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Full text of "Elementos de literatura : historia literaria"

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AS 


FROM THR LimmaRT or 
Mazor Frwtox R. MoCazrer 
Umversrrr or Micmoaw 1884-86 











ad 





ELEMENTOS  -. 


LITERATURA 


(HISTORIA LITERARIA) 


POR 
// DIEGO BARROS ARANA 
= 


Obra escrita para la enseñanza en el Instituto Naejona!, 
y aprobada por la Un:.versidad 
> 





« 
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A a AS 2 “e 


“JERCERA EDICION REVISADA 


METIO, AOL MUTUA APRA E IDU 








SANTIAGO DE CHILE 


LIBRERIA CENTRAL DE M.SER 
Calle de Huérfanos esquina de Ahumada. 


— o] 


1584 


ISA NEO 





4 23 43 ADVERTENCIA 


La enseñanza de la historia literaria formó parte de 
nuestros planes de estudios desde 1848. Se empleó prime- 
ro como testo elemental una traduccion que corria manus- 


crita de un artículo de enciclopedia escrito por el célebre. 


literato frances M. Philaréte Chasles. Lo habia trazado 
para formar parte de un suplemento de la Enclyclopédie 
moderne de Courtin, en que se publicaron diversas diserta- 
ciones jenerales sobre la historia de las ciencias, de las ar- 
tes 1-de las letras. Ese artículo, notable por la elegancia del 
estilo i por la seguridad i la elevacion de los juicios literarios, 
no es mas que una mirada rápida i sumaria sobre la litera- 
tura, en que apénas se detiene el autor en ciertos nombres 
para consagrarles ocho o quince líneas, i a veces ménos, 1 
que supone en el lector algunos estudios anteriores, Los 
mismos profesores que recomendaron la adopcion de ese 
artículo como libro elemental, reconocieron que la mayor 


parte de él era del todo inútil para el objeto; i por eso 80. 


lo tradujeron e hicieron estudiar lo que se refiere a la lite- 
raturas orientales, a las hebreos, los griegos 1 los roma- 
Los (1). 

El señor don Andres Bello, que habia indicado i soste- 
nido la iden de introducir este estudio en nuestros colejios 
como complemento indispensable de toda educacion lite- 


.raria, fué el primero en declarar que el artículo de M. 


Philaréte Chasles no correspondia en manera alguna al 
objeto a que se le destinaba. Preparó entónces su Compen- 


(1) El artículo de M, Philarcte Chasles ha sido reproducido por su 
autor con pequeñas modificaciones, i bajo el título de Esrquisse d'une his- 
toire générale des influences littéraires, en un tomo publicado bajo la de- 
nominacion de £tudes sur Uantiquité (1847). Basta recorrer a la Jijera 
ese corto artículo para convencerse de que uo ha podido servir de testo 
elemental de historia literaria, 





ví ELEMENTOS DE LITERATURA. 


dio de la historia de la literatura, cuya primera parte dió 
a luz en 1850. Este libro es una simple compilacion de 
noticias biegráficas i literarias estractadas de las obras mas 
recomendables que se han escrito sobre la materia; pero es 
uua compilacion ejecutada por la mano maestra del que 
conocia perfectamente la importancia i el carácter de cada 
literatara, de cada época i de cada escritor. Desgraciada- 
ménte, el señor: Bello se dejó llevar mas allá de los límites 
asignados a un libro puramente elemental, dió un gran 
desarrollo al estudio de la literatura griega, 1, convencido 
de este error, suspendió su trabajo cuando apénas estaba 
<omenzado (2). 

Apesar de esto, el libro del señor Bello estuvo en uso 
en nuestros colejios duraute algunos años. Comprendia so- 
lo el exámen de las literaturas orientales, de la hebrea i 
de-la griega, por manera que la enseñanza de este ramo 
quedó reducida a esos solos puntos. No se enseñaba nada 
sobre las letras romanas ni sobre las de los pueblos moder- 
nos. Un estudio tan incompleto no podia subsistir por largo 
tiempo en el mismo estado; i no pudiendo mejorarse cun- 
venientemente por falta de un libro elemental, se suprimió 
del todo dejando la enseñanza de la literatura reducido a 
la de los preceptos de la retórica 1 de la poética. 

Restablecida la enseñanza de la historia literaria por la 
reforma del plan de estudios secundarios acordada en 1864, 
1 debiendo cimentarla en el Instituto Nacional de una ma- 
nera mas completa, busqué con el mas afanoso empeño un 
libro que pudiera servir de testo a los alumnos. Como su- 
piese que no existia en la lengua castellana un tratado de 
esta naturuleza, pedía a Europa todos los que con el mis- 
mo objeto se hubiesen publicado en Francia i¡ en Inglaterra. 
Proponíame traducir uno de ellos, ensanchando por me- 
dio de notas alganas partes, sobre todo la referente a la 
literatura española, mal conocida i poco estimada en jene- 
ral en esos paises. 

Luego me convencí de que este pensamiento era irreali- 


» 


(2) El señor Bello alcanzó a escribir la mayor parte de la historia de 
la literatura latina, pero la dejó inédita. Ha sido publicada recientemente 
en la coleccion de sus Obras completas, i debemos recomendar encareci- 
damente a los jóvenes la lectura de esas pájinas tan notables por la segu- 
ridad de la crítica como por la elegancia con que han sido escritas. 


ADVERTENCIA. vil 


zable. Los libros elementales que pude reunir me probaron 
que ninguno de ellos satisfacia las necesidades de la engé- 
ñanza en Chile. Algunos limitaban el estudio de la litera- 
tura de un pais al análisis de unos pocos escritores, i mi 
siquiera nombraban a otrós que han ejercido uña grande 
influencia. Por el contrario, otros casi no contienen mas 
que listas de nombres i de fechas, como si solo se hubiera 
querido fijar los puntos sobre los cuales deben recaer las es- 
plicaciones del profesor. Mn jeneral, todos ellos dan gran 
desarrollo a la literatura de su pais respectivo, i pasan de 
carrera sobre las de los otros pueblos. Como es fácil coma 
prender, ninguna de esos libros conviene a la enseñanza 
que se da en nuestros colejios. Para nosotros, las literatu- 
ras europeas, tanto antiguas como modernas, deben ser 
presentadas con un espíritu ménos esclusivo, de manera 
que, sunque por las consideraciones de lengua, de gusto. 
i de sentimiento, unas llamen con preferencia la atencion, 
los jóvenes conozcan que deben buscar los modelos literarios 
en todas partes, sin esclusion -«de escuelas ni de nacionali- 
dades. Indudablemente, para nosotros tiene mas importan- 
cia la literatura española, que es la literatura de nuestra 
lengua, que la inglesa o la alemana; pero seria un absurdo 
sostener que en un curso de historia literaria no se ha de 
fijar la atencion de los alumnos en los nombres de Shaks- 
peare i de Milton, de Klopstock i de Goethe. 

Estas consideraciones me hicieron comprender que.era 
indispensable formar un nuevo libro elemental, adoptado 
a las necesidades de la enseñanza en Chile; i con una pro- 
funda desconfianza en mis propias fuerzas, acometí este 
trabajo, avanzando poco a poco, ia medida que. yo mismo 
iba estudiando con alguna prolijidad i detencion las diver- 
sas faces de la historia literaria. Así se comprende que ea- 
te libro me haya costado cerca de tres afios de trabajo 
asiduo 1 casi constante. 

Siguiendo un plan que me ha parecido el mas metódico 
1 el mas natural en un libro destinado a servir de testo de 
enseñanza, he dividido esta historia como se divide ordina- 
riamente la historia civil, en tres grandes periodos, i he 
subdividido cada uno de estos en secciones que se refieren 
a las diferentes nacionalidades. Este Órden me ha servido 
no solo para simplificar el estudio haciendo mas clara la 


vn ELEMENTOS DE LITERATURA. 


espasicion de los hechos, sino tambien para esplicar las in- 
fluencias recíprocas que han ejercido unos pueblos sobre 
otros. En una historia de la literatura destinada a otros 
uscs que la instruccion elemental, estas divisiones i subdi- 
" visiones habrian sido inútiles i talvez embarazosas; pero en 
un libro de la naturaleza del presente, eran indispensables. 

Aparte de ciertas consideraciones, casi siempre mui cor- 
tas, sobre el orijen de las lenguas modernas i el carácter 
de la literatura de un pueblo o de un periodo, i que no po- 
dian omitirse, he evitado cuidadosamente las divagaciones 
abstractas, las disertaciones jenerales que abundan en las 
historias literarias. Me he contraido casi esclusivamente a 
dar a conocer los principales escritores de cada pais, i a 
examinar gus obras por medio de rasgos que espliquen 
con claridad i precision el talento especial i la importancia 
de cada uno. 

En algunas ocasiones, esos bocetos literarios son el re- 
sultado de mi observacion personal; pero con frecuencia 
los he tomado de críticos eminentes, ya sea copiándolos por 
entero, ya estractándolos i abreviáundolos. He cuidado so- 
bre todo de apartarme en estos juicios críticos de las ten- 
dencias esclusivistas de una escuela determinada, porque 
creo que el objeto principal de un libro de la naturaleza 
del presente no es ensalzar una secta literaria sobre las. 
otras, sino el despertar en los jóvenes el amor por la lectu- 
ra de los grandes escritores. 

Como no pretende vestirme con un ropaje que no es 
mio, he señalado por medio de comillas, icon el nombre 
del autor, los fragmentos que trasladado testualmente; pero 
como era natural, he dejado de hacerlo cada vez que adap- 
tando las ideas ¡i el lenguaje de un escritor, introducia al- 
guna innovacion, ya fuera abreviand», añadiendo algo o 
modificando en parte su pensamiento. No debe, pues, estra-, 
ñarse si en el curso de este libro se encuentran algunos 

- pusajes en que al hacer el estracto de ciertos juicios críti- 
cos, se han dejado correr mas o ménos integras una O va- 
rias frases del autor consultado, «Este procedimiento, que 
pareceria singular en un libro orijinal 1 de primera mano, 
es lejítimo en un libro destinado a la enseñanza, dice M. Al- 
ífredo Blot, crítico frances contemporáneo. En el fondo, es- 
tas compilaciones son impersonales. Lo que se pide al abre- 


ADVERTENCIA. : IX 


viador es que instruya. Cuando se alcanza este objeto, po- 
co importa que se haya escrito bajo el dictado delos maes- 
tros, o revestido con un estilo propio las ideas de otro.» Log 
autores de libros elementales, simple compiladores de los 
últimos descubrimientos científicos, literarios, o históricos, 
no son, pues, plajiarios, puesto que no se atribuyen la in- 
vencion de lo que han recojido despues de estudios atentos 
j prolijos. El crímen de plajio en esta clase de trabajos, 
consiste en formar un libro sin un ¡lan ni un pensamiento 
propio, con trozos estensos, con capítulos casi enteros, co- 
piados tespualmente de dos o tres autores, única fuente de 
estudio i de investigacion. 

* En jeneral, ers el curso de este libro he' suprimido las 
notas, o no las he puesto sino. cuando era necesario agre- 
gar algun hecho que no cabia en el testo. Pero como es in- 
dispensable señalar las fuentes en que he recnjido las 
noticias que consigno, he formado una lista casi completa 
de las obras que me han servido de guia. La publicacion 
de esa lista, que irá despues de esta advertencia, indicará 
tambien a los jóvenes estudiantes los libros que pueden 
consultar si desear estender el caudal de sus conocimien- 
tos, ya que en un tratado elemental no pueden encontrar 
los hechos con todo el desarrollo posible. 

Antes de terminar esta advertencia, quiero prevenir una 
observacion que talvez habrá de hacerse contra el empleo 
de este libro como testo de enseñanza. Se dirá quizá que 
es mui largo, i que los alumnos no podrán aprenderlo en 
un año. Esta objecion tendria algun valor si la historia li- 
teraria hubiera de estudiarse de memoria, como se han es- 
tudiado ántes de ahora tantas cosas entre nosotros; pero si 
se ha de aprender como se aprende la historia civil, evi- 
dentemente es una ventaja para los alumnos el que el libro 
elemental se detenga en algunos puntos para darles toda 
la claridad apetecible. Los que han tenido que trabajar 8o- 
bre esos libros en que las materias están condensadas co- * 
mo en ua pregrama, saben cuánto afan imponen ellos a 
los estudiantes para que comprendan su sentido, Me lison- 
jeo con el pensamiento de que en esta obra hai mui, pocos 
pasajes que necesitan ser leidos mas de una vez para que 
se Jes entienda bien. 














BIBLIOGRAFIA. 


e (Paul). —La póesie, 1 vol. en 12, Paris 1868. 
«  —La prose, 1 vol. en 12, Paris 1869, 

Estos dos volúmenes, formados por las lecciones dadas en la 
Sorbona a un auditorio de señoritas por este distinguido profe- 
sor, contiene la historia sumaria de cada jénero literario, estu- 
diada con cuidado i escrita con un notable talento. 

» ——Histoire de la littérature romaine, 2 vol. en 8.%, Paris 
1871. 

Esta excelente historia de la literatura latina, que forma 
parte de una coleccion de historias literariás en que se han pu- 
blicado las obras de Baret, Burnouf i Perrens (véanse estos 
nombres en el presente catálogo), tiene pará los jóvenes la vemn- 
taja de contener algunos fragmentos mui escojidos de los es- 
critores analizados. 


» —La litérature francaise, des les origines á la fin du XVI" sié- 
cle, 1 vol, en 12, Paris 1874. 
o» —La litterature frangaise au XVII? siécle, 1 vol. en 12, Pa- 
ris 1874. 
» —La littérature francaise au XVIIÍ" siécle, 1 vol. en 12, 
Paris 1874. 


Estos tres interesantes volúmenes forman una historia com- 
pleta de la literatura francesa escrita con verdadera" ciencia, 
con buen gusto icon mucho arte literario. Es una obra tan 
agradable i amena como instructiva. 

«Bachelet et Dezobry. —Dictionnaire général de biographie et d'histoire, 
de mythologie ancienne et moderne, des antíquites, etc., 2 
vol. en 8.?, a dos columnas, Paris, 1862. 

- Los juicios críticos que en este diccionario siguen a la bio- 
grafía de cada escritor, aunque jeneralmente sumarios, son de 
ordinario excelentes; i algunas veces los he seguido casi fiel- 
mente. 








BIBLIOGRAFIA. > 


Bnchelel et Dezobry.—Dictionnaire général de lettres, des beaux-arts, 
etc,, 2 vol. en 8. a dos columnas, Paris, 1862. 

Este Diccionario, formado como el anterior, con la colabo- 
racion de muchos sábios i profesores, contiene buenos artículos 
sobre la literatúra de cada país, i ademas, en artículos por 
separado, análisis detenidos de las obras mas notables de to- 
das las literaturas, como las epopeyas, o las novelas mas fa- 
mosas, como el Quijote, la Clara, Harlowe, etc. 

Recomiendo particularmente a los jóvenes estas dos obras 
como libros de una utilidad indisputable. a 

Barel ( Eugene ). —Les troubadours et leur influence sur la littérature du 
midi de Europe, avec des extraits, etc., 1 vol. en 8.*, Paris, 
1867. 
» ». —Histoire de la littérature espagnole depuis ses origines 
jusqu' 4 nos jours, 1 vol. en 8.”, Paris, 1863. 

Este libro no es como podria suponerse, un simple estracto 
de la famosa Historia de la literatura española de Ticknor, sino 
una historia literaria basada en parte sobre esa obra, pero que 
supone tambien un estudio sério, i que contiene algunos juicios 
críticos verdaderamente orijinales. 

Barrera i Leirado (Cayetano Alberto de la ). —Catálogo biográfico del tea- 
tro antiguo español, 1 vol. en 8.”, a dos colunmas, Madrid, 
1860. 

Esta obra, a pesar de su modesto título, es una de las obras 
mas eruditas que haya producido la España moderna, i es in- 
dispensable para conocer la historia de su teatro. 


KPello ( Andres ) —Compendio de la historia de la literatura, 1 vol. en 
4.”, Santiago, 1850. 

No contiene mas que el exámen de las literaturas orientales, 
de la hebrea i de la griega, pero ésta comprende tambien la 
literatura bizantina. Ya hemos dicho que recientemente se han 
dado a luz los capítulos que comprenden la mayor parte de la 
literatura latina. 

» —Opúsculos literarios i críticos, 1 vol. en 4.”, Santiago, 
1850. 

Algunos de los artículos reunidos en esta coleccion son de 

un mérito sobresaliente, i resuelven cuestiones de grande im- 


portancia. 

» —Estudios sobre la antigua literatura castellana, a propósi- 
to de la Historia de la literatura española de Ticknor, publica- 
dos en los .4nales de la Universidad de 1853, 54 í 55. 

Estos estudios, obra de una erudicion profunda, tienen una 
importancia capital para conocer ciertos puntos principales de 
la historia literaria de la edad media. Se hallan reimpresos en 
las Obras completas del autor. 

Boucher (Léon). —Tableau de la littérature anglaise, 1 vol. 12.”, Paris, 
1883. 

Bouterwerk.—Histoire de la littérature espagnole, traduite de l'allemand, 
2 vol. en 8.”, Paris, 1812. 





XII y. ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Burette el Charpentier. —Chiers d'histoire littéraire ancienne et moderne, 
en 8.”, 1838. 

Esta obra escrita para servir de continuacion a un curso de 
historia universal, puede distribuirse en siete tomos diferentes: 
1.” literaturas orientales, 2.* (+recia, 3.2? Roma, 4.” La edad 
media, 5.” Tiempos modernos, 6.” j 7.” Francia. Aunque esta 
obra no es constantemente igual, algunas de sus partes, sobre 
todo las que ha escrito M. Burette, son notables por la elegan- 
cia i por la seguridad de los juicios literarios. 

Burnouf ( Emálio ). —Histoire «de la littérature grecque, 2 vol. en 8.?, 
Paris, 1869. 

Esta excelente historia comprende el análisis de todas las 
producciones del jenio griego desde los tiempos primitivos has- * 
ta el reinado de Justiniano. 

Buron (L. £,).—Histoire abrégée des principales littératures de 1 Europe 
ancienne et moderne, 1 vol. en 12, 1867. 

Este libro casi no contiene mas que listas de escritores i de 
ubras, acompañadas pocas veces de algunas noticias biográficas 
¡ de lijeros juicios literarios, 

Chassang ( el ). —Histoire du roman dans Vantiquití grecque et latine, 1 
vol. en 12,%, 2.* edicion, Paris, 1862. 
Chasles (Philarétr). —Etudes sur Vantiquité, 1 vol. en 12, 1847. 


» —Etudes sur l'Allemagne, 1 vol. en 12. 
» —Etudes sur l'Angleterre au XVIIT" siécle, 2 vol. en 12. 
> —Etudes sur 1'Angleterre au XIX" siécle, 1 vol, en 12. 


—Etudes sur le moyen áge, 1 vol. en 12. . 
Charcin (VFictor).—Les romanciers grecs et latins, 1 vol. en 12, Paris, 
1864. 
Dantes (Alfred). —Dictionnaire biographique et bibliographique, 1 vol. 
4.2, Paris, 1875: 
Obra importante pura la bibliografía científica i literaria. 
Demogeot (J).—Histoire de la littérature francaise depuis ses origines 
jnequ' a nous jours, 1 vol, en 12, 2.* edicion, .Paris, 1855. 

Este libro, así como los volúmenes de Pierron, de Etienne 
ide Filon que mencionamos mas adelante, forma parte de 
la historia universal publicada en Francia bajo la direccion de 
M. Victor Duruy, i constituye, como los libros referidos, un 
buen tratado de historia literaria. 

»  » Histoire des littératures etrangéres (Angleterre, Allemagne, 
Italie, Espagne) 2 vol. 12.*, Paris, 1880. 
Forma tambien parte de la historia universal de M. Duruy. 
Drioux (L'abbé ). —Histoire de la littérature frangaise, 1 «ol. en 12, 
Paris. 
» —Précis de lhistoire «des littíratures ¿trangéres, anciennes 
et modernes, 1 vol. en 12 Paris. 

Esta última obra compuesta de simples estractos «de dos o 
tres obras, limita el estudio de cada literatura a un lijero aná- 
lisis de unos cuantos autores, i omite esas consideraciones in- 
dispensables sobre las influencias literarias, el oríjen de las 
lenguas, etc. 














BIBLIOGRRFIA AHI 


Duran (Agustin). —Estudio crítico i bibliográfico sobre el romancero 
castellano, introduccion del tomo X de la Biblivteca de autores 
- españoles, publicada por Rivadeneyra. 


Eyyer ( Emile ). —Mémoires de littérature ancienne, 1 vol. en 8.”, Paris, 
1862. 


» —Meémoires d'histoire ancienne et de philologie, 1 vol. en 
8 , Paris, 1863. 
"o o» Estas obras contienen diversas disertaciones sobre varios 


puntos de historia i de literatura antiguas, tratadas con una 
*  erudicion verdaderamente notable. 

Eicchhoff (F. G.). —Tableau de la littérature du nord au moyen Age en 
Allemagne et en Angleterre, en Scandinavie et en Slavonie, 1 
vol. en 8.”, Paris, 1857, 

Eichhoff (F. G.). —Poésie héroique des Induus, comparée a Vépopée grec- 
que et romaine, 1 vol. en 8.”, 1860. 

Enaull (Louis). —Histoire de la littérature des Indous, 1 vol en 4.” 


1860. 
Feillet (.1lphonse). —Histoire de la- littérature grecque, l vol, en 12, 
Paris, 1865. 


Este libro se limita a dar a conocer solo a los mas grandes 
escritores griegos, pero se detiene bastante en cada uno de 
ellos; analiza algunas de sus obras, i se hace leer con verdude- 
ro agrado. 

Etienne (L). —Histoire de la littérature italienne 1 vol. Paris, 1875. 

Foster (Mrs. A. F. ). —Italian literature, 1 vol. en 8.” Edimburgo, 1853. 

Filon. —Histoire de la littérature anglaise, 1 vol. 12, Paris, 1883. 

Gayangos (Pascual de ).—Los libros de caballerías en España, estudio no- 
table de crítica i de bibliografía, publicado como introduccion 
del tomo XL de la Biblioteca de autores españoles. 

»  » Estudio sobre los prosadores españoles anteriores al siglo XV, 
introduccion del tomo LI de la misma Biblioteca. 

Géruzz (Eugine). — Histoire de la littérature frangaise depuis ses origi- 
nes jusqu'a la revolution, 2 vol. en 18, Paris 1861. 

Excelente compendio de historia literaria continuado con 
otro tomo relativo a la literatura francesa durante la revo- 
lucion. 

»  » Cours de litterature, 2 vol. en 12 Paris 18684 (XIV edicion). — 
el 2. tomo es el resúmen compendiado, pero bien hecho, de 
las historias dle las literaturas griega, latina i francesa. 

Videl (Charles). —Histoire de la littérature francaise, 3 vol. 18.”, Paria, 
1877-1880. 
Gil i Zárate (Antonio). —Manual de literatura, 4 vol. 8.”, Madrid, 1844. 

Reimpreso en Chile. Solo la cuarta parte de esta obra con- 
tiene los preceptos literarios. Todo el resto de elia forma nu 
buen curso de historia de la literatura española. 

Ginquené (P. L.) —Histoire littératre de Vltalie, 9 vol. en 8.”, Paris 1821. 
CVostick (Joseph). —German literature, 1 vol. en 8.”. Edimburgo, 1849. 

Compendio elemental, pero prolijo de la historia de la litera- 

tura alemana. 


» 





XIV ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Hallam (Henri). —Histoíre de la littérature de 1'Europe pendant les XV, 
XVI, et XVII siécles, traduit de llanglais par Alphonse Bor- 
ghers, 4 vol. en 8.”, Paris, 1839. 

M. Henri Martin, en su Histoire de France, tomo VII, páj. 
163, hace de esta erudita obra el siguiente merecido elojio: «Es 
el primer ensayo de historia jeneral de la literatura moderna 
acometido en proporciones tan estensas. » 

) —L'Europe au moyen age, traduit de Panglais par Alph. 
Borghers, 4 vol. en 8.”, Bruselas. . 

Los últimos capitulos de esta importante obra son referentes 
a la historia de la literatura de la edad media, i son mui útiles 

ra conocer la formacion de los idiomas modernos.,, 

Hallberg (Eugéne). —Histoire des litératures étrangéres, 4 vol. 18.*, 
Paris, 1879-1880. 
Herder. —Histoire de la poésie des hébreux, traduit de Vallemand por 
Mme la baronne A. de Carlowitz, 1 vol. en 8.?, Paris 1844. 
Este libro es mui notable por la elevacion filosófica de la crítica. 
History of the english language and literature, 1 vol. en 12.%, Edim- 
burgo, 1851. 

Este libro, publicado sin nombre de autor, forma parte de una 

buena coleccion de testos elementales ingleses. 
Hoefer.—Nouvelle blographie générale, 46 vol. en 8.%, Paris. 

Esta compilacion, en que han tomado parte muchos sábios, 
es inferior bajo el punto de vista literario a la célebre obra de 
Michaud; pero la he consultado muchas veces, i casi siempre he 
encontrado importantes indicaciones. 


La Harpe.—Cours de littérature ancienne et moderne, 3 vol. en 8.% a 
dos columnas, Paris, 1849. 
Larrouse (Pierre). —Grand Dictionnaire universel du XIX siévle, 16 vol. 
4.”, 1863-1876. 
Enciclopedia importante i cuya parte biográfica i literaria no 
se puede consultar sin utilidad. 
Latcleye (E. de). —Etude sur la formation des épopées nationales, en 12, 
Paris, 1866. 
Introduccion estensa i mui interesante de una traduccion 
francesa de las Kddas escandinavas, 
Lefranc (Emile). —Histoire elémentaire et critique de la littérature, 5 
vol. en 8.*, Paris. 
Tres de estos volúmenes están consagrados a la literatura fran- 
cesa, uno a las literaturas del norte i otro a las de mediodia de 
Europa. La obra está formada por una série de biografias, agru- 
padas en órden cronolójico, i cada una de ellas contiene un jui- 
cio crítico. Como se encuentran noticias aun de escritores mui 
subalternos, la obra es bastante completa i aun útil para consul- 
tarse. Sin embargo, se puede asegurar que en toda ella hai mui 
pocas pájinas que sean de Lefranc: todo lo demas es copiado de 
aquí i de allá. Apesar de todo, los libros elementales de Buron 
i de Drioux son casi en su totalidad estractados de Lefranc. 
Lemoine (John). —Etudes critique el biographiques, 1 vol. en 12.9, Paria, 
1852. 


BIBLIOGRAFIA. —. XVI 


Sacy (Silvestre de.) —Varietés littéraires, morales et historiques, 2 vol. 
en 8.”, Paris, 1858, 
Sainte Beuve (Ch, A. ) —Tableau ¿historique de la poésie francaise, au 
XVI siécle, 1 vol. en 8.” 12, Paris 1843. 
»  » Causeries du lundi, 11 vol, en 12, Paris, 1851—-1857. 
»  » Les nouveaux lundis, 8 vol. en 12, Paris, 1861 —1867. 
Salfi (Fangois). —Résume de lV'histoire de la littérature italienne, 2 vol. 
en 12, Paris, 1826. 
Schlegel (Federico). —Historia de la literatura antigua i moderna, tradu- 
cida al castellano por P. C., 2 vol. en 8.” Madrid, 1843. 
Schlegel (Guillaume). —Cours de littérature dramatique, 2 vol. en 18.”, 
-Paris, 1865. 
De las obras de los dos hermanos Schlegel se habla en las 
últimas pájinas de este libro. 
Sehwell (Maximilicn Fréderic) —Histoire abrógée de la littérature grec- 
que, depuis son origine, jusqu'a la prise de Constantinople, 8 
vol. en 8.” Paris, 1823—-25. 
Sehoell (M. F.)—Histoire abregée de la litterature romaine, 4 vol en 
8.” Paris, 1815. . 


Silvela (Manuel). —Obras póstumas, 2 vol. en 8.*, Madrid, 1845. 

El primer tomo contiene una reseña histórica de la literatu- 
ra española, mui rápida i sumaria, pero escrita con verdadero 
conocimiento del asunto i con un espiritu crítico bastante ele- 
vado. 

Sismonde de Sismondi (Jean Cluirles).—De la littérature du midi de 1- 
urope, 4 vol. en 8.”, Paris, 1829. 

Souvestre (Emile). —Causeries historiques et littéraires, 3 vol. en 12, 
Paris 1861, 

Esta obra contiene las lecciones públicas de historia de la 
literatura antigua que el autor habia dado en algunas ciudades 
de la Suiza francesa. 

Staél (Madame de). —-De la littérature considere dans ses rapports avec 
les institutions sociales, 1 vol. en 18, Paris. 
»  » De l'Allemagne, 1 en 18, Paris. 
Estas dos obras son concebidas con un notable espírita de 
crítica filosófica i elevada. 
Taine (4). —Histoire de la littérature anglaise, 4 vol. en 12,” 2,* edi- 
cion, 1866. 

Esta obra mas que una historia completa de la literatura in- 
glesa, es una série de estudios biográficos i críticos de un alto 
mérito sobre los principales autores ingleses. 

Talbot (Bugene). —Principales ¿poques de lhistoire littéraire, 2 vol. en 
- 12, Paris, 1864. 

Es este un libro elemental recomendable por mas de un mé- 
rito. El 2.” tomo, consagrado casi todo él a la literatura fran- 
cosa, me ha sido de grande utilidad. 

Tastu (Madame Amable). —Tableau de la littérature italienne etc., | 
vol. en 8.”, Tours, 1849. 
>) >» Tableau de la littérature allemande, 1 vol. 8,% Toure, 
1849, 
e 


XVII ELEMENTOS DE LITERATURA, 


Ticknor (Jorje).—Historia de la literatura española, traducida al caste- 
llano con adiciones i notas por don Pascual le Gayangos i de 
Enrique Vedia, 4 vol. en 8.%, Madrid, 1851—-1856. 

Vapercau ((ustave). —Dictionnaire universel des littératures, 1 vol. 4.", 
Paris, 1876. 

Excelente libro de consulta en que se encuentran en órden 
alfabético, reseñas biográficas de los autores, análisis de las 
obras mas notables del espíritu humano, noticias detalladas 
sobre los jéneros literarios, las diferentes escuelas, etc. 

Villemain.—Tableau de la littérature au XVIII siécle, 4 vol. en 12, 
Paris, 1852. 
»  » Tableau de la littérature au moyen áge en France, en Italie, 
en Espagne et en Angleterre, 1 vol. en 12, Paris, 1851. 
»  » Etudes de littérature ancienne et etramgére 1 vol. en 12, Pa- 
ris, 1849. 
Víardot (Louis) —Etudes sur l'histoire des institutions et de la littéra- 
ture en Espagne, 1 vol. en 8.*, Paris, 1835. 
Weber (G.) —Histoire de la littérature allemande depuis son origine jus- 
yu'a nos jours, traduite de lVallemand par Fred. Lauth. 1 vol. 
en 12, Paris, 1867. 
Weber (Fred A.) —Histoire de la littérature indienne, trad. par Sadous, 
1 vol. 8.*, Paris, 1859. 


A los jóvenes que deseen estudiar la historia de la lite- 
ratura contemporánea de Europa, recomendamos una co- 
leccion de libros de esta naturaleza que publica la librería 
Carpentier de Paris. Cuatro volúmenes de ella que cono- 
cemos, el de M. Roux sobre la literatura ¡ituliuna, el de 
M. Barot sobre la literatura inglesa, el de M. G. Hubbard 
sobre la literatura española, i el de M. C..urriére sobre la 
literatura rusa, sun obras notables de estudio i de sana crí- 
tica. 


y 








NOCIONES 


DE a. 


HISTORIA LITERARIA. 





PRELIMINARES 


2.—Definiciones de la Historia Literaria.—2, Su oríjen.—3. Manera de 
estudiarla, 


1.—La historia literaria es la esposicion cronolójica i 
crítica de las producciones del pensamiento humano, sea 
en verso o en pfosa, desde los tiempos antiguos hasta nues- 
tros dias4Casi podria decirse que es la historia del espírtu 
humano. Enumera, clasificándolas, las obras de todo jéne- 
ro que han aparecido en los diferentes puzblos, las juzga i 
fija su valor i su alcance. Como el tiempo en que cada es- 
critor ha vivido, ejerce una influencia ¡incontestable sobre 
la espresion de sus sentimientos i de sus ideas, i como a 
sa vez influye sobre el espíritu i sobre el corazon de sus 
semejantes, la biografía de los escritores i el corocimiento 

jeneral de los sucesos del tiempo en que vivieron, son una 
parte esencial de la historia literaria. Bajo este pun- 


Ep) 2. yo reto o e* ÉS Loan 





“AAA il 


2 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


to de vista, la historia de la literatura se relaciona con la 
historia propiamento dicha, de la cual no es mas que una 
rama particular. En efecto, no se comprende bien el papel 
que ha desempeñado en el mundo una nacion sino cuando 
se une al conocimiento de sus actos políticos o militares el 
de las evoluciones intelectuales i morales que han señala- 
do su aparicion en la escena del mundo (Falbos). Nosotros 
no podemos apreciar debidamente la influencia de la Grre- 
cia 1 de Roma si solo conocemos sus revoluciones, sus gue- 
rras i sus conquistas, e ignoramos lá historia de su desen- 
volvimiento intelectual. Aun podria decirse que a nosotros 
nos interesa mas saber quiénes fueron Platon, Virjilio, 
Dante, Shakspeare, Cervantes, Montesquieu, que la histo- 
riá de los soberanos que fuzrou contemporáneos de esos 
jénios. 

El estudio de la historia literaria nos permite elevarnos 
a consideraciones mas jenerales i mas vastas, Se ve que el 
- espíritu humano sigue una marcha regular, i que apesar de 
lag vicisitudes porque ha pasado, nada interrumpe el desa- 
rrollo de la razon i de la actividad humana, esto es de la ci- 
vilizacion i del progreso. Sin embargo, causas diversas, de. 
bidas al clima, a lus costumbres sociales, a las ocupaciones 
constantes de cada pueblo, modifican de muchas maneras 
Ja serie contínua de la educacion de la humanidad. De aquí 
resulta en cada pais un espíritu jeneral, que inspira a los 
que lo habitan una conformidad de sentimientos i de espre- 
sion, que determina en ellos ún carácter propio, orijinal, in- 
dividual, pero que admite cambios nacidos de las modifi- 
caciones de las causas que influyen sobre el movimiento 
iotelectual i literario. Por consiguiente, la literatura no es 
una, permanente, constante; tiene sus períodos de naci- 
miento, de desarrollo i de decadencia: nace, crece i mue- 
re para renacer, vivir morir otra vez mas (Talbot). 

2.—La historia de la literatura es de oríjeo moderno, 
En gran parte pertenece a una época casi reciente. De to- 
do lo que los autiguos nos han dejado, solo se acerca a la 
historia literaria un capitulo de Quintiliano, el 1 del libro 
X, en que este autor pasa sumariamente en revista los 
poetas, los oradores 1 los hitoriadores de Grecia ¡ de Roma. 
Los otros libros de la antigúiedad en que se eucuentran 
agrupados curiosus datos bivgráficos acerca de los poetas 5 








PRELIMINARES. 3 


de los filósofus, carecen del método 4 del alcance de una 
verdadera historia de la literatura o de ln filosofía. 

En el siglo XVI, el gran número de publicaciones i el 
celo por la ciencia, hicieron nacer la idea de una historia uni- 
versal de la literatura. Con todo, los ensayos formados en 
en esa época, aunque fruto de una inmensa erudicion, no 
fueron mas que catálogos de autores i de obras, o índices 
razonados de todos los ramos del saber humano. Al prin- 
cipio del siglo siguiente, el gran filósofo ingles Francisco 
Bacon, en el segundo librv De aumentis scientiarum, decia . 
con mucha razon que no existia una verdadera historia de 
las letras; i segun él, la historia del mundo sin la historia 
literaria es como una estátua de Polifemo privado de su ” 
úaico ojo. Bacon traza la marcha que se debe seguir para 
llenar este vacío. El orijen i las antigiiedades de cada cien- 
cia, los métodos que han servido para su enseñanza, las 
“sectas i las controversias a que ha dado orfjen, los colejios 
1 las academias en que ha sido cultivada, sus relaciones 
con el gobierdo civil icon el movimiento de la sociedad, 
las causas fisicas o temporales que han podido influir sobre 
su estado, son, segun su plan, elementos esenciales de una 
historia literaria (Hallam). Casi puede decirse que solo en 
nuestro siglo se ha escrito la historia literaria segun los . 
sábios principios del filósofo ingles. 

- 3.—La historia literaria no puede reducirse a la historia 
del espíritu humano en siglos determinados como el de. 
Perícles en Grecia i el de Angusto en Roma. Tampoco 
puede encerrarse en la biografía de los grandes escritores 
de todos los tiempos. Así como la historia civil estudia el 
desenvolmiento de los sucesos humanos dándose cuenta de 
la influencia que han ejercido los unos sobre los otros, la 
historia de la litaratura observa el desarrollo de la inteli- 
jencia, esplicando la influencia de ciertas ideas en las re- 
voluciones del espíritu, i las consecuencias de esas revolu- 
ciones. Un libro no es un hecho aislado en la historia de 
la intelijencia. Por poca importancia que tenga, ese libro 
ha tenido.antecedentes que lo han preparado. Esa influen- 
cia no está limitada de ordinario a los compatrintas ia los 
coutemporáneos de su autor: se estiende a los países veci- 
nos ¡se trasmite de siglo en siglo. La historia de la litara- 
tura, debe estudiar esos antecedentes i esas consecuencias, 





4 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


a fin de comprender la verdadera marcha del espíritu hu- 
mano. 

Contemplando de esta manera el desenvolmiento de las 
naciones, sedescubre una arena sin límites, todo el desa- 
rrollo del pensamiento en oriente i en occidente. Pero, 
cuanta mas grandeza ofrece este cuadro, tanto mas dicifíl es 
dividirlo i clasificarlo para presentarlo con mayor sencillez. 
Todo parece oscuro cuando se quieren estudiar los oríjenes. 
No hai época ni pueblo civilizado, cuya literatura i cuyas 
artes no llevan el sello de una imitacion o de una copia. 
Siempre algun pueblo anterior o vecino parece haber lega- 
do o comunicado sus creaciones o su jénio á sus decendien- 
tes, a sus aliados ¡aun a sus enemigos, La India ha ejercido 
su influencia sobre la Grecia, la Grecia sobre Roma i Ro- 
ma sobre el resto del mundo. Nuevas influencias han 
venido del norte i del medio dia a mezclarse con estas an- 
tiguas tradiciones; de modo qúe el jénero humano se ha 
desarrollado de una manera múltiple, con mil influencias 
combinadas o contrastes. La edad moderna hija de todas 
las edades i de todas las influencias que la preceden, es 
su complemento i su resultado (Philaréte Chasles.) 

La historia de la literatura, comprendida en su verdade-- 
ra estension, debe estudiar esas influencias que han con- 
tribuido al desarrollo del espíritu humano al través de los 
siglos, modificando las opiniones i las doctrinas hasta de-. 
jarlas en el estado presente. 





PRIMERA PARTE. 


TIEMPOS! ANTIGUOS. 


CAPÍTULO PRIMERO. 


Literaturas orientales, 


1. Riqueza de la literatura indiana.—2. Sus mas “atiguca monumentos — 
3, El Mahabharata,—4. El Rameyana.—b, El Gita- Gouinda.—6, Ten- 
tro de los indios.—7. El apólogo.—+8. Otros jéneros literarios.—9. Tn- 
fluencia de la literatura ide la lengua sanscrita.- 10. El Ejipto; los 
asirios i los fenicios.—11. El alfabeto —12. La Persia; Zoroastro.—13. 
Literatura de los chinas; su escritura.—14. Confucio —15. Poesías, nn- 
velas i dramas.—16. Otras producciones literarias de los! chinos —17. 
Antigua Jiteratura de los árabes. 


1.—Se ha designado con el nombre de antiguos a los 
griegos i despues de ellos a los romanos, pero no les convie- 
ne esta denominacion sino con relacion a nosotros. Los 
verdaderos antignos son los indios, los ejipcios, los asirios, 
los persas, los chinos i los hebreos, 0 
Las producciones intelectuales que tienen el sello de la 
mas remota antigiiedad, pertenecen al Indostan, cuya or- 
ganizacion teocrática ha subsistido hasta nuestros dias 
apesar de las conquistas. La lengua sacerdotal, la lengua 
erfecfa (tal es el sentido de la palabra sanscrit), no tiene 
igual, a juicio de los mas sábios orientalistas, en su com-. 
posicion, ¡en su vasta i fecunda flexibilidad. La mayor 
parte de lus idiomas europeos proviene de ella, su comun 
fuente i su primitivo tipo, 


6 . ELEMENTOS DE LITERATURA.” 


Las obras que componen la literatura de la India no son 
producidas en un pequeño número de años ni aun de siglos. 
Sus imas antiguas poesias son anteriores a los monumentos 
literarios mas antiguos que conozcamos. Ahora mismo no 
se puede decir que la literatura sanscrita esté terminada; 
puesto que si aquella lengua es una lengua muerta, se la 
considera todavía como un verdadero idioma literario, t en 
ella se comp:ues: obras notables. Así, pues, la literatura de 
la India es tan grande por su duracion como por la varie- 
dad de sus morumentos, 

Por desgracia, es poco lo que se conoce de la inmensa 
literatura indiana, Las traducciones que la reproducen pue- 
deu ser infieles, ¡ acaso hasta los orijinales pueden estar 
alterados. Pero, cualquiera que sea la imperfeccion de es- 
tos documentos, infunde veneración al que los estudia. En 
los libros indostánicos se hallan todas las manifestaciones 
en que se revela la infelijencia humana, epopeya, fábula, 
dramas, himncs, metafísica, moral. ón ellos se conocen 
todos los sistemos de filosofía, desde el mas completo ma- 
terialismo hasta el espiritualismo mos exaltado en que se 
supone que la aparicion del universo es una ilusion, un 
sueño del dios Maya, i hasta el pauteismo absoluto que 
abisma todas las existencias en una eterna 1 misteriosa 
unidad. La poesía participa del mismo carácter, La epope- 
ya es a un mismo tiempo drama, himno, elejía, vision, 8l3- 
tema, historia. 

El estudio de la historia de la literatura de la India es 
difícil por la ausencia de cronolojía, 1 por la casi imposibi- 
lidad de determinar las fechas de las principales obras 
sanscritas, Muchas se escapan hasta ahora a toda clasifica- 
cion cronolójica: su fecha puede variar algunas veces en 
un intervalo de mas de mil años. El exúmen crítico i com- 
parativo de las doctrinas que encierran otras obras, ha 
permitido a algunos sabios indianistas fijar fechas relati- 
vamente precisas. 

2.— Los libros mas antiguos que existen en lengua sans- 
crita, son los Vedas, colecciones de ¡reces, himnos i man- 
damientos: los Puranas, laberinto inmenso de leyendas 
teulójicas i cosmogónicas; i el código de Menú, tratado 
completo de moral, que contiene la doctrina puética de la 
divinidad, de la creacion i de los espíritus. 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 1 


3.—Las dos epopeyas de mas fama son el Mahablarata 
atribuido a Vyasg i al Ramayana de Valmiki (1). El Ma- 
habharata celebra el combate jeneral qué armó entre sia los 
héroes, a los dioses ¡a los jigantes Este poema consta de 
200,000 versos, i parece que solo la octava parte de él es 
la obra esclusiva de Vynsa. Pero cualquiera que sea la épo- 
ca en que ha rectbido sn forma actual, la base de la ficcion 
es de una remota antigiiedad. En él se confunden los jóne- 
ros líricos, narrativo 1 “sentencioso. 
4.—JIól Ramayana canta a Rama, conquistador, segun se 
cree, de la parte meridional del Indostan, poblada entón- 
ces por habitantes salvajes, i de la isla de Ceilan. Rama 
es el héroe favorito de la naturaleza; se le representa en 
toda la magnificencia del vigor, de la juveatud, de la be- 
lleza, i del amor; pero casi siempre infeliz, luchando con- 
tinuamente contra los peligros. El poema está lleno de 
sentencias de la sabiduría autigua: al lado de los combates 
de los héroes se ven descrita la vida interior de-los santos 
solitarios, sus silenciosas meditaciones 1 sus piadosas plá- 
ticas. En sus descripciones resplandece una riqueza que 
deslumbra i fatiga. Se cree que Valmiki era contemporáneo 
de su héroe. 
5.—Ióntre otras obras de la literatura iia, figura 
un poema pastoral titulado (ita- Gurinda, destinado a 
cantar a Krishna, cuando, del mismo modo que el Apolo 
de los griegos, vayaba en la tierra como pastor, rodeado 
de nueve pastoras. Este poema, que solo es conocido en 
Europa por estractos, ostenta riqueza en las imájenes, 1 
amor por la soledad, así como faltá de vigor i de interes, 
6.—Los indios hicieron tambien grandes progresos en el 
arte dramático. En sus dramas los detalles mas frívolos se 
entretejen con los acontecimientos mas importantes. Hai 
en ellos una trama sumamente complicada, un gran núme- 
ro de personajes, un diálogo cuyo colorido i cuyo lengúaje 
varia a cada instante, una poesía elevada en una parte, 
luego conversaciones vulgares ¡ soeces, una variedad en fin, 
de que ninguna otra nacion ha dado “ejemplo. El drama 
indio, se desenvuelve con gran rap dez i en medio de inci- 


(1) Estos poetas vivian probablemente entre los siglos XV i XVI 
antes de J. C. 


AN 


S ELEMENTOS DE LITERATURA. 


dentes inesperados. El preta dramático de la India de mas 

__reputacion en occidente es Kálidas, que vivia en el siglo 
anterior a Jesucristo, Los autores ingleses, que lo han dado 
a conocer en Europa, lo comparan a Shakspeare. 

La literatura indiana no tiene trajedias. Habia en cam- 
bio piezas enteramente metafísicas en que los personajes 
eran simples ideas, Este hecho supone un público como 
no ha tenido ningun teatro de Europa. 

En lo material el teatro indiuno se parecia mucho al de 
los griegos: formaba un vasto recinto al aire libre; pero 
sus espectáculos no eran públicos; i la concurrencia se 
componia de la corte i de los invitador, 

7,—Entre las producciones de aquella variada literatura 
merece particular mencion el apólogo o la fábula del jénero 
esópico, en que se hizo célebre el brallaman Bilpai o Pil- 
pai, sobre cuya historia no se sabe nada de cierto, pero al 
cual se considera creador de este jénero literario, 

8.—Hai una peculiaridad que es especial a esta litera- 
tura. Muchas de sus obras cientifica», de derecho, de gra- 
mática, de astronomía, de medicina i de arte militar son 
escritas en verso, cuyo ritmo parece haber consistido, como 
el de los griegos i romanos, en la alternacion de silabas 
largas 1 breves. 

El jénero literario ménos cultivado entre los indios fué 
la historia, puesto que los tiempos pasados se recordaban 
solo por tradiciones poéticas mas o ménos estravagantes. 

9.—El Ejipto, la Persia, la F-nicia, la Grecia, todo el 
oriente antiguo bebió en las fuentes de las tradiciones 1 de 
la poesía indianas. En ellas se encuentra el primer jérmen 
de las teorías filosóficas que mas tarde conmovieron todo 
el occidente. Li s cuentos, que hasta ul:ora son la delicia” 
de la Arabia i que la Europa ha recojido, songéruto de la 
imajinacion indiana. Muchos principios consignados hoi en 
la moral universal, eran conocidos en la India antigua. Los 
sabios modernos han encontrado las raices de la antigua 
lengua del Lacio en la lengua sagrada de los brahamas. 

Del sanscrito proceden las levguas griega, pérsica, etrus- 
ca 1 tentónica. La construccion, las formas gramaticales, 
las raices primitivas del griego son sanscritas. Esto solo 
probaria las relaciones que hubo entre estas dus naciones. 
Por consiguiente, la India, tan abatida i atrasada hoi, ha 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 9 


sido la cuna de la civilizacion i de la literatura de los pue- 
blos occidentales. 

10.—El Ejipto fué el primer pais iluminado con la luz 
que arrojaba la India. La mitolojía de ámbos paises i hasta 
la division de la sociedad en castas que trasmitian de pa- 
dres'a hijos las mismas costumbres i profesiones, asemejan 
mucho al Ejipto con la India. Sin embargo, el jénio bri- 
llante de este último pueblo no se comunicó al Ejipto. La 
ciencia estaba aquí concentrada en los sacerdotes, los cua- 
les la ocultaban cuidadosamente al pueblo. líste estaba 
condenado a emplear sus brazos en construcciones jigan- 
tescas que probablemente maldecia, De la civilizacion ejip- 
cia, quedan los monumentos que recuerdan la grandeza de 
una nacion i la esclavitud de sus hijos. Los pocos libros 
ejipcios de que se conserva algun recuerdo, fueron destrui- 
dos despues que aquel célebre pueblo perdió su indepen- 
dencia; pero la erudicion mederna, que ha reconstruido la 
historia del Ejipto, i que ha interpretado las inscripciones 
de sus monumentos, ha podido tambien darnos a conocer 
valiosos fragmentos de su literatura que dejan ver un no- 
table progreso er filosofía moral. 

"La Caldea, la Asiria i la Babilonia siguieron el mismo 
camino. Las artes industriales fueron cultivadas con buen 
éxito en estos paises; pero su historia intelectual no puede 
señalar ninguna obra de imajinacion, o si esas obras exis- 
tieron, ellas no han llegado hasta nosotrog. —. 

Con todo, esas naciones han contribuido tambien al pro- 
greso del jénero humano. La ciencia moral de los ejipcios,. 
la astronomía de los caldeos, la industria de los babilonios 
i el comercio de la Fenicia han dejado vestijios indetebles 
en la historia. El alfabeto fenicio, derivado de los jeroglí- 
ficos que lo han precedido, ha hecho la conquista del 
mundo, 

11.—Pero ¿la escritura moderna es verdaderamente de 
orijen fenicio? Los ejipcios, los asirios, los caldeos se diz- 
putan el honor de haber creado el alfabeto. Platon creia 
que la invencion de la escritura es superior a la intelijen= 
cia de los hombres, i que éstos no han tenido conocimiento 
de ella sino por el intermedio de alguna divinidad. Se pue- 
de asegurar que la escritura no ha sido el producto ni de 
una inspiracion scbrenatural, ni de una creacion espontá- 


10 ELEMEXTOS DÉ LITERATURA. 
nea, sino que se formó por.una série de ensayos i de modi- 
ficaciones, cuyo recuerdo no ha podido conservar la histo- 
ria, De la representacion fiel de los objetos, primer sistema 
de escritura de tedos los pueblos, se pasó sin duda a la es- 
critura ideolójica o simbólica, en que una parte de los sig- - 
nos, arrancados de su sentido natural, adquirió un valor 
emblemático va sea para abreviar el dilujo, ya para re- 
presentar ideas que no podian ser reproducidas fielmente. 
Así fué como se usó un círculo para representar un año, 
dos flechas para siguificar una batalla, un pié para espresar 
una marcha. 

La escritura fenética, que es la que usamos nosotros, en 
que los signos representan sonides, ise combinan artificio - 
samente para formar las palabras, es indudablemente mui 
posterior. Su primer oríjen se encuenta en los ejipcios, cu- 
yos jeroglíficos, que son figuras de animales, de hombres, 
de plantas i de objetos diverses, sirvieron para pintar, como 
por medio de verdaderas letras, los sonidos de una lengua. 
Así, una águila representa la vocal a, sonido inicial del 
nombre de esta ave en lengua ejipcia; i una mano la conso- 
nante £ por una tazcn análoga, Pero ¿por qué série de sim- 
plifiaciones llegaron los hombres a constituir la escritura 
verdaderamente fonética? ¿Cuántos siglos debieron trascu- 
rrir para consumar esta revolucion? La historia no puede 
determinarlo de una manera precisa; pero se atribuye je- 
neralmente a los fenicios los mas notables pei feccionu- 
mientos de la escritura, o a lo ménos la introduccion del 
alfabeto en la Grecia, i por consecuencia en todo el mundo 
civilizado. 

12.—La literatura persa ha dejado monumentos escritos 
de una grande antigiiedad. Zoroastro, lejislador i profeta, 
autor o reformador de la relijion de los magos, 1 del cual 
sulo se tiene noticias oscuras i confusas, es considerado 
autor del Zend-Avesta, libro sagrado de los persas. Se ha 
dicho que Zoroastro existió algunis millares de años ántes 
del sitio de Troya: algunos lo hacen contemporáneo de 
Nino; otros de Dario, rei de Persia: pero jeneralmente los 
criticos están conformes en atribuirle el gran libro sagrado, 
Zoroastro enseñó que el sol era la obra i el símbolo de la 
divinidad i no la divinidad misma; predicó la fraternidad, 
- ¡a beneficencia, la pureza del corazon i prescribió la mono- 


' 


an? 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 1T 


gámia. El libro que se le atribuye, es una compilacion de 
octrinas, parecida a los libros sagrados de los hebreos, 
sobre la omnipotencia del creador, 1 sobre otros puntos del 
dogma i de la moral. La autigua fé de los persas aparece 
con mas claridad en el Desatir, libro sagrado que se supo- 
ne anterior al Zend-Avesta. Ambas fueron escritas en 
zend, lengua sagrada, muerta ahora, 1 que solo fué hablada 
en las provincias del norte del imperio persa. La moral que 
respira el libro de Zoroastro es justamente admirada por 
los filósofos que han hecho de ella un prolijo estudio, El 
Desatir, es uno de los mas curiosos monumentos de la anti- 
gúedad oriental. Los dos libros persas son una cadena in- 
termediaria entra el arte del Indostan i el de los hebreos. 

13. La civilizacion de la China presenta un carácter espe- 
cialísimo. Annque contemporánea de la civilizacion india- 
na, no ha ejercido influencia alguna en el mund», por el 
aislamiento sistemático en que los chinos han vivido siem- 
pre. 

Las eruditos europeos, que eu los últimos años han he- 
cho un esturlio detenido de la lengua, de la literatura i de 
. la ciencia de los chinos, hau quedado sorprendidos de las 
númerosas riquezas que contienen. En su entusiasmo, han 
legado hasta el punto de atenuar las dificultades que pre- 
senta la escritura de los chinos. Espresada ésta por carac- 
téres de los cuales cada uno simboliza una palabra, exije 
un estudio de muchos años para entender el pensamiento 
escrito, Se dice que la escritura de los chinos emplea hasta 
80,000 caracteres, ln otro tiempo se exijia a las personas 
que pretendian el empleo de historiógrofos, el conocimiento 
de 9,000 caractéres. En nuestros dias, un sabio frances, M. 
Julien, sostiene que le ha bastado c mocer 2,400 para leer 
con mui poco trabajo los libros de filosofía, de historia 1 
de jeografía de la china. Aun así :a dificaltad parece insu- 
perable para los que estamos acostunibrados a la sencillez 
de nuestro all .betu. Agréyuese a esto que los caructéres 
chinos han sufrido grandes modificaciones, de tal manera 
que representando en su oríjen la forma esterna del objeto 
a que se refieren, han llegado a formar en nuestros dias un 
singular agrupamiento de líneas i de rasgos. 

La imprenta, usada en la China quizá desde mucho án- 


tes que la conocieran los europeos, da u las producciones , 


- e 


12 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


literarias una activa circulacion. Sus escritos forman líneas 
perpendiculares que se suceden de derecha a izquierda. Em- 
plean un papel delgado pero sólido; ¡ para escribir usan un 
pincel en lugar de pluma, 

14,—Es estraordinaria la riqueza de la literatura de la 
China en moralistas admirables por la pureza de la doctri- 
na. Sobre todos se distingue Confucio, que existió cinco 
siylos ántes de la era cristinna. Ninguno de los emperado- 
res de la China goza de vna memoria mas venerada, Su 
moral es sencilla 1 natural; traza los deberes del hombre 
sin exajerarlos, 1 reduciéndolos a un corto número de prin- 
ciptos, | 

15.—La bella literatura se comprende en la China de 
un modo mui diferente que en los pueblos occidentales, Su 
lengua repudia la flexibilidad, el movimiento i el colorido: 
sus escritos se distinguen por la estremada menudencia de 
los pormenores, por la pintura de prolíjjos incidentes, pero 
en ellos no se descubren los caractéres de la poesía tal 
como la comprende nuestra civilizacion. Los chinos tienen 
gran número de novelas i de «dramas, en que se pueden 
estudiar las costumbres íntimas del imperio: el enredo es 
injenioso, los caractéres están pintados al natural; pero 
faltan en esas obras el sentimiento poético. Los dramas no 
son mas que novelas dialogadas, en que abundan las inde- 
cencias. 

En la poesía de los chinos raras veces los sentimientos 
tiernos inspiran acentos patéticos. Está llena de alusiones 
que nosotros no podemos comprender. Parece, sin embar- 
go, que en las primeras edades la poesía tuvo un carácter 
mas elevado, En los King, vestijios de antiquisima litera- 
tura, restaurados por Confucio, se encuentran «discursos de 
piedad i de moral, escritos con elocuencia, himnos, sátiras, 
epitalamios, odas morales, poesía de costumbres, llena de 
bellas imájenes, a un tiempo candorosa 1 sublime. 

16.—Los clinos han cultivado la historia con mucho 
esmero; pero sus obras históricas son regularmente traba- 


Jos a que ha concurrido cierto número de literatos, i que 


se recomiendan por la prolijidad de los detalles. Los chinos 
tienen ademns muchos libros de derecho público, de lejis- 
lacion ¡ de relijion; pero han cultivado tambien la jeogra- 
Tía i algunas ciencias exactas i naturales, Se han distingui- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPÓS ANTIGUOS. 13 


do ademas por los estudios filolójicos, entre los cuales se 
notan algunos diccionarios i millares de volúmenes sobre 
el orijen i las variaciones de su escritura. Su elocuencia es 
jeneralmente sóbria: se dice que los chinos no emplean en 
sus discursos movimientos súbitos ni arranques apasiona- 
dos: desconocen la accion i hasta la entonacion que suelen 
usarse en los discursos. 

17.—El aislamiento tuvo mui distintos efectos entre las 
tribus nómades de la Arabia. La poesía del árabe en el 
desierto, es decir toda su literatura, tiene cierta grandiosi- 
dad; pero esta grandiosidad es uniforme. Sus cantos están 
llenos de piuturas animadas de la vida pastoral. El amor 
a la libertad, el orgullo, la célebre venganza, las querellas 
de sus tribus, estallan en sus cantos con acentos rápidos, 
atroces i sublimes. Ll jénio de la primitiva literatura arábi- 
ga es temerario i fogoso, como resultado de una imajinacion 
ardiente i exitada por la vista de una naturaleza ruda i 
salvaje. 

La poesía aráhiga comenzó o desarrollarse mas conside- 
rablemente en el siglo anterior a Mahoma. Se celebraban 
certámenes poéticos; i las composiciones premiadas, escri- 
tas con letras de oro, se colgaban en la Kaaba, santuario 
interior del templo de la Meca. Pinturas de tempestades 1 
de los combatés; la descripcion minuciosa de unn camello, 
de un caballo o de unn gacela; el retrato de una bella, el 
elojio de un sable o de una lanza, son otras tantas ¡ideas 
que se encuentran casi constántemente en estos poemas, 
Adgunos eruditos tributan a esas poesias las mayores ala-* 
banzas. Hasta nosotros han llegado las obras i los nom- 
bres de siete de esos poetas, 

La verdadera edad de oro de la litaratura arábiga es pos- 
terior a la predicación de Mahoma. Las letras i las cien- 
cias alcanzaron entónces a un alto grado de riqueza i de 
esplendor, 


-CAPÍTULO Il. 


Literatura hebrea. 


1. Importancia de la literatura hebrer.—2. Antigiielad de la literatura 
hebre-; sus diversos períndos.—3. Clasificacion jeneral de los libros de 
la Biblia. — 4, Libros históricos —5. Librox poéticos.—6. Libros morales 
o didáctico».—7. Tibros proféticos —8 Traducciones de la Biblia, — 
9. Libros apócrifos. —10 Carácter jeneral de la literatura hebrea. 


1.—La historia completa del pueblo hebreo, sus institu- 
ciones, sus costumbres, su literatura están contenidas en 
un solo libro llan:ado la Biblia. Este libro, que encierra 
los documentos relijiosos e históricos del pwi:mer pueblo 
monoteista, ha ejercido úna accion poderosa sobre la civili- 
zacion del mundo; i por este solo título su ria de grande in- 
teres, sino se recomendase ademas por su mérito literario, 
Ninguna escuela literaria ha impreso a su estilo un carác- 
ter mas iminentemente pintoresco, i ninguna ha estado 
mas exenta de toda influencia estranjera. Asi, al lado de la 
influencia que han ejercido sobre los destinos morales dé: 
la hamanidad, los escritos bíblicos han ejercido otra que se 
ha hecho sentir sobre todas las literaturas cristianas. 

2.—¿De qué época datan los primeros libros de la Biblia? 
Algunos críticos pretenden que los mas antguosa, en la for- 
ma en que han llegado hasta nosotros, 10 pueden remon- 
tar mas allá de los tiempos de Salomon o de David. La 
Iglesin cree que el Pentatéuco, o los cinco libros de Moises, 

A uaenátré escritos por éste mismo, esto es, mas de mil años ántes , 
del uso de la escritura en Grecia. Segun esto, la mayor_boe- 
-« de los libros bíblicos es anterior a Heródoto, el padre de 

la historia en el occidente; i la literatura hebrea ha tenido 
una duracion mui larga. 

En la bistoria de la Jiteratura de los liebreos se distin- ' 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS, 15 


guen dos periodos, El primero, que se'llama la edad de oro, 
se cierra en la época del cautiverio de Babilonia: el segun- 
do, que se ha comparado a la edad de plata, se estiende 
hasta la extincion de la lengua hebrea pura. A la primera, 
que se hace notar por un estilo mas atrevido i compacto, 

rtenecen, entre los escritos históricos, el Pentatéuco, los 

¡bros de Jos Jueces i de los Reyes: a la segunda, cuyo es- 

tilo es en jeveral mas facil i mas corrido, pertenecen los 
libros de KEsdras, de Jonas, de Daniel, etc. 

3.—Los libros bíblicos nos ofrecen diversos jéneros de 
escritos. Unos son históricos, como los de Moises, de Jo- 
sué, etc, otros son poéticos, otros son morales ¡ otros por 
fin proféticos. Algunos de los libros históricos contienen 
solo episodios referidos en furma de idilios, como los libros. 
de Ruth i da Tobias; pero la division anterior, corresponde 
a la variedad de asuutos tratados en la Biblia. 

4,—El Pentatéuco, voz griega con que :e designan las 
cinco libros de Moises, i que los judios llaman Thorah, o 
enseñanza, forman la lase de la doctrina teogónica, cos- 
mogónica i social do los liebreos. Esos libros son el Jéne- 
sis, história de la ereacion i de los primeros hombres hasta 
Moises; el Exodo, que comprende la historia del pueblo de 
Dios desde su salida de Ejipto hasta la dedicacion del 
tabernáculo en el desierto; el Levitico, que regla los deta- 
lles relativos a las funcioves de los levitas, :winistros del 
culto; los Numeros que contiene el rejistro matriz de los 
judios, la mansion de é-tos en el desierto durante cuarenta . 
años, i los principios de la conquista de la tierra de Ca- 
naan; el Deuteronomio en que Muises desenvuelve 1 comen- 
ta la lei, i recuerda los acontecimentos ocurridos en el de- 
sierto. Todo el Pentatéuco está escrito con inimitable majes- 
tad i sencillez: la parte histórica ofrece el cuadro mas vivo 
de las costumbres patriarcales i primitivas; el primero i el 
último de estos libros presentan un carácter particular- 
mente poético. 

Los otros libros históricos no ofrecen la sencilla gran- 
diosidad de los primeros. El de Josué refiere la conquista 
de la Palestina baju este caudillo i la reparticion del terri- 
torio. El libro de los Jueces, trata del período verdadera - 
mente heróico. El de Ruth, completamente desligado de 
las otras historias, es una especie de idilio Meno de intere» 

3 


16 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


sante sencillez. Los dos de "Samuel i los dos de los Reyes 
son una historia de los israelistas durante su grandeza 1 
su decadencia por la division del reino hasta la destruccion 
del de Judá. Las Crónicas o Puralipómenes, repiten bajo 
forma mui abreviada la historia contenida en los libros 
anteriores i terminan con el edicto de Ciro en favor de los 
judios. Los de sdras ¡de Nehemias, llamados comun- 
mente de Esdras, comienzan por la vuelta del cautiverio 1 
comprenden un período de 113 años. 

Entre éstos i los libros de los Aacabeos hai un largo in- 
tervalo. Contienen éstos la historia de los judios desde 
Alejandro hasta Autioco Nicanor, La historia deja de ser 
tan clara como en los libros anteriormente citados. 

La série de los librus consagrados a la historia nacional 
de los judios es con frecuencia interrumpida por diversas 
relaciones episódicas. Hemos hablado yn del libro de Ruth; 
pero hai otros no ménos interesantes, El de Judit, que ze 
refiere a la época de la invasion asiria; el de Tobias, que 
contiene una patética historia de los peores dias del cauti- 
verio; el de Jonas; el de Ester, episodio de la dominacion 
persa; i el de Daniel, cuya parte histórica está consagrada 
a la relacion del cautiverio, En esos libros biográficos, se 
ve la intervencion milagrosa de la providencia con respecto 
a individuos escojidos, como en los otros se nota la accion 
divina sobre el pueblo elejido por Dios. 

5.—Es difícil reconocer en las obras poéticas de los ju- 
dios un metro fijo. Los versos no parecen mediilos ni por 
el número de las sílabas ni por la cuantidad prosódica. No 
por esto son desprovistos de ritmo i de cudencia, pero el 
ritmo está limitado a cierta simetria entre los miembros 
de la frase. La lengua, ademas, adquiere en la poesía for- 
mas particulares: las palabras toman significaciones 1 las 
frases construcciones que son especiales al verso, A veces 
emplearou los acrósticos. Un artificio que se nota casi 
constantemente en las poesías hebraicas es la division de 
cada estrofa o estancia cn dos partes que ofrecin' ideas 
análogas iu veces opuestas, O presentan «ua misma bajo 
dos aspectos diferentes. Debian cantarse en el templo re- 
citando el sacerdote su primera parte, a la cual contestaba 
el pueblo recitando el resto de la estrofa, 

Antes de la época de David, se encuentran en la Biblia 








HISTORIA LITERARIA—.TIEMPÓS ANTIGUOS 17 


diversos fragmentos poéticos cousignados en los libros his- 
tóricos, Pero hai en ella libros enteros de puesía, 1 en éstos 
se revela todo el vigor 1 toda la iuagnificencia del jénio 
hebráico, 

La poesía de loas hebreos es casi toda lírica; pero hai tam- 
bien en ella un poema justamente admirado, el Libro de 
«Job, que es el primero de los libros poéticos de la Biblia 
por el órden que se le ha asiguado; ¡ es ademas cl mas 
hermoso monumento de la alta poesía de los hebreos. Se 
ve al autor abordar las cuestivnes mas elevadas de la mo- 
ral i de la relijion. En ese poema, en donde se describen 
los combates de un varon confiado en Dios, duramente pro. 
bado por desgracias 1 padecimientos, 1 desconfiando algun 
tiempo de la justicia divina, pero convertido luego a la 
conformidad en Dios, parece compuesto para la edificacion 
relijios:a del pueblo, ¡es una gloriosa justificación de la 
providencia i de sus medios a veces incomprensibles, pero 
que siempre nos guían al bien. Se iguora absolutamente 
quien es el autor “de esta obra, i se hu discutido cual sea la 
época de su composicion. Se le ha creido anterior a Moises, 
sin que fulte quienes la atribuyan a este mismo; ¡adn algu- 
nos criticos piensan que el Libro de Job señala el límite de 
las dos edades en que se ha dividido la literatura hebraica. 

El libro de los Salmos o Salterio, es una recopilacion de 
trozos líricos de toda especie, en número de ciento cin- 
cuenta, comp estes por muchos poetas en diversas épocas, 
desde Duvid hasta la destruccion del reino de Judá. Algu- 
nos sou posteriores a ln vuelta de los judios del cautiverio, 
David pasa, sin embargo, por autor del mayor número de 
ellos, i es considerado el mus notable de los poetas líricos 
hebreos. Los salmos varian mucho entre sí, segun la idea 
o afecto dominante, ya sea el homenaje de alabanza i 
gratitud al eterno; ya la admiracion de sus obras, ya el 
regocijo del justo, ya el arrepentimiento del alma pecadora, 
ya la amargura de la atribulacion, ya el ruego fervoroso, 
ya los anuucios de la ira divina, ya la vision “profética. En 
todos ellos, sin embargo, se notan los mismos caracté- 
res, jmájenes grandiosas, jigantescas a veces, A veces ¡nco- 
herentes; profunda fé, suavísima uncion del sentimiento 
relijioso, estilo conciso i vigoroso, 1 ninguna apariencia de 
estudio. 


xs 


18 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


6.—Entre los libros morales o didácticos se distingue el 
de los Proverbios atribuido a Salomon. Es éste un tratado 
de: moral en que se recomienda la verdadera sabiduría, que 
consiste en la recta direccion de nuestros actos i en su con- 
formidad a la lei del Señor, dándose sanos consejos para:la 
conducta de la vida en todas las edades i condiciones. Las 
sentencias estan espresadas en frases concisas, en fórmulas 
proverbiales, adornadas de imájenes vigorosas, a veces de 
- masiado desnudas para el refinamiento de los tiempos mo- 
dernos. 15l Eclesiastes, atribuido tambien a Salomou, tiene 
por objeto señalar la.vanidad delas cosas terrenales 1 reco- 
mienda una praodente mediania para conservar la tranquili- 
dad i la pureza del alma. El libro de la Subiduria ntribuido 
con méuos fuudamento a Salomon, i que ha llegado hasta. 
nosotros solo por una version griega, se dirije en especial 
a los reyes i poderosos, recomendando la sabiduría como 
el mejor remedio para salvarnos de los peligros de la vida. 
Por fin, el Eclesiástico, el quinto de los libros morales, no 
es mas que una imitacion de los precedentes, pero de' for- 
mas difusas i faltas de colorido. Se da por autor de este 
libro a Jesus, hijo de Syrach, judio asilado en Ejipto; pero 
solo se conocen fragmentos del orijina!l, i una traduccion 

lega. 

El célebre Cántico de los cánticos o Cantar de log can- 
tares, ha sido intercalado en el número de los libros muora- 
les. Considerado con ojos humanos, es solo un canto eró- 
tico en que el ardor del amor está piutado con los colores 
mas vivos. liste poema, profano por su sentido literal, 1 
que segun algunos autores no es otra cosa que el epitala- 
mio del casamiento de Sulomon con la hija del rei de Ejip- 
to, ha sido interpretado por los doctores de la sinagoga i 
de la iglesia como una alegoría de la nlianza entre Dios i 
la iglesia. 

7.—En la época de la division del reino i del cautiverio 
se hicieron notar los discursos proféticos, jénero literario 

ue se puede considerar como una rama de la poesía dí- 
dáctica de los hebreos, i que data desde ocho siglos ántes 
de la era cristiana. Los profetas han sido divididos en ma- 
yores o menores segun la importancia de sus profecías; 
pero considerados bajo el punto de vista literario, los mas 
notables entre todus ellos son: Isaías, Jeremías, Osear, 











HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 19 


Joel, Aniós, Miqueas, Nahum i Habacuc. Se considera a 
Isaías el mas puro de los escritores hebreos, el mas elevado 
en las ideas i el nas copiosamente magnífico en la espre- 
sion. Blair lo mira como el mas eminente de todos los poe- 
tas líricos, 

Jeremías, contemporáneo de la destruccion del estado 
por Nabucodonosor, resplandece por la terrificante subli- 
midad de sus pensamientos. Su libro es sombrío como el 
horizonte político de su época. Bajo el título Trenos o La- 
mentaciones, se atribuyen a este poeta cinco conmovedoras 
elejías, poesías de jemidos, en que se llora la desolación de 
la ciudad santa 1 la esclavitud del pueblo, 

8.—La mas antigua de las traducciones de la Biblia es 
la version griega Mdamada de los Setenta. Fué nombrada 
así porque la ejecutan, seguu unos, setenta sábios isracli- 
tas que Demetrio Falero reunió en la isla del Farn, cerca 
de Alejandría, i segun otros.porque se Jlevó a cabo bajo 
los auspicios del sanhedrin, o senado judio, que era com- 
puesto de setenta doctores. La version latina, no ménos 
célebre, conocida bajo el nombre de Vulgata, es posterior 
a Jo ménos en cuatro siglos ala traduccion griega que aca- 
bamos de citar. San Jerónimo hizo una revision de la Vul- 
gata hácin el año 380 de la era cristinna. Estas dos tra- 
ducciones no siempre están perfectamente de acuerdo ni 
entre eí ni con el orijinal, 

9.—Segun el testimonio que se encuentra en los mismos 
libros de la Biblia que nos quedan, hai muchos otros que 

_be han perdido. Parece tambien que los libros científicos o 
morales atribuidos a Salomon tenian en su principio, 8e- 
gun toda probabilidad, la forma de poemas didácticos. 

El cánon de los libros reconocidos come sagrados por 
Jos judios no contiene mas que veinticuatro. Los rabinos 
clusifican entre los apócrifos (1), mucl:os de los que adrqi- 
ten las iglesias cristianas en sus ed:ciones del antiguo Tes- 
tamento, Tal es el libro de la Sabiduría de Salomon que 
los protestantes rechazan tambien. Otros son mirados como 


(1) Cuando se trata de los libros bíblicos, la palabra apócrifo tiene 
un sentido diferente «del que se le da vulgarmente en la literatura. Llá- 
mánse apócrifos aquellos libros a los cuales no se atribuye un oríjen di- 
vino o revelado, i que sin ser enteramente falsos, no pueden ser invoca- 
«los como regla en materia de relijion i de moral. - 





20 ELEMENTOS DE LITERATURA. 
) 


apócrifos por ámbas partes: tales son un tercero 1 un cuar- 
to libro que se ha querido agregar a los de Esdras. Los 
libros apócrifos de la Biblia se dividen, como los libros ca- 
nónicos, en composiciones históricas i en composiciones 
poéticas: no son una reyla de fé, pero algunos merecen 
cierto respeto i no dejan de tener importancia ¡ara la recta 
intelijencia de la sagrada escritura. Algunos piensan que 
los libros apócrifos fueron escritos orijinariamente en cal- 
deo, otros creen que son la obra de los judíos helenistas de 
Alejandria i que fueron compuestos ourijinariamente en 
griego. 

10.—Estudiando en la Biblia solo las formas literarias, 
encontramos que hai cuatro que dominan principalmente: 
el proverbio, el paralelismo, la vision i la parábola o ale- 
goria. En efecto, los aforismos o sentencias, espresados con ' 
mucha sencillez, pero enserrando un pensamiento profundo, 
abundan en la Biblia. El paralelismo consiste, como ya 
hemos dicho, en la division de cada estancia en dos pcr- 
ciones de sentido análogo, formardo un ritmo no tanto de 
silabas como de ideas o sentimientos. En la vision, el espí- 
ritu es arrebatado por Dios a uua rejion de puras contem- 
placiones en que percibe 1 espresa.cosas que no sun de este 
mundo. La alegoría no se limita a ocultar las ideas eu 
simbolos misteriosos sino que domina los hechos mistmos 
- que se refierén, encerrando un sentido simbólico i como un 
reflejo anticipado de lo futuro. 

La literatura hebrea es eminentemente pintoresca, pro- 
funda en medio de la mas injénna sencilles, i está sembra- 
da de un melancólico lirismo. La; literatura moderna ha 
encontrado un ancho campo de inspiracion en' los escritos 
de los judios. Milton ha tomado del Jénesis el argumento 
de una de las mas hermosas epopeyas modernas: Racine 
ha encontrado en la Biblia asunto para magníficas traje- 
dias. Otros poetas han estudiado el lirismo en David, en 
Isaías 1 en Jeremias; 1 hasta los mes elocuentes oradores 
sagrados han ido a inspirarse en las severas pájinas del 
antiguo Testamento. 








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- CAPÍTULO INTL 


Literatura griega. 


PRIMER PERIODO. —DESDE LOS TIEMPOS MAS REMOTOS HASTA LA 
LEJISLACION DE SOLON.) 


J. Orijinalidad e impor'ancia de la literatura griega —2. Primitiva poe- 
sía dr los griegos: Orfeo i Museo.—3, Los edo*s.—4. Homero.—6h. Lis- 
cusiones a qre han dado lugar los pormas hyméicos.—. Diversas hi- 
pótesis acerca de su orfjen.—7. Hestodo —8, Tirteo i Safo —9. BSolon. 


yl . 


l.—La Grecia ocuyya un lugar intermediario entre el 
vriente 1 el occidente, entre la cuna de las sociedades i la 
civilizacion moderna. ln todos los pueblos, hai un rasgo 
característico que distingue la marcha de su civilizacion, 
En la Grecia ese rasgo es la armonía. El jénio griego supo 
establecer el mas perfecto acuerdo entre la idea i la pala- 
bra, la forma i el color, la imájen i el raciocinio, Otres 
pueblos precedieron a los griegos en el cultivo de las le- 
tras; pero ninguno prestó mas atencion a la forma esterna. 
La superioridad de la poesía helénica es tan incontestable 
que los modernos, imajinando adjetivos para caracterizar 
los diferentes jéneros literarios, no han podido hacer.nada 
mejor que sacar esos adjetivos del nombre mismo de los 
autores gricgos; la poesía homérica es si:ónimo de la epo- 
'peya; la poesía pindárica espresa el éxtasis del lirismo; la 
poesía anacreóntica es la perfeccion del jéuero gracioso; 
por fin, con el nombre del jénero esópico se desigua ordi- 
nariamente el apólogo. 

No se pueden poner en duda las relaciones de la Grecia 
con el oriente, Las poesías i las tradiciones primitivas de los 
griegos están cunformes con las mas antiguas tradiciones 
asiáticas. Ayrendieron éstos de los fenicios el arte de la es- 


22 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


critura; de los ejipcios los elementos de arquitectura i de 
matemáticas; i de los indios algunas de sus teorías mitoló- 
jicas. Pero si en los tiempos mas ¡remotos los griegos tu- 
vieron relaciones de parentezco con las razas del Asia, i si 
en sus emigraciones hácia el oeste, llevaron consigo los 
cantos, la lengua i las tradiciones de sus aluelos, no es 
ménos cierto que se desarrollaron por sí mismos, que saca- 
ron de su pr lo jénio las obras de su literatura i de sus 
artes, i que crearon casi todos los jéneros, deseuvolviéndo- 
los i perfeccionándolos por un trabajo propio. La orijinali- 
dad i la perfeccion de sus obras en todo jénero han hecho 
de ellos los preceptores i los modelos de los pueblos que 
han venido mas tarde. Busta para la gloria del pueblo 
griego el haber ejercido sobre los incdernos una influencia 
tan considerable, 

2 —El nombre de Homero es el primero que se presen- 
ta cuando se trata de bosquejar el cuadro de la literatura 
grieza. Pero la poesía humérica no ha podido ser el estre- 
no del espíritu griego: su misma perfeccion supone ensayos 
anteriores que la prepararon, Es preciso admntir necesa- 
riarmuente una época literaria aute-homérica, hija de un 
estado social profundamente direrente. En efecto, las tra- 
diciones hustóricas i poéticas revelan que ántes de la raza 
helénica, a la cual perteneció Homero, existió la raza pe- 
lásjica, austera i triste, rejida, como .el Ejipto, por doctri- 
nas sacerdotales ¡ simbólicas. La Tracia parece haber sido 
entóuces el hogur de una poesía, hija de la relijion. Lo que 
se sube de esta época ante-homérica se reduce a oscuras 
tradiciones, o mas bien, a las fábulas ia las ficciones de la 
mitolojía. Los nombres fabulosos de Orfeo, de Museo i de 
otros, llenan esta época; pero al fin, ésta se deEene en la 
guerra de Troya, primer acontecimiento en que comienza 
realmente la historia de Grecia. 

Lns numerosas obras poéticas que han llegado hasta 
nosotros con el bombre de Orfeo, son de épocas distintas 1 
mui posteriores. De Museo solo se conecen los títulos de 
algunos poemas, de que hace mencion Hesivdy. Un poema 
conservado hasta nuestros dias con su nombre, se atribuye 
con razon a otro Museo, que vivia prubablemente en el 
siglo V de la era cristiana, 

3—Eutre la toma de Troya i la aparicion de Homero 


HISTORIA LITERARIA.— TIEMPOS ANTIGUOS. 23 


trascnrrió un largo intervalo que nos es imposible llenar 
<on ningun otro nombre; pero no se puede dudar que la 
poesía floreció en este interbalo. Homero mismo nos ense- 
ña que ántes que él, otros poetas habian tomado la guerra 
de 'Troya por objeto de sus cantos. Los poetas de esta 
época, conocidos con el nombre de aédos (cantores), for- 
maban parte del séquito de los reyes, i pueden compararse 
a los trovadores de li edad media. Esos poetas eran im- 
provisadores inspirados por cada circunstancia. Los acon- 
tecimientos producidos por la emigracion de lus pueblos, 
las guerras, las espediciones lejanas i las revoluciones inte- 
riores fueron para ellos un tema inagotable. En fin, la 
guerra de Troya estrechó los lazos de los pueblos griegos, 
acrecentó por tanto su poder i ejerció su influencia sobre 
las costumbres i las instituciones, i preparó la revolucion 
«lemocrática. Esa guerra marca, pues, una era nueva en la 
historia de los griegos, 

4.—Hoyumero, nacido en Jonin, no léjos del teatro de esta 
guerra, fué inspirado por los recuerdos vives que ella ha- 
bia dejado. Nada se sabe de positivo sobre la vida de Ho- 
mero. Siete ciudades se disputaban el honor de haberle 
dado a luz, Se ignora la época en que vivió: el cálenlo mas 
verosímil es el que fija el año 1,000 ántes de la era cris- 
tiana. Se le suvone ciego i desgraciad:, 1 se le representa 
cantando de puerta en puerta los fragmieutos de sus in- 
mortales poemas; pero los libros en que estan consignadas 
estas noticias son posteriores a él a lo ménos en 900 años. 

Bajo el nombre de Homero noz ' quedan dos grandes 
epopeyas, la Iliada i la Odisea. La primera es un simple 
episodio de la guerrá de Troya: la segunda canta las aven- 
turas de Ulises hasta su vuelta a Itaca. La /liada relata 
los hechos que pasaron en el breve espacio de cincunta i 
un dias desde la rencilla de Aquiles 1 Agamenon hasta las 
exequias de Héctor. Una accion particular, la ira 1 la ven- 
ganza de Aquiles, ofrece al poeta la ocasion de describir 
combates, de presentar a la vista escenas de un profundo 
interes, i de referir gran ulimero de sucesos anteriores e la 
discordia. La Odisea narra las aventuras de Ulises desde 
la destruccion de Troya hasta aque vuelve a Itaca, arroja 
de su casa a los principes que dilapidaban sus bienes i 
trianfa de todos sus enemigos por su valor i su prudencia; 





24 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


pero esta narracion de peregrinacioues está hermoscada 
con divertidas ¡ variadas escenas, 

Estos poemas pueden +er cosiderados como la enciclo- 
pedia de los tiempos heróicos: pintan i resumen toda la 
civilzacion griega de esta época, Las costumbres, la reli- 
jion, todo el estado social se reprolnce en rasgos fieles. i 
naturales. Bajo este punto de vista, los puemas homéricos 
tie.en una gran importancia porque no hai «tro monu- 
mento de tan remota antigiiedad en que se encuentren 
consignadas estas noticias. | 

El carácter escencial de Homcro es la naturalidad i la 
sencillez; sus cantos trazan la infaucia del jénero humano 
cou el candor de sus costembres primitivas. Sus héroes 1 
sus dioses son hombres apénas pulimentados por un prin- 
cipño de civilizacion. Pero hai un tinte poético, arrojado 
subre la rudeza de esta naturaleza inculta. Homero agrada 
a todas las edades; cautiva aun en las pálidas traduccio- 
nes en que ti das las bellezas de la lengua han desapareci- 
do. 1l pueta emplea imájenes líricas, i por decirlo así 
palpables. Uno de los curactéres mus admirables en los 
poemas hon:éricos es la individualidad de los personajes, 
es el poder de creacion que ha dado a cada héroe su fiso- 
nomia propia i cluramente dibujada. Así, el rei de los re- 
yes, Agameucn, con su orgullo, el sábio Néstor i el ardiente 
Aquiles, el elocuente i astuto Ulíse*, Héctor, Andrómaca, 
el viejo Prifumno, figuras grabadas para siempre en el re- 
cuerdo de los hombres i cuyo tipo 1.adie puede alterar, son 
ctros fantos personajes reales, 1 otros” tantos tipos que 
reproducen los matices morales de la humanidad, Pero 
hal ademas otro arte supremo en Homero que consiste en 
elevar los caractéres sin desfigurarlos ni quitarles lo que 
tienen de verdad. Helena, apesar de +us debilidades i de 
sus crímenes, ho hos parace un objeto odioso, Párir, el 
autor de tantas calamidades, aparece bajo cierto colorido 
que despierta las simpatías, 

5.—Apesar de la inmensa popularidad de que goza el 
nombre de' Ilomero, la critica moderna ha negado la au- 
tenticidud de esas obrus 1 luasta la existencia del poeta, 
con argumentos tales que es imposible desconocer su 
fuerza. ( 

Sin pretender entrar en el fundo de la discusion a que 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 2 


Qt 


ba dado oríjen este asunto, vamos a señalar sumariamente 
los hechos sobre que descansan las diversas opiniones de 
los críticos, 1 en seguida enumerar las prineipales hipótesis 
a que han dado lugar los pvuemas homéricos. 

De la discusion han resultado los cuatro hechos siguien- 
tes: 1.2 En el tiempo en que fueron compuestos los cantos 
que hoi forman la lada ¡la Odisea, los griegos n> cono- 
cian el arte de la escritura. 2. Hasta el tiempo de Solon 
las poesías horméricas no existian mans que bajo la torma 
fragmentaria que los rapsodas cantaban sin observar un 
órden regular. Los rapsodas eran cantores viajeros que 
entretenian a sus oyentes, en reuniones privadas o en los 
juegos públicos, con cantos ordinariamente del jénero he- 
róico. 3.” Solo en el siglo VI, ántes de la era cristiana, se 
ha establecido cierto órden en estos fragmentos, fijándolos 
por medio de una redaction escrita. 4." Durante el inter- 
valo trascurrido entre su composicion primitiva i esta re- 
daccion, los poemas homéricos han debido sufrir numero- 
sas alteraciones. y 

6.—-Estos son los hechos reconocidos en que se fundan 
los críticos. Notando en la Z/íada algunas contradicciones 
de detalle en la narracion de los sucesos, el aleman Fede- 
rico Augusto Wolf, sostiene que la l/íada i la Odisea no 
pueden atribuirse a un nismo autor; que el último de es- 
tos poemas, cuya unidad reeonuce, es nui posterior por su 
consposicion a la época que se asigna a la existencia de 
Howmero. Por lo que toca a la Zliada, Wolf i los críticos de 
su escuela creen que es una reunion de poemitas relacio- 
nados por la semejanza del asunto, refundidos por muchas 
jeneraciones de rapsodas, i constituidos en una epopeya en 
tiempo de los pisistrátidas. Esta hipótesis está fundada so- 
bre ur hecho probable, a saber, que ántes del poema exis- 
tieron cautos desligadus; pero es inadmisible que la simple 
coordinacion de cantos separadce, haya producido la mas 
admirable de las formas literarias, la que han imitado los 
mas grandes poetas de las edades" subsiguientes sin poder 
igualarla. Supongamos que úlguien se propusiera formar 
un puema con las piezas poéticas españolas que constitu- 
yen el romancero del Cid. Se coordinará una série de acon- 
tecimientos que abrazarán la vida entera del héroe, pero fal- 
tará la unidad i el desarrello lójico de los acontecimientos. 


26 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Otro crítico aleman, Godofredo Hermann ha propueste 
una hipótesis, que segun él, esplica a la vez la unidad del 
conjunto ¡las contradicciones de detalle en los poemas ho- 
méricos. Supone la existencia de dos poemas primitivos, una 
Ilíada i una Odisea, cuyo autor seria Homero o a cualquier 
otro poeta, i que no tendrian mas que una mediana esten- 
sion. Estos poemas primitivos. habrian sido desarrollados 
sucesivamente por una série de poetas, que ensancharon la 
obra de sus predecesores, En efecto, no son raros Jos ejem- 
plos de poemas formados de esta manera; pero entre el 
canto primitivo i las adiciones sucesivas se nota siempre 
uua desproporcion chocante que no se encuentra en los 
poemas boméricos. | 

El bistoriador inglés Grote, propuso una nueva hipóte- 
sis. Cree que la Odisea es la obra de un solo autor, i que 
la Ilíada es formada por dos poemas difereutes; una Áqui- 
deida, destinada a cantar la cólera de Aquiles i una liada 
en que se refiere la lucha contra llion o Treya. Esta inje- 
niosa hipótesis esplica algunas incoherencias que presenta 
la Ilíada actual, pero dos pcemas refundidos de esa mane- 
ra ofrecerian mayores discordancins en el estilo, en el 
carácter de los personajes i en la sucesion de los aconteci- 
mientos, mientras que el poema atribuido a Homero, si 
bien posee ciertas cotradicciones en los detalles, en los 
Caractéres 1 en el estilo, tiene una admirable unidad. 

Estas hipótesis, modificadas en parte por otros escritores, 
no alcanzan a constituir un argumento decisivo contra la 
unidad de composicion de la Jlíada ¡ de la Odisea. La 
«opinion que-atribuye cada uno de estos poemas a un solo 
autor, talvo las interpolaciones mas o ménos numerosas, 
es la mas verosímil ¡la única que resiste a la discusion. 
Como existen entre ambas obras notables diferencias en la 
lengua i en el estile, la mayor parte de los críticos está de 
acuerdo en considerar a la Odisea como posterior a la 
Jlltada, ¡ se sostiene que esta diferencia de tiempo es tal 
que los dos poemas no han podido ser compuestos por un 
mismo honibre. Desde la antigiiedad clásica, algunos gra- 
máticos griegos sostuvieron la diversidad de sutores, de 
donde les vivo el nombre de corizontes (separadores). 

Se atribuyen tambien a Homero muchos himnos, ¡ un 
poemita burlesco cuyos hérces son los ratones i las ranas. 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 27 


La mayor parte de los críticos está conforme en declarar 
que esas obras son mui posteriores, 

7.—Homero es el cantor de la vida heróica. Hesioda, 
cuya biografía completamente desconocida ha dado lugar a 
muchas hipótesis, es el primer representante de una nueva 
era. Se le supone posterior a Homero en autigiledad, 1 
natural de Ascra o de Cúmas, De diez ¡ seis poemas que 
compuso, solo nos quedan tres sobre asuntos tán diferen- 
tes que han hech> creer que p=rtenecian a otros tantos 
antores. Uno de ellos, la Teogonía es el mas antiguo mo- 
numento que se conserva de la historia del politeismo 
griego. Otro poema está destinado a cantar, bajo el título 
de los Trabajos ¿los días, los beneficios de la agricultura, 
cuyos preceptos consigna. El tercer poema de Hesíodo, 
cuya autenticidad ha «*ido mut controvertida, es un frag- 
mento épico titulado El escudo de Hércules. Bajo fozmas 
desprovistas de grandeza i de vigor, Hesindo ha cnsig- 
nado eo sus poemas muchas nociones -sobre el estado social 
e industrial de los primitivos griegos. 

8.—Despues dle Homero i de Hesíodo, hat en la historia 
literaria de la Grecia una laguna de siglos. En este inter- 
valo se preparó la revolucion que debin cambiar la consti- 
tucion de los pequeños estados. Este movimiento comienza 
con el establecimiento de las olimpiadas (776 úntes de 
Jesucristo). La institucion de los jueyos públicos contri- 
buia a formar la unidad nacional acercando las diferentes 
fracciones de la familia helénica i creando un lazo de 
union entre sus diversos pueblos. La poesía lírica nació 
entónces tamando diversos caractéres de los distintos sen- 
timientos que la inspiraron. Bsta es la época de Calino 1 
de Tirteo, cuyos cantos belicosos inflamaban el valor de 
los efesios i de los espartanos, i de muchos otros poetas 
relijiosos, heróicos, elejíacos, le cuyas obras no conocemos 
mas que fragmentos mui incompletos. Solo de la célebre 
poetisa Safo de Lésbos, que floreció hácia el año 600 án- 
tes de J. C., se conservan dos odas eróticas ardientes de 
pasion. 

9.—En este mismo período aparecieron tambien los 
hombres que dieron a los pequeños estados de la Grecia 
sus primeras constituciones. El mas “antiguo de todos, Li- 
cargo, hizo de Esparta una especie de ccnvento militar. 


e 


28 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


El primero que contó Aténas fué Dracon, cuyas leyes es- 
critas con caractéres de sangre, fueron abolidas en breve. 
En fin, Sglen (640-559) dió a los atenfénses leyes mas en 
armonia con el carácter de aquel pueblo. Solon fué tam- 
bien uno de los siete sálios de la Grecia, i compuso poe- 
sías. Una plegaria a las musas, compuesta en estilo grave 
i noble, es la mas bella de las peliguias que nos quedan de 
«este poeta, lejislador i filósofo. 











