ,  sino 
que  por  una  cláusula  general,  se  hizo  ejctensivoá  ^^todosjos 
juros,  derechos  y  acciones  que  tenia  y  pretendía  tener , 
por  cualquiera  vía,  desde  la  mar  del  Í!Torte  á  la  mar  del 
Sur,"  y  además  se  estableció  que  estos  bienes  no  se  pu- 
diesen separar  del  vinculo,  ni  en  todo  ni  en  parte  *^por 
ninguna  causa  pensada  ó  no  pensada ,  ni  por  causa  de 
dote,  ni  cautiverio,  ni  por  otra  razón  mas  pía."  Ko  habi% 
pues,  bienes  libres  de  que  disponer ,  pero  ocurría  una  di. 
ficultád  todavía  mas  fuerte.  La  licencia  para  formar  e\ 
mayorazgo  se  habia  dado  al  marqués^y  ala  marquesa; 
pero  la  erección  se  había  hecho  por  solo  el  primero  [1], 
sin  contar  con  la  segunda,  que  era  dueña  de  la  mitad  de 
todos  los  bienes,  como  gananciales  durante  eljmatrimonio. 
La  marquesa  viuda  se  opuso,  pues,  al  cumplimiento  de  un 
testamento  que  la  privaba  de  sus  bienes ,  y  en  que  no  se 
dis  ponía  otra  cosa  con  respecto  á  ella,  sino  la  devolooioa 
de  diez  mil  ducados  de  su  dote,  y  pidió  se  declarase  nulo, 
así  como  también  la  erección  del  mayorazgo,  y  que  b*% 
demás  se  le  reintegrase  de  la  mitad  del  importe  de  todas 
las  deudas  anteriores  al  matrimonio,  que  habian^sido  pa- 
gadas  con  los  frutos  habidos  durante  éste.  Bran  incontes» 
tables  las  razones  de  la  marquesa  doña  Juana  de  Záftígay 


(l)  BueljnBtrnnAntodoeTdooiondtolmayoraago  >e  ex^retaa  cnUfla  erta 
Ta9  armaB  propiaadd  las  famiiiae  do  Gortó«  y  Altamirano ,  lo  qae  pnieba  que 
ambas  eran  nobles.  Las  primeras  eran  cuatro  barras  ooloradas  en  eampo  do- 
rado, la  orla  azul  con  ocho  cruces  dejSau  Joan  blancas :  las  segundas  diea  ro- 
bles acules  en<}ampo  blanco,  la  orla  colorada  con  cuatro  aspas  de  San  Audrér 
Los  yarones  preferían  en  el  orden  de  la  gacesion ,  y  á  falta  de  sus  hQoa  <^  hi- 
las l^íUmoa,  llama  &  los  hijos  naturales  lejitfmados,  eiendc^  el  pr'^erQ  ^neeta 
|i|iei^doQ  SlarUsí  Ugo  d9  dolía  U^ú)^. 


N 


-67-     ^ 
tOMlacUula  esta  sefiora  á  Éspalia  cpn  mb  hijas,  don 
PéÉW  de'Qnzmaiiy  daqae  de  Mediáa  Sicloiiia,  por 
7  veteciones  inmediatas  de  parentesseo  y  kizo  se 
611  Sevilla,  en  20  de  setiembre  de  1550,  nn  oon<^ 
éb  Inóaaoeion,  por  el  caal  la  expresada  señora  mar*'' 
k»  nnnnciando  á  todos  9ns  derechos,  mediante 
m  antial  sobre  las  rentas  del  mayorazgo  de  20 
|4Íe|4o8  [1]  para  sos  aumentos,  qninientos  para  los 
ío  el  padre  fray  Antonio  de  Záfüga,  religioso 
y  la  fiAcaltad  de  disponer  á  sa  fallecimiento  de 
y'enatro  mil  ducados ,  en  beneficio  de  su  alma  ó 
íMjaSy  isonfirmd  y  revalidó  el  mayorazgo ,  y  ocmein- 
r^lM  eomplimiento  del  testamento ,  en  lo  que  en  é\  se 
enonto  &  pago  de  las  dotes  de  dichas  sus  hijas, 
fteuisaocioni  celebrada  con  todos  los  requisitos  lega« 
l^iotMida  por  la  autoridad  judicial,  y  confirmada  por 
'  íT  Oáxlos  y ,  ha  sido  en  adelante  la  basé  de  la 
enfaireasa. 
ífandadones  piadosas  de  Cortés,  según  expresa  me- 
en sa  testamento,  fueron  además  del  hospital 
ji  ftoUma  Oonoepcion ,  que  tenia  comenzado  en  gn 
VI  eenventa  d&  monjas  de  la  Oonoepcion  en  Goyca-- 
fSaja  iglesia  señaló  para  entierro  suyo  y  de  su  fami^ 
it  VB  ecleglo  en  la  misma  villa,  con  el  objeto  de  formar 
íá  flúBístros  de  la  religión^  <^para  que  hubiese  personas 
\m,  la  Nueva-Bspaña  que  rijan  las  iglesias ,  é  in^ 
é  instruyan  á  los  natnralesde  ella  en  las  cosas  to  - 
á  nnestrasanta  fé  catóUca.'^  Para  la  construcción  de 
íestiableeientos,  dejó  señaladas  las  fincas  que  espre^ 
varias  cláusula  de  su  testamento;  pero  como  lo  que 
HRitaban  cupan  solo  cuatro  mil  ducados,  la  verdadera 
esnaístia  en  el  remanente  de  '.los  diezmos  y  pri- 
de  los  pueblos  de  sus  estados,  deducidos  los  gastos 
k  «fauiídslraoion  de  aacramentos  y  culto  j  cayo  rema« 
"^  distribuyó  en  la  cláusula  1&  del  testamento^  asig«' 
la  mitad  al  colegio  I  y  la  otra  mitad  por  partes 
satoonvento  y  iiospital ,  y  se  echa  f ádlmente  da 
f9i»dlaa8i|:naeioB  de  651  pssos  3  reales  seis  octavotf 
'   ,qne  m  lo  que  vtfen  losmil  ducados  señiaBdoBaí 
wbra  las  flnoaa  de  la  capital » otro  tanto  al  aon^ 


—  58- 
veskto  de  moolGMi  y  1,102  pesos  7  reales  al  oolegiOi  eca  iik 
snfloiante  y  aan  ridioala  para  la  manatencioii  de  efibop-it 
tableoiiiiientos ,  y  que  por  lo  mismo ,  nonoa  pado¿ 
en  la  imaginación  del  f  andador,  que  en  eso  solo  mi 
BU  f undaoiont  era  muy  suficiente  y  aun  sobrada  la  úm.\ 
diezmos  y  primicias  de  las  haciendas  y  pueblos  á»i 
gran  parte  del  valle  de  Méjieo  y  de  los  de  Oalaca^ 
oa,  Ouemavaoa^  Ouáutlaj  con  las  tierras  de  Chaco  , 
tía  y  Tehoantepec ;  pero  esta  dotación  faltó  ent 
habiendo  declauado  el  emp^ador  sin  efecto  la 
concesión  del  patronato  de  los  pueblos  del  seño 
los  diezmos  y  primicias  $  que  Cortés  habla  obí 
Papa  sin  su  permiso  y  mandó  que 'se  recojiesey 
al  consejo  de  Indias  [1]. 

La  falta  de  esto»)  fondos  hizo  del  todo  impostblp,! 
fundaciimesi  no  obstante  lo  cual  por  p^lte  de  la  «  ' 
aplicaron  á  su  objeto  las  Ancas  designadí^i  pw^; 
dor,  empleanda  todos  BUS  lendipúentos^en  la 
mantenimiento,  del  hospital,  prefiriendo  terminar  y  • 
al  cabo  lo  que  estaba  ya  comen;sado  y  era  de  may< 
dad :  mas  esto  se  consideró  mas  bien  como  un  aoto 
peto  á  la  memoria  del  fundador,  que  como  un  d^ 
estuviesen  ligados  sus  Bucesores.  Así  lo  espuso  á¿k 
OortóSi  IV  marqués  del  Yalle ,  '^^  limo.  Sr. 
Francisoo  Manso  y  Zúiiiga,  cuando  este  le  requirid' 
cumplimiento  de  las  f  undaciodes  piadosas  de  su 
don  FernandOi  manifestando  que  no  había  habido 
tad  en  éste  para  segregar  del  mayorazgo  los'  biaw 
destioó  á  la  dotación  de  estas  fandacioneSi  por  lo 
vez  de  haber  derecho  alguno  para  obligarle  á 
tenia  para  exijir  la  reincorporación  de  los  ~ 
mente  desmembrados  del  vín^o,  lo  que  no  habiaai 
su  padre,  su  hermano,  y  el  mismo  don  Pedio,  f 
var  una  obra  pía  de  tanta  predilección  para  su 
de  tanta  utilidad  en  la  pouaoion;  cuyas  raeoMay 
miii  que  se  expusieron  en  aquélla  vez  9  hici 
fior  arzobispo  desistiese  de  su  intento.  Desde  avuLI 
po  todos  los  seOores  sucesores  en  el  título  y  aaag 
han  aplicado  flelUnente  al  fomento  del  hospital  el  _ 
to  de  todos  los  bienes  designados  para  este  ol)|etovyl 


(1]  Htrrm  Deci  V|  Ub.  8?  €ft^  SP  Vá8tiiiOTiorMipfg,66^.oi4lMBl1 


-és- 
tos han  aumentado  de  sus  propias  rentasi  como  lo  hizo  el 
'  señor  daqne  don  Diego  Muia ,  abuelo  del  actaal ,  quien 
iiabíéndose  sacado  de  su  caja  68^51  pesos  4  reales  11  gra- 
nos,  para  el  reediflci9  de>  las  casas  que  el  hospital  tiene 
en  el  Empedradillo ,  en  los  afios  de  1757  al  de  176t ,  en 
oarta  de  2  de  abril  de  1770  dispuso^  que  de  esta,  suma  so- 
■  lo  se  le  ^integrase  la  mitad,  cuando  el  estado  de  las  ren-* 
\  tas  del  hospital  lo  permitiese,  y  sin  cargar  en  el  entretan- 
to réditos  algunos,  cediendo  la  mitad  restante  que  asoen« 
dio  á  34,125  pesos  6  reales  5^  srano&¡en|beneficio  de  aque- 
lla casa  de  caridad,  cuyo  actode  generosidad  motiTa  di- 
ciendo qui9  lo  hace  ^'no  solo  por  ser  una  obra  tan  piadon 
la,  sino  también  porque  no  quiere  que  los  pobres  sean 
privados  del  alivio  que  en  sus  enfermedades  tienen  en  di- 
dio  santo  hospitaU' 
Uno  de  los  literatos  mas  célebres  de  que  nuestro  país 
;  se  gloiía,  don  Oárlos  de  SigUenza  y  Góngora,  me  ha  pre- 
'  eedido  en  la  historia  y  descripción  que  voy  á  hacer  de  es^ 
JjHbospital.  Hacia  el  año  de  1663  la.publicó  con  el  título 
jk,  Pieiad  heroica  de  don  Femando  Oortét ,  marqués  del 
^Talfo[l],  y  este  opúsculo  ha  venido  á  ser  tan  raro,  que 
'  iQMo  no  ewte  mi^  ejemplar  que  el  fragmento  que  yo 
rMseo,  pues  el  seflor  Beristain ,  diligente  indagador  de 
l^ros  antiguos  [2J,  dice  en  el  artículo  respectivo  de  su 
V'^Moteca  iMjioana^  no  lo  había  visto ,  y  ae  refiere  á  Oa. 
^1»iera,  quien  en  su  Escudo  de  armas  de  Méjico ,  asegura 
^liaberse  impreso;  y  habiendo  tenido  á  la  vista  aquel  au« 
g(or  libros  y  documentos  que  ya  no  existen ,  me  serin  de 

(1)  Km  J*  mote  en  aquel  tiempo  dar  tfln)OB  muy  pompoeoí  á  los  libros  y 
I  C&^Um  ds  Sigüeosa  tifoio  el  nso  de  sa  sifflo,  rayando  4  veces  eu  la  extra  - 
[«oda.  El  poema  qne  compORO  ea  elogio  de  San  F/anolaeo  Javier,  i«pr« 
usoiesde  la  mtiert»  det  autor,  se  titalabai'*  Oriental  planeta  eYAgóllro/' 
tmiifinas  de  saa  obras  tenían  tftnlos  por  cite  estilo,  tiran  pérdida  hm  tido  el 
'  toaaervarJas.  pues  apenas  qaedan  a^gunaa  oe  lasqne  f  stribió,  y  por  des- 
^  ias  predidae  debisn  ser  las  mas  iiB])ortautes  pura  la  hiittria  nacional . 
las  B»tae  4e  ploma  qtk«har  en  el  f  jemplar  qne  jo  tengo,  t  nae'eom- 
k parte  de  lo  qne  f Alia  oe  lo  impreso,  ¿n  la  citada  obia,  "flfidadad  he 
letc"  los  manuseritofl  de  Sígüenza  estaban  sn  la  librería  de  la  Profea^ 
»yn  no  se  encnentian  en  ella. 

r 

l\  Demaaíado  diligente  por  de s|gii»ei«.  pnes  el  haberse  llevado  á  sn  cesa 
IB  las  obras  rara  que  habia  en  la  Biblioteca  de  la  universidad  j  otms,  pn- 
ceserleirla  citada,  ha  sido  hi  cansa  )de  qoe  se^oierdan;  potqne  habiendo 
fadseUo  rapanUoRmente.  y  no  üabióndosf*  euidaao  ds  reeojariai,  se  ezira< 
llaronj  dn  qne  ha|a  quedado  mas  qoa  la  noticia  de  alias. 


-^  60  — 

mucha  atilidad  para  lo  que  voy  á  decir,  las  netidis qi 
oa  obra  cootiene. 

Oaáudo  86  hiciese  la  f  andacioiiy  no  se  sabe  coa  pnidK 
lídad.  SJgiieBKa,  con  varios  docamentos,  y  sobes  todo. 
laaatoridad  déla  Bola  en  que  se  coiicedió  ^OscftCi 
[>atTonato,  qae  es  del  aüo  de  1329,  se  esfaena 
qoe  fué  anterior  al  afio  de  1528,  pero  lo  foé  tauis^  qps 
el  libro  de  cabildo,  en  el  afio  de  1521  se  habla  ya  Á 
hospital,  pues  en  el  que  se  celebró  el  día  26  4^ 
aquel  año,  para  demarcar  el  solar  que  para  flií 
se  le  dio  á  Hernando  de  Salazar,  se  dice  qae  foé  * 
las  casa  de  Alonso  de  Grado,  que  es  al  presente 
y  que  este  fuese  el  Jesús  no  hay  dada  en  ello^ 
incontestablemente  el  primero  que  hubo.  De^de 
del  mencionado  cabildo,  la  situación  de  los  solfsea 
fueron.dando  en  aquellas  inmediacionea,  se 
relación  al  hospital.  Su  fundación  fué ,  pnesi  cjl 
de  los  tres  afios  primeros  inmediatos  í^  la  mrntxmiÉa^ 
ta  antigüedad  basta  para  hacerlo  uno  de  IdÉ 
tos  maa  venerables  de  nuestro  país.  Tampoco 
en  que  el  año  de  1535  estaba  ya  construida  la 
las  enfermerias  que  mira  al  Oriente  y  corre  áe.! 
Sur,  desde  la  esquina  que  hace  frente  á  la» 
condes  de  Santiago,  hoy  residencia  del  gobi 
tamental,  hasta  terminar  en  la  de  la  calle  del 
San Dimas ,. pues  asilo  testificaba  uoa  ioscí 
habia  en  una  piedra  de  cantería  sincotel  de  vac^kjpf 
en  cuadro,  embutida  en  la  pared  de  la  esqain*  al 
con  vista  á  la  plazuela  de  Jesús,  donde  airvl6"d 
tiempo  de  antepecho  á  una  ventana  gótica  que  wÉL 
en  la  esquina  misma,  con  nn  arco  á  cada  iadot, 
do  tiU  cerramiento  por  nn  pilar  que  descansaba  "i 
mencionada  lápida.  La  inscripción  decía ,  en 
góticos,  pero  muy  inteligibles:  Dkgo  IHnz 
nación  portugués^  hizo  esta  venUma^  aüo  de  153o» 
tana  se  cerro  el  afio  de  1800,  en  que  se  levanta 
Ha  cabecera  del  edificio  desde  sus  cimientos » 
se  maltratado  mucho  por  efecto  del  terrible 
tierra  ol  día  de  San  Juan  de  Dios  de  aquel  s9é| 
lápida  permaneció  en  su  lugar  hasta  el  de  1833^ 
se  quitó  y  d^struyó^  habiéndose  hecho  varias  obi 
edfiolOi  destinado  entonces  ¿  colegio. 


—  61  — 

£1  dtto  oAé  ootipa  el  hospital  se  llamaba  antes  de  la 
eoogoiste  JMMOm^  y  era  liimoso  por  un  saoeso  eztraor- 
diiuffio  aoonteoido  en  él.  Bl  emperador  AJbMátmoÜ  hiso 
QondQoÉr  á  la  dudad  por  ima  atargea  ^  feayñ  ruinas  dice 
SigUeiua^  qne  se  velan  en  sn  tiempo)  el  agua  déla  fuen- 
te de  Aoueoitexeo  inmediata  á  OnyoaeaD,  la  cnal  rebosó  en 
estepanóeoon  tal  ezoesoiqne  oansólona  grande  anegadoa 
es  Is  dudad,  con  macho  extrago  de  sns  edifldos  y  hafai«« 
tantesi  y  eomo  esta  agoa  no  era  ni  es  eandalosa,  tal  aae- 
jucion  ae  atribuyó  á  una  causa  maravillosa  y  arte  diabó" 
Boa.  Sigüensaoita  ^a  historia  de  los  mejicanos  que  es- 
ófibió  don  Humando  de  Al  varado  Teaosonoctzin ,  hijo 
del  emperador  OuitlahuataEin,  sucesor  de  Mootesunia,  on>> 
'  ya  obra  tenia  manusorita  en  su  librerían,  y  encella  se  re* 
toe  este  snoeso  en  él  cap.  ^2^  íól.  113  (1> 

Es  probable  que  Alonso  de  Orado  nada  hubiese  edifl* 
osdo  en  él  terreno  que  ahora  ooupa  el  hospital  en  él  cosn 
to  tiempo  que  lo  poseyó,  ni  se  sabe  desde  cuando  se  le 
dió/ni  que  extendoa  tenia,  no  existiendo  las  actas  de  los 
aabildos  que  se  celebraron  en  Ooyoaoan ,  pues  la  i^nmoea 
4Qe  consta  en  el  libro  del  ayuntanúento  es  la  de  8  de  mar • 
so  de  152éj  es  sin  embargo  verodmil  qne  se  le  diese  muy 
inmediatamente  después  de  la  conquista,  pues  4a  calle 
qne  ahora  se  llama  del  Bastro,  j  que  en  aquellos  tiempos 
tenia  d  nombre  de  Istapalapa ,  &  la  que  cae  el  frente  del 
hospitol,  era  entonces  la  prindpal  de  la  dudad,  y  por  ló 
mismo  se  apresuraron  &  tomar  solares  en  ella  los  oon«« 
quistadores  mas  distinguidos ,  entre  los  qne  se  contaba 
Alonso  de  Grado*  Por  esto  estableció  su  casa  en  ella  don 
Pedro  de  Alvarado,  y  mas  addante  se  edificaron  las  de 
los  cmides  de  Sanüago,  y  de  los  marqueses  de  Yillama- 
yoTp  que  pertenederon  en  seguida  á  la  condesa  de  PeSal- 
ba;  estos  dos  últimos  títulos  y  familia  están  extíngnidos 
hace  tiempo. 

Oortós  destinó  para  su  fandadoh  la  mansana  entera 
que  hoy  ooupa  la  iglede,  d  hospital  y  otros  edificios  per. 

.  [1]  Efeta obra  atoríUi  por  «1  afio  de  1598  tenia  doe partes:  la  1?  contenia  ir^ 
Ápitaloe  y  trataba  de  loe  tiempoi  de  la  ^eatUidad  de  lo 8  mejioanee  hMta  le 
Tenida  de  Con  éi.  La  2?  era  relativa  ala  oonqnlsta-ClaTíjero  la  vio  en  la  bl- 
blioieea  Sel  eebjio  de  loafeenítaa  de  San  Pedio  y  ean  Pablo,  y  Botmini  tam- 
biM  tOTO  eonoeta  lento  de  cSa.  Al  prea^teae  existe,  y  todoe  estol  tesores 
Matteiece  de  eaparefllsTOii  een  loe  Jesaitae. 

9ISXBTAeiONB8.-r-70M  11.— 8 


—  62  — 
teneoiente  á  esto.  Oomprende  sa  área  onoe  mil  noyeden- 
tos  y  oaatro  varas  ooadadas ,  por  se  noventa  y  tres  las 
qae  tiene  de  extenñon  el  frente  de  Korte  á  Snr,  y  dentó 
veinte  y  oeho  el  oostado  de  Oriente  á  Ponientes  Bl  firento 
mira  á  la  plasnela  de  la  Paja,  que  es  nna  oontbmaoiMí  y 
amplúAoiou  de  la  calle  del  Kaatvo :  por  el  oostado  áA  Sor 
seterminaoon  la  calle  por  donde  antígnamenteoorria  una 
acequia,  qne  por  la  calle  de  la  puerta  falsa  de  la  Meroed, 
neaia  atravesando  dos  man)Banas  de  casas  á  salir  á.la  es 
qnina  del  Puente  de  San  Dimas  y  desde  aqnf  seagaido 
porentre  las  casas,  pasaba  por  la  calle  del  pnente  de  te 
Adoaaa  Vieja ,  ]f  terminaba  tras  de  Regina ,  en  la  del 
puente  de  Monzón,  por  el  cual  iba  á  reunirse  con  otra«- 
Por  el  Poniente  y  If  orte  Umitan  el  cuadro,  la  ealle  cetra* 
da  de  Jesui»  :y  la  plazuela  en  que  está  el  meieado  que 
es  proj^iedad  del  hospital ;  por  cuya  raaeon ,  y  la  de 
pagar  censo  al  mismo  hospital  algunas  casas  de  Isa  calles 
veolnas  por  el  terreno  sobre  que  están  tabricadasi  se  pue- 
de presumir  que  él  que  se  tomó  en  su  printípio  f aé  mayor 
que  el  que  ocupa  efectivamente  ahora. 

La  dispocásion  del  ediñoio  pareee  haber  sido  desde  sa 
origen  la  misma  qne  ahora  tiene^  pues  casi  todas  las  pa- 
redeason  antiguas,  sin  que  se  advierta  alteración  nota- 
ble en  ellas.  Bb  muy  probable  que  el  plan  lo  formase  Pe« 
dio  Yazqnez,  ouya  profesión  de  geómetra ,  dio  sin  dnda 
motivo  4  que  en  la  cláusula  octova  del  testamento  de 
Oortés  se  le  llame  Jumétrioo ,  por  error  de  los  oopianteSi 
en  vea  Geométrico,  como  corrije  faigiienza,  pues  por  coos* 
tandas  qne  este  vio,  residía  en  Méjico  en  el  año  de  1528, 
y  Oortés  en  la  reterida  cláusula  dice  expresamenie ,  qne 
la  obra  estaba  trazada  en  ia  manera  en  que  manda  se 
concluya.  Esta  disposición  es  mu/  bien  entendida,  por  la 
üadlidad  qne  ofrece  para  el  cómodo  é  independiente  ser- 
vicio de  todas  las  ofleinas»  Las  ealas  de  enfevmería  for* 
man  nn  cmoero,  renniéndose  como  punto  central  en  la  ea* 
pilla,  para  que  los  enfermos  puedan  oir  misa  con  la  de- 
bida separación.  Las  habitaciones  de  capellanes,  &oalta- 
tivos  y  enfermeros,  independientes  entre  sí,  se  comunican 
iádlmente  con  la  enfermería ,  y  la  iglesia¡8eparada  de  co- 
do, solo  tiene  por  el  hospital  las  entradas  precisas  para  an 
servido.  Por  esto  deoia  don  Oárlos  de  Sigiienza  en  la  obfa 
citada^  que  <^  disposición  de  esta  fálnica  era  nna  deiks 


V 

I 


\ 


—  «3  « 

MM  iaflignes  o<m  que  cíe  ennoblecía  Méjioo^"  lo  cual  era 

MiQ  mas  cierto  en  aqnel  tiempo  que  el  noestEro^  poes  deade 

aqiietla  época  ae  han  construido  tantoa  y  tau  magnifioos 

ediftdoB^qoe  han  hecho  decir  á  nn  viajero  inglóa  que  Mé- 

jieo  es  una  dodad  de  palacios.  Postoionnente  se  han  hes 

cho  algauas  alteraoiones  en  la  planta  primitiva^  y  por  ser 

demaiado  fria  para  los  eafcrmos  la  onadra  grande  que 

oorre  ds  Oriente  á  Poniente,  se  ha  destinado  á  otroe  nt^os, 

xednciendo  las  enfsr Aerías  al  ícente  que  mira  al  Oriente. 

Ifos  materiales  que  se  emplearon  en  la  oonstrucoion  fueron 

^Montle  roetieado  en  todas  las  paredes,  y  piedra  dé  can- 

tttla  en  lasbioc^taa  y  demás  adornos  de  arquiteetüra  »laa 

moteas  dalos  techos  de  las  salas  de  enfarmecba^  tanto 

n  el  púo  bajo  como  en  el  alto,  sonjtiennoflas  Tigaa  de|oedro 

de  doce  y  oatoroe'  varas  de  largo,  y  media  en  onadso  de 

Sroeso,  qoe  jse  oortaron  en  la»  lomas  de  Taoubaya,  que 

^DtonoBS  se  llamaba  Atlacabuye^  [despnes  se  d^  Ataen- 

l^aya,  de  donde  se  formó  el  actual  nombre]  qae  pertene- 

^  al  estado  y  marquesado  del  Valle.  Bn  la  Gonatraoekm 

ie  eometíó  el  error  de  dejar  bajo  el  piso,  porque  entonoeá 

ao  se  órela  qae  hubiese  de  sufrir  tanto  ¿L  de  la.ciudad^  y  lo 

miaao  se  observa  en  todos  los  edificios  antiguos ,  de  que 

procede  hayan  quedado  muy  bajos  y  casi  inutilizados  sus 

furtos  inferiores ,  y  que  en  los  patios  del  hospital  baya 

fiído  menester  quitar  las  columnas  que  habia  en  los  bajos, 

<^yas  bases  estaban  soterradas,  sustituyendo  en  su  lugar 

Bu  cuanto  á  la  iglesia,  el  fundador  dejó  prevenido  en 
Ift  efánsola  octava  de  su  testamento ,  que  se  acabase  oon- 
finrme  á  la  muestra  de  madera  que  tenia  hecha  el  mismo 
Pedro  Yazqueas,  de  quien  se  ha  hablado  arriba ,  ó  según 
la  traza  que  diese  un  escultor  mandado  por  «él  mismo  con 
^cste  objeto  en  el  alio  de  1547  que  fué  el  de  sn  muerte-,  pe- 
ro entre  tanto  se  acabó  la  obra  que  tardó  mucho  ,  según 
Inego  veranos ,  sirvió  de  iglesia  la  que  fué  luego  Santa 
Aenela  j  estaba  en  el  local  quefahora  .ocupan  la  botica  y 
ms  oftcinaBí  bajo  la  capilla  y  parte  de  la  sala  grande  de 
la  enfermería.  Bsta  fué  probablraiente  segunda  iglesia  de 
Kéjioo^  pues  debe  creerse  que  antes  se  estableciera  la 
parxoqni»  que  se  formó  en  la  plaza,  dentro  del  recinto  del 
lemplo  mayor,  que  sirvió  por  mucho  tiempo  para  la  ad- 
ninistcaoion  de  los  sacramentos ,  pues  aunque  el  pa** 


—  u  — 

die  Torqnemada  ixreto&deqiie[lapriiiieniJiiéB.Fna« 
daoo,  y  que  se  edifioó  en  el  lagar  en  qae  estft  áhma  li 
catedral,  esto  lo  oonteadiooa  loa  dooamoatoa  iaoonteibi' 
bles  de  qae  haré  oso  ea  otro  lagar  f  no  aleado  de  idagol 
modo  probable  qae  Oortte  t  qae  había  hedho  eetableoé 
ima  oapiUa  i>ara  la  celebraoion  de  los  divinos  ofloioB  ea  tf 
templo  de  HaitBlopoohÜiy  antes  de  la  oonqnista  de  la  eié' 
dad)  dcrjase  á  esta  por  varios  años  siniglesiai  hasta  lavi^ 
niüa  de  los  franoisoanos. 

frésame  Sigüensa  qae  el  hospital  estaro  en  sa  printfv 
pió  6  oargo  del  padre  fray  Bartolomé  de  Olmedo.  pJMqas  ^ 
Bemal  Días  del  Castillo  en  el  oapítalo  170  de  «oaUataMí  i 
dice,  baldando  de  Oortés,  qae  ^^estaba  siempre  enMsdtaiíi^ 
do  en  la  eiadad  de  Migico ,  qae  faese  may  poblada  dalÉ* 
natoralesmejicaaos,eomo  de  antes  estaba... I»  yqnaái^^ 
la  poUaoion  de  los  espafioles  taviesen  hechas  igtoste  , 
hospitales,  de  los  oaales  caidaba  como  snperíor  y^nMb' 
rio  el  boen  padre  firay  Bartolomé  de  Olmedo «  y  IuMbíII' 
mismo  recojidoen  onhosiñtal  todos  los  indios 
y  los  coraba  con  macha  caridad^"  y  qae  esto  hosj^tsl ' 
se  el  de  Jasas,  lo  confirma  por  expresarlo  asftamT^ 
padre  ftay  Francisco  Pareja ,  en  el  capf talo  15  d^ 
1?  de  sa  Créniéa  de  la  proTincia  de  la  Merced  de 
Bspafia.  Esta  opinión  de  Sigüensa,  apoyada  en  la 
dad  qae  dta,  es  moy  probable, ,  paes  habiéndose 
do  el  padre  Olmedo  á  estos  piadosos  ejerciólos 
conqaista,  es  regalar  cuidase  de  preferencia  del 
qae  había  f andado  Oortós.  La  caridad  y  celo  de 
jemplar  religioso,  )e  granjearon  de  tal  manera  el 
de  todosiy  enespedalelamor  delosindios,  qae 
mnrió,  dorante  el  viafe  de  Oortés  A  las  Híbaeras , 
mismo  Beraal  Díaz  rcapítolo  185^)  <<qae  la  habia! 
todo  Méjico,  y  le  haoian  enterrado  con  gran 
Santiago,  y  qae  los  indios  habian  estado  todo  el 
desde  qae  marió  hasta  qae  le  éntenraron ,  sin 
cada 

En  segnida  habo  ana  cofiradí%  de  la  cual  la  notiel^' 
hay  se  deduce  del  libro  en  qae  el  seüor  Zomárraga 
ba  rason  de  lo  qae  importaban  los  diezmos  qae 
y  las  cosas,  aon  las  mas  monadas,  en  qae  los 
Esto  libro,  qae  Sigüeasa  dice  era  ano  de  los 

tes  qae  iMim  estiatab^roUM^eria^  w  etíBbbjmj^i 


i   W  I     . 


—  85  ~ 
M^elMBiéhMpéididM  que  mieitra  hiftoiüi  nacional 
láflofiido.  Al  él  86  Itían  Uspíartidas  aignientes  en  el  fó- 
i»146.  «ítem.  Cien  pesos  de  oro  de  Iq^  perfeeta ;  flon  que 
pidioon  para^ciurar  los  pobres  ^ol  hospital  de  Nuestra 
iton^  j  para  el  oimjano  en  ela  fio  deqoinientOBy  trein«« 

teomo  parece  por  la  cédula  qne  di  paro  los  oficiales  de 
Majestad,  á  Antonio  de  Yülaroel  y  á  SoldeviUa,  di- 
¡Madoe  y  mayordomos  de  la  ooftadla  del  diehe  ospi- 
W  Y  conseentiyamente.  ^^Item,  Oinonenta  pesos  de  di- 
Ikoeredeleyperftcta;  sonqoese  dieron  para  el  dicho 
UpiMí  para  enrar  los  dichos  pobres  en  él  aSo  dsiqni- 
HBtos  y  treinta  y  nno,  como  pareéé  por  laeédnla  qne  di 
Nn  los  oficiales  de  8a  Majestad  6  Jomi  de  Oáoeres  [1], 
i^(Qtadoy  mayordomo  de  la  dicha  eofiradia.''  Sigüenaa 
iMs  Bc  deber  omitir  la  partida  sigoiente  9  porqvemani^ 
iMtilafliaota  pontaálidad  con  que  aqi^TeDerabie  pre« 
Mopieoedía  enélórden  de  sos  limosnas,  y  lá  copla  del 
He  114  del  mencionado  libro.  ^'Item.  Otra  casiula  de 
pnHUNX)  blaneo  9  con  en  cenefift  romana  de  oro  asentado* 
pe  es  la  que  se  comino  de  Diego  KnfiesE.  como  dicho  es] 
"^tté  al  cspital  de  Unestra  Sefiora,  en  limosna^  porqne 
eiBa  dar  ciifii  pesos  al  dicho  ospital  en  cada  mi  aSo^  y 
eitealio  de  treinta^ynno  nolehedadomas  deeineBenv 
y  quise  dar  la  dicha  casnlla,  porreFerenda  de  Jürnes** 
MUnaien  xecompensa."  Por  otra  constancia  •  sacada 
tttamo  libro  folio  117 ,  se  infiere  qne  cuando  llegó  el 
»  Zomárragay  á  fines  de  1528  y  se  tomaron  paramen-* 
de  la  iglesia  del  hospital  para  la  fundación  déla  ca- 
'  pues  aquel  prelado  dice  así :  *'La  sobre  dicha  alba 
foldcmes  de  damasco  blanco ,  se  dio. con  la  susodiw 
oaeuDa  al  hospital  de  Nuestra  Sefiora ,  porque  dijo 
pertiguero,  que  ha  údo  sacristán ,  que  una  alba 
que  estaban  en  la  igleria,  primero  era  del  dicho 
iL"  Todos  estos  pormenores  9  quepareoerían  insig- 
tes  con  respecto  á  otra  persona ,  no  pueden  leerse 
interés  y  ternura^  viendo  por  ellos]  el  empefio  que  él 
''er  prébido  de  la  igleste  de  Méjico  tenia  por  todo  lo 
lyo  al  culto  que  comenzaba  á  establecerse,^  y  por  ha- 
blen 4  los  desralidofli 


íné  elqv»  oompr6  loe  níragipe  qQ«  fe  babíaD  hecho  por  Coit^ 

\tmp!fii  qiM  Mia  ngfrto  en  iM^bveíaii 


finimpB 


WB^v 


—  66  —  •■-^J, 

Tal  era  él  estado  del  b.(Meq»itol  omuido  talleoiiS  doajlpii 
nando  Oortóa.  fin  sa  teetamento  quiso  asegurac  hi.|d¿MÍ 
oion  de  esta  obra  pia^  deeiffoaiido  paca  ella  laa  fin 
todavía  le  perteneoen >  y  en  la  cláusula  10  del 
explica  que  el  motivo  que  habla  tenido  para  haiwi 
ínudacioa  esa  [^•wl  reooQooimieato  de  las  gcaoiaB^^ 
cedes  que  Dios  le  habia  heolio  ea  el  de^nhrwsjeittj 
conquista  de  la  üTueva-fispafia^  é  pa»  su  di 
tísfaoeíon  de  cnalquiraa  culpa  ó  cargo  que  pudiem^j 
viar  su  conei^oíay  de  que  no  se  aoocdaba  pam 
satisfiíoer  partículacmente."  Ijos  sentinueutoa 
jttofiíntilameiitegiawdosentonGes  en  loso<H;a«weB( 
daban  oxigena  estaa obtas ea^ptajtorias,  qoen  ' 
en  tanto  pnifeekio  de  la  humanidad,  la  cual  isn 
algunas  calamidades  pasajecasi  disfrutaba  gímu 
mauentes  b6UfiAcio&  La  flloso&^  ijftelígiosa  ' 
poca,  dasiaruyendo  ó  debilitando  estos  senl 
privado  al  desgcadado  género  humano  hi 
oompenqaciones,  y  dejando  en  pié  los  males  <m.  ^^, 
san,  aaaqpie  con  otros  tltuloB.  y  preteaitesi  le  ha. 
canecer  de  estos  bienes* 

Después  del  faUedmiento  del  fundador,  1^ 
cades  al  hospital  aran  administrados  por  el  i 
de  éste^  que  cuidaba  también  de  su  inversión 
tenda  de  los  cuíermosi  pero  esta  independencia  de.'i^ 
jo,  unida  &  la  larga  ausencia  que  j>or  dispqsicioiLdili 
bierno,  los  descendientes  de  Cortés  tuvieron  qo^ ' 
.  la  Ifusva-fispafia,  fué  causa  de  que  se  intxo<^€_^ 
sos  que  para  evitarlos  ^^bastara ,  dice  don  O&áw 
giienza,  la  asistenda  de  los  esráelentísimoa  sefipst 
quesee  del  Talle  en  esta  corte ,  para  mantener  ám 
nuo  en  muy  alta  esfera  este  hospital  magaíflco^sK 
so»''  Este  mal  manejo  llegó  á  tal  grado  ^  que  fiÍ6 
que  se  llegó  á  deber  por  medicinae  á  un  tHAicarl»- 
Domingo  Fernandez  de  Urr(yolay  que  ^éUkamto 
el  pago,  no  tuvo  él  hospital  con  que  haisetlo ,  y 
nester  vender  la  hacienda  que  pot  la  casa  se  le 
dado  en  el  Talle  de  Ixtlahuana ,  partido  de  Zi 
tepec 

Para  remediar  este  mal  se  dispuso  administrar  el 
pital  directamente  por  la  casa;,  y  sujeto  por  las  nm^ 
reglas  y  formalidades  que  ella ,  quedando  al  cuidado 


67  — 

ado  f  muqaeBado  del  TftUe, 
ónaervftdorde^te.  Sin  embar- 
ate  nnevo  descaído  ,  no  ;a  en 
nb»,  sino  en  la  asittencla  de 
ddad;de  remedíarloa  faé  nna  d«4 
A  ftiegó ,  para  dlecnlp&rae  (le 
r  en  los  negocios  de  la  casa,  no 
lee  <SrdeneH  para  qne  no  lo  hw 
edita  laa  facaltndea  del  jneK 
iriminal  de  todos  los  pnebtoa 
ledebHt  apelar  alconwjo.  A- 
uido  la  mala  asistencia  de  Its 
bial,  y  siendo  igualmente  mala 
a  ae  dijo  "si  malo  ea  Ban  Juan 
apeno.»  Hoy  padlera  variatse 
ambos  eatablecimientos  en  la 
le  los  enfermos. 
Btado  Martin  de  Santa  Oro»,  y 

OriflMbal  de  Bibagorda  Mo^- 
elaigleeia  con  elmaestro  de 
^astaSedaj  por  la  cantidad  de 
Jbligindose  &  oonclnit  el  edm- 
se  eztendid  escritora  en  26  de 
1  escribano  Imia  de  León ,  y  en 
año  perolbió  OastaBeda  2385 
I  la  obra.  Esta  ,  sin,  emdargo, 
,   habiendo  quedado  levanta- 
uta  lo  alto    de  la  comió»  y 
.  la  capilla  mayor  y  de  lo»  eró- 
se cubrieron  con  enladrillado 
m  las  paredes  fueron  eieciendo 
aron  parte  d©  lobeoho,  ye» 
sa  record«il>a,  Begtm  eete  aolor, 
niramis.  Bn  lo  cubierto  se  aio- 
«nian   &   vender  Terdorasaia 
naba  el  deapacbo  de  I»  ««>  °« 
a  ser  enviados  &  Aoap  J««  d^ 


oOMRÜín 


—  68  — 

destinada  á  la  Santa  Eaoaela,  y  no  obstont»  aerlvÉ»] 
da,  baja,  muy  húmeda  y  lóbiega,  era  mwfcomí 
en  eUa  se  hicieron  diversas  fondadonea.  Desde  «i 
se  oondojo  en  solemne  procesión  en  28  de  ootnbsi' 
4  San  Agofltin,  el  pedazo  de  la  oros  qne  eoa 
qnias  se  veneran  en  la  iglesia  de  aqoel  oom 
solemnidad  desenlie  el  padre  Gcjalva  ea  la 
ia  provincia  del  Santísimo  Nombre  de  Jesoa.  Ai 
iglesia  vieja  se  trasladó  desde  antes  déla&o  ds 
ao&adia  de  negros  bozales  establecida  en  la 
Santo  Domingo,  de  donde  se  retirá  por  no  « 
los  negros  ladinos  que  se  les  agregaron ,  y  en  i 
de  1C86,  faó  confirmada  por  bnln  del  Papa 
concediéndole  varias  gracias,  con  cayo  motive 
sia  se  contínnójUanandolal^HÁpUia  de  los 
docondiiidalaniieva^  dicha  cofradia' qoedé 
aquella.  La  congreigacion  de  San  Pedro  se  fondAJ 
en  esta  misma  iglesia,  habiendo  reonido  en 
chiller  Pedro  Gatíerreas  Pisa ,  en  22  de  enero 
varios  eclesiásticos  quienes  después  de  la 
deliberación,  acordaron  dar  principio  á  la  i 
el  mismo  dia^  permanecindo  en  aqnrt  local 
tenían  casa  propia.  Después  de  algún 
congregación  á  la  capilla  de  la  Soldad,  en  la 
entonces  se  llamaba  *'del  recogimiento  deJí 
Penitencia,'^  ahora  convento  de  Balvanera,  y 
á  la  iglesia  de  la  Santísima  en  donde  peri 
jeto  primitiva  de  esta  institución  fué  fornuur 
deria  para  los  eclesiásticos  de  fuera  y  un  hi 
los  enfermos,  pero  ni  una  ni  otra  cosa  tuvo 
el  cabo  de  ciento  y  doce  aflos,  qne  realizó 
flues  el  Dr.  D.  Manuel  de  Escalante  y  Mendosaij 
de  esta  Santa  iglesia  y  Abad  de  aquellacoai 

Bl  acontecimiento  mas  importante  del 
siglo  de  la  conquista  íné  la  llegada  de  los 
viniere  áalojarse  y  comenzaron  á  ejercer  m 
el  hospital  é  iglesia  vieja.  JE2u  su  tránsito  da  T 
la  capital,  que  hicieron  á  pié  y  con  la  mayor 
aunque  en  medio  de  los  obsequioB  y  v< 
habitantes,  se  embarcaron  on  Ajotzingo  &  diea 
la  ciudad,  para  evitat  el  solemne  recibimiento 
disponía,  liegaiftn  al  puente  de  palacio  el  2&  de 


tíempe 


V  -  «*  - 

^  1S?2 41» luieve de  la  noehey^e  i^  m  traaliidiffmi 
|]mpital|  «n  d^nde  les  tenia  dispiieito  alojamieiito  el 
Jiáie  Aitonio  Sedefio,  enviado  piéviamente  eon  este  oIm 
MÉ»  por  «1  padie  piOTinoial  Pedro  Sanchee.  Diviilipada  al 
uJia  fiíiciiifiíite  la  llegada  de  loe  jeeoitas ,  faé  inmenso  el 
HifttflDiBO  de  toda  oíase  de  gentes  qne  oeazrió  ¿  ▼erios  y 
ks,  pues  babian  sido  mny  deseados  y  solioitadaoon 
«a  vwida  por  el  a^untamieato  y  mnohos  partiea-. 
lln  medio  de  eite  aplanso  general,  faeron  alaeados 
todos  de  una  fiebre  qne  se  auibayó  á  las  fatigas  de 
^[aoioiiy  camino,  y  dorante  ella  faeron  tantos  los 
os  de  alimentos  qne  se  les  hicieron  ^  qne  habiendo 
«esto  el  padre  provincial  qne  todo  se  entiegase  al 
«idomo  del  hospital  y  se  gastase  en  la  asistencia  de 
ttfennoSi  oonsiderando  á  los  jCfinitas  como  á  nao  de 
faeron  suficientes  las  provisiimes  de  aves  y  dulces 
M  recibieron  para  el  gasto  de  idgnnos  meses.  Sncom- 
A  esta  enfermedad  el  padre  Frantísco  de  Basaui  de  la 
e  fiunilia  de  los  marqueses  de  Santa  Oruz,  que  para 
noibido  en  la  oompafiia  en  la  humilde  ciase  de  ooadv 
Ci  había  ocultado  su  nacimiento  y  nombre ,  presen- 
tóse 4  recibir  la  ropa  con  el  de  i^rana,  pero  reconocí- 
hiego ,  toé  ordenado  de  sacerdote  y  empleado  en  los 
e  á  que  su  Tirtnd  é  instrucción  le  hadan  aeree- 
;  8a  muerte  f né  el  28  de  octubre  del  mimo  áfio  de 
2  y  aunque  se  dispuso  por  el  proyincial|enterrarle  se- 
menté eomo'á  los  demás  pobres  que  mueren  en  el 
el  cabildo  eelesiástíco,  comnnidadee  religiosos^ 
penónaa  mas  distinguidas  de  la  ciudad  é  inmensidad 
Of  aoudieron  á  la  iglesia  del  mismo  hospital  y  le 
roB  en  ella  junto  al  altar  ma^^or,  con  tanta  mas 
pa  y  solemiiidad  ,  cuanto  que  todo  era  espontáneo  y 

o. 

ra  restablecerse  de  esta  epidemia,  los  jesuítas  se  re- 

por  al  gnu  tiempo  al  pueblo  de  Santa  Fó ,  donde  el 

íSb  obispo  de  Miehoacan  D.  Vasco  de  Qain^fa  ha-* 

fmdado  un  hospital,  cuya  administración ,  asi  como 

del  }ngar ,  depandian  de  aquella  mitra.  Vueltos 

continuaron  dedicados  á  su  ministerio  en  el  hos- 

de  JemWf  hasta  que  don  Alonso  de  Villaseca  les  dio, 

que  fradBsencaea  propia^  unos  corrales  con  una  cho- 

de  paja  qne  }e  aernan  para  los  carros  y  recuas  que 

PiSBBTACIOl'US.'-TOtfO  U.-^9 


Tentaa  Ae  sos  íMimAs^yiifígotíaickñitMé^w^ 
IcMláraueloa jemútM & m  arnevo loeál «ti lii>]iMifHÍÉi 
del  día  qve  Vlllaeeoa  les  bizo  la  donadon,  y^luiásto  | 
deresado  para  la  Iglesia  del  meior  modo  poBiMwMw  j 
mas  espaoioBOy  el  ^«oiiidarlo  quedó  aeombuilu  atilii  j 
gniento  «yendo  ta&ev  ana  campana  prestoda, 
Hamabaa  á  misa,  laqiie  se  dijo  con  un  eilia  de 
los  modestos  ornamentos  qne  habían  serfMo  «i 
gnoton*  Tal  faé  el  pobieiovígén  dM  co)egljs»Mi 
Bma  Gsegwio,  y  éstos  los  débiles  principies 
les  aquella  eéiebre  compafiia  se  elevó  en  seguida 
grandeza  y  podeVé    ^ 

Lfreotnoideneiade  hüber  mandado  <k>cté^6B 
mento  fandar  un  ooavento  de  monjas  al  m 
qne  el  hospital,  acreditó  la  especie  qne  se  " 
estasmonjasbabiaii  de  servir  para  la 
enfermos.  Sigiieofta  no  solo  demnestra  qne  es 
qne  la  tiene  por  desatinada,  con  cny  o  motivo  diee 
cierto  qne  se  podría  venir  de  mny  remotos  In 
hombres  ^enfermos  on  el  retiro  qoletodenna 
religiosas  mnjereS)  y  á  monjas  sanas  en  Ui> 
enfermerías  de  hombres.^'  fiigiienea  ignoraba^ 
rnidosa  de  qne  cnando  esto  eseribia,  el  ceto 
San  Tícente  de  Panl  y  los  virtudes  ejemplanea 
las,  hablan  realizado  ya  en  FraneiA  lo.qneéL 
absnrdo.  i 

Habían  corrido  ya  m^s  de  ciento  ^Mreíata 
el  hoq»ital  tuviese  otra  iglesia  qne  la'dicha  ^ 
dronnstáncias  accidentales  vintenron  á 
conclusión  .de  la  que  ahora  existe.  Hnbo  en 
diados  del  siglo  XVIE  un  hombre  ex 
aotividady  su  celo,  y  por<  el  inflojo  qne  su  virtad 
le  hablan  hecho  adquirir:  este  fué  el  Bachiller 
Oalderon  Benavides,  que  nació  en  esta  capital 
de  junio  de  1630.  Habiendo  perdido  á  su  padr^ 
prana  e4ad  de  nueve  años,  quedó  su  matm  oosi 
co  hijos  menores ,  sin  mas  fortuna  que  una  ~ 
algonos  htttos  en  qne  giraba  su  marido.  Bl  j& 
Umio,  no  obstante  sus  cortos  afios,  supo 
gociadon  de  manera,  que  no  solo  sustentó 
te  á  su  madre  y  hermanos,  sino  que  á  todos  loa^ 
ció,  dotando  á  dos  de  sus  hermanas  para  que 


—  71  — 

taew  Bl  onldada  delftinifffev- 
OHMtiadio»,  y  «xáeaadfide 
r  u^is  msltíplieac^  tunpo, 
le  íC!i«reiaioa  'piadosM  á  qw 
'ctamw7'de  los  liMpitaltM, 
»  80  le  «msDltsbui.  Poe  sa 
«aa  limoflDM,  ^^ae'en  oqael 
y  K  entregftbóa  &  «ate  hem- 
istribayeae  eatie  loa  neoeai- 
oáso  padre  r-ftiBparo.  Ba- 
tmchas  obtM  píu ;  faé  el 
gKgwáaa  del  oratorio  4e  S. 
unea  fotmó  en  la  igleita  del 
'  donde  tnvo  aa  (»ÍBcípi0,  <|e 
«t'lustft  qne  tuvo  cae»  pro- 
lya  iglesi»  gastó  el  bachiller 
t  pesDa.,  Hb'  tlales-^taoioioa 
gne  vivió ,  hasta  en  maerte 
dio'de  IMS  y  aeeDterró  en  et 
k  terona  ótdeq  de  San  Fian- 
■B' triboia  fc  los  Muitos. 
laOoKna,  qae  gobearoaba  «I 
He  el  alo  de  1663.  nombró  al 
mayav  dri  hospital,  de  cuyo 
1«  mayo  de  agnel  aSs,  6  íd» 
ver  los  efectos  d«  tan  acerto- 
BH>a  ates^doa  oonefiespia  y 
lado  Bo  solo  del  alivio  de  aos 
tBUjJtna  deans  oostambtes, 
aa  ae  dirigió- 6  eouoinir  la 
}B  ella  se  oibatase  *  Dios  el 
8' tiempo  fidteeib  Fetxonila 
L  BB  oratorio  tenia  ona  imá- 
Naxareno,  la  i^aB  en  sa  t«S'> 
entre  cinco  iglesias  goe  de^ 
i  aqnella  áqniea  la'saerte  £» 
aba  la  del  ho^ñtal  de  la  Fa- 
le  tooó  la  aserte  por  tres  ve- 
La  Imagen  faé  ooQdacidaen 
a  antigaa,  onyo  acto  está  re- 
vicijo  qne  exiBte  an  el  hoapi' 
Ktmnpa  qne  se  hia  poesto  en 


—  72  — 
Mte ^nMrtftOimb  Eáél  se  yéa  ios  trinque  te  iwVii.fi 
acpiella  épooa ,  en  qae  ya  Be  empesibAn  á  iattotffiilry 
la  gmte  priaoi(ial  las  modas  finuioesas  do  la  oórto  ddJUMkiH 
XIT  que  hioiecon  olvidar  el  aatígoo  traje  flameiiea^  j||« 
nota  tambiea  el  gcan  número  de  beatos  qaeliabtai  y 
to  se  ooQservaban  todavía  los  antiguos  atavíos 
nos.  Por  él  mismo  se  oonfirma  lo  qoe  se  ha  dieho  4eÍM||^- 
do  en  que  se  hallaba  la  iglesia  aotoal  y  todo  él  nlpMN  - 
del  hospital  ^«^ 

El  celo  y  rriadones  del  nuevo  capellán,  y  ]avM|É||í.- 
cion  á  la  imagen  de  Jesús  ITazaceno,  hicieron  abwidjBBfc" 
limosna^  que  ayudando  &  los  fondos  del  hospitri  PMM| 
donaron  que  en  breve  se  terminase  la  iglesia^  6  lí^<4p|p« 
y  al  hospital  mismo  tf  uso  oomnnhiso  cambiar  d~  -^^*^^ 
bre,  conociéndose  desde  entonóos  con  el  de  Jent» 

Por  efooto  del  progreso  que  todo  habla  tenido 
conquista^  las  rentae  de  las  Ancas  del  hospital^  qua 
do  Gortés  se  las  cedió  eran  cuatro  mil  ducados 
[dos  mil  doscientos  pesos]  hablan  subido  en  él 
que  Sigiieaza  escribió^  á  once  mil  y  doadentoa 
mismo  autor  nos  ha  transmitido  la  planta  ^ 
que  él  establecimiento  tenia  á  mediados 
|)stos  ^an  tres  capellanes^  un  aáminlstiacbyv  de 
interior  ly  económico,  un  médicoi  tm  cirujano ,.  un 
rOf  un  enfermero  mayor,  enfermena « cocinera ,  tres  i 
que  por  tumos  venmn  de  Ousfoacan  ó  cuidar  4e  latíiN 
pieza,  y  ocho  esclayos  hombres  y  mujeres  para  asistír 
todo  el  servicio  doméstico.  La  botica  estaba  con 
por  quinientos  pesos  anuales,  suma  qnn  por  si  sola 
fiesta  la  clase  de  medicamentos  que  eotoucet»  seutialia 
la  medicina^  que  eran  casi  todos  cocimientos  de  ^er' 
otros  simples :  hoy,  con  los  adelantos  de  esta  ciencia  y 
la  fiurmáoia,  el  gasto  anual  de  botica,  &  pesar  de 
propia  el  hospital,  no  baja  de  una  suma  dé  seis  veosa 
yor  que  aquella.  Aquel  escritor  hace  subir  el  námeist 
enfermos  que  se  recibían  al  afio,  por  un  término 
sacado¡del  reconocimiento  que  hizo  de  los  libros  de 
das,  á  cuatrocientos,  y  recomendando  la  eficacia  cea 
se  les  asistía,  da  pw  prueba  de  ello  el  corto  námepp 
los  que  morían,  y  aOade :  <<Ijosque  se  libran  de  este 

ce,  son  cafljl  todos,  y  todt»  aimque  se  alarguen  á  elogiir 


m.  n.  nlad  en  el  1im<- 
Sdlora,  d»I  patronato 
il  Tallfl,  con  todo,  mfl 
8  en  an  alabanza,  por^ 
b-vaa  donde  alti  tulato 
In  su  oítodo  opúaoolo 
sooedidoe  en  laa  enfiar- 
BU  verse  en  laa  miamaa 
,  en  «1  Itíno'arto  \ÜU>: 
y  en  otras  obras  y  do^ 

tto  han  ooDtínoado  ad- 
atronoa  los  exoelentt'- -* 
a,  con  absoluta  tnde^ 
omentos  qne  ^an  teni-^ 
Á  ido  badendo  en  el 
irea  habrían  sido  ai  no 
gravea ,  por  la  ooopa- 
ma  La  primera  faéeñ 
el  levontomiento  glo- 
f  pnes  oon  motivo  de 
idie  del  actnal,  en  Pa- 
mio  trono  ocnpA  Joa^ 
lesptt^  ane  Joflé,  her*" 
la  regeiJcia  de  Cádiz 
¡  qienoionado  daqae,  y 

rq,  nbimido  «I  M 


MaSiM,i]M>o  M  badán  psdl- 
apo  IM> lii  bik  BJfo  da  Utña,  J 
luio  iMoar  i«nlmi  «i  npede, 
>*TBMlar  d«l  Mado  j  iMÍn)*>- 
iz  de  HftnW  HuUt  pwa  raai- 
>  en  büMA  de  aoxUioe  pus  )a 
)  «1  aisobiipo  *inj  ImmióMi 
lt  por  fmana  wm  lo  qno  hib* 
ik  d«  1»  nroloaira  de  Eipafi», 
LnéricMT  loa  nwnttoMe  <k- 
I  penhunkree  eefblxtdoit 
i,  enanta  aptre  ellog  al  da  ooho 
lolentoB  mil  peeoí)  iine  di6D. 
aro  %)  Bata  amr,  uridoRMf 
fina ,  re^oaCdA  b  qna  dMik 
IMorfkdoiai  analan  tañer  an 
'Aúlatrt"  "Ules  oomo  le «•- 
enu  4a  CtitoalU,  qiib6ia 


•  \l    .'("rí 


ánnqaepatia'l^^  tocaba  estaórdea  á  loierdel-] 

86  saofbioii  8^  (^mbargo  de  sn  caja  '45^331  ^píMtflfU 

granos  gaj^  se  habiaii  ido  renniendo  para  rwbbjlf  'tímVP 

pesos  gii6  se  de]t)ian  at  juzgado  de  eapellatf  a^y  por  \Mtt 

cantidad  gue  se  tomó  4  r/Sdítos  para  la  ooiuifenféQÍ<ffÍe 

la^  casas  nuevas  4^1  EmpedradiDo;  oKon1((  cual  no  t/0^ 

siguió  el  pe^^ioio'  de  p^d^  aquella  fauma*.  if^  ad  Íi0i 

leopnocidia  entre  los  créditos  anteriores  á  1a  in^Bpfsmfí^^ 

cia,  sino  t^publen  él  d0  haber  sido  t>reci8p  yeiií 

sas  de  laslmejorespara  pagar  dícbó  Capital  iiljjd 

exigid  se  4^  rediinuese  á  consecuencia  de  la .  nue 

oipn  4e  esk>s  bienéd  verificada  en  el  átto  de  IdSSi 

fu^roi^  apJlGados  á  |a  instrucción  pública ,  coya" 

habido  p^ado  los  Créditos  mientraÍB  é^vp  tfS 

deslio?,  cuando  se  devolvieron  al  hospitalj  fM 

gp^v6ip^n|4ñed^do^le  debiendo  una  siim^'  "" 

por  lo  guf^  ae  ellos  percibió  la  citada  jnttt^  ^ 

mandada  Pj^ga^y  con  resarcimiento  dé  a^ttiíi;  |ii(»^ 

creto  d^l  coñgrelsid  general,  no  se  ha  satisiRdGli^ 

Las  dos  éstauipas  primeras  représeniaui  ev 

bo8pi^ry(OOinoaotualBlénte  existe V^^^^te^l 

gú^fSélián^^líó  en  lachada  y  patio^y-Hi 

aO^  mjaypt  jpónstrtddQ  pocos  afios  baée;  S  '^ 

baqe  majéáfbiQSQ,  nó  óbsteiÍLte  aigbáoi^  de 

decoraciones  arguiteotónicasl  Ouá&O'  grandes 

dómpuestas  sostiendr  un  entablaiáentb  con  í 

circular,  idejando.  un  espacioso  nicho  en  gue  ae 

locada  la  imagen  de  bulto,  de  la  Tírgto  María  «^ 

Ti6  San  #uan  en  el  Apocalipsis*  M  dnadi»  ^piá  V 

bk  enjía  caj^la  de,  la  enfermeríai  gue  represeiit»^. 

ma^SeQora,pintux»muy  antigua  entabla  y  de. 

métito,  probablemente  estaba  en  la  igleiáa'vi^ 

misma  es  dé  creer  viene  del  tiempo'  de  la  fte» 

hospltaL  Para  adorno  de  este  altar  hay  úb  as 

pleto  de  blandones,  ciriales ,  candeletos  ^  ramil 

leS)  y  todo  lo  demáa  necesiftrio ,  dé  broncédaí' 

lente  ejeqotiioni  é  igualmente  tiene  la  iglesia 

'  premio  de  qa9  no  bosíoto  ia  reBiftenoiA,  hista  el  punto  de  HeMr  i^ 
ro  le  oepaee  eon  la  faena  armada,  BI  Yirey  eonde  é».  Vcnadite^  j 
^ato  de  Apodaoa,  .que  con  eeonomiü  ▼  honradeieiipo  «nooiitm  <-*- 

'-  ya  todo  emhaae  le  Acabé  la  guevrli4e  1918,  fiagá  algottai  itUBMt 
este  eiédíto. 


:^:tr*' 


i^w^ 


-75  — 

le  ricaa  telas  para  d  deooro 

OH  un  cnxioBo  artésonaáo/de 
Betones,  .se  conserra  nna  me- 
in  de  oedro,  úoica  en  esta  ca- 
)  dimensionea  ,  pues  tiene  2^ 
tro,  por  conaigolente  7  varaa' 
ifk,  y  tres  pnlgadaa  de  gpxe. 
lietia,  aet  oomo  toda  la  igle- 
raiou,  en  loa  aQos  de  18:(5  y 
Al  se  lestitajó  á  en  anlizno 
también  el  órgano ,  cancel  y. 
t  lo  qne  lia  contribuido  á  gne 
lias  en  qup  el  caito  ae  hace 

ente  veinte  camaá  para  luiros 
injeies,  y  por  las  medldasgnA 
flito  de  las  rentas ,  antes  de 
stentados  cien  enférmoe,  y  lo 
íbiese  alguna  cosa  en  cuenta 
»  que  el  gobierno  anpremo 
lia  asiatenda  de  los  etifer- 
ada ,  qae  aea  por  la  claaO  de 
n,  Beaporla|de  jos  alimentas, 
:M  mejor  atendidp  en  sa. ca- 
nda» unas  de  otraa  por  tábi> 
con  cortinas  corredizas,  y  en 
irro  con  boen  oolohóu  y  ropa 
reenenoia,  asi  como  la  ropa  de 
os,  y  est^  además  pioTíataa 
ara  la  comodidad  del  mismo 
médica  hay  nn  profeeor,  dl- 
in  practicante  mayor  t  on  en. 
¡cantes  que  se  turnan  en  |^ar- 
n  los  enfermos  de  auxilio  in< 
ipentiao.  Ka  se  tiene  menos 
^iosa ,  difliéudose  misa  en  las 
e  fiesta ,  admüiietrando  loa 
padre  capellán  pláticas  doo- 
otras  práotíoaa  piadOeaé  qae 
.  el  cuidado  inmediato  de  los 
,  lavado  de  ropa  y  demás  co- 


fim^. 


—  76  — 
gas  precisas,  hay  di  número  de  airvieiÉiteB  de'amtioi  MM 
que  flon  neoesarioeu  La  botica  estaba  antes  por  <Mm% 
tomándose  los  medicamentos  con  las  oondidoma  #ní^ 
nidas  con  los  contratistasi  pero  entre  las  mejoiw  «Mf^ 
ha  ido  haciendo  en  los  últimos  afios,  una  haeite  <f  df^ 
blecimiento  de  ana  botica  por  cuenta  del  hcfspfla^^ 
está  abierta  también  al  público  y  que  por  la  lnte^|Mli .. 
y  eficacia  con  qne  está  servida ,  es  nna  de  las  nufmliii 
esta  capital.  El  señor  Prescott  extraña  qne  oditi»  ]r*^^ 
snele  snceder  én  los  establecimientos  de  esta  dlas9  $ 
hospital  no  solo  se  haya  conservado^  sino  que  bui 
se  hayan  administrado  con  integridad  y  h^yaa  ' 
continno  aumento.  Esto  ec  dede  al  excelente 
tableddo  para  el  reamen  de  la  casa  del  estadi 
qnesado  del  Yalle  de  Oajaca,  qne  gi  bien  cnasabá 
lentitud  en  todas  ]m  operaciones  administrafiva» 
contabilidad,  por  la  formalidades  á  qne  todas 
sñjetaSi  también  se  evitaba  por  ellas  cai&i  todo 
abnso. 

Tal  es  la  historia  del  hospital  de  la  PnrfsiBia 
don  de  Nuestra  Señora,  fondado  en  Méjico  por  ^km! 
nanda  Cortés.  Becorramos  ahora  brevemente  la  daf 
milia  del  mismo^  recogiendo  las  notieias  qne  q^ 
las  ramas  ilegítimas!|  y  terminando  esta  die< 
la  série^cronológica  de  sos  cf^^^^^^^^^^  ^^8^ ^ 
ta  la  época  pre&ente. 

En  la  5*  disertadon  [folio  48]  quedó  dicho 
ron  los  hijos  que  tuvo  don  Femando,  y  no  habit 
agregar  acerca  de  sus  hijas ,  solo  tendremos  que 
de  don  Martin^  su  sucesor  en  el  título  y  estado, 
hiendo  transijido  por  medio  de  sus  totoreSi  las 
que  se  susdtaron  con  sumadre,  la  marquesa|Tmd% 
paño  al  rey  Felipe  II  en  la  campaña  de  Fla&des 
á  la  batalla  de  San  Quintín ,  y  siguió  al  mittÉb 
á  Inglaterra,  á  donde  fué  á  casarse  con  la  teína' 
De  vuelta  á  España  don  Martín,  contrajo  mi 
con  su  sobrina^  doña  Ana  Kamirez  de  AjeIIan< 
dejar  arralados  todos  sus  negocios]  y  venir  á 
en  Méjico,  vendió  al  rey  su  casa  prindpal ,  que  ^ 
el  palacio  del  gobierno,  con  toda  la  cuadra  qne  d 
de  la  oasa  dejmoneda,  los  cnartdes  y  demás  ofldAí 
escritura  se  extendió  en  Madrid  en  29  de  enero  4éí 


a)  Uceuuia  iiac»  sogregar 
B«r  ooa  mu  preoioB  us  do- 
bligadoD  oeooiutatayó  en 
adro,  Hiendo  tamUen  oant 
BOoaparLiln  las  otea»  oaaas 
kban  entonoea  los  oidorea, 
ODOCiJo  pnr  oasaa  del  Ed- 
itepio.  Entretanto,  86  Ben-< 
iesiiKi  <letavo  (i  su  padre 
toa  TABalloa  qne  se  le  cou^ 

qae  cada  casa  y  tamo  8e 
Ldenado  donMattiaá  de- 
i  exoediao  de  los  veinte  y 
rador  ü&eIos  Y,  y  á  pagar 
cibiilo  de  los  qoe  de  este 

este  fáilo  habría  quedado 
rey  Felipa  II  por  aa  oédn- 
lembre  de  156:í  ,  le  eximió 
I  ooDñrmó  la  merced  hecha 
u>  de  naevo  sin  testtiocdon, 

del  marqneeado  todoe  loa 
ne  £aeflen,  de  las  veinte  y 
Bonqtteadla  [i]. 
u  Boette  86  trasladó  don 

en  el  misnto  aSo  áel5C2, 
rimnjénito ,  y  llegó  á  esta 
le  VeloscOf  primero  de  es- 
te sos  riquezas  y  autoridad 
■nido  al,  zecoerdo  tan  i&- 
sospechoso  al  gobierno  y 
le  loa  que  se  hallabaa  des- 
■s  que  Bo^habiau  heoho  en 
spoBÍciones  vinieron  ó.  ma- 
■audue  Üeatas  que  se  hicie-a 
9  gemelos  que  dio  á  Inz  la 

gran  Bolemndad  el  día  30 
loa  convites  fué  ocasión  de 
ne  la  imprudencia  llegase 

i»»f  b«  dUho,  entimdoqn»  la  gra- 
poreito  ognundo  ;■  cu«  allí,  i«' 

parnr  la  txpediDÍua  ,dtl  tUaVo. 

lIOtrBB.—TOH  IL— 10 


n 


~?8- 
ka«ta  e\  panf^)  de  poner  al  marQnéa^fi  Ia.cabexa  una  tei 
de  oro,  como  Bí  faera  uua  ooroa,  j  andando  mas  él  Um^ 
po  se  denandd  á  la  andieneia,  que  gobernaba  ptmmÍKlí- 
te  del  yirey  Velasoo ,  qne  tjoáo  estaba  dispmeiilk  ÍMfti 
eoharse  sobre  aqnel  coarpo  y  todas  las  antoritteiWwlll 


de  San  Hipólito,  aproveehaudo  la  oportmiidad  úfír] 
se  rennidas  en  la  ceremonia  del  paseo  del  pendM^I^W 
diencia  entonces,  con  medidaH  fbntelosas ,  procefla  t^^ 
pilsian  del  marqués ,  la  caai  se  verificó  el  16  deJWffjjt 
aquel  mismo  aüo,  y  sin  duda  don  Martin  se  cpey<*'"  "  ""'^ 
to  en  aqnel  lance  á  madores  rie^g^os ,  pues  en 
mentó  dejó  mandado  qne  cada  afio  en  aquella 
hiciese  una  solemne  fnncioii  con  vísperas,  misa  s 
con  conmemoración  de  San  Bnenaventnra , 
mer  á  treinta  y  tres  pobres  de  la  cárcel  y  nn»  11 
diez  ducados  i>ara  sacar  nn  prf«o  qne  estnvieaft 
por  aquella  cantidad ,  y  ec>To  dispone  se  haga 
qaede  perpetua  memoria  i  de  la  merced  que 
ñor  le  nizo  en  este  día. 

La  relación  mas  circunstanciada  de  esta  001 
cual  faé  su¡|  origen  y  tendencia^  tendrá  su  iQgai] 
se  trate  en  otra  disertación  del  gobierno  dé  loa 
vlreyes :  ahora  me  limito  á  lo  que  toca  peraonf ' 
marqués  del  Valle.  Al  mismo  tiemno  qne  este,  i 
sos  sus  hermanos  don  Martin  y  doirLulay  todoa^ 
gos,  de  los  cuales  hizo  la  audiencia  cortar  la 
demora  á  los  dos  hermanos  Avflas,  y  hubíera^i 
misma  pena  don  Luis  Oortés,  si  no  lo  hubiera 
la  oportuna  llegada  del  vir^  marqués  de  IMcevj 
desde  Puebla  mandó  suspender  todo  pi 
persuadido  que^asnn tos  de  esa  natmmleza  ae 
tar  con  prudencia,  en  las  circunstancias  ditMlea 
gobierno  se  encontraba,  mas  bren  que  llevarloa 
de  lusücia.  despachó  A  Bsphfla  si  marqués  con  A 
bajo  su  palabra  de  honor ,  quedando  al  euldado 
los  dos  gemelos ,  cuyo  nacimiento  dio  logarla 
cándalo.  Los  oidoresi  viendo  desairadas  sus  pi 
inibrmarón  &  la  corte  contra  el  virey ,  é  hldeiott 
las  cartas  que  este  escribía  instruyendo:  de  la 
IcM  sucesos ,  con  lo  cual  fné  removido  y  en  su  It 
uaa  comisión  de  tres  letrados ,  Jarava ,  Mafias  y 
de  los  cuales  los  dos  primeros  eran  del  oons^^ 


.r*^-' 


^  79  ~ 
diM  [!]•  ^  dehíeado  el  marqués  aatigao  tener  el  goMer' 
B0|  reea JÓ  en  el  lieenoiado  Alonso  Mafloz^  por  haber 
muerto  en  hi  navegación  Jarava.  Moftoz,  laego  <|ae  entró 
i  fjeroer  la  andienoia  saperior ,  mandó  segnir  las  causas 
pendientes  y  condenó  á  la  pena  capital  á  varios  indi  vi" 
diHMty  é  luso  dar  tormento  4  don  Martin  Oortés,  hermano 
del  marqnési  que  qnedó  con  sas  poderes  administrando 
SQ  estado.  Bl  marqnéfi  y  don  Lnis  debieron  la  vida  á  sn 
piontamarohay  pnes  se  hablan  embarcado  en  la  misma 
flota  en  que  vina  el  marqués  de  Falces ,  pero  sus  bienesi 
qflelaaadienoia  liabia  querido  embargar  desde  antes  de 
sasaiid%loqaeelvirey  impidió,  fueron  secuestrados  el 
dia  10  de  noviembre  de  1567  por  el  alguacil  major  don 
Ctoasalo  BoaquUla  de  Peñalosa.  En  Bspe^a  fué  absuelto 
ttaasquée,  imponiéndole  una  multa  de  cincuenta  mil 
dnoades^  j  obUgándol^  4  exhibir  otros  cien  mil  en  calidad 
da  préstamo  para  las  urgencias  de  la  cotona,  con  cuyos 
gcavAmenas  se  alzó  en  el  a&o  de  1574,  el  secuestro  de  sus 
hifilML  qs0  snfciacon  muúho  mientras  duró,  habiéndose 
acabado  los  plantíos  de  moreras  y  menoscabado  mucho 
todos  los  demás  ramos  de  espoQulacíoo.  Durante  el  se»* 
enaste»  se  dio  orden  para  que  se  contiuase,  por  los  oficia^ 
lasrealeB^  el  pago  de  las  pensiones  de  la  marquesa  doña 
; Juana  de  Záfiiga  y  de  su  bermaoo  fray  Antonio ,  y  cuan- 
fdo  Ibs  Wenes  se  devolvieron  ¿  don  Martin,  faé  piivándole 
déla  autoridad  civil  y  criminal  en  los  pueblos  del  mar- 
qiesado^  en  cuyo  ejercicio  quedaron  por  ^oitonces  las  jus^ 
tieias  ONUniurias. 

Habiendo  muerto  en  Sevilla  la  marquesa  dofia  Ana  de 
Asellano,  que  fué  sepultada  en  el  monasterio  do  la  ma- 
dre de  Dios  de  aquella  ciudad ,  don  Martin  contrajo  se- 
gandas  nupcias  con  doüa  Magdalena  de  Guzman ,  de 
fuieu  no  tuvo  sucesión.  De  su  primera  '  esposa  le  queda- 
ion  tres  hijosV  don  Fernando,  don  Gerónimo  y  don  Pe^ 
dro^y  tres  hijasi  eátre  quienes  distribuyó  sus  bienes  por 
su  testamento. otorgado  ^  Madrid  el  11  de  agoetode 

'  {V]  6a  loe  ptoce998  c[T|e  formaron  Hafioz  y  Carrillo  contra  loi  tcnsadoa  de 
he^tmñtmioo^  se  Im  uaitt«  aienprd,  **lo8  M&oras  consejeros  eom-siooAdr.H. 
||||A»nbar¿:9y  «n  UUsla  «ae  i9$^  barrera  da  los  oonsejaros  qds  h«bi«  habido 
f«iel  001146)0  do  IndUs,  desde  la  creacloa  de  este  cuerpo  haet^  Jyk  pubhcaoiou 
a»  1ti$  PódUUii  8010  9píU^  Jaráva  7  Mat^oi,  pofo  ao  w  U^Ua;^!  noabro  d^  Q^x^ 


1IÍ89,  bajo  el  oaal  falleció  el 
TiM  flU^aalos  de  eate  sa  vé  ^ 
jerar  en  cuanto  pndo  faé  doD 
el  qae  quedaba  (X)a  menos  n 
marquesa  doSa  Juana  de  IZ& 
cho  Dua  doaaoiou  oooBÍderat 
Gerónimo,  pues,  manda  qae ' 
que  habieae  en  Ba|oa1>alleriza 
lorado  qne  estaba  en  ea  reoá 
ooMlete*  <]ae  «otaban  en  Sev 
mas  que  hubiese  en  ea  casa  s 
vas  "  y  áD.  Pedro,, que  babii 
le  deja'todoB  sos  eeoñtorioB : 
de  pooo  Tolor  de  su  nao  pen 
pa^hát^doaGetóDimo  i 
aoa>  de  loa  oaales  doa  Fema 
que  entzaioii  moiuas,  le  oed 
libres  en  loe  qae  Tino  á  ser  e 
oBtoano  parece  gneeian  de{ 
táadose  él  xealizarloB  pcnr  lo 
se  Boseitatim,  m  maudiS  por 
de  1593,  dirigida  al  yin^  de 
plimlento  de  una  requisltotit 
negocio,  se  le  diesen  en  enea 
derle  trea  mil  ducados  para 
y  mil  quioiontoa  el  primer  ai 
Boa  Fernando ,  ILÍ  marqu 
Mencia  de  la  Oerda  y  Bobat 
fanta  dmia  Isabel,  por  cuyo 
lisdiooion  civil  y  criminal  de 
josticáa  se  administró  deedee 
ó  t«nient«a  que  nombraba  el 
ocurría  al  jaez  ooaserrador, 
la  audiencia  de  M^jioo ,  j  de 
liero  como  este  áltimo  ocnra 
eia  lento  y  embacasoso  se  ea 
tencias  ae  ejecutasen  oon  ap: 
Falleció  don  Femando  á  pt 
le  eiíRÍó  nn  santnoao  sepnli 
del  convento  de  mereedatioe 
tronos  él  nUsmo  y  su  esposa 
«UbftB  pttMtH  dü  COdUiHI 


^  -81- 

lado  de  la  EpÍ8tola..en  la  capilla  mayor  (1).  Ooaiido  yo 
lM  TÍ,  la  iglesia  habia  sido  despojada  por  las  tropas  fran- 
cesas, 7  éstas  estatuas  estatúan  mutiladas  de  mauos  y 
eabms:  después  entiendo  que  la  iglesia  y  convento 
han  sido  derribados  para  coastrnir  en  su  lugar  otros 
edificios. 

No  dl^  sucesión  don  Femando ,  y  habiendo  fallecido 
stn  eBa  don  Gerónimo ,  el  marquesado  del  Valle  pasó  al 
terottr  hétínado,  don  Pedro.  Este  hizo  sus  estucos  en 
Oeaffa^  y  desempeñaba  á  la  sazón  el  empleó  dé  fiscal  del 
consejo'  dé  órdenes^  siendo  caballero  profeso  de;  la  de  San* 
tiag^i  por  cuya  drconstanoia  habia  hecho  los  votos  que 
bs  estatutos  de  esta  requerían ;  pero  obtenida  bula  dé 
dispéltkBfliii  con  el  objeto  de  asegurar  la  sucesión  del  mar  % 
qfttméé^  CMtnkjo  mátrnnonio  conlaséfiorajldotta  AuaPa 
ohe($d' déjtaOerdaj  hermana       conde  deMoutalvan.  jUa 
anteri&tf  éSpíAéín  ^teba  de  tal  manera  cótisoUdadd  en 
Améttefli  en  el  siglo  ^;T£l  que  no  tenia  ya  que  temer  J^r 
tttngii^  iéHojo  persohsO.  cion  lo  que  don  Pedro  pudo  ve<i 
nir  á  IM^fxso  sin'Contraaiocion  á  ocuparse  de  restablecer 
•a  ea^  que  habia  sufrido  grandes  menoscabos,  y  una  de 
larmeAnairqijte  p^ra  ello  tomó,  fué  dar  en  enflteusis  to> 
das  láe*tierraa  qué  no  -podía  cultivar ,  que  es  ^  origen  de 
maébmáe  IO0  censos  que  la  casa  tiene*  En  d^  Pedro  se 
ejctingnió  la  línea  maítculina  de  Ctortés ,  pues  falleció  en 
esea  ofndad  el  30de  eneio  de  1629  sin  dejar  snoesion  le^ 
gftímá,  aunqtte  tuvo  una  hija  natural,  llamada  doña  Isa» 
bel,  que  entró  teligiosa  en  el  convento  de  Jesús  María,  en 
él  que  profesó  con  el  nombre  de  la  madre  Isabel  de  San 
PecbKK'  Algunos  aíLos  úespues ,  faltándole  á  esta  señora 
reGarso  para  Sb  mas  cómoda  subsistencia ,  ocurrió  al  vi* 
rey  ,  marqués  de  Oaderéita  ^  pidiéndole  se  los  mandase 
dar  de  la  casa,  pero  no  habiendo  quedado  bienes  ningu- 
nos de  su  padre ,  el  virey  dispuso  se  le  ministrasen  seis 
reales  diarios  de  las  rentas  del  hoi^pital  de  Jesús ,  **para 
que  pneda  echar,  dice  el  decreto ,  una  gallina  en  su  pn^ 

lia  fdta  de  sucesión  de  don  Pedro ,  hizo  pasar  él  mar^ 
qnwado  det  Yalle  á  su  sobrina  dofia  Estefanía],  casada 


—  86  - 

Descendencia  de  don  Fernando  Cortes  primer  marqués  Sel 

.  Valle  de  Oajaca  fíj.     . 

DoQ  Fernando  ó  Hernán  Oortés  y  Monioy  ^  conquiata^ 
dor,  gobernador  y  capitaa  general  de  Méjico,  I  Marqnte 
del  Valle  de  Oajaca,  casado  en  segundas  nupcias  con  do^ 
ña  Jaaua  Kamirez  de  Areliano  y  ZáHiga,  hija  de  don 
O&rlos  B^mirez  de  A^rellano ,  II  Oonde  de  Agailar  f  y  de 
do&a  Jaana  da  Zdñiga,  hija  del  conde  de  Bañares,  prl- 
mogéuito  dodon  AlvarodeZiiüigay  I  Daqne  de  Béjar 
(2).  Murió  el  dia  3  ite  diciembre  de  1547  y  le  sucedió  su 
hijo 

I. 

■ 

D,  Martin  Cortés  Kamirez  de  ArellanOi  U  Marqués  del 
Yalleí  cadado  en  primeras  nupcias  con  sn  sobrina  D^  AxOk 
Bamlrez  de  Arellano^  y  en  segundas  con  dofia  Magdale* 
na  de  Gozman.  Falleció  en  Madrid  el  dif^  13  de  agosto  da 
1589«  Fueron  sus  h  jos  del  primer  matrimonio 

IL 

• 

X.  — D.  Fernando  Oortés  Ramírez  de  Arellano,  III  Mar- 
qués del  Valle,  casado  con  doña  Mencía  Fernandes  de 
Cabrera  y  Mendoza,  hija  do  don  Pedro  Fernandez  Oa- 
brera  y  Bobadillay  II  Conde  de  Chinchón,  y  de  dplia  Ma- 
ría de  Mendoza  y  de  la  Cerda,  hermana  del  Príncipe  de 
Melito.  Tuvo  don  Fernan<}o  nn  hijo  que  murió  niflo.  Fa^ 
IT^ió  en  Madrid  á  principios  del  año  do  1G02.  Snoedióle 
su  hermano. 

2. — D.  Pedro  Cortés  Bamirez  de  Arellano,  IV  Marqués 
del  Valie^  casado  con  doña  Ana  Pacheco  de  la  Gerda, 
hermana  del  II  Conde  de  Moltalban.  Murió  en  Méjicací 


(\}  Bita  ^nealogía  de  los  mar^aesea  del  Valln  de  Oajaoa  ha  silo  pfiib3«a« 
da  por  ClaTJjero,  y  ahora  se  haa  heoho  las  reotiflcacloxies  j  adiotonea  qq»  ra- 
Boítan  de  loe  doonmentos  existentes  ea  el  archivo  de  la  oasa. 

(2)  4iiibiB  familia*  proceden  de  sangre  real  £1  título  de  eonde  da  Agaife 
de  Inestríllaa  faé  oreado  por¡los  feyes  católicos  el  año  de  1476  y  el  prisMio  q«  f 
lo  obtuvo  foé  don  AiOQBo  Bamirez  de  Arellano,  señor  de  losOamaroa  1^  ^ 
niiimos  soberanos  orearon  el  de  daqne  de  Béjar  en  1485  eníáTorde  doniíj  - 
varo  dp  Zúñtga  A  Antonio  de  Nebnia,  Mosen,  Diego  de  Valora  y  don  Jote  1^  > 
llioer  hrn  esorito  lacrónioA  y  genealogÍA  deeata-iluetre^oAsa, 


^    ~  87  — 
30  de  enero  de  1629 ,  ein  hijoa  •  y  le  sucedió  sa  hermaw 
iia[lj 

3«— Doña  Juana  OortéB  Bainircz  do  Arellauo,  T  Mar^ 
quesa  del  Talle»  oasada  con  don  Pedro  Carrillo  de  Men^ 
dozá,  IX  Oonde  de  Priego,  asiHtoDfe »  3'  oapi4au  general 
de  SeviUai  y  mayordomo  mayor  do  la  Beina  doña  Mar>. 
garita  de  Austria.  Falleció  en  1628.  Fué  su  hija 

III. 

Doña  Estefanía  Carrillo  de  Mendoza  y  Cortés,  YI  Mar* 
qués  del  Talle,  oasada  con  don  Diego  de  Aragón,  [2]  IT 
Duque  de  Terranova^  Príncipe  de  Üacrtel  Yetrano ,  y  del 
8-  B.  I.  Marqués  de  Avola,  y  de  la  Fávara ,  condestable 
y  almirante  de  Sicilia,  comendador  de  Tillafrancá,  rirey 
de  Oerdeña,  caballero  del  insigne  brden  del  Toisón  de 
Oro.  Esta  señora  murió  en  1635.  Fué  su  hija  úuioa, 

lY. 

Doña  Juana  de  Aragón,  Carrillo  de  Mendoza  y  Oortéd, 
Y  Duquesa  de  Terranova  y  TU  Marquesa  del  TalICi  ca^ 
marera  mayor  de  la  Beina  doña  Luisa  de  Orleans,  y  des^ 
pues  de  la  Beina  doña  Mariana  de  Austria,  casada  con 
don  Heotor  Piñateli,  Y  Duque  de  Moteleone,  [3]  príncipe 
de  Koya,  marqués  de  Cerchiara,  conde  de  Boieio ,  virey 
de  Oatiduña,  grande  de  España  etc.  Muri6  la  señora  do- 
ña Juana  en  1653^  y  fué  su  hijo  único  • 

T. 

D.  Andrés  Fabricio  Piñateli  de  Aragón ,  Carrillo  de 


[1]  DoiSa  Jaaxut  Cortés  murió  antes  que  mi  hermano  don  Pedro  7  por  lo 
Biíftiao  no  le  pn^o  saoeder  ei  el  marqasado,  conttadose  eu  U  séri*  g«iiea1cgi . 
c%f  porqie  por  rapresentacion  de  dicha  ieúora  hered4Ba  hija  doña  Katefuita, 
y  por  eatoan  iodos  los  dacamentos  de  U  casa  sa  vé ,  qae  latgo  qne  don  Pedfu 
mori^  pasaron  sns  datados  á  la  señora  daqaesa  de  Terranova ,  qae  Jvai  ésta 
dofta'Cstefaniai 
(!¿)  El  apellido  de  Aragón ,  da  ios  duqneada  Tdrranova ,  prOYÍenen  ^e  los 


Oatalnñj^  gobernada!  de  Milán  7  obtavo  las  primeras  condecoraeitses  del 

reino* 

(3)  Bltftnlo  de  daqne  de  Moatelaone  faé  oreado  por  los  re7ea.  católicoe  el 
Anmexo  qae  lotnvo  faé  don  Héctor  Viú<4te  i,  oonie  de  Barel,  vire/  7  espitan 
naval  d#l  reino  de  Biellia.  C^los  Borello,  napoUtuioj  ha  esciito  la  hiiboria 
)  asi»  casa^ 


—.88  — 
Jtltticbzay  €orté3«  YI  Paqae  á^MoxifydifíOVi»  ^  yi  VBV!? 
de  Terran({va,  YIII  Marqués  del  Talle ,  grande  de,tc^' 
Sa/  gran  camarleDgo  ddHá^Qle9^_  oaJU^Uero.  d^iTo^ 
de  DrOf^iai  cOsacfo  6ou  dofia  Toresa  PIiMnt<d  ;  Beiñfvi- 
des^  hija,  dq  dou  Antonio  Alfont^.o.Bimi^ntel  de  Q^fion^ 
XI  Cwde  dé  Benaveüte^  de  Lmla.  i  d^  JÍajorga , .  g^s^ 
de  EspaQa^etc.;  y  idoQa  Isabel  EratiQciéoa;  49  Benavid^, 
III  Marquesa  do  Javalquínto,  y  de  YiHareal.  Falleció  en 
1691.  Fué  8U  hija 

■   '  -    *  '        -  *  J-  ..♦..-.'.  -      *  i       t7r-  •'  ■ *  »    -  •  ---J  >  J.-»:i   —::.  ♦• 

''^       ■•-'       -.-...-       .¿-.^^      ■•  .« '.-.^^      _ii."*l.i.      *«. 

'  '.  poda  Jaana'HUate^i  de. AfagenrPiBMifttéi  C^i^e  «le 
Mendoza  y  Coxtóét  "VÍX  Pdíinésa  de:M<)P^eeaei  y  li  Sq- 
qtieBade.7errtfnor»y  I^  2i»gne8ai(^^'T^íevrCi«D^ 

'  Bflpañi^  jbt^j  ^nj^  5l» :  don>  ]NiO(dár  -"Fjüateli]  ^e  «loi 
príaeipes  deNoyaiy  <3heiohiarai  piteeipe' de -&B.L  Ti- 
re de  y  Cerdefia,  y  de  Bicila,  caballero  del  Toisón  de  Oro, 
eto«,  (1)  Falleció  en  1725.  Fáé  su  hijo 


l--_.        .r,,^        ^^.    , 


-'DonDtégo  PiS^teli  de^^Ar^^em  ;éto>«>T^III-I><i4üe*de 
Moiteleane,  y  ile'Terríknova,;í^.|íaj?qué9  ¿at  >T^l«|f[raa 
admirante  y  condestable  de  fiieiHa,;  grande- 4e^'E4P4lla, 
etc.,  oasacb  Qon.  ^oüa  Margarita*  Hflateli  f  -df  loa  ctoquB 
de  Beliosgaardo.  ]^aci6  éi^  el  a&9  de  ^cn.  Fue  «u  faije. 

yin. 

Dr  Andrés  ^E^abrlcid  PlSateU  de  Aragón,  IX. Duque  de 


'  j>.o^ó  fadliereterordel  imitqaesada  del  Vslle/y.ile  l«b  dboados-deT^inMn 
y  lÍLoi'it^eoiai.  2   D.'Fefáamo'eisó  con  doñvLntsreda  ;Pirr%telf ,- -pritiÑiite 


t<re  griuída  de  EsnKfía,  eta  £mb8J:td(ftLde^  tSspañs'^/»  m-Mmerd^  InglderT»,  f 
Vraaoiat  y  prdfetd^ute  del  consejo  de  ordene»,  óljú  h}y}'ám¿  Imn  ««eéeoii  ■ 

ral  de  loa  ejóroitOB  franeeasa.  4.  D.  Fabrieio  ctsó   eon  doña  ViiyiiúwI^ñittBtl 

hermana  de  la  princaaa  do  StrongolUcnyo  hijo  P.  Ifigacl  ,ñié  mejunoéi  deEt'- 

lldéy  Ottfegoattd.  5:  Doña  Roe»  cáió^fMfr-'el  ptlnéipedeSeiJen}  ft^lDi^iia  IN^ 

ria*íeré8aeottelm«Tqtiég'de  W^tetlo  sefier^befatmo**  7.*IHSiá  Betetefoc* 

I  pria€ipe  de  Bisiñaa?*  8.  PoSn  CatAün»  oon  el  conde  de  A  "  rt  iTW»-  * 


—  89  — 
lonteleone,  y  de  T^rranova,  XI  Marqnés  del  valle,  gran- 
de de  Espafifi^  etc.,  casado  oob  dofia  Constanza  Médici, 
de  los  príooipes  Je  Ortajano.  Murió  en  1765.  Faé  sn  h^o 

IX. 

D.  fiector  María  Pifiateli  de  Aragón,  etc. ,  X  Uaque 
de  Monteleone  y  Terranova ,  XII  Marqués  del  Fale  de 
0&j9ea,  Tiria  cuando  Olt^T^ero  escribió  su  historial  y 
cm6  su  Kápoles  con  dofia  IS.  Piocolomini  de  los  duques 
Amala  [1].  Murió  en  ISOO,  y  le  sucedió  su  hijo 

X. 

0 

D.  Diego  María  Pifiateli  de  Aragón  etc.  X[  Duque  de 
Bonteleoue  y  Terranovaí  XIIC  Marqués  del  Falle,  casó 
eoñ  lasefiora  dofia  María  del  Oármen  Oaracdolo  y  murió 
él  14  de  enero  de  1818.  Tuvo  por  sucesor  á  su  hijo  se^ 
gtmdo 

X. 

D.  José  Pifiateli  de  Aragón  actual  duque  de  Terranova 
■(rntetoonoi  casada  con  la  sefiora  dofia  Blanca  Lucchesi* 

^Jl)  Fué  él  que  hiso  la  canon  de  3i  xb\\  j  mas  peaos  «n  fayor  del  hospital  de 
pi*QS7no  dan  Diego  eoino  por  error  da  pluma  89  dijo  en  elfóUo83k 


SÉPTIMA  ;  DISERTACIÓN. 


Bitabieclinieiito  y  propagación  do  la  roUflos 
cristiana  on  la  NuoTa-tfipaAa. 


,  La  propagación  de  la  religión  cristiana  habia  sido  el 
pEíandíe  objeto  de  la  conqniBta :  con  este  fin  se  conoedió 

f!  la  Silla  apostólica  el  dominio  temporal  de  la  Amérix 
&  los  reyes  de  Oastill%como  se  liabia  concedido  antea 
'  los  de  Portugal  el  de  todo  lo  descabierto  por  sns  nave-* 
tes  ea  la  inmensa  extensión  de  las  coatas  de  A  frica  y 
las  prevenciones  contiguas  de  los  monarcas  espa- 
y  las  proTidencias  del  consejo  de  IndiaS|  todas  se 
á  procurar  la  instrucción  de  los  indios  en  la  té 
Ittiioa  y  á  extirpar  el  antiguo  culto  idolátrico.  La  con - 
taista  se  consideró  como  medio  indispensable  para  con-* 
Ignir  este  objeto  I  y  los  repartimientos  se  estableeieroa 
Ira  que  teniendo  cada  español  encomendero  un  cierto- 
imero  de  neófitos  á  su  cuidado,  los  doctrinase  y  ensefia- 
^.lúB  principios  del  cristianismo:  pero  estos  medios  alba- 
{iban  demasiado  los  intereses  mundanos  para  que  deja- 
I  de  abosarse  de  ellos,  y  adoptado  para  eldescnbri« 
lento  y  conquistas  del  nuevo  continente  el  sistema  de 
Ipreaas  partíoularesi  el  medio  vino  á  ser  el  obJetOi  y  los 
Inreses  de  la  religión  se  pospusieron  casi  siempre  á  los 
la  ambidon  y  codicia  de  los  touquistadores.  Los  en«i 


vonmuduroH,  ep  vez  do  ociip 
aa  de  lo8  naturales  Qae  lea  1: 
taron  mas  qoe  de  aproveob: 
grangerlas  y  negocüudonoa 
aer  el  moüTO  de  la  deatrooc 
tes  de  las  Islas  Antillaa,  en. 
las  oaoecias  de  bombres  qpi 
dem&a  pantOB  del  oontinent 
Katoa  oraeles  abusos,  estos 
dad  oomet^^s  ^  ^ilb|^U 
lo  de  los  hombres  veluáden 
doB  de  los  priQoipíoa  del  cr 
uDoa  actos  de  violencia  qae 
.esfuerzo  y  heroica  oonstanc 
los  opresores,  é  Moieron  lleí 
loa  deasT^'^ofi  oprimidos. 

en  tan  noblftbwlMhJM^P 
teainos  y  de  fray  Pedro  de 
Sto.  Domingo,  fulminaron  t 
lie  la  religión  contra  loa  abi 
t^iliítai^Ni'mbBiétb'de'n 
ICKl'&nflebs^eMalbiriasd.  -: 
laalüAndobe  ál  tb'HdaiüA  «bt 
m'Sá  éf^ctev-fla'  ébér^' 
ab&gHdü'aá'-lbá  'nri^HcéS'lit 
-  petlgMl^^'ati^'nifétfAóá-VI; 
átAfMsVéaüí(taii!Qofa;ái¡ie^ 

iüBTy ^  IMt  ltt/toMllátlefr"i 

itéaá,  Vtrábfti*i6bti'  ñtilaein 
mtSibo'fHítb;  fttt'títíé  tntií» 
"■íniKl^l!i4teH|[ihn  Be  htt^ 

■MiM6i  ípitmtmbifací^ 
4émméÁ-i&Me^íiíiibi  toma 
(í^tíiia'ii'ífoiíttflfBrtipíéwíií 
tktv&émi  ütiísaoíuícia«-'( 

gStfólMéfrigp'ftií  H^tñiatt  toa 
tl^¿<¿Elpátí¥^^  y  t^Btt^  áé 

aá' i&'OhiiE'dB '/«ra^oristo -e 
mtyé  ^ú&o-ObVraicidúr-, 


—  OS- 
del  nuevo  contineute  viesen  eu  lo»  tninjblroa  delarelí- 
jrion  que  86  les  predicaba,  bus  defensores,  bu  amparo,  bus 
gaias  7  sos  maestros  en  todas  las  artes  y  elementos  oe  la 
vida  civiL  Si  los  religiosos  adquirieron  un  grande  inflojo 
en  í<»  pueblos  de  Amériea  ,  preciso  es  confesar  que  fué 
oon  los  mas  legítimos  y  nobles  títnlos. 

Oaaudo  la  conquista  de  Méjico  &e  verificó,  estas  graus 
des  cuestiones  entre  los  reli  giojsos  y  los  conquistadores 
estaban  ya  resueltas,  y  laa  providencias  del  gobierno  y 
sos  r^teradas  órdenes  para  el  buen  trato  de  los  indios, 
habiau  heebo  que  se  mirase  su  conservación  é  instrucción 
i62/^08a,  como  puntos  del  mayor  interesen  los  nuevos  des- 
eubrimientoB  que  se  iban  haciendo.  Así  hemos  visto  c^nt 
to  se  recomendaba  lo  uno  y  lo  otro  en  las  instrucclc|Des 
que  Diego  Yelazquez  dio  á  Üortéb,   al  emprender  la  eon- 

Íaista  de  la  ^N^ueva-Espafia.  Pero  si  en  las  capitulaciones 
eoAvenios  para  las  nuevas  conquistas  y  en  las  instxuc* 
oioDes  que  para  ollas  se  daban  nunca  86  omitían  estas 
jmvmieiones,  su  observancia  dependía  de  los  inividuos 
que  hablan  de  ejecutarlas ,  en  loa  que  no  siemjnre  se  en* 
ODutraba  igual  celo  para  su  complimiento,  y  en  esta  par^ 
te  Cortés  se  distingue  entro  todos  loa  conquistadores,  por 
ti  empe&o  que  tomó  por  el  establecimiento  de  la  religión 
f  pot  el  bnen  trato  de  los  indios,  lo  que  le  grangeó  el  a« 
toút  f  respeto  dé  estos,  hasta  el  grado  que  hemos  tenido 
irecnentemente  ocasión  de  manifestar  en  diversos  luga- 
Íbs  de  estas  disertaciones^ 

'  Todo  lo  que  se  hizo  para  la  introducción  del  culto  ca- 
KHoo  dorante  la  conquista,  puede  verse  mas  bien  como 
itta  pnxeba  del  celo ,  á  veces  imprudente ,  que  animaba  á 
Sk^itée,  que  eomo  un  esfuerzo  sistemado  dirigido  al  gran- 
objeto  de  cambiar  la  religión  establecida.  Los  ídolos 
OH  edliados  por  tierra  en  Oozumel  y  Oempoala,  y  en 
logar  fie  erigió  la  insignia  de  la  redención ;  en  el  tem^ 
mayor  de  Méjico ,  al  lado  de  las  sangrientas  aras  de 
tadl jpochtli,  se  consagró  una  capilla  en  la  que  con 
iposas  ceremonias  se  celebró  el  sacrificio  de  la  misa  : 
con  débiles  medios  de  comunicación,  no  obstante  las 
Iones  del  general  catequista  á  los  caciques  de  a^ 

pueblos,  a  los  señores  que  formaban  la  aristocra* 

tbixealteca  y  al  emperador  Moctezuma ,  no  puede  de** 
te  qoe  fie  cambiaba  la  religión  por  erigir  nuevos  objo< 


—  94  — 
tod  de  adoraeioüy  en  lugar  de  los  qno  la  fuerza  de  las  tf 
m<i8  había  héolio  caer,  oaando  no  se  podía  dar  á  eutonder 
lo  qua  aqueilOB  Bigüiñcabau ,  ni  resaltaba  oti;o  blenin- 
meaiatoqnela  cesación  de  lo.^  sacriñcioa1iuaianos«  en 
los  lugares  en  que  el  poder  del  conquistador  ó  la  ae(d 
reacia  que  se  le  mostraba^  como  en  Oempoala  y  Tlax»^ 
la,  podía  impedirlos  y  poen  en  Méjico  ni  aun  esto  poda 
obtener  Cortés,  y  la  iiitrodncüíon  del  nuevo  oúltoenel 
templo  mismo  consagrado  al  mas  venerado  de  bsdioítt 
asteoas,  no  contribuyó  poeo  al  levantamiento  general  da 
los  mH}icanoB  contra  los  espillóles. 

Establecida  la  dominación  española  con  la  toma  deU 
capital  del  imperio^  la  esaaf^ez  de  ministros  en  los  ptiise' 
ro»9.ñoahizo  que  los  progresos  de  la  conversión  do  loi 
indios  no  pudiesen  ser  muy  rápidos.  Cortés  adoptó»  cooq 
hemos  vij^to,  el  sistema  de  repartimiontoS|  único  qoeso?^ 
dia^atisfdcer  la  ambicien  de  Jos  conquistadores;  pero  o. . 
las^ordenanzas  que  formó,  tuvo  especial  cuidado  de  pn* 
venir  cnanto  podía  ser  condaceute  al  buen  trato  de  Ul^ 
naturales  y  á  su  instrucción  religiosa.  Li  corto ,  opoesU ' 
siempre  &  los  repartimientos,  desaprobó  la  medida»  qofr 
acabó  por  reconocer  después  de  empeñadas  cnestíoitfti 
aunque  estableciendo  todas  laa  precauciones  que  tuvo  poc . 
cou venientes  en  favor  de  los  indios ,  restringiendo  Inegt^ 
la  duración  A  solo  dos  descendencias  como  mas  adelaoi» 
veremos,  y  nombrando  protectores  qae  dofendíeaen^teik 
naturales  contraía  arbitrariedad  de  los  encomenderos; 
de  los  gobernantes;  pero  las  facultades  de  aquellos  ^ 
estando  bastantemente  deüaidas,  dieron  motivo  á  nstiz 
vos  choques  que  se  aumentaban  (h  favor  de  la  diatandd|j 
que  encendía  las  miras  6  ínteres  encontrados. 
-    Los  primeros  ministros  del  culto  que  vinieron  con  Cet 
tés  fueron  el  padre  fray  Bartolomé  de  Olmedo  del  ó  " 
de  la  Merced^  y  el  licenciado  Juan  Díaz ,  clériga  El 
mero  se  dedicó  á  la  conversión  de  los  naturales  y  de 
cuales  bautizó  muchos ,  y  al  servicio  de  los  hospitales  i 
terminó  su  vida  en  Méjico  durante  la  expedición  de 
tés  á  las  Hibnerasi  habiéndosele  F^pultadoen  la  igl 
de  Santiago  Tlaltelolco^  cou  toda  la  pompa  que  aq 
tiempos  permitían,  manifestando  los  indios  el  mayor 
tlmiento  por  la  pérdida  de  este  su  primer  apóstol.  £1 
cenciado  Diaz  fué  muerto  por  los  indígenas  en  Qaech 


—  95  -^ 

departamento  de  Faebia^  no  lejos  de  Tepeaoa,  por  haber 
roto  ras  ídolos,  cuya  muerte  ñié  castigada  poreleuco^ 
mendero*de  aquel  pueblo.  Pedro  de  Viilanueya,  quemau- 
do  áloe  que  encontró  cnlpados  en  aqnel  suceso  [1]. 

El  padre  Torquemada ,  á  qnion  debemos  tantas  y  tau 
cnriosas  noticias  sobre  la  matoria  que  es  asunto  de  esta 
disertedoh,  asegura  positivamente  que  no  había  igltwia 
landada  en  toda  la  Kaeva  España ,  cuando  llegaron  loa 
wHgíoBoe franoíacanos  en  junio  de  1524  [2],  que  la  que 
oonstrayeron  estos  ^n  Méjico  en  1522  fuó  la  primera  eu 
qae  buho  depósito,  y  que  ella  sirvió  como  de  matriz  y  ca- 
tedral de  todos  estos  reinos ;  pero  estos  asertos  se  des- 
Taneeen  eostando  per  el  libro  do  cabildo  de  este  ajunta- 
ittiéDto,  que  caando  los  frauciscanos  V'ínieron ,  había  en 
wt»  capital  una  parroquia ,  de  que  era  cura  el  padrivl^e- 
dw  de  Villtig^ran ,  al  cual  en  el  cabildo  de  30  de  mayo  de 
1925  se  le  hizo  merced  de  una  suerte  de  tierra  para  una 
naerta,  y  en  el  acta  en  que  se  asentó  esta  concesión  se  le 
titala  Cura  de  la  ifjilesid  de  esta  ciudad  j  de  donde  resulta 
probaíe  que  habia  iglesia  parroquial  antes  de  la  venida 
^08  franciscanos,  que  necesariamente  había  en  ella  dev 
P^fco  y  que  aquellos  religiosos  nunca  admini^iraron  eu 
CBta  capital  como  caras  de  los  españoles.  Consta  también 
por  el  mismo  libro  de  cabildo,  que  eu  agosto  de  1521  es  • 
taba  ya  fandado  el  hospital  do  Josug,  el  cualjteniasu 
}&^A^  y  estas  dos  son  may  antiguas  que  San  Francisco, 
^parroquia  x)robablcmont«3  estaba  eu  la  pinza ,  dentro 
wl  recinto  del  templo  de  Huitzilopochtli  y  acaso  en  el  bi- 
iwoea  que  después  se  construyó  la  antigua  catedral ,  que 
wma  éh  su  lagar  veremos ,  estuvo  eu  lo  que  ahora  es  ce  • 
^finterio  de  la  actual,  ícente  h  la  puerta*  principal  de  és- 
íj-  Por  la  carta  cuarta  doCortóá,  fecha  en  Méjico  á  15  dt' 

^(M  Cimstail^í  da  ía  informadon  jadicial  qiiA  maudó  hacer  e^  señor  don  Ja^n 
Jlerío,  provití^r  il-jl  Sr.  Pnlifox,  obiapode  Puebla  ol  «ño  cte  Jfili  y  Hd9m4B  d« 

^nt<!n  UfiAred  da  U  sala  dalaT0O|>an  de  a^Juel  pueblo,  qn«  reproefnlttba  «•] 
MB%>becho  pp.*  ViUaa«e7a  en  los  cuhpados  oti  Ja  muerte  del  pirNtilero 
waz,  la  cual  périii<mecI6  hist  i  que  se  «oaetiu^ ó  la  k'loeiia  pjvrAHinial^eu  ei  rá  • 
«><?n  fine  cataba  díchi  BaU.  tíl  padre  Díaz  ícó  íepultido  en  la  igle^iH  «íh  Jh- 

rii«T«Ía,  liprímsridQqao  Bodijo  misa  y  ee admiuis  raroa  lo«  MAcraven^og 
Qoathala.  Jüit^ioXormujioa  lué  pnblictvla  por  el  eeiV^r  l(orenz»naenirf;o^ 
ÉB  la  introda9€ion.&  loe  concilios  mejicaaos, 

^Pl  Libro  V,  cap.  XV JL 


—  98  — 
octabre  de  1521)  se  vé  que  también  li|úi)ia  parroquiafl^oei 
8U8  oorasi  saoríB tanas  y  ornamantos  eu  Y eraoms  y  Dlé- 
dellin,  y  por  lo  miamo  tampoco  es  cierto  lo  qae  Torqiie* 
laada  dice,  qae  la  iglesia  do  loa  fraHciacanos  de  Téacaco 
fué  la  segunda  quo  se  fuadó  en  la  Kueva^Espi^iAt. 

Ea  aa  hecho  carioso  que  la  publioacion  de  la  famosa 
bula  de  hoon  X,  conceilieado  iadalgenoias  á  los  que  die^^ 
Ben  limosnas  para  la  oonstraccion  de  la  basílica  de  8aa 
X^edro  de  Boma,  bala  quo  fué  el  origen  de  la  reforma  d» 
Latero  y  de  que  se  separasen  tantas  nacioiies  de  la  igle- 
sia román  a^  fuese  uno  de  los  primeros  actos  del  cstflito' 
cimiento  do  la  religión  católica  on  Méjico»  En  el  cabildo, 
qué  se  celebró  eu  13  do  mayo  de  1524  y  se  presentó  eeU 
bula' al  ayuntamiento  por  Hernando  de  ÜornOLa  en  uoii^ 
bre  ^  Juan  López  de  Calatajud ,  aoompaQada  de  iM 
provisiones  reales  por  las  que  se  mandaba  recibirla  y  fi- 
ayuntamiento  aoordó  se  obedeciesen. 

L%  organización  eclesiástica  que  Oortés  pensaba  se  de* 
bia  dar  al  país  quo  habia  conquistado ,  ora  mny  divectt 
de  la  que  ha  tenido,  y  se  reducía  á  establecer  en  toda  % 
Kueva  Espaua  lo  que  se  ha  hecho  en  las  misiouea  de  Oav 
lifbrnias»  Primeramente  habia  pedido  en  tmion  de  bij 
concejos  establecidos  en|las  villas  qne  se  habiaa  fo|ida4^^¡ 
por  medio  de  los  procuradores  enviados  ala  corte  Áaloffils* 
de  Qui&ones  y  Alonso  Dávila,  que  se  proveyesen  obi^pQftji 
otros  prelados  para  los  oücios  y  culto  divino  f  pero  ea  to^ 
carta  4'^  le  dice  al  emperador  ^^qne  mirándolo  bieu,  lete^ 
parecido  que  se  debe  mandar  proveer  de^otra  manerai  j^ 
^que  Y.  M.  mande  que  vengan  á  estas  partes  muchas 
Bonafc  religiosas,  ^  muy  celosüs  de  la  conversión  de 
gentes,  y  que  de  estos  se  hagan  casa^  y  monasterioo 
las  provincias  que  acá  nos  pareciere  que  oonvieneQyy  qi 
á-estas  seles  dé  de  los  diezmos  para  hacer  sna  casas 
sostener  sus  vidas ,  y  lo  demás  que  restare  de  ellos  y 
para  las  iglesias  y  ornamentos  de  los  pueblos  donde 
vieren  los  espafioles  y  para  clérigos  que  las  sirvan,  y 
estos  diezmos  los  oobren  los  oficiales  de  Y.  M.,  j  tenf 
cuenta  y  razón  de  eUoS|  y  provean  de  ellos  á  los  di< 
monasterios  é  iglesias,  que  bastará  para  todo,  y  ann 
harto  de  qu^  Y^  M.  se  pueda  servir.  Y  porque  paz» 
órdenes^  y  bendecir  iglesias,  y  ornamentos,  y  óleo  y 
m^  7  otras  C03aS|  nohorbiendo  Qbl9poS|  serl»  ^{ 


—  97  — 

lábiiiear  ei  ramedüo  de  ellas  á  otras  partea ;  Y.VLáe^ 
liear  á  mi  Santádadi  que  conceda  su  poder  y  eean 
bdeiegadoB  en  eetae  partes  las  dos  personas  ptinci- 
dereugiosos  que  á  estas  partes  Timeren,  nno  de  la 
^  de  San  Franeisoo ,  j  otro  de  la  orden  de  Sto.  Do« 
igOilosQaAlesteDganlosmas  largos  poderes  qne  V. 
psdioEa^Iias.raEoiies  en  que  ftmda.Oortés  la  variación 
MIS  ideas,  haóen  formar  nnconoeptb  muy  pooo  venta^ 
H>  dd  estedo  de  las  costnmbres  del  alto  clero  espallol 

Pueoó  bien  á  Garlos  y  el  plan  de  Cortés^  ledoddo 
úmQ  se  Té  á  nifftidw  misLcEneroSi  concediendo  á  los  pre« 
hdos  las  faonltadss  necesarias  para  desempeliar,  en  todo 
Jti^e  era  indispensable,  las  funciones  episoopalesi  y  en 
teóraaBStaxcias  de  aquellos  tiempos  parece  qae  no  po* 
tiaadoptKae  otro  mejor,  annqne  despnes  vino  á  ser  in« 
MAoMEte.  oon  elanmento  de  lapoldadon  española  y  con 
fique  todas  las  cosas  tuvieron;  lo  que  di6  motivo  á  .la 
enedon  de  catedrales,  nnifmnándose  la  gerarqnía  y  sis* 
teas  te  administración  eclesiástica  con  él  de  la  iglesia 
de  GnnadA»  erigida  por  los  reyes  catóHoos» 

Deide  que  se  divulgó  la  fama  de  la  conquista  deMén 
júxs  vados  xeiigtosos,  movidos  de  jEarvoroso  espíritu,  qui- 
sflion  vBcir  á  predüMur  él  BvangeUo,  y  en  efecto  vinieren, 
d«iaeela&adel623,tresfhinciscanos  flamencos,  fray 
Joan  de  Tacto,  gundian  del  convento  de  Gante,  f^ 
Junde  jLaora»  y  el  laico  fray  Pedro  de  Gante.  Bl  prime- 
lo^fBé  emiteado  por  Oortés  en  encargos  de  mucha  confian- 
ns  coioose  ha  visto  en  las  ordenanzas  que  hizo  y  se  pu- 
UiesKon  en  el  primer  tomo  de  estas  Disertaciones ;  en  la 
expedidcn  á  las  Hibueras  le  acompafió  y  murió  de  ham** 
bis  al  0é  de  un  árboU  El  segundo  fáUedó  en  Tescuco 
poeotlnnpo  después  de  su  llegada',  y  del  tercero  habrá 
miflha  ocamon  de  hablar  en  adelante.  Ck>n  el  mismo  in- 
tento salieron  de  Boma,  autorizados  con  bulas  pontaftclas, 
otros  dos  firanciscanos\  fray  Juan  Olapion ,  tombien  na- 
B-oco  y  confesor  que  habia  sido  del  emperador,  yccay 
I  meisco  de  los  Angeles,  del  apellido  de  Quillones,  ha> 

I  no  del  conde  de  Luna :  pero  detenidos  enSf^a^p" 
d  de  hablan  pasado  con  él  Ande  formar  una  min^  mas 

n  nezosa.  no  pudieron  ejecutar  sus  inü»»  P^  T?5EJ^ 

II  'do dprta^ y  hatw Bidp élegiao  él  v^^ 


~  98  — 
ral  desa  orden,  en  el  capítulo  que  se  celebtó  en  Bdraoi 
en  152S.  Oon  lací  faealtades  que  este  empleo  le  daba,  iüi« 
poso  Fr.  Francisoo  de  loa  Angeles  hacer  por  otros  lo  qi¿ 
no  había  podido  efectoar  iM>r  sí  mismo ,  y  á  eite  fia  nom^ 
htó  á  fray. Martin  de  Valencia  j  provincial  qne  á  la  sazot 
era  de  la  proTÍBcia  de  San  Gabriel  oon  doce  religiOEai, 
cayos  nombres  deben  conservarse  en  la  memoria  y  ec  la 
gratitad  de  los  habitantes  de  estas  regioneSi  y  están  áal 
duda  esoritOQ  en  el  libro  eterno  de  la  vida:  estos  foeiot 
fray  Fi«noisoo  de  Soto,  fray  Murtin  y  fray  José  de  la  09*| 
-iGLa,  fray  Jnan  Jnarez,  fray  Autotiio  de  Oindad  Bodd- 
r<.    'ft^y  Tocibto  d&  Banavente «  fray  García  de  Ots&sfoi, I 
SOf  A  r  r  nifl  de  Faensalida,  fray  Jnan  de  Bivas,  y  fray  Fm\ 
írayL.  •  'enes*  sacerdotes,  y  los  legos  fray  Andreses 
cisco  Jiot  . .  ^f^  Juan  de  Palos*  Bennida  la  miaion  en  el  tm* 
dova^yfra^  «  ñs,  pasaron  á  Sevilla  los  religiosos  qas 
venta'de<fieh.  /   biéndose  embarcado  cm  SanL&ew 
^mponían,  y  1k^..     %de  enero  de  I52J:\  arritNuroaoa 
^«irxamedáeldíaw      :  travesía  y  llegaron  áSan  Jnan 
versos  ptistos  de  sn  ;     '  mismo  afSxk 
XJláa  el  1^  de  mayo  del        "^  aquellos  hombres  apóstol» 
El  celo  qne  animaba  ^       cristiana,  elempeAocsn 
por  la  propagación  de  la  fó .       bajos  y  de  privaciones,  y 
ae  ofi?ecían  4  una  vida  de  tra^      ^  la  coaversion  de  tos  iaj 
ardor  oon  qne  se  consagraban  *.      'a  reina  doíia  Isabd 
dios,  era  efecto  de  la  reforma  qne  i        Aqnella  princesa, 
bia  hecho  en  laá  órdenes  religiosas.        ^ra  de  las  oostai 
yas  providencias  se  dirigían  a  la  m^^      'a  siempre  nn 
bres,  y  en  todas  las  cuáles  se  descaí»-,    nattollaragal 
religioso,  quiso  restablecer  en  el  olere  eb^      '^w  ^  ■*, 
ridad  de  conducta,  que  tanto  se  había  relaj.       '^reimwí 
solacion  y  perniciosos  ejemplos  de  los  anterioK       '^nws 
y  especialmente  llamaron  su  atención  loa  con\ . 
frailes  y  monjas,  en  los  cuales  se  tenia  una  vida  liob^ 
aa,  si  hemos  de  creer  á  los  historiadores  de  acjuellos  tiei_ 
pos.  Confió  una  empresa  tan  difícil  al  hombre  mas  á  pm» 
pósito  para  ejecutarla :  éste  fué  el  cardenal  arzobispo  dJ 
Toledo  doctor  fray  Francisco  Jiménez  de  Oisaeros,  qulca 
por  la  severitod  de  sus  costumbres ,  por  su  perfecta  re.] 
gularidad  en  la  observacia  de  su  instituto ,  consorvaiidol 
la  austeridad  del  pobre  franciscano  bajo  el  brillo  delj 
púrpura,  servia  á  nn  tiempo  de  instrumento  y  modelo  di 
la  reforma  que  se  trataba  de  hacer,  La  reina  por  su  pj 


—  9d  — 

lontribala  á  ella  personalmente :  iba  con  freefaeneia  á  los 
Kmve&tOBde  religiosas ,  y  siendo  may  diestra  en  las  la^ 
Mres  de  su  sexo,  hacia  qae  se  ejercitasen  en  ellas  las 
BODjas  y  las  aoostambraba  de  este  modo  á  nn  género  de 
rida,  ooQpada ,  preserrativo  segoro  de  nna  vida  dis- 
toida.  .  .  .         , 

Oianeroa  empezó  la  reforma  por  su  propio  orden,  y  tal 
!ié  la  alarma  qae  en  él  se  snscitó ,  que  el  -general  erejó 
leeasario  venir  á  Oaetilla  para  oponerse  &  las  innova- 
liodes  qae  aqnel  prelado  intentaba ;  pero  no  siendo  bas**. 
autean  presencia  para  impedirlas ,  se  presentó  A  la  rel^ 
kft^  hablMdo  oontrA  el  cardenal  de  nnn  manera  tan  des- 
lompaeeta^  qne  aqnella  princesa  hnbo  de  preguntarle  ^^&\ 
tttabaensajaieio y  sabia  delante* de  quien  hablábala 
oqneelandaz  religioso  Gentes tó,  ^^estoy  enmijnictñry 
i  que  kaUo  á  la  reina  de  Castilla  y  nn  poílado  do  |)6lw> 
nno  yo,"  con  coyas  palabras  se  salió  procipitadamento. 
^  ni  la  reina  ni  Oisnero  eran  para  ser  detenidos  por 
tetáoolos  ni  diílcnltades ;  el  carácter  de  Oisneros  era  nji^ 
oralioeato  arbitrario  y  resnelto ,  y  cuando  obraba  por  la 
onvioeioa  de  qae  hacia  nna  obra  agradable  d  T^íof  y 
paeomplia  con  su  deber,  nada  pedia  contenerle ;  antoM 
icsdo además  oon  las  mas  amplias  facnltades,  qne  den- 
oes  (le  machas  contestaciones  y  embarazos,  la  reina  ob* 
STode  la  corte  de  Roma  qne  se  le  ¡conflrieflén,  en  nnion 
el  noBcio,  para  llevar  adelante  la  obra  comen^ads^ ,  ostii 
sUevó  al  calH>  con  tesón  y  constancia.  Mas  de  mil  frai-» 
Habandooaroa  la  España  por  no  Bometerso  á  la  rdbr-'' 
is  y  se  pasaron  &  Italia ,  Francia  y  ann  fi  los  moma  do 
¡Mería;  pero  la  disciplina  religiosa  qnedó  cstablccídíi 
i  todo  BU  vigor  f  la  reina  mereció  los  aplausos  do  buh 
^toaporáneoB  y  de  todos  los  historiadores,  y  cuando  h\ 
iQériea  se  deBonbrió,  se  encontró  formado  el  plantel  do 
mmes  apostólicos  que  vinieron  á  ditandir  en  ella  las 
Mgdes  de  la  religión ,  y  á  propagar ,  no  solo  oon  sus 
^bkbrsa  sino  todavía  mas  con  su  ejemplo ,  la  fó  de  Je^ 
Ittisto. 

Ea  medio  de  los  regocijos  del  triunfo,  cuando  los  oon- 
dfitadores  se  habían  hecho  dueños  del  imperio  de  'Moc 
Bu&a«  y  extendiéndose  por  todo  el  país ,  daban  rienda 
ilta  á  su  pasión  por  el  oro,  y  se  hablan  repartido  entre 
á  lo«  habitantes  distribuyéndolos  en  las  encomiendas, 


— 100  — 
qae  tbrmaban  otros  tantos  eeñoiíos  destinados  á  ser  tni<*j 
mitidos  6  sos  descendientes,  se  pfesentaiondooekeiiilni 
(1) de  tnye  pobre,  de  exterior  hamilde^de  costombM 
modestos  y  seneillas;  qne  ni  bascaban  oro,  ni  pedían  tb# 
partimientos ;  qne  sé  contestoban  oon  elffirogal  aUmoits 
del  miserable  indio,  qne  se  albergaba  en  sn  cbota,  «a  j 
mas  lecbo  qne  la  dora  tierra.  A  su  tránsito  por  Tlazesl» 
«e  detuvieron  algnnos  dias  en  aquella  eiadad«  enlpnceii 
tan  podnlosa ,  y  admirados  del  gran  eoneorso  de  gentí 
qneserennió  en  la  plaza  el  dia  del  mexcadOy  qniáoca 
comenzar  sns  apostólicas  tareas ,  y  para  dar  &eiitnder 
de.  algnna  manera  á  los  indios  el  objeto  de  sn  Tíaje,  tai ! 
mostraban  om  la  mano  al  deloi  significándotea  que  lia* 
bian  venido  para  enseñarles  el  camino  para  ir  á  él  bol 
indios  admirados  se  pregnntoban  anos  á  otros;  iQaélioBh  ] 
btíMi  son  estos  tan  extraños  t  (  Qaé  género  de  Uajecsil 
qne  visten.!  ^  y  repitiendo  la  [palabn^otolinia  qne  eíg*  < 
niñea  pobreza»  por  ser  lo  que  mas  llamaba  sn  ateaddi  i 
en'  los  recién- vedidos'i  hicieron  fijar  en  ella  la  de  losféü* 
giososy  que  pregnntoron  su  signiflcacion  á  los  espsSolfli  i 
que  hablan  adquirido  ya  algon  conocimiento  enrtiéifr 
ma^y  entendida  esta,  uno  de  los  misioneros,  fray  Teritii 
de  JSenavente^  exclamó :  <'esto  BexA  mi  nombre  por  todi 
mi  vida"  y  de  allí  adelanto  no  se  llamó  mas  que  fray  To- 
ribio  Motolinia.  .| 

AX  aproximarse  los  misioneros  ala  capitel ,  salió  á n^  ¡ 
cibirlos  Cortés  con  todos  sus  capitanes  y  vednos  prind* ! 
pales.  Los  religiosos  traian  en  las  manos  emees  de  made^  j 
raiy  Oortés  y  su  comitiva  YíéndolorUegar,  8epii8ieM¡ 
de  rodillas  y  besaron  sus  manos  con  el  mayor  respel^jí! 
conduciéndolos  en  seguida  al  alojamiento  que  les  eslai*] 
prrvenldo.  La  admiración  de  los  indios  era  grande,  viet*^ 
do  postrados  á  los  piéa  de  aquellos  hombres  hamild«f  i 
en  apariencia  despreciables,  á  los  que  ellos  hablan  teaidi-i 
por  seres  sobrenaturales.  Oortés  aprovechó  esta  <rix«»iii>' 
tanda  para  dirigir  un  discurso  á  los  caciques  y  atílcnij 
que  le  acompañaban ,  recomendándoles  la  veneraeíoBP 
respeto  debido  á  los  que  habian  venido  para  ensefiaiM| 

(1)  Amiqmo  la  mMon  se  componía  de  trec*  relIgloBoi  indoFO  ol  prelad «.  «j 
lo  ▼tatorondoce,  habiéadose  quedado  por  entonces  en  la  cóttefray  José  M 
CoTuñay  (or  alaaioa  de  Ja  misma  in^ioa. 


r 

—  101  — 
Lía  religión  de  loa  cristianosi  de  lo  que  acababa  de  darles 
rejemplo. 

[.  Asienta  Torqnemada  qne  la  primera  iglesia  de  San 
^  Franoisoo  se  fundó  en  el  sitio  que  ahora  ocnpa  la  cate» 
^  dral|  pero  qne  pareciendo  á  los  religiosos  qne  aqnel  Ingar 
!  esfiaba  demasiado  metido  en  la  parte  de  la  ciudad  que 
^  liabttaban  los  españoles,  dispusieron  trasladar  su  conven- 
^  to  al  pnnto  en  que  noy  se  halla ,  por  estar  mas  cerca  de 
ihsk  indios^  que  ocupaban  especialmente  los  barrios  de  San 
lj  Jaan  y  Santiago,  y  afiade ,  qne  el  sitio  piimitivo  se  ven^ 
I  dio  por.  el  sindico  del  convento  en  cuarenta  pesos  ,  cuya 
[  escritura  de  yeota  dice  haber  tenido  en  su  poder.  Pero 
r.por  el  testimonio  irrefragable  de  las  actas  del  ayunta^ 
^miento  y  otras  muchas  constancias  relativas,  se  vé  que  el 
vMtio  en  queM  fundó  ttrimitivamente  San  Francisco^  faé 
[  en  la  calle  de  Santa  Teresa,  en  la  acera  que  mira  al  Sur 
f  [1].  En  el  cabildo  de  2  de  mayo  de  1525  se  le  dio  á  Alon*< 
''¡  «o  de  Avila  un  pedazo  de  solar  qne  estaba  entre  su  casa 

y  el  monasterio  de  Señor  San  Ftancisco  de  esta  ciudad,  — 
[Ssta casado  Alonso  de  Avila  estaba  en  la  calle  del  Be- 
i  iox,  esquina  á  la  de  Santa  Teresa ,  donde  ahora  se  halla 
\  h  botica  de  Cervantes  y  compañía  ,  y  consta  así  por  ser 
^  la  misma  qne  se  mandó  derribar  y  sembrar  de  sal ,  po^ 
^.'ñiendo  en  ella  un  padrón  de  infamifl^  cuando  fueron  con- 
r  Cenados  á  la  pena  capital  los  hijos  de  Alonso  de  Avila, 
^  por  tsompllcidad  en  la  conspiración  atribuida  á,D.  Martin 
LCortés.  Por  real  cédula  de  1?  de  junio  de  1574  dirigida  al 
rvirey  don  Martin  Enriqnez,  que  he  visto  y  se  halla  copia'* 

da  ea  el  libro  de  cédulas  y  provisiones  reales  de  esta  üniv 

Tersidad ,  se  le  concedió  para .  fundar  sus  escuelas  este 
lamo  sitio,  mandando  qne  el  pilar  y  letrero  relativo  á 
Avilas,  que  estaban  dentro  del  mismo  terreno,  se  pn^ 
kriese  fuera,  ^^en  parte  en  que  pudiese  estar  muy  exento 
^  descubierto.'^  No  habiéndose  conatruido  las  escuelas  en 
^tste  sitio,  lo  vendió  la  Universidad  á  censo  enfitéutico 

.ue  todavía  disfruta,  al  convento  de  Santa  Isabel,  al  cual 
&itenecen  las  dos  casas  námeros  1  y  2  de  la  primera  ca- 
m»  del  Belox^  que  son  la  referida  botica  y  la  casa  conti* 
if"'  — .— 

ir  (1>  Ocupa  e«te  ■ití»  la  casa  en  que  YÍTe  flctualmente  el  seiíor  Monasterio, 
MA&ml  maf or  del  mimsterio  de  relacionee.  £«  la  námaro  17  y  el  convento  se 
M(eDd«ria  deade  la  Id.  que  es  la  contígaa  á  la  que  fué  de  Alonso  de  Avila,  4 
^trat  de  la  BÜemacfclle  n&ca  el  Oriente. 

I>JSlftTA0IONSft.-*T0MO  H— 13 


—  102  — 
gaa  á  ella,  qae  oonpan  el  terreno  gae  era  la  casa  de 
jonao  de  Avila.  Además  de  esto,  por  los  títulos  de  una 
sa  qoe  tiene  el  convento  de  San  Gerónimo  en  la  oilte 
Moutealegre,  qne  el  padre  Pichardo  examinó ,  oonsta 
Bernardino  de  Albornoz ,  hijo  sin  dnda  del  oontador 
drígo  de  AlbornoE,  era  dnefio  de  las  oasaa  que  segoin 
U'de  Alonso  de  Avila  en  la  calle  de  Santa  Teresa,  j 
eX  cabildo  de  31  de  enero  de  I52d  resalta »  qne  esta 
de  Albornoz  se  construyó  en  el  terreno  en  qne  estaro 
Francisco  el  viejo ,  del  caal  el  ayuntamiento  se  crei» 
torizado  á  disponer  como  de  baldío,  después  de  trasl 
do  el  convento.  Este  estavo^  pae»^  en  la  calle  de 
Teresii  y  no  en  la  plaza  ni  en  el  sitio  qae  oeapa  la 
dral,  el  qae  tampoco  se  vendió  en  caarenta  pesos 
dice  Torqaemada ,  sino  algnn  pedazo  del  qne  tuvo 
Francisco,  acaso  9  Albornoz,  pues  como  se  veri  eo 
ga'r,  para  la  constraccion  de  la  catedral  asignó  el  ayual 
miento  diez  solares,  en  la  distribución  que  se  hizo  del 
reno  qne  ooapaba  el  templo  mayor ,  ó  como  en  las 
d€S  cabildo  se  dice,  ><donde  estaba  el  HaichUobos^  [Ij. 

(^l)  Ka  otro  lapfaT  do  oitM  DiiorUeionoo  io  dijo  qao  ol  ooiiTOiito  tsáípui 
8jdk  ]Pr«DdMo  ofltnvó  on  la  priavaoiülo  d«l  Roloz,  ooquiiia  4  l«  de 
logro,  Imbienlo  úlo  Indaoido  on  ooto  error  por  lo  qao  ol  padro  i 
dieo  on  too  notat  mi^rgiiiaios  á  U  eopio  dol  libro  de  oaUkio  qao  toBt*i 
TUta^  00a  roUoíoa  4  lo  ooaodoi  ooiiYO;.to  do  Boa  Oorónimo  qaooilft«^ 
cho  Oiilio  do  Montsaloffro;  p^ro  mejor  ozamlnadoo  t^tfoi  "mUm  difem,  Mi 
oonv» neldo  do  qno  ol  iiilo  primitivo  det  roforido  ooBTonto,  oi  «1  ooo  ofii^ 
ktgiio.  Me  porooo  también  qno  pnodo  ooneiliaroo  coa  é^to  lo  qno  Tora« 
da  dloo,  acerca  do  la  venta  dol  terreno  del  antigno  oonvonto,  pnoi  «i 
do  la  oaoa  do  Albornos  no  lo  fkié  dado  por  ol  ayu  atamiento  ,  qno  porili 
tr«rio.  en  ol  oabildo  do  31  do  Knoro  do  13^  lo  exigió  '*qao  traiga  J 
to  onol  oabildo  ol  iítalo  qao  tieat  &  loi  oolaroa  donde  -eolia  oatar  Su 
oitco,  pura  qno  la  oiadad  lo  Toa,  con  apere tblmlonto  do  qao  im>  lo  ha 
proveer*  de  oUoo  eomodo  Taooi."  Torqaeouula  al  hablar  de  la  Tonta  4»^ 
to  ■olar.dioo  qno  10  vendió  on  caaront%  peooo.  "no  porqno  loo 
qoialeran qoe  oo Tendiera,  sino  porqno  ti  qiute  h  ajtropiéf  nos»  ao(.. 
10  poiooioo,  haita  qno  por  algan  oraoio  lo  «oiooieso  por  onjo.  Y  aeí  Afti 
renta  poioo  por  él|  qao  si  autora  f^on  tiempo  do  Tórqoomada)  op  oomi 
t finia  precio,  j  ol  roeando  do  ene  traspaso  j  tobIa  no'  tonino  an  mí  . 
Todo  oato  se  entiendo  mat  blonon  el  sapaosto  do  la  oompra.  qno  me' 
hfio  Albornf^s  al  sindieo  do  San  Francisoop  qao  al  doitino  á»  oonotroir  i 
catedral:  j  como  la  Tonta  do  Alborooi  doblo  voriAearSo  doraste  la  mi 
de  Cortesa  las  H  iba  »as,caandoAlbomos  tonta  partieipaoloa  anolj 
uoy  por  «oto  el  aynntaiaisnto  no  tenia  eoostanoia  del  títolo  on  Tifiad  4 
posesa  aqnsl  terreno.  Segnn  la  rolaeion  de  Torqnomada,  habría  do  oni 
so  q  10  la  primera  ialosia  on  qno  hnbo  depósito  faé  la  aetoal  do  Baa  Fti 
paos  dieo  st  odiÜjO  on  1535  y  4  mediador  io  esto  año  oo  mndaraa  los: 
ai  conTonto  nnovo,  lo  onal  indneo  nnova  eontrjtdieoion  on  dlobo  anto^L 
hibblcnio  pormaaeeido  aqn  ¿tos  oneo  mases  on  ol  TÍo}0|  no  es  da  niagoBsl 


—  103  — 
Hártia  de  Talenda  presentó  aus  bolas  eneloa-- 
9  de  marzo  de  1525 ,  j  oon  la  latitud  de  facaléa- 
Iqoe  eatoQoes  osaba  el  ajontamiento  de  Méjicoi 
éste  Be  obedeciesen  como  mandatnientoa  de  Ga 
j  qae  oonforme  á  ellas  ^Hisen  en  todas  las  cosas 
esk  ellas  contenidas  en  esta  Nueva-Espafia  '^  Sin 
^>  9  pooo  tiempo  despoeB  se  soscitaron  contesta- 
coa  motivo  délas  faoidtades  episcopales  coace>^ 
los  nüsioneros,  y  de  la  administración  de  justicia 
cdminal  qne  por  ellas  ejerdan;  por  lo  que  en  el  ca^ 
le  28  de  Jallo  del  mismo  afio  de  1525 ,  se  les  pidió 
itaaen  las  bulas  en*que  pretendían  fundar  es^ 
bdesly  las  provisiones  reales  que  les  autorizasen 
Hiciéfonlo  así ,  y  como  en  las  dos  cédulas 
de  que  hieieron  presentación ,  fechas  en  Pamplooa 
de  no  viesibre  y  12  de  diciembre  de  1523,  no  hubie^ 
que  una  recomendación  que  el  emperador  ha^ 
[para  qoe  las  autoridades  auxiliasen  á  los  misioneros 
ministerio,  el  ajontsmiento  les  requirió  qur  no  u^ 
de  la  jarisdicoion  civil  y  orimlnal ,  si  ño  presenta^ 
pcoñsion  expresa  para  ¿lo. 
trasladen  del  convento  nuevo  hubo  de  verificarse 
miijrodel525|  pues  desde  el  cabildo  de  2  de  junio 
'  aSLo,  todas  las  mercedes  de,  solares  para  cons^ 
ir  casas,  qoe  se  dieron  en  aquellas^mediaciones  ^  son 
xeladon'^^á  San  Francisco  el  nuevo. "  y  siempre  que 
hablar  del  convente  antiguo ^se  dice,  *^San  Fran*^ 
el  viejo,^  por  manera  que  habiendo  llegado  &  Mé^ 
los  franciscanos  en  junio  de  1524,  permanecieron  once 
en  el  convento  de  la  calle  de  Santa  Teresa,  qne  foé 
dada  provisional,  mientras  se  constmia  el  nuevo.  Es 
V  de  notar  qoe  durante  este  período,  esto  es,  en  el  ca- 
fdo  de  30  de  mayo  de  1525  ,  hablando  del  cura  YiUa- 
wi,  se  le  llama  cura  de  la  igUHa  de  esta  ciudad,  lo  que» 
w  arriba  se  ha  dicho,  prueba  que,  estando  los  francis- 
m  eu  la  calle  de  Santa  Teresa,  habla  eura  clérigo  qae 
Jiiateaba  la  igleda  de  la  plaza.  Es  también  de  obser- 

'»Uh>  que  una  comioidaí  ralígíow  MtiiTiew  t*^^^ÍÍ ?*.??  i¡ííu  di 

provioioaal  y  ate  depósUo  m  «lia;  da  «oerta  qn«  •^Í;%' "i?  wto  da 

»5ad«Tarqí«»d%  Wmny  graras  nf^^<>«*^«?*ÍK  ritmólo  de 

iQliigarin^ohaadáaaa  aobra  la  ext«nWoii  qae  teai»  ol  tei^pio  q^ 

^tUy  60019  OH  sa  lugar  yer^qio'* 


I 


—  104  — 
var  qne  durante  todo  el  tiempo  qae  permanederoii  ea  **B, 
Francisco  el  viejo,"  en  ninguna  de  las  meicedes  de  aoUm» 
que  se  hicieron  en  la  plaza  se  habla  de  este  oonvoitOi 
nueva  prueba  de  que  no  estuvo  en  aquel  paraje  sino  ^d 
que  va  especificado. 

Habiéndole  reunido  á  los  religiosos  de  la  misión  los 
tres  flamencos  venidos  anteiiormentOi  y  otros  dos  espaSo*- 
les  que  habian  pasado  de  las  islas  y  que  servían  oomo<»^ 
pellanes  en  los  repatimientos  ,  celebraron  capítalo  en  el 
que  reeligieren  por  prelado  á  fray  Martin  de  VntoDcift  j 
acordaron  distribuirse  en  cuatro  seooionei^i  permanedsn- 
do  la  una  con  fray  Martin  en  la  capital ,  y  traatadánáoM 
las  otras  á  Tezcuoo,  Tlaxoala  y  HuejoeingOi  pobiaeknni 
entonces  las  mas  importanteSt  para  fundar  en  eHan  M^ 
ventos  y  dar  principio  á  la  obra  de  la  oonversiim  de  los 
naturales.  Establecidos  en  e«tOB  logares ,  pusii^roa  maso 
á  la  construcción  de  oonventog  ^  los  cuales  se  hidearon  por 
los  indios  sin  erogar  costo  ninguno,  yendo  á  tarabajar  los 
pnblós  por  turnos  y  llevando  todos  losmateríaleB  noce- 
aariosi  y  así  se  hicieron  en  aquellos  tiempos ,  no  solo*  tos 
dos  los  conventos  que  se  fabricaron ,  sino  también  toAm 
los  edificios  públicos  y  los  caminos  y  calmdas  qne  oeconiK 
truyerosu  Al  lado  de  los  conventos  levantaron  otax»  edi^ 
floiofl  á  manera  de  colegios ,  donde  se  alojasen  loa  nillaa 
que  so  reunían  para  ser  instruidos  en  la  religión.  Hechas 
estas  casas,  con  salas  espaciosas  para  escudas^  mandaron 
á  los  caciques  y  principales  señores  que  les  llevasen  sbif 
hijos  para  docenarios  en  la  fó  católica :  pero  no  atrs 
viéndose  estos  á  desobedecer ,  y  no  queriendo  por  ofara 
parte  desprenderse  de  sus  hijos ,  en  logar  de  ellos  11eva> 
ron  á  los  conventos  á  los  de  sns  criados  y  vasallOB:  lo  qse 
Torquemada  atribnye  á  disposición  de  Dios ,  que  quiso 
por  este  medio  que  cesase  el  señorío  que  tan  tiráaioa% 
mente  ejercían  sobre  sus  vasallos ,  los  cuales  |  instraidc» 
por  los  miBíonero9|  vinieron  á  ser  en  lo  sucesivo  loe  qja» 
gobernaron  en  sns  pueblos. 

Becogidos  así  los  niños  04  número  de  seiscientos  á  nafl 
en  ca¿^  convento ,  estaban  al  cuidado  de  nnos  índioa  anv 
oíanos  que  les  deban  la  comida  y  ropa  que  les  traían  Itt 
madresy  asistiendo  continuamente  en  las  escuelas  los  ret. 
ligiosos,  que  en  ellas  hacían  sus  actos  de  comunidad  • 

destiaabftu  ó  la  eiusefi^mza  de  los  niños  todo  el  tiem 


—  105  — 

|B8  aquellos  lefi  dejaban.  Mientras  no  tuvieron  oonoci-^ 
idento  de  la  lengua  del  país^  esta  instrucción  se  reducía 
i  e&seíiarles  &  persignarse  y  rezar  el  Padre  Nuestro  y  Ave 
Jfofiíiy  cen  otras  oraciones  en  latín  ^  y  á  darles  á  entena 
derpor  señas  los  misterios  principales  del  cristianismo, 
«iBáláttdoselos  en  cuadros  que  ponían  en  las  escuelastto- 
do  lo  cual  no  podía  servir  mas  que  para  ejercitar  inútil^ 
moXt  la  memoria  y  entretener  algo  la  vista,  sin  comuni» 
«r instrucción  alguna  al  espíritu:  y  así  fué  que  predi t 
cando  una  vez  vax  misionero  que  era  viejo ,  cano  y  calvo* 
m  otros  suB  compañerosi  en  la  fuerza  del  sol  de  medio 
üa,  eauna  ooncurrencia  numerosa  deindioSf  viendo  esN 
.te  ias  voces  que  daban  y  los  movimientos  violentos  que 
Ittqan,  los  principales  que  se  hallaban  presentes,  comen» 
101  ¿i^guntar,  ^'  (  qué  tíeneu  estos  pobres  miserables 
qoe  ta&tas  voces  están  dandoY  Sépase  de  ellos  si  tíe- 
Bon  hambre ,  ó  deben  de  ser  enfermos  6  estar  locos ,  y 
airad  á  hamis  notado  como  á  medio  día,  y  á  media  no- 
che y  al  amanecer,  cuando  todos  se  alegran  ellos  lloran: 
m  dada  es  grande  su  mal,  porque  no  buscan  placer  sino 
tristeza:''  lo  que  decían  con  motivo  del  rezo  de  maitines 
y  otras  horas  del  oficio  divino.  Torqnemada  pretende  que 
aunque  los  indios  idecian  esto  de  los  religiosos  por  no  en- 
tsidorlos,  al  fin  muchos  se  (convertían  y  recibían  el  bau- 
tísmoy  pero  es  fácil  conocer  qué  género  de  conversiones 
'podían  ser  estas  y  qué  idea  tendrían  del  bautismOi  los  que 
kabian  recibido  semejante  instrucción. 

Los  misioneros,  peorsuadidos  de  que  nada  6  muy  poco 
iwdian  adelantar  mientras  no  hablasen  la  lengua  del 
pa^  dedicaron  á  esto  toda  su  atención.  Para  conseguir 
aa  intento  emplearon  varios  medios,  haciéndolos  ingenio-^ 
aoa  el  empeSo  que  tenían  de  poseer ,  con  e  Iconocímiento 
^  idioma,  un  medio  de  comunicación  con  los  indios.— 
familiarizábanse  con  los  muchachos ,  tomaban  parte  en 
aasjaegos,  y  llevando  siempre  consigo  papel  y  tinta,  a-^ 
teitabaii  las  voces  cuya  significación  les  parecía  haber 
eomprendidoi  y  juntándose  por  las  tardes  entre  si  y  con-- 
¿ontando  sus  apuntes ,  iban  formando  una  especie  de 
diodonarioi  que  se  enriquecía  de  nuevas  voces  con  la  con«- 
ttaaacíon  de  este  molesto  trabajo.  Luego  ponían  á  prue^ 
ha  la  exactitud  de  sus  observaciones,  repitiendo  á  los 
>Qfl  '^niSos  lad  palabras  que  creaian  entender ,  y  ellos 


.  — 106  — 
no  solo  les  enmendaban  los.  errores  que  comettani^noqae 
oonoddo  sa  intento ,  les  hacían  mnohas  'pregantas  y  toa 
proporcionaban  así  la  inteligoncia  de  maohas  palabras», 
Füéles  de  muolio  anxilío  ana  viada  española  qae  tenia 
dos  hijos  peqaeíIOB,  los  oaales  criándose  entre  los  innaha^ 
phos  indios,  habían  aprendido  algo  de  sn  lengaa.  Sabido 
esto  por  los  religiosos,  pidieron  al  gobernador  Cortés  que 
les  hiciese  dar  el  ano  de  aquellos  niños ,  lo  que  hizo  sa 
madre  de  baena  volnntad  j  el  onal  vino  á  ser  el  maestro 
de  los  misioneros ,  y  mas  adelante ,  habiendo  tomado  el 
hábito,  se  llamó  fray  Alonso  de  Molina. 

TTtio  de  los  mas  hermosos  esfaerzos  qne  ha  heeho  jam&i 
el  espíjita  religioso,  ha  sido  sin  dada,  este  laborioso  tra« 
bs^o  de  los  misioneros  españoles  para  aprender  Ita  Isüm 
gaas  de  la  América.  A  él  se  debió  el  qae  se  redajesen  eé* 
tas  á  principios  gramaticales  y  se  formasen  diccionarios 
de  todas,  y  esto  por  diversos  misioneros ,  qaienes  taní' 
bien  oompasieron  en  ellas  catecismos  y  obras-  de  dero « 
cioni  qne  paestas  en  las  manos  de  los  neóñtos  facilítanMi 
macho  sa  iostracoion,  con  cayo  fia  se  .dedicaron  asimismo 
á  enseñarles  á  leer,  en  lo  qne  se  distíngalo  fray  Pedro  de 
Gante,  qnlen  tuvo  esencia  en  Tezoaco,  la  primera  qae  ha* 
bo  en  todo  el  cent  nente  de  la  América ,  en  la  qae  enss' 
fiaba  á  leer  y  escribir  á  los  hijos  de  los  indios  nobles  de 
aqnella  ciadad,  en  cayo  ejercicio  continnó  en  MéjcOi  en 
donde  f ando  la  capilla  de  ban  José,  después  parroquia  de 
este  nombre,  la  prioiera  qae  hubo  para  la  adcninístracioa 
de  los  indios  •  el  colegio  de  Sa^  Juan  de  Letran ,  que  no 
fué  en  su  principio  mas  que  escuela  para  enseñar  á  ieef 
y  escribir  y  latinidad ;  y  el  colegio  de  las  niñas ,  para  la 
odncacion  de  jóvenes  indias  nobles:  todo  en  las  inmedia* 
clones  de  San  Francisco ,  porque  todo  estaba  al  caídado 
de  los  religiosos.  Oon  estos  trabajos  en  las  lenguas  dét 
país,  que  después  aumentaron  y  perfeccionaron  los  jesoi- 
tas,  no  aspiraban  los  misioneros  al  renombre  de  filólogos, 
ni  tenían  otra  mira  ni  otro  espíritu  que  procurarse  me- 
dios para  propagar  la  religión,  siendo  la  caridad  cristia- 
na  el  único  móvil  de  tan  vastas  empresas.  Por  desgracia 
80  ha  perdido  en  gran  parte  en  nuestra  época  el  trioníd 
de  tan  grandes  trabajos :  no  hay  biblioteca  ninguna  en 
la  república  en  que  se  encuentre  una  colección  de  esNs 
^amáUcas  y  diccionciríos>  alguno^  de  los  cuales  nune   se 


r 

I 

—  107  — 
/mprimieron  j  y  aun  de  muchos  de  los  impresos  es  muy 
difícil  hallar  ejemplares  |  siendo  acaso  la  coleocion  mas 
completa  que  hoy  existe  la  que  ha  logrado  formar  eu 
Berlín  el  señor  Barón  Federico  de  Hnmboldt ,  ministro 
.  que  faé  del  rey  de  Prusia,  tan  distinguido  en  lú  fllologia, 
como  su  ilustre  hermano  y  el  Barón  Alejandro  de  Hum- 
boldt,  lo  es  en  las  ciencias  naturales  y  estadísticas. 

Para  establecer  una  norma  en  sus  i)rocedimientos  y 
obrar  bajo  principios  seguros  y  uniformes^  los  misioneroS| 
antes  de  comenzar  sus  trabajos ,  celebraron  una  junta  aN 
postóUca  á  que  se  suele  dar  el  nombre  de  primer  concilio 
mejicano.  Formaron  esta  junta  diezynuere  religiosos, 
cinco  clérigos,  y  algunos  letradoS|  con  asistencia  de  Oor- 
téS|  y  86 celebró  en  ñnes  de  1524  y  principios  de  1525,  pre- 
sidida por  fray  Martin  de  Valencia.  En  ella  se  estableció 
el  modo  en  que  se  hablan  de  administrar  los  sacramen- 
tosy  de  los  cuales  el  del  matrimonio  ^  ofrecía  mucha  din  - 
cal tad|  pues  teníj3ndo  los  indios  en  su  gentilidad  varias 
mujeres,  é  ignorándose  sus  leyes  y  costumbres  sobre  el 
particnlar,  no  se.podia  fijar  si  entre  ellas  habla  alguna 
que  debia  ser  considerada'  como  legítima ,  y  cual  lo  era* 
punto  que  quedó  [indeciso  hasta  que  el  Papa  Paulo  III 
deckaó  que  se  considerase  como  tal  la  primerai  y  en  caso 
da  no  poderse  averiguar,  se  quedase  el  indio  al  bautizar^ 
06  con  la  que  eligiese.  En  cuanto  al  bautismo,  habiéndose 
dado  en  algunas  ocasiones  sin  las  formalidades  estable" 
eidas  por  la  iglesia  ,  y  aun  á  veces  por  solo^aspersion  de 
agua  natural  con  hisopo  sobre  un  gran  número  de  perso 
nasi  pronunciando  en  común  para  todas  las  palabras  sa^ 
emmentales,  luego  que  vino  de  las  islas  el  crisma  y  oleo 
bendito,  se  repitieron  las  ceremonias  y  ritos  solemnes  en 
Fo9  gae  habían  sido  bantízados  sin  ellas,  y  entonces  tam« 
bien  se  administró  la  conflrmamon ,  para  la  cual  tenia  fa^ 
mitad  él  padre  Motolinia.  A  los  principios  no  se  dio  la 
Dmnnion  á  los  indios  hasta  que  el  Papa  Paulo  III  los  de 
laró  capaces  de  ella ,  movido  por  la  célebre  carta  que  lo 
\ÍTÍgió  el  objeto  de  Tiaxcala,  Fr.  JulianG  arces,  y  en  junta 
ne  oelebró  en  M^ico  en  1539  el  Sr.  Zumárraga,  que  con 
ifls  propiedad  pudiera  llamarse  el  primer  concilio^Mejica- 
t>^  paes  asistieron  á  ella  además  del  Br.  Zumárraga ,  los 
^oreo  don  Juan  de  Zarate,  primer  obispo  de  Oajaoa,  y 
m  TTasoo  de  Quiroga,'que  lo  fué  de  Michoacan  con  los 


— 108  — 

prelados  de  las  religionesi  estando  representado  él  ph 
bierno  por  el  factor  Ortoño  de  Ibarra ,  se  declaró  que  as 
les  debía  administrar  á  los  qne  estuviesen  bien  introito 
en  la  té,  lo  que  íaé  confirmado  por  jonta  Itostmor^oa 
conyocó  el  visitador  don  Francisco  Telio  de  SandoTsleí 
1546  6  la  qne  asistieron  cinco  obispos  y  los  prelados  de  loi 
religiosos  y  otros  edeslásticoB. 

Los  continuos  trabajos  y  viajes  de  loa  misioneros  oot> 
sumieron  en  breve  tiempo  los  hábitos  que  habían  ttaidof 
y  no  habiendo  sayal  ni  lana  con  que  hacerlos,  pnestoda* 
vía  no  sé  había  propagado  bastante  el  ganado  puspo» 
dudria,  debiendo  ser  de  esta  materia ,  acuderon  sllabO' 
rioBO  expediente  de  hacer  desbaratar  por  las  indias  citA* 
jído  de  los  hábitos  viejoS|  cardar  ó  hilar  la  lanada  qat 
estaban  formados  y  tejer  otros  nuevos  ,  y  paca  dsrteBit 
color  mas  duradero,  bajo  el  principio  de  que  San  Fsft: 
cisco  no  había  determinado  color  ni  forma  para  loebi^ 
tos  de  sus  frailes,  sino  que  solo])  habia¡,reoomendado  qA 
fuesen  pobres  y  ordinarios,  los  hicieron  teülr  con  el  Mi 
mas  común  que  habla  que  era  el  añil ,  y  este  es  el  orl^ 
que  tuvo  el  que  los  franciscanos  en  Améiica  estés 
dos  de  azul,  en  lugar  del  color  gris  que  asaban  en 
fia  y  del  cual  eran  los  hábitos  primitivos  de  los  mío 
ros,  igual  al  de  los  fernandinos  y  de  los  demás  coi 
apostólicos. 

Para  desarraigar  del  todo  el  culto  de  los  ídolos , 
menester  destruir  estos  y  los  templos  en  qne  se  les  U 
ta  adoración,  pues  no  obstante  la  asistencia  forxsds 
los  indios  á  los  actos  de^religion  en  las  iglesias  y[á  la  i^ 
truGcion  que  se  le  daba,  aunque  en  lo  público  hubiese 
sado  el  elerdcio  de  la  idolatría,  en  lo  secreto  se  oonti^ 
ban  los  sacrificios,  y  los  templos  estaban  servidos  y 
dados  con  sus  cer^nonias  antiguas.  En  el  cm^o  d^ 
conquista  se  habían  derrocado  algunos  ídolos  y  d 
do  varios  templos,  poro  esto  no  había  sido  de  ona 
ra  tal ,  que  borrase  la  memoria  é  hidese  olvidar  la 
renda  con  que  eran  vistos  aqu-llos  lugares,  y  deepi 
triunfo,  los  españoles  se  ocupaban  mas  en  conBtrair 
casas  y  cobrar  los  tributos  en  sus  repartímieatns,  q 
perseguir  el  culto  de  los  ídolos.  Los  misioneros  com< 
ron  d  año  de  1525,  quemando  en  el  primer  dia  de 
templo  mayor  de  Tezcuco  qne  era  de  los  mas  h 


—  lOD  — 

queriendo  que  así  oomo  la  reaenoion  del  género  humano 
¿abJa  t^icl0<p(riiioi^o  en  aqnel  dia  con  la  cironnoision 
del  hijo  dm  Dios,  wú  lo  tnyieae  la  r^en^áoion  del  país 
leoiea  eooqnisÉadc^yi  oón  la  destrnooion  de  nno  de  los  mas 
íamosos  tempb»  ^e  an  idolatría.  Grande  íaó  la  senoáolou 
que  tal  aeto  cansó  en  ios  indios,  quienes  con  grandea  gris 
tas  ^mnehasL lágrimas  manifestaban  el  dolor  qne  les  can- 
naba  la  mina  de  aqnel  monn  mentó  ¡  pero  los  misioneros, 
firmes  en  aa  propósito  y  anxiliados  por  antoridad  y  po- 
der de  Cortés,  tan  celoso  m  este  pnnto  como  los  misiono- 
ros  miamos,  lievaron  adelante  sn  emprcea.   Estos  actos 
soiían  iiaooáie  de  nna  manera  pomxK)Ra :  los  religiosos 
aoompafiados  de  los  nifSosdo  las  esencias  y  de  los  cato^ 
eúmtnoB  tnae  instrnl^s,  celebraban  misa  en  público  con 
la  mayor  aolenmidatl  qne  podían ,  y  condnido  el  santo 
sacrificio^  iban:.on/procesion  al  paraje  en  donde  se  hnbian 
remudo  los  ídolosy  otros  objetos  déla sopersticion  do  los 
natorales^y  cantaad^  el  salino  113 ,  se  ejeentaba  prácti^ 
esmente: sobre  ios  ídolos  el  contenido  de  cada  rersícnlo 
^'Kneatra  Dios  reside  en  el  (sMoz  todo  crntA  snjeto  á  sn  vom 
lontad,  JLo  simnlacrofl^  do  las  i^entes  son  oro  y  plata,  obra 
de  la  mano  de  Jos  hombres.  Tienen  boc;!>  y  no  hablarán, 
tienen  ojos  y  no  verán*  Tienen  oídos  y  no  oirán,  tienen 
riaricea  y  no  olerán.^'  (1).  El  martillo  del  misionero  hacía 
entonce  pedassos^neiios  miembros  del  ídolo,  cnya  inntt-. 
lióüd  había  cantado  el  profeta  real,  y  los  mncHachoa  de  la 
e^cnela  despnes  de  la  ceremonia,  con  ^rita  y  algazara Jn- 
snlcabán  los  restos  mntilados  del  simnlacro,  qne  por  tan- 
tos siglos  haJñan  adorado  sns  abnelos. 

Por  desgracia,  los  misioneros  confandferon  con  los  cb^ 
jeto  del  oaito  idolátrico  todos  los  geroglfüeos  cronológicos 
é  histórico,  y  en  nna  misma  hognera  se  consumía  el  ídolo, 
Bat9  qaitín  se  habia  presentado  en  sacrificio  los  corazones 
humeantes  de  los  hombres « y  el  manuscrito  precioso  qne 
3ontenía  losanales  de  la  nación  desde  sn  inmigración  del 
ETorte  de  Asia.  Así  faeron  entregados  á  las  llamas  los 
urehivos  de.Té^caeO)  oon  gran  pesar  de  los  indios  instmi 


(I)  3.  D*a5  antera  BOi1«r  iii  celo;  omiita  qoa;?anqn«  rolcjt,  fecit 
4   Hiaialaefft  gfcatiam  argentáis  et  aticaaif  opara  m&niam  boninom. 
5.  Ój  h^^asit  ét  ñsft  locoantor?  ooaloB  bobent  et  nou  vid^bnnt. 
i,  AiST.aa  ]i«l»ant«k  loa  a«dient:  n&roahab«attt  non  odorabniít. 

PISSBTAOIOITBS.--- TOMO  11*— 14 


^  lio  — 

do8y  qu#  aabisux  la  «igai&oaoion  do  imucllaa  figuras  ituB" 
teriofias.  Los  misioneroB  conocieroa  mas  tarde  el  mal  que 
habiau  oaaaEhdo  y  trataron  derepararlo^  reoogieodo  todas 
las  noticias  y  tradiciones  que  les  íaé  posiblSi  y  conaervan' 
do  los  manosoritos  qne  escaparon  á  los  primeros  ineenn 
dio6|  y  á  estos  trabajos  literarios  qne  impendiecoa  p«ri 
formar  la  historia  de  todas  la  naciones  de  América  en  qne 
ejercieron  sn  miaterioi  debemos  los  conocimientos  qne  a« 
cerca  de  ella  tenemosi  y  de  la  legislación^  nsos  y  costam^ 
hveñ  de  aquellos  pneblos»  Pnede  ann  dudarse  si  la  repa* 
radon  qne  de  este  modo  hicieron^  excedió  al  mal  qneesn- 
naroD,  pnes  sin  loa  escritos  qce  nos  dejaron,  serían  Incom^ 
prensibles  las  figuras  geroglíftcas  qneae  han  oonser^o, 
como  lo  habrian  sido  los  manuscritos  de  los  clásioos  latí* 
nos,  si  el  clero  de  ia  edad  media  no  habiera  mantenido  vi^ 
va  la  lengua  en  que  estaban  escritos,  qne  vino  á  ser  el 
idioma  litúrgico.  Sea  onal  f aere  el  daCo  que  los  mido&ei 
itis  cnasaron  ó  la  historia  con  sus  piadosas  quemasottea^ 
no  es,  sin  embargo ,  la  generación  presente  la^  que  tiene 
el  derecho  de  acnaarloSi  cuando  hemos  visto  consumir  ea 
las  coheterias  6  vender  para  envolver  drogas  en  las  bo 
ticas,  no  manuscritos  con  signos  no  conocidos ,  sino  Im 
arohivos  muy  importantes  de  muchas  ofldnasi  ainque  se 
haya  hecho  otro  esfuerzo  para  recogerlos  y  oonservariosi 
qne  el  establecimiento  poco  atendido  del  arohlvo  generali 
y  el  del  museo  paralas  antigüedades  mejicanas,  que  tam- 
poco ha  sido  visto  con  grande  empeño» 

Bntro  los  misioneros  cuyos  trabajos  han  contribuido 
mas  ft  roparar  la  pérdida  de  los  manuscritos  consumidos 
pdrlaa  llamas,  deben  contarse  los  padres  Motolinia,  Sa- 
liaguny  Mendieta,  de  cuyos  manustritos  tuvo  conoci- 
miento y  le  f aeron  muy  útiles  para  formar  su  grande  ohr» 
de  la  Monarquía  indiaa  el  padre  fray  Juan  de  Toiqueva' 
da»  Este  religioso,  que  vivió  en  el  siglo  siguiento  ai  de  la 
conquista,  debe  ser  considerado  como  el  Tito  Livio  de  la 
hisroria  de  la  Nueva^EspaOa,  Aunque  naddo  en  la  anti- 
gua^ Torquemada  hi20  sus  estudios  y  tomó  él  hábito  en 
Méjico ,  constituyéndose ,  como  todos  los  rollgiosos  de  sa 
orden,  en  defensor  y  apologista  d^  los  naturales  del  paía« 
Fué  guardián  del  colegio  de  Tialtelolco  y  provincial  de  la 
provincia  del  Santo  JB  vangelio,  y  en  el  tiempo  de  su  pro^ 
Tindalato,  puso  el  viroy  ó  su  cuidado^  la  construcción  df^ 


la  c^adft  d8  Ban  Oriatóbalj  para  preservar  la  eiudad  de 
las  initiidacioiies  cansadas  por  las  avenidas  de  Onántitlan 
y  Fachnoai  la  qnc  ejecutó  á  saüsfaooion  del  gobierno,  por 
elinflajo  que  ejercía  sobre  lo»  iiidios  En  sn  Monarquía  m- 
(3^uin«  xecopiló  todas  las  uuiioias  qne  existían  sobre  la 
historia  antigaa  del  país,  y  todo  lo  que  pndo  reoojer  sobre 
los  usos  9  costumbres  y  leyes  de  los  luibitantes,  con  ti- 
noando  en  narración  hasta  su  tiempo ;  y  annque  su  estilo 
adolece  de  los  defectos  de  la  Ó£)oca  y  de  la  profesión  del 
autor^  nadie  qne  quiera  conocer  la  lii&toria  de  Méjico,  pue- 
de dispensarse  de  tener  continuamente  á  la  vista  esta 
obrai  cuya  primeara  edición»  hecha  en  Bevilla  en  IGloi  vi  - 
no  &  ser  tau  raraj  que  el  célebre  cronista  do  indias  dou 
Antonio  de  BolíSi  uo  consiguió  haberla  á  las  manos  y  oe 
ll^áft  vender  por  precio  ezhorbitaute,  hasta  que  se  hizo 
la  segunda  en  Madrid  en  1723.  Por  tan  seQalados  méritos 
lie  orotdo  deber  adornar  esta  disertación  con  el  retrato 
de  un  hombre,  á  quien  tanto  debe  la  historia  de  nuestro 
país,  oopiándolo  del  queso  conserva  en  el  colegio  de  Sap« 
tíago  Tlatfielolco. 

Loe  religiosos  que  he  nombrado  no  solo  se  distínguiés 
ron  como  escritores*^  sino  también  como  profiasores  j  ins* 
trayendo  á  los  naturales  no  ya  en  los^  primeros  elementos 
de  las  letras  y  en  los  rudimentos  de  la  religión,  sino  en 
los  estudios  mas  elevados  de  la  latinidad  y  la  flloflofia.  ^ 
Ue  tenido  ocasión  de  hacer  observar  en  otro  lugar  de  es^ 
tas  disertaciones ,  quelas  ideas  del  gobierno  espaüol  en 
la  época  de  la  conquista  con  re^^pecto  &  la  América,  f  ae^ 
ron  mucho  mas  liberales  que  las  que  en  Jo  sucesivo 
dominai^on  en  el  gabinete  de  Madrid,  sea  por  la  decaden- 
cia.&  que  todo  se  faé  preoipitando  en  aqnella  monarquía, 
6  por  el  recelo  que  se  tu\ro  de  que  la  ilustración  y  dema- 
siadoa  progresos  de  las  colonias ,  harían  muy  incierta  y 
mai  segura  su  dependencia  de  la  metrópoli,  a  este  espí  > 
rita  liberal  se  debió  la  fondacion  del  colegio  Impeiial  de 
Saata  Cruz,  anexo  al  convento  de  Santiago  Tlaltelolco, 
destinado  á  la  la  educación  de  los  indios  de  familias  no- 
bles, muchos  de  los  cuales  se  distinguieron  en  la  carrera 
4b  las  letras*  El  virey  don  Antonio  de  Mendoza  á^uieu 
Torqoemada  calidoa  con  el  nombre  de  ^^padre  verdadero 
de  los  indios^''  lleró  á  eteoto  esta  célebre  fundadou ,  ya 
^  ^me  ns^a  por  don  Sebastian  Ramiros  de  Fuenleal^  Qon^ 


f  trayendo  el  ooHegio  á  sa  oosto^  y  de  Qoa  propílto  l^ifli 
asigQÓ  renta  para  la  sasteñtaoion  de  los  ool^i^ea  indi» 

.  qae  on  él  babian  de  ser  recibidos.  La  apertoxiidél  oólegio 
se  Ixizo  coa  solemne  procesión  que  salió  de  SanFriuíds- 
oo,  j  á  que  asistícron  el  virey.,  el  obispo  de  Xéjioo  don 
fray  Juan  de  Zamárraga  ^  y  ol  de  Santo  DKmiogo  9  (km 
Sebastian  Bamirez  dpFaealeal,  eqn  la  Indda  oononr" 
renciai  babiéndose  predicado  tres  sermoA^s «  uno  de  oHos 
por  el  célebre  Dr.  D.  l^rancisco  OervantieB  Salassac^  pn> 
mer  catedrático  de  retórica  de  esta  TJjglY^etaLdftd,  y.  aiit(» 
de  vádas o})ra8  mny  importantes,  para  isk  hiatarU  nado- 
nal)  de  machas  délas  cuales  no  non  qa€4i|  mas.qaelaitfh 

.  ticia  de  sns  títulos.  Oonólalda  la  fañcion|..oomieioii  d  tí  • 

.  rey  y  demás  concarrentes  principales  en  el  cefootodo  dB 
los  frailes^  á  costa ,  dice  Torqnemada,  dd  baenobísfo 
2amárraga, 

£31  primer  lector  de  gramática  latiila  delcolegio.de  Bao 
ta  Oruz  faó  el  padre  fray  Amaldo.  de  Baseae.,:  fisaoto, 
qne  fué  también  el  pñznero  qne  dio  lecciOMB  de  latinidad 
en  la  l^aevasEspañai  en  la  capilla  ^  aboca  pJlrcoqmft  de 
San  Jiisó.  Po6ey<}^  perfectamente  }a  lengqJa  >zu(jifiaiia|  en 
la  qne  tradi^'o  los  Evangelios,  y  6písto]ia  djatxido  el  a^ 
para  él  asó  de  los  indios^  ¿  ios  qne.  jemaeQó  la  jntbáBa  es 
Ou&atitlau  y  otros  pueblos  ino^^ediatos.  Bió.  gtan.  laitre  i 
oéte  colegio  el  padre  fray  Bernardino  de  Scüuigini  i  qw 
pasó  en  el  la  ma^or  parte  de  los  61  ailos  qne  vivió  eu  la 
Nueva-Espafiai  y  cuando  conoció  que  se  aproximaba  ft 
fln  en  la  avauzada  edad  de  90  afios  9  al  salir  del  colegie 
para  trasladarse  al  conventoSgrande^paracararseJenmea- 

-íérmería,  ó  mas  bien^  según  djjp ,  porque  qneria  w&  ft^ 
teirado  con  los  santos  viejos  sus  compafleiofi^  oemo  Uasia* 
ba  á  los  primeros  misioneros  ^  bisso  reanir  á  los  oolegialsi 
indios  á  cuya  enseñanza  había  Qonsagrado  toda  su  vida» 
y  se  despidió  de  ellos  con  toda  ia  temara  y  afecto  de  xm 
padre.  Otro  de  los  bombres  distíngoidos  del  miamo  ca» 
tableoimjLento  fué  el  padre  firay  Juan  Bantísta,  que  m 
en  esta  capital  en  1555:  fué  muy  instruido  en  Ja  leDgaM^j 
jicana,  y  después  de  haber  ensefiado  fllosofiay  teoloj^^ 
el  convento  grande,  en  donde  tnvo  por  discíimlo  al  hi 
roriadox  Torquemada,  pasó  á  ser  gnacdian  de^anl 
fomentó  con  el  major  empeño  los  estudios  aa  .^ooiegie! 
abrió  los  cimientos  de  la  actual  iglesia  de  aqnel  noml ' 


I      ^  —113—  . 

JpriHgq  obímvo  el  mimuo  empleo  naestfó  historiador 
ft|pi6niacUi«  qóien  uq  lamenta  do  qae  en  mi  tiempo  esta- 
HM}  ton  resfriado  el^cnidado  y  favor  qno  el  gobierno  ha^ 
■létapenaada  6,  acinel  colegio ,  y  qae  en  vez  de  enseñar 
mél  I¿9  eienoías;  como  antes  se  hacía ,  solo  sirviese  par¿A 
per  doeeientos  y  cincnenta  á  trescientos  niños  indios 
pe  aprendían  á  leer,  escribir  y  la  doctrina  cristiana.  Mas 
ghiMite  hftata  esto  cesó  ^  y  aquella  casa  se  redajo  á  ñev'* 
fir  eolo  par»  los  estadios  de  los  religiosos. 
Mi^iieto  sería  habiendo  hablado  de  Torquemada,  no  ha* 
nv  Bie&Gioii  de  otro  de  nuestros  historiadores  también 
PiBeiaettiiOy  y  natural  de  esta  ciadad  de  Méjico.  Este  fué 
p^  Agustín  de  Betanoour  qae  nació  eu  162d^  y  faé  cura 
PpBaa  Jiué  durante  40  afíos^  habiendo  muerto  á  la'  avan- 
pda  edad  de  80.  Nombrado  cronista  de  sa  provincia  por 
M  «oittmirio  general  de  ludias ,  ha  dejado  varios  escritos, 
W  los  Guales  sa  Teatro  mejiúano  viene  á  ser  un  compendio 
ñr  eqaithitMkdofa  de  la  obra  de  Torqoemada,  sin  que  por 
[icgtogele  pueda  imponer  la  nota  de  plagiario  que  le  dá 
^<XK?f|ero,  y  de  que  le  vindica  eon  razón  el  señor  Beris- 
rasa  ea  el  artículo  relativo  de  su  biblioteca. 
f  Ifos misioneros^  para  facilitar  la  inteligencia  de  los  mis- 
|teÍ39del  eristíauismo,  aprovechaban  la  semejauza  que  se 
P^QKoeatra  entre  estos  y  algunas  creencias  establecidas 
r<Btre  los  mdlos,  la  cual  es  tal  en  muchos  casoSi  que  ella 
r  ^dado  motivo  á  que  se  haya  creido  por  algunos  escrito^ 
f  m,  qae  la  religión  cristiana  habia  sido  predicada  eu  A  ^ 
f  m^Hea  en  una  época  muy  rcinotay  y  que  el  apóstol  Santo 
r  "¡mea  fué  el  Qaetzalcoatl  tan  venerado  en  las  mas  anti^ 
r  gois  tradiciones  de  las  aztecas.  Usaron  también  estable- 
r  per  santuarios  en  aquellos  lugares  inas  frecuentados  de  la 
^' íMstña,  para  borrar  con  nuevos  objetos  de  veneración 
^-  b  memoria  de  las  antiguas  superstícioneSi  y  por  esto  ve>* 
['  0108  fiebre  la  plataforma  de  la  gran  pirámide  de  Oholn^ 
Ift  b ermita  consagrada  álN'uéstra  Señora  de  losBeme^ 
'  dios, 

Teacidas  las  dificultades  que  los  misioneros  tuvieron 
^  T"n  aprender  el  idioma  del  país  f  se  fueron  extendiendo 
{  :  todos  los  lugares  mas  próximos  ó  los  conventos  que 
^  Un  fundados,  y  en  este  valle  de  Méjico  los  primeros  á 
i  le  se  dirigieron  fueron  Ouáutitian  y  Tepozotlan,  por% 
q    nutre  los  hijos  de  los  señores  que  se  criaban  en  el 


—  lU- 
ooAvento  de  San  Francisoo ,  liabia  algunos  de 
pneblos  qae  los  solidtaron  para  pasar  á  ellos.  ff« 
deYaléhoia^  con  uno  de  sus  compañeros,  ikmSÍj 
milco  y  á  otros  pueblos  de  la  laguna ,  y  pri&cij 
Ouitlahuac  (hoy  Tiagua)  que  por  su  situación  <9i 
del  lago  fué  nombrado  por  los  espaüoles  Venesi 
cacique  reoibíó  en  el  bautismo  el  nombre  de  Fri 
entre  otras  pruebas  de  su  celo  construyó  la  igteú^ 
navesi  dedicada  á  San  Pedro ,  que  íuó  deapues 
de  doioínicos*  Lo  mismo  hacían  los  religiosoBdftl 
ventos  de  Tezcuco ,  Tlazcala  y  Huejoclngo , 
por  todas  aquellas  comarcas ,  en  las  que  los  pi 
difeiputabau  entre  sí  para  llevar  á  ellos  á  loa 
y  tal  foé  el  efecto  de  esta  predióacioni  que 
seflor  Zam&rraga  al  capítulo  general  dolaórdesi 
l^rancíseo  en  1581,  asegura  que  ^^se  habla  ~ 
mano  de  los  religiosos  de  San  Francisco  mas  del 
Uonde  indios ,  derribado  mas  de  quinientos 
destruido  mas  de  veinte  mil  ídolos." 

Para  perfeccionar  la  instrucción  que  se  liabia 
indios  al  recibir  el  bautismo  I  los  miBiox^joros  les 
los  domingos  y  ñestas  en  los .  cementeríoa  de  lasj 
antes  fie  la  misa  y  sermón ,  y  allí  les  repetían  pa 
tres  veces  la  doctrina  según  los  catecismos  qos 
compuesto  en  sus  lenguas,  y  este  es  el  motivo 
cu  las  iglesias  de  las  antiguas  y  grandes  pobla< 
mo  la  de  Escapuzalco ,  Tacuba,  Ouemavaoa  y 
cementerios  son  tan  extensos  y  hay  en  ellos 
dedor  de  las  cuales  se  formaban  los  gmpos ,  en 
de  los  cuales  un  misionero  repetía  el  catecismo , 
guida  la  misa  y  sermón  se  decían  en  los  mismos 
rios,  en  lugares  altas  que  todavía  se  conservaní 
pudiese  ver  todo  el  concurso ,  que  era  tan  ni 
no  cabía  en  los  templos.  Al  ver  en  nuestros  días 
gares  de  desolación  I  en  que  el  corto  número  d0< 
rentes  apenas  basta  para  ocupar  alguna  parte  de ' 
píos,  que  no  eran  entonces  bastante  vastos  paia 
la  población  de  aquellos  tiempos,  el  espíritu  m^ 
xivo  se  halla  oprimido  con  los  recuerdos  de  aqi 
cenas  de  vida  y  actividad ,  en  que  la  caridad 
ctjercia  de  una  manera  t^n  distinguida  ^  eobre 

cououTsodenoOiltod. 


-.115^ 
fituitruccíou  de  las  Diñafl^  alguiiuti  aucíanas  qtio 
to  ene»*go ,  las  reoogían;por  barrios  y  las  lleva  * 
eementeriod  de  las  iglesia  4,  en  donde  formando 
idl8tribaid08  segim^ei  adelanto  qnelas  dlsci^nlas 
•'Han  de  las  escuelas  de  hombres  los  mnohachos 
Khados  para  darles  leodon ,  hasta  que  hnbo 
atgonas  bastantes  instmidas  para  enseñar  á 
habiendo  establecido  los  misioneros  este  siste 
lanía  müta%  tres  siglos  antes  que  Lancaster 
wen^  logrando  por  su  medio  la  ventaja  de 
los  preceptores  sacándolos  de  entre  los  mis- 
,  dosy  7  propagar  la  enseñanza  en  poco  tiempo 
i'gnm  número  de  personas.  Algunos  años  des-- 
'npmtríz  doña  láibel  por  los  informes  del  señor 
I  lün>  venir  de  España  algunas  mojerespia^ 
reiMirtidas  en  las  poblaciones ,  formaron  en 
í  competentesy'en  donde  se  recogían  en  gran  nú- 
|iüja8  de  los  caciques  7  nobles  de  los  pueblos:  y  «^n 
wdado  de  aquellas  matronas  y  bajo  la  inspec- 
^mmonerosy  se  instruían  no  solo  en  la  religión 
Itt  las  labores  de  su  sexo,  y  habiendo  aprendiz 
c  hadan  casullas,  frontales  y  demás  paramen- 
ibiglesia.  Ocupadas  en  estas  clausuras  en  todos 
ioB  de  la  vida  monástica,  conservaban  estas  prác- 
leñando  sallan  para  casarse  j  y  especialmente 
sbgo  quedó  por  largo  tiempo  la  costumbre,  de 
'ttta$ jóvenes  todos  los  dias  auna  ermita  dedi-^ 
WKtisima  Yirgen,  en  donde  cantaban  el  oficio 
líendo  sus  hebdomadarias  y  cantoras  •  que  ob^ 
todo  el  coremonial  de  una  comunidad  de  mons 

i<mero6  no  se  limitaron  á  enseñar  á  los  indica 
>^s  de  la  religión:  instruyéronles  también  en 
^^  y  oficios  mas  necesarios  en  la  sociedad ,  y 
PATtsen  que  mas  brilló  el  celo  de  fray  Pedro 
El  seminario  b  primera  escuela  para  esta  ense- 
b  capilla  de  San  José  ,  que  era  la  parroquia 
tdía toda  la  población  inda  de  la  capital: 
d  se  desmembró  de  ella  el  barrio  de  San  Pa^ 
f«  >dmiiiiBtracion  se  puso  á  cargo  de  los  agusti^ 
[^e  San  Sebastian  que  se  encargó  á  los  carmelitasi 
^ventofné  aquella  parroquia,  y  el  de  Qtat 


María,  habiéndose  fondado  allí  convento  de  fir&noifletttt; 
con  lo  qué  San  JoBé  qoediJ  solo  con  el  barrio  de  S.  Ji 
£}Bta  igicbla  de  San  Jo86  foé  por  mnoho  tiempo  b 
i'cBcnentáda  y  capaz  do  la  capital ,  j  por  efito  odebiil 
en  ella  las  fnnciones  mas  RolemneS}  comof&eiOTilaa' 
ras  del  emperador  Carlos  V  y  otraa  de  igual  fiuntac 
PiU  las  inmediaciones  deeBta  iglesia  había  foimadd 
padre  Gante  algunos  aposentos  y  piezas  qne  sefvia&i 
talleres,  donde  aprendían  los  indios  los  oflcios  doi 
y.apateros ,  carpinteros ,  herreros ,  pintores  y  otroa,  j 
j>adre  Torqnemada  testifica  haber  visto  todavía  al 
tiempo  las  cajas  en  donde  estaban  los  vasos  de  los i 
res  do  los  pintores ,  que  f aeren  los  primeros  que  86 ti 
citaron  en  este  arte. 

Mny  ingeniosos  faeron  los  artificios  ele  qae  se  yat 
los  aprendices  indios  para  sorprender  los  secretoatk 
artesanos  españoles,  que  pretendían  ocultar  los 
mientes  que  usaban  para  que  no  se  hiciesen  oamm 
con  esto  quedasen  ellos  privados  do  las  grandes  nt ' 
«les  que  sacaban,  teniendo  el  ejercicio  exclnslvo  de 
lias  artes.  En  poco  tiempo  los  indios  vinieron  á  m¡ 
aventajados  en  todas )  habiéndose  perfeccionado  ea| 
qne  conocían  antes  de  la  conquista  y  apreuclidolus  41 
aquel  fíempó  ignoraban. —  En  el  bordado  tuvieioij 
maestro  á  un  leigo  franciscano ,  italiano  do  nadi ' 
llamado  Iray  Daniel  j  y  como  la  música  ora  cosa 
sencial  para  los  misioneros ,  pues  que  con  ella  hal 
proveerse  de  cantores  para  sus  coros,  se  dedicó  á 
solas  fray  Joan  Caro*  Lo  primero  que  apieudiercn 
misa  de  IN'uestra  Señora,  que  comienza  Salve  Sant 
rmtSf  y  en  breve  faeron  tan  rápidos  losi)rogrésoa,  qi 
hubo  convento  ni  aun  aldea  que  no  tuviese  su  ore 
vocal  é  instrumental :  habiéndoles  .enseSade  tamí 
construir  toda  clase  ae  instrum^^ntos  de  viento  y 

Los  misioneros  tuvieron  ocasión  de  ejercitar  á 
dios  en  la  cantería  y  albafiileríaj,  en  la  constrndond 
conventos  é  iglesias ,  que  se  hacían  l)9jo  ladirec^ 
los  mismos  misioneros,  algunos  de  los  éuales  dieron 
bas  de  gusto  y  conocimientos  no  comunes  en  la 
tectura.  Dejo  para  otra  disertación  el  tratar  del 
de  construir  qne  entonces  se  introdnjo,  y  de  las  x\ 
nea  que  en^élha  habido, desde  el  estibo  gótico j 


— 117  - 
fampo  de  la  refftauraoioii  que  presentau  loo  edificios  dol 
P^  de  I»  ccmqniatai  haata  el  bArbaro  gusto  qae  hoy  do« 
Um  ea  elgonos  altaies  que  se  Ueman  á  la  moda^  que  sin 
meter  ningimo  detemunado,  dislocando  y  corrompienx 
HT  todos  loa  miembros  de  la  arquitectura  grecoromanai 
feíBoiitoiíaiido  ooloies  y  omafos  impropios^  va  degeneran- 
pfc  tn  los  despropósitos  del  famoso  CLürrigneria.  Entre 
m  «diflelos  del  tiempo  de  la  conquista  hay  algunos  mny 
lotibleB  por  sq  solidez,  ligereza  y  elegancia :  de  los  qne 
m  Tisto  pneden  dtarse  como  modelos  las  parroquias  de 
Sipsasa  y  de  Tula,  que  ambas  fueron  de  franciscanos  j  y 
ky  otias  muchas  muy  dignas  de  atención.  Todo  esto  lo 
UpendieRm  á  ejecutar  los  indios  luego  que  se  adestraron 
61  el  neo  de  los  útiles  traídos  por  los  espafioles.  **Hacen 
^  kbran^  dice  Torquemada ,  arcos  redondos ,  escarzanos^ 
p  leidaaos ,  y  portadas  y  ventanas  de  mucha  obra ,  y 
[emitas  cosas  de  cantería  han  visto ,  y  ellos  son  los  que 
[Islábnai  todo :  en  esta  ciudad  han  hecho  mucha  y  muy 
phiMBa  cantería ,  y  la  obra  de  esta  iglesia  de  Santiago^ 
i  foses  una  de  las  mejores  del  reino,  y  de  las  buenas  de 
íl^ifia,  la  han  trabajado  los  indios ,  sin  mas  industria  ni 
^»u  maestro  que  yo ,  que  he  sido  el  que  la  he  trazado  y 
BSitos  paéstolo  en  ejecución  con  sus  manos,  así  en  la  mam^ 
rlstteiia  como  en  la  canteiía.  Lo  que  eilos  no  hablan  al> 
pesando  y  tuvieron  en  mucho  cuando  lo  vieron,  ñié  hacer 
[  MfsdaSi  y  cuando  se  hizo  la  primera ,  qne  fue  la  capilla 
ymjm  de  U  iglesia  vieja  de  San  Francisco  de  esta  dudad 
|id  Héjioo^pof  mano  de  cantero  de  un  Castilla,  maravillad 
i  mase  mucho,  y  no  podían  creer  sino  que  al  quitar  los  an« 
riaaiiios  se  habia  de  caer,  y  ninguno  osaba  andar  por  aba<« 
I  jiS  ñas  Tiendo  que  quedaba  firme  la  bóveda ,  luego  per- 
dknm el miedo.^^  Enseguida  aprendieron  también  este 
f  gfeero  de  construir ,  y  Torquemada  dice^  que  ellos  hidé^ 
[  toa  las  bóvedas  de  varias  iglesias  que  cita,  y  entre  otras 
rlM  de  Ui  misma  iglesia  de  Santiago: -monumento  digno  de 
[:  veaeradon  por  los  recuerdos  que  presenta  de  tontos  su'« 
eüoe  y  de  ^ntes  personas  •  cuyos  nombres  se  hallan  en 
\'t  \  grande  conexión  con  la  historia  de  aquellos  tiem^* 

I  I- 
^  aigunoB  que  hoy  pretenden  [que  las  artes  se  formen 

¡si  mismo,  y  qne  donde  no  las  hay  actualmente  no  las 
*)  tampoco  haber ,  parecerá  acaso  impertinente  est§ 

PlSSBffA0I0NBí9.«-T0ir  If«--16 


empofio  üu  haoer  aries&aoa  á  los  indioSi  y  ea  pretaads  n 
prodi^ejieeimaeBtro  país¡tDdo  lo  que  habla  ei^B^palAiSi 
eféeto,  nada  había  y  todo  se  podía  baGerlvcmir  da  Ampa, 
tdQieado  los  metalas  preoiosos  coa  qae  pagarlo,  las«tt« 
Isa  era  tanto  mas  f áál  reoojer  entonóos ,  ooanto  qas  et^ 
se  hada  &  pooa  costa,  estando  las  minas  someras  y  tista» 
jando  en  ellas  sin  paga  los  mdios,  los  onales  por  otes  par* 
td  se  pretendía  qae  eran  incapaces  de  toda  oonpaeioii  ^m 
requiriese  inteligeneia,  porque  se  negaba  qne  la  tortees. 
Sin  embargo,  aqnellos  hombres  apostólioos ,  sin  detoae^' 
88  por  teorías  solo  adaptables  á  circanstanciaa  detsmA- 
dasi  y  p^snádidos  qne  naa  planta  necesita  pam  ss  U" 
raigo  y  crecimiento  de  otro:3  caidados  diferentes  qne  te 
qne  demanda  cuando  ha  llegado  ¿  todo  éL  ^rigor  de  aa  ts* 
getadon,  'encontrando  en  el  país  elementos  pata  todo ,  f  i 
en  los  antnrales  de  él  nn  in^^io  may  feUe .  paia  ifldás 
oaanto  veían,  se  aplicaron  á  ense£Larlo  todo  ,  y  á|e8ta  m 
eúspeño  se  debió  la  prosperidad  y  riqneza  qne  laSas».^ 
Ifispaña  tavo;,  y  nosotros  las  comodidades  qne  dis€aiti^¡ 
mes. 

Una  de  las  obras  de  arqniteotnra  mas  admirables  dtj 
los  misioneros  faé  la  qne  ejecntó  fray  Francisco  de  Ti 
bleqne» 

Beíridiendo  en  el  convento  de  Otomba,  ynotandsi 
escasez  de  agoa  potable  qne  habla  en  aqaeUa 
ca,  emprendió  traerla  de  unas  faeotes  qne  estáa  m  < 
ce  legoas  de  dista&da.  Muchas  fueron  las  oontcad 
nes  y  dificultades  qaejtnvo  que  superar  «n  dies  y 
aftos  qne  duró  la  obra,  pero  todo  lo  venció  su  afiiii  y 
constamda,  dejando  concluido  al  cabo  de  tan  Isigo 
po  f  nn  acueducto  de  targea  de  calicanto  de  la 
qae  se  hajdicho,  qne  pasa  por  tres  puentes}  la  priBora- 
cnarehta  y  seis  arcos;  lajsegunda  de  trece,!y  la 
es  la  mas  notaUe  y  que  se  vé  en  el  camino  de  Oí 
cerca  del  £smoso  campo  de  la  batalla  de  aquel 
de  sesenta  y  siete,  en  una  extensión  de  1059  voem  y 
teroia,  teniendo^  arco  de  enmedio  12ft^ésde 
son  á2  varas  dos  terdasi  y  de  ancho  setenta  pies  6 
ras,  por  el  cual  podría  pasar  nn  navio  de  guerra 
das  sus  velas  tendidas :  obra  construida  con  til 

que  deiq^nes  de  tantos  aSos  y  con  tantos  y  tan    

biorescomo  en  ellos  ha  habido ,  no  ha  padeirido 


— 119  - 
meato  y  exidte  catuiaiido  admiraoioa  á  caantoB  la  ven  [IJ. 
Bl  príiieipal  iastanmiMto  de  eeta  ense&anza  artística 
de  Io«  indica  fii$  como  se  ha  díisho  fray  Pedro  de  Gante.  •*- 
Pretendíase  qne  procedía  de  un  origen  mny  ilnstre  [¿], 
(NmflrmftndOBe  este  concepto  por  el  aprecio  qa^  de  él  hi2o 
elemperadoií  Garlos  Y,  quien  por  diversas  reces  le  mandó 
]a  bala  de  dispensa  para  qne  se  ordenase  de  sacerdote  y 
le  ofredó  el  arzobispado  de  Méjico,  caando  quedó  vacan- 
te por  el  fiíllecimiento  del  seíior  Zamárragí^  todo  lo  cual 
tehtuóy  prefiriendo  ocuparse  dePa  instracoionde  los  indios 
sa  la  bamiide  dase  de  lego  de  Ban  Frandsco.  Bn  esto  em  • 
piad  toda[sa  vida,  lo  quelelgrangeó  tal  amor  é  inñojo  entre 
a^Q^os,  qtte^l  señor.  Montufar  solía  decir ,  «^  yo  no  soy 
araoblspio  de  Méjico,  sino  fray  Pedro  de  Gante  >"  y  así 
iaé  que  regresando  de  Tlaxcala ,  á  donde  estuvo  por  al< 
gOBliiÑiipo.  le  salieron  á  reoibiF  por  la  laguna  con  una 
ftaoi  flota  de  canoas,  y  le  condecieron  hasta  su  4)onvento 
oon  muchas  danzas  y  regoo1)os«  A  su  muerte ,  ea  el  afio 
de  1573,  riendo  de  mas  de  80  aSos,  la  sintieron  y  lloraron 
somo  su  padre :  vistiéronse  de  luto  y  después  de  celebrar 
solemnes  exequias  en  Ban  Franeisco,  se  las  hicieron  en 
partítelar  en  tk)dos  los  pueblos  de  la  comarca,  y  habiendo 
pedido  su  cadáver,  lo  trasladaron  con  nueva  solemnidad 
i  la^eapilla  de  San  José  donde  Aié  sepultado,  siendo  tan- 
•tas  las  ofrendas  que  hicieron  con  esta  ocasión,  que  quedó 
^el  convento  provisto  por  algunos  meses.  La  memoria  de 
este  VMierable  varón  se  conservó  por  mucho  tiempo  tan 
yr72k  entre  los  indios,  que  Torquemada  refiere  que  algunos 
Afios  después  de  muerto,  una*  india  rica  que  daba  anual^ 
mente  seis  hábitos  de  limosna  á  los  religiosos  que  esta- 
ban en  Sim  José,  designando  á  quienes  los  destinaba, 


h  Ü]  Ectoptdre  Teaiblcqat  eonHniyó  pm  su  habitaoloa.,  mientras  la  obrtí 
¡Mh«cfB|  Q&A  mtt  mnr  paqneiía  junto  á  la  araaería»  y  para  ao  anatanto  i%  )ia 
m.  g^4to  pardo  ^oe  aaiia  &  oaz*r  y  le  traía  naoa  dia  loa  conajoa  O  ooocraioea 
^«e  neoedtaba.  Btto,  que  parece  oaantOy  afirma  Torquemada  que  ea  *'pmí(ima 
'rMéd^^  y  que  lo  Tieron  muchoa  raligioaoayotraa  peraonf  a. 

(2)  Algrinos  aatorea  haa  querido  dedr  qne  erahfjo  natural  de  Cérica  V,  lo 
foarea  iapofibfe,paeael  padre  Qante  paaófr  tféjteo  en  1323,  y  Gftrlpa  V  lia- 
ren 21  de  febrero  de  1500|  dia  de  dan  Matiaa,  por  coya  oiroaoatHncia  cuan  • 
lo  lo  aapo  aa  abnela  la  reina  doña  laabel,  taa  Tersada  en  la  eaoritora ,  auau- 
liando  qae  «n  élreeaarfa  an  eorona,  onja  ao^esien  había  fallado  en  aa  Mo  y 
KfoaiaCoviaetto  en  edad  temprana,  exelamó  <^St  oeoidtt  aoia  auperMat- 
Mam"  ^oe  aon  laa  palabrea  oon  Que  refiere  8|ua  Lúeas,  en  .loa  hackoa  de  lo« 
ipóetqles,  lat  eleceSonde^aan  U^Xvu  al  apostolado. 


^120  — 
nombró  entce  ellofi  á  fray  Pedro  de  Gante,  y  ohuetvénk^ 
le  el  goardian  qae  había  fallecido^  leplioo :  <<  yo  lo  dof  i 
Fr.  Pedro  de  Gante,  dalo  tú  á  quien  quieras."  Bl  retaste 
del  padre  de  las  artes  en  Méjiooi  no  podía  dejar  de  tener 
lagar  en  estas  Disertaciones :  he  pnesto  ana  copia  del  q« 
se  halla  en  el  convento  de  San  Francisco,  en  el  que  se  ^ 
la  mitra  qae  el  padre  Gante  rehusó  •  preflriendo  4  elli 
continuar  siendo  el  maestro  de  los  indios. 

Admira  la  rapidez  oonjque  se  fueron  levantando  igleM 
y  conventos  por  todas  partes,  facilitándolo  todo  el  amt 
y  veneración  que  los  indios  profesaban  á  los  misiODm% 
viéndolos  andar  á  pié  y  descalzos ,  con  «oto  unos  caito 
de  pita  de  maguey,  y  esto  no  en  pequeüae  jornadas,  oie 
en  largos  viajes  como  el  que  el  pi^dre  Motollnia  hisei 
Q-natemala  y  mas  adelante  hasta  S'icaragua*  vestidei 
con  hábitos  de  grueso  sayal  cortos  y  rotos »  apimieiide 
sobre  una  estera,  con  un  palo  ó  un  manojo  de  yerbas  seeü 
por  cabecera,  reducida  su^  comida  á  tortillas  y  chile  sos 
las  pocas  frutas  que  entonces  habla,  lo  cual  pedían  defi' 
mosna  en  las  plazas  y  mercados  9  pues  en  muohoscpa^ 
ventos  no  se  encendía  fuego  en  la  cocina.  Si  en  otro  It- 
gar  hemos  tenido  ocasión  de  reconocer  en  loa  oonquist». 
dores  un  raza  extraordinaria  de  hombres ,  que  parsebí 
formados  á  propósitos  para  resistir  los  incroibles  ttsl» 
jos  y  privaciones  que  tuvieron  <  que  sufrir  en  tantas  y  ttt 
Irrgas  expediciones,  preciso  es  confesar  que  los  prünsiei; 
misioneros  no  son  menos  admirables,  y  que  los  indios  ts^ 
uian  justo  motivo  para  tenerlos  por  seres  8obréhumanfl%^ 
que  mas  bien  pertenecían  al  cielo  que  á  la  tierra,  destinsf^; 
das  por  la  Providencia  á  aliviar  los  males  que  los 
quistadores  les  hablan  causado.  . 

Esta  pobreza  de  los  misioneroá  era  un  estímulo 
roso  para  que  se  les  hiciese  abundantes  limosnas,  y 
f  aeren  tanto  en  los  primerea  tiempos,*que  conidias  y 
el  servicio  personal,  mny  voluntario  y  empeff oso  de  los 
dios,- se  levantaroh|casi^todas  las  parroquia  de  los  pui~ ' 
que  todas  f  aeron  conventos  y  las  mudisfl  ermitas  que 
edificaron  en  diversos  lugares  y  se  proveyeron  de 
montos  y  vasos  sagrados ,  manteniéndose  las  comí 
des  durante  cuarenta  afios\  sin  que  los  frandacanos 
siesen  recibir  en  este  período,  la  limosna  que  p<Hr  ' 


—  i2i;— 

telígiüBafi  que  66  ocupaban  en  la  iiuitniooion  de  Iw 
iadio&  lias  oomanidadeB  de  aqael  tiempo  eran  muy  nn^ 
iMRMas  9  poee  Tenioe  qne  en  San  Franoiaoo  de  Oholnla 
kaMa  de  CMidiaario  30  firailes  y  y  oon  lo  qne  aohrabade  las 
MmosBas  leoajidas  en  aqnella  dndad ,  se  mantenía  el  oon«. 
vorto^  de  Pnebla  donde  había  otros  tantos.  Bn  el  grande 
deMéjioo  había  oomnnmente  de  80  álOO  firailes,  sin  oom- 
inender  loa  huéspedes,  y  hemos  visto  tratando  dd  entier^ 
» de  don  Femando  y  donPedio  Oortés,  qne  nn  siglo 
después  de  la  eonqnista,  se  renníeron  para  aqnella  solem- 
iddad  traacieatos  üranoiswnos ,  de  mho  los  oonventos  de 
Is  oqpítal  y  sns  inmediAdones.  Para  formar  nna  idea  de 
lo  eoantioflo  de  estas  limosnas,  basta  dtar  algunos  ijem^ 
piaña  de  los  muchos  qne  se  hallan  en  Torqnemada  y  en 
otas  eaoñtores  de  aquél  tiempo.  La  iglesia  de  Santiago 
tevo  de  eosto  mas  de  noventa  mil  pesos,  habiendo  traba- 
jado sb  ella  de  valde^  dice  el  citado  historiador ,  -HisfhMi 
QSBteos  y  álbafiilesy  como  peones  y  otras  gentes  que  han 
ñdoaeeeearias  para  la  obra,  con  tanta  voluntad  t  ale« 
grfiS  aomo  si  edificaran  casas  para  sí  y  sus  hijos :  y  al  pun- 
u^qoe  estoy  escribiendo  esto,  continúa  el  mismo,  está  en 
iBipEssenfiia  un  indio^  que  viene  de  parto  de  una  pobre 
niffia  deg%  que  hace  de  limosna  dies  pesos,  y  envía- á  dea 
eír  que  se  holgara  de  ver  6  ser  moza,  para  servir  á  alnn 
aoio,  pora  ganar  por  aquél  modo  algo  mas  que  dar  a  su 
Suitíago."  Bn  el  libxo  de  memorias  antiguas  del  conven- 
to de  San  Francisco  de  esto  capital ,  dice  él  mismo  Torn 
qoemada,  haber  visto  las  limosnas  hechas  por  varías  in« 
días,  en  que  había  partidas  de  siete  mil  pesos  de  una  sola, 
deaélsydecnatro^y^casiennúmerono  acabable,''  las 
de  mil,  quinientos  y  mas  b  menos  ceros  que  estos,^  Juan 
meto,  que  fué  obligado  6  contratiste  de  las  carnes  de  es- 
ta ei^tal,  estovo  dando  de  limosna,  durante  treinto  6 
tieinto  y  cinco  attos*  toda  4a  carne  que  se  necesitaba  pa« 
xa d convento  grande,  en  tiempo  en  que,  comosehadí- 
etiOy había  en  él  de  80 á  100  ítailes:  tovo  deronesgrann 
<'  3  contratiempos,  pues  en  solo  una  vez  perdió  ochenta 
I  caeros  de  res  que  mandaba  á  vender  á  Bspafia^ya^ 
1)6  por  tener  qne  vivir  en  San  Francisco ,  recibiendo 
Ta  su  sustento  una  radon  de  las  muchas  que  había  w« 
.Sn  el  aSo  de  1562  se  ofrecieron  por  loa  indios»  él  día 

^»  wn»em(mMsio&  Oe  loB  difimtei  6n;ia  }gl«^ 


' 


—  133  — 

Jofiéf  ma8  de  den  mil  tortas  de  pan,  tresá  tmatro  rain* 
las  de  cera,  veíate  y  cinco  arrobas  de  vino^  gnuí  ntwm 
de  galHnaSi  y  tal  cantidad  'de  hnevos  y  frata,  qae  eon  hs* 
ber  dado  nraolio  á  los  pobres  y  á  todos  los  que  lo  pldi^ 
ron  y  apenas  se  pndo  gaardar  lo  qoe  qnedó^n  la  rtf  tcai» 
del  oonvento.  En  tiempo  de  Torqnemada  estas  Bmosifli 
habian  dismintúdo  mucho  |  pero  oontinnaroa  haoiéidoia 
fundaciones  piadosas  en  tanto  número ,  qne  el  «jnti- 
miento  de  Méjico  ^sreyódebér^representar  en  1644  iinr 
Felipe  lYpara  qne  sepnsiesealgan  coto  e&éllaB,yeri^ 
tar  qne  todos  los  bienes  raices  del  país  viniesen  á  stf  po- 
piectod  iBOlesiástica- 

A  los  franciscanos  siguieron  los  domfnioos^  haUank 

llegado  dos  afios  después  que  aquellos :  su  eotaadtb  m  U 

Jico  ene  el  23  de  junio  de  1536.  Bran  también  doeeMH 

los  f nmdscanosy  número  que  todas  las  6rdenes  n&gíMl. 

«legiáJU  para  empezar  sus  trabajos  apostólicos,  á 

sa  del  de  los  apóstoles:  hospedáronse  en  San  F 

hasta  que  tuvieron  convento  propio ,  que  sel»brioiiK 

donde  después  estuvo  la  Inquisidoni  aunque  poce  ' 

po  después  se  trasladó  al  siüo  que  hoy  ooLpa^ 

truotdoahubo  de  comentar  por  setiombse  de  WX^ 

la  primera  ves  que  se  hace  mendon  de  la  c(Me  áífi 

'  BomUígó  en  las  actas  del  ayuntamiento  es  en  el 

celebrado  en  17  de  aquel  mes » y  la  obra  se  iba 

en  obrero  de  1527,  diciéndose  en  el  cabildo  del  22 

solar  que  se  le  Jió  á  Pedro  de  Menéeos  estaba  ^4 

monasterio  que  se  hace  en  Santo  Domingo.^  A  pooo 

po  de  su  llegada  murieron  cinco  de  los  religiosos;  y  «&! 

lado  fray  Tomás  Orti2  con  otros  txes  se  volvieron  ii 

palia,  no  habiendo  quedado  mas  que  fray  D( 

Betanzos,  que  con  otros  dos  fué  el  fundador  de 

den  en  Nueva-^BspaSLa.  Los  Agustinos  vinieron  ea 

entre  estas  tres  religiones  se  distribuyeron  el  pais 

'  la  predicación  y  enseilanza  religiosa ,  trabs^ando 

con  igud  celo  y  empetio :  los  Agustinos,  por  haber 

do  hombres  de  mas  instrucoion,  contribuyeron  mi 

los  progresos  de  la  Universidad  cuando  se  hixo  la 

cion  de  ella.  Lsus  primeras  monjas  que  pasaron  &  Uij 

va  B£qpafia  fueron  tres  natundes  de  Salamancí^  ea 

Ha  conducidas  por  el  padre  fray  Antonio  deja  Oma^ 

dscano )  en  enero  do  1930 :  la  superiora  se'  llMp^^bnl 


—  123  — 
^ena  de  Medranoy  la  cual  tomó  el  hábito  en  el  conven" 
tode  Saata  Isabel  en  sa  patria. 

Kl  plan  pR^neato  por  Ooftés  no  se  sigaib  en  coMito  6 
qoe  no  se  erigiesen  obispados :  firay  Jolian  Gatees^  domi- 
nico, eoDfesor  del  obispo  de  Borgos  don  Joan  Eodrigae/. 
de  Fanseea,  encargado  del  despacho  4e  los  negodos  de 
indias^  faé  mmibr^o  obispo  de  Onba  y  despnes  de  Oocn- 
!&el|  otiaado  se  ereyó  qne  aquella  isla  era  oosa  de  greiide 
importancia :  extendiéndose  despnes  su  obispado  á  Yn^ 
^SAtaa  y  Tiazcala^  y  llegó  á  la  Kaeva^^Espafia  en  cironnss 
tftuciss  en  qne,  echado  Cortés  de  la  capital  por  él  tesore^ 
ro  Alooao  de  Bstrada  qne  ¿  la  sazón  gobernaba,  estaban 
ns  cons  ápnnto  de  enoenderse  nna  guerra  civil  entre  los 
^Qistedores.  Oon  el  fin  de  evitarla  se  trasladó  precia 
pMamenteáTezcnoo'y  deallí  en  canoa  6  Méjico :  sa^ 
wdo  sn  venida  salieron  ¿  recibirle  el  ayuntamiento^  la 
^^f^^tj  religiosos ,  conquistadores  y  demás  vecinos ,  y 
^BiqQe  no  logró  restablecer  la  armonía  entre  Cortés  y 
^■^'^  f  eonsí^ió  evitar  que  llegase  &  haber  un*rompi « 
misóte  Presentó  sus  bulas  al  ayuntamiento  en  el  cabildo 
^  Id  de  octubre  de  1527  y  se  acordó  se  obededeseni  y  en 
«da 4  de  abril  de  1628  te  le  dieron  dos  solares  para  fa- 
li^r  easa,  en  donde  ahora  es  el  cementerio  de  Santo  Do> 
^g^  £1  sefior  Oaroes  era  ja  anciano  cuando  vino  al 
^^^^Bdo  doTlaxcala,  no  obstante  lo  cual  trabajó  con  em* 

S^  en  la  propagación  de  la  religión  y  en  benefldi^  de 
indios^  cuya  apología  hizo  en  la  carta  que  dirigió  al 
nm  Paulo m :  firmó  las  actas  de  la  junta  eclesiástíea 
fiwhiada  en  1539  aunque  no  parece  que  asistiese  á  las 
Monss,  quizá  por  su  mucha  edad ,  pues  murió  á  los  90 
pOBf  y  fué  sepultado  en  la  catedral  de  Pnebla^  adonde  s^^ 
telado  el  obispado  primitivo  de  Tlaxcala. 
t  £l  «stableeimiento  del  de  Méjico  «iguió  á  aquel  y  vino 
mai  nuevo  calor  y  actividad  á  la  obra  de  la  conversión 
i  los  indios.  Habiéndose  retirado  Carlos  ¥  &  pasar  lase- 
MUia  ssDta  en  el  convento  de  franciscanos  de  Abrojo^ 
irea  de  Valladolid,  hi2so  conocimiento  con  el  prelado  de 
pella  casa»  fray  Juan  de  Zumftrraga  y  tuvo  ocasión  de 
mbar  sus  vitudes  por  la  devoción  y  gravedad  con  que 
tfebrb  los  divinos  oficios,  y  su  espíritu  de  pdbresa,  por- 
li  habiendo  mandado  qne  se  hiciese  una  limosna  oonsi^ 
írable  ó  la  comunidad,  el  guardián  la  hizo  repartir  á  los 


—  124  — 
pobi68|  sin  que  los  frailea  saliesea  de  bu  acóstumbuili 

S parsimonia.  Comisiónele  oon  esto  el  emperador  paia  qn 
dése  á  Yieoayaé  sa  patria,  á  extirpar  las  brq}as  ea  que  a 
(ieoia  qne  abundaba  aquella  provincia ,  y  en  segnidi  te 
nombró  primer  obispo  de  Méjico ,  adonde  pasó ,  ansqu 
sin  consagrarse^  en  1528  (1).  La  erección  de  la  oatedmln 
hJ20  mucho  mas  tarde,  pues  se  veriflcóen  Toledo  por  «i 
sd&or  Ziun&rraga,  que  habia  vuelto  á  BspaKa ,  d  9  de  se* 
tieml»e  de  1534,  por  bula  del  Papa  Clemente  YII  bajo  «1 
titulo  de  la  Asunción  de  üluestr^efiora ,  con  oinco  dig* 
iiidadeSi  diez  canonglas.  doce  raciones  y  medias  radonfiBi 
tres  enrasly  treinta  capellanes  I  seis  acólitos  y  dies  y  sai 
íQüantes  de  coro^  pertígneroi  caniculario  y  otros  m  ni»^ 
tros  y  dependientes.  La  iglesia,  sin  embargo,  se  había  oa« 
p^ado  á  ediftcar  desdeantes,  y  para  ello  seüaló  A  ajut- 
tamiento  diez  solares  en  el  cabildo  de  8  de  febrao  de 
1527,  tomándolos  de  los  que  se  hablan  dado  durante  al 
gobierno  de  Balazar  y  OhiriUQ  I  cuyas  mercedes  dedaii 
nulas  OortéSi  á  su  regreso  de  las  Hibueras.  Bata  igiotto 
estaba  frente  á  la  catedral  actual .  mas  no  es  f 6cQ  dolir 
minar  slera  alNorte  ó  al  Sur  de  la  calle  que  seguia  d» 
de  la  del  arzobispado  hasta  la  casa  de  Oortés  en  el  Bm- 
pedradillo  [2],  En  favor  de  la  primera  opinión  hahriad 
hecho  de  haberbe  derribado,  cuando  estuvo  muy  addia» 
tada  la  obra  de  la  iglesia  nueva;  aunque  esto  pudo  ser  m 
¿orque  embarazase  para  la  construcción ,  sino  porqna  ka» 
bia  venido  á  ser  ya  mútil,  desde  que  empezó  á  servir  eo^ 
mo  catedral  la  sacristía  de  la  actual,  como  en  sa  lugtf- 
veremos.  Por  el  segundo  concepto  milita  la  razoa  de  qsoi 
el  terreno  propio  de  la  catedral  se  extiende  casi  hasta 
dar  con  la  línea  de  la  calle  de  Plateros,   corriendo 
lelo  4  ésta  de  Oriente  á  Poniente.  Allí  hay  unaa 
cuadradas  en  él  empedrado^  que  demarcan^  hasta 
llega  el  terreno  perteneciente  á  la  iglesia,  y  hasta  allí 
extendía  el  cementerio  antiguo,  derribado  en  tiempo 
conde  de  BeviUagigedo :  la  catedral  conserva  esta 


{!)  Bl  mteitro  0U  Ooua^MD&Tilai  eü  la  Uatro  de  las  iglaeiaB  de  tatl 
ditts ,  diMqv*  to  oonaagró  d  señor  Gtfcee  en  12  de  dlelenim  do  1987,  lo< 
no  pvede  eer,  pnee  todaTía  no  habia  llegado. 

<3)KnlaBgaÍenteDiiertaeionae  tratara  muypoime&or  da  todas  ka* 
xUioionaa  ano  ha  habido  en  elfplau  y  dUuibn  eion  de  Ja  plata  de  aéJteOí 
li^eonqaiiuhaeta  aaestroB  diae. 


-125  — 
'  piedad,  y  onando  el  cabildo  permitió  que  se  pnaiesen  en 
aqael  tíítio  los  coches  de  providencia ,  i'aé  á  condición  qae 
el  ayantamientOi  por  via  de  compensación  j  por  recono> 
oimiento  de  sos  derechos ,  cuidaría  de  hacer  barrer  á  sn 
ooata  el  cemenierio  de  catedral ,  como  creo  se  sigue  ha- 
ciendo. Este  terreno ,  pues,  demarcado  por  tales  piedras, 
sobre  Jas  cuales  pasan  todos  los  dias  centenares  de  per- 
sogas sin  saber  loque  sigDiñoan ,  porque  todas  estas  an- 
tiguallas van  cayendo  en  el  olvido ,  me  parece  que  seria 
el  de  los  diez  solaras  destinados  á  construir  en  ellos  la 
Iglesia,  y  por  lo  mismo  es  úe  creer  que  ésta  estaba  al  Sur 
de  la  mencionada  calle.  Sobre  cuál  fuese  su  dirección  o^ 
carre  igual  duda,  pues  es  probable  fuese  de  Oriente  á  Po- 
niente, con  la  puerta  al  Oriente  como  era  costumbre  sín 
tsar  las  igleiúas  antiguas.  El  padre  Pichardo  opina,  no 
obstante,  que  la  puerta  estaba  há,cia  el  Korte,  porque  el 
solar  que  se  le  dio  al  licenciado  Marcos  de  Aguüar,  y  que 
después  fué  de  Ocnzalo  de  Sandoval ,  estaba  ^Hras  de  Ja 
igleña  frontero  del  de  Pedro  González  de  Trujillo,^  según 
la  seta  del  cabildo  de  4  de  marzo  1527,  j  por  la  del  de  2S 
de  noviembre  de  1525  aparece  que  Trnjillo  tenia  bu  casa 
en  donde  después  fué  el  Paiian^  el  cual  era  todo  una  man- 
zana de  casas ,  hacia  donde  estaban  los  cajones  de  fierro, 
comendo  por  medio  la  calle  que  formaba  continuación 
de  la  de  Plateros ,  ó  como  entonces  se  decia  la  calle  que 
va  á  San  Francisco*  El  mismo  padre  cree  encontrar  otra 
lazon  en  apoyo  de  su  concepto,  en  la  conveniencia  que  le 
resultaba  á  Cortés  de  que  la  puerta  de  la  iglesia  mirase 
hacia  su  oasa  por  el  Empedradillo,  razón  que  se  desvanes 
ce  recordando  que  el  palacio  actual  era  también  casa  de 
Oortés  y  aun  la  reconocida  por  principal ,  y  que  siendoT       ' — 
entonces  la  calle  poblada  por  gente  mas  lucida  la  de  la^ 
tapatapa,  esto  es,  la  que  desde  San  Antonio  Abad  corria 
hasta  la  del  Beioz,  este  era  otro  motivo  para  que  la  puer-     -- 
la  de  la  iglesia  mirase  hacia  ella.  Todas  estas  dudas  po^ 
drán  de  alguna  manera  aclararse  por  la   con&ontacion 
láae  detenida  de  la  situación  de  todos  estos  soleros ,  de* 
marcándolos  en  ufi  plano  según  la  situación  relativa  que 
entre  sí  tenian,  aunque  en  cosa  tan  incierta  nunca  puede 
resultar  una  plena  aclaración ,  sino  por  el  examen  de  les 
papeles  antiguos  del  archivo  del  ayuntamiento. 
La  BiatigQ»  catedral  fué  derribada  hacia  el  año  de  1525, 

9I3111TAOIONB9.— Tomo  U^IQ 


—  126  — 
fiiendo  virey  el  marqués  de  Oerralvo.  De  e^lo  no  q«ii 
maB  qoe  nfia  memona  qae  es  la  reja  de  la  crujía,  4^1 
oaando  aquel  templo  fué  demolido,  se  colocó  y  auu  sei^ 
ea  los  corredores  del  palacio  arzobispal,  siendo  motivodi 
grato  recuerdo  el  considerar  que  entre  esa  reja,  devtt 
heoliura  que  no  da  gran  ideii  de  la  magniiioenciadeaqttl 
edi  Acio,  (lasaba  el  señor  Zamárraga  y  todos  sus  inmedlir' 
tos  sucesores  á  la  vista  de  nuestros  mayores,  en  todos ki 
actos  solemnes  de  las  festividades  de  la  metropolitasiA 
Méjico. 

Oon  el  obispadosle  Méjico  recibió  el  sefior  Zam 
el  difícil  y  peligroso  encargo  de  protejer  á  loa  indios 
tra  las  vejaciones  que  los  conquistadores  1^  hamo 
frir.  y  el  celo  con  que  lo  detiempeñó  le  atrajo  la  mase 
hecha  persecución  de  Koüo  de  Gazman,  presidente  da 
piimera  auuiencía,  y  do  todos  los  que  durante  su  gor"^ 
no  y  protegidos  por  él,  se  abandonaron  á  todo  géa 
excesos.  BL  mismo  señor  Zum^rraga  dio  cuenta  al 
rador  de  lo  que  pasaba,  valiéndose  de  mil  estrata 
para  hacer  llegar  sus  cartas ,  pues  loa  que  gohei 
hablan  dado  la»  órdenes  mas  rigurosas  para  Impedir 
da  comunicación  con  la  corte.  Es  muy  notable  el 
pió  de  una  de  estas  cartas^  que  voy  á  copiar  porque 
niñesta  el  espíritu  que  guiaba  al  obispo  de  Méjico ^ 
oposición  vigorosa  que  hacia  á  los  que  de  todos 
oprimían  aquellos  de  cuya  protección  estaba  eoi 
<^La  gracia,  la  paz,  v  la  misericordia  de  nuestco 
Jesncrito  sean  con  Y.  M.  y  lea  con  atención  eata 
escrita  con  la  intención  sincera  y  leal  de  servirá 
á  y.  M.  E:!cribo  sin  pasión  y  por  ser  útil  á  los 
tes  de  esta  tierra,  tanto  españoles  como  indigenaa 
descargo  de  mi  conciencia  y  para  cumplimiento  dd 
go  que  lie  aceptado  como  una  cruz  y  un  marürio : 
de  decir  la  verdad  aunque  roe  cueste  la  vida , 
da ,  según  me  dicen ,  por  el  odio  de  mis  enemigoii 
aquel  que  ha  de  juzgarnos  á  todos,  me  recibirá  &i 
algún  dia  las  persecuciones  que  sufro  por  sa  ca^ 
En  esca  carta,  fecha  de  27  de  agosto  de  1529  ,   ex: 


{\)  EjU  carta  ba  aido  publicada  en  francés  por  Hr.  T 
la  B«  gMnda  eoleocion  do  piezai  inécütka  sobre  Méj-.o,  de  donde 


Hr.  Tenianx  C« 

„ .o  ñifizu  inécütkfl  aobra  iléíí 

ci49  el  pedaxo  citado. 


—  127  — 
iT  Zamárraga  may  pormenor  todas  las  intrigas  que 
habido  entre  los  conquistadores ,  y  los  medios  iní^ 
de  qae  17  año  de  Oazman  y  los  oidores  de  la  primera 
enoia  se  habiaa  valido  para  aoamalar  dinero.  El  o. 
f  Tiendo  qae  nada  aprovechaba  con  las  reprensiones 
les  haola  en  particnlar,  comenzó  á  hablar  en  sus  ser- 
es de  una  manera  general  de  la  conducta  disol  ata 
ios  qae  gobernaban  y  de  sa  tiranía  respecto  á  los  in^ 
,  qae  lo  irritó  de  tal  manera  á  Ñafio  de  Gnzman, 
le  amenazó  de  hacerle  echar  del  palpito  por  la  fuer- 
Ba  otra  ocasión  en  que  el  obispo  trataba  de  ablandar 
aqael  hombre' atroz,  con  la  relación  tocante  de  los  pade^ 
lentos  de  los  indios  y  con  el  fin  de  hacerle  revocarla 
MenlqueBehabiadadoparaquelos  indios  de  üaejocingo, 
idemás  del  tributo  que  pagat>an ,  trajesen  todos  los  días 
'  &cada  oidor  siete  gallinas,  sesenta  huevos^  y  alguna  ca** 
sa,  é  hieiesen  algunos  otros  servicios  á  Pilar,  agente  de 
todas  BUS  mald^es;  Gazman  le  contestó  secamente,  que 
hs  órdenes  de  la  audiencia  debían  de  ser  cumplidas ,  y 
que  ai  el  obispa  se  oponía,  lo  haria  tratar  como  al  obispo 
Z«&ara  [I],  no  debiendo  olvidar  que  hablaba  delante  de 
808  superiores. 

La  protección  qae  los  misioneros  dispensaban  á  los  iu^ 
*08  era  motivo  de  continuos  choques  con  la  audiencia, 
aeosándolos  /ésta  de   que  excitaban  esdicioues.— Para 
Tindicarse  de  ellas,  el  oDispo  reunió  en  Huejocingo  á  los 
goardianes  de  varios  conventos  ,  y  después  de  los  ejerci- 
^  dos  de  devoción  y  penitencia,  acordaron  que  un  reIigio?o 
irta  á  Méjico  y  en  dia  solemne  predicaría  un  sermón,  ex- 
hortando á  los  individuos  de  la  audiencia  á  cumplir  con 
■03  debercB,  declarando  altamente  que  los  frailes  estaban 
'  inocentes  de  todas  las  infamias  que  seles  imputaban.  liiU 
€fecto,  el  dia  de  pascua  de  EspírituSanto ,  el  obifli>o  do 
Tíaicala  celebró  una  misa  pontiQcal ,  y  concluida,  el  jo- 
lioso  encargado  de  este  peligroso  ministerio,  subió  ai  pul- 
pito  y  declaró  solemnemente  que  ni  él  ni  s»»  f^™Pf?*\'^® 
eran  culpables  de  los  crímenes  de  que  la  o-^.^i®"®*^^!)^!*;; 
t  laba ;  que  no  habia  faltado  á  sus  votos  ni  ft  su  regia,  y 

),  D.  Antonio  de  Aoti5%,  óbspo  da  2í*»^^A,ha>b?eni'j  tomado  ^p^^^    «u 
1*    \«n,  d»  lo*  coa&tiisroi,  fué  pnño  f  oonhaalo  ai  ^y^^i  .  y,  • 

«i    efaé  ejMqUdo  algaa tíimpo  deapnea  por  o.-den  a»  v/o» 


—  128  — 
qad  fle  oreia*  obligado  á  desmeatíi  solemnemente  laa  tt* 
laoiniae  con  qae  »e  pretendía  cnbrir  de  oprobio  á  los  pra^ 
dioadorea  del  Evangelio  ^  para  evitar  qae  ellas  redondaí 
sen  en  perjaioio  de  sa  doctrina.  La  irritación  üel  preádes- 
te  Qazman  con  tal  sermojí  faé  excesiva :  mandó  repeti- 
das veces  al  predicador  que  se  callase  y  bajase  del  ptU^ 
pitOf  y  no  siendo  obedecido,  el  oidor  Delgadillo  envión 
alguacil  qae  acompañado  de  machas  personas  de  sa  {ttn 
tido,  le  hizo  bajar  violentamente.  A  tal  acto  se  signioA 
excomnniones  por  parte  del  obispo ,  sentepoias  de  des« 
tierro  por  parte  de  la  audiencia ,  y  conteGrtacionos  j  obo* 
ques  entre  ambas  autoridadeSi  hasta  que  la  andienóa  ft 
allanó  á  hacer  que  el  oidor  Delgadillo  fuese  á  San  Fiñ^ 
cisco  á  recibir  la  absolución,  y  que  se  quemase  el  reqoiá* 
torio  publicado  contra  los  frailes.  Los  oidores  y  esn  en^ 
bargO|  instruyeron  expedientes  que  mandaron  á  la  e6s^ 
inculpando  á  los  misioneros  de  que^  á  título  de  protegsi 
los  indioS;  impedían  la  recaudación  de  los  tributos,  y  en^ 
barazaban  la  administración  de  la  justicia ,  |dando  auto 
en  los  monasterios  á  los  oriminales :  el  señor  Zamáiiag% 
por  cuyos  informes  fué  removida  aquella  aucüenciai 
yó  necesario  pasar  á  la  corte  para  vindicar  su  condu^ 
ó  informar  lo  que  con  venia  para  el  bien  de  loa  indiosi ' 
biendo  logrado  satisfacer  cumplidamente  al  em 
y  merecer  cada  vez  mas  su  aprecio. 

En  todos  estos  incidentes  podrá  parecer  que  la 
ducta  del  señor  Z amarra ga  no  era  la  mas  prudentei 
que  los  medios  violentos  de  que  hizo  uso  para  le 
las  demasías  de  la  audiencia,  no  podiaploondncir  mas 
á  extremos  desagradables;  pero  es  menéete  atendí  ¿ 
primero  habla  empleado  sin  fruto  los  de  la  persuasioii 
viendo  que  el  mal  iba  adelante ,  no  estaba  en  el 
ni  en  los  principios  de  aquel  prelado  autorizarlo  ooi 
siloncio.  Se  le  ha  acusado  también  de  que  en  el 
de  su  celo  por  la  propagación  de  )a  religión,  destruyó 
el  mayor  empeño  los  manuscritos  históricos  de  loe  i 
y  un  escritor  burlesco  ha  dicho ,  que  acostumbrado  i 
brujas  en  Vizcaya,  le  habían  parecido  también  Imjí 
encantos  los  geroglíñcos  de  los  aztecas.  Según  elloi 
de  extraños  y  monstruosos,no  seríajde  admirar  que  1 
biera  tenido  por  tales  el  buen  obispo  y  y  por  otra 
como'lo  advierte  lemauxOampons  ^  siendo  su  ohj 


—  129  — 
propagación  de  la  religión  cristiana,  oreia  necesario  qnU 
tar  de  delante  todo  lo  qae  jozgaba  un  obstáonlo  para  eete 
fiOi  7  no  teniendo  entonces  nna  idea  de  la  escritura  figa 
rada  de  los  mejicanos,  deptruf  6  todos  los  monumentos  de 
esta  qae  pudo  haber  á  las  manos,  y  que  tenia  por  emba- 
razo  para  sus  miras.    ~ 

La  vida  de  aquellos  primeros  prelados  era  la  de  nnos 
midioaerosi  y  por  sus  costumbres  y  sobriedad,  en  nada  se 
diferenciaban  de  ellos.  Toda  la  familia  del  señor  Oarces  se 
reducía  á  dos  criados  y  una  negra ,  y  el  sefior  Zumárraga 
se  privaba  hasta  de  las  cosas  mas  necesarias  y  de  las  co  - 
modidades  mas  comunes  de  la  vida.  Habiéndole  dado  los 
iadios'unas  piezas  de  manta ,  hizo  formar  con  ellas  unas 
cortinas  para  impedir  que  el  sol  entrase  por  las  ventanas 
de  su  habitación :  nnos  religiosos  de  su  orden  sus  amigosi 
Je  dijeron  en  su  convento  que  ya  parecía  obispo  y  no  frai- 
le, pues  habia  adornado  su  casa  de  aquella  manera:  vuel- 
to á  su  palacio  hizo  luego  quitar  aquel  adorno  que  le  ha« 
hia  atraído  testa  crítica.  Andaba  siempre  á  pié,  y  cuando 
Silia  á  visitar  los  pueblos  de  su  obispado,  se  hacía  acom- 
pafiar  por  muy  pocas  personas ,  por  no  ser  gravoso  á  los 
indios*  Erigida  la  mitra  de  Méjico  en  arafiobispado ,  se  le 
expidieion  las  bulas  que  le  conferían  aquella  nueva  digni-* 
dad,  y  vacilando  en  aceptarla,  ^quiso  consultar  á  su  ami^ 
go  fray  Domiogo  de  Betanzos,  que  á  la  sazón  estaba  en 
^epetlastoc,  cerca  deTezonco :  emprendió  el  ir  averie  allí, 
y  como  su  edad  y  sus  enfermedades  no  le  permitían  ya 
^Mcer  esta  jornada  á  pié,  el  tren  de  camino  del  arzobispa** 
io  electo  de  Méjico,  fué  un  pobre  asno  con  nn  lego  de  San 
francisco  que  lo  arreaba.  En  aqnel  pueblo  permaneció 
^tro  dias,  en  los  que  confimó  á  14^500  indios,  según  el 
legistro  del  vicario  del  monasterio  que  contó  ISs  vendas 
lie  los  confirmados. 

[  Yuelto  á  Méjico  se  le  agravó  el  mal  de  orina  qne  pade^ 
fBía ;  dispúsose  para  la  muerte  ,  como  si  toda  su  vida  no 
Imbiese  sido  una  preparación  para  ella:  recibió  con  devo- 
frión  y  temara  los  sacramentos ,  y  acompaüado  de  fray 
JDomingo  de  Betanzos  y  otros  religiosos ,  espiró  pronunu 
¡riando  las  palabras  con  que  el  Salvador  entregó  su  espí^ 
íitu  en  el  Calvario :  J«  ^na/nus  tuaa ,  Dimine ,  commendo 
}^rUwn  meum.  Murió  el  domingo  iníraoctava  de  Corpus, 
H  las  nueye  de  la  mafiana  del  año  de  151S  |  á  los  ochenta 


r 

L 


1 


—  130  — 
años  de  sa  edadi  habiendo  nacido  en  Darango ,  dd  Be&o- 
rí6  de  Vizcaya  el  afio  de  1468 .  y  tomado  el  hábito  ea  el 
convento  de  Aranzazn.  "So  solo  no  quedaron  bienes  nm> 
gano  sayos,  pues  habia  invertido  todas  sos  rentas  eali* 
mosnas;  en  la  compra  de  unas  oasas^  en  que  edificó  el  pa 
litcio  arzobispal ,  que  dejó  á  sus  sucesores ;  en  ^lafanda^ 
cion  del  hospitaí  del  Amor  de  Dios ,  en  que  ahora  estáh 
academia  de  San  Carlos  y  en  otras  f  andaciones  piadosas, 
sino  que  dejó  deudas  •  las  que  Oárlos  V  mandó  se  pBga> 
sen  del  erario,  por  códula  de  7  de  julio  de  15I9« 

Se  le  sepultó  en  sus  iglesia  catedral  con  asistencia  del 
virey ,  audiencia  ^  todas  las  autoridades ,  y  un  conooiso 
numerosísimo  de  indios,  que  con  sus  lágrimas  y  gemidoi 
intenumpían  el  canto  de  los  oficios.  Mai§  de  35  aSos  des^ 
pues  de  su  muerte ,  con  ocasión  de  rebajar  el  piso  dd 
presbiterio  de  la  iglesia  vieja  y  se  descubrió  su  cadám 
que  se  halló  bien  conservado,  con  la  cabeza  separada  del 
resto  del  cuerpo  por  el  peso  de  la  mitra  ,  y  vuelta  á  oer« 
rar  la  oaia  que  la  con  tenia ,  se  quedó  en  el  mismo  slüo» 
hasta  que  demolido  aquel  templo  se  trasladó  á  la  naer» 
catedral,  en  donde  se  depositaron  los  huesos  en  una  caja 
forrada  de  terciopelo  carmesí  con  su  llave,  en  una  délas 
alacenas  altas  del  antecabildo,  en  donde  estuvieron  btf^ 
ta  el  afio  de  1774  que  se  colocaron  en  la,  capilla  de  Ssa 
Padre^  al  lado  del  evangelio  en  donde  permanecen  hasta 
ahora.  El  Sr.  Zumárraga.esoribió  diversos  opúsculos  doo^ 
trinales  para  instrucción  de  los  indios,  muchos  de  los  csi»^ 
lejs  vio  el  Sr.  Beristain  (1)  en  la  librería  del  couventod^ 
Francisco  de  Tezcuco,  y  en  un  libro  de  la  doctrina  criK 
tiana  que  se  conserva  en  la  mi»ma  librería  y  que  pti  *~ 
atribuírsele,  puso  de  su  puño  en  la  carátula,  lo  fiigniea 
^'Esta  doctrina  dá  y  envía  el  obispo  de  Méjico  al  _ 
fray  Toribio  Motolinia,  por  donde  doctrine  y  enseñe  á 
Indios  y  les  basta,  f  Fr.  Juan,  obispo  de  Méjico.''  Sn 
mona  se  ha  conservado  como  la  de  un  hombre  vene 
por  sus  virtudes  y  trabajos  apostólicos ,  por  lo  que  jo 
creído  deber  poner  BU  retrato  al  frente  de  esta  Disef 
cion,  y  en  este  lugar  la  copia  de  su  gremial ,  el  coal 
guarda  en  un  cuadro  en  la  clavería  de  esta  catedral 

Antes  que  el  señor  Zumárraga,  habia  muerto  F. 

{IJ  Bllbliot^sa.^iiiiojaft,  artl«itfo  Zoalirafa, 


I* 

I 


-131- 
tíQ  de  Valencia  en  el  año  de  1534.  Ooncloida  la  prelada 
qae  por  la  seganda  vez  se  le  confirió  de  los  frailea  fran-* 
ei9oauo3  de  NnevavEspafia,  se  retiró  á  Tlalmanalóo ,  de 
donde  frecaentemente  iba  al  oratorio  que  habia  hecho  en 
Qua  caeya  del  monte  de  Amaqnemeca ,  qne  despnes  ha 
sido  lagar  de  mucho  culto  y  veneración.  Sintiéndose  en** 
ídrmo  en  aquella  ermita  so  volvió  á  TlalmanalcOi  y  cono^ 
ciando  loa  religiosos  que  le  acompañaban  que  el  mal  era 
grave,  dispusieron  trasladarle  á  Méjico ,  adonde  no  pudo 
llegar,  pues  en  el  embarcadero  de.Ajotzingo ,  ya  puesto 
en  la  canoa'para  venir  por  la  laguna,se  hizo  sacar.á^tierra, 
é  hincado  de  rodillas,  con  los  ojos  fijos  en  el  cielo,  espiró 
en  brazos  de  fray  Antonio  Ortiz  que  le  acompafiaoa,  ex^ 
clamaüdo :  Frandatus  sum  á  desiderio  meo:  **Ha  sido  frus^ 
trado  mi  deseo,"  haciendo  relación  al  que  tenia  de  pasar 
á  la  Ohina,  pasa  sufrir  el  martirio  predicando  el  Evanges 
iio.  £1  cadáver  se  condnjo  al  convento  de  Tlalmanalco, 
donde  fué  sepultado. 

£1  último  que  murió  de  los  primeros  doce  misioneros 
franciscanos  faé  fray  Toribio  Motolinia.  Por  cuenta  qne 
llevó  por  escrito,  habia  bautizado  mas  de  cuatrocientos 
mil  indios,  ''lo  cual,  yo  que  lo  escribo,  dice  Torquemada, 
lo  vi  firmando  de  su  nombre."  Falleció  y  fué  sepultado  en 
este  convento  de  San  Francisco,  y  en  su  entierro  fué  me^ 
aester  impedir  que  el  concurso  despedazase  el  hábito  que 
llevaba  el  cadáver,  queriendo  tomar  pedazos  de  él  como 
reliquias  del  santo. 

Por  los  esfuerzos  de  los  misioneros,  en  pocos  afios  que- 
d6  extinguido  el  culto  de  los  Ídolos,  y  en  su  Ingarse 
•abstitjayó  toda  la  pompa  de  las  ceremonias  católicas. — 
£a  cuanto  al  exterior  la  mudanza  faé  completa ,  pues 
aeguu  dejó  escrito  Bernal  Diaz :  '^  tienen  sus  iglesias  muy 
ricamente  adornadas  de  altares ,  y  todo  lo  perteneciente 
para  el  santo  culto  divino,  con  cruces  y  candeleroe,  y  ci- 
riales, y  cáliz,  y  patenas^  y  platos ,  unos  chicos ,  y  otros 
grandes  de  plata,  é  incensario ,  todo  labrado  de  plata. — 
Pees  capas,  casullas  y  frontales ,  en  pueblos  ríeoslos  tie* 
nen ,  y  comunmente  de  terciopelo ,  y  damasco ,  y  raso ,  y 
de  tafetán,  diferenciados  en  los  colores  y  labores ;  y  las 
mangan  de  las  cruces  muy  labradas  de  oro  y  seda ,  y  en 
ilgnnas  tienen  perlas :  y  las  cruces  de  los  difnntos  de  ra- 
lo negio,  y  en  ellas  figuras  de  la  misma  oara  de  la  muer- 


—  132  — 
te  con  BU  diforme  semejanza  y  huesos ,  y  el  cobertor  ii 
las  mismas  andasi  nnos  las  tienen  bnenas  y  otros  sotn 
baenas«  Pues  campanas,  las  que  han  menester,  eegmk 
calidad  que  es  cada  pneblo.  Paes  cantores  do  capilia  k 
voces  bien  concertadas,  así  tenores^  como  tiples ,  y  f^, 
traites,  no  hay  falta:  y  en  algunos  pueblos  hay  órguciif 
eii  todos  los  mas  hay  flautas  y  chirimías,  y  sacaboeheví 
dulzainas,  ^nes  trompetas  altas  y  sordas,  no  haytaBli 
en  mi  tierra,  que  es  Oastilla  la  Vieja ,  como  hay  en  eitt 
provincia  de  Guatimala :  y  es  para  dar  gracias  á  I>iQit| 
cosa  muy  de  contemplación  ver ,  como  los  natanritf 
y  udan  á  decir  una  santa  misa,  en  especial  si  la  dicen" 
ciscos  ó  Mercenarios ,  que  tienen  cargo  del  curato 
pueblo  donde  la  dicen,  f  Otra  cosa  buena  tienen  qi0 
han  enseñado  los  religiosos,  que  asi  hombrea  coioo" 
jeres  é  nifios  que  son  de  edad  para  las  deprender, 
tx)da8  las  santas  oraciones  en  sus  mismas  lenguas  qos 
obligados  á  saber :  y  tienen  otras  buenae  coatiun 
cerca  de  la  santa  cristiandad,  que  cuando  pasan  cai 
santOi  altar,  ó  cruz,  abajan  la  cabeza  con  humildad, 
hincan  de  rodillas,  y  dicen  la  oración  del  Pater  B 
ó  el  Ave  María :  y  mas  les  mostramos  los  conquián 
á  tener  candelas  de  c^ra  encendidas  delante  de  los 
altares  y  cruces,  porque  de  antes  no  se  sabían  apro^ 
de  ella  en  hacer  candelas.  Y  demás  de  lo  que  diclio 
go,  le(9  enseffamos  á  tener  mucho^  acato  y  obedi( 
todos  los  religiosos  y  á  los  clérigos ,  y  que  cuando 
á  BUS  pueblos  les  saliesen  á  recibir  con  candelas  de 
encendidas,  y  repicasen  las  campanas ,  y  les  diesen 
de  comer,  y  así  10  hacen  con  los  riligiosos,  y  tenían 
cumplimientos  con  los  clérigos.  Demás  de  las  bntnai 
tumbres  por  mí  dichas,  tienen  otras  san  tas  y 
porque  cuando  es  el  día  de  Corpus  ührístii  y  de  n 
tíefiora,  y  de  otras  fiestas  solemnes ,  que  entre  ni 
hacemos  prooesiones,  salen  todos  los  mas  pneblos 
nos  desta  ciudad  de  Guatimala  en  procesión  con  sni 
ees,  y  con  candelas  de  cera  encendidas ,  y  traen 
hombros  en  andas  la  imagen  del  santo  6  santa  de 
la  advocación  de  su  pueblo ,  lo  mas  ricamente  qnej 
den,  y  vienen  cantando  las  Letanías  y  otras  aan 
ciones,  y  tañen  sus  flautas  y  trompetas :  y  otro  tasl 
cen  en  sus  pueblosi  cuando  es  el  diadelas  tales 


— 133:— 

|tota«|  y  tienen  costumbre  de  ofrecer  los  domingos  y 
MiMiabnente  el  dia  de  Todos  Santos." 

IficSar  gi&ela  mudanza  interior  fnese  tan  ab- 
y  ^tf^los  misterios  de  la  religión  faesen  tan  bien 
domo  eran  segnidos  con  regnlaridad  las  fors 
,  sin  qne  pneda  reKOlverse  esta  cuestión 
slgfadodeliistrnoeion  qne  yernos  en  la  actualidad 
poeblOf  pneaqúe  la  eficacia  y  esmero  de  los  primea 
lifineraa'deMa  hacer  qne  esta  instrucción  fuese  en 
Ihv  époéa  mnohomas  completa.  Cierto  es  que  la  pom* 
rlaMttr^ndBíaa  de  la  iglesia ,  debía  influir  mucho 
áodmoa  efffimidos  con  los  crueles  ritos  de  la  gentin 
f-wáttté  eomolas  horribles  festividades  que  se 
4:)oa  dioaes  del  gentilismo,  fueron  pronto  olvida- 
[0m  las  fanrcionea  alegres,  en  que  la  pompa  de  la  sa^ 
ée  HBla  ó  la  magestad  de  la  religión,  pudiéndo  * 
lite  eoina  ana  de  las  mas  solemnes  la  fiesta  del  Oor- 
(•flBftay  ffo/ibio  Motolinía  hizo  en  Tlaxeala  el  afio 
ISiSk  Km  pelillosísima  aquella  ciudad  y  sn  comarca, 
tecoadorrenda  ásoendia  acosa  de  ochenta  mil  per- 
lila  eaitttra  estaba  adornada  con  mas  de  dos  mil 
sabieflea  de  flores ,  y  en  los  cuatjo  ángulos  se  fln^ ' 
cvaftio  montanas,  que  según  el  mismo  padre  Mo- 
»ia<^y^  cada  una  su  pefiol  bien  alto,  y  desde  abajo 
te  heeho  como  prado  con  mantas  de  yerba  y  floresi  y 
)  lo  qne  kay  en  un  campo  íresco  estaba ;  de  monte  y 
y  tan  al  natural  como  í^i  allí  fuera  criado  y  naci- 
euareraeosa  maravillosa  de  ver,  porque  habia  mu- 
génsvoa  de  gibóles ,  unos  silvestres ,  otros  de  frutas 
litros  de  Ames,  y  las  setas  y  hongos,  y  el  vello  que  sue- 
Biosr  en  los  árboles  y  peñas,  hasta  árboles  viejos  que*s 
á  tma  parte,  como  monte  espeso*^  y  á  otra  parte 
fsto,  y  en  Itfs  árboles  muchas  aves  chicas  y  grandes; 
kUa  áMoaea ,  cuervos ,  lechuzas  pequefias  de  muchas 
B«fia|  y  en  los  mismos  montes  mucha  caza,  donde  ha- 
iTttaaoii^  liebres,  conejos,  adives  ó  coyotes  y  muchas 
estas  atadas,  porque  las  mas  de  ellas  son  de  gé- 
deviboiraír,  y  alguna  era  de  cerca  de  una  braza ,  y 
gDidaa  ewt  como  la 'muñeca:  tómanla  los  indios  en 
auuiÍHsetnoáilos  pájaros,  porque  pam  las  bravas  y 
>lkMÉa  tienen  una  yerba  que  se  llama  tabaoo,  que 
israieee  6  entumece ;  las  otras  culebras  que  no  son 

PISBBTAOIOJrW.— ^XOMO  IL— 17 


k) 


1 


—  134  — 
poüso&osaSi  'llaman  mansas:  y  digo  que  todas  las  sw. 
grandes  y  chioas ,  y  oasa  de  animales  y  oolelnas  ^ssi 
los  montes  y  bosques  habia,  estaban  todos  tífos^  y  jtiMs 
gano  maerto.  En  la  primera  de  estas  monta&aslesiiibili 
representación  de  Adán  y  E 7a  y  la  serpiente  que  los» 
gañó :  en  la  segunda  la  tentación  del  Señor,  en  la  tmn 
ttan  Oeróulmo  y  en  la  cuarta  Nuestro  Padre  Sao  Fmi. 
cico.  Y  para  que  no  faltase'  nada  para  oontrahaoerslii'  - 
tural,  estaban  en  las  montaflas  unos  cazadores,  ma^mf 
cubiertos  con  sna  arcos  y  flechas,  (f que  oomunmeate  k» 
que  usan  eáte  ofloio  son  de  otra]  leugna,  qoe  ae  Usaft, 
otomleSiy  como  moran  cuasi  todos  hacia  losmontesiniia- 
mucbo  de  caza],  y  para  verlos  era  menester  agoaarlsiT  ' 
ta :  tan  disimulados  estaban  y  tan  llenos  de  rama  j' 
Tello  que  fácilmente  se  les  venia  la  caía  hasta  los 
£$tos  cazadores  estaban  haciendo  mil  ademanes  1 
de  soltar  la  flecha.''  Por  entre  las  calles  así  adorsxlsil 
cubiertas  de  flores  pasó  la  procesión,  en  la  cual  las 
gas  de  las  cruces  y  los  atavíos  de  las  andas  de  las 
genes  eran  de  la  preciosa  obra  de  plnm%  que  enl 
hacia  con  perfección,  y  cuyos  matices  ejú)edía&  6  los 
hermosos  brocados :  millares  de  personas,  Uevandki 
el  hombro  izquierdo  y  bajo  el  brazo  derecho  aartalet 
flores,  coronadas  con  guirnaldas  de  rosas  1  se 
al  pasar  el  Santísimo  Sacramento  y  arrojaban  s  os 
nadas  al  pié  de  los  sacerdotes  que  llevaban  laa  andas 
que  iba  colocado :  una  música  festiva  hacía  reamM 
aire  con  los  cánticos  sagrados  que  hablan  aprendida 
los  indios,  y  el  pendón  con  las  armas  que  habi 
do  Oárlos  V  á  la  óiudad  de  Tlaxcala  en  premio  da 
servicios  en  la  conquistai  tremolado  por  la  primera 
en  esta  solemnidad,  lisonjeaba  á  aquellos  repal 
con  una  distinción  que  no  se  habla  concedido  & 
otra  población  indii^.y  satisfacía  su  orgullo  nacional 
el  triunfo  obtenido  sobre  sus  enemigos  á  expenaa 
independencia. 

Otra  solemnidad  de  una  naturaleza  triste  7  It 
debió  hacer  grande  impresión  en  los  ánimos  de  loa 
vos  convertidos.  En  los  primeros  años  de  la  f  1 
del  convento  de  Santo  Dominga  de  Méjico,  fué  rol 
su  iglesia  la  custodia  de'plata  que  en  ella  habla 
Santísimo  Sacramento. 


r 

Grande  esoáadalo  oaas  ó  semejante  a  tentado,  y  pa» 
xa  aplacar  al  délo  se  [dispaso  hacer  una  procesión  de 
penitencia  á  qne  asistieron  don  Femando  Oortés  con  la 
ladiencia  y  todo  el  reoindario:  los  frailes  de  8to.  Domin- 
go y  San  Fraclsoo  iban  en  ella  desoajzos«  con  las  cabezas 
caUertas  de  ceniza,  y  fray  Martin  de  Valencia  con  nna 
soga  al  coello^  predicaba  fervorosamente  i  tomando  por 
teto  las  palabras  qne  el  divino  Bedentor  dirigió  á  ios 
;9iieleiban  á  prender.  *^A  qnlen  bnecaiSi"  deplorando  el 
"(pe  lá  tierra  en  qne  se  estaba  plantando  la  religión ,  se 
ina&ehaae  con  aqnel  crimen. 

*  La  afldon  á  las  procesiones  vino  á  ser  general  en  los 
ludiosi  y  estas  se  liacian  con  tal  concnrso  de  personas, 
fue  hoy  apenas  podemos  formarnos  idea  de  ellas.  Tor-« 
[iniemada,  testigo  ocnlar,  refieie  como  salieron  las  de  la 
mnatia  Santa  de  la  iglesia  de  San  José  en  el  afio  de 

En  estos  términos :  **E1  jnéves  santo  j  dice,  salió  la 
on  con  mas  de  veinte  mil  indios  en  todos ,  y  mas 
1  p«iitenteS|  porqne  se  jantan  allí  todos  los  de  las 
'teatro  cabeceras  y  de  allí  salen  azotándose,  con  desden^ 
diez  y  nneve  insignias  de  Oristo  y  otras  de  sn  pa«* 
El  viernes  salieron  de  la  Soledad  [la  procesión  de  hk 
dj  mas  de  siete  mil  disdplinantes  por  cnenta  i  con 
'gniae  de  la  Soledad.  La  maflana  de  resnrreodon  salió 
procesión  de  San  José,  con  doscientas  treinta  andas  de 
genes  de  nnestro  Señor  y  de  nuestra  Befiora  y  de 
santos,  todas  doradas  y  mny  vistosas.  Iban  en  ella 
andas  de  todas  cuatro  cabeceras,  por  particular  man 
iento  del  rey  y  de  los  que  en  su  nombre  mandan,  re^ 
odendo  á  esta  capilla  siempre   por  madre  y  primera, 
qne  ha  habido  y  hay  casi  ca^ÍEi  año  encuentros  en 
á  esto,  no  prevalecen  los  contrarios.  Van  todos  con 
o  orden  y  concierto,  y  con  velas  de  cera  en  sus  ma. 
^  y  otro  imnumerable  gentío  que  también  le  acompa- 
óon  velas  encendidas.  Van  ordenados  por  sus  barrios, 
n  la  superioridad  ó  inferioridad  que  unos  á  otros  se 
nooen,  conforme  á  sus  antiguas  oostumbres*  La  cera 
es  blanca  como  un  armiño,  y  como  ellos  y  ellas  van 
íen  vestidos  de  blanco  y  muy  limpios,  y  ,es  el  ama- 
6  pooo  antes ,  es  una  de  las  vistosas  y  solemnes 
dones  de  la  cristi^ad,  y  así  decía  el  virey  don  M^fi 

Bori%nw,  qi^  m^  wm  ú»  Im  ogsm  mas  4^  v^  %w  g^ 


^ 


—  136  — 
su  vida  había  visto,  y  todos  los  que  la  vea  ^dioea]a  i» 
mo.  Llevaa  tantas  flores  y  rosas  las  aadas  y  losooMl 
en  las  manos  y  cabezas  heohas  goimaldas  •  qas  porvli 
solo  acto  sopado  llamar  esta ^pasoaa  de  floreik  Uw 
ana  calle  á  la  iglesia  mayor^  donde  la  reciben  coa  i«(i<M 
de  oampaaas  y  miaistros  y  craz ,  y  vaelve  por  oftiaib, 
oipillai  doade  laego  se  canta  la  misa  con  todo  aqflái» 
compafiamieuto  de  gento.''  Torqnemada  habla  dft  M 
maohas  procesiones  de  igaal  solemnidad,  qne  pmwit 
solo  la  iacliaaoloa  de  los  iodios  á  esto  clase  ds  ftMM^ 
sino  tambiea  lo  may  poblados  qae  estaban  los  Impelí 
esta  capital.  >  ,     ^  . 

Los  coacilios  mejicanos  fijaron  deñnltivameajto  lite 
ciplina  de  nnestra  iglesia*  &l  primeco  y  segtfadúja  «^ 
braron  por  el  segando  arzpbíspo  don  fray  Afoow  1^ 
tufar,  del  orden  de  Banto  Domingo ,  en^la^  a&oí f^' 
y  1565,  y  el  tercero  qae  es  el  de  maijor  iiapprMDO^ 
la  solemnidad  con  qae  se  celebró^  y  por  haber  á^^ " 
bado  por  la  silla  apostólica,  faé  presidido  por  el 
po  virey  don  Pedro  Moya  de  Oontr^ra  en  ISSL 
tatntos  rigea  hoy  en  todas  las  iglesias  de  IS:.  ^ 
ca.  Los  cánones  de  estos  tres  concilios  ae  pablv^ñsi 
el  se£Lor  arssobispo  Lorenzana,  elcaal  celebró  ^ 
1771,  qae  no  habiendo  llegado  áser  aprobado^ 
pa,  ni  obtenido  el  pase  del  consejo  de  Jodias  no  seM 
blicado,  pero  sí  se  imprimieron  el.  catecismo  majdt 
el  aso  de  los  párrocos,  'y  el  de  la  doctrina  criatíao* 
los  niüos,  compuestos  por  este  concilio* 

Aaaque  el  tribanal  de  la  inquisición  no.  se 
en  Méjico  hasta  el  año  de  157 1,  la  aatoridad  inq 
se  ejercía  por  comisionados  especiales,  de  los  6w4 
mero  faó  el  Ldo.  Marcos  de  Agailar  (1)  qae  tuvo  &  A 
go  el  gobierno  de  la  NaevaEspaQa  por  muerte  9¿ 
Luis  Poncíe  en  1526,  el  cual  al  presentar  el  poder 
te  le  confirió  en  el  cabildo  de  10  de  julio  de  aquél 
jo  qae  ^'vino  á  esta  Nneva^BspaQa  como  inqniéidoCí 


^1)  V(i  eltomol?  foHoS47,  89d¡joqti«  AgaUtr  feo  vtoo  efm 
Bauto  Ddmiax^,  impnffaando  #1  aiarto  d«H«rj«fS,  p«ro  dtipWf.' 
«n%  dtt  Ut  eartai  de  Cortea,  pablioadM  «n  U  opwceion  d«  dotaiBM 
d)l  leñor  F«riiaudes  de  Navarrete«  qoeel  mismo  Cortee  diM  qiM 
eompaáía  ooaado  regresó  deSipuf»,  y  ati  nopued*  dudarte:  eip^' 
Xo  ws9k  Í9  poea  importfmeia, 


^  137  — 
'  ti||davM  las  oosaa  toeiuite  al  santo  ofloiQ  de  }a  Ihqoísí^ 
/  émJ^  ho9  Míos  habían  aido^eelfliados  exmJM  de^  ja- 
^  nsdienon  y  solo  dependientes  de  la  de  los  obispos  f  por 
•»  o^ro.ttottvo  9  s  haiier  de  hablar  en  el  corso  de  estas  di^ 

•  MMkmmtA  úe  los  yarios  autos  de  fé  qiae  se  hicieinDn  én 
-  tomas^pooast  omita  extenderme  mas  sobre  este  pantC| 
^  40S4firá  tM  eaenoial  orando  se  trate  del  gobierno  espax 
^  IM«n  loa  teres  «s^  qne  duró  e^  nuestro  país. 

¿r^  Ife  he  limitado  6  presentar  los  heehos  principales  qne 
.  MliiAsstaa  eámo  se  verificó  el  establecimiento  de  Iftie- 
Kgion  orisiiana  en  estas  regiones  ,  omitiendo  ja  infinidad 
ds  noticias  partiocdares  que  se  hallan  en  las  crónicas  de 

*  las  diversas  órdenes  religiosas  y  en  las  obras  de  los  mi~ 
noneros ,  siendo  esta  la  parte  mas  ahondante  de  noestra 
historia  y  sobre  la  cual  se  podrían  escribir  volúmenes  en- 
tres, que  ahora  atraerían  poco  la  atención  y  la  coriosi-* 
dad  de  los  lectores.  He  creído  también  deber  abstenerme 
de  hablar  de  todas  aqoellas  tradiciones  piadosas,  qne  haa 
sido  objeto  de  dispotas  empeñadas  entre  los  escritores^  y 
qae  deben  ser  mas  bien  materia  de  respeto  que  de  discos 
éon.  Ooalesqoiera  qoe  sean  las  opiniones  de  los  lectores, 
la  condoota  de  los  misioneros  que  vinieron  á  predicar  el 
Evanhelio  á  estos  paises ,  debe  parecer  ejemplar  y  admi^ 
nble.  |Los  piadosos  verán  en  ellos  onos  varones  apostó^ 

1  icos,  que  desprendidos  de  todo  interés  homano  j  sin  pre^ 
'  tender  premio  ni  remoneracion  algona  en  la  tierra,  aspi^ 
-rando  solo  á  la  corona  de  gloria  prometida  á  los  qoe  ven^ 
deren  en  la  locha  qoe  ellos  acometieron,  consagraron  to«< 
^  das  sos  fatigas,  á  costa  de  trabajos  y  privaciones  increi** 
i  blt.S|  al  beneficio  de  las  alma8,',éítablecíendo  entre  los  in^ 
I  dios  la  religión  por  coyo  celo  se  empleaban  en  tan  labo^ 
l^rioso  ministerio ;  los  qoe  atienden  mas  á  los  intereses 
l^mnndanos  y  qoe  qoieren  hacer  de  la  homanidad  ona  cao- 
i#a  diversa  de  la]de|la  religión,  no  podrán  menos  de  admi- 
I  rar  en  estos  hombres ,  los  protectores  de  los  oprimidos, 
los  defensores  de  los  indios,  la  única  barrera  qoe  los  pre^ 
Sttrvó  do  la  tiranía  y  los  libró  de  la  mina.  Oon  la  religión 
les  ensecaron  también  las  artes  mas  necesaria  á  la  vida 
lOtvil  y  dieron  principio  á  la  indostria  á  qoe  la  Noeva-Bs^ 
[paña  debió  so  grandeza  y  prosperidad ,  habiendo  hecho 
eonooer  el  s^or  Zomárraga  al  emperador  Garlos  Y  todos 
loe  recnrsos  del  país  y  todo  lo  qoe  opAYenia  hacer  pam 


—  138— 

safonmtoi  SMMaBftmzM  oibenfifloio  de  IftluuBuA- 
dad,  no  fueran  é1  ramltado  de  frindfkm  ñkmSñto^éif^ 
únicMnente él eActo  de  In eerided  erietiaM.  wso  att 
glorioso trinnfo bn flide  la  dvilisatíon de  todo  ávm 
ccmtinento  deMdn  ál  emptflo  y  tralM^o  de  eetoi  knúlihi 
mi8ionei!08y  que  m  ñgio  oolooó  ontre  loe  eutos  y  qvetih 
doe  loe  venideroe  deben  ver  oon  él  reipeto  y  veaenflíM 
que  se  debe  &  1m  mee  berúloss  Tirtadee ,  y  oon  el  iesDM« 
dniento  á  qne]  80  bieicTon  eenedons  por  loe  madMé 
inmenooB  beneAdoe  qno  bioteron  á  toda  la  AméitelM 
f  aé  eepafiola^  y  mny  eepeoialmente  A  nnesba  npttBa 
mijloana. 


•] 


I 


OCTAVA  DISERTACIÓN. 