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ura Griega. 
(YEGUNDO PE”*IODO.-—DESDE SOLON HASTA ALEJANDRO EL CRANDE.) 


1.—Importancia literaria de este segundo perírdo. —2. Los filósofos. —3, 
La presta; Pindaro —4 Anacreonte i Simónides.—5, Esopo.—6. Orl- 
jen de la trajedia —7. Esquilo —S. Sóforles.—9 Kurípides.—10. Orf- 
jen da la comedia; la comedia antigua.—1), Aristófanes —12, La 
comedia media.—13 La comedia huevs; Mensndro.—14, La historia; 
su antigiiedad —13. Heró loto. —16. Tucídides,—17. Jenofonte. —18. 
Los sofistas. —19. Sócrates —20. Platon i Aristóteles —21. Teofrasto.— 


22 Hipócrates. —23, La oratoria.—21. Isócrates.—23. Esquines.—26, De- 
móstenes. 


1.—Con Solon comienza tambien la época mas brillan- 
te i mas fecunda de la literatura griega. Hasta entónces 
el Asia menor i las islas del Mediteráneo habian sido el 
teatro de la literaturas aliora la Grecia propiamente dicha, 

_ 3 Aténas en particular, van á ser el hognr de las luces. 
Los griegos dv ididos en un gran número de estados inde- 
pendientes, estabin mui débilmeute unidos por la comn- 
.nidad de su orljen, de sn lengua ide su relition, por la 
repeticion periódica de los juegos solemnes en los cuales 
tomaba parte toda la nacion, i en fin, por el consejo de los 
Anfictiones, especie de centro relijioso en que se trataban 
algunas veces los intereses políticos. Las guerras médicas, 
provocando a los pueblos a la union para rechazar el peli- 
gro comun, estrecharon estos lazos; i desde las victorias 
alcanzadas sobre los persas, data la época de la grandeza 
de la Grecia. 

Mientras la ambicion de la mayor parte de los griegos 
no conocia nada mas noble que los premios dados en dos 
juegos solemnes a la ajilidad ¡a la fuerza corporal, los 
atenienses se mostraron sensibles a la gloria de los talentos 


—— — KK e _—_ o _  _--  ————— 


30 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


¡ del jénio. En Aténas, la elocuencia conducia al poder: los 
Concursos públicos, despertando el gusto jeneral ¡ j popular 
por la poesía, hicieron nacer una jeneracion que elevó el 
arte dramático a nn alto grado de perfeccion. Hasta en- 
tónces, la poesía abrazando la universalidad de la vida so- 
cial, había desempeñado el triple oficio de la historia, de 
la filogolía i de la relijion. ja separacion de estos diver- 

sos jéneros i el empleo usual de la prosa, datan de este nue- 
vo perívdo, merced al conocimiento de la escritura, que 
se estendió en la Grecia por el siglo VI ántes de J. C. 
junto con la introduccion del papiro ejipcio. De la poesía. 
épica nació la historia: de la puesía sentenciosa, llamada 
grómica (de gnómas, sentencias morales) bajo. la cual se 
resumian los preceptos de la sabiduría práctica i de la es- 
periencia de la vida, nació la filosofía especulativa en que 
se ilustraron tantos jénios, 

2.— La filosofía griega habia nacido camo la poesía, en 
el Asia menor. Tomó pour punto de partida la cuestion del 
oríjen 1 del principio elemental del mundo; i_ trató de re- 
solverla dando oríjen a tres escuelas diferentes. 

Táles de Mileto (640 A. J. UC.) es el fundador de la 
escuela Jónica. Fué el primero de los griegos que se ocupó 
de investigaciones especulativas sobre el orijen «del mundo; 
el agua fué para él el principio de donde vicun todas las 
Cosas. 

AS de Sámos, que vivió como 541 años ántes de 
Jesucristo; es el jefe de la escuela que lleva su nombre. Se 
pretende que pasó 22 años en Ejipto ¡ que hizo largos 
estudios durante sus viajes. Su nombre es glorioso en la 
historia del desenvolvimiento del espíritu humano por 
haber dado un vigoroso impulso a las ciencias matemáti- 
cas ia la moral. 

Ln escuela eleútica data tambien de una remota anti- 
giedad. Jenófanes de_Colofon, que fué contemporáneo de 
Pitágoras, la fundó en Liea, ciudad de Italia. Identificó a 
Dios con el mundo, reduciendo toda la realidad del univer- 
so a la intelijencia como la sustaucia única, i creando así 
el panteismo idealista, 

La filosofín fué considerada por estos primeros maestros i 
porsus discípulos como li ciencia universal de que se des- 
prendian todos losotros conocimientos humanos. La aritmé- 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 31 


tica, la astronomía, el oríjen de la tierra ¡ de los seres que la 
pueblan, eran' estudiados en las escuelas de los filósofos. 

3. --La poesía, i particularmente el jéneto lírico, llegó 
tambien en poco tiempo a un alto grado de perfeccion. 
Pípdaro, nacido en Cinocéfalas, cerca de 'Tébas en Beocia, 
por los años 550 ántes de Jesucristo, marca la: trausicion 
entre la Grecia antigua i la Grecia nueva. Compuso him- 
nos relijiosos, odas triunfales, canciones búquicas, epigra- 
mas, etc., pero no nos quedan mas que cuarenta i ciuco 
cantos de victoria en honor de los vencedores en los juegos 
públicos 1 de las divinidades que presidian estas fiestas, 


Tienen un carácter solemne, que suponen una representa- 


cion de aparato, como que eran compuestas para ser can- 
tadas delante de la multitud 1 ea medio de un espectáculo 
pomposo. El poeta no se limitaba a hablar de la huzaña 
que cantaba; recordaba tambien la gloria de los antepasa- 
dos de su héroe i de lus fábulas que envolvian su naci- 
miento, Su principal carácter es el entusiasmo lírico, que 
ge mauifiesta por sus movimientos fogosos e irregulares, pot 
metáforas atrevidas, imájenes grandes i sullimes en me- 
dio de las cuales el estilo se hace oscuro a fuerza de atre-' 
vimiento. Los críticos de la autigúedad que conocieron 
todas las obras de Píndaro, lo consideran el primero de 
los poetas líricos. «Pretender igualar a Píndaro, dice Ho- 
racio en una de sas mejores odas, es querer elevarde en los 
aires, como el hijo de Dédalo, para dar despues su numbre 
al cristal de lus mhutres.» , 

'4,—Los otros poetas líric s de aquel siglo nos son mucho 
ménos conocidos todavía. Anacreonte de Téos en Jonia, i 
establecido, regun se crée, en Sámos, en la corte del céle- 
bre tirano Policrátes, se hizo famoso por las cancionés en 
que cautaba el amor i los placeres. Toda la antigiiedad 
habla con grande admiracion de este poeta; pero las obras 
que corren con su nombre, compuestas en un metro seme- 
jante al de nuestras anacreónticas, son del quinto siglo de 
la era cristiaua. Simónides de Céos, nacido en 558 ántes 
de J. C. cultiyó tambien Ta poesía lírica. Sus principales 
títulos de gloria son las elejías o lamentaciones, jénero 
inventado pour él i en que desplegó un estilo lleno de ele- 
gancia 1 de dulzura. Los pocos fragmentos que quedan de 
este pueta, justifican su renombre. 

4 


4 


32 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


5.—En esta época tambien floreció en Grecia, segun Ja 
tradicion jeneral, nno de los jénios mas orijinales de su 
literatura, poeta por inspiracion, pero que talvez escribia 
sus obras en prosa o quizá las consignaba simplemente en 
la memoria de sus contemporánes. Era éste, Esopo, escla- 
vo en Aténas i en Sámos, 1 favorito despues Je Ureso, rel 
de Lidia. Su vida es un tejido de aventuras muchas veces 
inverosímiles; 1 sus obras no han llegado hasta nosotros 
bajo su forma primitiva. La crítica moderna la puesto en 
duda la existencia del célebre fubulista con ruzoves tales 
que no es dado desconocer su fuerza. De todos modos, Eso- 
po no es el inventor del apólogo, puesto que hai ubras de 
este jénero mui anteriores; pero lo cultivó con verdadero 
talento en la invencion de sus fábulas, ed su oportunidad 
1 en la exactitud de su aplicacion. Los escritores antiguos 1 
modernos han encontrado en los apólogos conocidos con el 
nombre de Esopo, un vasto campo de imitacion. 

6.— La poesía dramática resultó en Grecia del concur- 


- so de las dos grandes formas poéticas que se habian desa- 


rrollado ya. De la epopeya tomó la narracion, qué luego se 
dividió en diálogos: la poesía lírica le dió sus coros. 

El oríjen de la trajiedia griega se relaciona con la reli- 
jion nacional. Eu las fiestas de los dioses una parte del 
culto consistia en los coros que, cantando i danzando al 
son de música, representaban alguna fábula relativa a la 
divinidad que se celebraba. En Aténas estos coros hacian 
parte de las fiestas de Baco, que se celebran a la época de 
las vendimias. En esas fiestas se iumolaba un cabro en 
honor de aquel dios; i de allí nació el nombre de trajedia 
(canto del cabro) de trágos (cabro) i ode (canto). No 
siempre las cosas mas bellas tienen un oríjen hermoso. 

(e) 'Céspis i Frínico, contemporáneos de Pisistrato, pasan 
por los inventores de la trajedia. Regu.arizaron los coros i 
entrecortaron el canto con alguna narración recitada por 
el corifeo, jefe del coro. Este recitado recibió el nombre 
de episodio, ¡era solo la parte accesoria i accidental de la 
pieza: la parte fundamental de ella fueron siempre los 
coros cantados, De esos primeros ensayos al teatro de Es- 
quilo hai un cambio tan radical i completo que solo se 
comprende suponiendo el trabajo constante de muchos 
poetas. La posteridad, que apénas conoce algunos lijeros 


? 


. “A 
/ / a” coo” 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 33 


fragmentos de los primeros trájicos, ha dado a Esquilo el ” 
glorioso título. de padre de la trajedia griegra. 
7.—FEsquila. era ateniense, nacido en el pequeño pueblo 
de Eleúsis, por los años de 523 ántes de J. C. Guerrero 
intrépido, se distinguió en las batallas de Maraton, de Sa- 
lamina i de Platea. No solo dió forma al poema trájico 
compouiendo sesenta o noventa piezas, sino que inventó 
las máquinas i las decoraciones del teatro. Despues de una 
Jarga i gloriosa carrera, vencido por Sófocles en una justa 
poética, se retiró a Sicilia cerca del rei Hieron, en donde 
murió de una edad mui avanzada, Segun una tradicion 
que nadie crée, su muerte fué causada por una tortuga 
que una águila habia dejado caer sobre su cabeza. 
Esquilo hizo de la fábula la parte esencial del poema 
trájico, i estableció una íntima relacion entre el drama i 
el coro. Comenzó por introducir un segundo autor, i des- 
pues, a ejemplo de su rival, el jóven Sófocles, un tercero i 
a veces un cuarto. Abrevió los coros limitando su impor- 
tancia, i quiso que uno de los personajes atrajese sobre sí 
todo el interes, mostrándose de esa manera severo obser- 
vador de la unidad de accion. En cambio descuidó las 
unidades de tiempo i de lugar. Los planes de sus trajedias 
son siempre mui sencillos: parece desconocer el arte de 
anudar i de desenlazar la intriga; sin embargo, el atrevi- 
miento de las ideas, la grandiosidad de los caractéres i la 
riqueza del estilo hacen olvidar los defectos de la fábula. 
Esquilo pone en escena los dioses i los semi-dioses; i cuan- 
do intervienen los hombres, los eleva sobre el nivel de la 
humanidad por la enerjía de sus sentimientos i por la ma- 
jestad de-las proporciones. Solo han llegado hasta noso- 
tros siete piezas de este célebre trájico; pero entre éstas 
se encuentran algunas de sus obras mas célebres, De este 
número es Prometeo encadenado, que representa a este 
semi-dios castigado por Júpiter i atado a una roca por 
haber robado el fuego del cielo para mejorar la condicion 
de lns hombres, pero conservando en medio de los tor- 
mentos una sublime entereza, como el emblema de la ]i- 
bertad moral que sobrevive en el hombre al poder perdido. 
8.—Sófocles de Colona, ateniense como Esquilo, pero 
treinta aos menor qne éste, llevó la trajedia a la mayor 
perfeccion que conocieron los antiguos, Concurrió con s- 


34 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


guilo a un certámen i lo venció cuando solo tenia veinte 
nueve años. El pueblo ateniense, tan apasionado por lo 
bello, premió una de sus trajedias nombrándolo jeneral de 
una espedicion a Sámos, en compañía de Pericles i de Tu- 
cidides. Sófocles, como queda dicho, introdujo un tercer 
personaje en la escena; pero hizo mucho mas que ésto: dió 
importancia a la accion dramática i la desenvolvió con 
singular habilidad, El coro pasó a ser la parte accesoria 
de la pieza, así como ántes habia sido el recitado, De esta 
manera su drama fué mas animado i mas interesante que 
el de todos sus antecesores. El interes del espectador por 
la accion está hábilmente grabado de escena en escena i se 
sostiene hasta el desenlace. Sófocles ha dado tambien mas 
importancia a los persovajes femeninos, reconcentraudo 
en éstos el interes de algunas de sus piezas. La invencion 
i la disposicion de las partes. la elegancia i la armonía 
continua del estito, la claridad babitual de la frase'i la ra- 
reza de los defectos éonstituyen el mértto de Sófocles, Un 
conocimiento profundo del corazon humano le permitió 
pintar las pasiones ¡ los caractéres con singular maestría. 
Solo han quedado siete trajiedias de las ciento seis que le 
atribuyen los escritores de la antigiiedad. A Sófocles ue le 
da por inventor de la pintura de decoraciones para añadir 
la ilusion de la realidad material a la verdad de la vida 
moral. 
9.—Hemos dicho que Esquila se habia batido como 
smidado en la batalla de Salamina. Se refiere que Sófocles, 
entónces de edad de quince años, cantó el himno de la 
victoria a la cabeza de la juventud ateniense. Se cuenta 
tambien que el dia de la batalla (480 ántes de J. € ) na- 
ció en la misma isla de Snlamina un jóven llamado Euríiz 
pides que habia de cultivar la trajedia como Esquilo 1 
Sófocles. Discípulo del filósofo Anaxágorns 1 amigo de 
Sócrates, llevó a la escena las ideas 1 el lenguaje de la 
filosofía 1 algunas veces el refinamiento de la retórica. 
Eurípides trata siempre de conmover i de excitar la com- 
asion. En sus obras, la pasion es lo que domina, i los ca- 
ractéres están subordinados a los efectos patéticos. Su 
estilo es claro, elegante, armonioso i fácil: con frecuencia 
tiene pasajes de una belleza encantadora, ¡ otras veces cae 
en trivialidades. Apesar de todos sus defectos, Eurípides 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS, 35 


ejerce una seduccion irresistible, i sus obras fueron mui 
apreciadas en toda la Grecia. Aristóteles lo llama el mas 
trájico de los poetas; i Plutarco refiere que despues de la 
derrota de los atenienses en Sicilia, muchos prisioneros 
escaparon de la muerte o de la esclavitud recitando los 
versos de Euripides, de que gustaban mucho los vencedo- 
rea, , 

Eurípides compuso ciento veinte i tres piezas dramáti- 
cas, de las cuales solo han llegado hasta nosotros diez i 
ocho trajedias i ua drama satírico. Es este un jénero misto 
en el cual aparecen los personajes habituales de la trajedia 
con la dignidad de sus costumbres i de su lenguaje, es 
decir, dioses 1 héroes, pero rebajudos por la familiaridad 
de la intriga i las relaciones con los personajes de un ór- 
den subalterno. — * 

10.—En la época en que florecia Enrípides, la comedia 
habia llegado a ser en Aténas la burla de lu democracia, 
de la filosofía 1 hasta de lu trajedia, Eurípides mismo ha- 
bia sido ridiculizado con estraordinario rigor. 

La cómedia tuvo entre los griegos un oríjen diferente 
que la trajedia. lu las fiestas de algunas divinides cam- 
pestres, los habituntes de las aldeas se reunian en banque- 
tes pura cantar ciertos coros ea los cuales reinaba la mas 
deseufrenada licencia. (onducidos en carros, se trasladaban 
de una aldea a otra utacando a los paseantes con sus sar- 
casmos. Tal fué el oríjen «de la comedia; pero la historia de 
su desenvolvimiento nos es casi enterameute desconocida. 
Se habla de Epicarmoys/poeta dórico que vivió en Sicilia, al 
cual atribuyen ulgunos escritores el haber inventado una 
accion cómica; pero sus obras, así como las de los otros 
poetas cómicos auteriores a Aristófunes, nos son covocidas 
por numerosos fragmentos que solo pueden dar una esca- 
sa idea de su jénio. La comedia griega, a lo ménos para 
la posteridad, aparece formuda de repente ¡en un alto 
grado de perfeccion en los últimos añus del siglo V úntes 
de Jesucristo. 

A pesar de la diversidad de oríjen de estos doa jéneros de 
poesia dramática, el coro fué comun a ámbos. En la cume- 
dia, sin embargo, tenia una importancia especial. Llamá.- 
base parábasis una digresion en que el poeta, represeutado 
por el coro, se dirijia a los espectadores, i conversuba ccn 








36 '" ELEMENTOS DE LITERATURA. , 


ellos sobre sí mismo, sus rivales, sus enemigos i aun sobre 
cuestiones felativas a los negocios públicos. La parábasis, 
impacientemente esperada por el auditorio, era el trozo 
capital de la pieza, porque «la comedia tenia un carácter 
político entre los atenienses, i era el complemento de sus 
Jnstituciones democráticas. Atacaba indistintamente a los 
particulares o a los hombres de estado. Los jefes de parti- 
do, los jenerales, los oradores, los escritores todos estaban 
espuestos a sus burlas. El teatro era una tribuna desde la 
cual el poeta cómico daba consejos sobre los negocios mas 
importantes. 

(1311.—Aristófanes es el autor cómico mas antiguo de la 
Grecia, cuyas obras hayan llegado hasta nosotros, in la 
historia de la literatura griega, la comedia tal como la 
cultivó Aristófanea, es denominada la comedia antigua, la 
cual se diferencia mucho de este jénero de literatura como 
es cultivado por los modernos, Aristófas de Aténas, mi- 
sántropo brillante, dotado de una imajinacion cáustica, 
hizo de la comedia una sátira “licenciosa, que no perdonó 
a lo mas distinguido de su patria, ni a los dioses. Censuró 
los abusos i las faltas del gobierno, las intrigas de los am- 
biciosos, la incapacidad de los jenerales, la venalidad de 
los jueces i la necia credulidad de la muchedumbre. Los 
escritores satíricos han encontrado siempre en todas las 
innovaciones un ancho campe para sus burlas, Aristófanes 
tomó tambien parte en la eterna querella de las ideas anti- 
guas i de las nuevas; i haciéndose el defensor dé las prime- 
ras, se burló con una audacia increible de los innovadores i 
del pueblo que los seguia. Pero en su crítica fué injusto i 
cruel. En las Nubes, Sócrates fué atrozmente ridiculizado 
como sofista vulgar i como un maestro pernicioso: i en la 
Ranas, el poeta se burló de Euripides. Esas comedias, ape- 
sar de este defecto, nos presentan el cuadro mas fiel de las 
costumbres de Aténas, Aristófanes es el historiador mas 
verdadero de la vida pública i privada de la democracia grie- 
ga. Nos hace la pintura de la corrupcion naciente en Até- 
nas a la época de la guerra del Peloponeso, con una enerjía 
i con una verdad de colorido, que no puede ofrecer ningun 
otro monumento histórico. Desgraciadamente, la sal ática 
de sus burlas está mezclada con bufonadas de un cinismo 
repugnante. No es posible buscar en ellas la verdad de los 


(+) 6 A, . ad Ls . * pa A Wu Á 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 37 


caractéres que ha censurado, ni mucho ménos la decencia, 
De sesenta comedias de Aritstófanes solo han llegado once 
nasta rosotros. Murió este poeta por los años 386 ántes 
es. C, 
La comedia personal, castigo a veces de los corruptores 
i de los charlatanes, pero con fretuencia motivo de escán- 
dalo o de injusta censura, no fué modificada sino cuaudo 
espiró la libertad política en Aténas. Despues de la toma 
de esta ciudad por Lisandro, i bajo el gobierno de los 
treinta tiranos, se prohibió por una lei (404 ántes de Je- 
sucristo) presentar en la escena los sucesos del dia i las 
personas vivas. La parábasis fué prohibida terminante- 
mente. Este golpe decisivo puso término a la comedia an- 
- tigua. 
12.—La comedia tuvo ménos brillo, porque no se levan- 
tó ningun jénio superior que, como Aristófanes, supiera 
captarse el entusiasmo del auditorio. Apesar de la prohi- 
bicion legal, la comedia no perdió casi nada de su amargu»- 
ra. Representáronse acontecimientos verdaderos bajo nom- 
bres supuestos. Los poetas designaban, por medio de alu- 
sjones, los caractéres que querian entregar a la risa del 
público. De setenta autores que se ejercitaron en esta es- 
pecie de comedia, a mas de sus nombres, nos queda única- 
mente un gran número de fragmentos mas o ménos adul- 
terados. Aun las comedias compuestas por Aristófanes en 
esta segunda época, se han perdido en su mayor parte. 
13.—La comedia nueva nació con Mepándro en la se- 
gunda mitad del siglo:1V ántes de la era cristiana. Me- 
nándro de Aténas estudió la filosofía con Teofrasto, el cé- 
lebre autor de los Caractéres: i de él aprendió el arte 
superior de pintar las costumbres. Hace la censura de los 
vicios i de los defectos del corazon humano en rasgos jene- 
rales, bosquejando, no las pasiones particulares de su tiem- 
o, ino las que son inherentes a la naturaleza humana. 
ntrodujo como elemento dramático un amor verdadero, tal 
como el que han sabido esplotar los escritores modernos. 
La variedad en los caractéres i los matices de éstos, estaban 
perfectamente señalados, en medio de argumentos casi 
siempre sencillos pero interesantes. 
Las obras de Menándro no han llegado hasta nosotros: 
pero los fragmentos que se conservan, prueban cuan me- 


38 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


recidos eran los elojios que le tributaban los que conocie- 
ron sus obras. Por otra parte, Terencio, el célebre cómico 
latino, ha imitado a Menándro, dándonos a conocer «Vtra- 
vés de la imitacion, el jénio del gran pocta griego. César, 
mul admirador de Terencio, lo llama medio Menándro, lo 

we da una idea aproximativa del valor de las obras per- 
didas, 

En tiempo de Menándro i despues de él, florecieron mas 
de seseuta autores cómicos, cuyas vbras uo han llegado 
hasta nosotres. 

14. - La historia estuvo en su principio confundida con 
la poesia. Los poetas heróicos fueron por mucho tiempo 
los historiadores de la Grecia, porque consignabun en sus 
cantos el recuerdo de los tiempos pasados, los triunfos de 
los vencedores en los juegos públicos i las huzuñas de los 
héroes. Bajo la forma armoniosa de Jas versos, la memoria 
conservaba los recuerdos históricos en una época en que 
la escritura era desconocida. En el siglo VI ántes de nues- 
tra era, el uso mas frecuente de ln escritura dió oríjen al 
nacimiento de la prosa, es decir, los hombres tuvieron otro 
medio mas sencillo de conservar 1 de trasmitir a la posteri- 
dad, los sucesos pasudos. 

Los primeros eusayus históricos datan de esa misma 
época. Los escritores recojieron las tradiciones i las re. 
cuerdos del pasado, confundidos tudavía con numerosas 
fábulas, 1 los espnsieron en sus libros. Son mui reducidos 
los fragmentos que nos quedan de los primitivos historia- 
dores de la Grecia. La posteridad encuentra formado el 
arte histórico de los griegos en Heródoto, i por eso lo ha 
dencminado el padre de la historias. Una cosa semejante 
ha pasado en la trajedia i en la comedia con Esquilo i 
Aristófatics, 

15.— luto de Halicarnaso, nacido en 484 ántes de 
Jesucrito, fué un viajero infutigable-que recorrió casi todas 
los paises conocidos, la Grecia, la Macedonia, la Tracia, 
ana porciva del Asia, el Ejipto i otras rejiones del Africa, 
recoJiendo en todas parte los materiales de uva hist riu. 
Su plan primitivo no comprendía mas que las guerras en- 
tre persas 1 griegos, *pero a su alrededor fué agrupando va - 
riadas noticias hasta formar el mas rico repertorio históri- 
cu de aquellos tiempos. Su obra, tal como ha llegado hasta 


, ' 3 a. 
() fo, "0 f SN ) 





HISTORIA. LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 39 


nosotros, está dividida en nueve libros, a cada uno de los 
cuales dieron los griegos el nombre de una de las nneve 
musa. Los cuatro libros primeros tratan de la historia de 
los asirios, de los medos, de los persas i de los ejipcios; i 
sirven de introduccion a los cinco últimos que encierran 
la 'narracion de la guerra de Jonia i de las guerras médi- 
cas. Eu Heródoto se percibe la inspiracion de Howmero, La 
misma claridad, la misma sencillez, la misma variedad 
piutoresca en las descripciones i en las narracion, la mis- 
ma riqueza, un poco difusa a veces pero siempre-llena de 
naturalidad i de armonía. Heródoto no tiene mas propósi 
to que el de narrar. La vida interior de sus personajes, los 
motivos de sus acciones i las causas de los acontecimien- 
tos se revelau por el movimiento mismo i por lu verdad de 
la narracion. Algunas veces es crédulo ¡nun supersticio- 
sos; intercala en su libro multitud de cuentos, con frecuen- 
cia maravillosos, i casi siempre poco dignos de crédito; sin 
embargo, la veracidad jeneral de sus escritos es reconocida 
en nuestro tiempo. Las esploraciones jeugráficas 1 arquen- 
lójicas de los modernos en los paises que describió Heródo- 
to, hau confirmado sus aserciones. Heródoto pasó los últi- 
timos años de su vida en Túrios, eu Italin, i ahí murió en 
una edad mui avanzada, en el tiempo de la guerra del Pe- 
loponeso, 

16.—Las narraciones de Heródoto revelan la infancia 
del arte; pero ántes de medio siglo la historia llegó a un 
alto grado de elevacion en manos de Tucídides. Nacido en 
Atévas en 472 ántes de. Jesucrito, Tucilides era hombre 
de estado ¡ guerrero, i tomó una parte principal en la gue- 
rra del Peloponeso. Mandaba la fluta ateniense en el mar 
Ejeo, en el octavo año de aquella guerra; pero no habien- 
do podido llegar a tiempo para impedir la toma de Antí- 
polis, fué condenado -a destierro, se estableció durante 
veinte años en varios puntus de la Grecia, en donde reco- 
Jió materiales para su historia. Nosotros debemos quizás 
esta obra a la injusta severidad de los ateuienses. La cotm- 
puso vuelto a su patria, sin terminarla definitivamente, 
porque no comprende mas que los primeros veinte años de 
esa célebre lucha entre Esparta i Aténas. 

Tucídides ha tomado la historia en la parte en que la 
habia dejado Heródoto, para contar esclusivanieute la gue- 


40 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


rra del Peloponeso; pero no se asemeja en nada al histo- 
riador a quien continúa. La sencillez que la historia tiene 
en manos de Heródoto desaparece en el libro de Pucídides. 
El primero se dilata en digresiones siempre amenas e in- 
teresantes, pero estrañas al asunto principal: Tucídides 
marcha derecho a su objeto. Heródoto ve en los sucesos el 
cumplimiento de las órdenes del destino; Tucídides atribu- 
ye el desenlace de los acontecimientos a la habilidad o a 
las faltas de los hombres de estado o de los jenerales. He- 
ródoto introdujo en su historia los diálogos: Tucidides creó 
las arengas, en que ha sabido hacer entrar la política, la 
moral i la táctica. militar. En efecto, los admirables dis- 
cursos que Tucídides pone en boca de sus personajes, 
constituyen un recurso histórico para trasmitir al lector 
las noticias que gl escritor no puede hacer entrar en la na- 
rracion. El alma del historiador, sus juicios sobre Jos acon- 
tecimientos que refiere, las pasiones políticas que describe, 
el carácter del pueblo cuyos anales ha trazado, se encuen- 
tran principalmente en los discursos que pronuncian los 
personajes de Tucídides. La oracion fúnebre de los áteuien- 
ses muertos en los primeros combates de la guerra del Pe- 
loponeso, que el historiador pone en la boca de Perícles, 
es una verdadera obra maestra de elocuencia i de eleva- 
cion. La descripcion de la peste de Aténas, imitada por 
e. poeta lutino Lucrecio, ha servido de modelo a la mayor 
parte de las descripciones que se han hecho despues, pero 
es superior a todas las imitaciones. La catástrofe de los 
atenienses en Sícilia es uno de los trozos mas dramáticos 
que encierre cualquiera historia. 

La historia de Tucídides es realmente una trajedia, en 
que Aténas desempeña el primer papel: el verdadero inte- 
res consiste en saber si los atenieses serán vencedores o 
vencidos. Tucídides confunde hábilmente en ella la causa 
de su patria con la causa de la civilizacion. Se puede 
reprocharle, sin embargo, el haber dado una imájen 1m- 
completa de Aténas. En su obra no se encuentra una sola 

alabra sobre el magnífico desarrallo de las artes bajo 
erícles, ni sobre la comedia antigua, tan íntimamente 
Jigada a la política, ni sobre Sócrates i su influencia en la 
educacion de la juventud, 
==. 17,-—Tucídides dejó inconclusa su historia. Un escritor 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 41 


de mucho ménos mérito, pero notable por la suavidad del 
estilo i por la variedad de sus conocimientos, se encargó 
de continuarla. Fué éste Jenofonte de Aténas (nacido en 
447 ántes de J. C.), discípulo de Sócrates en filosoíía i de 
Isócrates en elocuencia. Como amigo del jóven Ciro de 
Persia, tomó parte en la espedicion de este principe contra su 
hermano Artajérjes, en una division de ausiliares griegos. 
Despues de la matanza de los jenerales griegos, Jenofonte, 
aunque simple voluntario, dirijió esa admirable retirada 
de los diez mil, de que mas tarde fué el historiador. E:1 
las Helénicas trazó la historia de Grecia desde el punto 
en que la habia dejado Tucídides hasta despues de la ba- 
talla de Mantinea. En el Anábasis refirió la historia de la 
espedicion de los griegos a Persia i de la retirada de los 
diez mil. Compuso tambien una vida dy Ajesilao; i una 
novela histórico-política titulada la Ciropedia, o la infan- 
cia de Ciro el grande, en la cual al través de acontecimien- 
tos i bajo nombres tomados a la historia de los persas, 
desarrolla sus ideas sobre la educion i sobre el arte de la 
guerra. Jenofonte escribió ademas algunos libros filosófi- 
cos en que espone las doctrinas de Sócrates, obras didác- 
ticas sobre la caza i el arte militar, i opúsculos políticos 
sobre el gobierno i la hacienda pública de Aténas, La 
fecundidad de Jenofonte no es su único mérito. Los anti- 
guos lo llamaban la abeja ática, a causa de la suavidad de 
estilo. Raras veces se eleva, pero agrada siempre. La pos- 
teridad le debe el que haya dado a conocer con probable 
fidelidad las doctrinas i las ideas de Sócrates. 

18.—El siglo de oro de la literatura griega, nombre con 
que es designado el siglo de Perícles, se ilustró tambien 
por los trabajos de los mas grandes jénios que hayan cul- 
tivado la filosofía. 

Hasta mediados del siglo V los filósofos 1 sus escuelas 
habian estado diseminados en todas las ciudades de la Gre- 
cia. En esa época Aténas fué su cuartel jeneral. El pueblo 
Jos denominó sofistas, voz griega que significa hombre há.- 
-bil, sábio. GHoriábanse de poseer la ciencia universal, dis- 
cutian sobre todas las materias, i enseñaban mediante un 
honorario el arte de discutir, El fondo de la sofística era 
un escepticismo absoluto. Ja dialéctica era para ellos un 
arma cómoda en el arte de disputar 1 de prohar indiferen- 


42 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


temente el pro 1 el contra. Los sofistas conservaron por 
largo tiempo su importancia Como retóricos, porque en un 
estado democrático en donde el talento de la palabra era 
de primera necesidad, cualquiera que aspirase a tomar par- 
te en los negocios públicos debia estudiar el arte de con- 
vencer, 

19.—Las sutilezas filosóficas de los sofistas, el desemba- 
razo con que sostenian alternativamente las opinioves 1nas 
opuestas 1 la duda universal que resultaba de sus princt- 
pios, habian provocado una reacion saludable. Esta fué 
principalmente la obra de Sócrates. 

La história de Sócrates es demusindo conccida para que 
necevitemos repetirla aquí. Su ocupacion constante, dice 
el mas ilustre de sue discípulos, era persuadir a todos, jó- 
venes o viejos, que solo la virtud es la fuente de todos los 
bienes. Duraute cuarenta años atacó a los sofistas destu- 
briendo el artificio i la vaciedad de sus dectriuas por me- 
dio de un sistema'de interrogaciones destinadas a confun- 
dirlos, i que ha merecido el nowbre de método Socrático. 
«Sócrates, dice Plutarco, no tenia cátedra: enseñaba siem- 
pre i en todas partes. Siempre ¡en todas partes el buen 
ciudadano encuentra el modo de desempeñar su mision,» 
Con Sócrates, la filosofía se separa definitivamente de las 
otrus ciencias, cambia de carácter i de direccion. «Hasta 
éi, dice Ciceror, la filosofía enseñaba la ciencia de los nú- 
merus, los principios del movimiento, el oríjen de la jene- 
ración i de la corrupcion de tudus los seres; observaba cui- 
dadosumente el tamaño, las distancias, el curso de los 
astros, en fin las cosas celestes. Sócrates, fué el primero 
que la hizo bajar del cielo a la tierrra.» En efecto, tomo 
por punto de partida el hombre mismo, poniendo en prác- 
tica la inscripcion del templo de Délfus: «conócete a tí 
mismo.» Por este medio, la filosofía se sustrajo a las vanas 
especulaciovues que la habian estraviado anteriormente, 
JImprimió a la enseñanza un carácter práctico; creando asi 
la ciencia de la moral; i, sin combatir abiertamente las 
creencias de sus compatriotas, reveló la existencia de un 
ser superior a los dioses del Olimpo, creador i regulador 
del universo. Sócretes no ha escrito nada; pero el espíritu 
de su enseñanza nos ha sido trasmitido por sus discípulos. 

20.—Derpues de Sócrates, «tros fillósofos fundaron es. 


HISTORIA LITERARTA, — TIEMPOS ANTIGUOS. 43 


cuelas, La mas célebre de todas fué la Academia, que 
tuvo por jefe a Epils jéuio vasto i brillante que unia 
todo el encuuto de la inspiracion poética a las concencio- 
ves mas altas de la razon, 

Nacido en Aténas el año de 430 ántes de J. C., e hijo 
de una de las mas ilustres familias de su ciudad natal, 
Platon se aplicó a la poesía en su juventud, paro dió 1 su 
intelijencia un nuevo rumbo cuando oyó las lecciones de 
Sócrates; i despues de muchos viajes en Grecia, en [talia, 
en Ejipto 1 en Sicilia, volvió a Aténas donde abrió en los 
jardines de Academo una escuela de filosofía que tomó el 
nombre de Academia. sta famosa escuela, en que Platon 
dió sus lecciones durante cerca de medio siglo, fué un se- 
millero de hombres virtuosos 1 de pensadores distinguidos, 
Platon vivió mus de ochenta años; i al morir dejó su es- 
cuela floreciente a cargo de uno de sus discípulos 

Platon elijió el diálaszo vara esplicar sus doctrinas dán- 
doles de este modo una forma hasta cierto punto dramáti- 
ca, diferenciando siempre la esceua i los caractéres, entre 
los cuales sobresale con particular viveza i propiedad el 
de Sócrates. Entre sus cincuenta i seis diálogos, los prin- 
cipales son: el Gorjias i el Protágoras, donde los sofistas 
reciben un cruel castigo por medio del ridiculo; el Feson, 
que pintando con admirable sublimidad los últimos mo- 
mentos de Sócrates, afirma con argumentos adinirables la 
creencia en la inmortalidad del alma; el Fedro i el Ban. 
quete, discusion injenioza, profunda i poética que demues- 
tra la espiritualidad del amor, cuyo verdadero objeto es la 
virtud; la República, ideal de una sociedad organizada se- 
gun la idea de lo justo, tomada en un sentido absoluto pe- 
ro que conduce a los mas estraños resultados; Criton, en 
que hai una hermosa personificación de las leyes recordan- 
du a Sócrates sus deberes de ciudadano, 

En las obras de Platon se encuentran reunidos el espí- 
ritu poético 1 el espirita filosófico. Su jéuio vasto i brillan- 
te sabe unir todo el encanto de la imajinacion a las concep- 
civues mas altas del pensamiento. .Como escritor es 
considerado el mas puro i mas perfecto de los prosadores 
griegos. alas palabras que conponen sus frases, dice un 
célebre crítico frances, "Chomas, las frases que componen 
el discurso, todo se atrae i desplega armónicamente; así 


44 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


- como.las ¡des se encadenan con las ideas.» Por lo que toca 
a su fondo, sus doctrinas están fundadas en el principio de 
la nnidad de Dios i de la inmortalidad del alma. La virtud 
para el hombre consiste en el esfuerzo para alcanzar a la 
semejanza con su criador. No hai mas que una virtud, 
compuesta de cuatro elementos, prudencia, justicia, forta- 
leza i templanza, cuyo ejercicio nos hace alcanzar nuestra 
libertad, es decir la enerjía moral que nos eleva sobre los 
intereses sensibles. La virtud puede aprenderse; de donde 
se sigue que la educacion es un cultivo libre i moral del es- 
pírito. Platon ha estendido sus doctrinas filosóficas al 
estudio de la política, que segun él, no es mas que la apli- 
cacion en grande de la lei moral; así como el estado no es 
mas que la reunion de una masa de hombres bajo una mis- 
ma lei, cuyo objeto es la libertad i la concordia. En las 
artes, que son una aplicacion de las fuerzas del pensa- . 
miento humano dirijido hácia lo ideal por medio de proce- 
dimientos materiales, Platon asienta que el principio 
fundamental es la belleza, la cual, como representacion 
sensible de la perfeccion física i moral, es una con lo ver- 
dadero i con lo bueno, N a M 

JAria ióteles, su rival en gloria, nació en Estajira, en Ma- 
cedonia, el año de 384 ántes de J. C, Huérfano en su 
niñez, pasó a Aténas a la edad de veinte i siete años, 8l- 
guió las lecciones de Platon hasta la muerte de este filóso- 
fo, i volvió mas tarde a Macedonia llamado por el rei 
Filipo, que queria confiarle la educacion de su hijo Alejan- 
dro. Cuando este prícipe emprendió su campaña contra el 
imperio persa, Aristóteles se estableció en Aténas i fundó 
gu escuela. Enseñaba paseándose en las galerías del Liceo, 
antiguo templo de Apolo Liceo, i allí nació el nombre de 
su doctrina llamada peripatética (de perípatos, paseo). 
Acusado de impiedad despues de la muerte de Alejandro, 
Aristóteles huyó a Cálsis, en Eubea, i allí murió a la edad 
de sesenta i dos años. 

Jénio enciclopédico, pensador profundo i observador 
perpicaz, Aristóteles desterró de sus obras la imajinacion. 
Abrazo todos los ramos de investigacion cientítica que se 
habian conocido hasta su tiempo, 1 no hubo ninguno que 
no le debiese grandes adelantamientos. Inventó la injenio- 
sa teoría del silojismo, dió el primer sistema de lójica i 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 45 


creó la historia natural. Su Metafisica, primer ensayo en 
una ciencia nueva, es digna todavía de estudiarse. Su Po- 
lítica está llena de máximas i de observaciones admirables. 
En su Moral resplandecen ideas tan delicadas como sóli> 
das sobre- la naturaleza del hombre, espuestas con una 
sencillez a veces sublime. En su Retórica i en sn Poética 
se elevó a una inmensa altura sobre los escritores de su 
tiempo promulgando reglas literarias que serán respeta- 
das siempre. La variedad de sus conocimientos, i la pe- 
netracion de su talento hacen de Aristóteles uno de los 
mas grande jénios que haya producido el mundo, i un es- 
critor mui distinguido, | 

Discípulos asiduo de Platon durante veinte años, Aris- 
tóteles es considerado comunmente un cuntradictor perpé- 
too de su maestro. Este es un error: léjos de marchar siem- 
pre contra las doctrinas platónicas, no ha hecho de ordi- 
nario mas que darles formas mas netas, mas científicas, 
mas conformes a la rigorosa severidad de la razon. No se 
debe tampoco aceptar el reproche de sequedad i de aridez 
que se ha hecho a su estilo, en el cual por el contrario, 
Ciceron admiraba la finura, la suavidad i la variedad. Debe 
sí decirse que en sus escritos domina mas la razon que la 
imajinacion. Hai en ellos una tendencia a hacer predomi- 
nar la práctica sobre la teoría, la observacion de los hechos 
sobre la esplicacion de las ideas. Al revés de Platon, se 
dirije mas a la intelijencia que a la sensibilidad, mas a la 
lójica que a las facultades poéticas de nuestra alma, 
Colocando delante del hombre un fin hácia el cual debe 
tender el ejercicio simultáneo de la razon i de la libertad, 
hace de la virtud el fundamento del soberano bien. 

La influencia de Platon ide Aristóteles sobre la pos- 
teridad ha sido inmensa. El idealismo de Platon i el es- 
píritu práctico de Aristóteles, son los dos polos inmutxbles 
de los sistemas filosóficos. Aun hoi dia, toda filosofía es 
inevitablemente aristotélica o platónica. 

21.—El estudio de estas escuelas filosóficas pertenece 
" propiamente a la historia de la filosofía; pero aquí debemos 
hablar de uno de esos pensadores, que merece un lugar en 
la historia literaria. 'Teofrasto, nacido en Ercsco, en la 
isla de Lébos (375 años ántes de J. C.), fué el discípulo, 
u mas bien el amigo ¡el compañero de trabajos de Aristó- 





46 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


teles, 1 el segundo jefe de la escuela del Liceo: Su nombre 
era Tirtamo, pero sus discípulos lo lHatnaron Teofrasto (di- 
vino hablador). Compuso un gran número de obras, de las 
cuales solo han llegado hasta nosotros algunas que tratan 
de historia natural, de física ¡ de meteorolojía, Pero su tÍ- 
tulo de gloria es otro libre que cunocemos con el nombre 
de Los caractéres, 1 que quizás es formado de fragmentos 
de uva obra mas estensa en que el autor propondria tipos 
morales para la comedia. Teofrasto considera un vicio 0 
una manía de la naturaleza humana o de la jente de su sl- 
- glo; lo nombra; lo detiveo Jo describe, enumerando rasgo por 
rasgo las maneras de hub'aride obrar delos hombres dumi- 
Dados por ese vicio O por esa manía, Las observaciones son 
exactás, delicadus 1 con frecuencia cómicas: muchos de sus 
personajes se presentan como seres verdaderos que el lector 
ciée reconocer; pero con frecuencia se nota monotonía, 
rasgos arbitrarios ia veces oscuros, lo que hace suponer 
tambien que la obra de Teofrasto ha sido retocada por 
manos ménos hábiles. Ese libro, debe su gran reputacion 
al moralista frauces La-Bruyére, que lo tradujo 1 lo imitó 
sobrepujándolo en el siglo XVII, 

22.—Entre los filósofos contemporanéos de Sócrates es 
preciso colocar a Hipócrates, que aj icó el método filosófi- 
co al estudio de la naturaleza física del hombre ia la cu- 
racion de las dolencias que lo aquejan. Hipócrates es el 
primer médico 1 uno de los mas grandes escritores de la 
antigiiedad. Nacido en la isla de Cos (460 años ántes de J. 
(.), practicó la n:edicitia en Aténas ¡murió de una edad mui 
avauzada. Sobre su vida se han conservado diversas tra- 
diciones que la crítica no acepta. Se le ha supuesto curan- 
do milagrosamente los entermus de la peste que asoló a 
Aténas en tiempo de Perícles i rechuzando los otrecimien- 
tos bechos por Artajérjes rei de Persia para que se estable- 
ciera en sus estados, Luw que parece fuera de duda, es que hi- 
zo sus estudios viajaudo en la Grecia ¡en el Asia i recojien- 
do en todas partes las «bservaciones que la esperiencia habia 
reunido sobre la medicina; pero Jo que basta su época ha- 
bia sido preceptos prácticos, fué convertido por Hipócrates 
en nuciones fundamentales i lójicas de la ciencia. Su'mé.- 
todo admirable de descubrir las enfermedades, la exactitud 
rigurosa de sus preceptos de réjimen, la observacion cons- 








1 


HISTORIA LITERABIA.—TIEMPOS ANTIGUOS, 47 


tante de la naturaleza que lo alejaba de toda hipótesis i lo 
hacia fundarse solamente en la esperimentacion, eu un tiem- 
po en que la anatomía i la fisiolojía estaban mui atrasadas, 
colocan a Hipócrates en el número de los sábios mas pro- 
fundos i sagaces de la Grecia; pero su talento de escritor, 
la singular concision para encerrar axiomas complejos en 
un simple aforismo, hacen que sus obras sean hasta ahora 
mui estimadas por su mérito literario, 

23.—La tedría del arte de la palabra habia sido inven- 
tada en Sicilia; pero la elocuencia nació en Aténas. Una 
lei de Solon mandaba que cuando se reuniese el pueblo 
para tratar de algun negocio grave, un heraldo gritase: 
¿hai algun ciudadano mayor de cincuenta años que quiera 
tomar lu palabra? La democracia pura, que formaba la esen- 
cia del gobierno de Aténas, fué, pues, el oríjen de la ora- 
toria, que constituyó una de las mas vigorosas i espléndidas 
manifestaciones del jénio griego. 

Han llegado hasta nosotros algunas obras de diez ora- 
dores atenienses, fuera de los discursos de dudosa autenti- 
cidad que se encuentran consignados en las obras históri- 
cas. Aunque muchos de esos discursos se refieren solo a 
asuntos particulares, a pleitos privados sobre cuestiones de 
intereses, tevelan, sin embargo, el grado de perfeccion a, 
que alcaoz5 el arte oratorio, i contienen importantes noti- 
cias sobre la jurisprudencia de los atenienses, i sobre los 
procedimientos judiciales. Nos liiitaremos aquí a dar a 
conocer sumariamente a los principales de ellos, 

24.—1I8ó de Aténas (136-438), el mas célebre de 
todos los profesores de elocuencia, carecia de la voz i de la 
presencia de ánimo tan necesaria para el Ejercicio de la 
oratoria. Fundó una escuela de retórica en que se formaron 
log mas graudes oradores de la Grecia i, compuso varios 
discursos que fueron jeneralmente admirados. Desde su es- 
cuela ejerció una poderosa iofluencia sobre la política i la 
administracion de Aténas. Despues de la batalla de Que- 
ronea, pura no sobrevivir a la ruina de la independencia 
de su patria, se dejó morir de inanicion a la edad de noventa 
i ocho años. El mejor discurso de los veinte i uno que nos 
han quedado de Isócrates, es uno titulado Panejirico. Los 
griegos daban ese nombre a todo discurso pronunciado 
delante de uu gran concurso nacional. El Panejírico de 

5 


48 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Isócrates, pronunciado, segun se cree, en los juegos olimp5- 
eos, tiene por objeto ensalzar la preminencia de Aténas 1 
excitar a los griegos para hacer la guerra a los persas. 
lsócrates no e» un oradar enérjico; pero se le considera el 
modelo de la pureza ática. 

25. —Esquines de Atésas, aunque de condicion oscura, 
fué el mas ¡lustre de los oradores griegos despues de su 
antagonista Demóstenes. Cómico en su juventud, en segul- 
da abogado, se ejercitó en la elocuencia a una edad avan- 
zada, i como orador tomó parte ertónees en la política, El 
pueblo le honró con importantes misiones a Lacedemoenia, 
cerca de Filipo de Macedonia que se hallaba en aquel pals, 
i ante el consejo de los Anfictinnes, Coleya de Demórte- 
nes en la embajada a la corte de Mecedonia (344), se de- 
elaró, sin emlarjo, entre ellos durante esa misma mision 
una profunda inemistad. Esquines, hombre oscuro por su 
oríjen i por su primera educacion, pero dotado de uu gran 
talento, carecia de moralidad, i se dejó ganar por las li- 
sonjas de Filipo, i talvez por su jenerosidad. Tenia las 
cualidades orutorias que seducen al pueblo; pero le faltaba 
la consideracion que dan una vida irreprochable, la fijeza 
en los principios 1 la elevacion de pensamientos, Los tres 
discursos que nos quedan de Esquines se refiered a su lu- 
cha con Demósteves, i de ellus vamos hablar mas ade- 
lante. 

26.—Demóstenes (385-322) es el mas grande orador de 
la Grecia 1 quizá de todos los paises i «dle todos los tiempos. 
A la edad de diez ¡ siete años pronunció contra sus tuto- 
res, que habian dilapidado su patrimonio, cinco alegatos 
que hasta alora se conservan. Habiendo ganado aquel jui- 
cio, se sintió estimúlado a arengar al público en la tribuna. 
Su voz débil, su respiracion laboriosa, la poca gracia de su 
jesticulacion i lo desordenado de sus perívdos le atrajerón 
los silbos de la muchedumbre. Demóstenes estuvo a punto 
de renunciar a la oratoria: un cómico llumado Sátiro lo 
reanimó. A fuerza de paciencia 1 de estudio, Demóstenes 
triunfó de sus defectos uaturales: por el ejercicio, fortificó 
su pecho, depuró su.pronunciacion, corrijió sus movimien- 
tos i acabó por hacerse dueño de todos estos secretos de la 
oratoria a que los antignos daban tanta importancia. Al- 
gunos escritores hablan de un gabinete subterráneo en que 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 49 


Demóstenes se encerraba meses enteros copiando a Tucí- 
dides, declamando, meditaudo, escribiendo. A la edad de 
veinte 1 cinco años, reapareció en la tribuua pronunciando 
dos oraciones contra Léptines, autor de una lei que impo- 
nia a todo ciudadano ta obligacion de aceptar funciones 
onerosas. En seguida trabajó mucho en orusas judictalea, 
haciendo casi siempre el papel «de acusudor a que lo incli- 
naba su jénio áspero 1 violento. Sin embargo, su principal 
gloria fué adquirida por sus discursos políticos, que le die- 
ron grande inflnencia en el gobierno 1 reanimaron algun 
tanto a la república decadente. Las leyes hubian perdido 
su poder: a la austeridad de las costumbres antiguas ha- 
bian sucedido la lijereza, la pereza, la vanidad i una pasion 
inmoderada por los placeres i diversiones, De las virtudes 
de sus padres no quedaban ya a los atenieuses mas que el 
emor al suelo natal que los hacia susceptibles todavía de 
esfuerzos heróicos para sostener su independencia. Nadie 
mejor que Demóstenes conoció el arte de excitarlos. Adi-. 
vinó los proyectos del ambicioso Filipo, los conoció a fundo 
durante su embajada a Lucedemonia. Desde eutónces no 
tuvo mas qne un pensamiento, el de levantar a Aténas 
para pover obstáculos al poder siempre creciente del rei 
de Macedonia. Por todas partes le busca enemigos: Filipo 
no puede dar paso sin que su política mo sea descubierta, 
Demóstenes no se causa de anunciar a Aténas el peligro 
que corre 1 de llamarla al sentimiento de sus deberes. Lns 
Filípicas í las Olínticas son los monumentos de está viji- 
lancia patriótica. Esta lucha de la elocuencia de un hom- 
bre contra las armas de un gran monarca duró los catorce 
años que precedieron a la subyugacion de la Grecia. Ln 
ella, Demóstenes recibió la mas honrosa recompeusa a que 
puede aspirar un ciudaduno. Ctesifon propuso al pueblo 
que se le decretara una corova de oro: Esquines, enemis- 
tado ya con Demóstenes, se de-¿aró en contra del proyecto 
i lo acusó de grandes delitos. lól combate de la elocuencia 
suscitado entónces entre los dus mas célehres oradores, 
atrajo pn coucurso inmenso, Demóstenes triunfó, i su auta- 
gonista fué desterrado, segun la lei, por no haber obtenido 
la quinta parte de los votos. 

Aquel célebre proceso, que duró años desde su iniciacion 
hasta su final desenlace, dió lugar al mas famoso discurso 


? 


50 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


de Demóstenes, que es conocido con el nombre de Arenga 
por la corona; pero el triunfo de éste no fné duradero. Es- 
quines habia ido a Ródas a fundar una escuela de retórica, 
de donde se trasladó a Sámos para acabar sus dias paciá- 
camente. Demóstenes mucho ménos feliz que él, fué tgm- 
bien condenado al destierro bajo el reinado de Alejandro 
Magno. Despues de la muerte de este principe, trató toda- 
vía de formar una liga de las ciudades griegas contra los 
macedonios, Antípatro la disuelve. Demóstenes, condenado 
a muerte, huye a la isla de Calauria, se asila cn el templo 
de Neptuno i allí se envenena para no caer vivo en manos 
de sus perseguidores. 

Demóstenes, volvemos a repetirlo, pasa por el primer 
modelo de oratoria que nos haya legado la autigiiedad. Sus 
sesenta i un discursos, que se conservan, Son un monumen- 
to de concision en la forura i de fecundidad en las pruebas. 
La lójica, el tejido de sus razonamientos, es indestructible, 
Sus discursos están llenos de calor, de vehemencia, i aun 
. Ahora, despues mas de dos mil años, nos hacen sentir las 
impresiones que él mismo esperimentaba. Su diccion es a 
un tiempo magnífica i sencilla, elaborada con un arte su- 
premo, que a veces se deja conocer, pero que siempre en- 
canta i conmueve. 

. Al lado de esos grandes maestros de la palabra florecio- 
ron eh Aténas otros ilustres oradores, cuyas obras, o a lo 
ménos una parte, han llegado hasta nosotros. 





CAPITULO V. 
Literatura griega. 


(TEROER PERÍODO.—DESDE ALEJANDRO HASTA EL SIGLO IV DE 
NUESTRA ERA.) 


1 Alejandría convertida en centro del movimiento literarlo.—-2. Los poe- 
tas de Alejandría.—3, Teócrito.—4. Historia; .Polibio.—5. Strabon.—-6. 
Diodoro de Sicilia i donisio de Halicarnaso.—7. Flavio Josefo.-—8. Plu- 
tarco.—9. Otros histuriadores.—J10, Pausánias i Ptolemeo.—11. Ateneo 
i Diójenes Laertio.—12. Dion Crisóstomo.-——13. Luciano; la novela grie- 
ga.—14, Marco Aurelio.—15. Plotino; Lonjino.—16. Opiano i Babrio, 


1,—Despues de Demóstenes i de Aristóteles, la literatu- 
ra griega cambia de carácter i de direccion. Desde entón- 
ces produjo jenios ménos atrevidos i ménos fecundos, pero 
el progreso de las luces i una civilizacion mas jeneral, com- 
pensan aquella falta. Los jénios inventores se hicieron mas 
raros: pero el espíritu crítico se desarrolló en proporcion 
opuesta. Hasta entónces Aténas habia sido el centro prin- 
cipal de las letras i de las artes: Alejandría, la nueva capi- 
tal del Ejipto, la reemplazó en su influencia. Por su posi- 
cion admirable entre la Europa, el Asia i el África, Ale- 
jandría se hizo'el depósito del comercio del mundo i la 
confluencia de las doctrinas orientales que vinieron a se- 
cundar la filosofía griega. Los Ptolemeos, que reinaron con 
alguna gloria en Ejipto, fomentaron las ciencias i las artes. 
La famosá biblioteca de Alejandría i el Museo, edificio es- 
tenso en que los literatos 1 los sábios mas distinguidos eran 


mantenidos a espensas del estado, fueron el espléndido 


asilo de las letras i de los literatos. La misma abundancia 
del papiro facilitaba la multiplicacion de los manuscritos. 
El papiro es una hermosa planta que crece en Ejipto a 
orillas de los rios i de los lagos, i cuyos tallos, convertidos 


MA. 


. 


52 1 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


en fivisimas hojas envueltas eo forma de rollo, servian 
en vez de papel. 

Bajo un órden semejante, todo concurrió para hacer pre- 
valecer la erudicion sobre el libre desarrollo de las inteli- 
jencias, Así fué como la literatura cambió de carácter, En- 
tónces hubo sábios, tal como los comprendemos en el dia. 
En Alejandría fué trazado el círculo de conocimientos hu- 
manos que era necesario recorrer para aspirar al título de 
hombre de letras. En la corte de los Ptolemeos tambien, la 
proteccion de los principes, si bien contribuyó poderosa- 
mente al desenvolvimiento de las ciencina exactas i natu- 
rales, de las matemáticas, la astronomía, la botáuvica i la 
medicina, produje un mal que se ha desarrollado siempre 
en circunstancias análogas. El espíritu de servilismo se hi- 
zo sentir en la literatura, prostituyéndose Csta hasta cou- 
vertirse en una baja lisonja. 

2.— Los poetas de Alejandría eran sábios, pero carecian 
de imajinacion ide gusto: gastaban mucha paciencia en 
hacer anagramas u otras futilezas del mismo jénero. Bas- 
taria citar a Licofron, autor de algunas trajedias que no 
han llegado hasta bosotroa, i de un poema titulado Casan- 
dra, que se refiere a la guerra de 'Proyu, 1 que solo es 
un largo enigma casi impenetrable en que el poeta oscure- 
ce intengionalmente su pensamiento por perifrasis i por 
alusiones inintelijibles, Apulouio. de. Iúdas, discípulo del 
anterior e ignalmente erudito, compuso un poema fútulado 
Las argonáuticas en que celebra la espedicion de los ar- 
gonautas en busca del vellocine de oro, revistieudo la na- 
rracion histórica con versos bien hechos, con una diccion 
pura 1 con una agradable suavidad de estilo, 1 adoruán- 
dola ademas con descripciones piutorescas, pero sia ha- 
ber podido hacer un verdadero poema. Arato de Sólos, 
que floreció 250 años ántes de J. C., compuso un poema 
didáctico titulado Los fenómenca i las señales, eu que es- 
pone la astronomía 1 la astrolojín, es decir, el curso de los 
astros ¡ su influencia sobre el purvenir. Alguuos pasnjes de 
esta obra revelan un verdadero poeta; pero apesar de ello, 
Arato es solo el mas célebre de esos puetas que tomaron la 
elencia por la poesía. 

3.— En esta época, sin embargo, encontramos un verda- 
dero poeta, en Teócrito de Siracusa, que florecia en el si- 





+ 


HISTORIA LITERARIA.— TIEMPOS ANTIGUOS. 53 


plo TIT ántes de J. C., i que cultivó en Sicilia ¡ en Alejan- 
dría el jénero bucólico o pastoral. Segun la epinion mas 
comun, esta especie de poesía nació en Sicilia. El mas an- 
tiguo poeta bucólico de la Grecia es el pastor Dáfois, que 
vino a ser el héroe de la ¡rasteral artificial, Cumo el tiem- 
po ño ha respetado uingun fragmento de las obras de este 
célebre cantor, Teócrito pasa por el creador i por el padre 
de este jónero de poesia, Se distingue entre todos los poe- 
tas pastorales por su fidelida 1 en la descripcion del paisa- 


je en que coloca la escena, por la pintura de los caractéres : 


¡por la sencilla naturalidad de sus cuagiros., 

De sus obras solo hau Hegyado bhusta nosotros treinta 
piezas poéticas reunidas corí el ubmbre de Idilios, voz que 
orijinariamente significaba pequeños cnadros, poesías lije- 
ras. Como cierto número do las poesías que contiene esa 
recopilacion, 80u cantos bucólicos, la palabra Zdilio ha sido 
consideráda mas tarde como la designncion del jénero pas- 
toral; 1 vulgarmente se constilera a Teócrito como cantor 
de los pastores. Sin embargo, en alguna de esas. poesías, 
tomando alterna:ivamente el tono de la oda i el de la epo- 
peya, su musa se eleva casi tun alto como la de Homero, 

4.—Las conquistas de Alejandro ensancharon el cámmpo 
de la historia. Esta es la época en que floreció Polibio. de 
Meralópolis (205-123), hombre de estado, militar formado 
por Fi'opémen, i uno de los jefes de la liga aquea. A la 
edad de cuarenta años fue conducido a Roma en rehenes 
j permaneció allí diez i siete. Entónces fué el amigo i com- 
pañero de arias «del jóven Scipion Emiliano. Para reunir 
los materiales de la grande obra que proyectaba, hizo via- 
jes a la Galia, a la Iberia i basta al mar Atlántico. Scipion 
hizo que se le permitiera estudiar los libros censualea, rejis- 
tros conservados en el capitolio, i los otros docamentos his- 
tóricos. De vuelta a Grecia, Polibio prestó grandes servicios 
a sus comparriotas | se vpuxo en vano a la guerra contra los 
romauos. Esta guerra estalló cuando él se hallaba con Sci- 
pion en Africa, ea donde asistió a la toma de Cartago. 
Polibio no volvió a Grecia sino despues de la toma de Co- 
riota; 1 entóuces, reducida su patria a provincia romana, 
recorrió el Peloponeso en calidad de comisario, estubleció 
el nuevo réjimen con suavidad, ¡ mereció el reconocimiento 
de los habitantes. Despues de un viaje a Ejipto ia España, 


54 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


en que acompañaba a Scipion, volvió a Acaya 1 murió en 
uva edad mui avanzada de resultas de una caida del ca- 
ballo. l 

Polibio pasó largos años preparando materiales i escri- 
biendo una prolija Historia jeneral que abrazaba los cin- 
cuenta 1 tres años (de 220 a 146) mas notables del desen- 
volvimiento i progreso de la república romana, las guerras 
púnicas i la conquista de Grecia. Desgraciadamente, no nos 
quedan mas que los cinco primeros años de esta historia 1 
algunos fragmentos desligados del resto. Escritor ménos 
puro i elegante talvez que los historiadores que lo habian 
precedido, Polibio era en cambio un hombre de una grande 
honradez i poseia un profundo buen sentido. Jamas la his- 
toria ba sido escrita por na hombre de mas juicio, de una 
penetracion mas profunda i de un criterio mas libre de 
toda preocupacion. Pocos escritores han reunido en mas 
alto grado los conocimientos militares i políticos, i ninguno 
ha llevado mas léjos la imparcialidad i el respeto por la 
verdad. 

5.—Convertida en provincia romana, la Grecia perdió 

asta su nombre; sus vencedores la llamaron Acaya. La 

Grecia ejipcia, es decir, Ja monarquía de los Ptolemeos, 
fué reducida tambien a provincia romana. Toda sombra de 
independencia pereció entónces; pero la literatura griega 
prolongó todavía su existencia durante muchos siglos i 8i- 
guió arrojando vivos resplandores. La historia i la jeogra- 
fía siguieron cultivándose con singular pasion. Stages, 
nacido en Amasea, en el Asia menor, a mediados del pri- 
mer siglo ántes de J. C., estudió en Alejandria i compuso 
unas memorias históricas que no han llegado hasta noso- 
tros, 1 una jeografía, que era el complemento de aquellas, 
Apesar de este propósito modesto, lu jeografía de Strabon 
es una obra mui notable por el número i Ja precision de 
los detalles que contiene, ia veces por el juicio i la pro- 
fandidad de las frecuentes reflexiones que hace sobre la 
historia, Jas instituciones i las costumbres de los diversos 
pueblos. 

6.—Contemporáneo de Strabon fué-Diodoro de Sicilia, 
que en los cuarenta libros de su Biblioteca histórica habia 
resumido todo lo que los historiadores precedentes habian 
escrito sobre el Ejipto, la Persia, la Grecia, Roma 1 Carta- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 55 


go. Mas de Ja mitad de la obra de Diodoro se ha perdido; 
pero la parte que nos' queda es una mina inagotable de he- 
chos i de detalles curiosos que no se encuentran en ningu- 
na otra parte. Bajo el título de Antigiedades romanas, 
Dionisio de Halicarnaso compuso una historia de los pri- 
meros tiempos de Roma, de la cual no conocemos mas que 
una parte notable por su exactitud. 

1 lavio Joselo, pacido en Jerusalen el año 37 de la 
era cristiana, habia tomado parte en la rebelion de los ju- 
díos contra los romanos, despues de haberse opuesto a ella 
con todo su poder. He:ho prisionero, predijo a Flavio Ves- 
pasiano su futnra grandeza; 1 cumplida la prediccion, ob- 
tuvo su libertad, i tomó el sobrenombre de Flavio, para 
indicar que era liberto de aquel príncipe. Acompañó a Tito 
en el sitio de Jerusalen, lo siguió despues a Roma i pasó 
el resto de sus dias al ladu de la familia imperial. Josefo 
compuso varias obras, unas en hebreo, que él mismo tra- 
ducia al griego, como la Historia de la guerra de Judea, 1 
otras que compuso primitivamente en griego, como las An- 
tigúiedades Judaicas. En la primera refiere con gran talen- 
to i colorido la: rebelion de Judea i la destruccion de Jeru- 
salen. En la segunda cuenta la historia del pueblo hebreo 
con grande habilidad, pero suprimiendo de ella o modifi- 
cando todo aquello que, a sn juicio, no da idea favorable 
de sus compatriotas. Josefo escribió tambien su propia 
vida, notable por la claridad i por las noticias que con- 
tiene, 

8.—Pero el mas famoso de los historiadores de esta épo- 
ca así como tambien de todos los escritores de ella, i el 
mas popular de todos los prosadores de la antigiledad, es 
sin duda Plutarco. Nacido en Queronea, en Beocia, el año 
50 de nuestra era, estudió Ja filosofía en Aténas, i viajó en 
seguida. En Roma enseñó la filosofía al emperador Adria- 
no, que le hizo cónsul i gobernador de Jllíria. Vuelto a su 
patria, fué en ella majistrado i sacerdote de Apolo, i ahí 
murió de una edad mui avanzada en medio del respeto de 
sus compatriotas. 1'or sus creencias i por su carácter, Plu- 
tarco fué casi el último representante sério del politeismo 
griego i del espíritu de los tiempos antiguos, 

Plutarco escribió sobre muchas materias. Sus Obras mo- 
rales son un vasto repertorio de anécdotas, de disertacio- 





56 . ELEMENTOS -DE LITERATURA. 


ves i de-consideraciones sobre las materias mas diversas, 
en que se encuentra siempre algo que instruye o que de- 
leita. En sus Vidas paralelas traza las biografías de los 
tas señalados personajes de las historias griega i romana, 
agrupándolas artificiosarmmente de dos en dos por la identi- 
dad de los caractéres para compararlos en seguida; Teseo 
con Rómulo, Licurgo con Numa, “Temistocies con Camilo, 
Avistides con Caton, Alejandra cou Julio César, Demóste- 
nes con Ciceron ¡así otras muchas hasta el número de 
cuarerta i cnatro. Compuso tambien algunas biografías 
sueltas, Como escritor, Plutarco ha sabido revestir: sus 
biografías de una sencillez casi inimitanle, Nos presenta a 
los persenajes no solo en los negacios públicos sino en el 
seno de la familia, i mediante ancedotas no siempre esco- 
Jidas con severa critica, Se distingue particularmente eu la 
pintura de los caractéres; pero exujera la unidad de éstos 
haciendo aparecer a cada hombre como dominado por una 
sola idea, por una pasion esclusiva, o como dechado de una 
virtud perfecta, Plutarco no conoce la infinidad de matices 
que separan la virtud del vicio, Mui poco prolijo como his- 
toriador en ciertas ocasiones, ha consignado, sin embargo, 
en sus biografías noticias históricas de suma importancia i 
ciertos datos que nos dan a conocer algunas faces de la ci- 
vilizacion i de la vida social de los griegos. Sus obras están 
sembradas de máximas morales, hijas las unas de la filo- 
sofín, fruto otras de un patriotismo sincero ¡a veces exa- 
jerado, 

9. — Despues de Plutarco flurecieron muchos otros histo- 
riadores que esciibieron sus obras en griego. Arrinno de Ni. 
comedia, nacido en el segundo siglo de la era cristiana, es- 
cribió, aarte de una obra sobre filosofía, la Historia «ae 
«a espedicion de Alejandro, en que ha imitado el estilo de 
Jenofonte, 1 ha consignado las mejores noticias sobre 
aquellas guerras memorables. Apiano de Alejandria escri- 
bió una historia de las guerras aviles de Roma, en que ha 
trazado el cuadro vigoroso de la corrupcion del imperio. 
Dion Casio escribió una historia romana, de la cual se 

conserva solo una parte, Herodiano es el historiador de un 
perívdo de cincuenta 1 nueve“años del imperio romano, 
desde Marco Aurelio hasta Gordiano el jóven, i ha reunido 
en su libro noticias mui interesantes. Aunque ¡as obras de 





US 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 3 


estos escritorea tengan una grande importancia como do» 
cumentos históricos, i aunque literariamente uo carezcan 
de mérito, son mui inferiores a los grandes mudelos qne 
nos ha legado la antigiiedad en el arte de escribir la his- 
toria, | 

10 —En esta época (segundo siglo de la era cristiana) 
florecieron dos graude jeógrafos. Fuygúnins natural de 
Frijia, compuso una Descripcion de la Grecia, que contiene 
los mas prolijos pormienores sobre las obras de arquitectu- 
ra, de escultura i de pintnra de las ciudades griegas, Clau- 
dio Ptolemeo, natural de Ejipto, aprovechándose de algu- 
nos trabajos anteriores perdidos para nosotros, resumió 
todo lo que los antiguos conocieron sobre la jeugrafía ma- 
temática. Su Sistema de jeografia, apesar de los errotes 
que contiene respectu de la ciencia moderna, es una obra 
monumental de estudio i de observacion. 

11.—Debemos hablar tambien -aquí de dos escritores 
griegos cuyas obras, sin poseer un verdadero mérito litera- 
rio, contienen, sin embargo, importantes noticias para co- 
nocer la literatura i la filosofia de la antigúedad. Hablamos 
de Ategeo i de Diójenes Laertio. 

Ateneo, natural de Náuecratis, en Ejipto, vivia a fines 
del segundo siglo de la era cristiana i principios del 8i- 
guiente, i enseñaba con cierto brillo la gramática 1 la retó- 
rica. Pero su reputacion está fuudada en un libro que com- 
puso con el título de La cena de los súbios. ia esta uha 
obra preciosa por las estensas citas de praudes escritores 1 
poetas, cuyos trabajos nos serian enteramente desconocidos 
sin Ateneo, Esta obra no nos ha llexado completa; pero la 
parte que se conserva, tiene en cierto modo la importancia 
de una historia literaria, ) 

Diójenes Laertio, era orijinario de Laerte, en Sicilia, de 
donde le vino su segundo nombre, i vivia en el sizlo [LI 
de nuestra era. Compuso un libro sobre la vida de los. 
grandes filósofos griegos, en que éstos están clasificados 
en las dos grandes escuelas, la Jónica i la Itálica, dejando 
un libro entero para la filosofía de Epicuro. La obra de 
Diójeues es preciosa por la muchedumbre de hechos i de 
pormenores que nos suministra, i por el gran número de 
pasajes de escritos perdidos que nos ha conservado. Con 
frecuencia crédulo e inexacto, es sin embargo, mui impar- 





58 -— ELEMENTOS DE LITERATURA, 


cial. Su libro, sin ser propiamente un resúmen histórico 
de la filosofía, fué escrito en una época en que la filosofía 
antigua iba a espirar, 1 tiene por tanto una grande impor- 
tancia para la posteridad. 


12,—La retórica i la elocuencia, aunque circunscritas en 
esta época a las defensas jurídicas i a los discursos de ce- 
remonia, puesto que la oratoria de la antigua democracia 
habia enmudecido, florecieron, sin embargo, con mucho 
brillo i alcanzaron una gran boga. Las declamaciones lle- 
paron a ser una parte de Jas fiestas públicas, una necesi- 
ad para el ocio de los ricos, un espectáculo en fin que 
reemplazaba las emociones de las luchas de la elocuencia 
política. 


Fate jénero falso i bastardo hizo célebres a algunos re- 
tóricos de segundo mérito; pero brilló en él un hombre 
que, por su talento i sus virtudes, merecia haber florecido 
en los mejores tiempos de la Grecia. Dion, nacido en Bi- 
tiniá, a mediados del primer siglo de la era cristiana, com- 
puso sobre diversos asuntos de filosofía, de moral i de lite- 
ratura un gran número de discursos i de disertaciones, de 
los cuales han llegado ochenta, que forman un curso com- 
pleto de moral en que domina la doctrina estóica. Trata 
en ellas muchas cuestiones sociales, del destierro, de la 
servidumbre, de la libertad, de las enfermedades morales; 
aborda tambien las cuestiones políticas, i siempre deja ver 
una alma grande e inclinada al bien. 


Dion habia viajado i estudiado mucho, i el estudio habia 
desarrollado su carácter. Estando en Siria, Vespasiano, 
que acababa de ser nombrado emperador, le consultó lo 
que debia hacer en el gobierno: Dion le recomendó que 
restableciese la república. Sus virtudes lo hicieron sospe- 
choso bajo Domiciano: refujióse entónces entre los escitas; 
i allí, cuando se supo la muerte de ese emperador, él in- 
dujo al ejército del Danubio a proclamar a Nerva. En Ro- 
ma llegó a ser el consejero intimo de Trajano; fué elevado 
a altos honores i alcanzó una reputacion sólida de grande 
orador i de hombre probo. Dion pretendia elevar el pa- 
ganismo, espiritualizándolo por la moral, en una épo- 
ca en que tocaba a su fin el culto de los dioses del Olim- 
po. Sus contemporáneos dieron a Dion el sobrenombre de 


r HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS "ANTIGUOS. 59 


Crisóstomo (boca de oro* con que es jeneralmente cono- 
cido, , 

13.— Otro retórico mas brillante o a lo ménos mucho mas 
popular, comprendió tambien en esa época que habia lle- 
gado su término al paganismo; pero en vez de intentar re- 
construir el edificio, como Dion Crisóstomo, se empeñó en 
derribarlo completamente. Era éste Luciano, nacido en 
Samósata en Siria, a mediados del siglo 11 de la era cris- 
tiana. Cultivó la filosofía i la oratoria en Aténas, hizo lar- 

s viajes por el Asia menor, i al fin evseñó la retórica en 
fa Galia. En el reinado de Marco Aurelio obtuvo el cargo 
de intendente de una parte del Ejipto. Entre el paganismo 
que desaparecia, i el cristianismo, combatido todavía por 
Jos poderosos, hubo en aquel siglo muchos espiritus escép- 
ticos e indolentes que veian sin inmutarse la lucha entre la 
civilizacion antigua i el elemento nuevo que habia de mo- 
dificarla. Luciano es el mas ilustre ejemplo de esta espec- 
tante neutralidad. Indiferente a todos los sistemas filosófi- 
cos entónces en boga, no vió en ellos mas que su lado 
débil, el que se prestaba al ridículo. Escritor esmerado i 
elegante, espíritu sarcástico i burlon, Luciano es uno de 
los tipos mas orijinales que nos ha legado la literatura an- 
tigua, Casi todas sus obras tienen la forma de diálogos, 
que son verdaderas conversaciones, realmente dramáticas, 
que dejan ver el injenio picante i la sátira acerada de Aris- 
tófanes. La avaricia de los viejos, los chascos de los busca- 
dores de herencias, la credulidad del vulgo, el énfasis de 
los retóricos, la arrogancia de los filósofos son para él 
fuentes inagotables de finísimas burlas i de agradables lec- 
ciones. Bajo apariencias testivas 1 lijeras, Luciand encierra 
un profundo buen sentido. Se le ha llamado el Voltaire de 
su tiempo; i en efecto, es difícil encontrar dos jénios que 
ofrezcan mayores semejanzas. 

Luciano no atacaba solo a los filósofos: de sus burlas 
no se escaparon los dioses del Olimpo. Sus Diálogos de los 
dioses i los de los muertos son la sátira mas atrevida i feliz 
que se haya hecho del paganismo. Los dioses están despo- 
jados allí de todo prestijio, i aparecen como hombres auni- 
mados de todas las pasiones, dejando ver sus rivalidades, 
sus amores, su cólera i sus tribulaciones domésticas. Lucia- 
no hizo tambien del cristianismo el objeto de sus ataques; 





60 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


pero sus dardos vagos e "nciertos, van dirijidos contra un 
fantesma, que no €es la relijivn cristiana, que era toduvía 
mal conocida, 

Las obras mas populares de Luciano son quizás sus no- 
velas, Este jénero literario no era co mpletamente descono= 
cido a los griegos. Los filósofos habian empleado la na- 
rracion de hechos fubuloses para divulgar sus ideas, La 
Ciropedia de Jenofonte, la Atlántida de Platon, ulegoria 
en que este filósolo espone sus teovríns políticas 1 sociales, 
algunas de las disertacie nes de Dion Crisóstomo i muchas 
otras obras de la antigúedad, son verdaderas novelas de 
un carácter filosófico. Con el titulo de biografías de Ho- 
mero, de Esopo 1 de otros personajes, se compusieron ver- 
dnderas novelas llenas de aventuras de pura imajinacion. 
Pero los griegos conocieron tambien novelas de otro jénero, 
cuentos de un carácter amoroso, ordinariamente libres, que 
sin duda se conservaban solo en la memoria, i que se su- 
ponian orijinarios de la rica i voluptuosa Mileto, de donde 
les vino el nombre de Cuentos milesios. Un tal Aristides 
de Mileto, acerca del cual se ignora hasta el A 
vivió, renvió algunos de esos cuentos en un libro, que no 
ha llegado hastn nosotros. Fueron tambien comunes lus 
historias maravillosas de metamorfosis, o transformaciones 
de hombres en plantas o en animales, ¡los viajes'a paises 
desconocidos 1 muchas veces fabulosos, llenos de aventuras 
purtentosas. Luciano compuso uba obra en cada uno de 
estos dos jéneros en que brilla su talento. Lucio o El 4As- 
ro es la historia de la transformacion de un hombre en as- 
no por medio de un hechizo. Las aventuras de ese asno, 
que terminan por su vuelta a su estado de hombre, forman 
una novela sumamente divertida, pero empañada por la 
libertad excesiva de algunos pasajes. La Historia verda- 
dera es la relacion de un viaje imajinario en que el autor 
recorre paises desconucidos 1 maravillosos, visita los astros, 
toma parte en las guerras que sostienen sus hubitantes, i 
permanece siete meses en una isla en que viven los gran- 
des hombres de la antigiiedad, En ámbas novelas dumina 
el espíritu burlen i escéptico de Luciano. | 

14.-— Hemos dichos que Luciano contribuyó poderosa- 
mente con sus burlas a' desprestijiar el politeismo griego, 


Su protector Marco _Aurclin-ayudó a esta obra con su tole- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. GA 


rancia ilustrada, mediante la cual la filosofía derrocaba 3 
los dioses del Olimpe, miéutras el cristianismo se-estendia 
i asentaba. Aquel filósofo, coronado emperador romano, 
tiene tambien un lugar entre los escritores griegos, J'or- 
mando en la escuela de lus filósofos e»tólcos, Marco Au- 
relio probó al parecer la verdad de una profecía de Pla- 
ton que hacia del reinado de la filosofía la condicion de 
la felicidad de los pueblos, Ademas del recuerdo de sus 
virtudes, ha dejado uu libro admirable que contiene las 
observacioues morales que escribia para su propio uso, 
Los Pensamientos de Marco Awrelio son Mmáxinias Mmora- 
les que escribia en griego para sí mismo li sia lutancion de 
hacerlas públicas, lóse libro está inspirado por la moral 
mas elevada 1 pura que nos la legado la antigiiedad pro- 
fana. | 

Otro emperador romano, Juliano, denominado el após- 
tata, escrilió tambien en griezoyen un estilo brillante, 
con el proyecto quimérico de conbatir el cristianismo i da 
rejenerar el politeismo esplicando sus absurdos por medio 
de una interpretacion mística e inaceptable, 

15.—La filosofía sufrió en esta época las mismas vicisitu- 
des de resurrección i de decadencia, El contacte de las 

ctrinas orientales con la filosofía griega, 1 la fusion que 
se operó entre estos dos elementos eu la escurla de Ale- 
jandría, produjeron una revolucion de la cual el mas no- 
table representante fué el ejipcio Plotino, que florec:ó 
en-el siglo 11I de la era cristiana. Plotino como jefe 
de la escuela neo—platónica, trató de tefundir lus doc- 
trinas de Platon 1 de Aristóteles con las doctrinas orieu- 
tales. | 

Plotino se ocupó tambien en estudiar la cuestion de lo 
helTo, definiendo esta idea como el esplendor de lo verda- 
dero. Ya Platon habia iniciado el estudio de estas cuestio» 
nes dando oríjen a la ciencia denominada estética, Plotino 
adelantó sus teorías: pero un discípulo suyo, el sirio Lon- 
jino, que enseñó la retórica en Aténas, la adelantó estraor- 
dinariamente. De las muchas obras de Lonjino, solo nos 
quedan algunos fragmentos, i como dos tercios de su Zra- 
tado de lo sublime, que sirven de fundamento a su renon.- 
bre. Es éste un exámen elegante e injenioso de los ele- 
mentos ji de los mudelos de sublimidad en oratoria 1 en 


62 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


poética, en que sin embargo no se ha estudiado filosófica- 
mente el orfjen de lo sublime, 

16.—En estos siglos de decadencia de la literatura grie- 
ga, la poesía casi yo se deja entreveer. La poesía lírica no 
presenta ninguna huella. La trajedia i la comedia no figu- 
ran ni aun de nombre. Al mismo tiempo que unos jéneros 
perecen otros se alteran i debilitan. Así, los ensayos épi- 
cos, que casi nos son desconocidos, son simples tratados 
cronolójicos o jeográficos, en que se encuentra alguna cien- 
cia, i una falta casi absoluta de inspiracion. 

En el jénero descriptivo, floreció sin embargo un poeta 
que merece recordarse. Opiano de Cilicia, contemporáneo 
de Marco Aurelio, compuso Tor Poemas, bno sobre la pes- 
ca i otro sobre la caza. El primero, interesante por los co- 
nocimientos de historia natural que encierra, es tambien 
notable por la elegancia i la pureza contínua del estilo. 
El segundo es inferior. Se crée con algun fundamento que 
cada una de estas dos obras sea de un poeta distinto. 

Se coloca tambien en esta última época de la literatura 
griega el nombre de un poeta, de cuya vida ¡ de cuya pa- 
tria no se tiene las mas remota noticia. Babrio, este es su 
nombre, es autor de una recopilacion de fábulas griegas 
del jénero esópico, desconocidas durante muchos siglos, 
que se suponen escritas en tiempo de Augusto, i que solo 
fueron encontradas en 1840, en un monasterio del monte 
Atos. Algunas de estas fábulas son pueriles i obscenas; 
pero a veces se elevan a la verdadera poesía; i mas de una 
de esas narraciones es una pequeña obra maestra, 

Las letras griegas no desaparecieron con estos escrito- 
res. La lengua de Homero i de Platon sirvió todavía a 
nuevas jeneraciones de prosadores i de poetas; pero éstos, 
aunque herederos del jénio helénico, forman parte del perio- 
du denominado bizantino. 





CAPÍTULO VI. 


Literatura romana, 
(PRIMER PERÍODO: DESDE LOS TI£MPOS PRIMITIVOS HASTA 
CÉSAR 1 CICERON.) 


1, Carácter joneral de la literatura romana.—2. Primitivos monumentos 
literarios, anteriores a la importancia del gusto griego.—3. Livio An- 
drónico i Nevio.—4. Enio.—5. La comedia: Plauto i Terencio.—6. La 
sátira. —7. Historiadores: Caton.—8. La elocuencia i la filosofía. 


1.—Los griegos, como hemos visto, recibieron del orien- 
te la herencia de las doctrinas ejipcias e indianas, pero las 
impregnaron de un espíritu nuevo, i crearon formas pro- 
pias, de modo que con justo título se les puede llamar 
creadores. Otros pueblos, esencialmente imitadores, se 
contentan con marchar siguiendo la huella de sus predece- 
sores. Los romanos deben ser considerados en este segundo 
rango. Consagrados enteramente a la guerra i a la con- 
quista, cuando pretendieron tener literatura i artes, se 
contentaron con imitar a los griegos. Solo crearon la sátira 
i la epístola poética, o a lo ménos la forma de estos dos 
jéneros. Pero aun reconociendo esta falta de orijinalidad 
de la literatura romana, es menester jr a buscar entre sus 
escritores los modelos mas perfectos del arte de la imita- 
cion, i aun en ellos se percibe la influencia de las costum- 
bres del mas orgulloso i el mas atrevido de todos los pue- 
.blos del mundo, y 

A la época de la fundacion de Roma habia en la Italia 
tantas lenguas como pueblos diferentes, los celtas al norte, 
los etruscos en el centro con los samnitas ¡ todas las tri- 
bus oscas. Las colonias de la Grecia estaban al sur. Todas 
cestas razas diversas se ajitaban en Italia cuando Roma 
, 6 





64 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


emprendió su grande obra de monopalizacion i de conquís- 
ta. La lucha fué larga, pero la victoria destruyó la lengua, 
la libertad, las costumbres de los veneidos. Roma en su 
carácter de conquistadora, se lo aproptó tado, i lo convirtió 
en provecho del progreso de su pre pia civilizacion. La len- 
gua osca, nacida de la misma fuente del idioma de los 
griegos, vino a ser el foco i el principal elemento del latin, 
modificado, sin embargo, por otros elementos, i particular- 
mente por la lengua griega. 

2.—Ul período de quinientos años que precedió a la im- 
portacion de la literatura griega en Roma no ha dejado 
mas que recuerdos ogcurosi fragmentos incompletos, Agri- 
cultores i relijiosos en su p¡»incipio, los romanos dejan 
traslucir este doble oríjen en su poesía primitiva. Con mo- 
tivo de la institucion de los 4Arcales, se compusieron Jos 
primeros cantos tradicionales que han llegado basta noso- 
tros. Los hermauous Arvales formaban una corporación de 
doce sacerdotes que todos los años, a principios de la prima- 
vera, paseaban en los campos un cerdo lechon para obtener 
la proteccion de los dioses. Los eruditos modernos, ven= 
ciendo grandes dificultades, han alcanzado a interpretar 
los fragmentos que nos quedan de aquel canto, i se ha re- 
conocido que es una de esas plegarias que los labradores 
de todos los paises dirijen al cielo para pedir que caigan 
sus dones sobre los campos. 

Los cantos de los sacerdotes Sálios, llamados Azamen- 
ta, se refieren tambien a las ceremonias relijiosas. El fervor 
se espresaha en ellos por una especie de delirio obligado i 
por danzas acompañadas de cantos ¡ de ceremonias estra- 
vagantes, Esos cantos estaban compuestos en un idioma 
que no se entendia en tiempo de Horacio. Ciertas invecti- 
vas satiricas dirijidas por los soldados a las triunfadores, 
ciertas fiestas de los campos celebradas en los alrededores 
de lus ciudades, daban tambien lugar a bailes en que se 
mezclaban los cantos llamados fesceninos, i a diálogos que 
tevian alguna apariencia dramática, Tal es el oríjen que se 
atribuye al gusto escénico de los romanos. Los diálogos 
estaban compuestos en versos saturnios, horribles a jui- 
cio de Horacio, i sobre cuyo artificio métrico discuten 
mucho los eruditos. Á fines del siglo 1V, úntes de Je- 
sucristo, la introduccion en Roma de danzantes i de actu- 


HISTORIA LITERARIA.—TÍIEMPOS ANTIGUOS. 65 


res etruscos dió una forma mas regular a estos elementos 
gTORerOs. 

Desde esa época se sintió la necesidad de reunir en una 
especie de catálogo los hechos i los nombres .relativos a la 
política ¡a la relijion. Se habla de trabajos de este jénero 
atribuidos a Nama Pompilio, que nos son desconocidos, 
como lo son igualmente los trabajos de sus sucesores, Se 
recuerdan tambien Jos primeros cuerpos de leyes, algunos 
de los cuales remontan al tiempo de la monarquía. A prin- 
cipios del siglo 1V, sierdo necesario poner ¿rien en esas 
disposiciones, 1 adaptar la lei a las instituciones republica- 
nas, los decenviros, despues de haber recojido una copia de 
las leyes de Aténas i de las otras cindades, publicaroa la 
lei de las Doce Tablas, córigo compacto que fué enseñado 
a los jóvenes. Otras leyes po-teriores manifiestan los pro- 
gresos rápidos que hizo el jénio romano reglamentando lus 
relacionea de la vida social. 

Parece fuera de duda que durante muchos siglos la hin- 
toria de Roma estuvo confiada ul gran pontífice, el cunl 
arecojia, dice Ciceron, todos los acontecimientos de cada 
año ¡los escribia en una tabla blanca, que esponia en sn casa 
a fio de que el pueblo pudiese consultarlos.» Estos libros 
contenian solo algunas notas, añadidas a los nombres de 
los majistrados de cada año, i¡ una meucion lacóuica de los 
hechos estraerdinarios, en forma de cuadros cronolójicos, 
De manera, pues, que la historia que nació en Grecia de 
la poería, tuvo en Roma «u orfjen en una especie de calen- 
dario. 

Á estos antiguos monumentos deben agregarse algunas 
joscripciones «destinadas a recordar importantes hechos 
históricos. Puede sefialarse entre éstas la inscripcion de 
la columua de Duilio, elevada en memoria de la victoria 
naval alcanzada sobre los cartajineses en 260, i las iuscrip- 
ciones de las tumbas de los Scipiones. La historia no re- 
cuerda otras producciones literarias de lus romanos ante- 
riores a la época en que se hizo sentir la influencia griega. 

3.—Las primeras conquistas «dle los romanos estrecharon 
aus relaciones con los griegos i les presentaron la ocasion 
de conocer el arte ila literatura de aquella gran nacion. 
Los romanos la imitaron; pere los primeros escritores lati- 
uos fueron griegos de nacimiento; ¡al trasportar a Roma 


66 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


la literatura de su patria, cultivaron i perfeccionaron la 
lengua de sus conquistadores, 
-— Elsurde Italia estaba poblado por colonias griegas, 
Los antiguos conocian esa rejion con el nombre de Magua 

Grecia, i sus habitantes hablaban el griego. Cuando Taren- 
to cayó en poder de los romanos, fué llevado a Koma un , 
prisionero llamado Androníco, que en el repartimiento ca- 
yó en poder del cónsul Livio Salinátor. Ese prisionero co- 
meuzó en Roma la gloriosa falanje de esclavos sábios, que 
rescataron su libertad por medio de su talento; i como los 
demas libertos, tomó el nombre de Livio Androníco, Cul- 
tivó diversos jéneros literarios: compuso himnos relijiosos 
i tradujo en versos latinos la Odisea de Homero. En el 
siglo III ántes de nuestra era, Andronfco hizo representar 
en esa ciudad la primera pieza teatral, sirviendo él mismo 
de actor. Compuso cerca de veinte obras dramáticas que no 
han llegado hasta nosotros, pero que desarrollaron entre 
los romanos el gusto por este jénero de composiciones. 

Casi a la misma época otro griego de Jtalia, Cneo Nevio 
natural de Campania, segun se crée, que acompañó al ejér- 
cito romano en la primera guerra púnica, tradujo en ver- 
sos latinos la Epopeya de Chipre de Stasino, 1 escribió al- 
gunas obras dramáticas imitadas del griego, en que eri- 
ticaba con tanta dureza las costumbres romanas que se 
atrajo el odio de la aristocracia, i fué castigado con pri- 
sion i destierro. Nevio murió en Útica (en África) el año 
550 de Roma. De sus obras solo han llegado hasta noso- 
tros algunos fragmentos que no bastan ¡para dar una idea 
de su talento. 

4,—Pero el mas célebre de todos estas poetas enciclo- 
pédicos fué Quinto Lnio, griego de Italia como sus aunte- * 
cesqres, 1 soldado”“8rEr ejército romano. Amigo de Caton 
el antiguo 1 de Scipion el mayor, vbtuvo los derechos de 
ciudadano romano i vivió en la capital de la república 
honrado por 8u ciencia i por su talentos. Segun Quintiliano, 
Enio es el inventor de un jénero nuevo de poesía, la sátira, 
si bien los griegos conocieron la eseucia de ésta i la culti- 
varon en sus comedias. Como autor trájico, Enio imitó a 
Eurípides, manifestando, sin embargo, cierto desdea por 
los dioses del paganismo. Peru, la obra mas notable de 
Enio, es una grande epopeya escrita en versos hexáne- 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 67 


tros con el nombre de Anales. En ella la historia romana 
estaba revestida con formas poéticas i vigorosas; pero, a 
juzgar por los fragmentos que nos quedan, le faltaban 
muchos de los carácteres del verdadero poema épico. 

Lacuvio, sobrino de Enio, i Accia, escritor del segundo 
siglo ántes de la era cristiana, tultivaron tambien la traje- 
dia con aplauso de sus contemporáneos, pero con poca oriji- 
nalidad. Los trájicos romanos apénas pusieron enjescena los 
grandes recuerdos de su patria. En lugar de emplear para 
sus trajedias las magníficas figuras de Camilo 1 de Lucre- 
cia, prefirieron de ordinario los grandes personajes de la 
antigua Grecia. Se contentaron con retacár el drama grie- 
go: Jo tiñeron de énfasis i lo desnaturalizaron. Las belle- 
zas declamatorias reemplazaron a los sencillos acentos de 
la pasion i del heroismo. 