Vomiacloii  de  la  eiadad  de  M^ico; 


EBegan  ee  lie  didio  en  otro  luger  de  esta  obre,  la  antl^ 
»  M^loo  te  eempoiiia  de  doe  dadadesi  Tenoolititlaii,  y 
■tteloleOí  ^ne  en  sa  {iriaelpio  faeron  doemonarqiiíee  se- 
paiadaii  iometlda  la  iegonda  6  la  primera:  ocm  el  txans^ 
jHHtao  del  tieupoy  el  amnento  eaoeaiyo  de anibae  poblar 
Ijkmeey  Tiniecon  4  quedar  reunidai  y  oonftindidoa  en  una 
|ttta¿qve  fbé  eaii  enteramente  arminada^en  el  ñtio  que  le 
MM  Oortée.  Bste  m  retiró  áOnyoacán  degpiíee  de  la  toma 
m  la  capital  y  prisión  del  empeñdor  Oo&nhtemotzin^  y  dn- 
¡aadoei  oonvendria  reedificar  la  antígna  oindad  ó  rondar 
kMúiaeTa  en  otra  parte»  eraraltó  con  ana  capitanes  y  se 
fMolvió  por  lo  pírimerO|¡siendo  los  motivos  de  sa  determi* 
^adon  el  conservar  el  nombre  de  Méjico  y  el  inflijo  qne 
ttopétm  sobre  tedo  el  país,  y  aproyeehar  las  yentajas  qne 
k^ttoflioii  en  medio  déla  lagaña  proporcionaba^  para  la 
¡s^"— ^  y  fádl  condacdon  de  todo  género  de  comesübks 
^«Artoe.  Mas  adelante,  la  consolidación  del  dominio  esi. 
pBol  rcdnjo  á  la  nulidad  algunas  de  estas  ventajas,  que 
¡i  Ism  dronnstaneias  del  momento  se  hablan  considerado 
fffM,  importantes,  y  entonces ,  cuando  el  remedio  era  ;a 
isi^v  dificii  y  costoso^  se  echaron  de  ver  los  inconveniens 


—  140  — 

tes  de  esta  posioioiiy  pnes  ocupando  la  dadad  el  o^tio  de 
un  valle  ó  cavidad  circular  ^  rodeada  por  una  cadena  di 
montafiasde  cosa  de  setenta  leguas  de  circunfereneíai 
todas  las  vertientes  se  diríjen  á  la  población ,  sujeta  por 
esto  á]  frecuentes  inundaciones,  que  hicieron  neeeaaiio 
para  precaverla  de  ellas  emprender  grandes  y  costom 
obras. 

Para  proceder  con  regularidad  en  la  forma  y  diatriba-  ' 
clon  de  la  nueva  ciudad,  se  formó  un  plano,  ó  como  en  el 
libro  de  cabildo  se  le  llama  una  traza ,  que  aunque  no  ae 
ha  conservado,  por  los  datos  que  hoy  podemos  reoojer, 
era  un  cuadro  que  abracaba  todo¡el  espacio  one  limiíai 
al  Oriente  la  calle  de  la  Santísínm  y  las  qlie-  siguen  ca 
su  misma  dirección ;  al  Sur  la  de  San*  Gregorio  ó  de  Sea 
Miguel ;  al  Norte  la  espalda  de  Santo  Domingo ,  y  al  F(h 
niente  la  calle  de  Santa  Isabel  [I J.  En  algunas  deestii 
calles  que  servían  de  límite  á  la  traza ,  se  formaron  aoe» 
quias,  de  las  que  se  conserva  la  memoria  por  ios  nombrf  i 
de  los  puentes  que  sobre  ellas  estaban  con8tmidaa«.Otne 
muchas  de  las  que  en  la  ciudad'  antigua  corrían:  (x>r  di^ 
versas  calleS|  quedaron  cegadas  con  los  escombros  de  ka 
edificios  que  se  arruinaron  en  el  sitio ,  y  solo  se  de)am 
las  que  etaa  necesariaff;  para  la  comodidad*  del .  Mflesf 
conducíoion  de  víveres :  |  las  calles  por  donde  tas 
pasaban ,  se  llamaron  con  generalidad  <^Ues  del  oyus^^i 
Todo  lo  que  exoedía  de  estos  linderoe  se.,  séllala  por 
r ios  para  habitación  de.  loe  indios;  pero  extam 
entonces  las  lagunas  casi  hasta  tosas  eou.la  Ira^ia.por 
versos  puntos  9  estos  subnrvios  lavieEon  snaiayí 
plitod  nacía  el  Norte ,  en  Saantiago  ^  que  era  el 
Tlalteloleo,  y. el  Poniente  por  ^an  José»  que  fofrl^  _ 
quia  y  eabeoe^  de  todos.  La  distribodoii  legnlsfr  da  » 
sanas  no  se  hiao  extensiva  á  estes  baiarip%  y^aimf  ae. 
pueslapobladon  ha  salido  de  sos  antignós  ikikite%  mm 
pedal  por  el  lado  de  San  José,  que  ahern  se  conoce 
el  nomb^  áel  N'uevo^MéfieOf  se  ha  ido  fMbrioaaadoí  oea 
co  órden^  dé  manera  que  tai  Méjico,  todo  lo  antiguo 


(1)  En  «ito  de]iiar<}a6Íoa  hago  vfo  foianenté  d«l«ombfe  d*  U  cfiU«, 
noeidft  en  cada  rombo,  debiéndole  oQtendarqae  el  límite  de  la  tras 
^or  Hm  qne  contfnúan  en  la  mli|ma  direadon,  hssta*  eortme  imaa  6<*ii  oi 
formtado  elonadro.  ^ta  inaxaetitad  «n  la  «zplieAcíon  aa  «na  ilekM 
jiientat  ^ae  resultan  de  Jiaber  dado  diT«no  ncmbie  a  cada  coadüca. 


-141- 

tido  oon  regularidad  y  todo  lo  nnevo  sin  ella  j  al 

io  de  lo  que  sucede  en  ]a8  ciadades  de  Europa. — 

entendido  que  el  conde  de  Beviliagf  gedo^  á  quien 

debe  la  eapital  déla  república  ,  previendo  este  au- 

ito  de  la  población,  hizo  formar  la  delineacion  de  las 

que  debian  fabricarse,  pero  no  ha  sido  seguida  esta 

estableció  por  base  de  la  repartición  del  terreno  de 

que  á  cada  individuo  que  quisiese  ser  vt^cino  de 

se  le  darla  un  solar  y  dos  á  los  que  hubiesen  |6Ído 

l&iatadores  de  ella ;  pero  cnáles^fuesen  las  dimensio" 

deestos  solares,  ni  constan  eu  el  libro  de  cabildo  que 

de  eato  como  de  coaa  conocida ,  ni  hay  hoy  datos 

ktee  para  fijarlas.  Las  condiciones  de  la  concesión 

m,  que  se  habia  de  edificar  casa  en  el  solar  dentro  de 

ipo  determinado ,  pasado  el  cual  quedaba  denuncia** 

y  Be  podia  aplicar  á  otro.  Estas  mercedes  comenza- 

ábacerae  cuando. el  ayuntamiento  residía  enOnyoa- 

que  fué  donde  se  estableció^  y  como  no  habia  todavía 

[O  de  actas  ni  registro  en  tbrma  ,  se  hicieron  al  princi- 

en  papeles  y  memorias  sueltas.  A^í  se  vé  por  muchos 

del  ayuntamiento,  en  especial  por  el  del  cabildo 

'20  de  diciembre  de  1527  en  cuyo  dia  *<pareció  Franci- 

í  de  hM  Gasas  y  dijo ,  que  ha  mas  de  cuatro  años  que 

"  en  esta  éiudad  é  Nueva  EspaSa,  é  tiene  indios  en 

de  esta  ciudad,  é  á  la  sazón  que  vino  fué  reci- 

por  vecino  de  esta  ciudad,  y  por  no  haber  á  la  sazón 

de  cabildo  sino  papeles  é  memorias ,  no  se  halla  el 

ito  de  cómo  fué  recibido  por  vecino;  por  tanto  que 

6  ^di6  á  sus  mercedes  por  tal  le  oviesen  é  recibie<« 

desde  el  dicho  tiempo  acá,  é  le  mandasen  dar  como  á 

Iveoioo  911  solaré  huerta.  E  por  los  dichos  señores  vis^ 

i  lo  susodicho ,  dijeron  que  lo  hablan  é  o  vieron ,  é  reci- 

é  recibieron  por  tal  vecino  de  eaca  ciudad  desde  el 

10  tiempo  de  cuatro  años  acá,  para  que  goce  de  las 

Edadones  y  libertades  que  gozan  los  otros  vecinos  de 

oíQdadt  6  que  habiendo  sitio  para  lo  dar  solar  é  huer- 

eomo  pide,  que  le  dará ,  é  mandaron  lo  asentar  para 

se  le  dé.  tít^o  en  forma"  [  IJ.  Antes ,  en  el  cabido  de 


(1)1  ^MoerdoefUfixmado  por«l  Uioraro  Alonso  de  Estrada,  qae  ern 

I)I8BSTÁCI0NEd.--T01lt  IL— 18 


— 142  — 
28  de  marzo  del  mismo  afío ,  se  acordó  dar  por  sem 
esto  es^  declarar  qne  se  habían  cumplido  las  condici^K 
de  la  merced,  el  solar  de  Orístóbal  de  Mafra  "el  caal ' 
qae  le  faé  dado  por  el  cabildo,  estando  la  cindad  en 
yoacau."j  Lo  mismo  se  hizo  dos  afios  mas  atrás ,  habiéa 
dose  mandado  en  el  cabildo  de  2S  de  noviembre  de  15^1 
asentar  en  el  libro  de  actas  y  dar  por  servido  el  solar  q 
sd  le  dio  á  Jaan  Cano,  qae  dijo  le  estaba  dado  por  lern 
do  **dtí.sle  qae  so^pasó  )a  oindad  de  Ooyoacan  (1).''  Ba* 
cjncesioa  de  algaaos  solares  se  excedió  &  veces  deloiül 
mitea  de  la  trrza,  y  para  redacír  la  población  de  es 
les  ái  édta,  eti  el  cabildo  de  8  de  jnlio  de  1528 ,  se  dif 
lo  sigaieute:  ^'qne  por  caauto  en  el  principio  qae 
ciniad  se  trazó,  fué  acordado  y  mandado  por  la  cia 
qae  d^^sie  la  calle  de  la  ajaa  qae  est^  junto  al  moo 
rio  de  Santo  Domingo  en  adelante,  no  oviese  casas 
espAüoles,  sino  que  de  allí  adelante  quedase  pararii 
los  nacnrales ;  y  qne  por  importunación  de  alganas 
sonata  s )  les  ha  dado  solar  de  la  otra  parte  de  la  aeeqi 
ád\  agua  lo  cual  parece  qae  es  en  mucho  perjuioio  y 
da  loá  nakarales,  y  que  ei  fuera  de  la  trazsi  qaeea 
principio  fué  acordada  y  señalada ,  y  los  estantes  de  K 
jico  y  de  Tlaltdlolco  se  quejan  y  agravian  de  ello  qae  * 
tomen  sas  casas  y  solares :  por  ende  dijeron,  qne  leri 
ban  y  daban  por  ningunas  todas  y  cnalesquiera  m 
des  que  la  ciudad  haya  hecho  de  solares  de  la  otra 
de  dicha  acequia,  y  que  mandaban  y  mandaron  qae 
aqaí  adelante  no  se  den  allí  solares,  sino  que  los  qae 
tienen,  los  pidan  en  otra  parte  dentro  en  la  traza. 

Existe  en  el  Museo  nacional  un  plano  de  la  ciudad 
tigaa,  que  se  dice  haberle  dado  Moctezuma  á  Oort6$ 
origen  es  mny  dudoso  y  auti  poco  probable ,  pues 
cuanto  Uortés  tenia  dado  por  Mockezama,8e  perdió < 
famosa  noche  triste ,  no  habiéddoje  salvado  en  aqai 


goberaador,  Gri«tSb&l  Fiora^  Garcii  do  Holgnln,  el  qie  |>T0nd*6  & 
moMin,  Pedro  da  Carrauz«  y  Jaaa  de  Hiaoíosa  Sapongo  qae  el  FraaeMaeJ 
Ias  Oaou  et  el  mi  uno  parieato  de  Codeé,  q  «m  hizo  tauto  papal  en  leer 
de  las  liib aeras: 

(1)  Bete  Jaan  Cano  ea  tindadit  et  mismo  qn«  cai^  con  dcñ«  Isabslj 
teíama,  oaando  qaedó  ^  inda  de  Alona  o  de  Orad).  Habla   Tenido  C3 
TAos,  7  en  todo  lo  qne  da  él  cita  el  sen  )r  Presoot ,  se  maiüfiesta  poca 
de  901101,  lo  qne  acaso  Tiene  de  este  origen. 


—  143  — 
¡dnota  ni  eldiario  qae  Cortés  había  llevado  de  sus  ope- 
íciooesy  docamentx)  qne  habiera  eido  el  mas  precioso  pa- 
naestra  historia,  ui  el  instrumento  que  se  extendió  del 
iconociiniento  qae  Mootezama  ysas  grandes  hicieron 
Id  la  soberanía  de  Carlos  V.  Sin  embargo ,  este  plan  es 
lindada  anteiier  á  la  conqaista  y  faé  reconocido  y  co- 
liado  por  don  Carlos  de  Sigüenza ,  qnien  paso  en  oaste- 
ino  los  nombres  de  alganos  sitios  representados  en  ge  - 
^glíñcos,  y  aanqae  no  es  de  gran  ntllidad  para  recono'^ 
ir  por  él  la  situación  de  los  antigaos  ediñcio»  y  su  cor- 
ipbndencia  con  los  nuevos ,  porque  carece  de  escala  y 
le  expUoaoioUy  hubiera  sido  bueno  se  publicase^  en  lugar 
ie  tantos  retratos  apócrifos  ,  con  que  se  han  adornado 
díganos  libros  recientemente  impresos:  este  iñismo  i»lafio 
ana  prueba  de  lo  poco  que  sabríamos  de  la  histoiia 
íQtigua  de  Méjico  con  solo  {las  pinturas  geroglíñcas ,  si 
los  misioneros  no  hubiesen  cuidado  de  conserv^arnos  las 
tadiciones  orales  que  les  sirvcm  de  interpretación.  A  fal* 
del  auxilio  que  esto  plano  pidiera  proporcionar  ,  pro-^ 
coraré  establecer  por  el  examen  de  títulos  y  documentos 
irrefragables  9  la  situación  de  alganos  de  los  edidclos 
priacipales»  y  esto  servirá  de  gala  para  conducirnos  en  la 
serie  de  las  indagaciones  que  s^)n  objeto  de  esta  diserta-' 
,  clon,  y  en  ellos  se  apoyarán  lan  conjeturas  probables  que 
paeaan  f andarse  sobre  e^tos  hechos  y  que  mas  adelante 
podrán  ser  objeto  de  nuevos  estudios. 

La  casa  d  palacio  nuevo  que  era  de  Moctezuma,  ocapa^ 

ba  todo  lo  que  es  ahora  el  palacio  nacional  con  todas  sus 

anexidades^  tales  como  casa  de  moneda ,  jardín  y  cuarto^ 

Íes,  y  se  extendía  además  á  toda  la  plaza  del  volador,  la 

Universidad  y  todas  las  casas  construidas  á  los  costados 

y  espaldas  de  esta.  La  que  se  conocía  por  la  casa  vieja 

del  midmo  Moctezuma,  ocupaba  el  cuadro  que  se  contics 

no  entre  la  parte  de  la  plaza  que  se  llama  impropiamente 

calle  del  Bmpedradillo,  y  las  de  Tacaba,  Plateros ,  y  la 

Profesa  ó  San  José  el  Real.  Esto  resulta  de  la  real  céilu^ 

hs  fecha  en  Bi^rcelona  en  6  de  j alio  de  1529 ,  por  la  que 

se  conceden  á  Oortés  ambas  casas  de  que  ya  estaba  en 

posesión,  y  eu  esta  merced  se  entendió  comprendida  la 

plaza  mayor  frontera  á  la  primera  de  estas  casas.  Los 

nombres  que  tenían  en  aquella  época  las  calles  que  cir. 

Qandabau  á  estos  ediQcioS|  seguid  la  misma  cédnla^  qoq  lo;; 


; 


' 


BiXi 


— 144- 
fligoientes :  la  casa  naeva,  que  es  el  palacio  actofll  ÍA\ 
blerao,  con  todo  lo  demás  qae  va  dicho ,  dice  el 
nado  documento  que  lindaba  por  ana  parte  con  la; 
mayor  y  la  calle  de  Iztapalapa  [así  ae  llamaba  la  que] 
el  frente  del  palacio  y  plaza  segoia  hasta  el  rastro,  yl 
comprende  los  Flamencos»  bajos  do  Portaceli ,  y  las 
Bastro]  [1] ;  por  otra  la  calle  de  Pedro  González  de  ~ 
jillo,  y  de  Martin  Lopez^  carpintero  •  por  la  otra  )«84 
sas  de  Juan  Bodrígaez,  albañil^  y  por  la  otra  lactUeH 
blica  que  pasa  por  las  espaldas.  En  cnanto  á  la  caca  "^ 
la,  sus  lindes  eran  por  el  frente  la  plaza  mayor  y 
de  la  Igle&ia,  y  la  Placeta :  por  nn  lado  la  calle  de' 
ba ;  por  el  otro  la  calle  qno  va  de  la  plaza  ma^firil 
Eranciseo;  y  por  las  espaldas   ^^  la  talle  donde  estáa 
casasde  EodrJgoBangel,  é  de  Pero  Saneáis  Fi 
de  Francisco  de  Terrazas  á  de  Zamndio. 

Antes  de  pasar  á  examinar  qné  variaciones  ha 
en  estas  casas  de  Moctezuma  f  qné  calles  de  las  a( 
eran  éstas^  cuál  la  forma  de  la  plaza  y  qné  edifldos 
en  ella,  haré  notar  de  paso ,  que  una  de  las  droi 
cías  que  caiisan  mayor  diñcultad  en  el  estadio  que  na] 
propuesto  en  esta  disertación,  es  la  variación  de  loa 
bree  de  las  calles  y  la  aplicación  que  después  se  ha^ 
de  un  nombre  en  particular  á  cada  fracción  de  laa 
forman  cada  manzana.   En  su  piincipio  las  callea^ 
ron  los  nombres  ó  de  los  vecinos  pñocipales  que 
en  ellas  solares,  como  la  de  Guatemuz,  la  de  los 
y  otras^  de  las  que  aun  los  conservan  algunos ,  ó  d( 
poblaciones  principales  á  que  se  encaminaban , 
de  Tacuba ,  é  Iztapalapa ;  ó  délos  puntos  nctablea 
ciudad  á  donde  se  dirijan  9  como  ^4a  calle  qneva  41 
Francisco/^  y  veremos  mas  adelante  la  de  las 
de  los  bergantines  etc.  Estos  nombres  se  cont^nnai 
toda  la  dirección  de  la  calle  ,  y  este  uso,  si  hubiera 
dO|  habría  excusado  la  complicación  y  molestia  qjpi-l 
sulta  de  tanta  multiplicidad  de  nombres  como 
ae  ha  introducido,  cuyo  inconveniehte  se  hará  maa^ 
ble  con  la  mayor  extensión  que  la  ciudad  vaya 
y  seria  oportuno  prevenirlo  desde  ahora ,  haoienáoi 


(l)  Paxeoe  que  continvaba  el  mismo  nombre  por  la  oalI«  ^el  MéU 
41  Tialtelolco,  coqi^  0«  yerl^  ffias  adelante. 


—  Iá6~ 
reforma  que  seria  tanto  mas  filoili  cnanto  qne  se  presta  á 
ello  la  forma  regalar  de  la  población ,  j  para  la  onal  pn- 
diera  servir  de  modelo  la  qne  se  hizo  en  París  por  Napo< 
león.  Las  calles  de  aqneila  capital  corren  próximamente^ 
annqne  no  con  toda  ezactitad ,  paralelas  ó  perpendicala- 
res  id  rio  Sena,  y  esta  circnnstancia  faé  la  qne  se  tomó 
por  norma  para  la  denominación  y  nnmeracion :  todo  lo 
qne  signe  nna  dirección  conserva  nn  solo  nombre  i  y  la 
nnmeracion  viene  con  la  corriente  del  rio  en  las  calles 
qne  le  son  paralelas,  con  todos  los  números  nones  á  la  de- 
recha y^los  pares  á  la  izqnierda  y  en  las  calles  perpendien- 
larM  al  ri0|  la  nnmeracion  comienza  en  este ,  sigoiendo  el 
mismo  orden  en  la  dietribncion  de  los  números.  Este  ar^ 
regloy  qne  allí  estnvo  SQjeto  á  graves  diflcnltades ,  por  la 
forma  irregnlar  de  la  parte  antígna  de  la  cindad  y  qne 
ofrece  gran  comodidad  en  el  nso ,  en  Méjico  seria  mny 
fácil  y  tomando  el  principio  de  la  nnmeracicm  desde  dos 
líneas  qne  del  centro  de  la  plaza  se  din  jíesen  á  los  pnntos 
terdinalesi  y  entonces  en  gran  parte  se  vendría  á  coinci- 
dir con  las  denominaciones  primitivas  de  *^  calle  de  Izta.« 
palapa , "  ^^  calle  qne  va  á  San  Francisco  y "  y  otras  qñe. 
cómo  veremos,  abrazaban  toda  la  extensión  de  la  cindad 
de  nn  extremo  á  otro. 

4¡teta  demareadon  de  la  casa  nneva  de  Mocteznmai  cor- 
responde con  lo  qne  indica  el  plano  antígno  de  qne  se  ha 
hablado,  pnes  annqne  en  él  está  dividido  por  nna  aoeqnia 
el  torreno  qne  aqnel^ediflcio  ocnpaba^Iasí  debia[ser,[h9bién- 
lióse  conservado  esta  acequia  hasta  nnestros  dias,  qne  es 
la  misma  que  venia  desde  la  calle  de  este  nombre ,  por  el 
costado  del  palacio  y  frente  de  la  diputación  hasta  San 
Francisco,  y  de  aquí  seguía  hasta  sn  desagüe  por  la  ca^ 
He  de  Santa  Isabel,  pasando  por  Santa  María.  Todo  este 
terreno  permaneció  en  poder  de  los  descendientes  de  Cor- 
tés,  de  cuyo  mayorazgo  hacia  parte,  hasta  qne  fué  te^ 
Hiendo  oCros  dnefios  y  aplicaciones  en  el  orden  qne  va^ 
mes  á  ver. 

Desde  el  establecimiento  de  la  primera  andienciai  Oár» 
los  V  pidió  á  Oortés  tranquease  sJojamiento  en  sus  casas 
|Mura  los  oidores,  las  salas  del  tribunal  y  sus  ofidnaSi  por 
no  tener  el  gobierno  ediflcio  propio  que  destinar  á  este 
efectOk  Oontinnaron  así  las  andiendas  siguientes  y  los  vi»* 

rq^My  y  en  el  afio  de  1672  don  Luí»  49  y  elascQ ,  qneála 


—  146  — 
sazón  gobernaba^  habitaba  en  la  easa  de  Oortés,  qt»  o 
ahora  el  Montepío.  Persaadido  de  la  necesidad  de  qae  Ii 
autoridad  superior  residiese  en  ediñcio  propio  del  gobia^ 
nO|  y  qae  en  el  mismo  se  colocasen  la  ^andiencia  j  üié 
ciñas  principales^  este  virey  había  representado  lo  oonye- 
niente  qae  seria  comprar  al  marqués  don  Martínii  que  e8> 
taba  entonces  en  la  corte,  las  casas  prinoipaleBfBas 
grandes  que  tenia^  que  hablan  sido  la  casa  nueva  íb^- 
tezuma.  Así  se  veriflcb ,  y  por  cédula  del  rey  Felipe  ü) 
firmala  por  su  secretario  Francisco  Erazo,  de  22  defi&e^ 
ro  de  aquel  afíO|  se  le  arisa  haberse  veriftcado  la  eoapi^ 
y  se  le  previene  tome  posesión  en  virtud  de  la  «scdtssft " 
que  se  le  mandaba,  la  cual  fué  otorgada  en  Madrid  en  9 
del  mismo  mes  y  afio,  y  ante  el  escribano  Orístóbii  « 
Biatío.!  Lo  vendido  en  virtud  de  este  documento  faé^lit 
casas  mavores  que  don  Martin  tenia  en  la  ¿btdaddeX^ 
][icO|  con  los  suelo  3  y  solares  que  están  pegadas  &  ciUBfti« 
con  la  piedra  6  madera  que  está  en  las  dichas  casas  pi* 
ra ;  el j  efecto  de  ellas ,  6  todo  lo  dem&s  que  á  ellas  pw 
necci  con  mas  el  derecho  é  aucoion  que  po^  oansa  de ' 
dichas  casas  se  puede  y  debe  teñera  la  plaza  qas 
delante  de  ellas.''  Los  linderos  se  establecen  eu  el 
documento  de  la  manera  siguiente :  ^'de  la  una  parte, 
lante  de  la  puerta  principal,  la  dicha  plaza:  é  por  lao^ 
parte  por  el  un  lado,  que  es  el  derecho,  la  calie  qae  " 
del  Arzobispa;  é  por  la  otra  parte  ,  el  acequia  é  agoi 
Tiene  por  delante  de  la  audiencia  de  ios  alcaldes  ord 
rios  y  casas  del  cabildo  é  fundición ,  6  pasa  adelaa^ 
el  dicho.lado  de  las  dichas  casas ;  é  por  el  otro  lado, 
calle  real  que  viene  del  hospital  de  las  bubas,  que  á  la 
quina  é  remate  de  la  calle  están  las  casas  que  scUan 
de  Domingo  Gómez ,  que  agora  son  de  Juan  Onmev 
tienen  una  torre ,  y  en  la  misma  acera  del  dicho  J^ 
Guerrero  están  las  casas  arzobispales:  de  manera 
tienen  estas  casas  de  suso  nombradas  [esto  es,  las  t 
dasj  por  linderoslacalle  énmedio,  é  por  las  espaldas 
de  vecinos  particulares  calle  enmedio,  de  manera  qaé 
da  estS  en  cuadrai  y  el  remate  de  la  dicha  oasa 
esquifa  con  esquina  con  las  casas  de  Martin  de  j 
veikf  que  es  lo  que  están  por  labrar  y  edificar  de  las 
twidvspasas/  expresándose  que  ^4os  suelos  que  esfttes, 
0^  pwrte  del  arroyo  ^  aoeq^uia  ^ue  pasa  por  oorca  ái 


1 


-  U1  - 
has  casas,  no  entraban  ni  se  oomprendian  en  la  ventai 
qne  lian  de  qnedar  é  quedan  para  el  dicho  marqnái 
BUS  sacesores." 

Bn  la  mencionada  cédnla  se  previene  al  virey,  qne  Ine- 
que  se  tomase  posesión  de  la  tesa  y  <<  deis  orden  de  es 
M á ella, é las ' personas é  aposentos  qne  por  ielpre- 
te  es  nnestra  voluntad  que  naya  eneilaéseaposeni 
son  las  siguientes :  primeramente  vos  el  virey  *  y  las 
de  la  audiencia,  y  el  sello  y  registro^  y  la  ^roel* :  é 
fMo  oon  esto,  se  dé  aposento  para  la  f  undieion  é  ofl  • 
ÉUes  neoesarios  de  ella,  é  avisarnos  heis  si  quedará  apo^ 
to  para  oidores^  é  fiscal,  é  otros  oficiales,  sin  que  sea 
Meaario  gastarse  de  nuestra  kaoienda  oosa  alguna  para 
^P  8e  previene  también,  que  no  habiendo  necesidad  del 
sfifieíode  la  fundición,  que  estaba  junto  á  la  Dipotadou 
i|  del  eoal  se  hablará  en  su  lugar,  se^  vendiese ,  para  que 
'm  producto  ayudase  al  pago  del  precio  de  la  easa  nueva- 
JBeote  comprada ;  y  como  por  la  parte  de  ésta  que  mira 
al  pabdo  arzobispal  habia  un  espacio  grande  sin  edifici^y 
16  h  manda  ál  virey  viese  si  convendría  <<  dar  sueloH 
: pan  tiendas  6  para  edificios  de  casas,  éque  podríamos 
ddello  sacar  razonable  provecho.''  Para  atender  á  los  re- 
paros necesarios  de  un  edificio  tan  extenso.,  se  mandó 
9ffi  se  tomaran  anualmente  ciento  cincuenta  mil  mará- 
^ddb  [doscientos  y  veinte  pesos]  de  penas  de  cámara,  loa 
^es  se  hablan  de  invertir  en  este|objeto  á  disposición  del 
yit^Ji  á  quien  se  le  admitiría  la  partida  en  cuenta  por  los 
oficiales  reales,  presentando  traslado  de  esta  disposídon 
In&Bdo  por  escribano.  Todos  estos  pormenores  me  han 
pveeido  interesantes,  porque  ellos  manifiestan  el  orden 
jeooBomía  con  que  se  procedía  en.  la  administración  de 
la  hacienda  en  el  reinado  de  Felipe  II',  es  decir,  en  la 
^posaen  que  la  monarquía  española  habia  llegado  al  mas 
alta  ponto  de  poder  y  riqueza ,  y  como  se  atendía  por  a^ 
9Qel  soberano  á  los  menores  ápices  de  la  administración, 
aim  de  los  puntos  mas  distantes  de  sus  dominios. 

Bq  virtud  de  estas  disposioioneíí,  el  dia  19  de  agosto  de 
1562,  el  alcalde  Juan  Bnriquea  Magarino  dio  posesión  á 
losoftdates  reales  don  Fernando  de  Portugal ,  veedor,  y 
OrtoSo  de  Ibarra,  tesorero,  f  de  las  casas,  huerta,  solares 
íe  la  calle  del  Arzobispado  y  plaza  mayor,  I  de  cada  cosa 
«•paradamente,  con  asistencia  de  Podro  de  Ahumaaa  m\ 


i 


—  148  — 
manO)  cobemador  qae  era  del  eatado  y  marquesado  del 
Valle,  rara  esta  venta  precedió  la  licencia  coneaíOTs 
diente,  para  desmembrar  estos  bienes  de  los  qne  coiud- 
tuian  el  vínccdo  del  marqnesado  del  Talle,  la  qne  re  dio 
por  Felipe  II  y  el  consejo  de  Indias  en  22  de  enere  de 
1562.  Las  cansas  en  qne  se  ñindó  esta  lioencia  faenm  ii 
poca  nulidad  qne  resnltaba  á  don  Martin  de  leDor  estas 
al  mismo  tiempo  qne  las  del  Bmpedradillo,  y  la  neoesídid 
en  qne  estaba  de  hacerse  de  fondos  para  pagar  las  dota 
de  sns  kermanasi  á  qne  estaba  obligado  por  el  oonvesio 
qne  hiEO  con  la  marqnesa  en  madre^  y  en  cny a  viitod  m^ 
ta  sefiora  consintió  en  la  subsistencia  del  mayorazgo  \  j 
oomo  entóneos  don  Martin  disponia  sn  regreso  á  ííéj¡i»i 
para  tener  casa  en  qne  vivir  en  esta  ciudad ,  una  de  tal 
condiciones  de  la  venta  fué /que  el  virey  y  la  andiencSi 
desoonparian  desde  luego  la  casa  del  Empedradillo.  tut-  ' 
Ittdándose  al  palacio  comprado  por  el  gobierno.  SI  pie- 
ció  fué  treinta  y  cuatro  mil  castellanos ,  del  valof  de  ca- 
torce reales  [de  vellón]  y  diez  maravedís  cada  uno,  púa 
cujo  pago  fie  giró  libranza  á  cargo  de  los  ofioíalefi  lealeí  ^ 
de  Méjico  en  22  de  enero  de  1562,  que  le  faé  entregad!  i  r 
don  Martin  Cortés  por  el  ministro  del  rey  Felipe  IIi  Ocboa  ^ 
de  LuyandO}  y  además  de  esta  snma  entraron  en  parí»  ; 
de  predo  nueve  mil  pesos  de  tepuzqne,  que  don  Ferna»»  i| 
do  Cortés  babia  recibido  en  cuenta  de  la  venta  que  se  tB- 
nia  tratada  de  la  casa  del  BmpedradlUo,  que  el  gebieM 
babia  querido  comprar  antes  que  el  palacio.  Ambas  pa^ 
tidas  Iiacen  el  total  de  treinta  y  tres  mil  tresdentoa  jfi-¡ 
BOSy  y  aunque  don  Martin  Cortés  declara  en  la  escritora 
de  venta,  que  es  lo  qne  la  finca  valía  según  el  apreeíf 
que  habían  hecho  los  peritos  de  quienes  se  habia  infar* 
mado,  y  que  no  habia  habido  quien  le  ofiredese  maa«  de^ 
pues  reconoció  que  este  precio  habia  sido  muy  infetior 
qne  la  finca  merecía,  como  adelante  veremos  «  pero 
con  el  aumento  que  él  mismo  segulaba ,  todavía  ee 
fiesta  por  esta  venta  el  grande  aumento  de  valor  que 
tenido  las  fincas  urbanas  en  Méjico  desde  aquella  é 
pues  hoy  d  valor  solo  del  terreno  importarla  por  ío 
nos  veinte  veces  mas  [1}« 

[1  j  Lof  í>4,000  cafitellanoB,  regoladoB  al  precio  que  m  les  fija  •«  la  . 
ra,  que  «a  catoxca  lealaa  da  Tallos  7  diaz  marAVadíi.  ioiponan  SU^30$ 


— 149 . 

Jkgan  las  noticias  que  se  euoaentran  en  esta  escrita^ 
[1]  y  efi  las  aérie  de  los  aatos  ou  qae{  eatá  inserta ,  de 
íiablaré  laego,  lo  ediftcado  uoocapaba  mas  qae  nua 
del  frente  de  la  plaza,  pues  hablando  de  los  solares 
la  eade  del  Arzobispado,  se  dioo  ,  qne  para  dar  la  po- 
dón de  ellos  se  abrió  nna  puerta  que  á  estos  conducía,  y 
espacio  qae  qonpaba  la  haerta  ó  jardín  era  muy  consi^ 
r»bi6,  paea  se  e&tendia  en  el  lienzo  del  Bar ,  desde  la 
liaa  da  la  plazuela  del  volador  frente  á  la  Vniversi- 
ti  huta  la  parte  postexior  del  terreno  al  Oriente.  La 
sháda  y  patios  de  este  palacio  antiguo ,  que  después  se 
lentó siendo  residencia  del  gobierno,  y  existió    bas»« 
qae  faé  incendiado  en  el  tumulto  de  8  de  junio  de 
Ylf  siendo  virey  don  Gaspar  de  la  üerda,  conde  de  Gal- 
sefepresenta  en  la  estampa  que  se  halla  al  principio 
esta  disertación,  por  la  que  se  Té  que  era  una  fortale^ 
desusada  á  la  defensa  y  provista  de  artillería  en  las 
torres  ó  bastiones  de  lo.^  ángulos ,  con  troneras  para 
iiedaentodo  el  frente.  Con  motivo  de  este  incendio, 
virejes  residieron  otra  vez  j^or  muchos  años  en  la 
de  los  marqueses  del  Valle  en  el  Empedradillo,  bas- 
que se  aeabó  de  reediücar  el  palacio  nuevo  á  cuya  con-^ 
Luadon  se  construyó  la  casa  de  moneda  á  principios 
siglo  pasado,  bajo  la  dirección  del  señor  don  Juan 
Miiado,  qne  vino  expresamente  de  Madiid  con  este  obN 
en  el  reinado  de  Felipe  V ,  por  cuyo  motivo  estaba 
»re  la  puerta  el  busto  de  bronce  de  este  soberano,  que 
Jmente  e^tá  en  el  patio  de  la  Universidad  al  pié  de 
estatua  ecuestre  de  Carlos  I  Ví  Eecien tómente  ee  fabr i- 


iB06ttra  aon^da.  tospMoa  de  teprKque  «ran  rnina  mcntáñB  (1««  baja  l^y 

inyo  vtiiftí  se  habló  en  la  tdicera  rtmei  tajoa  Para  lijar  »n  valor  ee  de- 

^aUadsr  á  1«  proporoion  qae  gnardaba  cun  f  I  de  loe  pesos  de  oco  de  mi- 

I  qae  era  la  mone4a  coniente.  Ku  el  tUulu  2Q  covptitnclcn  39G  de  las  de  la 

U«'íiA«ila»  dice,  qne  mil  p#sOB  de  oro  de  mm*B  haci»n  1664  de  tepnzqoe, 

i  no  por  la  ley  8  < ,  Uiulo  8^  ,  liLro  8~  de  la  líecopi 'ación  de  Inaiis,  ee 

íi«l TAlor  del  pett»  de  oro  de  nioas  f  n  13  5  an  eimiio  lealcs,  Tiene  á  reanU 

i*.  qoeel  peao  detepaaqne  vuIíh  coo  coita  dfertncia   'o  qne  IcsnescsaC' 

¿£i,y  ñA\  ei  qne  rem  ido3  los  9  00a  resoR  de  eita  v  oheda  &  los  24.600  qne 

Ketfcnptr  TaHr  de   ice   34,0U0  eajstelUnos  se  haiia  el  total  de  ^;ólO 

ili  fu  el  arehlvo  de  la  caFa  del  Ezcmo  6r.  Dnqna  de  TerroDova  existe  en 
•l^adanúiieie  I,  el  testimonio  de  la  estritnra  remit'do  de  Madrid  cuando 
k  itML  se  Terifie/^  esorito  en  letta  may  dífíeil  de  le^r,  y  hay  otro  tettimo  > 
•bsalisaiitoe  dei  pleito  segnido  con  la  UniTenidad  por  el  sitio  qne  ett a 
pf  kM  malM  forflian  elleg^jj  número  50. 

PJSVEIAOIOHB^.— TOMO  n~19 


—  150  — 
c6  de  nuevo  el  ediñoio  de  la  fandacion  que  haoe  paridla 
la  misma  csasa ,  en  la  cuadra  posterior  del  palaoiOi  tt 
donde  estuvo  esta  odcina  desde  que  el  paladoseoompr^ 
y  eu  tiempo  dí^l  vi  rey  don  Franoiaoo  Javier  deTenegií, 
por  el  a&o  de  1812,  se  segregó  una  gran  parte  deljiíwii 
que  ba  estado  destinado  á  jardín  botánico  desde  qoeM 
estableció  ol  estudio  de  esta  ciencia  en  esta  capiü^p>* 
ra  construir  el  cuartel  que  tiene  la  entrada  por  h  ote 
de  loa  Meleros,  junto  á  la  plazuela  del  Volador. 

Estas  son  las  variaciones  principales  queelpalado». 
tenido  desde  su  compra  hafita  la  independencia;  las 
tenores  á  esta  época  han  sido  muchas  y  pero  no  sonó! 
to  de  entajdisertacion,  no  entrando  en  mi  plan  pasar 
uh'^ra  de  este  periodo.  El  haber  ignorado  los  mas  de 
eáciitores  modernos  que  el  palacio^  actual  delgo** 
taé  propiedad  de  Cortés  y  de  su  sucesor  inmediai 
ha  hecho  caer  en  graves  eqaivocacioneSf  tomándola 
qne  poseyó  la  familia  del  eonquistador  en  el  Bped 
hasta  estos  últimos  tiempos ,  por  el  palacio  de  U 
ma  en  que  este  príncipe  habitaba  cuando  severifi 
los  grandes  acontecimientos  de  la  llegada  y  visiUdA 
españoles  y  la  prisión  do  aquel  soberano^  todo  lociul 
cedió  en  el  palacio  actual  del  gobierno  j  que  faé  sin^ 
eoutttruido  por  Moctezuma  poco  antes  de  la  conqi 
segan  el  nombre  de  la  ^*cafa  nueva"  que  se  ledabii 

A  su  regreso  á  Méjico  eu  el  mismo  aUo  de  1562, 
don  Martin  Cortés  de  aprovechar  el  terreno  que  le 
quedado  al  Qtro  lado  de  la  acequia,  en  donde  eet&lft 
liiversidady  plaza  del  Tolador,  que  comohrmosr'^ 
excluyó  expresamente  de  lo  vendido  al  gobierno 
palacio,  y  al  efecto  empezó  á  edificar  en  él ,  á  lo 
opuso  el  fiscal  doctor  Bedefia^  fandando  so  oposití 
-que  por  ser  el  palacio  una  casa  fuerte  en  que  ae 
ba  la  artilleiía,  armas  y  municiones  ,  y  residiendo  i 
vírey  y  oídoreS|  estando  en  el  mismo  edificio  las  es" 
demás  oficinas  pertenecientes  á  la  real  hacienda  | 
podia  permitir  construir  (asas  eu  sus  inmediaciones 
qne  dominado  por  estas,  impedirian  sus  defenaaa 
qnitaiian  el  ornato  y  autoridad  que  como  oasas 
bia  tener ;  por  lo  que  haciendo  el  denuncio  de  obra 
va,  pidió  se  mandase  suspender  la  que  se  habia 
^ado.  Ahí  se  decretó  por  la  audiencia  en  3  dej 


—  151  — 
1563,  contra  lo  qae  representó  oL  marqués  don  Martin,  a^ 
legaado  qae  el  terreno  qae  6e  reservó  en  la  venta  del  pa« 
la^iOi  no  habla  quedado  afeoto  á  servidaoibre  alguna  con 
respacto  á  este ;  y  que  tanto  el  mismo  don  Martin  como 
m  padre,  habla  estado  siempre  en  posesión  de  Lacer  de 
&,  el  n30  que  creia  oportouo :  qae  por  esto  don  Fernán^ 
4o  lo  hablo  hecho  cercar  con  paredes  altas  y  cou6tfQÍdo 
allí  anas  casas,  en  que  se  alojaban  los  ladlos  de  Ouyoa*^ 
eaa  que  eran  de  su  se&orio',  cuando  venían  á  la  ciudad  á 
servirle,  y  estas  casas  son  las  que  trataban  de  reedificar 
JKNT  lo  que  no  podia  tener  lagar  el  denuncio  de  obra  nae^ 
ra:  qae  además  se  debía  tener  presente  para  no  causaile 
este  perjuicio,  que  el  precio  en  que  vendió  el  palacio  ha^ 
hia  sido  mny  inferior  á  su  valor,  el  cual  excedía  en  mas 
^e  ciento  y  cincuenta  mil  pesos  de  oro  de  miuas  á  la  sn^ 
í&a  que  por  él  se  le  pagó.  Estas  razones  eran  tan  conclu- 
yeates,  que  la  audiencia  por  auto  de  24  de  setiembre  del 
ndsmo  año  mandó  alzar  la  orden  de  suspensión;  perú  ha- 
1)iendo  sobrevenido  tres  a^os  después  la  prisión  y  tras  la  • 
^Q  á  Espafla  de  don  Martin  y  su  familia,  á  causa  de  la 
eonspiracíon  de  que  faé  acosado ,  sus  bienes  faeron  se^ 
eoestrados  y  todo  quedó  suspe  iso  con  respecto  á  los  edi  - 
ÍÍÁoé  proyectados. 

\  Abmelco  en  la  causa  que  se  le  formó ,  y  restituido  en 

b  posesión  de  sas  bienes,  se  obligó  á  hacer  un  préstamo 

«e  cica  mil  dacados  por  seis  a&os ,  para  atender  á  las  ur^ 

genoias  de  la  ct>rona ,  cuya  suma  para  su  reintegro  he  le 

Sbró  sobre  las  reutüs  de  este  leiuo,  y  para  que   pudiese 

Ste  pronto  exhibirla,  se  le  facultó  por  cédala  de  7  de  ma« 

1^0  de  1575  para  que  de  los  bienes  del  m»iyorazgo  que  fae- 

peo  de  manor  aprovrechamiHUüo,   pudiese  vender  hasta  la 

ntidad  de  cuareata  mil  dacados.  Intentó  entonces  ven> 

fia  los  solaren  en  qae  andes  hdbia  tratado  de  ediñcar,  y 

«biéadose  opuesto  nuevamente  la  audiencia,  ocurrió  al 

y,  que  m^udó  se  le  informai^e  en  real  cédula  de  4  de  ju- 

de  1582,  fecha  en  Lisboa ,  &  donde  habla  ido  Felipe 

[  para  hacerse  reconoo-^r  por  rey  de  Portugal,  cayo  rel- 

acababa  Je  someter  el  duque  de  á.lba«  La  audienciSi^ 

el  informe  que  dio  en  5  de  noviembre  de  aquel  a&o.  in- 

ció  ea  las  mismas  razones  alegadas  por  el  fiscal  Sede- 

f  agregando  qae  el  terreno  de  que  se  trataba  cala  ^^en 

te  del  cQarto  principal  de  las  casas  reales  y  yeiitanis^ 


/ 


n 


— 152  — 
jas  de  ellas  donde  estaban  las  salas  y  acaerdo  de  latf" 
dlencia  y  aposentos  de  las  armas,"  por  donde  se  yéqv 
la  distribución  del  palacio  se  varió  cuando  se  le  dio  m^ 
yor  extensión,  pues  en  el  tiempo  á  que  este  informatt 
contrae,  la  audiencia  ocupaba  lo  que  después  se  deeliaí 
á  habitación  de  los  Tireyes,  y  la  audiencia  con  susofló* 
ciñas  ocupó  después  la  parte  del  centro  del  edificio.  li 
audiencia  en  el  mencionado  informe  ,  para  calvar  eeM 
inconyenient€8  sin  perjuicio  de  ios  derechos  det  marqnSí 
del  Yalle,  propone  que  de  los  nueve  solares  y  un  terdl 
que  formaban  aquel  terreno,  se  le  permitiese  al  marqirfl; 
edificar  ó  vender  los  cuatro  últimos  que^estaban  en  ees 
te  de  la  huerta  del  palacio,  y  se  le  comprasen  loi  ciocof 
nn  tercio  restantes ,  para  que  quedasen  para  plaza  «il. 
que  correspondía  al  cuarto  ó  habitación  principal  M 
mismo  palacio. 

Sin  recibirse  la  reeolucion  sobre  este  punto,  se 
tó  á  la  audiencia  de  24  de  mayo  de,  1584,  el  doctor  Sai- 
chez  de  Paredes,  oidor  y  rector  de  la  üniversidad^eqi^ 
siendo  que  habiendo  visto  todos  los  litios  á  pro] 
para  edificar  las  casas  para  las  escuelas  de  la  Ubíti 
dad,  ninguno  le  parecía  tan  conveniente  como  los 
res  que  el  marqués  del  Valle  tenia  en  la  plazueladel 
lador  [esta  es  la  primera  vez  que  se  le  dá  este  noml 
y  que  estando  el  marqués  autorizado  para  vendertoa' 
la  Ucencia  real  que  tenia,  pedia  se  destinasen  parai 
objeto  los  cuatro  que  la  audiencia  habia  piopoesto 
Vendieren,  pagándolos  según  el  avaláo  qne  de  eltot 
hiciese   La  au  iiencialo  mandó  a^í,  sin  oir  al  marqi 
cu^o  apoderado  y  administrador  de  bus  bit-nes  Odí|i 
Ferazi*  de  AyaU,  se  opuno  á  tal  disposición^   fundí 
en  que  estaba  pendiente  la  rt-solocion  sobre  lo  qoe 
de  hacerle  cou  estos  Molares ,  en  virtud  del  infuims 
el  rey  habia  pedido  á  la  audienda  ^  ésta  habia  dado: 
aauqaene  habia  facultado  al  marqués  para  vender 
dd  su^  bieaes,  en  cuya  virtud  había  tratado  de  vti 
edtos  solares,  esta  fatcultad  era  disoreocional  y  no  fitfi 
y  que  no  se  debia  oodsitierar  subsistente,  puesto  qu« 
bia  tenido  por  objeto  el  pi  ésta mo  de  eicn  mil  dm 
que  se  completó  sin  haber  tebido  quA  vender  fincas 
gaaas :  y  por  último,  que  no  habia  neoesidad  deetí 

tLo  para  el  edificio  de  la  UiUTtmdadi  ptiss  qut  m  toi 


—  153  — 
dado  á  éata  con  el  mismo  objeto  de  edificar  Im  esoae-' 
l9Mj  el  qae  ocapó  la  casa  de  Alonso  de  Avila  Alvarad0| 
mandado  derribar  por  ^sentencia  jadicial,  el  cnal  estaba 
eo  el  mejor  para]e  de  la  cindad ,  *^  entre  la  catedral  y  el 
palacio  arzobispal^  Agrega  otra  razón  ^ne  dá  idea  del 
ooDoarao  de  estadiantes  qae  liabia  entonces  en  las  anlas 
de  la  universidad,  y  del  estrépito  de  sns  dispntas  y  actos 
literarios  y  es,  el  inconveniente  qne  resoltaria  paralas 
Mías  de  la  audiencia ,  situadas  en  aquel  costado  del  pa^ 
Iftoio,  por  el  ruido  causado  por  tal  vecindad. 

^0  obiBtante  estas  razones ,  &  qne  no  tuvo  que  oponer 
el  rector  en  su  respuesta  otra^  que  la  conveniencia  p&bli^ 
oa  que  reeditaba  de  poner  allí  la  universidad,  la  audien^ 
cía  por  BU  auto  de  1?  de  Junio  de  loBá,  decretó  que  se  es^ 
tuviese  á  lo  mandada ,  y  habiéndose  procedido  al  avaláo 
de  los  cuatro  solares,  se  apreciaron  estos  por  los  peritos 
e&  quinientos  pesoü  cada  uno.  Siguió  el  pleito  y  al  mis- 
no  tiempo  la  obra,  cuya  construcción  dirigió  el  arquitec- 
to, ó  como  entonces  se  decía,  el  maestro  de  cantería,  Mel* 
^or  de  Avila ;  pero  habiendo  obtenido  el  marqués  del 
valle  dos  cédulas  reales ,  la  una  fecha  en  Madrid  en  18 
de  enero  de  1583^  declarando  que  podía  libremente  edíft- 
^  sn  los  solares  disputados ,  ó  que  si  la  audiencia  ha« 
Haba  necesario  para  la  seguridad  y  ornato  del  pala^ 
Abqae  quedase  libre  aquél  terreno ,  sesomprase  si  se 
^bia  dado  por  el  rey  facultad  para  ello ;  y  la  otra  en 
róblete,  cé'ebre  mona  terio  de  Benedictinos,  en  que  es-, 
tabtfto  enterrados  los  reyes  de  Aragón  -^  en  21  de  abril  del 
ü^iacno  aflOy  en  que  se  man  la  llevar  al  consejo  de  Indias 
lía  autos  que  se  »eguian  con  la  üuiv^ersidad ,  quedando 
laa  cosas  en  el  estado  en  que  estuviesen  hasta  la  resolu^ 
íioQ  del  coQsejo,  hubo  de  cesar  la  obra. 
.Permaneció  ésta  suspensa  hiAsta  qne  el  domingo  9  de 
pío  de  1689  ee  cci>ó  «I  edificio  en  que  entaftbttn  las  anlaSy 
toa  lo  que  ei  rector,  doctor  danuho  Sancbez  de  Muñón  y 
XcUastro  ocurrieron  &  la  audiencia  exponiendo,  que 
pi  cünseoneocsia  de  este  suceso  no  habia  en  donde  tener 
As  ciases,  y  pidiendo  se  pro  ve  v  ese  lo  conveniente.  Aun- 
be  eu  lod  aaxns  no  cousca  lo  que  se  dispuso,  parece  que- 
isefia'ó  provisionalmente  la  casa  del  marqués  del  Va- 
pp  en  el  BmpedradiUo,  pnes  que  el  doctor  Villanneyá  2¡a- 
íta  abogado  de  la  oaea,  se  presentó  6  la  misma  im^isiia 


—  154  — 
(da  quejándose  de  qae  se  le  liabia  .^quitado  la  lubitíMSoo 
que  como  tal  abogado  de  la  casa  tenia  en  ella ,  para  po< 
ner  las  esonelas,  y  sin  hacer  vaiiaciones  en  lo  dispaesto 
acerca  de  esto  se  le  se&aló  otra  habitación;  y  para  qoe  ia 
Universidad  tuviese  definitivamente  edificio  propio,  el  vi^ 
rey,  marqués  de  Yillamanrique ,  teniendo  en  eonsider»* 
cion  que  en  el  que  estaba  comenzado  se  habia  gastado  ji 
mucha  suma  de  dinero,  una  parte  del  cual  habia  aido  d¿ 
la  real  hacienda :  que  por  lo  adelantado  que  estaba  U 
obra  no  se  le  poaia  ya  dar  otro  destino  á  lo  ediñoado ,  j 
que  <<á  causa  también  de  la  mucha  gente  que  eoncorrei 
oir  las  dichas  ciencias  [las  que  se  ensenaban  en  laacát^ 
dras  ya  establecidas  en  la  Universidad  y  en  las  otras  qoi 
se  habij^nde  érigiri  segan  lo  mandado  por  el  rey]  oonrie» 
ne  y  es  muy  necesario  que  la  obra  se  contináe ,  yicsisij 
acabc^i "  mandb  que  así  se  hiciera ,  no  obstante  iiabem 
remitiüo  los  autos  al  consejo  Z,  previniendo  en  bu  deento 
de  18  de  agosto  de  1589,  <<que  los  generalesi  aposito»  f 
demás  edificios  que  se  hubiesen  de  hacer ,  faesendesa 
solo  piso  V  sin  exceder  de  la  altura  de  las  paredes  qae  oe5 
caban  la  huerta  del  palacio  ^  y  que  por  ningon  motíTott 
en  ningún  tiempo  se  pudiese  levantar  el  segundo  T^ 
sin  licencia  del  rey  6  del  virey  en  su  nombre."  dejando!: 
salvo  los  derechos  del  marqués  del  Talle  en  cuanto  alir^ 
predo  y  valor  de  los  cuatro  solares. 

La  cuestión  desde  entonces  se  redujo  á  este  solo  paa^l 
y,  nombrados  por  la  aulieacia  los  peritos  avalnadorea^ 
jaron  en  dos  mil  pesos  el  valor  de  cada  solar ,  lo  qoai^ 
portó  el  total  de  ooho  mil  pesos  en  el  todo,  no  obéta&ta 
oposición  que  la  UdlverHidnd  biso  teniendo  por  exh<fft 
tante  el  precio  en  atención  á  que  cuaado  se  comease 
eilfloio  aquel  era  un  pantano  abandotiado,  que  no 
mas  que  de  muladar  para  arrojar  en  él  las  basoiaa 
toda  la  vecindad;  lo  que  era  en  mucho  perjuicio  del 
ciO|  cuya  habitación  principal  caía  en  irente,  y  redi 
ba  en  mucha  fealdad  de  un  paraje  tan  públioo  y 
pal.  Húsose,  pues,  duefia  la  Universidad  de  aquel 
no,  y  si  en  todo  este  negooio  se  echa  de  ver  la 
dad  con  que  en  su  favor  procedía  la  audiencia,  no 
desconocerse  que  esta  fué  mpvida  del  mny  plansible 
Jeto  de  í  imeatar  la  instrucción  pública,  y  sieisdo  no 
900  laudables  las  consideraciones  que  decidieíoii  al  ^ 


I 


marqués  d«  Yillamanriqaei  para  la  resolaeion  definitiva 
qae  con  el  misino  fia  tomó,  Ea  el  transcurso  del  tiempo 
fie  levantó  el  segando  piso,  se  adornó  la  sala  del  general 
en  el  reinado  de  Oárloa  II,  y  se  renovó  casi  todo  el  edifl^ 
cío  ea  el  de  Garlos  II  t  ^  segan  se  reflere|en  el  prólogo  d(i 
Im  conatitaciones  de  la  misma  Universidad, 

Qaedó,  paes,  la  propiedad  del  marqués  <iel  Talle  redu  • 
r.ida  á  la  plazuela  del  Volador ,  sobre  la  cnal  se  suscitó 
naeva  cuestión  con  el  ayuntamiento  con  motivo  de  haber 
mandado  éste  construir  en  el  centro  de  ella  una  fuente, 
qae  denunció  de  obra  nueva  el  apoderado  de  don  Pedro 
Úortés  que  á  la  sazón  poseia  el  marquesado  del  Valle.— 
La  audiencia  dispuso  la  cesación  de  la  obra  por  auto  de 
21  de  febrei^p  de  1629,  y  habiéndose  seguido  el  pleito  so- 
bre la  propiedad  de  la  plaza*  se  sentenció  en  favor  del 
marqnés  el  12  de  enero  de  1624,  cuya  sentencia  se  confir^ 
iBÓ  ea  revista  en  9  de  julio  del  mismo  año.  Desde  entonv 
ees  qaedó  la  casa  de  los  marqueses  del  Talle  en  tranqui . 
la  posesión  de  la  plaza  del  Tolador ,  en  la  que  habia  al- 

Soas  vendimias  de  fruta,  y  se  destinaba  á  hacer  en  ella 
I  corridas  de  toros  en  la  coronación  de  los  reyes,  entra- 
da del  virey  y  otras  grandes  solemnidades,  dándose  lum- 
breras al  juez  conservador  del  estado  y  marquesado  del 
Talle,  al  gobernador  y  demás  empleados ,  por  sefial  de 
dominio, 

£a  ella  también  se  celebró  por  la  loquisioion  el  gran- 
de auto  de  fé  de  la  Domíuica  ^<m  albis^"^  11  de  abril  de 
1049.  Para  esta  horrible  solemnidad  se  levantó  un  tabla<« 
lo  ea  el  costado  del  convento  de  Forta-celi,  de  siete  va* 
las  de  alto,  cincuenta  y  seis  de  largo ,  y  cuatro  y  media 
le  sacho,  comunicando  con  el  convento  por  una  ventana 
|ae  se  rasgó  al  efecto,  y  cuya  señal  permaneció  hasta  ha^^ 
Be  pocos  afiosque  se  pintó  la  fachada  4e  aqael,ediAcio.|En 
|1  centro  se  colocó  ún  dosel  de  terciopelo  alegro  con  las 
^as  reales,  bajo  un  arco  de  siete  varas  de  alto  adorna* 
jb  con  columnas,  para  el  tribunal  de  la  luquisiciony  y  e> 
ji  resto  del  tablado  decorado  con  arquitectura^  sé  pusie 
bn  asientos  para  los  convidados,  que  eran  todas  las  au< 
bñdades^  corporaciones  y  vecinos  principales.   En 
Iros  lados  de  la  plaza  se  construyeren  también  tablados 
[en  el  ángulo  que  corresponde  ala  calle  de  las  rejas  de 
Mvanerai  so  levató  uaa  magnifica  pápula  sostenida  peí 


— 1«  — 

cuatro  areoSi  b^jo  la  onal  se  colocó  la  f Axnosa  Crat  T«r* 
de,  qne  aalia  en  procesión  en  todos  los  antos  de  fé,  y  qve 
seeonserró  en  la  portería  de  Santo  Domingo  hasta  ahón 
tres  ó  cnatro  afies  qne  han  qnitado  de  allí  esta  memorii, 
qne  debia  haberse  guardado*  de  estos  actos  de  atrocidad 
de  los  siglos  pasados.  Al  rededor  de  esta  cúpala  f  6tab«n 
sentados  los  reos  con  coraias  y  sambenitos  coup^ 
tnras  según  la  pena  qne  iban  á  sufrir ,  mientras  w  tein 
sus  causas,  en  diez  gradas  de  media  vara  de  alto  oadi 
una,  la  mas  baja  de  las  cuales  tenia  catorce  varas  de  áK« 
bito,  siendo  su  forma  ochavada,  fin  algunas  de  las  di8e^ 
taciones  siguientes  habré  de  ocuparme  de  é^te  y  de  loi 
demás  autos  de  fé  que  se  celebraron  en  Méjico; no b^ 
biendo  tocado  este  punto  ahora  sino  incidentemente, pi^ 
rareuntrenun  solo  articulo  todo  lo  relativo  áefitspW 
zuela  del  Tolador  j  coya  denominación  ignoro  qué  oifga 
tuvo. 

Bi  eonde  de  Bevilla  Gigedo,  cuyo  nombre  habrá  de  i» 
parex^er  muchas  veces  en  el  curso  de  esta  diaertacioBi  hi^ 
ao  formar  el  mercado  de  madera  que  hubo  en  esta  plaróelii 
cuando  mandó  desembarazar  la  plaza  delospuestoaqn^i^ 
ocupaban,  y  con  este  fin  la  municipalidad  la  tomó  ea  ar* 
rendamiento  &  la  casa  de  los  duques  de  TerranoTa\4ii 
que  pasó  como  se  ha  visto  en  bu  lugar  el  marquesado  dá 
Yalle,  y  en  este  estado  continuó  hasta  que  hecha  la  ^j 
sion  del  mayorazgo,  en  consecuencia  de  la  loy  de  áHs\¡^ 
culacion,  se  vendió  al  ayuntamiento  en  el  afio  de  18%) 
posteriormente  en  el  de  1843  se  construyó  el  mercado 
piedra  qne  actualmente  hay  en  ella.  Así  quedó  repar ' 
el  palacio  ó  casa  nueva  de  Moctezuma  entre  el  pal 
actual  del  gobierno  con  todo  lo  ane^o  á  él ,  la  1  Joivt 
dad  y  casas  circunvecinas,  y  la  plazuela  del  Volat^or. 

Téamos  ahora  lo  que  ha  sido  de  la  casa  vieja,  habí 
do  dicho  ya  cual  era  su  situación.  La  parte  de  eata  que 
extiende  desdo  la  esquina  de  la  calle  de  T^cnlia  baflta 
Alcaloeria,  eralacasa  ptincipal  de  los  descendientea 
Cortés,  y  por  .esto  la  calle  fronteriza  se  llamaba  *^pl 
la  del  marqués  del  Yallej^'esta  casa  tenia  á  la  espalda 
gran  jardin  ó  huerta,  habiéndose  construido  casas  y  ~ 
das  en  la  circunferencia  de  la  manzana .  cuyas  ren 
destinó  Cortés  eu  su  testamento  para  la  obra  y  tnanu 
cion  del  hospital  de  Jesús  y  otras  fundaciones  piad 


J 


r 


—  137  — 
La  larga  ausencia  que  sas  sacesorea  se  vieron  obligados 
i  hacer,  por  lo8  motivos  otras  veces  expresados^  fué  caa-^ 
sa  de  que  la  huerta  viniese  á  quedar  reducida  á  corrales 
dehiertofl,  que  erau  peligrosos  parala  ciudad  en  cayo  cen-, 
tro  y  mejor  parte  estaban.  El  a  juntamiento  con  este  mo- 
tivo obtuTo  una  real  orden,  para  que  lo»  dueños  de  aquel 
teifeno  fabricasen  en  él  ó  lo  vendiesen  &  censo  enfítéuti** 
VÁ),  y  con  esta  ocasión  so  formó  el  plano  que  se  publica  en 
iMa  disertación,  levantado  por  Andiés  de  Concha,  revi- 
sado y  firmado  en  L*3  de  agosto  do  3011  por  don  Geróni- 
mo Leardo ,  que  era  entoncet^  gobernador  del  estado  y 
inari^nesado  del  Vallia.  Tiatábase  de  fabricar,  según  ee 
Té  por  dicho  plano,  un  mercado  cerrado j,  á  imitación  del 
Ae  la  seda  de  Granada  conocido  con  el  nombre  árabe  de 
''Alcaicena."  de  donde  piocede  llamarse  atsi  esta  parte  de 
la  ciudad  de  Méjico ,  con  cuatro  puertas  que  se  cerraban 
dd  Doche,  una  de  las  cuales  era  el  arco  qae  en  el  Empe^ 
dradillo  formoba  la  entrada  de  la  calle  que  corre  de  O- 
íieotíi  á  Poniente  y  del  cual  tomó  el  nombre  **de  calle  del 
Arquillo.'^  la  que  se  terminaba  en  otro  igual  á  su  salida  á 
la  Calle  de  latí^rofesa  ó  San  José  el  Real:  sobre  uno  y  otro 
fiegaia  la  línea  de  lo  edificado  9  y  ambas  permanecieron 
^sta  qoe  se  construyeron  las  casas  nuevas  del  estado  y 
9¿1  hospital  de  Jesús  en  estas  calles:  de  la  puerta  que 
jlfebia  estar  al  Sur  viene  el  que  la  extremidad  de  la  calle 
^  U  Alcaicería)  que  sale  á  las  de  Plateros ,  sea  un  poco 
Nfi  estrecha  que  el  resto  de  la  calle  misma,  por  estar  fa- 
pi^do  allí  el  macizo  de  la  puerta.  En  todas  calles  que 
Innaban  lo  que  se  llamó  ^4a  tela  déla  Alcaicería''  se  ha» 
au  de  hacer  construir  tiendas ,  con  una  trastienda  ó 
imacen  &  la  espalda,  y  patios  que  les  daban  luz,  ponien- 
faeuteH en  las iuterfeeci^iones  délas  calles.  Este  pro*' 
ito  no  llegó  á  realizarse  mas  que  en  parte  ,  qne  fué  la 
tribacion  del  terreno ,  que  es  la  misma  que  ahora  tie» 
habiéndose  vendido  todo  á  censo  enütéutico  según  la 
osícion  realy  por  la  que  se^concilió  la  conservación  de 
ropiedad  amayorazgada  /  y  la  repartición  entre  va^ 
uidividuos  que  fabricasen  en  toda  e&ta  parte  de  la 
ad. 

a  casa  antigua  de  loo  marqueses  del  Ya¡le  era  nna 

ie  de  fortaleza,  como  que  el  gobierno  compró  para 

cía  En  cada  uno  de  los  ángulos  de  la  manzana  ha< 

PUaSRIOIOI^S.— TOMO  U.--20 


—  15S  —  . 

bia  an' bastión  almenado  I  caya  memoria  se  oohihitaé 
los  miradores  ó  caartos  altos  qaa  exUten  y  se  oonsízajl* 
ron  en  los  lugares  en  que  aqnellos  estaban ,  caadoseB' 
diñ(3^ron  las  casas  nneva^  del  estado  y  del  hospitaltf  • 
oUoa  estavieron  las  armas  de  los  marqueses  del  T¿kt 
aeaarteladas  con  las  de  los  daqiies  de  TerranoTa,  ^^ 
que  se  mandaron  qaiear  de  los  t^arajes  públicos  losUa 
sones  y  emblemas  heráldiciH.  La  casa  misma  sobnoli 
camo  alcázar  ó  torreón  de  una  fortaleza  gótica  sobre  ta* 
da  lo  ediQcado  á  su  rededor^  y  la  azotea  estaba gotti^ 
cida  de  almenas,  par»  parapetársela  gente  annadi 
4)aso  necesario.  En  el  bastión  de  la  esquina  de  la  calla 
Ta^uba^  af  Nordeste,  desembocando  á  la  plaza,  es 
8d  hibia  de  haber  formado ,  para  la  ejecución  déla 
piracion  de  que  faé  acusado  don  Martin  Oortés^  di 
para  entretener  en  él,  echaiido  ana  loa,  á  laandi  ~^ 
demás  autoridades  en  el  paseo  del  pendoa,  mientrtt 
lia  por  la  puerta  excusada  qne  quedaba  á  la  oalle  da 
cubil ,  la  tropeé  armada  qne  debía  estar  prevenida 
prendtir  á  tados  los  ooncarrent«^s,  cujo  pasoem^ 
la  geikte  que  al  mismo  tiem¿)ü  habia  de  aparecer  ea  lo 
to  del  bastión. 

EsDa  casa  antigua  se  quemó  el  dia  de  la  Saota 
del  año  de  1636,  con  motivo  de  un  alteur  qne  ee  p 
la  accesoria  que  en  sus  bajos  osupaba  Alousode 
guarnicionero,  para  la  solemnidad  que  hacia  la 
de  ios  talabarteros,  la  quo  como  luego  veremos, 
y  ó  alguu  tiempo  después  la  capilla  de  aquel  nombfe|; 
eatab.i  cerca  de  la  esquina  del  cementerio  de  catedm^ 
mira  á  las  Escalerillas  y  calle  de  Tacaba  [L].  Ooa 
motivo  se  reedificó  la  casa  que  se  llamaba  del 
e0]ahora  Montepío  y  la  que  sigue^hácia  ellTorte^y  á 
dos  del  siglo  pasado  se  hicieron  nuevas  todas  las  d 
pedradillo  y  muchas  de  las  dem&s  calles  forman  A 
dro,  distribuyéndose  las  rentas  de  estas  entxe  la 
el  hospital ,  en  la  misma  proporción  que  lo  que  imi 
ban  las  antiguas^  per  una  operación  hecha  yor  la 


(l)  Ea  este  iacsn  lio  08  quemó  parta  del arobÍTo,  saiTándoia  c<ni  < 
to  10  io  qae  da  él  ezJBte,  en  el  que  S3  enonentran  Tftnoa  papales  aht 
nedío^  qaevados  ea'aqneUaooaaÍQa* 


—  169  — 
daría  y  api^bada  por  el  juez  conserrador,  en  qne  66  dis- 
tiogne  la  inteligencia  y  buena  fé  con  que  se  han  adminisi 
trado  estos  bienes.  Posteriormente  se  han  enagenado  to^ 
das  las  casas  propias  de  los  sañores  duques  de  Terrano*% 
va^  quedando  como  siempre  han  estado,  con  absoluta  in* 
dependenoia*  las  aplicadas  al  hospital  de  Jesús. 

Sigamos  ahora  el  coutorno  de  la  plaza.  El  costado  de 
ésta  que  mira  al  Norte,  redistribuyó  por  solares  entre 
varios  vecinos  ha;sta  la|Oallejaiela,  y  para  la  construcción 
dd  los  portales  que  ahora  se  llaman  ^<de  las  Flores,"  hu- 
Boelftcuerdosiguiente,  en  el  cabildo  de  15  de  abril  de 
1524,  ^^Efleste  dia,  ol  dicho  señor  gobernador  [Cortés]  é 
jaitioía,  é  regidores  de  esta  ciudad,  todos  oraenarou  é 
mandarooi  que  por  cuanto  est^  ciudad  está  mas  nobleci- 
da,  é  á  causa  que  el  trato  de  ella  ha  de  ser  en  la  plaza  de 
esta  ciudad;  y  á  causa  de  las  aguas  no  puede  estar  limpia 
la  dicha  plaza  por  el  trato  de  las  mercaderías;  que  todos 
los  vecinos  que  ovieren  solares  en  la  redonda  de  la  dicba 
plaza^  puede  tomar  cada  uno  veiote  é  un  pies  de  mas  de 
sossolaresdeladichaplazai  para  que  eu  ellos  puedan 
hacer  soportales,  é  no  para  otri^  cosa  alguna»  $  labrar  co- 
bre ellos  8i  quisieren,  é  que  lo  edifiquen  luego  sin  peijui  • 
oio.^  Ko  parece ,  sin  embargo  ,  que  se  construyese  mas 
jqae  este  costado  ,  y  al  designar  la  plaza  que  se  vendió  al 
[^gobierno  por  don  Martin  Gortés  como  anexa  al  palacio, 

Bdioe  en  el  acta  de  la  x)oseBion  que  de  ella  se  dio,  que  es 
que  esta  frente  á  los  soportales.  Para  las  casas  munici> 
^es  se  Beüalaron  seis  solares,  cuya  Bituacion  se  denar* 
^  eu  la  cédula  expedida  por  el  emperador  Garlos  Y  en 
rgos  á  13  de  diciembre  de  1527 ,  que  se  halla  inserta 
tro  los  documentos  que  contiene  el  cuaderno  publicado 
Ipor  el  ayuntamiento  con  motivo  de  la  demolición  del  Pa« 
aan.  Estos  solares,  se  dice  que  estaban  <^en  una  trasera  de 
h  plaza  los  3  en  la  front^^ra,  y  los  otros  3  á  las  espaldas''^ 
nue  se  destinaron  para  hacer  en  ellos  ^^casas  de  consisto* 
Uo  y  cárcel  y  camioeiía,''  en  lo  que  se  ocuparon  dos  so- 
^rd9  y  muy  poco  mas;  en  los  restantes  se  trataba  de  ha- 
itobr  tiendas  para  propios  da  la  ciudad ,  y  por  no  haberse 
«dificado  estas  <*al  tiempo  que  el  tesorero  Alonso  de  Es" 
trada,  y  el  contador  Eodrigo  de  Albornoz  tomaron  en  sí 
k  gobernación  de  la  tierra,  el  dicho  Alonso  de  Elstrada^ 
lomó  y  despojó  á  la  dicha  ciudad  de  los  dichos  solareS|  ^ 


—  160  — 
tomó  de  ello  para  $A  lo  qae  qtñgo,  y  lo  demás  dio  á  quies 
bíea  le  estuvo. '^  Oou  este  motivo'Bernardíno  Yazqaez  Je 
Tdpia,  regidor  do  Méjico  y  procurador  de  esta  ciadad.  ea 
la  corte,  obtavo  la  céiala  citada,  por  la  que  se  previorta 
la  audioncia  maadada  proveer  para  la  Kaeva  E^pañ*, 
que  averiguado  el  hecho,  hiciese  restituir  los  solares  qui. 
lados  al  ayuntamiento ,  que  como  se  ha  dicho  t  son  loa 
que  hablan  quedado  8iu  edificar.  La  constrncclon  de  es- 
tas casas  se  comenzó  desde  la  fandacion  de  la  ciaiod,  j 
parece  estaba  conclaid»  eu  flri  del  año  1524,  paea  ea  ^«  ! 
cabildo  de  18  de  noviembre  del  mismo  se  presentó  Alen 
80  Garcí^i  albauil ,  pidietido   '^se  le  mandase  librar  el 
tercio  postrero  que  se  le  debe  por  razón  de  lo  quQ  ha  ler 
vido  en  las  obras  de  las  casas  dvl  concejo  ea  sa  o&niv 
por  cuanto  dijo  que  el  término  era  ya  cumplido,  y  le  íé 
mandado  librar  y  se  le  dio  libramiento  do  sesenta  y  seis 
pesos,  cinco  tomines  y  cuatro  granos  de  oro  ,  qae  tiene 
cada  tercio,  á  razón  de  do  ^cientos  pesos  por  a&o ,  porque 
dijo  que  se  concertó  en  el  dicho  cabildo.^'  Parece  qne  ests 
sama  era  el  sueldo  anual  de  Alonso  García ,  que  sería  el 
maestro  de  la  obra  que  sd  habia  construido  ó  est^bi 
construyendo^.  Seguíase  en  aquella  misma  línea  *Ma  Fat* 
dicion^'  que  así  se  llamabii  el  ensaye  y  casa  de  moneda 
porque  en  ella  se  prestmtaban  los  tejos  de  plata  y  om 
para  fuudirse  y  pagar  el  quinto  real.  Esta  o&iiina  establ 
en  la  esquina  de  la  calle  primera  de  la  Monterilla,  y  ^^ 
biéndoñe  dispuesto  por  el  rey  que  este  edidcio  se  vendie- 
be  ,  poniendo  la  tundición  en  el  palacio  cuando  se  hizo  li 
compra  de  este  en  1562,  lo  compró  el  ayuntamiento  pflt 
dos  mil  pesos,  y  se  le  dio  posesión  de  61  en  7  de  febreaEO 
de  1564,  quedando  desde  entonces  uhido  á  las  casas  msr 
nioipaies,  que  se  llamaban  ^'  la  audiencia  de  los  aloaldei 
ordinarios  ^ 

Delante  der toda  esta  línea  de  ediñeios  corría  laftoe* 
quia,  que  venia  desde  la   Viga  haita  San  Francisco  J 
salla  de  Santa  María:  daba  paso  sobre  ella  á  la  plasi^ 
del  Volador  en  la  esquina  de  Fiamenoos  "  el  puente 
palacio.^'  cuyo  nombre  permanece ,  y  en  el  otro  extre 
de  la  plaza  dando  entrada  á  la  calle  de  Monterilla  esta^ 
<<el  p  uente  de  los  pregoneros  "  de  que  ya  no  queda  mi 
moria;  junto  auno  y  otro  habla  una  fuente.  Desde 
puente  de  palacio  por  el  lado  de  la  plaza ,  empezaba 


ie  cdjones  de  madera  que  se  llamaban^^lofi  cajón  ci^ 

deJ3eñorSan  José,^^  acaso  porque  pertenecía  á  algn'^ 

cofradía  de  este  nombre ,  los  cuales  tenían  vista  á  la 

qoia,  y  entre  esta  y  la  pared  de  las  casas  de  este  lien-* 

de  la  plaza^  quedaba  formada  la  ^'colle  del  portal  de 

Flores,^  y  como  no  bábia  entrada  ui  circulación  de 

hes  por  ella,  de  ahf  viene  que  en  todas  las  casas  de  ese 

tado  QO  hay  ningaaa  puerta  cochera.  El  portal  de  las 

y  todos  los  que  se  signen  en  la  calle  del  Befagio  ó 

TiapaleroB  y  su  continuación  hasta  el  callejón  de  Do^ 

B8  por  donde  corría  la  acequia  y  tenia  escaleras  hasta 

nivel  del  agua  de  ésta,  que  servían  para  descargar  por 

iltt  las  canoas  ,  y  cada  portal  estaba  destinado  al  des>« 

'to^aedeun  ramo  diferente,  de  donde  vienen  los 

bree quQ aun  duran,  porque bace  mucho  tiempo  se 

J  acabado  ja  el  destino  que  tenían  de  ^*  portal  de  las 

mi¡^j  <  portal  de  la  Fruta." 

£i  tramo  de  acequia  desde  la  entrada  de  la  Galleiuela 
Poniente  hasta  el  callejón  de  los  Dolores  «  se  cubri6 
'  ínny  al  principio  del  siglo  siguiente  al  de  la  con^ 
dejando  libre  el  frente  de  la  Diputación  ó  oasa  del 
ajOQtaibiento  y  las  calles  de  Tlapaleros  y  Ooliseo  viejo : 
seoodedeBevillaGigedo  hizo  cubrir  el  otro  tramo « 
^,la misma  Callejuela  al  Oriente  bástalo  que  fué 
gio  de  Santos*,  que  ahora  son  casas  particulares ,  y 
tbriormente  se  ha  cubierto  el  resto  hasta  el  puente  de 
I^3a.  81  estos  canales  se  hubiesen  podido  oons«*rvar 
pios  y  renovándose  el  agua,  no  hay  duda  que  hubiera 
|<>Btribiiido  mucho  á  la  comodidad  y  aseo  de  la  ciudad, 
iole  la  apariencia  de  una  ciudad  holandesa  eomo 
Btterdam,  Harlem ,  y  otras,  que  todas  tienen  un  canal 
^  árboles  en  medio  de  las  calles ;  pero  eran  demasiado 
JJtiechoB  para  el  objeto  áe  la  conducción  de  víveres  ,  y 
®^toíj  en  ana  parte  del  año  tenían  muy  poca  agua  ,  y 
^jáadose  en  ellos  todas  las  inmundicias  de  la  ciudad, 
1^  no  habla  carros  de  aseo  ,  erau  un  depósito  de  sucie^ 
^  Jde  infección,  que  ha<»a  muy  molesto  vivir  y  tran- 
^^tK>r  las  calles  en  que  oorrian« 

U  aotigaa  casa  del  ayuntamiento  6  Diputación ,  no 
^  la  portería  que  la  actual ;  en  sus  dos  extremos  te* 
^  totieg  como  el  palacio  y  la  casa  del  marqués  del  Ya- 
^  porqne  en  los  primeros  tiempos  se  trataba  todavía  de 


— 162  -V 
qae  los  ediftoios  principales  faesen  p  autos  de  defensa^cc* 
mo  veremos  hablando  de  las  iglesia»:  la  OaUejnela  es  pro- 
bable que  hiciese  parte  do  los  seis  solares  desUnadoii 
este  ediftoiOi  y  que  se  dejase  como  entrada  á  las  carmce' 
rías  que  se  pusieron  en  aquel  costado.  Esta  casa  antigia 
dr  la  municipalidad  se  quemó  en  el  motin  de  8  de  ¡m 
de  1692^  y  aun  por  ella  fué  por  la  que  empezó  el  inceidio 
de  ios  demás  edificios  de  la  plaza,  que  fueron  entoutn 
consumidos  por  el  fuego. 

Los  dos  costados  de  la  plaza  que  mira  al  Fonienta ! 
al  Norte,  que  son  de  los  que  se  ha  hablado  hasta  aboo» 
han  sufrido  poca  alteración  en  su  destino  y  distribofiíoBr , 
desde  la  reedificación  de  la  ciudad  hasta  la  época  presa 
te :  no  ha  sido  lo  mismo  respecto  á  los  otros  áos  de^BS^ 
voy  á  tratar,  y  las  varias  formas  que  han  tenido  hansíl 
tales  y  tantas,  que  esto  hace  :diilcil  el  fijar  ouál  faeee  K 
primera.  Para  mayor  claridad  en  este  punto  paso  al  Iiil 
que  mira  al  Sur,  dejando  para  tratar  luego  del  qae  M 
su  frente  al  Oriente..  Foresta  parte  estaba  torminadak 
plaza  por  la  línea  de  e^ficios  que  formaba  la  (XfDl&sníp 
cion  de  la  acera  al  medio  dia  de  la  calle  de  PlateroB, 
tre  onyos  edificios  estaba  la  catedral  primitiva,  foi 
todos  ana  manzana  limitada  al  Sur  por  la  línea  ex 
da:  al  Oriente,  por  la  que  formaba  la]  contlnnaeiosda! 
calle  del  Seminario  hasta  cortar  la  dicha  al  Sur;  pf 
Norte,  por  la  calle  que  seguia  desde  la  del  Arzol 
hasta  el  callejón  de  la  Alcaicería ,  y  al  Poniente ,  ptti 
calle  del  Bmpedradillo. 

En  la  séptima  disertación  he  dicho  las  razoites  qae 
go  para  creer  que  la  antigua  catedral  estuvo  en 
manzana^  y  estas  se  corroboran  si  se  atiende  á  que  tt 
cabildo  de  8  de  febrero  de  1527 ,  en  que  se  designaffl^ 
solares  para  <*la  iglesia'y  cementerio  y  para  cabrío' '^ 
rian  las  oficinas  de  la  misma  iglesia,]  se  dice  qui^ 
estaban  ^'frontero  del  Huichilobos"  y  como  el  teiopto| 
HuitzilopochtU  comenzaba  en  la  acera  del  Norte' 
citada  calle  que  venia  desde  el  Arzobispado  hasta  A] 
pedradiUo,  según  al  plano  antiguo  de  que  tantas 
ha  hecho  mención,  los  solares  que  quedaban  ^^tKSsA 
Huidhüobos,"  mercedados  durante  el  gobiemode  Sait 
Obirijao,  cuyas  ooncesiones  anuló  Oortés  á  sa  re|_ 
]?§  :p^bQers^9}  y  repartidois  nuev^iment^  en^dicho  cal 


r 


—  lG3  — 
eran  los  qae^orinabaii'efita  manzana.  Además  de  esto,  en 
los  docamentos  relativos  á  ]a  constrnocion  déla  cateaial 
Ilaeyc^  de  que  haré  mérito  en  su  lagar,  se  dioOi  hablando 
del  principio  de  la  obra  cnya  primera  piedra  se  puso  el 
año  de  1573,  qae  se  eligió  el  sitio  inmediato  á  la  iglesia 
antigaa.  ^<oon  ánimo  de  qne  demolida  despnejí  ésta,  qnes 
dase  el  lagar  qne  ocnpaba'por  atrio  ó  cementerio  en  la 
palote  anterior  del  naevo  templo/'  y  como  la  fachada  de 
la  actaal  catedral  viene  enftlada  con  la  calle  del  Arzobis^ 
pado,  es  preciso  qae  la  antigaa  hnbiese  quedado  al  Snr 
de  la  que  formaba  la  continaacion  de  ésta. 

En  frente  de  la  esquina  de  la  calle  de  Plateros  qae^  da 

vuelta  al  Empedradiiio¡|  se  ven  en  el  empedrado  dos  de- 

fiíaroaciones  «iiferentes :  la  nna  formada  por  piedras  de 

recinto  qae  están  puestas  en  hilera  tanto  del  lado  de  la 

plasa  por  el  que  llegan  habta  frente  á  la  puerta  principal 

de  la  catedral,  como  por  el  costado  del  Empedradlllo, 

;  ^ae  seELalan  el  circuito  de  la  primitiva  catedral :  tras  de 

estas  j  mas  cerca  del  cementerio  actual,  están  embutidaí^ 

en  el  suelo  anas  lozas  grandes  cuadradas ,  que  indican 

adonde  se  retiró  la  pared  del  cementerio ,  aunque  no  sé 

en  que  tiempo,  desde  cuyo^  punto  se  retiró  todavía  mas 

^liaata  donde^están  las  cadenas^/  gobernando  el  conde  de 

;  Berilla  Gigedo.  Estas  demarcaciones  no  continúan  hacia 

[palaoio^y  estonnidoalhechodequeel  solar  concedido 

J^imero  al  licenciado.  Marcos  de  Aguilar  y  después  á 

Gonzalo  de  Sandoval,  estaba  ^'tras  de  la  iglesia"  fronte<< 

t  ro  ala  esquina  del  Nordeste  de  lo  que  faé  Parlan ,  daria 

talguna  fuerza  á  la  opinión  de  que  la  paerta  de  la  antigua 

^<!atedral  estaba  hacia  esto  lado.  En  el  transcurso  del  tiem* 

po,  todas  las  casas  de  esta  manzana  desaparecieron,  acaf* 

lo  cuando  se  derribó  la  antigua  catedral ,  pero  quedaron 

jin  pié^  á  lo  menos  hasta  el  año  de  1737  en  que  se  formó 

»r  don  Pedro  de  ;Arrleta  y  demás  agrimensores  déla 

indad  el  plano  en  perspectiva  qno  se  halla  en  el  museo 

icional'y  nnas  casas  situadas  frente  á  la  calle  del  Arzo- 

spado  y  con  su  fachada  hacia  ella  que  están  represen^ 

las  en  dicho  plano,  y  que  se  construyeron  mucho  tiem- 

después  que  aquellas,  formando  la  continuación  de  la 

He  del  Belox,  según  la  explicación  que  hace  don  Oár- 

ptos  de  Sigüenza  en  su  opúsculo  ^^I'iedad  heroica  de  don 


1 


-  164— 
Pemando  OortéSi  fol.  G3/'  con  el  motivo  de  qne  deapu 
hablaré. 

Si  deteminado  así  el  costado  de  la  plaza  que  min  si 
Mediodía,  Be  examina  en  un  plano  de  la  cindad  la  fonu 
del  espado  pne  qaeda  entre  este  costado  y  el  del  imt»^ 
6e  echa  Inego  de  ver  qne  formando  una  manzana  dett* 
isas  en  el  mtio  qne  ecnpaba  el  Parían  ,  quedaría  entre  b 
acera  al  Oriente  de  ésta ,  el  frente  del  palacio  y  lo&i» 
costados  referidos  una  plazi  perfectamente  cn¡idrsd%  y 
eiüta  era  la  pinza  antigua,  bien  qne  se  daba  también  eett 
nombre  al  espacio  qne  se  extendía  hasta  el  Empedradi 
lio,  aun  qne  estaba  ocupado  ^M>n  edificios ,  porqaefiok» 
había  eu  lanciudad  de  Moctezuma,  quedando  libre  deten- 
te del  templo  de  nnítzilopochtli  casi  todo  lo  que  sebadN 
cho  qne  formaba  la  manzana  en  qne  se  consiínjó  \%f^ 
tedral.  ^  . 

En  la  colección  de  documentos  relativos  al  PAriaB  di; 
que  be  hecho  mención,  se  pretende  en  el  discurro  qoi^ 
precede  para  fundar  la  propiedad  del  ayuntami€Bto«í 
terreno  en  que  estuvo  el  Parían,  que  éste  se  fabíieóai 
cobrante  de  los  seis  solares  tomado  para  conclaír  \m<^ 
BUS  consistoriales,  la  cárcel  y  carnicería:  pero  adc&fa' 
que  en  la  cédula  citada  se  dice  terminantemente,  qii6 
estos  seis  solares  estaban,  los  ^'tres  en  la  frontera  j 
otros  tres  á  las  espaldas''  qne  son  los  qne  dan  á  la 
de  Ban  Bernardo,  en  la  cual  estaba  la  entrada  ala 
hóndíga  hasta  el  alio  de  1602 ,  y  en  la  misma  eran 
pif'dad  del  uy untamiento  las  casas  que  hay  destela 
llejuela  hasta  la  esquina  de  la  Monterilla,  algunas  ' 
cuales  han  sido  enagenadas  hace  pocos  años,  co  es 
t>able  que  para  conssrnír  el  edificio  á  que  estaban  di 
nados  estos  solaros,  se  eligiese  un  terreno  por  cajo 
dio  pasaba  una  acequia.  Ademán  de  esto,  en  la 
sion  de  los  solares  que  se  dieron  para  casas  en  la 
na  que  fué  Parían,  no  se  dice  que  fuesen  ios  qne  estaj 
designados  ''para  tiendas  para  propios  de  la  cia' 
sino  que  se  dieron  con  las  condiciones  que  todos  ~ 
más. 

En  la  esquida  del  Kordeste  de  esta  manzana  qne 
que  miraba  á  palacio  y  á  la  cárcel,  donde  estaban  Ici 
jones  de  fierro  eu  el  Parlan,  estuvo,  como  se  ha  didio 
la  disertación  anterior  y  la  casa  de  Pedro^Gonx^e< 


f 


-165  — 
Tnijillo,  y  el  decirae  en  la  eaoritora  de  venta  del  palaoio, 
qae  por  el  nn  lado  lindaba  este  con  la  calle  qne  llevaba  el 
nombre  de  este  Tnijülo ,  me  hace  creer  qne  lo  constrnido 
de  palacio  en  aqnel  tiempo  no  llegaba  mas  qne  basta  la 
Hcea  prolongada  de  la  calle  de  Plateros,  y  qne  el  nombre 
de  la  calle  de  Pedro  González  de  Trojillo  se  continnaba 
por  el  frente  del  Arzobispado ,  quedando  los  solares  qne 
^fttabanfiin  fabiic^r  y  se  comprendieron  en  la  venta, 
desdelaesqnina  en  qne  acababa  el  palacio  por  este  rnm« 
b(f  ícente  á  la  ealle  de  Plateros,  hasta  lo  qne  es  ahora  la 
ealle  del  Arzobispado. 

Cuándo  y  pocqné  motivo  se  qnitasen  estas  casas  qne 

formaban  esta  manzana,  no  hay  constancia  ni  la  tiene  el 

ajnntamiento,  según  lo  que  se  dice  en  el  cnaderno  varias 

'VirceB  citado.  Sábese  únicamente  por  el  virey  don  Lnii  de 

YelHBco,  segundo  de  este  nombre,  en  14  de  mayo  de  1609, 

iofbimado  ^^del  desorden  qne  habia  en  tener  mesillas  de 

buhoneros  en  la  plaza  pública,  do  que  resultaba  estar  la 

dicha  plaza  demasiadamente  embarazada  y  sin  policía/^ 

a&Qló  todas  las  licencias  dadas  á  los  mesilleros,  y  dispuso 

4De  el  corregidor  con  dos  diputados  del  cabildo  ^^vlesea 

la  cantidad  de  mesillas  qne  pndiesen  quedar  y  en  que 

pneeto.y  partes,  de  suerte  que  la  plaza  quedase  en  lapo-* 

Üda  y  traza  conveniente.''  Esta  disposición  del  virey  se 

contradijo  por  los  interesados,  pero  confirmada  por  la 

sudiencia  por  autos  de  vista  y  revista,  lo  fué  también  por 

\\  consejo  de  Indias ,  y  en  18  de  enero  de  1611  se  expidió 

cédala  para  sn  cnmplimif^uto.  Del  arreglo  de  la  plaza  que 

entonces  se  hizo  hubo  de  resultar  que  se  formasen  los  ca^ 

junet^demadera  que  existían  y  se  quemaran  en  el  motín  del 

tío  de  1692  y  que  producían  á  los  propios  quince  mil  pe^ 

ICB  anuales  de  renta,  los  cuales  eran  diversos  de  estas  me- 

lillas  de  vendimias  de  comestibles,  que  continuaron  en  la 

0azik  hasta  la  variación  que  en  ella  hizo  el  conde  de  Ba^ 

^lla  Gigedo. 

£d  la  discusión  que  se  suscitó  en  loa  papeles  públicos 
con  motivo  de  la  orden  que  se  dio  el  aiio  de  1843  para 
qnitar  el  Fariau ,  uno  de  los  escritores  que  en  ella  toma** 
ion  parte,  pretendió  sostener  que  este  edificio  del  Parian 
bvo  su  origen  en  un  cuartel  de  caballería  que  el  virey 
ínarqués  de  Oerralvp  mandó  constxuir  en  las  inmediación 
ttiB  del  palaeiO;  para  evitar  con  este  resguardo  otro  ta^ 


—  166  — 
multo  oomo  el  que  aoonteoió  oontra  ra  anteoesor  al  ñiH 
qnéñ  de  Oelves  el  dia  15  de  enero  de  1624^  con  ooado]!  te 
destierro  y  extraflamiento  del  reino  que  aquel  vireyis' 
poBO  al  arzobispo  don  Jaan  Pérez  de  la  Serma;  peropv 
lo  míaoio  qoe  se  dice  eu  la  relación  de  estos  saoeaói,6^ 
crita  contemporáneamente  por  el  contador  don  Pedio  de 
Jáaregai  y  Avendaño  I  que  el  virey  dio  ocapasioaálii 
tropas  qne  renaió  *^en  qae  edificasen  mny  oeres  ddml 
palacio  cuadras  de  calicanto  y  techados,  en  qne  tovta 
abrigo  y  faese  pronta  la  defensa ,  ^  ni  una  ni  otes  eoo 
conviene  á  los  cajones  de  qne  se  trata,  oonatroidoeet^ 
Ingar  qne  ocupó  después  el  Parlan ,  pues  estos  do  etia 
de  calioauto  sino  de  madera,  y  estaban  mas  diatanteiti 
palacio  que  lo  que  puede  admitir  el  sentido  de  la  expi^ 
sion  muy  cerca.  Bste  cuartel  parece  por  otra  parte  ^  w^ 
quiera  que  fuese  el  lugar  que  ocupó  del  que  no  bay  isfi 
caciou  uluguna,  que  no  seria  muy  extenso  y  qne  foé  om 
cosa  temporal,  pues  no  era  grande  el  número  detroptf 
que  se  hablan  de  alojar  en  él, ;  habiendo  tenido  el  V^* 
tamíeuto  tanto  empeflo  en  que  se  licenciasen  las  treseon 
pañías  de  infantería  que  oon  motivo  de  aquel  tnmatto  it 
levantaron  en  la  ciudad^  y  que  por  razón  de  este  dóp^ 
se  consideraba  su  existencia  oomo  una  a&enta  paca  b 
lealtad  mejicana,  no  habla  de  haber  dejado  se  oonsernifi 
una  memoria  mas  visible  y  duradera  de  aquel  des^n* 
dable  acontecimiento.  Bu  efecto ,  después  de  teiteniM 
instancias  con  aquelfiu,  el  ayuntamiento  encuerpo  sepf^ 
sentó  aL virey  en  enero  de  1628  y  <^hecha  la  demostciOiA 
de  hincarse  de  rodillas,  lepidio  quitase  las  oompafiíasp^ 
ra  que  no  quedase  ceniza  del  suceso  del  IS  de  eneio  de 
1624/^  y  no  habiendo  tenido  por  conveniente  el  virej  e^ 
ceder  por  entonces,  la  ciudad  acordó  en  14  de  aquel  tttf 
«%aoer  diligencia  con  el  Arzobispo  [IJ  que  traia  oomüi^ 
nes  bastantes;  escribir  á  todas  las  cmdades ,  yUlas  y  Is^ 
gares ,  y  citar  á  cabildo  con  billete  para  yer  siee  wA 
de  nombrar  caballero  regidor  qne  fuese  á  BapafEa."  A 
todo  esto  no  se  habla  del  ouartel|  lo  que  me  perraade  tpl 


[IJ  Eet»  anobiepofaédon  FraneliMo  Maubo  ám  Zúfiigt,  B>oaActdo  MQ 
d«  áoa  Joaa  P«m  de  la  Bemat  4  qnÍMi  m  lUunó  h  la  eorltt ,  4  ooMaeMi"! 
da  lai  cnetUones  con  el  marqoéi  de  Qelyea,  y  pora  qae  no  volriew  4  MiM 
te  le  did  el  obispado  de  Zamora,  1 


— 167  — 
ó  no  06  llegó  á  oonfitaniir,  ó  qae  muy  pronto  se  qnitó  por 
ianoeegario,  pnes  Io¡qae  hace  mas  notable  este  empeño  del 
ayuntamiento  para  qne  se  licenciasen  las  tres  compaSías, 
es  qne  mucha  parte  del  tiempo  que  se  mantuvieron  sobre 
las  armasi  estuTieron  fuera  de  la  capital ,  y  caando  por 
fln  se  extinguieron  se  lialiaban  en  Yeraoruz.  Bl  marqués 
de  Oerrallo,  creyéndolas  ya  inútiles,  procedió  á  licenciar^ 
las  de  la  manera  mas  satisfactoria  para  el  ayutitamieotOt 

8 nes  habiendo  hecho  llamar  al  corregidor  don  FerDando 
e  Sosa  Suares,  el  miércoles  santo,  27  de  marzo  de  1630, 
le  entregó  un  papel  cerrado  dirigido  al  ay  nutamiente,  eu 
que  exponiendo  los  motivos  que  habia  tenido  parajla  con- 
servación de  las  compafiías  y¡el  usojque  de  ellas  habia  he* 
oho  •  agrega  *^  que  haciendo  la  cuenta  con  el  guato  que 
habw  tratado  de  darle  á  esta  ciudad  y  reino  en  cuanto  se 
habia  ofrecido ,  y  no  pudiendo  poner  duda  en  que  los 
«nigoe  tan  honrados  y  fieles  vasallos  que  S.  i/L  tiene  en 
este  reinoi  son  la  verdadera  defensa  de  sus  vireyes  y  mi^ 
niatros  i\  Queriendo  hacer  notoria  su  confianza  á  todos  y 
ser  el  testigo  del  mas  seguro  abono  en  esta  parte ,  habia 
zeraéito  se  reformasen  las  tres  compaSías  que  al  presente 
sa  hallaban  en  Veraoruz  y  ansí  se  borre  la  memoria  de 
sa  fundadoiL'',  Tal  era  la  consideración  que  se  tenia  en 
aquel  tiempo  al  ayuntamiento  de  Méjico ,  y  tal  la  firmesa 
con  que  se  hallaba  establecido  el  gobierno  español ,  quo 
aahsistíó  tres  siglos  sin  tropas  ningunas,  ni  otra  defensa 
qae  la  fidelidad  de  los  habitantes.  Este  mismo  papel  del 
marqués  de  Oerrallo  prueba  á  mi  ver  con  toda  evidencia, 
qae  no  existia  el  cuartel  empezado  á  fabricar  seis  años 
aatesr  pues  no  habia  dejado  de  hacerse  mención  de  él, 
caando  según  el  virey  dijo  al  corregidor  al  entregarle  es  - 
ta  comunicación ,  <<  habiendo  procurado  en  todas  ocasio^ 
nes  el  consuelo  y  alivio  de  esta  ciudad  y  sus  vecinos ,  y 
habiéndoselo  dado  en  cuanto  habia  estado  en  su  mano, 
deseando  ocasión  para  de  todo  punto  dárselo  en  lo  que 
le  tenia  pedido,  de  que  se  consumiese  la  memoria  de  las 
tres  compañías  que  levantó  la  audiencia  por  el  suoe&a 
del  año  de  1621 ,  hallaba  ocasión  en  el  estado  presente 
para  hacerlo."  Sin  embargo ,  contra  todas  estas  razones, 
y  sin  mas  íondamento  que  la  noticia  que  el  contador  A- 
vendaSo  dá  de  est9S  colodras  {  j  por  la  suposioion  ente** 


—  íes- 
te,  eaando  bvl  demolición ,  como  edifioio  oonstroido  á  et« 
pensas  del  gobierao,  y  en  tal  virtud  neaproyedhó  éste  de 
los  materialee  que  de  él  salieron. 

El  origen  de  este  edificio  es  el  eigniente.  Ba  el  motín 
tantas  veces  citado  del  domingo  3  dejanio  1692,  seoon- 
sumieron  por  el  faego  no  solo  la  casa  del  ajuntami«atO| 
la  cárcel  y  albóndiga,  sino  también  los  cajones  de  midth 
Ta  que  tan  productivos  eran  á  los  fondos  mumcipale«i.<- 
Tcátósedesdo  luego  de  reparar  este  defíoiante,  constra- 
yendo  en  lugar  de  aquellos  unas  tiendas  de  piedra  w 
forma  de  ^^Alcaiceiía,''  según  el  plan  que  presentó  d  r«- 
gidor  capitán  don  Pedro  Jiménez  de  los  Cobos,  que  era 
correo  mayor  del  reino  y  obrero  de  la  ciudad ,  el  coal  en 
el  informe  que  sobre  este  punto  liizo  á  la  mouicipBlid^i 
propuso  también  los  arbitrios  que  «le  parecieron  conn 
uientes  para  la  ejecubioui  y  adoptada  la  idea  por  el  ajoi 
tamiento,  el  virey  conde  de  Gal7e ,  aprobó  el  projedo 
por  el  decreto  de  17  de  agosto  de  1695,  y  mandó  se  proee^ 
diese  desde  luego  á  la  ejecución.  Entre  las  rasones  en  qflB  ■ 
se  fundó  el  citado  Cobos  para  la  forma  y  dimensiones  qH 
propuso  se  diese  al  edificio ,  es  de  notar  la  de  que,  coa 
.  ella  se  consultaba  á  la  hermosura  y  perfección  déla  pte« ; 
.  za  mayor,  que  quedaba  con  (áento  setenta  y  seis 
por  todos  cuatro  costados^  que  es  la  misma  figura  y  £« = 
mensiones  que  en  su  ptincipio  tuva  La  obra  se  comeaift^ 
en  el  miamo  raes  de  agosto  de  1595 ,  y  desde  «'Sta  ítem- 
hasta  fin  de  diciembre  de  1696 ,  se  construyeron  las 
aeeras  que  haoian  frente  al  portal  de  mercaderes  y  la 
tedral:  la  del  frente  del  palacio  con  dos  tle  Las  anteiia« 
re&9  se  construyó  h&oia  fin  del  año  de  1699 ,  y  todali 
obra  quedó  acabada  en  abril  de  1793.  Todo  se  hiso  ~ 
la  dirección  del  mismo  regidor  don  Pedro  Jimenes  de 
Oobos,  quien  adelantó  fondos  considerables  para  loe 
tos,  y  el  costo  total  ascendió  á  la  cantidad  de  141,570 
sos  O  reales  6  granos.  La  renta  que  este  edificio  pi 
al  ayuntamiento  eu  los  afios  corridos  desde  1697  á  fla 
junio  de  1843  en  que  se  mandó  derribar ,  ascendió  4 
cantidad  de  3.422,182  ps.  5rs.  S  granos^que  por  na 
no  medió  corresponde  á  un  producto  anual  de  23,376 
S03  2  reales  9  granos  durante  los  146  afios  y  6  meses 
permaneció  en  pié  aquel  edificio ,  habiendo  rebajado 
cho  estos  productos  desde  el  saqueo  que  en  dí(áemlini 


—  169-- 

0itf¡cíiüB  ]A8  tíandas  que  conten jai  pnes  enlosquin-« 

iiAoB  eorridos  desde  1779  á  1813},  que  comprenden  la 

mas  héspera  de  este  país ,  el  producto  anual  me- 

ÍQé  db  32,567  ps.  0r&6g8«  [1]. 

Et  nombre  de  Parían  pioced^  de  llamarse  así  en  Ma^ 

el  barrio  separado  de  la  oiadad  y  cerrado  con  mnra- 

ea  donde  residian  los  negociantes  chinos  que  iban  á 

[adía  plasa  por  asuntos  de  sa  comercio,  y  siendo  gran< 

p.3laoamnnicacion  qne  entonces  habia  con  aquel  puerto. 

w  laa  expedicfiones  que  de  él  rentan  álos  nuestros  del 

\iuxs  dftl  Bus,  que  luego  se  redujeron  á  la  nao  anual;  la  se^ 

isa  del  destino  de  éste  ediCLoiOf  Tfot  estar  concentra* 

I  ^eaéi  el  comercio,  biso  que  el  uso  común  le  aplicase 

>  tste  BGifnbre,  pues  en  su  principio  no  tuvo  otro  que  el  de 

tai'^tiesdas  y  Alcaicdría  de  la  plazfk  mayor.''  Loscajo^ 

Ms  de  madera  que  antes  hubo  «i  el  mismo  paraje,  se^ 

gon  Iseédula  de  39  de  diciembre  de  169^  por^  la  que  el 

terms&dó  se  procediese  á  construirlos  de  piedra,  forma 

^  lua  plaanela  *'eu  donde  asiatian  todos  los  vagamunr 

doi,  pe  llamaban  el  baratillo ,  ^'  y  el  evitar  el  riesgo  de 

mvo  iüoendio,  en  que  por  tal  concurrencia  estarían  los 

e^jdBes  si  se  hubiesen  vneltoá  hacer  de  madera ,  es  una 

^  las  (xnisid€s:octoaes  que  en  dicha  cédula  se  tuvieron  pa*' 

la^la  obra  se  luciese  de  mampostería,  con  lo  cual  y 

<»&  la  forma  que  se  mandaba  se  le  diese ,  *'/!e  evitará  el 

óesgo  de  incendio,  y  con  el  mayor-conourso  de  mercado^ 

ni,  86  refrenarán  los  excesos 'de  losjque  entesa  ciudad  lla\ 

>un  «atamuyos  del  baratillo,  y  quedará  la  pla£a  mas  her- 

Bioia,  asegurada  y  fija  la  renta."  Tal  es  el  empeño  que  en 

^Bts  cédala  se  manifiesta  por  el  aumento  de  los  fondos 

^Qfilcipales,  á  que  habia  de  contribuir  tanto  laejecu-* 

cion  de  esta  obra ,  que  no  se  echa  en  olvido  prevenir  en 

*»  que  se  saque  mejor  precio  de  los  cajones  de  las  es- 

ÍÚHM  «*por  tener  estas  la  mayor  estimación,  por  la  faoui- 


^)TodMt«<w  datos  Jos  ha  sacado  de  la  ooleocioii  do  ^¡^^^^J"  ^¿^^. 
-•  •Uynntami.mto,  con  motivo  de  U  de mo  i. ion  d«.J«*f  ^ÍL^^^^^^ 

4  'ípérAia  la  disorl pcioo  qne  de  él  l^«/ectó.  siendo  ^^AtTee^íte^ 
^  y  W  vVrto,  pero  al  omití  •  esta  oíase  de  »«*"'*f2*^-,^llM  y  eíto  &Sa 
"jom  6.  oauíi  Se  que  eorriendo  los  años,  «^f  «^'f^e  |oi  p^4  teaW^ 
etlTo  de  dad.,  eomo  nofleacede  ahora  con  mucho»  ao  ios  pobm»»  waiawni 

^  textik^on. 


—  170  — 
dad  de  venderse  mas  en  ellas,''  y  oon  enoaredmifistoi 
dice  al  virey  por  conclnsian  '*  os  encargo  y  mandoyi 
pongáis  el  cnmpttmiento  de  lo  contenido  en  este 
chO|  d&ndome  onenta  en  todas  ocasiones  délo 
dO|  y  de  lo  qne  vaestro  celo  y  cntdado  lo  f aesea 
tandoi  sin  perder  de  vista  lo  mncho,  mnoho  que 
á  mi  servicio  y  bien  de  la  cansa  pública."  No  i 
sin  embargo^  exactamente  lo  qne  en  esta  real 
se  previnoi  pnes  no  se  hideron  sobre  las  tiendas 
kabitaoien  como  en  ella  semandaba^  yelplaidéli 
flcio  fné  dos  cnadrados  inscritos  el  nno  en  eloln, 
tiendas  á  nno  y  otro  lado  con  nna  calle  entre  siataoif^ 
onal  formaba  cnatro  órdenes  de  tiendas ,  dejaiídst 
medio  nn  espacio  en  qne  bajo  tinglados  se  veaffitt; 
efectos  qne  se  llevaban  á  la  mano.  Tres  puertas  sa* 
chadas  del  Norte  y  del  Snr  daban  ingreso,  las  doii 
rales  á  la  calle  qne  se  formaba  entre  loa  dos 
las  del  centro  condncian  á  la  qne  corría  por  el 
edífldo  de  la  nna  á  la  otra  pnerta.  En  las 
Oriente  y  Poniente  no  habia  mas  qne  nna  sola] 
él  centro. 

Par  decreto  del  gobierno  provisional  feeha  27  daj 
de  1813|  se  mandó  demoler  este  edificio  qne  filé 
tos  afios  el  emporio  del  comerdo,  señalando  d 
término  de  quince  dias  para  qne  se  desocupase  porJ 
los  que  tenian  su  giro  de  mercancía  establecido  en ' 
dándose  esta  determinación  en  su  "niguna  arqdl 
y  qne  por  su  mal  calculada  posioioUi  impedia  y 
sorprendente  vista  qne  debe  presentar  la  plaia 
pa  V  mandando  construir  en  el  centro  de  la 
considerada  libre  de  la  deformidad  del  Parlan,  <W 
nnmento  consagrado  á  la  memoria  de  nuestra  (I 
independencia^  que  se  habia  de  construir  en  dos 
mediO|  pues  habia  de  estar  concluido  para  el  día. 
setiembre  del  mismo  año :  la^estmocion  .de  este 
se  llevó  á  efecto  sin  mas  alteración  que  ampliar  por 
nos  dias  mas  el  plazo  sefialado  para  la  desoon) 
obstante  las  enérgicas  representaciones  del  ayunt 
to,  que  hizo  presente  el  desfalco  grande  que  iban  í\ 
sus  fondos  en  circunstancias  de  no  bastar  estos 
brir  eofi  mm  'pr^oisiHs  atencio9e8;  4^  los  inl 
inanifest»baz)i  It^  pérdida  que  se  les  o^ÓMl»  po?  )Q(1 


^06  ienian  págadoBy  y  de  la  aaamblea  departamen^^ 
junta  de  fomento  mercantil,  en  apoyo    de  aqne- 

ea  tales  eírcanstancías  se  hubiese  propuesto  á  los 
WBdos  en  la  permanencia  del  Parían  que  se  obliga^ 
fdeeomrlo  oon  bnena  arqnitectnra  ^  lo  habrían  hecho 
cloda  pcnr  evitar  los  males  qne  iban  á  resentír,  y  el 
hubiera  sido  un  adorno  de  la  plaza,  en  la  qne  pa- 
i  embarazaba,  como  lo  es  en  la  de  Sevilla  la  Lonja 
^McraidereB  oonstmida  por  Herrera ,  qne  después  ha 
anduvo  general  de  Indias ;  la  plaza  por  otra  parte, 
bis  amputad  suficiente  para  todos  los  usos  necesarios 
objeto,  y  con  la  destrucoion  de  este  edificio,  no  solo 
eCnee  una  <<yista  sorprendente,''  sino  que  habiéndose 
excesivamente  sus  dimensiones,¡todos  los  ed  i- 
que  en  ella  hay  parecen  pequeños  y  mezquinos, 
'^imposible  adornarla  con  ninguna  especie  de  mo- 
ito  correspondiente  á  sus  dimensiones ,  á  no  ser 
Mooloque  en  ella  el  coloso  de  Bodas,  ó  una  efitátua 
tres  veces  mayor  qne  la  que  había,  sobre  una  co- 
tan  alta  y  gruesa  como  las  torres  de  la  catedral, 
u&o  de  los  proyectos  de  monumento  que  se  pre,>« 
ituon  á  la  Academia  de  bellas  artes,  encargada  de 
¡l^loBy  calificarlos.  Aun  cuando  la  pretendida  mejo^ 
'^aUera  sido  lectiva,  no  se  debía  haber  sacrificado  á 
^Teotajade  mero  ornato,  la  positiva  délas  rentas 
B%9ecdieron,enuna  dudad  que  anees  necesita  de 
108 empedrados  y  calzadas  que  de  adornos,  y  que  ca- 
de otras  comodidades  indispensables,  para  conseguir 
^^es  habría  bastado  sobradamente  con  la  enorme 
que  es  menester  pagar  por  indemnizaciones  del  Pa- 
peio  por  desgracia  en  muchas  de  las  disposiciones 
niatativas  de  nuestra  época,  se  ha  sacrificado  siem. 
..   Lo  verdaderamente  útil  á  lo  fastuoso,  procediendo  con 
[^^  oste  caso  con  tal  precipitación  en  las  cosas  mas  im^ 
^fortaiitee,  que  no  parece  sino  que  se  quiere  que  no  haya 
2*^  para  la  reflexión,  y  que  cuando  el  mal  se  reconozca 
^  ;a  causado  sin  remedio  [!]•  La  grande  importancia 


íi 


V  <l^ todas eitairaionefl  evando  S9  pabUc6  el  decreto  f  ara  la  Idflitme* 
r¡  H^arían ,  «n  nn  articalo*  dirigido  h  Iob  eeuorei  editores  del  penodioo  tv 
'"    '  Siglo  XIX,"  ane  no  tovo  ii  bien  publicm  !o. 


— 172  -*^ 

y  celebridad  de  este  edificio  me  ha  hecho  oontiBinr  Jt 
historia  hasta  la  época  preseptei  saliendo  algaa  tanlolK 
plau  que  me  he  propuesto  en  esta  obra. 

£1  portal  de  Mercaderes,  que  forma  ahora  el  frentiO» 
riental  de  la  plaza ,  se  construyó  á  principios  üdv^ 
XVII,  y  por  eso  en  el  plan  de  la  manzana  que  fué  d  91^ 
lacio  viejo  de  Mocteznmay  publicado  en  esta  disertMll% 
se  le  llama  *'los  portales  nuevos.''  El  cabildo 
se  opuso  á  esta  construcción .  sobre  lo  que  tuvo  ^mm 
con  el  ayuntamiento,  según  el  escrito  que  éste  preaotf 
se  halla  en  los  autos  del  litis  seguido  con  la  casa 
duques  de  Terranova  sobre  propiedad  de  la  pl 
Velador^  pidiendo  testimonio  de  la  merced  hecha  i 
tea  de  las  casas  de  Moctezuma  para  hacer  uso  de  él 
quella  cuestión;  sin  duda  para  ac*larar  sná 
terreno  en  que  aquellos  portales  se  hicieron,  qae 
disputaba  el  cabHdo  por  llegar  hasta  la  esquina  i 
ta  la  propiedad  de  la  Iglesia. 

Aunque  con  lo  dicho  estaría  concluido  todo  la 
á  la  antigua  plaza  y  á  los  edificios  que  estaban  ea  as 
dedor,  la  mayor  extensión  que  aquella  ha  tenido, 
examinar  mayor  espacio  de  terreno,  y  u^  es  precUo 
cual  era  el  sitio  que  ocupaba  el  famoso  templo  de 
lopochtli.  Según  lo  dicho  arriba,  por  el  lado  m 
formaba  la  continuación  de  la  linea  que  desda  la 
del  Arzobispado  continúa  bástala  Aicaicerii^, 
con  el  frente  de  la  actual  catedral:  al  Poniente 
fronterizo  á  la  casa  vieja  de  Moctezuma,  quedando 
ambos  la  calle  que  ahora  se  llama  del  Empedradilte;. 
antes  se  llamó  ^«la  plazuela  del  marqués  del  Valle,? 
por  el  Oriente  y  Norte  se  extendía  mucho  maa  de  la 
zana  que  forman  la  catedral  y  Seminario,  y  llegaba 
primera  de  estas  direcciones  hasta  la  calle  oem ' 
Santa  Teresa,  y  siguiendo  la  dirección  de  ésta 
concurrir  con  la  do  la  Ensefianza  y  Montealegn^'.! 
prueba  de  este  concepto  se  puede  citar  lo  qne  a»  dú 
k1  libro  de  actas  del  ayuntamiento  en  el  cabildo  de  2 
ftíbrero  de  1527  en  cnyo  dia  <^de  pedimento  do  Gil 
lez  de  Benavides,  Iom  dichos  seflores  (el  licenciado 
eos  de  Agoilar,  que  á  la  sazón  goberuabaí  y  los  cap; 
íes  qne  concurrieron  al  cabildo)  le  hicieron  merced 
olar,  el  cual  es  en  esta  ciudad^  lindero  con  solar  y 


-:i73- 

Ákmm>  de  Avila,  rá  hermano  ^ae  Menla  tercia  parte 
'  «ioíte  «I  fi«icAjZo&oi^  [11.  BstaB  oaaas  de  Alonso  de 
^aeda  demostrado  en  la  séptima  diflertadon  que 
iae  dos  primeras  de  la  calle  primera  del  Belox  dan^ 
Twlte  ¿  la  de  Santa  Teréto,  y  por  oonsigniente  el  so^ 
que  se  le  dio  á  Gil  Gonzafez  de  Benavides ,  fué  el  in^ 
n  la  calle  del  Belox ,  pues  por  la  calle  de  Santa 
seifala  la  casa  del  contador  Albornoz.  Bata  opi^ 
Bé  eonforme  con  la  del  padre  PiohardOi  qne  hizo  nn 
i  detenido  de  esta  materia,  y  qne  pndo  ezaíni** 
iostítalo8,antlgnos  de mnchas  Ancas.  Además,  era 
qae aqoel templo  tayiese  toda  estante nsion, 
que  piidieee  contener  todo  lo  qne  los  escritores  qne 
JksoAbcn  r^flet<en  qne  habla  en  él,  de  habitaciones  de 
llswoeEdetoiy  colegio ,  janlas  para  los  cantiyos ,  y  ancho 
l^^ielopidnalos  ^teitotcb'^  ó  bailes  qne  se  hadan  en  der* 
B  honor  de  aqnella- falsa  deidad.  Esta  demar- 
iMfa»  eonvime  p^fectameote  con  lo  qne  dicen  los  es> 
«ítoñsqüe  vleion  este  templo,  qne  era  nn  gran  cnadra« 
le,  qiiaett  al  centro  de  cada  costado  tenia  nna  pnerta 
|asmiiate  á  las  entradas  paincipales  do  la  cindad,  pues 
m9tía  msncírtt  la  pnerta  del  Poniente»  [en  cnyo  lado,  el 
tailiaediato  á  la  casa  vieja  de  Moctesnma  estaban  las 
tipflhs  con  los  ídolos  en  lo  alto  de  la  pirámide  del  teo<« 
íftffif]  qoedatia  en  frente  de  la  calzada  de  Tacnba ;  la  del 
;m^]BirabaáladeOnadalnpeóTep€aqniIla;  y  la  del 
9m,  a  la  de  Istin^atapa,  Bl  señor  Prescott ,  hablando  de 
Jliettnida de  Cortés  en  la  noche  triste  dice  (2),  qnedcv 
jttto  soeeaortelea  haUó  la  plaza  desierta  y  pndo  toxnar 
iaser  visto  la  calle  de  Tacnba;  y  estando  loscnarteles 
isOostésen  la  de  Santa  Teresa,  frente  á  la  espalda  del 
Mív«nto,esta  ynélta  perla  plaza  hnbiera  sido  innecesa>« 
lis  pata  tomar  la  calle  de  Tacaba ,  si  no  hnbiera  habido 
d^tettOBh)  del  temple  qne  le  obligase  á  darla ,  cnando 
le  teidatlempo  qne  perder  para  segnir  el  camino  mas  de- 
leého. 


[  éÍ9M4  qié  oifg»ii  taiga  eita  repaitioioa  del  templo  en  tsea  partes  que 

IM  Ia4laifedae0&  eftt^expieika. . 

.  f¡  lataMoandieeyqiMM  eoflaprendla  también  laeaia  del  marqués  del 

Til  'tgia  lo  ákoho  en  eate  dieettaeion,  ee  nna  equivocación. 


9ISB»!rA0I0nS8.--*T0V0  IIr--2JI 


\ 


Oomprendíase,  pnes^  ea  el  tecúnto  dd  templo  ábtiÉ$ 
zilopochtli  la  catedral  aetaal  con  sna  oflfilnAB  y  ook^^ 
Bdtnioario  •  toda  la  manzana  del  Anobispadaí  7  tob1i>j 
qae  eBt&  detras  de  la  catedral  hasta  la  oaUe  deia  Bia> 
uanza  y  parte  de  la  slgoiente  al  Oriente ,  termiiudilK 
la  de  Montealegre  [IJ.  De  estos  edifteioshablaié  deÍA«« 
tedral  separadamente.  Bl  palacloa  rzobispal  íaé  fiB^J 
por  el  Sr.  Zamárraga,  quien  probablemente  á  m  Q^n; 
yiviria  en  b.  Francisco:  compró  despoaa  la  essadei 
segnn  consta  de  la  partida  siguiente,  asentada  «di 
122  del  libro  de  gastos  que  llevaba  aqnel  pMladiy  < 
poseyó  don  Oárlos  Sigüenza,  de  cuya  obra  ya  dtidii 
la  copio:  '^primeramente;  ochocientos  pesos  deQoío^l 
perfeta,  son  qne  se  dieron  á  Francisco  de  Herrm  ' 
dar  á  Medel»  por  las  casas  que  de  él  se  oompiana 
la  iglesia  y  para  mi  habitación  en  nombf^  de  la  "' 
qne  queda  la  propiedad  á  la  dicha  iglesia,  coao  sMi 
go  se  contiene  én  la  carto  de  venta  qne  sobre  éUo  Mi 
zo,  como  aparece  en  la  cédula  que  di  para  losoflflialtf^ 
S.  M.  en  V¿  de  febrero  d;eqnlnientos  y  treíntea&oft.' 
gastos  qne  hizo  para  disponer  este  casa  como  eotí 
para  pasarse  á  eita,  conste  en  la  partida  aigtiieate 
mismo  libro.''^Item:  ciento  y  cincnentapesos  deondfti 
perCeto;  son  qne  se  gastaron  en  laaobrasldeladioha'  ^ 
en  una  escalera  grande  y  nn  retablo,  y  nn  eon^ ' 
y  puertas,  y  otras  cosas  de  atejo,  y  cámaras^  y 
las  azoteas,  y  cerraduras  para¡qne  la  dicha  casa 
en  recogimiento  y  honestidad,  y  en  pagas  á  losi 
é  indios  é  gente  qne  en  ello  anduvo^  según  paieoe 
particular  por  la  cuenta  qne  el  mayordomo  de  la 
Iglesia,  Cristóbal  de  Valderrama,  dio  de  los  diokoil 
tos,  de  los  cuales  di  cédula  al  dicho  Yaldenama 
oficiales  de  S,  M. ,  de  10  de  abril  dé  quinientos  y 
afiós."  No  solo  compró  estas  casas  sino  olxas  dos 
fias  inmediatas  á  ella,  la  primera  en¡  doscientos 
ocho  pesos,  cinco  reales  y  cnatro  granos ,  á  Manuel 
res,  en  S  de  julio  de  1530|  para  qne  sirviese  de  cároel 


[i]  So  cita  Mtoridad  ningnita  el  wñor  PrM'oU;  tciiao  la  tuvo  M 
¿e  iM  obras  manuoritM  qne  ha  tenido  4  la~viit«, 

(2)  Piedra  heroica  ato.  fotto  60. 


—  175  — 
eo^  7  la  otra  á  Diego  de  Soria ,  para  fondioion  de 
en  precio  de  dosoientos  y  dncnenta  y  dos  pe- 
boéaoro.  para  onjo  pago  dio  cédala  en  30  de  mas 

del631. 
Be  estaa  casas  vivió  aqnel  prelado  desde  su  compra 

te  qae  pasó  á  Espada  á  mediados  del  año  de  1532 ,  j 
poderla  dejar  á  sos  sucesores  octavo  cédala  de  Oárs 

Y,  fecha  en  Monzón  á  2  de  agosto  de  1533  en  la  que^ 

Úberae  hecho  la  compra  con  dinero  de  los  diezmos, 

«aperador  oon  oonsnlta  del  consejo  de  Indias  la  apro^ 

^7  confirmó  ^^paraqne  el  dicho  obispo  en  su  vida  y 

iópaes  sos  saceeores ,  las  moren  é  vivan  como  en  casas 

palas  pitfa  líempre  jamás."  Mas  adelante  el  mismo  se- 
Zooiárraga  qniso  dar  otros  destinos  á  estas  casa^i. 
por  iobtnimento  qne  otorgó  en  18  de  jonio  de  1545 
mtod escribano  Martia  Fernandez,  hizo  donación  d9 
tfis  ri  hospital  del  Amor  de  Dios ,  qne  él  mismo  habia 
tedsdOi  enya  donación  annló  Garlos  Y  por  haberlas  des^ 
tedo  antes  con  en  aprobación  fpara  vivienda  de  los  o- 
Vapoi  sos  saoeeoresy  a  qnienes  no  podia  perjndicar  con 
at^Boevo  aeto  de  liberahdad ,  paes  él  recaía  sobre  cosa 
V^  en  virtad  de  la  aprobadon  real  qae  habia  obtenido 
a  primera  donación,  no  era  ya  enya  sino  de  la  mitra. 

B  Sr.  arzoUspo  don  Jaan  Antonio  Bizarron  y  Bgniar 
nía,  mny  afecto  á  edificar  y  (constrniry  y  el  mismo  qne 
lúio  el  palado  arzobispal  en  Tacnbay a,  <'no  como  virey 
iueoomo  arzobispo  de  ^íUojíoo/'  segan  la  inscripción  qae 
f^&m  lee,  reedificó  gran  parte  de  este  palacio,  y  qnizá 
P(v  eo  ineliaacion  á  este  género  de  obras,  eligió  para  po« 
M  en  las  columnas  de  la  puerta  el  texto  ^^£cce  nova  fá-* 
eieoiimia.7  Bl  señor  don  Alonso  Kuñez  de  Haro  le  dio 
Bsyonunplitud,  abiendo  comprado  al  efecto  una  casa 
^tigoa  y  lo  puso  en  la  forma  que  actualmen  tiene. 

Pin  dar  alguna  idea  de  la  que  tuvo  en*su  principio  y 
^s  casaen  que  se¡hizo  la  fandacion  de  la  Universidad^en 
^»  copiaré  lo  que  sobre  ambas  cosas  dice  diioe  don  Oár« 
lude  BigUenza  en  la  obra  citada,  con  referencia  á  lo  que 
^  ribió  el  doctor  Francisco  de  Oervantes  Salazar,  primer 
^  ^drátioo  de  retórica  de  la  misma  Universidad ,  loque 
^  úsmotiemposerviráparadaráconooer  por  este  frág- 
il Lto  la  obra  ya  perdida  de  sus  diálogos  ^escritos  en  la% 
%    ^el  cual  lo  taraduzoo*  Efielquese  titulaba  'Méjico 


por  dentro,"  eraa  los 
Zamora  y  Zaaa>,  vec 
cía  de  lo  que  aigoe,  d 
toDce8[1551,  afloea 
Oflrvanus]  lo  que  es ' 
sas  del  matqaés  del  ^ 
;afl,  tf«  palaido  del  t 
dieucia :  lo  segando, 
Bfiloz  7  hacen  frente 
bia  entODoes ,  sino  qi 
ra]  qae  se  extendían 
Fiancisoa,  oorria  uu 
tadaa  y  torres  de  la  i 
arzobispal  y  hoapiU) 
pw  parte  de  Oriente 
de  están  hoy  los  port 
rey,  y  casa  de  la^mon 
aa  oontínoada  oon  la 
"Bato  presnpnestp 
salido  de  la  andieniái 
EmpedxadiUo  miittnt 
BO  H&.  dónde  va  á  i 
desda  el  palacio  del  i 
ce  una  plazal  ZUA2 
filítloas,  edificio  no  < 
ALFABO.  ¿De  qaiéi 
la  izquierda  oon  eleg 
-  zotea  macho  mas  ele' 


(3)  EitM  partalsi  da  proTJ 
f[fl*im>  iitftlMuí  uilkesiaiiii 
■•  u!  por  MtftT  ftlU  al  ofida  i 
Mulla  huta  okllB  dal  An«bl 
U  eatl  Mtabft  i  U  MpKldt  d 

MI  Orto  ana  mM  blan  m 
I M  pNriúd),  p*T  lo  qoa  d 
í!t)9palriuTBr4«>ta«l 


tfíSlW 


r 


— 177  — 
Ifl  la  OMa  det  arzobispo^  en  la  qaa  hay  gne  admirar  aqm 
primo*  ^iM>  adornado  oon  baranxUd  de  ñerro,  t  tan  ele^ 
Tadd  8(K>réidl  snelo  de  la  eatle,  qoe  descansa  hasta  las 
tiiittas  ventanas  en  nn  cimiento  firmey  B6Udo  (1);  AL- 
f  ABD.  No  tora  destraidoooh  minas.  Dimé  ahora;  en  es- 
ts  misoja  acera  tqné  cosa  es  esta  casa  última  sitnada  en 
la  ssqoina  de  la  plasa,  adornada  en  el  piso  alto  y  bajo  del 
ftnte  tpSB  mtrá  al  ponlentét  con  tantas  ventanas  abiertasi 
ds  las  qjM  otgó  salir  Toces  de  personas  qné  gritant  ZCTA- 
AXSi  fea  easa  de  Mínerréy  de  Apolo  y  de  las  mnsas «  y 
la  olleliia  en  qne  se  isstrnyen  en  -Titnd  y  oienda,  los  áni- 
Msrados  de  la  juventud :  los  que  {gritan  son  los  profiM 


^Wgoese  de  estas  seüasi  continúa  Sigüenza^  qne  la  ca^ 
se  eon  que  la  coadra  del  palacio  arzobispal  sq  ternílná 
hAda  la  plaza,  eslaqneelafiodel664  ocupaba  la  IJíiíh 
HMrahbd;  y  ^e  precisamente  f aese  la  de  la  esquina,  se 
Vmfeba  así  por  lo  que  di]ó  de  sus  ventanas  al  Ponlenüe, 
asiBQ  porque  también  la  sitúa  en  la  caUe  del  B^Iqx  ,  di^ 
deudo  dé  esta  lo  sigoientof  <*B8ta  otra  de  no  menos  am^ 
flitad^iii  inéncÉí  larga  que  pasa  por  la  plaza  junto  i  la  17^ 
llíwtfdAd  reS  palacio  del  mévqnfis,  y  continúa  mat  ade« 
Imb^  «emveifftido  sobt»  im  puente  áebóved»  ]2],tM 
^  '  "  '  muéltó  ni^B  allá  del  hospital  del  marqués ,  con> 
áte^  Virgen  Mitfia  etc^  [3}  de  dónde  condfáye  el 
o  Sigüenza,  qné  la  Universidad  se  /ando  '*en  la  ca^ 
iiiqae  formando  una  torre,  hace  esquina  á  la  calle  arzo^ 
ibpal  V  &  la  del  Belox  [4],  con  ventanas  al  Occidente  y 
ítt  Hefiodia,  perteneciente  entonces  no  sé  si  ú  dofta  Oata- 
Iba  MóntaBo,  como  da  á  entender  el  maestro  Qrijalva  en 


■fl]  BitodA  i4Md§qa§est«pftlMi^  anobiipAl  eia  del  mismo  g4Mrod« 
«pMtTMM»  q«6  «1  palacio  del  jlxtj,  Mgan  ia  Mtampa  qoa  m  ha  pvtilo  íb 
Ma  dturtacioB. 

.^ '|tj  Si  «I  patato  dt  palacio, 

^:  fS)  3E1  hoqdtal  de  Jom. 

ri fd)  Xaaqaélfl«aip9 paraoe  qao ara modft wn»  toRii «n If^o^MMavo  ba- 
I  eaaiáaa»  d*  1m  aao  ae  vén  Tarias  tod«tíá,  oamo  oQla  «alia  da  Btai  inMf 

iasl4MaÉiiM&ilaadaladaiArtol)iáDid<yri>AlM  QM»  ^^^fS'f^WÍ^ 
MSM  T  iaa  fM  aft4A  aa  f mola  da  ¿¡M,aii  ]aentted»da  la«Ua  Mb- 

Criala/Siaaqó  «aña  da(  Bolos  &Uom9niiflUn)delihdll«UiOda|p«  %l  m 
^4-^^lftai^4Mid«qiiftMp^f)i^ky9eaol9M»^<^/^ 


•í  fi 


—  17Í  -. 
ftu  hUtoia  de  San  Agostin  de  MéjieOí  Edad  2^  cap.  tt 
foL  80^  ó  á  Joan  Martínez  Gnerrero:  poséelas  hoy  en  fb 
calo  de  mayorazgo  don  Gabriel  Gnerrero.'^  Por  lo  qtfifi* 
ce  el  señor  Zamánaga  en  el  instromento  de  la  cesiim  qai 
qoiso  hacer  del  palaicio  arzobispal  al  hoepital  del  ÁMt 
de  DioS|  se  yé  qne  en  15á5  esta  casa  era  de  Guenen^ 
pues  expresa  qne  la  saya,  qne  es  el  dtado  pálado^  (m 
por  linderos  por  la  ana  parte  '<  casa  de  Joan  Maitiatt 
Gaerreroi  y  por  la  otra  casas  de  Jaan^aevas,  eseritaB 
mayor  de  minas  y  registros."  Despnee  parece  qne  »pá 
la  universidad  á  casa  qne  era  del  hospital  ;de  Jeeoii  i^ 
gon  nn  recibo  de  renta  de  ella  del  aSLo  de  1561 ,  qaetf 
tiempo  de  .Sigiienza  estaba  en  nn  libro  antigao  ds  lo  rii^ 
ma  Universidad ;  de  sa  traslación  al  sitio  qoe  hosf  ao0i 
se  ha  dado  rason  en  el  logar  correspondiente  de  estofr 
sertacion: 

Bn  este  espacio  de  terreno  de  qne  estoy  tratandOi  tí^ 
hasta  el  afio  de  1823  ana  capillai  á  la  caál  ana  taUB 
valgar  atzibaia  aa  origen  mny  antigao  y  venecaUe»  M 
era  la  de  la  crnz  de  los  talabarteros  I  sitnada  entre  lft# 
tedral  y  la  acera  del  Empedradillo ,  en  lo  qne  selfastftl 
la  plazuela  del  marqnés  del  Yalle^  por  él  lado  de  ~ 
calerillas  Decíase  qne  en  el  lagar  en  que  esta  cafflbifl 
taba»  se  dijo  la  pridtera  misa  en  esta  <úadad|  y 
caadros  qae  en  ella  habíai  uno  de  eUos  rep: 
Buceso  qae  sin  ningan  faádamento  histórico  « 
de  la  pena  qne  Cortés  se  sometió  á  sufrir  perao 
para  dar  ijemplo  á  los  indios,  de  hacerse  azotar  pet 
misioneros  por  no  haber  asistido  con  pantaalidad  á 
^lesia  en  nn  dia  festivo.  La  primera  misa  se  dina 
bablemente  en  el  cnartel  de  los  espafioles ,  y  d 
continaaria  diciendo  eu  la^capilla  qne  se  formó  dent^ 
templo  de  HaitzilopochtU/ pero  esta  no  esverofiímfl 
estaviese  en  este  sitiO|  el  cnal  es  de  creer  qae  no  ae 
prendía  dentro  del  recinto  del  temploi  sino  qne  faaí 
gan  espacio  bastante  capaz  entre  este  y  la  casa 
Moctezuma.  El  origen  de  esta  cruz  y  de  la  capilla 
ra  su  culto  se  construyó,  se  hallarelBhdo  en  ios  li«« 
documentos  de  la  cofraaía  que  se  fimdó  en  ella,  qna 
teñen  el  archivo  de  la  casa  del  Bxcmo.  Sr«  daque  ^ 
ranov%  y  es  el  siguiente.  Pedro  de  Siria  9  maestro 
lüQioiiW)  y  «spftO^roi  qu«  yíTia  ea  él  SmpedmdiUoI 


m  que  tenía  á  la  santa  cruz .  propaso  á  los  veoinoa 

coloeaae  ana  en  aqael  paraje^  hacia  el  año  de  1607.  Se 

«teiüQ  i  ell0|  y  obtenidas  las  licencias  neoesarias,  oon 

Hmesnas  qae  se  lecogieron  se  construyó  ana  peana  j 

aoioeó  sobre  éUia  ana  cmz  dorada ,  el  dia  de  sa  festi- 

*  *  eon  macha  solemnidad.  Se  ^nombraban  entre  los 

dos  personas  qae  caidaban  del  culto ,  y  como  es- 

ema  generalmente  del  gremio  de  los  talabarteros,  ca«'^ 

|m>  estaba  establecido  principalmente  en  aquella  pla^' 

de  aquí  le  vino  el  nombre.  Oreciendo  la  devoción  y 

se  adornaba  esta  santa  cnus  en  su  dia,  y  se  ce-^. 

fuieion  oon  misa  y  con  grande  aparato  de  infan> 

i  eoyo  efecto  los  Tireyes  mandaban  prestar  la  ar'< 

y  picas  de  la  armería  real|¡y  los  yiémes  de  cua- 

ae  predicaban ,  sermones  á  que  concurría  mucha 

ite. 

Oon  inotiTo  del  incendio  acontido  en  las  casas  del  mar  ^ 
dd  Yálle  el  dia  de  la  Sta.  Or uz  de  lOSGr,  originaáo  por 
ktoionaiíUMl,  se  quedaron  todos  los  adornos  pertene^ 
"i  esta  cni2,  Francisco  Pacheco,  que  era  á  la  sacoa 
Lojde  la  hermandad  que  se  habla  formado,  obtu- 
del  arzobispo  don  Francisco  Manso  y  Záfiiga 
psdií  limosna  para  reparar  esta  pérdida  y  que  oon - 
Ms  como  hasta  entonces  el  culto «  habiendo  obtenido 
i^fnideíibala  del  tPapa  Urbano  YIU  en  4  de  julio  de 
^QQ&eediéndoles muchas  indulgencias ,  para  quedis 
^^"l^M  de  estas  se  mandó  en  22  de  marzo  de  1643  por  el 
lirtor  PálafiOi  obispo  de  Puebla  y  electo  arzobispo  de 
Wé^  que  la  oofi»día  en  la  que  el  mismo  señor  Falafox 
^VQ&t6|  procediese  á  formar  sus  constituciones.  Hízolo 
N^M^  y  además  pidió  permiso  para  construir  un  cha% 
PKdétediOi  sostenido  sobre  pilaiesi  para  poner  á  cubierN 
ItDlsQrQz^  y  como  á  su  rededor  habla  puestoay  se  atabau 
p  bestias  que  entraban  caricas  con  fruta,  se  prohibió 
¡^  jotra  cosa  con  excomunión.  El^yirey,  conde  déla 
Mondoa^Wó  sa  permiso  en  11  de  diciembre  de  1687,  para 
n^oemsen  los  espades  que  daban  entre  los  pilares  qae 
•  Hüan  el  dhapitel,  con  lo  que  quedó  formada  la  capi^ 
P  «la  que  se  obtuvo  autorización  para  que  se  dijese 
I"  los  lunes  y  viernes  de  todo  el  afio,  y  por  mtimo,  el 
,,  r,  primor  conde  delRevilia  Gigedo,  permitió  por  su 
P     ^0  de  31  de  mayo  de  1784  la  reedificación  de  esta  ca^ 


—  ISO  — 
pilla  táloomoexifltíóliMtafladettriiodoápor  4(idAU 
ayiuitaiQíeato  en  1823.  La  eoíiradfa  habla  óeiadó  a&oaar 
tds.  7  la  eapilla  dependía  de  la  oatedial,  ^endo  anodal» 
naos  qne  de  cfUa  se  haoi%  depositar  allí  los  cadáym»^ 
los  ajostídadOB  por  senteneia  de  la  sala  del  erimeii  hatt 
qne  de  llevaban  á  enterrar. 

Podeinos  ja  despnee  de  lo  didho  determinar |  ooáta 

eraúías  óalles  de  oojrós  nombres  antignóaüa  habúbov 

caüon  de  hablar.  lias  qtte  cireoiídaban  il.i>aladó  étm 

nüeva de  Hocteziima  én  1524  eá  que  Se.  hizo  la  msiM 

de  ¿la  á  Cortés,  eran  la  de  Lítapakpa»  coa  Qa;/o  ÁoSite 

se  sigoió  toda  te  qne  desde  la  garita  de  San  Antanie  i^ 

bad  corre  basta  el  Tlaítelolco,  habiéndose  Jh^mi^  ilii^ 

pues  ;  del  Belox''  la  parte  de  ella  desde  la  plaj^a^  Af: 

te. cnando se pnso el relox en pala<^o ;  la catté'dé feto: 

GoDzales  dé  Tmjilld  y  dé  Martin  Lopesi  oarpinteroi^s 

faé  el  qne  hizo  los  bergantines  para  el  sjütfo.da  Má^' 

oreo  qne  era  la  eontínnacion  déla  de  fianFranoiseo^f». 

él  costado  del  palacio,  fícente  af  arzobispado^  qna^tMi^ 

oes  no  existía  todavía :  la  qne  ahora  se  llama  dalas  Jb^jíli] 

de  Balvañera  qne'limitaba  la  casa  nueva  dálCoi 

al  finr,  hada  parte  de  la  larga  caUe  de  Oelada  / 

desdé  la  calle  de  Znlüeta  hasta  la  de  la  Ueroed, 

así  por  ana  celada  qne  los  mejicanos  pusieron  en 

Oortés  durante  el  sitio  de  la  capital|  y  por  la  mñcha 

te  qne  en  esta  ocasión  perdió,  se  conservó  4  la  esUa, 

nombre  triste  recnerdo ;  en .  este  tramo  estaba  laV 

Jnan  Bodrignez,  albafiü,  y  es  la  deítignáeion  qne 

en  la  cédnla  de  Garlos  Y :  la  calle  qne  merra  el 

detras  de  palacio  parece  qne  no  tenia  entonces  no) 

posteriormente  se  llamó  *^del  Pttente  del  corteo  mi|l 

por  vivir  en  ella  ó  en  la  signiente  el  qne  ejercía  Ma^ 

pleo^  qne  era  entonces  peipétno:  la  delParqne4e  la ' 

neda,  qne  desemboca  en  éste,  trae  en  nombra  de  la^ 

de  moneda  qne  estnvo  íSrontera  á  ella  en  la  espaUa 

palado,  desde  qne  éste  se  compró  hasta  ^nase  ceñí 

la  nneva  ¿a  urente  del  Arzobispado»  Xa .  caBa  por 

pasaba  la  ace<[nia  desde  la  plsza  hasta  Ban  «Taan  d^^ 

tran,  sellamaba  ''de  las  canoas^  porser  sjlí  él 

tan  frect^ente  de  estas.  De  las  calles  qne  ¿M 

cnadro  de  la  casa  vieja  de  Moctéznma,  la  ¿a  Xaca!» 

serva  el  nombre  qne  desde  entonces  tnvO|  aanqoe 


i 


ahan  á  solo  la  primera  cuadra :  las  dos  qae  ahora  sé 
de  Plateros,*  porque  después  se  colocaron  allí  las 
gremio  que  faé  de  mucha  Importanciai  eran 
de  la  ^oalle  que  va  á  San  FrauciscO)"  yen  la  de  la 
^fdsa  6  San  José  el  &eal ,  en  la  época  de  la  citada  cé^ 
estaban  las  casas  de  Bodrigó  Bengel ,  y  de  Pedro 
^Sasdies  Far£e»i,  y  de  Francisco  de  Terrazas,  y  de  Zamu- 
Ao;  iuego^  ooncluida  allí  la  casa  profesa  de  los,  Jesuítas, 
ie  Ihmaba  *<la  calle  de  los  profesos,"  según  el  plano  de 
1611  [1]«  El  Bmpedradillo  af>  dividía  entre  la  plaza,  á  que 
leda  frente  una  parte  de  esta  acera ,  y  la  platería  que 
éoqpes  tuvo  el  nombre  de  plazuela  del  marqués  del  Ya^ 
.ñb  o  de  los  Talabarteros,  que  se  ha  olvidado  después  por 
:tf  «efeoal  del  Bmpedradillo,  que  no  sé  cuándo  comenzó  á 
uuse,  ni  qué  origen  tuvo :  acaso  el  de  haberse  empedra- 
do aquel  tramo  antes  que  otros  de  la  ciudad. 

B^mnúendo  ahora  todas  estas  noticias  veamos  el  a£e 
pwto  que  la  plaza  de  Méjico  ha  presentado  en  diversas 
épocas  de  la  conquista.  Guando  esta  se  verifica,  la  forma- 
tai  por  ellado  del  Norte,  claran  templo  de  Huitzilopoch- 
Itt,  (árcandadopor  una  pared  en  que  estaban  representa^ 
«culebras  enlazadas,  y  en  lo  alto  y  todo  al  rededor  ha- 
liictoDto  y  treinta  mil  calaveras,  ensartadas  en  palos 
por  las  sienes,  de  las  victimas  que  hablan  sido  saerifica" 
ém  en  tí.  centíb  de  este  muro,  una  gran  puerta  daba  en^ 
inda  al  templo,  frente  ala  calle  de  Iztapalapa:  la  casa 
vtfSk  de  Moctezuma  ocupaba  toda  la  cuadra  del  Empe^ 
dmmio,  y  en  ella  parece  que  la  part«  que  habitaba  el 
nonarca^  era  la  esquina  de  la  calle  de  Plateros  y  Empe- 
dradillo,  pues  en  el  plano  antiguo  de  la  ciudad ,  allí  está 
eidoeada  la  figura  sentada  de  un  gran  personaje  (2) :  el 


f  ]  Cum^ofadroneztíognidoilofl  Jesnitas  se  la  puso  el  nombre  de  San 
Joié  flBMd,  q«e  tamUen  se  le  di6  &  la  Iglesia  de  la  oasa  Profesa,  para  hacer 
el-^Mlar  la  memoria  de  aqy  ellos,  pero  lia  prevalecido  el  nao  de  llamarle  co- 
**  eaDe  de  la  Ffofeaa." 


i9a  B'jíeaiuHi  en  BiiB  piotnras  gerogliflcas.  como  los  antiguos  giiegoi 
jioib  ámhéík  4  entenderla  importanela  relatlTa  de  Jas  personas ,  por  el 
vo  próporfional  con  qoe  las  represeatabao.  Bste  plano  parece  qne  se 
ít6  enando  Mottesama  habitaba  U  casa  vieja,  j  qne .  todavía  no  se  ha- 
Kitroido  la  nueva,  qoe  no  tkti  dtsinuda  en  él.  £ñ  pr«  bable  qne  cuando 
I  emperador  ee  púd  A-vivir  al  palacio  Duevo,  ce  ampliase  Ja  pl  asa  que 
* -«4  fe  agón  delante  del  templo,  y  acaeo  también  bnbo  ranac  ion  e  n 

PISVETAOXO0ÍM.— TOKO  n^23 


(lostadú  da  la  plaz»  qnctmi 
oaaa  aaeva  eo  qne  Mootezo 
MpAQoles.  Ei  iaolertd  oaal 
despejado  para  plaza  eatrc 
dabittble  qae  lo  era  la  qae 
haberse  encontrado  reetos 
esa  geroglíñoos,  qaa  aban 
t^od  de  ta  ciodad  antigua 
name  ato  que  se  ha  oomen 
de  la  plaza  aotaal,  lo  qae  í 
do  allí  ea  aquetla  épooo. 

Htwtia  la  oonqaista,  las 
propiedad  de  Cianea,  sa  et 
espacio  da  plaza  frontero  i 
ebte  fué  deatraido,  y  el  ter 
para  casas  partioalares :  1 
todo  el  contorno  de  la  pl&z 
ana  parte  de  ella,  formant 
•I  Parlan,  y  otia  mas  e¿  ei 
tiempo,  separada  da  la  de 
reapondia  con  la  de  la  cal 
da  laa  Flores  y  la  oasa  del  i 
las  casas  de  Oortés,  eroo  < 
menas,  qae  debían  dar  á  li 
nion  de  oastillos  góticos, 

H&oia  la  mitad  del  siglo 
compró  la  oaea  grande  dt 
vifey,  la  aadieacia  y  las  oi 
bian  estado  en  la  otra  oasa 
_)a  casa  de  moneda,  qae  esl 
ra  calle  de  la  Monterilla,  p 
casa  del  ayantamíento  se 

Sor  la  compra  qae  la  moni 
aio  de  la  fandioion :  en  h 
era  mas  qne  ana  ciénega,  ( 
ciudad,  aanqae  sobre  ellai 


Mto,  pQM  nu  dlnmuiwai  do  wrr» 
Mrt  uian.  Todo  Nto  ms  panuda,  q 
da  HMUniwiII,TparIo«l«iolu 
dad,  daida<)n*  M  f  aTMilft  hMU  l> « 


—  183  — 
las  de  la  aadienda  I  se  empesó  á  construir  la  Umversi^ 
dad :  también  se  dio  principio  á  la  magníftca  obra  de  la 
nneya  catedral ,  en  la  qne  se  adelantó  lo  bastante  en  los 
últimos  a&oe  de  aquel  sj^o,  para  que  en  los  primeros  del 
sigaiente  se  hubiese  podido  echar  por  tierra  la  antigoa 
iglesia  f  1]  con  la¡qne¡probabiemente  se  derribaron  también 
las  caaiis  ocmtmidas  en  sus  inmediaciones,  dando  major 
amplitud  á  la  vista  de  la  plaza,.aunque  su  terreno  queda- 
se siempfe  ciienasorito  por  el  cementerio  de  la  'catedral  y 
por  las  casas  que  formaban  la  continuación  de  la  calle  del 
Beloxy  hasta  encontarar  con  aquel. 

M  tMcndio  de  163d  de  las  casas  del  marqués  d6l  Yalto 

j  el  4)au8ado  por  el  motin  del  afio  de  1692 ,  contribuyeron 

en  gran  manera  á  la  hermosura  de  la  plaza«  Bste  último 

hiio  desaparecer  el  palacio  antiguo  y  la  casa  del  ayuntas 

.  miento  eon  los  cajones  de  madera  que  habia  en  susin- 

l' mediaciones,  en  cuyo  lugar  se  construyeron  edi&eiosda 

\  mejor  vista  y  menos  expuestos  á  aquel  accidente.  De  la 

¿iciiada  principal  del  palacio  se  condujo  lal  puerta  del 

eaitrorenel  seinado  de  Garlos  II ,  último  ^incipe  de  la 

,  dinastía  austriaea  en  Bspafia ;  la  de  la  esquina  de  la  ha*» 

bitaeion  de  loa  virejes,  en  el  reinado  dguiente  de  Felipe 

Y,  el  prfanero  de  la  dinastía  de  Borbmi.  Bn  la  casa  del 

i  ayuntamiento  que  tomó  él  nombre  de  diputadon  la  al- 

[  hmdiga,  que  estaba  en  la  calle  de  San  Bernardo,  se  puso 

i  eon  entrada  por  d  portal  de  la  plaza  y  es  ahora  la  bolsa. 

1^  Al  nusmo  tiempo  se  construyó  el  Parían  que  quedó  cdn^ 

L  doido  en  principios  del  afio  de  1703. 

'^'   Al  tomar  las  riendas  del  gobierno  de  la  IIueva^España 

I  en  1789  d  segundo  conde  de  Bevilla  Qigedo ,  don  Juan 

i'Yicente  Güeméz,  la  plaza  se  hallaba  embarazada  en  to- 

dft  su  extendon  con  puestos  con  sombras  de  madera  ó 


(I)  Laflatediál  antigua  fo  ddrrlbS  en  162i') :  eets  dat3  positivo  qae  aaf  es  no 
Isiüa,  lo  beadjuiridoipor  h%b€r¿o  servido  pwmitirve  ezamhiHr  «1  urohívo  de 

:'  la  santa igleüa  eatedral  el  iUmo.  Sr,  Arso^biipo  de  eeU  oióocai ,  el  Ilim-».  Xjr. 

I  impbisiio  de  Geeiürea,  Dean  de  esta  santa  iglesia,  y  los  señores  mectsKaoei 
dores.  Kn  el  libro  de  aota«  del  cabildo  oonrta  qne  en  21  de  ¿aMt  d»  ette  a^« 
■a  acordó  se  tradadasen  k  la  iglesia  nneya  los  nnesojde  ks  sefiores  sr¿ob  s«  o  i 
y  eaoónigoB,  ;iepttliadoBen  la  viaia  qne  se  iba  A  demoler,  t  qae  esta  tríala- 
eic"  te  moiese  sia  sermón,  sino  solo  con  misa  y  vigilia,  dando  el  enoai^  d^ 
dii  raer  toée  lo  neoei arlo  al  oanónfgo  don  Qií  di  Cabrera.  L*  igleaii  aaugan 
te   ibo  da  derribar  en  eognida. 


—  186  — 
peoto  magefitnofio  que  ofreda,  por  una  parta  «I  magDÜtt 
edificio  de  la  catedral,  el  templo  maa  snntaOBO  de  Iaiaí« 
rica,  j  por  la  oti^  la  fáohada  del  palacio  ^  qne  aont» 
sin  particular  ornato,  praeenta  aquel  aire  magestaoM^» 
tienen  las  edificios  grandes  y  oonstmidosoon  regidaii' 
dad,  y  solo  faltaba  para  ser  del  todo  magnífica  qosift 
adornasen  con  £sohadas  de  buena  arqnitectora  el  Fbob 
y  demás  edifidos  de  sn  ciroiinfsEenoia.  Todo  esto  deMpí^ 
redó  en  tí.  afio  de  1822  p<»iu  espirita  de  de8tnicofam<Ul 
que  no  se  sabe  cómo  paede  hallar  algona  cansa  mciSDiL 
La  placeta^  quenada  tenia  qae  ver  oon  el  goHA^a^mfi^ 
fiol;  él  lagar  mais  adecnadQ  paa» . mncliiMi de  lasdifflN 
sienes  á  las  que  hay  mas  indüíadon  en  los  habUaatai^ 
la  eapitali  se  qoitá  para  tomar  aña  mi^  plasade  trn^ 
de  madera,  para  luMXsr  las  oorridas  oon  qae>ae  edsfai^ 
coronrdon  del  emperador  don  Agostía  Itfibide:  la 
taa  eoaestre  se  cabrio  para  estas  dentro  de  nn  ghite 
papel  y  despaes^  amenazada,  todas  las  noches  d» 
destroida,  elgoblerno  qae  sooedid  al  imperial  ta?0| 
poderla  coiiBerTar«^qae  haoerla  eDoercar  ea  él 
Universidad,  donde  so  tiene' irtetaningona  [1]. 
mentes  de  esta  hermosa  plasa  se  acomodaron .  en 
deatOB  déla  Alameda,  en  la  qae  fambien  se  edl 
las  pnertas  de  fleno  qae  eonservan  la  memoria  de  su 
gen,  en  las  df  cas  del  nombre  dd  Marqués  de 
qae  sobre  día  se  yea  (2).  Posteriormente  se  had 
el  Parlan  j  la  plaza  piesénta  na  espado  inmenso , 
espera  para  qae  haya  ea  61  algan  adorno ,  qae  se 
el  monamente  proyectado  y  cayos  cimientos  est&Á 
sacados  de  tierra. 


í  n)El80betauoíépre8«ntad©«n  la  esiatna  MiiMire  «r^tan  Al  m 
que  no  ha  d«jado  ibm  OMmoria  que  de  ana  rama  debilidad  de  earáetor 
^A'^%!?i^^  **5  •"•'  <*í  ««^oha  bendad  y  benigaidad,  y  ¡eSSSSii 
Méjico  la  épooi  de  ea  ffobiernoiio  podU  presentar  ninjña  novteS 
Ea  otros  paisee  no  ha  habido  etíta  sasoeptTbiUdad  ezeeslya  duiM  ¿T 
entre  Aoioferee  contra  los  monnaentot  de  los  goblernee  ai2eriowí% 
pana  José  Nap;>le<m,  «a  ve*  de  derribar  las  eeUttoas  de  iotiSuitSe. 
CA9,  hiíft  poner  en  la  plaza  qae  se  formó  en  el  Ingar  del  eonvMSoiSI 

fÍfK!f**^~^^«t**^««««*~d<CérioeVh^por^  ^ 

estaba  en  na  patío  del  palacio  del  Bnmi  Sátiro  riSniw  •m?5íS 

rSi^i  Jü*"«2*?"'  "««•'*os  podia  hacer  t«mir4  iS^SoeíSs" 
Jiilc^J^l^  **•  Braneiforte se  U»maba  "Jtfteaíi ^  qSÍ  » 


Aanqne  el  asunto  que  me  propuse  de  esta  disertación 

ta6  la  formadon  de  la  dadad  de  MéjioOi  he  tenido  qne  lis 

mitarme  á  hablar  de  la  plaza  y  de  los  edificios  inmediací 

tosa  ella,  reqoiriendo  esta]  extensión  laabandanda  de 

materiales  qaé  para  elle  he  tenido.  He  creído  que  seria 

interesante  para  mis  lectores  poderse  trasladar  con  la 

imaginadon  á  las  diversas  épocas  que  ofrece  la  historia 

de  naetroB  edifldos  públicos ;  pasearse  por  la  plaza  de 

Moctezama ;  pasar  Inego  á  la  de  los  conqnistadores;  ver 

el  estado  de  ella  en  los  dos  siglos  sigaientes,  y  descender 

á  nuestros  táempós  y  á  lo  que  hemos  visto  por  nuestros 

dos.  El  apuntar  esta  coinddenda  de  los  edificios  de  una 

época  con  otra,  no  se  habia  hecho  por  los  escritores  que 

me  hap  precedido,  y  como  acaso  los  que  me  sigan  no  po> 

drán  toner  á  su  disposición  el  conjunto  de  datos  de  que 

he  podido  servirme,  he  debido  no  omitir  ninguno  de  ellos* 

Bsto  estudio  ha  requerido  resolver ,  como  se  habrá  podi- 

tta  notar,  muchos  expedientes  y  papeles  antiguos ,  pero 

esté  trarojo  era  muy  debido  para  el  conocimiento  del  oií  • 

een  de  la  dudad  que  por  tanto  tiempo  estuvo  en  posesión 

oe  ser  la  primera  del  Nuevo*MnndO|  y  que  todavía  lo  es, 

ai  no  por  su  riqueza  y  pobladoui  sí  por  lo  menos  por  su 

antigüedad  y  recuerdos  históricos.  Bn  la  disertación  siv 

C'ente,  con  que  conduirá  esto  segundo  tomo ,  trataré 
resto  de- la  dudad  y  de  las  providendas  que  en  su 
jpdndpiofl  se  dictaron  para  su  régimen  y  policía. 


:  - »-   -         ^  ■    .      .       .  ^ 


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liOVBíNA  DISBRTAGIOR 


ti.'^ 


patUiúA  la  'fbrmácloñ  de  la  ciudad  de*  M^Mco» 

Alfata^deJa  fazooafi  qii9:fl«  tavieron  P^i^a  reedificar  la 
lttdadd6iJ(LéiíÍ00tea.eVmiAmai^^^  que  ocapaba  antes  de 
MMti^fmtav  ÜLéf  aegpa  Sje  ha  víBto  en  la  disertación  pre- 
Mtilite,4a'f46iUdadqi^  proporcionaba  para  ía  defensa, 
üóoM^  «Bte'f  aeii»  na  pinto  tan  importante  en  aquel  tiem<«' 
l^AddtiiYOespettalwídadp  oontodo  lo  qne  tenia  co- 
Utíomesm  éU  M  doi^^íiuo  de  la  l»gona  por  medio  de  los 
ifaé  el  Bx^uo  jm^  poderoso  para  £acilitar  la 
,  y  ooa  ^1  fli^49  oonservar  ésta  ventaja/ en  cual- 
fmok  daloateódentcÍBi  á  qae  estaí>a  todavía  expuesta  la 
liMita  aatoridad^  ^^pnse  ppr  obra^  dice  portes  á  t)árIos 
como  esta  lindad  se  ganó^  de  hacer  en  ella  una 
i'jbh  el  agpa^.á  una  parte  de  esta  «ind^cL  en  qué  pu^ 
ios  bergajatiuesQegaroáy  desde  ella,  ofender  á 
IK-Uíécindad  kie^  algo.ee  ¿i^sieseí  y  estuviese  en  mi|mav 
D»iBalidft;y.en.tradat i^da  vez, qué ^o  quisiese,  é  h^ZQ- 
d^ftt  keeh»  tali  qiiei  a^^qué  ^o  he  vi^to  algunas  caááa 
jodimwpaa  y  faeráasi  90  lá  he  visto  q^é  le  iguale ,  y' 
mbtOB  qne  han  visto  mas,  afirman  lo  qué  yo :  y  la  ma^ 
»  4ae  tiene  esta  casa  es,  que  á  la  parte  de  la  laguna 
1^  dos  torres  muy  fuertes «  con  sus  troneras  en  las 
necesarias ;  y  la  una  de  estas  torres  sale  fuera  del 
DinETAClOl^Be.— TOMO  n»«*-i2 


•.190  — 
U6DS0  hádft  1a  una  parte  oon  ttomanm^  que  bam  totejáil 
lie&sO|  y  la  otm  á  la  otra  piurto  da  la;  mima  bümkí!  1 
desde ertas doB  tonea  va  paeipo  de  eaea  de  tmaim^ 
dónde  están  los  bergantines  y  tienen  U  pnerta  psis  «fe 
y  entrar  entie  estas  dos  torres  háoia  él  agnai  ytodoato 
oaerpo  tiene  así  mismo  sns  troneras ;  y  al  oaiiodtaii 
dloho  onsrpo  báola  la  clndad^  est&  otea  may  gran  tone  j 
de  maobo3  aposentos  bf^os  y  altos,  oomsasdsbossiffH 
fiínsas  para  la  olndadi  y  porqne  la  enTÍaré  Sgoridft  &  T« 
B.  M ,  oomo  mejor  se  entlendaí  no  diré  mas  partíttüaii- 
dades  de  eUaiSinp  qaeestal  qae  con  tenerl%  esamim 
tta  mano  la  pás  y  li  gq^mbonteáo  la  qdsieMaoBi  te- 
niendo en  ella  los  navioé  y  artUtéifa  qne  alióca  bsj.  Bi 
cha  esta  casa,  porqne  me  paxedá  qne^y a  tenia  seguzüii 
para  cumplir  lo  que  deseaba;  qne  era  poblar  dentro  di  b 
ciudadi  me  paséis  ella  con  toda  la  gente  de  nd  ooa(db 
yse  repartieron  loe  solares  por  los  vecinos.'  ^ 

Bdtd  fa6,  pues,  el  primer  edlAdo  qne  se  constrv<« 

la  moderna  m4jlcp,  y  hasta  qne  él  estUYO  oonoleidQ  i^ 
se  puso  mano  á  los  demás,  pero  cnil  foese  su  sltdáaiOB  I» 

es  hoy  fácil  asegurar.  Oréese  comunmente  qne  éatatev 
el  slüo  que  después  fué  matadero  en  la  plasnela  ds  flü 
Lúcásy  pero  él  hecho  de  llamarse  <*ceUe  d»  las  stsaii^ 
ñas  ó  de  los  bergantíneé^'  las  ^ue  ahora  tíeoaa  el  aoÉlW 
<<ie  Santa  Teresa,  del  hoiaplcio  de  Sstt  Hloolás  yis»#^' 

Suienteíí/'  mé  inollna  á  creer  que  eetavo  maa  blsa^U^' 
M  Lázaro.  Pudo  dar  lagar  á  creer .  qae  al  matsdswi»; 
caustrujó  en  el  lugar  de  las  antiguas  atarasnaas,  élhss 
ber  habido  alü  dos  festines ,  de  qae  hace  maaate  d 
Oárlos  de  Sigiienzá^  refiriendo  loe  édtftcioa  quehaUs 
la  oftife  de  Istapalapa^  en  estos  tAnlncis :  ^ITq  kmáít 
caso  dé  dos  íbrünes,  que  para  defender  la  entsada  di 
ciudad  comensé  á  fabricar  enrolla  fmUk  sf  ,  ei»  la  srib 
Atapalapa^  su  protldente  óonqulstader,  y  haj  por 
necesarios^  sirven  de  iraitro,  se  hallan  aa  alte  come 
primera  de  la  ciudad  él  real  palaelo  ate.  [Ij*  B 
ñé4séiDonstarayerondon^  estuvo  la  tetatacá 
dé  JolóC|  que  dominaba  el  principio  de  lacalaii 
tápalapa;  pero  los  tértulnosían  que  halda  da  alloa 
xa,  bastan  para  con  vencer  que  nai^edea  sir  aseos 

f I]  PS«dik4  btrófc»,  foUo  15. 


advanir  qae  ea  donde  ahora  mtá  tí  ocmtento  dé  la  Mer^ 
Md|  wgim  las  nottdat  qae  he  ylfto  lélatíras  A  m,  faada^ 
ctoOf  habia  iiaas  ffivUm  Abrioadae  por  orden  de  OortéA, 
donaéeésQiidabralMioaiiM  eomoooneta  porlaoom>^ 
pm  que  de  aqoel  ñtio  hfak>  para  Ikbrioar  el  ooni^nto  en 
1601^  el  |NMreTioario  general  frajFrandfloo  Jiménez, 
ifeñorlafleaseif  qoealH.ha  diez  y  ocho  mil 
■a  obello  él  r^dor  Guillermo  Berondate.  Para 
aelylUflieá  dd  oottvento  1^  }l¡m  detpnee  la  adqmision  de 
oiftM tineoealnmeáiatoé, poseen  eegiiida le compraron 
otaaieáeee oto  eran  de  don  Diego  H^a  de^la  Oerdj»,  y 
1»  íÉmkmiáxoáá^  edl&oio 

^pléjllí  IMttha  de  levantwf ,  se  compró  también,  v^nmeobo, 
qMAé{o(MiBOlaflciuaBa9;Meg!to^e^  eepeéMo^delae 
pii^McaeporlaéaUéjiiela'qáer^]^  la  cóñtíiínacion 

aé|a^i)|a  de  Talayera  á  lá  dé  Santa  Bdgeoiá ,  la  <[iié  se 
tn^  dé  eemr.y  aietiar4^tro,dé  tt  ftteicé  pua.nnir  to- 
doel  etti&  éM  ewo^Weto-ee  hizóooñno.  ál  jixéjfJ  eiv&de 
da  Monterey^ljid»^  pero  loe  zeogióeoB 

ana  aoefie  tnibiganim  dé^téli^^  4  la  mafiaaa  8i« 
goléate  apav^  Cttnida  la  citada  áalléjaéla  por  ambos 
iadk%j  ani^ñe  étTÓáadatíb  flé  amotiae  y  qniso  derribar 
las'tai^  f  los  réUgiósos  las  defendieron  tan  vigorosa^ 
mente  dssae  dentroi  qne  los  yednos  tavieron  qne  desis^ 
tlr  del  ataque,  y  no  obstante  haber  ooorrido  al  yirey,  es- 
to no  dio  providencia  y  qoédó  el  (dtto  continuado  como 
hoy  est&.  Todo  eflfto  ha  variado  tanto  la  distribución  del 
tarcoDo  en  aquella  parte  de  la  ciudad  ^  que  no  es  posible 
seOi^ar  donde  estatealasgalerías/conitruidas  allí  por 
Oortéspara  guardar  las  canoas  y  que  acaso  fué  el  mismo 
adíftcio  cóñs^do  para  los  bergfuitines  f  y  cuando  estos 
fusión  innecssariest  las  galerías  í^  destinaron  á  las  cS'* 
ncaé  qiiéíen  gran  núm^ero  venian  A  aquel  punto  para  en*« 
«feacá  laaaoequias  que  atravesaban  la^oiudad  en  diversas 
direeoioniMí^  y  toa  el  tránsourso.del  tiempo  y  lá  construc- 
ción del  convento  se  llegó  á  olvidar  el  primitivo  nombre 
yoligeto* 

In^ttténsbm  que  varios  edifldostdmai^tn  en  tiempos 
posterioresjalteEo;ia;planta  prioiitiv<de  lá  dudad,  fista  se 
tnoBÓ  con  perfecta  regularidad,  dividiendo  el  espadó  que 
la  po^Iad^  espafiola  habia  de  ocupar  en  manw^as  isQ^ 


taDgaIfttes,  oayo  lado  i 
.  nion^  es  mas  qne  doD 
'Sor  [I],  La  diferenoia  i 


... ,._  . __.^»í»  1» fori 

Xi>  canparjtcioa  «alo  piad)  anti 
tmioB,  riba  ns  en^enaato  4  la  t 
EliiribU  BalbaaonMtaDOMn 
•1  olijato 'd«  dw  uailejioa  Hé 
mw,  que  >ivi6  aasde  «m  pHiB< 
iainrMis4iailtoi^D-C'nii4*' 

tifil*4*-J«i|M  al^iio  "OlBO  liU 
flra,raMlVl5f*iiir  i  la  capit 
SB  «I  ([M  pnff  •  V*^"i>  !■*  BA 
AnMuoAf«Waii»^Uift  dj>l  ■ 
•oa^aaB&ndilamidra  Inb 
fÚUn  *]  l«E  le  ab1ap«  dsotor  da 
'■  Mibh.  Bt»  aüallBil  raí  flan 
'   4UMd«  daa  FianalMida  ilaaí 
tu  •stodeerUniíiiarqiirafli^i 
T  TJt,  r  dedtrfit-Fl«B&l•«ad4'G' 
,-.    "   :     .    .     ;  Deaatrwu 

•-.....   :,.      , .   'jiiiatoiAi 
.  í  -.AlgiMpaioj 
.  :  "'^THHiri'"  •*  'rrrr'''' 
'    Blpló. 

'       Dá  I*  Uaoi 

'  '     Oifgn  y  «ni 

Citballot,  otile 

Lstiiu,  Ttrtad 

U^ale«,oaMl 

OoblsTDO  Huí 

Todo  *a  site  d 
A«ad*T< 

Bw  ha  puaeida .  _. 

xaimpTÍmló  eaMidríd  aa  1833.  ', 
Eait  ditntáciontiiiMrivrM* 
d*  Uu  raglaa  da  la  orWgrafla,  p 
haalw  abara.  Battiaena  aaaqa* 
Tino  muy  j  6  fea  A  ftlájloo  an  do 
Abad  *»  la  Jamilaa,  J  «lll  i*>i« 
«a  da  Psarto-Bioo,  «n  donda  fal 
tf  dral  ea  la  oapiiila  da  Saa  Bai 
dal  Santo  da  an  noabra,  aa  ta  i 
poi  «B  alHk.  Lopa  da  Vaga  ai 


dad,  pTOvieoe 
Moctesoma  y 
Umente,  como 

aa.y  vxtmiiaíi 
palMiaóOMa 

waneuMiiriai 
si-vista  cpie  no 
.do  era  lo  que 

huteteJioe» 
M'Fauíeisoo  6 

eiw|«it»bl6- 


tafapl»iiiafOT 

Ifi -MoOlBMBBfti 

ib(U.a»AQtO' 
o4Ua4ttffi»te- 
[UW  lüiJmB^^pie'' 
r*adu  Msas 
«n^MoetoN 
3oftéif  4«ter> 


Diana:  del  Pa<^ 
boaie  deFla- 
iJahona.dnel 
oteqneeloon- 
Lemsstzab»  las 
Eesoltá  que  la 
,  fia  qae  le  se- 
lle, de  Plateros 


FsdM  M  ««(filio, 
da  éata  (r*4n*dtM 

'  TMMMiaMMVT- 

•  MBal6  ptn  M- 


BqMlM 


^^' 


tám  qoe  M  «grcguon 
jr  U  tnuof  cstepslon 
)  qoeiñdM  lu  oBtdraa 
el>w^«.  de  U  UoiM^ 
il  miamo  úehe  qae  te-> 
!•  la  ntlBma  masen  qm 
A4  UtxatAett»  y  «aa>. 
aste  lá  calla  del  Oo- 

aaá  otra  Uregnlaridad 
é  ladodad  ,  puei  eea<. 
i.ei^iiiDa  de  la  oalle  d» 
ibacnadras  qm  rignea 
a  la  oaUe  de  Santa  Isa- 
atk  [1].  mlesbaa  qne 
I  Orleóte  m  «rr^tana 
de  Taraba,  ^,n^  seeon- 
¡ta  Teren  ú  de  laa  Ata^ 
roT  por  ni  oeatro,  T  por 
del  miamo  templo  qoe 
ipado,  por  lo  que  la 
I  antee  ■ttabaUbte  eB> 
laplazflf  Alaq^eeori 
te  de  1»  eafle  dd  Pura* 
tioi  no  tnvo  maa  ttaéÍM 
la  plaza.  Bate  emolo 
B  aotoabaenta .  deade 
uaa  ooatigoaa'  m  la 
io,  0(01  la  miqw  extan* 
ipado,  7  rigoe  Inego 
oomprendlda  entoe  :1a 


l»gt«llWI,*tll—*||j¡f  tifo 

•-fáéanr.*  al  p*dn  rkhvd^ 
»f  á*  Mtai  M  •rntamlata, 
^ifélH»  fc  U  AlMlMtfa ,  r 

«■IM   IwtWilnll  BlDgMK»  d* 

^tmamnttj  ten  ti  ñlumla    ' 


calle  de  Sajit#  Jaés 
rlente. 

De  eite  nodo  laa ' 
dejanm  ana  seOal  pt 
ta  de  la  «ño^adf  poE 
marla,  6  Bqjetar  al  t 
de  las  callea  aégtui  i 
plie»  uay  nata^fttiitf 
maaiaMit  qoe  eatáo 
edi&oioB.  La  diverge 
Foóite  de&aa  Dims 
con  mpeobial  lom 
estar  paialelaB',  ore 
^oiai  gne  pasando 
uanxaoai ,  iba  á  dei 
gina. 

OoDfomief  paea,  á 
dad,  «Iterada  deapa 
loa  edificios  de  la  p)t 
rga  algaiuts  conTeol 
•a  loa  paiBiaB  qoe  ce 
ma  ncbaogolar  aoe 
éLipi»  teaieadouso 
MpaoioB  perdidos  ó 
UÜf  ooiqo  babria  su 
caaotadas.  Ko  se,  de 
y  aan  paiBoe  qce  la 
meicado  para  todas 
son  el  acaerdo  del  a 
los  portales,  qae  se  ] 
Tampoco  se  di6  &  lac 

Sra  la  comodidad  e 
la,  pñO'tiaaqiwlt 
todavfa'  coaocidos,  e 
canoa,  y  no  loe  bat^i 
qae  aherftse  esplec 
iulua  de  baofcQíe  en , 
ocr  aun  «oeaiv^mejí 
La  dhitribiicion  de 
ordinaria  del '  ajuAt 
cediendo  los  que  de 
qoedebion  oooaid^ 


.d 


—  197  — 
por  haber  camplido  las  oondiciones  oon  que  se 
»baa  y   y  di8¿)eD8ando  ó  saplieado  en  alganos 
con  Tetribaciones  eu  dinero  en  beneficio  de  los 
iósmanici pales.  May  largo  y  poco  interesante  seria 
aqni  en  estos  pormenores,  y  solo  me  encargaré  de 
HAS  de  las  meroedes  que  se  hicidron,  y  qne  por  aignn 
ro  partionlar  merezcan  llamar  especialmente  la  aten- 
JBn  29  de  abril  de  1524  se  le  dio  aljregidor  Bernar*. 
Tasqaez  de  Tápia^  nn  solar  en  '4a  calle  del  ilgna>'' 
es  la  de  Santa  Isabel,  en  el  mismo  sitio  que  hoy  oca. 
Hoíipital  de  los  Terceros.  Jor  je  de  Al  varado,  üo- 
de  Paz  y  otras  personas  principales ,  hicieron  sus 
la  calle  de  Izt^palapa,  y  esta  y  las  inmediaeio* 
de  la  plaza  fueron  los  sitios  preferidos  al  principio  .* 
pues  da  fundado  San  Francisco  el  nnevo,  se  comenza- 
¿  tomar  solai^js  frente  al  convento  y*con  loque  se 
la  calle  de  este  nombre.  Antonio  de  Alaminos ,  el 
le  piloto  de  Oortés,  el  primero  que  se -aventuró  á  en- 
porel  oanal  de  Bahama,  tenia  su  casa  en  la  calle  de 
Donceles.  La  de  Hernando  de  Medel,  qne  después  com- 
el  eeflor  Zamárraga  para  caea  arzobispal,  era  de  las 
saatignasi  y  el  solar  en  qne  se  tabricó  debió  ser  de 
que  le  dieron  cuando  el  ayuntamiento  estaba  en  Cun 
,  pni!S  el  cabildo  de  15  de  marzo  de  1524  se  haliav 
ja  en  él,  sefialándolo  por  lindero  del  que  en  aqnel  dia 
dio  &  Hernando  Bargueño.  En  30  de  mayo  de  1525  ee 
dio  al  comendador  Leonel  de  Oervantes  unsolar  ^<que  es 
U  la^na  hacia  San  Franciscs/'  y  e)i  el  mismo  dia  se 
0(70  á  Alonso  de  Cervantes,  freíito  á  San  Francisco 
lado  del  anterior,  y  otro  en  aquellas  inmediaciones  á 
kufiode  Aguilar,  yerno  del  mismo  comendador,  qne  tex 
a  otros  mas  en  la  calle  de  Santa  Isabel,  y  en  12  de  ene- 
o  de  1526  se  le  dio  la  demasía  entre  estos  dos  solares  pa^ 
que  oonstrnyese  casa  el  citado  su  yerno.  Posteriormen- 
te le  quitó  et  uuo  de  ellos  por  acuerdo  del  ayuntamíeuN 
en  el  cabildo  de  2i)  de  marzo  de  152G,  y  se  dio  al  aU 
Ide  Francisco  Dávila,  que  pidió  <^nuo  de  los  dos  solan 
^  loe  están  dados  al  comendador  Cervantes  en  el  tian-« 
que  era  de  Juan  Yelazqnez,  el  cual  no  está  edifíca-< 
labiendo  consideración  qne  el  dicho  Leonel  de  Oer^ 
f»  no  es  de  los  primeros  conquistadores,  ni  ha  serví-. 
'  dioho  solar  y  le  queda  otro"  y  eu  lar  concesión  w 


ío 
ra 


X    1 


previno  ^^qae  el  dicho  Dávila  no  edifiqne  en  él  hasta  que 
vdnga  elseíior  gobernador."  Al  regreso  de  Oortéa  delM 
Hibneras  hizo  maohaa  alteraoionea  en  los  solares  qae  se 
hablan  dado  en  su  anseneia,  onyaa  meroedes  declaró  nn^ 
las  en  26  de  janio  del  misQii)  año  de  1526^  y  confirmó  el 
solar  que  le  habia  dado  á  Diivif a,  ^  qne  es  nno  de  \o»  tres 
qno  habian  dado  al  comendador  Cerrantes  el  qne  está  por 
Itibrar^'  y  se  le  dio  lioeDOia  al  mismo  Dávila  para  qndlo 
padíese  ediftoar.  De  los  restante^  una  de  laa.  ramas  de  la 
familia  de  Üervantes  ha  conservado  hasta  estos  áltimoa 
anos  la  casa  de  la  plazuela  da  San  Francisco  que  baee 
ei^alna  á  U  CAÜe  de  BaaC»  la-ibal ,  y  la  rama  principal 
posee  todavía  otros  de  estos  solares  frente  á  San  Fm^ 
cisúo,  en  que  el  general  don  José  Maiía  Cervantes  (fi 
reedificando  una  magnifica  casa,  siendo  este  quizá  el  údÍ' 
co  caso  de  qne  hayaa  permanecido  en  la  m&ma  fumiliAj 
con  el  mismo  nombre,  los  solared  mercedados  cuando  Be 
formó  la  ciudad  hace  trescientos  y  veintd  afios.  El  co* 
mendador  Leonel  de  Oi^rvatites  vino  inmediatamente 
después  de  la  conquista  con  siete  hijas  qne  casaren  con 
varios  de  los  conquistadores :  su  ilnstre  nacimiento,  e& 
tos  enlaces  y  los  que  despnes  contn\jdron  sus  deseendien^ 
tes  con  los  del  licenciado  Jaau  de  Alt>amirano ,  primo  de 
Cortés,  y  con  el  virey  don  Luis  de  Velasoo  el  11,  hicieroa 
de  esfca  familia  una  de  las  mas  distinguidas  de  la  noble. 
za  del  paíB. 

El  tianguis  de  Juan  Yelazquez «  de  que  se  haca  mes^ 
ciou  en  la  demarcación  de  estos  solares,  ocupaba  el  espa^ 
cio^ae  habia  fuera  de  la  iTaza,  desde  la  acequia  qne  pft* 
saba  por  iacalle  de  Santa  Isabel  hasta  la  Alameda  y  p»^ 
de  esta,  hasta  donde  comenzaba  la  laguna.*EiSta  sitnad<m 
se  halla  claramente  señalada  en  la  merced  de  solar  qs^ 
se  hizo  á  Cristóbal  Fores  [fundador  de  un  mayorazgo  cu* 
yos  últimos  poseedores  viven  todavía]  en  el  cabildodelS 
de  jotio  de  1526  en  que  se  expresa  ^ue  este  solar  etabí 
**en  la  calle  que  va  á  Tacnba,  adelante  de  la  encni(ájadi 
que  va  de  casa  de  Tapia  [la  esquina  del  hospital  de  loi 
TtírcerosJ  al  tianguis  que  era  de  Juan  de  Yelazquez.'' Ei^^ 
te  e^a  un  indio  principal  que  tenia  su  casa  por  allí)  y  ^ 
tes  que  se  fundase  Sa  nFrancisco^  todas  las  mercedes  di 
solares  que  se  hioieron  en  la  calle  de  este  nombreí  se  de- 


!,' 


—  199  — 
sigoan  con  el  de  <fla  calle  que  va  al  tíanguia  de  Jaan 
yelazqaez.'^ 

gEu  este  terreno  8e  formó  la  Alameda  por  el  virey  don 
nid  de  Velaseo  el  II ,  pero  en  su  principio  no  tenia  mas 
9icteuBioa  que  la  que  qaeda  entre  las  dosj  lunetas  que  «s^* 
tíia  entre  la  poerta  del  medio  y  las  de  las  esquinas  ,  en 
loa  costados  de  Oriente  á  Poniente.  Hacia  el  Oriente  qne« 
dó  libre  un  grande  espacio  en  que  se  construyeron  casas, 
y  en  las  que  eran  de  la  Bra.  D^  Oatarinajde  Per^tlta,  viu- 
lia  de  don  Agustín  de  Villanueva  y  Cervantes,  fundó  c-s^ 
U  Beüora  en  el  ano  de  ItJOO  el  convento  de  Santa  Isabel, 
que  al  principio  desbinó  para  religiosas  descalzas  de  la 
primitiva  regla  de  Santa  Clara,  pero  por  la  humedad  del 
sitiD  j  otros  inconvenientes  se  erigió  en  convento  de  re- 
ligiosas franciscanas,  por  bala  de  Clemente  VIII ,  de  31 
de  marzo  de  aquel  año,  y  en  11  de  febrero  del  siguientei 
pasaron  á  hacer  la  fundación  cinco  religiosas  del  conven- 
to de  Santa  Olara,  yendo  por  abadesa  la  madre  María  de 
Santa  Olara.  La  iglesia  primitiva  se  demolió^  y  en  el  mis* 
mo  lagar  en  que  estaba  se  f^ibricó  la  actual  por  el  capitán 
don  Diego  del  Castillo^  y  se  dedicó  en  26  de  julio  de  1683 
por  el  señor  don  fray  Juan  Duran^  obispo  titular  de  Tros 
yarque  pasaba  de  auxiliará  Manila. 

Batre  este  convento  y  la  antigua  cerca  de  la  Alameda, 
qnedó  por  mucho  tiempo  uu  espacio  grande  sin  oasas^  por 
donde  exA  naA  de  las  entradas  á  la  misma  Alameda,  que 
tenia  cuatiOi  no  en  los  ángulos  como  ahora  sino  en  medio 
dtí  li:s]¡cü8tados,  Por  el  exoremo  del  Poniente,  en  el  espa- 
cio que  quedaba  entre  ella  y  el  convento  de  S-  Diego,  es* 
t^ba  el  quemadero  de  la  ioquisision,  arrimado  al  lado  don- 
de después  se  fabriearon  los  arcos  del  acueducto^  el  cual 
era  un  espacio  cuadrado  rodeado  de  pared  y  terraplena- 
do, para  fíjar  en  él  los  palos  á  que  se  ataban  los  justicia'* 
dos  y  rodearlos  de  IhL^,  ^as  cenizas  se  echaban  en  la  a-* 
ceqoia  ó  ciéndga  que  estaba  deirás  de  San  Diego,  en  lo 
que  ahora  es  jardin  de  Tolsai  En  este  logar  se  hicieron 
las  ejecucioDCs  de  los  mas  de  los  autos  de  fé  que  hubo, 
pues  el  otro  quemadero  que  estaba  junto  á  San  Lázaro, 
estaba  destinado  á  los  que  etan  condenados  al  fuego  por 
otra  ciase  de  delitos.  Después  se  dio  á  la  Alameda  la  forn 
ma  actual  y  fué  por  muchos  años  el  único  paseoq  ue  hu« 
bo,  extendiéndose  los  coches  por  la  calzada  de  B.  Copme 


—  200  — 
kaflta  la  Tlaspan»,  y  como  es  mny  molesto  llevar  á 
de  frente  por  la  tarde  en  aquella  oalaada  ^  se  emp^bte 
en  ir  temprano  á  tomar  lagar  en  donde  esti  la  faentelí 
la  Tlaspana,  para  pararse  allí  con  la  espalda  al  Poaiertk 

El  virey  don  Antonio  Bacareli  hizo  el  paseo  de  «i  mb^ 
bre,  mas  conocido  ahora  con  el  del  paseo  nuevo,  bédad 
ano  de  1775,  y  el  conde  de  Ileyína  Oigedo  arregló  el ii 
la  Villa  en  la  forma  qae  está  aotnal  mente ,  establecía  * 
que  l3b  concurrecia  faese  en  él  en  la  primavera^  cnaBdo 
chinampas  edtán  cubiertas  de  flores  (1).  La  ealsadft 
va  al  santuario  de  la  Piedad^  se  compuso  para  darna] 
extensión  al  paseo  nuevo^  por  orden  del  virey  don  Mt| 
José  de  Azanza,  que  hizo  formar  las  lunetas  y  plasi 
los  árboles  que  en  ella  hay ;  esta  calzada  conserró 
algún  tiempo  el  nombre  do  aquel  virev. 

Otro  tianguis  ó  mercado  había  en  el  Tialtetoloo,; 
tos  mercados  que  estaban  fuera  de  la  traza  de  la  éai 
suplían  por  la  falta  que  de  ellos  había  en  el  interisr 
ella.  La  mención  que  de  este  mercado  se  hace  en  el  19 
de  cabildo,  en  la  acta  del  de  17  de  noviembre  de  1535 
notable  por  varias  circunstancias*  pues  en  ella  se  (&»' 
en  aquel  dia  se  dio  solar  á  Juan  Tirado,  lindando  pm 
parte  con  el  de  Juan  Bodrignez  de  Tillafaerte ,  "y  te 
otra  con  solar  de  Gronzalo  Koble  <  'en  la  oalle  que  v 
tianguis  del  Tialtelolco,  que  se  llama  de  Guatimofia' 
otras  constancias  del  minmo  libro  de  cabildo  se  sste 
Villafaerte,  que  fué  el  fundador  de  la  ermita  de  N 
Beüora  de  los  Remedios,  vivía  en  la  calle  de  Tacuba,; 
aquí  se  deduce  qne  su  casa  era  la  esquina  frente  al 
vento  de  Santa  Clara  y  que  se  llamaba  calle  de  G 
sa  ó  de  Gaatimuz,  la  que  ahora  se  llama  del  Factotí 
duda  porque  allí  estaba  la  casa  de  GuáutimotziB  coa» 
dicho  en  otro  lugar. 

Ti  vía  también  en  la  calle  de  Taouba  Juan 


[1]  Ijftt  oMaamp as  6  Jardines  flotantM  faóanA  iAVéQoicn  in^Anion 
miiga^s  quitemos  par*  aaii«ntarelt«nr«iiooaUÍTabIe»  K&nftndolo  i 
teagai  qaa  oircaadaoa  la  isla  qu»  habitaban  Haoian  eoá  jaaeaa  «na. 
do  grinaea  owtonesqae  llevaban  de  tierra,  en  qne  enltlvaben  plaij 
xnentísias.  Annqne  no  eean  ya  fljtantee  las  qae  eet4n  aliado  de  leact^. 
la  Vigt,  eoQservan  lafoima  antii^ui  7  Üea&s  de  florea  tSK  la  Fr!aaTiñ¡1 
^  OB»jer  ftdom6  de  aquel  berjooioM  paeeo. 


r 


—  201  — 
fandador  dd  la  ermita  qae  llevó  ^mero  ea  nombre,  00&9 
traida  en  el  sitio  de  U  primera  cortadura  de  la  calsada 
deTaoaba  en  que  Oortés  sufrió  tan  grave  TMérdidaen  la 
Boohe  triste :  se  le  llamó  después  <^e  los  Mártires"  y  en 
BegQidia  de  San  Hipólito,  y  de  ella  tomó  el  nombré  la 
kermandad  que  fundó  en  1567  el  venerable  Bemardino 
Alvares  por  haber  establecido  su  hospital  oontígno  á  a- 
qaeüa  oapíUa  que  le  sirvió  de  iglesia^  fll  <^eto  de  esta 
faadaoion  era  reoojer  en  el  hospital  á  los  oonvaleoientes 
'  y  ancianos  que  no  tenian  medios  de  subsistencia»  y  tam- 
f  mea  á  les  dementes^  para  ouyf^  aaistenGia  no  habia  esta* 
^Metimiento alguno.  Extendió  tamlnen  el  fundador  en  ceu 
le  caritativo  al  oaidado  de  los  polisones  ^  é  jóvenes  que 
^Tenían  de  Bspafia  faltos  de  auxilios  y  conedmientos,  pa- 
ra cuya  conduodon  desde  Teracruz  y  dónde  morían  mu-i 
ekoa  por  carecer  de  recursos  para  hacer  el  viaje,  establé- 
elo uña  recua  y  llegados  á  esta  capitid  les  buscaba  ocn<« 
^'pación  ó  destino.  La  primera  fundación,  bajo  el  título  y 
'  adveeadon  de  la  Ascención  del  Seficr,  se  hizo  en  la  casa 
<{ue  para  ello  donaron  Miguel  Dueñas  y  su  mujer  doña 
babel  de  Ojeda,  en  la  calle  de  la  Ociada,  lindando  con  la 
^ue  eira  del  escribano  Antonio  Alonso,  en  que  después  se 
"tenstniyó  el  convento  de  fian  Bernardo.  Lafoohadela 
%SBribira  de  esta  donación  es  de  2  de  noviembre  dé  1566. 
Bste  fiitio  pareció  extrecho  para  su  objeto  al  fundador» 
for  lo  que  prefirió  el  inmediatoá  la  mencionada  capilla 
iSe  los  Mártires,  cuyo  patronato  tenia  el  ayuntamiento,  y 
tiendo  esta  de  adove  y  muy  maltratada,  se  trasladb  po- 
09  despaes  el  depósito  á  una  sala  baja  que  se  habia  cons- 
truido en  el  hospital,  la  que  sirvió  de  iglesia  mientras  se 
pibricaba  la  nueva,  que  hizo  el  ayuntamiento  de  sus  fon- 
loe  á  instancias  del  virey  conde  de  Monterey,  y  se  dedicó 
BU  el  año  de  1739.  Bu  su  principio  esto  comunidad  se 
Bomponia  de  varios  eclesiásticos  y  seculares,  unidos  sin 
FotoB  con  el  título  de  ^^hermanos  de  la  caridad : "  en  víth 
Iftd  de  la  bula  de  Olemento  YUC  de  1?  de  octubre  de  1604 
^  la  qae  se  dio  mayor  extensión  álafnndadon,  se  liga^ 

Bles  hermanos  con  los  votos  de  hospitalidad  y  obcn 
da,  y  por  otra  posterior  de  Inocencio  TU  del  año  de 
ÍIOO  la  hermandad  fué  declarada  orden  religiosa  j  bajo 
I  regl#  de  San  Agostin,  obligándose  los  teIi|ioeos  á  hxi 


—  202- 
caatro  rotos  de  oastidad,  pobreza^  obediencia  y 
Mad  [1]* 

Ei  Joan  Oarrigai  f andador  de  la  primitiva  eti&it% 
el  primer  portero  que  tuvo  el  ayuntamiento ,  y  fué 
bien  gnardia  de  la  aoeqaia  del  agua  de  Ohapoltepee^ 
oayó  empleo  en  el  cabildo  de  26  de  agosto  de  1524  »] 
asignó  el  sncldo  de  cincuenta  pesos  **  para  que  cuide  i 
puercos  é  indios  no  la  ensucien  ni  dafien^  s&lvo  que 
pre  venga  limpia,  para  que  los  vecinos  de  esta  di 
las  personas  que  tienen  nuef  ta  en  comarca  y  lede&zj 
la  dicha  agnai  se  aprovechen  de  ella.''  Esta  agua  r 
por  una  zanja  desoubieita ,  y  en  el  cabildo  de  7  de 
bi6  de  1524  se  mandó  '<  que  el  mayordomo  del 
haga  en  la  calzada  de  Tacuba  una  alcantarilla  de 
argamasa  y  ladrillo  y  que  sea  muy  bien  hecha,  y  qi 
regidores  diputados  de  esté  mes,  se  hagan  cargo  de 
dicha  obra,  la  cual  haga  de  cualesquiera  penas  qtie^ 
poder  estuvieren  depositadas."  Por  la  alcantajllfai 
entenderle  una  tarjea  cubierta,  que  se  construyó 
gar  de  los  caños  de  barro  que  habia  antes  de  la 
ta,  los  cuales  hizo  reponer  Ouáutemotsin  por  6rdi 
Oortés  cuando  se  volvió  á -poblar  la  ciudad,  y  paiai 
este  acueducto,  que  era  á  flor  de  tierra,  se  pudiese^ 
servar,    se  mandó  en  10  de  mayo  del  afio 
de  1625    *<  que  nlDguna    persona  sea  osada  de 
traer  piedra    y  madera  por  la  dicha  calzada  de 
ba^para  lo  pasar  á  esta  ciudad  por  la  di(^a  pi 
ataijea  eubierta,]  y  alcantarilla,  en  manera  que  por| 
la  dicha  calzada  y  puente  de  ella  xm>  venga  cosa 
que  sea  pesada  ó  pueda  hacer  daño  en  el  oaño  qsei 
vamente  agora  se  hace,  ni  en  parte  alguna  de  Ja  ' 
calzada,''  habiéndose  impuebto  graves  penas  á  kt. 


fl)  Ksta  6rd«n  lüé  miprimida,  eomo  todas  las  hospHálanas   en  ISSI  i 
«6rt»s  de  España,  nb  fundador  «omensó  ejercitesdo  ea  calidad  fs  <   ' 
de  JetQS,  en  el  qnesirTió  personalmente  oleí  afios,  j  adeaáa  rcer( 
na  par«  loa  enfarmoer  Bs  mvLf  notable  ia  semeJiuiMt  qn«  ae   ebcns 
los  «jerei  j(os  ds  ea*idad  j  ei  oar&cter  d«  fondadon  del  Ttnerable 
da  i)«n  Vicente  de  Paní,  Bl  primero  mnxió  de  setenta  añoa  el  12  ái 
lfi84  al  empeaaree  las  Tlsperaa  de  San  Hipólito.  aacribiO  en  "vida  y  1 
de  SQ  orden  el  lilmo   Oí.  D.  Joan  Dial  ae  ArcOi  ata^bispo  eleeto 
X)0BBingO|  eon  el  titulo  de  "Pr6gimo  KTangélico." 


—  203  — 
torea  ( 1)  La  obra  Be  contrató  con  Jorge  de  Jejas,  y 
tal  empeño  que  se  coaolayese  con  breredad,  qae  a- 
del  precio  se  ofreció  una  gratificación  ó  albricias 
«V  se  pagó,  pnes  en  el  cabildo  de  23  de  jnlio  de  1525 
presente  el  contralista  **  que  pnes  él  babia  cnmpiidc^ 
esta  oiadad  lo  qne  se  obligó  de  traer  el  agna  de  Cha 
pee  á  esta  dudad,  suplicaba  le  mandasen  pag  ar  el 
de  los  pesos  de  oro  que  se  deben  según  la  conve- 
qae  con  él  hicieron ,  y  además  les  suplicaba  por 
Ibhcias  y  mercedes  que  le  prometieron,  haciendo  ve^ 
Ekdieliaaguacomohayenidói  y  los  dichos  señores 
idaron  que  se  dé  libramiento  para  Hernán  López  de 
mayordomo  del  concejo  d& esta  ciudad ,  para  que 
oe  el  resto  de  los  pesos  de  oro  que  se  le  deben»  y  de 
de  las  albricias  que  para  adelante  se  quede,  y 
dado  libramianto  para  qne  se  le  paguen  trescientos 
(Sienta  pesos  qne  se  le  deben  de  resto*''  El  pilar  6  pila 
dora  que  debia  de  hacerse,  se  le  encargó  en  el  mis- 
cabUdo  ai  mayordomo  Hernán  López ,  previniendo  se 
ijese  ^'donde  el  señor  factor ,  Gonzalo  de  Balazar 
Enere."  Machos  años  después  se  construyó  la  mag^ 
|oa  arquería  de  la  Tlaspana  qae  ahora  existe,  y  como 
Icaló  en  mil  pesos  el  costo  de  cada  arco ,  esta  faé  la 
que  contribuyeron  los  que  quisieron  tener  merced 
a  propia,  y  por  este  motivo  se  regula  en  esa  cantil 
elTalor  de  una  merced  de  agua  de  cinco  pajas ,  que 
lo  que  todas  se  redujeron  en  el  arreglo  que  de  este 
o  86  hizo  por  disposición  del  conde  de  Bevilla  Oige^ 
'^  » obra  sa  acabó  á  mediados  del  siglo  XYII ,  de 
qne  el  redactor  de  la  relación  del  auto  de  fé  de  11 
bril  de  16á9|  tuvo  ya  ocasion¡de  admirar  el  celo  y  pie^ 
eon  qae  un  inmenso  gentío  ocupó,  no  solo  la  plaza  de 
Kego  y  los  arboles  de  la  alamodi^,  sino  también  todo 


Sa  ti  añ9  pT#Bextt«,  oon  motÍTo  dal  torríbla  Umblor  (!•  ti  «ira  d«  7d« 
I  ^  ^puitaiiitento  taro  qae  tomar  una  pruvidoBcia  ■emajante,  prohibien' 
tráoJrito  át  coehes  y  earroi  por  eiia  ealiada,  por  lo  mnoho  que  ae  rttin- 
^  vqaeiia  que  corre  p^r  toda  ella,  abriendo  al  efeoto  la  que  contiDÚadea- 
|ucii(«  da  la  Victoria  basta  San  Come,  la  qne  parece  que  i e  trata  de  yoI- 
*'^t*i,  privando  a  la  dadadde  aamas  hfrmosa  entrada»  y  lojftando  al 
' » al InconTeoiente  detener  que  transitar  eon  mncho  embartso,  por 
T«itrecho  camino,  toda  la  maltiiud  de  carrcs  j  lécoas  que  entran  ea 
por  aquel  rn&bo. 


1 

—  204^ 
el  aroo  de  <Qa  anntaosa  arquería  de  los  cafiOBOB  deflrtí 
dudad,"  para  yer  quemar  á  Tomás  TreyiSo  y  Iob  deáÉi 
judíos  que  fueron  entregados  á  las  llamas  en  aquel  «0% 
en  persona  ó  en  estatua» 

Oon  respecto  á  Iss  fuentes  de  donde  sale  el  .agua  se  de- 
cretó en  el  cabildo  de  2S  de  febrero  de  1527  una  ptofi' 
dencia  que  mereoe  con  rason  el  nombre  de  bárbara  ^*li 
este  dia  acordaron  é  mandaron,  que  por  ouanto  los  iibo^ 
les  que  están  sobre  la  fuente  de  Chapultepeo  son  per¡^ 
diciales  en  quitar  como  quitan  el  solí  é  así  mismo  laaiO' 
jas  que  caen  en  el  agua  la  tifien  y  da^n,  á  cuya  csomm 
doliente,  é  no  tan  sana  como  si  dichos  árboles  se  cor&h 
sen :  por  tanto  queriendo  proveer  en  ello ,  quemandabift 
é  mandaron,  que  los  dichos  árboles  que  están  é  caei  8^ 
l^te  la  dicha  fuente,  se  corten  lo  mas  &  raíz  que  se  pudie- 
re por  manera  que  la  dicha  agua  quede  esoombndsf 
descubierta*"  ^í  se  derribó  una  parte  del  hermoao  bu* 
que  de  Ohapultepec^  una  de  las  antigüedades  mas  wb^.- 
rabies  del  país,  y  bajo  cuyos  canos  y  copados  sabiuüflks^ 
bian  disipado  sus  cuidados  en  solitaiios  paseos  Uoefi&i 
suma  y  sus  antecesores. 

La  alborea  del  mismo  Ohapultepec  era  propia  de  G&r 
cía  de  Holguin,  comandante  del  bergantín  que  him  Vi^ 
sionero  á  Onáutemotsin,  y  en  el  cabildo  de*  19  de  esatj 
de  1526  se  le  confirmó  la  posesión  por  el^acuerdosigiutfK 
te.  ^'Este  dia  dieron,  que  por  cuanto  de  seis  aSos  i 
parte  García  Holguin  ha  estado  en  posesión  de  ob  ói| 
de  agua  con  cierta  tierrai  que  es  como  van  de  Ohapalts^ 
pee  aeede  la  puente  que  está  en  el  camino  per  usavif^ 
reda  arriba  hasta  el  ojo  del  agua ,  que  le  oou  firmabas 
confirmaron  la  dicha  posesión  y  le  hacían  de  nueve 
ced  desde  el  dicho  ojo  de  agua  la  tierra  adelante  ^ 
cuenta  pasos  en  cuadra,  hasta  la  pared  de  Chapu 
por  cuanto  lo  tenia  el  dicho  García  Holguin  com 
de  los  indios  y  se  lo  sefialaron  por  su  huerta  y  por 
Tído.'^ 

11  terreno  del  lado  opuesto  del  bosque,  que  oreo  ser 
que  ahora  pertenece  [al  rancho  de  AnznreSt  anexo  ' 
hacienda  de  la  Teja ,  fué  propiedad  de  la  célebre 
Marina  y  de  su  marido,  á  quienes  se  concedió  por 
yuntamiento  en  14  de  marzo  de  1528,  por  el  aen< 
guíente.  «'Este  dia  los  dichos  señores  hicieron  *** 


—  203  — 
Joan  JaramiUo  y  á  dofia  Marina  fin  mujer ,  de  nn  ftitio 
^ra  hacer  ana  casa  placer  y  hnettas  y  tener  ovejas ,   en 

arboleda  qae  está  janto  á  la  pared  de  Ohapnltepecá 
la  mano  derecha^  qne  tenga  doscientOB  y  dnjsnenta  pasos 
en  eaadro^  como  le  f aere  señalado  por  ios  dipntados^  con 
tentó  qae  la  agaa  qne  tomare  para  ello  de  Uhapnltepec, 
qce  no  sea  de  la  f aente,  y  sea  sin  perjuicio  de  tercero  y 
uroadáronle  dar  el  título  de  ello." 

8i6ndo  tan  importante  el  cuidar  de  esta  ñiente ,  de 
que  principalmente  se  proveía  de  agua  la  ciudad,  en  5  de 
jonio  del  mismo  año  de  1528  se  acordó:  "  Qne  por  cnanto 
oott?iene  qne  la  fuente  de  Ohapultepec  se  conserve  y  esté 
fimpiajr  aderezada,  por  tanto  dijeron  que  hacian  é  biole-- 
rott  alealde  de  la  dicha  fuente  y  cercado  á  Juan  Díaz  del 
Seal,  algnacii,  y  le  dan  Hcenóia  para  que  se  aproveche 
de  la  leSa  seca  de  la  arboleda,  y  que  pueda  sembrar  nn 
pedafo  de  tierra  de  trigo,  que  es  dentro  en  la  dicha  cerca 
qtteestá  sin  árboles,  y  que  puede  allí  venderá  los  que 
íaeren  á  holgarse,  pan  y  vino  y  otros  mantenimientos,  y 
que  tenga  cargo  de  reglar  la  acequia  do  la  agua  que 
^idaedeede  la  dicha  fuente  hasta  las  huertas ,  y  llevar 
las  penas  para  c^í  la  parte  del  denunciador,  y  que  no  con^ 
^enta  abrir  portillos  ni  sacar  piedra  del  dicho  cercado." 
Por  lo  que  se  ve  que  la  dispoblcion  de  este  sitio  no  ha 
vanado  desde  aquel  tiempo,  y  que  desde  entonces  era  la- 
|[ikr  de  reoreacion,  frecuentado  por  los  habitantes  de  la 
capitel. 

Oepca  del  mismo  sitio,  subiendo  háoia  las  lomas,  estu^ 
Totioa  huerta  de  Moctezuma  que  se  llamaba  Zacatitlan, 
la  eaal  se  le  dio  al  factor  Gonzalo  de  Balazar  en  el  cabiN 
do  de  5  del  mismo  mes  y  año,  comprendiendo  en  la  con^ 
eeiion  ^4qb  cercados  que  cabe  ella  están  ,  con  el  valle  y 
)^tra  de  una  parte  á  otra,"  cuya  merced  se  le  hizo  ^'se- 
gnn  ó  en  la  manera  que  la  tenia  Moctezuma,  y  sus  mer- 
cedes le  dieron  licencia  para  que  ei  algunos  indios  ó  es- 
pañoles tienen  allí  junto  tierra  y  heredades ,  lo  pueda 
comprar  y  meter  con  la  dicha  heredad  de  qne  le  hacian 
I  reod«''  Esta  misma  condición  £e  puso  en  todas  las  oon^ 
c  ones  de  terreno  que  se  hicieron  en  las  inmediaciones 
^  a  dudad,  prohibiendo  no  solo  despojar  á  los  indios 
^  m  tierras,  sino  aun  comprárselas;  si  no  era  con  espe- 
^    ^tori^sacion.  Los  contornos  de  Cbapultepec  estaban 


—  20«  — 
entonces  muy  poblados  de  oasaB  y  huertas  de  indios ,  y 
por  esto  al  arreglar  la  forma  en  que  había  de  qnedar  l« 
cerca  y  árboles  de  aquel  sitio,  se  acordó  en  el  cabildo  de 
3  de  julio  de  152S  que  ^4a  cerca  de  los  árboles  que  satai 
á  las  casas  de  los  indios ,  gocen  los  que  tienen  haertu, 
echando  las  cercas  doce  pasos  fuera,  por  maneraque  q^e* 
den  dentro  y  que  la  pared  de  entre  Jaraniillo  y  Mota  n- 
yau  por  entre  ios  árboles. 

t^ifin  la  cuarta  disertación  [I]  se  dijo  hablando  de  dcAa 
Marinai  que  la  historia  no  vuelve  á  hacer  mencioii  de 
«lia  desde  la  expedición  de  Oortés  á  las  Hibueras ,  y  qte 
probablemente  pasarla  el  resto  de  sus  días  con  su  maridó 
Jaramilis,  en  el  repartimiento  de  éste,  Bl  examen  nai 
prolijo  que  desde  entonces  he  hecho  del  libro  primero  de 
actas  de  cabildo,  me  ha  paocurado  noticias  posterione  i 
aquella  época  acerca  de  esta  mujer,  que  hizo  un  papel in 
importante  en  nuestra  historia.  Su  marido  Juan  Jaraai^ 
lio,  fué  comandante  de  uno  de  los  bergantines  en  el  fiitio 
de  Méjico,  después  fué  muchas  vecss  individuo  del  Sfim* 
tamento,  apoderado  de  ésta  para  representar  á  la  dadad 
de  Méjico  en  las  juntas  á  que  concurrían  los  apoderadoe 
de  las  demás  poblaciones  de  la  Nueva^-Espafía,  y  £U  pn« 
mor  alférez  real  (2).  Su  casa  estaba  en  alguna  de  las  em 
que  salen  á  la  de  Santo  Domingo ,  pues  en  el  cabildo  de 
5  de  julio  de  1523  se  determina  el  solar  que  aquel  diaiB 
le  dio  á  Juan  de  la  Torre,  diciendo  que  estaba  ^^  lacir 
He  de  Santo  Domingo,  linde  por  una  parte  con  casas  de 
Bartolomé  de  Perales  y  y  de  la  otra  parte  con  la  aáb 
real,  donde  vive  Juan  Jaramillo,"  y  esta  Mlle  sellamáto 
^<de  Jaramillo»''  como  se  ve  por  el  cabildo  de  27  de  cdBt>  -4 
bre  de  1527  (3).  Ademas  del  terreno  que  se  le  dio  pan  ' 


(V  Tamo  IP.fjlio  210, 

(^)  0«bUdo  del  mkttM  7  de  esdro  de  1523.  "BBn  e(to  dia,  lot  diohos  _ 
j.<»oibiero&  por  alféreí  de  eita  ciudad  6  Jnan  de  JaraoiiUo,  Tecino  tfe  ellaiH 
^niX  h\fo  el  j  iramsnio  j  Si^lenmidad  qae  en  tal  caso  ee  requiere  de  lo  aav 
]^ien  j  fieliaente."  * 

(3)  La  caea  de  Ba*tjlomé  de  Parales  eslaba  #n  la  ealle  qiia  ahoia  mMtM 
'00  U  Cerúa  de  Stnto  Dominj^o,"  porqae  en  el  cabildo  de  S  de  auno  de  USt^ 
ae  «zpreaa,  qae  el  solar  para  oons  tnrrla,  se  lo  dieron  en  la  eal  e  qae  n4 
^aato  DomUijfo  (que  eitaba  donde  detpaei  se  ooBstrayl  )a  ,mqttUietOB)&*i 
BAHr  á  lageoKw  cU  Audréa  de  Tapia,  y  Biando  óataa  en  ;as  que  aiiora  eStiri 
oonvenio  de  la  Poaeepdon,  es  ciaro  que  la  wle  qno  Tenia  de  Suilo  Domb^ 


—  207  — 
csM  de  plaoer  junto  á  Ohapnltepeoí  tuvo  otro  solar  para 
haerta  en  la  calzada  de  San  Oosme  |  y  en  20  de  jalio  de 
1528  se  le  hizo  mereed  <'de  nna  haerta  cercada  con  cier- 
tos árboles,  que  solía  ser  de  Mocteznma,  qne  es  en  témi-' 
nos  de  esta  ciadad  sobre  Onyoacan,  qne  linda  con  el  rio 
qae  Tiene  de  Atlapnlco,  en  qne  haga  haerta  ó  vifia  y  edi« 
flqae  lo  qae  qaisiere,''  y  como  tanto  el  mismo  Jaramillo 
como  sa  mnjer  tenian  repartimiento ,  se  dedace  de  todo 
qae  dofla  Marina  vivid  en  Méjico,  llena  de  riqnezas  y  co 
modidades,  y  disfmtando  toda  la  consideración  de  qae 
gozaba  sa  marido,  qae  era  caanta  podía  tener  en  aquellos 
tiempos  ano  de  los  mas  principales  vecinos. 

Bi  agaa  de  la  oafiería  baja  de  la  Tiaspana ,  no  era  la 
única  qne  entraba  en  la  ciadad :  venia  otra  acequia  6 
eafieria  por  la  calzada  de  Ohapaltepeo  á  terminar  en  el 
Salto  del  agaa:  caál  de  estas  faesela  antigua  oafiería  de 
barro  I  de  los  mejioanos,  ó  si  ambas :  existieron  desde 
antes  de  la  conqoista,  no  es  ^ahora  posible  determinarlo; 
es  probable  que  no  hubiese  mas 'que  una,  porque  siempre 
se  habla  de  ella  en  singular,  y  que  ésta  faese  la¡del  Sal- 
to del  agaa,  por  dársele  el  nombre  de  <<]os  eaCos  de  Cha- 
pultepe^  de  donde  venia  directamente,  aunque  se  lla- 
maba calzada  de  Ohapultepec  la  de  San  Oosme ,  que  si** 
gne  por  la  que  ahora  tiene  el  nombre  *<de  la  Verónica." 
qae  el  uso  común  le  ha  dado  por  haberse  pintado  en  uno 
délos  arcos  ceirados  del  acueducto  cuando  éste  se  cons* 
trujó,  él  paño  de  la  Santa  mujer  con  el  rostro  del  Salva^ 
dor  estampado  en  él.  Estas  aguas,  por  la  poca  altura  á 
qae  venían,  y  no  viéndose  todavía  unido  la  de  los  leones, 
para  aumentar  el  caudal  de  ellas  con  que  se  surte  la  ciu- 
dad, eran  sin  duda  escasas  para  su  abastecimiento,  y  por 
esto  se  trata  de  reparar  el  acueducto  de  los  mejicanos,  por 
el  que  venia  el  agua  de  la  fuente  de  Acuecuesco  en  Ou^ 
yoacau,  y  en  12  de  abril  de  1527  acordó  el  yuntamíento 


á  rilM,  <•  oaiiio  ha  dicho  la  da  la  Carea  da  8t)  Domingo.  Ptraea  qna  esta  oaaa 
da  Pé(al«fl  ara  la  «aiooia  da  dicha  oalle,  paai  qna  la  eaaa  da  Jaan  da  la  Tor- 
fa  an  la  de  Sinto  Domoigo  lindaba  con  aila,  7  oom»  por  al  otro  lado  tocaba  6 
U  cftlla  d4  Jaramillo,  prasom?  qae  la  cata  d)  éste.  7  por  aonaieoia&ta  la  qna 
Ylrió  doSa  Marina,  ara  an  la  eaUa  da  loa  Msdlnas,  no  paüsnd»  aar  al  airo 
iMdo,  donde  eit&  8ant9  Dorntac^.  porqae  aUi  astabaí  loa  aolarafl  q^^  fa^q 
^tapata  dol  oMí^d  Oopaa. 


^208  — 
'^qne  se  ponga  en  pregón  la  traída  del  agaa  de  U  íüMte 
de  Hoicliilobaseo  [Oharubnscoj  á  la  plaza  de  este  da* 
dady  con.  las  condiciones  que  la  nabia  tomado  Bodiigodi 
Pontecillas,  y  heclinra  de  la  faente  y  pilar  y  rollo ,  pan 
qae  si  algan  oficial  lo  qnisiere  abajar  deloqne  ddiátt 
PoDtecilla  lo  tiene  pnesto,  le  recibirán  la  baja."  Blcom* 
nio  hecho  con  Pontecillas  y  el  motivo  porqne  no  se  Revi 
adelante  sinp  qne  se  sacó  á  pregónds  |  se  explica  oi  A 
mismo  cabildo  diciendo :  *<qne  por  cnanto  la  oindadn 
habla  ooncertado¡coDlB^dr!go  de^Pontecilla8.cantero,  pM 
qne  trajese  la  agaa  de  la  faente  de  Hnichílobnseo  á  1» 
plaza  de  esta  cindad,  é  hiciese  la  fnente  é  pilar,  é  iaio« 
lio  de  la  traza  [11,  é  las  condiciones  qne  para  éUo  asV^; 
eieron  por  Ío  cnál  le  daban  mil  é  qninientos  peisos  deáai: 
é  porqne  en  el  dicho  concierto  la  dicha  cindad  halibw^ 
do  lesa  é  damnificada,  por  no  se  haber  pneÉto  la  ^' 
obra  en  pregón,  porqne  podría  ser  qne  poniéndose^ 
oficiales  é  maeetros  la  pusieran  é  tomaran  á  mneho  1 
nos  precio,  por  tantQ  qne  mandaban  é  mandaron  ^ 
dicha  obra  se  ponga  en  pragon,  para  que  si  algnii 
quisiere  abajar  de  los  dichos  pesca  de  oxo  se  le 
rá.''  En  el  remate  qne  se  hi2o  el  dia  14  del  mismo 
Alonso  García  b9Jó  la  postura  á  mil  dodentos  y 
ta  pesos  de  oro,  y  por  fin  se  remató  en  el  mismo 
cillas  en  mil  pesos,  pero  las  dificnltades  qne  se  en 
ron  para  la  ejencien  de  la  obra  faeron  tales,  y  tu 
floientes  la  su  suma  en  que  se  ajustó,  que  enfel  babilte 
12  de  agosto  del  miemo  aQo  se  dice,  que  ^'habiéndMp' 
liado  imposible  traer  dicha  agua,  por  la  mucha 
de  camino  que  hay,  pero  porque  todavía  conviene  al 
4  noblecimiento  de  esta  ciudad  que  la  dicha  agua  se 
ga  á  la  plaza  de  ella,  ó  se  haga  la  fuente  é  pilar  é 
qne  est¿  acordado  é  mandado ,  se  procnrar&*é  ponii 
obra  traer  el  agua  de  la'  fuente  de  Ohapnltepec  á  li 
za  como  dicho  es,"  y  para  cubrir  los  gastos  qne  se 
de  erogar,  se  dispuso  qne  además  de  los  cincuenta 
maravedís  qne  estaba  mandado  se  repu^tíesen  enM 


\  1]  Por  rollo  ••  OAtiondo  1»  ploota,,  en  doDdot^ponUii  Idi  rcoi  i|ii^ 
«anigftdei  «oo  lao-rloi  Ala  ▼* rgüoxita  y  cirta  penai  fafwniTmtia  «i* 


—  209  — 
nos  de  la  oiadad «  ae  exigiesen  otros  cincnentas  mil 
para  lo  ooal  el  tesorero  Alonso  de  Estrada  y  Gonza^ 
da  Sftlazar^  qae  gobernaban  entonces  por  mneíte  del 
do  M&rcos  de  Agnilar ,   dieron  la  licencia  qne  se 
indio  para  la  imposición  de  estos  gravámenes ,  **  por 
bien  é  pro  comnn  de  loa  vecinos  y  moradores  de 
dodad*"  Contando  con  estos  fondos  y  se  mandó  pre^ 
de  nuevo  la  obra  de  la  dicba  faente  y  roHo,  y  '*la 
a  de  la  agna  de  Chapnitepec  &  la  dicha  plaza,"  en 
cabildo  de  6  de  setiembre  del  mismo  afto  de  1527,  pero 
ranate  no  parece  qne  llegase  á  verificarse,  por  lo  qne 
'  cabildo  de  4  de  abril  del  aSío  sigaiente  se  bizo  nn 
trató  por  lo  coal  <^Ios  dichos  señores  y  Bodrigo  de 
^  cantero,  se  convinieron  y  eoncertarqn  en  ésta 
:  qoe  el  dicho  Bodrlgo  se  Pwtecillas  sea  obligado 
ietoViga  de  traer  la  agoa  á  esta  ciudad  hasta  la  plaza 
fOa:'^  no  se  expresan  las  condicioneB.  Sn  el  intermen 
ú  iba  trabajando  en  la  fuente,  pilar  y  roHo  por  cnen-^ 
Mi^ynntamiBnto ,  pues  en  el  cabildo  de  23  desep* 
¿&I537  se.maudaron  pagar  á  f'Juan  de  Bnttam- 
,„-»j  cantero,  veinte  y  cinco  pesos  de  oro ,  con  qne 
lidaioába^on  de  pa¿af  cincuenta  pesos  qué  se  le  aió 
iooé  hiciese  saoa^  las  piedras  para  la  fuente ,  é  pilar 
¡So  que  se  ha  de  hacer  en  la  plaza  mayor  de  esta  dn- 
porque  los  otros  quince  pesos  que  se  le  pagaron  de 
i  pena  de  qne  fueron  condeaados  Luis  de  Zaiagoza 
Fráadeco  Díaz,  jzapatero,  el  cual  libraoüento  se  le  dio 
íoriBaeste  dia.^  En  tiempos  posteriores  se  ha  intenta* 
de  nuevo  traer  esta  agua  de  Ohurubusco ,  y  también 
mal  éxito, 
la  cuanto  al  uso  del  agua  de  la  caüería  de  la  Tlaspa» 
itt  hubo  diversas  disposiciones :  primero  la  disfrutaban 
im  restricoioQ  todas  las  huertas  que  se  hablan  ido  tors 
loando  en  la  calzada^de  San  Oosme;  pero  en  el  cabildo  de 
10  de  mayo  de  1529,  heóha  ya  la  atajea  de  calicanto  se 
Vreviao  *^que  todas  las  huertas  que  están  de  una  parto  6 
otra  del  cafLo  del  agua  de  Ohapultepec,  se  riegue  con  el 
sgaa  de  dicho  ca&ó  todas  las  órdenes  de  huertas  que  hn> 
^  [1]:  6  que  todos  los  que  tienen  huertas  en  la  priSEies 

p]  ^ár  las  6rd«ii68  erw  i«  d«b#  eatender  lai  Slai  éñ  buntsii  legm  la  di 
«MU  a  ^09  •itabM  4«  la  ^ftakdaf 


—  210  — 

ra  orden  del  dicho  oafio  de  ana  parte  é  ota»  (1),  qnitai 
cierren  los  caüos  qne  tienen  hecho  en  el  dicho  calo 
ir  el  agaa  á  sas  huertas  [2],  é  hagan  sendos  caffos  [í 
hierro  dentro  de  quince  dias  é  lo  pongan,  estando  pci 
tes  los  diputados  i  é  no  de  otra  manera :  é  que  de' 
huerta  en  otra  vaya  la  dicha  agua  por  todas  las 
[4:\j  6  que  se  tooie  la  dicha  agua  una  hora  antes 
ponga  el  sol  é  no  menos ,  só  pena  de  veinte  pesos 
si  no  se  campliere  cualquiera  cosa  de  las 
que  la  medida  del  caüo  de  hierro  sea  de  este 
é  no  mayor  só  la  dicha  pena :  é  que  ninguno  hags 
en  el  dicho  caño  para  que  entre  el  agua  [6] ,  ano 
caños  de  hierro  se  pongan  bajosi  só  la  dicha  pona» 

Bu  el  interior  de  la  ciudad  no  se  habla  en  el 
mero  de  cabildo  de  otras  mercedes  de  agua  que  dij 
da  en  23  de  enero  de  1526  ^<de  pedimento  de 
[Alotoliniali  guardián  del  monasterio  del  Sefior 
cisco  de  esta  ciudad,  al  que  le  hacian  merced  é 
para  agora  y  para  siempre  jam&s ,  de  nn  real  de 
la  que  viene  por  el  acequia  de  Ohapultepee  6 
ciudad»  para  que  desde  agora  en  adelante  se 
provecho  de  la  dicha  agua,  y  le  mandaron  dar  éL 
de  ello  en  forma,''  y  en  27  de  1528  á  Bemardlnoi 
ta  Clara,  se  le  concedió  para  su  casa  una  et 
según  el  tamaño  marcado  en  dicho  libro»  seria 
*^del  agua  que  se  ha  de  traer  de  Chapnltepec  t 
primer  pilar  que  se  ha  de  hacer  á  la  puerta  ae 
de  Yillaroel,  en  remuneración  de  cierta  parte  de 
que  da  á  la  ciudad,  por  donde  entren  las  bestias 
nir  al  dicho  pilar."  Esta  casa  de  Tillaroel  estaban 
de  San  Francisco,  y  así  es  probable  que  el 
do  por  Bernardino  de  Santa  Olara  es  la  aetoal 
la  del  colegio  de  las  Kiflas,  y  la  fuente  que  ea  tíU 


(1)  Ea  dedir,  las  hTiértas  contiguas  6  la  ealzada  por  qno  y  otit^  ím 

(2)  Beto  es,  entradas  de  agua  sin  limitación. 

(3)  Sendos,  qniare  decir  ano  para  cada  liiierta. 

(4)  QaeloB  derrames  del  primer  orden  foesaa  al  tlgolanla  y  asi 
mente. 

(5)  Aquí  est&  demarcado  un  oirenlo  que  es  de  cota  d«  m  Has 

(6)  Qae  no  se piislesea  r^presis  para  hacer  «Qb(r  ^       .< 


^211  — 

ó  faente  qae  se  hizo  desde  aqnel  tiempo.  Bln  em« 
habo  otras  meroedeSi  y  la  de  las  casas^de  Cortés  de 
í^by  doeamentOy  es  anterior  á  estas. 
'  núBino  tiempo  qae  se  daban  en  la  ciudad  solares 
e&BSAj  se  repartían  faera  de  ella  terrenos  para  hner^ 
laprimera  de  que  se  hace  mención  es  la  qae  tavo 
lo  Martin,  herreroi  ^'camino  de  Tacaba,  yendo  de 
\éaáíA,  pasada  la  ermita  de  Jaan  Garrido,  ala  mano 
^obra  de  tiro^^edio*de  balle8ta[l].  De  esta  tierra 
luo  merced  al'referido  Martin,  en  el  cabildo  de  8  de 
de  1524|  qne  es  el  primero  cuya  acta  está  copiada 
de  actas,  sujetando  la  concesión  á  la  medida 
Lte  establecida ,  y  esta  huerta  y  la  casa  que  en 
estaba  ya  hecha  ^^rnuchos  dias  hacia,"  como  en 
cabildo  se  expresa.  Desde  entonces  estas  mer-* 
beion  muy  frecuentes,  habiéndose  poblado  de  buer- 
¡6&iK)eo  tiempo  toda  la  calzada  de  San  Oosme,  ó  como 
le  llamaba  "el  camino  que  ya  á  Tacuba."  Las 
idas  qne  se  demarcaron  para  todas  estas  huertas  en 
"Ido de  9  de  septiembre  de  1524  faeron,  ''cien  pasos 
y  dentó  y  cincuenta  en  largo/'  cuya  medida  se 
ota  mas  precisión  en  el  del  16  del  mismo  mes  ex- 
lo  ^qüB  los  pasos  que  se  midieren  para  las  dichas 
sea  cada  paso  de  tres  pies  de  un  hombre  conye>« 
nr  manera  que  los  cien  pasos  han  de  ser  trescien- 
7  los  ciento  y  cincuenta  cuatrocientos  y  dncnent 
i^''  encargando  de  la  medida  de  estos  terrenos  á  A^ 
Jaiamillo  (el  mismo  Juan  que  tanto  papel  hace  en 
'  los  negocios  de  aquella  época)  [2]  y  ft  Cristóbal  de 
rajador.  Bl  punto  desde  donde  se  empezaron  á 
'^stas  suertes  do  tierra  fué  un  árbol  "que  el  sefior  go^ 
lor  [Cortés]  mandó  señalar  condes  cachilladas," 
de  señal  característico  de  la  época ,  '^y  desde  el 


[tqKots^oidaadXMtadelAloaiMedslaa  balleetafl,  pero  orco  que  eata 
^^vvBdii»  &  «star  háoia  donde  le  baila  la  garita  de  San  Cosme. 
•[«Jieloibfldo  deSdeJaniodel524enqae  le  nombraron  *'Frc  carador 
'^'tildad, para ae  jontar oon  loa  otroa de  las  YÜlaB  ante  el  a  efior  gcberaa- 
^  «leglr  6  nombrar  procoradorea  parajBapafia,  etc."  en  la  TOti.cion  £e 
^nn  Aloaaoi  y  en  el  podar  qne  ae  le  confirió,  qae  se  hklla  inaerto.  en  el  U- 
[^«abildoi  ae  le  da  el  nombre  de  Joan,  y  así  c o  oabe  dada  en  qae  ea  la 
^penona.  Haata  el  yiaje  á  laa  Hibnema  se  le  Uama  comnnmente  Alonaos 
innelta,  catado  ya  oon  doña  tfariaa,  no  tieftosifto  nombro  qno  Jqmu 


—  212- 
dioho  árbol  en  adelante  empezaran  á  sefialar  las  Mu 
haertasi  de  las  caales  echaron  aaertes  j  cupo  la  pdsai 
jante  con  el  dicho  árbol  hacia  la  ciudad  á  Benaito 
T^ia,  la  seganda  junto  á  ella  á  Bodrigo  de  Faz,  \%t^' 
cera  á  Bangelí  la  cuarta  á  Floresi  ¿¡f  ja  quinta  á  Jaravt** 
lio,  y  los  metieron  en  poBesion.^' 

'So  encuentro  cauísa  ninguna  á  que  atribuir  la  wfGA<' 
na  diminución  délas  laguna8|que  resulta  comprobada pot] 
el  hecho  de  la  distribución  de  tierras  para  huertas,  i  no 
y  otro  lado  de  la  calzada  de  San  Cosme.  Ouatro  afloia^ 
tes»  cuando  se  yerif  có  la  retirada  de  la  noche  tiistS) 
estaba  fuera  del  agua  mas  espacio  que  el  ancho  de  la 
zada,  en  todo  el  largo  tramo  que  hay  desde  el  puesta 
la  Maríscala,  donde  estaba  la  primera  cortadara, ' 
Popotla  que  era  donde  comenzaba  la  tierra  fiíne,! 
1624  vemos  que  la  laguna  se  ha  retirado  ya  tasto, 
queda  en  uno  y  otro  costado  terreno  seco  y  suflcienle 
xa  formar  varias  órdenes  ó  series  de  huertas  uiiai 
otras,  con  ciento  y  cincuenta  varas  de  fondo.  La 
bucion  de  estas  huertas  contiuóan  haciéndose  sin 
misión :  á  Marina  de  Gamboa  se  le  dio  una  de  eÜAB 
BU  grangería  de  aves,  y  en  el  cabildo  de  19  de  eaeis 
1526  se  hizo  una  distribución  general  de  teda  la  n 
Sdan  Oosme  á  uno  y  otro  lado,  empezando  desde  esta 
sia  que  entonces  se  llamaba  '<la  ermita  de  Ean 
dando  dos  solares  á  los  individuos  principales  del  gol 
no^  Cortés,  aunque  estaba  ausente  en  las  Hibueíaa, 
lino,  Salazar  y  Albornoz /'l^:  Pedro  de^lbatado,' 
de  Ordaz,  Leonel  y'Cervantcs,  el  cura  Tillagran^ 
térprete  Aguilary  otros  muchos  tuvieron  xui a  tva 
aunque  en  estas^  mercedes  se  hizo  variación  &  la 
ta  de  Oortés,  muchas  se  confirmaron  y  se  hicieicn 
nuevas. 

So  era  solo  el  camino  de  Tacuba  el  que  se  pobU 
huertas  y  casas  de  placer:  en  el  cabildo  de  20  de  ma; 
1528  se  repartió  para  huertas' el  camino  de  Ohapul 
Tacubaya,  '-desde  el  arroyo  que  viene  de  la  fneste 


[I]  He  Tísto  los  tltaloB  de  tío  a  oma  ¿e  la  riyera  de  San  Coinie,  »b 
reno  Be  eompKnde  elqae  faé  de  Kodjigode  Alb«r&os  y  qne  Tcrdtd 


E 

—  213  — 
*68t4jantoá  laceroaiía  Cbi^^mlJjr^oo  en  adelanto:  la 
pr/aera,  viniendo  de  Taacibaya  á  Cli.i.f--iiCO:''0C5;  de  suerte 
y  media  de  tierra,  sq  le  dio  á  Mst^jirl  Ivolii^aez-de  Gaa-» 
dalape  (1)  y  á  sa  mujer  l3ii)cilii)dr?-''i  a,  s,  la.-;  reRt^ntes 
86 repaicieron  entro  ai^tuciloj  á  quavivrs  tío  liüblím  dudo 
huertas  inmediata^  á  la  ciiida-l,  y  l^.^rí>lU^L^  t.o  \q  quitaron 
para  formar  egidos.  La  riacor¡  iiL^  oii,)  ..o  tV?ma  entre  lu 
cerca  de  Ohayiiltepecí  y  la^s  ln.'iii^a,  ili  le  líi-;  ( n  el  niicimo 
cabildo  á  Gonzalo  de  Alv^aiVcdo  ,  «^ri  [í^r.^'v)  de  eien  ytaos 
qae  habia  prestado  al  aynntrunieí'í'* ,  \  '•v.on  tánioquü" 
pagney  contente  á  loa  inílios  qn^  lúii  ti  tv.í  iitiíí  ca&;*  y, 
Bementeraa^para  que  lequedn  iii>i>.!/^  '.-C'  =1  rcojiíLímiento 
96  hizo  en  eloabihio  de  3  do  aj.':o.st o  d'-  íí>'jS  díi  laa  ticrraa 
liimedia^as  á  Ooyoacau,  y  6¡i  e-t:i  d.>-{:ii;,TTfiori  r.o  se  orní- 
ttó  ádoüa  Antonia,  hija  do  -  víhióíí.I  djOiid,  aunque  su 
padre  había  muerto  en  íhíí  líioueir;:;  -  r i  iT^bciion. 
■'    Entre  el  límite  do  la  Uíizi  \)nv  ti  i.- j. íi^-níe ,  que  era  la 
calle  de  Santa  Iíí3.bíd,  y  ]ii?i  pii'UíUi'.s  c-jí-ft.s  con  hucitíia 
déla  calzada  de  Tacaba,  qu -úiaba  n-a  f\Sfia<:io  df  soc»ípaM 
do  qní>  se  trató  d^  poblar.  J3i.^^dc  d  15  d*-  ja'io  de  iD27  se 
habían  dado  en  él  dos  solares^  uíií>  t,:.3  (l'5  otro  '*dc  pedi- 
mento del  maj^ordomo  ó  cofrí^U ;-.  o'-,  ir',  cííI  rr;úí:i  da  la  Sta. 
Teracruz,  para  haeer  el  boj5:íil::il  6  íi  I.Vcií-'oü  de  la  dicha 
cofradía,. cabe  fjmtt-)]  tre¿i  áiboJvM  reo:  «  qüo  <i'.^táü  en  la 
«alzada  que  va  á  Tacuba,  cnn  t:-  nro  qj^.o  t.i'tde  una  calle 
«D  medio  de  entre  el  dicho  iK>.'^.[.ií"."d  ó  h-s  e  *'-¿ís  de  ioís  in*. 
fltos,  é  con  que  lo  labren  é  eáüiiJiín!!  ^!;'i  p  ¿juicio  de  ka 
dichos  indios  nalnraks  de  t.si-i  lirríi:''  í;-u>sJ  {-claiea  fo 
iieroa  en  lugar  de  otrovg  qiio  í.o  lo  r.í  fiíl.-ix.n  en  la  cjiüo 
Ae  Tacaba,  cn\o  si.io  no  p;i«.i'í;i6  coi^vi-.jieiíto  á  la  ccfoir. 
áfa  para  los  ñnes  que  ae  hr,b¡ii  p:(;¿,'ii  •  .to    Ea  el  cubildo 
ít  3  dd  agostí)  de  1528  se  ;ií::'-r>':o,  q-.ir-  "^'jvira  íb;tiüeaoion 
le  68ta  ciudad,  se  don  sol::iv3  ¡.,ii:i  hí;i;;í:L'  ca-ísqueva- 
fan  con  casa  muro  por  deiuvsín  y  y^^M  K:s  o-^oililas,  para 
|tte  83  pueda  salir  de  esta  cin  htd  lí:u-:i:x  In  tierxa  íirme, 


1]  ti»  hnerta  qne  solo  quitó  á  na*o  íío.^iVtüjz  <í«:  vln  i  'íi'ii^o  ,  ec  lo  h^bia 
ladú  en  2  dejando  dd  lí>*Jj,  y  «n  17  d»>  iiov';  p  i><.o  <?.  I  li;.:  tm»  »  ñ>.  t-o  le  dio  íi 
B  mujer  otro  tolarpar»  cftsa  á  ipf^v.1  iKfc  lU  i  ((-o  :7íi  t-»ji.i.  F.  ó  piica,  doloa 
'MIÓOS  BUus  an  i/íno3d«  la  cindcd    y  fii  ki  j»"  cnj-vln  á;C3  hciicUs  diir¿nte 

DJswTA0ií3XMíp.~  acjao  n-27 


—  214  — 
qne  sea  nua  cerca  de  casas  de  una  parte  y  de  otra 
calzA  la,  hasta.  laalcantarillH  qae  llega  á  la  tierca  firme" 
y  para  nuiforinar  con  esta  dieposicioa  la  concesión  de  &)- 
hir<^s  liecba  (i  la  Saufca  Veracruz  ^  se  acordó  qne  "por 
cJiAUüO  la  igiesiaó  bo.^pital  de  la  Veracruz  tieneseñaMw 
dos  «olares,  el  luio  á  la  acera  de  la  calzada  y  el  otro  mas 
iideíitio  liá(iia  las  casas  de  km  ludios  ,  y  porque  los  éo^ 
lareí^  y  casa-8  que  m  lübratm  jantoá  la  dicha  calzsda 
lia!i  de  ir  labrii  io.í  á  casa  muro  [esfco  6%  á  continuftcion 
unoá  de  otros]  pora  for  ti  tica  clon  de  esta  cindad;^rtantD^ 
que  le  quilubau  ó  quitaron  íA  solar  que  es  liácia  laseaaaá 
d*^  loí  iiiIi-H,  y  le  hacían  merced  do  oüro  solar,  jantoé 
Wüñb  con  i)\  8í)lar  donde  agora  está  hecha  la  iglesia  del  -, 
dicho  hospital ,  la  calzada  adelante.  ^'  De  esta  mane» 
otití  I*)  Litiida  la  ciudad  con  1.13  huertas  de  lacalzadá¿& 
T<iC.ib-í»  por  la  larga  calle  del  puente  de  Alvarado,  qw 
íbriua  u:ia  fcérie  continuada  do  casas ,  sin  salidas  latera-  ■ 
le8  por  la  disposion  del  ayniitafniento  de  que  se  iabricase  ^ 
'^c!Oii  c.isi  muro.''  En  las  huertas  se  mandó  qne  detwí : 
0!i  tro.-;  Bolare^  quedase  una  calle,  lo  que  ó  no  se  cumplió, 
n  «o:i  el  trausoureo  del  tierüpo  se  han  ido  cerrando  ya- 
uié'idose  á  las  huertas. 

Entre  las  disposiciones  que  se  tomaron  para  qne  en  1*^ 
ciudad  eo  establecieaau  los  oücios  maa  necesarios,  an^, 
table  el  acuerdo  del  ayuntaiuiento  do  13  de  enero  del"»S 
por  el  qtxe  se  señaló  salario  íi  Fraiícisco-Soto,  barbero  y  d» 
r.'í)  í.uo  *pí*r  t>tiito  tiempo  carnto  fuese  su  voluntad  dal' 
dicho  <!Oíioeio,  porque  re¿4id a  en  est?w  ciudad  y  eirraet: 
ella/'  y  en  iguales  términos  ee  le  seílalaron  en  el  misBÍ 
caiñldo  cincuonta  pesos  de  oro  á  Oriistóbal  llniz,  hem^ 
dor.  Los  medios  que'paraewto  se  empleaban  no  eran 
pie  trin  «naves,  y  asi  fué  que  para  que  no  faltase  pan, 
acordó  en  el  cabildo  de  5  de  mayo  de  1529  "qne  por 
evsta  ciudad  e^tá  muy  mal  proreida  de  pan,  é  las  mDJ 
quí^  aolian  amasar  no  lo  quieren  hacer  ,  de  qne  la 
blica  recibe  mucho  dallo:  por  tanto,  que  ordenaron  é 
ilaion  que  nn  alcalde  é  un  regidor  vayan,  ó  requieran 
manden  á  todas  las  mujeres  casadas  y  solteras  qneb 
a^^ora  han  amasado  pan  para  vender,  que  de  aqui 
lante  amasen  e  vendan  pan  al  precio  que  está  pnesttvi 
fii  algana  dijere  que  no  tiene  trigo,  que  vaya  por  ello 
casa  de  Antonio  de  Carmona,  ó  lea  dará  harina  é 


? 


—  115  — 
reales  por  cada  ¿anep^a  que  amasaren  6  leña,  6  qne  acá* 
dan  con  el  pan  al  dicho  Antonio  de  Oarmoua ,  eó  p(  na 
que  la  que  no  lo  hiciere,  si  fuere  soltera ,  le  serán  díidos 
ciea  azotea  públicamente,  y  si  fuere  casada ,  lo  lleven  la 
peuaque  cstó  puesta^  é  esté  presa  ella  ó  &u  maiido 
hasta  que  lo  haga."  En  el  cabildo  siguiente  de  10  del  mis- 
mo mes  se  acordó  una  providencia  mucho  mas  füada<ia 
en  razón,  y  que  produciiía  sin  duda  mejor  efecto;  que 
íaé  aumentar  el  precio  del  pan,  pues  siendo  el  molivo  do 
la  escasez  **e8tar  puesta  .la  lilua  de  pan  á  ocho  marave  - 
díe,  6  no  tener  gaíiancia  las  panaderas,''  sedispusjo  subir. 
la  Á  diez  maravedís. 

El  primer  pro tomédioo  filó  el  licenciado  Pedro  Loj  cz, 
el  cual  presentó  los  poderes  qne  traía  de  los  piotoir^éili'- 
,cos  del  emperador,  en  el  cabildo  de  11  de  eu^rtí  de  15i¿7, 
y  se  le  autorizó  á  usar  de  sus  facultades,  seSaláudole  las 
penas  que  po¡lia  impoaer.  Sin  eiribargo  de  esta  aiitüiiza- 
oion,  no  le  dejó  el  ayuntamiento  ejercer  libremente  bu  jci^ 
risdiccion,  paea  habiendo  prohibirlo  que  cura&e  de  bubfts 
el  barbero  Pedro  Hercandíz ,  en  1?  de  febrero  del  mienio 
aSose  acordó  ^  que  puedo»  curar  del  dicho  mrd  por  tanto 
tiempo  cuanto  fufase  su  voluntad  de  la  dicha  jarjtioia  ó 
regidpres,"  y  en  IG  de  marzo  se  mandó  que  las  visSitas  do 
las  boticas  la  hiciese  el  doctor  Ojeda,  regidor  y  loti  ühal»» 
dea^  y  que  este  '  veá.y  exnñjirje  las  persi^rjaÑ  que  puFdan 
cnT-ar  así  de  buba  cor»>o  ús  drnjí;^,  ó  álosqr.o  hallare  híx>. 
hiles  les  dé  licencia.  6  á  los  dí^nul  les  prohiba  é  d(  ñí-irda 
gne  no  lo  unen.  Tal  f«íü  el  prirícipio  del  e)Tnr,?ido  de*  la  n^c^ 
«ciña  en  esta  oa[»it;al.  El  protomédico  Lop-^z  tnvo  una 
graucasa  en  la  c:ilio  do  la  Perpetua,  cava  míi.£r'nüí^eni:ia 
celebraba  el  doctor  OervLiTite:*  en  p.u  diálogo  ^'Méjico  por 
dentro.^  pero  no  he  viato  esta  parte  de  su  obra,  y  ne  re^» 
fiero  á  la  cita  que  de  eüa  hace  el  padre  Pk  hardo  Esta  ca- 
lle de  la  Perpetua  se  llamaba  "la  calle  qne  va  de  Sanio 
Domingo  á  las  Atarazan »».''  lo  cual  pM^ec^^  probar  que  aw 
quel  edificio  í^e  hallaba  á  la  extremidad  de  la  mi^ma 
calle. 

Bl ayuntamiento,  siguiendo  el  espíritu  de  Oortéa  prohi- 
bió a^verarnente  el  ejercicio  de  la  abogacía,  y  habiéndose 
relájalo  esta  prohibición  dar^nteel  gobierno  de  Salaz^^r 
y  Ohirino,  se  pre8ePt/>  '^^  procurador  del  concejo  Francis- 
co RodrigO;  en  el  cal....    ae  18  de  agosto  de  Í5126  expov 


—  216- 

níendo  "el  agravio  y  daüo  que  recibía  esta  eioilad  y  los 
moradores  y  vedüod  do  el iai.  porqué  á  causa  de  losdU 
tího3  letr.id')hi  ü  iii'acu'iailoreH  ae  ievantau  muchos  mas 
ideitoay  dlicrLnri.us/'  [>jrio  que  se  mandó  pregouar  *^qa6 
1;>3  leU«idi>:i  üo  cvb  j:;iioti  ni  ui;oi>oejen,  8ó  pena  por  lapn- 
mera  veií,  üM  ci¡:c:i;;;r:t  t  [íií  iOs  do  oro  para  ]a  cámara é 
íisüo  de  'óf  id.;  ó  ].  r  h:,  y  \íj;\ii>da  mil  pesos  de  oro,  aplick 
dü3  en  la  lui:  ma  f  u- a  :^  ó  privados  perpetuamente  deoñ- 
cío  de  abu'gacl:;  é  [íi)r  l:t  tiioína  pierdan  todos  bieue8,é 
«alga-a  desieiií.uuv;  iUt>  e- 1;;  Ismj va-España  perpeüuamea-» 
te/'^íj¿ta3  ulHpo:^i.;ioi-.c\^  £;0  :ii lidia  con  las  consultas  pii?i« 
d:iS  que  ?e  li;i-:iriij  y  p.ii.:;  evitarlaa,  en  17  de  majo  del 
mismo  aüo  híji  iíi.iü  íó   *•  «lue  de  a'|DÍ  adelante  ningnnle^ 
trado  ni  prvcur.ui  r  i-^a  o  ;,do  de  procurar  ni  abogar  ea 
esui  ciudad,  direciü  Jii  iúvlircjle,  eu  público  nieu  secretoi 
ni  dea  favor^  ni  a  iil.i;  ii\  coütíejo,  por  esiirito,  ni  porpt* 
labra  t^u  nii:.í::ua  [-Icilu  ú  niagima  perdona ,  tío  las  pe»as;j 
qutí'feobre  esio  e.5ii!i  pu<::.t:iB."  Sin  embargo,  el  misma  a*  ^^ 
yuíitaiuiei'lo co.^iídto  íxju  ios  bacliilleree  Juan  de Ortep^ 
y  Aloütío  Ferttz  acjicci  dó  la  jurisdicción  que  loa  frant^i 
canos  pudl.;.!  ijer....!'  ^:u  viitiid  délas  bulas  que  tr&jw^i 
y  mas  adohtuii  «m  :i*z  uo-í  todas  eátaa  prohibiciones peri 
orden  de  I  ib  o-;'.-  í- te  1 1  ]  . 

IVjiro  U-r  ui  i  i  •>:  rcii.''úgiia  fiü  el  primero  qae  est»* 
tablcch^  i?:i^;  ••?  í  TI  la  ciil  ;d    para  lo  cual  se  le  dio  lioai* 
cía  e»!  1?  do  íii  ií  jjbiedj  1525.  iLas  demás  ventas  ómfr-- 
Bí;rjOB  qu^fAO  í'iif;r«:ii  r-^^l.b luciendo  en  los  oaminos 
tatubou  cou  ii.'.a  ícia.  O.A  apuntamiento  de  Méjico»  que  Uti 
íiLTonddb.i  c:  ín:.í  hriá  !jí1.i  ;>srte  de  sus  propios:  así 89^9 
eu  ci  cdbriüdo  'jí3  1j  íiü  jaíio  de  1527  que  Martin  P««%j 
carpiaturo,  v^;^-i:5'>  c  ».  o  r.i  ciad^d,  arrendó  por  dos 
la  ve;.\r.i  d.í  P.-r  o  .o  eu  el  cr..iiii:o  do  Veracrnz,  por  la 
ti  I  id  lü  ñ:^i:  :)  vón, )  y  cítiiío  psf?os  anúaleSi   siendo  á 
coua  l'^j  con  M-ta  íoion  del  -  iiüciO:  y  habiendo  hecho 
Sb'ii^  el  .::iu::ij  coií'j  '¡a^5  li  iOíu,  tenido  el  híicer  ana 


hroli  4  ;U  i- í.Mi  :'.^.  «i:   t» » l'jr    ;:i^    i^^r^  .:jt)3.»ii  «.r    toaia  ©I  lioa  loada  Si 


\ 


—  217  — 

[j  auntuoaa»"  fie  le  prorogó  el  arrenílamiento  por  mas 

>0|  y  ea  11  de  octabre  del  miísino  año  se  eucargó  al 

irador BerDardiuo  decanta  Olora,  oonatrayéndoBe 

mesón  en  Iztapalapa  para  propios  de  la  ciadad^  ^'con-* 

indoee  cou  personas  qae  lo  hagau,  é  lo  arriende  pa- 

qae  g*ne  para  la  dicha  ciuilad."  líjual  licencia  inter- 

¿para  construir  la  venta  de  üuajimalpa  en  el  camino 

Toluca,  eu  el  bitlo  en  qoe  habia  nnos  caes  ó  templos, 

la  de  Tajimaroa  y  otras  [  1]. 
Varias  faeron  las  diligenciad  que  se  dictaron  para  el 
\kúm  y  gobierno  interior  ,  do  la3  cuales  citaré  alganas 
tdfi  laa  mas  notables.  Bu  el  cabildo  de  15  de  falio  de  1524 
í«edió  Ucencia  al  carcelero  **para  que  pueda  pedir  para 
los  pobres  de  lá  cárcel  dos  dias  cada  semana,  los  viernes 
7  lod  domingos,  y  que  de  las  limosnas  que  se  le  dieren, 
tenga  ana  imagen  de  Nuestra  Señora  y  una  lámpara  que 
M  encienda  de  noéhe  delante  de  ella.'VBn  4  de  noviembre 
M  mismo  año  se  arregló  el  comercio  al  menudeo ,  y  en 
13de  enero  del  siguiente  de  1525  se  estableció  el  ¿el  con- 
traste, para  la  exactitud  de  p6«otf  y  medidas*  En  1?  de  fe- 
brero del  citado  año  de  1525  se  mandó  ''que  ninguna 
persona  de  ningún  estado ,  preeminencia  ,  oficio  y  condií 
donqne  sea,  cean  osados  de  jugar  á.los  naipes,  ni  dadps 
Ai  otit» juego  vedados  en  ninguna  parte.,  agora  sea  en 
pabieio  ó  en  las  atarazanas,  só  pena  de  que  se  le  ejécu ta- 
lán las  penas  en  tal  caso  en  derecho  establecidas.''  En  5 


fl]  Ea26  da  ialia  de  1323  39  c'níediófAcnIHi  &Ja%n  da  U  Torre   para 
|piifaad»ti%06r  aaa  vd's'.a  en  el  diap.toio.  c-imiuo  da  ííecíioacan  entre  Tu- 
]•«•(» ó Ii;iat)aaoa.  ^Pf^'.oi-.".  •  d3  \íj''il;r  h3  i«  di6  on  10  de  octubre  de^ 
námogüo  ni  h\%\j  en  el  daspob'Ad  >  oars  hi'ery  oí  li3*r  aa^.  oam    par»  pro 
ú»l98camLa*iitej  q  la  vau  y  v  enea  á  vi-Iaí  .le  llaaellin  y  Villarica,  con  la 
waiUiondi  "^dobiirciarto  ctniaoy  jaseod  niiloa,  y  Duantsa  qae  hay  desda 
«1  '\t*v)  «It'o  ha^ta- Ja  ¡it  »^."  E  i  ¡u  ri-'J-*  •i^,;'oaai  da  Jalapa,   un  soldado  lla- 
aa-b  lienaero  attblooió  la  v^nu  do  -is^rj  nom  ne,  qni  hoy   sabsist^  y  lo  con- 
«f».  El  I ?  dtf  dioiembi-e  da  «.323 .la  l^  coa  ¡ed  aron  á   Juan  da  C&ceres  doa 
*<   UÍ4«  dstJerr*  oaal  d.>rooji  .1).  ea  q-ij  'Ás-i^t  lua  roat^  ,  oin  expresar 
«ai   íraéa'sa  «fi' medon  da 'J.'i.):a:^Q3  oi>-:);eci6  euel  cibildo  da  14   de  sep- 
\'ü   Uú'  1526  &  palioiQiití)  da  Jaim  d  j  e  .re  1ü j  7  da  11  > ir  ga  Jiíní?3l  (^^te 
O'ti   )«aiaea  ttasomldi  U  ar['i3  ac'.n  i-.d) -iil  íí33  uoi'jroa  frsasnta   *-qae 
«a   iinlao  aiujr  p^sijero  oara  ii  vú\\  da  <t3  íelun  é  Oaiao* ,  ó  para  las  m\- 
J«    otr^spirtei  para  d>ad9  p^ain  raiciotí  Q¿'n<v''i  al*8  6  hicen  jornada  en  el 
«:¿    lasbio,''  y  para  avitic  á  loa  i  «dia^  U  na.esi.a  qti"»  os  «{jalaban  con  te- 
"3í    laalijarlM,  pidieron  e  oíjímao-  par  i  híioorol  zaesoü,   Ejtoa  y  «1  Pdro- 
^  I    loi  mwoaM  DÍAS  autigu  d3  d  2  ia  r0píibUc-4* 


—  218- 
de  enero  de  1526  se  dl6  órdea  ''para  que  magaña  peí 
de  ningna  estado  ni  condición  que  sean ,  no  sean 
de  trabajar  oon  indios  de  ningana  manera  en  días  da< 
mingos  é  fiestas  qne  la  iglesia  manda  guardar ,  só 
qae  por  cada  dia  qne  trabajare  en  los  snsodislios,  ii 
en  pena  de  3  pesos  de  oro,  la  tercia  parto  para  la 
¿e  S.  M.  y  las  dos  tercias  partes  para  el  dennnciadoc 
para  el  jaez  qae  lo  sentenciare.'^  En  el  cabildo  inmc 
de  12  del  mismo  enero,  atendiendo  al  mnclio  añmesto^ 
iban  teniendo  las  malas  qne  se  traían  de  las  isles  en 
número,  prefiriéndolas  á  los  caballos,  lo  cnal  era 
diolali  pnes  para  la  defensa  y  aegnridad  del  país 
eran  mas  neoesarios,  se  dispuso  qne  nadie  pndiers 
mala  ni  tener  al  mismo  tiempo  caballo ,  y  para  re^át 
6  trocarlas  por  ést0S|  se  señaló  un  término  de  cin( 
días,  s6  pena  de  perderlas,  mandándose  por  el  go] 
dor  que  esta  providencia  f  nese  general  para  toda  !a 
Ta>Espafia. 

La  falta  de  moneda  para  la  circulación ,  era  un 
culo  para  todos  los  giros,  pues  todo  se  hacía  por 
cambio,  por  peso  de  oro  y  plata  [origen  del  nombre 
ta  moneda]  y  para  salvar  este  inconveniente  ,  se  ~ 
en  6  de  abril  de  1526  qne  todas  las  personas  qne  tai 
oro  de  tepuzque  y  quisiesen  llevarlo  á  la  fundición  oi 
senda  de  los  oficiales  reales,  se  les  volvería  á  dar 
do  á  pedazos  ó  tejuelos  *^de  uti  tumi  a  ,  é  dos  tomiGí 
cuatro  tocninef^  é  na  peso .  é  dos  p.'^HOs .  6  cuatro^ 
poniendo  en  cada  p^^deMS  tolos  mismos  quilates 
ande  por  la  tierra  é«se  pueda  por  me^tudo  cooif^rar 
der:  de  lo  cual  dieron  cargo  á  Diego  Martínez  j  á 
dt)  Or^lada    plateros   que  tienen  oargo  de  la  fau< 
porque  los  susod'Cli  >s  t^ug^n  oargo  de  lo  h^cer, 
dioineaore-*  les  prouien+^a  *ie  le^  d>*r  dos.pe^os  deot 
cieubO  por  lo  que  se  di^^rninaye  en  lo  partir,  é  por  sbí\ 
b/ijo  de  quilaca.cü  cuatro  pesos  por  elenco,  c»n  tanl 
eu  cada  cien  p^^sors  que  qaitaren  de  la  manera  que 
es,  h>igan  los  dos  tercios  de  menudo  y  el  un  tercio 
so  arriba  hasta  cuatro  pes^s  "   B^te  acuerdo  del  af 
miento  de  Miéjico  es  la  causa  de  la  di  visión  de  la 
de  América  diversa  de  la  de  ("i^paila,   división  qoe 
vía  se  conserva  en  pieza  de  uno,  dog  y  cuAtrp  reali 
sos  6  moneda  de  oro  de  dos  y  cuatro  pesos;  y  habí; 


—  2tó- 

t^ndido  al  Ptrú  y  á  toda  la  América  ^  es  la  forma  tu 

le  han  pasado  á  Earopa  y  Asia  tantos  millones  de  mi% 

res.  Para  que  asistiese  á  fandieion  y  estuviese  presen* 

<*á  ver  hacer  el  oro  menndo  y  lo  vea  meter  y  marcar 

sta  tanto  que  se  entregue  á  sus  duegne  á  sns  dnefips,  y 

ra  que  tenga  cuenta  y  razón  de  todo  ello/'  nombró  el 

mtamiento  en  11  de  mayo  de  aquel  año  á  García  de 

rena,  señalándole  el  sueldo  de  cincuenta  pesos  de  oiO| 

lientras  dure  el  tiempo  que  se  hiciere  el  ,^cho  oro  me^ 

tdo.'^ 

ayuntamiento,  al  mismo  tiempo  que  fejercía  un  pon 

extenso  en  todas  materias,  no  descuidaba  lo  que  era 

peouliar  de  sus  atribuciones.  En  28  de  .  septiembre 

152G  acordó  una  ordenanza  de  policía  en  lo  que  Ee 

ida  <^que  todos  los  vecinos  y  moradores  de  esta  dicha 

iad  alimpien  sus  pertenencias,  y  no  echen  ni  tengan 

kdares  á  su  puerta,  y  de  aqní  adelante  echen  las  ba^ 

íb  y  muladares  fuera  de  la  ciudad,  é  no  echen  en  las 

tled  cosa  alguna,  ni  agua  sucia,  ni  cosa  que  mal  huela, 

.cosa  mortecina;  só  pena  de  tres  pesos  de  oro ,  aplica* 

la  tercera  parte  para  las  obrag  públicas  de  esta  dicha 

Iad,  é  las  dos  partes  para  el  juez  que  lo  sentenciaieé 

el  denunciador:  con  apercibimiento,  ^ue  cuando  al- 

de  lo  susodicho  se  hallare ,  é  no  se  pudiere  averiguar 

^  )a  lo  hizo,  ni  de  donde  se  echó^  se  penarán  cuatro  ca- 

1^  lag  mas  cercana^^  de  donde  se  hallare  la  basura  ó  mu- 

'  kr."  Bn  el  mismo  año ,  en  27  de  abril  •*  se  nombró  á 

Bodriguez,  albañil,  para  que  tenga  cargo  en  dar  in< 

itria  para  que  las  calles  de  esta  ciadad  lleven  sus  eor^ 

ites,  por  manera  que  no  se  hagan  en  ellas  lagunas,  y 

señaló  por  el  trabaio  de  su  persona  cien  pesos  de 

por  cada  año  pagados  por  tercios ,  y  se  le  mandó  dar 

idainiento  para  que  los  indios  do  cada  vecino  adoben 

pertenencias,  ó  que  lo  haga  ef  dicho  Bodrigues  á  su 

^tra  ordenanza  de  mayor  importancia  se  acordó  en  31 
ilio  de  1527  arreglando  el  modo  de  trabajar  las  mi- 
partido  que  se  habia  de  dar  á  las  cuadrillas  y  otros 

_ienores;  entre  los  que  se  encuentra  la  prevención  de 
níDgnn  minero  ^^sea  osado  de  dar  á  hacer  ni  haga  jo- 

^ígana  de  oro,  ni  tejuelo  dh  oro,  á  los  indios  plateros 
ita  ]^aeva  Ej^paña  agora  ni  en  algún  tiempo,  só  peua 


*•• 


—  220  — 

de  perdimiento  de  todcs  sns  bienes  para  la  cama»  del 
M.  é  de  destierro  perpetuo  de  esta  ílueva  España.' ' 
probable  que  el  objeto  que  en  e*to  ee  llovó  fü6  ac 
el  pago  de  los  deicclios,  obligaudo  á  presentar  á  loii 
ciaies  reales  todo  el  oro  que  se  sacaba  de  las  minas; 
tal  providencia,  cualquiera  que  fuese  el  fiu  quo  en  dlti 
tuvo,  fué  sin  duda  la  cau^a  do  Ja  ruina  del  ait^  de  U] ' 
t-eria,  que  tan  adelantado  estaba  entre  los  mejicanai 
tes  de  la  conquista. 

Se  arregló  también  por  el  ayuntamiento  el  ramo 
corredores,  habiendo  mandado  en  30  de  agosto  de 
&e  sacase  á  pregones  **el  arrendamiento  de  la  corredf 
de  esta  ciudad/*  ofrex^iendo  á  dos  peses  por  ciento  djí< 
recbos,  y  se  remató  en  12  de  septiembre  por  Jaan  ~ 
00,  por  el  término  de  dos  aüos ,  "¿  razón  de  €0  pesos 
afio  para  los  fondos  del  ayuntamiento,  y  llevando  ** 
y  medio  por  ciento  de  cada  parte ,  de  todas  las 
y  contratacianes  que  hicií^se."' 

Para  que  los  cortesanos  lo  f  o  distrajesen  eff  jwi 
en  pasatiempos  en  los  dias  do  labor,  se  mundo  en 21^ 
junio  del  mismo  a3o  "que  do  aquí  adelante ,  ningtaí 
cial  que  usare  su  oíicio  en  esta  ciudad,  no  sean 
jugar  á  bolos,  ni  á  la  pelota  en  los  dias  do  hacer  alj 
pena  por  la  primera  vez  de  10  pesos  do  ero,  £0  por 
gunda  y  20  dias  de  cárcel,  y  por  la  t4?rtora  vezq«i 
desterrados  de  esta  ciudad  perpetuamente.''  Porat 
jHJSterior  de  23  de  de  diciembre  del  mi.snio  ailo,  el 
tamiento  señaló  el  precio  que  lo»  arlctanoa  deliau 
por  diversos  arteüictos,  y  enaste  punto  llama  mw 
¿tención  que  cuando  no  liabian  pasado  mas  que  ttiai 
desde  la  conquista,  estuviesen  ja  establceidoa  loí» 
de  toneleros  y  fabricantes  de  püfio ,  habiéndose 
los  primeros  que  ^4Icvcn  por  arma  una  bota  y  v 
arcos  de  madera  y  hierro,  dándoselo  el  duefio  de  la^ 
dos  peüos  de  oro  é  no  mat?/'  y  loa  tundidores  "per 
una  vara  de  paño,  dos  tomines  do  oro,  y  por  alzar 
zado  un  tomin  por  cada  vara."  En  el  mii^mo  día  se 
so  *'que  todos  los  que  hacen  ó  ovierea  de  hacer  c< 
sus  solares;  no  echen  adoves  en  las  partes  de  las 
que  solen  á  las  calles,  só  pena  que  se  les  derribar&i 
«idificio  ó  treinta  pesca  de  oro»'' 

Unñ  providencia  muy  característica  del  siglo  es 


^  221  — 
B6  díotó  en  17  de  mayo  de  1527^  para  dar  camplimiento 
á ana  cédala  de  Oárlos  V  pii  qa^  uji>«iid^ba  *'qae  eu  euta 
JKoofa  Bié^'^fÍA  Qo  tia^ya  mugan  jadío,  ó  hijo,  iiieoo  lü  vis 
nieto  de  qaomado,  ui  reoouciU£iaü  deupru  del  cai»rt(*  gra« 
do,^  y  aoiiqae  eeta  diisposicioa  »e  babia  publicado  ^a  por 
Oorté:if  86  cUépa^o  ^^qae  se  pregone  de  ua^vO)"  y  que  ios 
Individaod  de  que  se  trata  ^^se  v^ayaa  eu  el  primer  navio 
é  earabela  que  de  cat«lqaiera  de  loa  puertos  de  esta  iSíue- 
Ta  Biipaüa  saliere  é  uo  seau  osados  de  veoir,  ni  tomar 
áeiia,  s6  la  pena  de  perdimiento  de  todos  bus  bienes^^' 

La  bala  del  jubileo  del  ano  santo  fué  presentada  en  el 

cabildo  de  26  de  marzo  de  1528  por  el  clérigo  Alonso  Eq^ 

sadeio ,  y  el  ayaatamisnto  acordó  ^'  que  porque  en  esta 

Hoeva^fispaña  no  ha  venido  ningún  jubileo,  ni  otras  bu*- 

las  ni  gracias  para  reparación  de  las  ánimas ,  se  reci^ 

bisse  con  toda  solemnidad,  para  que  se  goce  del  dicho  ja- 

biko^  y  el  señor  gobernodor  [el  tesorero  Alonso  de  tus-» 

Jraddi]  (L)  oomo  patrou  y  gobdrnálor  en  nombre  de  6. 

H  por  no  haber  obic»po,  señaló  los  tros  dias  en  que  el  di^ 

ehojubileose  hadeg^nar»  conforme  al  dicho  breve  ,  y 

que  se  gane  el  jubileo  en  el  colateral  mayor  do  la  iglesia 

de  esta  ciudad ''  í&l  escribano  de  cabildo ,  que  á  la  sazón 

;lo  era  Alonso  Lúeas,  al  escribir  e^te  acuerdo  asentó,  en 

;él  colateral  mayor  <2«  2a  ca/»i¿{(«  (26  SanAlfonso^  y  luego 

:tacli6  eetas  palabras,  pero  de  modo  que  se  pueden  leer,  y 

r4e  ellas  se  infiere  que  en  la  antigua  catedral  ó  ceica  de 

■Mñ  habla  una  cauilla  dedicada  á  aquel  danto. 

Una  délas  meterlas  de  que  se  ocupó  el  ayuntamiento 
an  el  afU>  de  1529  fué  el  arreglo  de  la  procesión  de  Oor- 
1^,  y  en  el'cabil  lo  de  24  de  ma^o  se  mandó  ''que  porque 
lo  el  salir  los  oficiales  con  sus  oficios  en  la  fiesta  dta  Oor-^ 
fiu  OrUH  ha  habido  en  esta  ciudad  diferencia^  especial^ 
Ibeota  entre  los  armeros  é  sastres:  por  tanto,  por  los  quitar 
^diCsrenoias,  mandaron  que  el  oficio  de  los  armeros  salga 
(unto  al  arca  del  Corpus  OtUti.  é  Int-go  adelante  de  él  va- 
yan losciastrés  con  su  oficio,  é  así  sucesivamente  nn  oficio 
ni  pos  de  ^otrO|  por  manera  que  ningún  oficio  de  vecinos 


ft]  tios  aiarqn»*e  de  U(aa?a  pf  ttmiian  <!e>«eiid  r  de  AJonfl<>  de  E-tr«da, 
«a  smarauM  mdíiib  «1  l6m%:  vT « eoj  la  oasa  «Ih  fi  jv-da  etc."  Lo  %  últimof 
lArídil9S  4t  eaU  úmáiia  han'&inorto  poo.  ■  w&oi  na. 

PMSftTAOIOKSS.— 70K0  n»^2$ 


—  214  — 
qne  8ei\  uua  cerca  de  casas  de  uua  parte  y  de  otra  delí 
cilzA  la,  Uíista  I  a  alean  tari  üh  que  llega  á  la  tierca  firme" 
y  para  nuiforinar  con  esta  disposición  la  conceaion  de  w^ 
lav(\s  liecba  ¿i  la  Saufca  Veracruz  »  se  acordó  qae  *'por 
Cíi  iuto  la  igiosia ó  boítpital  de  la  Veracruz  tieneseñaladoB 
dos  Rolaren,  d  uno  á  la  acera  de  la  calzada  y  el  otromai 
íulontio  liá  jia  Vrís  casas  do  íom  jiidio3  ,  y  porque  los  éo- 
l.!,reí  y  casaS  que  80  la^brairn  jantoil  la  dicha  cabaáa 
han  do  ir  l?.biiA  ios  á  caaa  muro  [esto  e3>  á  continuación 
uiio.sdeotro»]  pííralortilicacloii  deesta  cindad;)portaDto^, 
que  ki  qaitiibau  ó  qait^irou  id  solar  qae  es  liácia  las  casan 
d^  lo  i  iu  liM,  y  le  haoian  movciid  do  otro  solar,  jaatoé 
liu  li'  con  íil  8()lhr  donde  agora  está  hecha  la  iglesia  éá 
dicho  ho^nital ,  la  calzad»  adelante. "  De  esta  manen 
oae  (>'>  utiida  ia  ciudad  ooá  las  huercas  de  la  calzada  de 
Tícabt  por  la  larga  calle  dol  puente  de  Alvarado,  q^e 
íbrttia  rt:ia  scrif)  continuada  do  casas ,  sin  salidas  latera- 
les jior  la  dispnsion  del  aynntaraiento  de  que  se  labiicase 
'Mt):i  c.tS  i  muro.'^  En  las  liKcrtas  se  mandó  qae  de  tres 
0!i  tiv-;  Holare.í  quoílase  una  c:ille,  lo  que  ó  no  fiecnmpliÓ! 
o  coa  el  transcarno  del  tieiüpo  se  han  ido  cerrando  ya* 
nié'idoce  á  las  huertas, 

Entro  las  dispoíiiciones  que  Retomaron  para  qneeala 
ciudad  so  eytAblecieseu  los  oiicios  mas  necesarios,  eñn<i» 
tab!e  el  aviuerdo  del  ayantamiento  de  13  de  enero  del'''35 
por  el  qae  se  señaló  salario  (i  Fra?>cieco;Soto,  barberoyci- 
mi  M.io  *-p(>r  taiiiií  tiempo  cu  Hito  fuese  sn  voluntad  dd 
dního  (toiieejo,  }>oiqne  reaida  en  otita  ciudad  j  sirraeü 
eil.i/^  y  eu  i{^'Uiile^  téroiinoa  ge  le  señalaron  en  el  misoo 
cal)ildo  cincuí.nta  pesos  do  oro  á  Oriííitóbal  Eniz,  htfrra* 
dor.  Lo3  medioi!jque'paraeí^ío  se  empleaban  no  eran  aiea* 
pie  tiin  «naves,  y  así  fué  que  para  que  no  faltase  pan,íe 
aconh)  en  el  cabildo  de  5  de  mayo  de  1529  "que  por  í&att 
esla  ciudad  e^tá  muy  mal  proveida  de  pan,  ó  las  mnjerei. 
qu 3  solían  amasar  no  lo  quieren  hacer  ,  de  quelarepi* 
blioa  recibe  mucho  da&o:  por  tanto,  que  ordenaron  é  miQ' 
daron  que  un  alcalde  é  un  regidor  vayan,  ó  requieran  4 
manden  á  todas  las  mujeres  casadas  y  solteras  qnshasli 
a^^i^ra  han  amasado  pan  para  vender,  que  de  aquí  adfrí 
lantí3  amasen  e  vendan  pan  al  precio  que  está  pnesto^i 
til  algana  dijere  que  no  tiene  tri^ifo,  que  vaya  por  elloí 
casa  de  Antonio  de  Carmona,  é  les  dará  hariad  é  coMl 


F^ 


—  115  — 

reales  por  cada  hauej^^a  qne  amasaren  é  leña,  6  qne  aca« 
dan  con  el  pan  al  dicho  Antonio  de  OarEnoua ,  8Ó  p(  na 
que  la  que  no  lo  hiciere,  ei  í aere  solteía ,  le  eei án  dados 
ciea  azotea  públicamente,  y  si  fuere  casada ,  le  lleven  la 
pena  que  está  pncsta^  6  esto  presa  ella  ó  &n  maiiuo 
¿asta  que  lo  haga.-'  En  el  cabildo  siguiente  de  10  del  mis- 
mo mes  se  acordó  una  providencia  mucho  mas  f  uudíida 
en  razón,  y  que  produciiía  sin  duda  mejor  efecto ;  que 
ísié  aumentar  el  precio  del  pan,  puea  siendo  el  motivo  do 
la  escasez  ^^estar  puesta  Ja  libia  de  pan  á  ocho  marave- 
dís, 6  no  tener  gaaaucia  las  panaderas,"  sedíepusjo  subir- 
la á  diez  maravedís. 

El  primer  protomédioo  fué  el  licenciado  Pedro  Lo,  cz, 
ol  cual  presentó  los  poderes  que  traía  de  los  i)i  oto rr; tili- 
cos del  emperador,  en  el  cabildo  de  11  de  eii»ro  de  loüT, 
y  fie  le  autorizó  á  usar  de  ^u^  facultades,  seSaláudole  las 
penas. que  poília  impoaer.  Sin  embargo  de  esta  autí>iiz;i- 
oion,  no  le  dejó  el  ayuntamiento  ejercer  libremerite  bu  jo- 
riadiccion,  puea  habiendo  prohibidlo  que  curase  de  bubfts 
el  barbero  Pedro  Hercandtz,  en  1?  de  febrero  del  miemo 
aSo  se  acordó  ^  que  pueda  curar  del  dicho  mril  por  taüto 
tiempo  cuanto  fuese  «u  voluntad  de  la  dicha  j aditicia  é 
regidores,"  y  en  K>  de  marzo  se  mandó  qut3  las  viísitas  de 
las  boticas  la  hiciese  el  docíor  OJoda,  regidor  y  lot*  airáis 
d8s<  y  que  este  *  veá,.y  e:ianiir¡e  las  persv^jas  que  piif-díin 
cnrar  así  de  buba  como  da  círDJí.ífc,  6  áloaqne  h»l'are  hd^ 
biles  les  dó  lice'^'C'a,  ó  á  los  d;^má  les  pí-ohiba  é  dt  ñí-i:da 
gne  no  lo  u.sen.  Tal  f»ió  el  prir»cipio  dcd  e|r,ríñcio  dí^  la  ij::c^ 
«ielna  en  esta  cai»it;il.  El  protomódico  Lop'Z  tnvo  una 
gran  casa  en  la  callo  do  la  í*erpetua,  caya  ma.e:'»iürei)éia 
celebraba  el  doctor  OervL^iíteí*  en  p.u  diálogo  '^Méjico  por 
dí^ntro ''  pero  no  ho  viqto  esta  parte  do  su  obra,  y  ne  re^» 
fiero  á  la  cita  que  de  eUa  hace  el  padre  Pichardo  Esta  ca- 
lle de  la  Perpetua  se  llam  »ba  "la  chille  qne  va  de  Santo 
Domingo  &  las  Atar^zanaft.'^  lo  cnal  p>irecj^  probar  que  a« 
quel  ediñcio  f^e  hallaba  á  la  extremidad  de  la  miasma 
calla. 

ElavuntamíAato,  siguiendo  el  espíritu  de  Oortés  prohi- 
bió s^^verarnentp  el  ejercicio  de  la  abogacía,  y  habióndoí^e 
relajado  esta  pr-ihibirJon  durante  el  gobierno  de  Balazí^r 
y  Ohirino,  se  presenta*  '^^  Procurador  del  concejo  Francis- 
co Kodrigo,  en  el  caU..    ae  18  de  agosto  de  ii526  expo^ 


—  221  — 
^ad  hizo  en  el  cabildo  de  14  de  abril  de  1529  don  FnD« 
oisao  Topaneofttl»  gobernador  de  Tacaba,  pidiedo  se  le 
drjaao  libre  ^'citsrca  estancia  é  tierra  naya,  donde  d  te 
sofero,  Bieadojadticiatnaj^or,  hizo  poner  nn  asiento^ 
vaoas  á  don' Luis  su  yetao.  ooütra  sa  voluntad,  é  par  di- 
chos señorea  vista,  mandaron  que  sepa  del  tesorero  f  Ei« 
trada]  con  joramento,  si  es  verdad  que  rogó  6  los  diebei 
indios  que  ie  dejasen  poner  allí  aquella  eBáuuna,  5  ñtíe^ 
no  título  de  la  ciudad,  é  que  ios  diputados  de  este  mei 
con  el  escribano  del  cabildo  vean  si  es  en  perjuido.  és 
se  hallare  que  pida  justicia,  den  á  los  indios  lo  suyo." 

Antes  de  teroiiaar  esta  disertación,  será  oporáno  hi^ 
cer  mención  de  algunos  lugares  de  la  ciudad  y  sus  inme- 
diaciones, notables  por  alguna  cirounstaneia  puticuSsr. 
Tal  es  el  sitio  que  hoy  ocupa  la  iglesia  y  hospital  de  la 
Santísima  Trinidad,  en  el  cual  Francisco  Olmos  y  Josa 
del  Castillo,  alcaldes  de  los  sastres,  hicieron  á  an  oQMa 
la  ermita  de  Sau  Cosme  y  San  Damián ,  y  San  AmaiOiy 
un  hospital  para  recibir  en  él  pobres  y  mieerablea  pv* 
Bonas,  que  tuviesen  necesidad  de  este  auxilia^  y  tamlaai 
para  que  desde  esta  ermita  saliese  la  corporaeíon  de 
oftcio   el  dia  de  Corpus,  con  cuyo  objeto  pidieron  dos  »■ 
lares  en  la  callo  de  las  Atarazanas  fuera  de  la  taasa,  kl 
que  se  les  dieron  en  9  de  enero  de  162f  ^  con  la  condieiai:^ 
de  que  comenzasen  luego  la  obra,  como  en  afecto  lo  veri*; 
fioaron  [1], 

fil  terreno  eu  que  está  construido  el  colegio  de 
Juan  de  Letran,  que  quedaba  fuera  de  la  trasai  era 
teneciente  á  uu  cacique  llamado  Quanüehel,  qnadea]^ 
tomó  el  nombre  de  Tapia  de  quien  io  compró  Diego 
Ordaz  con  aprobaciou  del  ayuntamiento  que  confirmó 
venta  en  17  de  agodto  de  1526,  *'eon  tanto  que  nem  la  i 


( { )  El  padr«  PiohArdo  pr«Aam«  qoe  I*  faadAoíon  d«  !«•  m«I*«b  n 
•n  la  oiUe  d «( hojpUlo  d«  San  Nioo<48,  p«ro  ooao  w  lUm^ba  calis  di  1 
tarAiiQ%t  6  da  loi  b  argaatino  toda  la  eal^a  doa<i«  Saate  Tera>a  haato 
U  UPAia  «I  Or  anta  eitando  a^toa  solarla  faara  da  la  traca  qna  ••  ««k^.*. 
aa  la  lil^  di  li  Saatiaima  nn  poditio  eatir  en  la  calla  cal  hoapMo  Ka 
cMar  qna  la  ermita  no  ae  fandé  en  denda  eat6  th^ra  Hi  %taa  a  oa  la  Jha 
ma  aln^  en  «4  lado  opaaeto  d»  la  maniiaiía,  en  la  caU#  qna  akcts  ••  lis»  s 
laa  mraTilUa^'  pero  alempra  »n  •!  tenr»ae  del  boBpiÜU  dt  )a  ' 
99^.$^  Otado  de  litio  piu9  coló  de  n.xnbre.  '        * 


X. 


—  225  — 
temptA  aia  perjaioio  y  eon  volantad  del  dioho  eaci- 
i  ooa  taato  qae  la  venta  ó  precio  iea  convenible." 
íQledia  de  San  fkMtne  estaba  fandada  en  septiembre 
ílS27«  poea  ya  se  habla  de  eiia  en  los  cabildee  de  aqnel 
ooa  el  nombre  de  la  '^eamita  de  San  Lázaro."  En  ja 
id6l528  8eIiaoeya  mención  déla  ermita  áe  Ifueitra 
de  Job  Remedios^  con  motivo  de  la  merced  qne  se 
i  Alonso  de  ?illanneva  de  na  sitio  en  aqnellas  in- 
Lones  para  poner  asiento  de  ovejas  y  hacer  allí 
y  vifia.  Por  el  mismo  tiempo  se  hicieron  ignales 
\  junio  á  TepeaquiUa ,  háela  donde  estaba  nna 
de  Af ootezama  qae  se  llamaba  Haeycoyotl,  y  don- 
detpoes  se  fandó  la  ermita,  ahora  colegiata,  de  Nnes* 
I  Sffiora  de  Gaadalnpe.  Al  nospital  de  Jeens  9  además 
terreno  qae  tenia  y  qae  habia  sido  casa^  de  Aloi|30  de 
do,  en  el  cabildo  de  18  de  ootabre  de  1628  se  le  di5 
solar  janto  á  lo  edificado  del  dicho  hospitaU" 
Tal  foé  el  principio  qne  tavo  la  formación  de  la  dndád 
H^icOy  desde  sa  planta  Shaeta  el  estodo  de  engran** 
liüAiito  á  qne  en  poco  tiempo  llegó.  Las  actas  üel  a- 
itsmiento  en  los  cinco  afios  qne  comprende  d,  primer 
iro  decabildOy  desde  8  de  marzo  de  1524  hasta  7  de  ja- 
de  1529,  contienen  ana  serie  de  providencias  snjetas 
Itodaí  á  un  plan  nniíormemente  segaido ,  trazado  con  tn^ 
[Wigenela  y  ejecntado  eon  ana  energía  que  machas  veces 
raléate  de  las  ñeras  costumbres  de  aqnel  siglo,  enca« 
todo  al  objeto  de  formar  ana  gran  cindad,  digna 
stcópoli  de  la  Nueva  Dspafta,  en  qne  se  gozasen  y  dis- 
ttaaen  todas  las  ventajas  y  placeres  de  ¡a  vida.  Sobre 
ikilw  principios  los  aumentos  f  aeron  muy  rápidos  ,  y  a^ 
[aimbra  d  ver  que  Méjico,  tal  como  lo  hemos  conocido  , 
[fté  obra  de  los  80  afios  que  corrieron  desde  la  conquista 
Iwte  fin  del  siglo.  Balbuena,  que  publicó  su  «'Grandeza 
Mcgicasa"  en  los  primeros  afios  del  siguiente»  describe 
vi  nmariamente  lo  que  existía  en  aqu^la  époea: 

Ouarenta  y  dos  conventos  levantados 
T  ochocientas  j  mas  monjas  de  velo. 

Una  Universidad,  tres  sefialados 
Colegios,  y  en  diversas  facultades 
SCas  de  odienta  doctores  gradoadpSf 


í 


—  226  — 
Diez  ricoa  hospitales  ordinaiios 
A  todo  menester  y  enfermedades. 

Sin  rednoir  &  cuentas  y  sumarios 
La  infinidad  de  iglesias,  oolacioneSi 
Ermitas,  cofradías,  santuarios. 

Oratorios,  visitas,  estaciones 
Y  las  mas  con  sagrarios  y  sacramento 
IndolgeaciaSi  y  gracias  y  perdones." 

Pero  lo  que  mas  llama  la  atención  es,  que  como  él 
mo  Balbuena  dice: 

Y  admírese  el  teatro  de  fortuna, 
Pues  no  ha  cien  años  que  miraba  en  esto 
Ohosas  humildes  [1],  lamas  y  laguna. 

Y  sin  quedar  terrón  antiguo  enhiesto^ 
De  su  primer  cimiento  renovada 
Bsta  grandeza  y  maravilla  ha  puesto. 

Hn  efecto^  nada  quedó  de  la  dudad  de  Uéjioo  de 
aztecas,  y  la  ciudad  nueva  se  levantó  desde  bus 
tos,  siendo  en  ella  todo  nuevo ,  templos ,  oflconas , 
edificios  públicos  y  privados ,  religión ,  tlengoaje , 
costumbres.  Loa  productos  de  todos  los  países  del 
venian  por  los  dos  mares  á  surtir  su  mercado,  y  t 
á  los  frutos  de  todos  los  climas,  que  su  feliz  posidoK 
tre  la  tierra  ealiente  y  la  fría  le  hacen  gozar  igualai 
hacían  que  en  ella  se  disfrutasen  todos  los  placeres 
vida,  en  medro  de  una  profunda  paz,  nunca  alterada: 
las  vicisitudes  y  guerras  de  la  Europa,  de  que  no 
ban  ni  aun  las  noticias. 

té 

Está  al  fin  esta  ilustre  ciudad  llena 
De  todas  las  grandezas  y  primores 
Qae  el  mundo  sabe  y  el  deleite  ordena. 

Amparada  del  cielo  y  sus  favoree, 
A  solo  Marte  y  su  alboroto  extraña, 
En  paz,  sí  no  son  guerras  los  amores. 


r^l    Ko  pareM  que  Balbaena  tUTiese  gfna  ooAet^  de  U 
Biagnifloensia  de  la  «mtigaa  If^íeo,  j  «so  qae  p;^  i«m«T  ii«l 


—  227  — 

feliz  Méjico^  8i  llega  á  decirse  de  él  en  naestra  época 

10  qae  Balbuena  decía  de  la  saya! 

las  diaertacionea  qae  forman  ^tos  dos  tomos  lie  de- 

ipeñado  la  primera  parte  del  asnnto  que  me  propuse 

^  ea  ellas:  cómo  se  hizo  la  conquista,  causas  que  la 

lOTíeroni  y  consecuencias  inmediatas  que  tuvo:  cómo 

i6  la  nueva  nación  mejicana;  y  se  estableció  en 

la  religión  cristiana^  y  cómo  se  levantó  desde  sus  ci- 

itos  su  magnífica  capital.  Béstanos  ahora  la  últim» 

de  mi  argumento:  cómo  se  gobernó  mientras  estuvo 

mdientede  la  Espalla;  cuáles  fueron  los  aconteclN 

itosmas  notable  que  en  tres  siglos  sucedieroD;  cómo 

f^eoastruyó  la  soberbia  catedral  de  Méjico;  en  qué  tiem- 

7  por  quién  se  fundaron  la  mayor  parte  do  los  esta^ 

"lentos  principales ,  y  los  conventos  de  uno  y  otro 

eaya  historia  presenta  no  poco  interés ;  y  por  últi^ 

coál  era  el  estado  del  pais  cuando  se  hizo  la  indepeu* 

'  k,  que  servirá  de  introducción  á  la  historia  de  Me  x 

iadependiente.  Batas  materias  serán  el  asunto  de  hi» 

disertaciones  que  formarán  el  tercero  y  último  tomo 

esta  obra. 


i^bre  la  eitatua  ecuestre  de  Carlos  IV  en  la  flaea  de 

Méjico. 

i  la  disertación  anterior  folio  185 ,  al  hablar  de  esta 

^tosi  no  se  bizo  la  debida  especificación  de  las  dos  que 

kmente  se  colocaron.  La  primera  que  se  puso  el 

9  de  diciembre  de  1756  ,  fué  solamente  provisional, 

de  madera  y  yeso,  mientras  se  fundía  la  de  bronce. 

pooo  tiempo  cayó  la  cabeza  del  caballo ,  con  lo  que  se 

M  aquella  estatua  y  se  cubrió  el  pedestal  con  uu  cer. 

;de  vigas,  hasta  que  se  colocó  la  de  bronce  con  gran 

'  )Buiidad  el  9  de  diciembre  de  1603 ,  siendo  virey  don 

'  de  Iturrjgaray.  Bsta  estatua  se  fundió  en  el  taller 

escultor  don  Manuel  Tols»  en  el  colegio  de  San  Pedro 

loable  que  fué  de  los  Jesuítas  y  en  un  patio  detras 

colegio  de  Ban  Oregorlo  en  la  parte  que  se  ha  vendi- 

^luiee  pocos  años  para  hacer  un  mesón  ó  casa  de  te^ 
tí»'' 


—  228  — 

Jíota  iobre  la  descendMciá'  de  doña  üabel  de  Jf o 
procedente  de  en  último  matrimonio  con  Juan  AndraÜl 


Bl  se&or'don  José  María  Oasafiola,  ministro  de  lai 
Suprema  de  jastioia,  se  lia  servido  propordcmarme 
cias  muy  «ariosas  acerca  de  la  descendencia  de  dofii' 
bel  Moctesamay  por  sa  último  matrimonio  con  Josa 
dradSt  qne  me  ha  parecido  no  deber  dejar  de  ini 
esta  obra.  Las  relaciones  de  parentesco  d^l  se&or' 
la  con  el  último  conde  de  Miravalle  don  Joaquín ' 
to  ;  Oasai^ola,  y  el  haber  sido  abogado  de  su  casa, 
cierom  tomiar  conocimiento  de  los  asuntos  4ie  éste  y 
eialmente  del  pleito  que  siguió  sobre  la  pensión  4 
mienda  de  tres  mil  pesos  anuales  que  esta  fantüis 
sobre  la  teaoreria  general,  fincada  antes  sobre  el 
tributos,  «omo  descendiente  en  linea  recta  del  en] 
Moctezuma^  por  dicha  seiiora  dcfio  Isabel.  En  un 
mentó  que  presentó  el  señor  don  Ambrosio  Si 
ta,  flacal  que  fué  de  lo  civil  de  la  antigua 
30  de  junio  de  1804,  consta  qne  por  cédula  de  5  de 
bit  de  1500  unida  6  los  autos,  el  rey  don  Felipe  U^ 
consideración  á  que  dofia  Isabel  era  hija  del  em] 
Mootesuma,  habida  en  el  matrimonio  que  legít 
oontrajo  según  los  ritos  de  la  legitimidad,  y  que  esta 
fiera  habia  dejado  varios  hijos  de  sus  dos  últímoa 
monios  con  Juan  Gano  y  Juan  Andrade,  mandó 
á  éstos  y  ú  BUS  sucesores  diversas  pensiones  ó  lentasj 
petuas  á  título  de  mayorazgo.  h9,  4escende]2cia  da 
Isabel  por  el  último  matrimonio  parece  siguió  sin  ñ 
rueden  hasta  dofia  Leonor  Andrade^^de  quien  pasóla; 
sien  á  su  h^o  don  Juan  Tital  Moños  Andrad^  un 
diga  en  el  mencionado  pedimento  en  que  año  se  ^ 
M  mayorazgo  ó  pensión  recayó  después  en  don 
Andraide  Moctezuma,  y  por  su  muerte  sin  sucesión 
mSi  en  su  hermana  dota  Mariana  y  de  esta  aefiora 
BU  sobrino  el  conde  de  Miiavalle,  ¿  quien  lo  dis] 
dofia  María  Josefa  y  dofia  Gertrudis,  hijas  nal 
don  Pedro.  La  audiencia  sentenció  en  favor  del 
de  Miravalle^  quien  quedó  en  posesión  de  1» 


—  229  — 
Nmocíéiiiosele  jadícialmente  como  descendiente  legítimo 
ñ  linea  recta  del  emperador  Moctezama.|PosteTÍDrmen  ha 
íotrado  en  el  goce  de  esta  pensión  doña  María  de  la  Mer- 
»(l  Trehaesto  y  Oasasola  ^  hermana  mayor  del  último 
dade  deMíravallej  casada  con  Lorenzo  Serrano,  qne  ro- 
lde en  España  y  aotnaloxente  la  disfruta,  llesulta  de  es^ 
Ki  noticias  qne  doña  Isabel  además  de  sn  casamiento  con 
antdmotzin,  con  qnien  por  sn  corta  edad  no  cohabitó| 
|tavo  casada  con  caatFO  de  los  eonqnlatadorea  españo- 
la; primeramente  con  Alonso  de  Grado  con  qnien  la  ca-* 
t  Oortéa ;  en  segnndas  nnpeias,  con  Pt>dro  (rallego  ,  de 
prien  86  hace  frecnentemente  mención 'en  «-I  ]ibro*  de  ca* 
pdo  por  las  mercedes  qne  se  le  hicieron  de  solares  para 
y  hnertaSf  y  finalmente  con  JnanOano  y  Jnan  An« 
de,  habiéndose  continnado  sn  descendencia  por  eete 
imo  matrimonio  en  la  casa  de  Miravalle. 


DISCETAOIOHE^,— ZOtfO  n^29 


APÉNDICE  PRIMERO. 


atletas  de  las  «stainpafl  de  que  se  liabla^n  este 

segando  tomo. 


I. 

JBacudú  de  arnioí  de  dan  Fei'nando  Cortés. 

|Sa  explicación  se  halla  en  el  apéndice  eegnndo  en  qne 
inserta  la  cédala  por  la  qne  se  le  concedió. 

II. 

Sejpulcró  de  OoriéB  en  la  iglesia  de  Je$ns, 

\n  historia  se  refiere  en  la  qninta  disertación  desdd  el 
lio  55  en  adelante. 

ra  inscripción  qne  se  pnso  en  él  es  la  signiente : 
'*^qaí  yace  el  grande  héroe  Hernán  Cortés,  conqni^tax 

de  este  reino  de  Naeva  Bspaña,  gobernador  y  capitán 

leral  del  mismo,  caballero  del  orden  de  Santiago,  pri» 
|r  marqués  del  Valle  deOajaca  y  f andador  de  este  san* 
[bospiCal  é  iglesia  de  la  Inmacalada  Oonoepcion  y  Je-* 

:C¡razareno.  Nació  en  la  villa  de  Medellinj  provincia  do 


—  232  — " 
Sxkremadara  en  España,  año  de  1485,  y  falleció  á^tt 
diciembre  de  1547  en  Ia  villa  de  Oastilleja  de  la  Coesli^ 
inmediata  á  Sevilla.  Deade  ésta  se  le  condnio  alconva* 
to  de  la  orden  de.  San  Francisoo  de  la  de  Téz<»ico,  'jh 
este  el  año  de  1G29  á  sas  cagas  priDcipales  en  e&ta  áúi 
de  Méjico,  con  motiv^o  de  baber  fallecido  en  las  misffiui 
30  de  enero  su  nieto  don  Pedro  f  ;ortés\  cuarto  i»Hrpí( 
del  referido  título  del  Yalie  de  Oajaca.'  En  24  deíebnü; 
de  dicho  año  de  1629,  habiendo  x)reeedido  el  fúDebreaj 
rato  correspondiente  á  Uíu  grande  héroe ,  con  mft 
de  los  señores  arzobispo  y  virey,  real  andieDcia^  tril 
les,  cabildo)  clero,  comunidades  religio&as  y  cabal 
se  depositaron  en  diferentes  cajas' abnelo  y  Dieto,«i 
sitio  en  que  iie  hallaban  er^  la  iglesia  de  San  Frandteo 
esta  ciudad,  de  donde  se  trasladó  á  este  panteón  ea  2 
junio  de  1794.  Gobernador  el  marqués  de  Sierra  ^r 

III. 

Firmas  de  don  femando  Coriéi  ydehu  fam\OA¿ 

1.  Sumando  Curien.  Esta  firma  está,  sacada  de  m*4 
den  comunicada  á  Francisoo  de  Santa  Cruz  paiaqi 
sienta  en  el  libro  de  sus  orlados  á  García  de  Llei€Bi| 
le  pague  doscientos  pesos  de  oro  de  fundición  pffl 
tercios  aaturaiea ,  durante  la  ancencia  de  esta  I^flü 
Bs paña  del  mismo  etíior  Corles ,  fecha  12  de  entíí 
152S.  ■    • 

2.  El  marqués.  Así  se  firmaba  Cortés  en  Kueva* 
desde  que  vino  con  el  título  :  las  firmas  con  su  fi< 
como  las  que  preceden  son  cscasasi  excepto  en  ellit 
cabildo  de  esta  ciudad  en  que  hay  varias.  En  la< 
de  documentos  inéditos  para  la  historia  de  Bspaüft» 
1?  cuaderno  1?,  se  ha  publicado  la  firma  entera  B< 
quéi  del  Valle^  que  he  pneeto  aquí  por  no  kateili'' 
original  Laque  ahora  se  publica  ha  sido  sacadai* 
carta  escrita  4  Garda  de  Ller«na  en  Yantepeo  dl^ 
agosto  de  1532. 

Debo  advertir  que  en  la  quinta  disertación  cooi 
mienza  este  tomo  he  dicho  que  Martin  Cortés 
don  Femando,  había  sido  capitán  de  infianteilaf 
quQ  he  «egnído  al  señor  FrescetU,  que  snpongo  ha^ 


—  233  — 
baenag  aatoridAdea  para  dedrk>\  pues  yo  no  lo  he  visto 
«a  otro  aator.  El  grado  de  baehiUér  que  se  dice  Iiaber 
obtenido  doa  Fernando  en  la  aniveraidsMl  de  Salamanoai 
ite  parece  muy  inciertOi  pues  en  dos  años  que  allí  e^tn^ 
vo no  pudo  graduarse  y  menos  eu  leyes.  El  señor  Press»- 
oott  que  aquella  universidad  por  eontar  en  su  gremio  á 
tal  alamuoi  se  lo  daria  después ;  ^pero  esto  no  es  de  nin- 
gana  manera  pi^Dbable,  pues  ni  tal  grado  hubiera  corres- 
pondido á  la  grandza  del  alumno,  ni  se  daban  por  konor 
estoj  grados  en  aquel  tiempo,  ni  ouando  hubiera  sido  mí 
habieran  omitido  decirlo  los  historiadores  de  Oor tés.  El  pa- 
rea tosco  de  Cortea  con  los  Altamiranos,  de  quienes  pro- 
ceden los  condes  de  Santiago,  venia  de  su  madrcí  asi  oo^ 
no  el  que  tuvo  con  Bodrigo.de  Paz  se  originaba  en  su  pa- 
dre, cuya  hermana  se  llamaba  Inez  de  Paz,  sin  duda  por 
el  uso  que  entonces  era  comuní  de  tomar  los  apellidos  de 
padrinos  de  bautismo. 

3,  La  Marquesa.  Doüa  Juana  d^  Záuiga.  Esta  firma 
está  tomada  del  documento  que  sigue:  que  ,  como  todos 
los  demás  que  se  citan  eu  este  apéndice  ^  se  hallan  origi- 
nal en  el  archivo  del  hospital  de  Jesús. 

^^Beoíbanselé  en  cuenta  á  Prancisoon  Sánchez  de  To- 
ledo, mayordamo  del  marqués  mi  sefior,  treinta  posos  y 
seis  tomines  del  oro  que  corre,  los  cuales  son  que  por  mi 
mandato  gastó,  los  treinta  pesos  y  seis  tomines  que  cos- 
taron seis  doblones  que  compró ,  para  dorar  la  custodia 
que  se  hizo  para  el  monasterio  del  Seüor  8an  Francisco 
desta  villa,  y  los  dies  pesos  que  pagó  á  Esteban  Franco 

i  del  dorar  della,  que  asi  son  los  dichos  treinta  pesos  y  soi^ 
tomines  Hecho  en  Ouernavaca,  diez  y  ocho  de  diciembre 

^  de  mil  é  quinientos  é  cuaredta  y  tres  años.— La  Mar« 

^q«a." 

4  y  6.  JSn  Marqués.  Dr  Martin  Oortés,  hijo  y  sucesor  de 

^H  Femando.  La  primera  de  estas  firmas  está  sacada  dejla 

^ carta  que  escribió  don  Martin  en  Méjico ,  á  27  de  enero 

de  1567  á  Juan  Gómez  su  pariente  y  mayordomo  en  Oa- 
)8ca^  sobre  intereses,  y  la  segunda  que  se  ha  puesto  por 
ser  bastante  diversa  de  la  primera,  se  tomó  de  carta  en^ 

etita  en  Madrid  en  20  de  mayo  de  1585  á  don  Diego  Pe^ 

res  de  Algaba,  isKibre  las  misma  materias. 
5.  2>.  Martín  Pérez,  Hijo  de  d<m  Femando  y  de  dofia 

Marina  la  intrépida.  Istá  sacada  del  escrito  que  presen* 


tó  á  la  aadiencia  en  29  de  jalio  de  1566  ,  pidiendo  se  b 
manifestase  la  oaosa  da  sa  priflion,  ó  ee  le  pnmose  alK 
birtad.  Se  halla  en  el  coadtrao  retpeotivo  á  la  oaiittia 
los  antoai  formados  oon  motivo  de  la  oonjoraeioii  deqoi 
f  aé  acusado  el  marqnftrsa  hermano  ^  qne  tengo  onp^ 
nales» 

7.  El  Marqués  del  VaUe.  D.  Pedro  Cortés  en  qmatt 
extingaió  la  línea  masonlina  de  don  Francisco.  Be  h*» 
cado  da  un  cnaderno  qne  tiene  por  mbro  JKi l«ieiif  j  9» 
existe  en  el  archivo  citado. 

8.  Lhendado  Jnan  AltamiraM.  Primo  de  Cortés,  ri* 
ministrador  de  sas  bienes  j  en  albacea.  Tomada  dd  in 
chivo  del  hospital  de  Jesos  en  qne  hay  mnehas  finuí 
suyas: 

"*  NOTA.— To^i  astas  finnas  le  han  eioojiio  d)  loa  docamentossa^w*' 
t&n  mtf  qlaraa  y  bien  foamadiw,  paai  hay  ea  «Uaa  maohfsltfui  TariaMii^ 
el  Üempo  y  eiroimetauoiasr   * 

.    IV. 

Plano  de  la  iglesia  y  iospiial  de  la  Burüima  Con^9i\ 

Jeeui  Nasfareno  de  Méjico. 

Explicación  de  este  plano. 

Todos  los  maci20B  de  pared  que  se  han  paesto  en 
tinta  con  líneas,  son  de  los  cimientos  de  la  igle^  j< 
ticias  contígnos  que  no  hacen  parte  del  hospital :  toi 
están  en  negro  forman  el  piso  principal  áA  hospital; 
BUS  oficinas.  * 

A  há  iglesia.  Hay  en  ella  seis  altares :  el  mayor 
cado  á  la  Pnrísima  Concepción ;  en  el  de  cmeeroddi 
del  Bvangelio  está  la  imagen  de  Jesús  Nazareno,  qi^] 
dado  su  nombre  á  la  igleoia  y  hospital :  en  el  del    '' 
la  Bpístola  es  de  la  cofradía  del  Bosario.  Los  tMS 
eaerpo  de  la  iglesia  son,  de  San  Atenégenes  el  que 
entre  la  puerta  del  costado  y  el  cnioero ,  y  loa  del  ~ 
del  Señor  San  José  y  del  Santo  Cristo. 

La  puerta  a  conduce  á  la  saoritsía,  y  en  el 
en  el  costado  ft  del  Evangelio,  estaba  el  sepnloro 
Fernando' Úortés.  debajo  de  lá  ve&tana  que  está  «« 
da  en  el  madzo  de  la  pared.  Bl  cubo  de  Ía  torrees 
pa^io  se&alado  C;  en  euya  parte  inferior  está  la 


—  236—     • 

icpó8itO|  7  en  frente  la  de  los  Dolores  de  María  Santísi  • 
jñy  ambas  eon  sns  altares  respectivos :  el  tramo  entre  loa  ^ 
dos  lo  oenpa  el  coro ,  enja  sabida  es  la  escalera  exterior 
iiqne  termina  en  la  pnerta  i;  que  es  la  entrada  á  dicho 
coro. 

Dos  puertas  scjUj  cada  nna  de  las  cnales  tiene  sn  can- 
cel interior',  dan  entrada  á  la¿  iglesia  por  los  cemiBnteiicH 
[  del  frente  y  costado  U  de  la  misma,  qne  comunica  con  la 
eaSe  por  las  puertas  'oji^y  en  el  primero  está  la  capilla 
ds  la  Santa  Bscuela  es  sefialada  con  la  letra  q.  La 
«mnmioaeion  con  el  interior  del  hospital  la  forma  la  pner 
tsf,  que  sale  al  patío  K  de  la  Tivienda  del  sacristán* 
B.  Enfermería  de  hombres. 
O.  ídem  de  mujeres. 

Oadauna  de  estas  salas  tiene  veinte  estaseias  para  eu* 
femoSy  divididas  unas  de  otras  con  tabiqnes  y  cerradas 
por  delante  oon  una  cortina  de  cotin*  Ambas  comunican 
eon  la  capilla  D,  de  la  que  la  separa  un  enverjado  de  ñtr* 
m,  para  qué  oi^m  misa  los  enfermos. 

Las  salas  de  enfermos  formaban  una  cmz  ,  designada 
perlas  letra  efJclllm^  quedando  en  el  centro  la  oapilk^ 
,  9  hij^  pero  en  la  actualidad  el  Mpaeio  hf  U  m,  está  des- 
'  úBaao  á  otros  usos,  como  ee  explicará  en  seguida. 

IL  Pieza  para  recibir  los  enfermos  y  distiibinr  la  cornil 
i^  qne  tiene  su  entrada  por  la  puerta  o  que  sale  al  cor- 
redor. 

Bn  la  parte  inferior  de  la  capilla  D  y  de  la.aala  E  está 
la  hotica  con  sus  oficinas,  teniendo,  además  del  labóralo^ 
tio  f I  otro  patio  interior  sefialado  M  con  el  mismo  objeto. 
F.  Cocina,  con  despensa  anexa  y  depósito  de  agua  en 
R^y el  brasero  en?!. 
6  H.  Para  poder  recibir  mayor  número  de  enferman,  se 
'  luui  dispuesto  seis  camas  en  la  pieza  U  contigua  á  la  G, 
qno  es  entrada  á  la  sala  de  mujeres. 

Lajpaerta  principal  del  hospital,  adornada  con  dos  eo*^ 
'hmnas  toscanas  y  su  cornisamiento  está  en  «^  y  por  ella 
io  SDtra  al  patio  I,  y  de  este  se  pasa  al  segando  L  por  la 
malera ,  y  por  dos  arcos  que  están  en  los  dos  extremos 
^  corredor.  Ambos  patios  en  su  parte  baja  tienen  pór-< 
tioofly  sostenidos  por  pilares,  que  se  han  substituido  á  las 
oolnnmas  que  antes  habia  y  en  el  piso  alto  los  forman 
eoliuimaii,  JBn  el  centro  del  patio  L  bay  una  fuente  con 


—  236-^1 
labaderos,  para  laa  familias  de  loaj  mpleados.  La  eicato- 
ra  J  es  dos  ramales  de  tres  6accd<mes  cada  nno  que  6^ 
á  los  dos  patíos :  desde  la  meseta  qae  se  iorma  eatiean^ 
bes»  sale  au  tramo  de  Bneve- escalones,  que  se  divida  fH 
otros  dos  de  oeho,  por  los  que  se  sobe  á  los  coiredorfsd« 
los  dos  patios,  y  por  estos  hay  entrada  iadexiesdienlBá 
todas  las  ofie'mas  y  Tiviendas  que  signen; 

K  archivo  de  la  casa  de  los  excelentísimos  selíores<!^ 
qufis  de  Terranova  y  Monteleone  y  del  hospital. 

O  O»  Tiyienda  del  padne  capellán ,  con  entrada  porin 
enverjado,  señalado  en  el  corredor  con  una  linea  de  pni!* 
tos. 

P.  Bstancias  para  practicantes  y  pensionistat,  contt' 
tr|ida  por  el  corredor. 

.  Q  Q.  Vivienda  del  boticario  del  estableoimrnto,  tf 
entrada  por  el  segando  corredor,  ea  los  mismos  tónmvi 
que  la  de  la  vivienda  del  padre  capellán.  ^ 

B  B.  Yivienda  del  mayordomo  administrador  del  eiti^ 
bleclmiento,  con  entrada  por  la  calle,  además  de  la  4P^ 
tiene  por  el  €<»Tedar.  ^ 

S.  Onarto  de  criados,  con  salida  á  nna  azotegüeUea 
está  la  bomba  qne  snbe  el  agpa  á  todas  las  ofidsas. 

T.  Bopería,  con  pieza  eontigna  para  guardar  la 
limpia. 

V  V.  Vivienda  del  facnltativo  director  del  es 
miento. 

B  B.  Vivienda  del  enfermero  mayor. 

L  L.  Anfiteatro  para  el  examen  de  los  cadáveres, 
qne  se  sabe  por  la  escalera  y  qaeda  encima  de  latt< 
tía* 

inr.  Patío  ton  faente  para  lavar  la  ropa  de  los  ^& 
al  qne  se  entra  por  el  patío  J^  de  la  vivienda  dei;aa 

X.  Sitio  de  las  casas  nuevas  qne  ee  están  coba 
do.  epertnecientes  al  hospital. 

Y  Y.  Oasaa  qne  se  alquilan  y  son  del  mismo  ho 
Z.  Gasa  del  convento  de  Santa  Cli^a,  oonstmida 

terre^del  hospital,  por  el  que  paga  censo* 

V. 

Traslación  de  la  imagen  d$  JeéUM  Nazareno  á  la  igU 
ho9j^iial  de  la  FutUima  Concepción ,  verificada  e  I 


—  237  — 
de  marzó  de  1668.^Cluadro  auiiguo  exMente  en  el  mi8\ 
mo  hoapitaU 

La  inscripeion  Bigaiente  esta  paosta  ea  un  óvalo  á  la 
izquierda  del  caadro. 

''Bu  el  á£Lo  de  lt>63  marió  Petronila  Geidníma,  dneña 
de  la  Sante  imagen  de  Jesas  Kiizareno  j  y  en  dada  de  á 
Qaó  iglesia  pertenecía  I  se  echó  en  suerte  entre  cinco,  y 
capo  á  este  santo  kospital  de  I:íaotílra  Señora  de  la  Oon« 
.  odpctou:  y  en  3  de  marzo  de  dtoiio  aíio  se  trasladó  en  6o« 
iemaeuproeeaion  la  ¡sagrada  Jmágen  de  Jeans  Kazare-* 
no,  siendo  jaez  oonoervador  del  estado  del  Valle  de 
OiíjaBa^  Jy  ^corregidor  en  turno  do  e«ta  ciadad,  el  sefior 
oidor  doctor  don  Jaan  Mannel  de  Sotomayor  del  orden 
doCalatrava;  y  gobernador^  el  señor  don  Pedro  Eaíz  de 
la  Oolina,  alcalde  ordinario  de  la  misma  i  y  capellán  ma^ 
yori  el  bachiller  don  Antonio  Yenavldes:  y  en  178L  man** 
áó  sacar  este  lienzo  del  antigao  el  señor  gobernador  don 
Domingo  Yictorica :  y  siendo  jaez  conserrador  y  gober» 
nador  del  estado  el  sefior  don  Migael  Bataller,  oidor  de>» 
cano  de  esta  real  andieñcia ,  anditor  de  guerra  de  esta 
'K.^Bspaña,  jaez  protector  del  Montepío  de  Animas  y  de 
minisbrosy  juez  del  real  consulado  de  Alzadas ,  y  jaez  de 
la  real  lotería  i  y  contador  de  dicho  estado  don  Juan  Ma- 
nnel Bamirez ;  y  escribano  don  Manuel  Imaz ,  lo  mandó 
lenovar  á  sus  espensas  don  Pedro  Santiago  Sanl  Bolero, 
mayordomo  de  este  santo  hospital  de  la  concepción  y  Je<« 
•na  Nazareno,  en  1?  de  diciembre  de  1816. 

TI. 

Retablo  mayor  de  la  iglesia  del  hospital  de  la  Purísitaa 
Oonoejftíon  y  Jesús  Nazareno  de  Méjico. 

|g  La  descripción  de  est^  altar  y  gas  imágenes^se  halla 
en  Isbl  sexta  divsertacion. 

HalbiéAdose  insertado  en  el  apéndice  segundo  de  este 
legando  tomo,  36  la  bula  del  papa  Ulemente  VII,  conn 
Mdiendo  ^diversas  gracias  á  la  igloaia  y  hospital  de 
FesiiSy  ha  parecido  conveniente,  para  dejar  concluido  to- 
lo lo  relativo  á  este  piadoso  establecimiento,  poner  aquí 
A  doouiULento  siguiente  por  el  que  constan  las  que  postea 
lormento  oonceUió  el  papa  Benedicto  XIII, 


—  238  — 
Ai«to,'-Ealaciadadd6M6)icO|  á  veatiocho  dias  dd 
mes  de  noviembre  de  mil  setecieatoa  reintey  nseve  aficB, 
el  Heuor  doctor  don  Francisoo  Eodrigaez  Naranjo ,  ftte^ 
gado  de  la  real  aadiencia  de  esta  oórte  y  presoa  delfisnl» 
de  \é  inqoifiicion  de  este  reioo,  y  ordinario  de  diolK>  santo 
ofií^io,  catedrático  jabitado  de  código  de  esta  real  Unirer- 
»id4d,  y  ctiancelario  de  ella,  canónigo  doctoral  de  eitft 
Sí^ntii  ígldáia  Aíecropolitana,  jaea  proTisor  y  Tícarioga* 
neral  de  este  arzobispado^  por  el  may  ilastre  yenerable 
BBÍlor  Dean  y  cabildo  sede  yacaute  de  esta  dicha  Sasts 
Iglesia  Oacedral  Habiendo  visto  lo  pedido  por  el  huiíH 
hóT  don  A.ntoQio  Bernárdez  de  JEtivera,  presbítero  deote 
arzob  g  jado,  en  sa  escrito  antecedente  ^  en  qne  expraa^ 
qae  Nuestro  Santísimo  Padre  y  Señ«ir^  el  señor  Be&eaidB 
por  la  Divina  Prorideneia  Papa  décimo  terdOi  se  hsbía 
servidlo  couoeder  indulgencia  plenaria  y  lemisicMi  det(h 
(](J3  sus  pecailos  á  las  personas  de  ambos  sexos ,  quees- 
tan  do  eufcrnos  en  el  hospital  de  Noestra  BeSoni  dsla 
Concepción,  en  eliirtícalo  de  la  mnette^  verdaderflQMDte 
arrepentidos,  confosados  y  sacramentados,  invocsrsn  el 
Dalcislmo  nombre  de  Jesús,  no  pndiendo  oo&  la  boca  oot 
el  corazón,  como  constaba  del  breve  y  demás  deipaAofl 
qud  con  la  debida  solemnidad  presentaba.  Y  per  sstaee 
habla  servido  sa  Santidad  de  conceder  indalgenma  pk^ 
uaria  y  remisión  de  todos  sus  pecados  ó  las  personas,  qw 
eu  la  feíia  sexta,  antes  de  la  Dominica  de  Penteoost», 
y  [sitaren  la  iglesia  del  hospittiL  de  Nnestra  Btóora  deb 
Uonoepcion,  como  parecía  por  los  despachos  que  asímis^ 
mo  presentaba,  para  que  vistos  por  su  señoría ,  se  sirTie^ 
se  mandar  darles  el  paso  para  sa  publicación,  y  qae  se 
le  diesen  los  despachos  acostumbrados.  Yisto  igualfflestt 
lo  respondido  por  el  prooiotor  fiscal  de  este. arzobispado 
al  traslado  que  de  dicho  escrito,  breves  apostólicos  y  de^ 
más  instrumentos  presentados  le  fué  mandado  dar,  ea 
qae  vino  expresando  no  haber  inconvenimte  en  que  se  le 
üiese  el  paso  á  los  referidos  breves  aposMlieos ,  respeet^ 
á  que  uno  y  otro  estaban  expedidos  en  la  forma  tef^nte^ 
de  la  romana  cuaia,  y  con  los  pasos  del  real  y  supreer 
concejo  de  las  Indias,  y  de  la  Santa  Grasada»  eon  le á  * 
más  que  debió  verse  y  tenerse  presente ,  dicho  aeHor  pf 
visor  dijo.  Que  por  lo  que  le  toeaba^concedia  y  conosidi 
licdncia  para  que  se  procela  á  la  poblicacioa  de  11»  '  ' 


—  239  — 
dalgendasfqae  se  contienen  en  los  dos  expresadosbreves, 
en  forma  y  con  las  cireanstancias  qne  en  ellos  se  e:p  le^ 
san,  para  onyo  efecto  se  fijen  rotalones  y  tarjas  qae  coiih 
tengan  dicha  publicación,  en  las  partes  y  lagares  qae  pa- 
reciere conveniente  al  dicho  bachiller  don  Antonio  Ber^ 
nardes  de  Bivera,  tfqnien  se  le  dé  testimonio  de  este  auto, 
autorizado  en  forma  por  el  presente  notario,  oñcial  ma- 
yor de  gobierno,  y  se  le  devaeWan  dichos  breves  y  demás 
instrameatos  que  tiene  presentados ;  y  asi  lo  provea  ó  a- 
oordó  y  firmó^Dr.  Francisco  Bodriguez  Kavaryo.— An^ 
te  mL— José  de  Esoamiila  y  Torregrosa ,  notario  oficial 
mayor  del  señor  secretario,— Ooncaerda  este  traslado  con 
el  aato  original  de  donde  se  sacó,  que  queda  con  los  de-< 
más  sobre  lo  que  expresa,  en  el  archivo  de  la  secretaría 
de  cámara  y  gobierno  de  este  arzobispado  de  mi  cargo  y  á 
qae  me  remito;  y  para  que  conste,  y  en  virtud  de  lo  en  él 
mandado,  doy  el  presente  á  dicho  bachiller  don  Antonio 
Bernárdez  deBivero,  en  la  ciudad  de  Méjico  á  tres  días 
det  mes  de  diciembre  de  mil  seceoientos  veinte  y  nueve 
a&os,  siendo  testigos  don  Miguel  de  Orduna,  teniente  de 
algoaell  míajot  de  este  dicho  arzobispado ,  y  don  Pedio 
Antonio  Bodriguez,  presente!'.  ^Bn  testimonio  de  ver  ^ 
dad  k>  flrmé^— J(M^  ¿«  Eitsamüla  y  Xorregro9a*^\2k  en 
do6  fojas  con  esta*^Orátis. 


VIL 

Eetraio  de  señor  Zumárraga. 

Existo  en  el  palacio  arzobispal  en  la  colección  de  los 
señores  arzobispos;  no  se  sabe  qué  fé  merezca,"  pues  en 
estas  coiecciones  los  retratos  mas  antiguos  suelen  ser 
cuadros  de  imaginación,  puestos  para  completar  la  gé 
ríe.  Tiene  al  pié  la  siguiente  noticia. 

^E{  Illmo.  8f.  D.  Fr.  Juan  de  Zamárraga,'  natural  de 
la  villa  de  J)urango  en  Vizcaya,  primero  obispo  y  arzo^ 
bispo  de  esta  santa  iglesia  metropolitana  de  Méjico ,  y 
llegó  á  ella  el  aüo  de  1528,  y  por  el  de  1531  en  12  de  di- 
ciembre, se  le  apareció  la  portentosa  imagen  de  Nuestra 
Señora  de  Gdadalupe,  que  veneramos  en  su  templo,  y 
dio  f  tíndpio  á  la  ermita  de  la  gran  Sefiora*  Falleció  dQ> 


>.    ^ 


miago  infraodtava  de  Oorpus  alas  nueve  de  la  mafUuiA  y 
afio  de  1518;  de  mas  de  ochenta  aíLo.B" 

VIII. 

Retrato  dü  padre  fray  Juan  de  Torquemadú»* 

Es  un  oaadro  grande  de  oaerpo  entero  que  ee  conserva 
en  el  colegio  de  iSantiago :  cobre  su  antcuticidad  ooarien 
las  mismas  dada  que  sobre  el  anterior. 

•     :iy. 

Retrato  de  fray  Pedro  de  Gante. 

Hay  uno  en  el  convento  grande  de  Ban  Franeisoo  que 
tiene  esta  ínFcripeion.  / 

^'El  F.  P.  Fr.  Pedro  de  Gante,  hijo  de  esta  santa  pro- 
vincia, fandador  de  la  capilla  de  San  José  ,  del  colegio 
de  San  Jaau  de  Letran,  del  colegio  de  las  Ilíifias ,  y  de- 
más de  den  igle&ias  en  Méjico  y  sns  adyacentes;  tuvo 
ciencia  infasa  de  todas  las  artes  liberales  que  enseñó  a 
los  indios,  faé  sn  padre  y  de  todo  el  reino  £1  emperador 
Oárlog  Y  sn  ct^rcano  pariente,  le  negoció  bnlas;  paten^ 
tes,  y  lioencia  del  Pontifíce,  de  nn  nuncio,  del  general 
para  qoH  seordfD^&e  de  8i«cerdc»te,  y  la  merced  aojontA 
üt)  arzobispo  de  MéjíiX) :  rounució  íi*  mitra,  y  lao  admidd 
la  diopeus». 

Eeitá  enterrado  en  la  capilla  de  los  indios  de  esta  con- 
vento." 

Gremial  del  señor  Zumárraga. 

KI  gremial  es  nn  paSo  qne  nsan  los  obispos  en  la  misa 
pontitt(ial  para  descansar  las  manos  cnando  están  senta- 
dos, cabriéadolAH  los  mnslos,  de  donde  le  viene  el  nom- 
bre. Gl  dnlSr.  Zamárraga  se  conserva  en  nn  cnadio  en  la 
Olaveria  de  esta  santa  iglesia  catedral  con  estaiazon. 

•^Gremial  del  lilmo.  y  V.  8r.  D.  Fra^  Juan  de  Znoár- 
raga  del  orden  de  nne^tro  padre  San  Fiaiicisio,,  pDmer 
obispo  y  arzobispo 4e  ASéjIco,  á  qnk n  í^e  apiíifció  1^  mi- 
lagrosísima imagen  de  ^nestia  ^tfioia  de  Gnadalnt.ei 


electo  por  el  señor  emperador  Oárlog  Y  i  por  cádola 
[2  de  diciembre  de  1521.  La  bula  para  8M  consagra». 
pof  Naestro  Santísimo  Padre  Olemenle  Vil  á  5  de 
ibre  de  1530.  La  de  sa  palio  de  arzobispo  por 
santísimo  padre  Fanlo  III  á  8  de  jalio  de  1541. 
tor  del  Hospital  deUAmor  de  Dios.  Mario  eldia 
I  janiode  loáS  á  los  ochenta  de  su  edad.  Se  enterró 
oatedial  antigoa  y  se  trasladó  á  la  nneva  de  donde 
ron  sos  haesos  y  se  pnsiefon  en  ana  c^ja  de  plo> 
ooa  la  mitra  qne  usó  y  ana  saela  de  ano  de  sos  zapa- 
ooa  los  instramentos  correspondientes  de  la  identi^ 
de  todo^  la  qae  se  introdajo  en  otra  caja  forrada  en 
iopelo  carmesíi  la  qne  se  halla  con  sa  llave  en  ana  de 
&aoerias  altas  qae  están  en  el  ante^cabirdo  de  esta 
ita  iglesia  $.  donde  se  halla  costodiada  la  plata  y  oro 
HBodeella. 

en  este  áfto  de  1774  se  hallan  estos  haesos  coloca- 
I  en  la  capilla  del  señor  San  Pedro  al  lado  del  Byan- 

[II  gremial  lo  forman  cinco  escados  de  raso  blanco; 
glande  ea  el  centro  con  los  signos  de  la  pasión  bor^ 
de  oró  y  seda  imitando  los  colores  natnrales,  y  los 
>  chicos  ea  los  caatro  ángoloa  del  caadroeon  ana 
de  oro,  y  las  cinco  llagas  de  seda  encamadas  en  ca- 
nea 

[Todo9  estos  oseados  los  circanda  ana  orla  de  adornos 
'i^Mo  y  cordón  de  seda  y  oro  matizados  de  amarillo^ 
'  I»  jr  eao^raaio,  y  además  e  n  la  parce  saperior  del 

id  leí  e<»aGi;i>,  aaa  bau  la  coa  aa  lema  y  ea  ia  orla 
/tro  extremos  de  la  caerda  de  San  Frauciseo.  Bncier- 
Á  tudos  en  aa  oaadrado  au  lema  graade ,  eayas  letras 
\tw  amarillo  asi  co  ao  dichos  escudos  y  aduruos  |  es^ 
^  fijados  por  sao  orillas  coa  cordón  de  seda  y  metal, 
fA)  aua  tela  de  terciopelo  azul  obscoro  qae  suryeáto* 

de  fondo. 


-^242~ 


LBMA  GBANDB. 


Lado  Btiperior  dice « 

de  le^  derecha  dice. « 
da  Ia  isqnietda  ¡dice . 
inferior  diceé...»*.* 


<<ArmA  mvndi  iedfiB(J 
^^toris  regis  xegva.* 
«^IbyxiH  fialTatoDi.' 


LEMA  SOBRE  EL  ESCUDO  DEL  CENTBa  .^ 

[IHgnia  redemptioniinre. 
4|»     Arma  invadí  redemp      ^ 


S 


I 


Tw 


IU?ttr»l  Ot^MiUiilN 


—  243  — 

tieh  antiguo  de  I08  Greyes  de  M^UsOj  que  fué  quem^ido 
0ñ  el  iMtm  desde  junio  de  1692. 

Inmparando  la  distribacion  de  este  edificio  con  la  qne 
í  dí6  al  palacio  naeVo ,  sé  echa  luego  de  ver  qne  ae 
íbióentáramenta  Bn  el  antigao,  la  aadiencia  con  sns 
!Da0y  ocupaba  la  esquina  de  la  plazaela  del  Volador) 
^deepues  filé  habitación  de  los  vireycsy  y  la  cárcel  esta- 
A  el  sesimdo  patio  de  este  mismo  lienzo.  La  habitas 
:  del  Tirey  estaba  en  el  centro  de  la  plaza  y  en  el  pa^ 
^diterlor  las  oficinas.  Infiero  que  «lo  qne  representa 
ediftoíOLes  lo  mismio  qne  estaba  constmitio  cuando  ee 
biidió  al  gobierno  por  el  hijo  de  Cortés,  qne  era  co- 
lé las  dos  terceras  partes  de  la  fachada  actual  y 
los  patios  eran  mucho  menores  que  los  que  ahora 
Alaeapaldaseguiaeljardin,  que  por  varios  datos 
06  se  extendía  por  todo  el  ancho  de  la  cuadra,  des^ 
^  plazuela  del  Tolador  hasta  frente  al  arzobispado, 
arquitectura  era  la  de  todas  las  casas  de  aquel  tiem- 
K>a  oorredores  formados  con  planchas  de  madera  so* 
joiunuiasen  lugar  de  aróos,  lo  que  era^sin  duda  mucho 
ODUTeiiiente  que  estos ,  en  un  país  en  que  son  bas» 
ft  ¿recuentes  y  á  reces  muy  fuertes,  los  temblores.— 
puertas  almohadilladas  correspondian  bien  al  ca* 
r  da  todo  el  edificio,  que  era  el  de  una  casa  fuerte 
Dad»  á  la  defensa  en  caso  de  ataque,  que  fué  el  mo-^ 

Erque  se  impidió  edificar  casas  en  la  plazuela  del 
r.  7  no  habiéndolas  tampoco  en  aquel  tiempo  por 
lo  del  arzobispado,  venia  á  quedar  el  palacio  como 
mptcí»  de  cindadela  en  medio  de  toda  la  población. 
pie  en  el  edificio  nuevo,  variadas  las  circunstancias 
ils,  no  86  tuvo  ya  este  objeto ,  se  conservaron  los 
mea  de  la  esquina  de  las  troneras  para  callones,  que 
[aedado  hasta  nuestros  tiempos. 

•    XI. 

é^Ja  cuadra  perieneeiente  á  los  marqueses  del  Valle 
de  Jesús  en  la  ciudad  de  Méjico  j  ccn  el 


—  244- 
proyecto  de  oonitntccian  en  U  Alcaicería  formU 

en  I6I1; 

Bxifite  en  en  el  archivó  déla  caga  en  el  ho^itali 
Jesús.  La  entrada  piiripipal  de  la  cana  qne  se  q« 
el  dia  3  de  mayo  de  1636  :  correspondía  ai  centro  dil 
onadra,  y  como  estaba  cerrada  la  entrada  á  la  Al 
ría  con  el  arqnillOi  no  había  [intennpcion  en  d 
floio.  Tiene  nn  patio  piincipal,  y  los  baínartea  de  laaj 
quinas,  que  eran  tres,  pues  en  la  de  la  calle  de  Ta(  ' 
S.  Joké  el  Beal  parece  qne  no  io  habia^y  nn  patío 
que  debia  haberle  quedado  á  la  casa  según  e&te 
ooyo  sitio,  en  la  reedificación  que  se  hizo  por  el  ii 
en  la  que  todo  esto  se  varió,  se  destinó  á  una  cssa 
ciudad  que  aboia  hay  con  entrada  por  la  calle  de' 
ba,  perteneciente  al  hospital  de  Jesús. 


APÉNDICE  SEGUNDO. 


Doenmentof  raros  6  inéditos   dativos  á  la  blsto< 

ría  de  JH^Ico. 


DOCÜMEKTCSEEIATIVCS  AD  TIENANDO  COBTES. 


Kseudo  de  armas  que  ti  emperador  Oárlos   V  concedió  á 
Meman  Ooriéí  por  real  cédula  expedida  en  Madrid  á 

7  de  marzo  de  1525. 

f    '    '■ 

Rl  docnmento  original  en  vitela  con  miniatara  de  coló- 
¿^Bf  existe  en  el  archivo  del  Exorno.  Sr.  Dnqne  de  Ter*i 
^^  ranova  Monteleonei  en  él  Hospital  de  Jesns. 

J>\  O&rlos  por  la  divina  demenda ,  canperadoi  semper 
to ,  rey  de  Alemania :  dofla  Juana  sn  madre  y  el 
>  4on  OátloB  por  la  gracia  de  Dios  ^  reyes  de  Oastit 
Aé  nsoü,  de  Aragón,  de  las  Dos  Sioilias,  de  Jernsalen, 
TSTayárrá,  de  Oranada,  de  Toledo,  de  Valencia,  de  Ga- 
do Mallorca,  de  Sevilla,  de  Oerdefia,  de  Córdoba^  de 
ígñ,  de  Murcia,  de  Jaén,  de  los  Algaibes,  de  Alge . 
tUCé,  de  Qibraltar,  de  las  islas  de  Oanaria,  y  dé  las  In*. 
'  *     y  Tierra  Firme  del  mar  Océano ,  condes  de 


Beroelona,  y  seBorea  de 
Atecas  y  de  Neopatria 
nía,  marqueses  de  Odat 
Aastria ,  daqaes  de  Bi 
Flandes  y  de  Tirol  etc. 
nando  Oortés,  nnestro, ) 
la  Naevai'&apaBa  y  pro 
laoiouqae  eatre  maohos 
bds  beodo  ea  la  paoitloi 
paDa  y  prcvinoias  delta 
aSoB  Bojetastea  y  aptioa 
m^  de  oofaodeataa  leg 
gaate  qae  noa  reoonooei 
fioreH;  qne  voa  el  dioho 
ifll»  Femandiua  oou  no 
lia  oon  loa  eapaDoles  qo 
alendo  informadoa  qne 
mnoha  maltitnd  de  gen 
Vaestro  propóeito,  qne 
mando  ser  mejor  estar  < 
loa  navios  qne  Ilevaate 
viendo  vos  qne  ]oa  navl 
tra  Inteneion,  y  los  espi 

Saner  tadas  ana  faerzat 
ecUte  dar  con  los  nav 
oiesea  y  qaebraaen,  yli 
deaer  sooorridos  detloa 
la  tierra  adenCro  009  tr 
¿caballo,  y  ooliocientioi 
ion  al  camino  do  nna  pi 
goa  oon  loB  onales  peleí 
oeroados  y  pnesto  en  t» 
mnohas  veces  por  loa  ei 
sedea  á  la  ooata  de  la  n 
era.  may  temeraria!  y  q 
dea  tan  compa&eio  y  ú 
n&xon  qne.¡pae8  tob  qae 
pomían  Á  la  maerte  co 
leastea  de  tal  manera  c 
naestfo  aerrioio  j  obed 
de  eata  proriacia  qae  at 
cion  era  de  irá  lagran 


—  247  — 
liio  impottonado  por  ^Uos  y  por  los  españoles  qrxe  no  fué  < 
Ip|^de9  Á  aquella  cibdad ,  porque  estaba  jfondada  sobre 
y  tenía  machas  pae&tes  levadizas  .j  y  el  Seüor  j  na. 
les  delta  eran  gente  que  nunca  trataban  ni  guarda» 
▼erdad|  y  con  astucias  y  traiciones  se  habian  Mxecho 
poderosos  que  casi  todas  aquellas  provincias  eran 
|iiya8;  7  que  no  embargante  esto  fiústes  y  enirastes  en 
diolia  cibdad  de  Tenustitan,  y  os  distestan  buena  má- 
qae  ein  escándalo  ni  alboroto  tomastes  en  vuestro  pe- 
al Sefior  delta  y  hcioíste  que  él^  sus  vasallos  nos  die^ 
la  obediencia  y  señorío  de  la  dioba  tierra;,  y  estando 
trabajando  que  todas  aquellas  provindafe  fuese nnues- 
vasalios,  y  vos  dijesen  y  descubriesen  otros  secretos 
eosas  para  nos  loesctibir  y  hacer  saber ,  toyistes 
íva  que  en  la  costa  del  mar  había  cie/tos  naTíos,  y  d)z 
TOS  salifites  dé  la  dicha,  cibdad  y  venistes  á  la  dicha  . 
Msfea  á  ver  qué  gente  eran  y  si  llevaban  prpvjsáones  núes- . 
.  t^i^xen  áaliaido,  luego  losrindios  de  la  cit^ád  he  iebe>* 
Í[lanni  ¿outra  Kos  y  con  paz  simulada. 09 tomaron  á.rece- 
fc  Iñr  délLtro  con  novecientos  españoles  que  lleyávádesi '  f 
'  ¿ttiáo  entrados  levantaron  todas  las  puentes  y  comen-!. 
^  'Saton  á  pelear  con  vos,  la  cual  pelea  di2  .qué-  dñió  ..feis 

Í'  diaS)  en  que¡fueron  munrtos  y  heridos  muchos  éspañolef  | 
'  y  viendo  vos  el  poco  remedio  que  habia  para  los  que  que- 
,  1  daban,  determinastes  de  romper  por  los  enemigos  y  sali^ 
\  ros  de  la  dicha  cibdad,  en  la  cual  salida  ovo  tanto  peli- 
(  gto  que  murieron  délos  dichos  españoles  qué  así  ténía« 
í'  des  con  vos  trecientos  y  cincuenta  de  caballo ,  y  les  que 
;  quedaron  les  fué  forzado  ir  peleando  y  defendiéndose  por 
\  tierra  de  los  enemigos  mas  de  veinte  leguas,  en  la  cuaks 
[  siempre  vos  fueron  dando  alcance ,  y  que  en  todas  ellas 
^  vos  el  dicho  Hernando  Cortés  Uevastes  la  retaguarda, 
f  donde  padecistes  mucho  peligro  y  vos  hirieron  á  vea  y  al 
í  caballo  en  que  íbades  tres  6  cuatro  veces ,  y  el  dia  pos-» 
f  trero  que  íbades  á  salir  fu6ra  de  los  términos  de  los  ene- 
I  migos,  se  juntó  todo  el  poder  dellos  creyendo  que  allí  acá- 
[  harían  á  los  españoles ,  y  vos  comenzaron  á  cercar  de  to- 
das partes  y  pelearon  con  vos  muy  osadamente ,  y  que 
;  vos  el  dicho  Hernando  Cortés  peleastes  de  tal  manera  en 
:  squel  rencuentro  que  matbstes  un  capitán  muy  princi^ 
t  pal  de  los  enemigos ,  con  la  muerte  del  cual  luego  afloje  a 
ron  y  di«ron  lugar  á  que  vos  fuésédes;  y  ves  y  los  diches 


^ 


—  21f 
MpsBolM  TOS  Ketiroj  Utos  á  ll 
donde  los  natnraleB  d«IU  votf 
flBta  prOTinoia,  eonra  vea  ;  loi 
rompido*  y  desbaratados,  y  b 
oontra  TOBOt¡ro8 ,  dis  qae  de  j 
Taestrft  oompedifa  oa  atnonesti 
os  Tolvi^sedefl  al  paertio  déla 
vos  habíadea  eomenEado  &  hac 
oon  los  navloa  terniodes  segni 
hadándose  o^  ooea  creían  q 
oapula  lüneaBodellos,  espeí 
.  mfadeB  qneHw  naturales  de  t 
donde  eetábade^  «e  confedera 
T  asf  lerlades  mas  presto  dest 
distes  lagar,  ponléadoléa  déla 
donde  no  conTenia  salir  de  all 
los  enemlgsBfPorqne  diz  que  tí 
rades,nÁnoa  aqnellaaFpartes  st 
porqne  idoToa  y  loa  espaSoles 
ra  la  conftderaúton  de  todo*  k 
odnfDrmes  1id  baetar&  Bingmi 
de  agní  falstéa  iaage  A  ana  pt 
oa,  qtie  isMiflMba  oM  esta  a 
deila  estalAQ  rebelades,  y  que 
todo  lo  necesario  ipara  los  indi 
tro,  lea  heciatea  la  gnerra,  y  o 
i^Q  la  obedienoía:  y  qne  despn 
viDúia,  revolviatea  aobre  las ' 
Dnatitan  qne  están  en  tomodi 
de  caliallo  y  aeisoientoa  á  pié, 
entraates  por  las  diohaa  provi: 
cistes  moobaa  oosas  en  nnesia 
gente  qne  Uevábadea,  y  por  h 
deron  á  nneatra  oliedienda  m 
eionea  de  la  lagaña  y  oomaroa 
ber  Tedaddo,  diz  qne  luego  dt 
eo  sobre  la  dbdad  de  Tenoatil; 
gana  maa  copia  de  gente  y  oa 
trece  fastas  para  la  combatir  | 
gran  ardid  é  lnTen(áon  vaestn 
qnella  oibdad  en  qne  estaba  t 
Q^oellas  partes :  i  qo»  ponto  é 


Mes  por  el  agua  en  las 
Aoles, ;  f aiates  reqaeri- 
i^éaedea  porc[ae  contra 
«noia  ;  peligro,  y  gne  no 
I  de  las  íoatas  muy  irapoT 
8.  foiete^  á  meter  entre 

peligro  deaembaroastes 
)  diaa  peleoatfiB  mano  á 
ligrotameate,  y  qae  de 
tRoibdad  de  Teija^titftn 
y  loa  eápaSoIea  y  tos  in- 
adaban,  padecistes  iofi- 
aaiía  d¿qae  vos  siempre 
ilio».,y  ía^ertoa,  mnohes 
o,  qae  piatioaban  mao&áa 
o  todo  el  trabaja  pasado 
les  parecía  eosaimpoti- 
qae  vos  oviatea  en  el  di- 
Kffoeoesldad  de  mante- 
■tes  rompido  y  deabara. 
ipauoles,,  y.  otras  veces 
,ao  dfiiútea  de  otunbatir 
le^OikDO  de  loa  atenta 

y  prínai'galaa  capitaáes 

ooa,otr^  juqcHu  pto- 
lo  servicio ,  y  dís^e  fia  y 
tesy  pedíatea  por  iinér'. 

armas  para  qne  las  po- 
B  armas  que  al  presente 
y  Koa,  acatando  los'ma- 
nraa  qoe  en  lo  snaodicho 
'nebros  servicipa  qnede 
tros  desoeadientes  seaia 
D  hacemos  merced  y  qne- 
le  ftú  tenéis  de  vuestro 
sestras  armas  (tropias  y 
medio  del  &  la  mtuo  de- 
nsa 4£Dila  nepa  de  dos 
Dn  laa  armas  de  nneatro 
Uolio  medio  eecado  á  Ja 
n  oampp  colorado )  en 
ii49  0ort6Sf  yporToes» 


—  260  — 
tra  ináastria  y  eBfaerzos  trajiatea  1m  oosai  al  estod0V> 
riba  dicho ;  y  en  la  meitad  del  otro  medio  escodo  Ak 
mano  izqaierda  á  la  parto  de  arriba .  tres  ooronaB  di^*' 
en  campo  negro ,  la  nna  sobre  las  aos ,  en  meoMriilt; 
trea  Señores  de  la  gran  cibdad  de  Teanstítan  j  tmp^ 
vínolas  qne  vos  vencistesj  qne  íaé  el^j^rünero  M 
qne  faé  mnerfo  por  los  indios ,  teniéndole  vos  pNM)}^ 
Oaetaoazin  sn  hermano  qne  sucedió  en  él  sebidoi 
rebeló  contra  ITos  y  os  echb  de  la  didia  dbdady  y  doM 
qne  sueedió  en  el  dicho  señorioi  Coáaetemniin  y 
la  dicha  rebelión  hasta  qne  vos  le  venoísteB  y 
tes :  y  en  la  otra  meitad  del  dicho  medio  aaeade 
mano  izquierda  de  la  parte  de  ab^jo  podáis]  tañerla 
dad  de  Tenn£rtitan,  armada  sobre  agna,  en  meamii 
por'f aerza  de  armas  la  ganastea  y  snjetastes  innaiii 
ñorío;  y  por  orla  del  dicho  escndoen  campo  amaiiBli 
capitanes  y  sefiores  de  sieto  provincias  y  po     ' 
qn9  están  en  la  lagaña  y  en  tomo  della  qiie  ae 
contra  Kós,  y  los  vencistes  y  |M*endiste6  ^en  la 
dad  dé  Tennstitan^  apresionados  y  atados  oon 
na  qne  se  venga  á  cerrar  con  xm.  candado  debido 
escudo,  y  encima  del  nn  yelmo  cerrado  oon  mx 
un  escudo  atal  como  este  /Aquí  estápiíUadú  A 
armas.  J  Las  cuales  dichas  armas  vos  damos  pot 
armas  conocidas  y  señaladas,  demás  de  las 
así  tenéis  de  vuestros  predecesoresi  y  queremoa  y 
lira  merced  y  voluntad  que  vos  y  vuestros  hijea] 
dientes,  y  dellos  y  de  cada  uno  dellos  las 
gais  por  vuestras  armas  conocidas  y  aeSlaladas } 
tal^  las  podáis  y  puedan  traer  en  vaestros 
casas,  y  en  los  de  cada  uno  de  los  dichos  vu^ 
descendientes,  y  en  las  otras  partes  que  vos  y 
máredes  y  por  bien  toviéres.  Y  por  esta  nmei^ 
por.  su  traslado,  sinado  de  escribano  públioo^  i 
á  los  ílustríaimos  Infantes  nueatroa  muy  oaros  J 
hijos  y  hermanos,  y  á  los  Infantes,  dnques , 
condes,  rico*homes,  maestres  de  las  ordene», 
mendadores  y  subcomendadraes,  alcaides  da 
y  casas  faertes  y  llanas,  é  á  los  nuestro  ooao^  f  • 
de  las  nuestras  audiencirs,  y  de  todos  los 
asistentes,  y  gobernadores,  y  alcaldes  y  al 
nuestraoasa  y  corte  y  chancillaría^  y  6  todos  loi 


—  2S1  — 
josi  regidores^  alcaldes  y  algaaoiles  dé  nneatri^  casa  y 
.  eorte  y  chauoiUeiía,  y  !&  todos  los  concejos,  regidores,  al^* 
[  i»lde8  y  algaaoiles,  merinos,  prebostes  y  otras  justicias 
[  é  jaeces  eoalesqair,  asi  de  estos  ^naestros  reinos  y  sefion 
I  tfos  como  de  la  dicha  NaerasBspaña  é  Indias  y  islas  y 
''  tierra  del  mar  océano,  así  á  los  que  agora  son  como  los 
qne  serán  de  aqní  adelante,  y  á  cada  y  cualquiera  dellos 
;*  en  sos  lagares  y  jorisdicoiones,  qae  vos  guarden  y  cum« 
^  plan  y  hagan  guardar  y  cumplir  &  vos ,  y  á  los  dichos 
L  ^  TacBtios  hijos  y  descendientes  dellos ,  la  dicha  merced 
'  ^e  TOS  hacemos  de  las  dichas  armas,  é  las  hayan  y  ten- 
^  '  gan  por  vaestras  armas  conocidas  y  señaladas,  y  como 
P .  tales  vos  las  dejen  y  consientan  poner  y  traer  y  tener  á 
r  'TOB  y  á  los  dichos  vuestros  hijos  y  descendientes  y  dellos 
I  y  oontíatello  ni  contra  cosa  alguna  ni  parte  dello  embar-. 
í 'go  ni  contrario  alguno  vos  no  pongáis  ni  consientan  po- 
ner en  tiempo  alguno  ni  por  ninguna  manera,  só  pena  de 
*  la  naestm  merced  y  de  cincuenta  mil  maravedís  para  la 
'  "nuestra  cámara  á  cada  uno  que  los  contrario  hiciere :  é 
'  demás  mandamos  al  ome  [1]  que  les  esta  nuestra  carta 
I  ^nubstraxe^  que  los  emplace  que  parezcan  ante  Hos  en  la 
"ttiiestracorte  doquier  que  líos  seamos,  del  día  qnelos 
emplazare  hasta  quince  días  primeros  siguientes  so  la 
dicha  pena,  so  la  cual  mandamos  á  cualquier  escribano 
público  que  para  esto  fuere  llamado,  que  dé  ende  al  que 
ge  la  mostrare,  testimonio  sinado  con  su  sino,  porque  Kos 
.  Mpamos  en  oomo.se  cumple  nuestro  mandado.  Dado  en 
1»  villa  de  Madrid  á  siete  días  del  mes  de  marzo,  año  del 
dadmiento  de  nuestro  Salvador  Jesucristo  de  mil  y  qui- 
nientos é  veinte  é  cinco  años.— Yo  el  Bey.— To  fraDcis^- 
oo  de  los  Ooboa  secretario  de  sus  cesárea  y  católicas  Ma- 
geetades  la  fice  escribir .  por  su  mandado. ^-Señalada  con 
mía  rúbrica,  Begistrada.  D.  Juan  de  Bámano.  Fr.  G. 
Epi9Copus  OxomensL  Dr.  Oürvajai.  Juan  de  Beina  por 
Oanciller* 

Noia.  Bsta  cédula  se  publicó  en  el  cuaderno  2?  del  to- 
mo 2?  de  la  Ooleceion  de  documentos  inéditos  para  la  Hist 
toria  de  Sepaña.  por  oopia  sacada  del  archivo  del  anti< 
gao  marqués  del  Talle  de  Oajaca ,  en  que  sucedió  el  Ex^ 


celentlfímo  BeficnrDiiqvedeliemtiUiíya.y  l^^^t^^ 
y  A  copia  existe  entre  lotf  maüEfioritoft  46fla  Aié¿¿t»i>* 
la  Historia  de  Madrid,  perosfeiidaz^fita  ^^.íi^fXHiH 
se  ha  corregido  por  el  i^^fnaL  tfi^ «e*  baila  en  dieibii^ 
cliivo,  suprimiendo  laift  notas  que  le  pü^tenoa  losedircui. 
do  aquella  colecdon  ea  loalngareírque  ^>&eeiaii  dodic* 
el  texto  por  lo  incorrecto  da  él.-  Acefca  4aloajqai4>l 
se  figuran  presos  con  una  cadena  fotmaiidq  oriawv 
escudo  de  armas,  dice  BclmálDlazlO:S}gñieiit%^dci* 
pítulo  OOiy  de  la  Historia^:  f^Latotray  biasanfloeH^ 
en  BUS  armas  é  reposteros  fii«)on  de  mqy  estoaío^ 
ron,  y  oonfonne  á  sus  heroicos  hecluM^  y  eslahaii  caltfj 
y  como  yo  no  £é  latín  no  lo  deelaroi  y  traía  ek^ellMi 
cabezas  de  rejes  presos  en  naa/BadeBa  f  é  á  lo  :qsii 
me  parece  segnn  tí  y  enti^do^-ftero])  loa  reyei^ 
ra  diié.  Mocteznnia  gran  SefioK^  U^icOi  j6<^tf 
fiu  sobrino  de  Mocteznmai  que  tambAen  iafi  «gran 
de  Tezcncoi  é  á  Ooadlabaea^  que asíníiamo.  era.  fiátot 
Iztapalapie^  y  de  otros  paeblosi  y  al  fMkcjg  4á  Xuabif 
ai Sefior de Ouyoaoan,  é áotrognoicCIiaei^iie dadios  ' 
Tindas.  que  se  decian  Tolapa:  janto  &  Matiüeiii 
que  dicho  tengo,  deoian  <ine  erft  hijO;  do  nnaia 
de  Moctezuma,  y  muy  i^ropinoao  hereda  4e¿M^$C0| 
postrer  rey  fué  Guatemnz  elqoe  nos  did  gneiiai  6  ^ 
día  la  ciudad  cuando  la  ganamos  4  elfa^  y  4  ana  pi 
cias,  y  estos  siete  grandes  Oadques.son  loa  que  el 
qnéo  traia  en  sus  reposteros  y  blasones  por  armas 
que  de  otros  reyes yo  no  me  aéneráo  qnft.ae  W 
presó,  que  fuesen  reyes.'^  >  .•     , 

Bl  se&or  don  Garlos  María  Bastamaiite  -ea  ana 
que  puso  en  el  folio  139' del  tomo  2?  de  la  Bisrotia  da 
Conquista  de  (Mmara  que  publicó  el  a&a  4a  U26 , 
con  relación  á  la  muerte  de  Ouautemotzin: ^^aca^ 
quemas  escandaliza,  sino  que  la  corte  deBapalia 
bara  éste  procedimiento^  y  qae  por  ttofeo,. en  devxediB 
biason  que  concedía  á  Cortés,  hkleso  ooLoovr  las 
zas  de  estos  reyes  f habla  de  los '  confldeatci  4e  G 
motzin  entre  los  que  estaba  el  seVor  de  Taini^] 
candóles  sacrilegamente  un  texto  déla  sagrada 
tura."  Por  la  confrontación  de  las  fechas  se  \é^  que 
do  la  de  la  céduia  de  concesión  del  escudo  de  armas 
de  marzo  de  X525,  y  habiéndose  verificado  la 


r 


^  -253- 

¿6  Oflantemotóin  en  abril  de  aquel  afiO'i  nopaede  tenet 
dicho  eecado  relación  ninguna  oon  eate  fimeato  sncefio* 
Jb  la  referida  cédula  no  ae  habla  del  niote  que  después 
Moptó  Cortea  para  bus  armas,  y  que  ponía  en  sus  reposa 
rieres  6  tapices  de  sus  casas. 


pumTimwM^Tomo  n.rSe 


oa». 
tora." 
do  la  de 
de  marzo  i 


—  256 -i. 

OBDTJLA 

lelemperador  Oárlós  V  otmcediendo  titulo  de  marqués  del 
Valle  de  Oojaca  á  don  Femando  Cortés, 

Dado  en  Barcelona  á  6  de  julio  de  1539* 

•  » 

Pablicada  en  el  cnaderno  segundo  del  primer  tomo  de  la 
ooleodon  de  documentos  inéditos  parala  Historia  de 
Espafia,  confrontada  con  el  original  que  existe  en  vite** 
la,^en  el  archivo  del  Hospital  de  Jesús. 

Ikoí  Oárlos  por  la  divina  cíemenoia  emperador  semper 
ADgnsto.  rey  de  Alemania :  doña  Juana  su  madre  y  el 
nüsmo  don  Oárlos  por  la  gracia  de  Dios  Beyes  de  Oasti^ 
lia  etc.  Por  cnanto  Nos  por  una  nuestra  carta  firmada  de 
mí  el  Bey,  Cabemos  hecho  merced  á  vos  don  Hernando 
Cortés  nuestro  gobernador  y  capitán  general  de  la  Nne^ 
va^Bspaña»  de  veinte  y  tres  mil  vasallos  en  laNueva-^Es» 
pAüa  que  vos  descubristes  y  poblastes,  señaladamente  en 
eiertos  pueblos  del  valle  de  Guajaca  que  es  en  la  dicha 
Hoeva^Bspafia,  y  en  otras  partes  della,  como  mas  largo 
«1  la  provisión  que  dello  vos  mandamos  dar  se  contiene; 
por  ende,  acatando  los  muchos  y  señalados  servicios  que 
liabeis  hecho  á  los  católicos  reyes  nuestro  señores  padres 
y  abuelos,  que  hayan  santa  gloria,  y  á  Nos,  especialmen^ 
iBen el  descubrimiento  y  poblaeion  déla  dicha  Nueva^ 
España  de  que  Dios  nuestro  Señor  ha  seido  tan  servido, 

Íla  corona  Beal  de  estos  nuestros  reinos  acrecentada,  y 
que  esperamos  y  tenemos  por  cierto  que  nos  haréis  de 
aquí  adelante,  continuando  vuestra  fidelidad  y  lealtad,  y 
teóiiendp  respecto  á  vuestra  persona  é  á  los  dichos  vues* 
tros  servicios,  é  por  os  mas  honrar  y  sublimar,  é  porque 
devosyde  vuestros  servicios  quede  mas  perpetua  me^ 
uoriajé  porquey  vos  vuestros  sucesores  seáis  mas  honran 
¡dos  y  eubzimados,  tenemos  por  bien,  y  es  nuesta  merced 
y  Yolnntad,  que  agora  y  de  aqiá  adelante  vos  podáis 
llamar,  firmar  y  intitular,  é  vos  Uamedes  y  intituledes 
Ikrqaes  del  Yalle,  que  agora  se  llamaba  Guajaca,  como 
m  la  dichai  merced  va  nombrado,  é  porfía  presente  vos  ha< 
peines  y  intimulamos  Marqués  del  dicho  Yalle  llamad^ 


GtuJMft»  é  por  etto  &ae«teft  easU  mandaiiioéU  Uuaiibk 
ttio  príncipe  don  Felipe  onestto  mny  oaro  y  mny  usado 
hijo  y  nieto,  é  á  todos  los^infánteHj^aqneSy  marqneeeB,  po- 
lados,  condes,  ricoa<«liomes,  maeo^tresdelM  órdenes^tii»- 
resi  oomendadoresysnbcoméladadores^'alcaides  delMca* 
tillos  y  casas  faertes  y  llanas,  é  á  los  del  nncstro  ooofle» 
jo,  presidentes  y  oidores  de  las  nnestras  andieDcisi  j 
chancillerías  de  estos  reinos  y  de  la  dicha  If  ne vaxBspaSi» 
aloaldeSi  algnaoiies  de  nuestra  casa  y  corte,  y  chsBdUd^ 
ríaS|  é  á  todos  los  concejos,  corregldoreSi  asistentes,  gp- 
liemadorea  é  otra  cnaiesqnier  jostioias  y  personM  di 
onalqnier estado,  preeminencia,  condición  ó  digiodiA 
que  sean  naestros  yasaHos,  súditos  y  naturales  que  seta 
de  estos  naestros|reinos  y  de  las  Indias;i8la8y  tierra  fina 
del  mar  Ooéano,  asf  4  los  qae  agora  son  como  á  losiasafr 
ránde  aquí  adelante,  y  á  cada  uno  y  caiúqaier  déno8,qafi 
▼os  hayan  y  tengan  y  llamen  Harqoés  de  dicho  Talle  il '] 
Ooajaca,  é  vos  gaatden  y  hagan  goardar  todas  lasiios' 
ras,  gracias,  mercedes,  fh^nqaesas  y  libertades,  pnéá^ 
nendas,  cerimonias  y  otras  cosas  que  por  rason  deatf 
Marqués  debéis  haber  y  gozar  yvosdeb^i  ser  goirla». 
das,  de  todo  bien  y  cnmpTidamente,  en  guisa  que  voa  M./ 
mengtie  ende  cosa  alguna;  é  los  unos  ni  los  otros  no  fe ' 
gades  y  fagan  en  de  al  por  alguna  manera,  so  pena  deit| 
nuestra  merced  y  de  diez  mil  mátavedís  para  la  mMüáj 
cámara,  á  cada  uno  y  cualquier  dellos  por  quien  fliuMl 
de  lo  así  facer  y  cumplir.  Dado  en  la  ciudad  de  Barcete] 
á  seis  (1)  dias  del  mes  de  julio,  aSo  del  nacimiento  ' 
nuestro  Salvador  Jesucristo  de  natil  quinientos  y  veüitej 
uve  ve  afioe.<— Yo  el  Boy.— Yo  Francisco  de  los  Cobos  i 
cretario  de  sus  Oesirea  y  Oab^licas  Magestades  lo 
escribir  por  su  mandado.— SafiaLada  eon  una  r6bñ( 
Título  de  Marqués  del  Talle  &  don  Hernando 
Duplicada.— £n  el  dorsa— Fr.  G.  Bpicopua  ^oi 
El  Dr.  Beltran.  Bl  licenciado  de  la  corte. «-. 
—Francisco  de  Bribieeoa. 


(l)  ■nU«opIapvbTI«ftdft^«iilftool6wSoii  de  doftMfl&Wf  laédltMT- 
HUtoHa  df  Bipaba»  diot  ▼•iim:  m  tsnot  del  oopriú  Pi&«t  en  •!  «r%xnAli 
9618, 7  Uamiaooflt  k  Cortdi  MwmUt  dU  ValU  eo  él  aoQtUMnio  ^n*  !%•*  . 

•■dt  fbeha  stli, uo pddfia 4an«a «Ko  titoloii  ^  ||  |»ü)i8ia  eoQ«id4i4 


J 


-25r  — 

CÉDULA 

^  Hnperaior  Catión  V  nombrando  gobernador  y  Oapita 
gmieratde  la  Nueva-EspalUí  á  don  Femando  Cortee 

marqués  del  Valle. 

PaMieada  eomo  )a  anterior  y  confrontada  con  c  i  oiihi- 
Bal  que  taisto  ea  Tiu»la  en  el  mifimo  archivo. 

Dada  ea  Baacelona  á  €  de  Jalio  de  1529. 

Ooa  Oárloa  por  la  divina  olemencia,  emperador  semper 
esQgosto  rey  de  Alemania :  doña  Joana  su  madre  y  el 
TBÁmo  don  Garlos  por  la  grada  de  Dios  Beyes  de  Oas* 
tídia  eto»  Por  ooanto  tos  don  Hernando  Oortés,  Margues 
del  \ralle  habéis  fecho  mnehos ,  y  grandes  y  señalados 
senkios  á  los  oatótioos  reyes  nuestros  señores  padres  y 
abodosy  qne  santa  gloria  hayan,  y  á  Kos  y  de  cadadia 
Bw  los  hacéis  y  de  aquí  adelante  continuando  vuestra 
letlfad  y  fidelidad^  é  teniendo  respecto  á  vuestra  perso- 
ga y  serñoio^i  y.  oonflando  de  vuestra  suñciencia  y  habi> 
hdad;  y  porque  entendemos  que  así  cumple  á  nuestro 
wmoio,  y  á  la  pas  y  sooiego  de  la  K^Bspañ.a,  y  costa, 
y  pioviBoia  de  la  mar  del  Sur  della  que  vos  descubristes 
J  poUastes,  que  son  en  los  límites  y  paraje  de  la  dicha 
Sosva  Bspaña-  es  nuestra  merced  y  voluntad  que  agora 
jds  aqot  adelantOi  ouanto  nuestra  voluntad  ftiere,  seáis 
AotttiD  capitán  general  de  la  dich«  Sueva  fispaña,  y 
eosta  y  provincia  de  la  mar  del  Sui  della^  é  por  esta 
Boflstiaoarta  vos  damos  poder  y  fao.dtad  para  quepo* 
dtk  mar  y  uséis  el  dictio  oficio  y  cargo  en  los  casos  y 
eoBss  á  él  anexas  y  concernientes ,  así  por  mar  como  por 
tioiSy  por  vos  y  por  vuestros  Ingaresteniontes  j  que  es 
mesto  voluntad  que  en  él  dicho  oficio  podáis  poner,^  y 
loi  quitar  y  admover  cada  que  quisiéredesi  y  por  bien 
toviéredes  y  viéredes  q^e  conviene  á  nuestro  servicio,  B 
mandamos  al  nuestro  presidente  y  oidores  de  la  nuestra 
«  sacia  y  chanciUería  real  de  la  dicha  Nueva  España, 
y  .os  eonceíoBf  justicias,  y  regidores,  caballeros  y  escu- 
di  NI,  oficiales  y  homes  buenos  de  todas  las  ciudades  y 
vi  18  y  lugares  de  la  dicha  ITueva  España,  y  provincias 
iii  ^  mar  del>  Snr,  é  á  cualesquiei:  (capitanea  y  gente  do 


gaerra  qne  en  ellas  estovierea,  é  á  otras 
sonas  de  cualquier  cualidadi  preemluoia  ó  dignidad  q» 
sean,  que  vos  hayan,  y  reciban  y  tengan  por  naestaro  ea« 
pitan  general  en  las  dichas  tierras,  é  asen  con  vos  y  oon 
vuestros lugarestenientes  en  eldicho  oflciOi  en  todas  1m 
cosas  y  casos  á  él  anexas  y  concernientes ,  y  como  á  tel 
vos  acaten,  y  obsdezoan ,  y  cumplan  vuestiros  manda» 
mientoay  de  loa  dichos  vuestros  lugaTtenientes;  é  maadi' 
mos  que  vos  guarden  y  hagan  guardar  todas  las  honiai, 
gracias^  mercedeSi  franquezas  y  libertadeSi  pteeminea^ 
oiaS|  prerogativas,  y  inmunidades^  y  todas  las  otaras  oo* 
sas  y  cada  una  dellas  que  por  razón  de  ser  nnestroca^* 
tan  generd  de  las  dichas  tierras  debéis  habar  y  goar,  j 
vos  aeben  ser  guardadas  segand  se  us6|  y  onai  y  debió  r 
debe  usar  y  guardar  á  los  otros  nuestros  capitanes  gess- 
rales  de  estos  nuestros  reinos ,  y  de  las  Indias,  utmj 
fierra  Firmes  del  mar  Oaéanoi  de  todo  bien  y  eami^^ 
mente ,  en  guisa  que  vos  no  mengüe  ende  cosa  algutii  4 
que  en  ello  ni  en  parte  dello  embargo  ni  contrario  algsas  i 
vos  no  pongan  nin  consientan  poner;  que  nos  por  la  pa« 
senté  vos  rescibimos  y  habemos  por  rescibido  al  dicte  ^ 
ofloiOy  y  al  uso  y  ejercicio  del,  6  vos  damos  poder  y  fteal^í 
tad  para  lo  usar  y  egercer,  caso  que  por  dios  6  por  algiK 
no  dellos  á  61  no  seáis  resoibido ;  6  mandamos  que  teM' 
se  conformen  con  vos,  y  vos  den  y  hagan  dar  todo  d  üp\ 
ver  y  ayuda  que  les  pidiéredes  y  menester  ovíéredes,  M 
para  el  uso  y  ejercicio  del  dicho  oficio,  é  para  todo  lo  w 
más  que  dicho  es,  por  esta  nuestra  carta  vos  damos  fif 
der  cumplido  con  todas  sus  incidencias  y  depeadeiur^ 
anexidades  y  conexidades  •  é  los  unos  ni  los  otros  ao 
gades  ni  faga  ende  al  por  alguna  manera ,  so  pena  ds 
nuestra  merced  é  de  diez  mii  maravedís  para  la  m 
cámara.  Dado  en  Barcelona  á  seis  dias  del  mea  de 
aQo  del  nacimiento  de.  nuestro  Salvador  Jesacrisfes 
mil  y  quinientos  y  veinte  y  nueve  años.— Yo  el  Bey. 
Francisco  de  los  Oobos  secretario  de  sus  cesárea  y 
licas  Magestades  la  fice  escribir  por  su  mandado, 
lado  con  una  rúbrica.  Capitanía  general  de  la  Ki 
España  y  provincia  de  la  mar  del  Sor  al  Marquéa 
Yalle.  Duplicada.  En  el  dorso.  Fr.  G.  Episoopus  Q 
El  Dr.  Beltran«  El  Ldo,  de  la  Corte.  Begistrada. 
co  de  Bribiesca» 


^  259  -: 

OBDULA 

ie  Oárloi  V,  nomibranio  á  Reman  Corté»  gobtmador  d«  tos 
Jtlat  y  TiwrM  gue  tlótouibriete  en  el  tnar  M  Sur. 

H&llaae  en  el  archivo  general  de  Indias  en  Sevilla  entre 
los  papelee  enviados  del  de  Simanca.  Copióse  por  don 
Martin  Fernandez  de  líTavarrete.  Inserta  en  el  caader-. 
no  número  6  del  tomo  segnndo  de  la  colección  de  do« 
eamentos  inéditos  para  la  Historia  de  EspafiSi  I^o  se 
halla  en  el  archivo  del  Hospil»!  de  JesnSt 

s  de  novlemhre  de  1539. 

Don  Oftrlos  pói  la  gracia  de  DioS|  rey  de  romanos  é  em« 
perador  semper  angosto :  dofla  Joana  sn  madre  y  el  misr. 
mo  don  Garlos  por  la  misma  gracia  reyes  de  Oasülla 
eto.  Por  cnanto  vos  don  Hernando  Oortéa ,  Marqnés  del 
Yalleí  con  deseo  de  nos  servir  y  del  bien  é  acrecentamíen- 
ta  de  nuestra  corona  real  os  habéis  ofrecido  á  descubrir, 
conquistar  y  poblar  enalesqnier  islas  que  hay  en  la  mar 
del  Bnr  de  la  I^neva-Bspafia,  y  á  todas  las  que  halluredes 
hada  el  Poniente  della^  no  siendo  en  el  paraje  de  las 
tternu9  en  que  hoy  hay  prevenidos  gobernadoresi  y  ansi^ 
nüsmo  á  descubrir  cualquier  parte  de  tierra  Arme  que 
halláredes  por  la  dicha  costa  del  Sur  de  la  dicha  ÜTueva-* 
BspaflL»  hfeia  el  Poniente^  que  no  se  halla  hasta  agora 
desonbiertoi  ni  entre  los  límites  y  paraje  Norte  Sur  de  la 
tierra  qae  está  dada  en  gobernación  á  Panfilo  de  I^ar-^ 
vaes  y  Kufio  de  Onzman:  sobre  lo  cual  habemos  manda* 
do  tomar  con  vos  cierto  asiento  é  capitulación ,  por  lo 
cual  vos  habemos  dado  licencia  para  descubrir,  conquis- 
iar  é  poblar  las  dichas  islasy  tierras  y  provincias,  segund 
que  mjas  largamente  en  el  dicho  asiento  se  contiene,  en 
el  cnal  hay  un  capítulo  sn  tonor  del  cual  es  esto  que  si- 
gne: Itom  entondíendo  ser  cumplidero  al  servicio  de 
Dios  nuestro  Sefior  y  nuestro,  y  por  honrar  vuestra  per- 
sona^ y  por  vos  hacer  merced,  prometemos  de  vos  hacer 
nnestro  gobernador  de  todas  las  dichas  islas  y  tierras  que 
#Dmo  dicho  es  descubriéredes  y  conquitáredes  por  todos 
los  dias  de  vuestra  vida;  y  de  ellos  vos  mandaremos  dar 


—  260  — 
y  voB  ser&n  dadas  naestras  provislonefl  en  forma.  Pof  «• 
de,  guardando  la  dicha  capitulación  y  capftoloqae  ébm 
so  va  encorporadOi  por  la  preseate  es  nnestxa  mettéi  f ' 
Tolnntadi  qoe  agora  y  de  aqní  adelante »  parf^  en  todií 
mestra  vida  seaia  nuestro  gobernador  de  las  diebas  iétav' 
é  tierras  de  snso  declaradas  que  ansí  d^scobiiéredeié; 
pi^láredesy  y  que hayaisy  tengaíaja  noesfera  jnsláoiaeevt: 
éc»uninal  en  las  oiadades,  Tillase  logares  qne  en  eílsBl 
pobladas  y  se  poblaj^en  de  aqníadeltmtey  c^onlqs 
de  jQirticiaqneeneUas  oviere;  y.por  eajtanneatm  oftiü' 
por  sottraBlado  signado  de  escribano  públieoy  ma 
á  los  concejosi  jnst&eias»  é  r^gidoresi  caballeros, 
ros,  é  oficiales,  é  bornes  buenos  de  todas  las  oiudadct|^ 
lias  é  lugares  de  las  dichas  tierras  é  islasy  á  los  nuertr 
cíales  y  capitanes  y  veedores  é  otras  personas  que 
ofiellas  resi  Jieren,  é  á  cada  uno  dellos,  que  luegoqiKi 
ella  fiíeren  requeridos,  sin  otra  larga  ni  tardan» 
sin^osmas  requerir  ni  consultu;*  esperar  m  ent 
otra  nuestra  carta  ni  mandainieuto  y  segunda  oL* 
yusión,  tomen  y  resciban  de  vos  y  de  vuestras  ii 
tenientes,  los  cuales  mandamos  que  podáis  pón^y^ 
quitar  é  admover  cada  que  quitiéredes  é  por  bien 
redes,  al  juramento  y  solemnidad  que  en  tal  eaao 
.  quiere.y  debéis  hacer,  el  euid  por  vos  ansí  foeho»  vmJ 
yan  é  resciban  é  tengan  por  nuestro  gobernador  éji 
de  las  dichas  tierras  é  islas  de  suso  nombradas  porl 
los  días  de  vuestra  vida  como,  dicho  es ,  y  vos  dijflí 
consientan  libremente  usar  y  ^eroec  el  dicho  ofide 
nuestro  gobejnador  y  Justicia  de  las  dichas  tierras  f  1 
las,  é  cumplir  y  Secutar  la  nuestra  )usticia  en  ell 
vos  y  por  los  dichos  vuestros  lugarásteniéntes,  qse 
los  didios  oficios  de  justicias ,  algoaeilaEgoa  y  otrat^ 
cios  á  la  dicha  gobernación  anegos  é  conoenüenteB^ 
nuestra  merced  y  mandamos  que  podáis  ponery  _ 
los  cuales  podáis  quitar  é   admover  cada  é  enaada. 
vos  viéredes  que  á  nuestro  servicio  y  á  la  (Recáete.; 
nuestra  jostíela  cumple,  é  poner  é  subrogar  otras 
lugas^A  oír,  é  librar  y  determinar  todos  los  pleitos  T^ 
sas»  así  civiles  como  crimínales,  que  en  las  dicl 
é  islas  ansí  entre  la  gente  que  fuere  á  las  po    _ 
poblar  como  entre  los  naturales  de  ellas  jovieren  j\ 
Oleren,  y  podáis  llevar  y  llevéis  vos  &  losnUehos 


8  derfioboa  y  salario»  al  di- 
tos ,  é  hacer  onalesqnlera 
cho  premisas ,  y  todas  las 
¡as  é  pertensoientes  en  que 
ais  qa«á&aestro  serTioio 
¡nsticia  y  población  y  go. 

9  é  islas  convenga:  ;  para 
complir  j  ejeontar  la  unes- 
a  con  vos,  y  oon  sos  perao- 

dar  todo  el  favor  é  ayoda 
oviéredes «  y  en  todo  vos 
in  vnestres  mandunientoa 
«tenientes  y  qne  en  ellos 
ai  eontrarÍD  alguno  vos  nq 
ca  Ko8  pof  la  presente  vos 
aibido  al  dicho  oficio  é  al 
>8  poder  é  fecaltad  para  lo 
sntar  la  nnesira  Jasticia  ea 
08  é  por  los  dichos  vnesroa 
8,  caso  qne  por,  ellos  6  por 
rescebido.  U  otrosi  es  naes- 

vos  el  dicho  Marqnés  en« 
ineatro  Berviclo  é  á  la  eje- 

qae  oaalesqaier  personas 
vieren  en  las  dichas  tier- 
1  ni  estén  en  ellas,  y  qne  se 

qae  vos  lo  podáis  mandar 

deltas  salir ,  &  los  enales  á 
>r  la  presente  mandamos 
qaerir  ni  eoosnltar,  espe* 
arta  ni  mandamiento,  se^ 

interponer  de  ello  apela* 
^n  en  obra  sfgnnd  qae  lo 
w  las  penas  qne  les  pnsié' 
ales  Koa  por  la  presente 
lestas,  é  vos  damos  poder 
m  loa  qne  rebeldes  é  inobd* 
s.  Para  todo  lo  caal  qae  di- 
)\  dicho  o&oio  de  nnestro  go- 
é  oomplir  y  ejecntarla  naea- 
lOB  poder  complido  por  esta 
DoidenolaB,  y  dependendsti. 


y  emergaDOiaB  f  a 
mftDJamo»  qae  las 
mará  ;  flaco,  ea  qn 
deo&rodea,  y  lasqi 
oámura  é  fleco,  r jec 
uscribaao  p&bíloo, 
haoer  dellus  lo  que 
que  se  tome  la  ra» 
tro  a  otluiales  qite  n 
tnttooioQ  de  las  lui 
mes  de  noriembie, 
Jésa  •Oridto  de  mil 
Yo  ht  Rdtaa.  Xo  J( 
8áre»B  y  oabólioas 
dado  de  B.  M.  Bl  ( 
Bfeltnia.  Licentiab 
Ijicnatíatos  Jim«DC 


BULA  DI 

ConcedieTtáo  á  don . 

del  hospiialdela 

Méjico,  ahora  m 

Nazareno,  de  í 

fundara,  y  loi 

que  I«  M¿íai 


Olemento)  obispe 
mado  hyo  Femand 
oidenCal  llamada  JS 
dieion.  Los  lucaost 
saatemente  ya  de  i 
oer  ooa  firme  é  íddi 
gílante  proTÍdend 
tierra  hasta  idiora 
iaii7  esp»aiosaa  y  a 


^Bciesdo  inmQnierablefi  pncbloB  y  convirtíéndelofl  áU 
itte  Oristo,  con  razón  nos  maeven  para  qne  cuanto  con 
bfi  podamos  favorablemente  asintamos  á  tnsdeseosi 
heipalmente  á  los  qne  tiran  á  la  fandacion  y  mann- 
Mion  de  iglesias  y  hospitales,  y  á  la  consolación  de  ta 
Dó  verdad,  la  petición  á  Nos  poco  ha  presentada 
ta  parte,  contenia  el  qne  t& ,  qnien  con  el  divino  ans 
y  favores  de^nnestro  muy  amado  en  Oristo  hijo  Car- 
electo  para  emperador  de  tomanos|y  rey  católico  de  las 
las,  no  perdonando  por  mnchisimos  afios  á  ningunos 
tjoSi  exponiendo  la  vida  á  todoff  los  peligros.  íinal^ 
ite  peleando  valerosamente  venciste  y  adquiriste  la 
Occidental^  al  presente  nombrada  Kaeva^'Bspaña, 
el  yngo  de  Oristo  y  obediencia  de  la  Santa  Boma»* 
léela  y  del  mismo  rey  Oárlos,  hiciste  qne  para  hou* 
,  Dios  y  de  la  gloriosa  '  V(rgen  María,  se  fabricase  y 
Hfoaée  dérto  insigne  hospital ,  para  curar  y  alimentar 
labres  de  Cristo  enfermos,  debí^  de  la  invocación  de 
Tírgen  Santa  María,  en  la  civdad  de  Méjico  de  dicha 
üva-Btopafia,  é  intentas  hacer  que  se  fabrique,  y  do^ 
^igleifflas  y  otros  hospitales  en  algunas  tierras  de  a- 
t&m  ^rtes,  las  caales  dicho  rey  Oárlos  te  endonó,  ó 
rbíiso  donaren  recompensa  de  dichoa  tas  trabajos^por 
nal  hiciste  qne  humildemente  se  Nos  snplicase,  que 
'lá  benignidad  Apostólica  nos  dign&semos  reservar  á 
á  tas  descendientes  el  derecho  del  patronato  de  di'^ 
iglesias  y  hospitales,  y  por  otra  parte  proveerte  o- 
mamente  en  las  cosas  susodichas.  ONÍos  así  teniendo 
IB^pete  debido  á  tus  eminentes  obras ,  y  para  qne  se 
tágsk  eí  efecto  tan  solamente  de  las  presentes  por  el 
de  estas,  absolviéndote  y  declarándote  serás  ab'^ 
dé  cualquier  sententías ,  censuras  y  penas  deex- 
don,  Busp^ision  y  entredicho,  y  de  otras  edesiásti- 
ir  derecho  ó  por  juez,  por  cualquiera  ocasión  ó  can* 
natieiadas,  si  con  algunas  de  cualquier  modo  estás 
m:  inclinados  á  aquestas  súpücas  con  la  autoridad 
Jlica.  por  el  tenor  de  lab  preaentea  concedemos  á 
nn©  libre  y  lícitamente  puedas  hacer  que  se  fabri- 
y  edifl^tteii  «n  dichas  tus  tietras  tantas  iglesias  y 
tales  cuantas  considerares  que  convienen,  y  que  se 
pjñ  y  consagren  por  el  obispo  del  lugar  ^  y  si  este  no 
lere,  por  el  obispo  mas  cercano^  y  pedir  y  percibir  los 


—  Ü64  — 
dl^smofl  y  primioias  de  los  habitadores  de  lag  i  '¿r. 
tierrasi  y  coQTertírlas  para  la  fábrioa  y  dotes  de 
iglesias  y  hospitales,  y  haeer  qae  se  pidan»  penBi^j 
oonviertaD;  y  también  con  la  antoridad  apoetólioaí 
alterar  6  maiar  oaalesqnier  estatatoSi  y  ordenadoNl 
citos  honestos,  y  no  contrarios  á  los  sagrados 
cerca  de  las  cosas  sasodiohas,  y  qae  de  cnalqáierDObl 
ran  á  ellas  cosías  cuantas  veces  te  agradare,  ypcMt< 
lesqaier  penas  contra  los  contravenientes ;  y 
concedemos,  y  asignamos  á  tí,  y  á  tos  hereástoB,;! 
sores  para  siempre  el  derecho  del  patronato  de  las i 
dichas  iglesias  y  hospitales,  y  de  presentar  penMij 
neas  para  las  mismas  iglesias  y  para  onalesqmerí 
dos  eclcsiástioos  que  ahora  y  en  lo  venidero  estát  nj 
chas  tierras,  cuantas  veces  vacaren  de  caalqoior 
y  de  persona  de  caalquiera,  también  ante  la  8si*< 
tólioa,  y  por  cansa  de  permntacionj  y  por  maeitoj 
misma  8ede«  y  peodiente  lite  desde  airiba;  y  ~ 
que  el  derecho  de  dicho  patronato  y  de  pieeeattt|i 
talmente  de  aquella  fuerza,  esencia  y  eáoacia  de 
eu  todb  y  por  todo  el  derecho  de  patronato  de 
ques  seculares,  por  fundación  ó  dotación;  y  q«es|j 
en  todas  partes  Juzgarse,  conocerse  y  deeidine,] 
lesquieYr  jueces  y  personas  que  gozan  deautoiida . 
diñarla,  como  deleeada  y  mixta,  quitada  á  ellos  y  i^ 
quier  dellos  cualquier  facultad  ae  juzgar,  C(Híoqic[ 
ci^ir  de  otra  manera,  y  también  por  nulo,  y  de 
valor  todo^lo  que  en  contrario  aconteciere  inl 
bre  estas  cosas,  sabia  ó  ignorantemente  por 
con  cualquiera  autoridad.  Y  no  obstante  esto 
tbiicos  escritos  mandamos  á  nuestros  veneraUee 
nos  los  obispos  de  Oastdlm,ar«  y  de  Méjico,  y  de! 
que  ellos  mismos,  ó  dos,  ó  uno  dellos  por  ¿t  6  PKJ 
otros  con  nuestra  autoridad  hagan  que  las 
tras,  y  cualesquier  cosas  en  ellas  contenidas 
cumplido  fTeoto,  y  que  usen  y  gocen  de  ellas 
mentó  tú,  y  tu  dichos  herederos  y  sacesoreSy  y 
las  personas  que  por  el  tiempo  aconteciere  qte 
sen  ten  por  tí  y  por  ellos,  y  todos  y  cada  uno  & 
á  quienes  las  mismas  presentes  Letras  de  oo)  * 
do  conciemen;  ni  permitan  que  alguno  coa  á 

«eei  i2iolest»dO|  impedido  0  l^^oletiHlP  Witn 


—  266  — 
1m  presentes,  refrenando  á  oaalesqaier  oontradictores  y 
rebeldes  también  por  caalesqoier  oensnrae  y  penas,  y  otn» 
remedios  de  derecho  los  qae  pareciere,  pospuesta  la  a* 
pelaoiopí  invocado  también  para  esto  si  f aere  necesario 
el  auxilio  del  brazo  secalar.  no  obstantes  las  oonstitacio- 
nes,  y  ordenaciones  de  Bonifacio  Papa  YIIl  de  feliz  re^ 
óoidadon  nnestro  predecesor ,  también  de  nna  y  la  pni 
blioada  en  el  concilio  general  dedos  dietas,  con  tal  que  no 
sea  traído  algano  á  mas  de  tres  dietas  por  autoridad  de 
las  presentes,  y  otras  apostólicas ;  los  estatntos  también, 
y  costumbres  ann  roborados  con  jaramente,  confirma « 
don  apostólica,  6  caalqaiera  otra  firmeza ;  también  los 
privilegios,  indulto^  y  Letras  Apostólicas  de  cualquier 
modo  también  repetidas  veces  concedidos  y  confirmados, 
.  é  innovados  por  cnalesqnier  romanos  pontífices  nuestros 
^  predecesores,  y  porKos  y  por  la  dicha  Sede,  también  por 
1,  vía  de  Í4.y  general  y  estatuto  perpetuo,  y  por  motu  propio  , 
y  de  derta  ciencia  y  de  plenitud  de  apostólica  postestad, 
y  con  cnalesqnier  cláusulas  irritativas,  anulativas,  casa^ 
tivas,  revooativas,  preservativas,  exceptivas ,  restítituti*^ 
VEIS,  declarativas,  atestativas  de  la  mente ,  y  derogato 
rias  dciderogatorias,  y  otras  mas  eficaces,  eflcasísimas  y 
no  acostumbradas,  á  todas  las  cuales ,  aunque  para  su 
safldente  derogación  se  hubiese  de  tener  de  eflas  y  de 
todos  sns  tenores  especial  é  individua  mención,  y  de  pala- 
bra á  palabra  empero  no  por  cláusulas  generales  que  im- 
portan lo  mismo,  ó  cualquiera  otra  expresión,  ó  se  hubie* 
se  de  guardar  otra  exquisita  formai  y  en  ellas  se  mande 
expresamente  que  de  ninguna  manera  pueda  derogarse  á 
ellas,  teniendo  los  tenores  de  todos  ellos  por  suficiente- 
mente expresados  en  las  presentes  é  insertados  de  palar* 
bra  á  palabra,  y  también  los  modos  y  forma  que  partí  es- 
to se  han  de  guardar  por  guardadas  en  individuo,  por  es- 
ta vez  tan  solamente  por  el  orden  de  estas,  especial  y  ex- 
presamente derogamos  á  cnalesqnier  cosas  contrarias, 
habiendo  ellas  en  otro  tiempo  de  permanecer  en  su  f uer« 
za ;  d  si  á  algunos  en  común,  ó  di  vldidamente  se  ka  conoe« 
dido  por  la  sobredicha  Sede^  el  que  no  puedan  ser  entre% 
dichos,  suspensos  6  excomulgados  por  Letras  Apostóli- 
\  cas  que  no  hagan  plena  y  expresa  mendon  y  de  palabra 
i   á  palabra  de  dicho  indulto,  ó  por  cualquier  otra  grada 


ío 


eea.  por  la  ea*l  na  ezi 
en  tu  imAatM  el  efi 
modo  paeda  impedir* 
m  tenor  se  haya  de  ti 
Iiettas.  Hae  es  maesti 
ya  erigido  iglesia  c»ti 
y  toa  moesoreB  seaia  ( 
tiaa  y  diezmoB,  6  dofa 
iM  propias  iglflflias  tt 

Ír  Udtanteiite  poAals ' 
OB  Bb1»rediAh(S  dieno 
tes  de  doral  perpetoa 
gnno  paestotalmeate 
tat  esta  plana  de  nae 
don,  adgnacion,  dem 
tad,  6  ir  coniza  ella  < 
alganopreaamlere  íD' 
oorritá  en  la  indigna 
Apóstoles  San  Pedro 
Pedro,  el  afiodela  B 
tos  y  veinte  y  naeve, 
4e  noe^tfo  Pootífioac 
^  del  plomo  pendien 
da  de  seda,  y  qae  dio 


BULA  DBI 

íegiÜiiUMdo  á  lo*  htj< 


OlemjMite^  obispo,  i 
amados  £Djoa  MÚrtU 
tadiantee,  y  á  la  ama 
doncella,  de  la  didoa 
mado  hijo  Femando 
pafia,  salad  y  Aposb 
ralez»  de  ninguna  mi 


noGitídad,  porque  la  hermosura  de  las  virtudes  limpia  en 
loa  hijos  la  maneba  del  naeimiento ,  y  oou  la  limpiexa  de 
oostambres  se  borra  la  vergüeusa  del  origen.  De  aquí  es 
qae  TOS,  quienes  como  se  afirma,  estáis  oons^tnidos  en 
edad  pueril  j  padecéis  defecto  de  nacimientOi  siendo  en  • 
je&drados  por  el  amado  liijo  Fernando  Cortés,  gobema^ 
dor  de  la  Nueva  Bq^afia ,  soltero»  y  por  solteras  ó  casa- 
das, y  recompensareis  dichos  defectos ,  como  se  advierte 
por  los  indicios  de  vuestra  pueril  edad^  ;redimiendo  con  el 
favor  de  las  vitudes  que  son  vistas  brotar  en  vosotrosi  lo 
qae  quitó  en  vos  el  odioso  nacimiento ;  en  vista  de  esto,  y 
por  qalenes  también  humildemente  nos  suplicó  sobre  esto 
el  dicho  Femando,  queriendo  seguir  con  especiales  fÁivp*' 
res  y  gracias :  inclinados  en  esta  partéalas  súplicas  del 
mismo  Femando  y 'de  vosotros,  con  vosotros,  con  la  an- 
i/orldad  apostólica,  por  el  tenor  de  las  prefienteÍ9  de  doni. 
de  especial  gracia  dispensamos  con  vosotros  y  con  cual- 
quiera de  vosotrosi  para  que  podáis  y  debáis  en  todo  y 
por  todo,  como  si  fueseis  procreados  de  legítimo  matriz 
monio  suceder  así  por  testamento  en  cualesquier  bienes 
del  mismo  Femando  vuestro  padre,  también  adquiridos 
en  k  s  partes  de  la  India  Oriental,  llamada  Kueva^Bss 
pafia,  y  de  otros  parientes,  aguates  y  eo^atpe,  y  conse> 
guirloS)  y  tenerlos  por  títulos  de  donación  de  cnaliquiera 
y  por  cualquiera  otro  legitimo,  y  devenir  4  eilós,yez^ 
olnir  de  la  asecudon  de  ellos  a  los  substituidos  en  ellos  y 
6  los  otros  que  excluyerais  si  fus^s  engendradcm  IegítÍN 
mámente,  empero  sin  perjuicio  de  aquellos,  que  por  otra 
parte  sucedieran  en  dichos  bieaeSt  si  los  sobredichos  pas 
dre,  agnatos  y  coguatos,  y  otros  cualesquiera  fallecieran 
abNÍntestato:  y  también  favoieciendo  á  vosotros  la  edad 
por  otra  parto  legitima  ser  elegidos ,  recebidos,  y  tomax 
Aq%  para  las  digdidadesy  honores,  y  cualesquiera  oficios 
fieisulares,  públicos  y  pnvadoe,  y  obtenerlos,  y  ejercitar\ 
toayen  cuanto  á  los  favores,  gracias,  conceciones,  p4vilev 
^os,  é  indultos  caalesquiera,  ser  habidos ,  tenidos,  trata^ 
doflf,  y  nombrados  por  hijos  de  dicho  Femando  íegítimav 
mente  engendrados :  y  limpiamos  de  vosotros  toda  mácus 
Ja  de  ilegalidad,^y  nacimiento,  y  plenaria  y  eficamente 
restituimos,  ponemos  y  reintegramos  á  vosotros^,  y  á 
eoalquiera  de  vosotros  á  los  antiguos  derechos  de  la  ñas 
^toralesa,  y  legitimes  natales.  Y  decretamos  que  sois  legi> 


—  268  — 
timados,  y  restítoidos,  y  reimcegramoB  plcnaria  y  dlflilf* 
«imamente  á  diohos  logítimos  natalea^  no  obsaatedl^ 
bredieho  defecto,  y  cualesqnier  ooiiBtitaGioiies  y  oid^ 
doñee  apastóiioaSi  las  lejes  también  imperiales,  aqofilhi  - 
prineipalmente  en  quienes  entie  otras  cosas  se  díoep^ 
Yeerse  expresamente,  qae  en  estas  díspensadoDee  ddxB ' 
¡jamarse  los  qae  vienen  ab-inteatato,  de  otra  manan  hi 
dispensaciones  hechas  sean  de  ninguna  faerza  6  mimm* 
to;  y  los  estatutos  también  municipales  de  las  ctnditai 
tierras  y  lugares  cualesquiera ,  aun  roboradas  caaj^ 
mentó',  confirmación  apostólica  6  cualquiera  otra  ^pM^ 
y  las  constituciones  también  las  que  disponen  qse  )m 
ilegitimes  no  puedan  suceder,  á  todss  las  cuales,  y  ^hpü 
cosas  contrarias  en  cuanto  á  las  sobredichas  eoasHlíp* 
cial  y  expresamente  derogamos.  A  ninguno  pues  totik 
mente  de  los  hombres  sea  licito  quebrantar  esta  p^^ 
de  nuestra  dispensación,  aÜBtergicion,  restitudon,  repeti- 
ción, reintegradon,  decreto  y  derpgadon,  ó  contniváM 
ella  con  atrevimiento  temerario :  mas  si  alguno  pMr 
miere  intentar  esto,  haya  sabido  que  él  incurrirá  es  b  ie» 
diguadon  de  Dios  omnipotente  y  de  sus  apéstota  SÉt 
Pedro  y  San  Pablo.— Dado  en  Roma  en  SanPedm^cUI» 
de  la  Bncamadon  del  Señor,  de  mil  quinientos  y  veM 
y  nueve,  el  dia  diez  y  sds  de  abril ,  el  año  sexto  dsMl' 
tro  Pontiflcado.— K.  Bioharda  — Bn  ¡ugar  ^  delpifij 
pendiente  del  pergamino  mediante  la  cuerda  de  SNi|X' 
que  dice:  Olemeute  Papa  TIL  • 

«Betas  copias' latinas  [IJ  y  sus  inmediatos  trasmMitf' 
pañoles,  van  bien  y  ñdmente  sacados  de  las  dos 
riginales  que  para  este  efegto  se  me  entregaron 
parte  á  quien  los  devolví:  y  van  también  corregi( 
eertadas,  y  colacionadas  con  dichas  bulas  origiuideii 
paraque  asi  conste  donde  convenga  de  pedimento  i^ 
tanda  de  la  parte^  como  tradnctc^  de  Leiras  A^ 
lo  certifico,  juro  y  firmo  de  mi  nombre  en  Méjico, 
y  sds  dias  del  mes  .de  septiembre  de  mil  seteeientil 
trainta  y  un  años.— Br.  Pedro  Peres  de  Avile.  Loa 


[1]  Se  hm  omitido  pnblioar  el  texto  latino ,  pareeiendo  battanta )% 
eioB,  flin  haber  oorregido  en  eeta  alKUiioe  defectos  que  ■•  not&Oi  porque  i 
no  te  pnbUeB,  cai4jegalmeateaiitoÚMdo. 


iiQitepié.iq(if  ftottMios  eeriiieMiiiMí  y  dniñcMr  té  f  que  el 
Bk  Xh  ^6€Uo  Patade  A^ícAi  de  guien  va  tonado  el  tes* 
tzttoüo  de  las9  fojas  antecedentes,  ee  tradndtor  de  Letras 
ApoBtótteas  y  Xisiuiaa  de  todo  este  anobispadoi'  y  come 
taitadirotocálostnimintefl  y  teattmonios  qnef  el  dieho 
Bf. hadiido y  dá,^  se  ka  hadado  esteta  íé  y  crédito 
«njtieio  y  fura  d6<él,  y-pov  nsat  del  lefietido  oficio  bieoí 
Éd  j  legalmaat».  Y  para  qae  eoniSbe  donde  coavenga,  da^ 
MSB^pveseate  en  la  eiiidad  de  Héjieo^á  primero  de  oo- 
tatxre  de  mil  seieeifiateey  treinta  y  lUMii  Joan  Lms^Ja 
IMíva  Ménaalve^  notorio^  B*  &  B.  Antonio  Ignacio  de 
Agm90f  nottiTio  xecler,  Dionisio  Terán  de  Tovar,  notario 
leesptov. 


BULA  BEL  PAPA  OLBMBNTB  Vil. 

ConceiíBndo  diversai  ffraeioi  al  hosjfital  de  Jeaui  y  i  m 
■  ''  Tglena. 

Krisie  en  téitímonlo  en  el  legsjo  naviero  1  del  archivo  del  mia- 
m»  heiiiltal. 

•  *  .     •  • . 

•.  Mfiiaa  Poggio^  Obisp!»  GCroplenae,  Nancio  del  SantíBimo 
IB^pk  f aoie  Hí/y  de  \í^ a^fída  apeetóUca^  y  legado  4  La^ 
ter»t  Al  sereiiífiiaio  príiieipe  Qdrloe,  emperador  de  roma> 
mm^iAiím)jx^  9knt;QAtOf  y  oátólieo  tey  dejas  Españas^  Por 
'Wm^nto  ipooo  ha  qae  el  Papa  Oleminte  Vil  ^  de '  feliz  me- 
\moan^éi6  sos  Letras  del  tenor  qae  signe.— Olemente»  Oü 
xbáí^pOi  siervo  de  los  sierros,  de  Dios,  para  perpetua  me^ 
Bimial  StoodñSattdo  con  fEínei^ras  de  devota  considera*- 
flUm  JUms  iaeigftiae  de  los  merec^núeatos  de  la  ine£Eible  y 
ykHPioea  Hadre  de  Dios  Santa  Matía  ^  y  pensando  en  lo 
— creto  de  nnestra  alma  qne.  parjé  de  sa  castísimo  yien^ 
Ina  aegon  nuestra  necesidad,  al  antOT  del  remedio  de  los 
bombres,  y  qae  imega  continna  y  cnidadosamente  por  el 
perdón  de  nuestras  culpas  á  aquel  á  quien  amamantó  ccn 
mB  maternales  peclios  4por  qué  no  entenderemos  qne  €S 
tHiéiid  deuda  conceder  gracias  y  remisiones  á  las  iglesias 
f  liospitales  heehos  á  honra  de  su  Say to  nombref  Oomo 
mto  9^^  ^f  hemos  sabido  que  nuestro  hijo  don  Fernán  i 

PI0BBTAOIONB8.'— TOMO  Il,-o-34 


— ato  — 

doOortéBi  oapiten  de  nuestro  muy  EQUida  14)0  en  Oáá» 
OárloBi  católioo  rey  de  remaoos  y  de  lee  Kq^iAaa,  tíia^ 
emperftdori  h»  heeho  eáifloar  en  ím  iMáíBÚm  Oeoideilriai 
llamadas  Nueva  Bspafifty  en  hKáadad  do  Hé^w^uiii^ 
sigae  hospital  oon  inrooaoion  de  la  Tírgen  Santa  MiA^ 
para  corar  y  sustentar  los  pobres  enferoios  de  Oriato  i  T 
qae  le  tieoe  siognlar  devoción :  Nosotroe ,  oonsidiiim 
qae  el  mismo  don  FernandOi  confiando  en  la  ayodidí 
Dios  y  favor  del  rey  Carlos,  peleando  sagacmente  m« 
qaistó  las  dichas  ladias  oon  gran  eonstamda  de  ftidBOr 
vlgUaute  providenda  I  diestra  prndenoia ,  y  tcabi^si 
eaasar,  y  las  aíiadid  á  la  repábiica  eristianaV  y  pnm- 
rduido  antes  morir  qne  sev  vencido  en  goeims  de  Bmefeü 
maneras ,  aojosgó  ionnmerablee  pneblos  de  aqneUss  p0- 
tes,  procQTó  cada  dia  oon  todo  estndio  y  diligencia  ^ 
sognsgados  viniesen  de  sn  gana  á  la  £6  de  Odeto ,  ata 
yóadolos  con  mansedambre :  También  proooió  qes  sbti^ 
brícasen  iglesias  y  logares  religiosos,  paira  qne  ae  aattoa» 
tase  la  té  oatólicaj  y  para  qae  es  mnevan  á  aenujaslsi 
obras  de  piedad  y  de  devoción^  desea  qne  ^  hospittiM 
bien  recogido,  y  la  iglesia  del  hospital  firecnentadaw 
honran  convenientes  y  venerada  provechosamente  tete 
fie^s  cristianos,  y  debidamente  reparada ,  Gonsemidiy 
administrada  en  las  obras  y  edificios,  y  >|Mura  los  Msi 
cristianos  de  mejor  gana,  por  devoción,  ad^ninistrams  y 
sustentos  de  los  pobres,  qae  por  tiempo  en  el  hospitsl  si- 
tavieren,  para  qne  se  vean  en  el  mtoaio  la¿ar  aleatslii 
copiosamente  oon  don  de  grada  celestial;  por  hk  íOtbsáM 
apostólica,  con  el  tenor  de  las  presentes  Letras  oWfi* 
mosy  qne  el  dicho  hospital,  sos  goberm^orea.  oñM^ 
enfermos,  capellanes,  mini8tio%  servidores^  onadosi  fü* 
caradores,  qae  son  y  por  tiempo  f  aeren,  su  igleda  yl* 
qne  la  visitaren,  sns  casas  y  cnalesqnier  bienes,  pastn 
uar.  gozar  y  tener,  todos  y  aqndlos  mismos  pvivtíegiHb 
y  caoa  ana  de  las  inmunidades,  eroepetones,  ^ptmopA-l 
vas,  indnltos,  indulgencias,  f acalfeades ,  honras  y  giwtt 
de  los  cnales  asan,  gosan  y  tienen  los  hospitatea  de 
tiago  en  la  dndad  Aagasl»  y  Cesar  AngnstMuí  (1),  yi 


[I]  Biios  hot^ttaUi  MB  «1  da  Sftutiago  tu  Boa»  y  éi  dt  Zaraton  «: 


gobatnftdord^  oAoiálefb  enCftrtnoSj  capéUaii6«i  aünistroi^  ' 
serridores,  erladoB»  pioooradoMSi  y  sos  igleslM»  y  los  qiie 
las  Tisitareiii  sus  casas,  y  coalssqoier  bienes,  en  cualquier 
manera,  pnedan  libm  y  licitamente  usar ,  gozar  y  tener 
de  aquí  adelante  los  indaltos  eto. ,  en  oaalqüiera  manera 
concedidos»  y  los  que  de  aqnf  se  oonoedieren ,  tan  prinoi- 
pálmente,  y  de  todo  punto,  y  sin  diferencia :  Y  determi^ 
jarnos,  que  lo  deban  así  jasgar,  conocer  y  decidir  cnales 

Ínierjneces  y  personas  qae  en  cualquier  parte  tuvieren 
atx>ridad  ordinaria,  ú  delegada «  6  mixta ,  quitándoles  á 
cualquier  de  elkMi  cualquier  iiecltad  de  jusgarlo,  conoeer- 
I(^  y  decidirlo  en  otra  mañera,  y  anulando,  y  desbadeu'* 
do  Malquiera  cosa  que  eu^  contrario ,  cualquiera »  con 
eualquiera  autoridad  atentare  á  sabiendas,  6  con  igniMran- 
oia:  Y  confiando  en  la'  misericordia  de  Dios  nuestro¿<v« 
npr,  y  enpa  autoridad  eta  damos  y  ceneedemos  iodulgen^ 
eia,  y  remisión  plenaria  de  todos  los  pecados,  á  todos  y 
oaiJesquier  cristiaDOs,  hombtea  y  mujeres  verdaderamw'- 
te  penitentes  y  oonfisados,  ó  que  tienen  propósito  de  con* 
fesar  cuando  ló  mande  la  igIeBia,¿  los  cuales  visitaren  de^ 
▼otamente,  desde  las  primeras  vísperas  hasta  otro  día 
puesto  el  sol  inclusive,  la  iglefita,  ó  las  tales  hospitales  en 
algún  dia  domingo  sellalado  por  el  dicho  don  Fernando: 
y  oou  todo  esto i^ura  que  los  que  visitáiren  la  dicha  igle« 
ala,  con  la  ayuda  de  Dios  consigan  la  paíí  de  concáenoia 
y  remedio  de  sus  almas,  y|se  dispongan  mejor  para  conse\ 
gnir  la  dicha  indulgencia  plenaria,  concedemos  á  los  que 
la  gobernaren  y  por  tiempo  la  gobernaren  ,  que  traigan 
{presbíteros  idóneos,  seglares  ó  reglares  de  cualquiera  or- 
den, tantos  cuantas  vieren  que  son  necesarios,  los  cuales 
puedan  ocho  dias  antes  y  echonas  después  del  dicho  do- 
mingo, oir  las  confesiones  de  todos  los  fieles  que  acudan 
á  la  dicha  iglesia  para  ganar;  la  indulgencia;  las  cuales 
diligentemente  oidas,  t)iieden  libre  y  licitamente  relajar 
y  adsolver  á  los  fieles  de  todos  y  cnalesquier  pecados ,  \ 
excesos  y  delitos  aunque  sean  los  reservados  á  la  Sede 
Apostólica,  exceptos  los  contenidos  en  la  Bula  del  Sefior, 
y  darles  penitencia  saludable:  y  que  pnedan  conmutar 
caahisqulera  votos  en  oirás  oinas  piadosas,  excepto  tan 
solamente  los  ultramarinoSi  de  los  apostóles  San  Pedro  y 
San  Pablo,  de  Santiago  de  Galicia ,  de  castidad  y  relix 
gioU|  no  obstíante  las  constituciones  y  ordenanzas  aposn 


—  372  . 

tólioas,  }  caalesqíeía  otraa  oos» 
te,  niugna  hombre  paeda  qualKi 
raiia  ooútsaáteái  aqsMta  fililí^ . 
onto,  ladDlg«Bcita  ;  iadtUtOf.  mt 

Moa  <aTeBtag»d<Mi8aa  Pedio  j  i 
Feobo  ea  Soma,  m  6aa  Pedro  4 
la  BOfearnaoiondeaafiHtr!»  %aoj 
veinte  7  nuere,  j  en  el  sexto  de: 
del  OaBtillo.-'Bggiatnilaea  1a  i 
tedeoeus. 

-Y  por<iae  teaia  1»  petiflion  qa 
por  1*  partfr  4b1  diriio  álnair*  jh 
oaiil  MftKiaés  étí  TaUe.pAmM . 
'tine  laa  -partei  de  ilae  Ii^ÍH¡)«a 
oerte  Eomana,  y  oon»  1»  diokft  .C 
qm  la  e^oateii-f  preci*diaa.(»lti 
ooBtradictoiea  de  alia,  j  quino 
tnb«!)t)  á  laocRte^rcMUBApu* 
aüldemeate  qaa  bHfaiáseiBMpM 
efltoiespBxa,  la.diofaa  Bid^'  pa 
Wesdo  ponec  ;  expMsar  m»  la 
Bola-de  lafiede  .á^aB&Mtaftfl»  < 
d((ltó>  que  no  «  enfila  ^■t&ndid 
fÁeattM,  coofiidarando  que  bu^ 
-  lMüfler4eftaiidadaa.de'Bn«fiaM 
.  oaterM.  iaelliiadoa.&  tal»  aoplú 
ftpDstAtloa  Anosotacoaeoneedida 
QsamoB  ea  aquesto  pacte  en  «I ' 
trae:  Mandamos  á  todoa  y  ímá 
pos,  abade»,  priores,. müilettos, 
de  moBaateriiM,  deanes,  atoeden 
te8(»etOB  y  otiáe  ooaleéqoier»  • 
tedralee  ootno  da  tásig^esiai  oai 
diehas  Indiaa,óeDÓtca<malqnÍi 
lazon  nombradas  potreseriooB, 
mos,  6  dos  6  naade  9II08 perol 
'  dando  al  diobo  Manqoés  ayada  < 
qñen  BOlemoemeiitela^haSal 
orlto  lo  en  ella  oonteaiido  y.tado 
re,  y  los  eetatotoa  y  ordeUrasai 
bospitüil  se  oonoierñwi  f  a«  (ta>] 


/<• 


—  273  — 

bajan  campliclaeg60QCíOD;j^qaeeldiaho 

y  gobernadores,  oftoiales^  enfermos ,  oapellanesi 

ii  Mcvidores;  criadoi  f  prooaradores ,  las  oosas  y 

^Afi^b^  todod/y  cada  nnó,  y  otros,  á  los  caales  oo«« 

ntiSPA  ooncíema  I  tengan  efecta  cumplido ,  ni 

qiie  el  ordinario  del  logar,  ni  sn  oficial  ó  vioa-^ 

iffJJljDÚIesqyaiera  de  háj  para  arriba,  en  ningtina 

^  ííáu^íesfeen ,  impidan  ó  ínqnieteu,  refrenando 

1^^  o^ntíadic^res  rebeldes  con  penas  eclesiás- 

[|¿admi3éQdQÍes,  suplicación  ni  obstando  las  cons- 

'  Vy  ordenanzas  dé  Bonifacio  Papa  YIIE',7del 

gni|9f»l.  y  de  otras  apostólieas,  pro^nciales  y  sín 

t{d^^iod&s  y  cada  una  las  cnales  están  expresas 

''  Ojí  los  dichos  Breves ,  y  las  demáa^cnales^ 

^mmxká  Dada  en  la  Tilla  de  Madrid  de  la  dl6 

á  primero  de  febrero ,  y  del  mismo-ponti] 

lfa(j§^Te.Wjoánnes  por  Gracia,  Obispo 'Tropüeil^ 

^^  apoBliSIicq  [dejando  poco  mas .  de  dos  reng^crnes 

1í>a  del  notario  de  quien  está  éfgnfkttrv  los 

*  Ten  leer  por  mala  letra]  ^Bl  Br.  Lttís 


in  básbda  qne  parece  haberse  sacado  de  una 
*"  énj(alin  y  en  pergamino,  qne  estftba  presen- 
CQ^I^  qiie.sé  trata  por  pu^te  ddlib  santa  igle< 
...  Jj  vi  cábUdo ,  de  esta  oiadad ,  en  lá  oánsa  y 
!mni  Jiian  d<9  Mendoza,  mayordomo  del  ho8|rital 
Jfim^oradéla  Ooncépcion  de  eista'  citldad'de 
mmt^  el  diezmo  que  le  pide;  el  cnal  dioho^traslado 
■^ Wl>erlo jiacádo  déla  dicha  Bala  originad  el  ba- 
7-^IJQs  Uaxtínez,  en  virtud  de  la  coníision  á  él  dada 
^ó^é&cto  por  el  doctor  Francisco  de  Loya.juez 
*"""*^  déla  dicha  cansa  y  pleito,  y  se  Corriglo  con 
-^M4ii  en  presencia  de  mí  el  notario  y  uso  escrito* 
{|^t¡¡iSQgos  á  lo  corregir  con  la  dicha  bnla,  con  el 
m^W  hm  Xartínez ;  la  cual  dicha  bula  parece 
¡9?íWiBntíido  por  parte  del  .dicho  Juan  de  Mendo- 
Sí»  ««rigi^n  con  ella  el  dicho  bachiller  Luis  Marti-» 
"l^jifleiiciádo  Blas  liopez  de  Sañde,  relator  de  la  sa- 
J?^  4e  esta  corte,  que  dijéton  y  certificaron  es** 
^yjerdádera;  y  el  dicho  bachiller  juró  á  Dios  y 
b!^i  iM^^ía  sacado  á  su  leal  saber  y  entender ,  y 
m  testigos  á  la  ver  oon^éii  con  el  original 


-  Joaa  Gatierrez 
maion  de  sos  n 
nez,  y  relator  J 
jico  á  dooe  dias 
y  noventa  y  ocl 
Maitinsü)  ol  lie 
beise  oorrogido 
tatiñ  en  romaní 
uez,  itotorio. 

Ta  cierto  y  t 
eld6lBtf!ve,qi 
aatos  gae  pareí 
y  el  Arzobupc^ 
ta  el  (ñeoto  y  » 
á  mi  la  parte  d 
no,  abogado  de 
Sr.Daqoedel 
Mooteleoa;  de  i 
qoe,  esorlbano 
de  Madrid,  doj 
-Tdinte  dias  del 
tr^tay  tres. 
Taleotia  Bosq 
rey  hoestro  Sel 
aqai  aignamOB 
MaonelTaleat 
el  testímoDio  a 
titala;  flel,  leal 
instrntuentoB  q 
les  ha  dado  y  c 
él.  T  para  qae 
Madnd,  á  veia 
y  treinta  y  tref 
BamliodeAnc 
oisoo  Mannel  I 
ceat«  Paredes 
ilnstilsimo  sen 
por  la  gracia  d 
Arzobispo  de  I 
oio,  por  la  Div 
tot  general  apt 
cnltad  de  legw 


—  27o  — 
anobiBpo  de  Méjioo,  y  al  discreto  fia  proviBor ,  y  á  las 
más  personas  á  qaien  lo  infrascrito  toca  ó  tocar  puede 
^alqoier  manera,  y  á  cada  uno  in  solidom  salad  en 
MÉro  Sefior  Jesaoristo :  Hacemos  saber,  qae  ante  Nos^ 
itó  la  petídon  del  tenor  signientc: 
lilmo.  Sr.  Francisco  Pérez,  en  nombre  de  J>* 
de  Aragón  Oortés,  Daqne  de  Terranova,  Marqués 
allOy  como  marido  de  doña  Estefanía  Cortés,  digo : 
Santidad  de  Clemente  YII,  en  diez  y  seis  de  majo 
y  quinientos  y  veinte  y  nueve ,  dcyspaciib  Breve 
[110  don  femando  Oortés,  piimer  marqués  que  fcé 
estado  del  Talle  y  conquistador  de~  la  ííueva- 
Cin  las  Indias,  hiciese  en  sus  tierras  y  en  la  ciu- 
Méjico  edificase  y  construyese  á  su  costa  las  igle« 
liOBiütales  que  le^pareciésen,  tenienho  en  sí  y  en  sus 
el  patconasgo  de  ellos,  y  que  este  patronazgo 
«laramente  de  legos,  prohibiendo  al  arzobispo  de  !Mé- 
«na  Jaeces  eclesiástioos  qucLO  se  en  trometiesen  en  las 
GOQStracciony  gastos,  ni  cuentas  tocante  al  bospi- 
solamente  en  visitar  los  hospitales,  cura  y  regalo 

C'  ^tes  y  culto  divino,. de  las  misas  que  se  celebran 
pítales  é  iglesies  que  el  dicho  marqués  D.  Fer^ 
fgndaae;  y  habiendo  el  [susodicho  edificado  y  fun- 
«H  hospital  en  la  dicha  cioáad^de  Méjico,  de  la  íuh 
'  m  de  Nuestra  SefLora  de  la  Concepciion,  lo  dotó  con 
para  la  curación  de  los  pobres,  nombrando  capella- 
niatradores,  mayordomos  y  otros  oficiales  para 
las  dichas  rentas.  Y  habiéndose  querido  entro  «• 
el  arsobispo  de  Méjico  y  sus  jueces  eclesiástos  á 
cuenta  á  los  dichos  mayordomos  y  oficiales  de  las 
del  dicho  hospital,  poseyendo  el  dicho  estado  del 
don  Martin  Cortés^  hijo  del  dicho  marqués  B.  Fer- 
segado  sucesor  en;  el  dicho  estado,  por  parte  del 
don  Martin  se  acudió  á  este  tribunal,  siendo 
en  estos  reinos  de  Espafia  el  sefior  don  Felipe 
para  que  dicho  arzobispo  ni  sus  jueces ,  no  eo^ 
de  la  obra  y  fábrica  ni  cuentas  del  dicho  hespid 
.deapaohó  Breves  para  ello  en  cinco  de  junio  d^l 
o  de  quinientos  y  ochenta  y  uno,  con  considera- 
qne  el  dicho  reino  de  NuevasEspafia  está  agre- 
ré  este  reino  de  España  y  sujetó  á  la  jurisdicción  de 
banal,  como  consta  del  Breve  de  su  Cantidad,  y 


—  276  — 

él  Breve  deepachado  por  Monae&or  Nimclo  dcm 
S^CA '  T*i^^4M ^^  ^^^^^  Breve  y  mandamieata  i 
bedeeido  y  campUdo  algunas  veces «  ahora  no 
en  grande  perjaioio  de  mi  parte.  Pido  y  snplM»  é-1 
lUma,  mande  despachar  mandamiento  para  qué  el^ 
bispo  qme  es  ó  f aere  de  la  ciadad  de  Méjico  y  lamé^^ 
edesifei^^  camplan  y  gaarden  el  dicho  BMn^e  de  ~ 
de  Olem^te  Tlly  y  mandamiento  de  mottseiLor  nvíi 
FelitM!  Sega;  y  en  sn  complimij^nto  no  se  entroae 
oosá  tocante  á  tomar  cuentas  déla*  hacienda  det 
hospital,  obra  y  fábrica  de  él,  y  se  iohibaa  de  ei 
cansas  de  qne  en  esta  materia  habieron  oonoeídoy 
remitan  á«Bte  tribanal;  y  en  caso  necesario , 
me  presento  ante  nsía  ilnstrísima  en  gfado  da 
y  se  despache  mandamiento  con  citación  en  form»^  y  i 
pnlsorio  para  qne  vengan  los  antoe originales:  pido 
tida  etc.  £1  licenciado  don  Francisco  Valles:^ 
Per€s. 

Y  así  presentada  y  por  Nos  vista  mandamM  d|r  y 
mos  las  piesentes  por  las  cnales  y  la  ántoridiád 
ca  é  Nos  concedida  de  qne  en  esta  parte  usamos^ 
tamos  á^dicho  sefior  arzobispo  y  siendo  n^ 
mándenlos  en  virtnd  de  Santa  obediracia }"  sapitoé 
entredicho,  y  á  sn  provisor  susodicho  y  &  los  demiis  jt^ 
cesy  visitadores  á  quien  lo  contenido  en  la-  peitMoa M 
BUSO  incorporada  toca  ó  tocar  pneda,  á  cada  ato  la  ^iT 
dtnn  mandamos  en  virtnd  de  dicha  Santa  obedS€]isi%1 
so  pena  de  excomunión  mayor  apostólica,  y  oteaa 
nuestro  arbitario,  que  siendo  con  las  nre¿entea  reotísilt 
vean  la  petición  sasodichaypiaganlo^que  por  ella  se  pl 
y  si  causa  é  rasen  tuviere  para  no  lo  hacer  y  enmfiíMt 
d^tro  de  un  alio  próximo  siguiente  á  la  notiftrádiofi 
las  presentes,  la  alégusnante  Nos  por  su  fiscal  a6l6siái|li 
co  ó¡procurador  legitimo  que  los  oiremos  y  gaartfaraMi 
justicia.  Vitamos  aeímismo  y  llamamos  ;por  las  ctteili 
presentes,  á  todas  y  caalesquier  personas,  á  qnItaeifMl 
de  tocar  lo  contenido  en  la  dicha  petición,  y  cada  IM4| 
ellas  in  sólidwn  para  que  dentro  de  dicho  alio .  yifccáiiÉ 
ante  Nos  y  en  nuestro  tribunal,  i>or  si  6  por  sua  jttóM9á 
dor  legítimo  á  decir  y  ^alegar  todajsujustícia;  qnspft« 
reciendo  también,  les  oiremos  y  guardaiemos  joatioia,  f 
paeado  dicho  término,  procedejcmos  en  la  canaa  comí 


[  aallareau»  por  dereoliOi  aia  mas  lo  dtar  dí  llamar  ^  que 
I  por  lasipreaentes  los  citamos  y  llamamos  oon  señalamien^ 
feto  deestrados  y  forma»  Y  así  mismo .  mandamoSi  solas 
diciías  oensor^  y  penas  ó  los  notarios  ó  escribanos  y  se  • 
t  oretanos  de  visita,  erchiyistas  y  otras  caalesqoier  per s 
^nas  de  caalqnier  grado  6  estado  gne  sean»  así  secnlares 
f^úmo  regalares  eelesifotíoos^  por  antes  quienes  han  pasa- 
.do  ó  eu  cayo  poder  están  los  autos,  papeles  y  escritaras 
^"toeantes  y  conoemientes  &  la  dicha  oansa^  que  dentro  del 
i^lo  primero  signíente  á  la  notifioaolon  de  las  pre- 
ates,  los  remitan  ariginalmente  ó  por  tjj^aslado  aatén- 
^lieOf  y  en  pública  forma  y  manera  que  haga  fé,  á  nnestro 
^bonal,  ámanos  de  ñnestro  infrasóito  notario.-» Otrosí 
pumdamos  en  virtud  de ;  Banta  obediencia  y  so  penado 
iseomanion]  major  7a  (V  íentetíoí  ipao  faeto  incúrrendaf 
trina  coMnioa  monitioneptemiiaf  en  derecho  al  notario  ó 
escribano  que  Inere  con  las  presentes  requerido ,  las  noti*^ 
llqueydeello  défé  sin  dilancion.  Dadas  en  Madrid  6 
te  y  un  días  del  mes  de  marzo  de  mil  y  seiscientos  y 
enta  y  tres  aQos,  Francisco  ArchiepLiCopus  Shodise^ 
ntioa  Appostolícus.  Petras  Ricardas  Abbr. 


OiÜDUIíA  DEL  SFPEBADOB  OABLOS  Y. 

indando  pagar  á  Eemoñ  Oortéi  el  ga$to  que  haUa  he-* 
cío  em  el  apresto  d$  la  armada  enviada  á  las  islas  del 

Malueo. 

una  copia  sacula  del  archivo  de  Simanoa ,  que  halla  en  la 
Academia  de  la  Historia  ioserta  en  el  cuaderno  número  5  del 
tomo  3  ?  de  la  Colección  de  doeumentoa  inéditos  para  la  Hla« 
Soria  de  Eapafia.) 

1?  deabrU  de  1599. 

JBn  Bey— Presidente  é  eideres  de  la  audiencia  real  de  la 

foevavUspafia.  El  gobernador  D.  Hernando  Oortés^  Mar- 

del  Yalloi  me  ha  hecho  reU  cien  que  él  por  nuestro 

idado  hizo  una  armada  y  la  envió  alas  islas  deMa- 

^9  y  qHe  hasta  agora  no  se  le  há  dado  cosa  alguna  pa-. 

el  Bueldo  de  la  gente  que  fué  en  ella,^  me  suplicó  mau^ 

^   ^  w  ..y»ifl»ttTACi#CTi.~aoMt  n— 56 


-  m  - 

daaé^  qae  se  le'  pag^ee  lo  qne  en  él  montase,  ó  «üfi  . 
la  mi  merced.  Por  ende  Yo  ros  mando  qae  vauü^ 
que  Nos  le  enviamos  á  mandar  cerca  de  lo  ^luodiolio,  f 
proveáis  qae  el  nnestro  tesorero  de  esta  tierra  le  pftg8e|<> 
qae  yard<ideramente  conforme  aqnello  le  f aeremos oW* 
gados  á  pagar  por  razón  de  lo  sasodioho;  qne  por  ^^ 
oédnla  mando  al  dicho  tesorero ,  qne  por  virtad  de  elli  ¡f 
de  vaestro  mandamiento  gelo  den  y  pagaen;  y  oenelltr 
con  carta  de  pago  del  dlclio,M!arqné3|  ó  de  qaiea  M  f^ 
der  hobiere,  le  sea  rescebldo  en  caenta  lo  qne  mí  ledií0 
y  pagare.  Fecha  en  Zaragoza  á  primero  dia  de  ftW^ 
mil  qaiaientos  y  veinte  ynneveaños.  ToelBej.  I^ 
mandado  de  S,  M.  Francisco  d3  los  Oobos. 


NOTA. 

Los  doonmentos  qne  signen  relativos  al  entierro  ddi|'^ 
ñor  don  Fernando  Üortés  y  de  sa  nieto  don  Pedio,  w»*] 
sacado  del  legajo  nücmero  132  del  inventario  de  los P^j 
les  antignos  del  archivo  del  Marquesado  del  ^^^^%| 
jaca,  existente  en  el  hospital  de  Jesns ,  partídftS^»^^] 
62,  cnya  carátnla  dice:  '<Este  enademo  contiene B^ 
relación  oircnnstanciada  del  faneral  qne  se  hiflo  e&tKN 
tierro  del  cadáver  del  Bxcmo  Sr.  D.  Pedro  Oortéd,c^ 
to  Marqués  del  Valle,  y  en  el  de  los  restoe  da  las  o»r^ 
de  su  abnelo  don  Fernando  Cortés,  qne  se  hallabaadi 
sitados  en  el  convento  de  BB.  PP.  Francisoanos  de  i 
coco,  de  donde  las  trasladaron  á  Méjico  para  ávm 
paitara  en  éste  de  San  Fi  ancisco,  al  mismo  tiempo  ' 
se  hizo  con^  el  cadáver  del  nieto. 


—  279  — 

DOCIJIMÍEIITOS 

relativos   á  los  diversos  entierros  del  sefisr  doa 

Feraaado  Cortés. 

ENTIERRO  DEL  AÑO  DE  1629. 

Bntierro  del  Marqués  del  Valle  de  OJaoa  ,  Hernán  Oortéi, 

y  su  nieto  don  P^dro  Cortés^  que  se  hizo  en  esta  ciudad 

de  Méjico  en24tde  febrero  del  año  de  1629. 

Se  trajeFon  los  haesos  de  don  Hetnan  '^Oortés ,  primer 
marqués  del  Valle  de  Qajaoai  qae  estaban  en  el  nonasv 
teiio  de  San  Francisco  de  Tes.caco  mas  habia  de  dncaen*^ 
ta  años^  que  los  hablan  traído  de  Oastilleja  de  la  Uaesta: 
j  socedlo  qne  habiendo  muerto  en  esta  corte  de  Méjico 
don  Pedro  Oortés,  marqués  del  YallCí  en  30  de  enero  del 
dibho  añOy  acordó  el  señor  arzobispo  ae  Méjico,  don  Fran< 
cisco  MauBO  de  Záñiga  y  el  señor  virey  de  Méjico,  mar- 
qués de  C^rralvo,  que  se  hiciesen  estos  dos  entierros  jun- 
tos en  uno,  honrándolos  principalmente  ó  los  huesos  de 
Hernando  Cortés :  f  aé  el  entierro  en  San  Francisco  de 
Kéjioo;  salió  de  las  casas  del  Marqués  del  Valle :  fueron 
adelante  todos  los  estandartes  de  las  cofradías,:  fueron 
todas  las  órdenes  de  frailes:  fueron  todos  los  tribunales 
deMéjioo:  fué  la  audiencia  de  los  oidores:  iba  el  dicho  ar* 
2obispo  y  cabildo  de  la  catedral  de  Méjico^  y  en  este  lu. 
gariba  el  cuerpo  del  marqués  don  Pedro  Cíortes  en 
un  ataúd  descubierto,  y  detras  loa  huesos  de  don  Her* 
nando  Oortós  en  un  ataúd  de  terciopelo  negro ,  cerrado: 
lleyaba  á  un  lado  un  guión  de  raso  blanco  con  un  crud  ■ 
fijo^  y  nuestra  Señora,  y  tían  Juan  Evangelista  bordado 
de  oro,  y  del  otro  lado  las  armas  del  rey  de  España,  bor* 
dadas  de  oro:  este  guión  del  lado  derecho  de  los  huesos^ 
llevaba  otro  guión  á  la  mano  izquierda  de  terciopelo  ne* 
gro,  oon  las  armas  del  Marqués  del  Valle,  bordado  de 
oro^  y  los  que  llevaban  los  guiones  iban  armados:  dettas 
el  señor  arzobispo  con  todos  los  prebendados,  y  detras 
los  enlutados,  y  un  caballo  despalmado  todo  enlutado: 
todo  lo  dicho  oon  mucho  orden,  luego  proseguían  todos 
los  tribunales  y  la  universidadi  y  tras  estos  ib^  la  and|en* 


~280  — 
oia  y  el  Tírey,  y  oon  mucho  aoompafiamieiito  de  oabaQ»* 
ro0|  y  tras  de  estos  iban  caatro  ea{titane9  armados,  ooii 
sus  plameros,  pioas  en  los  hombros ,  y  tras  de  estos  ibia 
caatro  oompaüías  de  soldados  oon^  sos  arca1>aee8,  y  otm 
picasy  y  detras  banderas  arrastraiñdo «  y|lo6  tambores  os* 
biertos  de  lato:  llevábanlos  huesos  oidoresy  elenerpodei 
marqués  don  Pedro  Ctortes,  oabemero :  del  hábito  de  Sss* 
tiago:  la  concurrencia  era  inmensa ,  y  hubo  seis  posn 
donde  ponian  los  ataúdes,  y  todas  las  órdenes  de  fiaiki 
en  cada  posa  deoian  un  responso* 


Bcoonooimiento  hecho  por  los  rererendos  padres  proTia- 
oial  y  definidores  de  esta  proyiñeia  de  fi^oiscanos  dil 
Santo  Bvangelio ,  de  ser  oap;illn  mayor  áA  eoBTeate 
grande  de  esta  ci^^tal  propiedad  de  los  Bxemos  SMi 
marqúese  del  y  alie  de  Oajácayde  sus  súceaareSieK 
cuya  virtud  se  hizo  en  ella  ^  entierro  délos  seftoreB  9* 
Fernando  y  don  Pediro  Cortés. 

[HáliMS  testimonio  en  el  expedients  dtadojel  oxisinalfaitl^ 
legajo  número  IJdel  miBmo  archivo.] 

Nos  Fr.  Miguel  Navarrete,  oomisario  gensiral  de  ]a4r« 
den  de  los  frailes  menores  de  las  ptovinoias  de  esta  Noe^ 
va«Bspafia:  fray  Antonio  Boldan,  mixiistro  proviueii^déL 
santo  evangio:  fray  Melchor  de  B^iavente,  fray  Pedio 
Orog,  fray  Francisco  de  las  Navas ,  definidores  de  eU% 
decimos :  Que  por  cuanto  hoy  dia  de  la  fecha  de  esta»  ei« 
tando  juntos  en  nuestro  deflnitorio  como  lo  tenemos  de 
uso  y  costumbre,  según  los  ritos  y  estatatosde  nuesía 
religionv  nos  fué  presratada  por  parte  del  nimo.  8r.  Hsr^ 
qués  del  Valle  una  petición ,  tu  la  cual  nos  pedia  y  de 
mandaba  que  la^capilla  mayor  de  este  convento  de  San 
Francisco  de  Méjico  era  y  pertenecía  á  su  sefioiía ,  por 
cuanto  el  marqués  don  Fernando  Cortés  la  hizo  para  él  y 
sus  descendientesi  y  asi  en  «1  medio  de  la  dicha  capilla 
est&  sepultada  la  primera  m^er  del  dicho  señor  mfttqoéa 
don  Femando  CortéS|  dofia  Catalina  Jneiei,  y  qne  otza 
ninguna  persona.^n  su  eonsenttmimto  se  haUadesn- 
torrar  en  ellai  exceptos  lo«  raUgiosos  fvnfocne  61o  que 


—  281  —  •  ^ 
Aba  tratado,  eacrito  y  acordado  en  algunaa  eastitoras 
rayas  eomo  de  la  orden  á  que  se  referia  \  aegiin  mas 
púnante  en  la  dioha  petición  ^  se  oóñtic)^6¿  j  por  nos 
ttty  hidmos  traer  ante  nps  los  librpdi  aptígnos  d^  esté 
il^tó  de  Méjico  qne  estaban  en  el  arc^vQ  dé  i^l^  para 
nstj  veriflcar  lo  en  la  dicha  petición  oontenido,.  y  an« 
Ido  en  bnsca  hallamos  nna  olásnja  en  la  on^  deeia » 
aafiUa  mayor  de  este,  eonvento  de  Méjico  ser  desii 
na.  seffdria  del  seQor  ma^rqnés  del  Yalleit  y  pertenecer 
tjrá  sos  descendientes,  sipcnyo  consentípaiénto;  y  vo- 
tad ninguna  persona  se  pQdia  enterraren  ella:  y  trata* 
jr  ventilado  entre  nop  sobre  ési^  dif^a  rázon^  y  visto 
I  lo  contenido  en  la  di<^a  petición  es  yerdad.  y  q^ie  en 
^no  hay  eontcadicoion  alguna»  hallamos  otmoTÓa^í  la 
Ütar»  7  testimonio  pábiico  de  lop  lelígi^aosdé  sninií^ 
jtai  acá,  qne  la  diqha  capilla  pfnrtenec^yes  del  scfipr 
teles  del  YaUe,  y  qne  sin  jsn  eonsentimei^.  ningnñia 
a^^exiKín»  de  cualquier  estado  y.  condidott  que  sea  se 
bÁBteirar  en  ella,  por  cuanto  m  aeftóriiii  fitgwi  p%- 
JB^Ia  hiso  á  sn  costa  y  mendon  f  ij^  y  su  VomÁt^  fué 
osee  .pora  sí  y  sus  herederos  y  no  otra  pei^n)hrj  7  ^^ 
ido  qne  nn  contador  de  S.  M.»  ^  j^/  opnsénti(m£^ 
labia  enterrado  en  ella,  quisoy  tuvo  deteymiqajfo.  man- 
le  sacar  los  huesos  de  ella,  según  parece  por  Ió8'nliés< 
I  Ubres  de  nuestro  archivor  Por  todo  lo  cual  hallamos 
inya  le  dicha  capilla  y  no  del  convento,  salvo  las  se- 
mam  qne  el  mismo  señor  marqués  sefialó  i  donde  se 
Iteren  los  religiosos,  y  esta  respuesta  y  revalidación  se 
üMitregue  6  favor,  de  su  señoría,  ;9elIado  con  él  sello 
^  de  la  comisión  del  dicho  padre  comisario,  y  con  el 
lAiio  de  esta  provincia  del  Santo  Evangdiq,  para  que 
i;vie  y  haga  entrega  al  dicho  señor  Marqués  del  TaUe. 
ta .en. nuestro  convento  de  San  Francisco  de  Méjico á 
¡tao'diAs  del  me9  de  agosto,  año  de  nuestro  Bedentor 
íly  quinientos  y  setenta  y  cinco  años.^Fray  Miguel 
miof  eomisario  geñerid.— Fray  Antoülo  Boldan.— 
I^JfeM^or  de  Benavente.— Fray^rodro  Qtúgf^Vtüf 
Maúo  de  las  ÜTavas. 


Aftl  dUé  tssio  ti  ctisíB^  cciiio  el  tcitimoiúo. 


•     —  282  — 
Posteriormente  habiendo  ocnnido  al  definitotiai 
ronel  don  Bedro  del  Barrio  Bapriella,  gobernador  41 
del  estado  y  marquesado  del  Valle  de  Oaja^i, 
do  en  nombre  del  Exorno.  Sr.  Dnqme  de 
qae  oomo  heredero  del  titnlo  y  casa  del  señor  dm 
nando  Oortés.  se  le  reoonociese  por  patrono  de  dS 
pula  mayor :  los  reverendos  padres  fray  Fernando 
80  (González,  oomisrño  general ;  fray  Baenavi^t 
Galera,  vicario  provincial  y  los  definidores , 
**no  haber  conocido  esta  santa  provincia  y  oonnoM 
patrono  de  la  capilla  mayor  de*sa  iglesia  y  ^ 
qne  al  Ezcmo.  8r.  Marqués  del  Talle  y  sns  h( 
terr&ndose  también  en  el  mismo  logar  de  la  oap¡IlA| 
loa  religiosos:''  En  esto  Intervino  el  seCLor 
choacan  don  firay  Marcos  Martínez  de  Prado , 
,  después  al  arzobispado  de  Méjico  ,  y  entonces 
'  del  tribunal  de  la  cruzada ,  quien  en  carta  eeañM 
esta  materia  al  gobernador  del  estado  don  Dieg»" 
en  27  de  octubre  de  16á9  le  dicaí  que  habla 
fervor  este  negocio^  ^^pues  redunda  en  memoria 
yor  homl«e  del  mundo,  por  quien  pisamos  esta 
porque  á  casa  tan  ilustre  no  le  falte  el  decoro 
be  á  sus  antepasados. 


DOOUMBNTOa 


que  comprueban  el  sitio  donde  se  deposifar&n  los 
de  los  seflores  don  í^emando  y  don  Pedro 

Petición.— El  padre  fray  Domingo  de  Arizaga^i 
mayor  de  este  convento  de  nuestro  padre  San 
de  esta  ciudad  de  Méjico,  con  licencia  que 
preiadOi  di¿o:  Que  un  devoto  de  este  dicho  eoni 
nos  hacer  limosna  y  buena  obra,  prestó  dea 
les  para  hacer  la  bóveda  en  que  está  metido  el 
de  está  el  cuerpo  del  señor  Marqués  del  Talli 
se  deben  el  dia  de  hoy,  porque  yo  la  teniahí 
positar  unos  huesos  de  cuerpos  santos  de  na< 
el  gobernador  de  dicho  marqués  y  las  demás 
que  trataron  de  su  entierro ,  ofceoieron  que  ^ 
otra  darían  los  cien  pesos  por  la  brevedad.y  fsü» 


ifte  hubo  para  hacer  ana  para  el  dicho  efecto )  y  no 

maj^or  cantidad  gne  era  faerza  ooBtaae  la  qae  ha>» 

de  haoer,  y  asimismo  me  pidieron  qíie  pusiese  nnas 

idiUas  doradas,  qne  costaren  treinta  pesos,  en  el  en ; 

del  sefior  don  Fernando  Oortéa ,  primer  marqnés 

Valle.  Y  habiéndolas  puesto  dijeron  qae  las  pagarían, 

Lto  á  qae  en  esto  se  les  hizo  gran  comodidad  ezcn^ 

lolee  macha  mayor  costa,  y  kaber  qaedado  el  gober^i 

»r  de  pagarlos.  A  Vm.  pido  y  saplico  qae,  como  jaez 

laien  Ineambe  el  conocimiento  de  esta  oaasa,  sea  servi« 

de  mandar  qae  Luis  Carrillo  de  Alarcoa ,  gobernador 

~  del  dicho  marqnés,  pague  los  dichos  ciento  y  trein^ 

pesos  en  que  recibiié  bien  y  merced  con  justicia  que 

lata— Pr.  Domingo  de  Arizaga. 

Avto.— >E1  gobernador  Luis  Carrillo ,  como  albacea  y 
or  de  bienes  del  Inarqnés  don  Pedro  Gortés  difunto, 
gobernador  del  estado  del  Yalle,  por  los  señores  duques 
Terranova,  sucesores ,  rea  estas  obras  y  confitándole 
están  hechas  y  dando  fé  de  ello  Antonio  Manuel  de 
Boelia,  escribano  del  estado,  pague  lo  que  el  padre  sa- 
tán pide  ó  dé  razón.  En  Méjico  á  siete  de  agosto  de  mi 
entoB  veinte  y  nueve  años.  Señalado  con  una  rú^ 

Cer¿(/icflüi(m.--En  corformidad  del  decreto  del  señor 
doctor  don  Juan  Oanseco,  del  consejo  de  S.  M, ,  y  su  oi^ 
to  en  esta  real  audiencia,  jaez  privativo  de  las  causas 
del  estado  del  Yalle :  ceitiñoo,  como  el  ataúd  en  que  se  en- 
Itenó  el  señor  marqués  don  Pedro  Cortés,  está  metido  en 
uu  bóveda  pequ^a  que  está  á  la  puerta  del  altar  mayor 
ÍA  lado  áéí  Evangelio,  en  el  convento  de  San  Francisco 
k  esta  oiadad,  y  metida  la  dicha  bóveda  debajo  del  dess 
Mso,  lo  que  está  en  el  dicho  altar  mayor,  y  por  la  parte 
de  fiíera  están  hechas  y  puestas  unas  barandillas  de  azul 
I  dorada,  y^  encima  de  todo  el  ataúd  donde  están  los  hue* 
;M  del  señor  don  Fernando  Oortés,  primer  marqués  del 
dieho  Talle  de  Oajaca,  con  su  dosel  de  brocado ;  y  para 
VIS  de  eUo  conste  di  el  presente  en  Méjico,  á  siete  de  a- 
Mto  de  mil  seiscientos  veinte  y  nueve  años:  testigos  fray 
Menso  Lobato^  y  fray  Diego  de  Carvajal  de  la  orden  del 
Befior  San  FUEmciscOt  Diego  Manuel  de  la  Boca,  escriba^ 
Koseal. 


-^284  — 
Bectmeeimienío  ie  Zo«  jMrf/09.^Tieiie  Ia1)óv6didd| 
qnés  dial  Tutte,  dondd  68t&  depositado ,  cnatzo 
largo,  y  dé  anóho  cuatro  t^roiaai  y  de  alto  dos 
ne  tóinpido  de  pared  dos  varas ,  las  dos  rosipido 
pared)  y  tiaiie  la  pared  en  que  están  las  barandiBa 
tovi^tó  mas;  que  todo  nos  pareoe  Valdrá  dentó  y 
pésóSi  antea  toas  qu^  menosi  y  por  ser  verdad  leí 
inoé  de  Atiestro  nombre  án  treoe  do  agosto  de  mil  y  I 
déatcs  Viente  y  nneve  afiós.  Lnls  Gómez.  Atosao 
nandiec. 

Bn  la  dudad  de  Méjico  á  diez  y  ocho  días  d«l  ^ 
agosto  de  mil  y  Seiflcientos  y  veinte  y  nueve  afioa 
mí  d  escribano  y  testigos;  parecieron  Alonso  Heno, 
y  Luis  Oomez,  maestros  de  oantería>  y  albafiileifs, 
nos  de  esta  dudad  que  doy  fé  que  conosÁo  y  dlger*^ 
las  Armas  de  arriba  i  donde  dice  Luis  Ctomes  j  . 
HerñandeS)  las  hlderon  y  firmaron  de  su  maaoi  « 
kan  visto  la  bóveda  y  barandillas  que  se^oontienar] 
dedsrodon  de  arribaí  hecbas  según  y  como  te  tkH 
clarado  y  flrmado,y  les  parece  y  tienen  por  derlal 
costa  los  dentó  y  treinta  pesos  que  tienen  dedim^ 
nuevo  ante  mí  lo  dedaian  y  juran  á.DíoByáIaL 
forma  de  derecho,  ser  derto  y  verdadero  y  lo  ñi 
deudo  testigos  Juan  Adame/Lúcas  Bantillan  y  ^ 
Delgado,  vednos  de  Méjico.  Lula  Oómes.  Alonso 
nandee.  Ante  mí  |  Diego  Manuel  de  la  Bocha , 
no  real. 


Doewimtú  reUikÜvo  al  entierro  y  natenario  de  lai 

Marqués» 

Bn  la  dudad  de  Méjico,  á  diez  y  ocho  dias  dd 
agosto  de  mil  y  seisdentos  y  vdnte  y  nueve  aaes»! 
d  s€fiór  dodxnr  don  Juan  Oansecp,  del  contfiejo  de 
su  oidor  to  esta  real  audiencia^  juez  privativo  de 
sas  dd  estado  del  Valle,  se  leyó  esta  petid<Mi.  J 
ftia:fFriKndsco  de  Barrientes  9  procurador  g 
orden  da  San  Francisco,  por  lo  que  toca  at  oonv 
Ban  Frandsoo  de  esta  dudad,  y  d  padre  fhiy  F 


—  284- 

^de  Tdaaco,  gaardian  de  dicho  oonvento,  digo:  Qae  como 
oBted  le  consta  fy  ee  notooio,  en  la  igleí^  principal 
ú  dicho  convento  y  en  el  mejor  lagar  de  ella  se  encnen^ 

[ira  el  sefior  don  Pedro  Ctortés»  Marqués  del  TalICi  y  en  el 
loro  para  el  entierro  gastó  el  dicho  convento  mas  de 
mtos  pesos,  por  ser  todo  de  cal  y  canto  [IJi  y  por 

[Men  del  Bxcmo  Br.  Marqnés  de  Oerralbo,  virey'de  esta 

[ifaevaxEspafia,  para  la  suntuosidad  del  dicho  entierro 
n  eoBvidaron  mas  de  trecientos  religiosos  de  la  dicha 
orden  qne  por  la  detención  del  dicho  entierro ,  asistieron 
en  el  dicho  convento  mas  de  ocho  dias ,  y  en  bu  sustentó 
m  gaataton  mil  pesos,  demás  de  que  la  comunidad  de  di  < 
«ko  convento  oantó  en  las  casas  del  dicho  «efior  marqués 
BB  novenario  de  misas,  asistiendo  toda  la  dicho  oomuniv 
dadeonmuy  gran  voluntad,  y  en  el  dicho  convento  se 
Uderon  otros  sufragios  y  celebraron  misas :  y  atento  á 
|«eooando  el  dicho  señor  marqcés  escogió  el  lugar  para 
«1  entierro,  ofreció  por  él  dar  a^  dicho  convento  una  muy 
1)aenaUmoena  y  no  se  le  ha  dado  hasta  ahora  cosa  al- 
(flna^yá  que  está  muy  necesitado  y  adeudado*  A  usted 
l>ido  y  suplico  que  en  consideración  de  la  calidad  del  di^ 
ebo  geuor  marqués  y  de  lo  referido «  mande  se  satisfaga 

[il  dicho  convento  el  foneral  del  dicho  entierro  ^  recibirá 
mereed  con  jostieia ,  y  en  lo  necesario'etc.  Bachiller  Ni- 
colás'de  fiscobar.  Fray  Francico  Barriente  de  Sivera. 


(i)  Sa  dodt  lo»  padr«8  i^nirdiao  y  proonrador  ignoraban  qg#  le  había  mati, 
dado  fBgtr  al  padre  r&crietf  n  el  G<Mto  <'et  sepulcro.  Con  motivo  de  eite  eenr< 
>o<>prMwt6  €A  tíinlo  de  propiedad  y  patronato  de  la  capilla  mayor,  iaieit9 
ttwutea^éadlM. 


i^tgasLtAüioinm^TOKo  n>-39 


.  —  286  — 
CUENTAS  DE  GASTOS  DEL  ENTIEBRO.  (1) 

Compra  de  la  tela  para  el  dotel  y  pañoy  de  Umbaqw  » 
píiso  sobre  el  sejAulcro  de  don  Femando  €orté$^  enel 

presbiterio  de  San^Franmoo* 

Pre¿entaciQn  Ealaoiadadde  Méjioo  á  txece  de  abnl 
de  mil  y  seiadeutoa  yjeiate  y  Baeve  aSLos ,  ante  el  stñor 
doctor  doa  Juan  de  OansecOy  del  consto  de  8*  M.,  oidor 
de  o;»ta  real  aadicücia,  j  aez  privativo  de  las  canfias  del  «• 
tado  del  Va;  le,  ae  leyó  eeta  petición.  ( Petición J  Ellie^ 
maao  Toribio  Gomez^  religioao  de  compañía  de  Jeensí  7 
piocurador  general  de  la  proviocia .  de  JBtla  ea  líiieTi* 
üíspafia,  digo :  Que  yo  vendí  á  Alonso  Dias,  mf^ordoB» 
que  faé  de  la  cat^a  del  señor  don  Pedro,  marqués  del  Te* 
lie  de  Oajaca,  difunto,  una  pieza  de  tela  de  Milán  eni* 
rillo,  que  tenia  el  colegio  de  la  compañía  de  Jesiuf  de&a 
I  idetbnso  de  la  Paebla,  cou  setenta  y  dos  varas^y  iB£di% 
de  que  Ym.  mandd  se  cortase  el  dosel  y  paño  da  tmbk 
para  el  entierro  de  dicho  señor  marqués  don  Pedro  Oo^ 
tés,  y  del  señor  marqués  don  Fernando  £h>rtés  saabnekr! 
la  que  conaerté  á  razón  de  nueve  pesos  yjmedio  vara^qpi 
mouta  aeiacientos  y  ochenta  y  ocho  pesos  y  seis  tomuÑii 
loa  cuales  se  me  deben.  Por  tanto.  A  V.  suplico  y  pido, 
mande  se  me  pague  la  dichis  cantidad,  de  los  bienes  M 
dicho  señor  marqués:  pido  jaaticia  y  costar;  y  juro  &  IMoi 
y  á  la  crujs  este  mi  pedimento*  Toribio  Gomes.   Bl  seM 
oidor  mandó  dar  traslado  á  los  albaceas  del  dicho  Beto 
marqués  difunto.  Y  lo  rubricó.  Señalado  con  la  rábricfti 
Ante  míy  Diego  Manuel  de  la  Bocha,  escribano  real.- 
^^Ifotifioacion,  En  Méjico  á  veinte  y  cuatro  de  abiilds 
mil  y  seiscientos  y  veinte  y  nueve  años.  Yo  el  escriban 
leí  y  notifiqué  la  petición  de  atrás ,  con  lo  á  ella  piová* 
do,  á  don  Juan  Cortés  de  Hermosilla,  caballero  del  hibi* 
to  de  Oalatravaí  uno  de  los  albaceas  del  señor  marq^ 


(1)  E«  mnj  interesante  en  ettas  caentas  comparar  loe  piedos  de  lai 
en  aqnel  tiempo  con  loe  aotaalea,  con  otrae  cb'erracioBts  &qiie  dan  lifirr 
■e  anotiTAn.  por  lo  qaeee  ponen  aquí  algnnoede  eetoa  d^GnAeixl%i. 


—  287  — 
don  Pedro  Oortéd^  difanto,  el  onal  dijo :  qae  es  verdad 
qae  dicho  hermano  ToribioCh)mez  vendió  al ,  dicho  Alon- 
so Diaz  la  tela  de.brocado  que  refiere  la  petición  de  atra^, 
qns  tenia  setenta  y  dos  varas  y  media,  á  razón  de  nueve 
pesos  y  medio  vara;  la  cnal  ee  oompró  por  mandato  del 
sefíor  oidor  para  hacer  el  dos»!  y  paño  de  tumba  del  en- 
tierro de  los  señores  marqueses  don  Pedro  Oortég  y  don 
Fernando  Oortés  sa  abuelo,  que  hoy  están  pn  estos  en  eu 
entierro  en  8an  Francisco  de  esta  ciudad;  y  que  es  ver^ 
dad  que  se  le  debe  su  valor  al  dicho  precio,  y  esto  dio 
per  su  respuesta  y  la  firmó:  testigos^  Juan  Bautista  de  Es- 
prnosa,  y  don  Diego  de  Atanco.  D.  Juan  Oortés.  Diego 
Manuel  de  la  Bochai  escribano  real. 

NOTA, 

En  esta  y  en  las  demás  cuentas  se  omiten  las  actuado . 
nes  siguientes  hasta  el  pago  de  todo^  que  se  mandó  ht»  •• 
cer  por  el  juez  conservador  de  los  frutos  del  mayorazgo, 
por  no  haber  quedado  bienes  de  los  dos  señores  don  Fcr^ 
aaüdo  ni  don  Pedro  Oortés. 

Oua¡^a  de  Ut  obra  dd  sederOj  que  tengo  hecha  para  el  haldo^ 
gti¡n  y^paño  de  tvmhafara  el  entierro  del  señor  marqués 

del  Yalley  que  zea  en^  gloria. 

Primeramente,  y  he,  quince  varas  y  media  de 

'  franjen  romano  y  seda  negra  á  dos  hilos  ,  de 
oro  torcido  con  su  flaeco  de  traza,  pegado  con 
nna  colonia,  que  vale  cada  vara  de  hechura 
veinte  reales,  quemontan 38  6  O 

^as:  ouarenta  y  cinco  varas  de  franjen  de  una 
pulgada  de  ancho,  que  vale  de  hechura  á  cuas 
tro  reales  vara,  que  monta 22  4  O 

Mas :  Mee  seis  pares  de  alamares  de  lacillo  do» 
ble  con  seis  fioreciles,  que  llevan  cada  lazo  cua  >• 
tro  varas  de  peinecillo  con  su  botón  atondado, 
que  vale  cada  par  de  hechura  veinte  reales, 
monta 15  O  O 

Alavaelto 79  2  9 


—  288  — 

Dalavvelta. 76  2  O 

Tengo  recibido  por  esta  caenia  treinta  pa 30  O  O 

DébBnseme  de  esta  oaeata,  oaareata  y  seis  pa- 
sos dos  tomines ••••    46  2  O 

De  la  heoliara  de  diez  varas  de  ooidoa  para  el 
baldoquiu •«..      2  9d 

De  seda  y  plata  y  hechura  de  los  cojines  y  bori 
las  para  el  guión. ••••« 4td 

Firesentaeion,  En  la  ciudad  de  Méjico  á' veinte  y  doa 
días  del  mes  de  marzo,  de  mil  y  seisoien^s  y  veinte  y 
nueve  aüps,  ante  el  sefior  dootcuf  don  Juan  de  Oanseao, 
del  consejo  de  8.  M.  y  su  oidor  en  esta  real  andiénda, 
juas  privativo  de  las  cansas  del  estado  del  Valle,  se  l^é 
eata  petición.  Petición,  '^Jaan  de  O  bregón,  sedero,  veci- 
no de  esta  ciudad,  digo:  que  como  consta  de  la  memocis 
que  presento,  yo  hice  el  flaco  romano,  y  franjen  del  bal» 
doquin  y  paño  de  tumba  para  el  entierro  del  sefior  mar- 
qués del  YaUe  y  se  me  debe  lo  contenido^en  estamemofia 
y  para  que  lo  pueda  cobrar,*  A  Ym.  pido  y  enplioo  mands 
se  me  pague  lo  que  se  me  debiere;  en  que  leoiblré  msi^  ^\ 
ced,  con  justicia  que  pido  etc.  Joan  de  Obregon.  B  pot 
merced  vista,  mando  dar  traslado  al  gobernador  Luii 
Oarríllo  y  Alarcon,  como  albacea  y  tenedor  de  bienes  dal 
sdüor  marqués  don  Pedro  Oortés,  y  que  se  tase  la  obm 
contenida  en  la  memoria ;  y  lo  rubricó.  Sefialado  oon  oía 
rábrica.  Ante  mí  Diego  Mannel  de  la  Bocha ,  csmbsao 
real» 

Ooito  de  los  adornos  de  pintura  de  la  pira» 

P/'««^»fa(?i(mEa  la  ciudad  de  Méjico,  á  veinte  y  s^ 
de  abril,  de  mil  y  seiscientos  y  veinte  y  nueve  ¡años;  as^ 
te  el  sefior  doctor  don  Juan  Oanseoo,  del  consejo  de  8» 
M.  su  oidor  en  esta  real audienda ,  juex  privativo  de  bs 
cansas  del  estado  del  Yalle,  so  leyó  esta  peticioo.  ^^Fetí- 
cío».  Bstévan  de  Orona  Oelí  [IJi  pintor ,  vecino  deests 


fftQBSi 


—  289  — 
digo:  qae  yo  pinté  todas  las  piatara?  así  de  baní 
taxjasi  armasi  maertes,  barandillasi  pirámides,  y 
y  todo  lo  demás  qae  faé  necesario  para  el  en^ 
de  los  señores  don  Pedro  Oortés ,  y  don  Fernán** 
fOortés,  saabaelOi  marqueses  qae  faeron  del  Talle 
iOAjaoa;6ii  qae  pose  rnannf actara ,  recaadosde  oo- 
y  papeles  qae  faé  necesario ,  ea  qae  gast¿  mucho 
ipo,  tnrabajo^  dineros  y  enidadOi  lo  onai  estimo  en 
de  cien  pesos;  porqae  pinté  ocho  banderas  de  ambas 
con  las  armas  de  sn  señoría,  y  otras  tres  de  papel 
kBaroa,  doce  pliegos  la  ana.  ylasottras  dos  enseii^;  doce 
grandes  de  á  siete  pliegos  cada  an^ ;  tres  doce- 
éhicaSi  plateadas^  en  pliego :  -  dos  docenas  úecalave- 
l^ateadas ;  tres  docenas  de  tarjas  r  pti»  docena  de 
para  las  balsas  de  las  iñrámidesy  toda  la  pinta* 
támnlo.  Por  lo  qne  á  Tm.  pido  y  snptico  ma&d0  se 
I  paguen  por  lo  menoé  dichos  Cien  pe^s  i  pido  jnstioia 
[im  este  nd  pedimento  en  forma.  Estévan  de  Órona 
^  lL-iliito.^E{  sefior  oidor  mandó  dar  traslado  á  los 
Ibaóeas  del  dicho  sefior  don  Pedro  OortéS|  marqaés  del 
difanto,  y  así  lo  proveyó.  Diego  Mañnel  de  la  Bo- 
^eaoribano  teáL^N^tiftcaeUm.^i^ii  Méjico ,  á  veinte 
'"  de  abril  de  mil  y  seiscientos  y  veinte  y  nneve  afios, 
ncrilMMio  leí-  y  notifiqné  esta  petición  y  aato  á  don 
ftt&  €ertés  de  Hermosilla ,  caballero  del  hábito  de  Oa^ 
iteva,  albacea  del  sefior  marqaés  don*  Pedro  •  difanto: 
iwA  dijo:  qae  lo  oje,  de  qae  doy  fé.  Diego  Mannel  de 
Koeha. — O^o..— Hn  Méjico ,  este  dicho  dia  notiñqaé 
petíeioa  y  aato  al  contador  Lnis  Oarrilio  y  Alarcon, 
teea  y  tenedor  de  biea08  de  dieho  sefior  marqaést  el 
I  dijo:  qae  Joan  Maestre,  mayordomo  del  hospital  de 
(seitra  Señora  de  la  Concepción  del  dicho  estado  del 
^íüie,  tavo  á  sa  caidado  el  mandar  hacer  las  dichas  pin>i 
que  se  piden  por  esta  petición ,  y  qae  él  dedaraiá 
^    caanto  las  concertó,  y  esto  dio  por  sa  respaesta,  y  que 
[%  fé.  Diego  Manuel  de  la  Bocha. 

JinRarúi  de  las  maderas  que  se  llevaron  para  el  túmulo  del 
lUmo.  Sr.  Marqués  del  Yallej  que  Dios  Aayo. 

^Momamente,  jueves  veinte  y  dos  de  febrero 
nUen^^QiidiezyochoYigiVí dea  píete yaras 


M^ 


—  290  — 

ánaeverealea : i  201^ 

^'JEstedia,  dooe  tablas  de  jalooote  á  nueve  rea^ 

lea..... 13 

^^Mas,  este  mismo  día,  siete  tablas  de  jaoolote.á 

nneve  reales ,  y  dos  vigas  de  á  siete  varas  á 

nueve  reales* 19U 

<<Yíérnes  veinte  y  tres  de  febrero,  dos  cuartones 

á  seis  reales,  y  caatro  morrillos,  á  tres  reales.    2 1^ 
*'Este  dia,  una  tabla  de  jalocote  y  una  viga  de 

siete  varas  y  cuatro  tablas  de  cubrir... i 

'QSste  dia.  mas,  nueve  vigas  grandes  en  que  se 

fondo  el  túmulo,  y  estas  nueve  vigas  grandes 

las  volvieron  aunque  con  algún  dafio,  &  coiUso 

reales  de  alquiler ii 

^OBste  mismo  díA  »  treinta  tablas  de  jalocote  á     u 

nueve  reales. Sii 

^^iíaa,  este  dia  doce  cuartoncillos  á^  tres  reales. 
<<8ábado  veinte  y  cuatro  de  febrero,  llevaron  do^ 

ce  cnartoncillos  á  tres  reales: ....»••« 

«Bl  domingo  veinte  y  cinco  de  febrero,  lievanm 

diez  y  seis  cuartoncillos  á  tres  reales 

'^Martes  veinte  y  siete  de  febrero,  llevaron  tres 

tablas  de  jalocote  á  nueve  reales ti 

Suma •..•*^— 


Digo  yo,  Melchor  de  Boj  as,  maestro  enaaml 
tola  esta  madera  que  contiene  esta  memoria^  ( 
el  túmulo  que  se  hizo  para  el  entierro  úA  eeSiac 
dro  Oortés,  marqués  del  Valle,  la  cual  se  llevé  p 
dado  de  Sebastian  de  Aspitia  y  Juan  Maestre.  X 
f»  verdadi  iQ  firmé  de  mi  nombre.  Melchor  de 


r 


! 


—  2&1  — 

ftnta  de  la  cera  que  ha  dado  Diego  de  CSsneros  para  eí 
ínsito  de  los  haesoB  del  sefior  don  Femando  Oortés^ 
Mimer  marqués  del  Talle,  y  para  el  entierro  del  señor 
km  Pedro  Oortéa;  marqnés  de  dicho  estado,  su  nietO| 
ía  esta  manera  (1) 

Cand«la8    Cand«lft8      -' 
Aohas    d»á  libra    deámfcHa    LfbrM. 
yde&d^  .  7  biJUs. 

cabildo  de  la  catedral  pa- 

a  la  vigilia ,  cincuenta  y 

natro  yelas  de  á  libra  y  6^ 

to»  tantas  dea  media..  64  54      .    27 

Íla  capilla  treinta  velas 
á  media  libra,  y  ocho  de  51 

iBbra 8  .       30  8 

I  de  dos  libras  para  el  se* 

fbarasobispo 2  2 

V  "eT"    "sT     106 

^•tanto  para  el  dia  de  la 

Am  de  cuerpo  presente..  04  84        106 

I  12Í"     loT      212' 


que  se  gastó  en  el     . 
kño  que  se  hiaso  en 
casas  principales ..... 
velas  de  á  libras. ...  14  14 

ióB  de  cuatro  libri»..  8  8 

que  pesaron  cator- 

2  14 

oítíos  de  seis  librfis . .  84  24 

das  de,  á  libra  y  seis 

inedia 13  6  16 

loa  de  seis  libras. ...  *        36  36 

leandelas  de  á  libra..  12  12 

^_M^B_^  _^^^^^^  ^..^■.■B  ^a^M^ 

Siunaalirente 106  6        123 


•nanta  da  idea  d»  la  ja^giüilcenoia  del  evtiorroydnUafifteuMi 


-     293  * 

Delfrente ,..,.       106 

Otroi  Bei8  oiíiofl  de  á  seis  lis 

bwui------ :......  36 

Otran  doce  cándele  s  de  á  lu 

bra.. ..-.-.. 12 

Dos  eirios  de  seis  libras 19 

Doce  velas  de  libra VJ 

Oaatxo  acbas  de  campeche 

para  acabar  él  túmalo  de  á 

dos  pesos  cada  ano 

[Bfttas  se  sacó  la  snina  á  la 

final  por  no  ser  de  este    • 

preeio] 

Oaatro  cirios  de  á  seis  libras 

y  doce  velasdé á  libra 36 

Doee  Telas  de  á  libra  y  cna-    ' 

tro  achas  para  servir,  qne 

todo  pesó  cuarenta  libras.    2      12 
Oaatro  cirios  de  á  6  libras 

veinte  ycoatro 24 

Doee  velas  de  á  libra. .....  12 


6 


12S 

31 

tí 
tí 
tí 


30} 


Monta  lo  gastado  en  el  novenario  trescientas  j »« 
libras,  en  seis  achas  y  doscientas  y  sesenta  y  caatio  sj 
délas  de  &  libra  y  seis  de  á  media. 

Lat  religiones  el  dia  del  aetmjpaümii^nio. 


BanAo  Domingo,  den  candelas 

de  á  media  libra 

San  Francisco,  ha  entrado  en  el 

gasto  de  su  casa 

M  convento  de  Ban  Agastin, 

otras  den  candelas 

Bl  convento  de  las  Mercedes, 

con  los  qae  vinieron  de  las 


100 


100 


r 


-293- 

* 

Del  fronte 

200  100 

.  Huertas^  sesenta  y  seis  oans 

■■  ^^  ^^     ^^  ^*  ^^ 

délas  de  &  media 

76    38 

11  convento  de  Maestra  Seño* 

«    "^^                -^^^a^ 

/a  del  Carmen,^  cincuenta 

50    25 

k  tos  religiosos  de  la  Compañía 

de  Jesns  otras  cinonenta  can- 

delas de  á  media 

60    25 

U  eonrento  de  San  Diego,  ona- 

^^  ^^               0im^^ 

renta  candelas  de  á  media  li^ 

.bra 

>     40    20 

LjOs  de  S.  Jaan  de  DioSi  vein^ 
te  y  caatro  de  á  media 

• 

24    12 

i  ios  de  San  Hipólito  doce  de 

•» 

ámedia : 

12      C 

los  millos  de  San  Jnan  de  Le- 

« 

tran,  caorenta  candelas  de  á 

4  libras  y  nna  de  libra  paia 

« 

el  capellán  mayor  qne  todo 

{HBSó  once  libras 

11 

452   237 


iKonta  la  cera  que  se  dio  á  las  religiones  el  dia  del  en. 
iÉra,  decientas  treinta  y  siete  libras  [1]. 

Aehas  y  candelas  para  las  pcsas^ 

i 

Cand«' 

I  Aohas   las  de  4  libras. 

libra. 


tin  López  de  Brenohnn^ 
^  la  primera  posa  seis  a 
'de  á  siete  libras»  y  ocho 

IjpspT  ••«a  repMtleign  de  yeUs  entra  iai  eomunididcs  ce  Té  el  gran  nü- 
mbm  Túiigioñoi  qoe  había  en  loa  oonventoa  prieipalea,  y  ai  á  lo  que  resalta 
iar^Mi«ii.»á  a^ajre^aa  treeieito8fraci8o*nofl.  qae  por  otro  docamento  se 
igfgp  ^1l9  aatatieron,  resalta  «na  asiatenoia,)  sin  inolafr  ios  nifios  de  San 
^    ^atraB}  de  bmi  de  seteeientos  frailea. 

»ISSBTAtIOIIIf»— Tono  11-37 


yelas  de  á  libra^  pesó  todo 
ciüoaentft  libras. 6 

La  posa  de  los  Plateros ,  cnatro 
achas  de  siete  libras,  y  caatro 
velas  de  á  libra,  pesó  treinta 
oclio  y  dos  libras 4 

A  los  padres  de  la  compañía,  pa- 
ra la  teroera  posa  otro  tanto . .        4 

La  coarta  posa  otro  tanto 4 

Ti" 


8 


4 
4 


50 


42 

32 
32 


20      146 


La  quinta  posa  está  asentada  en  el  gasto*  de  convento 
de  San  Francisco. 
Montó  Itk  oef  a  de  las  posas  ciento  onarenta  y  seis  libras 

ElgoBtú  en  el  convento  de  *San  Francüco. 


•  • 


Para  el  altar  mayor  seis  cande 
las  de  á  media  libra 

Para  veinte  altares,  y  dos  ciria- 
les, cuarenta  y  dos  de  á  media 
libra,  pesaron  veinte  y  tres  Iín 
bras •••* 

Oinonen tacándolas  para  los  blan- 
donciUos  del  túmulo  que  peaa^ 
ron  caarenta  ycuatro  libras.*. 

Seis  arrobas  de  codales  en  seiss 
cientas  candelas,  q;ne  pesaron 
oieato  y  cincuenta  libras 

Trescientas  candelas  para  poner 
en  candeleros  de  plata  de  á 
tres  en  libras:  pasaron  onaT 
tro  arrobas  que  bacen  cien  li« 
bras  (1) •< 


42 


23 


50 


60      150 


300      100 


^uma  al  frente O    60     414      223 


(I)  No !•  podría  reanii  hay  eito  aáaier^  4»  o»ikd»I«roi4ls  plit»  en 


—  295  — 

De  frente 6    oO      414      223 

Masaseis  achaa  para  el.mismo  tú« 

mulo  qae  pesaron  40 libras 6  40 

Al  padre  fray  Domingo  Añzv^ga^ 

sacris^n  mayor  de  San  Frans 

cisca ,  ciento  y  ciñonenta  can-< 

délas  para  el  acompañamiento, 

de  á  media  libra  y  doce  de  á 

libra...-. 12      160      87 

Para  la  posta  de  esto  eonvesito 

caatre  aohas  de  á  siete  libras  y 

cuatro  candelas  de  á  libra 4      4  32 

Teinto  y  cnatro  achas  qne  Ueva^ 

ron  los  niños  del  oolegio  y .  se 
.  pusieron  en  el  túmulo»  pesaron 

ciento  sesenta  y  oóho  libras-'*-  24  168 

Al  padre  firay  Franciseo  de  la 

OmZ|  saoristan  del  dicho  con< 

Tsnto-de  SimJB'rancisce,  el  dia 

dé  la  misa^  seis  condelas  de  6 

media  libr»  y  cuarenta  de  á 

trea  en  libra  para  la  misa  ma^ 

yor.  diez  y  seis  libras 40      16 

Mas  aoce  achas  pura  la  misa  de 

cierpo  presente,  y  las  llevó  Pe- 
dro Pinzón  criado  de  sn  seño- 
ría, y  por  mandado  del  gober- 
nador y  pesaren  sesenta  y  o* 

oholibras  y  media 12  08^ 

4G    66        604    131  i 


SÜMAEIO. 


Candaba!     Dd  &  ni)< 
Afth&s.    de  4  libra.       dia.     Libias 


lia  catedral  de  esta  ciudad  ^  ca*- 

blidoyoapUla,..*.. 12d     168     212 

Bl  noTenario  y  gasto  de  las  ,ca> 


^     296  — 

Delírente 128     168     213 

sai  principales •...»•  6    264         6      307 

El  gasto  de  San  Francisco....  46     &i      604      731  i 
El  día  del  acompañamiento  de  los 

religiosos 452      237 

Aohas  y  candelas  alas  posas....  14     20              146 


66      478    1230    1633 


Monta  la  oera  nn  mil  y  seisoien- 
tas  treinta  y  tres  libras  y  me^ 

dia 1633J 

que  &  diez  y  nnave  pesos,  y  seis 
tominesi  montan  nn  mil  do^ 
cientos  noventa  pesos  y  tres  to- 
mines [1] 

Monta  seis  achas  de  campeoheá 
^dos  pesos  para  las  noches 
qne  se  trabajo  en  el^túmnlo.. 


1290  ps.  3 


12 


1302  pa.  5  ra. 


B ájanse  de  tres  arrobas  y  seis  li« 
bras  qne  se  volvió. 

Presentaeion,  -Bn  la  oiadad  de  Méjico  á  veinte  y  siete 
diasdelmesde  marzo  de  mil  y  seiscientos  y  veinte  y 
nueve  años:  ante  el  señor  doctor  don  Jnan  de  Oanseooi 
del  consejo  de  S.  M.  y  su  oidor  en  esta  real  andienca^ 
jaez  privativo  de  las  cansas  del  estado  del  Talle,  se  leyd 
esta  petición. — Petición, — Luis  Oarrillo  y  Alarcon,  go* 
bernador  y  jastioia  mayor  del  estado  del  Valle,  y  alte- 
cea  y  tenedor  de  bienes  del  señor  marqués  don  Podre 
Oortés,  difanto.  Bespondiendo  á  nna  petición  pres^it»^. 
da  por  Diego  de  OisneroSi  oerero,  en  qne  pide  á  Tm.  la 
mande  pagar  nn  mil  y  trecientos  y  dos  pesos*  y  tres  bh 
mines  de  oro  comnn,  qne  monta  el  valor  de  la  cera  qot 


1X1 1S^\  preolo  d«  la  ear«  no  ha  Tariado  notoblameatt.  No  aa  haUa  «a  aita 
•a%iit%  ds  eera  iii9)ioatift,  lo  qua  ivdiaa  que  no  (la  habla.  *  Ahora  almada  «b«» 
peiUianoidepMrlaaiaAto4<  tfl«hoacaii«  yn  tnola  vendar  4  do«a 

arroba* 


—  297  — 

mftiidado  de  Tm.  dio  para  el  entierro  del  dicho  di* 

á  razón  de  diez  y  Bueve  pesos  y  seis  realeg»  como 

I  por  la  coenta  por  menor  de  qne  se  hizo  presenta* 

digo:  que  ajustada  con  ét,  por  los  vales  y  recibos 

k»  religiosos  á  qoien  se  entregó,  y  bajado  el  valor 

lU  eera  gmesa  qne  se  le  volvió,  no  se  le  deben  mas  de 

mil  docientos  y  diez  y  Ulieve  pesos  y  cuatro  reales  de 

coman. — ^A  Ym*  pido  y  sliplico  mande  no  deber  se  le 

mas  de  la  dicha  cantidad  y  pido  jpsticia.^Lni8 

Lio  y  Alarcon.-'ilttto.— B  por  el  señor  oidor  vístai 

idé  qae  dicho  Luis  Oarrillo  y  Alarcqn,  albacea  del  scn 

marqués  del  Valle,  pague  de  los  bienes  de  su  señoría 

un  mil  y  docientos  y  diez  y  nueve  pesos  y  cuatro  tos 

que  dice  se  le  debe  de  la  dicha  cera,  y  para  ello  se 

lehe  mandamiento  en  forma,  y  lo  morico.— SefiálaM 

com  una  rúbrica.— Ante  mi.  Diego  Manuel  de  la  Bo- 

esocibano  reaL 
£t209i»-»Despachóse  este  mandamiento  este  dia ,  y  se 
entregó  á  Diego  iDisneros,  de  que  doy  fé.^Diégo  Ma- 
~  de  I»  Bocha. 


Ua  d$  los  géneros  invertidos  en  él  entierro  y  luiOy  conn* 
frado9  á  iMs  de  Medina  del  comercio  de  esta  dmad, 

varas  de  terciopelo  negro  de  Ostilla  pa- 
ra el  utaud  á  once  pesos  vara,  monta  (1) .  -  • .      77  O  O 
varas  de  raso  negro  de  China,  á  catorce 

lealeavara,  monta 12  2  O 

Lte  onzas  de  senllaneta  de  oro  &ls^  á  pe- 

aolaonza,  monta 20  O  O 

pesos  para  tachuela  del  ataúd.., 7  00 

mitonas  para  las  banderolas  del  túmulOi 

•á  tres  pesos  y  medio  cada  una,  monta 21  4  O 

abras  y  una  onza  de  seda  negra  para  co« 

los  lutos  á  siete  reales  onza 21  7  O 

varas  de  terciopelo  negro  de  OastiUa,  pa- 

Suma  alírente...... ......••    165  3  o 

i>  Yslía  eaicxiMJB  ^  4obl9  qv«  ahora. 


—  298  — 
Alavoelta..... 

ra  el  otro¡>tand  del  marqüéa  mi  fleffor  doa 

Femando,  á  onoe  pesos  vara ...^ 

Ocho  varas  y  media  de  raso  de  Ohma^  negro  i 

.  isatOFce  reales  vara,  monta ••• 

Trc^ta  y  cinco  onsas  de  pasamano  falso,  á 

peaolaóuza,  monta..... ----.... 

MaS|.diez  pesos  para  tadmelas  del  atand. .  •• 
^Üinonenta  onzas  de  oro  de  Milán  para  £c»b« 
r    jon  romanoi  y  angosto ,  ¿  catorce  reales  oa* 

.  2»,  monta. .  •  • 

Veinte  y  ocho  onzas  de  seda  negra  da  Mixi 

tepa  para  el  mismo  efecto  t  ó  uete  re^es 

oiuBa[l]  ••• 

Tres  varas  de  tafetán  negro  de  la  tíesra^  éái^^ 

ce  reales  vara,  monta 

Bésente  y  dnco  varas  de  Milán  azol,  paxaiiii* 

rodal  doseij  ¿  tres  reales  vara,  moota*...! 
Dos  onzas  de  seda  naranjada  para  coser  d 

donsel ........••••^ • 

Dos  pesos  para  sortiias 

Un  peso  para  candelilla 

Seis  onzas  de  panecillo  de  oro  para  los  alaiiii« 

res^  á.  tres  pesos  pnza,  monte 

Tara  y  media  de  lana  blanca  para  el  goion*,«j 

Una  onza  de  seda  mixteca 

Ouatro  varas  de  lona 

ünatro  varas  y  media  de  franjen  blanco  y 

bellotas  para  el  goion  fS]... 

Cinco  varas  de  terciopelo  negro  de  Oastülaj 

ra  la  casaca,  á  once  pesos  vara 

Yara  y  tercia  de  terciopelo  negro  de 


Bnma  al  frente. 


(1)  Se  Té  por  eftta  putiia  ▼  la  tf^iiiiento  qie  U  Mte  dt 
íttan  éb  U  uer'»  enn  uütwcñ  oomoaei  de  eomeitto  u~ 
eon  ell  s  se  proyeia  el  coneamo.  JNo  habla  «stonees  mam 
Bumee  del  pala.  ¿Por  qué  no  h»di  rutotUoMna  im 
aatee  flerenlóf 

[2]  Todoe  ettoi  adontca  de  pafanaiezte  tS^amhm, 
Acoetidad  de  tiaer  nada  de  Aieni* 


!  — 2Í)9—  ,    ' 

^         A  la  vuelta..., 52á  8  Ó 

Éeajadelos  huesos  del  marqués  mi 

non  Fernando 14  O  O 

^ola  de  raso  encamado  de  China ....       200 
^<P6808  que  se  dieron  al  cordonero  á 

iKL^heohuras 30  O  O 

ito  y  setenta  y  seis  varas  de  bayeta 
HUto  para  los  lutos  de  deudosy  genti-  . 
pibres  y  pajes,  á  seis  pesos  vara,  mpn< 


pniB 


405G  O  O 


ta  y  seis  varas  de  bayeta  de  la 
cha,  qué  entraron  en  ocho  lutos  de 
de  la  escalera  abajo,  á  tres  pesos  va- 

(2) 408  0.0 

y  sesenta  vara  de  bayeta  de  la 

¿dsta  •  que  se  gastaron  en  el  tú- 

y  omis  ooeas,  á  cuatro  reales  va< 


330  O  O 


Suma..... ••  5394  O  O 


'  KOTiu 

Í|m  las  demás  cuentas  de  sastres^  y  gastos  de  la 
riá  darante  el  novenario,  en  que  se  dio  mesa 
y  á'  los  padres  francisoános  qu0  acompaña^ 
táveres,  se  vé  que  el  costo  total  del  funeral 
diez  y  se  ismil  pesos,  Entre  los  documentos 
de  esta  cuenta  se  halla  el  del  pago  de  loa 
fueron  loa  bachilleres  Antonio  Diaz  Compa^ 
Saquera,  á  cada  uno  de  los  cuales  se  lé  dieron 
jtíBOñ  segnn  el  documento  firmado  por  Baque- 
fiber  iEMSistidd  en  la  enfermedad  que  tuvo  el  seN 
Pedro  Oortés,  marqués  del  Talle  de  Oajac%  di« 


>  láifitre  el  tren  de  casa  que  teii*  don  JPadfo  Ccttíi,  qii«  ra- 
lo por  ctraa  caentas. 

liberaba  aotvnoeB  el  ramo  de  la  reda.  Bino  también  las  va 
^  f '  por  eataa  partidas  se  ye  el  miicbo   tfso  que  le  h$tíñ  de 
_  tierra  do  que  babU  dos  clases,  avoque  la  gente  piineipal 
í^aatiila. 


—  302  — 

Ttaslaelifn  de  los  huesos ¿c  don  Femando  ÓoriSs  álaijf»^ 
sia  del  hospital  de  la  PurMma  Oonoepcion  y  Jesut 

Nazareno» 

Licencia  del  Arzobispo.  Gl  marqué  de  Sierra  Nevada, 
gobernador  del  eataüo  y  marquesado  del  Talle ,  pama 
autt)  Y  JS  Ilofitríoia  y  ooii  el  debido- respeto  digo:  Qm 
ea  el  arcblvu  de  la  casa  del  e:ítado  se  ha  enooncrftdoift 
razoQ  de  qae  el  día  24  de  febrero  del  año  de  1629,  se  tn^ 
ji^rotí  los  hacaos  deliasiguie  conquistador  y  primer  capí* 
tan  general  dt)  este  reiuo  doa  Hernán  OortéSi  priaBr 
marqués  del  Talle,  del  convento  de  San  Franeiaoo  dé 
Tczcuüo  al  grande  de  la  misma  orden  de,eata  ciudad^  eiQi 
traslación  de  huesos  se  hizo  al  mismo  tiempo  que  aectv 
t^rró  el  cadáver  de  don  Pedro  Oortés,  marqués  dd  Ti^ 
líe,  qaioa  f^ilei^ó  el  30  de  enero  del  mismo  año  de  !&• 
La  trablaoiou  de  los  huesos  de  didho  capitán  general  ift 
celebró  cou  la  maj^or  solemnidad,  por  haberadétldorf 
ilastiúimo  seüor  arzobispo  don  Francisco  Manso  de  Zd^ 
ñiga,  el  excelentísimo  seiior  virey  marqués  <  de  Oenalb^ 
la  real  audiencia  y  tolos  los  tribunateSi  ambos  cabüdoi 
y  todos  los  demás  cuerpos  eclesiásticos  y  seculares;  da 
modo  que  la  pompa  fué  correspondiente  á  los  méntoadi 
nu  capitán  geueral,  que  ha  sido  y  será  para  fiiempre  la 
admiración  de  todas  las  cortes  políticas. 

Desde  el  cittkdo  mes  de  lebrero  de  1620,  se  han  ma&to^ 
nido  BUS  huedos  eu  el  referido  convento  dé  San  Fraaeto* 
iv}  en  de>>ósitOy  pero  eomo  el  excelentísimo  eis&or  vinf 
Gondo  de  Kevilla  Gigedo  ha  promovido  el  qne  se  les  b» 
brique  un  mausoleo  suntuoso  y  magníftco,  en  laMgisria 
del  patronato  de  los  marqueses  del  TallCí  sucesores  da, 
dicho  capitán  geheral,  que  se  hallaen  esta  ciudad  eoáé 
titulo  del  hospital  de  Jesús  y  Nuestra  Señora  da  iaOoa* 
cepcioi^  se  hace  precisa  y  necesaria  la  traslación  da  tal 
huesos  á  la  iglesia  de  su  primer  patrono.    La  piiiNa 
traslación  se  hizo  con  toda  la  posible  solemnidad,  y  sá 
ea  que  no  se  nesedta  repetir  ahora  la  misma,  uno  que  ai 
haga  seciretamente  de  noche ,  con  la  asistencia  aoleBar 
de  la  junta  del  estado  y  los  dependientes  de  la  daaan 

Para  lo  cual  y  en  esta  forma ,  suplico  ."í  Y.  B.  Illma.  al 
sirva  conceder  su  venía  y  permiso  jraia  hacer  dicha  ttaii 


—  303  — 
laeion ,  $  hacerles  las  ezceqoias  en  uno  de  los  dias  si^ 
gaientas,  en  beneficia  de  sa  alma  y  de  todos  sns  snoeN 

\  sores. 

Á  V.  H.  Illma.  saplico  se.  sirva  ooncederme  lo  qne  lie* 

.  TO  pedido,  qne  es  íasticia,  jaro  lo  neoesario^  eto*  El  mar- 

I  qnés  de  Sierra  llevada. 

I      Auto»  Oomo  se  pide  en  todo.  Así  lo  decretó  y  rnbl'ícó 

I  sn  excelencia  el  arzobispo  mi  sefior.  Ante  mí,  doctor  don 

\  Manuel  de  Flores,  secretario. 

\  Oertifioado  de  la  traulaeion  de  los  htieios, 

[■•■ 

Manuel  José  Nnñez  Morillon,  escribano  de  8.  M.  indi- 
\  fiduo  del  real  colegio  de  los  de  esta  capital  y  propietario 
[  de  cámara  del  gobierno  del  estado  y  marquesado  del 
f  Talle  de  O^ijaoa  en  esta  Nueva  España. 
I*  Oertíftco  y  doy  fé:  que  á  las  oraciones  de  la  noche  de 
[-ayer  dos  del  octaiente  julio^  el  sefior  don  Joaquín  Bami' 
I  raí  de  ArellanOi  marqués  de  Sierra  Nevada  gobernador, 
^Jwticia  mayor  y  administrador  general  de  las  rentas  de 
Idiobo  estado  y  marquesado,  asistido  de  mí  el  infrascrito 
NMKsribano,  pasó  al  convento  grande  de  San  Francisco  de 
^iMi  capitaU  y  manifestada  previamente  la  superior  li- 
f:iMnciadelexcelen1í8imoéilustrí6imo  sefior  doctor  don 
^Alonso  Nufiez  de  Haro,  caballero  prelado,  gran  craz  de 
^  real  orden  del  sefior  don  Garlos  III,  arzobispo  de  epta 
^óoesi84  al  muy  reverendo  padre  ministro  provincial  Fr. 
[Martin  Francisco  de  Orazaelegoi  para  la  extracción  de 
[loa  huecos  del  excelentísimo  sefior  don  Fernando  Cortón, 
imer  marqués  del  Valle  que  se  hallan  sepultados  en  la 
6SM  de  dicho  convento,^  desde  veinte  y  cnatro  de  fe- 
de  mil  seiscientos  veinte  y  nueve ,  y  trasladarlos  al 
teon  que  al  efecto  se  ha  ponstruido  en  la  de  Jesús 
azareno  y  Nuestra  Sefiora  de  lal  Concepción  de  su  pa^ 
QO  perpetuo,  en  virtud  de  las  órdenes  del  excelentí- 
o  sefior  duque  actual  de  Terranovay  Monteleon,  niar- 
del  Yalle :  que  en  observancia  de  la  expresada  11- 
cía»  dicho  muy  reverendo  padre  provincial  mandó  al 
rendo  padre  fray  Francisco  Melgarejo,  sacritan  ma- 
*,  procediese  A  la  entrega  para  la  secreta  traslación 
se  hizo  en  esta  f^raia:  el  mismo  padre  sacristán  con- 
jo  al  sefior  goDeruador,  '**  '^. ^ — icribano  y  dos 


—  304- 
empleadas  de  l>^  casa,  á  hora  que  s&ríaulaa  siete  y  mi 
de  la  noche  á  la  iglesia,  donde  eu  el  presbítero ,  dek 
del  altar  mayor^  estaba  uua  mesa,  onbierta  de  un  paSoi 
hro  de  teroiopeío,  y  caatro  laces :  dada  por  dicíio 
fray  Franosico  la  llave  de  la  bóveda  qae  eotá  detxas 
taberuáoalo  del  propio  altar  mayor  con  reja  de  üerro, 
^'^j^  y  V^^o  sobre  la  mesa  una  urna  del  tamaOo  de 
7arai  hecha  de  ana  madera  dorada  y  cristales  jaapeat 
de  azal  y  oro,  con  caatro  asas  de  plata,  en  «ayas  cabí 
ras  están  pintadas  las-armas  del  excelentísimo  se&or  Coi! 
tés,  y  razón  de  haberse  hecho  esta  urna  el  año  de  mil  aijl 
tecientos  ochenta  y  naeve  por  el  seuor  barón  de  Saoj 
Ornz  de  San  Garlos,  gobernador  qae  era  del  estado;  id 
Yantada  la  parte  snperios!  de  Ja  urna,  se  halló  d^itro  4 
eUa  nna  arca  forrada  en  plomo,  y  habierti»  esta  con  U 
llave  qne  entregó  el  padre. saorittaní  se  descabrieum  ^ 
hnesos  del  señor  ¡fortes  envaeltos  en  ana  sábana  de  caía; 
bray  bordada  de  ^eda  negra ,  con  encaje  al  canto  de  li 
mismo,  y  la  calavera  envuelta  con  separación  en  sabai 
nilla  del  propio  lienzo  con  encaje  blanco  á  la  orilla :  di^ 
chos  huesos  se  reacen  á  unas  canillas ,  costillas  y  otra{ 
varios  qne  aunque  rotos  están  bien  duros:  la  calav^a  d 
chica,  achatada  y  larga ,  pero  todos  los  huesos,  ae  maní 
fiestan  ti  í gueños»  de  buen  aspecto  y  olor.  06n;adaa  aaEi< 
bas  urnas  tomó  la  llave  el  señor  gobernador,  se  fiaoaroi 
vpor  la  portería  hasta  el  coche  donde  se  pasÍ€at>Q  con  H 
debida  veneración,  y  entracaosen  él  dicho  señor  marqaéip 
y  el  certi Meante  para  su  custodia  ^  «iguiendo  al  estribo  I 
pié  los  dos  dependientes  «trribarefeiidos,  fuimos  de  esti 
modo  hftHta  la  puerta  del  hospital  de  Jesús  Nassareno.  ei 
donde  sacadas  las  urnas  se  conduleron  por  loa  dichos  don 
empleados  y  otro  que  esperaba  allí,  hasta  la  aaoristd 
que*  puestas  sobre  uua  mesa  con  luces  de  cera  la  volvió  i 
abrir  el  señor  gobernador,  y  reconocidos  los  haeeoe  cen^ 
ambas  arcas^  quedando  la  llave  en  su  poder  y  so  conda 
jeron  á  la  iglesia  donde  quedaron  puestas  sobre  una  m» 
sa  con  paño  negro^  al  lado  del  evangelio^  hasta  el  día  di| 
hoy  por  la  mañana  temprano,  que  á  proG^ncia  del  bach¡< 
ller  don  filiguel  José  Bodriguez,  capellán  m  «yor,  se  in- 
trodujeron en  el  panteón  que  está  en  el  presbiterio  al  la 
do  del  evangelio,  ya  referido:  con  lo  cual  se  conolayó  esti 
acto  seoreto. 


Eu  certiñcacioQ  ddlo  caal  para  la  debida  f  atara  oons- 

Unfiia,  poBgo  la  presente  en  laoiadad  de  ItfójiQO,  á  tres 

i  dejaliodemilfietecientoB  noventa  y  cua^Oi  que  firmó 

.  también  el  señor  gobernador,  aiendo  testigos  don  Agas- 

tía  de  Arózqaeta,  don  José  lUfael  Cronsaie^  j.  4on  Mar 

uael  loiazt  presentes  y  vecinos  de  esta  oai^tal^-^Dl  mar^ 

;  qaés  de  Sierra  Kevada.-*Mannel  José  J^fnñez  Morilloni 

\  escribano  real  y  de  estado.— En  <snatrp  de  jnlio  ser  sacó 

testimonio  de  las  ouatro  fbjas  precedentes;,  paraqnese 

i  archive  eu  el  convento  de  San  Franolsco ,  y  al  efecto  lo 

\  entregné  al  reverendo  padre  sacripta^i  fray  Francisca 

M^garéjo.  Bn  ooko  de  jallo  dicho  ^e  si|0ó  t^ümonio  de 

I  las  cuatro  fojas  qne  preceden,  ps^ía  i^d^iHíídOiá la  direc*' 

cien  de  Madrid  y  se.  entpegó  al  señor  go]í]|fMii%do& 

Y0,  Mánnel  José  Nafiez  Morilloxn*  .«iiQi'ibaQp  de  S.  M. 
r^individab  del  real  colegio  dolos  de  estacorte»  propietaii,o 
^  de  cámara  del  gobierno  del  es^tado  y  mariq^e^adodelVa*^ 
^  lie  de  O^jaoa, 


.  JEoi^uiaa  que  se  kioieron  en  la  iglesia  de  Je$V4,  iégB^^  ^«^ 

¡a  traelaeum  de  loa  huesos  de  cltm^  Femmdo  Oortés  al 
^  sepulcro  erigido  «tt  ejla» 

Convide.  Mny  seQpr  mió.  Trasladados  los  huesos  del  ex- 
I  celentisimo señor conqnistador  >  pauiftcadot  de  esteréis 
\  Ha«  don  Fernando  Oortés,  marqués  del  Valle,  al  panteón 

qae  se  les  ha  erigido  en  lá  iglesia  de  Jeiius  Nazareno  de 
'  eeca  corte,  se  ha  asignado  el  dia  S  del  corriente  6  las  nna^ 

ve  y  medía  para  celebrarle  allí   solemnemente  exequias; 

y  aanque  no  dudamos  que  todo  buen  espafiol,  penetrado 
.  de  la  mas  profunda  gratitud  para  con  aquel  héroe  incom- 
:  parablC;  abrace  con  gusto  esta  ocasión  de  manifentarla 
i  coB  sa  asistencia;  no  obstante  este  conoeptOf  en  cumplid 
,  miento  de  nuestras  respectivas  obligaciones  de  juez  con- 
^  eervador,  privativo  del  estado,  y  gobernador  del  núsmoi 
I  flolicitamos  la  de  usted  á  dichas  exequias  ^  y  será  favor 
íqae  siempre  reconocerá  nuestro  afecto. —Dios  guarde  á 
:  usted  muchos  años. --Méjico  5  de  noviembre  de  1794, — 

B  li.  M.  á  F»  sus  atentos  y  seguros .  servideres»  -  Juan 

Fraooifico  de  Anda.~£ll  marqués  de  Slerza  I^eyada. 


—  306  — 
09r<{/I^a<^{oll.— Gertiftoo  y  doy  fé :  qae  asigiifldo 
mñút  marqués  de  Sierra  llevada,  gobernador  del 
estado,  el  dia  8  del  corriente  para  celebrar  las 
ezeiiirtas  fíiaebresi  y  manifestar  en  ellas  al  púbiioel 
caito  traiEilaoion  que  el  día  dos  del  último  jolio  se ' ' 
los  haesoB  del  exoelentfsimo  señor  oonqnistad(»doi 
nando  Oortés «  marqnés  del  Yalle.  al  panteón  qoei 
etig  6  en  la  iglesia  de  ^neetra  Sefiora  de  la  Oom 
JesQS  Fasareno  de  esta  capital ,  de  sn  patronato 
tao :  eomnnioada  la  resolución  al  excelentísimo 
rey«  marqués  de  Brandforte ,  aplaudió  debidaí 
nottday  y  oficeofó  asistía  al  funeral  del  héroe  tan 
rito,  y  006  tamUen  asistirír  la  real  audiencia  é  ~ 
yimtamiento,  con  el  real  tribunal  de  cuentas  y 
estilo,  á  cayo  eteoto  se  pasarían  los  oficios  a^ 
dos.  Qae  participado  lo  antediolio  al 
trisimo  sellor  arzobispo,  con  expresiones  de  la 
titnd,  se  ofreció  igaalmente  á  solemnisar  la  faadoai 
tando  misa  de  pontidcaU  lo  que  no  se  verifleó  por 
cisa  audiencia  al  obispado  de  Michoacan ,  con  ^eaiai 
«ioii  el  ilostre  venerable  se&or  Dean  y  cabildo  se 
haoer  las  ezeíquias  en  forma  capitular.  Lleno  de 
don  el  seff or  góbcnmador  por  estas  gratas  di 
nes  de  personas  tan  respetables  y  del  objeto  á  qseí 
rijian,  dispuso  que  la  iglesia  de  Jesas  se  deooiaiat 
se  decoró,  alfombrando  el  pavimento  prindpal  de 
distribuyéndose  con  toda  simetría  veinte  y  cuatm 
ros  de  plata  para  otros  tantos  cirios  de  cera  muy 
jpanteon  estaba  igualmente  iluminado  con  treinta 
y  velas  de  blandones  de  plata«  Qae  desde  las 
dia  antes  hubo  un  general  doble 'de  campanas 
menzó  en  la  santa  iglesia  catedral,  y  siguieron 
demás  de  las  parroquias  y  conventos  de  religioec 
bos  sexos,  á  cuyo  efecto  se  le  pasó  oficio  polítioow 
de  estas  previas  disposiciones  se  dio  principio  al  ~ 
á  las  nueve  y  media  de  lamafiana,  en  queestal 
puerta  de  dicha  iglesia  los  seQores  juez  privativo 
bemador,  el  contador  y  el  certificanto ,  vestidos 
para  recibir  como  recibió  al  excelentísimo  aefior 
real  audiencia  y  nobilísima  ciudad  que  fueron 
dos  á  sus  respectivos  asientos,  inoorpor&ndoae  en 
mo  acto  de  oeremoni^b  el  seflor  gobernador ,  que 


—  307  — 

[Oíd  en  la  real  andlencla :  y  como  á  este  tiempo  ya 
en  el  presbiterio  el  seüor  deán  y  cabildo^  yestidos 
liTíos  de  roquetes  y  capas  negras ,  se  comenzó  la 
de  dif  antos  qae  cantó  la  música  con  los  ministros 
déla  catedral;  conoloida,  siguió  la  misa  qae  can- 
tsQfior  doctor  don  José  Baiz^  de  Oonejeras,  tesorero^ 
'  ~  kd  de  dicha  santa  iglesia  y  aotnal'  gobernador  de 
Ib  de  esta  diócesis :  acabado  el  santo  sacrifi€to  con 
solemnidad,  el  muy  reverendo  padre  doctor  Fr,  8er- 
de  Mier^  del  orden  de  predicadores ,  del  imperial 
ito  de  Santo  Dominho  de  esta  corte ,  dijo  nna  doo« 
oración  en  elogio  de  las  virtades  morales  y  políti- 
excelentísimo  seQor  don  Fernt  ndo  Oortés  qne  dn^ 
de  tres  cuartos  de  hora.  Por  último ,  se  finalizaron 
^oiae  con  un  solemne  responso  que  cantó  el  mis-*^ 
itKftor tesorero  en  frente  del  panteón;  y  durante  la^ 
~  m  estuvieron  mudándose  cada  media  hora  dos  gra^ 
que  á  los  extremos  del  presbiterio  estuvieron  de 
con  las  armas  á  la  fauerala..  A  mas  de  los  tribus 
expresados  asistieron  en  particular  las  religiones 
de  esta  ciudad  con  sus  respectivos  prelados^  los  oo« 
13,  varios  señores  coroneles  y  sus  efici  ales ,  títulos  de 
lía,  la  principal  nobleza  de  caballeros  y  sefioras  de 
de  modo  que  el  concurfio  era  del  major  lucimiento^ 
testando  todos  grande  gozo  como  buenos  espafioles. 
>1»))iendo  salido  á  dejar  hasta  la  puerta  de  la  iglesia^ 
la  misma  ceremonia  con  que  se  recibió  á  su  excelen- 
leal  audiencia  y  tribunales,  se  concluyó  la  fundón  en 
ténninos  asentados.  Para  constancia  en  el  expediente 
lia  memoria,  de  orden  del  señor  gobernador  pongo  la 
ite  en  la  ciudad  de  Méjico,  á  ocho  de  noviembre  de 
setecientos  noventa  y  cuatro,  siendo  testigos  don 
Manuel  Bamirez,  don  Agustín  de  Arózqueta,  y  D. 
mél  loiaz,  dependientes  de  la  casa^  presentes  y  veci- 
de  esta  capital.^Manuel  Joeó  ÜTofiez  de  Morillon« 
Ibano  real  y  del  estado.— Bn  trece  de  dicho  se  sacó 
atínonio  por  duplicado  de  esta  certificación  para  re« 
itir  al  excelentísimo  señor  duque  y  á  la  dirección  de 
"id. 


-.308  — 

Real  orden  aprobando  la  miitenoia  del^virejf  y  üíidkneié* 

en  foima  de  trihunaU 

Bl  Bejr.^ Regento  y  oidores  de  mi  real  andíenoia  qQO'i 
reside  «n  la  dudad  de  Méjico.  iSn  cattadoyeiütey  coa* 
tro  de  noviembre  del  auo  próximo  pasado,  disteis  eo(»ta 
oon  teatimonio  del  expedit^^nte  formado  (^  oonsecnencia  de 
un  oficio  que  oahabia  pasado  el  actaar  virey'^le  cataa 
provincias  marqaéa  de  Branciforte^  en  cinco  \lcl  pTOi4o 
mea,  á  €&cto^e  aaistir  este  y  vos,  en  forma  de  tnbnnal^  -; 
alas  honraa  de  don  Fernando  Cortés, XM}uqaÍBtador  de «86  i 
rein0|  y  eu  cnanto  al  Ingar  qne  debía  ocDpsr  elmarqnésds 
Sierra  levada»  gobernador  del  estado  y  marqnesado  del. ; 
Vallei  oomoittimer  doliente  en  tepreeentacion  del  daqQtt  ^ 
de  Terranova  y  Monteleon ;  sucesor  del  expresiMlo  don 
FemandOi  y  concluísteis  diciendo:  qae  &  ftn  de  qne  ente*- « 
rado  de  la  determinación  qne  tomó  ese  real  aéüerdo^  »«  i 
sirviera  deliberar  lo  que  fuere  de  mi  soberano  agrado,  X  \ 
habiéndose  visto  en  mi  consejo  de  las  Indias^  con  io  qaft  \ 
en  sn  inteligencia  expuso  mi  fiscal,  y  consultándome  mk  \ 
bre  ello  en  dos  de  setiembre  último,  he  resuelto;  que  m  i 
embargo  de  lo  dispuesto  por  la  ^^X¿ey  ciento  y  «oateo,  ti*  .1 
tulo  quinto,  libio  tercero  de  las  de  Indias,-'  no  debiendo  J 
asistir  el  virc^y^  audiencia  en  cuerpo  de  tribunal  á  oio*  J 
gun  entierro,  por  cu  jo  motivo  y  el  de  ser  nueva  Ja  solid*  \ 
tud  del  apoderado  del  marqDcd  del  Valle,  pudieva  haber- 
se snspemdido  hasta  mi  real  determinación ;  pero  no  oba*  \ 
tante  estas  circunstancias,  por  las  particulares  quecos- 
>6urren  en  el  caso  presente ,  es  mi  voluntad  dispensar  c<i* 
modispensAy  esta  gracia  á  la  memoria  de  don  Fernando 
Oortés,  en  atención  á su  especial  mérito  y  servicio:  lo 
qne  os  participo  para  vuestro  gobierno  en  lo  sucesiTO,  y 
qne  no  siiLva  de  ejemplar  con  ningún  otro  motivo.  Fechs  • 
en  San  Lor^zo,  á  veinte  y  uno  de  octubre  de  mil  sete* 
cientoenoventay  o^nco.— YoelBey.— Por  mandado  del 
rey  nuestro  sefior,  Francisco  Oerdá.— Señalado  con  tres 
rúbricas.— Concuerda  con  la  real  cédala  original,  qne  i 
efecto  de  sacar  este  testimonio  me  manifestó  el  seílor  go- 
bernador, marqués  de  Sierra  Kevada,  á  quien  la  devolTí 
y  quien  la  remito;  y  de  orden  verbal  de  su  señoría  bioe 
saear  el  presente  en  la  cíndad  de  Méjico,  á  ocho  de  fsbie* 


'  -  309  - 

de  mil  seteoientos  noventa  y  tres:  siendo  tedtigoa  don 
mel  ImaZf  den  Bartolomé  Yazqaez  y  don  Ignacio  de 
de  esta  vecindad»—  En  testimonio  de  vcrdhd.  [  á.^ 
el éigno  J  -Lo  bigaó  Mannel  José  Naütz  Moiillon^  es«  * 
Hiío  reái  y* de  estado.— (Aquí  eu  lúbrica.) 


DI3PO3I0IOÍTB3  TOMADAS 

ra  14  lolemnidad  delailionras  anuales  de  dOu 

Feraátido  corten. 

litó ielgobernador  del esindo xil  reo'or  de  San  Ildefonso, 

L  Vkmsfei^eQte  al  Amor  y  recoaocimienfo  qne  profeso  á 

^'is.mi ireal  colegió,  he  díspnesto,  como  advertirá  V.  S. 

^fél^Hoíonlo  adianto,  [ij  que  la  oración  fúnebre  qne 

[la^&Jjpa  decitse  atlaalcneute  en  la  fancloa  de  honras  y 

'jÍiUT^<$ario  del  excelentísimo  seílor  don  Hernando  Cor^ 
i^prinjer  marqué^  dbl  Valle,  justicia  major  y  capitán 
¿ft&L  de  e^tos  reinos,  se  eucargñe  privativamente  á  di- 
£0  ¿eal  colegio,  haciéndosele  saber  de  ruego  y  encargo, 

!jpirii'5its  aoép tiendo  di ch»>  encargo,  lo  desempeñe  yre^ 
flojiuénde  en  honor  del  mismo  y  del  expresado  señor  ex- 
«eloniíjslmó  á  alguno  de  sus  individuos  qne  sean  ó  hayan 
lído,  se  entiende  de  esa  beca.-  -lín  este  concepto  y  en  el 
de  mi  constante  aprecio  por  la  referida,  espero  y  me  he 
lidODjeado  qae  n&ias  y  los  demás  señores  qne  constituyen 
dicho  real  colegio,  se  sirvan  aceptar  y  tener  á  bien  la 
ooofiansa  oon  qne  he  dictado  dicho  acuerdo,  persuadido 
qaemeofenderíaenno  tenerlay  en  no  darla  preferen^ 
&A  en  asunto  tan  recomendable,  que  estaba  en  mi  arbi^ 

I  irio,  &  mía  beneméritos,  distuiguidos  y  apreciables  conco- 
legas.* l)i0B  nuestro  Beñdr  guardé  á  neías  muchos  años. 
—Méjico  y  octubre  veinte  y  tres  de  mil  setecientos  no^ 
renta, -Él  Barón  de  Santa  OrussdeSan  Carlos.— Señor 

'      )l)  ¥nL  e-  toatlmoaío  d.\  aeta  de  la  jtinte  da  itrobieTto  ^^-  »»  ' «^ J;  ?l2  »1e7 

MiüútíUAfi  su»  gtiktlivftcion  U  oredor  ^^ 

DIfiBBTAOTOWM.--'T0WO  n.*^39 


—  310  — 

rector  y  seftores  del  real^  y  mas  antigao  colegio  déte 
Ildefonso. 

Contestación  del  rector. 

May  señor  mio:.el  día  de  boy  he  tenido  innta  dfti 
gio,  en  que  hice  Babtr  á  los  catediátiooBi  pi(  " 
doctores  y  pasantes,  el  oficio  de  nsias  deÍYeinte}^ 
del  próximo  pactado  octubre,  en  el  que  no  tan  fioloi 
cibió  con  general  aplauso  de  todos,  por  franqm ' 
esto  ocasión  asi  el  servir  &  Ubías  y  á  ese  estado, 
cuncuriir  por  su  parte  á  ooneer^rar  la  memoria  de  ori 
roe  á  quién  tanto  deben  ambas  Espafíaa,  sinoqter 
de  eso  bO  cie>ó  justo  que  el  rector  ft  nombre  de 
dítra  á  ubías  las  debidas  gracias  por  haber  teiñdel 
ñu  presente  á  su  colegio.  Estos  motivos  obliguiá^ 
colt^gioáque  admita  con  particular  complacencia 
rosa  osrga  y  elios  mismos  lo  estrechan  á  rennncitt 
titicaciou  que  se  aslgoa  al  orador,  para  que  así  m'\ 
que  no  admite  esta  carga  sino  por  los  expreeadoBí' 
vos.  y  £>or  último,  se  ha  tenido  por  convenieBlB. 
cuenta  ó  la  visita  así  con  el  cñcio  de  osfa  oomo  OQftW 
Bolucjon  de  esta  junta,  para  que  los  sefiores 
la  den  á  su  excelencia,  sin  oujfo  permiso  no  puedli 
colegio  echarse  encima  obligación  alguna.  L«egoi 
to  se  verifique ,  ya  pasaré  áümano  de  u£la  fetmt 
admisión.  Dios  nuestro  Señor  guarde  ánsíamnchfill 
Colegio  leal  y  mas  antiguo  de  Si^n  Pedro^  fSan 
San  Ildefonso,  y  noviembre  dos  de  mil  setedeatail 
venta.  Dr,  Pedro  Bangel.  Br.  gobernador  y  jnstíoiftl 
yor  del  estado  y  marquesado  del  Valle. 


Acuetdo  de  ki  junta  de  gobierna  del  estado  y  m 

del  Yalk. 

Méjico  y  noviembre  trea  de  mil  setecientos  nal 
Yista  la  contestación  det  antecedente  oficio  dd 
real  y  mas  antiguo  colegio  de  San  Ildefonso^  en 
la  generosidad  que  le  es  propia  y  por  las  rasOM^t 


—  311  — 

qae  expoDe,  se  franquea  ó  encargarse  annalmei^te 

[la  oración  f&nebre  del  Bxcmo.  Br.  ^rtés  sm  gratifi^ 

algana;  acéptase  por  parte  de  este  gobierno  en 

ntaoion  del  señor  daqae  dicha  merced,  vor  lo  qne 

su  sefioria  personalmente  eu  este  día,  á  ditrle  dc- 

ente  las  gracias.   Lo  decretó  así  el  sefior  Barón  do 

Oras  de  San  Garlos,  gobernador  del  estado;  y  lo 

(Unarúbrioa.)— Ante  mí|  Man nel  Joké  Ñoñez. 

IT^^El  virey  conde  de  Bevilla  Gigedo  en  oftcio  de 

I  jdlio  de  1791  aprobó  lo  acordado  por  el  colegio,  pe** 

enrró  el  conceder  sn  superior  permiso,   P&i^  cnando 

[mpieee  la  xesolncion  del  Escmo.  Sr.  dnqne  de  Tt^rra- 

i  qnien  debía  darse  cuenta  con  todo:  entre  tanto 

linó  su  vireinato  y  quedó  sin  llevarse  á  efecto  lo  dis-- 

(BtO. 


)BVAI>0   POB^A   .lüIÍTA   DE    GOBIERNO    DEL   E^'^AHO  T 
LüOOMADO  DBL  VALI.B  PB  OaJACA,  PARA  LV  EXHUMA- 
E>4  OB  LO^  nUS^OH  DErU  ^£!?0K  DON  FíSR^ANDií    .ORTES 
T  DEIIOLIJION  DE  SU  bE PULCRO. —A í?;^  DE  iSií». 

Aeta  de  la  junta  de  golierno. 

En  la  ciodad  do  Méjico,  á  treinta  de  septiembre  de 
milochociento^yeintey  tres,  estando  en  junta  del  esta- 
do, el  &ñor  Oon  de  D.  Fernando  Luchessi^  apoderado 
del  Exorno.  Sefior  duque  de  Terranova;  D.  Manuel  de 
Fdca,  gobernador;  el  contador  D.  Juan  Manuel  Barni- 
ces, y  el  abogado  de  cámara^  Lie  D.  Mariano  Tamaiiz: 
bebiéndose  tenido  presentes  las  proposiciones  hechas  en 
II  Boherano  congreso  de  cortes  por  varios  sefiores  dipu« 
Mos,  en  los  días  seis  de  mayo,  tres  de  junio,  y  doce  de 
,^ato  del  afio  pasado  de  veinte  y  dos«  sobre  que  se  qni- 
^tMen  de  la  iglesia  del  hospital  de  Jesús,  el  guión,  ceca- 
;4o  de  armas,  busto  y  osamenta  del  Señor  D.  Femando 
Cortés,  y  su  sepulcro,  para  olvidar  el  ominoso  rccnerdo 
ddeonq[msta  &c.:  habiéndose  igualmente  tenido  x)resen-« 
te  los  impresos  que  corrían  en  el  público,  en  los  dias  12 
1 13  de  agosto  del  referido  afio  próximo  pasado^  cou  ti- 


talo  nno;  "El  peudon  se  i 
quedó,"  el  otrtn  "Uaeite 
lorqae  b«  satirizan  el  ecp 
cefiizaa  oou  iüriifcttvas  ais 
se  han  dadi>  al  público  ák 
y  «eÍB  du  EoptJembre  ante 
liosos  qn¡eii3a  saber  en  qi 
*^EI  cindadano  celoso  J.  I 
lío  de  Veraornz,  y  preven 
tus  ligas,"  y  el  enarco:  "1 
yos  cnatro  eBcritos,  oomo 
en  el  Zeazontlo  de  ditz  y 
espeuies  odiosas  á  los  reft 
y  sa  casa:  considerando 
general  qnese  manifestó 
traiia  Blempre  á  la  memo 
claraa  qne  llegó  Á  decirse 
de  extraei  del  templo  doi 
ra  llevarlos  al  qaemadetc 
tado  hubo  aviso  en  elaaf; 
tentaba  oossumar  en  la  ti 
eeis  de  septiembre,  y  sabi 
ral  de  la  casa  en  la  maSa 
pasos  y  hacer  enérgicM 
propio  gobierno  eapí-tior, 
capitán  general,  Á  eftioto 
poner  en  egecnctoQ  las  m 
seu  por  coureoiente,  en  e 
qaellos  momentos  de  peli 
conservar  aqnel  monnme 
la  Limpia  Oouccpcion  y  ¿ 
ffQAlment^  en  coní4ÍdcrB( 
BeCor  Conde  ha  tenido  st 
Señor  ministro  de  relacic 
parecer  y  consejo  qae  di< 
Ee  demoliera  el  panteón  i 
moria  de  él;  las  providen 
visor,  así  como  qne  se  en' 
hnesos  en  otro  Ingar,  con 
evitar  los  atentados  qne 
y  hospital,  hasta  llegar  e 
siá-itioaa  al  efeoto,  y  aún 
la  iglesia^  por  qq  hi\)^& 


-  313  — 
m  intrntaQ  Bacar  los  huesois:  se  acordó  que  á  la  posible 
rbrevedad  se  qaite  el  pan  teca  y  veriñcadoy  se  abra  la  igle^ 
Hipara  ^ae  ae  vea  qae  ya  no  existe.  Uoii  lo  qaovse  con- 
^ojfó^lajaiito,  y  lo  ñrmaron. — Doy  f4-rI^oÍié68ii.^Foi< 
|flk-*Ka9^irez;<-oT^mar¡z.*-Man.ael  Ituaz  y  Oal^aiilUas.  — 
^Qopia  clasa  original  desdo  la  foja  30S  vaeUa,  á  la  310, 
fJBMtro  del  libro  en  qae  están  seniadas  las  actas  de  las 
IkntaB  habidas  desde  el  ano  dé  18  LG  hasta  el  de  1823.— 
IL  de  Foioa.— [  La  rúbrica.  ] 

I'  •  ^ 

\fCigiifiimao  pof  él  que  contia  la  (xhtDnacion,  de  los  huesos, 

Oartiflco  yo  el  infrascrito  capellán  ma^or  dóít.wlpitftl 
STaestira  Señora  de  ía  Ooneépoión  y  Jesns'  ^Sí^iffino 
eefta  dudad,  qae  el  dia  diez  y  seis  de  setiembre  dé! 
|Ulo  pasado  de  mil  pehooientos  yeinte,y  tres,  foí  llamado 
Mr  el  sefior  orovisbr,  gobernador  entonces  de  la  mitra, 
l^^bQir.dof  J?élix  Flores  Alatorre,  y  mex^aindó  sil  s^fiojrfa 
J|MB:^pmjiañadQ  de  otros  ecleaiásticos «  estar  efiíejt;  la 
Hflífeliilía"  del  ho&pital,  por  haberle  aviado  el  sapreqift  po, 
'^  «ji^tiTO.jq^ae  algoáos  del  pueblo  intentáis^  fí6^^ 
{KtííMg^.qntí se  bolocafaa  eú  la  Iglesia  dVí^^^^-^- 
gó  las  cenijsás  que  en  ésa  tarde  s^  Ibaá;  á,  coÁ^S^cir'  á 
ÉHft|  paca  extxaer  de  la  iglesia  de  este  hospital  y  ptótáAta 
|m  restos  del  sefli^r  don  Fernando  Oortés ;  mas  no  pare- 
íQiMdo  después  bastante  esta  medida  al  sefior  previsor,  á 
eeaenoia  de  las  contestaciones  que  hubo  eou  el  selior 
político,  me  mandó  de  nuevo  su  señoría  que  inmes 
imehte  se  sepultase  con  el  debido  decoro,  y  ep  un  lu^ 
seguro  los  huesos  del  señor  don  Fernando  üottéSi  lo 
verifiqué  al  punto,  depositándolos  en  la  sepultura  que 
I  tooaudo  por  el  lado  del  frente  del  ángulo  derecho  6 
Bvángelioy  la  tarima  del  altar  de  Jesús  I^azareuo»  e^ 
de^se  hallan  encerrados  en  una  caja  de  palo  forriSda 
riómo^  y  entuéltos  con  una  sábana  de  cambray  j  bor^ 
a  de  oro  y  guarnición  de  blonda  negra,  de  cuatro  de* 
vT  pasa  la  debida  constancia ,  pongo  la  presente  que 
o  en  Méjico  á  doce  de  marzo  de  mil  ochocientos  vein*' 
j sie'te. ^Joaquín  Gánales.^ [Su rúbrica] 


^314  — 

P/i>poiicion€3  heóka  en,  el  soberano  congreio  wujkauk 
eorteif  sobre  demolioUm  del  Pimteon  en  que  estaíoMit* 
puUadoé  los  restos  de  don  Femando  Cortés  de  Mm 
roy,  marqaéi  primero  que  fué  del  Talle  de  Osjscs 

Sesión  dd  6  de  marzo  de  1822. 

A  la  página  1Q3,  párr.  5?  del  tomo  1?  délas  fl^oiitf  ^ 
GórteSi  foliatura  seganda,  se  halla  lo  ñgatoBte :  '^Sel^t 
otra piopoBlGioii  del  se&or....  sobre qua  se  quita ta 
huesos  de  Oortés  7  demá9  insignias  de  nuestros  opM^ 
resi  del  templo  de  Jesús." 

Setion  del  3  de  junio  de  4822. 

▲  la  página  11  en  elpárr.  3?  del  tomo  2?  de  las  diéhN 
sesiones  de  OórteSi  se  halla  lo  siguiente  que  dioeá  hb* 
tras  <*Se  mandó  pasar  á  la  comisión  de  instruodoii  piH¡' 

ca  la  proposición  del  señor sobre  que  se  qidto^»] 

goion,  escudo  de  armas,  bustp  jr  osamedta  de  OorimV| 
eadsten  en  el  templo  de  Jesús. 

Seiion  del  12  de  agosto  de  1822. 

A  la  página  447,  párr.  3?,  del  tomo  2?  de  las  n 
sesiones  de  Oórtes,  se  lee  lo  siguiente :  <<E1  sefior 
dar  hizo  una  adición  al  urtíoulo  primero  aprobado  cil 
última  sesión,  á  fin  de  que  se  quitase  del  templo  dd  * 
pital  de  Jesús  el  estandarte  y  Sepulcro  de  Femando^ 
tés,  para  olvidar  el  ominoso  recuerdo  de  conquista 
puesta  [la  proposion]  por  su  ancor,  f aé  admitida  á  < 
sion."  lili  sefior  don  Servando  Mieri  continuando  la 
cusion  aprobó  la  adición  conveniente  en  que  se 
M.useo,  asi  el  estandarte  como  la  inscripción 
como  monumentos  de  antigüedad ,  que  siempre 
comendables  paia  perputuar  la  memoria  de  loe 
aun  cuando  estos  no  hubiesen  sido  favorables, 
la  discusión,  y  lossefiores  diputados  Teran,  B< 
Bostamante  [don  Garlos,}  Hangino  y  Osóres  abun< 
en  esta  opinión,  citando  varios  ejemplares  de  Buropi^^ 
donde  se  conservan  diversos  monumentos  de   lamas 


—  315  — 

note  antígüedadi  affadiendo  el  señor  Odores,  que  Her« 

Mü  (Jortéj  obró  oonsigoiente  á  la  falta  de  laces  de  aqael 

jíglOy  en  qae  la  opiaion  estaba  declarada  á  favor  de  los 

[imobxm  de  conquista ,  cayo  timbre  hada  gloriosos  á  los 

nyeSy  y  qae  despaes,  la  las  de  la  filosofía  había  saavisa  • 

jdalssoostambres,  ponieado  en  claro  estos  errores,  y  ress 

titajendo  á  la  huaianidad  sos  imprescriptibles  derechos. 

Ba  vista  de  todo  lo  caal  opinaron,  que  ya  qae  no  faese  en 

el  templo,  pero  que  sí  en  la  Academia  se  conservasen  e&-- 

ftMaemoriaa  de  aquella  épuca. 

l^ota^^Los  impresos  que  se  citan  en  la  acta  están  mi- 
.  dos  al  expediente.  Todos  los  documentos  qae  preceden, 
esiten  originales  en  el  archivo  del  antiguo  marquesado 
dd  Talle  de  Oajaca,  en  el  hospital  de  Jeeas. 


TB3TAMBNTO  DH  HBENAN  0ORTH3  (1). 

wBa  él  nombre  de  Dios,  Amen.— Conocida  cosa  sea  á 
tddos  los  qae  el  presenten  vieren,  como  en  la  muy  noble,  é 
muy  leal  dudad  de  Sevilla,  sábado  diesyocho  diasdei 
nes  de  agosto,  año  del  nacimiento  de  Nuestro  Sefior  Sai- 
bor Jesucristo  de  mil  quinientos  é  cuarenta  y  ocho  afios, 
García  de  Huerta,  escribano  de  su  me  gestad,  dio  y  eni« 
tegd  á  mí  Melchor  de  Portes,  escribano  público  de  Sevi- 
lla, el  testamento  original,  que  el  muy  ilustre  sefior  don 
Fernando  OortéSy  marqués  del  Talle  de  Oajaoa,  quees 
Olla  Kuevi^EispaíLa  del  mar  Occeano,  hizo  y  entregó  an< 
te  míy  MelohQr  Portes,  escribano  público  susodicho ,  cer«. 
nido  y  sellado,  el  cual  otorgó  en  miércoles,  en  dooe  dáas 
dd  mes  de  octubre  del  afio  que  pa»6  de  mil  y  quinientos 


VI  HtbliBdopedláo  yarios  oefiorM  rasfolpkorM  qa«  so  pnblioaae  •!  tetta« 
AMMd»  Cortés,  paniener  Jontoi^a  esta  obra  todos  los  doonmontoi  reU- 
^ivo>  &  111  lEMrts  T  eaáerro.  se  fiíeerta  en  este  apéndice,  no  obstante  laque 
K^Joen  Usóte  del  folio  62  de  la  5?  ditertaoion  om  h%  isoado  de  ana  «epU 
■tt«enta  existente  en  m\  podar,  qae  es  eot-f  jrme  en  lo  eseneial,  oon  la  pn- 
Midsda  «tt  la  obra  d«l  doctor  Mora  lomo  3?  por  no  existir  en  el  arehiTO  de  U 
eM»tnelht9flnl|alde  Jesntzelorigiíalfsehaila  »n  el  arehWo  general  de 
late  ea  Serill  %  Se  han  ejtt^lio  en  esta  elieionalflranoe  error  as ,  qae  b»]| 
ofllenteacme  del  copiante,  j  qae  obacnracUn  &>  sentido. 


-316  — 
y  cuarenta jr  aiete  años.  B  por  fallecimiento  del  nOkm 
m^rq[ués  ise  abrió  anta  el  dicho  García  de  Huerta,  eílUI^ 
do  eu  él  lugar  de  Caatilleja  de  la  Oaesta,  en  tréa  dias^W 
mea  de  diciembre  del  dicho  año  de  quinientos  ¿uareutoy 
Biete>flo^^  por  mahdado  deV señor  licenciado  don  Andril» 
^  de  Jáuregai,  teniente  de  asistencia  da  esta  ciudad ,  él 
*  cual  dlóho  testamento  yo  pedí  se  mé  diese  y  entregaaa 
original  mente,  para  que  io  tuviese  en  mi  poder,  cotto 
ante  nrf^a  babia  otorg^do^  6  los  señores  jueces  d^la  ai- 
di^ñcia  real  de  los  grados  de  esta  ciudad  de- Sevilla ,  ea 
sentehcla  dé  vista  é  grado  dé  revista^  mandaron  ai  ¿Ao 
García  dé  Hoerta  me  diese  y  entregase  el  dicho  ieA^ 
mentó  original  para  que  yo  lo  tuviese  en  mi  poder,  y  diev 
ron  nn  mandamiento  para  que  el  dicho  García  de  Haer* 
ta  me  diese  y  entregase  el  dicho  testamento  original ,  ú 
onal  mandamiento  es  este  que  sigue. 