5.—Hasta la época en que la comedia nueva de Aténas 
fué importada a Roma, no se conocian en este pais otras 
diversiones de esa especie, que la poesía fescenina, i las 
atelanas. Eran los primeros ciertos versos licenciosos can- 
tados en algunas fiestas privadas, particularmente en las 
fiestas nupciales. Estos cantos tuvieron su oríjen en Fesoe- 
nia, ciudad de Etruria, donde eran el acompañamiento de 
las fiestas campestres. La lei de las Doce Tablas prohibió 
espresamente que en esos cantos licenciosos se introduje- 
sen las injurias personales. Las atelanas eran especies de 
comedias informes, nombradas así de Atela, ciudad de los 
Oscos, en que fueron inventadas. En Roma, eran ejecuta- 
das por jóvenes de buena familia que las perfeccionaron., 
Se las representaba ordinariamente despues de una traje- 
dia, i servian solo para producir la risa por sus bufonadas 
ordinarias i grotescas. Estas farsas fueron abandonadas a 
la plebe desde que la Grecia vencida llevó a Roma sus 
elegantes espectáculos. 

La comedia griega fué trasplantada a Roma por Livio 
Androníco, el mismo que habia importado la trajedia. 
Desde entóuces, la poblacicn ilustrada no quizo mas que 
piezas griegas. Sin duda, algunos poetas pensaron compo- 
ner sobre este modelo comedias verdaderamente romanas, 
pero no se conoce el resultado de sus ensayos. Todas las 
piezas que conservamos de Plauto i de Terencio están mo- 
deladas tan fielmente sobre las comedias griegas, que casi 


683 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


se las puede considerar como simples imitsciones, por mas 
que ámbos autores hayan impreso en ellas el sello de su 
propio jenio, La sociedad griega se ofrece siempre a nues- 
tra vista, 1 la escena pasa ordinariamente en Aténas. 
—Plauto (227-183) nacido en la Umbria, floreció en la 
época de la segunda guerra púnica. Autor, actor i empre- 
sario de teatro, conoció casi todas las condiciones de la vi- 
da. Fué rico, i se vió tambien obligado a servir a un mo- 
linero. En medio de su desgracia, continuó trabajando para 
el teatro, que lo colmó de gloria. Con el nombre de Plautr, 
los romunos conocian mas de ciento treinta cumedias, pero 
los mas distinguidos grámaticos solo reconocian veinte i 
tres como autéuticas. Hasta vosotros ban llegado veinte 
que dan a conocer de una manera completa el jenio de en- 
te autor. Baj: furnias tomadas a los escritores de la cume- 
dia nueva de Grecia, Plauto conserva el cuadro de la vida 
interior de Roma, Atacando los vicios de todas las clases 
sociales, supo sin embargo, evitar el resentimiento de los 
grandes i complacer a los pequeños. Para agradar a todos, 
ha unido una eleganeia esquisita a los traspertes de su 
licenciosa alegría. Es un poeta culto que combina un plan 
injenioso con caractéres bien estudiados, i los desarrolla 
en diálogos llenos de animacion i de alegría; pero empaña 
estas dotes cun las groserías que estabun destinadas a 
arrancar los aplausos del populacho, i que le merecieron 
las censuras de Horacio i de muchos críticos posteriores. 
'lauto, apesar de este defecto, ha proporcionado modelos 
Menos de observacion i de colorido a los mas ¡ilustres esorí- 
tores del teatro moderno. Moliére ha imitado el Arfitruon 
del pocta latino; 1 la Aulularia le sirvió de tipo para la 
composicion del Avaro. 
rencio (192-159 ántes de J. C.) tevia nueve años 
cuando murió Plauto, Como la mayer parte de los intro. 
ductores de la poesía dramática en lloma, Terencio no era 
de oríjen latino. lira natura] de Cartago; pero robado mui 
JÓVED por unos piratas, fué vendido como esclavo i al fin 
llevado a Roma eu esa humilde condicion, Su amo, el se- 
nador Terencio Lucano, le. dió la libertad i una educacion 
liberal. Su talento le valió la amistad de Jos hombres mus 
dietinguidus de su tiempo. Mucho mas culto que Plauto, 
Terencio es el poeta de la jente ilustrada. Las huellas de 





- HISTORÍA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 69 


la literatura griera, son evidentes en las seis comedias que 


nos ha dejado. Menándro sobre todo es el modelo que Te- 
rencio se ha propuesto imitar, Su procedimiento erdinario 
consiste en refundir dos o mas piezas de aquel autor en una 
sola, de donde resulta una doble intriga i una complicacion 
de incidentes que, si no prueban mucha invencion, aumen- 
tan el interes de la comedia, Su gran mérito está en la 
verdad de los caractéres 1 de las costumbres, en la pureza 
ten la elegancia del estilo. , 

Despues de estos, florecieron otros poetas cómicos, al- 
gunos de los cuales son mui elojiados por Horacio i por 
otros escritores latinos; pero sus obras nos son conocidas 
solo por tan pequeños fragmentos que no bastan para iu- 


-ferir si las alabanzas que les tributaron sus contemporá- 


neos i sús sucesores eran verdaderamente justas. 

6.—La sátira fué el jénero verdaderamente nacional en 
la literatura romana. La sátira de los griegos era la come- 
dia con su intriga, sus actores i sus diálogos. La sátira no- 
mana no tenia nada de eso: fué una diatriba violenta con- 
tra ciertos personajes o contra los vicios i lhs ridieuleces 
de la sociedad. 'Tomaba indifereutemente todas las formas 
métricas. Enio fué el primero que la cultivó. El nombre de 
Ja sátira, que por una casualidad se asemeja a-la denomina- 
cion griega del drama satírico, en que aparecian los sátiros, 
proviene del adjetivo latino satur, harto, repleto. En tiem- 
po de la cosecha o de las vendimias, se ofrecia a Céres i a 
Baco un jarron lleno de frutas de toda especie: esto era lo 
que se llamaba lunz satura, fuente en que están mezcladas 
las primicias. La facilidad que Enio tenia para admitir en 
este jénero todas las especies de ritmos i de metros le hizo 
dar el nombre de sátira, i la lengua romata consagró esta 
denominacion, Por la misma razon se llamó lex satura, 
una lei que contenuia muchos títulos sobre diversas mate- 
rias, 

Paucuyjo, el sobrino de Enio, hizo tambien sátiras; pero 
el mas célebre escritor de exte jénero ántes de Horacio fué 
Cayo Lucilio, caballero romano, que compuso treinta libros 
de in ErS0Idado en España, bajo las órdenes de Scipion 
el Africano, amigo de éste i de los hombres mas distingui- 
dos de su tiempo, Lucilio conoció la parte mas ilustre de 
la: sociedad romana i pudo censurar los vicios despues de 





70 | ELEMENTOS DE LITERATURA. 


una observacion atenta. Sus obras no han llegado hasta 
nosotros; pero Horacio i Quintiliano, que las conocieron, 
les tributan grandes elojios. El primero le concede mucha 
finura i urbanidad, una gran pureza de diccion, un exce- 
lente juicio en la eleccion de los vicios i de las ridiculeces 
que atacaba. 

7.—La historia tuvo un desarrollo ménos brillante en 
este largo período. Comenzó a aparecer en el siglo 111 án- 
tes de J. C.; i aun los primeros historiadores escribieron en 


griego. Quinto Fabio Píctor, que fué el primero que se sir- 
vió de la lengua ná , vivia en tiempo de la segunda 


guerra púbica; pero sus obras no mos son conocidas sino 
por pequeños fragmentos. Despues de éste, el célebre Ca 


ton el autiguo, denominado el Censor, compuso en síeta" 


Tibros los Orijenea de Roma. El conocimiento que poseia 
de los hechos que señalaron los primeros tiempos de su pa- 
tria, 1 eu posicion personal en medio de Jos negocios públi- 
cos, debian dar a este libro un alto interes histórico; pero 
desgraciadamente solo conocemos algunos fragmentos. Ca- 
ton escribió tambien muchas obras didácticas sobre la edu- 
cacion i sobre el arte militar; pero solo se conserva.un tra- 
tado de agricultura titulado De re rustica, monumento cu- 
rioso de la lengua, de las costumbres ¡ del carácter roma- 
no, del cual Caton es la espresion mas vigorosa. 

En los historiadores de los tiempos subsiguientes se en- 
cuentran citados los nombres de muchos escritores que 
compusieron libros de historia. Silg mismo escribió sus 
memorias. Pero todas esas obras son perdidas para n0B0- 
tros. 

8.—Desde la espulsion de los reyes la elocuencia fué 
mui honrada en Roma, porque la constitucion republicana 
necesitaba oradores. Como en Aténas, la oratoria era en 
Roma el oríjen de la popularidad i llevaba a los honores 
ia la fortuna. Ciceron nos ha dejado áridas nomenclaturas 
de oradores romanos. En la historia de Tito Livio, se en- 
cuentran hermosísimas arengas embellecidas con todos los 
recursos del arte oratorio; pero es mui probable que el 
historiador tenga una parte principal en esos discursos. 
Desgraciadamente, no conocemos otras muestras de la ora- 
toria latina de aquella época. 

La filosofía hizo progresos mucho mas tardíos. En los 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 71 


primeros tiempos de la república, la filosofía era dei todo 
desconocida. La antigua austeridad de las costumbres ro- 
maánas no la aceptaba porque la creia peligrosa para el es- 
tado i para la relijion, La introduccion de una ciencia que 
enseñaba el pró i el contra i que hacia alternativamente el 
elojio i la sátira do la virtud, alarmó a los senadores i par- 
ticularmente a Caton el Censor. Pero la juventud romana 
se dejó arrastrar por sus lecciones, i en breve se propagó 
el entusiasmo por la nueva filosofía, Luego llegaron otros 
estranjeros; i apesar de las frecuentes prohibiciones del 
senado, el gusto por la filosofía i particularmente por las 
doctriñas que enseñaba la escuela estóica, adquirió un ver- 
dadero predominio en Roma, 

En este largo período de seis a siete siglos, todos los jé- 
neros literarios habian sido cultivados en la lengua latina; 
pero el jénio de Roma esperaba todavía el siglo de Augus- 
to para ostentar todo su brillo i gu vigor. 9 


CAPÍTULO VII. 


Literatura romana. 
(SEGUNDO PERÍODO; DESDE CICERON 1 CÉSAR HASTA FINES DEL 
SIGLO DE AUGUSTO.) 


1.—Importancia literaria de este segundo perí: do.—2. Lucrecio.—3, 
- — Cátulo.—4. Virjilin.—5. Horacio.—6. Ovidio,—7. Tibulo i Propercio. 
—8. Publio Siro.—9. Varron —10. César —11. Cicercn —12, RBalustio 
3 Cornelio Nepote.—13. Tito Livio —14. Prematura decadencia de las 
le:ras latinas. 


1.—El retórico Apolonio Molon decia a un jóven que 
escuchaba sus lecciones en“Ródas: «Te alaba 1 te admiro; 
yero lloro la suerte de la Grecia viendo que la sola sope- 
rioridad que nos queda, Ja del saher i de la elocuencia, va 
u pasar contigo a los romanos.» Este jóven era Ciceron, el 
jénio mas vasto i mas brillante que produjo la literatura 
latina. 

Esas palabras envolvian un doble pronóstico, la futura 
grandeza de Ciceron i la revolucion literaria que iba a ope- 
rarse. Roma, conquistadora del mundo, recibió de los ven- 
cidos los primeros eleméntos de su literatura; pero, Una 
vez que su jénio. de desarrol:ó por medio de la imitacion, 1 
aunque las letras romanas quedaron siempre sujetas a la 
influencia griega, alcanzaron éstas a un alto grado de es- 
plendor, comparable solo al brillo del siglo de Pericles. 

En el primer periodo de la liveratura romana, la grande 
obra de los escritores habia sido la formacion del lenguaje; i 
como de ordinario no se creun a la vez la lengua i las 
ideas, las traducciones habiun sido numerosas. La Grecia 
habia suministrado a Roma su rica coleccion de obras 
maéstrus; habia pensado por los romanus, cuyo idioma ¡n- 





- HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 73 


completo, no permitia grandes progresos literarios, Pero 
una vez que se fijó la lengua, la imejinacion tomó vu-lo, 1 
las grandes creaciones poéticas no se dejaron esperur, El 
ascendiente de los estudios griegos, que la juventud romana 
seguia en Aténas 1 eu Ródas, como complemento indis- 
peusable de toda educacion bieu hecha, cultivó los espíritus 
1 depnuró el gusto. 

Este segundo- perívdo tiene para la posteridad una im- 
portancia especial. De los antiguos escritores latinos, casi 
no nos quedan mas que algunas citaciones sin importacia 1 
los testimonios lisonjeros de los hombres que vinierou 
despues de ellos. En el período que vamos a recorrer, la 
epopeya, la poesía didáctica, la sátira, la oda, la historia i 
la elocueneia se hau conservado hasta nosotros, salvándoge - 
usí del olvido en que cayeron las obras de la mayor parte 
de sus predecesores. 

2. Enero señala el principio de este segundo período, 
Nació en Roma 95 años áutes de J, C., i, segun se dice, 
se dió la muerte a la edad de cuarenta 'i cuatro años. Se 

=)ha escrito que Lucrecio era loco i que en los momentos 
Júvidos compuso su gran poema. Esta tradicion es del tu- 
do inadmisible, El poema de Lucrecio, formado de seis 
cantos, en que el asuuto se desenvuelve hábilnrente, i titu- 
lado De natura rerum (De la naturaleza de lus eosas), 
está tan estrechamente entrelazado, que no puede ser el 
fruto de un cerebro enfermizo. Contiene una esposicion 
completa del sistema del filósufo griego Epicuro, esplicado 
prolijamente en to.dos sus detalles, i tal como no nos lo da 
a couocer vinguna otra obra de la autigúedad. El objeto 
del poeta es traaquilizar a los hombres suprimiendo los 
temores i las esperanzas en la vida futura i en los dioses 
del paganismo, i concluyendo en una especie de punteismo 
¡en la materialidad del alma. Apesar de la aridez del sis- 
cema que desarrolla en su poema, Lucrecio ha sabido ha- 
terlo interesarte con la introduccion de episodios oporfunoe, 
de brillantes descripciones 1 de cuadros admirables. Su 
pintura de los estragos de la peste, de la creacion de las ar- 
tes 1 de los primeros descubrimientos de lu industria, dejan 
ver uu gran poeta. Su horror por los absurdos sanguina- 
rios del paganismo, il su eutusiasmo por el espectáculo de 
Jas fuerzas naturales, le inspiran rasgus de la mas rica 














> 


7% ELEMENTOS DE LITERATURA. 


sublimidad. Le faltan a veces armonía i elegancia; sin 
embargo, en sus descripciones 1 en sus: cuadros se halla 
una gracia vigorosa i natural que agrada infinito. Su esti- 
lo didáctico.es seco como si buscara solo la lójica del ra- 
ciocinio; de tal manera que las teorías físicas 1 filosóficas 
desarrolladas en su. libro parecerian dirijidas únicamente 
para alcanzar el convencimiento, si no se hallaran revesti- 
das de las formas poéticas con que el autor se propone 
agradar. El poema de Lucrecio, aunque ménos conocido 
que otras obras poéticas de los romanos, es considerado 
por eminentes críticos la mas preciada joya de la literata- 
ra latina; i jeneralmente ge Je estima éomo el mas notable 
de los poemas didácticos. 

3.—Sn contemporáneo Cátulo cultivó mui diversos jé- 
neros de poesía, Nació en el norte de la ]talia, 86 años 
ántes de J. C. i murió a los treinta de edad, dejando un 
nombre inmortal en las letras romanas. Es el primero de 
los poetas latinos en el jévero erótico i lijero. En el epi- 
grama, no tiene otro rival que Marcial, que vino despues 
de él; i en la elejía abrió el camino a Ovidio, a Propercio i 
a Tíbulo, como lo abrió a Horacio en la oda, Dos de sus 
poemas, Atis i las Bodas de Tétis i Peleo, ofrecen bellezas 
dignas de Virjilio. Las obras de Cátulo poseen una gra- 
ciosa naturalidad, i una sencilla elegancia. En sus poesías 
de corta estension, ha distribuido a manos llenas la sal 
ática, la gracia injeniosa, el sarcasmo amargo, i la delica- 
deza de sentimientos. Su espresion es a veces cruda, como 
sus epigramas son en ocasiones groseros; pero estos defec- 
tos son el fruto de una época en que el libertinaje era de 
buen tono en Roma. 

4.—Pero el mas grande de los poetas de este siglo, i el 
príncipe de los poetas de Roma, es Virjilio Maron, nacido 
en Mántua, en el norte de Italia, el año 70 ¿nfeste J. C. 
i muerto a la edad de 52 años. Virjilio fué favorecido por 
Au gusto, i llevó una vida tranquila i feliz. Dedicado a las 
pacíficas faenas de la agricultura, cultivó con buen éxito 
tres diferentes jéneros de poesía, el pastoral, el didáctico i 
el épico. En sus églogas, denominadas Bucólicas, es infe- 
rior a Teócrito, que le sirvió de modelo. Sus pastores son 
demasiado elegantes i demasiado injeniosos, de tal modo 
que sus cuadros 1 sus personajes carecen con frecuencia de 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 75 


naturalidad. En las Jeórjicas i en la Enéida, es en donde se 
debe buscar la superioridad de este gran poeta. Las Jeóre 
Jicas son un poema didáctteo sobre la agricultura, dividido 
en cuatro libros: el primero trata del cultivo de los campos; 
el segundo de los árbolesi particularmente del olivo i de la 
vid; el tercero de los ganados; i el cuarto de las abejas, 
cuyas costumbres meretian un lugar aparte. De este modo 
el interea va creciendo en graduacion. Virjilio varía hasta 
el infinito Jas formas didácticas: su verso es sencillo 1 
fácil en los preceptos, rico i brillante en las descripciones. 
Se interesa por las plantas: las ama o las aborrece segun 
son útiles-o dañinas al hombre. Los episodios están íntima- 
mente ligados al pensamiento del autor. En medio del 
amor al campo i de su admiracion por la agricultura, Vir- 
jilio deja ver sus sentimientos patrióticos; i lamentaudo 
los horrores de la guerra civil, ve en Augusto el término 
de ella, i en el imperio el único gobierno pesible de esa 
época. 

La Endida es el primero i quizá el único poema épico 
de la literatura latina. Los repetidos ensayos anteriores a 
Virjilio, deque hablan los escritores de la antigitedad, no 
han llegado hasta nosotros. La Enéida deja traslucir el es- 
párito de imitacion de los poemas homéricos, i sin duda se 
1a quedado atras en el interes de la accion i en la pintura 
de los daractéres; pero ningun poema antiguo ni moderno 
es mas constantemente bello en los detalles que el de Vir-. 
jilio. Il poeta se propuso celebrar los oríjenes tradicionales 
del pueblo romano, i el establecimiento de Enéas i de sus 
compañeros en la [talia. Los seis primeros cantos, que gon 
casi estraños al asunto, son lns mas interesantes. Forman 
una especie de Odiséa, es decir, un tejido de aventuras ani- 
madas e interesantes, la destruccion de Troya, las peregri- 
naciones de Enéas i¡ de sus compañeros, su permanencia en 
Cartago, etc., sucesos todos anteriores a la accion princi- 
pal, que es el establecimiento de los troyanos en Italia. Su 
héroe, Enéas, ez frio i en cierto modo vulgar: por eso 1o 
despierta tanto nuestro interes como algunos de los otros 
personajes; pero Virjilio es inimitable en la pintura de otros 
caractéres, como el de la desgraciada Dido, la reina de Car- 
tago que se da la muerte al verse atandonada por Enéas, 1 
en el estudio de las pasiones i sobre todo de las pasiones 


76 . ELEMENTOS DE LITERATURA. 


saves, en que el pocta revela sn penetrante sensibilidad. 
Sus versos tienen la mas esquisita perfeccion: poseen una 
armonía flexible, variada, que se eleva i se abaja con el 
asunto i que refleja con una admirab!e espresion los movi- 
mientos i los afectos, Viriilio dejó sin conclnir su poema 5 
aun sin retocar la parte que habia compuesto. Al morir 
pidió que sus manuscritos fueran quemados, Si se hubiera 
respetado su ñltima veluntad, la literatura remana habria 
perdido uva de las obras que mas han contribuido a su 
gloria. * 

5.—Si Virjilio en el primero de los poetas épicos de Ro- 
ma, Horacio es el primero de los líricos. Nacido en Venusa 
el año 84 hutes de +. C., Quinto Horacio Flaco, de orfjen 
humilde, hizo algunos estudios en Roma ¡en Aténas. En 
esta ciudad se alistó en el rango de tribuno militar en el 
ejército de Bruto que fué derrutado en Filipos. En seguida 
82 acojió al indulto proclamado por los triunviros, i pasó 
cl resto de sus dias en Roma, mereciendo eu sus últimos 
años la mas decidida proteccion de Augusto 1 de uno de 
Jos cortesanos de éste, Mecénas, el célebre protector de las 
letras i de los literatos, Horacio escribió odas, sútiras 1 
epistolas, i sobresalió eu estus tres jéneros componiendo 
obras inmortales que vivirán tanto como el buen gusto en 
materias literarias. 

Las Odas de Horacio representan bajo todas sus faces 
la poesía lírica, desde el ditirambo mas elevado hasta la 
cancion. La flexibilidad de este taleuto tan puro, tan *va- 
riado, tan poderosa, que ha tocado todas las cuerdas de la 
lira, ha sido admirada siempre por los críticos, Todos los 
tonos le parecen naturales: celebra alternativamente los 
placeres, la grandeza moral í los destinos de la patria; i 
siempre una maravillosa claridad presta su luz a estas tras- 
formaciones del talento que se burla de las dificultades. 
Las Epistolas de Horacio, jénero nuevo, que llevó a ta per- 
feccion, dirijidas a sus diversos aniigos, a sn protector Me- 
cénas i al emperador Augusto, son un código de buen sen- 
tido, de buen gusto i de gracia. El Arte poética no es mas 

ue una de estas epistolas. Trata en ella de la moral, de la 
losofía, de los preceptos i de la historia literaria con un 
tono familiar i de conversacion diferente de la elegancia 
severa de sus odas, pero llena dle injenio i de lucidez, 





e 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. il 


Demasiado libre a veces, econ frecuencia inclinado a los 
placeres, Horacia ha juntado a los juegos de su injenio i a 
los caprichos de su imajinacion un profundo buen sentido, 
que hace que sean leidas aun aquellas piezas mas licencio- 
sas. En sus Sutiras, Horacio ataca mas lus defectos que los 
vicios. Son burlas agradables, tau desprovistas de amar- 
gura como de lisonja; o a lo ménos cuando ésta aparece, es 
mui injeniosa i toma los visos del reconocimiento i de la 
amistad. Su espíritu delicado 1 burlon no se presta a las 
inspiraciones del odio. En sus Sácras como en las Epísto- 
las, Horacio conversa familiarmente, i pasa en revista las 
pasiones humauas, en particular aquellas que son mas ene- 
migas de la felicidad, como la ambicion, los celon, la cu- 
dicia i la avaricia. Cuando encuentra eu su camino tun 
malvado, un tonto, un importuno, lo hace servir de prueba 
de lo que ha dicho, pero no se detiene mucho tiempo en 
vituperarlo, 

Colmado de favores i de distinciones por el poderoso 
Mecévas i por el emperador Augusto, Horacio pasó la 
última parte de su vida eu una situacion que garantizaba 
su independencia, pero que no le hizo olvidar los deberes 
de la gratitud hácia sus benefactores. En sus obras reco- 
mienda, sobre todo, la moderacion en los deseas para vivir 
contento i para ser feliz; ¡ él mismo practicó esta máxima 
con toda sinceridad. Murió a los cincuenta i siete años 
de edad, legando a su patria ia la posteridad un libro de 
poesías, que le han asegurado uno de los nombres mas 
ilustres de la historia literaria. 

6.—Si Ovidiv no puede rivalizar con Horacio ni con 
Virjilio en riqueza de inspiracion, los aventaja a ámbos en 
feenndidad. (uidia es el poeta latino de quien nos han 
quedado nas obras, i talvez el que mas poesías compuso, 
Nacido en el sur de Italia el año de 43 ántes de J. C., Ovi- 
dio se dedicó desde temprano al cultivo de la poesía, aban- 
dunando al efecto los estudios jurídicos a que lo destinaba 
su padre. En Roma fué amigo de Virjili , de Horacio i 
de otros poetas, i mereció los favores de Augusto. El año 
9 de nuestra era, fué relegado por órden de este empera lor, 
a Tómos, cerca de la desembocadura del Danubio, bajo 
pretesto de que una de sus obras era liceuciosa, pero 
en realidad por otro motivo que la posterdad no ha 


78 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


podido conocer. Allí murió despues de nueve afios de des- 
tierro, | 
Aunque se han perdido muchas obras de Ovidio (decla- 
maciones, epigramas i una trajedia titulada Medea), las 
que nos quedan son, como ya hemos dicho, mui numerosas. 
Comprenden poesías de cuatro especies: los Amores, cuyo 
héroe es el mismo Ovidio, en donde describe con mas inje- 
nio que pasion los placeres i tormentos del amor; las Hero 
das, en que bajo Ja forma de cartas que +upone dirijidas a 
sus amantes por heroinas tales como Safo, Fedra, etc., el 
poeta analiza hábilmente las pasiones en medio de difusas 
referencias a la mitolojía; los Tristes, escritos durante su 
destierro, en que el poeta se queja con voz dolorida i con 
verdadero sentimiento de la desgracia de su situacion; las 
Epíistolas del Ponto, otra obra de destierro compuesta de 
eticiones dirijidas a sus amigos de Roma pará obtener su 
intercesion cerca de Augusto. Ovidio compuso ademas 
algunos poemas eróticos; el Arte de amar, notable por el 
injenio i la gracia del estilo, como tambien pbr sa desme- 
dida libertad; los Remedios del amor, en que el poeta quie- 
re enseñar a vencer un amor desgraciado por la ausencia, 
las distracciones, el estudio de los defectos de la persona 
amada, etc,; los Medicamentos del rostro, fragmento gra- 
cioso sobre Jos cosméticos empleados por las mujeres. Ovyi. 
dio ha dejado ademas dos poemas mitolójicos; los Fastos, 
enumeracion de las principales fiestas en el órden del ca- 
Jendario, en que están contadas las tradiciones que han 
dado lugar a las espresadas fiestas, con cierto aire de 
escepticismo filosófico; i las Metamorfósis compuestas de 
doscientas cuarenta i seis fábulas que comienzan en el 
cáos i que terminan en la muerte de Julio César, re- 
ferentes todas ellas a las tradiciones mitolójicas de los 
griegos ¡los romanos. Ovidio ha sabido unir en un con- 
junto armónico esa multitud de partes heterojéneasi li. 
garlas por transiciones variadas animando pintorescamen- 
te las pasiovues humanas. En éstas, como en sus otras 
obras, se descubre que si Ovidio no es el mas eminente de 
todos los jénios poéticos de' Roma, es el mas fácil i abun- 
dante. 
7.—Hemos visto que la elejía, creacion de los griegos, 
habia sido cultivada con buen éxito por los romanos. En 





 — e a a, O AREA 2 a > >  —— AR A A 2 E TEE CTA E AAA 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 79 


el siglo de Augusto, dos poetas contemporáneos de Ovi- 
div sobresaliero:: en este jónero. 

Ti nacido en Roma de una familia ricr el año 48 
ántes de J. C., i muerto el año 18 de la era cristiana, nos 
la legado cuatro libros de elejías que revelan un verdadero 
jénio poético. El gran mérito de Tibulo es la naturalidad, 
la suavidad, la delicadeza i la armonía. Su ternura es ver- 
dadera, llena de abandono i de melancolía, aunque un poco 
afeminada. En Tibulo no hai nada de romano: ama la paz 
por odio a la espada. La monctonía, que se le puede repro- 
char, nace mas que de su talento, del Jénero literario que 


cultiva. 
Mui inferior a Tibulo por. el sentimiento ¡ por la falta 
de naturalidad rercio_(nacido en Umbría en 52 ántes 


de J. C ) lo sobrepuja en la variedad de sus composiciones, 
en la vivacidad ia veces en el lirismo de su estilo. En 
Propercio se descubre con frecuencia la imitacion de ulgu- 
nos poetas griegos de la decadencia, de los cuales ha toma- 
do la erudición rebuscada que se manifiesto por aluciones 
mitolójicas. 

8.—En el siglo de oro de la literatura romana casi todus 
los jéneros literarios que cultivaron los griegos alcanzaron 
aun alto grado de esplendor i perfeccion. Solo el teatro 
no llegó a esa altura. Los romanos habian poseido dos au- 
tores cómicos de verdadero mérito, 1 algunos trájicos, cu- 
yas obras no han llegado hasta nosotros, pero que no 
parecen haber sido de mérito sobresaliente. Esta esterili- 
dad tiene una esplicaciun sencilla: el pneblo romano esta- 
ba acostumbrado a espectáculos que debian causar una 
impresion mas profunda. Las luchas de gladiadores i los 
combates de fieras lo lhiabian hubituado a ver el derrama- 
miento verdadero de sangre humana; i las ficciones teatra- 
les no podian alcanzar a conmoverlo. 

Sin embargo, en esa época se cultivó un jénero dramáti- 
co bastaute orijinal, lus Mimos, pequeñas comedias burlea- 
cas de orijen griego, en que las jesticulaciones i los movi- 
mientos tenjon una grande importancia, i que representaban 
la caricatura fiel de ciertos accidentes de la vida pjrivada. 
En este jénero se distinguió Publio Siro, esclavo liberto 
natural de Siria, contemporáneo de César i de Augusto. 
Han llegado hasta nosotros las sentencias morales estrai- 

7 


80 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


das de los mimos de este escritor, que prueban que en sus 
piezas habia nlgo mas que simples bufonadas. En jeneral, 
no son mas que meros proverbics que encierran la moral 
lla filosofía práctica de aquella épnca; i que por lo tanto 
dan a conocer el espíritu i los sentimientos de los antiguos 
romanos. Los mimos, espectáculos destinados al populacho 
de Roma, perdieron poco a poco su carácter primitivo 1 
llegaron a convertirse en ese jénero de composicion dra- 
mática en que se emplean los movimientos como único 
medio de espresion. | | 
poa 9.—La historia de la prosa en este segundo periodo de 
| la literatura romana presenta nombres no ménos ilustres 
que los que dejamos indicados al hablar de la poesía. 
Marco Ferencio Varron (116-26 ántes de J, C.), teniente 
de Pompeyo en la guerra contra lo» piratas de Sicilia, 1 de 
Sesto Pompeyo en Lusitania contra César, goza de la re- 
putacion del hombre mas eruditos de su siglo i de haber 
paseido uno de los talentos mus enciclopédicos de la anti- 
giiedad. Amnistiado por César, proscrito despues por Mar- 
co Autonio, i despojado de sus bienes, Varron encontró al 
fin una proteccion poderosa en Augusto, que le confió la 
direccion de la biblioteca de los Césares. Gramático, his- 
toriador, filósofo i poeta Varron escribió cerca de quinien- 
tas obras, de las cuales la mayor parte se ha perdido com - 
pletamente. Compuso sátiras mui aplaudidas por sus con- 
temporáneos, € las cuales dió el nombre de Menipeas, por 
el nombre de Menipo, filósofo cínico mui afamado por la 
hiriente vivacidad de su injenio. Enio habia empleado en 
sus sátiras metros diferentes: Varron fué mas léjos toda- 
vía, i mezcló la prosa con versos de varios metros, Se ha- 
bla de una de esas sátiras en que hacia una burla injenio- 
sa del primer triunvirato. Los pocos fragmentos que nos 
quedan de esas sátiras no bastan pura manifestarnos si son 
o no fundados los elojios que les tributaron sus contem- 
poráneos. 

Se conservan igualmente algunos fragmentos de otras 
obras de Varron sobre historia, filosofía moral ¡i literatura 
critica; pero su gran reputacion proviene de un tratado de 
agricultura (De re rustica), el mejor i el mas metódico que 
nos haya legado la antigiiedad; 1 Je una obra sobre la: len - 
gua latina de la cual conocemos solo seis libros, que serán 


) 





HISTORIA LITERARIA.—-TIEMPOS ANTIGUOS. 81 


la cuarta parte de lo que escribió, i que revelan una in- 
mensa erudicion filolójica i un espíritu profundamente ob- 
servador. 

10. —Julio César, el mas grande de los jenerales roma- 
nos, i uno de los mas notables hombres de estado de una 
nacion que produjo tan hábiles políticos, figura tambien 
entre los primeros escritores de su siglo; El renombre de: 
este ilustre personaje nos exime del deber de dar noticias 
acerca de su vida. ? 

La elocuencia de César tiene todas las cualidades del 
estadista ¡ del guerrero, la vivacidad, la firmeza, la pre- 
cision. Uno de sus discursos, pronunciado en el senado 
romano para combatir la pena de muerte por delitos polí- 
ticos, cuando se trataba de castigar a Catilina ¡a sus cóm- 
plices que conspiraban contra la república, nos ha sido 
conservado, talvez con notables modificaciones por el his- 
toriador Salustio, i hace sentir que no se conserven otras 
muestras. César escribió un poema didáctico sobre la as- 
tronomía, ciencia a que fué mui dedicado, uva trajedia i 
«an tratado de gramática, pero no han llegado hasta no- 
sotros. 

La posteridad no conoce mas que sus escritos históri- 
cos, sus Comentarios sobre la guerra de las Galias, 1 sobre 
da guerra civil. «Estos comentarios, dice Ciceron, son una 
obra exelente: el estilo es puro, fácil, despojado de todo 
adorno oratorio, i por decirlo así, desnudo: se ve que el 
autor no ha querido dejar otra cosa que materiales para 
los que mas tarde quisieréen tratar el mismo asunto, Tal- 
vez algunos escritores vulgares pretendan bordar esta tela; 
pero los hombres de buen gusto se guardaran bien de to- 
carla.» Este juicio ha sido confirmado 1 repetido por todos 
los siglos. La claridad, la rapidez, la heróica sencillez 
de la narracion, la exactitud de los detalles estratéjicos, 
hacen de ese libro de memorias, escrito sin aparato, | tal- 
vez de carrera, uno de los mas preciosos documentos 
de la literatura i de la historia romana. Los grandes jene- 
rales de los tiempos modernos, Condé 1 Napoleon entre 
otros, leian habitualmente los Comentarios de Uésar, bus- 
cando en ellos útiles lecciones. César ha escrito sus me- 
morias como Jenofonte escribió su Anábasis, es decir, ha- 
bla de sí mismo en tercera persona, i con una modestia 





82 ELEMENTOS DE LITERATURA. . 


hábilmente estudiada; pero se le reprocha el pasar mui a 
la lijera sobre las acciones de otros, o el alterar los hechos 
cuando habla de sí mismo, sea por falta de memoria, se1 
intencionalmente. 

11.—Pero el escritor mas ilustre de este período i de 
toda la literatura romana es Marco Tulio Ciceron, el pri- 
mero de todos los oradores en la elocuencia judiciaria, i el 
segundo en la elocuencia política, puesto que no alcanzó a 
igualar a Demústenez. No tenenos que bosquejar la vida 
de ua personaje que pertenece todo entero a la historia. 
Soldado en su juventud, estudió mas tarde la filosofía ¡ la 
elocuencia en Aténas ¿en Ródas; i aunque sus primeros 
escritos fueron algunas composiciones poéticas de no esca- 
so mérito, su gran reputacion provino de sus defensas co- 
mo abogado, i mas tarde de sus maguíficos discursos co- 
mo senador i como hombre público. Sus obras oratorias se * 
componen, en lo que respecta a la política, de un discurso 
sobre la lei Manilia, especie de arenga de aparato en ala- 
banza de Pompeyo; de tres discursos sobre la lei agraria; 
de las cuatro Catilinariías o discursos contra Catilina; i de 
las catorce Filipicas contra “Antonio. Los otros discursos 
de Ciceron, en número de treinta i cuatro, pertenecen al 
jénero judiciario. Son famosos entre éstos las siete Verri- 
ras, en que acusó cou un ardor i con una lójica verdadera- 
mente admirables, a Vérres, gobernador de Sicilia, por 
las inícuas exacciones ejercidas allí, 

Las dotes oratorias de Ciceron son sin disputa de pri- 
mer órden. En' todos sus disqursos hai jeneralmente md- 
cho método: comienza por un exordio bieu dispuesto para 
insinuarse a rus oyentes i granjearse su afecto. Su plan 
es claro, ¡el órden de sus argumentos el mas propio para 
convencer ¡ para conmover: todo se halla en su propio lu- 
gar. El orador no intenta apasionar al auditorio sino cuan- 
do está seguro de haber producido el ccnvencimiento, 1 
entónces es felicísimo para ajitar el corazon de los oyen- 
tes, i sobre todo las pasiones suaves. No ha habido escritor 
alguno que conozca mejor que Ciceron el poder de las pa- 
Jabras, la claridad t el vigor que la estructura gramatical 
suele dar a la sentencia. Sin embargo, buscando la unidad, 
amplifica los pensamientos culminantes, quitando a sus 
discursos el relieye de ciertas ideas capitales; pero ha con 














A 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 83 


seguido, en cambio, ser nniforme, claro, elegante i magní- 
fico, Esto mismo es la causa de uno de sus pocos defectos. 
Ciceron es a veces mas pomposo que sólido, 'i es difuso 
cuando convenia ser preciso. . 

Los discursos de Ciseron dejan ver el arle supremo con 
que han sido compuestos. El mismo ha enseñado la teoría 
del arte oratorio eu un libro titulado Del orador. Ciceron 
Jé dió la forma de diálogo para hacer mas interesantes los 
preceptos; i en 6l habla de cada una de las partes del arte 
oratorio con la ciencia i con la profundidad de un maestro 
esperimentado, 

Sus obras morales i filosóficas, compuestas tambien en 
forma de diálago a imitacion de Platon, están escritas con 
-mucho brillo, con un estilo mui cuidado i con verdadera 
elocuencia En ninguna parte, la filosofía pagana se ha 
-mostrado bajo una forma tan seductora como en los escrl- 
tos del orador romano, El Tratado de los deberes (De offi- 
-ciig) señala el límite a que alcanzó la moral antigua ántes 
del cristianismo. Otros tratados (Las cuestiones tusculanas 
i el Diálogo sobre la vejez) no son ménos importantes; dan 
todos los remedios que ofrece la sabiduría humana contra 
el dolor, la vejez i la muerte. El Sueño de Scipion, episodio 
i fragmento de la República, se refiere a la moral i a la 
política por medio de consejos dictados por la prudencia 1 
la esperiencia sobre el gobierno de los estados. 

Sus Cartas familiares no son la parte ménos interesante 
de sus obras. Ellas noe han hecho conocer muchos porme- 
nores de la vida privada de los romanos i han contribuido 
:a dar una idea mas completa de algunos grandes persona- 
jes de su historia. En todas ellas, por otra parte, el mérito 
literario es siempre el mismo. Sea que Ciceron converse 
sobre los asuntos mas ordinarios de la vida, sea que trate 
con sus amigos de la suerte de la. república, se reconoce 
siempre en su lenguaje al hombre de jénio i de buen gusto. 

El nombre de Ciceron es, como dice Quintiliano, el dé 
la elocuencia misma; pero su carácter como orador i como 
hombre público ha sido juzgado de mui diversas maneras. 
Aparte de una vavidad muchas veces pueril que se deja 
traslucir en sus escritos, i particularmente en sus cartas, 
se le ha censurado falta de carácter en circunstancias en 
que necesitó manifestar grande entereza. «La debilidad, o 


84 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


mas bien, la indecision que se le reprocha, dice Géruzez,, 
apesar de tcdas las pruebas de intrepidez que dió, parece 
nacer-de la estension de sus luces i de su probidad. En las 
épocas de discordié i de corrupcion, en que la línea del de- 
ber no está bien trazada, los que quieren seguirla nu se 
deciden tan fácilmente como los ambiciosos i los intrigan- 
tes que van al asalto del poder:i de la fortuna sin reparar : 
en medios.» Ciceron, en. efecto, no tuvo todas las cualida- 
des del hombre de estado; pero fué como decia Augusto, 
cun gran ciudadano que amó mucho a su patria, cuya Cau- 
sa jamas abandonó.» 

Cualesquiera que sean los defectos que se reprochen a 
"Ciceron como hombre público, su jénio como escritor i co- 
mo orador ha sido desde la antigiedad un motivo de ad- 
miracion, «Este grande hombre, dice Villemain, no ha 
perdido nada de su gloria al través de los siglos: queda en 
primera línea, como orador i como escritor, Quizás, si se le 
considera en el conjunto i en la variedad de sus obras, es 
permitido ver en él al primer escritor del mundo, i aunque: 
las creaciones mas sublimes ¡ mas orijinales del arte de 
. escribir pertenezcan a otros, Ciceron es quizás el hombre 
que se ha servido de la palabra con mas ciencia i con mas 
jenio, i que, en la perfeccion habitual de su elocuencia i de: 
su estilo, ha empleado mas bellezas i dejado ménos defec- 
" Los.» " 

12.—-Miéntras la elocuencia política i judiciaria lanzaba. 
tan vivos resplandores, la histuria se elevaba a las cuali- 
dades literarias que debian constituirla a lo ménos para la 
posteridad, en un reemplazante de la tribuna próxima a 
enmudecer. El terreno habia sido preparado por ensayos 
anteriores; pero luego aparecieron los grandes maestros 
de que se enorgullece la literatma latina. 

El primero de los grandes historiadores, en el órden cro- 
nolójico, despues de César, es Crispo Salustio, nacido en: 
Amiterno el año de 85 ántes de”J. UC, Compuso una histo- 
ria romana desde Sila hasta la conjuracion de Catilina;. 
pero no poseemos de esta obra mas que algunos discursos. 
admirables. En cambio han llegado hasta nosotros dos 
historias particulares, la Guerra de Jugurta i la Conjura- 
cion de Catilina. Balustio es el escritor mas preciso i mas 
vigoroso que haya producido la literatura latina, Aunque 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 85 


ménos profundo i majestuoso que Túicídides, 'a quien se 
propuso imitar en sus consideraciones jenerales, en sus re- 
tratos 1 en sus discursos, es sin embargo, ua gran piutor 
de historia. ls ademas un moralista adwirable. Nada es 
mas imponente que el tono en que castiga el vicio i con 
que houra la virtud. Salustio prodiga talvez demasiado 
estos cuadros, i en ellos se percibe a veces alguna afec- 
tacion. Sus retratos pueden ser un veces mui exactos; 
pero siempre son admirables como obra de arte. Eu sus 
historias no se encueutran mas que los hechos de la vida 
pública; por ejemplo, los acontecimientos políticos i mili- 
tares de la guerra de Jugurta, la topografía de los comba- 
tes, pero mul poco sobre las costumbres ¡la jeografía de 
una rejion (el norte de Atrica), que él mismo habia gober- 
nado. No hace comprender la influencia ni conocer los 
pensamiéntos politicos de Catilina: acoje fácilmente todas 
las imputaciones odiosas que convienen a sus prevenciones 
de partido; pero se muestra siempre grande escritor. Ha 
buscado en su lenguaje i en el colorido jeneral de su ubra 
ciertos tintes de los tiempos antiguos, lo que en ocasiones 
perjudica a su elaridad, Se le reprocha con razon no ha- 
ber corroborado sus disertaciones morales con el ejemplo 
de su vida. Sulustio fué espulsado del senado i castigado 
por los censores. Encargado por Julio César del subierno 
de la Numidia, saqueó esta provincia i reunió en “ella in- 
INensas riquezas. 

Contemporáneo de Salustio fué Cornelio Nepote, de cu- 
yas obras históricas no conocemos sino sus Vidas de los 
grandes capitanes, que comprenden las biografías de vein- 
te 1 dos jenerales griegos o cartajineses 1 dos de personajes 
romanos. Se crée que aun esta obra fué retucada en el si- 
glo 1V, de la era cristiana, 1 que nosotros no cunocemos 
del libro de Cornelio Nepote mas que un compendio su- 
mario pero elegaute, i sembrado de juiciosas reflexiones, 

13.—Pero el mas grande de los historiadores romanos 
en el siglo de Augisto fué Tito Livio, nacido en Pádua el 
año de 58 úntes de J. C. Se sabe que fué protejido por 
aquel emperador, i que durante algun tiempo tuvo a su 
cargo la educacion del jóven Claudio, que mas tarde reiuó 
en Roma, Tito Livio empleó mas de veinte años en la com- 
posiciun de su grande /fistoria romana. Este hermoso mo- 


$6 ELEMENTOS DE LPTERATURA. 


ntumento clevado a la «gloria de une- gran «nacion nos: ha 
llegado mutitado por el tiempo. De los ciento cuateñta 1 
dos libros que contenia, solo' poseemos treirta i- cinco; i la 
parte mas ¡uteresante es la que nos falta. Tito Livio, stem- 
pre prolijo i minucioso, sabe dar a los acontecimientos «rr 
interes * dramático: sact avla escena a los héroes de su his- 
toria retratándulos con maestría, - 1. poniendo -en: su «boca 
discursos que son modelos de elucuencia. Como Tuefdides, 
Tito Livio se.aprovechó de eses discursos para hacer-en- 
trar en su-obra las noticias que no .cabian en.da - naárrra- 
cion; 1 aunque ellos parecen ser un simple artificio literario 
elaborado por el historindor, éste lin sabido variar hasta lo 
infinito el- estilo de esas srengas para roflejar en ellas'el 


- alma de sus personajes; : - 


Se lin reprechado mucho. a este graude histcriador. su 
superstición i su credulidad a causa de los prodijios de las 
maravillas de que. está sembrada su narrácion. Pero esos 
prodijios eran creidos por el pueblo romano, formaban par- 
te eseucial de sus tradiciuves- históricas i «de la relijion del 
estado; i 'Pito Livio, que:se propuse: cortar sencillamente 
lo que-sus contemporáneos crelan como: historia, há con- 
signado esos hechos para acabar el cuadro de las costam- 


bres i la pintura de los caractéres.: Por esto mismo, da vbra 


monumental: de "Tito Livio no merece entera crédito cuan- 
du trata de la hisgoria de los primeros 'siglos de Roma, no 
porque se le peda acnsar de haberle adulterado con fábu- 
las de su invenctior,-tino porque esa parte:dle los anates de 
su patria era completamente tradicional, 1 esas tratlicio- 
nes no habian sido alumbradas don la antorcha de la crí- 
tica, o 

Los autiguos colocaban en el raugo de los grandes his- 
toriadores «+ Progo Pompeyo, contemporáneo de Tito Livio 
¡ autor de una. Historia de Macedonia i de los oríjenes del 
mundo. De esta obra no conocemos nosotros mas que un 
estracto mui imperfecto hecho en tiempo de los Antorrinos 
por un escritor llamado Justino. o 

14.—Al lado de estos grandes escritores del siglo de oro 
de la literatura latina, florecieron mucltos otros de.un órden 
inferior, o que a lo ménos:no son tan conocidos de la pos- 
teridad por haberse perdido todas o la mayor parte de las 
obras qué compusieron: Ciceren nos habla en uno: de -sus 





4 


HISTORIA. LITERARIA.— TIEMPOS ANTIGUOS. 87 


tratados de Quinto Hortensio, su rival en la oratoria du- 
rante algunos años, i lo colma de-alabanzas, Se recuerdan 
los trabajos históricos de Pomponio Atico, de Asinio 
Polion i de muchos otros escritores, cuyas obras están 
eompletamente perdidas. En la:poesía se ejercitaron Me- 
cénas, el cólebre:protector de las letras ¡1 de los literatos, 
Lúdaio Vanio i otros, cuyas obras tampoco han llegado has- 
ta nuestros «ias, Po 
Se creería que el siglo «be-Augusto iba a ser el principio 
brillante +le-una vigorosa literatura. Sin embargo, la deca- 
dencia literariz duta casi de la misma época del mayor es- 
plendor.de las letras romanas. Jósta decadencia no fué ins- 
tantánea, el gusto-no se estravió en un momento; pero 
«despues de medio sizlo de corrapcion i de tiranla, la litera- 
tura romana no se conocia a +í misma. La poesía se. cambió 
en declamacton; la historia 4 la elocuencia fueron la pro- 
piedad de los retóricos, que hieieron gala de ua Jujo banal 
de frases:i de palabras. 151 establecimiento i el progreso 
del despotismo, el abatimiento de los espíritus por la es- 
clavitud, fueron la cansa que en Roua, como en todos los 
pueblos civilizados, limitó el desenvolvimiento del jénio i 
precipitó su decadencia. : Pos , 
- El imperio de Augusto fué una época de esplendor en la 
literatura, porque heredó una muchedumbre de jénios na» 
cidos bajo la república, a quienes areguró el descanso mas 
bien que la servidumbre. Comparado, en efeeto, a los re- 
cientes furores de la [roscripcion i a.las tiranías de Mario 
1 de Sila, el gobierno de Augusto se asemejaba al resta- 
blecimiento de-las layes, El nombre del srenndo era pode- 
roso todavia; las formas de la república habian sido con. 
servadas;-habia aun elecciones populares; i la usurpacion 
¡mperial se disfraznba porque temia la luz. Augusto repe- 
tia con frecuencia que no se sentia con fuerzas para gober- 
nar mas de diez años; i este finjido desprendimiento con- 
tribuia a mabtener un sentimiento de libertad en las almas. 
Por otra parte, Auxusto tenia en todos sus hábites priva- 
dos i en su vida familiar ulgo de sencillo que lo acercaba 
a los otros -cizdadanos, Casi observaba la igunldad repu- 
blicana; rebusaba el titulo de señor que cincuenta años 
amas borde fué dado en Roma aun a los personajes ménos 
importantes. No tenia ningun fausto: de corte, vinguna 


-» 


88 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


imitacion de las déspotas del Asia. A juzgar por las apa- 
riencias, al imperio no le faltaba mas que la grande elo- 
cuencia, la elocuencia del foro para ser igual a la repúbli- 

En cambio, la gloria de Roma, la inmensidad de su 
imperin, esta sumision pacifica de tant s pueblos lisonjeaba 
¿el vrgullo de los romanos, de creian señores de Ins otras na- 
ciones mas bien que súbditos de Augusto; i Virjilia, no pu- 
diendo denominarlos el pueblo libre, los llamaba el pueblo 
reí. De esta manera, con los elementos de jénio que habia 
dejado la república, debía formarse en Ro:na una literatu- 
ra elegante i majestuosa. Augusto puse todo empeño en 
favorecerla ¡ en seducirla. Durante su reiuado, la literatura 
parecia colocada hajo la proteccion de lu. gloria i J de la li- 
bertad, porque si bieñ es cierto que Ausrusto reservaba los 
dones i los honores para los literatos que seguian su fortu- 
na, no les exijia una absoluta sumisión, 1 ademas soporta- 
ba la independencia de los otros, 

Aun en medio de su esplendor, la literatura del siglo de 
Augusto deja traslucir este estado de cosas, Se percibe que 
el jénio está sujeto por cadenas, que, sin embargo, carga 
con mucha gracia. Horácio es adwiruble en la poesía fami- 
liar 1 en la ironía satírica; pero en sus cdas heróicas se 
nota que falta algo de la antigua alma de Roma. Virjilio, 
siempre suave, carece del vigor que se percibe en Lucrecio, 
que fué auterior al imperio El jénio poético se reconcentró 
en los trabajas solitarios i pacíficos, léjos de la vida ¡.úbli. 
ca, que fué el campo de la literatura griega del siglo de 
Perícles; i la imitacion debió natural mente ocupar una 
gran parte de sus producciones, De e-te modo, el brillo de 
las letras, nacido de tantas causas que templaban el po- 
der de Augusto, se alteró aun bajo su reinzdo, La afecta- 

cion i él mal gusto, que parecen inseparables de las ccs- 
tumbres serviles, comenzaron a marchitar el injenio de los . 
romanos, Se nota esta corrupcion en los mas grandes poe- 
tas de este tiempo, en Ovidio, sobre todo, en cuyas largas 
. elejías, escritas en el destierro, se descubre con frecuencia 
el abatimiento que la servidumbre impone al jénio. 

Si «sta decadencia prematura se deja ver aun en el siglo 
de Augusto, ¿cuán rápida no debia ser bajo el reinado de 
sus sucesores? En efecto, se la vé avanzar al mismo tiempo 
que la tiranía. ls digno “de nutarse el odio contra la lite- 


e. 





4 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS 89 


ratura de que estaban “animados todos esos malos empera- 
dores. Los mas insensatos tenian a este respecto los mis- 
mus instintos que los mas hábiles, Tiberio, reemplazando 
la dictadura moderada de Augusto por un despotismo san- 
guinario, dió el primer golpe mortal al jénio romano. El 
despotismo, al mismo tiempo que liacia enmudecer las le- 


tras por. la esclayitud, debia en cierto modo corromperlas 


con solo suprimir todo sentimiento del bien-o del mal por 
el espectáculo contínuo del crimen i la bajeza premiados 
en Roma. (VIELEMAIN, De la corruption des lettres roma?- 
nes.) y 


+ CAPÍTULO VIIL 
Literatura romana. 


(TERQER PERIODO, DESDE LA MUERTE DE AUGUSTO HASTA LA 
o] . 1 . . 
DESTRUCCION DEL IMPERIO.) 


- 


!. La trejedia: ' Séneca.—2. 'Lucano,—3. Otras epopeyas.—4. La sátira; 
Persio, Juvenal.—-B. El epigrama; Marcial.—6. El apólogo; Fedro.— 
7. La historia; Tácito.—8. tugtonio i Quinto Curcio.—y. Las ciencias; 
Plinio el antiguo.—10. La filosoffa; Sé neca.—11. La retórica; Quintilia: 
no.—12.- Plinio el jóven.—13. Apuleyo.—14. Aulo Jelio.—15. Ultimos 
poetas. —¡6. Ultimos pros:dores; los compiladore3 de la Historia An- 
gusta. . ' 

1.—La decadencia de la literatura romana, iviciada ba- 
jo el reinado de Augusto, lenta e ¡imperceptible en su prin- 
eipio, toma cuerpo i se desarrolla rápidamente desde el 
gobierno de su sucesor, el sdmbrio Tiberio. El temor a 
ana mugrte casi siempre segurá para los poetas que no 
ensalzaban el poder, la necesidad i el gusto del serviliemo, 
Ja rivalidad o el despotismo de los emperadores, pervierten 
las condiciones de la literatura ¡ le quitan todo sentimien- 
to del bien i del mal. Cuando ese despotismo, en lugar de 
ser friamente perverso, como lo era bajo Tiberio, se mos- 
traba por medio de un bárbaro frenesí, como sucedió bajo 
os reinados de Calígula o de Neron, la imajinacion de los 
escritores dejó ver algo de esa locura desordenada i de esos 
vergoyz-7808 caprichos que el pueblo romauo tenia a su 
vista. Esta decadencia poderosa e irresistible, pareció de- 
tenerse algunos momentos: bajo los gobiernos de prínci- 
pes mas ilustrados i mas grandes, bajo Vespasiano, Tra- 
jano, Adriano i Marco Aurelio, las letras latinas bacen 

tudavia un último esfuerzo pora salir de su postracion; 1 

en efccto, dan nacimiento a algunos jénios vigorosos que 





HISTORIA LUFERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 91 


no alcanzaron, sin embargo, a formar una verdadera es- * 
cuela, ni a sustraer las letras de su ruina. 

Hemos visto que el teatro trájico de los romanos nos es 
casi completamente desconocido, Podemos decir que no en- 
nocemos mas que un solo poeta trájico, i éste vivió en la 
época de la decadencia. Lúcio Anéo Séneca, éste es sn nom- 
bre, era español de nacimiento, nataral de la ciudad de Cór- 
doba. Se tienen mui escasas noticias acerca de sn vida. Se le 
supone hijo de un célebre filósofo 1grndor del mismo nom- 
bre; ¡aun algunos creen que fué mui posterior a éste últi- 
mo, haciéndole, al efecto, contemporáneo de Trajano, Sia 
embargo, como el estilo i las ideas morales de ámbos au- 
tores presentan mucha analojía, es probable, i así se crée 
hoi jeneralmente, que los dos Sénécas el trágico 1 el filóso- 
fo, nO son mas que una sola persona que floreció a media.- 
dos e primer siglo-de la era cristiana (3—68 despues de 

.C.) o 

Con el nombre de Séneca han llegado hasta nosotros 
nueve trajedias formadas sobre asuntos griegos, tratados 
con gran vigor i riqueza por Sófocles j Eurípides. Las tra-. 
jedias latinas, sin embargo, están modificadas, no solo en 
muchog detalles, sino en su conjunto jeneral por la'filóso- 
fía estoica i por una mezcla no siempre feliz de máxima 
de discursos que de ordinario perjudican a las mejores sit 
tuaciones. Todas estas trajedias parecen escritas mas bieú 
para la lectura que para la representacion: Nos ha Hegado 
ademas otra vbra dIlramática cop el nombre de Séneca, Or- 
tavía, basada sobre un asunto romano, contemporánea del 
autor, desprovista de interes i escrita al parecer para li- 
sonjear a Neron. o 

2.—Un subrino de Séneca, Lucano, nacido tambien en 
Córdoba el año 35 de la era cristiana, es quizás el mas gran 
poeta de este período de decadencia. Despues de haber hé- 
cho brillantes estudios de filosofía i de retórica en Roma 
en Aténas, fué presentado a Neron por sit tia, | meréció 
que el emperador lo colmase de honores. Pero Neron te- 
nia entre utras locuras la de creerse poeta i la de celebrar 
certámenes literarios con sus cortesanos. Lucaho que se 
atrevió a competir con él en una de esas justas, le venció 
l ¡cosa singular! mereció quetse le concediese el premio 
apesar del terror que inspiraba el tirano. lua venganza de 


92 ELÉMENTOS DE LITERATURA. 


Neron no se hizo esperar. Prohibióa Lncano que declama- 
seen público esos discursos de ceremonia que habian reem- 
plazado a la antigua elocuencia; i como luego descubriese 
que éste habia tomado parte en una conspiracion malogra- 
da, la hizo condenar al último suplicio concediéndole por 
única gracia la eleccion de la muerte. Lucano se hizo abrir 
las venas, 1 murió a los veinte i siete años de edad, dejan- 
do dos poemas, una trajedia i muchas poesías sueltas que 
revelaban el poder de su talento. 

De todas esas obras solo ha llegado hasta nosotros la 
Farsulia, poema épico en diez cantos, en que celebró la 
guerra civil entre César i Pompeyo. Mas que una epopeya 
propiamente tal, es un poema heróico i filosófico, notable 
por la fuerza del estilo, la elevacion de los pensamientos 
1 el vigor de los caractéres, Él poeta suprimió en su obra 
casi todo lo que los poemas suelen tener de maravilloso: 
solo una vez ha empleado los resortes sobrenaturales po- 
niendo en escena al fantasma de la patria que se presenta 
a César cuando éste va a pasar el Rubicon. Lucano ha de- 
jado a sus héroes las preporciones humanas i a los sucesos 
un aire demasiado histórico, aunque lus ha engalanado con 
las mas hermosas descripciones 1 con interesantes discur- 
sos. La Farsalia carece ademas de unidad épica, tanto en 
su accion como en los lugares en que pasan los aconteci- 
mientos; pero apesar de este grave defecto 1 de qne su es- 
tilo es frecuentemente hinchado 1 mas sonoro que armo- 
nioso, ese poema es una obra de alta poesia. Lucano muerto 
a los veinte i siete años de edad, no pudo componer un 
pocma tan:acabado como la Eneida; pero por la belleza 
intrínseca de los detalles, por la riqueza de las descripcio- 
nes-1 por la. verdad de los caractéres, se ha mantenido a la 
altura de la epopeya. 

3.—La Farsalia no fué el único ensayo dle poema épico 
en aquellos siglos de decadencia; pero todos lo otros son 
mui inferiores a la famosa obra de Lucano. rio_Flaco, 
nacido enel norte de Italia, floreció bajo Vespasiano i 
compuso un poema con el título de las Argonáuticas, que 
dejó inconcinso, i del cual solo conocernos ocho libros. Es 
una imitacion de Apolonio de Ródas, a quien ha tomado 
todo, aun las ideas de detalle, La accion es la espedicion 
de los Argonautas; ia causa de la frecuencia de los epi- 





: 4 
HISTORIA LITERARIA.—TIEMPS ANTIGUOS. 93 


sodios i de las divagaciones poéticas, no se sabe cómo ni 
cuándo terminará el viaje de los iutrépidos navegantes que 
conquistaron el vellocino de joro. El poema de Valerio Fla- 
co, amanerado en el estilo, desordenado en la erudicion, es 
mui inferior al orijinal; si blen se notan en él algunas des- 
cripciones .poéticas. , 

Silio Ltílico, (25-100 despues de J. C.) fué tambien un 
poeta imitador. Nacido en Italia, segun unos, en España 
(en la ciudad de Itálica), segun otros, Silio Ítálico se ¡lus- 
tró primero en la oratoria, 1 mas tarde se dedicó n la poe- 
sía, como distraccion de ung vida pasada en medio de las 
comodidades que dan el lujo i la fortuna, i de los afunes 
de la política i de la corte,|pues fué el amigo de Neron i 
desempeñó tres veces el cobb -Al-fn, se dejó merir 
de hambre para no soportar los dolores de una enfermedad 
incurable. Aparte de algunas poesías de corta estension, 
compuso tin poema en diez i siete cantos, en que se propu- 
so celebrar la segunda guerra púnica. El asunto era dra- 
mát:co, nacional, i bastante remoto para que el poeta pm- 
diese permitirse la ficcion en los detalles: Silio 1tálico, sin 
embargo, lo trató con suma pobreza. “Comó todo el fondo 
de su poema a Tito Livivi a Polibio, 1 todas sus iden» 
poéticas a Virjilio, salvo las imitaciones secundarias. De 
aqní resultó una gran eompilacion en verso en que los per- 
sonajes no carecen de verdad histórica, pero a quienes fal- 
ta elevacion ¡ nobleza poética. 

El cuarto poeta épico de este tiempo fué Publiv_Stacio, 
nacido en Nápoles (61 despues de J. C.), 1 uno de los pre- 
ceptores de lDomiciano. “Poeta mui fecundo, Stacio compu- 
so muchas obras, de las cuales solo conocemos alguns poe- 
sías liricas i un poema épico, la Tebaida, en que celebra 
la guerra civil entre los hijos de Edipo. Aunque simple 
imitador de un poema griego sobre el mismo asunto que 
no ha llegado hasta nosotros, Stacio es verdaderamente 
poeta, i su obra está llena de imájeues graciosas ¡ de cua- 
dros poéticos, sobre todo cuaudo hace intervenir los afectos 
suaves. En cambio tiene todos los defectos de su siglo, la 
hinchazon, la exajeracion de los caractéres, la manía de 
las sutilezas, las descripciones pomposas, i sobre todo las 
hisonjas prodigadas a un tirano repugnante, Dormiciano., 

4.—La sátira latina es en este períudo el retrato fiel de 


94 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


la córrapcion romana, En tiempo de Horacio, siglo de ept- 
cureiswo i de decencia aparente, la sátira se ocultó bajo 
la forma de una injeniosa. burla, de uu epigrama severo, 
pero alnistoso. Horacio fué un censor espiritual, qne no 
pudo abandonarse a los impulsos de la indiguacioz, porque 
el estado de la sociedad romana en que vivia, no chocaba 
abiertamente con sus idens.. El tercer período de la sátira 
romana tiene un nuevo alimento, mas irritante talvez que 
todos los otros, la opresion i el ejemplo del poder. Los rí- 
jidos estoicos, los hombres virtuosos que Roma encerraba 
en su seno, se levantaron contra este desborde de las malas 
pasioues de que muchos emperadores daban el primer 
ejermplo. La degradacion de Mesalina, las saturnales de 
Neron, fueron el tema constante de declamaciones, paga- 
das jeneralmente con el último suplicio. En este jénero, 
comprendido bajo este segundo aspecto, brillaron dos de los 
ilustres poetas de esos siglos de postracion i de decadencia, 
Persio i Juvenal. 

Aulo Persio Flaco, nacido en Volaterra, en Toscana, el 
año 34 de la era cristiana, pertenecia al órden de los caba- 
lleros; ¡ despues de linber hecho excelentes estudios en Ro- 
ma, compuso numerosas Obras, de las cuales svlo conoce- 
mos las sátiras. Persio murió a la edad de veinte i ocho 
años cuando su talento habia llegado apénas a todo su 
vigor, 0 

La mision del poeta satírico nació en Persio de su ar- 
diente amor a la virtud i del disgusto que le inspiraba la 
corrupcion de sus contemporáneos, de la cual estuvo siem- 


pre alejado. La timidez de su carácter i la debilidad de su: 


salud lo apartaron del trato de los hombres. Nacido en la 
opulencia, educado cn la virtud, Persio no tiene esa amar- 
gura que la envidia da a los miserables, ni en la. persecu- 
cion del vicio esa impudencia de.lenguaje que hace al mis- 
mo poeta cómplice de la corrupcion que condena. En sus. 
sátiras se reconoce una alma jóven inspirada por la doctri- 
na austera de la escuela estoica. La corrupcion es para 
Persio algo de abstracto; así, la ataca en jeneral i nó en 
los individuos; no se encarniza contra los vicios i las ridi- 
culeces de los personajes de sn época; 1 ataca solo. los es- 
travios jenerales de la sociedad. Su estilo es trabajado; i el 
exceso de su concision dejenera en oscuridad, de tal modo 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS, 95, 


que para tomar el sentido de su perisamiento, se necesita 
a veces un largo estudio, o y 7 

il eng), contemporáneo de Persio, nació 
en lx ciudad de Aquino el año 42 de la era cristiana, i pasó 
so juventud en las escuelas de los retóricoss' Las "noticias 
que ordinariamente se dan sobre su vida no merecen ente- 
ro orédito; pero sus obras revelan perfectaniente vu ca- 


Aunque cultivó esclusivamente el jénero satírico, el jénio 
de Juvenal no tiene nula de cómun con el de Persio. En 
manos de éste, la sátira era jeneral: aquel, por el contrarin, 
la hizo enteramente personal. En vez de emplear la burla 
i la rronía como Horacio; Juvenal parece: enrajecerse de: 
cólera 1 cargar con un puñal .en la mano-contra el hombre 
cuyas eostambres censura coo: tanto ardor. Estudiando 8us ' 
diez i seis"rátiras, pasamos en revista los vicios de. que 
adolecia Roma, la corrupcion de los grandes, la degrada- 
cion del senado que delibera con Domiciano sobre la mejor 
manera de preparar un pescado, la lujuria de Mesalina, la 
insolencia del rico para: con el pobre, el libertinaje de las 
mujeres, su despotismo ¡-sus intrigas. La profundidad. i la 
perspicacia de Juvenal no-ha perdónado ninguno de los: 
vicios de su siglo, que sín embargo eran muj numerosos, 
Su obra es por esto mismo la pintura mejor i mas comple- 
ta de la sociedad romana en aquella 'épóca, pintura que 
refleja el interior de la vida privada i la plaza pública, al 
rico ¡ al pobre con.la misma tendencia de censurar amar- 
ga i enérjicamente. La indiguacion del poeta ha hecho sos- 
pecbar que.en sus obras.hai ménos odio contra el vicio que 
cólera o envidia contra 'los corrompidos felices. Si' tuviera 
tanto respeto por la virtud, como el odio que manifiesta 
contra: el vicio, se añade, no: habria manchado sus versos 
con tantas imájenes libres i obcenas. 

De esta época se:cree jeneralmente que proviene un li- 
bro titulado el Satiricon, en que se ha pensado encoutrar 
la historia del libertinaje de Neron bajo una forma alegó- 
rica, .i noyelesca. Se atribuye esta obra e Petronio, cónsul 
de Bitinia i favorito de Neron. Tácito refiere que Petronio 
tomó parte en una conspiracion contrá su protector, 1 que 
descubierto en sus trabajos, se dió la muerte para sustraerse 
a la venganza, escribiendo ántes de morir la historia de la 

8 





Xx ' - 


96 ELEMENTOS DE LITERATURA. 
4 y 
corrupcion de aquel tirano. De aquí proviene que se le liaya 
atribuido el Satiricon. Pero la crítica moderna no ha co- 
nocido la autenticidad de esta obra, de que solo poseemos 
fragmentos inas o ménos interesantes, pero casi siempre 
obcenos 1 repuguantes. 

'— 6,_—El epigrama fué cultivado en Roma en este tercer 
período como una derivación de la sátira. Marcia], nacido 
en Bílbilis (hoi Baubpla) en España, el año 40 de la era 
cristiana, pasó en Roma la mayor parte de su vida, fué 
elevado a altos honores por Tito 1 Domiciano, i es hasta 
ahora el primero de los poetas epigramáticos. Compuso 
cumo mil doscientos ep igramas que son todavía un modelo 
de composicion de este jénero, aunque mucl:os de ellos son 
obcenos i vulgares. Hirientes en su mayor parte, lisonjeros 
algunos, como los madrigales de nuestros dias, todos ayu- 
dan poderosamente a dar a conocer la sociedad romana 
para la cual fueron escritos, mostrándonos muchos de sus 
defectos i estravíos, El cinismo de estilo, las groseras ob- 
cenidades que se notan en muchos de ellos, se esplican 
nasta cierto punto por la corrupcion de las costumbres de 
su tiempo. En efecto, la poesia licenciosa de Marcinl no 
mereció de sus contemporáneos la dura desaprobacion a 
que es acreedora, 

6.—El Apólogo fué cultivado en este siglo por Fedro, 
poeta de injenio notable, sobre cuya vida se tienen mul 
escasas noticias. Se le supone liberto de Augusto i favore= 
cido por este emperador, i mas tarde perseguido por Seja- 
no, bajo el reinado de Tiberio. Con su nombre han llegado 
hasta nosotros noventa fábulas escritas en un verso fácil i 
agradable, cuyo argumento es tomado ordinariamente de 
los apólogos griegos atribuidos a Esopo. El apólogo no es 
para Fedro un pequeño drama bajo el cual se oculta la 
moralidad: por el contrario, estima en poco la narracion 
de un hecho, i se coutrae casi esclusivamente a la leccion 
moral, De aquí nace cierta sequedad i cierta falta de inte- 
res, como tambien un espíritu mas moralizador que mali- 
cioso, Aunque Fedro es un escritor casi siempre puro, su 
lenguaje presenta algunas alteraciones que indican el prin- 
cipio de lu decadencia. " 

7.—S1 en los primeros tiempos del tercer período de la. 
literatura romana vemos declinar rápidamente la poesía, la 








? 
HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 97 


prosa está léjos de llevar el mismo rumbo, Tácito en la 
historia, Quintiliano en la retórica, Séneca en la filosofía i 
Pl:nio en las ciencias, mantuvieron el brillo de las letras 
latinas en una época en que la musa de Horacio i de .Vir- 
jilio parecia haber enmudecido, | 

Despues de “Lito Livio la historia romana habia sido 
cultivada por escritores de escaso mérito. Veleyo Patércu- 
lo i Valerio Máximo, que escribieron bajo el reinado de 'Li- 
berio, han consignado en sus obras algunas noticias ¡inte- 
resantes sobre ese siglo, retratos vigorosos 1 cuadrof ani- 
mados, pero han narrado sumariamente los hechos, i por 
último se dejaron arrastrar por los honores i la ambicion 
hasta lisonjear a aqe! sombrío tirano. Es menester llegar. 
hasta el reinado de ''rajano para encontrar en Tácito uno 
de los mas grandes historiadores que haya producido la 
antigitedad. y 

Cornelio Tácito nació en Interramna, en Umbria, hácia 
el año 60 despues de J. C. Se igncra el año de su muerte, 
pero se sabe que alcanzó a los honores del consulado bajo 
Nerva, que escribió bajo el reinado de Trajand, i que se 
casó con la hija de Julio Agrícola, el célebre jeneral que 
redujo la mayor parte de la Gran Bretaña. De sus obras 
solo nos quedan una vida de su suegro; un tratado sobre las 
costumbres de los jermanos, cuadro de una admirable! exac- 
titud que:supone en el historiador un grande espíritu de 
oliservacion 1 que se ha considerado como una amarga crí- 
ica de la corrupcion romana: los Anales, historia del im- 
erio desde Augusto hasta Neron, de la cual solo conocemos 
na tercera parte; i por último, -las Historias, narracion de 
ontecimientos contemporáneos al autor desde Galba has- 
a la muerte de Domiciano, que tambien conocemos in- 
ompleta. 13l emperador Tácito, que rijió el imperio solo 
1m0s pocos meses en 275, pretendia descender del historia- 
or; le erijió estatuas, i mandó que sus obras fuesen depo- 
itadas en las bibliotecas públicas i que el gobierno hiciese 
acar numerosas copias cada diez años. Apesar de estas 
recauciones, las obras de Tácito estuvieron perdidas casi 
a su totalidad durante mucho tiempo; 1 cuando se las en- 
ntró estaban lastimosamente mutiladas e incompletas. 
151 mérito singular de Tácito consiste en haber unido la 

aci rmada por la virtud i el 














98. ELEMENTOS' DE LITERATURA. 


- patriotismo, al espírito observador de un filósofo 1 a la ha- 
bilidad consumada del escritor. «Esa alma, dice un crítico 
aleman, Hegewisch, alimentada desde la infancia de todo 
lo que el espíritu republicano de la antigua Roma habia 
producido de grande 1 de inmortal, ardiente de patriotismo 
1 de amor por la verdadera gloria, penetrada por el recuer- 
do de los fundadores de la grandeza romana, de sus virtu- 
des cívicas, llena de una admiracion profuuda por esas 
grandes hombres j de indignación contra toda degradacion 
del carácter antiguo de los romanos, desen trasportarse a . 
un ideal de pureza i de patriotismo de que lo aieja triste- 
mente el cortejo de vicios 1 de monstruoras inmoralidades, 
en medio del cual estaba condenado a vivir el historiador.» 

Ausiliado por estas cualidades, Tácito dió a sus historias 
un carácter profundamente moral, convirtiendolas en un 
castigo severo de Jos malvados, i en nn premio de los poeos 
hombres virtuosos que aparecieron en aquel siglo de deca- 
dencia i degradacion. Su espirite observador le permite 

enetrar en el fondo del corazon j encadenar naturalmente 
as causas i Jos efectos de los sucesos históricos. No se li- 
mita a esponer lo que ha sucedido refiriendo los hechos en 
todos sus detalles. Por el eontrario suj.rime Jos pormenores 
que pueden servir para caracterizar a un hombre, i se limi- 
ta a pronunciar su fallo siempre recto i justiciero. Es un 
filósofo profundo que ha estudiado la naturaleza humana 
bajo todos sus aspectos ¡ que no ve en la historia mas que 
la manifestacion esterior de los móviles que tienen influen- 
cia sobre el hombre i que determinan su accion. 

Como escritor, Tácito es considerado el primer pintor de 
Ja antigiinedad, no solo por la habilidad incemparable con 
que sabe pintar las costumbres i bosquejar los retratos, 
sino por la animacion i el colorido que da a todas sus na- 
rraciones. Ningun historiador ha reunido con la misma 
felicidad el vigor i la precision a la riqueza i a la abundan- 
cia de las imájenes. Una palabra le basta para indicar el 
carácter de un personaje, i una corta reflexion Je permite 
penetrar en el secreto de todos los acontecimientos. Su es- 
tilo, sin embargo, deja ver algunas irregularidades grama- 
ticales, locuciones viciosas, i por fin cierto desden: por lo 
que se refiere a la lójica del estilo, que es uno de los carac- 
téres de una época de decadencia. 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 99 


8.—La historia fué cultivada todavía eu esta época por 
otros escritores de menor'mérito, pero cuyas obras tienen 
para nosotros un graude interes. | 

Cayo Snetonio Tranquilo, que floreció bajo los reinados 
de Trajano 1 de Adriáno, aparte de varios estudios biográ- 
ficcs de algunos gramáticos.i de algunos poetas de que solo 
conocemos pequeños fragmentos, nos ha dejado un libro 
inestimable en sus Vidas de lus doce Césares, historia de 
todos los emperadores romanos desde Julio César hasta 
Domiciano. Suetonio se ha contraido especialmente a con» 
tar la vida privada de esos príncipes, penetrando en el in- 
terior de su palacio, observando todo lo que pasa i espo- 
niéndolo con una frialdad i una indiferencia que son una 
garantía de su imparcialidad. No desplega ninguno de los 
grandes sentimientos que elevan el alma de Tácito i la in- 
dignan contra la bajeza i la corrupcion de su siglo: no ha 
tomado como éste el tono moralizador para condenar el vi- 
cio o aplaudir la virtud; pero su narración miuuciosa, fria i 
desapasionada produce en el áuimo del lector impresiones 
mas profundas i verdaderas. Refiere solo con grau senci- 
Jlez, pero sin reflexiones ni críticas, preciosos detalles pri- 
vados sobre los carácteres, las virtudes, los vicids, la! ma- 
nera de vestir i de vivir de los einperadores. El libro de 
Suetonio contiene, evmo debe suponerse, anécdotas escan- 
dalosas i escenas repugnantes; pero sin su ausilio la poste- 
ridad no conocería aquella vida de libertinaje i de corru;- 
cion que nos da a conocer'* las costumbres romanas de la 
decadeucia. 

Lucio Anéo Floro, español de nacimiento i probable- 
mente de la familia de Séneca, escribió bajo el reinado de 
Trajano un compendio de historia romana desde los prime- 
ros tiempos husta el reinado de Augusto, en que los hechos 
están agrupados con grande habilidad i los caractéres di- 
señados con cierto relieve, i en que se descubre una unidad 
de pensamiento i de composicion mui rara en obras de esta 
naturaleza. - 

Otro historiador mui famoso, a quien se coloca jeneral- 
mente en esta época, aunque no teyemos ninguna noticia 
de 8u vida, es ¿auinto Corcio, que nos ha dejado incompleta 
una Historiz de AlejanTro, o mas bien una novela, cuyo 
héroe es el famoso rei de Macedonia. Es la produccion de 


1 


100 ELEMENTOS DE LITERATURA. —- 

un retórico que sacrifica la verdad al deseo de dar brillo a 
gu libro ¡a su pasion por lo maravilloso. Las arengas que 
pone en boca de sus héroes son ejercicios de escueldl en que 
no se desenbro el carácter de los personajes a quienes los 
'atribuye. Quinto Curcio carece enteramente de critica. Ha 
conocido superficialmente los buenos historiadores de Ale- 
jandro, Magno, i ha seguido con preferencia a algunos es- 
critores griegos que habian desnaturalizado su historia 
con numerosas fábulas, 

9.--La literatura científica no tiene entre lo3 romanos 
representantes tan eminentes como entre los griegos. No 
se encuentran en Roma observadores atentos de la natura- 
leza, jénios verdaderamente creadores, sino sábios mas mo- 
destos, simples compiladores de las noticias agrupadas por 
otros; pero algunos de ellos merecen mencionarse porque 
fueron notables escritores. 

A este número pertenece Columela, orijinario de Espa- 
ña, escritor de los primeros tiempos de la decadencia, que 

compuso un ¿ratado de agricultura mui estimado. La últi- 
ma parte de esta obra fué escrita en verso, i tiene por ob- 
jeto el coltivo de los jardines, i completa, poz decirlo así, 
el poema de Virjilio, en que esta materia no se encuentra 
tratada, 

Se coloca tambien en esta época a Aurelio Cornelio Cel- 
so, célebre escritor de medicina, de cuya vida no se tienen 
noticias, i que ha recibido de sns adiniradores el subre- 
nombre de Hipócrates latino, lo merece, en efecto, sino 
por la ciencia, a lo ménos por su elegante precision. No se 
sabe si Celso ha ejercido la medicina, pero es evidente que 
conocia todos sus secretos. 

El mas notable de todos los escritores latinos que se 
se ocuparon de ciencias, es Cayo Plinjo Segundo, denomi- 
nado comunmente Plinio el antiguo. Nacido”4n- Como, en 
el norte de Italia, él año 23 de nuestra era, figuró en los 
Altos puestos de la administracion pública, se distinguió 
como jurisconsulto, i escribió muchas obras sobre historia 
civil, filolojía e historia natural. Plinio murió en Estabia 
el año 79 asfixiado por las emanaciones gaseosas que se 
desprendian del suelo durante la terrible erupcion del Ve- 
subio, que sepultó a Herculano i a Pompeya. Guiado por 
gu ama a la ciencia, se habia trasladado a aqueVa ciudad 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. . 101 


para observar el famoso cataclismo que ocasionó su 
muerte. ] 

De todas las obras de Plinio solo ha llegado hasta noso- 
tros ona a la cual la: posteridad da el título de Historia 
natural, El primer libro de esta obra contiene un Índice de 
las materias i una lista de los autores que consultó. Eu los 
restantes trata de la cosmografíu i de la jeografía, de la 


* historia de los animales i de las plantas, de las sustancias 


minerales o vejetales empleadas en la medicina, i en fin de 
' la hietoria de los metales, de la escuMura i de la pintura, 
como tambien de los principales artistas, 1 de las mas nota- 
bles obras maestras del ccmercio i de la industria. Plinio no 
es un observador atento cotno Aristóteles, sino un com- 
pilador curioso que ha reunido en su obra lo que encontraba 
escrito en mas de dos mil autores, la mayor parte griegos, 
casi todos perdidos para la posteridad; pero con frecuencia 
no ha podido apreciar la verdad de esos testimonios ni com- 
prender lo que quisieron decir, En una palabra, es un 
autor sin crítica, que despues de haber pasado algunos años 
en hacer sus estractos, los ha colocado en cierto órden, 
añadiéndoles algunas reflexiones que no se refieren a la 
ciencia propiamente dicha, sino que ofrecen alternativa- 
mente las creencias mas supersticiosaz o las declamaciones 
de una filosofía melancólica. Apesar de la verdad que 
encierra esta crítica hecha por la ciencia moderna, la obra, 
de Plinio, que por largos siglos indujo en groseros errores 
a muchos naturalistas, tiene aun en nuestros dias úna 
grande importancia. Nos esclarece sobre muchos puntos de 
la vida de los antiguos, de su industria, de sus artes, de sus 
costumbres, que sin esa obra serian obscuros enigmas. En el 
libro de Plinio, ademas, como lo observa M. Villemain, «se 
nota tambien un sentimiento nuevo, desconocido en los bue- 
nos tiempos de la libertad griega i romana: es una especie 
de afeccion 1 de interes por la humanidad: es el tratamiento 
de hombre, sustituido al de bárbaro; es el reproche diriji- 
do a César por la sangre que ha vertido; es el elojio dis- 
pensado al mismo Tiberio por el cuidado que tuvo de abo- 
lir en Jermania i en Africa las supersticiones homicidas,» 
10.—Hemos dicho que la elevacion de Augusto al poder 
imperial habia muerto la elocuencia, i que en su lugar flo- 
reció otro jénero de oratoria que solo se manifestaba por 


- 


102 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


' discursos de ceremonia. Esta es la época de los retóricos, 


nlgunos de los cuales desplegaron un verdadero talento en 
obras en que las bellezas, sin embargo, están acompañadas 
por muchas sutilezas i por frias declamaciones, 1 en que se 
percibe la decadencia del buen gusto. . 

Eu este jénero brilló Séneca el filósofo, a quien se 8n- 


. pone padre de Séneca el trájico, i que probablemente es el 


mismo personaje que compuso las trajedias que han llegado * 
hasta nosotras con su nombre, Nació en Córdoba, en Es- 
paña, el año 3 de la era cristiana, fué educado en Roma, i 
estrenó su talento en el foro con tanto brillo que Calígula, 
celoso de su popularidad, quiso condenarlo a muerte. En- 
tónces Séneca se consagró a la filosofía; pero luego fué 
llamado a los honores públicos bajo el reinado de Claudio, 


. 3 pasó el resto de su vida en una posicion espectable, alter- 


Ed 


nativamente colmado de favores o perseguido, pero siempre 
atrayendo sobre sí la atencion de sus contemporáneos. 
Perseguido bajo la instigacion de Mesalina, fué desterrado 
a la isla de Córcega, 1 pasó allí ocho años; basta que 
Agripina, la segunda mujer de Claudio, lo llamó a la corte 
para confiarle la educacion de Neron. Séneca fué impoten- 
te para reprimir los malos instintos de su discípulo, i al 
fin tuvo que doblegarse en cierto mado a sus caprichos, 
creyendo sin duda suavizar el carácter feroz de Neron, ya 
que no Je era posible darle otra direccion. Bajo el reinado 
de ese tirano, fué colmado de honores ¡ riquezas hasta el 
momento eu que un capricho de su mismo protector lo 
obligó á darse la muerte. Séneca se hizo abrir las venas i 
murió cor valor, dejando un gran nombre manchado pur 
la sorpecha de no haber combatido con suficiente everjía 
los malos instintos de Neron i de haber escrito la apclojía 
del asesinato de Agripina. 

Entre los escritores de la decadencia, Séneca es uno de 
los mas notables, Sedujo a sus cuntemporáneos pur las 
cualidades i por los defectos de su estilo: sus obras admi- 
radas en todas partes, fueron puestas en manos de los jóve- 
nes e hicieron olvidar en las escuelas los modelos del siglo 
de Augusto. En lus siglos posteriores, en la edad media 
sobre todo, Séneca gozó de una reputacion comparable solo 
a ln de Aristóteles: su nombre era sinónimo de ciencia. Esta 
reputacion provino particularmente de sus obras oratorias, 











0 
HISTORIA LITERARIA, TIEMPOS ANTIGUOS, 103 , 


Eo su mayor parte son éstas disertaciones sabre ciertas 
cuestiones jeneralmente mui frivolas, ea que Séneca revela 
una grande habilidad de escritur i uva sutileza de injeuio 
mui al gusto de los controversistas de las universidades de la 
edad media. Esas disertaciones dan a conover las diyersas 
cuestiones que se ajitaban en las escuelas de retórica duran- 
te el imperio. Séneca discute, por ejemplo, si los trescien- 
tos espartanos colvucados eu las Termópilas dehiaa o uo 
huir sienudv abandonados por los otrus griegos; si Ciceron 
podia o no solicitar gracia de Marco Antovuio, Las otras 
disertaciones son talvez ménos interesantes: en todas ellas 
sin embargo, se encuentran hermosos pensamientos i ras» 
gos de una verdadera elocuencia, pero deslumbrados por 
as sutilezas i la fria declamacion. | 

El gran título, de gloria de Séneca consiste en sua obras 
filosóficas. Conociendo a fondo el corazon humano, estu- 
diándolo en medio de una corte brillante icorrompida i en 
las clases inferiores de la sociedad, habiendo pasado por to- 
das las vicisitudes a que están espuestos los hombres, ele- 
vándose alternativamente de la condicion de desterrado al 
colmo de la- grandeza para precipitarse en seguida en el 
abismo de la miseria, Séneca es ante todo un filósofo prác- 
“tico. Tomó de los estoicos su severa moral, i difundió en sus 
obras preceptos tan sábios 1 tan puros para la práctica de 
la vida, que algunos escritores cristianos han sostenido 
sin fundamento que los habia tomado del Evaujelio. Sin 
duda las cartas que se-suponen dirijidas per Síveca a San 
Pablo son apócrifas; aunque no es imposible que el célebre 
filósofo conociera las doctrinas del cristianismo, El tratado 
de la Cólera, el de la Clemencia, en que se cueuta la histu- 
ria de la conspiracion de Cima, el tratado de la Providen- 
cía, los siete libros de los Benefcios, i sobre todo, la com- 
pilacion de sus Cartas u Lucilio, que contienen, pur 
trozos desligados, un curso completo de filosofía moral, 
abundan en lecciones de verdadera sabiduría ¡ofrecen uu 
vasto campo a la meditacion. La forma esterna de todas 
estas obras que atrajo la admiracion de sus contemporá- 
neos 1 que sin duda revela un escritor mai distinguido, se 
aparta mucho de la sencillez i de la noble pureza de los 
buenos modelos del siglo de Augusto. El defecto de Séne- 
ca consiste en no escribir nada naturalmente: busca siem-. 





104 , ELEMENTOS DE LITERATURA. 
pre el efecto, 1 lo consigue por medio de procedimientcs 
uniformes, la brusquedad de los jiros, la frase cortada, el 
lenguaje metafórico i las frécuentes antítesis. «Este escrl- 
tor, dice un célebre crítico, rompe el trozo de mármol o de 
pórfiro que posee para convertir los fragmentos en figuri- 
tas, salientes i brillantes sia duda, pero que están léjos de 
valer la estatua que un arte superior habria sacado de la 
misma ryateria.» 
11.—Hemos dicho que las obras de Séneca fueron mui 
aplaudidas por sus contemporáneos. La misma afectacion 
de su estilo, fué un motivo de admiracion. Pero el buen 
gusto no habia desaparecido del todo; i una voz hien tem- 
plada se hizo oir con la esperanza de restablecer la anti- 
gua pureza de la literatura romana, Esa voz era la de un 
célebre orador que practicó la elocuencia i que le dió reglas 
con una rara erudicion i con una gran fijeza de principios. 
Marco Fabio Quintiliano, este es el nombre de ese céle- 
Ere orador, nació en Calahorra, en España, el año 42, des- 
pues de J. C. Cuando apareció en Roma en tado el brillo 
de eu talento de orador i de escritor, la pureza del gusto 
estaba profundamente alterada. Séneca se habia levantado 
contra los autores del siglo de Augusto, i habia seducido a 
la juventud con la lucidez de su talento, estraviándo!a 
con sus paradojas, e inclinándola a buscar ante todo los 
juegos de palabras, Jas antítesis i los adornos brillantes. 
-Quintiliano protestó contra estos errores, presentando a 
sus discípulos los admirables modelos que ofrecen Ciceron 
i los otros grandes jénios que florecieron en el período an- 
terior. Sus lecciones no fueron infructuosas: ellas ejercie- 
ron una poderosa influencia sobre sus contemporáneos, i 
contribuyeron a formar a los mas ilustres escritores de la - 
época de los Antoninos. Quintiliano vivió ea Roma colma- 
do de distinciones, meteciendo la proteccion de varios 
emperadores. Domiciano le confió la educacion de su fami- 
lia; 1 el célebre orador se creyó obligado por el reconoci- 
miento, a alabar a ese monstruo de crueldad, i llevó la 
-lisonja hasta compararlo con un dios, Quintiliano murió 
en'Roma en 120, despues de haber dirijido por largos años 
una escuela de retórica, sostenida por los emperadores 
mediante emolumentos mul crecidos, 
Quintiliano compuso muchos discursos que nos son casi 





w 


' HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 105 . 


desconocidos; los unos eran declamaciones destinadas pára 
la enseñanza, como las controversias de Séneca: los otros 
simples alegatos jurídicos. Pero su gran fama está fuhda- 
da en un libro, en que con el títalo de Instituciones orato- 
rias, reunió sus doctrinas sobre la retórica. Esa obra es un 
tratedo que encierra un plan de estudios completo para 
formar un orador, desde los primeros elementos de la gra. 
mática hasta el arte propiamente dicho, la invencion, la 
disposicion, la elocucion, la pronunciacion, ,la memoria, la 
accion, i en fin las costimbres. Toma a su discípulo en la 
cuna, determina el caricter de su educacion primaria, i lo 
signe en su desarrollo hasta que se halle enteramente 
formado. Su erudicion literaria le sirve para colocar el 
ejemplo” al lado del precepto, haciendo así su'libro tan 
interesante como instructivo, al mismo tiempo que su ima- 
jinacion le suministra comparaciones injeniosas, imájenes 
vivas i nna belleza de elociucion que, si bien es mui infe- 
rior a la de Ciceron, reviste sus preceptos con agradables 
formas literarias. Quintiliano se ha aprovechado de los 
trabajos de sus antecesores, comipara 1 juzga sus sistemas; 
pero ha añadido excelentes preceptos 1 juiciosas observa- 
ciones, i ha dado a sus teorías un plan propio il enteramen- 
te nuevo, lo que le ha permitido hacer de su libro una 
especie de curso de educacion, de moral i de literatura, 

12.—El mas ilustre dé los discípulos de Quintiliano 
fué Plinio el jóven, nacido en Como el año 62 de la era 
cristiana, sobrino e hijo adoptivo de Plinio el náturalista, 
Plinio el jóven es el escritor mas injenioso i el mejor ora- 
dor de su tiempo. Hizo sus primeros ensayos en el foro; i 
éstos le valieron la amistad de Tácito i su elevacion a las 
primeras dignidades del imperio. Todos sus discursos se 
han perdido; pero nos quedan el Pangjírico de Trajano, 
pronunciado en sn carácter de cónsul delante de ese em- 
perador, i sus Cartas familiares. 

El Panejtrico, que sin duda fué retocado por su autor 
despues de haberlo pronunciado hasta dejarlo en la forma 
en que lo conoceros, es ua monumento de elocuencia. No 
se comprende cómo, bajo el imperio, la oratoria habria 
podido producir un trozo mas acabado. El elojio obligado, 
pero merecido cuando se trataba de Trajangy desciende 
rara vez ala lisonja,i puede con frecuenciá ser tomado 


as 
4 


106  - - ELEMENTOS DE LITERATURA, 


como un consejo iudirecto o como un estímulo, Los senti- 
mientos son nobles, los pensamientos vigorosos; i el adorno 
del estilo es severo, sobre todo si se compara con la afecta- 
cion de los retóricos coutemporáueos. Agreguemos a esto 
que el Panrejirico de Trajano está lleno de hechos que la 
historia ha recojido. Las Cartas de Plinio el jóven tienen la 
misma importancia histórica, junto con el encanto de una 
variedad infinita, revelado por uu estilo elegante, nervivso 
1 a veces 8atírico, : 

13.—Los últimos escritores notables de esta época del 
renacimiento literario iniciado bajo el reinado de los Autu- 
ninos, Son Apuleyo i Aulo Jelio, cuyas obras, aunque de 
mui diverso jénero, ofrecen un poderoso auxilio para cono- 
cer la antigiiedad. 

Lúcio Apuleyo nació en Madaure, en Africa, el año 128 
despues day. C. Estudió la jurisprudencia, la retórica i la 
filosofía neo-platóuica en Ruma ¡en Aténas, e hizo largos 
viajes para adquirir vuevos. conocimientos. De vuelta a su 
patria, restableció su fortuna agotada por un casamiento 
' ventajoso. Acusado de haberse hecho amar por majia, Jus- 
tificó sa conducta ¡or medio de su Apolojía, discurso escri- 
to en un estilo correcto que encierra sobre las relijiones i 
las supersticiones antiguas algunas preciosas nociones, i en 
que el autor desplega mucho injenio i maneja mui hábil- 
mente la sácira. Ademas de algunos fragmentos de decla- 
maciones, qne no carecen de mérito, Apuleyo nos ha legado 
las Metamorfosis, novela singular que ha urerecido de sus 
admiradores el nombre enfático de Asno de oro, cun que 
es mas conocida. La novela de Apuleyo es una imitacion 
del Asno de Luciano, esto es, la historia de las aventuras 
de un hombre convertido en asno por ciertos secretos de 
majia. Tomando el fondo de su "narración de la novela 
griega, Apuleyo ha trazado un cuadro alegórico de las 
costumbres depravadas de su siglo i lo ha hecho con mu- 
cho injenio icon gran conocimiento de los hombres. Algu- 
nos de sus episodios son mui injeniosos; pero hal uno, el 
de Cupido i Psiqué, que es considerado como una de las 
mas hermosas maraviilas de la imajinacion antigua, 1 que 
ha tenido el honor de ser imitado por muchos escritures 
modernos, entre otros, por La—Fontaine, el grau fabulista 
frances. 











HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 107 


14. —Aulo_Jelia,que vivia en el segundo siglo de la 


era cristiuna (117-180) es nn gramático i un retórico sle 
grande erudition, que escribió una obra mai curiosa sin 
otro fin que el de suministrar a sus hijos algunas recrea- 
ciones literarias. En sus variadas lecturas de libros griegos 
i latinos i durante una residencia en Aténas, recojía sin 
órden ni método notas de todo lo que llamaba su atencion, 
¡ en seguida las arregló en el órden que se le presentaban 
sus estractos. Sus Nuohes áticas son una recopilacion de 
observaciones diversas sobre historia, gramática i antigúe» 
dades en que los filólogos i los historiadores modernos 
han encontrado un vasto “caudal de noticias, que se habrian 
perdido sin el libro de Aulo Jelio, o que no serian conoci- 
das sino mui imperfectamente, Apesar de la desigunldad 
del estilo i del desórden en que están espuestas las mate- 
rias, las Noches áticas es una de las obras mas útiles i mas 
interesantes que nos haya legado la antiyitedad. 

15.—Despues de estos escritores, la decadencia de la 
literatura romana fué rápida e irresistible, No faltaron 
algunos horabres de verdadero talento, pero sus obras 
revelan una época de mal gusto i de abatimiento. La 
poesía, sobre todo, que se habia mantenido en su postra-' 
cion aun bajo el reinado de los Antoninos, no produjo 
despues de éstos nada que merezca llamarse notable. 
Terenciano_Manro, pocta nacido en Africa, i yue pro- 
Lablemente vivia en tiempo de Trajano, compuso un 
poema didáctico sobre la prosodia i el arte métrico de los 
latinos, en que los preceptos están expuestos con claridad 
¡ elegancia. A Diocleciano £mesiano, que escri- 
bieron hajo el reinado de Diocleciano, cultivaron la poesía 
pastoral con algun talento, pero sin orijinalidad. Ambos 
son imitadores de Teócrito i de Virjilio. 

Algunos de esos puetas habrian brillado talvez en otra 
sisrlo; pero en la época en "que vivieron, la leogua latina 
habia perdido su pureza, i la literatura que ilustraron Cice- 
ron, Virjilio i Horacio estaba a punto de desaparecer. — ' 

16.—La prosa siguió en estos siglos de decadencia ¡ de 

stracion la misma marcha rápida e irresistibie hácia su 
ruina que habia seguido la poesía. Los pocos escritores 
que en esta época pretendieron sacar las letras romanas «dle 
ese estado de abatimiento, cayeron en la afectacion i no al- 





4 


108 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


canzaron a elevarse a la altura a que aspiraban. De este 
número es Macrolio, contemporáneo de Teudosio, que com- 
puso'las Saturnales, libro escrito en diúlogos, pero cuyo 
fondo es una imitación de las Noches áticas de Aulo Jelio, 
La obra de Macrobio mucho mas pretenciosa que la de 
su modelo, es al mismo tiempo mucho ménos curiosa e 
interesante que aquella, 

La historia fué cultivada por numerosos escritores; pero 
todos ellos no áumentan en mucho Jos fastos literarios de 
Roma. Por otra parte, ademas de la decadencia del gusto 
literario, la época no era favorable para esa clase de traba- 
jos. Como los caprichos del poder absoluto eran un peligro 
constante ¡para el historiador, era bien difícil componer 
una historia franca e imparcial del pueblo romano bajo el 
réjimen imperial. El miedo lo minaba todo. Despues de 
los Antoninos, los emperadores no permitieron el exámen 
de sus actos, que ya no estaban sometidos a las delibera- 
ciones del senado. Los historiadores quedaron así reduci- 
dos a contar los acontecimientos militares sin reflexiones 
Di críticas, 

De esta manera escribieron Jos compiladores de la HHis- 
toria Augusta, coleccion de biografías de Jos emperadores 
desde Adriano hasta Caro, especie de continuacion de la 
obra de Suetonio, aunque de escasísimo mérito literario. 
Se atribuye esta compilacion a seis escritores diferentes; 
pero solo uno de ellos, Vopisco, refiere acontecimientos de 
que ha sido testigo, o ha hecho investigaciones sérias para 
esclarecer los sucesos, i-Jos ha ordenado con algun método 
j con cierto juicio. Los demas no han hecho otra cosa que 
copiar lo que encontraban escrito. Segun las fuentes que 
han consultado, algunos pasajes están escritos en un estilo 
soportable, pero vienen seguidos de otros mui malos. «Tal 
es la falta de criterio de estos histariadores, dice Schoell, 
que con frecuencia, despues de haber estractado un autor, 
pasan a otro, 1 toman de él los mismos acontecimientos, 
sin percibir en esta repeticion: así es como algunos hechos 
están contados hasta tres veces. Historiadores que no sos- 
pechan lo que se llama critica, ho merecen ninguna Con- 
fianza.» Apesar de la exactitud de este juicio, aquella 
compilacion es un documento precioso, porque contiene 
las únicas noticias que poseemos sobre ciertus períodos de 





= o ERE 
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A 


x * 


HISTORIA LITERARIA. TIEMPOS ANTIGUOS. 109 


la historia del imperio romano, 1 porque nos da detalles de 
costumbres de aquellos siglos de decadencia, con un rico 
caudal de anécdotas, en las cuales se detienen con parti- 
cular interes los compiladores. 

La literatura romana llegaba entónces a su término. Un 
elemento nuevo, el cristianismo, llevaba a cabo en esa época 
una revolacion completa. El latin, sin embargo, no desa- 
pareció: fué cultivado como la lengua de la nueva relijion, 
1 conservado durante mucho tiempo como el idioma de 
las ciencias i de las Jetras, 


e 


sl] 


CAPÍTULO 1X. 


Los padres de la Iglesia, 


1, —El evaujelio. —2.—Olasificacion jeneral de los padres de la iglesia. — 
8.—Padres apostólicos de la iglesia griega.—4. Padres apolojéticos; 
Oríjenes.—5, Padres dogmáticos;: San Atanasio.—6. San Gregorio Na- 
cianceno.—7. San Basilio i San Gregorio de Nisa.—8. San Juan Crisós- 
tomo.—9. Padres apolojéticos de la iglesia latina; Tertuliano.—10. Lac- 
tancio.—11. Padres dogmático=; San Hilario.—12, San Ambrosio.—13, 
San Jerónimo.—14, San Agustin, 


1.—En la época en que las letras griegas i romanas 
comenzaban a decaer, se alzaba en el seno mismo del 
imperio una nueva literatura, inspirada por un espírita 
tambien nuevo. La predicacion del evanjelio hecha por los 
discípulos de Jesucristo, era el oríjen de esta revolucion 
literaria, que fué a la vez la causa de una completa revo- 
lucion social. | 

La palabra evantelio es griega en su orijen, i significa 
buena noticia; pero tiene dos sentidos diferentes segun sea 
eimpleada por los escritores profanos, o por los escritores 
sagrados ¡1 eclesiásticos. Los primeros se sirven de ella 
para designar una buera noticia en jeneral. Los últimos 
han dado este nombre a la segunda parte de la Biblia, 
denominada tambien Nuevo Testamento, en que está con- 
signada la noticia de la venida d-1 Mesías. Posteriormente 
se ha dado el título de evanjelio a cada una de las narra- 
ciones que contienen los principales sucesos de la vida de 
Jesucristo i las doctrinas que predicó. 

El evanjelio, la buena noticia, fué trasmitida primero 
oralmente por los apóstoles i por sus adeptos. Los discípu- 
los de Jesus iban por el mundo anunciando las circuns- 
tancias de su vida, de su muerte i de su resurrección, Pero 


HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS ANTIGUOS. 111 


, 
luego se hizo sentir la necesidad de conocer de una mane- 
ra mas precisa la historia del Salvador; i entre los maes- 
tros de la nueva fé hubo algunos especialmente encargados 
de la enseñanza de esta historia: estos fueron los evanje- 
listas propiamente dichos. Otros se encargaron de los diver- 
sos ramos de la enseñanza cristiana. Los evanjelistas, a fin 
de fijar mejor en la memoria las diversas circunstancias de 
la vida de Jesucristo, la consignaron en narraciones, parti- 
culares. San Lucas hace referencia a esas narraciones Cuan- 
do dice que no estando sus autores perfectamente informa= 
dos, él se crée en el deber de escribir en órden los hechos 
verdaderos. 

La iglesia cristiana ha elejido cuatro de esos libros o 

evanjelios, que han sido declarados canónicos, El estudio 
detenido de estas cuatro obras hace treer que fueron escri- 
tas en el órden siguiente: 1.” El evanjelió de San Mateo, 
compuesto para los judíos, hácia el-año 41 de nuestra era, 
en hebreo o sirio caldeo, cuyo testo orijinal fué perdido en 
el siglo XI, i del cual solo conocemos una traduccion gries 
ga ¡otra latina: 2. El evanjelio de San Múrcos, escrito 
primitivamente en griego para los romanos, i que nq es 
otra cosa que el precedente modificado en: parte. 3.2 El 
evanjelio de San Lucas, escrito en griego, por los años 53 
de nuestra era, 1 que completa los otros dos. 1 por último: 
4.” El de San Juan escrito tambien en griego, como 8e- 
senta años después de la muerte de Jesus, para los cristia- 
nus del Asia menor. De estos evanjelios, el primero 1 el 
último son los mas notables, Se recomienda el de San 
Mateo por la elevacion i la profundidad, por el grande 
acopio de nociones para conocer la moral de Jesucristo, 1 
por la enerjía i concision de su estilo. El de San Juan re- 
vela un fondo vaporcso de pasion i de poesía que nos hace 
conocer i admirar el alma del escritor. 

Estos cuatro libros, aunque de un mérito literario mui 
diferente, han sido inspirados por un mismo espíritu i por 
los mismos seutimientos. Los cuatro cuentan los mismos 
hechos;'pero unos tienen mas incidentes i pormenores que 
otros, de tal manera que todos se completan entre sí. La 
iglesia, declarándolos auténticos i canónicos, ha considera- 
do apócrifos los otros evanjelios compuestos en diferentes 
tiempos i lugareg para referir tambien la vida de Jesus. 

9 


112 - — ELEMENTOS DE LITERATURA. . - 
Ya hemos dicho en otra parte, que cuando se habla de la 


Biblia, la palabra apócrifo no tiene el sentido que se le da 
ordinariamente. Los libros bíblicos denominados apócrifos 


- son aquellos a los cuales no se atribuye un oríjen divino o 


> 


revelado, 1 que, sin ser enteramente falsos, no pueden ser 
invocados como regla en materia de relijion i de moral. 
2.—La predicacion del' evanjelio pasó por tres períodos 
diferentes: la primera predicacion; la lucha i el triunfo. 
Esos atrevidos propagandistas que consumaron la'conquis- 
ta del imperio romano por la doctrina cristiana venciendo 
mil peligros i sufriendo muehos de. ellos el martirio, son 
denominados padres de la iglesia, 1 sus escritos hacen regla 
en materia de fé. Los predicadores del primer período, que 
con su palabra o sus escritos dieron a conocer la vida 1 la 
moral de Jesucristo, son denominados padres apostólicos. 
Los del segundo, que hasta el reinado de Constantino tua- 
vieron que luchar contra el paganismo para defender sus 
doctrinas contra las calumnias de sus enemigos, son deno- 
minados padres apolojéticos, Los del tercero, que encontra- 
ron la iglesia victoriosa de las creencias paganas, i que 
tuvierou sin embargo que eontraer sus esfuerzos contra las 
sestas disidentes i que fijar el dogma i la constitucion de- 
finitiva de la iglesias, merecieron la denominacion de padres 
dogmáticos. | 

En el rápido bosquejo que vamos a trazar de los traba- 
jos de los santos padres, distinguiremos estos tres períodos; 
pero hablaremos primero de los padres de la iglesia griega, 
¡ en seguida de los de la iglesia latina. 

3.— Entre los padres del primer período seria necesario 
colocar a los apóstoles que, como San Pablo, predicaron i 
escribieron para dar a conocer la doctrina de Jesucristo, 
Figuran tambien en este período San .Beruabé, San Cle- 
mente papa, San lgnacio obispo de Antioquía ¡ san Dioni- 
sio obispo de Alejandría; que dejaron algunos escritos, ho- 
milias o epistolas, en que se encuentran hermosos pasajes 
i en que se nota un estilo puro i una elocuencia inspirada. 

- 4,—Entre los padres apolojéticos debeh colocarse San 
Justino, nutable por su fé i por la sinceridad fervorosa de 
su piedad cristiana; Hérmas, que en el segundo siglo de la 
era cristiana empleó, como Luciana, las armas del ridículo 
para combatir el politeismo, pero que, a diferencia de 





l y . 
HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 115 


aquel, se contrajo a defender el cristianismo; San Clemente 
de Alejandría, tan notable por su erudicion como por la 


elegancia de su estilo i la solidez de sus principios; i por . 


último, Oríjenes, discípulo del anterior, que es uno de los 
mas hermosos jénios del cristianismo naciente. Director de 
la escuela cristiana de Alejandría, en reemplazo de su 
maestro, lo eclipsó en breve por su reputacion. Los paga- 
nos acudían a oir sas lecciones, i no hubo entre ellos mas 
qlte una voz para alabar con entusiasmo la estension de 
su saber, el vigof de su espiritu, el encanto de su elocu- 
cion, la gracia i la uncion de su palabra, Se admiraban al 
mismo tiempo que su desinteres absoluto, sus austeridades 
volantarias i su perseverancia en la meditacion i en la ora- 


cion. Sus discursos i sus ejemplos inflamaban de tal modo 


a sus oyentes, que se vió a muchos de éstas correr al mar- 
tirio al salir de sus lecciones, Este maestro elocuente fué 
tambien un escritor mui' fecundo, Segun San Jerónimo, 
compuso mas volúmenes que los que otros habrian podido 
leer. Son notables sobre:todo sus trabajos de profunda eru- 
dicion sobre la Biblia, i sus tradncciones en lengua griega, 
sus homilias o sermones, 1 sus obras de controversia con- 
tra los filósofos paganos enemigos del cristianismo, Oríje- 
nes pensó colocar en un órden sistemático las principales 
partes de la fé católica para darles uva esplicacion cientí- 
fica; pero no alcanzó a ejecutar esta obra. 

5.—La época mas brillante de esta literatura es el pe- 
ríodo de los padres dogmáticos, a cuyo influjo debió la 
Iglesia su unidad i la destruccion. de las herejías que sur- 
jieron en los primeros siglos. En esta época brillaron en- 
tre los padres griegos San Anatasio, San Gregorio de Ni- 


sa, San rorio Nacianceno, 1 sobre todos ellos, San_Bg- 
silio i San J mo. 


La vida de San Atanasio es una prolongada lucha con. 
tra la herejía de Arrio i contra los emperadores que qui- 
sieron sostener el arrianismo o restaurar el paganismo, 
lucha mezclada de triunfos i de reveses, i coronada al fin 
por una victoria decisiva. Nacido en Alejandría, hácia el 
año 296, de una familia distinguida, San Atanasio se hizo 
notar en el concilio de Nicea por st celosa ortodojia i por 
su elocuencia. Elevado a la dignidad de patriarca de Ale- 
landría, fué desde entónces el sosten i el guía de la iglesia 


t 





114 ELEMENTOS DE LITERATURA. 
de Ejipto. La intrepidez con que se contrajo al cumpli- 
miento de sus deberes al través de las persecuciones mas 
pertinaces, le granjearon el amor i Ja venetacion de los 
católicos, para quienes sus destierros fueron duelos públi- 
cos, 1 sus restituciones a la silla patriarcal, verdaderos 
triunfos. El 2 de mayo del año 373 murió tranquilo i glo- 
rioso en susede de Alejandría. Mas que por el brillo i lo 
patético, del estilo, la elocuencia de San Atanasio se. dis- 
tingue por el vigor i la lójica del razonamiento. Su palabra 
se considera como la fórmula inmutable de la doctrina, 
porque él deslindó i £Hó todos Yos elementos de la creencia 
católica, en que resplandece cierta sencillez luminosa que 
arrastra einstruye a la vez. La historia le admira por lá 
firmeza inquebrantable de su carácter. o 
6.—San Gregorio Nacianceno, que ocupa un puesto 
distinguido entre Tos poetas cristianos, merece como ora- 
dor, un rango de primer órden. Nacido en el pueblecillo de 
Acianza, a inmediaciones de Nacianza, cuya iglesia epis- 
copal gobernó algunos años, murió en un retiro el año 389, 
entregado a la penitencia i al cultivo. dela poesía. Dota- 
do de una alma tierna i contemplativa, solo por abnegacion 
“aceptó el episcopado, cuyas penosas obligaciones cumplió 
con celo i desprendimiento. Las obras notables de este pre» 
dicador lleno de uncion i de vehemencia, son numerosas, i 
han servido de modelo a los oradores cristianos. 
7.—Nacido en Cesárea en 329, amigo i condiscípulo de 
San Gregorio, i muerto en 379, San Basilio, sucesor de 
Eusebio en la sede de aquella ciudad, no llevó esa vida de 
aventuras i de azares que tanto nos interesa en la historia 
de San Atanasio i San Jerónimo; pero impone respeto el 
espectáculo de una virtud constante unida a un hermcso 
injenio. San Basilio fué el verdadero obispo del evanjelio, 
el padre de los pobres. Gastó sus rentas en obras de ca- 
ridad, que alcanzaban no solo a los cristianos, sino tam- 
bien a los herejes i a los judíos. No tenia mas que una s8o- 
la túnica i se alimentaba solo con pan i legumbres, pero 
empleaba graudes tesoros en embellecer a Cesárea. 

«San Basilio i San Gregorio de Nacianza, dice M. Vi- 
llemain, son los primeros modelos de esa docta i- piadosa 
elocuencia consagrada a la enseñanza regular del pueblo, 
En su boca, la relijion no tiene ese ardor en que se consu- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS, 115 
mia el celo de Atanasio: no es la espada que corta 1 que 
diyide, sino el lazo que acerca i que une suavemente las 
almas. Ménos ocupada del dogma, su elocuencia se contrae 
sobre todo a la reforma de las eosfumbres i al consuelo de 
los aflijidos.p La obra maestra de San Basilio tiene por 
objeto esplicar el Génesis en la parte relativa a la creacion 
del mundo; pero compuso ademas muchas obras dogmáti- 
cas i morales como tambien panejíricos i escritos de con- 
txoversia que conservan su reputacion aun en nuestros 

las, . 

San Gregorio de Nisa, hermano menor de San Basilio, 
siguió la misma carrera que éste con un brillo casi igual. 
Los mismos estudios desarrollaron su jénio; i despues de 
haber enseñado la retórica i practicado la jurisprudencia, 
se hizo sacerdote i fué elevado en 372 a la silla episcopal 
de Nisa, ciudad de la Capadocia, que ocupó hasta su muer- 
te, ocurrida en 396 a la edad de sesenta i cinco años. La 
pureza, la fuerza ¡la magnificencia de su estilo le señalan 
un puesto elevado entre los oradores cristianos. 

» 8.—El mas famoso de los padres de la iglesia griega es 
sin disputa San Juan Crisóstomo, que no tiene en la elo- 
cuencia cristiana otro rival que San Basilio, a quien sobre- 
puja, a lo ménos por su fecundidad. San Juan nació en 
Antioquía hácia el año 344, i fué instruido en el arte ora- 
torio. Del foro pasó al púlpito para merecer el nombre de 
Crisóstomo (boca de oro), como otro célebre oradot ¡ filó- 
sofo profano. Cuando Antioquia se rebeló contra Teodosio 
i se entregó a la consternacion temiendo la venganza im- 
perial, Crisóstomo se encontró en el caso de calmar dia- 
riamente Jas pasiones del pueblo, consolando sus miserias 
1 tristeza 1 persuadiéndolo a la práctica de las virtudes, en 
tanto que se obtenia en Constantinopla el perdon de Teo- 
dosio, que el obispo de Antioquía, Flávio, fué a implorar 
de rodillas. Llamado mas tarde a la sede de la capital del 
imperio, desplegó igual celo ila misma elocuencia; pero 
las intrigas de una corte corrompida acabaron por despo- 
seerlo; i este glorioso apóstol de la fé cristiana murió en el 
destierro, conservando-siempre su inalterable virtud, Sué- 
lese comparar a San Juan Crisótomo con Ciceron; ia la 
verdad, no tendria por ello de que quejarse el orador ro- 
mano. El estudio de las obras de este santo padre puede 


4 


116 ELEMENTOS DE LITERATURA.; 


, por sí solo bastar a formar un: teólogo consumado i un 
vrador excelente. 

Su gloria como orador, consiste, en efecta, en haber fija» 
do el verdadero carácter de la elocuencia cristiana. «Su 
métudo, dice M. Guillon, llegó a ser la regla de este jéne- 
ro i el sello de la verdad. Este evanjelio, que la orgullosa 
filosofía del siglo habia desconocido, fué considerado desde 
entónces como el código de la mas perfecta sabiduría 1 la 
fuente de las mas sublimes concepciones que pudiesen ofre- 
cerse al jénio.» «Bajo el peso de la palabra de Crisóstomo, 
agrega el mismo autor, el paganismo fué vencido en la 
tribuna, como lo habia sido en los templos.» 

9.—La elocuencia cristiana comenzó a florecer en Rom 
en el siglo 11 de nuestra era. La iglesia latina, como la 
iglesia griega, tuvo sus padres apolojéticos, que defendie- 
ron la relijion miéntras tuó necesario eombatir contra el 
paganismo; i sus padres dogmáticos, que purificaron la 
doctrina, limpiándola de las ideas i priucipios con que las * 
sectas disidentes habian comenzado a euturbiarla. 

El mas notable de los apolojistas latinos es Tertafiano. 
ñacido-en Cartago el año 160 i muerto a la edad de 85 
años. Habiendo recibido una excelente educacion 1 adquiri- 
do estensos i variados conocimientos, abragó el cristianis- 
mo a la edad de treinta años. Despues de haber defendido 
vigorosamente la iglesia de Jesucristo 1 su doctrina, cayó. 
en los errores de Montano, i fundó en seguida una secta 
áparte. 

La mas famosa de las obras de Tertuliano es su Apolo- 

Jética. Compúsola bajo el reinado de Séptimo Severo i la 
dió a conocer en los últimos años del siglo 1L Se pregunta 
qué crímenes han cometido los cristianos pera ser ator- 
mentados i muertos, examina en detalle las calumnias 
forjadas contra ellos, i los justifica de los reproches que se 
les hau hecho, presentándolos como hombres puros por su 
conducta i dóciles i sumisos a la autoridad del soberano. 
Su estilo es frecuentemente duro a fuerza de vigor, oscuro 
a fuerza de precision, bárbaro i afectado a fuerza de ideo- 
lojísmo i de brillo; pero estos defectos están indemnizados 
por la belleza de las imájenes, por la profundidad i la 
enerjía de las ideas i por el poder patético de los movimien- 
£o08. ' 








Ú 
HISTORIA LITERARIA. —TIÉMPOS ANTIGUOS. 117 


Viene en seguida San Cipriano, obispo de Cartago, mar- 
tirizado en 258. Aunque su estilo se resiente del mal gus- 
to de la época ide la rudeza africana, tiene sin embargo, 
fuerza i elocuencia, dejando” siempre ver.nna alma eleva- 
cda, Sus obras, que son mui numerosas, ofrecen un cuadro 
completo del espíritu i de la vida, de la disciplina i de la 
administracion de la iglesia, 

¡0.—Lactancio, que vivió en los siglos 111 ¡ IV, qte fué 
testigo de la -persecucion de |Diocleciano i del triunfo de 
la nueva relijion bajo Constantino, nació en Africa i murió 
en Tréveris hácia el año 325. En su juventud fué pagano, 
i por nombramiento del primero de” aquellos emperadores, 
rejentó una escuela de retórica en Nicomedia; pero las 
persecuciones dirijidas contra los cristianos, ¡lo inclinaron 
_ A abrazar la relijion de éstos, i fué al fin uno de sus mas 

"¡ilustres apolojistas, No compuso discursos, sino tratados 
majistrales, notables por la acertada disposicion de su 
plan, por la abundancia i limpieza del estilo i por la ele- 
vacion de la elocuencia- Sus ¿nstituciones divinas, aunque 
débiles talvez en su parte teolójica, son el resultado de 
una grande erudición, 1 contienen una ardorosa refutacion 
de los errores del paganismo; pero el dogma cristiano no 
se encuentra establecido con toda solidez i claridad. Sus 
dotes de escritor, sin embargo, le han merecida el glorioso 
¿obrenombre de Ciceron cristiano. 

11.—Entre los padres dogmáticos de la iglesia latina, 
figuran en primera línea San Hilario, Sau Ambrosio, San 
Jerónimo i San Agustin. 

Sau Hilario nació en Poitiers a principios del siglo 1V, 
1 murió de obispo de esta misma ciudad en 367. Por el 
deunedo de su carácter, por el temple superior de su inje- 
nio, San Hilario fué el Atanasio de occidente. Perseguido 
i vietorioso como éste, enemigo implacable del arrianismo, 
desencadenó contra esta secta el turdion de su elocuencia 
hasta aniquilarla, sin quese escapara de sus ataques el 
mismo emperador. Su obra principal, el Zratado de la Tri- 
nidad, ha fijado definitivamente la doctrina sobre este 
punto. 

12.—San Ambrosio, nacido en 340 en la Galia meridio- 
nal, era mie e una familia ilustre; i en su juventud 
se distingió en el foro i en el desempeño de altos puestos. 


118 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


Elevado, sin pretenderlo, a la dignidad de arzobispo de 
Milan, ejerció este cargo con valor i con celo ejemplares. 
Se ha hecho. famosa su enerjía por haber rechazado de la 
catedral de Milan al emperador Teodosio, que queria pe: * 
metrar en el templo sin haber hecho ántes penitencia por 
las matanzas de Tesalónica, como lo exijia San Ambrosio, 
Las humerosas obras de este santo se distiguen por la 
firmeza de sus convicciones i por la suavidad 1 ternura de 
sus sentimientos; pero están tambien afeadas por los defeo- 
tos inherentes al mal gusto de la época, Su tratado de 
Los deberes es un libro de moral en que,San Ambrosio ha 
tomado lo que hai de mejor en el libro de .Ciceron sobre 
el.mismo asunto, pero al cual ha añadido las luces nuevas 
propagadas por el critianismo. | 

. 13,—San Jerónimo, nacido en Dalmacia por los años de 
331, murió en Belen el año 420 de Jesucristo, Su vida es 
uno de los mas curiosos episodios del cristianismo. Dotado 
de una imajinacion vigorosa i ardiente, nutrido a la vez ' 
«con la ciencia de las letras profanas i con la de las. santas 
- escrituras, San Jerónimo es el mas orijinal de los escrito- 
res católicos. Sus espresiones son varoniles; 1 aunque es 
poco igual i perfecto en su estilo, es mucho mas elocuente 
que otros escritores que se han liecho notar por su esmero, 
Las querellas relijiosas en que intervino como lidiador, las 
pasiones mundanas que. perturbaron su espíritu, su auste- 
ridad en el desierto, sus lejanas correrías, la ajitacion de 
las ciudades i la calma de la soledad, todo contribuyó a 
robustacer ¡ a exaltar su imajinacion, así como sús luchas 
interiores acabaron por imprimir mayor fuerza a su injenio. 
Pocos escritores han llevado mas léjos el don de cautivar 
los espíritus con la palabra. Sus obras no ofrecen un solo 
trozo que no pertenezca por el vigor persuasivo al jénero 
oratorio; pero en sus cartas es donde brilla mejor su elo- 
cuencia, porque ha derramado en-ella toda la sensibilidad 
de su alma, los tesoros de su erudicion i de su entusiasmo 
relij10so, 

14, —Llegamos por fin al hombre mas admirable de la 
iglesia latina. Colocado en otro siglo, San Agustin habria 
sido incomparable por la estension i la facilidad de su in- 
jenio, Metafisica, historia, autigiiedades, ciencias, costum- 
bres, artes, todo lo abarcó. Escribió sobre la música con la 





» 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 110 


misma facilidad que sobre el libre albedrío: esplica los fé- 
nómenos de la memoria con la misma firmeza de criterio 
con que razoña sobre la decadencia romaná. Su elocuencia, 
aunque empañada aveces por la afectacion Tlos barbaris- 
'mos de una época de decadencia, -es a menudo sencilla i 
familiar; como que estaba destinada de ordinario a los ha- 
bitantes incultos i casi bárbaros de la Mauritania, Sus 
obras, inmeneo depósito de ciencia teslójica, son la imájen 
mas viva de la sociedad cristiana de fines del siglo TV. - 
San Ambrosio conquistó para la iglesia a este aguerrido 
3 formidable campeon. San Agustin, en efecto, fué pagano 
de oríjen. Nació en Tagasto, en- Africa, en 351, estudió las 
letras profanas i obtuvo la cátedra de elocuencia en Mi- 
lan. Allí se convirtió al cristianismo i volvió al Africa, en 
donde fué proclamado obispo de Hipona. En este puesto 
se distinguió tanto por su virtud como por sus talentos; i 
murió allí (430) durante el sitio de la ciudad puesto por 
los vándalos. Las obras mas célebres de este 'santo son la 
Ciudad de Diosi las Confesiones. Sus tratados contra los 
herejes, sus sermones, sus homilias ¡sus obrás filosóficas 
son par su número í por su mérito un testimonio de la:fe- 
cundidad i de la pujanza de su injenio. «Para teinplar cda 
admiracion que inspira el jénio de San Agustin, es menes- 
ter afladir que su doctrina sobre la gracia, que póne en pe- 
ligro el libre albedrio, ha ocasiovado debates que han aji- 
tado con frecuencia la iglesia. - o Ñ 
Despues de estos grandes oradores, es menester todavía 
citar a los papas pan Leon ¡San Gregorio Magno, que flo- 
recieron en el siglo Y, 1 que dejaron obras notables apesar 
de haber vivido en una época poco favorablé para las le- 
tras. Gon ellos se estinguieron en el occidente, ¡“durante 
algunos siglos, los últimos restos de la elocuencia sagrada. 


PARTE SEGUNDA. 





EDAD MEDIA, 


no 


CAPÍTULO PRIMERO. 
“Grandes divisiones de la literatura de la edad medía. 


1. Importancia literaria de la edad medis.—2. Clasificacion jeneral de la 
literatura durante este período: literatura oriental; bizantina; latina; 
vulgar e literatura de las lenguas modernas. 


1.—«Se cuentan en la historia mas de diez” siglos du- 
rante los cuales, segun se cree jeneralmente, el espíritu 
“humano ha retrogradado, Una porcion tan considerable de 
los tiempos que nos son conocidos, durante la cual la 
grande obra de la perfectibilidad hubiese retrocedido, seria 
sia duda una fuerte objecion contra el sistema de progre- 
sion en las luces; pero esta objecion, qne si fuese fandada 
seria abramadora, la refuto de una manera sencilla. No 
pienso que la especie humana ha retrogradado en esta 
época; creo, por el contrario, que en el trascurso de estos 
diez siglos se han dado pasos inmensos. 

«Me parece que cuando se estudia la historia se adquiere 
la conviccion-de que todos los acontecimientos principales 
tienden al mismo objeto, la civilizacion universal. Se vé 
que en cada siglo nuevos pueblos han sido admitidos al 
goce de los beneficios inherentes al órden social; i que la 
guerra, apesar de todos sus desastres, ha estendido con 
frecuencia el imperio de las luces. Los romanos civilizaron 





Ñ ' Ñ , 
HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 191 


el mundo que habian sometido. Un pueblo de guerreros 
reunió asi bajo las mismas leyes uva parte del mundo para 
civilizarla conquistándola. Las naciones del norte hacien- 
do desaparecer durante algun tiempo las letras i las artes 
que reinaban en el sur, adquiriendo sin embargo, algunos 
de los couocimientos que poseian los vencidos; i los ha- 
bitantes de mas de la mitad de la Iuropa, estraños hasta 
entónces a la sociedad civilizada, participaron de sus ven- 
tajas. * 
aLa invasion de los bárbaros fué sin duda una gran 
desgracia pará las naciones contemporáneas de esta revo- 
lacion, pero las luces se propagaron por este mismo acon- 
.tecimiento. Los enervados habitantes del sur, mezclándo- 
se con los hombres del norte, tomaron de ellos una especie 
de enerjía i cierta flexibilidad, que debian servir para com- 
pletar las facultades intelectuales». (MADAME DE STAEL, 
De la littérature.) | | y 
Se ha dicho jeneralmente que la edad media era un pa- 
réntesis, un desierto si se quiere, eolvucado entre la eivili- 
zación antigua i la civilizacion moderpa, i se ha creido 
apoyar esta opinion con la pobreza, mui exajerada, de la 
literatura de los tiempos medios. Sin embargo, sería mui 
difícil probar que lurante ese período se haya dejado es- 
tinguir una soln chispa de la ciencia i de la literatura de 
los tiempocs antiguos; i seria mui fácil manifestar que ba- 
jo muchas faces la literatura i las ciencias hicieron gran- 
des progresos en esos siglos que se llaman bárbaros. Las 
letras, es verdad, perdieron la correccion antigua, i no al- 
canzaron al razonamiento que constituye el mérito de las 
literaturas modernas; pero hicieron ostentación de una 
imajinacion poderosa, formaron la transicion de dos épocas 
mui diversas, i prepararon el gran movimiento revolucio- 
dario que se realizó en los siglos posteriores. 
2.—Estas reflexiones son verdaderas históricamente; 
- pero la jeneracion de entónces debió llevar una existencia 
miserable. El imperio se encontró rodeado de una aterra- 
dora red de bárbaros. En el Rhin, en el Danubio, en Afri- 
1 en Asia, las irropciones repentinas se sucediar a cada 
instante. Agréguense a esto la desorganizacion interlor, 
la corrupcion jeneral, los goces enervantes del lujo, i se 
verá que aquella era una época de muerte para la litera- 


e” 


122 ELEMENTOS DE LITERATURA, . 


tura. La Italia pasó á ocupar un rol de segundo órden, 
miéntras que en Constantinopla la lengua griega ' se per- 
petuaba con una literatura mucho ménos brillante que la 

el siglo de Perícles, pero bastante rica tadavía, sobre to- 
do en trabajus de erudicion i de jurisprudencia. Esa litera- 
tura es denomivada bizantina, del nombre antiguo de la 
capital del imperio, Bizancio. ( 

El occidente de Ja Europa estuvo por algunos siglas 
sumido en una especie de postracion literaria e intelectual 
causada por la decadencia de la literatura latina, por el 
desquiciamiento social producido por las invasiones de los 
bárbaros i por el establecimiento de un nuevo órden de 
cosas. El arte conservó, sin embargo, todas sus ramas, 
poesía, filosofía, historia; pero en su admiracion por los 
injenios de la decadencia romana, casi todos los escrito- 
res latinos de la edad media buscaron los modelos secun- 
darios, ¡equivocaron su caminó creando una literatura 


- bastarda, pálida i enfermiza. Por fin, nacieron las lenguas 


modernas, es decir, el latin se corrompió con el contacto de 
las lenguas bárbaras del norte, i entónces nacieron nuevas 
literaturas, derivaciones en gran parte de las literaturas de 
la antigitedad, aunque modificadas en su forma i en su fon- 
do, como que tambien eran el fruto i el reflejo de una civi- 
lizacion mui diferente. El jénio moderno comenzaba a ma- 
nifestarse en todo su esplendor. | 

Pero al mismo tiempo que se desarrollaban estas dos 
literaturas diversas en el occidente, es decir, la latina que 
vivia de los recuerdos clásicos de la antigiledad, i la vul- 
gar, hija de los nuevos idiomas, i al mismo tiempo que 
Constantinopla era el centro de una literatura griega, pro- 
ducto de las tradiciones helénicas i de la civilizacion cris- 
tiana, se desarrollaban otra civilizacion i otra literatura en 
el oriente, de que fueron creadores los árabes, cuyas con- 
quistas i cuyas influencias se hicieron sentir durante mu- 
chos años en Europa. 

Segun esto, la literatura de la edad media debe ser cla- 
sificada en tres grupos distintos: 1.* literatura oriental o 
arábiga; 2.* literatura bizantina, o griega moderna; i 3.* 
literatura neo-latina u occidental. Esta última debe a su 
vez dividirse en otros dos grupos: 1.* literatura latina 
propiamente dicha; i 2.” literatura vulgar, es decir, escrita 








HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 193 


en los idiomas modernos, derivados muchos de ellos del 
latin, o nacidos de las relaciones entre conquistados i 
conquistadores despues de las invasiones que destruyeron 
el imperio romano. _ 





CAPÍTULO IL 


t 


Literaturas orientales. 


1.—El (oran; su importancia literaria.—2. Civilizacion de los árabes; 
su influencia en Occidente.—3. Literatura arábiga; la histeria i la jeo- 
grafía.— 4. La poesía.—6. Las mil i una neches.—6. El apólogo; Lock - 
man.—7. Literatura persa; Ferduci i Sadi-——8. Calila i Dimna. 


1.-— Como hemos visto en otra parte, (Part. 1, cap. 1), 
mucho tiempo áutes de Mahoma, la Arabia tenia un len- 
guaje f. rmudo, i habia producido poetas de alguna distin- 
cion; pero el verdadero desarrollo de su jénio literario data 
de la reforma predicada por el profeta. El Coran, cuya 
perfeccion literaria fué aducida por el mismo Mahoma co- 
mo una prueba de que era una obra divina, llegó a ser el 
símbolo de la elocuencia arábiga iel modelo de las fu- 
turas composiciones. 

El Coran (Al-Coran, que en árabe significa la lectura) 
es el libro sagrado de los musulmanes, 1 fué compuesto por 
Mulhoma. Decia éste que lo habia recibido de boca del án- 
jel Gabriel por versitos o fragmentos gue los compañeros 
del profeta escribian bajo su dictado en hojas de palma. 
Código relijioso, moral, civil, criminal, político 1 militar, el 
Coran es para los musulmanes la fuente de toda lei i de 
toda ciencia. Los preceptos morales, muchas de sus pres- 
eripciories i de los hechos referidos en él, son tomados de 
los'libros sagrados de los cristianos; pero todo esto está 
mezclado con las tradiciones arábigas i con descripciones 
animadas, pero perdidas en medio de repeticiones fastidio- 
sas, Como obra literaria, el Coran es un libro sin órden, 
sin unidad i contradictorio ea muchos de sus capítulos. El 





- 


HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 125 


estilo, que es árabe puro, es mui conciso, 1 a veces oscuro 
a causa de las elípsis i de los equívocos. Los mismos ára- 
bes, para comprender su sentido, están obligados a recu- 
rrir a los numerosos comentarios que se han hecho. 

Ese libro, fundamento de las creencias i de la organiza- 
cion política de los árabes, es tambien la primera base de su 
literatura. Mahoma, en efecto, fijó la lengua de su patria, 
que ya habian perfeccionado los poetas, i que se apre- 
suraron a adoptar los pueblos sometidos al yugo del isla» 
mismo. El Coran sirvió de modelo para las reglas de la gra- 
mática i del estilo. Como estaba escrito sin vocales, podia ser 
leido i esplicado de diferentes maueras. En el siglo VII 
de la era cristiana se estableció la vocalizacion del libro 
sagrado, i se abrió un vasto campo a las esplicaciones gra- 
maticales i literarias. El arte de leer i de interpretar el 
Goran dió lugar a una infinidad de escritos de toda espe- : 
cie. Cuando los sectarios de Mahoma emprendieron la con- 
qUista de remotos paises, léjos de corromperse por el con- 
tacto de otros idiomas, el árabe se enriqueció con una 
multitud de espresiones nuevas, se desarrol:ó i llegó a ser 
la lengua sábia del oriente. La literatura persa no fué mas 
: que una division de la literatura árabe. Pero lo que hai 
de mas curioso ¡ mas notable es que, en medio de los nu- 
merosos dialectos que hablan las naciones musulmanas i 
que ofrecen diterencias tan radicales, el Coran es compren- 

ido por todas, i mantiene en medio de estas poblaciones 
tan opuestas por sus costumbres 1 por sus usos, una espe- 
cie de unidad de lenguaje i de sentimientos. 

2.—La predicacion del islamismo, llevada a cabo por 
medio de conquistas militares i de sangrientas ajitaciones, 
no fué inmediatamente favorable al cultivo de las letras, 
La poesía pareció estinguirse. Sia embargo, los árabes, ni 
aun durante el fanatismo de esas primeras conquistas, han 
merecido los reproches con que han sido condenados, Se 
les ha hecho responsables de la pérdida de muchas de las 
obras de la antigitedad, refirieodo que incendiarion la fu- 
mosa biblioteca de Alejandría. La crítica moderna casi ha 
desmentido este hecho. Se ha demostrado que aquel rico 
depósito de la ciencia i de la literatura antigitas habia su- 
frido grandes pérdidas bajo el gobierno de los emperado- 
res romanos; i que cuando los árabes invadieron el Ejipto, 


128  , ELEMENTOS DE LITERATURA. 
debia encontrarse sunamente réducida. De todos "modos, 
si el fanatismo relijioso de los sectarios de Mahoma pudo 
hacerse culpable de ese atentado literario destruyendo los 
- tiltimos restos de la célebre biblioteca, se sabe que ese cs- 
piritu de vandalismo no se conservó por largo tiempo. Ba- 
jo el reinado de los califas Abasidas, lasletras comenzaron 
a prosperar de nuevo, i las luces de la ciencia árabe contri- 
buyeron a alumbrar a la Europa, en una época en que la 
mayor parte del Occidente estaba sumido en una barba- 
rie casi completa. 
El califa Huroun-al-Raschid convocó los sábios de to- 
dos los paises a su corte de Bagdad, premió sus trabajos i 
mandó traducir los mas afamados autores griegos, Aristó- 
teles, Hipócrates, Euclídes, etc. (fines del siglo VII de la 
era cristiana). Su hijo Alínamoud, despues de'una guerra 
contra los emperadores de Constantinopla, hizo la paz a 
condicion de que sus evemigos le cediesen algunos milla- 
res de libros 1 permitiesen ir a Bagdad al filósofo Leon. 
Fundó escuelas, estableció bibliotecas i mandó ejecutar 
grandes trabajos de un carácter puramente científico, 
Bajo los Omniades, las letras i las ciencias no fueron 
protejidas con menor empeño. La ciudad de Córdoba en 
España, llegó a ser en el Occidente lo que Bagdad era en 
el Oriente, un centro científico al cual concurrian en el 
siglo X los sábios de todas las naciones cristianas a estu- 
diar las matemáticas i la medicina. La España arábiga con- 
tó ademas catorce universidades, cinco bibliotecas i mu- 
chos colejios i escuelas. Se atrio a los árabes la inven- 
cion de los números empleados Ya los tiempos modernos, 
i que simplifica tanto las operaciones aritméticas; pero se 
crée con mucho fandamento que este sistema de numera- 
cion fué conocido en los últimos años del imperio romano. 
Atribúyéseles igualmente la invención del áljebra, que 
talvez aprendiéron de los filósofos griegos de la escuela de 
Alejandría. Cultivaron la astronomía i la jeodesia, i cons- 
truyeron mapas de los paises conquistados. Cultivando la 
alquimia, fundaron la química; i sí su relijion no les per- 
mitió disecar los cadáveres i estudiar la anatomía, hicieron 
admirables progresos en la terapéutica i en la botánica. Se 
les niega la invencion de la brújula, del papel i de la pól- 
vora que, segun se crée, fueron inventos tomados por los 





HISTORIA LITERARBIA.—EDAD MEDIA 127 


úrabes de los chinos; pero parece fuera de duda que ellos 
contribuyeron a hacerlos conocer en Europa ia jenerali- 
znr su uso. Los árabes hicieron .mas que ésto todavía; co- 
municaron a los europeas las obras de algunos de los sá- 
bios de lu antigiedad, que, como las de Aristóteles, eran 
inperfectamente conocidas en el Occidente. 

Esta simple enumeracion hará conocer la influencia que 
los árabes ejercieron sobre las ciencias ila industria en 
Europa, Su literatura tuvo sin duda ménos importancia, 
pero no por esto dejó de hacerse sentir su accion sobre lag 
letras europeas, ] o 

3.—El movimiento literario no fué universal entre los 
árabes, o mas bien dicho, no abrazó todos los ramos de la 
literatura. La política i la elocuencia les fueron desconoci- 
das: desde las predicaciones de Mahoma, el despotismo 
priental no permitia ajitar de viva voz o por escrito las 
grandes cuestiones que se refier=n a la existencia social i 
política de los pueblos. Rara vez hicieron remontar la his- 
toria mus allá de la Ejira, porque la vida política de los 
árabes databa solo de allí, i porque ellos desdeñaban todos 
los sucesos anteriores, Aunque hicieron grandes progresos 
en casi todos los jéneros de poesía, no cultivaron el drama. 
La filosofía, estudiada en Aristóteles, se redujo a algunas 
argumentaciones escolásticas; i la jurisprudencia, así como 
.la metafísica, se resumieron en el Corax. | 

Los árabes han cultivado la historia con particular ar- 
dor. Las obras de este jénero que posée su literatura, aun 
haciendo abstraccion de Jas muchas .que se hau perdido, 
bastarian para formar una biblioteca. En jeneral, los his- 
toriadores árabes no se distinguen por el talento descripti- 
vo: «on ordinariamente secos i áridos, enuncian los nom- 
bres. propios i las fechas, esponen los hechos sin método, i 
entrelazan fragmentos mas o ménos largos de poesías, que 
con frecuencia tienen escasa relacion con el asunto princi- 
pal, i numerosas anécdotas de sospechosa autenticidad, o 
máximas triviales. Sin embargo, esas obras, que son de 
absoluta necesidad para conocer la historia del Oriente, 
son mui útiles para correjir algunos errores i llenar mu- 
.chos vacíos en la historia de los paises occidentales que, 
como la España, estuvieron en contacto con los árabes. 

La jeografía debe a los úrabes grandes progresos Sus 





128 ELEMENTOS DE LITERATURA; 


vastas conquistas, el gusto que tenian por los viajes leja- 
nos i de aventuras, el deber de hacer largas peregrinaciones, 
la necesidad de fundar sobre "observaciones astronómicas 
la orientacion de las nuevas mezquitas que elevaban en las 
ciudades conquistadas, arrojaron vivas luces sobre el cono- 
cimiento de la Tierra. Muchos escritoreg árabes, entre los 
cuales se distingue Abulfeda (1272-1331), historiador 
igualmente célebre, han” contribuido poderosamente al 
progreso de la jeografía en la edad media. Edrisi, nacido 
en Genta en 1099, i educado en Córdoba, construyó en la 
corte de Rojerio II, rei de Sicilia, un globo jeográfico en 
que estaban indicados todos los paises entónces conocidos. 
Este globo no ha llegado hasta nosotros; pero sí un trata- 
de descriptivo que servia para su esplicacion. La obra de 
Edrisi, titulada Distracciones del hombre que desea conacer 
los diversos paises del mundo, contiene todavía errores gro- 
seros, copiados de los jeógrafos de la antigiedad; pero en 
muchos puntos los reforma i corrije con el auxilio de los 
itinerarios de los viajeros posteriores. Los jeógrafos de 
Occidente, salvo variaciones mui poco importantes, no hi- 
cieroh mas que copiar a Edris), hasta que los descubri- 
mientos de los portugueses en el siglo XV dierom otro 
rumbo i un desarrollo mayor a la jeografía. Fueron nota- 
bles subre todo, los progresos de. los árabes en jeografía 
matemática, en que tomando por base los conocimientos 
de la escuela de Alejandría, los estendieron i períecciona- 
ron. Dando una teoría mas exacta de la marcha del Sol, 
los árabes corrijieron un gran número de faltas en las ta- 
blas de Ptolemeo, calcularon mas. exactamente la oblicui- 
dad dela eclíptica, la exentricidad del Sol, su movimiento 
medio i la precesion de los equinoxios; determinaron la di- 
ferencia que existe entre cl año solar i el año sideral; per- 
feccionaron los antiguos instrumentos, e inventaron otros 
eon cuya ayuda midieron la circunferencia del globo te- 
rrestre. | 
4,—En la poesía, los árabes hicieron mayores progresos 
que en cualquier otro ramo de la literatura. Hemos habla- 
do ya de los cantos anteriores a la predicacion de Mahoma; . 
pero ese carácter primitivo comenzó a perderse poco a poco, 
1 la poesía arábiga se atavió de elegancia 1 se hizo filosófica 
i sentenciosa. No hai pueblo que haya producido tan gran 





HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 129 


número de poetas como los árabes, ni jénero de poesía 
que no haya sido cultivado por ellos, a escepcion del dra- 
ma.'Aun despues de consumada la reforma i de estableci- 
do el islaínismo, el talento poético fué entre los árabes un 
verdadero poder. El poeta reinaba por la fuerza del jénio 
como Jos califas reinaban por el derecho divino. Buscado 
con frecuencia como árbitro, daba su fallo en las dificul- 
tades que se suscitaban en las familias. Kn una nacion tun 
ávida de poesía, cada cual se esforzaba por adornar su 
memoria con piezas poéticas. Se citan los nombres de mu- 
chos de esos poetas, como tambieu los de otros que adqui- 


rieron una alta reputacion recopilando las autiguas poesías. * 


En todas esas obras abundan las sentencias i proverbios 
morales, que constituyen entre los árabes uno de los ele- 
mentos mas sólidos de poesía. 

Hai ademas en ella utro carácter jeneral i comun a toda 
la poesía oriental. «Nosotros, dice el célebre crítico fran- 
ces Gringuené, cuidamos de suavizar las espresiones figura- 
das: los. asiáticos se em peñan eu darles mas audacia 1 mas 
temeridad: nosotros exijimos que las metáforas se ¡nsinúen 
sin esfuerzo: ellos desean que se precipiten con violencia, 
Nosotros queremos que no solo tengan brillo sino que no 
sean tomadas de mul léjos: ellos van a tomar a cualquier 
parte las imájenes que amontonan hasta el hastío. lu fin, 


os poetas europeos buscan sobre todo la naturalidad, el ' 


grado, la claridad: los poetas asiáticos aspiran a la gran- 
diosidad, al lujo i a la exajeracion. Los europeos hallan 
las poesías orientales hinchadas, jigantescas 1 casi locas, 
miéntras que los orientales hallau- las poesías europeas 
pálidas, tímidas 1 casi arrastradas. 

Los árabes cultivaron con preferencia la oda, el idilio i 
la elejía. No les falturun los asuntos épicos; pero no se 
formó nuuca un poema homérico, Su sistema métrico no 
tenia una gran vatiedad, i aun fueron comuues entre ellos 
las composiciones monorímicas. Se crée, sin embargo, que 
los españoles tomaron de ellos algunos de los artificios 
rítinicos de la versificacion castellana. 

Las alteraciones sucesivas del gusto poético entre los 
árabes crearon el uso de una prosa rimada. Sin embargo, 
algunos hombres de un grau talento crearon con el ausi- 
lio de este estilo estravagante obras verdaderamente nota- 





130 ELEMENTOS DE LITERATURA. 

bles. Se recomienda particularmente el Mokamat, compues- 
to: por Hariri, célebre i fecundo escritor del siglo XI, 
Esa palabra significa sesiones literarias; i en efecto la obra 
está formada por cincuenta sesiones que son otros. tantos 
episodios de:la vida del héroe de este libro. Abu-Zeyd, asl 
se llama este personaje, recorre todas las condiciones de la 
vida: predicador, hace verter lágrimas; abogado, burla al 
juez; mendigo, cojo, ciego, maestro de escuela, improvisa- 
dor, médico, siempre esplota a las jentes. Por último, ha- 
llándose al fin de una vida llena de aventuras, se convierte 
sinceramente i se entrega a las prácticas relijiosas. La na- 
rracion es hecha alternativamente en verso o en ¡prosa ri- 
mada. Esta obra, que se conserva como uno de los mas 
hermosos monumentos de la literatura arábiga, hizo olvi- 
dar otras novelas que habiau gozado de una gran reputa- 
cion. 

5.—Pero la obra arábiga verdaderamente popular entre 
las naciones occidentales, es la que lleva por titulo Las mil 
i una noches, conocida en Europa solo desde principios del 
siglo pasado por la traduccion que de ella hizo el orienta- 
lista frances Galland, Segun la fábula de este libro, un so- 
berano está dispuesto a hacer morir a su mujer, la sultana 
de Scheherazade; pero ésta, lo obliga a diferir la ejecucion 
dia por dia, durante tres años, exitaudo su curiosidad 1 su 
interes por oir al día siguiente la continuacion o el fin de 
una historia que ella ha comerzado. El libro carece de ti- 
losofía, de un propósito verdaderamente moral; contiene 
muchas locuras, pero es fecundo i variado, divierte e inte- 
resa, Por el empleo de lo maravilloso, lisonjea la inclina 
cion que tenemos a dejarnos engañar, 1 nous acerca a la 
edad de las ¡ilusiones infantiles. Se encuentra en esta obra 
una pintura fiel del carúcter i d> las costumbres de los 
pueblos orieutoles: a la vista del lector se presentan los 
artificios de las mujeres corrompidas por la servidumbre, 
las astacias de los esclavos, etc. 

Se ha discutido mneho a cerca del oríjen probable de esa 
obra, o a lo ménos de los cuentos que la forman. Se ha su- 
puesto que datan de una remota antigúedad, i que su pri= 
mera redaccion tuvo lugar en la ludia o en la Persia, Un 
célebre orientalista frances, Silvestre de Sacy, crée podex 
establecer definitivamente que este libro bus escrito era 








< 





HISTORIA LITERARIA.——EDAD MEDIA. ' 131 


lengua árabe en Siria, a fines del siglo XIV o principios 
del siglo XV de nuestra era, i que su autor lo dejó incom- 
pleto, dando lugar a que copistas posteriores lo continua» 
ran con otros cuentos de roenor mérito. Todo esto no es 
mas que uma hipótesis mas o ménos probable: en definiti- 
va, la posteridad no conoce el nombre del autvr de Las mil 
i una noches; i apénas se infiere el lugar i la época en que 
se escribió este libro admirable. 

6.—La fábula o el apólogo, fué otro jénero literario mui 
estimado entre los árabes. Se aprecian sobre todo las que 
se conocen con el nombre de Lockman, personaje miste- 
rioso de cuya vida no se tiene noticias fidedignas. Se sabe 
que existió autes de Mahoma, el cual dice eú el capítulo 


XXXI del Coran que la sabiduría de Lockman fué un don” 


de Dioe; pero de la semejanza que hai entre las tradiciones 
referentes a la vida de Esopo i la del fabulista árabe, i de 
la igualdad casi constante que existe eutre los argumentos 
de los apólogos de ámbos, se ha pretendido deducir qué 
Esopo i Lockman son una misma persona, 
17.—La actividad literaria que se siguió a la predicacion 
del islamismo no estuvo limitada a los árabes. Otras na- 
ciones orientaleg produjeron tambien escritores de grande 
habilidad e importancia. La Persia especialmente fué rica 
en poesía, en el tiempo eu que la literatura arábiga comen- 
zaba u decaer. La época de su mayor riqueza comienza en 
el siglo X i termina en el XIV. 

A este perivdo pertenece Ferduci (siglo XI) autor de 
Chah-Namah o libro de las reyes, poema épico de ciento 
veinte mil versos, cuya accion dura 3700 años, i que tiene 
por objeto referir la historia de los reyes de Persia. Mas 
que una epopeya, es una crónica poética enriquecida con 
numerosos episodios, en que abundan las mas variadas in- 
venciones de la-imajinacion oriental, Ferduci celebra prin- 
cipalrmente la guerra de los persas contra los tártaros que 
ausiliados por los soberanos de la India i de la China, 1 
por todos los jénios maléficos ¡Jos encantadores ael Asia, 
invaden la Persia ise estublecen en ella, hasta que el he- 
róico Rustan, poniéndose a la cabeza de sus compatriotas, 
arroja a los invasores i los obliga a volvef a sus desiertos. 

Stepoema, que algunos han comparado con la Ilíada de 


Homero, tiene hermosas descripciones, i animadas narra- 


5d 





% 


132 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


ciones de combates, pero sus caractéres son poco varia» 
dos, el plan desordenado i sus ideas exajeradas i jigan- 
bescas. : 


Otro poeta persa de gran reputacion es Sadi, que vivia 
en el siglo XIII, i que despnes de haberse educado en Bag- 
dad, llevó una vida:de aventuras. Algunas de sus obras 
están escritas en verso, otras en prosa, i otras, por fin, al- 
ternativamente en prosa i verso. De este número es (Gu- 
betan o el jardin de rosas, coleccion interesante de preceptos 
políticos 1 morales, de sentencias filosóficas i epigramáticas, 
de anédoctas i rasgos históricos. Las otras obras de .este 
poeta son mui inferiores a la que dejamos citada; pe- 
ro en todas ellas domiva cierta sencillez de estilo 1 cier- 
ta naturalidad que es raro hallar en los otros poetas per- 
Sas. 


En el siglo siguiente floreció pala, que goza de la 
reputacion del primer poeta lírico de Asia. En sus odas, 
en que canta el amor, el vino, los placeres, se muestra 
tierno i sensible, ¡a veces licencioso. De ordinario en- 
vuelve pensamientos profundos con espresiones misterio- 
Sa8. 


8.—Los persas forman el único pueblo mahometano que 
haya cultivado la poesía dramática. Las piezas de su tea- 
tro tienen cierta analojía con los dramas relijiosos de las 
naciones europeas en la edad media, Abundan tambien en 
aquella literatura las novelas, cuentos i apólogos. Los per- 
sas imitaron o tradujeron las fábulas indianas de Pilpay, 
de tal manera quea ellos ha debido en gran parte el Occi- 
dente el conocimiento de aquellas obras. Con el nombre 
de Calila ¿ Dimna se conoce una coleccion de apólogos 
en prosa, traducida del sanscrito al idioma persa, e impor- 
tada por los árabes a los pueblos de Occidente. Dos ani- 
males, especie de chaacales, que son los héroes de la obra, i 
que tienen los nombres que le sirven de título, conversan 
en ella sobre diversos asuntos ¡ se cuentan numerosos Apó- 
logos e historietas en que la crítica moderna cree reconocer 
la reproduccion de las fábulas atribuidas a Pilpay. Este 
libro tuvo gran reputacion en Europa durante la edad me- 
dia: solo en España se hicieron dos traducciones castella- 
nas ántes del siglo XV, 








HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 133 


La literatura persa es mui rica en obras históricas. Mu- 
chas de ellas han sido traducidas a las lenguas de la Euro- 
pa moderma, i particularmente al inglés i al francés, i han 
restado útiles servicios para el conocimiento de la historia 
del Oriente; pero hasta ahora se las conoce supcrficial- 
mente, 


? +. 


CAPITULO III. 


Literatura bizantina. 


1,—Carácter jeneral de la historia i de la literatura bizantina. —2. Poesta; 
epigramas.-—3. Diversos poemas; Museo i Nonno,—4. Imitadores de 
emero; Quinto de Smirna i Trifiodoro.—5. La novela, Eliodoro i 
Aquiles Tacio.—6, Longo.—7, La historis; Zózimo i Procopio.—8. Los 
jeógrafos; Cosmas Indicopleustes —9, ('ecadencia de la literatura 
bizantina, —10, Renacimiento en el siglo IX; Focio.—11. Vicisitudes 
posteriores de las letras griegas.—12. Ultimos historiadores; Ana Com- 
ueno.—13, Infinencia de la crvilizacion bizantina en Occidente. 


1.—La bistoria política del imperio de Oriente ofrece en 
jeneral un escaso interes, i de ordinario ha sido mirada 
hasta cun cierta indiferencia. Fundado en 395, a conse- 
cuencia de la muerte de Teodosio el grande ¡ de la division 
del imperio romano entre sus dos hijos, se sostuvo en pié 
durante mas de mil años en medio de calamidades espan- . 
tosas que habrian bastado por sí solas para destruirlo, 1 
apesar de los diluvios de bárbaros que lo acometieron du- 
rante todo el curso de la edad media, i que destruyeron 
hasta sus cimientos el imperio de Occidente. «La situacion 
Inatacable de la capital, cuya suerte decide ordinariamente 
de todo bajo gobiernos semejantes, 1 el despotismo, que es 
con frecuencia el último apoyo de las naciones en su deca- 
dencia, pueden hasta cierto punto esplicar un fenómeno 
Que no tiene semejante en la historia del mundo» (Heeren). 

El imperio de Oriente, conocido tambien con el nombre 
- de Bajo Imperio, era un despotismo de forma regular, que 
“en medio de frecuentes revoluciones conservaba inalterable 
su jénio isu enervante infinencia sobre las costumbres 1 
sobre la literatura. Esas revoluciones eran tramadas en el 
palacio mismo de los emperadores por mujeres ambiciosas 
1 disolutas que inmolaban a sus esposos para reiuar a 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 135 


nombre de gus hijos, ¡ a sus hijos para coronar a sus aman- 
“tes; por hijos desnaturalizados impacientes por subir al 
trono; o por.ministros desleales que, viendo vacilar la coro- 
na sobre la frente de sus amos, osaban arrebatársela. Produ- 
jéronlas a veces disenciones puramente teolójicas, el desa- 
fecto del clero i del pueblo a príncipes que se arrogaban el 
derecho de interpretar el dogma; o la ambicion de un jene- 
ral victorioso que se aprovechaba de la adhesion de su ejér- 
cito para usurpar el trono. Pero de todos modos el cetro 
pasaba de una mano a otra sin que la organizacion del 
Estado se alterase: el principe destronado, sus hijos, sus 
fieles partidarios eran privados de la vista, aprisionados 
en monasterios o entregados al suplicio; i al cabo de pocos 
dias todo reobraba su acostumbrada marcha, sin que ja- 
más ocurriera al pueblo el pensamiento de valerse de las 
circunstancias para recabar de sus tiranos una concesion 
que alijerase el yugoo mitigase su miscria (Bello, estrac- 
tando a Shoell). Él nombre griego del Bajo Imperio 
sirve todavía es las lenguas modernas para espresar un 
pueblo enervado por la cortupcion jeneral, indiferente a 
la prosperidad pública, al despotismo o a la libertad. 

a influencia de este ósden de cosas no podia dejar de 
ser fatal a las ciencias ia la literatura. En efecto, ese pe- 
ríodo de cerca de 1100: años noes mas que una agonía 
prolongada del jénio literario de la antigua Grecia. Por 
inonótona que sea la historia civil de ese período, su historia 
literaria ofrece un interes particular. El imperio griego no 
ha esperimentado ninguna interrupcion entre el mundo 
antiguo 1 el moderno, es decir, no ha estado sometido al 
paso de la barbarie, de manera que miéntras en el resto 
de la Europa civilizada, las grandes invasiones destruian 
por todas partes la vieja sociedad i la recomenzaban con 
una raza nueva, el imperio griego guardó sus leyes, sus 
costumbres ¡la forma de su soberanía hasta mediados del 
siglo XV. 

sa época de la literatura griega, denominada jeneral- 
mente período bizantino, del nombre antiguo de la capital 
del imperio, produjo algunos cantos poéticos inspirados, 
estimables tentativas para poner en boga por medio de 
núevas epopeyas las tradiciones de los tiempos heróicos, 
historiadores notables, compilaciones bibliográficas de gran- 


136 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


de erudición, i casi tadas las novelas que nos ha legado la 
antipitedad. La lengua griega, hablada en la mitad orien- 
tal del imperio romance, aun bajo la supremacía política i 
militar de Roma, sirvió de instrumento a los escritores 
bizantinos. , 

2.—A la época de la fundacion del imperio de Oriente, 
la poesía griega estaba reducida casi esclusivamente a epi- 
gramas e inscripciones. Conviene observar aquí que los 
epígramas de los primeros dias de la literatura bizantina 
eran simplemente elojios puestos en verso para ensalzar al 
emperador, a los príucipes, a los ministros ia los favoritos. 
Al lado de estas obras se compusieron algunas poemas di- 
dácticos i mitolójicos, i diversas poesías que no carecen de 
cierto mérito. 

3.—La poesía elejiaca, o mas bien erótica, hizo tambien 
oir algunos dulces i tiernos acentos. Museo el gramático, 
de cuya vida no se tiene ninguna noticia i de quien se su- 
pone que existió en el siglo V, cantó en un estilo armonio- 
so i puro los amores de Hero i Leandro. Este poema, com- 
puesto de trescientos cuarenta hexámetros, es una de las 
producciones mas graciosas de la musa griega. La ternura 
de dos amantes, la delicadeza misteriosa de sus amores, 
sus placeres tan naturales i tan sencillos, seguidos de una 
catástrofe pronta, todo este contraste conmovedor, 1 sin em- 
bargo tan natural, de felicidad i de infortunio, está hábil- 
mente presentado. Museo ha sabido unir a estas oposiciones 
morales las armonías i los contrastes de los lugares. La 
accion que seabre en la primavera, bajo los mas risueños 
auspicios, en medio de la pompa i de la alegría de una fies- 
ta relijiosa en honor de Vénns i de Adónis, se cierra a en- 
tradas de invierno, en la soledad i el horror de una tem- 
pestad en que perece uno delos hérues del poema. La 
relacion de este fin tan triste es un trozo digno, por la sen- 
cillez del estilo i por la verdad de los sentimientos, de los 
mejores siglos de la Grecia. 

Mui inferior a Museo es Nonno, oriundo de Panápolis 
en el Ejipto, que vivia tambien en el siglo V (nacido pro- 
bablemente en 410). Con el título de Dionisiacas, compuso 
un poema en cuarenta i ocho cantos en honor de Bosco. 
Nada es mas desigual que este poema: a rasgos de una ver- 
dadera inspiracion, se siguen trozos de una estéril abun- 


Me 





1. 


HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 137 


dancia de palabras. El predominio del elemento descriptivo 
i el abuso de la erudicion mitolójica hacen fatigosa su lec- 
tura, en que por otra parte se nota una excelente versifica- 
cion. Se atribuye tambien a Nonno otro poema titulado 
Paráfrasis del evanjelio de San Juan. 
4.—Los recuerdos de Troya i, mas que todo, la admira- 
cion por los poemas de Homero, produjeron en el siglo VI 
varios poemas, de los cuales los mas famosos fueron los de 
into de Esmirna i de Trifiodoro de fójipto. Quinto es au- 
r de un poema en catorce cantos titulado Paralipómenes, 
o lo que ha sido omitido por Homero. Este poema, que es 
simplemente una continuacion de la /liada, tiene el defec- 
to de todas las obras de los poctas de Alejandría. Es una 
historia en verso mas bien qne una epopeya. Quinto imita 
algunas veces a Homero con felicidad; pero no sabe variar 
las descripciones de los combates ni dar unidad de interes 
1 de accion. | 
Irifiodoro compuso tambicn des poemas imitando a Ho- 
mero. Su Odiséa en veinticnatro cantos que no ha llegado 
"hasta nosotros, era talvez una obra de paciencia que reve- 
laba la corrupcion del gusto de la época. Se dice que en 
cada canto el poeta se abstuvo de usar una de las letras del 
alfabeto: otros dicen que en todo el poema habia desterra- 
do la letra e. 'Prifiodoro compuso otro poema titulado la 
Destruccion de Troya, crónica seca, mal ligada ¡i falta de 
vida, 1 escrita en un lenguaje rebuscado en que solo se en- 
cuentra un corto pasaje de algun interes. Inferiores todavia 
a éste son otros poetas que en el mismo siglo V] cantaron 
en versos griegos el rapto de Elena i la vida de Jesucristo. 
5.—Pero el jénero cultivado con mejor éxito en esta época 
de la literatura griega, es rin duda ta novela, Hemos ha- 
blado ya (páj. 55), de algunas novelas griegas; pero sola- 
mente a fines del siglo 1V apareció la primera relacion de 
aventuras imajinarias escritas en prosa con algun arte pa- 
ra el placer del lector, tipo primero de la novela de amor, 
como se comprende en nuestros dias. Un escritor llamado 
Heliodoro, del cual se cree jeneralmente que sea Eliodoro 
mesa, en Fenicia, que mas tarde fué obispo de Trica 
eo Tesalia, compuso las Etiópicas, historia ficticia de los 
amores de "Teajeenes i Cariclea, bija del rei de Etiopía. Es- 
ta novela tieue algunos de los méritos exijidos en las com- 


“4 


138 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


posiciones de este jénero: plan regularmente concebido, 
intriga bien anudada, episodios oportunos, caractéres bien 
sostenides i acontecimientos nuevos i verosímiles. La no- 
vela de Heliodoro ha servido de modelo a los novelistas 
griegos posteriores i a muchos escritores modernos. Lo que 
principalmente constituye su atractivo es la delicadeza 
cristiana, el pudor de sentimiento, la castidad de los afec- 
tos, que hasta entónces oscuros i vagos en las producciones 
del mismo jénero, se revelan aquí en toda su naturalidad i 
en toda su gracia. Las costumbres, sin embargo, son fictl- 
cias: el autor no describe pueblo ni tiempo alguno, de tal 
manera que, segun ese libro, no se podria indicar en qué 
país ni en qué época viven los personajes. ” * 

Aquiles "Tacio de Alejandría, viene en seguida: pero sus 
Amores de Leusipa i Clitofon son mui inferiores a la nove- 
la de Eliodoro. Escrito bajo una influencia enteramente 
pagana, 1 como alusion contínua a las fábulas voluptuosas 
de la mitolojía, ese libro es ménos casto en sus eentimien- 
tos i en les detalles, ménos variado en los caractéres, mé- 
nos feliz en el desenlace. Los sucesos, es verdad, tienen 
verosimilitud, ¡la composicion interes: sus cuadros son nu- 
merosos i diversos, sus descripciones variadas aunque mui 
frecuentes, i sus sentimientos pintados con vigor; pero se 
pierde en digresiones, i deja entrever las huellus mas cho- 
cantes de la infamia de las costumbres antignas. 

6.—Nada se sabe de positivo acerca de la vida de Aquí- 
les Tacio, i ni siquiera la época exacta en que escribió. Ln 
misma incertidumbre existe respecto de otros novelistas 
que se creen posteriores a aquel. El mas famoso de todos 
ellos es Longo, cuyo nombre mismo es un motivo de du- 
das, puesto que aunque de forma latina (Longus) se le ve 
al frente de un libro griego. La obra de éste es una nove- 
la pastoral titulada Dáfnis + Cloe, que si bien manifiesta 
poca invencion, no carece de cierta figura, aun cuando se 
deja ver el arte i el cuidado con que ha sido compuesta, 
Una pintura mas viva que conmovedora de las primeras 
emociones i de los primeros sentimientos de dos jóvenes 
amantes creados en la sencillez de la vida campestre, es el 
argumento de la obra; pero en ella, ninguna idea de bon- 
dad moral viene a mezclarse a este cuadro, a purificarlo o 
a embellecerlo. M, Villemain cree que Dáfnis i Cloe ha 








HISTORIA LITERARIA. — EDAD MEDIA. 139 


servido de modelo para la composicion de Publo ¿ Virjinia. 
«Pero la superioridad del autor francés, añade, aparece no 
solo en la seucillez del estilo, en la naturalidad i verdad, 
sino en la pureza moral i en el espíritu de pudor cristiano 
que han hecho de esta obra uña de las producciones mas 
atractivas de los tiempos modernos, El cuadro de Longo 
no.es mas que voluptuoso: el de Bernardino de Saint-Pie- 
rre es apasionado ¡ casto.» > o 

7.—Los siglos Y 1 VI de la era cristiana vieron tambien 
brillar grandes historiadores en el imperio de Oriente, pe- 
ro entre todos ellos sobresalen Zózime 1 Procopio, : 

El primero de éstos, que vivia en el siglo Y, compuso 
una historia romana, en jeneral poco interesante en la par- 
te que se refiere a los sucesos anteriores a la vida del au- 
tor; pero indispensable para conocer a fondo la decadencia 
i ruina del imperio romano, Zózimo es el enemigo franco 
i declarado del cristianismo, al cual atribuye ser una de las 
causas de la decadencia del imperio ¡ es, por tanto, enemi- 
go de Constantino, cuya conducta interpreta de ordinario 
con mucha severidad; pero aparte de la pasion que deja. 
ver al tratar esos puntos, debe considerársele como un his- 
toriador verdaderamente filósof:. lo la apreciacion de los 
hombres ¡ de los sucesos muestra una penetracion i una 
exactitud de juicio admirables, Aun en la primera parte 
de su obra, Zózimo no es un simple abreviador; compara 
las autoridades, i resuelve siempre con verdadera sagaci- 
dad. Desgraciadamente, su obra no se conserva integra, i 
aun hai motivos para creer que nunca la terminó. 

la, nataral de Cesarea, en Palestina, vivia en el 
siglo VI. Brilló en Constantinopla en donde desempeñó 
el cargo de prefecto, i fué secretario de Belisario durante 
sus campañas. En la Historia de su tiempo refiere los su» 
cesos interiores i las guerras del imperio contra los persas, 
vándalos, moros, i godos, ya como testigo de vista, ya con 
los mejores infurmes. Jeneralmente verídico i sencillo en 
Su narracion, es sin embargo, lisonjero i cortesano con lo 
poderosos de su siglo. Sin duda, para correjir esta falta, 
compuso otra obra con el título de Anécdotas o historia se- 
creta, que escribió en sus últimos años i que solo fué co» 
nocida despues de su muerte. Esta es la historia privada i 
doméstica de su siglo, así como la otra era la historia ofi-. 





140 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


cial i pública. A los héroes que aparecen con cierta majes- 
tad en su primera obra, Procopio los pinta en la segunda 
con todos sus vicios i debilidades; a Justiniano hipócrita i 
cobarde; a la emperatriz Teodora, ruin ¡ vengativa; ¡a Be- 
lisario dominado por una mujer intrigante 1 disoluta, La 
moral no puede aprobar este compromiso entre la verdad 
i el miedo; pero ¿la responsabilidad de este acto debe re- 
caer sobre el escritor que toma estas precauciones, o sobre 
el príncipe que las hacia necesarias? 

8.—Al lado de esos historiadores, es preciso colocar a 
los jeógrafos entre los cuales hai algunos mui recomenda- 
bles por sus investigaciones prolijas i por la variedad de 
sus conocimientos. El mas notable de todos es un mon- 
je de Alejandría que vivia en el.siglo VI i que, como 
comerciante, habia viajado mucho en Africa i¡ en Asia. Co- 
nócesele con el nombre de Cósmas Indicopleustes, palabras 
que sin duda indican sqlo su profesion de viajero i de jeó- 
grafo (derivada de cósmos; mundo, i de indico pleustes, na- 
vegador indiano). Cristiano ferviente, Cósmags compuso va- 
rias obras con el objeto de demostrar la armonía que, segun 
él, existe entre las Sagradas Escrituras i las ciencias jeo- 
gráfica i astronómica. De sus obras solo nos ha llegado 
la Topografía cristiana, uno de los libros mas curiosos que 
haya producido la edad media. «Como hai, dice, falsos 
cristiacos, lectores de las Escrituras que se atreven a 808- 
tener que la Tierra es esférica, combato esos errures toma- 
dus de los griegos, por medio de citaciones irrefutables de 


. los libros sagrados.p Despues de combatir esa doctria 


por medio de mumerogas citaciones de la Biblia, entra a 
esponer sus propias ideas. La Tierra, segun él, es un ree- 
tángulo limitado por todas partes por murallas que forman 
encima de ella, reuniéndose, el firmamento o la bóveda ce- 
leste. Para esplicarse el sistema sideral, supone una alta 
.ontaña al rededor de la cual jiran las estrellas, la Luna 
j el Sol, siendo este último mucho mas pequeño que la 
tierra. Cósmas combate la esfericidad de la tierra no solo 
por medio de citaciones bíblicas, sino en nombre de la «sa- 
va razon.» Encuentra ridículas las teorías mas verdude- 
ras i fundamentales de Ptolemeo; 1 al hablar de los antí- 
podas dice que esos son «cuentus de viejas.p Por lo que 
toca a la jeografla, supone que el rectángulo de que hem«s 





21 
Ñ 


HISTORIA, LITERARIA.—EDAD MEDIA. 141 


hablado contiene en el interior otro mas pequeño formad» 
r las partes conocidas de la Europa, él Asia i el Africa, 
lao cuales están rodeadas por el'océano, Al lado de estos 
absitrdós espuestos con un candor admirable, la obra de 
Cósmas contiene noticias mui interesantes respecto de los 
paises orientales, casi completamente desconocidos de los 
europeos. La parte cosmográfica de este libro puede agra- 
dar talvez al bulgo de los lectores; pero los hombres i¡lús- 
* trados que podian apreciar los trabajos de los sábios de la 
escuela de Alejandría, continuaron desentendiéndose de las 
teorías de Cósmas i respetando los principios fundamenta- 
les establecidos por Ptolemeo. ed 

9.—La filosofía, la retórica, lá glamática, la medicina i 
las ciencias matemáticas se cultivaron con grande ardor en 
el imperio de Oriente durante los primeros emperadores, 
Aténas poseia filósofos que esplicaban las obras de Platon 
ide Aristóteles, i profesores de gramática i de retórica, 
denominaciones bajo las cuales se comprendia la elocuen- 
cia i todo jénero de erudicion filolójica. Constantinopla i 
otras grandes ciudades tenian escuelas de derecho i de teo- 
lojía. Sn Edesa (Mesopotamia seteutrional) se enseñaban 
las ciencias en griego ien siriaco. Kn Bérito (Penicia) 
florecía la mas celebrada escuela de derecho. Alejandría, 
cuya escuela habia sido destruida por Diocleciano, conti» 
nuaba ahora siendo el centro de las ciencias, i particular- 
mente de la medicina i de las matemáticas. Su biblioteca, ' 
sin embargo, habia sido dispersada a consecuencia de las 
contiendas relijiosas. 

No fueron los bárbaros del norte los que destruyeron 
estos establecimientos, como habia pasado en el Occidente, 
Fué el fanatismo relijioso de los emperadores de Constan- 
tinopla el que causó tan gran mal. Justiniano quitó a los 
profesores los sueldos que sus predecesores les habian 
asignado, iespulsó de Aténas a los filósofos i retóricos 
que miraba como enemigos del cristianismo. Estos encon- 
trarou un asilo en la Corte de Cosroes, rei de Persia. Los 
sucesores de Justiniano que no conocian mayor prerogati- 
va del poder soberano que el mantenimiento de la ortodo. 
jia, persiguieron a los súbios de Edesa, por ser adictos a la 
herejía de Nestorio, que un concilio habia condenado. Jus- 
tiniano, en cambio, dispuso la compilacion completa de 


142 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Jos tesoros de la jurisprudencia remana; i bajo sus auspi- 
cios el eminente jurisconsulto Triboniano redujo a un 

* guerpo ordenado de leyes las disposiciones reunidas en mas 
de mil tratados que-existian entónces. Este trabajo cofosal 
fué llevado a cabo en catorce meses, con el auxilio de otras 
diez jurisconsultos que estaban a las Órdenes de Tribo- 
niano. 

Otras calamidades aflijieron a la literatara griega desde 
el siglo VII. Las conquistas de los árabes arrebataron al 
imperio una gran parte de su territorio, con las ciudades 
mas sábias.i cultas del Oriente. Perdido el Ejipto para dos 
griegos, no tuvieron éstos el papiro, aquella planta pre- 
ciosa que suministraba a los autiguos el papel para la 
escritura. El pergamino llegó a ser excesivamente caro, 
j por tanto los manuscritos alcanzaron precios fabulosos. 
Las diseordias relijiosas suscitadas por el fanatismo de Jos 
iconoclastas (destructores de imájenes) fueron causa de la 

- destruccion de muches conventos ¡de la dispersion de sus 
bibliotecas, ú:timo asilo de la moribunda. literatura. Los 
sábios griegos solicitados por los califas de Bugdad, fue- 
ron a prestar a la civilizacion arábiga el continjente de sus 
luces. | 

10.—Este estado de dosas duró cerca de dos siglos. Por 
fin, desde fines del siglo IX se hizo sentir una especie de 
renacimiento que algunos emperadores fomentaron con to- 
do su poder. Desgraciadamente, el vigor i la fecundidad del 
jénio griego parecian estinguidos. Este. período no produjo 
mas que cronistas, eruditos, comentadores de gramática i 
de literatura, 

Esta es la época en que floreció Focio (muerto en 892), 
personaje político de grande impcrtancia, i patriarca de 
Constantinopla, que fué orífjen del cisma que separó la 
iglesia griega de la latina. Con el título de Miriobiblon, o 
Biblioteca, compuso un libro mui desordenado de biblio- 
grafía i crítica literaria en que pasa en revista doscientas 
“setenja obras, una buena parte de las cuales no nos es G0- 
nocida sino por las noticias que nos ha dejado Focio. -En 
medio de una gran confusion, están analizados los histo- 
riadores, los filósofos, los poetas, los teólogos, los juriscon- 
sultos ¡los médicos, sebre todos los cuales suministra 
interesantes datos. . 





, 


HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 143 
- 11.—La revolucion literaria fué fomentada por log em- 
peradores de la familia Comneno hasta mediados del eiglo 
XII Los estudios cobraron nuevo vigor, aun cuando la 
direccion que se les imprimió no fué siempre la mas acerta- 
da. Bajo el gobierno funesto de los emperadores latinos, en 
el sigio XILI, decayeron otra vez las letras; i las riquesas 
literarias reunidas en la época anterior, desaparecieron en 
gran parte, en los inceudios que asolaron a Constantinopla. 
lua lengua griega, corrompida por el contacto con las len- 
guas orientales, con el latin icon el idioma de los pueblos 
occidentales, sufrió una modificacion tal, que fué necesario 
estudiar en las escuelas el griego de Heródoto i de Platon 
como se estudia una leugua muerta. Por último, los em- 
peradores Paleólogos, se empeñaron desde el siglo XIV en 
comunicar a los espíritus cierta actividad i en sacudir el 
letargo jeneral, pero su influencia fué casi impotente. 
12.—fintre los escritores de estos siglos de decadencia 
i de. postracion son famosos los que han contribuido a 
formar la copiosa coleccion de historiadores bizantinos, que 
han llegado a ser para la posteridad la única fuente de la 
Iristoria de la edad media eu el imperio de Oriente 1 en los 
países limítrofes. En jeneral, esos historiadores carecen de 
crítica, dan crédito a las patrañas mas ridículas, ¡ dejan 
ver la parcialidad 1 la supersticion; pero algunos de ellos 
poseian dotes superiores i nos han dejado obras de verda- 
dero mérito. No citaremos aquí mas que a Ana Comneno, 
mujer mui erudita, hija del emperador Alejo 1, que des- 
pues de haber tramado una conspiracion contra su herma- 
no el emperador Juan [I, en 1118, fué perdonada por éste 1 
reducida a dominar sobre los literatos 1 los filósofos ya que 
no habia alcanzado a dominar el imperio. Ana escribió la 
historia del reinado de su padre con el título de Alexiada, 
apolojía constante i apasiouvada de aquel emperador, En 
todas sus pájinas revela el estudio de los antiguos autores 
clásicos: el estilo es para ella la primera cualidad del his- 


toriador, i por eso lo cubre de flores 1 lo recarga de erudi- - 


cion, queriendo dar a la historia la grandiosidad de la epo- 
peya. Esa obra nos da a conocer a los campeones de la 
primera cruzada, a quienes conctió Ana durante la resi- 
«dencia de éstos en Constantinopla, i a quienes profesa un 
odio que no ha podido disimular, 51 

e 


4 


s 
144 ELEMENTOS DE LITERATURA. 

13.—No faltaron tampoco los poctas en esta época de 
decadencia. En el siglo XII se compusieron algunas nove- 
las en verso, que fueron olvidadas en breve. Otros escrito- 
res compusieron poemas didácticos, heroicos o encomiásti- 
cos de ciertos personajes, pero en jeneral apénas son poco 
conocidos ¡-no merecen ningun aprecio, 

Los griegos del Bajo Imperio, volvemos a repetirlo, 
no se distinguieron por las dotes creadoras de la imajina- 
cion; pero llevaron a cabo grandes trabajos de erudicion i 
conservaron las obras de la autigiedad, jeneralizándolas 
en el Occidente. Si desde el siglo 1Y enriquecieron mui 
poco el dominio de lá literatura, a lo iménos lo conservaron 
en cuanto dependió de ellos; i en el siglo XV, cuando la 
conquista de Constantinopla por los turcos los obligó a 
buscar un ásilo en los paises de Occidente, ellos tuvieron . 
la gloria de contribuir a la revolucion del renacimiento 
que hizo revivir en Europa el brillo de la antigua civiliza- 
cion intelectual. 





CAPÍTULO IV. 
Literatura latina en la edad media. 


1. Literatura contemporánea de las invasiones: los poetas.—2. Historia- 
dores.—3, Escritores enciclopédicos.—$. Decadencia literaria que se 


siguió a la invasion.—5, Escaséz de libros durante los primeros siglos 
de la edad media.—6. Corrupcion del latin.—7. La Eteratara i las 
ciencias se asilan en los claustros. —8. Primeros albores de un renaci- 
miento literario, particularmente bajo el reinado de Carlo-Magno.-—9. 
Juan Scot.—10, Las universidades.—11. La escolástica, —12. Litera- 
tura ascótica; la Imitacion de Jesucristo.—13. La historia; crónica fa- 
bulosa de Turpin.—14. Kl latin fué en la edad media el idioma de las 
ciencias. 


1.—Uno de lo3 resultados casi inmediatos del estableci- 
miento de los pueblos bárbaros sobre las ruinas del impe- . 
rio romano de Occidente, fué la desaparicion de la litera- 
tura denominada c/ásica, i la pérdida de una gran parte de 
los tesoros de ciencia que se habian acumulado en las len- 
guas griega 1 latina. Esta revolucion, preparada desde 
mucho tiempo atras por la decadencia del gusto i del sa- 
ber, fué acelerada en el siglo V por las desgracias públi- 
cas, i marchó a su completo fin con una irresistible rapi- 
dez. ” 

Sin embargo, en medio de esta revolncion, cuando los 
bárbaros amenazaban o invadian por todas partes el impe- 
rio romano, la literatura resistió por algunos años a la rui- 
na del mundo antiguo, 1 produjo varios poetas. Claudiano 
de Alejandría, muerto en 408, poeta pagano en un siglo 
en que el cristianismo aseguraba su triunfo definitivo, com- 
puso varias obras i¡ poemas, el mas famoso de los cuales es 
uno que tiene por asunto el Rapto de Proserpina. El én- 
fasis de este poeta, su estilo declamatorio, el constante re- 
buscamiento del efecto i hasta la imonotonía del ritmo 


146 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


debian agradar en tín siglo dejenerado; pero esos defectos 
no borran completamente ciertas cunlidades que colocan a 
Claudiano en el rango de los poetas. Rutilio Numaciano, 
galo de Poitiers, i pagano como Claudiano, pasa por uno de 
los mejores versificadores del siglo V, Prefecto de Roma 
en 413, volvió a su patria a defender sus propiedades con- 
tra los bárbaros que acababan de invadir la Galia, Com- 
puso entónces un poema titulado De reditu (De la vuelta), 
en que espresa en armoniosos versos sn dolor por tener que 
dejar su cortejo de amigos i la ciudad querida. Sidonio 
Apolinario, galo de Lion, cultivó la poesfa en Roma con 
raro talento; i elevado al ra. ¿o de obispo de Clermont, en 
la Galia, se consagró a' la enseñanza de sus feligreses 1 
compuso escritos notables sobre el dogma i la moral del 
cristianismo. La lengua latina tuvo todávia otros poctas 
contemporáneos de las grandes invasiones del imperio ro- 
mano o poco posteriores a ellas, pero yuizás todos son de 
ménos mérito que los tres que dejamos mencionados. 

. 2.—No faltaron tampoco los historiadores en aquella 
época de destruccion. El siglo IV habia visto florecer en 
Roma a Eutropo, contemporáneo de Juliano, que compuso 
un compendio de historia romana justamente estimado; i a 
Amiano Marcelino, que vivia en la misma época, 1 que Con- 
tinuó la qhra de Tácito, adelantando la historia de los em- 
perado asta el reinado de Valente. Amiano, historiador 
imparcial i juicioso, hahria brillado en un siglo de mejor 
gusto; pero, discípulo dejenerado de los grandes historia- 
dores, tiene los defectos de su tiempo. 

Aun entre los mismos bárbaros aparecieron algunos his- 
toriandores estimados por las interesantes noticias que con- 
signaron en su obras, Jornándes, godo de oríjen que vivia 
en Italia a mediados deTsieto VL, ¡ que habiéndose hecho 
cristiano abrazó la carrera sacerdotal, compuso una histo- 
ria latina de los godos que, por haberse perdido otras obras 
que trataban el mismo asunto, ha conservado hasta nuea- 
tros dias grande estimacion. San Gregorio, obispo de Tours, 
galo de oríjen que vivia en el mismo siglo, 1 que compuso 
muchas obras sobre relijion, escribió tambien eun un latin 
bárbaro, pero cou una agradable injenuidad, la historia de 
los francos i de los orfjenes de la monarquía francesa que 
conserva tambien su crédito. Qildas el sábio, breton de naci- 





/ 
HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 147 


miento, del cual no se tienen noticias nui exactas, i aun 
se le confunde con otros personajes del mismo nombre, 
escribió tambien en ese siglo una historia de la Gran Bre- 
taña, mui interesante para conocer la invasion de los sajo- 
nes i las luchas que se siguieron a este suceso, 
3.—Pero los escritores mas populares de esos siglos de 
irresistible decadencia, son los que pusieron en boga el 
método enciclopédico por medio de compilaciones medió- 
cres de todos los ramos de las ciencias. Boecio, filósofo i 
político romano, educado en Aténas i elevado a las mas 
altas diguidades por Teodorico, rei ostrogodo de Italia, 
aunque pertenece al número de esos sábios de la decaden- 
-Cia, fué tambien el último de los jénios antiguos, Despues 
de haber enseñado todas las ciencias que entónces consti- 
tuian el saber humano i de haber desempeñado las altas 
funciones de cónsul 1 de senador én la corte de Teodorico, 
Boecio fué sacrificado por este mismo soberano, 1 ejecutado 
eu Pavia en medio de horribles torturas (524). La princi- 
pal obra de Boecio, el Consuelo de la filosofía, diálogo en 
prosa i en verso, fué escrito en su prision. Allí se muestra 
a la altara de los filósofos de la antigiiedad por la eleva- 
cion de los sentimientos i por un estilo que mo carece de 
pureza. | 
Los otros escritores enciclopédicos son inferiores a Boe- 

cio. Marciano Capella, nacido en Africa en el siglo V, com- 
puso dos obras en que reunió con mucha suporficialidad i 
con un estilo oscuro i bárbaro, toda la ciencia de su tiempo, 
como si quisiera salvarla del olvido consignando cn prosa 
] en verso sus principales elementos. Cagiodoro nacido en 
el sur de Italia, figuró en la primera mitad del siglo V1 
como ministro de Teodorico 1 de sus sucesores, i como es- 
critor de gran nota. Aparte de una historia de los godos, 
que solo se conoce por los estractos de Jornándes, Cusio- 
doro compuso tratados de gramática, de matemáticas, 1 
de música, en que aparece de ordinario la sutileza i la 
finura ia veces la profundidad del pensamiento, i fijó la 
enseñanza tal como fué seguida durante casi toda la edad 
media. Por fin, San Isidoro, obispo de Sevilla, que vivia 8, 
fines del siglo VÍT prinaipios del VII, compuso muchas 
ebras sobre historia i relijion, una especie de enciclopedia 
compendiada de toda la erudicion de su tiempo. 