Los  jaeces  de  la.andiencia  real  de  Estadea,  qne  porsn 
magestad  residen  en  esta  ciudad  dé  Sevilla,  maúdamoa  & 
vos  Giupeía  de  Huerta,  escribanos  desús  mage^t^d^qae 
luego  q^e  esto  mandamiento  vos  faete  ñotiác^dé,  ddüi  y 
«]kli*egneí8  ¿  Melchor  de  Portes,  escribano  pñt)|i6o  m- 
estoí  eiadad>  él  testaoiento  original  que  se  abrió  ante  tos 
eliQiKi^tnés  del  Yalle,  lo  que  tq^  mandamos  que  hágale  é 
oiunpl|iiQ¿  en  ejecución  de  las  sentépcias  que  contratos 
.  uimc^  y  pronuaciamos,  eu  el  pleito  que  ante  nos^tratas* 
tea  y  aegQÍt»teis  con  el  dicho  Melchor  de  Port^^s,  bó^ 
qtiitMi  ha  de^  tener  el  dicho  testamento  j  lo  cual  vosmasN 
damosqtué hagáis  y  cumpláis  luego,  con  aperclbimkota 
que  no'lo  haciendo ,  mandaremos  un  mandan^ lento  p«ia 
os  prender,  y  en  lo  demás  os  mandamos  que  <Himptais 
laa  Ai^teHcias  como  en  ella  so  contiene.  í^echa  á  dies  y 
seis  dias  del  mes  de  agosto  de  mil  é  quinientos  y  cüareus 
ta  y  ocho  años.— Licenoiatqs  Medina.— liicenciatiiB  Úas- 
tiUa.-*Licenciatus  Baltasar  de  Salazar.— Doctor  Gana 
ToJnan Hurtado,  escribano,  de  ana  mp^^estadea  y.  déla 
audiencia  de  los  señoi  es  lueces ,  lo  que  fice  escribir  por 
snmMdado. 

Por  virtud  del  cual  dicho  mandamiantc^  de  diobaOar* 
cía  d<  Huerta  me  dio  y  entregó  el  dicho  testameftfeo^^l^ 
giaal^  que  el  dicho  señor  marqués  del  Talle  hatjl^J^áe- 
gado,  cerrado  é  sellado  ante  mí,  con  la  otorgackiá  daél, 
que  está  firmada  del  dicho^  señor  marqoéa,  y  firmada  é 


á 


—  317  — 
lada  de  mí  el  dioho  escribaao  público  y  y  de  los  testi- 
qae  á  ello  so  hallaron  presentes:  y  lo  pase  y  asenté 
mi  registro,  sa  tenor  del  cnal  dicho  testamento  con 
otorgacíon  qne  ante  mí  hizo,  caando  lo  otorgó  cer*> 
lo  y  sellado,  segnu  y  de  la  forma  y  manera  que  el  di'« 
10  Garda  de  Haerta  me  lo  dio  y  entregó,  es  sste  que  se 

Eq  la  muy  noble  y  may  leal  oiadad  de  Sevilla^  miérco- 
doce  diaa  del  mes  de  octabre  del  afio  del  nacimiento 
Knestro  Se&or  Jesaoristo  de  mil  y  qainiento  y  caaren- 
y  siete  años;  estando  en  las  casas  donde  al  presente 
a  el  ilustrísimo  señor  don  Fernando  Oortés,  marqués  a 
Yalle,  qne  son  en  la  colación  de  San  Marcos,  en  pre- 
liBQina  de  mí  Melchor  de  PorteSi  ¡escribano  público  de 
Sevilla,  y  de  los  testigos  y  snsoescritos,  pareció  el  dicho 
i^r  marqnés,  estando  entermo  del  cnerpo  y  en  sn  acner^ 
¡üonataraly  cnal  Dios  Naestro  Señor  íaé  servido  de  lo 
ms,  é  presentó  ante  mí  él  dicho  escribano  público  esta 
^gtterilmra  oerrada  y  sellada ,  qne  dijo  qne  es  sn  te^stamen* 
'  fi^rado  y  sellado;  el  qne  dijo  qne  estaba  escrito  en  on** 
fojAa  de  papel  con  la  en  qne  estaba  sn  firma  y  del  li^ 
[Melado  infante  é  de  Melchor  Mojica,  contador  del  dicho 
marqnéd,  y  al  fin  de  cada  aoa  foja  firmado  sa  nom« 
\  las  cnales  firmadas  yo. el  dicho  escribano  yí,  porque 
(M^rré  el  dicho  testamento^  y  dijo  que  este  dicho  testa^ 
ktolo  otorgaba  por  sa  testamento  cerrado  y  sellado, 
quería  sn  oamplíese  como  en  él  se  contiene;  y  dejaba  por 
herederos  y  albaceas  á  los  en  él  contenidos,  y  qne  re- 
kba  todo9  coantos  testamentos,  mandas  é  codicilos  ha 
±0  hasta  hoy,  qae  nlngaao  valga  sino  este,  é  que  pe- 
¿  mí  el  dicho  escribano  público,  se  lo  diese  por  testi^ 
nonio,  é  yo  di  este,  qne  es  fecho  el  dia,  mes  y  año  snso« 
"sfo,  y  el  dicho  señor  marqués  lo  firmó  de  su  nombre: 
igOB  qnefaeron  presentes,  Martín  de  Ledesma,  é  Die^ 
ie  Portes,  y  Pedro  de  Trejo,  escribano  de  Sevilla,  é 
^toaio  de  Vergara,  y  Juan  JPerez,  procurador  de  cau»< 
y  doq^  Juan  Qaavedra,  algaacil  mayor  de  BeTílla,  é 
^n  Qutierrez  Tello,  hijo  de  Francisco  Tello  ,  vecinos 
esta  tíadad  de  Sevilla :  va  enmendado^decir-veinte  y 
kfiroxde  Sevilla«no<>enperca.--El  marqués  del  Talle,  - 
foan  Gutiérrez  Tello.  ]>•  Juan  Baavedra.  Antonio  de  Yer- 
Diego  de  Portes,  escribano  de  Sevilla.  Juan  Perez; 


—  318  - 
Pedro  de  Trejo^  esoribado  de  Sevilla*  Martin  de  Ledes- 
ma,  fieotibano  de  Sevilla.— £  yo  Melchor  Portes,  e€crilNl^ 
no  público  de  Sevilla,  lo  fice  escribir,  ó  fice  aqni  mi  signo, 
é  6oy  testigo.  Melchor  de  Portes,  escribano  público  de 
Sevilla. 

bin  el  nombre  de  la  Santísima  Trinidad,  Padre,  Hijo,  j 
Espirita  Santo,  qae  son  tres  personas  y  un  solo  Dios  ver> 
dadero,  el  cual  tengo,  creo  y  confieso  por  mi  verdadero 
Dios  y  BedenficT,  y  de  la  glorioftítsima  y  bienaventurada 
Virgen,  sn  bendita  madre^  Señora  y  Abogada  nnestra.— 
Sepan  caautos  esta  carta  de  testamento  vieren,  como  yo 
don  Fernando  Oortés,  marqnés  del  Yalle  de  Oájaca,  os» 
pitan  general  déla  Nneva^ifispafia  y  mar  del  Sar,  por  la 
magestad  cesárea  del  emperador  don  Garlos  T  de  este 
nombre,  rey  de  Empalia  mi  soberano  príncipe  y  se&or.— 
Estando  enfermo,  y  en  mi  libre  y  natural  jnicio,  caalDios 
nuestro  Señor  faé  servido  de 'me  lo  dar,  temiéndome  de  la 
muerte,  como  sea  cosa  natural  á  toda  criatura,  qnerieado 
estar  aparejado  para  cuando  la  voluntad  de  Dios  sea  de 
me  querer  liev^ar,  y  de  lo  que  conviene  al  bien  de  mi  al< 
ma,  seguridad  y  descargo  de  mi  conciencia,  otorgo  é  eo- 
nozoo  por  esta  carta,  hago  y  ordeno  mi  testamento,  úl** 
tima  y  postrimera  voluntad  en  la  forma  y  manera  si- 
guiente: 

1.  Primeramente  mando,  que  si  muriere  en  estos  reinos 
de  EapauA,  mi  cuerpo  sea  puesto  é  depositado  en  la  igle* 
sia  de  la  parroquia  donde  estuviere  situada  la  casa  do&a 
de  yo  falleciere,  y  que  allí  esté  en  depósito  hasta  quesea 
tiempo  á  mi  sucesor  le  parezca  de  llevar  mis  huesos  á  la 
Kueva-España,  lo  que  yo  le  encargo  é  mando  *qne  así  ha- 
ga dentro  de  diez  años,  y  antes  si  fuere  posible,  y  que 
los  lleven  &  la  mi  villa  de  Ouyoacan,  y  allí  le  den  tíena 
en  el  monasterio  de  monjas  que  mando  hacer  y  edifiearea 
la  dicha  mi  villa,  intitulado  de  la  Ooncepcion,  dd  orden 
de  San  Francisco,  en  el  enterramiento  que  en  el  dieho 
monasterio  mando  hacer  para  este  efecto,  el  cual  aefialo 
é  constituyo  por  mi  enterramiento  y  de  mis  Baoesor€& 

.2.  ítem  mando,  que  al  tiempo  de  mi  fin  y  muerte ,  eí 
Dios  fuese  servido  que  sea  en  estos  reinos  de  Bspafia,  se 
haya  mi  enterramiento,  como  y  de  la  manera  que  á  los 
señores  que  yo  dejo  nombrados  por  mis  albaceaa ,  6  <mal« 
quiera  de  ellos  que  se  hallare  presente  les  pareciere. 


I 


—  319  — 
qne  seliagan  y  onmplan  las  cosas  señaladas  sn  lo  tocan- 
te á  ello. 

3^  MandOi  que  demás  hallen  de  venir  [11  á  llerar  mi 
cuerpo  los  curas  beneficiados  y  capellanes  de  la  iglesia  de 
dicha  parroquia,  se  llamen  y  traigan  los  frailes  de  todas 
las  órdenes  qne  hobiere  en  la  ciudad ,  villa  ó  logar  doude 
yo  falleciere,  para  que  vayan  eu  acompafiamieuto  de  la 
Omz,  y  se  hallen  á  Iffl  exequias  que  se  me  dijeren,  á  las 
cnalas  dichas  órdenes  mando  qne  se  le  dé  la  limosna  a-* 
costumbrada,  como  á  los  dichos  señores  mis  albaceas  Jes 
pareciere. 

4.  Itém  mando,  que  el  dicho  dia  de  mi  fallecimiento  se 
dé  de  vestir  de  mi  hacienda  á  cincuenta  hombres  pobres, 
ropas  largas  de  paño  pardo,  y  capemsas  de  lo  mismo,  los 
ooales  dichos  cincueuto  hombres  vayan  con  achas  encen- 
didas en  el  dicho  mi  enterramiento ,  y  después  de  hecho 
se  les  dé  un  real  á  cada  uno. 

5.  ítem  mando,  que  el  dicho  dia  que  se  hiciere  mi  en-« 
terramiento,  si  fuere  antes  de  medio  dia ,  y  si  no  el  dia 
siguiente,  se  digan  todas  las  misas  que  se  pudieren  decir 
en  todas  las  iglesias  é  monasterios  de  la  dicha  ciudad,  vi- 
lla ó  lugar  donde  yo  falleciere;  y  sobre  las  misas  que  el 
dicho  dia  se  dijeren,  se  digan  sucesivamente  en  los  dias 
siguienteSi  cumplimiento  á  cinco  mil  misas  dotadas  de 
esta  manera:  las  mil  misas  por  las  almas  del  purgatorio, 
y  dos  mil  por  las  ánimas  de  aquellas  personas  que  mu^ 
rieron  en  mi  compañía  y  servicio  de  las  conquistas ,  y 
deacabrimiento  de  tierras  que  yo  hice  en  la  Nueva-Espa^ 
fia,  y  las  dos  mil  misas  restantes  por  las  ánimas  de  aqae* 
lias  personas  á  quien  yo  tengo  algunos  cargos  de  que  no 
me  acuerde  ni  tenga  noticia;  que  los  sabidos  dejo  mandas 
dos  que  se  cumplan  y  pague  como  en  este  mi  testamento 
lo  dejo  mandado.  E  por  la  limosna  de  dichas  cinco  mil 
misas,  mandarán  pagar  los  señores  mis  albaeeas,  á  la  pi« 
tanza  acostumbrada,  á  las  cuales  pido  é  suplico  que  lo  de- 
más de  esto  tocante  á  mi  enterramiento  ellos  ordenaren 
y  mandaren,  sea  teniendo  fin  á  excusarlas  eosas  que  sue- 
len hacer  para  cumplimiento  y  pompa  del  mundo,  y  se 
conviertan  de  las  de  las  almas. 


(1  j  P*r««9  Mg  4a«tí  "<jaí  ^im^9  ^w  bay»»  4«  TWir»'^ 


—  320  — 

6.  Item^  qae  el  dicho  'dia  de  mi  enterramiento^  4  tota 
los  diados  que  estavieren  en  servicio  mió  y  de  mis  }aj^ 
lea  den  un  vestido  de  luto  oonvenientef  como  paredm 
á  loa  dichos  señores  mis  albaceas ,  y  á  los  que  son  ó  f»< 
ren  mis  criadon,  mando  que  por  tiempo  de  seis  meus 
después  de  yo  fallecido,  les  sea  dado  el  salario  que  eoi* 
migo  ganan  y  ganaren  á  la  sason,  y  todo  el  dicho  tíoih 
po  lea  sea  dado  de  comer  y  de  beber,  segany  de  lamno- 
ra  que  se  les  dá  en  mi  vida^  y  que  al  tiempo  que  saholne 
ren  de  ir  los  que  no  quedaren  en  seriólo  de  don  Martii, 
mi  hijo  sucesor,  se  lea  pague  enteramento  lo  que  se  Ifli 
debiere  de  sus  quitaciones.        « 

7.  ítem  mando,  que  cuando  los  didios  mis  huesos  se 
llevaren  y  trasladen  á  la  dicha  ifuev^lílspaflay  para  (bir- 
les tierra  én  la  iglesia  del  dicho  monasterio  de  Oayotas^ 
que  mando  hacer  y  edifiLcar,  se  haga  por  )a  ma&^ay  ^•' 
den  que  á  la  marquesa  do&a  Juana  de  Záñlga,  mi  buq^ 
le  pareciere,  y  al  sucesor  que  08*0  fuere  de  mi  casa,  i 
cualquiera  de  ellos  que  ala  sasou  fincare  ó  fuere  vi?o. 

8.  ItemmandOy  qoe  los  huesos  de  doña  Catalina  H* 
zarro,  mi  señora  madro^  de  don  Luis  mi  hijo,  que  estáa.] 
enterrados  en  la  iglesia  del  monasterio  de  &m  Vt 
00  de  Tezcuco  é  de  doña  Catalina  mi  hija,  que  está  mé] 
monasterio  de  Ouahuanavac,  serán  traidoa  é  puestos 
mi  enterramiento,  en  el  dicho  monastimo  que  mandil  s»^ 
diñcar  en  la  dicha  mi  villa  de  Ouyoacan  [1], 

0.  Itjem.  mando,  que  la  obra  del  hospital  de  Nm 
Señora  de  la  Concepción,  que  yo  mando  hacer  en  la  di 
dad  de  Méjico,  en  la  Kueva  España,  se  acabe  á  mi 
ta,  según  y  de  la  manera  que  está  trazada ;  é  la  oaptl 
mayor  de  la  igksla  de  él,  se  acabe  conforme  á  U  mi 
tra  de  madera  que  está  hecha  é  hizo  Pedro  Yazquei  Ji 
métrico,  é  á  la  traza  que  dijere  el  escrito  qne  yo  envié 
la  Nueva  £spaña  esto  presento  año  de  mil  é  qoinii 
é  cuarenta  y  siete:  é  para  los  gastos  de  la  obra  del 


[I J  L%  oop^a  manaavita  qus «•  h%  Mj^do,  dice  qao  áüñ%  Catalán 
d«d>Q  Fdrnaado  y  doa  LniS.  estaban  en  Oneritairaoa,  y  no  habla  da 
Ga Calina  la  hija:  deba  eitane  á  la  copia  qne  dgnió  el  deotor  Kor* ,  per 
caal  oorrogido  esta  dánsula  T  debe  ooTMffin^  feambia^  lo  q«^  ce  l^o  mi 

^i$;Qeal9aíoUo9l8y49del«llt4|9^rt|iq^ff*       •    -     .  *^ 


—  321  — 
ital  ae&alo  especialmente  la  reata  de  las  tiéndase 
qii#  yo  tenfiro  en  la  dicha  ciadad  de  Méjico ,  en  la 
é  calle  de  Tacaba,  é  8aa  Fralicídco,  é  la  qne  atra- 
de  la  nna  á  la  otra;  la  caal  dicha  renta  mando  qne 
en  la  dicha  obra  é  no  en  otra  cosa^  hasta  tanto 
ñesb  acabada,  y  qne  el  snoesor  de  mi  casa  no  la  pneda 
Lpar  en  otra  cosa:  pero  qniero  y  es  mi  volnntad,  qne 
gaste  á  disposición  y  orden  del  dicho  mi  snoesor,  co- 
patrón  del  dicho  hospital,  é  qne  despnesde  acabada 
iotira  de  él,  conforme  á  las  dichas  trazas,  se  gaste  la  di- 
renta  de  las  dichas  tienda  é  casas  en  obras  é  dota«t 
íes  de  qne  yoso  será  declarado,  é  mando  qne  en  lo  qne 
iviene  é  toqne  á  la  administración  é  gobernación  del 
lioepit^,  se  guarde  é  onmpla  la  institndon  qne  yo 
oirdÜBnada  ante  escribano  público,  y  en  defecto  de 
k,  por  no  qaedar  declarada  é  hecha,  mando  qne  se 
la  forma  é  manera  de  administración  qne  se 
^da  6  ti^ie  en  el  hospital  de  las  Oinco  Plagas  de  es* 
>«iadad  de  Sevilla^  qne  fandóla  sefiora  dofia  Catalina 
BIvero,  qne  haya  gloria^  para  en  lo  qne  toca  6  los  ad*- 
nstradores  y  capellanes,  é  los  demás  oflciales  é  servi" 
nm  qne  han  de  servir  en  el  dicho  hospital. 
10.  ítem  mando,  qne  en  la  capilla  donde  está  enterra- 
Kartin  Cortés^  mi  seCLor  é  mi  padre ,  en  el  monasterio 
^8an  Francisco  de  Medellin,  en  cada  un  afio  perpetna- 
psate  se  hagan  las  memorias  é  saoriñcios  qne  yo  dejo 
[taiidados  por  nna  institución  que  de  ello  dejo ,  lo  cnal 
>saapla  y  ejecute  para  siempre  jamás  mi  sucesor  é  snoe^ 
^  para  lo  cnal  nombro  é  seüalo  por  patrón  de  la  di» 
eiía  capilla,  á  don  Martin  Cortés ,  mi  hijo  sucesor,  é  des- 
pues  de  él  á  los  qne  de  él  sucedieren  en  mi  casa,  y  estan»^ 
do  el  caal  dicho  patrón  é  los  que  del  suced  eren  en  mi 
-nsf  orazgo,  puedan  sustituir  en  su  lugar,  é  cometer  sus 
veoes  en  lo  tocante  al  dicho  patronazgo  á  la  persona  é 
penonas  que  ellos  quisieren,  por  el  tiempo  qne  fuere  su 
YoUmtady  é  puedan  revocar  el  dicho  nombramiento  cada 
y^  qne  qnisierenj,  é  nombrar  otra  persona  é  personas 
^  '  bien  Tiste  les  fuere,  cuantas  veces  quisieren,  y  el  que 
bi  e  nombrado,  en  ausencia  del  dicho  mi  sucesor  de  mi 
€a  ^  tenga  el  mismo  poder  é  facultad  que  el  dicho  pa- 
ne ',  por  el  tiempo  que  por  él  estuviere  nombrado. 

]    Itom  digo;  qne  porque  4eapaes  qiíe  Pio9  ITuestrQ  Se- 


L08< 


tadutí 


—  322  — 

fior  Todopoderoso,  tavo  por  bien  de  me  oamiuf  j 
reoer  en  el  desoabrimiento  é  eonqaista  de  !&  Ki 
fia,  é  todas  las  provinoias  á  ellas  rojetas, 
misterioordiosa  mauo  yo  heliecibidomaly 
é  mercedes,  así  en  las  Vitorias  qne  contra 
aa  santa  fé  católica  yo  tuve  é  alcancé  •  como 
é  población  de  todos  aquellos  reinosi  de  qae  lia 
y  espero  qne  ha  de  resultar  gran  servicio  deDioi] 
Seilor,  en  reconocimiento  de  las  dichas  gradas^ 
des,  é  para  en  descargacion  á  satisfacción  de 
calpa  é  cargo  que  pudiese  agraviar  á  mi  coi 
qne  no  me  aouerdCi  para  mandallo  satísñuser 
mente,  mando  qne  se  hagau  las  obras  aigoientMbij 

12.  Ordeno  y  mando,  que  demás  del  hospital  r^ 
para  el  dicho  efecto  mande  facer  6  se  faOe  en 
de  Méjico,  según  que  de  suso  se  contiene,  se 
la  mi  vilUí»  de  OuyoacaD,  en  la  Fneva.BspaS% 
terio  de  monjas  intitulado  de  la  Oonoepeion,  dii 
de  B.  Francisco,  en  el  lugar  é  de  la  forma  que* ; 
setialado  por  una  institudon  que  dejaré 
mando  que  se  guarde  é  cumpla  como  en  ella 
é  si  yo  no  lo  dejare  dedaiado,  mando  qne  él 
es  ó  fuere  de  ||mi  casa  lo  haga  y  edifique  é 
te  de  la  renta  que  de  yuso  será  declarado »  el 
monasterio  en  la  dicha  mi  villa  de  Ooyoaéaii, 
mi  enterramiento  é  de  mis  sucesores,  como 
mando  que  sea  en  la  capilla  mayor  qne  se 
iglesia  del  dicho  monastrio,  é  que  en  ella  no 
consienta  enterrar  persona  alguna,;  salva  de 
dientes  legítimoa 

13.  ítem  mando,  que  en  la  dudad  de  mi 
yoacan,  se  edifique  y  haya  un  colegio,  para 
que  estudien  teología  é  derecho  canónico;  é  ~ 
haya  personas  doctas  en  la  llueva  Bspafia^ 
iglesias  é  instruyan  á  los  naturales  de  ella 
tocantes  á  nuestra  fé  católica,  en  el  cual 
número  de  estudiantes,  ésea  cenias  faooltadaik^ 
den  las  reglas  é  constitndones  qne  en  la  ti 
yo  para  ello  dejo,  s^á  declarado;  y  se  ediflquai 
y  en  la  forma  que  en  dicha  institución  se  di 
condiciónese  ordenanasas  y  estatutos  qne 

iaatítacio»  mí<bIsiso  ^mlm^  $  «I  por  «m  99' 


«I 


I 


—  323  — 

mando  qae  el  snoesor  que  es  ó  faere  de  mi  cft" 

6  edifilqae»  é  se  gaarden  los  estatatos,  constl- 

é  ordenamentos  que  tiene  el  colegio  de  Santa 

Jesos,  fandado  en  esta  ciudad  de  Sevilla ;  é  los 

expensas  de  la  ediñcacion  del  dicho  colegio»  se 

y  pagaen  de  los  maravedís  é  rentas  que  de  yuso 

kdo. 

que  porque  yo  señalé  para  la  dotación  del  di- 
Atal  de  Nuestra  Señora  de  la  Concepción  que  ;o 
Méjico»  dos  solares  fronteros  de  las  casas  de  Jor- 
lo»  é  del  tesorero  Juan  Alonso  de  Sosa»  entre 
6  la  acequia  que  pasa  por  ella  á  las  casas  de  don 
^vedra»  que  sea  en  feria»  é  me  obligue  á  facer  en 
casas»  según  que  mas  largamente  en  la  dicha 
á  que  me  refiero  se  contiene^  y  que  en  tanto  que 
18  casas  no  se  hiciesen »  se  diesen  de  mis  bienes 
>  AÍeho  hospital  é  obra  de  él  cien  mil  maravedís  de 
^neda;  mando  que  se  cumpla  la  dicha  dotación, 
de  la  manera  que  en  ella  se  contiene,  con  los  adi- 
que  abajo  dirá»  y  mando  que  si  el  sucesor  de  mi 
Jdgua  tiempo  quisiere  dar  al  dicho  hospital  en 
de  las  dichas  casas  en  otra  parte  alguna  los 
bvedís  dé  renta»  que  lo  pueda  hacer»  é  si- 
en la  parte  que  quisiere  de  manera  que  estén 

» porque  asi  mismo  en  la  dicha  dotación  dije  é 
é  á  dar  al  dicho  hospital  tierras  cerca  de  la 
Méjico»  donde  pudiese  cojer  hasta  trecientas 
de  trigo,  según  que  en  la  dicha  dotación  á  que 
|co  se  contiene»  mando  que  ssí  se  cumpla»  é  señalo 
implimiento  un  pedazo  de  tierra  que  yo  tengo 
o  de  Ouyoacan»  que  está  entre  el  dicho  pueblo 
y  el  rio  que  atraviesa  el  camino  del  dicho 
tepecj  é  que  si  allí  no  hobiere  cumplimiento  se 
en  las  otras  tierras  donde  yo  he  tenido  é  ten- 
brazas»  que  están  en  la  otra  parte  del  dicho  rio 
pultepec»  en  la  parte  que  al  dicho  mi  sucesor 
y  que  si  el  dicho  mi  susesor  é  sucesores  en  al- 
quisieren  dar  otras  donde  se  cojan  para  el 
ital  trecientas  fanegas  de  trigo,  conforme  á  la 
ion»  lo  pueda  facer  con  tanto  qaé  sea  tales  é 
UOB  como  las  que  yo]  señalo:  é  porque  las  dichas 


—  324  — 
tierras  que  yo  tengo  sefialadaa  6  nombradas  para  d 
cho  hospital,  no  sé  si  hay  parte  &  quien  pertencoca 
derecho  de  ellas  y  á  mi  no  me  pertenezcan  oomo  á 
de  dicho  lagar»  é  de  otra  manera  mando  qne  se  resl^'^ 
ya  á  onyas  faeren»  é  se  les  pagne  qne  valieren  coiBoaí|< 
dneños  mas  quisieren;  é  porque  yo  he  labrado  las  dktej 
tierras  y  aproveohádome  de  ellas  con  pensar  qne  lo  pi^^ 
dría  facer  sin  cargo  de  oonciencra»  mando  qoe  sepsgñti^ 
cuyas  fueren  é  pertenecieren  las  dichas  tierras,  lo 
pareciere  que  yo  m^  he  aprovechado  de  éllaa»  por  mm^ji 
ra  que  mi  oondenoia  quede  descargada;  y  el  dicho 
sor  de  mi  casa  sea  obligado,  pareciendo  no  ser  muí 
dichas  tierras,  á  dar  recompensa  bastante  al  dieho 
pital»  conforme  á  la  dicha  dotación. 

IG.  ítem,  declaro  é  digo,  que  por  cnanto  comoe^á 
cho  yo  tengo  mandado  6  ordenado  que  )a  obra  del 
hospital  de  Méjico  se  acabe  de  los   maravedís  qaoTdüj 
ren  y  rentaren  las  tierras  é  cassuB  que  yo  tengo  ea  Is* 
cha  ciudad,  é  plaza%  é  calle  de  Tacuba,  é  San  FraB< 
co,  oomo  antes  de  esto  está  dicho  é  declarado,  6  acal 
la  obra  del¡dicho  hospital,|la  renta  de  las  dichas  iiai 
casas  habla  de  quedar  á  disposición  de,  mi  sucesor  ó 
sores  de  mi  casa,  mando  que  lo  que  valieren  é  real 
dende  en  adelante  las  dichas  tiendas  é  casap,  se 
enteramente  en  cada  un  año  en  el  edificio  é  obra  del 
sasterio  do  monjas  é  del  dicho  colegio  que  mandón 
cer  y  edificar  en  la  dicha  mi  villa  de  ünycacan,  ea 
cuales  obras  mando  que  se  gasten  é  distribuyan  los 
ni  vedis  que  se  fueren  menester  para  ponerlas  en 
fiion. 

17.  B  porque  con  mas  brevedad  las  obras  del  dk 
hospital,  monasterio  é  colegio  de  suso  duclarados  asi 
caben,  y  el  servicio  que  á  Dios  Kuestro  Beüor  de  6\lai 
esper»!  mas  por  esto  se  recibe  é  haga,  mando  que  dr^ 
de  los  cuatro  mil  ducados  de  la  renta  de  las  dichas 
das  á  casas,  qne  yo  dejo  señalados  para  las  obras  i 
^dicho  hospital  que  l^sejf  hace  en  Méjico «  é  del  dk 
monasterio  é  colegio,  que  mando  que  se  hagan  en 
ycacan,  se  saquen  é  den  de  mi  hacienda,  otros  sási 
ducado»  en  cado  uu  año  después  de  mi  fallecimiento, 
manera  que  sean  diez  mil  dacados  [con  los  cuatro  rail 
dichas  casas,  los  cuales  se  gasten  de  esta  manera : 


—  325  — 
mil  daeados  de  las  rentas  de  las  diolias  tiendas  é 
en:  la  obra  del  dicho  hospital  basta  qae  ae  acabe 
eetá  trazado»  é  los  treí  mil  dzc idos  ea  el  edificio  é 
del  dicho  moaastsrio  d^  monjas,  é  los  otros  tres  mil 
restantes  ea  la  obra  del  dicho  colegio;  é  acikbada 
del  diohj  hospiü<ftl ,  los  oaatro  mil  daeados  qae 
ka,  sdQalados  para  ella  se  ooavierUa  y  gasten  de  por 
kit  ea  las  obras  de  dicho  monasterio  6  colegio  9  por 
qae  en  cada  ana  de  ellas  se  guatea  cinco  mil  da-* 
eaeada  na  afio,  las  eaales  dictias  obras  acabadas, 
lilieho  mi  sacesor  no  sea  obligado  ¿  dar  ios  seis  mil  da- 
if  é  loa^onatro  mil  dnoados  de  la  renta  de  las  dichas 
isa  é  casas^  desde  entonces  para  siempre  jamás  fiean 
íteadjafUqnen  de  esta  manera:  mil  dncados  para  la  do^ 
mé  pcopios  de  dicho  monasterio  de  monjas,  qne  co- 
nMk  dicho  yo  muido  hacer  y,  edificar  en  la  mi  yilla  de 
lyoaoaa;  dos  mil  daeados  para  la  dotación  y  expensas 
'  dieho  colegio  qae  mando  fandar  en  la  dicha  villa ;  é 
mil  daeados  señalo  é  adjudico  al  dicho  hospital  de 
Goneepoion/qoe  yo  mando  hacer  en  la  dicha  ciudad  de 
íjisoy  Qon  tal  postara  ó  oondidon  ,  qae  con  los  dichos 
dooadoB  de  cada  nn  1^0  ee  desistan  é  aparten  de  la 
tigacttoa  qoe^o  é  mi  sucesor  6  saoesores  tenemos  de 
r,  para  ia  dotación  del  dicho  hospical ,  unas  casas  é 
solares  fronteros  de  las  casas  de  Jorge  do  Al  varado, 
del  tesorero  Jaan  de  Sosa,  é  de  la  obligación  que  así- 
I  talemos  de  dar  á  cien  mil  maravedís  de  renta  en 
la  aüo  al  dicho  hospital*  no  haciendo  la  dicha  casa;  é 
lísoio  se  desistan  é  nos  dejen  libres  ^  mí  é  á  los  mis 
»reB,  de  la  obligación  qae  asimismo  me  puse  al 
ipo  que  hice  la  dotación  del  dicho  hospital,  de  darles 
ceroa  de  la  mudad  de  Mé}ieO|{donde  pudiera  cojer 
trecientas  fwegas  de  trígO;  por  cuanto  mi  inteur 
y  Tolantad  es,  que  adjudicándose  al  dicho  hospital 
cada  un  alio  perpetuamente  los  dichos  mil  dnoadoSi  se 
ktuí  é  aparteni  é  yo  é  los  dichos  mis  sacesorea  que^^ 
toe  libres  de ,  derecho  qué  tienen  a  las  dichas  casas  , 
mil  maravedís  de  juro,  no  haciéndose  ,  y  á  las  áu 
tierras  donde  se  puedan  cojer  las  dichas  trecientas 
de  trigo;  lo  cual  todo  j  ó  cada  cosa ,  é  parte  de 
a  sn  voluntad  el  sucesor  é  sucesores  de  mi  casa;  y  si 
d*idio  hospital  no  se  desistiere  é  apartare  de  ello,  man« 

PlBBBTAOIOKaS.^  TOKIO  n«-*41 


—  326  — 
do  qae  esta  manda  é  dotaoloa  de  los  dichos  m\  is 
ea  otioa  a  a  afio,  sea  en  sí  ningana«  é  de  niDgan 
efecto,  6  ios  iiaya  6  tenga  el  saoesor  de  nú  oM 
tado. 

Uf  lüem  digo:  qae  por  cnanto  come  se  vé  por 
ola,  cada  día  van  en  crecioiítsato  las  reatas  i»  luí 
ros,  é  casas,  asi  ea  estos  reinos  de  España,  oomo  < 
£rü6va*£ipaüa;  é  siendo  así  las  diohaa  mis  tieadail4 
sas  qae  yo  tengo  en  la  ciadad  de  Méjico,  de  siuoM 
radas,  paedea  valer  é  rentar  adeiaate  mas  os&tii^^ 
maravedís  de  los  diclios  onatro  mil  ducados,  qae  jor 
lo  é  adjadioo  para  siempre  jamás,  como  está  diotoj 
las  dotaciones  del  dicho  moiíaaterio  de  monjas,  é** 
cbo  colegio,  é  del  dicho  hospital,  es  mi  volantadd| 
qae  así  ^n  algna  tiempo  mas  valieren  é  rentana 
tiendas  ó  casas,  sean  é  se  adjudique  para  el  efoiM 
dicho,  é  ordeno  é  mando,  qae  lo  qae  mas  valieni^ 
taren  de  los  cuatro  mil  daoados  sea  6  se 
esta  manera :  las  dos  partes  de  la  dicha  d 
el  dicho  colegio,  6  las  otras  dos  partes  de  por  mil 
ra  el  dicho  monasterio  de  monjas ,  ó  para  el  diete 
pitaU 

19.  ítem  digo  é  mando',  que  por  cnanto  por 
la  merced  que  el  emperador,  rey  nuestro  sefior « 
en  los  pueblos  en  ella  contenidos^  me  pertenecía 
patronatos  de  las  iglesias  de  los  dichos  pnebk» , 
me  á  nna  cláusula  de  la  dicha  merced ,  en  que 
yo  teaga  á  los  dichos  pueblos  todos  aqneUos 
contribuciones  é  usos,  é  todas  las  otras  sosas 
tiene  é  tuviere  en  los  pueblos ,  que^  en  la  dieha 
Bspafia  quedaren  para  su  corona  real,  exento 
saltoas,  é  de  estas  dos  cosas  exceptuadas  en  el  < 
vilegio,  se^n  las  tiene  el  dioho  sn  patronato,  po(l 
de  lo  cual  asimismo  á  mí  me  pertenece.  B  demás' 
merced  por  8*  M.  á  mí  hecha,  tengo  el  dioho  y 
natos  por  concesión  desn  santidad,  y  la  bola  da^ 
en  poder  de  S.  M.  é  de  los  de  sn  consejo  de  Indiaaf 
que  aprueben  é  haya  por  buena  la  dicha 
.  ro  y  es  mi  voluntad  que  el  sncesor  6  Bnceeotes 
f  aere  de  mi  casa,  hayan  y  tengan  para  siempre ; 
dicho  juro  patronatos;  é  porque  al  tiempo  qae 
concesión  de  sn  santidad  ^  fué  mi  intenáon  pam^ 


L09 


—  327  — 
lea  de  aquellos  paeblos  faesen  mejor' instruidos  en 
de  nuestra  santa  fé  oatóLioa,  mando  y  enoargó  > 
Hi  Martin  mi  hijo  snoesor  é  sacesores  j  que  de  esto 
^n  may  especial  cuidado ,  proveyendo  los  beneficios 
Iqb  dichos  pueblos  á  personas  hábiles,  é  de  buena  vi- 
y  i^emplo,  con  cargo  que  se  ejerciten  muy  cuotidianá< 
Lte  en  la  doctrina  de  los  dichos  naturales,  6  tengan 
LO  cuidado  de  visitar  é^saber  muy  amenudo  como  es- 
liaoe  é  cumple }  él  mando  que  porque  en  la  dicha 
koesion  de  Su  Santidad  dice «  que  yo  é  mis  herederos 
y  llevemos  todos  los  diezmos  é  primicias  de  los 
pueblos,  contenidos  en  el  dicho  juro  patronatus, 
Ldo  las  iglesias  de  ellos,  mando ,  que  en  las  dichas 
lias,  6  arras,  é  ornamentos ,  é  todas  las  otras  cosas 
para  el  culto ,  é  vino  y  administración  de  los 
ito  sacramentos ,  se  gaste  todo  lo  necesario  de  los  di- 
dtexmos  é  primicias;  é  que  hasta  sor  esto  cumpli- 
mento, sin  que  por  falta  alguna  del  dicho  mi  snoesoi  ó 
de  mi  casa  y  estado  no  se  pueda  entretener  en 
alguna  de  los  dichos  diezmos  é  primicias^  porque 
desde  ahora  para  siempre  jamás  los  aplico  é  señalo  pa- 
ra las  dichas  iglesias  é  para  todo  lo  á  ellas  anexo  é  con^ 
«emieate,  eu  tanto  cuanto  fuere  necesario  para  las  cosas 
saoodichaa  como  arriba  es  dicho,  quedando  á  lo«  dichos 
sucesores  la  libertad  é  uso  del  dicho,  iuropatronatus,  co- 
mo &  mí  es  concedida;  ó  por  cuanto  mi  voluntad  es,  que 
lo  que  quedare  de  diezmos  é  primicias  de  las  dichas  igle^ 
idas,  dtfspaes  de  cumplidoei  ene  lias  loa  gastos  é  cosas  de* 
elaradati,  así  como  son  bienes  ofrecidos  á  Dios  Nuestro 
Seüor  é  á  sus  sanaos  tempto^,ise  distribuyan  é  gastan  en 
obra  de  su  servicio  é  no  en  otra  cosa,  dis^o  y  mando,  que 
lo  que  mas  valieren  los  diezos  é  primicias ,  después  de 
cumplidas  enteramente  eu  cada  un  afio  las  cosas  susodi- 
oliai*,é  parecer  é  orden  del  dicho  mi  sucesor  é  sucesores,  é 
déla  persona  é  personas  que  sa&alarené  nombr<ireo,  sea 
6  se  adyudiquen  perpetuamente  la  dicha  demasía  de  esta 
manera:  mitad  de  ella  á  la  dotadou  del  dicho  colegio,  é 
las  otras  dos  partes  de  por  mitad  al  dicho  monasterio  é 
t  dicho  hospital|  conforme  al  repartimiento  que  les  está 
doho  de  las  rentas  de  las  dichas  tiendas  é  casas. 
20.  ítem  mando,  que  le  sean  pagados  á  la  marquesa 
Juana  de  Zdñiga,  mi  muger,  diez  mil  ducados  que 


—  328  — 
yo  hube  de  dote  con  ella,  por  caaiito  yo  los  xeciUé 
té,  6  Bon  sayos,  é  maodo  qae  se  le  paguen  sin  ningiaj 
tigio  bí  eoBtíeiida  de  lo  primero  é  mejor  parado  diD 
bienes. 

21.  ítem  digo,  que  por  cuanto  entre elsefior  doa  fék^i 
Alvaro  de  Osorio,  marqués  de  Astisr^^é  mí  esté  mott»; 
tadoé  fuimos  oonvenidOy  qae  don  Alvaro  Peicz 
sa  hijo  primogéaito  sucesor  de  su  oaaa ,  oase  ami 
María;OortéB;  mi  hijalegitima  é  de  la  dicha  maiqiMfai 
fia  Jaana  de  Z&fiiga,  mi  mujer,  según  en  la  forisai 
ñera  que  sobre  el  dicho  casamiimto  tenemos  heehí 
tulaoion^  6S  mi  voluntad  que  aquello  ae  eompls  é 
de  como  en  la  dicha  capitulación  ea  contiene  »  é 
yo  le  tengo  mandados  é  prometidoa  oien  mil  da( 
dote  á  la  dicha  dofia  María»  mi¡hya,  dalea  caaks  úi 
sefior  marqaéade  Astorga^  conforme  á  loadidMisi 
los  tiene  recibidos  veinte  mil  ducados,  quiooqBf 
todas  oosasi  de  los  bienes  de  la  dicha  marquesa  ai 
jer  é  míos  se  paguen  los  ochenta  tnil  duoadoa 
para  el  cumplimiento  del  dicho  dote  ,  é  la^  parto  fifej 
ellos  fincaren  de  se  pagar  en  el  ti^npcé. manera, 
nido  en  la  dicha  capitulación^  loa  cuates  hafa  b^ 
dofia  María,  mi  hija,  para  en  cuenta  da.  la  tegítima^ 
le  perteneciere  de  nuestros  bienes. 

22.  £  porque  yo  soy  obligado  á  dotar  á  dofia 
6  dofia  Jaana,  mis  hijas  legítimas  é  de  la  diohai 
mi  mujer,  en  cumplimiento  de  la  dicha  obUgadcHii 
la  mejor  manera  qae  paedo  ó  de  derecho  haya 
mando  que  cada  una  de  ellas  haya  cincuenta  mili 
dos  de  dote,  que  son  cien  mil  du¿MÍos  para  ambas, 
cuales  hag:u  donación  entre  vivos  no  revocable,  ¿' 
chas  mis  hijas^  á  Melchor  de  Mojica,  mi  ccmtíidof  yj 
cretarío,  y  que  presente,  el  cual  lo  acepta  en  mi 
los  cuales  dichos  cien  mil  ducados  hayan  de  los 
q^ue  pertenecieren  á  la  dicha  marquesa  dofia  Josoa 
Zd^iga,  mi  mujer,  6  á  mi  para  en  cuenta  de  aaa' 
msbs  que  han  de  haber  de  nuestros  bienes ;  loa 
chos  cien  mil  duacados  mando  que  se  paguen  de  kt] 
nes  de  la  dicha  marquesa,  é  mios,  qae¡  quedaren  é 
reu  al  tiempo  do  mi  ñn  y  muerte;  y  en  defeotode 
ber  bienes  para  cumplir  la  dicha  cantidad  de  los 
cien  mil  ducados,  quiero  que  lo  qi^e  Altare  lo 


—  329  — 

Kartín  Cortés,  mi  hí jo  snoesor ,  6  enalqaiera 

rWioeaor  de^  mi  estado,  saoaado  cada  aüo  de  las  ren- 

4A  áiiikot  BU  estado  qaiaoe  mil  diioados,  hasta  qoe  se 

pbkeiMÁrameQte  los  dichos  cien  mil  daoados  como  di- 

es:  é  JO  el  dioho  Helchor  de  Mojica  i  digo  qne  acepto 

netbe^  u^dioha  donación  de  los  dichod  cien  mil  doca- 

^n  ninabire  délas  dichas  señoras  dofia  Oatallnaydo* 

áaiift»  como  en  este  capítulo  se  contiene ,  y  en  firmé  « 

7  Tardad  da  ello  firmé,  aguí  mi  nombrc^Melchor  de 

ifcBíc*.  : 

!  &  Ifeem^  mando,  é  pongo  gravamen  á  mi  sncásor  é  ren- 
tedémi^^Biasai^e  de  el&  "«e  del  en  cada  ún  año  á  don 
IbsíSJk^ápn^  tinis  Oortés^is  hijos  natarales,  á  cada  uno 
^  dacadoB  d|eoro,  qne  vsúeñ  trecientos  setenta  7  cinco 
ftil  JBMn^irc^íSr  todos  los  días  qne  vivieren  ú  hasta  tanto 
qps  tenga  isaéii  lino  de  quinientos  mil  tnarayedfs  de  ren^ 
teaodb^'los  éaalea  mando  qué  les  sean  librados  é  paga  • 
ta  en  las  diohas  mis  rentas  de  cada  nn  año  ségnh  di' 
idM|.fPraia4^<^^^  ^9  j&ontadntías,  ni  otrdd  derechos  al« 
pámt^iíííífé^  IssTsituo  é  señalo  p<m:  suyos  en  las 

dJÁaa  ¡nfit jrentaa  y  J^  ló  vpteior  parado  de  eIlás;*é;mando 
ihN^Q^¿l>«f  tf^^áil.é  D.  Luis  mis  hfjob,  qué  airran,  é 
ukémí'á^jfiji^i^  de  mi  estado  eu  to- 

dasisa^MÍs^LAelíóiSa^  16  deben  facer, 

miM>  á  jpnimguili  eáticpe  é  cabeza  donde  ellos  proceden, 
é  que  par  mnj^ána  cosa  le  desobedezcan  ni  desacaten,  é 
b  acudan  é  sirvan,  no  siendo  contra  Dios  Nuestro  Se» 
flor,  éooQtm  su  santa  religión  é  fé  católica,  ó  contra  su 
i^y  oatoral:  é  láando  que  si  notoria  inobediencia  é  desa^ 
ttto  paradero  eá  cualquiera  de  ellos,  en  tal  manera  que 
na  notabIe:é  averiguada  por  tal,  que  por  el  mismo  caso 
pierdan  él  beneficio  é  alimentos  que  reciben,  é  yo  mando 
4«88  fe  áén  ó  sean  abidos  por  extraños  de  mi  casa  ó 
progenie.;  ^  J     V 

S¿  Icera  niando,  que  habiéndose  de  casar  las  dichas 
dota OataUna  y.deñá  J^aana,  mish^jas,  é  alguna  de 
ellas,  409  sea  con  consejo  y  parecer  de  la  dicha  marquesa 
sa  andieé  dd  dicho  sucesor  de  mi  C0>sa^  é  que  si  cuaU 
|tiere  de  lasjdichas  mis  hijas  se  casaren  laeradeesta 
vídsBy  d  dicho  sucesor  de  mi  caua  no  sea  obligado  6  dar 
iosa  alguna  de  lo  que  le  mando  para  su  dote. 

S.  ítem  mandpy  que  á  dofia  Catalina  Pizarroi  mi  hija,é 


I 


/ 


—  330- 

de  Leonor  Fixarro  [11  mujer  que  fué  de  Joaa  ñt  fialeeifl^  \ 
vecino  de  la  dudad  ae  Méjico,  se  le  dé  todo  lo  qiifi  pm* ' 
eiere  qne  han  rentado  é  multíplioadolae  vacas  y  yepitfi 
ovejas  de  qne  yo  le  hice  donación^  al  tiempo  qnevisíi 
loa  reinos  de  Bspaña»  é  mas  de  todas  las  rentas  é  bus* 
tos  que  le  ha  rentado  el  pueblo  de  Ohinantla,  eon  todsk 
demás  qne  yo  le  seflalé  para  su  doteé  casamiento,  loesá 
se  entregó  todo  al  dicho  Juan  de  Salcedo ,  marido  de  li 
setlora  dolía  Leonor  PizarrOi.  su  madre ;  é  porqoe  yo  te 
recibido  de  los  esquilmos  de  los  dichos  ganados  cutiw 
de  caballos,  é  novillos,  é  carneros*  6  dineros ,  ibí>'> 
qne  conforme  á  la  cuenta  que  de  ello  hubieie  dárii. 
el  dicho  Juan  de  Salcedo,  se  lo  pague  á  la  d  ichsddfc; 
Oatalina,  mi  hija,  de  mis  bienes  y  casa  i  los  {ind^ 
que  valía  á  la  sacon'qne  los  recibí ,  y  confleso  gos  d«r 
bligadones  que  Hernando  de  Baavedra,  é  Gil  GosiM 
deBenavides  me  hicieron  de  cierta  cantidad  depSBOiw 
oroj  por  rason  de  ciertas  vacas  que  yo  le  vendí  á  octii| 
piases,  según  pareoerá  por  las  dichas  obligaolossii^ 
me  redero,  declaro*  que  no  obstante  que  las  ^chsKJíi 
gaclones  se  rijan  á  mí,  que  son  é  procedieron  do  Iff  Ig 
nes  é  multiplico  de  los  ganados  de  dofla  Oataliafli  flt]| 
ja,  é  mando  se  les  den  y  entreguen»  é  todo  lo  que  ds 
se  ovlere  cobrado  9  porque  es  suyo  é  procedió  dft  a 
deuda:  es  la  cantidad  de  las  dichas  obligaciones,  li 
de  dos  mil  pesos  da  buen  oro,  é  la  otra  de  dos  miié 
cientos  é  cinoaenta  pesos. 

26.  ítem  declaro,  que  otra  obligación  qne  Frandsoí 
Tillegas,  veoino  de  la  ciudad  de  Méjico,  me  hiso  ds 
mil  pasos  da  oro  por  razoa  de  ciertas  vacas,  de  las  r 
les  no  debe  sino  los  mil  seguu  dijo,  el  dicho  JoandA 
vcedoi  por  una  célula  firmada  de  su  nombre,  qne  bo 

bió  toda  la  cantidad  de  vacas  que  se  le  vendierotí 
también  le  proceden  de  los  bienes  de  la  dicha  difli 
taliua,  mi  hija,  mando  que  se  le  den. 

27.  ítem  declaro,  que  otra  obligación  que  mehisa 
nardino  del  OastiUo  ,  de  cuatrocientos  pesM  de  ' 

Iior  razón  de  dos  yeguas,  que  también  son  é  proc 
os  bienes  de  la  dioha  dofia  Catalina^  mi  hija,  mai 
se  los  den. 

(i)  ÍA  tiiTO  aatM  d)  cassrffd  ooa  Jatn  do  Saloodo. 


\  —  831  — 


f  28.  ítem  deolaro  qae  otra  obligación  que  me  hizo  A» 
lloaro  Dávila,  de  dos  mil  é  eoatrocientos  pesoB  de  baen 
i  0rO|  por  lazon  de  doce  yeguas  é  seis  potrancas  qae  son 
.  6  proceden  de  los  bienes  é  hacienda  de  la  dicha  dolía  Oa*' 
V.tiilina^  mi  hija»  mando  que  se  le  den. 
■^  29.  ítem  deolaro,  que  todas  las  vacas  é  ovejas  qne  es« 
'\  tíaoL  en  Matalango>  son  de  la  dicha  .dofia  Oatalioai  mi  hi<> 
^)a,  é  de  la  dicha  Leonor  Pizarro,  é  mas  todas  la  yegnas 
r'.  é  potros  qne  están  en  Taltizapan  con  sn  señal»  qne  es  nna 
i  B  grande  en  el  anca. 

:.  30.  ítem  deolaro,  qne  de  la  obUgacion  qne  el  dicho  Gil 
i ;  González  de  Benavides  tiene  hecha  con  Hernando  Saa- 
vvedra,  qne  como  está  dicho  pertenece  á  la  dicha  dofia 
pQatalina  Pizarro»  mi  hija,  tiene  pagados  al  dicho  don  Gil 
^González  trecientos  é  cincuenta  castellanos  de  oro  de 
,l^inas.  é  los  recibí  en  cuatro  caballos,  soy  yo  cargo  de 
.f:állo«,  e  mando  que  se  paguen  á  la  dicha  doña  Catalina. 
^,  31,  Icem  decleirOy  que  ^o  di  un  finiquito  al  dicho  Juan 
•j^ée  tíalcedo,  vecino  de  Méjico,  marido  de  la  dicha  Leo- 
-.;^nor  Pizarro,  en  que  dije  le  daba  é  di  por  libre  de  todas 
V  las  cuentas  que  tenia  con  la  hacienda  é  bienes  que  le  fue 
l'^Wk  entregados  de  la  dicha  doña  Oatahna  Pizarro^  mi  hi- 
i^f  digo  que  el  dicho  finiquito»  no  obstante  que  yo  no  fui 
|DarCe  para  se  le  dar»  que  sin  cuenta  ni  pago,  á  instancia 
p  mego  del  dicho  Juan  de  Salcedo ,  por  evadijrse  de  no 
.^r  las  dichas  cuentas  en  mi  ausencia ,  con  quemepro' 
jnetio  conjuramento,  que  vuelto  yo  de  la  jornada  en  qu« 
:iba  las  daría  muy  cumplidamente  é  sin  fraudes,  que  an^ 
.tes  le  ayudarla  de  su  hacienda  que  tomar  nada  de  la  di- 
l^ha'doña  Catalina  Pizarró ,  lo  cual  fizo,  que  pasó  é  fué 
;pre8ente  Andrés  Tapia. 

32.  ítem»  mando  6  la  dicha  doña  Catalina,  mi  hija,  que 
do  pluguiere  á  Nuestro  Señor  que  ha^a  de  casar,  se 
ga  con  consejo  é  parecer  del  sucesor  que  es  6  fuete  de 
i  estado,  al  tal  mego  tenga  cuidado  especial  de  procu^ 
qae  la  dicha  doña  Oataiin%  su  hermana,  case  como 
convenga  á  la  honra  de  su  casa,  al  bien  é  honor  de  la  di«i 
Aa  doña  Oatalina. 

r  33.  ítem  mando,  que  á  doña  Leonor  y  doña  María,  mis 
wjaa  naturales Jles  sean  dados  para  sus  dotes  é  casamlen- 
^  á  oada  nna  oiez  mil  ducados  de  mi  hacienda  ,  á  las 
cnaleB  mando  é  encargo  que  se  casen  con  consejo  é  pare- 


—  332  — 
cer  del  dicho  mi  saoesor,  al  oaal  encargo  é  mando  lo  mis 
mo  que  en  el  capítulo  antecedente,  en  lo  que  toca  A 
Oataliua  su  hermana;  é  si  la  dicha  doSa  MaHa  & 
quiera  de  ellas  murieren  antes  de  oasi^rae  ,6  quieren 
guir  el  estado  de  religión  ú  otra  vía  d^  esta  ^  en  tal 
les  sean  dados  para  sus  gastos  6  alimentos  á  tedir  una 
ellas  ea  cada  un  año  sesenta  mil  maravédíSi  e  lo 
yuelra  é  lo  haya  el  dicho  don  Kartini'mi  hijo,  Sulse^of  áé 
mi  estado  é  los  que  le  sucedieren. 

34.  ítem  mando,  qne  porque  en  mi  hacienda  de  _ 
geiias  han  servido  algunas  personas,  é  ¿  o  nó  i^  ai  I 
había  pagado  su  servicio,  que  probando  eomo  fueroii 
cibidos  por  mí  ó  por  mis  mayordomos  é  persogas  *  que  tii« 
vieron  cargo  de  mis  haciendas,  é  lo  qué  sirvlérout  j  el ' 
partido  con  que  se  concertó  al  tiempo  que  faeron  redbi 
dos,  se  les  pague  lo  que  se  lee  debiere  cocno'páreciera  por  IO0 
libras  de  mi  naoienda,  ló  cual  se  haga  sin  los  TtkUpjtetsm 
pleitos,  maii  de  saberla  verdad,  lo  caal  quedo  debajo  de 
las  conciencias  de  mi  sucesor  6  albaceas,  sin  que  tengui 
aecosidad  de  dar  otra  cuenta  ni  descargo  por  quéla  pa» 
garon.  * 

35.  ítem  mando,  que  por  mis  libros  de  oontadoifa  ae 
paguen  todas  las  quitaciones,  é  otros  partidos  de  gentes 
que  me  han  servido  así  en  la  KuevanBspaña ,  eomo  ca 
éstos  reinos  de  EspafiH,  conforme  á  los  asiente»^  qnetxm 
i»llos  estftn  hechos  al  tiempo  que  pareciere  haber  serridoi 
lo  cual  se  haga  sin  ninguna  dilación  ni  Utigio,  sino  con* 
forme  á  los  dichos  asientos;  6  porque  con  Bemardiiio  dri 
Castillo  se  quedó  haciendo  coenta  de  lo  que  me  habia 
servido,  4  remitido  al  licenciado  don  Joan  AttiamSrana, 
mando  que  el  asiento  que  en  esto  hubiere  dado  el  didio 
licenciado  se  cumpla. 

36.  Itém  mando,  qué  todas  las  deudas  que  pareceré 
que  yo  debo,  por  cualquiera  escritura  a6t  {lábHca  eomo 
privada,  constando  ser  oieita  deuda  mia,  se  pague  sin 
ninguna  dilación  ni  tela  de  Juicio ,  sino  con  toda  breve* 
dad,  é  sin  que  para  la  cobranza  deellotenglt  iieocsidad 
de  hacer  costas,  é  porque  podrá  ser  que  ye  debiese' algu- 
na de  que  no  tuviese  hecha  escritur%,  mandó  qi{é  lo  que 
así  ftfere  enteramente  paiecíere  que  yo  debo,  aunque  no 
sea  por  escritura,  probándose  sumariamente,  se  pague 


•«333  — 
de  jaiok>,  hastJt  ea  oantidad  de  cien  pesos  en  bne- 
leda.    *^' 

1.  ítem  digo,  que  por  oaanto  yo  he  jiraatado  mnolia  sa- 

^euitádad  de  (Uñeros  en  la  Naeva< España  é  provin. 

te  ellas,  qae  yo  oonqaislé ,  6  paciüqaé  6  traje  al  ya^ 

aeryidambre  de  la  curona  real  de  Uat< tilla,  afií  en  la 

kta  de  ia  ITaeva-ff^pafla  é  provincias,  como  en  ar^ 

qne  hioe  para  faera  de  ella,  como  son  las  qne  elegí 

JLmaloco»  donde  faé  por  capitán  Alvaro  de  Saave  • 

GtoOnimo  PrimOf  é  la  qne  elegí  para  Hibaerasde 

)faé  por  eapitaa  é  pobladoros,  6  otra  para  la  dichB 

inoia  de  Cübneras  de  qñe  faé  por  capitán  Francisco 

ílisOaBMtqne  todas  ftieron  poris&udado  del  empera- 

Boestro  señor  segmi  parece  por  sos  reales  instrno* 

é  firmas*  é  porqneS.  M«  pof^descargo  de  sn  real 

ida,  é  como  eristiauíaimo  príncipe  tiene  mandado 

ooa  «a  real  cédala»  que  est&  en  las  escritnras  qae 

►n  al  licenciado  Jnan  AUamirano*  y  ann  por  sen- 

qne  se  dio  en  sn  real  consejo,  qne  se  haga  conmigo 

ittk  de  todo  lo  qoe  yo  he  gastado,  así  en  las  dichas 

l&istas  oomo  en  las  dichas  armadas »  mando  qne  se 

la  dicha  cnenta  é  se  cobre  lo  qae  B.  M.  alcanzare, 

él  faé  servido  de  me  lo  mandar  pagar ,  é  lo  qae  a&í 

«obrare  é  alcanasareí  qniero  y  es  mi  voluntad ,  qae  lo 

fs  y  herede  el  dicho  don  Martín  Oortés  #  mi  hijo ,  sn- 

)r  de  mi  casa»  4  lo»  otros  sucesores  que  sucedieren  en 

SS.  ítem  mando»  que  porque  después  qne"  S.  M.  me  hi- 
la merced  de  las  villas,  ó  lagares,  é  tierras  de  mi  es^ 
'  que  yo  tengo  é  poseo^  é  me  pertenecen  en  la  Nueva* 
bña»  con  las  rentasi  pechos  é  derechos »  ó  tribntos  é 
ibuciones  pertenecientes  á  B.  M  según  é  como  los 
IRS  de  lae  dichae  tierras  los  solian  llevar  antes  de  ser 
tierra  conquistada,  é  yo  puse  la  diligencia  que  me  fué 
oUe  en  averiguar  las  dichas  rentas ,  é  tributos,  é  pe- 
é  derechos;  é  contribaeiones  que  los  señores  natu- 
de  la  dicha  tierra  antiguamente  solian  Hévar,  é  puse 
diligencia  imra.haber  loe  padrones[antíguoB  por  don, 
toa  diehos  tributos  é  rentas  se  soliaa  cobrar  é  pagar; 
mfbnne  aquellos  he  llevado  las  dichas  rentas  6  tri- 
eaata  el  dia  de  h<^y,  mando  que  si  en  algún  tiempo 
íavAr^goarCí  queyo  en  cualquiera  manera ,  é  cosa ,  é 

puasxAcnovw.— TOMO  iu^i2 


—  834  — 
parte  de  lo  susodicho  fdí  mal  iofdimado ,  é 
be  llevado  qae  no  me  perteneoieae  i  de  qoe  ye 
día  de  hoy  no  he  tenido  notioia  ,  peio  afimpn 
llevado  f>08a  indebida,  é  sobre  esto  eaoargo  Is 
al  dicho  don  Martín  mi  hijo^  ó  á  los  qae  faecefti 
de  mi  estado. 

39.  Icem,  porqaé  aoeroa  de  los '  esolaroa 
la  dicha  Naeva*  ül^paila,  lísi  de  f^nerra  eomo  4s. 
ha  habido  mechas  dadas  6  opiniones  aobie  sí 
dido  tener  coa  bnena  ooac'ienda ,  6  hasta 
deteroiiQíftdOi  maudo  ^  dou  Martín  ,  mi  h«jo 
Ijs  qae  despnes  de  éísncedieren  epi  mi  e«tadS|í 
avengaur  esto  htfan  todas  las  diligenolas  qi 
gao  ai  descargo  oiá  mi  conciencia  6  safas. 

40.  ítem  maudo'i  qne  poiqne  en  algoaos  Im 
estado  se  han  tomado  algnnsa  tierras  paca ' 
fias,  é  algodoaareSi  á  para  otros  efectos,  qae 
é  sepa  si  estas  tales'tíerras  eran  propiamente^ 
de  los  naturales  de  aquel  los  pnebloa,  6  siente  i 
do  qne  so  les  restitnjan  las  dichas  tierras i  oeal 
vechamientos  qne  los  señores  de  ellas, 
habido,  oompensando  é  recibiendo  en  desqi 
los  tributos  é  rentas  qne  ellos  eran  obl 
por  ellas,  é  lo  mismo  mando  qne  se  haga  y 
lo  qne  toca  á  cierto  pedazo  de  tierra  qae  yo 
pasados  á  Bernardo  del  Onstillp  ^  mi  ociado , 
de  Onyoacan,  en  el  caú  hizo  nn  ingenio  de  ai 
reciere  que  el  dicho  pedazo  de  tierra  perteneea 
cero  ó  terceros. 

41.  ítem  mando,  qne  porque  demás  da 
qne  yo  he  llevado  de  los  dichos  mis  vasaUnBy 
do  de  ellos  otros  serviciosi  así  personales 
también  sobre  esto  hay  opiniones  si  se 
con  conciencia  ó  no,  mando  que  se  averigUa 
que  yo  he  recibido  de  estos  dichos  sarviolM^ 
lo  que  me  pertenece,  é  se  les  pagae  é 
que  así  pareciere  que  justamente  deben 

é2.  ítem  mandó,  qne  se  vean  todos  mis 
ta,  en  eipecial  un  libro  grande  que  est& 
Francisco  de  Santa  Orne  que  comenaó  4  ~ 
BLvero,  mi  escribano  y  secretario^    y  deapi 
el  dicho  cargo  el  dicho  Franclcco  de  Santa 


hml 


—  335  — 

libros,  y  vistos,  mando  que  todas  las  deadás  qae 

léie  por  ellos  á  oaalqoiera  persona*  qae  se  pagnen» 

lismo  se  cobren  las  que  pareciere  qne  me  de- 

6  mando  que  se  tome  oaenta  á  dicho  Francisco 

Oraz  del  tiempo  qne  tnvo  cargo  de  mis  ha- 

i;  é  se  fenezca  con  él,  é  se  pagne  lo  qne  la  nna  á 

parte  alcanzare. 

^tem  digo,  qne  por  cnanto  ai  tiempo  qne  Bernar 

A  Oastüio  se  casó,  yo  le  presté  mil  castellanos  de 

minas,  en  oro  y  plata,  é  mas  otros  seiscientos  en 

ida  qne  está  janto  ¿  la  torre  del  relox,  como  pa*' 

ir  nna  cédntá  firmada  de  sn  nombre,  qne  está  en 

dfd  Licenciado  Jaan  Altamiíano,  mando  qne  pa- 

qne  se  debiere  del  tiempo  qne  me  ha  servido, 

le  á  nna  cédnla  firmada  de  mi  nombre,  qne  le  de- 

mpo  qne  partí  de  Onyoacan,  lo  demás  lo  pagne  é 

^i  dioho  mi  encesor. 

ítem,  mando  á.  Dofia  Elvira  de  Hermosa,  hija  de 

Hermosa,  vecino  de  Avila,  doncella  qne  es  de 

rqneaa,  mi  mujer,  qne  los  días  que  ella  qnisiere 

ÍB  servicio  de  cnalqniera  de  las  dichas  mis  hijas  y 

]ttn]er]  del  dicho  Martin,  se  le  dé  en  cada  nn  afio 

mil  maravedís»  y  qne  si  qniere  meterse  mopja  ó 

esta  cindad  sin  casarse,  se  le  den  doscientx)» 

kvedís,  los  cnales  se  le  den  de  mi  hacienda  6 

é  dándole  los  doscientos  mil  maravedís  en  cada 

r  ítem  mando,  qne  todo  el  tiempo  qne  la  señora  Oe* 
iTasqaez  Altamirano,  mi  prima,  qnisiese  estar  en 
Éafiia  de  la  marquesa,  mi  mnjer,  como  al  presente 
i6  de  algnna de  las  dichas  mis  hijas,  de  se  mnjer 
peho  D.  Sartini  mi  hijo  sncesor,  la  tengan  con  aqnel 
qne  de  mí  h»n  conocido  siempre  qne  qniero  qne 
tga,  demi8  bienes  é  hacienda  se  le  den  cada  nn 
onalqmera  parte  qne  ella  qnisiere  estar  é  residiz 
ivedís  bien  é  ciertamente  pagados. 
^Item,  mando  á  dos  hijas  del  contador  Jnan  Alta- 
m,  mi  primo,  á  cada  nna  de  ellas  doscientos  mil  ma- 
lta para  ayuda  á  sus  dotes  é  casamientos,  los  entiles 


baguen  de  mi  hacienda. 

rit 


ítem,  mando  que  todo  el  tiempo  que  el  dicho  Juan 
■iraao  qmsiere  tener  el  cargo  de  la  oontaduiía  de 


—  836  — 
mi  casa,  que  jo  le  dejé  encargado,  6  oon  el  partido 
con  una  cédaU  mía  yo  le  aeñalé,  no  ae  le  qiiiie«  é 
dé  así  eomjo  ahora  lo  tiene,  alendo  an  Tolontad  de 
nerle. 

48.  ítem,  mandó  á  Dofia  Beatris  é  Dnüa  Laim  ni 
mana,  hijas  del  Licenciado  Frandaóo  Ifnfiesi 
qne  son  de  la  dicha  marqnena,  mi  mojer , 
mil  maravedís  para  aynda  de  ana  oasamientoB;  á !» 
cha  Doña  Lnisa  doscientos  mil  joarayedís,  é  á  la  ' 
Beatriz  cien  mil  maravedís. 

49.  ítem,  mando  qne  si  María  de  Torres,  dneB» 
ahora  está  ó  reside  con  la  marqnesa,  quisiere  estar 
sn  servicio  é  de  algnnas  de  las  dichas  mis  hSjss,  é 
del  dicho  mi  hijo  é  sucesor,  le  den  en  eada  nn  afioi 
oe  mil  maravedís,  y  qne  si  qnisiere  otra  cosa  de  nj 
sona,  le  den  cien  mil  maravedís  cuando  ella  qi' ' 
porque  son  por  descargo  de  lo  que  h  ista  aquí  ha 
do,  sin  descontarle  de  ellos  nada  qne  haya  redbido 
dicho  tiempo  que  sirvió,  ni  de  loa  quince  mil 
que  yo  le  mando  dar  por  el  tiempo  que  siivieie. 

50.  ítem  digo,  que  por  euanto  el  afio  pasado  di] 
quinientos  cuarenta  y  dos,  estando  en  la  ciudad  da" 
eelona,  de  ciertos  dmeros  míos  que  tenia  á  eargodo^ 
zalo  Diea,  que  al  present<e  es  mi  caballerizo,  le 
cuarenta  ducados,  é  yo  manda  que  se  1m  aumenl 
su  cneuta  para  que  se  los  descontaren  an  la  qmi 
qne  ae  le  dá^  y  aunque  en  esto  él  no  reciba  agtam 
go  respecto  á  que  dijo  é  d^e  habérselos  hmriado,  «J 
remito  é  perdono,  é  mando  que  no  se  le  huga  dt 
alguno  por  ellos  en  su  quitación»  é  si  alguno  le  ft^' 
eho  se  le  tire  á  pagar  é  cumplir  enteramente,  é  ' 
de  estOf  en  remuneración  de  lo  que  me  ha  aervido,  k| 
go  gracia  é  merced  de  cien  ducados  de  oro,  loa 
mandóse  le  den  é  paguen  de  mis  bienes. 

51  ítem  mando,  que  por  cuanto  el  afio  pasado  de) 
é  quinientos  é  cuarenta  é  cuatro  Pedro  HemaBdOi 
repostero  de  estrado,  me  hiao  una  obligación  de 
renta  y  cuatro  mil  é  quinientos  é  veinte  maravedís 
le  montaron  ciertas  piezas  de  plata,  que  faitaron  ' 
cargo  en  el  tiempo  que  fué  mi  repostero  de  plati^ 
enalc*  él  me  era  obligado  á  pagar«  é  ahora  tesir 
eo4sidQri%ciQn  4  lo  qu^  me  l^a  vervido,  le  remito  < 


—  337  — 

la  dicha  obligaciOB^  la  onal  mando  qne  se  le  entre^ 

,  é  mae  le  hago  gracia  6  merced   de  veinte  ducados 

oro,  los  cables  se  le  den  é  pagaen  de  mis  bienes. 

53.  ítem  mando,  qne  demás  de  pagársele  á  Gerónimo 

Andrada,  mi  vntoellé,  lo  que  se  le  debiere  d^  en  qni  • 

sioQ,  96  le  den  é  pagaen  de  mis  bienes  treinta  ducados 

oía  de  qne  yo  le  hago  gracia  y  merced  por  lo  qne  me 


53.  ítem  digo»  qne  por  cnanto  por  mi  parte  se  tratan 
Iptoitos  con  la  mnjer  y  herederos  del  licenciado  Naneas, 
íinlatordel consejo, mi  solicitador  qaefaéen  corte,  por 
inaon  de  dertas  cuentas  que  entre  él  é  mí  hablan,  de  que 
[ise  quedé  6  deber  muchas  sumas  de  mararedís ;  é  aun*- 
ise  yo  estoy  bien  informado ,  6  tengo  saneada  mi  conf 
eieaefa,  de  que  por  mi  parte  no  se  tratan  los  dichos  plei^ 
tos  eon  malicia  ni  cautela,  sino  por  alcanzar  justicia ;  to« 
4av&i  usando  de  equidad,  é  por  escusar  gastos  é  diferen«> 
láaa,  digo  é  mando ,  que  queriendo  venir  la  dicha  mnjer 
yhcárederos  del  licenciado  Nufiez  en  que  dos  contadoree 
IKiMtos  por  su  parte,  é  otros  dos  por  miB¡albaceas ,  vean 
é  deteminen  amigablemente  las  dichas  diferencias  é 
phitoe^  lo  pongo  en  sus  manos ,  haciendo  seguridad  y 
WtítiuEas  bastantes  ambas  las  partes,  é  por  lo  que  aquer 
Iba  loandarm  é  sentenciaren  se  pase  é  concluya  sin  otra 
Madejuicio ni  litigio  alguno*  é  no  queriendo  la  otra 
pttte  venir  en  este  concierto,  se  siga  é  concluya  el  negó» 
eio6negO''iospor  vía  ordinaria,  como  ahora  se  ti-ata, 
pues  mi  intención  no  es  sino  que  se  sepa  la  verdad  é  ha- 
gAJosticia,  de  los  maravedís  que  se  sacaron  ó  hubieren 
<ie  ios  pleitos,  mando  que  se  repartan  ó  distribuyan  con\ 
fomd  á  un  memorial  que  queda  en  poder  de  Melchor  de 
lojica,  mi  escribano,  é  lo  mismo  que  se  entienda  é  hag« 
de  los  maravedís  que  hubiere  é  cobraren  de  Francisoo  de 
Arteaga  Martínez,  por  razón  de  los  pleitos  qne  yo  al  pre- 
>eDte  trato  con  él. 

54.  ítem  mando,  que  á  una  muchacha  que~  está  y  se  ha 
<!riado  desde  niña  en  mi  casa ,  que  dicen  que  es  hija  de 
Q]  al  Francisco  Barco,  que  tuvo  en  Tehuantepec,  que  le 
d^  i  de  mis  bienes  treinta  mil  maravedís  para  ayuda  de 
o  ^rse. 

I  ítem  mando,  que  á  Juan  de  Qaintanilla,  que  vino 
ii  Air  á  cqrar  en  mi  enfermedad  desde  Talladolid  á  es<f 


ta  ciadad  ce  Sevilla^  el  dioho  día  de  mi  fln  y  muerte .  i 
hallándose  presente ,  se  le  dé  un  vestido  de  lato  oosfor- 
me  á  lo  qae  dejo  mandado  en  lo  tocante  á  mis  eñadoa, 
é  demás  de  esto  se  le  den  de  mis  bienes  oinonenta  daeS' 
dos  de  orO|  de  que  yo  le  hago  gracia  por  lo  que  mehA 
servido. 

56.  ítem  mandO|  qne  4  Pedro  de  Astorga ,  mi  pagede 
cámara,  demás  de  pagársele  lo  qoe  se  le  debiere  d6  n 
quitación ,  se  le  den  de  mis  bienes  treinta  ducados  de 
oro,  de  que  yo  le  hago  grada  é  merced,  por  lo  que  me  In 
ser  ?ido  en  mi  enfermedad,  teniendo  consideración  á  esto, 
encargo  é  mando  al  dicho  don  Martin,  mi  hijo  snoesoí^  le 
tenga  en  «n  casa  é  servicio,  con  el  partido,  que  yo  le  miih 
do  al  presente|dar. 

57.  ítem  cencargo  é  mando ,  que  tenga  el  dicho  dos 
Martin,  mi  hijo  sucesor,  en  su  casa  é  servido,  coMo  ;o 
le  tengo,  á  Antonio  de  Galvarro,  mi  camamu  por  («u^ 
to  confio  que  él  hará  bueno  é  leal  servicio ,  como  le  lu 
hecho  en  el  tiempo  que  á  mi  me  ha  servido. 

58.  ítem  mando,  que  á  Diego  Gkmsalee.  vedno  delb* 
dellin,  que  al  presenta  reside  en  esta  ciudad  de  ttevilla, 
se  le  dé  un  sayo,  é  una  capa  de  pafio  negro  vdnteeeiBe- 
no,  é  unas  calzas,  é  un  jugon,  6  una  gorra»  é  mas  veinte 
ducados  de  oro,  de  todo  lo  cnal  yo  lo  hago  grada  é  mer- 
ced, que  por  ser  buena  persona  de  la  aftdon  que  á  mi  ck- 
sa  ha  tenido  é  tiene. 

59.  Item^  encargo  é  mando  al  dicho  don  Martin,  mi  lu- 
jo é  sucesor»  que  siempre  que  tenga  en  su  servido  é  oom* 
paula  á  fildohor  de  Mojica,  mi  contador  ,  por  cuanto  de 
lo  bien  é  fielmente  que  á  mí  me  ha  servido  en  el  pooe 
tiempo  que  aquí  BStá  en  mi  casa,  tengo  entendido  é  coi'* 
fío  que  asi  lo  hará  en  adelante ,  y  que  el  dicho  don  Mar^ 
tin,  mi  hijo,  redbirá  buen  servido  é  advertenda  de  él  «i 
los  negodoS'  y  cosas  que  conmigo  ha  entendido  é  trata- 
do, al  cual  dioho  Melchor  de  Mojica  encargo  é  manda 
que  así  lo  haga,  pues  yo  hago  de  él  esta  conflansa,  é  quie- 
ro é  mando  que  esté  en  el  c<urgo  é  partido ,  como  é  de  la 
manera  que  ai  presente  está,  el  tiempo  que  pudiere  é  qm^ 
siere  el  marqués. 

60*.  ítem  mando,  qua  al  hospital  del  Amor  de  Dios, 
le  dé  é  pague  la  limosna  que  por  las  cuentas  é  relame» 
don  Juan  Qaliano  pareciere  que  se  debe  i  de  lo  que  ii~^ 


—  3á9  — 
iiiandó  dar  <3ada  mes  después  qne  estoy  en  esta  oiadad 
de  Sevilla,  é  mas  mando  que  se  dé  de  mi  hadenda  otros 
cien  mil  daoados  de  oro. 

6L  ítem  mando,  qne  se  vean  y  ''averigüen  Inego  las 
cuentas  del  maestro  Yicente,  de  las  obras  qae  para  mi 
oasa  é  cámara  ha  hecho  é  lo  que  por  ellas  se  montare, 
descontando  lo  qne  ha  recibido,  se  le  pague  luego. 

62.  B  por  cuanto  don  Martín  Cortés,  mi  hijo,  é  de  la  di*- 
cha  marquesa  dofia  Juana  de  ZáiUgai  mi  mujer,  sucesor 
da  mi  casa  y  estado,  es  menor  de  veinte  y  cinco  años,  é 
major  de  quince,  quiero  y  es  mi  voluntad  que  esté  deba»* 
jo  de  la  adminiataraoion  é  cura,  que  yo  aquí  nombro  por 
tutores  y  curadores  de  mis  hijos,  hasta  tanto  que  sean  de 
edad  de  veinte  y  dnoo  aflos  cumplidos ,  é  dentro  del  tér- 
mino no  se  aparto  ni  escuse  de  la  administración  é  cura, 
porque  haato  en  cumplimiento  de  la  dicha  edad  que  yo 
adíseUalo,  su  hacienda  é  estado  sea  mas  aprovechada- 
mento  aumentodo  é  aprovechado ,  por  manera  qae  a^í 
conservado  é  administrado,  mejor  é  mas  brevemente  m) 
pueda  cumplir  todo  lo  que  yo  mando  é  disposgp  en  eete 
testamento,  así  para  la  cura  é  administración  de  los  bie^ 
nes  del  dicho  don  Martín,  mi  hijo,  como  para  la  tutela  ó 
cura  de  las  personas  é  bienes  de  mis  hijas  legítimas  do« 
fia  María  é  dofia  Catalina  é  dofia  Juana»  nombro  é  sefia'*» 
lo  por  totoras  é  curadores  &  los  muy  ilustres  sefiores  don 
Juan  Alonso  de  Gnzman  duque  de  Medina  Sidonia,  é  D. 
Pedro  de  Alvarez  Osorio,  marqués  de  Astorga,  é  D.  Pe- 
dro de  Arellano»  conde  de  Aguilar:  á  los  cuales  suplico 
tengan  por  bien  de  aceptar,  é  recibir  en  sí  la  dicha  tutela 
ó  cura,  ó  la  reciban  é  acepten ,  Jirayendo  á  la  memoria  ó 
teniendo  respecto  4  que  se  lo  pido  é  suplico ,  é  que  los 
dichos  mis  hijos  son  de  su  sangre  é  linage,  é  que  favore.. 
ciéndolos  en  esto  caso,  cumplen  lo  qae  deben  sefiores  é 
deudos  tan  propincuos,  6  paguen  en  su  mismo  linage  y 
estado;  é  para  en  reconocimiento  de  algún  servicio  é  de 
los  derechos  que  conforme  &  la  ley  debían  haber  é  llevar 
de  mis  bienes  por  la  dicha  totola  é  cura ,  mando  que  se 
les  dé  en  cada  un  afio  de  los  que  estuvieren  á  cargo  de 
sus  sefiorías  cincuenta  marcos  de  plata,  é  yo  les  suplico 
lo.ac^ton  é  tengan  por  bien ,  teniendo  consideración  á 
las  causas  é  raasoues  sobredichas;  é  mando  que  hasta  que 
eean  cumplidos  los  veinte  afios  de  la  edad  del  dicho  don 


PISXitTAOI0N«S,-*TQMO  Uf^U 


—  340  — 
Martin  mi  hijo,  sucesor  de  mi  estado,  para  la  sustettai 
ciou  de  sa  persona»  casa^  é  criados  de  sn  servido,  lelí 
den  en  oada  nn  año  doce  mil  daoadosi  porqne  áA  i€d- 
dao  6  remanente  de  mis  rentas  mas  cnmplida  é  lR6v^ 
mente  se  cumpla  é  pague  todo  lo  que  dejo  ordeosdo  é 
mando  en  este  mi  testamento;  é  cumplidos  los  Tasti 
años  pueda  gozar  de  lo  mas;  aporque  las  Tillase  li- 
gares ,  ingenios  é  minas  é  todas  las  otras  haoisndaaqoB 
están  yinouladas  é  son  Vl^  mi  estado  é  casa ,  eo  la 
cuales  después  de  mis  dias  el  dicho  don  Martin,  milújA, 
ha  de  suceder,  están  divididas  en  partidas ,  6  sos  téini- 
nos  caen  en  distintas  provincias  de  la  ITneTa^Sapafit)  Je- 
jos unas  de  otras,  é  como  persona  que  mejor  las  eslifa- 
de  é  llene  sabidas,  conviene  é  es  de  necesario  que  jt 
provea  las  personss  convenientes  á  la  administraoion  di 
las  haciendas,  pido  é  suplico  á  loa  dichos  sefiores  tatsm 
6  curadores^  bus  sefiorías  hayan  por  bien ,  ú  pasen  por  i 
nombramiento  y  provisión  de  personas  que  pa?ariefe9> 
to  susodicho  yo  dejare  fecho  6  firmado  de  mi  DombMi 
porque  tengo  por  cierto,  que  esta  manera  las  hadeadii 
serán  tratadas  é  administradas  como  mejor  les  eoivíai 
no,  é  sus  sefiorías  serán  relevados  del  trabajo  é  ccid*- 
do  en  el  proveer  las  personas  que  las  han  de  tratar  é 
tener. 

63.  £  otrosí,  dejo  é  nombro  por  sucesores  de  mi  oa»; 
estado  á  don  Martín  Cortés ,  mi  hijo  t  y  de  la  marqaoi 
dofia  Juana  de  Záfiígay  mi  mujer,  a  sus  desoendie&ttf;' 
á  las  otras  personas  llamadas  en  la  institilcion  de  mi  aa^ 
;erazgo,  que  yo  instituí  con  facultad  del  empatdtf 
y  rey  Nuestro  Selior,  según,  6  por  la  forma ,  éM 
las  condiciones  é  vedamentos  con  todo  lo  demis  qai 
en  la  dicha  institución  se  contiene :  é  si  necesano  % 
de  nuevo  hago  é  instituyo  el  dicho  mayorazgo,  m  ti 
dicho  don  Martín,  mi  hijo,  en  la  manera  susodicha,  6  j^ 
la  dicha  autoridad  é  licencia  que.  para  ello  tengo,  é  deja 
por  mi  universal  heredero  al  dicho  don  Martin ,  nd  Isv 
sucesor  en  todos  mis  bienes,  muebles  é  raices,  é  úm 
chos,  cauciones,  é  quiera  que  ^po  los  h'aya,  é  me 
nessca  fuera  del  dicho  mayorazgo;  i  dejo  por  herederos^ 
las  dichas  dofia  María  é  dofia  Catalina ,  é  dofia  Ji 
mis  hijas  legítimas^  é  de  la  dicha  marquesa,  mi  mnji^ 
aquello  que  las  dejo  mandado  que  hayan  para  raa^' 


-341- 
é  legitimas,  oon  las  cuales  mando  qna  se  contengan  ain 
pretender  otro  derecho ,  ni  acción  niogana  contra  mis 
bienes  por  razón  de  sns  legítimas. 

§4«  E  para  cumplir  ó  pagar  este  mi  testamento  é  las 

mandas  en  61  contenido,  dejo  é  nombro  por  mis  albaceas, 

en  estos  reinos  de  España^^  á  los  dichos  muy  ilustres  se « 

fiores  duque  de  Medina  Sidonia,  mar  qués  de  Astorga, 

eonde  de  Aguilar  [marqué^,]  á  los  cuales  todos  tres  jun-^ 

lamente,  é  cada  uno  de  ellos  por  sí  in  solidum,  doy  poder 

eomplido  para  que  por  su  propia  autoridad  puedan  estar 

;  é  tomar  de  mis  bienes  é  hacienda  toda  ó  cualesquiera 

cantidad  que  sea  menester ,  para  cumplimiento  de  todo 

lo  que  en  esto  mi  testamento  es  dicho  é  declarado,  é  las 

mandas  en  él  contenidas,-  los  cuales  dichos  bienes,  si  fue^ 

xe  menester,  pueda  vender  en  almoneda  ó  fuera  de  ella 

oomo  bien  yisto  le  fuere,  é  pagar  é  cumplir  este  dicho  mi 

testamente^  á  los  cuales  dichos  sefiores  pido  é  supíico 

descarguen  mi  conciencia  '^  é  manden  cumplir  é  pagar 

eoii  efecto  todo  lo  contenido  en  este  mi  testamento ;  ó 

foni  en  lo  que  toca  Á  la  üfueva  ^Kspafia  y  en  aquellas 

proyindas  se  ha  de  proveer  y  hacer  según  en  la  forma  é 

nsanera  que  jo  en  este  mi  testamento  lo  dejo  declarado 

é  mandado,  dejo  é  nombro  por^mis  albaoeas  á  la  paarqne  • 

■a  dofia  Juana  de  Zúñiga,  mi  mojer  y  al  señor  obispo 

de  Méjico  fray  Juan  de  Znmárraga,  é  al  padre  fray  Do» 

miii£rode  JBetanzos,  de  la  orden  de  Santo  Domingo,  y  al 

Ucenoiado  Jnan  de  Altamirano  ,  estante  al  presente  en 

ía  Nueva-Espafia;  é  revoco  otro  cualquier  testamento  y 

teetamentos  que  yo  tengo  hecho  é  otorgados,  é  quiero  y 

m  mi  voluntad  que  no  valgan  ni  ae  ejecuten ,  salvo  este 

|ae  al  presente  hago  escrito ,  é  asimismo  revoco  otro 

malquiera  oodicilo  é  codicilos  que  jo  haja  fecho  é  otor^^ 

eado  por  jescrito  ó  por  palabra,  en  los  tiempos  pasados, 

I  visto  é  leído  en  mi  presencia,  todo  según  é  como  en  él 

a  csontiene,  é  lo  firmé  de  mi  nombre,  é  va  sefialado  de  mi 

$saaíO  en  todas  las  hojas  que  son  diez  con  esta  en  que 

^  Armada,  é  va  también  ,  va  en  todas  las  dichas  hojas, 

IB  cuales  firmas  pu<o  estando  presente  el  lieenciado  In- 

iii¿0,  3Fecho  en  Sevilla;  á  once  dias  del  mes  de  octubre, 

no  del  nacimiento  del  Sefior  I^nestro  Salvador  Jésucris 

«   da  mil  é  quinientos  é  cuarenta  y  siete  afios. 


•«342  — 
ítem  digo,  qne  por  enante  en  nn  oapítalo  de  eiteat 
testamento  yo  (engo  dicho  é  mando  qne  loe  ooatto  li 
daoaáoa  qne  rentan  é  valen  las  oaaaa  é  tiaidafl  qnsjt 
tengo  en  la  cladad  de  Uréjfco ,  deapnes  de  cnmpyjylj 
acabadas  las  obras  del  díoho  hospital,  monasterio,  iét] 
legio  qne  mando  fdoeri  sean  ó  se  adjudiquen  entaraatr 
te  desde  adelante  para  dotación  é  propios  del  didio  «* 
legio,  é  monasterio  y  hospital»  oomo  en  dicho  chitólo  i 
qne  me  refiero  se  contiene  é  por  cnanto  podna  ser  qoe  li- 
gan tiempo,  la  dichas  tiendas  é  casas  yalierea  meBOi 
cantidad  de  maravedís  de  los  dichos  coatrot  mu  dacadoi» 
y  mi  intención  é  voluntad  qne  enteramente  se  dea,  i 
cumplan  para  las  dichas  dotaciones,  ordeno  6  mando  qtt 
lo  qne  así  en  algún  affo  féltare,  lo  dé  é  cumpla  el  «kmt 
de  mi  casa  de  sus  bienes,  por  manera  que  los  dichos  ofií- 
tro  mil  ducados  se  cumplan  enteramente  6in  dhnintteiflft 
alguna;  y  esto  va  añadido  é  las  diez  hojas  de  esta  ott» 
parte  contenidas,  fdcho  é  firmado  en  el  mismo  dia,  fltflj 
affo.— El  Marqués  del  Yalie,— Por  mandado  de  su  ee&t- 
ría,  por  testigo  el  lic«^nciado  Infante.— Por  mandado ii 
su  sefioiíai  Melchor  Mojíoa. 

De  lo  cual  qce  dicho  es  según  pasó,  di  el  presante  toi^i 
timonio,  que  es  fecho  en  la  dicha  ciudad  de  Sevilla  i  i' 
dicho  dia,  mes  y  año  su<iodioho;  é  de  ellos  fueron  {WNfli* 
tes  por  testigos  Ancón  Fernandes  de  Salázar  é  Jíarfit 
Lddesma,  é  Luis  da  Frías,  escribano  de  Sevilla.— ABtOt 
Farnandez  de  Salazar   escribano  público  de  3eTÍlISf-*¡ 
Martin  Ledeama»,  escribano  de  Sevilla.— Melchor  de  Po^i 
tes,  escribano  público  de  Sevilla.— Yo  Fernando  deFiif 
escribano  público  de  Sevilla ,  la  fice  escribir  y  saesriftl 
este  registro  que  fué  fecho  ants  Melchor  de  Portas ,  »'\ 
cribano  público  que  fué  de  Sevilla^  difuntOi  en  cayo  flfaj 
cío  yo  sucedí,  é  fice  aquí  mi  signo— [Un  signo.] 

Concuerda  con  la  copla  que  para  este  efecto  se  me 
moatró  por  la  contaduría  general  del  estadOi  la  qos 
halla  en  el  libro  de  privilegios  que  en  dicha  éontodr^ 
paca,  á  qie  ms  refiero,  T  para  que  conste  donde 
veagi,  en  conformidad  de  lo  mandado;,  tdoy  el  prc 
por  duplicado,  en  la  ciudad  de  Méjico,  á  veinte  y 
días  ddl  mes  de  enero  de  uAl  setecientos  setenta  y 


—  843  — 
▼A «a treinta 7  seis  fojM  oon  eeta^  la  primera  y 
ipondiente  del  papel  del  eello  oaaorto  i  y  las  de^ 
oomaii;  siendo  testigos  don  José  Oalderoui  don 
Sigiienza,  y  José  Smehez,  yeoinos  de  esta  oin*^ 
-Lo  rigno  en  testimanio  de  la  Terdad.— Ignacio  Hi- 
le Godoy^  escribano  real  y  público» 


FIN  DEL  TOMO  II. 


■\ 


DISERTACIONES 


80BHS  LA  HISTORUL 


I». 


DE  11  REPOBlICl  lEJICiNl. 

DISDE  LA  EPOCAJ)^  LA  CONQUISTA 

«na  LOS  aspiSoLis  xicmoir,  i.  rana  d«l  naio  xr  t  FsiKct?ioi 

wvL  xn,  ra>u  islas  t  aoxmmrtK  ambricako 

nuri.  hÁ.  jin»PB2ín>BicciÁ, 


FOB 


D.  LUCAS  ALAMAN. 


TOMO  UL 


Impronta  d«  LA  TOZ  DS  eVBA, 
Tsniente-Sey,  88. 

18T3. 


Sf 


i 

.? 


PliOLOGO  A  ESTE  TEROEE  TOMO. 


Después  de  una  mterrapcion  de  tres  años^  catisada  en 
gran  parte  por  los  desgraciados  sacesos  con  que  en  ellos 
ha  sldQ  afligida  la  nación,  y  en  alguna,  por  haberme  entre 
tenido  en  otras  materias;  vuelvo  á  continuar  la  impresión 
de  esta  obra,  que  él  público  ha  maaifestado  desear ,  se^ 
gnn  las  repetidas  invitaciones  que  para  ello  se  me  han 
hecho,  tanto  privadamente^  como  por  la  via  de  los  perió* 
dicos.  tiste  largo  silencio  no  ha  sido  inútil  para  el  objeto 
que  en  ello  me  he  propi^y  to ,  pues  habiéndome  ocupado 
dorante  él,  en  recojer^dpcumentos  relativos  á  1a  historia 
del  períodp  de qu^tengb.que  tratar,  son  Xahí:^ y  tan  cum 
liosos  los  que  han  venidp  á  mis  manos,,  qne  la  ahondan* 
ciá  de  ellos  me  ha  oblicuo  á  variar  ^í  plan  que  había 
concebido,  dando  mucha  mas  extensión  á  la  parte  de  tra« 
bajo  que  me  resta. 

jfin  las  cuatro  primeras  disertaciones  délas  nueve  que 
he  publicadOi  he  tíratado  de  las  causas  generales  que  pro» 
movieron  la  conquista ,  hecha  por  los  espafiolep,  de  las 
islas  y  de  una  ^ran  parte  del  continente  de  América,  á 
fines  del  siglo  XY  y  principios  del  XYÍ ,  en  especial  de 
la  de  Méjico,  y  del  establecimiento  del  gobierno  y  vicisi- 
tades  de  éste,  hasta  la  creación  del  vireinato :  las  dos  si- 
Sfoientes  tuvieron  por  objeto  las  noticias  particulares 
concernientes  6  don  Fernando  Oortép,  sus  empresas  pos< 
teiiores  á  la  conquista,  el  establecimiuito  y  propagación 
de  la  religión  cristiana  en  Nueva^£spaiia,  y  por  último 
en  la  octava  y  novena  me  ocupé  de  la  landacion  de  1¿ 
actual  ciudad  de  Méjico,  levantada  por  los  espaQole^  des^ 


de  an  plant»,  sobre  [as  mi 
con  laagaíSízoB  edi&cioa  y 
lias,  ;  hermoBeadá  con  Is 
ella  establícíerony  qaehf 
tar  en  laa  Biete  que  debiai 
jno  de  esta  obra,  del  modt 
do,  mleutrafl  eslavo  depeí 
teoientos  maa  notables  qm 
qae  daró  la  domiaacion  es 
la  catedral  de  Méjico  y  fai 
tabiecimieatos  y  convento 
timo,  presentar  cnal  era  el 
zo  la  independencia ,  par 
historia  de  Méjico  indepet 
bo  maniftístiir  atora  laa  v. 
Teniente  hacer  en  é!,  y  ¡as 
Cido :  Bon  laa  signientes. 

La  hietori»  de  Méjico  y  ( 
Colaa  en  nltramar  dESpaea 
dos  grandes  Épocas:  la  pri 
duka  piíccipÉB  anstriacoa 
fiol  datante  loa  dos  priotei 
po  de  íITÚotninacion  de  la  < 
el  filtimíT.  JSnel  primero  d 
legialaoion  especial  d«  Im 
de  tejes  de  estas ,  cooforn 
miaño  tiempo  legislativos, 
tado  para  toda  la  mcnnn 
snjeto  á  la  volnutad  del  d 
íespetar  las  formas  y  rest: 
la  Tariacion  íIg  diuastía , 
4¡ambi6  no  bo!o  el  sistema 
qofa  j  el  orden  de  la  adm 
iambSi  aino  también  el  tn 
HQQ  el  lenguaje  espaüol;  y 
diversidad  do  principios  . 
oaasa  de  qae  pi-ooede.  Poi 
la  primera  diseitacicu  de 
cima  de  la  obr^,  A  dar  nui 
lie  Sspalla,  especialmente 
católicos  doa  JFecaando  y 
jtando  TU. 


-5- 
Ha  héoho  también  necesarias  estas  noticias  prelimina" 
res»  Ia  falta  qae  generalmrate  hay  de  ellas,  pues  solo  co  - 
nocen  esta  parte  de  la  historia  de  fispafia  algonos  lite^ 
latoe,  por  no  haber  ningún  compendio  que  la  pooga  al 
aloanoe  de  todos,  ^nes  aunque  pudieran  llenar  de  alguna 
manera  este^vacío.'tas  ^^Leocioneslnstcoctivas  80bre|la  His- 
toria y  la  Geografía'^  de  D«  Tomás  de  Iriarte,  oontinaadas 
deapaes hasta  el  reioadclle  Fernando  Vil,  es  libro  poco  a- 
aado  y  el  que  oomunmeute  anda  en  manos  delajuventndi 
4106  es  el  Compendio  de  la  Historia  de  BspafiLa  del  padie 
Baehesne»  traducido  y  aumentado  cen  notas  por  el  padre 
lalat  es  sumamente  incQmpleto«  y  ni  este  ni  l^s  lecciones 
de  Lriartei  dan  la  menor  idea  del  sistema  administrativo 
existente  en  cada  período  de  la  monarquía,  ni  de  las  vax 
riadones  habidas  en  él,  que  es  la  parte  mas  útil  é  impor- 
tante del  estudio  de  la  historia,  y  este  detecto  es  mas  iu>] 
table  en  el  periodo^  que  para  el  objeto  de  estas  diserta^ 
dones  importa  mas  conocer^'que  íes  el  tiempo  en  que  la  A- 
mérioa  estUTO  unida  á  la  Bspaña ,  haciendo  parte  de  a « 
qaella  monarquía.  De  esta  unión  procede  la  leugua  que 
hablamos,  la  religión  que  profesamos,  todo  el  orden  de 
administración  civil  y  religiosa  que  por  tantos  aüos  duró 
y  aun  en  gran  parte  se  conserva,  nuestra  legislación  y 
todos  nuestros  usos  y  costumbres:  razón  era  dar  á  cono^ 
car  el  principio  que  todo  esto  tuvo ,  para  saber  también 
apredár  nuestro  origen,  y  examinar  el  nacimiento,  pro-* 
gresoB,  grandeza  y  decadencia  de  la  nación  do  que  he^ 
moa  hecho  parte,  para  podeí*  entender  nuestra  propia 
historia,  y  para  aprovechar  las  leccioaes  que  nos  presen- 
ta tan  grandes  snoesos,  tantos  errores,  y  al  Mama  tiem- 
po  tantos  ejemplos  de  sabiduría  y  tan  profundos  conoci-^ 
mientos  en  el  arte  de  gobernar ,  á  que  se  debió  el  alto 
grado  de  riqueza  y  prosperidad  6  que  este  país  llegó. 

Sobre  esta  base ,  que  una  vez  asentada  sirve  para  la 
inteligencia  de  todo  lo  restante  de  la  obra ,  era  necesario 
explicar  el  modo  en  que  se  formó  el  rireinato  de  Nuevav 
Espafidí  por  la  agregación  al  territorio  que  oonatituia  ^\ 
imperio  de  Méjico^  de  multitud  de  reinos  y  estados  qt^e 
eran  independientes  de  aquel,  y  que  se  estendian  por  tx)  • 
da  la  costa  del  mar  del  Sur  desde  Ooatemala  hasta  Cali"* 
fanil%  y  en  la  costa  del  Seno  Mejicano,  desde  las  inme- 
düaoionee  de  Yeracmz  hasta  los  países,  en  aquella  época 


~6  — 
desconocidos  del  ISTorte,  oca  todo  el  espacio  intetmedio 
entre  ambas  costas,  que  comprende  los  bastos  temtorios, 
entonces  poco  poblados  y  casi;  incaltos  y  barbaree»  de  ' 
qne  después  se  han  formado  las  provindas  y  estados  de 
Qaerétano,  Gnanajaato,  San  Lais,  Zacateca  y  demás  que 
Bignén  hasta  los  confines  de  ios  Bstadoa-UnidoSj  y  eete 
es  el  asunto  de  la  undécima  disertación.    ^ 

En  las  fidguientes  se  tratará  del  gobierno  de  los  vire' 
yes,  y  esta  es  la  parte  eá  que  las  noticias  que  me  fiepro* 
curado,  han  sido  de  tal  manera  copiosas,  que  con  ellas 
se  puede  escribir  coa  puntualidad  el  diario  de  los  saoesoí 
de  muchos  afios  del  período  de  los  reyes  austriaoos ,  j 
dar  razón  menuda  de  todas  las  principales  operadcmei 
admmistratlvas  de  la  época  de  los  Borbones.  Acaso  lo 
muy  entretenido  que  ha  sido  para  miel  estudio  dejtaatos 
pormenores  de  la  vida  de  nuestros  abuelos » me  ha  inda- 
cido  á  creer  demasiado  fácilmente,  que  igual  placer  dis- 
frutarían  mis  lectores ,  cuando  les  presentase  coa^exten* 
sion  las  noticias  que  he  podido  sacar  de  todos  estos  pa- 
peles viejos,  arrumbados  en  los  archivos^  y  de  los  cuueB 
muchos  sin  duda  han  sido  destruidoSi  viéndolos  con  in- 
curia y  desprecio.  De  mí  puedo  decir  ,  que  en  medio  de    i 
las  aflixiones  de  espíritu,  que  han  sido  la  consecueda  de  j 
la  invasión  del  territoiio  de  la  repúblicaí  de  la  ocupacíoa  ^ 
de  la  capital  por  las  tropas  norte  americanas,  y  de  la  dji- 
sipacion  de  tantos  sueños  de  felicidad  y  engrandecimlfin- 
to  nacional,  que  el  patriotismo  habla  hecho  concebir ,  y 
que  una  cruel  realidad  ha  venido  á  desvanecer ;  no  han 
sido  pocos  los  ratos  enquejme^ha  hecho  olvidar  los  males 
presentes,  la  lectura  de  los  acontecimientos  á  que  daban 
gran  importancia  r'nuestros  mayores :  como  por  ejemplo, 
eoando  la  ciudad  de  Méjico  se  ponia  en  conmodon, porque 
el  coche  del  conde  de  Santiago,¡vol  viendo  de  unostorosi  se 
adelantaba  al  de  los  pajes  del  virey  conde  de  Moctesuma, 
y  éste  ponia  sobre  las  armas ,  por  tal  desacato ,  la  poca 
tropa  de  que'podia  disponer,  mandaba  preso  al  oonde  i 
San  Agustín  de  las  Cuevas  y  cuando  el  negocio  estaba 
ya  pacíficamente  arreglado,  por  la  interposición  del  res* 
peto  del  arzobispo,  la  condesa  de  Moctezuma,  coa  el  or! 
güilo  de  su  sangre  y  ascendientes,  rompía  con  su  presen-   • 
cia  el  convenio  y  se  volvía  á  poner  todo  en  ooafoaloa.— 
Bra  meaester  pintar  este  estado  do  la  sociedad ,  estas 


<r 


costambres  peoaliares  de  aquel  siglo,  y  esto  no  por  medio 
de  novelas  llamadas  hutórieas,  qae  son  tan  del  gusto  del 
nuestro  y  que  mas  frecuentemente  haoen  la  carioatura  que 
el  retrato  de  la  épooa  que  pretenden  describir;  sino  por 
la  relación  de  hechos  ciertos  y  que  presentan  tuda  la  na< 
vedad  y  el  interés  del  romance^  sin  la  exageración  y  aun 
fal^iedad  de  esto.  Estos  motivos^  la  consideración  de  que; 
acaso  y  seré  el  último  escritor  que  entre  nosotros  se  Ocu-« 
pe  de  estas  rejecesi  y  el  gasto  con  que  me  ha  parecido 
que  el  público  ha  recibido  las  disertaciones  anteriores,  en 
que  he  hal^lado  de  nuestras  antigüedades  históricaSi  me 
ha  hecho  extenderme,  puedo  decir  ilimitadamente  en  6s*« 
tas  materias,  por  lo  que  no  fijo  el  numere  de  disertacio- 
nes que  las  comprenderán,  pues  será  el  que  dé  de  sí  el 
asopio  de  noticias  que  tengo  recogidas^  ó  el  que  permita 
la  curiosidad  y  aprecio  con  que  el  público  las  recibat 

El  Mste  estado  á  que  la  España  se  hallaba  reducida 

en  el  reinado  del  último  de  los  príncipes  de  la  dinastía 

austro^espafiola,  sehAbia  dejado  sentir  también  enJa  ad- 

ministracion  de  las  provincias  de  ultramar,  aunque  los 

males  eran  siempre  mucho  menores  en  estas  que  en  la 

metrópoli,  y  es  muy  esencial  hacer  conocer  á  qué  sxoeso 

habla  llegado  el  desorden,  al  tiempo  de  la  variación  de  la 

familia  reinante.  Hay  un  documento  extremamente  im^ 

portante  correspondiente  á  esta  época,  que  es  la  instruc* 

cien  que  el  virey  duque  de  Linares  dejó  á  su  sucesor  el 

marqués  de  Talero  aljentregarle  e]|mando,  muy  interesante 

además  por  el  estilo  gracioso  y  delicado  con  que  está  es^ 

arito.  Por  todas  estas  ra2soneB  he  creído  deber  publicarla 

fátegra,  y  servirá  principalmente  para  hacer  conocer,  de 

qa6  punto  partieron  los  grandes  hombres,  nó  menos  dis« 

impelidos  por  su  capacidad  que  por  su  probidad,  que  ob* 

lavieron  el  vireinato  en  los  reinados  de  los  monarcas  de 

la  caaa  de  Borbon  hasta  el  principio  del  de  Oárlos  YI,  y 

por  cayos  esfuerzos,  la  administración  pública  en  todos 

IHIB  ramos,  llegó  á  aquel  grado  de  órded  y  regularidad 

^ne  tenia,  cuando  comenzaren  los  movimientos  cojo  reí 

ioltado  flnal  fué  la  independencia. 

jDebia  terminar  esta  obra  con  el  estado  en  que  el  país 
pe  liallaba  en  este  último  período,  pero  me  ha  parecido 
|iie  bI  lagar  oportuno  para  presentar  este  cuadro,  es  el 
prnicipio  de  la  otra,  que  tengo  muy  adelada  y  cuya  pr^ . 


es- 
mera parte  comprende  la  historia  de  Méjioo^  desde  los 
primeros  movimientoa  sacedidos  en  el  afio  de  1808,  y  ter^ 
mina  con  la  indflpeudencid  hecha  por  el  sefior  Itnrbide 
en  1821.  Esta  obra  vendrá  á  ser  el  complemento  de  la 
disertaciones,  ó  más  bien ,  estas  son  la  introdnce^on  d^ 
aquella;  pues  siendo  el  objeto  de  las  ultimad,  dar  á  cono^ 
cer  el  modo  con  qae  la  corona  de  España  adquirió  el  do- 
minio de  estos  paises  y  como  ^o  ejerció ;  la  primera  pie 
sentará  los  medios  por  los  coales  vino  á  perderlo,  y  qn^ 
dó  la  Nneva. España  separada  de  aquella  monarquía, 
dcgando  para  tratar  on  las  partes  sacoesiyas  de  la  misma 
historial  las  diversas  vicisitudes  por  las  cuales  la  re** 
pública  mejicana  ha  ido  pasando .  hasta  la  época  pre» 
tíente. 

Mi  objeto  no  era  publicar  esta  obra,  que  considero  como 
la  principaldo  mis  trabajos  históricos,  durante  mis  disp, 
Mno  dejarla  para  que  se  imprimiese  después  de  ellos,  con 
(1  fin  de  evitar  los  ineonvenientesqne  trae  consigo  la  rela- 
ción de  sucesos  recientes,  cuando  todavía  existen  muchos 
de  los  que  ensillos  han  figurado  y  se  conservan  aun  eccen* 
¿idas  las  pasiones  que  aquellos  exdtaton ;  pero  muduB 
personfi3  i! aatradas  me  han  manifestado,  que  noyodia 
habei  ;     ^'^  riesgo  en  trataír  esta  materia,  después  del 
trascui  v;  ao  los  a&os  que  han  pasado,  especialmente  rea- 
pecto  il  i'Jiíodo  que  comprende  desde  el  afio  de  1S08 
hastc^  la  muerte  dt^l  señor  Iturbide;  mucho  menos  casn- 
do  mi  objeto  es  presentar  los  hechos  exactamente  como 
fueron,  ajustados  á  la  verdad  y  apoyados  en  documeotos 
Incontestables,  y  cuando  el  público^  cansado  de  historias 
infieles  y  parciales  que  han  causado  grandes  males,  nu^ 
jkifiesta  el  df  seo  de  instruirse  en  la  realidad  de  los  scce^ 
Bos,  y  ques>¡le  presentengestos  con  imparcialidad  y  exas- 
tltud.  Esto  me  ha  decidido  á  publicarla  parte  expresada 
do  la  Indicada  historia,  de  la  qu^tengo  concluidos  los  dos 
primeros  tomos,  muy  adelantado  ei  tercero  y  reunidos 
los  materiales  para  el  cuarto,  esperando  que  el  primero 
podrá  darse  &  luz  en  el  próximo  mee  de  agosto ,  6  antea 
lai  fuere  posible,  pues  todo;e:£te  tiempo  se  n8(  eáta,  no  e<^ 
para  disponer  las  estampas  y  planos  que  deben  aoompa- 
fiarlo,  sino  también  para  revirar  y  corregir  todo  lo  qeciía 
to  rectificando  y  ampliando  con  nuevos  docamentcMk  al« 
gunos  puntos  que  me  han  parecido  requerir  ma?  caldas 


'  ' '  '<íi^Í9n¿ii  dé  AfMtttaeíaoes  ^ue  he  «tfoojido  paca  I5  par- 

'   '«bdttiif^tiilbáj^^eiftliCDíapablioo,  me  diapaae»  de  la 

v  >^^Á^¿0|údM'déÉ«g¿fir  éiihe];hi  el  liilk>  completo  deiossaoe- 

t    iéS;^]Ée^atitori«||ft  tratar  dé  prefeseooiaio.  que  me  pa- 

'«.  ^MMit^'n^é^ftaftiftaé^ltilstraMoa  mayor  iate* 

'■'  ^»,  éá^iuad<^afi  pernteniMK^iie  no  oouvendria  á  la  se< 

«liedadMe'la  kktoti^  ^  qM  má^bfieii  «OB^^^ 
'  4ai>^ttfefioriiM,'si4tidé^rdl3^(y'^tlaaifal  que  mahqpro* 
'  ^plléítéiyiMdg^4aMi3  «él  qtlé^t^(>9  6ou  mejor  opartosi^^^ 

'ffM»a4ilifa^^n^ftffrdé,'y^ooítíi6r^       ¥eQaerdxi4e  ¿eohos 

-  <^'  qtfé'M  tM  catldakido^:  poK  la^iftéaria  oos  qoa  toklo  esto  se 
'  Sliflk^AMoí  te  d(Mioteidiai»hlstbrta  de^to  de 
'  ^^  ^t^táfiéift  ixté^o^pó;  tte.-qüed8Cre  vida  y  oportaüidad 

^  4íata  éséribifl  ooü  ^«eraelMf  I»  historia  desde  la  conqaiat* 
"V'  4lfat§á^laÍaá<i^ddta(M,^  e^be  objeto  ooB$i»j;rai4  mis  ú  a 
'  '^^  ^tíme^dM,  n€niaiid<]M6li-tiá«(#  que  títi.vo4ci9  avjar  ei  óadi^ 
^  \^ '  *Ó«I^  pbi?  &U»  def  iM^^&9iM,  1^«a  abtiqii«<5^ai»i  eti  bifitoi  i  k 

-  ^^  'éa^H^looj  itefebgi6^^f)lg^1iemeúte:la»^que  j9odoii»]lai  ea 
*^7  ;-1éÉlibM5i  <!fe:qtf^  ptfdia^^QB^ner  en  Italia  dosde  la-eseri* 

'''^*ftóy  HO^^dO'tOB^I^'Iaéeti'fteíMt^  que  solo  p'nedeá  sacar  ^ 

i$é  déioi^  docaíáeoítos  qde  6q  encaenttaa  «a  loa  atohivca 

•^4«r<stai  éapíta).  D/C^lob  Bástamaa^  entuela  multitnd 

'  ^  ^Mi£ltífaDsljos*liSetAriGos,  qaidO'Oomplelarefite  periodo, 

"'  ->    ' V^eia  dbda  dem^oholnteróe  el  enplexfiíento'qQe  publica 

-  f  ^  A  laióttraí^d^l  ptidi%'  Oá^d ;  tMfro aiempm  deja  mueblo  qae 
'  '  '  ^MBéftl^í  bó  9iiabI^i]jao  i;enido  tatipooo  conoeimíento  de  to«« 
"'  •  Ma^oÉi^íñaievialeB^que  han  (astado  á  mi  disposidon^  y  de 
e:  t  i  ^Mttaré  raeott  ea  fas  botad  á  medida  que  raya  baoieado 

'  '  •nsd'aetífroe.'' .  ^  ■  ^  '■■'•.      ' 

"  í '  Biitr^lod  papeles  <{:ae  han  venido  &  mia^  manos ;  liay 
a1(íuá08  que  aunque  impteeos  j  se  ban  becbo  tan  raroa  ó 
'  -  .  sdft  de  tanto  interés,  que  me  ba  parecido  necesario  pu- 
"blibai^los  íntegro»  en  el  apéndice.  Untre  ellos  se  cuentan 
edpñtt^  lugar  loa  diálogos  d«»l  doctor  don  Francisco 
Oervantes  Salazar,  primer  catedrático  de  retórica  en  es* 
ta  ITniyeraidal,  de  qu^  ba  adqDírido  casualmente  lyi  e- 
jemplaTi  en  los  que  describe  la  Universidad  misma  de 
que  era  profesor,  según  estaba  en  el  tiempo  de  su  funda< 
cioD,  y  la  ciudad  de  Méjico  y  sus  inmediaciones  en  el 

PISVBT4OIONB0.«-XOMOía-  3 


•ri 


aBadel551,  ooal 
formado  de  ella,  ( 
coa  la  que  le  le  d 
bien  au  daiá  m  e 
oa  de  la  míBina  & 
eaooatrado  y  put 
ria  de  la  célebre  n 
hasta  sa  muerte. 
ealS38,  lavldad 
olla  mlama,  háeta 
deapaes  de  ene  ei 
pndb  eocantrar  n 
muy  interoBante  1 
TÍda  BB  MéjlM ,  ] 
rioa,  basta  va.  mot 
Al  prlDoiplo  del  ■ 
de  los  gobetoadoi 
aotiota  abreTiada 
peotiros  gobieiDn 
rloQ  Bosoriptorea) ; 
Perí,  que  forma  t 
oneDoia  coa  que  e 
BjpaDa  al  Perú  « 
ba  aqoel  reloo  de 
se  poadri  la  de  lo 

.  macbas  relooloaei 
Ea  todolodem 
logo  al  priiaei  tos 
tograCa  de  qae  bf 
riacioa  respecto  á 
lee,  sigaieado  ent 
poea  ea  todo  lo  qi 
ooQveaio,  esopor 
tal  qae  se  ecaserv 
brae,  lo  qae  no  su 
oa  algnaas  imprát 
vii'iuiia,  qae  deatr 

,  cea  altera  la  eigoii 


DISERTACIÓN  EDCIMA. 


Idea  abreTHida  d#  la  liastorla  de  Espafia ,  ealef « 
peclal  deade  lov  reyes  catolices  den  Fernaado 
y  della  lealbel  Mastá  dea  Fernande  VII^  pa- 
ite la  Intellfeacla  de  la  Itlstoria  deKae- 
Ta.Sspafia  en¡el  mlsme  periodo. 


La  provincia  espaSoIa^  terminada  al  Korte  por  los  mon- 
te) Pirineos  en  la  parte  qaeoonflna  con  Francia  I  y  xo^ 
deada  por  el  Oooeano  Atlántico  y  el  mar  Mediterráneo 
por  todos  los  demás  lados,  estabajdividida,  en  los  prime  - 
tos  tiempos  de  que  hay  noticia  cierta  en  la  historia,  en 
pequeñas  repúblicas  ó  principados^  que  se  asociaban  en 
confederaciones  para  su  defensa^  como  sacedla  también 
en  Italiai  Francia^  Inglaterra  y  Alemania  ^  lo  qne  parece 
ser  él  primer  paso  para  formai  naciones,  partiendo  des- 
de el  elemento  natural  de  1»  familia.  Bn  Italia  estas  con. 
federaciones  fueron  cayendo,  unas  después  de  otras,  bajo 
el  poder  de  los  romanos :  en  España  ae  dividieron  entre 
loa  romanos  v  los  cartagineses^  que  se  disputaron  el  do>( 
minio  del  país  dosde  la  segunda  guerra  púnica;  pero  des<« 
traídos  los  últimos,  todo  se  redujo  al  ^  dominio  romano, 
aunque  la  parte  septentrional  de  la  península  no  quedó 
del  todo  sujeta  hasta  el  imperio]de  Augusto,  que  habien- 
do pasado  él  mismo  á  ella  con  un  poderoso  ejército,  80> 
meti6  á  los  cántabros  y  asturianos  después  de  una  larga 
y  gloriosa  resistencia.  La  población  originaria  se  messcló 


—  13  — 

y  oosfandíó  cQttramBat«  con  la  roauína  ;  eoi  el  trascor- 
EO  del  tiempo  no  pudo  áiBtiagmise  ya  de  ella,  babiéado* 
M  gsneraliz^do  el  idioma,  coatnmbrea  y  lejea  de  tos  ccn- 
qnlstadores,  excepto  en  las  provincias  vaacongadas,  qoa 
eonserraroQ  y  todavía  conserran  en  propia  lengoa ,  la 
qae  segan  la  opinión  luay  verosímil  de  Vatios  eaetitcm 
era  la  primitiva,  por  lo  menos  de  aquella  paite  del  paie. 
De  cata  adopción  en  KepaBa  de  todo  lo  romano,  prórjece 
ta  lengoa  qse  in^blamqs  «¿  eptf,  mtíf  ^f  América,  gne  m 
la  espafiol»,  la  que  ibiutiilkaiadn  'fiQ  I4eñva  de  la  latí- 
na  de  todas  las  tengnas  modernas  qne  de  ella  nacieron,  y 
este  es  tambiea  el  otigea-de  nneatra  legislaron  que  pro- 
cede de  la  romana. 
EgpaQa  no  solo  hizo  parte  del  imperio  roniíno,  Bino 

•<ta&  did^ieste-eAgBnDKdbBaa  mmg,f^téfifmi»tí^Ht,r 
'Bcnqtiecjfida  li*gittttfia»cw»Tiinn<h<wi* éhirtma. -CMrftotca. 

"Inyadtdo  aqct>l-])cr1tls1iltiÍ)MésIbáHMt»ií^qiWf00moM- 
Jambies,  vlijífron  nífAl(í!iií=*3i#'tflrt^H"lBBítoBOÍ0Be8  del 
Norte  y  del  Orienta  déááe  eí  éniirti^-ii^ó  de  la  era  cri8« 
tiaoa,  laEapaüa  faé  pe 

■  Tincias  qneenfitoioa  a  1 

..principio  del  elplo  qcin 
dos,  ó  godos  dtii  Ocelat  i 

.  aJanos  qae  reparderoa  i 

flegoida  la  goerra,para  ) 

'  |áe  qne  ee  baljiau  ^6^6 

■ .  dosj  qáe  habiéndose  et^  ) 

loe  Pirineos  por  óónve:  • 

.  ,^aDdo  deupDCB  sus  <  i 

griego  de  las  cicdades  ' 

ooBiervaba ,  y  estable' 

ba  toda  la  peuíusula.  £  i 

sa  principio  los  láonan  I 

^ército  y  por  aclamación  úa  esto,  spen&s  etait  otja  oon 
que. los  primeroa  capitanes  de  él,  sujetos  á  cegnir  la  to> 
I&nted  de  los  que  h>t,  liabiaú  uoabrsdo,  y  coctínDameote 
ezpoeetoa  á  eit  eno  vcítimaa.  El  auBínaio,  aan  entre  Jos 

.  lurmanoE;  la  violencia  y  las  levoladones,  hacian  cnbir 
al  trono,  mas  bien  que  la  Formal' legnlar  de  elección,  qne* 
dando  lea  que  x>cr  Uiles  medios  Jo  hablan,  ocupado,  ez- 

giestoa  áser  precipitados  de  él  por  losñlEiiióa.  Etcleio 
abia  obtenido  QQa  prepondeíanda  deoididft  onandow 


—  13  — 
veria^b  la  raiaa  del  impario  romano  [1] :  peraegaido  en 
SUípatl»  por  loa  rey e«i  godos  qae  segaiaa  laneregfa  arria- 
n^/coa  oaya  ooadicioa  lei  cíoacedíó  tierras  el  emperador 
Tiúeate  que  perteaeoia  á  aqaella  secta,  faé  sa  mejor  apo- 
ya oaaado  estos  eatr^roa  ea  la  oomaaioa  romana  y  los 
opaoUlos  dd  Tjldio  á  qae  cono  arrian  no  solo  los  obiS4 
pos,  Biao  (¿imbien  loi  nobles  y  los  principales  empleados 
ddl  osudo,  vlaieiron  á  ser  nw  asambleas  naeionales,  qne 
tenían  el  dereeh^  de  elegir  á  los  reyes,  oon  quienes  estos 
coasnltab^n  todos  los  negocios  graves,  y  ea  las  qne  se 
disoatiaá  y  exAminabw  las  leyes  qne  aqnellos  propo^ 
nian,  como  se  hizo  con  el'Faero  Jcugo ,  6  Oódigo  de  los 
visogodoa  de  Bspi^lia, 

Iioa.nat^TOs.  coaq^niatad6rés,aanqne  aeparadoa  prime-' 
ro  d^  loá[  opaqaisc^dos,  oóa  loa  oaales  no  lea  era  permitid 
do  enlazarse  por  matrimoñiOi  7  a  qnieaes  trataban  como 
eeclarosi  ae  meaólaroñ  maa  aaelante  coa  la  maaa  de  la 
población  ctin^obabíá-jlacedido  oon  íoa  lomanoify  y  solo 
quedó  el  orígea|goip[Q  como  diatintiTo  de  nna  antigaa  no* 
bl^^aa.  Xi'aiiNi^aii^j^j^l^aQa  bajo  el  gobierno  de  ana  domi- 
,  nadóse»;  separad»  tibien  ea  eata  ves  por  an  posición 
del  movimiento  de  laa  gaerra'a  y  revolacionea  qne  agita- 
ba^  el  re»t  j  de  la  floropai  aln  maa  tnrbadonea  qne  laa 
qne  feesciea  temen);  d  excitaban  laa  nanrpaoionea  de  la  oo- 
roaa,  fié  fu6  eot^regando  ¿  lamaUcia  y  á  loa  vicioar  y  ae 
en^pnuró  nprrompuia  ^^e»armada|  caandoae  preatata» 
x0i^aKavadii  la;U)a  flesos  diacípnloadel  {NPofeta  de  1  ¡Sí ecay 

que  desde  ^,  cent^^á^?^^  ^^^^^^  ae  hablan  derramado 
00010  an  ((irreajt^  aev7éat;adop<  p:ir  toda  el  Asia  y  el  Afri« 
IN^  y  fia  h^biaoMeatablecido  /en  laa  costaa  del  Medíterrá- 
ae0|  eofcentá  de  laa  de  Bapáüa, 

Faaaroa  i  estaa  ea  loa  primerea  atLos  del  siglo  octavo, 
y  Bl  nombra  de  Gíbra^tar  conaerva  hasta  naestroa  diaa  el 
do  an  capicao  T^nk^  y  la  memoria  del  ¡punto  de  an  dea» 
•mba|[00  (2).  tina  4Qla  batalla;  dada  en  la  márgenes  del 


•^í   ;      .'       «^  V 


\     • 


(  ]  ^9r*  U  i^a^Vn^ wkerd  7  réglntn  m^AieipU  del  fmpwl*  romamo 

iPéiM  et  »  ia<>/9  ^>\^umffñft.9íi^f9  im  hlilsfia  4«  Prac«ia  por  Mr.  ^al> 
mot  ^xueliaioa.  #<r3al«Í4.      .    jj   ,  . .  ,         ^  .  ..     • 

(SI  St  Drimer  d^wab-.kroo  ó  r^e)moelíiit»iilo  n  Mío  €n  el  ibm  ds Julio  de, 
•fta  é»  710.  QUboi  m  arabo  ib^ilfloa  «orro  6  mootafi»  Condoi  HUiioria  do  lo 
49JilaMiooñA9  '01  ár^boi  oa  Eipafta  tomo  1 9  folio  37.  .^ 

PISSBTA0I0MB»«»X01C0  IXL^4 


—  14  — 
Gaadalete,  los  hizo  daeños  dó  la  peníasala,  xa  qna  06ap&^ 
ron  en  pooo  mas  de  dos  aHoü,  casi  sin  encontrar  reásten- 
oia.  Prodigiosa  pareoe  esta  conquista, hecha  con  taats  £i* 
cilidad  y  en  tan  breve  tiempo,  cnando  en  otras  ^«oesn 
ha  visto  á  la  nación  española  resistir  oon.  heroico  sfiente 
'á  los  que  han  pretendido  dominarla;  pero  esto  se  expfiea 
fácilmente  si  se  reflexíonai  que  la  paz,  prolongada pot 
tres  siglosi  habla  destruido  el  espíritu  gnerrero  qae  mi- 
ntfestaron  los  espafioles  defendiéndose  de  los  romaaos,  7 
que  solo  volvió  á  formarse  por  la  guerra  sostenida  00& 
'  los  moros  por  setecientos  años.  Una  profunda  paz,  00&' 
tinuada  por  mucho  tiempo,  es  una  calamidad  pata  tai 
nacioneSi  tanto  y  mas  que  una  dilaitada  guerra ,  no  soto 
porque  debilita  el  carácter  nacional,  aino^rque  eU  68« 
ta  como  rueda  p^petua  de  las  vlcuiitudes  humánasete 
hombres  parece  que  se  cansan  de  la  feliddad  qae  dis* 
frutan,  y  en  el  seno  de  la  paz  se  preparan  ios  elementos 
de  las  revoluciones,  que  precipitando  á  lasnadoneseftli 
miseria,  hacen  que  en  el  atdsmo  de  esta  |  se  mtíw^k 
producir  á  su  vez  los  elementos  del  Uen ,  por  efeeto  del 
escarmiento,  de  lo  que  hemos  visto  en  nneatios  dias  vb 
grande  y  notable  ejemplo. 

Las  mismas  ásperas  montañas   de  las  provincias  éá 
Norte,  cuyos  belicosos  habitantes  sé  sometieron  lesttti* 
mos  al  poder  romano,  f  aeron  el  asilo  en  que  ae  reeogie^ 
roit  los  restos  da  la  monarquía  goda^  y  en  ellos  coibw 
la  xeascion  contra  los  conquistadores  musulmanes.  D.  Pe- 
layo,  duque  de  Cantabria  y  descendiente  de  unoieifiW 
timos  reyes,  volvió  á  levantar  en  Asturias  él  trono  deta 
gados  y  extendió  sus  dominios  hasta  LeoUf  ocyo  nontee 
tomó  el  reino:  sus  sucesores  j  que  lo  fueron  algunos  foc 
herencia,  otros  por  elección  ,  y  no  pocos  por  viotenta  r 
surpacioü,  hasta  que  Isrmonarquia  vino  á  ser  heredtts- 
ria,  continuáronla  i  (atando  sus  conquistas:  formáronse  sa* 
eesivamente  varios  condados  y  reinos ,  que  altematíva- 
meato  se  uaia'i  por  matrimonio V  y  en  seguida  volvían  fc 
dividirse  por  el  repartimiento  que  de  ellos  hacían  los  re» 
.ves  entre  sus  hijos^  como  si  fuese  una  herencia  ordinariai 
según  entonces  se  aoostumbraí»!  casi  siempre  en  gotfia  I 
unas  veces  eutre  el  mismos  y  otras  con  los  moros,  quis* 
nes  no  menos  discordes  entre  sí  que  los  eristianos,  halBaa| 
foimadode  c.*«daclu1a4  una  monarquía  iudepeiidiente 


qae  86  combatían  anas  á  otras  sofriendo  además  f recaen- 
tes  rerolaoiones  intestinas.  Este  estado  de  cosas  faé  caa^ 
ea  de  que  la gnerra  dorase  siete  siglos',  pa^s^los  cristia- 
nos ocupados  en  combatir  nnos  con  osros  y  pidiendo  á 
veces  anxilio  á  los  romanos*  no  podiUn  atender  á  recobrar 
sn  territorio,  y  mas  de  ana  vez  debieron  el  no  perderlo 
de  nnevo  todo  ,  á  la  desunión  y  guerra  que  había  entre 
ens  enemigos.  Uniéronse  jpor  fin  las  coronas  de  Oastilla 
y  L€on  en  el  año  de  1230  en  la  persona  de  S.  Femado,  y 
pocos  afios  antes  Aragón  y  Oatalufia  por  el  casamiento 
de  úoña  Petronila  heredera  de  AragODi  con  don  Bamo^i 
conde  de  Barcelona,  y  á  fines  del  siglo  XYf  la  península 
espafiola  estaba  dividida,  per  efectos  üe  estas  uniones  y 
de  las  conquistas  que  fueron  la  consecuencia  de  ellas  en 
cinco  grandes  estados:  Oastilla  y  León  con  las  provincias 
que  de  eHa  dependían:  Aragón  con  Oastilla  y  Yalencia,  á 
cuya  corona  pertenecían  el  Jiosellon  en  Franela,  las  islas 
BaleareSf  Sevilla  y  Ottrde&a  en  el  Mediterráneo :  Kavsir» 
ra :  Portugal,  que  en  su  principio  fué  condado  feudataiio 
de  Oastílla,  y  la  monarquía  mora  de  Granada,, 

A  diferencia  de  lo  que  sucedió  en  las  conquistas  de  los 
romanos  y  de  los  godos,  los  árabes  no  se  mezclaron  c6a 
los  espaSoIes  formando  ana  sola  nación :;  mantuviéronse 
anteramente  separados  conquistadores  y  ccnquistadéS; 
io  que  fué  efecto  del  estada  de  guerra  en  que  caaifiiem-** 
pre  estuvieron,  y  mas  particularmente  de  la^diferenoia  de 
religión^  en  ónyo  punto  los  moros  no  obligaron  á  tos 
vencidos  á' seguir  la  del  vencedor  y  les  permitieron  el  uso 
de  la  stiyá  propia,  en  la  que  se  observó  el  rito  pecnliar  de 
Bspaüa,  conocido  oon  ol  nombre  de  mozárabe,  que  se  ha 
conservado  hasta  el  dia  en  una  capilla  de  la  catedral  de 
Toledo,  fundada  oofll  este  objeto  por  el  cardenal  Cisne'- 
TOS,  y  que  en  sus  usos  y  ceremonias  difieren  bastante  del 
romano,  el  cual  so  introdujo  á  fines  del  siglo  XI,  á  con  • 
secuencia  de  la  conquista  de  Toledo  por  el  rey  don  Alon^ 
so  TI,  no  sin  gran  resistencia  de  los  españoles,  y  después 
disputarse  la  primacía  entre  ambos  ritos ,  por  los  cam*« 
peones  que  en  campo  omnrado  sostuvieron  con  las  armas- 
cada  uno  el  suyo,  y  por  la  prueba  del  fue¿o  €n  el  que  fue 
ron  echados  los  dos  breviarios,  quedando  la  victoria  por 
et  nMKsárabe,  no  obstante  lo  cual  se  sobrepuso  el  romano, 
por  la  predilección  del  rey  y  por  influjo  de  don  Bernar<« 


Í17  — 

lüspafia  los  eonoilios  de  Toledo  eran,  antes  de  la  irrnp'*  , 
cioB  de  los  moroSy  las  i^fuides  Juntas  de  la  monarqniay 
on  qpe  se  trataban  los  negocios  mas  importantes  de  ella. 
Bestableoida  esta,  los léyes  volvieron,  también  .á. rennir 
en  oonoilles  á  los  obispos  y  á  los  grandes^  aonqne  los  pri* 
meros  no  oomo  cuerpo  epi^oopal,  sino  á  los  que  manda^ 
ba  el  rey  que  se  convocasen,  y  los  grandes  eoncnrrían,  no 
por  un  derecko  que  á;  su  clase  pertenccieae ,  sino  mas 
bien  p9r  xma  señal  de  obedi^icia  y  vasallaje',  imponitfn*' 
doseles  la^obligacion  de  afrifitír^  al  rey  en  su  corte ,  de 
donde  viso  llamar  cortes  á  estas'  reuniones  de  los  braxos 
eclesiástico  y  militar,  que  fgeron  los  6&icos  que  en  su 
principio  lo  compóBian.  En  tlenipos  posteriores ,  con  el 
fin  de  fomentar  las  dudadj^  reconquistadas,  les  dieron 
los  reyes  cartas  ó  provilegios  para  su  gobierno  parüeur 
lar,  y  cartas  puebláa  ¿  las  Quevas  poblaciones  que  se 
iban  formando.  La  dudad  de  León  f  ai  la  primera  que  la 
obtuvo,  y  haciéndose  ^zte]»s(ivo  d  mismo  feero  ó  sistema 
de  gobierno  munidpalá  otras  ciudades^  se  deciaquese 
les  concedía  el  fncro  de  León ,  y  lo  mismo  sucedió  con- 
Ouenca  y  otras  sucesivainente.  Bn  estoe  fueros  se  con*- 
tenia  el  orden  de  gobierno  municipal ,  el  modo  de  la  ad  < 
ministradon  de  justida^  qfnt  estaba  6  cargo  de  los  alcaU 
des,cuyon(ímbre.víenede.lapalabn^  árabe  cadí,  que 
quiere dedr  jnes» y  también  86 fijaba  el  género  deservid 
dio  que  la  pobladon  quedaba,  obligada  á  prestar,  ya  fae» 
66  en  dinero  6  moneda  forera,  6  en  hombres,  siempre  que 
fiíese  requerida  por  d  aoberj»io,  quedando  todo  á  cargo 
de  loe  ayuntamientos,.nQinbrados  por  los  vednos  de  pro- 
piedad y  arraigo,  en  cuya  comipodcion  hubo ,  según  los 
tiempos,  diversas  alteradouefti 

La  importancia  con  que  íos  fueros  adquirieron  los  go« 
l>ienios  municipales,  prodojo  una  novedad  de  grande  con* 
flecuenda  en  la  forma  y  cemposiou  de  las  cortes.  Eea  que 
la  ficecoenda  de  las  guerras  y  los  gastos  que  estas  exi-. 
jian^  poniendo  á  los  reyes  en  necesidad  de  mayores  re^ 
corsos  que  los  que  las  dudados  estaban  obligadas  a  pres^ 
t»rles  según  sus  íueíos,  les  obligase  á  pedir  lo  que  no  po- 
día obligárseles  á  dar  sin  .violación  de  estos,  y  que  para 
]&  concesión  de  estos'seiQridos  extraordinarios,  se  convo- 
case á  los  ayuntamientos,  para  que  por  medio  de  perso<^ 
que  nombrasen,  asistiesen  á  las  cortes  á  otorgarlos 


-  18  - 
y  que  éste  sea  el  origen  de  la  eoiiettr£eii<áa  de  ld8  prOdii« 
radores  de  las  oindádee  á  las  ecartes  del  reino ,  óquekM 
rejes  buscasen' en  el  teroer  estado  un  apoTo  cAatsnias 
demasías  de  la  nobleza  9  este  faé  llamado  a  hacer  parte 
de  aqnellas  desde  qne  se  celebraron  en  León  por  el  rey 
don  Alonso  TU  en  1188^  siendo  mny  digno  de  notar,  que 
este  oso  se  introdujese  en  Castilla  mucho  antes  que  e& 
loglaterra,  en  Alemania  y  Francia  [1]. 
Aprovechando  la  osasion  que  esta  concurrencia  l^  o&e- 
cia  de  hablar  al  monaroa ,  los  procuradores  ezpUBíeron  ^ 
los  exesos  que  se  cometían ,  los  desórdenes  quesenota^ 
ban  y  solioiCaron  el  remedio.  Bepetíanse  los  pedidos  de 
dinero,  y  antes  de  conceder  nuevos  subsidios^  se  preten* 
dio  que  se  diese  cuenta  de  la  inversión  que  los  ya  conce- 
didos hablan  tenidO;  que  se  corñiiesen  los  abusos  qué  es 
su  administración  había^  y  á  cada  nueva  ooncesion  ,  Iob 
procuradores  ds  las  ciudades  y  villas  ampliaron  mas  ñva 
petición  ea>  conforme^  se  les  prevenia  en  las  instruoitmea 
que  les  daban  los  ayuntamientos  que  los  nombral^an.-* 
ASÍ  las  urjencias  de  la  corona;  las  frecuentes  guerras  de 
suoeaion,  eu  las  que  los  pretendientes  6  usurpadores  dd 
trono  se  hacían  reconocer  por  las  cortea ,  que  nunca  ee 
mostraron  difíciles  en  este  punto,  sacando  nnevas  ves^ 
tajes  d&^au  condescendencia ,  y  las  menoridades  de  los 
príncipes,  en  las  que  hadan  lo  mismds  los  diversos  com« 
petldores  á  la  regencia}  f  aeron  aumentando  la  importan- 
cia de  las  cortea,  cuyas  facoltades ,  sin  embargo,  nusoa 
fueron  otras,  que  las  de  conceder  subsidios  y  pedir  Io¡qiie 
creían  conveniente  á  la  nacion,*qnedandQ  á  voluntad  del 
monarca  concederlo  6  rehusarlo ;  pero  en  esta  voluntad 
inñaia  el  mayor  poder  que  las  circunstancias  le  daban, 
teniendo  á  veces  qiae  acceder  á  todo  ouando¡no  tenia  faer- 
zas  para  resistir,  y  de  aquí  proviene  que  las  facultades 
de  las  cortes  nunca  hablesen  sido  bien  definidas ,  como 
nunca  faé  tampoco  tija  su  composion,  variando  á  voluntad 
del  rey,  la  conca^^cenoia  de  los  diversos  brazos  y  el  ná*< 


(l)  SalrgUtorrAttooonoarrieroAloBdipatad^idaloie^uiiiiM  al  parla* 
manto  haiia  6nl2o>,  £a  Aiemaaia  no  fa^ron  almltilai  la  eiadadet  ea  la« 
diat\«  deI5mp9río,  haati  1233,  j  en  Franoian)  o>ooirí1d  e!  ierotr  a.todo  á  ' 
M  osados  generálar,  huta  el  0igio  XlYt 


—  19  — 
mero  de  procaradores  que  se  citaban  á  ellaSi  y  no  tenien- 
do tampoca  logar  lyo  para  reunirse  i  ni  período  preciso 
para  ser  convocadas. 

8i  se  hnbiese  de  dar  crédito  á  atganos  esoritorea  mo* 
demos,  Castilla  tavo,  desda  el  establecimiento  de  la  mo<« 
Barquía,  un  gobierno  constitaido  sobre  ^s  bases  mas  lia 
beraies»  Bi  rey,  ejerciendo  el  poder  ejecativo,  se  Hallaba 
revestido  de  la  antoiidad  necesaria  para  poner  en  acción 
la  faerza  pública ,  y  esta  antoridad  era  templada  por  la 
de  las  cortes,  en  qae  residía  la  fiacnltad  de  hacer  las  le^ 
yes,  decretar  las  contribuciones  é  intervenir  en  sa  inver- 
úoq;  pero  si  se  examinan  los  hechos  con  imparcialidad, 
se  halla  demostrado  qne  estas  bellaa  teorías  nunca  He  • 
garoQ  á  realisarse.  El  período  en  que  las  cortes  tuvieron 
mayor  poder  y  en  que  fueron  mas  frecuentes  sus  reunio- 
nes, faé  dorante  loe  siglos  XIY y X7,  y  estos  fueron  tam- 
bién en  los  que  estuvo  mas  agitado  aquel  reino.  Cinco 
gaerras  civilea^  muy  frecuentes  las  que  se  hacían  los  es- 
tados  orisüanos  nnos  á  otroS|  y  una  de  ellas  muy  desgra- 
cia; ningún  progreso  contra  los  moros ,  que  por  todo 
«8te  tiempo  continuaron  ocupando '  casi  los  mismos  lin* 
deros  á  que  los  habla  reducido  San  Fernando ';  la  suce-- 
eúm  al  trono  muchas  veces  interrumpida ;  un  hijo  subios 
▼ado  tOQtra  su  padre  y  apoyado  por  las  cortes  en  su  re- 
belión, para  apoderarse  del  reino ,  despojando  á  aquel  y 
á  808  Bobrinosy  que  eran  los  legítimos  herederos ;  un  her- 
mano asesinando  6  su  hermano  por  su  propia  mano  ^  y 
reconocido  rey  por  las  cortes  que  antes  hablan  recono  ^ 
cido  herederas  de  la  corona  á  las  hijas  de  su  hermano,  lo 
qne  da  motivo  á  una  invasión  extranjera ;  las  ciudades 
formando  comunidades  y  confederaciones  para  su  defen- 
^;  los  grandes  hadando  lo  mismo  por  su  parte,  y  en  sus 
eontínuas  revueltas  invadiendo  las  posesiones  de  lacorov 
tta;  reduciendo  á  la  nulidad  ei  erario  real  f  disponiendo 
^  sa  arbitrio  del  trono ;  ningún  orden ,  ninguna  soguri> 
dad;  la  administración  de  justicia  nula  y  las  contribuoio- 
^  maltiplioadas  con  exceso;  todo  esto  no  da  idea  de 
osas  tan  ponderadas  ventajas,  producidas  por  la  concnr- 
^cia  de  las  cortes  y  por  su  intervención  en  las  gran-« 
des  actos  del  gobierno.  Además  de  las  cortes  generales, 
Tizeaya  tenia  sus  Juntas  partículares,  que  se  celebraban 
bsjo  el  famoso  árbol  de  Gamica^seguu  sus  fueros,  que  h^ 


—  20  — 

defendido  con  tanto  tesón  hasta  nnestroa  dias,  y  también 
Astorias  las  tavo  y  &e  conservaron  hasta  ana  época  mny 
rédente  (1). 

La  constitución  de  Aragón  fié  mncho  ma3  regulariza* 
da  y  estable  qae  la  de  OastlLla.  Fandada  sobre  el  anti\ 
guofasrode  Sobrarve,  conteinppiráneo  con  limonar, 
qnía,  tuyo  despaes  considerables  mejoras,  especialmente 
por  el  privilegio  llamado  *^generaF'  que  el  rey  don  Pedro 
III  se  vio  obligado  á  conceder ,  y  por  el  de  la  '•Uúion," 
que  autorizaba  á  los. aragonesa  á  armarse  en  defensa  de 
sus  fueros  y  fué  motivo  de  continuae  guerras ,  hasta  qae 
don  Pedro  IV,  venc<)dor  de  la  batalla  en  Bpíia  ^  lo  hizo 
anular  en  las  cortea  de  134S.  Dícese  que  rompiendo  en 
ellas  con  su  dnga  el  pergamino  que  lo  contenía^  se  enfa<* 
recio  tanto  que  sü  hirió  ia  mano,  y  viendo  correr  la  sangre 
exolam6 :  '» Justo  es  que  se  borre  con  sangre  de  rey,  un 
privilegio  que  tanta  sangra  ha  hech3  derramar.'*— Loa 
imntos  eseaci-^lea  de  la  constitución  aragonesa  eran ,  el 
período  fijo  do  la  reunión  de  lad  cortes,  en  las  que  eatabi 
determinado  quienes  eran  los  grandes  y  los  eelesiástíísoa 
que  tenían  derecho  de  co  icurrir,  y  las  ciudades  que  de- 
bían maa,1?.r  gas  diputados:  habla  nua  diputación  perr 
manente,  y  si'ore  tudo,  lomas  notable  era.  la  autoridad 
que  ejercía,  el  Justicia  muyor,  &  quleri  se  apclíiba  de  lag  - 
aentenciaa  de  los  tribunales,  y  cuya  protección  se  pcdi 
oontra  oi  rey  mis  roo  en  defensa  de  lor  fueros.  Es  un  he- 
cho muy  singular  y  :icasoúaií50  en  la  hi8t0ria,1a  declara- 
ción hecha  por  la  nación,  eobre  la  sricceéión  &  la  corona 
por  muerte  del  rey  don  üíartiñ  en  1410,  que  he  disputaba 
€ntre  varios  pretendientes.  Reunidos  en  Oaspe  los  dipuv 
tados  de  Araron,  Valencia  y  Cataluña,  entíe  los  cuaUs  fl3 
contaba  San  Vicente  Fener,  oidjis  todas  las  razones  en 
que  cada  uno  fauvtdba  sus  derechos^  decidieron  en  favor 


(1^  Scbre  loa  fa^.^s y  sk^js  dri  Caat'l-a,  pnsáe  )7«i«9  tA  SasiTo dt  Xtrl- 

tM,  qu*  pie^ie  l.'duaa'  e  el  Komince  d*  Its  iioro»»*.  I.n  -Imea  *  la  ni'torU  da 
Itflcortead*  «aip  ro3  tClaki'i)  « ->eti  r^ftino  da hÍ9.0fiA  hibis  »llo  v>T 
)•<  eo  Aiobd  di>  p  r  t^n  aut  ^  toa  «so  il  -r^?:  patd»  ieoJir^e  ooe  dc«r#!i  onneipio 
A  él  «i  p\^.  ji^a»4a  Btii  !ei,  coa  Uj  moiaorms  que  Bácrío  ^a  SÁa  l^enuaad 
j  los  ■fc&jreo  A8i}9  y  iklaauol. 


-  21  - 
de  don  Fernando,  infante  de  Oastill»,  hermano  del  rey 
don  Eariqne  Ul  [1\, 

Annqne  Valencia  y  Oatalaffa  estaban  nnidaȇ  la  co** 
lona  de  Aragón  tenia  ene  ooites  eeparadae,  y  las  tenia 
también  Kayarra  y  Portngal ,  todas  formadaí  bajo  el 
miamo  orden,  Kaviffra  las  ha  conservado  hasta  estos  úl . 
timos  tiempos  [2j. 

No  habla  tropas  ningunas  permanentes:  onando  la  de- 
fensa  del  estado  lo  exrgia,  el  rey  oonyoeaba  á  los  grandes^ 
que  estaoan  obligados  á  •conoarrlr  á  la  hueste  ecm  sus  ra* 
salios;  6|los  muestres  de  las  lirdenes  que  lo  hacian  oon  sas 
caballeros,  y  á  los  vednos  de  las  ciudades ,  que  se  pre^ 
sentaban  bajo  la  bandera  de  la  dudad ,  y  el  rey  tenia 
siempre  por  la  primera  de  sus  obiigacloneSy  el  ponerse  al 
frente  de  sus  rasallos  y  partiaipar  con  ellos  de  todos  los 
peligros  y  trabajos  de  la  campaña.  Bsta  composición  de 
los  ejérdtos  hada  que  no  pndiesen¡permaoer  largo  tiempo 
reuaidos,  y  despnep  de  rechazar  á  un  enemigo  que  in« 
tentaba  invadir  el  reino;  de  hacer  alguna  correría  en  que 
S8  talaban  laa  tierras  del  contrario  ^  llevando  cautivos  á 
los  aldeanos,  ó  dé  jbiHnar  una  dudad,  operadon  entonces 
muy  difidl  y  larga,  por  carecer  de  medios  suficientes  de 
ataque:  la  hneste  se  disolvía,  volviéndose  cada  uno  á  sus 
hogares  y  dejando  solo  alguna  gente  asoldada  que  guar.' 
nedese  las  fronteras,  lo  que  fiaé  el  principio  de  la  íneiza 
permanente,  fin  las  tropas  con  que  los  señores  eonour- 
rian,  ellos  mismos  erani  los  jefes,  así  como  los  alcaldes  en 
las  de  las  ciudades,  sin  que  hubiese  gerarqnía  militar -es* 
-  tá^blecida^  así  como  esi  la  cobranza  de  los  subsidios  que  se 
eonoedíau  ó  la  corona,  los  ayuntamientos  los  repartían 
entre  los  vednos,  Hiegun  sus  posibles,  ó  establecían  algu* 
na  contribución  municipal  para  recaudarlos* 
Cuando  la  prolongadon  de  la  gueira  hizo  indispcnsa- 


Bi*MM,  qM  6Mrifti6  «obra  «Ik^  «^lo  qae  dlo^  «1  Mfi^r  Fr«feots,  •&  su  Hj«- 
tQYi*  <t A  loe  thf^  &  eat6Uoo«i  exiUnando  4  a%a«L 


(9>  ViiM  á  rAniuoj:  P/6rtl«i7  eettlo  d»  Mltbn»  eoctM  «a  el  rttno  do 
AiaífOD,  pindpiidó  d«  O-  t41ufi«  j  j«>ino  d«  Vilenoia»  j  una  Bdtioi«  da  la«  da 
Calilla T  NaTarnu  Kadrld  l&^c.  Véaara lamaiaB lai  íaTaitif juiont a  Mbia 
•a  Niiagiiadadaa  da  IlaTArra,  daljanitia  ttorat.  Pamploaa  ltf78. 


-23-. 
bles  otroj  góaero3  dd  arbitzíos,  CDiao  la  aleábala  dd2) 
por  100  sobre  loa  oonsamos;  eiitiableolda  por  doaAlooso 
XI  en  1342,  ain  conyooar  para  ello  laa  oortea ,  qae  debift 
darar  solo  mientras  el  sitio  de  Algeclrae  y  deulacada  per* 
petoAi  redaoida  al  10  por  100  por  don  JBtariqne  U,  «m^ 
igoal  arbitrariedad  en  las  gaerráa,  driles  entte  él  y 
sa  hermano  don^Pedro,  se  nombraron  empleados  para  la- 
candar  esta  y  otras  gabelas,  ó  se  oedieronpor  los  adslM« 
tos  qae  hacian  los  qae  giraban  en  dinero  en  aqaeUoa 
tiempos,  qneeran  los  jndiosi  gente,' oomo  dice  el,i;>a(lre  la 
riana,  qtM  tan  bien  iabe  loi  eaminoM  de  aUegar  dinero  [1], 
Orederon»  á  medida  qne  se  aumentaron  ios  empleados  x 
qae  estos  cargos  recayeron  en  gente  aventorwa ,  lasdi« 
lapidaciones  y  los  gravámenes ,  y  esto  dio  logar  6  nne- 
vas  redamaciones  de  las  cortes  y  á  contíanas  reformáis 
sin  qae  nunca  ss  consigniese  el  ftn  deseado ,  con  lo  <|M 
las  qaejas  sabian  de  panto  y  solían  acabar  en  asoaadas 
y  sedidonesy  ó  dar  motivo  á  actos  de  craeldad ,  como  al 
castigo,  ó  mas  bien  asesinato  de  Joaeph  Pioo,  jadío,  teso* 
rero  gtdueral  de  4on  Jaan  el  II,  y  colector  g*)neral  de  iii 
alcabalas. 

Lajastida  se  administraba  por  losseSLires  en  sus  es» 
tados  por  sí  mismos ,  ó  por  los  ]aeoea  «nombrados  por 
lloS|  y  ea  las  ciudades  realengas  por  los  alcaldes  ó  me- 
rinos, conforme  al  Faero  Jazgo,  á.los  fueros  parttcnlares 
de  cada  una  y  por  priodpios  de  equidad  y  buena  rasoB, 
dando  sentencias  arbitrarias  que  llamaba  '^fasaüas^  hai* 
ca  que  por  el  rey  don  Alonso  el  S&bió  sehico  el  Foero 
Beal  y  laa  Partidas,  aunque  estas  no€eron  reoonoeidaí' 
como  leyes  nacionales,  hasta  el  afio  de  15á8  en  las  eertsi 
de  Alcalá,  á  las  que  no  concurrieron  ni  el  clero  ni  la  bo« 
bleza,  niaun  loa  procaradores  de  muchas  dudades— 
nombrábanse  también  á  veos  por  el  rey  corregidores  6 
jascos  que  administrasen  la  justieia  en  los  pueblos  á  que 
eran  destinados^  lo  qae  terminó  por  exdtar  disgustos,  y 
petioiones  hechas  en  diversas  cortes#  se  limitaion  estos 
nombramientos  á  solo  los  lugares,  que  los  pidiesen,  y  pa« 
ra  mayor  aderto  en  la  administrádon  de  la  lusticia»  se 
establecieron  loa  alcaldes  y  la  Audiencia  de  la  corte,  que 


[l]  C£twjl8,o\if;alo3? 


-23  — 
tatovariaB  modiñoacioiLes  en  sa  forman  y  de  onyas  reso«« 
laeionea  se  apelaba  á  la  perso&a  del  monaroa,  que  era  en 
tado8  los  ramos  la  aatoridad  saprema. 

£1  Consejo  real,  qneanügaamentelo formábanlos  gran- 
des y  obispos  qae  segnian  al  rey,  se  estableció  también 
con  uantLinero  determinado  de  individnos  en  el  reinado 
de  don  Jaan  el  primero',  eononrrlendo  á  él  los  qne  se 
nombraban  por  las  pronnciaSi  para  qne  tuviesen  conoció 
mieato  de  sns  respeotlFOS  fueros ,  en  cuya  composición 
hubo  diversas  alteraciones,  asi  como  también  en  el  ejer<^ 
eioio  de  sns  f andones,  qne  solían  confandii;8e  con  las  de 
la  audiencia,  lo  qne  dio  motivo  &  varias  peticiones  de  las 
cortes,  para  que  no  se  meschse  en|Iaadmini8trasion  de  la 
.  jastída. 

Los  sefiores  por  macho  tiempo  no  tnvieron  títnlos  par- 
ticnlarcB.  Bn  tiempos  de  los  monarcas  godos  antes  de  la 
invasión  sarracenat  el  títalo  de  conde  era  solo  nn  distin*- 
tivo  de  empleo,  como  lo  habia  sido  en  el  impeiio  roma^ 
no,  y  no  nn  títalo  sellorial.  Después  del  restablecimiento 
de  la  menoi^uía,  el  primer  tíkalo  heráldico  deique  la  hia« 
toria  hace  mendoD,  es  el  de  conde  de  Trastamara,  Le« 
mos  y  Sarria^  concedido  por  el  rey  don  Alonso  XI  á  don 
Alvaro  ISíoftez,  aefior  de  Oabrera  y  de  Blvcra;  el  que  se 
le  confirió  con  la  ceremonia  de  sentarse  el  rey  en  público 
en  nn  estrado,  y  presentándole  una  copa  con  vino  y  tres 
sopas,  el  rey  dijo :  <*Tomad,  conde,"  y  éste :  Tomad  re;'', 
lo  cnalse  repitió  por  tres  veces ,  tomando  ambos  las  son 
pas  y  adamanda  el  conourso:  *^Évad  el  conde",  que  quie- 
re decir:  «'Mirad  al  conde".  Bste  último  se  incorporó  en 
la  corona  y  foé  de  nuevo^  concedido  por  don  Enrique  II, 
á  Beltran  Da  Ouesdin,  en  premio  del  auxilio  que  con  los 
franoeoes  le  prestó  para  quitar  el  trono  y  la  vida  á  sn 
hermano  don  Pedro,  y  después  de  varias  alternativas- 
vino  á  incorporarse  en  la  casa  de  los  marqueses  de  As- 
torga  [1  j.  Lea  títaloB  se  multiplicaron  en  los  reinados  si- 
gnioBtes,  desde  el  de  don  Bnrique  II  que  fué  Uu  piódi* 
go  em  gracias,  que  por  su  exorbitanda  se  llamaron  l9nri<' 
qaefiasy  y  como,  no  eran  meros  títulos»  comolohan^sido  en 
ttempoA  poeterioresy  dno  que  llevaban  consigo  el  sellorío 


!  » 


(1]  Berol,  TftslM  if  CMftllliu 


—  24  — 
y  dominio  del  logar  sobre  qae  reeaían ,  los  donuoios  f 
rentas  reales  se  taeion  disminnye&da  hasta  qnedttr  ie< 
dnoidoB  4  la  nnllüad;  á  medida  ^que  aquellos  se  hideroQ 
mas  nnmerOhOS. 

Loa  g.  audes)  por  efecto  de  estas  ooaoesiones,  eran  unos 
soberauus  peqaeños  en  sus  respeotlvos  estados ,  en  los 
qae  casi  siempre  residian,  y  aaaqne  obligados  áliolw 
dienoiay  vasallaje  al  subbranO|  desafiaban  fceoae&teoH'ii' 
te  la  aacoii'lad  du  este,  y  goareoidos  en  sos  omM 
inexpugnables  para  las  armas  de  aqaellos  tiempos  data» 
bau  sit^mpre  di^paestos  á  resistirla,  «mando  no  lo  ereitt 
lÍAtítübnUd  íueite  para  sujetarlos.   Fornuaido  enta«  ú&' 
Tercas  ligas,  s-gansaa  respetivos  intereoeai  altet»!»» 
íreoaeQCtjiUbute  el  orden  de  la  aaeoion  6  Ja  corona»  ti* 
ciéadola  pasar  á  las  sienes  qae  les  convenía ,  y  ttfd* 
vieodo  al  reí  io  eu^^contlunaa  gnercas ,  aprovechabiab 
debilidad  <W  los  mouaroan  para  anmencar  snsestadDit 
expeuaas  de  los  de  la  corona»  haciendo  servir  a1{gnuifO' 
der  de  las  ór  lenes  militares^  cnyos  maestrazgos  ;  enflo* 
mieudaíi  recalan  ea  ellos,  para  socavar  el  trono  qui* 
qa»llas  órdoues  e.steiban  destinadas  á  sostener.Ss  luMátt 
Á  veoes  gaerr^ts  anos  á  otros,  por  sus  cnestiones  jrsi* 
cillas  pbis  males,  esc^bieoian  peajes  y  gabelas  sobreloi 
camtnttntes  y  hcitíiéud  >st)  due&os  de  la  casa,  dslap6)8>i 
de  i«s  satinas  y  dül|derecho  exciasivo  de  tener^mdíB*^^ 
trigo,  d<)i*oeiüay  da  otros  indastrias:  redocianeloaditf' 
cío  á  La  nalid'^d  y  lo  i  pneblos  á  ia  miseria  ^  no  habia'í 
St^gnndad  alganük  enlos  caminos^  poblados  debaadote* 
ros.  ios  cuales  a  veces  se  albergaban  en  los  caatiUoiA 
los  setiores  y  encontraban  asilo  en  todos  ios  ^SdM'^ 
ooncra  la  p^rsajaoon  da  la  josdcia  81  clero  pirfiioipil*^ 
en  codos  escoii  desórdenes ,  y  los  obispos  ^  qae  ffloAoi 
er<*n  rauíbien  señores  de  varios  pneblos»  tomaban  pM 
en  todas  US  sedicciones,  ó  eran  (os  prkLcipaies  motóme 
ellas.  Eslíe  es  ei  cuadro  qae  iv^stmtaattpeoialmeatski 
dos  des^racmdos  rein>idod  de  don  Jaanel  II  y  donlbit* 
que  VI  de  dftbCilia,  que  precedieron  á  la  rennioa  disA 
corona  con  ia  de  á.r»»i;on. 

a.  anas  dal  siglo  X  V,  noa  de  las  freoneotM  rafolsfl^; 
nes  qae  ¿i^ltHrabtibu *ii orden  de  la  snooesioa  al.troiis  m 
Oaautia,  hizo  sabir  á  éate  á  dofia  Iaabel|  hermana  dld* 
Eoriqae  IF|  en  perjuicio;  de  doña  Jnana  |  hija  do  i4^ 


—  ú  — 

moaard2ki  á  la  qad  llamaba  la  Boltraneja.,  por  fimponería 
l^ja  de  don  Beltrati  de  la  Ooevaí  dagae  de  Albarqner^ 
qae^  JLl  mismo  tiempo  reoajb  la  ootoaa  de  Aragón  en 
don  demando,  abriéndole  paso  para  llegar  á  olla  por  ana 
serie  de  heelios  at^eietf,  m  padre  don  Jnan  ol  II,  y  sn  ma  • 
dre  doflLa  Leonot  JStieiqms,  hija  det  almirante  del  Üasti, 
lia,  eon  qnien  den  Jtian  oasé  en  segnndaí  nupoiss,  y  por 
cayo  influjo  aqael'padtQdeenataraUeado  hizo  perecerá 
sn  hijo  primogtoito  dan  Oárloá,-  príncipoLde  Tiana  •  y  á 
doSaBSanoa  whiaanMiá,  habidos  en  su  primetr  matrimo- 
nio OQDs  Aofia  Blasoa,  hetederi^de  Navarra ,  pwii  qne  el 
trono  de  Aragón  qaedase  6  don  S^erñañdo ,  y  el  de  TSa^ 
Tamk  6  doS#  Leonor,  obndéia'de'S'oir.  qne  annqne  naci^ 
da  en  el  piüM^  mamncitiio;  era*  el  objeto  dé  m  ^redilct}^- 
don,  BI  matiriinohib  áé  don  IFfemando^ .  heredero  de  Ajra. 
gon,  con  dolía  Isabel,  «tt  ^tíéfá  recayé,  p<M^  rnnérte  de  sn 
hersMno  don  Bnrlqlioí  la  oofoha  de  OaatiUa^  éonto'nnada 
por  las  hembras  en  la  tengre  de  los  godos  ^  pero  qne  por 
falta  de  snoeeion  inMÓniina  di  éstos,  habla  pasado  á  la- 
familia  franeesa  de  Fjraíieo  Oondado  desde  principios  del 
siglo  xn,  renitié  ambM  monarquías,  'aunque  sin  alterar 
en  nada  susrl^es  pstt^laies,|y  la  eonqnist»  qne  ambos 
eonaortea  hideron  del  reiilo  moro  de  Granada,  que  qxntúó 
inoorporado  en  la  eor^tada  Oastüla,  hizo  qne  la  penín\ 
sala  espaftdia,  dividida  ha.f  ta  entonms  como  antes  se  ha 
Tisto^  en  loír  éinoo  véStíoñ  de  STararra,  Aragón,  Oastida, 
Poftogal  y  G-ranada  9  ^quAdase  reáadda  6  tres  estados: 
el  peqnefio  retno  de-  Ksmiíra  al  Norte ;  la  glMuide  monar^ 
quia  anida  de  los  reyes  dotf  Fernando  y  dofia  Isabel ,  á 
quienes  lafiilla  Apostólieadonoedió  eljtítulo  de  católicos, 
por  avselo  «  extender  JairAigion  católica,  persigalende 
el  maheniellsnio^  y  Bortnpr. 

Las  btesp^dades  viñieio&  una  tras  otra  en  este  reli- 
nado^  él  paa  glorioso  de  la  monarquía,  y  qne  mas  contri- 
bayo  &  lan  aélido  y  verdadero  engrandecimiento.  Durante 
el  sfit.ó  de  Oranttda  se  )>rec^ntó  á  los  reyes  católicos  dou 
OrJEBtdbatOol9n|4>fM6liMd(íliesSM  qne  habían 

sida  deseohadOs  p<»K'otrGV.IdberánoSy  y  que  siendo  acep*- 
tado9p^4pflaI«abe),  <&^on  A  Ut  corona  de  Cafitillael 
domlaio  dePánero  mnndO)  cáyo^rdescubrimlento  se  hizo 
á  expensa  de  Im  relnay'  -habiéndose' ejslttblecido  los  espa- 
fióles  darahte  sn  r^ado,^  en  las  feílas  de  Santo  Domin- 

'    ^     l»IS&ETA0l6ir&J9i— TOMO  m.— 7 


■'"^   "-•.» 


go,  llanada  primero  la  laal 
na,  y  despaea  la  BapaOoIi^  < 
se  le  dio  el  nomine  de  Fem 
malea,  varlaa  de  las  Antilla 
Teoezcelay  Hondoraa,  qoa 
ur  la  primera  parCe  deaoob 

D.  Femando,  ogmo  nj4 
la  corona  de  Aj:^;oiit  hiiQ  i 
dia  tener  al  reioo  de  HTápol 
descenijieatesde  la  caca  de 
la  Francia,  y  habiendo  heol 
esta,  en  el  que  lo  menos  qnt 
no  era  la  calidad  mas  diitii 
apoderó  en  ño,  de  la  totalU 
de  laa  brillantes  aodones  d< 

Las  mejoras  enla  admin 
fueron  todavía  mas  Impoiti 
bian  sido  demasiado  grava 
oontínnas  revolaoiones  eztti 
la  mano  vigorosa  de  loa  rey 
tarlos  para  lo  sacoesivo,  dls 
líos  tocbalwttos  «tentados, 
baban  de  recibir  grandes  y  < 
qqista-de  arañada.  Qait&ro 
se  habían  apoderado  docao 
reinados,  con  peijoicio  de  1 
laoion  de  sos  jozgadoa  6  la 
oblígaseles  ¿  reoooooer  y  iei 
ton  demolidos  mochos  de  si 
privó  de  los  medios  de  defei 
á  los  mAlheohores,  contra  li 
de  lajostiolk  La  invención 
oes  comenzó  A  haoarse  nso  1 
mas  f&oil  el  rednoirloa  &  la 
iaezpagoables  para  las  arm 
hasta  aqael  tiempo  eu  el  slt 
resisLír  á  nna  batería  de  .oi 
muí  aorvidoa,  oomo  en  aqni 
muatitrea  da  las  órdenes  mi 
mnchaa  veoes  al  trono,  y  do 
la  proeba  déla  ambición  de 
do  BQ  hermano  don  niriqnf 


I 


-  Sí  - 

Pedro  Oiroo,  maestre  de  Oalatraya,  de  cayo  enlace  de8«- 
igaál  la  libró  la  moerte  aoelerada  del  maestre.  Para  te* 
ner  ea  sos  manos  el  gran  poder  de  estas  órdenes,  los  re^ 
^es  católicos  solicitaron  y  obtnrieron  del  samo  pontídoe^ 
que  se  les  oonflriese  la  administración  vitalioia  de  las 
grandes  maestríasi  oon  lo  qne  la  oonoesion  de  las  enoo^ 
miendas  vino  á  ser  nn  medio  de  premiar  loa  servicios  hen 
ches  á  la  corona. 

Al  mismo  tiempo  qne  Fernando  é  Isabel-se  esforzaban 
por  todos  estos  n^ediosy  en  abatir  nn  poder  que  tan  temi- 
ble habia  sido  á  mnehos  de  sns  predecesoses,  trabajaban 
en  lerantar  cÁ  del  estado  llano,  ó  de  los  comnnes,  bascan- 
do en  las  mnnicipalidades  nn  apoyo  centra  el  inflajo  de 
los  grande»,  y  por  esto  no  llamaron  á  estos  á  las  cortes 
qne  se  convocaron  pocas  veces  en  este  reinado,  y  qne  ess 
tuvieron  tíempre  onidadosamente  vigiladas  y  dirigidas 
en  sns  optt»eioneS|  no  habiendo  concnrrido  ni  la  noblé^sa 
ni  el  clero,  á  las  de  Toledo  de  1484,  tan  célebres  por  la 
importancia  y  gravedad  de  los  asnntosqne  en  ellas  se 
trataron.  Los  monarcas^  arredrados  por  los  peligros  en 
qne  habla  pnesto  á la  autoridad  real  .la  prepotencia  de 
los  grandes  tnrbñletoSi  no  velan  que  homillando  dema*^ 
siadamente  á  esta  dase  poderosa,  qne .  redacida  á  Jastos 
límites  era  el  apoyo  natnral  del  trono,  snscitaban  nne- 
vo9  riesgos  para  sn  autoridad,  levantando  sin  contrape- 
so lainflnencia  popnlar ,  mas  diíí(^l  de  manejar  qae  los 
grandes.  Inglaterra',  por  el  jasto  equilibrio  entre  una  y 
otra,  ha  sabido  dar  á  sn  constitución  uaa  estabilidad  de 
que  ha  carecido  la  espafioia,  haciendo  contribuir  á  todas 
las  clases  al  bien  ^general,  y  ha  logrado,  por  fruto  de  sus 
institnoionesi  librarse,  á  lo  menos  por  mas  tiempo,  del 
torbellino  revolmeionario  que  ha  arrastrado  y  envuel-* 
to  en  las  ruina  del  trono  á  las  demás  naciones  de  la  Eu« 
ropa. 

Con  el  mismo  objeto  de  dar  mas  extensión  á  la  autoría 
íbü  raalj  los  reyes  oatólicos  dispensaron  gran  favor  á  la 
slase  de  letradost  qne  en  aquel  tiempo  propendía  mucho 
i  ac  atener  el  poder  absoluto  de  los  reyes,  como  formada 
m  loa  principios  de  la  jurisprudencia  romana,  y  en  las 

10'  rlnas  de  los  oomeintadores  italianos  de  aquel  siglo.— 

consejo  real  lecompuso  enteramente  de  ellos,  y  ade- 

dOl  Ott^tQ  ¿6' su  primer  instituto,  que  faé  los  negó- 


eio3  del  gobierno.  SQ  lo  eocargan 
oioneB  ea  los  aaantos  driles,  qn 
sido  despaohailoa  por  j;iecMi  d 
qaedaadula  ailmuÜBtritaion  dejí 
cargad» exdaaivamutite  ¿los  al< 
portancia  dül  ooaaejo  vino  á  ser  i 
porque  aa  presidaat;)  lo  era  tamt 
qaeooncnrriaa  los  couscjeioa  ea 
La  aadtenoia  da  la  corta  vino  á  e 
líadolíd,  y  se  orearoa  otras  en  laE 

Parala  segaridad  de  los  oamii 
tft  hermandad",  ospeoie  de  oofirai 
pecsegoir  á  losTnalheofaoreSfPan 
faerza  armada  repartida  eircoad 
cayojefderael  rey  mismo  yflnli 
que  de  ViliahermoBa,  y  sa  oreó  i 
depeadiente  de  loa  demás,  el  cna 
TÍgaioaoa  casti^oa^  timpid  de  Jad: 
p^laoiones,  y  eo  rcatablecid  el  ó 
JoBtioia, 

ISn  el  mlomo  reinado  tavoprin 
la  la  persecacfoQ  de  loa  jadf oa.  E 
del  reino,  obligíttidoloa  á  vender 
mino  ana  propiodados,  y  para  qu 
loa  individuos  de  aquella  oreenoi 
erroroa  ungiendo  abandonarlofly 
iglesia,  por  el  oaal  &e  estableciori 
versaa  ciudades  t:n  qne  bebía  ma 
(Idos  de  aquella  í>eoU.  La  genera 
OBtableoioiieato  de  este  tribunal  i 
qae  lo  recibió  con  aplauso,  como 
l>eraegaii  auna  oliue  de  g«nte 
nzeesda  y  i:or  loa  giros  asúranos 
qae  habla  sido  frec-aente  motiro 
y  de  proTideutias  de  losreíes,  j 
era  vista  cod  tat  horror,  qne  entí 
X}riTilegioa  d,e  la  villa  de  tos  Eept 
uoDtaba  eldeqii>)ii»  peroiilia  & 
noche  en  ella. 

Faeron  tambieu  objeto  de  los  i 
)os  moios  corveitidDS  Á  la  fé  erial 
poeB  en  el  mahometianio.  Mietitr: 


-2^- 

iMCtUtiaoos  K>t^«  amella  n^oa  {tehidenmgraáiíal- 

túea^  taé  p<í8Íble>i!rojar  délas  elndadés  ^ae  sobre  ellos 

se  ganaban.  ^  tQ^d3  los'yeciaos,  BÍenilQ  las  oasas  7  cam» 

poa  qoe  se  les  Iigcia  áT>3adoaar,  el  preióLo  dé  los  eristia- 

QOa  T&DOedaí^^.,  nb^perioitLiadose  &  loa  moroa  veacidos 

sacar' otcoa  bleábs*  qu^'  ló?  qae  podían  Uerar  oonsijco,  oo<> 

mo  tó  vct  pete  la  óam^toEa^i^Q  de  Seyillá,  caando  eata  gran, 

ciadaá  ae  entregó  a'.Saa  Fernando.  |Fero  esto  mlfimo  nó 

era  practicable  caañdo  se  ^izo  Ja  oon<)alata  denugnuí 

territorio,  ooaio  ^l  qtie  comprendía  el  reino  .de  Granada) 

ypor  ja(?at>ÍtaIaoíoa'4Be<"tac^[idaC[,  loa  mbioa  no  solo 

coaíerraro^'sifsl^réiióáf'sinQ  también  el  Ubre ejercíaio  de 

sa  lUigiph.'SIitalcá^itnlacloá  no  se  gaardó,y  &  pietextd 

4a  IiabQr  ¿iltjadó  &  ella  Toa  moros  sablevándose  dentro  de 

Ia.'QÍada¿,áQ,anséátQac:a  de  lae,  yíoleaclfiB  qne  sales 

ItAOÍA  para  reánólrlos  ál  oristianiamó,  se  lea'deolaró  pri^» 

Ta4ai.de  I|}sdéreohoa  que  ella  lea  kabia  ^asegurado,  y  sa 

dtíTíErden^'rá.qtiBfla^iOBett  del  reino  todoe  loa  qoe  no 

-    íecíbje^  el  aá»ttamo,  Tíopoíia  ser  muy  sincera  nna 

oonTeraióii  clarad»  imu  tatea  medios,  y  anf  era  groada  e) 

a  antbrldad  de  la  ia- 

jost^l  trlbaual,  eiya 

oneioigai  qneporlar* 

laé siempre  era  Umiv 

i^ánjera  eo  el  paf«, 

üola,  impidiéndolo  na 

■s  lEks  pieoonpacionu 

personas  de  núa  y 

cioü  con  el  faegó  ó  ül 

lestes  prijneroH.tíeqi- 

la  perseoocioo  que  ee 

loa  miamos  espa&os 

m  diagnetó,  sino,  que 

-es.  capedalmaata  en 

9,  á  guian  Pedro  Max- 

n  Ai  agón,  coyaa  oor> 

;s  contra  el  modo  de 

1^1  omdadtf  .f^,  TígUanoia  de  loa  cayes  oabSUoos,  se  ex- 

tfiiX^<í'^Codo  To  qae  era  eaaoejptible  delreformaó^de  me}»- 

Ta.^¿4>>^  exV^sai^  oos^ínbrea  d|él  cl^ra  y  loa  düárdenaii 

i^W>f^U^<¡^^a,,  las  BÓmRDÍdadeii  cellglfaaa  da  qno  y  oic^ 

Disvaa'AOiéiiBs,— a'obui  iu-8' 


Sexo,  llamaroQ  si  ateaoió^y 
óljstBciilos,  arrostrando  la  mi 
restablecer  de  tal  manera  U  • 
de  costafnbrea,  qae  á  aaa  esft 
en  los  reinados  sigalentes  ád 
sa  ilastracloa  y  aas  TÍrtadea, 
teles,  de  donde  saHeron  deepi 
piares  qne  Uevaion  la  laz  del 
Tilizádoa  y  Jas  artoe,  al  naev 
Ijos  inforriuiioa  domésüooa 
de  las  oalamidades  de  la  nai 
prosperidades  de  estereioadi 
^oien  coB&istia  la  esperansa  i 
laa  dos  coronas  de  (Otilia  7 
esperanzas,  édaoado  coa  el  i 
la  literatara  de  laa  ciencias  a 
nobleza^  por  el  cáiebre  milan 
rfa,  pdmer  abad  déla  Jama 

Erimer  historiador  de  eata,  n 
a  BQO&^ion  al  trono  recata  « 
ja  mayor  do  don  Femando  ; 
Manoe!,  rey  de  Portngal,  y  ' 
Jligael  sn  hijo,  en  quien  ib» ; 
rennlon  de  toda  la  peninsala 
cetro:  reeonooiósele  por  laa  ci 
ro  de  aqnel  reino:  mas  laa  de 
goza,  resistieron  hacerlo,  por 
reino,  las  hembras  no  sncedlf 
don  Mi^el  dorlraba  sn  dereí 
sn  madre.  DoSa  Isab^.  qoe  l 
^aragoz-i,  iinpaeiente' de  aq 
mas  valia  conqoist&r  á  Atago 
gné  esperar  la  tardía  reeolaci 
Án  reconocieron  por  hereder 
8o!o  para  el  caso  de  que  donl 
Ktn,  pero  el  pronto  fdresimift 
por  tierra  «atas  esperanzas  d 
los  reiiioa  de  Espafia  en  an  » 
Qaedó  entonces  heredera  d 
toé  después  llamada  lá  loea. 
euTflrmedadde  que  habla  ado 
l»i«ina  d9fif)  Imbsl  de  Fortí 


~  »l  - 

y  qo6  en  doSa  Jdana  se  declaró  p6r  el  excesivo  amor 

que  profesaba  á  sú  marido,  y  las  frecaentes  ocasiones  de 

celos  que  éste  le  daba*  Habíase  casado.'  con  don  Felipe^ 

hijo  del  emperador  de  Alemania  Maximiliano»  arohidaqae- 

de  Anstrid;  dnqne  de  BorgoBa  y  conde  de  Flandes,  al 

mismo  tiempo  qne  dofia  Margaritai  hermana  de  don  Fe* 

Upe ,  casó  eon  el  príncipe  don  Jnan ,  hermano  de  dofia 

Jaana.  Dofia  Isabel  vela  con  dólor^no  solo  ftnstradassns 

ardientes  esperanzas,  sino  qae  conocía  todos  los  malea 

que  iban  á  venir  sobre  OastiiUii  por  la  incapacidad  de  aa 

hija  para  gobemar|  con  lo  que  toda  la  aatorídad  recaía 

en  un  príndpe  extranjero,  qne  no  solo  ignoraba  las  leyea; 

y  costumbres  do  aquel  reinoi  sino  qne  habia  manifestado- 

su  oposición  á  ^Has^  y  oprimida  de  la  melancolía  qne  tal 

porvenir  le  cacsaba^taliedó  en  Medina  del.Oampo,  el  día- 

^6  de  noviembre  de  lB04t,  declarando  por  subefioia  á  su 

hf ja  dofia  Joana^  y  despueB  de  esta  á  su  nieto  don  Garlos, 

y  encargando  la  regencia  del  reino  hasta  qne  esto  tuviese 

veinte  afios,  al  rey  don  Femando. 

BI  reinado  de  los  reyes  católicos  cansí  una  variacíom 

completa  en  toda  la  administración  de  la  monarquía  Las 

conquistas  y  guerras  que  estos  robóranos  hideion  en  Ita# 

lia  y  otros  puntea  distantefli  exijieron  el  establecimiento 

de  tropas  asoldadasi  pues  no  podían  sostenerse  aquellas 

con  las  que  antes  coududan  los  sefiores  y  con  que  servían 

las  oindades,  y  desdo  entonces  la  milicia  vino  á  ser  una 

profesión  particular  I  y  los  que  en  ella  so  empleábanse 

conaideraron  otra  dase  diferente  de  las  demás  del  esta* 

úo.  La  adaojniíitlraciea  de  la  haeienda  vino  á  ser  mas  com- 

plieaday  y  entices  tembien  se  echaron  los  cimientos  de 

la  adm]nistMei<^  de  la  América  y  demás  posesiones  ul" 

cramarinas^  istabledendo  d  Coiuejo  de  ludias  para^ue 

entendiese  en  todo  h>  relatt^o  á  aquellos  vastos  paifics,  y 

et  tribunal  y  audiencia  de  la  contratación  en  Sevilla,  pa  • 

ra  todo  lo  d^iéBdianto  del  embarque  de  mercancías,  re- 

Gil>o  de  caudales  y  negodos  judidales  á  que  eete  tiáfi<« 

oo  daba  lugar.  lam  leyes  y  disposioiones  que  para  todo 

esto  se  dictaroui  vinieron  á  ser  la  baae  de  la  legislación 

particular  de  ludias.   Su  estas  loa  descubrimientos  no 

pnaaron  de  las  islaa  Antillas  y  costas  de  Tenezuela  y  Hon< 

dariu)>  y  el  gobierno  de  todos  los  nuevos  descubrimientQS 

se  flj<)  en  S^uto  Domingo,  capital  de  la  isla  eapafiola, 


Aate  reinado  deba 

fUftnarqnla  espaSoU, 
Buw  poderosa  de  U  E 
obsdiencia,  y  coscare 
troDO;  las  cortes,  lim 
arreglo  de  la  legislae 
la  iltutraoion  promo^ 
en  el  exketior;-  todo  i 
«tétgico,  S  todo  con( 
BMÍoaeB  sean  folícei 
obadedda  j  acalda, 

Steda  reprimii  la  ai 
TiflioHi  y  onyo  efecl 
ruina.  Esta  ea  la  gc¿ 
de  todo  lo  4De  liabta 
iiacle£Bp«lia[l,]' 
,  LoB2ran,d©Bj  dóac 
tona  de  la  reina  don 
bieiBO  gnedaba  ea  xc 
ji«rgía  y  Baveridíjd  ei 
núTleíOD  y  apoyaroi 
■nal  gaeiia  ee  desleí 
oatólloa,  y  ee  lo  cent 
solieltóel  apojo  dol 
Fernán  do  llanto  par 
deseonteutu  con  &a ; 
Pox,  aolirina  del  raj 
hijos  Tarones  que  b» 
que  esta  habría  vae! 
tiTolUduqae  don  F*! 
«idas  Bcu]  esperan^ 
donando,  en  TÍEt!i( 
yñtxiío  de  Castilla;  i 
tiempo  basti»  llegar 
arribó  6  L'atalpaa,t 
vesido  é  insistió  ce 
retirar  aa  saegio  ó . 


t,  UbOiM  d*  rÜilIKI,  1Á« 


-sa- 
que esperaban  restableoer  sa  poderío  estando  el  reino  en 
manos  de  nn  Jó^en  inexperto  I  oomo  era  don  Felipe ,  se 
declararon  todos  en  sn  £iyor ,  no  habiendo  permanecido 
fieles  á  don  Feroando  mas  qna  el  doqne  de  Alba^y  el  am 
z^b&po.dé  iQliejdoVimenea  de  OlsneroiB,  Por  medio^ de  es- 
té ÉB  concerté  aaa  entrevista  entre  ambos  príncipes  en 
nna  caa^  de  labor  llainada  Xemcial  j  cerca  de  la  Póebla 
de  Sa&abtí'a)  en  la  gaé  goedó  acordado  que  don  Feman<« 
do.  se  retiraría  á  Af^^bn.  oonseryando  los  maestrazgos 
de'las  tr(¿  drdepes  failitares  y  nna  renta  de  oii^cnenta 
iüif  ducados,  y  i^n  seigalda  emprendió  con  sn  jóran  espo^ 
sa  erTíaje  á  hñ  reího  de  Ñapóles,  con  Icqne»  y  coa  li9JI>er. 
serprestado  el  jarMxento  ^  fidelidad  á  los  nuevos  reyes, 
y  reconotído  por  sucesor  á  la  corona  á  su  hijo  etprbnogé- 
jútío  don  OárlOfi^  en  las  cortés  qneeecelebrarott  en  Yall»! 
dfllid  eo,  é\  mes  dejólip  ^1¿06^  tuvo. principio*  el  gooler^ 
no  deles  piíacipes  de  .1^  íWnúlia  de  Autttia  en  Oastilla. 

?.:,!  .!•-       -•.     OAÓA PB  AUSTRIA. 

I  • "  "^       i_    ♦         •    »     *  ' 

.  jJob  ^^llpe  4|t  quesuií  f^  comensó  á  llamar  al  arckidu* 
^ne^  no  se  hizo  coñoceven  Bspa£La  m<is  que  para  hacerse 
aboirrci^i^;  ,^Iin^ja que(aabre él  tenían  los  cortesanos 
"flamenoos»  el  despreció  con  qúeveia  A  los  espafiolee,  y  la 
dafe^  ^9  ene  trajba^a  &la  xeiña^  áVioien  twi*  cerno  en 
ti^tlsito^  Cdudaron  tal  descoatento ,  qu^  sé  comenzaban  á 
iiifidtár  alborotos  e9, los  puebíos  que  itorabaa  la  «usencia 
tfeliréy  doiíFeinandó,  y  entre  los.  grandes-  ee  habla  for- 
liía&o^a.tiua  iij^  para  poner  e^-libertad  á  la  reina,  cuan- 
ddy^lnueitadedo^]^6li{»e,  acaecida  en  Bargas  el  25  de 
Irbteepibre  del  miamo  aSo^  4  los  veinte  y  ocho  años  de  su 
édádi'pox'una  fiebre  vk^^nta  que  1&  atacó  en  consecaeño 
c£a  |Se  haberse  puesto,  á  jugar  á  la  pelota  después  de-ha- 
bbr  <)Omldo  con  ezoeag.  vii^o  á  impedir:  la.explosiony  pero 
dt  mismo  tiempo  dfú2f  llXJastilIa  en  la  mas  completa  anar« 
q^ítf;' Formóse  un  jOonsejo  de  regeneia  de  seis  sefiores, 
prastdidoá  por  cl'an¿bifi;99  de  Toi^o;  pero  h&bicndo  este 
presentado  &  la  reina  pavaS^e  les  firmase  las  cartas  de 
d94toca¿ioii  para  i^unix^ias  oorteS|.esta  íe&usó  hacerlo^. 

:9Í)|«&XAaeVB0.«ieVOMO  XOU— 9 


diciendo  qae  ae  dejsae'pa 
dn,  Qoe  proreeiia  6  todo 
dos  partidoB;  el  d&o,  6  oc 
de  Toledo,  pietendi»  gae 
ra  qoe  vomese  á  gobero 
don  Oáriot,  oonforme  &  I 
Isí^ibI;  ti  otro,  de  qae  en 
riaque  bq  nombrase  al 
qoe  toma»  en  sai  manoc 
iM>r.bas«e  jaDturon  y  deoli 
Eabre  ttíato,  la  reina  faw 
demenoia,  paseando  por 
aa  marido,  6  pretexto  dé 
doCa  Uabal  &  Oranada,  ( 
se  lo  hílbia  aaonoíado  un 
morada  y  zelosa  de  ét  de 
no  de|aba  qne  se  le  aoerc 
bar^o  algonoe  intérraloE 
grandes  que  reaistáan  la 
'ron  de  casarla  con  el  tej 
cm  el  dnqne  de  CalabrU 
yeotoa,  los  qae  ella  rehoi 
0.  Fernando,  aooqae  i 
yerno,  signii}  sa  rUije  á  i 
glan  toa  negocios  de  aqa 
quistado  neoeattaba  la  pi 
et  <»DooíaUento  profandi 
los  prinoiploa  del  arte  de 
era  menester  dejar  teasoí 
oamUasen  los  ^mos  de 
ra  qae  loa  desórdenes  de 
mano  enér^^oa,  capas  de 
den.  A  Sa  regreso  á  Oast! 
blspo  de  Toledo  Oisneroi 
capelo  de  oardenat  y  nna 
Los  grandes  del  partido  i 
Buavns  inqniemdeti  poro 
uo,  que  deseoso  detonar 
pidió  al  rey  de  Ifararral 
cito,  á  qae-aqael  «Medid 
se  CMase  oon  la  reina  13'. 
ti  rey  don  Fernando  j  el 


-S5- 
tropas,  las  voces  qae  oorria&  de  qae  en  laglateiía  sé  ari« 
maba  un  grande  ejérdto  para  desembarcar  con  él  en  las 
costas  de  fiiipttña.  Habo  también  sediciones  en  algunas 
cindades^  siendo  Córdora  la  primera,  con  el  motivo  que 
antes  hemo9  visto^  7  habftndo  enviado  D.  Fernando  nn 
oomisionado  para  formar  nn  proceso  y  castigar  á  los  cnls 
pables,  le  hiao  prender  el  conde  de  Priego  y  le  detuvo  en 
el  castillo  de  Montilla.  D.  Fernando,  irritado  por  esta 
•  audacia,  y  aprorecbando  esta  ocasión  de  humillar  á  los 
grandes,  se  poso  en  marcha  al  frente  de  un  ejército,  y 
aaiiqne^  conde  se  sometid  implorando  rendidamente  la 
demencia  del  reyi  y  fnese  sobrino  del  Oran  Oapitan  D. 
FemandOi  le  desterró  |de  toda  Andalncia^hizo  seguir  la 
cansa  y'oastigürá  los  ealpad0S|  y  arrasar  hasta  sus  ci- 
mientos el  castillo  de  Montillá,  cuna  del  Oran  OapitaUi 
•por  habas  estado  preso  en  él  el  comisario  real. 

Gon  este  y  otros  ejemplares  que  llenaron  de  terror  á  I04 
deeoontentos,  aOrmd  su  autoridad  ¡[y  considerando  es^!* 
taoonsotidada,  sédirijid  jotras  empresas,  delascua» 
lea  i»  prindpal  fué  la 'conquista  de  Navarra.  Beinan 
ba  en  esta  Jttft  de  Aloret,  casado  con  la  heredera  de 
eata  corona,  nietos  de  Dofia  Leonor,  hermana  deD.  Fer. 
dando:  ésta^  que  se  kallaba  en  guerra  con  la  Franciai  pl- 
di6  paso  para  sos  tropas  y  qué  se  le  entregasen  por  se- 
gundad tvea  de  las  prineipaiesj^fortalesae,  y  habiéudosele 
rehusado,  hizo  que  el  duque  de  Alba  ocupase  todo  aquel 
TemO|  que  quedó  desde  entonces  unido  al  de  Oastlila. 
Por  el  mismo  tiempo,  el  arsobispo  de  Toledo  levantó  á 
BUS  expensas  nn  ejéroltOy  b^jo  el  mando  del  célebre  [conde 
Pedro  Jfavarroi  y  conquistó  á  Oran,  en  la  costa  de  Afri- 
oa,  cayí^  plaza,  coa  las  damas,  tomadas  á  los  moros  en  la 
Bdsinii  oosta,  sirvieron  para  contener  las  irrupciones  de 
estos  é  impedir  sos  piraterías* 

I>«  Femando,  al  cabo  de  una  regencia  tan  gloriosa,  en' 
que  las  armas  espafirias  adquirieron  tanto  lustre  ea  las 
aivcvceae  guerras  que  sostuvo  en  Italia,  murió  en  Hadri'« 
«»le|o/.el  22  de  Bnero  de  1516,  habiendo  declarado  here^* 
<l€^»  fde  todos¡«as  astados,  á  su  hija  la  reina  Doña  Juana, 
y  después  de  su  muerte  al  príncipe  D.  Garlos  su  nieto. 
crcmt>ró  al  cardenal  Oisneros  regente  de  OasÜlla,  y  al  ar-* 
BOl>iiBipo  de  Zaragoza  hi^o  natural  del  mismo  rey,  regente 
le  ./LrugonydeloflicstMos  dependientes  de  aquella  00^ 


^         a 


Tona.  Sa  oadáver : 
to  Al  de  la  reina 

Dos  hijos  qoedi 
okidaqne  de  ÁtuA 
dero  de  Oastiila  ; 
'  de  loa  estados  de 
X'ernando,  y  onati 
na  H»rla, ;  la  pdi 
rrioaSi  Bl  primt 
Flándoa  ;  habla  b 
do  residía  en  Esp 
mas  qnerido  qae 
riándea  y  &  quiei 
intento  de  hacerli 
la  moGitedel  re; 
las  inqnietades  qi 
<]Del  piinclpe  gobi 
oe  dolía  Idftbel:  loi 
miento  qae  el  rey 
nerOHpar»  regen 
deán  de  Lobaina, 
cipe  D.  Carlos,  de 
reino;  mas  despae 
de  acaerdo  paia  g 
loa  del  catado  en  < 
cesalí^  líti  piéeen< 
los  coúllriitO  en  la 
«dése  que  6e  le  reo 
el  papa  le  trataba 
bian.  BebatiOeo 
los  grandea  y  el  ci 
zegente,  pcea  pan 
la  reina  liablege  o 
tensión  ñ.  la  iucap 
qne  üu  le  daiía  al 
pUblIcoa  se  pondi: 
^n  onjoslérminoij 
do  él  reino. 

Aonqae  el  iiom 
piobado  por  el  ni 
des  con  m<-joT  áni 
tíl  caidenal  oomei 


-^Si- 
da {TobUokm  t^^iesé  Mbre  las  armas  cierto  xtátnero  de 
mldados  «a^pro^onrié^i  al  de  íqs  habitantéBi  vén  brere 
jatttó  waéwtpé  ú^  tréiilta  nül  lombrésf  pero  los  grandes 
y  IM  ofaiáades^  temieado  qná  esta  rettaion  de  faerzas  air- 
iriase  para  ^pñrittii^s  y  ^luitarles  stis  f  aérbs,  se  opusieron 
A  eliai  slaitdo  Taüá^iolld  iá  primera  e^  reéistir  el  arma** 
menta;  eaya  ajémpM  si|(tileron  otras;  escribiendo  al  rey 
coasr»  el  ^ardenal^  é  iasfi&tdole  para  gne  pasase  á  B^pa** 
'fia.'   Broard!eital'<HBÍimtI6. ' hasta  qne  jmdo  edntar  con 
(ssR&as  «afldiéíioss,  y  «ntánoes  amenazó  qne  trataría  co% 
mo  labéSdes  á;  les  jqñé  contiiitiasen  oponiéndose,  y  liaría 
«so^de  las  ttmas  l)áni  sojetsrlos.    Oon  igaal  enetgía  con** 
teir^ta9itf(|aletifdee4tie  atnagaban  por  el  exterior,  re. 
ofeaaando^á  ios  fipancesea  que  iiabiam  inrodido  &  liTavarra, 
•n  A  qw  m»nd6  á  desthiir  todas  las  placas  fuertes,  6 
«aceepeiea  de  Pánq^onaj  pira  peder  dominar  mas  í&eil<« 
asente  41  país,  lo  qae  cansó  mucho  disgusto  á  los  habitan- 
tea,  éhiao  tespetar  el- pabellón  español,  insultado  por 
IM  genoiRceeSj  faádendo  ^net  en  prisión  6  todos  los  de 
»qnelliinaGlon  que  residían 'en  Bspafia  y  secuestrando 
sos  bienes,  con  lo  que .  obligó  &  la .  rep&bUsa  á  dar  una 
completa  satíslSftdbioUtf  ^m5  cuentas  á  los  que  hablan  es« 
tado  enóargado  del  manejo  de  la  real  hacinda ,  castigó 
4S0a  riger  á^  los  que  hablan  cometido  fraudes,  y  obligó  á 
Nitttaír  al  erarla  lo  que  se  le  habla  usurpado.  JSñ  la  dia« 
tribttdcm  de  los  empleos  procedió  con  la  mayor  justiOac^ 
eim,  prov^éndolos  déle»  personas  mas  aptas,  y  aten-« 
diendo  al  mérito  de  los  oficiales  antiguos,  que  habiim  he** 
oho  servicios  ei  la  guerra.jBl  gobierno  de  las  posesiones 
de  América,  por  las  reiteradas  representaciones  áéL  Iíh 
oenoiado  Bartolomé  de  las  Casas,  que  ;era  entonces  mé- 
dico particular,  no  habiendo  tótnado  todavía  el  hábito  de 
Santo  de  Domingo,  manió  por  gobernadores  á  la  isla  es- 
.  paMia^  tres  priores  del 'orden  de  BanOeróaimo»  creyen- 
do que  8^  remediarían  todos  los  males  y  se  evitaría  la  o- 
prañon  de  los  indios ,  poniendo  la  autoridad  en  manos 
enteramente  desprendidas  de  los  intereses  mundanos; 
mas  tal  faé  la  contradicción  que  los  monjes  encontraron, 
que  las  eosas  sigaieron  con  corta  diferencia,  en  el  mismo 
:  Meen  que  antes. 

Bl  rey»  excitado  pbr  su  padre  el  emperador  Maximilia- 
no, para  acelerar  su  viaje  á  BspaUa ,  y  movido  por  los 


,    deaóiúen^  qad  de  n 

la  revolaoioa  acaeoii 

go  de  Mascada,  deti 

dejat  heoi}a.la  paz  o 

I,  la  qae  secoaclají 

deaTenmoso.pero.q 

plir.  OoQoIiiída  la  p 

ribo  á  Tilla'vioiasaf 

;  ^re  do  1517,  y  fo6  x\ 

ÉardQDal  legeate  si 

"    obstílnttí  BD  edad  y  i 

,  tnvo  qae  detenerae 

vieaibre,  coa  el  aeal 

coa  el  107,  y  de  que 

elda  apteoladoa  coa 

pensados  coa  la  m 

Oficios  ana  cart^  pa 

retirase  á  aa  aizobl 

dé,  tauta  ep  lo  reUg 

.'  EigQcsfandeoioaeB 

íl  calcivo  dalasoie: 

EfitQ  aQo  foé  tam 

él  tavo  ea  AiemaDl 

con  ocaaloa  de  las  1 

Iieoii  X,  &  loa  qoa 

de  la  magnifioa  ba^ 

pag6  lúpidameate, 

el  padre  Mariana, ' 

dónde  y  en  qaiéa  a 

Pronto  se  leafrió 

bia  BÍdo  recibido :  1 

de  seUores  dameno 

qáe  oamo  oa  campí 

do  género  de  medií 

del  rey  era  Oaitleri 

babla  sido  as  ayo, 

ea  aprovecharan  d< 

biitaiode  XoleJo, 

lado  qae  tanto  IqbC 

al  Joven  Gaillermo 

deOhlevres,  llerai 

primera  dignidad  1 


-.  39  — 
n  n  j6yeii  eitranj^ro.  Itodo  caanto  habia  deproveclio  erft 
para  los  flamenccMi,  que  vendiaa  6  peso  de  oro  todos  los 
empleos  que  no  toinak>att  para  tí,  y  entonoes  faé  cuando 
se  aiiloris6  Bolemnemente  el  oomeroio  de  negrosi  qne  ya 
desde  antes  se  habia  eomenzado  á  introducir  en  las  is^as 
de  Améiíoai  para  lo  qne  se  concedió  privilegio  exclasivo 
de  llevar  cuatro  mil  de  aquellos  al  gobernador  de  la 
Bmssa»  sefior  liamenooi  del  consejo  del  rey,  el  cual  la 
vendió  á  los  geneveses  por  veinte  y  cinco  mil  ducadoa. 

El  rey  fué  á  Tordesiltas  con  su  hermana  dcñá  Leonor 
á  visitar  á  la  reina  su  madre ,  y  allí  sé  presentó  el  arzo^ 
b'spo  de  Zamgosa,  regente  de  Aragón  ,  para  inofrmarle 
del  estado  de  aquel  reino,  pero  Ohievres  no  le  permitió 
ver  al  rey  nt  á  la  reina.  De  allí  pasó  á  Yalladolid  en  el 
afio  siguieifte,  donde  fué  reconocido  por  rey  por  las  cor« 
tes  oonvMadas  á  este  objeto,  las  que  le  concedieron  ua 
donativo  de  seiscientos  mil  ducados  en  tres  afíos^  el  ma^ 
yor  que  se  habia  hecho  hasta  entonces.  Bl  rey  de  Francia 
le  pidió,  que  conforme  á  lo  prevenido  en  el  tratado  de 
Noyon,  testitayese  el  reino  de  Navarra  4  Enrique  de  Al- 
biet,  nieto  y  heredero  de  dofia  Leonor,  pero  Garlos  éata% 
ba  tiin  lejos  de  pensar  en  cumplir  esta  estipulación,  qne 
en  las  oortes  de  aquel  reino  que  se  celebraron  en  Pam^ 
piona,  hiso  se  le  Jurase  rey,  y  reina  ádoña  Juana  su  ma- 
dre, y  mandó  salir  del  reino  al  cardenal  Albret,  obispo 
de  Famplona.  Pasó  luego  Garlos  á  Aragón,  y  en  seguida 
á  Barcelona,  donde  celebró  cortes  6  los  catalanes ,  en  las 
que  se  le  prestó  el  juramento  de  fldelidad,  habiéndolo  él 
mismo  hecho  de  obedecer  las  leyes  y  privilegios  de  aquel 
principado.  Allí  fué  donde  se  efectuó  ^n  sn  presencia  la 
célebre  dispata  entre  el  obispo  del  Darien^  fray  Juan  de 
Qoevedo,  y  el  licenoiado  Gasas  sobre  si  los  indios  eran 
siervos  por  naturalesa,  y  sobre  el  modo  en  que  debían 
Bsr  tratados, 

Murió  entre  tanto  el  emperador  Maximiliano ,  y  los 
electores  reunidos  en  Francfort,  no  obstante  las  preten% 
siones  y  manejos  de  Francisco  I  rey  dcTrancia,  elijieron 
emperador  Á  Garlos^  [que  se  llamó  Y,  por  serio  de  este 
nombre  (Cn  el  imperio,  y  I  en  Bspafia.  Bntonces  faé 
coandotoomensó  á  haberse  dar  el  tratamiento  de  majee* 
tady  no  hablando  usado  los  reyes  de  Bspafia  mas  que  él 
de  altesa»  Désds^este  momento  todas  las  miras  de  G&rlot 


.f  dwon  oonoentzadae  en  le 
*Sa  vi*.eaonñoadoa  los  so; 
la  domíiiaciotí  de  los  prfa 
dfl  gaeiraa,  ea  qae  couau! 
ningna  objeto  vardadorai 
BI  descontento  había 
comenzaron  á  formar  jan 
versas  dadades,  para  la  < 
díi  la  reforma  ds  los  aba 
de  oomónidades.  Ea  Valí 
lado,  diasoBtadoa  el  cien 
ooDTOcado  Garlos  las  cor 
6  presidirla?,  dando  eale 
^ae  era  ya  oáispo  de  Tor 
sentir  ca  nada  de  lo  qae  i 
do  OárloB,  aprobá  los  prl< 
laa  asociacionea  popalarf 
formadas  en  oposición  á  1 
laido  nn  levantamiento  ei 
ú%  de  Mont«leone,  on  qac 
neifie  en  salvo.  En  medie 
diapnao  Garlos  pasar  á  A 
Imperial,  y  antes  de  embí 
lB8  ccrL  r.  lie  Gastilla  par: 
aoteB  1:1.  .case  habían « 
d^anJo  regante  al  obispe 
ya  lií  c:ipolo  y  se  llamaba 
&o  el  coi  010  á  la  írritaoiot 
donde  «I  pueblo  ae  hablí 
que  OárloB  se  iba  &  lleva 
con  peligro  atravesando 
llnvla,  por  en  medio  de  1' 
'  oorbes  de  la  üoraüa.  &  de 
go,  so  habiéndose  oeleba 
dipntados  de  Toledo  qus 
cedió  un  don  gratuito  eo 
la  concesión  los  dipotai 
Embarcóse  en  sqael  paa 
la,  tuvo  largas  confereni 
M¿o  con  su  tia  doEla  Oai 
cabSlieoa,  ea  las  qae  se 
áibitio  do  lag  diferencial 


-T-41  — 

ciay;;toman«l0  las  ánnaa  contra  el  qae  no  só  flolmetíeee  á 
va  desidoii,  S  conüimaudo  sa  viajOf  arribó  á  Fleaiiiga  en 
la  oofita  de  Zelanda^  de^  donde  pasó  á  Aqnisgran,  yfoé 
coronado  Bolemnemente  én  aqnella  dudad  el  23  de  octa*« 
bre  de  1520,  y  el  dia  sigaientoy  sentado  en  el  trono,  á  pre- 
sencia de  los  electores  del  imperio^  renunció  los  estados 
que  habla  heredado  en  Alemania,  en  íavoc  de  su  herma* 
no  don  Fernando ,  quien  por  suta  cesión  fué  reconocido 
archiduque  de  Aüs&ia.  « 

Apenas  se  hubo  verificado  la  partida  de  Garlos,  el  le- 
vantamiento  se  hizo  general  en  Uaatilla.  Toledo  y  las  de* 
más  ciudades  confederadas  tomaron  el  nombre  de  las  co- 
mBBidades ,  y  4  s^  fcente  estaban  Femando  Davales  y 
Juan  de  Padilla»  casado  con  doña  María  Pacheco,  hija  del 
conde  de  Téndilla.  ISn  Yalenda,  los  germanos  invadieron 
varias  ciudades  y  aun  la  misma  capital  que  asieron  á 
saco^  después  de  haber  desbaratado  el  ejército  que  man«< 
daba  el  virey  duque  de  Segorbe*.  3üo8  confederados  de 
Castilla  se  jantaron  en  Avila,  presididos  por  don  Pedro 
Laso/diputado  de  Toledo,  quien  con{una  varita  en  la  mano 
dirijla  todos  los  movimientos,  sin  q^^e  nadie  so  atreviese 
á  contradecirle*  En  breve  tuvieron  un  ejército  numeroso 
que  mandaba  Padilla,  el  cual  faé  con  un  destacamCQto  á 
Tordesillas,  á  hacerse  ae  la  persona  de  la  reina,  para  au* 
torizar  con  ella  su  partido. 

Dofia  Juana,  ignorante  de  todo  lo  que  pasaha,  y  no  pu-  - 
dlendp  por  su  enfermedad  juzgar  del  verdadero  estado 
de  las  cosas,  confirmó  á  Padilla  en  el  empleo  de  geoeral, 
le  ancargó  que  se  ocupase  de  restabJecer  la  tranquilidad 
en  ti  reino,  y  pidió  que  la  junta  de  los  comuneros  que  es-* 
taba  en  Avila,  se  trasladase  &  Tordesillas.  £1  punto  á 
que  la  revolución  ha))ia  llegado,  obligó  á  Garlos  á  escri^ 
bir  á  las  ciudades  confederadas^  pfr^léndoles  que  volve< 
ria  áEspafía,  exhortándolas  á  sosegarse ,  y  nombró  por 
asociados  á  la  reg^oia  al  condestak^e  úfáa  Iñigo  de  Ye^ 
lasco,  y  fil  admirante  de  Oastilla  d«n  Barique  Jinriquez. 
Los  regentes  recibieron  auxilio  del  duque  de  lifájera,  vi» 
"  re^  de  Navarra,  y  un  préstamo  de  cáncnenta  mil  ducaí 
dofi  del  rey  de  Portugal,  con  lo  que  le^vaataron  un  ejérdto 
que  posieron  á  las  órdenes  del  conde  de  Haro^  Gon  este 
'"  motivo,  los  diputados  de  los  comuneros  pidieron  socorros 
á  todos  los  coDfcderados,  y  entre  los  que  ee  presentaron 


-43- 
f  o6  ano  el  obispo  de  Zamora  don  Antonio  do  AoafiA,  con 
nn  oaerpOjde  clérigos  y  otras  tropas  que  levantó.  Por  ks 
manejos  de  este  prelado  ambicioso  y  torbnlento,  se  quitf 
el  mando  del  ejército  á  Padilla  y  se  le  di6  á  doQ  Pedio 
Gironi  el  cual  iiabiéndose  pasado  al  partido  del  rej,  dejó 
Ék  loa  comuneros  en  la  mayor  confasloni  con  lo  qae  té 
nombrado  naeramente  Padílle;  quien  ae  e^f aiz5  en  m* 
nir  tropas  y  restablecer  el  orden,  siguiendo  la  gaem  con 
el  mayor  empeño.  Padilla  no  quería  aventurar  á  áxito 
de  esta  en  una  acción  general,  pero  viéndose  obügado  á 
darla  por  las  medidas  que  había  tomado  el  loonde  üe  Hft« 
roparafjrasarioáello,  los  comuneros  f aeren  oompto 
mente  derrotados  en  los  campos  deYilialar,  el  23  de  i* 
brii  de  1520,  y  Padilla  con  BravOylosMaldonadosyotioi 
de  sus  principales  capitanes  que  cayeron  priftioneroi  ^ 
faeron  decapitados.  No  por  esoo  cesé  la  guerra :  dofii 
Maríai  viuda  de  Padillaf  se  hizo  fuerte  en  Toledo,  y  n* 
suelta  á  defanderse  en  aquella  dudad  hasti  perecer,  hio 
morir  á  todos  los  que  eran  sospeohos,  v  careciendo  de 
recard09|  encerró  en  la  sala  capitular  a  los  oandmgoii 
hasta  que  la  hambre  los  obligó  ai  segundo  día  ó  dttli 
quinientos  marcos  de  plata;  pero  faltando  los  vívem  7 
no  habiendo  podido  romper  la  línea  de  los  sitiadoRSf  i 
pesar  de  haber  dado  un  combate  en  que  murieron  mil  1 
iresoientos  de  los  sitiados;  ocupada  por  las  tropsadd 
prior  de  8an  Juan  que  mandaba  el  ejército  reali  lacn^ 
dad;  tomando  el  castillo  y  atacada  en  su  misma  etm,  lo* 
gra  escapar^  vestida  de  aldeana,  y  retirarse  &Poitagi!| 
donde  vivió  por  mucho  tiempo  por  los  socorros  qne  le  dft« 
ba  el  obispo  de  Braga*  £11  obispo  de  Zamora»  AoaSSy  qM 
se  habla  hecho  nombrar  arzobispo  de  ODoledo,  pretal 
pasar  á  Francia  disfrazado,  pero  habiendo  sido  conocida 
tú6  llevado  preso  á  la  fortaleza  de  SimaiicaSj  en  la  fM 
por  otros  delitos  qae  cometió  para  librarse  de  la  piiBoa, 
f aé  decapitado.  Igual  pena  snfrieron  algunos  otros  de  hs 
pslncipales  autores  de  la  sedición,  concediéndose  ptra  to- 
dos los  demás  un  indulto  general,  con  pocas  ezoepeíoBea 
En  Valencia  también  f aeron  sometidos  los  germanoB^  T 
la  revoluoiou  suauicada  en  Mallorca  faé  igualmente  i^ 
primida.  I 

Fi  rey  de  FraBoia»  que  habla  reclamado  en  vano  lade< 
volacíon  de  la  Niivaira  en  virtud  del  tratado  do  fi^% 


--  43  — 

quiso  aprovechar  el  desorden  en  que  estas  tiítbaoiónea 
tenían  a  España  para  recobrar  por  las  armas  lo  que  no 
había  podido  obtener,  por  las  estipulaciones  de  aquel 
conveniOi  y  con  esté  ocjeto  puso  en  campaña  un  ejército 
de  doce  mil  íDfdntes  y  ochocientos  caballos,  con  qao  in« 
vadlo  todo  aquel  reino  sin  resistencia,  habiendo  Bido  o- 
cupada  también  la  capital  Pamplona,  á  excepción  de  la 
cindadela,  que  fué  atacada  vigorosomente:  no  habían  po- 
dido concluir  las  forti&caciones  de  esta,  'y  además  esca* 
seaban  las  gentes  y  municiones^  pero  se  hallaba  dentro 
de  ella  un  bozarro  oñciali  de  una  familia  distinguida  de 
Guipúcua,  que  sostuvo  intrépidi^mente  el  asalto,  hasta 
que  una  piedra  arrancada  por  una  bala  de  cañoui  le  hic 
rió  la  pierna  izquierda^  al  mismo  tiempo  que  otra  bala  le 
arrancó  la  derecha :  su  herida  decidió  la  rendición  de  la 
étudadela,  y  los  franceses  admirando  su  valor,  le  trata** 
ron  con  generosidad. 

Este  oficial  era  den  Iñigo  6  don  Ignacio  de  Lojola;  y 
esta  herida,  haciendo  de  él  un  santo,  faóel  origen  de  una 
de  las  instituciones  que  han  producido  mayores  y  mas 
prodigiosas  consecuencias  en  el  mundo,  tanto  en  la  relia 
gion  como  en  la  política  y  en  la  literatura,  y  á  la  que  es^ 
pecíalmente  en  Amérca  se  han  debido  los  mas  grandes 
resultados.  Sau Ignacio],  en  las  meditaciones  á  que  le 
condujo  el  retiro  á  que  le  obligó  su  caracioo,  que  íaé  muy 
larga  y  penosa,  resolvió  dejar  el  mundo  trasladándose  á 
París,  para  ocuparse  en  aquella  célebre  universidad  del 
estudio  de  las  ciencias  eclesiásticas,  y  ordenado  de  sa« 
oerdote,  se  presentó  en  Boma  al  Pap^J^aulo  III,  con  sus 
nueve  compañeros,  Pedro  Lefsvre,  Diego  Lainez ,  01au« 
cjUo  Lejay,  Pasoacio  Brouet,  Francisco  Javier ,  Alfonso 
Salmerón,  Simón  Bodriguezi  Juan  Oadure  y  Nicolás  de 
Bobadílla,  para  formar  un  instituto  que  tuviese  por  ob- 
jeto la  educación  de  la  juventud,  la  defensa  delareli* 
gion  y  la  propagación  de  esta  en  los  países  en  que  no 
liabia  sido  predicada.  Esta  f  aó  la  compañía  de  Jesús :  su 
nombre,  y  en  gran  parte  su  régimen  interior^  fueron  efec* 
to  üe  la  primitiva  profesión  militar  del  fundador :  'c>u 
principio  íhndamental  eoosistía  en  la  obediencia  absolu- 
ta al  jefd  de  la  Iglesia  y  al  general  de  la  compañía  que 
reside  en  Boma  :  el  primer  acto  del  jesuíta  al  to;nar  la 
zopa  de  su  órdeui  iXé  lenunciar  &  sa  propia  voluntad ,  y 


—  4 
someterse  á  la  do  eos  snperio 
b!»  Dada  de  cleedoaes  enea] 
temante  tumaltn&rios.  nada< 
Qíonea  de  loa  priontclales  ;  c 
poi  el  general,  qne  t«aia  on 
consnUar,  y  qne  estaba  ineti 
lito  de  todos  lo3  individaos  i 
íiiformeB  qne  recibía  cada  Üi 
plioaba  la  aptitad  ñsica  y  i 
miamos  informes  seivian  pan 
sa  capacidad,  ;f  a  al  ministeri 
ensetLanza  p&blica,  ó  al  secri 
paiees  mas  remotos  de  la  tie 
recompentia  de  lOs  consuelos 
ba,  de  la  pri ración  de  la  vid 
se  exponía,  ni  ana  tos  premü 
porque  sn  regla  loa  ezclola  d 
siáfcticiB.  Todos  para  en  <5r( 
loa  jesnitaü,  maudartnea  en  ] 
yes  en  Versallea  y  en  Madrit 
de  '08  grandes  y  ejerciendo  \ 
de  inñiyo  en  ia  masa  del  pne 
cosa  qne  áempfear  el  poder 
ner,  en  el  aniaeuto  dé  la  reli| 
misma  oosa  qne  el  engrande' 
extranjeros,  üecla  el  empera' 
los  censores  del.imperio  qne 
de  haberles  permitido  lev 
ca  dentro  del  recinto  tnian 
tos  extianjuios  meliacen  c 
y  no  Eé  cómo  recomptnsarEí 
pieos  y  laa  dignidadod;  no  q 
gloQ  les  interesa  ;  es  la  tu 
plaoBtloe." 

Los  jesaiíasi  coa  el  fin  de 
al  mismo  titmpo  contonzaro 
y  demás  rtform  adoren,  ypa 
do  el  mnndo  Ia  Iqz  del  Bti 
objetos  todos  les  talentos  di 
la  polUioa  y  la  literatnra  j 
javeotod  desde  la  prjmera  < 


—  45  —  • 
del  flabet  [11 :  'trabajaifon  con  empeficreii  las  nni^ersida^i 
ieSf  j  esta  ¿irecoion  xmiferme  ^  dice  un  eacritor  protes'^ 
tSDte^  comenzada  en  las  escaelas  y  propagada  per  la 
confesión  y  la  predicación  de  todas  las  clases  de  la  so** 
oiddady  prodajo  na  movimiento  religioso^  acaso  sin  ejem^ 
pío  en  el  mnndoi  j  fué  el  primer  obstácnto  dnradero  g.ae 
Sd  opnso  á  la  propagación  del  ^testantismo  [2J  Los  Je-- 
saltas  en  sos  estndios  todo  lo  comprendieron,  todo  lo 
'  abrazaron :  la  ciencia  de  la  réligíoni  la  polítáca,  la  histo^- 
ria,Tia)e8)  liteifatnra ántigaa  y  moderna,  las  clásicos 
griegos  y  latinos^  los  idiómas'mn^rtos  t  vivos ,  astrono  • 
miai  matemáticas/ laá  ciencias  sojet^s  a  la  exactitad  del 
cftlcnlOy  así  como.las  qne  adornan  el  espíritu  y  están  des* 
tinadas  ft  la  imaginación,  contó  la  poesía  y  la  música:  to- 
do faé  dé  sn  resorte^  todo  ejercita  sos  plumas,  todo  con- 
sagrado sejgnn  el  timbris  de  sn  orden ,  Ad  majorem  Dei 
gkriam :  á  la  mayor  gloria  de' Dios  A  ellos  debió  la  Kae* 
va-Bspafiá  la  ptopagaclon  de  todos  estos  conocimientosi 
y  la  monarquía  espafiólslnna  grande  extensión  de  sus  do- 
minios de  América,  pues  ellos  fberon  los  qne  ganaron  y 
teidlizaron  las  Oalifomias,  bonora  y  Sinaloa  i  los  inmen. 
S|ós  terreóos  del  Paraguay ,  y  qne  poblaron  de  misiones 
las  desiertas  riberas  del  Orinoco  y  del  rio  de  las  Amazo- 
nas, dando  á  conocer  en  sus  escritos  todos  estos  paii^ea, 
por  lo  qne  no  se  deberá  extrañar  el  ver  qne  &  cada  paso 
tengamos  qne  hacer  mención  de  ellos  en  el  corso  de  esta 

Mientras  Castilla  se  hallaba  envuelta  en  las  turbacio* 

'  nés  de  las  comunidades,  SeraanXtortés  ganaba  para  elia 

Wk  AmériCíi  el  imperio  de  Mé}ico  y  extendía  én  seguida 

'  «as  conquistas  á  una  gran  parte  de  los  palees  que  forman 

.el  continente  septentrional^  siendo  muy  digno  de  notar, 

que  una  adquisición  tan  importante  se  hiciese,  sin  que  el 

'  scilierdno  á  cuya  corona  sé  agibegaba  tan  rica  foya,  tuvie" 

■e  ni  aun  siquiera  noticia  del  gran  servicio  qne  se  le  ha- 

di%  ípor  un  hombre  de  quien  ño  tenis;  cóíioóimiento  aU 

lao^  y  sin  dar  para  ello  niügun  auxilio.  Algancs  afios 

elati^  se  descubrió  el  Perd  ^  cuya  conquista  se  efectuó 


fí  1  doMfiát,  iéte9f  s¿ÍrBtoa  de  U  oireaaoisioa. 
2j  Iisopclpo  St&ck». 


—  46  — 
después  de  eonolnida  1%  de  Méjioo,  quedando  ea  d  «no 
dee^te  reinado  sometidaB  á  la  oonma  de  CattUlft  tota 
las  prmoh>aIeB  partes  de  la  Amérioa,  pnea  en  laa  sigiiei' 
tes  no  ge  Idzo  mas  que  dar  mayor  eztenaíoii  á  las  oob» 

Snifitas  y  continnar  arreglando  la  administradon  de  ellH. 
Ista,  ea  la  isla  Bspaftola  6  Santo  ]K>miB|^,  que  ea» 
hemos  dicho,,  faé  por  mnohos  afios  la  eapital  de  tata 
los  eatableoimientos  espafioles  en  él  ÜTaeTo-MondOy  pü^ 
de  IOS  monjes  (Jerónimos  ,  á  quienes  el  cardenal  n^t» 
Jiménez  de  O  isneros  la  había  oonflado^  4  la  aiidieDQa 
que  se  estableció^  y  ^  ift  vireina  dofia  Jtarís  de  ToMO| 
esposa  de  don  Diego  de  Oolon^  hijo  del  áLsiiranto^  OQoi 
derechos  ñieion  reoonoddos  y  declarados  en  el  pls^ 
que  siguió  en  el  consejo  de  Indias*  Para  dpTOgfSDd» 
los  descabrimientoSi  fué  nombrado  adelantado  don  V^ 
go  Telázquez  gobernador  de  la  isla  de  Oubaí  por  quAft 
formó  y  en  mucha  parte  se  costeó  la  armada  qúeomdqe 
á  Cortea  á  las  costas  de  Méjico;  mas  habiéndose  beoM 
éste  independiente  de  aquel  jefe  •  y  autorisado  aa  piott* 
dimieuto  con  la  conquistai  fué  declarado  gobernador  j 
capitán  general  de  la  NueTasBspafiai  nombre  qoe,  i  f^  < 
tlcion  del  mismo  Cortés,  se  dio  a  todo  el  país  oonqnitf^ 
do:  separóse  después  el  gobierno  pedí  tico  de  aqneUací* 
pitania  general,  confl&ndose  aquel  á  la  andíenda ;  M 
por  último,  después  de  experimentar  los  inoonveaiotti 
que  todo  esto  traia,  se  ereó  el  vireidato ,  coflriendo  i  te 
Antonio  de  Mendoza,  que  faé  el  primero  que  lo  otliv^* 
mny  extensas  feu^ultades,  igoales  &  las  del  monarca,  y  es»! 
te  sistema^  que  con  varias  módi&orcionaB  duóhaacak 
independencia,  se  hizo  exfeensiyo  al  Perú  y  &  otraafNi^ 
viudas,  según  qne  la  importancia  qne  adquirieron  b  M 
requiriendo.  La  legislaciande  Indias  tuyo  taminen  gar^ 
des  aumentos  y  mejoras  en  este  reinado  ^  y  ya  qn^iior 
grande  oposición  que  tuvo  por  parte  de  loct  conq 
reSi  7  que  puso  en  riesgo  la  dominación  espafiola  en 
países  desde  su  mismo  origen,  dando  ocasión  á  las 
ras  civiles  del  Perú,  no  pudiendo  extinguirse  los  i 
timieutos  de  indios ,  se  estaUederon  las  reglas  pan 
orden  del  servicio  nacional  de  estos  y  las  limita 
que  este  deUa  tener,  de  manera  que  se  eortaseu  y 
gasen  los  abusos,  con  lo  qne  se  mejoró  mucho  lajntfia 
]os  indígenas,  aaá  cu&udo  estas  üispoaiciMieB  no 


—  4.7  — 
8611  entero  oumplimiento. 

La  regencia  de  Castilla,  annqae  rodeada  de  I03  calda  ^ 
dos  en  qne  la  habiau  paesto  las  inqnietades  de  aquel 
reino,  logró  levantar  un  ejército  que  oponer  al  francés 
que  habla  Invadido  la  Kavarra  |  y  derrotado  este  en  la 
batalla  de  Bqníros,  el  reino  fa6  recobrado  con  la  misina 
orotrtitad  qae  se  habla  perdido.  Hallándose  los  regentes 
en  Yictoria»  ¿  donde  se  hablan  trasladado  para  impedir 
de  mas  cerca  los  intentos  de  los  franceses,  recibió  el  ear^ 
denal  Adriano  la  noticia  de  haber  sido  elegido  Fapa  5  á 
cnya  saprema  dignidad  sabio  por  inflajo  del  emperador, 
y  tomó  el  nombre  de  Adriano  >!•  Bste  pontiflce  concedió 
al  rey  don  Oárlos  y  sus  snoesores,  el  derecho  de  presentar 
para  todos  los  obispados  de  sns  reinoSi  é  incorporó  per** 
petoamante  en  la  corona  de  Oastilia  los  maestrazgos  de 
las  tres  órdenes  militares. 

Bl  emperador  resolvió  savnelta  á  Bspafía,  dejando 
por  vicario  del  impericjá  sn  hermano  D.  Fernando,  y  &  sn , 
paso  por  Inglaterra  recibió  en  Windsor  las  insignias  de 
la  orden  de  Jarretiera,  y  ratificó  la  promesa  qne  antes 
había  hecho  de  casarse  con  doSLa  María^  hija  del  rey  Ea^^ 
riqne  TIII,  y  habiendo  desembarcado  en  Santander,  pa- 
só á  Tordesillas  á  visitar  á  la  reina  su  madre*  qne  residía 
en  aqnel  Ingar  al  onidado  del  marqnés  deDénia^  Oárk)s 
en  eete  viaje  recobró  el  afecto  de  los  españoles  que  había 
perdido  en  el  primero :  el  inflojo  de  los  flamencos  había 
cesado  faltando  Ohievre  1  qne  mnrió  cargado  de  oro  y  de 
la  pública  execración,  y  también  en  sobrino  el  arzobispo 
de  Toledo»  éste  6  censeonencia  de  nna  caída  de  caballo^ 
en  cayo  logar  foó  nombrado  don  Alonso  de  Fonseca^  ar^ 
zobíspo  qne  era  de  Santiago,  eclesiástico  muy  respeta^ 
ble.  Ño  contribayó  poco  á  conciliar  á  Oárloa  el  amor  de 
los  castellanos,  la  b^gnidad  con  qne  se  condojo  eon 
respecto  á  los  cntpables  en  las  pasadaí^  revolneiones:  aU 
ganos  grandes  le  manifestaron  qne  eran  necesarios  ma^ 
y  ores  castigos ,  á  lo  qne  contestó  qne  bastaban  con  lo 
jiecho,  y  habiéndole  algano  venido  á  denonciar  el  Ingar 
en  qne  estaba  ocolto  ono  de  los  ezoeptnados  de  la  amnis* 
tía,  le  contestos  ^^mejor  haiias  en  avisarle  á  él  qne  yo  ess 
toy  aqnt"  Toda  sa  atención  estaba  dedicada  á  la  gnerra 
cun  Francia,  y  por  segoirla  con  todo  empefio,  no  qojíso 
«^«itrar  en  la  liga  qne  le  proposieron  el  Papa  y  el  rey  de 


PeiBia  contra  <^1  gran  taroo,  gao  extendiendo  siu  ootm 
quistas  por  todas  partes  habia  qnüado  á  loa  caballeros 
ele  San  Jaaa  la  isla  de  K¡)das,  en  lagar  de  la  cual  Oárlos 
les  dio  las  de  JSalta  y  Ooso,  que  dependía  del  mno  de 
tUcilia.  Aumentaba  sus  esperanzas  el  condestable  daqne 
de  Eorbon,  que  por  disgusto  de  la  oorta,  habia  dejado  á 
I.U  soberano  y  pasado  al  servioio  de  eu  rivaL  obligándose 
fior  un  tratado  á  ¿ublevar  á  Francia  ,  cuando  el  rey  ha- 
biese  partido  para  Italia  9  y  con  este  intento  iuTadióla 
C)l:Ampaüa  con  doce  mil  alemanes  qué  el  emperador  puso 
ba]o  sus  órdenes,  pero  después  de  haber  talado  esta  pro- 
1  inoia,  faé  derrotado  poi  el  duque  de  Guisa  que  la  go^ 
binaba,  escapando  casi  solo  del  combate» 

A  lüs  an ligaos  motivos  dejaerra  que  las  ooionas  de 
Aragón  y  Oatitilla  habiaa  tenido  con  la  Francia ,  klpn* 
mera  por  la  posesión  d«l  Eosellon  y  por  el  reino  de  Sk- 
polesy  y  la  segunda  por  laíTavarra,  Carlos  agregaba  to- 
dos  los  que  procedían  de  la  Fiandes  y  la  Borgolla  qoe 
habia  heredado  de  ^u  padre,  y  del  ducado  de  IJUlan,  qoe 
el  rey  Francisco  pretendía  como  Jicrencia  de  su  abuela 
Valentina  Yisconti,  y  en  el  que  Oárlos  sostenía  i  Fran- 
cisco Esforcia,  á  quien  habia  concedido  la  ínveiitidQra 
como  de  un  feudo  imperiaL  Francisco  habia  leyantado 
I  ara  apoyair  sus  doreclujdj  ua  ^ército  poderoso,  4  la  ca- 
beza del  cual  él  mismo  sitiaba  á  Pavía  |  defendida  por 
Antonio  deLtiva.  Las  tropas  imperialesi  4  lasérdenes 
ilel  marqués  de  Pescara ,  de  don  Fernando  de  Alarcon, 
úe  Launoy,  virey  de  I^ápüles^  y  del  daque  de  BorboOf 
atacaron  las  del  rey  de  Francia  en  sacampamentOy  el  2i 
de  febrero  de  1525.  día  de^San  Matías,  cumple  ahoa  del 
«emperador,  y  auxiliadas  por  una  oportuna  salida  qae 
Xieiva  bizo  por  la  espalda  con  la  guarnición  de  la  pla2% 
las derioDaron  completamente,  matando  á  muchos in^ 
dividuos  de  la  primera  nobleza,  tomando  toda  la  arti. 
Heiía  y  bagajes ,  y  quedando  prisionero  el  mismo  reyt 
que  faó  coiidaoido  á  lafortalsa^^de  Pi^gaitoney  eu  las 
1  iveras  del  Po,  cnstodiado  po^  Alarcon,  y  esta  fué  U  pri- 
mera victoria  de  las  armas  imperiales  ^  que  la  ciudad  de 
Méjico  cekbió  coa  solemnidad  ]lk..  Q.^^  en  seguida  pa-* 

(\)  Vé^fid  \A  riimera  «^ffiortac'oü,  tomo  prlAdro  folio  054,  ¿oaMtbo  •  tn 
t9fin9  el  año,  que  í:0  ií25, 


áát  á  figpañ».  el  rey  priaiQíiijerqi  pQf gQeb  eaperi^ba  oonae'Y 
gnir,8ti  UbertiMl  o^^i  :igie}ó^/QOii^  miaf 

mo  Qoñ  el  emgeraaq^  Sii^ii  re^PI<}  verlo  y  flolot  le  atolló 
efitando  ^ermó  en  maorid,  &  cop^aeQeto^el  abatúinieii' ' 
to en qt^§' jbAbí^'caida sii eispjíi H^«  lia p^sel^iso con  la» 
oondioioneaqft^  antea  l^abiiki^^aiejiídQ^lri^^  £rasci0eo,y  . 
de  ráagQd  laaj^inQii^l¿a^faéron,I^rea¿iit9oLon  de  ]a.Bor-: 
gofiai,  ^oetipada  por  la  J^isup^ia  f  ilu  twwtísí  de  los  desei.* 
ohoa  qne  aqa0  nio9a»Bar.pEfi^día  .taoer  .ft  Miiaa  y  6  K&!« 
polea.  obHg&odo&é  á  baeef  rcinnnciar  tastbien  á  finriqne 
de  AÍbret^  ^1  tí^nío  dé  ir^y  de.jíayaimí  y  la  rei^lndon  40 
algnnoe  otros  territo^é  ^Bate  pw  se  pnblioó  el  16  de 
eaeio  da  1628^  y  el,  ¡rey  .<i^^neia^  deapaea  de  haber  fo  * 
rado  cumplir  el  tratadoaeTeaüfa^d  &  a ü^íbo^  entregan, 
do  por  rehenes  á  sus  d^a  ^joa  ^  que  ae  cambiaron  por  éi 
en  Qn{i  tprpá  situada  en  m^o  del  rio  Yidasoa ,  que  f  en 
para  Iga  dos  reinos  por.  (|1  lado  da^Gaiptiaooft^y  inego  qae 
se  yió  09  lá  ribera  frÍí^iiQe«a«  d^üiido  eapuelaa-al  oaballo.en. . 
que  mpniá ,  se  fué  á  g£4^p^  ^  6af  ona ,  ezoIamaBdo  de  - 
cuándo  eií.<)uando^:  Soy  tpdavia  rey,'?        . 
I^Sin  embargo  dio  eatap  soleovadaües,  el  rey  de  Francia 
no  había  flr^EicKlQ  J^  paz^'eon  taitencion  de  oumplirJa».fiino 
solo  como  inedio  4^  saliii  Ae  la  priaion,  y  luego  que  se  vio 
libra  xe]^a$ó  la  devplue|op*de.l¿>Borgoña|  y  se^dhirió  á 
la  ligfi  qi|e,^l  Papa  Olem^td  TU»  de  la  casa  de  Médids, 
que  híabía  auoe^ido  &  Adi^anOf  form^  con  los  pííndpes 
iCaJiiuaoj^,  á  que  se  dio  el  titula  de  Santo,  cuyo  objeto  era 
resiatir  eí  graa  poder  que  habla  adquirido  el  emperador^ 
y  con  el  que  amenazaba  la  independencia  de  todos  los  es- 
ta<}pk8  ^eltalia.  C&rlos  f  o£ímdido  de  1»  mala  £6  de  Fran  • ; 
cáficOy  le  llamó  pública^ieiite  príncipe  sin  honor  y  sin  pa<% 
labraLlpqn^  di<^moti^  al  di^üío  personal  .qn6Frau.«t' 
dfloo  nizo  á  Qárloe,  que'éste  admitid^  y  que  deUa  ^ber^ 
ee  tfiniáf>  ^n  Bar^epPi  pieroí q$ie . 4€«»paea  de  largan  conf. 
teatacipnea  pi^  arreglar  Jodcm  las  formalidádies  deL 
.  co«eibat«^  nunca  ílegd  6  tener  efeeto«  SI  rey  de  Inglaterra 
habla  abandonadeia^inifitaddal  emperador^y  ofrecido  sn 
hijibD^^ar|a>  que  estabajprometida  e&matrimonio  áéste. 
al  4/elán  de  Fcanoia.  de  lo  qtte  ofendido  Garlos ,  se  caso 
ooii  do&s^IaabeLiii/antaideJBorlxígal,  1<»  que  sirvió  da 
pretexto  al  i:eyLÍ!niiqud^pfti!a  deolaxarle  la  guerra ,  aóu^ 
aástd^íto  d&  ha^?  U^m>  Ím  paiieihra ,  y  uniéndose  á  la 

PISBBTACII0NÍB8«-*X0MCm«^13 


'I 


-^50  — 
lié»,'  fdé  declarado  protector  de  etlé*  La  liga^  para  86pa> 
rar-i^l  mareen  de  Peseara^dc  la  fidelidad  á  sa  soberaoo, 
le  oívogM  el  reino  da  Nápotée ,  y  hacerle  general  e&  ¡dé 
del  ejérdto  quesee  renaiose^a  lo  que  el  marqués  parido 
dar  oídos,  pero  segan  despiíes  se  tí4^  f aé  solo  con  d  ob<« 
jeto  deinstrair  de  todo  al  emperador,  qaieaimtadooor. 
fififdrma»  por  haber  tomado  toarte  con  sas  enemigOB,  des- 
pnce  de  haberle  eoctenido  á  gesta  Se  tantas  guerras  ca^ 
daoacfo  de  Milaní  di6  érden  para  que  se  despojase  de  él, 
lo  que  se  hm  fáoUmentey  habiéndose  apod^ado  Us  tro« 
pas  imperiales  de  todo  su  territorio ,  excepto  del  castiUe 
de  Milán,  en  el  que  Bsforcia  se  encerré. 

Mnrió  entre  tanto  el  marqués  de  Pescara,  mientrss  el 
daq[iie  de  Borbon  se  hallaba  en  Sépafia ,  habiendo  sido 
recibido  por  Garlos  en  Toledo  con  los  mayores  aplausos, 
pero  los  grandes  le  trataron  con  mucho  desden  «  y  lia* 
hiendo  pedido  Oárlos  su  palacio  al  almirante  de  OasttUs 
para  qae  se  alojase  en  él  Borbon,  se  onenta  que  el  alai** 
rante  iet)ontestó,  que  dispufliese  de  él,  como  de  todo  lo 
que  le  pertenecía  como  mi  rey  y  sefior ,  pero  que  le  per- 
mitiese quemarlo,  luego  que  el  duque  de, Borbon  esliese^ 
para  que  nunca  se  dijese  que  su  wsa  había  alojado  á  aa 
traidor.  El  duque,  Tuelto  á  Alilan,  tomó  el  miUMlo  deiss 
tropas  y  eatreotió  el  sitio  del  castülOi  hasta  obligar  á  la- 
forcia  á  rendirlo  y  retirarse  á  Oomo.  Üaredendo  de  » 
cursos  durante  el  sitio  f  Borbon  empleó  las  mas  atroesB 
violencias  para  obligar  ft  los  habitantes  de  Hüim  &  sos» 
tener  sus  tropas  hasta  el  grado  de  ponerlos  en  estado  de 
desesperación* 

Garlos,  yiéndose  comprometido  en  una  nueva  guerra 
con  casi  toda  la  Jjuropa>  cuando  meaos  prevenido  estsbs 
parahaberlas,  agotadas  sus  faenas  y  recursos  enlaqoe 
acababa  de  terminarse  con  el  tratado  de  Madrid^  al  mis- 
mo tiempo  que  una  rebrtion  de  los  moriscos  de  Ckanads 
y  Yalencia  le  ponía  on  nneVM  cuidados  dentro  de  la  ndai 
ma  Bspáfia,  habiendo  en  vano  procurado  disolver  laliga 
separando  de  olla  al  8unpM>  pontífloCí  tomb  todas  las  nie« 
^  elidas  liecesarias  para  resistir.  lie  sobraban  aoidadesi  pe»  - 
*  10  eartscia  de  dinero  para  sostenerlos,  habiéndolen^^ 
las  cortes,  reunidas  en  TidiadoHd  en  1§28,  el  subsidie  ; 
que.pl4ió.  y  como  esto  míamo  se  repitiese  ^n  lasde  Tole^ 
do  de  ^538,  k  que  copcucriéron  loa  4tw  braios»  coa  ente% 


V.  *. 


—  51  — 
ra  división  ñiióB  de  otros ,  resentido  el  emperador  con  el 
clero  7  la  noblezai  hizo  cesar  las  sesiones  y  desde  enton- 
ces tío  volvió  á  convocarlos,  qaedando  las  cortes  redaci<^ 
das  á  la  coseorrenofa  de  loi^  procuradores  de  las  diez  y 
ocho  ciudades  y  villas  que  tenían  voto  en  ellas,  no  ha^ 
blando  asistido  unnca  los  de  Méjico  y  Lima,  á  quienes  se 
les  habla  ooncedidb.  Por  su  fortuna ,  los  aliados  obraron 
con  poea  actividad,  y  siguiendo  la  política  de  falsía  y  mai 
a  fé  que  plredominaba  entonces  I  faltaron  á  sus  mutuos 
^oominomisoiEi  atendiendo  oada  uno  á  sus  particulares  In- 
tereses, con  lo  que  todo  el  peso  de  la  guerra  vino  á  re^ 
caer  sobre  la  parte  mas  flaca*  que  era  el  sumo  pontífice. 
Borbon  se  hallaba  al  frente  de  un  ejército  de  veinte  y 
cinco  mil  hombres,  al  que  se  debian  granded  sumas  atra- 
sadaSi  y  para  contener  de  alguna  manera  á  aquella  mu* 
ohedumbre  de  gentes  de  todas  naciones,  á  quienes  no  se 
podía  sujetar  á  la  severa  disciplina  por  la  falta  de  paga, 
después  de  haber  sacado  algún  dinero  de  los  vecinos  de 
Milaoi  poniendo  en  prisión  íi  los  que  resistieren  exhibirlo 
y  haciéndoles  dar  tormento,  salió  á  campaña,  dejando  en 
Milán  á  Antonio  de  LeoUi  prometiendo  á  sus  soldados  el 
saqueo  de  las  ciudades  que  tomase.  Loai  venecianos,  pie- 
viendo  esta  tempestad  ^  se  hablan  pue&to  á  cubierto  de 
eÜB^  guarneciendo  bien  sus  íronterai^:  Borbon  se  acercó 
6  Fioreneia»  que  encontró  resguardada  por  el  daque  de 
TJrbiao,  genend  del  ejército  de  la  liga,  y  dirigió  bu  mar»» 
cha  á  Boma,  fil  Papa,  vacilante  en  la  resolución  que  de^ 
bia  tornar^  hizo  nn  ocmvenio  oon  el  virey  de  Capoles  Lau- 
noyy  estabieeiendo  una  suspensión  de  armas  por  ocho 
meaes^  y  el  pago  de  on  subsidio  de  treinta  mil  ducados, 
y  en  Mta  conftansa  despidió  sus  tropas.  Launoy  puso  en 
oonooimiento  de  Borbon  el  tratado  que  acababa  de  cele^ 
bfar  en  nombre  del  emperador,  exhorta  udole  á  que  voL 
vieee  sw  armas  Contra  ios  venecianos^  mas  este  genera), 
qae  estaba  contrapunteado  con  el  virey  á  quien  para  na- 
cué  jree^MKda,  sljgnló  su  intento ,  sin  detenerse  por  el  ar- 
miatioio  contratado.  Todas  las  ilusiones  del  Papa  desa« 
paieoieron  cuando  vio  que  el  ejército  sakia  de  Toscana,  y 
mtonoes  txató-de  reunir  de  nuevo  gente  y  ponerse  en 
lefeusai  pero  era  ya  demasiado  tarde.  Borbon  llegó  de- 
aiftte  <le  Üomai  encendió  la  codicia  de  sus  /moldados  eon 
a   X  iift  ta  de  toatemplcs  y  de  los  palaciosi  de  cujas  ríquet 


zas  ibaa  ca  brcvA  á.  ser  ( 
tres  oolamnaaidg  ataqae, 
iiacíopeB  qae  compoDian 
éitaliaaos,  paia  que  la]r¡ 
en  valor,  y  fAroreoido  pe 
con  ana  tropas  tia  ser  rif 
mayo  ¿e  15iJ7.  He  aplica; 
ae  dkó  piiDcipio  alataqn 
con  T*lor:  ana  do  laa  culi 
á  loa  sold^dús,  Borbon,  a 
nn  vestido  blanco  oncimí 
tomó  ana  esoala,  y  anitn 
por  ella,  oanndo  ana  bali 
y  para  quo  les  soldado 
maerto.  maudóciilKÍrs 
minó  ea  vid»,  atacando  i 
voluntad  del  ompcrado 
no,  el  oondegtab'ü  do  Fr 
loa  Buw  ilostres  capitana 
Bobraano,  enemigu  da  bq 
por  despecho  y  veiigausa 
condacido  &  líápoles,  ps 
<a  el  cubo  de  la  torre  de 
le  sepaltma  por  hab&r  m 
aiendo  rey  da  aqasl  rein 
lüapafla,  ILI  de  tidt«  nom 
deto  á  la  familia  real  & 
La  muerte  dt:l  general 
doB,  quienes  entiuudo  p< 
saquearon  inhumanamei 
t^  ¿ioá  te  libraron  du  la 
t:a  desefrenada,  que  no  i 
ui  ptpfano.  El  ii'vpa  Ee  1 
flaÁ  Aogelo ,  mas  por  ft 
be,  qaedundu  iJiieíonero 
de  Alaicou  La  pebta  qti 
poner  el  culmo  á  Ihs  d«a 
ella  el  virey  do  Nílpole» 
Seua.cl  piincipe  du  Oís 
dd  AlatcLn  con  el  mane 
dbió.lasnoticiea  dü.tO( 
Valladolid,  celobi-audo 


—  63  — 
del  príacipe  don  Fdlipd,  qae  faé  el  sequillo  de  eatd  nom-' 
bre:  maadó  laego  cesar  las  fáucioaea  y  dio  maestxas  del  . 
mayor  pesar,  oomunicando  órdenes  6  todos  sas  dominios* 
para  que  se  hidesen  rogativas  púbUeas  por  la  libertad 
del  pontífice.  Parece  nn  acto  de  hipocresía  el  haber  dado" 
semejante  orden,  sin  que  baste  para  acensarla  la  distiá^' 
clon  entre  el  soberano  temporal,  promovedor  de  la  lígii 
qae  era  enemiga  del  emperador ,  y  la  eabeza  de  la  reli*« 
f  (oa,  onando  siendo  sn  prisionero ,.  bastaba  sn  valontad 
para  ponerle  en  libertad;  pero  este  proceder  es  menos  ex* 
trafio,  si  se  atiende  qae  Koaot^  finé  atacada  sin  sn  orden,  y 
qae  no  podía  prometerse,  nn  pronta  obedecimiento,  de 
una  mnchednmbre  Insolentada  con  el  trianf<>  y  con  él  pl" 

Cirios  hi20  la  pa^  con  el  Papa  al  qne  devolvió  todas 

sos  posesiones,  pero  la  goerra  oon  los  dem&s  príncipes  y 

estados  confederados  oontinaó  por  nn  tiempo  oon  varios 

soeasos,  habiendo  los  franceses  pnesto  sitio  á  Kápoles, 

pero  se  vieron  obligados  á  levantarla  y  f  aeron  derrotados 

por  el  príncipe  de  Oranje  y  Alarcon,  perdiendo  sn  artille- 

ría  y  bagajes,  y  qnedando  pi»sioaerQS  el  general  oon  to* 

dos  los  ofloiales^  Carlos ,  dejando.á  la  emperatriz  con  el 

gobierno  de  £spa£La^  pasó  á  ItalüA  á  recibir  la  carona  ims 

perial  de  mano  del  Paj^Jttm  qnieñ  ratificó  la  paz,  que ' 

dando  esta  afirmadd[yHBnsa8  de  la  repúblicatdeFiov 

rencia  qne  se  erigid^Bdiiciada,  elqne  se  dio  á  Alejandra 

de]Médicis,  sQbrino  cRi  Papa,  cayo  oasami^to  con  dofia 

Jlargarita  hija  nataral  de  Uárlps^  qnedó  contratado.  Los 

emperadores  de  Alemania  ae  consideraban  oon  derechos 

sobre  todos  los  estados  de  Italia^  como  sneesores  de  los 

emperadores  romanos,  y  este  principio  lo  sostenían  todo'j 

loa  legistas  de  aqnel  tiempo,  en  enya  virtnd  daban  car*' 

tas  y  privilegios  á  las  ciadades ,  qne  faé  el  origen  de  to^ 

daa  aquellas  repúblicas  y  principados.  Los  floíentinoa 

defandieron  con  valor  sa  independencia  ,  habiendo  sido 

aeoesario  para  privarlos  de  elía  mandar  nn  ejército»  y  en 

la  contienda  perecieros  dos  de  los  •  principales  generales 

de  aste,  el  principe  de  Orange  y  don  Diego  Sarmiento, 

atondo  don  ÍP^rnando  Gonzaga,  pxoolamado  general  por 

laa  tropas  y  cpya  elección  aprobó  Garlos  Y,  el  qne  obli- 

Í6  Á  capitular  á^Fiojreiieía  después  de  nn  largo  sitio.— 
l&rlos  recibió  lá  corona  imperial  de  mano  del  Papa  él 


•^i 


—  54  ~ 

22  de  febrero  de  1530,  en  SanPetroaio  de  Bolozua,  y 
an^boB  piMearoa  despaes  á  caballo  por  las  calles  de  aqao 
Ua  dadadi  en  medio  de  las  i^lamaciones  de  aiia  inmeav 
831  maltitad  de  gentes  gae  liablan  venido  de  toda  Italia 
á  aqnella  solemnidad.  Bn  segaida  se  hico  la  paz  con  cada 
ana  dd  las  potencias  beligerantes ,  restitnyendo  Oárlos  á 
Esforcia, por  istuioía  del  Papa,  eldncadode  Hilan,  j 
para  cimentarla  con  la  Francia  por  medio  de  los  lazos  del 
parent3soo«  el  rey  Francisoo  caso  con  doüa  Laonor,  her- 
mana del  emperador,  y  viada  del  rey  don  Mannel  de  Por 
tngal. 

Desde  esta  épo3a,  el  largo  reinado  do  Oírlos  &e  empleó 
en  tres  objetos  prínfoipales:  en  detener  los  progresos  de 
Ift  heregta  de  Latero  ;]  en  hacer  frente  al  poder  del  gran 
tnrco  é  impedir  las  contínnas  piraterías  de  los  corsa* 
rios  de  aqnel  monarca  y  de  los  príncipes  de  las  costas  de 
Berbería,  qae  desolaban  las  riberas  de  Bspafia  6  India,  y 
en  las  gaerras  con  Francia,  qne  no  obstante  el  parentesi 
00  conDraido  entre  ambos  monarcas^  se  renovaban  con 
fcecaduoi;»,  dando  todos  estos  objetos  complicados  entre 
sí  motivo  á  maltitad  de  com];^lnaoio]i|^u>lítlca8  qne  no 
entra  en  el  plan  de  este  compendio  eepR^ijl^  todos  sns 
pormenores,  y  á  los  contínnos  viajes  del  ejBrador,  qae 
con  nna actividad  sin  igaal,  mandando  slmismo  sos 
ejérdtoa  y  dirijlendo  todM  las  negociaciones,  faé  nneve 
veces  á  Alemaniai  siete  á  Italia,  castro  á  Fricada,  diex  á 
loa  Países  Bi^os,  dos  á  laglaterravé  hizo  dos  expedicio- 
nes á  las  .costas  de  Af  dea.  Sos  estados  con  las  conqnistas 
hechas  en  Amárica^  eran  caatro  veces  mayores  qae  lo 
hablan  sido  los  del  imperio  romano  en  la  época  de  sa 
mayor  grandeza  :sasejérotto3  eran  temidos  en  todo  el 
nnlversoí  y  estabaa  mandados  por  los  generales  más  fas 
mosos  de  aqael  tiempo,  tales  obmo  el  marqnés  de  Pesca- 
ra, el  del  Vasto,  los  daqaesde  Borbon,  de  Alba  y  de  8a« 
boya,  los  príncipes  de  Orange,  el  conde  de  Bgmont»  Leí- 
va,  Alarconi  los  Gonzagas ,.  Doria  y  otros  machos  qae 
sería  Lwr^  ¡  i\.rjrk ,  qae  ilastraronsn  nombre  en  mil  ao 
clonotí  por  tierra  y  por  mar,  en  Italia ,  Alemania  ,  Fran» 
cía  y  las  costas  dd  Afriok,  mientras  qne  OorGSs.  irizarro, 
y  tantos  otros  extendían  sos  dominios  en  América^  y  Ma** 
gallanej  descabría  el  estrecho  de  sn  nombre  y  por  él  pa*i 
saba  &  las  islas  de  los  mares  del  Asia.  La  infantería  «< 


—  55  — 
piola,  qae  había  ad(}iürido  tanta  fdma  eu  lai  gasrras 
^Itolia  desde  el  tleiapo  del  gcaa  ¡;oapitaQ ,  vino  á  ser 
|Bftiderada  oooia  invendble;  y  las  tropas  italianas  eran 
I  menos  estimadae»  siendo  da  aqae!  paía  maslios  do  los 
pndes  eapitanes  de  ésto  y  de  los  sigalentds  reinados  de 
ifipiinoipes  aaatriaoos.  Oarloa  era  niay  severo  en  la  ob- 
Irranoía  de  la  disciplina  militar ,  persuadido  de  qno 
h  ella  no  puede  haber  id6icito,]y  así  oomo  x)remiaba  oon 
íofirosidad  los  aervioioa  que  se  hacian,  castigaba  con 
mv  loa  delitos,  tanto  en  los  individaos  como  en  las  po* 
Euáones.  El  ocmde  Pedro  Navarro » qne  tanto  contribn  * 
p  en  tiempo  de  los  reyes  catóáoos ,  ó  la  conqnista  de 
^Mpolea  y  á  la  de  las  plaasas  de  la  costa  de  Af  cíoa,  pero 
iBe  heoho  prisionero  en  la  batalla  de  Bavena  entró  al 
¡ervicio  de  Francia,  qncyoso  de  no  ser  prontamente  res** 
Atado  por  sn  soberano,  contra  qnien  hizo  la  gnerra,  ha- 
muido  Bido  cojido  en  la  reúradade  los  franceses  de  ÜTá-* 
Éolesi  f a6  condenado  &  muerto  y  ejecutado  en  aquella  ca« 
mM  y  en  aquel  mismo  castillo  nuero,  que  habia  obliga** 
io  &  rendirse  con  el  uso  de  las  minas  qne  él  introdujo  en 
m  arte  de  loe  sitios^  y  don  Alfonso  Peralta  f  aé  decapita^ 
Ido  en  Ydtladolid ,  por  haber  entregado  á  los  moros  la 
plasa  de  Bngía  en  la  costa  de  África,  con  solo  veinte  y 
u  dias  de  sitio.  La  eiudad  de  Gante,  capital  de  Flandes 
y  p&tria  de  Garlos,  fatigada  con  las  continuas  contribuí- 
óones  qae  la  guerra  obligaba  á  exijir  para  la  manuten* 
[don  de  los  ejércitos  imperiales,  se  sublevó  y  ocurrió  al 
[i^  de  Francia  implorando  su  auxilio,  y  ofreciéndole  la 
I  soberanía  del  país»  Francisco,  que  á  la  sazón  se  hallaba 

m  pas  con  el  emperador,  rehusó  aceptar  tales  propues** 
I  tas,  y  Oárlos,  que  estaba  en  España,  satisfecho  de  la  hne^ 
I  Ba  f é  de  sn  rival,  pidió  un  salvo  conducto  para  atravesa. 
I  la  Franma  é  ir  prontamente  á  castigar  aiuella  rebelioo, 
p  Hada  parece  mas  sencillo  y  natural  en  nuestros  tiempo^ 
¡  pero  en  aqnellos,  en  que  la  desconfianza  y  mala  fé  eran 
¡  la  base  de  ia  política,  se  tuvo  por  heroicidad  en  Garlos 
[  babcflrae  puesto  en  manos  de  su  rival,  y  en  este  el  no  ha«- 

bsr  aprovechado  la  ocasión;  para  obligar  á  entregarle  el 
í  ducado  de  Milán,  que  Oárlos  habia  tomado  por  murte  de 
[  BBforoia,/y  á  devolver  la  Ifavarra,  que  por  tanto  tiempo 
t  habia  sido  materia  de  discordia  entre  ambos  reinos.  A 
I  fiu  llegada  á  Flandes,  salieron  ó  recibir  á  Oárlos  &a  her** 


-►  56  — 
mana  doHa  fiaiíai  reina  viada  de  Hangiía  y  gobemadc^ 
ra  de  los  Paisas  B3J08,  y  bu  hern^no  don  Fernando,  ar- 
ehidnqae  de  Austria  y  ya  nombrado  rey  de  romanos:  pie  • 
sentánroDBe  también  los  diputados  di  Gkmte.  impioian^ 
do  de  rodillas  sn  misericordia,  á  los  qoB  despijbé  áUifAy 
doles :  <^D^cid  ¿  vaestros  compa&eroa^  |)«0  he  vesldo  á 
visitarlos  como  su  rey  y  sa  jaez,  con  el  oetco  y  con  la  es- 
pada.''  Entrado  en  la  citidad»  f  oeron  oondecadoe  4  la  pe- 
na de  muerte  veinte  y  seis  de  los  piiftdpalefir  avtoresdel 
motín,  otros  faeron  desterrados^  éhizo  qae  losdipits» 
dos  de  las  diversas  corporaoioneB  se  presentasen  á  pedir 
perdón  como  criminales  condenados  al  Bnplida,  non  loe 
pies  descalzos  y  la  Eoga  al  cuello.  La  cindad  perdíé  lei 
privilegios  y  £e  dio  otra  forma  á  su  gobieriio ;  los  ]iaK> 
tantos  pagaron  una  fuerte  oontribuciOB,  y  para  teaerk» 
siempre  BDjetos  se  construyó  una  dudadéla. 

Tanto  poder,  tantos  hombres  grandes  tm  .todas  Ifseai^ 
eran  bien  necesario  para  hacer  £rente  &  tantos  y  taa  po- 
derosos enemigos.  Las  doctrinas  da  Lutoro  habiatt  tra»- 
tomado  toda  la  Alei&ania :  muchos  xtínclpes  sobemee 
de  eUa  las  habian  abrazado,  sea  por  convicción ,  6poref 
atractivo  qce ofrecía  al  apoderarse  délos  bienes edefiKe* 
tioos,  no  presentando  mucha  opoaicí<»i  el  devo,  parte  po* 
eo  instruido  y  parte  atraído  por  las  ventajas  p^sooda 
que  él  mismo  hallaba  en  la  reforma,  Oárl0S|  eraiprone. 
tido  con  ol  Papa  &  oponerse  á  estas  uovedaAee ,  oouToeí 
Ja  dieta  de  de  Worms,  citando  á  Lutero  á  prosentwss  en 
ella  á  responder  de  sus  doctrinas*  y  habieiidooompueei^ 
do  fueron  aquellas  condenadas.  Los-prÍAdpeefgue  las  pro 
fesaban  presen taroii  una  protesta,  que  era  erresúmen  éb 
los  dogmas  que  habian  adoptado ,  de  donde  procedió  el 
Bombie  que  se  lea  dio  áeprútcstanteif  y  para  sostener  sos 
opiniones  por  las  armes,  toimaron  una  liga  que  se  Úm6 
deEsmalkalda  'por  el  logar  en*qae  se.formó.  £n  medio  de 
eBtas  tnibulencLi^s  los  tarcos  invadieron  el  imperioy  Bor- 
charon  con  un  ejército  poderoso  sobre  Tiena  ^  capital  de 
la  Austria:  Carlos  pidiá  á  los  príncipes  del  cuerpo  ger* 
mánioo  gne  auxilios,  mas  para  obtenerlos,  ce  vio  obligS' 
do  á  eonteder  la  libertad  de  concieada  y  libre  ejerdcio 

de  la  religión  leformada.  Garlos  creyó  necesaria  la  con- 
•^ocadon  de  un  concilio  general,  pasa  qnoen  él  «eexani* 

liasen  los  puntos  controvertidos^  mas  el  Papa  lo  rehnss- 


-57-    ^ 
ba,  porqnd  habiendo  sido  ya  condenados  por  otros  conci*« 
lioa  anteriores  los  errores  de  los  nnevos  sectarios ,  temiá 
qpe  eatosy  en  vez  de  aqnietarae  con  las  decisiones  del 
conoiUoi  tomarían  de  esto  mismo  nuevo  pretexto  para 
sostener  sos  opiniones.  El  elector  de  Sajonia  se  bailaba 
al  frente  de  la  lig^  •  y  para  casti|;arle,  Garlos  marchó 
contra  61  al  frente  de  tá  éjérdto  eepaffol  gae  mandaWel 
daqne  de  Alba.  £¡1  eleOtór'faé  derrotado;  necho  prisione*^ 
ro^  i^úngne  era  el  primer  príneipe  del  ImperiOi  foé  jiie<^  , 
gaoo,  no  por  la  dieta  de  este,  sino  por  xln  consejo4e  ga^c- 
ra,  cotnpn0sta  de  c^ialeti  españoles  é  Italianos  presidido 
por  elduqne  de  AJba,  y  condenado  á  petder  sns.estadpSy 
qite  pasaron  á  la  ratna  menor  de  sa  familia.  Bn  1534  sn^ 
cedió  en  la  silla  pontifloal  á  Olemeate  III  el  cardenal  Á*« 
l^andro  FameslOy  ^ue  tomó  el  nombre  de  Paulo  III ,  el 
cual  cediendo  á  las  in$tacias  del  emperador  y  del  rey  de 
Frauda;.  Cónvppó  el  cóilcUió,  por  bula  que  expidió  el  19 
de  noTiembre  de  1544  llamando  á  los  obispos  y  demás  , 
prelados  á  concurrir  en  Q^rento,  ciudad  situada  eñ  el  Tí «  .* 
rol,  entre  Alemaaia  é  Italia^  el  19  de  marzo  ^del  año  sit 
guieute.  El  ^ncilio  después  de  instalado  se  trasladó  á 
Bolonia,  á  oaj^sa  de;l^  peste  que  se  declaró  pi  Tre&tOi .  y 
Oárlos  BóMtó  se  restituyese  á  aquella  oiudadi  porque  los 
protestantes  ofrecían  someterse  á  sus  decisiones^  si  se 
cetebraba  enun^a  cidi^ad  de.  Alemania,  y  en  el  entre  taain 
to  tt6  publicó  un^  formulario  que  hizo  formar  Oáflos,  en 
vemte  ;  seis  artículosj  mandando  oe  observase  en  las 
eiadades  del  imperio  hasta  que  el  concilio  decidieseí  por  ^ 
lo  ca«l  sé  llamó  el  In^crm.  Kste  /formulario  y  taunquese  ^ 
agrobd  en  la  dieta  de  Ausburgo,  no  sirvió  ápiás  qu^  para 
empetlar  nuevas  cuestiones/  y  en  medio  de  lá  confusipii 
qxíb  to4p  esto  causabaí  habiendo  mandado  Uárloz  cortar 
1»  eabeza  á  Sebastian  Scheitel  y  á  otros,  que  habían  le^  • 
Yantado  tropas  contra  la  autoridad  idoipeiial,  la  ciad^d 
ae  sablevó  y  Oárlos  tavo  que  ocultarse  para  salvar  su 
vida.  Constanza,' una  de  las  ciudades  rebeldes,  fué  to^.  . 
mada  por  asalto  por  las  tropas  españolas ,  y  por  haber 
perecido  en  la  rempga  su  comandante  don  Alonso  Tives,  ' 
los  soldados  enfurecidos  pasaron  á  cuchillo  á  todos  los 
habitantes  que  encontraron  con  las  armas  en  la  mano,  y 
pegaron  fuego  á  la  ciudad.  Oárlos  despojó  del  electorado 
Y  aizó1t>i3pado  de  Colonia^  al  arzobispo  Hermán,  que  ha« 

Pl8£ETAOI02iJ^.— XCMCUl.»- 16 


-  I 


—  53 
bi»  abandonado  la  religión  ca 
liesdo  aquellas  dignidades  &  A 
sa  nacimiento  y  Tirtndes.  Et  ct 
ea  10  de  l&ayo  de  1551,  corrió  i 
b'endo  reunido  oon  gran  pre«t 
oipea  proteatantes,  bajo  et  mu 
nía,  este  sorprendió  &  Imprack 
perador,  qne  apenas  padocHcaj 
pt(]e,  7  lospadcea  del  concilio 
qne  llegase  á  Tiento  et  ejército 
Ba  las  gaerras  oon  Franoia  li 
saoesos,  lúibiendo  inradldo  el 
oon  tanta  esperanza  de  baen  éi 
va  le  aseguraba  qae  én  breves 
Til,  peto  habiéndose  detenido  < 
deolaró  la  paste  en  el  ejército  d 
Ldra,  7  tuvo  que  levantarse  el 
^  decjando  la  artillería.  Por  el  Nt 
.  invasión  qne  poso  en  oaidado  i 
eoatrarlo  los  franceses  en  las  ] 
oaosasdo  en  ellas  grande^malee. 
los  taróos  fueron  alternados  loi 
espedalmente  por  mar,  7  en  las 
vencedor  en  Túnez,  estuvo  &  pt< 
su  <ijército  en  Argel,  cuyo  ataqi 
piaioD  de  todos  loa  grandes  qne 
ya  mo7  avaocada  la  estación,  ot 
peatad  destruyó  an  escuadra  7 1 
gana  parte  del  ejército. 