' 


148 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


4.—Las obras de estos tres escritores, en las cuales (yo- 
bre todo en las de los últimos), se encuentran pasajes no- 
| tables i noticias dignas de ser estudiadas, revelan, con to- 
do, el abatimiento 1 la ruina de las ciencias 1 de Ja literatura 
en el siglo riguiente a la destruccion del imperio romano, 
Segun el espíritu i los preceptos de dichos libros, la ense- 
ñanza se dividió mas tarde en dos cursos de estudio: el 
trivium, que comprendia la gramática, la retórica, i la 
dialéctica; i el quadrivium, que comprendia la arítmética, 
la jeometría, la música 1 la astronomía, Estos ramos do 
estudio, que tomaron el nombre de las siete artes libera- 
les, fueron enseñados durante algunos siglos con toda la 


* imperfeccion posible. Bastará decir que la aritmética de 


Casiodoro o de Capella se limita a algunas definiciones en- 
tremezcladas de absurdos supersticioso, sobre las virtudes 
de ciertos números i de ciertas cifras. 

Aun la enseñanza de esas nociones superficiales de las 
ciencias fué posterior a la primera época de oscurantismo 
que se siguió al establecimiento de los bárbaros. Los siglos 
VI i VIÍ marcan la época del mayor atraso i de la mayor 
ignorancia de la edad media. «No hacia todavía un siglo 
que los hárbaros se habian establecido en los paises con- 
quistados, dica el historiador Robertson, i ya las huellas 
«de los conocimientos i de la cultura que los romanos ha- 
bian derramado en toda la Europa estaban completamente 
borradas. Se descuidaban ose habian perdido no solamente 
esas artés de elegancia que sirven al lujo i que el lujo sos- 
tiene, sino tambien muchas de las artes a las cuales de- 
bemos las dulzuras de las comodidades de Ja vida, En 
esos tiempos desgraciados, npénas se conocian los norn- 
Lres de literatura, de filosofía o de gusto; si se Íncia 
algun uso de .ellos era para prostituirlos aplicándolos a 
objetos tan despreciables, que parece que no sé conocia su 
verdadera acepcion.» Los bárbaros atribuian en gran 
parte al amor a las letras la decadencia del imperio roma- 
no i la corrupcion delas costumbres que habia facilitado 
la conquista. Una vez establecidos en los países conguista- 
dos, no quisieron consentir en que se diese a sus hijos nin- 
guna especie de instraccion. Las personas de mas alto ran yo 
entre ellos no sabian Jeer ni escribir. Los señores se limita - 
ban a estampar al pié de los documentos el signo de la cruz, 





HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 149 


«le donde el verbo signare tomó en la edad media el signi- 
+ ficado de firmar. lista ignorancia no era solo el patrimo- 
nio de los laicos: muchos eclesiásticos no entendian el Bre- 
viario que estaban obligados a recitar cada dia, i aun al- 
gunos no estaban en estado de leerlo. Un gran número de 
Jos dignatarios de la iglesia no podia firmar los cánones 
de los concilios de que eran 'miembros, La tradicion de los 
acontecimientos pasados se perdia, o se conservaba solo en 
crónicas llenas de circunstancias pueriles i de cuentos ab- 
surdos. Los mismos códigos de leyes, promulgados ordina- 
riamente por los concilivs, dejaron de tener autoridad, 1 
fueron sustituidos por costumbres vagas i estravagantes. 
Los pueblos, sin libertad, sia cultura, sin emulacion, Ca- 
yeron en la mas profunda ignorancia. Durante cuatrocien- 
tos años (del siglo VI al X), la Europa entera no produjo 
un solo autor que merezca ser leido, sea por la elegancia 
del estilo, sea por la exactitud o la novedad. de las ideas 
(Robertson). 
5.—Debe señalarse aquí una causa que contribuyó con- 
siderablemente a producir este estado de ignorancia, la es- 
casez de libros. Los libros de los antiguos erun escritos, en 
tiras de pergamino o en hojas de papiro, que se Congerva- 
ban enrolladas en forma de espiral, de donde les vino el 
nombre de volumen (espiral). Esos manuseritos eran exce. 
sivamente caros. La conquista del Ejipto por los árabes en 
el siglo VIT privó a la Europa del papiro; 1 el material para 
escribir se hizo mucho mas escaso i mas costoso. Se puede 
juzgar por una sola cireanstancia de la dificultad para en- 
contrar materiales de escritura. Se conservan todavía al- 
gunos manuscritos de los siglos VIII i siguientes, trazados 
sobre pergamino, del cual se habia hecho desaparecer la 
antigua escritura para sustituir una nueva. Es probable 
que de esta manera se hayau perdido muchas obras de los 
antiguos. Se raspaba un libro de Tito Livio o de Tácito 
para reemplazarlo por la vida de un santo o las oraciones 
del misal. Muchas circunstancias prueban cuán escasos 
eran los libros en los tiempos de que hablamos. Habia po- 
cos particulares que poseyesen algunos volúmenes: aun 
ciertos monasterios no tenian mas que un misal. El precio 
de los libros se hizo tan subido que sol las personas O 
corporaciones que poseian grandes riquezas podian adqui-- 


150 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


rirlos. Esto esplica por qué en nuestros-dins son tan exce- 
sivamente raros los manuscritos anteriores al siglo XI, 
época en que se jeneralizó un poco el uso del papel. 

6, Otra causa que se oponia al cultivo de la literatura 
en aquellos siglos de oscurantisino, era la falta: de un 
idioma formado que sirviese de instrumento a los poetas i 
a los escritores. 101 latin, hablado aun despues de la inva- 
sion de los bárbaros en casi todo el imperio romano de 
Occidente, pasaba entónces por uva transformacion com- 
pleta de que resultó el nacimiento de nuevos idiomas. 
Creemos necesario dar a conocer aquí sumariamente esta 
revolucion. 

El latia en toda su pureza, tal como lo leemos en los 
mejores autores antiguos, posée una sintáxis complicada 
1 numerosas formas elípticas, que dan vigor ¡ elegancia al 
estilo, pero que no pueden ser empleadas fácilmente par el 
pueblo. Ese idioma era, segun la hermos3. comparacion de 
M. Villemain, un instrumento delicado que solo un artista 
puede tocar i que se descompone 'o se rompe en manos 
groseras i poco diestras. Aun suponiendo que los habitan- 
tes de Roma lo hubiesen hablado con pureza, es menester 
no olvidar que el latin en los últimos tiempos de la repú- 
blica o bajo el imperio, no era el idioma de un sola ciudad, 
sino una lengua esparcida en paises en que no era da 
lengua ordinaria, e impuesta por la conquista a una gran 

arte de la Italia, como lo fué mas tarde a la España l a 

as Gulias. Así encontramos pruebas de una época. mui 
antigua que manifiestan que los solecismos, las locuciones 
bárbaras, las espresiones no autorizadas por el uso de lós 
buenos escritores eran mui comunes, aun en Roma; i de 
jeneracion en jeneracion, estos defectos se hicieron mas 
frecuentes e inevitables. Existia, pues, en Koma, al lado 
del latin clásico de los grandes escritores, un dialecto vul- 
gar, que los gramáticos i retóricos llamaban alternativa- 
mente cuotidiano, pedestre usual 1 rústico. 

Alguos ejeraplos acabarán de dar n conocer esta corrup- 
cion del latin, que al fin produjo la formacion de las leu- 
guas nuevas. La declinacion latina i las inflexiones de los 
verbos, hacian innecesario el uso constante de las preposi- 
ciones que abundan en las lenguas modernas; pero en la 
edad media se tenia un comcimiento tan inexacto de esas 











HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA,  - 151 


circunstancias, o se confundian con tanta frecueneia las 
inflexiones de los verbos o las desinencias de los casos, que 
fué necesario recurrir a las preposiciones para reemplazar- 
los. Así las preposiciones de i ad sirvieron, como se ve en 
las escrituras que nos quedan de los siglos VI al X, para 
espresar el jenitivo i el dativo. La ausencia de los artículos 
definido e indefinido es un defecto real de la lengua latina: 
las palabras ¿lle i unus fueron empleadas para llenar esta 
necesidad, i pasaron a desempeñar en las lenguas moder- 
nas el oficio de artículos. stablecióse tambien. mayor uni- 
formidad en los casos de los nombres, sea suprimiendo las 
inflexiones, sea disminuyendo su número, El ausiliar acti- 
vo, que forma la diferencia gramatical mas notable entre 
las lenguas modernas i el latin, debió su introduccion a 
naa eausa análoga, la neglijencia, el abandono de las 
diversas inflexiones do los tiempos; a lo que conviene agre- 
gar que bajo este puuto tambien la lengua latina es singu- 
larmrente defectuosa, puesto que no tiene modo de distin- 
guir el pasado: indefinido (ante presente) del pasado 
definido (pretérito), he hablado de hablé (1). Los latinos 
como los griegos tenian la voz pasiva eu su conjugacion, 1 
aplicaban el verbo ser (sum) de una manera accesoria, en 
los tiempos denominados perfectos ¡ pluscuamperfectos, co- 
mo que podian dejar de usar este recurso, puesto que te- 
nian otros medios en las variadas inflexiones de sus verbos. 
El idioma vulgar que nacia del latin, empleó el verho ser 
para todos los tiempos pasivos. Jisto era mas espedito i 
mas sencillo: se repetia un verbo que se sabia, en lugar de 
aprender uno muevo. Se unia al participio pasádo de cada 
verbo las modificaciones del verbo ser. Las lenguas mo- 
dernas ofrecieron desde luego los procedimientos sencillos 
i fáciles que se encuentran en todos los idiomas actuales 
de la Europa latina. Tomaron de la lengua madre las pa- 


(1) Re atribuye jeneralmente a la influencia de las lenguas del norte la 
introduccion del verbo au-iliar haber, haben (en godo); sin embargo, aun 
en los esc:itores latinos del sigio de Augusto se encuentran éjemplos del 
empleo del verbo habeo como ansiliar: De Crzare satis dictum, habeo: he 
dicho bastante de :'ésar. Quem jussus habebat (al cual habia ordenado), 
dice Salostio, Jugurtha ($ LXX). Estas i otras coincidencias hacen 808- 
pechar qué existió una relacion primitiva entre esas dos lenguas, Véñse 
por ese punto a Villemain 7Zableau de la littérature au moyen ago, 

, UL. 


152 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


labras, pero no siguieron las numierosas inflexiones ni la 
ebnstruccion que complicaban el idioma de Cieeron i de 
Virjilio. | 0 

Esta revolucion fué, como debe suponerse, mui lenta. 
Se dice que desde el siglo VI habia pocas personas en la 
Galia que entendiesen el latin de Salustio; pero el idioma 
vulgar que comenzaba a reemplazarlo, era enteramente 
informe todavía. Mas adelante, cuandu aparecieron los 
primeros albores de un renacimiento literario, se miró con 
tanto desden esta segunda lengua, que el esfuerzo de los 
hombres mas ilustrados se dirijió a restaurar el latin, como 
idioma indispensable de las cieneias i de las letras. Apesar 
de esos esfuerzos, las lenguas vulgares siguieron perfec- 
cionándose i desarrellándose. | 

7.—Si se pregunta cómo pudieron conservarse durante 
un largo período de cuatro siglos algunas chispas de la li- 
teratura antigua, no se puede dejar de atribuir al estable- 
cimiento de las órdenes relijiosas el haber arrojado un 
puente al través de este caos para unir entre sí la civiliza- 
cion antigua 1 la moderna. 

Hemos dicho ántes que lá ignorancia de ese siglo se ha- 
bia estendido hasta los miembros de la iglesia. No solo era 
comun el encontrar monjes i prelados que no comprendian 
el Breviario, sico que algunos majistrados de la iglesia ha- 
bian prohibido la lectura de los escritos profanos. Feliz- 
mente, San Benito (480-543), cuya órden monástica, fun- 
dada en el sur de Italia, se estendió con gran rapidez en el 
Occidente, prescribió a los monjes el trabajo, Ja lectura, la 
copia i la reunion de libros, sin esplicarse sobre la natura- 
leza de ellos. Este fué un medio de conservacion i de mul- 
tiplicacion de Jos manuscritos clásicos, que salvó de su 
completa ruina les monumentos literarios de la antigiie- 
dad. Muchos conventos se hicieron un honor en réunir 
libros i en formar bibliotecas mas o ménos numerosas. Así 
se formaron los primeros centros de luz que debian escla- 
recer al mundo oscurecido por las tinieblas de los primeros 
siglos de la edad media. 

Como debe suponerse, el cultivo de la lengua latina lla- 
mó con preferencia la atencion de los benedictinos, como 
debia llamar la de los otros monjes i dignatarios de la igle- 
sia. El gobierno del papa mantenia relaciones con las dife- 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 153 


rentes naciones de Europa, de suerte qne una lengua co- 
mun era necesaria en la iglesia. Las sagradas escrituras i 
la liturjia, pór otra parte, se conservaban solo.en latin a la 
época en que esta lengua dejó de ser intelijible, de tal suer- 
te que los monjes tuvieron que consagrarse a sy estudio 
para entender el dogma i la moral del cristianismo, 

8.—El historiador ingles Hallam, que ha escrito con 
rara erudicion la historia de las letras en esos siglos de 
ascurantismo, reclama para las islas británicas el honor 
de haber abierto la marcha en la restauracion de las cien- 
cias. Los monasterios de Irlanda dejaban ver una débil luz 
desde el silo VI: en Inglaterra, dos legados del papa, 
Teodoro i Adriano, jeneralizaron poco mus tarde el cono- 
cimiento del latin i del griego en la iglesia anglo-sajona. 
A principios del siglo VII, Beda, denominado el venera- 
ble, monje del monasterio ¡ugles de Jarrow, muerto en 735, 
estudió todas las ciencias de su tiempo, i compuso mas de 
cincuenta obras sobre las materias mas diversas, para la 
instruccion de los relijiosos de su convento. Son célebres 
entre éstas su lójica, i una historia eclesiástica de los in- 
gleses desde Julio César hasta la época del autor. 

Pero el primer renacimiento de las letras data de la 
época de Carlo-Magno. Hasta entónces, los eclesiásticos 
habian sido los únicos escritores, i todos los escritos te- 
nian un carácter mas o ménos relijioso. Desde la época del 
famoso emperador, sin embargo, el injenio se dirijió a otros 
asuntos; las ciencias profanas, así se las llamaba, la gra- 
mática, la retórica, la astronomía, comenzaron a ser cono- 
cidas en las escuelas de la iglesia. Carlo Magno tiene la 
gloria de haber levantado las letras de su postracion i de 
haber querido hacer desnparecer de su imperio la ignoran- 
cia que los bárbaros habian sembrado por todas partes. 
Escribia difícilmente, i aun se cree que no sabia hacerlo; 


pero no por esto deja de ser uno de los espíritus mas cul- . 


tivados de su tiempo. Hizo cowrejir por algunos eruditos 
-griegos o sirios los euatro evanjelios, comenzó una gramú- 
tica tudesca o alemana, ¡ compuso un tratado sobre los 
eclipses, otro sobre laz auroras boreales 1 ciertas poesías 
latinas. Es probable que en estas obras tuvieran una par- 
te principal sus consejeros; pero no puede ponerse'en duda 
el celo con que trabajó en el fomento de los estudios. En 





154 ELEMENTOS DE LITERATURA, 

una de sus ordenanzas o capitulares se encuentran estas 
palabras: «Deseando de todo corazon que el estado de 
- nuestras iglesias se mejore mas j mana, i queriendo elevar 
por un cuidado asíduo el cultivo de las letras, que casi ha 
perecido enteramente por la inercia de nuestros anteceso- 
res, excitamos hasta por nuestro ejemplo al estudio de las 
artes liberales a todos Jos que puedan consagrarse a ellas.» 
Creó una especie de academia llamada escuela de palacio, 
de que formaba parte él mismo, sus hjjos 1 sus hijas 1 
. los principales personajes de la corte. Carlo- Magno ademas 
atrajo a sn lado a los hombres mas notables de su siglo. 

El mas distinguido de todos ellos fué Alcuino (Alcuin), 
monje sajon, al cual llamó a su corte i le dió la rica aba- 
día de San Martin de Tours. Escribió óste tratados de teo- 
lojía i de filosofía, libros de historia i alguas poesías Jati- 
nas: pero todas estas obras, si bien dejan traslucir un estilo 
superior al de su época i una variada ilustracion, reflejan 
poca orijinalidad ¿ no +on en muchas ocasiones mas que 
ideas tomadas. de Boecio o de los padres de la iglesia. 

AI lado de Carlo-Magno figuraron tambien otros perso- 
najes, cuyas obras son coisultadas todavía, para conocer 
la historia i el espíritu de los siglos bárbaros. Mencionare- 
mos a Kjivardo (Eginhard). secretario de Carlo Magno, 
que escribió en latin su )historia i los anales de la época. 
Su Vida de Carlo-Magyno se distingue por un arte de 
composicion mui notable en aquel siglo. 

9.—El impulso impreso por Carlo-Magno al cultivo de 
Jas ciencias ide las letras tendia nada ménos que a formar 
una sociedad laica ilustrada, lo que habria inodificado com- 
pletamente la civilizacion de la edad media; pero aunque 
fué segundado en esta empresa por alguno de sus suceso- 
res, i particularmente por Cárlos el calvo, el espíritu jene- 
ral de la época, la ignorancia de la nobleza i las guerras 
civiles tan frecuentes en aquellos siglos, pusieron un obstá- 
culo poderoso a la difusion de las luces i redujeron la ense- 
fianza a los conventos i a las escuelas episcopales. En In- 
glaterra, Alfredo el grande (muerto en 901) segundó este 
impulso dado a los estudios sin conseguir un resultado mas 
satisfactorio, 

Florecieron, sin embargo, en aquella época algunos 
hombres distinguidos por. su ciencia i por el influjo que 





¡ y 


HISTORIA LITERARIA, —EDAD MEDIA. 155 


ejercieron sobre su siglo. De todos ellos, ninguno ha lla- 
mado tanto la atencion como el irlandés. Juan Secot Erijena 
(de. Eriv, nombre antiguo de Irlanda). Nacido en los pri- 
meros años del siglo IX, despues de adquirir la mejor edu- 
caciou. de su tiempo, viajó por Europa ensanchuudo sus 
conocimientos. Instruido en el latin i en las ciencias ecle- 
siásticas de su época, estudió el griego i el hebreo i se ltizo 
conocedor de algunos de los clásicos de la antigiiedad. A 
mediados de aquel siglo se estableció en la brillante corte 
de Cárlos el calvo; i allí escribió dos grandes obras sobre la 
predestinacion 1 la division de la naturaleza en que consig- 
16 opiniones filosóficas enteramente orijinales, Segan Juan 
Scot, nuestra intelijencia está ocupada por emanacioues de 
la iutelijencia de Dios, 1 nuestras ideas principales gon ma- 
nifestaciones del creador en el seno de su creatura, como lo 
es la naturaleza misma, Pero loque hai de mas singular en 
sus doctrinas es el desden que manifiesta por toda autori- 
dud que no esté apoyada en la razon. 

10.—Juan Scot puede ser considerado el primero de cier- 
ta especie de escritores peculiares de la edad media conocl- 
dos en la historia literaria con la denominacion de escolásti- 
cvs. Eu este tiempo, así como en el siglo siguiente, sucedió 
que ciertas escuelas fundadas en diferentes paises de Euro- 
pa comenzaron a'adquirir mucha celebridad i a atraer un 
gran número de estudiantes como tambien a asumir aquel 
carácter de actividad intelectual en todos los ramos de la 
ciencia que-pertevece a esas corporaciones conocidas con el 
nombre de universidades. ste nombre, sin embargo, no 
fué empleado sino mucho mas tarde: decíase universitas 
magistrorum et auditorum (reunion de maestros i discípn- 
los); i de allí nació la palabra con que han sido designadas 
las altas corporaciones encargadas de la enseñanza. Las de 
Paris 1 Bolouia fueron las mas antiguas; pero su verdadera 
organizacion es posterior al siglo XI. 

Esas escuelas o universidades, fueron de grande utilidad 
para la propagacion de las ciencias. La de Bolonia fué ta- 
mosa en la enseñauza del derecho, i particularmente de la 
jurisprudencia romana. La universidad de Monutpelier fué 
la mas célebre por la enseñanza de la medicina. Los pro- 
fesores de esta ciencia, como los que enseñaban la física, 
la química 1 las matemáticas, habian frecuentado las cscue- 





A 


156 ELEMENTOS DE LITERATURA. 
, | 
las de los 4rabes de España. Gerbert, la mas alta personi- 
ficacion de la ciencia en cl siglo X, mas conocido en la 
historia con el nombre de Silvestre 11, que tomó en 999 al 
ocupar la silla pontificia, hizo sus estudios entre los árabes 
de España i sorprendió a la Europa entera por sus esten- 
sas conocimientus en jeoméetría, en mecánica 1 en astru- 
nomía, 

11.—Pero miéntras la jurisprudencia, la medicina i las 
ciencias físicas comenzaban a ser cultivadas en muchas es- 
cuelas o universidades, el estudio preferente de aquellos 
focos de instruccion era la tilosofía o la teolujía filosófica, 
El nombre de escolástica era ordinariamente aplicado a es- 
tas ciencias; i cun la denominacion de escolásticos, fueron 
designados aquellos doctores o profesores que se hicieron 
famosos en las discusiones teolójicas i filosóficas de la edad 
media. Las universidades de Paris i de Oxford fueron los 
mas célebres centros de la filosofía escolástica, El carácter 
peculiar de esta filosofía consiste en el estudio de la meta- 
fisica i de la lójica de Aristóteles, i en la aplicacion de las 
formas aristotélicas del raciocinio al estudio de los mas 
sutiles problemas de la teolojía. La lójica de Aristóteles 
era conocida en Europa por medio de las traducciones lati- 


nas; pero su metafísica fué conocida solo a principios del | 


siglo XIT por el intermedio de los árabes, 1 acompañada 
de los sutiles comentarios de los filósofos de Bagdad i de 
Córdoba. ' 

La filosofía escolástica, tan famosa durante muchos si- 
glos, ha caido ahora en un olvido casi completo. Sin em- 
bargo, el espíritu investigador de los modernos ha ido a 
buscar en los escritos que nos quedan de las escuelas de la 
edad media la filiacion i la historia de los progresos del 
espíritu humano. De ese estudio resulta que algunos de 
escs filósofos fueron hombres verdaderamente superiores, 
i que en otro siglo, i libres de las preocupaciones de su 
tiempo, habrian ejercido una poderosa iufluencia en el 
desenvolvimiento de la humanidad. Los nombres de Ros- 
celin, Lanfranc, San Anselmo, Abelardo, Pedro Lombar- 
do, Santo Tomas, Duns Scot i Ockam, perteneceh mas 
propiamente a la historia de la filosofía, apesar de que 
ellos resumieron casi esclusivamente la ciencia de su 
tiempo. 


4 
ta? Ll 


HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. ' 157 


Dos fueron los mas célebres puntos de discusion eh que 
estuvieron divididos los famosos argumentadores de la 
edad média: el libre arbitrio i la realidad de las ideas uni- 
versales consideradas como si tuviesen una existencia 1n- 
dependiente de nuestro espíritu. Las discusiones a que 
dieron lugar estas dos cuestiones contribuyeron singular- 
mente a desarrollar la sutileza ila sagacidad del injenio 
en la esplicacion ila distincion de las ideas abstractas; 
pero al mismo tiempo hicieron nacer una multitud de es- 
peculaciones * minuciosas i pueriles con desprecio de los 
conocimientos positivos i especiales. . ' 

De cualquier modo que sea, las discusiones escolásticas 
desarrollaron en muchas ciudades de luropa .una grau 
pasion por el estudio i contribuyeron a estirpar la profun- 
da ignorancia de los siglos precedentes. Se eleva a muchos 
millares el número de los estudiantes que concurrian a ta- 
les o cuales escuelas, particularmente a la de Paris; pero 
este mismo ardor por el estudio habria tomado una direc- 
cion mas feliz si no hubiese estado absorbido por la pasion 
que inclinaba los espíritus a la metafísica. La ciencias ma- 


temáticas, la filosofía 1 hasta la misma historia, fueron ca-. 


si desatendidas durante algunos siglos, 

12. —Los claustros, primer asilo de las letras durante la 
edad media, tuvieron tambien una literatura propia, apar- 
te de esas discusiones filosóficas i teolójicas en que con 


frecuencia tomaban parte los Jaicos. La vida monástica, 


las largas horas de meditacion i de aislamiento, la sole- 
dad del corazon la fermentacion secreta de las pasiones 
concentradas en sí misma, hicieron nacer una literatura 
íntima que sirvió de espresion a aquel estado de cosas, así 
como la sociedad guerrera i mundana se revelaba en las 
epopeyas caballerescas i en los cantos de los trovadores, 
Sin duda, se ha perdido un gran número de esas efusiones 
místicas 1 poéticas que reflejaban la calma tranquila de la 
vida de los claustros, Sin embargo, nos queda un monu- 
mento admirable en un peygueño libro escrito en un latin 
defectuoso, pero que resume toda esa filosofía suave ¡ me- 
lancólica del misticismo de la edad media. Ese libro se 
llama la Imitacion de Jesucristo. Enseña a imitar a Je- 
sucristo, a despreciar las vanidades del mundo, a ser siern- 
pre humildes, manifestando la felicidad que se esperimenta 


t 
158 , FLEMENTOS DE LITERATTRA. 


en la obediencia ien la sumision a los superiores, las ven- 
tajas de la adversidad idel amor al retiro 1 al silencio, 
Toda la obra ¿stá fundada sobre una profunda hurmnildad, 
que Jlega hasta a sustituir la voluntad de Dios, la de los 
superiores i «un la del prójimo a la nuestra, a desdeñar las 
vanidades.del mundo, a soportar con paciencia las mise- 
rins de esta vida, ia no esperar paz 1 felicidad sino en la 
vida eterna. Esta obra, traducida muchas veces en verso 1 
prosa a las lenguas modernas, ha sido considerada como 
el libro mas perfecto por la unidad del pensamiento i por 
la nucion relijiosa que lo ha dictado. Se cuentan cerca de 
dos mil ediciones de este libro admirable, 

El autor de la [Imitación de Jesucristo dice en una parte 
de ella: «¡Dios mio! Haced que yo quede ignorado, Que 
vuestro nombre sea alabado i no el mio!» Este voto espre- 
gado con tanto fervor, ha sido realizado: la posteridad no 
conoce el nombre del autor que compuso el mas hermoso 
libro del cristianismo despues del Uvanjelio. Mas de dos- 
cientas disertaciones se han escrito para ilustrar este pun- 
to de historia literaria. La Francia, la Italia i la Alemania 
reclaman el honor de haberle dado nacimiento; i se han 
presentado tres personajes a los cuales se ha atribuido 
aquel libro. Juan Gesen o Gersen, abad de un monasterio 
de Lombardía en el siglo XVII es el pretendiente señala- 
do por los italianos. Tomas A, Kempis canónigo de la dió- 
cesis de Colonia, tiene en su apoyo a los críticos alemanes 
ji flamencos. Los franceses la atribuyen a Juan Gerson, 
canciller de la universidad de Paris en el siglo XV. Ape- 
sar de tantas discusiones, la crítica moderna está reducida 
hasta ahora a oponer unas a otras las conjeturas 1 las pro- 
babilidades. Cada cual demuestra perentoriamente que sus 
adversarios están en el error, pero nadie exhibe una prueba 
que haga desaparecer todas las dudas: la polémica no ha 
dado mas que resultaios vegativos. 

En nuestros dias ha adquirido gran crédito una opinion 
que sostiene que aquel libro es una obra impersonal, naci- 
da en la edad media, en una época que no se podria fijar 
con precision, i conducida por desarrollos sucesivos a la 
torma en que se encontraba a mediados del siglo XV, 
¿«Quién sabe, dice M. Michelet, si la Imitacion no ha sido 
lu epopeya interior de la vida monástica, si no ha sido for- 














HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 159 


"mada poco a poco, sino ha sido suspendida ¡ recomenzada, 
"si no ha sido, en fin, la obra colectiva que el espíritu mo- 
nástico de la edad media nos ha legado como su pensa- 
miento mas profundo i su monumento mas glorioso?» Se 
ha creido reconocer en las diversas partes de este libro in- 
terpolaciones sucesivas de formas literarias diferentes, 
=aunque animadas todas por el mismo espíritu, En efecto, 
la unidad no existe mas que en el fondo de las cosas i no 
-en la forma; porque cada libro es un todo, cada capitulo 
es una instruccion completa i cada versículo tiene un sen- 
tido propio. La /mitacion parece un trabajo colectivo i se» 
-cular, cuya redaccion definitiva, obra de na autor des- 
«<onocido, de Gerson quizás, fué ejecutada a fines del siglo 
XIV o a principios del XV, 
13.—En los cláustros se cultivó tambien la historia; pe- 
ro esta rama de la literatura perdió en los siglos medios el 
carácter vasto i jeneral que le habian dado los escritores 
de la antigiiedad. Nació entónces la Crónica, nombre con 
el cual se queria designar una historia redactada segun el 
-¿rden cronolójico, pero que ha recibido mas tarde una 8ig- 
nificacion mas estensa, refiriéndolo sobre todo al espírito 
«de las obras a las cuales se aplicaba. Son en jeneral histo- 
rias detalladas de un país, de una localidad, de una época, 
-o de un hombre, escritas por un testigo ocular o por un 
<ontemporáneo que ha consignado sin comentarios todo lo 
«que ha visto o lo que le han trasmitido. Esas crónicas mui 
aninuciosas en ciertos sucesos, mui incompletas en otros, 
recargadas de ordinario de invenciones fabulosas e increi. 
bles, son, sin embargo, las únicas fuentes que nos quedan 
para conocer largos períodos de la historia de la edad me- 
«lia. Abundan particularmente las que se refieren a la his- 
toria de Inglaterra, de Francia i de Italia; pero las cróni- 
Cas mas interesantes, aquellas que reflejan con mas colorido 
¡ animacion el siglo en que fueron compuestas, son escritas 
<u lengua vulgar, i forman por esto mismo parte de otra 
_1Iiteratura. 


La mas famosa de aquellas obras es una crónica fabulo- 
sa atribuida falsamente a Turin, arzobispo de Reims, 
«ontemporáneo de Carlo-Magno, que fué considerada du. 
rante mucho tiempo como una historia verdadera. Segun 
el título de la obra: Ze la vida i hechos de Carlo-Magno 

12 


160 . ELEMENTOS DE LITERATURA. 


(De vita et gestis Caroli-Magni), el autor queria contar la 
historia de aquel famoso emperador; pero esceptuando al- 
gunas frases consagradas a sus primeras proezas 1 a 8u 
muerte, la crónica se limita a referir la espedición empren- 
dida contra los sarracenos de España i la derrota de la re- 
taguardia francesa en Roncesvalles. Esa crónica, escrita 
sin duda por algun eclesiástico, asigna utn objeto relijioso 
a la espedicion de Carlo-Magno; el emperador iuspirado 
por un sueño en que se le ha aparecido el apóstol Santia- 
go; emprende la campaña para salvar del poder de los sa- 
rracenos las reliquias de este santo; construye iglesias, 1 
dota monasterios para alcauzar el cielo. La Crónica de 
Turpin, considerada como fuente auténtica de Jas leyendas 
del ciclo carlovinjio, de que hablaremos mas adelante, era 
citada como una especie de fórmula, i aun en asuntos en- 
teramente estraños a ella, por los poetas que en los siglos 
-XViXVl cantaron las proezas caballerescas. Por esto 
se ha mirado como el oríjen de los poemas carlovinjios; pero 
ahora está probado que aquella crónica es por el contrario, 
- una compilacion informe sacada de los cantos populares 
que tenia por héroes a Carlo-Magno ia Roldan, i en la 
- cual las tradiciones caballerescas han perdido lo que en 
ellas habia de mas poético. No se sabe la época en que fué 
escrita esta famosa crónica ni se conoce quién sea el au- 
tor. Don Andres Bello, que dilucidó esta cuestion con una 
asombrosa erudicion, ha probado que la crónica fué com- 
puesta mas o ménos el año 1100; que su autor era ecle- 
siástico, i que sin ser español, habia residido largo tiempo 
en la península hasta el puuto de conocer perfectamente 
su jeografla; i cree poder sostener que su autor fué un 
monje frances llamado Dalmacio, que ocupó en España la 
silla episcopal de Iria, que fué trasladada mas tarde a 
Compostela. La Cronica de Turpin por su escaso mérito 
no es acreedora en realidad, a estas investigaciones: sin 
embargo, ellas le han arrebatado la importancia que se le 
habia atribuido creyéndola el oríjen i fundamento de la li- 
teratura caballeresca. 

14.—Al terminar esta rápida revista de la literatura 
latina en la edad media es menester recordar que esa len- 
gua, estraña ya al uso vulgar i decaida de su autiguo es- 
plendor, fué el idioma en que escribieron los sábios de esos 








HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 161 


siglos, los alquimistas que, buscando la piedra filosofal, 1 
¿os que estudiando la astrolojía pura descubrir el porvenir 
en la marcha de los astros, fuadaron la química i prepara- 
ron los progresos de la astronomia. Alberto el Grande, 
fraile aleman de la órden dominicana, que vivia en el siglo 
XI11I, ubrazó todas las ciencias e hizo importantes descu- 
brimientos sobre las propiedades químicas de las piedras, 
de los metales i de las sales, Raimundo Lulia, fraile fran- 
ciscano, natural de la isla de Mallorca, que vivian a fines de 
ese mismo siglo i principios del siguiente, fijó la atencion 
sobre los productos volátiles de la descomposicion de los 
cuerpos, 1 preparó los progresos posteriores de la química. 
Rojerio Bacon, ingles de nacimiento que vivió en el mismo 
sigle 1 que tambien fué fraile franciscano, fué un verdade- 
ro prodijio para eu tiempo. IReconoció los errores del ca- 
lendario Juliano, esplicó su causa i los corrijió; hizo inje- 
niosas observaciones sobre la óptica, la refraccion de la 
Juz, el arco iris i el tamaño aparente de los. cuerpos; i por 
último se le atribuye la invencion de la pólvora. Estos 1 
otros grandes jénios que escribieron en latin, porque las 
lenguas vulgares no estaban formadas todavín i porque 
por esto mismo no se las consideraba el idioma de la 
ciencia, habrian operado una revolucion mas imj.ortante 
en el desenvolvimiento del espíritu humano si hubiesen vi- 
vido en siglos mas adelantados. : 


al AO a. 


AE 


CAPÍTULO Y. 


Literatura francesa. 


1.—Oríjen de la lengua francesa; el vascuense, el céltico i el latin.—2, 
Los francos.—3. Lengua de oil i lengua de oc.—4. Formacion definitiva 
del france3.—5.' Literatura provenzal: los trovadores —6. Corta dura- 
cion de esta literatura.—7. Literatura walona; los truveres.—$8. Cantos 
épicos: la Chanson de Roland.—9 Carácter jeneral de los poemas del 
ciclo carlovinjio.—1(). Ciclo del "rei Arturo; Wace i sus imitadores.— 
11. Ciclo greco-asiático; la Chanson d' Alezandre.—12. Incertidumbre 
sobre el oríjen de estos poemas.—13, Los fabliawr.—14. El apúlogo i 
la sátira; Roman du Renart.—15, Tia alegovía; Roman de la Roxe.—16. 
Presta lírica: Thibaut i Cárlos de Orleans —17. Teatro frances de la 
cdad media.—18. Las crónicas; Villehardouin i Soiaville.—19. Froissart. 


1.—Los diferentes pueblos que hau ocupado el suelo de 
la Francia han dejado sus huellas en la lengua francesa. 
Sus idiomas respectivos, solrepuestos primero unos a los 
otros, confundidos en seguida, han concurrido a formar es- 
ta lengua en proporciones mui desiguales. 

Segun las mas remotas tradiciones, la Francia fué pao- 
blada por los iberas, raza de orijen imperfectamente cono- 
<ido, que se estaldleció en la rejion del sur i que ocupó 
tambien la España. Despues llegaron los celtas, pueblo 
vigoroso e intelijente, que invadió la Europa occidental 
muchos siglos ántes de la era cristinua, i cuyo idioma es- 
taba enlazado por su oríjen con la gran familia indo-euro- 
pes, que comprende el sanscrito, el zend, i los que se de- 
rivan de éstos. Antes de la conquista romana, se hablaba, 
pues, en Aquitania, esto es el país situado inmediatamente 
al norte de los Pirineos, el idioma ibérico, llamado comun - 
mente el vascuense. El idioma céltico se hablaba en las 
vtras partes de la Galia. 

El vascuense no subsiste ahora sino en las faldas de los 








HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 163 


Pirineos occidentales, i ha suministrado al frances un nú- 
mero muni pequeño de palabras. Se podria citar en este 
número la voz ennui (encjuo, en vascuense, enojo, en espa- 
pañol). La parte del céltico en la formacion de la lengua 
francesa es indudablemente mas considerable. Ese idioma, 
estirpado en gran parte por la conquista romana, subsiste 
todavía en la baja Bretaña. Parece que los fencios i los 
griegos, que fundaron diversas colonias en la costa de la 
Galia, no ejercieron una verdadera influencia sobre la len- 
gua del país. 

El latin, impuesto por la conquista romana, llegó a ser ' 
desde el primer siglo de la era cristiana, la lengua duminan- 
te en la Galia. El idioma nacional desapareció poco a poco 
por influjo de la civilizacion de los conquistadores, de tal 
modo que en el siglo IV se hablaba el latin desde los Pi- 
rineos basta el Rhin; i la poblacion indíjena, con mui pe- 
queñas escepciones, habia abandonado su lenguaje nacio - 
nal. Pero el latin, que dominaba en la Galia, no era esa 
lengua elegante de los escritores del siglo de Augusto, ni 
tampoco el lenguaje un pcco viciado de los escritores de la 
decadencia: era un idioma ménos culto en el cual se habian 
deslizado algunas palabras célticas tomando la forma la- 
tina. | 

2.—Las invasiones de los bárbaros, burgundas, visigo- 
dos ¡i francos, llevaron de la Jermania, idiomas tan estru- 
ños al latin como al céltico. Esos idiomas, que tenian entre 
sí una grande afinidad, i entre los cuales el de los francos 
legó a prevalecer, fueron designados con la denominacion 
comun de tudescos. Esta era la lengua de los conquistado- 
res, que pasaron a ser tambien los señores casí esclusivos 
del territorio frances. 

Pero en la monarquía de los reyes francos se hablaba 
ademas otro idioma mucho mas popular, el idioma de los 
pueblos conquistados, cuya base principal era la lengua 
de los romanos. El Intin notablemente alterado por una 
descomposicion natural en la boca de poblaciones ignoran- 
tes i sin modelos literarios, i por la introduccion de térmi- 
nos célticos o jermánicos, tomó el nombre de lengua ro- 
MAna. | 

Hubo, puee, dos idiomas diferentes en la misma Galia 
durante algunos siglos; pero ámbos se modificaron reoípro- 


164 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


camente por el contacto íntimo de conquistadores i con- 
quistados. Por un momento, el tudesco estuvo a punto de 
adquirir un gran predominio sobre el otro. Carlo-Magno, 
tudesco de oríjen, colocó la capital de su imperio en Az- 
quigran (Aix la Chapelle), a las puertas del territorio jer- 
mánico, i dió a su propio idioma una grande importarcia 
'sobre la lengua romana, derivada del latin. Se sabe que 
este emperador preparó o hizo preparar una gramática de 
la lengua tudesca o alemana. Pero despues del desmem- 
bramiento del imperio carlovinjio, Paris, ciudad mucho 
mas apartada del territorio jermánico, vino a ser la capital 
del reino de Francia; 1 allí la lengua romana recobró su 
supremacia. 

La fuente primera del frances es esta lengua romana, 
formada por la mezcia del latin, del tudesco i de algunas 
palabras célticas. Como en esta mezcla el latin ha sido con 
mucho cl elemento mas considerable, la lengua francesa 
se coloca entre las del oríjen neo-latino. No se llega a co- 
nocerla de una manera profunda sino con el ausilio del la- 
tin. El mas antiguo monumento que se conozca de esta 
lengua es el testo del juramento que Luis el jermánico i' 
su hermano Cárlos el calvo, nietos de Carlo-Magno, se 
prestaron recíprocamente en Estrasburgo en 842. Se notan 
abí algunas de esas terminaciones latinas que ahora ron 
frecuentes todavía en el ¡italiano i en el español; pero la 
influencia del tudesco es tambien visible (1). 

3.—Esta lengua tomó diversos caractéres i recibió dife- 
rentes nombres, seguu Ja mayor o menor: influencia del 


(1) Creemos interesante trascribir aquí un fragmento de esta pieza. 
Es el juramento de Luis el jermánico, 

«Pro Deo amur, et pro christian poplo, et nostro commun salvament, 
«list di en avant, in quant Deus savir et potir me dunat, si salvara jeo 
«ist meon frade Karlo, et in adjudha et imcadhuna cosa, si com om per 
«reit son fradra salvar dist, in o quid il mi altre si fazet, et ab Ludher 
nul plaid nunquam prindrai qui meon vol cist meon fradre Karle in 
damno sit. » 

TRADUCc1ON,—4Por el amor de Dios i par el pueblo cristiano i nnes- 
tra comun salvacion, de este dia en adelante miéntras Dios me dé el sa- 
ber i el poder, yo salvaré 4 mi hermano aquí presente, i le seré en ayuda 
en cualquiera cosa, así como un hombre, segun la justicia, debe salvar a 
su hermano, en todo lo que él hiciese de la misma manera por mí, i yo 
no haré con Lotario ningun convenio que, por mi voluntad, lleve perjui- 
cio a 1i hermano Cárlos aquí presente. » 











AE A A A AAA E SAA in 
, 


na 


HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA, 165 


latin. En el norte de la Francia, donde el tudesco dejó mas 
profundas huellas i le comunicó su aspereza, tomó el nom- 
bre de romance walon. En el mediodia, donde la presencia 
de los bárbaros fué mas tardía ¡1 sus invasiones ménos fre- 
cuentes, i donde subsistió en cierto modo la antigua orga- 
vizacion, la nueva lengua conservó mejor las palabras 1 las 
terminaciones sonoras del latin. Abundante en vocales, ri- 
<a en inflexiones, tuvo ménos enerjía, pero mas gracia 1 
suavidad: éste fué el romance provenzal, En el norte, el 
tudesco ejercia su influencia, porque al otro lado de sus 
fronteras, en la Jermania, se hablaban lenguas análogas: 
en el sur, los provenzales estaban en comunicacion con la 
España icon la Italia, en donde la dominacion del latin 
£ra mas notable. Lo3 dominios de las dos lenguas estaban 
separados por el curso del rio Loira. La primera recibió el 
nombre vulgar de Jengua de oil (langue d'oil); la segunda 
el de la lengua de oc (langue d'oc), denominaciones toma- 
das de las palabras por medio de las cuales se espresaba en 
cada pals la afirmacion sí. 

Las relaciones que los acontecimientos políticos i los en- 
daces de diversos príncipes establecieron entre la Francia 
meridienal i la Cataluña i el Aragon, i el brillo de las cor- 
tes teudales de Arles ide "Tolosa dierona la lengua de 
vc una forma notablemente regular, la estendieron desde 
el Loira hasta el Ebro 1 el Mediterráneo. Esta lengua, culti- + ' 
vada por los trovadores, recibió en la guerra contra los al- 
bijenses, a principios del siglo XITI, un golpe de que no 
dlebia levantarse: un concilio la proscribió «tomo sospechosa 
de herejía,» al mismo tiempo en que los estados feudales 
donde habia estallado la guerra, eran absorbidos en los do- 
minios de los reyes de rancia. Despues de haber sido uva 
lengua literaria, se desmembró en dialectos vulgares ha- 
blados todavía en Cataluña, en Valencia 1 algunas de las 
provincias meridionales de Francia. Hasta el siglo XIV la 
diferencia de lenguaje entre el norte i el sur era tan nota- 
ble que, bajo el reinado de Juan el Bueno, fué necesario 
reunir dos asambleas distintas de estados jenerales, para 
representar las dos diversas ramas del idioma frances. 

La lengua de oil fué mas tosca en su nacimiento: las pa- 
labras latinas revestidas de terminaciones tudescas, daban 
al oido un sonido duro. Se necesitó de mucho tiempo para 


- y y 


. 


166 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


suavizar i depurar esta lengua ¡ para darle elegancia. Los 
truveres (trouveres) de Picardía, de Normandía, de Bor- 
goña, de Champaña i de Flandes concurrieron a esta for- 
macion laboriosa. Si los progresos de esta lengua fuerorr 
lentos durante la edad media, es menester atribuirlo a la 
ignorancia de la nobleza, al reinado del feudalismo que ha- 
bia destruido todo centro i toda autoridad comun, a las- 
desgracias de la guerra-contra los ingleses i al predominio- 
en las clases instruidas de la lengua latina, que era siem- 
pre el idioma de la relijion, del derecho i de la enseñanza. 

-4,—El frances, sin embargo, aparece formado en el siglo. 
X1Il; a lo ménos entónces lo cultivaron numerosos escri-- 
tores. Entre otros elementos que contribuyeron a enrique- 
cerlo, deben contarse el árabe, por las relaciones con las- 
escuelas de los moros de España, i por efecto de las cruza- 
das, i el griego que conocieron los franceses en Constanti-- 
nopla; pero sus verdaderas fuentes son las que dejamos. 
señaladas mas arriba, En el siglo XIIT esa lengua gozaba 
de prerogativas semejantes a las del frances moderno: era 
conocida en casi toda la Europa, ¡ usada como una especie 
de idioma universal, En 1275, un escritor veneciáno tra- 
ducia al frances una crónica de su pais declarando que «esta. 
lengua corre en el mundo, i que es mas agradable al oido 
que cualquiera otra.» Diez años mas tarde, Bruuetto La- 
tini, el maestro del Dante, escribia en frances un libro, 


- «porque, decia, el habla de Francia es mas comun a todas. 


las jentes.» | 

5.—La literatura provenzal, sé desarrolló com mayor 
rapidez que la literatura walona. Fste progreso prematu- 
ro fué el resultado de las circunstancias en medio de las. 
cuales habia nacido. El mediodia habia sido siempre mas 
civilizado que el norte, porque la influencia romana habia 
sido mucho mas profunda. La iuvasion de los bárbaros ha- 
bia causado alli grandes estragos; pero las poblaciones no 
habian estado constantemente ajitadas i combatidas por 


- los terribles trastornos que ensangrentaban los países si-- 


tuados al norte del Loira. Los habitantes del sur gozaban- 
de las dulzuras de la paz bajo un réjimen feudal que no te— 
nia la dureza, ni conducia a los mismos excesos de crueldad 
ide venganza que se hacian sentir bajo el gobierno de los. 
rudos señores del norte, La civilizacion de los árabes de 





, HISTORIA LITERABIA, —EDAD MEDIA, 167 


España pudo tambien reflejarse mejor en las rejiones del 
mediodia de la Frarcia. 

Casi todo lo que nos queda de la literatura provenzal 
está representado. por las poesías de los trovadores. Este 
nombre derivado de una voz provenzal troubar, encontrar, 
crear, prueba que se tevia entónces de los poetas una iden 
verdadera. El trovador debia cantar sus versos; pero cuan- 
do no tenia el talento músico, tomaba un juglar a su ser- 
vicio. Limitábanse principalmente a celebrar asuntos de 
amor, o mas bien de galantería, i a componer sátiras (sir= 
venteg) que algunas veces eran vivas i aceradas. No faltan 
tampuco algunos cantos de guerra, ni ciertos diálogos (ten- 
son de contentio) en que dos interlocutores sostenian dos 
opiniones contradictorias, de ordinario sobre cuestiones de 
amor o de galanteria, i en que se respondian por coplas u - 
estrofas de una medida semejante. Existian tambien las 
quejas (plani:s), elejías destinadas a llorar la muerte de un 
amigo o de un héroe. Pero las poesías amorosas o galantes 
formaban en su mayor parte la literatura provenzal. No 
tuvo ni dramas ni epopeyas; i parece que no percibió esta 
falta. Salvo algunas poesías narrativas que podrian compa- 
rarse al poema histórico, vo se nota que los poetas provel- 
zales hayan hecho esfuerzo alguno para agrandar su hori- 
zonte. 

Uno de los principales méritos de estas poesías consiste 
en las combinaciones armónicas, en las cadencias simétri- 
cas, en la complicacion de las estrofas i en la repeticion de 
la rima. Los trovadores provenzales, como todos los poetas 
primitivos de las lenguas modernas, tomaron del latin Ja 
forma de su versificacion. Es inútil repetir aquí que toda 
cumposicion métrita, tanto en latin como en griego, era un - 
arreglo de versos formados de piés iguales o equivalentes; 
pero en el desórden inherente a la descomposicion del la- 
tin, las jentes incultas, en lugar de tomar por base en los 
versos la prolongacion relativa de lo3 sonidos, tomaron 
cada sílaba como unidad respecto de otra sílaba i no se 
midieron las sílabas, sino que se contaron; i no es difícil 
encontrar ejemplos de versos en que se ha olvidado la 
cuantidad desde los primeros tiempos de decadencia de la 
literatura latina. Fué necesario que el poeta marcase el 
iugar en que babia cumplido la única condicion que se 


168 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


exijia de él: entónces apareció la rima, la cual segun la es- 
espresion de M. Sainte-Benve, está colocada en el lugar 
que ocupa como una campanada, para advertir que con- 
cluye un verso ¡ que va a comenzar otro. La rima se usó 
en la versificacion latina en la época de la corrupcion de 
esta lengua. Es completamente infundada la opinion so8- 
tenida por grandes escritores i que atribuye a la influencia 
de los árabes la introduccion de la rima en la versificacion 
moderna. Los trovadores provenzales usaron ordinaria- 
mente la rima consonante i rara vez la asonante; todas las 
lenguas modernas han seguido empleando la primera; los 
castellanos, emplean con frecuencia la segunda. 

6.—Esta literatura contó dos siglos de existencia. No se 
concce obra alguna de ella anterior al año 1100, i se sabe 
que fué aniquilada en les primeros años del siglo XIII. Se 
conocen las vidas de cerca de ciento cincuenta trovadores, 
entre los cuales se cuentan reyes, principes i condes. La 
monótona uniformidad de esta literatura nos dispenea, sin 
embargo, de entrar aquí en detalles sobre aquellos trova- 
dores. Sus producciones anuncian un vivo sentimiento del 
arte; pero faltó el tiempo a los provenzales. Su lengua co- 
mo lengua literaria, i su literatura fueron arrastradas en 
la revolucion que destruyó su nacionalidad. Despues de la 
guerra contra los albijenses, la nacionalidad provenzal fué 
estinguida en su primavera, i la política se encargó de 
impedir que reviviese. En 1222, se fundó en Tolosa la uni- 
versidad 1 el tribunal de la Inquisicion, se prohibió el em- 
pleo de la lengua provenzal en los actos públicos i se pros- 
cribieron los libros escritos en esta lengua para hacer 
desaparecer todo lo que recordaba la nacionalidad o la 
herejía. Lu lengua de oc, sin embargo, se ha perpetuado, 
como ya hemos dicho, en algunos dialectos vulyares, 

7.—Al lado de la poesía de los trovadores, se elevaba otra 
poesía ménos injeniosa, la de los truveres, trovadores de 
la lengua de oz?, o francesa propiamente dicha. Cualquiera 
que fuese la conformidad primitiva de la leoúgua romana 
del mediodia i la del norte, la separacion en el siglo XII 
era visible: la lengua de lus truveres i la de los trovadores 
ofrecen entónces graudes ¡ curiosas diferencias en las pa- 
labras i en el espíritu. Una especie de vivacidad burlona i 
satirigá anima tambien la lengua de los truveres; pero en, 

a” 


» . - 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 169 


Jugar de manifestarse por imájenes brillantes i líricas i de 
tener algo de musica), su espíritu es prosúico i produce un 
-cuento mas bien que una oda. ln sus obras no lui de la 
poesía mas que un cierto metro, una versilicación mui gro- 
sera, pocas imájenes i casi ninguna armonía. Cuando se 
examina el ob;eto de sus cantos, la diferencia entre el tro- 
wvador ¡ el truver se hace mas sensible. Ll primero se la 
consagrado particularmente al jénero lírico: el segundo, 

por el contrario, se contrae a asuntos narrativos, La “poesí: t 
épica es especialmente el objeto de sus cuidados. Los nor- 
mandos, que durante alguu tiempo habian asolado una: 
¡parte de Fruncia, fueron, despues dé su conversion, los 
¿nas ardientes apasionados de ese jénero. 

8.—Los primeros asuntos cantados por la musa del 

«¡sorte fueron las hazañas de los paladines de Carlo-Marno 
< de otros personajes, mitad verdaderos, mitad ficticios, 
que se prestaban para servir de héroes de las epopeyas 
<aballerescas. Conócense con el nombre de chrnsons de 
yestes, los romances de caballerías en que se celebran las 
acciones (en latia gesta), las hazañas de los héroes, por 
smedio de coplas monorimas, destivadas a ser cantadas, co- 
mo las rapsodias de los antiguos griegos, con acompaña- 
aniento de música. 

La mejor i mas antigua de estas informes epopeyas es 
da Chanson de Roland, que por un arte. verdadero de com- 
gosicion, por la fuerza de las imájenes, merece ser clasifi- 
«ada entre las composiciones de aquel jénero. Rolando, co- 
amocido tambien cun los nombres de Orlando i de Roldan, 
es el héroe de este poema, en que se canta la espedicion 
«le Carlo-Magno a España i la batalla de Roncesvalles. 
ignórase la época en que esta obra fué compuesta: se 
cuenta que un truver, llamado Tuillefer, cantaba un frag- 
mento de este poema en la célebre batalla de Hasting, que 
<onsumó la conquista de la Inglaterra por Jos normandos 
(1066); pero la obra que ha llegado hasta nosotros bujo el 
nombre problemático de un poeta llamado Théroulde, pa- 
«rece ser de los primeros años del siglo XII. Es posible, 
310 embargo, que haya existido una obra primitiva, COl= 
temporáuea talvez «le Carlo-Magno, modificada despues 
<un los cambios i ampliaciones de un gusto posterior, pero 
<onservando siempre el carácter guerrero 1 relijioso. 








170 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


9.—Aceptando esta edad probable de la Chanson de Ho- 
land, seria menester considerarla el mas antiguo de los 
poemas del ciclo carlovinjio. Con este nombre se conoce 
en la historia de la literatura un conjunto de poemas fran- 
ceses de la edad media en que están narradas las empre- 
sas i las conquistas de Carlvu-Magno i de los otros jefes de 
la raza carlovinjia. El jénio de Cárlo-Magno, opuesto a la 
debilidad de sus sucesores, i sus gloriosas proezas, despues 
de las cuales el imperio franco sufrió la verguenza de las 
invasiones normandas, habian dejado en el pueblo un re- 
cuerdo imperecedero de respeto i de admiracion. La vida 
del grande emperador llegó a ser una leyenda que cada je- 
veracion ampliaba ¡ embellecia a su gusto. El sentimiento 
popular borró los recuerdos históricos; i Carlo-Magno llegó 
a ser la personificacion del cristianismo triunfante sobre la 
relijion musulmana. Los poetas atribuyen a él solo todas 
Jas hazañas de su familia: su abuelo Cárlos Martel, el ver- 
dadero vencedor de los árabes en Poitiers (737), figura 
apénas en los poemas carlovinjios, Los terribles recuerdos 
que habian dejado en la Galia las invasiones de los árabes 
i el entusiasmo de los pueblos de occidente por llevar la 
guerra a la Tierra Santa, esplican la cuusa por qué en la 
tradicion popular todos los pueblos no cristianos fueron 
trasformados en musulmanes, i todas las espediciones de 
Carlo-Magno en guerra contra los infieles. Los sajones 1 
los hunos, que aparecen en dos de esos poemas carlovin- 
Jos, son considerados sarracenos. Los poetas fneron mas 
éjus todavia que la imajinacion popular; i cuando el ardor 
de las cruzadas hubo inflamado todos los corazones, ellos 
hicieron de Carlo-Magno el héroe de estas espediciones. 
En todos los poemas en que se trata de celebrar el triun- 
fo de los cristianos sobre los musulmanes, el carácter de 
Carlo-Magno es noble, imponente i caballeresco. Es lu 
imájen de una reyecía fuerte i grande que se sostiene por 
sa propia majestad i por el respeto que inspira a los pue- 
blue. Pero la época misma en que estas ubras fueron com- 
puestas, época en que la reyecía ern atacada diariamente 
por las pretensiones feudales, debia imponer a los poetas 
la obligacion de cantar las hazañas de los señores contra 
el rei. En las obras de esta especie, el carácter de Carlo- 
Magno es indeciso, disimulado i brutal. Los poetas le atri- 





HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 171 


buyen todas las debilidades de sus sucesores respecto de 
los poderosos señores feudales. 

Log poemas carlovinjios parecen haber sido escritos en- 
tre los siglos X11 ¡ XIV. Algunos, sin embargo, son pos- 
teriores al año 1300; pero es probable que solo sean ver- 
siones o paráfrasis de los poemas mas antiguos. El interes 
principal que hasta ahora ofrecen estas obras es la fiel pin- 
tara de la edad media, el espíritu caballeresco i feudal, a 
la vez que la supersticion relijiosa de los paladines, Com- 
bates interminables, luchas contra poderosos encantadores, 
i proezas inaurlitas i maravillosas llenan de ordinario esos 
poemas. Algunos existen en prosa, como el afamado Fie- 
rabras; pero se sapone que son traducciones de antiguas 
obras poéticas, i pueden considerarse como las primeras 


entre las novelas caballerescas, tan en boga en loz siglos 


XV i¡ XVL 

El segundo ciclo de poemas caballerescos tiene por hé- 
roe.a Arturo, rei de Bretaña, ¡ es conocido indiferentemen- 
te con el nombr2 de este monarca i con el de la Mesa re- 
«londa. La baja Bretaña en Francia, como hemos dicho 
ántes, fué el último asilo de la lengua céltica en el conti- 
nente, i de los bardos o poetas galos que celebraban las an- 
tiguas tradiciones. A principios del siglo VJ, Ica sajones 
juvadieron la Gran Bretaña; i despues de una lucha, cuya 
grandiosidad han exajerado mucho los poetas, los bretones 
derrotados i fujitivos se establecieron en graa número en 
la parte de la Francia conocida hasta ahora con su nombre. 
La poesía conservó el recuerdo de los últimos combates de 
la independencia que el valiente Arturo habia defendido 
con gran gioría, se reyezuelo, que a la luz de la verda- 
dera historia gwbernaba solo el pequeño reino de Gales i 
que era un jefe bárbaro, violento i pendenciero, fué tras- 
figurado por la imajinacion de los poetas populares en una 
especie de personaje mitolójico, 

A mediados del siglo X LI estas tradiciones poéticas re- 
cibieron una forma fija. Roberto Wace, natural de la isla 
de Jersey, compuso en Caen, en Normandía, una larga 
historia en verso en que cuenta los hechos de los reyes de 
la Gran Bretaña casi desde la ruina de Troya hasta el año 
680 de la era cristiana. Este poema de quince mil tres- 
* cientos versos, es conocido con el nombre de Roman de 


172 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Brut (romance de Bruto, por suponer que un honjbre lHa- 
mado Bruto, nieto de Ascanio i bisnieto de Eneas, fué eb 
primer rei de la Gran Bretaña). Wace compuso un segun- 
do poema casi tan largo como el primero, en que refiere la 
historia de los duques de Normandía hasta el reinado de 
Enrique 1 de Inglaterra. Lleva esta obra el nombre «de 
Roman de Rou (Romance de Roll o Rollon, jefe normando 
que se estableció en Francia, i cuyos sucesores conquista- 
ron mas tarde la Inglaterra). Estas obras reunieron las 
tradiciones fabulosas consignadas sin duda ántes de eso 
época en los cantos bretones i en las crónicas latinas; pero 
la multitud de incidentes relativos al rei Arturo que se 
encuentran en el primero de esos poemas, hau servido de 
base a las obras poéticas que constituyen este ciclo. 

Segun el Roman de Brut, el héroe breton (o gnles, del 
país de Gales) es el ideal de ln caballería. Recorre el 1mun- 
do libertándolo de jigantes i de mónstruos, tiene una cor- 
te brillante en que celebra grandes fiestas i¡ en que reune- 
la flor de los reyes, de los barones i de los caballeros, Sién— 
tanse todos ellos nl rededor de una mesa, que por ser re- 
donda no tiene sitio de preferencia i permite que todos los. 
convidados sean servidos sin distincion, cualesquiera que- 
sean su rango l sus títulos. Esos caballeros, como los que- 
acompañan a Cúrlo-Magro, están animados de un pensa- 
miento relijioso: no se proponen por principal objeto com- 
batir a los sarracenos, pero en algunas de las obras que 
forman este ciclo, se empeñan en buscar un vaso sagrado 
(saint graal,) hecho todo él de una sola piedra preciosa,. 
que despues de haber servido en la última cena del Salva— 
dor, fué empleado para recojer su eangre. 

Pero la principal diferencia entre los poemas de ámbos- 
ciclos no está allí. Los carlovinjios están animados del es- 
píritu guerrero: bo conocen mas que una virtud, el valorz 
un solo crímen, la traicion, Los poemas del ciclu de Artu-- 
ro se complican con todos lcs matices del amor, de la cas-- 
tidud, del misticismo caballeresco, esparcidos sobre um 
fondo de poesía i de sentimiento. Esa fábula consignado» 
en el libro de Wace, abrió un nuevo horizonte a los poetas, 
1 fué enplotada con bastante felicidad i en numerosas obras- 
que han llegado husta nosotros, Chrestien_de Troyez, el 
poeta mas fecundo ¡ estimado del siglo X1I, pasa por au— 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 173 


tor de cuatro poemas en que dominan los mismos senti- 
mientos que caracterizan a las obras de este ciclo. En ese 
mismo siglo, la tradicion poética relativa al rei Arturo 
fué consignada en prosa, formando así la verdadera nove- 
la caballeresen. Los diferentes Amadis, tan famosos en la 
historia de la literatura de los siglos posteriores, tienen 
allí su oríjen, i pertenecen al ciclo de la mesa redonda, 
11.—La antigiiedad greco-asiática, proporcionó tambien 


a los poetas asunto para sus cantos. Sin embargo, la ma- 


teria suministrada por la antigua civilizacion recibió el se- 
Jlo comun en el conjunto de obras conocidas con el nombre 
de ciclo greco-asiático. La mas antigua de estas obras es un 

vema provenzal en que se cuentan las aventuras de un 
caballero llamado Raimundo de Bousquet, el cual ofrece 
mucha semejanza con el Ulises de Homero. Ese poema 
que data de mediados del siglo XI, es el mas antiguo de 
este ciclo; pero hai otros posteriores en que se celebran el 
sitio de Troya, la espedicion de los Argounáutas i la guerra 
de Tébas, con caractéres mui diferentes a los que los poe- 
tas de la antigúedad habian dado a aquellos sucesos. Los 
héroes de esas obras son los mismos que figuran en los 
poemas de las literaturas clásicas; pero los poetas de la 
edad media los cvnvierten en paladines llenos de valor i 
de galantería. Esas obras en que la antigitedad ha sufrido 
un cambio caballeresco, gracias a la ignorancia de los auto- 
res i al gusto decidido del público, dejaron huellas profun- 
das en la literatura de la Europa. Sus autores no conocian 
los escritos de los grandes poetas de la antigitedad: pero 
habian estudiado los sucesos que cantaban en escritores 
de segunda o tercera mano, 

Alejandro el Grande, cnyas hazañas fueron celebradas 
por los árabes, los persas 1 lvs armenios, suministró a los 
poetas de la edad media un abundante campo de inspira- 
cion. En el siglo XII, una Alejandriada en versos latinos, 
obra de Guutier (Gualterio) de Lille, era enseñada en las 
escuelas; pero a mediados de este siglo, fué compuesto so- 
bre el mismo tema uno de los poemas mas curiosos de la 
antigua literatura francesa. La Chanson d'Alezandre, 
Poema de mas de veinte mil versos atribuidos a Lamberto . 
i Cors (le curt, el corto) ia Alejandro de Bernay, refiere 
la conquista del célebre rei de Macedonia con una multi- 


174 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


tud de aventuras maravillosas semejantes a las que se en- 
cuentran en los otros poemas caballerescos. Los poetas 
dan a Alejandro, por compañeros de sus empresas, dece 
pures, como los que acompañan a Carlo-dMagno, lo hacen 
conquistar castillos encantados i ciudades maguíficas; i lo 
hacen subir a los aires en un carro que arrastran dragones, 
para penetrar despues en los abismos del océano. Alejan- 
«dro i todos sus compañeros toman parte en torneos i en 
fiestas características de la edad media. 

12.—Los poemas que forman estos tres ciclos diferentes 
fueron sin duda en el principio composiciones breves, com- 
puestas i cantadas por los truveres o trovadores; ¡ se con- 
servan los nombres de muchos de sus autores; pero nuevas 
jeneraciones de poetas las ensancharon posteriormente co- 
rrijiéndolas i modificándolas pura darles la estension con 
que han llegado hasta nosotros. En todas ellas, dominan 
ciertos caractéres jenerales, una gran pasion por las empre- 
sas militares, i por los resortes maravillosos, Jigantes, ena- 
nos, encantadores, animales desconocidoz, caballos alados, 
armas irresistibles. 

13.—Los siglos XI i XIT fueron la época de esos poe- 
mas caballerescos; pero el gusto por ellos se conservó, sin 
embargo, mas largo tiempo. Los truveres, ademas, abar- 
caron luego un campo mas vasto 1 compusieron obras no- 
tables de imajinacion i de gusto. El siglo XIII es conside- 
rado con justicia el siglo de oro de la literatura francesa 
de la edad media, | 

Esta es la época de los fabliaux. Con este nombre, di- 
miuutivo de la palabra Jable (fíbula), se designan ciertos 
cuentos que los poetas cantalan de ordinario en los casti- 
llos de los feudales para distraerlos en su aislamiento. El 
autor era llamado fableor o fablier. Estas composiciones, 
escritas en verso de ocho sílabas, dejan entrever las cuali- 
dades esenciales del injenio frances, la vivacidad, el buen 
sentido maligno, la burla alegre, la nitidez de la forma, la 
proporcion. Los fabliaux son a los poemas caballerescos, 
lo que la comedia es a la trajedia. Refieren un suceso di- 
vertido, se ocupau mucho de mujeres i de maridos, de clé- 
rígos i de frailes; i se dispensan de ordinario de ser mora- 
les: rara vez dejan de ser libres i hasta obcenos. Cultivados 
con particular interes en el siglo XIII, han sido imitados 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 175 


<on frecuencia por los poetas modernos. Uno de ellos tita- 
dado Vilain Mire (mal médico) ha servido de modelo a 
Moliére para componer su comedia .El médico a su pesar 
Y Le mérdecin malgré lui), que ha pasado a la escena espa- 
ñola con el título de El médico a palos. 

14.—Los poetas franceses de ese siglo se ocuparon tam- 
bien del apólogo, al cual dieron la denominacion de ¿sopet, 
del nombre del fabulista griego Esopo. Sou famosos entre 
-<otros los apólogos compuestos por María de Francia, poe- 
tiza natural de Compiégne de cuya vida casi no se tienen 
noticias. Los truveres compusieron tambien sátiras pican- 
tes que cantaban en todas partes, i que el pueblo repetia 
-con gu natural alegría; pero éstas no eran obras de una 
forma distinta i propia como las sátiras de Horacio i de 
Juvenal, sino apólogos i fabliaux en que dominaban la ale- 
gría i la crítica. . 

Es famoso entre las obras de este jénero un poema co- 
nocido con el nombre de Roman du Renart (romance, o 
poema del zorro). Basado sobre una antigua composicion 
-cuyo orijen se disputan diversos pueblos, adquirió todo su 
«lesarrollo en el siglo XIII. Luego nacieron otros poemas 
destinados a celebrar el mismo asunto, que reunidos al 
primero formarian mas de ochenta mil versos. Se diria que 
el primer poema es el centro de un ciclo de epopeyas có- 
micas ¡ burlescas que tienen los mismos personajes. El 
asunto de esta obra es las aventuras de un zorro, en que 
está representada la astucia, que recorre toda la sociedad 
feudal, sin hacer de ella otra burla que el contraste de los 
personajes que en el poema son simples animales, i que 
representan en él un papel análogo al que les correepon- 
«le por sus instintos. El zorro, llamado Gonpil le Renard, es 
alternativamente juglar, peregrino, médico, caballero, em- 
perador; i siempre bellaco, sale bien en todas las empresas 
que acomete i burla a todos los animales con quienes se 
encuentra, 

15.—Esta pasion de alegoria, tolerable cuando encierra 
an principio satírico, se convirtió en el siglo XIII en un 
verdadero furor. Todos los caractéres de esta clase de obras 
se encuentran en un poema célebre, el Roman de la Rose 
(el romance de la rosa) alegoria sábia i fastidiosa de mas 
«de veinte mil versos, en que se trata de saber si el, Héroe 





176 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


llegará a tomar una rosa que ha divisado en un jardin, que 
defienden veinte abstracciones personificadas, tales como el 
Peligro, la Maledicencia, la Felonía, la Bajeza, el Odio, 1 
la Avaricia. El héroe tiene por ausiliares otras cualidades, 
con cuya proteccion llega al palacio del Placer, donde en- 
cuentra al Amor en medio de un cortejo de personificacio- 
nes. Es fácil presentir cuán fria e inanimada es toda esta 
mitolojía simbólica. La menor aventura de un ser vivo 1 
real despierta mas interes que el juego fantástico de todas 
estas vanas nebulosidades. El Roman de la Rose es la obra 
de dos jeneraciones, La primera parte fué compuesta por 
Guillermo de Lorris, contemporáneo de San Luis, ¡i contie- 
ne, apesar de sú monotonía, algunos detalles agradables, 
rasgos de sentimiento i descripciones injeninsas. La segun- 
da parte, mucho mas estensa, es la obra de Juan de Meung 
(siglo XIV), i se distingue por la erudicion i el espíritu 
satírico. Su héroe es Falso Semblante, símbolo de la hipo- 
cresía, 1 su asunto es todo el siglo con su ciencia, su co- 
rrupcion, sus prácticas supereticiosas i sus preocupaciones. 

16.—La poesía lírica de esos siglos nos ofrece tambien 
una multitud de composiciones lijeras que son casi la obra 
esclusiva de los nobles, de los condes i aun de los prínci- 
pes. El mas célebre de todos estos grandes señores cancio- 
neros es “Chibaut, conde de Champagne, (1201-1253), que 
formó su gusto poético en el estudio de las obras de los 
“trovadores del mediodia. «Sus canciones, dice M, Ville- 
main, están escritas en ese idioma setentrional de la Fran- 
cia, en que aparece ya la forma francesa; pero se encuentra, 
sin embargo, un reflejo de los trovadores. Su lenguaje es 
el de la pasion delicada, el lenguaje de las fiestas i de los 
cantos ..... Thibant, mezcló en sus versos el jénio de las dos 
naciones i de las dos lenguas...... Es la primera reputacion 
clásica, en poesía vulgar, que encontramos en la Francia 
septentrienal en la edad media: es el primer escritor que 
se cita ea todas partes, i cuyos versos puedan oirse i 
leerse.» 

Al hallar un poeta tan notable en el siglo XIII, se po- 
dria creer que en el siglo siguiente la poesía se desarrolló 
de una manera brillante. Pero esta época no fué mas que 
un tiempo de calamidades i desastres. La Francia, humi- 
llada por los ingleses en los campos de Crécy i de l'oitiers, 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 177 


mo podia pensar mucho en su gloria literaria en el momen- 
to en que su propia existencia estaba en peligro. 

Es menester llegar a los primeros años del siglo XV, 
para encontrar un verdadero poeta, Cárlos de Orleans, nie- 
to del rei de Francia Cárlos V. Cárlos de Orleans que vi- 
vió en medio de las guerras civiles, se arrojó eun ellas para 
vengar a su padre que habia sido asesinado por el duque 
de Borgoña. En. la famosa batalla de Azincourt (1415), 1 
cuando apénas contaba veinticuatro años, cayó herido '1 
prisionero en poder de los ingleses. Durante los tristes 
ocios de un cautiverio de veinte años, compuso el volúmen . 
de poesías que Jo coloca en el primer rango entre los poe- 
tas de su tiempo. 

Esta obra es, a juicio de M, Villemain, la primera pro- 
duccion francesa en que la imajinacion sea correcta ¡ natu- 
ral, en que el estilo ofrezca una elegancia prematura para 
su tiempo, i en queel poeta encuentre esas espresiones que 
no tienen fecha, i que viven en la lengua i en la memoria 
de un pueblo. Aunque parezca ligado con aquella escuela 
sutil i alegórica a la cual sirve de có:igo el Roman de la 
Rose, 1 aunque con frecuencia aparecen en sus versos perso- 
najes alegóricos, sus obras respiran gracia i sentimiento; 1 
cuando lamenta -su ausencia de la patria, es poeta de co- 
razon. 

. 17.—El drama nació en las literaturas modernas, co- 

mo habia nacido entre los griegos, en medio de las fies- 
tas relijiosas. Reprodujéronse los sucesos que recuerda la 
historia de la relijion, primero por medio de figuras, 1 en 
seguida, por medio de los mismos sacerdotes o de los fieles, 
que, tomando el rol de los personajes, traducian +us pen- 
samientos i sus sentimientos ¡por medio de la accion 1 del 
lenguaje vulgar. Las guerras contra los árabes fueron otro 
motivo de inspiracion dramática, de tal suerte que en el 
teatro aparecian alternativamente los judios con los rema- 
nos, i los cristianos con Jos sarracenos. Los actores llan 1 
venian, cambiando algunas palabras i tratando de interesar 
a los espectadores, mas por sus trajes i por su accion que 
por sus discursos, l 

Estas representaciones se hicieron mas frecuentes; i co- 
mo interesaban mucho al pueblo, algunas personas piado- 
sas fundaron una sociedad particular, autorizada por un 


178 .. ELEMENTOS DE LITERATURA. 


edicto real en 1402, con el titulo de Gofradia de la Pasion, 
que tenia por objeto la representacion de las escenas mas 
interesantes del Antigno 1 Nuevo Testamento. Estas pie- 
zas tomaron el nombre de misterios. Otras dos asociaciones 
vinieron a completar el teatro frances de la edad media. 
La Basoche (diminutivo burlesco de basílica), sociedad 
fundada por los abaga:los i ajentes subalternos de justicia, 
i los mozos de buen humor (enfants sans souci), asociacion 
«de estudiantes, fúeron reconocidas casi en la misma época, 
i representaban piezas de diferentes caractéres, designadas 
con el nombre de moralidades (moralités) las de los pri: 
meros, i de tonterías (sottises) las de los segundos. Las 
moralidades eran piezas alegóricas o representaciones de 
ciertos sucesos de invencion o de las parábolas del evanje- 
lio, como el hijo pródigo, etc.; las tonterías eran farsas 
grotescas destinadas a hacer reir haciendo la crítica de la 
sociedad entera. Las dos últimas asociaciones, aunque in- 
dependientes entre sí, solian reunirse, i sus producciones se 
confunden de ordinario. En todas estas obras, la influencia 
de las tradiciones del teatro antiguo era sumamente débil, 

Los misterios ofrecian, pues, la enseñanza de la historia 
de la relijion bajo forma dramática. No son producciones 
tan despreciables como algunos han creido, puesta que en su 
estudio se han encontrado frecuentes rasgos felices. Per- 
feccionáudose, habrian podido producir la trajedia. Las 
vtras representaciones, pur su espiritu burlon 1 satíri- 
co, recuerdan la comedia politica de los antiguos, i de 
es08 primeros jérmenes, habria podido producirse una ver- 
dadera comedia. El renacimiento iniciado a fines del siglo 
XV, que, haciendo revivir las literaturas clásicas, echó el 
«desprestijio sobre las producciones toscas e imperfectas de 
la edad media, ahogó por entónces estos ensayos del tea- 
tro nacional frances. 

18.—El desenvolvimiento de la prosa fué en Francia, 
«como de ordinario, posterior al cultivo de la poesía. Los 
Cronistas escribian sus obras en latin; i de los sermones 
predicados en lengua vulgar, como de los tratados relijio- 
8os que debieron ser comunes en la edad media, no nos que- 
«lan muestras anteriores al siglo X[V. Para la posteridad, 
ln historia fué el único jénero literario cultivado cqn buen 
éxito en prosa francesa, 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 179 


Uno de los primeros monumentos de esta lengua, 1 la 
primera crónica francesa es la relacion de la conquista de 
Constantinopla escrita por Godofredo de Vjllehardouin, ca- 
ballero nacido en Champaña en 1167, que tomó parte con 
el rango de mariscal en la cruzada que dió por resultado 
el establecimiento de un imperio frances en Constantino- 
pla, i que obtuvo la ciudad de Mesinopla con todas sus 
dependencias. Retirado en esta cindad, ccmpuso esa obra 
que le ha asegurado el renombre de que goza. Esa crónica 
heroica, escrita con una noble sencillez, inaugura digna- 
mente la série de trabajos históricos de que se honra la 
Francia. Ese cuadro, por la unidad de su accion, una sola 
empresa, 1 por la unidad de tiempo, solo nueve años, es una 
especie de epopeya primitiva en que los hechos i los ca- 
ractéres están puestos en relieve con grandeza 1 naturali- 
dad. Villehardouin es, sin arte i sin esfuerzo, historiador, 
orador i poeta, 

Este cronista abre el siglo XIII con un libro justamen- 
te estimado. ' Cierra ese período Juan, señor de Joinville, 
natural tambien de Champaña i amigo de Sao Luis, a 
quien acompañó en muchas de sus espediciones, i cuya vida 
escribió con toda franqueza i con toda verdad. Su libro, 
mui notable e importante como documento, lo es tambien 
por su mérito literario. El ha enriquecido la lengua fran- 
cesa con una multitud de jiros particulares, contribuyendo 
así a su perfeccion. | 

19.—El siglo XIV ha tenido su historiador en el mas 
célebre de los cronistas, Juan Froissart, clérigo natural de. 
Valenciennes, que tonocia los torneos i fiestas de su siglo 
tanto como los caballeros i paladines. Se propuso escribir 
la historia de su tiempo; pero como necesitaba adquirir 
informes positivos, i como en esos siglos de revueltas 1 gue- 
rras entre los señores, en que las relaciones i comunica- 
ciones eran casi nulas, no habia otro medio de asegurarse 
de los hechos que el recorrer las diversas provincias para 
recojer noticias de los hombres mas intelijentes, Froissart 
se hizo caballero errante, visitó la Escocia, acompañó al 
principe negro a Aquitania, Burdeos i España, volvió a 1n- 
glaterra 1, en seguida visitó la Italia con el duque de Cla. 
rence. Al paso que recojia i apuntaba todo jénero de noti- 
cias, componia versos delicados, canciones galantes i 





180 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


romances heróicos. Pero su obra monumental es la Cróni- 
ca de Francia, de Inglaterra, de Escocia, de España ide 
Portugal, obra estensa en que ocupan el lugar mas impor- 
taute las «dos primeras naciones, pero que casi puede con- 
siderarse la historia universal de la mayor parte de su 
siglo (de 1326 a 1400 ). 

«Las pinturas de la vida feudal, dice M. Villemain, tra- 
zadas por Froissart, presentan todos los contrastes de ru- 
deza i de cortesía caballeresca, de barbáriei de humanidad. 
Una infinita variedad nace de su natural exactitud. Su 
alma es un espejo en que se refleja toda la edad media... 
El rei Juan, prisionero en la tienda del príncipe de Gales, 
ofrece una pintura admirable.... En ciertas descripciones 
de batallas, es verdaderamente homérico. No se podria 
describir con mas vigor esos choques de hombres armados 
que se atacan. Llegais al castillo de Gaston de Foix, i 
veis que es imposible pintar con mas gracia la vida ociosa, 
las delicias, las fiestas de esta corte. Pasais a España, 1 la 
tiranía de Pedro el cruel, el atrevimiento de Enrique de 
Trastamara, el jénio del Príncipe negro, se presentan delan- 
te de vosotros. Entrais a Francia, 1 la prudencia de Cárlos 
V, su actividad, su administracion, están descritas con cui- 
dado. Grandes acontecimientos, anécdotas familiares, na- 
rraciones diversas, todo se mezcla ise sucede sin confu- 
si0N.» 

La Crónica de Froissart, por su animacion i su colorido 
es única para conocer la edad media. 

Tras de Froissart, aparecieron muchos otros historia- 
dores de menor mérito. Cristina de Pisan, poetisa fransesa, 
aunque nacida en Venecia, compuso tambien una Historia 
de Cárlos V, que se consulta todavía con interes. Pero ésta, 
como los otros historiadores de su tiempo i de la primera 
mitad del siglo XV, no alcanzó a dar a la historia ni el 
color, ni la animacion que abundan en la famosa Crónica 
de Froissart. 





CAPÍTULO VI. 


2 Ly Literatara española | portuguesa. 


L-——Oríjen de la lengua española; los iberos.—2, Los celtas, los fenicios i 
los cartajineses.—3. Los romanos.—4. Los godos.—5. Los árabei.—-6. 
Formacion de la lengua castellana. —7. Diversos elementos que la com- 
ponen.—8. El Poema del Cid.—39. Otros as. —10, Gonzalo de Ber- 
ceo.—11. Juan Lorenzo de Segura.—12. Don Alonso el sábio; Las siete 
partidas.—13, Otras obras de don Alfonso; la Crónica jenoral, las Cán- 
tigas i la Conquista de Ultramar.—14. El infante don Juan Manuel.— 
16. Juan Ruiz; arcipreste de Hita.—16. Don Pedro Lópes de Ayala; sus 
obras.—17, Rabbi don Santob.—18. El Poema de José.—19. Movimien- 
to literario en el siglo X V.—20, El marques de Villena.—2!. Don Iñi- 
go Lopez de Mendoza, marques de Santillana —22. Juan de Mena.— 
23. Jorje Manrique.—24. Los Cancioneros; carácter jeneral de las poe- 
sías que contienen.—25, El Romancero.—26, Romances caballerescos. 
—27. Romances históricos. —28. Romances moriscos.—29 Romances 
de costumbres —34. Romances sobre la antigiiedad clásica.—31. El 
Centon epistolario.—32. Fernan Perez de Guzman i Hernando del Pul- 
gar.—33. Las crónicas. —34. Alonso de la Torre.—35. El idioma portu- 
gues.—36. Primeros poetas portugueses. —37. Primeros prosadorea, 


1.—La cuestion de saber cuál fué la lengua primitiva 
de España ha sido discutida durante largo tiempo sin que 
se haya podido llegar a conclusiones definitivas. Entre las 
opiniones vertidas sobre este asunto, se la llegado a decir 
que la lengua castellana, tal como se hablaba en la edad 
media, era contemporánea del latin, i aun, que este idioma 
habia tomado de aquella alguna de sus voces i de sus for- 
mas. Una antigiiedad semejante, se ha reclamado tambien 
para el italiano i para el frances; pero esta opinion acon- 
sejada por una vanidad nacional, ha sido desatendida jene- 
ralmente. 

La filiacion de la lengua española o castellana es mas 
oscura que la de cualquiera otra lengua de Europa. El país 
que hoi se conoce con el nombre de España ha esperimen- 


TE A AAA sd A 





182 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


tado, mas que otra alguno de la Europa moderna, revolu- 
ciones i cambios que han dejado rastros permanentes en sir 
poblacion, en su lengua i en su literatura. Ocupado alter- 
nativamente por hombres de razas diferentes i de lenguas 
opuestas, todas ellas han ejercido una influencia sucesiva 
sobre el idioma nacional hasta dejarlo definitivamente 
constituido despueyde mas Je dos mil años de cambios 5 
modificaciones. 

Se considera jeneralmente a los iberos como el pueblo 
primitivo que pobló la península española. Por descen- 
dientes de ellos son tenidos los vascos, que despues de 
ocupar todo el dilatado territorio de aquel país, se recon- 
centraron en las rejiones vecinas a los Pirineos, conser- 
vando hasta ahora un idioma propio, del cual se encuen— 
tran, 'sin embargo, algunos vestijios en el castellano mo- 
derno. 

2.—Los primeros invasores de la España fueron los cel- 
tas, pueblo de oríjen asiático, que habia ocupado tambien la 
Galia. Parece que despues de largas luchas con los anti- 
guos dominadores, se refundieron las dos razas i las dos 
lenguas; pero en las montañas del norte, se conservó eb 
ibero o vascuense en tuda su pureza, hablado por tribus 
varoniles que se defendieron victoriosamente contra la in- 
vasion. El idioma de los celtas se trasluce todavia en el 
castellano, así como en el frances i en el italiano, aunque 
lijeramente en todos ellos. 

Las revoluciones posteriores de la lengua española sor 
mas recientes i como tales mucho mejor conocidas. Los 
fenicios, el pueblo mas comercial de la autigitedad, recono- 
cieron las costas de España i esplotaron las minas de me- 
tales preciosos que entónces abundaban en la península. 
Durante largo tiempo ellos fueron los únicos que tuvieron 
noticia de esas riquezas: pare utilizarlas fundaron colonias, 
¡junto con su comercio introdujeron sus costumbres i su 
lengua en una gran parte de la rejion del sur. 

Mas influencia que los fenicios ejercieron toda via los car- 
tajineses sobre la lengua i las costumbres de los españoles. 
Habiendo recorrido las costas de la península como sim- 
ples comerciantes, fundaron tambien colonias que defen- 
dian con fuertes guarniciones para imponer a la poblacion 
indíjena; pero despues de la primera guerra púbica, em- 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 1893 


prendieron su completa conquista i ocupacion. Por los años 
227 ántes de la era cristiana, los cartajineses eran dueños 
de casi toda la rejion del sur de España hasta las orillas 
del Ebro. Su lengua produjo, como debe suponerse, una 
notable revolucion entre los idiomas que se hablaban en la ' 
península. 

3.—Es sabido que la dominacion cartajinesa en España 
no fué de larga duracion. Los romanos, despues de una 
larga guerra, vinieron a suplantarlos, i a establecerse defini- 
tivamente en la pecínsula, imponiendo al mismo tiempo 
su lengua así como su civilizacion. Encontraron en Espa- 
ña muchos idiomas diferentes, diez, segun el historiador 
italiano Luitprando,,que vivia en el siglo X; pero esta 
misma diversidad de lenguas favoreció su estincion, como 
las divisiones políticas favorecieron el sometimiento de 
todo el país. Habria sido sin duda mucho mas difícil des- 
terrar una lengua única, comun a todas las partes de la 
poblacion, que esa multitud de dialectos que no tenian la 
fuerza de no lazo nacional ni el interes de una literatura. 
Estas circunstancias esplican el progreso del latin de la 
península, de tal modo que en ninguna parte, fuera de la 
ltalia, la lengua latina fué cultivada tan jeneral i tan 
felizimente como en España. Hemos dicho ya que este país 
produjo muchos escritores que, como Quintiliano, Séneca, 
Marcial i Lucano, honraron las letras romanas durante el 
imperio. Yl latin mantuvo su preponderancia hasta el si- 
glo V de nuestra era; pero es probable que al lado de esta 
lengua existieran dialectos vulgares, o a lo ménos un latin 
corrompido hablado por-.el puebla, | 

4.—Cuando los bárbaros del norte vinieron a reempla- 
zar a los romanos en su dominacion sobre el suelo espa- 
ñol, adoptaron la lengua.en el estado en que la encontra- 
ron. Los godos, sobre todo, se inclinaban mas a tomar las 
costumbres i el idioma de los vencidos que a imponerles 
los suyos; pero no pudieron despojarse completamente de 
su propio idioma sin dejar huellas profundas en el que se 
hablaba en España. Las lenguás de oríjen jermánico cam- 
biaron despues la fisonomía de la lengua española, ya sen 
por la introduccion de nuevas voces, ya por la modificacion 
de la estructura gramatical. Los godos, como los demas 
pueblos rudos, aprendian con facilidad palabras aisladas 


£ 


184 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


de una lengua mas perfecta que la suya; pero les era mas 
difícil entender el espíritu filosófico de su gramática. Así, 
pues, al paso que adoptaron libremente el estenso i rico vo- 
cabulario de la lengua latina, amoldaron sus complicadas 1 
artificiosas formas al mecanismo mas sencillo i natural de 
sus idiomas nativos, 

5.—Cuando se consumaba esta revolucion, la España fo6 
presa de una invasion rápida e iniprevista que amenazaba 
destruir los restos de la civilizacion antigua que aun que- 
daban en pié o los que habian surjido bajo los últimos do- 
minadores. A principios del siglo VIII, los árabes se 
apoderaron de la España ¡arrojaron a los visigodos 1 su 
influencia, espulsáudolos por un lado hácia las costas del 
Atlántico, en las montañas de Asturias ide Galicia, 1 por 
el otro hácia los Pirineos, en los valles de Aragon. Mucho 
mas civilizados que: las hordas jermánicas, a las cuales 
reemplazaban en la dominacion del país, los árabes traian 
consigo una lengua que era el objeto de una brillante cul- 
tura, i que por lo tanto ejerció su influencia en la forma- 
cion del español. El árabe se estendió rápidamente en toda 
la España i fué adoptado aun por algunos príncipes Cris- 
tianos. Un escritor español, que escribia en latin, en Cór- 
doha, por los años de 854, dice que entre mil cristianos era 
difícil hallar uno que supiese escribir una carta latina, al 
paso que muchos componian versos en árabe. Un obispo de 
Sevilla tradujo la Biblia en lengua árabe para ponerla 
al alcance de los cristianos. El idioma de los conquistadores 
llegó a ser, pues, la lengua de las ciencias i de la jente 
culta, 

6.—Pero al mismo tiempo, se mantenia en pié el anti- 
guo idioma vulgar en las provincias del norte que no 
dominaron los conquistadores, o que poco a poco fueron 
sustrayéndose de su dominacion. El aislamiento en que 
vivian los cristianos i la influencia de diferentes elementos, 
dieron lugar a la formacion de diversos dialectos derivados 
mas o ménos del latin, i que, como tales, recibieron 
nombre de romanos o romances. Durante la lucha entre 
los cristianos ¡los musulmanes, hubo tantos dialectos como 
distintos estados políticos; pero comenzaron a agruparse! 
refundirse a consecuencia de la reunion gradual de las 
provincias, i por tanto, a disminuir el número a medida 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 185 


que desaparecian las divisiones políticas del país. A prin- 
<ipios del siglo X [I, todos estos dialectos podian reducirse 
a tres principales: los de Cataluña i Valencia, que traian 
su orijen del provenzal o la lengua de oc; el gallego, naci- 
lo en la costa occidental de la península, i que dió oríjen - 
al portugues; i el castellano propiamente dicho que, naci- 
do en las montañas de Castilla la vieja, siguió invadiendo 
al sur de la península tan luego como los árabes iban per- 
diendo el territorio conquistado. Esta preponderancia de 
ese dialecto sobre todos los ctros es debida a la importan- 
- cia del papel que el pueblo que lo hablaba desempeñó en 
la guerra contra los musulmanes. Cuando los cristianos 
del norte, despues de una lucha tenaz i prolongada, logra- 
ban reconquistar palmo a palmo el suelo de la patria, 
¿ban estendiendo lentamente su idioma entre aquellos de 
sus compatriotas que habian vivido bajo el yugo de los 
árabes, i recibiendo de éstos las voces arábigas que pasa- 
con a formar parte del español. 

No es fácil fijar la época en que se consumó esta revo- 
lucion; pero todo hace creer que fué lenta e insensible. El 
mas antiguo documento que ha llegado hasta nosotros en 
esta lengua es la confirmacion de los fueros de Avilés, en 
Asturias, hechn en 1155 por Alfonso VII; i por lo tanto 
por mui Jenta ¡ oscura que haya sido la formacion del cas- 
tellano, se puede asegurar que a mediados del siglo XII 
habia conseguido ya elevarse a la categoría de lengua es- 
crita, i figuraba en los documentos públicos importantes 
de aquel tiempo (1). Conocida primero con el nombre de 
romance, esa lengua tomó luego la denominacion de espa- 


(1) Aunque se ha puesto en duda la autenticidad de este documento 
+€V. el volúmen publicado en Madrid en 18653 con el título de El fuero de 
Avilés por don Aureliano Fernandez Guerra i Orbe), conserva su crédito : 
<omo uno de los monumentos mas antiguos de la lengua castellana. Va- 
mos a copiar tin fragmento para que los jóvenes conozcan algunas lí- 
meas de los primeros ensayos escritob en idioma español. 

«Hom qui so aver perder, si sospecta over de suo vezino, et homo leal 
sia l' vezino que ladron non siat de altro furto provado per concilio, sál- 
vese per sua cabeza, et non lide por en. Et si homo fur qui leal non sit, 
que altro furto aia facto on provado sea per concilio, deféndase per lith. 
Et si lidiar non quiser, leve ferro kaldo: et si se cremar, pectet illo aver 
<um suas novenas al don del aver, et sólidos X per las tangantes al 
amajorino. Et si mulier fur que in altro furto sia prisa provada per con- 


A 


186 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


ñol, del pueblo que la usó; i ha sido llamada despues cas- 
tellano, por aquella parte del país en que se perfeccionó ! 
ouyo poder político predominó mas tarde. 

7.—Esa primera muestra de nuestra lengua revela la 
preponderancia del latin. Diversas veces se ha tratado de 
saber la proporcion exacta en que cada una de las lenguas 
componentes contribuyó a la formacion del castellano, sin 
arribar a un resultado definitivo. Un erudito español, el 
padre frai Martin Sarmiento, que estudió detenidamente 
este asunto en el siglo pasado, es de cpinion que divididas 
las voces castellanas en cien partes iguales, sesenta son 
latinas puras o corruptas, diez eclesiásticas o griegas, diez 
septentrionales (célticas, visigodas, etc., etc.), diez orienta- 
les (arábigas), 1 las otras diez son voces de las Indias 
orientales u occidentales, alemanas o del lenguaje de los 
jitanos. Es probable que este cálculo no diste mucho de la 
verdad; pero en él falta el elemento vascuense, i tal vez 
se da al árabe mas importancia de la que realmente tiene, 
porque durante mucho tiempo se atribuyó a la lengua ¡a 
la civilizacion de ese pueblo una influencia exajerada. Sea 
de esto lo que se quiera, hai un hecho indudable, i es que 
el oríjen principal, el cimiento, por decirlo asi, del castella- 
no, se encuentra en el latin. 

8.-—Los primeros frutos de esa lengua ¡ de esa literatu- 
ra nos son completamente desconocidos, Es probable que 
la musa castellana se ejercitara desde. tiempos mui anti- 
guos en la poesía lírica, i particularmerte en los cantos 
heróicos para recordar las proezas de los campeones que 


cilio, leve ferro caldo. Et si marito aver o parente o filio, que la defenda 
et lith per illa: et si vencido fur, pectet la aver cum suas novenas, et Á 
sólidos a maiorino per suas tangantes. » 

TRADUCCION. — El hombre que su haber perdiere, si tuviere sospecha 
de su vecino, i si el vecino fuere hombre leal que no sea acusado de otro 
hurto probado por el consejo (por decision del consejo), sálvese su persona 
i no lidie por esta causa. 1 si fuere hombre que no sea leal, que haya 
hecho otro hurto i que sea probado por el consejo, defiéndase por lidis 
(por duelo judicial). I si no quisiere lidiar, lleve un fierro candente; i si 
se quemaren pague aquello con sus nóvenas (nueve veces su.valor) al due- 
ño del haber, i diez sueldos por los honorarios al juez. 1 si fuere mujer 
que en otro hurto probado por consejo fuere tomada, lleve fierro canden- 
te. I si tuviere marido, pariente o hijo que la defienda, lidie por ella: 
i si fuere vencido, pague el haber con sus novenas, i diez sueldos al juez 
por -sus honorarios. 





' 
HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 187 


brillaron en la guerra contra los moros; pero esas produc. 
ciones no han llegado hasta nosotros, de manera que la 
posteridad considera como el monumento mas venerable 
de la literatura castellana un poema de mas de cuatro mil 
versos, que ha debido ser precedido por muchas otras obras 
de menor aliento. ( 

Como las Chansons de gesta de los truveres franceses, 
que indudablemente fueron conocidas en España desde una 
época mui lejana, ese poema tiene por objeto el recordar 
las hazañas militares consignadas en la menoria del pue- 
blo, Su héroe es Rodrigo o Rui Diaz de Vivar, mas cono- 
cido con el nombre de Cid Campeador, cuyas proezas en 
la guerra contra los moros tienen tanto de la historia como 
de la fábula, i a quien la posteridad considera defensor de 
la España contra la invasion musulmana, de tal modo 
que su imájen i su nombre han llegado a apoderarse de la 
funtasia i del cariño de sus conciudadanos hasta el punto 
que la historia i la tradicion se complacen en rodearlo con 
una larga série de hechos fabulosos, dignos solo de los 
paladines de los libros caballerescos. 

El poema del Cid ha sido considerado por algunos crí- 
ticos una obra puramente histórica, una crónica rimada; i 
en efecto escasean en él las ficciones poéticas que abundan 
en las obras de los tiempos medios. Sin embargo, está de- 
mostrado históricamente que algunos de los hechos referi- 
dos allí no han podido verificarse; i por otra parte domina 
en todo el poema cierto colorido romántico que se aviene 
mal con la historia. No se busque en él la unidad de ac- 
cion: solo se hallará la unidad de héroe, el Cid, que toma 
parte en empresas diferentes, que vence i arrolla a los ea- 
rracenos eu todas ellas i que se hace respetar de su propio 
rei por la rectitud de sus acciones i por la prudencia de 
sus consejos, El carácter del Cid, que se desprende noble 
1 majestuoso del medio de una fábula mui complicada i he- 
terojénea, es una verdadera obra maestra. En todas 0ca- 
siones se muestra «buen amigo, desinteresado i jeneroso, 
comedido ¡ obediente súbdito de un rei que le habia trata- 
do mal, dice un crítico español, don Eujenio de Tapia. En 
Jas cortes de Toledo aparece como un hombre superior a 
cuantos le rodean. El rei i los infantes le acatan; todos 
Je miran con asombro; i él, sin orgullo, sin exajeracion, se- 


188 . — ELEMENTOS. DE LITERATURA. 


reno como el águila que: vuela sobre la nube tormentosa, 

resenta su queja, pide satisfaccion, la alcanza i vuelve n 
Valencia a morir en el. seno de su adorada esposa, cercado 
de gloriosos laureles.» No fultan en el poema pasajes no- 
tables por el vigor i colorido, i.a veces por la animacion 
del relato; pero-se notan muchas transiciones, i sobre todo 
violentas divisiones en la accion i en la manera de contar- 
la. cAun se leeria hoi con gusto esta composicion, conti- 
núa Tapia, si el estilo correspondiese a la elevacion del 
asunto; pero desgraciadamente es prosáico l aun vulgar 
en la mayor parte, aunque de cuando en cuando agrada 
por cierta naturalidad mui conforme a las costumbres de 
aquellos tiempos. Tambien tiene a veces el estilo cierta 
enerjía, señaladamente en la descripcion de los combates; 
mas este fuego se apaga bien pronto, i vuelve a reinar la. 
prosa monótona, fria i cansada. Digo prosa, porque no so- 
lo falta el colorido poético, sino porque en realidad no hat 
sistema alguno de versificacion, sino renglones desiguales, 
unas veces de doce sílabas, otras de catorce, de diezisela, » 
aun mas, segun conviene al autor para concluir un período. 
Ya toma un asonante, i lo sigue hasta que le cansa, ya un 
consonante, i hace lo mismo, o mezcla unos i otros a su 
antojo.» 

El orijen de este poema es completámente desconocido 
para nosotros. Conservado en un manuscrito al cual fal- 
tan algunas hojas al principio, una en el medio ¡ algunas 
líneas sueltas en diversas partes, solo fué dado a luz por 
medio de la imprenta en 1779, i reimpreso despues dos ve- 
ces mas; pero siempre con groseros errores, nacidos ya de 
la copia única que existe, ya de equivocaciones de sus di- 
ferentes editores. El primero de éstos, dou Tomas Antonio 
Sanchez, fué el que le dió el nombre de Poema del Cid, 
con que se conoce esta obra. Se ignora el nombre del au- 
tor; 1 anoque al fin del manuscrito se hallan estas pala- 
bras: Pero Abat lo escribió, se supone con fundamento que 
éste fué solamente un simple copista. Las mismas dudas 
existen respecto de la antigitedad de esta obra: don Andres 
Bello, que ha estudiado mejor que otro alguno esta cues- 
tion, cree que el poema en su forma actual, no se compuso 
ántes del siglo XITI, ni probablemente ántes de 1221. Al- 
guuos Críticos distinguidos han llegado a creer que este 





BISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 189 


poema, en que, como hemos dicho, se descubren ciertas 
transiciones en la accion i en el relato, es formado de can- 
tos sueltos, compuestos por diversos autores i reunidos 
despues con algun método, pero sin poderle dar la unidad 
indispensable en una obra de esta clase. 

9.—De esta misma época datan sin duda tres poemas de 
autores desconocidos, que solo fueron publicados en 1841. 
a el primero se cuenta la historia fabulosa de Apolonio 
rei de Tiro, i constituye una especie de poema cauballeresco 
del ciclo greco-asiático, lleno de aventuras guerreras i ma- 
ravillosas. El segundo refiere la vida de Santa-María Ejip- 
ciaca, i forma un poema concebido con espíritu relijioso 
en que está contada la vida de esa mujer piadosa, tan co- 
nocida ¡ venerada en otro tiempo, con los caractéres que 
hacen desagradable i chocante la historia de las livianda- 
des de sus primeros años. La crítica ha creido reconocer 
en esta obra nda imitacion de algunos de los antiguos fa- 
bliauzx de la literatura francesa. El tercero tiene por obje- 
to la adoracion de los reyes magos, con algunos hechos re- 
lativos a los primeros años de la vida de Jesus, consignados 
en el evanjelio i en la tradicion piadosa de la Iglesia. Estas 
tres composiciones, de las cuales la mas estensa i la-mejor 
es la primera, adolecen de la misma aspereza de versifica- 
cion del poema del Cid, pero se nota en ellas mayor per- 
feccion en la lengua i un esfuerzo pura modificar Ja estruc- 
tura de la estancia í del ritmo. 

J0.—Hemos dicho que todas esas obras son anónimas. 
Una cosa idéntica ocurre en la literatura primera de las 
otras naciones de Europa, porque la gloria literaria era 
poco codiciada ¡ estimada, i los escritores no tenian mucho 
interes en poner su nombre en las obras que componian. 
En el siglo X11J, sin embargo, la literatura española pro- 
dujo dos poetas, de cuya vida se conocen algunos hechos, 
que se encuentran consignados en sus propios versos. 

Uno de ellos, llamado Gonzalo, clérigo secular agrega- 
do al monasterio de san Millan, o Emiliano, en Ja diócesio 
de Calahorra, 1 apellidado Berceo por el lugar donde na- 
ció, escribia por los años de 1220 n 1246, i compuso nueve 


poemas sobre diversos asuntos relijiosos, sacados de la his-- 


toria de la madre de Jesucristo, 1 de la vida de algunes 
santos. Con escepcion de algunos pasajes, todos estos poe- 


Y, 


ed 


i 


190 _ ELEMENTOS DE LITERATURA. 


mas están escritos en estancias regulares de cuatro versos 
monurrímicos; i aunque su versificacion sea de ordinario 
bastante imperfecta, i su estilo trivial i nun bajo, se en- 
cuentran trozos de verdadera poesía. Es notable sobre todo 
uno titulado el Duelo de la virjen, en que se refieren los 
dolores i tormentos de la madre de Jesus, durante la pa- 
sion i muerte de su hijo, 

11.—El otro poeta a que nos hemos referido es Juan 
Lorenzo de Segura, clérigo natural de Astorga que vivia 
a mediados del siglo XII, i que compuso un poema como 
de diez mil versos para celebrar las hazañas de Alejandro, 
rel de Macedonia. Formado sobre el poema latino de 
Gautier de Lille, i el frances de Lamberto li-Cors i de 
Alejandro Bernay, el poema de Segura es solo un roman- 
ce caballeresco en que el famoso rei de Macedonia aparece 
con el carácter i las inclinaciones de un caballero andante, 
i acomete empresas sobrehumanas de las que sale con 
frecuencia por medio de resurtes maravillosos, Tanto el 
poema frances como el castellano han dado orfjeu en sus 
respectivas lenguas a la denominacion de un verso, el 
alejandrino, de trece sílabas en frances i de catorce en cas- 
tellano. Aunque la versificacion de Segura no posée flexi- 
bilidad, i aunque su obra sea una narracion prosáica de 
aventuras que se aparta poco de los dos póemas que le 
sirvieran de modelo, es un documento importante para la 
historia de la literatura castellana. 

12.—La prosa hizo en el siglo XIII progresos mas só- 

“Jidos i rápidos que la poesía. No puede establecerse nia- 
guna comparacion, sea por el fondo sea por la forma, entre 
la mejor composicion poética de ato siglo 1 la recopilacion 
de leyes formada por Alfonso X, bajo el título de Las 
siete partidas. . 

Este príncipe, que por unánime consentimiento recibió 
el nombre de sábio, con que es conocido en la historia, 
habia nacido para el cultivo de las ciencias i de las letras, 
mucho mas que para el gobierno de vasallos orgullosos i 
turbulentos, «Contemplaba el cielo i miraba las estrellas, 
dice el historiador Mariana; mas en el entretanto perdió la 
tierra i el reino.» Durante un reinado turbulento 1 ajitado 
con guerras esteriores i con la rebelion de su propio hijo, 
Alfonso el sábio se ocupó mas de la ciencias i de las letras 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 191 


que de los negocios políticos; i si en el gobierno de sus 
estados no llevó 1 cubo empresas tan importantes como 
alvunos de sue antecesores o de sus decendientes, dió su. 
nombre a un precioso cuerpo de leyes 1a otras obras que 
son un motivo de orgullo para las letras españolas de la. 
edad media. 

El libro conocido con el nombre de Las giete partidas 
es un cuerpo de leyes formado de las decretáles de los 
papas, de los códigos romanos publicados bajo el reinado 
de Justiniano i del Fuero Juzgo, antiguo código español. 
Indudablemente, don Alfonso el sábio asoció a sus trabajos 
nunierosos colaboradores, cuyas tareas dirijía personalmen- 
te; pero aun despues de eruditas discusiones sobre este 
punto, no se puede asegurar si la redaccion de la obra le 
pertenece. Las partidas uo son una compilacion de leyes 1 
de estatutos, ni un código como Jos de Justiniano o lus de 
los pueblos modernos, Son mas bien una série de tratados 
sobre la lejislacion, la relijion ila moral, divididos segun 
la inates lay en partes (partidas), títulos i leyes. Muchas 
veces éstus* no tienen forma imperativa, sino que discu- 
ten los principios morales en que están basadas lus le- 
yes, o dan algunas noticias de las cpinivnes 1 hábitos de 
«quel tiempo, lo que hace de aquella recopilacion una mi- 
na curiosa e inagotable para el estudio de las antigitedades 
españolas. Las partidas, sin embargo, encierran un siste- 
ma completo de lejislacion eclesiástica i civil, deslindando 
los deberes relativos de un rei ide sus súbilitos, las rela- 
ciones de la iglesia i del estado, i la organizacion de le 
Jumilia i de la sociedad, Ese código rechazado por largo 
tiempo en varias provincias i ciudades, que estaban rejidas 
por fueros especiales, fué mas tarde ln lei invocada 1 reco- 
nocida por muchos siglos en todos los dominios expa- 
ñoles. 

Si por su fondo Las siete partidas son el resúmen de la 
ciencia política 1 social del siglo XII, por su estilo son 
superiores a todo lo que hasta entónces habia producido 
la prosa -spañola; i nun se puede afirmar que hasta media- 
dos del siglo XV, esa prosa no produjo nuda que merezca 
comparársele en pureza, en vigor 1 en elevacion. 

13.—Entre lus obras atribuidas a aquel rei, hal una que 


iguala a ese código en importancia literaria, si vo en valor 
0 14 


192 DEMBENTOS DE LITERATURA. 


moral. La Crónica jeneral de España, la mas antigua i la 
mas interesante de todas las crónicas españolas, es tambien 
el primer trabaja de este jénero que haya sido hecho en 
una lengua moderna. Comprende desde la creacion del 
mundo hasta la muerte de Fernando III el santo, padre de 
Alfonso el sábio, i constituye un monumento curioso bajo 
el punto de vista puramente histórico, i como un resúmen 
de las invenciones poéticas que se han mezclado a la his- 
toria. Los autores que trabajaron esta Crónica bajo la di- 
reccion del monarca, puesto que no es posible suponer que 
este mismo la haya redactado, tenian la intencion séria de 
escribir la historia de su país, i para ello consultaron las 
fuentes que podian conocer; pero faltándoles todas los da- 
tos apetecibles, aceptaron las tradiciones conservadas en 
los cantos populares i'sembraron su libro de narraciones 
poéticas embellecidas por la imajinacion 1 alterada por 
recuerdos remotos, De odos modos i apesar de este defecto, 
la Crónica atribuida a Alfonso el súbio es la única fuente 
de noticias de una gran parte de la historia de España, 1 
está escrita con una injénua i agradable sencillez que ie 
han merecido el alto linor de ser cemparada al libro de 
Heródoto. 

Con el nombre de Alonso X han llegado hasta nosotros 
elgunos tratados cientificos sobre la astronomía i la alqui- 
mia, en los cuales los críticos modernos no han visto mas 
que un reflejo de la ciencia de los árabes de Córdoba, al- 
gunos de los cuales vivieron en Toledo en la corte misma 
del rei sábio. Con el nombre de Cúntigas se conoce una re- 
copilacion de cantos compuestos en honor de la vírjen i 
escritos en gallego. Se le atribuyen con ménos fundamento 
Otras obras en verso castellano; i una estensa historia de 
las cruzadas, mitad romanesca, mitad histórica, conocida 
con el nombre de la Gran conquista de ultramar, que, sin 
embargo, no parece ser mas que la traduccion libre de una 
antigua crónica francesa en que la historia está confundi- 
da con las difusas fábulas de la mitolojía caballeresca. 

14.—El siglo XIV en España, como en Francia es una 
edad de discordias i de sangre. Luchas fratricidias ensan- 
grentaron los campos de Castilla: la violacion de ¿as leyes 
divinas i humanas, la consumacion de grandes crímenes 
turbaron la tranquilidad pública i detuvieron en su desa- 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 193 


vyrollo la literatura que habia comenzado a tomar un gran 
vuelo. Las letras, sin embargo, se cultivaron en aquel si- 
glo por diversos escritores, sobre todos los cuales dominan 
el infante don Juan Manuel i Juan Ruiz, mas conocido 
<an el nombre de arcipreste de Hita, 

Don Juan Manuel era nieto de Fernando 11I el santo, 
rei de Castilla, 1 sobrino de Alfonso el sábio, Fué rejente 
«del reino durante la ininoridad de Alfonso XT, i llevó una 
vida ajitada por las contiendas civiles ¡ por la guerra con- 
tra los moros. En medio de estos afanes i trabajos, com- 
puso un gran número de obras, algunas de las cuales se 
han perdido desgraciadamente; pero han llegado otras que 
nos dan a conocer su jénioi su ilustracion. La principal 
de todas éstas tiene por título El conde Lucanor. Contiene 
la historia de un personaje de este nombre, sencillo de es- 
píctta, que en las circuustancias difíciles consulta a un 
¡ombre llamado Patronio, el cual le da excelentes consejos 
-envueltos en un aforismo de moral, que encierra siempre 
la solucion de un problema de conducta. La obra es-nota- 
ble por una burla séria i por el injenin con que los princi- 
pios morales se presentan bajo uná forma sensible a la 
razon ¡a la memoria. Se ha creido que este libro era una 
imitacion de ciertas obras orientales, como la coleccion de 
apólogos cunocida con el nombre Calila ¿ Dimna, de la cual 
existiu una traduccion castellana. Segun las conjeturas de 
algunos eruditos, el mismo nombre de Lucanor, proviene 
de Lucanam, que es para los árabes el sábio Lokman. 

- 15.—Juan Ruiz vivió en la primera mitad del siglo 
XIV; se Te supone natural de Alcalá, i se sabe que era 
presbítero, que vivia de ordinario en la villa de Hita, i que 
sufrió una prision por órden de un arzobispo de Toledo, 
durante la cual compuso la mayor parte de sús obras. For- 
man estas cerca de siete mil versos, en los cuales empleó no 
solo los metros conocidos hasta entónces en la poesía caste- 
llana, sino algunos otros evidentemente tomados de la poe- 
sía provenzal. La narracion de las aventuras de un relijioso 
sirve de cuadro a una multitud de composiciones de mérito 
ide carácter diversos: apólogos agradables, cuentos gro- 
tescos, pastorales, himnos relijiosos, capítulos de epopeyas 
burlescas, se mezclan a la ficcion perturbando su plan, pe- 
ro dejando entrever bajo las formas lijeras i superficiales, 


194 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


un sentido profundo, i el fondo de una historia verdadera, 
que tal vez es la del 'mismo autor. Las obras del arcipreste 
de Hita abundan en alegorías; p=ro en ellas se descubre 
un espíritu sagaz de crítica 1 de burla. Son notables entre 
otros fragmentos ciertos apólogos ¡imitados de algunos fa- 
bulistas antiguos “con rara felicidad. 

Otros escritores españoles siguieron la forma simbólica 
adoptada por Juan Ruiz; pero todas sus obras son ¡:¿4lidas 
ante las poesías del célebre arcipreste de Hita. 

16.— Apesar del mérito comparativo de estos escritores 
se puede decir que el vigoroso impulso dado a la lengua i 
a la literatura española por el rei don Alfonso el sábio no 
fué de larga duracion. Don Pedro López de Ayala, aunque 
prosador 1 poeta de verdadero talento, es inferiur a los bue- 
nos escritores del siglo anterior. 

López de Ayala, per su nacimiento i por su carácter, 
pertenecia a esa nobleza española altiva ¡1 guerrera que se 
ilustró en las sangrientas discordias civiles de la última mi- 
tad del siglo XIV, Adherido desde su juventud a la per- 
sova del rei don Pedro, lo sirvió fielmente hasta que, des- 
tronado por su hermano el bastardo don Enrique de 
Trastamara, se vió ese soberano reducido a abandonar su 
patria i a buscar un asilo entre los ingleses, que entónces 
dominaban en el inediodia de la Francia (1366). Creyén- 
dose desligado de todo juramento, López de Ayala ofreció 
su espada al vencedor, i recibió el título de gran ennciiler 
de Castilla. Combatiendo bajo la bandera de don Enrique, 
fué hecho prisionero por los ingleses en la célebre batalla 
de Nájera (1367) i llevado a Lóndres. Despues de su cau- 
tiverio, volvió a brillar en Castilla como militar ¡como 
diplomático, fué el consejero indispensable de los reyes 1 
murió en 1407, dejando un nombre ilustre encla historia 
¡ en las letras. 

Con el nombre de López de Ayala han llegado hasta 
nosotrus dos obras notables. El Rimado de palacio, libro 
escrito en su mayor parte durante el cantiverio del autor 
en Inglaterra, es un poema didáctico que trata de los de- 
beres del príncipe i de sus ministros en el gobierno del es- 
tado, en que se mezclan sútiras contra la corte, i contra 
Jas diversas clases sociales, con reflexiones morales i teo- 
Jójicas sobre el decálogo, sobre los siete pecados capitales 


HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA 195 
i sobre las obras de misericordia. El prólogo encierra una 
confesion jeneral del autor; i el epílogo se compone de him- 
nos en honor de la vírjen. Eu todo el poema se revela una 
ulma elevada, llena de rectitud ide humanidad, que da 
reglas de gobierno sábias aunque sencillas, i que deplora 
las males de la guerra 1 celebra los beneficios de la paz. 
La otra obra de López de Ayala ee una Crónica en que 
narra las guerras civiles entre don Pedro i don Enrique. 
El cronista habia traducido a Tito Livio en lengua caste- 
llana, i lo ha imitado poniendo en boca “de los personajes 
ciertas areugas que tienen por objeto dar mas relieve a sus 
propios sentimientos 1 opiuiones. Esta obra deja ver un 
juicio certero para apreciar los sucesos i los hombres i un 
profundo bueu seutido político. «La misma impasibilidad 
del cronista en medio de los sucesos mas térribles, dice M, 
Villemain, es uu lenguaje que espresa maravillosamente 
la ferocidad de la edud media; i quizás en ninguna parte 
está reoroducida cen mayor fidelidad la sombría dureza 
del jénio de ese tiempo.» | —: 
17.—No se podria terminar esta rápida revista de los 
progreso literarios de España durante el siglo XIV sin 
hablar de algunos judíos o moriscos que cultivaron la poe- 
sía castellana. El mas famoso es Rubbi don Suntoh, nom- 
bre probablemente corrompido del hebreo Rab don Sem 
'Fub (el maestro de buen nombre). liste escritor, natural de 
Carrion, en Castilla la vieja, vivia a mediados de ese siglo, 
j compuso, o a lo ménos se le atribuyen, varias obras, de 
las cuales solo das parecen auténticas. La primera conoci- 
da con el título vulgar de Consejos i documentos al rei don 
Pedro, es un poema informe, sin plan alguno, destinado a 
dar preceptos de moral, de relijion i de política, lleno de 
consideraciones sobre la instabilidad de las tosas humanas, 
la vanidad de las riquezas i de las placeres, 1 los peligros 
de la ambicion i de la avaricia. A pesar de lus repeticiones 
frecuentes i de cierta difusion, este poema no carece de 
gravedad i de solidez en los principios, ni de gracia i vigor 
en el estilo, La segunda obra de RabLbi don Santob .es mu- 
cho mas estimada. Se titula Danza de la muerte, i es una 
especie de drama en que figaran la muerte, un predicador, 
i algunos hombres de diversas edades. Este asunto, mui 
esplutado durante la edad media, está revestido del carácter 


196 ELÉMENTOS DE LITERATURA. 


sombrío i terrible con que los poetas de esa época repre- 
sentaban la muerte, a diferencia de los escritores de la an- 
tigñedad que habian sabido darle cierta apariencia melan- 
cólica pero no rechazante. El poema está sembrado de 
observaciones inorales i satíricas i de sentencias graves, i 
escrito en versos de arte mayor, es decir de doce sílabas, en 
que se descubre gracia, facilidad 1 armonía, 

18.—Las otras obras castellangs compuestas por judios 
en el siglo XIV, algunas de las cuales son igualmente 
atribuidas a Rabbi don Santob, no carecen de mérito, pero 
son inferiores a las dos mencionadas. Debemós hablar del 
poema de José, narracion poética de la vida del hijo de- 
Jacob, tal como se encueutra referida en uno de los capi- 
tulos del Coran. Este poema, compuesto sin duda por al- 
gua moro establecido en Castilla, cuyo nombre no se cono- 
ce, tiene la particularidad de estar escrito en lengua 
española pero con caractéres arábigos, de tal modo que 
durante mucho tiempo se le consideró como una obra es- 
traña a la literatura castellana. 

19.—El siglo siguiente es para la historia de la litera— 
tura espafiola una época del mayor interes por la notable 
actividad literaria que la caracteriza. Tiempo de grandes 
ajitaciones i de grandes trabajos de organizacion, el siglo 
XV a la vez que afianzó la grandeza i el poderío de la Es- 
paña, preparó todos los jérmenes del resplandor que las 
letras van a arrojar en el siglo XVI. El renacimiento li- 
terario se inicia en la pevinsula junto con la reunion de 
las coronas de Castilla i Aragon, con la ruina del poder 
de los árabes i con la formacion de la nacionalidad espa- 
ñola. 

Este período fué a la vez una elad de erudicion i nna 
edad de poesía: de erudicion en la aristucracia i de poesía 
en el pueblo. El jénio español, grave, severo i sentencioso, 
sale de repente de sus tradiciones nacionales para marchar 

or las huellas de la literatura de Provenza, de la Italia 1 
a antigitedad greco-latina. Esta fué la obra de los nobles, 
de los señores poetas que descansaban de los combates en 
las luchas pacíficas de la intelijencia i de la imajinacion. 
El estudio del latin, se jeneralizó tanto, que muchas seño- 
ras de alto rango llegaron a comprender el idioma de Ci- 
ceron i de Virjilio. A esa escuela de poetas cultos pertenecen 








HISTORIA LITERÁRIA.—EDAD MEDIA, 197 


_ . €el marques de Villena, el marques da Santillana, Juan de. 
" Mena 1 Jorje Manrique. 
— Miéntras que los poetas de la corte se entregaban a sus 
juegos de injenio, nacia i se desarrollaba en el seno de las 
masas la poesía popular que ha formado el Romancero. 

20. —El marques don Burique_de Villena (1384-1431), 
descendiente de los reyes de Aragon por su padre, i de los 
reyes de Castilla por su maulre, ejerció sobre su siglo una 
verdadera majistratura literaria, l aunque compuso muchas 
obras, fué ménos notable como escritor que como inici2.- 
dor i propagador del movimiento literario. Antes que los 
reinos de Castilla i de Aragon se unieran por el enince de 
Fernandoe [sabel, el marques de Villena comenzó a unirlos 
en el terreno de la literatura, entrelazando la poesía caste- 
lana a la poesía provenzal, que era la de Aragon. Esta- 
pci en Barcelona una academia (consistorio) de la gaya , 

ia, nombre con que era distinguido el arte de los tro- ' 
vadorea, i en seguida creó en Castilla una institucion seme- 
jante. Mlizo mas que esto para fomentar el cultivo de las 
- lotras. Fijó las reglas de la poesía provenzal, i mostró el 
partido que se podia sacar del latin para el perfecciona- 
miento de la literatura española. 

En efecto, el marques de Villena tradujo al castellano 
la Retórica de Ciceron, la Farsalia i la Eneida, i por últi- 
mo la Divina comedia del Dante. 'Todos estos trabajos es- 
tán perdidos en su mayor parte. De sus obras orijinales, 
solo se conocen tres, el Arte cisoria, o arte de cortar, espe- 
cie de ensayo didáctico sobre el arte culinario, que en rea- 
lidad no tiene otro mérito que tal o cual referencia a las 
costumbres españolas del siglo V; el Arte de trovar, pri- 
mer libro de preceptos literarios escrito en Castilla, 1 que 
solo es conocido por algunos fragmentos que se conservan; 
i por último los Trabajos de Hércules, que muchos críticos 
han señalado como uu poema, i que en realidad es solo una 
obra de moral, de cortas dimensiones, i escrita en prosa. 
Está dividida en doce capítulos que corresponden a los du- 
ce trabajos de aquel semi-dios por medio de alegorías con 
eada uno de los doce estados principales del hombre, el rei, 
el prelado, el caballero, el relijioso, etc. Bajo la forma mi- 
tolójica, este libro que no carece de interes ni de mérito li- 
terario, enciersza observaciones morales, envueltas en cita- 


193 ' ELEMENTOS DE LITERATURA. * 


ciones indijestas de alrunos escritores de la antigitedad i 
cn una fatigosa erudicion. 

En medir de las ajitaciones de la corte, el ilustre mar- 
ques de Villena pasó su vida reuniendo manuscritos en va- 
rias lenguas que el mismo ¡wóseía con cierta perfeccion, i 
cultivó las ciencias al mismo tiempo «que las letras. Su iu- 
jenio vasto abrazaba la filosofía, las matemáticas, la astro- 
Jojía í la historia. Para sus contemporáneos, tanta ciencia 
debia ser considerada producto de majia; 1 en efecto, de«pues 
de su muerte sus manuscritos fueron quemados, bajo Ja 
inspeccion de un fraile dominicano, como obra del demonio. 
Hoi mismo, la reputacion de nigromántico es entre el vul- 
go español inseparable del nombre del marques de Villena. 

21.—Don Iñigo López de , Marques de Santi- 
llana (1398-1458), ha dejado en la historia de las letras 
españolas una reputacion mas sólida i mas duradera. Polí- 
tico i militar en uva época de revueltas, el noble marques 
se distinguió entre los señores que se confederaron contra 
don Álvaro de Luna, pero conservó siempre la entereza de 
en alma i la rectitud de su carácter, cuando la probidad ita 
buena fé abandonaban a muchos. Llevando por largo tiera- 
po uva vida llena de peligros en los campos de batalla ¡ en 
los consejos del rei, el marques de Santillana no descuidó 
Jamás el estudio. «La ciencia, decia, no embota el hierro de 
Ja lanza ni hace finja la espada en la mano del caballero.» 
Su opulencia, rival de la de los reyes, igualaba a su jene- 
rosidad. Los hambres de letras encontraban en él un celo- 
so protector; ¡en su palacio de Guadalajara, como sucedia 
entónces en el palacio del rei don Juan 11, los noetas i los 
escritores recibisu con uua hospitalidad espléndida, todos 
los homenajes que el talento puede ambicionar. 

El marques de Santillana fué iniciado en el estudio da 
la poesía provenzal por el marques de Villena; i en efecto, 
imitó de ella la forma métrica; i durante el primer tiempo, 
los asuntos fáciles i lijeros de sus obras. Pertenecen a es- 
ta última clase las Canciones i decires ¡ las Serranilas, 
agradable pastoral en que se percibe el espíritu de imita- 
cton. Sin embargo, en sus sonetos se deja ver de una ma- 
pera mui marcada la influencia de los poetas italianos, de 
de quienes imitó tambien la Comedietta de Ponza, especie 
de drama que tiene por asunto la batalla naval de este nom- 





HISTORIA LITERARIA.—-EDAD MEDIA. 199 


bre, perdida por los reyes de Aragon ide Navarra contra 
los jeuoveses. Pero el verdadero talento del marques se re- 
vela sobre todo, en sus obras orijinales, El jiro seutencioso, 
característico del jénio español, se encuentra en e! Diálogo 
de Bias i la Fortuna, en que el poeta desarrolla con cier- 
ta gracia que no carece de vigor, la doctrina estóica sobre 
la vauvidad de Ins cosas del mundo, i eno un poema'sobre la 
caida de don Álvaro de Lunn, que se titula Doctrinal de 
privados, 

La obra mas característica del marques de Santillana es 
ana recopilacion de proverbios compuestos para la ins- 
trucción del heredero presuntivo de don Juan 1I, i que por 
enterrar cien coplas es conocida con el nombre de Centilo- 
quio. En esta recopilacion, aumentada por el mismo autor 
eon glosas curiosas, se debe buscar. mas que la poesía, un 
monumento del jénio particular de la España. 

Debemos mencionar tambien aquí otra obra del marques 
de Santillana que tiene un grande interes para la historia 
de las letras. Habiéndole pedido el coudestable de Portu- 
gal una copia de sus poesías, el marques se la envió con 
wna epístola, a manera de introduccion, que contiene un 
curioso resúmen de las reglas de la pocsía provenzal, i una 
noticia razonada de todos los poetas españoles anteriores 
al autor i de sus contemporáneos en el estranjero. Es- 
£a epístola constituye un documento importante sobre 
los primeros tiempos de la poesía española, así como so- 
bre la literatura de la Europa meridional en la edad me- 
dia. 

22. Los paetas castellanos del siglo X V no se limitaron 
a reproducir la poesía provenzal. Fueron mas léjos toda- 
via. Muciros de ellos asistieron a las célebres escuelas de 
Roma, de Florencia i de Bolonia, i tomaron de los poetas 
latinos e 1talianos no tanto la forma esterna como el arti- 
ficio literario en la distribucion de las materias 1 en la elec- 
cion de los asuntos. Juan de Mena, nucido ea Córdoba en 
1411 i muerto en Torrelaguna en 1456 de resultas de una 
caida del caballo, simboliza esta faz de la poesía castella- 
na. Poeta de verdadero talento, Juan de Mena, talvez por 
desconfianza de sí mismo, uo se atrevió a crear formas pro- 
gias, i fué a buscar en la Divina Comedia del Dante, el 
procedimiento artístico para la composicion de un poema, 


200 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


En esta empresa mereció el castigo de la mayor 'parte de 
los imitadores, no pudo construir mas que un mecanismo 
semejante al del poeta florentino; pero en que falta la vida, 
¡ en que las inspiraciones de la naturaleza están reempla- 
zadas por un artificio mas o ménos hábil. 

Dominado por sus conocimientos astrolójices, mitolójicos 
e históricos; el poeta castellano esperimenta una vision ale- 
górica que va a revelarle los secretos del destino humano. 
Vése trasportado en el carro de Belona a una llanura en 
vuelta por espesas nubes i poblada por inumerables crea- 
turas. Se hace oir un gran ruido; i de repente se ofrece a 
su vista una mujer jóven, de májica belleza i coronada de 
flores, Es la Providencia en persona que tomándolo por la 
mano, como Beatriz a Dante, lo conduce a una altura des- 
de donde el sol de la verdad disipa la niebla que ofuscaba 
su vista. Entónces el poeta ve los tres círculos del destino, 
el Pasado, el Presente i el Porvenir. Este último está cu- 
bierto por un velo que notiene trasparencia mas que para 
la mirada profética. Solo el círculo del Presente tiene mo- 
vimiento; pero los tres están sometidos a la influencia de los 
siete planetas, que constituyen los siete Órdenes o divisio- 
nes del poema. La historia entera con sus principales per- 
sonajes se desarrolla a la vista de Juan de Mena, Todos los 
hombres están gobernadus en su destino por la influencia 
de tal o cual astro. Sobre su frente no se lée mas que una 
palabra, fatalidad. o 

Tal es el asunto del Laberinto, poema estravagante, lle- 
no de estrofas de pesada erudicion, que sin duda fueron las 
mas admiradas por sus contemporános, ¡en que consagra 
muchos pasajes a hacer hiperbólicas «labanzas de don Juan 
11 de Castilla, Todo esto es pálido i frio; pero cuando Juan 
de Mena celebraba los hechos mas memorables de la his- 
toria de España, su jénio poético brilla por Ja elevacion del 
sentimiento moral i por los impulsos de un exaltado patrio- 
tismo, Entónces es verdadero poeta; su musa encuentra 
acentos varoniles que han triunfado sobre la estravagancia 
de la ficcion i subre su intespestiva erudicion. Este poema 
que constaba de trescientas octavas de versos de arte ma- 
yor, ia las cuales se agregan otras estrofas de sospechosa 
autenticidad, es la obra maestra de Juan de Mena. Sus 
- otras poesías, en que demina tambien el gusto por la ale- 





HISTORIA LITERARIA—EDAD MEDIA. 201 


goría erudita, son mui inferiores por sa mérito i por su es- 
tension al Laberinto. 
23.—Al lado de los anteriores, anuque en segundo tér- 
mino, brillaron en la corte de don Juan IÍ muchos otros 
poetas eruditos, algunos de los cuales son notables por una 
verdadera inspiracion. Pero uno solo de ellos supo hacerse 
superior al gusto de su siglo, i sacar dle su lira acentos 
tiernos i patéticos, producidos en su alma por una inspi- 
racion profunda. Jorje Manrique, este era su nombre, des- 
cendia de un linaje TTústre, se ustró en la guerra i en la 
«corte, i rurió el año de 14,9, en el campo de batalla, i 
«en lo mejor de su edad,» segun la espresion del historia - 
dor Mariana. En su juventud habia compuesto poesías de 
amor, metafísicas i alegóricas, mui al gusto de su siglo; 
pero el dolor causado por la muerte de su padre, que era 
un cumplido caballero, le arrancó una elejía de quinientos 
versos, conocida con el modesto título de Coplas de Jorje ' 
Manrique. Es un monumento elevado por la piedad filial, 
que por su colorido i su sentimiento es considerado como ” . 
un modelo en su jénero. Este poema, aunque compuesto . 
con una naturalidad i nna sencillez verdaderamente ini- 
mitables, es la obra de una emocion reflexiva. Segun el 
poeta, todo lo que el hombre hace conduce al mismo abis- 
mo, la muerte. Pasa en revista todos los goces mundanos, 
los torneos i las fiestas de Ja corte, en que brillaban la 
juventud i la belleza. Sus jenervsos lamentos se estienden 
a todas las grandezas que ha visto caer, hasta don Alvaro 
de Luna, cuyo trájico destino le merece un recuerdo de 
compasion. De aquí nace la apacible ' melancolía de esas 
estrofas, cuyo ritmo sencillo i delicado ha servido admira- 
blemente al poeta para verter sus sentimientos. 

24.—La poesía española del siglo XV, se deja conocer 
tambien en los numerosos Cancioneros, recopilaciones de 
canciones de diversos autores, en que están confundidas al- 
gunas obras llenas de graciosa poesía, con muchos cantos 
empañados por una pretensiosa erudicion. Entre estas com- 
pilaciones se distinguen tna formada por Juan Alfonso de 
Baeua, judío converso, que fué secretario de don Juan LI, 
1 otra por Fernando del Castillo, El deseo de ser injenio- 
sos estravió con frecuencia 'a esos poetas: en sus versos, 
la pasion ha sido reemplazada por lo rebuscado, i la ternu- 


, 


( 


202 £LEMENTOS DE LITERATURA. 


ra por el injenio, cuando no por el pedantismo. Sus versos 
tienen rara vez un sentimiento verdadero; careciendo asi 
de los elementos indispensables de la poesía, la naturalidad 
¡la solidez. Su mérito casi esclusivo consiste en haber 
doblegado la lengua por la gran variedad de metros que 
usaron. Viviendo en un siglo caballeresco i poético por los 
hechos, esos poetas no cantaron la patria ni las gloriosas 
llazabas de su tiempo. Pensar como Petrarca i como las 
trovadores provenzales, modelar en cuanto fuera posible 
sobre el molde latino,. tal fué el único propósito de muchos 
injenios que, nejor encaminados, habrian logrado hacerse 
famosos. A esas poesías no se les puede exijir otro interes, 
ni conceder otro mérito que el de espresar el estado del 
espíritu de los caballeros que seguian la corte. 

25.—Pero al mismo tiempo se cultivaba en España otra 
poesía verdaderamento popular, no una epopeya, sigo mu- 
chas epopeyas en mil fragmentos diversos en que no se 
encuentran ningun nombre de poeta, pero donde se respi- 
'ran el alma i el jénio de un pueblo. Todo lo que los españn- 
les han visto, conocido, sentido, ena todas las épocas de sa 
historia, desde el reinado de los godos hasta el de la casa 
de Austria, i todo lo que han tomado de las otras uaciones, 
ha venido a alimentar estos cantos populares a que sa ha 
dado el nombre de Romances. Es éste un conjunto de re- 
cuerdos i de tradiciones nacionales que se trasmitian de 
jeneracioón en jeneracion en todas las clases de la sociedad, 
como un tesoro comua, como una herencia de gloria, como 
el patrimonio de la intelijencia. Esta literatura que se ha 
formado de siglo ea siglo, parte por parte, no pertenece a 
un siglo mas que a otro (Log, Histo're de la poésie espa- 
gnole). El romance nace i sé desarrolla en la edad media, 
pero se cultiva tambien con brillo en los tiempos mo- 
dernos. 

El Romancero español contiene piezas mui diferentes 
por su jénero i por su mérito, no solo por su asunto sino por 
la fecha de su composicion. Sucede ademas que muchos de 
los cantos verdaderamente populares i primitivos de la Es- 
paña han sido imitados 1 reheclos posteriormente por 
Lope de Vega, Quevedo, Timoneda, Cervantes, ¡otros pue- 
tas, i han perdido así en nathralidad ¡ sencillez lo que han 
gavado en arte. Los eruditos que en nuestros dias se han 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 203 


dedicado a compilar esos romances se han visto por esa 
causa en la casi imposibilidad de asignar a cada pieza una 
fecha aproximativa. Don Agustin Duran, que ha consagra- 
do a este trabajo el estudio paciente de muchos años 1 usa 
rara sagacidad, ha distinguido romances de ocho épocas 
diferentes; i de ellos los más antiguos son los mejores i 
los mas curiosos, como éco natural de los sentimientos 1 de 
las opiniones populares, Pero considerando no tanto ]n di- 
versidad de fechas como la variedad de asuntos, el Roman- 
cero puede dividirse en cinco: grupos diferentes, cada uno 
de:los cuales cfrece elementos poéticos que 12 son. especia- 
les. 1.” Los romabces caballerescos; 2.” los romances lris. 
tóricos; 3.2 los romances moriscos; 4. los romances de 
costumbres; i 5.”.1los romances que se refieren a la antigile- 
dud fabulosa o bistórica, i que son los peores de todos, 
26.-—Los romances caballerescos cantan héroes idiferen- 
tes, hist ricos los unos, imajinarios los otros, pero tutos re- 
vestidos de un tinte poético inspirado por un patriotisino lle- 
no de orgullo. La espedicion de Carlo- Magno a España, que 
terminó por la jornada de Roncesvalles, objeto de lus poue- 
mas franceses del ciclo carlovinjio, es el asunto de muchos 
romances; pero la vanidad española opone al jefe de los 
francos un héroe nacional, Bernardo del Carpio, frato de 
los amores furtivos del conde de Saldaña i de una hermana 
de Alfonso el Casto. Estos son los elementos fhbulosos de 
esos cantos, cuyo final desenlace es el triunfo del héroe 
castellano sobre Carlo-Magno i sus doce pares. Bl.conde Fer- 
nan Gonzalez, que reconquistó a Burgos 1 casi toda Casti- 
lla del poder de los árabes, i cuya memoria era venerada 
por los españoles, es otro delos héroes de los romances ca- 
baberescos. Los siete infantes de Laura, entregados por trai- 
cion a los meros por su tio Rui Velazquez, t venguidos por 
el bastardo Mudarra, ofrecen tambien un asunto animado 
¡ dramático i han inspirado algunas de las mas hermosas 
composiciones del /lomancero Pero cualquiera que sea: el 
mbteres que presentan estos diver3us asuntos, el Cid es el 
objeto del imayor número de esos romauces, | sin duda de 
los mas hermosos. Jamás hubo un carácter poético mas 
querido por un pueblo, La imajinacion española se ha con»- 
placido en dotar a su héroe de las mas estimables 1 de las 
mas nobles cualidades. La réalidad se ha perdido eu el ideal; 


204 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


¡ en lugar del condottiere famoso que la historia nos mues- 
tra valiente, heróico, sin duda, pero poco escrupuloso en 
materia de lealtad, de humanidad i aun de relijion, puesto 
que mas de una vez puso su espada al servicio de los emi- 
res musulmanes contra su propio rei, la tradicion poética 
ha hecho de él un héroe perfecto, un vasallo leal i fiel, un 
campeon de la iglesia, un caballero cortés i desinteresado, 
que merece a cada paso la proteccion del cielo, Este carác- 
ter ideal ha dado oríjen a un gran número de romances des- 
tinados a cantar las acciones del héroe desde su infancia 
hasta su muerte. Celebran el apoyo prestado por el Cid al 
rei don Sancho, su fidelidad al ingrato don Alfonso, su lu- 
cha contra los moros, la conquista de Valencia, el casa- 
miento de sus hijas doña Elvira i doña Sol, su insulto ven- 
gado en los infantes de Carrion, i por último, la historia 
de sus amores con doña Jimena. Cuando se estudian estos 
romances, se siente que la leyenda varonil i heróica haya 
sido empañada a veces por los poetas posteriores, que al 
rehacer esos romances en el siglo XVI, introdujeron en 
ellos la galantería provenzal o italiana, elemento literario 
desccenocido por los primitivos poetas populares de Cas- 
tilla. 0 

27, —YEl grupo de los romances históricos abraza la his- 
toria entera de España, hasta terminar el siglo XV. En 
este vasto cuadro, la i¡majinacion popular se ha apoderado 
naturalmente de todos los acontecimientos que debian im- 
presionarla. Ha cantado particularmente la conquista de 
España por los sarracenos, causada por el amor de don Ro- 
drigo hbúcia la Cava, Ja famosa hija del conde don Julian; 
la defensa de Zamora por la infanta dofia Urraca; las ba- 
tallas del Rio Verde i del Rio Salado; el sitio de Calatrava 
la vieja; la adbesion de don Diego de Mendoza en la batalla 
de Aljubarrotáa; la muerte trájica de don Alvaro de Luna; i 
por último, el sitio de Granada. Todas esas composiciones 
marcadas con el sello de una encantadora naturalidad, son 
una fuente variada ¡ verdadera de inagotable interes. : 

28.— Los romances moriscos, compuestos en los últimos 
tiempos del poder de Jos 4rabes en la península i aun des- 
pues de la toma de Granada, no presentan en jeneral el 
interes poderoso que tiene la poesía natural i apasionada 
de los romances anteriores; pero en cambio, tienen un co- 











HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 205 


dor orijinal que tomax de las eostumbres i de los sos que 
describen. Se encuentra en ellos algo de la orijinalidad 
oriental; i no se pueden leer sia impresion los amores del 
hermoso Gazul i de Xariza, las descripciones de las justas 
árabes en la rambla de Granada, el desafio de Alboacen 1 
de Ponce de Leou. Añádase a esto da pintura de -las armas, 
de los corceles, de los trajes i se verá que toda la civiliza- 
cion árabe de la península aparece a nuestra vista en estos 
rYUMAUuUCes. 

29.—La imajinacion del pueblo español en toda su li- 
bertad, tomando alternativamente el tovo elejiaco, pastoral, 
burlesco, satírico o picaresco, se encuentra en esas compo- 
siciones populares que hemos dedominado romances de 
costumbres Todos los asuntos que puede suministrar la 
vida usual, los vicios i los estravios de ua pueblo, los ru- 
miores de cada dia, sou tratados con esa naturalidad que 
constituye hasta ahora su principal valor, 

30.—El quinto grupo de romunees es el que posee un 
menor mérito. Composiciones peduutescas de un jénero 
falso, están busadas en hechos verdaderos o fabulosos de 
la antigiiedad, i son escritas por poetas eruditos que han 
suprimido de ordinario eu sus obras ese aire de natural in- 
jenuidad que forma el principal mérito de los romances. 

31.—La prosa hizo tambien en el siglo XV progresos 
mui notables. La mayor parte de los que la cultivaron son 
hombres de estado ¡ guerreros que ocuparon los años de 
descanso en trasmitir a la posteridad sus juicios sobre los 
hombres i las cosas de su tiempo. Fernan Gomez de Cib- 
«dlareal, médico de Juan If, es considerado autor de una 
compilacion de cartas, conocida con el nombre de Centon 
epistolario a causa del número de ciento cincuenta epísto- 
las que lo forman. Escritas en un estilo natural i a veces 
hiriente, esas cartas tieneo, a mas de su valor literario, 
una verdadera importancia histórica, apesar de que en 
nuestro tiempo se ha negado su autenticidad con razones 
tales que no es posible desconocer su fuerza. ls probable, 
sin embargo, il esta es la opinion de los críticos mas auto- 
rizados, que sobre una base verdadera se hayan hecho in- 
terpolaciones posteriores que han dado lugar a las justas 
desconfiauzas con que ha comenzado a mirarse aquella 
compilacion. 


206 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


32.—La biografía i la historia fueron cultivadas no solo 
con buen gusto literario, sino con un buen sentido paco en- 
mun.No se encuentra entre esos primeros cronistas españo- 
les aquella sencilla naturalidad, aquel colorido inimitable 
de Froissart; pero se halla vigor en el estilo, gravedad en la 
narracion i rectitud envlos juicios. Fernan Perez de Guz- 
man, nacido en 1400. que en su mocedad habia cultivado 
la poesía grudita'i alegórica, despues de una vida ajitada 
por los asares de la guerra, corrijió i continuó una crónica 
del reinado de don Juan 11, que había comenzado Juan de 
Mena. Pero su nrejor obra es una compilacion biográfica 
que tiene por título Jeneraciones i semblanzas. Trnza en 
ella con mano maéstra el retrato de treinta 1 cuatro de los. 
principales personajes de su tiempo, cuenta su oríjen 1 des- 
cribe la parte que tomaron en los acontecimientos públi- 
cos. Kn esta obra, escrita en estilo grave, sembrada de re- 
flexiones vigorosas i orijivales, se descubre un espiritn 
superior asu siglo, i un gran curácter lleri de rectitud e 
imparcialidad que hace plena justicia a don Alvaro de Luna, 
cuyo poder habia combatido Perez Guzman. 

Hernando del Pulgar, secretario de Enrique 1V, 1 des- 
pues cancilTer e historiógrafo de los reyes católicos, com- 
puso una obra análoga con el título de Claros varones de 
Castilla. Sus retratos biográficos interesan tanto por el 
fondo, es «decir, por los sucesos que narra, como por la for- 
ma que ha dado a sus escritos, por su estilo rico, injenio- 
so, sencillo con correccion, conciso con alegancia. Pinta los 
caractéres con rásgos vigorosos, sin acritud 1 sin lisouja, » 
muertra siempre mucho juicio i¡ mucha rectitud, 

33.—A parte de estos trabajos, la literatura española del 
siglo XV cuenta un gran número de crónicas, entre las 
cuales figura la de don Alvaro de Luna, escrita por un ju- 
dio convertido, que tomó el nombre de Alvaro García de 
Sauta María. El exacto conocimiento de lus hechos, la ad- 
hesion ae conservó siempre por el desgraciado favorito 
que lo labia honrado con su confianza, i la exaltación cau-, 
sada en subinimo por el horror de la catástrofe que llevó 
al cadalso 4 su protector, han hecho de Álvaro García uu 
escritor de An mérito superior por la elocuencia que, como 
testigo ocflar, hu desplegado ul vartar los sucesos de su 
tiempo. 





e 


HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 207 


34.—Este período de la prosa castellana se cierra con una: 
obra moral que, con el título de Vision deleitable, compu-- 
so el bachiller Alonso_de la Torre para instruccion del: 
príncipe de Navarra, don Cárlos de Viana. En este libro, -- : 
enteramente alegórico, figuran la gramática, la música, la 
astrolojía, la verdad, la razon i la naturaleza; 1 por medio 
de discursos que el autor les hace pronunciar, traza una 
reseña de cada ciencia, i particularmente de la moral. La 
facilidad i la elegancia del estilo, apesar de las trasposicio- 
nes estudiadas 1 violentas, colocan a Alonso de la Torre 
entre los mejores prosadores del siglo XV. 


Podríamos recordar aquí los primeros ensayos dramá- 
ticos españoles; pero ellos pertenecen mas ¡»ropiamente al 
siglo de oro de la literatura castellana, que se abre al co- 
menzar los tiempos modernos. Despues de tres siglos de 
ensayos literarios mas o ménos felices, la lengua aparece 
casi completamente formada; i la poesía, dejando las for- 
mas. pedantescas i pretenciosas que la habian encadenado 
duranje mucho tiempo, busca al fin en otras vías un cam- 
po mas vasto de verdadera inspiracion. 

35.—La literatura portuguesa, mucho ménos conocida 
que la literatura castelluna, ha sido confundida de ordina- 
rio con ésta, o a lo ménos considerada como una rama su. 
ya, del mismo modo que se ha creido que su lengua no era 
mas que un dialecto del español. La semejanza de razas, de 
condiciones i de influencias bajo las cuales se desarrolla- 
ron el idioma i el jénio de ámbos pueblos, no ha permitido a 
la literatura portuguesa tener una fisonomía bien demar- 
cada i propia, de modo que aun habiendo producido gran- 
des prosadores i grandes poetas, ¡ aun habiéndose adelan- 
tado a veces a la literatura castellana en el órden de los 
tiempos, i en el mérito de algunas de sus obras, no siempre 
se le ha reconocido uma vida independiente. 


La oscuridad en que están envueltos los antiguos idio- 
mas de las otras provincias de la península ibérica, existe 
tambien respecto del Portugal. Sin embargo, todo hace 
creer que allí, como en el resto de Ja España, existian los 
mismos elementos a la época de la conquista de los roma- 
nos; i que, si bien éstos no alcanzaron a imponer comple- 
tamente el latin, a lo ménos esta lengua estuvo bastante 


208 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


jeneralizada. Los bárbaros del norte mezclaron al elemen- 
to roniano el elemento jermánico o gótico. 

El idioma formado de está manera, como hemos visto 
anteriormente, se asiló en las montañas de Galicia des- 
pues de la conquista de España por los sarracenos. Ese 
idioma gallego, derivado principalmente del latin, fué co- 
mo hemos dicho, el oríjen del castellano, i lo fué ¡gualmen- 
te del portugues. De manera que, miéntras en Castilla se 
formaba i desarrollaba una .Jengua sonora i vigorosa asimi- 
lándose muchas palabras arábigas, en el occidente de la 
península, en la Lusitania, se formaba otra lengua seme- 
jante a aquella, por provenir de un oríjen comun, pero que- 
tomó formas diversas bajo el influjo de elementos estra- 
ños. Los idiomas diversos de los numerosos auxiliares es- 
tranjeros que pasaron en el séquito de Enrique de Borgoña 
a ayudar a los portugueses a libertar su país del yugo de 
los musulmanes, le comunicaron a su vez muchas voces 
Nuevas. 

Tales fueron las circunstancias históricas de la forma- 
cion del portugues. En él se encuentra una de las formas 
modernas de esá múltiple lengua romance que en la edad 
media reemplazó insensiblemente al latin, como éste ha- 
bia reemplazado a las lenguas indíjenas en la mayor parte 
de las provincias europeas del antiguo imperio romano. 
En el principio, el portugues se apartó poco del gallego o 
idioma romance de la provincia española de Galicia; pero: 
adquirió consistencia i solidez desde que el Portugal al- 
canzó una existencia política. independiente. 

36.—La direccion que desde el principio tomaron los. 
esfuerzos literarios de los portugueses, fué esencialmente - 
poética, 1 sus primeras composiciones escritas, que datan 
de la fundacion de la monarquía, es decir, de principios 
del siglo XII, fueron ejecutadas bajo la influencia i a imi- 
tacion de las poesías de los trovadores del mediodía de la 
Francia. El idioma de éstos era el que usaban el fundador 
de la monarquía portuguesa, i sus sucesores inmediatos. 
Los poetas provenzales visitaban la corte portuguesa para. 
entretener con sus cantos a los grandes señores, i desper- 
taron entre éstos el gusto por la poesía i por las letras. 
Entre los primeros que compusieron versos portugueses, 
se encuentrau dos señores de la corte del rei Alfonso Hen— 








HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 20% 


riquez, el segundo monarca de Portugal. Estos señores, 
llamados Gonzalo Henríquez i Egaz Moniz Coelho, escri- 
bieron canciones, muchas de las cuales han sido conser- 
vadas. 

En los siglos XIII ¡ XIV, la poesía fué fomentada por 
el ejemplo de los mismos príncipes. Diniz (Dionisio), que 
fundó la universidad de Coimbra, Alfonso LV 1 Pedro el 

ruel se cuentan entre los poetas de Su tiempo. Los cantos 
atribuidos a este último, tienen por asunto la trájica muer-- 
ve de Ines de Castro i son el reflejo de unu alma agobiada 
por el dolor. Todas esas poesías son simples imitaciones 
, de las cauciones provenzales; pero los poetas portugueses. 
fueron mas tarde a buscar sus modelos en otra parte. Ei 
infante don Pedro, hijo de Juan 1[, tradujo muchos sone- 
tos de Petrarca, i se conquistó uno de los puestos mas ele- 
vados entre los escritores del primer período de la historia 
literaria del Portugal. 

La prosa no produjo mas que simples cronistas. En los 
estudios teolójicos, científicos i médicos, cultivados estos. 
últimos bajo la influencia de los árabes, se empleaba solo 
el latin. Los reyes instituyeron el cargo de cronista del 
reino; i uno de éstos Fernan Lopez (1380-1449), que fué 
ademas guardian de los archivos del Estado, compuso una 
crónica del reinado de don Pedro el cruel de Portugal, 
notable por la exactitud i por las cualidades de estilo. Gró- 
mez_Eaones de Azurara, cronista oficial tambien, ha 
dejado varias obras históricas de un grande interes, en que: 
ha narrado, entre otros sucesos, las campañas de Jos por-- 
tugueses en Africa. 

Algunos reyes cultivaron igualmente la prosa con éxito- 
notable. Duarte (Eduardo) que reinó solo cinco años: 
(1433-1438), compuso varias obras, dos de las cuales go- 
zan de cierta reputacion: el Arte del caballero ¡el Leal con- 
sejero. Esta última, en que ese príncipe desplega una gran- 
de instruccion para su tiempo, es un tratado de moral 
escrito en un estilo sério i de ordinario elegante. El suce- 
sor del rei Duarte, Alfunso V_el Africano (1438-1481),. 
no solamente fomentó Tos estudios históricos, sino que es- 
cribió sobre la táctica i la astronomía. Su Tratado de la. 
milicia hace conocer la mauera de combatir de los autiguos. 
portugueses. 


210 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


Miéntras tanto, la universidad de Coimbra, fundada, 
como hemos dicho, por el rei Diniz (1290), habia jenerali- 
zado en cierto modo el gusto por'los estudios, i preparado 
el renacimiento literario que se inicia con el siglo XVI. 
Entónces se abre para el Portugal la época mas briliante 


de su literatura, 





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CAPÍTULO VII. 


Llteratura 1tallana. 


1.—Causas que retardaron la formacion del italiano.—2. Formacion de 
esta lengua.—3, Literatura latina en Italia, —4. Primitiva poesía ita- 
liana.—5. Dante Alighieri; la Dirina comedia.—6. Movimiento literario 
del siglo XIV.—7, Francisco Petrarca; sus abras, —8. Bocacio; el Deca- 
ameron.—9. Influencia literaria de aquellos escritores. 


1.—El provenzal habia llegado al mas alto grado de 
cultura; la España i el Portugal habian producido algunos 
poetas; la lengua de oil era cultivada en el norte de la 
Francia, ántes que el italiano se hubiese conquistado un 
puesto entre las lenguas de Europa i que se hubiese sos- 
pechado la riqueza de un idioma macido oscuramente en- 
tre el pueblo. Pero un gran poeta nació en el siglo XUII; 1 
el jénio de un solo hombre la hizo adelantarse sobre todas 
sus rivales. Este hombre es el Dante ( Sigmondi). 

Ese mismo poeta, en una obra que compuso sobre la 
lengua vulgar, nos ha esplicado las causas de este atraso 


. + del idioma italiano. «La lengua de si, dice Dante, se divi- 


da en catorce idiomas que ocupan toda la Italia a uno 1 
otro lado de los Apeninos, al norte, al mediodía, al centro; 
i cada uno de estos idiomas se subdivide en un gran nú- 
mero, de tal manera que yo podria elevar a mil los dialec- 
tos, las variedades de lenguaje que se hablan en la penío- 
sula.» En medio de esta multitud de idiomas, los hombres 
de algunos conocimientos 1 de alguna invención que que- 
rian darse a entender mas allá de los límites de su ciudad, 
se vieron obligados a emplear una lengua mas jeneral, ¡ 
cultivaron el latin con cuidadoso amhelo. Es inmenso el 
número de escritores italianos que compusieron obras de 
historia, de poesía o de ciencias en lengua latina; i al- 






ad 


E 
212 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


gunos de ellos alcanzaron a cierto grado de perfeccion que 
los acerca a los buenos escritores de la antigiledad. 

2.—La historia del orijen i desenvolvimiento de la len- 
gua italiana ha sido estudiada con rara prolijidad. 

Leonardo Bruni, escritor del siglo XV, sostiene que el 
ataliano es tan antiguo como el latin, i que uno i otro eran 
usados en la antigua Roma. El latin, segun Bruni, era la 
lengua que los hombres ilustrados empleaban en sus dis- 
-cursos públicos i en sus escritos; miéntras que lo que se 
llama italiano era la lengua del pueblo, la que se emplea- 
ba en la conversacion familiar. Esta opinion, sostenida 
posteriormente por otros escritores, está fundada princi- 
palmente en ciertas espresiones que Plauto 1 Terencio po- 
nen en boca de aquellos personajes que pertenecen a la 
clase plebeya, las cuales ofrecen cierta semejanza con el 
italiano. Pero este hecho apreciado en su justo valor, ma- 
mifiesta solamente que si bien los romanos desterraron la 
Jengua primitiva de la Utalia, no pudieron abolirla i estir- 
parla completamente, de manera que existió siempre en 
los diversos dialectos sometida a trasformaciones parciales. 
Esa lengua conjuntamente con el latin, tuvo una parte 
principal en la formacion del italiano. 

A la época de la invasion de los pueblos del norte, el 
latin, que se habia corrompido desde tiempo atras, acabó 
por desmaturalizarse. Así es como las radicales góticas i 
lombardas se naturalizaron en [talia, como se introdujo el 
artículo, como se sustituyeron las proposiciones a las desi- 
nencias de las declinaciones, i como el verbo ausiliar dumi- 
mó en la conjugacion italiana. En esta última lengua, no 
puede buscarse el latin clásico descompuesto por el contac- 
to de los bárbaros, sino los idiomas de éstos refundidos en 
el latin rástico o vulgar, 

No se puede fijar con exactitud la égpoca'de la formacion 
del italiano, o, maz bien dicho, de esa gran variedad de 
dialectos hablados en la península itálica, Se encuentran 
vestijios de ella desde el siglo VIII en los nombres pro- 
pios de personas i de lugares; pero el monumento mas an- 
tiguo que se conozca de esta hueva lengua data de 1135; 
ies una inscripcion en verso grabada sobre una piedra de 
da catedral de Ferrara, cuyo significado no es fácil com- 
prender, si bien el carácter jeneral de la lengua italiana se 





HISTORIA LITERARIA,—EDAD MEDIA. . 213 


percibe perfectamente, Entónces, como dice Dante, no ha- 
bia en toda la península un idioma uniforme: numerosos 
«dialectos mas o ménos diferentes entre sí formaban el idio- 
ina vulgar a la época en que una literatura fuerte i vigo- 
rosa vino a dar unidad a esos elementos dispersos, i a for- 
mar el instrumento con que desde el siglo XIIT algunos 
artífices de primer órden comenzaron a componer obras 
admirables, con que se ha formado ese rico monumento del 
injenio moderno que se denomina literatura italiana. 

3.—Durante ese largo período de vacilaciones i de for- 
macion de una lengua, el jéniv italiano, como ya hemos 
dicho, empleó el latin para la composicion de sus obras, 
pero no se crea por esto que la literatura italiana procede 
inmediatamente de la literatura Intina: las letras roma- 
bas, precipitadas en una rápida decadencia desde el tiem- 
po de los emperadores, llegaron a un estado de casi com- 
pleto aniquilamiento cuando Constantino trasladó a Bizan- 
cio la capital del imperio. Despues del triunfo del cristia- 
nismo, solo la literatura eclesiástica produjo obras nota- 
bles. La invasion de los bárbaros, sin embargo, no fué en 
J talia tan fatal para las letras como en los otros pueblos 
de Europa. Los vencedores tomaron algo del pueblo con - 
quistado; i los reyes godos tuvieron a honor el protejer el 
caltivo intelectual. En la época de Carlo-Magno, la Ita- 
talia estaba mas civilizada que los otros pueblos de Euro- 
pa. Pero tambien desde esa época, las tinieblas van ha- 
ciéndose mas i mas densas. Los únicos estudios de esas 
edades remotas son la jurisprudencia 1 la teolojía, i¡ aun 
así, miserables disputas de escuela absorben el pequeño 
número de injenios que se preocupan todavía de estas cien- 
cias. Las palabras se sustituyen a las ideas; la sutileza 1 
el sofisma toman el lugar de la sencillez de los buenos 
tiempos. - 

El pontificado de Gregorio VIT (1073-1085) vió apare- 
cer las primeras luces del renacimientro de las letras en 
Italia. Este papa ordenó que cada obispo fundase una es- 
cuela para la enseñanza de las letras. En el mismo tiem- 

o se fundaba en Bolonia, bajo los auspicios de la condesa 
Matilde, la primera universidad para la enseñanza de la 
jurisprudencia romana. Tudoe los grandes hombres de es- 
ta época son eclesiásticos o prelados; i los dos mas céle- 


214 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


bres, aunque nacidos en Italia, pasaron su vida léjos de la 
patria. Son éstos Lanfranco de Pavía, que fundó una es- 
cuela famosa en un convento de Normandía, i su discípulo 
San Anselmo, arzobispo de Cantorbery, cuyas obras son 
hoi olvidadas, como las disputas teolójicas que las orijina- 
ron, pero cuyos titulos de gloria son la admiracion i el res- 
peto que les tributaror sus contemporáneos. 

Desde el siglo XTT, las cruzadas establecieron comuni- 
caciones entre Constantinopla i la Italia; i Jos obispos ita- 
líauos enviados en embajada al imperio de Oriente, se ini- 
ciaron en el estudio de la lengua i de la literatura de los 
. griegos. Desgraciadamente la Iglesia i la Italia estaban de 
ordinario envueltas en profundas perturbaciones; las letras 
languidecian, i la Italia no suministraba otro hombre cé- 
lebre que Pedro Lombardo, el maestro de las sentencias, 
teólogo famoso que fué a fundar escuela a Paris, i que al- 
canzó el rango de arzobispo de esta ciudad. La literatura 
se reducia a Ja gramática i a la dialéctica; i no tenia mas 
campo que las discusiones de las escuelas. El italiano no 
existia aun, o si se hablaba comunmente una lengua vulgar, 
ésta no se escribia. El latin, convertido ya en lengua 
muerta, era el idioma de los escritores i de la enseñanza, 
1 habia perdido su antigua pureza. Lo que hai de mas no- 
table en toda esta época son las crónicas locales. Pisa, Jé- 
nova, Milan i Sicilia tenian su historiador oficial que con- 
taba los sucesos de que habia sido testigo, con gran par- 
cialidad sin duda, pero no sin interes, 

La literatura latina de la Italia en la edad media 
puede presentar dos jénios poderosos en el campo de la 
teolojía i de las controversias escolásticas. Santo Tomas de 
Aquino, natural de Calabria (1227-1274), i denominado 
por sus contemporáneos el Anjel de la escuela, cultivó la 
teolojía i la enseñó con una penetracion i con una profun- 
didad que no se encuentran en los escritores de esa época. 
«Nunca facultades mas altas, dice M. Ozanam, se hallaron 
reunidas en un conjunto mas feliz; pero todas estaban do- 
minadas por una razon alta, solemne i poderosamente me- 
ditativa.» San Buenaventura, su contemporáneo, natural 
de Toscana, 1 llamado por su siglo el Doctor seráfico, aun- 
que dotado de una intelijencia ménos poderosa, pero alma 
templada en el ejercicio de las virtudes mas puras, no con- 








HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA.  -215 


cebia el mundo sino por la caridad, i encaminaba sus estu- 
dios i sus escritos a la enseñanza de esas doctrinas, 

4.—Sin embargo, el italiano se formaba a la sombra de 
ese idioma que aquel iba a destronar. Dominaudo desde 
largo tiempo en las clases bajas de la nacion, se infiltraba 
poco a poco en las altas jerarquías de la escala social; i 
dejando la tosca corteza que lo hacia pocu armonioso en la 
boca del pueblo, se revelaba el pensamiento de algunos 
hombres privilejiados con todo el brillo poético de su por- 
venir, Este desarrollo de la lengua fué debido particular- 
mente a un impulso estraño a la misma Italia. 

Hemos dicho que miéntras que la lengua italiana se ela- 
boraba lenta i oscuramente, «los trovadores provenzales 
eran ya célebres por sus cuentos, sus versos li sus tensong, 
Mirados cemo los ministros de los placeres de los prínci- 
pes, dice Salfi, el elegante historiador de la literatura ¡ita- 
liana, ellos eran el alma 1 el adorno principal de todas 
las fiestas públicas i particulares, Federico 11 i Manfredo, 
su hijo, los atrajeron a la corte de Palermo, En seguida, 
Cárlos de Anjou, conde de Provenza, elevado al trono de 
Nápoles, adquirió una grande autoridad sobre la Italia, e 
introdujo en todas partes los placeres de la corte ¡el gusto 
por los trovadores, Los italianos comenzaron por imitarlos 
i acabaron bien pronto por sobrepujarlos. » 

El primer italiano señalado como poeta provenzal es A]- 
berto Malaspina, que florecia a fines del siglo XII. La 
influencia de esos poetas hizo tambien nacer los primeros 
poetas italianos que se sirvieron de la lengua de su país. 

esde 1220, Federico 11 tuvo en Sicilia una corte brillan- 
te, donde se cultivó la poesía nacional, i esta escuela fné 
tan célebre, que, segun refiere Dants, en su tiempo se da- 
ba el nombre de siciliana a toda obra en verso. Se cita 
como el escrito mas antiguo en lengua siciliana una can- 
cion de Ciuldo d”Alcamo, de cuya vida no se sabe sino que 
vivia a fines del siglo X II. Despues de éste, fué el mismo 
Federico IL'el primer poeta de Sicilia, con su consejero 1 
amigo Pedfo de las Viñas. La erudicion de ese principe 
era vasta para su sigloi para un emperador: sabia varias 
lenguas, era un filósofo escolástico de alguna distincion, i 
escribió, sklemas de sus poesías, una obra sobre la historia 
natural. Pedro de las Viñas, natural de Cápua, habia he- 


e. MR un 


216 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


cho sus estudios en Bolonia, i mereció la confiauza i la pro» 
teccion de aquel rei, hasta que creyéndose éste traicionado, 
lo encerró en un calabozo i lo cohdenó a perder la vista. 
El viejo servidor se suicidó de desesperacion. Da él nos 
quedan rauchas canciones, casi todas amorosas, una de las 
cuales es por su forma un verdadero soneto, primer mode- 
lo de este jénero de estrofas. 

Dado el primer impulso, no faltaron imitadores. En Si- 
cilia se hicieron famosos algunos de ellos; ¡en Boalonia se 
formó de 1250 a 1270, una nueva escuela de poesía cuyo 
jefe fué Guido Guinicelli, Cuando se comparan las obras 
de este autor con las de sus antecesores, se encuentran en 
ellas mas hilacion i mas arte en el conjunto, pero tienen 
por asunto el amor caballeresco, | con mui pocas escepcio- 
nes, son compuestas con arreglo al gusto i al sistema de los 
trovadores. «En los versos de todos estos poetas, dice 
Salfi, se reconocen las formas de la poesía provenzal. Los 
poetas italianos se las han apropiado, las han desarrollado 
mas aun i las han embellecido, Tales son el empleo de la 
rima, la cancion, sobre la cual los italianos han formado su 
ada, ¡la dedicatoria que siempre la termina; las narraciones 
fabulosas de aventuras caballerescas o galantes; las mo- 
ralidades sacadas de esas mismas narraciones; los tensons 
o debates poéticos; las baladas, i sobre todo los cuentos, 
que tuvieron tanta boga en Italia. Ademas de estas formas 
puramente esteriores, los italianos tomaron de los proven- 
zales los jiros de pensamientos injeniosos o galantes, el lujo 
de descripciones, le comparaciones i¡ de imájenes que cous- 
tituyen uno de los caractéres de la poesía moderna. 

Fruto de este movimiento fueron otros muchos poetas 
que brillaron en Bolonia i en Toscana, cultirando ese mis- 
mo jénero de puesía durante el siglo XIII. Este siglo vió 
tambien florecer a Brunetto Latini, el maestro de Dante, 
que hizo a su vez algunos versos amorosos, pero que culti- 
vó ademas las ciencias, la filosofía ¡i la literatura, i propagó 
ciertos principios de buen gusto con la traduccion italiana 
de algunos fragmentos de Ciceron. La principal obra de Bru- 
netto, escrita en frances con el titulo de Le trésor (el teso- 
ro), es un resúmen de toda la ciencia de su tiempo, que él 
habia recojido en numerosos viajes. La tendendta hácia los 
estudios i las especulaciones. filusóficas se fortificó por el 


í 








HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 217 


«loble efecto de los preceptos i de los ejemplos de Brunetto 
Latini, produciendo un jénero de poesía sábio, abstracto i 
«filosófico que no alcanzó a diseñarse perfectamente a causa 
, de la aparicion de uno de esos grandes jénios que están 
.* destinados a modificar el gusto de una época i a abrir nue- 
, vos horizóntes a la imajinacion i a la poesía. Ese jénio era 
Dante. 
5.—Durante Alighieri, cuyo nombre abreviado ha sido 
convertido en arde Dante, inagura magníficamente una 
civilizacion nueva. Nacido en Florencia en 1265, de una 
familia ilustre, aunque huérfano desde sus primeros años, 
estudió en su ciudad natal, en Boloniai en Pádua, i adqui- 
rió conocimientos. verdaderamente enciclopédicos en las 
letras, en las ciencias i en las artes. En su primera edad 
concibió un amor tan vivo como puro por una jóven de 
rara belleza i discrecion, la célebre Beatriz Portinari de 
quien ha hecho uno de los tipos mas puros ¡mas encanta- 
dores de la poesía, i cuya muerte prematura penetró su al- 
ma de una melancolía profunda, sobreviviendo en él ese re- 
cuerdo a todas las vicisitudes de su ajitada existencia, Des- 
pues de algunos años de un matrimonio en que no encontró 
a paz i el consuelo que! deseaba, Dante arrastrado por la 
inqnietud de su alma mobile, como 6l mismodice, se arroja 
en la política, combate por la causa de los giielfos en la 
batalla de Campaldino, desempeña varias misiones diplo- 
máticas i alcanza el puesto de miembro del consejo supre- 
mo de Florencia en 1300. Esta era la época en que las 
facciones interiores, los Cerchi i los Donati, o como entón- 
ces se les llamaba, los blancos i los negros, desgarraban la 
república i el partido giielfo. Dante concibe la esperanza 
de restablecer la paz desterrando de Florencia a los jefes 
de los dos bandos; pero miéntras se hallaha en Roma de- 
sempeñando una mision de la república, los negros consa- 
man una revolucion i llaman al poder a Cárlos de Valois, 
príncipe frances. El partido vencedor saguea su casa, con- 
fisca sus bienes, destierra al poeta i lo condena al fuego si 
pretende volvera su patria. El destierro que lo aleja de 
su querida Florencia, sumió a Dante en .una profunda 
desesperacion; i aunque piielfo hasta entónces, se une a los 
jibelinos, toma parte en una empresa infructuosa contra 
su patria, i recorre en seguida, devorado por un profundo 


218 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


dolor, casi toda la Italia, Verona, Mantua i Ravena, sin: 
hallar en parte alguna la paz apetecida. En esta última 
ciudad murió en 1321, despues de haber terminado la obra 
que lo ha hecho inmortal. 

El Dante (1) escribió sobre diversas materias en latin 5 
en italiano. En el primero de esos idiomas compuso un 
tratado de retórica i poética titulado De eloguio vulgar: 
(de la elocuencia vulgar), i en la segunda la Vita nuova 
(la vida nueva), en que ha reunido las poesías que dan a 
conocer su pasion por Beatriz i los dolores que agobiaron 
gu alma en su juventud. Pero, aunque en algunas se en- 
cuentran los destellos de su jénio, la gran fama de su autor 
descansa sobre un poema inmortal que lleva el título de 
Divina comedia. Este nombre de comedia no tiene absolu- 
tamente nada de comun con las piezas de teatro que lla- 
mamos del mismo modo: entónces no se covocia el dranva 
sino por las obras de la antigitedad. Dante distinguia en su 
libro de retórica tres estilos diferentes: el trájico, el cómico 
i el elejiaco. Destivaba el estilo sublime para la trajedia; 
el que viene en seguida para la comedia; i el lamentativo, 
que conviene a los desgraciados, para la elejia. Es claro que 
ha dado asu poema el título de (comedia porque creia 
haber escrito la mayor parte en ese estilo medio que está 
mas abajo del sublime ¡ mas arriba del elejiaco. El epíteto 
divina se esplica suficientemente por las materias teolójicas 
de que trata el poema, 

Este poema, uno de los mas vastos monumentos del 
espiritu humano, es el resúmen, a veces estravagante, pero 
siempre sorprendente i grandioso, del mcvimiento ¡ntelec- 
tual i de la sociedad en cuyo seno se ha compuesto. Abre- 
se por una especie de prólogo alegórico en que el poeta. 
supone que se encontró perdido en una selva oscura em 
medio del camino de la vida. Habiendo llegado al pié de 
una alta colina, quiere subir a ella; pero tres monstruos 
terribles se lo impiden. Entónces aparece Virjilio, enviado 
por la divina Beatriz, que desde los cielos vela por su 


(1) Los italianos emplean ordinariamente el artículo definido delante 
de los nombres propios. Esta singularidad gramatical ha sido seguida en 


- otras lenguas modernas, tratándose de los nombres de algunos grandes 


escritores italianos. Así en español se dice el Dante, el Petrarca, el Tas- 
so, el Ariosto etc. 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 219 


amigo, i se ofrece a servirle de guia esplicándole los diver- 
sos cuadros de que sucesivamente son testigos. Pasan ám- 
bos las formidables puertas del infierno i comienzan su 
lúgubre peregrinacion. Dante i su guia oyen resonar idio- 
mas diferentes, horribles lenguajes, palabras de dolor, 
acentos de cólera, voces agudas 1 roncas, i el choque de 
das manos que redobla el tumulto: los suspiros, Tos llantos, 
dos jemidos, el rechinar de los dientes llegan sucesivamen- 
te a sus oidos. El infierno, segun el poeta, está dispuesto 
en forma de espiral, que se va estrechando asi que se des- 
ciende: Jos vinjeros recorren sus nueve círculos i sus nu- 
merosas subdivisiones donde una multitud infinita espía 
en eternos suplicios las faltas cometidas en la tierra o 
algunos instantes de goces mundarfos. Habiendo bajado 
hasta el último círculo, Dante i Virjilio encuentran a Sa- 
tanás, el jefe de los reinos del dolor, monstruo de tres 
cabezas, sumido allí en el corazon mismo de la tierra, 
como la base del edificio infernal. Los dos poetas se dejan 
deslizar, arrastrándose por las espaldas para salir del abis- 
mo; i despues de haber atravesado por un camino surcado 
por un arroyo de sinuoso curso, salen al fin para volver a 
ver las estrellas, En esta parte del poema, designada con 
el nombre de El infierno (L'inferno), la mas acabada, sin 
duda, i la mas terriblemente poética, Dante ha desplegado 
toda la enerjía de su jénio1 todo el vigor de su imajinacion, 

Despues de salir del abismo, los viajeros llegan al pié 
de una montaña que comienzan a subir. Allí los suaves 
colores del záfiro oriental, que se mezclan a la serenidad 
del aire puro, vuelven la alegría a los ojos del poeta esca- 
pado al aire muerto que habia entristecido sus miradas 1 
su corazon. Dante i Virjilio penetran al fin en el purgato- 
rio, que está dividido en círculos ascendentes, así como el 
infierno está en círculos descendentes. Los viajeros reco- 
rren los siete círculos, en que se purgan los siete pecados 
capitales, i se imponen de cuanto pasa en los reinos de la 
purificacion, sin encontrar allí las grandes pasiones, los 
males incurables; i sí solo una dulce esperanza que ocupa 
el alma de los que saben que sus sufrimientos son pasaje- 
ros. Dante hace proferir a las almas, amargas críticas 


sobre los vicios del mundo i la corrupcion de la corte de 
Roma. 


>> « TA .- A 


220 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


Dante sigue su viaje al cielo; pero ya no le acompaña 
Virjilio, poeta pagano, que no tiene entrada en la mansion 
de los elejidos. La hermosa Beatriz, símbolo de la teolojía, 
es la que conduce al Dante i lo hace recorrer los cielos de 
Jos siete planetas, contestando todas sus preguntas, escla- 
reciendo todas sus dudas, hasta colocarlo delante del divi- 
no triángulo, en cuya descripcion se estasía i abisma el 
poeta, desesperando de comprender el misterio que repre- 
senta. Esta parte es sin duda la mas débil del poema: 
toda la imajinacion del Dante no ha bastado para reves- 
tir de formas poéticas la erudicion teolójica de que ha 
sembrado esta seccion de 8u obra. 

Conocido este tejido informe que sirve de asunto al poe- 
ma, se puede comprender cuán poderosa imajinacion ha ne- 
cesitado Dante para trazar el plan de su obra i para darle 
unidad. Pero la admiracion redobla cuando se penetra en 
los detalles de esta obra jigantesca; cuando se consideran 
los diversos personajes de este drama místico, esas almas 
que corren sin cesar detras de un ¡inmenso estandarte, o 
bien sacudidas por un huracan eterno, marchando bajo nna 
lluvia de fuego, cubiertas con capas de plomo que las obli- 
gan a doblar la cabeza, acostadas en sepulcros ardientes o 
sumidas en estanques de hielo, mudas e inmóviles por el 
exceso del dolor; cuando se le ve conversar con las almas 
de grandes personajes antiguos o contemporáneos del au- 
tor, i referir su historia con una enerjía de estilo i con un 
colorido que no han encontrado imitadores; i cuando se 
leen esos mil episodios enlazados entre sí solo por la pre- 
sencia,del poeta. Entónces se descubre el jénio poderoso 
del Dante que ha dado forma i uvidad a tantas concepcio- 
nes ia tantos pormenores. Pensador orijinal i vigoroso, 
versificador brillante i armonioso, gran pintor de costum- 
bres i de caractéres, no necesita jamás de una larga frase 
para retratar a un hombre i aun a muchos a la vez. 

Los defectos del poema del Dante nacen de su erudicion, 
de su propio jenio i de las ajitadas pasiones políticas de su 
siglo, cuyo retrato fiel ha trasado. Los críticos se han pre- 
guntado si la Divina comedia era un poema épico, o si debe- 
ría dársele otro nombre. Esta cuestion no tiene en realidad 
una grande importancia: ai se ha convenido en que el nom- 
dre de epopeya corresponde a las obras primitivas, orijina- 








HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA, 221 


les, nacionalen, que llevan el sello particular de un jenio al 
rededor del cual vengan a agruparse todos los escritores 
de la misma época o del mismo país, el poema del Dante 
puede ser considerado como la grande epopeya de la Italia 
en la edad media. Si bien es cierto que faltan la accion 
heróica i la unidad épica, allí se encuentran retratadas las 
costumbres, las creencias, la ciencia 1 hasta la historia del 
siglo en que wivió el poeta. Aunque pronuncia su fallo co- 
mo soberano juez cuando trata de los mas célebres perso- 
najes colocados en el infierno o en el paraiso segun sus 
méritos o sus faltas, esos fallos no son sin apelacion. Las 
pasiones políticas que ajitaban al Dante en el momento de 
escribir, lo han arrastrado a alabanzas o a censuras infun- 
dadas, que en realidad dañan a la severidad de su obra; 
pero el poeta ha conservado perfectamente la unidad de 
doctrina. La Dirina comedia es una verdadera enciclopedia 
de los conocimientos del siglo en que fué compuesta; i por 
esto ha sido objeto de numerosos comentarios. Los sábios 
i los teólogos fueron encargados de esplicar lo que hubiese 
en ella de oscuro, i se fundaron dos cátedras, una en Flo- 
rencia i otra en Bolonia, para comentar este gran poema a 
la juventud estudiosa de la Italia, 

6.— Dante habia dado a la poesía un poderoso impulso. 
Distribnyendo sus pensan,ientos en estrofas de tres versos 
endecasílabos rimados como los tercetos castellanos, habia 
enseñado el arte de encerrar vigorosos conceptos o anima- 
das descripciones en un corto número de palabras sonoras 1 
armoniosas. Su nombre como poeta, i aun deberíamos agre- 
gar como sábio, domina sobre todo un siglo; pero seria una 
injusticia no dar a conocer el movimiento literario que en- 
tónces mismo se hizo sentir en toda la Italia. Esta fué la 
época en que Roberto de Anjou, rei de Nápoles i conde de 
Provenza, protejia los sabios i aun tenia la noble emula- 
cion de igualarlos. La mayor parte de los principes de Ita- 
Ha, i a su ejemplo, los “ciudadanos ricos, se gloriaban de 
protejer a los escritores ia los artistas, (a quienes nunca 
se han dispensado mayores socorros i mayores honores. 

La aparicion de la Divina comedia hizo nacer muchas 
epopeyas mas o ménos felices. Cecco di Ascoli, astrólogo, 
profesor en Bolonia, compuso con el nombre de dAcerbc 
£de Acervum, recopilacion) un poema en que trata con un 


s 


222 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


estilo duro i desprovisto de elegancia i dearmonía, de las 
ciencias astronómicas, de los vicios, de las virtudes, de la 
historia i de la relijion. Acusado de impiedad por ciertas 
opiniones consignadas en su obra, el infeliz poeta fué que- 
mado vivo en Florencia a la edad de setenta años. Fazzio 
degli Uberti, en otro poema titulado Dittamondo, narró un 
viaje alegórico en Italia, Grecia i el Asia; su obra es una 
especie de imitacion del poema del Dante; i aunque alcan- 
zÓ gran boga en el siglo X1V, nadie la lee ahora. Federi- 
co Frezzi en su Quadrirejio, describió los reinos del Amor, 
de Satanás, de los Vicios, de las Virtudes i de Venus; pe- 
ro la erudicion teolójica i las alusiones a los suceros del 
tiempo del poeta, reemplazan a la inspiracion. 

Aparte de estas obras puramente poéticas, la literatura 
italiana del siglo XIV puede presentar grandes trabajos 
en prosa que revelan una notable cultura. Las universida- 
des de Bolonia i de Padua dieron impulso al movimiento 
científico i produjeron eminentes profesores de jurispru- 
dencia. La historia comenzaba a tener intérpretes que ha- 
cen autoridad por la lengua i por los hechos. Juan i 
Mateo Villani escribieron con talento i con arte verdade- 
ramente clásico la historia de Florencia. Audres Dandolo, 
dux de'Venecia, consignó en una interesante obra latina 
la historia de su patria, Albertino Mussato, historiador i 
poeta natural de Padua, escribió la historia del emperador 
Enrique VI] i los sucesos de su tiempo, a la vez que ele- 
Jías i églogas de mérito. 

7.—Pero el poeta que eclipsó a todos los de su época, es 
Francisco Petrarca, que despues de haber esperimentado 
la influencia de la poesía provenzal, ejerció a 8u turno un 
imperio incontestable sobre el gusto poético de la Italia i 
de la Europa entera. Nacido en Arezzo, cerca de Padaa, 
en 1304, Petrarca pasó su juventud en el sur de Francia 
al lado de su familia, que habia seguido a Aviñon a la 
corte pontificia. Petrarca cursó la jurisprudencia en Mont- 
pelier, pero la poesía i la elocuencia fueron sus estudios 
favoritos. Compuso en latin sus primeros ensayos poéticos, 
pero luego empleó la lengua vulgar, a la cual comuvicó 
una gracia ¡ una suavidad que le eran desconocidas. Se 
sirvió de ella particularmente para celebrar la pasion que 
habia exitado en su alma la hermosa Laura de Noves, es- 





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1 


HISTORIA LITERARIA. — EDAD MEDIA. 223 


posa de un caballero de Aviñon, por la cual habia concebi- 
da desde Ja edad de veinte años un amor casto i puro que 
ha quedado famoso en los anales de la poesía. Buscando 
un remedio contra ese amor desgraciado que dominaba sia 
espíritu, Petrarea se mezcló .en los negociga públicos fo- 
mentando el movimiento democrático que tuvo lugar en 
Roma bajo el impúlso del célebre tribuno Rienzi, i desem- 
- peñaudo algunas misiones diplomáticas. Viajó tambien por 
el norte de la Francia, pero a todas partes le acompañó su 
dolor, i en todas partes, tambien, repitió sus cantos de 
amor, los cuales, si bien aumentaron estraordinariamente 
su gloria, no produjeron ningun alivio a sus males. Hl se- 
nado romano, por sujestion de Roberto de Anjon, rei de 
Nápoles, le ofreció uya corona de laurel que debia ceñir en 
medio de una fiesta verdaderamente triunfal. En efecto, el 
8 de abril de 1341, dia de Pascua, Petrárca subió al Capi- 
tolio rodeado de los principales ciudadanos i precedido de ' 
doce niños que cantaban i declamaban sus versos. :Allí tu- 
vo lugar su corovacion en medio de una suntuosa solemni— 
dad. Por fin, en 1348, Laura pereció víctima de una peste 
horrible. que asulaba el mediodia de la Europa. Petrarca 
se conservó fiel a su memoria: durante la primera parte 
de su vida habia cantado las perfecciones de Laura, i ste 
entusiasmo se habia elevado hasta el éxtasis: durante Ja 
segunda mitad, cantó su dolor; isus poesías tomarou un 
acento profundamente penetrante i solemne. Despues de 
Dumerosas peregrinaciones, durante las cnales no cesó de 
cantar a Laura, se estableció en Arqua, cerca de Padun. 
Allí se le enenntró muerto eu su biblioteca el 15 de julio 
de 1374, con la cabeza encorvaila sobre un libro abierto.. 
Un ataque de apoplejía fulminante lo habia privado de la, 
vida a la edad de setenta años. 

Petrarca no fué solo un gran poeta, fué tambien un ert- 
dito ¡lustre que escribió con facilidad i elegancia la lengua 
de Ciceron i de Virjilio, i que compuso en ella muelas 
obras de filosofía i un poema épico, en que, con el titulo de 
Africa, celebra la seguuda guerra púnica, i particularmente 
las hazañas i el carácter de Escipion. Petrarca oreia que 
esas composiciones latinas eran el fundamento de su glo- 
ria, i que sus poesías italianas eran un simple accesorio. 
J.a posteridad ha juzgado en- este asunto de mui di versa: 


224 ELEMENTOS DE LITERATURA. 

manera: eus versos latinos no son conocidos mas que por 
algunos eruditos, miéntras que sus sonetos i sus canciones 
son populares i han fundado una de las mas altas reputa- 
ciones poéticas de los tiempos modernos. : 

Aparte de algunas composiciones puramente patrióticas 
en que Petrarca ostenta un amor ardiente por la Italia, 
Laura ocupa casi esclusivamente la imajinacion del poeta, 
«Para celebrarla, Petrarca inventó una poesía nueva que 
n» tenia modelo entre los antiguos i que no eucontró mas 
que predecesores mui imperfectos entre los trovadores. Sta 
duda debe mucho al Dante; pero viniendo inuiediatamente 
despues del gran creador de la poesía italiana, él. supo a 
sn vez ser creador. Debe tambien mucho a los poetas pro- 
venzales; pero perfeccionó infinitameate los elementos que 
tomó de ellos. Dió a su sutil galantería una sinceridad i 
una belleza de espresion que la trasformaron. Tiene sin 
duda algunos de sus defectos; abusa de los adornos, prodi- 
ga las metáforas no siempre exactas, las antítesis con fre- 
cuencia forzadas, las hipérboles pueriles, i los complica 
hasta hacerlos incomprensibles u oscuros; pero todas estas 
faltas apénas alteran el efecto de su -poesía, elaborada con 
un cuidado infinito, sin que el trabajo mas minucioso resfrie 
su inspiracion. La vivacidad i la pureza de los sentimien- 
tos, la variedad ¡el brillo de las imájenes, el arte egquisito 
, de la composicion, la elegancia i la frescura del lenguaje 1 

la armonía de la versificacion, dan a sus sonetos i a 8us 
canciones amorosas un encanto que quizá no ha consegui- 
do ningun poeta, 

8.—Bocacio fué para la prosa lo que Dante i Petrarca 
habian sido para la poesía, i forma con ellos el famoso triun- 
virato que ocupa casi toda la historia de la literatura italia- 
na de la edad media. Sus escritos son el tipo del lenguaje 
correcto i elegante; áu estilo pintoresco i gracioso; libre en 
sus jíros, pero siempre castigado en sus términos, es hasta 
hoi el modelo de los prosadores italianos. 