Hablan  muerto,  oon  corto  iut 
VIII  de  laglateira,  que  habtenc 
dolta  Catalina  de  Aragón,  h^a  d 
del  emperador,  á  pretexto  de  se 
ella,  por  haber  estado  antes  casi 
turo,  «e  habla  oaBado  con  Ana  '. 
glaterra  i.i  1»  nbedieuoia  á  la  Íg1 
vodu  laj  caestiones  &  qne  «ato  < 
poBtólic»,  y  Franoisoo  1,  de  Fra 
poder  da  Oirloa.  Antes  había  mi 
Haría,  el  ir  de  mayo  de  1538,  de 
Jas :  el  principe  don  Felipe  y  las 
■ató  »a  su  primo  el  «mparador  ] 


-•  69  — 
que  faé  reina  de  Portufal,  Bl  príncipe  don  Felipe  habia 
sido  reeonocido  heredero  de  los  rrinos  de  España,  y  ca  > 
sado  con  la  infanta  dofia  María  de  Porcaga),  tum  en  ella 
nn  hijo,  qno  faé  el  tan  famoso  y  desgraciado  príncipe  D. 
OárloBi  y  habla  quedado  yindo,  muerto  en  esposa,  á  poco 
tiempo  del  nacimiento  de  aqnei  príncipe.  Oários ,   para 
jnstrnirlo  en  el  diücil  arte  de  gobernar,  le  habla  dejado 
por  regente  de  BspaOa  en  uno  de  ene  viajes  á  Alemania, 
enwrgando  le  instruyesen  y  dirigiesen  al  duque-de  Alba 
y  áuFrandsoo  de  los  Oovos»  ministro  de  mucha  conüauN 
sa  ds  OárloSi  á  quien  dio  el  título  de  marqués^dn  Carne* 
f    rasa,  con  grandes  piMBesiones  en  Galicia.  Carlos  qai»o  oa- 
aar  á  don  Felipe  oon  la  heredera  de  ISTavarra  Jaana  de 
Albrety  para  cortar  de  esta  manera  la  cuestión  incesante 
eobre  aquel  reinó^  pero  este  intento  se  frustró  ^  habléna 
dose  casado* dolía  Juana  con  Antonio  de  Borbon,  dnque 
de  Yandpma,  padre  del  rey  Enrique  IY;,  que  heredó  por 
oonsiguieqtd  aquellofi  derechoS|  y  por  lo  ^cual  los  le^es 
de  Francia  llevaron  hasta  la  revolución  de  1789,  el  título 
do  reyes  de  Francia  y  de  Navarra.  Oários  entonces  (iiri<« 
lió  sus^  miras  á  nn  enlace  mas  importante.  Por  muerte  de 
Sinrique  YIII  habla  heredado  el  trono  de  Inglaterra  do.* 
lia  María  su  hljai  habida  en  el  matrimonio  con  doña  Ca** 
tallna  de  Aragón,  y  O&xlos  que  en  sus  últimos  años  no 
aspiraba  masqne  á^engrandecer  á  suhijo  sobre  todoh  los 
priiiúipes  de  Buropa,  solieitb  casarle  con  doña  Mai^« — 
Admiiió  esta  con  gusto,  lisoDjeada  eon  unirse  á  uu  piín*« 
cipe  de  su  &miliaf  y  cuyo  gran  poder  contribuiría  al  res^ 
taDledmiento  de  la  religión  católica  en  Inglaterra  de  que 
se  ocupaba  con  empeño^  tratando  con  mucha  severidad  á 
loa  sectarios;  pero  por  estas  mismas  razones  habla  en  el 
parlamento  una  grande  oposición,  que  se  venció  estable  • 
ciendo  en  el  contrato  matrimonial  condiciones  tales,  que 
dejando  solo  á  don  Felipe  el  nombre  de  rey ,  eivtaban  tO" 
Aos  los  inconvenientes  que  la  Bspaña  estaba  sofriendo 
por  haber  pasado  el  oetro^una  casa  extranjera.  Felipe  se 
ejubarcó  en  la  Oomfia  á  principios  de  julio  de  1554  acom-« 
paiiándole  una  corte  numerosa  de  señores  españoles,  y 
para  que  se  presentase  en  Inglaterra  con  una  dignidad, 
OArios  le  di6  el  título  de  rey  de  Jeruealem,  y  le  hizo  la 
oeaion  mas  eftoÜTa  de  de  los  reinos  de  Ñapóles  y  Sicilia, 
y  del  estado  de  Müan*  m  matrimonio  9e  celebró  en  Wiu> 


o)icste£  C3U  gc^Q  solcmoidad,  Itab 
na  por  zu  esposo  Dua  violenta  p&a 
nocerle, 

LEk  gacrr.1  se  había  vuelto  á  eac 
(lor  y  el  naevo  rey  de  Francia  &b 
(lO  pudro  Francisco  I.  con  ocasión 
qae  el  Papa  Faalo  III  haba  dado 
({ne  el  emperador  pretendía  ser  itj 
vio  pidió  la  proíecclon  del  rey  de 
machas  contiendas,  el  em|>erado 
ciatado,  casándolo-con  sn  hija  doQ 
finedado  viada  do  Alejandro  áff 
li'lorencia  por  sa  primo  Lorenslno 
iiaeid  el  célebre  general  Alejandn 
de  esta  gncrra,  Uárlos  eiti6  á  Mei 
na,  que  tnó  l-'-r-iramente  defenáii 
fia,  y  babieudo  llegado  el  iavíerní 
í'ermedad  contagiosa  en  el  ejércit 
lina  levantar  el  sitia. 

Oanaado  Carlos  de  tantas  y  ta: 
iiBO  do  loa  msB  largos  reinados  go 
y  la  monarijGÍa  o^iJaQoIa,  resolvid 
pasar  en  el  retiro  los  áltimos  diai 
£  efecto  esta  iceolncion,  llitmó  S  J 
^e,  y  rcanidos  eii  fin  de  ootnbre  d 
preBCBcia  de  sns  dos  hcrman&á  U 
Kila  y  de  Francia  y  de  toda  la  co 
Íemnementelaeob;]Tnnía  de !? lát 
gran  maestrazgo  de  la  ónlcá  del 
arrodillado  á  tu3  piCís  de  en  padrí 
habiendo  prestado  jaraiceiito  di: 
privllegioidoloa  pait^.e8  ¡qao  iba 
üido  por  IolIos  1o3  presoates  qae. 
cia.  En  C  da  euzro  dol  aQo  Bigatoi 
ver  de  SI  hijo  la  corona  de  ISspal 
denciíi^,  reteniendo  todavía  la  co 
tentó  d»  h:ic¿r!a  pasar  también  6 
que  qnoria  ta^ict'O  en  Earopa 
nidad  qaa  «SI  mls:no  había  ejercit 
impedido  por  ta  hermado  Feroai 
dtt  los  estadus  de  Anetria,  habla 
manos,  qno  era  el  paso  inmcdíal 


—  61  — 
biendo  podido  vwoer  sa  re8isteaoia,«flrm6  el  aeta  aolem- 
na  dd  renunola  qae  poso  en  manos  delpríaoipe  fieOmge 
por»  que  la  presentaM  al  :oM6gid  de  electores,  y  hecho 
eato  ae  naichá  pwra  Bspafia  en  Betiemlire  de  1556,  y  ha*, 
biendo  deaembareádo  en  Laredo  el  28  de  aqael  mesi  paaó 
á  Bárgos  y  ft  Valladelid/  donde  «(mflrm6  an  abdicaoion 
de  la  eorona  de  Bapafia  que  habla  heeho  en  Flandea  y 
fué  en  aegjulda  á  encairaTae  en  el  monaaterio  de  morjea 
Gevóniaiojí  de  San  Joate,  ceíca  da  Plaoancíia  en  Bxtiei 
madava,  llevando  aolo  algnnoa  criadoa  para  aa  aervido. 
Oon  la  abdicación  de  Oártoa  Y,  la  flamilia  do  Anatria 
qaedó  dividida  en  dea  ramas:  la  mayor,  que  era  la  eapa** 
fiolai  tnvo  los  cátodos  que  formaban  la  corona  de  Bapa<< 
fia?bon  Xíápolea,  Sicilia,  Oerdefia,  y  laa  nim^s  adqüisi^ 
cid^a  de  Américaf  á  lo  qne  agregaron  ^"^'yg^^pp/nt-ft- 
doa  de  Flandea  coa  todoa  los  Paiaea  Bajoa  y  el  dn^^  de 
Borgofia:  la  rama  alemana  qne  era  la  menor ,  tnvo  el  ar  • 
chicliMado  de  Anatria  con  todoa  ana  anexoa,  y  la  corona 
imperial  qne  vino  á  aer  h^oréditariá  de  ella.  Con  eata  df  s« 
tadbneion,  recayeron  en  la  rama  española  todoa  los  mo« 
tíTOB  de  contínnaa  gaetras  con  la  Francia,  á  qne  ae  agre*^ 
gaion  todoa  los  qne  llevaba  consigo  el  imperio  radicado 
en  la  rama  alemanai  qne  la  rama  primogénita  creyó  dc^ 
mvL  honor  y  de  sn^eber  sostener,  complioándose  con  estas  ^ 
eanaas  las  goerras  de  religión  qne  por  tontos  años  de£o 
laron la  Alemania^yenqnéBspaña  tomóparte^lsaganvC' 
remos  en  lea  reinados  suocesivos  de  los  monarcas  de  es « 
ta  dinastía.  La  distribncion  geográfica  de  estos  estadds, 
esa  al  mismo  tiempo  la  mas  desventojcsai  pnes  separados 
imoa  de  otros  por  grandes  distanciaa  y  colocadoa  como 
formando  nna  orla  al  rededor  de  la  Francia ,  esto  tenia 
la  v^tafa  de  elegir  el  teatro  dé  la  guerra  qne  ásganlas 
oircnnstancias  le  convenia,  y  dirigir  á  él  en  masa  todas 
laa  fáeraas  con  facilidad  y  prontitud,  mientras  qne  las  de 
XLqofia  tenian  qne  atmvesar  grandes  distancias,  pavana 
do  6  Tiste  del  enemigo  á  quien  iban  á  combatir,  empe- 
]|6ndose  en  nuevas  contiendas  por  sostener  territorios 
InsigniAcantea,  pero  qué  servían  de  comunicaciones  ne « 
^eawiasy  como  la  Taltélina  en  tos  Orisonea,  todo  lo  cual 
«ontribnyo  en  f  gran  manera  á  la  depadeiicia  y  ruina  de 
cato  grande  monarquía , .  como  iremos  viendo  en  la  aérie 
de  lo«  veinadoa  aiguientes. 

fttlBZACaONU.— TOMO  ZO,— 18 


-^  62  — 

Oárlps  6XL  m  t^itój  de  San  Jofite»  en  qa  país  templa- 
do y  ameno,  olvidaba  entre  los  placeres  iaocenteidela 
vida  privadift  y  los  entreDeaimientoa  de  las  ártee  mecft' 
nicas  á  que  era  mny  aflcdoiiado ,  los  coidados  del  gpbier. 
no  y  los  disgastos  que  le  oansaxon  los  desengaños  que 
recibió  despaes  de  dejado  el  cetro  i  por  los  aotos  de  ia« 
gcatitad  qne  ezperiaientó  ana  de  parte  de  sa  nÜsmo  hijo^ 
en  cayo  fiivor  habia  rennnoiado  tantas  ooron^s.  pero  as 
bje  todo  se  consagró  á  ejercicios  de  piedad,  y  eátre  estos 
qnifio  celebrar  él  mismo  en  vida  sa  faneral,  asistiendo  á 
sa  entierro^  como  si  esta  viese  ya  maerto.  Díeen  que,' 
protanda  impresión  que  esta  ceremonia  hiao  en  su 
rita,  i^oat'^  {;^u%oosamir  sos  faenas  y  espiró  con  lac 
posioiSnes'mas  cristianas,  el  dia  21  de  setiembre  deÜM^i 
acompaftándole  y  aaziüáadole  m,  los  últimos  momentos» 
él  arzobispo  de  Toledo  Oarranaa  y  los  monjes  de  aquel 
monaateriOi  en  cnya  iglesia  f aé  sepaltado  detras  del  aitac 
major,  donde  permaneció  sa  cadáver  hasta  que  foé  tne. 
ladado  al  sepaicro  de  los  reyes  en  el  Bscoriai. 

lavo  varios  hijos  de  sa  mujer  la  emperalariz  dolia  Iss- 
*  'jel,  qae  todos  marieron  de  corta  edad ,  excepto  A  wj 
Idon  Felipe  y  dos  hijas,  qne  f aeron  dofia  Mariai  qae  casó 
con  sa  primo  el  arcbidaqae  Maximiliano^  qoe  faé  des- 
poes  emperador,  y  dofia  Jaana  qne  qnedo  viada  de  don 
Jaan  principe  de  Portagali  de  cayo  matrimonio  nació  el 
desgraciado  rey  don  bebastian.  Tavo  además  9  de  ana 
sefiora  flamenca,  á  dofia  Margarita  qoe  á  la  sa«m  em 
daqaesa  viada  de  Parma  9  y  de  otra  sefiora  alemana  & 
don  Joan  de  Aastria,  cayo  nacimiento  ha  dado  logar  á 
tantas  conjetaras,  y  qae  se  edaoaba  en  Bspafia  al  coida^ 
do  de  Lnis  Qaíjado. 

Antes  de  renandar  la  corona,  habla  qaerido  restaUe^ 
car  la  paz  de  la  iBSaropa  por  media  de  na  tratado  con 
Frandaí  pero  reqnlriendo  esto  ana  larga  negociación  por 
los  machos  ycompiioados  intereses  qae  era  meneslisr 
debatir,  hieo  auá  ti^aa  por  cinco  afios.  qne  se  firmó  en 
la  abadía  de  YaaceUesi  el  6  de  febrero  de  1556^  y  aonqae 
esto  faé  despaes  de  sa  abdicación ,  el  tratado  se  hfao  en 
en  nombre.  J91  Paj^  Paiüo  I  Y,  qne  por  aatisCacer  la  am« 
bidón  de  sns  sobrinos  el  cardenal  0£ra££a  y  el  daqne  de 
Pagttano,  se  hallaba  empefiado  en  la  gnerra  con  Bspa^ 
fia^  melante  la  aiiaoza  qua^nia  celebrada  con  la  Fian* 


r 


—  «3  — 
oia^  se  encontró  por  la  tregua  redacido  á  sus  propias 
faerzas,  que  eran  iaoapaces  de  reeistir  á  lasque  manda^ 
ba  el  duque  de  Alba^  yirey  de  liTápoles,  el  cual  auxiliado 
por  la  poderosa  familia  romana  de  los  Óolonnas^  se  halúa 
apoderado  de  oasl  todos  los  lugares  de  la  campaña  d^ 
Boma,  tomando  posesión  de  ellos  en  nombre  del  colegio 
de  los  cardenales  y  del  Papa  futuro^  y  tenia  en  mucho  a^i^ 
prieto  a  la  capital  misma*  El  Papa  en  este  estrechoi  hizo 
también  una  tregua  con  el  duque  de  Alba,  pero  habiendo 
decidido  al  rey  üe  Frauda  á  romper  la  que  había  cele« 
bc^o  eon  O&rlos;  imputándose  la  una  parte  á  la  otra  ha- 
ber f dltade  á  ella»  se  renoyaron  las  lio6tilidaáQ3  tanto  en 
loa  t>ise8  Bajos  oomo  en  Italia,  á  donde  pasó  iáHsj)n43ito 
fra&oés,  mandado  por  el  duque  de  Guisa ,  en  aaxuio  del 
samo  pontífice.   Felipe  logró  decidir  á  su  espoea  Ja  reina . 
Iburía  de  Inglaterra ,  á  declarar  la  guerra  á  la  Fraueiai . 
no  obstante  el  disgusto  general  de  su  nación ,  y  para  pros 
veer  &  los  gastos  de  ella,  hizo  reunir  fondos  de  piopia 
ftatoridad,  ein  convocar  al  parlamento»  cou  lo  que  levan* 
tó  an  ejército  de  ocho  mil^homores,  con  que  desembarcó  ,. 
ealod|Paise8  Bajos,  á  las  órdenes  dtl  conde  de  Pembrtke 
Al  mismo  tiempo  los  estados  de  Fiandes ,  destobo»  ae  , 
oomplacer  al  nuevo  soberano ,  aprestarojí  grauLúmeio' 
de  tropas»  y  Felipe  se  vio  al  frente  de  un  ejéiciio  a»  cin  • 
cae&ta  mil  hombresi  cayo  mando  dio  á  Eoiunuei  Fiiiber- 
to,  duque  de  Saboya.  Bntonces  fQé  cuando  ganó  ja  bri'^ . 
liante  victoria  de  San  Quintín ,  que  por  haber  sido  en  el 
di»  de  San  Lorenzo,  dio  motivo  ft  la  erección  del  magni-« . 
Acó  monasterio  de  San  XiOrenao  el  real  de)  Escorial,  útu* 
tinado  á  servir  de  sepulcro  á  los  reyes  de  Bc«¿;a&a«  Des- 
pués de  la  acción»  Felipe^  que  no  estuvo  presente  eneila, 
lies^  al  ejército  y  fué  recibido  con  los  mayores  aplausos. 
PTopnsiéronle  sus  generales  marchar  en  aeiechuia  á  ii'a^ 
xÍBf  pero  no  queriendo  dejar  enemigos  á  la  espalda ,  di£-  . 
psuso  continuar  el  sitio  de  la  ciudad  de  San  Quintín,  qne 
j^ifé  tomada  por  asalto  pocos  dias  después. 

2Bti  rey  de  Francia  Bnrique  II  amenazado  en  su  capi- 
tal mismai  llamó  al  duque  de  Guisa  para  la  defenea  del  . 
r^óiio»  con  lo  eual  el  Papa  Paulo  IV  se  vio  obligado  & 
li^eer  la  paz»  que  se  firmó  en  Oavi  en  14  de  abril  de  1557,  ' 
le'volviéndole  todos  sus  estados,  y  presentándui^e  tn  Bu- 
el  duque  de  Alba  6  r^it^ir  la  absoluaion  del  Papa  eu 


^64  — 
ti  coBBifltíirlo  de  los  cardenales.  El  sumo  pontífice ,  di8« 
gastado  de  sus  sobrinos,  los^hlso  salir  de  Boma  |  y  ea  el 
pomtiflcado  siguiente  sufrieron  la  pena  oapitaL 

M  dnqne  de  Guisai  para  reparar  la  pé^Ma  anfiida  eo 
flan  Qnintin,  atacó  en  medio  del  invierno  la  dudad  de 
Oalais,  qne  con  otras  pequefLaci  en  la  costa ,  era  lo  Meo 
^ne  quedaba  ala  Inglaterra  de  sus  antiguos  dominio8« . 
Francia,  y  en  poco  tiempo  tuvo  la  gloria  de  obligatla  i 
zendirse^t  arrojando  á  los  ingleses  de  todo  el  tenitooo 
francés,  y  así  fué  que  mientras  te  Bspafla  no  sacó  froto 
Alguno  de  su  victoria,  la  Inglaterra  por  resultado  dd  po« 
M  duradero  matrimonio  de  la  reina  Maiía  con  Fdipe  ü, 
petdió  aquella  importante  plaza  que  le  daba  entrad|/ea 
nn  reblo  siempre  rival,  y  la  Francia,  deanes  de  tsa  m- 
gas  ^tterSü,  en  que  sufrió  tantas  derrotas ,  meidMi^  i 
veces  cejí  victorias,  consiguió  la  ventaja  muy  positiva  de 
ndquirir  y  conservar  aqñel  punto ,  9ÍÍ  como  la  dudad 
de  HetK,  quitada  á  la  Loiena^  y  sitiada  en  vano  pac* 
'  CfalosY. 

Grandes  faeron  los  preparativos  que  dorante  el  invia<' 
no  se  hiooieron  por  una  y  otra  parte,  para  continuar  ean 
^^:Nempefiolaguerraenel  año  siguiente  [1558],  ylosftaa* 
'^  leeaes,  habiendo  atacado  y  tomado  vaiias  plasas  íbts- 
dieron  la  Fiandes  con  un  cuerpo  de  dies  mil  infantes  y 
nail  qiunientos  caballos«bajo  las  órdenes  del  mariseal  de 
Thermes,  quien  tomó  á  JDunquerque  y  se  avanzó  baala 
ÜTeuport,  talando  todo  el  pais,  pero  habiéndole  salided 
encuentro  el  conde  de  Bgmont  con  f aersas  superiores^  si 
retiró  hacia  Calais»  y  el  13  de  fulio  se^empezó  una  bataSa 
en  Gtravelines,  en  la  que  habiendo  combatido  con  ftoer 
tanto  los  franceses  como  los  flamencos,  tuvieron  por  w» 
cho  tiempo  vacilante  la  victoria,  hasta  que  una  ecooadii 
biglesa  que  pasaba  casualmente  cerca  de  la  oosta,  cgFta* 
do  el  faego  se  acercó,  y  entrando  en  el  lío  Aa  ,  en  e«ja 
ribera  apoyaban  los  franceses  su  ala  deieeha,  flanqmóy 
destrozó  eata  con  su  artillería,  de  cuya  otrcunstaneia  se 
aprovechó  el  conde  de  Egmont  para  dar  una  nueva  es»* 
1^  con  la  que  los  franceses  fueron  completamente  di^fl 
rotados  con  gran  pérdida,  habiendo  quedado  tfi  poder  ' 
del  vencedor  tres  mij  prisiones  y  teda  la  artillerfa  y  te»^ 
gaje. 
^  Aunque  los  ejércitos  en  que  se  hallaban  los  dos  sobe» 


' 


—  65  — 
ismos  86  acercaron  ano  á  otro  y  parecía  inminente  nna  ac- 
ción decisiva,  ambos  reyes  la  temianí  ^eaoonfiando  díe  las 
tropas  alemana*  qne  tenían  por  enganolie  en  ena  flia«ili08 
Ingleses  se  habiiM^. retirado  del  ejército  daFelipe,  por  el 
anoncio  de  nna  invasión  de  los  escoceses  ce  Inglaterra^ 
pero  sin  embargo  las  faevza^r  efon  iguales  ^n  número  por 
vnayotrapfvte.  Bn^te  estado  4^  cosas,  tanto  Felipe 
oomo  Bnnqne  deseaban  la  pa%  y  comensá  6  tratarse  de 
ello  en  lai  abadía  de  Oergamp  i  qae  estaba  inmediata  ¿ 
lo8  dos  ejórmtosy  de  dp^de  se  trasladaron  despnes  los  pie- 
nipoteneiarios  á  Gateáis  Oambres^i^*  Sntre  tanto  mari^ 
la  reina  Halla  de  Inglaterra  el  17  de  noviembre  i  y  efito 
droonstancia  vino  á  Aunlitar  la  oonolQ3iaiii  del  tratada, 
paes  annqnetFalipe ,  pretandteddoroasarse  oon  la  reina 
Imbel^  q)(^e  sncedíó  en  él  troi)0:á  Maiie^  apojó  ^  |[lifi[¿(&<U 
pió  oon  empeño  la  devolnciop  de  Oalais  á  los  ingleser, 
detTaneci^das  las  esperanzas  de  aqvel  enlace  ^  90  insistió 
;»  en  este  punto,  que  era  uno  dalos  que  presentaban 
msyor  di^ltad,  y  se  eontratd^  el  casamiento  de^^eUpe 
«on  dofia Isabel^  Uladelísey  de  Francia,  y  el  de  doQa 
largañtá,  normana  de  éste^üiOQ.  el  daqoíe  fde  Saboya,— 
Las  condiflíonf  s  del  tratado  todas  f nerón  ventajosas  pa^ 
is  Felipe  y  sns  aliadosi  lo  qne  owsó  mnobo  descontento 
ea  Franda,  y  amentó  las  divisijones  y  rivalidad  qne  ha* 
Ua  entré  el  condestable  Montmoren<7^  que  inflojió  en  la 
modnsion  de  la  pasr>  y  ti  doqne  de Ooisa,  qne  la  resistía, 
y  eito  dio  mayor  vnelo  6  las  disensiones  y  guerras  clvi-* 
te  qne  luego  eignieron.     (' 

Bl  dnqne  do  Alba,  que  baUa  sido  llamado  de  Italia,  y 
qnehabia  eoneurrido  como  primer  plenipotenciario  á 
celebrar  el  tratado.de  Oateau^Oamb^^ssis,  tuvo  el  bono 
de  dar  la  mwo  en  f  epresentacion  de  su  soberano «  á  la 
naeva  reina,  .pero  la  íi^tmdad  de  las  bodas  se  turbó  con 
im  accidente  desgraciado.  EL  rey  Bnriqne ,  que  gustaba 
delndr  su  dcfltreaa  en  los  ejercicios  de  armas,  qne  eran 
la  gala  deaqúaUos  tiempos»  en  ua  torneo  que  con  esta 
oeaaion  se  hl2M3^  £aé  batido  en  un  ojo*  entrándole  una  as- 
tilla de  la  lasjpa  que  rompió  contara  el  conde  de  Hontmon 
lescyi  de  cuyas  reaultas  murió  loega.  Sucedióla  JB'rancis- 
00 II,  que  babia  r.caaado  con  la  tan  áesgraeiada  rainfr  di^ . 
laccda Marín: yionsu  corto  reinadOi,  s^vdebilidad'de 
eipíritu  y  díS  ou^9pia<^ntribuyéuo  poco  ó<  fomentor*  las 

.  ])2]nNKraoiMiBa.~Taiie  xa«-17 


í  ^  66  — 

dl?ifiioii68  iiitMtiaM  en  qae  aquel  reiao  aiúift ,  y  en  que 
tenían  gran  parte  las  nnevae  opiíúonee  rellgloÉaa  qne  se 
liablan  extendido  en  él. 

Habíase  propagado  esta  tamUen  iftpidamentA  en  los 
Paiseses  Bajos  y  Felipeí  eofiolaida  la  pac  con  l^neiai 
trató  de  eztángoirlas  dlptando  ooil  éste  objeto  las  medi^ 
das  mas  seberas.  Anñqne  oomenaaban  ya  á  asomar  Iss 
inqaietadea  qne  terminaron  en  Una  gnerra  tan  larga  y 
f anesta,  Felipe  wmAvíó  volver  á  Bi^afia  ^  dfjando  pi» 
gobernadola  a  sn  hermana  dota  Margarita^  doqnesa  de  • 
Parma,  áoayo  hijo  Alejandro  Franeisoo  llevé  eotisigOi  ¿  • 
pretexto  ^  <)ne  ee  ednoase  en  Bspalla ,  pero  aegon  te 
sospechó^^t^fiD^nna  espeeie  de  seguridad  de  la  oondMta. 
de  la  daqitesa.  Las  tropas  espaftoias  é  italianas  qne  que* 
daron  en  aqneiias  provincias;,  f nerón  motivo  de  qnc^ey 
pues  los  estados  qne  Felipe  convocó  antes  de  sn  para(b« 
manifestsux>n  qne  era  una  violéneia  de  sns  privilegies,  fl 
mantener  en  ellas  ttopas  extranjeras  en  tiempo  de  par^  y 
aonqne  Felipe^  para  disminnir  la  opoeioion  qne  encontrar 
ba,  ofreció  el  mando  de  estas  tfopas  al  príncipe  de  Orsn- 
ge  y  el  oonde  de  JRgmont,  ambos  lo  rehusaron. 

Dejando,  pneB,  los  Patees  Bajos  en  este  estado  de  ia« 
quietad,  Felipe  se  embaroó  para  volverá  Bspalla,  aoom« 
pafiándole  una  escuadra  de  sesenta  bi^elesi  y  llegó  coa 
felicidad  á  Laredo  el  29  de  agosto  de  1550;  pero  apenas 
habia  puesto  el  pié  en  tierra ,  cuando  se  levantó  una 
tempestad  furiosa  quelitsso  perecer  muchos  buques»  eon 
muerte  de  man  de  mil  personas,  y  perdiéndose  eon  elkM 
la  rica  colección  de  estatuas  y  pintnrasi  qne  el  empera* 
dor  üárlos  Yf  muy  afecto  á  las  tsellas  artes,  habia  for« 
mado  en  sus  viajee  en  Italia  y  Alemania.  Habiendo  li« 
brado  de  tan  gran  peligro,  y  en  reoonodmiento  del  be- 
neficio que  Dios  le  habia^^diapensado.  Felipe  hiao  pública 
su  resolución  de  emplearftodo  sn  poderi  en  defensa  de  la 
fá  catótica  y  para  la  exárpaoion  de  las  heregfas.  Desde 
este  momento,  vamos  á  ver  á  Felipe  II  eombatiando  4 
brazo  partido  con  las  nuevas  doctrinas,  y  bien  penecra^ 
do  de  la  gran  traseendeneias  qne  estas  tenían ,  tanto  en 
lo  religimo  oomo  en  lo  pcditico;  persnadido  que  en  la  lu- 
cha qne  amprendia  no  cabla  tnmsacion  alguna  ;  le  ve^ 
remos  no  embaraEazse  en  cnanto  á  los  medioii  ni  «Rea 
drarse  por  la  sangre  que  se  habia  de  derramar;  ai  fuA 


•' 


—  67  — 
menester  haour  correr  torrentes  de  ella^  no  se  economizó: 
ú  las  bogaras  hubieron  de  encenderse  y  los  cadaizoa  de 
alaarde,  aqoellas  se  encendieron  y  estos  se  lerantaroa  en 
todas  pMCee.  JÜa  Empalia  logró  el  objeto  qae  se  propaso, 
paes  el  progreso  de  las  opiniones  reformisi^^a  se  cono  ab^ 
Boiatamente  por  laedio  de  la  ioqnisicion»  qae  fué  aatori»- 
zada  por  ana  bala  del  papa  á  proceder  contra  los  qae  las 
profesaban,  y  la  anidaa  religiosa  tse  conservó  hasta  nnes^ 
(TOS  diasy  no  obstante  qae  estas  eplaloueA  híAbiau  sido 
tan  bien  acojtdas,  qae  aonel  arzobispo  de  ToieUo  Oarran- 
zafae  aeosaao  de  haber  participado  de  ellas,  y  procesa» 
do,  primero  por  la  Inqoisicion  y  laego  trasladado  á  Bo^ 
ma,  no  faé  absoeho  sino  retractando  las  piop06Íüiu¿^'49 
que  había  asentado  en  sa  catecismo,  y  semeiiéuduse  á 
usa  penitencia  qae  doró  hasta  su  muerte.  £n  lus  Países 
Bajos,  mas  próximo  ai  foco  de  la  reforma  y  sobieaidos 
por  las  potencias  imneUiatas,  el  resnitudo  mé  may  diver- 
•o  y  la  lucha^  no  solo  en  materias  de  religión  y  sino  en 
asontos  políticos  qne  se  cabrían  con  aquel  lícuiu,  se  em^ 
pdió  de  ana  manera  tan  tenas  y  sangrienta,  que  ella  va 
a  ser  el  asunto  principal  de  casi  todo  lo  que  tendremos 
que  decir,  tratando  del  gobierno  de  los  piíucipes  de  la 
Qinasiüa  austre  española.  La  reina  doña  Isabel  dé  la  Paz 
llegó  á  Aonces valles  el  4  de  enero  de  1560,  y  on  Gaada» 
lajara  se  ratidcó  el  matnmonio,  de  donde  paso  .con  el 
rey  á  Toledo,  y  en  las  cortes  que  allí  se  celebraron  ,  faé 
leoonooido  por  heredero  de  la  corona  el  príucipe  don 
Oárlos. 

Otras  dadades  llamaban  al  mismo  tiempo  la  atención 
de  Felipe,  en  la  rasta  extensión  de  sus  estados.  Los  cor^- 
aaños  de  la  costa  de  A&ica,  protejioos  por  el  empeíador 
da  los  careos  Solimán,  tenían  qu  coiitínaa  inquietud  las 
proymcias oonflnantes  con  el  Mediterráneo,  tanto  en 
Itapaña  como  en  Itidia,  y  para  la  defensa  de  unas  y  otras, 
fte  armó  ana  escoadra  de  cien  bajeles  con  catOLce  mil 
soldados,  con  la  qae  salió  &  la  mar  el  virey  de  Ñápeles^ 
duque  de  lledinanGeli  y  aunque  retardada  la  expedición 
por  ks  vienu»  contrarios,  y  muertos  cerca^de  cuati  o  mil 
bombres  por  las  enfermedades  epidémicas)  se  apoderó 
de  la  isla  de  ZerÜ  ó  G-erbes,  que  está  poco  distünt^  de 
Td^h  I  pero  informado  el  duque  de  que  el  almirante 
tuco  Piali,  unido  al  célebre  corsario  Dragut,  ib<»n  á  ata- 


—  68  -^ 
wrte  coh  f  adizas  snperioiea,  abandonó  la  isla,  retirán  - 
dose  en  el  mayor  desorden,  dejando  ^  la  fortaleza  nna 
certa  gaarniclon  á  las  órdeaes  de  don  Alvaip  de  Mande» 
Esta  bizarro  o&cial  se  defendió  oon  el  ^naj^or  Tah»  f  ba« 
liándose  sin  esperanza  de  ser  sooorrído,  ein  agaa»  ni  ?í* 
veres^  mi  mnniciones,  propaso  á  la  tropa  qne  leqoelabaí 
liaoer  nna  salida  para  morir  con  las  armas  en  la  amo, 
ante.)  qne  rendirse,  caja  resoIoionfaéreoibld^^KUiairiaiuio 
por  sos  soldados;  log^raron  estos  en  so,  atrevida  eoapiasa 
apoderare)  de  trds  tciachejas  enemigasi  y  llegwm  hjusta 
la  tienda  del  general,  pero  habiendo  perecidí^  oael  to* 
dos,  don  Alvaro  se  retiró  con  pooos  á  la  plaja  j  c^ntinoií 
defendiéndoaá  en  nñ  caaoo  de  g&lera  qae  e^aba  enoaUa 
do  en  ellai  y  obligado  á  ceder  al  mayor  n&oiej^ .  iaé  ke» 
cüko  paisiosero  y  tratándole  con  toda  1%  eonsidaraeion 
debida  á  snvalor,  le  llevaron  á  Oonsbantinopla  c  »a  óteos 
oficiales  y  personas  de  distinción,  qne  recobfaM  x  aa  li- 
bertad en  virtad  del  tratado  de  país  qne  el  empav  ador,  de 
Alemenia  celebró  con  la  Tarqaía.  Las  opera#ionea  mlll«* 
tares  sigaieron  con  empeño  en  las  oostas  de.  ACrioaa «  en 
donde  los  enpaSLoles.  m¿indado3  por  don  García  de  Tole- 
do, se  apoderaron  del  peiloa  de  Yéles.^plaaa  qce  se  oon« 
aideraba  como  inexpagnable. 

El  anxllio  que  para  todas  estas  cxpedieiones  babian 
prestado  al  rey  do  Espaüa  los  caballeros  de  Mjilta, 
qnlenes  al  misino  tiempo  reoorrian  con  sns  galeras  el 
Hedlterráneo  haciendo  machas  presas  de  bajeies  tacóos, 
hiao  qne  Solimán  resolvisse  atacarles  en  sn,  uAa  y  apa-i 
derarse  de  ella.  Armóse  nna  escuadra  formidable  qae 
mandaba  Piali,  á  cajo  bordo  se  embreó  un  ejército  ua^ 
xieroso,  teniendo  á  sa  cabeza  &  Mnsta&i  ge]iei;iit  afiama- 
do  en  las  guerras  de  Af cica  y  Trípoli ,  qne  aaxiliaaen 
con  sns  corsarios  las  operaciones  del  sitio»r- £1  gcaoi 
maestre  Jnan  Parisot  de  la  Talette  informado  por  ana 
espías  en  Oónstantinopla,  qne  este  grande  armameato 
se  diri^ia  contra  Malta,  pidió  auxilio  á  todos  lof  pciaoi^ 

Íies  orifitianoS;  quienes  distraídos  en  otras  atenokoaeoí  so 
e  prestaron  niugano,  y  solo  el  rey  d^  BspafiL»,  ál«  ver* 
dad  mas  intercsailo  en  ^llo  que  los  demáSy  dio  í^rden  al 
Tirey.de  Sicilia  don  García  de  Toledo,  paf a  qne  apcea~ 
tase  en  Meslna  una  escuadra  poderosa  y  esoribió  á  t^ 
dos  sus  aliados  y  ministros  ei^  Italia^  6  fin  de  q^eteyaat» 


.> 


i 


Mn  relate  mil  hombres  qae  estavieeeii  prontos  áemf« 
rearae  á  la  primera^óiden.  El  sitió  de  Malta,  coaienza- 
A  mediados  de  mayo  de  1565,  se  ha  hecho  eélebre  én 
MBterfa^  pmp  los'ejeiAplOB  hedióos  de  ralor  jrccnBtan^ 
I  qae  haa  eteriiiflad^'blnombre  del-  gran  maésti^eLá 
klette  j  dasiiveaftalMn^,  Oaatímáentos  de  estón^^  qae 
edén  Ihimaf de  otros^oiites  héroes,  eon  ocho  nxtl  80lda« 
&  ie8isttere&  dttranM  tres  teeifes  y  medios  de  cant  íanó 
leíAT,  á  on  ej^oHo  de  enarenta  7  ^inoo  mil  hombrea, 
a  nn  n Amero  faittteiiMí  de^oGratlvbs  crifittanos  queerau 
l>leado9<s6mo  sapádorés,  tH>n  tiira  artlUeiía  formidable, 
ipleando  JttM[akia^  y^^EKttifioios'  4i{níká  efttoncos  deaeo. 
€idos  en  ^1  atte  dte^Ieé^H^ets  :fK-apbyadó  t>or  rmü  es6aa« 
ftdedoseieatM'yeiaiiypot;^do  elpoder  del  imperio 
mano. Sédaeidotí 4 lá'^titndí extremidad,  no  tenían  . 
RS  esperianza  qae  el  8opopN>  qae  les  habl0  prolaaetide  él 
ny  de  Bicttta.  BMnidt^  ^a  la  escuadra  j^  ^nso  eateá  sn 
xdonnwelpO'desieShmH  hMbreié  espafiales  é  italiá« 
8|  bajo  las  dMeÉééde  ápl^'^tam  de  Sandé,  qué  tanta 
iiahabÍAfafiaftoMltt)sM^d^:<}ei^ea  y  Aiicanlodela 
811%  q«é  d%ti2-mbalteatett%h  el  í^nnto  mas  dtstante  de 
I  turóos*  Mástafá^  ert^fidlidó  qnehabia  llegado  Un  <gér- 
o  mas  HBtuéroso»  &  bí  primera  notioia  lefantd  él  sitiOi 
andonaiidor  la  aétfflelfa'l^esa,  y  corrió  precipitada  ^ 
ate  á  \OB  baqnei^/  p'ér6  mejor  informado,  hizo  Tolrer  á 
rra  snBtropaff  y  marchó  con  ellas  al  encuentro  del  e- 

«MgO.  .  • 

áJ^anóET  eácialéj^ '  éxtranjertís  eran  de  opinión,  qné 
Mperaseft"  loiltíúréoB  én  el  campameíito,  pefodon 
r^TOf  no  obstante  ia  gtan  desproporción  en  el  n&mero, 
>lvi6  ir  á  rehefbirldíi,  7  f aé  táfn  técio  el  ataque,  que  ea*' 
,  eonsdebtiaMs  7a  conlasp'érdfdas  que  hablan  saíirido 
ante  elsttte;  s&pusferón  eá  faea  y  apenas  pudieron 
rarseen  sfire  bafeleír.  lAfima  de'esto^,  grandes  Bucen 
roló  por  tloda  la  Vitiropay  y  sus  ecois  gloriosos  resonar . 
hasta  HéJióO;  ^ndo'mot!tró)á  un  acto  notable  de  ge^ 
Midad  de  'dt^n  Alvaro^db  Wláseca ,  f andador  de  los 
itas  eb  esta  cí^tfal, '  qué  Heno  de  admiración  por 
alor  neróioo  del  gran  maestre  y  de  sus  caballeros, 
liso  mi  donativo  de  mas  de  teienia  mil  pesos ,  para 
Mbuir  á  los  gastoB  de  la  reposición  de  las  fortífiea- 

'    DIS»M!AOrO2Vfl0»--TOtfCnL<iibl8 


VJ 


-70^ 
cianea  délajplaza  [1] 

Libre  Faiipe  dQl  oaid^do  ea  qoe  loe  toreoe  le  habiaB 
paestO;  volvió  toda  sqi  ateaeioa  a  ios  P^ieea  Bajoe.  Im 
ediotos  pablloadee  contra  loe  proteetaateeeraa  tan  rigt- 
rosos,  qae  irritaron  los  áaimos  de  todos.  La  maerte  en 
las  llamas  ó  en  eUeadalso  era  la  pena,  no  eolo  de  los  qae 
habian  adoptado  las  nne vas  ppiniooeBt  sino  délos  que 
les  daban  asilo  en  ens  casas ,  6  no  los  deonnoiabaiu^líos 
bienes  de  los  reos  eran  conflsoadoSi  y  con  ellos  se  xeoem- 
pensaban  loa  delatores;  para  conocer  de  estas  oaeeas^  se 
estableció  nn  ttibnnal  especial ,  y  para  aammtar  el  ni^ 
mero  de  p  araonas  que  vigilasen  apbr  el  acossei^aciea  ú% 
la  doctrina  de  la  Iglesia,  se  aamentó  el  número  de  obis« 
padoSi  ^dniendo  nao*  en  cada  provincia. 

Bl  obispo  de  Arras,  Ú^ranvelle,  que  habla  quedado  por 
consejero  deladnqtiesa  Margarita^eiraqaíenflngeciatodií 
estas  medidas,  y  por  premio  4e  sn  jselo»  Felipe  le  owftrtó 
el  arzobispado  de  Malinasi  y  obtuvo  del  papa  que  se  le 
condecorase  con  la  púrpura.  También  cenaignió  el  xey  de 
la  Silla  Apostólica,  que  se  le  concediese  poijeínoo  años  U 
décima  parte  de  todas  las  rentas  eclesiásticas  paca  cea- 
tinnar  la  guerra  contra  los  infllelss  |  y  que  se  le  diese  A 
título  de  protector  de  la  iglesia.  Los  oseados  de  Fiamles 
hablan  representado  contra  todas  las  medidas  de  rigor 
dictadas  contra  los  sectarios,  persuadidos  que  el  mal  po- 
dría remediarse  por  medios  mas  suaves ,  peco  Felipe  4 
todo  se  rehusó»  declarando  resueltamente  '^Que  queda 
mas  no  sdr  rey,  que  tener  herejes  por  subditos.'' 

Según  él  progreso  ordinario  de  todas  las  revoluciones, 
del  descontento  y  las  quejas  se  pasó  áloe  actos  de  ^o^ 
lencia.  Hubo  fuertes  conmociones  en  casi  todas  las  eiu« 
dades^  siendo  los  eclesiásticos  católicos  y  los  objetos  del 
culto,  el  blanco  del  furor  de  los  sectarios;  mas  todo  pndo 
todavía  reprimirse  con  algunos  castigos  ejecutados  en 
los  mas  culpables,  y  con  las  medidas  de  templaasa  que 
adoptó  la  gobBrnador,ik,  pero  esta  conducta  prudente  fué 


(l)  AXéitéf  Htfiorift 4»  U  oompftfito  di  J^  aa  «n  Kimta* SifMfia»  tsai  1?» 
libra  8?,  xoUo  177.  Ma  «1  lanr  rMp»«ttTo  d«Mte  obtft,  habrá  ««mm  ds  re- 
ítrlrotrM»tWid«g»i«r^dftdiiom*aMttOlabto^ettlM  aoMtet  %3tíliv 


—  71  — 
desaprobada  por  él  rey,  qaiea  habiendo' tratado  ea  su 
coasejo  eate  grave  asaato,  sígaió'el  pareoer  ddl  daqae 
de  Alba  y  de  otros  qae  estaban  porque  se  adopüasea  me^ 
dldas  de  rigor,  y  que  se  enviase  un  ejército,  cayo  m-^ndo 
86  eonftrai6al  mismo  duqné,  el  onai  salió  de  Oartagena 
el  15  de  abril  de  1667,  oon  treinta  y  siete  galeras ,  para 
pasará  Italia,  donde  seirenhia  el  ejército  á  cuya  eabeza 
seiba  á  poner.  Bste era  más  bien  el  cuadro  que  había  de 
,  llenarse  oon  los  leolatas  y  nnevas  fuerzas  que  hablan  de 
iaoorporársele  eu  su  maraha^  pero  era  notable  por  la  ca- 
lidad de  Im  tropafii  y  por  la  pericia  de  los  jefes  destina^ 
dos  á  mandarlo.  Componíanlo  los  cuatro  tercios  de  infan^ 
tería  española  de  ITápoles,  Milán,  Sicilia  y  OerdeQa,  con 
coarenta  y  nnev9  banderas  ó  compañías,  que  en  todo  ba** 
oían  el  número  de  odio  mil  seiscientos  setenta  hombres, 
mandados  por  los  maestres  y  mariscales  de  campos  A*^ 
lonso  de  Ulloa,  Sancho  de'  Londoño,  Julián  Eomero  y 
Oonzalo  de  Bracamente.  La  caballería,  formada  de  espa- 
ñoles, italianos  y  albaneses,  ascendía  á  doce  mil  hom*^ 
bres,  teniendo  por ^  general  á  don  Fernando  de  Toledo, 
prior  de  Oastilla  en  la  érden  de  San  Juan,  hijo  natural 
del  duque  de  Alba*  La  artillería  estaba  dirigida  por  Oa«« 
briel  Oervelloni,  prior  de  Hungría  en  la  misma  orden,  y 
como  se  preveía  que  habría  quo  empeender  muchos  ei- 
tíoSy  Felipe  obtuvo  deí  duque  de  Saboya  que  permitiese 
pasase  á  su  servicio  Paciotto  de  Urbino,  conde  de  M on< 
tefabrOt  qtfe  era  considerado  como  el  primer  ingeniero 
de  aquel  úempo,  así  como  también  obtuvo  del  duque  de 
Toscana  igual  permiso  para  el  conde  Ohiapino  Titelli, 
que  hacia  las  funciones  de  maestre  general  del  ejército. 
Agrregáronse  á  este  yariob  oficiales  de  nombradla ,  tales 
oonoLO  Oristóbal  de  Moudragon,  que  se  habia  hecho  co- 
nocer atravesando  á  nado  oon  otros  pocos  el  £lba,  en 
la  campaña  contra  el  duque  de  Sajonia,  para  apoderar-* 
se  de  las  lanohat  que  estaban  en  la  ribera  opuesta,  en 
las  que  habla  de  pasar  el  ejército ,  y  habiéndose  hallado 
en.  todas  las  acciones  de  guerra  mas  señaladas  de  su 
tíempoy  distihguídpse  en  todas  por  su  valor,  murió  á  los 
no  venta  y  dos  años  de  edad,  sin  haber  tenido  jamás  ni 
aon.  una  lijeira  herida;  Sancho  de  Avila,  que  se  hizo  des-- 
paes  eélebre  oómo  gobernador  de  la  cindadela  de  Ami« 
M  Frauclsiju  Verdugo,  don  Beraardino  de  Mendoza, 


-  72  - 
qna  había  de  ser  el  historiador  de  la  gaertft  éü  qtie  iba  á 
tener  paite;  don  Garlos  Dávalos,  hijo  del  marqués  del 
.'Taste  y  mnclios  jóvenes  de  la  primera  nobleza  de  Stpa^» 
fia  é  Italia,  qae  querían  ir  á  aprender  el  arte  militar ,  en 
Ja  escuela  de  los  mas  afamados  capitanea  de  aqsel  ei. 

si». 

Llegado  á  Bruselas  el  duque  de  Alba  y  pueatas  guar* 
nicienes  en  las  principales  plazas,  el  rigor  de  sos  pro» 
Tidenoias  llenó  de  consternación  á  todoi  Jos  habitantea, 
muchos  de  los  cuales  abandonaron  so»  liogares,  para 
buscar  seguridad  en  los  estados  yeoinos .  de  Alemania. — 
Hísolo  así  el  príncipe  de  Orange,  preriené»  que  s^^ria  el 
primero  sobre  quieii^  descargase  la  pemieeocion»  y  noha« 
blendo  podido  persuadir  al  conde  de  Egmmit  que  hieMse 
lo  mismo»  ^to  y  el  de  Hom  fueron  aleyosámenlepreeos. 
La  daquesa  de  Parma,  viendo  desairada  su  autoridad, 
pues  esto  se  hacia  sin  su  conocimiento  $  pidió  permieo 
para  retirarse,  llevando  consigo  el  aprecio  genera!^  pues 
habia  gobernado  con  prudencia  y  moderaekm ,  y  todos  * 
Telan  en  su  separación  del  gobierinOy  el  anunóio  de  las 
calamidades  que  iban  á  sobrevenir. 

Mientras  en  los  Países  Bajos  las  cosas^  presentaban  ca« 
da  día  un  aspecto  mas  amenazador,  en  la  corte  se  renñ* 
eaba  un  suceso  desgraciado  que  hisido  materia  de^  tan^- 
tas  ftccLones  y  romances.  Bl  rey,  deseoso  de  que  el  príus 
cipe  don  Garlos  y':  heredero  de  la  corona  w '  recibiese  una 
edmcacion  correspondiente  al  alto  pueetn^que  estaba  des- 
tinado á  ocupar,  le  habia  enviado  á  la{univeií8i¿bEHlde 
Alcalá,  célebre  en  aquel  tiempo;  haciendo  le  acompata^ 
sen  para  educarse  con  él,  don  Juan  de  Austria  y  Ale- 
jandro Farnesio.*£l  principe,  que  tenia  diez  y  siete  afios, 
era  de  géaip  vivo  y  traviesot  y  bajando  precipitadamen- 
te una  escalera  se  dio  un  golpe  tan  faerte-  en  la  cabeza, 
que  le  causó  una  fiebre  violenta  que  lito  se*  desesperase 
de  su  vida»  y  aunque  se  restableció,  se  eohóUtiego  de  ver 
que  sus  facultades  mentales  hablan  sido  alteradas.  8a  -^ 
carácter  vino  á  ser  arrebatado  y  atros  t  'dií)*aSft6*  el  i^o 
de  Ualta^  se  huyó  de  la  Oorte  para  ir  al  socoro  de  loe 
«abaneros,  de  cuyo  intento  desistió  8a;liícndo  qae  los  imr^ 
eos  se  habían  retirado :  paseando  uha  noche  por  las  ea« 
lies  de  Madrid,  mandó  á  los  que  le  aoompafiabaai;  que 
eatrasem  á  degollar  á  todos  los  que  habitaban'  xa»  oam 


—  7S  — 
pegaaen  f aego,  porque  por  casttalidad  habla  caído 
él  mía  poea  de  agaa  que  arrojiaroa  por  la  ventana: 
orado  fmtástioamente  do  la  archidaqaesa  Ana ,  sa 
by  hija  del  emperador ,  oon  quien  fiolieitaba  casarse 
de  evadirse  de  Bspa&a  para  ir  á  conocerlai  y  porqáe 
6  que  el  rey  su  padre  llevaba  á  mal  este  matrimonio^ 
laba  agriamente  contra  él  y  oensoraba  todas  sus  pro< 
Bnolaa :  últimamente ,  irritado  por  el  nombramien- 
del  duque  de  Alba  para  el  gobierno  de  loa  Países 
gos,  que  el  principe  pretendia  se  le  diese,  se  eoIi6  con 
«spada  desenvainada  sobre  el  duque  que  se  defendió 
ipetuosamentOy  hasta  que  al  ruido  vinieron  criados  que  . 
salvaron,  y  entonces  intentó  pasar  á  los  Paises  Bajos, 
acuerdo  con  los  enviados  de  aquellos  estados  que  se 
Uaban  en  Madrid,  para  lo  que  pidió  dinero  prestado 
mandó  al  maestro  de  postas  que  le  aprestase  caballos.  • 
'alipe,  á  quien  el  maestro  de  postas  dio  "parte  de  todo, 
.aaó  del  Escorial  en  donde  se  hallaba,  á  Madrid,  el  8  de 
enero  de  1568,  y  acompañado  desús  minístrosy  de  algu- 
noe  sefiores  de  la  corte,  entró  én  el  cuarto  del  príncipe, 
^  el  cual  turbado  al  verle  con  aquel  acompañamiento ,  se 
i  loetió  en  la  cama  diciendo  á  su  padre  i^^Y*  M.  quiere  ma- 
ptarme  f  yo  no  estoy  loco ,  sino  desesperado  de  lo  que  se 
kace  conmigo."  £1  rey  procuró  tranquilizarle;  le  aseguró 
[  que  todo  se  hacia  por  subleu;  palabras  á  las  que  después 
!  se  ha  dado  tan  siniestra  apüoacion,  y  dejándolo  bajo 
I  buena  guardia,  se  volvió  al  Sscorial  y  dio  aviso  de  la 
'  resolución  que  se  había  visto  precisado  á  tomar,  al  Papa, 
al  emperador,  á  todos  los  soberanos  susalisijdos  y  á  todas 
las  ciudades  del  reino.  D.  Carlos,  lleno  de  impaciencia  en 
\  su  prisión,  unas  veces  pasaba  muchos  días  sin  tomar  ali^ 
I  mento  y  otras  comía  con  exoeso ,  y  en  tiempo  de  calor 
;  bebia  mucha  cantidad  de  agua  helada  ,  todo  lo  cual  le 
estragó  el  estómago,  y  le  cansó  una  fleure  violenta  que 
le  condujo  al  sepoloro.  En  estos  últimos  momentos  quiso 
ver  al  rey  su  padre,  al  que  le  pidió  perdón  de  todos  lo«^ 
disgustos  que  le  había  causado,  y  murió  el  25  de  julio  de. 
1568,  á  los  veinte  y  tres  años  y  medio  de  su  edad. 

Esta  muerto  de  don  Carlos  ha  sido  atribuida  por  los 
escritores  enemigos  de  Felipe- II,  á  veneno  6  ¿otrome** 
dio  violento :'  dicen  que  la  pasión  que  se  encendió  entre 
el  joven  desgraciado  y  la  reina  doña  Isabel,  que  le  habla 

Ol^BJaTAOIONBB*— TOMO  ICIr-*19 


-  74  — 
sido  prometida  en  oaaamiento  an 
de  su  padre  eon  la  míBma  prinoe 
amboa,  apoyando  esta  especie  bi 
acaecida  pooos  mesea  después,  el 
alLo.  Por  «1  eontrario ,  rebatieadi 
con  laudas  laeonea,  loa  tüstorlodi 
tos  &  Felipe  ptea^itaa  su  oóndaol 
Oáilos,  como  un  modelo  del  ctuoE 
de  an  re;  paia  con  la  nación  qoe 
lofl  Beotimlentoa  personales  &  las 
no.  Del  matrim4H)io  de  dolía  Isabí 
fanta  dona  Isabel»  Olara  fiogenl 
la  predilección  de  sa  padre,  í  dot 
Felipe,  deseoso  de  tener  saaesion 
aOos  después  [1570,]  &  osartas  n 
doila  Aoa  de  Acstria,  qae  flstabfi 
los,  y  dé  qnien  tuyo  a  don  Fenuu 
7  qae  por  sa  baeaa  fadold  formal 
dre  ;  las  esperanzas  de  la  nación 
tambiea  marieroo  de  corta  edad, 
sacedlo  en  el  trono. 

£1  daqae  de  Alba ,  estableoidc 
el  gobierno  de  los  Países  Bajos,  [ 
dando  se  caapUesea  loe  pabllead 
loa  protestantes,  y  did  á  estos  un : 
lir  del  paÍH,  Ilerándoaesas  bienee 
oeder  contra  ellos  estaUeoió  an 
doce  consejeros  espaSoles  coa  na 
meneos  llamaban  el  Oonsf  jo  de  m 
(^eoadon  de  so^  proTideüoíaa,  tm 
tre  otras  la  de  constralr  ona  dad 
laego  qae  taro  presos  á  los  cond« 
citó  &  comparecer  aate  él  al  prtncá 
hemos  dtohOiseliabia  relárado.&si 
Uate,  alendo  prfuctpB  del  inperic 
represontándoie  la  perseoaoion  <¡ 
opresión  en  que  hallaban  loM  Paln 
emperador  y  el  mismo  Papa  escnl 
moderase  tanto  rigor,  ooatestd  qn 
pleaba  el  gobernador,  no  era  todi 

Slmir  y  oasUgat  la  insolencia  de 
Idea,  ül  emperador,  de^ooateal 


-  75  - 
voreoió  al  de  O^nge,  quien  invirtiendo  toda  su  fortuna 
y  auxiliado  por  los  príncipes  protestantes  de  Alemania^ 
ieyantó  un  ejéróito,  pon  el  qne  se  proponía  entrar  en  los 
Paísss  Bajos,  antes  que  el  daque  de  Alba  consolidase 
má9  sn  poder  en  ellos.  Bl  duque,  para  aüanzar  la  sami- 
8ion  del  país,  mientras  repelía  la  agresión  que  le  amena, 
zaba,  redoblb  las  medidas  de  severidad,  y  para  llenar  de 
terror  á  los  habitantes,  bi20  condenar  &  muerte  á  diez  y 
naeye  de  los  principales  selloreSi  que  habían  entrado  en 
la  confdderaoion  que  se  formó  para  defensa  de  los  fheros; 
y  habían  firmado  una  representación  á  la  duquesa  Mar«< 
gazita :  instruyóse  al  mismo  tiempo  el  proceso  de  los  con- 
des de  Bgmont  y  de  Horn,  y  no  obstante  que  estos,  C9* 
mo  caballeros  del  Toisoui  no  podían  ser  juzgados  sino 
por  el  consejo  supremo  de  la  orden ,  fueron  condenados 
á  Ift  pena  capital  por  el  tribunal.de  sangre,  y  el  vencedor 
de  Qravelinea  fué  degollado  en  la  plaza  de  Bruselas.  En 
Bgpaüa,  Felipe  hizo  dar  garrote  secretamente  en  el  cas* 
tullo  de  Simancas  á  Flons  de  Montmorency,  conde  de 
loatígny ,  Jque  Ihabla  sido  enviado  á  la  corte  por  los 
estados  de  Fiandes,  y  á  quien  se  acusaba  de  haber  invi^ 
tado  al  príncipe  Garlos  para  la  evasión  que  intentaba 
[1],  £1  otro  comisionado  murió  en  la  prisión. 

El  principio  de  la  oampafia  no  fué  feliz  para  las  armas 
de  Felipe:  los  españoles,  viendo  con  el  mayor  desprecio  & 
ios  alemanes  que  conducía  el  conde  Luís  de  lií^assau, 
hermano  del  principe  de  Orange,  obligaron  al  conde  de 
Aiembergy  que  mandaba  una  división ,  destinada  por  el 
daque  de  Alba  á  observar  los  movimientos  de  aquel »  á 
atacarle  en  el  puesto  ventajoso  que  ocupaba ,  y  fueron 
derrotados  con  gtan  pérdida.  Bi  duque  se  movió  con  to 
das  BUS  fuerzas  contra  el  conde  Luis,  antes  que  llegase  el 
príadpe  de  Orange:  le  atacó  en  su  campo  de  Jeminjeni  en 
las  riberas  del  rió  Bms#  y  no  obstante  la  fuerte  posición 
qae  habia  tOMado#  aprovechando  el  duque  una  sedición 


[1]  V(Wm«  la  horrenda  fsUoíon  <!•  eata  tj«oadoneoa  todot  en«  poimeBoref, 
«ft  i«  «oltodoii  de  dvoamaSUof  da  ÑATarr«ka,  tomo  4^,  desda  •!  ftUo  6  j6  has- 
t*«l  íiu.  IPeiin .  1 1  raeomamdó  «oa  maeho  tmpsfio  f  <][ua  m  hieiaaa  croar  qua 
Vomita j  h&bia  aintrfto  da  eufsnaadad. 


-76- 

le  los  alemanes  que  estaban  con  el  conde,  qne  no  qmsie<« 
on  pelear  mientras  no  S9  les  pagase  lo  qne  se  les  debía 
lé^saeldoS)  le  desbarató  eompletamentOy  y  no  habiéndose 
lado  cnartel,  faé  vengada  la  primera  derrota  con  la  muer- 
a  de  mas  de  siete  mil  hombies.  Llega  entonces  á  la  tron- 
era el  príncipe  de  Orange  con  nn  ejército  de  20;;mil 
Lombres,  y  aunque  ¡el  del  duque  fuese  de  igual  número , 
ra  mny  superior  por  la  oíase  de  gente  que  lo  componia. 
Un  embargo,  persuadido  de  que  el  deOrange  no  podría 
lantener  tanta  gente  por  mucho  tiempo^  y  que  por  fal- 
El  de  recursos  tendría  que  desbandarle  aquella  reunión, 
in  necesidad  da  combatirla;  se  redujo  á  seguir  sus  mo^ 
imientos  para  impedirle  penetrar  en  las  provincias ,  y 
ntonces  se  verificó  aquella  memorable    campa  ña/,  en 
ue  dds. de  los  mayores  generales  de  iiquella  época,  ma- 
ifestaron  los  mas  grandes  conocimientos  en  el  arte  mi-^ 
itar,  en  una  serie  de  marchas  y  movimientos  que  tenían 
<a  objeto  biirlar  el  uno  la  vigilauoia  del  otro,  pero  cuyo 
iflultaao,  como  el  duque  lo  había  previsto ,  fuéig[uedar<« 
s  el  príncipe  de  Orange  sin  ejército .  sin  haber  podido 
•netear  en  .el  país  que  intentaba  poner  en  insurreccioui 
eniendo  que  retirarse  á  Francia  con  las  cortas  fuerzas 
ue  le  quedaron,  á  dar  auxilio  ¡al  particLo  calvinista  que 
staba  en  guerra  contra  el  rey. 
El  duque  de  Alba  hizo  su  entrada  triunfante  en  Bru^ 
elas:  se  le  levantó  una  estatua ,  alusiva  á  las  ventajas 
[ue  había  obtenido  y  á  la  sumisión  de  las  proviuoias, 
[ue  estas  tuvieron  como  un  insulto ,  y  castigó  con  su  a<« 
xwtumbrada  severidad,  á  todos  los  que  durante  la  cam- 
)afia  se  habían  manifestado  inclinados  en  favor  del  prínr 
Ápe  de  Orange.  La  revolución  podía  darse  por  termina^ 
\ñj  pues  los  promovedores  de  ella  habían  tenido  qué  e^ 
iradirse,  y  sus  esfuerzos  estaban  reducidos  á  armar  al- 
gunos corsarios  desde  los  puertos  de  Inglaterra  en  que 
labían  sido  admitidos.  La  corte  de  Espafla  creyó  entoni 
)t8  oportuno  conceder  una  amnistía^  que  hizo  confirmar 
lor  el  Papa,  y  el  duque  la  publicó  en  Amberes  [1571J 
ion  toda  la  pompa  de  un  monarca,  sentado  en  un  trono 
llevado  y  delante  de  una  concurrencia  inmensa,  atraída 
por  la  novedad  del  espectáculo;  pero  no  por  esto  cesaron 
las  persecuciones,  pues  eran  tantos  los  exceptuados,  que 
ira  mas  bien  un  decreto  de  proscripción  que  una  amnls» 


-  7Í  - 
tísL  Al  mismo  tiempo,  laneoesidad  de  reoacsos  para  man- 
tener tantas  tropae,  obligaba  al  daqae  á  emplear  medidas 
tiolentaa  para  prooarárselos.  Sin  respetar  los  faeroside 
aquellos  estados ,  ni  hacer  easo  de  sus  representiciones* 
escableció  arbitrariamente  graves  contribacionesi  que  se 
hadan  mas  odiosas  por  el  rigor  con  que  procedía  á  exl- 
jirlas.  Entre  otras  maclias  impaso  la  décima  de  todos  loa 
efectos  que  se  Tendiesen^  lo  que  encontró  tanta  opo&iciooi 
que  en  la  misma  Bruselas ,  residencia  del  gobierno ,  se 
cerraron  las  tiendas  ,  no  hallándove  de  venta  ni  aun  las 
cosas  mas  necesarias  para  la  vida«*No  por  esto  se  detuvo 
si  gobarnador,  siao  que  hizo  poner  horcas  delante  de  las 
casas  de  diez  5  siete  de  los  printípales  mercaderes/ y  to^ 
do  estaba  dispuesto  para  la  ejecucioa,  cuando  se  sospeuM 
di6  por  haber  llegado  la  noticia  de  que  los  desterrados 
Be  luibian  apoderado¡del  puerto  de  la  Brilla.  El  duque  se 
habia  quejado  á  la  reina  de  Inglaterra  por  el  asilo  que 
habia  dado  á  los  expulsos,  y  por  la  facilidad  que  estos  en- 
contraban de  vendsr  en  sus  puertos  las  presas  qué  ha«« 
dan,  y  aunque  la  reina  ocultamente  los  favorecía  ,  no 
queriendo  romper  todavía  coa  la  Espa&a,  dio  orden  para 
qne  salieseui  lo  que  poniéndolos  en  la  desesperacloui  les 
hizo  formar  en  Douvies  una  expedición  de  veinte  y  seis 
baques^  bajo  el  mando  de  Goillermo  de  Lumey,  conde  de 
la  Marcky  con  la  que  se  apoderaron  de  la  Brilla,  siendo 
este  el  principio  de  aquella  sangrienta  guerra ,  en  que 
provincias  entonces  pobres ,  dominadas  por  fuerzas  su- 
.  peñeres,  después  de  haber  sufrido  muchos  aSos  de  opre*^ 
Bion,  desatendidas  sus  súplicas  y  atropellados  sus  fae>' 
ros»  tomaron  la  heroica  resolución  de  resistir  con  las  ar^ 
mas  al  monarcas  mas  poderoso  de  Europa ,  á  la  vista  de 
un  ejército  aguerrido  y  mandados  por  los  generales  y  je- 
fas mas  afamados  de  aquel  tiempo ;  guerra  en  que  brilló 
el  valor,  tantos  de  los  e£ipa|íoles  ,  como  de  los  holande- 
ses, aunque  frecuentemente tmancuado por  actos  de  cruel- 
dad por  una  y  otra  parte),  que  llenan  de  horror  y  son  el 
escándalo  de  la  humanidad. 

Mientras  la  guerra  se  encendia^enla  parte  mas  remota 
de  los  estados  de  Felipe,  otro  peligro  mas  inmediato  le 
amenazaba  dentro  de  la  misma  Espafia, — Los  moriscos 
eran  uu  motivo  de  perpetua  desconnanza  para  el  gobier- 
no espafiol,j  con  el  objeto  de  sujetarlos,  se  dictaban 

T)IS£BTAOIOVBS.— TOIÍIO  IIL^SO 


1 


—  78  - 
proviílenclas  qae  prodaolan  el  efeoto  oontraiio ,  exaspe^ 
ráadoloB  y  predpit&ndoloB  á  la  reyolacion.  En  1569  se 
mandó,  bajo  pena  de  la  vida,  que  no  hablaran  eino  la  lea- 
gaa  castellana;  qne  renunciaran  á  su  traje  y  á  todos  a^ 
qaellos  usos  que  tenían  alguna  reladon  con  el  mabome^ 
tismo  y  que  les  hacia  conservar  cierto  carácter  nadonal, 
y  se  led  prohibía  mudar  de  domicilio  sin  licenela  de  los 
magistrados,  llevar  armas  y  aun  tenerlas,  Bstas  disposi" 
clones  llenaron  de  indignación  á  los  moriscoe,  que  resol- 
vieron exponerse  á  los  últimos  uxtremoe,  antea  que  some- 
terse á  ellas,  y  con  estos  intentos,  puestos  de  acuerdo  los 
de  las  montañas  de  las  Alpujarras  oón  los  de  dentro  da 
la  ciudad  de  Granada ,  tenían  concertado  apoderarse  de 
ésta,  cuyo  plan  ss  estorbó  por  uno  de  aquellos  accidentes 
casuales,  que  en  las  revoluciones  vienen  f recnentemeute 
á  impedir  las  combinaciones  mejor  meditadas:  pero  aun- 
que  esta  parte  de  la  conjuración  no  pudo  llevarse  á  efec- 
to,  no  por  eso  dejaron  los  moriscos  de  tomar  las  armas  en 
toda  la  tierra,' y  rsuniéndese  los  prínoi|lale8  en  Oadiar, 
pueblo  situado  á  la  entrada  de  las  Alpojarraa,  eligltroa 
por  rey  á  don  Fernando  de  Valor,  joven  deBoendiedte  de 
loa  antiguos  reyes  de  Granada ,  que  tomó  el  nombre  de 
Aben*Humeya|  y  mandaron  comisionados  para  pedir  aa- 
xllioii  á  los  príncipes  de  la  costa  de  África  y  al  gran  se» 
fior,  de  quien  se  prometían  abundantes  socorros-  La  re* 
voluoion,  que  habla  sido  vista  á  los  principios  con  des* 
precio,  por  ios  informes]contradictorios  de  las  autoridades 
de  Granada,  se  presentó  entonces  en  toda  su  gravedad, 
y  fué  preciso  tomar  medidas  muy  activas  para  repiimir» 
la.  fii  marqués  de  Mondéjar,  capitán  general  de  Grana- 
da, penetró  con  un  ejército  en  las  Ampojarras,  mientras 
que  el  de  los  Teles  sometía  con  otro  todos  los  pueblos  de 
la  playa,  y  una  escuadra  impedía  la  comunicación  de 
estos  con  las  costas  de  Af  dea.  Por  efecto  de  estas  ope- 
raciones, la  guerra  pareóla  terminada  en  la  primera  cam- 
palla;  pero  el  excesivo  rigor  con  que  fueron  tratados  los 
vencidos,  habiendo  mandado  Felipe  que  fuesen  vendidos 
por  esclavos  todos  los  prisioneros  que  pasasen  de  once 
afios,  volvió  á  encenderla  con  mayor  furor.  Bl  rey,  para 
evitar  los  celos  entre  los  jefes,  que  hablan  sida  de  mucho 
peguldo,  dló  el  mando  del  ejérdto  á  su  hermano  don 
Juan  de  Austria,  que  habla  tenido  ya  el  «fio  anterior  el 


^79  — 
de  las  galeras  empleadas  en  el  Mediterráneo.  Habla  ma>< 
nifestado  doa  Jaaa  desde  sas  primeros  afios '  iiiclioacio<i 
nes  may  marciales,  y  se  había  ausentado  de  la  corte,  sin 
permiso  del  rey  sa  hermano,  para  ir  á  servir  en  el  sicio 
de  Malta,  haciendo  sn  aprendizaje  de  gaerra  en  aqdella 
gran  ocasión,  bajo  el  mando  del  gran  maestre  la  Ya^ 
lette:  Felipe  le  habia  h^oho  volver  diciéadole,  qne  sn  na- 
cimiento le  destinaba  á  mandar'y  no  á  obedecer  y  en  esta 
gnerra,  para  qne  sn  inezperienoia  no  lo  expasiese  á  errar, 
pues  no  tenia  mas  qne  veioté  y  doa  aflos,  le  impuso  la  o« 
bligacion  de  consnlcar  para  todas  sus  operauioaes ,   con 
el  presidente  de  la  chaneillería  de  Oranada  Deza,  el  du*^ 
qne  do  Sesa  y  el  marqués  de  Mondéjar,  dándole  poiTse- 
gnndo  á  don  Luis  de  Bdquesens,  comandado  mavor  de 
Üaetüla  en  la  orden  de  Santiago ;  pero  viendo  luego  el 
embarazo  que  ofrecía  el  tener  que  consnltar  á  cad^  paso, 
coando    era   menester  operar  con  prontitud  y  ener- 
gía, se  le  dejó  obrar  libremeote  D.  Juan  comeuzó  las  o** 
aeraciones  con  grande  actividad  al  principio  del  año  de 
1579 ,   y  habiéndose  dividido  los   moii^cos  entie  si  y 
reconocido  por  rey  á  Aben« Aboo ,  que  hizo  ahorcar  á 
Aben-Humeya,  y  él  mismo  fué  muerto  poco  después  por 
otro  moro,  fué  más  fácil  spjetarlos,  lo  que  sin  embargo  no 
se  hizo  con  mucha  resistencia,  habiendo  perecido  mas  de 
cien  mil,  de  ellos  y  veinte  mil  españoles ,  quedando  yer- 
mas y  destruidas  muchas  comarcas  anteo  florecientes ,  y 
los  moribCDS  reducidos  á  un  estado  de  ber^idnmbre,  que 
los  tenia  siempre  dispuestos  á  nuevas  alteraciones. 

Sil.  peligro  hubiera  sido  mayor,  si  la  conmoción  sehun 
biera  extendido  como  era  de  temer,  á  los  moriscos  de  los 
reinos  de  Valencia  y  Márda,  donde  ios  habia  en  gran  nú- 
mero^ y  si  el  nuevo  sultán  Selim  III  hubiera  seguido  la 
opinión  de  sus  consejeros,  que  le  persuadían  lo  venta«« 
ice  o  qne  seria  emplear  en  auxilio  de  los  moriscos  de  £s* 
ptílLA^  d  ejército  y  armada  con  qne  por  efe  te  tiempo  inva*^ 
¡lió  la  isla  de  Ohlpre,  perteneciente  á  los  veDeciauos.  Es- 
tos, riéndose  atacados  en  plena  psa ,  ocnrneíou  a  feolici 
»r  la  protecmon  de  tódoB  los  piíncipes  cristibDUB^  7  el 
PApt»  Han  Pío  y,  que  veía  ameuazaoa  la  luiha,  y  aun  la 
QUAiz^a  capital  del  mundo  oiistiano,  per  las  futizas  oto*- 
i2C^iE0S  qne  se  hacían  cada  vez  mas  prepotentes  en  el  Me- 
ftexTiaeo^  logró  formar  no  a  liga  entre  el  r^y  Felipe ,  el 


-80- 
ísúsmo  pontífice  y  la  república  de  Teneoia ,  á  la  que  se 
lAiieron  loa  caballeros  de  Malta.  El  mando  de  la  eseaa- 
dra  éombínada  se  dio  á  don  Jnan  de  Anstria,  con  el  títaN 
l9  de  /¡generalísimo,  bajo  cnyas  órdenes  estaban  los  gene- 
jales  del  Papa  y  de  Tenecia  y  siendo  su  segundo  el  co- 
mendador Beqnesens.  La  nobleza  cspafiola  dejando  de 
ser  turbulenta,  no  había  cesado  de  ser  gnerrera^  y  en  es- 
tas ocasiones  de  empefio  y  lucimiento,  se  presentaban  los 
j6venes  de  las  familias  principales  como  voluntarios,  y  á 
tsu  ejemplo  bacian  lo  mif  mo  loBitalianos:6ne8tav¡ez  faeron 
muchos  los  qeu  ocurrieron  á  serrir  bajo  las  órdenes  dal 
hermano  delmonarea  y  tal  el  entusiasmo  generaljqae  aan 
el  anciano  duque  de  Alba  escribió  á  don  Juan  {1],  ma- 
nifestániolesu  sentimiento  por  no  poder  aoompañarlOy 
**prometi^ndole  que  ano  estar  ocupado  en  Flandes,  ntn- 
gm  soldado  llovax;ia  de  tan  baena  gana  como  él,  sin  im- 
pedírselo sus  sesenta  y  cuatro  a&os  y  susindisposicioneB, 
porque  una  carrera,  le  dicCi  aunque  sea  de  mucho  trába- 
lo, no  hay  caballo  por  viejo  que  sea,  que  no  la  pase,  en 
Mf  edal  tomándola  con  buena  voluntad."  D.  Juan  saüó 
de  Sicilia  con  la  escuadra  cristianai  al  mismo  tiempo  qne 
el  bajá  se  hizo  á  la  vela,  dirigiéndose  de  Oonstantinopla 
á  las  costas  de  la  Grecia,  con  la  escuadra  turca.  Bncon^ 
liándose  el  7  de  octubre  de  1574  eu  el  golfo  de  Lepanto, 
célebre  ya  en  la  historia  romana  por  la  batalla  de  Accio, 
en  que  se  decidió  la  suerte  de  imperio  entre  Augusto  y 
Mareo  Antonio,  y  desde  entonces  no  se  habia  visto  en  el 
mar  tan  poderosas  escuadras.  La  de  la  liga  se  oomponia 
de  doscientas  y  tres  galeras  con  otros  buques  de  menos 
porte,  que  en  todo  hacían  el  total  de  trescientos  ^treinta 
y[ieis  bajeles,  llevando  á  su  bordo  ocho  mil  soldados  es> 
pañoles,  seis  mil  italianos  y  otros  tantos  alemanes ,  con 
nn  número  mucho  mayor  de  galeotes  ,  empleados  en  el 
lemo  y  otros  servicios.  La  armada  turca  excedia  á  la. 
orisüana  en  el  número  de  galeras,  pues  tenia  doscientos 
veinte  y  cinco  y  sesenta  ¡galeazas  y  otros  buques  meno- 
res, congas  de  veinte  y  cinco  mil  hombres  de  pelea ^  eir». 


(1)  Oartí  áé\  (tagne  de  Alba  á  don  Jaa&  dé  Áostriti  fBohá  •&  Bmso'ad  «  3 
éé  mayo  de  1^71,  daadola  algunos  oonaejoi  para  los  segociot  d«  U  ga?rra«^ 
WaTanvto.  CoUccioB  de  doonmentoi  íneditoi,  tono  3?  fo^So  S73, 


—  81  — 
tiendo  al  remo  multitad  de  caati^od  cristianos.  El  oom  * 
bate  faé  muy  empeñado:  D«  Jnan  de  Astnria  ocnpaba  el 
oentaro,  mandando  la  derecha  Harco  Antonio  Oolonna, 
1  general  de  la  armada  pontificiai  y  la  &qaierda  Agaatin 
BarbarigOy  qne  lo  era  de  las  galeras  yeneoíánas :  la  re** 
I  serva  qaedó  á  las  órdenes  del  comendador  lCeqnesen£|.y 
iel  marqnés  de  Santa  Ornz  con  las  galeras  de  Kápoleip^ 
i  La  galera  real  qne  montaba  don  Jnan ,  combatió  con  la 
I  almirante  tnroa  qne  faé  tomada  al  abordage,  y  la  cabeza 
del  ba)&  Halí  colgada  de  lo  alto  del  palo  mayor  ^  faé  la 
Mfial  de  la  victoriai  qne  costó  earo  á  los  cristianos,  pnes 
habiendo  sido  sangrienta  la  acción,  mnrieron.en  ella 
Barbarígo,  mnchos  oficiales  de  cuenta  y  mas  de  siete  mil 
soldados,  siendo  mncbo  mayor  la  pérdida  del  enemigo. 
£1  trionfo  faé  completo :  ciento  diez  y  siete  galeras  tur.-.-- 
eas,  oon  mnchos  barcos  menores  y  gran  caniidad  de  c^' 
llones  y  pertrechos ,  quedaron  en  poder  de  los  cristianos; 
otras  machas  se  fueron  á  pique  ó  dieron  contraía  costa:' 
tres  mil  y  quinientos  turcos  fueron  hechos  esclava9,  res « 
titayéndose  á  la  libertad  millares  de  cautivos  crisñanos, 
que  contribuyeron  á  la  viótorla  rompiendo  sus  cadenas 
en  medio  del  combate,  y  atacando  dentro  de  sus  mismos 
boques  á  los  turcos,  cuando  mas  empeñados  se  hallaban 
,  en  la  pelea;  mas  entre  tanto  dichoso  que  recobró  entonces 
bhbertad,  la  perdió  en  esta  ocasión  el  autor  de  D.  Qui- 
jote, que  herido  en  un  brazo ,  llevó  toda  su  vida  en  $u 
mano  manca^  la  señal  de  haber  /concurrido  á  la  victoria   ^ 
mas  gloriosas  que  las  armas  cristianas  hablan  ganado 
sobre  las  lanas  otomanas.  £t  Papa  Ss&n  Pió  T,  transporn 
tado  de  gozo  al  recibir  la  noticia,  exclamó  con  las  pala- 
Ivas  del  Evangelio :  Fuit  homo  missus  á  JDeo ,  cui  nomen 
«raí  Joannes.  ''Hubo  un  hombre  éúvlado  de  Dios,  cuyo 
nombre  era  Juan»''  haciendo  alusión  al  del  joven,  príuci% 
pe  que  habia  ganado  tan  esclarecido  triunfo,  é  instituyó    . 
-  wn  este  motivo  la  fiesta  del  EJsariOi  que  la  iglesia  cel^» 
bra  hasta  el  dia,  y  muy  especialmente  es  de  grande  bqm 
lemnidad  en  la  república  mejicana,   Felipe  se  hallaba  eii 
al  coro  del  JEBsoorial,  rezando  vísperas  con  los  monjes,  el 
S  de  noviembre  octava  de  Todos  Santos^  euando  llegó  el 
correo,  que  por  señal  de  la  victoria  traia  el  estandarte 
zeal  tomüado  á  los  turcos,  tenido  por  ellos  en  gran  vene^ 
laeion :  don  Munuelí  criado  de  la  cámara ,  entró  al  coiro 

PI8VBTA0I0irSt.-*X0MC  in-*2l . 


—  82  — 
demudado  de  g02x>,  á  oomanioar  al  rey  tan  agradable  na- 
tioia :  ésto,  no  altero  en  nada  sa  semUante  ni  iatenam* 
pió  el  rezo,  y  caando  las  vísperas  f  aen^  acabadas,  pre-« 
Tino  al  prior  hioiese qae  los  moojes áintasen el  T^IMwm. 
8ali6  entíneos  á  su  aposento,  y  leyendo  los  despachos 
qae  el  correo  había  condacldo,  d(jo  con  grairedad :  **l£ar 
cho  aTentdró  don  Jaan*".^  ISsta  majobsenraoion  ha  dado 
motívo  á  cteer,  qae  vela  con  zéló/la  gloria  de  sn  herma^ 
no,  y  qiie  recibía  mal  los  aplaasos'qne  á  este  sa  tribata  • 
ban. 

Los  frates  de  tan  gran  victoria  estiiyiMoa lejos  de  cor- 
responder á  sa  importancia,  porqne  la^disoordia  entre  los 
generales  de  los  aliados ^aé  cansa  da  qae.  nada  se  em- 
prendieaervolviendo  la  esonadrá  «uristíana  á  Sicilia :  los 
venecianos  se  separaron  poco  despaes  de  la  liga»  baoiea<« 
do  la  paz  oon  el  Gran  SdfLor,,qaeno  solo  qoedó  doefio  de 
la  isla  de  Ohipro;  sino  qae  adqaixió  algunas  ota^  de  las 
pertenencias  de  aqaella  repúbiloSb  Bspafia^  sin  embargo, 
Bigai6  por  sí  sola  la  gaerra,  y  en  el  corso  de  ella  aneSi- 
caadra  se  apoderó  de  Tdnez,  cayas  fortiftcaciones  mandó 
Felipe  destrair»  pero  don]  Jaan,  qae  aspiraba  6  ser  rey 
de  aqael  país,  no  solo  no  obedeció,  vSino  qae  hiño  fortáá* 
car  la  Goleta:  el  rey  sa  hennan9  deiaüiprobó  estas  pretaa- 
sienes  ambiciosas,  annqoe  apoyadas  por  al  Fapa,  per- 
soadido  qae  era  imposible  sostenw  aqoel  reino  en  la  coe- 
ta  de  Afnóa,  lo  qae  obligaría  á  empeiiarseen  ana  gaerra 
perpetaa.  flt  éxito  probó  caán  fondado  era  este  conoep« 
C0|  poes  la  Goleta  faé  atacada  por  faerzas  ^  soperiorea  y 
tavo  qae  rendirse,  y  el  rey»  atriboyendo  la  desordenada 
ambición  de  don  Joan  al  inflojo  dé  sñ  secretario  Joan 
de  Soto,  le  apartb  de  sa  lado  y  paso'  en  so  lagar  á  Joan 
de  Bsoobedo,  en  quien  tema  entonóos  mocha  confianza. 

Ea  los  Paises  B%jos,  la  gaerra  contíaba  con  el  mayor 
encarnizamiento.  Las  provinclas^id^JSolandajrde  Zelan^ 
da  se  declararon  por  U  revelación,  y  aonqoe  6  los  prin- 
oíos  las  faerzas  superiores  de  los  españoles  obtovieron 
en  todas  partes  ventajas,  estás  se  desvanederon  moy 
pronto,  porque  tenían  que  luchar  con  las  dificultades  que 
ufreeia  un  terreno^  anegadizo ,  cortado  por  multitud  £e 
canales  y  en  que  era  menester  peleaf  oon  toda  la  poblar 
clon,  poniendo  á  cada  ciudad  un  itítio  enquelos  habitan- 
tes se  defendían  con  la  mayor  consbincia.  Bl  principe  de 


—  8S  — 
Ofaage  Gailtermo  dt  HaMaii,  que  hftbi»  pMado  de  Fnuí* 
júak  &  800  estftdoi  de  Al— Mía,  oan  los  fondos  que  los  su* 
ffetoTados  le  eaTimm  le?»ftt6  aa  ejéretOi  oon  el  que  pene- 
;te6  ea  FlandeSy  y  aanqae  no  pado  oonsegair  qae  el  daii 
que  de  Alk»a  alzase  el  sitio  de  Moas ,  de  caya  ciadad  se 
liabia  apoderado  el  oonde  Lals#  hwmano  del  de  Or ange, 
eoa  loe  aqxilios  qae  le  miaistraroa  los  protescautes  de 
Tcanda^  se  yoItíó  á  Hoiaada^  y  las  yeatajas  maritimbs 
qae  loa  hoiaadeses  obtaviegoa^  destrayeado  la  esoaadra 
española  y  ^[NKieráadose  delnavlo  almiranteíqne  se  ilamai 
ba  la  InqnisUsloa  [I],  les  dieron  en  el  mar  ana  saperioiL 
dad  qae  oonsec?aEOtt  dorante  toda  la  gaerra,  Eniapio- 
sseooion  de  esta,  las  proTiaelas  se  dindieron  en  la  forma 
sa  qae  han  eontinaado  hasta  ahora:  aqaellas  ea  qae 
Imbia  el  holandis,  qae  estáa  sitaadas  en  lá  proximidad 
del  BhLni  y  de  las  difersas  booas  por  donde  este  sale  al 
mar,  en  las  qae  se  había  ezteadido  más  la  regilioa  refor- 
mada, ae  aaieron  entre  sí  y  formaron  mas  tarde  la  repú<* 
bttea  de  Holanda^  gobemtadose  desde  eatonoes  de  ana 
manera  independiente ,  pero  eonseryando  eada  ana  sa 
,  goUemo  pardeaUuv  y  todas  nombraroa  por  jefe  dsl  es* 
tado^  oon  el  tttolo  de  fltathoader,  al  príncipe  de  Orange, 
oiya  di^dad  Tino  4  ser  hereditaria  en  sas  desoendien- 
tes  qae  ocapan  hoy  el  troao»  Las  otras  prorinoias  en  qae 
predomina  la  leagaa  flamenca  é  wáloaai  permaneoieron 
oon  yiaa  áltemattTas  bi^lo  1*  dependencia  de  Bspafia »  y 
haa  Tenido  despaes  4  formar  el  actaal  reino  de  los  Pai- 
M  Bajos.  Bl  daqae  de  Alba  eontinad  ejerciendo  el  go^ 
Uemo  hasta  el  alio  de  ISTS,  en  qae  taTo  por  saoeaor  al 
de  Medioa  O  eli|  qae  eoasider&idose  él  mismo  inoapaa 
para  gobernar  en  taa  difíciles  dreanstancias ,  pidió  sa 
letlra-y  faé  aombrado  ea  sn  logar  D.  Lais  de  Beqaesens, 
qao  á  la  fama  jastarikeate  adqairida  de  bnen  soldado, 
üaia  nn  oaráoter  soaTO  y  ooadesoendiente.  Bn  el  tiempo 
toe  gobemby  se  ejeoataron  las  mas  atrsTidas  empresas 


(l)  Ttm  ptipttwtf  U nwiBfto  4b mH  »•••»>  MSMifiS  osa  mt<UlU  q«« 
n^MMatal A  •!  bif «•  toauíáo,  %mm  «m  lao  4»  lot  mñjotm  qva  •  atéiiM»  m 
MBoeUii,  e«Bl«  laa«ip«l«^  Tn^miniia.  iiiauirmtéU  hímú,  i«  útam  udulopm' 
«¿it !*Ia bfm'riitaai isiihmis dSBiaicds  m  ffir4i6 4 d fniímt  ¿•pío* 


-S4- 

M%  konraa  los  fástoa  militaNS  de  la  nadoa  espa&ola; 
«ero  aiemáB  de  las  difionltades  que  U»  enemigos  le  opo- 
nían» tuvo  que  laohar  oon  las  que  eraa  todafia  auiyoies 
7  proeediaa  de  la  falta  de  paga  á  la  tiopa,  qw  feeournte. 
méate  se  amotinaba  por  este  motiyo,  y  ea  estas  sedíekK 
nes  se  apoderaba  de  algunas  ciudades  ó  distcitos  para 
TÍTir  ák  dlscreoioui  oprimiendo  á  los  kabitaatss  oen  toda 
especie  de  malos  tratamientos*  Bstos  pesares  condcilen» 
al  sepulcro  áBequesenSí  y  por  su  talfeoiipinnto  eatió  6 
gobernar  el  consejo  de  estado^  que  por  debilidad  á  iadi* 
aadon,  dejó  tomar  cuerpo  á  la  reyoludOEt  uBiiadoae  to- 
das las  provincias  á  una  asociadoa  |  que  tavo  ti  aMufare 
de  la  pacificación  de  Gante,  quedando  libre  él  cjecdoio 
de  la  religión  católica  ó  reformada,  y  Ihuaarai  pan  go» 
bemar  al  archiduque  Matiasi  y  desooateatos:  da  éste  si 
duque  de^^lenzon,  hermano  del  rey  de  Fi:aaei%  aoaqiie 
el  gobierno  efectivo  estuvo  siempre  ea  aunea  del  prffloi*» 
pe  de  Orange,  hasta  que  algunos  años  adalimte  áá  ase- 
fdnadoi  crimen  que  se  imputó  al  rey  Felipe^  y  txn  por 
sucesor  á  su  hijo  el  principe  Mauricio^  taa  gnyide  militar 
y  político  como  su  padre,  y  que  como  veremos,  tavo  la 
gloria  de  consolidar  y  hacer  recoaoeer  la  iadapeadeaoia 
de  aquellos  estados.  Ctobernando  el  consejo  de  estedo^ 
la  falta  de  disciplina  en  la  tropa  llegó  Asa  oolmo¡,  for* 
mando  los  soldados  un  gobierno  aülitar  •  biyael  maado 
de  los  jefes  que  eligieron,  y  entre  los  vatios  eioesos  que 
sometieron,  atacaron  y  tomaron  1%  oíndad  doAmbeses, 
que  entraron  al  pillaje  y  á  las  llamas,  y  sisado  oitanoss 
nua  de  las  mas  opulentas  de  Buropa»  se  olaonló  la  pér- 
dida en  diez  y  siete  millones  de  florinest  flln  dxouaton^ 
cias  tan  apuradas,  Felipe,  después  de  mucho  vodlar, 
sonfirió  el  gobierno  de  los  Paises  Bajos  ádw  Joaa  de 
Austria,  que  se  hallaba  en  Milán  coa  el  títolo  de  vicario 
de  los  estados  de  Italia,  y  aates  de  eBeam^ana  éd  maa« 
do  pasó  á  España  á  pedir  los  reonnos  nesesanos  pam 
proseguir  la  guerra,  y  combinar  el  plaa  que  taeUa  hft« 
l)ia  de  seguirse.  Bl  rey  le  autq^risó  6  ooaeeder  á  las  pro* 
vincias  rebeldes  todo  cuanto  pidiesen ,  á  excepcioa  de  la 
libertad  de  conciencia,  en  cuyo  punto  estuvo  siempre 
Inflexible.  B.  Juan  atravesó  la  Frauda  disfrazado ,  6 
instruido  en  París  por  el  embajador  de  Mtptíkt^  Uu  Diego 
de  Ztijüga»  q^e  todas  las  provladas  fie  habiaa  ndhvddo 


—  85  — 
i  la  pacíáoacion  de  Gante,  excepto  la  de  LnxembiirgOi 
pasó  á  ella  oon  la  mayor  celeridad. 

La  presencia  de  don  Joan  en  los  Países  Bajos,  no  sirvió 
ni8  que  para  empeorar  el  estado  de  las  cosas.  Oon  artiA^ 
áoa  y  pérfida  política  se  comprometió  i  observar  li^jpa^ 
óftoaoion  de  G-antCi  para  lo  que  pnblic<$  el  edicto  qne  se. 
llamó  perpetuo,  y  convino  con  los  estados  en  gnsí  saldrían 
del  paÍ9  las  tropas  espafiolas  y  todas  las  demás  extranje» 
ns;  pero  al  mismo  tiempo  qne  pedia  á  aquellos  los  fon«i 
te  neoesario^i  para  el  pago  de  los  sueldos  atrasados  de 
los  soldados  que  hablan  de  marchar,  embarazaba  su  sa« 
lida  con  diversos  pretextos ;  se  apoderaba  por  sorpresa  de  . 
Hamor,  fingiendo  visitar  las  fortificaciones  al  pasar  por  ^ 
aqaella  dudad|  y  mandaba  á  Madrid  á  su  secretario  S»« 
eobado  á  pedir  nuevos  refaerzos  y  cuya  correspondencia 
inteoeptada  por  los  protestantes  de  Francia  y  comunica^* 
ii&losflamencosy  hizo  conocer  &  éstos  el  dot^ez  con  que 
don  Juan  procedía,  y  los  decidid  &  llamar  al  príncipe  de 
Ocange,  qne  se  trasladó  &  Bruselas  S  encargarse  del  go«  . 
Uerno  general  Don  Juan  se  movió  entonces  contra  las  ' 
tiopas  de  los  estados,  habiendo  obtenido  ventajas  oonsl- 
detables/que  fueron;  compensadas  con  la  gran  pérdida 
Ve  sofrió,  siendo  rechazado  en  el  ataque  del  campamen- 
to del  conde  de  Boasut^  que  mandaba  el  ejército  dea-* 
9^11os,  los  cuales  por  este  tiempo  celebraron  un  tratado 
coala  reina  de  Inglaterra,  que  se  obligó  á  auxiliarlos 
oon  tropas  y  dinero,  y  disculpi!^  esta  conducta  con. Feli- 
pe pretendíeádo  que  con  ella  no  se  rompía  la  paz  que 
lubia  entre  embos  reinos,  pues  solo  tenia  por  objeto  im- 
pedir qne  los  sediciosos  se  entregasen  á  una  potencia  e^ 
nemiga  de  la  Espafia ;  agravio  que  Felipe  di^muló  por  : 
satonces,  resuelto  á  vengarlo  en  mf jor  ocasión.  Sin  co^ 
lUKSimiento  de  este,  trataba  don  Juan  de  casarse  con  Ma: 
lía  Stuard  reina  de  Escocia,  y  aun  también  con  Isabel ; 
de  Inglaterra,  cuyos  tratos  publlcadoa  por  el  príncipe  de 
Oíange,  pusieron  en  desconfianza  ó  Fdipe,.  y  á  esto  se 
atiibayó  la  muerte  de  Bscobedo,  'asesinado'en  Madrid  1^ 
Aocha  del  31  de  marzo  de  1578,  al  eptrar  eñ  su  casa ,  y 
Min  la  de  D.  Juan,  que  odíalo  eil  los  Países  Bajos,  sin  re* 
oiUr  los  recursos  que  habia  pedido  &  Espáfia,  cayó  en  nn 
abatimiento  y  tristeza  que  le^^asó  una  fiebre  violent^i  de 
foe  murió  en  octubre  de  1S78,  á  los  treinta  y  un  aftos  de 

piaxsTAOiqvss.-*xeiienL^  22 


—  so- 
sa edad,  coaparándole  loa  escritores  eaemigas  de  Felipa 
á  Germánioo  maertx)  ea  lo  mejor  de  sa  Vida ,  Tíotiaia  de, 
las  asBohanzas  de  sa  padre  adoptivo  Tiberio.  Felipe  sin 
embargOi  manifestó  el  major  seatimlento  por  la  maerte 
deD.  Jaan,  cayo  cadáver  hizo  trasladar  el  Escorial.  Sa- 
cedióle  enel  gobierno  de  los  Paieseé  Bajos; jei  principe  de 
Parma  Alejandro  Farnesio  ,  qae  habla  llegado  con  los 
refaerzos  mandados  de  Italia,  y  se  había  distingaido  en 
Lepante  y  en  las  óampaüás  saooesivas  contra  los  tarcos, 
y  ea  Flandes  adqnirió  la  fama  de  ano  de  los  mayores  ge« 
nerales  de  sn  épooa. 

La  maerte  de  doh  Sebastian,  rey  de  Portngal,  qae  pe* 
recio  con  todo  sn  ejército  en  ana  expedición  contra  el  em- 
perador de^arrnecos,  abrió  un  naévo  cempo  á  la  ambl^ 
cioa  de  Felipe.  Bl  cardonal  don  Báriqne  qae  sacedlo  á 
aqael  príncipe  desgraciado,  era  anciano  y  achacoso,  y  f at 
lleció  sin;  decidirse  á  nombrar  sacteor,  vacilando  entre 
casarae,  para  lo  qae  pidió  licencia  al  Papa,  ó  elegir  á  aU 
gano  <3e  los  pretendientes.  Bdtos  eran  varios,  y  aonqae 
el  rey  de  Espaüa  no  era  el  qae  tenia  el  msjor  derecho, 
paes  descendía  por  hembras  del  rey  don  Mannel ,  y  laa 
leyes  del  reino  exolaian  de  la  corona  á  los  extranjetoa, 
mientras  qae  la  daqaesa  de  Braganza  descendía  por  va^ 
ron  del  mismo  soberano,  en  igaal  grado ;  aqael  trajo  en 
apoyo  de  sas  pretensiones  nn  argamento  qne  los  otroe  no 
podían  emplear,  q[ae  faé  mandar  un  cyéroito  á  haoeree 
dnefLo  del  reino  dlspntado.  Dndábaie  á  qaien  sé  datia  el 
mandó  de  estas  tropas,  pues  aanqae  el  daqae  de  Alba 
f  aese  mas  capaz  qae  ningún  otro  dé  desempeñar  aquel 
encargo,  habla  sido  desterrado  de  la  corte  y  se  hallaba 
á  la  sazón  en  el  castillo  de  Uceda^  por  haber  favorecido 
el  casamiento  de  sn  hijo  don  García  contra  las  >  órdenes 
del  rey,  qne  habia  dispnesto  satisfaciese  éste  las  obliga<^ 
clones  que  habia  eon  traído  con  una  dama  de  palacio:  Fe- 
lipe no  habia  querido  ievantade  el  destierro,  á  pesar  de 
las  solioits  clones  en  su  favor  del  Papa  y  de  varios  pría» 
cipes  extranj^rofli  porque  era  inflexible  cuando  se  trataba 
dttl  respeto  debido  á  su  autoridad,  tú  el  daqne,,orgolloao 
por  carácter  y  lleno  de  vadidad  por  sus  servicios»  habla 
querido  tampoco  hacer  acto  alguno  de  sumisioa.  Siu  em  - 
bargo,  Felipe  envió  á  dos  de  sus  sesretaribs  á  piegantar 
al  d^que  si  eu  salud  y  achaquei  le  permitirían  t^ar  #1 


^asdo  del  ejétoito,  á  lo  que  aquel  contestó,  qae  las  poi 
iii  faerzas  qae  le  qaedfm  las  eaciiflcaria  coa  gasu)  en 
MI  Berrioio,  y  pidié  permiso  para  ir  á  Madrid  á  oesar  la 
■ano  del  rey.  usté  se  negó^  y  el  daqae,  no  obscaac^  lia^ 
kr  sido  tratado  ooa  tanta  dareza»  f a6  á  ponerse  Á  la  oa^ 
^del  ejóroitopara  oonqnistar  nn  reino,  sm  que  el  sobe- 
esDo  recelase  qae  el  subdito  ofendido  pensase  veagarse 
Miando  á  sas  deberes,  ni  este  tratase  de  otra  cosa  qae 
ie  dar  ptoaba  de  sa  fidelidad  con  nnevos  y  señalados 
iK?ioi08;  confianzAqae  honra  no  menos  alnnoqne'al 
Ibo. 

'  La  invasión  de  Portagal  se  hizo  casi  sin  resistencia:  en 

Usboa  habla  sido  proclamado  rey  por  el  pneblo  qae  le 

pa  mny  adicto^  don  Antonio,  prior  de  Grato  en  la  Orde^.. 

Ms  Griato,  unf»  de  los  pretendüientes  qae  derivaba  sns  de<^ 

^hos  de  ana  rama  bastarda;  pero  annqne  las  tropas  qae 

leyantó  hubiesen  intentado  defender  algunos  pasos  úiñ^ 

Itilea,  faeron  batidas  y  dlspersasi  y  el  dnqne  de  Alba,  a« 

eostombrado  en  Flandeá  á  no  ver  más  qne  rebeldes  en 

tolos  los  qae  resistían  &  las  voluntades  de  Felipe,  traté 

I  eomo  tales  á  los  portagneses;  entregó  al  saco  la  cindad 

I  de  Oascaes»  cajo  castillo  hizo  resistencia,  é  hizo  degollar 

'  i  don  Diego  de  Meneses ,  general  de  las  (ropas  de  don 

Antonio,  qae  habia  sido  hecho  prisionero.  D.  Antonio, 

viendo  qae  no  pedia  sostenerse^  en  Lisboa  ,  se  retiró  a 

I  Bantarem,  y  el  dnqne  de  Alba  entró  en  aquella  capital^ 

I  tti  la  qae  hizo  proclamar  al  rey  Felipe ,  obligando  á  log 

liabitantes  á  prestarle  jaramente  de  fidelidad  y  á  tomar 

parte  en  las  fiestas  qne  con  este  motivo  se  hicieron.— Al 

rnifimo  tiempo  el  marqnés  de  Santa  Ornz  con  la  escnadra 

española,  se  apoderó  en  el  Tajo  de  la  portngnesa ,  y  don 

^Antonio,  no  habiendo  sido  recibido  en  bantarem  sino 

^  la  condición  de  qne  habia  de  salir  mny  pronto,  lo 

Teiifioó  así  despnes  de  algonas  tentativas  infractaosao 

enlas  provincias  del  NortCf  se  trasladó  á  Francia»    en 

bosea  de  anzilios  con  qne  sostener  sns  pretensiones.  Fe- 

^pe  prometió  80  mil  dncadosálos  qne  le  etvuegasen, 

pero  era  tal  la  aversión  qne  el  paeblo  tenia  á  los  ca^ttlja. 

i>oi,  y  la  inclmacion  qne  profesaba  á  don  Antonio,  qne 

(Btd  andnvo  ocalto  y  errante  por  machos  meses  en  las 

proTinoias  de  Entre  Daero  y  Mifio,  sin  qae  naoie  se  atre- 

^í«Be  á  entregarle  ni  6  adelatarle,  no  obstante  elonan-v 


tioso  premio  gae  se  ofreoia, 

Felipe  se  había  acoroado  &  la  f 
en  Badajoz  cayó  gravemente  esfie 
do  «a  la  misma  üiadad  la  reina  d( 
Jen  restableoida  ea  salad,  enti¿  i 
en  laa  cortea  del  reino  qne  Be  celel 
nidad  en  el  conreato  de  Tomar,  fn 
por  rey ,  prestando  él  mismo  el  ]i 
loa  fneroa  y  leyea  de  aqoel  reino,  i 
amnistía  con  tautas  excepciones  , 
para  los  qae  no  hobiesen  delinqi 
mercedes  qae  á  nadie  contentaroa, 
níl  dacados  á  la  daqaesa  de  Bra. 
tarla  por  haberla  privado  de  la  coi 
por  esto  B^tiafeclia.  Uizo  so  entniíj 
el  29  de  junio,  y  en  ebta  capital  el 
á  priDoipicJB  dei  aüo  eigoiente  &  lof 
de  edad,  habiendo  coronado  tins  h 
toma  de  aqnella  ciudad  y  de  todo 
«BtsTO  á  visitarle  en  en  enfermeda 
los  últimos  momentos  el  padre  fraj 
fianoho  da  Avíta,  que  había  ido  en 
eimpo  general,  habiendo  salido  sal 
enFIanaes,  murió  también  en  aquel 
caballo.  Felipe,habi<índolepreBtad< 
Juramento  de  fidelidad  los  dipntadi 
las  aatoiidadea,  y  reconocido  por  a 
Felipe  se  puso  en  camino  para  toI^ 
febrero,  dejando  poT|vlrey  de  i*ortD 
denal  Alberto  su  eobrino,  y  llegó  a 
en  derechura  á  la  iglesia  de  aqael 
eias  &  Dioa  por  el  buen  suceao  de  f 
logró  algnnoB  anxiluis  en  Francia, 
cnadia  de  Bn-deos  ó  de  Cantes  y 
líBf  pero  faé  derrott>de  por  el  mar 
j  como  KapaQa  eotaba  en  paE  ccn 
^ne  fueron  heclios  piisloueros  en  n 
con  ellos  hnbo,  faeron  ooneideíado 
tales  ahorcados.  Todas  las  colonia 
metleroQ  siu  leEístencía. 

Oon  la  adqnimcion  de  Portaf^al ' 

eatadoa  del  rey  Felipe  tuvieron  ni 


^-     —  89  — 
Naim  tan  gran  porción  del  globo  terrestre  había  estado 
ni  ha  vnelto  á  estar  bajo  éí  dominio  de  nn  solo  .  hombre, 
y  las  agallas  austríacas  [1] '  abrazaron  en  sá  vnelo  toda 
¡A  oiroanferenoia  del  aniyerso^  por  lo  que  se  dvjo  conver* 
dad  que  el  sol  no  se  ponía  nunca  en  los  estados  del  rey 
de  Bspaña»  Comprendían  estos  con  la  unión  del  Brasil, 
perteneciente  á  la  corona  de  Portugal,  todo  ercontínén-^. 
te  de  América»  sin  mas  excepción  que  las  regíoíies  del 
fTorte  eutonces  eOl6  habitadas  por  saTvaje^^  y  en  que  sk< 
penas  se  comenzaban  á  establecer  algunas  colonias  in- 
glesas ;  las  islas  Marianas  y  Filipinas  en  el  grande  oc« 
ceanoy  ponían  en  comunicación  íaa  posesiones  de  Amé*^ 
rica  con  las  del  Asia,  qué  ocupaban  las  costas  del  M^ala^ 
bar  y  del  golfo  Pérsico^  cou  .las  islas  del  mar  del^a  la» 
diaS|  que  codo  formaba  el  vireinato  de  Goa:  lap  costas  oc< 
dden tales  de  África  y  las  islas  todas  intermedias  futre 
esta  y  la  América/se  extendían  bajo  el  ;Qaismo  dominio 
hasta  las  playas  orientales  del  nuevo  continente:  en  Eu- 
ropa toda  la  península  espaüola  había  vnelto  á  reunirse 
bsjo  él  mismo  cetro,  coíno  en  tiempo  de  los  reyes  godos 
con  el  Bosellon  y  la  Oérdeíla  en  Francia ;  las  £^as  Ba- 
leares, Sicilia  y  Oerdeña  coa  los  presidios  en  las  costas 
de  Berberíai  la  mayor  y  mejor  parte  de  peníosula  italia'« 
na  con  un  predominio  absoluto  sobre  los  pifncipes  inde^ 
pendientes  de  ella :  en  el  reverso  de  los  Alpes  el  Francoi 
condado,  y  desde  este  se  seguían  las  posesiones  españolas 
por  la  Borgoua  hasta  las  costas  del  occeano  del  I^orte  y 
jas  bocas  del Bhin,  ocupadas  por  las  provincias  délos 
Países  Bajos  que^  estaban  en  insurrección.  Felipe  se  halIa-< 
ba  en  paz  con  todas  las  potencias  ^del  Europa^  y  todo  su 
poder  Iba  á  emplearse  en  extirpar  la  religión  [reformada, 
y  en  sujetar  las  provincias  sublevadas. 

£1  duque  de  Parma  al  tomar  posesión  del  gobierno  de 
estas,  en  cumplimiento  del  convenio  hecho  por  8((  prede^^. 


!tU 


^[I]  El  bttLSoa  dé  Uf  imüU  de  Átiatria  «ra  é\  égulU  fAl>n^o»a  d?  d:s  cabe 
aasa  qiM  ea  ia  zana  Mpañols  Ueraba  «n  el  p^o&o  «1  eMndo  de  lai  nrmus  d»  Bi 
pafiíu  Anies  ée  Ja  independaiioia  dd  Méjioo»  ertM/Araoflifl  fl.i.y^iaii  «p ¿«iceJiM 
•diücíos.  especialmeato  en  las  bÓFedaí  de  la  caledral,  j  ói  preoia)  «onía^sr 
<|ttarBadie  tuwb  tan  bnan  derecha  para  Dooér  tní  aiteacruA  alglia  edlfliflo,  eo-  ~ 
B&o  «B  I»  oatsdral  de  Mdjioo  los  rajes  de  la  fa«iUa  da  Aos^^iü  Ufau^lia,  qae  * 
.  m  liifliero&  edi£lojic,ooa  tanto  coeto  j  con  tin  üsUdad  >  ejnpeüo«.         •  • 

DrSKKTA0IONJftS..^lOJttt  la— -23 


^  —  90  — 

odsor  oon  las  ^rovinoias  valonas,  despidió  las  tropas  es « 
paftolad  é  italianas,  reteniendo  bOlo  na  onerpo  de  caba*^ 
Hería  para  sn  gaardia  ^  y  aünqne  aquellas  provindas  se 
hablan  obligado  á  levantar  un  caerpo  de  tropas  naoionai 
les,  no  pado  verilearse  por  falta  de  reonrsos.  Por  otra 
paite,  los  estados  confederados  se  hablan  visto  obliga, 
dos  por  el  mismo  motivo' á  licenciar  las  sayas,  viviendo 
á  <Ü8creoíbn  sobre  los  vecinos  las  pocas  qae  les  queda* 
ban,  y  esto,  unido  á  la  aversión  nacida  por  la  difereneia 
de  religión,  habla  causado  tales  divergencias  entre  ellos 
misólos,  que  las  provincias  en  que  el  oatolieismo  era  do- 
minante, estaban  no  solo  dispuestas ',  sino  deseosas  de 
volver  bajo  la  autoridad  del  rey  de  BspaHa.  Muchos  go» 
bernadores  de  plaza  fuertes  y  aun  de  provincias  se  ae« 
olarardh  por  él,  y  el  conde  E¿mont,  celoso  partidario  de 
la  fltspafiifty  aunque  hijo  del  que  habla  sido  decapitado 
por  el  duque  de  Alba,  hizo  volver  bato  su  dependencia  la 
capital  de  Bruselas.  El  duque  de  Parma  contribuyó  ¿ 
esta  reacción,  recibiendo  bduignamente  á  los  que  voinan 
¿  la  obediencia,  y  por  último  todas  las  provincias  va2o^ 
ñas  sd  sujetaron,  bajo  la^  condiciones  de  no  reconocer  por 
soberano  sino  al  rey  don  Feíipe,  no  permitir  otra  religioa 
que  la  cacólioi^,  y  la  conservación  de  eus  fueros  y  pnvüe* 
gios ,  todo  lo  que  Farnedio  observó  puotualmente.  £t 
principe  de  Omuge,  reducido  á  las  provincias  holandesas, 
conoció  que  era  menester  hacer  desaparecer  todo  medio 
de  concihacion ,  para  confiervar  aun  aquellas  y  ponerse 
bajo  la  protección  de  algún  soberano,  que  pudiera  darles 
grandes  auxilios.  Los  estados  de  Holanda  á  sn  persoa. 
sion,  declararon  entonces  al  rey  de  Espafia  destitaido  de 
todos  sus  derechos,  y  nombraron  por  su  soberano  al  da^ 
que  de  Avjou,  hermano  del  rey  de  Francia,  jurando  obe^ 
aeoerle  como  lo  habian  hecho  á  los  príncipes  de  la  cas» 
de  Borgofia.  Felipe  reclamó  contr.^  este  nombramiento 
al  rey  de  Francia,  quo  se  e^óusd  diciendo  que  su  henna^ 
no  lo  liarbia  udunoiao  sin  su  consentimiento ;  pero  se  ta« 
tendió  que  ocuitam^hte  lo  protejia,  y  con  sos  auxilios  y 
los  de  la  reina  de  Inglaterra  con  quien  el  duque  presen** 
dia  casarscí  y  á  quien  Isabel  había  4ado  buenas  espc- 
ranaas  y  aan  prendas  públicas  de  dUo,  levantó  nnéjér* 
cito  y  entró  oon  él  en  los  Falsee  Bajos  •  mas  bus  nuerc» 
sdbditOff  no  tardaron  en  descontentarse  de  él,  y  habiea* 


-•oí- 
do venido  á  la  mano  con  los  auxiliares  franceses  los  vecln 
nos  de  Ambares,  pndo  retirarse  con  diñcaltad  y  mcrió  á 
poco  tiempo. 

El  daqae  de  Parma  coa  las  tropas  españolas  é  italia<s 
ñas,  que  Miso  volver  á  petición  de  los  estados  de  las  mls^ 
mas  provincias  valonas  qae  caaco  empello  hAbian  t^úaiij 
en  hacerlas  salir,  faé  redaciendo  rápidameute  toda-i  las 
ciadades  qne  hablan  resistido  sujetarse ,  y  solo  quedaba 
Amberes,  que  por  su  imporcanoia  comercial  y  por  uu  sis 
taacion  en  las  riberas  del  Escalda»  era  de  las  mas  coiibí«<i 
derabies  de  los  Países  Bajos.  Famesio  resolvió  atacarla 
empleando  en  e^to  todas  sns  fuerzas ,  y  tanto  las  opera- 
ciones de  los  sitiadores,  como  la  tenaz  resi»teDcia  de  los 
sitiados,  hailshecho  este  sitio  memorable.  Farueoio  lodtó 
toda  la  ciudad  con  las  admirables  obras  que  hizo*  cons- 
truir, trabi»jando  en  ellas  todo  el  ejército  durante  filete 
meses,  y  para  cortar  la  comunicación  por  el  rio,  echó  eu 
él  un  puente  de  barcas  fuertemente  trabadas  entre  bi  y 
sostenido  con  un  baluarte  en  cada  extremo.  Los  bitiadus 
construyeron  varias  máquinas  dispuestas  por  el  artillero 
italiano  Gambellí,  hombre  de  mucuo  ingenio  y  habilidad, 
para  romper  el  puente  lanzando  contra  él  bruiotts,  que 
"arrebataaoB  por  la  corriente ,  fueron  &  hacer  una  ixplo'^ 
sion  terrible  contras  las  barcas,  y  no  habiendo  teniUu  es- 
ta invenciou  el  éxito  que  esperaba ,  furmaiou  au  casiiUo 
fljjante,  al  que  llamaron   ^^IDI  ün  de  la  gueiia»"  pero  re- 
chazado el  ataque  que  con  él  hicieron ,  esta  CLorme  má- 
qnlna  quedo  estropeada  é  inútil.  En  una  de  las  frecuentes 
salidas  que  los  sitiados  hacían,  lograron  apoderarle  de 
dos  de  los  fuertes  que  eran  parte  áe  la  circunvalación  de 
la  plaza:  Fatnesio  irritado  por  la  poca  resistencia  que  los 
comandantes  de  estos  puntos  hicieron,  les  mandó  cortar 
la  cabeza  á  la  vista  del  enemigo.  Por  fin  escaseando  loz 
víveres  en  la  ciudad,  el  ejército  de  los  confederados  man^ 
dudo  por  el  conde  de  Honeuloe,  trató  de  abrir  una  comu^ 
nicacion  para  proporcípnárselos,  atacando  el  26  de  majo 
de  1565  eu  cumoiuacion  con  el  conde  de  (danta  Aldegouu 
g^  comandante  de  la  guarnición ,  el  contradique  forina< 
cío  por  los  sitiadores,  y  no  obstante  la  obstinada  defensa 
qae  hicieron  Mondragon  y  el  conde  de  Manfeldt.  se  apo- 
deraron de  él  y* hubieran  logrado  su  objeto»  si  Farnebio,- 
poniéndose  al  frente  de  1^9  trapas,  no  lo  babie;áe  desalo <« 


-IB- 

jado  áespaea  de  nn  combate  desesperado,  en  Qae  nna  y 
otra  parte  perdió  macha  gente.  Frustrado agaelintento, 
la  plaza  capitulói  concediendo  Farnealo  á  la  gnamidon  j 
á  los  habitantes  las  mas  honrosas  condiciones, 

Oon  la  toma  de  Amberes  la  preponderancia  de  los  ea« 
pafioles  fué  tal,  qae  los  confederados  resolvieron  entre- 
garse á  la  Francia  ó  á  la  Inglaterra,  si  querían  recibir» 
los  y  defenderlos  como  sus  sút)dito6.  £1  rey  de  Franda 
hubiera  sin  dada  aceptado  la  soberanía  de  aquellas  pío- 
vinciaSy  á  no  habérselo  impedido  el  estado  inquieto  de 
8U  propio  reino.  La  reina  de  loglaterrá.  después  de  exa- 
minar maduramente  en  su  consejo  I^s  ventajas  é  íboob- 
venientes  de  la  admisión^  resuelra  ya  á  romper  con  U 
España^  y  temiendo  qtie  los  estados  sublevados  se  so* 
metiesen  á  esta,  celebró  un  tratado  eou  ellos  bajo  la  goh" 
dicion  de  que  permaneciendo  soberanea  é  independien- 
t€8|  los  auxiliaiia  enviando  un  ^'ércitdi.  sostenido  á  ex- 
pensas de  la  Inglaterra,  con  varías  estipulaciones  en  ü» 
Tor  de  esta.  En  consecnenciai  el  conde  de  Ley cester  des* 
embarcó  en  Ilolanda  con  las  tropas  InglesaSf  y  faé  nom^ 
brado  gobernador  y  capitán  general  de  las  provincias 
Unidas.  Al  mismo  tiempo ,  Isabel^  decidida  á  haoer  ]a 
guerra  con  todo  el. vigor  poeible,  bizo  armar  en  sos 
-puertos  uua  escuadra  numerosa  á  las  órdenes  de  air 
Francis  Dracke,  para  interceptar  la  flota  que  volvía  do 
las  Indias,  y  no  veriñcándose  este  plan ,  para  hostilizar 
las  costas  de  España  6  invadir  sus  posesiones  altramañ- 
nas.  Dracke  con  este  objeto  atacó  y  saqueó  las  costas  de 
Qaliciaf  y  de  aqní  pasó  á  las  islas  Canarias  en  donde  faé 
rechazado.  Navegó  en  seguida  á  la  de  Oabo  Yierde,  cuya 
capital  saqueó,  y  dirigióadose  á  los  mares  de  América, 
tomó  y  saqueó  á  llanto  Domingo,  Cartagena,  Sa^  Jnan 
delaFloiidayla  Jamaica,  y  £e  volvió  cargado  de  des- 
pojos á  Inglaterra. 

Felipe,  irritado  con  tantos  agravios,  quiso  tomar  de  la 
reina  Isabel  una  venganza  que  hacia  lar¿o  tiempo  medi- 
taba, y  que  fuese  digna  del  monarca  mas  poderoso  de  la 
tierra.  Eesoh  ió,  pues,  atacarla  en  sus  mismo  reino,  y 
aunque  tratando  este  grave  negoio  en  su  consejo  •  don 
Juan  de  Idiaquez,  uno  de  sus  mas  prudentes  ministros^ 
manifestase  la  imposibilidad  de  someter  y  conservar 
ima  isla  distante^  d<:fendida  por  ana  maiiíi;^  uma^rosa  y 


—  93  -- 
pablada  dé  gente  gaerrera  y  amante  de  aa  libertad:  otro9 
por  el  contrario,  aprobaban , el  intento  qne  soBtenia  tam- 
bién el  Papa  Biato  Y,  exhortando  &.Felipe  á  deetrnir  el 
enemigo  mayor  qne  la  iglesia  teiUa,  y  oaatigar  el  oiímen 
que  Isabel  acaba^Da  de  cometer,  mandando  cortar  la  ca- 
beza á  la  reina  de  Bscocia  María  Staard^  qne  peraegaida 
por  BUS  subditos  y  víctima  de  sns  propias  indiscreoiones» 
habia  venido  á  t«nfl  estados  bascando  nn  asilo,  sin  enoon  ^ 
trar  más  qne  la  prisión  y  la  mnerte»  Oomenzáronse  en 
consecaencia  á  hacer  los  mayores  preparativosi  constrn- 
yéndose  y  armándose  en  los  pnertos  de  Bapa&a  gran  nú« 
ro  de  navios,  los  mayores  qne  hasta  entonces  se  kabian 
vistfO,  y  formándose  grandes  acopios  de  víveres  y  mnni- 
eionesi  al  mismo  tiempo  qne  el  dnqne  de  Parma  anmen- 
ba  el  ejército  de  los  Paises  Bajos  con  redntas  qne  se  ha« 
oian  por  enganche  en  Alemania*  Oonltábase  el  objeto  de 
la  expedición,  circnlando  voces  de  que  sñ  destinó  era 
terminar  de  una  vez  con  nn  grande  esfaerzo  la  gnerra  de 
I09  Paises  Sajes,  sometiendo  á  áqnellos  rebeldes  y  poner 
las  costas  de  América  á  /^abierto  de  nnevos  insnltos;  pe<« 
10  Isabel  no  se  engafiói.  no  obstante  las  negociaciones  de 
paa  qne  hizo  entablar  .Felipe  (son  la  mediación  del  rey  de 
Dinamarca,  y  se  ociipd  con  la  mayor  actividad  de  preve« 
nir  medios  de  defsmsai  correspondientes  al  giían  peligro 
en  qne  se  veia  expuesta, ,  Dracke  con  nna  escuadra  f  aé 
destinado  á  cruzar  aobre  las  costas  de  Bspafia»  y  aunque 
Felipe  hizo  salir  algunos  navios  á  perseguirle^  apresó  y 
quemó  cien  buques  coa  municiones  y  víveres  para  Ja  gran 
de  armada*  y  habiendo  entrado  en  Oádiz^  incendiódentro 
del  puerto  dos  galeones  ricamente  eargados,  é  hizo  vela 
para  los  Azores,  cojlendo  otras  muchas  presas,  con  cayas 
pérdidas  se  retardó  por  álgun  tiempo  la  ejecución  de  la 
empresa. 

lia  expedición,  sin  é'pi1bai;go,  estuvo  lista  para  salir  de 
Liarboa  á  principios  de  marzo  de  1588.  La  escuadra,  6 
qjúúb  se  dio  el  nombre  de  Invenoible,  se  compenia  de  denn 
lo  y  cincuenta  buques  mayores  t  con  dos  mil  seiscientos 
Bfacuenta  caSonea  de  grueso  calibre;  iban  en  ella  veinte 
f  ocho  mil  hombres  de  desembarco*  con  dos  mil  volunta^ 
efos  de  laj9  familias  mas  distinguidas  de  Espafia  y  ocho 
mil  marlnerost  y  estaba  provista  de  víveres  para  seis 
siesos,  con  una  inmensa  cantidad  de  pertrechos  y  muni« 


—  94  — 
olonea  Debía  dirijirse  á  las  oostas  de  Iob  Paiies  Bajob, 
para  tomar  á  aa  Dordo,  en  l^a  oexeanias  de  Kienpoic  y 
Daaqverqae,  al  ejérdto  del  daqae  de  Parma,  y  estegd- 
neitti  qae  aebia  maadar  en  jefe,  oaando  el  desembiiroo  ae 
habiesa  keoiLOi  había  reanido-  oon  aqael  objeto  treinti 
mu  iuf  AQttse  y  caatro  mil  caballos  i  habieaeo  prevenido 
coa  sama  didgeacia  todos  los  oiedi^ik  neoesarios  para  el 
embarque  y  trasporte  de  lae  tropas.  Bi  mando  de  la  es^ 
caadra  oe  dl6  6  don  Alvaro  de  Bazan,  marqués  de  SÍnta 
Oras,  nao  de  los¡mariooB  mas  afiímados  de  sqnel  tiempo: 
peí  o  htibiendo  maerto  antes  de  hacerse  á  la  vela,  y  taai- 
biea  el  daqae  de  Paiíaao,  que  era  el  vice  almirante,  Vt^ 
Upa  nombró  para  aucederle,  no  sin  mnoho  vacsilar  mI  da^ 
qae  de  Slediaa  Sidouia,  y  por  no  tener  este  mnobu  expe* 
rieada  en  las  co  as  da  la  mar,  se  le  dió  por  segando  á 
KeodkLdo,  que  era  odolal  de  grita  repaiadoo.  La  luyend* 
bie  Siiilib  de  Lisboa  el  29  de  siayo,  y  tuibiéaduie  aoomedo 
do  el  ditt  biguiente  au»  tempestad,  arribo  6  la  Oorails, 
cja  los  baques  maltratados  y  peiüidós  cuateo  de  ellos: re 
paradas  lat»  averías  volvió  &  isalir  a  la  mar,  y  el  30  de  ja- 
llo se  avista  coa  la  e«cnadra  inglesa  mandada  porlurd 
Hi>ward  ttffiagham  que  venia  6  sn  enoneutOi  creyendo 
qae  la  espadóla,  que  «e  preseotó  formando  naa  media  la* 
na  que  ooapaba  siete  millas ,  se  dirijia  &  tomar  á  f  Ü* 
moutli,  lo  que  habría  acaso  logrado  tácUmente,  y  coa  es- 
te solo  el  éxito  de  la  expedieion  hubiera  sido  muy  diver- 
so I  pero  el  duque,  en  cumplimiento  de  lo  que  se  le  pre- 
venía en  sus  instrucciones,  siguió  su  viaje  á  las  costas  de 
Fiaudes,  para  tomar  á  bordo  al  dnque  de  Parma  con  sob 
tropas»  Habiendo  andado  la  escuadra  delante  de  Uaisi^ 
maoifestó  Famesio  al  de  Medina  Sidoniai  que  el  embar« 
que  no  podía  haoersoí  sí  no  apartaba  antes  de  las  coetss 
los  baques  l^oiandeses  que  estaban  &  la  vista,  y  que  le 
impedían  navegar  con  w  ejéroito  hasta  unirse  oon  la  es* 
cnadra»  porque  según  las  órdenes  que  se  habían  dado, 
no  había  prveuido  mas  que  buques  de  transporte.  Búr 
toncos  eVde  Medina  Sidouia  cjndnnó  su  viaja  para  apro* 
ximarse  á  las  costas  de  F «andes ,  y  habióudule  cogido 
Una  catma  &  la  altara  da  Oauquerfue^  se  halló  eucre  ia 
la  playa,  la  escuadra  holandesa  y  la  de  lord  Howardiqns 
liabia  veoido  siguléadole.  En  la  noche  comensó  A  soplar 
«n  viento  fresc9|  y  aprovechándose  de  el  los  ingU 


—  »ft  — 

basaron  ooatril  los  espa(iolt3«  ochri  bralotdSi  que  empe*' 

zaado  á  arder  los  posieroa  ea  mabhode^órdea:  aí  Skm^ne^ 

OdT  ddl  dÍA  8  da  agjsco ,  riéadoio^  el  aliairaaca  iog  éd  ea 

esta  ctafasioa  los  atacó  coa  el  mft^or  d«5uaedo  >  auuqua 

losespjftüoles  ftedefeadieroacoa  graa  va.or,  pt^rdi^ruu  cua-- 

ohos  Dai|adS|  daado  algauos  ooutraltkplttja.  Uiiode  «?e»tus 

fué  la  galera  que  m^iniitbfa  Moac^vla,  que  bjiro  C3rc*  de 

OaÍAÍd|  y  persegaida  por  los  baroo¿  meaored  lug  e^ea, 

tavo  qae  readirsa  pereoiaado  caai  tx>  los  loa  qaa  e  i  ella 

escüb^df  y  perdiéadose  clacaeaca  oiiL  daoa  io«  qae  ib<ia  á 

sa  bordo:  solo  el  iaupejcor  geoeral  Jlauíi^ua  bC  ««ivo  y 

faé  ti  primero  qae  iíovó  á  lá^sp^fla  la  noucí  %  de  e^te  de  • 

Bttdtre.  Bl  da^aetle  Medina  ¿i  lonla»  no  iiadieudoper4aa«« 

nacer  bln  griui  peligro  en  la  diñoil  sicnacioii  ou  que  se 

li^bia  paesto,  ni  voiirer  6  tomar  el  Céaul  da  la  H^uctiai 

ooa^adu  por  la  cdCdAdra  ia^l«s<ft,  emprendió  voiv^c  a  tíia- 

P11ÍI4  dando  Tnelta  al  Noita  de  láe  icilas  britáuic  ^h,  ú  neo 

canuno  qne  le  qnedaba  ezpedito.Ooaucl  la  eac»  iaCcuuioa 

por  lord  dow^d^  se  poso  ft  segnirle,  dejaudu  la»  l'aoiz  9 

soflcientea  pABa  impedir  qne  entre  tanto  Famefrio^  apro- 

yei}n4aido  la  oessiou,  desembarcase  en  lugUterro:  uua# 

raoia  tempestad  disperso  la  flota  española  ,  peieciaudo 

maotius  puqaes  qne  chocaban  eatre  sí  O  qaa  fucrou  a  es^ 

trellarde  ooatra  las  cortas  de  ^urnega  y   biaoucit»:  aiga» 

nos  naufragaron  en  las  de  Irlanda,  cayos  habiDautad  aoc* 

siaaroa  á  loi  qne  en  ella  se  aalvaron,  y  B  caldo  cuu  los 

pocütf  que  quedaron,  llegó  á  ü^spafla  en  el  estado  man  da* 

plorable  Jaii  dnqoe^  habiendo  tomado  la  aita  mar ,  a^or** 

a  ttauGander  a  naes  de  btiembre» 

Oraade  fué  la  conscemacion  qáe  en  Espa&a  cansó  la 
pérdida  de  la  Invencible :  sieudo  tantos  los  joven»»  vó'« 
iuutarioa  qne  en  eUa  iban,  no  habla  familia  aiocmgaida. 
que  no  estuviese  de  duelo,  por  loque  Felipe,  para  no  cou"* 
Iristar  más  los  ániaios,  poniendo  á  la  visca  la  calamidad 
gott^riily  di6  órden>para  qne  nadie  se  visUese  de  lau>  Ji21| 
mmaiOi  con  la  flrme2^  de  espiíitu  qna  la  htzj  recibir  coa< 
teuapiasaza  la  noticia  de  la  viccuria  de  La^auto,  uo  (úaui« 
faato  ttDatíaiiento  con  este  desastre:  escribió  al  daqae  de 
Mediii^  tÜdunia^  con  agradecimiento  por  el  jselo  coa  qae 
le  Jtabiis  aervidci  y  en  vea  de  hacerle  inculpación  aiguua» 
atribayó  la  desgracia  qne  habla  sufrido  alfaror  aalas  ^ 
olM  y  de  loa  vientosi  y  mandó  se  dlese^  gracias  6  Sloii 


—  m  — 

Í)orqa6  no  había  8ido  mas  grande*«  Aa  Inglaterra  ae  ce. 
lebró  la  victora  con  los  mayores  aplausos ,  é  Isabel  gaió 
macho  en  el  aprecio  publico,  por  la  actividad  con  qnsdia* 
paso  todo  lo  necesario  para  la  defensa, ;  por  la  grandeza 
ele  ánimo  que  manifestó  presentándose  armada  á  las  tio« 
pas,  y  entusiasmando  al  pueblo  contra  los  españoles  con 
multitud  de  libros  y  folletosi  qu,e  entonces  se  publicaron, 
én  los  que  se  ex^jeraban  los  tormentos  de  la  inquiu* 
clon  y  las  crueldades  ejercidas  por  los  españoles  en  él 
nuevo  mundo,  y  ee  representaban  eñ  estampas  que  se  hi- 
cieron correr  entre  el  pueblo,  las  prisiones  y  cadenas  que 
se  decia  iban  prevenidas  en  la  escuadia,  para  maniatar  y 
castigar  á  los  ingleses. 

Isabel  se  aprovechó  de  esta  ventaja  para  dar  auxilios 
mas  consideitibles  á  las  Provincias  unidas,  en  las  cuales 
babia  mucho  dcBContento  por  la  conducta  imprudente  del 
conde  de  Le^ce^ter,  general  de  las  tropas  ing'esací,  al  qoe 
removió  del  mando^   confinándolo  en  su  lugar  al  lord 
'Willoughby,  aunque  dejando  la  autoridad  superior  al 
piínupe  Jñauzício  deOiaDge  que  era  mny  digno  de  ella 
porW  capacidad  y  valor.    La  guerra  siguió  sin  €mbar« 
gocen  alternados  6uctsoS|  tomando  y  perdiendo  unos  y 
otros  algunas  plazas*  y  de  estas,  habiendo  Mauricio  sor- 
prendido con  una  estratagema  muy  ingeniosa  la  de  Bre^ 
da,  guarneciíla  por  tropas  italianas,  Farnesio  hizo  juz- 
gar en  un  coDbejo  de  guerra  y  condenar  á  muerte  á  todos 
los  ofíciaks,  exct^pto  sólp  uno,  en  consideración  á  en  cor» 
ta  edad.    La  escasez  de  fondos  para  pagar  las  .  tropas 
era  igual  por  una  y  otra  parte,  y  esto  daba  lugar  á  aedi^ 
cioHes  y  tumultos :  los  ingleses  por  tal  motivo  entrega* 
ron  á  los  españoles  á  Gertiudemberg,  con  la  condición 
de  que  se  les  pagarían  los  sueldos  atrasados  y  cinoo  a^ 
fios  más,  lo  que  puso  en  mucha  consternación  á  los  esta- 
dos, temerones  de  que  todas  las  guarniciones  inglesas  hi<* 
ciesen  otro  tanto,  y  los  espafio.es  por  la  misma  causa  ce 
sublevaron  en  Courtrai,  negando  la  obediencia  ai  duque 
de  Parma«    La  reina  de  Inglaterra  favorecía  á  todos  los 
enemigos  de  Felipe,  y  esperando  excitaron  níovimiento 
en  Portugal,  en  favcr  de  D.  Antonio,  prior  de  Crato,  dio 
á  este  una  escuadra  y  un  ejéroitOi  con  el  que  el  general 
Entíque  Norris  que  lo  mandaba  atacó  á  la  Corufia,  en 
donde  faé  rechazado  y  desembarcó  en  Poitugal;  pero  el 


1» 


arohid&^U  d  Alberto  qae  era  virey,  f  (A  conde  de  Faentes 
que  estaba  ii  á  la  cabeza  de  las  tropas,  tomaron  tan  aoern 
tadasme'lidasparaladefensay  qaelos  ingleses^  viendo 
que  no  hfl  jbia  movimiento  alguno  en  la  nación  en  favor  de 
D.  Antonio^  tuvieron  que  abandonar  la  am^resa  y  se  re- 
tí raron  con  mucha  pérdida» 
Aunqne  Felipe  se  hallaba  comprometido  en  la  guerra 

0  du  las  provincias  rebeldes  en  los  Paises  Bajos  y  con  la 

1  nglaterra  que  las  protejia,  y  sus  recursos  se  hablan  a- 
I  ¡otado  con  los  enormes  gastos  hechos  para  habilitarla 
i  ^veneíble,  se  empeñó  en  otra  nueva  eú  Francia,  con  mo<< 
t  ivo  de  las  revoluciones  que  en  aquel  reino  se  habian  mo- 
^  rido  pot  causa  de  religión.  Loa  católicos  unidos  entre 
t  tf  y  dirigidos  por  el  duque  de  Outaa,  formaron  una  liga, 
c  ion  la  que  Felipe  habla  celebrado  un  tratado  secreto  que 
f  le  Armó,  en  JoinviUe  decide  el  2  de  febrero  de  1585,  que 

'  tenia  por  objeto  excluir  de  la  corona  de  Francia  á  todo  . 
príncipe  herége  ó  fautor  de  heregi%  y  no  permitir  en 
Aquel  reino  otra  religión  que  la  católica^  obligándose  el 
feey  de  España  á  sostener  la  liga  con  poderosos  auxi** 
Oíos.    Aunque  el  rey  de  Francili  Enrique  III  fuese  cató^ 
licoy  consideró  ofendida  su  'autoridad  por  el  estableció 
miento  de  un  poder  rival  dentro  de  su  mismo  reino,  y  no 
juzgándose  con  fuerzas  que  oponer  á  las  dé  la  liga,  hi2o 
dar  muerte  traidoramente  al  duque  de  Quisa  y  á  su  her« 
mano  el  cardenal  de  Lorena ,  [1580J  que  habian  sido 
llamados  para  asistir  á  los  estados  del  reino  que  se  cele^ 
braban  en  Biois.    Este  hecho  decidió  la  sublevación  de 
París  y  de  una  gran  parte  del  reino,  y  el  mismo  rey  En- 
rique que  sitiaba  á  su  capital,  fué  asesiaado  en  S.  Olond 
por  Jacobo  Olemente,  religioso  dominico,  el  1.  ^  de  agos^ 
to  de  1589.    Li  liga,  á  cuya  cabeza  se  hallaba  el  duque 
Mayena,  hermano  de  los  Guisas,  reoonoeió  por  rey  á  En- 
rique, cardenal  de  Borbon,  ya  anciano,  excluyendo  al 
rey  de  Navarra,  que  fué  después  Enrique  17,  por  ser  caN 
viniflta,  á  los  que  en  Francia  se  daba  el  nombre  de  hu** 
geno  tes,  y  como  tal  habia  sido  declarado  por  el  papa 
'  Sixto  y,  hereg^,  excomulgado  y  privado  de  la  sucesión 
T  de  la  ooroña.    Mayena,  que  aspiraba  ocultamente  al  tro» 
tuo,  se  prometía  sncceder  al  cardenal,  y  Felipe,  prestan'* 
"do  sus  auxilios  á  la  liga,  tenia  por  el  oligeto  ser  él  mismo 
nombrado  rey,  ó  pofr  lo  menos  hacer  derogar  la  ley  Uas ' 

DISiBBTAOIOIIBa.— •SOHC   lüH-T»  2  S^ 


-.  ds  — 
mada  Sálicaí  que  ezolaia  á  las  majereB  üb  la  faooeaion  á 
la  oorona,  en  ooyo  oasó  éata  debía  leoaer  en  su  hija  I>o&a 
Isabelí  como  h^a  de  la  reina  del  nüamo  nombiei  de  ta 
familia  real  de  Yaloifl.    La  Franela  ae  dividió  en  dos 
partidos,  qne  se  hideron  la  guerra  mas  encarnizada;  él 
del  rej  Eriqne  17  y  el  de  la  ligai  qne  mnerto  el  anciano 
cardenal  no  reconoció  mas  jefe  qne  al  dnqae  de  Kaycma, 
entre  tanto  se  elegía  rey.  Felipe,  en  oampUmiento  del 
tratado  celebrado  con  la  liga,  biso  mover  sos  tropas  en 
auxilio  de  aquella  en  todas  las  fronteras  [1590 J,  pero 
derrotado  Mayenaenlbri|£arique  sitió  á  FariSi  y  ha. 
biéndose  hecho  dueflo  de  la  navegación  del  Sena,  hizo 
experimentar  á  aquella  gran  oíu£m1  todos  los  horrores 
del  hambre.  La  situación  apumda  en  que  los  parisienses 
se  hallabaui  decidió  á  Felipe  á  dar  orden  al  duque  de 
Parma^  para  que  marchase  á  socorrerlos  con  el  ejército 
de  Fiáudes.    Farnesio  representó  en  vano  las  funestas 
consecuencias  de  este  movimientOi  pues  siendo  muy  in- 
ciertas  las  ventajas  que  se  habían  de  obtener  tomando 
parteen  las  cosas  de  Frauda,  era  muy  segura  la  pérdida 
de  las  provincias  que  permanecian4eles  en  Fiándee,  re< 
tirando  el  ejército  y  d^ándolassin  protección:  fué  preciso 
obedeoeri  y  á  principios  de  agosto  salió  da  Bruselasi  de« 
jando  el  gobierno  de  los  Países  Bajos  al  conde  Pedro  Sis 
neato  de  Mansfeldt^  y  en  una  campaña  para  siempre  me^ 
moíableí  hizo  levantar  el  sitio  de  PariSy  wtró  con  su 
ejército  en  esta  capitaU  y  dejando  algunas  fuaraas  á  la 
liga,  volvió  áFíándeSy  sin  haber  pegr^do  más  que  unos 
ouantos  hombres^    Al  fln  de  aquel  mismo  afiO|  Farnesio 
recibió  orden  de  volver  á  Frauda  al  socorro  de  Buan, 
sitiado  por  Enriqucí  el  cual  fué  herido  hadando  un  re- 
conodmiento  en  que  se  expuso  imprudentemente»  y  ame- 
nasado  de  ser  atacado  en  su  campo»  alaó  el  sitio  y  Far« 
nesio  entró  triunfante  en  Buaui  y  pasó  en  seguida  á  si- 
tiar Isfplazajde  OaudebecBsta  está  situada  en  una  penín- 
sula formada  entre  el  mar  y  el  rio  Sena,  muy  ancho  en 
a^uel  punto,  y  Farnesio  cometió  la  falta,  acaso  úiica 
en  su  vida  militar,  de  no  dejar  cubierta  su  retirada;  falta 
que  dependió  de  su  conflamsa  en  oCroa  ief ds  y  que  para 
un  general  de  menos  habilidad  que  él,  hubiera  sido  irre- 
parable, pero  que  para  él  fué  la  ocasión  de  adquirir  ma« 
yorglori^,.  Mientras  examinaba  la  situación  de  lapla^ 


—  99  — 
1%,  parA  determinar  donde  habían  de  colooarse  las  bate« 
líasi  faó  herido  gravemente  en  nn  brazo,  io  que  le  oaas6 
una  fiebre*  dnrance  la  onal  Oandebeo  se  rmdió;  pero  el 
re/  flnñqne  se  aprovechó  de  este  intervalo,  para  ocapar 
las  entradas  de  la  península  y  fortiftoarlaa  de  naa  manea 
ra^  que  la  pérdida  del  ejéroito  español  pareóla  inevitable. 
Famesio  sin  embargo,  mientras  haoia  oreer  á  iüuiiqae 
que  iba  á  ataear  sns  atrioheramiento  por  las  maniobras 
qae  ejecntaba,  reuniendo  las  barcas  que  podo  y  oous^ 
trnyendo  balsas,  trasladó  su  ejército  á  la  ribera  opuesta 
del  bena,  sin  haber  perdido  nn  hombre  ni  bagaje,  y 
quemando  luego  las  baio  iSj  impidió  que  Kurique  pudiera 
seguirle.  Yolvió  asi  oou  todas  sus  tropas  Á  los  Países 
Bajos,  en  donde  oomo  lo  habla  previsto,  los  holandeatrSi 
dorante  su  ausencia»  hablan  hecho  grandes  progrtsoí»,  y 
Tiendo  que  se  le  escaseaban  al  mismo  tiempo  lo¿i  reour« 
808,  hizo  renuncia  del  gobierno  que  no  le  fué  aduiitida,  y 
antes  por  el  conttrario,  se  le  dio  orden  par»  que  se  dis- 
posiera  para  otra  campaüa  en  Francia;  mas  cuando  se 
ocupaba  de  los  preparativos  para  ella»  murió  repentina- 
monte  en  Arras  el  3  de  Diciembre  de  1592.  Sus  mismta 
^smigoa  le  tributaron  elogios,  y  uno  de  los  madores  que 
de  él  han  podido  hacerse  ha  sido  el  que  el  üutor  de  la 
Borlada,  no  haya  querido  ponerle  en  paralelo  con  el  hó- 
xoe  de  su  poema  para  no  deslucir  á  éste. 

Los  rigores  de  Felipe  contra  los  nuevos  sectarios  ha- 
blan conserrado  a  JSspafta  tranquila  miéntrae  las  demás 
potencias  de  Bnropa  ardian  en  las  guerras  de  religión: 
pero  este  sosiego  vino  á  turbarse  por  nu  incidente  que  al 
principio  pareció  de  poca  importancia,  y  que  tomando 
eaerpo  acabó  por  tener  las  mas  graves  consecuencias. 
Ha|;^ia  sido  máxima  de  Felipe,  escojer  sus  ministros  y  en- 
cargados de  los  negocios  que  requerían  mayor  confíanzay 
entre  personas  que  todo  se  lo  debiesen '  y  á  quieues  éi 
núsmo  hubiese  formado:  Buy  Goméz  de  Silva,  de  quien 
8e  servia  pwi  los  asuntos  mas  graves,  había  comenzado 
8a  carrera  siendo  paje  de  la  emperatriz,  y  Felipe  Je  ha« 
bla  oreado  príncipe  de  BvoU  y  duque  de  Fastrana,  y  le 
lisbia  hecho  contraer  parentesco  con  las  primenis  faml- 
Uss  del  reino,  casándole  oon  doña  Ana  de  Méndez  a,  una 
de  las  mqjeres  mas  hermosas  de  la  corte:  por  recomen- 
daeion  de  Buy  Clomez,  habia  aido  elevado  hasta  la  clase 


de  minifitrp  Antonio  Pérez,  cnyo  padre  habia  obtenido 
igual  empleo  en  el  reinado  de  Carlos  Tf  y  por  la  mis- 
ma  habia  aido  nombrado  secretario  de  D.  Joan  de  Aus- 
tria Juan  de  Escobedo,  oomo  yimQS  en  sa  Ingar:  era 
también  de  obscnros  principios  D.Onstóbal  de  Mora,  que 
después  obtavo  el  título  de  conde  de  Oastel  Bodrigo,  y 
que  f  aé  empleado,  en  Portugal  para  procurar  que  Féñn 
pe  fuese  declarado  succesor  a  aquella  coroua.  JTo  eran 
muy  puras  las  costumbres  de  Felipe,  y  aunque  siempre 
en  él  la  dignidad  del  rey  que  á  todo  se  sobreponía,  cu^ 
bri6  con  dec<H*o  las  debilidades  del  bombre,  se  dejó  sin 
embargo  arrastrar  á  una  pasión  mfts  yiya  que  lo  que  su 
carácter  parecía  comportar,  por  la  prinéeea  de  BvolL  El 
intermedio  de  estos  amores  f  aé  Antonio  Peres,  pero  a^ 
provechándose  éstede  la*fácilidad  de  comunicaciones  que 
con  la  princesa  le  daba  la  confianza  del  rey>  supo  liaoer« 
ne  tal  logar  con  ella,  que  obtuvo  la  prefórencia,  y  estos 
tratos  que  anduvieron  ocultos  por  algún  tiempo,  aunque 
durante  lavida  de  Buy  Gómez,  no  los  estorbaba  lacón** 
descendencia  del  favorito  cortesano,  vinieron  á  ser  mas 
frecu^tes  y  comenzaron  á  trascended  en  el  público  des- 
pués de :  su  muerte,  habiendo  llegado  á  descubrir- 
los Escobedo,  quien  tuvo  la  indlso^on  de  bacer 
entender  á  la  princesa  que  poseia  su  secreto.  Antonio 
l'erez^  ya  mal  avenido  con  Escobedo,  dispuso  contra  él 
el  animo  del  rey,  irritado  por  las  excesivas  pretensiones 
de  su  hermano,  que  Escobedo  hacia  valer  de  una  mane- 
ra no  menos  excesiva,  y  por  la  que  habla  sido  ya  re* 
prendido,  y  atribuyendo  á  inflojo  de  éste  las  exigenesas 
de  D.  Juan,  resolvió  quitarle  de  enmedio,  aunque  se  du- 
dó por  algún  tiempo  el  modo  de  hacerlo.  Decidióse  por 
Anel  darle  muerte  una  noche  al  entear  en  su  casa,  y  así 
fíe  verificó  el  segundo  dia  de  pascua  de  resurrección^  31 
de  Marzo  de  1578 .  Este  género  de  ejecudones  no  se 
miraban  entonces  bajo  el  mismo  odioso  aspecto  que  al- 
bora:  creíase  que  el  soberano,  fuente  y  origen  de  la  ad- 
ministración de  justicia,  pedia  hacer  esta  por  sí  mismo, 
pues  los  tribunales  no  eran  más  que  unos  delegados  del 
rey,  el  cual,  habiendo  justa  causa,  podia  dispensar  en 
las  formalidades  de  los  juicios;  y  así  Felipe,  siguiendo 
opiniones  que  eran  muy  respetables  para  él>  estuvo  siem« 
pre  persuadido,  que  en  la  muerte  secrelto  ^e  £iiccbedO| 


—  101  -^ 
iiabia  hecko  aso  de  su  derecho  reai,  anngao  pronto  oo^ 
menzó  á  sospechar  dé  la  fidelidad  de  Antonio  Pereas,  é 
ioflajendo  contra  éate  otro  de  los  secretarios  de  Bstado 
Méteo  Vazq[aeZ|  y  complicándose  las  intri^s  cortesanas, 
fué  puesto  en  prisión  el  28  de  Jallo  de  1579^  al  mismo 
tiempo  f aé  llevada  al  castillo  de  Pinto  la  princesa  de 
-  Biroii,  coa  la  caal  hablan  cesado  las  relaciones  privadas 
del  rey,  si  biea  parece  qae  sabaistla  sa  pasión  y  sn  re- 
sentimiento [1].    Presentóse  laego  comoacasador  el  hi** 
jo  de  BscobedOy  yaanqaeeaias  vatias  alternativas  4b 
este  largo  y  complicado  proceso^  en  el  qae  se  faeion  an- 
mentando  otras  acasacionesi    Antonio  Pérez  pndo  al 
principio  dudar  sí  tomaba  el  rey  parte  en  su  perjuicio; 
después  de  habérsele  dado  tormento,  viendo  clara  su  pér- 
dida, no  pensó  mas  que  en  su  faga,  la  que  consiguió  ha^' 
cer  saliendo  de  la  prisión  en  la  noche  del  miércoles  santo 
de  1590,  disfrazado  con  los  vestidos  de  su  mtjer^  y  cor^ 
riendo  la  posta  sin  detenerse  llegó  á  Oalatayud  en  las 
fronteras  de  Aragón,  en  donde  siendo  perseguido  por  les 
comisionados  enviados  á  seguirle,  se  amparó  del  sagran 
do  del  convento  de  Santo  Domingo,  y  como  natural  de 
aquel  reino,  se  acogió  á  la  protesoiou  délos  faeros  que 
gozaba.    Traslado  á  Zaragoza  por  orden  del  jasticia  ma- 
yor, se  suscitó  una  competencia  con  el  tribunal  de  este  y 
la  Inquisición,  lo  que  dio  motivo  á  una  sublevación  ge^ 
neral :  Pérez ,  que  habla  sido  condenado  á  muerte  en 
Madrid  el  19  de  Junio  de  aquel  año,  á  favor  de  este  des- 
orden pudo  salvarse  en  Francia,  y  el  pueblo  en  plena  in- 
sarrecoion,  tomó  las  armas  para  deíender  los  fueres, 
obligando  al  jasticia  mayor  D.  Juan  de  Lanuza,  quinto 
de  este  nombre  que  desempeñaba  aquel  alto  empleó,  á 
ponerse  á  su  cabeza.    Felipe,  que  deseaba  reducir  aquel 
reino  al  mismo  estado  de  samision  en  que  estaba  Oasti^ 
lia,  aprovechó  la  ocasión  que  estas  revueltas  le  presen^ 
taban;  para  hacer  marchar  á  Zaragoza  un  ctjérclto  cas- 


(]  J  La  princesa  KvAi  se  retiró  deTpaoa  al  oonTADto  dé  monjas  ctnnelittfl 
qna  Jl2aj  6mi»x  gran  fdvdieoador  de  Haot»  Tereí»,  fondo  en  ra  eindad  de 
niStrattAi  j  exijift  qae  las  moniaa  la  sicviceen  de  rodiUaa  8«nta^e;fé«a^  en 
YÍrsad  de  iae  i^f^ieaitadcB  ámpUae  que  tenia  de  ia  liUa  tpoetólleai  el  día  me« 
nos  p«nsadO}  B&06  de  aqnel  eonTento  %xu  mcnjas  y  dejó  sola  h  la  prinresa. 

DT8¥aT4aiONK0.— ^XOMC    IQ— 26 


—  102  — 
tellanor  á  las  órden^  de  D.  Aifonflo  de  lYargaa  á  pretexto 
de  qae  se  dirigia  á  Franela»  AI  acercarse  á  aqnetla 
oapLuaiy  el  eacoeiasBio  de  loa  araf  oneeeaae  enfdó;  y  este 
jefe  entró  en  ella  sin  resistencia  et  12  4te  Kommbre'de 
1591,  Lanada,  qae  se  li.at>la  rettradc  á  Bpila,  pablioó 
na  manifiesto  slnéeráüáo  sn  eondiietai  y  Tolvio  ttánqai* 
lamtaite ai  «jeroieio  do  sn  autoridad;  peroel  20  de  Ál- 
oiembre  al  salir  de  sn  tilbnnal|  f a4  anestado  y  el  día  si* 
guíente  decapitado  on  la  pialará  la  rista  del  iqéreito 
castellano,  en  Tirtnd  de  naa  áraen  del  rey  en  qnetre  pro- 
venia  á  Vargas  qne  así  lo  bieiese^  didéndole  estas  for- 
males palatirate  '«tanfpronto  sepa  yo  de  sn  mnorté,  como 
de  sn  prisión.''  A9Í  innrió  Bste  jóren  desgraciado  á  los 
veintiséis  alios  de  edad;  sn  cadáver,  por  respet:)  á  sn  na* 
cimiento  y  empleo*  >fné  enteirado  con  gran  pompSille*' 
vando  en  liomteoa  el  féretro  tos  principates  oficiales  dd 
ejército:  sos  casas  y  castíUoefderon  derribados  y  oon<  ^ 
fisoada  sn  hacienda,  y  paraiadetmnizar  á  sn  hermano  B. 
Pedro,  le  hlso  el  rey  conde  de  Plaeenota  y  oaballeto  de 
Santiago.  Varios  de  los  que  emigraron  á  Francia  con 
Antonio  Peres,  hicleion  nna  mitrada  en  Aragón,  espe*» 
rando  conmovw  al  pneldo^  pero  no  encontrando 
apoyo  y  habiendo  salido  á  sn  encnentro  Viargap.  hñyeroB 
y  los  qne  faeroncoj idos  mnrier<m  en  el  cadalso.  El  da< 
qne  de  ViUahermosa  y  el  conde  tle  Aranda,  acnsadoa  de 
haber  tomado  parte  en  lá  revolndon^  mnrieron;  pcesos, 
pero  jnstifioada  sn  oondncta^  fneron  oespnes  declarados 
inocentes.  Antonio  Peres,  favorecido  por  la  reina  de 
Inglaterra  y  por  el  rey  de  Prancb!,  murió  en  Paris'  á  los 
setenta  y  dos  afios  de  edad  el  3  dé  B^ovlembre  de  1611, 
y  el  consejo  de  la  snprema  Inqñiskñon  en  2  de  Maja  de  , 
1615  rehabilitó  sn  memoria,  absolviéndojle  de  la  TOnten** 
ola  de  relajación  dada  contra  él  es  sn  ansendaí  por  el 
tribanal  de  Zaragoza, 

Otro  incidente  annqne  mncho  menos  importante,  pndo 
haber  alterado  la  tranqnilidad  restablecida  en  £  jpaSai 
despne»de  los  midosos  socesos  de  Aragón.  Unreltgioso 
agnstino,  ponnguéSi  Pr.  Mignel  de  los  Santos,  confesor 
de  las  moDjas  del  mismo  orden  en  Madrigali  inventó  ha» 
eer  pus^ur  jior  el  r%y  Don  Bsliaacian,  de  onya  ^mnone  se 
dudaba^  á  nn  hombre  obsotiro  de  aqnet  pueblo  que  se  le 


—103  — 
pareda  y  66  llamaba  Ckibriel  Bapinosa,  de  oficio  pástele  •• 
ro»  liaeieiido  ereer  á  doña^jina  ae  j&nstria  hija  natural 
de  D.  JoaOy  inoiga  ea  el  mifiaio  eonyentOt  qae  este  des*» 
eonocido^aaqoel  rejr,y  qae  obtendría  dispensa  del  papar 
para  casarse  cton  ella  y<  hacerla  reina  de  Portjagal,  con  lo 
qae  le  dió  eoa  alhajas  y  con  el  producto  dé  estas.  Espi- 
nosa faé  giiaDgeandO'  ftéqoito  «itre  loa  portugaeses,  á 
quienes  Fr..Migaell0  daba  á  conocer.  Descubierto  este 
enredo  [1594l«  Se,  Migáel  y  el  pastelero  fueron  ahorca> 
dos,  y  lainfeiÍ2^doftaAna,  que  na  tenia  mas  delito  que* 
sa  candidez  é  iadisfia:ecion,  faé  redusa  en  un  convento 
de  su  orden  en  Avila. 

Aunque  la  guerra  se  habia  ido  continuando  eu  Frau- 
da, era  ya  verdaderamente  sin  objeto:  Felipe  habia  po- 
dido oonoeer^pórja:  mala  jieojida  que  tuvo  por  los  esta* 
d«8  oonvoeados  en  ^ria  aü  proposición  de  declarar  reina 
á  la  infamia  dioñá;  laabdi  caaóndola  coa  el  hijo  del  duque 
de  Ooiaa^  que  ios  feanceaesno  estaban  inclinados  á  so- 
meterse á  su  dominio^  jr  hálñéndose  incorporado  Bnrique 
I?  en  ia  iglesia  ciatóliaa  y  aidd  «absueito  por  el  papa,  ha< 
bia  cesando  el  obstáculo  qte  te  impedia  sentarse  tranqui- 
lamente en  el  trono.  La  suerte  de  las  armas  habia  aN 
tarnadOy  canaadoB  ambos  monarcas  de  una  lucha  que 
consumía  sia  fruto  algunos  los  recursos  del  uno  y  del 
otro,  se  conolajOt  pcnr  ñu  la  paz  en  Yervins  el  2  de  Ma>o 
de  1597^  restütuyéndose  las  conquistas  hechas  por  una  y 
otra  parte. 

Las  escuadras  de  la  reina  de  Inglaterra  invadían  en 
Buropa  y  en  América  las  posesiones  españolas,  qae  por 
su  grande  extensión  no  podían  ser  suficientemente  res« 
goardadasi  y  presentabsji  mil  puntos  susceptibles  de  ser 
atacados  con  buen  éxito.  .Felipe,  para  vengar  estos  insul- 
U)S|  iúMO  9xmsj:  una  gránete  flota  para  hacer  un  déseme 
bfiurco;ea  Lrlandaí  que  se  creía¡fácil  de  tomar  con.el  auxi- 
lio deles  oatóiicoa  de  aquella  isla;  pero  Isabelí  sin  espe-. 
ifr  elütaquei  lo  prevmq.  déspacbando  una  escuadra  á 
I¿s  érdeaes  del  eonde  de  Bssex,  la  que  el  2  de  Jalio  de 
1590  entriS -y  saqueó  á  0ádi2>  tomando  mucha  parte 
Oel  xioo  cargamento  que  ibaá  salir  para  la  AUiérica,  y 
para  que  el  resto  no  cayese  en  manoe' de  los  ingleses,  ei 
laque  de  Medina  Bldonia  que  Oimrrid  &  la  defensa  de  la 


-  104  — 

t)lazai  mandó  quemar  los  baqnos  á  cayo  bordo  estaba, 
calciüaudose  la  pérdida  totaA  en  más  de  veiiite  mil  caes 
de  dacados..  I^o  por  esto  dejó  de  salir  del  Fend  la  txr 
pedición  contra  Irlanda  en  Noviembre  del  mismo  año,  á 
las  órdenes  de  D.  Martin  Padilla*  pero  desgraciadas 
fiiempre  las  empresas  marítimas  de  FellpOi  on  recio  tem* 
poral  dispersó  la  escaadra,  pereciendo  cuarenta  baques 
y  los  demás  volvieron  maltratados  al  puerto.  Estarna- 
ohednmbre  de  baqnes  echados  á  fondo  por  las  tormoitaf^ 
prneDa  lo  inferiores  qne  en  aquel  tiempo  eran  en  coos- 
truocion  y  f  aerza  á  los  actualesi  y  lo  atrasado  que  estaba 
iu  manejo. 

Mas  de  treinta  años  habia  durado  ya  la  revolueipn  de 
los  Países  Bajos:  los  mejores  generales  de  Espafia  nabian 
dado  en  vano  pruebas  de  su  pericia,  distinguiéndose  no 
menos  el  partiao  opuesto  los  dos  príncipes  de  Orange,  pa« 
dreé  hijo,  Hohenloe,  Tere  y  otros  muchos:  un  ejército  hiitta 
seguido  á  otro  ejército,  y  los  tesoros  de  América  habían 
ido  á  consumirle  en  aquel  abismo  sin  fondo  de  gastos  in' 
cesantes:  al  príncipe  da  Parma  habían  sucedido  en  él  gO' 
bierno  el  conde  de  Mansfeldti  el  archiduque  Brnesto  y  d 
eoná%  de  Faentes»  y  por  último  el  archiduque  Albiorto  qva 
sin  haber  recibido  las  órdenes  sagradas,  era  caidenaly 
arzobispo  de  Toledo,  y  habia  desempeñado  con  mucho  a-- 
cierto  el  vireinato  de  Portugal    Tarjas  veces  se  hablan 
entablado  pláticas  de  paz,  pero  era  imposible  ningún  ave*- 
nimiento,  cuando  las  pretensiones  de  las  partes  conten^ 
dientes  eran  tan  incompatibles,  como  lo  es  la  dependen^ 
cía  á  qne  el  rey  de  España  quería  reducir  á  las  provindaSi 
y  la  independencia  que  ellas  habían  proolamado^laque^^e 
Jiabiacoüsolidado  con  el  reconocimiento  y  auxilios  de  ln<» 
glaterra  y  Francia.    Felipe,  cansado  de  las  guerras  que 
había  ocupado  casi  todo  el  tiempo  de  su  reinado;  agota^ 
(ios  sus  recursos  y  aquejado  de  enfermedadeSi  en  la  de» 
cadencia  de  fiu  edad;  quiso  poner  término  á  esta  contien- 
da I   formando   de  les  Países  Bajos    que    se  h&bian 
mantenido  ñeles,  un  Estado  independiente,  cediendo  la 
soberanía  de  aquellas  provincias  en  favor  de  su  hija  la 
infanta  Doña  Ibabel,  á  quien  casó  con  el  archiduque  M^ 
berto,  qne  para  esto  renunció,  con  aprobación  del  papa» 
Ja  púrpura  remana^  y  el  ai^zoDÍspado  de  IoledO|  y  se  ais» 


-^  105  — 
pat3  i  pasar  á  Hapatla  para  odlebrát  las  bodas*  Sia  em«« 
bargo «  aaaqae  el  aoisa  de  oesion  se  ñtrnó  el  6  de  Hayo 
ie  1697,  eos  la  ooadioion  de  reTOrsioii  ft  Bspafia  por  fal- 
ta 4e  saoaaeioa,  y  otrai  cttasaias  qae  limitaban  y  hadan 
^eamaoka  parto  ilaa^nrla  la  independencia  de  aquellas 
pioviAClas»  no  Ueg^  á  teriftearse  el  casamiento  en  vida 
de  Pattpe,  habiendo  retardado  Aberto  su  salida  de 
Fiftndes  por  u  metin  de  las  tiopasoan^sado  por  la  falta 
depaga» 

Felipe^  atormentado  déla  gota,  á  qne  ee  Juntó  nna  fie- 
bre lenta  qne  le  oonsnmfa ,  determinó  trasladarse  al  Bs- 
eorial  pan  aaabar  allí  sns  dias »  y  annqne  los  médicos 
se  oponisa  9  por  temor  de  qne  d  movimiento  del  viaje  le 
fssse  f oiMsto^  qneriendo  Ser  tan  dnefio  de  sn  peraona  co«* 
m>  lo  habia  sido  de  todo  dorante  sn  vida,  dijo  con  reso^ 
Ineion :  *^  No  importa ,  quiero  ser  llevado  vivo  á  mi  se^ 
palero  ^  Ijss  dolores  agudos  de  la  gota ,  produjeron 
unas  pástalas  6  tomosss  en  las  artionlaciones ,  que  se  re- 
ventaban y  salían  de  ellos  millares  de  gusanos  con  un 
ksdof  ioÜDOto  insoportable.  Felipe  sufrió  todas  estas  inx 
ooAiodidadss  oon  magnanimidad ,  recibió  los  sacramen- 
tos» y  haoiéadeae  traer  á  la  recámara  la  caja  en  que  hik» 
bia de  ser ooloeadosn  cuerpo,  dispuso  hasta  los  últimos 
pormenoBeB  de  sn  entierro  con  admirable  tranquilidad ,  y 
ezh<»tando  á  sn  h\jo  y  suooesor  Felipe  III »  á  tener  en 
defiBosa  de  la  religión  el  mismo  celo  qne  habla  dirijldo 
faui  aedones  de  su  vida,  terminó  esta  el  13  dé  Septiem* 
bre  de  1607  ,  á  los  setenta  y  dos  affos  de  edad  y  ouareuM 
ta  y  tres  de  reinado.  Su  cadáver  faé  depositado  én  él 
laoorial ,.  ea  el  arco  del  presbiterio  al  lado  de  la  epísto-i 
la  I  eii  donde  todavía  se  vé  su  estatua  en  actitud  de  a- 
doraeion,  eon  las  ds  su  cuatro  mujeres,  enfrente  de  la  de 
fs  padre  Oárlos  Y  y  de  la  Bmperatriz  su  esposa ,  que  o  • 
enpan  el  aroo  del  evangelio. 

Poeos  hombres  han  sidojusg^ádos  tan  cantradiotorlan 
mente  como  Felipe,  por  los  historiadores  coetáneos  y  pos 
teiiores ,  segnn  el  partido  á  que  han  pertenecido :  óáeto 
de  horror  para  los  protestanteSi  que  contorme  al  gusto 
de  aquel  tiempo,  de  aplioar  á  todo  las  palabras  de  la  sa- 
nada  esoritnra  t  le  llamaban  '<  el  demonio  del  medio 
dia ,  ^  por  haber  sido  el  eneniige  nías  acéirlmo  de  la're 
fiyrmaf  ha  caldo  también  ftobte  ^él  lanecradon  de  Ira 


—  108  — 
que  profósaii4o  los  piincipioi  UaiMdos  liberales  ^  Ten  tt 
él  el  contrarió  más  decidido  de  estos  y  el  tiiás  BCSMito 
promovedoie  del  poder  absolato.  Sin  emlnuga,  las  ogt^ 
niones  comienzan  á  modiflourse  raspéelo  A  M  y  se  ▼»  i»» 
conociendo  qae  sa  conducta^  ,«(0041110  exoesiruiflnte.  ú^ 
garosa  en  machos  oasos,,faé  hijailB  lim  ctremiBteBniss,jr 
exigida  neóeiariamente  por  estasi  Oolooado  ei  nedio 
del  torbellino  sasioltado  por  las  opiniones  nneramente 
propagadas,  y  coando  el  üapnlso  qoe  6staa  haUaii  dado 
&  los  espiritas  tenia  toda  1a  f  aerza  de  la  novedad,  los  ois« 
dios  de  resiateneia  qna  opuso,  4ebian  ser  ptépoifliOBados 
á  la^impetaoaidad  dói  ataqae,  y  para^  reprimir  la  libsrtsd 
de  disonrrir  en'  batería»  reliiiosMy  era  indispeneaUs 
también  poner  coto  6  la  libiertad  poUÜea.  Todo  ésto  se 
ligaba  de  tal  manera  Y  qae  era  preciso  t  éd^ameUem 
por  la  corriente  ^  5  ierantar  contra  esta  los  únieos  dl- 
qaes  capaces  de  contenerla ,  yeaeaanto  A  loa  mediss 
empleados  con  este  intento,  luiai  s61o  pnede  esamiaaiss 
la  oportahidad  (¡lo  sn  oso  y  la  mayor  6  moROr  eirtsnstoo 
qae  por  Felipe  se  les  di6,  pnes  en  oawto  á  la  naioralé- 
za  de  ellos,  eran  los  mismos  qne  todos  osaban  por  hqssl 
tiempo,  en  el  que  persegair  álos  qne  peasabam  da  dttrsr^ 
sa  manera  qne  el  qde  ejerda  el  poder,  era  el  ptiootpio 
nnirersalmente  por  todos  admitido» 

Felipe  nnia  ft  una  gran  onpacidad  é  instmooiaa  t  nna 
incansable  laboriosidad;:  en  el  góbienia  todo  lo  hacia  por 
sí  mismo  y  sos  nilnistros  hanoa  íaerpn  más  qae  sos  se  * 
cretarios :  no  solo  acordaba  todos  los  pantos  da  ocrntoa^ 
tacion  en  las  correspondencias  con  sos  enviados  em  las 
cortes  extranjeras  y  con  los  genaraíeade  sAs^Jirdlü^  sU 
no  qne  revisaba  los  dasj^aohos,  los  corregía  y  re£iwkiaba 
por  sn  manO|  y  los  hada  reponer  hasta  trea  veoes ,  ai  no» 
taba  obsooridad  en  la  redacción  6  errores  en  la  oitogra* 
líi«  tíncalda^o  se  extendía  ft  las  meni^res  oasaa^  yes 
el  despacho  de  .los  negocios  monos  importsaJisa  omnoea 
l03  de  mayor  trascendencia,  ÍN>ni(|  por  el  loa  aoaarde^i  A 
veces  acompa&ádos  de  algnna  observación  aobve  loa  fia^ 
damentos  en  que  se  apoyábané  Pidiindole  íaealtad  un 
clérigo  para  qne  heredase  ana  h\}a  soya  aetecientoa  dn* 
cados  de  rento,  anotó :  <*  Bastan  dentó  para  kiy  a  da  etf* 
rigo."  Menndo  observador  de  lasatsndoMS  debidas  & 
eada  clase,  no  dejaba  pasar  nono»  falta  algosa  en  éUas: 


—  107  — 
lleváronle  ft  fltmar  ana  oarta  con  títalo  de  protincial  de 
una  religfoiii  jliideToLvl6*oon  la  neta:  ^'Ka  hay  sino 
/  general  ea  eimi  'TaélvaM  á  hao^."  Pcmeyeiido  él  solo  los 
aecretoe  de  estado^  estos  enan  impenetrables  y  tenia  tal 
odidado  eofli  los  papeles  de  sn  mesa,  qae  tenia  presente 
aán  el  orden  en  qae  los  dejaba:  nna  vez  ^  mientras  ha« 
biaba  oon  el  seeretario  Mateo  Yazqneí,  observó  qae  en 
otra  pies»!  nn  ayoSa  de  sámara  los  registraba,  para  bas^ 
car  ana  eeiisftlta  sobre  an  negocio  sayo,  y  dirigiéndose  á 
nn  gentil  homíbre  de  st^serrimoi  le  dijo:  "Decid*  á  aqael, 
qne  no  le  mandó  cortar  la  cabeza^  por  los  servicios  de  sa 
tío  Sebaitiaii  de  fiantoyo  qae  me  le  dio.  ^ 

Los  reinados  de  Garlos  Y  y  de  Felipe  II.  han  debido 
ocupar  nn  espacio  considerable  en  este  extracto  de  la 
historia  de  Bspidiaf  porqae  entre  ambos  llenaron  caai  nn 
8lglo/y  lo  llenaron  con  los  más  grandes  sacesos  qae  la 
historia  recaetdaí  y  qae  han  sido  el  origen  de  todos  los 
aoonteolalientos  postorioresi  hasta  la  nneva  época  qae 
üturma  la  tcnrolncion  de  Francia»    Bécorreremos  ahora 
brevemente  los  de -los  otros  tres  príncipes  de  )a  casa  de 
Austria  espaftelai  y  así  como  en  los  de  los  primeros,  he- 
mos visto  llegar  esta  dinastía  al  más  alto  panto  de  poder 
S  gloria;  la  veremos  caer  en  el  abatimiento  y  el  desprecio 
asta  su  ^mffUfUk  extinción  y  la  desmembración  de  sas 
eatadosi  pasando  la  corona  de  ^spáaa  á  la  casa  de  Bor» 
hoiu  qne  oon  tanto  empello  habia  trabajado  para  su  rai«- 
luk  Pero  antes  echemos  con  igual  brevedad  la  vista,  so- 
bre las  pfincipaleB  alteraciones  que  el  sistema  de  gobier- 
no habla  tenido  en  la  monarquía,  durante  los  dos  reinas 
dos  cuyos  principales  acontecimientos  acabamos  de  re« 
ftrir. 

Bl  eetruendo  de  las  armas  y  el  brillo  de  las  grandes  ac^ 
Otones  militares,  muchas  veces  felices  y  otras  adversas^ 
|ae  habia  hecdio  de  la  monarquía  espailola  el  centro  de 
\m  política  de  la  Buropa .  encabria  los  males  que  la  na^ 
llon  sn&í%  y  la  miseria  a  que  la  ibanredudendo  las  con- 
innas  demandas  de  hombres  y  caudales  para  sostener 
fantas  gaerraé/  lista  incesante  necesidad  de  fondos»  ha- 
lia  obligado  á  Oárlds  Y  á  apodersrsd  de  los  caudales  de 
«rtioaUíree  que  se  remitían  en  las  flotas  de  Amenqai  y  á 
*oIipe  II  áooorrir  al  ruinoso  arbitrio  de  los  préstamos 
AtratadoB  oon  los  banqueros  genoveses^  que  eran  [ent 


~  IOS  — 
tónoes  los  más  ricos  de  la  Bni^pai  j  hAllándoae  ea  la  im« 
poeibiiidad  de  eamplir  bus  compromi6ú«,  deoUxó  mos^fk 
liOB  todo3  loa  oontmtoB  qué  habla  celebrado,  ma&daiMio 
dedacir  loa  contratos  que  había  pagado,  do  obutante  lo 
oaaliqaedó  todavía  debiendo  más  de  ciento  dncnaats 
millonea  de  daoadoe,  anoinando  sa  orédlto  con  ata  M^ 
ta  de  la  fé  pública. 

Bn  el  reinado  4e  Felipe  II  ae  fijó  el  aiatema  de  gotáer* 
no  de  ana  vastos  estados,  qne  ae  signió  por  loa  pmelpcs 
de  an  casa  qne  le  ancedieron  en  el  trona  An^qne  míA 
te  hnbieee  variado  en  la  letra  de  loa  fneroa  de  loa  leinoi 
de  Caatilla  y  Aragón,  ni  por  la  caida  de  loa  comoneros 
en  el  reinado  de  su  padre,  ni  por  loa  acceaoa  de  Araípni 
en  el  snyo^  el  poder  de  nno  y  otro  monarca  habia  dlsml* 
unido  muy  materialmente  el  iiflojo  de  las  cortea,  y  la 
importancia  de  loa  ajrnntamientoa.  La  nobkaa  de  Cai« 
tilla  habia  cesado  de  tzisli^.oomo  onerpoi  deade  qne  no 
era  llamada  á  concnrrir  á  laa  cortes,  annqne  goiaba 
siempre  de  mucho  poder  per  loa  privilegioa  y  la  riqaeía 
de  ana  mdividnos;  f'elipell  la  consideró  poco,  anaqas 
empleó  en  los  puestea  maa  distinguidoa  en  el  ejército,  su 
la  diplomacia  y  en  sus  consejos,  á  loa  grandea  qne  persa 
méiito  particular  eran  capacea  de  ocuparlos,  y  xeoomsa» 
dóáauhijoy  suoceaor  que  dispensase  mayor  ateaeion 
á  aquella  oíase.  Laa  cortes  de  Oastllla,  reducidaa  4  los 
procuradores  de  las  ciudades  que  goaaban  el  privilegio 
de  mandarlos  á  ellas,  casi  no  tenian  otro  objeto  en  sas 
xeuniones/que  el  reconocimiento  del  Fifocipe  lurederoy 
la  concesión  4e  loa  snbkidioa  que  se  lea  pedían  v  encoja 
administración  intervenían,  por  medio  de  loa  diputados 
que  nombraban  y  que  componían  la  sala  que  ae  llámate 
de  millones:  &  laa  aolioitndea  que  preaentaban  sobre  va- 
xioa  puntos  de  gobietno»  que  antiguamente  etaa  ate&di- 
daa  y  despachadaa  antea  de  la  coaoeaion  de  loa  anbaidioai 
ae  lea  contestaba  con  laa  firasea  generalea :  '^  TSo  convieae 
haoer  innovadon ;  se  piocurara  lo  mejor ;  el  rey  ae  oen** 
pa  de  esta  materia :  ^  y  aunque  en  las  cortea  de  Madrid 
de  1548  pidieron  loa  procuradorea  que  el  rey  oyeae  por  ai 
miamo  sus  petidonesi  y  en  laa  de  1565,  que  Ia8¡leyealke- 
ehaa  en  coitea  no  {pudiesen  ser  derogadaa  ó  altecadea 
idno  con  la  concurrencia  de  estas,  se  lea  oonteató  ea 
euanto  á  lo  primero*  **que  se  pracilQaria  lo  que  ae  ha- 


-  lod  - 

bia  aoo8!;ambradG;''y  en  oaantoá  lo  segiíado,  '^queel  rey 
haría  lo  qae'oreyeae  mas  conyeaiente.''  Todos  los  negocios 
graves  del  gobierno  vinerón  á  eer  desde  entonces  del  re« 
^Borte  de  los  consejos :  estableciéronse  estos  cnerpos  para 
cada  uno  de  los  reinos  6  estados  independientes^'qae  se 
hallaban  rennidos  bajo  la  aatoridad  del  monirca,  y  así 
habo  consejo  de  Oastiüa,  de  Indias,  de  Aragón,  de  Ita^ 
líOi  de  Fiaiides;  además  del  de  las  órdénesi  para  los  pne^ 
blos  qne  en  Oa^tilla  dependían  de  las  órdenes  militares; 
de  la  mesta,  para  todos  los  negocios  relativos  á  los  gana>: 
dos  tra^hamantes;  y  los  qne  teinian  el  conocimiento  délos 
negocios  generales  de  goblernO|  como  el  de  Estado^  ba<i 
cii^nda  y  otrof. 

Estos  consejos  se  componían  generalmente  dejhotn* 
bres  de  probidad  calificada,  mny  instrnldos  y  versados 
en  los  negocios  de  los  paises  á  qne  se  extendía  en  anto  - 
lidad,  y  eran  por  lo  mismo  mcbo  mas  apropósito  para 
dirigir  coa  acierto  sa  administración,  qne^  los  congresos 
qae  les  han  sacedído,  como  qne  estos  ^é  forman  por  la 
casaalidad  6  las  intrigas  de  las  elec3iones  popalares ,  y 
se  Gomponea  mnchas  veces  de  hombres  ein  conocimien^ 
tos  ni  experienciai  qne  no  tratan  más  qne  de  arrancar  el 
poder  de  las  manos  qne  actaalmente  lo  ejerce  para  to  i 
marlo  en  las  snyas,  con  lo  qne  nanea  puede  haber  un  sis  - 
tema  uniforme  y  segaido  en  el  gobiernoi  y  las  naciones 
,  aon  víctimas  de  innovaciones  indiscretas,  que  á  títnlo  de 
mejoras  y  de  progresos,  las  precipitan  en  la  anarquía  y 
en  el  desorden,  y  por  último  resultado  en  la  miseria  é  ic» 
moralidad  mas  completa.  En  los  negocios  mas  gravea ,  y 
en  qae  se  versaban  puntos  de  derecho,  Felipe  consult:iba 
también  á  los  cuerpos  literarioSt  como  lo  hizo  para  la  in* 
vasion  de  Portugal^  preguntando  á  la  universidad  de  Al- 
calá» si  estaba  obligado  á  sujetarse  á  lo  que  decidiesen 
losjaeses  nombrados  por  el  rey,  el  cardenal  don  Enii^ 
qae,  para  calificar  Jostitoloa^e  los  diversos  pretendieuN 
tes  I  y  habiéndole  contestado  la  uulverbidad,  que  como 
toberano  no  debia  conocer  superior  en  la  tietra,  rcsoN 
vid  hacer  entrar  sus  tropas  para  apoderarse  de  aquel 

Bl  concilio  de  TrentOi  comenzado  en  el  reinado  de  C¿r  • 
los  V,  y  que  después  de  varias  alternativas  se  suspendió 
en  1552^  Gre  abrió  de  nuevo  por  tercera  tez  en  el  de  Feli^ 

•    pifl8!5wWl<m|tfi(?i-TOfiTülTx.-^8 


—  lio  — 

|E>e  ll,  por  las  mnclias  instanoiaB  qae  para  ello  hioeiito 
moaaroa,  en  18  de  enero  de  1562,  y  terminó  sos  saaioaes 
el  1  de  diolembre  de  15G3,  habiéndolo  oonArmado  elF«pa 
Pío  17  el  26  de  enero  de  1594^  y  se  mandó  obserirar  ^ea 
todos  los  estados  de  la  monarquía. 

Terificóse  también  en  el  mismo  reinado  la  rejoims.-  del 
'  calendario,  que  se  oonooe  con  el  nombre  de  ^'üorrecdon 
Gregoriana,"  por  haberse  efeotnado  por  la  bnla  del  Papa 
Gregcrio  XIII,  el  24  de  febrero  de  158L  ,habiendo  con- 
sultado para  ello  á  los -principales  astrónomos,  yenes^ 
pedal  á  Lilio  Olraldo.  Bi  objeto  de  esta  reforma  fué,  re« 
dacir  el  calendario  civil  y  religioso  al  eorso  del  sel,  de 
manera  que  el  equinoccio  de  primavera  i  oorrespondiese 
exactamente  al  dia  21  de  marzo,  y  se  arreglasen,  la  páa- 
cua  y  las  fiestas  movibles  por  el  plenilunio  de  aquel  mes, 
para  lo  que  f  dé  necesario  iUsminuir  por  una  vea  diez  dias 
del  año  presente  y  en  lo  suocesivo  suprimir  en  cada  den 
a&os  el  dia  de  aumento  de  losbisextos ,  introducidos  en 
la  reforma  de  Julio  Oésar.  EnBspafia  se  admitió  este 
sistema,  y  los  diez  dias  suprimidos  fueron  del  4  al  14  de 
octubre  de  1582.  La  muerte  de  Santa  Teresa,  tan  célebre 
por  BUS  escritos  y  fundaciones  de  conventos  de  la  reforma 
que  hizo  en  la  regla  del  OármeUi  coincidió  con  esta  sn> 
presión,  y  por  esto,  habiendo  fallecido  la  Santa  el  4  de 
octubre  de  aquel  año,  su  festividad  se  celebró  el  15.  Las 
dem&s  potencias  católicas  fueron  sucoesivamente  adojn^ 
tando  este  arreglo;  pero  no  lo  hicieron  así  las  protestan* 
tes,  y  por  esto  quedaron  en  uso  dos  diversos  modos  de 
contar,  que  se  llamaron  ^'antiguo  y  nuevo  estilo."  Ia  In« 
glaterrano  admitió  el  calendatio  reformado  hasta  1752| 
y  por  el  mismo,  tiempo  también  lo  hicieron  otros  esta* 
dos  protcfitantés'i  siguiendo  solo  la  Bu&ia  el  antiguo  68« 
tilo. 

Oon  loa  príncipes  austríacos  vino  á  Bspafia  el  orden 
del  Toisón  de  OrOf  establecido  en  Borgoña  por  el  duque 
Felipe  el  bueno  en  1429^  qué  con  aquel  ducado  y  los  es- 
tados de  Eiandes  pasó  á  lai^uia  de  Austriai  por  el  ma* 
tcimonio  de  María  de  BorgoSa  con  Mañmiliano  de  Ans- 
tcia,  padre  de  FeUpe  I,  y  vino  á  ser  la  mas  alta  conde* 
ooracion  de  la  monarquía.  También  desde  entonces  sepa- 
so  en  las  banderas  espafiolas  la  aspa  de  San  Andrés,  que 
iran  las  armas  de  aquel  ducado,  y  que  con  el  nombra  de 


i  - 111  —        , 

i   '/a  erus  de  BorgofiAi''  Aubaístió  ea  las  de  las  tropas  de 
Kneyasllspafia  hasta  la  independenoia, 

Ddsde  el  restableqimidDto  de  la  monarquía  no  habla 
habido  en  Oastilla  lagar  determinado  para  la  residencia 
del  monarca  y  de  sa  cortOi  ni  tampoco  de^pnes  de  la  ren ' 
nion  de  oasl  toda  la  penínsnla  bajo  nn  mismo  cetro.  Oár% 
los  Y  reaidió  principalmente  en,  Toledo,  qae  era  la  anti- 
gua eapital^  y  cayo  alcázar  hizo  reedifiíoar  con  gasto  y 
msgni&oencia:  Felipe  II  declaró  la  Tilia  de  Madrid  capi'< 
tal  del  reino,  y  en  ella  hizo  sn  principal  mansión  y  en  los 
palacios  6  sicioa  reales  inmediatos,  prefiriéndola  sin  du' 
da  por  sa  sitnaoion  central  y  por  la  comodidad  del  sitiOj 
tíreonatuioias  qae  no  concanian  en  Toledo. 

Bi  ceremonial  del  palacio  y  el  servicio  personaLdel  rey 
y  fin  familiai  se  arregló  también  en  este  período,  haden^ 
do  del  monarca  ana  especáe  de  divinidad  y  como  nn  ser 
saperior  á  los  dpmás  hombres*  Todo  estaba  reglamenea" 
do  bajo  el  pió  oe  la  mas  lignrosa  etiqueta,  y  desde  el  na« 
cimiento  de  los  infantes,  empezaba  á  tributárseles  aqnen 
lia  especie  de  culto  de  qne  eran  objeto  durante  toda  su 
vida^  rodeándoles  una  nnbe  de  incienso,  qne  les  oculta-  . 
ba  el  conocimiento  rerdadero  de  las  cosas :  apenas  la  reis 
na  se  sentía  oon  los  dolores  del  parto,  se  comenzaban  en 
la  capilla  real  loa  maitines  de  la  natividad  del  ISalvador 
del  Mundo^  que  se  estaban  repitiendo  hasta  que  el  parto 
86  yerificabay  y  muerto  el  rey  ó  alguno  de  ios  iadiñdaos 
de  la  familia  se  suponía  que  su  suerte  eterna  no  pedia 
ser  otra  que  la  biénaTenturanza,  y  se  daba  por  asentado 
qae  ^^estaba  en  gloria.^  JLia  principal  ocupación  de  los 
grandes  vino  á  ser  desde  entonces  estar  empleados  en  la 
aervidumbre  del  palada,  y  las  intrigas  de  estCi  f  oeron  en 
los  reinados  siguientes,  lo  qne  daba  dirección  á  los  negó  -> 
eios  de  la  mona^uía^  abriendo  la  grande  extensión  de 
esta  un  campo  bastísimo  á  la  ambidoui  en  todas  líneas, 
porque  la  multitud  de  empleos  de¡primer  orden  que  habia 
que  proveeriYireinatos,. mitras,  togas*  mandos  de  ejéid* 
tos,  gobiernos  de  provincias  y  admlnlstraeiones  de  ren- 
tae»  eran  motivo  de  omitfnaas,  pretensiones  y  daban  la- 
gar  á  cohechos^  torpes  manejos  que  enriquecían  á  los 
ministros  y  4  los  que  partidpaban  con  estos  del  poder 
npremoi  y  contribaian  á  mover  los  recortes  de  aquella 
inmensa  y  complicada  máquinat 


^112  — 
La  ilnatraoioii  que  había  tenido  principio  en  Oastilla 
en  el  rein»do  de  don  Jaan  II,  por  el  favor  qne  eate  eobe^^ 
rano  dio  á  la  peonía,  y  antea  en  Catalana  y  Taloicia  por 
los  trovadoreí^.  no  haciendo  cuenta  de  los  moroa  qneonl- 
tivaron  las  ciencias  é  hicieron  ñoreoer  la  lifieratnrA  ara* 
be  on  las  provincias  qne  oonpaban,  tavo  grande  inore* 
mentó  en  el  reinado  üe  los  reyes  cátólioos,  panidpfindo 
entonces  dol  impulso  poderoEO  qne  en  Italia  ledbiópcr 
el  estudio  de  los  clásicos  griegos  y  latinos,  y  11^ gó  al  mas 
alto  pnnto  de  gloria  en  el  reinado  de  Felipe  II.  La  len- 
gna  castellaDa  adquirió  en  esta  época  aqne)  giado  de 
tersura^  pmeza  y  e.egancia  de  qne  no  ha  hecho  m&B  que 
decaer  donde  entonce:»,  corrompida  en  el  siglo  sigmeute 
con  las  extravagancias  del  gongorisswy  y  en  el  poüteriori 
con  la  inticducdon  de  frasca  y  palabras* eajo  abuso  ha 
ido  tan  adelante  en  el  presente,  que  la  lengua  qne  habla- 
ron nnestrcis  abueíosi  ha  venido  á  qnedar  enteramente 
ofuscada  y  confundida.  Aquella  fué  la  époea  en  qne  bri» 
liaron  los  mas  ilustres  escritoreí^;  en  que  los  teólogos  €6<« 
pañoles  se  distinguieron  por  sn  saber  en  el  concilio  de 
Trente  y  en  |que  los  grandes  sucesos  ezoltabta  el  entnsias- 
mo  de  los  grandes  poetan:  así  Herrera  cantaba  los  trinnr 
foa  del  ^'jóven  de  Austria*'  en  Lepante  y  en  Tánea,  y  Br* 
cilla  celebrada  en  la  Araucana  las  proeEás  ¿e  los  con«« 
quistadores  do  América,  contra  el  pueblo  qne  con  mas 
tesen  sostuvo  en  ella  su  independencia  y  libertad. ' 
g  ILa  legislación  de  esta  parte  de  sns  estados,  d^bió  á 
Felipe  II  especial  cuidado.  La  mnchednmbica  de  prof 
vindas-qne  se  hablan  dictado  para  el  gobtexno  de  estoa 
palees,  habla  caneado  grande  embarazo  y  confusión.  Pa- 
ra reducirla  á  un  orden  claro  é  inteligible,  tie  dio  orden 
á  los  vireyes  de  Méjico  y  del  Perú  para  que  reaniei^en  tO' 
das  las  cédulas,  piovisiones  y  capítulos « de  eaxtae  oon^ 
cernientes  al  gobierno  y  administración  de  JnstiOM,  para 
qne  se  padiestn  impiioiir  y  publiofiT,  y  en  1570  se  mandó 
qne  se  hiciese  por  el  consejo  nna  lesopilaoioxl  y  declara* 
oion  de  las  leyes,"Buprimiendo  las  qne  ya  no  convenían  y 
proveyendo  las  que  faltasen,  de  qne  por  entonces  solo  te 
pndo  formar  el  tíinio  del  oonst^jo  y  sus  ordenanzas,  man- 
dadas guardar  por  cédula  de  24de  setiembre  de  1571,  no 
habiéndole  pnbiioado  hasta  el  afio  de  1696  en  onatio  to« 
mesólas  demás ;dispo8icioneB  meramente  onmpüdas  y 


...  ,  —  Ü3  — 

^  Ü^'**?*  Mceaario.  Trabi^óae  €«  eoto  en  los  reina. 
«?li  £Iíl^'^  emplean^  6  lo»  hombiM  mas  inetniidoR 
m «i  gobierno  delndiaa,  y  «nfcr«  oto»  á  don  Joan  de 
Botórawo,  y  por  fin,  en  el  reinado  de  Oáilos  n,  se  pnbli- 
^níi!^®*^^^**^**"  ^®  leyeeíde  loa  xeioos  de  las  Indias.» 
S!?fv*,^^^®'P<^'<^'»*^e«l'»bimoBaroa,eH8íÍe  > 
S.Í  ^^^'  y  ^^  f "^  ^  "^^e»  qw  con  divema  alte* 
wf  w  •*^*°^°  ?*  ^'««^  <^  *»<**  ^  América  espafiolá 
Mito  la  independencia»  y  qoe  eontinoa  todavía  rigiendo 

Boílf  ^IV^^^f  ^®i  «obiemft,  poi  tantos  años  sostenidas 
por  Ja  mano  foerte  y  poderosa  de  i'eUpe  IL  pasaron  por 
w&Ueoimiento  á la  débil  y  floja  de  an hijo  y gncesor  K. 
«w^  2°®i*^  dejó  caer  «n  la  desa  privado  don  Fran^ 
S^¿„?f°,^*^?*^y^'Í?.'*'''»**^«^'»d«JOénia,  á  qnien 

Sf^í^^i^®.-^??"*!.  íiínswoteyera  dé  eaiíetev  ena^ 
2/»^^^^f*"^*!P'^V^**«»y«diioado  «n  la  piedad 
§^  iS^^®  ®^  canónigo  Loai8a»qne  despaes  foé  arsobispo 
«e  Toledo,  nunca  desmintió  los  piineiiíoe  de  virtud  qae 
•estañaron  en  »u  esp&Ü»  desda  sos  primeros  afics:  piro 
«wao  de  talento  Jy  ipny  desi^plioado  al  trabajo  da  go- 
K.^f  5  «provecho  de  las  leodoae»  práotícasen  el  di- 
nn  J^-^V®™?'ií'* ^ Padrele falso  tomar,  formando 
~n^??*''°  ^  *?*^  *■*  ^  »»ú»«  presidía,  y  á  qoeeljó- 
Ten  príncipe  asMtu>;P»ra.qoe  seónstrayese  enlosnego- 
OML  Bn  el afio eiguente  dcu  hábecsabido  al  trono ,  ee 
l  S«»nBn  prima  d«aaJ4arí:ar^  do  Aortri»,  hija  del 
««Aidnque  üarlos,  «strecWndosejisí  más  ]í  AáK  por  con.. 
t«!,^?®  *?^^*'  las  .reJaciones  entre  Jaadoazaibasde  ía 
S"»  *t*^*"*"* y  íaespafiQlay  que  tan  funestas fae- 
iwj  para  EspaHa,  La  oorte  ae  traaladó  á  Talladolld  en 
mi,  con  el  objeto  de  benefifeier  aquella  cbmaroa « exte. 
^íaaa  am  las  exaociones  del  reinado  anterior,  y  allí  per- 
maoecu)  algunos  afios.  ^9  qnadaban  mas  ¡'guerras  que  la 
oe  Inglaterra  y  la  de  FJandea  contra  las  Provincias  Uní- 
«as,  que  hacia  tanta  tíempo;  era  d  cáncer  roedor  de  la 
aonarqnía.  La  primera,. moerta  la  reina  Isabel,  se  termi* 
no  por  el  tratado  oeleltfado  en  Londres  en  160á  eon  «u 
Qoesor  Jaoobo  I ,  hijo  dala  4-griHFt«fla  Jf aria  8tuat¿  • 
a  quien  se  reunieronJNAiooxbháf^S^glaterra  y  Bsób^^ 
oa.  La  segtinda  so  hacia  oon  todas  las  dificultades  que 


presentaba  la  diatanoia,  y  sobre  todo,  la  falta  de  dioero^ 
qne  era  cansa  de  los  frecuentes  motines  de  la  tropa ,  la 
que  por  carecer  de  paga^  saqueaba  las  ciudades  de  qaa 
sa  apoderabay  en  que  se  estaUeda  para  bacerse  mau^ 
tener  por  los  vednos,  duido  también  lugar  estas  esoase* 
ees  á  nuevos  compromisos ,  como  en  el  que  se  puso  el  ' 
marqués  de  Ouadalete,  qne  por  babér  pasado  á  EspaSa 
el  arohidaque  Alberto  á  celebrar  su  casamiento^  quedi 
mandando  el  ejéroitOi  y  no  tenirado  medios  con  que  sos^ 
tenerlo,  lo  biso  matobar  al  ducado  neutral  de  Oleres,  en 
el  que  los  soldados  vivían  sobre  el  paf s,  obligando  por  la 
faerza  y  los  tormentos  á  los  babitantes  á  declarar  Jas  ri- 
quezas que  babian  ocultado ,  y  asesinaron  al  conde  de 
Faikenstelu  con  toda  su  Jámilia,  porque  era  protestan'^ 
te.  Los  príncipes  alemanes  veeinoSi  llenos  de  borror  por 
tales  atentados,  formaron  una  liga  para  defenderse  y  ba- 
cer  cumplir  el  edicto  del  emperador,  por  el  que  mandaba 
salir  de  Oleves  á  los  espa&oles :  pero  la  lentitud  con  qne 
las  fuerzas  de  los  aliados  se  reunieron»  oomo  sucede  siem- 
pre en  las  confederadones,  dio  lugar  á  que  aquellos  con- 
tinuaran ocupándolo  todo  el  invierno »  y  no  lo  dejaron 
basta  la  primavera  del  año  siguiente.  Felipe»  oonlaes* 
peranza  de  poner  término  á  esta  guerra,  llevó  adelante  la 
cesión  de  los  Países  Bajcsj  que  su  padre  babia  becbo  en 
el  último  afio  de  su  vida,  en  favor  de  la  infanta  dofia  Isa* 
bel,  que  cslebrado  su  matrimonio]  con  el  artdüduque  Al- 
berto, pasaron  ambos  á  sus  estados»  siendo  recibidos  con 
aplauso  en  las  provincias  que  se  babian  conservado  leles: 
pero  en  cuanto  á  la  reunión  de  las  que  se  babian  separav 
do,  aunque  por  inflajo  del  emperador  se  tuvieron  confe^ 
rendas  en  Berg  op^Zoom,  para  tratar  de  la  naciftcaelon 
general,  se  vio  luego  que  no  afi  oonsegniria;el  intento^  por 
que  aquellas  persistian  en  conservar  au  independencia  y 
forma  de  gobierno  que  babia  adoptado»  La  guerra  siguió, 
puesi  con  mayor  empe&o ,  y  aunque  las  tropas  qne  AU 
berto  reunió  sofrieron  una  gran  pérdida  en  la  batalla  de 
las  Donas,  en  que  él  mismo  fué  berido,  emprendió  el  si- 
tio de  Oatende,  plaza  muy  fuerte  por  su  situación,  y  oon^ 
tfa  la  que  por  largo  tiempo]se  estuvieron  badendo  esfaer^ 
sos  tan  activos  como  infructuosos ,  basta  que  el  marqués 
Ambrosio  Binóla,  noble  genovés .  que  con  su  caudal  y 
talentos  sostnio  la  fortuna  espafiolor  en  los  Paiasi  Bajea . 


f 


«1 


—  116  -  » 

la  obligó  á  rendirse^  lUsiíáiidoae  dé  gloria  con  taa  larga 
resifltencia  al  ingléa  ms  FranoLs  Tere ,  qae  ma&daba  la 
goamicion.  Tanto  la  oorte  de  Madrid  oomo  los  estados  de 
las  Proñnoias  Haldas,  estaban  oansados  de  nna  gaer- 
fa  tan  prolongada  j  qno  exijía  oontínaos  sacrifloios,  pues 
solo  el  sitio  de  Qstende  qne  doró  tres  afios  costó  á  los  si- 
tiados oincnenta  mil  bombreSt  y  ochenta  mil  á  lossitía- 
doral,  ocm  un  inmenso  gasto  de  Títeres,  monieiones  y  ba^ 
gajes^  y  por  lo  mismo  se  hallaban  dispuestos  á  /la  paz: 
pero  para  lograrla  so  ofceoian  grandes  obstáculos ,  prin- 
cipalmente  por  la  oposioion  del  príncipe  Manricio  de  Oí 
range,  la  qne  se  atribula  á  motir^s  de  ambición  é  interés 
personal:  por  lo  qne  no  podiendo  concluir  un  tratado  de- 
flniti7o ,  se  oonvi|iieron  treguas  por  doce  afios  en  el  me^ 
de  abrü  de  1^9^  quedando  expresamente  reconocida  la 
tadependenoia  de  aquellas  provincias.  Bn  este  año  se  flro 
m6  también  en  el  BscociaU  el  11  de  setiembre,  el  decreta 
para  la  expulsión  de  Bspaha  de  los  moriscosi  aue  se  eje- 
cutó en  el  mismo  y  en  el  siguients  •  aprestáadOse  naves 
que  los  transportasen  á  las  costas  de  África,  desde  las  de 
2spa&a|61as  que  habian  dedirijirscLacontínu  inquietud 
en  que  el  gobierno  estaba,  por  las  comunicaciones  que  se 
les  acnsalMi  tener  con  los  moros  de  Berbería,  y  el  riesgo 
en  que  esto^ponia  al  reino,  hizo  se  tomase  una  resolución 
que  privó  á  Bspaña  de  un  millón  de  brazos  empleados  en 
la  agricultura  y  en  las  artes,  y  que  no  se  llevó  ai  cabo  sin 
peligro,  pues  los  moriscos  Intentaron  defenderse  en  los 
reinos  de  Talenoia  y  Kdrcia,  reuniéndose  en  gran  núme^ 
ro  y  nombrando  rey  y  comandantec;  pero  fueron  vencidos 
7  obligados  á  emlNuroarse,  sin  permitirle  llevar  dinero  ni 
alhajas  y  oonflseando  sus  bienes  raices,  cuya  venta  no 
aervió  para  aliviar  *al  exhausto  erario  sino  para  enrique^ 
oar  al  duque  de  Leima  y  sus  allegados. 

Libre  Bspaíia  de  este  riesgo  y  en  paz  con  todas  las  po«, 
tenoias  de  iüuropa,  vela  asegurada  la  sucesión  al  trono 
con  el  nacimiento  del  príncipe  don  Felipe  y  do  los  tres 
iafantes  don  Carlos,  don  Fernando,  que  nombrado  arzo- 
bispo de  Toledo  á  los  nueve  afios  de  edad,  y  condecorado 
4  los  diez  con  la  púrpura  romana,  fué  conocido  con  el  tín- 
talo del '^cardenal  infante,"  y  don|  Alonso  Carc¡  á  quien 
se  dio  este  nombre  por  haber  muerto  de  parto  la  reina 
doña  Margarita,  y  él  mismo  muiAó  nifiO|  adamándolas 


—  161  --  -   ^ . :  ■ 

tres  infii^ntas  doña  Ana,  doña  M^ría  y  doK»  If atgaiita.— 
Ko  ob:ita!it j  Ix  paz,  el  esbado  laterior  del  i^eidO  no  mo^ 
raba  y  hi^  qat  j  m  coatra  la  admlnisteteion  del  da^a64é 
lieiiiia,  m  .üif.^;>ui:U8  eulas  cortes  queee  tKviefo&  ea-Ma* 
drid  y  daca  ile  dod  aüo^i,  eraa  generales,  aeaeáadole  de 
desacierto  oa  el  g:}bieraü  y  de  pooa  pateca.^  la  admi*- 
nistraeioii  do  las  rentas,  qaeno  bastaban  A  oidMr  los 
gastos,  aunquo  no  habla  ejércitos  que  niíaiiteilery  y  se  bst^ 
bian  aurneiiLado  la3  coutríbc^cioEss ,  desapareoleado  loal- 
caadalds  qiio  ib¿u  do  América^  bíq  qa)B  se  viesedí  los  ob« 
jotos  de  &a  iavcidion.  E 1  célebre  P^Ha^aw  esorlbib  por 
aquel  tiempo  na  tuita^do  de  la  moneda,  y  el  **del  rey  y  de 
saiastitaciüa;'  ea  que  aseató  las  propoGlíotoaes  mais  a-* 
Tanzadaí]  iío\)¡:q  1ií  ¿autoridad  real,  y  f^QEió  a&ft  censara 
disimala^ii.  p.ro  viva  y  eaérgioaj  de  los  vieiosjy  deféetos 
del  gobieiDO-  •         ' 

La  saecBíou  do  lc9  ducados  de  Oleyés  y  Jaflers,  que 
Tino  á  ser  mi>ü7ü  do  dtspata  oontra  los  príaiSlpe»  catbli» 
eos  y  protestantes,  qae  pretendían  tener  detiftdho  áelta- 
I>or  falta  do  boro  Icio,  puso  en  riesgo  de  einpétlarse^tra 
veas  toda  la  Europa  en  una  guerra  general,  M  la  qde  Bn- 
lique  IV  rey  do  i^'rancia  tenia  el  objeto^  segaido  oon  ten* 
ta  constanci¿i  por  bus  sucesores  t  de- destruir  él  poder dd 
)a  casa  de  Austria,  variando  enteramente  <el  sisteüía  po« 
Utico  de  la  Earopa^  paro  la  muerte  de  aquel  «otierano,  a  - 
sesinado  por  Frauoisoo B^^vaiüao,  en. una  eaUedé  Bt3ktí9, 
q\  14  de  mayo  do  IGiO;  evitó  aquel  nuev«  -trastorno  y  lá 
})a2s  sa  coaaoUió  entre  Francia  y  flspaSLa,  'fik^r^  el  dobla  - 
oa^a Oliendo  del  príacipe  don  Felipe  oon  d^la  Isabel  da 
Borboa,  y  el  nuevo  rey  da  Francia  Lttis  XUt  -oon  la-in- 
fanta dou%  Aua,  renunciando  esta  á  todo  dersebo  al  tfo- 
nodeEdpdUa;  cajo  enlace  porlaoorttt  edad  de' los 
contrayentes»  no  tuvieron  ef;50to hasta  trésbOo^des^* 
pues. 

La  gu^rri  so  cacen  lió  en  Italia  por  la  snceetoaaldu* 
cado  da  M  lütiiA  y  por  la  ocupación  de  la  Yaltellaa,  per- 
teneeiente  á  I03  grisjne^,  cantón  aliado  de  la  Baisa,  en  el 
cual  los  catáliüíia  exputsaron^^á  los  protestantes  y  se  pu- 
sieron baja  la  ta-otr^oeion  do  la  Bspa&a,  habiendo  oh^ehb 
ocupar  el  duque  de  ^ria,  gobernador  de  Milán,  oon  tro- 
pas espaüola^.  La  Francia  y  laBspalíay'Bin  Begtt  árom> 
per  las  hostili  lade^i^  tomaron  parte  en  todas  estas  difo* 


—  117  — 
renoias  en  defansa  de  fias  aliados ,  y  en  la  oae&tion  de  la 
Valtelina^  el  interés  era  mas  direetOi  paes  este  valle  era 
d€!  mnoha  importancia  para  Bspa&a,  paraas.'garar  sas 
posesiones  de  Italia  y  para  facilitar  la  cotnnQloaoion  con 
los  dominios  de  la  casa  de  AnBtiia  aleaiaaa.  Bn  esta ,  la 
falta  de  hijos  del  emperador  Matías,  kacia  recaer  los  esn 
tados  hereditarios  en  la  rama  española,  mas  para  conser  • 
rar  la  corona  imperial  en  la  familia ,  Felipe  renunció  sus 
derechos  á  los  estados  de  Alemania  en  favor  del  archU 
daque  Fernando  de  Oratz,  qne  recibió  también  la  coro^ 
na  de  Hangría,  declarada  hereditaria,  no  sin  gran  resis- 
tencia de  agnella  nación ,  y  nombrado  despnes  empera* 
dor,  sn  eleecion  fné  la  cansa  de  la  desoladora  gnerra  de 
treinta  aCLos,  qne  comenzó  por  la  sublevación  de4a  Bohe-< 
mia;  gnerra  qne  en  la  Bspa&a  tomó  una  parte  mny  acti- 
va para  sostener  ó  la  rama  alemana  |  consumiendo  en  es-* 
te  reinado  y  en  el  siguiente  sns  ejércitos  y  tesoros  j  en 
una  cansa  qne  solo  interesaba  á  la  familia  reinante^  pe- 
ro qne  era  absolutamente  extranjera  para  la  nación. 

I^  oposidon  contra  el  duque  de  Lerma  habia  tomado 
el  major  incremento  ^  declarándose  enemigos  suyos  mu- 
chos de  ios  que  le  hablan  sido  adictos ,  y  aun  su  mismo 
hijo  el  duque  de  ITceda  y  fray  Luis  Aliaga,  confesor  del 
reyt  que  habia  sido  colocado  en  este  destino  poj^  su  in» 
flujo.  Viendo  que  no  podia  sostenerse  en  el  ministeriOi 
para  hacerse  respetar  y  ponerse  á  cubierto  de  la  tempea- 
.tad  que;ile  amenaabáa,  obtuv^^del  Papa  el  capelo  de  car . 
denal,  lo  cual  en  vez  de  concillarle  el  favor  del  rey ,  bu< 
mentó  el  disgusto  que  le  manifestaba.  Por  último,  Felin 
pe  le  escribió  de  01  propia  manolun  billete  para  que  sa- 
liese de  Itfadrid,  y  se  retirase  á  donde  quisiese.  Bl  duque 
snfrió  su  oaida  con:  nobleza  y  dignidad ,  y  al  alejarse  de 
la  oortOi  recibió  todavía  muestra  del  aprecio  que  el  rey 
le  habia  profesado.  Todo  el  peso  déla  persecacion  reci^yó 
sabré  don  Bodrigo  Ualderon ,  que  fhabia  gozado  de  su 
confianza^  á  quien  habia  hecho  conde  de  la  Oliva  y  mar- 
qués de  Siete  iglesias ,  y  que  durante  su  privanza  babia 
aido  el  dispensa^  dé  todas  las  gracias :  después  de  la 
.  calda  del  duqu ,  f  ué  puesto^  en  prisión  y  procesado  per 
dLversorfleliiUÉ  JülÉilM  k\1/f  1 1  tftrón,  aliftaos  de  ellos  ente* ' 
xamente  destituidos  de  probabilidad:¡codos  le  abandonan 
ron  en  la  adversidal|^e?:cep,tó  su  sobrmo  el  cardenal  do^ 


-  118- 
Oabriel  de  Trejo »  que  fii6  de  Bdma  A  Madrid  á  aoompt* 
ílAile  y  oonsolaÁle  ea  bu  atLlcolon ,  pero  no  se  le  permitüí 
verle,  y  oon  motilo  de  la  maerte  del  Papa  PaaloTu 
f  obrero  de  1621,  ee  lo  di6  órdea  de  TolTene  &  Boma.  D. 
BolrigOi  despaea  de  dos  afioa  de  priaion ,  fué  eoadmado 
á  la  peaa  capital,  aanqae  esta  no  se  e}eoat6  haate  él  pri. 
mer  año  del  reinado  aigoiente,  y  fa$  degollado  ea  la  pía* 
aa  de  Kladrid  el  2  L  de  ocCabre  da  16¿1 ,  alendo  objeto  de 
la  pdblioa  oompaaion  i  por  en  reaignaeion  y  por  la  peu- 
taneía&qne  ae  habla  entregado  en  an  priaion  y  dejqiu 
ae  velan  laa  aeHalea  en  an  cadáver.  Bl  dnqne  de  Ueada, 
don  Oriatóbal  de  Bojaa ,  anoedló  en  el  miniateiio  da  n 
padre,  y  el  araobiapo  de  Toledo  don  Bernardo  de  8aadú« 
val|  bermano  del  dnqne  laerma  i  favoreoediur  de  Oema- 
tea,  habiendo  mnerto  repentinamente  en  el  miamo  alio  da 
la  calda  de  an  hermanOi  A  la  qne  ae.  manif e8t6  mny  poeo 
aenaiblOi  el  araobiapado  ae  dl6  al  infante  don  Femando^ 
cono  antea  ae  ha  dloho. 

Annqne  laa  ooaaa  de  Italia  hablan  aido  an^ladaaea 
cnanto  á  la  anceaion]de  U Aatna,  y  la  oonpadon  de  la  Tai- 
telina  era  materia  de  conteataoionea  pacíftcaa;  la  falta  da 
cnmpUmiento  en  laa  conilicionea  paotadaa  en  el  priman 
de  eatog  negooioa.  y  loa  anzllioa  dadoa  por  la  Bspaiatl 
arohidnqne  Femando  Grata  i  en  la  gnena  qne  eoata?» 
contra  la  repdblioa  de  Venetia,  haciendo  qne  todaa  las 
potendaa  de  aqnella  provinoía  ae  mantnvieaen  armadaa 
Bneneataaclrcnnatanoiaa  (16181  loa  preparatiros  qua 
hada  el  dnqne  de  Oinna,  virey  de  Nápolea «  con  el  pra* 
texto  de  qne  eran  para  protejer  laa  coataa  de  Italia  en- 
tra loa tnroo8'.y laa  cjeondonea  miaterioaaa  de  moAaa 
indlvidnoa  en  v eneoia,  hicieron  creer  /qne  ae  habla  tm<- 
mado  nna  conapiradon  contra  aqndla  república  entra  d 
virey  de  Nápolea,  el  gobernador  de  Milán  marqnéa  da 
Tillafiranoa»  y  el  embajador  de  BapaGLa  en  Yeneeia  mar* 
quéa  de  Bedmar.  Bate  anceadi  qne  nnnca  ae  ha  ezp  ieado 
aatUf  Actorjamentet  ha  redbido  mncha  daiidad  en  nna  Us 
toiia  ocodema  de  Yeneda,  cnyo  antorlo  ezpiicaí  por  dtai- 
tonto  qae  ae  atribnyó  al  dnqne  de  O^nma  de  haoecae  lay 
de  N&polea .  en  qne  cataba  de  aonerdo  con  loe  venetta^ 
noa  [1].  Bl  dnqne  fné  llamado  A  Bapafia,  en  el  reinado  d^ 


1)  o.n.  Qutorift  ái  Y$L9ú\  tft.  i?  :í>.  XXXI;  M  ma  K  ar«f,  ha« 


'—  •' 


^119  — 
guíente  se  le  privó  del  vireinato  y  se  le  paso  en  prisión 
en  el  oasüllo  de  la  Alameda,  en  el  qne  marió  sin  haberse 
oonolnido  el  proceso. 

El  rey  en  1619  fné  con  tola  la  corte  á  Portagal,  y  en  • 
tro  en  Lisboa  el  día  de  San  Pedro  29  de  jnnio :  f  aó  reci- 
bido con  aplanFo,  y  en  las  cortes  de  aquel  re.no  faé  reco  ^ 
nocido  y  jurado  por  sucesor  en  la  corona  el  piíacipe  don 
Felipoi  que  con  este  objeto  acompañó  á«u  padre  en  este 
viaje.  Antes  lo  habla  sido  por  las  de  Oastilla,  convocadas 
en  el  convento  de  San  Gerónimo  del  Prado  en  Madrid, 
en  13  de  febrero  de  1608.  y  por  las  de  Aragón ,  en  caya 
capital  estuvo  Felipe  IIi  al  principio  de  su  reinado ,  y 
para  haott  desaparecer  las  funestas  impresiones  que  ha^ 
bian  qaedado  por  efecto  de  los  sucesos  del  reinado  ante« 
riori  concedió  un  perdón  general  á  todos  los  que  toma« 
ion  parte  en  la  revolución  y  confirmó  los  privilegios  de 
aquel  rcdno;  haciendo  en  el  decreto  que  publicó  con  este 
motivo  I  la  declaración  muy  honrosa^para  un  mbnarca, 
'*que  no  podía  ser  feliz ,  si  alguno  de  sus  subditos  fieles 
estaba  triste  y  descontento. '^ 

Felipe  III  murió  en  Madrid  el  31  de  marzo  de  1621^  á 
los  cuarenta  y  ttes  afios  de  edad  y  veinte  y  tres  de  reina- 
do, dando  muchas  muestras  de  piedad,  y  manifestando 
el  mayor  sentimiento  por  no  haber  gobernado  por  £í  mis*- 
mo,  Aunquejel  periodo  de  su  reiaado¡no  faese  feliz,  la  mo* 
narqufa  no  sufrió  en  él  otro  menoscabo  que  el  reconooi«« 
miento  de  la  ^independepcia  de  las  Provincias  Unidas, 
que  estaban  ya  perdidas  cuando  subió  al  trono ,  y  debe 
tenerse  por  un  acto  de  aderto  y  prudencia,  el  haber  pues- 
to término  por  este  medio  á  una  guerra  tan  funesta :  las 
armas  españolas  conservaron  todo  su  lustre  en  las  diver» 
flas  guerras  en  que  se  empefió|  y  en  los  últimos  dias  de 
BVL  vida,  tuvo  la  satisfacción  de  ver  affirmada  la  corona 
imperislen  su  familia, i  por  la  insigne  victoria  que  sus 
tropas,  unidas  &  las  de  su  primo  el  emperador  Fernando, 
obtuvieron  el  S  de  noviembre  de  1620  en  Praga ,  contra 
los  rebeldes  de  Bohemia,  que  hablan  proclamado  rey  al 
elector  palatino  Federico,  quedando  sometido  aquel  rei« 


'blcndo  alde  «npUado  tu  V«a««k  4arA.t)  •!  iAp«rlo  da  Napoleón,  taro  I« 


'"til.  **• 
«    *.  ■     • 


—  120  — 
mo.  El  estado  interiorada  la  monar(itiía  eátaba  lejos  de  stf 
tan  satiiisfactorio^.Vaes  consamidoss  saa  reonrsoi,  arraina* 
do  el  comcroio  y  la^agrioaltura,  ésta  sa&i6  un  golpe  mor« 
til  con  la  expnUion  üe  los  moriscos,  y  la  miseria  era  gd« 
Tceral.  Felipe,  dt33eoso  de  remediar  estos  males,  dio  ór« 
den  al  consejo  do  Castilla  en  16 II),  para  que  sin  atender 
á  ningún  respeto  Iiamano,  le  dijese  sa  parecer  y  couboIi 
tftse  los  medios  que  creyese  eficaces  para  corregir  los  a* 
busos  que  afligían  al  reiao<  El  consejo ,  coa  noble  liber- 
tad y  dando  prueba  dtl  profandoüconoeimiento|qae  tenis 
del  estado  de  las  cosaS;  en  la  consulta  que  preeeatéi  ma- 
nifestó con  acierto  el  origen  de  los  maleSi  y  para  su  re< 
2&edio  propuso  la  reducción  de  los  gastos  ezceslTOS  que 
se  erogaban,  especialmente  en  la  casa  real:  la  baja  ra  i^« 
Tor  de  la  agricultura ,  de  las  contaibudoneB  que  la  coa* 
sumían:  la  reforma  del  Injo:  la  diminución  del  núiúeio  üe 
losGiiados  que  llenaban  las  casas  de  los  grandes,  paiasu* 
mentar  con  ellos  los  brazos  destinados  á  las  artas  y  á  las 
labores  del  campo,  y  por  último,  que  no  se  concediese  A 
^tablecimiento  do  nuevas  órdenes  religiosas »  lo  que 
también  habia  sicio  pedido  el  año  anterior  por  las  GorieB 
reunidas  en  Madrid;  que  no  se  fundasen  nacTOs  cosTei* 
tos  ni  se  parmiticsa  profesar  antes  de  veinte  afiosj  limi* 
tando  el  número  da  individuos  en  los  de  uno  y  otro  sexoi 
Todo  esto  quedó  ala  fj(5cutar8e  y  los  males  continuaros; 
mas  sin  embargo  de  ellos ,  España  ocupatia  siempre  el 
logar  mao  distinguido  entre  las  potenzas  de  primer  ái^ 
den  de  la  Europa  (1).  Mn  América  el  imperio  español  ee 
extendió  en  ells'^aevo  Méjico  y  con  la  dilatación  de  lee 


(1)  C^rTr/ 1  p.  en  -n  iio7i)'a  d)  U  GíLJUiil'a  dj  ICii-Irll,  d^serlbieiid)  es 
Wi  romaacd  U  rorsiuoitia  do  la  ía'ida  á  núfia  <^e  la  rilas  dofia  MKrg;u^ 
dispaes  del  uucm.^Lt;)  uol  pritic  ps  1>.  Fo'ipr,  pudo  leiaTía  de6!r«fB 

0  ;li6  a  Taita  da  patí<)(i 
La  may*-r  teína  ««a  Eiropa. 
íki  oct?  x:i'VL-ts  n}::7'r>oiita  a  Fillpe  III^  qaa  acoap^fial)*  4  U  raiaa,  eoBL 
•1  f  n-b  cm«<  ái\  co!,  y  \.\  da  ¡}io  dd  ÍMtsi&,  (¿as  It  eagiu^k  l2tasdUie¿Bi9  2'.ai  ^ 

•'tiaTo  á  la  caea  del  col. 
Ve  J('4p.t:r:  qao  no  haj  COCA 
.  «  Jhfic'ú  á  9piivanza 

Fanlada  c&  pradvnMt  lAntM* 


—  121  — 
eatebleoimientoB  de  aquella  nación  en  el  inteiiordela 
América  del  Sar,  se  repnmieronlofi  movimientos  de  ios 
araucanos ,  señalándose  entre  los  mas  yaUentes^  en  la 
guerra  que  se  les  hizo^  la  monja  alférez  do&a  Oatallna  de 
ÜSrauso  ^  que  ise  halló  en  todas  las  empeñadas  batallas 
que  en  aquella  prorinoia  se  dieron. 

Felipe  17  heredó  la  corona  á  loa  diez  y  seis  años  de 
edad.  Su  padre^  imitando  lo  que  con  él  mismo  había  he- 
cho Felide  II,  quiso  se  instruyese  en  los  negocios  ^  asis** 
tiendo  al  consejo  de  Bstado  y  tomando  parto  en  sus  de- 
liberacionesy  pero  era  desaplicado  y  muy  afecto  á  diver- 
siones y  entretenimientos ,  en.  lo  que  pasaba  la  mayor 
p^rte  del  tiempo.  La  poesía  dramátic»,  &  que  dispengó 
señalada  protección,  y  de  que  él  mismo  se  dtee  que  se  o^ 
capó,  llegó  €n  su  reinado  ¿  su  mayor[esplendbr,  siendo  es- 
te el  período  en  que  brillaron  Calderón,  Morete,  Lope  dd 
"^ega,  y  otros  muehos  autores  de  comedias,  que  aunque  se 
apartaron  de  las  leyes  severas  de  lia  JoomposiciÓB],  deja-- 
ron  en  las  piezas  que  dieron  al  teatro ,  tantos  modelos 
de  ingenio  y  de  hermosura  de  poesía  i  que  excitan  la  ad* 
miración  de  todo  hombre  de  buen  gusto ,  aunque  desde 
entonces  comenzó  también  á  introducirse  el  estilo  pom* 
poso  é  hinchado,  á  que  dio  su  nombré  don  Luis  de  Gón- 
gora^  y  que  siguió  inficionando  tanto  la  prosa  como  la 
poesía  española.  En  ]a  pintura,  Murillo  y  Yelazquez  au^ 
mentaron  la  gloria  de  la  escuela  española ,  y  el  primero, 
protejido  especialmente  y  premiado  por  Felipe  lY,  in* 
mortalizó  la  familia  real  con  los  famosos  retratos  á  caba» 
lio  quede  ella  pintó/ que  por  muchos  años  fueron  uno  de 
los  principales  adornos  áal  palacio  real  deMadridí  y  que 
aetualmente  están  en  el  museo  de  aquella  capital. 

Todos  los  reyes  do  España  hasta  Felipe  11,  habían  go*» 
bernado  por  feí  mismos,  pues  annque  algunos  hubiesen 
tenido  favoritos,  éatos  ii^aian  sobre  su  voluntad ,  pero 
no  gobernabj^n  por  ellos:  los  reyes  mismos  firmaban  te 
das  las  órdenes  y¡desoachos  y  á  ellos  se  dirigían  todas 
las  comunicaciones*  Felipe  III  fué  el  primero  que  habieu* 
do  coQferido  el  ministeríci.al  duqtBdd  Lerma ',  previno  á 
todos  los  consejos  y  ^^ülades  que  cumpliesen  todo  lo 
qae  esteles  mandase  en  ou  iiombre»  como  si  fuese  firmado 
por  él  mismo ^.y^ei^tidMUQdaiAsD^  f(i^el'*origen  del 

poder  grande  de losMnistros;  ^é  entonces  selíuvó  por 


—  122  — 
un  acto  reprensible  de  desidia  y  abandono  en  los  eoben^ 
nos,  y  que  en  nuestros  tiempos  ha  venido  á  ser  nn  prin-i 
clpio  de  los  gobi^nos  oonstitaeienales,  en  los  que  se 
qitiere  que  los  reyes  reinen  y  no  gobiernen.  Felipe IT 
continuó  en  el  ministerio  al  duque  de  Uoeda ,  que  lo  o\)« 
tenia  oaando  f  AÜeció  el  rey  su  padre  •  pero  f  sé  por  pooo 
tiempo,  pues  en  breve  entró  á  ejeroerio  oon  abaciato  po« 
der  don  Gaspar  de  Oozman,  conde  de  Olivares,  que  ha- 
biendo sido  creado  duque  de  San  Láoar ,  por  la  unión  de 
los  dos  títulos  se  le  llamó  **el  conde  duque.''  Bste  se  ha- 
bía grangeado  la  benevolencia  de  Felipe ,  á  quien  servis 
en  ciase  de  gentil  hombre  desde  que  era  príncipe ,  con- 
tribujendo  en  su  corrupción  y  proporcionándole  dinero 
para  satUíüaoer  sus  gustos :  para  asegurarse  en  sufayor 
cuando  subió  al  tronO|  continuó  fomentando  sus  inclinar 
cienes  al  lujo,  y  á  la  disipación  y  aun  otras  mas  reprenñi 
bles,  y  para  lisonjear  su  vwtddad  le  hlio  tomar  el  nombre 
de  "grande,^  con  el  que  se  le  distinguió  en  adelante,  aan 
que  nada  habia  hecho  g^a  merecerlo.  Oon  el  fin  de  cap* 
tarse  la  opinión  pública^  circuló  un  maniñesto ,  en  que 
censurando  agriamente  la  administración  de  su  ant6oe> 
sor,  prometía  en  la  suya  el  remedio  de  todos  los  males 
para  lo  cual  establéele  un  consejo  compuesto  de  hombreí 
de  probidad  é  ilustración,  que  debía  ocuparse  de  correjir 
todos  los  abasos  4ue  se  habían  introducido  ^  y  entre  laa 
medidas  que  este  cuerpo  dictó,  f  aé  muy  aplaudida  la  de 
mandar  con  el  mayor  rigor,  que  todos  los  que  hablan  in- 
tervenido en  la  administración^  de  las  rentas  públicas, 
desde  el  año  de  18d3  hasta  el  de  1621 ,  diese  una  deda^* 
ración  de  lo3  bienes  que  tenían  cuando  entraron  en  sos 
cargos,  y  de  los  que  actualmente  poseían ,  para  caüfiear 
si  los  hablan  adquirido  por  medios  iejiümos  ó  con  perjai* 
do  del  erario.  La  ejecución  de  esta  providencia  produjo 
sumas  considerables,  que  se  destinaron  á  formar  un  fon% 
do,  que  no  habia  de  emplearse  sino  en  la  defensa  del  rei« 
no  y  manutención  de  lo»¡tjéroitos  y  escuadrai.  Mandaron' 
se  también  llevar  á  efecto  todas  las  medidas  propuestas 
por  el  consejo  en  el  reinado  anterior,  y  la  naden  llena  de 
conflanaa  en  ylsta  de  estas  dispoaidones ,  en  los  traní^' 
portes  de  su  alegríat  no  dudaba  llamar  al  conde  duque 
*'el  restaurador  del  rdno,'^  y  se  prometía  bajo  su  gobier- 
no una  época. de  prosperidad':  mm  todas  estaa  aperan- 


—  123  — 
isȖ  se  desvaneoieroD,  oon  el  oiirso  que  f aeren  tomaado  Im 
coflas. 

Fo  se  había  terminado  la  gaerra  en  Alemania  por  la 
viotoria  de  Praga:  Sspínola  oon  el  ejército  de  Fiandes  o% 
jcap6el  Palattnado,  7  los  príncipes  proteatantea  aennie- 
jion  en  defensa  del  elector  despojado  de  sns  estados.  En 
Italia,  la  devolnoion  de  la  Yalteiina  á  los  grisones ,  e9ti« 
pnlada  en  nn  tratado  qne  se  oelebró  con  la  Francia  y  di^ 
|ferida  indefinidamente  con  diversos  pretextos^  y  la  ooa>« 
•padon  del  MoBferrato  por  el  dnqne  de  Saboya :  en  los 
¡Paises  Bajos  la  terminación  del  tiempo  de  la  trégna :  toi 
lo  esto  faé  mateiia  de  otras  tantas  gnerrasi  en  que  las 
^pas  de  Francia  y  las  de  Bspafia  se  encontraron  como 
iliadas  6  auxiliares  de  los  combatientes,  sin  qne  por  esto 
entendiese  quebrantada  la  paz  entre  ambas  naciones, 
[niió  entre  tanto  en  1633,  la  infanta  doña  Isabel ,  viada 
ra  del  arühidnqiie  Alberto,  y  la  soberanía  de  Fiandes  y 
provincias  anexas  qne  ella  habla  antes  renunciado,  vol^ 
16  al  r^y  de  Bspafia,  recayendo  el  gobierno  de  aquellos 
»tados  en  don  Francisco  de  Moneada,  marqués  de  Aito^ 
la  [1]^  el  cual  dispensó  decidida  protección  á  la  rdna 
Taiitt  de  Médids,  madre  del  rey  de  Francia,  y  al  dnqne 
le  Orleans  hermano  de  éste,  qne  por  intrigas  de  corte  ha- 
blan venido  á  bascar  asilo  en  Bruselas  ^  lo  qua  dio  mo- 
tivo á  nuevas  desavenencias  entre  ambos  reinos.  Los  fia. 
meneos,  qne  repugnaban  volver  bajo  el  dominio  espaüoli 
formaron^  desde  que  dofia  Isabel  hizo  dimisión  de  la  so- 
beranía, una  oonspiradon  para  hacerse  independientesi 
establedendo  una  república  á  la  manera  de  la  vecina  de 
las  Previncias  Unidas;  mas  fué  descubierta  por  el  duque 
de  Arschot,  no  obstante  lo  cual,  el  conde  duque  lo  hi20 
prender  para  deacubiirse  los  cómplices,  á  lo  que  se  ne- 
g6,  prefiriendo  morir  en  la  prieion*  £1  [cardenal  infante 


^I)  lU  mftfqaéa  i%  A^toxt,  aaaive  mnj  célé'nñ  como  ntiliter  j  oomorM' 
«lUor,  airado  kQior  é«  1»  **Iiuw.ia  d«  Isa  «xptdiclOArs  da  08  0a«a>u2««7 
arj^OBMea  eontr*  taroof  j  moros,  oonsidarada  co  bo  obxa  eI&«io«  de  t»  jita* 
ntnr»  ««pifióla,  io  oa  tod^Tia  aaa  por  ta  retrato  6oAba-l>.  p^atidopcr  j 

Waadick  j  qao  aa  Un  fam ico  oon  «1  nombre  del  aüb&llo  da  Moaoada,  qn».. 
iné  rapatiio  «oa  diToraoa  panaaaju.  Jil  onadro  exalta  en  el  maaao  del  paia-  I 

«M>  dal  Uovff  cm  Paría,  y  aa  Kéiieo  aa  oonoeid9  per  laa  ezeelentaa  eatan- 
paa  do  Margb«n>  qnt  tleaea  tttiQt  aftoioiiados  6  if  •  bellas  (urt«9. 


—  124  — 
jMMó  á  iúñiarel  maailo  en  aquellas  provincias  ;  del  ejér^ 
cito  I  y  vino  á  BtT  uno  de  lo;^  mayores  gtoerálesile  en 
tlcmpoi  llisnándoso  do  g'oria  con  la  victoiia  que  gané  ed 
STordliogen  el  ¿  de  setiembre  üe  1634  ^  con  el  ejército  do 
la  liga  católica;  centra  el  £ueco  y  sus  aliados  de  la  lig^ 
protestante. 

lok  guerra  m  dec-aió  por  fin  per  la  Ftancia  en  1635, 
con  motivo  do  l¿i  ocup&cion  de  Tiéveiis  ]>or  los  €£pafio> 
lea,  que  toinarou  la  cindad  por  sorpresa,  degollando  á  )a 
gmanicion  fiaLce.'^a  Qtie  en  ella  había,  y  llevaion  piieíone^ 
10  al  electcr  á  kt  cindadela  de  Amberes.  Lá  dcclaraoioii 
«e  hizo  por  meciio  de  un  heraldo,  enviado  i)or  el  rey  de 
Trancia  <1*  Brui>elas  á  intimársela  al  cardenal  iaíante, 
quien  no  habiendo  querido  recibirla  el  heraldo  la  arrojó 
enlacallc^^  iijv6  nuacópiacn  nn  peste.  Casi  todas  las 
potencias  do  hh  üuropa  f  jrmaron  una  liga  contra  la  casa 
de  Auñtiia^  y  ú.  i:u  ticmp»  se  peleaba  en  Flandes,  en  Ale- 
mania, cu  las  rxb;  r.;.s  del  iihiu ,  en  las  del  Danubio ,  en 
Italia,  en  las  frcntcras  de  EgpaSLai  en  las  posesiones  ul- 
tramaiiaas  do  6Mh,  >gaaImonte  por  marque  por  tierra.^ 
IiOiB  ejéreitoB  injp^'iiaied  y  los  de  España ,  sestuvieron  al 

Í>riuci.^io  cou  gioii  !^  tan  doáigual.  locha  y  ganaron  sdEa*- 
adas  victoriacs,  tcrjiouao  por  adversario  al  célebre  Ons « 
tavo  Adolfo,  rey  u,:  tííií-:cia ,  qno  fué  delarado  jefe  de  la 
liga  protefitaLiiu,  y  maiió  coaibatiendo  contra  el  mariscal 
Walfit^in.  qao  miM&dabe;  á  los  austriaoos  en  Lutzen  en  4:1 
afio  de  1(j3'J,  ca  el  mi^iino  campo  que  en  nuestxa  época, 
Tolviá  á  haceiMj  me!norabl6  por  nua  de  las  mas  famosas 
bati^Uas  de  I:i<,;i.o;o:>a.  lül  cardenal  de  fiichelien,  ministro 
del  rey  dd  i^'rancla  Luia  XIII ,  dirigía  con  el  mayor  a- 
diertoestacooipiicada  máquina  deintrigaS;  negociaciones 
y  plañas  áo  catnparia,  y  aauque  ministro  del  rey  cridtiaM 
nísimo  y  c^ideiiul  do  la  igleáa  romana  •  era  quien  daba 
•I  prinaioal  inijuLo  á  la  ligci  protestante,  al  mismo 
tieimpoqac¡)-:^rtí3gai.;  ten^izmente  álos  de  aquella  religión 
ea  FrancL.',  favoieciloa  á  euvezs  por  el  conde  daque  mi- 
siiitro'del  i\'y  citóli  JO,  qtie  loa  hacia  castigar  en  iíispafia 

K)Y  la  inqiiirício  11 ,  líi  qu«  tanto  en  la  peníosula  como  en 
éjico  y  Líiiüií.»  cv.Lavo  eu  cst^e  reioado  en  la  mayor  acti-- 
vidad,  hacieítdo  re[:etidüo  autos  de  íé  con  mnohednmbre 
depeiiiíenciaáoff,  Deí,pncs  de^la  muerte  de  Luis  Xllly  de 
JUoheiifU;  elcaidcDñlMaaarino,  ministro  de  dolía  Ana 


..  —  126  — 
de  Aoatria^  qae  gobernó  la  Franoia  dotante  la  menor i^ 
dad  de  Luíb  XI  Y,  bo  obatentOi  eet  esta  fúrinoeea  eapa&oia 
y  hermana  del  ley  Felipe  lY » eigoió  lar  m»ma  poUtíea, 
par»  abatir  el  poder  de  la  casa  de  Aostiia  eomo  finalmcn- 
.  te  ioGoneígmó. 

Oaando  líiepalla  te  hallaba  agobiada  por  tantas  gner^ 
raa  extranjeras,  Tinieion  á  poner  el  oolmo  6  sus  dtegra- 
ciaa las  dUeBfikmes  interiores,  que  cansaron  sneTas  y 
mas  peli^osas  oontiendaa  Desde  el  piindpio  delreíDa- 
óítáé  lelipe  17  se  habían  indispuesto  los  ánioios  de  Oa- 
taln&a  porque  habiendo  ido  á  celebrar  Cortes  á  Baerelo* 
na»  halda  salido  precipitadamente  de  la .  oindad  sin  con  - 
elairi6  aqaelias,  pócqne  los  catalanes  y  sosteniendo  sus 
piitilegios,  no  iuibian  consentido  en  que  pudiese  impone 
Ubimnente  oontribaeionea.  Ifoobatanteesto,  prestaron 

Standes  servloioa  da  hombres  y  dinero,  cuando  fué  in va- 
Ido  por  los  franossea  elOEtes^Udii«n  1630;  pero  concluida 
la  oampa&a^  y  distribuidas  las  tropas  en  cuarteles  de  in< 
viemo  en  Oatalufia*,  faeron  tantas  las  Tejaciones  que  e»i 
tas  hicieron  cnírir  á  los  vecinos  f  que  la  diputación  del 
principado ditlgiá sus  quejas á la  corte,  lasque  faeron 
desatendidas  por  ol  conde  duque»  Exasperados  por  efeto 
los  catalanes,  rompieron  por  fin  en  uua  terrible  fiedieioa, 
que  estalló  en  Barcelona  el  día  de  Corpus  7  de  junio  de 
XM0:  en  ella  fué  asesinado  el  virey  don  Da)man  de  ^ue- 
ralt|  conde  de  Santa  Ooloma^  6  igual  suerte  corrieron  aU 
gunoB  magistrados,  y  aun  todos  ios  castellanos,  teniendo 
por  tales  a  todos  los  que  no  eran  catrklanes,  que  cayeron 
en  manos  dalos  oedioioscs,  y  sus  cadáveres  fiíeron  arw 
restrados  por  las  ealles,  saqueando  en  seguida  mucbas 
osaas ^  en  particular  el  palacio  que  alli  tenia  el  marqsés 
de  Viila&anoa,  general  de  las  galeras  del  Meditei  raneo 
f  1].  La  revolaron  se  propagó  con  rapidea  en  casi  todo  el 
pru  oipado,  espeeialnuente  en  los  lugares  en  que  estaban 
aoaartdiadas  las  tropss j  I^  cuales  ee  retiraron  al  Bose** 


^l)  HabiA aa  eUialMio  dtMttrquái  4t  VUIaletnea  «a  r*IoJ  ¿e  £obnm«- 
ea,  «en  na  mico  qar  m  apTia  ¿T^ar  1m  hqr&i*  ai  pa»t>Io,  sorprendida  oon 
!•!  monaaitiit  B  dal  atlaial,  trefó  qae  Mel  diablo,,  y  oarcó  oon  él  para  en- 
*'  trcgalio  á  lo»  ^f^yritl^tat.  Entif  ^V^-trtl^ft  d«l  pii«0iOr¿i^  lugar  á  qaa  lé 
pnatesaa  aa  iAIto  alganoa  da  loa  paraagnidct)  y  &  que  la  dispon  por  Ua  an  • 
tOíidádM  AWúcip&IdB  áJjj^anoi  p:B98  para  ECiegarlo. 

0I8K4QIS01'B3.^T0M0  111—32 


—  126  — 
lloD;  y  aanqne  de  pronto  se  calmó  y  fué  reoonoddo  por 
Tirey  el  dnqoe  de  Ourdona,  y  se  mandaron  dipntado8  al 
rey  que  protestaron  sa  samision ;  pero  exigieron  qae  as 
leapetasen  ana  privilegloa  y  ae  diese  satisfiíooion  por  las 
ofünaas  reeibidaa ,  pooiéadoae  en  aptitud  de  'deCwaa.^ 
Deapaes  de  mnohas  deliberiicioneSi  el  oonde  daqne  reM>U 
vio  haoer  nao  de  la  f  oerza ,  y .  reuniendo  las  tropas  qse 
estaban  diatriboidaa  en  las  fronteras  y  qne  gnamedaa.iai 
plazas  de  Portagal ,  jantó  en  Zaragosa  nn  eJ6rdto  ni- 
moroBo;  cayo  mando  se  confirió  á  don  Pedro  Pujarte, 
marqoéa  de  los  Yeles :  filete  penetró  con  corta  resiaieela 
haata  Tarragona ,  haciendo  tremoidos  castigos  en  ka 
pneblos  qne  ooapó;  perohabiéndoee  aproximado  4  Bani- 
lona,  f aé  rechazado  con  gran  pérdida  en  el  ataqne  qi» 
dio  bl castillo  de  MoDjnioh  en  26  da  enero  de  1641.  y  obli- 
gado á  retirarse  á  Tarragona» dejó  dmando,  dé  qne  se 
eacargó  don  Francisco  Oolonái  oondeataable  de  Nikpolsay 
yirey  de  Yalenda.  Loa  catalanes ,  fiara  poderse  sostsser, 
imploraron  los  auxilios  del  rey  de  IPranda,  y  á  propoesla 
del  canónigo  don  Pablo  Claris  y  del  diputado  Tamaiiti 
las  cortes  del  principado  lo  reoonoderon  por  sa  sotara- 
no  9  con  lo  que  mandó  tropas  qae  aoabaton  de  anjdar  ai 
Bosellon,  y  el  teatro  de  la  guerra  se  trasladó  al  imoior 
de  Bapafia. 

Los  portugueses,  que  snfdan  con  repugnancia  la  aaioi 
á  CastiUai  aprovechando  esta  ocasión  sacudieron  el  yor 
go,  proclamando  por  rey  al  duque  de  Braganaa  t  coa  él 
nombre  de  Juan  17.  La  conspiración  fué  dirigida  ecn  «1 
mayor  tino  por  Pinto  Sibeiroi  quien  con  sus  compafierai 
sorprendió  el  1?  de  diciembre  de  1610,  á  la  duquesa  via- 
da de  M&ntua.  que  goberaaba  como  Tirelna,  dando  mQS^ 
te  á  Miguel  Yaaconcelos  au  aecretario.  Todo  el  reino  ri^ 
gió  el  ejemplo  de  la  capital ,  y  al  cabo  de  dncueiita  y 
ocho  años  que  habia|durado  la  doninacion  espalioiai  Por* 
tngal  volvió  á  ser  una  nación  independiente.  Todas  ana 
antiguas  colonias  ae  le  nnieron  auceaivamentoy  lo  qne  as 
facilitó  mucho  porque  loa  que  las  gobernaban  eran  todea 
portagueseai  maadorantola  guerra  hablan  sidoany 
diaminuidasy  porque  los  holandeses  hablan  ocupado  la 
mayor  parto  del  Braail  y  coilqulatodo  muchas  de  las  poi 
seaionea  de  la  India;  oonquistaa  que  no.  aoio  no  restita^ 
yeroD,  sino  que  prosiguieron  ha<9iendo  otras  nnevaa,  sis 


—  127  — 
embargo  de  eer  en  Baiopa  miiigos  y  aliados  de  les  potN 
tagaeMfl.  ^ 

jSl  ejemplo  de  Fortogal  vino  á  ser  contogloso  para 
otrae  provinolM,  y  en  la  misma  Bspafia  lo  fcigoiá  el  da  • 
qae  de  Medina  Bidonia  don  Gaspar  Alonao  Parez  de 
Oaimao,  hermano  de  la  daqaesa  de  Bs-agaoza,  el  ^efior 
mas  poderoso  de  la  Andaiaeíai  de  la  que  iuceutó  hacerse 
lej.  8as  planes  fotron  desonbiertos,  por  Uoaa  cartas  qne 
na  religioso  f cancisoano  qae  servia  de  agente  en  Porta* 
gal^  QOttfló  para  el  daqae  á  an  sapaesto  coofldente  sayo, 
el  caal  las  poso  en  manos  del  conde  daqae;  mae  éflte,  por 
relaciones  de  parenteseoí  y  acaso  también  por  no  aamen^ 
tar  el  número  de  enemigos  con  qaienes  teoia  qae  lachar, 
se  coatentó  con  las  piotestas  de  arrepentimitnto  del  da- 
qae qaien  para  denmentic  la  acnsacioa  de  iofldelidad,  de** 
safló  al  doqoe  de  Braganxa  y  salió  al  campo  qae  señaló 
para  oombate,  ceroa  de  Talenda  de  Aicáutara ,  más  no 
pareciendo  nadie  terminó  esta  farsa  ridíanla,  volriéado<: 
se  á  Kadiid  Bin  embargo»  se  le  privó  de  parce  de  sns  es- 
tados y  se  poso  gnamicion  en  Medina  Sidonia,  y  el  mar* 
qoés  de  Ayamonte,  sn  pariente  y  principal  promovedor 
del  proyecto,  faé  coddenado  á  la  pena  capital  y  ejecutas 
doenMadrid^ 

jLa  gran  máqnina  de  la  monarqnía  española  parecía 
desgajarse  por  todas  partes,  con  lo  qne  recelando  la  cor« 
te  de  la  fidelidad  de  todos ,  temió  qae  también  se  excita- 
sen inqnietodes  en  Méjico,  qne  hasta  entonces  habia  sido 
la  región  mas  tranqnila  y  sumisa ,  y  para  evitarlas  se 
mandó  remoyer  precipitadamente  al  virey  daqae  de  Bs- 
caloña,  pariente  del  do  Medina  BidoniSi  á  qalea  ja  habia 
despojado  del  mando  por  los  mismos  recelos,  el  9  de  Janio 
de  1642,  el  sefior  Palafoz  obispo  de  Paebla ,  que  desem- 
peñaba el  grave  oargo  de  visitador. 

Tantas  desgraoiasf  aonmaladas  por  todas  paites  •  se 
laupntaban  al  oonde  dqqne,  qne  había  venido  á  ser  objeto 
ele  la  execración  generaL  Lareioa  doña  lsabel.de  Büi^ 
boD,  qne  atribnia  á  aqnel  ministro  el  desden  con  que  el 
r<»y  la  trataba^  no  obstante  sn  yirtnd  y  hermosura ,  nnió 
son  esfdenoo  á  los  de  los  grandes  y  personajes  de  la  cor« 
te  que  promovían  la  eaida  del  privado ,  y  presentándose 
mi  rey  con  el  prínqpe  don  Baltasar  Oárlos,  le  dijo  qae  és- 
te quedarla  ledoeido  á  la  miseria  |  si  no  removia  al  mi» 


■^  •  - 


.  x&istro  qae  at5  la  cansft  de  la  nüiift  de  Iñ  moiíai^íA.    Bl 
rey  oonmoviclo  con  e&taa  palabras,  esutibió  aa  billete  al 
conde  daqu^  el  17  de  oaero  dx5  I6á3,  rnaaifestándDle  qae 
estaba  regusto  a  gobernar  por  feí  miemo,  y  dándole  per- 
miso para  r^tlrartití  como  lo  había  solicitado    Ba  eaid» 
llenó  do  alegría  á  toda  la.  fiaüioo,  y  paxa  eTit^r  loe  io-* 
enltoa  á^  popolachOf  salió  de  Madjdd  fieerntemente»  a- 
compaüáailolo  el  p^dre  £ipaldtt6a  oonfeaor»  y  aeretúó 
á  BH  caea  de  campo  de  Loechea «  coya  igtosia  estaba  a« 
domada  con  loiliermosoa  caadroe  qae. pintó  ^ba&Sp 
q(ie  habla  sido  especialmente  favorecido  ]ior  el  féforito 
durante  su  pri^ausa.  el  oaaL  acabó  sos  diaa  en  n^q^iel  iré* 
tice.  iSL  rey  se  dedicó  ó  trabajar  con  empdELO  en  el  de^p» 
•  eho  de  loa  negemos,  pero  de«isjbiendo  de  sa  resolflotOA  al 
cabo  de  algati  tiempo  4  leem^la&ó  en  su  faFor  ai  ^ond^ 
duque  au  oubrino  don  Lais  de  tlafx>,  hombre,  de  bñenee 
inteucioues,  poro  incapaz  de)  pteet».  en  laa-  cfronn^taa** 
das  di(í'jilc;j  6u  qu6  la  moirarqiía  se  hallaba. 

Bu  el  curciO  ele  la  gaeira,  la  suerte  de  las  cnmiasisecto- 
élaró  contra  las  dó  Eeipaüd.  que  sufrieron  gnunles  reve^ 
sos.  pero  túdavíH.  r.^voñ  no  faeroi^  sin  gleria*.  |Ca«rto  ea 
Bruselas  de  ^nforniedad  el  cardenal  iuñmte  en  O  de  io** 
vismbrede  IGll;  el  gobieroo  de  les  Paii»ed.  Bajos  quedó 
en  manos  de  ua  eouut-jo,  compuesto  de  donJTraaiCQfieede 
.]tf.el0f  del  marqués  de  ITeiada,  del  conde  de  Vfieaiesy  d«l 
prssidente  Eotíá»  Por  órdeues  de  la  corte,  estos  gebeiüSiL 
dores  abrieron  la  campaüa  á  principio  de.  la  piimav^»a 
d^úl  sfio  de  lü43  pouieudo  siiio  á  Bocroy  j  ea  la  frontera 
da  Francia  con  un  cjéicito  de  diez  y  ocho  mil  in&ntes  y 
dos  mil  caba.lloH,  á  las  órdenes  deMelcv  deldaqiie  de  AU 
barquerqui")  y  df.l  ooade  úe  Fuentes.'  £1  duque  de  fin « 
ghieui  conoeido  de&puescon  el  nombré  del  Gran  Ccntíé, 
que cfitab.% e¿ituiiC63 on sa  juventud; . hacía  suapilfliieros 
ensaj^os  en  el  mauüo^  niaioiio  con  diez  y  .Btste  mit  liom« 
bresde  iiif^utcií^  y  tr«rti  mil  de  caballetia  al 'socorro  de 
la  fla^iir  bitiada,  y  en  lao  iumedíacione^  de  ésta  se  dio  el 
19  de  ma.vo,  la  cólt^bre  bataiiade  Boeroy ,  en  qae  uuo  y 
otro  (jérclto  ee  didputarc»!  el  Éerreuo  osa  el  mayor  aidi- 
miento,  y  nno  y  oiro  fueron  vencedores  altestintivamea* 
te^  hastci  que  deciaráodose  la  vietoiáa  ^  por  el  frMneé«|Sl 
ooode  de  i^uintt-s,  que  aunque  pareqzado  por  la  geta,  se 
habla  hecho  llevar  al  combato  en^  aaa  sUia  da-rnaaos,  y 


-.129-^ 
muidaba  el^entro  oon  los  tacólos  de  infánteiía  española» 
qoata^ta  fama  habían  adqairiáo  en:  loa'  dos  atglosajiit&* 
liores,  marló  glariasameüte  al  frexita  de  ellos;  p^oítoido 
ooa  él  oasl  todos  los  soldados*  Despaesjde  la  aoci09,6lda- 
qaé  de  JSagklen  pregaató  á  aa  ofioial  pridlonero^  qué  nd-' 
mero  era  el  de  aqa'elios  yaUeates  que  hablan  nnudrto  con 
tanta  gloria :  el  prisionero,  seSaláodol^  las  línoas  de  ca^ 
d&yeres  qae  demarcaban  la  p^ioion^  le  leonteaybó  oon  es*» 
tas  ^alabrasi  dignas.de  Leónidas  en  las  Terp0pilaa:  ^^aM 
están  todos^  contedlos,",  líbs  eipa&oles  per4ieran  en  esta 
acolen  ocho  mil  mnértos,.  seis  mil  prisionero^ i  veinte  y 
oaatro  caftanes,  doscientas  bAnderaa»  sesentib  estandartes; 
todo  el  bagaje  y  las  cajas .miibares.  Iios  soldados  franoa* 
ass,  coñsegaida  la  vic!H)ríá)  sa  ech^n  de  rodillas  y  en^ 
tonaron  el/  TanDenm"  en  el  mismo  campo  de  batalla  La . 
silla  de  manos  en  qné  morid  el  condede  Paantes^  se  con** 
■ar rd  hasta  ía  revolnoioa  da  J*i:apoiai  en  la  casa  de  eam^ 
po  de  OhantiUyi  de  loa  príncipes  da  Vondé,  en  las  lame- 
diaoLonés  de  liaría,  como  na  tmfea  gloríosode  aqoeUa  in« 
signé  tictorla,  y  Bosánet  en  la  oración  fúnebre  del  jóren 
príncipe  qae  Ía  ganó:  j^ hace  mención  da  todas lascifonns* 
tañidas  de  la  aodon^icon  el  e^qanto  de  sn  admirable  elo^ 
onéneia  [1]  Daspnes  de.esta  victoria  9  el  daqaa  da  Bn- 
ghlén  tomó  fácilmente  varias  plazas  de  Fíaniesy  voK 
Tió  éñ  trinofo  á  París  ,:4  i^eqibir  los  aplansoade  sn  vic« 
toria»  '.••,. 

Para  qne  la  goerra.A^OatialiiBa  se  sigoiese  con  mayor 
aotlvid*d|]p'aii|ére«dl7ióiri$i<nismo:ótomar  el  mando 
da  las. tropas  qné.ser%aQieron  ea  Zsragp^  en  1645,  y 
llevó  consigo  aliíríoóipa.i(Íoa  Jlajtauír»  qne  faé  reconoci- 
do hered^o  de  la  corona  por  las  Oortea  detAragon  y  de 
Talencíái  y  lo  foé  también. por  laa  de  UTavarra  en  Pam» 
piona,  á  donde  pasó  el  fey-en  abrií  de  aqnel  alio ;  mas 
de  regreso  á  Zaragoza.}  despetes  ^e  Ja  oampsüa  de  Uata^ 
lofia.  el  joven  priocipe  falleció  l^en  aqnella  omdad  el  9  de 
ootaoie  de  1616.  Mnrió  tato^ién  en  este  afio  la  reina  dofiá 
laabel,  nodejando^npM.^^ionqaeü  la  infanta  doüa 
María  lerea».  Éí  rey,  que  fie  veia^sin  hijos  vavones,  reco-^ 

i 


.•y 


[I]    CAuOoivVrtáiii  MúaiHffft  Afta  oraflios  it^«bre  &  nn'po^aa  épicoi  7  li 
UikB  f^i  «B»  de  lai  m^\9fm  4*  Bowaet.  :í,  .*. 