Hijo natural de un comerciante florentino, Juan Bocacio 
nació en Paris en 1313. En Florencia se consagró al estu- 
dio de la literatura, contra la voluntad de su padre que 
queria dedicarlo primero al comercio i despues al foro, 
Aprendió el griego i el latin, i compuso varias obras en 
esta última leogua, entre otras una sobre la mitolojía i 





e 
p 4 
' 


HISTORIA LITERARIA, —EDAD MEDIA, 225 


otra sobre la jeografía antigua que suponen una grande 
eradicion, Cultivó la poesía épica; pero abandonó sus en- 
 sayos desesperaudo de alcanzar al Dante. La lectura de 
las obras de Petrarca le hizo abandonar tambien la poesía 
lírica en que habia comenzado a distinguirse. Parece que 
un poder secreto arrastraba a Bocacio al jénero literario 
que habia de constituir su gloria. | 

Bocacio no se hizo gran prosador el mismo dia en que 
comenzó a escribir en prosa' italiana. En la serie de sus 
obras de.esta especie, casi todas formadas por novelas sa- 
tíricas de aventuras mas o ménos libres i licenciosas, hai 
un progreso evidente en el trascurso de los años. Aunque 
algunas de ellas posean un mérito real por la invencion 
del asunto i por el arte literario, es su última obra la que 
le ha granjeado su gran reputacion, 1 la que le ha as?gura- 
do su brillante puesto en la historia de las letras. El De- 
cameron (1! Decamerone), este es el título, es una simple 
compilacion de cuentos o novelas cortas, basadas algunas 
sobre historietas poéticas, o fabliaux de los truveres, pero 
cuya mayor parte es de invencion de Bocacio. 

El plan del Decameron es mui sencillo. Su nombre es 
compuesto de dos voces griegas que significan diez dias. 
Eu la época de la terrible peste que asolaba a Florencia 
en 1344, diez jóvenes, siete de ellos mujeres i tres hom- 
bres, se retiran al campo para huir del cohtajio i distraerse 
de las lúgubres ideas que dominaban en la ciudad. Cada 
uno debe contar una historia cada dia, durante diez dias; 
de manera que al fin del término fijado se completan las 
cien novelas que componen el libro. La narracion se abre 
con una descripcion de la peste, trazada en estilo natural i 
sencillo, pero con gran penetracion i profundidad. Bocacio 
se muestra historiador, filósofo i poeta. Lucrecio, Tucídides 
e Hipócrates parecian haber agotado el asunto; pero Boca- 
cio ha sabido revelar una multitud de particularidades, de 
fenómenos físicos i morales, que denotan un espíritu ob- 
servador, i firmeza de carácter en el hombre que estudiaba 
esos hechos en medio de los mayores peligros i de las es- 
cenas de la mas espantosa desolacion. Esta especie de pró- 
logo forma un verdadero contraste con las novelas de los. 
diez dias. 

£51 Decameron es una obra singular. Hai en él historias 


226 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


de todo jénero, sérias i burlescas, tristes i alegres, satíri- 
cas 1 sentimentales, Bocacio ha puesto en escena casi to- 
dos los tipos sociales cuyas costumbres i cuya vida entran 
en el dominio de la oliservacion, i lo ha hecho con un no- 
table talento, con un buen humor casi constante i con un 
arte de escritor que casi ha quedado sin rival. Por desgra-— 
cia, una parte de sus cuentos versa sobre asuntos licencio- 
sos e inmorales, en que los hechos mas escaudalosos están 
referidos con una vituperable libertad de espresion. Los 
maridos burlados, los jóvenes seductores, los viejos avaros,, 
los caballeros, los frailes i las monjas: desempeñan un pa- 
pel principal. Bocacio se ha reido tambien de las supers- 
ticiones relijiosas de la edad media; i ha dejado traslucir 
al traves de sns burlas, cierto escepticismo que no debió: 
ser del agrado de los hombres de su siglo. Así, en uno de 
los cuentos, un judío dice al sultan Saladino que las reli- 
jiones cristiana, hebrea i¡ musulmaba son tres joyas, de las. 
cuales solo una es la verdaderamente fina, pero que no es- 
posible distizguirla de las otras dos. a 

Haciendo abstraccion de lo que hai de chocante i de cen- 
surable en el Decameron, Bocacio se ha granjeado' por su 
mérito literario i por los recursos de su injenio la admira- 
cion de todos los grandes escritores. La-Fontaine, ha pues- 
to en verso frances algunos de los cuentos del novelista 
afiano. Rabelais i Moliére en Francia, Chaucer i Dryden 
en Inglaterra, han encontrado en ellos numerosos inciden- 
tes que imitar o que reproducir en sus obras. La prosa 
itgliana le debe, si no el haberla creado, a lo ménos el ha- 
berla elevado a un rango no ménos distinguido «que el que- 
ocupaba la poesía. 

Bocació empleó en un trabajo constante la mayor parte 
de su vida. Como Petrarca, buscaba con un ardor increi- 
ble los manuscritos antiguos, i exortaba a sus contemporá— 
neos'a hacer un estudio sério de los escritores griegos i ru- 
mauos. Lleno de admiracion por el Dante, escribió su vida 
i comentó su puema desde una cátedra de Florencia. Por 
fin, murió en Certaldo, en 1375, a la edad de sesenta i dos 
años, dejando un nombre imperecedero en la historia de- 
las letras italianas. 

9.—La segunda mitad del siglo XIV se resintió del im- 
pulso dado a la literatura por esos tres poderosos jéniovs 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 9297 


«que cultivando jéneros tan diversos, fijaron la lengua i 
abrieron a la poesía ia la prosa horizontes desconocidos. 

Así como despues de Dante surjieron numerosos poetas 
épicos i despues de Petrarca muchos poetas líricos, asÍ 
tambien detras de Bocacio nacieron varios novelistas do- 
tados algunos de ellos de un injenio burlon i satírico, i de 
ana imajinacion rica i fecunda, pero que carecian del arte 
supremo que aquel empleaba en la composicion de sus 
«cuentos. El verdadero trabajo de este período fué el es- 
tudio de las grandes obras de la antigiiedad, la rebusca 
de los manuscritos perdidos durante tanto tiempo i la res- 
tauracion de la literatura clásica. Petrarca i Bocacio ha- 
dyian iniciado este movimiento; i luego encontraron ardoro- 
sos imitadores. 

Junto con esos trabajos, se continnó con gran ardor el 
estudio de la jurisprudencia, de la astronomía i de las ma- 
temáticas. Las universidades producian hombres mui no- 
tables en todos los ramos del saber; i atraian a Italia los 
sabios mas distinguidos de Europa. La peníosula ¡iba a ser 
el centro desde el cual debia irradiar la luz de una nueva 
-era, conocida en la historia de las letras i de las artes con 
21 nombre de Renasimiento. , 








CAPITULO VIII 


Literaturás del norte. 


1.—La lengua alemana.—2. Los Minnesinger.—3. El poema de los Niede- 
lungern.—4. Poesta alemana anterior al siglo XV.—S$. Literatura escan- 
dinava,—6, Literatura eslava. 


1.—La lengua alemana ha sido considerada largo tiem- 
po, a lo ménos bajo su forma mas antigua, como una len- 
gua radical efindependiente de toda derivacion estranjera. 
Sin embargo, los trabajos filolójicos modernos han: demos- 
trado sus relaciones no solo con el griego sino tambien con 
el sanscrito i el persa. Forma la rama moderna mas jnte- 
resante de la familia de las lenguas indo-jermánicas, i 

uede ser considerada como la hermana mayor, sino como 
a madre del flamenco, del holandes, del danes, del sueco i 
del ingles. La historia de las emigraciones que ban tras- 
portado ese idioma del Asia a la Europa ha dado lugar a 
muchas hipótesis que no tenemos para qué recordar en 
este lugar. 

Desde los tiempos mas remotos, la lengua jermánica se . 
ha encontrado dividida =n idioma del sur'o de la Alta 
Alemania, i en idioma del norte o de la Baja Alemania. 
Sobre la autoridad de Tácito, se habla de cantos guerreros 
compuestos por los jermanos ya sea para celebrar sus 
trimnfos, ya para producir el entusiasmo ántes de entrar 
al combate. El mas antiguo monumento escrito que se co- 
nozca de esta lengua parece por su forma estar concebido 
en el idioma del sur. Es una traduccion de la Biblia he- 
cha por los años de 360 por Ulfilas, obispo de los godos 
de Mesia. Este libro que nos ha dejado incompleto, es to- 
do lo que conocemos en la lengua gótica. Se atribuye al 





HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 229 


mismo tiempo a 8u autor, aunque sin fundamento sólido, 
la invencion de los caractéres de formas angulosas usados 
despues en la trascripcion de los idiomas jermánicos. 

El dialecto que hablaban los francos formaba parte de 
esos idiomas; pero no comenzó a escribirse hasta el siglo 
VIL Para su estudio era la gramática que redactó o que 
mandó redactar Carlo-Magno. Ese libro, así como una 
traduccion de la Biblia que mandó hacer Luis 1, están per- 
didos para nosotros. El idioma del norte prevaleció bajo 
los emperadores sajones; pero despues del advenimiento de 
la casa de Hohenstáufen (1138), una nueva rama del idio- : 
ma de la Alta Alemania, el dialecto de Suabia, denomina- 
do aleman, vino a ser el idioma del imperio; i desde esta 
época data su preponderancia sobre el aleman del norte. - 
Bajo Oton 1V, a principios del siglo XIII, comenzó a ser 
empleado en las dietas 1 en los documentos públicos. For- 
ma la base de la lengua moderna, i aun se puede decir que 
hasta cierto punto subsiste aun en la Alsacia i en la 
Suiza. | 

2.—A pesar de las modificaciones sucesivas introducidas 
en esta lengua por ja influencia de los diferentes dialectos, 
se puede decir que el aleman es el idioma europeo que ha 
sufrido ménos alteracion durante la edad media. Se conser- 
vó puramente jermánico, porque ninguna invasion introdujo 
allí un elemento nuevo. Es sorprendente por esto mismo 
que no haya producido una literatura propia ántes que los 
otros pueblos. En efecto, las obras alemanas anteriores al 
siglo X I1 se reducen a cantos heróicos i relijiosos que solo 
conocemos por referencias o por simples fragmentos, i a 
trabajos mas estensos compuestos en lengua latina, La ele- 
vacion de los príncipes de la casa Hohenstáufen abre la era 
de los grandes dias para la literatura jermánica de la edad 
media. 

Establecida la unidad de la Alemania, una raza de sobe- 
ranos apasionados por la guerra, por la poesía 1 por las 
artes da impulso al jénio nacional; i por todas partes se le- 
vantan poetas para cantar la gloriosa casa de los Hohens- 
táufen. Las cruzadas, las guerras de Italia, los intereses 
de los emperadores en el sur de Francia, ponen a los pue- 
blos alemanes en contacto con el mediodia. Los primeros :' 
acentos de la poesía italiana, las melodías de la Provenza, 


- 230" ELEMENTOS DE LITERATUBA. 


. los poemas de los truveres walones, las epopeyas místicas 
i caballerescas fundadas en las tradiciones bretouas, peue- 
tran en los países jermánicos i producen inspiraciones orl- 
jinales, La imajinacion de la Alemauia se despierta 1 la 
lengua se desembaraza. Ya toma esas viejas leyendas cuyo 
gusto habia perdido, 1 las consigna en obras en que un es- 
tilo mas cultivado no borra, sin embargo, la herdica rude- 
za de la tradiciorr ya se inspira eu los cantos de amor de 
los poetas provenzales o en las epopeyas místicas de la Bre- 
taña, adornando ámbos asuntos con ideas i con sentimien- 
'tos que le son propios. 

Viéronse, en efecto, muchos hombres pertenecientes a 
las clases mas elevadas cultivar la poesía como ua medio 
“de llegar «a los honores o a la fortuna. A imitacion «de los 
trovadores, los Minnesinger (cantores de amor), -apare- 
«cieron en las reuniones brillantes para deleitar al auditoria. 

'Se cuentan mas de trescientos poetas que ilustraron esta 

«época; i se ha dicho de ellos que jamas la ternura, la ad- 
-hestion, la union casi mística del amor terrenal i de los 
-¿xtasis celestes, han encontrado una espresion mas suave. 
Se cita como el mas notable de todos ellos a Walter de 
Voógelweide, muerto eu 1228, cuya musa léjos de cantar 
solo el amor puro i el panejírico de las mujeres, no fué 
indiferente a ninguua de las grandes cuestiones de sn 
siglo. 

3.—La poesía épica alemana esplotó tambien en esa 
época diversos asuntos, nacionales los unos sobre los anti- 
guos jefes jermanos, feudales, caballerescos i relijiosos los 
«otros sobre Carlo-Magno i el rei Arturo de Bretaña. 
El mas fumoso de todos ellos es formado de las tradi- 
ciones francas, bargoñonas, góticas i lombardas que se 
refieren á los numbres célebres de Hermanrico, de Atila i 
de Teodorico. Su nombre es los Niebelungen (los hijos de 
la nube, de Niebel, nube, i Jung, hijo.) Esta epopeya, que 
los críticos alemanes no vacilan en colocar al lado i aun 

-encima de la Iliada, es segun se cree, un conjunto de 

« canto nncionales de una remota antigiiedad, a los cuales 
un autor desconocido ha dado, por los años de 1210, la 
forma bajo la cual han llegado hasta nosotros. Se atribuye 
este trabajo a cuatro poetas diferentes; pero Enrique de 

-Ofterdingen, natural de Turinjia, es el que cuenta con 





HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 231 
| 


. 1 
mayor número de sufrajios en las discusiones histórico-li- 
terarias a que esta obra ha dado lugar. 
En los Niebelungen la historia se mezcla con la leyenda 
i la alegoría. Los hechos históricos son la ruina de la anti- 
gua casa de Borgoña i las proezas de: Atila: las leyendas 
son tomadas de las tradiciones escandinavas modificadas 
por Tos sentimitntos cristianos; i la alegoría estriha en una 
Incha incesante entre las divinidades de la luz i las divini- 
dades de las tinieblas, entre las fuerzas emanadas del bueno 
1 del mal principio. o 
Su primera parte está consagrada a la narracion de las 
aventuras i de la muerte de Siegfried. Este hérce,' hijo del 
rei de los Paises Bajos, hace un viaje-a Worms, donde 
reside Gúnter, rei de los borgoñones, Gracias a la fuerza i- 
al don de invisibilidad que le da una capa májica, ayuda a 
este príncipe a vencer a la hermosa Brunilda, reina guerre- 
ra de Islandia, que habia jurado no casarse sino con su 
vencedor. Gúnter realiza sus deseos, i queriendo premiar. 
el heroismo de Siegfried, sin cuyo brazo no habria podido 
realizar sus propósitos, le da en matrimonio a su hermana 
"Crimilda. Los amores de estas dos parejas constituyen el 
asunto principal de esta parte dal poema; pero la felicidad 
de ámbos guerreros no fué de larga duracion. Brunilda, 
elevada al trono de los borgofiones, tiene una querella con 
Crimilda; i sabe entónces que no es Gúnter sino Síegtried 
el que la ha vencido, Llena de indignacion i de dolor, 
Branilda toma una venganza terrible: hace asesinar a 
Siegfried en una partida de caza, i arroja al Rhin el tesoro 
que este héroe habia quitado en otro tierapo a los Niebe- 
lungen, príncipes estallecidos en el norte. La segunda 
parte refiere la venganza de Criurilda. Esta princesa me- 
ditaba el castigo de sus enemigos cuando el rei de los. 
Hun, el poderoso Etzel (Atila), pierde a su mujer i quiere 
<asarse en segundas nupcias, Crimilda, aunque era oristia- 
na, no vacila en casarse con Atila. Despues de siete años de 
felicidad doméstica en la ciudad de Viena, Crimilda venga 
cruelmente la muerte de su primer marido: invita a los 
borgoñones, que el poeta llanta ahora Niebelungen,: a: una 
fiesta en que los hace' asesinar, i ella mata por su propia 
mano al que habia herido a su infeliz esposo, 
Tal es en su conjunto, :i desligado de los hechos :episó- 


A 


232 - + ELEMENTOS DE LITERATURA. 


dicos que lo alargan-i a veces lo oscurecen, el asunto del 
poema delos Niebelungen, la epopeya nacional de la Ale- 
mania. Apesar de la-estravagancia de algunos detalles, de 
la difusion vaporosa de ciertas figuras, i del cáos en. que: 
están confundidos los sucesos finales, no se puede dejar de 
reconocer en él bellezas reales, profundas, duraderas, que 
se ha convenido en llamar clásicas. «Este poema, dice uno 
de sus traductores, M. de Laveleye, ha llegado a ser el 
objeto de la veneracion de la Alemania, la que lo considera 
como la lliada nacional. En todos los grados de la ense- 
fianza, es puesto. en manos «dle los jóvenes, que lo estudian 
i que aprenden. de memoria los pasajes mas notables, - Los 
profesores los esplican 1 los comentan en las cátedras de 
las universidades. Los sábios mas afamados le han consa- 
grado sus veladas. Así como los cantos heróicos que cele- 
braban la muerte de Siegfried o la vengauza de Crimilda 
resonaban en otro tiempo en todas partes donde se hablaba 
uno de los dialectos del viejo idioma jermánico, así tambien - 
en nuestros dias este poema ha venido a ser el patrimonio 
literario comun de todos los pueblos que componen la. 
Alemania moderna. »- 
Ademas de esta obra orijinal, que los alemanes fundaron 
en los recuerdos desu propia historia, compusieron otros. 
qemas heróicos que se refieren a las crónicas carlovin- 
jias ia las tradiciones de Arturo ide la mesa redonda, 
¡ en las cuales se descubre de ordinario una imitacion o una. 
simple traduccion de los poemas caballerescos franceses. 
Existen ademas tres grandes epopeyas alemanas de los 'si- 
glos X11 i XITI, imitadas de la antigitedad, i que tienen 
por asunto las aventuras de Enéas, la guerra de Troya i la 
espedicion de los Argonautas. Pero aunque en algunas de 
esas obras se encuentren frecuentes rasgos de una verda- 
dera poesía, el poema de los Niebelungen mantiene su in- 
, disputable superioridad sobre todas ellas. 
-—— 4,—La poesía alemana sufrió un gran golpe con la caida 
de los Hohenstáuten. No se. levantó sino en el siglo XVI, 
i fué para revestirse de un carácter particular. En vez de 
habitar los castillos con los príncipes i los nobles, bajó a 
las ciudades i a las aldeas entre los mas humildes artesa- 
nos. Abriéronse certámenes poéticos en Maguncia, en Ez- 
trasbnrgo, en Núremberg; pero a ellos concurrian solo 


a 





HISTORIA LITERARIA. —EDAD MEDIA. 233 


zapateros, herreros, sastres, etc. Estos poetas de un órden 
nuevo, tomaron el nombre de Meistersaenger; o maestros 
cantores. Sus composiciones, que no eran mas que trozos 
líricos, son pálidas, vulgares, sin inspiracion, i desfiguran 
los grandes asuntos consagrados por la época precedente. 
Sin embargo, se las ha conservado; i recorriéndolas, se 
nota que ordinariamente tenian por asunto las querellas 
intestinas de las ciudades de Alemania. El touo de jo- 
vialidad i la libre alegría de la sátira forman su carácter 
distintivo. 

En breve, la tendencia moral i alegórica quitó a esos 
poetas su verdadero elemento lírico, para arrojarlos en el 
dominio de la poesía didáctica, jénero que florecia desde el 
siglo XIII, i que sin embargo, no habia alcanzado gran 
desarrollo. Se pueden citar como pertenecientes a este jé- 
nero algunas poesías sentenciosas, o fábulas esópicas. La 
obra mas notable entre éstas, es el Nárrenschiff (la nave de * 
los locos), compuesta por Sebastian Brandt (1458-1520), 
en que el poeta ha castigado, con una' indignacion mas o 
ménos caballereaca, los vicios i las ridiculeces de su tiem. : 
po, suponiendo una nave cargada de bibliómanos, meló- 
manos,-ébrios, gastrónomos, elegantes, enamorados, ambi- 
ciosos, jentileshombres i campesinos, i en que se embarca 
él mismo. | 

La inspiracion jermánica parecia haber renunciado deíi- 
nitivaménte a los grandes poemas, porque entre las com- 
posiciones de este jénero de los siglos XIV i XV, solo se 
encuentran cuentos timados que versan sobre aconteci- 
mientos contemporáneos, o son estractos tomados de las 
leyendas caballerescas. En cambio, el gusto por las poesías 
cortas i lijeras, i por las novelas se hizo jeneral. Los poe- 
tas se ocuparon sobre todo de las composiciones aparentes: 
para el canto, las canciones populares o baladas, los cánti- 
cos guerreros, los himnos relijiosos, que se multiplicaron 
“hasta lo infinito, ostentando las verdaderas dotes de la 
poesía. 

Los primeros ensayos del drama nacieron tambien por 
entónces en la Alemania. Tras de los misterios, o represen- 
taciones de ciertos pasajes de la historia de la relijion, apa- 
recieron en Núremberg, a mediados del siglo XV, bajo el 
nombre de piezas de carnaval, de mascaradas i de farsas, 


234 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


. ' a 

las primeras piezas dramáticas, Pero estos ensayos, infor- 
mes 1 groseros todavía, no constituyen un jénero literario. 

¿5.—La prosa alemana se hallaba en esa época mas avan- 
zada que en Jas otras naciones. Ensayándose particular- 
mente en los cuentos i en las novelas imitadas de las 
leyendas carlovinjias i de las novelas francesas, adquirió 
consistencia i armenía, Luego contó la historia con bas- 
tanto gracia e interes en numerosas crónicas; i se desarro- 
1Ó en las compilaciones. de leyes que Jas necesidades de 
la época hicieron escribir, i en las predicaciones que pro- 
ducia el movimiento dé las ideas rélijiosas. Juan Táuler 
fraile dominicano, natural de Alsacia, que vivia en la pri 
mera mitad del siglo XIV (1292-1361,) compuso sermo- 
nes i obras teolójicas notables por el hábil empleo que 
supo hacer de la prosa, i que son estimadas todavía por el 
misticismo ardiente que respiran todas sus pájinas. La 
prosa alemana se ejercitó tambien en la argumentacion 
filosófica; i desde enfónces, ostentó la facultad de combi- 
nar las palabras 1 de crear nuevas voces, mediante la cual,. 
el idioma adquirió ura estraordinaria riqueza para lg .es- 
“ posicion de las ¡i-eas mas metafísicas i abstractas. Lutero 
debia fijar el idioma nacional perfeccionándolo en el si- 

glo XVI, ) 

6.—El mismo orijen jermánico tiene la literatura escan- 

dinava. Las Eldas, recomilacion de antiguos cantos poéti- 
cos de los países del norte i de tratados en prosa Sobre la 
historia i la moral, son la fuente mas pura de la mitolojía 
jermánica, 1 los principales monumentos ántes de la intro- 
duccion del cristianisino. En ellos se encuentra una parte 
de los hechos del poema aleman de los Niebelungen. Esos 
cantos estaban compuestos ea un idioma llamado Norse, 
que era comun a toda la Escandinavia, pero hablado con 
variedad de dialectos. Desde el siglo X, sin embargo, el 
Norse dió oríjen a las lengnas modernas de Noruega, de 
Snecia i de Dinamarca, i fué conservado únicamente eu 
toda su pureza en Islandia. Allí fueron donde se reunieron, 
en el siglo XII, los libros que forman las Eddas. Allí tam- 
bien, il en la misma época, un célebre personaje llamado 
Snorre Stúrlesos, escribió una nutable historia de Norue- 
ga. La estéril isla de Islanda, tan olvidada hoi, fué el tea- 
tro de in notable movimiento literario, 





o. HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 235 


En la remota antigiedad a que alcanzan. las mas lejanas 
tradiciones escandinuvas, se encuentra un alfabeto desig» 
nado con el nombre de rúnico, i cuyos caractéres son. co- 
iocidos con la denominacion de runas, (secreto,) por ser 
conocidos sulu por unos pocos sábios, a quienes se miraba 
como magos o hechiceros. Este alfabeto, que diversas ana- 
lojías de forma hian hecho mirar como derivado ya del he- 
breo, ya del griego, no nacia sin embargo de ninguna de 
esas lenguas. Era solo una mezcla de carartéres simbóli- 
cos, usados principalmente para escribir la lengua góti- : 
ca o antigua jermávica, fuente éomun de los dialectos del 
norte, En Noruega se encuentran todavía ruinas con 1n8- 
cripciones en caractóres rúvicos, que son el objeto de las 
discusiones de lus arñticuarios para encontrarles un sentido. 
Parece que los antiguos escandinavos escribian sobre ta- 
blas de acacia . | 

Junto con el cristianismo i a la época de la formacion 
de los nuevos idiomas, penetró: en el norte la influeneia del 
mediodia, i llevó allí las ideas caballerescas de la Francia. 
Compusiéronse en los tres reiros muchos poemas segun es- 
te nuevo espíritu. En unos se consignaban las narraciones 
heráicas fúndadas eu los antiguos recuerdos escandinavos: 
en otros se cantaron las hazañas de los paladines de las 
cortes de Arturo de Bretaña i de Oarlo-Magno, mezclán- 
«lolas con episodios nacionales. Esos poemas revelan, a 
juicio de los intelijentes, un verdadero vigor poético. 

Las tradiciones primitivas de la Escandinavia, i parti- 
cularmente de la Dinamarca, se encuentran consignadas : 
en una notable crónica latiúa escrita a fines del siglo X1L 
Su autor es un famoso erudito conocido con el nombre de 
Sajon el gramático, que recojió con gran. laboriosidad 
todas las leyendas antiguas, i les dió forma en su impor- 

tante historia, 

7.—Desíguanse con el nombre de literaturas eslavas las 
que se desarrollaron en Rusia, en Polonia i en Buhemia. 
Sus idiomas respectivos pertenecen a una sola i vasta fa- 
milia subdividida ea muchas ramas. Ese tipo comun j:are- 
ce nacer de la fuente iudo-persa, i por lo tanto, “reconoee 
por oríjeu el sanscrito i el zend. Esa misma lengua estuvo 
mui jeneralizada en el territorio que forma Jas provincias 

orientales de la Prusia actual; pero bajo la influencia. del 





236 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


idioma jermánico, el elemento eslavo casi ha desaparecido. 

Las manifestaciones de las literaturas eslavas durante 
la edad media no fueron mui numerosas. La Rusia tu- 
vo algunos escritores entre los siglos X[i XV, de los 
cuales los mas notables fueron Néstor, monje de Kiew 
:(1058-1116,) que escribió una historia del imperio; el au- 
tor desconocido de un poema heróico compuesto en el sigo 
XII con el título de Espedicion de Igor, i algunos teólogos 

ue florecieron doscientos años mas tarde. Los progresos 
eesta literatura fueron embarazados por las conquistas 
tártaras. | 

La muestra mas antigua de la literatura polaca es un 
himno a la Vírjen, atribuido a San Adalberto, que murió 
en 1167. Entre aquel tiempo i los principios del siglo 
XVI, la Polonia produjo un númeto considerable de sá- 
bios; pero casi todos ellos escribieron en latin, porque 
el idioma vulgar era usado únicamente en los cantos pa- 
Pulares, 

La literatura bohemia fué la mas importante de las que 
produjo la rama eslava en la edad media. En ese- idioma 
hai cerca de veirte poemas ide cincuenta composiciones 
en prosa de mérito cunsiderable, ántes de las predicaciones 
de Juan Hoss, que comunicaron un poderoso impulso al 
lenguaje vulgar. En un libro como el presente, seria com- 
pletamente inoficioso el consiguar noticias mas detalla- 
das. acerca de estas diferentes literaturas, poca conocidas 
en la Europa occidental, i que, sin embargo, han sido es- 
tudiadas con notable prolijidad. 





CAPÍTULO IX. 


Literatura inglesa. 


1.—Los bretones; Ossian.—2. Los sajones, —3. Los normandos; formacion 


de la lengua inglesa.—4. Primeros ensayos poéticos; Chaucer.—b. De- . 


" sarrollo í decadencia de la literatura inglesa hasta el siglo XV, 


1.—La literatura inglesa nació. 1 se desarrolló mucho 
mas tarde que la mayor parte de las literaturas europeas. 
A cansa de las numerosas conquistas que esperimentó, la 
inglaterra tardó mucho tiempo en formar su idioma. Mién- 
tras que en el continente se pueden considerar las invasio- 
nes casi terminadas en el siglo V, se las ve repetirse en 
Ingluterra hasta el siglo XI, llevando cada una de ellas, 
los sajones, Jos daneses i los normandos franceses, sus 
diversas lenguas. 


El primer idioma conocido en las islas británicas fué 


uno completamente olvidado hoi en la Inglaterra propia, 
pero que existe con algunas alteraciones en el país de 
Gales, en las montañas de Escocia, en muchas partes de 
Irlanda; i en el continente en Ja provincia francesa de 
Bretaña. Esta lengua que es denominada breton en Gales 
ien Francia, gaélico en Escocia e irlandes en Irlanda, 
era el idioma de los celtas, que como hemos visto en otra 
parte, invadieron la Europa occidental muchos siglos úntes 
de la era cristiana. Las conquistas de los romanos que 
modificaron las lenguas primitivas en Francia i¡ en Espa- 
fa, 1 que impusieron el latin por todas partes, casi no 
ejercieron influencia alguna sobre la'lengua que se habla- 
ba en las islas británicas. 

Esa lengua tuvo poetas que la enriquecieron i perfec- 
cionaron con cantos guerreros i Ámorosos de los cuales se 

3 


, 


-238 ELEMENTOS DE LITERATURA, , 

». 
conservan cortos recuerdos en las inontañas de Escocia. 
A mediados del siglo XVIII (1769—1762) un literato es- 
coces, James Macphers ublicó en prosa loglesa una 
coleccion dé. puemas, que” suponia compuesto por Oasian, 
bardo breton o gaélico, del siglo 1V de la era cristiana, 
1 copiados algunos siglos despues, cnando'se introdujo en 
Escocia el arte de la escritura. Esos poemas, en parte 
heróicos, cuentan con un estilo rudo, pero vigoroso ¡ senti- 
mental las tradiciones históricas de los montañeses. Su 
publicacion produjo una gran sensacion en toda Europa: 
el pretendido Ossian, a quien se suponia ciego, fué elevado 
por muchos críticos sobre el mismo Homero. Esta adumi- 
racion, sin embargo, no fué duradera: eruditos eminentes 
declararon que esos poemas eran una simple impostura 
literaria, i que eran compuestos por el mismo Macpherson, 
imitando sus principales rasgos de la Biblia i de algunos 
poetas de la antigiiedad. Los mismos defeusores de su au- 
tenticidad no la sostienen ya de una manera absoluta i se 
han visto obligados a reconocer que la mayor parte de su 
redaccion actual es moderna, si bien creen que'contiene 
los mas antiguos testimonios de una época remota. M. 
Villemain, que ha estudiado esta cuestion de historia lite- 
: raria con tanta erudicion como con gusto, llega a las 
couclusiones siguentes: «Ossian, dice, no es mas que un 
efecto de rejuvenecimiento literario por la imitacion de 
las formas antiguas, uno de los primeros ensayos de imi- 
tacion del pensamiento i del estilo, comun a las literatu- 
ras envejecidas; i es digno de notarse que particularmente 
en los sentimientos propios del siglo XVIII, en esa ¿ne- 
lancolía puética, en esa vaga relijiosidad, en esa tristesa . 
sustituida al culto, Macpherson-Ossian ha sido orijinake 
singular, atrevido, Es el hombre del siglvo XVIII que ig": 
teresa bajo la máscara, bajo la capa del bardo ciego. Sú 
Oscar, su Malvina, su Fingal, todos esos personajes que 
Macpherson ha correjido, embellecido i puesto efi. movi- 
miento en su poema, tienen un reflejo del espíritu senti- 
mental de esa época. 

2.—En el siglo V, un pueblo llamado 'sajon, orijinario 
de la baja Jermania, invadió el país conocido ahora cor 
el nombre de Inglaterra, i arrojó a sus primitivos babitan- 
tes a las rejiones del nurte i del occidente, doude los des- 





e 


. HISTORIA LITERARIA.—EDAD MEDIA. 239 


cendientes de éstos conservan todavía su antiguo idioma. 
De una rama de los sajones, denomivada los ang!os, aquel 
páís tomó el nombre de Inglaterra, i su lengua fué deno- 
minada anglo-$ajona. Era ésta una rama del jermánico, 
como el danes,+e1- holandes i el aleman, que como hemos 
dicho en el capitulo anterior, era el idioma de los antigucs 
pobladores de la Europa central. 

Desde esa época hasta el siglo XI, el anglo-sajon siguió 
siendo, con mui pequeños cambios, el lenguaje de la Ingla- 
terra. Recibió solo algunas v.ces latinas, llevadas por los 
misioneros que predicarcn el cristianismo, i otras danesas, 
comunicadas por los, intrépidos guerreros del norte, que 
mas de una vez hicieron sus irrupciones en la isla, preten- 
diendo establecerse en ella. En este período, la literatura 
ho fué descuidada por los anglo-sajones. Bastaria recordar 
los nombres de.Gildas i de Beda el venerable, para probar 
que la historia, que siempre nace en los pueblos nuevos 
despues de la poesía, fué tembien cultivada; pero cael 
todos lus escritores anglo-sajones compusieron sus obras 
en latin. Se conservan, sin embargo, algunos fragmentos 
de cantos poéticos en anglo-sajon, i se sabe que el rei Al- 
fredo empleó ese mismo idioma para traducir i popularizar 
algunas obras notables de la antigúedad. 

3.— Una nueva ccnquista vino a producir otra revolu- 
cion en la lengua ¡en la literatura de la Inglaterra. Gui- 
llermo de Normandía invadió i conquistó la Inglaterra en 
1066, ¡este país fué repartido entre los capitanes de su 
ejército victorioso. Esos capitanes, aunque por sus antepa- 
sadab eran orijinarios de las rejiones del norte, eran nacidos 
en Brancia,en donde sus mayores se habian establecido dos 

ántes, hablaban el trances i tenian los hábitos i los 
gulfips de los pueblos del mediodia. Coexistieron eutónces 
en, Inglaterra dos lenguas diferentes: el frauces, hablado 
or las altas clases sociales, los conquistade res; i el sujon, 
idioma del pueblo de los campos i dé las ciudades, de los 
conquistados, Desarrolláronse igualmente dos literaturas. 
Los normandos llevaron a Inglaterra su gusto por la poe= 
sía caballeresca, los certámenes poéticos, las hestas usten 
tosas en que un cantor, llamado en Inglaterra menestrel, 
celebraha un suceso heróico o el ardor de una pasion. Los 


poetas cantaron principalmente a los caballeros del ciclo 
17 


” 


240 ELEMENTOS DE LITERATURA. 
del rei Arturo, que 'exaltaban la inajinacion de los nor- 
mandos, Ricardo corazon de leon, el valiente campeoa de 
da tercera cruzada, fué tambien del número de los trová- 
dores. Sus versos se asemejan mucho a los que hicieron la 
gloria de los poetas de Provenza. Los burdos anglo-sajones, 
por su parte, aunque despreciados ¡ persegúidos, se habian 
utrincherado en su antiguo idioma, 1 en su baladas, mu- 
chas veces heróicas, pero siempre birientes para los seño- 
res normandos, recordaban los antiguos triunfos i las 
recientes desgracias de su raza. Con el trascurso del tiem- 
po, estas dos lenguas se mezclaron gradualmente: apesar 
de sus prevenciones mútuas, los conquistados i los couquis- 
taderes se avercaron, 1 formaron de los dos un idioma 
comen que vino a ser la-base del ingles. 1] sajon, sin enm- 
barge, predominó en esta mezcla j fué empleado priuci- 
yqalmente para espresar las ideas mas fauiiliares. Se ha 
enteulado que de treinta i ocho mil voces inglesas, veia- 
tiecho mil son de procedencia sajóna. 
isa lengua habia servido ya en el siglo XT para Ja 
<composician de dos crónicas poéticas de la historia de P- 
glaterra, 1 de nlguvas otras obras de no escaso mérito; pero 
el frances de los conquistadores era el . único idioma usado 
en los documentos públicos. Eduardo 111 le quitó este pri- 
vilejto: por un estatuto de 1362, mandó que todo negocio 
sometido a los tribunales fuese defendido, discutido 1 juz= 
sado en toghdes. listo importaba la rehabilitacion oficial del 
lenguaje proscrito, 
4.—lísta declaracion dió un vigoroso impulso a la len- 
«ua lala literatura inglesas. Aparecieron en Inglaterra 
suevos premus históricos de largo aliento, en que se cele- 
braban las victorias de Eduardo ITÍ contra los franceses; 
ten Escocia, para cantar las hazañas de Roberto Bruce en 
sosten «le la independencia de su patria. En el primero de 
<sos puíses apareció eutónces tambien un poeta notable, 
distrerto Longland o Langland, que hizo una crítica hi- 
wiente de las costumbres del clero ingles i que censuró 
tambien con imjenio ln sociedad laica del siglo XIV. 

Pero el poeta mas notable de esta época es Godufredo 
"Chuncer, que es llamado el padre de la verdadéra puerta 
inglesa. Floreció en las cortes de Eduardo 111 i de Ricar- 
«ly 41, eptre los años de 1389 i 1400; i no solo poseyó un 


HISTORIA LITERARIA.-.—EDAD MEDIA. 241 


jenio orijinal de primer órden, sino que lo desarrolló con los 
viajes i con los mas estensos estudios gue podian hacerse 
en sa tiempo. Desdeñando las crónicas poéticas i los cantos 
de los menestreles, Chancer quiso escribir con la manera 
regular de los tres grandes jenios de la literatura italiana, . 
tomaodo la alegoría del Dante, la ternura de Petrarca i le 
humorística anécdota de Bocacio/ Observador atento de 
los caractéres i de las costumbres, Chaucer parece haber 
conocido mucho el mundo i las ideas de su siglo. Su obra 
capital tiene por título Los cuentos de Cantorbery, i consia- 
te en una coleccion de historietas escritas en prosa, que se 
suponen referidas por treinta personas diferentes que hacen 
una peregrinacion a Cantorbery. La obra comienza con 
una descripcion de la comitiva icon un retrato de los via- 
jeros, los cuales están perfectamente caracterizados, no 
solo por la esposicion del poeta, sino por el espíritu de los 
Sucesos que narran. Los cuentos son en parte historias 
burlescas de la vida ordinaria, en parte cuentos románti- 
<os de caballería, i mui pocos son de invencion orijinal del 
poeta. La idea jeneral de la obra, ademas, es tomada del 
Decameron de Bccacio; pero Chaucer ha puesto en ella -su 
injenio, su estilo i ha hecho un libro verdaderamente pro- 
pio por medio de la sátira acerada, aunque con frecuencia 
licenciosa, de los hombres i de las costumbres de su tiempo. 
Chaucer escribió en verso muchos poemas, - narrativos ' los 
unos, descriptivos los otros, 1 aun algunos alegóricos, al 
gusto de su siglo, pero oscuros para nosotros. Imitó las 
obras poéticas de los italianos i de los franceses, i gamó 
para sí la mas alta reputacion literaria de la Inglaterra en 
la edadmedia. A él se le atribuye el perfeccionamiento de 
la lengua i la invencion de muchos artificios métricos que 
abrieron el camino a los poetas posteriores. 
5.—La prosa cultivada tambien, como hemos visto, con 
habilidad por Chaucer, hizo rápidos progresos en manos 
«le otros escritores contemporáneos o posteriores a éste... 
Aunque el latin era la lengua culta, el idioma de la teolo- 
jía, de la enseñanza ide la historia, el ingles comenzó a 
ser usado en algunas obras de jurisprudeneia, i sirvió lue- 
go para trabajos de otro jénero. John Mandeville, célebre 
viajero que recurrió los países del oriente en el siglo XIV, 
escribió la relacion de sus viajes con gran naturalidad e 


249 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


interes. John Wicleffe, el famoso reformador de ese mismo 
siglo, popularizó las Sagradas escrituras en lengua vulgar 
1 escribió mucho contra el papa i contra la iglesia católica, 
dando a la prosa una soltura que le era desconocida. Otros 
escritores compusieron tambien algunas crónicas en len- 
gua inglesa. | 

Despues de este tiempo de pasajero esplendor, vino para 
la literatura juglesa un perívdo de oscuridad i retroceso. 
Jun el siglo XV, la Inglaterra quedó absolutamente estrafía 
al movimiento literario que por entónces nacia en Italia ¡ 
se jeneralizaba en una gran parte de Europa. Abismado 
por los furores de la guerra civil, el pueblo ingles queria 
engañar su tristeza i sus sufrimientos por algunas canciones 
o baladas, cuntos de verdaderas lamentaciones. La historia 
ha conservado el recuerdo de una estancia que el infortuna- 
do Enrique' VI compuso en su prision sobre la nada del 
poder i sobre la vanidad de las grandezas. Desde la muerte 
de este príncipe hasta el advenimiento de los Tudores, no se 
cita mas que el nombre de una poetisa, lady Juliana, que 
escribió un gran número de poesías en el convento de Spo- 
wel, de que era priora. Pero desde que la paz se asentó 
bajo bases sólidas, i la nacion adquirió, junto con la estabi- 
lidad, su grandeza i su preponderancia, nació allí una líte- 
ratura rica i vigorosa que habia de ilustrar en los tiempos 
modernos las obras de Shakspearei de Milton. , 





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CAPÍTULO PRIMERO. | 


El renacimiento. 


1,.—El renacimiento. —?2. Impulso dado a los estudios clásicos en Italia.-— 
3. Resultado de la conquista de Constantinopla ppr los turcos. —4. In 
vencioa de la imprenta.—5, Influencia de esta invencion.—6. El renaci- 


miento se propaga fuera de Italia. —7. Importancia literaria del rena- 
cimiento. 


- 1.—Se da el nombre de Renacimiento a una gran revo- 
lacion literaria i artística que se inicia a fines del giglo 
XV ¡se propaga a principios del siguiente en Europa, i 
principalmente en Italia i en Francia, bajo la influencia de 
las obras maestras de la antigitedad. i 
«La palabra agradable de Renacimiento no recuerda a 

los amigos de lo bello, dice M, Michelet, mas que el adve- 
nimiento de un arte nuevo i el libre desarrollo de la fanta- 
sía. Para el erudito, es la renovacion de los estudios de la 
antigdedad; para los lejistas, la luz que comienza a lucir 
sobre el caos discordante de las antiguas prácticas jurídi- 
ous.» Esa revolucion, como lo manifiesta en seguida ese 
mismo autor, tiene, sio embargo, un alcance mucho mayor 
todavla; no abraza solo las letras, las artes, la jurispruden- 
.cia: inicia tambien el progreso sólido i racional de todas 
las ciencias i señala el fio de todas las preocupaciones 
vulgares de la edad media. «Es el radiante despertar de 


244 ELEMENTOS DE LITERATURA.' 


la razon humana, dice M. Duruy, la primavera de la in- 
telijencia.» . 

2,—£l renacimiento literario no fué unha resurreccion 
repentina e imprevista de las letras antignas. Desde el si- 
glo XIV, se habia desarrollado en Italia un entusiasmo 
ardiente por el estudio de las literaturas griega i latina. 
Dante, Petrarca i Bocacio, al mismo tiempo que creaban 
la poesía i la prosa en Italia, contribuyeron eficazmente a 
preparar este movimiento de los espíritus. Miéntras reve- 
laban a su patria otros destinos, un jeuío nacional i una 
literatura nueva, ensalzaron el latin, pasaron su vida en la . 
admiracion de lus antiguos, ostentaron una predileccion 
partícular por las ubras escritas en la lengua de Roma, + 
cousiguieron quizá sin esperarlo, que gus propios escritos 
fuesen en cierto nodo desdeñados por sus contemporáneos, 
para tributar el lomenaje de la admiracion a las obras de 
Virjilio i Horacio. 

Dado este primer impulso, no faltaron quienes imitasen 
aquel mismo empeño en estudiar lá antigitedad. Muchos 
príncipes italianos, Cosme de Médicis en Florencia, Nico- 
las de Este en Ferrara, Alfonso de Aragon en Nápoles, i 
el papa Nicolas V en Roma, entre otros, empleaban sus 
tesoros en descubrir obras antiguas, asignaudo al mismo 
tiempo fuertes peusivnes a los eruditos que visitaban las 
mas lejanas bibliotecas. El oticio de copista llegó a ser 
considerado en cierta valía, ia dar ocupacion a muchas per— 
sonas. Por adquirir un mauascrito de Tito Livio, Alfonso 
de Aragon, rei de Nápoles, renunciaba a hacer la guerra 'a 
los florentinos. ln varias ciudades surjieron profesores de 
griego i de latin que a la par cou sus discípulos preconiza- 
ban las ventajas de esas dus lenguas muertas sobre todos 
los idiomas vivos. | 

Tradujéronse algumas obras de la antigna Grecia, de 
Platon, de Plutarco, de Diodoro de Sicilia, de Jenofonte i 
de Strabon; pero esas traduciones se hacian eu lengua 
latina. En latin se escribieron tambien libros de historia i 
de puesía, que eran mui aplau lidos en toda Italia. Pocos 
fueron los eruditos italianos que se dignaron escribir en su 
propio idioma su correspondencia familiar. Fundáronse 
academias para el estudio de la filosofía antigua i en ella 
se debatieron con grande ardor, de palabra ¡ por egcrito, 











HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MADERNOS. 245 


4 ON 

las doctrinas-de Platon i de Aristóteles. Los eruditos! no 
se limitaron a buscar los manuscritos de la edad clásica, a 
estudiar sus lenguas 1 a interpretar seus obras maestras; 
rebuscaron las antigitedades, las medallas, los mobumen- 
tos de todo jénero: formábanse colecciones, esplicábanse 
las inscripciones, sirviéndose de ellas para -la intelijencia 
de los autores, los cuales ayudaban a su turno a esplicar 
los monumentos. | 


«Es interesante, dice Hallan, investigar cuáles fueror 


las cansas de este entusiasmo por la antigiiedad, que seña- 
1ó el principio del siglo XV. Fué aquella una esplosion 
del sentimiento público, en apariencias bastante repentina, 
pero en realidad preparada por.muchas circunstaucins que 
remontan mas alto enila historia de Italia. Los itahianos 
habian apreudido desde algunas jeneraciones a identificar- 
se mas i mas con el gran pueblo que habia conquistado el 
mundo. La caida de la cosa de Suabia, libertándolos de un 
yugo estranjero, les habia inspirado un sentimiento mas 
orgulloso de su nacionalidad: al mismo tiempo, el título 
de emperador romano era asociado sistemáticamente por 
un partido a las antiguas tradiciones, El estudio del dere- 


cho civil, por imperfecto que fuera, produjo a lo ménos el. 


efecto de mantener una misteriosa veneracion por la anti- 
gúedad. Los mor.umentos de la vieja Italia estaban allí 
como testigos perpétuos: descifráronse. sus inseripiciones. 
Bastó que un pequeño número le hombres como Petrarca 
diesen el primer impulso a las masas: bastó que se honra- 
se. la ciencia i que hubiese medios de adquirirla.» La revo- 
lucion ejecutada en Roma en la primera mitad del siglo 
XIV por el tribuno Rienzi para establecer la antigua re- 
pública, es un ejemplo del entusiasmo que dessertaban en 
Italia los recuerdos de los tiempos pasados, Al mismo 
tiempo que los laicos se hacian mas instruidos cada ia, 
los escrúpulos relijiosos, que en siglos ménos ilustrados 
habian prohibido a los eclesiásticos la lectura de los anto- 
res paganos, desajarecian gradualmente, ( 
3.—Los italianos comenzaron el estudio de la antigúe- 
dad en las escuelas de Constantinopla. Mas tarde, algunos 
sábios bizantinos pasaron a Italia a continuar la enseñan- 
za en Roma, en Florencia i eu Milan, atrayendo a su alre- 
dedor una numerosa juventud, ávida de saber.. Esos sóbios 


Í 


246 " ELEMENTOS DE LITERATURA. ' 


buscaban en la Italia la paz i la tranquilidad que no encon- 
traban en su propia patria, próxima a sucumbir bajo el pe- 
so de la conquista de los turcos, 

Al fio, el imperio de oriente sucumbió. La toma de 
Constantinopla por Mahomet II, en 1453, arrojó a las ori- 
llas hospitalarias de la entusiasta Italia algunos sabios 
griegos que hasta el último momento habian quedado en 
medio de las ruinas del imperio. Llevaron éstos, junto cun 
el caudal de su ciencia, diversos manuscritos de la anti- 
gúedad. Figuraban entre ellos Argyropoulo i Calcondylos, 
que enseñaban sucesivamente su propia lengua helénica, 
Andrónico Calisto, que, segun se cuenta, ejerció la misma 
profesion en Roma ¡en la Grecia propia, i Constantino 

ascaris, descendiente de una familia imperial, que duran- 
te muchos años dió lecciones en Milan i despues en Me- 
gina. 

Pero si estos sábios pusieron a la moda el cultivo de la 
ciéncia, si contribuyeron eficazmente a desarrollar el en- 
tusiasmo siempre creciente por los recuerdos literarios de 
la antigiiedad clásica, inauguraron tambien esas disputas 
casi siempre ociosas que apasionaban los espiritus. Este 
fué el tiempo de las querellas entre Platon 1 Aristóteles, 
Dos griegos, nombrados ámbos Jorje de Trebisonda, escri- 
bieron el uno en pró i el otro en contra de Platon. Cosme 
de Médicis fundó en Florencia una academia platónica, 
consagrada a la esplicacion i al estudio -del filósofo cuyo 
nombre llevaba. Muchos eruditos italianos se engolfaban 
en esas cuestiones con un ardor inconcebible, Juan Pico 
de la Mirandola (1463—1494) caballero noble de una in- 
telijencia maravillosa, tomó parte-en esas discusiones arran. 
cando la admiracion de sus contemporáneos. Tipo verdade- 
ro del estudio i del saber precoz, Pico de la Mirandola 
habia recorrido las mas famosas universidades de Italia i 
de Francia, sabia veintidos lenguas ¡i entre ellas el latin, 
él griego, el hebreo, el árabe ¡ el caldeo; hablaba con rara 
facilidad de todas las ciencias, i a la edad de veinte i un 
años, se presentó en Roma a sostener en las escuelas no- 
gecientas proposiciones de omni re scibili, es decir, sobre 
todos los asuntos de ciencias, que son un prodijio de talen- 
to mal empleado. En una obra titulada Heptapto, en que 
ss declara admirador ardiente de Platon, se propuso espli- 





] 
rá 


/ 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 247 


car el Jénesis por medio de las alegorías que a cada paso 
se encuentran en las obras del filógoto griego., 

4.—La escasez de libros, como hemos dicho en otra 
parte, habia sido durante la edad media un obstáculo po- 
deroso opuesty al desarrollo de las ciencias i de las letras, 
Las bibliotecas mas ricas contaban en el siglo XV apénas 
algunos centenares de volúmenes, i las materias contenidas 
en cada uno de ellos eran mucho mas reducidas que la de 
cualquiera de nuestros libros. Cárlos V rei de Francia, ele- 
vó a novecientos el número de los volúmenes de la biblio- 
teca real de Paris. Las universidades de Oxford, en Iugla- 
terra, i la de Heidelberg en Alemania, recibieron como 
legados inestimables, debidos a la munificencia de dos po- 
derosos príncipes, la primera seiscientos volúmenes i la . 
segunda ciento veinte. En todos los centros de poblacion 
donde existian universidades o escuelas, se habian estable- 
cido pequeñas colonias de copistas que trascribian sobre el 
pergamino i con una artística prolijidad, las obras mas 
aplaudidas de ese tiempo (1). Una de las invenciones mas 
maravillosas del injenio humano vino a cambiar coma por 
encanto aquel estado de cosas ia ofrecer un importante 
ausilio al movimiento jeneral de los espíritus. Hablamos de 
la imprenta, inventada a mediados del siglo XV para po- 
ner término a las tinieblas de la edad media i para abrir la 
era de la civilizacion moderna, ' 


(1) Se ignora la fecha precisa de la introduccion del papel en Europa, 
pero todo hace creer que debió ocurrir entre los siglos X i X1. 

Parece que desde fines del síglo 1 de nuestra era, o desde principios 
del 11, los chinos conocian el arte de convertir en hojas semejantes a 
nuestro papel las cortezas de algunos árboles, i los fragmentos de las 
telas de seda, de algodon i de cáñamo. Desde 6650, se fabricaba en Sa- 
marcanda i en Bockara. Este papel de algodon, o de Damasco (chartes 
damascena), como entónces se le llamaba, fué conocido luego en Euro- 
pa. Llevado a Nápoles por los griegos del bajo imperio, fué empleado 
allí frecuentemente en los diplomas reales. Los árabes lo llevaron tam- 
bien a España, en donde la industria empleó otro material, mui abun- 
dante en este país, el lino. De aquí pasó a Francia, í fué al fin, conocido 
en toda la Europa. Sin embargo, la mayor solidez del pergamino asega- 
ró la preeminencia de éste por mui largo tiempo. El empleo del papel en 
los instrumentos públicos fué formalmente prohibido. El pergamino, ade- 
mas, era preferido para la copia de los libros; pero desde fines del siglo 
XX V, el papel obtuvo la preeminencia no solo por sús ventajas para reci- 
bir la impresion tipográfica, que acababa de inventarse, sino tambien 
por sy bajo precío, lo que ponía los libros al alcance de todo el mundo. 





y 


248 , ELEMENTOS DE LITERATURA. 

La invencion de la imprenta ha dado oríjen a inmensas 
investigaciones históricas 'en que se ha ejercitado una asom- 
brosa erudicion sin llegar a resultados que puedan llamarse 
defivitivos. En las líueas siguientes vamo3 a espouer los 
hechos que se aceptan jeneralmente comu verdaderos, o a 


Ju ménos, como los mejor probados, 


Desde fines del siglo XIV se conocia un procedimiento 
mecánico para imprimir por medio de trozos de madera 
grabados. Estas impresiones servian ya para fabricar cartas 
de naipes, que se usaban desde el siglo anterior, ya para 
hacer imájenes de santos, sumamente toscas, que iban acom- 
pañadas de algunas líneas de testos, grabadas igualmente 
en la madera. Poco a poco se imprimieron de este modo 
pájinas enteras, i aun se formaron pequeños libros, Se cree 
con fundamento que todos ellos tueron ejecutados en los 
Paises-Bajo=, cuya industria eclipsaba por eutónces la 
de todos lus pueblos del centro i del norte de Europa. 
Debemos tambien observar aquí que ese procedimiento que 
consiste en hacer impresiones por medio de tablas de ma- 
dera grabadas, ha estado en uso en la China desde tiempo 
¡umemorial, 

listos trabajos no hicieron mas que preparar la invencion 
de la imprenta en la acepcion moderna de esta palabra, es 
decir, por «nedio de caractéres movibles. La mayor parte de 
los súbios que se han ocupudo de la historia de esterinven- 
to, lo atribuyen a Juan Gensfleisch, mas conocido con el 
nombre de Gutemberg, que era el apellido de su madre. 
Nacido en Maguncia por los años de 1400, salió mui jóven 
de esta ciudad con toda su familia, que habia sidu deste- 
rrada a consecuencia de los disturbios politicos, ¡ fué'a 
establecerse en Estrasburgo. En esta ciudad, Gutemberg 
concibió la idea de movilizar los caractéres, es decir, de 
cortar las tablas destinadas a la impresion en' pequeños 
paralelipípedos, en cada uno de los cuales se grababa una 
letra del alfubeto. Se sabe en efecto que en 1139 se ocupa- 
ba en estos trabajos, que tenía eu prensa i que se empeña- 
bas en mantener su industria eu el nas profundo secreto. 
Esta reserva se esplica perfestamente por dos razones 
concluyentes. ).* En esa época, toda industria se rudeaba 
de misterio, para conservar el monopolio de cada inventa; 
2.* Gutemberg, sin conocer tulvez tuda la importancia de 


y 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, 249 
su invención, pensaba solo en imitar los libros manus- 
critos por uu método mecánico, para bajar el costo de 
produccion i aumentar considerablemente las utilidades 
industriales. Se cree que ántes de 1450 habia impreso ya 
por medio de tipos movibles algunas obras de un reducido 
número de pájinas; pero faltan las pruebas para fundar es- 
ta tradicion. 

Los títulos e Gutemberg a la prioridad de esta inven- 
cion, son puestos en duda por otros eruditos, que la atri- 
buyen a Lorenzo Coster, de Harlem, en Holanda. Segun 


una tradicion, que solo encontramos consignada a mediados” . 


del siglo XVI, es decir, un siglo despues de la iuvencion 
de la impranta, pero que se presenta revestida de grandes 
apariencias de verdad, Coster habia usado las letras movi- 
bles de madera desde 1430, i aun habia publicado un libro 
eon'caractéres mui toscos. La tradicion agrega que un cria- 
do infiel, que huyó con el secreto, se estableció en Es- 
trasburgo e en Maguacia. Este abuso dé confianza fué 
imputado a Gutemberg o a Fust, que fué mas adelante 
su ocio; perudesde que la inocencia «de ámbos ha sido ple- 
vamente reconocida, la acusacion de fraude cayó sobre uno 
de los hermanos de Gutemberg. Sin embargo, las pruebas 
presentadas en apoyo de estos hechos nu son mui conclu- 
yentes ni incontestables. Por el contrario, aun acojiendo las 
pretensiones de Coster, no se ve ninguna razon para pre- 
tender que Gutemberg no haya podido por su parte, en- 
contrar una idea que, dadas las condiciones anteriores que 
la produjeron, no exijia en realidad un jenio estraordinario. 
La movilizacion de los caractéres vo era mas que una parte 
de las dificultades de la empresa, i faltaba todavía crear 
las prensas i esa mulMitud de injeniosos aparatos que ne- 
cesitó el arte de imprimir desde sus primeros dias; ¡ este 
mérito pertenece jncontestallemeutée a Gutembery i su 
asociado. . 

En efecto, todos los escritores están de acuerdo en un 
punto. Hácia 1450, Gutemberg, que estaba de vuelta en 
Maguncia, formó una asociación con el objeto de esplotar 
el nnevo invento, con un negociante rico de esa ciudad 
apellidado Fust, el cual suministraba fondos considerables 
pura la empresa. Las operaciones subsiguientes de la so- 
ciedad nu son bien conocidas. Se habla de otro socio lla- 


e ft MA 


E 


250 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


mado Pedro Scheffer, al cual se atribuyen importantes 
perfeccionamientos en la invencion, 1 entre otros la fundi- 
cion de tipos para obtener la igualdad en la forma de todos 
los caractéres. Lo que es evidente es que desde que el arte 
de imprimir dió su primer paso por medio de la moviliza- 
cion de las letras de madera, la ¡udustria marchó rápida- 
mente, primero por medio de letras de metal grabadas a 


, mano, ¡en seguida por el invento de los caractéres fundi- 


dos. La posteridad, así como la mayor parte de los eruditos 
que se han dedicado a estas investigaciones, atribuyen a 
utembery, vo solo la primera idea sino tambien la ejecu- 
cion de estas tres modificaciones en el desarrollo i en el 
progreso de la imprenta. Se cree jeneralmente que el pri- 
mer libro impreso fué una biblia latina, designada ordina- 
riamente con el nombre de Biblia Mazarina, porque a me- 
diados del siglo último se encontró un ejemplar de ella en 
la biblioteca del cardenal Mazarino en Paris. Este libro no 
tiene fecha; pero los eruditos han fijado la época de su 
publicacion entre los años de 1450 i 1455. «Podemos re- 
resentarnos en la imajinacion, dice el historiador ¡nglea 
allam, de quien tomamos principalmente estas noticias, 
este venerable i magnífico volúmen, avanzando a la cabeza 
de los innumerables millones de sus -sucesores, i llamando 
en cierto modo la bendicion divina sobre el nuevo arte que 
consagra sus primicias al servicio del cielo.» 
5.—La imprenta nació en el momento en que era mas 
necesaria, cuaudo una jeneracion buscaba con graude an- 
siedad la ciencia 1 la literatura de los siglos pasadus para 
trazar un nuevo sendero a la marcha del espíritu humano. 
«La invencion de la imprenta, dice M. Didot, sepurael mun- 
do antigno del mundo moderno; abre un nuevo horizotite 
al jenio del hombre, por su relacion futima con las ideas 
pareco ser un nuevo sentido de que todos estamos dotados. 
na inmensa diferencia lo separa de los otros grandes des- 
cubrimientos de la misma época, la pólvora ¡el Nuevo Mun- 
do: Otro que es contemporáueo, el vapor, no podria tamyoco 
comparársele, En efecto, esos grandes i útiles descubri- 
mieutos no han obrado mas que sobre la parte material de 
la humanidad: la pólvora igualando la fuerza bruta, el 
Nuevo Mundo completando los dones que nos ofrece la 
tierra; en fin el vapor, acrecentaudo las fuerzas productivas 





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HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS. 251 


del hombre, que liberta del exceso de trabajo a que habia 
sido condenado; miéntras que la imprenta, que no ha ter- 
minado aun su mision de ilustrar al mundo, eleva el nivel 
de la inselijencia humana propagando la palabra que habia 
fijado el arte de escribir.» 
La invencion maravillosa de Gutemberg fué esplotada 
durante algunos años solo por la sociedad de impresores 
establecida en Maguncia. sta ciudad fué tomada en 1462 
por Adolfo, conde de Nassau, i el establecimiento de Fust 
1 de sus socios fué disuelto. Los trabajadores que se habian 
comprometido a guardar secreto bajo la fé del juramento, 
se dispersaron por diferentes partes; i creyéndose desliga- 
dos de sus obligaciones, fueron a ejercer su industria en 
otros países. El arte de imprimir no tardó en estenderse en 
las ciutlades inmediatas al Rhin, i luego en casi toda Euro- 
pa. En 1465 se estableció la primera imprenta en 1talia, 
en la ciudad de Subiaco. Paris poseyó otra en 1469. Cax- 
ton, el primer impresor ingles, se estableció en Westmins- 
tez en 1474. La primera imprenta española funcionó en 
Barcelona en 1475, Otros países i ciudades siguieron este 
ejemplo; de tal modo «we en 1530 habia en Europa dos- 
cientas imprentas en ejercicio. 
La impresion de las obras de la antigúedad clásica que 
se habian salvado de las borrascas de la edadmedia, fué 
el primer trabajo a que se consagraron los impresores del 
siglo XV. Dieron tambien a luz algunas obras de teolojía 
1 de filosofía escolástica, 1 muchos tratados ascéticos; pero 
se publicó poco en lengua vulgar, por considerarse siem- 
pre el latin como el idioma de las ciencias i de las letras. 
En jeneral, el número de ejemplares de cada obra que se 
imprimia en el siglo XV, no pasaba de algunos centena- 
res, mui pocas alcanzaron el honor de una edicion de mil 
ejemplares, aunque de muchas de ellas se hicieron nume- 
rosas ediciones; pero se podrá calcular el alcance de la 
revolucion operada por la imprenta tomando en cuenta la 
dificultad que ántes existia para proporcionarse un li- 
bro (1). Esos viejos volúmenes que señalan el orijen i los 


(1) Existia en la biblioteca de los Celestinos de Paris, un hermoso 
ejemplar manuscrito de los Cánones de Graciano: el copista anotó en él 
que habia empleado veintiun meses en escribirlo, Segun esto, tres lhiom- 
bres habrian necesitado 1,750 años para copiar tres mil ejemplares, Por 


A E oa 
| za - Po. 


y 
Ys 


252 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


primeros progresos del arte de imprimir, se conservan hoi 
cuidadosamente en las bibliotecas, i han merecido el sig- 
nificativo nombre de incunables, voz derivada del sustanti- 
vo latino incunabula, que significa cuna. 

La rápida multiplicacion de los libros no fué mas que 
el primer beneficio de la imprenta. Pero, ademas de faci- 
litar los medios jenerales de ¡ustruccion, ella vino a dar 
nueva vida al espíritu de investigacion:prolija que ya habia 
comenzado a desarrollarse. Lu necesidad de publicar tes- 
tos bien correjidos ¿ depurados de los errores cometidos 
por los copistas, proporcionó «cupacion a centenares de 
profesores para coordinar i comentar Jos manuscritos. Por 
otra parte, la facilidad de publicar i de dar gran circula- 
cion a sus pensamientes, desarrolló en muchos hombres el 
deseo de estudiar i de escribir. Siu duda esta misma faci- 
lidad fué causa de que los escritores meditaran ménos 8us 
obras, pulimentaran ménos las formas literarias por el de- 
seo de darlas a. luz cunuto ántes, al reves de lo que hacian 
Jos injenios de la antigiiedad clásica; pero en cambio se 
produjo una fermentacion intelectual que el mundo no ha- 
bia conocido hasta entónces. 

6.—La revolucion literaria i artística conocida con el 
nombre de Renacimiento tuvo su oríjen, como hemos vis- 
to, en Jtalia, La admiracion apasionada, el culto verdade- 
ro por la antigiiedad, nació i se propagó allí ántes que eu 
los otros países de Kuropa. El aislamiento en que vivian 
los pueblos durante la edad media impidió que ese mn- 
vimiento se jeneralizase con mayor rapidez; i quizá la im- 
prerta misma no habria alcanzado a producir su difusion, 
si los sucesos políticos no hubiesen acercado i estrechado 
a las naciones que hasta entónces habian vivido en graude 
alejamiento. 

La espedicion de Cárlos VIII, rei de Francia, a Nápo- 
les (1493) llevó primero a los franceses i luego a los es- 
pañoles a Italia. Esos estranjeros, los bárbaros como los 
llamaban los eruditos italianos, llegaron a la península 
precisamente eu el momento en que la revolucion Jiteraria 


medio de la imprenta, los mismos trabajadores habrian ejecutado igual 
número de ejemplares en ménos de un año. Este cálculo esplica mejor 
«¡ue muchas disertaciones, la importancia de aquel prodijioso invento, 








| 
| 
1 
> 


HÍSTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 9253 


i artística se pronunciaba con mayor enerjía; i ellos llevaron 
a sus países respectivos el gusto por las letrás i por las 
artes. La autigiiedad tuvo en todas partes ardientes guar- 
dianes; i bajo la proteccion jenerosa 1 decidida de los mo- 
narcas, se jeneralizó el conocimiento de los libros i de las 
artes griegas ¡ romanas, formáronse bibliotecas, coleccio- 
náronse pinturas, estátuas, monedas i otros objeto3 de la 
antigitedad, se desarrolló el gusto por una arquitectura 
nueva ¡ se despertó en todas partes la pasion por el estudio 
1 por la imitacion de aquellas obras. 

.7,—4El renacimiento, dice un célebre erítico aleman, 
Federico Schlegel, no fué una vida nueva: fué solo una 
vida ficticia, fué el espíritu estrecho de una filolojía de ba. 
ja lei que quizo reconstituir la antigiedad en medio de la 
civilizacion cristiana. Desdeña las lenguas i las literaturas 
nacionales para copiar servilmente las formas de una 'len- 
gua muerta: si se hubiese escuchado a los hnmanistas, los 
italianos, los frauceses 1 los nlemanes se habrian hecho 
romanos, los cristianos se habrian vuelto a los altares de 
Jápiter.» 

Este juicio apasionadaniente severo contra la revolucion 
literaria iniciada al terminar el siglo XV, tiene sin em- 
bargo alguna verdad. Un carácter particular de esta revo- 
lucion es que los hombres de esa edad miraban mas el 
pasado que el porvenir. No se creian como dice M. Duruy, 
bastante fuertes por el mismos, como se creerán sus suce- 
sores. Si abandonan los maestros que seguian: hasta en- 
tónces, es para buscar los maestros mas antignos. Deseaban 
encontrar «tro mundo, no marchando hácia adelante, sino 
dirijiendo rus” miradas hácia atrás. Como Colon, ellos 
creian llegar a la tierra antigua; ¡en su camino encontra- 
ron una nueva tierra, 

La literatura quiso buscar ante todo las formas antiguas 
tomando por modelo los grandes escritores de la edad clá.- 
sica, que no alcanzó a imitar. La poesia perdió la frescn- 
ra, la espontánea naturalidad de los siglos XI ¡ XUINT 
para aduptarse a Jas formas castigadas i correctas de Vir- 
jilio i de Horacio. La historia perdió la animacion i colo- 
rido de las buenas crónicas para imitar la gravedad de los 
historiadores antiguos, para copiar sus discursos, sus retra- 
tos i sus disertaciones, La erudicion llevó mas léjos toda- 


254 ' : ELEMENTOS DE LITERATURA, y 
vía a los escritores de esa época: muchos de ellos prefirie- 
ron el latin a los idiomas modernos para la composicion 
de sus obras 1 hasta de su correspondencia epistular, por- 
que la cpinion de la jente ilustrada condenaba el empleo 
- de la lengua vulgar en las obras literarias. Era aquel un 
tiempo de erudicion i de culteranismo que perjudicaba al 
talento de los escritores. Sin embargo, sucedió al fin lo 
que acontece siempre en literatura. Fueron los hombres 
que se hicieron superiores a las ideas dominantes, los que 
desdeñaron el espíritu de servil imitacion, los que busca- 
ron ante todo la naturalidad i el libre vuelo de la imajina- 
cion, quienes compusieron las obras mas notables i los que 
consiguieron hacerse admirar de sus contemporáneos i de 
la posteridad. El cardenal Bembno, erudito ilustre i pros 
tector poderoso de las letras, recomendaba a Áriosto que 
compusiera su epopeya en latin: si el poeta de Reggio hu- 
-biese oido ese consejo, el Orlando Furioso no seria leido 
por nadie en nuestro tiempo, i su nombre apénas seria re- 
cordado por los eruditos, 

Si bajo este aspecto, el renacimiento puede ser censura- 
do en cierto modo por la crítica moderna, si la pasion exa- 
jerada por los escritores de la antigiiedad clásica condujo 
los espiritus a esas estravagancias, es preciso convenir en 
que aquella revolucion vino a abrir nuevos horizontes a la 
¡ntelijenciz i a desterrar las tinieblas de la edad media. 
Las ciencias, faltas de todo método, marchaban a la ventu- 
ra, entregadas a prácticas supersticiosas. Las lenguas mo- 
dernas habian adquirido cierta frescura i cierta naturalidad, 
pero carecian de elevacion i de nitidez. Si la imajipacion, 
el buen sentido i la alegria se dejaban entrever en los es- 
critos tanto en prosa como en verso, la trivialidad, la di- 
fusion, el mal gusto empañaban los mejores libros. il 
estudio de la antigtiedad, despertando primero el amor por 
la erudicion, desarrolló Jas facultades literarias, la imaji- 
nacion, el buen gusto i el criterio, i mas tarde provocó el 
espiritu de libre exámen, la libertad del pensamiento i el 
principio esperimental, como base única de las ciencias 1 
de la filosofía, Este espíritu de discusion, aplicado desde 
luego a Jas cuestiones teolójicas i relijiosas, aceleró la re- 
forma del siglo XV1; i produjo despues la revolucion cien- 
tífica moderna, cuyo primer representante fué Copérnico 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 255 

s y . 
Copérnico (1473-1543) sacerdote polaco, carónigo de la 
diócesis de Frauenburg fué, como se sabe, el primero que 
demostró que el sol era el centro del sistema planetario, i. 
que la tierra no era mas que uno de sus satélites. Tras de 
este paso majestuoso en el progreso de las cieucias de oh- 
servacion, se las ve abandonar la vieja rutina, marchar con 
seguridad i fijar por fin con Bacon i Vescartes el método 
científico que habia de trasformarlo todo en los tiempos 
- modernos. 


18 


CAPÍTULO IL 


Literatura itallana. 


SIGLO XVI.—'. Epopeyas caballerescais, —2. Pulci i Bolardo.—3. Ariosto. 
—+4. Tasso. —5. Otros jéneros pnéticos: la pocsía1 lírica, la poesía didác- 
tica, la rátira.—6. La trajedia i la comedia. —7, Maqui wvelo,—8. Gui- 
cciardini i Pabln Jovio.—Y. La novela. —SIGLO XVI1.—l0, Decadeucia 
literatia.—11. Marini i Filicria.—12, La epopey+ épico-burlesca. Ta- 
ssani—13. El drama.—1t. Los prosadores: la historia —SIGLO XVIIL 
—tó5. Reaccion literaria. —16. El teatro; Zeno i Maffei.—17. Metausta- 
sio. - 13. Goldoni.—19. AlMfieri.—20 Poesía lírica: Casti.—21. Prosado- 
res —22, Beccaria i Filanguieri.—23, Conclusion. 


SIGLO XVI. 


1.—Despues de un siglo de estudios clásicos, la Italia 
inicia, como hemos visto, el renacimiento literario de los 
tiempos modernos, Aunque seguu el espíritu de esta revo- 
lucion, el latin debia ser el lenguaje de las letras, de la 
poesía i de la prosa, i aunque desde mediados del. siglo 
XV se hizo sentir una verdadera irrupcion de portas lati- 
nos, algunos de los cuales merecieron con justicia los 
aplausos que le tributaron sus contemporáneos, la lengua 
vulgar fué, como debia serlo, el idioma de la poesía del 
pueblo, de los improvisadores qne entónces pululaban en 
Italia, i el iustrumento de una poesía mas elevada que 
desplegó toda su riqueza i todo su vigor eu el cultivo de la 
epopeya. 

La epopeya caballeresca se inspiró en Italin en la cró- 
nica fabulosa de Carlo-Magao i de los doce pares, atribua- 
da al arzobispo Turpin. Pero sirviéndose del -nombre de 
Turpia para coutar+ts historias mas maravillosas, cada 
autor introdujo siu escrúpulos las invenciones i los carac- 


SS 





HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS. 257 
téres que le suministraba su imajinacion. La familia de 
Carlo-Magno se modifica al antojo de cada cual, como se 
modifica tambien la mitolojía caballeresca, revistiendo a 
los paladines de pasiones i de sentimientos que los poetas 
anteriores no les habian atribuido. En estos poemas, casl 
siempre el poeta encuentra medio de emparentar con el 
gran emperador o con sus mas famosos adalides al prínci- 
" pe iteliano que lo proteje. Todos esos poemas tienen un 
aire de familia por la incoherencia en el «estilo, por la pro- 
fusion de los detalles i por las mismas fórmulas. El autor 
comienza cada canto por algunas estrofas estrañas al asun- 
to, por una oracion muchas veces, 1 lo concluye dirijiéndo- 
se a sus lectores para pedirles su induljencia. 

2.—Seria inoficioso el deteneruosten algunas de esas 
composiciones, que, si bien dejan ver cierta imajinacion en 
los detalles, no están marcadas pot el séllo de una verda- 
dera orijinalidad. Pero sin Negar todavía hasta Ariosto, el 
principe de los poetas de este jénero, es preciso, hablar de 
«dos que le abrieron el camino. que aquel habia de recorrer 
con tanto brillo. 

Lyis Pulci (1432-1487), el menor de tres hermanos 
poetas, cultivó la poesía en Florencia, su patria, en la corte 
de Lorenzo de Médicis, i compuso un poema justamente 


célebre, que fué publicado en Venecia en 1481. Morgante - 


el grande (Morgante maggiore), tal es el lítulo de la obra, 


es un poema cómico-lreróico en que se encuentran cuentos - 


estravagantes, pasajes licenciosos i burlescos al lado de la 
alta poesia. El héroe verdadero no es el jigante Morgaute, 
sino el paladin Orlando, que despues de vencer a uquel en 
un combate singular, lo bautiza i lo hace su escudero, La 
accion comienza en el momento en que el noble caballero 
es desterrado de la corte por las intrigas del traidor Gane- 
lon de Maguncia, ise termina en la batalla de Ronces- 
valles; recorriendo una série de aventuras maravillosas, de 
luchas contra las serpientes, los jigantes i los encantado- 
res. En este poema, la burla mas franca está mezclada 
constantemente con las ideas mas sérias. Pulci se rie de 
todo, de las disputas teolójicas, de algunas ceremonias re- 
Jijiosas i hasta de ciertos pas+.jes de la Biblia; pero aunque 
ostenta orijiualidad eu los detalles, se ha sujetado casi 
siempre a la mitolojía caballevesca, de la cual toma los he- 


i 


258 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


chos principales ¡ el carácter de los héroes. La fina-galan- 
tería de los paladines nu se deja entrever todavía, 


El conde Mateo Boiardo (1434-1494) fué todavía mas 
orijinal. Hombre deéstado eu Ferrara, caballero rico, eru- 
dito distinguido, Buiardo estudiaba i escribia sus versos 
para distraer los ccios de una vida pasada en la opulencia. 
Como Pulci, él tomó por héroe a Orlando, pero creándoJe 
un carácter cuucebido bajo otro punto de vista, i Jlaman— 
do su poema Orlando «enamorado. Antes de. Boiardo, era 
aquél un caballero valiente, latallador, leal i denodadc,. 
pero indiferente al amor. El poeta quiso hacerlo enamcra— 
do i creó para él el tipo encantador de Anjélica, venida 
del reino de Catai (la China) a la corte de Carlomagno. 
Hai dos arroyos que tienen una grande importancia en el 
poema, el del Amor i el del Odio. Anjélica bebe en el pri- 
mero, i se enamora ardientemente de Reinaldo: Reinaldo- 
bebe en el segundo i cuncibe un ódio violento por la prin- 
cesa, que a su vez inspira a Orlando un amor vehemente. 
De este modo, Reinaldo huye constantemente de Anjélica, 
que lo persigue en todas ¡:artes. Esta idea bastante feliz, 
que sirve de fondo al poema, está embellecida por episo- 
dios máravillosos, aventuras i combates contra monstruos 
i jigantes. Los personajes secundarics vienen a agruparse 
al rededor de aquel triunvirato, ostentando cada cual un 
carácter propio, perfectamente diseñado, i ttmardo parte- 
en escena llenas de animacion i de colorido. Del mismo- 
modo, al ladu de la accion principal, se desenvuelven ny- 
merosos incidentes en que brilla la gracia i la imajinacion 
del poeta. 


Este poema compuesto de setenta ¡ nueve cantos, quedó 
inconcluso por muerte del autor ¡'solo fué publicado en 1495. 
Un poeta florentino, Srancieco Berni (1490-1536), rehi- 
zo mas tarde el Orlando € ado, despojándolo de las. 
formas serias que Boiardo le habia dado, pero siguiendo 
gu accion canto por canto, con el mas escrupuloso cuidado. 
Dejando a su antecesor todo el mérito de la invencion,, 
Berni ha revestido sus ideas con otro estilo mas alegre, 
mas libre i mas armonioso. 


3.—La obra de Boiardo produjo una gran admiracion 
en el siglo XV; pero ha quedado eclipsada por otro poema. 


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y. 


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HISTORIA LITERARIA. —TIÉMPOS' MODERNOS, 259 


<aballeresco escrito para servirle de continuacion, Quere- 
mos hablar del Orlando furioso de Ariosto. | 
- Ludovico Arjosta (1474-1533,) natural de Regio de 
Módena, pasó su vida en Ferrara al lado de los príncipes 
«le la casa de Este. Despues de haber estudiado la juris- 
prudencia, desempeñó algnnos cargos públicos; pero su 
pasion por las letras i por la poesía lo sustrajo casi com- 
pletamente de las otras ocupaciones. Compuso sátiras, ele-' 
Jías, i una comedia; pero todas estas obras, aunque 'provis- 
tas de mérito, le habrian asignado un lugar de poeta de se- 
£:undo órden si no hubiera escrito su inmortal poema. 

El Orlando furioso fué publicado por primera vez en 
1516, si bien los seis últimos cantos no salieron a luz lías- 
ta 1532, Tres acciones principales se dividen el poema; 1. 
408 amores i las huzañas de Rojerio i de Bradomanta, cuyo 
matrimonio forma el desenlace de la obra; 2,* la guerta 
3majinaria que los sarracenos hicieron a Carlo-Magno, i los 
estuerz»s de este emperador ¡ de sus paladines para liber- 
tar la Francia i la Europa de estos bárbaros; 3. el amor 
«de Orlando por la insensible Anjélica, i la locura de aquel, 
a la vez terrible i coamovedora, cuando sabe el casamien- 
to de esta reina con el hermosvu Medoro, En medio de es- 
tas tres acciones, que el autor lleva casi siempre de frente, 
nace una multitud de incidentes maravillosos que se en- 
trelazan sin dañar el conjunto. Algunas veces el autor 
olvida su asunto para contar una historieta que se le ocu- 
rre, despues de lo cual se escusa de su distraccion, i toma 
«le nuevo el hilo de su historia. Esos episodios burlescos o 
tristes, libres o severos, graciosos o terribles están siempre 
encadenados con grande arte. Como la epopeya caballeres- 
ca admite todos los tonos, Ariosto ha padido dar un libre 
vuelo a su jénio inventivo, siendo patético, heróico i cómi- 
Co segun las circunstaucias que refiere. Dascribe sin cesar 

Combates terribles; pero siempre encuentra medios de va- 
riar hasta lo infinito las descripciones que nos hace. De 
ordinario, cuando cuenta un hecho increible, añade con gran 
nataralidad: «Yo no lo habria creido: pero Turpin lo ha 
escrito ¡ es menester crerle;» i¡ aun entónces atribuye a la 
crónica fabulosa de Tarpin lo que ésta no dice. Los rasgos 
«le la mas profunda ironía están sembrados con profusion 
€n todo el poema. Citaremos salo dos. Astolfo hace un via- 


i 
260 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


je'a la luna'a buscar la razon de su primo "Orlando, i en- 
cuentra la suya i las de muchas otras personas que hasta' 
entónces habia creido mui cuerdas. El ánjel San Miguel, 
enviado a la tierra para buscar el silencio, se dirije a un 
convento de frailes donde no encuentra mas que la dis- 
cordia bulliciosa, La variedad de los personajes, de sus 
caractéres; de sus situaciones i de las descripciones es in- 
finita. Ariosto ha llegado a crear seres fantásticos que 
pueden considerarse reales, tan familiares son a nuestra 
¡mujinacion: tal es el caballo alado, el hipóyrifo, en el cual: 
viajan Anjélica i Rojerio. Todos los tonos del estilo son 
naturales a) autor; su colorido, de una frescura estremada, 
se adapta a los cuadros i a los retratos mas diversos; La 
versificacion se distingue por la riqueza, la elegancia, la 
armonía, ipor un gracioso abandono que probaria una 
prodijiosa espontaneidad, si no se supiera que Ariosto pulia 
1 limaba sus dbras, con un cuidado verdaderamente esqui- 
sito. En resúmen ningun poeta ha igualado a Ariosto en 
este jénero de epopeya, en que la imajinacion se dilata en 
un campo mucho mas vasto que el de la epopeya pura- 
mente heróica. 

4.— Muchos otros poemas del mismo jénero aparecieron 
por entónces en Italia, que si bien alcanzarón cierta boga, 
ahora están casi olvidados. Tras de las epopeyas de Carlo 
Magno i los doce pares, vinieron otras tomadas de asuntos 
antiguos, sobre todo de la lliada ide la Odisea. Hubo 
tambien poemas del ciclo breton sobre el rei Arturo i la 
mesa redonda, en que la imajinacion italiana se desplegó 
libremente creando nuevos personajes i aventuras maravi- 
llosas. Bernardo Tasso (1493-1569), natural de Bérgamo 
i padre del fimúso poeta de este nombre, compuso el mas 
célebre poema de este ciclo, Amadís de Francia, imitacion 
de la novela caballeresca de este título, ostentando una 
jmajinacion rica en las descripciones, en las aventuras i en 
los caractéres, un estilo correcto, una versificacion pura, 
noble i agradable. Esa epopeya ocupa, sin embargo, un lq- 
gar secundario al lado del inmortal poema de Ariosto. 

Pero el jénio italiano tenia otro campo no ménos vasto 
en que espaciarse, la epopeya heroico-séria. Este fué el jé- 
nero que llevó a la perfeccion Torcuato Tagso. : 

Este poeta conocido cou el nombre de el Tasso, nacói en 





HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MOD ERN ; 
1544, en Sorrento, en el reino de Nápoles, Desde su niñez, 
acostumbró su vcido a la armonía poética aprendiendo de 
memoria los versos de su padre. Dotado de una intelijen- 
cla precoz, sabia el griego 1 el latin a los nueve años, es- 
cribia en verso i en prosa, i recibió poco mas tarde los títulos 
de doctor en teolojía, filosofía i jurisprudencia. A la edad 
de diezisiete años, habia publicado en Venecia una epope- 
ya caballeresca en doce cantos, titulada Reinaldo, que me- 
reció una favorable acojida; pero en lugar de descansar 


sobre sus laureles, no pensó desde entónces mas que en una. 


obra de una grandiosidad mas séria i de un interes mas 
sólido. Distraido algun tiempo de este trabajo por el tu- 


multo de la corte le Ferrara, donde Jo habia ¡introducido : 


la proteccion amistosa del cardenal Luis de Este, por una 
pasion secreta hácia la princesa Leonor, hermana del du- 
que Alfonso, por un viaje a Francia cerca del rei Cárlos 
14X, i por la publicacion de uná encantadora pastoral, la 
Aminta, el Tasso terminó al fin, a priucipios del año 1575, 
el poema que lo ha hecho inmortal, Sea fatiga, sea predis- 
posicion física, desde esta época la salud del poeta sufrió 
una conmoción dolorosa i terrible que acabó por perturbar 
su juicio. Su imajinacion se llenó de vanos terrores, de in- 
justas desconfianzas. Desde eotónces su vida fué un tejido 
de aventuras, de dificultades, de pendencias i de persecn- 
ciones que la tradicion ha exajerado quizá. Despues de aza- 
rosus peregrinaciones, el Tasso fué encerrado en un hospi- 
tal de locos en Ferrara (1589), i retenido allí durante siete 
años. Los sufrimientos de su prision han inspirado muchas 
veces la poesía moderna. Al fin, la influencia de algunos 
príncipes i señores italianos alcanzó la libertad de "Tasso; 
pero su desgracia no cesó con esto. Vióse obligado a reco- 
rrer de nuevo varias ciudades de Italia, llevando una vida 
llena de azares ¡ de contratiempos. En Roma, bajo el pon- 
tificado de Clemente VIII, se le preparaba una coronacion 
triunfal en el capitolio, semejante a la de Petrarca: la 
muerte lo 'sorprendió el 23 de abril de 1595, en un con- 
vento de. Roma, ántes de la ceremonia que se habia dis- 
nesto. 

El Tasso ha escrito prodijiosamente: trájedias, comedias, 
sanetos, madrigales, discursos filosóficos, cartas familiares, 
retutaciones, apolojías; pero su mas hermoso título de glo- 


o 


262 ELEMENTOS DE LITERATURA, Ñ 
l y 


ria es su grande epopeya, Jerusalen libertada, o relacion 


aemi-histórica 1 semi-romanegca de la primera: cruzada, 
asunto cuya eleccion i cuya feliz ejecucion lo acercán a 
Homero, a Virjilio i a Dante. La accion comienza el dia 
en que los cruzados van a plantar sus tiendas delante de la 
ciudad santa, -¡ acaba despues de la gran batalla contra los 
sarracenos de Ejipto. Pero, en esta marcha noble i sencilla 
de la epopeya, el Tasso ha sabido encuadrar uva multitud 


de episodios que enriquecen la accion principal sin debili- - 


tarla. El patético episodio de Olindo i de Sofrouia, que se 
declaran cuipables de un robo que na han cometido para sal- 
var a los cristinnos de Jerusalen, i que cuando están en la 
hoguera para ser quemados vivos, son libertados por la 
guerrera Clorinda; el amar romaneseo de Tancredo hácia 
esta-tltima; la fuza de Herminia; los jardines de Armida; 


el viaje descriptivo de los dos libertadores de Reinaldo; el * 


combate de Tancredo i de Argante; 1 las maravillas de la 
selva encantada son otros tantos pasajes, que, aunque in- 
dependientes a veces de la accion principal, encántau al 
lector. 

La narracion de los combates, la descripcion de lus la- 
gares ¡ el retrato de los caractéres, revelan gran riqueza 
de imajinacion, i¡un notable arte de escritor... «El Tasso, 
dice Voltaire,-tiene tanto fuego como Homero en las ba- 
tallas, con mus variedad. Tudos sus héroes tienen caracté- 
res diferentes, como los de la 1l¿:da, i algunos de estos 
caractéres están mejor presentados, mas fuertemevte des- 
critos ¡ mejor sostenidos.» Aunque en este elojio hai cierta 
exajeracion, no se puede dejar de reconocer que, cuando 
se ha leido la Jerusnlen libertada, no es posible olvidar 
o confundir los caractéres. Argante es el feroz jigante 
asiático que une la insolencia i la brutalidad al vigor cor- 
poral ia la bravura. Tancredo ¡ Reinaldo son nobles paladi- 
nes de la Edad Media, valientes 1 enamorados, que vacilan 
solo eútre el amor a su.dama i el amor a Dios, o mas bien, 
que unen ámbos sentimientos en un corazon fiel i sincero 
Godofredo representa a la vez el jeneral del ejército i el 
soldado piadoso que no vé en el fin de la cruzada mas que 
la corona de espinas. Soliman, el sultan de Nicéa, no es 
grande sino p»r su ódio contra los cristianos. Los caracté- 
res secundarios están trazados con ignal maestría; Uno so- 





—_ 


HISTORIA J.ITERARTA.—TIEMPOS MODERNOS. 263 


lo hai ideal en el poema, Cloriuda la guerrera, especie de 
amazotia de la antigiledad, Armida es la hada que se deja 
impresionar por los encantos de Reinaldo, 1 qué,nos nues: 
tra el lado hermoso de la májia, miéntras el encantador 
Ismen es el mal jénio que el demonio suscita contra los 
cruzados, 1 que muere aplastado por un golpe de ballesta. 
Mas prudente que sus antecesores 1 que algunos de sus 
contemporáneos, ha suprimido esa monstruosa confusion 
de la mitolajía pagana 1 de los milagros cristianos, gort- 
servando -lus hadas de la edad-media, los, encantos ¡ las 
cunjuraciones májicas, 

A las bellezas que resultan del asunto mismo, el Tasso 
ha añadido las gracias deun estilo siempre claro, armorio- 
so i preciso, sin que esto escluya la riqueza i la vivacidad 
en las imájenes 1 en la narracion. Cuando el asunto exije 
elevacion, la lengua italinva abandona su suavidad natu- 
ral i toma en manos del poeta un carácter nuevo, lleno de 
majestad ¡ de fuerza. 

5.—La gloria del Tasso eclipsó la de todos los poetas de 
su tiempo; así como, medio siglo ántes, Ariosto habia os- 
curecido a sus contemporáneos; pero “tras: de él, aparecie- 
ron diversos ensayos épicos que hoi están «casi olvidados, 
El tiempo de la epopeya caballeresca habia pasado; 1 tomo 
sucede casi siempre, despues de lo serio, vio la parodia. 
Nacieron entónces las burlas del carácter guerrero, desa- 
rrolladas en obras estensas, en que abundan las estrava- 
gancias mas grotescas de los paladines, descritas ordina- 
riamente de una manera viva ¡ pintoresca. 

Junto con estos jéneros, el jéuio italiano habia:cultivado 
la poesía lírica i pastoral, el poema didáctico.i descriptivo, 
¡la sátira. Las mujeres mismas no fueron Estrañas al mo- 
vimiento literario de este siglo; algunas de ellas escribie- 
ron versos agradables en el idioma. vulgar, 1 aun en latin i 
en griego, o se distinguieron por una ilustracion tan va- 
riada como sólida en literatura i en filosotín. 

Lorenzo de Médicis denominado el Magnífico (1448- 
1492), gobernador de Florencia, habia dado a la poesía 
una proteccion i un impulso coyas consecuencias se hicie- 
ron sentir en breve. El mismo escribió cancionés, églogas i 
poesías morales notables por la elegancia del estilo i la 
fuerza de los pensamientos. Anjel Ambrogini, mas cono- 


o a a 


ds 


-. 