9lJ(fi^fái)ÍSm^•'--!EQ1tQ  íq-33 


-130  — 
nooió  A  doa  Jara  de  Aaatrio,  qaa  1 
o6aiiM  de  Hadrtd  Ufiia»d4  la  Cütlde 
de  LíM  Cortea  de  OmCLU»  qse  se  oelí 
1617,  pm  Hdgar*r  la  aaeeiioa  al  1 
á  logaad»  nll(X)las  oaa  doHa  tf  ariai 
emperador  Fernando  III  •  ana^ae 
realUÓ  basta  oocabre  de  1649.- 

Lka  tnrbaoioaes  qne  agitaroa  A I 
la  gaerra  qse  ae  eooendló  dentro 
eeacra  el  oardeoel  Hanuioo,  hlder 
BspaOa  al  ptfnolpe  deOonde,  cono 
lo  Imbia  hecho  el  09Dde8tabte  de  B 
don  Juan  de  Amiria,  qae  tomó  tí. : 
qaa  faé  aeolarado  guneralíglmo,  reí 
deipaeB  de  dq  aitlo  de  qaiooe  meei 
&  Bwoelona  (1652) ,  oonoedieodo  ni 
gse  BoIo  faeroa  exoeptoadoi  algoni 
OAOdillos  de  la  retwlloa ,  qne  ae  reí 
guerra  ooBtiaaó  ain  embargo  todaí 
oon  laa  foersaa  Iraaoesaa  qae  ooopí 
TiHcia,  pero  loa  «atalanea  estabaa ; 
minio  flñnoés.,  y  deseabas  TOlrer 
legttüno  Boberano.  Bn  loe  deminioa 
naevaa  inqnietodea,  habiéadoae  an 
lia,  &  exoepoion  de  Mesína,  yvn'Sl 
de  la  capital,  ee  apoderó  del  gobi 
mado  Tom&s  Anlelo,  comunmente 
bre  de  Uaunielo,  j  aaesiiuMlo  <atc 
tidatioe,  llaBiarou  al  dnqoe  de  Gui 
ma;  maB4Bte  foéheeho  pristonero  £ 
qae  ocm  la  esoaadra  eapaBoIa  entrA 
conde  de  Olíate  eastigó  A  loa  rebel 
rios  de  sangre.  En  la  miema  oapita 
deacabrló  ana  oonapinudan ,  pan  ( 
coando  eataTleae  en  la  osia.  Apare 
el  daqae  de  Hitar ,  al  qae  se  dio  toi 
magnanimidad,  nn  ooafeaarooaa  9i 
obstante  ea  tenido  á  ana  malta  f 
lió  en  ella  pioteatando  Mempre  sa 
-de  Padilla  y  ea  liermano  müienm 
enemigos  de  BspaDa  se  onió  el  pn 


—  131  — 
do  el  rey  Garlos  1 ,  6  hLso  fttaoar  lai  Aatillas  apoderán- 
dose ea  16i8  de  la  Jant*ica ,  qae  desde  entonces  qaedd 
ea  podei;  de  aqaella  nación.  Ba  la  frontera  de  Porcagal 
se  habí*  becho  f a  gaerra  eon  lentitad,  pero  maerco  el  rey 
don  Joan  1?  en  1656,  la  reina  regenta  tomó  oon  maclio 
empeño  el  oontinnarla  y  leraataudo  na  eiéroito  namero** 
80,  hlso  pouer  sitio  i  Babi»Jos  en  1658.  Foiipe,  atemori« 
z  ado  eon  este  movimiento,  pensó  en  ponerse  en  persona 
al  frente  dtil  ejéroitói  lo  qne  no  «^fectnó,  y  en  sn  logar  dis< 
poso  f nese  al  socorro  de  la  plasa  sn  ministro  don  Lnis  de 
HarOi  annqae  no  era  de  profesión  militar :  á  sn  llegada^ 
no  solo  leTMitaron  los  portogness  el  sitio,  sino  ^ne  don 
Ljxu  faé  á  ponerlo  á  la  plasa  portuguesa  de  Blvas ;  pero 
ataciftde  en  sn  campo  por  el  conde  de  Oastafieda  el  14  de  * 
enero  de  1659,  foó  completamente  derrotado,  siendo  don 
Luis  el  piim¿o  qne  hnyó. 

Despoes  de  trmnta  allos  de  guerra^  todas  las  potencias 
qne  hablan  tomado  parte  en  ella  estaban  fatigadas  y  a«- 
gotados  sus  recursos^  por  lo  qne  se  comenzó  a  tratar  de 
paz  en  el  congreso  qne  se  reunió  de  Munster ,  y  al  que 
asistieron  como  plenipotenciarios  del  rey  de  Bspafia  don 
Rodrigo  de  Bracamonte  conde  de  Peñaranda ,  y  elcéicu 
bre  literato  don  Diego  de  Saavedrai  consejero  de  Indias. 
Annqae  no  pudo  conotuirse  una  paz  general,  cada  poten>: 
da  fué  haciendo  la  suya  en  particular,  habiéndose  Arma- 
do desde  20  de  enero  de  1618  un  tratado  con  la  Holasdaí 
con  condiciones  pooo  honrosas  para  Bspafia ,  reconooien*^ 
do  de  nucTO  sn|independencia.  Bu  el  tratado  celebrado 
entre  los  príncipes  del  imperio  y  el  emperador,  que  se  oo< 
noce  con  el  nombre  de  la  paa  de  Munster  ó  de  WertCslia, 
se  eatablederon  los  principios  que  han  constituido  el  des 
reoho  p&blico  en  la  Bnropa  hasta  la  revolución  de  Fran- 
oia.  Paia  terminar  la  guerra  entre  ésta  y  la  Bspafia ,  el 
cardenal  Masarino  propaso  el  matrimonio  de  Lnis  Xiy 
coa  la  infanta  doña  María  Teresa,  declarada  heredera  del 
troño^  con  lo  que  la  España  hubiera  quedado  unida  á  la 
Franda ;  vas  Como  Felipe  quería  que  sn  hija  casase  con 
na  príncipe  de  su  familiat  para  qne  la  corona  se  conser-  . 
rase  siempre  en  la  casa-de  Austriai  no  admitió  esta  prc- 
paeata^  hasta  que  naciendo  el  príndpe  don  Felipe  Pros» 
pero^  quedó  asegurada  la  suceden  y  removido  con  esto  el 

principal  Q))st6Qalo  qu«  imp«4i»  to  Wl«to««i9n  a«l  tratos 


do,  é3t«  s»  cpDolajÓ  en 
eD.BOTieiabj«  de  1C69;, 
Earo,  eu  la  isla  de  les  ] 
1m  frasteras  de  loi  dos 
o^ebrú  tomó  el  sombre 
maj  honroBO  pata  Feli] 
baiaEDS  qae  habo  para 
•onTOiir  ea  nada,  ai  no 
oidede  Oondé,  qae  le  ht 
I'lMdea,  en  todos  ios  ei 
do  qae  comprende  124  9 
samíentio  de  doüs  Taree 
ta  prineeea  todoa  bqs  e 
mediante  tiua  dote  de  E 
tfefinitiramente  el  Bose 
proTtncia  de  Artoifl  in  j 
ffonter»,  7  ea  el  mea  de 
dos  Cortes  e^  la  isla  de 
la  pai  y  hecha  la  outceg 
iiidadeB  Felipe  y  los  er» 
ron  ana  ostentaeion  de 
de  miuría  á  qae  estaba 
Aangoe  &  eata  no  le 
gaeira  qae  eostener  qa< 
qnilamiento  ó  qoe  babia 
lerantar  para  ella  mas 
mando  se  dio  &  don  Jat 
piaras  y  hnbiera  eia  di 
iiobiese  contado  con  li 
trae  qao  á  él  se  le  esoaS' 
rador  por  ioñojo  de  (a  r 
ra  que  le  deolsraroa  loe 
00  i  tos  leTeaes  que  en 

ÍaSolas,  Siendo  los  port 
.  Dgii^terra  Carlos  II ,  q 
trono  por  el  geueral  Moi 
BB  h\zo.  £n  Madrid',  mv 
qaéi  de  Liohe  en  hijo  pr 
■e  le  háblese  conferido  i 
djre,  formó  6  principios  < 
jeoto  de  hacer  volar  al : 
(M  Soen  Setiro,  dando 


—  133  — 
que  pudo  hacer  colocar  debajo  de  éste ;  pero  doseabierta 
esta  Icferiial  trama,  íaeron»  caetigados  con  el  último  aa** 
plioio  los  antorcS)  excepto  él  mart^ués;  á  quien  ae  perdo- 
nó ea  atención  á  loa  méritoa  de  au  padrcj  ^  cuja  genero- 
sidad ctrreapondió  airviendo  en  ¿.delante  con  macha  ñ  • 
delidad.  y  perdiendo  por  ña  heroicamente^  ea  Bervioio 
de  aa  aoberano  en  la  gaerra  da .  Fortagal ,  la  Tida  que 
debiaáaa  bondad.  D.  Jaan,  habiendo  experimentado 
'  deagraciaa  en  Fortagal ,  y  disgastado  por  la  perjeoacion 
que  la  reina  le  hacia  aafiriri  ae  retiró  ¿  Oonanegra .  oin*- 
oad  perteneciente  al  gran  priorato  de  fian  Joan  qae  ae  le 
habia  conferido,  y  el  mando  del  ejército  de  Fortogal  ae 
dio  á  don  Lnis  de  B^navides  marqués  de  Oafacena»  Bate 
habiendo^  formado  el. atrevido  proj'ecto  de  ir  derecho  á 
Lisboa,  ae  puso  en  ilxárcha  en  majo  de  1665  con  quince 
mil  infantes  y  seta  mil  y  quinientos  caballos ,  debiendo 
aaxiliar  ana  movimientos  la  escuadra  que  con  este  fla  ae 
armaba  en  Oádiz^  pero  no  habiendo  podido  aalir  eata  tan 
pr^atOi  Oaráoana  deaistió  de  au  primer  plan,  y  púao  sitio 
á  Yillayicioaa.  El  marqués  de  Mariálva,  que  mandaba  el 
ejército  portugués,  f  aé  al  aocorro  de  esta  plaza  t  y  ha  ^ 
biendo  atacado  á  loa  españolesi  los  derrotó  completamen- 
te, teniendo  Oaracena  que  retirarse  &  Badejoz  con  loa 
reatos  del  ejército.  Felipe,  al  recibir  e&ta  funeata  noticia, 
dejando  caer  la  carta  de  la  mano,  dijo  con  reaignacioD:— 
''H&gase  la  voluntad  de  Dio8^'',y  habiéndole  dado  un  des- 
majo  cayó  en  tierra.   Desde  entonces  su  salud  f  aé  deca^ 
yendo  cada  dia ,  y  atacado  el  12  de  setiembre  del  mismo 
aAo  de  tina  disentería  muy  violenta^  habiendo  recibido  los 
« aaeraaentcs  con  mucha  devoción,  espiró  en  Madrid  el  17 
de  aquel  mea,  á  los  sesenta  aüos,  cinco  meses  y  nueve  días 
de  su  edad  y  cuarent^b  y  cuatro  de  un  remado  el  mas  fu«i 
nesto  para  la  monarquía,  dejando  esta  para  colmo  de  ma- 
les en  manos  de  un  nifio  de  cuatro  aüoi,  que  coa  el  nom  • 
Tire  de  Oárlos  II  habla  sido  resonooido  heredero  de  la 
corona  por  muerte  de  Felipe  Próspero  y  domas  príncipes 
ms  hormanss.  La  regencia  quedó  á  la  reina  do&a  María* 
j]»  de  Austria,  poco  estimada  dé  loa  espaüoles  porqu^  se 
.1^  úttim  mai!|i .inculcada  á  los  iateresea  de  au  familia  que  á 
loe  del  reldoi  y  por  esto  ae  le  atribuían  iaa  deagraciaa  úl- 
-fimamente  aufridas  en  Portugal.  Bl  rey  nombró  un  con- 
sejo de  regencia  compuesto  de  los  preaidentes  de  los  con-«. 


/ 


— 134  - 

Bejos  y  otros  litiabrai  Teraados 
Jaan  d«  Aaatrli  no  se  aóordó  «i 
do  perdido  aa  afaoto,  lo  qae  tan 
jo  de  la  teína. 

Felipe  IV  fa6  oondnoldo  eo 
panteón  qne  oon  magal6enda  n 
trair  en  el  Hioorial  pan  Io3  rep 
hizo  trasladar  loa  cádáTteiea  de 
Mdo  deade  O&tloa  Y.  De  ana  doi 
hijo»,  de  loa  onalea  aolo  le  aobre 
loe  If ,  doDa  Uaiia  Tcrcaa  oaia 
Hurgaiita  Teresa  ood  «1  «¡opera 
nacieron  loa'  d6i  prinulpalea  p 
onando  al  fin  del  reinado  aigiüi 
Gioh  &  ella.  Foera  da  matrimoni 
madres,  de  las  onalea  aolo  don 
hUtorift  Hra  Felipe  de  msjestai 
te  ;  de  baena  oapkddad:  loa  dcj 
ntsnte  y  loa  deipaoliatia  oon  adi 
Itaa  artes,  onyaa  prodacoienea  ( 
goato,  adomd  la  capital  del  teln 
tna  ecneatre,  y  oon  laa  qne  el  ooi 
despojo  de  I^ápolee:  aonqne  de  i 
nanoa  ae  le  tÍÓ  reír  en  sa  Tida. 
no  faeron  loa  de  loa  minlstroa  &  i 
miniatradon  del  reino:  de  eetoa  < 
.  metió  á  an  soberano  ea  gaerraa 
aamentar  en  poder  oon  ^trimei 
gto  de  laa  proTindu,  qne  como 
ezoiti}  otms  en  el  iotarior,  qae  oi 
naoion.  Para  aubrealr  &  tanCoa 
rentas  ordlnarlaa  ol  loa  grandaa 
fllases  del  estado  hidaron  á  la  og 
ba  algonoa  tan  oonBÍderaUw,coii 
Bo^a  de  qoinientoa  mil  dnoadoa 
maa  deatmotorea,  oomo  alterar  el 


KjíiD4  u  ■«•1  tU«ro>  *w  erw  qa« 


-155- 

)o  ^aé  hósoIq  b^Ü^  del  reino  toda  la  boeaa  ieyi  siiuxqiiQ 
'     entró  de  Iqa  pa¡Ue3  extraojeros  maoha  adaltoradaf  que 
paraüasáel  ooaiercío^y  oaofló  el  entorpeoimieato  de  todos 
íoi  giros  en  eliaterior; y  aanqne  para  remediar  loe  males 
que  Btifria  la  agrionltnra  y  aumentar  la  población  oonoe- 
di6  grandes  franqoioiasá  los  labradoreSi  y  muchos  privilo* 
glos  para  fomentar  los  casamientos,  invit^indo  también  á 
los  extiraojeros  piara  que  fuesen  6  establecerse  6  B^pafta, 
todo  fa0  iñtitil,  porque  el  mal  consistía  en  la  continuaoioii 
dela^gúercay  eajos  gastos  que  esta  causaba,  y  nada 
pedia  ^mediarse  sin  cortar  el  dafio  en  su  fuente  [1] 
^Líé^  rtána  dofla  Mariana  de  Austria ,  encargad»  del  go^ 
merno  durante  La  láinoridad  del  rey  Oárlo  II  y  elevó  á  lá 
dignidad  de  inquisidor  generali  y  con  este  carActer  liizo 
entrar  en  el  sonsejo  de  ^bi^mo  á  su  confesor ,  el  padre 
£i  Gerardo  Kitliard,  jesmta  alemán ,  lo  que  aumentó  la  o- 
diosidad  qué  contipa  ella  había ,  y  suscitó  partidos  en  la 
aortCy  liabiébdose  puesto  I).  Juan  de  Austria  al  frente  del 
^[ue  Ora  contraiio  al  oon&sor,  de*  qnien  hablaba  con  la 
mayor  acrimonia»  Al  mismo  tiemfo  liOlsXIY  á  prind^ 
pies  del  afio  de  I657,.reclamó  á  mano  armada  loa  derechos 
que  pretendía  tener  ¿  la  corona  su  esposa  doña  María 
Teresa,  coínó  Uja  del  primer  matrimonio  de  Felipe  I Vy 
no  obstante  la  renuncia  solemne  qae  de  eUos  habla  he^- 
Cho,  apoyando  su  pretensión  en  que  no  se  le  haWa  paga< 
do  la  dote  que  se  1q  prometió,  y  como  para  ¿na  poten** 
ola  poderosa  caalqñiera  pretexto  es  bueno  para  oprimii; 
A  otra débllf  Luis  comenso  por  ocupar  varias  délas  prin-* 
cijpales  plazas  de  JPiandes ,  y  en  1^68  invadió  eí  Franco 
Ooadado  con  un  ejército  que  mandaba  el  gran  Oondé.** 
Xja  Ctorte  de  Bspafta,  puesta  en  este  estrecho^  se  dio  pri^ 
«a  Á  concluir  la  pai  con  Purtogal ,   comensada  á  nego- 
eUsñc  por  la  mediadon  de  Oárlos  II  rey  de  loglaterra ,  y 
en  13 de  febrero  de  aquel  afto,  se  firmó  en  Lisboa,  ¿i 
tratado  pOr  él  cual  Bspafia  reconoció  la  independencia 


Ar>  Auaqtis  él  ntráto  qiM  los  M«rilarM  «tpaflolM  hafldit  d«l  eoad»  áimm 
lO  m^M  ItMi&jeroi  V%  i:ar«,  qa«  !•  «omooiá  j  tr«l6  ooa  él  n«go«!OB  do  Fr«&oúi 
A  0mM99fí%f  !•  repr^Mnta  aaj  üftTorabléHtDto.  Mbra  todo,  on  oomp«íation 
PdB  «1  otfdonal  do  BleliolUii.  Véaio  ol  poisjo  to^oUtó  taQai  Urd :  «itiüidad 
^  im  JTnmtH  7  d»  U  JSfp.  a <.,  tono  79 ^  foÜ9 186« 


—  136  — 
de  aqnel  reino,  devolviéndole  todas  las  posesioiies  que  le 
habían  pertenecidOi  á  excepción  de  Oenta  qae  quedó  nsá> 
(la  á  Espafia.  Se  trató  también  de  enviar  tropas  á  Flan- 
desij'onyo  mando  se  dio  á  don  Jaan ,  deseando  Ja  reina 
OOB  este  motive  haoe^Io  salir  de  BspatSa;  pero  estando  pa- 
ra darse  la  vela  en  la  Oorüfia,  sapo  qué  sa  amigo  y  conA- 
líente  don  Jo8é  Halladas  hamanldo^ preso  en  Madrid  y 
'iihorcado  dos  horas  despnes  por  orden  de  la  reina  f  con 
cayo  avisa  no  quiso  embarcarse,  y  habiendo  hecho  dimi^ 
riün|delmando  sslf^admitióyse  le  dio  orden  para  volverse 
á  Consuegra.  Bntre  tanto  los  holandeses  asnstíuloSf  vien- 
do los  progresos  de  los  franceses  en  los  Paises  Bajos,  que 
ponían  en  peligro  á  en  rexi^6blicá|  promovieron  una  liga 
con  la  Inglaterra  y  laBneeia  que  to  llamó  lattiple  alian- 
za, por  cuya  intervención  se  firmó  lá  paz  entré  la  Edpaffa 
y  Francia  el  2  de  mayo  en  i&guisgran,  (Aíz-la-Ohapelle) 
teniendo  España,  no  obtanteel  apoyo deáquellas  poten« 
ciaSf  qus  ceder  las  plazas  tomadas  por  los^  franceses  en 
Fiandes^  pero  recobrando  el  Franco  Condado  ^  que  Luis 
XI 7  se  obligó  á  devolver.  lia  Oorte  de  Bspsfta  se  había 
dividido  en  dos  partido  llamados  el*ono  ^^Kithar^stas,''  y 
el  otro  ^^▲ustnaoosy'^  y  habiendo  ia  reina  dado  orden  pa- 
ra prender  á  don  Juan,  éste  se  retiró  á  Aragón,  y  se  hizo 
faerte,  pidiendo  la  expulsión  del  confesox;  la  rema  le  es* 
oribió  para  que  volviese  dándole  las  mayores  segmida* 
dest  pero  lo  hizo  acompañado  de  gente  armada,  y  eon  ella 
ae  acercó  á  Madrid,  con  lo  que  el  pueblo  se  amotinó  y  la 
reina  tuvo  que  admitir  la  renuncia  del^confesor,  que  salió 
a.oompafiado  del  cardenal  de  Afagou  ^  para  evitar  ser 
despedazado.  D  Joan,  ensoberbecido  eoii  el'triunfO|  mani- 
festó otras  preteuMones  exbórbitantés,  y  pareció  quedar 
por  entoaoes  satisfecho  habiéndosele  nombrado  virey  de 
Aragón.  La  re  na  cotinuó  en  protección  al  padre  l^ühard^ 
retirado  en  Boma,  y  por  sus  súplicas  el  Papa  le  nombró 
arzobispo  de  Bdessa. 

Distraído  el  gobierno  con  estas  intrigas  en  .la  corte,  y 
haciendo  patente  por  estes  sucesos  sndebilldady  daba  la- 
gar á  loa  desórdenes  que  se  cometían  en  las  proviocias. 
Un.  Cerdeña  hnbo  una  sublevación,  en  que  fué  asf  sin&do 
el  virey  eotide  de  comerano ,  y  fué  menester  mandan^ 
^jér^ito  para  reprimirla  y  castigarla:  en  Talencíü  sncfiSir 
lo  mismo,  y  en  América  los  J'iibustierefli  piratas  de  t9< 


1     A 


'    i 


das  las  Aa<¿oaes  qae  aal^iibif^Q  g^qnido  ea  la  i^rte  des- 
plobtada'dal^  ifila  da  Santo  J>OBiiiigo,  iofeaUifÚMii  aqae- 
Uoa  marea  é  aaTadíaa  laa  paUao^^i^..  4q  I«i  ;  OMfeas,  ha- 
biendo líagaáo.aa  audacia  kásta  tjpqia.r  y  gagnaar  ¿  Por  - 
tóbelo  7  j«raGruZ|  jr/LaMacioa  tCajap  iOHoaÁmi  kablan 
¿ecko  tfxxvbiar  4  la  It^sUterraan  las  warnin  ialaa  biité» 
jiímb»  no  tenia  aboca  f aarzaa  marítimas ,  baatantiea  faia 
eaatdgar^  WÓi|jb»Qdidoa-.  i  . 

Luía  %lSr^Q  soaia .  perdoiidr  á  la.  Selaiic^-  d  que  eoi» 
la  tcaple  alianza  le^bijLbi^ie  qútaido.delaa  manoé  la  pre- 
ea  d^  los  P^idea  Baioa  evpa&oles»  y  liabieBáo  logrado  con 
gu  maneJQ^^p  '«oIq. reparar  dei  ]»ligik6  la  lagtaterra  y 
lá8aeoia,«ÍJfiohaQec.qaei  ia<  primer*  de  eatáa  poteneiaa 
ae.diddiaa^  á  obrar^-epi^tra  ÜÉ^HoIandaiH  dedar6  41  mías 
mcf lá goecrai ój^tá^ol 7  ^ abfU de  1682^ y Jtaupooo tiem- 
po óc(^  \%  "mwoi;^  fii^rte40aa  ^odtoiioí  Lá  caaade  Aos- 
triA|  taAto  al<ipi9ii%eiw9.(Bipa&o]a  I  jMMnaaadff>en  ana 

Siae8tone%  tXMÍD^  partd  en  U  joontiieadá^  y  ias:  ttopaa  áe 
9paIa,iMii4aii:áj[aid9.B<4aadai»  porirntogafioain  ehe« 

.  iniga^  fórgi^i^niel.^éiaitoQixe  <biao  iarcampaiCa  de  Fian- 
dea4:laa.  ^^rdenjda  4el  príacipe  Onijiezmo  do  Orange, 
noiáb«^0.8t4t9der  dieade,  ana  primerea  aBoa  y  y  que  te 
m^Di&aió  di|9Q  deiagnol  oargo-  Snrél  ontaa  de  la  goer  * 
td>^  k>f  f canaeaea  ijQTadJeron  jas  ifrantaraa  de  Gataiufia, 
y  k%bi^il4<»  9ub>ar^0  en'  SioilifriCeaiaa ,  -  Luis  mandó 
(copase  «uaomcnay  se.apoderóda  oaaitodalii  iala/que* 
da^AQdu^fio^do.aQueUoat  mases  eon  lavietoria  que  au 
e9eaiMi^gl^^m^Plk^4Nniio  el  adet  junio  de  1676,  con  la 
que  las  fuerzas  de  mar  dé  EspaSla  quedaron  enteramente 
44ftrnida9»  •  t 

,    H^ill^adose  las  eoaas  eq  un  estado  Mn^  apurado  en'  Ita- 
lia» Í»j^aj!egaotejKimbFÓ  Adoa  Juan  vlcátio^  general 

.  4a  tpd^ los  amdoa  «ue  el  rey  da  'E^afia  teiiia  en  ella, 
.  mandójidíple  ee  efibaroaae  en  Banseloi»!  «n  la  csenadra 

r  holand^saf:  conejas  trepas  que  debian  partir  á  sus  orden 

I  ipt$s;  jB^  doa  Juan  retardó  ]»  partida  esperando  que  el 

i^y^t  ii«igando4  la  mayor  edad,  tomase  otras  disposición 

',nea»  Desde  la  aepaxaelon  del  padre  JSitbarir  la  reina  ha« 

1^  ole^Mdo  otíco  noeMLíasroiito.  D«.  Fernando  Talenzue- 

;la^  natuittLde&ondar^n  elreino  de  Granada  |  habia  oo«- 

:  «saaaado  SUrOarrera  por  serfir  en  calidad  de  p^e  al  du-* 
que  do  Inglaterra,  á  quien  acompañó  á  Boma  cuando 

^  PI0BÁOIBONB8t— 70V0  lU— -35 


—138  -- 
toA  deembajadOT  y  á  aquelU  Corto,  4  Ift  vaelte.  el  dniv 
que  lo  «stimaba  maohoi  hico  86  le  diese  1»  enx  de  ba- 
tímgo*  Valeosaela  wipu  gaaer  el  epreslodel  padre  Ki* 
thard  é  introdaoido  en  la  oorte  |  obtíiTO  el  fafor  de  li. 
r«iaa  eou  odya  aprebi^eioii  se  caaó  eoa  ana  eeliora  alema* 
na  lUoiada  Bagenia,  q«e  servia  á  asta  prinoesa  y  diifra 
tabdidatoáa  sa  eonfiíftttsé.  Talenaaela  riñe  á  sor  el  de* 
positario  de  la  de  ia  reina,  que  le  nombró  sa  eabaUeiiio, 
le  dl6  el  titaio  áñ  marquéc  d«  d.  Barloloñé*  ds  Im  K- 
nares,  y  lo  eleró  á  la  dlgoidai  de  grande  de  Bspa&ai- 
Bl  era  el  dlspensdaor  de  todas  las  graoias  y  dándote  to- 
do el  aire  de  nn  amante  favoieoido,  aoabd  de  eicsUar  ia 
malevoleneia  que  se  desataba  en  inyeetiras  y  sátiías 
mordaoes,  qne  llegaban  kasta  á  ofender  el  decoro  de  h 
xeiaa.  Onmplié  á  ui  sazen  los  qnlnoe  altos  el  rey,  y  el  pii^ 
mer  acto  de  sn  gobierno  f né  hairse  del  paléelo  y  pasine 
al  delBaen  Betlro^  en  la  noche  del  11  de  enero  delSTIy 
dando  orden  para  que  la  reina  madre  no  saltees  de  ta 
caartOi  é  biso  llamar  á  don  Jnan  nombrándole  miaiitro. 
Bate  ae  poso  en  maroha  con  naa  oomittTa  tan  anmtiosi 
qne  parecía  nn  ejército^  y  antas  de  entrar  en  Kadrtd,  l!i- 
so  qne  el  rey  dieieie  orden  para  prender  á  TidenaiielaqaD 
estalla  en  el  Bseorial,  donde  el  prior  de  aqnél  monasGa* 
rioleocnltóennaaalaeena;  pero  haUendo  sidoprauo 
llamar  4  nn  drojano  qne  le  adstteee  en  nna  «kfermedad, 
éite  lo  deíonbtróy  y  el  deagradado  favorito   «privado  do 
todos  sn  empleos  y  lionores,  toé  eondnoido  preso  i  Tala- 
yera y  despachado  despaee  á  Manila.  La  reina  madre  faf 
confinada  a  Toledo,  annqne  dándole  pot  decoro  él  gobíier% 
no  de  aqnella  eindad* 

Habiendo  la  Inglaterra  heeho  la  pas  oon  Holaada  y 
nnídoae  dsspnes  á  la  liga,  dedaró  la  gnerra  á  la  Frmaeb 
en  9  de  mayó  de  1678,  y  Lnis  XIY  tnvo  qne  abaadouf 
á  If  eaina  j  retinar  las  tropas  qne  tenia  en  BtoUia:  pero  Isa 
yentajasqne  obtnvoenllos  F«  Bi^oa  con  a  toma  de  Valeí^ 
eienües,  de  Gante,  de  Ipres  y  otras  planas,  le  dieíoB  taam 
anperioridad,  qne  en  las  con&rencias  pera  la  pan  que  aa 
tnvioron  en  Nimega,  impnso  las  condiciones  qne  q»sa 
diotar,  y  habiendo  celebrado  nn  tratado  partáoolar  Ia  He* 
landa  ea  10  de  agosto  de  VK&,  BspeHa  se  yió  obligada  á 
admitirlo*  y  ana  comisionados  lo  ñimaron  ti  17  de  asp% 
tiembre  del  misino  afio^  cediendo  á  i»  Frsmria  el  Ftaae» 


—  139  - 
Condado  y  vmriu  pUuns  iaiMortftates  en  Flandes.    - 

Poco  habí*  durad»  el  aplaono  oon  que  faó  rdcib'do  don 
Jaan:  disgniitadoa  loe  grandes  oon  en  aiiivtsz  y  no  alea- 
do la  naoíon  lae  renteJM  ^ae  ee  piomtítia  de  en  gobier- 
no,  todoe  ediüban  do  meuoe  al  padre  Sith<iri  y  a  7<*« 
leu2n#lá»  llOFinJo  4  mal  la  dnrt^a  cou  qnta  étte  habiu  sit 
do  tratado,  y  iMM^eoienio  pooo  gaueroM  la  yeogaüBA  que 
habla  tjttroido  «ontra  la  reina  madre  Para  OüUM-rvurde 
en  el  poder,  procorába  tenec  al  rey  entretenido  como  ui- 
fiO|  j  trató  de  easarle  oon  prinoeaa  de  sn  eltodun  ,  para 
oontar  de  eate  modo  con  mayor  apoyo :  la  reiua  mad<e  le 
destinaba  laaiohidnqaeKa  hija  del  emperador  en  htsr ma- 
no, pero  don  Jnan,  temiendo  qne  este  enlaeo  preoi  pitaría 
la  mida,  decidió  al  rey  por  dofia  liaría  Lnisa  á^  IQorbon, 
hija  del  dnqne  de  Orlenne  y  eobrioa  de  Lnie  XIV.  Sin 
embargo,  don  Jnan  marió  antes  de  yer  oelebrsd^  las  bo^ 
das,  y  sn  moerte  fhé  mn^  oportuna  para  lib  arin  d  1  dis^ 
susto  de  p*  o  far  el  f  «vor  que  elrey  le  li«Dia  ya  rttirado,  y 
anfrir  ua  oaida  inimitable. 

Desde  eate  momento  la  vida  ds  Carlos  II  se  redojo  á 
nna  cadena  de  intrigas  en  lo  interior,  y  de  de^graciae  en 
)o  eictcirior  en  las  guerras  que  tuvo  que  sostener  contra 
Franclai  y  á  que  le  obligábala  ambición  incesante  de 
Lnii  XlTf  para  qnioi  los  tratados  de  pas  no  eran  mas 
que  un  nuevo  pretexto  de  gutrra.  Muerto  doo  Joan,  U 
reina  madre  yoiyid  á  la  oorte  y  por  su  idflajo  se  dió  ór«i 
den  para  que  Falensuela  regresase,  mas  esto  no  tuvo  e« 
íeeto  por  otra  orden  contrataría,  y  solo  se  le  permito  pa- 
sar á  Méjico,  donde  en  sn  lugar  veremos  que  murió^^  A 
don  Juan  sncedid  en  el  minisikerio  el  duque  de  Medina<i 
celi,  contra  quien  no  tardaron  en  suscitarse  otros  aspi- 
rantes:  la  duquesa  de  Térranova ,  camarera  mayor  de  la 
reina,  y  los  coDfdSores  del  rey,  Intrigaban  contra  los  mi- 
nistros y  éstos  hacian  retirar  á  los  confesores  y  norabrür 
otros  de  sn  devoción.  £1  rey,  débil  ds  espíátn  y  de  cuer- 
po gobernaba  aveces  por  feímlBmo^msnifesiaudo  ader- 
to  y  buenos  deseos,  mas  luego  volvia  á  caer  eu  tu  s  par- 
tía y  les  negoolos  quedaban  bin  despachsr¿  e  per  mucho 
tiempo:  desoontlando  de  todos ,  habla  hecno  eaiatlúcer 
valias  Juntas  para  todos  los  lamos^  lo  que  aumentaba  la 
dilación,  introduciendo  la  diacucion  en  todo  Jo  qne  n»-c«^ 
sitaba  expedición  y  proñtltttd*  Bntre  tanto ,  Luis  XI F, 


ooatm  ^alni  Be 
ba  ¿«todos  sas 
gwa  pftite  de  li 
invadiA)  I»  Cat 
doM  ins  ejércit) 
riea  ana  Mca&d 
bia  tomado  y  es 
bottlereí^  protc 
Inonrolónea  én  1 
Oiilwifikall 
dolia  Uarf  4  Ldí 
doña  tfariapa 
qaiea  casó  en  b 
¿  doDda  ■«  dirl| 
Xínropat  trea  ei 
espa&ol,  per  loi 
MsasdialacfiE! 
Fraseia,  coino  1 
IT,  no  obatante 
hecho  al  oasal-fi 
bijo  dé  do&a  M 
no  habia  rent»; 
hijo  mayor  Joei 
Ofirloa,  sa  hijo 
Temando,  nict 
infanta  dolía  B 
c6rte  <e  Bepall 
favoreaiendo  el 
loa  hijos  del  ei 
cocetloD  rednci 
parador  Lea  ei 
empleaban  tod 
en  favor  de'.los 
todas  las  pob» 
Espa&a,  arreg: 
de  tos  dÍ7Bisos 
P(0tÍV05  intsK 
'  Francia,  sam^ 
Bes,  para'gan: 
iba  á  qnedar  y 
el  dclfia,  oonii 
ambición  y  eej 


—  141  — 
los  lleno  de  indlgnaoiODi  al  ver  qne  en  sn  vida  díaponia 
no  solo  de  flos  estados,  sino  de  la  mano  de  su  esposa ,  pi- 
dió á  OoTte  de  Franda  ^ne  retirase  ¿  sn  enilMjadori  y 
ImiSi  que  no  tratál>a  mas  qoe  4e  .eomplaoev  él  rej  y  de 
kaotírse  ptif Udo  en  BspaSa  f  pa^ca  k>  ooat  luibia  devuelto 
generosamente  en  el  tratado  de.pas  de  Biswick  todas  las 
placas  que  había  oonpado  y  aoeedié.á  ello,  sesmo  de  que 
el  partido  qpie  aquel  habla  formado  y  &  coya  eebeza  se 
ludlaba  el  cardenal  Pprtocarrero ,  areobispo  de  Toledo, 
aegoirla  trabajando  en  áú  Sayor  y  mntrarrestando  el  in^ 
dejo  anstriaóo. 

Las  oosas  en  Bspa&a  y  sus  posesionos,  hablan  llegado 
al  último  estado  de  desorden  y  miseria,  agvej^ándose  & 
los  males  tlólítioos  los  cansados  por  el  destemple  de  las 
estaeipneiC  ios  terremotos  en  Simiia  y  el  Firá ,  las  sed!'* 
Otones  en  Méjico  contra  el  virey  conde  de  Qalve^.  y  en 
otros  puntos.  La  escasez  de  reouraos  era  ton  griüidé  .que 
la  gniurdlA  real  de  Hadríd  para-  no  morirse  de  hambre, 
tenia  que  aoudar  6  Jop  oonfentoi  A  medio  diá ,  >  para  sus  ^ 
tentarse  con  laa  sobrw  4M  se  napartian  en  las  porterías. 
Bl  rey  cadi^  ves  mas  ¿batido,  Uegó  á  péisaa^se  qtie  es- 
taba neehizfidó,  y  1^  i^{lisíieba  py»eedl6  á  aT«rig^ar, 
por  la  declaración  qn^  sé  toni^á^n&amoDja  y  i  ott^  indi- 
vidaiML  en  qué  consistían  loa^hedriáes^  eareretonéer  al  rey 
coü  Íto^,las  cerem'onifua  -de  laii^asia,  lo  Queprodtije  en 
an  ánimo  taliimpreripn  de  tenoxv  qna  para  disiparla  ftié 
mi  üscoíiai,  donde  con :  el  ejei^tíolo  y  la  e^réeión  de  las- 
^intrigas  de  Madrid  pobre  la  snession  db  que iao  querfa  fié 
le  luiblese,  iba' rí^nmíéil^lose;.  pero  habiendo'  querido^rer 
loa  cadáveres  de  en  TWdré  y  de>a  primera  eB|K>sa  \  á  la 
que  habla  amadlo  coqi  temsura ,.  se  oonmereid  jfrotañá^ 
joaente  encontrando  este  bien  conserrado,  y  recónoeiendo 
un  Béxnblante que  le  Jiabia;  sido  tsn  grato.  ^'JProuto,  ex* 
clamS  I,  la  segoixéi  ,en  el*  cielo>?'  y  salieado  precipitada^- 
siente  de  la  bóTedá,  pasé  A  JlráBjhe^  y  de  allí  á  fladrid, 
^SL  donde  él Iñflojf^  francés  habla  tenido  grande  inore- 
jnemto  durante  su  audiencia»  06rk»  habla  consultado  al 
qpap%  qne  en  sa  eonijesteoion  no  solo  apoyó  las  preten- 
jiioxiea  de  la  casfk  ^de  Berhom^  sino  qoe  hizo  caso  de  oon 
]0n€Í^  para  el  i^y  el  decdárar  la  sncesiotf  en  sn  favor. 
;o  aatisfeóho  todavía  con  esto ,  eonsaító  al  consejo  de 
faatUla,  y  en  síignida  al  VMmásh^  ambos  se  deelar  aren 


—  142  — 
por  la  miflma  cuukf  proponiendo  los  medios  oportonos  peí 
ra  que  no  se  cennissen  las  dos  eoronas  de  Francia  j  Es^ 
pafta  en  nn  solo  individuo,  eon  lo  qne  se  llenaba  el  obje* 
to  qne  se  habia  tenido  en  la  renanoia  de  doffa  María  Te* 
resai  la  que  por  otra  parte  tenian  por  nula  /  porque  osiin 
siderando  la  oorona  como  un  majorasgó,  eefun  los  pün- 
cipios  de  la  sueesion  en  estos,  un  usuf rnotnarlo  podia  re- 
nunciar por  8i|  pero  no  perjudicar  á  sus  descendientes 
renunciando  &  los  derechos  de  estos;  solo  los  condes  de 
Euensalida  y  de  Frigiliana  propusieron  el  medio  legal  á 
que  se  debia  haber  ocurrido^  que  era  la  eonyoeacion  alas 
LorteSi  compuestas  délos  tres  brasos,  pues  ciertamente 
nunca  se  habia  presentado  negodo  más  impértante  para 
someterlo  6  la  decisión  de  estas^  pero  de  esta  opinión  no 
se  hizo  caco* 

Oátlos  habia  escrito  al  empoador  qué  hiciese  partir  ria 
dilación  al  archiduque  pai»  liacer  recaer  en  6i  la  snee« 
bíod;,  pero  no  habiéndose 'pedido  realisar  este  intento^  se 
le  vela  paseune  solo  en  su  onarto  lleno  de  desasosiegOi  y 
fuera  de  sí  llamaba  al  archiduque  y  preguntaba  donde 
estaba.  Ans  dolencias  se  agrairaban,  y  el  cardenal  Porbh 
carrero  le  manifestó  la  naeeeidad  de  otorgar  su  testa^ 
mentOi  ¡¡decidiendo  tujél  el  ponto  de  la  sucesión  paaigano 
dejar  á  U  n&cion  enynelta  en  una  guerra  cítíI  y  extranje- 
ra,  é  insistió  en  todas  las  raaonei  alegadas  en  IbTorde 
los  Borbonesi  Bl  rey  eedifudo  4  ellas  hize  su  dispeslden 
el  2  de  octubre  de  1700,  y  lleno  de  dolor  al  arranear  por 
su  manq  de  su  familia  una  oorona  que  habia  Uerado  por 
dos  siglos,  para  trasladarla  á  la  de  los  enemigos  que  ha^ 
bian  cansado  todas  sus  deegraciasi  exclamó  poniendo  n 
Arma :  *'Solo  Dios  es  el  que  da  los  reinos,  porque  son  su^ 
yo8 :"  y  Tolviéndose  á  los  grandes  que  asistieron  á  rer 
sellar  el  pliego  que  contenía  su  disposición  que  quedó  se% 
creta,  dijo:  **Ya  no  soy  nada."  Por  el  testamenro  llama- 
ba á  la  corona  á  Felipe ,  duque  de  Anjon ,  hijo  ^segundo 
del  rey  de  Franciai  estableciendo  las  reglas  qae  habita 
de  segoirse,  para  que  no  se  uniesen  los  dos  reinos  eá  ma 
persona:  para  gobernar  durante  la  ausencia  de  su  sueen 
sor,  mandó  formar  un  consejo  presido  por  la  reina ,  ála 
que  asignó  una  yiudedad  de  400  mil  ducados ,  y  por  il 
oodioilo  que  firmó  el  21  áék  mismo  mes^  prsTino  se  le  die* 
se  el  gobierno  de  los  Paises  Baso^  heohas  estas  dispciÉt 


dones  y  preparándose  erstianamente ,  falleeié  el  dia  1? 
d0  Doviembie  y  faé  Uevedo  al  eepalcro  de  los  reyes  al  mo^ 
nMterio  del  BsooriaL  Sa  maertefaé  llorada  con  suicaiidad 
por  f  na  yasallos,  qae  siempre  yieren  en  él  nn  príncipe  lle- 
no de  buenos  deseos,  qne  aliriaba  sus  males  en  oaanto 
podi0|  y  qne  se  yeia  arrastrado  por  faerzdb  á  goerras  qne 
no  podía  eritar,  temiendo  además  las  desgi  acias  qae  por 
BU  falta  iban  á  oaer  sobre  la  monarqnÍ9«  Ün  eseriior  dis^ 
tíngoido  ha  hecho  de  su  reinado  el  i-esúmen  ¿igniente. 

"La  vida  entera  de  Carlos  estuvo  llena,  desde  sa  iufdn- 
eia  hasta  su  edad  ririi,  de  contratiempos  y  desgracias. 
Arrastrado  á  guerras  continuas  y  funestas  contri*  una 
nación  más  poderosa  que  la  suya,  unido  con  aliados  que 
sicriflcaron  los  intereses  de  España  á  sus  conveniencias: 
tuvo  el  dolor  de  ver  sus  provincias  asoladas  ó  desmem^ 
brad&s,  su  ejéreito  y  su  marina  destruidos ,  su  reino  en 
una  situaoiou  deplorable  de  pobreza  y  debilidad.  E^tas 

Srnebas  aunque  duras,  no  eran  mas  que  el  preludio  út  a* 
tcdonea  mucho  mayores  todavía   Desconsolado,  viendo 
eKtioguirse  su  familia;  padecieado  una  enfermedad  larga 
é  incurable;  dominado  por  una  mujer  imperiosa  á  la  que 
no  amaba ;  tratado  como  nifio  por  el  embajador  de  Aus^ 
Irla :  Carlos  era  el  juguete  de  los  partidos  contraiios  qne 
agitaban  su  Corte,  y  se  vio  reducido  á  la  tri&te  ncctsi^ 
dad  de  ser  testigo  de  los  esf  aeraos  interesados  de  las  pOs 
tencias  extranjeras  ^  para  distiibairse  ó  apropiarse  sos 
estados.  Al  fio,  la  lánguida  existencia  que  le  quedaba, 
divida  entíe  pesares  y  cuidados ,  se  acabó  dé  llenar  de 
amargura  con  la  perspectiva  de  las  calamidades  que  a-* 
menazaban  á  sus  fieles  vasallos',  y  con  el  temor  de  que 
0a  herencia,  arrebatada  á  sn/ainilia  que  amaba  tierna- 
mente, sirviese  para  aumentar  el  poder  y  esplendor  de 
an  rival  la  casa  de  Borbon."  [1] 

Así  terminó  el  dominio  de  ios  príncipes  de  la  casa  de 
JLaatria  en  Bspafta,  que  duró  dos  siglos:  estableciéronle 
OáLTlosT  y  Felipe  Ú^  dejando  en  la  misma  grandeza  á 
que  lo  elevaron,  los  elementos  de  su  destrucción ;  sostún 


€  fr)  CoK0  "Sipafia  b»io  «1  goMitno  d»  loi  njw  á%  la  tvA  dd  Boibaof* 
|r  AitoeidA  «n  frAtcdi  por  den  Aalréa  Mnriel,  Parit  ISSr,  Wmo  1  ? ,  ia^rodue* 
1,1  XB  hlitóiicft.  SmcI^b  3*  tQmo  51. 


^U4  — 
voló  Felipe  III,  apoyado  en  la  gloria  de  sos  doe  predece^ 
sores:  precipitólo  á  su  roinaLP^lipe  jy,ye8ta  reina  se  oon- 
snmó  «n  el  triste  j  obsearo  reioado  de  Oárlos  II»  de  quien 
pasó  el  cetra  &  Felipe  T,  el  primer  inononwi  de  la  dñíae^ 
tía  de  Soibon  qae  £e  sentó  en  el  tronqL  espiAol. 


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CASi  DE  BORBON. 


Luego  qne  Oárlgs  II  espiró  ,  los  miülstroa  y  jefes  del 
paliicio  se  jantaroft  para  abrir  el  testameatOy  y  hacha  puf 
hiioai  la  eteccioa  de  aa  priaoíjpa  fraaeós  para  heredero  de 
la  éoroáa,  la  jauta  de  gobierno  iiutitaida  pm  el  difaeto 
rej  ensa  úliitna  disposicioa,  despachó  aa  torreo  á  Fraa- 
oís  oca-  el  aviso  del  fallecimiento  del  monarea  y  copia 
del  testamento,  habiéadóaoíe  dado  orden  pioa  qna  si  es^ 
te  no  era  aceptado  por  Lais  XI 7^  pasase  á  Vieaa  ápre-- 
sentarlo  al  emperador  Leopoldo^  por  habar  sido  aombraF 
do  sn  hijo  el  archidaqne  Üárlosi,  en  defoeto  del  dnqne  de 
Asjona.  LnlsXITsdhallí^baen  Fonliaineblean  cuando 
el  carreo  llegó,  ^aunqne  todo. háblese  «ido  obradesas 
manejos,  flogió  vacilar  entre  la  aoeptaeion  del  testamea«i 
tx>  y  el  cainplimieiito  del  tratado  de  división  de  los  esta- 
dos de  la  monarquía  es^afiola^  celebrado  ecm  su  partiei'^ 
pación:  pero  cediendo  á  las  razones  que  le  expusieron  %1 
delfin  su  hijo  y  loa  individuos  de  su  consejo  á  quienes 
oonsultó,  contestó  á  la  jdnta  admitiendo.,  la  corona  para 
su  nieto,  y  habiéndose  .trasladado  &  Yersalles»  hico  en- 
trar á  su  gabinete  al  delfln  con  sus  tres  |hi)os,  los  duques 
de  Borgofia)  Anjon  y  Berfy  y  al  embajador  espafiol ,  y 
dirigiéndose  al  joven  duque  de  Aujon,  le  dljo:>'8tfior,  el 
rey  dé  ^spafia  os  ha  hecho  rey  *  los  nobles  os  pideu  ;  i  1 
pueblo  os  desea,  y  yo  coiii^ento.   Vais  á  xeinar  sobre  la 
monarquía  mayor  del  mundo  y  sobre  un  pueblo  valif^nte 
y  genero^p„  afamado  en  todos  tiempos  por  su  honor  y  su 
lealtad.  Oí  recocniendo  que  Iq  amela»  y  que  mereseáiei  su 
amor  y  su  confianza  por  la  suavidad  de  vuestro  gobier^ 
BO  ^  Yolvléndose  luego  al  embajador  espafiol ,  afiadló : 
^•Ssflor,  saludad  ¿vuestro  rey.'' Jilembajado  hizo*^  es^ 
te  Tina  profunda  reveresoia.  Abriéronse  entonces  las 
puertas  del  salón i  y  Luisy.con.el  aire.de  majestad 
que  sabia  tener  en  las  ocasiones  solemnes ,  dijo  á  los 

1f^.   .  *- 


ItrftadM  de  ta  Oortd ,  eatonoea  1a  mm  magnífloM  d«  Ba- 
ro^,  ooii700»do8  par  A  esta  ftoco :  '^Sellerea ,  vad  aqaí  al 
rej  de  Bspafia:  sa  Eaoimiaato  y  el  tettameiito  del  últiiio 
rej  le  haa  llainado  at  troao:  la  naaíoa  eepafioU  coda  ea« 
terA  le  pldn:  sa  noaibramieQto  es  1a  TolAQtad  del  oieCo « y 
yo  1a  obtfdeaeo  caá  plAcer,"  y  hablAndo  Al  jóren  priado 
pk:  *<Sel*baea  ospallol,  le  dijo ;  eata  e«  vaeatrA  prloiera 
obligaoloni  peio  aoordaos  que  habéis  oAoldo  frAoeis,  pv 
ra  oosservar  la  anioa  de  las  dos  ooronAS :  así  hAteis  foll- 
óse á  Ias  dos  naoioaes  y  oonssrvAreia  1a  paa  de  Ia  Baro' 
pA.'^  Tal  f a4  1a  AOgaitA  oeremoniA  ooa  qoe  Luis  ZlV.dió 
A  reeoneeer  á  sa  nieto  por  rey  de  BtpAftA. 

TrAtóse  luego  del  viaje  del  naeto  rey  á  MAdrid.  LiU 
le  dio  por  eaorite  iastraotiones  UesAS  de  SAbidaiía  y  pra- 
deuda  pam  sa  gobierno,  y  á  sa  SAlidA  de  TcrsAlles  el  4  de 
enero  de  1701,  le  reeordo  a1  despedirse  1a  noion  qoe  de« 
bia..kaber  entre  Ias  des  ooronAA,  y  le  dijo  AqnellAs  nota*> 
bles  palabras:  **de  hoyen  AdslAate  yA  no  hay  Pirineos,^ 
qae  hicieron  conoesr  A  la  BaropA ,  todo  lo  qee  tealA  qss 
temer  de  1a  rennion  de  eetas  dos  gt^endes  munerqnlAS  «n 
nna  mismA  fan^lüa.  Felipe,  a1  pAaAr  el  BidAsoA » se  espe- 
ró de  los  sefioroi  fcAnoitses  qae  le  h4biaa  AOompAAadOi 
qaedando  &  salndo  soloel  embsJAdorHarcenrt^  otrosdoap 
y  oon  noA  maguifloA  eumitirA  de  los  grandes  de  flbpKfia 
comiiiionados  pnra  reeibirle  llegó  A.  la  eepitAl  el  18  de 
fobreroi  pero  no  hizo  sa  entrAüa  púDlioa  haist^  el  21,  y  faé 
reelbido  oon  grAnde  AplAoso.  Los  espAllolas  qae  hAbian  te. 
mide  ver  desmembrAdA  lA  mooArqaía ,  velen  en  Felipa 
1a  prendA  de  1a  integridad  de  esta,  y  la  grendesA  y  po« 
dsr  á  qne  la  FrAnolA  hAblA  Uegedo  baj  j  el  goUerno  de 
Lola  XI  7t  les  haoiA  espíérAr  qaa  1a  IhípaHa  rsoob/Aila 
sn  antigao  lastre,  gobarandA  por  na  principo  de  1a  firni* 
lia  del  grun  monArcA,  qae  erA  considerAdo  oomo  el  Arbi- 
tro de  la  Uarop^  Bu  Cuia<»  las  perces  de  1a  monArqula 
fué  reoonoeido  el  enevo  rey  sin  ovntradisdon ,  Ana  en  a- 
qaellos  sstados  en  qae  por  iaflnjo  de  ía  reine  dofiA  Ma- 
riiftuA  db  Nejboarg,  oe  hablAn  pnesto  gobemAOoiee  Ale< 
meáes  ó  adistos  á  1a  fiftioilíH  de  Anstrii»!  eomo  en  los  FaI- 
ses  Bajos,  ÜtiíAn  y  Jüíápoles :  en  M6jtvso  lüaio  1a  prodAOiA- 
Qion  del  nnevo  eobdrunu  el  virey  oonde  de  UuoteanoiA, 
y  fué  rsooooCido  y  Janklo  eemo  sas  predeoesoreSi  el  4  de 
Abril  del  9üsmo  Afto  de  1701, 


—  U7  — 
L^  esperanzMl  qae  los  eapiiiioles  habían  concebido  del 
nievo  reinado,  no  era  posible  se  realizasen  tan  pronto 
ni  8ia  grandes  saqri&oioi :  el  mal  estaba  demasiado  ar^ 
rsigiido,  y  como  cnoribía  al  ministro  Torey ,  el  macqnés 
d«  LonTilfe,  uno  de  los  señores  franceses  qae  acQcnpu&a- 
ron  &  Felipe  para  dirigirla:  <<3i  na  ángel  hubiesa  b»J  aIo 
del  eielo  á  tomar  en  sas  maaos  las  riendas  deC  gobierno, 
ae  hubiera  encontrafto  deeconcertado  en  la  situación  qne 
is  Bspafia  tenia,  pnes  paresia  agangrenada  de  un  ez^e*^ 
me  &  oteo.'  '  Al  baoer  la  pintura  del  estado  de  aqueit 
lU  naeion  caande^  camenfió   el  gobierno  do  los  piíuoi" 
pea  de  la  easa  de  Borbon,  parecerá  qne  el  retrato  es  toi 
mado  de  un  original  mas  cercano  y  qne  por  deegracia 
nos  toca  mas  immediatamente;  pero  los  efectos  dei  des^ 
orden  en  todas  partea  y  en  todos  tiempos  son  los  mis- 
mos, y  nna  sociedad  política  en  estado  de  disolnoion ,  o*< 
freos  siempret  iguales  sintornaa.  Los  medios  de  defensa  se 
ksllaban  enteramente  atendonaduSí  y  la  nación  qne  ka* 
bia  tenido  en  pié  namerosos  ejércitos ,  no  contaba  con 
Beis  mil  bombres  de  regulares  tropas  eu  la  péníobula,  te- 
niendo casi  desguarnecidas  las  posesioiics  de  Italia  y 
Flssdes :  las  fortideaciones  estaban  en  ruinas  y  en  Bar% 
etlonaino  se  hablan  reparado  todavía  la»  brecbüsabier* 
tss  por  los  franceses  en  el  último  sitio:  la  esjuadra  se 
eompoeia  de  trece  galeras  viejas,  arrumbadas  eu  diver- 
sos puertos :  losiirseaales  estaban  en  inacción  y  aun  el 
artede  conservar  baques  habla  oaido  on  olvido:  para 
protejer  el  comercio  de  Améric:»  y  las  flotas  que  lo  hat- 
dan,  ño  habla  mas  que  algunos  galeones,  especie  de  na- 
vios de  guerra  pesados  y  poco  útiles  para  un  combate. 
La  administraeion  de  hacienda  estaba  entregada  á  uTv 
rendatario^  y  el  producto  de  las  contribuciones  con  que 
se  hallaban  oprimidas  las  provincias ,  eran  absorvidos 
por  «seos  ó  por  una  multitud  de  empleados  que  llenaban 
ialitflmente  las  oflcioas.  Para  hacerse  de  fondos  para  las 
neeesiáades  urgente  de  la  guerra,  se  habían  eoniratado 
en  el  dltimo  reinado  préstamos  con  intereses  ruinosoS;  y 
por  último  se  hablan  vendido  los  empleos ,  aun  los  de 
INOHiJer  orden,  como  los  viieinatos  de  América.  tÜ  las  en- 
tradas eran  escasasi  la  diBtriDu(den  se  hacia  sin  ecenof* 
sita,  aprovechándole  de  las  migores  rentas  los  favoritos, 
y  entre  estos  «na  mnltítud  de  alemanes  que  la  reina 


iola  líftslABa  habia  colocado  en  loa  minifiteriod ,  y  tkiai 
qi64i«dei  la  oondeaa  de  Berlips^  un  dama  de  honor,  qiu 
M  Tolrió  á  la  paía  eon  una  gran  rigneza «  é  húo  OBUm- 
teoion  de  los  despojos  de  Bspafia ,  comprando  mía  to- 
bosa posesión  cerca  de  Oolouia.  El  gobierno  inteiior  ha- 
kla  eaíia  en  el  mas  completo  desordena  en  U  misma 
capital  déla  moBarquía,  las  calles  y  placas  estaban  lleí 
xas  daraf  amandos  armados,  qn  }  ^metían  toda  clase  de 
srímenes  y  que  encontraban  asilo  en  las  iglesias  6enlai 
nasas  de  los  grandes,  caando  eran  perseguidos  por  la 
jimstisia.  Bl  pueblo  io&olentado  ftiltabaal  respeto  aldi- 
f  Míe  rey  eaando  eali^enpáblioo,  y  apenas  liabiaai'- 
gnia  eorrida  do  teros  á  otra  ccncnrrenolai  en  one  ae  sa- 
eastm  las  espadas  por  k  mas  ligera  ocasión.  Todoelmim- 
4#  estaba  armado,  menos  el  gobierno,  que  se  batia  yis^ 
te  obligado  á  conceder  cuanto  se  le  pedia ,  en  loa  motí«: 
1^  freenentes  qne  Ee  excitaban  por  alguna  escasea  ó 
narestía  de  \ív^6iC3,  ó  con  otros  moliYOB|  como  el  que  ba% 
bo  tentra  los  franceEea  y  en  que  fueron  muertos  Ufii  to- 
dos los  qne  habla  en  Madiid. 

Para  remediar  tantos  desórdenes ,  se  necesitaba  u&a 
naáne  firme  y  «xporimentada  en  los  negorios,  y  no  pare- 
óla qne  pudiere  serlo  la  de  un  príncipe  de  Á&n  y  aiete 
aleS|  que  sin  conocimiento  del  paíS|  tenia  que  avjetaise 
á  la  direscion  del  cardenal  Portooarreio ,  y  seguir  las 
iastrnsoionC'S  que  redbía  de  Luis  XIT.  Para  todo  se  O' 
currió  ó  óíte;.qae  importnaado  con  las  oontínnas  eon- 
amitos  que  se  le  hacían,  llegó  &  decir  que  en  fisp^ña  ha- 
blan sin  duda  crcido  que  61  era  el  ministro  de  su  nie- 
It.  Bl  embajiidor  de  Francia  asistía  al  despacho  y  nada 
ae  kaeia  sin  8u  «probación,  y  habiéndose  ci labrado  el 
«aKamiento  de  Felipe  con  doüa  Maiia  Luida,  h  ja  del  do. 
fie  de  B^bayj^y  Luis  XIV  nombró  camarera  mayor  4  Ja 
priiessa  de  los  T7rc^ino¿),  la  que  por  el  íjl flojo  que  tjeioia 
•obre  la  joven  reina  }  é<5t¿i  Lobre  «l/ey  ,  üisponia  ú»  toa 
destimos  do  la  mc^sarqnia,  y  en  lucha  ftecueuta  eon  ftm 
embajadores  de  Fr^;ncia,  Oían  removidca  esto«  ó  retirada 
aquella,  S8gun  lea  ÍLformcs  4iae  hacian  al  gabineM  ék 
yersallca. 

Aunque  Felipe  hnbieso  &ido  reconocido  en  todos  toa 
astados  que  di^peLdíancielcetroefipañoljnoestaba  p<.xci* 
te  atf guiado  en  d  trono  f  mientras  no  lo  faeso  for  Jü 


I 


—  149  — 
potencias  «ne  hablan  inter^tnido  en  loi  diversos  teata^ 
dos  e^lebrades  para  la  desmembraoien  de  la  menirqnia. 
Lais  XI 7  latan tó  satisfacer  á  estas  ^  exponiendo  por 
medio  de  memorias  qne  presentaron  sns  ministros  en  las 
respestiras  OorteSi  los  motivos  qme  habia  tenida  para 
admitir  el  testamento  de  Garlos  II ,  pretendiendo  qne 
con-  la  transmisión  de  la  corona  á  sn  nieto ,  quedaba  re- 
moTlde  el  temor  de  qae  los  reinos  de  Francia  y  de  Sapa- 
Ha  yiniesen  &  recaer  en  nn  mismo  individuo;  mas  sns  ra« 
sones  faeron  bien  recibidas.  La  muerte  del  príncipe  de 
Saviera  habla  disminuido  el  número  de  los  pretendien* 
tes  y  solo  quedaba  el  archiduque  Carlos ,  á  quien  sn  pa- 
dre el  emperador  Leopoldo  y  su  hermono  maye^  Joséi 
que  eenpó  después  de  este  el  trono  imperial^  hablan  cet 
dide  sus  dmreehes,  pero  muy  lejes  de  renunciar  á  ellos 
el  embajador  de  Austria  presentó  una  protesta  al  go- 
bierno de  Madrid  [l7  de  enero  de  1701],  y  en  sesuida  se 
retirá  de  aquella  Oorte :   la  Inglaterra  y  la  Holanda  dí« 
simulaban  t  aun  rsconosieron  formalmente  á  Felipe, 
pero  Luis  XIV  recelando  de  sus  intenciones »  trató  de 
fortifloanse  con  alianzas,  negociando  la  del  duque  de  Ba% 
boya,  por  medio  del  casamiento  del  joven  rey  de  Espafia 
oon  una  hija  de  aquel  soberano  y  renovando  antiguos 
tratados  eon  Portugal, : 

El  emperador,  parahaeer  valer  por  las  armas  el  dere» 
oho  del  archiduque  su  hijo,  hizo  entrar  en  Italia  un  ejér<« 
oito  &  las  órdenes  del  principe  Engenio ;  con  el  ín  de  a. 
poderarse  de  Milanéa,  lo  que  obligó  á  Lnis  XIY  á  man» 
dar  otro  para  su  defensa.  ^1  mismo  tiempo  se  tramaba 
en  S'Apoles  una  conspiración  por  los  muchos  adictos  que 
la  casa  de  Austria  tenia  allí,  en  la  que  se  hablan  com^ 
prometido  varios  individuos  de  la  nobleza,  y  aunque  faí 
reprimida  por  el  virey  duque  de  Medinaceli,  siendo  casti«* 
fados  con  la  pena  capital  los  principales  de  los  conspira- 
ilorefl,  aquel  reino  se  manifestaba  siempro   inclinado  al 
partido  austriaeo.  Felipe  creyó  necesario  trasladarse  & 
el  para  ganar  los  ánimos  con  su  presencia,  y  habiéndose 
adelantado  hasta  Figueras  [setiembre  do  1701].  á  recibir 
6  la  reina,  oon  onya  ocasión,  á  su  tránsito  por  Z  éragoza 
Faé  reconocido  como  rey  de  Aragón  y  en  Barcelona  por 
|a8  Cortes  de  Oatalnfla,  Juratida*  la  observancia  de  los 
aeroa  y  privilegios  de  ¡aqueUos  estados ,  se  embarcó  en 

Pía  VBT  ACXONBi.— a'OM  C  Ul-  38 


—  169  — 
ffttAtltiflia  oiadad,  y  llegó  á  Nápoltf  (15  d«  abril  de 
1702)  en  donde  f aé  recibido  f dameateb  Pmó  de  alIi  |k» 
mar  6  (Jéaova  para  aeeroarse  al  teatro  de  la  guerra,  y  ea 
loi  emflaes  del  Píamoate  sallé  á  eneeatrarle  aa  eaegro  el 
daqae  de  Saboya,  á  qalea  ofceoló  el  maído  del  ejérelto 
de  Icalia  ea  ealldad  de  geaeralíeimo ,  mas  ao  habiéadolo 
qaerido  admitir  desde  entonces  pndc  Felipe  aoaeoeri  que, 
no  obstante  el  reciente  parentesco,  aqael  prfaeipe,  aegas 
el  carácter  pérfido  de  aa  casa ,  eataba  dísp aeeto  á  absi- 
donarle  si  se  le  presentaba  ocasión  de  anmentwr  ans  es^ 
tados  pasándose  al  bando  de  sos  enemigos. 

Las  operaciones  militares  estaban  eoaoentradaa  ea  ü 
dneado  de  Máatna ,  dé  todo  el  onal  se  kabia  apoderado 
Bagenio ,  á  exeepeion  de  la  capital  y  de  algna  otro  la« 
gar.  Bl  mariscal  daqae  de  Tandcma  qne  mandaba  las 
tropas  combinadas  f  raaeasas  y  espafiolaa ,  oedié  él  man^ 
do  de  honor  á  Felipe ,  pero  continaé  dirigiéndolo  todo  en 
nombre  de  eace  príncipe  y  loa  yarioa  movimientos  qas 
por  ¿mboa  f  j^f  oit:o8  se  kieiéron  |  terminaron  ea  la  baoh 
lia  de  Lnaaarai  en  la  qne  Felipe  dio  aeftaiadaa  pviébas 
de  viilor  personal:  anaqne  ámbaa  partea  ao  atriboyeraa 
la  TiüCoría,  laa  ventajas  cfaatlTas  qnedaron  por  loa  fran^ 
oeses  y  espadóles,  qae  obligaron  á  los  anatriaeoa  4  aban« 
donar  el  teritorio  qae  hablan  ooapado  en  la  Lombas 
día. 

Dorante  la  ansenela  de  Felipe ,  qne  Jó  en  Bapafia  en- 
cargada de  la  regencia  la  reina ,  la  oaal  oelobró  Ooriea 
de  Aragón  en  Z^ragoaa,  y  habiendo  obtenido  de  oUaa  nn 
eacaab  donativo ,  pasó  á  Madrid  descontenta  de  la  mes« 
qoindad  con  qne  la  hablan  tratado  loa  aragoneaea.  El  reyi 
sin  conclnir  loa  negocios  de  Italia ,  antea  del  fln  dol  ate 
volvió  á  Bapafia  á  donde  le  llamaban  maa  gravea  atsa% 
Otones.  La  Inglaterra,  la  Solanda^  y  el  emperador,  ha- 
blan oelebrado  ol  tratado  qne  ae  llamó  de  la  triplo  alian- 
sOi  y  en  oonsecnenda  en  15  de  majo  de  1703  doelararon 
la  gnerra  aolemnemante  á  la  Francia  y  á  la  EspaHat  pu- 
blicando nn  manifiesto  en  qae  calificaban  á  Lnis  y  á  Fe- 
lipe de  nsnrpadores  del  trono  espaftoli  riendo  sale  el  pita- 
cipio  de  la  célebre  gnerra  de  anceaion,  qne  tantas  deagni* 
olaa  cansó  4  la  Bapafia  y  de  la  qne  me  limitaré  á  dar  ao« 
lo  ana  idea  abreviada ;  no  entrando  en  mi  objeto  estea- 
derme  en  t9doji  sn9  pormenores* 


^  -^  151  - 

El  aroUdaqae  Oárlos,  proclamado  en  Yídna  rey  de  Es- 
paña ooa  el  nombre  de  Oádos  III;  se  trasladó  á  Lisboa 
enoBaesoaadraioglesa,  habiéndose  adherido  Portogal 
á  la  triple  alianza  [30  de  abril  de  1704].  Bl  ejército  inglés 
y  pertngaéi  mandado  par  Lord  (lallowAy,  j  por  el  mar- 
qués de  AIiaa«,  se  adelantó  por  Bztremadnra  y  el  archi\ 
daqaepasóá'Baroelona,  habiéndose  delarado  por  los 
reifiOB  qne  formaban  la  corona  de  Aragón ,  Yalenela  y 
OatalnUa,  y  mientras  Felipe  se  hallaba  ocupado  en  el 
sitio  de  Biftrceloaay  que  se  vio  obligado  á  levantar  aban^ 
donando  sn  artilleifai  (mayo  de  1706)  el  ejército  anglo« 
portngaés  penetró  hasta  Madrid ,  de  cnya  capital  se  a^^ 
poderó,  [25  de  jnnioj  retirándose  la  Oorte  á  B  argos. 

A  los  males  de  la  gnerra  se  nnia  el  descontento  en  el 
gobierno.  LosespaHiFles  no  podían  soportar  la  prepoten^ 
cía  de  loa  f lanoesesj  el  descontento  se  habia  extendido 
entre  los  grandes,  de  los  cnales  el  almirante  de  Oasilla, 
en  vez  de  dirijirse  á  Francia  ,  para  donde  se  le  habia 
noo^brado  embajador  oomo  por  un  honroso  destino  y  se 
faé  á  Portugal  á  nnirse  al  archiduque :  el  conde  de  Oi-- 
faentes  se  declaró  por  él  en  Aragón ,  y  el  marqués  de 
Leganés  faé  preso  en  Madrid ,  acosándole  de  eonspira* 

OiOD. 

jBI  mismo  "cardenal  Portocarrero ,  que  tanto  habia 
oontribaido  á  poner  la  corona  de  £6paña  f  obre  la  eabe- 
sa  de  F<)lipey  se  volvió  contra  él  recibiendo  á  los  aliados 
ea  Toledo  prestando  jaramento  de  fidelidad  á  Garlos  y 
bendiciendo  sns  entandartes.  La  reina  viuda  que  residía 
ea  aquella  dadad^  á  la  que  Felipe  le  habia  prevenido  se 
retirase  desde  su  llegada  á  España ,  celebró  con  mucho 
an^aiUN)  la  entrada  de  los  aliados  y  la  jara  del  archida- 

ffSin  embargo,  los  aliados  no  pudiendo  ni  sostenerse  en 
üadrid,  ni  volver  atrás  por  el  camino  do  Portugal,  im^ 
pidiéndoselo  las  asertadas  medidas  tomadas  por  el[mari8- 
eai  duque  de  Bsrwiek  que  madanba  el  ejército  e«pafiol, 
se  dirigieron  á  Valónela,  y  habiéndolos  segaido  Berwiek, 
los  derrotó  completamente  en  Almansa  f25  de  abrid  de 
1707^,  por  lo  que  se  le  dio  el  título  de  duque  de  Liria  y  la 
icraadoaa  de  Ifispafia*  Si  duque  de  Orieans  hermano  de 
lioie  XIf  ,  que  tomó  el  mando  de  las  faerzas  combinadas 
reoobió  á  Aragón  y  Valencia,  habiendo  FeUpe  despojali 


- 152  - 
¿o  á  cflfeos  reinos  de  ees  prlTílesioB^  en  «aatigo  de  sa  in« 
fidelidad. 

Las  iatrigas  dol  palacio ,  ea  las  qme  tamia  la  mayor 
paite  la  primeesa  ¿«{tos  Urainaflu  y:laapratomaiom«idaldK- 
qma  áe  Orleams  qae  íateataba  ídiMar  aa  Bipalia  ma  par- 
tida para  sí  stismo  <  la  hiaieren  yelrer  A  Fraaaia. — 91 
Mando  del  ejército  franeéi  sa  la  dio  al  marlaeal  da  Bas« 
aoas;  y  el  dsi  aspafiol  al  aanda  da  Afoilar ,  paro  la  xira^ 
lidad  entre  a&baa  sECianas  era    tal ,  qaa  laa  dea  ca« 
aérales  taTleren  que  separar  sns  aampas  i  y  Felipe  para 
aritar  las  f aaestaa  eomseeaeBcias  qae  aran  de  temar,  fad 
á  poDarae  él  mismo  ft  la  eabeza  de  laa  tropas  da  Ára- 
f  on.  Ist&ba  &I  frente  de  laa  de  loa  aliadas  el  mariaaál 
Ütaremberg,  y  Felipe  se  atrerié  á  preíantarla  la  batalla 
en  Alaeiara,  en  las  qae  ana  tropas  en  gran  parta  biao- 
jlaa  y  maadadaa  per  genaralea  inexpertos ,  faeren  f&oil- 
mente  desbaratada».  (Con  loa  reatoa  qne  pnde  rennir  ae 
retiró  á  Zaragoza^  en  ¿eade  aafrió  ana  oompleta  derro* 
ta  en  el  menie  Torrero,  [20  de  agesto  da  1710J  no  obs* 
tante  la  brillante  reneteacia  qae  hieieron  loa  Beldadas 
capafiolea. 

Oon  esta  victoria  ka  quedó  á  loa  aliados  abierto  al  aft« 
miao  de  Madrid,  en  desde  entraron  por  aegnnda  ves  (I? 
lie  ectabre  de  1810)  habiéndeae  retirada  la  Corta  y  taáas 
lea  tribnnaleg  á  YalladoUd.  Si  arekidaqne  Uze  an  entra- 
da  en  la  e:^pital,  [S  de  eetabre]  haeiaado  ae  le  prealaaBOH 
se  rey  de  Bapata,  pero  no  encontró  qaien  lo  aplaadieae 
y  todea  los  habitaulea  manifeataron  la  mayar  deeiaieo 
per  Féljpo.  Qaí^oso  exglr  el  jaramento  de  fidelidad  á  al^ 
f  nnoa  grand«B«  qiie  p«r  sa  edad '  y  enfermedades  no  ka« 
bia  peeido  retirarle  eon  la  e^rtOi  y  eontestando  por  te* 
dos  el  ^.nel&no  marqiéj  de'ilanoera,  Tirey  qne  babia  ai«i 
4o  de  Mójiéo,  dijo;  qae  <<desde  sa  nifiez  habla  aprendido 
á  ne  recenoc«r  i^as  qae  ua  Dios  y  na  rey  » -y  qne  no  Tsr 
liarla  de  principes  cuando  t^niík  ya  nn  pié  en  el  sepal** 
aro.''— ATgaiiOiJ,  da  oiiibar£0,  se  decidieren  por  el  arehi- 
daqae. 

LasdesgracIiS  hablan  meindaado  sobre  las  atmas 
fraBGe£a&:  les  eje  dt#a  de  Lais  hablan  aido  vebcidos  en 
Alemania  por  los  i^^glegea  mandaúoi^por  el  duque  de 
Jlarlborcngh  y  en  Ic&lia  por  los  austríacos  y  píamente^ 
ses,  A  Cuya  eabdza  cstab:^  el  príncipe  Bagenio  y  el  dar 


^153  — 
que  de  Saboyai  que  se  habla  ¡declarado  oontra  su  yomo« 
Bn  eonseonenoia  de  estas  derxotaa  loa  aliados  se  apode- 
raron de  todas  las  plaaas  que  le  qaedal)análA  Espafía 
en  Flandesy  y  en  Italia  del  Milanéa^  habiendo  oq  segui- 
da orapado  el  reino  de  ÜTápolea  el  general  anstriaco  eon* 
de  de  Daan.  Perdiéronse  también  la  Oerdeña  j  los  presi  - 
dios  de  la  costa  de  Toacana ,  y  desde  el  piinoipio  de  la 
gaerra  los  ingleses  se  hioieron  dae&os  de  Gibraltar,  y  en 
el  progreso. de  ella  de  las. islas  Bateares.  Tantos  revoees 
obUgaron  á  Lnis  á  selioitar  la  pa? ,  p^ro  las  oondioiones 
con  qne  se  la  concedieron  los  aliados  eran  tales,  qnese  U 
qneria  obligar  á  emplear  sus  tropas  para  arrojar  del  tro^ 
no  de  fisps&a  á  Felipe.  Tiendo  que  no  le  q^edaba  mas 
partido  que  seguir  la  guerra ,  tomó  esta  resolución  di^ 
ciendo: '^puea  que  quieren  obligarme  á  haeer  la  guerra 
á  mis  hijos,  yaie  más  hacérsela  á  mis  enemigos."  Felipe^ 
que  habia  estado  inelinado  á  abandonar  la  -España,  tras- 
ladándose á  Méjico  9  tomé  Ja  heroica  determiiiacion  de 
no  contar  más  que  con  sus  propios  recursos  confiando  en 
el  valor  de  los  leales  castellanos!^  que.  taitas  pruebas  le 
habían  dado  de  su  conataucla  j^  ürme  adhesión  por  su 
cansa. 

Bu  Espafla  faltaba  más  qae  todo^  acierto  en  la  díreo-* 
cien  de  las  operadouei?.  Conocdéndolo  asi  l4Uis  XI IT  dio 
el  maodoén  jefe  del  ejercito  featicéa  y  espafiol  al  maris** 
cal  duque  dé  Tandoma,  quien  Yeuniendo  las  fuerzas  dis-- 
persas,  reforsándcdas  con  las  que  de  nuevo  se  mandaron 
de  Franday  é  inspirándola  nuevo  valor  y  aliento  ^  se  a:* 
eeraó  á  Madrid,  de  donde  Oários  haláa  salido  anticipada- 
mente tomando  con  dos  mil  caballos  el  camino  de  Oata-* 
lafia  {11  de  noviembre  dé  1710},  Los  aliados  se  retiraron 
ft  Toledo,  dondi)  parecáa  ataban  .resueltos  á  defenderse^ 
pero  abandonando  aqiteij^a  ofiadad  cuyo:  alcázar  quema- 
ron» se  pmiercnhá marclía  para  para  volve  á  Aragón.  Los 
ing^leses  mandados  per  Bfeauhope  cubrían  la  retaguardia^ 
y  Steremberg  marchaba  á:  alguna  distancia  eon;el  centro 
7  vanguardia.  Yandoma  los  6igui(:ty  aprovechando  una 
ocasión  fe^vorabíe ,  atacó  á  ios  ingleses  en.  Bríhnega  o- 
bligándoae  á  rendisae  desraes  dO:  una  resisteneia  deses^ 
rada  [9  de  diciembre  de  X710].^.jSlfiaremberg  que  ^volvió  á 
BU  socorro,  ftuS  batido  en  la  célebre  batalla  de  YiUavj^ 
ciosa  (10  de  diqiembre)  ganada  por  las  tropas  espaflolas 

PlIPIBSTAOXOSlSa.— 'io»  ui- 39 


•>>. 


I 


—  154  — 
€xolasivamente.  y  pudo  ct>xi  diftoaltad  Télvdr  á  Z  ingou 
ooa  los  restos  de  ea  ejéroito.  Yandoma  íaé  reconoeldo 
por  el  restaurador  de  la  monarquía  aspafia, 

H'ibia  maerto  eatre  tanto  el  delfin  de  Francia,  paita 

de  Felipe  y  la  corona  correspondía  á  un  nillo  de  tttfu 

edad  y  débil  Salad  qne  faé  despnes  LnisX7.  Tambiea 

había  fallecido  el  emperador  José,  hermano  del  arsbÜQ' 

qas  Oárlos,  qnien  per  esto  entraba  ea  posesión  de  losei« 

tados  hereditarios  de  sa  casa  i  con  lo  r nal  el  objeto  qu 

se  habla  teaido  en  la  formación  de  la  triste  aliaiíaa  qna^ 

daba  invertido ->  pnes  siendo  el  fin  de  aqneila  oomsentf 

la  batanea  del  poder  en  Aniapa ,  esta  se  alteraba  raa^ 

niéndose  en  nn  solo  individno  la  corona  da  Ifisp^a  y  les 

estados  de  Austria ,  tanto  por  la  reanion  de  la  Espafia  7 

de  la  Franela  en  ana  misma  familia,  fll  oambio  de  miiúfl* 

terio  Teriftcado  por  este  midmo  tiempo  en  Inglaterrs  bit 

zo  pasar  el  poder  á  manos  de  personas  fA-vorables  á  b 

pas,  y  el  único  obstáonlo  qne  á  ella  se  opomia  ^  qns  en 

el  temor  de  qae  las  coronas  de  Francia  y  de  Bspafia  pi> 

dieran  reanirse  sobre  nna  misma  cabeza,  se  tuvo  por  le* 

movido  con  la  nueva  rennneia  qne  Felipe  hiao  (5  de  lo^ 

viembre  de  1712)  de  todoss  os  derechos  al  primero  de  es* 

tos  reinos  y  la  de  loii  piínoipes  franceses  al  trono  de  Ba- 

pa&a.  Bátisfecha  con  e^to  la  Inglaterra ,  procedió  i  enr 

trar  en  negociación  con  la  Francia  y  la  EspaHai,  ain  coa* 

tar  con  sm  aliadosr  Bstoa  se  tavieron  por  ofendidos  y  ai 

emperador  resolvió  aegnir  la  guerra  por  ai  solo,  pero  ha« 

biéndose  separado  el  «jéreito  inglós  del  anatriace,  elptía* 

cipe  Sagenio  faé  rechasado  por  el  mariscal  dé  "VUlarsea 

las  líneas  de  Denain,  y  este  revés  iBoUñó^taanbien  alw- 

perador  á  las  con  Fran<áa|  «ñnqne  no  «oon  Seipalia;  as 

queriendo  renunciar  sus  dereehoe  á  aqnel  trono.  Qaáa 

potencia  hl£0  sn  tratado  eqparad&y  coiocidiendos  todo  es 

los  puntos  esceneiales  con  el  qne  se  firmé  en  lEadnd  m^ 

tre  Inglaterra  y  Bspala  el  21  de  marzo  de  1714  y  se  ra« 

tífico  poi  el  Ucrech  en  11  de  abril  de  aquel  afto.  Imii 

XI 7  dirigió  la  negociación  dé  tal  manera,  qoa  todos  loa 

saoriftoios  que  habían  de  haeexse  recayesm.  sobre  Bsoa- 

fiay  en  aubstandl»  las  oondioiones  que  se  eonvintettm  fe*- 

ion  la  división  de  esta  monarqoía»  &  la  manen  qne  se  ha 

bia  intentado  antes  de  comenzar  la  gnerra«  Felióe  f ae  re« 

conocido  por  rey ,  perocedió  losPaises  Bajos,  MUan^ 


—  155  — 
iSfápoleay  Oerlefiaá  la  Austria;  la  Sicilia  de  qae  la  Bit 
paña  se  habla  matenido  en  posesión  durante  ^  gaerra, 
faé  el  premio  de  la  mala  fé  del  duqae  de  Saboya ,  con  el 
títalo  de  rey ;  Inglaterra  se  quedó  con  Oibraltar  y  )a  isla 
de  Menorcaí  y  se  le  volvió  a  conceder  '^el  asiento^"  que 
era  el  odioso  privilegio  de  iütrodaclr  negros  esclavos  en 
el  continente  6  islas  de  América :  tráfico  que  aquella  pos 
toDcia  tenia  entonces  tanto  empefio  en  fomentar  ^  como 
después  ha  tenido  en  extirparlo,  Birviéndo^e  de  aquel  pri>. 
viíegio  mientras  subsistió,  para  hacer  á  bu  sombrtí  el  con*- 
'  trabando  en  las  poseáones  españolas. 

Solo  los  catalanes  no  hablan  querido  ceder  y  fieles  á  la 
causa  que  una  vez  abrazaron,  resolvieron  sostenerla  aun 
vieado  partir  al  archiduque,  quien  para  que  uo  le  implen 
diese  salir  de  Barcelona  y  trasladarée  á  Icalia  con  el  fin 
de  pasar  á  sus  estados  hereditarios,  tuvo  que  dejar  en  ac 
queila  ciudad  á  la  archidaquesa  su  esposa ,  como  prenda 
de  que  no  los  abandonaba ,  asegarando  en  una  solemne 
declaración,  (6  de  setiembre  da  1814)  qae  volvería  y  ha- 
ría los  últimos  esfaerzos  para  terminar  la  guerra  ,  onjos 
malea  sofrian  con  tanta  oonetanola.  Elevado  deapnes  al 
trono  imperial,  aunqae  no  hizo  la  paz  con  la  ttspafia  ni 
rdcon<)ció  como  rey  a  Felipe ,  conservando  él  mismo  este 
título  9  eelebró  con  la  Francia  y  la  Inglaterra  nn  convo'* 
nio  particular,  por  el  que  8&  obligó  á  saciir  cus  tropas  de 
O^tainñai  y  de  las  isUa  de  Mdlloica  é  Ibiza,  y  á  un»  una- 
penfilon  de  armas  en  Itilia  hasta  la  paz  gi^uerai ,  concd>* 
diéadose  por  él  rey  do  Eapalia  una  amnistía  en  favor  de 
loa  oatalanes,  y  obligándos  la  Francia  y  la  Inglaterra  á 
mediar  para  que  se  les  conservasen  sus  privilegios.  -Los 
catalanes  no  b€|  desalentaron  viendo  salir  á  la  emperatriz 
f  laa  tropas  austríacas ,  y  resolvieron  oonstitairae  en  re« 
plblica,  declarando  con  la  mayor  rcsolu^sion  la  gaerra  á 
IjI  Francia  y  ó  la  Bspafie. 

Felipe,  á  quien  la  paz  que  se  acababa  de  of  lebrar  per- 
mitía disponer  de  todas  sus  tropas,  hizo  marchar  na  gran 
lámero  deellas  áOatalnüa^y  habiendo  ledncido  nui»  en 
^38  de  otra  las  ciadades  mas  impoitamcs  de  priaii.  ado 
4ae  se  conservaban  adictas  á  Ja  revolución ,  tu  0^'cito 
n  wdadopor  el  dnque  de¡Pópoli,  puso  anio  á  Barceion  y 
lomenzó  á  bombardear  )a  ciudad.  Luis  XI Y,  parafactiVar 
M  operaciones  del  sitio ,  envió  otro  ejército  de  vtinte  y 


— 156  — 
tínmy  mil  hcmbres,  á  las  órdóaea  del  maiLsoal  da^ne  áe 
Bftiwlak,  por  haber  muerto  el  de  Yandom»  en  el  reino 
do  Talencla  de  ua  ataque  apoplético ,  en  jo  cadáver  por 
snay  espeeial  honor,  f  aé  conducido  al  Biaoorial  y  estará^ 
do  en  la  bóveda  de  los  infantes*  Los  sitiados ,  á  güines 
m  ofreció  la  seguridad  perisonal  y  de  sos  propiedades, 
no  quisieron  oir  proposición  alguna ,  si  no  se  les  oonserN 
vaban  sus  fa^iros.  Loa  sitiadores  abrieron  la  trinchera  y 
i*>olocaron  en  batería  para  romper  el  f aego  soImo  la  cia« 
dad  noventa  cañonss  do  grueso  calibre  y  veinte  y  easktto 
laorttros.  Macdab&eu  la  plaza  don  Antonio  Tülaroel, 
(¡ue  en  la  batalla  de  YUlavieiosa  se  había  distingoido  en 
«1  cuerpo  del  c3utro  del  ejército  aliado  á  las  órdenes  de 
Btaremberg.  El  ontasdasmo  del  pueblo  se  encendía  con 
<i  ejemplo  de  loa  eclesiásticos  que  se  pusieron  á  la  cal^' 
sa  y  les  exhortaban  en  los  Sermones ,  á  excepción  de  los 
jesuítas,  qno  permanecieron  fieles  á  Felipe:  los  mas 
exaltados  eran  ios  capuchinos ,  que  para  di£tingnirse  se 
liabian  puesto  cintas  do  colores  en  las  barbas.  Después 
de  muchos  ataques  vigorosos »  Barwich  logró  apoderarse 
de  las  obras  exierioreB  y  alojar  sus  tropas  en  el  intnior 
de  la  ciudad,  pero  en  esta  habla  que  dar  un  ataque  á  ca- 
da casa  y  que  empeñar  un  combate  en  cada  calle,   Al  fin 
los  sitiados,  redaeiclos  al  último  extremo «  para  evitar  la 
juiaa  ecmpletii  do  Ja  ciudad  se  rindieron  [12  de  setiembre 
de  1714]  dáudclés  seguridad  para  sus  personas  y  bieías 
y  pagando  una  &nma  dctí:rmioada  para  satisfacer  á  les 
toldados  en  vez  del  saqueo.  Yüiaroel  faé  destinado  alces- 
tillo  de  Aliearite:  el  obispo  de  Albarracin  oon  doscientos 
(•clesiásticoa  faeron  desterrados^  á  Italia ,  y  otras  pino* 
ñas  de  las  mas  temibles  facrou  dia^buidas  en  diversas 
oindades.  Gataluu»  perdió  sus  faetos  y  quedó  sujeta  al 
dominio  absoluto  doi  rey.   £ii  seguida  fueron  ocupadas 
]icr  las  trcp&B  de  Felipe  las  islas  d^  Maüorca  é  Ibiza ,  y 
de  eEÍa  maxiera  quedó  asegurada  la  familia  de  Borbou 
tíobr^ertroíio'da  ifc'panay  dübieudo^ála^suerte  deJasarm» 
y  al  cV)ngteütimieatú  de  todas  las  potencias,  lo  que  podüa 
faltar  á  su  d!:re;3lio.  Los  castellanos  dieron  en  esta  gua* 
la  las  prebas  m.Hi  tefuladas  de  fidelidad,  y  el  tesón  con 
que  deíeníliercn  la  causa  do  Felipe  y  tu  actividad  enpcr- 
tiegulr  al  ciicmiíjo  por  medio  de  las  partidas  de  guerrilla 
qiue  por  totiay  partea  ai-arccieron ,  hizo  conocer  al  gene- 


— 167  — 

»l  ingl&i  Lord  Gallo w^y,  é  iaférmarlo  aaí  &  sa  gobier.» 

mo,  qa«  «orntra  um  paoblo  q««  de  asta  Masera  m  soateaia, 

ara  imposible  heeer  trínifar  la  eansa  del  ar  ehidaque.— 

Maebe  perjadieó  á  i«te  el  medo  de  manejAise  de  «as  a- 

liadofi  pmes  siende  eetee  ea  la  majer  parte  pretestAalte, 

lee  detaeatos  gae  ooaetieroa  ea  lee  templos  j  la  pref**- 

.  maelea,  de  lee  objetes  mas  yeaerados  del  ealto  catélieo, 

hieieroB  para  loe  espafioles  de  la  gaerra  de  saoesiea  ana 

guerra  religioaa. 

Kieatras  ea  Jíspafia  se  debatía  de  aiia  manera  taa  san- 
grieiil»  talón  habla  de  ser  el  soberaaO;  la  Amériea  toda 
perouineoía  en  la  mayor  ealma ,  sis  ret^aitir  otros  males 
4«e  les  oonsigaientes  ¿  ana  reoepeiende  las  comonioai 
•ieaet  marítisuMi,  obedeoiendo  4  Eelipe  y  en  espera  de 
que  la  smerte  de  las  armas  dceldiese  á  qai6a  habla  de  re^- 
eonoeerse  por  rey  de  Itpafta  y  de  las  Indias. 

▲peaai  se  habia  terminado  la  gaerra » onando  falleeié 
la  reina  doSa  Maiía  Laisa  de  lábeya ,  (14  de  febrero  de 
1714)  qoe  habia  aoompafiado  á  Velipe  en  tedas  las  vici^ 
sitadas  de  ella,  dando  prnebas  de  ana  gran  constaneia 
y  reselaeion.  Domin&bala  enteramente  la  prineesa  de  los 
Ursinos,  por  la  qae  tenia  tanto  interés ,  qne  preTaleei6 
aotm  Felipe  para  qne  insistiese  al  haotr  la  paz ,  en  qae 
ee.f armase  para  la  Ursinos  ana  peqaefia  soberanía  ínáe^ 
Vimindiente  de  la  onidad  de  Limboarg  en  les  Paísts  Bajes, 
eon;treÍBta  mil^dasados  de  rentes:  selioitod  qaefaé]apeya- 
da  per  la  Inglaterra»  pero  qne  no  admitieren  las  demás 
pol0noUm«  Del  matrimonio  de  Felipe  oon  deia  María 
Lt^sa  qiiedeion  don  XmiSi  j  arado  príaoipe  de  A&tarias  por 
las  Oortei  reanima*  4  ^^  efecto,  segan  eostambre,  en  el 
monasterio  de  fliin  Gerónimo  de  Madrid,  y  don  Fersan* 
.  dxv.qne  ambos  le  saoedieronen  el  trono:  otros  doü  infjini 
tes  4iUeeleron  dei  <5orta  edad. 

En  la  eamf^fia  de  Italia ,  el  daqae  de  Tandoma  qae 
mandaba.el  ejercite  fcancés,  conoció  casaalmente  al  aba- 
te Ji¿io  Álb^i^ó^»  ^U^  de  on  pobre  jardinero  de  Placen** 
.  ota  an  .^^iioado  de  Pariha,  ejereioio  en  qne. él  mismo  pa« 
aó  eos  pndieros  afios.  £1  daqae,  prendado  de  sn  inteli- 
.  geneis^  y  facilidad  para  el  trabajo,  le  hizo  en  Eeoretario, 
y  le  llevó  consigo  á  España,  coando  faé  á  tomar  el  man- 
dó de  aqnellás  tropas.  Mnerto  Tandoma,  Luis  XIT  con- 
tínaó  sn  protección  á  Alberoni,  qnien  snpo  inginnarse  en 


—  168  — 
el  favor  do  la  Uf fiiaoSi  y  euaado  Felipa  reiOTíí  pasar  á 
sesaadas  nnpdiaa ,  AlDaroni  persoadió  4  la  TlniíiQS  qoi 
la  prineisa  mas  adeoaada  para  qae  tjareiese  aobre  ¿h 
el  misKLO  iftflajo  que  aobre  ladifanta  reiiia^  era  dofiaifli' 
bel  Faraefiio,  Bebriaa  del  daqae  de  Parma ,  de  q«ieii  Al^ 
beroai  era  eaviado  ea  Madrid  Decidido  el  caaaiaieato  j 
mandados  al  daqae  de  Parma  loa  pederes  para  redUr  Sa 
mano  de  aa  sobriaa  ea  sombre  de  Fdlipe,  la  Urataoi  to- 
To  noticia  de  que  el  oar&eter  de  Isabel  era  mny  áivem 
del  g6aio  dóeil  y  aamiso  qae  Alberoai  le  habla  atiibiú* 
do:  pero  aunque  ooa  tal  aviao  ae  hiae  parUr  aa  ooctto 
para  iateriampir  la  oelebraei(m  del  matriaieiiio ,  lexQ' 
tardó  arti&cioaameate  á  au  llegada  á  Parma  la  eatceía 
de  los  despachos,  que  ao  recibió  el  daqae  haata  daspw 
de  terminada  la  ceremoaia  aapoial.  La  naera  Teima  te 
puso  ea  B»rcha  inmediatamente  para  Eapafia:  á  aa  paso 
por  San  Jaaa  de  Pié  del  Puerto,  ea  la  froatem  de  Frai» 
oia,  en  donde  ae  detayo  doa  diaa,  tavo  largaa  ooaTersadoi 
Bes  eon  su  tia  la  reiaa  rinda  de  Garlos  ll^  qae  aalió  á  v^ 
cibirla  á  aquel  puato,  á  qaiea  Felipe  habia  hedió  reü» 
rarse  á  Bayona,  á  coHaecueaoia  de  la  parcialidad  fs 
habia  manifestado  por  el  arehidaque  euaado  toa  atíaooi 
ocuparon  &  Toledo,  ea  la  qae  esta  les  iairajó  del  diaai- 
nio  que  la  Ur alaos  ej  ereia  ea  Sapafia ,  ouyas  aotieias  la 
fueron  coatrmadas  por  Alberoai  qae  la  agaardaba  et 
Pamplona,  ftiguió  desde  allí  aa  Ti%je  áOaaáaiajara^dda* 
de  la  eaperaba  el  rey  para  la  ratifloadon  dtl  malrbaeBia. 
y  la  Urinea  eomo  camarera  mayor  aalió  á  eaoofttEaria  á 
Jadraque.Apenaa  la  reiaa  habia  eatrado  ea  la  hal»ti« 
doa  que  le  estaba  diapuesta  •  ooa  el  aiaa  ligeio  pretetíi 
LESO  poner  en  aa  coche  á  la  Úidaos  ooa  doa  oftelales  qaa 
la  acompafiaaen,  escoltada  per  uad^atameato  de  eaba* 
liaría  y  mt  n  ló  ae  le  coadnjese  á  Fraaoia,  ala  permitizlB 
descansar  ai  aaa  mudarse  el  traje  decorie  ooaqieei* 
taba  yeatida.  La  reina  llegó  á  G-aadalajara  donde  easaba 
el  rey,  y  el  matrimonio  se  rat  .ftcó  (24  de  ootabro  de  ITU} 
á  preaeada  del  palriaroa  de  las  ladiaa. 

Felipe  quiso  fijar  la  auceaioa  de  la  ooroaa  do      _ 
sobre  iaa  miamas  bases  qae  la  de  Franela,  ozelayeBdoé^ 
las  hembras;  habieado  varoaes  aaaqae  de  líaeaa  oolaaa<*/ 
rales;;  cuya  forma ,  adoptada  por  el  conaejo  do 
resistida  por  el  de  Oa¿tilla|  ae  hizo  que  la  aprobasen 


—  159  — 
Oorteft  rennidas  en  Madiid  en  1714,  ooDCürriendo  con  los 
de  üasüllay  les  dilatados  de  iulgunas  ciudades  de  Afg^^ 
goH)  Yaleneia  j  Oatalafia,  y  en  consaovencia  sepnblioó  la 
pragmáüea  oon  las  solemnidades  aoobiambradas.  Felipe 
se  proponía  oon  esto  el  laudable  fin  de  evitar  las  gnerras 
de  sncesionqae  tan  frecuentes  habían  sido  en  Bspafia,  y 
los  resultados  pemíeíosos  que  había  tenido  para  aquella 
nacion^elqae  la  corona  por  medio  de  los  easamientoai  se 
trasmitiesen  á  familias  extranjeras;  pero  este  intento  no 
solo  no  se  logró;  sino  que  esta  innovación  ha  sido  la  eau- 
sa  de  la  nueva  guerra  de  sacefeion;á  aq&elJa  corana  qoe  se 
ha  verificado  en  nuestros  días,  en  la  qne  aon  üarlo»  fan^ 
daba  su  derecho  en  la  pragmática  de  Felipe  y.  mientras 
que  la  aatnai  reina  do&a  Issibe),  en  cu  jo  f  rtvor  decidieron 
1m  armas,  hahesho  consistir  el  sujo  en  las  antiguas  cos- 
tumbres y  en  derogación  de  eaa  misma  pragmática ,  por 
su  padre  Fernando  YU. 

M  reinado  de  Felipe  Y  íaé  la  época  de  los  aventure- 
ros; Albereni,  por  el  iníiojo  de  la  reina,  logró  apoderarse 
absolutamente  del  gobierno.  La  guerra  de  sucesión  había 
heeho  naoer  graves  contestamones  entre  el  gobierno  es«* 
pafiel  y  la  corte  romana,  pues  aunque  el  Papa  Olemente 
X£  se  había  maikifestado  favorable  á  los  intereses  de  la 
casa  de  Borbon ,  dominada  la  Italia  por  los  an.atriacoS| 
no  había  dado  á  Felipe  la  investidnra  del  reino  de  l^ápo  - 
les,  considerado  en  aquel  tiempo  como  feudo  ú^  la  santa 
sede,  y  había  reconocido  á  su  nval,  por  lo  que^F«lípe  ha« 
bia  mandado  salir  de  Jblspaña  al  nuncio  y  hecno  que  los 
obispos  tomasen  conocimiento  de  las  apelaciones  y  de-> 
cidieseu  en  otros  negocios  que  se  despachaban  por  el 
tribunal  de  la  nunciatura  ó  se  llevaban  á  Eoma.  Entróse 
en  negociación  para  restablecer  el  antiguo  orden  de  co- 
sas^ y  Alberoni  ofreció  que  todas  las  diücaltades  se  alla<% 
narían,  si  se  le  daba  el  capelo,  como  se  verificó. 
jíMuertoLais  XI Y  en  1?  de>etiembre  dtl715,  la  historia 
ddl  largo  reinado  de  Feíipe^ae  reduee  á  sus  incesante^iu'- 
teñios  para  ocnpar  él  trono  Frenóla,  de  lo  qne  no  se  órela 
impedido  por  las  ^repetidas  renuncias  qne  había  heeno^ 
porque  estaba  persuadido,  que  no  podía  renunciar  á  un 
dercíaho  inherente  4  su  nacimiento,  y  esto  le  hizo  empe« 
fiarse  en  una  guerra  desgraciada  contra  la  Francia , 
[1719]  por  haber  sido  descubierta  una  trama  íbrmada 


—  160  — 
en  Péiís  psra  ponerle  en  poietion  de  Uregenefai  daiwi- 
1e  la  Meaoridad  de^Lnie  XT  y  á  loe  esfunos  rapetidef, 
i)rimere  para  rcííoterar  el  predominio  que  1%  Bepaft»  a»- 
í)ia  ejercido  en  Italia,  y  deapmee  para  kaottr.  aobennoe  de 
nlgnsos  de  Iob  peqne&OB  estadee  de  aquella  i^nínanla,  a 
]os  hijes  do  en  segundo  Katrimonio  dom  Oárlos  y  don 
Felipe,  lo  que  di6  motiTO  á  unaeéiie  intecminabla  de  a^ 
lianzas  y negociacionea  eeneetos  objetoa,  y  eonelde 
liaeerae  reatituir  por  la  loglatetta  á  Gibraltar  y  Mi- 

aorca.  ,  ,.      .      . 

Alberoni,  obedeciendo  laa  ér dmes^  del  r^  y  l;»»jean- 
do  «u  inclinación  &  las  oonquistiui  ealtaliai  mrmé  una  es- 
cuadra á  cujo  bordo  se  ambareó  un  ejéieito^  que  a  las 
<  rdeies  del  marqués  de  Lede ,  tatnenee  de  naeimiealOy 
ceupó  la  Oerdefia  ("1117 J  habiendo  persuadido  á  «das 
Jas  naciones,  así  como  también  al  Bumo  Pontiftce  9^  le 
^concedió  un  subsidio,  que  el  armamento  se  baeiaeontra 
les  torees.  Ho  obstantes  las  reolarnaaonee  da  todas  las 
potencias  que  temían  ver  turbada  nnevaaiente  la  pas  de 
In  Europa  por  la  ambición  de  Felipe  y  de  an  ministro, 
éate  dirigió  nueva  expedición  contra  la  Biollia,  ptf  o  li- 
gadas la  lugUtorra,  la  Fraueia,  la^Holanda  y  el  empera- 
dor por  el  tratado  de  la  cuádruple  allansa,  la  laglatena 
para  geetener  la  cesación  de  armas  en  Italia  eenyenide 
en  la  paz  de  Utrech,  envió  nna  escaaira  al  Meditsrráaso 
á  las  <3rdeiies  del  almirante^Biag,  laenal  deatrn|éla  ss- 
pafiola  cerca  de  Mcdua,  y  las  tropas  que  se  babiaa  ape- 
clsrado  de  casi  toda  la  iels,  tuvieron  que  abudenarla  per 
una  capitulación, 

▲Iberoui  vuio  á  ser  el  blaneo  de  la  peraeeneien  de  te* 
(los  loa  gobiernos ,  que  so  creían  siempre  en  riesgo  de 
nuevas  i&quietudes,  mientras  aquel  miotetre  turbalsato 
y  fecundo  en  recursos,  estuviese  al  frente  de  les  negodcs 
en  España.  El  mismo  Felipe  eomenzó  á  verle  con  reifrie 
desde  que  bus  esperanzas  se  frustrareny  y  se  le  dio  en  fla 
orden  p»ra  retirarse  de  la  Corte  y  salir  de  IspsiA 
dentro  de  un  corto  término.  Púsose  en  eamina ,  y  en  Os* 
talufia  faé  detenido  y  registrados  eserapnlosamente  sitf 
papeles.  A  su  paso  per  Genova  se  le|detavo  de  nueve,  y 
el  Fapa  pretendió  que  se  Je  mandase  preso  para  kaoerlo 
juzgar  sobre  loa  capítulos  de  acusación  presentados  por 
el  rey  de  España ;  el  gobierno  de  aquella  repúbllcs  se 


^ 


—  161  — 
rehasd  oon  firmeza  á  esta  inffaoeíon  del  dereoho  de  geiin 
tes,  pero  no  padiendd  resistir  tampoco  oontra  toda  la 
,Baropa  conjurada  odn  Alberoni ,  le  previno  qae  saliese 
de  sos  estados  y  tavp  que  oouMarse  en  Saiea,  liasta  que 
muerto  el  Papa  Clemente  XI  fué  llamado  á  cononrrir  al 
oónolave  para  la  eleosion  de  su  snoesor  laoceoeio  XIII. 
Siguió  luego  en  Boma,  ó. desempeñando  fuera  de  ella  di* 
versas  comisiones  del  gobierno  pontificio ,  y  mnrió  en  a^ 
qnella  capital  de  edad  muy  avanzada  el  26  de  junio  de 
1752. 

La  caida  de  Alberoni  habla  sido  prej^arada  por  el  mar- 
qués  de  Sootti  enviado  del  duque  de  Parma , .  tio  de  la 
reinal  que  el  mismo  Alberoni  habla  empleado  en  di  ver- 
saa  comisiones  diplomáticas  de  la  mayor  importancia,  y 
por  otro  agente  da  inferior  esfera ,  aunque  ^e  grande  íq« 
fluencia  en  este  reinado  qué  fué  dofia  Laura  ^  ama  de  le*^ 
che  de  la  reina,  que  estaba  á  au  lado  en  calidad  de  aza- 
fata. Bl  i)adre  jesuíta  DanbentoUi  confesor  del  rey,  ann^ 
que  ejerció  el  empleo  de  ministro  después  de  la  calda  dsl 
cardenal ,  le  sucedió  eñ  la  preponderancia  sobre  el  espí « 
ritu  del  rey,  pero  cayó  tombien  de  su  gracia^  y  disfruta- 
ron mas  ó  menos  del  favor  real  otros  ministros ;  hasta  la 
elevación  del  marqués  de  Orimaldo.  Felipe ,  cuyo  géne- 
ro de  vida  era  monótono,  y  encerrado ,  se  decidió  a  lie** 
var  á  efecto  el  proyecto  que  hacia  años  meditaba,  de  a^ 
paitarse  del  todo  de  los  negodos,  y  retirarse  al  eitio  xeal 
de  San  Ildelfoso  ó  la  Granja ,  en  la  que  habla  hecho 
construir  nn  palacio  con  soberbios  jardines,  que  quiso  ri- 
valizasen con  los  de  Yersalles.  Oomunicada  esta  resol  u> 
don  al  consto  de  Oustilla  [10  de  enero  de  1724]  y  man<« 
dada  publicar  y  cumplir  por  esto,  el  marqués  de  Orimal- 
do  pas(^  al  Bscorial  [14  del  mismo]  y  presentó  á  don  Luis 
el  decreto  por  el  que  se  le  transfería  la  corona* 

D.  Luis  I  subió  ai  trqno  á  los  dies  y  siete  afios  de  liu 
edad  i  y  fué  proclamado  en  Madrid  el  9  de  febrero  de 
1724.  Los  espafioles,  deseosos  de  t^ner  un  rey  nacido  en 
0í}pafia,  le  recibieron  con  aplauso  y  sus  buenas  prendas 
prometían  nn  felis  reiaado.  Por  an  doble  matnmonio  se 
lo  habia  dado  por  esposa  doQa  Alaría  I^sabal  deBoibon, 
hija  del  regante  duque  de  Orleans.  al  mismo  tiempo  que 
habla  sido  llevada  á  Francia  la  infanta  doña  María  Asa 
Tictoria,  hija  del  segundo  matrimonio  de  Felipe,  niña 

OISBAOIBONES»— TOlffO    /^A--41 


,  _1G2  — 
de  cuatro  años,  con  qaiea.  debía  caaar  Luis  XY,  qae  á  la 
aazoa  tenia  ouoa,  oaando  ambos  taTieseii  edad.  Bl  casan 
miduto  da  doa  Luis  no  f dé  dicboao;  tales  faetón  las  ex» 
travAganoias  de  sa  e3i}osa^q.ao  se  trató  deán  divorcio  jse 
yió  obligado  6  castigarla^  separándola  porfalganos  días 
de  en  lado:  efeuto  todo  dtí  ios  ejemplos  escandalosos  de 
de  U  corte  del  regente,  nna  do  las  ínas  ccvrompidas  que 
jamás  se  hablan  vi»to,  .  . 

▲nnqae.el  reim^do  de  Luis  faó'tan  pasajero  qne  no  lia 
dejado  ne&al  algnna  de  su  existencia ,  se  eomenzaten  á 
descubrir  síntomas  de  mala  inteligencia  con  la  corte  de 
San  Ildefonso',  desde  cuyo  retiro  Felipe  se^fnia  gobe^ 
naado  por  sus.  insinnacianes:  pero  á  todo  pusieron  tármi- 
ao  las  virneias ,  enfermedad  f aneeta,  en  aqn^la  época 
pttra  la  CAsa  de  B jrbon ,  do  la  que  falleció  el  jóren  rey 
el  31  de  agosto  del  mismo  año  en  que  empezó  a  reinar. 

Muchas  dudas  ocurrieron  á  Felipe  para  volver  á  tomar 
la  corona;  habiéadole  nombrado  don  Luis  sn  sucesor  e& 
el  testamento  que  otorgó.  La  renuncia  habia  sido  tan  ab« 
soluta  qne  no  le  dejaba  logar  de  volver  á  snbir  al  trono 
que  debía  ocupar  don  Fernando  ,  segundo  hijo  del  rey: 
Felice^  Heno  de  esciúpulos  y  conji^alto  á  diversos  teólov 
gji  ,  paro  uj  60  d>iQiiió  á  reunir  las  Cortes  como  se 
le  propuso  por  el  consejo  cuando  hizo  la  renuncia,  con« 
teacaudose  eutonodti  cou  pedir  su  opinión  á  los  ayunta- 
mientes  de  Ims  ciudades  que  tenían  voto  ,  medio  que  se 
juzgó  suficiente  para  suplir  por  la  reunión  de  aqnéUas. 
Decidióse  por  fin  Fslipe  á  volver  á  tomar  en  sus  manos 
las  riendas  del  gobierno,  á  lo  que  no  oontribayó  poco  la 
reioa  dona"^ Isabel,  que  no  veia  otro  modo  de  satisfacer 
BU  ambición  de  hacer  á  sos  hijos  príncipes  soberanos  en 
lulia  y  para  qua  Felipe  se  decidiese ,  hizo  mover  todos 
los  rd:M>raeS|  siu  omicir  el  del  padre  Bfirmudez  t  oonfesor 
de  Fdtipa  y  del  naucLO  del  Papa,  quien  no  dudó  asegur 
rar  la  aprobjbcloa  del  damo  Pontífioa  ^  haoiéndoae  res^ 
poasabie  delaate  da  D¡os  de  la  retractación  de  la  abdi- 
uAúioü  da  Faiipa  y  da  Tas  promesas  coa  que  se  habla  li 
gdii j  Fausta ,  dauidi^io  por  talca  razones ,  hisso  saber  éL 
consejo  el  sel 3  de  eetiambre  su  resolaeion  de  volver  m 
trono. 

Parecía  £er  el  destino  de  Felipe  no  poder  gobernar  sin 
ponersd  bajo  la  dependenoia  de  afgano, ,  ^  quien  aban- 


—  163  — 
donaba  la  autoridad  para  perseguirlo  despnep.  Otro  af^ 
yentarero  llegó  entonces  á  ejercer  en  el  gobierno  de  Bs^ 
paña  el  mismo  ó  major  poder  que  el  qne  había  tenido 
A'beroni.  Juan  Galllermo,  bfbron  de  Riperdá,  «e  iuíirtnó^ 
en  el  favor  de  Alberoni»  y  se  le  confío  el  impertiente  eü- 
oargo  de  tratar  secretamente  con  el  emperador  de  Aus- 
tria,  para  asegurar  á  don  OárioS)  hijo  del  segundo 
matiimoDio  de  Felipe  ,  la  hereooia  de  la  Toheana  j  de 
Parma  a  que  tenia  derecho  su  madie  doña  Isabel.  Bi-> 
perdá  volvió  á  Madrid  con  un  tratado  público  de  paz  con 
el  emperador,  por  el  que  reconoció  á  Felipe  como  rey  de 
ISspaña,  y  con  otro  secreto  de  alianza  ,  en  el  que  doña 
Isabel  fundaba  sus  esperaDzas  en  el  establtcimiento  de 
sas  hijos,  qne  intentaba  casar  con  las  dos  archiduquesas 
hijas  del  emperador.  Todos  losfdvores  de  la  corte  ca|e-« 
Xju  entonces  sobre  Biv>erdá:  diósele  ei;  lítalo  de  duque^ 
hízcsele  grande  de  España  y  primer  minibtro,  habiendo 
renunciado  antes  á  la  rerljgion  protestante  y  declarádose 
católico,  cambios  que  Biperdá^  hacia  con  gran  facilidad» 
Propúsose  entohcüs  ejecutar  todos  los  provectos  que  te-^ 
nia  presentados  para  restablecer  la^indufi tria  y  marina  es** 
pañoía  para  impedir  el  contrabando  que  los  iugleses  ha-' 
cian  en  las  costas  de  América ,  y  para  quitai-  á  esta  na-^ 
clon  el  predomiiiio  de  los  mares.  Biptidá  divulgaba  in^, 
discretamente  estos  intentos,  y  contaba  para  tuuo  coa 
los  ejércitos  del  emperador.  La  loglaterra,  la  Franuia  y. 
la  Prusia  alarmadas ,  formaron  con  este  motivo  una  a« 
lianza  por  un  tratado  celebrado  en  Hauover,  y  despuea 
se  unió  á  ellas  la  Holanda.  Las  esperanzas  que  hablan; 
hecho  concebir  á  la  corte  de  íOspañalas  promesas  de  Bin 
perdá  no  se  realizaban:  la  Austria  :exigia  los  grandes  aa« 
xilios  de  dinero  que  se  le  hablan  ofr<:cido ,  y  Biperdá  ha^ 
bia  suscitado  contra  sí  muchos  enemigos :  el  favor  que 
disfrutaba  se  desvaneció  con  la  mism»  celebridad  que  lo 
habían  ganado.  Admitiósele  la  rennncia  que  hizo  dts  to«« 
dos  sus  empleos,  [14  de  majo  de  1726]  asignauaole  un% 
rompeteute  pensión ,   y  no  ttnléudi>ike  por  i^eguro  de  la 
tempestad  que  contra  él  se  hahia  levantado  ,   se  refugia 
en  Ja  casa  del  ministro  inglés  á  quien  dló  coniiCiiLieiito 
de  todos  les  proyectos  formados  contra  la  Inglaterra/ 
pero  íuó  sacado  de  ella  por  un  alcalde  de  corte  y  oondu* 
Oído  preso  s>l  castillo  de  Segovia,  de  donde  logró  escapar 


ayudado  por  ana  jóTen  llamada  Josefa  Bomero,  con  quien 
^  contrajo  amistad ,  la  cual ,  siendo  amiga  de  la  mujer  del 
ibloai4e,  lo  proporcionó  descolgorae  do  la  torre  de  aqne\ 
lia  fortaleza,  y  ha  jó  cou  ella  á  Portagal.  Deepae  de  va** 
ríaa  peregñuaciones  en  Inglaterra  y  Holanda,  reclamado 
«¡orno  reo  de  eatado  por  la  España^  se  retiró  á  Marraecoa 
i;n  donde  faé  favorecido  por  la  sultana  madre  del  empe* 
radon  tomó  el  turbante ,  sufrió  la  circancifiion  y  pret^* 
cUó  reconciliar  á  los  cristianos ,  judíos  y  mahometaEOS, 
firmando  una  nneva  religión  que  tuvo  pocos  aectazios.— 
Nombrado  Bajá  ^]  se  le  dio  el  mando  de  las  tropas  motia« 
cas  que  defendieron  á  Oran ,  cuando  aquella  plaza  faé  a<« 
tacada  por  el  ejército  español,  bajo  las  órdenes  del  conde 
(le  Montemar:  peleó  con  desesp^acion,  pero  fué  derrota"*^ 
1 10|  y  habiendo  sido  precipitado  del  trono  sa  favorece- 
dor, por  una  de  aquellas  revoluciones  tan  frecuentes  ea^ 
i  re  los  moros,  tuvo  que  liuir  á  Tetuan  en  dónde  mutió  (5 
ele  novien^bre  de  1737)  y  faé  enterrado  con  gran  pompa 
«lomo  musulmán.  £2n  £;^pafia ,  por  su  apostasía  y  haber 
hecho  la  guerra  contra  las  tropas  de  aquella  nación  faé 
degradado  de  su  título  de  duque  y  de  su  dignidad  de 
l?r»nde  [1732]. 

Nada  contribuyó  tanto  á  estrechar  las  relacianes  de 
la  Oorte  de  Espa&a  con  la  Austria  i  como  el  agravio  in* 
térido  á  la  familia  real  por  el  duque  de  Borbon,  que  go> 
iMumaba  la  Francia  en  calidad  de  primer  ministro  i  ba^ 
idendo  romper  el  matrimonio  contratado  del  rey  Loifl 
ZV  con  la  infanta  áJoña,  Maiía  Ana  Yiotoiía ,  alegando 
)jor  motivo ,  la  necesidad  en  que  la  Francia  estaba  de  a^ 
Hegurar  la  succfiion  al  trono  por  un  pronto  casamiento 
del  rey  sin  esperar  que  la  infanta,  que  no  tenia  mas  que 
Biete  años,  llegase  á  la  edad  nubil  [1725J.  Bnconsecnen< 
«la  fué  esta  devuelta  á  loa  reyes  sus  padres,  quienes 
dieron  todas  las  muestras  del  mayor  ^nojo  ,  en  especial 
la  reina  que  era  muy  altiva  y  violenta:  mandaron  volver 
é  Francia  á  la  reina  viuda  de  don  Luis  y  á  mademoise- 
ile  de  Beaujolais  &u  hermana,  que  habla  sido  llevada  á 
España  para  que  se  educase  allí  y  casase  con  el  infante 
don  Carlos,  que  después  faé  Carlos  IH:  se  dio  orden  pa« 
xa  que  saliesen  también  todos  los  franceses  que  residían 
en  España,  la  que  ce  revocó  viendo  Ja  leina  que  Felipe 
disponía  su  viaje,  y  preguntándole  qué  intentaba',  con^ 


testó  4116  86  prepuaba  &  oamplir  la  orden  de  ealír  de  Es** 
pafiaqse  le  eompcendía  oomo  fra&eés ,  y  quedó  cortada 
toda  eominieaoioB  entre  ambas  Oortos. 

Oaatro  años  despiuB  (1729)  ee  ooatrató  oou  la  de  Por. 
tagal  vn  4oble  easamiento:  dím  Fernando ,  reoouooido  y 
jurado  piíneipe  de  ▲etaria8.(en  25  de  noviembre  de 
1724)  per  las  Ctortea  conveeadae  para  eate  objeto  en  Ma- 
drid 6  oenseoneada  da  la  maerte  del  rey  don  I^nia,  tomó 
per  esposa  ¿  doffa  María  Bárbara  de  Pertagal ,  y  la  íem 
f*nta  dofia  María  Yietoxiai  qne  habla  estado  contratada 
oon  Lnis  XY  ^  easó  een  el  príneipe  del  Brasil. — Ambas 
Cortes  se  aoeróaron  á  las  respeetivas  fronteras ,  y  las  in- 
f iintas  se  cambiaren  en  un  pnente^oonstrnido  y  Boberbia- 
mente  adornado  sobre  el  rio  Oaya  qne  separa  on  aquella 
parte  las  dos  reines*  Bi  oasasodento  de  don  Femando  so 
celebró  en  Badajos^  de  donde  pasó  la  Oorte  á  SoTilla ,  y 
mí  esta  dndad  permaneció  FeUpe  al£[nn  tiempo  para  r«S' 
tablecer  sn  salnd^  eottbdbnyendo  la  reina  á  tañerlo  sepa-» 
fado  de  Madrid,  para  ejercer  s&as  libremente  sn  ialladu^ 
cía  sobre  el  anime  del  menaroa» 

Bntralas  varias  y  compUoadas  combinaciones  políti- 
eas  qne  se  formaron  en  Baropa  d.nrante  el  largo  reinado 
delMipe^lagnerraqnefiedeolarÓEobre  la  eUcsion  de 
m  soevo  rey  de  Polonia,  6  crasecneneia  de  la  mnerte  del 
rey  Angnsto  Illy  (1?  de  enero  de  1733)  vino  4  nnir  loi  iac 
tereses  de  los  reyes  de  Franela  y  de  iQspafia :  el  primero 
apoyaba  6  sn  snegreBstanilao,  qne  habla  sido  desprji- 
do  del  trono  por  la  Bnsia  y  vnelto  á  elegir  por  los  poia«*> 
eos :  la  Anstria  y  la  Bnaia  protegían  al  hilo  del  dif  aoto 
rey  I  nombtado  en  otra  asamblea  por  el  inflajo  de  Jas  ar-« 
mas  de  aqnellas  potendas^  Para  Bspafia  esta  coestion 
era  mny  indiferente;  pero  la  reina  aprovechó  la  ocasión 
qne  ella  le  ps^orcioaaha>  para  llevar  adelante  snldea 
favorita  dei  estableeimiento  de  sns  hijos  en  Italia.— D. 
Oárlos  habla  sido  yareoenoeldo  como  sneesor  del  gran 
dnoada  de  Tsscaaa,  y  estaba  en  posesión  de  Parma  y  de 
Plaseneia  por  derecho  hereditario  de  sn  madre ,  annqae 
no  dn  oposi^n  del  emperador,  mas  no  contenta  con  es* 
to  dolía  Isabel,  hlso  declararla  gnerra  ó  la  Anstiia ,  y 
nn  €j6roito  espafiol  mandado  por  don  Jo&ó  Oarriilo  do 
Albomosi  conde  de  Montemar ,  ya  ilnstrado  por  la  con** 
qnista  de  Orany  desembarcó  en  las  coatas  de  losoana 

Piai&TAOieilM.— 70MCUI-  i'i 


-«les  — 

{1733].  D.  O&rloB  m  paso  á  «a  freate  eoa  el  titalo  de  ge  - 
ner^Usiiao,  ooapó  el  reino  de  Ñápeles  mal  defendido  por 
los  aastrt'iooS;  y  U  viotioria  de  Soconto  ganada  por  Moa*» 
temar,  [25  de  mayo  de  1734]  y  la  ocnpaoion  ein  resisten-^ 
oitt  de  ia  áioiLli»,  patieron  eu  sn  oabasa  la  corona  da  a  • 
qneUos  reinos.  M  titnlo  de  dnqne  y  la  grande»  de  Kspa- 
fti*  f lefon  el  premio  de  JIteacemar.  Loe  progresos  dsi  las 
armíi^a  espafiolas  en  Lombardía,  hablan  heobo  6  doft&^^a- 
bel  lisonjearse  de  que  el  dnoado  de  Milán  vendria  á  for^ 
mar  otiro  estado  en  qae  esüableear  á  sn  segando,  hi{o  don 
Felipe,  mientras  qne  el  tertsero,  don'Lois  «  por  efeelao  de 
la  r«oonciliaoioa  qae  se  verifieó  con  la  corle  dé  Boma, 
qne  fiabia  tenido  gravee  difareneias.oon  la  de  Bspafta  por 
ineidentea  de  lú  guerra  de  Icatia ,  habla  sido  nombrada 
cardenal  á  los  oono  a&os  de  edal,  condriéadole  loa  arza« 
bidpados  de  Toledo  y  SevlLla ;  peroliabiéndose  yiato  o- 
bUgadíb  la  Francia  a  celebrar  la  pas  oon  el  emperador. 
Binada  tavo  qae  haeer  lo  mlsmo^  qa^dando  reconocido 
don  uárlos  rey  de  las  Doá  SieUiai  cediendo  la  Toaeana  ai 
dn^ne  de  Lorena,  en  compensación  de  este  dnoikdo  qae 
fie  dió  dk  E  itanislao,  qaien  conservó  ertiünlo  de  xejr  de 
Polonlai  annqne  el  cecro  de  aqnel  reino  quedó  en-  manos 
de  sa  competidor.  Los  dneados  de  Parma  y  Plaoenoia  se 
dieron  al  emperador,  y  la  Lorena  debía  unirse  á  la  Fran« 
da  después  de  la  mnerte  de  Bstaniiao»  Bate  tratado,  ca*« 
yos  preliminares  se  ñrmaron  en  Yiena  en  9  de  octubre  de 
1735,  no  f  aé  aceptado  por  Felipe  hasta  el  18  de  mayo  del 
ano'  siguiente* 

La  rivalidad  entre  BspalLa  y  Portugal  no  se  habla  ex^ 
tiDguido  en  tantos  afios  de  pas,  ni  por  el  doble  casamien- 
to qae  habla  unido  á  las  dos  familias  reinantes:  oual<« 
quiera  causa  ligera  la  volvíala  encender,  y  la  guerra  estu- 
vo á  punto  de  romperse  i  eon  motivo  de  la  violación  de 
los  privilegios  diplomáticos  del  embajador  portugués  en 
Madrid,  á  que  se  agregaban  reclamaeioues  de  la  Oorte  de 
BspaUa  sobre  usurpación  de  territorios  en  el  Biodela 
Placa:  mas  todo  se  terminó  por  la  intervención  de  la  Iñ«- 
glaterra,  quedando  cedida  á  la  BspalLa  la  colonia  del  Sa- 
ocamenco  en  la  América  del  Sur,  de  la  que  los  espillóles 
hablan  obligado  á  retirarse  á  los  portugueses  durante 
esta  cuestión.  Beconooido  don  O&rles  por  rey  de  ÜTár 
poles^  el  Papa  dió  la  investidura,  y  quedaron  terminadas 


—  167  — 
as  nuevas  diferencia  que  coa  diversos  motivos  se  habiau 
saeoitado  con  las  corte  de  Boma.  Felipe  trató  eatouoea 
de  oaaar  á  don  Garios,  y  se  dieron  iastraoolones  al  conde 
de  Fiíeaclara,  embajador  de  fispana  en  Viena ,  para  qae 
pidiese  á  la  prínceda  doña  M^ria  Amalia,  hijri  del  eleocor 
de  Sbjonia  y  rey  de  PoIoqí^.  El  9  de  mayo  de  1733  se  ce- 
lebraron las  bodas  tn  DresdOi  y  habiéaduse  puebto  enea- 
mino  la  nueva  reiaa,  recibió  de  todas  parces ,  en  su  largo 
viaje  hátítA  S'ápules,  señales  de  la  ma>or  coQtíider<&cion« 
Bl  f  apa  oomii^ionó  doce  cardenales  que  la  fúllcitaseu  al 
paso  por  BUS  eatadoS;  y  el  rey  de  E^pi^na  maudó  eu  cali- 
dad déTembajador  extraordinario  al  oiude  de  Bei  wick,  Oár « 
los  salió  á  recibir  ú  su  esposa  á  la  frontera  de  »u  reino,  y 
habiendo  entrado  en  la  capital  piivadamente  el  23  de  ju- 
nio iii£0  una  entrada  solemne  y  magüiüca  el  2  de  julio  si- 
gaitnce. 

Una  nueva  guerra  de  sucesión  que  puso  en  movimien^ 
to  á  toda  la  üluropa ,  volvió  á  abrir  el  campo  á  la  nmbi^ 
clon  de  la  reina  doña  IsabeL  Üii  emperador  Carlos  TI  mu- 
rió en  1740)  y  aunque  creyó  haber  asegurado  la  suceaion 
de  sus  oseados  á  su  kija  Mc&ría  Teresa  por  medio  de  la 
pragmática  sa&cion  reconocida  y  garantida  por  todos  los 
soberanos  de  la  Jíiuropa  excepto  el  elector  de  Baviera»  to«< 
dos  pretendieron  aprovecharse  de  bus  despojos,  alegan-- 
do  derechos  á  la  herencia  de  los  estados  de  la  casi*  de 
Au^tfia,  entre  ellos  el  rey  de  Kspaña,  como  descendiente 
de  Carlos  V,  y  p¿ira  apoyarioSi  O  mas  bien  para  aprove«« 
char  la  oportunidad  que  para  llenar  las  miras  de  la  rei^ 
Ba  respecto  á  don  Eeiipci  le  ofrecía ,  el  haber  tenido  Man 
lía  Teresa,  que  llevar  el  título  de  reina  de  Hungría,  que 
retirar  las  txópas  de  Italia  para  defender  sus  estados  de 
Alemania  invadidos  por  el  rey  de  Prusia ;  hizo  embarcar 
ua  ejército  á  las  órdenes  del'duque  de;Montemar  para  las 
costas  de  Italia,  á  la  que  llegó  eludiendo  la  vigilancia  de 
I4  escuadra  inglesa  que  estaoa  en  el  .Mediterráneo,  el 
cual  unido  á  qaince  mil  napolitanos  qae  atravesaron 
los  estados  del  Tapa,  debia , apoderarse  de  Uilan;  pero 
todos  estos  planes  quedaron  desconcertados  por  el  trata- 
do de  aliaua^a  que  hizo  el  rey  de  Cerdefia  (^titulo  qne  ha- 
tjisk  tomado  el  naque  de  8aboya  desde  qae  se  le  dio  la 
Cerdtsña  en  cambio  de  la  Sicilia)  por  la  mediación  de  luc 
glaterra  con  la  corte  de  Yiena,  aunque  poco  antea  habla 


—  168  — 

Celebrado  otro  con  loaBorbones.  Al  mismo  tiempo  la  ei" 
caadra  ioglesa  entró  eii  el  puerto  de  Ñipóles  y  oMigd  al 
rej  Garlos  á  declararse  neutral  i  amenaxándole  con  él 
bombardeo  de  en  capital  y  señalándole  paca  eonteatar  el 
término  de  una  hora,  humillación  que  nunca  olvidó  aquel 
monarca ,  y  que  ioflayó  mucho  en  su  política  durante  to* 
da  su  vida.  Montemar,  privado  del  auxilio  áe  los  napoli" 
tanoB^  que  se  separaron  de  su  ejército  en  virtud  de  esta 
declaración  de  neutralidad  y  tuvo  que  retirarse  ^háda  los 
estados  pontificios ,  y  el  gobierno  de  Madrid ,  en  el  qie 
habla  inflaeneiaa  que  no  le  eran  ftivArables,  atribujéu- 
dele  el  mal  éxito  de  la  campafia,  le  dio  <Menpara  entre*- 
gar  el  mando  al  teniente  general  «onde  de  Gages,  y  á  és- 
te  la  de  atacar  á  los  austríacos  dentro  de  tercero  dia,  ó 
dejar|e1¡mande  al  jefe  inmediato.  Gagca  cumplió  esta  órd«li 
estrecha  eon  tanta  inteligencia  como  valor  (8  de  ftbñro 
de  1734).  Hizo  mover  sus  tropas «  acantonadas  en  las  in^ 
mediaelones  4e  Bolonia  con  el  mayor  silencio,  y  para  0(« 
cuitar  su  salida  de  aquella  ciudad,  dio  un  baile  en  la  nod 
che  en  que  la  reríñeó,  haciendo  una  marcha  rápida  para 
eorprender  á  108*audtnaeo8  acampados  en  las  inmediaeia« 
nts  de  Parma ,  en  las  riberas  del  Pánaro.  8iu  embargo, 
eneontró  prevenido  al  mariscal  Traun  que  los  mandaba; 
])ero  aunque  esgafiado  en  su  esperanza ,  no  dudó  empe- 
^r  la  ac«iOD|  que  comenzada  á  las  cuatro  de  tarde,  aaa 
ró  hasta  muy  entreda  la  noche  con  la  claridad  de  la  Inn 
na.  Los  españoles  se  atribuyeron  la  victoria  por  haber 
pasado  la  noche  ^x  el  campo  de  batalla :  los  austriaeos, 
porque  habiéndose  retirado  los  espafioles  el  dia  siguien" 
te,  fueron  siguiendo  BU  retaguardia.  £sta  fué  la  batalla» 
de  Oampo  Santo,  célebre  en  aquellos  tiempos,  en  que  tan- 
to se  distinguieron  las  tropas  espafiolas ,  especialmente 
los  cuerpos  de  la  casa  real.  La  pérdida  fué  grande  por 
una  y  otra  parte ,  y  Gages  mandó  á  Madrid  ocho  estan^ 
dartes if  una  bandera  tomadas  al  enemigo:  el  empleo 
de  capitán  general  que  se  le  dib,  fué  el  premio  de  esta 
acción. 

Bl  norte  de  Italia^  en  donde)  habla  otro  ejercite  espa^ 
fiol  6  las  órdenes  del  marqués  de  las  Minas,  en  el  que  se 
hallaba  el  infante  don  Felipe  era  el  teatro  de  las  opei»< 
clones  principales  de  la  guerra.  La  Inglaterra  y  María 
Teresa  celebraron  ea  Worms  un  tratado  ¿de  alianaa  y  se 


l(o1 

«omprometieroii  á  eeder  la  úlama  varios  temtorios  de  la 
Ijombardía  al  rey  de  Oerde&a  y  ma&tener  treinta  mil 
bombfes  á  qie  se  imiriaxi  cawrenta  mil  qae  le  vantaria  es** 
te  mediante  aa  sabsidio  meosal  qae  pagaría  la  logias 
térra.  Bn  el  «tr  los  anstriaeos  ^  habiendo  recibido  ref  aer<- 
EOS  &  las  dxúeaes  del  príncipe  Lobkowlt»,  obligaron  á  los 
espaSoles  á  retirarse  biioia  el  reino  de  JSTápoles^:  Carlos 
oon  este  motiro ,  y  pretextando  qne  los  avsdriaeos  exita- 
taban  A  ens  stbditos  &  la  rebelión,  rompid  el  armistriclo 
y  salió  á  la  defensa  da  sos  f  conteras.  Los  ejércitos  acam- 
paron á  la  vista  nno  da  otro  en  las  inmediaciones  de  Yc" 
lelrl  en  los  estados  fontiftoíos,  muy  cerca  de  Btma ,  y 
el  feneral  austríaco  dispaso  ana  sorpresa  para  cojer  á 
Oárlos  en  la  casa  en  qne  estaba  alojado,  lo  que  estavo  tan 
^eroa  de  oonsesair*  qne  aqael  menarca  no  pndo  ponerse 
^n  salvo  sino  escapando  de  la  cama  casi  desnuda  por  la 
ventana^  lo  qne  atribuyó  á;milagro*  Bi,no  haber^llegado  & 
tiempo  la  segunda  columna'  austríaca  qnedebia  sostener  á 
la  primera,  dio  Itigar  á  los  espafloles  para  ocurrir  á  la  de< 
f ansa,  y  los  anstriaccB  faeron  rechazados  habiendo  tenia 
do  macha  pérdida.  Ambos  cjéceitos  comenzaron  á  resen- 
tir/los  efectos  del  clima  ardiente  y  de  las  exUalaolones- 
de  las  lagunas  inmediatas  á  Boma,  y  experimentaron 
mochas  enfermedades.  Bl  genersil  austríaco  resolvió  re. 
tirarse;  pero  el  activo  Oages  previno  sos  movimientos ,  y 
por  inay  cotta  di£Biebcia  de  tiempo  kabia  logrado  eu  ia*- 
tentó  de  cortarle  el  paso,:  pues  laa  oclumnas  -  espaSolas 
ae  comenzaron  ó  descubrir  cuando  los  austríacos  entra** 
J>an  en  Perugia,  que  era  el  punto  donde  se  dirijían. 

Mientra  la  guerra  se  hacia  con  tanta  actividad  en  Ita* 
lis,  los  ingleses  atacaban  ooii  no  menor  empeño  las  po^ 
nesioues  españolas  en  América.  Bl  comodoro  Anson  faé 
destinado  oon  un»  escuadra  al  mar  del  Sur,  cuyas  costas 
liostillsó,  y  habiéndose  dirijido  á  las  islas  Filipinas  to- 
mó la  nao  de' China  ^«-Nuestra  Señora  de  Oovadonga" 
que  volvía  á  ella  con  nn  rico  cargamento.  En  el  mar  del 
^orte  otra  eseiUMlra  mu<Ao  mas  fuerte ,  mandada  por  el 
almirante  yefflOn ,  que  llevaba  6  su  bordo  un  ejército  á 
las  órdenes  del  del  general  Wentworth,'  atacó  áOarta^ 
¿ena  que  fué  valientemente  defendida  por  el  virey  de 
Santa  Fé  don  Sebastian  de  Eslava  y  per  el  jefe  de  es* 
iMiadra  don  Blas  de  Leso,  con  uua  corta  fuerza  de  tropa 

PliSACOB^TOflU— TOMO  UL-^43 


-lid- 
de  líaefti  milicia  é  indios.  Los  ingleses  se  vieron  obligsdM 
á  abandonar  la  empresa ,  habiendo  perdido  en  ella  nnera 
milhombres,  por  efecto  prinoipalmento  de  las.enfermeda- 
des  propias  del  clima.  Bl  ataque  qne  intentaron  después 
oontra  la  Isla  de^Onbayfaé  igualmente  deagraciado,  y  sia 
haber  hecha  otra  cosa  qne  salir  á  tierra  en|ia8  inme^aeioi 
nes  de  Santiago,  tuyieron  qne  rdembaroarse,  abandonan- 
do por  eatonoes  todo  intento  oontra  las  posesiones  espa« 
ñolas.  Bl  gobierno  de  EspaOa  había  tomado  medidas 
oonvenientes  para  protegerlas ,  pnes  Inego  quesetufo 
conocimiento  de  la  expedición  de  Anson  al  m»r  del  Bar, 
se  destinó  á  seguirla  y  á  impedirle  entrar  en  aqnrt  mar, 
nna  escuadra  mandada  por  don  José  PLsarro,  que  se  hi 
zo  á  la  vela  á  principios  de  1742  y  pero  detenida  por  los 
vientos  contrariuS;  no  pudo  doblar  oportunamente  el  Oa- 
bo  de  Hornos,  como  lo  habla  eonseguido  Auson,  aunqae 
combatido  por  los  mismos  vientos.  Unidas  después  las 
fuerzas  marítimafi  da  Fraupia  y  ISspafta ,  el  poder  de  la 
Inglaterra  quedó  balanceado ,  y  las  escuadras  y  flotas 
Uegabiin  á  los  puertos  de  BspafLa  desde  la  Amérioa  oon 
seguridad, 

lift  nueva  oampaüa  de  Italia  se  hiso  de  ana  maaerik 
decisiva.  Gages,  atravesando  los  Apeninos  oon  una  mar- 
cha atrevida  y  venciendo  obstáculos  que  paracian  insux 
perabies,  operó  su  reunión  en  Alejanaría ,  eu  las  Uaun* 
ras  de  Lombardia,  con  el  ejército  espaOlol  y  francés  qss 
conduje  de  Provenía  el  infante  don  Felipoi  que  tomó  el 
título  de  generalísimo.  Las  faersas  reunidas  de  ambas 
naciones  ascendían  ¡á  62  mi!  hombres :  Gages  manda- 
ba  á  los  espaCLoles  ,*  y  |el  mariscal  de  Maillebois  á  los 
franceses.  Nada  pudo  detener  á  un  ejérelto  tan  podeco- 
S0|  y  bien  presto  don  Felipe  tuvo  la.  satisfaemon  de  ka^ 
cer  su  entrada  triunfante  en  Milán.  A  estas  prospefida- 
des  siguieron  reveses  no  menos  grandes.  María  Teresa, 
qne  se  llamaba  ya  la  emperatris  reina,  salvada  per  la  ft« 
üelidad  de  la  nobleza  h&ugara  del  peligro  en  que  la  ha- 
bla pueeto  la  conjuración  de  casi  todas  las  potenoiaB  <de 
la  fiaropa  contra  su  trono,  habia  hachóla  paa  coa  la 
Prhsia  perdiendo  en  ella  la  Silesia ;  pero  libre  de  ooida^ 
dos  por  aquel  lado,  habia  podido  destinar  mayor  n&mera 
de  tropas  á  la  Italia.  La  Francia  oomenaó  á  tratar  da 
paz|  no  obstante  la  oposición  de  la  reina  de  Sspafllai  cea 


—  171  — 
lo  que  las  operaciones,  de  los  ejéroitos  combinados  4^  las 
dos  naciones  se  haoian  sin  la  baena  inteligencia  y  éner. 
gía  necesarias  Las  posiciones  [avanzadas  que  habían  o« 
cnpado  faeron  abandonadas  sncesivamentei  JiGages,  que 
en  tx>das  estas  operaciones  se  manifestó  siempre  un  gran 
general  j  así  oomo  las  tropas  qae  mandaba  sostavieron 
siempre  sa  reputación,  f  aé  rechazado  con  gran  pérdldja, 
en  el  ataque  que  las  fuerzas  combinadas  dieron  á  los  im- 
periales en  las  inmediaciones  de  Placenda. 

Bstos  reveces  prepararon  el  ánimo  de  Felipe  y  de  la 
reina  su  esposa  para  eeder  de  sus  pretensiones  en  Italia, 
no  instiendo  en  la  posesión  de  Milán ;  pero  Felipe  no  yu 
vio  bastante  tiempo  para  ver  el  fin  de  la  negociación  que 
sobre  estas  bases  se  habían  comenzado.  Bntregado  á  una 
apática  indolencia,  efecto  de  una  enfermedad  de  melann 
oolía,  pasaba  su  vida  en  la  cama ,  no  levantándose  mas 
que  algún  rato  de  noche,  sin  afeitarse  á  veces^lurante  ma- 
chos meses  y  presentando  afií  en  su  persona  el  contraste 
mas  notable  de  la  debilidad  humana  con  toda  la  pompa 
del  trono,  terminó  sus  dias  el  9  de  junio  de  1742  en  el  pa« 
lacio  del  Buen  Betiro,  en  Madrid,  por  un  ataque  apoplé« 
tíeo,  sin  haber  alcanzado  ninguno  de  los  auxilios  de  la 
religión  ni  de  la  medicina,  á  los  63  años  de  edad  y  á6  de 
reinado!:  sepultósele  en  la  iglesia  Colegiata  del  Beal  Si* 
tio  de  San  Ildelf^so^  que  habia  sido  el  lugar  en  que  re^ 
sidia  de  preferencia,  üju  el  testamento  que  tenia  hecho, 
dejó  á  la  reina  además  de  varios  legados  considerables 
y  el  paiaeio  de  San  Ildefonso ,  una  asignación  anual  de 
setenta  mil  pesos,  quedando  á  su  arbiirio  la  ciudad  de 
Bspafta  en  que  quisiese  vivir.  Oenfirmó  nuevamente  el  ^ 
modo  de  sucesiou  al  trono,  establecido  en  1714,  y  renovó 
todas  las  disposiciones  que  habia  diotado  cuando  <re« 
dunció  lo  corona,  adaptándolas  á  las  circunstancias. , 

Aunque  el  carácter  de  Felipe  fuese  apático ,  demasía* 
do  sumiM  á  la  voludtad  de  sus  esposas,  y  á  veces  tenas 
y  caprichudo,  era  hombre  de  rectas  intenciones,  fiel  y  ob- 
servador de  los  deberes  religiosos,  sabia  apreciar,  el  va^* 
lor  militar  de  que  él  mismo  dio  señaladas  pruebas,  y,  de« 
seaba  sinceramente  el  bien  de  sus  vasallos.  Bu  reinado 
produjo  una  va^edad  notable  en  el  gobierno  del  estado, 
y  aquella  nación  que  en  el  de  su  predecesor  parecía  exi 
hauca  y  aniquilada,  de  cuya  suerte  disponían  á  sn  arb« 


i 


1  ■         •  •       •  ■   .    —172  — 

trió  todas  las  demás;  saliendo  apenas  de  la  gaerra  de  sa. 
ceslOBy  se  presentó  con  nnevo  Tigor  y  lozanía  i  poniendo 
en  movimiento  por  les  resortes  úe  sn  política  á  toda  la 
lUnropa,  recobrando  á  mano  armada  las  posesionea  que 
babia  perdido  en  Italia,  castigando  les  insaltos  que  ¿a< 
bia  snfrído  en  la  eosta  de  Af rica,  j  amenasando  á  la  la^ 
glatorra  dentro  de  las  mismas  islas  británioas.  Todo  es*- 
to  faé  obra  de  nn  hábil  ministro,  Alberonii  qne  tonooló 
Ucmde  lo|qne  era  eapaz  la  nación,  y  qne  pnso  con  acierto 
en  ejertícío  enante  era  oonveniente ,  para  dar  impulso  & 
sa  prosperidad.  Sin  pretender  recomendar  loe  i^incipios 
de  SH  política  excerior,  en  lo  qne  no  obró  por  sas  propias 
ideas,  sino  siguiendo  las  dispesiones  de  Felipe ,  aunque 
éite  después  de  su  caida,  le  acosó  de  haberle  ocultado  la 
\erdady  y  arrojádose  sin  su  orden  á  todos  los  pasos  qne 
lv3  comprometieron  con  todas  las  potencias  de  la  Buiopa 
en  todo  lo  relativo  al  gobierno  interior  del  reinoi  ae  le  ve 
proceder  con  la  mayor  Inteligencia.  Alberoni  destruyó  el 
comereio  de  contrat>ando  que  se  haeia  pe»  la  frontera, 
abusando  do  los  privilegios  que  gozaba  el  se&orío  de 
Mzeaya ;  reformó  el  arancel  de  adorna ;  faeiUtó  la  eir^ 
culadon  interior ;  sjiprimió  las  contribuciones  que  impe- 
dían los  progresos  de  la  agricultura ,  snstita  jéndolea 
otras  menos  onerosas;  fomentó  el  comételo  exterior,  dan 
do  fácil  salida  á  los  productos  del  territorio  espaflol ,  y 
sacando  onyor  aprovechamiento  de  los  de  las  colonias. 
&US  esf aerzos  se  dirigieron  especialmente  al  fomento  de 
la  industria :  planteó  en  Oaadalajara  una  fábrica  de  pan- 
nos, cuya  dirección  se  encargó  al  barón  de  Biperdá,  sien- 
do este  el  principio  de  su  carrera  en  Espafta»  y.luego  que 
los  articules  manufacturados  en  este  y  otros  estableei*^ 
misntos,  fueron  bastante  en  cantidad  y  calidad  i  dio  ór-- 
den  para  que  en  el  vestuario  y  equipo  del  ejército^  no  se 
nsasen  efectos  que  no  fuesen  de  fábrica  espa&ola :  para 
introducir  la  fabricación  de  tejidos;  ñnos  «delino »  hizo 
randucir  á  Bspafia  un  gran  número  de  familias  holanda* 
nas:  trató  de  establecer  una  fábrica  de  cristales ,  y  dis- 
puso que  se  imprimiesen  en  Bspafia  los  misaleSi  breviav 
xios  y  otros  libros  necesarios  para  el  culto ,  que  hasta 
entonces  se  hablan  llevado  de  Amberes^ 

Bu  cuanto  á  los  medios  necesarios  para  la  defensa  y 
oAplendor  de  la  nación,  la  marina  y  ejércitO|  obtuvieron 


—  17S  — 
él  cuidado  mas  espeoiál  de  Alberonl.  Qaiso  hacer  de  Gá- 
dis  nao  de  loe  priioieroe  paertx>3  de  E«ropa,  y  tamto  en  él 
eoao  em  el  del  Ferrol,  establéelo  arsetialés ,  almacenes 
y  todo  lo  mecesauie  para  la  constracoiea  del  baque.  Da- 
raate  sn  corto  y  tempestaoso  ministeriOf  ^  botaron  á  ia 
af  aa  catorce  navios  de  gaerra ,  y  cuando  s9  yeriflcó  sa 
calda,  estaban  otros  tañidos  á'punto  de  aoabairce.  Faé  el 
f  andador  de  la  escaela  de  guardias  marinas  de  Cádiz,  en 
laqae  se  instniian  qainientos  jóTcnes  para  sacar  de 
ellos  oficiales  útiles  para  el  servicio  de  mar. 

Para  todo  esto  habia  sido  necesario  comenzar  por  el 
arreglo  de  la  kaoieada  y  del  ejérelto ,  qae  fué  debido  á 
Mr.  Octiy  enviado  por  Luis  XIT  con  este  encargo.  Era 
Orri,  koiftbre  de  extenses  conocimientos  en  este  ramOy  y 
de  macha  firmeza  de  carácter,  de  la  que  tuvo  gran  nece*« 
oidady  para  superar  la  ofiósieion  qae  hicieron  á  las  refor* 
mas  que  intentó,  todos  los  interesados  en  sostener  los  a- 
bmsos  introducidos  ea  lófli  ultimes  afios  del  gobierno  de 
los  prineipes  anstriaeos  Orxi  puso  en  administración  to*- 
dos  los  ramos  que^  eatabs^  en  arrendamiento :  suprimió 
los  empleados  inútiles^éhizo  que  se  restituyesen  a)  erario 
lás  sumas  indebidamente  tomadas  de  él.  Tolvió  á  Fran«« 
da  ^n  1714,  lleno  de  gloria  y  de  honores,  habiendo  pro- 
xniado  Felipe  sus  grasdea  servicios  con  una  espada  a^ 
domada  de  brillantes  j  una  pexision  de  veinte  mil  pesos 
anuales  f  dejando  en  páé,  por  fruto  de  sus  r^fonnasl,  bien 
armadp  y  equipado  un  ejército  de  ciento  veinte  batallo-^ 
nea  de  infantería ,  ciento  tres  escuadrones  de  caballeií», 
trescientos  cafiones  de  artillería  y  cuarenta  morteros,  una 
oantidad  prodijiosa  de  pólvora,  balas  y  bombas ,  y  veinte 
fragatas  listas  para  salir  ¿  la  mar.  Bíperdá,  aunque  lige» 
ro  y  exagerado  en  t9do<e  sus  proyectos,  dio  mayor  ensan- 
che á  los  adelantos  que  se  hablan  hecho,  y  España  debió 
Á  estos  tres  extranjeros.,  haber  echado  los  cimientos  de  los 
Srandes  progresos  que  en  todos  los  sames  se  hicieron  en 
loa  siguiente  reinados.  Los  ministros   españoles  que  le 
saoedieron  enladirec<5ioa  de  los  negocios ,  Orendain, 
marqués  d0  la  Paz,  dcm  José  Patifio,  Ouadra  y  Oampillo, 
fligaieron  con  empeño  id  caminó  que  aquellos  les  dejaron 
tcaaado.  Bspeoialmente  Patino,  qae  ha  sido  llamado  con 
irasoo  el  Colbert  de  Bs^iaña,  adquirió  un  gran  asoendien- 
te  aobre  el  éspírltii  del  re^y,  por  la  superioridad  de  sus  tal 

üisiifS&faeiraa.— TOtfo  xii.— 44 


-  1Í4  - 

lentos  y  su  actividad  en  el  trabajo.    Kacido  en  Uilan  el 
29  ám  diciembre  de  1667,    caando  agael  país  dependía 
de  la  coroaa  do  Bdpaffa^  tomó  en  ana  primeroa  añoa  la 
ropa  de  la  compañía  de  Jesns:  sirvió  despnes  en  ía  cali- 
dad de  intendente  en  el  ejército  en  la  marina,  y  en  mayo 
de  1725  f  aé  nombrado  ministro  de  ladias  y  de  la  marina. 
Sa  mayor  empeño  faó  aumentar  las  fuerzas  marítimas  de 
España  y  situar  en  América  una  parte  considerable  de 
eliaSi  para  resguardo  de  las  {cotas.  El  mismo  Patino 
dispuso  todo  lo  concerniente  á  la  reconquista  de  Orrn  y 
á  las  ezpedieiones  de  Italia.  Oon  el  objeto  de  dar  mayor 
impulso  al  comercio  de  España  en  sus  posesiones  nltra- 
marinasi  estibieció  la  ''Compañía  Godpuzeoanai''  para  el 
tráfico  con  las  costas  de  Yenezueia  y  para  pei^egaír  ea 
ellas  el  contrabando,  y  mas  adelante  formé  la  de  Fiiipi« 
ñas  para  el  comercio  de  Asia.  Todas  estas  medidas  y  las 
grandes  obras  ejecutadas  en  CéAiA  én  el  arseoal  de  la 
Oarraca,  despertaron  la  vigilancia  celosa  de  la  logli^ter- 
ra:  ^^deade  que  regresé  á  este  paíSj  dec|a  á  su  gobierno  el 
ministro  inglés  en  Madrid,  Keen^  he  observado  con  mu- 
cho [disgusto  los  progresos  que  ha  hecho  PatÜIo|ea 
sujplan  ae  hacer  poderosa  la  marina  española^''  y  ka^ 
blando  de  la  asiduidad  de  esté  en  el  trabajo,  deda  el  mis- 
mo Keene,  que  parecia  que  apenas  tenia  tiempo  para  oo^* 
mer  y  dormir,  y  que  si  antes  él  se  quejaba  de  la  "ientimd 
española/'  que  habia  venido  á  ser  proverbial ,  entot  Q  s 
tenia  que  lamentarse  de  la  demse  ala  actividad  de  aquel 
ministro,  quien  oon  mayores  conocimientos  que  sus  pre- 
decesores, sabia  cortar  los  abiuos  que  se  oometlsn  ea  las 
aduanas,  calificándole  por  esto  de  enemigo  de  todo  co- 
mercio estracj  ero.  Patino  murió  en  el  real  sitio  de  San 
Ildefonso  el  3  de  noviembre  de  1736 ,  y  pocos  días  antea 
hizo  entregar  al  rey  los  papeles  de  estado  que  estaban  ea 
Bd  poder,  expresando  en  ellos  su  spiníon,  oon  la  misma 
claridad  y  buen  joicio  que  habia  mostrado  en  éa  eetaao 
habitual  de  sriud.  Febpe  premió  sus  servicios  dándole  el 
toisón  de  oro,  caando  se  reglamentó  esta  orden  en  1733, 
y  creándole  grande  de  Espafla  por  decreto  de  15  de  oo  x 
tubra  de  1736,  y  como  se  hallaba  ya  en  pl  último  extre% 
mo  de  au  vida,  al  oomunioársele  esta  fe^ra^  manifaetó  sa 
recouocimiento  al  soberano  que  se  la  dispensabay  y  añan 
fliO ;  «'qae  el  rey  le  mandaba  un  som^brero ,  [aludiendo  el 


i 


J 


'—  175  — 
privilegió  de  lod  grandes  de  cubrirse  delante  del  rej] 
caando  ya  no  teaia  oabezá  en  que  ponérselo.''  Después  de 
tantx)s  a&os  de  ministerio,  murió  pobre,  y  Felipe  para  re«« 
oompeubar  su  desinterés,  concedió  una  pensión  considera- 
ble á  la  duquesa  de  Faeuclara  su  sobiina,  y  mandó;  que  se 
pagasen  por  caenta  del  erario  los  costea  de  su  funeral , 
que  se  hizo  en  Madrid  con  una  magneñcencia  casi  igual 
ai  de  los  príncipes  de  la  sangre  r<-)ai. 

Dddde  la  maerce  del  marqués  do  la  Paz,  ministro  de 
estado,  acaeoida  en  1730,  y  el  nombramieuto  v^ra  la  eai« 
bajada  de  JTrancla  en  el  mismo  año  de  don  B  tensar  Fa^ 
tiíio,  marqcéd  de  Castelar,  hermano  de  dou  Joté ,  que 
tenia  &  su  cargo  el  despacho  de  guerra,  todas  tas  secre^ 
taríd^  estuvieron  desempeñadas  por  esto  último ,  y  por 
falleoiúileucosedisDribuyeron  de  nuevo  entre  don  Bebas- 
tian  de  la  Ouadra,  creado  poco  después  marqués  de  Vi^ 
liarlas^  que  fué  nombrado  minisrro  de  estado  ;  el  mar« 
qués  de  lorrenueva^  recomendado  por  Paiiflo ,  l^ajo  cuk 
ya  dirección  se  habla  formado,  la  de  ñacienaa ;  D.  Fran- 
cisco YaraSi  también  farorec  do  por  Patifio,  la  de  Indias 
y  marina,  y  el  duque  de  Montemar  j  que  era  la  persona 
mas  notable  del  nuevo  ministerio ,  la  de  gaerra.  A  esta 
administración  sucedió  la  mas  acuva  y  vigorosa  de  díB 
I  José  Oampüloi  formado  en  la  escuela  de  Patino  que  ha^ 
bia  sido  intendente  del  ejército  de  Icalia  y  direcior  del 
astiiloro  de  Ouarnizo,  en  el  que  se  coQStru^eion  bajo  su 
dirección  los  doce  navios  de  gaerra ,  á^que  dieroo  los 
nombres  de  los  doce  apóstoles,  Bampillo  siguió  con  em- 
peño el  plan  formado  x)or  Patino^  y  no  meuos  desmtere- 
»ado  y  económico  que  este,  para  animar  al  rey  á  hacer 
gastx}s  cuantiosos  que  el  fomento  de  la  marina  requería, 
*^yo  no  necesito  para  vivir ,  le  decia,  mas  de  una  peseta 
diaria,  y  en  tiempo  de  uvas,  con  la  mitad  me  basta. ''^ 
C^mpiüü  murió  repentinamente  en  Madrid  en  abiil  de 
1743. 

Uii  mas  notable  de  los  ministros  formados  en  la  escue^* 
la  de  Patino^  fué  don  Zonon  de  Samudevilla,  tan  famoso 
oon  el  título  de  marquéc»  de  la  EiiSeuada.  nacido  oe  un« 
jíiftuiLJia  decente  en  Hervías^  pequeño  Ingur  de  la  Kioja 
•a  fines  de  abril  de  1,702  ,  dio  sas  primeros  pasos  en  la 
carrera  de  empleado  en  el  ramo  de  hacienda  de  marina, 
y  babiendo  sido  ascendido  á  comisario  ordenador ,  en 


—  178  — 

Eremio  de  la  actividad  é  inteligencia  qae  manifefitó  ett 
í  habilitación  de  la  escuadra  en  qne  se  embaroó  en  1742 
la  expedición  destinada  á  la  leoonqnieta  de^Oran,  pasó  ¿ 
Italia  con  el  conde  de  Montemar  en  oalidad  de  intenden- 
te del  ejércico  destinado  á  la  oenqnifita  de  K  ápoles^  sien- 
do premiado  por  el  nnevo  rey,  despnes  Oárlds  III  de  Bs- 
pafta  oon  el  título  de  marqnéd  de  la  Ensenada.  IfombraH 
do  en  1737  el  infante  don  Felipe  almirante  de  BspaSaé 
lidies,  Ensenada  fué  elegido  secretario  del  almirantaz^ 
f  o  y  condecorado  poco  después  con  la  graduación  de  in- 
tendente  de  marina  fin  la  nuera  caitpafia  de  Italia  de 
1741  aeompañó  al  infante  en  calidad  de  seereterto  liaste 
que  por  muerto  de  Campillo  faé  nomtradoen  14  de  mayo 
1743.secretario  de  estado  y  de  los  despachos  de  guerr»! 
xtarinai  Indias  y  hacienda,  según  el  principio,  acaso  muy 
prudente ,  de  reuoir  en  una  misma  persona  i  en  circuns- 
tancias de  efioascz  de  eraiio,  el  ministerio  de  haeienda  que 
lita  de  proveer  de  resurtios  á  todes »  con  los  ramos  mas 
éispendioBOS  de  la  admininistracion ,  que  eran  le^  de 
guerra  y  marina.  Ensenada  fué  además  goberniidor  del 
•onsejo  superintendente  general  de  rentas ,  con  el  maie« 
jo  y  aíAtribuoien  del  real  erario,  y  lugar  teniente  general 
del  almirantugo. 

Tantos  hombres  distinguidos  por  sus  telentos  adminis- 
trativos, y  todaf  ia  mas  por  sujselo  y  honradez, dieron  es- 
plendor ¿  este  reinado^  y  nd  obbtante  la  apatía  habitual 
del  monarca,  hieiisren  de  su  gobierno  una  de  las  époesi 
mas  netables  de  la  monarqul».  Todos  ellos  pertenecieron 
á  aqaella  clase  de  epleados,  sacados  de  la  medianía  de  la 
sociedad,  educados  en  las  oficinas  y  fermados  en  la  prác*- 
tica  de  los  negocios,  que  octaparon  el  gobierno  en  esto  y 
en  los  dos  reinados  sucesivos.  Habiendo  eaido  todas  las 
Instituciones  políticas,  la  gerarqola  feudal  habia  desa<« 
parecido:  los  grandes  de  Espaüa,  reducidos  á ser  los 
criados  del  palacio ,  no  desempeñaban  en  la  milicia  otros 
empleos  que  aquellos  6  que  eran  llamados  ppr  su  aetl« 
tnd.  El  respeto  á  la  persona  del  monardaera  lo  único  qüc 
flc  habia  d«gado  Subsistir ,  y  esto  respeto  habia  sido  He- 
Tado  hasta  una  especie  de  adoración :  servirle  era  el  pri-' 
mer  deber  de  todos  sus  subditos;  merecer  sus  favores  el 
tjúQO  premio  á  que  era  lícito  aspirar  ;  y  como  el  buen 
servicio  y  una  rígida  moralidad  eran  el  solo  camino  le< 


—  177  — 
gítímo  de  obtoiiQirlo  y  de  llagar  á  lofl  honores  qne  antes 
eran  la  propiedad  del  ilustre  nacimiento^  este  era  el  pnn« 
to  en  que  se  oonoentraba  la  ambimon  de  todos  y  el  estí'* 
mulo  que  prodajo  tantos  ilustres  genexates,  tantos  mi*- 
nisttos  hibiles.  tantos  magistrados  honor  de  la  toga,  y 
tantos  oftoialesy  laboriosos  é  inteligentes,  qne  dieron  nne- 
▼o  ser  4  la  administración,  y  qne  sacaron  á  la  real  ha. 
ciemda  de  la  Innlidad  y  eonfadou  á  qne  estaba  reda- 
oido- 

ün  la  carrera  literaria  presenta  este  reinado  hombres  v 
no  menos  distinguidos,  á  cuyo;frente  debe  ooloearse  el 
benedictino  Feijoo,  que  ooíirsu  **Teatto  crítico  de  erro- 
res comunes,"  comenzó  á  disipar  las  espesas  tinieblas 
que  habian^ofmdido  pertantosfsfios  loscverdaderos  prin- 
cipios de  los  cenocimieatos  hnmanos.  Ustaria  y  D.  Ber-« 
nardo  de  Ulloa.  hicieron  coaoeer  la  faenie  de  la  prospe- 
ridad de  la  n%<don,  y  el  ministro  Campillo  en  sus  diversos 
escritos  sobre  los  mismas  materias ,  derramó  mayor  lus 
sobre  sobre  estas  importantes  cuestiones.  De  la  acade^ 
mía  de  guardias  mannas  de  Oádis»  salieron  dos  discípu- 
los, don  Jorge  Juan  y  don  Antonio  Uiloa ,  que  por  sus 
extensos  conocimientos  astronómicos ,  se  manifestaron 
dignos  de  tomar  parte  en  los  trabajos  de  los  acadómicos 
franceses  que  en  1734  fuereu  al  Petft  á  determinar  la  ver^ 
dadera  figura  de^^a  tierra,  por  las  medidas  tomadas  bajo 
del  ecuador.  Luían  coa  su  Poética ,  f  oé  el  restablecedor 
del  buen  gpsto  en  la  poesía ,  extinguido  con  la  irrupción 
del  gongorismo,  BtíL  como  Marti  renovó  el  estudio  de  ias 
antigüedades  y  se  distingo|ó  por  la:  pureza  y  elegamááf' 
con  que  escrlMó  la  lengua  latina. 

Bste  reinado  es  también  ni^norable,  por  el  restablecía 
miento  de  las  reales  acamedias  dé  la  lengua  espaHola  y 
de  la  historia :  íandárcmse  igualmente  las  de  medicina 
de  Madrid  y  Sevilla,  }a(A.oademia  real  de  Barcelona  y  la 
Universidad  de  Cervera.  Bl  Seminario  de  Xíobles  de  Ma** 
drid  se  planteójen  1727,  con  el  oligsto  de  que  en  él  se  edu- 
casen los  individuoaperteneeientes  á  aquella  oíase  de  i  la 
sociedad,  de  una  manera  .que  los  hiciese  dignos  de  servir 
al  estado  en  la  dijriMmcia^  el  ejófüito  y  la  marinav,  y  de 
él  han  salido  hoaMKs  distígnidos  en  todaff  líneas. 

Aunque  Felipe  afo  faése  afecto  á  la  inquisición,  como 
lo  manifestó»,  re)^as6indoseá  asistir  al  auto  de  íé  con  qne 

DI8«BTAflI0VM.~T0MC  Ul-  ^ 


—  178  — 
era  oostambie  Bolemnizftr  la  ioangaraoion  de  annaero 
monftroai  dando  por  motivo  qae  el  ley  no  debía  ver  á  los 
criminales  Bino  para  perdonarlos,  y  qne  hnbiese  estado 
restfelto  á  eztlngniria ;  dejó  no  obstante  libre  el  ejereicío 
de  aqnel  tribnnal|  jr  en  los  onarenta  y  seis  afioe  de  en  rei- 
nado, f  nerón  quemados  en  persona  en  la  di versaa  ciu- 
dades de  la  penísnla,  en  los  repetidos  antos  de  fé  qne  ce* 
lebraron  los  tribunales  establecidos  en  ellas  ^  1547  incU* 
vidnos,  782  en  eatátna  y  11,730  condenados  á  destierro, 
con&scadon  de  bienes  y  otros  penas,  haciendo  el  total  de 
U,076  personas. 

finoedi6  á  Felipe  Y  su  hijo  Femando  YI ,  el  único  qne 
habia  quedado  de  su  primer  matrimonio  con  do&a  Mari  a 
Luisa  de  Baboya.  Bi  nuevo  soberano  estaba  en  la  madu> 
rez  de  su  edad,  pues  tenia  treinta  y  cuatro  alios  cuando 
tomó  en  sus  manos  las  riendas  del  gobierno:  los  espa&o. 
les  vieron  con  entusiasmo  subir  al  trono  á  un  príncipe 
naoido  en  su  país,  y  que  habiendo^dado  pmebas  de  pru- 
denoia  y  amor  á  la  nación ,  bada  esperar  un  reinado  de 
paz  y  Drosperidad,  y  estas  esperansas  se  vieron  cumplí, 
das.  Fernando^  sin  tener  gran  capaoidad,  tenia  una  rec' 
titud  de  intención  que  le  Jijicia  buscar  en  todo  el  acierto, 
y  desconfiando  de  sus  propias  luces ,  se  entregaba  acaso 
demaaiadOi  á  la  dirección  de  sus  ministros.  Al  entrar  i 
gobernar,  encontró  desempefiando  estos  puestos  al  mar. 
qués  de  Yiliarias  en  el  departamento  de  estado ,  y  al  de 
I  la  Ensenada  en  todos  los  demás :  pero  babiéndose  retira* 
do  en  breve  el  primero ,  le  sucedió  don  José  de  Garbajal 
y^L^mcaster,  último  hijo^del  duque  de  LinareSi  que  había 
hecho  su  carrera  en  varias  comisiones  diplomáticas  en 
Alemania*  El  padre  Bfcvago,  jesnita,  era  el  confesor  del 
rey,  y  ejercía  grande  influjo  en  la  nueva  corte  el  mtdoo 
Farinelii,  que  habia  ganado  el  favor  de  la  antigua,  diaÍN 
pando  con  los  encantos  de  su  voz,  la  melancolía  liabitnal 
del  rey ;  sin  embargo ,  no  abasaba  de  su  posición ,  y  sa* 
tisfeaho  con  merecer  la  estimación  de  su  sobwanp »  se 
contentaba  con  proporcionarle  las  diversiones  de  teatro, 
sin  pretender  intervenir  en  la  política» 

Bl  nuevo  rey  se  encontró  oon  nna  goecra  que  sostener 
en  Italia ,  movida  por  la  ambidon  de  ftaaegnnda  esposa 
de  su  padre,  sin  otro  objeto  qne  el  establecimiento  de 
sus  hijos  en  diversos  estados  de  aqoe!  piífl^  y  sns  esfaet^ 


,-  1Í9  — 
kos  80  dliigieron  á  terminarla ,  aunque  llenando  las  in* 
teaoiones  del  rey  aa  padre;  y  oampliendo  con  lo  qae  era 
debida)  al  deooro  de  la  naolofti  no  qaLso  haoer  la  paishafl^ 
ta  dej^ic  asdgarala  á  don  Oárion  la  poroaa  de  U'ápolea  y 
Sicillíft,  y  eacAbteoido  don  Felipe  en  loa  daoados  de  Par<i   > 
ma,  Piaseaoia  y  Gaaatala,  áoiqo  frato  que  fispa&a  sacó  de 
tantos  aacri&ek>S|  qaedando  en  la  neaesidad  de  sostener   : 
á  aquellos  príncipei  en  lo3  estados  que  les  había 'liecho 
adqairiri  y  de  contrib^  á  la  decorosa  manatenoioa  del 
segando  y  aun  á  sns  excesivos  gastos,  oon  la  asignación 
de  una  considerable  suma  anual  y  algauas  otras  even^ 
taales. 

Libre  Femando  de  aquella  gravosa  é  inútil  guerra,  de* 
dico  toda  su  atención  á  reparar  los  males  qoe  ella  y  I» 
de  eacesion  qoe  le  precedió,  habla  ncansado  en  ia  pobla* 
cion,  la  agricultura  y  las  artes  de  su  reino.  )Ooasideran% 
do  qae  este  por  su  posición ,  debia  hacerse  independien** 
te  de  las  caestiones  que  frecuentemente  agitaban  á  las 
potencias  de  JSuropa,  dedicándose  á  fomentar  su  prospe< 
ridad  interior  y  á  aprovecharse  de  las  inmensas  posesioc 
nes  qne  tema  en  .Aginérica  y  Asiai  se  resolvió  á  conser- 
varse neutral  entre  la  Francia  y  la  Inglaterra,  cuya  rivo^ .  ' 
lidadlAS  arrastraba  á  con  ínuas  é  incesantes  guerras»  <-«•    • 
Futo  paia  que  e^ta  neatrali^ad  fnese  respetada ,  era  mee 
nesttr  que  estuvieáe  sostenida  por  fnerzas  competentes. 
Oon  este  ñu,  el  marqués  de  la  lünsenada  se  propuso  nu* 
mentar  la  marina  hasta  el  námero  de  sesenta  navios  de 
linea  y  sesenta  y  cinco  fragatas  y  otros  baques  menores,    ; 
y  hacer  subir  el  ejército  al  pié  de  poder  ponor  en  oampa- 
fia,  dejando  suficientemente  cubiertas  •  todas  las  gnaini-  > 
eiones,  un  cuerpo  de  den  tMtallones  de  infantería ,  den    . 
esonadrones  de  caballería,  y  un  tren  correspondiente  de    ) 
artüiería,  mas  para  que  el  aumento  del  ejército  se  hicie« 
tse  sin  hacer  subir  innecesariamente  el  costo  de  estados 
mayureSi  en  vez  de  crear  nuevos  cuerpos  de  infantería^  se 
dispuso  arreglar  los  ya  existentes  6  un  batailoui  tenien« 
do  tres  cada  regimiento.  ^ 

Páia  la  oonsuroccion  de  buques,  adem&s  de  aumentar  -- 
el  arsenal  de  la  Carraca  en  üadiz ,  se  formaron  los  del    ^ 
Ferrol  y  Oartagenai  y  seatrajeron  con  premios  conoide-     í 
8abIes^;ios  mejores  constructores  de  Francia  y  de  luglacjer*    -^ 
ra.  No  solo  se  fortificaron  las  plazas  marítimas,  sino  tam4t 


—  ISO  — 
1)16X1  las  da  la  frontera,  habiéndose  oonstrnido  con  gran- 
de Magniftoencia  el  célebre  ca6tíllo  de  San  Fernando  de 
Pigoeras*  en  la  raya  de  Oatalnfia.  Fernando ,  al  snbir  al 
trono  español,  habí»  protestado  que  mientras  le  ecapa* 
86,  ne  se  sometería  á  ser  el  yirey  de  Francia  en  España 
oomo  habia  sido  sn  padre,  y  todas  esfds  medidas  manin 
feslaban  qae  estaba  determinado  á  llevar  adelante  esta 
resolmioB. 

Pava  poner  en  estado  de  defensa  las  costas  de  la  A- 
mérioa  de  Bnr ,  qne  babi»  sido  éñ  la'  última  gnerra  eon 
Isglaterra  el  objeto  de  ataque  de  esta  nación ,  y  oonocer 
loa  abusos  qne  se  eoisetí  an  enla  administracioa  de  aque- 
llas lejanas  posesiones,  encargó  el  marqués  de  la  Ense- 
nada en  1744  &  don  Jorge  Juan  y  á  don  Antonio  XTlloa, 
qne  se  bailaban  en  el  Perd  óon  los  aeadéoucos  franceses, 
en  la  comisión  de  medir  un  grado  del  meridiano  bajo  el 
ecuador  para  determinar  la  figura  de  la  tierra^  que  ex- 
tendiesen un  i&forme  secreto  sobre  estos  puntos*  Encara 
Sáse^don  Jorge  Jnan  del  primero  y  UUoa  del  segundo,  y 
Á  esto  debemos  las  importantes  -noticias  que  con  el  tita* 
Id  de  ^^Kotieias  iseoretas  de  América;''  se  publicaron  en 
Londres  por  don  David  Barry  en  1826,  sacadas  subrepti** 
damente  de  los  archivos  del  gobiérnele  España^oon  el 
objeto  de  fomentar  la  revolución  est  América.  El  ccnoci- 
)aiento  de*  los  hechos  eontenidos^n  este  informe  •  fué  el 
¡Principio  de  la  muchas  y  útiles  reformas  que  se  hideron 
i3n  la  adminisiracion  de  las  posesiones  ultramarinas. 

España  careoia  de  caminos  y  canales  y  por  falta  de  los 
primeros,  la  comunieaeion  entre  las  dos  Oastilias  se  difl<« 
cuitaba  y  aon  se  cortaba  durante  el  Invierno ,  *  por  nieves 
«iue  obsáruian  los  pasos  de  la  sierra  que  las  separa.  Para 
ficanqnear  el  paso  en  todas  estaciones ,  se  construyó  en 
dnoo  meses  el  magnífico  camino  de  Ouadarramai  y  para 
faciUtar  los  riegos  en  )aa  extensae  y  áridas  llanuras  de 
Oastüla  la  Yiejai  y  proporcionar  salida  á  sus  frutos  á  po- 
co eo8to«  se  comenzó  el  cañal  de  Oampos ,  bajo  la  direc'* 
eion  del  brigadier  don  Oárloa  Le-Hanr  /  liábil  ingeniero 
.francés  que  pasó  á  servir  en  España.  También  se  prc* 
yectió  y  comensé  el  oan«4  de  Ma&id  á  Araojuez ,  debien*- 
do  kaeerse  navegable  el  rio  Tajo  deede  esce  sitio  real, 
hasta  el  límite  de  Portugal.  Al  mhimo  tiempo  el  conde  de 
Oages,  cuyoseervioios  en  Italia^idron  remunerados  oon 


el  Tireinato  de  Navaixa,  abrió  lee  ezoelentee  .eamnios  de 
aqml  rainOi  aunque  «  ia  e:^ii4er8e  á  la  froaterá  de  Fra^ 
da,  porqae  poco  afee  fco  i  e^ta  nación ,  en  rez  de  facilitar 
la  eomaBÍeaolan  oon  ella,  4eoia  que  para  impedirla ,  era 
meoesMr  oeoatrnir  n  na  muralla  iMd^re  I03  Pirineos. 

loBenada  fomenta^ba  oaoi  no  menor  empelo  los  qono- 
cimienteeGientíflcofl.  y  literarios.  Oasiri  habia  formadoi 
por  ivflajo  del  padre  Bábago,  óonfasor  del  rey,  el  índica 
de  los  mannsoritea  toabee,  contenido  en  la  bibUoteea  del 
EacoriaU  7  Bneenada  maná¿!  qne  m  franqn^sea  todoa 
les  auxilios  y  fondoaneceearieis  para  publicar  la  ^'Biblio- 
teca aráb1g¿-esonrialenae|''.cou.  caracteres  latinos  y  ára- 
bes, cosa  qne  no  se  habü^  hecho  hasta  entonces  en  fifipa<« 
fia.  Con/Cl  fln  de  recoger  los  antígnps  documentes,  ins« 
Gripeiones  y  medallas  dispersos  en  Tarios  archivoíi  y  bi** 
bliotecas «  oümisionó  paira  yiajar  en  todas  pjcoYinoias  al 
Jesuíta  BurrleU  6  don  Franeíseo  Pérez  Sayei*  ^  y  al  mar- 
qués de  ^'aldeflores.  Dispuso  se  hiciese  mía  ed^ioc^  mag- 
nífica de  don  Qagote»  y  con  este  objeto  excitó  á  D.  Gre- 
gorio Dfajfans  f  6  que  anméntaee  y  ]9e)jorase  i  Ja  .Tida  de 
Oerranteíi  qne  híabia  escritcSl  padre^Fiejoo,  y  el  padre 
Flores  que  habla  comenzado  á  publicaí;  su  ^'Eapaña  ea. 
grsdñ,^  y  que  después  esorihió  las  vidas  de  las  reinas  cdc 
tólicas,  fueron:  aniñados:  y  esthnjiladpa  con  honras  y  dis- 
tinoiones  para  seguí?  sus  útiles  trab^loe*  Al  micmo  tiem- 
po que  atraía  ¿  los  eittranJeroSt  ea>pRaoes  de  ser  útiles  por 
sns  conocimientos,  m*Andaba  i^ffaen  espaSoles  pénalo* 
uados  par9  instruirso  «en  jas  artes  y  ciencias  qi^e  estaban 
maa  adelamtadaaen  ot^roa  paisea  Kl^^lebre  dbi^erTatoiio 
ftstronómieo  de  la  isla  de  Leon^  se  estableció  por  bus  6r-« 
lan'esy  iMÓoJa  direccíoír  de  don  lotgn  Joan,,  y  por  las 
Dísmas  se  emprendió  el  £ran  trabajo  de  levantar  una 
tarta  greográ&ea  de  lá¡Peuínsula  é  islas  adyacentes.  Ea 
nero  4e  1738 ,  creó  d  ctóVegio.de  medicina  de  üádiz  ,  y 
ropoao  la  erección  ^«uiiA^  acadeonia  de  ciencias  y  bae^ 
as  letras  en  Madrid^  y-^mi  en  las  capitales  de  pioviar 
la,  podiendo  oonsidfiiK0<  |3Dino  un  ensayo  déestel>lan 
k  "'JLaamblea  amistw'Sterj^  wa,'  'que  por  este  tiempo  for- 
ttf  ea  O&diz  don  Jorge  Juan  « quien  algaaos  éños  de€«« 
oes  ^en  1771)  publicó  su  cele  bre  obra  titalada :   ''  Exá- 
en  marítimo/'  en  la  que  redujo  á  principios  científicos 
oonstruocion  y  manejo  de  las  naves.  Pareciéndole  de~ 

DIS1BTA0I4  ^UBi*— XOMCUX—  46 


~1S2  — 
f ¿otaoflo  el  ftiattma  de  enseffuLsa  de  la  jnriBpradeadA  a- 
doptado  en  las  aniversidades  de  Btpafia ,  pig^pnee  al  rey 
aa  reforma  y  la  formación  de  un*  código ,  qae  lleraae  éf 
nombre  de  ^'Fersandino,''  en  el  qae  ee  reoopilaaen  en  nn 
orden  f&oil  y  claro,  las  leyes  vigentes,  ezolnyendo  las  re- 
vocadas y  las  inoportnnas  y.deBOsadaa* 

Uno  de  los  asantos  mas  importantes  de  qne  se  ocnpó 
el  marqués  de  la  Snsenada  dorante  sn  miniscerio^  fa6  el 
arreglo  de  las  relaciones  con  la  silla  apoetdliea.  Inter- 
rumpida la  armonía  enrre  ésta  y  la  Corte  de  Bspafta  por 
los  incidentes  de  la  guerra  de  sucesión,  se  restableció  per 
el  concórdate  ae  17  de  junio  1717 ,  que  habia  sido  pt«^ 
parada  por  las  conferencias  tenidas  en  París  por  la  me- 
diación de  la  Frandaí  entre  Monseüor  Aldobrandi^  nom 
brade  por  el  Papa,  y  don  José  \Eh>drígue&  de  TillalpandOy 
después  marqaés  de  la  Oompuesta  I  dirigiendo  lanego- 
dación  desde  Madrid ,  el  fiscal  del  consejo  don  Melohor 
de  Alacanaz:  negoeiadon  qne  por  entonces  no  llegó  á  sn 
término  por  varios  inddentte,  hasta  qne  la  oonolnyó  Ain 
beroni,  qne  fué  remunerado*  con  el  capelo  de  cardenal.  • 
Huevas  disensiones  dieron  ocasión  al  segundo  oouooida« 
te  de  1737,  á  cuya  pnblicaeion  se  opuso  el  consejo ,  ha«* 
biendo  también  diferido  la  Santa  Sede  por  en  parte  d 
cumplimiento  de  algunas  de  sns  dáusniae,  y  esto  diO  mo- 
tivo al  concordato  üe  1753,  por  d  que  al  cabo  de  nna  ne- 
gocladon  de  dos  años  y  madio ,  entre  el  au'ilitor  de  Bata 
por  la  corona  de  Oastilla.  don  Maand  VenturadeFigne* 
roa  y  el  cardenal  Yaientl  Gonxaga,*queda7.on  terminadas 
todas  las  disputas  concernientes  al  patrcmato  real ,  de- 
jándolo perpetuamente  nnido  á  la  corona  y  reconotído 
en  los  reyes  de  Jispafia  el  derecbo  de  nombrar  á  todas 
las  dignidades,  prebendas  y  beneficios  ,  habiéndose  ar^ 
reglado  ignal mente  otros  puntos  impoirtantes.  BiPapa 
Benedlcti  XI Ti  reconociendo  el  tino  y  prudencia  oon 
que  el  marqaés  de  la  Basenada  habia  dirigido  este  deii» 
eado  negoelo,  le  ofreció  con  instancisi  lapúpura  roinana 
que  el  marqués  le  agradeció,  pero  i  lo  la  quiso  adnütir, 
diciendo  que  no  se  sentía  con  vocaci  on  de  oardenaL 

Pero  el  punto  á  que  se  dirigieron,  los  mayores  asfaer- 
sos  de  Ensenada  9  fué  el  arreglo  diti  la  admlnistradon  de 
hacienda :  para  librar  á  los  pnebl/ja  de  Im  mnltipUoadaa 
pensiones  conocidas  con  el  nombr  e  de  rentas  provinoia*^ 


—  183?— 

leSfProvdyd^elestableoimioiito  de  unsk  ooQtribaoion  di« 

reofcaÚQie4,,paraloqueiodl6  priaoipio  á  los  trabajos 

preparatorios  neeesarios:  puso  en  aámiaistracioa  las 

reatas  qae  aaa  qaedaban  an  arrendamleiuDo ,  y  para  dar 

ma^or  loipulso  al  oomerolo  de  América  y  qae  este  pro- 

dDjese  mayores  ingresos  al  erario ,  establéelo  los  baqaes 

qde  se  llamaban  de  registro ,  qae  se  despaohaban  en  los 

kteraiedios  de  ana  á  otra  flota,  qae  faeron  el  piel  adió  del 

eomereio  libre.  Lejos  de  atribairse  A  si  solo  el  mérito  de 

los  pablantes  qae  las  reatas  hablan  tenido  dorante  sa- 

ministerio,  deda  al  rey  en  nn  informe,  qne  le  presen  té, 

^*ell08  eran  efecto  de  U  baena  admisistraoion,  por  la  for- 

tana  de  haber  encontrado  personas  de  integridad  qae  tss 

manejasen,  sin  lo  enal  nada  de  provecho  habría  podido 

hacer,  por  mas  qae  se  háblese  deshelado  y  no  tariese 

otras  oaapaciones.] 

Adem&a  do  los  empleos  qie  como  se  ha  dicho«  le  fae- 
ron conferidos  alfombrarlo  ministro^obtnao  las  ricas  en- 
comiendas de  la  Fefia  de  Bíartos  y  Piedra  baena  en  la 
orden  de  üaiatrava,  y  faé  agraciado  saseaivamente  con 
la  liare  de  gentilhombre,  cou  el  cordón,  de  Sancti  Spirin 
tas,  la  banda  de  San  Genaro  de  lF4poleS|  la  gran  crus  de 
San  Joan  de  Jernsaleni  el  coliar  del  Toisón  de  oro,  y  con 
los  nombramientos  de  capitán  general  honorario ,  cun«i 
sejero  de  estado  y  secretario  de  la  reina.  Oon  las  inbigí 
ni^s  de  tantas  condecoraciones ,  se  presentaba  eu  la 
oorce  en  los  dias  de  gala  tan  ricamente  ataviado,  qae  las 
alhajas  qae  llevaba  sobre  sa  persona  Sb  avalaaban  en 
500, WO  peso&  Oaéntase  qae  el  rey,  le  manifestó  ana  vez 
fia  sorpresa  por  el  gran  viüor  de  sns  adornos,  y  qae  le 
oonteató :  *<Qae  era  menester  qae  por  la  librea  del  cria^ 
do,  se  echase  de  ver  qaién  era  el  sefior." 

Aaaqae  Fernando  nabiese  reooaooido  siempre  la  obli« 
gAoioa  de  pagar  la  deada  pública  creada  en  los  reinos 
precedentes,  paes  en  el  sajo  la  nación  no  fué  gravada 
con  deada  algona,  pero  en  la  imposibilidad  de  uDeuder 
Bimalcáneamente  al  camplioíleaco  de  estas  cargas  y  al 
pago  de  los  gastos  aotnales  del  gobierno,  reanió  aua  jao- 
ZA  compaesta  de  obispos,  ministros  y  letrados ,  á  la  coal 
Bometió  esta  caestion :  *<  &Bi  rey  está  de  tal  manera  obli« 
EpaeLo  á  satisfacer  las  deadas  de  sns  predecesores,  qae  no 
paeda  saspender  el  pago  de  totas  obligacionebV^— La 


^  —  184  — 

teaolaélon  de  la  junto  trafiqoíiixó  la  oondenela  cMtey^ 
y  en  eonseonenoia  maadó  'haoer  la  liqaidadoii  de  todas 
las  dendaa  anteriores  á  8U  reinado  ^  previnirado  qae  el 
paco  80  haria  eegan  lo  permiiieeeA  laa  ateooioneo  del  e« 
rano  ,  asigoando  para  ello  una  BUfita  anual ,  qae  Tarió 
aegun  lae  cireunstanciae ,  y  que  por  el  deereto  de  27  de 
octubre  de  1756  se  fijó  en  ciea  mil  peeee^  dietriboidoa  ea* 
tire  las  divertae  áeudae  eegnn  la  gittdnacioB  que  para  ello 
ee  hizo  Ksto  es  lo  que  ee  llamó  la  Imnoarota  de  Fer* 
natrdo  TI,  y  aunque  se  pueda  aprobar  eete  proeeder  ar< 
bitrario  respecto  a  los  aereedoree  del  eetado ,  el  ecródite 
del  gobierno  se  sostuvo ,  per  el  exacto  eumpUmiesto  de 
t  jdoa  los  pagos  punientes, 

Aunque  el  prudente  sisteme  de  Fernando  ae  fundase 
en  la  mus  estricta  economiai  sabia  gastar  eon  largieaa  y 
liberalidad  eaafldo  el  caso  lo  pedia.  Las  provineíaa  de 
Jindaincí^  fueron  üfligidaé  por  una  grande  eeoaees  de 
trigo»  habiéndose  perdido  la  cosecha  en  términos  de  no 
haber  grano,  ni  para  la  manutención  de  loe  h^itantes, 
ni  aun'  para  las  siembras  del  afio  giguientei  ;y  para  80« 
correr  eata*  neeesidad,  el  benéfico  mcmarca  comisionó  s¿ 
corregidor  de  Madrid,  para  que  pasase  &  auxiliar  á  aque- 
llos pueblos  con  quinientos  mil  pesos ,  abriéndole  un  eré* 
dito  por  mucha  mayor  suma  sobre  las  tefeorerías  de  las 
mismafií  f>ro vincias,  y  permitió  la  entrada  de  trigos  ex  < 
tranjeros.  El  temblor  de  tierra  que«:rniBó  una  gran  par^ 
te  de  la  ciudad  de  Lisboa  en  noviraibre  4a  1755 ,  dié 
nuevo  molivo  á  ejercer  su  generosidad,  habiendaman» 
dado  al  conde  de  Aranda  como  embajador  extraordisa^ 
rio  á  aquella  corte,  para  proveer  á  aquel  gobierno  de  toa- 
dos los  auxilios  necesarios  para  remediar  la  «alamidad 
ocurrida,  dlcióadolé  al  despedirse :  *'  Ofrecerás  al  rey  mi 
cufiado  la  continuación  de  todos  los  socorros  que  depen« 
dan  de  mí  y  de  mis  vasallos:  que  me  haga  decir  lo  que 
he<íesita:  los  trabajos  de  su  reinó  ^  los  considero  como 
propios,  por  lo  qae  me  intereso¿en  eltos^láin  etnbargje  de 
est^  actos  de  liberalidad,  llegó  &  reunir  una  caniiáad 
muy  considei^able  en  oaudalee  efectivos ,  que  dejó  exis- 
tente a  su  muerte,  lo  qne  lia  hecho  decir  Vulgarmente, 
que  en  este  reinado  f  aé  menester  apuntalar  la  tesorería 
de  Madrid. 

Sspa&a  recogía  el  fruto  de  la'^sabia  política  adopto^ 


— 1«5-- 


dft  por  sa  monaro»,  y  aquelí»  naoioii  en  «oe  el  úlrtmA  ^„ 

loa  reyes  anstriMos  peuó  en  poner  el  sobíernh  -«     °  ^® 

de  los  eabildos  eclesiáetiooe  «teSSo^SeSK  «*?,*""'" 

pata  que  el  primero  coidasa  da  la  iSLS  *  ^  Málaga, 

Lt^rlor  del  S^ine,  el  «««do -ilo^SSAÍérí* 

ca,  y  el  tercero  se  encargase  de  la  dftfdM»  hL  i  •^™*">* 

,    del  Meditenáneo,  respeteS  «Soía  v  ^«i3«  ^  ^'^^^''^ 

soMtar  sn  alianza  á  PO'^^X.^dSS'SÍ:' JS! 

habían  dispuesto  de  sn  snerte.  La  Precia  vlarn„f*í* 

ra  empefiadaa  en  nna  larga  goexra .  ttótoh^n  V  ^'''*®'" 

tenoia  de  adquirir  ton  mi^wa^yo^lT^^J  '^"P*" 

lo  hi«»  valer  tas  eonexSTiSdSlíSírl  SSÍ-n*!  "^  ^.Z 

ei  iüterésdel  gabinete  eepaHol  ofS5óle"í  i1?a  ¿^1? 

.  non»,  de  la  que  se  habia  anoderado  ai  «!«««-  •   *t?  ^^' 

hostilidades ,  y  oomo  los  ¿SS^^da  ¿SaT^„?/  '«« 

ban  oomo  ana  manoha  indalebto  a^St  L*^^^^**®?*' 

sa  Emilia,  la  pérdida  dfe  ¿SSto  1K  yt  de'^ilbrf  ílí" 

durante  la  guerra  de  snoeston ,  la  inclaterr*\S  ""*''» 

te  ofreoié  también  Ja  cesioide  «5%»;  ÍJf /°  ^Z 

incidente  graye  por  «í  mismoVSie  lo  Sé^S¿oh^  m«a 
por  sus  (wusecoencias.  La  ooIonia^Sel  S^ranS?  o?*^ 
da  en  la  ribera  iaauierda  drt  rio^^u  pSS^®"**''^**"*- 
é  Buenoe  Aires  e¿  S  iSS^SitóitoSf  hk^-^í''"**' 
caaion  de  oentínoos  álterS  r^SSL  k?Í?  r'^^**.**" 
entre  ambos  gobierno?SSZ,eí  fi??wÍ°'H*'^'''f  ^ 
se  celebré  un  tratado  en  1750«í  Jí-f-^^,  disputas, 
tagaloedié  6 BspXTcibníi  Si "S^^^^T l7 

S?wí«  Htf''^^^  1«  célebres  nridiní?  qX  ^^síSj 
habían  formado  tu  el  Paraenav    banionH»  +Ir  jf  "''*^ 

cambio  en  los  habítadtí^*LS1J  las  Síi^íSfeS; 

SrtrtmoíS  ff ^„ J-fx^?'^^'^'  •**  oonseouenoia  de  lo  cual 
í^ííe^XSSSi^i*"^*"^  del  S.acrament; 

B  sumSTó  S  w^íwT"^  **  Portugal  don  Juan  Y  y 
L-v^^  "^**  / **"*  ^  ♦  onyo  nluistro  don  Sebastian 
:torl>alIo,  marqués  de  Pombíd,  hito  oir<S?ír  SS  ¿ 


—  186  — 
Baropa  aa  mftniáesto  en  qaé  Masaba  á  los  Jesiiitasdd 
ser  lea  aatores  de  la  rdaisteada  de  los  indíosi  y  se  les  re< 
pre^ntaba  eono  qae  habiaa » pretendido  establecer  en 
Amérioa  na  iodoerio  independiente.  Bate  maniflesto  faé 
declarado  en  Madrid  falso  y  sedimoso,  y  se  mandó  qaemai 
por  méüo  del  ^erdago.  Ei  amor  propio  de  tfomb^f,  irri- 
tado ya  por  otros  modros  contra  las  mas  ilostres  f«imi'- 
lias  de  Portugal,  asoció  en  sn  yenganca  6  loa  jesoitasi  y 
habeindo  atridnido  6  aqoelias'y  á  eatos  ana  conspiración 
contra  ei  rey,  con  motiro  de  anos  tiros  disp*üradoá  con.* 
tra  el  coche  en  que  volvía  áan  palacio  á  deshora  de  la 
noche  d^l  3  de  setiembre  de  1758 ,  hiso  prender  y  morir 
en  los  mas  horribles  tormentos  al  dnqne  de  Avieiro ,  al 
m^rqnéa  de  Tavonii  á  sn  esposa  dofia  Leonor ,  y  i  otrcs 
individnos  de  aqneUas  ilnatres  familias,  til  mismo  tiem-, 
po  que  la  inqnisicion  de  Lisboa  por  ioflojo  del  mismo 
Fombal,  condenó  á  las  llamas  al  jesnira  Malagrida,  espe* 
cia  de  fanático  6  qnien  se  abasó  de  heregia.  Loa  jesnitas 
f aeren  expulsados  de  Portngaly  sus  bienes  oonfiaoados, 
y  este  fué  el  principio  de  la  perseoacion  contra  aquella 
orden  religiosa. 

Se  habl<*  formado  en  la  Oorte  de  EspaflLa  dos  partidos 
que  f  ik^oceciau  respectivamente  los  incereses  de  las  dos 
naoioaes  rivales ,  y  aunque  estunesen  conformes  en  d 
punto  esencial  de  conservar  la  neutralidad ,  todavía  et 
une  se  inclinaba  á  estrechar .  las  relacionee  con  la  Fraa« 
cia,  midiLtras  que  el  otro  propendía  hacia  la  Inglaterra. 
Bata,  por  medio  de  Mr,  Keene  en  ministro  de  Madrid,  pro- 
curaba socabar  el  iufliijo  del  marquéií|de¡la,lfinemada,¡qa6 
era  tenido  por  afecto  á  la  Francia  y  cuyas  medidas  para 
el  aumento  de  la  marina,  se  veían  con  el  mayor  diagnsto 
en  Inglaterra ;  el  partido  contrario  era  sostenido  por  el 
minittcro  Oarbajal,  y  le  apoyaban  el  duque  de  Huescari 
primogénito  dei  de  Alba,  cu  jo  título  y  estado  heredó, 
que  deiieaipeiiaba  las  funciones  importantes  da  major<« 
domo  mayor,  y  el  conde  de  Yalparaiso,  primer  ca  )aueri<« 
ao  de  la  reina.  Bi  respeto  de.esta  conservaba  ca  equi  i*- 
brio  ambos  partidos ,  pues  no.quena  que  i»ep  üd«»ri*ae 
ninguno,  oon  lo  que  hubiera  pecdido  ef'ififlnjo  ine  ej  aa 
oía  Bobre  el  ánimo  del  rey.  HéilA«ido8e*en  ^  ato  eetaau  la 
polítio»  exterior,  el  fallecimiento  de  Oarbijai  acontecido 
el  8  de  abril  de  1754,  que  pareóla  deber  indinarla  balwn* 


—  187  — 
2a  háoia  el  lado  de  la  Frapcla ,  yiao  á  prodaoir  el  efeoto 
oontrarion,  oaaaaado  la  desgracia  del  marqaé ^  de  la  Ba> 
señala.  La  maerte  de  aqael  minUtro,  modelo  de  iotegri- 
dad  y  reotitad|  f  aé  muy  «eatida  por  el.rey  y  poi*  sa  espoHa, 
y  las  lágrimas  qae  ambos  derramaroa,  no  fueíou  meóos 
honrohae  á  la  sensibilidad  de  estos  monarcas ,  qae  á  la 
memoria  del  miaieiro  difasto  cayos  baeuotí  eervicios  las 
hacían  correr.  Haeso^r  y  Valparaíso «  qae  á  la  primera 
noticia  de  la  muerte  de  Oatbajal^  ee  haoian  presentado 
ea  la  cámara  dt»l  rey  para  imijediir  que  se  nombrase  en 
lagar  de  aquel  á  Ensenada  6  á  afganos  de  sns  pareiaieSi 
aprovecharon  la  ocasión  para  insistir  en  la  nececiidad  de 
proseguir  bajo  el  eistema  adoptado  ^  evitando  caer  bajo 
la  d«^  pendencia  de  la  Francia ,  y  deoidibron  al  rey  según 
tenían  de  antemano  oonreoido  oon  el  enviado  inglés 
Eeene,  á  nombrar  á  don  Bicardo  Wall ,  qne  estaba  á  la 
Sazón  de  ministro  de  Bspa&á  en  Lóadres.  Üra  este  irlan^* 
dée  de  nadmiento ,  habla  servido  con  diotiocion  en  el 
e}ército  en  lae  gaerras  de  Italia,  y  había  debido  su  eleva- 
oio.i  al  duque  de  Montemar.  £1  talento  que  maaifctttó  en 
el  deaempeAo  de  diversos  encargos  delicados  y  su  cooo<* 
cimiento  de  la  lengua  inglesa  hicieron  qoeae  lenombrasa 
p»rael  empleo  que  actualmente  desemptfiaba,  y  por 
sa  inclinación  en  favor  de  su  pala  natal  j  Hachear  y 
Tal  paraíso  creyeron  que  era  el  hombre  que  leu  coü  venia 
tener  en  el  ministerio  para  contrarestar  eliiiflujo  fran" 
cés. 

Obtenida  esta  primera  ventaja^  snsmiras  se  dirigieron 
á  precipitar  del  puesto  á  Bnsenada  Acusáronlo  de  mans 
tener  relaciones  secretas  con  la  corte  de  íüápoles ,  con  la 
qae  la  de  Aiadrid  no  estaba  en  mucha  armonio ;  de  te- 
aerlas  también  oon  el  gobierno  francés ;  de  haber  auxi- 
liado á  la  oompafiía  francesa  de  la  India  contra  La  ln-« 
glesa,  y  de  tener  convenido  con  aquel  gabinete  un  ata« 
laa  coptra  ios  eetablecimientos  inglesee  en  el  golf j  de 
Bléjii3o'  Keene  pretientó  ana  copia  qae  habla  connrguido, 
acuitando  por  qué  medios,  de  las  inltitruccíouua  daJas 
por  EQueuada  a  loa  oomündanies  de  lus  boquee  rouuidos 
3  a  la  Habana,  para  arrojar  á  loa  ing  eses  de  iu»  tttir;u.riae 
jae  hablan  usurpado  eu  el  goifo  de  Honduras ,  y  como 
tlánaeaadaeovservab*  macha  amietad  oon  el  padre  l£á« 
raga  y  loe  jeAuitas,  se  le  aonsó  también  de  haber  apoya* 


—  188  — 

áo  la  inanrreccion  qae  se  decid  haber  &ido  excitada  por 
estos^  eBitre  los  indios  de  las  misiones  del  Paragnay. 

Con  tales  especies,  los  enemigos  de  Ensenada  lograron 
desde  luego  persuadir  á  la  reina,  para  que  lea  dejase  el 
eampo  abierto  paia  convenoer  al  rey,  y  la  noche  del  21 
de  julio  de  175á,  consigaieron  se  diese  la  orden  ,  que  fir« 
mó  el  ministro  Wall,  para  exonerar  al  marqués  de  todos 
sus  cargos  y  empleos,  y  habiendo  sido  preso  por  su  fis<i 
cal  de  guardias  de  corps,  se  le  despachó  aquella  misma 
moche  &  Granada,  cabiendo  igual  suerte  á  sus  amigos  y 
pardales,  ün  nuevo  ministeiio  se  organizó  bajo  la  in- 
flaenoia  del  dupue  da  Huesear :  Wall  conservó  el  despa» 
oko  de  los  negocios  exteriores :  Yalparaiso  fué  nombrado 
para  el  departamento  de  hacienda;  don  Julián  de  Arria- 
ga  para  el  de  marina  é  Indias,  y  don  Sebast/a  n  de  Esla- 
va, virey  que  habia  sido  de  Santa  Fé  6  ilustrado  pot  la 
defensa  de  Uartagena,  para  erde  guerra.  M  triunfo  del 
partido  inglés  parecía  completo :  la  caida  de  Ensenada 
fué  celebrada  en  Londres  como  un  triunfo,  y  el  ministro 
Eeene,  lleno  de  satisfacción ,  deóiaásn  gobierno:  Los 
grandes  proyectos  de  Ensenada  sobre  la  marina  han  al- 
elo suprimidos :  ya  no  se  constulr^n  otros  navios :  la  e- 
•onomía  del  conde  [do  Yalparaiso]  detendrá,  según  creo, 
los  trabajos  marítimos  que  cuando  excedan  de  lo  que  re. 
quiere  el  servicio  ordinario ,  nunca  kan  tenido  ni  ten«« 
drán  otro  objeto  que  perjudicar  á  la  Gran  Bretaña*" 

ISo  satisfechos  todavía  los  enemigos  de  Ensenada  con 
sacai^a,  quisieron.que  se  le  formase  causa  y  que  se  procer 
diese  á  inventariar  y  confiscar;  todos  sus  bienes,  hacien- 
do aparecer  estos  excesivos,  para  dar  color  á  la  aeusa^ 
<don  de  haber  manejado  infielmente  los  caudales  reales. 
[1]  Pero  la  reina,  á  instancia  de  Fannelli ,  amigo  fiel  y 
constante  de  Ensenada,  obtuvo  que  sé  hiciese  cesar  to«< 
do  procedimiento,  y  el  rey  asignó  al  marqués  una  pen- 


[1]  Ba  el  luTentArio  ftp'j.vQOBo  artf calos  dd  una  «Ktr^irftganda  Snenibl^.  Sa 
dkeqaeM'eaojntí^ron  4)  ;e:o)e8  dft  b«Lift':  48TfBtSdoiM«Triao«:  li70p«" 
rm  ú»  meáitf  de  eada : '  1 530  arrobti  da  ch  ieol«ta :  j%moQaa  áñ  Galicia  j  dt 
Vianiia,  por  ▼alor  de  11^,00»  pe&oB,  ademas  ds  otroa  Attfaa'os  WM  oaantio- 
■01  da  alhajaa,  plaU  labrada,  ccadroa,  «tt.  Slmarquéa  4a  la  Afeaerate  mas* 
4aba  á  París  sa  ro^a  b:anoa.  para  l$iTaiia  jr  pianvhtuU,  «foctadon  au«  paraoa 
•hocaste  en  nn  hombre  como  él. 


^  —  189  _  • 
ston  annatdediesmtlpesos^  '<  ^ara  qtté  pudites^  llevar 
con  deooro  el  Toisón  de  ero  con  qne  le  habia  konrado." 
A  pesar  de  kaber  accedido  á  uú  desgracia  manifestó 
siempre  aqnel  mcaareii  la  estia^acion  que  de  41  'hacia,  y 
una  Tez  qne  el  óonde  de^  Tálparáiso  tavó-qne  sns^eti^er 
el  despacko  poir^ne  ^padecía  nna :  jaqueca  j  Feroando  le 
recodó  qne  ^liabiá  tenida  un*  ministro  qtte  trabajaba  ix)-' 
do  el  dia,  y  qne  nnncá  le  dolía  l£i  cabeza."  &in  embargo 
de  la  yaríacion  de  minUterio ,  nada  se  altéiá  en  el  aia- 
tema  adoptado:  Arriagalj¡ Salara  eran  hechuras  de  Eose- 
nadaí  y  el  enrÍG^o  inglós  se  quejaba  'poco  tiempo  des- 
pnes;  de  qne  el  espirita  de  este  había  trasmigrado*  al  se^ 
¿ando  de  «rtos  ministres. 

m  17  de  agostó  de  1^56  falleció  la  reina  dgílá  Bárbara, 
y  faé  sepnltsiaa  en  la  iglesia  del  convento  de  las  Salesas, 
qne  ella  misma  habla  fandado  eñ  Madrid  para  la  ednca* 
don  de  las  ñiflas,.  Bl  espíritu  del  rey^  propenso  siempre  á 
la  melancelía ,  y  qué  páxa  distraeirse  necesitaba  el  ejer-> 
ciclo  cootínno  de'la  caza ,  no  pudo  sufrir  este  golpe.  Se 
eucerró  en  el  palacio  dé  Yillavíciosa  |  y  no  quiso  ocupar- 
se de  úiíigun  negocio:  durante  varios  días  no  tomó  ni  b^ 
lime^to  ni  descaniso,  lo  que  le  causó  una  enfermc^dad  gra- 
ve y  aunque  se  restableció  de  ella,  continuó  en  un  estado 
tal  de  abandono,  que  parecía  haber  perdido  el  sentido. 
lia  muerte  vino  &  sacarlo  de  tan  triste  situación,  habien^ 
do  fallecido  el  10  de  ago^t^  de  17S0,  i  los  cuarenta  y  ele-' 
te  años  de  edad  y  ,cstorce  de  su  reidads « 'el  tnad  pi;6peio 
que  la  monarquía  hkbiá  tenido  desde  el  de  los  rey^s  ca  • 
t($Iicos  d0n  Fernando  y^dotia  ísabel*  Su  cadáver  fué  con> 
duddo  con  la  pompa  córrespbndiente  ái  Madrid,  para  hq% 
paitarle  al  Jiado  del  de  su  espeja ,  según  dejó  prevenido 
^n  su  testamento. 

Largs  y  ajena  del  objeto  dé  esta  obra  serla  dar  una 
idea  completa  de  los  progresos  qué .  se  hicieron  en  este 
reinado.'  Basta  Ip  dichb'  acerca  de  los  principaloB'  ramos 
de' la  administración ,  y  solo  afiadiremos  en  cuanto  á  la 
literatura  y  á  la^'^bellas  artes ,  que  la  Academia  de  San 
Pérnando,  dbSti&S3a  al  fomento  de  éstas  ,  debió  su  fnn- 
'  dacif^Q  á  Fernando  el  YI ,  cuyo  nombre  recuerda  el  de 
aquella  oorporadon.  aunque  se  hablan  dado  los  primeros 
pasos  para* BU  establecimiento  desde  el  reinado  anterior, 
lün  el  de  Fernando  VI ,  se  comenzaron  á  percibir  les  re*- 

DXaXBTlOIOWM.— TOMO  III«— 48 


-190  — 
saltados  de  los  baesos  prineipios  derramados  ea  el  ¿6 
Folipe  y,  para  lestableoer  las  ole&oias  y  mejorar  su  ei- 
tadiOf  y  aaaqae  en  las  aiiiy<^rsldades  se  eoatmaaeeii  ea** 
sefiLaado  mil  satálesas  y  i^bstraedónes  iii&tílea ,  eonfaii* 
dieodo  oon  ellas  los  faadam^atos  verdaderos  del  dogmi 
y  de  la  legislación;  se  iban  exbmdiendo  las  esoaelae  pan 
la  ensefiansa  de  las  matemftüoas  y  de  las  oíencias  fiai« 
cas,  y  en  la  elocnenoia  del  púbüco  i  miaerablemente  n> 
daoida  á  pedantismo  y  extravaganoias  pnttiles ,  la  aera 
oensora  del  padre  Isla  en  sn  Oernndio  y  la  lectora  de  loi 
orttdores  franceses,  habla  introdncide  ana  notable  refior- 
ma  Sin  embargo  de  este  atraso  de  la  enssfiansa  en  Isa 
nniveisidades,  y  de  esta  imitación  de  los  escritores  firaa- 
csaes  qne  desde  entonces  se  biso  la  moda  aomiaante,  rec 
saltaron  dos  males  qne  han  venido  á  ser  may  trasen. 
dentales:  aqnellascorporacionesi  qne  debían  habecie 
conservado  convenientemente  reformadas ,  á  la  cabe» 
de  la  enseSanaa  pública ,  han  ido  calendo  en  olvido ,  y 
la  lengaa  castellana  ha  perdido  mncho  dé  sa  hermosois 
y  pnresa ,  adoptado  el  giro  y  frases  del  estilo  francés  j 
aon  machas  palabras  de  este  idioma ;  en  t6rmi¿.os  da 
qaedar  redacida  á  nn  gergon  incomprensible ,  en  ossito* 
das  las  traducciones  pagadas  4  tanto  el  pliego ,  en  qne 
les  libreros  franceses  por  vía  de  especnlaeion»  están  inon- 
dando  á  toda  la  América,  para  afrenta,  de  la  literatnza  j 
raina  no  solo  de  la  leogaa  castellana ,  sino  de  la  moral 
cristiana  y  de  las  buenas  costumbres.  (1) 

Fernando  el  YI  murié  sin  sucesión  y  desde  antes  de 
su  f «llecioiiento »  esta  drcnustanoia  hixo  poner  en  fn^o 
diversas  intrigas:  el  estado  de  nulidad  y  abandono  en 
que  el  rey  pasó  el  áltimo  año  de  su  vida ,  dl6  UEiotivo  á 
que  se  promoviese  el  hacer  venir  6  su  hermano  el  rey  de 
Kápoles  á  encargarse  del  gobierno ,  y  el  gabinete  francés 
intentó  alterar  el  orden  de  la  sucesión,  haciendo  pasar  la 
corona  al  infante  den  Felipe»  duque  de  Parma,  qnecst 
tanda  casado  con  una  princesa  Francesa ,  se  oreia  estáte 
viese  mas  inclinado  á  aquella  nación*  Sin  embargo ,  Pee- 


^1 )  BÍ0rmt:ii  d«eia  dé  ^tot  IrsdiietorM  t     • 

,Q  ae  d»  ínaeé»  en  g»bi«h9 
,  .  .X/adaosii«lpU«^árMl 


—  in— 

nando,  hftbiendo  daalftrado  tn  sa  testamento  heredero 
del  trono  á  sa  Kienaaao  el  re/  de  Kápoles ,  qae  desde  a- 
hora  llamareiBOs  ÜArlos  ILI ,  eonflrmd  la  regeDoia  hasta 
)a  llegada  del  naeTo  soberano  I  á  la  reina  madre  dofia 
Isabel  FamesiOi  qae  yiTía  retirada  en  el  sitio  de  San  Ii« 
defunao ,  de  donde  pas6  á  Madrid  á  tomar  las  riendas 
deKgobiemo. 

La  proolamadon  del  naevo  rejí  se  hi«)  con  las  soleih^ 
nidades  aoostambradas  el  11  de  setiembre  de  1759.  y  aña 
esoaalra  de  diesy  seis  naflos  deiínes/algonabfragatas^ 
saiió  de  Cartagena  para  ir  á  bnsoarle  á  Sápoles.  Oárlos, 
anees  de  dejar  aqnel  reino  para  tomar  posesión  de  stis 
naevos  estados^  taro  qae  arreglar  la  sneesion  en  aqa^^ly 
en  estos,  tía  hijo  mayor  don  Felipe,  padeoia  desde  «a  in- 
fancia ataqnes  de  epilepsia,  qae  le  hablan  redneido  á  nn 
estado  de  completa  imbeeilidiid,  por  lo  qae  calificada  por 
los  médieoe  la  ineapaeidad  mental  de  aqnel  príncipe  sin 
espera^aa  de  reoobrar  sa  raaoui  el  rey  Uárlov  i  habiendo 
oonvoeado  á  los  prineipiilea  personajes  del  reino  •  4  los 
embajadores  y  ministros  extranjeros  9  y  los  magialrados 
do  los  tribonales  y  otras  antorloades  •  snbió  al  trono ,  y 
ejerciendo  sa  autoridad  oomo  rey  de  wpafta  y  de  Nápot 
1  'S,  conoedió  dirarsas  gracias  y  en  segaida  hizo  ls«  r  el 
a  jca  de  snoesioa,  por  la  qme  declaraba  separados  ambos 
xciuos  en  vircad  de  los  tratados  celebrados  con  variai»  na- 
ciones, y  debiendo  sacederle  en  el  de  Espafta  sa  hijo  se- 
gando don  OArlos  por  la  meapaoidad  de  don  Felipe;  ecm- 
ürio  la  corona  de  Káfoles  á  sa  lüjo  tsrctro  den  Fernán.* 
do,  al  caal  preseatsadole  sa  espada,  le  dijo:  ^'Luia  XIV, 
rey  de  Francia  p  dio  ekta  espada  6  Felipe  Y ,  vaesao  a  • 
bueio :  ^o  la  recibí  de  él  y  ahora  os  la  entrego:  no  ía  des^ 
envainéis  nunca  mas  qne  para  la  defensa  ae  vncbtra  re- 
ligión y  de  vuestros  Vasallos.^  [1]  Terminada  esta  angos- 
ta ceremonial  üarlos  nombro  ai  surques  Tanuecipara 
qae  dirigiese  los  negodoa  de  aquel  reino  durante  la  me- 
uoridad  de  Femaudo,  y  aquella  ndsma  tarde  se  embaicó 
con  la  reina  y  toda  su  familia  á  bordo  déla  escuadra  que 


«  . 

n£Blr»7l'«niav^TCf«'^M*a«fpaiaal  ali^limátt'ivg^éi  Iitrd  K»1í8bbi« 
eoj4iAotifod«losaociita«lnii«jhlO0á«  NAp^Ui  «a  ti*Bp«  dt  U  rtTolndya 


•  t 

J  k 


.  •  /     *  •    I  .     • 

—  132,7^ 
deUa  conducirle  á  las  poatas  d(^,!^ajp4^a:  un  vió&to  iaVo- 
rabie  le  hizo  llegar  en  caatrodiaa  &  A^ice^osa  [15  de  ce* 
tubre  de  1759]  en.  doade  faé  recibiao  cqa  los  m^joreB  a- 
.  plaasoSy  aameatándosQ  eatoa  por  haber  jestitaido  á  loa 
catalanes,  machas  de  las  prerogatívas  de^4^e  kabii^  bí- 
do  privados  eu  castigo  de  Ba  j:eoelipi;u  .^ááeiae  en  oamino 
para  Madrid,  y  á  sq  náiisito  por  Zaragoza  ma&dó  erii 
{¿ir  an  magnifico  sepulq^o  en  ]^.Qa^drai  del  FiiaTi  al  da^ 
^ae  de  Moatejaar,  que  manó  f^i^j^^tnAQ  el  empleo  deca^ 
.  liitan  general  de  Arago%  ^  q,uie9  pírlóAj  debia  el  trono 
fie  I^ápoles,  y  de  la  ml^ma  máoe^a  lioaró  la'  saemoria  del 
4)onde de  Gages,  mandandpi^  le lii^€^e^:OAírQ  sepalcro  no 
iaeno9  magaíñcOj  ea^ igli^éia4!d  Ipsoap^obinoade  Pam* 
piona.  .       ■     ' :.    .'-.'  J   .  . V     .  .-.. , 

Garlos  llegó  á  lú&drld  el  9  .dO:  nóyX§j|9.bre  dé  1759,  pero 
lio  hizo  81^  entrada  publica  basta  el  IS  fte  jolio  del  año 
iigoiente,  cou  la  major  Bolev^iidg^que  sq  habla  cono^ 
oido.  Sa  primer  cuidado  deapc^a^^  «a  lUgada^  faé  vifií- 
tar  á  la  reiua  fin  madre/ á  la  i^iaehfir^ia  T6ihte^y^Kho  afics 
qae  no  habla  vist^D,  y  por,  Qonúdeiaqipp  ^  lá.  memoria  de 
fia  hermano,  no  hizo  en  el  minititerio  otra  yariacioxi  que 
encargar  el  de  haeieuda  al  v)iu:qqé3de  JBaqaiiache  ,  qnd 
le  habia  acompañado  de  iNápolesy  ¿Q  cují^  habilidad  en 
estas  materias  teuia  grr«n  concepto,  ea  lagar  del  conde 
de  Falparaiso ,  que  lo  de^uimp^Habá^  El  15  de  jalio  de 
1700,  prestó  Canos  en  la  iglesia  de  8aa  Gerónimo  el  ja- 
Himento  de  gaardar  ks  le>ea.dei  reinOi  al  miemo  tiempo 
qao  los  dipn^ados  de  este  prestaron  el  de  obedecerle,  y 
en  consecuencia  de  el  acta  de  saeesi^n  pnbÜcada  en  Kan 
poleS)  don  Garlos  fué  recono<^ido¿  por  príncipe  de  AÉta* 
tnrias  en  el  modo  acostumbrado ;,  )a  Corte  pasó  en  Ee- 
Xnida  4  la  GraujA ,  y  volvió  4  . Madrid  eu  septiembre  de 
i»qael  año,  con  moúvp  de  la  enfermedad  de  la  reina, 
que  falleció  el  27  ut)  aquel  mes  ^  Iqs  treinta  j  seis  aSos 
do  edad,  dt  jando  feietu  hijo^  de  .loa  trece  qne  habia  te- 
nido de  su  matrimouio  c:>u  el  rey,  quien  no  se  volvió  á 
casar.  *^,-. 

Uno  de  los  primoroR  actos  del  nuevo  gobierno ,  fué  el 
destierro  del  eaunco  F¿^riselli)  á  goliürtna  de  la  reina  ma- 
dre,  pero  coüserváTido^e  1a  peú^iou  que  disíi^taba  Hí< 
aose  tanto  mas  extr^aa  esta  providencia,  cuanto  que  ii- 
mitáudose  Farineiii  á  su  ejercicio  de  cantante,  nunca  ha- 


—  193  — 
bia  abusado  del  ioáaja  que  gozaba  para  mezclarse  en  la 
IKilíCica :  retiróse  á  Bolonia  donde  pasó  el  reato  de  su  vi- 
da oon  magQificenciay  oonservando  en  aa  gabinete  los  re** 
tratos  de  los  reyes  sas  protectoresv  como  los  de  nnas  dei- 
dades tutelares..  Per  heereto  de  13  de  mayo  de  1760  ^  so 
mandó  alzar  el  destierro  al  marqués  dé  la  Ensenada,  ha- 
ciendo una  deelaracion  muy  honrosa  de  sus  bnenos  serví'- 
oloS|  y  habiendo  vnelto  á  la  Oorte,  faé  recibido  con  mnes* 
tras  ele  estimacion  y  agrado. 

La  gaerra  habla  continnado  entre  tanto  entre  la  Fran«< 
cia  y  la  Ifiglaterra,  y  los  reves<^s  experimentados  por  la 
primera  y  hieieron  temer  ó  Oárlos  que  sobreponiéadose 
enteramente  la  segunda,  quedarla  destruido  el  equilibrio 
político  de  la  Europa,  cayas  consecuendas  seria  la  ruina 
üe  ios  estados  de  los  príaclpes  de  la  casa  de  Borbon,  con 
grave  riesgo  de  perder  España  sus  posesiohes  ultraman<« 
ñas.  Esta  consideración  y  la  antipatía  que  tenia  á  la  In-* 
glaterra^  desde  que  él  almirante  ingléa  Martin  con  ei  ro' 
lox  en  la  mano,  le  habia  obligado  á  declararse  neutral  en 
la  guerra  de  Italia,  amenazándole,  con  bombardear  á  l^é,- 
peles,  le  hicieron'  abandonar  el  sistema  pací  fice  adoptado 
por  su  hermano  y  predeeeson  En  consecuencia  de  esta 
variación  de  prinoipiosi  celebró  cbn  Francia  en  15  de  a«* 
'  gosto  de  1761  un  tratado  de  alianza  •  conocido  con  el 
nombre  de  **Pacto  de  familia/'  en  virtad  «leí  CTial  los  dos 
monarcas  se  obligaron  <<á  consideiar  como  enemiga  de 
ambos  á  toda  potencia  que  lo  f aese  de  alguno  de  los 
dos,^  y  se  asegararotí  mutuamente  sus  estados,  expeciñ*^ 
cando  los  auxilios  que  ambos  hablan  de  prestarse,  y  ann- 
que  de  esta  alianza  se  exceptuaban  las  gaerras  en  qne  la 
'  Francia  pudiera  empeííarse  en  Alema;iia ,  se  establecía 
qne  la  Espafia  estarla  obligada  á  dar  los  auxilios  conve- 
•  nidos, '^siempre  qae  alguna  poteDCia  marítima,  tomase 
parte  en  a^aellas  guerras,  6  caando  la  Fráñclá  faese  ia* 
▼adida  por  tierra.''  Aunqné  este  tratado  permaneciese 
secreto,  el  gobierno  inglés  tuvo  conocimieuto  de  haberse 
celebrado, bien  que  sinsabor  precisamente  su  contenido, 
y  considerándolo  como  una  deelaracion  de  gnerrs^  exigió 
qae se  le  oomuniéase:  despnes  de  varias  contestaciOLea 
entre  ambas  Qo^s,  publicó  su  manifiesto  el  2  dé  enero 
de  1762,  y  habümdo  heeho  lo  mismo  el  rey  de  Espa&a  el 
16  de  aquel  mes  ^  quedaron  rotas  las  hostilidades  entre 


r 


las  dos  poteaclas.  Portagai  pretondia  permanecer  üeai 
tro  en  ia  gnerra  qne  acababa  de  deolaraise,  pero  la  Fraoc 
oía  y  la  Bdpafia  en  atención  6  qne  eata  nentralidad  era 
verdaderamence  hostil  para.aqaeilas  potencias ,  pe»  la 
ventaja  qne  procuraba  á  la  Inglaterra  para  perjudicar- 
las la  poslsion  geográfica  de  agael  reino  t  exigieron  noa 
declaración  abierta  contra  la  Inglaterra  ^  ofreciendo  un 
ejército  para  ocupar  y  defender  el  reino  y  seflalando  «n 
término  de  cuatro  dias  prra  contestar  definitivamente; 
mas  habiéndose  rehusado  aquel'  roberano  á  nn  acto  que 
consideraba  contrario  ¿  su  honor  y  á  los  intereses  de  sus 
subditos,  se  tU70  por  una  declaración  de  guerra. 

Ldk  Bspaña  nó  parecía  haberse  asocáado  á  la  Francia, 
sino  para  participar  de  sus  desgracias. ^Bl  ejército  inglés 
mandado  por  el  duque  de  A.lbemarle  ,  áescendiente  del 
célebre  Mouk,  restaurador  de  la  monarquíi^  se  apoderó 
de  la  Habana  (13  de  agosto  de  1762^  habiendo  sido  de. 
fendido  con  bizarría  el  castillo  del  Morro  por  don  Luis 
de  Yelasco  y  don  Tícente  Gonsales  que  murieron  en  la 
brechai  cuya  memoria  honró  el  rey  con  diversos  premios 
y  con  mandar  acufiar  una  medalla  que  peroetnase  sa 
nombre  y  la  gloria  de  aquella  defensa,  fin  la  H^ibana  co<« 
gieron  los  ingleses  nueve  na^os  de  líneai  cuatro  fragatas 
y  una  gran  suma  de  dinero  de  las  flotas»  qne  estaba  de<i 
poaitado  en  aquella  plaza  para  mandarlo  &  Bspafia,  f If  y 
cantidad  de  municiones.  A  esta  pérdida  se  siguió  la  de 
Manila  en  las  islas  Filipinas:  un  cuerpo  de  poco  mas  de 
dos  mil  hombres,  mandado  por  el  general  Drapper ,  salió 
de  Madras  y  se  presentó  delante  de  aquella  ciudad,  antes 
que  se  tuviese  en  ella  noticia  de  la  declaración  de  la  gner*- 
ra.  Bi  arzobispo,  que  tenia  interinamente  el  gobierno,  no 
habiendo  podido  impedir  el  desembarco  de  los  ingleses, 
dispuso  con  valor  é  inteligencia  todo  cuan^to  era  neoesa*- 
no  para  la  defensai  pero  no  pudo  impedir  que  la  plaza 
fuese  tomada  por  asalto ,  y  para  salvarla  de  una  ruina 
completa»  dio  por  rescate  dos  millones  de  pesos  y  una  li- 
branza de  igual  suma  contra  la  tesorería  de  Madrid.  Po. 
eos  dias  después  cayeron  en  manos  de  los  Ingleses  las 


1  t 

{IJ  Cjx^  U  hao«  lUbii  4  qti¡jM«  nUl9&9i  dt  pri  9«. 


—  195  — 

ñaoa  ^*HaiiiIa  y  la -Santísima  TrinidAd/'  qne  yoMan'de 
Aoa  paloo,  oayos  oargamentos  se  avaluaroa  en  tres  milio- 
nes  de  pesos,  habiéndose  heoho  dnefios  también  de  todos 
los  buenos  qne  estaban  en  la  bakía  y  de  nn  acopio  consi- 
derable de  mnnicienes. 

Tan  grandes  pérdidas  sn&idas  por  la  Bspafla,  no  tnvie^ 
ron  otra  compensación  qne  la  toma  de  la  colonia  del  Sa« 
cramento  en  el  Bio  de  la  Plata ,  veriflcada  por  don  Pe« 
dro  Oeballos,  qne  desde  el  reinado  anterior  habla  salido 
de  Oáiíz  con  10  mil  hombres.  Los  e8panole6;cogieron  en 
aqutíl  pnnto  veinte  y  tres  bnqnes  ingleses  ricamente  car- 
gados, estimados  en  onatro  millones  de  libras  [veiute  mi- 
llones de  pesos]  é  hideron  fmstrar  el  ataqne  qne  prepa« 
rabaa  contra  Baenos^Aires  mnchos  aventureros  ingleses 
y  portugueses,  pórqno  aunque  llegaron  ¿  intentarlo,  pri<- 
vados  de  los  auxilios  qne  esperaban  sacar  del  Sacramen- 
to, tuvieron  que  retirarse  con  pérdida,  volviendo  con  di" 
Acuitad  á  Bio  Janeiro. 

En  Portugal,  el  ejérdto  espafiol  alas  órdenes  del  mar« 
quéd  de  Sarna,  á  quien  sucedió  en  el  mando  el  conde  de 
Aranda,  obtuvo  ventajas  condderables  al  principie  de  la 
campaña  y  se  adelantó  bastante  para  temer  lo  ocupación 
de  Oporto,  de  donde  los  ingleses  sq  apresuraron  á  retirar 
saa  almacenes    pero  habiendo  mandado  el  gobierno  in* 
glés  en  auxilio  de  aquel  reino  al  conde  de  la  Lippe  con 
uu  caerpo  de  diez  mil  hombres  y  oflciales  capaces  de  di^ 
rigir  con  acierto  á  los  portugueseSi  estos  volvieron  á  tO'« 
mar  la  ofensira,  y  los  espafiolesi  perdidas  cafti  y  todas  las 
ventajas  que  hablan  obtenido,  se  vieron  obligados  á  re^ 
tirarse.  Kn  estas  circunsumcias ,  amenazadas  las  costas 
del  Mediterráneo  por  los  comandantes  de  la  marina  in- 
glesa, la  nobl¿za  de  la  corona  de  Aragón  dirigió  al  rey 
una  exposición  que  recuerda  los  tiempos  heroicos  de  la 
antigua  caballería,  ofreciendo  encargarse  á  sus  expensas 
de  la  defensa  del  reino ,  para  que  se  pudieran  emplear 
activamente  las  tropas  destinadas  á  custodiarlo ,  lo  que 
Carlos  agradeció,  manifestando  su  satisfacción  por  aque- 
lla prufiba  de  fidelidad  y  amor  de  aquella  parte  de  sos  eS' 
xados,  que  mas  contraria  habia  sido  al  establecimiento  de 
su  i^miiia  en  el  treno  de  JKspafia. 

Los  reveses  sufridos  por  los  monarcas  de  la  casa  de 
Borbon  y  el  cambio  de  ministerio  que  por  este  tiempo  se 


^  1Í)6  — 
Verifie^  en  loglatetr^t  abxieroa  el  camino  á  las  negocia^ 
cienes  de  paz,  que  fie  formó  ea  Parla  ea  10  de  febrero  de 
1762,  por  ia  caal  la  Bspalia  recobró  la  Habana  y  Mani^ 
la,^  rcstitayendo  &  los  portogaeses  la  coloDía  del  Sacra- 
mento y  las  plbzas  que  ama  ocapabaa  las  tropas  ds  Por- 
tugal, 7  cediendo  á  la  loglaterra  la  Florida  y  los  terri- 
toriss  al  E^t«  y  Oeate  del  Mlsisipí.  Beconoció  además  Á 
los  subditos  iagleseei  el  derecho  de  cortar  maderas  en  el 
golfo  de  Honduras,  peto  debiendo  ser  arrasadas  las  fer« 
u&oacioQes  que  se  babían  levantado  en  diversos  pontos 
de  aquellas  costaSt  y  renunció  al  que  pretendía  tuTlesen 
los  suyos  de  hacer  la  pesca  del  bacalao  en  el  banco  de 
Terranovft  En  cuanto  Á  los  dos  millones  de  rescate  de 
Manila»  Oárlos  rtihusó  pagarlos  tan'  decididamente,  que 
djío  baria  la  gueiia  toda  su  vida ,  a^tes  que  someterle 
auna  conuicion  que  creía  injusta:  y  deshonrosa  ,  con  lo 
que  se.  omitió  traiar  de  efe  te  ptinto,»  «^ne  fué  materia  de 
posteiiores  reclaruacjones,  las  que  quedaron  siempre  sin 
efecto»  La  Francia  cedió  á  la  Iu¿laterra  la  llueva  £sco-« 
.oidí  el  Canadá,  con  el  puis  al  Bstie  del  Misislpí  que  hs^ 
éia  sido  hasta  eutonces  part^  de  la  Luiaiana ,  la  isla  del 
Oabo  Bretón  con  lais  islas  y  rllieras  de  rio  de  San  Loren^ 
zo,  reservando  solo  para  gu^i  st^bditos  el  derecho  la  pesca 
en  el  banco  de  Terrauova,  aunque. con  clsrtas  restriecio- 
nes.  Los  ingleses  co&tier varón  tauíbien  varias  de  las  po» 
sesiones  franc;:aas  de  que  se  habían  apoderado  en  las  An- 
tillas y  la  coata  de  Aírica ,  pero  todas  las  demás  con- 
quistas faeron  rebtitaidaa  por  una  y  Otra  parte.  Por  un 
convenio  particular,  ja  Francia  cedió  á  la  iSspafia  lo  ^ue 
ie  quedaba  de  la  Luisiana,  en  compensación  de  la  Fío- 
rida,  que  la  segunda  habia  teniclo.  que  ceder  á  la  Inglan 
.tepra. 

Luego  que  la  guerra  se  terinin^  se  separó  del  ministe^ 
rio  de  estado  dou  Ricardo  Wall ,  no  sin  grande  oposicioQ 
de  Oárlos,  que  repugnaba  toda  variación  en  las  personas 
de  que  uua  voz  había  hecho  confianza,  y  fiara  vencer  es«- 
ta  resistencia ,  Wall  tuvo  que  fingir  una  enfermedad  de 
¡cjoa  que  le  impedia  trabaiar:  el  rey  le  concedió  su  retiro 
con  el  usoírcuto  del  hernioso  sitio  llamado  el  ''Soto  de 
Boma,^'  en  las  inmediaciones  de  Granada,  en  donde  pasó 
ol  presto  de  sos  dias ,  na  presentándose  más  ^ue  una  vez 
al  a49  á  sumplimentar  í^  re^^  Sucedióle  en  ei  ministerio 


—  197  — 
el  máíqüós  de  Grimaldl,  de  una  familia  irastre  de  Geno- 
va, por  cuya  íepúblioa  kabia  sido  enviado  eon  üa  encar- 
go diplomátíoo  6  tfadcid  ^  al  fla  del  reinado  de  Felipe  T 
a  cayo  eernoio  paaó,  dfjaado^l  de  aquella  república  y 
el  traje  de  abate  que  uaba»  por  haber  reoiWdo  kás  bráe- 
aee  meaoi^Si  y  favoceoide  por  el  marqués  de  la  fioaenfcs 
da,  fué  empleado  ea  dii^imias  oomieioaes  dipíomátieas  y 
M  hallaba  6  la  eaaon;  desempeñando  ía  embajada  de 
Francia.  .  . 

Susoicárouse  duante  la  gaenú  nueras  oontestacionea 
con  la  Silla  Apostólica,!  ^irtglnadas  'ea  «ft  motiva  en  bu 
principio  ligera.  JSl  inquisidor  general  publicó  un  edicto 
prohibiendo  la  leotora  de  ut^  libro  titubado  *<  Verdades 
.omtiauas,'' escrito  por  el  *adre  Meseenguy ,  qne  hatna 
sido  prohibido  por  la  OMigtegaeion  del  índice  de  Eoma, 
üarlos ,  ofendido  de  que  en  sus  reinos  se  diese  cumplid 
miento  sin  permiso  á  nn&  disposición  de  una  autoridad 
exCraojera,  mandó  al  inqutoidor  general  que  euspendie* 
Be  la  publioawon  del  edlot0,  «recogiendo  los  fjsmplaTcs 
qae  se  habian  cironlado  ya :  el  inquisidor  rehusó  obede- 
©er  y  faé  enviado  al  convento  de  la  Cabrera,  leeoleccion 
de  franciscanos  á  corta  distancia  dq  Madrid ,  y  oon  dic- 
tamen del  conseja,  cuyos  ftaoalesc  eran  don  Pedro  Bodri» 
guez  de  Oampomanes,  después  conde  de  Campcmane»,  y 
üon  J osé  Moüino ,  á  quien  mas  ai Wlante  fíe  dio  el  titulo 
de  conde  de  Florida  Jt^ianca,  se  hiscr  una  ley  en  virtad  de 
la  eual  no  debia  darse  eumpUmientiO  A^ningana  bula,  bre- 
ve,, o  rescrito  penüfloio,  sin  ser  ante!»  examinadas  por  el 
conseje,  ni  elinqoisidorpodl^  tampoco  publicar  edicto  ai^ 
guno  sm  presentarlo  al  rey,  ni  tnroSibtí  los  libros  sin  dar 
audiencia  á  los  autores],  para  que  def;ind!e8ei!i;Jaa  doctri . 
nas  sobre  que faesen  acusados,  con  ai^eglo  4  una  cüustl- 
tuoion  del  Papa  Benedicto  XI?.  El  i  tquisldor ,  al  cabo 
de  algunas  semanas,  pidió  pwdon  al  n^y  y  obtuvo  el  per- 
miso de  volver  6  Madrid,  suspendiónd  ose  el  cumplimlen^ 
to  de  la  ley  por  inflojo  del  confesor  del  lej  el  padie  JbJie- 
ts,  de  quien  tendremurs  -adelante  ooa*ion  de  hablar,  el 
cual  recordó  á  Garlos  q^  la  Habana  btalsía  sido  tomada 
por  los  ingleses  el  mismo  dia  en  que  habiav  sido  desterra  - 
do  el  inqumidor,.  pero .  algún  tiempo  después  la  ley  volvió 
á  ponerse  en  práctica» 

Ooncertado  et  casamiento  de  la  infjihUa  »*  Haría  Luisa 

PieiBSA€I#gBA  .-* -TOMP  m*- 49 


I 

..i 


—  198  — 
hija  Mganáa  del  rey  oon  Pedco  Leopoldo»  hijo  Mgando 
del  emperador^  qae  f aé  doepaes  grmn  da^ae  do  Teaeona 
y  emperador,  salló  de  Oartogena  ea2i  de  jaalo  de  1765 
ana  e«earadra  al  mando  del  capitán  general  marqsés  de 
la  fictoria,  para  condaeir  i  Oéaora  á.la  infanta  qne  ee 
embarcó  abordo  del  navio  Bajo,,  de  ochenta  cafiones, 
que  mandaba  el  general,  y  á  en  rccreeo  debia  Toaír  en  la 
mUma  dolía  Diaria  Loieai  hija  d%l  infante  dnqae  de  Par- 
ma,  destinada  por  .esposa  del  príncipe  de  Anstria.  Ha- 
llábanse ambas  princesas  en  Oónova,  cnando  nn  acciden- 
te fanesto  Tino  á  hacer  cesar  las  fondones  con  qae  aqne< 
lia  rep&blisa  las  obseqnia.  fll  infante»  ^ne  habla  Tenido 
con  motiTO  de  estos  enlaces  á  ▲lejandtía  en  ifiamoate, 
en  donde  con  los  reyes  de  Oerdefia  esperaba  ¿  la  infanta 
qne  pasaba  á  Anstria «  habiendo  salido  á  caza,  el  18  de 
jalio  de  176S,  qne  era  la  dlTersion  4  «ne  todos  los  prlnoii 
pes  de  la  f «milla  eran  tan  oflcionados  qoa  podría  liamsr^ 
se  sn  maní»,  se  apartó  de  sn  comitiTa ,  cayó  del  caballo 
qnedando  nn  pió  én  el  estribo ,  y  arrastrado  largo  espa- 
cio por  el  caballo  desbecado,  fnó  dsTorado  por  sns  pro- 
pios perros.  Para  di«imnlar  esta  desgracia ,  y  ocnltarla 
á  sn  madre  la  reina  dolia  IsaDel » se  dUjo  qne  habla  mner - 
to  de  Tirnelas.  Annqne  este  principe  debiese  sn  eleTadon 
á  la  clase  de  soberano  álos  sticriftsios  hechos  por  la  Bs<« 
pafia  para  procnrárselo ,  abcirreda  todo  lo  qne  era  espa- 
fiül  y  afectaba  haber  olTidado  nasta  la  ieogna  de  sn  na- 
ción. Su  hija  dofia  María  Lniná  desembarco  en  Oartage- 
na  el  11  de  agosto,  y  el  3  de  .setiembre  llegó  al  sitio  de 
San  Ildefonso »  donde  se  celebró  sn  matrimonio  con  el 
principe  de  Astñai  enlace  de  qne  tantos  males  habían  de 
resnltar  á  Bspafia.  £1 11  d<ft  jnlio  del  atlo  signlente,  fa« 
lleoió  la  reina  madre  dona  Isabel  Famesio :  para  sn  res 
sidenoia  se  había  constrni  áo  4  corta  distancia  de  49an  II- 
deíonso,  el  magídoo  palacKo  de  Kio  frío ,  qne  qnedó  sin 
condnir  y  permaneció  mnchos  afios  sin  ser  habitado, 
ha$ca  qnd  posteriormente  ha  sido  destlaado  á  algnn  es  • 
tableimiento  de  instrnccicsi  militar. 

Anuqae  se  habióse  celebrado  la  paa  coa  Inglaterra, 
había  pcrmitneoido  envce  ambos .  gobiernos  nn  espirita 
de  enemisCttd  qde  f recaenuemente  por  ligeros  motlTqs  ha- 
cia se  renoTase  ^  rieego  de  tm  rompimiento.  J^  inoertí« 
dnmbre  de  los  limites  dOKitpp  de  lo»  cnales  debia  enten« 


—  199  — 
derse  qae  los  IngleseB  eatübaa  anterizados  para  haoer 
el  corta  de  palo  de  tiate  y  otraa  maderas  en  el  golf  >  da 
Mondaras,  era  «ansa  de  oeatías  diapatas  y  oonteataoio 
nes» y  ue  meaos  ia  poaeson  qae eooservaban  los  porca^ 
gaes^s  de  la  colonia  del  Sacramento,  abrigo  del  oontrab<ia  - 
do  ea  las  riberas  del  Bio  de  la  Plata.  £a  e^ta  diepoaioion 
de  loa  ánimos,  el  gobierno  francés,  que  ejarcÍA  e^toaces 
na  influjo  t<kn  decidido  sobre  el  gabinete  espat^i,   iscó 
para  qne  se  adoptasen  las  medidas  oonTeníentes  para 
prerenirse  para  la  guerra  y  especialmente  para  anmen« 
lar  loa  recurses^  haciende  en  la  administración  da  las 
reatas  en  las  posesiones  americanas ,  todas  ia  variaeio- 
nes  necesarias  para  hacer  oreser  sus  prodaotos ,  que  pas 
reoian  demasiadamente  escasos ,  atendida  ia  extensión  y 
iiqueza  de¡aquellos]paises..fisto  foé  lo  que  dio  motÍTo;,á  la 
viaioa  de  don  José  de  Calvez  en  l!rneva«lCsp»fia ,  qniea 
aaaque  habla  pasado  ft  aquel  reino  desde  1761,  detenido 
por  difloulcades  y  competencias  con  el  rey,  no  habla  da« 
dopriuciplo  á  sus  operaciones ,  hasta  qoa  plenametita 
aatorizado  entró  en  el  ejedcio  de  sus  fandenss  ^en  17M. 
Qalvez  debía  su  carra  &  la  recomendación  del  emb»ja« 
dor  francés  en  Madrid,  y  su  visita  es  memoiable  por  iat 
grandes  mejoras  que  introdujo  en  la  haeiauáa  de  IS^aeva 
jdiipafla,  de  que  puede  llamarse  creador :  híaela  también 
en  todos  los  ramos,  que  fueron  objeto  de  su  inspeoden, 
tales  como  el  arreglo  de  los  feudos  musisipales  de  Ja  cin* 
dad  de  Méjico,  debiéndosele  los  reglameneos  de  varias 
oftdaas,  y  cuando  a  su  regreso  á  Bspafta  fué  nombrada 
ministro  universal  de  Indias,  la  ordenanza  da  inteuden* 
tes  y  la  creación  del  tribnnai  y  eolegio  da  mineiia  de 
Hé]ioe« 

Desde  su  ingreso  al  gobierno ,  Garlos  habia  dedicado 
aa  atención  á  mejorar  todos  los;  ramos  de  to  adptifeitra- 
cion  pública :  para  aliviar  á  los  trabajadores  arruinados 
por  los  años  de  escasea ,  dispensó  6  los  de  las  provincias 
de  Oastilla  la  Naeva,  Andaluoía  y  Murcia  los  adelantes 
qae  se  les  habla  hecho  en  el  reinado  anterior  en  dinero  y 
graao;  mandó  qne  se  repartiese  á  los  acreedores  del  es^ 
tado,  por  deuda  contraída  en  tiempo  del  rey  su  padre, 
lia  seis  por  siento  del  importe  de  sus  créditos :  empreña 
dio  ia  mejora  da  los  caminos,  y  desliaó  el  alcázar  de 
Segovia,  antiguo  edifldo  de  los  moros  i  para  ooleglo  aü« 


—  200  — 
litar  á%  arbillerf a.  Pero  aobre  todo,  puso  todo  sa  cuidado 
em  la  policía  y  baen  órdeu  de  la  eaplt.il~,  eomo  lo  había 
h%dho  también  en  la  de  aa  antigao  reino  de  I^ápoles. 

GaaBdo  le  reflc^zicna  qae  todos  los  edificios  euntaosos 
i%  Madrid  Man  sido  obra  de  los  monarcas  de  la  casa  de 
Borbon:  que  Felipe  Y  comenzó  el  magnifico  palacio  nne* 
TOy  contiDnado  por  sac^  aaoesores :  qn^  Fernando  TI  man- 
dó eonstrmif  la  igleaia  y  eonyento  de  las  Salesai:  que  a 
OárlOB  III  se  deba  la  cada  de'Gorreos,  la  puerta  de  Alca  - 
lá,  l&s  f aentes  y  demás  adornos  del  hermoso  paseo  del 
PradOi  eeíoriHa  muy  triste  idea  de  lo  que  era  la  capital 
de  la  menarqnla,  darante  el  período  de  los  piíncipes  de 
la  dinastía  aastriáca.  A  esta  falta  de  edificios  notables 
se  agregaba  la  de  aloQibrado ,  la  enciedad  de  laa  .ca- 
lles, 4  la  qne  arrojaban  de  noche  las  inmundicias  de  las 
canas  con  i>olo  la  vez  de  ^'*agaa  ya,''  cayendo  á  veces  so- 
bre los  transeúntes  y  la  ninguna-  seguridad  de  las  per<> 
sonas.  Garlos  III  se  x^ropuso  remediarlo  todo^  encentran- 
do no  pequen  a  opos  clon ,  como  sucede  siempre  que  se 
trata  de  cortar  antiguos  abusos ,  aun  para  establecer 
reformas  evidentemeute  Yentsijosas.  La  odiosidad  de  las 
proTincias  que  con  este  objets  se  dictaron ,  recayó  espe** 
cialmente  eobve  el  ministro  Esquilache ,  que  mal  Tiato 
oomo  extraDjero,  se  habla  atraído  la  rivalidad  de  les  cor- 
tesanos por  el  fMrVor  que  gozaba,  siendo  además  eus  mo- 
dales brncaa  y  aun  groseras.  £n  estas  circunstancias  de- 
licadas» Esquilache  se  atrevió  á  atacar  las '  costumbres 
naeionales,  prohibiendo  el  uso  de  las  oapas  largas  y  de 
loa  sombreros  grandes  llamados  ^^ohambergos/  con  los 
cuales  se  ocultaba  enteramente  la  cara,  dando  ocasión  á 
mil  crímenes  duran  te  la  noohC;  á  favor  del  embozo  que 
proporcionaba  llevar  armas:  ocultas,  y  en  lugar  aquellos 
se  mandaron  usar  sombreros  apuntados ,  que  se  dicen  de . ' 
tres  picos  ó  de  tres  vientos.  Pero  lo  que  acabó  de  excitar 
tontra  él  la  indignación  popular ,  fué  el  monopolio  que 
autorizó  para  proveer  á  Madrid  de  pan,  aceite  jr  otrOs  e- 
fectos  de  primera  necesidad. 

Bi  aumento  de  precio  que  estos  artículos  tuvieron  á 
oonsecuencia  de  esta  aedida ,  foó  el  principio  de  la  fiu« 
blevaclon  general,  qae  se  verífit  ¿  en  I « tarde  del  domia« 
go  de  Bainos  [26  de  marzo  de  1766  ]  Hl  pueblo  se  presen^ 
1 6  delante  de  la  casa  de  EóquUaohe^  giltanda  muera 


-^201  — 
rompiólos  Tldriasdelos  balcones  9  6  intentó  forzar  las 
paerta^i :  ccrrrió  al  mismo  tiempo  Im  calles-,  haciendo  pe« 
dasoB  loa  f  croles  del  alambrado  que  acababa  de  esta-^ 
bleoerse,  y  obligando  á  bajair  las  alas  de  los  sombreros  á 
todos  pnan  tos  encontraba  con  ellos  apnntados.  La  explo- 
sión faé  ta  n  imprevista  7  repentina  1  qne  la  marquesa  de 
BsqnilaclK  »^  olbMeto  también  del  odio  popular^  se  hallaba 
cuando  el  movimiento  comenzó  en  el  paseo  de  las  '  'De- 
licias,'' coift  sa  hija  de  donde  pudo  irá  ocnltarse  en  la  ca- 
sa del  ministro  de  Holanda :  el  marqués  estaba  faerá  de 
Madrid,  y  así  eiicapó  á  la  cruel  suerte  que  hubiera  corri- 
dO|  si  hubiese  oaido  en  manos  del  puebio  enfurecido.  La 
rabia  de  este  se  ejerció  sobre  los  soldados  de  las  guar« 
días  walonas,  alj^unos  de  los  cuales  f aeran  muertos.  La 
intervención  de  v  arips  grandes  y  de  las  autoridades ,  fué 
sin  resultado  algu  no ,  y  Oárlos  tuvo  que  presentarse  eu 
el  balcón  de  paiaOi*ó,  desde  el  cual  celebró  una  especie 
de  tratado  con  -  el  ]^  'ueblO|  prometiendo  la  destitución  de 
Bsquilache ;  deroga  r  el  uso  dé  láá  capas  largas  y  de  los 
sombreros  chambert  tos  1  y  anular  los  privilegios  conoedi'« 
^os  para  la  proviai^i  t  de  víveres  de  Madrid.  Un  religio « 
80.  con  un  Santo  Orisr^  tx>  en  la  mano,  leia  cada  uno  de  ios 
artíoulos;  el  rey  hacia  señal  de  concederlo «  y  el  pueblo 
oontestaba  oon  sus  ac^  amaciones.  8e  publicó  eu  seguida 
un  perdón  general  poi'  todo  lo  ocurrido ,  y  el  pueblo  sa « 
tisfecho  con  estas  coofcesiones,  se  retiró  gritando  '*viva  el 
rey/'  y  á  la  noche  todo  quedó  tranquilo. 

filsta  tranquilidad/ ;Biir  embargo ,  fué  de  poca  duraclou. 
Oárlos  comeúó  la  im)  ^radencia  de  salir  ocultamente  a- 
quella  noche  de  Madiid  oon  toda  su  familia  acompañan^ 
dolé  Ehiquilache,  y  dirigiéndose  á  pié  &  la  puerta  mas  ln% 
mediata  al  palacio,  en  doixde  le  esperaban  Jos  coches,  se 
retiró  á  Aranj uez,  siguiéndole  la  guardia  w^alona.  El paeM 
bló«  creyendo  que  se  le  engañaba,  corrió  á  las  armas  con 
Biaevo  furor,  sin  encontrar  jriviistencia  alguna,  pues  los 
soldados  extran)ei^S'h|bbian  a  compañado  al  rey,  y  los  es'« 
pafioles  no  parécisinic  xrn^r  disp  nedtos  á  repiímir  por  la 
faerca  un  movimiento  qm  acas  o  aplaudían ,£1  pueblo  se 
I1Í20  dttQfio  de  la  población^  sacó  las  armas 'dé  los  cuar- 
teles y  recorría  las  calles  al  son  de  tambor,  llevando  las 
palmas  que  se  hablan  repartido   en  la  procesión  de  Bafi 
-mos^  pidiendo  la  cabeza  de  Bsqm'lache :  sin  embargo,  no 

oinSTAOIOM.  \Mb  — XOMO  fll^BO 


-2oa  — 

cometió  violenoiA  alganA  y  ningaiia'oan  toé  inyadida  ni 
saqaeada ,  haeiendo  oreer  este  baea  órdta  en  medio  de 
ae  tamalto  tan  generali  qne  habia  algnna  mano  oonlta 
qné  lo  dirigía.  Lie  eablevados  mandiftron  á  Ajnanjnes  nna 
Oirca  al  rey,  ooa  nao  qaa  era  de  pcofaaion  ooohero«  pie- 
dle adole  qaa  regcasaao  4  la  CApibal:  G4rIo8  dirigióla 
ooatestaoioa  al  aya^tamiento ,  ea  la  qne  deoiai  qna  solo 
la  entera  «amisión  y  obadieneia  por  parte  de  los  amoti^ 
nados,  le  baria  Volver  á  tfadrid  y  retirando  la  ptemeta 
del  camplimieato  de  cnanto  babia  ofrecido:  esto,  y  la  no- 
tioía  de  la  desütnoion  da  Bsqaiiaolid,  qne  salió  con  nna 
escolta  para  embarcarse  en  Cartagena,  y  en  cuyo  Ingar 
faé  nombrado  para  %1  miaiafcerio  de  far^oienda  don  Mi- 
gael  ilazqaiz,  blzo  qae  la  cAlma  serascableaieseí  y  para 
aArm^rU,  Üárbj  mdiaió  reair  o  ja  proncitid  al  coade 
de  Aranda,  ooaoeido  por  la  energía  de  sn  carácDer ,  qne 
desde  la  oonclnsion  de  la  campaOa  de  Portagal  se  lialla- 
ba  de  oapltaa  geaeral  ea  Calenda ,  y  le  o  jdárió  el  alto 
empleo  de  preaideate  del  consejo  de  Casti  lia ,  qne  no  se 
habla  pro  visco  haoía  macho  tiempo ,  noiendj  áól  la  caí 
pítenla  general  de  Udidrid ,  con  amplitn<,^i  de  facnltaies 
para  asegnrara  la  tranqailidadi  ponien(740  bajo  sna  órde^» 
nes  nn  caerpo  de  tropas  de  dies  mil  hombres.  Bi  coade, 
con  prudencia  y  moderada  severidad ,  logró  el  objeto : 
hizo  salir  da  Madrid  á  todos  los  vagos  *:  algnoas  perssnas 
f  nerón  presas  y  .casdgadasi  y  para  qnid  el  decreto  da  rev 
forma  de  los  sombreros  qne  había  sido  la  cansa  de  hacer 
estallar  la  revolacioni  hallase  apojo¡  e  a  la  opinión,  mao' 
dó  qne  el  distintivo  del  verdngo  f  oies  e  en  adelante  na 
sombroso  de  ala  tendida,  para  qne  se  fcnvieae  por  nna  es- 
pecie de  infamia  el  nsarlo.  Esqnilaob.e  llegó  á  Italia.  T 
faó  de  pnes  nombrado  embajador  ele  Eapa&a  en  Ye< 
neda, 

'  Eatre  las  voces  del  pneblo  en  fÁ  f aror  de  la  levolncioOf 
se  hablan  oído  varias ,  áciaman  lo  al  marqnés  de  la  Bn^ 
senada,  y  pidiendo  volviese  al  ministerio  Eate  foé  el  mxh 
tivo  de  qne  se  le  mandase  cor  Aftnado  6  Medina  di^l  Oam- 
pO|  en  dpade  pasó  el  resto  de  sns  días  yiklleoió'  el  2  de 
diciembre  de  1787  á  los  setenta  y  nneve  aftoa  de  edad. 
Bste  movimiencb  popnlar  p  rodq{o  en  el  ánimo  de  C&rloa 
prof andas  y  dnruderas  imj  nesiones :  nnnca  pudo  ohidsr 
qi<e  se  le  hubiese  obligan?  «ó  á  despedir  á  na  ministro  ea 


qaiea  tenia  depositada  sa  ooalUnsai  y  aun  taro  el  inten** 
to  de  traaaferir  la  üorte  á  Barilla,  de  oaya  idea  le  ratra** 
jo  la  consideraoioQ  de  los  machos  editioios  reales  ooasi 
traídos  ea  Aladcid  y  sos  oeroanías  qae  qaedabaa  perdí* 
dos,  mas  no  voÍTi6  á  la  oapical  haitca  üespaes  de  ocho 
meses ,  caaado  la  tranquilidad  estaba  enterameate  resi 
tablecida. 

El  afio  de  1767,  se  huso  memorable  por  la  ezpalsiou 
de  iQs  jesoiüas  de  todos  los  domiaios  de  la  moaarqaía 
española.  Jflste  saosso  y  las  oaasas  qae  lo  motivaron  s  no 
han  sido  referidos  con  Vdrdad  en  ningana  obra  Impresa 
en  oastelleao  de  qne  yo  tenga  conddmidnto :  en  Espafta, 
en  los  tíempus  inmediatoa  á  ;la  expnisioa,  no  se  per« 
'mido  hablar  sobre  eílai  y  después  ha  habido  inteiés  en 
destlgarar  la  verdad ,  y  en  Méjico  t  para  dond^  especial- 
mente esoribOi  no  se  tienen  mft«  qne  ideas  mny  confosas 
sobre  este  acontecimiento,  por  lo  qne  me  he  propuesto 
entrar  acerca  de  él  en  algunos  mas  pormeaores  que  los 
que  pareoe  permitir  el  objeto  de  esta  obra,  tomando  tON 
dos  los  hechos  de  escritores  protestantes,  que  son  los  qne 
han  tratado  este  asunto  con  mayor  impar dalidad ,  y  en 
los  que  no  puede  caber  la  sospecha  de  ser  afectos  á  los 
jesuítas* 

Dos  géneros  de  enemigos  se  habían  declarado  contra 
eetoa:  ios  jansenistas  y  los  fllósofos.  Por  los  primerea,  no 
se  entíenaen  precisamente  los  que  habían  soetenido  las 
cinco  propoaioiones  del  obispo  de^pies,  que.  habian,BÍdo  el 
objtto  de  tan  acaloradas  disputas  con  la  Siila  Apootólíca 
y  los  esuitas:  sino  el  partido  político  y  religioso,  qne  con 
aquel  nombre  se  habla  formado  f  oonuarío  á  los  princi» 
cípio  ultramontanos,;qne  pretendían  hacerla  autoridad  de 
loa  obispos  casi  indepenniente  de  la  del  Papa ,  y  qne  Ba 
muchos  artículos  parecía  estar  de  acuerdo  con  las  opinio- 
nes de  los  protestantes ,  así  como  en  materias  políticas 
coincidía  con  las  de  los  fllósofos  de  aquel  siglo,  que  con- 
forme con Icsjansenistas  en  estos  puntos,  en  materias 
religiosas  mteutaban  echar  por  tierra  toda  religión  que 
se  fuudase  en  la  revolución ,  sustitujenüo  un  mero  deís- 
mo y  aun  el  ateísmo  y  inatenalismo» 

La  alta  sodedad  en  Francia  y  aun  en  loglatarra  ^  se 
hallaba  contaminada  de  estas  opiniones  de  ios  ftiOavfoB 
en  materias  de  religión ,  y  particularmente  eu  París, 


,  -204- 

Toltaire,  Boaseéan,  D'  Alembert  y  los  demás  de  acuella 
secta,  qne  reconocía  á  Yoltaire  eomo  ea  patriarcal  daban 
el  tono  enrtodas  las  concurrencias ,  y  no  era  tenida  por 
persona  de  baen  gusto  en  el  uno  y  el  otro  sexo,  quien  na 
profesaba  aquellas  doctrinas  qne  se  propagaban  fácil- 
inente  en  medio  de  la  escandalosa  corrupción  de  cofitum- 
bies,  que  desde  el  trono  se  había  derramada  en  todas  las 
clases  del  estado  y  en  especial  en  la  más  elevada.  La  no- 
bleza ff  ancesa  se  habia  persuadido  que  podía  impnne^ 
inente  ayudar  á  socavar  los  cimientos  de  la  religión:  que 
las  ruinas  de  la  sociedad  no  oaerian  más  que  sobre  el 
clero  y  el  altar ,  y  que  el  trono  y  la  nobles»  no  solo  se 
salvarían,  sino  que  se  aumentarían  y  consolidarían  li- 
brándose de  la  opresión  religiosa.  Así  se  lo  persuadian 
los  filósofos,  á  cuya  clase  y  a  la  de  los  jansenistas  perte- 
necían muchos  de  los  magistrados  y  abogados* 

En  este  estado  de  la  opinión  dirigida  por  los  filóFO- 
ios,  que  para  extender  sus  doctrinas  mezcladas  con  Io9 
principios  elementales  de  las  artes  y  ciencias ,  empren- 
dieron publicar  la  ^^Enciclopedia  metódica,  se  formó,  di- 
ce el  historiador  protestante  Schoell,  *<iina  conspiración 
entre  los  janseoistas  y  los  ñlósoíbs,  6  mas  bien,  cómodos 
facoiones  ee  diiigian  á  nn  mismo  fin,  trabajaban  para  él 
con  tal  armonía,  que  se  hubierapodido  creer  qne  se  poa 
uian  de  acuerdo  en  sus  medios*  Los  jansenistas,  con  la 
apariencia  de  un  gran  zelo  religioso,  y  los  filósofss  pro» 
clamando  principios  de  filantropía,  trabajaban  de  consu- 
BO  para  derribar  la  autoridad  pontificia ,  y  tal  fué  la  ce^ 
guedad  de  algunos  hombres  de  buenas  intenciones,  que 
íicieron  causa  común  con  una  secta  qne  hubieran  sin 
duda  aborrecido,  si  hubieran  penetrado  sus  miras.  Los 
errores  de  este  linaje  no  son  raros,  y  cada  siglo  adolece 
de  los  suyos*  Pero  para  echar  por  tierra  el  poder  ecleeiás- 
ticOí  era  menester  aislarlo,  quitándole  el  apoyo  de  aque** 
lia  fulange  sagrada  que  se  habia  consagrado  á  la  defen* 
sa  del  trono  pontificio ,  es  decir,  los  Jesuítas.  Tal  fué  la 
verdadera  causa  del  odio  que  se  declaró  contra  esta  ór. 
den  rsligiosa.  Las  imprudencias  que  algunos  de  sos  indii« 
viduos  cometieron .  dieron  armas  para  combatir  á  la 
Compaüitíi  entera,  y  la  guerra  contra  los  jesuítas  vino  á 
ter  popular,  ó  mas  bien,  aborrecer  y  perseguir  á  nna  or- 
den onja  existencia  tocaba  tan  do  cerca  á  la  de  la  religión 


i*w>^        ( 


-205-    ...  ^,    '..  .. 

católica  y*  del  trono ,  tfaió  &  ser  nñ  líla]o*qtié  ftaba  áere- 
'  cho  á  lIam£^rse'1ftIdaofa;  i¡íl^mt^  Xp^  ¡[  m  J^^t^íbüo  á^ 
íutííüa  coia^naa,  él.  oáídónat  ÍPí)rre|^íi}Ji,  íahiwi  ipén^a  ■ 
do  !£uiínUái  denlos  a&teraárlcHÍ  dét  ¿rdeá  put^lUo  y  fie  o-*^ 
poiiiáa'á  illas  <:^a  todaíi  sns  fáerzas.'' ÍIj  Podiérá  lieoirae 
qqe  esto  párrafo  i3patiaBB;l»Iiifit;QiiaJaJa  pera6C]picI.on'de 
'  los  J Wulta&  en  el  sí^Jo  p$aftil($,;y  todo íTííjíie^  YSkfaótf  á.  t%v 
ño  edjiías  ^ua  ú  apleacíón  de'  (^ó'  '^áe  ea  él  '«ó,  ajee ;  ade  - 
inájí,  elm^iaesta  tatnt>|QíieI  'p0ptri(u(|ó  la  •¿j^QdlcioA  que 
80  lea  sigae' haciendo  ea  líaéatroa  diáa.* ./    '    . 

Bl  m^r^aéd  do  P#iiibal  fué  el'  pxiaiQró..qué  alxé  eaUa-* 
boa  4»!  estaadarté'^a  la  gaeix^j  segaa  eá  ralo^ar  hemos 
visto,  y  (soino  párii  kai^rla  alóa  je$Uitaé  <  todoflqa  me- 
diog  oe  eonfildéraíoalegídóioa.]^  uú .  dlóspíada  .  profeaion 
no  80  avergoazó  dé  éin^I^ar;  útí '  trlbauai  ospécial  para 
conducir  al.anpUcioj^aaa  Tíctiipaa,  ni  de  conceder  ka  ho- 
¿uerad  de  la  ingalfiíóion.para  qaemar  eu^ílla  á.  nn  ]t&QU 
ZA.  DiáÁ  la  Toz  en  Pórtñgal,.faé  8egaid?ii¿j^oco  ti^iá|»ó  .des. 
]    puea  en  Francia.  '.tTn  jeanita  nainadaot  padcé  ijavÁlettet 
era  daperior  da  laa  íñlsionea.  franóbd^s  e(i  las  iálaa. Anti- 
llas, y  para  darjíe  'mayof  éxtenaión  y  proporcionarle  el 
expendio  de  loa  fcntos  que  i^n  ellas  se  ccraecbaban  /  habia 
establecido  nna  factoría  én  la  Maitinica  4  qnb  como  nna 
casa  do  comercio  ordinaria. t  tenia  sns  corr^sponaales  en 
loa  pnertos  de  Francia-  .ÍStizb  &  éstos  varias  consignacio- 
nes en  bnques  qáe  f nerón  i^resado£k  por  lo3'lngl¿iBes  dá- 
tate la  gaerra  entre  laa  dos  po^ncias,  qneda^ído  por  con- 
secnencia  sin  ser  pagarás  Us  .libranzas  que  habla  girado 
sobre  estas  conBignac^opés,  por  co^á'^la  dos ;  millones  de 
francos  (cnátrocitíntbs  mirpescáJ  con.cñjo  motivo  la  ca^ 
8adelosharmanosiLeoncy.de  Marfiélla,  se  presentó  en 
1760  demandando  d  pago  no  ya  ^olorftl  padre  Lav^ettSi 
Bino  &  todos  lea  ¡esnitas  de  Francia,  c^n&iáürándoloa  xeseí 
potiaáblea  en  común,  en  Tirtúd  dd  la  qnidad  del  insütn^' 
to  ^  do  la  obcdiencaa  qué  él  establece.. respectó  á  sua  su** 

t' 

•  •.•*'■■.•  » 

tí     .      '        ■  i 

[IJ    ScbjaX  Xhino  d^hntorU  (Ui¡oJ6iUdoair«arofaoa    «ooio  44    págioi 
71  oa*d  j  por  labiaoie^hiataría  d»  la  caída  de  láj  iípu.taa,  Paria  .1*4  &•  Anv- 
qaa  ea  t^tx  obra  naÜMítado  iMriuztdildadat en  qlsé  me  hywyo,  tnléatiaB  he 
Yenid9.q.ae  tratar  d^'wta^ttnf  eo«io«id^  U  h«go  ahéxa  taalefido  q«B  r «fe  • 
linat  a  obras  no  toaianáo  en  £üpafia  al  en  M^Jioo. 

DI»BTA0IOKM.— 70VO  Uh  --  ¿1 


N, 


_20«  — 
poiloree.  Tomó  WBodmitoto  del  i^egotto  el  pftrlame&to  de 
ifaiisi  qiiien  con  etta  ooaaiom »  ptevenido  de  antemado 
contra  loe  JeenilM ;  pidld  se  le  prefentaee  oopia  de  ioi 
conetitaoiones  para  ezaminarlae,  anáqne  ya  eite  eximen 
se  había  heobe,.  cuando  faeron  admiUdoe  en  F/aoeia  por 
HenriqneI7. 

A  loe  proaedimlentoe  Jndlciales  Tinieion  á  nnkee  las 
intrigae  palaoiegee,  propíaa  de  nna  corte  corrompida  co- 
mo la  dd  LvlU  X  V.  Tí  ría  éate  en  pública  amistad  don  la 
marqnesa  de  Pempadoar,  por  lo  caal  el  padre  Pdrnssean 
jesnica^  confeeor  del  rey,  negó  la  abaelncton  á  iste,  miea 
trae  no  ee  apartaee  de  aqneita  comonioacton  escaidaloaa 
y  lo  miemo  biao  el  padre  Deemareet  § ne  anoedió  al  padre 
ftraseeaiL  La  ferorita  mandó  4  Boma  nn  agente/  para 
obtener  por  ría  de  negoeíaeion  dipiom&tica  la  absoladon 
qne  loa  confeeoree  jesnitae  hablan  negado  al  rej,  y  para 
antorUar  por  nna  bala  el  adnlterio«  fta  lae  iaetrnoeiiHies 
qne  dio  á  este  agente ,  deda  <'qaé  lee  eetimientos  de  8. 
M  eran  dlyeraoa  de  lea  qne  la  paeion  excita,  pero  qae  el 
rey  léala  en  en  corasen  nna  amistad  y  nsa  confianza  en 
la  marquesa  de  Pompadonr.  talee  qne  hadan  el  eneanto 
de  en  vida ,  y  qae  annqae  S.  nC  habla  laaisudo  mucho  en 
esto,  el  confesor  habla  reeponéido  qMí  no  pedia  prestarle 
en  mUiisttoiOi  ai  no  apartaba  de  sí  &  la  mfir^aesa  de  Pom- 
padonr,  motiyo,  eegua  el  soufesor ,  de  esoándalo :  [sol  io 
dice  la  imitruoeien  escrita  por  la  favorita  ndsma  J  Qao 
despuee  el  padre  Deemareet  habia  enoedido  al  padre  Pd- 
msseau  en  el  cargo  de  eoafesor  del  rey ,  pere  que  este, 
mas  escaso  de  talento  qne  eñ  predecesor ,  y  rodeado  lo 
mismo  qne  él  de  perdonas,  que  queriendo  apartar  de  la 
corte  á  la  marquesa  de  Pempadour ,  le  hacia  considerar 
como  deshonroso  darla  abeolnden  al  rey,  eegnia  los  mis- 
mos priucipios  que  aquel."  JBstae  personas  eran  la  reina, 
mujer  llena  de  yirtud.  toda  la  familia  real  y  todo  cnanto 
habia  de  mas  respetaUe  enFranda. 

La  t^yorita ,  no  habiendo  pedido  ganar  á  los  Jesuítas^ 
resoiyió  su  ruinai  y  para  ello  ee  asomo  con  el  ministro  da« 
%ae  de  Onoiseul,  que  estaba' enteramente  bajo  la  infludtt- 
eia  de  los  fllósofos.  Imposible  era  que-loe  leenitas  paüie»^ 
aen  reeistir  á  esta  conjuraeloai  y  su  pérdida  era  eyidentai 
La  fayorita,  d  núniatro,  loa Janeeniatas  y  con  ellos  la  ma- 
gistratnrai  que  ^eh  gran  pwrte  pertenecía  6  aquella  sectai 


—  207- 
ftnzilidbftu  loa  ealuersos  de  les  filósofos,  asooiados  ooa  4j*> 
tos  ea  la  ügsk  anüeristiaaa ,  los  soberanos  y  los  graades 
BS&orsSy  qae  basoabaa  sa  seguridad  ea  la  compiioidad 
misaba,  ooa  lo  qas  lejos  de  ooatoaer  la  andasia  de  la  fllo  < 
80  fia,  los  hombros  opalentos,  loa  nobles  y  los  poderosos^ 
tenían  por  punto  de  koner  alentarla ,  y  darle  major  im^ 
pulso,  fil  triuDÍo  de  los  enemigos  de  los  jesuítas  pareoia, 
p[aes,  cierto,  y  Ü'Alembert  esciibiendo  á  Teltaiie,  le  de- 
4ia:  '*]!^o  fié  en  qué  habrá  do  parar  la  religión  de  Jeftus, 
pero  entre  tanto  sn  Compañía  se  halla  en  mal  estadoi'^  y 
en  otra  carta,  hablando  oon  major  ol^ridad  sobre  ibus  es* 
peranzas,  y  poniendo  de  manifiesto  los  intentos  de  los  fi- 
lósofos, agri9^aba :  ^'To ,  que  reo  ahora  todo  de  oolor  de 
rosa,  e^toy  mitando  aoaber  eon  muerto  tranquila  el  afio 
que  entra  á  los  jansenistas,  después  que  en  este  ellos  nais- 
mos  hayan  dado  muerto  rioleutá  á  los  jesuítas:  reo  eata^ 
bleoerse  la  toleranoia,  llamar  á  los  protestantes ,  casarse 
los  eolesíástiooSi  la  confesión  abolida,  y  el  fanatismo  des* 
trnido  sin  que  se  eche  de  Tet.''    . 

Los  efectos  fueron  losquedebiaa  esperarse  de  estos 
anteeedeates:  el  parlamento  de  París  condenó  á  todos  los 
jesuítas  residentitf  eu  el  distrito  de  su  jurisdicción,  6  pa-* 
gar  las  libranzas  del  padre  Laralette ,  y  se  ocupó  del 
examen  del  instituto  por  demanda  presentada  á  las  oá<* 
maras  ó  salas  reunidas  por  el  consejero  eclesiástico  el 
abate  OhauTelin,  en  julio  de  17C1.  Lo  mismo^futron  ha-i 
cloüdj  los  dem&s  paciamantosi  ó  tribunales  del  reino,  y 
auaque  los  cardenales,  arsobispos  y  obispos  residentes 
eu  Farídi,  en  número  de  cincuenta  y  uno,  oonsulcados  por 
el  rey,  hubiesen  manifestado  nnáaímemente  con  ezc¿p« 
cion  de  solo  seis,  su  opinión  en  faror  de  los  jesuítas;  aun- 
que la  asamblea  ó  junta  general  del  clero,  covocada  para 
votar  los  auxilios  que  la  guerra  con  Inglaterra  hacia  ne^ 
cesarlos,  instalada  en  1?  de  mayo  de  1702 ,  hubiese  pedi« 
do  coa  uAanlmidad  la  oonservadon  de  la  Compafiíé ,  el 
pjirlamento  de  París  por  sentencia  de  6  de  agosto  de 
1763,  declaró  el  msiitato  de  San  Ignacio,  'inadmisible 
por  su  naturaleza  en  ningún  escaUo  civilizado ,  por  ser 
oontraiio  ai  derecho  n»tnral  y  atentatorio  á  toda  auto< 
ridad  espiritual  y  temporal:^  en  eonsecnencia,  mandó  que 
la  Oomptifiía  quedase  disuelta;  que  sus-bienes  fotse  con« 
flsoadosj  que  los  jesuítas  abandonasen  fas  casas  de  su  reit 


Étdencia  y  j  arasen  entre  otras  cosca,  so  pena  de  destierro 
faera  del  ivino,  '*jao  vivir  ooíi  cualqaiet*  título  6  den  imi- 
jiacioii  qn6  f;ie^e,  o^^ervandotes  con.^íltuoionesy  reglas 
(le  íu  iütititato."  ^'L(5s  jeenihis;  dfc«  el  historiador  protes* 
tanto  Scba>ll,  op^vi-ieroa  Jiiretígaacion^las  perseaacio- 
I.CS  dirigiclüS  C'jTitra  cHcs,  y  túiüs^  hpdxbreQ  &  qtiienes  se 
aca:¿ab.»  dü  bi^rluí  ¿^8  do  li^'reügicn ,  .lehaearon  prestar  el 
jaramento  <laü  fce  ios  exi¿la'.  'De  cuatío  mil  jesairas  que 
liabía  ea  Fftfcüeia.  jtpííiiHs  cinco  séfscme^ierbn  i  61." -Del  os 
cemáíj  pariameato»,  hís  tinoá  ootidenarón  el  instituto  atin- 
que  con  ehcasa  mttjoJía  de  voto?  r  otros  Tehnsaron  ecii< 
carrir  con  su  autoridad  á  mia  médiáa  qtm  ereyeroír  t»n 
contraria  á  la  jaóticia  eoriao  al  bien  páblieo,  y  por  últlaio, 
en  novieriibro  de  1764.  el  rey  mandó  qne  la  Oompaftía  de 
Jes&s  qaela^e  exii.jguida  aemis  eistaáos,  permitiendo 
C(ue  rcbidieáen  en  eiijs  lo3  iadíviduo3  que  fa  eonípoDíaní 
bajo  la  autoridad  de  los  ordinatios  y  conformándose  cun 
las  leyts  del  rt*ÍDO.        \.  *         •         • 

ília  menc^tar  hacor  extenslras  estag  proTldencias  á 
ilepafia  dónele  los  jeanitsB  eran  podetosoB,  pero  esto  prcí 
tentaba  diücnltadi^is  qae  parecían  insuperables.  La  soc 
bleza  eap^HoU  no  hubia  participado  dfcl  espíritu  fítosófi> 
co  como  la  francesa,  y  go!o  el  conde  de  Aranda,  que  ha- 
V>ia  re^i  Udo  Silgan  tiempo  en  Prnhíapar¿¡aprender  la  tác- 
tica de  Federico,  ''el  re,y  ñiCsofo/'  y  tratando  en  París  á 
loe  jüfoa  do  aqaeiiá  secta,  se  hallaba  imbuido  en  susdoc- 
triuiu-:  ]04  priacipioij  janiscniíítas  tenían  mas  secuacts, 
inas  est3  titrnüien  untaba  rcdacidoá, algunos  obispos  y 
magistrados,  y  no  se  podía  contar  como  en  Francia  con 
el  iiiílajo  de  una  ft^vuritü,  ni  con  la  indiferencia  del  rey 
fin  materias  de  religión ,  puea  Oárlos  era  muy  adicto  á 
esta  y  mny  serero  en  ens  costumbres.  Tomóse  pues  el 
)jartido  de  e:>g¿4ü.iile ,  mas  como  ea  matesias  que  toca-- 
V)an  á  la  religión  iiada  h»^cia  sin  consulta  de  su  confe&or, 
VTG,  prod£0  aiito  todas  cosas  ganar  á  estOj  engañándolo 
también.  •  i)   * 

D¿fide  el  aCo  do  17C3  habla  entrado  á  servir  el  ministe 
lio  de  gracia  y  ja^.tlcia  don  Manuel  de  Boda,  abogado 
tvBgohéS'y  qne  habia  adquiíido  mucha  tepatacion  entra 
loa  individivos  gc  tu  clatse,  ¿x^r  eu  oposioioA  &  los  colegios 
líiayores.  Eran  cstüs  ccis ,  cuíitro  en  Saiamanoa^  \luo  en 
Valiadülid  y  otro  ca  Alcalá:  en  Méjico  hal)is  Otro ,  que 


—  2C&  — 
gozaba  ele  los  privilegios  de  aqaetlos.  Estaban  estos  esta- 
bIeoiniieQt;o8destiaadoa¡á recibir  estudiantes  que  habiendo 
eoaoiaido  saoarrera,  segoianpor  algunos  añoB¡ocupado8(u 
perfeoeioaarlosoonooiDiientos  qae^nabian  adquiridO|pero 
reqniriéndose  para  ser  recibido  en  ellos  información  da 
nobleza ,  y  siendo  además  preciso  tener  nna  renta  enfl^ 
cíente  para  los  gastos  de  admi<4on  y  las  que  sobrevenían 
en  las  eleocionéa  de  rectores  I  áolo  los  que  pertenecían  á 
familias  distinguidas  pedían  optar  á aquellas  plazas, y  co- 
mo las  prebendas  en  la  carrera  eclesiástica  y  las  magis-- 
traturas  en  la  del  foro  se  daban  de  preferencia  á  ios  co!e<« 
giales  mayoreSi  eata  circnnátancia  habla  venido  &  ooni^ti'» 
tuir  una  especie  de  monopolio  en  su  (favor ,  muy  odioeo 
para  todos  los  demás  pretíendlentes.  Los  privilegios  de 
estos  cuerpos  fueron  aanlados,  con  lo  que  se  abrió  la  car^ 
lera  de  loa  empleados  para  todos  los  que  antes  no  podian 
aspirar  &  entrar  en  ella;  pero  el  decoro  de  la  magistratu- 
ra, aumentado  por  las  oalidadeiS  que  se  requerían  para 
ejeroerlai  perdié  mucho  coa  esta  medida  y  no  poco  la  bue- 
na administración,  de  justicia. 

Boda  era  tenido  por  j  ansenista^  y  habiendo  estado  em- 
pleado en  Boma  éñ  calidad  de  agente  general  del  rey  de 
España^ adquirió  alií  ios  conocimientos  que  le  fueron  tan 
útiles  para  la  ej  3Cuclon  de  stt  plan  de  expulsión  de  los 
jesuítas,  que  trató  de  poner  en  obra  desde  su  entrada  al 
ministerio ,  al  que  cooperaron  eficazmente  el  conde  de 
Aranda,  cuando  á  consecuencia  del  motín  de  Madrid  fuá 
nombra io  presidente  del  consejo ,  y  los  fisoalea  de  este 
Oampomañea  y  ídíoülno. 

No  habiti  escogido  Oárlos  III  confesor  outre  los  jesui« 
tas  como  había  sido  coatumbi*e  da  lo^  reyea  de  su  fami- 
lia, y  desempeñaba  esta  deseado  cargo  fray  Joaquia  de 
Bisca,  gUito,  [1]  que  había  empezado  Jego  y  fué  üespues 
nombrado  arjsjbispo  de  Tabas ,  *'ín  pattlbus  iníidelium," 
mis  conocido  cpu  el  nombre  del  padre  Osma ,  por  el  uao 
que  en  Espáüa  se  seguía  en  algunas  religiones,  de  to- 
miv  sus  indivios  el  nombre  del  lugar  de  su  nacimiento,  y 
por  haber  sido  obispo  de  aquella  ciudad  el  seflor  Falají 


[  ]    IUaia93«  «n  Vn^lild  ^'g'lHoe,''  ¿  loe  rtligioso«  qn?  en  M^ica  tienes  d 
niXLbre  da  di«ga!no9,  por  cer  <1  de  iii  eonrento  B.  QU 


.     -210- 
fi)x>  el  padre  Eletá  tenia  grande  empeffo  en  ea  oano&la^ 
eion  promoridá  haoia  mnotio  tiempo ,  á  la  qae  se  haUan 
opaeatd  tenazmente  los  Jeaaitai,  por  las  f  aertds  díepntas 
qae  oon  este  prelado  tavieroa  siende  obia^  de  PaeblAi 
[IJ  Bdda  lo  aabla  bien ,  y  malioiotamente  inñayó  en  ú 
oonfisaor,  para  que  inclinase  al  ray  ft  que  faioiese  solíoitar 
de  nnevo  la  caaonis%oioa  del  obispo  de  en  clndad  ns^ 
tal,  lo  qae  Oárlos  III  biso  de  baeña  gana,  pero  qniso  qae 
al  mismo  tiempo  se  pretendiese  la  del  hermano  Sebas- 
tian del  Niño  Jesas.  £ra  este  nn  donado  del  oonyento  da 
San  F^ancisoo  el  grande  de  8s villa,  qae  reoogía  la  limos- 
na para  el  oonvent»  llevando  en  nn  niobo  nna  imagen  del 
Kiilo  Jesns,  de  donde  le  vino  sm  nombre.  Darante  laie< 
sidenoia  de  la  Oerte  en  aqaelia  ciudad  en  el  reinado  de 
Felipe  Y,  Oárlos,  que  (riendo  entonces  joven  acompañó  i 
ella  al  rey  su  padre,  tuvo  frecuente  ocasión  de  ver  al  her* 
mano  Sebastian,  qmen  le  anunció  que  seria  rey  de  £8pa« 
fia  y  le  áió  unas  oraciones  escritas  de  su  mano.  Bi  haberse 
vBrideado  el  anuncio  del  donado  limosnero  con  haber  re- 
caído la  corona  de  EspaCa  en  Oárlos,  hixo  i^éste  tener  ea 
mucho  la  virtud  de  aquel  y  apredar  tanto  las  orackwes 
qae  le  hahia  dado,  que  las  traia  siempre  consigo  y  eosB'^ 
do  dormía  las  ponia  bajo  la  almohada.  De  aqaí  vieo  n 
empefio  para  la  caneoizacon  del  hermano  Sebastian:  mss 


(IJ  Ti(iol>rtlatiTO&Uex.>itl4Íoiid»UiJiaaíiu  dsRipiftft.esU  mva 
do  ao  U  fliitoria  ds  l»fl  refaivlM  ds  1  m  Btffboafti  en  aqa  1  r#iH»  ^99  d  «i- 
flritor  ifl^lás  Coz»,  y  de  bi  e«pUiil.)i  que  agtez6  &  U  tmdoeeioa  Cnne  eeed* 
le  mime  ob-e  O  Aed^dd  Xarl«l,  qelea  loi  eeo6  de  lii  oerti*  qi»  pcMie5  ee 
IjgieMrreD  Jos6  Bleaoe  Whlieieoael  tltiil)ds  "Carlee  da  Stfufie  yt» 
Iino «dio  D  jbUdo.^  B'-a Blaoeo  eanóaijifo  megiBtn^l  del  i  oelegiata  dsl  eel 
Tador  da  liwr'úi  \,  j  h^bitndo  {na&do  4  la^laterra  f^t  eteeto  «•  1  le  anefeH 
de  Bj  i«fi\  d9  1809,  hiso  aiii  preÍMloa  de  le  religLm  protMUate:  U  müTeiel' 
dad  de  Oxford  le  eonflrI6elgrad)d9do9iorp4r  priTJ^fltio,  diapeaelndch 
los  ^Amenes,  H  qa*»  solo  ae  hanla  htelio  oom  et  dsetor  «íohnátw.  La  enieíaii 
d*  Bl  .009  eoa  Jov.U  loot,  qae  katii»  eoooeide  fnttaiamente  %  i«  da  Im  qee 
inkerTnieroBea  Uexpalija.  7  deeifaboea  habla  eido  li  r»liTftekmde 
todo  lo  coarrd »,  propareionó  at  piimere  lia  dafeoí  Kaa  origia«lao  f  pie  ioioi 
aobro  este  saosao.  h*bieadoh««he  neo  en  U  velaelen  q>«  ea  d  .nbl>e6  de  ^ 
q  te  JoTella^oa  le  d  ó  por  esorlto  en  Tariee  eaitaa  qne  oonearTaba  ea  sa  pe- 
ttsr  Blsoe)  pnblio6  sas  eartM  dcs;>n*ads  haber  mudado  ae  nemtre  «n  el  ds 
ITuit^,  ans  ei  mglé«  sigalfioa  le  mtimo,  y  de  haeer  oúblSea  pi«f»alea  da 
protestantismo.  Jfie  de  notar,  q  le  Bianoo  apinebA  el  i^t^into  7  aplanda  al  le- 
enitado  de  la  expolflon,  consiaer&adoU  neceeoia  9I  progrex»  de  Ins  lae^a  en 


—  211  — 
como  segon  práctioa  constante  en  Soma,  eíempro  qae  fie 
solicita  la  canonixaoion  de  algnn  indiTidaO|  es  menester 
presentar  originales  todos  sns  escritos,  sin  qae  se  admi^ 
ta  oopía  algnna  por  antorizada  qae  sea)  se  exigió  en  es<^ 
ta  ooasion  por  el  sacro  colegio  la  presentaolou  de  las  o^ 
raciones,  objeto  de  la  predileeclon  del  rey.  Bate  tavo  qae 
ceder,  no  cria  grande  repn^nanoia,  tomando  todas  las  pre« 
canciones  neci^saiÍM  para  no  avtntnrar  el  precioso  ma«* 
nascrit»,  y -para  qae  volviese  pro  ato  á  sns  manos  él  mis*- 
mo  le  entregó  al  correo  de  gabinete  qae  habiA  de  conda* 
clrlo«  y  el  embajador  de  Bspafia  en  Boma  estaba  preveni- 
do de  antemano,  para  qme  el  sacro  colegio  se  hallase  rea- 
nido  á  la  hora  de  la  llegad»  del  corree  y  devolviese  sin 
demora  el  papel,  de  qae  el  rey  se  habla  separado  con  tan- 
ta pena.  OárioSi  entre  tanto,  ni  comía  ni  dormía,  y  lo  que 
es  mas  no  salla  á  cazai  cpsa  qae  solo  omitía  el  jaénes  y 
viernes  santo. 

A  medida  del  interés  qne  tomaba  por  la  canonización 
de  sa  donado  favorecido,  faé  el  pesar  qne  tavo  sabiendo 
qne  la  solicitad  no  habla  sido  recibida  favorablemente 
eik  Boma,  y  qnelacanoniaacion  del  seSor  falafoz  en*^ 
contralla  ignalmente  grande  opofiioion.  £fito  erapreci-^ 
sámente  lo  qae  Boda  esperaba ,  para  peisaadir  al  ley  y 
al  conft^ser  qae  tedo  era  obra  de  losf  jeonitas,  por  el  odio 
qne  tenia  6  ja  memoria  del  obispe  de  Puebla»  y  así  logró 
prevenir  faertemente  contra  éstos  el  ánimo  de  ambos. 

Bl  motiii  de  lüadrid  vino  con  macha  oportunidad  á  dar 
i  los  enemigos  de  los  jesaitas  ana  nneva  ooasion  de  acri- 
minarles. Lograran  persuadir  á  Carlos  III  qne  aquel  mo^ 
vimientOi  que  evidentemente  fué  accidental ,  originado 
en  cansas  muy  conocidas  y  tan  fácilmente  contenido;  ha*% 
bia  sido  excitado  por  los  jesuítas ;  qne  se  habia  visto  en 
medio  de  la  plebe  al  padre  Ignacio  López,  que  gozaba  de 
grande  concepto/y;qne  etrc^  jesuítas  disfrazados,  hablan 
^0  conocidos  entre  los  pelotones  de  los  amotinados» 
Aro  como  era  preciso  designar  algna  pl»n  paia  la  revo« 
laclen,  se  prentaron  á  Garlos  cartas  y  papeles  sediciosos, 
que  se  pretendía  haber  sido  escritos  por  jesnitas  y  diri. 
gidas  al  rector  del  oo}egio  de  Madrid ,  los  cuales  habían 
siio  interceptados «  ónyo  objeto  era  destronar  á  Oárlos, 
poniendo  en  sa  lugar  á  su  hermano  el  infante  don  Lnis, 
y  como  estos  eseritoe  eran  de  tal  natnraleza  que  compro^ 


_  212  — 

Itietian  la  dignidad  d6  la  corona  y  el  decoro  da  la  familia 
real^  se  hizo  «reer  qoe  habla  peligro  aun  en  haoer  algcaa 
ladagacion  acerca  de  ellos.  Los  mlniBtro8  para  todo  «ato 
se  entendían  con  el  daqne  de  Ohois^nl  en  París ,  no  por 
znedio  del  embajador  de  Franota  en  Madrid,  aino  del  aba- 
te Belizardl,  que  residía  en  e«ta  Corte  á  títalo  de  <*  en- 
cargado de  negocies  de  )a  maiis»  y  del  comercio  da 
Francia.'^  Oírlos,  engaitado  por  en  confesor  de  bnana  fé 
y  de  mala  por  ras  ministros,  dió  crédito  á  sn  pesar  6  cnan- 
to estos  ha  bian  querido  insinuarle:  ^'he  sabido  demA«- 
fiiado,"  dijo,  con  la  expresión  de  más  profondo  dolor  al 
duque  de  O^nn ,  embajador  de  Francia  ceroade  an  per- 
sona. 

Logrado  el  intento  que  se  había  tenido  ¿  la  mira ,  no 
quedaba  más  que  disponer  les  medios  de  la  ejecución* 
l^'ara  esto^  el  conde  de  Aranda  hizo  que  se  le  diesen  por 
el  re?  facultades  amp<íeimas,  autorizándole  por  real  ór€en 
dé  27  de  febrero  de  1767  fecha  en  el  Pardo,  para  todo  le 
necesario ,  mandando  que  le  obedeciesen  todas  laa  aato« 
lidades  del  rt^ino,  y  que  todas  las  tropas ,  milioiaa  y  paict 
)3an&jeB  le  pí^e^tasen  el  auxilio  que  pidieee ,'  so  pena  de 
caer  en  la  real  indignación,  Apompábase  esta  disposidon 
en  lo  expuesto  por  el  consejo,  en  el  acuerdo  tenido  en  ae- 
eion  extraordinaria  de  29  de  enero  del  mismo  alio,  sin -que 
BC  sepan  las  razones  que  aquel  cuerpo  tuvo  para  resol- 
ver la  expuleion,  pues  se  ha  aecho  desapareoer  esta  par- 
te de  su  iii  forme,  (1)  no  quedando  en  las  ofldnas  del  go^ 
bierno  de  Espaüa  m^sqce  la  segunda ,  contraída  ó  Jos 
medios  de  la  ejecución ,  y  en  el  dictamen  que  sobre  esta 
consulta  del  consejo  presentó  en  20  do  febrero  una  j  anta 
especial  compuerta  oel  duque  de  Alba,  don  Jaime  Maeo' 
nes,  que  había  estado  encalcado  en  París  per  algún 
tiempo  dd  la  legación  de  España,  el  confesor  y  loamiiiís- 
tros.  eBsuelta  pues  por  Oários  lil  la  expulsión  djüoa  je« 
suitas,  por  causa  que  ^  reservo  en  su  real  áuimo/^ee  cir « 
culo  en  20  de  marsio  por  el  conde  de  Aranda ,  una  4:  den 


^1)  Váftee  el  ¿ietém^n  do'  üb^a)  d^I  midtto  <w>iif«jo  don  FratioU«o  Ovtiwrta 
dtJnHaeiU  para  ti  rdfiableeirblen^o  de  ia  CompK&U  de  Jema  en  Ss^Afla 

de  Bafaelen  184-».  '         '  *       « 


—  213  — 
i  los  jastioias  reales  de  todos  ios  lagares  de  la  Peníasn^ 
la  é  islas  adyacentes  en  que  había  casas  de  jesnitasi  coa 
na  pliego  cerrado  qne  no  debían    abrir  hasta  el  2  de  a- 
biil  á  cierta  hora,  qae  contenía  el  decreto  de  la  expalsíoa 
7  ana  instrncoion  menndíéima  sobre  el  modo  de  proceder 
á  ]a  prisión  délos  jesáitas,  ocapacion  de,  sns  papeles, 
secaestro  de  sus  bienes  y  condnccion  de  sos  personas  a 
los  pantos  donde  debían  ser  embarcados ,  formada  per 
OampomaneSi  en  la  qne  todo  estaba  previsto  y  calcnlado 
el  tiempo  y  las  distancias  para  qne  el  golpe  se  diese  si  ■ 
mnltáneamenteen  la  noche  del  jaéves  2  aldeabiil  [IJ  Por 
érden  posterior  de  28  de  marzo,  se  adelantó  dos  üias  la 
ejecacion  en  Madrid  y  otros  logares  inmediatos,  habién^ 
dose  vexificado  en  la  noche  del  31  dó  marzo  á  V  de  abríL 
Al  amanecer  de  aqnel  día,  Madrid  sapo  con  asombro  no 
solo  lo  sncedido»  sino  qne  tos  jesáitas  estaban  ya  á  alga» 
ñas  legaas,  y  en  el  sigaiente  á  son  de  trompetas  y  tim- 
bales se  pnblicó  la  real  pragmática ,  fecha  en  el  mismo  y 
qae  había  tenido  sa  camplimiento  antes  de  sn  pablica^ 
clon,  por  la  qne  se  mandaba  la  expatriación  de  los  indi^ 
yidnos  de  la  Uompafiía:  la  ocapacion  de  sns  bienes ,  ¿e* 
fialáadoles  ana  pensión  annal  de  dea  pesos  &  los  sacer» 
dotes  y  noTeata  álod legos:  se  prohibía  bajo  las  pesas 
mas  severas,  hablar  ea  pro  6  en  contra  de  \á  medida,  y 
á  los  jesuítas  expalsos  se  impuso  la  de  perder  todas  las 
pensiones  asignadaSf  si  nao  solo  de  ellos  escribiese  á  tí** 
talo  de  apologia.ó  defensorio,  contra  el  respeto  y  snmi- 
fllon  debida  á  la  real  resolución.  En  América,  se  faé  eje^ 
catando  esta  ea  los  diversos  vireipatos  y  gobiernos  ,  y 
en  Méjico  y  toda  la  Kaeva  EspaQa  t  tuvo  efecto  en  la  no- 
che del  25  de  janio  del  mismo  año.  Éa  todas  partea  los  je* 
saitás  obedecieron  con  sumisión  la  orden  del  rey,  pues 
aanqae  ea  algunas  ciudades  como  en  Ouanajaato,  se  mo- 
viesen tumultos  por  el  pueblo  que  les  era  muy  adicto,  es^ 
to  fué  sin  participación  de  aquellos  religiosos,  que  hablan 
sido  ya  presos  y  saoa^os^  otros  puntos.  En  el  Paragaay 
se  temia  encontrar  ana-^can  re^stenciai  y  se  preparó  en^ 


n)  Tdi<B0at«0in«triiocfohee'f  órdenes  pabibiifs  po-iUr'or mente  se^m* 
ptimieron  en  Madrid  d3  órd«iv^al  osniejo*  y  se  reimprimí  sroa  ea  Mojí  jo  f^t' 
mando  un  oua^eico* 

mBlBTAOIOVBS.--^TOlfCllI«-68  ' 


-  2U.- 
Baenos  Aires  aaa  ezpedioioa  militar  para  desti'air  el  tro- 
no y  combatir  ooaios  ejércitos  del  emperador  Niooli^,  let 
go  de  la  Oompafiía,  ^ae  segaa  la  mentírosa  relación  man** 
dada  pabiioañr  por  el  marqués  de  Pombal  y  condenada  al 
faego  0or  el  consejo  de  Oasjiiila  en  el  reinado  de  Fernan- 
do el  y  I,  tenia  á  sa  disposición  ciento  cinonenta  mil  soN 
dados  y  mandaba  á  Koma  tres  millones  de  pesos  cada 
afto  al  general  de  la  orden.  Bn  lagar  de  este  pretendido 
imperio ,  no  se  encontró  mas  ^1)  4^  qme  el  desengaño  y  la 
e?idencia  de  las  falsedades  inventadas  en  Baropa :  pne*- 
blos  dumisos  en  ves  de  alborotados :  vasallos  pací ftcos  en 
ves  de  rebeldes:  religiosos  ejemplarei  en  lagar  de  aedno* 
torea :  misioneros  celosos  es  vez  de  capitanes  bandidos,  y 
en  nna  palabra :.  conquistas!  kehcas  á  la  religión  y  al  Es- 
tado por  las  solas  armas  de  la  mansedumbre ,  del  buen  e« 
jempló  y  de  la  caridad,  y  un  imperio  compuesto  de  salva- 
jes civilizados^  venidos  ellos  mismos  á  pedir  el  conoci- 
miento de  la  ley,  aajetos  á  ella  voluntariamente  y  unidos 
en  sociedad  por  los  víaculos  del  evangelio,  la  práctica  de 
la  virtud  y  las  costumbres  sencillas  de  loa  primeros  siglos 
del  cristianismo.'' 

Los  jesuítas,  á  quienes  no  se  permitió  sacar  de  sus  ai 
posentoa  otra  cosa  que  sus  breviarios  i  la  ropa  mas 
precisa  y  algún  ctiocolate  y  duloea ,  fueron  conducidos  á 
los  estados  pontiflcios,  al  puerto  de  Civita  Yecchia,  pero 
no  habiendo  sido  advertido  el '  Papa  de  esta  deturmioai. 
clon,  rehusó  admltirloa  y  tuvieron  que  vagar  por  el  Me- 
diterr&neo,  escasos  de  todo  y  amontonados  muhoos  en  ca- 
da buque:  el  gobierno  de  Oórcega,  isla  que  pUeaba  hu- 
touoes  valeroaamente  por  su  iudependencia  bajo  ladi** 
reocion  del  célebre  Paoli,  los  recibió  en  sus  pnerioSi  pero 
cedida  la  isla  el  afio  siguiente  por  la  república  de  Gen 
nova  á  la  Francia,  el  odio  Uel  duque  de  t  hoiseul  loa  per- 
siguió hasta  en  aquel  aailo ,  habiendo  tenido  que  pasar  á 
Góaova^  de  donde  ae  traaladaron  por  fin  á  loa  eataidea  del 
Papa.  ASÍ  ae  consumó  unt  de  loa  eacandaiosoa  actoa  de 
iniquidad  que  presenta  la  historia  moderna,  tramado  por 
tres  ó  cuatio  hombrea  aidacea^  que  prevalidoa  de  au  po« 


[1]  D:«liaien  ddl  fijoal  d»!  ooiitjo  QaUfy^M  4«:»  IC^er'a 


~  216  ~     . 
Éteioa  abasaron  de  Iñ  buena  té  del  soberano,  ejeontado  á 
ÍAVor  de  las  sombree  del  mialatro  por  el  respete  qne  se 
tenia  &  la  aatoridad  real,  á  la  f  az  de  una  nación  que  lo 
rió  eoa  indignación  y  asombro. 

^Considerando esta  medida  á  sangre  fria i  dice  el  his* 
toriador  inglés  Ooxe,  y  jasg&ndola  eoa  imparcii^lidad,  es 
preoiao  oonveflir,  que  por  oonreniente  y  ann  neceaaria 
qae  pareciese  ser  la  expalsion  de  los  jesnitas^  hnbo  en  su 
ejecacion  tanta  atbitratiedad  y  crneldad ,  qne  el  corazón 
se  siente  oprimido  y  se  conmueve  de  ,indignaeion.  Losin*^ 
dividaes  de  nna  grande  orden  religiosa  fneron  arrestados 
de  improviso,  oomo  ai  liabieran  sido  cnlpables  de  los  ma« 
yores  ciímenes;  desterrados  de  sn  patria  sin  ser  jnzadopy 
expuestos  á  los  m&s  crueles  padecimientos  y  obligados  á 
permanecer  en  loe  estados  pontiieios ,  so  pena  de  perder 
ia  meaquina  suma  asignada  para  su  snbsietencia,  sin  ale& 
gar  otra  razón  para  justidcar  tan  rigorosas  medidas ,  si 
no  es  la  voluntad  abaolnta  del  rey."  iiln  Ñápeles  y  Par« 
ma  siguieron  aquelloe  soberanos,  oomo  que  dependían  del 
de  EeiHifta ,  el  mismo  ejemplo  oon  iguales  ó  mayores  a- 
tropellamientos,  y  en  Francia  con  esta  ocasión  se  levan- 
tó nueva  persecución  contra  lo^  jesnittis  que  hablan  per-- 
manecid;:)  en  aquel  reino  y  del  que  fueron  obligados  á 
ealir. 

A  las  contestaciones  que  oon  este  motivo  se  suscitaron 
con  Boma  vino  á  nnirse^^an  nuevo  motivo  dé  disgusto.  El 
daqut)  de  Parma  publicó  un  decreto  haciendo  en  sus  eB<« 
tados   di  versas  refurmae,  limitando  la  jurisdicción  eole« 
fliftstica  y  prescribiendo  reglas  para  la  provisión  de  be- 
neficios y  publicación  de  las  bulas  y  rescritos  pontificios  , 
conforme  a  lo  que  se  habla  establecido  en  Bspafia.  Bl 
Papa  tuvo  por  ofensiyas  á  sn  dignidad  estas  disposicio- 
nesy  para  las  cuales  no  se  habla  contado  coa  su  oonsen** 
timiento,  y  pubüoó  un  breve  ó  monitorio,  declarando  nut 
lo  Cudo  cuanto  se  habia  hecho  por  aquel  soberano,  é  im« 
poniendo  ceasuras  contra  todos  4oü  que  hubiesen  tenido 
liarte  en  ello.  Salieron  á  la  defensa  del*  joven  principe 
codaa  las  cortes  borbónicas,  y  oomo  las  ceüs^ras  impues^ 
tos  ee  fundaban  en  la  bula  *^ lu Cosas Dómini,''  que  se 
leiift  pú.olicamente  el  jueves  santo,^  se  declaró  en  JBspafia  y 
Praiicia,  que  no)habiendo  sido  recibida  legítimamente^  no 
»bli£^aba  y  se  mandó  borrar  de  los  rituales  y  otros  libros 


—  216  — 
én  que  se  hallaba :  lo  mismo  hicieron  toáoslos  demás  go-^ 
hiéraos  de  Eoropa.  No  oontentas  ambas  Cortes  con  estas 
proTÍdenoias,  procedieron  la  de  Francia  á  ocnpar  con  sos 
tropas  á  Aviñon,  y  Oárioa  hizo  que  las  de  su  hijo  el  rey  de 
ITápoles  ae  apoderasen  de  Benayento  y  Ponte-cotvOi  eca 
tados  pertenecientes  al  Hnmo  Pontiüce« 

£1  obii}po  de  Onenoa  don  laidoro  Carbajal  ^  orejó  rer 
en  todas  estas  medidas  nn  plan,  decidido  de  destinirla 
antoiidad  de  la  iglesia ,  y  diiigió  nna  earta  al  oeofesor, 
qn^  éste  paso  en  conocimiento  del  rey.  OárloSi  aconseja^ 
do  por  el  ministro  Boda ,  mandó  al  obispo  por  medio  del 
confesor,  qne  explicase  con  mas  claridad  en  qué  consis- 
tía la  opresión  qao  Ja  iglesia  sofría  t  y  habiéndolo  verifl-- 
cado  considerando  las  reformas  qne  se  hablan  hecho  co- 
mo otros  tantos  agravios  inferidos  á  la  igtesia ,  se  man- 
dó  paéar  todo  al  cossefo  cayos  fiscales  presentaron  an 
informe^  en  el  qne  efitablecieron  doctrinas  enteran^ente 
contrarias  á  la  aatoridad  eolesiástiea  y  mny  faTorables 
á  lade  la  coiona.  £n  consscneneia  se  mandó  comparecer 
al  obispo,  qae  icé  reprendido  en  el  eontejo;  ae  reeogiexon 
las  copias  qne  coriian  de  sns  cartas  al  confesor,  y  e^fs^ 
fió  nna  circalar  á  todos  los  obispos  del  reino ,  inetrayén** 
dolos  del  proceder  inconsiderado  del  obispo  de  Gnenca, 
qne  el  rey  no  dudaba  qae  seria  desaprobado  por  todos. 

Clemente  XIII ,  qne  en  estas  jdifíciles  circnnstanoias 
ocnpaba  el  trono  pontificio,  maiíó  en  1768  bajo  el  peso  de 
tantas  amargaras.  las  cortes  borhónicaa  movieron  enton- 
ces todos  los  resurtes  para  que  la  elección  del  sneeeor  re- 
cayese enlíganos  de  los  caidenales  favorables  á  sns  mi- 
ras, y  ann  quiso  imponeise  como  condición ,  la  promesa 
de  la  (•ztincion  de  )a  Ucmpafiía  de  Jesns.  Bl  nombramien- 
to se  h  zo  en  el  cardenal  Ganganelii ,  franciscano ,  cnya 
orden  era  considerada  como  enemiga  ó  rival  de  la  Oomn 
pañía,  el  caal  tomó  el  nombre  de  Clemente  XIT.  Bste 
poLtlficepiocnró  desde  luego  estabkecr  la  aimosíacon 
los  monarcas  católicos  con  quienes  se  hallaba  intennm* 
pida,  y  no  solo  escribió  al  ley  de  Espafia  manifestando 
estas  intenciones,  sino  que  quiso  ser  el  padrino  de  bau- 
tismo del  hijo  p];imogónito  del  principe  de  Asturias ,  al 
que  por  esta  circunstancia  &e  dio  el  nombre  ]^e  Carlos 
Clemente,  y  para  perpetuar  la  memoria  de  su  naoimien<« 
to,  Carlos  III  estableció  en  toneee  la  orden  de  caballería 


—  21?  — 
qae  lleva  el  de  este  monarca ,  como  antes  había  fandado 
ea  Ñapóles  la  dé  Saa  Genaro.  iSl  príncipe,  objeto  de  t  an 
tas  oeiebridades,  mnrió  poco  tiempo  deapnea. 

'^0  obstante  estas  maestras  de  cordialidad,  y  el  haber 
redorvado  á  sí  mismo  Clemente  XIV  la  cansa  dé  cancui— 
ssaeloa  del  seftor  Patafoz ,  por  la  qae  OArlos  habla  mani^ 
fdátado  tanto  empeffo,  las  cortes  borbónicas  contianaban 
exigisado  á  mano  armada  de  lá  Seie  Apostólica  la  revo- 
caoioa  del  moQitOriO|de  Parma  y  la  bala  de  exciacion  de 
la  üompdiiiía  de  Jdsns  en  todo  el  orba  crisDiatiaoo^  pues 
auQqae  en  Francia  hablesen  caído  del  fávflv  .del  rey  el 
dnqae  de  Olioiseal  y  la  Pompadbár ,  el  dnqne  de  Argen- 
80U  qae  sucedió  á  aquel  en  et  ministerio^  no  obstante  ser 
f<ftVorable  á  los  jesuítas,  creyó  necesario  asegurar  áOár^ 
los  III  que  contíQuaría  el  mismo  sistema  respecto  &  estoSi 
y  prooedió  en  todo  de  acuerdo  con  la  Corte  de  España,  * 
la  cual  nombró  emb^^jador  en  Boma  al  fiscal  Mofiiao^  pa^ 
ra  dar  mayor  color  á  estas  negobiacion^s.  Para  activara 
las  y  decidir  la  repugnancia  del  Pa^ia ,  el  ministro  de 
Francia  en  aquella  coree,  marqués  de  Aubeterre,  propu-* 
so  á  su  gobierno  qae  mandase  uua  escuadra  á  bloquear 
el  puerto  de  Üivit*  Vecohla ,  por  el  que  Boma  se  provea 
de  trigo^  coa'to  que  el  pueblo  de  aquella  c apical  estrecha^ 
do  por  el  hambre,  se  subleraría  y  obligaría  al  Papa  á  pu« 
blícar  la  bata  deseada.  Bfenester  es  confesar  que  la  Sitia 
Apostóticü  no  habla  QUfrido  nunca  tan  graves  insultos, 
da  HQS  mas  crueles  enemigos  ^  cooio   los  que  entonces  le 
íufirierou  los  reyes  que  se  gloriaban  de  llevar  los  tícalos 
dd  criátianÍ!§imo  y  de  católico.  Por  fia ,  cedieado  á  la  new 
oasidad,  y  par»  evioar  mayores  males ,  pues  parecía  inmi' 
neate  la  separación  de  las  iglesias  de  los  domioios  de  ta 
oaaa  de  Bjrbon,  habiéudose  unido  á  la  solicimd  de  é:)tos 
el  eoGiperiidar  de  Austria  José  II ,  á  condición  de  que  se 
le  di'jiB*^.'!  los  despojos  de  los  jesuítas  de  susestffcdoá,  ule- 
neace  XIF  publicó  la  bula  de  ta  extinción  de  la  ^-ompa*^ 
ií*  ea  21  de  enero  de  1773.  ¡  Veiute  aUos  después  eu  el 
níaoio  dia^  subió  al  cadalso  Luis  XY£,  rey  de  Francia, 
efa  de  la  casa  de  Borbon,  bondenado  á  maerte  por  aque- 
les miemoa  que  acusaban  á  los   jeenitas  de  sostener  la 
toctrina  del  regicldiol  Todas  1«0  diflaultades  se  allanaron 
oa  esta  concesión,  habiéndose  aleado  también  las  censu» 
as  contenidas  en  el  monitorio  de  f^arma ,  con  lo  cnal  le 

PMVttTAOIOVJif,— T  -^  MO  I)I-*S$ 


f  aeroA  xtfltitaidaí  a^  Papa  las  plazas  y  tetritof  ios  ^ae  le 
habían  sido  ooapados.  Él  rey  de  P^osiiL  fededoo  el  gran- 
de,  á  pesar  de  las'instanoias  de  loa.  filósofos  sos  amigosi 
Gonservó  á  los  jesaitas  en  sos  estados ,  encargados  de  la 
edaoadoa  de  ios  católicos  residentes  en  ellos ,  y  lo  mis* 
mo  hiso  la  emperatriz  de  Basia  Catalina  II  £1  desgra  • 
ciado  pontíAoe  Clemente  XI 7,  oprimido  de  pesares  y  re« 
mordioiieatosi  falleció  el  22  de  setiembre  de  1774,  y  el 
partido  qae  en  Boma  era  llamado  es^üol ,  no  d«g6  de 
atribnir  en  maerte  á  veneno  dado  por  los  jeánitaSi  no  obs- 
tante la  Inspecoion  del  cad&ver  y  las  certifitaciones  de 
los  f  aoaltativos  qae  le  asistieron  en  la  última  enferme  - 
dad  fil  padre  Lorenzo  Blcei  último  general  de  la  üom<« 
pañía^,  que  habla  sido  pneeto  en  prisión  coa  algaaos  de 
sns  asisteatea  en  el  cantillo  de  S^n  Aiig;l0|  marió  en  él 
en  ios  primeros  dias  del  pontitoado  signiente,  habiendo 
hecho  en  el  artíonlo  de  la  muerte .  nna  protesta  de  sn 
inooencia  y  de  qae  ia  Oompaüía  ao  habida  dado  motivo 
algauo  para  sn  extinción :  sn  foneral  se  hizo  con  la  ma- 
jor  solemnidad  y  sos  cadáver  fn6  depositado  ai  lado  de 
los  de  lo9  generales  sns  predecesores  en  la  igiesia  de  Je  - 
sos.  Los  jesñltas  españoles  y  americanos  eu  numero  de 
seis  mil  j  faeron  distribuidos  en  las  dadades  de  los  esta« 
dos  pontiflolosi  y  la  pensión  qae  se  les  asigné  annqne  es  - 
casa,  los  faé  pagada  con  pautnalidád.  Sn  suerte  se  hizo 
mas  llevadera,  y  en  el  reinado  siguiente ,  algunos  pocos 
obtuvieron  permiso  para  volver  &  su  país :  á  varios  se  les 
duplicó  ó  triplicó  la  pensión  que  perdbian  y  obtuvieron 
otros  premioSi  habiéndose  disünguido  por  las  obras  qne 
publicaroui  entre  las  cuales  oeuparon  un  lugar  muy  piin* 
cipal  los  jesuítas  americanos  Oiavígero,  Alegre,  Oavo, 
Iturri,  Abad,  Lindivar  y  otros  muchos. 

Las  cortes  del  Norte  daban  por  el  mismo  tiempo  el  e«« 
jemplo  de  otro  acto  do  arbitrariedad  no  menos  escanda^ 
loso  en  la  división  de  la  Polonia  ^  en  la  que  hahiéndoae 
^  BUsoitiMlo  alteraciones  con  motivo  de  laeleocdon  del  rey 
httcha  por  influjo  de  la  Bosia  en  el  príncipe  Paniatowékl, 
la  Basia,  la  Austria  y  la  Pmsia  por  nn  tratado  secreto, 
conviuieron  en  difitribuLrse  las  provincias  de  aquella  mo- 
narquía republioanai  que  por  su  pcsician  convenían  á  ca- 
da una  de  aqbellas  poiendas  i 

Aunque  la  cesión  de  la  Lui9!ana  á  la  BspaDla  hubiese 


—  219  — 
¿do  ooBvenidA  tiempo  haeí»,  no  llegó  á  yerifioarad  hasta 
)1  afio  de  176S.  Bu  21  de  abril  del  sigaiente  de  176á,  «e 
es  hizo  saber  á  los  habitantes  t  qas  m&nifestaroa  tesis- 
¡irlo,  no  obstante  lo  eealdon  Antonio  Uiloa  se  presentó 
i  tomar  posesión  de  la  Kaova  Orleans  j  mas  no  se  logró 
a  snmisioa  entera  de  aquellos  oolonos^  hasta  qne  pasó  á 
mjetarlos  el  conde  do  O  l^iUy,  qnien  en?iado  de  la  Hai 
>ana  con  ciaeo  mil  hombres  •  mandó  cortor  la  cabeza  á 
leis  de  loe  principales  Teetnes ,  y  enTió  á  otros  piesos  á 
A  isla  de  Oaba,  habiéndose  trasladado  muohes  á  las  po- 
seaiones  inglesas  al  dtrolado  del  Idisisipi.' 

La  posioion  de  lasislae  Malrlaas  qne  tos  ingleses  IIa« 
nan  Fatkland,  en  el  grande  océano  qne  separa  éíJ^f  ioa 
le  la  América ,  frente  á  la  embooadnra  oriental  del  osn 
xecho  de  Afagallanes,  había  llamado  la  ateocion  de  los 
lavegaDtes ,  eonsiierándolas  como  pnato'  de  sama  im - 
>ortancia  para  la  entrada  en  el  mar  d^l  8nr ,  especial^ 
nente  en  tiempo  de  gnerrá,  y  además  se  las repr<seQtai 
>a  como  fértiles  y  pco^^ae  para  Cormar  almaceae:i.  Bl  go> 
ñeroofcaitcés  pretendiendo  el  derecho  da  deacabndor, 
ntindó  en  1764  al  célebre  naregante  Boagain^ille  á  to- 
nar posesión  de  la  parta  oriental  de  el  as,  y  á  formar  nn 
establecimiento  al  qne  se  dio  el  nombre  de  <*Paerto  Laife:" 
)l  gabinete  inglés  alegando  la  primacía  del  desenbrimien  & 
;o,  despaché  en  176§al  capitán  Byion,  qne  se  apod«^tó  de 
a  isla  más  occidental  y  estableció  nna  colonia  qoe  llamó 
^Pnerto  fígmont^'^  en  honor  del  primer  Lord  del  almi- 
rantazgo. La  corona  de  Espafta  sostoTO  sns  derechos  an c 
priores  á  estos  descnbrimientos  ^  en  viitnd  del  que  tenia 
i  toda  aqoella  parte  de  las  islas  y  continente  americano^ 
r  esta  dispota  estavo  á  pnnte  de  cansar  nna  guerra.  En 
iquel  tiempo,  loe  gobierno  odosoe  de  sus  derechos  y  loe 
nonaroas  del  honor  de  ene  coronas  9  todo  lo  sacrificaban 
i  la  conservación  de  aquellos  y  de  éste :  ha  venido  des  r 
)ue8  una  época  en  qne  sin  pensar  en  el  porvenir,  todo  se 
taotiñea  al  interés  del  momento ,  dejando  acnmular  las 
lausas  de  un  rompimiento^  para  cuando  las  cosas  se  ha  • 
^an  predpitado  de  manera  que  no  admitan  remedio  al- 
guno. La  Francia  9  por  las  reclamaciones  de  la  Bspufta, 
"etiró  su  establecimiento  |  habiéndose  además  reccuocido 
a  esterilidad  de  aquellas  islas;  pero  con  respecto  á  la  bo^ 
cnia  inglesai  el  gebemador  de  Baenos  Aires  don  Frauíi 


—  220  —      ' 

oifloo  Baeareli  pasó  ¿  aiK>derarae  da  ella  6  numo  armada; 
kacieado  prisioaera  sio  rediateacia  la.goaf aieioH  que  allí 
habid:  el  gobierno  iQglé:^  raolamét  aa  mluistro  «e  retiró 
deMadhd  y  la  goerra  hnbiera  aidoiaftTitabhB,  ainla  caída 
del  ministerio  óe  Fr^bncia  del  daqae  do  Ohoiaaat  [1]  pero 
la  buena  armoQía  se  restableció  y  el  rey  'de  lagi^cerra 
habiendo  nombrado  na  naevo  em^bajáder,  éste  faé  zecíio 
en  Madrid  con  api  aneo. 

Heibia  continuado  el  conde  de  Arasda  eatableairado 
aiachaa  reformas  en  diveraoa  ramoa  de  la  admínit»tra<;ion 
iateiior  del  reico,  en  sn  calidad  de  preaidente  del  conse» 
jo,  nsnrpando  no  pocas  veces  laa  faenltadea  de  los  misia« 
tros.  Sa  principal  objeto  taé^  reatituir  la  autoridad  eole- 
fiiá&tica,  y  con  este  fia  reformó  el  tribanal  de  la  nnnoia* 
tara,  limitó  el  número  de  laa  igleaiaa  qae  hablan  de  go- 
zar el  privilegio  de  asilo,  y  aobre  todo  proeoró  redadir  el 
poder  de  la  luqaisicion ,  ya  qoe  no  pado  anpiiaiir  este 
^tribunal,  parqae  no  quiso  prestar  aa  apoyo  el  confesor 
del  rey,  y. porque  los  anticipadoa  aplaoaoa  de  los  encía 
dopedistas  de  Faiía,  llamaron  li^  Atención  aobre  el  inten« 
to  del  conde  Las  medidas  gabemativaa  más  importan- 
ti'8  de  su  admidistracion,  fueron  laa  órdenea  qaeaedie** 
xon  para  formar  el  censo  de  la  población ;  la  apertura  de 
loa  estudios  reales  de  San  Isidro  en  Mad^rid  para  reem« 
plazar  la  enseñanza  de  los  jeeuitaa ,  y  el  eátableoin^iento 
<te  las  colonias  extranjeras  en  Sierra  Mersna ,  abriendo 
aquel  camino,  antes  el  terror  de  los  tranaenntea  j  por  es- 
tar siempre  iufeí^tsdos  de  bandidos.  ISata  importante  em» 
presa  se  puso  b¿>jo  la  dirección  de  don  Pablo  Oiavide, 
peruano ,  que  fué  después  preso  y  procesado'  por  la  in» 
quibicion ,  üabiéodose  Cfcli^blrado  para  Ja  lectnra  de  tn 
causa  un  auto  piiv^ado  en  24  de  noviembre  de  1778,  áque 
fteron  hitadas  sesenta  per^onaa,  notadas  áB  participar  de 
laa  mismHs  opiuionea  iilokdficaa  del  reo»  Ola^ide  pndo 
pasar  á  Francia,  saliendo  del  convento  en  qoe  había  sido 
condenado  á  estar  recluso  dorante  ocho  afloa,  y  en  el  rei^r 
nado  siguiente,  habiendo  publicado  ^'el  Bvangelio  en 


[■]  La  caí:*  ^e  CTo^íou]  S)  h«  exf 'galio  en  V  z  últimoa  tgco.  U»>  Un*0S9 
«bTeden«4o«nU  p^I  i  ja  en  Pars  e  fí  t'modti'tVe  de  C  D^enf  Fr^eln.  jar» 
•f itar  «1  £p7  Gjaddu»do  A  u  pMi«  utiiUtX  pcv #i  fteefeliuio  aUM  c'«'sa  mrjtr. 


—  231  — 

trianfo.'^  Ee  le  permiti6  volver  á  BspAfia  en  1798:  faé  bien 
recibido  en  ia  Oorte,  j  manó  en  1803  en  B^eza  en  a  nda- 
lací*  en  donde  se  había  retirado. 

£1  carácter  ^el  conde  de  Aranda  era  doro  y  tenaz,  pre^ 
tendiéHdo  llevar  adelanto  A  caalqniera  eosta  ana  planee 
de  ftíút  na.  fisto  dio  motivo  6  f  recnentes  dispntas  coa  el 
rej  mismo,  qaeadaiitió  por  efect;e  de  ellas  en  diini«ion  de 
la  presidencia  del  consejo  9  nombráodolo  embsj'iflor  [en 
París.  La  presideaeia  de  esta  cnerpo  no  se  volvió  6  pro^ 
Teer  por  eotooces.  habiendo  sido  nombrado  gobernador 
de  él  doa  SC annel  Tentara  de  Figneroa ,  qae  habla  sido 
auditor  de  Bota  en  Boma,  por  renanoia  de  éste ,  entró  á 
denempeSLar  tah  importante  cargo  el  fiscal  (Jampomanes. 
L«8  coBtínnas  depredaciones  de  los  argelinos  qoe  in** 
FestébarQ  las  costas  de  Bspaña ,  decidleroa  á  Oárlos  III  & 
cortar  de  raiz  este  mal,  atacando  á  aquellos  pirata»  en 
la  miamo  puerto.  Bsunióde  pafa  esto  nn  ejército  de  trsia* 
:a  mil  hombres  bajo  el  mando  del  teniente  general  coade 
le  O  Btsiiiy  ,  que  ss  embarcó  en  Oartageca  en  mas  de 
saatrocieutos  buques,  estando  las  fuerzas  de  mar  á  cár« 
^o  de  don  PftdfO  Oastejon.  La  expedioion  llegó  á  la  vista 
le  Argtíl  el  4  de  julio  de  1775,  pero  no  estando  de  aeuer<« 
io  los  jefes  de  mar  -y  tierra  solare  el  punto  en  que  de- 
ñsk  prac&icarse  el  desembarco,  éste  úo  se  efectuó  hast'<i  el 
\,  y  habiéadoie  adela  itado  imprudentenente  el  primer 
laerpa  compuesto  de  ocho  mil  hombres,  á  atacar  una  al- 
ara en  que  estaban  atrincherados  los  argelinos,  volvió 
a  desorden  sobre  el  cuerpo  qué  le  seguia ,  con  lo  que  el 
enerai  dispuso  el  reembcirque  y  que  se  hizo  con  ditlcul-^ 
ad)  habiendo  perdido  cuatro  mil  hombreSj  entre  muertos 

heridos,  y  dejando  abandonados  diez  y  zeis  cañones  y 
rntidad  do  municiones. 

Et^tsk  de^graeia^  que  fué  muy  sentida  en  la  Oorte,  acan 
6  de  deci^lir  al  marqués  de  Oiimaldi  á  retirarse  del  mi* 
isterio.  H(*bia  estado  siempre  en  choque  con  el  conde 
a  Aranda  y  oon  el  partido  que  se  h^bia  formado  en  fa  • 
jT  de  óéte  llamado  ^<el  partido  aragonés/'  qqé  llegó  á  te« 
er  grtka  asoendiente'ioSando  don  Juan  de  Fiftatéli .  oñH 
al  de  guardias  de  corpa ,  hijo  menor  derconde  de  Fnen^ 
s  qae  era  ano ^e  los  priaoipales  de  él,  pareoió  kei  favo- 
ciao  por  la  princesa  de  Asturias,  la  que  desde  entonces 
ipezó  á  manifestarse  liviana;  mas  este  favor  no  fué  de 

lISBBTi.010  VBi.— TOMO  »!•— 67 


—  222  — 
larga  daraaion,  habiendo  deoiáido  el  padre  Bleta  á  Gar- 
los á  alejar  de  la  Oorte  al  joven  Pilateli.  La  dimigian  de 
Orimaldi  f  aé  admitida,  dejando  á  su  arbitrio  la  propues- 
ta de  en  snoeaor,  iegín  prictiea  oaai  eosstante  de  Cir- 
ios, 7  bebiendo  indieado  á  don  José  Mofiino ,  conde  de 
ITlorida  Bianoa,  faé  éntñ  llamado  al  ministerio  reempla» 
zándole  en  la  embajada  de  Soma  el  mismo  Orimalái,- 
que  faé  el  último  ministro  extranjero  qae  hubo  en  Es. 
pafta. 

Sliafante  don  Luis,  no  eintiéndose  con  inelinacion  a* 
estado  ecLesiftstico ,  habia  renanoiado  el  capelo  j  los  arl 
zobispados  de  Toledo  y  Serilla  6  qae  habia  sido  nombra- 
do en  sn  infancia  yreprendido  por  alcanas  mocedades  por 
el  comfosor  Bleta,  solicitó  por  medio  del  mismo  permiso,  pa-. 
ra  casaiw  dejando  á  la  eleesion  del  rej  la  persona  de  aa 
clase  cen  quien  quisiese  se  enlazase.  Garlos  tenia  gran  re- 
pugnancia al  casamiento  de  su  hermano ,  oontribujendo 
sin  duda  mucho  ó  sn  resistencia » las  sospechas  que  se  le 
hablan  inspirado  para  decidirlo  á  la  expulcion  de  lesje- 
smitasi  y  todavía  mas  lo  establecido  por  su  padre  Felipe 
y  en  la  ley  de  susssion,  que  habia  sido  sancionada  por 
las  Oortes  de  Madrid  de  1714.  Según  esta,  no  solo  los  va^ 
roñes  de  las  líneas  colaterales  debían  ser  preferidos  &  las 
hembras  de.la  directa,  sino  que  el  príncipe  llamado  á  suoe«< 
der  á  la  corona  debía  ser  nacido  en  fispafia.  Usta  circuns  • 
tanda  faltaba  en  el  príncipe  de  Asturias  ^  que  fué  des-* 
pues  rey  con  el  nombre  de  Garlos  I? ,  habiendo  nacido 
en  Ñápeles,  por  lo  que  las  Gertes  reunidas  en  Madrid  en 
julio  de  1760^  tuvieron  dlAcultad  en  reconocerle  por  he. 
redero  del  trono,  la  que  se  venció  con  halagos  y  gracias 
á  los  diputados  que  cencurrieron  6  formarlas.  Jfor  consi- 
guiente, los  hijos  que  don  Luis  tuviese  nacidos  en  Sapa» 
fia,  teniendo  por  esta  rezón  mejor  derecho  á  la  corana 
que  el  príucipe^de  Astoxias  podían  ser  en  lo  de  adelante 
motivo  de  disturbios  en  el  reino.  Para  evitarlos,  ya  que 
estandif  tan  reciente  la  ley  de  sucesión  no  se  quería  auu« 
larla  y  que  don  Luis  apretaba  para  que  se  le  permitiese 
casarse,  haciendo  al  rey  caso  de  conciencia  si  se  ptrástía 
en  negarle  el  permisoí  se  tomó  el  arbitrio  deiahabillN 
tar  á  la  descendencia  para  la  ancesion  al  treno;  mas  pa>i 
ra  que  esto  no  pareciese  una.  exclusión  odiosa  ^  sino  un 
efecto  de  las  leyes  genéralos,  se  proaedió  á  establecer  por 


—  223  — 
la  piAga&tioa  [1]  de  25  de  marco  de  1776^  las  realas  que 
leblaa  regir  ea  ios  ntátrimonios  desigaalee ,  euteadMai 
lose  por  tales,  l09  qae  se  oontraian  entre  persoaas  de 
lirdréa  Glasé  gerárqaioa.  Ba  coaseoaencia  en  24  de  abril 
3el  «iisooLO  afio,  se  oeacedió  al  infanta  el  permiso  qn  e  en 
L5  del  oiisDio  iit^dió  para  osearse  eoa  persona  designal, 
pero  de  f émtiia  noble  y  distiognidaí  la  onal  segon  lo  pre- 
7-eaiilo  ea  U  pragsiátioa,  no  podía  gosar  de  ptirós  hono" 
res  j  prerogatiras  que  los  qne  le  diese  sn  naelmid''to^  y 
los  hijos  habidos  en  el  matrimonio  j  no  podrían  heredar 
los  dereehosi  títalosi  honores  y  distinciones  procedentes 
de  la  oorona,  ni  el  apellido  y  armas  del  infante,  sino  los 
le  la  madre,  qae  era  de  qmien  prooedia  la  designaldad. 
Kéte  faó  el  camino  que  se  tomó  en  este  caso  para  elndir 
los  efdetos  ds  la  ley  de  sncesion  de  Felipe  Y ,  qne  como 
3n  sa  lagar  se  ha  dioho,  terminé  per  ser  cansa  de  la  ornel 
gairra  qae  tan  fanesta  ha  sido  á  la  Bspafia  en  nnestros* 
lias  El  infante  tomó  por  esposa  á  dofia  María  Teresa 
le  7allabriga ,  de  la  ilnstre  familia  de  los  condes  de 
Forres  Secas,  y  anoqme  despnes  de  verificado  el  matrU 
monio  se  solloitó  del  rey  qae  se  rehabilitase  á  los  h^jos 
faiabidos  en  él,  nnncalo  consintió^  por  lo  qne  don  Lnis  so- 
lo se  presentaba  en  la  Oorte  en  les  días  de  ceremonia  aia 
aa  esposa,  y  pasó  sa  vida  en  divertos  lagares  de  U^fitiilp, 
labiendo  fallecido  en  ▲renas  en  17d5  Carlos*!  7  aateri- 
Bó  &  los  hijos  de  don  Lnis*  é  asar  el  apellido ,  armas  y  li- 
t>rea8  de  sa  padje :  estos  f aeron  don  Lnis  ^  cardenal,  con 
)l  títalo  de  Santa  María  de  la  Escala  y  arzobispo  de  To« 
edo;  doña  Haría  Teresa,  condesa  de  Chinchón,  títalo  qae 
rennneié  en  ella  en  hermano,  casada  con  (}odoy,  príncipe 
le  la  Paz,  y  dofia  María  Lnisa,  qne  f aé  esposa  del  daqae 
le  San  Femando. 

El  nnevo  ministro  Florida  Blanca  fijé  sn  atención  des* 
le  laego  en  la  nsnrpacion  del  territorio  qne  los  partngae « 
íes  habían  hecho  en  la  ribera  isqaierda  del  Bio  de  la  jeia^ 
di,  y  por  ana  y  otra  parte  se  hicieron  preparativos  de 
^aerra  tanto  en  Bnropa  como  en  América.  Kieutras  qae 


^1)  DábaB«  el  Bon1)r«  ¿e  prtgmitioa  foan'lo  del  código  d«  JmtiaUao ,  & 
os  layes  qa%  oontisoen  dUpoiIoious  £«atri!a«,  paoiieadM  e«a  cisrUs  •«• 
iAxii¿ai«s. 


—  224  — 
la««Mtiii&  se  discutía  por  Tías  diplomáticas,  una  «frena- 
dra  d^  doce  Daríos  de  ^íae»  mandada  por  él  Barquín  de 
Oaia  TiUí,  salié  de  Céd:z  en  novltmbre  de  1776  UeTaüdo 
áaa  bordo  nmYd  mil  hombrea  de  degembsroo^  las  ór^ 
denes  de  don  Pedro  Oebállofl ,  la  cnal  habiándoee  dirigix 
do  á  la  iala  de  S»Dta  Oataiioa  inmediata  á  la  coata  del 
Xrafiil,  fie  apadeió  de  ella  y  de  allí  paaó  á  la  eelonia  del 
Sacramento»,  que  también  fcié  ocopeda  por  las  ta-op^  a  ea-* 
pafiela».  Mario  en  e^tbe  circonatanclaa  el  rej  de  Porta- 
,  gal  Je^é  I,  y  la  caiona  paeó  á  ao  fa)j^  dofia  Maiía.  4  qvien 
Ü^ombal  babia  querido  oaisar  con  el  daqne  de  Cumber-* 
land,  bí jo  del  rey  de  Inglaterra,  exilaae  que  impidieioR 
loi^  jesuítas  oonft sores  de  la  familia  real ,  y  fsé  el  origen 
del  odio  qae  les  declaró  aqnel  ministro ,  el  cnal  despnea 
intentó  hacer  ana  ley  do  sucesión,  exolajendo  las  bemn 
bras,  para  impedir  que  Portugal  yol vieae  á  unirse  con 
IBspafta,  con  )o  qne  ia  corona  habría  pasado  al  príncipe 
del  Biabil,  Jobé,  bijo  de  esta  princesa'  y  de  su  tio  den 
Pedroj  mas  Oárlos  ill,  íosttuido  por  la  reina  su  bermana 
de  este  prpyeoto,  ee  opnso  á  él  protestando  aostener  lea 
derechos  de  su  r  obiina.  Esta  agradecida,  lu»  go  qce  sab  é 
al  trono  celebró  un  armisticio  con  la  España  ^  y  lufo&ida 
de  Pombal,  «^ue  destituido  del  míDisterio  se  retiré  6  acá 
estados,  habiendo  la  reina  rehabiiítade  la  memoria  del 
duque  ae  Aveiro  y  pusslo  en  libertad  á  loa  que  ana  per- 
manecían pretroa  como  cómplices  de  la  conspiración  atri- 
buida 4  ét^te,  allanó ei  oamino  aun  tratado  de  límites, 
por  el  que  ee  dÍ6tiibu}ó  entre  abas  poteucíaatodo  el  oon» 
tinenle  de  la  América  del  Sor,  al  Este  de  la  cordillera  de 
los  Andes,  quedando  cedida  á  la  E^pafia  la  oolonia  del 
Sacramento,  con  cu} o  moti?o  Buenos  Air^a ,  que  hasta 
entonces  habia  sido  gchlt^mo  dependiente  dd  Peiú  ,  se 
erige  en  \iieiuato  eu  1777 ,  como  lo  habia  sido  Banta  Fé 
en  el  reiüado  de  Felipe  V  en  1737.  España  *  además,  ad- 
quirió fiortte  á  la  Cü8ta  de  Afuea,  los  doa  islotes  de  An- 
nobon  y  Fernando  Pó,  áhcra  insignificantes,  peroqne 
entonces  teLÍ^n  mucha  impoitancia,  como  puntos  de  de» 
pófiito  para  el  comercio  de  negros  ,  de  que  se  proveían 
los  españoles  directamente  p»ra  sus  colonias,  desde  que 
en  el  reinado  de  FcinaDdo  YI  Fie  terminó  el  asiento  ó 
ccntoata  con  nua  coicpülila  ingleca,  á  la  que  se  dio  una 
fuerte  indemnización  pur  el  tiempOj  que  le  fallaba.   La 


—  225  — 
una  madre  de  Portugal  pasó  á  Madrid  á  haoer  una  vi- 
ta el  rey  su  hermano,  con  caja  ocasión  0e estrecharon 
las  y  rato  laí9  relaeiones  entre  ambas  cortes,  habiendo- 
B  celebrado  an  tratado  de  alianza  entre  los  dos  reinos, 
ae  faé  de  grande  atilidad  á  Bspafla  en^  la  gnerra  en  quo 
K)oo  (lespnes  se  vio  empefiada  con  la  Inglaterra. 

[1779  ]  Heltábaae   esta  úlcima  comprometida  con  sns 
toionias  del  Noite  de  América  en  nna  sangrienta  lacha, 
[ue  tavo  principio*en  la  oposición  que  estas ,   fundadas 
m  las  cartas  6  constitaciones  con  que  habian  sido  esta*. 
>Iecidas ,  hicieron  al  derecho  que  el  parlamento  inglés 
)rerendia  tener  de  imponer  contribuciones  sobre  ellas* 
3e  Francia»  aunque  gobernada  ya  por  Li^is  XVI,  qae  ha- 
>ia  sacedfdo  á  su  abuelo  Luis  XV ,  seguia  el  mismo  sis-* 
»ma  de  rivalidad  con  aquella  potencia  ^  que  era  como 
característico  en  la  casa  de  Borbon,  y  había  estado  ob<« 
sei  vando  e!  progreso  de  la  guena  con  las  colonias,  anxi'« 
iándolas  por  medios  indirectos ,  hasta  que  erejó  seguro 
ieclaraise  abiertamente,  reconociendo  su  independencia 
7  celebrando  un  tratado  con  ellas.  Oárlos,  sin  embargo, 
labia  permanecido  neutral ,  pero  decidido  ya  á  tomar 
parte  en  la  contienda ,  ofreció  su  mediaciod  á  l&s  naoio« 
íes  beligerantes',  presentando  medios  de  avenimíentp 
|ue  eran  absolutamente  inadmisibles ,  cuando  los  exv 
;remos  en  que  aquellas  insistían  eran  del  todo  opuestos, 
r  entonces  atribuyendo  á  desaire  el  que  sus  propuestas 
ID  fuesen  admitidas  por  la  Inglaterra,  declaró  la  guerra 
i  ésta  en  16  de  junio  de  1779. 

Ifinguna  de  las  guerras  entre  Espafia  é  Inglaterra  o- 
xece  tantos  y  tan  importantes  sucesos  como  esta,  que  so- 
o  se  podrá  indicar  aquí  ligeramente.  La  escuadra  com*« 
ñnada  de  Francia  y  Bspafia,  compuesta  de  sesenta  y  o- 
^ho  navios  de  línea,  sin  contar  las  fragatas  y  otros  bu- 
lues  meiiores,  la  mayor  que  hasta  entonces  se  habia  vísm 
e,  se  dirigió  al  canal  de  la  Mancha  ,  bajo  el  mando  del 
onde  d'Orvilliers,  llevando  número  considerable  de  tro- 
cas de  desembarco;  pero  la  habilidad  del  almirante  in  - 
;lés  Hardy,  favorecido  por  el  tiempo,  no  solo  desconcer  - 
ó  con  fuerzas  muy  inferiores  todos  los  intentos  de  aque- 
la  poderosa  armada,*sino*qae  hizo  entrar  á  su  vista  en  los 
•nertos  de  Inglaterra ,  dos  convoyes  muy  ricos  que  se 
avegaban  á  ellos  de  las  Antillas.  La  escuadra  combina- 


—  226  — 

da  volvió  á  Brest  y  este  reBiiltado  tan  pooo  satififáctorio, 
dié  motivo  á  la  mala  iatoligenoia  que  se  inteodoio  entre 
loa  gabinetes  de  Francia  y  de  fiapafia,  la  qne  ae  aumen- 
tó por  haber  negado  el  primero  aa  oooparacion  á  las  dii 
verdaa  empresas  qno  el  segando  intentaba,  tanto  en  lía- 
ropa  como  en  América. 

fin  esta  don  Bernardo  Galvez ,  gobernador  de  la  Lni^ 
aianai  se  apoderó  de  ,aaa  parte  de  las  Floridas ,  concia^ 
yendo  en  el  afto  signiente ,  con  el  auxilio  de  la  escuadra 
del  mando  de  don  José  Solano  y  de  las  tropas  que  esta 
condujo  de  la  Habana^  la  con(3[ui8ta  de  aquella  importan- 
te  Feníasula  con  la  toma  de  Fanaaoola.  Al  mismo  tiem-* 
po  don  fioberto  Slvas,  gobernador  de  Yucatán ,  ec)ió  á 
los  ingleses  de  todos  los  establecimientos  qne  tenían  for« 
mad05  en  la  bahía  de  Hunduras:  mas  para  indemnizarse 
de  tantas  pérdidas,  una  expedición  salida  de  Jamaica,  &e 
apoderó  del  castillo  de  Omóay  de  los  buques  que  tenian  á 
su  bordo  los  fondos  del  comercio  de  Guatemala,  que  pa^ 
saban  de  tres  millones  de  pesos.  Los  ingleses  abandona- 
ron las  plazas,  dejando  desmanteladas  las  fortiflcaciones, 
y  perdieron  la  m:iyor  parce  de  la  rica  presa  que  habia  te* 
mado,  habiéndose  ido  á  pique  en  una  tormenta  el  navio 
Levitttan  que  la  conduela. 

^1T8  J.)  Gibraltar  y  Mahon  en  la  isla  de  Minorca,  habia 
siuo  desae  la  paz  de  Ucrecht  uno  de  ios  objetos  principa-^ , 
les  de  todas  las  guerras  y  negociaciones  de  la  casa  de 
Borbon.  Üárlos  XII  resolvié  atacar  por  mar  y  por  tierra 
la  primera  de  estas  plazas,  ün  ejército  de  veinte  y  seis 
batallones  de  infantería,  doce  escuadrones  de  eaballeiía 
y  un  tren  formidable  de  artillería  á  las  órdenes  del  gene- 
ra)  don  Martin  Alvarez,  comenzó  por  tierra  las  operado* 
nes  del  sitiO|  mientras  que  dos  escuadras ,  la  una  en  el 
Mediterráneo  mandada  por  don  Antonio  Barceló,  y  otra 
ea  el  océano  á  la  entrada  del  estrechOi  que  mandaba  don 
Juan  de  Lángara^  impedían  la  entrada  dn  víveres  á  la 
plaza,  que  no  podia  recibirlos  de  la  costa  de  África ,  en 
viitúd  de  un  tratado  celebrado  porOárlos  con*el  empera«< 
dor  de  Marruecos,  con  el  que  66  asegoró  también  de  que 
su  atención  no  fuese  distraída  durante  el  sitio,  por  algún 
atttque  Inesperado  de  los  moros  á  los  f  residios  de  aquella 
eosott.  Jii  mando  de  la  plaza  lo  tenia  el  general  Elliot  f  y 
aguamicicn  se  componía  de  cinco  ^11  hombreando  exce«« 


—  227  — 
lentes  tropas,  cabrUndo  aaa  posicicín  por  ai  misma  iaez. 
pagaable,  y  cayas  defooeas  natarales  habían  sido  aamen* 
tadas  por  todos  los  medios  del  arte.  Los  víveres  comeiiN 
zabaa  á  eaeasear,  y  em  sa  falta  oonaistía  toda  la  esperaa«* 
za  del  sitio,  así  oomo  el  proveer  de  ellos  á  la  gnarnicioQ 
era  el  objeto  preferéate  del  gobierno  inglés.  Oon  estb  fin, 
88  preparó  en  loa  puertos  delaglaterra  nna  cacnadraa 
las  órdeaes  del  almirante  Badney,  asi  como  se  previüieron 
todos  los  medios  de  impedirle  el  paso  por  los  gobitroos 
fraocéd  y  español,  que  todos  anudaron  frnbtrados.poi  qae 
el  tioaipo  fdvoreoio  de  tal  mi^nera  al  almirante  ÍDg>é8,  qne 
no  solo  no  pudieron  salirle  al  encuentro  laa  esoaüdraa  a- 
postadas  al  efecto,  sino  qne  habiendo  alcanzado  «obre  la 
coáta  de  Portagal  á  nn  convoy  de  quince  buques,  esuol* 
tado  por  un  navio  y  una  fragata  db  guerra  ^  en  qne  se 
conducían  víveres  y  municioües  á  Cáaíz ,  se  hizo  dueño 
de  éi,  y  en  el  cabo  de  San  Yicente  deirotó  completamens 
te  Ja  escuadra  de  don  Juan  de  L&ngara ,  que  hizo  una 
brillante  defensa,  con  lo  que  introdujo  en  triunfo  él  con- 
Toy  en  la  plaza.  La  dignidad  de  par  con  el  titulo  de  con 
de  de  San  Tícente,  fué  el  premio  del  almirante  Bodney. 
El  general  Solano  salió  de  Cádiz  con  doce  navios  a  se- 
guir á  Bodney,  debiendo  pasar  después  á  los  mares  de  a  4 
móíica  para  unirse  con  las  fuerzas  francesa»  dtatiuadas 
á  ellos,  y  auxlUari  como  hemos  visto,  las  opei>ciuueB  de 
Galvez  en  la  Florida.  Entre  tanto  el  gobit^rno  español  re- 
cibió aviso  de  que  se  aprestaban  en  Inglaterra  dos  con^ 
vojes  para  la  India  y  las  Atillas,  que  debían  hacer  via- 
íej ñutos  hasta  las  islas  Terceras  en  donde  habían  de  se^ 
pararse  para  seguir  cada  uno  su  derrotero.  Oon  esta  no'^ 
;icia ,  el  conde  de  Florida  Blanca,  escribiendo  de  su  ma« 
10  las  órdenes  respectivas  para  no  aventurar  el  secretOi 
ire  vino  al  general  don  Luis  de  Córdova^  que  con  una  par- 
e  de  las  fuerzas  con  que  cruzaba  en  el  eatrecho  con  el 
fenéral  Gastón,  fuese  á  interceptar  estos  convoyes,  lo 
au  hizo  con  tan  feliz  éxito,  que  se  le  vió  entrar  triuLfanii 
3  en  Uádiz  con  sesenta  baques  que  apresó,  1800c»oldados 
e  las  compañías  de  las  ludias  orientales  y  occidentales^ 
oroiou  de  personas  de  importancia  y  una  cantidad  de 
ler cao  cías  y  municiones  que  valían  mas  de  un  millón  de 
daos.  May  nuevo  fué  para  los  puertos  de  Bspafia  e^^te 
ipeotáealO)  aooetumbrados  en  las  guerras  con  Ing<ater« 


—  228  — 
Tft  ft  Ttt  salir  sas  baques  para  caer  en  manos  de  la  maii' 
va  ú%  esta  nación.  Carlos  mandd  qne  el  general  Bcading, 
mno  de  los  pmioDeros  y  sn  familia  foesen  tratados  con  la 
eomsiáeracion  debida  á  sa  clase  y  se  le  dejaae  en  liber^ 
ted.  Los  demáa  pritsioneros  faeroü  eangeados  segnn  sns 
fradoaoloces. 

li  comodoro  Jonhcstone,  qne  mandaba  lasfaerzaa  ma^ 
rítimas  ins lesas  estamonadas  en  Lisboa ,  insinnó  qne  el 
fobierno  de  sn  nación  estaría  dispnesto  á  tratar  la  pas 
«•paradamente  con  el  español,  bajó  la  base  de  la  cesión 
de  fl-ibraltar,  lo  que  di6  origen  á  nna  negociación  secre^ 
tSi  en  qne  ningaaa  de  tas  Cortes  parece  qne  obrase  de 
bmena  fé :  la  de  Londres  ponía  tan  inadmisibles  oondit 
•iones  á  la  cesión  de  aquella  plaza ,  qne  hasia  imposible 
todo  aveDimiento  sobre  este  principio ,  y  solo  trataba  de 
iatrodncir  la  desnuion  entre  laFranciay  laEspaña:  lado 
Madrid  qneria  aprovechar  los  temorcís  qne  el  conoelmien- 
tD  de  estos  tratos  tabla  heche  concebir  al  gobierno  fran- 
oés^  para  hacerle  obrar  más  decididamente  en  apoyo 
de  los  iuteretícs  y  miras  del  español»  en  lo  qne  logró  sn 
ijrtento. 

Al  mismo  tiempo  que  Florida  Blanca  segnla  esta  ne^ 
gooiacioD  con  Inglaterra,  con  poca  esperanza  de  bnen 
izit-o,  hdbia  éiitabli&do  otra  de  mayor  importancia  con  la 
emperatriz  de  Eui^ia  y  las  demás  eortes  del  Iforte.  Ofen- 
didas éstas  con  les  insultos  hechos  á  sn  pabellón  por  el 
derecho  de  visita  que  la  Inglaterra  pretendía  ejercer  so- 
bre los  buques  neutrales,  formaron  nna  alianza  con  el 
nombre  de  neutralidad  armada^  para  sostener  el  princi- 
pio contrario  de  qu-3  el  p^ibellon  protejo  la  mercancíai 
excepto  en  el  cat^o  de  bloqueo  establecido  se¿nn  las  reglas 
qne  entonces  se  asentaron^  y  en  el  de  conducirse  en  los 
bnques  efectos  de  guerra.  España  y  Francia  se  apresa^ 
Taron  á  reconocer  un  piiacipio  qne  el  gabinete  de  Madrid 
kabia  tenido  tanta  pane  eu  hacer  establecer,  y  aunque 
par  entóneos  no  Fe  llevase  adelante  sn  observancia,  por 
las  dísencioues  suscitadas  entre  las  mismas  potencias 
del  Korte  que  lo  hablan  proclamado,  ha  venido  á  ser  des- 
pués una  paso  fundamental  del  derecho  marítimo  mo« 
demo,  habiondalo  insertado  los  Estados  «Unidos  de  Amé- 
rica en  los  tratados  de  comercio  que  han  celebrado  oon 
las  naciones^  y  sosteüí'iolo  en  la  guerra  que  por  esti 


'^  —329—  ' 

saaga  tavieron  cob  la  loglaterra  en  1813 ,  -  debiendo  en 
znn  manera  el  aumento  de  «a  marina  meroantll  á  este 
niamo  principio  que  les  ha  proporcionado  ser  los  oeni. 
luotorM  de  todo  el  eomeroio  europeo  durante  las  largas 
nierras  qae  fueron  1&  consecuencia  de  la  revolución  fran- 
cesa. 

[17S1:]  Bl  proyecto  concebido  por  el  príncipe  Poterna 
:ia,  mlDíatro  de  la  emperatriz  de  Basia,  para  que  se  cer 
líese  á  ésta  por  la  Inglaterra  la  isla  de  Menorca,  en  pre- 
Dio  déla  mediación  que  se  proponía  ofrecer  para  la  país 
[el  que  aunque  se  trató  muy  reservadamente  y  tuvo  co» 
iooimiento  el  gobierno  da  fispafia ,  decidió  á  éste  de  a« 
aerdo  con  el  francés ,  á  intentar  la  toma  de  aquella  isla. 
*ara  ocultar  enteramente  el  objeto  del  armamento  ^  se 
izo  éats  en  Oádiz,  y  la  escuadra  mandada  por  don  Bue> 
aventura  Moreno ,  que  escoltaba  el  convoy  de  tropas^ 
agió  dirigirse  al  océano,  mientras  aquel  navegaba  hacia 
i  estrecho,  llevando  á  bordo  ocho  mil  hombres  al  mando 
el  dnque  de  OríUon,  general  francés  de  mtícha  nombras 
[a.  El  desembarco  se  hizo  sin  resisteneia,  y  los  habitan- 
18  de  la  isla  con  quienes  líabian  precedido  inteligencias 
icretas,  se  declararon  luego  por  JBspafia;  pero  no  hablen- 
)selogrado|sorprender|e)!castillo  de  S.  Felipe,  losingleaea 
» hicieron  fuertes  en  él  y  era  preciso  emprender  nn  sitio 
i  toda  forma,  ^ara  lo  que  faltaban  muchas  cosas  neoe'« 
muiki  que  no  se  hablan  podido  embarcar  por  la  prisa  y 
creto  con  que  so  despachó  la  expedición.  Entonces  el 
iqae  de  Onllon  recibió  érden  de  hacer  prueba  de  sedu^ 
:  la  fidelidad -del  general  inglés  Murray,  que  mandaba 
guarnición,  ofreciéndole  quinientos  mil  pesos  en  diñe- 
y  nn  alto  grado  en  el  ejército  francés  ó  español/  á  en 
)coion«  Orillon  se  prestó  con  repugnancia  á  este  odioso 
cargo,  y  recibió  del  general  ixigléa  la  siguiente  contes- 
tón :  **  Cuando  vuestro  valiente  abuelo  recibió  de  au 
>erano  la  orden  de  asesinar  al  dnque  de  Guisa,  dio  la 
ama  respuesta  que  vos  habríais  sin  duda  dado ,  si  el 
'  de  Espala  os  hubiera  encargado  de  asesinar  á  nn 
nl^ra,  ouyo  nacimiento  es  tan  ilustre  como  el  vuestro^ 
orno  el  del  duque  de  Guisa.  No  puedo  tener  de  aquí 
)lante  otras  comunicaciones  con  vos ,  sino  con  las  ar. 
9  en  la  mano.  Bi  ttiíJBis  algunos  sentimientos  de  hu- 
aidad|  os  suplico  queme  enviéis  ropa  para  los  dea^ra» 


—  230  — 
ciados  prisiones  qae  están  ea  mi  poder :  hacedla  poaer  á 
una  distancia  conveniente  y  yo  la  mandaré  reoogar,  por« 
qae  no  he  de  permitir  en  lo  'snceaivo  otraa  relaoionea  ooa 
vos,  sino  por  medio  de  las  armas  y  esto  del  modo  mas  es- 
tricto y  tenaz."  UrilLon  contestó  manifestando  todo  el  a- 
precio  qae  eaca  noble  oondaota  le  inspiraba. 

(1782 )  E  ejército  sitiador  habia  sido  reforsado  oon 
onatro  mil  franceses  embarcados  en  Tolón,  y  habia  recl» 
bido  todo  lo  necesario  para  batir  la  plaza.  Bn  oonsaonen» 
eia  el  6  de  enero ,  para  celebrar  el  enmpléaailos  del  del- 
fin,  qno  tan  desgraciado  faé  despnes,  sehiso  iaaalrarom- 
pienáo  el  faego  cDn  ciento  cinoaenta  cafloaes  de  artillen- 
ría  de  graeso  calibre :  el  gobernador  inglés  se  defendió 
como  lo  habia  ofrecido,  de  la  manera  mas  constante,  y  no 
capitnló  hasta  qae  rednoida  lagaarnicion  por  las  enferme- 
dades á  no  teoer  ni  ann  el  número  de  hombres  necesariOi 
para  cnbrir  las  gaardias,  era  imposible  iM)8tener80  mas. 
I ;oaoedióiele  ana  capitalacion  honrosa,  y  los  enfermos 
faeron  atendidos  con  la  mayor  humanidad  por  orden  del 
daqae  de  Orillen.  A  éiSte ,  en  premio  de  tan  importante 
8er7ici0|  se  le  di6  el  empleo  de  'capitán  general  de  loa  e* 
jórcitjps  españoles,  la  grandeza  de  Bspafla  ooneltítalo 
de  daqae  da  Mahoa  y  la  gran  cruz  de  O&rlos  III. 

Parece  qae  la  desgracia  persegnia  por  todas  partes  á 
las  armas  inglesas :  el  ndmero  de  sos  enemigos  se  habia 
aamentado  C3n  la  declaración  de  la  guerra  de  la  Holán-* 
da;  en  las  colonias  de  América  qae  hablan  sido  el  origen 
de  la  gaorra»  esta  podía  decirse  terminada,  habiendo  te« 
nido  qae  rendirl^e  al  ejército  combinado  francés  y  ameri^ 
cano,  Lord  Oomwallis  con  el  ejéroito¿iQglés  que  mandaba, 
y  nna  escuadra  numerosa  había  salido  de  los  puertos  de 
Francia  y  España  para  atacar  4  la  Jamaica  y  haoerse 
daeña  de  todas  las  potencias  inglesas*  en  las  Antillas. 
La  constancia  de  aqaella  nación  magnánima  la  salvó  en 
medio  de  tantos  receses :  el  almirante  Bodney  se  dirigió 
á  los  mares  de  América  en  seguimiento  de  la  esouaara 
francesa,  y  habiendo  logrado  con  h&biles  maniobras  en* 
cerrarla  en  un  espacio  estrecho  entre  las  islas,  antes  qae 
operarle  su  reunión  con  la  espaüola ,  la  atacó  el  12  de 
abril  cerca  de  la  costa  de  Santo  Domingo,  y  después  de 
onoo  horas  de  combate,  ganó  una  espléndida  victoria, 
habiendo  obligado  á  rendirse  al  almirante  conde  de 


—  331  — 
S^rasae,  qae  montoba  el  navio  <*la  Oiadad  de  P<irís ,  ^  de 
iieuto  diez  cafioiies,  el  mayor  que  háblese  sido  tomado 
M)r  loa  ingleaes  haeta  aquella  épooa. 

Ba  España  O&rtos  III,  oon  el  feliz  resultado  de  la  ex- 
3edicioa  ooatra  Mahon,  se  prometía  obtener  igaalea  veuN 
iajas  eatreohando  el  sitio  de  Oibraltar,  que  se  había  con'- 
ánaando  aunqae  flo|amente.   Trasladóse  allá  el  ejército 
sonqnistador  de  Menorca ,  y  á  propuesta  del  ingeniero 
Trancé  D' Arzón ,  se  comenzaron  á  oenstrnir  en  grandes 
t>aqnes  unas  baterías  detanteSi  que  acercándose  á  la  pía-- 
sa  frente  á  la  cortina  de  la  muralla  levantada  á  flor  de 
Igna  por  el  lado  de  la  bahía^  abriesen  brecha  en  ella  sin 
[)oder  ser  dañadas  por  las  bombas  ni  las  balas  rojas  por 
3l  artifioio  de  su  constraoeion  que  era  tal,  que  circulando 
por  todos  los  macizos  oonduetos  oon  agua ,  estaba  esta 
prevenida  para  apagar  el  incendio  que  las  balas  rojas 
Eludiesen  causar*  Los  ingleses  por  su  parte  se  hablan  pre- 
parado, habiendo  aumentado  la  guarnieion  hasta  siete 
oiil  hombreSi  á  las  órdenes  del  mismo  general  Blliot,  que 
ion  tanto  acierto  habla  defendido  la  plaza,  y  en  esta  se 
tiabian  construido  nuevas  baterías ,  tanto  del  lado  de  la 
t>ahía,  cuanto  de  la  lengua  de  tierra  por  la  que  ÚDioa- 
nente  comunioa  con  el  eontinentCi  y  se  hallaba  bien  pro* 
nsta  de  víveres  y  municiones.  SI  mando  del  ejército  si« 
tiiador  se  confirmó  al  duque  deOrillon,  más  habiendo  pa- 
sado éste  á  Madrid  á  acordar  el  plan  de  operaciones ,  se 
resistió  ¿admitirlo 9  habiendo  manifestado  en  una  con- 
ferencia que  tuvo  oon  el  ingeniero  D'Arzon ,  delante  del 
sonde  de  Florida  Blanca,  ser  impracticable  el  ataque  por. 
los  medios  propuestos ,  aun  cuando  contra  su  concepto 
16  lograse  todo  el  efecto  que  se  esperaba  de  las  baterías 
iotantes,  y  solo  se  allanó  á  admitirlo  permitiéndosele  de« 
iar  en  poder  de  un  amigo  suyo  en  Madrid,  una  declara^ 
non  por  la  que  constase  su  opinión ,  dejando  á  cubier' 
;o  su  honor  en  el  caso  que  preveía  de  un  éxito  desgra- 
¿ado. 

Aumentóse  entre  tanto  el  ejército  sitiador  hasta  cuaa 
renta  mil  hombres,  siendo  el  más  florido  que  Bspafia  ha« 
»a  tenido  en  sigloa  Bl.  brillante  regimiento  de  reales 
guardias  españolas,  que  hacia  parte  de  él  estuvo  duranr 
íO  todo  el  sitio  á  las  órdenes  áe  su  teniente  coronel,  el  te^ 
üente  eugeral  conde  de  A^víUa  Cl-igedo,  tan  famoso  des< 


—  232  — 
puies  joomo  virey  de  Naeva  España-  Toáas  eetias  obras  de 
»iiaqa9  se  ailtílantaron  «aanto  faé  posible ,  á  pesar  de  las 
vigorosas  salidas  de  loa  sitiados ,  y  estaad#  las  baterías 
flotantes  ea  estado  de  setylcio ,  pidi^on  ser  empleados 
en  ellas  loa  jefe?,  oficiales  y  soldados  más  distiogaidos  de 
la  marina  ^  habiendo  solicitado  el  mando  de  una  de  las 
principales,  el  príncipe  de  NassaanSiégen,  joven  alemán, 
que  bascaba  todas  las  ocasiones  de  mayor  peligro  para 
¿acer  brillar  eD^ellaej^a  Talor.;iialatenoioB¡ie]toda  la  Eu- 
ropa estaba  fija  sobre  el  ataque  que  seisreparabay  habían 
ooncnrrido|de  todas  partes  moititud  de  personas  á  presen* 
ciarlo,  entre  ellas  el  conde  de  ArtoiF,  hermano  del  rey  de 
Francia,  que  hace  pocos  afios  ocupé  el  trono  oon  el  nom<« 
bre  de  Garlos  X,  y  f aé  el  último  monarca  de  sa  familia 
en  aqael  reino,  y  su  tio  el  duque  de  Borbon. 

Bl  13  de  setiembre ,  al  amanecer ,  las  baterías  se  pny 
sieron  en  movimiento  en  número  de  diez ,  del  porte  las 
mayores  de  1,200  toneladas,  con  350  hasta  760  hombres 
á  bordo  de  cada  ana,  y  de  6  á  12  cafiones  de  batir  y  otros 
en  reserva  por  si  faesen  desmontados  aquellos.  Todo  el 
sjéreito  sitiador  estaba  sobre  las  armas,  y  Ift  multitud  in- 
mensa de  cariosos  llenaba  los  campos  y  colinas  inmedia-  * 
tas.  Para  pro  tejer  el  avance  de  las  flotantes ,  rompié  el 
fuego  la  arúlleiía  de  los  sitiadores,  á  que  eorrespodieron 
las  baterías  de  la  plaza,  que  por  grados  oubiían  el  pe- 
ñon  á  cayo  pió  está  construida  la  ciudad :  cuatrocientos 
eafiones  de  graeso  calibra  haciendo  á  un  tjiempo  faego 
por  una  y  otra  parte  ,  presentaban  el  espectáculo  más 
terrible  qae  el  uso  do  la  artillería  habla  ofrecido  desde 
su  descabrimiento.  Las  baterías  adelantaron  hasta  echar 
la  ancla  á  tiro  corto  de  coüon  de  la  plaza ,  ouya  muralla 
empezaron  á  batir,  sosteniéndose  bien  contra  el  faego 
inoesante  de  loa  si  Diados ,  que  arrojaba  sobre  ellas  mnl- 
titud  de  bombas  y  balas  /olas ;  pero  al  oabo  de  algunas 
horas  se  notó  humo  en  la  "Tallapiedra,"  mandada  por  el 
príacipe  de  ]^as6aa,  qae  era  la  más  avanzada  de  todas, 
7  el  incendio  tomó  cuerpo  en  la  noche  y  no  pudo  apa* 
garse.  Tomóse  eatonceH  la  resolacion  de  mojar  la  pólvoi* 
ra,  con  lo  que  cftaaudo  de  hecer  faego,  los  sitiados  cono^ 
meron  su  ventaja  y  aoretaron másalos  asaltantes  :  foé 
menester  retirar  la  tnpolacion  de  la  batería  incendiada. 
Gu  la  que  permacierou  el  príncipe  de  Kassau  y  el  inge* 


—  233  — 
niero  D^Ar^on ,  hasta  poMr  en  Balvo  á  todos  los  goIda'« 
dos.  Habíase  incendiado,,  entce  tanto,  otras  de  las  bate^ 
rías  y  y  pareoiende  imposible  retirar  estas  con  el  fuerte 
temporal  qne  se  habla  levantado ,  no  padiendo  tampoco 
contar  por  el  mismo  motivo  con  el  anzilio  de  (as  lan^h^s 
cafioaeras  y  de  la  escuadra  prevenida  para  venir  á  sn  so- 
oorro«  para  evitar  qne  cayesen  en  poder  deles  enemigos, 
el  jefe  de  escaadra  don  BaenaventaVa  Moreno ,  [I]  qne^ 
mandaba  el  atagae,  dio. orden  para  qne  se  les  pegase  f ne- 
gó. Bato  as  hiao  sin  tomar  las  preoanciones  necesarias 
para  poner  en  salvo  la  gente,  qne  hnblera  perecido  toda, 
si  el  general  inglés  sa  hnbiese-  despachado  mnltitnd  de 
lanchas,  qóe  eorriendo  el  mayor  riesgo,  pudieron  salvar 
á  machos.  £^1  espestácnlo  qne  la  bahía  preientaba  duran- 
te la  noche  era  el  mas  horroroso ,  alambrada  con  el  in- 
cendio de  las  lanchas  que  se  quemaban ,  oyéndose  de 
cnaudo  en  cuando  el  eatallido  de  las  que  se  volaban  y  so* 
bre  cuyos  fragmentos  sobrenadaban  los  pocos  que  se  sal- 
vaban de  la  explosión.  Al  amanecer  del  dia  14 ,  no  que  < 
daban  ni  las  cenizas  de  aqnel  inmenso  aparato,  que  tan* 
tos  millones  habia  costado :  mas  de  dos  mib'hombre«  ha« 
blan  perecido,  »n  que  la  guarnición  de  la  plasa  ezperi- 
mentase  pérdida  alguna. 

No  obstante  esta  cat&stíofe  f  qnedaba  la  esperausa  de 
obligar  á  la  guarnición  &  rendirse  por  falta  de  víveres 
'  oonünnando  el  blogineo;  pero  este  medio  también  se  frus- 
tré, porque  la  escaadra  inglesa  mandada  por  Lord  flowe, 
entró  en  el  puerto  con  el  convoy  que  conducía ,  aprove(« 
chande  el  momento  en  que  un  golpe  de  viento ,  el  aliado 
mas  que  la  loglatérra  tuvo  en  toda  esta  guerra,  obligó  Á 
la  espaüola  del  mando  de  don  Luis  de  OOrdova,  muy  su « 
perior  en  námero  de  navios  á  la  inglesa ,  á  dejar  ubre  ]a 
eutrada ,  oon  lo  que  la  plaza  quedó  provista  para  mucho 
tiempo.  Iioa  sitiadores  emprendieron  entonces  hacer  una 


[IJ  D.  Bjta&yeatara  Ifora^ko  murió  ft^gim  tfempo  deipoM  enMtddd  «n  un 
dttfftfio,  orígtiutdo  •&  BQ»  diipaU  Bo\tf  qaioo  hibi*  d«  ooncMTar  la  aetn  dt 
la  Oilie,  eoB  enyo  mod^o  ••  aandó  for  re^l  órdsn,  q  «d  la  cnneerTate  ti  qna 
tnfieif  ia  fX^A^  *  1«  dtrao^  JSl  tegeoiaro  IV  Anoa  viilá  batta  al  taaario 
d*  NapoLftoa  &  qiiaa  faé  mar  iúi  eo  la  infaiioa  da  la  Hol»ada  ,  catara  el 
••m^iaa  d^  gtnaral  de  kHgada  j  íad'adsmái  teiaiabro  dal  lénado  coniaiTa- 
«Of.  Man^  «A  IWj  %u  una  aaia  da  aatapo  qoa  lenia  aetaa  de  Pazii. 


—  234  —  . 
mina  de  muy  i;nmd6  extanmoii  bajo  el  pefloa  oiimoi  qtie 
no  lleg6  á  expierimeatorae  su  efecto  por  haber  oeeado  po« 
00  deapnes  laa  hostiUdudes. 

Bl  mal  éxito  del  aitio  de  Qibraltar  ,  deoidió  á  Oárloa  & 
oondair  las  negoeiaoioBea  de  pas  qae  eataban  ya  enta- 
bladas: deseábalo  la  Franoia  9  por  laapnrada  aitaacion 
de  oa  hacienda»  y  en  Inglaterra^  el  partido  qae  habla  ea« 
tado  desde  el  principio  de  la  guerra  en  favor  de  loe  ame-i 
ricanoa,  tomó  mayor  importanda  y  entró  á  oeapar  el  mi* 
nisterio  por  efecto  de  las  rentajae  obtenidas  por  aqnellos; 
pnea  annqne  la  pas  hnbieae  venido  á  aer  una  neeseldad 
para  todas  las  potencias  beligezantea,  el  a|aatar  laa  oon- 
diciones  de  ella  ofreció  no  pooas  diflooltadeSf  por  las  pre- 
tenciones  do  la  flspafla  para  la  oeaion  de  Gibraltar.  Por 
este  motivo,  annqne  se  firmaron  loe  preliminarea  er  Pa^ 
lía  el  30  de  enero  de  1783,  el  tratado  definitivo  no  ae  eon* 
clnyó  hasta  el  3  de  aetiembre ,  que  ae  firmó  en  Teraallea. 
Por  este  tratado,  el  maa  ventajoao  qne  la  Eapafla  había 
celebrado  í^igloa  hacía,  quedó  dnefta  de  Menorca  j  de  laa 
Floridas,  qne  pnede  oonaiderarae  ooaM>  la  llave  del  golfo 
de  Qiéjico :  el  oorte  de  madera  en  la  bahía  da  Hondoraa, 
se  redujo  al  espacio  entre  loa  rioa  Hondo  y  Wailis,  qne« 
dando  reconocida  la  aoberania  d9  la  Bapafia  en  todo 
aquel  territorio,  bn  el  qne  loa  ingleaea  no  podrían  ooaa> 
trnir  fortificación  algona  i  alendo  viaitadoa  anoalmente 
loa  estableolmientoa  qne  formaaen  por  nn  bnqne  de  gner- 
ra  eapafiol,  segan  qnedó  arreglado  por  na  oonrenio  pea- 
teriar. 

Por  este  mismo  tratado,  la  Inglatferra  reeonoeió  la  in- 
dependencia de  los  iflatados  Unidos  de  Amérioa ,  ¿  lea 
que  Francia  y  Bapafia  hablan  auxiliado  con  todas  ans 
f  aereas  para  consegniria :  error  politioo  gravíilBO  qne 
trajo  &  ana  y  otra  potencia  las  auyi  f  naescas  conaeeoen» 
Olas.  Ba  cnanto  á  la  filtima,  el  oonde  de  Aranda ,  pleni- 
potenciario qne  firmó  por  el  gobierno  de  Madrid  este  tra- 
tado, penetrando  en  el  porvenir  oon  nn  acierto  digno  de 
nn  político  tan  profarido  eomo  él  era  |  en  una  menunia 
reservada  que  dirigió  á  Oárlos  III,  qne  ha  venido  6  tener 
jasta  oelebridad,  porqae  los  resaltÁáos  la  han  heoho  eon- 
sidorar  eomo  una  profecía,  le  decía :  '^Aoabo  de  celebrar 
y^firmar,  en  virtnd  de  laa  órdenes  y  poderea  qaa  m^  ba 
dado  vneatra.  mageatad  )  on  tratado  de  pas  oon  In^li^ 


-23S- 
ta  r  ra,  en  el  que  ha  qaedado  reoonooida  la  indepeadenoia 
d  9  las  ooloaias  inglesaa,  le  qae  es  para  mí  motivo  de  pe% 
sar  y  de  temor.''  £zpUoa  eu  sei^uida  los  errores  oometirt 
dos  por  el  gobierno  fraocés  en  f  AYorecer  á  las  colonias 
BübleTadas  eontra  sn  metrópoli,  y  los  motivos  qne  hsbia 
para  temer  qne  las  posesianes  espafiolas  de  América  si<« 
gaitsen  sa  ejemplo.  *^fista  república  federal,  dice  ha  na- 
cido pigmea»  pero  día  vendrá  en  qne  llegara  á  ser  giganM 
te  y  ann  coloso  formidable  en  aquellas  regiones.  Oivida** 
rá  en  breve  los  benefloios  que  ha  recibido  de  las  dos  po- 
tencias, y  no  pensará  más  qne  en  engrandeóerse.  £n(on« 
ees  su  primer  paso  será  apoderarse  de  las  Floridas  para 
dominar  en  el  golfo  de  Méjico,  y  cuando  nod  haya  hecho 
así  difícil  el  comercio  de  la  Sueva  España^  aspirará  á  la 
eoD^uista  de  este  vasto  imperio,  qae  no  nos  st^rá  posible 
defender  contra  una  potencia  formidable ,  establecida  en 
el  mismo  oentinente  y  contigua  á  éi.  ü/stos  temores «  8e<< 
fior,  son  muy  fanáados  y  deben  realisars'e  dentro  de  aU 
gUDos  afiosy  si  no  hay  antes  en  nuestra  América'  otros 
trastornos  más  funestos  todavía»''  Para  evitar  los  males 
que  con  tanta  claridad  preveía  a|uel  grande  hombre  de 
estado,  propuso  prevenirlos,  estableciendo  desde  luego 
en  el  continente  americano  tres  grandes  monarquías  en 
Méjico,  Oestaftrme  y  el  Perú,  con  tres  iufantes  deBs- 
paíla  por  reyes,  tomando  el  monarca  español  él  título  de 
emperador,  y  ligando  entre  sí  estos  ebtados  indei^en-* 
dientes  por  reladoaes  tales,  que  se  ayudasen  y  sostuvie** 
sen  mutuamente,  sacando  la  £spafia  msyores  ventajas 
que  las  que  hasta  entonces  habia  percibido  de  sus  pode<« 
siones  uitiramarinas.  Bste  proyecto  no  se  tomó  en  consi^ 
deracion  y  los  resultados  han  venido  áhacer  palpable  coán 
ventajoso  hubiera  sido  para  todos ,  y  muy  especialmente 
para  ios  pueblos  de  América,  que  hubieran  obtenido  por 
este  medio  su  independencia  sin  trastornos  y  la  hubieran 
disfrutado  sin  anarquía. 

El  movimiento  de  revolución  que  por  este  tiempo  se 
suscitó  en  el  Ferú ,  vino  á  poner  á  Carlos  en  rie£>go  de 
perder  aquella,  parte  de  sus  estados  Don  Jo^é  Oabriel 
Uondoroanquí ,  más  conocido  con  el  nombie  de  Topeo- 
Amaib,  que  pretendía  ser  desoendiente  de  los  Incas,  an^ 
tigaoa  sobeíaaosde  aquel  país,  excitó  una  sedición  con  el 
objeto  de  restablecer  el  imp^  de  sus  mayores.  Hizo  al 


—  236  — 
principio  rápidos  prograsos  y  80  apoderó  de  diveraas  pro* 
Tindas,  pero  habiéadose  deoUrado  eaemigo  de  toda  la 
rasa  espailoia,  ésta  tomó  las  aroias  para  defender  sa  exis- 
tencia y  bienes.  Aanqae  Tapao^iamaro  hubiese  renniéo 
un  giAQ  número  de  indios,  carecieftdo  estos  de  armas  y 
liiscipiiua»  pues  no  tenia  más  que  algalias  malas  piezas 
ele  artillería.  íaudidas  por  ellots  oüsmos,  faetooi  fácilmen<- 
Vje  desbaratados  por  don  Jo£é  del  Yalle  que  mandaba  las 
tropas  reales,  en  la  batalla  de  Tinta  ea  marco  de  l7dl. 
Ifapao^ Auiaio  íaé  entregado  6  los  espafloles  y  desenarti«« 
sacie  por  cuatro  potros,  en  el  pneblo  de  las  Peñas,  por  or- 
den del  Tiáltador  Areche  comiaioaado  para  jagarlo.  Sa 
mnjer  faó  ahorcada,  así  como  también,  olzos  individuos 
de  su  familiii  ó  jefes  principales  de  la  oonjutacion.  Otros* 
de  sus  descendieutes  fueron  trasladadot  4  £spafia  ^  y  se 
dieron  á  conocer  en  puestos  públioos  en  época  posterior. 
Iios  iogleses  no  tuvieron  parba  alguna  en  este  movimien- 
tOy  ni  tampoco  ningún  ex  jesuita,  eomo  entonees  8»  dijOi 
por  la  maLía  de  a'üiibnírseio  todo* 

Bm  los  anos  qae  trasourrieror\  desde  la  pas  con  Ingla- 
terra hasta  la  muerte  de  Garlos,  éste  se  dedicó  á  fom«n 
tar  con  empeño  el  comerciO|  las  artes  y  la  üostraeion  de 
sus  estados.  tA  tratado  de  comercio  que  eelebró  oon  la 
Sarquía  en  1773,  abiió  al  pabellón  espafiol  loe  mares  del 
Oriente,  en  los  que  en  tiempos  antiguos  babia  sido  do\ 
lainaute,  y  los  que  se  hicieron  oon  las  dirersas  regencias 
de  la  costa  de  Berbería,  después  de  haber  bombardeado 
6  Argel  por  do»  veces  con  poeo  £rat0|  aseguraron  la  saj 
vegacionenel  Mediterráneo,  dieron  la  libertad  á  los 
cautivos  de  todas  las  naciones  cristiaaas ,  pues  á  todas 
extendió  (Jarlos  su  generosidad  y  libraron  las  costas  de 
AndalQcí<i  y  Marcii»  de  las  contínnas  piraterías  de  aqne» 
lies  oorsaiiop,  que  las  tenían  yemas  y  despobladas.  La 
lK>lítio;^  ext^riior  de  üárlos  cambió  enteramente  de  di<^ 
reocion  en  e&te  úitimo  período  de  su,  Tida:  Iimemente 
i^suelto  á  conservar  la  paz,  se  negó  á  todas  las  {M^pnes-x 
tas  que  se  le  hicieron  por  la  Frauda ,  para  renorar  la 
guerra  centra  la  lugluterra»  y  poco  satisfeohq  de  la  oon- 
dueta  del  gabinete  jtiaucés ,  viendo  awederse  en  éi  Iii 
proyectos  ucos  á  otros  y  prestntaise  á  las  elaicaalossín^ 
tomas  de  una  revolución,  solía  deeir  £reoiieat<iímeiite  qreí 
todos  los  gobiernos  deberían  ponerse  de  acRSerdo  pazi 


—  237  — 
leTAatar  un  muro  da  bronot,  qae  los  prasarvase  «tal  oon- 
tagip  de  loB  prlAdpíos  franteats.  Al  contrarío,. su  rnnioii 
eoa  ia  lagiatorra  f té  tan  aiaoera  eorn»  en  el  reinado  áa 
Fetrnando  TI^  annqae  no  por  esto  se  con^igaió  celebrar 
na^tratAdo  de  comercio  entre  ambos  reinos.  Para  eatre^ 
chir  mas  las  relaciones  con  Portugal ,  bajo  el  ptiDcipio 
de  multiplicar  les  matrimonios  entre  las  dos  fdmilies  rei- 
nantes, para  proporcionar  el  qné  algún  dia  se  reuniesen 
ambos  refnbs*  oomd  lo  pide  el  interdi  del  uno  y  del  otro> 
S9  contrató  el  casamiento  de  la  infanta  doña  Carlota  Joa- 
quina, hija  mayor  del  príncipe  de  Asturia,  con  don  Juan, 
qmedespaes  fué  regente  de^.Portngal,  durante  la  enfarmez 
dad  de  la  reina  doña  Maiía  sú  madre,  y  rey  con  el  título 
de  den  Juan  TI,  y  el  de  la  princesa  portuguesa  doSa  Ma- 
ría con  el  infante  don  ftabriel,  hijo  predilecto  de  Carlos 
III;  de  cmyo  enlace  procedié  el  infante  don  Pedro  ,  que 
casado  con  dolá  María,  hija  de  don  Juan  de  Portugal  y 
de  dolía  Carlota  Joaquina,  vino  á  ser  por  las  TÍoisitudes 
dé  aquel  reino  el  fundalor  del  imperio  del  IrasiU 

Dlsff  ataba  Carlos  III  de  quietud  en  sus  estados»  goza- 
ba el  respeto  de  todas  las  naciones  I  poseía  ol  amor  de 
BUS  subditos,  y  había  teni(do  la  satisfacción  de  ver  ase- 
gurada la  sufosion  dé  la  corona  en  su  familia,  con  el  ñas 
cimiento  de  Fernando  hijo  del  piíncipe  de  Asturias,  pues 
habían  muerto  en  la  infancia  los  príncipes  que  habían 
nacido  anteriormente,  cuando  la  muerte  de  don  Gabriel 
vino  á  Gubiir  de  tristeza  y  luto  por*  la  pérdida  de  este 
principe  tan  digno  de  sa  predilección,  y  que  era  el  orna*' 
mentó  de  su  févmilia  por  su  aplicación  á  las  letraS;  de  que 
dejó  un  glorioso  monumento  en  la  exoelente  tradi^ocion 
de  8alustio«  que  hizo  bajo  lá  (lireccion  de  su  maestro  don 
Franciseo  Pérez  Bayér  y  que  se  publicó  en  una  mafsntdi 
oa  edición  en  la  imprenta  reaL  ftu  esposa  doña  María 
faé  atacada  de  las  viruelas,  y  don  Gabriel  que  la  amaba 
tleriameáte,  no  queriendo  apartarae^de  su  lado,  se  conta- 
gió del  mismo  mal,  tan  funeste  en  lá  familia  de  Borbon, 
y  murió  el  23  de  noviembre  de  178S,  Carlos  le  siguió  en 
l)revé  al  sepulcro;  uu  mes  después,  hall&udod  en  el  Esoo- 
riaL  faé  atacado  de  escalofríos  y  calentaras  y  se  traslas 
dó  a  Madrid  é  priucipios  de  diciembre.  Creyóse  que  era 
una  indisposición  ligera,  pero  habiéndose  agravado  íé- 
pentinamentfi  el  13^  recibió  les  sacramentos  y  llamando  A 

DiaBBTCiemuiA.— trotfy  lu.— «i 


—  2n  — 

sas  hijo9|  les  encargó  con  iastancia  qna  permaneciesen 
aiempre  ii^lea  á  la  religión  de  sns  mayores,  y  constante^ 
mente  nnidoa  entre  sí:  y  dirigiéndose  al  príncipe  de  As  • 
tnriaSi  recomendé  á  an  protección  sns  hijos  y  deseen^ 
dientes  qne  tariesen  siempre  por  objeto  el  bien  de  los 
que  iban  a  ser  sns  vasallos^  y  termltió  sna  consejos  pi>« 
üiéndole  que  conserrasen  en  el  miaisterio  al  conde  de 
ITíorida  Blanca  9  como  nn  consejero  nal  y  nn  ministro 
prndentd  y  hábil,  á  qnlen  el  reino  debía  las  mejoras  más 
importantes  qne  se  hd^bian  heebo.  Cáaiop  III  mndé  á  los 
seseata  y  dos  aft03  de  edad  y  veinte  y  nneve.  de  reinado. 
Jili  caráoter  de  este  monarca  era  enérgico  y  varonil  in« 
mntable  en  medio  de  los  mayores  contrastes,  ni  la  adrer- 
sidad  los  abatía  ni  la  prosperidad  lo  hacia  orgnlloso. 
PreciáiSiase  de  ser  flel  observador  de  sn  palabra,  é  impe- 
netrable en  sns  secretos.   Era  también  eonstante  en  ans 
amistades ,  y  nna  vez  admitido  algnno  á  su  conñanza, 
nnnca  se  la  retiraba.  £L  dnqae  de  ¿osada  conservó  sn 
intimidad  desde  an  jarentnd  hasta  sn  mnerte.  Sos  minis- 
tros estibii^n  segaros  de  ^v  coaservados  en  sns  pnestos 
y  de  ser  sodtdnidos  en  sas  providencias :  el  ministro  de 
la  gaerra  Maniain,  por  algan  disgasto  con  el  rey  de]6  de 
asistir  alganos  dias  á  la  sticretaría,  y  no  habiéndosele  en- 
contrado siendo  llamado,  (Jarlos  dijo :  ''Macho  onenta  D. 
Gregorio  Maniain  con  mi  resistencia  á  variar  de  minis^ 
tros,  oaando  m  atreve  á  faltarme  de  ese  modo.^  Tin  pre<> 
tendiente  poco  atendido  por  el  conde  do  Florida  Blanca, 
le  dijo  qne  oonrriría  al  rey :  el  ministro  le  contestó  fcia« 
menee:  ¡Triste  recnrsol 

£a  medio  de  estas  altas  calidades,  se  echan  de  ver  fab 
tas  y  ann  def  eetos  graves  qne  no  poco  las  obscurecen. 
Hemos  visto  la  supersticiosa  adhesión  de  OárloSi  á  laa 
otaciones  qne  le  hizo  el  hermano  Sebastian :  tenia  tam« 
bien  la  puerilidad  no  solo  de  conservar  los  jngnetes  de  sn 
infancia,  sino  la  de  llevarlos  consigo ,  y  ios  camaristas 
qne  le  servían,  tenían  cuidado  de  pasb&rlos  de  nn  vestido 
a  otro,  aun  en  los  que  usaba  para  asistir  á  la  Oorte  en 
dias  de  gala.  La  caza  f  aé  no  solo  sn  diveislon  predilecta, 
sino  puede  decirse,  la  scnpadon  principal  de  su  vida.  Sn 
todas  las  estaciones  del.año,  cnalquiera  qne  fnese  el  tiem- 
po qne  hacia,  mañana  y  tarde  BáUa  á  casati  andando  mu- 
chas legoas  en  tiros  apartados  al  efecto.  Bste  ejerci<úO| 


—  23»  —  ' 

o  solo  le  quitaba  b1  tiempo  que;  htibiera  debido  consa^ 
rar  á  la  admlnistraoioa  de  bu  reaoo ,  alao  qne  oaaaaba 
randea  gastos,  y  mantéala ;  despobladas  las  iaaiBdiacioi 
es  de  los  sitios  reales  en  espaoios  considerables  desdaa- 
os  6  ^'vedados  de  easa^''  j  algana  vez  di6  también  ooa« 
ion  á  alguti  aoto  de  emeldad  contra  los  aldeanos ,  qae 
ntraban  en  estos  vedados  y  sacaban  bdllotas  para  sns 
eimllias.  Garlos  llevaba  un  apnnts  exacto  de  los  lobos  y 
orra  qnt^  mataba,  y  refiriendo  á  nn  embajador  extraoje* 
o  el  gran  número  &  qne  ascendían ,  le  dijo  que  por  esto 
)Odria  yer  qne  sns'diversiones  no  eran  inútiles  para  sns 
rasallos. 

La  grande  importnada  de  los  snoesos  de  este  reinado, 
[ne  todos  tienen  eonexion  con  los  de  la  historia  dé  nnes- 
ros  dias,  y  sobre  todo  sn  relación  con  las  posesiones  es^ 
ñauólas  en  América  y  más  especialmente  con  la  Naeva 
Sspaffai  ha  obligado  á  reárlrlos  ton  algnna  exteocion, 
'eservando  el  enerar  en  mayor  eapeoiflcacion ,  cnando 
iratando  de  la  kistozia  de  Méjico  desde  1808  en  adelan- 
»,  se  ha  ja  de  exponer  el  estado  de  adelanto  en  qne  este 
)aís  se  hallaba  en  aquella  época,  el  caai  era  en  gran  par- 
ió debido  á  las  proTidencias  dictadas  en  est6  reinado; 
Sagamoa  ahora  algnna  ligera  reflexión  sobre  alganos  de 
loe  puntos  qne  no  habrán  de  tocarse  en  aquel  logar. 

Les  dos  aoontedmientos  qne  pueden  llamarse  caractC' 
císticos  del  ]feinado  de  Oárlos  III,  son  la  expulsión  de  ios 
¡esnitas  y  el  sitio  de  Gibraltar.  Éste  f  aé  una  consecuen- 
cia del  sistema  de  política  exterior  que  aquel  monarca 
adopté,  en  cantraposieion  al  qne  habia  seguido  Femando 
TI :  sistema  que  le  araastré  por  el  pacto  de  familia  á  las 
dos  guerras  con  Inglaterrsi,  de  las  cuales  la  primera  f  aé 
muy  funesta  y  éf.ei  iodo  innecesaria  para  los  intereses  de 
BspaUa,  y  la  s^pinda,  aunque  presentó  brillantes  resnl  % 
taoos,  cansé  la  pérdida  de  m^s  de  Teinte  navios,  hizo  au- 
mentar consideirablemente  la  deuda  pública  y  fué  poditi<« 
vamente  perJniUcial  á  los  intereses  de  .aquella  nación, 
establecieudo  nn  ejemplar  á  la  vista  de  sus  coioniaB  de 
América,  que  podia  presentarles  la  tentación  de  imitar<- 
le*  Injusto,  sin  embargo,  seria  atribuir  aquel  suceso  más 
parce  qne  la  qua  realmente  ha  tenido  en  los  acontecimien* 
eos  (.oateriores.  GCr#lnta  afios  pasaron  sin  que  el  ejemplo 
de  iM  Altados  Unidos  despertase  en  las  Amérioas  es« 


pftfiolas^  Á  lo  menos  de  mni^  manera  «ñoas  j  el  deseo  dé  la 
independencia,  y  £n  la  Naeva  Bepaüa « la  máe  inmediata 
Á  aqaell€íi  Estados,  apenas  se  sabia  4}e  sa  ezistenoia  en 
Teraoinz.  pnes  en  el  interior  del  país  solo  tenían  conoei* 
miento  de  eltos  algunas  personas  de  instf uooion,  qae  sa 
ocnpaban  de  estadios  de  geografía  é  historia^  y  mny  pro« 
'bablemente  las  cosas  habrían  peimMiBeido  asij^or  mneho 
tiempo,  si  la  inTa^ion  de  Hspalia  pQCi  ITapotleon  no  hu^ 
1i)ies«  Tenido  á  prampyer  aqaeUaa  fn^inu»  de  una  manera 
poderosa. 

La  iiva)idad  exoitada  ooatra  el  cende  da  Florida  Blan- 
ca en  los  últimos  afios  de  sn  ministerio,  fomentada  por  el 
eMáe  de  Aranda  qae  residía  en  Hadridf  liabiéadoeele  lia* 
mado  de  }a  embajada  de  Francia  paw  darla  nn  retiro 
konroso  en  el  consejo  de  estado,  obligó  á  aqnel  6  soliei^ 
tar  separarse  del  ministerios  Oáiloii^  no  solo  no  admitió 
en  dimieion,  sino  que  maltípUtt^^Ias  pmebaa  de  la  coasia 
deracion  y  aprecio  qae  le  dispensaba ,  instándole  para 
qii«  no  le  abandonase  en  m  vejes,  j  pexqne  qoenia  dejar- 
Xo  tomo  an  legado  á  sa  sncesor.  Los  enemigos  del  súnis^ 
tre  se  Tieron  ebligados  á  callar  y  á  algunos  se  les  mandó 
aalir  de  la  Gorte.  Florida  Slanca  presentó  entontes  al  zej 
un  informe  muy  cireanatanoiado  de  todo  lo  ooorrldo  en 
ol  tiempo  de  sa  ministerio,  que  es  uno  de  los  doooméntoa 
que  dan  más  completa  idea  de  todos  loa  adelantoB  he- 
ekos  en  este  reinado*  Es  digno  de  notar  to  este  informe» 
qne  ana  de  las^eosas  qae  ofrecieron  más  difteoltad  y  fae% 
ion  materia  de  mayor  censurai  fué  el  estab]ecimieiito  ^ 
) ajusta  de  estado,  ó  jauta  de  ministros,,  para  tratsürés^ 
tos  entre  tí  de  todos  aquellos  pantos  que  requerían  me<« 
didas  ganerales,  que  debían  diotarse  con  uniformidad  por 
todos  los  departamentos.  Idea  tan  ob?ia  pareoria  que 
debía  kaberse^  presentado  naturalmente  á  todos  y  ser  ad<^ 
mitida  sin  embargo,  pero  se  la  consideró  cerno  un  medio 
de  ejercer  el  ministro  de  estado  un  predominio  sobro  ola 
demás. 

Bntre  las  machas  é  importantes  r^ormas  introdnoidss 
en  todos  los  ritmes,  merece  llsmar  la  atendon  el  estable'* 
cimiento  de  los  regidores  electivos  y  del  síndico  del  co- 
man en  los  ayantamientos,icompuestoifhjasta  entMoea  de 
regidores  perpetuos.  Este  saludable  eomportamiento  en- 
tre la  inercia  de  unos  cuerpos  pexpótnesfy  hereditarios 


—    241  — 
7  la  demasiada  ligereza  de  los  electivos,  hubiera  debido 
eonservarse  para  no  caer  como  ha  sacodido,  en  eV  extre- 
mo opoesto  y  mas  perjadioial  qae  el  que  se  quería  evitar. 
Las  Boeiedades  económioas  formadas  seguu  el  modelo  de 
la  vasooQgadaí  generalizaron  los  conocjlaiieivtos  útiles,  y 
algunas  como  la  de  Madrid ,  esparcieron  grande  Ins  sor 
bre  los  pantos  más  importantes  de  la  eoonomia  poiítioai 
que  faeron  tratados  con  la  mayor  solidez  por  Gamponiax 
nes  y  Jíovellanos.  Bl  conde  de  Pefia  Florida ,  principal 
fundador  de  la  sociedad  vascongada ,  con  otros  indivi.« 
daos  de  esta  y  los  jesnitas  de  Azcoitia^  comenzaron  el  es*« 
tudio  de  la  física^xperimental,  y  esto  dio  origen  al  céle-« 
bre  seminario  de  Yergaia.  En  este  reinado  se  estableció 
también  el  jardín  botánico  de  Madrid,  y  el  gabinete  de 
historia  natnral,  el  estudio  de  la  qoímioai  y  se  mandaron 
jóvenes  pensionistas  á  estudiar  esta  cieocia  en  París,  y 
todos  los  ramos  reiativos  á  la  minería  de  Sajonia  y  Son* 
gría.  [I]  Fundóse  también  el  banco  de  San  Carlos  j 
89  organizó  bajo  mejores  bases  la  oompafiía  de  Filipinas. 
Ddbon  ocupar  muy  preferente  lugar,  entre  las  reformas 
mas  notables  que  en  esta  época  se  hicieron ,  las  restric-- 
Otones  multiplicadas  que  se  pusieron  al  uso  de  la  autoría 
dad  eclesiástica.  Sin  «ntrar  en  el  pormenor  de  ellas  que 
nos  llevaría  muy  lejos,  bastará  decir,  que  en  el  trascurso 
de  4o8  tiempoSi  esta  autoridad  se  habia  ido  extendiendo 
6,  multitud  de  puntos  que  tocaban  al  gobierno  civil,  y  con 
diverso^  títulos  pasaban  á  JSome:  anualmente  fondos  muy 
ooQsiderables.  Por  las  reformas  que  se  introddjeron  para 
corregir  estos  antiguos  abusos,  no  se  intentó  restituir  á 
la  iglosia  nacional  su  libertad  primitiva  que  era  lo  que  se 
proclamaba,  sino  someter  la  iglesia  enteramente  á  la  au- 
toridad temporali  y  á  título  deiegalía  hacerla^  depender 
deja  corona.  81  las  cosas  hubieran  llegado  al  punto  á 
qaá  las  encaminaban  Oampomanes,  Florida  Blanca  y  de- 
xnáa, defensores  de  las  regalías  del  trono,  lá  iglesia  espa* 


»• 

[1]  )ff¿j^o)  di  fm;ó  da  iCB.do7P3^mi4nt04  adqaiii'fos  oor  •atoa  p»rsÍonÍ9Us, 
&  %  >Mfido  ■idodMvúudVi  4/>rm%r  at  ooi8<Í3  d«  mine'i*.  dos  de  loa  ma«  di8< 
,ids:qí tofl  da f at'a aloi  «Til  iP*aiio  da  KlkajTAr  diraolar  da aiinarím  7  don 
Lodréf  dal  ttio  omolr&lfood^  m^aarAlogia,  qva  ha  aparto  hioa  dosafkM 

OISSI^XOIOIIMA.— TOtf  o  III*  --<a 


-242  — 
ñola  habiera  venido  á  ser  muy  semejante  4  la  iglesia  é^ 
piacopal  de  lag  la  térra,  ó  &  la  griega  de  Bofiia,  al  mismo 
tiem|io  qae  todos  los  fondos  que  antes  sallan  para  Boma^ 
se  encaminaban  al  fiseo  con  los  nombres  de  espolieSi  va  i 
cantes,  medias  anatas,  snbsidlo ,  escnsado  y  otros  que 
cada  ministro  imaginaba,  como  veremos  todavía  más  en 
el  sigaienttt  reinado. 

hoé  eaentures  qae  ilustraron  el  de  Garlos  III  con  sag 
obras  en  prosa  j  verao^  f  aeron  en  gran  ndmero.  Hiato* 
ria,  mdkterias  políticas  y  económicas ,  viajes :  todo  faé 
oaiúpo  abierto  á  loa  lagaaios  eipafloles ,  y  la  lengaa  cas^ 
toitana  se  presentó  en  toda  BU  pnreza  yhermosara,  en 
la  plnma  de  los  baenos  escritores  de  eáte  período.  Lm 
limitckciontts  qae  se  pnaieron  á  la  facaltad  de  prolübir  li- 
bros por  ia  iaqQÍ!ilcion,  oontribn^eron  sin  dnda  mncbo  á 
e:)cama1tlplicididdépíOda(9ciones  literarias:  el  carácter 
de  lo^  procddLinieatos  de  aqael  tribanal  varió  tambiea, 
y  la  dlújia  ptarsüna  coudeaada  al  fuego ,  f¿é  17811  ^  nna 
bcatt*  qae  en  devi  la  pasaba  por  milagrosa 

La  prosperiidd  qne  en  lo  general  gosaba  el  reino  y 
loa  ttdtíiautoa  que  eu  él  babiaa  tenilo  las  bellas  artes, 
hicieron  que  fa^^e  ma/  solemne  la  proclamación  del  nae- 
VüTéy  OaKO;)  IV,  E^ce  entraoaá  guberiiar  en  biendiíl* 
citeácit carilucias :  los  combastlbies  qae  se  hablan  aca^ 
matado  eu  Fraacia  por  la  eticaadalosa  corrapcion  de  eos* 
tamOftíd  áói  re^euto  y  de  Luis  X7  ;  el  desciédito  en  qoe 
por  esta  ca lisa  hübia  caldo  el  sistema  mouárqnleo;  las 
ideas  deaiucrátiic¿is  qne  hablan  llevado  de  los  Jüetadoa- 
U  nidos  el  marqués  de  Lafayette  y  otros  jóvenes  que  ha- 
bí ^n  estado  a  hacer  ha  gnerra  como  auxiliares  en  aquel 
país;  ladifosion  de  les  opiniones  fllosóticasy  el  &vor 
que  ellas  hablan  eagoutrado  en  la  nobleza ;  ia  relaja*- 
<3ion  ó  falta  completa  de  los  principios  y  moral  religiosa: 
todos  Cistos  elemeatüs  de  revolncion  tomaron  fuego  á  na 
tiempo,  con  motivo  del  desorden  de  la  hacienda  que  oblí* 
gó  »1  gobieruo  á  ocarrir  á  medidas  extraordinarina 

Lo¿i  e^stados  generales  convocados  por  el  üesgra'^ 
ciado  L\iu  KVI,  p^r«i  to moc  en  consideración  ei  tM** 
t«ido  del  reino  y  cubrir  el  dedciente  que  en  las  rentas 
h(*Dla.  vari<>adode  caiácter  por  la  reuuion  en  aa  solo 
cuerpo  de  ios  tres  bracos  qae  Mi^parados  foimiil  an  aqae-* 
liosy  tomaron  el  nombre  de  a    mblea  naoioBal,  6  hi;ie- 


—  243  — 
ron  una  canstitaoion  qneha  sido  el  modelo  de  todas  las 
que  le  haa  segaido  en  diversas  naciones,  destruyendo  en 
ella  enteramente  el  prinéipio  monárquico,  ó  hacienden  im^ 
posible  el  ejerdoio  de  la  aaooridad  real.  SigaiéroQse  de 
aqaí  rápidamente  nao  tras  otro,  los  snoeson  qae  forman 
la  tiistorla  de  aquella  revolución,  que ey tendiéadose  des- 
pués en  casi  todos  ios  paises  de  Buropa  y  a  oiérica,  como 
ua  torréate  desbordado,  ha  arrastrado  consigo  todas  las 
inatitaciones  políticas' y  lejos  de  detenerse  en  en  cnrpo, 
amenaza  ahora  conmover  la  sociedad  civil  en  sos  mietmos  ^ 
faudttmentos,  atacando  el  dettcho  üe  propiedad  que  se 
presenta  á  la  mucbedumbre^  cuyas  pasiones  y   ambición    ^ 
se  iiifldman  por  todos'loa  medios  imagmables  ,  como  nn 
abubO  que  es  menester  remediar,  estttDiecieudo  \»  igual- 
dad de  las  fortunas,  con  lo  que  envueltos  todos  en  igual 
ruina,  y  miseria,  las  naciones  volverán  al  estado  saLvi^ie, 
desapareciendo  todos  los  adelantos,  que  h»n  sido  el  fruto 
de  tautos  aflos  de  cultivo  y  civilización. 

Eu  los  priucipios  de  esta  terrible  borrasca ,  no  Gono>^ 
ciendo  bien  la  índole  de  ia  revolución  que  amenazaba,  ni 
menos  el  remedio  que  podía  apticiirse  si  alguno  habia, 
la  política  de  todos  los  gobiernos  fué  vacilante  ó  ÍDcier.- 
ta,  y  lo  mismo  fué  la  del  gabinete  español,  üontiuuaba 
dirigido   éste  por  el  conae  üe  Florida  Blanca,  quieA  en^ 
tte  otras  provideucias  qae  crejfó  ueceetirias  para  iiupe-, 
dlr  se  comunicasen  &  fiepafLi»  las  ideas  que  ibun  ^it;udo 
domiuantes  en  FiUuoia,  publicó' una  real  orden  estable- 
cirudo  las  reglas  bajo  las  cuales  habían  de  residir  en 
España  los  extranjeros  establecidos  en  ella,  y  las  que  ha 
biau  de  observarse  respecto  a  los  transeúntes.  Bate  fué  mo 
tivo  de  muchas  reclamaciones>con  lo  que  tomaron  mayor 
áuimo  loo  enemigos  del  c^nde,  que  habían  tratado  de 
desacreditarlo  aun  en  el  anterior  reinado,  en  el  que  tam- 
bién hubo  un  intento  de  asesinato  contra  el  mismo,  frus*' 
trado  por  casualidadí  pero  lo  que  acabó  de  decidir  la  cai< 
da  de  este  miaisterio  fué*,  la  oposición  que  hizoalen*« 
graudecimiento  üel  joven  don  Manuel  GK>doy,  que  comenn 
zó  lesde  entonces  a  dí^frntar  del  ma<»  señaiatlo  fi^vor. 
^c^éete  natural  de  Bi»Clajoz«  de  una  familia  de  mediana 
>  fo  *  uua,  aunque  de  noble  origen,  y  había  entado  á  ser^ 
Ti<.*  e^  el  cuerpo  de  guardias  üe  corps,  lo  que  por  bu  fre** 
fa^n^e  asistencia  al  interior  del  palacio  ^  le  proporcionó 


—  244  — 
atraer  por  los  atractivos  de  su  figura  la  ateaoion  de  la 
reinal  y  obtener  la  confianza  ilimitada  del  rey.— Florida 
Blanca  fa6  destitaldo  del  ministerio  el  28  de  febrero  de 
17t2,  y  se  le  continuó  al  castillo  de  Pamplona,  permitién- 
dole después  residir  en  Murcia  en  cayo  reino  habia  naci- 
do, diftfratando  de  todos  bus  honores  y  condeooraciones. 
JÜli  permaneció  retirado,  hasta  que  los  acontecimientos 
posterioses  le  hicieion  volver  &  representar,  aunque  con 
poca  fortuna,  un  papel  prinoipsd  en  la  escena  pública. 
Sucedióle  en  el  ministerio  el  conde  de  Aranda ,  más  fué 
por  pocos  meses,  habiendo  sido  nombrado  para  desempea 
fiarle  el  mismo  Godoy,  en  15  de  noviembre  de  1792.  To-i 
das  las  gracias,  todos íos  favores  cayeron  á  poifia  sobre 
éste,  que  en  poco  espacio  de  tiempo  faé  nombrado  duque 
de  la  Alcudia,  señor  del  Soto  de  Boma ,  capitán  general 
del  ejército,  inspector  y  sargento  mayor  de  guardias  de 
oarps,  grado  antes  desusado  inmediato  al  üel  monarca 
que  tieue  el  título  de  coronel  de  aquel  cuerpo ,  grande  de 
España,  caballero  del^Toison  de  oto,  do  la  gian  cruz  de 
Carlos  III,  y  comendador  déla  orden  de  Santiago,  con- 
.  sejero  de  esuado,  secretario  de  la  rein»,  y  por  último  pri* 
mer  secretario  de  estado  La  nación,  aunque  no  fuesen 
en  ella  nuevos  los  ejemplos  de  repentino  engrandeci-* 
miento,  nunca  habia  visto  esta  multitud  de  gracias  pro« 
digadas  á  un  joven  favorito,  que  hasta  ttitonces  nada  han 
bia  hecho  para  merecerlas,  [1]  y  que  habia  saltado  co> 
mo  poi  encanto,  de  un  pabellón  del  cuartel  de  guardias  á 
la  fiecretaiía  de  estado. 

bin  embargo  ,  el  sisiema  que  siguió  en  esta  primera 
época  de  su  piivanza,  puede  decirse  que  fué  obra  de  las 
circaustauciue.  £1  prooeso  de  Luis  XYI  ezigia  pomo  de 


(1]  Godoy  en  Isa  ipemoiias  quo  ha  pnblios'o  •&  'PMñ  en  }9^'6,  |»»et0Bd9 
tieiB'iadir  que  e?ta  uTecida  de  favo/ es  y  ia  cocfiADBadaCiirlca  IV  ie  dUptntó 
faé  efacto  doi  oesto  que  nqn»!  monhroa  tüYO'dA  hecsrie  de  un  eerricio  qna 
dependieoe  solo  de  sq  («rs'  ra  y  que  eoIo  ••  lo  dabieat,  pam  confiar'e  al  ti- 
moa  del  estado  ou  las  ciroin  uiaDciAS  difí  iles  en  <)uelo  hacta.  Aon  eoando  la 
credaliiad  boa  del  que  pn^^da  dar  a«n^D89  á  esta  eiu||^lar  efpeeie,  fieirpre  M 
deberá  tener  por  f  I  m^^yor  sberrdo  de  parte  del  nooareat  poner  el  g'  biento 
entaiea  circnn£t;¡nc<y'i  üi»  irancs  de  an  joven  inexperto,  evandi  no  Altaban 
eittcno«4  en  Ks^-hila  liombrfB  fs paces  de  tomarlo  en  1»  suya.  Diobaa  meoM- 
riaa  abuodan  eD  eapeciea  de  eatamitma  olaf  e.  pero  icn  t:n  tmba^go  ctrioaaa 
por  laa  macháis  cotioiae  que  contienen  f obro  loa  anercoe  de  aqcel  uf  mpo. 


—  24ÍÍ  — 
eediidad,  la  ia  terreoeloii  en  íh  favor  de  loi  piíneipefl 
a.tta  fdfniliai  y  Oárlos  IT  íHterpaBO  ai  ttediation  para 
»lvar  la  rida  á  aquí  disgraoiado  monarca :  el  conde  de 
Lraadaí  qae  ana  fue  no  faese  faTorftblé  á  la  rerolnoion 
dnÍDSdld  ha  atribuida,  eoneeía  bien  toda  la  trasoen* 
eaoia dd  ella, manifestó  á  Qodof  las  eensecaeñoiae á  ^'ne 
h  £3spaa«  se  ex  peala  bí  la  ueiiaoien  no  era  admitida, 
»ada  la  gaerra  seria  eotonoes  ioevitalile.  Afti  ee  Teriloé: 
tft  oabezA  del  jefe  de  la  oasa  de  Borboa  cayé  en  él  eadal- 
0,  y  la  Biipaüa  no  hablera  podido  eonservav  la  pae^  vine 
on  eoaáiciones  kanUllantes.  La  guerra  sd  deelaró  an  2S 
le  marso  de  1793 ,  y  la  primera  oampatta  faé  favorable  y 
loarosa  á  las  tropas  espafiolas ,  habiéadose  apoderado 
le  algana  parte  da  las  provinoias  fronterizas^  éti  las  qae 
(B  forüftcaron  para  proseoaelon  de  la  gaerra^  faeron  iian 
ntkdos  ú  filadrid  los  ^gefierates  que  mandaban  los  cnerpos 
iel  ejército  sitaados  en  la  frontera^  y  se  trató  en  el  con- 
cejo de  estado,  s^bre  los  planes  que  debian  adoptarse  pa- 
ra la  eampaflla  sigaiente.  Mi  oond«  de  Aranda  opinó  qne 
as  tropas  francesas,  animadas  por  el  entusiasmo  de  qae 
Id  hallaban  poseídos,  eran  irresistibles ,  y  creyendo  por 
>tra  paite  que  los  verdaderos  intereses  de  Isi  Bapafia  exi'* 
il^ian  qae  se  mantnviese  en  buena  inteligencia  con  la 
@*raaoia,  caalqaiera  qae  faese  el  gobierno  de  ésta,  pro « 
)a90  qae  se  tratase  de  hacer  la  paz;  pero  habiéndoBe  €X^ 
jlioadó  en  la  dispata  á  qae  sa  parecer  dio  lagar  con  Oo< 
ioy,  en  términos  mas  faértes  qae  lo  qae  permitía  la  pre«i 
lencia  del  rey  qae  presidia  el  consejo,  éste  levantó  la  sd* 
lion,  y  al  retirarse  manifestó  sn  desagrado  al  conde,  qae 
'aé  enviado  &  Jaén  y  paspnes  á  la  alhambra  de  Grana 
la.  De  [allí  se  le  permitíó  pasar  á  sus  estados  de  Aiagon, 
)a  donde  vivió  retirado^  habiendo  maertoen  físpaftá  el 
)  de  enero  de  1793^  á  los  senenta  y  ocho  a&os  de  edad  [1] 
¡}a  nombre  era  don  Pedro  Fab!o  Abarca  deíBolda,  y  pro- 
media de  ana  de  las  iamilias  mas  disMogaida  de  Aragón, 
lae  tenia^sa  origen  de  los  fandadores  C9  aquellsi  monar- 


[I]  Bl  prínoipd  de  la  Pal»  «egaa  «ai  ihi«iaMUi,  no  coló  ao  OAEtrlbujd  4  U 
lo9gracl4  d9-  «Jbda  da  Aran4«,  úao  qaa  hiso  quo  no  o^ntánaMO  el  pro««io 
ia»  contra  éi  0)  cemenzó  y  quono  lo  pttMigfÚBMli  lAq«i«  olon  que  litiHUba 
a  «txio. 

NiVRTÁOIO]rSi.~7OWDI-^03 


-^24.6  — 
quía.  Había  muerto  el  miniatre  Boda,  habiendo  eido  pie 
zniadoB  sur  seryioioa  coa  el  título,  de  marqués  de  Boda 
qae  se  dio  6  uno  de  eoa  sobrinos  i  nxagistrado  en  el  con  • 
sejo  de  Oastiila. 

lia  oampafia  de  1794  no  f  aé  f  aliz »  pues  no  solo  no  pn « 
dieron  los  espa&oles  sostenenie  en  el  territorio  f ranees. 
Bino  qne  faó  iavadido  el  espafioU  ;  aunque  en  la  tempav 
fia  Bígalente  habia  tomado  la  ofensiva  de  nna  manera 
venttijosa,  la  pas  de  Baailea  ,  Armada  éi  22  de  Jalio  de 
1795  terminó  aquella  guerra ,  mny  honrosa  para  las  ar;« 
mas  españolas  y  conoluida  con  una  pas  en  qne  las  Espa^ 
fia  no  hlso  otro  saori&cio  qué  la  sesión  de  la  parte  qne 
posáia  en  la  iala  de  Santo  Doming:o  ,  que  no  aelo  le  era 
inútil,  sino  gravosa.  Por  haber  üirido  Godoy  esta  nego« 
oiacloa^  se  la  dio  .el  título  d»  priaeipa  de  la  Paz. 

La  po:jlsion  de  la  Espafia  era,  no  obstante,  mny  oriti^ 
oa,  pues  en  la  guerra  que  se  hacían  la  iFraneia  y  la  Inn 
glacerra,  le  era  imposible  permanecer  neutral  y  tenia 
que  decidirse  por  una  ú  otra  de  las  goteneias  contendien- 
tes. Por  una  parte ,  declf^rándoee  contra  la  Fcaaeia,  era 
inmediato  el  peligro  de  uua  iuvaoiou  .qu^  habría  cansa** 
dO;  como  mas  tarde  suosdió,  la  pérdida  de  Bus  posesiones 
americ^naa;  y  por  el  otro  uua  guerra  marítima  ,  ponía  á 
est^  mismas  en  riesgo  y  arrunaba  su  comerció»  «No  solo 
la  política,  Bino  la  fuerza  de  la  uecesidaci,  obligaban  á 
seguir  el  úLtiqío  de  estos  partidos,  y  en  ooaaeonencía  Be 
celebró  un  tcatado  da  aliaaaa  con  la  república  francesa^ 
en  San  Ildefonso  el  18  de  agosto  de  1796 ,  y  ladeolara- 
clon  de  guerra  contra  la  lugiaterra  se  publicó  el  6  de  oc:» 
tubra  del  mismo  ano.  Los  suceeos  de  esta  guerra  fueron 
varíalos  y  ninguno  de  grande  importancta  r  loe  ingleses 
atacaron  en  Sspafia  al  Ferrol  é  intentarcm  bombardear  á 
Cádiz :  hicierou  nn  desembarco  en  Tenerife  en  las  Oana^ 
riasy  en  el  que  el  célebre  almisante  Kelsongperdió  un  fora-' 
zo,  y  ea  América  atacaron  á  Puerto  Bico  y  algunos  otro8 
puatosi  habiendo  sido  ea  todas  partes  rechazados  t  sin 
htiber  logrado  hacerse  dueños,  mas  que  de  la  ida  de  la 
Trinidad  en  ia  costa  de  Veaezuela ,  qne  fué  entregada 
por  los  colonos  extri»jeros  establecidos  en  ella.  Bn  el  ca« 
bo  de  San  Vicente,  cerca  de  Oádíz,  hubo  nn  combate  en 
que  el  almirante  inglés  Jerwis  derrotó  la  OBCuadra  espa» 
fióla,  mas  fuerte  que  la  suya,  mandada  por  don  José  de 


—  247  -. 
Oóidova^  qae  faé  juzgado  y  sentenciada  á  la  pérdida  de 
SQ  empleo. 

Bl  príQolpe  de  la  Faz  solioitó  oon  empa&o  sn  retiro  del 
ministerio  de  estado,  que  el  rey  no  solo  no  consintió,  sino 
que  le  colmó  de  nuevos  fáTores ,  casándolo  con  la  hija 
mayor  del  infante  don  Lnis,  y  con  este  motivo  concedió 
1^  todoi  los  hijos  de  éste  el  oso  y  apeUido  y  armas  de  su 
)adre.  Algún  tiempo  después  fué  admitida  su  dimisión  en 
!8  de  marjso  de  1708^  más  no  por  eso  dejó  de  di&frutar  el 
favor  de  los  reyes,  consult^aole  Garlos  lY  en  todas  las 
loaalones  de  mayor  importancia.  Sucedióle  don  Francisco 
le  Saavedra,  que  quedó  después  encargado  del  ministe»* 
io  de  hacienda,  y  don  Gaspar  Melchor  de  Jovellanon,  que  . 
permaneció  pocos  meses,  y  le  siguió  don  Mariano  Luis  de 
7r quijo.  El  ministerio  de  gracia  y  justicia  estaba  desem'* 
>efiado  por  el  marqués  Oaballero^  que  aunque  enemigo 
le  Godoy,  tuvo  mucha  influencia  en  este  reinado. 

La  muerte  de  Fio  VI,  en  las  oiromnstancias  críticas  en 
]ue  la  Buropa  se  hallaba,  despertó  las  esperanzas  de  los 
lansenistas  de  Bspafia.  Cfreyendo  que  en  mucho  tiempo 
lo  podría  hacerse  elección  del  nuevo  pontíhce,  ó  que  a- 
(880  reunidos  los  cardenales  en  diversos  puntos,  se  for<< 
uaría  un  cisma;  pensaron  que  era  llegado  el  mo  mentó 
Le  que  el  episcopado  recobrase  sus  derechos,  y  con  este 
objeto,  eu  5  de  setiebre  de  1799 ,  se  publicó  un  decreto 
*eal.  mandando :  *<que  hasta  la  elección  canónica  de  nue% 
ro  Fapa^  legalmente  púbUcada  por  el  gobierno,  los  obis- 
IOS,  conforme  &  la  antigua  disciplina,  ejerciesen  sus  f un-- 
uones  en  soda  su  plenitud^  en  materias  de  gracias  cañó" 
licas  é  idultOB  apostólicos,"  reservándose  el  rey  la  fa« 
mitad  de  resolver  sobre  los  puntos  importantes  que  pu- 
lieran pcurrir.  Al  mismo  tiempo  se  hizo  circular  secreta- 
nente  el  concilio  de  Pistola  y  varias  obras  en  apoyo  de 
istos  princlpiosi  que  dieron  ocasión  á  graves  disputas  y 
i  la  resistencia  del  l^uncio,  el  cued  recibió  orden  de  salir 
leí  reino.  Bata,  sin  embargo,  fué  revocada,  y  la  elección 
?io  VII  puso  fin  4  este  eetMo  violento  de  cosas ,  siendo  . 
ecibida  en  BspaSa  la  bula  que  condenó  el  concilio  de 
^istoyai  oon  cierta  reserva  en  favor  de  la  autoridad  real. 
7f quijo,  autor  de  la  orden  causa  dé  tantas  ^cuestiones, 
sayo  en  desgracia  y  en  su  lugai  entró  q1  ministerio  don 
Pedro  Oebailos* 


.f 


•   —  248  — 

Én  Fraaneia  entre  tanto  Qtmadvo  trastorno  echó  per 
tlerr.^  la  constitaüioa  qae  regía, y  eütableoió  la  couBular, 
{iendo  Bonaparte  primer  cónanl.  Sste  rePoWió  obligará 
PortngaL  á  separarse  de  la  alianza  con  loglaterra^  pi- 
diendo á  )a  España  pa80  para  nn  ejército  francés  qae  de 
bia  ocupar  aquel  reino,  anido  á  otro  español.  Para  evitar 
}oB  graves  iuconveuipntf  8  á  qne  podía  dar  lagar  la  en-* 
trada  denn  ejército  frsncéa  en  Ei^pafia ,  CárloelT  letol-. 
vio  que  esta  eola  se  encargase  de  veíifloar  la  üiTa6ioii  y 
con  tal  objeto  ee  organizó  nn  tférclto  cuya  mando  se  dio 
Hl  principe  de  la  Paz ,  pioveytndo  de  loa  fondos  nccece- 
)ios  ei  clero,  en  cuenta  de  otro  noveno  del  diezmo  qae 
]habia  cedido  Pió  TU.  La  ihvaaion  se  hizo  cafli  6in  iefti8« 
'¿encía,  y  sin  llevar  después  de  la  toma  de  Yelves  y  da 
Oüvenzf^  mas  adelante  Ja  guerra,  como  Bonaparte  qaena. 
Be  celfebró  la  paz  en  Badajoz,  lográndose  el  intento  esen- 
cia y  quedando  cdida  á  la  E&pafia  )a  cíodad  de  01i« 
Tenza  y  eu  territorio.   Godoy  recibió  la  comisión  de 
organizar  el  ejército  y  se  le  dio  el  lítalo  de  generalí&imOi 
y  aespues  pe  lii¿o  rc^vivir  en  su  favor  el  empleo  de  almi- 
Tante,  dándole  H  tratamionto  de  altera  (I)  JSó  erdn  posi* 
Ible  mv^yor^s  distinciones  sin  sabir  al  trouo^  de  lo  qae  se 
inspiraron  temores  al  príncipe  heredero  por  los  tuemi^ 
tros  áh  Godoy,  los  cuales  formaron  nn  partido  podeioao 
^ne  teuia  al  mismo  principe  á  sa  cabszai 

Desde  la  eei^ion  de  la  Luisiana,  la  Francia  habla  ma* 
Siiftstado  el  deeeo  de  recobrar  aquella  colonia ,  y  Bona- 
parte lo  veriücó,  haciendo  que  se  le  cediese  en  eambio 
íie  la  ^roBcana,  que  debía  erigirse  en  reino  con  el  nombre 
de  "reino  de  Etruriá/^  ea  favor  de  don  Luis,  hijo  del  ÚU 
timo  duiíud  Pann^,  ca^^do  eon  la  infaota  doña  María 
Luisa,  ü  ja,  dti  ÜÁrioa  I V ,  y  así  quedó  convenido  por  el 
tratado  dd  Aranjaez  de  1?  de  ootebte  de  1800.  El  aaevo 
rey  y  sn  es;)o:4a  a^  dirigieron  á  Parí*  c  ju  el  lítalo  da  con- 
des da  Uiorn:),  y  Bjaapirte  hizo  oátentacion  de  sa  podar 
ealaa  fiestas  bnlianto^  que  las  dio  ,  eomplaciéadose  ea 
hacer  ver  que  no  temía  presentir  á  aa  rey,  y  á  aa  Bor- 


—  249  — 
on,  ea  la  capital  de  la  repúblioA  francesa:  de  allífae* 
m  á  tomaír  p^^seeioii  de  ans  estados,  que  estaban  en  po^ 
er  de  la  Francia.  Gravoso  habia  &ido  siempre  par^  Es- 
afia  el  establecimiento  de  ans  infantes  ea  las  efímeras  '6 
isignificantes  soberanías  de  los  estados  de  Italia ;  pero 
US  consecnencias  que  trajo  la  erección  del  reino  de,£trp- 
ia,  han  sido  de  duradera  y  fanesta  trascendencia  para  la 
lisma  Espafia,  y  todavía  más  para  la  república  mejioa- 
a.  Aquel  reino,  dependiente  del  capricho  dé  Bonaparte. 
eso  de  existir  seis  años  después ,  incorporándole  en  el 
mpeiio  francés,  á  pesar  de  la  oposicTon  del  gabinete  es* 
lalloii  por  un  decreto  imperial  y  y  no  creyendo  el  miemo 
(onapaite  poder  conservar  la  Luiaiana ,  ansioso  de  feojer 
iinero  para  las  guerras  continuas  en  que  andaba  empe- 
lado en  Europa,  vendió  acuella  importantísima  provluv 
ia  á  las  £stadoB-Unidos  por  diez  y  seis  millones  de  pe- 
üSy  de  los  cuales  cuatro  quedaron  en  poder  de  aquellos 
^or  indemnizaciones  que  reciamabaui  ocultando  la  venta 
b  la  Bspafia  para  hacer  ilnaorio  el  artículo  de  1  tratado  de 
)e6Íon,  por  el  que  ae  establecía  que  no  podría  la  Francia 
sedería  ni  enajenarla,  pues  en  este  caso  debería  volver  al 
lominio  de  la  Eapafia.  Por  esta  vergonzoaa  operación, 
oa  habitantes  de  la  Luisiana  fueron  vendidos  como  un 
'ebaño  de  ovejas,  en  los  tiempos  en  que  más  ae  procla-* 
naba  la  libertad  y  los  derecho^  del  hombre,  y  á  las  pose. 
dones  españolas  seles  dio  un  pe1igroao]vecino,  que  pocos 
iflos  después  se  apoderó  de  las  Floridas,  haciéndose  due* 
lo  de  la  navegación  del  golfo  de  Méjico>  y  fundándoae  en 
a  incerúdumbra  de  loa  limites  de  la  Luiaiana,  eztendió 
nmediatamente  sus  pretenaiones,  invadió  á  viva  fuerza 
as  provincias  colindantes  de  la  república  mejicana,  é 
lizo  caer  sobre  éata  el  raudal  de  males  que  le  sobrevi* 
lieron  eu  18á6  y  47,  acabando  por  privarla  de  la  tercera 
>arte  de  su  territorio  y  quedando  á  su  arbitrio  el  que  aun 
cK)aee« 

La  paz  de  Amiens,  concluida  el  27  de  marzo  de  1802, 
puso  momentáneamente  término  á  la  guerra  de  la  revo- 
lución do  Francia.  Bspafia,  en  posesión  &e  perder  algo 
dn  cada  tratado  con  Inglatera,  excepto  en  el  de  Paría  de 
L783,  tuvo  que  ceder  la  iala  de  la  Trinidad,  que  iQtereaa'- 
ba  á  los  ingleses  conservar  para  hacer  el  depósito  del 
contrabando  para  toda  la  Costa  Firme.  La  ceaiondela 

DIBVBTAOIOVB0.— ZOJÍCUX--  61 


-  250  — 
Laísiana  aunque  ya  estaba  hecha,  se  mantuYO  oculta  para 
que  no  sirviese  de  obstáculo  á  la  celebración  del  tratado, 
más  no  parece  que  fuese  nunca  la  intención  de  Napoleón 
conservar  aquella  colonia,  que  no  se  apresuró  á  recibir 
de  los  agtintes  de  Bspafia,  ni  á  peñeren  estado  de  defen- 
sa, ni  aun  cuando  mandó  una  formidable  expedición  pa*^ 
ra  someter  á  los  negros  de  Sanco  Domingo,  la  queencon*' 
tro  su  sepulcro  en  aquel  mortífero  clima 

De  muy  corta  duración  fué  el  intervalo  de  paz  que  re- 
sultó del  tratado  de  A^iens.  La  Inglaterra  rehusó  devoU 
vej  á  la  orden  de  Malta  la  isla  de  este  nombrCí  mientras 
las  tropas  francesas  no  saliesen  de  Holanda  y  Suiza,  y 
la  guerra  volvió  á  encenderse  á  oonsecuenda  de  las  cues- 
tiones que  sobre  estos  y  otros  puntos  se  suscitaron  entre 
ambas  potencias,  guerra  que  nphabia  de  tener  otra  termi- 
nación que  la  ruina  absoluta  de  una  de  las  dos  partes  con- 
tendientes Bspafia  quiso  permanecer  neutral,  dando  á  la 
Francia  en  vez  de  ios  auxilios  de  hombres  á  que  -  estaba 
obligada  por  el  tratado  de  alianza,  un  subsidio  en  dinero 
que  se  fijó  en  diez  y  ocho  millones  de  francos  anuales, 
(tres  millones  y  seiscientos  mil  pesos)  pagados  en  exhii 
biciones  mensuales :  el  gobierno  inglés  reclamó  nn  equi- 
valcüte  á  las  concesiones  hechas  á  la  Francia,  para  qae 
la  neutralidad  pudiese  considerarse  perfecta ,  pidiendo 
ventajas  en  favor  de  su  comercio,  quejándose  además  de 
que  los  subsidios  ya  dados  eran  ilimitados  y  de  que  se 
hadan  armamentos  marítimos  en  apoyo  de  los  intentos 
de  la  Francia  sobre  la  Irlanda.  Aunque  se  dio  satisfacción 
sobre  todos  estos  puntos ,  el  gobierno  inglés  expidió  or- 
den para  apresar  los  buques  eupafioles,  y  ^n  cumplimien- 
to de  ella,  cuatro  fragatas  de  guerra  que  conducían  can^ 
dales  de  Buenos  Airea  y  que  navegaban  descuidadas  ba- 
jo el  seguro  de  la  paz,,  fueron  ataeódas  al  recalar  á  Oá** 
diz  en  el  cabo  de  Santa  María ,  [1^  de  octubre  de  1804:] 
defendiéronse ,  no  obstante  no  venir  preparadas  para 
combatir^  y  una  de  ellas  i  ^^la  Mercedes,"  se  voló  oon  su 
cargamento,  tripulación  jr  muchos  pasajeros  diatignidos 
que  estaban  á  su  bordo ;  las  otras  tres  se  vieron  oDüga- 
das  á  readirse,  y  fueron  llevadas  á  Inglaterra »  no  como 
presas  sino  en  calidad  de  depósito,  mientras  el  gobierno 
español  satisfacía  sobre  las .  explicaciones  que  se  le  ha** 
bian  pedldOt  Sal  insulto  hacia  inevitable  U»  guerra  y  esta 


—  251  — 
se  declaró  el  12  de  diciembre  de  1804/ £a  el  curso  de 
ella,  la  marina  espafiola  acabó  ^  aoxLQtie  may  gloriosa- 
mente, en  el  combate  de  Trafalgar ,  (21  de  octubre  de 
1305)  en  el  que  fueron  destruidas  casi  del  todo  la  escua^ 
drift  de  aquella  nación  mandada  por  D  Federico  Gravina, 
que  murió  de  las  heridas  que  recibió ,  la  francsa  combi'^ 
nada  con  ella,  cuyo  almirante  Yilleneuve  se  snicidó  pa» 
ra  evitar  el  ser  condenado  á  murte  por  Napoleón  y  aun- 
que también  sufrió  gran  descalabro  la  escuadra  inglega  y 
fué  muerto  en  la  acción  el  almirante  Lord  Nelson,  la  lu*' 
glaterra  se  repuso  pronto  de  estas  pérdidas ,  mientiaa 
que  para  Espafia  fueron  irreparables  ,  habiendo  pereci-^ 
do  además  sus  mas  acreditados  jefes  y  oficiales.  Los  íun 
gleses  atacaron  por  dos  veces  a  Buenos  Aires  en  la  Amé< 
rica  del  8ur,y  fueron  obligados  á  capitular,  por  la  htsróii. 
ca  resistencia  que  opusieron  las  milicias  del  paíii'^  ios 
vecinos,  dirigidos  por  el  capitán  de  navio  don  Sdutidgo 
Liníers,  que  fué  nombrado  vlrey.  fl] 

La  Inglaterra  habla  logrado  formar  coaliaciones  de 
las  potencias  del  Iforte  contra  Francia,  y  el  triunfo  com« 
pleto  que  Napoleón  obtuvo  sobre  ellas  aumentó  el  poder 
y  orgullo  de  éste,  fbment^S  su  ambición  insaciable  y  vino 
á  hacerse  tan  exigente  é  imperioso  para  con  sus  aliados, 
como  para  con  isus  enemigo».  La  Bspafia  tuvo  que  man- 
dar un  cuerpo  de  diez  y  seis  mil  hombres  de  sus  mtjures 
tropas  á  Toscana,  de  donde  Napaieon  las  hizo  pae»ar  á 
Sueoia:  aunque  con  el  hecho^de  la  declaración  de  la  guer- 
«ra,  los  subsidios  e^  dinero  debian  cesar,  fué  obligada  á 
exhibir  una  suma  de  veinte  y  cuatro  millones  de  francos, 
y  agotados  los  recursos  con  los  gastos  de  la  guerra ,  fué 
menester  ocurrir  entonces  al  arbitrio  de  echarse  sobre  los 
bienes  edesiásticofl  en  la  Península  y  en  América  para 
formar  un  fondo  de  oonsolldaeion  que  restableciese  el  as 
batido  crédito  de  los  vales  reales ,  medida  que  hubiera 
producido  la  ruina  de  la  Nueva  Espafia,  y  que  tanto  con- 
tribuyó á  hacer  nacer  el  descontento  que  acabo  por  cauc 
sar  la  independencia  de  estos  paiaes.  Godoy  consiguió 


iaOm  por  loi  frABsMMB,  mé  /otilado. 


-  252  — 
por  eetoa' medios  conservar  la  España  bajo  el  dominio  de 
bos  ray^s  y  la  paz  interior^  sosegando  con  moderación  las 
inqoietudes  qne  asomaron  en  Talencia  y  en  Vizcaya ,  y 
fomentándose  todos  los  ramos  de  progreso  é  ilnstracion, 
á  que  concedió  liberaimente  su  protección.  La  nación,  sin 
i^mbargo,  no  confiiderando  la  diílcil  posesión  del  gobieri 
UO)  jobiigado  á  cedej?  en  todo  lo  qoe  era  impesible  resis. 
tir,  bbjo  el  enorme  peso  de  nn  poder  que  habia  sometido 
ó  toda  la  Enrcpa»  veía  en  Godoy  el  autor  de  todos  Iw 
males  qne  no  pedia  evitar,  y  uniendo  á  esto  la  odiosidad 
con  que  se  miraba  por  el  origen  á  que*por  voz  general 
r^e  ulribuia  su  engrandecimiento  y  por  la  rapidez  y  €x<« 
horbitancia  de  éste,  créia  que  todo  cuanto  pasaba  preces 
día  de  miras  siniestras  del  valido ,  y  concentraba  en  el 
jpiíticipe  herbdero,  que  era  tenido  como  víctima  inocen* 
\jQ  de  la  ambición  del  favorito,  un  interés  correspondien> 
te  á  la  auimofiidaid  general  declarada  contra  éste  Bl  par^ 
tido  formado  en  f^ivor  del  príncipe  de  Asturias,  Fernan- 
do', ;tomdba  nuevo  aliento  en  esta  disposición  de  los  ea« 
])írituS)  y  ^fapolean  vino  á  encoatrar  ea  la  división  que 
He  introduju  entre  la  f'imilia  real,  el  camino  que  le  gou% 
dajo  á  sus  miras,  que  erau  la  destitución  de  todos  los  so» 
beranos  de  la  familia  de  Borbon,  ocupando  por  indivi- 
iluos  de  la  suya,  los  tronos  que  conssrvaban  aquellos.  Có- 
mo se  realizaron  estas  miras  por  medio  del  engaño,  de  la 
traición  y  de  la  perñdia  del  emperador  francés,  auziliav 
(lo  por  la  ceguedad  de  lo:3  consejeros  de  Fernando  TU^ 
y  por  vergonzosa  cobardía  y  bajeza  de  éste  y  de  los  de« 
xnás  piíQcipes  de  su  familia,  es  ya  materia  de  la  historia 
de  Méj  ico  desde  el  año  de  1808 '  por  haber  sido  estos  su- 
cesos el  origen  de  la  revolución  de  este  reino,  que  termin 
nó  por  la  independencia ,  de  que  por  su  imporiaBcia  me 
he  ocupado  en  una  obra  ezpicesamente  deseada  á  aquel 
objeto,  de  la  cual  esta  puede  considerarse  oomo  nnaintro* 
duccion. 

Hemos  visto  en  la  idea  general  que  en  esta  diser taoion 
Re  ha  presentado  de  la  historia  de  E.^pa&a,  á  esta  naoioa 
formada  en  -su  principio,  como  lo  estuvieron  todas  las  de« 
más  de  Europa,  de  multitud  de  ciudades  y  pueblos  inda- 
)>endieutes,  ligados  entre  ibí'porla  alianzas  ó  confedera- 
cienes  para  su  defensa:  la  conqnista  romana  le  dio  uní** 
dad  nacional  y  la  religión,  idiomai  leyes  y  CQStumbrea  de 


—  265—      . 
los  oonqaifltadorefi :  0ejiiisg«dO8  édtoa  pov  las  tiibug  ití, 
ISTorte  qae  inyadlezoii  el  impehOi  Be  eatal^leoe  por  los.nne- 
V03  oonqaistedores  de^paae  áe  enoacnizadae  giierr«i9  entüe 
ellos  miamofi,  una  momirqnía  oleetiva,  sujeta  ó  todos  los 
ineonvenlentes  proploB  de  esta  forma  de  gobierne^  joiode- 
rada  por  loe  eonaUios  y  graadea  jaatas  naoíoiialea  ^  qae 
en  nuion  del  rey  ejeroiaii  el  poder  Bnpreíoo:  pacen  de  aqaí 
nnevaa  ley  en  9  imevoe  derechos^  diveieidad  de  eoétum*' 
brea:  loe  Árabes rieBeiit  ejeoataa  otra  ooaqaiata »  apmec. 
tiendo  casi  aín  reaíateneia  á  mu  pneblo  enervado  por  «na 
larga  paz :  á  diferaacia  de  loa  oonquiatadocca  preoeden- 
teS)  no  ae  mezclan  ooa  loa  pueblos  oonqúi  atados ;  la  reli- 
gión criatiaao;  establecida  ea  Bapaña  á  la  caída  del  im- 
perio romana,  mezclada,  con  el  ariianiamo  por  loa  godos, 
reatableoida  en  aa  eaplendor  por  nno  de  loa  príaoipea  de 
de  est^  nádon,  y  la  poBicion  de  naoa  y  ooatambres^  eon^- 
servan  aeparadoa  ó  loa  yenoidos  y  ó  los  rencedores:  la 
reacción  de  aqnellos  contra  éstos  da  origen  á  diversas  . 
monarqaíaai  y  ea  el  principio  de  nna  lacha  de  aiete  aitf 
gloa,  onyaa  largaa  y  variaa  viciaitndaa  prodacen  el  carao* 
tar  guerrero  y  oonatante  qae  viene  á  ser  el  diatintivo  de 
la  nadon:  en  eate  período  ae  ¿orma  la  lengua  que  auceai*.- 
vaméSate  perfeodonadat  ea  la  que  hoy  hablamoa,  y  nace 
nna  literatura,  que  árabe  en  aa  «rigen,  italiana  y  pro. 
venzal  en  ana  mudiflcacionea»  perfecoioaada  por  el  cnlti»* 
vo  áe  loa  cláaicoa  latinea,  ae  hyaoe  nacional.,  :oon  nn  tinte 
peculiar  debido  al  índole  del  idiosta:  laa  diveraas  monar- 
quíaa  ae  unen  en  nna  aola  y  8oa\  aometidoa  á  ella  los  rei- 
nos moros  que  aun  subaisten:  la  naeion  tantaa  vecea  coU" 
quistada  viene  entoncea  á  aer  oonqúiata^oia.:.  somete 
una  parte  de  la  Italia  á  que  pretende  tener  antiguoa  de^ 
racfao8|  y  el  deaonbrimiento  de  la  Amériea  abre  ancho 
campo  a  ana  empresas :  paaa  entoneea  la  corona  á  una 
familia  extranjera,  y  unióadose  en  el  miamo  soberano  la 
del  imperio ,  Eapafia  ae  halla  envuelta  en  guerraa  que 
BOU  enteramente  (ajenas  de  aus  intereaea :  divídese  la  £»*• 
milia  dominante  en  dea  ramas,  y  la  de  xBspafia  retiene  la 
sobaranía  de  los  Faises  Bajos,  fanesta  herencia  que  llevó 
á  la  casa  de  Austria  María  de  Borgofia^  y  que  Garlos  Y 
leg6  á  la  rama  de  Austria  espafiola:  en  dos  siglos  de 
gaerras  casi  contínnaa ,  Bapafla  sacriáca  su  saugrCí  ana 
lasoros,  todo  el  fmt^  de  sus  conquistas  en  el  nuevo  mun^ 

.  PliBBTOItliraiu— VOV o  ISU-^ 66 


—  264- 
dO|  par^  sostener  el  dominio  de  los  Países  Bajos  y  los  in- 
tereses de  la  rama  de  Aostoia  alemana:  la  oorona  es  tras- 
niítLda  6  otxa  casa  extranjera  por  el  derecho  de  heredar- 
la las  hembraSi  y  para  afirmarla  en  ella ,  una  guerra  de 
muchos  afios  derasta  1a  naoion ,  y  la  casa  que  ocnpa  el 
trono,  prodifira  nuevamente  los  tesoros  y  la  sangre  espa- 
ñola,  para  abatir  ft  aquella  misma  familia  austríaca  que 
por  dos  siglos  se  consumieron  en  elevarla:  un  oorto  peiío- 
do  sigue  de  un  gobierno  verdaderamente  espafiol,  en  que 
nó  se  atienden  mas  que  los  intereses  nacionales;  todo  fio^ 
reoCí  todo  toma  un  aspecto  de  prosperidad  regida  la  na« 
cion  por  mejores  principios ;  pero  nuevo  error  político, 
el  pacto  de  familia,  la  precipita  en  gaei^ras  de  que  ape« 
ñas  comienza  á  recobrarse,  cuando  un  trastorno  uaiver^ 
sal  la  envuelve  en  la  común  ruina,  de  que  habla  podido 
preservarse  á  costa  de  grandes  sacriftcios.  Laamb|eioa 
de  un  amigo  pér&doy  la  división  de  la  familia  reinante» 
la  ponen  en  riesgo  de  perder  su  independencia,  de  cuja 
ignominia  la  salva  uu  esfaerao  heroico  y  la  tenaz  resis- 
teacia  do  seis  aSLos  de  una  guerra  desoladora,  en  que  la 
Divina  Providencia  la  libra  del  borde  de  uoa  ruina  por 
medios  admirables,  quedando  dwrocadoel  poder  que  pa« 
recia  incontrastable:  pero  de  esta  contienda  sis  origina  la 
pérdida  de  sus  posesiones  en  el  continente  dé  América, 
y  en  la  historia  de  la  revoluoloiL  que  la  produjo,  veremos 
á  esta  nación  seficHift  de  tan  grande  parte  del  globo ,  re< 
dueida  á  poseer  en  la  Península  espallola  menos  que  lo 
que  tenia  en  la  época  de  los  reyes  católicos;  nada  en  lian 
lia;  en  América  solo  las  islas  de  Ouba  y  Puerto  Bioo  en 
las  Antillas,  y  en  el  grande  océano  Pacífico  las  Filipinas 
y  las  Bfariauaa,  habiéndose  verifleaáo  esta  gran  desmem* 
oración  de  la  monarquía,  en  el  reinado  de  Fernando  TIC, 
último  monarca  español  que  extendió,  su  oetro  al  conti« 
nente  de  las  dos  Amérioas. 


—  265 


AÜTOBES  CONSULTADOS 


PABA    B8CBIBIB    BSTB   TOMO. 


Además  de  las  obras  citadas  en  diversos  Ingares  de  es- 
ta disertaoiOQ,  se  ha  tenido  ¿  la  vista  para  la  parte  rela^ 
tiva  al  período  desde  Garlos  Y  hasta  Femando  TU,  ios 
tomos  16  á  20  de  las  tablas  cronológloas  de  Sabaa  agre- 
gadas á  la  historia  de  Mariana,  publicada  en  Madrid  en 
20  tomos  en  4?:  la  histoiia  de  Oárlos  T  de  Bobertson:  las 
de  Felipe  II  y  III  por  Watson,  que  pnedeñ  considerarse 
como  nna  continuación  de  aquella:  el  marqués  de  S.  Fe- 
lipe, comentarios  de  la  guerra  de  sucesión  ,  y  sobre  todo 
para  los  reinados  de  los  soberanos  de  la  familia  de  Sor- 
bos; li^  excelente  historia  de  Ooze,  aumentada  por  don 
AHár6s  Muriel:  Becatiui,  historia  de  Carlos  III,  y  Mura** 
tori^  Anales  de  Italia,  especialmente  para  todo  lo  con<- 
cernioute  á  contestaciones  con  Boma.  Para  el  reinado  de 
Cárlo|IT,me  han  proporcionado  muy  útiles  materialesj.las 
memorias  del  príncipe  de  la  Faz,  en  las  que  hallará  mu- 
cho interés  quien  tenga  paciencia  para  soportar  el  fasti- 
dio de  la  lectura  de  seis  tomos,  llanos  desde  la  primera 
hasta  la  última  página,  de  continuas  recriminacione»  al 
partido  que  contra  él  se  formó,  repetidas  hasta  el  cans»n«< 
ció  casi  con  las  mismas  palabras  á  cada  pasaje  de  la  nar- 
ración, necesitándose  también  algunas  dosis  de  oreduli. 
dad,  para  prestar  fé  á  los  profundos  y  elegantes  discurios 
que  pone  en  boca  del  buen  Carlos  lY  á  quien  atribuye,  ó 
más  bien  á  sí  mismo ,  las  ideas  mas  liberales  para  intio<x 
ducir  z^fornuMi  útilta  en  la  ooaitituoion  del  reino,  que  el 


V 


—  266  — 
miimo  Oáriod  desmiente  en  carta  esoríta  á  fia  lujo  en  Ba« 
joma,  en  que  caliia  la  conyooacioü  de  cortes  que  e^te  le 
prepone,  por  el  mas  desacertado  de  los  consejos  con  que 
le*habian  seincido  sus  adnladorts.  He  aprovechado  tam- 
bién las  mnj  jaisiesas  reflexiones  qne  ha, hecho  el  padre 
mercedarie  fray  Magia  Ferrar,  en  sa  obra  titulada:  ^^Las 
lejes  fandamentales  de  la  monarquía  espálala  9  aegun 
fueron  antiOTameotd  y  se^uu  conviene  que  sean  en  la  épo- 
ca actual/'  Bitrcelonai  1843 ,  dos  tomos  en  S? ,  en  todo  lo 
cual,  dejando  aparte  las  opiniones  sistmfttioas  de  todos 
estos  autores,  he  procurado  sacar  los  hechos,  para  dedu* 
elr  la&  eonaecuenoias  que  naturalmente  me  han  parecido 
dimanar  de  ellos,  en  lo  que  mi  deseo  ha  sido  presentar 
las  cosas  conforme  á  la  verdad,  y  Iqs  efeetos  de  ellas  co- 
mo resultados  precisos  de  los  antecedentes  asentadca. 
Oelebrai^é  haber  acertado. 


1»^ 


—  2«7  — 


t 


A  LOS  SEIOMS  MMími 


Oon  este  tomo  terminan  estae^disertadloiieB,  habiéador 
se  presentado  en  él  la  historia  de  BspafLa ,  y  correlativa- 
mente la  de  Méjico  en  Ja  cronología  de  loa  vireyes ,  qne 
forma  el  apéndice^  hasta  el  principio  de  la  revolución  qae 
comenzó  en  el  afto  de  1808.  qne  es  el  asunto  de  la  otra 
obra  qtíese  está  publicando.  Nadatjpues,  podia  insertar/ae 
entre  la  una  y  la  otra,  que  no  distrajese  del  objeto  de 
ambas  y  con  este  fla,  se  ha  dado  ala  cronología  délos* 
virejes  nna  extensión  suficiente,  para  que  couteuga  to« 
das  las  noticias  necesarias  para  tener  una  idea  exacta  de 
los  sucesos  de  la  Nueva  España  hasta  el  mencionado  pcN 
líodo  ;-la  historia  de  Bspafia  se  ha  tratado  con  mas  am» 
plitud  que  lo  qne  entraba  en  el  primitivo  plan  de  esta 
obra,  y  para  esto  han  sido  dos  los  motivos.  El  primeroi 
no  haber  ninguna  historia  española  en  qne  se  hayan  re- 
ferido ios  reinados  de  los  monarcas  <^e  la  casa  de  Borbou 
oon  la  debida  verdad  y  exactitud ,  pues  dorante  algún 
tiempo  no  hubo  libertad  para  escribir ,  y  coando  la  ha 
habido,  se  ha  escrito  con  pasión  y  por  espíritu  de  parti  -> 
dO|  pudiéndose  lisonjear  el  autor  de  que  presenta  un 
com{>endiu  de  la  historia  de  aquella  nación,  sacado  de  las 
mejores  f aentes,  que  aun  en  Espafia podrá  4aer  de  algún  in- 
teiés.  Bl  segundo  motivo  ha  sido,  él  que  por  la  necesaria 
relación  de  los  auoescs  de  Méjico  con  los  de  Espafia ,  no 
se  pueden  enteiíder  bien  los  primeros  sin  tener  un  cono  - 
cimiento  claro  de  los  segundos:  la  expulsión  de  los  jesuÍM 
tas,  por  ejemplo,  q^e  es  asunto  de  tantos  artículos  en  los 
periódicos,  acaso  no  ha  sid*  bien  conocida  entre  nosotros, 
ni  en  sus  causas,  ni  en  loe  mecUos  de  su  ejecución,  haeta 
ahora  qito  se  ha  hablado  de  ella  con  alguna  extensión 
tñ  esta  disertación.  La  cesión  de  la  Luisiana  á  la  Eran** 

PISBBXOIOIIBf  ▲•— TOttO  Ult**  66 


—  258  — 
cia  y  venta  de  ella  á  los  Estados  unidos,  oiigen  de  taa* 
tos  malea  para  Méjioo,  no  soa  macliús  los  qae  saben  de 
donde  prooediót  y  lo  mismo  snoede  relativamente  á  otros 
pantos,  tales  cómo  la  visita  de  Galvez ,  reformas  en  la 
administración  de  las  provincias  americanas  y  otras  mil 
cosas  de  igoal  importancia.  Conocida ,  pnes ,  bien  la  his<« 
toria  dé  Bspafia,  la  de  Méjico  se  entiende  fácilmente^  con 
solo  pasar  de  la  lectora  de  nn  período  onalqniera  de  es- 
ta disertación,  á  la  orondo j^  de  los  vireyes  en  loa  años 
correspondientes.  ^ 


1 


APÉNDICE. 


DOOCMENTOS  BABOS 


INÉDITOS 


BBLA.TIYOS  A  LA  HII0BI.1 


DK  Mim 


!>-:TOMO  IIL 


1873. 


J 


NUMERO  r. 


TABLA.  OBOISrOLOQIOA 

de  los  irobernadorog  y  Tlreyos  de  la  Nueva  fispa^ 
fta,  deide  la  conquista  liasta  la  dependencia^ 
con  un  sumarlo  de  los  sucesos  principales  acae- 
cidos durante  el  gobierno  de  cada:,uno« 

Los  moDjes  Jerónimos  íis^j  Luis  de  Figueroa  prior  del 
monasterio  de  la  Mejorada,  y  fray  Antonio  d6  Santo  Do* 
mingOt  prior  de  San  Jaañ  de  Ortega ,  nombrados  go  - 
b(raadoreBdé¡Iaiala  española,  islas  y  Tierra^  Firmes 
del  mar  Osceauo,  bajo  cayo  nombre  se  oompiendían  las 
posesiones  espafiolas  en  las  Antillas  y  lo  desonbierto  del 
continente  de  América,  per  el  cardenal  don  fray  Francia* 
00  Jimenés  de  Oisnerosi  arzobispo  de  Toledo,  y  el  doctor 
Adriano  Flofencio,  deán  de  LoYaina»  regente  de  Oastilla 
poransenoia  del  rey 'don  Carlos  I,  é  incapacidad  para 
gobenar  de  sn  madre  la  reina  dolía  Joana,  dieron  licen- 
cia en  el  aCo  de  151S  á  Diego  Telazqnez;  adelantado  y 
gobernador  de  las  islas  por  an  iodnstria  descabiertas  y 
qne  se  descubriesen,  y  teniente  por  el  almirante  don  i)Ie« 
go  Ooloni  de  la  iala  de  (Jaba,  qae  entonces  ee.  llamaba 
Fernandina,  para  que  armace  á  su  costa  las  naves  qne< 
qnisieseí  según  lo  que  en  aquel  tiempo  se  practicaba,  y 
las  enviase  á  una  tierra  que  décia  haber  descubierto  híkn 
cia  la  parte  occidental  de  ia  isla  de  Ouba,  con  cuya  aus 
torieacion  Yciazqusa  armó  tres  navios  y  un  bergantiui  y 
envió  por  capitán  de  ellos  á  Jnan  de  Gríjalva,  y  no  te<f 
niendo  noticia  de  él  mandó  en  su  seguimiento  otro  buque 
a  cargo  del  capitán  Cristóbal  de  Olid,  Grijalva  corrió  ton 
da  la  costa  de  Yucatán,  y  llegó  &  San  Juan  deXTiúa,daa 

DIlVSTAOiOVSS.— ZOK^UL-  6? 


\ 


■  • 

do  el  nombre  de  Santa  Varia  de  las  Kierea  á  la  tierra 
qae  desde  aili  se  desoábríai  por  la  nieve  qae  se  Teia  so- 
bre el  pico  de  Ofíeava. 

Tiirdando  Grijalya  en  volver  é  ignorándose  sn  parade- 
ro, Yelazqaez  formó  otfa  armada  mayor  y  nombró  oapis 
tan  de  ella  á  Fernando  Uortéü^  qne  era  á  la  sazón  alcalde 
de  la  otoñad  de  Santiago  en  la  iniisma  isla  de  Onba^  qnien 
contribuyó  á  una  gran  parte  del  ooisto  del  armamento,  y 
lo  mismo  hicieron  mnohos  de  sas  amigos^  habiéndole  da- 
do Velsszqxiez  muy  extensas  instrnciones  para  su  viaje 
( L^i  hechas  en  la  misma  olad^  de  Santiago  en  23  de  oc- 
tabre  de  1518.  y  héchose  á  la  vela  del  pnerto  de  la  flaM 
baña  el  dia  10  de  febrero  de  1519,  oon  once  baques  peque- 
ños, que  üevaban*  110  marinaros y6b3  soldados^  16  caba- 
llos, 10  caffones  y  4  mas  chicos  llamados  falconetesi  Ile^ 
g6  4  SáU  Jaau  de  I7ida*y  desembarcó  en  L»  playa  de-Ye« 
racruz  el  viernes  santbi  21  de  abril  de  aquel  aSo. 
'  Oortéd  fundó  allí,  por  pedimento  de  la  gente  que  le  a^ 
cómpaüabíky  una  población,  á  la  que  por  el  oro  que  h¿kbia 
rsscaüado  y  por  el  día  en  q^ue  desv$mt)aroóy  puso  por  nom^ 
bre  »4a  Tilla  Bica  de  la^Teracruz,'^  f  nombró  alcaldes  y 
regidores  que  compusiesen  el  a;^uátamiento,  el  cual  por 
haber  revocado  Velazt^uez  el  nombramiento  que  en  Oor^ 
téñ  habia  hecho  para  capitán  de  la  armada  y  haber  é¿td 
excedido  de  lo  prevenido  en  las  instrucciones  que  traía, 
deteniéndose  en  fundar  población,  nombró  al  i^ismo  Oor** 
tés  capitán  general  y  j  asriciá  mayor ,  con  cuyo  Ct>ráster 
hizo  la  conquista,  habiendo  entrado  en  la  ciudad  de  Mé' 
jioo^  después  de  setenta  dias  de^sitio ,.  el  miércoles  IS  de 
agosto  de  1521, 

£n  diciembre  de  aquel  aflo  llegó  6  Yeracruz  Oiistóbal 
de  Tapia/ con  orden  de  don  Juan  Bodriguez  de  Fonsecaí 
obispo  de  B&rgos,  presidente  del  Consejo  de  Indias,  para 
quitarle  el  mando  i  Cortés  y  enviarle  preso  &  la  corte,  lo 
que  no  tuvo  cumplimiento,  habiéndose  opuesto  á  ello  los 
procuradores  de  los  ayuntamientos  de  las  poblaciones  es^ 
pafLoIaSi  que  eran  por  el  orden  de  su  fundación ,  Tera- 


.tO^tthtis  Ín9lrsioÍ«n;9  m  haüpubUeiido  en  el  t^mo  1?  4e  Mía  obnu  apéA* 


craz,  Tepeaca,  ó  Segara  de  la  frontera)  Méjico  y  Medél- 
lia,  los  caaled  reauiios  fjraiabaa  anajaaca  ó  coogreeo 
t>royinoiaiy  coi\  lo  qae  T^pia  (le  volvió,  dejando  el  mando 
en  manos  de  Oortós,  esperando  la  résOlnclon  del  rey ,  al 
qae  sé  habían  mandado  comuáonadoa  d&ndole  cuenta  de 
todo. 

OASA  PB  AXJSTBIL. 

Reinado  "^del  emperador  Carlos  V ,  primero  do 
este  nombre  en  Kspalla,  y  de  su  madre  la  rei- 
na dojfta  Juana» 

Murié  ésta  el  11  de  agosto  de  1955,  y  él  emperad&r  abdicó  ¡a  corona 
de  Mi^pam  en  favor  de  eu  Mjo  don  Fekpe  en  6  de  enero  de  1556, 

Por  título  expedido  en  Yalladoliden  15  de  octubre  de 
1522,  faé  nombrado  don  Fernando  Ooriés  gobernador  y 
capitán  general  de  la  ^aena  Bspafia,  y  para  la  adminis- 
tración de  la  real  haelenda  faeron  provistos  para  conta*^ 
dor  Rodrigo  de  Albornos,  factor  Gonzalo  de  ¿3al»zar,  te^ 
sorero  Alonso  de  Bstrada,  y  veedor  de  las  fundiciones 
Pedro  Almindes  Chirino,  que  comunmente  por  abrevia^* 
tara  es  llamado  Peralnüodez.     '        ■    ^ 

Cortés  salió  de  Méjico  contra  Oristóbal  de  Olidí  que  se 
había  separado  de  su  obediencia  en  las  Hibueras,  a  Unes 
*  de  octubre  de  152á,  dejando  encargado  del  gobierno  al 
tesorero  Alonso  de  ]í2stradayal  licenciado  Alonso  de 
Zaas50|  á  quirai  tenia  por  afiesor,  y  á  estos  se  unió  despnes 
(^(  ooncador  Albornoz  :  Salazar.y  Ohiiino ,  á  «n  vuelta  de 
Goasacoalco,  hasta  donde  acompafiaron  á  Coités  hacien. 
do  uso  de  un  nombramiento  ooudioional  que  este  Its  dio, 
gobernaron  solo  con  el  licenciado  Zaszo ;  más  en  el  ca- 
biido^celébrado  en  17  de  febreio  de  1525,  faeron  aditidos 
de  nuevo  ai  gobierno  JBlsfrada  y  Albornoz^  jf  gobernaron 
los  cuatro/  con  el  Uoenoiado  Zaazo  [1]. 

Despue  de  muchas  revueltas,  Saiazar  y  Ohlrino  se  a- 


[)  ]  Véanm  por  BMSor  todof  •ikw  vie^tot  tn  si  primar  tomo,  OM«rto  c'lter* 
tAolon,  7  en  el  ap^&diflo  ícOg  iCIH,  «1  «zuMlo  O  lai  mUi  dol  «jutUmüUto 

rtlatiTafl  á  ellaa. 


poderaron  exclaslv^bmente  del  zn  ando,  habiendo  despaclia- 
¿o  á  la  Habana^al  liceDoiada  Zaazo,  puesto  en  prisión  á 
Estrada  y  Albornoz,  y  perseguido  á  todos  los  amigos  de 
Oortéa  qae  se  retrajeron  á  San  Francisco.  Instraido  Oor* 
tés  por  Za^zo  de  e^tos  desórdenes  y  revocó  los  poderes 
qne  kabia  dado  para  gobernar  á  todos  estos  indindnos, 
y  lo  confirió  á  sa  pariente  Francisco  de  Las  Casas :  pe^ 
ro  habiendo  sido  é$te  despachado  antes  á  Bapafia  ptir 
loa  gobernadores,  los  parólales  de  Cortas  i  salien^  de  - 
San  Francisco,  prendieron  después  de  un  refiide  comba « 
te,  ó  Balazar,  que  estaba  solo  eh  Méf^co,  por  haher  sali-- 
do  phlrino  á  una  expedición  á  Oajaoa,  y  le  encerraron  en 
una  jaula  de  vigas  gruesas  9  poniendo  en  el  gobierno  á 
Bstrada  y  Albornoz,  en  29  de  eiero  de  1526  Ohirir^o  ía^ 
sacado  del  oonvento  de  San  Francisco  de  Tlaxcala^  al 
que  se  habla  retraído  y  puesto  en  otra  j  aula  al  lado  de 
su  compañero. 

Oor:|ód  arribó  á  Yeracruz  el  24  de  mayo  de  1526,  y  en- 
tre tanto  llegaba  á  la  capital,  nombró  por  aus  tenientes 
á  Bstrada  y  Albornoz,  y  por  alcalde  mayor  al  bachiller 
Juan  de  Ortega ;  en.su  entrada  f aé  recibido  con  los  ma*« 
yorea  aplausos;  y  en  el  cabildo  de  21  de  )unio,  celebrado 
en  San  Francisco,  recibió  las  varas  de  los  aloaldes  y  rer 
gidores  puestos  por  Salazar  y  Qhicino,  y  nombró  otros 
en  su  lugar.  Bntre  tanto  eu  Bspafia  le  oonñi:ió  el  empe« 
rador  el  tratamiento  do  Dan ,  le  nombró  adelantado  de 
la  lifueva  España  ^  y  le  dió  añnas  alusivas  á  sos  servit 
oioa. 

Por  las  contíQuas  acusaciones  que  se  hacían  contra 
Oortés,  dispuso  Oárloa  V  se  le  tomase  residenoia^  y  nom- 
bró para  jaez  de  ella  al  licduciado  Luis  Ponce,  qae  era 
teniente  de  corregidor  dé  ia  ciudad  de  Toledo  t  oayo 
nombr cimiento  avioó  el  emperador  á  Oortós,  en  carta  de 
4  de  noviembre  de  1525.  Luis  Fonce  llegó  á  Méjico  el  2 
de  julio  de  1526  [1],  y  habiéndose  el  ayuntamiento  reuN 
nido  en  lá  parroquia  que  estaba  en  la  plaza  el  4  del  mis- 
mo, fué  recoQociao  pur  gobernador ,  onyo  empleo  debía 
ejercar  tan  solo'durante  la  roiidencia  de  Oortéi ;  más  a« 


^  (i;  Coirfjtié  tn  U  f  urta  dtertaoloii;  dond*  ai«al527. 


—    7  - 
pen¿b8  empezaba  á  desempeñar  estos  cargos ,  caando  mn- 
rió  el  20  del  mismo  Julio. 

Bl  liceBoiado  Fonce  dej6  instituido  el  poder  qrio  trajo 
para  gobernar,  en  el  lioenciado  Marcos  de  Agnilar ,  que 
liabia  venido  de  Santo  Domingo  como  inqnisidor  ^  ''á  en«. 
tander  en  las  oosas  del  santo  oMoio  de  la  inqoiaicion."  Los 
procuradores  de  los  ayantamientos,:  unidos  al  de  Méjico 
y  á  los  principales  vecinos  resistieron  reconocer  este 
nombramientOi  pero  después  de  muchas  contestacioneiSi 
entró  Aguilar  á  gobernar  en  1?  de  agosto  de  1526^  y  mn« 
lió  en  1?  de  marzo  de  1527  dejando  uombiado  para  suce^ 
derle,  al  tesorero  Alonso  de  Estrada. 

Este  nombramiento  sufrió  la  misma  contradicción  que 
el  anterior,  y  habiendo  rehusado  Cortés  volver  al  gobier- 
no, fué  nombrado  por  el  ayuntamiento  el  capitán  Gon-* 
zaío  de  Sandoval,  y  por  bien  de  la  paz  gobernaron  juntos 
Estrada  y  Sandoval,  aunque  con  la  restricción  de  no  en- 
tender en  cosas  de  los  indios  y  de  la  capitanía  general, 
sin  acuerdo  y  parecer  de  Oortés- 

El  22  de  agosto  de  1527,  presentó  Entrada  la  real  proH 
Vision  de  16  de  marzo  de  aquel  a&o,  fecha  en  Yalladciid» 
por  la  cual,  con  motivo  del  fallecimiento  de  Ponce,  se  a- 
probó  el  nombramiento  que  este  hizo  de  Aguilar^  y  se 
previno  que  por  muerte  o  ausencia  de  éste,  siguiese  eu 
el  gobierno  el  que  él  nombrase,  en  virtud  de  lo  cual  y  del 
poder  que  confirió  á  Estrada  el  28  de  febiero  de  aquel 
'año,  dos  dias  antes  de  su  muertCi  quedó  solo  en  el  go** 
bietno  Alonso  de  Estrada. 

Edte  puso  en  libertad  á  Satazar  y  Ohirin^  y  persiguió 
á  Cortés  y  sus  amigos,  habiendo  hecho  salir  de  la  ciudad, 
al  primero  que  se  retiró  á  Cuyoacan  y  luego  á  Tezcuco, 
desde  donde  dispueo  su  viaje  á  España ,  que  verificó  en. 
el  afio  de  1528. 

Eu  todo  este  período  desde  1522, que  se  verificó  ]a  crea. 
<ñon  del  ayuntamiento  de  Méjico,  el  cual  residió  áloa 
principios  eu  Ou^oacaUi  todo  lo  gubernativo  y  económico 
06  acordaba  en  cabildOi  y  las  £icultadea  que  el  ayunta** 
miento  ejercía  eran  las  más  extensas  El  libro  de  cabildo 
comienza  en  8  de  marzo  de  1524 ,  por  el  que  se  celebró 
en  aquel  dia  <^en  llus  oaaas  del  magnífico  s^H^r  Hernando 
Oortés,  gobernador  6'  espitan  general  de  e^sta  Kueva  Es-* 
paILa|dosehac8  el  dicho  ayuntamiento," y  continuaroa  te« 

DliBBXAOIOVBlr— iOliVDX— es 


—  8  — 

niéadoae  allí  hasta  el  dia  10  de  octabre  de  lo2$,  qae  coa 
mat-ivo  de  U  llegada  de  la  aadiencia,  se  celebró  ea  casa 
de  B^raardiao  V'azqaez  de  Tapia,  y  todoa  sigaieates 
desde  el  11  de  aqael  oids,  se  tuvieron  ya  ea  las  casas  de 
cabi;|dOy  ^*qae  es  en  la  cárcel  pública,"  y  es  el  miemo  e 
diftoLo  que  se  hii  CDnocido  despaes  con  el  nombre  de  di- 
patacion. 

Hibiéadoae  adoptado  por  Oárloa  Y  el  *fiistenia  de  aa« 
dieiioiika  para  el  gobierno  de  las  posesiones  de  América, 
se  uüinbró  la  primera,  cayo  presidente  faé  NqQlu  de  Gaz- 
maa,  qa^  á  la  sai  ja  teaia  el  gobierno  de  Panuco ,  que 
cbmpreudia  las  rib^ra^  del  rio  de  Tampico  y  la  Haascts 
ca,  y  \oé  oidores  que  debían  componerla  fueron  los  lioen- 
cicédüs  Jaaa  Ortiz  de  Aiiitieazo,  AloQSO  de  Parada,  Die- 
go DdlgadillOy  y  Francisco  lyialdonado.  Su  entr&da  en 
Méjiüo  se  verittcó  ea  divsiembre  de  1528,  y  habiendo  muer 
to  a  poco  tiempo  los  oidores  Parada  y  Maklonado,  qne^ 
daron  conei  gobierno  Nano  de  Guzman,  ñlatienzo  y  jJel- 
gallillo.  El  gooierao  de  esta  auiiencia  fuéel  mas  opresivo 
y  arbitrario,  por  io  qae  üárloa  V.,  informado  por  el  pri- 
mer obispo  y  de  ipaes  arzobispo  de  Méjico  fray  Jaan  de 
Zamíjirragü,  de  todo  lo  qae  pasaba,  al  partir  para  Alema^ 
nía  dt^jó  eucarg;ibdoa  los  uegocios  d^  Méjico  á  sa  esijosa  la 
emperatriz  doña  María,  que  por  /su  au^eQ0la  quedó  por 
regente  del  roiuo  liSsta  priacesa  resolvió  nombrar  nn  vU 
rey,  y  entre  tanto  é^tQ  pasaba  á  la  Nueva  Bspaña,  dispu- 
so madar  la  audiencia,  nombrando  otra  nueva,  con  el  en- 
cargo de  re.^idenciar  á;ioa  individuos  de  la  primera  y  man*  | 
darlos  á  Ea^^aña  con  sua  procesos,  silhallaba  fundados  los 
cargos  que  se  les  haoian.  Nulio  de  Onzman  no  esperó  la 
llegada  de  la  audiencia,  y  marchó  á  la  expedición  que  disi 
paso  á  Michoacan  y  Jalisco,  en  donde  fundó  la  ciudad  de 
Gaadalajara. 

Para  preaidente  de  la  seguuda  audiencia  fuá  nombra  ■ 
do  don  cidoa^tiéu  B^^mirez  de  Fuealeal,  obispo  de  Santo 
Do  niog  I,  de  14  frimtiia  de  loa  condes  de  TiUaescasa,  y  se 
eucargO  el  nombramiento  de  los  oidores  al  obispo  de  E¿- 
d¿ijoz  ^reciid^ifit^  de  lé  chancilleria  de  V^altadoíid,  roco- 
meudáudoie  f tiesea  personas  de  providad  y  ciencia ,  en 
cu>«  viitud  eligió  á  los  licenciados  Juan  de  Salmerón, 
Alonso  Maldonadb,  Pranclsoo  Oeino  y  á  don  Yaaco  de 
Quiroga,  que  fué  después  primer  obispo  de  Mlchoa'can, 


«I 


'.* 


Con  esta  segunda  andieneia  debía  Vienir  don  Fernando 
Cortea,  conlrmado  en  el  empleo  de  capitaa  ereuertti ,  á 
qnien  se  díó  el  lítalo  de  marqués  del  Talle  de  O  «Jao»,  por 
reas  cédula  fecha  en  Barcelona  en  6  de  jallo  de  1529,  pe** 
ro  habiendo  demorado  la  aadlencia  su  venida,  llegó  an^ 
tes  el  marqués  del  Talle,  y  ae  previno  esperase  pbrn  en- 
trar con  ella  eu  Méjico  con  cu>o  motivo  se  detuvo  en  T  zn 
cuco,  acompafiáodoie  su  esposa  doña  Jaaaa  de  ZddV'^ 
ga,  hija  del  conde  de  Aguilar  y  sobrina  del  duqui»  de 
Bejar* 

La  audiencia  hiaso  su  entrada  en  Méjico  con  gr^n  so<« 
'emnidad  á  principios  del  afto  de  1531  y  se  i*loj  *  en  las 
casas  del  marqués  del  Valle,  en  qae  ahora  e^tá  ^^  1  mun»* 
teplo:  poco  despulan  llegó  el  obispo  presideuti>  y  gubeiuó 
hasta  el  alio  de  1635,  pues  aunque  se  ^habia  numbrs'do 
virey  desde  1530  tardó  todo  este  tietnpo  en  verificar  hu 
-viaje.  M  gobierno  del  obispo  Faenlsal  faé  una  época  de 
felicidad  para  la  Nueva  Espafia :  siendo  hombie  dt»  pro*< 
yidad  y  capacidad,  se  dedicó  con  este  empeño  a  los  ma- 
les pasados,  y  á  mejorar  la  condición  de  lus  indios ,  hd-« 
biendo  fondado  para  la  instrucoioa  de  los  jóv<fni^8  nobles  ' 
de  aqael  oiíg«a,  el  cul«»gio  imperial  de  S^nta  Ciaz,  ab«-xo 
al  Ciinvr*uto  üe  Santiago  Tlatelolcu;  Bn  su  tiempii  b»  faa-- 
dó  la  dudad  de  Puebla,  se  eenstru^eron  paente^  y  ca< 
miuus  y  se  introdajo  ei  agua  al  barrio  de  S(kUtia¿^(f  en  la 
ciudad  de  MéjícOi  por  cuyo  engrandecimiento  y  hermo^* 
aura  tuvo  grande  empefio.  Bus  servicios  iuwrou  preiuia^ 
dos  con  el  obispado  de  Cuenca ,  y  la  presidencia  4e  la 
chancillerla  de  Granada  en  fispafia ,  en  donde  fundó  el 
magníllco  colegio  de  Onenoa  en  la  universidad  de  Sala-* 
manca. 


PBIMSEVIRBY.D.  ANTONIO  DB  MUNDOZ^. 

Por  célula  del  emperador  Carlos  T  de  17  de  abril  de 
1535,  fecha  en  Barcelona  faé  nombrado  vir^^v  y  goberna- 
dor de  la  Naeva  Elspafia^  don  Antonio  de  Aienacza,  co« 
mendador  de  Socnéilanos  en  la  orden  de  Santiago,  y  ca*- 
marero  del  emperador,  y  per  otra  eédtüa  de  la  misma  fd< 


-.  10  — 
cha,  66  le  nombró  tamlÁcn  pr^&idexite  de  la  real  aadie&^i 
oia  [IJ.  asignáudole  porcada  ano  de  estos  empleos,  el  suel- 
do de  ties  mil  ducados  de  oro ,  y  dos  mil  más  parala 
guardia  qne  habla  de  tener  pa^a  autoridad  de^an  perso* 
na,  lo  que  hace  el  total  de  ocho  mil  ducados  ,  que  á  la^ 
xou  de  once  reales  y  nn  maiavedi  de  moneda  de  Bspa« 
fia,  corresponden  á  cuatro  mil  cuatrocientos  pesos  me^ 
jicanos. 

Faé  don  Antonio  hijo  de  don  liiigp  López  de  Mendo^ 
za,  conde  de^^endüla .  [embajador  de  los  reyes  católicas 
en  Boma,  y  éste  era  hermano  del  piimer  duque  del  iu^ 
fante  don  Diego  Hurtado  de  Mendosa  9  y  de  don  Pedro 
González  dt3|AIe^doza,  arzobispo  de  Sevilla  y|de  Toledo  y 
gran  cardenal  de  Bspaña,  ^  hijos  todos  del  célebre  litera- 
to y  poeta  del  reinado  de  don  Juan  el  II,  don  I&igo  Lo« 
pez  do  Mendoza,  primer  marqués  de  Santillana  y  conde 
del  Beal  de  Manzanares*  D.  Antonio  tuvo  dos  hermanu 
nos,  ambos  ilustres  por  su  empleos  y  servicios:  el  primen 
ro,  el  marqnés  de  Mondejar,  capitán  general  de  Granas- 
da,  y  don  Diego  Hurtado  de  Mendoza ,  célebre  autor  ie 
la  historia  del  levantamiento  de  los  moriscosi  que  fué 
empleado  por  Garlos  Y  en  diversas  embajadas ,  y  entre 
otras  importantes  csmisioues,  como  su  representante  en 
el  UoD  cilio  de  Trento  Fué  también  hermana  suya  Iaeé« 
lebre  heroína  de  Toledof  la  viuda  de  Padilla. 

'  Aunque  don  Antonio  de  Mendoza  entró  á  gobernar  en 
el  afio  de  1535,  el  primer  libro  de  sus  acuerdos  ó  provi- 
dencias de  gobierno  que  existe  en  el  archivo  genera),  eo\ 
.  mieza  en  1?  de  abril  de  1542,  siguiendo  desde  esta  fecha 
los  de  todos  sus  gucesores,  aunque  con  las  frecuentes  in« 
terrucciones  que  han  causado  en  esto  y  en  los  libros  de 
mercedes  de  tierras,  el  descuido  y  abusos  que  ha  habido 
hasta  qne  se  arreglo  aquella  oficina. 

Bn  el  gobierno  de  este  vi  rey  se  continuaron  los  descu« 
brimientos  hacia  el  Norte,  habiendo  tenido  mucha  celeí 
bridad  el  de  la  Quivira  y  las  riquezas  fabiriosasque  ds 


('3    H§ll«n?e  fenhas  en  6l  trm'>  de  pi'O'VÚionf e»  «ídnlM.  «te.,  tara  «1  ffO- 

^    €11  0181 

pofieo  na 


bivrno  de  Kb«ti\  JSr»r.Rñ».  Impreso  en  )»éjlro  en  e»ricU>res  cóUcoat  en  eÍBft 
de  Pedre  üchisiie  iOtío,  íóücs  y8  j  SW:  lioro  taetaüt?  raro,  de  que  poíe 


ejemplar. 


—  ll- 
ena se  contabaní  que  faeiy>ii  motivo  de  rivalidad  entre 
Cortés  y  el  virey.  Este  mandó  hacer  varias  expediciones 
marítimas  al  Pera,  auxiliando  al  gobierno  de  aquel  leU 
no  dudante  las  guerras  civiles  que  en  él  b^  aoscitaron;  á 
OaliforniaSy  y  al  mar  del  Sur,  habiendo^  descubierto  en 
estoa  viajes  las  islas  que  después  se  llamaron  Filipinas. 
Faé  en  persona  á  Jalisco  á  la  guerra  del  Mixton  ,\y  sose- 
gala  ésta  se  trasladó  la  ciudad  á  Goadala jara  al  sitio 
qne  actualmente  ocupa.  Kn  su  tiempo  se  comenz6  á  acu* 
ñar  moneda ,  que  al  principio  faé  solo  de  cobre ,  y  ba\ 
biendo  sido  muy  mal  recibida  por  los  iodioSi  éstos  la  re» 
G<rjieron  por  todos  los  medios  que  pudieron  y  la  ariojaion 
á  la  laguua,  con  lo  que  se  acuüó  la  plata ,  recortada :  se 
estableció  la  primera  imprenta :  se  abrió  con  mucha  so- 
lemniáad  el  colero  de  Santa  Oruz  de  Tlatelolco,  comexi«« 
zado  por  el  obispo  Fuenieal.  y  se  fundó  el  colegio  de  las 
niñas  y  el  de  San  Juan  de  Letran.  En  I5i5  hubo  nna 
peste  en  los  indios,  de'  que  murió  gran  jiúoiero  de  éstos. 
Se  hizo  una  casería  á  la  manera  antiguai  de  que  tomó  el 
nombre  que  auu  conserva  el  llano  del  cazadero:  fe  des- 
cubrieron y  comenzaron  á  trabajar  las  minas  de  Zacatci 
cas,  y  viao  por  visitador  de  la  audiencia  el  Ldo.  U.  Frán- 
eisco  Tello  de  SandovaY,  consejero  de  Indias ,  y  fingió 
traer  igual  encargo  el  Láo.  Tena,  que  habiendo  sido  dess 
cubierto,  fué  castigado.  Después  de  un  gobierno  de  diez 
y  siete  aflos ,  en  que  don  Antonio  de  Mendoza  dio  prue. 
bas  de  gran  prudencia  é  integridad ,  el  año  de  1550  faé 
trasladado  al  vireinato  dol  f  ^lú;  y  talleció  en  L^ma  el  21 
de  julio  de  1552, 


V 

SEGUNDO  VIÜííiY.^D.  LUIS  DB  VElko.O. 

De  la  casa  del  condestable  de  Castilla. 

Aunque  el  arzobispo  Lorenzana  asienta  que  este  vi- 
rey éncró  en  JtéjLoo  en  5  de  diciembre  da  155  0^  debe  ha** 
bar  sido  áates,  pues  en  el  libro  de  gobierno,  la  primera 
de  BUS  providencias  es  facha  en  28  de  noviembre  de  aquel 
a  fiO|  así  como  la  ultima  de  don  Antonio  de  Mendoza  ea 

OIlBKXOXOnWA.— TOtfonif— 6§^ 

1 

/ 


/ 


de  4  de  ootabre  ^I^.  A  sa  ilastre  nacimiento  anía  don 
Lula  de  Velasoo  servicios  muy  distingaidos  en  la  milieia, 
y  la  'pradeaoia  de  sa  gobierno  y  el  empefio  que  ta vo  en 
favor  de  la  libertad  los  indios,  le  han  merecido  el  glorio  < 
so  renombre  de  Padre  de  éstos  Darante  en  gobierno,  se 
fandaron  las  villas  dv  Dnrango,  Ghametla  y  San  Migael 
el  Grande;  esta  última  con  el  objeto  de  contener  las  ir^* 
rncclones  de  los  indios  bárbaros  chiohimecas.  Bn  el  aCLo 
de  1552  se  abrió  en  Méjico  la  real  y  pontificia  nniversi- 
dad.  mandad:»  fundar  por  real  cédnla  del  emperador  Cár« 
los  y,  el  2L  de  setiembre  de  1551,  y  el  mismo  afiode  1552^ 
á  conseenencia  de  jlavias,ezcesivas.;8alieron  de  madre  las 
lagañas  y  aconteció  la  primera  inundación  qae  knbo  en 
esia  cindad  después  de  la  cooquista,  cen  onyo  motivo  se 
se  separó  el  albarradon  do  San  Lázaro.  En  el  de  1555  hn- 
bo  peste  en  los  indios,  de  los  cuales  el  padre  Sabagnn  re- 
fiere ha  her  enterrado  mas  de  diez  mil  én  Tíateloico.  JBn 
ei  dd  1557  Bartolomé  de  Medina  hizo  el  importante  des- 
cubrimiento del  beneficio  de  plata  por  amalgacion.  Kn» 
vio  éste  virej  á  la  Florida  una  armada  á  las  órdenes  de 
don  Trldtan  de  Arellano,  cuyo  éxito  fué  desgraciado. 


BEINADO  DH  FELIPE  U, 

dC3de  V  de  enero  de  1556  qae  entró  á  gobarnar  por 
la  ifcbdlGiiclon  de  su  padra  el  emperador  Car- 
los Vy  Itastit  el  13  de  setiembre  de  I69S^  que 

murld. 

D.  Luis  de  Velasco  siguió  su  feliz  y  aoettado  gobier- 
no, h^Éia  el  31  de  julio  de  1661  que  mnrlói  habiendo  ser* 


[^]  EtLfo  t>.  ^^ari)  Buyrn  cüaUl  m»3'or  del  arelivo  gecenl,  Ki  Tvw'i- 
laao  doa  macho  coiiad^  por  mi  oa>-go,  loi  Utooi  da  ^btvmo,  ptía  m  óar  h^ 
«onatipei»  de  los  di  ^•  en  q^e  ampes6  4  g ^berOAT  úáák  Tirejr-  I>ebo  1 1  Br.  D . 
«igue»<l«^XiroÍA,  di  feetr  del  archivo  >kleita1o  He.  S  yon  ,  mnobaí  de 
•J"  "J**f***  <*•  q^e  haré  Ufo  ea  esta  oby»,  habiéndole  dignedo  él  gebiemo  ea- 
S^[!!?il!r '.  ^^'^^^  V>Ar^  qa«  s»  me  «imiatreii  todea  lat  qee  pida ,  ta  qme  han 
i.S'«^22i  'l?*^®*"****,""  eefiwea  c^aoI  n»j«r  élftf  éftp,  per  lo  qi»  lee  debo 
••té  téSÜRprtg  dé  gratitud.  ^      -»      i  r 


-13- 
Tldo  el  vireiuato  duianta  oatorcd  a£Lo8,  y  faó  sepultado 
con  gran  «olemnidad  eaia  iglesia  de  Santo  Domingo,  qae 
estaba  entonces  en  lo  que  después  fné  la  inqaisieíoQ.  8n 
cadáver  faé  oondaoidu  en  kombros  de  ónatro  obispos^ 
que  se  hallaban  reaoidos  para  el  segando  concilio  m^jL^ 
cano  li]i cabecillo  eclesi&stioo  de  Méjico,  informando  al  ley 
Felipe  II  de  la  mnrte  de  D.  Luis  de  Velasco,  ie  dice: « Ha 
dado  en  general  á  toda  esta  Kaeva  Jüspaña  muy  gran 
pena  sn  maerte,  pprqae  coa  la  larga  experiencia  qae  te« 
nia,  goberiabacoa  tanta  rectitud  y  pjadenciei,  sin  ha- 
cer agravio  á  ningauo,  que  todos  le  teníamos  en  lagar  de 
padre.  Harió  el  pastor  oía  de  Jaiio,  may  ,  pobre,  y  con 
machas  deadas,  porque  siempre  se  entendió  de  tener  por 
ñu  principal  hacer  justicia  con  toda  limpieza»  sin  pretenn 
der  adquirir  cosa  alguna,  mss  de  servir  á  Dios  y  ó  7.  M., 
sustentando  el  reino  en  suma  paz  y  qnietud.'^  En  el  gos 
blerno  de  este  insigne  Tirey  y  de  sa  antecesor  Mendoza, 
que  entre  ambos  duraron  treinta  y  nn  años ,  se  arregió 
odafla  administración  política,  civil  y  religiosa  de  la  Jb<ue- 
va  kjispafia. 

Los  dos  primeros  concilios  mejicanos,  presididos  por  el 
arzpbispo  don  fray  Alonso  de  Mootúfar ,  se  celebraron 
dar<*nte  el  gobierno  de  don  Luis  de  Yelasoo.  Las  act»s  del 
primi^ro  se  imprimieron  en  Méjico  en  1556,  por  Juan  ts^ 
blio^LombardOi  qué  faé  el  primer  impresor  que  habo  en 
esta  ciudad.  Los  del  seguudo  no  salieran  á  luz  y  ee  con^ 
servan  en  el  archivo  de  esta  catedral.  y 

Por  el  fallecimiento  de  don  Luis  de  Yelasco,  gobernó 
la  real  audienda  hasta  10  de  octubre  de  156G,  htibiendo 
llegado  el  afio  de  1563  en  calidad  de  visitador  de  eii^  el 
Ldo.  Yalderrama:  componían  este  tribunal  los  doctores 
Oeinos,  Yasoo  de  Paga  y  Yillanueva»  y  en  lugar  de  Paga 
entró  luego  el  doctor  Orosoo.  El  descontento  quo  hi>üia 
cansa  lo  entra  los  conquistadores  y  sus  hijos  las  provi- 
denolis  de  FeÜpe  II,  reluciendo  el  tiempo  de  ioo  reparü- 
mit  ntos,  dio  motivo  á  la  conspiración  Jque  se  tramo  y  en 
qne  f  leron  acusados  de  haber  tenido  parte  los  hijos  de 
doD  Fernando  Uortés.  Oon  ocasión  de  las  fiestas  qu«9  se 
hii*  e  on  por  el  bautismo  de  dos  mellizos  que  nacieron 
á  ^  O  Martin  Oortés,  segando  marqués  del  Yalle,  sei  di^ 
jo  €iQ  )  se  iba  á  coronar,  y  preso  el  maques  y  todos  sus 
fimig^s,  fuexon  condenadas  por  la  andiencia  á  la  pena  ea 


— 14  — 

piUly  7  e]«cntado8  freEte  á  las  oasaa  del  ftjantamientOi 
Atonao  de  ATÍla  Alvarado  y  Gil  González  sm  hermano 
[1]^  y  se  ftigaió  procediendo  [con  ignal  rigor  contra  loa  de« 
xaas  presos,  hasta  qae  el  nnevo  yirej  hizo  suspender  to< 
do  lo  fae  se  estaba  practicando, 

TBROBR  VIREY.— EL  Hxomo.  Sr-   D.  ftASTOX  DB 
PERALTA,  MARQUES  DE  PAL0B8. 

Yin*  á  Méjico  casado  con  la  sefiora  d«£[a  Leonor  Tieo: 
loego  qae  dssembarcó  en  Teracraz  riaitó  la  fortaleza  de 
San  Juan  de  Uiáa,  y  dio  disposición  para  qae  se  aamen- 
tai^e:  iaatrnido  en  aqnel  puerto  de  las  graves  ocarreneias 
de  la  conspiración  de  Méjico ,  apreguró^su  marcha  ala 
capital,  y  desde  Paebla  d^ó  orden  para  que  se  snspen* 
diese  la  ejecaoion  de  d#n  Luis  Cortés,  hij#  natural  dd 
conqniatador,  que  habla  sido  condenado  á  la  pena  capi- 
tal A  au  llegada  á^Méjico,  ee  verifloó  el  16  de  octubre  de 
16G6 .  cortó  con  mucha  prudencia  todas  las  caneas,  y  des-' 
eho  á  Bspaña  al  marqués  del  Talle  con  su  familia  resta- 
bleciendo la  tranquilidad  pública  •  Eataieonducta  moderada 
excitó  'el  rtísentimieato  de  la  audienci^^  por  euyós  sinias' 
tros  informes  faé  removido  del  vireinato  y  regresó  á  Es* 
paña  en  marzo  de  1568  Este  faé  el  primer  vire;  á  que  se 
dio  el  trntamiento  de  excelencia,  que  se  continué  dOí^pnes 
á  BUS  sueesoies:  los  dos  primeros  no  tuvieron  mas  qM  el 
de  señoría. 

La  aud^eficia  gobernó  durante  ocho  meses,  y  habiendo 
venido  de  España  el  Ldo.  Alonsf)  Muñoz ,  consejero  de 
Indias,  á  seguir  las  pesquisas  de  la  conspiración,  proce- 
dió en  BU  coaiiiiou  con  el¡Qiayor  rigor,  dando  tormento  á 
don  Martin  Cortés,  hijo  de  don  Fernando  y  de  la  célebre 
doña  Marina,  que  habla  quedado  administrando  es  es- 
tado de  BU  hermano  ^^  marouéfi  del  Tallen  condedé  á 
muerte  á  varios  iad.Tiiuofl  do  toda  j  clases ;  desterró  á 


--15- 
otrosy  IlenódeespULtoIa-^iadad,  hasta  qaé  recibióla 
órdett  de  volver  á  Egpafia,  doade  Felipe II  le  recibió  di- 
ciédoie  ^'qae  lo  había  mandado  á  Naeva  Bsrpafiia  á  go- 
bernar,  y  do  á  deetrnir^"  lo  qne  le  caasó  tal  pcsadnmbreí 
que  á  consecuencia  rnorió. 


OUAETO  VIBBY.-EL  Bxcmo.  Sr.  D.  MARTIN  EN 

BIQUH^-DE  AL  MAIT3A. 

£ta  hermano  del  marqnés  de  Alc»&i2es:  tomó  posesión 
del  vireinato  en  6  de  noviembre  de'  1568,  y  gobernó  la 
Kaeva  Bspaña  dorante  doce  afios,  hasta  el  de  158^,  qne 
faé  promovido  al  vireinato  del  Perú.  Para  eegaridad  de 
las  provincias  pobladas  por  los  españoles,  estableció  pre- 
sidios en  Ojnelos  y  Porteznelos^  en  el  camino  de  Zacate* 
cas,  y  marchó  él  mismo  contra  los  hnachiohües,  qne  ha* 
clan  ezcorsiones  hasta  Onanajnteto  9  para  coya  defensa 
faadó  el  presidio  y  villa  de  San  Felipe.  En  1571  so  esta^ 
bleció  en  Méjico  la  inqnisicion,  y  en  el  de  1572  llegaron 
los  jesnitas,  qne  se  hospedaron  primero  en  el  hospital  de 
Jeens«  de  donde  el  24  de  diciembre  pasaron  al  colegio  de 
San  Pedro  y  San  Pablo,  en  casa  qne  les  dio  don  Alonso 
de  Yillaseca.  Bn  1573rse  oomentó  á  cobrar  la  alcabala,  y 
en  el  mismo  atío  se  pnso  la  primera  piedra  del  magnlficd 
edificio  de  la  catedral,  siendo  arzobispo  don  Pedro  Moya 
de  Oontrerás,  qne  habia  sido  el  primer  inqnisidor  qae 
hnbo.  jKan dolo  á. edificar  el  emperador  Garlos  V  ,  en  el 
año  de  1552;  y  Felipe  II  dio  orden  para  qne  sé  ampliase 
el  plan  y  se  construyese  con  real  magoiñcencia.  En  el 
;mismo  año  de  1573,  don  Francisco  itodiignez  Santos 
fandó  él  colegio  de  Santos,  declarado  mayor  en  1700,  y 
en  el  de  157G  dedicó  la  ciudad  de  Méjico  el  santuario  de 
Nnestra  Señora  de  los  Bemedios  en  el  ;cerro  de  Tctolte-* 
pee.  Ea'el  de  157G,  faé  fancfitd',  por  la  peste  devoradora  del 
iíatlalzahí$atlf  qne  hizo  perecer  mas  de  dos  millones  de 
indios^  dando  ocasión  al  virey  de  ejercitar  sn  celo  en  be- 
neficio de  la  humanidad  afligida  con  esta  calamidad. 


DUnUtlOXOVSSA.— ZOÜb^O  Ilt— 79 


—  16  — 

í)UINTO  VIREY.-EL  Exorno.  Sr.D.  LORENZO  SÜAREZ  DE 
MENDOZA,  CONDE  DE  LA  CORüJíü .     . 

Era  de  la  misma  DoBtre  familia  que  el  primer  Tirey,y 
habla  fiide  gran  soldado:  entró  á  gobernar  en  4  do  octa«  « 

bre  de  1580.  En  m  tiempo,  en  el  año  de  1581,  ae  eatable«  ' 

q\6  el  conaalado,  y  viendo  qne  la  audiencia  no  cumplía 
con  6UB  "leberes  y  que  las  rentas  reales  andaban  mal  adr 
miuUtrad^&s,  no  alciinz-inde  su  autoridad^  que  habla  sido 
restringida  en  los  gobiernos  anteriores,  á  remediar  estos 
males,  pidió  al  rey  nombrase  vislta^ori  poroujo  ioforme 
Felipe  I[  dio  este  importante  en  cargo  al  arzobispo  don 
Pedro  flfoya  de  Uoutreras  Ei  conde  de  la  Oorulla,  aieudo 
de  avanzada  eial  ouaado  vino  á  Méjioo/duró  pooo  üem^ 
en  el  mando,  y  falleció  el  19  de  junio  de  1533.  Sucadá« 
ver  fué  sepultado  con  mayor  pompa  que  lo  que  se  había 
visto  hasta  entonces,  en  San  Francisco ,  de  donde  des^ 
pues  fné  llevado  á  España  al  sepulcro  de  su  familia. 

Lük  real  audiencia ,  compuesta  del  Dr.  Pedro  Farf<in, 
Ldo.  Sánchez  Paredes,  Dr.  Fz-ancisco  de  Sande,  y  Dr.  Bo' 
blesy  gobernó  dittz  y  seis  meses  [1]« 


SEXTO  VIREY.-EL  limo.  Sr,  Dr.  D.  PEDRO  MOYA  DE 
CONTRERAS,  ARZOBISPO  Y  VISITADOR- 

Bevestido  del  gran  poder  que  le  daba  la  triple  autcri*« 
dad  que  ejercía,  entró  do  a  Pedro  K[o;a  en  posesión  del 
vlreinato  el  25  de  setiembre  de  1584^  y  lo  desempeñó  con 
integridad,  tino  y  acierto.  Quitó  el  empleo  á  los  oidores 
que  nabian  abusado  de  su  puesto,  y  castigó  severamente, 
hasta  con  la  pena  de  horca,  á  los  empleados  de  rentas 
que  las  hablan  administrado  con  infidelidad.  Presidió  el 
tercer  concilio  mejicano,  á^que  concurrieron  seis  obisposi 
y  cuyo  secretario  fué  el  doccor  don  Juan  de  Salcedo,  deán 
de  Méjico  y  catedrático  de  cañones  de  la  universidad,  el 


[1]  Aif  Qonsta  de  loB  libros  de  pfobkvno  del  aroUiTO  ^neral.  El  padra  Ga" 
YO,  I  olio  SiO,  dio  3,  qne  tUeoano  ora  el  oidor  ViUaaaeTa* 


.        --  17   - 
caal  ordenó  todoa  los  decretos  y  los  puso  en  latín.  E«te 
conoilio  faé  aprobado  por  la  Billa  Apostólica  en  115899 
aaí  como  el  CAteoismo  qne  en  é  1  se  formó  y  se  mandó  se 
observase. 

El  arzobispo  Moya\  después  de  cnmplir  exactamente 
con  las  vastas^obligaciones  de  sus  multiplicados  cargos, 
y  de  haber  mandado  á  Bspafia  sumas  mas  consideiiables 
quenioguno  de  sus  antecesores^  en  premio  de  saa  servia* 
cios  fué  propoLovido  á  la  mayor  digo  idad  que  Jixabia  en  la 
carraca  de  Indias ,  que  era  presidente  ieü  consejo  de  éa« 
tasy  -n  cayo  empleo  murió»  tan  potare»  no.  obstante  haber 
sido  doce  años  arzobispo  de  Méjico ,  oipco  visitador,  con 
poder  cacti  absoluto,  y  uno  virey,  que  el  rey  Felipe  II  tu^ 
vb  que  mandar  se  hiciesen  sus  funerales  y  se.^agasen  sñs 
deudas,  contraídas  todas  en  obras  de  beneñcencia,  á  ex^ 
pensas  deí  real  erario.  Su  fallecimiento  fné  en  diciembre 
de  159Ij  y  se  enterró  en  la  parroquia  de  Santiago  de 
MMrid. 


SÉPTIMO  VIEEY.-EL Exorno.  Sr. D.ALVARO  MANRIQUE 
DE  YüSlGA,  MASQUES  DE  VILLA  MANRIQUE. 

Siendo  hermano  del  duque  de  Béjar,  pertenecía  á  una  de 
las  mas  ilustres  familias  de  Bspaña:  vino  á  Méjico  acom- 
pañándolo su  espoiía  la  señora  doña  Blanca  de  Ve  lasco, 
hija  del  conde  de  Nieva,  é  hizo  su  entrada  en  17  de  octu^' 
bre  de  1585,  y  gobernó  hasta  febrero  de  1590  qne  entre- 
gó el  mando  y  se  volvió  á  Bspafia. 

Tavo  este  virey  a^as  contestaciones  con  loa  prof  in« 
cíales  de  Santo  Domingo,  San  Francisco  y  San  Agustín, 
sobre  el  cumplimiento  de  las  órdenes  del  rey,  acerca  de 
lasecularizacioB  de  las  doctrinas  ó  curatos  que  aquellas 
órdenes  administraban,  la  que  quedaron  por  fln  sm  eje* 
cntarse,  fiabiendo  apelado  aquellos  al  rey,  envlándole 
procuradores. 

Bu  I5S6^el  corsario  inglés  Tomás  Oavendish  apresó  la 
nao  que  vunia  de  Filipinas  á  Acapnlco.  y  en  el  de  1587 
otro  oorsarió  de  la  misma  nación,  sir  Francis  Drake,  a  - 
presó  también  eu  la  costa  da  Californias,  la  nao  Santa 
An «,  que  conducía  un  riquísimo  cargamento  de  efectos 


—  18  — 
de  Ohina  y  el  Japón,  y  volvió  á  Inglabarrá  por  el  cabo  dé 
Baena  HsppraDza,  daodo  It^  vuelta  al  mando.  Bl  micimo 
corsario  había  recorrido  áutes  torla  la  costa  del  Faciftoo, 
cansando  grande»  males  en  Jas  provinclaB  de  Jalisco  y 
Sinaioa,  por  lo  qne  el  virey  di5  orden  para  qae  se  posiei* 
sen  sobre  las  armas  las  miiiciassy  ali  stasen  los  bagues 
qae  habla  en  i^capnlco,  nombrando  jefe  déla  expedición 
ai  doctor  Palacios,  pero  annqne  los  bnqaes  salieron  á  la 
mar  en  seguimiento  de  los  ingleses  no  los  pndicroa  en- 
contrar, y  volvieron  al  puerto  sin  haber  hecho  cosa  al « 
guna. 

fínsoitáronpe  graves  cuestiones  entre  este  virey  y  la 
audiencia  de  Guadalajara,  sobre  términos  de  las  respec- 
tivas (arisdlociones,  lo  que  did  motivo  á  levantar  tropas 
para  una  y  otra  parte.  Las  noticias  c^ajeradas  de  estas 
diferencias^  causaron  mucha  inquietud  en  la  Oorte  de 
España,  que  temió  bq  empeñase  una  guerra  civil,  porlo 
qud  se  apresuró  6,  remover  del  mando  al  marqués  de  Ti- 
lla Manrique^  nonibrando  visitador  al  obispo  de  Puebla 
don  Diego  Eomano,  quien  trató  con  mucha  severidad  al 
marqués,  habiendo  mandado  embargar  sus  bienes  y  has« 
ta  la  ropa  de  la  inarque^a  su  esposa^  y  aunque  el  oopsejo 
de  Itt\iias  mandó  alsar  el  embargo,  el  marqués  murió'  en 
Madtíd,  gia  haber  sido  reintegrado  en  ello. 


OCTAVO  VIREY.-EL  Ercmo.  Sr.  D.  LUIS  DE  VELASCO' 

SEGUKDp  DE  ESTE  NOMBRE. 

JSecelosa  la  Oortede  España  de  las  inquietadas  sbsgí- 
tadas  eñ  Nueva  Eispaña  ñor  las  competencias  de  autori-* 
dad  entre  el  marqués  de  Tilla  Manrique  y  la  aadiencia  de 
^Guadalajara,  se  dio  orden  á  don  Lois  de  Yelascoque  vis 
niese  con  precaución  y  no  desembarcarse  en  Yeracrus,  y 
los  arribó  á  Tamingua,  cerca  de  Tampico,  de  donde  fué 
á  Veracrus,  viendo  que  todo  estaba  tranquilo. 

La  circuubtancia  de  ser  don  Luis  nativo  de  Méjico,  de 
cuyo  apuntamiento  había  sido  aiféres  real, -hizo  qaea« 
quel  cuerpo  dispusiese  recibirle  con  gran  solemnidad.  8a 
entrada  fué  el  27  do  enero  do  1590^  y  la  hieo  montado  en 
un  caballo  ricamente  enjaezado^  cayas  riendas  llevaban 


—  19  - 
á  pié  el  corregidor  Ldo.  Pablo  Torres,  el  alcalde  León 
de  Oervantes,  y  otros  índividaoa  de  la  manicipalidad. 

Dnrante  sa  gobierno  paso  término  á  las  oorrerÍM  de 
los  chichimecas,  haciendo  la  .paz  con  ellos «  y  para  civili*^ 
zailos  se  establecieron  colonias  de  tlaxcalttoaa  de  San  . 
liáis  Potosí  y  otros  pu¿^^.  Arregló  los  derechos  de  la 
admiuÍ8traciotiddjaBti<íiV&  los  indios,  librando  á  éstos  de 
todo  gravamen,  y  haciendo  que*  aquellos  se  sacasen  del 
medio  real  de  ministrot^lque  sa  satisfacía  con  el  tributo. 
Bestableció  los  obrages  ,  por  deci[eto  de  1?  de  {unió  de 
1590,  con  ío  qué  dio  mucho  fomento  á  la  manufactura  de 
las  lanas,  y  ^aspendi^  la  ejecución  de  las  órdenes  para  la 
reunión  do  loa  indios  en  cüngregaoiones,  viendo  la  repng<« 
nancia  con  que  dejaban  sus  chozas  esparcidas  en  los  cam« 
pos.  Bu  el  alio  de  1593  se  plantó  el  paseo  de  la  alameda 
en  Méjico,  y  en  el  de  1594  se  dispuso  la¡expedicion  para  la 
conquista  de  üf  nevo  Méjico,  alas  órdenes  de  don  Juan 
de  Oñate  En  este  mismo  a&o,  pbr  orden  del, rey,  y  para 
subvenir  á  los  grandes  gastos  de  las  guerras  en  que  la 
corona  se  hallaba  empeñada,  se  duplicó  el  tributo  á  los 
indios,  haciéndose  mas  gravoso  por  el  modo  de  pago  que 
se  estableció.  Oobernó  don  Luis  de  Yelasco  hasta  no- 
viembre de  1595;  que  faó  promovido  al  vireinato  del 
Perú. 


líOVENO  VIREY.-EIi  Excmo.  Sr.  D.  GASPAE  DE  ZUUlGA 
YACEVEDO,  CONDE]  DE  MONTEBEY. 

Jiesdc  5  de  noviembre  de  1595  ,  hasta  octabre  de 

1603^  que  pasó  al  Perú. 

En  su  gobierno  se  continuó  la  expedición  de  Kaev;> 
31iéjioo,  mandada  formar  por  su  antecesor.  Se  hlso  otra  á 
Oallfomias,  al  mando  de  Sebastian  Vizcaino,  descubrien- 
do toda  la  costa  de  la  alta  California ,  en  la  que  se  dio  el 
aombre  del  virey  á  la  bahía  que  todavía  lo  conservaí  así 
:$omo  á  la  ciudad  de  Monterey^en  el  nuevo  reino  de  Leen, 
fondada  en  su  tiempo.  Por  las  órdenes  estrechas  de  la 
I?orte,  procedió  á  la  reunión  de  los  indios  on  pueblos  y 

PIBVaXAOMinift— 70XCUX—71 


—  20—     V^l 

oongregaeionesi  de  que  eigiiieroii  gl^andes  malea,  qae 
proouró  entar  con  prudentes  proviaenoiaa,  y  habiéndose 
mandado  qae  los  indios  se  alquilasen  libremente  para  el 
trabajo  de  campos  y  minas,  en  vez  de  los  repartimientóei 
el  mismo  virey  asistía  personalmente  los  domingos  á  las 
placas  de  Santiago  y  S^n  Juan,  donde  estos  ajustes  se 
Jiaoían  en  Méjioo,  para  ervitar  que  aquellos  fuesen  engai 
nados.  En  1601  se  levantaron  los  indios  de  la  sierra 
de  Topia,  y  los  sosegó  el  obispo  de  Guadalajara  don  lU 
defonso  de  la  Motai  quien  para  la  mayor  seguridad,  es» 
tableólo  allí  varias  misiones  de  jesuitais. 

Habiendo  fallecido  el  rey  Felipe  U  el  13  de  setiembre 
de  1598  en  el  Bscorial ,  se  publicaron  los  lutos  y  se  hiio 
la  proclamación  del  rey  Felipe  III,  con  la  mayor  pompa 
y  solemnidad. 

A  flues  de  1600  se  trasladó  la  ^illa  rica  de  la  Veracrus 
de  la  Antigua,  á  donde  la  habla  mudado  don  Fernando 
Cortés,  al  isitio  que  hoy  tiene  y  que  es  el  mismo  en  qne 
primitivamente  se  fundó.  Bn  1615  se  le'  concedió  por  el 
rey  Felipe  III,  el  título  de  ciudad  con  los  honores  milita* 
res  de  capitán  general  de  provincia. 

Habiendo  sido  promovido  al  Perú  ol  conde  de  Monte» 
rey,  salió  á  recibir  á  Otumba  á  su  sucesor  el  marqués  de 
Monteadaros,  y  le  trató  con  tfkl  suntuosidad ,  qne  en  los 
ocho  dias  que  allí  se  detuvo,  gastó  mas  del  sueldo  de'un 
eñodel  vireinato.  Siguió  luego  su  viaje  para  embarcarse 
an  Acapulcoi  aoompaUándole  en  grandes  tropas  los  in^ 
dios  que  lloraban  su  ausenciai'  como  de^G^u  bienhechor  y 

{^dre,  demostración  que  no  habla  hecho  con  nioguno  de 
Pas  predecesores. 

.FIiOIá.SQl7¿lT(&f-ÍE!BONBl!rBL  SIGLO  X7I. 

Hablé  cdose  establecido  el  sistema  de  flotas  para  el  co* 
mercio  de  América  |  vinieroifi  en  el  primer  siglo  las  si^ 
guientes:    ' 

1581  .La  del  general  don  Francisco  Lujan,  quesevoU 
vio  al  año  siguiente., 

1583.  La  del  general  don  Alvaro  Flores  %  Quillones» 
que  se  f  aé  el  mismo  afio. 

158&.  La  del  general  don  Antonio  Ifanriqte*  Se  |aé  el 
mismo  a&o. 


—  2i  — 

loS5.  L2k  del  gdneral  don  Diego  de  AIo<ida.  Se  íaé  el 
miamo  aQo. 

1586.  hsk  del  general  don  Jaan  de  Gorman-  ídem. 

1587.  lia  del  general  don  Francisoo  I^ovoa.  ídem. 
15S9«  L3I  del  general  don  Martin  Fere2  de  Olasaval. 

ídem. 
1595.  La  del  general  don  Luis  Fajardo.  ídem. 
159G.  La  del  general  don  Pedro  Méndez  Marqnez.  Id. 
1599«  La  del  mismo  general.  ídem. 


EBINADODB  P£LÍPB  III, 

desde  1 A  muerte  de  nn  i»adro  el  rej  Felipe  11,  lias- 
tasu  fallecliiileBto,  acaecido  el  31  de  marzo  de 
1621  á  los  cnuarenta  y  tres  años  de  su  edad^  y 

veinte  y  tres  de  reinado. 

DÉCIMO  VIRE Y.-ÍSL  Erctno.  8r.  D.  JOAN  DE  "MENDOZA 
Y  LUNA,  MARQUES  DE  MONTESCLABOS. 

Desde  27  ¿e  oduhré  de  1603  en  que  hiz'^  su  enerada  en    co  mpa 
^üiodi  8^A  esposa  doña  Ana  de  Meñaaita,  ^JuXio  de  1607,  Q.  ue  pus 
••  ul  Ferú. 

^^siJi|3l  firimar  afio  del  gobierno  de  este  virey,  faó  señalado 
'^or  itíia  calamidad  pública.  Las  excesivas  líavias  deVmes 
ue  agosto  de  1604,  lucieron  salir  de  madre  las  lagnnas  y 
se  iüuiídó  la  cindad,  y  aanqne  bajaron  pronto  las  agnas, 
quedaron  anegadas  por  on  año,  las  parces  mas  bajas  de 
\'Á  población.  Con  este  motivo  se  trató  de  trasladar  la 
ciadad  á  las  lomas  de  Tácabaya,  lo  qniB  no  se  efectuó  por^ 
baberae  calculado  que  los  ediflcios  existentes  valían  mad 
de  veinte  millones,  los  que  iban  á  quedar  perdido^.  Tra- 
tóse entonces  do  abrir  el  desagüe,  en  que  se  habia  pen» 
sado  desde  el  gobierno  de  don  Martin  }i;nriquez,  á  lo  qtie 
66  opuso  el  ñsoal|  ;sr  se  resolvió  defender  la  ciudad  con 
ps  etiques  y  calzadas  que  se  construyeron^  como  la  de 
ociíera  de  Guadalupe,  San  Cristóbal  y  Ohapultepec.  Se 
dio  también  principio  á  alzar  y  empedrar  las  calles*  y  ee 
comenzó  á  construí):  la'oañería  sobre  arcos  para  conduü 


—  22  — 
cir  él  agna  deade  Ohapnltopeo,  que  hasta  entonces  venia 
por  la  antigua  ataijea  baja.  En  160S  fie  concedió  á  loa  ins 
dioi  volver  á  liabit»r  en  sus  tierraa,  y  en  160G  ae  hi^o  en 
lAéjioo  la  jara  del  piíucipe^de  Asturias  que  fué  deapnes 
Felipe  IV,  con  eolemnidad  nunca  vista  hasta  entonces. 

Bl  marqnéa  de  Muntesclaros  fad  promovido  al  viréis 
nato  del  irerñ  en  1G07,  y  se  le  concedió  por  mny  especial  , 
disolución  que  continuase  gobernando  hasta  e)  acto  de 
embarcarse  en  ^capulco,  con  cuyo  objeto  le  acompafidó 
hasta  aquel  puerto  un  oidor  de  la  audiencia.  Don  Juan 
de  8o>órzano,  en  en  célebre  obra  titulada:  Po  ítica  india- 
nfb|0ita  frecaeotemente  las  providencias  de  este  virey  en 
el  jPerú,  como  moielo  de  prudencia  y  rectitud. 

Bn  el  afio  de  1G07  vino  for  visitador  de  la  audiencia 
el  doctor  Landeroa  de  Yeiasco,  quien  privó  de  empleo  y 
mandó  á  España  á  doa  de  los  magistrados  de  aquel  tjU 
bnnal. 


UNDÉCIMO  V1REY,-EL  Excmo-  Sr.  D,  LUIS.  DE  VELAS- 
""CO,  SEaUNDO  DE  ESTE  NOMBRE  POR  SEGUNDA  VEZ 

Desde  d  de  Julio  1607  liasla  Janfo  de  1611. 

Hallábase  don  Luis  de  Telasco  ya  andanOf  viviendo 
tranquilamente  en  su  encomienda  de  Atzcapciaaleo«  cuan- 
do recibió  el  nombramiento  de  virey  por  la  segunda  ves, 
lo  que  se  dice  fué  anunciado  dias  antes  por  un  meteoro 
luminoso  que  se  dejó  ver  sobre  aquel  pueblo.  Betiróse 
por  ocho  dias  al  convento  fir^nsiscafto  de  Santiago 
Tiatelolco  y  desde  él  hizo  su  entrada  pública  el  2  de  ju- 
lio de  1607.  Yínole  después  el  título  de  marqués  de  8aIÍN 
ñas,  que  se  han  continuado  en  Méjico  en  un  ramo  de  la 
casa  de  los  condes  do  Santiago,  que  desciende  de  este 

virey. 

La  terrible  inundación  acaecida  en  el  mismo  a&o,  hizo 
se  decidiese  la  ejecución  de  la  obra  del  desagüe,  á  que 
dio  principio  el  virey  el  dia  23  de  diciembre,  sacando  por 
su  mano  tierra  con  una  azada,  después  de  naberse  cele** 
brado  en  Huebuetoca  una  mii^a  solemnej  á  que  asistieron 


—  23  — 
el  ajantamiento  jr  tribanales.  Para  gastos  de  la  of>ra  eré 
cobró  una  oontribaoioa  de  ano  por  ciento  sobre  las  poae* 
siones  y  mercancías  qae  habia  en  la  dadad,  qne  se  avaí 
laaron  en  20.267,555  pesos,  y  además^  se  impaso  nn  de-* 
recho  de  5(1  reales  de  á  S,  sobre  cada  pipa  de  YÍno|qae  en«« 
trase  por  las  garitas.  La  obra  se  trasó  por  el  padre  Jaan 
Sánchez,  de  la  compaüía  de  Jesos.  Habo  temores  de  sn- 
bletraoioQ  de  los  negros  esdarosi  qae  efectivamente  se 
inquietaron  en  la  provincia  de  Yeraoras,  pero  faeron  fá- 
cilmente sujetados.  Bl  virey  arregló  el  servicio  de  los  in^ 
dios,  lo  qae  le  sascitó^machas  enemistades.  Bn  el  aflo 
^e  1611,  el  dia  dies  de  janio,  hubo  an  eclipse  total  de 
sol;  que  llenó  de  terror  á  todos  los  habitantes  de  la  capi- 
tal qud  aoadíeron  á  las  iglesias.  Bi  visitador  Landeras 
recibió  orden  de  volver  á  la  Oorte,  por  las  acasaoiones 
oalnmniosas  qae  contra  él  se  hicieron  y  de  qae  se  indep^' 
nizó. 

Bn  1611;  don  Lniff.de  Telasco  faé  llamado  á  ejercer  la 
alta  digaidad  de  ^presidente  del  consejo  de  Indias,  con- 
servando el  mando  hasta  sa  embarque  en  Veracraz. 


DUODÉCIMO  ^VIREY.*-EL  Excmo.  EL  limo.  Sr.  D.  FRAY 
GABCIA  GUERRA,  DE  LA  ORDEN  DE  PREDICADO- 
RES/ARZOBISPO DE  MÉJICO. 

\9esde  19  de  juaio  de  ^611,  liasta  fX2  de  sebrero  de 
i  1612  que  murió. 

Bn  el  corto  tiempo  que  gobernó^,  no  habó  otro  suceso 
notable  que  un  violentísimo  temblor  en  agosto  do  1611, 
que  causó  la  ruina  de  varios  edificios.  Pidiéronse  iafor.< 
mes  por  el  rey  sobre  la  obra  del  desagüe  siendo  muchas 
las  contradicciones  qae  sobre  esto  hubo  en  los  años  si- 
guientes. 

Bl  arzobispo  virey  murib,  á  consecuencia  de  nna  calda 
que  se  dio  al  tomar  el  coohe^  de  cuyas  resultas  se  le  f ar- 
mó un  tumor  que  aunque  se  le  operó,  siendo  ya  hombre 
anciatio  le  quicó  la  vida*  Se  le  enterró  en  su  catedral 
oon  grande  pompa»  por  reunir  los  dos  empleos  de  virey  y 

OiaURTAOIOMBIU— 7  O  3f €UI—  72 


—  24  ~ . 
arzobispo.  Por  sa  maerto ,  gobernó  la  aadienoia ,  laca^ 
yendo  el  mando  en  el  oidor  decano  don  Pedro  de  Otálo- 
ra.  Una  conspiración  de  negaros  qoe  estaba  txamada  para 
estallar  el  Jueves  santo  de  16 I2yfaé  descubierto  por  casua* 
lidad|  y  en  consecuencia  faeron'ahóroados, veinte  y  noere 
hombres  y  cuatro  mujeresi  y  castigados  con  otrab  penas 
•otros  muchos. 

E3  cosa  digna  de  observarse,  que  las  dos  ocnspirado- 
nes  que  habla  habido  desde  la  conquista ,  se  tramaron 
gobernando  la  audienoiai  y  que  esta  fué  la  que  háw  los 
castigos  mas  seyeros. 


DECIMOTEBCERO  VIREY.-EL  Exorno.  Sr.  D.  DISOO  FER- 
NANDEZ DE  C0RD07A,  MARQUES  DE  GUADALCAZAR. 

l^lno  con  su  esposa  dofta  María  RIederer,  gober- 
nó desde  M  de  octubre  de  1619,  basta  It  de  mar* 
o  de  1691.   . 

'  Por  las  varias  dudas  que  oourrieron  sobre  la  conve^ 
nieñoia  del  desagüOi  esta  obrk  se  sus  pendióen  1614^  y  se 
Tolyi6  á  continuar  en  1616.  Bn  este  año ,  la  eseases  de 
lluvia  causó  una  hambre  general,  valiendo  la  fanega  de 
maiz  siete  ú  ocho  pesos.  Ea  1613  se  fundo  la  ciudad  de 
Lerma,  dándole  este  nombre,  por  el  título  de  duque  de 
Lerma,  privado  del  rey:  en  1G18  la  villa  de  Oórdovay  con 
el  apellido  del  virey,  cuyo  título  se  conserva  en  el  real  de 
minas  de  Gaadalcázar,  de  la' provincia  de  8an;Luis  Póto-« 
sí.  Todos  estos  nombres  de  fos  vireyesi  dados  á  diversas 
poblaciones,  señalan  la  época  en  que  se  fundaron  é  indi  • 
can  un  adelanto  positivo  en  los  progresos  del  país,  fin 
1616  se  levantaron  los  indios  tepehuanes  ^  matando  á  los 
misioneros  jesuítas  que  los  doctrinaban  y  á  otros  de  di- 
versas religiones,  contándose  entre  los  primeros  el  padre 
Femando  de  Tovar,  natural  de  Ouliacan,  pariente  del 
duque  de  Lsrma,  é  hijo  de  la  señora  doña  Isabel  de  To« 
var  y  Guzman  que  entró  monja  en  San  Lorenzo  en  20  de 
agosto  de  1603^  á  la  que  Balbueua  dedicó  su  poema  de  la 


—  25  — 
Ofciudezai  Mejic^kna  [1].  Sosegó  la  revelación  y  castigó  á 
los  sublevados,  el  gobernador  de  Darango  don  Gaspar 
Albear.  Ea  IG20  se  coaclayeroa  loa  arc9d  qae  oondacen 
e  1  agna  de  S^nta  F6  á  la  oaja  de  agaa  de  la  esquina  de  la 
alameda  de  Méjioo:  son  novecientos  d^  á  ocho  varas  cada 
a  no,  seis  de  aleo  y  vara  ;  media  de  grueso:  costaron  mas 
d  e  ciento  cincuenta  mil  pesos,  para  cuyo  gasto  tomó  el 
ayuntamiento  ciento  veinte  y  cinco  mil  pesos  á  réditos,  á 
Baltasar  Badrigües  Bios.  Oonstruyó  también  ó  aumentó 
este  virey  el  castillo  de  San  Diego  de  Acapulco ,  en  cuyo 
puerto  se  embarcó  para  pasar  al  vireinato  del  Perú,  á 
que  fué  promovido. 

En  31  de  marzo  de  1621,  murió  en  Madrid  el  rey  Feli*'' 
pe  III.  Este  monarca*  por  real  cédula  de  19  de  julio  de 
ÍGi4,  de  la  cual  y  de  las  sucesivas  conñrmatorias  de  la 
misma,  se  formó  la  ley  72,  libro  3?  título  3?  de  la  Becopi- 
lacion  de  Indias,  fijó  el  sueldo  de  los  virey  es  del  Perú  en 
treinta  mil  ducados,  y  en  veinte  mil  el  de  los  de  Nveva 
España;  que  hacen  ios  primeros  diez  y  seis  mil  quinientos 
pesos,  y  los  segundos  diez  mil  quinientos ;  los  que  se  les 
debian  comenzar  á  abonar  desde  el  dia  que  tomasen  po^ 
sesión  del  mando,  dándoseles  además  eljsueldo  de  seis  me- 
ses para  el  viaje  de  ida  y  otro  tanto  parala  vuelta.  An^ 
teriormente,  por  cédula  de  Felipe  II  de  27  de  mayo  de 
1568,  que  es  la  ley  67,  libro  3?,  título  3?  de  Indias,  se  les 
habia  miandado  dar  para  su  ornato  y  acompañamiento, 
na  capitán  y  cincuenta  alabarderos  de  guardia  al  del 
Perú,  y  un  capitán  y  veinte  alabarderos  ai  de  Nueva  Es« 
paña.  Estos  sueldos  eran  escasos,  y  de  aquí  venia  que 
algunos  vireyes  para  hacer  dinero ,  particularmente  en 
loa  dos  reiaados  siguientes^  recibían  regaloe  y  hacian  co- 
mercios que  degeneraban  en  perjuiciales  monopolios,  a<« 
basando  de  su  autoridad,  lo  que  después  se  corrí gió  au* 
mentándoseleí^  con  este  objeto  el  sueldo,  como  se  dirá  en 
sa  lugar. 

La  real  audiencia,  que  gobernó  por  la  salida  del  mar** 
qués  de  Guadalcázar,  hizo  la  t>roclamacion  del  nuevo, rey 
Felipe  IY9  con  las  solemnidades  acostumbradas.  Fres!  1 


^IJ  DjsiííiQ¡CU9?  tO-¿o  2?  foUo  S¿73, 


—  26  - 
dia  aquel  ttibanal  como  decano  el  Ldo.  Paz  de  Vallecillo 
y  oomponian  la  eala  de  gobierno  los  oidores  doctor  GaK 
doB  de  ValeBcia  y  Ldo  Diego  Gómez  Oornejo,   en  cayo 
Ingar  entió  despuea  el  Ldo.  f  edro  de  Yergara  Gabina. 


.   líADO  DB  FELIPE  IT. 

Heredó  meo  oaa  por  muerte  da  su  pudre  Felipe 

II  ^  eu  *Z1  do  marzo  de  l^^l,  y  reinó  bástala  de 

setlenr  bre  de  1665^  que  Diurló. 

DEc;  MOCÜARTO  VIREY  -EL  Excmo.  Sr.  D.  DIEGO  CAR  • 
LO  DE  MENDOZA  Y  PIMENTEL .  MARQUES  DE 
GALVES  Y  CONDE  DE  PJBIOGH. 

Dt,hde  13  de  setiemhre  de  1691,  haeki  1^  de  noviembre  dd  1624. 

Este  virey,  demasiado  daro  y  arrebatado  de  carácter, 
se  propaso  desde  el  principio  de  bu  gobierno,  limpiar  los 
caminos  de  los  ladrones  que  los  infestaban,  de  los'coales 
hizo  ahorcar  tantos,  que  faeran  en  poco  tiempo  en  ma- 
yor número,  que  coantos  hablan  sido  castigados  desde  la 
conquista.  Teniendo  por  infundado  todo  cuanto  se  decia 
sobre  las  inundaciones  que  á  estaba  sujeta  la  capital ,  y 
I>ara  hacer  prueba  de  la  altura  á  que  subian  las  lagunas, 
mandó  en  el  mes  de  jaujo  del  año  de  1623,  en  la  fuerza 
de  las  aguas,  romper  el  dique  que  contenía  el  rio  de  Onau« 
titlan,  cou  lo  que  subiendo  mucho  el  nivel  deilas  laga^ 
ñas,  y  aumentadas  éntae  con  las  lluvias  extemporáneas 
que  hubo  en  el  mes  dé  diciembre,  se  inundó  la  ciudad  en 
aquel  mes.  Las  competencias  en  que  se  empelló  con  el 
arzobispo  don  Juan  Pérez  de  la  Sema  $  tan  ardiente  y 
precipitado  como  el  viréy^con  motivo  deun.reo|qae  se  ha* 
bia  acojido  al  sagrado  del  convento  de  Santo  Domingo, 
dieron  ocasioa  »L  íarioBO  motia  de  la  plebe  el  15  de  enero 
de  1G24,  que  obl  gó  al  virey  á  retrairse  á  San  FranciscOi 
en  donde  permaneció  h^^ta  que  se  volvió  á  España,  de^ 
jando  entre  tanta  el  gobierno  eu  manos  de  la  audiencia, 
por  lo  que  &nnque  permaneció  en  Méjico  hasta  fln  de 
1624  la  última  providencia  firmada  por  él  que  se  vé  en 


—  27  — 
los  libros  dg  eobiefno,  es  feoha  20  de  diciembre  de  1G2¿ 
Bl  arzobispo  faé  llomado  á  Áspala^  en  donde  se  la  di6  el 
obisj^ado  de  Zanora,  v 


D^OIMOQin^TOVIBBY.-EL.Bxdmo.  Sí,    D.  RO- 
DRIGO PAIHBLO  OaOKIO.  aiA-RQUlfiS    0£  OBR- 

RALVO. 

D9dÍ0noviemrr$delfiU,  tfl8.e!«  seliemhre  ie  1G35. 

Yíqo  coa  este  rirey  don  Martin  Oarrillo^  inquisidor  de 
Yalladolid,  parafhaeer  averignaoion  y  c^ij^iigar  á  los 
autx>res  dal  tamalto  contra  el  marqaéi  de  GeWes  ,  y  la 
nMderaoion  com  qne  desempefió  sn  encargo,  unida  al  ca« 
r&cter  oonoiliador|delnueTOTirey,bioieron  qne  may  proQ'« 
to  quedasen  remediados  los  mitles  eansaaos  por  aquel 
suceso. 

La  obra  de  la  catedral  de  Méjico,  qne  se  babia  ido  con- 
tinuando, y  para  la  cual  el  rey  Felipe  IIE  mandó  nuevos 
di^eftos^  formados  por  su  arqniteoto  Juan  Qtomez  de 
Mora,  estaba  bastante  adelantado  en  el  año  de  1626,  pa^ 
ra  que  conolnida  la  sacr^atíg,  se  trasladase  á  ella  el  Qán* 
tísimo  Bacrameito  de  la  antigua;  iglesia^  que  estaba  en 
la  contraesquina  de  la  calle  de  PiateroSi  la  cual  se  echó 
por  tierra  por  el  mes  de  abril  de  aquel  año  ^l^^  y  siguió 
sirriendo  de  catedral  para  todas  las  funciones,  la  referi<« 
da  sactistís. 

JIo  el  a&o  de  1628,  el  almirante  holandés  Pedro  HéiUi 
atacó  y  tomó  en  el  canaUde  Bahama  la  ¿ota  que  volvía 
á  Bspsfia  con  ocho  millones ,  causando  gran  daño  al  e0'« 
mereio'de  Bspaña. 

Ba  el  año  de  1629  faé  la  grande  inundación  de  Méjic^^ 
el  20  de  setiembre,  causada  por  el  descuido  en  qae  había 
catado  todo  lo  relativo  al  tfesagjid  y  limpia  de  acequias, 
desde  la  peligrosa  experiencia  que  híso  el  marqués»  de 
Gal  ved.  .lia  taludad  permaneció  anegada  hasta  el  alio  de 


(l)  Yétat  el  load  39  d9  €s:aB  dimitaoionss  S«  diierttdon,  WÁo  961. 
J 


-  28- 
1S2L,  y  88  condujo  á  ella  ea  canoa  hasta  la  parroqaia  de 
Santa  Catalina,  de  donde  faé  llevada  en  prot^efikn  á  la 
catedral,  la  im&gen  de  ütneatra  Señoril  de  Oaadalapd, 
qae  el  arzobispo  JPerez  de  la  Serna  habla  trasladado  el 
año  de  1622^  de  la  capilla  del  oerrito,  á  la  ermita  qneéir- 
ve  ahora  de  parroqaia ,  en  la  qae  parmaneció  hasta  el 
año  de  1709.  La  inandacion  repitió  el  año  de  1634,  y  con 
edte  motivo  se  volvió  ¿  tratar  de  trasladar  la  ciudad  á 
las  lomas  de  Tacbbaya,  lo  qae  no  se  verificó  por  haberse 
calcalado  el  valor  de  lo  fabricado  en  ella  en  mas  de  cin«- 
cnenta  millones  de  pesosi  y  desechada  esta  idea ,  se  si- 
galo  el  desagüe,  que  ae  conQluyó  en  1623,  y  ce  oons- 
trayó  la  calzada  de  San  Cristóbal  tal  como  hoy  está.  El  ^ 
virey  y  el  arzobispo  don  Francisco  Manzo  de  Zdñtga,  so- 
corrieron  con  el  mayor  empeño  á  1m  familias  qas  sufrie- 
ron por  esta  calamidad,  qae  causó  machas  muertes/  En 
este  mismo  año  de  1629  se  dispuso  que  el  término  de  go- 
bierno de  cada  virey  fuese  de  tres  años,  ea  lugar  de  seis 
que  habia  sido  hasta  entonces,  lo  que  no  se  observó  du- 
rando más  ó  menos,  sogun  el  favor  que  disfrutaban  en 
la  Corte. 

Al  ña  de  su  goblerao  en  1634,  el  marqués  de  Cerralvo 
hizo  construir  (in  f  aerte  en  el  nuevo  reino  de  León,  que 
conserva  su  nombre.  La  previsión  délos  vireyes  se  habla 

?jado  en  aquella  frontera,  y  desde  el  año  de  16  L3  José 
Previno  y  Bernabé  Casas ,  hablan  propuesto  al  marqués 
de  Oaadalcázar  hace^  la  conquista  de  las  provincias  del 
Korte,  para  echar  á  los  ingleses  de  la  Florida  en  d<m^ 
de  se  hablan  establecido,  lo  que  por  entonces  no  se  ve'« 
riflcóy  no  habiéndose  decidido  el  virey  á  efectuarlo  sin 
orden  del  rey,  al  que  dio  aviso.  Bl  marqués  de  Cerralvo 
volvió  á  España  con  fama  de  muyirico. 


DECIMOSEXTO  VlRBY,-BLElcmo.  Sf.  D.  LÓPEZ  DÍAZ 
D£  ALMENDABIZ,  MASQUES  DE  CADER^JTA. 

J>e8Je  10  d9  setiembre  d$  1635 ,  ha$ia  affo$(o  de  1C40. 

Gobernó  con  mucha  rectitud  y  moderaron :  w  aplicó  á 
remediar  los  malos  causados  for  las  Inundaciones  y  evit 


—  29  — 
tar  édtas  alelaatando  las  obras  del  desagua.  Darante  sa 
gobierno  ,  se  estableció  la  armada  qae  se  llamó  de  Bar* 
lo  vento,  estaoioiíada  en  Yeraonus,  para  protejer  alcO'- 
meroíb  eontra  los  ingleses  y  holandeses  qne  atacaban  á 
las  flotas  é  impedían  sn  venidaí  y  fondo  la  viU^  de  Cade^ 
reita. 


DECIMOSÉPTIMO' VIEEY.-.ÍÍL  Ermo.  Sr.  D.  DIEGO  LÓPEZ 
PACHECO  CABRGBA  Y  BOBADILLA  MABQUE3  Ofi  VI- 
.  LLENA  Y  DUQUE  ^DE  ESCALONA,  CIBANDE  DE  ES- 
PAÑA. 

Desde  28  de  ogQSh  de  1640,  hasta  10  ^  jumo  de  16 '2. 

En  1611  don  Lnis  Cetin  do  Oafias,  gobernador  deSinar 
loa,  paiEÓ  á  Oalifornlas  oondaeiendo  á  los  jesuítas  qae 
faeron  á  establecar  las  misiones,  con  que  conquistaron  y 
civilizaron  aquellos  países.  En  el  mismo  año  se  quitaron 
las  doctrinas  á  los  regulares ,  estableciendo  en  su  lugar 
curas  clérigos. 

lia  inquietud  en  que  estaba  el  gobierno  espafiol  por  las 
revoluciones  de  Portugal  y  Cataluña,  le  hacia  desconflar 
de  todos,  y  por  esto,  con  muy  ligeros  motivos,  se  sospe** 
chó  de  la  fidelidad  del  duque  de  Escalona.  El  Illmo.  Sr. 
D.  Juan  de  Palafox,  obispo  de  Puebla,  nombrado  visita* 
dor  y  comisionado  para  la  residencia  del  marqués  de  Oa-< 
dereita,  en  la  que  procedió  con  sumo  rigor,  y  también  pa<« 
ra  la  del  marqués  de  Oerralvo,  se  trasladó  ocultamente 
á  la  capital,  y  reur  idas  las  autoridades  en  la  noche  del  9 
de  junio  de  164^,  hixo  arrestar  al  virey  y  conducirlo  pre«« 
80  al  convento  de  ChurubusoOi  de  donde  fué  después  lle> 
vado  á  S.  Martin  Texmelucan,  y  mandó  confiscar  y  vent 
d^r  en  almoneda  sus  bienes.  El  duque  de  Escalona,  ha^ 
biendo  vuelto  á  España,  fué  declarado  inocente,  y  se  le 
mandó  restituir  el  vireinato  qtie  renunció,  {oon  lo  que  se 
le  nombró  para  reparar  su  honori  al  de  ¡Sioiiia. 


—  30— 

DECIMOOCTAVO  VIREY -EL  Ejcmo.  érHino.  S-.D  JUAN 
LAFOX  Y  MENDOZA  OBISPO  Dfi  PUEBLA. 

J)ud$  10  Mji^nio  d9 1843,  haaki  él  d9  dé  noviembre  del  mismo  afío. 

En  lOB  cinco  meses  que  denempefió  el  tiieinato,  traba- 
jó con  mocho  enipeTlo  eu  él  arreglo  áe  los  estndioa  de  la 
aniv^rsidad,  j  eu  foimdr  ordeaaDZM  para  la  üodienoia, 
abogados  y  procor^idorrs,  y  para  la  d«  f  msa'dd  leítio,  le^ 
Taiitó  doce  compañíati  de  milicias.  £ra  hombre  de  mocha 
actividad  y  de  samo  dmuteiés,  no  h^t^bieodo  qaeiido 
percibir  el  saeldo  de  virey  i>i  de  visitador ;  pero  »u  o^lo 
no  siempre  tr»  diiigldo  por  la  prndenciat  como  se  vio  en 
sus  rnidodas  dieípouscon  los  fesoitaS)  qnehan  sido  cáasa 
de  qae  sa  caDouizacioD  hüja  venido  Á  hacerse  a^ubtc 
de  partido  entre  los  amigos  y  eaemigos  de  la  oompsfiia. 
Peí  trasladado  á  JBtepaña  al  obispado  de  Osmai  en  don- 
de moiid* 


DECtMOXOXO  VIREY.^EL  Ex«mo.  Sr.D.  GABCIl  SAB- 
MIENTO  DE  SOTO  VI  Atoa  CONDRbE  8ALVATlfiBBB4 

MARQUES  DE  SOBBOfeO. 

j)€8dA  ^l  3}  de  noviembre  daWÍ%,  hasta  el  Vdé  mayo  de  16iS^  qu 
pcLÓ  ul  vireinuto  del  Fctú, 

Bn  164486  dispuso  lo  expedición  á  Oalifomias,  manda- 
da por  don  Pedro  Portel  de  Odsanate ,  qne  feufñó  la  des- 
gracia de  qne  se  quirma-^en  dos  bnqnes  al  haceif^e  á  la  ve*- 
la,  por  lo  qne  no  hc  verittcd  sa  salida  hiista  el  afio  de  Í64S,. 
7  se  volvto  sin  h^ber  hecho  establf cimiento  algUDO ,  por 
lo  esiéril  qae  se  rtconooiO  ser  la  B(»ja  iJalifornia  á  donde 
se  dirigió. 

Ba  l6i5haboinnndaf9loD,  por  haberse  obAtrnido  con 
los  derrambes  el  canal  BubteriAueo  del  desat^tt-*,  cnyo  ín« 
oonveniente  se  había  ya  pr<dVÍAto,  y  por  esto  se  hab  a  C0'« 
aenzttdo  á  hacer  á  thjo  abierto  desde  el  tiempo  de^  mar* 
qnéa  á<^  Oader^ita,  pero  se  había  adelantado  poco* 

Bn  1647  se  fandó  la  ciudad  áe  Salvatierra^  con  él  a;tt- 


-  31  - 
bre  del  Tirey ;  la  que  lioy  es  pyte  del  estado  de  Gaa« 
Bdjaatx).  , 

yjQ  loa  aQoi  de  1617  y  4S,  habo  may  solemüea  autos  de 
fé  en  la  catedral  y  ea  La  igli»sia  de  la  oj^sa  profesa  de  to3 
jeanitas,  con  graa  número  dé  peniteDoiados^  y  entre  ellos* 
en  el  último  de  estos  autos,  faé  oastígado  Hartia  de  Yi^ 
ilavicaucio^  poblano,  más  conocido  coa  el  nombre  de  gn- 
ratítza  por  sus  enredos  y  artiftolos^  fiujíétidode  eaoerdut^ 
y  como  tal  aoduvo  administrando  los  dacramentos  en  ios 
Talles  de  On>ftntla  y  Cuerna  vaca. 

El  conde  de  Salvatierra  era  hombre  muy  religioso;  y 
gobernó  con  moderación  y  justicia. 


VIQESIMO  VIREY.-EL  limo.  Sr.D,  B(rABC03  DE  ToR* 
BES  YBÜEOA,  OBISPO  Dfi,  YUCATÁN. 

Aunque  no  tuvo  título  de  yirey,  sino  solo  de  goberoáúor, 
se  pone  en  la  fiérie  de  los  virey^s,  por  no  hacer  inter-- 
rupMon  en  ella.  J^ntró  á  gobernar  por  el  viaje  al  Peiú 
de  su  antecesor,  en  13  de  mayo  de  1643,  y  espuVo  en  el 
mando  hasta  22  de  abril  de  ÍGiO,  en  que  murió  y  fué 
sepultado  en  San  Agustín, 

El  único  suceso  notable  del  gobierno  del  obispo  Baeda, 
fué  el  so  emne  auto  defé  que  celebró  Ja  inqniisicion  en^la 
pUzuela  del  Volador,  la  domíuica  in  Albis  qae^faé  el  11 
de  abril  ¿e  16 19,  en  el  que  fné  quemado  vivo,  en  el  que- 
madero que  estaba  entre  la  alameda  de  San  Diego ,  To** 
más  Trevi&o  y  otros  dofce  entre  hombres  y  mujeres,  & 
qnienés  antes  se  dio  garrote:  hubo  muchos  quemados  en 
estatua  y  osamenta  do  difantos  ^  con  gran  número  de 
otros,  condenados  á  azote»,  galeras  ó  destierro.  Presidió 
este  auto  el  arzobispo  D.  Juan  Mañosea,  qne  era  visitador 
de  la  inqnisicion.  Los  judíos  portugueses,  algunos  sacer- 
dotes fingidos*  un  fraile  casado,  varios  bigamos  y  moje* 
res  que  se  hacian  pasar  por  hechiceras,  dieron  materia  á 
éste  y  6  los  autos  de  los  dos  años  anteriores,  habiendo  ni- 
do esta  la  época  en  que  la  inquisición  estuvo  en  mayor 
actividad. 

Aunque  el  obispo  gobernador  hubiese  sido  hombre  ín'* 

mSBBTOIOWBf  Ai— TOSTÓ  III.— 75 


/ 


«i»  'i*>.  «. 

tegro.B.  Jaan  de  Salazar  8a  secretario,  fiasado  con  dofia 
Petronila  de  Baeda  aa  sobrina  habia  abasado  de  sa 
paeato  y  del  estado  de  eafermedad  de  aqael,  y  por  esto 
la  aadienoía»  qae  eatr5  á  gobernar  por  sn  falleoimientOy 
estando  todavía  expaesto  el  oad&ver  para  l6  solemnidad 
de  los  fanerales,  hizo  pablioar  b^ndo  para  qae  se  pre^ 
sentasen  todos  I03  bienes  del  difanto,  por  qnien  tuviese 
algo  qhe  faese  de  sa  perteaenclai  para  recobrar  más  de 
caatrocientos  mil  pesos  qna  se  decía  haber  ooaltado  Sa«« 
lazar,  procedente  de  dikdiras,  ooh&chos  y  venta  de  oflcio, 
en  lo  qae  se  faé  prosigaiendo  con  macha  rigor ,  aaaqae 
despaes  se  mandS  dejar  libre  á  Salazar,  qne  se  habia  re- 
traído á  Santo  Domlago,  y  se  pablioó.nna  indemnización 
del  obispo  para  reparo  de  sn  bnena  fama ,  ofendida  por 
estos  actos  públicos.  Sin  embargo,  dofia  Petronila  mn* 
rió  estando  todavía  los  bienes  embargados^  y  se  libraron 
sobre  ellos  los  gastos  del  entierro.. 

Laandienoia  gobernó  qninoe  meses  hasta  janio  de 
1G50,  presidida  por  el  doctor  don  Matías  de  Peralta ,  el 
oaal  mandó  continaar  la  obra  del  desagüe  á  t9jo  abierto, 
qae  el  obispo  habia  hecho  suspender. 


ViaESlMOPaiMEllO  VIREY.-ELExcmo.Sr.  D.LUI8EN- 

RIQOEZ  DEGUZMA.N.CONDB  DE  ALBA  DE  LISTE, 

MARQUBS  DE  YXLLAFLOR. 

Vbsde  38  dejanin  qm  prestó  eljurcmento  é  liiso  la  entrad'i  pú^li  - 
cacld  di  julio  d$  1650,  hasta  agosto  de  1653,  que  pasó  al  FerA  mm- 
plidn  loa  tre$  años  del  vireinak)  de  MéSico, 

ISn  la  tranquilidad  profunda  qne  gozaba  Ja  Kueva  fisv 
pafia,  se  pasaban  los  afios  sin  qne  ooarriese  novedad  dig- 
^  na  de  atención:  el  cuidado  del  desagüe,  aiguna  sedición 
^  de  indios  en  las  provincias  mas  distantes «  la  llegada  de 
las  flotas,  cato  era  lo  que  ocupaba  á  los  vireyes,  y  así  sa- 
cedlo en  el  tiempo  que  gobernó  el  conde  de  Alba  de  Liste, 
durante  el  cual  vino  de  visitador  el  doctor  don  Pedio 

Qálvest 

En  1650  murió  en  Caitaxtla,  cerca  deOrizava,  la  moBja 
alférez  que  iba  con  sa  recua  á  YeracraZ|  pues  haof a  el 


¿ráflco  d6  arrieiie:  vino  á  Nueva  iEiSpa&a,  siendo  virrey  el 
marqaéá  de  Oerralvo,  y  presentó  la  cédala  por  la  qne  se 
le  concedió  una  pei^Bion  de  quinientos  pesos  anuales,  li*« 
bradoB  sobre  las  cajas  de  de  Méjiooi  Lima  ó  Manila  los 
que  ae  le  pagaron  hasta  su  muerte  en  la  de  Méjico. 


VIGESIMOSEQÜNDO  VIREY.-EL Exorno.  Sr. D.FJRANCIS 

CO  FERNANDEZ  DE  LA  CUEVA,  DUQUE  DE  ALBUR- 

QUERQUE,  QRANDE  DE  ESPAÑA. 

JEAtró  en  Méjico  eníiode  agosto  áe  1658,  en  compañía  de  su  espesa 
douÁ  Juana  de  Armtnd4nt,  marqusea  de  Caaereita,  y  gobernó 
JíMM  setiembre^ de  166i>,  que  fué  pron^owiio  al  vircinú^o  de  tíicilia. 

Bn  1055,  los  ingleses  mandadosi  por  el  almirante  Fenn, 
rechazados^en  Santo  Domingo,  seaponeraion  dala  Ja- 
maioa^  y  con  este  motivo  el  año  siguiente  se  levantaron 
tropas  en  Méjico  para  recobrar  aquella  isla,  pero  tuvo 
mal  éxito  la  expedición  y  perecieron  casi  todos  los  que 
en  ella  faeion. 

Habiéndose  multiplicado  los  ladrones  en  términoe  de 
no  liaber  seguridad  en  los  caminos ,  fueron  cojidos  y 
alLorcados  muchos,  y  en  elafiode  1659  fueron  quemados 
en  el  quemadero  de  San  Lázaro  trece  sodomitasi 

Tomó  el  duque  de  Alburquerque  con  el  mayor  empeño 
la  conclusión  ae  la  catedral,  visitando  todas  las  tardes 
el  estado  de  la  obra,  subiendo  á  los  andamies  y  estimu- 
lando á  los  artesanos  con  gratificaciones ,  de  su  bolsillo. 
Sabiéndose  terminado  la  mayor  parte  de  las  bó.vedas  y 
cnbierto  de  madera  lo  restante  del  edificio;,  mientras  se 
liacian  las  demás,  resolvió  el  duque  verificar  la  solemne 
dedicación,  y  el  30  de  enero  de  1656  por  la  tarde,  reuni- 
do en  el  coro  el  cabildo  que  gobernaba  en  sede  vacante, 
le  hizo  entrega  formal  de  la  iglesia,  y  en  seguidst  subió  á 
las  gradas  del  altar  mayor,  acompañándole  la  dnquesa 
s  a  ecjposaé  hija,  y  lastres  barrieron  por  sus  manos  el 
preabiteiio,  para  que  se  celebrasen  los  oficios  divinos, 
jilenando  de  edificación  á  toda  la  ciudad  este  acto  de  res- 
peta al  lugar  santo  en  tan  ilustres  personajes.  Bl  dia  si'* 
Bf  uiente  1^  de  febrero,  se  hizo  una  gran  procesión  al  re< 


—  34  —  s 
dedor  de  16  plaza,  y  el  2  del  mismo  mes,  dia  déla  Pnii- 
flOHCion  de  ISaestxa  Sefiora,  el  yirey  foé  recibido  oun  la 
itiayor  pompa,  como  Tice  patrono,  cantándose  en  aegnida 
cuatro  mit^aa  á  nn  t-empo,  nua  en  cada  ano  de  Job  altares 
del  ciprés,  y  aiguienao  en  los  ochos  diaa  inmediatos  la 
solemnidad.      .  / 

Bl  12  de  marzo  de  16G0,  oatando  retando  el  dnqne  en 
la  capilla  de  la  Soledad,  deapnea  de  bajar  de  ia  Mveda 
del  crncero  del  OrieLte,  qae  ae  eat^ba  haciendo,  fué  ata« 
oado  por  la  eepa)da  por  un  soldado  llamado  Manuel  de 
Ledeema,  nhtnral  do  Madiid,  qae  faé  ahorcado  el  día  aii 
gaiente. 

fi(»te  yirey,  muy  afecto  á  fieataa'pompesiaai  celebró  con 
máscaras  >  otia»  diverH'ouea,  el  nacimiento  de  los  yarlos 
infantes  hijos  de  Felipe  I V'  y  con  odasion  del  de  don  Fe" 
lipe  Próu^^TO,  por  sólo  una  iusinnacion  yerbal  f-aja ,  la 
cladad  de  Méjloo  en  4  de  ma;o  de  1638  ofreció  un  dona- 
tíyo  para  mauiillac»del  niño,  de  doscientos  cincaenta  mil 
doeados  aúnales^  dnrante  qaince  afios,  lo  qae  hace  ana 
sama  de  roaaxie  (^o»  millones  de  pesos. 

Eq  el  año  de  1660  se  f ando  en  Naeyo  Héjieo  la  yilla^de 
Albarqaeique,  leijartiéadose  titrras  á  cien  familiaa  de  ea- 
pafioUa  qoe  faeron  á  establecerse  en  ella. 


TIQB8IMOTBE0BBO  TIBBY.— UL  Bjccmo.  Sr.  D. 

JUAN  DtíiLBlVv  Y  DH^LátOERDA,  MARQUES 

DJS  leí  VA  Y  D£  LaDB  x  D  A,  CCIIDB  DJfl  Ba- 

SOS. 

Uniré  á  golernar  el  16  de  8$iiembre  de  1600»  haita  íunio  d$  ICOá. 

Desde  el  ingreso  al  gobierno  del  conde  <fe  Bafioa.  ha- 
bo  no  incidente  qae  hiZo  faese  mal  recibii  o. 'y  faé  ana 
diapata  qae  ccarnó  en  ühapnltepec  áotes  de  entrar  en 
Itféjico,  entre  bu  hijo  ma^or  don  Pedro  y  el  conde  de 
BanÜMgo,  por  h' bcr  hablado  el  piimeio  mal  de  la  gente 
del  pait";  lo  qae  faé  motivo  para  qae  don  Pedro  matase  ' 
á  nn  criado  del  cuade  j  desafiase  á  éste,  despnea  de  con^ 
eloido  el  rireicato  de  sa  padre,  hi  qae  ae  impidió  llegaise 
á  tener  efecto^  por  el  obispo  Esoobar  y  LlamaSi  qae  au- 


•   ~  » -- 

eedíó  al  e^nde  de  BiQos,  el  cual  pu90  presoa  á  ano  y  oU0 
coateadluati»  ea  aad  Ciíaas,  cja  mait^'de  lioj  mil  dallados, 
Bi  Nvtliaa  do  eUa0« 

OüVM  varias  oaarrenoiaa  órglaadas  por  órdenea  hvbu 
trarittB  del  yirey,  caa^arou  muiihua diagacitoa  /  takaooiAO 
la  qiitf  dió  ei  aüo  de  16S2  para  alCer^r  la  oarrera  du  la 
proceaioa  del  i^orpas,  tiitaleodo  que  6<«ta  pagase  delaate 
de  lo:9  ba^ceaes  da  p<ila3io  para  qae  la  neaó  la  vireiua,  lo 
qte  dio  mouro  á  agii*a  «xiaUM&aciOuea  coa  el  cabitdo 
e(3Usiá4tioo,  toobro  lo  qae  liabo  oenaaraa,  y  kabeado o» 
ca*  rido  el  cabildo  á  la  Oorte  no  eoui  ea  dtídH^rooo  la  pro- 
YideBoia df^l  Yirey  aiüo qae faé oondttoaio éate a P'igaraaa 
muí  a  de  120  O  dao^dua,  maudt»n4o  ae  uo  alterase  la  car- 
rera tíaúbi«clda  p<ira  la  proceaiua,  y  lo  iBÍtímt>  ae  m^ndó 
reapecoü  á  la  faucioa  de  aacar  el  peudoa,  pur  repreienea^ 
cica  del  a)iintamieatü. 

La  aabievaciou  de  Tt:haaatepe6  faé  sos^^g^dá  por  las 
provi  leuciaa  de  dou  jil' uae  y  Caifas  Dó?a!o/« ,  ot.iapo 
de  P  ijaoa,  natarai  de  Méjico»  de  donde  detípa^  faé  vjtíoi- 
piar  arzobiapot 

Li  entrada  de  loa  ingleses  en  la  ciaclad  de  Santiago  de 
OaOaf  iaqdeaaqaearonf  b'izo  ae  touiaaen  proviilbuciaa 
para  la  dtfanaa  de  las  coataa  |  de  qae  no  llegó  á  Uaber 
neceaidad.       ' 

Hl  dia  24  de  janio  de  1661  arrojó  gran  oantiiad  de  ha** 
mo  el  volc<*u  de  Popooatepetl ,  lo  qae  no  kabla  sucedido 
d«ade  el  afto  df  15S0, 

iíll  Cunde  dv  B^ftea,  lYeao  de  los  diagaatos  qae  le  acar- 
rearon 804  iuducrcícoDea  y  los  de  sa  hjo»  volvió  á  Ifispa- 
fia,  y  b^tbieado  enviadado  toinó  el  bikblco  de  caraieiica 
en  It  drid.éá  donde  profeaó  y  eaucó  «a  primera  miaa,  el 
dia  27  de  octnbre  de  1676^  reiiráudoae  á  vinr  al  euiiTeii« 
to  de  Qaadabjara. 


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vnBBSACOMná— iei(íift^>7i 


\ 


-#6- 

V1&ESIM0CÜA1IT0  VIREY.-EL  Exorno,  elimo.  Sr.  D. DI«- 

GO  030EI0  DB  rESCOYAE  Y  LLAMAS,  OBISPO  DS  P   É" 

BLA.  I 

De8de,2^  de  j  unió  de  16G4,  ^hasta  15  de  ociuhre  del  mismo  añ 

Tomó  posesión  del  yireinato  rdpentmamente,  habiaado 
recibido  por  aa  aooidente  cMual  el  pliego  de  en  nombra* 
miento,  pues  el  conde  de  Baños  había  interceptado  loa 
anteriores  avisos.  En  el  oferto  tiempo  de  su  gobierno  no 
ocnrrió  cosa  particalar,  habiéadose  ocnpado  en  rcfstablev 
cer  á  los  empleados  qoe  habían  sido  privados  de  empleo 
por  sn  antecesor,  y  en  exíjirlas  maltas  en  qne  f nerón 
condenados  algnnos  otros.  Sennnoió  el  vireinato  y  tam^ 
bien  el  arzobispado  de  Méjico  I  para  él  qne  había  sido 
electo. 


YiaESIMOQÜINTOVIBEY.-lBLEMmo.  Sr.  D.  ANTONIO 
SEBASTIAN  1>1S^  TOLEDO,  MARQUES  DlE  MANCERA. 

JDisde  15  d$  oelubre  de  1664,  áSdé  diciembre  de  1678.— Fino  «« 
8U  compañía  eu  ^p^aa  la  84i^9ra  doñsi  Jjeoner  (Jarrete»  que  mwió 
«it  Tepeaoa  al  volver  á  JSspñiiñ» 

En  el  aBo  de  1667  en  22  de  diciembre,  se  hizo  la  segnn^ 
áí  dedicacton  de  la  catedral,  por  estar  conclaidas  las 
bóvedaSy  y  se  celebró  con  solemnísima  fnncion«  Iban  gas« 
tados  hasta  entonces  en  la  obra^  1.752^000  peses,  todo 
por  cnenta  de  la  real  hacienda.  Oon  las  obrss  qne  se  si*- 
gnieron  haciendo,  ascendía  el  gasta  en  el  afio  de  1739,  á 
2  262,000  pesos,  qnedando  todavía  pendientes  las  torres, 
qne  se  hicieron  despnes. 

Habiendo  mnerto  en  Madrid  el  rey  Felipe  ly  el  17  de 
setiembre  de  1665,  se  celebraron  sns  exéqnias  en  Méjico 
con  gran  solemnidad,  el  2?  de  jnlio  de  1666^  y  faé  procla- 
mado su  snoesor  el  rey  Garlos  íl. 

Bn  3  de  febrero  de  1668,  toelebró !  el  tribnnal  de  la  inv 
qnisicion  anto  de  fé  en  Banto  Domingo^  en  qne  salió  pee 
Bitenciado  don  Diego  de  f  efiáloea,  gobernador  de  Knev^ 
K<)ico.  ^'por  snelto  de  lengna  contM  los  sacerdotes  y  Be- 
llotes inqnigidores.'' 

fin  febrero  de  1670j  bajó  el  virw  á  Y eracn»  ft  vírUm 


las  fortiAoaoiones  del  castillo  de  San  Jaan  de  Ulia,  que 
se  temía  faese  atacado  por  los  ingleses.  Bn  1G7S  se  roli^ 
yió  &  Bspafia,  habiéndosele  prorogado  por.  dos  veoes  el 
tiempo  ordinario  del  vireinato. 

Ba  la  flota  que  salió  de  Teracraz  en  fines  de  1673,  j  de 
la  Hal^ana  el  22  de  enero  de  1673,  al  mando  del  general 
don  Diego  de  Ibarra,  ce  registraron  del  rey  1 781,028  pe- 
sos y  dos  cajas,  una  de  perlas  y  otra  de  esmeraldas,  y 
otras  dos  con  cerradnras^de  plata  para  la  crnziida  con 
320  000  ps.  Da  particulares  faeron  registrados  16«7SI,322 
peso^,  no  solo  en  I^neva  flspafla,  sino  inclaso  lo  del  Psn 
xtj  y  sin  contar  lo  que  iba  faera  de  registro. 


BÜIETADO  DB  0ABLO3 IL 

'    esde  IT  úm  setiembre  de  1665,  que  heredó  la  c 
roña  por  nsnerte  de  s«  padre  Felipe  IT,  liasfa 
el  ^B  de  octalbre  de  ITOO,  que  joaur     ea  Ma- 
drid. 

Por  sn  menoridad,  pnes' tenia  cnatro  años  cnando  snbi6 
al  trono,  gobernó  la  reina  madre  doña  María  Ana  de 
Anstria,  con  nn  consejo  de  regencia  Faé  declarado 
miyor  en  1677,  y  comenzó  á  gobernar  por  sí  mismo; 

ViaBSIM031XT0  VIKEY.-EL  Ezemo.  Sr.  D.  PEDRO  HtJ- 

ÍÍO  COLON  DE  PORtUaÁL-  DUQUE   DE  VERAQÜAg^ 

MARQUES  DE  LA  JAMAICA,  GRANDE  DE  ESPAÑA, 

C ABALLERe  DEL  TOISÓN  PE  ORO. 

De$i$  él  8  de  dkimbre  i«1673,  qm  hiMO  m  entrada  pública,  iaHM 

el  13  del  miimQ  quéi  fáUeeió,  > 


Ko  ejerció  más  que  seis  dias  el  vireinato  i  siendo 
ciano  y  enfermizo  cnando  tomó  posesión  de  él.  Se  hi 
«entierro  con  mncha  solemnidad  en  la  catedral^  de 
fié  despnea  llevada  á  Espala  sn  oadáver* 


/ 
/ 


—  88- 


ViaEC^MOSEFTIMO  VlRíT-EL  Exorno.  E  I"mo  8r.  D  Fr 

PATO  c.NRiQ0»:3  0&  ñWERk,  DEL  OKDEV  DE  SAX 

AGUSTÍN.  ABZOíSiSFO  D£  MtJitO. 

Beot  lando  la  rfiaa  gubernadora  que  M  daqqedeT^ 
tagala  Dti  viviese  na  ho  tiempo  bomrr6pa*'aaaovdariral 
a'Bobitüpo  D.  PdTjo  y  luaudó  á  preftnoo  1  6  pUe»j;u  aeorii- 
Wnieütó  a  U  iuqoíftioioa.  Era  eaC»  p  elaio  hijo  d«l  duqoa 
cl<9  Alcalá  adt^L»Di/ado  de  u  AodalüoU :  f'ie  Dombri^do 
obispo  de  Gaareniift  a  eu  1657  y  «11  el  de  1607  paró  á  MU 
cbuaran.  habiéüdoeele  «oikfeiido  el  araobh»¿/ado  de  Meji« 
00  ea  lü6d. 

Bu  al  afto  de  1675  ee  empetó  la  aoofiadon  de  oro  en  la 
casa  de  moneda  do  Méjico  paeeiías  a  euióocee  eóio  ae  a^^ 
ea&aba  plata  y  el  oro  e^.tejua  ee  lleyaba  A  Hapufi^  Ba 
17  de  uioiembre  del  náifecno  tifio,  sé  cornt-iaKó  a  kaoc-r  de 
piedra  la  («alzada  que  oondoce  de  Méjico  ai  isMUiaaiio  de 
Quadalape,  b.  jola  ÍDNp<^ojii»n  del  Ik^oal  de  la  nrül  ha« 
oienda  dou  Frc^ucidCo  filarmolrjo,  y  deldoetor  deu  Isidro 
deSanfi^na.  fi5e  condujo  también  el  agoa  á  aqntl  aan- 
taario  per  la  aiqacrU  que  »«  ooiietraié;  el  aixobiapo  vi- 
rey  ouidó  coa  el  iu<*^ur  eaiptfto,  ám  la  mtjora  dn  laa  de* 
más  eutradttS  de  la  capiUi* 

£1  Yiéru^s  11  de  diciembre  de  16'6  «e  qnemó  la  ig'esia 

de  San  Agubtin  de  Méjioo,  y  biáió  trfa  dius  mo  babeut 

podido  apttgar  el  iuocudio,  por  haber  tomad»  cuerpo  en 

el  te^bo,  que  era  de  srUMOUado  de  madura,  y  el  plomo 

qnelocabciai  h*biéQdo^«  fohdidOy^.  caía  eomo  agt acero. 

JEl  arzobicipo  Yiré>  bizo  pifjiseutar   planos  a  loa  ajqoiiec- 

tos  parolevancat  deiia«vo  )»  iglesia  oen  enrnbotilad. 

iero  ésta  uo  be  comei>£Ó  hasta  el  0  fin  de  1680  |  a  el  coal 

*Mero¿  á  pedir  iitnosuHci  para  la  obra  ^l  dia  15  de  maisoy 

^l  l*ovinoiat  y  otro»  leijgiüsoa,  llevando  una  Ubta  de  cítB« 

toot^^Q^iii^  ptetioTiO'4  ó  primeros  couCiibuy entes  a  qai<i 

niente^.peaoB  cada  unOi  lo  que  hace  la  oaotidad  de  sateiH 

ta  y  eiifc^  mil  pedoa 

la  16v^  ¡os  piratas  saquearon  4  Campeche,  j  kabUn^* 
lose  ^apoúB^ade  de  la  isla  del  Oármen ,  anittfkanrvA  i 


y-  39  -- 
Alvarado,  qae  faé  defeadldo  odh  valor  por  los  habitan^ 
tes. 

íSq  el  ^último  aflo  del  gobierao  de  este  virejí  se  suble- 
varon los  indios  de  lüTaovo  Méjiooi  qae  estaban  redaol** 
dos  á  misión  y  mataron  veinte  y  na  misioneros  franoisoa- 
nos«  por  lo  que  se  diotaion  medidas  para  sidetarlos. 

D.  Fr.  Fayo  habia  renunciado  tiempo  hacía  el  arzobis- 
pado y  vireinatOf  y  aanqae  no  se  le«Adaütió,  iiabiendo  ia- 
sistido  en  la  renuncia,  qe  le  llamó  á  Espaüa  en  el  afio  de 
1680  para  presidir  el  consejo  de  Indias,  dándole  el  obisi 
pado  de  Cnenca*  Antes  de  su  salida  de  MéjicOi  repartió 
el  poco  dinero  que  tenia  entre  los  establecimientos  de  ca» 
ridad,  y  dio  su  librería  al  oratorio  de  San  Felipa  de  Ke^ 
ri, y  el3Ddejaniodel68lBalióde  la  capital,  para  la 
caalfaé  este  un  dia  deluto^  llevándolo  en  su  ooolie  á  la  de- 
reoha  el  virey  su  sucesor,  y  acompañándolo  la  audiencia 
y  todas  las  autoridades^  con  las  bendiciones  de  toda  la 
población. Llegado á Bspafiá,  desde, el  pneito  escribió 
al  rey  dándole  las  gracias  por  los  honores  que  le  habia 
conferido,  y  renunciando  todos  sus.  empleos,  se  faé  ¿con 
un  solo  criado  á  encerrarse  por  el  resto  de  su  vida  en  el 
convento  del  BisoO|  retiro  de  agustinos  desoalzoS|.  en  el 
obispado  de  Avila,;  en  el  que  terminó  santamente  sus 
dias.  Para  su  sustentación,  el  rey  le  asignó  una  pensión 
de  cuatro  mil  ducados  anuales ,  pagados  en  las  cajas  de 
Méjico. 

D.  Payo  murió  en  el  Bisco  el  8  de  abril  de  1631,  y  r£cif 
bida  en  Méjico  la  noticia  de  su  fallecimiento,  por  el  gran-* 
de  apredo  que  de  él  se  hada»  se  celebraron  honras  mag> 
níficas,  y  el  virey  de  luto  recibió  el  pésame  del  arzobispo 
y  de  todas  las  antoridades,  lo  quf4  no  se  habia  hecho  con 
ninguno  de  los  vireyes  anteriores. 


TIGBSIMOOOTAVO  TIRBT»— EL  Bxcma  Sr.  D.  TO- 

MAS  AHTONIODHLiOBBOA  Y  ARiQOír/COHt 

DB  DB  PABBDBS,  MASQUES  DB  LA  Lá.GÜKA. 

DeBde  80  ib  ^¿rttórede  im,  á  igual  Ji9ha  de  16S6. 

Bste  virey,  y  M>tire  todo  su  esposa  dofia  María  lu^i 

NraBZAaiOMMk— lOM  Ciil—  75 


//^ 


-'  40  - 
Manrique  d6  liara  y  Gtonzagai  faeron  objeto  de  machad 
de  las  oompofiioioiieB  poéticas  de  la  oélebre  moBja  de  S. 
QerónimOi  Sor  Jnana  Inés  de  la  Omz,  y  ambos  visitaban 
frecáentemente  á  la  religioia,  complaciéndose  con  ga 
txato  é  ingenio. 

Para  asegnrar  la  tranquilidad  en  Nnevo  Méjico ,  el 
oonde  de  la  Laguna,  además  de  la  tropa  que  destinó  á 
aquella  proyinoia,  mandó  una  colonia  de  tresoientaa  f a% 
milias  de  espafioles  y  mulatos,  á  laa  que  se  repartieron 
tierras  y  dieron  auxilios  para  labrarlas  en  las  iomedia^i 
clones  de  Santa  Fé/á  cuya  población  ledló  el  título  de 
ciadad« 

Bl  21  de  marzo  de  1683  se  recibió  la  jaoticla  del  des  - 
embarc3  de  los  piratas  conducidos  por  Lorenzillo  en  la 
Antigua,  de  donde  pasaron  á  Teraomzi  y  de  esta  ciudad 
se  apoderaron  el  17  de  aquel  mes ,  habiendo  cojido  nn 
gran  caudal  por  estar  en  espera  de  la  ilota  que  llegó 
de  BspaOa  por  el  mismo  tiempo.  El  vlrey  mandó  tomar 
laa  armas  á  todos  los  vecinos  de  quince  ^  sesenta  añosi 
y  comisionó  á  los  oidores  Delgado  y  Solía  para  que  con- 
dujesen las  tropas  que  marchaban  á  Yeracruz :  la  cab^-> 
Hería  fué  á  las  órdenes  de  tJrrutia  de  Yergara  ,  y  el  24 
del  mismo  mes  marchó  la  infantería ,  que  faeron  unos 
dos  mil  hombres,  bajo  el  mando  del  conde  de  Santiago^ 
que  fué  nombrado  para  esta  expedición  maestre  de  cam  • 
po;  m&i  todo  fué  inútil,  porque  los  corsarios  ise  retiraron 
después  de  saquear  á  veracruzi  pasando  á  la  vista  de  la 
flotaque  llegaba.  Bl  vírey  salió  para  aquel  puerto  ell  7  de 
julio)  y  con  parecer  de  asesor,  condenó  á  la  pena  capital 
al  gobernador  de  la  plaza,  pero  habienda  éste  apelado^ 
faé  enviado  á  Bspaño  en  la  fiota.  Bl  virey  volvió  á  Méji.- 
00  el  11  de  setíembroi  y  durante  todo  el  tiempo  de  su  go< 
biernOi  faeron  cantínaos  los  amagos  de  desembarcos  de 
enemigos,  tanto  en  las  costas  del  golfo^  como  en  las  áel 
mar  del  Sur. 

Bl  9  de  junio  del  mismo  afto  trajeron  de  Pueblai^prefio 
á  la  cárcel  de  corte  de  Méjlcoi  &  don  Antonio  Benavidesi 
que  se  fingía  marqués  de  San  Yioente  y  visitador,  y  le 
llamaban  el  tapcido:  fué  «horcado  el  12  de  julio  de.l684. 

Hfzose  á  Oalifernias  una  expedición,  bi^o  el  2BAndo  de 
don  Isidro  Otondo,  que  faé  tan  costosa  é  infructuosa  cor 
mo  las  anterioresi  y  al  cabo  de  tres  aüos  se  volflót  Ba 


\ 


—  41  — 
ella  íaeroa  tres  jeauitasy  el  padre  KiaO|  qae  po?  entón^* 
ees  no  hicieron  efitableoimiento  alguno. 

El  conde  de  la  Laguna  gobernó  seis  años ,  al  cabo  de 
las  caales  regresó  &  Ifispafia,  en  donde  hizo  nn  donativo 
de  cincuenta  mil  pesos,  y  fué  hecho  grande  de  Bspaña  y 
^nayordomo  major  de  la  reina,  y  á  su  hijo  mayor  se  le  dio 
el  titulo  de  duque  de  Guastala. 


ViaESIMONONO  VIREY.-  EL  Excmo.  Sr.  D.  MELCHOR 
POTOCARRERO  LASO  DE  LA  VEGA,  CONDE  D&  LA 

MONCLOVA.;. 

Desde  30  dú  noviembre  d9 1686,  hasta  noviembre  del^Sd,  que  pas^ 

devireyal  Ferú, 

Llamábanle  brazo  de  plata,  á  causa  que  se  decía  quo 
tenia  de  este  metal  el  brazo*  derecho,  que  habla  perdido 
ea  una  batalla:  vino  en  su  compafiía  su  esposa  la  señora 
do&a  Antonia  de  XJrrea.  Hizo  á  sus  espensas  la  cafietía 
que  conduce  el  agua  de  Ohapñltepeo  al  Salto  del  Agua  y 
barrios  del  Sur  de  la  capital.  Los  corsarios  que  infesta'* 
ban  las  costas  lo  tuvieron  en  continuo  sobresalto,  é  hizo 
se  reconociesen  los  puntos  en  que  hablan  formado  esta*^ 
blecimientos,  encontrtodose  nn  fuerte  comenzado  á  cof«b- 
truir  por  los  franceses  en  la  bahía  de  San  Bernardo  en  la 
provincia  de  Tejasi  pero  hablan  sido  muertos  por  los 
salvajes  todos  los  que.  hablan  empezado  á  formar  aquel 
establecimiento.  Bate  virey  fundó  en  Ooahuila  el  presidio 
que  lleva  su  nombre. 

La  obra  del  desagüe,  suspendida  trece  afics  hacía,  con 
motivo  de  haber  quitado  la  dirección  de  ella  don  Pa^o  de 
Si  vera  al  padre  fray  Manuel  Oabrera  en  1674,  y  dódola 
al  oidor  don  Lope  de  Sierra,  se  continuó  en  el  año  de 
1637,  TOlviéndose  á  dar  el  encargo  al  mismo  padre  Oa« 
lyc%t»j  por  acuerdo  de  la  junta  general  que  se  celebró  pa- 
ra proceder  con  con  mayor  acierto. 

Aunque  el  conde  de  la  Mondova  dejó  el  mando  desde 
noviembre  de  1668,  no  verificó  su  embarque  para  el  Pe- 
rú por  falta  de  buque^  hasta  mayo  del  año  siguiente^ 
]bia1»iendo  salido  de  Tííííqo  él  lunes  18  de  abrili  acompa^ 


—  tó  — 

fiiadole  iia&ta  la  Piedra  el  yitej,  aadienda  y  demás  an- 
toridadea. 


yitlGESma  VIRÉ¥.««-£L  Iplxcmo.  Sr.D.  GASPAR  DE  SáN- 

""TJbVAL,  SILVA  Y  MENDOZA,  CONDE  DE  GALVE. 
■t  i 

Uegó  á  Chapnitepec  el  11  de  noviembre  de  IGSS :  tomó 
posesión  en  el  real  acaerdo  el  20  de  aquel  mes,  é  kizo 
su  entrada  t>úblioa  el  4  de  diciembre :  gobernó  hasta 
febrero  de  1606.— Le  acompañó  en  esposa  la  señora 
doña  Elvira  de  Toledo ,  hija  del  marqnés  de  YiUa^i 
franca. 

£1  gobierno  de  esto  virey  es  nno  de  los  mas  notables, 
por  los  acontecimientos  ooniridos  en  el  período  de  sn  du- 
ración. 

En  1689  mandó  reconocer  la  bahía  de  San  Bernardo 
en  la  costa  do  Tejas,  para  echaijr  Ae  ella  i  los  franceses 
que  allí  se  habian  e&tablecido.y  se  encoutíró  que  habían 
sido  mueitos  pt  r  les  indios.  Hizo  establecer  en  aquel 
punto  nn  presidio,  quo  fué  abandonado  poco  después  •— 
En  el  mismo  año  aconteció  el  levantamiento  de  los  in- 
dios tarumares  y  tepebuanest  que  dieron  muerte  á  los 
nnsioneros  franciscanos  y  á  tres  jesuitaSi  y  se'calmó  por 
el  padre  jesaita  Juan  María  tíalvatierra »  natural  da 
Milac 

En  el  si^n^lonto  de  1690  fueron  derrotados  los  franceses 
en  el  Gnaiieo,  por  el  gobernador  de  Santo  DomingOi  a 
loquecontrlt^n^eronlas  tropas  mejicanas  que  elvirey 
mandó  a  eqnella  expedición,    . 

]bil  30  de  cBero  del  mismo  año  llegó  á  Méjico  D*  Fer« 
nando  Vales  z^acla,  que  habla  siáo  favorecido  de  la  reisá 
doña  Mariana  de  Áustxia,  regenta  del  wino  en  la  meno^ 
xidad  del  rey  Ciarlos  II,  y  que  faé  peiBOguido  después: 
Tino  de  Manila  ccn  óxden  de  residir  en  esta  capital  y  que 
se  le  tratase  de  Y.  S.  £1  domingo  30.  de  diciembre  de 
1691  le  dio  un  cnVaHo  una  coz  en  «1  estómago,  pues  pre» 
ciaba  de  gincte:  el  5  de  enero  de  1602  ee  te:  administró  el 
vl&tico,  y  no  pudo  firmar  el  testamento»  ^n  el  que  dejó  de 
albacea  al  virey  conde  Galve.  Murió,  el  jueves  7  á  las 
nueve  de  la  noche  y  doblaron  en  todqís  ig&e^^UU^  Bl  día  8 


^  43  — 

f Qé  embabamaáo  el  oadárer,  y  aanqae  estaba  dispuesto 
darle  sepaltara  en  el  mismo  dia,  faé  taa  grande  el  con- 
cargo de  gente  qoe  ooorríó  á  verlo,  que  fcé  preciso  dejar 
el  entierro  para  el  día  Bigoiente  lO,  en  qne  ee  hizo  en  San 
Agastin,  en  la  capilla  de  las  Fibree  qne  está  en  ii  claus- 
tro, habiendo  aaii^tido  el  virey,  andieiici»,  cabildo  eotC'* 
siástico  y  todas  Jas  coms^idades,  y  el  10  de  aqnel  mes 
se  le  hicieron  honras  en  la  misma  iglesia  con  igual  golem» 
nidad. 

El  jueves  23  do  agosto  de  1691|  á  las  nueve  de  la  ma<« 
fiana,  hubo  ua  eclipse  total  de  sol,  y  durante  un  cuarto 
de  hora  fué  tanta  la  oscuridad^  que  se  vieron  laa  estre<« 
Has  y  cantaron  los  gaiIoi^ ;  se  tocó  rogativa  en  todas  las 
igleeias  y  se  expuso  el  Santísimo  BaoramentOr 

A  este  eclipse  se  atribuyó  la  plaga  de  gusanos  que  ca- 
yó á  \OA  ti igo«  que  causó  mucha  escases  de  mancenimien- 
toa  Perdióse  también  la  cosecha  de  m^iz,  y  Ja  falta  de 
éste  fué  el  motivo  del  tumulto  acontecida  en  Méjico  el  dia 
8  de  junio  de  1692;  en  que  la  plebe  quemó  el,  palacio  y 
)a  diputación  ó  casa  de  cabildo,  habieudo  salvado  los  11 1 
broa  de  éste  con  mucho  riesgo  don  Garlos  de  Sigü^oiza. 
SI  yirey  y  su  esposa  se  recogieron  á  San  Francisco,  ha** 
biendo  reprimido  el  motín  don  Juan  de  Yelaeco,  conde  de 
Santiago,  que  salió  á  caballo  con  toda  la  gente  principal. 
Hiciéronse  después  muchos  castigos  y  se  tomaron  medi-i 
das  de  segntidadi  y  entre  otras  se'prohit>ió  el  uso  del  pul  • 
que.  La  eacssez  y  carestía  de  víveres  siguió  por  mucho 
tiempo  después^  y  á  consecueucia  de  ella  se  volvió  á  per- 
mitir el  cultivo  del  trigo  blanquillo,  que  so  había  prohiv 
bido  aun  con  excomunión,  por  considerarlo  perjudicial  á 
la  salad. 

El  gobernador  de  Tiaxcala  se  presentó  con  muchos  in- 
dios á  auxiliar  al  virey,  pero  pocos  dias  después  hubo. un 
motin  semejante  en  aquella  ciudad  y  en  otras.  Fueron 
también  firecuentes  en  este  periodo  los  temblores  de  tier- 
ra muy  violentos  y  repetidos. 

El  viernes  21  da  noviembre  de  aquel  afio  llegó  la  noli* 
cía  de  haberse  concluido  pacíñcamente^  la  cou  quieta  de 
Nuevo  Méjico  por  el  gobernador  don  Diego  de  Vargas,  y 
el  fiignientedia  se  solemnizó  con  misa  de  gracia. 

lia  primera  piedra  para  la  construcción  del  seminario 
tridentino  de  Méjico,  se  puso  el  domingo  4  de  dieiembr^ 


«♦• 


7 


-  4t  - 

de  IGSO:  el  virey  dio  el  primer  bftrfetaco.  Si  25  de  mar^o 
de  1695  se  oomenzó  la  aotaal  iglesia  de  ITaestra  Befiora 
de  Gaadalape.  habieado  puesto  la  primera  piedra  el  ar« 
zobispo  doa  Fraaciaoo  de  Agaiar  y  Sei]aS|  con  aeifitenda 
del  virey  y  audiencia. 

Bu  el  mes  aigaiente  de  abril ,  el  domingo  17  á  las  tres 
de  la  mafiana,  murió  la  célebre  poetisa  mejicana  Sor 
Juana  Inás  de  la  Oruz,  monja  de  San  Oerónimo.  Buter^- 
rósele  con  mucha  fiolemnidad|  con  asistencia  del  cabildo 
eclesiástico. 

El  sábado  21  de  enero  de  1096  hizo  entrega  del  mando 
el  conde  de  Galte,  habiendo  sido  nombrado  para  snoe^ 
derle  el  obispo  de  Puebla  D.  Manuel  f^ernandez  de  Sts^. 
C(*az,  y  por  no  haber  querido  admitir  éste  el  Tireinato,  se 
abrió  por  la  audiencia  el  segundo  pliego,  en  qró  vino 
nombrado  el  obispo  de  Michoaoan  don  Juan  de  .Ortega 
Montañés.  Bu  el  último  afio  del  gobierno  del  conde  de 
0^1709  fie  concluyó  la  fortaleza  de  Panzaoola  en  la  Flo.- 
jida,  á  la  que  hizo  conducir  en  la  armada  de  Barlovento 
colonos  y  guanicion. 


TRia¿;SIMOPBI^£EO  TiaCV*— ^li  Ezcmo.  é.Ilmo.  Sr.  D. 
JUAN  DE  ORTESA  MONTAÑÉS,  OBISPO  DE  MI- 
CHOAOAN. 

Dc^A^  37  ge  febrero  ^  18  de  diclemhre  de  1096.     ^ 

Datante  el  corto  tiempo  de- su  gobierno^  loa  p^tctres  je- 
suítas Salvatierra  y  Klno,  con  limosnas  que  colectaron, 
tomaron  á  su  cargo  establecer  las  mialones,  de  Oalisfur-^ 
nias  y  civilizar  aquel  país  por  medio  de  la  religión. 

No  hubo  otro  suceso  notable  en  este  períodOi  más  que 
un  motín  de  los  estudiantes  de  la  universidad  el  27  de 
mftr£o,  para  quemar  )a  pioota,que  está  en  la  plazaj  la  quQ 
se  volvió  á  poner  el  dia  siguiente. 


—  45  — 

TRiaESIMOSEaüNCO  VIREY.-KL  Erc;no.  Sr.  D.   J03B 
SARMENTÓ  DE  VALLADARES,  CONDE  DE  MOCTE- 
ZUMA Y  DE  TULA. 

Desde  18  de  diciembre  de  1606  hasta  noviembre  de  1701. 
YíDo  o»8ado  con  la  sefiora  dofia  María  Audrea  ütocte- 
zuma,  Jofre  de  Loaisa,  tercera  coadesa-d^  IVIo  itezaaia« 
cuarta  nieta  del  segando  emperador  de  iUéjico  de  este 
nombre,  Dor  su  hijo  don  Pedro  Johaalicdkaaizia  &Ioc« 
tezama.  Faé  nonbrado  en  25  de  noviembre  de  1701 
dnqae  de  Attixco  y  grande  de  España. 

Al  hacer  su  entrada  pública  el  día  2  de  febrero  do 
1697,  en  el  arco  puesto  en  Santo  Domingo,  lo  derribó  ei 
caballo  ea  que  iba  montado. 

£1  dia  12  de  marzo  del  mismo  aSLo,  por  la  grande  esci- 
aez  de  maiz  que  habia,  no  hallándolo  el  pueblo  en  la  al* 
hóndiga,  .se  presentó  delante  de  los  balcones  del  virey 
pldiéadole  pan,  y  se  logré  sosegar  el  tumulto,  tomáado^* 
se  las  medidas  mas  etoaoes  para  la  provisión  de  la  ciuv 
dad.  En  este  afio  vino  cédula  del  rey,  permitiéndole  el 
uso  del  pulque. 

El  25  de  aquel  mes,  habiéndose  concluido  las  obras 
priocipales  del  palacio  comenzado  á  reedificar  por  el  con*, 
de  de  Gal  ve,  á  consecuencia  del  incendio  que  aquel  edi«< 
ñcio  sufrió  en  el  tumulto  del  año  de  1692 ,  el  conde  de 
Moctezuma  se  trasladó  á  él,  habiendo  habitado  los  vire^ 
yes  en  este  intermedio  en  la  casa .  del  estado  del  Yaiie, 
que  es  ahora  Montepío. 

Bl  padre  Salvatierra  con  sus  compañeros,  salió  de  Mé«* 
jico  para  su  expedición  de  Oalifomias  el  dia  9  de  febrero 
del  mismo  año. 

Bl  16  de  julio  falleció  de  viruelas  doña  Fausta  Domin- 
ga, hija  del  viiey:  se  enterró  con  gran  solemoidad  en  ISan- 
vo  Domingo,  y  habiendo  muerto  también  sin  sucesión  en 
1717  su  hermana  dofia  Melchora ,  el  título  de  conde  de 
Moctezuma,  con  la  pensión  de  cuarenta  mil  pesos  que  le 
estaba  asignada,  pasó  por  la  segunda  liuea  femoaiaa  á 
Jos  marqueses  de  Tenebron^  cayo  mayorazgo  existía  en 
Oaatiila  y  pertcqieció  al  eardeinal  don  Francisco  Jiménez 
de  OisBoros. 


^  I 


—  46  — 

SI  20  de octobr/" de  1697  Hizo anaerapcion  de  faego el 
voloni  fl^  PoK*tcatí>pet< 

£r.  13  dt- ina>od«<  1G90  f4)4  reconocido  patroso  déla 
eiudaii  df  MéjKOG^;Ltr»ei  chahuiistlev  qn»  en  Job  afioB 
aritfiioirt^  hdLUiá  dettcraido  loa  crig08|  San  Beraurdo,  y  ee 
Boi«  IUD1VÓ  kou  nihgLiÜc»  procefiioo. 

Jil  dt:mii,g.'  14  de  jamo  hi£o  la  ínqnicifiion  anto  defé 
.eu  c^iuí^i  Dutaiijgo  ooa  ái^z  y  síet^  reoa,  v  fa6  qoi^mado 
doL  Ftii-auao  de  Molifia,  [áliao]  Alberto  Moiaen  Gome?, 
por  jQüíü. 

««.  )>il  >ciiáoe)  del  a&odelTOO.,  qae  faé  afio  santo,  ae 
6ü«  iió  gi,.uüaf»ilv.»n  aobre&i  aa  aftaietidfa  ó  no  laa  iu> 
da!g<'uciaH  ordiiiariaa, con  motivo  de  nn  alimón  qae ao- 
bre  ébtj  predicó  en  la  igleaia  de  la  casa  profesa  de  Iom  je- 
BUii  M  el  itm  1?  del  año  al  padre  Jaan  Manint'Z  de  la  Par- 
ra, célebre  predicador,  y  la  diapnta  ae  aegnió  con  cal- r 
por  uiaoho  tiempo. 

Bl  domiiigo  22  de  agoato  falleció  en  el  hoapital  del 
Amor  de  Dios,  de  qae  era  capellán  ^ahora  Academia  de 
San  Cárlob)  el  Ldo.  D.  C  átioa  de  tiigüeitza  y  Oóngora, 
natural  de  Méjico^  nao  da  loa  primeros  ornamentos  de  la 
literatura  mf  jicjua.  fiatandó  ea  cama  profesó  en  la  com* 
.  pafiÍA  de  Jesas,  en  Ja  que  h^hie,  estado  aiete  aiioa  y  ha- 
bía df  jiido  la  ropa  en  el  de  1667,  por  acompafiar  á  su  ija^^ 
dre,  Faó  cnteirado  en  el  colegio  de  les  jesnitas  de  San 
Pedro  y  BdU  Pablo,  en  capilla  de  la  Paríaima. 

£1  lúuea  16  de  noviembre  de  1700  al  anochecer,  vol- 
viendo de  los  toros  que  se  estaban  haciendo  delante  del 
conde  de  dan  Juan  de  Dios^  para  celebrar  la  canoniza- 
clon  de  e^te  santo ,  paeaba  el  virey*  por  la  calle  de  San 
Francitsco,  al  mismo  tiempo  que  el  conde  de  Santiago, 
que  hizo  detener  aa  coohe,  según  lo  que  estaba  estableció . 
üo,  miéütraa  pasaba  ti  del  virey,  y  lo  miamo  hizo  con  el 
de  laa  damas  de  la  vireina.  pero  habiendo  mandado  al 
cochero  que  anduviese  antea  que  paaase  la,  de  los  pajes 
del  virey,  se  trabó  uia  pendencia  entra  éstos  y  el  conde 
y  loa  que  le  acomi-añaban,  de  loacualea  resultó  heiiJo 
don  Diego  Flores,  t^i  virey  avisado  de  éato,  volvió  é  hizo 
que  el  conde  se  fuese  á  su  casa  por  otra  calle,  y  habiendo 
hecho  reunir  el  acuerdo^  é^te  fué  de  parecer  qne  el  conde 
de  SaBiibgo  habla  cometido  desacato,  y  en  coii^ecuencia 
fie  le  manaó  prego  á  San  Agustín  de  laa  OuevaSi  para  lo 


—  47  — 
qae  se  pusieron  sobre  las  armas  los  panaderoa  y  cerca  *  • 
ion  la  oasa  á  las  once  de  la  noobe ,  sacando  al  conde  el 
alcalde  de  corte  don  Alonso  de  Yillaf aerta  Bl  dia  si « 
gnlente  fáé  el  atzobispo  á  ver  al  yirey  para  cortar  el  lan  • 
ce,  á  lo  que  se  opuso  la  vlreina »  que  era  de  carácter  im- 
perioso y  alüvoi  y  el  arzobispo  tuvo  que  volverse  sin 
conseguir  nada  y  antes  por  el  contrario^  se  dio  orden  al 
conde  para  que  fuese  desterrado  á  Campeche  por  diez 
afios,  lo  que  úo  llegó  á.  vérifioarse. 

Bl  7  de  marzo  de  1701|  ó  las  nueve  de  la  nocliSi  se  re  • 
ciJbió  la  noticia  del  fallecimiento  del  rey  Carlos  II,  último 
de  la  dinastía  anstriaoa  en  Bspafia^  ocurrido  el  1?  de  no  - 
viembre  del  aQo  anterior  en  Madrid^  y  el  é  de  abril,  dia 
de  la  Bncarñacion  del  Divino  Verbo,  a  las  tres  áo  la  tar- 
de, se  hizo  la  jura -del  rey*  Felipe  y  de  Borban  ,  y  en  los 
dias  26  y  27  del  misino  mes  se  oelebiaron  las  honras  dol 
rey  difunto  en  la  catedral,  con  la  manifícenoia  acostum» 
da  en  tales  ocasiones» 

Bn  ñn  de  noviembre  llegó  á  Yeracruz  un  navio  fran^ 
ees  con  pertrechos  de  gnerra ,  para  poner  en  estado  de 
defensa  aquel  puerto,  que  se  temía  fuese  atacado  en  \jk 
guerra  que  amenazaba  con  toda  la  Kuropa  por  la  suce- 
fiíon  de  Bspalla. 

Bl  nuevo  ley  removió  del  gobierno  de  la  Nueva  Bspa- 
fia  al  conde  de  Mooteznma ,  quiz&s  teniéndolo  por  afec- 
to á  la  casa  de  Anstaria,  aunque  después  eo  Bspafia  lo 
Konró  y  premió  con.  el  título  y  honores  que  se  ha  dicLo 
arriba. 

Se  omile  la  noticia  de  las  flotas  venidas  en  este  fiigío, 
por  no  contener  mis  que  los  nombres  de  los  genepales 
que  las  mandaron*  Tinieronrcasi  todos  los  años  con  al* 
gunas  inüQrraptío&es  eansadas  por  la  guerra,  y  en  las  di^ 
sertaoiones  se  dará  rtzon  de  los  incidentes  principales  de 
sus  viajes. 


DWWXeVOllMAt—  solio  J1I1--77 


—  48  - 
CieA  DE  BOBBON 


Beluado«é  Felipe  V.-.Desde  ^4  de  noviembre  de 
lt09  «iue  faé  proclamado  en  3Iadr|d  por  matrtj» 
di)  Carlos  1(,  que  lo  nombró  su  beredero  e6  su  tes- 
tamento^ basta  14  de  enero  de  i  724,  que  abdicó 
la.corona  en  su  bJJo  don  l«ul»l.    . 

TRIGESIMOTERCERO  VIREY.-EL  Excmo,  E  Illmo.  Sr.  D. 
JUAN  DE  ORTEGFA  MONTAKES,  POR  SEGUNDA  VEZ. 

Desde  4  de  noviembre  de  1701,  en  que  I  een^regó  el  mando  el  conde 
de  Mockmma,  haeta  27  de  noviem^lfre  del  año  eigukhte* 

D«  Jaan  de  Ortega  Montañés  habla  sido  nombrado  el 
año  anterior  arzobispo  de  Méiioo.  át  cuja  dignidad  ó  tor 
mó  posesión  el  JSÍ2  de  mayo  de  ITOl,  y  reQibió*el  palio  al 
mismo  tiempo  qne  la  cédala  de^TÍrejt 

Bl  17  de  diciembre  se  recibió  el  sello  del  nnevo  rey  Fe- 
lipe y,  con  gran  pompa  y  solemnidad:  lo  llevó  por  poder 
del  gran  cbaneiller  de  Bspaña,  don  Fddxt>  Sánchez  de 
Tdgle^  quien  lo  presentó  al  virey  y  á  la  audiencia  renni*i 
dos  con  todas  las  autoridades  en  el  ealon  de  palacio,  en 
una  fuente  de  plata  cubierta  oon  un  rico  paño  de  aeda,  y 
úe  allí»  acompañándolo  algunos  ministros  de  la  andienN 
cia,  fué  llevado  á  la  oasa  de  moneda. 

Ul  arzobispo  virey  persiguió  oon  empeño  todoa  los  vi' 
dos  y  en  especial  á  loa  ooiososi  considenMido  la  ociosidad 
como  origen  de  todos  los  malea.  Por  esto  motiva  el  dia  2 
de  mayo  de  1702,  habiendo  ido  á  visita  de  oixeel  entró 
en  la  sala  del  ciímen,  y  hallándo[a  llena  de  gente  que  ea^ 
taba  oyendo  los  informes  y  alegatos  de  los  abogados, 
mandó  cerrar  las  puertas,  é  hizo  prender  á  todoa  los  que 
allí  estabaU;  que  eran  muchos,  diciendo  que  pnea  iban  á 
entretenerse  en  oir  pleitos,  no  tendrían  ocnpaoiont 

La  nota  que  salió  de  Veraoruz  escoltada  por  la  esona" 

dra  francesa  del  mando  del  conde  de  Ohatean  Benand, 

pasó  felizmente  sin  ser  vista  por  la  escuadra  inglesa^  que 

'Ja  ameraba  en  la  sondadle  la  Tortuguilla;  pero  no  ha** 

Dxendo  podido  eü^txar  en  Cádiz  jfpx  w ,  wwnkmf^  qoü 


-  49  - 

las  escaadras  inglesa  y  holai^d^a,  que  la  agaardaba  en  la 

arñbada  á  aquel  paertOy  entró  en  7igo.ea  la  costa  de 

Galicia,  donde  f  aé  atacada  por  los  ingieres  y  holandeses^ 

estando  anclada»  y  faeron  tomados  algunos  baques  y  los 

demás  echados  á  pique ,  para  que  no  cay^en  én  manofii 

de  los  enemigos,  perdiéndose  mas  de  diez  y  siete  milloüefli 

de  pesos,  que  en  tiempos  posteriores  se  han  intentado 

varias  veces  eacar  fiin  efecto. 

A  principios  de  octubre  llegó  á  Yet^acruz  la  escuadra 
francesa  mandada  por  el  almirante  Dacas,  trayendo  ó  su 
bordo  al  virey  duque  de  Alburquerque ,  y  eu  virtud  da 
Jas  órdenes  recibidas  anteriormente,  se  estableció  en  a-< 
qií^l  puerto  la  factoría  francesa  del  asiento  de  negros, 
eoüfarme  al  tratado  de  Madrid  del  afilo  anterior,  para 
proveer  de  esclavos  por  un  precio  determinado,  á  las  is« 
las  y  todo  el  continente  de  América. 

Para  el  recibimiento  del  nuevo  viray,  se  hicieron  gran* 
des  preparativos,  y  el  dia  18  de  noviembre  salió  el  arso< 
bispo  á  encontrarlo  hasta  Otnmba  eon  un  tren  soberbio. 


TJJIGESIMOCÜARTO  VIRBY-^íiLExcmo.  Sr.  D.  FRANGÍS  • 
CO  FERNANDEZ  DE  L^^UEVA  ENRIQWEZ,  DÜQÜE 

PE  ALBURQÜ££QUiS. 

l^osde  17  de  noviembre  ^  1701,  haakt  enero  de  Vlh^Traja  ccnsiao 
á  SU  eeposa  la  señora  doña  Juana  de  la  Cerda,  ^     ^ 

HizQ  su  entrada  pábliea  oca  extraordinaria  solemnic 
dad  el  dia  d  de  diciembre  de  1701.  £1  gobierno  de  este 
vlrey  ea  la  época  del  mayor  lojo  y  magaidcencia  entre 
los  que  obtuvieron  eate  alto  empleo.  ií¡n  el  afio  de  1708 
recibió  el  duque  el  toisón  de  oso,  con  que  lo  condecoró 
J^diipd  y,  habiéndole  puesto  las  insignias  de  esta  orden 
el  ifiquifiidor  más  antiguo  doa  Francisco  Deza.  por  c<mí<; 
aion  especial.  Desde  el  dia  de  B,^yeQ  del  aílo  de  1703  se 
presentaron  los  soldados  del  pcklacío  con  uniformes  ¿la 
f  f  ancessr,  llamando  mucho  la  atención  del  público  loa 
8o;r..brero3  de  tres  picos,  y  desde  entonces  se  comenza<« 
ron  á  mudar  los  ¿ates  en  hombres  y  mnjeres  y  todos 


—  50—  / 

lofl  usos  y  costQmbres,  ajostándoAe  todo  ftl  modelo  de 
Francia. 

El  casamiento  de  la  hija  de  don  Jaime  Oinzat,  gober-» 
nador  qno  habia  fiido  de  FilipiDas^  á  la  que  llamaban  la 
Ohinat  qne  qnodó  mny  rica  por  mnerte  de  sn  padre,  tído 
ú  ser  un  negocio  público  de  alta  importancia.  Disputaban 
en  mano  el  conde  de  Santiago,  don  Domingo  Sánchez  de 
íTagle,  7  otros  jóvenes  piincipales:  obtuvo  Tagle  la  pre  - 
íerencia^  pero  habiéndose  verificado  el  casamiento  eljné. 
■ves  14  de  junio  de  1703^  octava  deOórpns^  en  la  porteiía 
del  convento  de  San  Lorenzo,  en  el  qne  el  arzobispo  ha*- 
bia  depositado  á  la  novia,  por  haber  intervenido  gente 
armada  el  virey  en  aquella  misma  noche  hizo  piender  al 
310VÍ0  y  lo  despachó  a  Veracmz  para  desterrarlo  á  Pan« 
sacóla,  imponiéndole  veinte  mil  pesos  de  multa:  mandó 
desterrado  ^  Acapuloo  al  padre  del  novio  don  Pedro 
Sánchez  de  Tagle,  con  igual  multa,  y  á  don  Luis  su  hijo 
«egundo  á  Vcraciuz,  con  multa  de  diez  mil  pesos,  todo 
lo  que  se  ejecutó  á  las  doce  de  la  noche,  por  medio  de 
los  alcaldes  de  Corte.  La  duquesa  vireina  que  favorecía 
á  TaglCj  ^e  separó  con  este  motivo  del  virey  su  marido,  y 
310  se  reconciliaren  hasta  algunos  dias  después  por  in^ 
terveneion  del  arzobispo. 

Sin  embargo,  estas  providencias  severas  se  teinplaron 
despueSf  habiendo  pedido  el  comercio  y  los  empleados  de 
]a  moneda  que  se  alzase  el  destierro^e  den  Luis,  pero  el 
negocio  siguió  cou  mucho  empeSo  y  tsl  ^rev  impuso  prii 
aion  en  su  casa  en  San  Cosme  con  multa  de  diez  mil  pe- 
sos si  salia  de  ella,  á  los  hermanos  de  la  novia,  porque 
ee  dijo  q^e  habia  amenazado  ir  á  matarla  en  el  convento 
en  que  estaba.  Complicóse  el  pleito  con  la  presentación 
que  hizo  una  mujer  que  pretendía  s^rlo  de  Tagle,  y  todo 
terminó  con  la  muerta  de  la  <*Ohi&a''  que  se  llamaba  do ' 
lia  Ignacia  María,  que  &Ueeió  de  tarbadillo  en  el  coii" 
vento  en  que  estaba  depositada  hacia  mediados  de  julio 
del  mismo  año,  habiendo  mandado  en  su  testamento 
que  de  BU  caudal  sepa  gasen  todos  los  gastos  que  Tagle  ha* 
bia  erogado  para  el  pleito  y  ee  le  diesen  diez  mil  peces 
;iQa8,  nombrando  por  herederos  de  todos  sus  bienes  á  eu 
jbbuela  y  á  su  hermano  mayor. 

La  necesidad  de  oaudales  para  los  gastos  de  la  guerra  , 
Idzo  que  Felix>Q  Yi  exigiese  al  clero  la  déoima  de  sus  ren<< 


%. 


.  .  —  51  — 
taSf  para  lo  qad  se  odiebró  cabildo  en  2Q  de  Setiembre 
de  1703,  y  foé  motivo  de  graves  ooateataclones  entre  el 
arzobispo  Ortega  Montañés  y  el  cabildo,  habiendo  o< 
enrrido  éste  por  medio  de  ¡cinco  Comisionados  que  nom- 
bró ,  en  apelación  6  la  mitra  de  Paebla ,  é  interpo-^ 
niendo  el  arzobispo  recurso  defneiza,  y  sin  reconocer 
para  este  caso  el  de  apelación,  insistió  en  el  pago  de  la 
décima.  8n  las  mitras  de  Bfichocan  y  Darango  el  clero 
hizo  un  donativo  voluntario  para  evitar  esas  contestación^ 

ISo  habiendo  llegado  la  nao  de  Ohica  ni  las  flotas  en 
dos  afios  por  el  motivo  de  la  gnerrai  todos  loa  efectos  de 
Bnropa  y  Asia  escasearon  y  subieron  extteoidinaiiamen 
te  de  precio,  por  lo  qiie  el  virey  por  bando  publicado  en  9 
de  joho  de  1703  fijó  loa  pftdos  &  que  hablan  de  venderse 
los  artícnloB  priaeipalea  de  ^coasomoi  el  como  papel,  fier^ 
10,  eta  oon  penas  severas  á  los  contraventores  Bl  pre- 
do  del  papel  se  fijó  en  seis  pesos  resma,  de  catorce  que 
valía:  el  fierro  veinte  y  cinco  estando  á  cuarenta,  y  así 
otros  artículos. 

Bn  15  del  mismo  mes  de  Julio  dio  la  confirmación  el  ar- 
zobispo Montaflés  con  grap  solnmnidad,  repiques  y  sal  - 
va  de  los  pocos  y  pequeños  oafiones  que  para  esto  había 
y  asistencia  de  todas  las  antoridades,  á  la  hija  del  vi- 
My,  y  se  le  pusieron  eincuenta  y  tzés  nombres  d8  otros 
tantos  santos. 

Bn  el  ofio  de  1700  se  celebró  con  gran  magnificencia  la 
dedieaoion  del  Santuario  de  Guadalupe  ou>a  construc 
don  fué  promovida  por  el  bachiller  doa  Tintura  de  Me . 
dina  l^icaso  y  por  el  capitán  don  Fedro  Buiz  de  Casta- 
fieda.  Tomó  mucho  empefio  en  la  ejeoacion  de  la  obra  el 
arzobispo  don.  Juan  de  Ortega  Montafiés  que  salió  per« 
Bonalmente  por  las  calles  6  recojer  limosnas  y  no  tuvo  la 
satisfacción  de  verla  oonduida,  habiendo  fallecido  el  16 
de  didembre  del  afio  precedente.  Bl  rey  Felipe  I  erigió 
esta  santuario  en  colegiata,  y  en  1747  se  juró  á  la  San- 
ta Imagen  por  patrona  general  del  reino  dcKuevaBs'- 
pafia. 

yon  los  afaos  precedentes^  en  medio  de  n^l  dificultades 
y  contrastes,  lotí  midoaeroB  jesuítas,  pa^es  /Salvatierra 
y  Fgarte,  adelantaron  mucho  el  estableoimíento  de  las 
misiones  de  Oalifomias. 

DnsBTAOioiif»— Toxrui-*78 


—  62  — 
Ea  el  largo  período  del  gobierno  de  este  virey  se  cuen- 
tan m  los  diarlos  nuanasoritos  de  aqael  tiempoi  mnltítad 
de  aotoa  de  autoridad  que  aanqae  dirigidos  6  baenos  fin 
nes,  parecen  más  propios  de  los  países  del  Orieute,  que 
de  aqaeUos  en  qao  rigen  las  leyes  d^e  la  oiyílizaoioQ  enn 
ropea. 


TRIGESIMQQÜINTO  VIÜEY  -EL  Bromo.  Sf.  D.  FERNAN- 
DO DE  aLENCASTRE.  NOROÍIA  Y  SILVA,  DUQUE  DE 
LISTAR  ES,  MARQUES  DR  TALDEFüENTlí  S. 

Desdi  15  de  enero  de  1711»  ^  15  Se  agoih  dt  1716. 


£n^  el  dnqne  de  linares  comlenM  la  6<rie  da  grandes 
hombres  que  gobernaron  la  ITaem  Bspala  én  loa  reioi^ 
dos  de  los  prinoipales  de  la  oasa  de  Borbon  hasta  Oárlos 
III,  habiendo  stdo  todos  los  Tireyes  de  este  período  «alo 
general,  sagetos  áe  eapaoidad  y  probidad,  siendo  el  r»« 
saltado  de  sns  aoertada»  provideocias  el  progreso  Buny 
notable  qae  el  pala  tnvo  en  este  período* 

En  16  de  agosto  <!e  1711  habo  en  Méjloo  un  temblor 
tai  f  aeree  qne  si  se  ha  de  creer  t  las  relaciones  de  aque- 
llos tiempos,  las  campanas  se  tocaban  por  sí  solas  y  dnió 
mella  h(¿:a,  cansando  mnohos'  estragos  en  los  edíAeios 
qae  el  virey  taro  mnoha  ofloaeia  en  reparar. 

Tomó  el  mayor  empeño  en  persegnir  á  los  ladrones  y 
en  su  tiempo  se  estableció  el  oibonal  de  la  Aoordada 
destinada  á  su  persecacion  y  castigo*  Begnn  él  mimno  di« 
ce  en  la  instrncción  qae  dejó  á  sn  encesor,  dos  denlos  más 
famosos  que  descubrM  faeron  el  campanero  de  catedral 
y  el  sacristán  de  la  ermita  de  los  Bemedios. 

Esta  instraccion  da  la  más  alta  idea  de  la  capacidad 
d9  este  virey.  Escrita  con  -  preoisioa  y  agndesa,  pinta  en 
ella  al  natural  á  todos  los  individaos  qae  ocapaban  los 
paescos  principales  de  la  igiesii»  y  del  «mtado :  deaoabre 
con  acierto  los  males  de  qae  nao  y  otro  adoledan  y  las 
arterias  do  que  se  valían  Ioh  seductores  para  hacer  eijtrar 
á  los  vireyes  en  sus  miras.  Es  un  documento  inaprecia- 
ble, que  sin  embargo  no  se  ha  impreso  nunca. 

Construyó, con  el  producto  del  estanco  de  la  nieve  él 


—  53  — 
acnedacto  de  los  aróos  de  Belén  5  del  Salto  del  Agua  en 
Méj  leo,  y  fondo  ana  nneva  colonia  en  la  provincia  de 
Montsrey  coa  el  nombre  de  San  Felipe  de  Linares ,  qne 
es  la  oiadad  actnal  dé  Jüinares  que  conserva  sa  nombre. 

L^paz  celebrada  entre  logiaterra  y  España  desdo 
1714  y  qne  despnes.se  hizo  extensiva  alas  demás  poten** 
^cias  beligerantes,  afirmó  la  corona  de  España  en  la  dinas- 
tía de  Borbon,  y  habiéadose  renovado  el  '^asiento"  ó  con.» 
trata  de  negros  con  la  Inglaterra,  vino  á  ser  el  origen  de 
los  mayores  abaseis  y  moUvo  de  continuas  disputas  entre 
ambas  potencias. 

Üonclnido  su  gobierno,  el  duque  de  Linares  por  sus  en« 
fdrmtsdades  se  quedó  en  Aíéjico  en  donde  falleció  el  3  de 
junio  de  1717.  Se  le  sepnltó  én  la  iglesia  de  San  Sebas« 
tian  que  era  encónces  el  convento  del  üármen.  Su  retra^* 
to  de  cuerpo  entero  se  conservó  en  la  portería  del  con- 
Tentx)  de  religiosas  de  Santa  Teresa  la  Nueva  en  Méjico 
de  que  fué  insigne  bienhechor. 


TRIGESIMOSEXTO  VIRE  Y.-  EL  Excmo.  Sr.  D  B  ^  LTAS  AR 
DiJ.  Züís  laA,  MARQUES  DÉ  VALERO,  CONDE  Dtí  ARION. 

Ddsde  16  de  agosto  de  1716  en  que  hizo  su  entrada  pú-« 
btioa,  hasta  octubre  de  1722  en  que  pasó  &  la  presiden^ 
cia  del  consejo  de  Indias. 

Durante  su  gobierno  se  confirmó  por  la  Corte  el  encar*- , 
go  de  visitador ,  al  inquisidor  de  Méjico  don  Francisco ' 
Garzaron. 

Bl  día  de  Corpus,  16  de  junio  de  171S ,  al  volver  de  la 
procesión  el  marqués  de  Valero ,  comenzando  á  subir  la 
escalera  de  palacio  con  la  audiencia  y  demás  comitiva  a^ 
costumbrada  en  taes  solemaidades» se  le  aeen;ó  un  hom-  . 
bre  llamado  Kiculás  OamachOi  natural  de  San  Juan  del 
SiOf  y  se  avalaDZó  á  sacarle  el  espadín  que  llevaba  c<dñi% 
do:  detenido  y  conducido  al  cuerdo  de  guaro  i «  por  los  a** 
labarderos  que  acompañaban  al  virey,  resulió  espiar  loco, 
y  fld  le  consignó  al  hocipítal  de  San  fitpóiito, 

L3S  indios  de  J^ayarit  que  habían  permut  ejido  en  es» 
tado  desalv»j«Sy  se  redujeron  á  la  civiiJsiiciGn  por  infipjo 


--  54  -^ 
de  tino  de  loa  individaos  de  )a  ilastre  familia  de  Flareí 
Alatorre,  habiendo  veoido  á  Méjico  an  jefe  donde  faé  bian 
recibido  y  obsequiado  por  el  virey,  y  en  segaida  admitie- 
ron midoDeroBjedaitas  qae  ci  buzaron  eon  ia  religión 
tc/do  et  paíi  iatnrm^dto  edtre  loa  (datados  de  Zacatecas 
y  ITayarit  Ei  ídolo  qae  máa  rererenoialMA  fné  rrnido  á 
Méjico  V  ia  luqai-^ici  m  his  i  con  61  na  llanta  de  fé." 

tíln  1715  el  marqués  de  Valero  remitió  en  presente  ala 
reina  dod »  £s^bai  F^raesio  nna  rica  vajilla  j  otras  alha« 
jas  rrcciosaa,  que  oostoAron  los  mineros* 

E i  20  te  euero  de  1522  aa  voras  incendio  deatrnjó  el 
tetfciro  qae  estaba  ea  el  dáaatto  principal  del  aatieno 
HüSpitüi  Bea(,  á  ctirgo  de  lO(3  reUgioaoa  hipófitos  Ha- 
biaae  reprebe^  tado  la  tarde,  anterior  la  trrgedia^Boina  é 
incendio  de  Jeranalen,  ó  desagraTio  de  Uriato,''  y  para 
el  dia  en  ca^  a  madragada  se  verificó  el  incendio  estaba 
anunciada  otra  titalada  ^'Aqaí  fné  Troya.''  En  Ingar  de 
aquel  teatro  se  construyó  el  que  se  conserva  hasta  ahora 
eon  el  nombre  de  ^^T^atro  Principai''  en  el  sitio  de  las 
casas  que  f  aeren  de  don  Juan  de  Yillavicenolo  bajo  la  di* 
reccion  de  don  Jnan  de  Cárdenas ,  mayordomo  del  hcs « 
pital.  La  obra  no  se  concluyó  hasta  el  'aíLo  de  17fi3.  y  la 
primera  comedia,  titalada  ^*M!éjor  estaque  estaba,"  se  re< 
presentó  el  di>«  de  la  Pascua  de  Kavidad,  25  de  dlcfem^ 
bre  de  di<  ho  año. 

Fundó  este  virey  el  convento  de  capuchinas  indias  lla*^ 
Biado  de  Oorpus  Ohristi ,  en  cuyo  presbiterio  está  sa  oo\ 
rason  remiti<lo  de  Madrid  donde  falleció:  nna  inscripción 
latiaa  expresa  el  lugar  ea  que  está  depositado. 


TRIGESIMOS^PTIMO  VmEY.—EL  Eicmo.  8r.  D.  JUAN  DE 
ACU5r  A,    MARQUES  DE  CASA  FUERTE. 

DasdelW  de  octubre  de  1722,  dVJ  de  fnar$o  de  1784,  en  quf  murió. 

Bl  marqués  de  Hasafuertea  ea  uno  de  los  máslnsigiies 
vireyes  que  h^^n  gobernado  la  Fneva  Espafia.  Kadd  en 
Lima  en  el  Perú,  y  en  sus  largos  afios  de  servfaio ,  que 
llegaron  á  cincuenta  y  nueve,  tuvo  el  gobierno  de  Iffesina 
en  Sicilia:  fué  general  de  la  artillería»  y  obtavo  el  snprer 


—  55- 
mo  grado  de  capitán  general  de  ejercita  Bra  oaballero 
de  la  ^rden  de  Santiago  y  coinenda4or  de  Adelfa  en  la 
de  Alo&ntara.  Los  magQífleoá  edlflcioe  de  la  casa  de  Mo^ 
neda  y  la  Ádaana  de  Méjico  «ionseryarán  au  memoria  en 
eata  oindad.  Hiao  praotioar  las  yiaitae  de  los  presidios  de 
las  provincias  inte^as  por  el  brigadier  don  Pedro  de  Ri" 
vera,  qne  en  esta  comisión  empleó  cerca  de  caatro  aüos,  y 
andnvo  más  de  tres  mil  legnas  dejando  arreglado  todo  lo 
ooncemiente  al  mejor  servicio  de  estos  importantes  estac 
blecimientoe. 

Desde  enero  de  1728  comenzó  á  publicar  la  gaceta  de 
Méjico  don  Jaan  Francisco  Sahagun  de  Arévalo  .y  se 
imprimía  en  la  oficina  de  don  José  Bernardo  de  Hogal, 
en  la  calle  de  San  Bernardo.  Salía  nn  número  cada  me^y 
denn  pliego,  y  contiene  noticias  muy  cni losas  de  aqael 
tiempo.  Desde  1722  comenzó  á  salir  pnblicad»  bajo  la  di- 
rección del  lilmo.  8r.  Oastoreoa;  obispo  qne  foé  de  Yaca* 
tan  y  natnral  Je  Zacatecas;  pero  interrumpida  su  pnbli^ 
oacion  no  se  restableoió  hasta  la  época  citada. 

Boel  afio  de  1730  se  estrenó  en  el  coro  de  la  Catedral 
de  Méjico  la  magnifica  reja  de  metal  de  Ohina,  construí. 
da  en  la  cindad  de  Maoaoj  segnn  los  dibujos  qne  se  remi 
tieron  de  Méjico. 

La  gran  confianza  que  el  rey  Felipe  ,  Y  dispensaba  al 
marqués  de  Oasaforte,  hizo  que  ésie  disfmtasede  ám* 
pilas  facultadeS|  y  que  se  le  prolongase  el  vireinato  hasta 
su  fallecimiento,  flsce  se  verificó  el  17  de  marzo  de  1734 
con  general  sentimiento ,  y  se  le  enterró  con  extraordi* 
naria  pompa  en  la  iglesia  del  convento  de  vecoletos  £ran- 
decanos  de  San  Cosme,  en  cnyo  presbiterio  se  conserva 
todavía  su  sepulcro,  magnífico  para  el  mal  gusto  de  aquel 
tiempo.  Bl  caudal  que  h*bia  formado  Con  lad  economías 
de  su  sueldo,  no  obstante  las  muohas  limosnas  que  han 
cía.  lo  dejó  para  fundaciones  piadosas. 

Habiendo  quedado  descrito  el  oeremimial  del  entierro 
del  marqués  de  Casafuerte  en  laa  gacetas  de  Sahagun, 
ha  servido  de  modelo  pata  los  de  loa  vireyes  que  des-* 
pues  fiillecieron,  r  de  él  se  ha  tomado  también  la  iey  que 
previene  el  qne  00  observa  en  et  de  los  presidentes  da  la 
repdblica. 

líos  progresos  qne  el  vsy  de  la  Nueva  Bspafia  había 
hecho  desde  el  principio  del  siglo ,  eran  notables  en  to» 

DniiBTAOxoni.-^oiicm— 79    , 


—  56-^ 
dos  los  ramo8|  y  la  amonedaoioA  baMa  Babido  á  oaei  el 
daplo. 

Bn  el  iaBo  de  1724  el  rey  Felipe  Y  hizo  renuncia  de  la 
corona  eii  an  hijo  don  Luis  I,  qnien  habiendo  fallecido 
de  viraelas  el  31  de  agosto  del  mismo  año,  en  padre  reso. 
mió  el  gobieinOf  debiendo  aftadir  por  tanto  á  la  cronoloa 
gía  de  los  reyes  de  JBspafia  las  épocas  signientes. 


EEISTADO  DB  DOiT  LUIS  I, 

Desde  9  de  febrero  de  It  24  en  aae  Alé  proclamado 
•n  IMladrid,  por  renuncia  de  su  padre  el  rejr  doft 
Felipe  y.  basta  81  de  agosto  que  f allecld  sin  su- 
cesión* 

Dorante  el  corto  tiempo  del  gobierno  de  este  príncipe, 
continnó  en  el  vireinato  de  ITneva  Bspaña  el  marqués  de 
Oasafaerte. 

DON  FELIPE  V.  FOE  SEGUNDA  VEZ. 

Desde  G  de  setiembre  de  1721  que  publicó  su  resolución 
de  reasumir  el  gobierno  por  muerte  de  su  hijo  D\  Luis, 
hasta  9  de  julio  de  1746  que  falleció  en  Madrid  en  el- 
palacio  del  Buen  Betíro ,  6  los  sesenta  y  tres  afios  do 
edad  y  cuarenta  y  seis  de  reinado. 

VIGESIMOOCTAVO  VIREY.r-  EL  Exorno.  E  lUmo.  Sr.  D 
JUAN  ANTONIO  DE  VIZAHRON  T  EaüIARBETA,  ABZO  • 

DISPO  DE  MÉJICO. 

,  De8iíe  €i  17  de  mano  de  1784,  hasta  17  áe  agoeto  dt  1740,  gue  tnWe  • 

gó  e)  Mando  á  tu  9»QUor. 

Yerlflof^o  él  fallecimiento  del  marqués  de  Gasaf uerte  & 
la  una  y  tres  cuartos  delamaSana  del  17  de  mano »  el 
oidor  decano,  marqués  de  ViUahermoea ,  dtó  á  lareol 
audiencia  para  acuerdo  extraorfltnario  á  lae  cinco  de  la 
mafllana  del  mismo  dia  9  y  dada  fé  de  <wafyo  mnerlo  por 
los  escribanos  de  cámara  I  se  procedió  á  abiir  el  pliego 
de  mortaja  reserrado  en  el  archivo  secreto  del  mismo 


—  57  — 
real  acaerdo*  Se  enoontió  nombrado  virey  el  arzobigpo 
don  Jaan  Antonio  de  Yizarron  y  Egui^rreta  guien  tomó 
inmediatamente  posesión  del  mando,  el  qne  ejerció' con 
integridad  é  inteligencia. 

En  láa  oartas  que  dirigió  al  rey  después  de  separado . 
del  vireinato  por  las  reiteradas  renuncias  que  hizo^  man  ' 
nifefitó  con  moderación  los  servicios  que  habia  prestado, 
siendo  uno  de  Jos  má^  importantes  el  haber  sido  de  todos 
los  yireyes  que  hasta  entonces  habia  habido,  el  que  hi% 
zo  mayores  remesas  de  caudales  á  España .  sin  haber 
echado  mano  de  depósitos  ni  otros  fondos ,  dejando  au- 
mentado el  fondo  destinado  at  giro  de  la  casa  de  Mos 
neda, 

En  el  alio  de  1736  tuvo  origen  en  un  obraje  de  Tacú** 
baya  la  destructora  epidemia  llamada  Matlazahuatl  que 
desde  allí  se  propagó  á  la  ciudad  y  sus  inmediaciones  y 
suceeivamente  á  todo  el  ]:eino  con  gran  mortandad  espen 
cialmente  de  los  indios ,  considerándose  como  causa  ó 
precursores  de  ella  los  vientos  furiosos  del  Sur  que  sopla- 
ron y  que  en  el  Talle  y  dudad  de  Méjico  derribáronlos 
más  altos  árboles  y  las  veletas  de  las  torres,  Bl  arzobispo 
yirey,  el  ayuntamiento,  las  comunidades  religiosas  y  tOi 
da  la  gente  acomodada^  proporcionaron  con  generosidad 
todos  los  auxilios  necesarios,  sin  escusar  el  servicio  per^^ 
sonal  en  los  hospitales  4iu6  en  diversos  puntos  de  la  ciu« 
dad  se  establecieron.  Oon  este  motivo  la  ciudad  de  Méi 
jico,  en  marzo  de  1737  juró  por  su  patrona  á  la  Virgen 
Santísima  bajo  la  advocación  de  Guadalupe,  que  años 
despuea  fué  declarada  patrona  de  todo  el  reino.  Según 
los  registros  que  se  llevaron  del  número  de  muertos  en« 
terrados  en  Méjico  en  las  iglesias  y  en  los  cinco  hospita- 
les que  se  establecieron  extramuros,  ascendieron  aque- 
llos á  cuarenta  mil  dentó  cinonenta  siendo  muchos  los 
que  los  indios  enterraban]  ocultamente  ó  que  arrojabas 
en  las  acequias,  lo  que  contribuyó  mucho  á  aumentar  la 
infeocidn.  En  Puebla  pasaron  de  cincuenta  y  cuatro  mil, 
habiendo  quedado  oon  esto  desiertos  en  ambas  eiuda^ 
desy  pueblos  y  barrios  enteros* 

Ba  el  mismo  afio  un  indio  de  la  nación  Guaima,  cona 
movió  parte  de  la  Sonora  pretendiendo  ser  profeta.  Bl 
oapitan  don  JuanBantista  de  Ansa,  gobernador  de  aquel 
EUfltrito,  lo  hizo  ahorcar  en  Gnaimas  el  dia  1?  de  junio  de 


-^  68  -^ 
dicho  año,  coii  gran  admiracioxi  de  los  Indios  qne  hasta 
que  fcfipiíó  estuvieron  esperando  'qae  iba  á  convertir  en 
piedrtM  á  los  eopuAoles 

Ei  arzobispo  Tizarron  hizo  renovar  el  palacio  arzobis- 
pal de  Méjico,  y  cunbtrnir  el  de  Tacnbaya  en  nna  hermo>- 
sa  sitaaciüD,  coidando  de  advertir  en  la  inscripción  qae 
hizo  poner  en  noa  esquina  del  edificio,  que  la  hübia  edi^ 
flcado  no  como  virey  sino  oomo  arzobispo  de  Méjico ,  y 
para  el  uso  de  los  que  le  sucediesen  encesta  última  dlgni'* 
dad  Ifu  su  tiempo  se  construyó  (amblen  él  colegio  apos 
tólico  de  Pan  Fernando,  cuya  obra  fomentó  con  sus  11- 
mosnas,  siendo  crecidas  las  qne  se  hicieron  por  los  parti- 
culares, de  los  cuttlts  el  cunde  de  Begla  estuvo  dando  por 
algnn  tiempo  mil  pesos  semanarios.  Murió  el  arzobispo 
'  en  17á7,  y  fué  enterrado  en  su  iglesia  Catedral. 


TRiaESIMONOVENO  VIREY  -EL  Exorno.  Sr.  D.  PEDRO 

DECAaTRO  Y  PIGÜáROáL  DUQUE  pE  LA  CONQUISTA 

Y  MARQUÉS  DE  GRACIA  REAL« 

Deíde  17  de  agoatf^  ñe  1740,  qim  U>m6  pfi$e9^cn  délvirematn  en  Giia  - 
^.  dalupe,  liasta  2)3  de  ugoeio  de  1741  en  jfiif  murió. 


c^. 


Bus  ascensos  y  títulos  los  debió  ó  las  oampafiaa  de  Ita« 
lia  en  cuyas  guerras  se  hallaban  emp^fiadaa  entonces  la 
monarquía  espaftola.  para  establecer  como  soberanos  en 
aquel  a  provincia  á  los  hijos  del^  segundo  matrimonio  del 
ley  Felipe  T. 

Templen  se  hacia  la  guerra  á  la  loglatenra  oon  cuyo 
motivo  el  virey  para  poaer  pasar  oon  aegoridad  se  em- 
barcó enipi  buque  mei  cante  holand4»;  pero  persegnido, 
y  á  punto  de  ser  apresado  por  dos  boquea  dé  gnerra  in- 
gleses, para  ponerse  en  salvo  tuvo  qoe  eohane  en  ana 
balandra  ligera  de  Puerto  Bieo  que  lo  eacoitaba,  sin  po« 
iler  tomar  ni  aun  su  ropa  y  p^pelesy  .en  cuyo  «atado  llegó 
á  Yeracruz  en  30  da  junio  de  1740  Aaaqae  no  tfaia  des« 
pachos  para  darbc  á  conocer  por  vir^,  la  andienüia  acordó 
80  le  reconociere  y  recibiese  por  taU  iíln  ei  corto  tiempo 
<le  su  gobierno  no  pudo  hacer  otra  eoaa  que  atender  á 
fortificar  á  Yeracruz  para  evitar  que  aquella  plaza  fuese 


—  60  -. 

tomada  por  IO0  ingleses,  coa  cayo  ña  hizo  construir  en  el 
oastilLo  de  San  Joan  de  Ulúa  las  baterías  rasantes  de 
Gaadalape  y  San  Uigael,  y  levantó  para  la  gnarnioion 
de  aquel  puerto  uu  batallón  con  el  nombre  de  '<La  Coro- 
na/' que  fué  el  origen  del  regimiento  de  este  nombre, 
compuesto  de  la  trepa  de  marina  que  había  quedad<f  allí 
cuando  estuvo  en  aquel  puerto  la  escaadra  de  Barloven- 
to. Atacado  de  las  enfermedades  propias  de  aquel  clima, 
volvió  á  Méjico  4  morir,  y  fa£  sepultado  en  la  bóveda  del 
altar  de  los  reyes  en  la  Catedral. 
.  Por  su  muerte,  no  habiendo  pliego  da  mortaja,  gober^ 
nó  hasta  la  venida  de  su  sucesor,  en  noviembre  de  1743, 
la  real  audiencia  presidida  por  el  oidor  decano '  don  Pe- 
dro Mal^o  de  Tillavicencio, 


CUADRAaESIMOVIREY.-ELErcmo.  Sr.  D.  PEDHOCE- 
BBIAN  Y  AGUSTÍN ,  CONDE  DE  FÜENCLARA. 

iPbideS  de  noviembre  de  174S,  hasMjutióde  1746.  '** 

Fué  el  último  virey  que  por  cotonees  tuvo  la  dignidad 
de  grande  de  Bspafia :  hizo»  reparar  el  acuedacto  que  va 
de  Chapultepeo  á  Méjico,  y  tomó  el  mayor  empeño  en  la 
compostura  de  los  empedrados  y  aseo  de  las  calles  de  la  • 
capital)  ó  hizo  reparar  la  cateada  dé  Sftn  Antonio  Abad 
que  estáal  rombo  del  Sur  de  la  misma. 

Bn  el  afio  de  1743|  el  almirante  inglés  Anson  apresó 
al  volver  á  Haniia  la  nao  de  China  ^Nuestra  Segom  áe% 
Oovadonga''  con  un  cargamento  tan  rico,  que  solomo t 
ñero  y  barras  de  plata  pasaba  de  millón  y  nie( 
pesos*  A 

Bu  1744  pasó  oon  José  de  Bsoandon  á  establece! 
colonias  de  Nuevo  Santander,  ahora  Bstado  de  Tamau- 
Kpas. 

Por  disposición  de  la  Corte  se  mandaron  recojer  noli  ^ 
das  estadísticas,  y  esto  dio  motivo  á  la  publicación  del 
<<Ieatro  americano^  do  ViHasefigr,  cuyo  primer  tomó  sa« 
lió  á  luz  en  el  afio  de  1746  y  el  segundo  dos  afios  des« 
pues.  Obra*utilísima  y  llena  de  noticias  preciosas  sobre 
el  estado  del  país  en  aquella  época. 

Blf  mBTOTOVMA.— TOMO  T  lU^SO 


—  60  — 
.Al  trámdto  por  Jalapa  del^'oonde  de  Faenóiarai  le  ma^ 
nifeató  el  alealde  mayor  de  aqiMla  villa,  la  carta  oíroa- 
lar  qae  le  Iiabia  pasado  el  caballero  don  Lorenzo  Botori- 
niy  icallano  de  saoiony  para  qae  colectase  limoána  para  la 
ooronaoioa  de  la  ímágea  de  Goadalnpe  para  lo  que  había 
obtenido  bala  del  papa.  Oon  este  antecedente  Jileo  pro« 
ceder  en  Méjioo  por  medio  del  fiscal  á  examinar  lo  qie  en 
el  caso  habia^  y  resnltó  qne  Botarini  habla  venido  An  la 
licencia  del  consejo  de  Indias  que  se  exigía  6  los  extraña 
jeros,  y  qae  la  bala  tampoco  habla  obtenido  el  pase  del 
consejo,  qae  se  snpUó  con  el  de  la  andiencia.  Oon  esto  se 
procedió  ó  lai>rision  de  Botarini  y  secnestro  de  sos  paa 
peles  qne  formaban  nn  maseo  de  noticias  ¡históricas  mny 
iateresantes.  Aaaqae  Botarini  habia^procedidb  en  todo  de 
baenafó,¡8e  le  tavo  en  prisión  por  macho  tiempOi  y  por  úl-, 
timo,>o  sabiendo  qné  hacer.con  61,  se  le  mandó  6  S^aSa 
donde  se  indemnizó  y  se  le'dió  el  títnlo  de  cronista  oon 
mil  ps.  de  eneldo  mandándosele  devolver  sos  papelest  lo 
qaenanca  se  verificó  acabando  por  extraviarse  en  gran 
parte  en  la  secretaría  del  vireinato.  Bn  cnanto  á  la  an- 
diencia, se  le  mandó  al  conde  de  Faencl8ra,|qae  citándola 
á  acuerdo  seoretOi  le  echase  una  grave  repreosion  por 
haberse  excedido  ájooncedeijel  pase  á  nna  bala  pontificia» 
lo  qae  era  peoaUar  del  consejo ,  no  obstante  la  disonlpa 
de  haberlo  hecho  por  la  interceptación  de  comnnicacío* 
nes  con  motivo  de  la  gaenra,  Botarini  publicó  en  Ma* 
dridy  en  1746,  su  '^Idea  de  nna  nueva  historia  general  de 
la  América  Septentrional/ y  con  su  trato  frecuento  coa 
Yeytiai  en  cuya  casa  vivía,  dio  motivo  &  lo  que  ésto  es* 
cribió  sobre  historia  antigua  de  Méjioi.  La  per£eoacion 
y  d^iOTji^e  Botarini  causó  nna  pérdida  irrepacable 
Iria  mcgicana. 

^eiFuaiclaia  fué  muy  estimado  en  H^ico 
jSpafia  con  general  sentimiento  ^  los  habi« 


—  Cl  — 
BBIErADO  DBFEBNAN  VI, 


Desde  11  de  Jallo  de  1^46  que  murió  su  padre  Fe- 
lipe V^  lia»  tasa  fallecimiento  acaecido  en  Villa- 
¥Íclo»a  el  viernes  lO  de  asrosco  de  l^dO^  á^  los  4ir 
años  de  su  edad  y  14  del  remado  mas  A»'lz.q«e  ha 
tenido  la  monarquía  española  eu  los  úUiU;.os 

siglos. 

CUADRAaESIMOPBIMERO   VIREY.  -  EL  Excmo.  Sr.  D. 
FKANCISCO  OÜ  GÜEMEZ  Y  SOKCASITAS,  PEIMER  . 
CONDE  DE  REVILLA  aiGEDO. 

Desde  9  dejuHio  de  17é6,  haeta  9  de  namimhro'  do  1755. 

Pasó  de  la  Habana  cayo  f?obierno  habia  tenido,  al  vi « 
relnato  de  Naeva  España.  Hizo  la  proolamaciou  solemne 
de  naevo  rey  y  las  honras  del  dif anto  coa  la  pompa  a^ 
costombrada. 

Fandó  en  el  tiempo  d^  gobierno  de  este  virey  don  Jd** 
sé  de  Escanden  en  ÍTaeva  Santander  once  pneblos  ó  vi- 
llas de  españoles  y  mulatos  y  cuatro  misiones  de  in- 
dios, poniéndose  por  nombre  á  varias  de  las  primeras  los 
apellidos  del  virey  y  los  del  mismo  Escandon  y  de  su  esc 
pisa  doña  María  Josefa  Llera.  A  Escanden  se  le  dio  el 
títalo  de  conde  de  Sierra  Gorda  con  macha  extensión  de 
'tierras  en  los  países  que  pobló. 

Ba  las  provincias  de  Ouanajaato,  Zacatecas  y  otras 
del  Korte,  hubo  hambre  en  los  años  de  50  y  51  y  mortan- 
dad á  causa  de  los  malos  alimentos.  En  estos  años  oo^ 
menzaron  á  trabajar  las  minas  de  Bolafioa. 

.  JBl  eclipse  de  sol  de  13  de  mayo  de  1752  que  fué  casi 
total  eu  Méjico  causó  gran  terror  á  la  población,  y  el  5 
ie  abril  de  1755  se  quemó  la  iglesia  y  convento  de  Santa 
Jlar£íy  pasándose  las  monjas  ai  de  Santa  Isabel  en  nú<« 
ñero  de  ochenta  y  tres  reli^osas  y  ciento  cinoaenra  ni-  ^ 
L¿iS  y  orladas.  Para  la  reedidoacion  de  la  iglesia  y  6on<% 
ento  contribuyó  con  grandes  limosnas  don  Jaan  Oaba^ 
ero  y  Osio,  presbítero ,  hombre  mny  acaudalado  y  bct 
6ñcOf  de  Qaerétaro. 


^ 


—  62  —  i 

El  conde  de  Sevilla  Gigedo  mejoró  maeho  la  adminigs 
traoión  de  la  real  hacienda  y  aomentó  sos  prodaotos,  sin 
olvidarse  de  sns  propios  interesea «  pnea  reaaio  na  gran 
caudal.  En  España  fué  asoendidó  al  alto  grado  de  ca^^ 
pitan  generar  del  ejército  y  presidente  del  oonsejo  de 
guerra. 


CÜ*DRAGESIMOSEGUNDO  VIRET.— EL  Excmo.  Sf.  D.A- 
GÜSTIN  DE  AHUMADA  YVILLALON,MAKQÜES  DEjLAS 
AMARILLAS,  TENIENTE   GBf^fiBAL  DE  LOS  BIALES 

EJÉRCITOS. 

Lesds  10  de  noviembre  de  1755.  haekt  5  áe  forero  de  1760,  qtu 

^  muñó, 

"  Habla  sido  teniente  coronal  del  regimiento  de  reales 
guardias  eepañolas  de  cayo  cuerpo  salieron  otros  varios 
Tireye8y  y  había  deoempeftado  el  gobierno  de  la  ciudad 
de  Barcelona.  Las  enfermedades  de  que  adolecía  le  hi- 
cieron retirarse  á  Ouernaraca  en  donde  fálleotó^  y  su  ca- 
dáver Ee  depositó  en  el  convento  de  Santo  Domingo 
de  Méjico,  de  donde  faé  trasladado  al  Santuario  de  la 
Piedad^  extramuros  de  la  capital ,  en  donde  fué  sepul- 
tado. 

En  el  año  de  1756  falleció  en  Querétaro  el  famoso  ca* 
pitan  de  la  acordada  don  José  Yelasques  de  Loroa,  quien 
on  el  ejercicio  de  bu  empleo  limpió  los  caminos  de  saltea- 
dores, destrcivendo  las  caadrillas  que  infestaban  las  pro- 
vincias. En  loa  años  de  1728  y  29.  siendo  teniente  de  su 
padre,  derrotó  en  tierra  adentro  la  famosa  cuadrilla  de 
jtredro  Raso ,  compuesta  de  sesenta  bandoleroé  bien  ar 
mados:  hizo  lo  mismo  años  después  en  la  tierra  caliente 
con  las  cuüdrinas  de  García  y  Miguel  del  Yalle,  y  exter- 
minó también  la»  de  Juan  Manuel  Gtonzales  que  con  cinv 
cuenta  hombrea  tenia  en  consternación  la  provincia  de 
Zacatecas  é  inmediaciones  de  Fresniilo :  lo  mismo  hizo 
4'.on  la  de  los  oela:irefio8  qne  capitanealm  Miguel  de  Oje- 
(la,  haciendo  muchos  y  severos  castigos.  Le  sucedió  don 
Jcfié  ám  la  Coucha,  y  en  las  varias  competencias  de  au^ 
toridad  que  suscitó  la  audiencia,  el  virey  sostuvo  al  ca- 


j 


—  es- 
pitan de  la  aoordalfti  oayoa  importantes  servioioa  eran 
tan  notorios.    . 

Faé  muy  raidosa  y  de  poea  doraoíoa  la  riqaeaa  de  las 
minas  de  la  I^aana  en  el  I7aero  reiao  de  Leon^  desca'^ 
biertasen  1757. 
Éa  1753  se  veriñoi  la  erapoloD  del  voloan  de  Jorallo. 
El  marqués  de  las  Amarillas,  bien  diverjo  en  este  pan- 
to de  fia  antecesor,  noWó  no  se  hizo  de  caudal,  sino  que 
faé  tan  desinteresado  que  á  su  maerte  la  marquesa  su 
esposa  quedó  sin  medios  para  subsistir  y  volverse  á  Es- 
paña, &  todo  lo  cual  proveyó  con  noble  generosidad  el  ar- 
zobispo don  Manuel  Bubio  y  Salinas. 

Por.  muerte  del  marqués  de  las  Amarillas  gobernóla 
real  aadienoia,  presidida  por  el  oidor  decano  don  Fran 
cisoo  Antonio  de  Hch&varri.  desde  5  de  f  jbreio  á  2S  de 
abril  de  1760. 


BEIüTADO  DQ  0ABL03 IIL 

Oesde  9  de  dlelembre  de  17^9  que  llegó  á  madrid 
liablendo  heredado  la  corona  de  Cspaña  por 
muerte  gin  sucesionde  su  hermano  el  rey  FernHn- 
dío  VI»  y  pasó  ú  tomar  posesión  de  eHa^  dejando 
el  trono  de  IVílpol^s  qae  ocupaba,  liasta  14  tie  dl« 

ctembre  do  iras  i^ne  murió. 

CÜADBAOESIMOTERCBBO  VIREY.-  EL   Exflmo.  Sr.  D. 
^     PBANCISCO  CAGUSAL .  DE  LA  VEGA. 

Desde  28  de  abril  á^de  aclubn  de  1760. 


de  la  Habana,  de  donde  era  gobernador,  á  servir 
imente  el  vireinato  hasta  la  llegada  del  propieta- 


.  Pasó 

interinamente 

rio.  Tenia,  como  todoí  sus  antecesores  durante  el  gobier-* 
no  de  los  príncipes  de  la  casa  de  Borbon,  el  empleo  mili- 
tar de  teniente  general.  Bn  los  pocos  meses  que  gobernó, 
no  pudo  hacer  otra  cosa  que  empezar  el  aseo  y  oompos-: 
bara  de  la  plaza  mayor  de  Méjico*  que  los  yireyes  sucesi- 
vos llevaron  ¿  tanta  perfección  y  hermosura. 


DI8VBTA0I0KBÍ.— TOtfCui    81 


—  61  — 

J 

CUADRAaBSMOCQARTO  VIREY.-EL  Exemo.  Sr.D.  JOA- 
QUÍN D£  MONSERBAT,  MARQUES  DE  CRÜILLAS. 

Desie  6  ds,  octubre  de  llñO,  á  24le  agesto  de  1760. ' 

Tres  son  los  asantos  importantes  qne  llaman  la  atens 
oion  en  el  gobierno  de  este  yirey :  la  proolamaoion  del 
nuevo  rey :  la  creación  del  ejército  de  'Ñaeva  Bspafia,  y 
la  visita  que  hizo  en  ella  don  José  de  Galvez. 

La  jara  de  Carlos  III  se  hizo  el  afio  de  1761  con  la  ma- 
yor selemnidad ,  pues  aunque  estaba  prevenida  desde  el 
afio  anterior^  se  dejó  para  éste  con  el  ftn  de  que  con  ma^ 
yor  preparativo  f  aese  más  suntuosa. 

£a  la  guerra  que  se  rompió  entre  la  Inglaterra  y  el  nae« 
vo  rey,  el  gobierno  inglés  dispuso  invadir  la  isla  de  Ou- 
b3^  y  el  general  conde  de  Albemarle  se  hizo  dueffo  de  la 
ciudad  y  puerto  de  la  Habana,  aunque  heroicamente  de^ 
tendida.  Temióse  por  esto  que  fuese  atacado  Yeracruzi  y 
el  virey  bajó  por  dos  veces  á  aquella  plaza  para  disponer 
su  defensa,  é  hizo  bajar  también  las  pillicias  para  formar 
ua  cantón;  pero  estas  tropas  apenas  tenían  disciplina  sX- 
^aoa.  EL  rey,  que  era  muy  militar»  se  propuso  darle  me«< 
j  3r  forma ,  y  careciendo  de  oficiales  dio  orden  para  que 
t3dos  los  que  hablan  servido  en  BspaCLa  en  el  ^ército  y 
estaban  actualmente  empleados  en  gobiernos,  alcaldías 
mayores  y  otros  destinos ,  se  presentasen  en  el  cantón, 
con  lo  que  pudo  contar  con  algunos  snc^étos  útileB,  y  po- 
ner alguna  tropa  en  un  pié  regular  de  disciplina.  Kl  ooiA. 
sulado  de  Méjico  levantó  entonces  un  regimiento  de  dra- 
gones vestido  y  armado  á  sus  expensas,  al  *'que  se  dio  el 
nombre  de  Méjico  y  fué  el  primer  caerpo  de  tropa  vete- 
rana  que  hubo  en  el  país:  el  primer  coronel  que  estecner* 
po  tuvo  fué  don  Jacinto  de  Barrios  [I].    . 

Bl  rey  habia  manifestado  á  la  Oorte  el  estado  absolu-. 
lamente  indefenso  en  que  el  reino  ye  haUaba,  y  aunque 
^taba  hecha  la  paz,  Oárlos  III  trató  de  organizar  una 


[i]  Kn  las  guiu  ds  forast.roí  da  Méjico pTibUetdm  port^^^bidmo,  m  povi* 
eomu  «M  tniigao  éí  rcglmianlo  de  dngonM  d«  IfispilUi  fijindo  •«  orMoion 
en  i;Cl  y  U  iei  dt  M^Jl^o  en  1765, 


—  65  — 
faerza  respetable  para  sa    resguardo.  A  este  fin  mandó 
coa  títalo  de  comandante  general  al  teniente  general D. 
Jaan  de  Yillalvaí  qae  llegó  á  Yeraornz  el  1?  de  noviem- 
bre del765^  con  caatro  mariscales  de  campo,  mnohos  ofi- 
ciales de  diversas  gradaac iones,  el  regimiento  de  isfan^ 
teiía  ^'Beal  América'Vy  varios  piquetes  de  otros  cuerpos 
para  que  sirviesen  de  enadro  á  los  que  se  hablan  de  for- 
mar. Tillalva[comenzó  sus  operaciones  sin  contar  para  i]a> 
na  con  él  virey :  reuniendo  algunas  compaííías  sueltas 
oreó  el  regimiento  veterano  de  dragones  de  España,  cuyo 
primer  coronel  fué  don  Domingo  de  Blizondo:  reformó  el 
batallón  de  la  Oorona,  destinado  &  la  guarnición  de  Te^ 
racruü,  incorporándolo  en  el  ^'Ueal  América"  de  que  vino 
é  ser  el  tercer  batallón.  Las  dos  antiguas  compafiíasde 
infantería  y  caballería,  llamada,  de  Palacio,  únicas  tro^ 
pas  que  habia  en^Nueva  Bspafiai  se  incorporaron  en  estos 
cuerpos.  Todo  esto  produjo  disgustos  con  el  virey,  y  el 
gobierno  de  Madrid,  habiendo  desaprobado  la  oonáueta 
de^Yülftlva,  lo  mandó  volver  d^ando  la^creacion  del  ejér» 
cito  á  cargo  del  virey,  quien  levaató  los  regimientos  proc 
vindales  de  dragones  de  Puebla,  Querétaro  y  otros,  dan- 
do así  principio  al  ejército  de  Nueva  Espafia  que  fué  des«* 
pues  tan  considecable. 

El  visitador  don  José  de  Galvez  habia  Ilegado^desde  el 
aflo  de  1761;  pero  no  estando  de  conformidad  con  el  vi*  • 
rey,  no  dio  paso  para  el  cumplimiento  de  su  comisión, 
hasta  que  recibidas  nuevas  instrucciones  y  autorizado  con 
facultades  absolutas,  comenzó  á  ejercerlas  en  1764.  Do* 
tado  de  gran  capacidad,  con  un  carácter  enérgico  y  re«« 
suelto  que  ningún  obstáculo  era  capaz  de  contener,  GaU ' 
vez  comenzó  su  i?isita  con  mucha  severidad,  suspendien« 
do  ó  privando  de  empleo  á  varios  individuos  y  dirigiendo 
especialmente  su  atendon  al  aumento  de  las  rentas  nea« 
leaj  cree  el  estanco  del  tabaco ,  puso  en  administración 
las*^  alcabalas,  y  casi  no  hubo  ramo  que  no  experimentase 
eu  sus  manos  útilea  é  importantes  mejoras.  En  el  largo 
tiempo  que  duró  su  visita,  durante  el  gobierno  de  .eeite 
vlrey  y  de  su  sucesor,  Oalvez  visitó  las  Califoruias  y  Boo 
XLora,  acompafiándote  en  calidad  de  escribiente  don  Mi-- 
gael  José  de  Alanza,  y  habiendo  padecido  en  Sonora  el 
vlsitador.una  enfermedad  que  lo  dejó  por  algún  tiempo 
falto  de  juiciOi  Azazan  dio  aviso  al  virey,  lo  cual  sabido 


!*. 


—  66  — 
por  Oalvoz  á  i^n  regreso  á  Héjioo  en  1769,  hizo  poner  en 
prisión  por  a^gau  tiempo  á  Azanza  en  el  colegio  de  Td- 
pozotlau. 

Una  epidemia  de  las  qne  en  aquellos  tiempos  eran-  tan 
frecaentes  díó  ocasión  al  ^irey  y  al  arzobispo  Bnbio  y 
Sailnas  de  ejercer  en  zelo  y  caridad. 

M  Yirey  üiBptaso  que  se  numerasen  las  casas  en  las  ca- 
llesi  lo  que  en  ^ójico  se  hizo  sin  dificultad ;  m&s  en  Fue** 
bla,  temiendo  qne  esto  fuese  con  intento  de  nuevas  con- 
tribuciones,  el  pueblo  se  amotinó  é  hizo  huir  á  pedradas 
á  loa  nnmeíadüreSf 

Con  la^  tropas  venidas  de  Espafia  y  las  levantadas  en 
Méjico,  el  míiiquós  de  Oruillas  pudo  hacer  ostentación  de 
una  íiieiz-i  mili t&r  rdspetable,  y  hasta  esta  época  nunca 
yi8ta  en  Méjico  en  la  solemnidad  del  entierro  del  arzobis- 
po Babio  y  dalinas,  que  falleció  dI  3  de  julio  de  1765.  La 
cañera  ise  cubiió  por  el  regimiento  Beal  de  América,  y  el 
virey,  que  pTeü>idió  el  entierro ,  se  hizo  escoltar  no  solo 
por  loB  aii;«barderoH  como  hasta  entonces  lo  habían  prac- 
ticado su  3  predecesores,  sino  poruña  compafifa  de  gra« 
nuderoa  Ce  uquel  cuerpo  y  un  escuadren  de  dragones  de 
E0pp.ua,  recientemente  levantado. 

El  murqnés  de  Oruillas  tuvo  que  sufrir  un  juicio  rigU'« 
roso  de  icMdtiiicia,  hc^biendo  permanecido  durante  él  en 
Oholula.  por  no  habérsele  permitido  volver  á  Bspafta, 
dej:iU(io  H¿>'s;derado,  como  se  habla  practicado  con  loa  de- 
mas  vire^  es  Kl  jaez  comisionado  para  su  residen<da  fué 
don  Joeó  irechi^.  tiscal  nombrado  para  Manila,  que  ha-' 
bierulo  pns  .do  en  o^iidad  de  visitador'  al  Perú,  dió;allí 
mui^btra»  de  excesiva  severidad  en  el  castigo  de  Tapac 
i;  maru  y  demás  complicados  en  la  revolución  acaecida 
en  aquel  leiuo^  en  el  reinado  de  O&rlos  III. 


CUADRAGFS^MOQUTOTO  V1RET,-EL  Excmo.E  lün^o.  Sr. 
D.  CA:¿LOi  I KANCISCO  DE  CROIX,  MARQUES    DE 

CROIX. 

Desde  2^  de  agosto  de  Vidñf  toto22  de  9et¡eilMre  de  1771. 

Fué  ñj»menco9  natural  de  Lille,  de  ana  ,£amilia  iluotre 


^  —  67  — 

e  aquella  ciudad.  Sir?ió  en  Espafia  mnch.GS  empleos Jm- 
portántee,  entre  otros  ^1  de  coronel* de  guardias  walonas; 
y  obtaYO.el  aprecio  y  confianza  pc^rcioafar  del  rey  Gar- 
los IIL  Sa  iatrgfidad  y  desiuteréa*  ftiiá'tal'  ^áe  rehügfó' 
admicir  ajoin  alguaod  reg^ftM  establecido^  .<^ae  He  bacian  á 
los  virqy^s  en  ocasión^  rfelerminadas  por  diVeréis  cor**  ' 
poraciqz^^  jfliabien do. líe(ifaLQ  presenté  a)  re^y'  qae  para 
vivir d^^pa manera cí^r respondiente  i^* pnesco  quooon^ 
pAb^,  €i|:a  corto  el  aneldo  d^  caárenf  a  mil  pesos  gce  ténlaii 
lo.'  nr^yea'de  MójioOj.  se  le  a^nnientó  á  sesenta  mil  t>e80ar 
acaalesy  Riendo  este  el  qae'desd^ent6n£^9  'oaed'ó'a&igaal- 
doá  este  al(Q  empleo^  ^a  piiaci'pio  tLiAdo  eifa  la  obedien-*- ' 
cia  ab9Qldt£( ,,  y  a^  comq  ip  liablálja  ñnnca  del  i:ey  sin 
llamar)^ '<^a  aü^ú,^  no  snfrí^  nioganá  contradicsion  en  el    ^ 
ejercicio  de  su  antoridadr     "  ^ 

Eq  llfilf  el  25  de  jnniO|  poco  antea  de  amanecer,  ge  ye^-' 
rificó  á  nna  mism's^  hóraen  tp(l^  ,  el  reino'  la  prisión  do 
los  jesTvit^,  aig/iiéadose  €»1  aedi^estro  de  fipB  bitf&ee  y  el 
envióle  elloa  mismos 41t£jiia,  á'oayo'flá W  íes  condojo'  ^ 
con  es^oUa;á;ye£acrnz  ^&f a  embárcatlos  enaónel  puerto .  • 
Esto  d)ó  ^btivp  a(  motín  ociítrido  éu  Gaanajuato  y  en 
otros  ijcig^res  q^ue  e\  yi8Ít£KlbT  Ofrivez  castigó  con  gran 
severidad  y  Ai  mismo  hizo  etViaje  ¿6  Oállfornias  con  ocas 
8ion  de  lol9  ¿rándea  teáor^s  y  i^aerzas  coneidei^blds  ^ué 
ae  d6QÍa-te^i;aIlllQ6^e{mit^s*  '      '        -  ' 

Par»  rqprimir  eptoj9  movimientoeí  y  atetder  á  la^efen^  * 
sa  del  re^np  en  }ap  continuas  gtierfas  que  en  éste  r^iníido' 
¿abo  pon  lalnglatepra.  de'ihandaron  de  Ysptifla  ma^oi'es 
faers^e^.y  en  if  Sle  jnoio'de  176á, llegaron  &  Teracrnz  lo^  - ' 
regimienta  do  infantería  dé  Babota«  *  Flandeatr/tTitoniai 
y  después  llegáronlos  dé  Zamoi^;  Gnadatajaral  tJastilla 
y,  Granada,  todos  de  tres  batallán^s,*  hácten^  un  total  de* 
aiibs  diez  mil  hombres.*  Como  todaa  estas  tropaa  estaban 
oniformadaa  de  blanco,  con  vueltas,  de.  diversos  colorea 
que  distiñguian  los  regimientosresTe  fnéel  origen  de  quQ 
Aarante  mucho  tiempo  sediede  á  loa  scldadoa  el  nombre 
le  blafiquillosM  ' 

Todas  estoa  regimiéntala  Tolvieion  sucesivamente  á  E»i. 
>afi8,  siendo  el  último  qué  en  el  reino  quedó  el  de  Zamo- 
a,  y  de  elloa  ae  aacaron  los  oflonlea,  sargentea  y  cabos 
LQcesarioa  para  organizar  loa  cuerpos  de  milicias  que  se 
3vaiitaron  en  el  país. 


• 


.  1 


—  68  — 

£a  premio  de  loa  baeooa  aervlo^os  prestados  por  el 
marqaés  de  Oroixen  estas  delioa^Mi  oiroanstanciaSi  se  le 
dio  el  empleo  de  oapitan  geueral  H¿  tíércita 

Kn  sa  gobierno  se  constrayó  el  dmllo  dé  Pelote  desx 
tioado  á  gaardar  en  él  oon  seguridad  loa  eanditei  gpe 
hablan  de  embarcarse  pasa  Bspafia^  y  á  servir  de  alma^ 
cenes  para  las  tropas  acantonadas  eñ  Jriapay  sos  inmo' 
diaoiones,  y  se  perfeccionó  el  sistema  de  presidio  para 
resguardo  de  la  frontera  contra  les  bárbaros.  Oroix  eoidó 
también  del  embellecimiento  de  la  ciadad  de  ][é)ico^,ha« 
bieado  dado  doble  extensión  at  paseo  de  la  alameda,  y 
quitado  de  la  vista  e)  quemamxo  de  la  ioqolaicion  que 
estabaentre la  alameda  y  Ban  Diego. 

Siguiéronse  formando  los  regimientos  de  milidas,  por 
lo  que  hubo  inquietudes  en  algunos  lagares^  que  lo  re* 
sistieron  como  Pázouaro,  aunque  se  caims^n^con  faci^ 
lidad. 

Bl  cuarto  oondlio  mejicano  convocado^ p<^  tealeaoé* 
dalas  de  21  de  agosto  de  1769^  oomensó  sus  sesiones  el 
dia  13  de  enero  de  1771»  las  que  se  abrieron  con  gran  so* 
lemuidad.  Presidió  el  arzobispo  don  FraM|fiD  Antonio 
de  Lorenzana,  que  después  pasó  á  serlo  de^M^^  y  ob^ 
tuvo  la  dignidad  de  Oardeual»  Bate  conoiKo  se  cerró  el 
16  de  ootuDre  del  mismo  afio»  y  no  habiendo  sido  aprobar 
do  por  el  consejo  de  ludias  ni  por  la  silla  apostólica^  que« 
dó  sin  efecto  todo  lo  acordado  en  éL  ^ 
.  Bn  tiempo  de  este  virey  comenzaron  á  hacerse  varia* 
clones  en  el  modo  de  vivir  de  los  mejicanos,  introduoién*- 
dose  el  uso  de  comer  á  la  firancesa  á  imitación  del  virey 
quesera  espléndido  en  su  trato  y  mesa.  Pasó  A  la  capita** 
nía  general  de  Valencia]  en  España,  dejando  en  Méjico 
una  reputación  de  iate^^dad  y  rectitud  que  los  allos  no 
kan  hecho  desaparecer  todavía. 


—  69  — 

OÜADRAGESIMOSEXTO  VIBÍ;Y.-EL  Exaoio.  Sr.  Pí,  D. 
&TONIO  MABIA  DE  BUCAlfitíLI  Y  ÜRSUA,  BAILIOD£ 
^  LA  ORDEN  DE  SAN  JUAN. 


f 


Desde  33  de  9QÍlembreie  1771  Aasto  9de(i&n7  dfc  1779,  que  murió, 

Faeda  llamarse  el  periodo  del  gobierno  de  este  virey 
aaa  época  de  DO  interrampida  felicidad  para  la  Kaeva 
Bspa&a»  La  ProvidOBOía  Divina  pareeía^querer  remunerar 
las  virtudes  del  virey,  derramando  aebre  el  país  qae  go» 
bernaba-tobo  género  de  prosperidad. 

Bra  natural  de  Sevilla  y  pasó  á  Héjlcodel  gobierno  de 
la  Habana,  y  á  sa  llegada  á  Teracroz  enpontró  que  los 
campos  oircanrecinos  y  parte  de  l^jprovincia  estaban 
plagados  de  langosta^  por  lo  qae  para  exterminarla  y  que 
no  se  reprodnjeae  en  los  affos  siguieintes,  biza  se  destina.* 
san  á  matarla  cnadrillas  de  gentCi  y  en  sa  inerme  á  la 
oSrte  dijo  qne  habiaii  sido  innertas  y  qaemadás  cinco  mil 
noveoiMia9  noventa  y  iieU  mrrobas  de  aquellos  Inseotoa 

Para  establecer  el  fondo/^  necesario  para  el  giro  de  la 
casa  de  moneda,  el  comercio  de  Méjico  le  prestó  sin  pre-* 
mió  algunO)  ni  más  garantía  qae  su  palabra^  dos  millonea 
y  ochocientos  mil  pesos,  entieesto»  cuatrocientas  barras 
de  plata  que  i^resentó  el  conde  d^  Begla^  délas  cuales 
destinó  trescientas  á  la  fundación  del  Montepío.  El  virey 
no  solo  devolvió  3  eUgiosamente  estas  eumasi  sino  que 
con  la  economía  que  «stM^de^ió  en  el  giro  de  la  casa,  te** 
nía  len  ella  en  abril  de  1778  un  fondo  de  dos¡D^ii  Iones  y 
medio  de  pesos* 

Bn  en  ttempo  se  destiló  para  hospital  de  tropa  el  cole« 
gio  de  San  Andrés^  que  habia  sido  noviciado  y  despueis 
basa  de  ejendoio  de  los  Jesuitast 

fie  dotó  casa  para  recogidas.    * 

Se  abrió  él  hoepieio  da  pobres  y  casa  de  expósitoSi, 

Se  hizo  la  f  andaeíon  del  Montepío. 

Se  adelantó  casi  en  estado  de  concluirse  la  grande  obra 
del  deeaigile  que  corrió  &  cargo  del  consolado  de  Méjico. 

Se  concluyó  el  castillo  de  Perote. 

Se  eonatroyó  el  castillo  de  San  Diego  de  Acapulco,  y 
se  aumentaron  y  mi^Qxmon  las  obras  del  de  San  Joan  de 
Vlúa  en  Yeracrua. 


—  70  - 

Fandóse  el  tribniíal  de  Miuería  *      ;      '  .    . 

tíe  hicieíoD  con  empefio  ind^gaeionea.  pava  tDSJtitrar 
minau  de  azogoe  que  ue  trabajaron  por  (menta  de  la  real 
hhOieiiíia  •  .'.-.-■'-. 

,  be  lepararon  los  ediftcios  de  la  casa  de  Moneda  /  A** 
duiíua,  Acortltdv  mt^ltratadoi^por  tiembloreedetierrik 

En  enero  de  1777  entró  en  Yeraerox  la  úitíaa  flota  ,    - 
mandada  por  el  jefe  de  esdnadra  don  dLatonlo  de   Uiléa^ 
tan  célebre  por  Ba  viaje  a|:  Perú  y  po^  «a»  informe  aeoreto    < 
sobre  el  e» titilo  de  aqa^i  reino.  Bl  ccnnoroio*  libre  se  iét»^ 
bleció  <^n  Tírtud  del  reglamento'  qn^  «•  lórmáen  12  de 
octubre  del  año  de  1778.  /•  «■  .    *    ».  »         *     . 

Httbieodo  ocurrido  al  virey  el  gsnetal  de  los  Hipólitos 
nanifestabdo  el  eat^do  de  miseriiaá^ae  ^estallan  íedneii 
dos  ios' pobres  dementes,  Bneaketi  exetté  >)«  «oooipasiOBL' 
delcou^nlndo,  el  cuai^di6de'prenlo<  SeismU  pesoa^para  •* 
el  ^ocurro  iti  mediato  de  aqoellM  deegffaeiaáos  ^  j  topó  4- 
su  GATgo  hacer  la  grande  ebra  del*  Milj^nSal,  eowmto  «6    - 
iglesia  rn  qrnj  gaBió  aqoei  <merpó  'laAa  del  •cnrtrociettSsa 
mil  peeoa,  habiendo  impdrtadoffelo*  Ih  cuenta  del  herrera    . 
con  quien  se  eontriitó  la  obra,  ^0  le  perteneciente  &  este 
ramo, más  dfe eeteAta  asU  pellos. -    *^    » 

£:n  el  fsño  de  1777,  liabiendo' pedido  el  rirej  per  Orden 
de  la  corte  nu  donatlTo,  «peñarse Insilinó 4  las  oorpofies* 
cienes  y  {^attíoülares,  le  fraa^oearon,  trescientos 'mU.pe<     i  (  a 
808  el  consulado,  ignal  scutoala  ttlnterta;  loe  dictados  del 
consulado  de  Oádiz  dSfftOTeiBteiliiipef :^ oonde«cle.Be^  ^      ^ 
gla  doscientos  mil,  el  ayantapsientode  Méjica  oeheakfe       í.j 
mil,  el'  de  Yeracme  cincnenM  mil,  el  arzobispo  f  eabiiio  ; 
eclesiátjitiQo  de  Méjico  ochenta  mil^  y  asi  lOUM  'MkpflEll** 
ciones  haciendo  en  todo  en  poos»dias  4a  áilUoa  cteselem* . 
tos  noventa  y  8iete[mil  Ilesos.     •  *  ■  -  •  ■   v 

En  Méjico  hize  abri^  y  poMar de  arM(4a  el  jtímé  q«e  ' 
lleva  an  ^lombre,  aunque  efi  más  ooaéeide  eoa-  al  áe^Fat 
seo  Nuevo.  '  '         ,     . .     . 

Oo3fiideranclo4  los  eon^rabandistai  MstaiadvosieÉt  eiu 
cargó  su  persecQcióu  á  la  Acordada,  y  JiaMeaflO' njarsha» 
do  el  Capitán  de  ésta  Aristioinfio  óott  Maeilto*^  «eeleridad 
al  rio  de  TacatK^k^o,  Bort)re]i(di4  en  ftmtiOO  é  -toaoapItSAea 
de  siete  bnques  empleados  en  el  tráfico  clanáeatíJU^  ák  txh . 
dos  los  cuales  condujo  presoSt  y  también  al  alcalde  de 
aquel  pueblo  que  favorecía  estos  manejos. 


I 


V  «i 


—  71  —  • 
AcompaQado  del  aprecio  general  que  le  daba  el  nom> 
bre  glorioso  de  padre  del  paeMo,  falleció  á'conseeaencia 
de  aa  ataque  de  plearesfa.  8a  f aneral  ee  biso  con  gran 
pompa  en  San  Francisco,  de  doode  fué  trasladado  el  ca « 
d&ver  á  la  colegiata  de  GaadalapCi  y  sepultado,  según 
previno  en  su  testamento,  en  el  lugar  más  inmediato  déla 
puerta  por  donde  solía  entrar  á  rezar  y  encomendarse  á 
tan  s^^grada  imagen. 

Uno  de  sus  aliáceas  fué  don  Joaquín  l}dngo,  que  tan  • 
ta  celebridad  ba  adquirido  por  baber  sido  asesinado  ailOB 
después  con  toda  su  familia. 

£1  rey  Carlos  III  que  babia  mandado  se  le  diesen  vein** 
te  mil  pesos  de  gratificación  anuül,  sobre  el  sueldo  de  se* 
senta  mil  que  disfrutaba,  expresando  la  real  cédula  que 
efeta  gracia  era  sin  ejemplar  para  lo  suoesiyo ,  bonió  an 
memoria  declarando  que  en  todo  le  babia  servido  bien  y 
fielmente,  y  ezmiéndole  del  Juicio  de  residencia.  Por  fa- 
llecimiento de  este  virey  gobernó  la  real  andienMa,  des* 
empefiando  las  funciones  de  eapit»n  general,  según  lo  re- 
cientemente dispuesto,  don  Francisco  Eoma  y  Roeell,  que 
faé  el  primero  queobtuvo  la  regencia  creada  por  cst»  tiem- 
po«y  de  cujo  empleo  tomó  posesión  en  10  de  m^rzu  da 
1778. 

Durante  el  gobieno  de  la  audiencia  entró  en  posesión 
de  la  mitra  de  Monterey  el  primer  obispo  de  aquella  dio* 
oesis  don  fray  Antonio  de  Jesús  Saoedon  ,  y  se  publicó 
solemnemente  en  12  de  agosto  de  1779  la  guerra  contra 
Inglaterra  para  sostener  la  independencia  de  los  Eet»"* 
doerUnidos. 

El  sábado  30  de  mayo  de  1778  muiió  en  Ouernav^ca  el 
célebre  minero  don  Jo6é  de  la  Borda.  Era  de  nacir^iento 
francés,  y  pasó  á  la  Kueva  Bspafia  el  año  de  1716  de 
diez  y  seis  sfios  de  edad.  Oasó  en  Taeco  en  1720  con  do* 
í&a  Teresa  Verdugo,  y  enviudó  siete  año4  después,  de  cu- 
yo matrimonio  precedieron  el  doctor  don  Manuel  ^e  la 
Borda  y  Im  mídre  ÁnaHaiía  de  San  José,  níonja  en  el 
oonvento  de.  Jesús  Varía  de  Méjico.  Trabajó  "minas  en 
.  Tlalpojakua*  Tasco  y  Zacatecas  con  tal  felicidad  que  en 
tolai  tuvo  bonaDza,  habiendo  ganado  en  ellas  cosa  de 
cuarenta  millones  de  pesos,  que  gastó  con  suma  liberali- 
dad en  obras  piadosas  y  caritativas  en  beneficio  del  país. 
Oonstrujó  la  iglesia  parroquial  de  Tasco  en  cuya  obra 


—  72  — 

material  invirtió  oaatrocíentoa  setenta  y  nn  mil  qninieii^ 

tos  setenta  y  dos  pesos  adem&s  del  oocito  no  menos  oo&c 

siderable  de  ornamentos  y  vasos  sagrados,  de  los  eiiales 

la  enstodia  que  hoy  tiene  la  Catedral  de  Méjíeo^  y  que  se 

híso  para  aqneUa  iglesia,  costó  cien  mil  pesos.  A  sos  ex< 

pensas  se  ejecntaroa  varias  obras  públioas  de  gran  ntHi' 

dad  en  Tasoo,  y  anzilió  generosamente  á  aquella  pobfan 

oion  y  á  Oaernavaoa  en  attos  de  escasez,  siendo  mnebos 

y  extraordinarios  los  aotos  de  generosidad  que  de  él  se 

refieren.  Sa  hijo  el  doctor  don  Manael  de  la  Borda  cons^ 

trayó  la  iglesiti  ¿e  Gbaadalnpe  en  Onernavaca,  y  los  jsr. 

díaes  de  la  oasa  que  tavo  en  aqneUa  ciudad  en  la  qae 

afios  después  recibió  expléadidamente  al  arzobispo  Haro 

en  la  visita  que  hiso  de  aquella  parte  del  arzobispadoi 

dándole  una  función  en  los  mismos  jardines,  ilumiuados 

con  luces  de  colores  y  faegos  artificiales,  digna  de  un 

monarca* 


CUADRAGSSIMOSEPTIMO  VIREY.-  EL  Er^oao.  Sr.  D. 

MARTIN  DE  BÍAYORaA. 

Desde  23  d$  agesto  de  ÍTti,  Ji78ta  28  de  aj>r%l  de  1783. 

una  casualidad  hizo  vlrey  interino  de  Méjico  á  don 
Martinde  Majorga.  D.  José  dejQalvez  visitadorrque  había 
sido  de  Kueva  Ifispafiai  y  que  á  su  regreso  á  Kadrid  ob« 
tu^oel  ministerio  universal  de  Indias  por  muerte  de 
Bailio  don  Julián  de  Arriaga  en  1776,  destilaba  el  vi- 
reiuato  á  su  hermano  don  Matías  de  Gal  vez,  á  quien  ha- 
bla conferido  la  presidencia  de  6oatemaia ,  y  para  que 
pasase  á  Méjico  sin  llamar.la  atención,  nombró  en  el  plie- 
go de  mortaja  de  Bucareli  por  su  sucesor  al  pieeádente 
de  Qoatemaia.  Abierto  el  pliego  por  muerte  de  aqnei  vi« 
rey,  se  mandó  el  aviso  á  Goatemalai  y  el  correo  que  le 
llevó,  cuyo  nombre  se  ha  cofiservado  por  la  extraordinat 
ría  brevedad  del  viaje,  que  era  un  andaluz  llamado  Cray 
TarO|  llegó  á  aquella  capital  en  siete  diaS|  andando  oaa% 
trecientas  leguas  por  malds  y  ásperos  caminoa:  Todavía 
no  habia  llegado  4  ella ,  Galvez  y  estaba  de  piesidente 
]^yorga|  por  lo  queen  él  recayó  la  eleodony  sepoflo 


—  73  — 

prontamente  en  camino  para  üéjioo;  más  &i  faé  virey  por 
este  aooidente,  él  mismo  le  atrajo  la  mala  volantad  del 
ministro  y  faé  el  origen  de  los  sinsabores  del  resto  de 
sa  vida. 

Declarada  la  gaerra  contra  Inglaterra,  la  principal 
atención  del  virey  faé  tomar  medidas  para  la  defensa  de 
Yeracroz,  mandar  abundantes  recursos  á  la  Habana 
para  la  gaarniclon  y  escuadra  de  aquel  punto,  y  para  la 
expedición  que  hizo  don  Bernardo  ae  Galyez  á  la  Fioti« 
da,  habiéndose  apoderado  de  Panzacola  y  demás  puntos 
fortificados  de  aquella  península.  Esta  guerra  se  hizo  con 
mucho  empeño  y  éxito  varió  en  las  coscas  del  AméricF| 
habiendo  tomado  los  ingleses  á  Omoa  en  la  costa  de  Oo^- 
temala,  destruidos  los  españoles  el  establecimiento  de 
WaUs  en  la  costa  de  Honduras. 

El  virey  bajó  á  Veraoruz  para  ver  por  ñí  mismo  la  e-^ 
jecucion  de  sus  órdenes :  arregló  y  aumentó  el  ejército: 
cuidó  con  eficacia  de  la  asistencia  de  los  enfermos  en  la 
gran  epidemia  de  viruelas  del  año  de  1779,  en  la  que  se 
comentó  el  uso  de  la  inoculación:  estableció  la  academia 
de  bellas  artes  qne  se  abrió  en  la  (^casa  de  moneda, 
bajo  la  dirección  del  superintendente  don  Femando  Man- 
ginOy  y  desempeñó  con  exactitud  todos  los  ramos  de  su 
obligación.  Sin  embargo,  el  enemigo  que  tenia  en  el  mi-^^ 
nisterio  era  demasiado  poderoso ,  y  después  de  muchas 
contestaciones  desagradables,  faé  por  ñu  relevado  del 
empleo.  Antes  de  hacer  entrega  del  mandón  hizo  una  seun 
lida  exposición  al  rey  quejándose  de  lob  agravios  que 
se  le  hablan  hecho,  de  haberlo  tenido  como  virey  interi<« 
no  á  medio  sueldo,  cuando  tenia  que  hacer  todo  el  gasto 
como  propietario,  después  de  haber  perdido  cuanto  te<» 
nia  en  la  ruina  de  Guatemala,  y  cnatido  esperaba  presen^ 
táiidose  al  rey  que  se  le  hiciera  justicia,  murió  ;en  la  na- 
vegación casi  ai  llegar  á  Cádiz.  8u  viada  doña  María  Jo- 
sefa Yaloárcel,  obtuvo  de  Garlos  1(1  que  se  le  mandase 
dar  una  indemnización  de  veinte  mil  pegos*  j 


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"•*»*% 


—  74- 

CUADRAGESIMOOCTAVO^VIREY  -EL  Exorno.  Sr.  D.  MA- 

TI  ^S  DE  GAL  VEZ. 

Desíh  29  de  ahríl  de  ITSSj  hfista  3  de  novkmhrc  de  17  84,  que 

murió. 

Era  este  virey  un  hombre  de  bien  may  desinteresado, 
taa  dt'ii cilio  eu  bqs  modailea  y  trato  qfae  mto  bien  pareoia 
au  hoürado  labrador  de  tierra  de  ftlAlagA,  qae  era  aa  ejer- 
cicio ¿^ntea  da  la  elevraoiou  de  ea  heraiaao»  qae  la  pereoaa 
qae  repreBoutaba  al  soberano.  Todo  lo  debía  al  valiaiien'* 
to  de'isa  hermaao;  pero  anoqae  anciano  y  enfermo,  traba* 
jó  con  e 01  peño  en  todo  lo  qne  correspondia  ai  alto  pnesto 
qne  ocupada. 

Faó  ai  áioimo  virey  qne  Uso  entrada  pdblica  á  caballo 
coafurme  al  a!iti,'i:ao  ceremonial  de  qn»  se  dará  razón  al 
fia  de  eiéto  tabla  cioaulógioa  Por  sn  edad  y  enfermeda- 
des qaiz.0  hacer  sa  entrada  en  cocke,  pero  habiéndose  sna*' 
citddo  disijraca  eaire  la  andiencia  y  el  avnntamiento  so« 
bre  preferencia  de  lugares,  para  cortaría  ee  resolvió  á 
proceder  segan  la  cc^ttambrC' 

Tavo  maciía  eñoacia  en  la  mejora  de  las  calles  de  la 
capittkl:  tiizo  limpiar  tv>da9  las  acequias  y  empedrado  de 
Uh  callos  come/» zaudo  por  la  de  la  Palma,  y  Inego  la  de 
la  Mout6iIlia  y  San  Francisco.  Para  proveer  á  estos  gas- 
tos, estableció  anacontribacionBobrd  el  pnlqae,  qne  ta- 
vo qne  huphmir  porqae  no  solo  no  produjo  10  qae  se  ^3* 
peraba,  éioo  qae  coa  ella  bajaron  )o8  prodnctos  de  los 
derecho»  ya  establecidos  sobre  esta  bebida. 

Fo meneó  la  academia  de  bellas  artes  establecida  por 
BU  antecesor,  y  en  sn  tiempo  llegaron  los  grandes  modC" 
los  de  3^et?o  de  las  estatuas  más  eélebres  griegas  y  roma« 
^as  Por  eato  eBtá  Cülocado  sn  retrato  en  la  sala  de  jnnr 
tas  do  la  Academia. 

t  n  22  de  Loviembre  de  1783  se  concedió  privileigo  ex- 
ciasivoal  impresor  don  Mannel  Yaldéá  para  publicar 
nua  g;>c  ta  que  uo  )a  habia  desde  qne  cesó  Iía  da  Saha« 
guQ.  pri'viüi^^ndo  qu»  nu  he  pnblicasen  noticias^  quo  üo 
iaeoen  dei  gobierno,  con  lo  qne  oabl  no  oontoniamás  qne 
elecciones  municipales  y  de  comunidades,  entradas  y  sa- 
lidas de  buqaes  y  otras  cosas  indiferentes. 


—  75  — 

Para  ol  oatablecimieato  del  banco  espaílol  de.  Saa  Civy 
los  86  pidió  por  el  gobierno  fondos  &  las  oajag  de  coma- 
nidad  de  loa  iadios,  qae  debiaa  percibir  las  atilidadea 
^  qae  les  correspondiesen  como  acoloniatas.  Las  parcia<« 
lidades  de  San  Jaan  y  Santiago  d^  Méjico  se  apuntaron 
con  veinte  mil  pesos  qae  sicaaron  libres  de  oost)aB  en 
España,  y  nombraron  por  sa  apoderado  al  ilnstre  Jo*» 
velianos. 

Durante  el  gobieroo  de  QaWez  se  oyeron  en  6 nana r 
ja»to  nnos  trnenos  subuerráneos  qaq  aterraron  á  aqaella 
poblacim. 

En  el  año  de  1784  se  hizo  la  denameracion  de  caches 
qne  había  en  Méjico,  y  se  h^lló  qae  estabas  en  asó  637. 

En  el  mismo  año  por  las  dos  acequias  de  la  Viga  y 
San  Lázaro  entraron  en  esta  capiG4i  52  3S5  canoas  da  co* 
dóspoite^  y  se  introdujeron  26S  795  carneros:'  ip3  0SG 
cerdos :  12  286  toros :  8S3  chivo<« :  38  6¿5  cargas  de  ct34 
bada:  2,7S8  de  garbonso:  10,554  de  frgol:  y  780  de 
arroz. 

El  virey,  habiendo  caádo  enfermo  y  conosiendo  la  pro^ 
ximidad  de  su  ña,  dispaso  q¿e  la  aadieocia  se  encargsse 
del  gobierno  desde  el  20  dooctnbr{>i,  y  faKeoiéel  3^  de  no- 
viembre de  1781.  Entéresele,  segnn  previno  en  sa  iesta'« 
mentó»  en  la  iglesia  del  colegio  'apostjóiico  de  San  Fer** 
nandOf  en  cayo  presbiterio  se  ve  sa  sep'atero. 

Ko  habiendo  paego  de  mortaja  gobernóla  aadiencia^ 
qaedando  por  capitán  general  sa  regente  don  Vieente 
Herrera  [ij.  £1 19  de  noviembre  de  aqael  año,  se  voló  la 
fabrica  de  pólvora  de  Banta  Fé,  por  la  caarta  vez  en  me- 
nos de  seis  años,  habiendo  perecido  cuarenta  y  seis  per^ 
sonas  y  catorce  que  quedaron  heridas  de  gravedad.  Uüa 
epidemia  de  dolores  de  costado  que  se  generalizó  en 
aquel  invierno  y  en  el  año  siguiente  causó  la  maerte  á 
machas  personas^  y  entre  ellas  del  primer  con  le  de  Va^ 
lenoiana  don  Antonio  O  bregón» 


[l]  PAíódespaaaASjpsüa^leonBrjo  da  IidtisB,  e%sAd'>coi  nsa  hljidel 
•onda  áñ  Se^la,  Talifc  tomó  «1  titulo  aa  laarqaés  d«  Herrsn,  j  en  «Bp>6R  he- 
Mdó  •!  de  iB»r^ae8«  d«  8án  Fr^noisoo,  Uvqai  okbó  en  ■•go'^dwBQpeiM  ooi 
don  Manuel  da  la  P«dreqraera/gaardia  d^orps,  nativD  de  J&tap'ii   d)  aui»n 
piooede'laeaftaaetnal  de  este  apellido.  C^ia  nno  deles   kijos  del  conde  da 
i(egla  tasia  vsk  titnlo.  , 

im'mTmQVMA.^TOJeoJ  Il«-  8^ 


-^  76  - 


.  CÜADRAaESmONO  VENO  VtREY.-EL  Eterno.  Sr.D.BER - 
.  NARDO  DE  GALVEZ,  CONDE  DI5  GAL  VEZ/HIJO  DEL    . 

ANTERIOR. 

D(>$de  11  Junio  de  1785,  hasia  80  de  noviembre  de  1786,  a^e  murió. 

• 

Bl  ^valimiento  de  su  tio,  y  las  glorias  de  la  campafia  de 
la  Florida  y  .toxna  de  Pansaoola ,  hicieron  que  se  le  reci^ 
'  biese  con  grande  aplanso.  Yino  oasado  con  doña  Felici- 
tas Saint  Maxent,  nataral  de  N^be^at^Orleana. 

8a  corto  gobierno  faé  se&alado  por  dos  grandes  cala- 
midades. B)  dia  27  de  agosto  de  1785  ca^ó  nna  helada 
que  hiEO  se  perdiesen  oon  generalidad  las  sementeras  de 
maÍ2  cansando  ana  escasez  tan  grande  de  esa  semilla) 
qne  se  llamó  el  año  del  hambre,  y  en  ei;  signiente,  á  can- 
sa de  la  miseria  y  malos  alimentos  de  la  gente  pobre,  ha- 
bo  ana  epidemia  qne  hi20  qne  aqnel  aELo  se  conozca  con 
el  nombre  del  afio  de  la  peste. 

Bl  virey  atendió  con  la  mayor  eficacia  á  proveer  á  es- 
tas necesidadeSi  dictando  las  medidas  más  adecuadas 
para  remediarlas.  Sin  embarga  del  aprecio  qoe  con  esto 
mereció,  algnnas  indiscreciones  oon  que  qniso  ganar  po« 
palaridad,  hicieron  menos  considerada  sn  persona  y  ann 
sospechosa  sa  condacta  atrayéndole  graves  di^gascos. 

irara  hacer  ostentación  de  sn  habilidad  cocheril  y  de  la 
hermosara  de  la  vlreina,  salió  con  ésta  en  ana  calesa  a« 
bierta  gobernando  él  mismo  los  caballos  en  la  plaza  de 
toros,  ai  rededor  de  la  oaal  dio  Varias  vaeltas  en  medio 
de  los  aplanaos  de  la  mnohedambre  allí  raanida. 

Hizo  qne  sa  hijo,  todavía  peqaeQo,  sentase  plaza  de 
soldado  en  el  regimiento  de  Zamora,  y  para  solemnizar 
el  saceso  dio  ana  merienda  á  todo  el  regimiento  sobre  la 
azotea  del  palacio,  andando  durante  ella  el  niño  en  mar 
nos  de  los  soldadoe. 

Bstando  de  temporada  en  la  casa  llamada  ^<Ei  Pen*- 
ÚV  (qne  ahora  son  minas)  en  el  pueblo  de  Saa  Juanico, 
junto  á  Tacaba,  al  venir  a  la  capital  á  caballo  para  la 
visita  de  cárceles  del  sábado  de  la  semana  de  pa»ionen 
abril  de  1786,  se  hizo  encontradizo  con  tres  reos  que  la 
acordada  hacia  ajastielar,  y  6  pedmiento  del  pueblo  les 
pedonó  las  vidas,  lo  que  aunque  se  lo  aprobó  en  la  oór«> 


.  — 77  — 
te  por  el  ministro  sa  tiOi  se  le  previno  tomase  proTidens 
ciad  para  qae  no  se  repitiese. 

Coando  los  víveres  escasearon  en  Méjico  en  el  año  de  la 
hsmbre,  se  le  dio  cierto  dia  parte  de  que  se  habia  acaba- 
do el  maiz  en  el  |pósitó  del  a:^nntamiento ,  á  la  sazón 
qne  cataba  en  janta  de  hacienda,  y  saliendo  inmediatas 
mente  no  solo  sin  escolta  sino  ann  sin  sombrero^  faé  al 
pósito  (qne  estaba  en  lo  que  ahora'  es  la  bolsa)  á  tomar 
disposición  para  qué  no  faltase  maiz  para  el  pnebio,  el 
cnal  habiéndose  reunido  á  la  novedad  ,  lo  acompañó  al 
volver  á  palacio  con  muchos  gritos  de  aplauso* 

Sstos  incidentes,  tan  agenos*de  la  gravedad  con  qie  se 
habían  manejado  siempre  los  víreyes,  hicieron  sospechar 
que  habia  miras  ocultas,  y  áellOf^  contribuyó  también  Ja 
coastrncoion  del  palacio  de  Ohapultepec  para  recreo  de 
los  vireyes.  Habia  antes  allí  una  casa  pequeña  en  que  los 
vireyes  se  alojaban  á  su  llegada:  estaba  8ituad[^  al  pié  del 
cerro  en  cuya  cumbre  habia  una  ermita  dedicada  á  San 
Francisco  Javier ,  en  el  mismo  sitio  en  que  en  tiempo  de 
la  gentilidad  habia  habido  un  adoratoiio  de  ídolos.  Tq^ 
do  estuvo  al  cuidado^de  un  absalde  qne  se  titulaba  serlo 
dé  la  ^^real'casa  y  castillo  de  Ohapultepec:"  después  cor.* 
rió  á  cargo  del  ayuntamiento,  al  cual  eljrey  cedió  la  pro% 
piedad  del  sitio.  La  antigua  casa  íaé  reedificada  por  el , 
primer  duque  de  Alburquerque;  pero  habiendo  vuelto  &  . 
ponerse  en  estado  ruinoso ,  el  marqués  de  Croix  pidió 
permiso  á  la  corte  para  renovarla,  calculando  que  el  cos- 
to no  excedería  de  doce  mil  pesos.  Diósele;  más  Bacaieli 
que  gobernaba  ya  cuando  te  recibió  esta  autorización, 
creyendo  que  el  gasto  sería  mucho  mayor,  no  dio  paso  ft 
ejecutar  la  obra,  que  quedó  en  tal  estado  hasta  el  conde 
de  Galvéz.  Este  emprendió  construir  el  palacio  sobre  el 
cerro  con  un  jardín  y  otras  obras  que  tenia  cierto  aire  de 
fortificación,  quedando  todo  sin  concluir ,  como  ha  per- 
manecido,  hasta  que  destinado  el  ediJÜeio  á  otros  usos 
después  de  la  independencia^,  se  le  ha  quitado  toda  su 
hermosura  en  el  pegadizo  de  un  observatorio  aetronómi . 
co,  dejando  por  fin  un  triste  recuerdo  por  loa  sucesos  a«^ 
caeddos  en  aquel  sitio  cuando  la  ciudad  ha  sido  atacada 
y  tomada  por  el  ejército  norte-americano  en  setiembre 
de  18á7. 

Todo  esto  se  tiene  entendido  haber  atraído  á  Qalvez 


—  78  - 
gcavds  dis  gasto  sen  la  corte,  de  coyas  resuItAa  enfermó, 
y  reoibilos  i0  8  Santos  Sacramentos  el  15  de  octubre  de 
17S6,  di>jó  dea  de  aquel  día  el  gobierno  político  en  manos 
de  la  audiencia,  ret^ervándose  solo  el  mando  militar^  y  &• 
Ueció  e)  30  de  noviembre  sigaiente  en  el  palaoio  arzobiac 
pal  de  Taoubaya  de  donde  taé  traslado  su  cadáver  á  la 
capital  para  h;»cerle  en  ia  catedral  los  honores  fánebres 
debidos  y  el  11  de  ma^o  del  afto  siguiente,  faé  ooitdacádo 
por  la  noche,  cou  grande  aparato,  á  la  iglesia  del  colegio 
apostólido  de  San  Ftíruando,  en  la  que  se  ve  su  sepulcro 
ñeute  al  de  bu  padre 

Además  de  la  coustruccion  del  palacio  de  Chapaltepec 
y  habar  atiei^do  y  piütado  el  de  Méjico^  se  hicieron  6  oom- 
pudierou  duraure  el  gobierno  de  este  virey,  las  calzadas 
de  YaiU  jo,  la  Piedad  y  S^^n  Agustín  de  las  Cuevas :  se 
empesaioa  las  hermosas  torrea  de  la  Ciitedral ,  se  empe^ 
draiuii  maclias  cdliü^t  y  se  di6  principio  al  alumbrado  de 
e  las. 

Los  consumos  de  la  ciudad  de  Méjico  en  el  aSo  de  17S5. 
faeron  los  sigoientea:  274  807  carneros:  46  679  cerdos: 
450  t;éniera-> :  54^080  cargas  de  cebada :  123  784  cargas  de 
hacina  :  G  OSS  de  frijol :  11 81C  docenas  de  pacos :  174,185 
cargas  de  vocdura :  >  49,290  canoas  cou  toda  especie  de 
efdcüos  No  hay  notiici^  del  ganado*  mayor  consumido. 

Ea  tio(npo  de  este  virey  .  se  estableció  el  primer  café, 
que  tie  puso  eu  la  calle  de  Tacuba,  en  uaa  de  las  acceso* 
rías  de  la  caqh,  que  hace  esquina  al  Ampedradilio.  Un 
mucht^ctio  qai  encaba  á  la  puerta  por  laa  ma&anas  llama- 
b  j  á  loa  quo  pasaban,  á  tomar  café  con  leche  y  molletes 
al  UtíO  de  Francia. 

Por  Lio  haber  pliego  de  mortaja  que  desigaase  el  suce^ 
sor,  gobernó  la  real  aadiencia  presidida  por  el  regente 
dou  iJuciebio  Bdlt:xlo.  Eu  el  tiempo  de  su  gobierno  noo*i 
carrió  oira  coda  aotabl»  que  los  temblores  de  Oajaca,  que 
causaron  ta  ruina  de  algunos  edííloios  de  aquella  ciudad. 
En  ia  co^tdb  de  icapulco  por  la  misma  cau^a  se  retiró 
coubiderableiuente  la  mar,  y  volviendo  después  con  gran 
furia  sobre  las  placas  hizo  grandes  estragos- 


-  79  — 

QUINCUAGÉSIMO  VIREY.-EL  Excmo.E  Illmo.  Sr.  ALON- 
SO NUÑEZ  DE  BfARO  Y  PERALTA,  ARZOBISPO  DE 

MÉJICO. 

Desde  8  de  mayo  á  16  de  agosto  de  1787. 

Sabida  en  la  corte  la  muerte  del  oonde  de  Gal  vez  ,  se 
nombró  pard  qae  lo  remplazase  mientras  se  le  nombraba 
saoesor  al  arzobispo  Saro,  qnien  en  los  pocos  meses  que 
deaempeffó  el  irireinato  se  maneja  con  pradencia  y  reoti^» 
tad,  habiendo  merecido  la  aprobación  del  lej/  qne  le  dio 
las  gracias  y  le  continuó  por  toda  su  Tida  los  honores  y 
tratamiento  de  virey,  habiéndol  e  dado  también  la  gran 
cruz  de  Oárlos  IIL 

El  establecimiento  de  las  intendencias,  uno  de  los  más 
importantes  frutos  de  la  visita  de  Oalvez ,  ofreció  en  su 
principio  tantas  dificultades,  que  el  prudente  Bncareli  a^ 
consejó  que  se  desistiese  del  intento-  Llevóse  adelante 
con  tesón  y  el  arzobispo  Haro  dio  la  última  mano  á  la  e* 
jecucion  de  tan  benéftca  providencia. 

Bu  el  curso  de  su  gobierno  eclesiástico,  e!  aizobidpo 
Haro  estableció  el  hospital  general  de  San  Andrés  ,  inr 
oorporando  en  él  el  del  ^^Arnor  de  Dios  ó  de  las  bulas,'' 
fundado  por  el  sefior  Zamárraga,  que  ocupaba  el  local 
que  ahora  tieue  la  academia  de  bellas  artes  de  San  Cár^ 
los.  Estableció  también  el  recogimiento  de  clérigos  de 
Tepozotlan  en  el  edificio  que  habla  sido  noviciado  de  los 
jesuítas,  y  anmenlAS  y  mejoró  considerablemente  el  pala^ 
ció  arzobispal.  Atendió  también  mucho  al  colegio  semi* 
nario  y  á  otros  establecimientos  de  instrucción  y  de  cari- 
dad. Falleció  en  Méjico  y  su  entierro  se  hizo  con  toda  la 
pompa  y  solemnidad  de  virey. 


QÜINCUAGESIMOPRIMERO  VIREY.  -EL   Exjm o.  Sr.  D. 

MANUEL  ANTONIO  FLORES. 

Desde  17  de  agosto  de  1787,  h:i8ta  16  de  ociuhre  de  1789. 
Habiéndose  resuelto  por  disposición  del  ministro  Gal « 

DiaVETACTOirU.-r-'XOVClU- 85 


—  80  — 
Vez  separar  la  administración  de  rentas  del  vireinato,  faé 
nombrado  superintendente  de  real  hacienda  don  Feman- 
do Mangino  qn^  obteníala  de  la  casa  de  moneda,  pero  la 
complicación  y  embaraaos  que  resultaron  faeron  tales, 
que  fué  preciso  desistir  del  intento ,  pasando  Mangino  ai 
consejo  de  Indias  y  reasumiendo  el  virey  la  sapeiintan- 
denda  de  real  haciencia» 

En  el  afio  de  1788  levantó  Flores  los  regimientos  Tete< 
ranos  de  iníantería  de  Naeva  fispafia  y  Méjico,  y  en  el 
siguiente  de  1789  se  comenzó  á  formar  el  de  Paebla :  el 
de  la  Corona  habia  permanecida  coa  diversas  altematí* 
vas  desde  el  afio  de  1740  en  que  fué  organizado  por  el 
virey  duquio  de  la  Üonquista ,  y  el  de  Yeracrnz ,  destina- 
do á  la  guarnición  de  aquella  plaza ,  se  levantó  más  tar. 
de  con  un  solo  batallón  y  se  aumentó  hasta  tres  en  el  de 
1810.J 

Durante  el  gobierno  de  este  virey ,  se  veriftoóladivi* 
sien  en  dos  de  la  comandancia  de  proYincias  intenas* 
coya  idea  fué  adoptada  y  se  siguió  por  algún  tirapo ,  y 
vueltas  á  incorporar  en  una  sola,  se  dividieron  nuevamen. 
te  en  las  de  Oriente  y  Poniente  á  consecuencia  de  la  re^ 
voluoion  de  1810. 

Bi  vire^  Flores  era  teniente  general  de  la  real  armada, 
y  ante  de  pasar  al  vireinato  dcIJueva  fOspafia,  habla  ser- 
vido el  de  Santa  Fé.  Su  hijo  casó  en  Méjioo  con  una  se. 
fiora  de  la  familia  de  Teran ,  obtuvo  el  título  de  oonde 
de  Casa  Fiores,  faé  virey  de  Bbenos  Aires,  y  embajador 
de  Bapafta  eu  Francia,  prooedieudo  de  esce  origen  una 
de  las  familias  mfts  distinguidas  de  Méjioo.  El  virey  FiOs 
res  renunció,  y  el  cafmmiento  de  su  hijo  no  contri  bu  jó 
poco  á  que  se  le  admitiese  la  renuncia,  pues  la  sana  políti- 
ca del  gobierno  espaSol  no  permitía  qae  los  empleados  de 
alta  categoiia  estuviesen  emparentados  en  el  país  en  que 
servían. 

Por  muerte  del  ministro  Galvez  en  17S7,  el  ministerio- 
universal  de  ludias  se  dividió  en  dos  departamentos  de 
que  se  encargaron  el  Bailio  don  Antonio  Yaldés  y  don 
Antonio  Porlier.  £1  favor  de  Galvez  habla  fenecido  anteo 
que  su  vida  y  la  f iimiiia  del  virey  su  sobrino  fué  muy  po^ 
00  atendida  por  el  gobierno.  Ifil  fué,  sin  embargo,  uno  de 
los  mas  grandes  mmistrov  que  en  Bspafia  haMa  habido  y 
a  qui«n  se  debió  en  gran  nraaera  el  sistema  de  hacienda 


—  si- 
da Ka^va  Bapafta  y  el  arreglo  de  la  administcaoion  de 
toda  la  Amérioa. 

V  El  14  de  dioiembre  de  1788,  á  la  ana  meaos  oaarto  de 
la  m»£Lana,  fdlleclO  el  rey  Oárloa  III,  y  en  los  días  26  y  27 
de  majo  sigaientes  se  oelebraron  las  exeqaias  can  regia 
solemaidad,  en  la  catedral  de  Méjico. 

Darante  su  reinado^  qae  faé  de  veinte  y  nueve  años  y 
cinco  meseSf  se  acnñaron  en  la  casa  de  moneda  de  Méji- 
co 480.083,975  pesos  6^]reales.  Ba  el  mismo  período  en^ 
tcaron  en  Bspafia  474.358,663^  pesos  14  reales  y  S  mará** 
vedis- 


BEINADO  DB  0ABL03^  lY. 


Desde  la  mnerte  4e  su  padre  el  rey  Carlos  III  eu 

14  ae  diciembre  de  1768  liasta  19  de  marzo  de 

'  1$0S  4|it8  abdicó  en  Ai^njuez  en  favor  4LC  su      • 

UIJo  Fernando  VI.  * 

QUíNCUAaESIMOSEaUNDO    VIREY -SL  Excmo.  Sr.  D, 

JUAN  VIüENTE  JB  QUEMEZ  PACHECO  DÉ  PADILLA 

SEGUNDO  CONDE  DE  REVILLA  aiGEDO. 

9 

Desíh  17  do  octuhre  de  nSO,  hasta  11  de  julio    de  1704. 

Este  virey*  el  más  insigae  de  onantos  gobernaron  la 
Kaeva  Bspafiai  nació  en  la  Habana,  siendo  sn  padre  el 
primer  virey  del  mismo  títnlo,  capitán  general  de  la  Isla 
de  Üaba,  y  como  mnchos  de  sns  predeccisoresy  hizo  sn 
carrera  miliUr  eu  las  tropas  dé  chsü  real  habUfndo  &ida 
teaiente  coronel  del  regianeotio  de  ga^^rdl^*  edpafLolHb^^ 
cnyo  cuerpo  mand<í  con  distinción  por  el  sitio  de  Gi« 
bcaitar.    ^ 

Llegó  á  Veraornz  el  8  de  octubre  de  ;i789  y  el  16  del 
mismo  le  entregó  sn  antecesor  el  bastón  en  G  «daiupe, 
como  estaba  prevenido  por  las  reoiencfjs  Oís  'U^iciunea 

£1 24  del  mismo  mes  se  dio  aviso  á  las  siete  y  tres  onar- 
toa  de  la  mañana  al  alcalde  de  corte  D«  Agostin  de  £m>» 


-82- 
paras  y  Otbe,  de  haberse  enpontrado  asesinado  en  su  ca- 
sa, en  la  calle  de  OordoTanea  númeio  13^  á  don  Joaquín 
Dongo,  BDjeto  acaudalado  y  nno  de  los  prindpales  toh 
cinos  de  la  ciudad,  y  miiertx>B  todos  sus  criados  y  depen- 
dientes en  número  de  11  persoüaSi  habiendo  sido  abiertas 
)as  cajas  de  bu  almacén  y  extraído  cantidad  de  dinero  y 
alh&jas.  Sil  virey  manifestó  en  eata  primera  ocasión  que 
se  le  presentaba  toda  )a  actividad  y  energía  de  sn  oax^" 
ter.  Dictáronse  las  más  eficaces' providefacias  parades*^ 
cubrir  y  aprehender  á  los  perpetuadores  de  tan  horrendo 
atentado.  Averiguóse  que  lo  eran  tres  espigóles  enro-i 
pees  Blanco,  Alüama  y  Qointéroi  y  quince  dias  después 
de  cometido  el  crimen,  el  7  de  noviembre  inmediato,  su. 
frieron  los  reos  la  pena  de  garrote  en  la  plaza  de  Méjico, 
en  un  cadalso  enlatado.  Tan  pronto  castigo,  debido  en 
gran  parte  á  la  actividad  del  yirey,  le  mereció  oon  justi^ 
cía  el  título  áejustitife  vindeXf  que  se  puso  en  sus  retratos, 
La  ciudad  coubtemada  por  tales  sucesos^  lo  fué  todavía 
9iás  por  un  fenómeno  natural  nunca  visto  en  ella,  que  fué 
la  aurora  boreal  que  se  presentó  en  la  noche  del  14  de 
noviembre,  y  que  crejéadola  fuego  del  cielO|  ee  tuvo  por 
el  fin  iiel  mundo. 

El  27  de  diciembre  del  mismo  alia  se  hizo  la  proclama- 
ción del  rey  Oárloa  IT  con  uuá  solemnidad  no  vista  has^^ 
ta  eató&ces,  habiéndose  i^bierto  con  esta  ocasión  y  con 
la  de  la  jara  de  las  demás  ciudades  del  reino,  las  hermo«- 
sas  medallas  que  mandaron  acufiar  diversas  corporaoto- 
nes,  y  que  tanto  honor  hacen  al  grabador  don  Gerónimo 
Antonio  GiL 

Todo  el  período  del  gobierno  del  conde  de  Bevilla  6í- 
gedo  es  una  serie  de  grandes  y  acertadas  disposimones 
en  todos  los  ramos  de  que  da  idea  la  instrucción  que  de- 
jó á  su  sucesor.  La  ciudad  de  Méjico  le  debe  su  hermo- 
sura y  aseo^  y  no  hubo  ramo  ninguno  de  la  adminis- 
tración que  no  sintiese  los  efectos  de  la  mano  firme  é  in« 
teligente  que  llevabn  el  timón  del  gobierno.  Ba  su  tiem^ 
po  sucedieron  los  raidosos  asesinatos  del  comendador  del 
convento  de  la  Merced  de  M^éjioo,  ejecutado  por  un  reli- 
gioso de  6U  orden  <^l  23  de  setiembre  de  17^0,  y  el  del  ca- 
pitán general  de  Yucatán  4on  Lúeas  de  G-<*lvez,  el  25  de 
junio  de  1792^  que  dieron  lugar  á  largos  y  ruidosos  pro 
oesoa* 


—  83- 

Empez&rcmse  las  leooloaea  de  bot&aioa  por  don  Martia 
da  Sesé;  jefd  de  la  ezpedieion  destinada  á  íoroiar  la 
''Flora  mejícima"  ea  el  jar  lia  de  palaolo,  míéatiaa  se  for- 
maba el  j ardía  botáaioo,  y  se  hizo  la  expedioion  de  reoo^ 
nooloiieato  de  la's  c  jetas  de  Oaliforaias  por  el  oapitati  de 
Qavío  doa  Alejaadro  Ualaspiaa  ooa  las  corbetas  <*Dea« 
oQbierfca  j  Atrevida''  de  qae  di6  el  virey  aa  completo  in  - 
forme  á  la  corte. 

Tantas  empresas  útiles  sasoitaron  á  Sarilla. Oígedo 
machas  contradiooionesy  enemigos,  y  se  constitajó  en 
acasador  ea  el  jaioio  de  resllencla ,  el  ayuntamiento  de 
Méjico,  habiéndolo  así  acordado  en  jnnta  de  9  de  enero 
de  1796.  Aanqae  el  rey  le  había  dispensado  la  residen» 
cia  secreta,  y  mandado  que  la  pública  se  le  tomase  ea  ei 
preci8o|término  de  cuarenta  días,  por  iii  flojo  de  snsncesor 
no  se  ef<50Da6  así,  y  se  sigaió  en  el  coasejo  de  ladias  el 
jálelo,  no  obstante  el  cial  Bdviila'  Gigedo  faé  nombrado 
director  general  de  artillería,  y  en  la  sentenciik  absoluto- 
ria no  soto  se  le  hizo  el  mayor  honor,  sino  qne  se  conde^ 
n6  al  pago  de  las  costas  á  los  regidores  de  Méjico  qae 
concarrifsron  á  la  janta  de  9  de  enero  de  1795.  Ke villa  Gi- 
gedo había  fallecido  ya  en  12  de  mayo  de  1799^  antes  de 
la  cpnclusion  del  proceso,  y  sas  exequias  se  celebraroa 
con  gran  solemnidaa  por  sus  amigos  en  San  Francisco  de 
Méjico  en  2i  de  octubie  de  aquel  aQo:  el  ley ,  para 
honrar  su  memoria^  concedió  la  grandeza  de  EspaQa  á 
sus  descendietes. 

Los  disgustos  que  le  causó  la  injasta  persecución  diíÍH 
gida  contra  él,  llenaron  de  amargura  los  últimos  dias^  de 
su  vida ,  habiendo  merecido  que  después  de  su  muerte 
ae  le  presente  á  todos  los  que  gabiernan  eate  país  como 
modelo  de  integridad  y  de  acierto  que  hasta  ahora  más 
ha  sido  admirado  que  imitado. 


ülgBUAarOMII*— lOMClU^  8C 


—  84  — 

QUiNCÜAaESIMOTERCERO  VIBEY-EL  Ercmo.  Sr,  D. 
MiaUlüLDifi  LA  GRÚA  TALAMANCAY  BRANCIPORTE, 

MARQUES  DE  BRANCIFORTE. 

Desde  12  de  julio  de  1794,  hasta  81  de  mayo  de  1798. 

Eatando  casado  con  dofia  Liaría  Antonia  Godoy,  her- 
mana del  piínoípe  de  la  paz,  qne  por  el  valimiento  qne 
gozaba  del  rey  Oárlos  17,  gobernaba  la  Hspafla  á  m  ar* 
bitriOi  se  aonmnlaron  sobre  Branciforte  todas  las  gradas 
y  honores.  Bra  naoido  en  Bieilia  y  de  la  familia  de  ios 
príQclpes  de  Oaiini«'Hízole  grande  de  Bspafia  de  prime- 
ra clasoí  capitán  general  del  ejército,  y  estando  en  Méji« 
co  se  le  di6  el  toisón  de  oro* 

Oon  tantos  honores  y  distinciones,  qniso  qne  se  le  tra. 
tase  como  6  la  persona  misma  del  monarca',  y  jon  los  be« 
sámanos  y  otras  ceremonias,  recibía  á  la  anditocia  y  dog- 
mas autoridades  sentado  bajo  el  dosel,  cuando  todos  sns 
antecesores  habian  recibido  siempre  en  pié. 

Sa  principal  objeto  faé  enriquecer,  y  el  intermedio  de 
que  se  valió  para  ello  fué  don  Erancisoo  Pérez  Softanes, 
conde  de  .Oontramina,  que  era  el  canal  por  donde  se  oon^ 
seguían  todas  laa  gracias  á  precio  de  dinero.  El  reetable* 
cimiento  de  los  cuerpos  provinciales,  retirados  6  disuel«> 
tos  por  Sevilla  Glgedo  que  los  cpnsideró  inútiles,  [y  esto 
fué  uno  de  los  pocos  errores  que  cometió]  fué  una  mina  de 
oro  para  Branciforte  que  se  hizo  gratificar  por  la  oonoe<* 
sion  de  todos  loa  empleos,  entonces  muy  apetecidos ,  de 
estos  cuerpos.  Por  estos  y  otros  medios  logró  reunir  un 
gran  caudal  que  fiituó  en  Bspafia. 

La  guerra  de  Francia,  á  consecuencia  de  la  revolución» 
dio  motivo  ala  persecución  délos  pocos  franceses .  qne 
habla  en  el  país,  y  se  .comenzaron  á  notar  síntomas  de 
conspiraciones ,  de  las  cuales  la  primera ,  intentada  por 
el  andaluz  don  Juan^Guerrero ,  corresponde  á  este  pea 
riodo» 

Bl  IS  de  julio  de  1796  colocó  elvirey,  acompafiadode 
todos  los  tribunales,  la  primera  piedra  del  pedestal  para 
la  estatua  ecuestre  do  Oárlos  IV,  que  obtuvo  permiso  de 
erigir  en  la  plaza  de  Méjico  á  sus  espensas ,  y  mientras 
se  fundía  la  de  bronce,  se  colocó  una  provisional  de  yeso 


—  85  — 
o  on  gran  solemnidad  el  9  de  diciembre  sigaiente,  oam« 
p  1  eaüos  de  la  reina  doña  María  Loisa  de  Borbon,  esposa 
del  rey  Carlos  lY.  En  el  propio  di»  ^e  comenzó  en  la  ga** 
rita  de  San  Lázaro  el  camiDo  de  Yeraoroz,  á  gne  se  dio 
ei  nombre  de  la  misma  reina  Luisc^,  y  se  pnbiicó  el  bando 
concediéndola  libertad  de  la  fabricación  del  aguardiente 
de  caña, 

r  La  guerra  declarada  á  la  Inglaterra  después  de  hecha 
la  paz  con  la  Francia,  hizo  que  Branoiforte  reuniese  un 
cantón  de  tropa  y  que  él  mismo  se  trasladase  á  Orizava, 
en  donde  se  hallaba  cuando  llegó  á  Yeraoruz ,  el  17  de 
mayo  de  1798«  el  navio  de  guerra  ^'Monarca"  que  pudo 
salir  de  Oádiz  de  noche  por  entre  la  escuadra  inglesa  que 
bloqueaba  aqnel  puerto,  en  el  que  vino  don  Miguel  José 
Azanza,  nombrado  para  sncederle ,  á  quien  entregó  el 
mando  en  la  misma  villa  de  Onzava  en  31  de  aquel  mes, 
y  ba)ó  &  Yeracruz  para  volver  á  Bspaña  en  el  propio  bu^ 
que  que  condujo  cinco  millones  de  pesos,  tres  del  rey  y 
dos  ae  particulares!  siendo  mucha  parte  de  estos  últimos 
del  virey,  y  para  salvar  tan  rica  presa,  pudo  eludir  la  vi- 
gilancia de  las  escuadras  inglesas ,  dirigiéndose  al  Fer « 
rol  en  donde  entró  con  felicidad.  Branoiforte  en  las  re- 
vueltas sucesivas  de  España  se  declaró  por  el  partido 
francés. 


QUINCÜAQESIMOCUARTO  VIEEY.-EL  Excmo.  Sf.  D.  MI- 
GUEL JOSÉ  DSÍ  AZANZA. 

Desde  81  d$  mapo  de  1798,  á  80  de  ahril  de  1800. 

• 

L<b  carrera  de  este  virey  no  había  sido  militar,  pues 
sólo  obtuvo  grados  inferiores  en  la  milicia.  Siguió  la  din 
plomática  y  de  oficinas » y  aüsompafió ,  como  se  ha  dicho^ 
la  visitador  Oalvez  en  su  visita  de  Kueva  España. 

Bn  el  vireinato  se  condajo  pon  la  mayor  probidad  y 
moderación,  haciéndose  estimar  generalmente,  pues  aun« 
que  el  comercio  de  Cádiz  le  hizo  graves  inculpaciones 
con  motivo.de  los  permisos  concedidos  á  los  buques  de 
naciones  neutrales  para  conducir  efectos  á  Yeracrnz,  se 
vindicó  manifestando  las  órdenes  en  virtud  de  las  cuales 


—  86  — 
habift  procedido  y  el  modo  en  qae  les  liaUa  dado  com- 
plimiento. 

Betíró  las  tropas  que  habia  reanido  Braneíforte  en  el 
cantón^  tomando  otras  providencias  para  la  defensa  de 
Veraoraz,  aunque  con  funesto  resultado,  pnes  habiendo  de- 
ido  algunas  fuerzas  en  las  inmediaciones  de  aquella 
plaza,  perecieron  Cüsi  todos  los  soldados  por  efectu  del 
dima. 

Bl  S  de  marzo  de  1800,  ocurrió  el  gran  temblor  de  tier- 
ra llamado  de  <*San  Juan  de  Dios,"  por  ser  el  santo  de 
aquel  dia,  uno  de  los  más  Tiolentos  que  se  habían  co<^ 
nocidOé 

j&zanza  trató  de  aumentar  la  pobladon  de  Oalifomias, 
á  cuyo  efecto  envió  algunos  nifios  de  la  cuna. 

En  BU  tiempo  se  establecieron  las  brigadas  en  que  se 
distribuyeron  los  cuerpos  de  milioiaS|  y  se  dio  el  mando 
de  la  de  San  Luis  Poto&l  á  don  Félix  Calleja ,  lo  que  en 
épocas  sucesivas  produjo  tan  grandes  consecuencias. 

La  conspiración  llamada  de  los  machetes ,  dennn<áa« 

da  á  este  virey,  le  hizo  conocer  el  peligro  qae  el  país 

corría,  si  se  hacía  mover;  como  resorte  revoluoionario  la 

,  rivalidad  entre  criollos  y  gachupines,  sobre  lo  que  infor. 

mó  á  la  qórte. 

Al  dejar  el  gobierno,  casó  con  su  prima  dofia  María 
Josefa  Alegría,  condesa  viuda  de  Oontramina.  Bn  la  na^ 
vegacion  para  regresar  &  Bspafla ,  fué  hecho  prisionero 
por  los  cruceros  ingleses.  A  su  llegada  se  le  nombró  oon« 
sejero  de  Bstado»  pero  por  las  intrigas  en  qae  abundaba 
la  corte  de  Madrid,  se  le  mandó  permaneciese  en  Ora» 
nada,  de  donde  lo  sacó  la  revolución  de  Aranjaes  de 
180S,  y  arrastrado  por  los  acontecimientos  á  seguir  el 
partido  del  intruso  rey  José,  quien  le  dio  el  título  de  do* 
que  de  Santa  Fé,  tuvo  que  emigrar  á  Frauda,  y  aanque 
después  volvió  á  Bspafia,  murió  en  Burdeos  ea  20  de  jo* 
nio  de  1826;  á  lofi  ochenta  afioa  de  edad^  pobre  y  desti^- 
tuido  de  sus  empleos  y  cogideooraoieneB,  pero  estimado 
de  todos  los  que  supieron  estimar  su  mérito  j  yirtadea* 


-8Í- 

QUINCÜAaESIMOQÜINTO VIBEY.-EL  Exorno.  Sr.  D.FÉ- 
LIX BERENaUER  DE  MARQÜINA.. 

*.  •  .         •    •    ■      • 

Desde  ZO  de  ahrü  de  1800,  hasta  4  de  enero  de  1803. 

Faé  Biempre  ua  misterio  por  qué  resortes  pudo  llegar 
al  vireinato  ua  hombre  tan  infiigaifloaute  Como  este  vi - 
rey.  Era  jefe  de  escuadra,  en  la  marina  real ,  y  en  bu  ñas 
vegacion  á  Veracru»  faé  h.eolio  prisionero  por  los  ingle- 
sea  en  el  cabo  Catoche  y  conducido  á  Jamaica,  de  don. 
de  se  le  permitió  pasar  á  Méjico  y  entró  en  posesión  del 

vireíoAtOt 

Hombre  de  buena  intención  y  de  suma  probidad,  no 
tenia  la  capacidad  necesaiia  para  hacer  todo  el  bien  que 
deseaba.  Sin  embargo,  Ipgró  aotivar  el  despacho  de  loa 
tribunales  en  donde  habia  causas  atrasadas  de  mucho 
tiempo,  y  puso  enteramente  al  corriente  el  de  secretaiía 
v  asesoría       -  *     ~ 

Bu  9  de  setiembre  de  1802  se  publicó  la  paz  con  Ingla** 
térra»  firmada  en  27  de  marzo  de  aquel  aüo,  con  lo  que  el 
comercio  y  la  minería  tomaron  mayor  actividad*  ElaSo 
anterior  se  habia  celebrado  también  con  Portogal,  con 
cayo  motivo  se  dio  el  título  de  príncipe  de  la  Paa  al  fá^ 
Torito  Godoy. 

Sacedlo  en  este  mismo  período  la'  conspiración  de  los 
indios  de  Tepic  y  la  expedición  de  KoIIandá  las  provine 
cias  internas  del  Oriente,  en  las  cuales  hnbo  tambidU  ca^^ 
lamidades  causadas  por  el  destemple  de  las  estaciones,  y 
en  Oajaca  un  temblor  de  láerra  tan  violento  en  la  noche 
del  5  de  octabre  de  1861,  que  arruinó  la  iglesia  del  con^ 
vento  nuevo  de  Concepción  ^  que  faé  célegio  de  los  je- 
suítas. 

Marquina  volvió  á  Españs*  sin  dejar  quejosos,  y  aun. 
que  üormó  un  corto  caudal «  faé  á  expensas  de  tratarse 
con  suma  economía  para  ah/arrar  una  parte  de  su  suelda 


watsftilv  IJOKM.— JOMC 111-1-  87 


—  88  — 

Q  UIÜCUAGESIMOSEXTO  VIREY. -EL  Ercmo.  Sf.  D.JO- 

BE  DE  ITüRRiaABAY. 

Desde  á  de  enero  d¿1808^  7i:i8tal^d&H6embrede  1908. 

Habiendo  tratado  con  extensión  en  Ii\  Historia  de  M6  < 
jioo  desde  1808 ,  de  loa  snoeaos  principales  acaeoidoa  en 
tiempo  de  éste  y  los  siguientes  rirejes ,  bastará  haoer 
aquí  una  ligera  indicación  de  ellos. 

Estándose  corriendo  los  toros  con  que  solemniíó,  como 
eqí  de  costnmbreí  la  llegada  de  este  vireyi  én  la  taxde  de 
21  de  febreroi  hubo  un  eclipse  de  sol  casi  total,  y  el  tta% 
merpso  concurso  aplaudió>con  tItbs  aclamaciones  la  rea* 
parición  del  astro,  habiendo  cesado  la  f  nneion  durante  d 
eclipse. 

Bi  16  de  diciembre  de  1803  llegó  áTeraorns  el  arBo« 
biapo  don  Fraclsoo  Javier  de  Lizana  y  Beaumont ;  y  el 
dia  11  de  enero  siguiente  hizo  su  entrada  pública  eu  Mé^ 
jioo. 

jBn  el  mes  de  junio  del  mismo  afio,  hizo  el  virey  un  via- 
je á  G^  aanaj  nato  con  el  objeto  de  Cuitar  las  minas.  Fué 
recibido  y  obsequiado  en  los  lugares  de  su  tiánsito  ooír 
mo  si  hubiera  sido  el  monarca  en  persona.  En  Ganajua» 
to  á'  su  entrada  estiró  el  coche  en  que  itm,  la  gente  ope- 
raria  de  la  mina  de  Yalenoiana  que  estaba  todavía  flore- 
ciente, vistosamente  veatídaí  y  á  su  salida  hizo  lo  mismo 
la  de  BayaS|  en  traje  de  luto.  Alojóse  en  casa  del  conde 
de  Pérez  Galvez,  y  se  le  hicieron  cuantiosos  regatee  por 
las  minas  de  Valenciana  y  Bayajá  y  por  la  diputación  de 
minería.  A  su  tránsito  por  Cela  ya  f,  concedió  á  aquel  a- 
yuntamlento  hacer  corridas  de  toros,  para  construir  con 
su  producto  el  hermoso  puente  cj[ue  está  sobre  el  rio  de 
la  Laja,  levantado  bajo  la  direoc  ion  del  célebre  arquitec- 
to: don  Francisco  Trasguerraa 

Bu  9  de  diciembre  del  propio  afio,  se  celebró  la  coloca- 
ción de  la  estatua  ecuestre  de  bronce  de  Oárloa  IT,  en  la 
plaza  de  Méjico,  costeada  ppr  Branciforte.  Asistió  &  esta 
función  el  barón  de  Humboldt>  que  á  la  sazón  se  hallaba 
en  esta  dudad. 

En  I80á  llegó  la  expedición  para  la  propagación  de  la 
vacuna,  dirigida  por  don  Fraiioico  Javier  d9  Balmls :  « 


—  89  — 
virey  habia  establecido  ya  el  oso  de  este  útil  preservati^ 
vo,  ooQ  pás  qne  hizo  oondacir  de  la  Habana  y  con  qne 
incóalo  á  yarios  nifio«  el  profesor  don  Juan  de  Arboleya, 
siendo  el  primero  á  quien  se  aplicó  el  hi]o  peqaefio  del 
mismo  vliey. 

Los  dos  autos  secretos  de  la  inquieioion  en  que  se  pre« 
sentaron  oomo.reos  el  padre  don  Juan  Antonio  01avar« 
rieta  y  don  Juan  Bojas  I  severificaion  en  este  tiempo. 
Olayarrieto  hizo  después  mucho  papel  en^Oádiz  du** 
rante  las  cortes  9  pubUoando  el  Diarfo  de  aquella  eia% 
dad. 

Bn  marzo  de  ISOS,  se  tuvo  noticia  en  Méjico  de  la  de^ 
olaraoion  de  guerra  contra  Iog1aterra,.á  consecuencia  de 
la  agresión  que  esta  potencia  hizo  atacando  y  tomando 
cuatro  fragatas  espatiolas  de  guerra  que  tM»  dirigían  á 
Oádiz  con  caudales  de  la  América  meridional.  Bn  con-* 
secuenoíai  el  yirey  recibió  órdem  para  poner  el  país  en 
estado  de  defensai  y  el  cantón  que  formó  en  las  villas  y 
lugares  inmediatos  de  las  intendencias  de  Yeracruz  y  de 
Puebla^  con  los  cuerpos  veteranos  y  milicias  de  las  pro- 
vinciasi  fué  él  planta  de¡doDde  salieron  las  tropas  que 
hicieron  frente  &  la  revolución  suscitada  en  1810« 

Los  acontecimientos  que  fueron  acumulándose  termi* 

naron  por  la  deposición  de  Ituirigaray ,  verificada  en  la 

noche  del  16  de  setiembre  de  180i ,  por  don  Gabriel  de 

^Yermoy  con  trescientos  europeos  casi  todos  del  comercio, 

"^or  di  influjo  y  bajo  la  dirección  de  algunos  individnos 

de  la  audieiuúa» 


—  90  — 
REINADO  DE  FEENANÜO  VII, 

* 

Último  rey  do  España  que  domlntf  cu  Méjico. 


Pe  sde  19  de  marzo  de  180S  que  entró  A  geberBar 
per  la  abdicación  de  su  padre,  y  lialblendo  »ldo 
conducido  ü  Francia  y  obiisn  do  A  renunciarla 
corona  en  el  Emperador  ffapolcon^liabo  varios 
gobiernos  que  lo  representaron  hasta  1814  que 
r<>gres6  1.a  acta  de  independencia  firmada  en 
M^ico  en  d$  de  setiembre  de  1831,  puso  fin  al  do- 
minio español  en  estas  rejones. 

QÜlNCÜAaESmoSEPTTMO  VIRET.-EL  Excmo,  Sr.  D.  PE- 

DRO  GAEIBAT- 

iJesde  10  setiembre  de  1808,  á  19  dejuHo  de  1809. 

^  Bntró  á  gobernar  interinametite,  á  cansa  de  la  depoBi«- 
don  de  sa  antecesor,  por  eer/el  militar  de  majot  gradoa* 
don»  no  habiendo  tenido  ia  audiencia  por  oonveniente  a^ 
brir  el  pliego  de  mortaja.  Gobernó  bajo  el  infiajo  del  par- 
tido qne  lo  habia  elevado  al  mando:  disolvid  el  oantou  de 
tropas  formado  por  Itorrigaray ,  y  mándd  grandes  auzi' 
lioB  en  numerario  á  Bspafia,  Después  de  retirado  el  Tirei- 
nato,  se  le  confirmó  el  empleo  de  teniente  general  y  la 
grau  cruz  de  Oárloa  III, 


QUINCUAGESIMOOCTAVO  VIREY.-EL  Excmo.  E  Illmo. 
Sr.  D.FEANCI3C0  JAVIER  DE  LIZANATBEAÜMOOT, 

ARZOBISPO  DE  MÉJICO. 

Desdó  19  ds  jnlio  de  1809,;/usf  fa  Slde  m  ayo  d¡s  1810. 

Datante  su  gobiernOf  prevaleció  ^  partido  contrario  á 
los  aprebensores  de  Iturrigaray:  volvió  á  reunir  algunas 
tropas  aumentando  estas  con  la  isreaciou  de  varios  oner^ 
pos  de  miliciasi  y  dispaso  propoxeioiiar  armamento  tra- 


'       -Oí-  .         , 

jéndolo  de  loglaterra,  M  espixita.deiíjidepenÚQacia  tomo 

mucho  Tnelo  y  ¿é  formó  ebTalIabaólid  úná  cohspiraciou 

qae  estavo  á  punto  de  estallar.  La  regencia  establecida 

en  Cádis  qvtító  coa  desaire  el  gobierna  A^l  arzobiapo,  á 

qnien  despüefi  se  di6'en  premio  de  sus  fiíer vicios  la  gran 

omz  de  Garlos  III  Mnrió  en  M^ico  y  faé  enterado  en  su 

catedral  con  los  honores  ^b  virey. 

La  real  andiencia,  cnyo  i  egente  era  djpn  Podro  Gata- 

ni,  gobernó  hasta  14  de  setiei^bre  de  ISlO. 


QUINCUAGESIMONOVEXO  YIRBt.-;.í¿|í^cino.^Sr.  D. 

FRANCISCO  JAVIER  V£NSJG[Ai9. 

Sa  historia  es  la  dk  la  revolíÉ^oioa  qnc  ,tayo  principio  en 
él  pueblo  de  pelotes*  en  la  praviáéí^  de  .Qoaua^uato,  en 
16  de  setiembre  de  1810  Dióaele  la  grap  qrnz  de  Garlos 
III»  y  el  rev  Fernando  VII  le  conc^i6  el  iítulo  de  mar- 
qúéé  de  la  Bdanion  de  S'aeva  lUpa&a,  y.gozó  de  mnoh& 
consideración  en  la  córte,f  hablé  adósele  coafeiido  los  mas 
distingnidos  empleo^,.      '  .    '  ; -.    .f; 


i' 


SEXAGÉSIMO  VIR8Y.-EL  Excmo.  Sf.  D.  FÉLIX  MARÍA 

CALLEJA. 

Desde  i  de  m%jF$Q  de  1813,  kaeiá  20  de  ietkmbre  de  1810. 

La  xelacioQ  de  sud  camptf  as  es  la  p^ite  más  impcr^ 
tanta,  áe  la  historia  déla  revolacioa  del  aflo  de  1810. 
QoatnTO  el  primer  impulso  de  ésta»  y.qaebistntó  su  faer- 
aa  en  la  batallar  del  poante  de  GaMeran^  por  laque  le  dio 
el;  rey  Fernando  TU  al  lítalo  ddoondhdeCíidderon.  Ele« 
vado  al  vireinatD,  poc  sos  diaposieioiies  deyt^ytf'las  nue- 
vas f aereas  leya^taibis  por  Mpielós y  y  iwaúéd  dejó  el 
BiaadOi  la  revolneiqíL  fMdé  Mf^rsiMBte  deeoi^nizada 
y  redncida  á  elementoa  idiapejESoa.  JHIn'BspHSta^btnyo  di^i 
verisos  pajados,  y  murió  en  Talencia  dknrde  se  habla  es- 
tablecido con  su  familia* 


-.  92  — 

8£XAGESIM0P&IMERa  TIBEY.^EL  Exemo.  Se.  D.  JUAN 

RÜIZ  DE  APODACA. 

Desde  20  de  setiembre  de  1810^  hasti  5  de  iulio  de  1831. 

ApTOTeoliando  las  veatajas  obtenidas  por  bus  dos  pr6« 
deodfiores,  logró  la  casi  completja  paclflcacioa  del  país 
por  medio  de  sa  benigaidad.  L^  expedición  de  Miaas 
aoBta^o  la  levolacion  por  alg&ti  tiempo  y  le  dio  naeyo 
oaloi;  pero  habiendo  sido  cogido  aqnel  en  el  rancho  del 
Venadito,  por  lo  qae  se  dio  al  vire/  el  títaLo  de  conde 
con  este  nombre,  faé  fajúlado,  coa  lo  cnaL  la  revolncion 
'  decayó  del  todo,  y  los  que  aan'ae  conservaban  en  elia  se 
fueron  indaltando  A  pot&a. 

Bl  restablecimiento  de  la  constitacion  de  1812  en  E5>« 
pafta,  di6  origen  á  na  noevo  movimiento  en  Kneva  Bs** 
pa&%  A  cnya  cabeza  se^pnso  don  Agpstia  Itorbide^  y  en 
el  progreso  rápido  de  la  revelación .  los  ofloialea  de  al-* 
ganos  cnerpos  de  tropas  earopeas ,  descontentos  con  A- 
podaca^  á  cayos  desaciertos  atribaian  la  decadencia  en  la 
cansa  espafiolai  lo  depnsieron.  en  la  noche  del  5  de  jallo 
de  1821,  oonflriendo  el  mando  al  director  de  artillería  D. 
Francisco Novella.  Apodaca,  de  regreso ü  España,  fué 
tratado  con  la  coneideracion  qne  era  debida  á  su  honra- 
dez y  acendrada  fidelidad. 


SEXAGESIMOSEGÜNDO  Y  ULTIMO  VWEY.-ExcmcSr. 

D*  JUAN  0-DONOJtJ*^ 

* 

Lleg6  A  Yeraon»  €l  31  de  JoUo  de  1821,  y  eiJoontró  to^ 
do  al  reind  declarado  anr  favor  de  la  revolndon  excitada 
por  Itorbide»  á  eocoepcion  de  la  capital  en  4né  mandaba 
l^orella»  y  algunos  otros  piintosq^e  no  podian'flbstener'- 
86  largo  tiempo.  Oelehrti  con  ItatMáe^i^  tra(»db'de  Gófn 
dova,  por  lo  qne  se  aanoionó  el  plan  de  la  revolaoion,  pa-- 
ttk  lo  qne  OsUonoJd  no  tenia  íhenltades,  y  feé  desaproba- 
do en  ütepaia:  pasó  á  M^oo  donde  entró  el  26  de  se- 
tiembre, y  f né  reoiUdo  con  aplauso-  Itnrbide  hizo  su  en-- 
«rada  trimf  al  en  lA  miamft  dudad  el  STMAe  aqnel  mes, 


—  93  — 
o  OH  lo  qae  qaedó  coasamida  la  iadepaadencia.  O-  Dono- 
í&  íiraió  lá  aotia  de  éita  «1 23 del  miaoiO)  cjmo  láliviiao 
de  la  jaafca  qi^e  9e  cóutooó»  y  fa6  uonoibrado  por  édte  aao 
de  los  laiemo^íw  á^  laregeaoia.  Falleeló  pocos  diaé  de9« 
paf0,el  S^d^ootetNoei  de  aa  ataque  de  palmonla,  y  foé  é>:e- 
paltzftdo  ooa  la  oorceapondieate  solemaldacL  ea  la  bóveda 
del  altar  delo3  ttayed  ea  la  catedral  de  Alé  jico 

Oesieei^a^abi^DíoiiaatiO  de  la  casa  de  Borboa  en  Ea* 
paña  t«4oirjío4Tireye9  áexaepoion  de  Azanza,  f nerón  de 
la  oacrajiarimiU^r  en.Bl  ejército  ó  en  la  marina,  habiendo 
pect^neeidoA  fote  FlprAS^  itarqnina  y  Apodaca ,  y  casi 
.  .  todoa  .de  la  gradAacion  de  teaientee  generaleii,  pnes  solo 
tnyieroiiLljk<le<aftfií tañes  generales  el  marqaó.i  de  Ütisa* 
faerte,  y  «I  diMM  da  la  Oonqaúta,  el  M^rqnéa  de  Oroiz 
y  el  de  Bcandforte,  pnes  aunque  también  la  tuvo  el  prid 
mer  conde  de  Beillla  Qigedo.  se  confirmó  desunes  en  el 
regreso  á  Bsp6fia :.poeooomo  Marqninay  Oalieja  eran,  el 
primeFO  yfA  de  eseuadra,  y  el  segando  matisoal  de  cam^ 
„  po  ¿  que  foorrespmde  aquella  graduadoa  en  la  marmai  y 
iuago  faeroa  asoaadidos  á  tenientes  generalen.  ¡ 

Durante  el  tieaipo  de  la  dominación  de  la  caea  de  Ans^ 
Uia,  todos  los  vireyes  f  nerón  sacados  de  la  clase  de  gran** 
des  de  ISspalia  ó  de  sus  familias  >  y  por  ebto  u>mbit-b  se 
hSM  menaiQn..dA  sos  esposas  que  perteneolau  aá.uiitmo 
cang»;  pesOfd0QA»ilM  ooiip6  el  trono  la  casad»  -oibuní 
se  stanaroA  4á}|Mf«reuoia  de  nopleza  media,  de  que  ba-^ 
lieton  también  los  empleados  qno  ocdparou  los  pnucii>a<« 
les;ouest(|8  l>4jp  aouelioamonaroas,  no  habiendo  habido 
dewde  el  ooade  de  X'.OMOiasa  Aingun  otr  j  grande  que  ob- 
la viede  el  vif^MJuauíliiMluijei  marqués  oe  Brancifi;rLe  Los 
mas  de  los  ytrveá  de  esta  época  no  fuMon  casados,  co*- 
mo  el  d^ae  de  Unaies,  el  marqués  de  7alero,  el'de  üa^ 
saíuette,  el  duque  de  la  Oouquioia  el  maiqaés  de  Üroix, 
Baoaroli,  Asanza,  Marquina  y  Venegas  ^uDqoe  oe  fijó 
como  petíodo  del  gobierno  de  cada  vire;  el  término  de 
cinco  afLos«  casi  nunca seobuervói  habiendo  prrm^bt cido 
> .  algunos  enlel iiiia9;áo|mBelio  más  tempo  como  ttsatutitCi 
y  otros  ménoB|  según  se*  disponía  en  la  corte*   ' 

KOTA.— HaVIsndo  tomtdo  del  artobiapo  Lorecfana  en  K 
p'arce  nae  tfkt^de   '*  gobierno  pelíclco  4e  Nuera  Bio^fiA,^' 

Íine  aIito  té  inttodaeeion  á  su  edición  dt  iaa  cart.ag  do  Curtes* 
a  notioia  de  ios  entierros  de  los  yireyes,  no  fte  turo  preseato  la 


V 

I 

—  94  — 

jAks  mnclias  noticias  Inéditos  que  contiene  la  ero- 
nologrla  de  los  vlreyes  que  ]precedo,  lian  sido  Um^ 
n  ada^  de  diversos  diarios  antivvo»  manuicrifes 
y  otros  documentos ,  princli^almonte  do    los   sl- 

srnlontfs? 

Diario  q^Q  escribió  el  Ldo.  D*  Qregotio  HAttin  deIlGai> 
jo,  presbítero ,  eeoietario  del  oabildo  metropoHtaito  de 
MéyiQo,  que  comprende  desde  1?  de  eneso-de  1648,  siendo 
virey  el  conde  de  Salvatierm , '  kMta  fln  do  diciembre  de 
1664  qne  lo  era  el  marqués  de  HaMora.  Ck)ntiene  una  re- 
lación mny  circanistanciada  de  todo  enaüto  ocurría  ca- 
da día,  eapeclaloiente  en  cosas  eoledáaticas.  Un  tomo  en 
folio. 

Oontinnacicn  de  este  mismo  diaiio^  escrita  por  el  Ldo. 
D.  Antonio  Robles,  presbítero,  colegial  del  oolegiodo 
San  Pedro  de  Méjico,  que  comprende  deade  1^  de  enero 
de  1665,  en  qae  oontunuaba  de  tlrejr  el  marqués  de  Man- 
cera,  hasta  ña  de  1703,  siendo  vlroy  el  eegnndó  dnqne  de 
Albarqaerqae.  El  Ldo.  Bobles  se  exoasa  de  no  poder 
formar  ana  relación  tan  exacta  y  olronnstanoiada  como  la 
de  sa  antecesor  ^Gaijo  ,  por  no  tener  la  ocasión  qne  á 
a^ael  proporcionaba  sa  empleo  para  obtetaer  noticias,  y 
por  oareoer  de  medios  pecnniarlM  en  eircoBStanciaa  en 
qae  an  pliego  de  papel  costaba  ttidio  real.  TJh  tomo  en^ 
folio. 

Eetoa  dos  tomos,  con  otros  grandes  mny  grnesos,  de 
noticias  y  docamentds  antigaes,  pertenecen  á  la  librería 
del  oratorio  de  6an  Felipe  üeii;  y  ^on  an  tesoro  históriit 
co  inapreeiable*  El  reTereado  padre  prepósito  de  aqnella 
venerable  casa,  se  ha  servido  finmqtiearlos  al  antcr  de 


nota  que  pone  al  ña  de  laa  ^tratss,  eñ  ^ao  advierte  qne  hablan- 
do del  marqnéa  ^h  las  Amatlitas»  dito  que  sn  cadáver  está  e»  el 
e&nia&rio  ae  i»  Pifídad,  á  aon4e  £aé  trasladado  de  Ssnto  Do- 
iaiDfl:o«  tiendo  af  í  que  permaDeció  én  Saoto  Domios:o»  y  el  qne 
de  esta  i^ioBÍa  iaó  tmfiiAdado  al  santoariq  ^  Ja  Pisdad  ,  fué  el 
dd)  daqae  de  la  Cooqaiata,  r  ésU'^,  par  lo  xniamo,  no.  faé  enter- 
xikáo  en  bóveda  d'^I  ai(ar  de  lojí  Eeyes  do  la  carral,  como  es 
au  lugar  se  dtjo.  Téngase  pceaente  ea  loa  reipeetivoa  artioalos 
para  nacer  en  ei^oa  la  debida  cerrecoicn. 


_  95  - 

efitas  diserfcacioDes,  qae  ha  eaeado  de  ellos  mnohos  mate^ 
ríales  importantes  para  éstas  y  otras  obras. 

Bl  Ldo.  Bables  e^ribió  también,  sejaa  él  'mismo  dice , 
un  diario  desde  1621  á  27,  al  qae  formaba  contianacio, 
el  de  Gai}o;  pero  éste  no  se  ha  encontrado  en  la  citada 
librería.  Dice  también  el  mismo  Boblesen  el  prólogo  á 
sn  tomo  de  diario ,  que  intentaba  escribir  éste  desde  la 
conqnista,  para  lo  que  tenia  recogidos,  á  costa  de  mttcha 
diligencia  y  gastos,  los  materiales  necesarios,  informan'- 
dose  tambiea  de  personas  ancianas  y  fidedignas,  y  annqne 
no  parece  qae  llegase  á  realizar  este  proyecto  ^  propaso 
qneloscaatro  tomoETde  docnmentoi  y  noticias  son  los 
que  él  hubia  recogido  para  emprender  esta  obra.  tSn  el 
mismo  prólogo  declara  qae  casi  la  mitad  de  lo  contenido 
en  su  diario,  lo  había  tomado  del  qae  llevó  el  Ldo  Die 
go  de  Ot^lderon  BdnAWdea,  aüadieado  maobias  cosas  y 
quitando  otras,  protestando  de  la  Verdad  de  toJo  caanto 
asienta* 

En  la  biblioteca  de  la  universidad  hay  otro  diaiio  cor; 
respondiente  al  mismo  peí  iodo,  llevado  por  na  capellán 
del  hospital  de  Jesas;  pero  no  comprende  más  qae  desde 
1676  á  abril  de  1696.  Está  en  nn  tomo  en  octavo,  desen- 
cnadernado,  faltándole  hojas  del  principio  y  del  ña.  JTs 
diminuto  en  las  noticias  importantes,  y  pny  prolijo  en  lo 
qae  no  ofrece  ningún  Interés ,  como  quien  prediisaba  en 
cada  función,  las  monjas  que  morían,  y  otoas  cosas  insig*- 
nificantes»  Parece  ser  el  mismo  de  que  hizo  uso  el  Xdo. 
Bobles. 

De  épocas  posteriores  se  encuentran  multitud  de  noti- 
cias de  este  género ;  pero  lo  que  me  ha  sido  de  gran  uti^ 
lidad  es  la  '^Uronolocría  de  los  vireyes  que  han  gobernado . 
eéta  Kueva  Espatla,'^  que  escribió  el  teniente  coronel  don 
Diego  Panes,  y  llega  hasta  el  tiempo  del  virey  Flores  Ja^^ 
que  con  las  demás  obras  del  mismo,  presentaron  sus  he*« 
rederos  al  ministro  que  fué  de  hacienda,  don  José  Igna^ 
ció  Esteva,  quien  las  dio  al  museo.  Están  truncas  y  es  de 
desear  que  se  impriman  así  comb  otras  muchas  obras  his- 
tóricas que  permanecen  inéditas»  y  seria  muy  importante 
que  se  diesen  á  conocer  por  la  prensa* 

Innecesario  es  decir  que  ha  tenido  siempre  á  la  vista 
la  historia  del  padre  Oavo,  continuada  por  don  Carica 
Bustamente,  siendo  éata  una  de  las  más  útiles  que  pubü^ 


—  96  — 

00  eate  infatigable  esotítor,  taütoB  por  varios  dcoomen^* 
toe  originales  que  inserta,  sacados  del  arohivo  general^ 
oaanto  porqae  ¿asta  el  yireinato  del  vlrey  Marquina^  no 
hubo  los  motivos  que  desde  Itarrigaray  en  adelante,  le 
haoen  escribir  con  tanta  parcialidad*  Bnstamante,  para 
escribir  esta  obra,  no  solo  hi^o  nso  de  los  docnmenu»  del 
arohivoi  sino  también  del  diario  que  llevó  don  José  Gó- 
mez, alabardero  de  la  gaarda  de  los  vireyes ,  qnien  por 
esta  ciróonstanoia  tenia  á  la  vista  lo  qne  se  pasaba  en 
palacio.  Bste  diario  comprende  veinte  y  dos  años,  desde 
II  de  agosto  Je  1776,  siendo  virey  Baoarlii|  hasta  26  de 
jonio  de  1798,  en'qae  ya  lo  era  Asanza^  pues  su  antecesor 
le  habia  entiegado  el  bastón  en  la  villa  de  Orizava  d  31 
de  mayo  anterior.  Bl  diario  de  Biofrio  que  yo  poseo»  coi* 
mienza  en  eÉiero  de  1802,  y  llega  hasta  el  22  de  octubre 
de  1813.  Uon  todos  estos  auxilios  y  otros  muchos  que  se 
pueden  proporcionar  en  los  libros  impresos,  manuscritos 
documentos  de  las  oficinas,  se  puede  escribir  la  historia 
de  la  época  del  gobierno  espafiol  ;en  Nueva  Espafta,  casi 
dia  por  dia. 


Futrada  de  un  vlrey  en  el  reino  de  ¡Vaera  Espa- 
ña, y  toma  de  posesión  del  mando. 

Al  acercarse  las  flotas  á  las  costas  de  Teracruz,  se  a^ 
delantabau  siempre  un  navio  de  aviso  desde  la  sonda  de 
CampechOi  y  en  él  mandaba  ;el  nuevo  virey  á  algún  gen^^ 
til  hombre  de  su  familia,  que  pasaba  ft  Méjico  con  cartas 
¿  las  autoridades»  escriUi  según  un  formulaiio  establecí'- 
d0|  haciendo  saber  su  llegada  que  se  soleumi^aba  con  re> 
piques. 

lili  virey  que  acababa  enviaba  á  Yeracruz  á  su  sucesor 
literas  y  toao  avío  de  camino  con  regalos  de  dulces,  cho« 
colate  y  frasquera^  de  vinos,  en  lo  que  cada  uno  manifes- 
taba su  generosidad  y  magnificencia, 

Al  desembarcar  el  virey  en  Yeracruz ,  salla  &  recibirlo 
al  muelle  el  cuerpo  de  ciudad  y  el  gobernador,  que  hacia 
la  ceremouia  de  entregarle  las  llaves.  Ja  guarnición  esta- 
ba formada  desde  allí  hasta  la  puerta  de  la  parroquial  en 
la  que  le  esperaba  el  cura  de  capa  pluvial,  con  el  clero 


-97  - 
palio  qae  el  ylxey  mandiUia  retirar ,  y  deqpiiM  del  Te<^ 
Denm,  se  dirigía  á  la^csasa  dispáesta  para  ea  habitación, 
con  la  misma  comitiva. 

En  Yeracroz  fie  detenía  el  nuevo  virey  más  ó  menos 
días  haciendo  el  reconocimiento  del  castillo  y  fortifica- 
cioneSy  y  esperando  tambiep  la  respuesta  al  aviso  que 
habla  dado  de  su  llegada,  en  la  qae  fijaba  el  virey  que 
terminaba,  el  lugar  ^  que  debia  de  concurrir  para  la  tn^ 
trega  de  mando.  Si  no  habla  tropa  de  oaballeiía  en  Vera* 
cruz,  se  mandaba  de  Méjico  una  compañía,  y  salía  tam-- 
bien  á  escoltar  al  virey  el  capitán  de  la  Acordada  con  da^ 
riñes  y  estandarte,  y  pordou  de  comisarios,  el  que  gene^ 
raímente  llegaba  a  Jalapa  ó  las  Tigas. 

El  virey  se  ponía  encamino  llevando  delante  cuatro 
batidores  y  dos  oorreo9i  acompafiándole  la  ^opa  referid 
da.  Bu  todo  el  camino  salían  á  recibirlo  las  autoridades 
y  gobernadores  de  indios  de  los  pueblos  del  tránsito  é 
inmediatos,  teniendo  el  camino  barrido  y  adornado  ,  y 
presentándole  sartas  de  floras  con  areng  as  de  cumplí** 
miento  en  su  idioma^ 

Bn  Jalapa  le  esperaba  uno  de  los  secretarios  de  gobier- 
.  no  y  dos  canónigos  de  Pueblai  comisionado  por  su  obis- 
po y  cabildo  para  aoompafiarlo  y  obsequiarlo  en  el  viaje 
hasta  aquella  dudad. 

Dirigíase  de  Ferote  á  Tlaxcala  donde  hacía  entrada 
pública  á  caballo ,  la  que  se  ordenaba  de  la  manera  bí« 
guíente,  desde  media  legua  antea  de  llegar  á  la  ciudad« 
Iban  delante  los  batidora  y  un  paje  del  virey  con  un  es* 
tandarte  en  que  estahan  bordadas  de  nn  lado  las  armas 
Teales  y  en  el  reverso  las  del  virey.  Seguíase  un  gran  nú- 
mero de  indios  con  sus  tambores  y  chirimías  y  otros  ins^ 
trumentos  de  música,  llevando  levantados  en  paléalas 
banderas  ó  divisas  de  los  queblos  á  que  pertenecían:  el 
cuerpo  de  dudad  compuesto  todo  de  indios  nobles,  pre^ 
cedía  al  virey,  <  Uevanoo  largas  cintas  que  pendían  dd 
íreno  del  caballo  que  éste  montaba,  y  los  regidores  Uevaí 
ban  sobre  sus  vestidos  mantas  de  flao  algodón ,  en  que 
estaban  bordados  los  timbres  de  sus  familias  y  pueblos; 
Bvgnia  al  virey  su  caballerizo,  comitiva  y  escolta  en  me« 
dio  de  un  concurso  inmenso  de  gente ,  y  llegando  al  ex*« 
tremo  de  la  calle  Beal,  encontraba  fachada  de  perspeotÍM 
va  con  adornos  6  geroglífloos  rdativos  á  su  persona  y  alU 


—  98  - 
86  le  decía  ana  loa  adeoaada  también  á  las  elrcnnstan- 
oiaflu  Pasaba  Inego  á  la  parroquia  al  Te»I>eum,  y  laego  á 
laa  cagas  reales  desde  se  le  teaia  dispuesto  alejamiento. 
Bn  Tlaxoala  permaneoia  tres  dias,  en  la  qae  habia  toros 
y  otras  diversiones. 

Oontinnaba  laego  su  camino  ¿  Faebla  en  donde  se  le 
recibía  con  mayor  solemnidad^  entrando  á  caballo,  y  allí 
solía  permanecer  ocho  días  entre  fiestas  y  obseqoios,  y 
visitando  los  conventos  de  monjas  en  los  qne  en  aqnellos 
tiempos  entraban  los  vlreyes  como  ^eepatronos. 

En  Oholnla  y  Hnejoeiogo  se  hacía  también  entrada 
pública,  por  consideración  á  aquellas  antiguas  ciadades, 
aliadas  de  loa  españoles  en  la  conquista ;  pero  en  estos 
pantos  no  permanecía  más  qne  el  día  de  sn  llegada.  En^ 
tretfinto  en  Méjioo  el  virey  qne  acababa  habia  desoon- 
pado  el  palacio  trasladándose  con  hu  familia  á  slgnoa 
casa  particular  y  salía  á  recibir  á  sn  sucesor  á  Otumba, 
donde  hacía  entrega  del  gobierno.  Bs  noble  el  lujo  con 
que  lo  hizo  el  arzobispo  virey  don  Juan  Ortega  Monta- 
ñés, cuando  en  18  de  noviembre  de  1702  sali6  á  recibir 
al  dtqüe  de  Alburquerque ,  segundo  virey  de  este  títu- 
lo, con  muchas  carrozas  soberbias'  y  los  criados  vestí  • 
dos  con  costosas  libreas,  llevando  en  una  de  ellas  su  se-- 
cretario  con  muchas  ceremonias,  el  bastbn  que  iba  á  en^ 
tregarle* 

Las  autoridades  salían  á  i^reséntarse  al  nuevo  virey  á 
San  Cristóbal,  de  dónde  pasaba  á  Guadalupe,  y  allí  te^ 
nía  prevenido  el  mismo  arzobispo  Montases ,  un  esplén*^ 
dido  donvité  para  recibir  al  duque  de  Alburqnerque,  que 
llegó  el  22  de  noviembre ,  á  quien  áoompafió  á  comer,  y 
lo  condujo  á  la  tarde  á  Ohapnltepeo.  Bu  la  casa  4  pala^ 
do  que  en  aquel  lugar  habia,  estaba  p^venido  el  aloja^ 
miento,  y  era  la  diversión  de  la  oiadad  en  los  anteriores 
&  la  llegada  del  virey,  ir  4  ver  estes  pfléparativos.  Para 
recibir  al  duque  de  Alburqnerque ,  según  un  diario  ma* 
unscrito  de  aquel  tiempo,  toda  la  casa  estaba  ricamente 
colgada  y  adoroada,  llamando  la  atención  dos  escrito 
xios  embutidos  de  plata  que  llegaban  hasta  el  te<^o,  y 
qu«  se  apreciaron  en  quince  mil  pesos. 

Bn  Chapultepec  recibía  el  virey  á  las  autoridades,  que 
i/ygfis,  aun  el  tribunal  de  la  inquisifficm ,  iban  á  preseui* 
táiseleí  y  allí  se  le  obsequiaba  con  toros  y  o^as  diver- 


--  »9  — 
siones.  Solía  ir  privadamente  á  la  dudad  &  tomar  di8po- 
aioiones  para  sa  alojamiento  en  an  palacio,  ¿  viBitar  la 
Catedral,  ó  á  alganas  imágenes  como  el  Santo  Oristo  de 
Saiita  Tereaa*  » . 

Aanqae  ya  estaba  en  ejerciólo  de  la  antotidad  que  le 
habia  sido  entregada  por  su  antecesor  en  la  primeza  en* 
travista,  el  acta  solemne  de  la  toma  de  posesión,  s^  ye- 
lifloaba  del  modo  siguientet  lo  que  copiaié  de  lo  que  se- 
gún el  diario  citado  se  hizo  por  el  duque  de  Álburquer- 
que  el  27  de  noTiembre  del  mismo  afio  de  1702.  (^Después 
üe  la  oración  de  la  noche  vino  de  Chapultepec  i  esta 
ciudad  á  tomar  su  posidsion  el  sefioi:  virey  duque  de  Al-- 
burquerque,  y  fa6  primero  4  la  Catedral  &  hacer  oíacioui 
y  luego  al  real  palacio :  entró  por  la  puerta  piincipal  á 
las  siete^  en  donde  lo  recibieron  con  hachas  $  j  habiendo 
bajado  del  coche,  fué  acompaliado  de  loa  ministros  y  tri<« 
bunaltisá  oojer  la  escalera  para  sabir  á  la  audiencia , 
donde  lo  recibieron  los  sefiores  de  las  audiencias  y  lo  lle- 
varon á  la  sala  de  lo  eiFil,  en  la  cual,  abajo  de  las  gradas 
de  los  estrados,  estaba  puesto  un  dosel  de  terciopelo  y 
damasco  encarnado  y  baldoqnin  de  seda  de  los  mismos 
colores,  una  mesa  larga,  y  jauto  á  ella  seis  sillas  por  ca' 
da  lado,  y  la  del  eeOior  virey  de  terciopelo  encarnado  y 
abajo  su  cojio:  la  mesa  aon  sobrecamas  de  Ohina  borda- 
das de  efioarnado;  encima  un  misal  abieito  á  la  mano  de- 
recha  de  S.  E ,  y  señalado  el  evangelio;  en  ocho  candele«< 
roa  ocho  velas  de  á  media  libra,  y  habiéndose  sentado 
8.  B.  j  los  señorea  de  la  audiencia,  se  cerraron  ]m  puerN 
tas  y  luego  tocó  S.  JB.  la  eampaniila,  y  habiendo  entrado 
UQ  portero,  mandó  S.  E.  se  retirase  el  real  sello,  el  oubl 
xrajo  en  uu  azafate  don  Pedro  de  Tagle,  [hacía  de  can- 
ciller] armado  con  sus  armas  y  cubieito,  acompañado  de 
miníateos  de  la  audiencia  que  con  doce  hrchas  le  alum«i 
braban,  y  habiendo  entrado  lo  puso  al  lado  de  S.  E.,  po«^ 
niéndose  todos  en  pié  al  entrar  en  la  sala ,  el  cual  tomó 
S  S  en  la  mano  en  señal  de  posesión ,  y  luego  exhibió 
tres  cédulas  que  se  leyeron  por  los  dos  secretarios  de  cá- 
mara y  gobierno ,  primera ,  la  de  capitán  general,  luego 
la  de  virey,  y  luego  la  de  presidente  de  la  real  audicien^ 
ola,  y  acabadas  las  pusieron  los  señores  sobre  sus  cabe« 
zas,  y  luego  llegaron  dichos  secrecajios  por  los  dos  la- 
dos de  &  B. ,  é  hizo  el  juramento  sobre  el.  evangelio: 

PTSSETAOJOVJMU-  lOHO  111--^  90 


—  100  — 
volMó&elaego  él  sello  á  la  oasKállería  del  mismo  modo 
qne  se  trajo,  y  laego  salieron  de  la  sala  loa  sefiores ,  a- 
oompafiottdo  oon  todos  los  ministros  á  8«  B«  hasta  el  oo« 
che.  y  habiendo  entrado  en  61 ,  pasó  &  ver  al  sefior  Ar. 
zoblspo- 

Para  la  entrada  solemne  se  tomaba  el  tiempo  neoesa. 
rio  para  qne  la  clndad,  como  fnnoíon  propia  snya,  pudie- 
se disponer  lo  (Oonvenie.nteOrdenábase  la  entrada  por  la 
tarde  desde  la  parroquia  de  Santa  Oatalina  á  ¡a  de  San- 
ta Ana,  á  donde  oonoorrian  la  andienoia ,  loa  tribanalea 
y  nobleza,  compitiendo  en  la  riqueza  de  ios  trajes,  gallar- 
día de  los  oabaliosy  en  lo  vistoso  de  las  jaeo2S  y  arneo),  y 
en  el  número  y  costo  de  orlados  y  libreas.  Bl  vireycon 
esta  comitiva  llegaba  á  la  esquina  de  Santo  Doningo,  en 
donde  estaba  dispuesto  un  aróOy  y  allí  lo  recibía  uneor« 
regidor  y  ajuntamiento,  que  le  presentaban  las  llaves  de 
la  ciudad,  recibiendo  juramento  de  guardar  los  f aerea  de 
esta.  Allí  estaba  prevenido  el  pallo,  y  llevando  las  varas 
los  regidores,  seguía  bajo  de  él  el  virey ,  aunque  en  esto 
hubo  muchas  variaciones  y  diversas  reales  órdenes  qui« 
tando  y  restableciendo  este  uso:  el  corregidor  y  alcaldes 
á  pié,  llevaban  las  riendas  del  caballo  que  montaba  el 
virey.  Bate  desmontaba  frente  á  la  puerta  del  costado  de 
la  Catedral,  en  donde  había  otro  arco,  y  allí  se  hacía  una 
loa,  en  que  se  comparaban  loa  servicios  y  virtudes  del 
virey  oon  los  del  héroe  6  divinidad  fabulosa,  que  estaba 
representada  en  los  adornos  del  arco.  ^1)  En  la  ptierta  de 
la  Catedral  los  redbia  el  arzobispo  pontiical  y  el  ca- 
bildo con  todo  el  ceremonial  correspondiente  al  patrona- 
to, y  después  del  Te^^Deumi  pasaba  el  virey  á  palacio  oon 
la  misma  comitiva  y  en  aquella  noche  y  los  d|as  siguien«. 
tes  habla  fuegos,  iluminaciones,  y  otras  diversiones.--' 
Bi  iu  jorque  ios  virey  es  ostentaban  en  su  entrada,  era 
menor  ó  mayor  según  las  personas.  Bu  la  del  dnque  de 
Alburquerque  que  hemos  citado ,  que  se  verificó  el  8  de 
diciembre  de  1702 ,  dice  el  diario  de  que  he  hecho  réfe«< 
rencia,  que  ^'atrás  [del  virey]  venia  la  vireina'y  damas  en 


m  Sd  eon-erT&n  mnohaa  dt  aat;  e  lo&s  impreiiB,  d«  lai  qi«  70  tengo  ii- 
iWui  tn  mii  ii)>f  or« 


—  101  — 
coohesi  y  ¿  lo  último  veinte  y  cuatro,  muías  de  repostería 
(de  6arga,)ooii  loe  fcenoa  y  cabezadas  de  p}ata,  plumeros 
y  las  cubiertas  de  las  cargas  de  color  de  fuego  bordadas, 
y  las  cuerdas  con  que  Teman  liadas  eran  de  seda,  y  los 
barrotes  con  que  se  apretaban  de  plata, 

Bl  yirey  que  tennlinabay  solía  permanecer  á  veces  mu-* 
cho  tiempo  en  Méjico  6  en  algún  lugar  que  elegía  para  su 
mansión  después  de  entregado  el  mando,  en  espera  de 
ocasión  para  trasladarse  ai  punto  de  su  nuevo  destino, 
ya  para  volver  á  Bspafia,  y  más  todavía  si  tenia  que  pa% 
sar  al  Perú,  ó  para  cbntestar  á  los  cargos  que  resultasen 
en  el  proceso  de  residencia  ^  ¿  que  se  daba  desde  luego 
principio  por  éljuei  comisionado  para  formarlo,  pu- 
blicándose para  que  ocurriesen  los  que  tuviesen  deman* 
das  que  presentar. 

A  resultias  de  las  contestaciones  suscitadas  con  motivo 
de  la  entrada  da  don  Matns  de  Oalvez ,  se  mandó  por  la 
corte  que  en  ^delante  no  hubiese  entrada  &  caballo,  y  se 
extinguió  todo  el  ceremonial  referido.  £1  virey,  4  su  He» 
gada,  se  trasladaba  con  su  escolta  y  decoro  correspon- 
diente á  Puebla,  desde  donde  lo  acompasaba  él  inten«i 
dente  de  aquella  provincia:  concurría  en  San  Cristóbal^ 
en  el  ediftclo  ebnstmido  al[eféctojpor;el  consulado  que  ha- 
cía los  gastes  del  recibimiento,  con  el  virey  que  acababa, 
quien  le  hada  allí  entrega  del  mando  y  seguía  su  viaje  á 
embarcarse:  el  nuevo  virey  era  recibido  y  acompañado 
derde  Guadalupe  por  todas  las  autoridades  en  coche,  esi 
tando  formadas  en  las  calles  del  /tránsito  las  tropas  de 
la  guarnición,  y  prestado  el  juramento  respectivo  en  el 
acuerdo,  entraba  en  el  ejercicio  de^la|autoridad.  Bl  ayun-^ 
tamiento  hacía  el  gasto  de  la  mesaren  los  tres  dias ,  que, 
coa  lo  que  gastaba  el  consuladOi  ascendía  á  unos  catorce 
mil  pesos,  todo  lo  cual  pareció  exoesivo  al  segundo  con- 
de de  Bevilla  Glgedo,  y  propuso  en  la  instraccion  que 
dejó  á  su  sucesor  que  se  suprimiese. 

En  todo  el  ceremonial  antiguo  para  éste  y  otros  ca« 
sos,  es  echar  de  ver  el  empefio  que  se  tenia  en  hacer  res«^ 
potable  la  autoridad  real  y  á  quien  la  representaba  ,  y 
no  menos  .el  de  conservar  á  todas  las  autoridades  la  dign 
nidad  que  les  correspondía.  Asombra  el  número  de  leyes 
y  disposiciones  que  se  dictaron  con  este  motivo ,  arre- 
glando hasta  los  menores  apéndices  de  las  asistencias,  la 


—  103-1- 
pleza  en  qne  el  virey  debia  resibir  á  la  andiiaela,  los  oi* 
doies  qne  habian  de  acompañarlo  en  al  ooobe  j  lagar  qne 
hablan  de  ocapar,  y  habiendo  ocnnido  ana  Tea  qne  en  la 
fleata  de  Ban  Hipólito  en  qne  se  aaoaba  el  pendón  real, 
por  nn  aguacero  qne  sobteTino,  eoaa  ficeonente  en  M éjioo 
en  el  mte  de  agoAto,  la  comitiva  con  el  pendón  ee  gnáre-« 
cieae  en  nna  casa  partíenlar;  eito  le  tnvó  por  indecoro^ 
80|  y  se  mandó  por  real  orden ,  qne  aanqme  Iloñefle,  el 
pendón  no  entrase  en  singana  oaaa,  y  la  oomitiTa  sigide^ 
se  acompafiándolo  hasta  las  eaaas  oonsistoriales  ó  á  la 
iglesia  de  tían  Hipólito. 

Bstas  formalidades  estaban  preyenilas  eon  mispre^ 
visión  si  sabe  en  lo  qae  tenia  relación  oon  los  prcSados 
eolesiáatícos,  habiéndose  llegado  &  mandar  por  realcé- 
dnla  de  9  de  febrero  de  1670 ,  qne  el  araobispo  en  cate*» 
dral  pasando  por  la  crajía  del  coro  al  presbiterio^,  al  ha« 
cer  cortesía  á  los  virejes ,  soltase  la  eanda  de  sn  ves^ 
tido. 

Los  vireyes  por  sn  parte  exijían  todo  el  respeto  qne  les 
era  debido,  tanto  qne  el  segando  dnqne  de  Albrqnerqae, 
volviendo  a  pal»  cíe  en  el  coche  por  la  oalle  de  San  Fran-« 
cisco,  y  encontrándose  con  el  chantre  de  la  catedral  qne 
iba  á  pié,  notando  qne  éste  no  se  detenia  y  qnitaba  el 
sombrero  hasta  abs  jo,  como  estaba  establecido  con  los  vi« 
rejes,  laego  qae  llegó  6  palacio  pasó  recado  al  anobia^ 
po  para  qne  antes  de  veinte  y  onatro  ho^aa.  hiciesen  sa^ 
lir  al  chantre  desterrado  veinte  legnas  á  la  redonda,  como 
se  verificó.  Peio  este  respeto  y  consideración  eran  mAn 
tnos,  y  las  autoridades  civiles  eran  ignalmente  celoaas  de 
qne  en  nada  se  faltase  a  lo  debido  á  los  Ingtrca  consagra* 
dos  al  culto  de  sus  ministros^ 


—  103- 

sainarlo  ir^n^ral  del  Importe  délos  srafttos eroga- 
do^ü  en  el  reedlllclf»  y  obran  del  palacio  real  de 
Méjico,  det.^e  qnefué  quemado  en  eltnmaUode 
§  de  junio  de  1692,  siendo  vlrejr  el  conde  de  Qal« 
vez,  hasta  el  vlrelnato  de  don  Hanuel  ^e  Flores, 
con  distinción  de  la«i  cantidades  pertenecientes 
al  tiempo  de  cada  uno  de  los  setkores  vire  fes  qué 
nan  ^9iierna<lo  en  este  periodo,  y  sin  compren- 
der lo  gastad  *•  en  la  obra  de  la  casa  de  moneda, 
cuya  construcción  se  lilzo  por  cuenta  separada 

en  esta  misma  época* 

Al  tiempoldel  Exoma,.Sr.  oonde  de  Qalvez 

correapoBden. . . . .  J 193  541  4  9 

Al  del  Sxcmo  é  Illmo-  Sr.  D  Jaftn  de  Oc» 

tega  Montaüéa,  obispo  da  Mlohoaean..  000  O  O 

Al  del  Bxcmo.  Sr.  oonde  de  Moctesnica. .  2  800  O  O 
Al  del  Exorna,  é  Illmo.  Sr.  MoaMIéa,  hit 

la  segaada  ves  qae  f  jeroió  el  vircinato.  000  O  O 
Al  del  Exorno.  Sr.  daqae  de  Albarqner^ 

que 78,612  1  4 

Al  del  Exorno.  Sr  daqae  de  Linares 63  591  4  9 

Al  del  Exorno.  Sr.  marqués  de  Talero..  10,141  4  6 
Al  del  Bxcmo-  Sr.  marqués  de  Oasafaer^^ ' 

te 38,216  2  6 

Al  del  Exorno,  é  Illmo.  Sr.  D,  Juan  An- 
tonio de  Pizarrón,  arzobispo  de  esta 

capital 45.923  4  G 

Al  del  Exorno.  Sr.  daqae  de  la  Conquista.  16,000  O  O 

AldelaBeal  Audiencia  Gobernadora..  24.079  7  6 

Al  del  Exorno.  Sr.  oonde  de  Fuen  clara**  99  551  3  7 
Al  del  Exorno.  Sr.  conde  de  BdviUa  Gíge* 

do  [primero  de  este  título] 40^524  2  O 

Al  del  Exorno.  Sr¿  marqv*éa  oe  las  Ama** 

lillas 33,721  7  O 

Al  de  la  Beal  Audiencia  Gobernadora..  1200  O  O 

Al  del  Exorno.  Sr.  Oagígal 000  O  O 

Al  del  Exorno.  Sr  marqués  de  Oroillas. .  27,721  5  6 

Al  del  Exorno.  Sr.  marqués  de  Oroix 12,672  6  7 

Al  del  Excmo.  tír.  Baoareli 16  910  3  6 


Al  frente....    709,219  9  2 

BTÍHETACTOMU.-  TOTÍO  111*91 


—  104  — 

Del  frente....    709,210  9  2 


Ál  de  la  Beal  Aadíenoia  Gabernadora. .  1,790  O  O 

Al  del  Exorno.  Br.  Mavorga 11>909  3  6 

Al  del  Bxáno.  Sr.  D.  Msiías  de  Galvec. .  1.586  O  O 

Al  de  la  Beal  Aadienda  Gobernadora ...  3,647  O  O 

Al  del  Bxoxno.  Sr.  oonde  dh  Galvez 17,914  1  6 

Al  de  la  Beal  Aadienoia  Gobernadora. ..  2,006  2  O 
Al  del  V zomo.  é  Illmo.  Sr.  D.  Alonso  Na- 

flez  de  Har0|  arzobispo  de  esta  capital . .  6^950  O  O 
Al  del  Bzomo.  Sr.  D.  Manael  Antonio  de 

Flores 10,502  3  O 


Importe  general......    767,607  4  O 

Agregándose  por  q\  salario  anual  de  200 
pesos  qae  disfruta  el  maestro  de  obras 
del  real  palaoio,  considerados  desde  el 
affo  de  1720  en  que  se  hizo  esta  asigna - 
cion^  hasta  el  año  de  1789 14,000  O  O 

Monto  total ,  781,6071  O 

Bsta  noticia  está  sacada  del  expediente  que  mandó 
instmir  el  conde  de  BeviLia  Gigedo  por  órdan  4e  14  de 
setiembre  de  1792,  dirigida  al  tribunal  de  .Qlowtaa ,  el 
cual  comisionó  para  su  cumplimiento  al  comtedersde  re^ 
sultas  don  Juan  Ignacio  de  la  Faente,  quien  ea  19  de 
octubre  del  mismo  año ,  presentó  uu  infoime .  muy  cir<- 
cunstandado  explicando  en  él  las  obras,  que  sucesiva^ 
mente  se  kabian  hecho  y  la  aplicación  de  cada  partida^ 
no  habiendo  encontrado,  apuntes  anteriores ,  suficientes 
á  dar  una  idea  completa  de  los  gastos  erogados  desde  la 
adquisición  del  palacio  por  el  gobiernot  cemo  el  virey  ha- 
bía mandado,  por  la  destrucción  y  extravío  de  papelea 
que  hubo  en  el  incendio.  La  obra^  comenzó  b^o  la  di- 
rección del  reverendo  padre  visitador  de  San  Agustín 
fray  Diego  Yalverde,  y  signió .  después ,  según  la  trasa 
formada  por  éatCi  á  cargo  de  los  maestros  mayores  del 
ndsmo  palacio, 

Bl  expedente  existe  en  el  archivo  general. 


—  105i- 

Notlcias  que  ministró  al  se^fior  don  Dicero  Panss  el 
contadorde la. real casade üHonedade .HCJico  don. 

jlinítonio  dt  Campo  niarlu» 

El  aQo  do  í 731,  á  IC  de  aúil,  Biendo  vire j  de  edta  Nae« 
va  EspafiLa  el  Exorno*  Sr.  marqaéá  de  Oasaf  aerte  j  se  co»* 
menzo  á  contrair  esta  real  oasa,  y  se  oonelnyó  en  igaal 
diáb  del  mes  de  dieiembre  de  1734,  á  loa  siete  meses  de  ha- 
ber fallecido  dicho  virey^  y  pucediéadole  eu  el  vireinate 
él  lUmo.  y  Exorno.  Sr.  D.  Joa^i  Antonio  Vizarron  '  ^rzo^ 
bispo  de  esta  didcesis.  Tavó  d¿  cbato  la  obra  material,  im 
olasos  solamente  algunos  de  loé  instramentos  y  máqm«* 
nag  para  la  labor  de  moneda  [qne  en  gran  paite  yinie^ 
ron  de  Espa&a  donde  se  sufragó  sn  importe,]  cuatiO'« 
cientos  cuarenta  y  nueve  mil  ochocientos  noventa  y  tres 
pesos. 

La  ampliación  de  las  oficinas  de  esta  real  casa,  reedi« 
fioaeion  de  algunas,  edificio  de  las  de  ensayos,  fan^cí.e<» 
nesi  molinos  y  otra  sala  de  hileras ,  y  el  de  la  real  aea-« 
demia  del  grabado  y  nobles  artes  de  escultoj» ,  pintora 
y  arquitectura,  se  principió  en  el  año  de  1773  y  dnró  más 
de  diez  afios,  siendo  su  costo  el  de  quinientos  omcuenta 
y  cuatro  mil  y  seiscientos  pesos.  >       .    . 

Aunque  en  la  contaduría  de  esta  rea)  o^sa  existieron 
mucho  tiempo  los  papeles  relativos  al  e^tableoimiwto  y 
progresos  dala  citada  real  academii»,. depiles  qiie.  cesó  el 
señor  don  Fernando  Jogé  Mongino  ea^ia  aaperiatenden<* 
•cia  de  la  misma  real  casa,  se  le  entregaron  todos,  siendo 
notorio  el  inflojo  y  gran  trab^j^  que  para  el  logro  de  es« 
te  benéfico  proyecto  impendiéi  el  señor  Mangino,  cono 
para  otros  muy  útiles  á  estos  reinos^  manifestando  siem*- 
litd  el  amor  y  afeoto  que  les  tuvo  •  (1) 


[]]  Vrétlod9lie?oy  doiUafAelUacgÍTiOf  qv»  fué  niiietro  do  hioIonclA 
d«  ropállíM  «d  Iji  tfioi  U  1130,  91  y  pAits  del  32,  y  ohinro  otr^i  altos  om^ 
p:«or,  qi •  BÍiTió  con  d  a»yw  tla«  y  Mierio» 


—  106  — 

Serle  délos  superintendentes  de  la  casa  de  mett «- 
da  de  aiéjlco,  de^de  la  creaclAA  de  este  empleo 
liasta  la  independencia,  comunicada  por  el  mis- 
mo señor  campo  Marín  al  seftor  Panes  ,  liasta  el 
qulnlo  de  estos  altos  empleos. 


1?  El  fiefior  don  JoEé  Fera  andes  Bejtia  Lis  age,  del 
consejo  de  S«  M.,  oidor  de  esta  real  andieneia  de  Méjiooi 
faé  el  primer  superintendente  de  sn  real  casa  de  mone^ 
da,  nombrado  en  16  de  marzo  de  1729  por  el  Excmo.  8t. 
virey  marqués  deOasafuertei  para  correr  con  las  lalK)re8 
de  moneda  de  las  platas  que  por  f¿ctorfa  se  hablan  de  la^ 
brar  de  cuenta  de  8.  M,,  según  sus  reales  órdenes  dirigí'* 
das  al  estab],eoimiento  de  la  nueva  fábrica  de  moneda 
circular,  y  obtuvo  la  aprobación  del  rey  y  real  título  de 
tal  superintendente,  jue2  privativo  de  dicha  casa,  dado 
en  Sevilla  á  17  de  setiembre  de  1732.  De  este  empleo  faé 
promovido  á  la  dignidad  de  chantre  de  la  santa  igieeia 
Catedral  en  la  ciudad  de  Puebla  de  los  Angeles;  pero  se 
dice  que  murió  ¿ntea  de  recibir  los  sagrados  ók  denes 

2?  El  señor  coronel  don  Gabriel  Fernandez  Molinillo^ 
caballero  del  orden  de  S&Btiago,  fué  nombrado  superiu" 
tendente,  juez  privativo  de  dicha  real  casa  por  real  tícu- 
lo  dado  en  t*uen  Betiroá  I?  de  julio  de  1733|  conoedién-' 
dolé  al  mismo  tiempo  los  honores  de  ministro  de  capa 
y  espada  del  consejo  de  hadenda.  8e  le  concedió  su  re^ 
tiro  y  jubilación  por  el  afio  de  1750 «  y  abrazó  el  estac 
do  eclesiásÉico,  en  que  falleció  de  clérigo  secular  pres  - 
bitero. 

3?  El  seQor  don  Pedro  Ifafiez  de  Tillavioencio,  costa* 
dor  general  que  era  de  reales  tributos  de  esta  Nueva 
España,  füéeUcto  superÍDtei>dfnte.  jaez  privativo  de  es*- 
t^a  real  ca^a  por  real  título  de  17  de  noviembre  de  1750. 
Obtuvo  lOB  boiior^s.dflcoDSfjo  de  hacienda ,  y  empleo 
de  juez  comisaiin  de.  loa  derecbos  de  media' annata  y  ser- 
vicio de  lanzas  en  estos  reinos,  cot cediéndole  por  últi- 
mo su  retiro  v  jubilaeion  por  teal- orden  de  15  de  no<« 
viembre  de  1777,  y  gozando  el  sueldo  Integro  de  tal  su- 
perintendente, y  su  última  enfermedad  tomó  el  hábito 


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de  lego  del  oratorio  de  San  Felipe  Neri  de  esta  capi« 

4?  £i  señor  don  Feraando  José  Mangiao  * .  siendo  con^i 
tador  general  de  tribatos  do  esta  ^aeva  España  ,  f aé 
nombrado  Bostltato  del  señor  YiUavicencio  en  el  empleo 
de  saperintendente,  jaez  privativo  de  esta  real  oasa  por 
real  despacho  de  12  de  marzo  de  1776 ,  para  que  en  sos 
enfermedades  ejerciese  y  despachase  como  tal.  y  en  caso 
de  vacante  qnedase  en  propiedad,  como  se  verificó  en  ia 
jabilacion  del  señor  YiUavicencio  desde  25  de  febrero  de 
1778.  Obtnvo  el  citado  señor  Mangino  el  gobierno  del  a^ 
partado  de  oro  y  plata,  por  sn  agregación  á  la  snperin** 
tendencia  de  dicha  real  casa  é  iacorporacion  á  la  corona 
el  año  de  1778,  los  honores  del  consejo  de  hacienda ,  el 
jQzgado  y  comisaiía  de  los  derechos  de  media  annátay' 
servicio  de  lanzas  en  estos  reinos,  la  snperintendencia  de 
azogues,  y  la  sabdelegadon  del  Ézcmo.  Br.  secretaiió  de 
estado  y  del  despacho  universal  de  Indias,  para  el  des»- 
cnbrimiento  y  laborío  de  minas  del  referido  ingrediente  r 
en  Nueva  España.  Fi;é  promovido  del  empleo  de  snpeiin- 
tendente  de  esta  real  casa  á  la  superintendencia  general 
subdelegada  de  real  hacienda  de  esta  Nueva  España ,  é 
intendencia  y  corregimiento  de  esta  capital  y  su  provin- 
cia. Y  por  último  ascendió  á  una  plaza  nuevamente  crea- 
da por  S.  M.  el  ministro  de  capa  y  espada  del  real  su* 
premo  consejo  de  Indias ,  y  murió  en  Madrid  sii  viendo 
este  honroso  empleo.  (2) 

5?  El  señor  don  Francisco  Fernandez  de  Córdova,  ca^ 
ballero  pensionista  de  la  real  y  distinguida  orden  espa^ 
ñola  de  Oárlos  lil ,  del  consejo  de  B.  M. ,  su  secretario 
oon ejercicio  de  decretos,  fué  electo  superintendente, 
jaez  privativo  de  esta  real  casa  de  moneda  y  real  apar** 
tado  general  de  oro  y  plata,  agregado  á  ella  por  real  tí « 


[1]  Faénfttüral  de  Méjico,  hermano  del  padre  j9eai'a  Jatn  de  ViHiTleen- 
oio,  «>ov«  Tida  eflcribi6  «n  Utia  el  padre  tfanelro,  y  es  U  piimera  <ie\  primer 
toza>.  Tradú|oUcn  oaeteliaooontodae  he  .del  pTÍm<»rtomo  j  paiaaslse* 
gunda  «i  doctor  Areohederreta,  ooyj  mamucriio  yoté»  el  aator  ae  ceta  obra. 

[3]  Cu  Ticda  la  Kfiera  ¿ofia  Jcaefa  Panei  Tolfió  6  Méjico  j  murió  en  eeta 

IW^BTAOJOOTIB.— TOMO  T  U.-- 92 


—ios- 
talo  dado  en  el  Parda  á  14  de  febrero  de  1787-  [IJ 

6?  Bl  señor  don  Bafáel  de  Lardizabál ,  oomlaatio  ordes 
Bador  gradoádo  de  los  reales  ejércitos ,  caballero  de  la 
orden  de  OárlocMII ,  servia  este  empleo  cuando  se  hiso 
la  independencia  en  182  U 

Dorante  esta  época  la  casa  ha  venido  á  ser  de  may 
poca  importanda,  y  el  empleo  de  snperintendente  mneho 
menos  considerado  que  antes. 


(1)  8*  la  di6  daipnei  hl  título  da  marqués  da  fian  Bomtn,  j  ottó  eo»  U  aa- 
Sora  dofia  Qnadalvpa  da  tlonoMU  y  Barrio,  hfja  dat  cooda  d«  San  Xalao 
ValpaiwBO  narqpea  dolJáral  da  Barrio.  Córdova  daM6  (oda  a«  oarrara  i  loa 
▼ira^ai  OalTtz,  da  qnian  ícé  aeeraUrio.  Poa6  al  eonarjo  da  ladiaa  an  oaliiai 
do  aonaojoro  do  oapi  j  aspada,  y  morfó  aa  Kadrid. 


FIN  D£L  T£EC£R  TOMO. 


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