Ñ 


264 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


cido con el nombre de Poliziano (1154—-1494), sábio unt- 
versal, filósofo por obedecer al gusto de su tiempo, pero poe— 
ta por naturaleza, a los catorce años=compuso en honor de 
Julian de Médicis, vericedor en 'un torneo, ciento cincuenta 
octavas que son consideradas todavia como una de las. 
obras maestras de la lengua italiana. Poliziano, ademas, 
escribió canciones populares, una pieza teatral sobre Orfeo,, 
que es estimada como el modelo de la primera cumposi- 
cion dramática moderna, poesías griegas i latinas, i diver- 
pies tratados sobre historia, filosofía 1 ¡ jurisprudencia; Jucobo 

unazar (1458-1530), poeta napolitano, de oríjen españal; 
que escribia con la misma elegancia el latin o la lengua 
vulgar, espresó 8us sentimientos patrióticos en sonetos ar- 
moniosos, 1 mereció el nombre de Virjilio cristiana per 
sus pastorales, que son modelos de elegancia 1 de suavidad. 
Los otros poetes líricos italianos de esa época son inferio— 
ren a los tres nombrados, 

La poesía didáctica i descriptiva trató las materias mas 
variadas. Cantáronse los misterios de la relijion i los suce- 
sos mas memorables de su historia, las tradiciones de la 
mitolojía griega con las descripciones de la revidencia en- 
cantada de los dioses del politeismo, los preceptos de la 
moral, log principios de la medicina i de la alquimia, i hasta. 
las reglas de la gramática ide la métrica. En algunas de 
esas obras, la invijinacion italiana brilla con todo su es- 
plendor. La alegoría es de ordinario bien conducida i las. 
descripciones sou ricas | arminiosas, 

La sátira tuvo tambien en ese siglo distinguidos repre- 
sentantes. La degradacion política de la Italia en una 
época de tanto esplendor literario, llevaba a las almas ese 
amargo descontento que se manifiesta en las sátiras. En 
este jénero, se distinguió Francisco Berni, de quien diji- 
mas mas atras que habia dado bueva forma al Orlundo 
enamorado de Boiardo. Aunque canónigo de la catedral 
de Florencia, i aunque dotado de un carácter suave i bon- 
dadosn, atacó de frente todos los vicios i todos los estravios 
de su tiempo, conservando siempre la sonrisa en los lábios,, 
como si el criticar no hubiese sido para él mas que uns 
diversion i un simple pasatiempo. Las sátiras de Berni- 
frias e indiferentes en apariencia, llevaban siempre un gran 


- fondo de malicia. Sus burlas, muchas veces crueles i per- 








HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, 265 


sonales, no se detuvieron ni siquiera ante el mismo clero, 
que aborrecia sistemáticamente. ln una de sus sútiras, 
pretendia. que la peste era un bien, porque libertaba al 
hombre, primero de morir rodeado de frailes, ien seguida 
de los gastos de entierro. Esta tendencia del espíritu bur- 
lon_fué mas léjos todavía, Francisco Molza_(1489-1544),' 
poeta natural de Módena, que escrit bien indiferen- 


temente en latin i en italiano, cantó la felicidad terrestre . 


de los esconrulgados que no tenian nada que ver con la 
eorte de Roma ni con sus adeptos. 

Pero los escritores satiricos mas famosos de la Italia en 
el siglo XVI, fueron el Aretino i el Awiosto, cada uno en 
su jénero. Pedro Bacci, natural de Arezzo en Toscana 
(1492-1559), mas conocido con el nombre de Aretino, 
atrabiliario como escritor i como crítico, panejirista i ca- 
lumntador, mereció, sin embargo, el apodo de divino, que 
él mismo se daba con una arrogancia inconcebible. Poseia 
injenio, imajinacion, delicadeza aun eu sus estravios mas 
vituperables; pero sele considera el tipo de los escritores 
dignos del desprecio universal. Sus obras son numerosas, 
i todas respiran la ironía mas amarga, todas pintan de co- 
Jor negro el 'siglo i sus mas negros personajes. El Aretino 
no perdovaba a nadie: amigos o enemigos eran sacrificados 
por los acerados filos de su pluma; i muchos grandes se- 
fñores le pagaban pensiones para escapar a sus burlas. La 
sátira del Aretino era eminentemente orijinal: €l no habia 
estudiado los clásicos para imitarlos; pero habia tomado 
la sociedad como se encontraba en su tiempo, con el liber- 
tipaje universal 1 el cinismo mas cómodo en las ideas polí- 
ticas; 1 frecuentemente, aun en medio de las mentiras i de 
las calumnias que respiran sus obras, se dejan ver tristes 
verdades espuestas a toda laz con una enerjía terrible. 

El Aretino poseia un carácter torcido i malo: el Ariosto, 
por el contrario, era un buen hombre, que nunca tuvo hiel 
en el corazon, i sí solo algunas impaciencias. Hizo sátiras 
como Horacio, pero con ménos jénio filosófico, porque en- 
centró mas de un defecto intolerable en la sociedad en que 
vivia, porque tuvo por protector a un cardenal vanidoso 1 
prosaico, Hipólito de: Este, que creia que el Orlando ena- 
morado era solo un conjunto de sonrisas mas o ménos di- 
vertidas, i por último, porque nunca gozó de esas ventajas 


1 


266 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


de la vida qne aseguran la independencia del escritor. Por 
lo demas, sus cuadros son finos i espirituales, algunas ve- 
ces violentos, pero sin acritud. Ln sus sátiras, como en las 

' de casi todos los poetas de su siglo, los eclesiásticos, gran- 
«les o pequeños, los frailes ilos cardenales, son las prime- 
ras víctimas de las burlas, 

6.—La poesía dramática alcanzó tambien en Italia en 
¿el siglo XVI cierto grado de esplendor. Haubíase desarro- 
lado este arte allí mucho ántes que en los otros países de 
Europa. Desde el siglo XIV, los italinnos tenian represen- 
taciones dramáticas i poseian obras de cierto mérito, El 

= drama de entónces, sin embargo, contenía todos los jérme- 
nes de la trajedia, de la comedia, del drama pastoral, de la 
Ópera misma. La pieza no tenia verdadera esposicion, ni 
intriga, ni desenlace: se pasaba de una idea a otra con ple- 
na licencia, atropellando las reglas teatrales i las unidades 
griegas. 

A la época del renacimiento, las representaciones dra» 
máticas' formaban la principal diversion de todas las cor- 
tes, sin esceptuar la de Roma. Leon X hizo representar a - 
su costa la trajedia de Sofunisba que el Trissino le habia 
dedicado. Juan Jorje Trigajno, (1478 —1550), caballero ve- 
neciano que sirvió en diversas ocasiones como embajador 
del papa, cultivó con talento la epopeya antigua i devol- 
vió a la trajedia toda la sencillez del teatro griego. Los 
coros resucitaron para ocupar: la escena cuando por la 
marcha de la accion, aquella debia quedar vacía, i para 
llenar el intervalo de los entreactos. La trajedia tuve nua 
accion bien «lesarrollada i caractéres diseñados con arte 
Sofonisba es esa orgullosa priucesa de Numidia que bebe 
el veneno de Masinisa para no dejarse amarrar al carro de 
trinnfo de Escipion, 

Dado este impulso, la trajedia siguió su marcha de pro- 
greso. Los asuntos griegos tratados por Sófocles i Earípi- 
des fneron imitados con regular acierto por los poetas ita- 
lianos del siglo XVI, o se tomaron de ellos los caractéres 
principales, las situaciones mas dramáticas para aplicarlas 
a otros asuntos. Pero luego nació un movimiento mas orl- 
jinal todavía. Los poetas buscai'on en la historia romana 
sucesos que la trajedia no habia esplotado. El Arctino to- 
mó de Tito Livio el argumento de su Horacio, que trató 





HISTORJA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 267 


con toda la seriedad trájica, respetaudo fielmente la histo- 
ria i manifestando en los detalles un gran conocimiento de 
los usos civiles i relijiosos de la antigua Roma. Otros to- 
maron asuntos mas modernos: así el Tasso compuso el 
Torrismundo, trajedia romanesca basada sobre los amores 
desgraciados de este rei de los godos con una hija descono- 
cida de un reí de Noruega. En todas las piezas de esta úl- 
tima especie, se desplega libremente el talento lírico de 
los poemas italianos; peró su accion es violenta, terrible, 
recargada «de pasiones desenfrenadas i de crímenes atroces, 
que nos recuerdan las mayores exajeraciones del romanti- 
cisme moderno. 

La comedia no habia existido en Italia úntes del siglo 
XVI mas que en el estado de farsa o de pautomima. En 
esta época de renacimiento, los escritores fueren a buscar 
sus modelos en la antiguedad clásica, Las comedias de 
Plauto 1 de Terencio fueron estudiadas i aun representadas 
ya traducidas al italiano, ya 'en latin. En esta escuela se 
formó una pléyade de autores cómicos tan notables por el 
talento como por la inmoralidad. El primero en órdeu cra- 
nolójico fué el cardenal Bernardo de Dovizio de Bib- 
hiena (1470 — 1520), que hizo representar delaute dé Leon 
X su Calardria, comedia divertida por la intriga i por lo 
grotesco de los caractéres, pero exesivamente libre por el 
argumento i por el lenguaje. 

El Ariosto cultivó tambien este jénero imitando a Plau- 
to 1 a Terencio. Sus comedias son ménos libres en la es- 
presion que la del cardenal Bibbiena, pero no son ménos 
inmorales. A pesar de esto, es todavia uno de los autores 
cómicos mas aplaudidos en Italia por lo picante de la in- 
triga, por la animacion del diálogo, por la. soltura i clari- 
dad, que no tienen .iguales en la poesía italiana. Ademas, 
pocos escritores han tenido en el mismo grado que el 
Ariosto el don de pintar los caractóres, los vicios i las ri- 
diculeces de los hombres. y, 

Al lado de éstos, la Italia del siglo XVI contó muchos 
otros autores cómicos de mas o ménos injeuio, que fueron 
aplaudidos por sus contemporáneos, Deberemos citar solo 
a does de ellos. El Aretino; tan famoso por sus sátiras, com- 
puso tambien cinco comedias en que ha bosquejado bien 
algunos accidentes de las costumbres de su siglo. El otro 





¡ —— 


268 - ELEMENTOS DE LITERATURA. 


es Nicolas Maquiavelo, de cuyos escritos políticos e histó- 
ricos hablaremos mas adelante. Entre las obras dramáticas 
de éste, se distingue la Mandragora, comedia licenciosa, 
cuya intriga es hábilmente dirijida i cuyos caractéres son 
trazados con la mas franca alegría. Esta pieza, que es con- 
siderada por algunos críticos como la mejor del teatro ¡ta- 
liano, fué representada con aplauso en la corte de Leon X. 
Es una sátira amarga de los charlatanes, de los abogados 
i hasta de los frailes, empañada por la libertad de la es- 
presion i de algunos incidentes de su fábula, 

La comedia no paeó mas léjos en él siglo XVI despues 
de las obras de Maquiavelo, del Ariosto i del Aretino: per- 
maneció estacionaria como la trajedia en el punto a que se 
habia elevado. Es menester llegar al siglo siguiente para 
encontrar una verdudera innovacion eu el jénero dramá 
tico. 

Sin embargo, no se puede dejar pasar desapercibido el 
drama pastoral, cuyos primeros ensayos pertenecen a la 
edad media, pero que hizo revivir con nuevo ardor el es- 
tudio de las Jiteraturas clásicas, 1 en especial, de-las obras 
de Teócrito i de Virjilio, en la época del renacimiento. Las 
primeras obras de esta clase fueren égloyas dialogadas, 
frias 1 pesadas, en que se morian doso tres personajes en 
medio de largas elejías i de tristes lamentaciones, en que 
el mérito del estilo no suplia la faita de pasion, en que las 
ninfas desempeñaban el primer papel i en que se presenta- 
ban los pastoreá como las víctimas del amor, pero sin inspi- 
rar interes. El Tasso, que ya se habia hecho célebre en 
Otros jéneros, quiso crear al drama' pastoral un brillante 
destino, i compuso la Aminta (1573). 

Esta obra es el modelo de ese estilo delicado i gracioso, 
i de ese jénero literario mui poco natural que estuvo tan 
en boga en el siglo XVl. Su argumento es sencillo i su 
plan está fácilmente desenvuelto. Amyntas (i no Aminta 
como decimos hosotros), nieto de) dios Pan, ama a Sii via, 
nieta del rio que baña «quella comarca (los alrededores 
de Ferrara). Ellos hau pasado juntos su juventud, nunca $e 
han separado. pero el dia en que Amyntas declara su amor, 


-Silvia oleudida Jo destierra de su presencia. Sin embargo, 


aquel tuvo ocasion de salvar a Silvia de las violencias de 
un viejo sátiro; pero la pastora, tan pronto como se ve li- 








HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS. — 269 


bre, siempre indiferente al amor, hoyeal bosque; Amyn- 
tas recibe la falsa noticia de que Silvia ha sido devorada 
por los lokos. La desesperacion se apodera de él, i va n 
precipitarse de lo alto de una roca. Cuando Silvia sabe la 
aznuerte de su amante, se enternece, corre en su busca para 
rendir al cadaver el último tributo; pero encuentra a Amyn- 
tas en medio de los pastores que lo vuelven a la vida, por- 
que un zarzal lo habia detenido en su caida, i solo estaba 
desmayado. Silvia lo colma de caricias; i el himeneo ase- 
gura la felicidad de ambos pastores. £l éxito de la Aminta 
fué preparado por la situacion de la sociedad italiana, que 
queria descansar de las sangrientas ajitaciones en la re- 
presentacion de las escenas campestres; pero provino. prin- 
cipalmente de la estremada elegancia del estilo, de la va- 
riedad de los jiros i de las imájenes, i de ese corte fácil i 
armenioso de sus versos desiguales. El cielo, la luz de los 
paisajes italianos, animan, alumbran esta encantadora com- 
posicion, eu que el poeta ha encontrado el arte de vaciar 
<on una naturalidad perfecta i con un talento maravilloso 
los pusajes mas agradables de los poetas pastorales de Gre- 
Gin ide Roma. La traduccion de lu Aminta en verso cas- 
tellano hecha por Juande Jáuregui, es considerarla clásica, 
apesar de cierto amaneramiento que le lia hecho perder 
ana parte de la naturalidad del orijinal. - 

La misma delicadeza de estilo se encuentra en el Pas- 
tor fido (el fiel pastor) de Juan Bautista Guarini, poeta fe- 
erares (1537-1612) i rival del 'Tasso. Su argumento está 
tomado de ¡una leyenda de la autigua Grecia, Una ninfa 
olvida los votos de amor que ha hecho a un jóven pastor, 
sacerdote de Diana: esta diosa castiga aquella falta en- 
viando a la Arcadia una peste atroz que la, desola, El 
oráculo, a quien consultan los arcadios. aterrorizados, de- 
Clara que la ninfa debe ser sacrificada por ese mismo sa- 
<erdote. La víctima avanza htcia el altar; pero el sacri- 
tficador, siempre enamorado, eu vez de herirla se da la 
muerte a sí mismo: la ninfa en medio de la desesperacion, 
38 inmola sobre el cadáver de su amante. Guarini ha com- 
plicado esta accion por medio de numerosos incideutes, i 
da ha adornado con danzas, paztomima i canto, alargando 
su pieza hasta darle siete inil versos, Eu realidad, su obra 
410 tiene mas de pastoral que el carácter de los personajes 





270 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


1% 
¡ deberia mas bien ser clasificada como un drama tráfico. 
Apesar de su falta de naturalidad en algunos incidentes i 
de cierta sutileza de estilo, esta obra contiene trozos de una 
rara belleza, que no han podido ser imitados por los nume- 
rosos escritores que, despues del Tasso ¡ de Guarini, han 
querido cultivar en Italia la comedia jiastoral. 

7.—La prosa italiana no hizo menores progresos eu 
aquel siglo. Aunque el estudio de las lenguas antiguas es- 
tuviera estendido en toda la península, i aunque la impren- 
ta multiplicase con gran prodigalidad las obras de la edad 
clásica 1 el latin fuera por mucho tiempo el idioma de las 
letras i de las ciencias, la lengua vulgar seguia ganando 
terreno, i acabó por suplantarlo. Esta revolucion, fui len- 
ta en'sus primeros pasos, quedó casi completamente con- 
sumada a, mediados del siglo XVI No solamente se usaba 
el italiano en los escritos, sino que se compusieron grandes 
tratados sobre la'exelencia de esta lengua i sobre los me- 
dios de usarla con ventaja. 

¡Elk mas célebre de los prosadores de ese tiempo i uno de 
los mas famosos qué haya producido la Ftalia, es Nicolas 
Maquiavelo (Nicola di Macchiavelli). Nacido en Florencia 
en 1468 de “una familia cuyos miembros habian ocupado 
altos empleos en su patria, Maquiavelo desempeñó elevados 
cargos ¡i sirvió treinta'i dos legacionces cerca de varios prín- 
cipes. Al lado de estos, i particularmente en la corte de 
César Borjia, pudo conocer de.cerca las perfidias, las mal- 
dades 1 los crímenes de que se componia el arte de reinar: 
Comprometido en Florencia en una: conjuracion que fué 
descubierta i sofocada por la faccion opuesta (1512), apre- 
sado ¡ torturado por órden de los Médicis, Maquiavelo sa- 
frió estas pruebas terribles con un valor heróico, sin descu- 
brir los nombres de ¡sus cómplices. Puesto en libertad, 
«pasó el resto dle sus dias en la pobreza i en el retiro, escri- 
biendo las obras que lo han hecho famoso. Maquiavelo 
murió en 1527. | 

La mas conocida i la mas célebre de las obras de Maquia- 
velo tiene por título" Tratado del Principe. En ella ha con- 
signado todas sus reflexiones sobre el gobierno absoluto, 
i constituye, por decirlo asi, el código de la tirania mas 
infame e inmoral. Enseña, en efecto, como un usurpador 
hábil, que no está contenido por ningun principio de moral, 





HISTÓRIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 9271 


4 - ' 
puede consolidar su poder no considerando los grupos so-. 
ciales mas que como combinaciones de intereses contrarios 
1 de cálculos egoistas, en que la autoridad corresponde de 
derecho al mas fuerte, es decir, al mas malo i al mas hi- 
pócrita. ¿Participaba el autor de estas opiniones inmorales, 
señalaba solo hechos conocidos de su tiempo, o hacia la 
crítica disimulada de la política de eu siglo? «Dudamos, 
dice lord Macaulay, que haya en la historia literaria un 
nombre tan jeneralmente odioso como el de Maquiavelo. - 
Las espresiones que se emplean de ordinario para designar 
lo, parecen implicar que ha sido el tentador, el mal espíri- 
tu, el revelador de la ambicion i de la venganza, el inventor 
orijimal del perjurio, i que ántes de la publicacion del Prin- * 
cipe, su obra fatal, no hubo jamas ni un hipócrita, ni un, 
tirano, ni un traidor, ni una virtud finjida, ni un crimen 
utilitario, En efecto, es casi imposible a los que uo están 
instruidos en la historia i en la literatura de Italia, el Jeer 
sin horror i sin estupefaccion el célebre tratado que ha 
traido tantos ataques al nombre de Maquiavelo. La osten- 
tacion de una perversidad tan desnuda i, sin embargo, 
tan poco vergonzosa, la atrocidad fria, juiciosa, reducida a 
ciencis,, parecen ser de un demovio mas bien que de un 
hombre, aunque éste fuese el mas depravado de los hombres. 
Los principios que el malvado mas endurecido osaria apé- 
nas invocar por una reticencia delanfe del mas esperimen- 
tado de sus cómplices, o que no se coufesaria a sí mismo 
sin disfrazarlos bajo algun sofisma atenuante, son profesa- 
dos sin el menor circunloquio, i tomados por axiomas fun- 
damentales de toda la ciencia política. No es, pues, singulag 
que los lectores vulgares consideren al autor de tal libro 
como la mas depravada ila mas desvergonzada de las 
criaturas humanas. Pero los hombres prudentes se sienten 
inclinados a mirar de cerca i con un ojo desconfiado a los 
ánjeles i les demonios que se forja la muchedumbre: 1 en 
el caso que nos ocupa, diversas circunstancias han condu- 
cido aun a los observadores superficiales a poner en tela 
de juicio la decision del vulgo. Es notorio que Maquiavelo 
fué durante toda su vida uu celoso republicano. El mismo 
año en que compuso su manual del arte de reinar, sufrió 
Ja prision i la tortura por la causa de las libertades públicas. 
Parece inconcebible que el mártir de la libertad aya pc- 
1 


lia, Ac E 





-_ 


272 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


dido convertirse deliberadamente en apóstol de la tiranía. 
'Por esto, muchos antores eminentes han tratado de descu- 
brir en esta obra desgraciada uu sentido oculto, mas con- 
ciltabrle con el carácter i con la couducía del antor, que el 
seatido que se revela a primera vista.» Se ha pretendido que 
Maquiavelo, al paso que enseñaba a los principes a cunsti- 
tuirse en tiranos, enseñaba tambien a los pueb'os a desem- 
barazarse de la tiranía; pero es probable que el célebre 
escritor no tuvo otro propósito que el de reducir a axiomas 
la política de su siglo, perversa i desleal, que autorizaba 
los mayores crímenes para llegar a un fin deseado, i que 
sacrificaba al individuo, su fortuna, su vida i lnsta su 
honradez, para alcanzar la prosperidad del estado i la del 
príncipe. 

Maquiavelo ha escrito tambien sobre muchas otras ma- 
terias, aparte de su correspondencia diplomática que tiene 
un graude interes para la historja de ese siglo, Sus Dis- 
cursos sobre Tito Livio, donde estudia las causas de la gran- 
deza de lus romanos ide la debilidad de otros pueblos, 
manifiestan una erndicion profunda, un juicio seguro, una 
singular fuerza de espíritu para jeneralizar, ¡un gran cono- 
cimiento del corazon humano. Su Historia de Florencia 
es una obra maestra de claridad i de elegancia en cuanto 
1 estilo, i de crítica histórica respecto a los pensamrtentos, 
apesar de su odio sistemático al poder de los papas, El 
autor se ha ocupado ménos de las guerras esteriores que 
de los movimientos interiores i de sus perturbaciones de- 
mocráticas. Por último en su Arte de la guerra, escrito 
gn forma de diálogo, Maquiavelo ha enseñado a la poste- 
ridad la manera cómo peleaban los soldados del siglo 
XV, con una multitud de pormenores de un alto interes 
histórico, l 

8.—la reputacion de Maquiavelo ha eclipsado la de los 
otras escritores políticos de su siglo; pero coímo historiador, 
tuvo un rival poderoso en Franci ucciardini,.si no en 
la profundiduédl filosófica 1 en el vigor para reproducir la ver- 
dad con unas cuantas pinceladas, a lo ménos por el arte lite- 
rario, por la claridad de espasicion i por el estudio proliju.i 
concienzudo de los hechos. 

Nacido en Florencia en 1482, Guicciardini fué en su 
juventul profesor de jurisprudeucia, desempeñó mas tarde 











e Ñ 


- 


HISTORIA LITERARIA, —TI EMBPOS MODERNOS. — 273, 
una mision diplomática cerca del ret de España i varios 
<argos políticos i nrilitares- por órden de diversos papas, 1 
pasó sus últimos años en el retiro, consagrado a poner en 
órden sus recuerdos ¡a escribir la obra que lo ha hecho 
inmortal. La Historia de Italia de Gruicciardini comtehza 
en 1494 con la invasion de los franceses lajo Cárlos VIUI, 
1termina-en 1534. Está dividida en veinte libros, de los 
<uales los diez i seis primeros son de un mérito superior. 
La muerte sorprendió al autor en 1540, ántes de haber 
revisado los cuatro últimes. A esta «circunstancia debe 
atribuirse el que aquella obra famosa circulara mannscrita 
durante mas de veinte años gin alcanzar lus honores de la 
impresion. ' 0 | 

Concebida i ejecutada sobre el plan i segun el método 
«de los antiguos, la historia de Guicciardini abunda en yétra- 
tos bien dibujados ¡en discursos de una prolijidad a veces 
fatigosa, pero donde se encuentran rasgos elocuentes, pen- 
samientos nuevos i ptofundos, imájenes verdaderas i pal- 
pables que hacen olvidar que el autor se sustituye'al per- 
sonaje que pone en escena. Verídico, imparcial hasta el 
punto de no paliar ningun hecho histórico, trata ala gorte 
de Roma, a la cual servia, con la misma libertad que'a sus 
enemigos. Al reves de Maquiavelo, Guicciardini se mues- 
tra siempre amigo de ta humanidad ide la justicia, enemigo 
de los abusos del poder soberano, vengador de la virtud 
«aprimida por la arbitrariedad, filósofo ilustrado, político há- 
bil, republicano prudente. Su estilo, a veces nervioso i enér- 
jico, a veces vivo i rápido, tiempre corresto, armoniuso i 
elegante, cautiva i encanta al lector. 

Al lado de esos dos grandes maestros en el arte de es- 
cribir la historia, descuella sobre otros muchos ur escritor 
«ie mérito distinguido, cuyas obras son leidas con interes, 
A Govio),: eclesiástico natural de Como 
310502), i protejido alternativamente por los mas 
notables personajes nacionales o estranjeros que intervi- 
nieron en los negocios de Italia, escribió en latin varias 
obras i entre ellas una historia jeneral de su tiempo 1 mu- 
chos elojios biográficos de contemporáneos suyos. Recono- 
«ciendo el buen método de su plan, la claridad 1 elegancia 
«le su estilo, i la abundancia de las noticias que consigna 
<n sus obras, se debe censurarle la parcialidad con que ha 


AS 





AC 


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/ 


274 LEMENTOS D£ LITERATURA. 
o ' a. o, 

ensalzado a los protectcres que le pagabea sus elojios, 1 

denigrado con sus sátiras a los que se mostraban poco jér 


:'NOTOSO08s. : , , 
9.—En el jénero novelesco, volvemos a encontrar toda- 


via a Maquiavelo, Una novela, suya titulada Belphegor, 
es una sátira de las mujeres en jeneral, i.de la syya.propia 
en- particular, segun se dice. ('omo todas sus Ubras, esa 
noxela está escrita en un estilo vivo i brillante i con una 
elegancia que la ha hecho colocar en el núnyero de los tes- 
toa clásicos de la lengua. o ? 
En jeneral, las novelas italianas del siglo XVI se dis- 
tinguen por la orijinalidad a veces estravagante de la fá- 
bula, j con frecuencia por la pureza del estilo, pero £e 08- 
tenta tambien en casi todas elas una. licencia desmedida 


en los sucesos que se narran i hasta en el lenguaje. Ciitio 


Giraldi, médico i poeta ferra1és (1504— 1575), 1 Sebastian 
Erizzo, anticuario veneciano (1522—1585),. quisieron mo- 
-derar por su ejemplo la libertad de la mayor parte, de los 
novelistas; pero tuvieron pocos lectores en medio de la co- 
rrupcion jeneral. Shakspeare. tcmó mas tarde del primero 
de ellos el argumento del Otelo, al cual dió nueva vida en 
seu drama jumortal. Las únicas novelas que estuvieron 
exentas de ese defecto fueron las que pertenecen al jénero 
trájico. De este número es Romeo i Julieta de Luis de- 
Porto, pj.veta.i novelista, nacido en Vicencio en 1485, que 
«tratando un asunto basado en una antigua tradicion, pre- 
paló tambien una accion que ha inmortalizado el mismo 
Shakspeare. Do | 


SIGLO XV:I, 


10.—La literatura italiara del siglo XV1 habia sido la 
mas rica i la mes brillante de toda la Europa. Desde pyin- 
cipios del siglo siguiente, comienza a percibirse una sensl- 
ble decadencia política. Aunque el papel de los diversos 
estados que componian la península tué en cierto modo pa- 
-8ivo desde que principiaron Jas guerras de Jtalia, hubo 
siempre algun movimiento en las luchas sostenidas por 
. Venecia i por los papas para arrojar fuera a los bárbaros. 
Pero desde que las armas decidieron definitivamente quién 
seria el señor, desde que la dominacion absoluta de la Es- 





s* 


1 


HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS. 275 


- o t , 

paña no encuentra rivales ni contradictores en el Milane- 
sado, en Nápoles ¡ en Sicilia, el espíritu público desapnre- 
ce, i la postración literaria cunde con gran rapidez..' 


Aun en los estados que escaparon a la dominacion, pero . 


mo a la influencia española, las letras no tenian mas porve- 
vir. En Venecia, la tiranía del consejo de los diez, con su 
sistema de prohibicion universal, hacia imposible todo 
desarrollo literario. En Florencia, los últimos Médicis, 
fieles a sus tradiciones de familia, protejian aun las artes i 
las ciencias; pero su proteccion no se atrevia a luchar con 
el poder de la inquisicion, i tuvo que limitarse a las cien- 
cias :0 a las bellas urces. Los Mélicis no pudieron sal- 


vat a [21159 del poder de los iuquisidores, que lo obliga- 


von'a abjurar su herejía astronómica (1633). Las familias * 


de lus otros principes italianos habian decaido tanto que 


ni aun podían ejercer ese putronato hterario; último resto - 


de su soberanía. — ': ) | 
11.—Lios poetas italianos de esta época de decadencia 


que se inicia en los últimos años del siglo XVI iquese * 


-estiende hista mediados del sig:o X VIII, son conocidos 


«en la historia literaria con el nombre de seczntisti (seiscien- 


tistas), del número 1600, que. ha pasado a designar la falta 
de gusto. > o 

El primero de estos poetas por órden cronolójico tuvo 
-algo de mas varonil que sus contemporáneos. Gabriel 
'Chiabrera, nacido en Savena' a mediatlos del siglo XVI i 
-muerto en 1637, pasó su larga vida' consagrado al cultivo 
de la poesía, i escribió cinco ¡poemas caballerescos, muchas 
comedias destinadas a tener acompañamiento de música i 
que son las primeras en e3te jénero, i tres volúmenes de 
poesías líricas en que está fundada su reputacion. Abando- 
xnando las huellas traza:las por Petrarca, la cancion i el so- 
neto, se hizo nuevo remontando en su imitacion en busca 
«le' modelos mas antiguos, Pindaro 1 Anacreon. Los imitó 
en efecto algunas veces con felicidad; pero se reprocha a 
su estilo mucho arte i rebuscamiento, 

Viene en seguida Juan Bautista Marini (1569-1625), 
el héroe de esta £poca de decadencia, a quien Sismondi lla- 
ma el gran corruptor del gusto de los italianos. Nacido en 
Nápoles en el seno de una fumilia acomodada, Marini se 
separó de su padre, que queria dedicarlo a la carrera del 


276 . ELEMENTOS DE LITERATURA. 
4 4 

foro, pasó a Roma i en seguida a Saboya, donde cultivó l1- 
bremente la poesía, al mismo tiempo que desempeñaba al- 
gunos cargos públicos, Jingolfado en querellas de oríjen 
literario, pero que alguna vez pusieron en peligro su vida, 
Matfini se trasladó a Francia, donde la reina Maria de Mé- 
dicis lo tomó bajo su proteccion. 

Dotado de un verdadero talento ide una facilidad ma- 
ravillosa, puso una versificacion feliz, un estilo vivo i pin- 
toresco al servicio de una imajivacion sín freno; i los con- 
temporáneos acabaron por creer con él que miéntras mas se 
alejaba el escritor de la naturalidad mas se acercaba a la 
verdadera poesía. ¡Ademas de un gran número de madri- 
gales i de sonetos, Marini escribió un poema con el título 
de Adonis, que le valió la mayor parte de su celebridad, » 
que es un resúmen dg sus cualidades i de sus defectos. Se 
encuentran en él los recuerdos de la mitolojía griega mez- 
clados a las leyendas jermánicas. El Amor, irritado con 
tra su madre, hace venir del fundo de la Arabia al hermoso 
Adonis, del cual ella se enamora perdidamente. Marte, 
celoso del recien venido, se coufabula con una hada maléfi- 
ca que se roha a Adonis, Este, sin embargo, vuelve al lado 
de la diosa, pero muere en la caza como lo hace morir 
Ovidio, bajo el diente de un jabalí. La exajeracicn en 
el estilo, las figuras ampulosas, los juegos de injenio i de 
palabras, i sobra todo, la talta de naturalidad, son los de- 
fectos que empañan esta obra, en que, sin embargo, se 
encuentran las verdaderas dotes de inspiracion i una agra- 
dable armonía en la versificacicn. Apesar de todo, Marini 
gozó largo tiempo de una gran nombradia. Sus admirado- 
res dieron a ese estilo afectado el nombre «le marinesco. 
En Francia i España, se Je tributó un verdadero culto, que 
en realidad no prueba gran cosa en favor del gusto entón- 
ces reinante. Cuando Marini volvió a Italia, obtuvo um 
triunfo a su paso por Roma, i al fin murió ea Nápoles ro- 
deado de elojios i de respeto. 

Los aplausos. tributados a Marini produjeron como debia. 
esperarse, un gran númeró de imitadores que gozaron tam- 
bien en su tiempo de una alta reputacion en toda Italia, 
Pocos fueron los poetas que conservaron la tradicion de la 
sencillez i del buen gusto, o que lloraron la decadencia mo- 
ral i pulítica de la patria con acentos dignos de este gran- 





. 1 
i 4 
! Da 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 277 


- de asunto. A este número pertenece el Florentino Vicente 
Filieaia (1642-1707), el mas, voble, el mas moral i el mas 


patriota de los poetas italianos. Muchas de sus obras tie-' 
nen por objeto la Italia decaida de su antiguo esplendor; 
ero las mas justamente célebres cantan las victorias de 
los cristianos sobre los turcos que habian sitiado a Viena 
jque fueron derrutados purel rei de Pulonia, Juan So- 
bieski. a | o 
12.—Lau literatura italiana del siglo XVII es mui rica 
en poemas didácticos. Diversos poetas cantaron la filosofía 
moral, el arte de la navegacion, el cultivo de la seda, i has- 
ta los principios de la versificacion. Perb entre todas las 
obras poéticas de alguna estension, sun las epopeyas bur- 
lescas las mas justamente célebres. ,  : 

La mas famosa de todas es el Cubo robado (la Secchi 
rapita) de Ajeno Tascon) nacido en Módena (1565) 
i muerto én 16309. Tassoni desempeñó en su patria impor- 
tantes destinos i escribió varias obras, de las cuales el 
poema mencionado es la mas famosa, El asunto está to- 
mado de uno de los recuerdos históricas de Módena. 

En una de las numero:as guerras del siglo X1IT, los 
modeneses peuetraron a mano armada en Bolonia i toma- 
ron in cubo que encontraron atado a la cuerda de un pozo 
en medio de la ciudad, llevándolo al campanario de la ca- 
tedral de Módena, donde lo conservaron hasta el siglo 
XVI[ como un trofeo militar. Sobre este asunto, mui fa- 
vorable para la burla, el pueta ha escrito doce cantos épi. 
cos, en que ha salido aplicar con buen éxito el estilo he- 
róico a los cbjetes mas lijeros i¡ mas ridículos, i mezclar lo 
groteeco a lo sério. “Tassonj, no centento com celebrar to- 
dos los incidentes burlescos a que da lugar este asunto, 
introduce fambien a los dioses del Olimpo, que. se intere- 
sun en tomar parte en Ja guerra accediendo agí a las súpli- 
cas de los belijerantes; pero aquellos dparecen en la 2acena 
revestidos de un carácter grotesco que da a la abra un ea- . 
bor especial. Dotado de un espiritu injenioso i sin hiel, de 
una graciosa facilidad, de una alegría lijern, i empleando 
ina versificacion cuidada, el poeta cusi hace olvidar algu- 
pas trivialidades de su obra i ciertos pasajes pco nobles, 
Al Jado de ella, los otros j.cemas burlescos italianos cum- 
puestos en ese mismo siglo, casi son desconocidos, 


* 
F 


273 / — ELEMENTOS DE LITERATURA. 


13.—La comedia italiana de esta época deja ver tambien 
los síntomas de la decadencia literaria. No hablamos aquí 
de la ópera o drama en música, cuyo primer eusayo-fué 
representado en 1594, i que tomó gran desarrollo en el 
siglo siguiente. En jeneral, las comedias italianas de este 
tiempo, compuestas con'el solo objeto de ayradar al popu- 
lacho, no se eleváron mas allá de la farsa, en que los pun- 
tapiés i los golpes que se dan los personajes ocupan el 
primer lugar. El gusto de lo estrauvrdinario ide lo ma- 
' — yavilloso rompiá toda unidad en la accion aun en las 
piezas sérias. Veíanse co ellas monstruos, combates, mu- 
chedumbrea de pueblo, carros que corrian en la escena 
tirados por caballos verdaderos, en fin, todos los resortes 
_que en nuestro tiempo ha puesto en juego la escuela ro- 


mántica. —' 
.-) L, 14.—Esta afectacion literaria, ese fulso brillo que con 
= tanto anhelo buscaban los poetas, invadió tambien la ora- 


toria i casi todos los jéneras en prosa. Los prosadóres bus- 
caban ante todo los efectos de palabras, los pensamientos 
rebuscados i sorprendentes, los juros inesperados; pero hubo 
algunos de ellos que, apartándose cuanto era posible de ese 
mal camino, dejaron obras duraderas. Vamos a ocuparnos 
lijeramente de tres de ellor. o, 
Cialileo. Gallo, nacido en Pisa en 1564, enseñó las ma. 
temáticas en Florencia i en Pádua, inventó curiosos instru- 
mentos de observacion, tales como el péndulo i el telesco- 
pio, i cultivó las ciencias aplicando a su estudio el método 
esperimental, Así fué como llegó a probar la verdad del 
sistema planetario de Copérnico, quien medio siglo ántes 
habia anuciado que la tierra jiraba al rededor del sol, 
Wo es éste lugar de referir las persecuciones que estos 
descubrimientos atrajeron a Galileo, ni la retractacion que 
se vió obligado a hacer para recobrar su libertad. Juzgádo 
simplemente como escritor, el sabio matemático se reco- 
mienda por la pureza del estilo, por una elocuencia fácil 
¡ llena de gracia, i por ua gran vigor de raciocinio cnando 
combate los errores de los pretendidos sabios que en plego 
siglo XVII vivian aun enredados en las discusiones esco- 
Jásticas. Es notable entre otras piezas nua estensa carta 
en que refiere el proceso que'se le siguió ey, Roma para 
obligarlo a abjurar sus errores astronómicos. (Falileo murió 


” 











* 
, : 

4 oo 
” 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. . 279 


en Florencia en 1641, el mismo año que nació en Inglate- 
ara Isaac Newton, -uno de los mag portentosos injenios que 
ta ciencia haya producido. y 
Enrique _Caterino Dávila, aunque descendiente devuna 
familia española, vació en los alrededores de Pádua en 
1576. Habiendo pasadoa Francia de mui corta edad, sirvió 
«o la corte de Catalina de Médicis; i despues en el ejército 
«te Enrique IV, ¡tomó parte en casi todas las guerras civiles 
¡que mantuvieron ajitado a aquel país.en la última parte del 
sislo XVI, De vuelta a Italia, i despues del prolijo estu- 
«lio de tados los documentos, escribió una minuciosa A¿s- 
toria de las guerras civiles? de Francia de 1559 a 1598. 
Aunque fulto de fuerza i de gusto por el exenivo refina- 
miento, Dúvila escribe con elegancia i rapidez, cuenta los 


“sucesos con órden, con claridad i¡ con buen método, i juzga. 


das acontecimientos i los hombres con una gran frialdad 1 
Bajo cierto puuto de vista filosófico que revela al discípulo 
“wwentajado de: Maquiavelo. Dávila murió asesidad en 
Werona en 1631. o o 
edra Sarpi (1552-1623), mas conocido con el uom- 
Axe de Era Paolo que él mismo se dió al abrazar la vida 
monástica, era un fraile veneciano famoso por su ciencia i 
qor las escentricidades de su carácter. Sarpi es conocido 
particularmente per una, Aistoria del Concilio de Trento, 
obra notable por la manera orijinal de esponer los hechos, 
«1lé anudarlos i de juzgarlos, por la eleccion de los matetia- 
des, i por un estilo claro, nutrido i agradable, pero escrita 
-con espíritu manifiesto de hostilidad a la corte de Roma, 
do que a veces daña a la rectitud del juicio del autor, Tf lo 
que ha hecho creer que éste profesaba secretamente ideas 


«calvinistas. Para retutar esta obra, el cardenal Pallavici- ' 


ao (1607-1687) escribió otra historia del mismo concilio 
uotable porel grande acopio de documentos i noticias i 
«por el arte con que las ha”coordinado. 


SIGLO XVII. 


15. — La literatura italiana habia ejercido una grande 
. tofluencia en, Fraucia durante el siglo XVII; en el siglo 
«siguiente, fué al contrario la influencia francesa la que 
predominó en Italia, e introdujo en ella las ¡ideas filosófi- 


e 





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, 


” - t 


280  ' ELEMENTOS DE LITERATURA. 


. cas que entónces ocupaban todos los espíritus, Ya los ita- 
lianos habian tratado de operar una reaccion contra la 
escuela de Marini, para volver a la lengua su elegante sen- 
cillez. La reina Cristina de Suecia, despues de haber ab- 
dicado su corona, se habia establecido en Roma, i en 1690, 
reinó en el palacio de Corcini una sociedad de sabios i de 
literatos con el nombre de Arcadia romana. Sus miembros, 
hombres i mujeres, eran inscritos con un nombre de pasto- 
res griegos, ¡al principio cóncurrian a las sesiones con el 
traje de pastores de Arcadia. Para corresponder a su titu- 
lo, los arcades cultivaron esclusivamente la poesía pasto- 
ral; i en breve no se vió en toda la Italia mas que poetas 
bucólicos que áumentaban de una manera surprendente Jas 
églogas, los idilios i los sonetos, perdiendo al cabo toda 
orijinalidad. Pero si esta sociedad no se distinguió mucho 
por las obras que produjo, prestó grandes servicios depu- 
rando el gusto, i volviendo al estilo la sencillez que habia 
perdido. La influencia francesa vino en breye a consumar 
esta revolucion. o , 

Esta influencia de la escuela filosófica no se hizo sentir 
solamente en las ideas sino tambien en el estilo. Los autor 
res italianos tomaron de ella la elegante precision, el jiro 
natural, vivo i feliz de la frase, i fueron hasta aumentar su 
propio idioma con numerosos neolojismos. Compusiéronse 
entónces ademas grandes trabajos de crítica sobre la len- 
gua, que demostraron su valor intrínseco i las veutajas de 
la naturalidad para dar brillo ¡ realce a los pensamientos, 

No fué menor la importancia de esta revolucior' por lo 
que toca al fondo de las grandes obras que entónces se 
compusieron. Juan Bautista Vico, filósofo napolitano 
(1664-1744), fundo en Italia Ta Elosofía de la historia, 
buscándole una base indestructible en el estudio de la so. 
ciedad, i probando que el escepticismo razonado es uno de 
los medios mas seguros de investigacion. Estos estudios 
aplicados por algunos hombres de un mérito sólido, produ- 
jeron en breve una notable literatura histórico-filosófica, 

16.—La revolucion se hizo sentir en el drama ántes que 
en cualquier otro jénero de bella literatura. La ópera, com- * 
puesta de drama i de música, estaba por esto mismo es-, 
puesta a dejenerar. En efecto, a principios del siglo XVIII, 
la música habia dominado de tal suerte que la parte lite: 





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HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MEDERNOS. 281 


raria habia sido completamente sacrificada. Apostolo Zeno 
(1668-1750), literato veneciano de una inmeBsa eridicion, 
emprendió úna reforma que se creia necesaria; ¡ aparte 
de muchas otras obras de diferentes jéneros, escribidse- 
senta i tres piezas dramáticas, trajedias, comedias, ópe- 
ras, etc. Admirador de los griegos i de la trajedia francesa, 
trató de asuntos griegos segun el método clásico de los 
erandes trájicos franceses. Aunque mui poco orijinal de 
ordinario, i aunque ha revestido de cierta monotonía los 
asuntos que trata, Zeno puede considerarse como el inicia- 
dor de la reforma en el arte dramático. , 
Casi en la misma época, otro poeta de grande ilustra=  ... 
cion tambien, Escipion_Maffei (1675-1755), caballero no-' 
ble de Verona, autor de algunas obras históricas i de un / 
tratado crítico subre el teatro, compuso una trajedia que 12 
hizo grande impresion en toda Italia, La -Mférope, tal es 
su título, tiene por objeto probar que un asunto trájico no 
necesita del amor para interesar a los espectadores. El au- 
tor ha descuidado algo la forma esterior de su'nbra, i ha 
multiplicado los acontecimientos haciéndolos confusos e 
inverosímilea; pero estos defectos están compensados pot 
el interes siempre creciente que exita entre los especta- 
dores uba ansiedad continua. — ' ( 
17.— Los nombres de Zeno i de Maffei, aunque familia- 
res todavía para los literatos, han perdido mucho'de su 
popularidad aun en-la misma Italia. No sucede lo mismo 
con ót:0s tres poetas dramáticos, que consumaron la revo- 
Iucion literaria. Queremos hablar de Metastasio, de Gol- 
doni i de Alfieri. > 
Pedro Autonio Trapassi, mas conocido con el nombre de , 
Metastasio, qué el mismo se dió (1), nació en los Estados 
de la iglesia en 1698, de una familia de artesanos; pero 





- 


(1) El nombre de Trapassi significa cambio. El poeta tradujo esta pa- 
labra en griego i'se llamó Metastasio. Este jénero de variacion de nom- 
bres no ha sido raro entre los literatos i los sabios europeos despues del 
renacimiento. (¡erardo Kaufmann, célebre jesgrato aleman (1512-1594) 
cuyo apellido significa mercader, lo tradujo al latin i se llamó Mercator, 
con que es justamente conocido por haber inventado una proyeccion ori- 
jinal para la construccion de las cartas jeográficas. El famoso Erasmo de 
) Roterdan, uno 'de los mas ilustrados sabios de la ¿poca del renacimiento 
(1467-1536), tomó este nombre del griego, traduciendo a este idioma su » 
nombre Desiré, que significa Deseado. 


o ' 
282 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


recibió npa esmerada «educacion hajo el. amparo de un 
poderoso .protector, que al fin le dejó en herencia toda su 
fortuva. Desde muijóven, Metastasio cultivó la poesía 
dramática con jenio fecundo, imajinacion lijera i sensibili- 
dad delicada. Brilló poco en el jénero trájico, que era el 
que estimaba mas; pero no tiene rival en el drama lirico, 
que elevó ala mayor altura a que ha alcanzado jamas. 
Colmado de aplausos en Italia + en Francia, vivió sio 
embargo, en la corté de Viena, donde los emperadores 
Cárlós VI i José EL lo honraron con los favores mas dis- 
tinguidos a'que haya podido aspirar literato alguno, sin 
perder por un instante su' modestia i su sencillez habitua- 
les. Allí murió en 1782, a la edad de ochenta i dos años. 
Metastasio ha dejado, ademas de un gran número de 
idilios, de elejías 1 de sonetos, sesenta i tres trájedias liri- 
cas u óperas, doce oratorios o melodramas sagrados, cuyos 
asuntos son tomados regularmente de las sagradus escri- 
turas, 1 cuarenta ¡ocho cantatas, poemas tortos compues- 
tos tte recifados ¡ de canto, en que el recitudo espone el 
asunto i el aria cantada espresa el sentimiento que ese 
asuuto hace nacer. «La reputacion dé Metastasio, dice el 
famoso crítico aleman Guillermo Schlegel, -ha oscurecido 
la de Apostolo' Zeno, porque proponiéndose un mismo 
«objeto, aquel tuvo un talento mucho mas flexible i supo 
doblegarse mejor a las conveniencias de la musica. Una 
pureza perfecta en -la diccion i una gracia i una elegancia 
sostenidas han hecho mirar a Metastasio por sus compa- 
* triotas como un autor clásica, i por decirlo así, como tl Ra- 
cine de la Italia, Tiene sobre todo una suavidad encanta- 
- dora en los versos destinados al canto. Jamas poeta alguno 
lia poseido quizá en el mismo grado el don de reunir en 
un estrecho espacio los rasgos mas conmovedores en una 
situacion patética. Los monólogos líricos, al fin de las es- 
cenas, son la espresion armoniosa mas concisa i mas exac- 
ta a la vez, de una disposicion del ánimo, Es nienester, 
sin embargo, convenir en que Metastasio no piuta las pa- 
siunes mas que bajo colores mui jenerales, no da a los sen- 
timientos del corazon nada que pertenezca al carácter in- 
dividual ni a la contemplacion universal. Así, .sus piezas 


. no son concebidas vigorosamente... Cuando se han leido 


algunas se las conoce a todas. Es menester, sin embargo, 





* 


HISTORIA LITERARIA.— TIEMPOS MODERNOS, 283 


Bo sér mui'severo: 'los héroes de Metastasio son galants, 
es verdad: gus, heroinas ¡levan la delicadeza hasta la exa; 
jeracion; pero quizá no se ha censurado esta puesía afemi- 
nada, siño porque no se pensaba en la naturaleza de la 
Ópera.»” o o 


- 


»x 


18.—Cárlos_Goldoni, el mas célebre poeta cómico de 
Italia, nació en Venecia en-1707, Arrastrado por una in- 
clinacion irresistible hécia el arte dramático, desdeñó las 
diversas carreras a que quiso dedicarto su padre, i se-con- 
trajo solo a trabajar para el teatro, Dotado de un espíritu 
sagaz i observador 1 de una fecundidad verdaderamente 
prod:jiosa, Goldoni compuso cerca de ciento.cincuenta pie- 
zas. La gran variedad de los. asuntos que trata le. ha sumi- 
pistrado la ocasion de poner en escena todas Jas clases de 
hombres, desde las jentes de corte hasta .el populacho, i 
de representarlos tales como eran en su pais i en 8u tiem- 
po. Ya son escenas domésticas, familias pintadas en el in- 
terior;.ya estados de la. sociedad i de los hombres publicos, 
representados en sus funciones; i ya caractéres particulares 
«sea de hombres, gea, de mujeres en situaciones que los hacen 
resaltar; éstas son las mas numerosas, porque la comedia ' 
de. carácter. era el objeto principal de sus trabajos. Goldoni 
no se limitó solo a este retrato de todas: las condiciones 
sociales: puso.tambien en escena a algunos hombres céle- 
Dres en las letras, como Terencio, Moliére ¡el Tassq, con 
Jos rasgos jenerales que pueden convenir a todos los hom- 
bres de esta clase i las pasiones a que están sujetos.o que 
se suscitan a su alrededor, i con los rasgos particulares 
del carácter i de la vida del grande hombre que se exhibe 
en el teatro... ...,. - 


Se ha llamado a Goldoni el Moliére italiano; i eh efecto 
ha !Hevado a cabo en el teatro italiano una revolucion se- 
mejante a la que consumó el grau cómico frances, reém- 
plazando las farsas burlescas por verdaderas comedias de 

intriga i de carácter. Siñ embargo, no tiene"ni el jenio nt 
la fuerza de concepcion . de Moliére, a quien habia tomado 
por modelo, i que sin duda Je sujirió lo3 medios de abrir 
un nuevo camino a la literatura cómica italiana . Goldoni, 
por otra parte, componin sus obras rápidamente, 'i esta 
epidez ha dañado con frecuencia a la pureza de su lden- 


3 


284 | 7 ELEMENTOS DE MHTERATURA, 


guaje. por el empleo de esprestones impropias idej Jiros vi- 
ciosos. 

Estos defectos le acarrearon críticas” amargas e injustas 
de algunos. de sus compatriotas. Sus piezas fueron paro- 
diadas, al mismo. tiempo que se le hacia una guerra cruel 
de epigramas. Groldoni no pudo: soportar estos ultrajes 1 
se retiró a Paris, donde murió en 1791, despues de treinta 
años de residencia fuera de su patria. 

19.—La trajedia, abandonada por la ópera hasta el tiem- 
po de Maffei, hizo desde entónces vigorosus esfuerzos para 
saliv de su postracion. Los grandes trájicos franceses del 
siglo XVII fueron los modelos de los poetas italianos. 

Victor Alfieri, nacido en Asti en el Piamonte en 1749, 
quiso innovar todavía, i lo consiguió añadiendo a la pee- 
sía un jénero nuevo de trajedia, “Despues de una juventud 
tempestaosa i disipada, se decidió -a los” veinte 1 seis añoe 
a recomenzar sus estudios, buscando en ellos Jos elemen- 
tos para consumar una reacoion contra las ideas literarias 
predominantes, que eran nacidas de la escuela clásica fran- 
cesa. Su vida inactiva 1 desaplicada, se hizo de repente la- 
boriosa, En. ménos de siete años, compuso catorce traje- 
dias 1 escribió muchas otras obras tanto en prosa como en 
verso. Ha tumado el asunto de sus trajedias ya de la mir- 
tolojía griega, ya le la historia romana o de los aconteci- 
mientos modernos, 

-Adííeri poseia un carácter altivo, elevado, violento, 1m- 
paciente, 1 un.¡ostinto de independencia que le hacia “abo- 
rrecer toda especie de servidumbre i de despotismo, Des- 
plegó todas esas cualidades en sus piezas, e inspiró estos 
anismos sentimientos a sus propios perscnajes, lo que los 
hace de ordinario uniformes. Coneibió un sistema dramá- 
tizo. enteramente contrario al de Metastasio, en el cual en- 
contraba mucha molicie: quiso dar a la trajedia esa digni- 
dad que le habian dado los griegos, consagrúndola a los 
intereses de su siglo i de su país para rejenerar por medio 
de ella al pueblo | italiano, Imitador, casi a su pesar, del 
teatro clásico frances, se sumete A a lejislacion clásica 
mas rigorosa por lo que toca a las unidades dramáticas. 
Sencillo en la contruccion del drama, casi no admite los 
golpes de escena, las sorpresas, los reconocimientos ines- 
perados. Elocuente 1 vigoroso en las pasiones-fuertes, ha- 





»1 


/ . - 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, . 285 


bla rara vez al corazon; ies mas orador que poeta. En 
sus manos, la trajedia queda reducida a los. personajes im- 
portantes: “Alferi prescribe Ins personájes subalternos, Jos 
.confidentes ociosos, los amores inútiles, l)e este modo Ja 
accion está mas condensada, pero tamhien hat mayor se- 
quedad, i los soliloqnios se multiplican El diálogo es rá- 
pido i preciso, el estilo varonil i sin adornos, el ritmo gra- 
ve i severo, la diccion algunas veces dura i de un laconis- 


mo pretencioso. Alfieri trabajaba con una gran constancia, 


estudiaba i pulia sus obras con. particular esmero; i cuando 
la «muerte lo gdorprendió a los cincuenta 1 cuatro años de 
edad, en 1803, yu dejaba un mnterial considerable que le 
ha asegurado su reputacion en la historia literaria de lta- 
lia. 

20.—Al lado' de estos grandes poetas, figuraron en Jta- 
Jia muchos otros de ménos mérito, sin Vduda, pero que po- 
seían un verdadero talento i que gozaron de una gran re- 
putacion. Cantaron a veces asuntos sérios; pero en jeneral 
preferian para sus “versos accidentes ordinarios de. la vida, 
la burla de un avaro, la mnerte de un perro querido, etc. 
Era aquel un siglo de improvisadores en que la poesia era 
considerada jeneralmente. como objeto de- diversion 1 de 
placer, apesar de los esfuerzos de algunos hombres que 
pensaron convertirla en un ivstrumento de moral i de ele 
vacion. 

6! mas notable de estos poetas lijeros fué el abate 


-—_Juan Bautista Casti, nacido en 1721 i muerto én 1803. 


A TMDRS primero, 1 despues profesor de un seminario, Cati 
viajó mas tarde por casi toda la Europa, i mereció la pro- 
teceion de varior soberanos, 1 particularmente de Catalina! 
de Busia i «del Emperador de Alemania José 1 , que le ase- 
guró una considerable pension vitalicia. Custi escribia en 
verso con una facilidad verdaderamente maravillosa, aun- 
que de ordinario con poca elevación. Compuso novelas ga- 
lantes en el jénero de Bocacio, pero mas licenciosas todavía, 

dos óperas cómicas, una paradiá dela conjuracion de Ca- 
tilina en que Ciceron es el héroé cómico, i una gran can. 

tidad de sonetos sobre. asuntos lijeros i con frecuencia li. 

cenciosos, Cien de ellos tienen por objeto hacer la burla de 
un acreedor, verdadero o finjido, a quien debia algunas mo. 
nedas. Pero su obra capital es un poema hervico-cómico, 


Ss, 7) . - z Y 
A 


286 . ELEMENTOS DE LITERATURA. 


los Animales parlantes, que ha gozado de cierta nombra— 
día. No es otra cosa que la fábula erópica desarrollada en. 
- poema regular, dirijida sobre todo contra las cortes i los 
cortesanos. Esta alegoría poética i satírica es enjival i di- 
vertida, bien que demasiado prolija i escrita en un estilo 
con frecuentía flojo, que deja traslucir la improvisación, 

Este gusto por la poesía lijera produjo, como debia espe- 
rarse, la protesta de algunos críticos de un mérito «distin— 
guido; pero apesar de todo, el espiritu de burla rápido » 
superficial fué uno de los carnctéres distiutivos de la poe- 
eía lírica italiana del siglo XVIII, 

21.—Los prosadores italianos de este siglo fueron mas- 
"bien eruditos que literatos. Pedro _Giannone, aboyado na= 
politano (1676-1748), escribió una prolija historia del rei- 
no de Nápoles; pero mas que a la relacion de los aconteri- 
mientoa ¡uteriores, se eoutrajo al estudio de las leyes + 
de las costumbres del reino il á todos los puntos que tie— 
nen relacion con la constitucion civil i eclesiástica, Su obra 
es mucho tmas notable por la investigacion que por eb 
arte. Luis Aptonio Muratorj, sabio modenés (1672-1750),. 
estudió la historia de 1talia con una gran laboriosidad, re- 
copiló todos los escritores antiguos desde el año 500 hasta 
.el de 1500, facilitando de esta manera los trabajos de los. 
que despues se han consagrado a la investigacion de la his- 
toria italiana, i compuso por fin los Anales de Italia, obre 
estensa 1 prolija que se estima mucho por su imparcialidad 
3 por su exactitud, 

Lo que Muratori habia hecho con la historia civil, lo 
ejecutó con la historia ¿iteraria otro escritor igualmente 
erndito e igualmente ¡ovestigador. Jerónimo Tiraboschi,. 
nacido en Bérgamoen 1731 i muerto en 1 0 
so una monumental /Zistoria de la literatura italiana, que 
comienza en la historia de los etruscos 1 se detiene a fines 
del siglo XVIl. Apesar de haber anunciado que queria 
escribir sobre la literatura 1 no sohre los literatos de Íta- 
Jia, Tiraboschi se estiende sobre la biografía de los autores. 
restituyendo a cada cual sus obras aunque sean desconoci- 
das o anónimas, determinando las fechas precisas, i discu- 
tiendo con grande erudicion algunos puntos de historim 
literaria intrincados i oscuros; pero entra poco'en el exá- 
men de las obras, no hace conocer sus opiniones i su méxi> 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 287 


to relativo, i nunca presenta un juicio que sea propio al 
historiador. La obra de “Ciraboschi es por esto mistmo un 
arsenal inmenso dé exelentes materiales, que serán 'estu- 
diados por todos los que deseen conocer a foudo la litera- 
tura italiana; pero no puede considerarse como una verda- 
dera historia literaria. 
2.—No terminaremos esta rápida reseña de los prosa- 
dores italianos del siglo XVII sin hablar de dos que, 
aunque inspirados por las ideas filosóficas friucesas, su-' 
pieron posesionarse de ellas i dara sus obras el sello de 
una verdadera orijinalidad por la elevacion de sus ideas 1 
por el talento i el vigor con que fueron espuestas. Habla- 
/ mos de Beccaria ¡ de Filangieri. 
“o Usar Bonesara, murques de Beccaria nació en Milan 
ya en 1738 1 murió en 1791, Fortificado con buenos estudios 
filosóficos i despues de haberse señaludo como periodista, 
publicó en 1764 un Tratado de los delitos ¿ de las penas, 
libro pequeño, pero que señala él principio de una revo- 
lucion completa en materia de lejislacion penal. En esta 
obra, Beccaria ataca ardorosamente las preocupaciones 
mas “arraigadas , condena los procedimientos secretos, la 
tortura, los suplicios atreces: declara inútil ¡ bárbara la 
pena de muerte, pide la abolicion del apremio personal, la 
proporcionalidad de las penas a los delitos, i la separación 
del poder judicial i del poder lejislativo. Este libro, obra 
de un corazon sensible i jeneroso, inspirado, como ya he- 
mos dicho, en las doctrinas filosóficas francesas, no des- 
cuella verdaderamente por su orijivalidad, pero está estri- 
to con precision i con vigor, i produjo en todas partes un 
ardoroso entusiasmo entre las almas liberales 1 bien inten= 
cionadas, como tambien acarreó al autor numerosos enemi- 
gos entre los partidarios del réjimen vicioso | corrompido 
que comenzaba a desplomarse, Fué necesario la interven- 
cion de poderosiss protectores para libertar a Beccaria de 
injustas persecuciones. 

Cayetano Filungieri, nacido en Nápoles en 1752 1 muer- 
to 1788 debe su ie inmensa reputación a una obra pu- 
blicada en los últimos años de su vida coñ el título de 
Ciencia de la lejislucion. Trata eu ella de las reglas jenera- 
les de la Jejislacion universal, “de las leyes polít: cas 1 eco- 


nómicas; de las léyes crimrivales, de la educacion, de lús 
20 


288 ELEMENTOS DE LITERATURA. “e 


costumbres, de la instruccion pública, i por último, de las 
leyes relativas a la relijion. «El amor a la verdad i al 
progreso, dice Mr, Villemain, que distinguia a Beccaria 1 
a los otros filósofos italianos, vbedeciendo a la influencia 
francesa del siglo XVITI, se encuentra con mas elocuencia 
en Filangieri. Lejislador filantrópico, piensa que la filaso- 
fía debe reformar las naciones, que los gobiernos son dema- 
sindo lentos i demasiado tímidos en sus reformas, La Cien- 
cia de la lejislacion es un libro hecho de carrera por un 
hombre demasiado jóven, para una nacion demasiado jó- 
ven, tambien, pero lleno de un sentimiento jeneroso i puro, 
¡de verdades practicables. No se limita a describir las le- 
yes existentes, sino que no piensa mas que en reformar. 
Son mui sabias, sobre todo las que propone respecto de las 
leyes criminales. Filangieri critica vivamente la constitu- 
cion política de Inglaterra, cosa estraña en una época en 
que casi todus los filósofos presentaban cumo modelo de 
buen gobierno al gobierno ingles.» 
23.—Los trastornos que la revolucion produjo en Ita- 
lia, el espíritu militar 1 las ideas de libertad que ella des- 
pertó, las aspiraciones a la nnidad que han sido su conse- 
cuencia, han tenido, como era natural, un grande influjo 
en la literatura italiana. Jón el lenguaje, el partido de los 
ruristas tuvo una ¿eudencia pronunciada a libertarse de 
as locuciones francesas, i a remontar a la fuente nacional 
de Dante i de los otros escritores. En poesía se trabó una 
lucha entre los clásicos, que quedaban fieles a las tradicio- 
nes mitolójicas, i los románticos a quienes el conocimien- 
to de las literaturas inglesa 1 alemana, habia abierto hori- 
zontes nuevos, Los puristas han triunfado; pero los esta- 
dos sucesivos de opresion i de. revuelta, de desaliento i de 
exitacion política por que ha pasado la Italia hasta nues- 
tros dias, no han dejado a los espíritus bastaute calma 
para adherirse fuertemente a las cuestiones literarias, i la 
querella entre los clásicos i los románticos está aun por 
decidirse, 

Estas diversas escuelas han producido escritores de mu- 
cha distincion. Así al lado de los puristas i de los clásicos 
ze ha colocado Vicente Monti, poeta dramático ferrarés 
(1754-1828), cuyas obras son notables por la nobleza de 
los caractéres, la enerjía de los seutimientos ¡ la sencillez 





e 


HISTORIA LITERARIA.-—TIEMPOS MODERNOS, 289 


«de la accion, al mismo tiempo que por la elegancia, la ar- 
anonía i ha poesía del lenguaje. A la misma escuela perte- 
necen otros dos escritores igualmente distinguidos, Ugo 
escola Silvio Pellico. El primero, natural de la isla de 

anta (1776-1877), es ménos conocido por sus trajedias, 
¿mitadas de Alfieri, que por sus trabajos de crítica sobre 
los grandes escritores italianos de la edad media, i por sus 
Ultimas cartas de Jacobo Ortig, imitacion vigorosa del 
Werther de Goethe. Silvio Pellico, poeta i literato piamon- 
tés (1788-1854), autor de siete trajedias, de varias poesías - 
ide un tratado de moral (Los deberes), es célebre sobre 
todo por un libro pequeño (Mis prisiones), en que refiere 
los sufrimientos de nueve años de cautividad por delitos 
políticos con una sencillez conmovedora i con la suave re- 
signacion de un mártir que no ha concebido ningun odio 
<ontra sus perseguidores, 

La escuela romántica puede exhibir representantes no 
ménos distinguidos. El mas famoso de todos es Elencro 
Manuzoni, poeta i novelista milanes nacido en 1784 1 muer- 
to en 1873, autor de dos trajedias, de muchas poesías, en- 
tre las que descuella un canto elejiaco a la muerte de Na- 
poleon, i de una novela, .Los desposados, cuadro brillante, 
animado i concienzudo de las costumbjges i de la historia 
del siglo XVII en el norte de Italia, Al lado de él, se ha 
formado una falanje de poetas i de novelistas notables por 
su talento ardiente i vigoroso. 

La historia ha sido cultivada en el siglo XIX con tanto 
cuidado como buen éxito. Aparte de algunos sabios que 
han hecho las mas prolijas investigaciones, debemos ter- 
minar esta rápida reseña consignando el nombre de ([ésar 
Cantu, fecundo escritor milanes nacido en 1805. Poeta i 
novelista, es ademas autor de una notable FListoriz univer- 
sal i de otra Historia de los italianos, fruto ambas de una 
estensa i variada instruccion i de un talento fácil i metódi- 


<o para combinar i distribuir los materiales. , —: 
lt / 





CAPÍTULO IIL 


Literatura española. 


SiGLO xvI.—1, El renacimiento en España. —2. Boscan i Garcilaso.—3, 
Frai Luis de Leon i Fernando de Herrera.—4. Orljenes del teatro es- 
añol.—5. Primeros autores conocidos —6. La epopeya: Ercilla.—?, 
oesta didáctica; Céspedes. —8. Novelas caballerescas.—y. Novelas pas- 
torales.—10, Novelas picarescas.—!1]. Historiadores; Hurtado de Men- 
doza i Mariana.—12. Escritores políticos i míisticos.—SIGLO XVI.— 
13. Miguel de Cervántes Saavedra.—14. Don Quijote.—15. Algunas 
opiniones a que ha dado lugar esta obra.—16. Lope de Vega —17. Cal- 
deron.—18. Otros autores dramáticos; Tirso de Molina, Alareon, More- 
toi Rojas. —J9, Poetas líricos: Rioja i los Arjensola.—20. Quevedo, — 
21. Góngora: el culteraniemo.—22. Los historiadores: golis, Moncada ¡ 
Me'o.—23. Consideraciones jenerales *obre la edad de oro de la litera" 
tura española —SIGLO XVIIL.—24, Influencia de la literatura francesa 
sobre lu española.—25, Iriarte i Samaniego.—26. Melendez Valdés, 
Jovellanos, Cienfuegoh i Moratin.—27. Prosudores; Feijóo e lsla.—28, 
Conclusion. 


SIGLO XVI 


1.—El siglo XV fué para España una época de erudi- 
cion, casi de adoracion por la antigúedad. Junto con la in- 
fluencia que ejercieron los poetas italianos del siglo XIV, 
comenzó a hacer sentir la suya la literatura clásica latina, 
que al fin alcanzó un verdadero culto en toda la sociedad 
ilustrada. Antonio de Lebrija, conocido comunmente con 
el nombre latino de Nebriesensis (1) (1444-1522) fué, pue- 
de decirse así, el iniciador de este movimiento. Despues de 
diez años de estudios en Italia, aquel célebre erudito jene- 
ralizó en España el conocimiento del latin entre los caba- 


(1) La ciudad de Lebrija, en Andalucía, era llamada Nebrissa por los 
romanos, Como este escritor latinizó su nombre, se decia Antonio Ne- 
brissensis; de donde resultó el hábito vulgar de llamarlo Nebrija en 
lugar de Lebrija, 





HISTORIA LITERARIA.-——TIEMPOS MODERNOS, 291 


Jleros i aun entre las mujeres de la alta sociedad. La reina 
Jsabel i su hija Juana estudiaron la lengua de Ciceron i 
de Virjilio. Otros eruditos, italianos en su mayor parte, 
comunicaron nuevo impulso a este renacimiento, 


Constituida politicamente por la union de Aragon i Cas- 
tilla, i por la conquista del reino moro de Granada, prote- 
jida por la inquisicion contra las convulsiones suscitadas 
por la reforma, i por los triunfos de Cárlos V sobre los co- 
muneros contra las rebeliones interiores, la España se vió 
libre de revueltas i pudo contraer todas sus fuerzas a dila- 
tar sus dominios en Italia ¡ en el nuevo mundo. 


A la sombra de este estado de cosas, se desarrolló la li- 
teratura española a principios del siglo XVI; pero casi 
todos sus jéneros sufrieron la influencia italiana. La con- 
quista de Nápoles i del Milanesado inició a los españoles 
en el conocimiento de las artes 1 de la literatura italiauas. 
En el siglo precedente, Dante i Petrarca no habian sido 
conocidos en Castilla mas que de léjos: bajo Cárlus V 1 
durante los reinados siguientes, la España entera, puede 
decirse así, fué en cierto modo a admirarlos en su propia 
patria. 

2.—Los iniciadores de la revolucion que colocó la poesía 
castellana en la buella abierta por la Italia, fueron Boscan 
¡ Garcilaso de la Vega. 

Juan Boscan Almogader (1485-1543) era un caballero 
natural de Barcelona. Repudiando su lengua nativa, la 
catalana, se ejercitó desde su Juventud en escribir versos 
castellanos en el estilo ¡ en las formas usadas en el siglo 
XV. Habiendo conocido en Granada a Andres Navagiero, 
embajador de Venecia i hombre docto en materias litera- 
rias, éste lo persuadió a que adoptase el endecasílabo ita- 
liano i a que introdujese en la lengua de Castilla el suneto, 
la cancion 1 las otras formas de poesía lírica usadus en 
Italia. Esta conversacion, referida por el mismo Boscan, 
produjo el efecto de cambiar las formas de la poesía de 
todo un pueblo. La primera tentativa tuvo un éxito ines- 
perado. Los versos de Boscun, aunque notables por la co- 
rreccion i la armonía, carecen de colorido i poseen cierta 
rudeza que los aleja del modelo que el poeta se propuso 
imitar. Aunque Boscan escribia por mero pasatiempo ¡ sin 


292 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


pretender el título de reformador, sus poesías ejercieron 
una grande influencia. 

Garcilaso de la Vega, descendiente de una de las fami- 
lias mas ilustres de España, nació en Toledo en 1503 2 
sirvió en los ejércitos de Cárlos V en Italia, en Alemania 
ien Africa. En la desgraciada campaña del emperador a 
Provenza, Garcilaso fué muerto de una pedrada a la edad 
de 33 años en el asalto de una torre que defendia un pu- 
fiado de paisanos. Sin estudios clásicos verdaderamente 
sérios 1 ayudado solo por su talento ¡ por su gusto, Garci- 
laso saca de repente la poesía española de su infancia, la 
hace marchar por las huellas de los antiguos i de los 1no- 
dernos mas célebres, i adornándula con las gracias i con 
los sentimientos tomados en su propia alma, le da un len- 
- guaje puro, elegante i armonioso, Sus obras se reducen a 
treinta i siete sonetos, cinco canciones, una epístola en el 
jénero lijero, i tres estensas églogas que fueron represen- 
tadas en diversas ocasiones. Son estas últimas las mas 
aplandidas de sus obras. «Sus bellos pasajes, dice Quinta- 
na, corren de boca en boca por todos los que gustan de 
pensamientos tiernos i de imájenes apacibles; 1 si no es el 
mas grande poeta castellano, es el mas clásico a lo ménos, 
el que se ha conciliado mas aplausos i mas votos, aquel 
cuya reputacion se ha mantenido mas intacta, 1 que pro- 
bablemente no perecerá miéntras haya lengua i poesía 
castellanas. Los estranjeros le llaman el Petrarca espa- 
fol.» 0 

Esta revolucion iniciada por Boscan i Garcilaso no fe 
consumó sin oposicion. El antiguo sistema conservó parti- 
darios, entre los cuales se distinguen Cristóbal del Casti- 
llejo (1494-1576), autor de algunas comedias de poco 
mérito, pero poeta satírico notable por la ¿racia i la natu- 
ralidad. En las que escribió contra los petrarguistas, asi 
llamaba a Boscan ¡a Garcilaso, comparaba la novedad in- 
troducida por éstos en la poesía castellana a las predica- 
ciones de Lutero; i haciendo comparecer a aquellos en el 
otro mundo ante el tribunal de Juan de Mena, de Jorje 
Manrique i de otros poetas anteriores, ponia en boca de 
éstos Ja condenacion terminante de la nueva poesía. 

3.—El impulso dado por Garcilaso fué seguido por otros 
injenios de su tiempo, pero todos mui inferiores a él. Para 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 293 


encontrar un escritor en que el arte haga algun progreso 
¡en que se noten los acentos iuspirados i sublimes que 
constitayen la verdadera poesía lírica, ez preciso buscarle 
en frai Luis de Leon. 

Nacido en Granada en 1527, Luis de Leon entró mui 
jóven en un convento de agustinos de Salamanca, fué pro- 
fesor de teolojíu en la universidad de esta ciudad i se gran- 
jeó una gran reputacion como comentador de la Biblia, 
Denuvciado al tribunal de la inquisición por una esplica- 
cion del sentido místico del Cántico de los cánticos, sufrió 
una penosa prision de cinco años, durante los cuales se 
tramitó un proceso que al fin dió por resultado la declara - 
cion de eu inocencia. Vuelto al goce de su libertad i al 
desempeño de sus cátedras, frai Luis de Leon fué provin- 
cial de su órden i murió en 1591. 

Este ilustre relijioso escribió algunos tratados ascéticos 
notables por la piedad cristiana i por la pureza de la dic- 
cion, i tradujo o imitó muchos salmos de David i las églo- 
gas de Virjilio; pero es famoso sobre todo como poeta. Al- 
ma pura, elevada, enérjica, frai Luis de Leon une a estas 
dotes una razon vigorosa i una imajinacio. inspira la. Ali- 
mentado en la lectura de la Sagrada Fiscritura, toma de 
ella sin quererlo sus golpes mas vigorosos. Uniendo a la 
meditacion asidua de la Biblia el estudio de la antigiledad 
profana, se lia propuésto a Horacio por modelo, i mezcla 
con orijinalidad a los movimientos líricos del poeta paga- 
no la suavidad del cristianismo. Eu Horacio aprendió a 
ser sencillo en la espresion de los mas altos pensamientos, 
grande sin énfasis, natural sin vulgaridad. Ls el primer 
poeta castellano “que se haya abstenido de imitar a la Pro- 
venza ¡a la Italia. Las dos fuentes de que emana su poe- 
sía son la relijion i la patria. Solo cuando le falta la ins- 
piracior, pierde su colorido; pero aun entónces conserva 
cierta suavidad de lenguaje. Entre sus odas, se recomien- 
dan particularmente la Vida del Campo i la Profecía del 
Tajo, imitadas de Horacio, i la Noche serena i la Ascenciun 
del Señor, que son de un carácter puramente relijioso, 

El rival de frai Luis de Leon fué s emando de Herrera, 
llamado el divino por sus contemporaneos. - 
villa, en 1534, Herrera hizo estudios verdaderamente asom- 
brosos para, su tiempo, llegando a familiarizarse con las 


294 *ELEMENTOS DE LITERATURA. 


lenguas latina, griexya 1 hebrea. De su vida se sabe que re- 
cibió las primeras Órdenes sacerdotales, que vivió de los 
frutos de un beneficio eclesiástico, i que murió en 1597. 
Sus amigos lo estimaban por su saber, por la amenidad de 
su trato i por sus virtudes. 

Herrera se dedicó, 'a imitacion de los grandes escritores 
antiguos, a formar un leuguaje poético que compitiese en 
pompa i en riqueza con el que ellos usaron en sus versos, 
La parte física de la lengua estaba ya fijada; pero en ma- 
nos de este poeta, lu parte pintoresca recibió grandes me- 
joras. A este esmero añadió el cuidado de agradar al oido 
por medio de la armonia imitativa, haciendo que los soni- 
dos tuviesen analojía con la imájen. Por lo que tyca al fon- 
do de su poesía, Herrera dió al amor un tono mas ideal i 
mas sullime convirtiéndolo en una especie de relijion, 
exenta de toda intervencion de los sentidos i reduciendo 
su actividad a admirar ia adorar continuamente las per- 
feccioues de la cosa amada. Sin embargo, los sonetos i las 
elejíus de Herrera, consagrados de ordinario a espresar 
esos sentimientos, hacen sospechar que su amor sea qna 
simple ficcion poética, porque en ellos se percibe mas es- 
tudio i sutileza que verdadera pasion. Pero su jenio vigo- 
roso brilla en toda su grandeza i con todo su esplen:lor en 
la oda elevada. Cantando la victoria de Lepanto o la trá- 
jica ummerte de don Sebastian rei de Portugal, Herrera es 
verdaderamente poeta. Su himno a la gran victoria de los 
cristianos contra los musulmanes es uua obra maestra de 
nobleza i de vigor. El poeta adopta el estilo bíblico, el to- 
no del profeta para caucar dignamente este gran triunto, 
que en su ilimitado entusiasmo relijioso, atribuye solo a la 
proteccion del Dios de los ejércitos. | 

4.—£n España, como en todos los puises nacidos de la 
dominacion romana, el arte dramático nació de los restos 
del paganismo conservados por las costumbres populares. 
Las representaciones sensibles del culto caido sobrev:vie- 
ron naturalmente a las creencias que aquellas simboliza- 
ban; i largo tiempo despues de su conversion al cristianis- 
mo, el pueblo reproducia aun en sus diversiones los cantos 
i los juegos de las relijiones paganas. En el siglo VI, estos 
restos del paganismo formaban un conjunto de diversiones, 
que eran como la representacion popular de las pompas 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 295 


del antiguo culto. El pueblo gustaba por hábito i por ne- 
cesidad de estos espectáculos, cuyo oríjen habia olvidado 
sin duda. El clero, cuyos esfuerzos no alcanzaron a pros- 
cribirlos, tuvo la idea de santificarlos aplicándolos a las 
fiestas del culto católico: las representaciones dramáticas 
tuvieron lugar en las iglesias en presencia i con la coope- 
racion de los ministros del culto, Representábase, por 
ejemplo, en la fiesta de la natividad del Señor, el viaje de 
los reyes magos que, conducidos por la estrella maravillo- 
sa, iban a Belen a adorar al hijo de Dios. 

Al principio, las piezas de este jéñero eran compuestas 
en el latin cérrompido que hablaban los frailes de la edad 
media; pero luego se introdujeron en ellas alguuos cantos 
en el idioma vulgar. Este tomó al fin su verdadera impor- 
tancia: los diálogos de los actores, aunque concebidos en su 
estilo rústico, eran escritos en verso. Poco a paco se aplicó 
esta especie de drama a los asuntos de la vida ordinaria, 
abriendo «sí una via nueva al arte naciente. Estos juegos 
escénicos se dividieron naturalmente en dos clases: las re- 
presentaciones piadosas i las representaciones profanas, Es- 
ta revolucion efectuada a fines del siglo XV, se operó sin 
influencia estranjera, sin intervencion de la literatura sábia, 
de suerte que la popularidad fué siempre su carácter prin- 
cipal. Los dos jéueros, el piadoso 1 el profano, fueron culti- 
vados basta el siglo XVIII con el mismo celo, con un éxito 
igual i por los mismos autores, 

5.—El primer período del teatro español comprende 
cuatro autores principales, cuyas producciones pueden dar 
una idea de lu que fué en su principio el arte dramático 
en aquel país. El mas antiguo de todos ellos, Juan de la 
Encina (1468 -1534) era un eclesiástico natural de la villa 
de Eucina, en los alrededores de Salamanca, que bizo la 
peregrinacion de la Tierra Santa i que residió largo tiem- 
po eu Roma como cantor de la capilla de Leon X. Comenzó 


por traducir, o mas bien, por parafrasear las églogas de ' 


Virjilio; ¡ despues compuso piecesitas dialogadas en estrofas 
líricas, algunas de las cuales indican la intencien de repre- 
sentar o mas bien de cantar los tormentos del amor. La 


mayor parte de ellas tratan de asuntos relijiosos, relativos ' 


a la muerte ia la resurreccion del Salvador. Solo en dos 
piezas se nota un principio de intencion dramática. Aunque 


298 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


las de Juan de la Encina no sean, en jeneral; mas que 
ensayos informes, merece ser mirado como un gran poe- 
ta a causa de la armonía de su versificacion, de la pureza 
i de la elegancia de su lenguaje. Se encuentran en ellas tro- 
zos de que las literaturas mas felices i mas avanzadas po- 
drian enorgullecerse, 

El portagues Jil Vicente (1480-1557) fué amigo i dis- 
cipulo de Juan de laEñcina, i cultivó en lengua española 
el drama naciente con un verdadero talento. Sus piezas, 
en cuanto a la forma ¡a la intencion dramática, no son 
mucho mas avanzadas que las de su predecesor; pero son 
mas desarrolladas, presentan mas detalles, un alcance mas 
poético i, sobre todo, mas variedad en la condicion de los. 
personajes. 

Bartolo Naharro, contemporáneo de los ante- 
riores, era un eclesiástico natural de un villorrio vecino a 
Badajoz, que vivió algun tiempo cautivo entre los moros de 
Arjel, i pasó sus últimos años en Italia. Este poeta habia 
estudiado a Plauto i parecia imitarlo en sus obras. En efec- 
to, aunque todavia no está creada la accion regular, se per- 
cibe en sus piezas el propósito de agrupar sus invenciones 
al rededor de un asunto principal, i una tendencia mani- 
fiesta a trasportar al drama los personajes i lus aconteci- 
mientos de la vida real. 

En el desarrollo posterior del drama español, tuvo gran- 
de influencia una novela dialogada justamente célebre 
publicada a fines del siglo XV. Es esta la Celestina, lla- 
mada así por el nombre de su principal personaje. Celes- 
tina es una vieja que toma el disfraz de la devocion para 
cometer sus maldades, recorriendo las iglesias i los con- 
ventos. Calisto, caballero gallardo, se enamora de la jóven 
i hermosa Melibea i se dirije a Celestina. Esta pone en 
juego las acechanzas mas infernales i hace triunfar la se- 
duccion. Despues de muchas aventuras mui bien desarro- 
Jladas, Calisto se mata saltando una pared; i Melibea, en 
medio de la mayor desesperacion, confiesa sus faltas a su 
padre i se precipita de una alta torre. Esta novela está 
dividida en veinte i un actos o jornadas; pero no se repre 
sentó nunca. El argumento es mui poca cosa, todo el mé- 
rito de la obra consiste en los caractéres i en los detalles, 
que están llenos de vigor, de verdad i de encanto. Son 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 297 


notables, entre otros rasgos, los caractéres de los personajes 
principales, i las sentencias i proverbios que el autor pone 
en boca de todos ellos, Toda la ubra ha sido escrita en pro- 
sa: la lengua castellana no tiene ningun libro escrito en un 
estilo mas natural, mas puro imas elegante. Esta obra fué 
impresa muchas veces sin nombre de autor, i por tanto era 
atribuida a muchos escritores célebres; pero posteriormente 
un corrector de pruebas de una imprenta observó que en 
un prólogo en verso puesto al frente de la obra, las letras 
iniciales de cada verso, unidas entre sí, formaban el nom- 
bre de Fernando de Rojas, que debia ser el autor de la obra. 
Rojas era un abogado que florecia a principios del siglo 
XVI, i que temia que Ja obra pareciese indigua de la gra- 
vedad de su profesion, aun cuando su propósito erá correjir 
los vicios pintándolos con toda enerjía. Peru cuando los 
aplausos con que fué recibido su libro lo hubieron absuelto 
en cierto modo se confesó autor. Su obra ha sido de tal mo- 
do celebrada en el estranjero, que solo en lengua francesa 
ha sido traducida cuatro veces, l 

Esta novela fué cuidadosamente estudiada por un céle. 
bre poeta a quien con justicia. se proclama el verdadero 
padre del teatro español. ope de uedar éste era su 
nombre, nació en Sevilla por los años de 1500 i murió en 
Córdoba en 1567. Fué a la vez autor dramático, miembro 
i jefe de una compañia de cómicos, a cuya cabeza recorrió 
una gran parte de la Lispaña dando representaciones, Al 
principio, compuso solo pequeños diálogos que se recita- 
ban en los entre-actos; pero luego formó comedias sobre 
un asunto dado, i cuyos personajes eran pintados con una 
rara perfeccion. Se admira principalmente la sal de su 
burla, la viveza de su dialogo, el jire castigado de su fra- 
se i la armonia del estilo. Ñ 

El desarrollo del teatro nacional español se encontró 
bruscamente interrumpido por una revolucion literaria que 
amenazaba cambiar para siempre su forma 1 su fondo, Los 
españoles habian traido de Italia el conocimiento i el gus- 
to por la literatura clásica, tumaron con pasion el estudio 
de los antiguos modelos, i muchos eruditos se ejercitaron 
en traducirlos i en imitarlos. Entre 1560 i 1580, se formó 
este teatro rival del que comenzaba a desarrollarse en 
España. Las piezas de esta época pertenecen mas o ménos 


12 


298 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


a la imitacion de las formas antiguas. Unas reproducen 
los asuntos de la literatura clásica: otras, aunque buscan- 
do sus argumentos en la historia o en las costumbres mo- 
dernas, tratan de ajustarse cuanto es posible a las reglas 
del drama antiguo. Todas las piezas de esta época que no 
son simples traducciones no pueden considerarse sino como 
dramas informes en que domina el mal gusto: se ven en 
ellas las imájenes i los lugares comunes de la literatura 
clásica torpemente asociados a los jiros romanescos del tea- 
tro español. listos ensayos de restauracion clásica, en que 
tomaron parte algunos poetas de distincion, entre otros el 
gran Cervantes, se malograron, i el teatro nacional pudo 
elevarse en breve a la altura a que debia alcanzar. 

6.—La grandeza política de la España en el siglo XVI, 
la gloria de tantos triunfos, de tantas conquistas i de tan- 
tos descubrimientos, debia estimular el injenio castellano 
al cultivo de la poewia épica. En efecto, seducidos por el 
estudio de la antigiiedad que acababa de salir de sus rui- 
nas, i por el ejemplo de las graudes composiciones poéti- 
cas de Italia, algunos versificadores se inflamaron con el 
laudable deseo de inmortalizar en sus versos las grande- 
zas de la patria. La España tuvo así mas de cincuenta 
poemas mas o ménos estensos destinados a cantar asuntos 
relijiosos, caballerescos, guerreros i patrióticos; pero en 
jeneral sus autores no compusieron mas que pesadas cró- 
nicas en verso, vaciadas de ordivario sobre el molde de las 
grandes epopeyas italianas, pero concebidas sin jenio i sin 
ninguna muestra de ese vigor de imajinacion que distingue 
al verdadero poeta épico. De esta censura debe esceptuar- 
se solo la Araucana de Ercilla. 


21.» a Don Alonso de Ercilla i Zúñiga nació ea Madrid en 
1533. En su primera juventud sirvió de paje del principe 


real, despues Felipe IL, a quien acompañó en sus viajes 
a Alemania i Flandes. Hallábase en Lóndres con el prín- 
cipe, que habia ido a Inglaterra a celebrar su matrimonio 
con la reina María Tudor, cuando se supo allí la rebelion 
de Jos indivs de Chile, i la muerte del gobernador español 
de esta provincia, Pedro de Valdivia. Preparóse con gran 
presteza una nueva espedicion bajo el mando del capitan 
Jerónimo de Alderete. Ercilla, jóven de veinte i un años, 
ardiente e impetuoso, se enroló en el ejército i se embarcó 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. — 299 


para América, no buscando el oro, como la mayor parte de 
sus compatriotas, sino un campo en que ilustrar su nom- 
bre. Alderete myrió durante el viaje: en su lugar, tomó el 
mando de las tropas don García Hurtado de Mendoza, el 
hijo del virei del Perú. A las órdenes de este jefe, Ercilla 
hizo la gloriosa campaña que dió por resultado la momen- 
tánea pacificacion del territorio araucano, No es éste el 
tiempo de recordar los incidentes de aquella vid: llena de 
aventuras 1 de peligros que él mismo ha referido en gu 
poema. Vuelto al fin a España, pasó sus últimos años en 
la corte, pero llevando nna vida en cierto modo alejada de 
los honores, ¡ murió en 1594, 

La Araucana es un poema de grande estension. Contie- 
ne treinta 1 siete cantos en octavas reales semejantes en 
su estructura i, aun podria decirse, en su elegancia, a las 
estrofas de los poetas épicos italianos del siglo XVI. El 
poeta que, al conocimiento de la literatura de su tiempo, 
unia la lectura de las grandes obras puéticas de la antigúe- 
dad clásica, no ha tomado de ellas mas que ciertos atavios 
de forma; pero no los ha imitado en el arte de la esposi» 
cion del asunto i de la combinacion de la fábula. Comien- 
za por hacer una descripcion sumaria pero exacta del te- 
rritorio chileno i de sus habitantes primitivos, tal como 
podria exijirse en una obra puramente histórica. Voltaire, 
que juzga este poema con notable induljenciá, aplaude es- 
ta introduccion, «liste principio, dice, que seria insoporta- 
ble en cualquiera otro poema, es aquí necesario, i no de- 
sagrada en un asunto cuya escena pasa en el otro trópico, 
1 cuyos héroes son salvajes que nos habrian sido siempre 
desconocidos s: Ercilla no los hubiese celebrado. Jl asun- 
to, que era nuevo, ha hecho nacer pensamientos Nuevos 
tambien.» El desenvolvimiento de toda la accion, sigue el 
órden cronolójico de los acontecimientos. La verdad se 
muestra casi sin accesorios, casi sin personajes ficticios; 
corno si el poema fuese solo una historia narrada de una 
manera brillante, pero conservando siempre su curácter de 
cuadro fiel de los hechos. El mismo Ercilla dice en varias 

artes de su libro que escribe solo nna historia en verso, 
fiste es el carácter esencial de la primera parte de la 
Araucana, que fué publicada en Madrid en 15689. El poe- 
ta conoció entónces que la simple narraciou en verso de 


300 ELEMENTOS DE LITERATURA; 


los hechos históricos acabaria por parecer monótono, 1 se 
empeñó en sembrar las dos partes restantes de su póe- 
ma (publicadas la segunda en 1578 ¡ la tercera en 1589) 
de incidentes creados en su imajinacion i de episodios des- 
tinados a reanimar el interes. Ercilla inventa entónces la 
aparicion de Belona que refiere al poeta la batalla de San 
Quintin; la descripcion de la .caverna del encantador Fi- 
ton, desde donde asiste en espíritu a la batalla de Lepanto; 
la disputa que tienen dos soldados durante una marcha, 
acerca de la muerte de Dido permite a Ercilla, como ca- 
ballero cumplido, defender la virtud de esta reina contra 
las imputaciones calumniosas de Virjilio. Estos episodios, 
demasiado desligados del asuuto principal, son por esto 
mismo mui poco interesantes. 

La falta de un plan verdaderamente épico hace que la 
accion no llegue a un desenlace como el que debe servir 
de término a una epopeya, Así es que despues de cantar 
los triuntos de los españoles sobre los araucanos, Ercilla 
refiere sumariamente la rebelion de Lope de Aguirre, lla- 
mado el tirano, en los valles orientales del Perú, i habla 
de la muerte de don Sebastian, rei de Portugal, lo que le 
permite defender las pretensiones de Felipe 1I a esa coro- 
na. El poeta termina su obra recordando los desencantos 
de su vejez, i la ruina de sus esperanzas, i anunciando el 
proyecto de consagrar sus últimos dias a la penitencia i a 
la devocion. | 

Si todos estos incidentes estraños a la accion no alcan- 
zan a darle la grandiosidad épica, no quitan tampoco a la 
Araucana su mérito indisputable de documento histórico, 
sobre todo tratándose de sucesos en que el poeta ha toma- 
do parte i que no es posible estudiar en otra fuente. Un 
observador medianamente acostumbrado a este jénero de 
investigaciones, descubre sin mucha dificultad la parte 
útil psra la historia, dejaudo a un lado los accesorios poéti- 
COS. 

, Como conjunto, volvemos a repetirlo, la Araucana no 
es una verdadera epopeya; pero en los detalles, puede 
competir con las mas acabadas obras del arte. En la des- 
cripcion de los lugares, Ercilla emplea una precision ele- 

ante i llena de claridad. En la narracion de los combates 

esplega un verdadero vigor poético con rasgos siempre 





HISTORIA, LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 301 


puevos i animados. Algunos de sus caractéres son trazados 
con mano maestra, sobre todo cuando el poeta hace hablar 
a sus personajes. Algunos de esos discursos son, a juicio 
de Voltaire, superiores a los de los héroes de Homero. Por 
otra parte, la versificacion fluida i armoniosa, la feliz cons- 
truccion de la estrofa, a la cual solo ee le podria reprochar 
cierta pobreza en la rima, defecto mui disculpable en una 
época en que no eran conocidos aun todos los recursos de 
la lengua, hacen de este poema una de las mas preciadas 
joyas de la literatura española, 

Aparte de todos estos atractivos, la Araucana ofrece 
otro interes especialísimo. Nace éste del carácter noble i 
elevado del mismo Ercilla. En efecto, se leen con un ver- 
dadero placer los numerosos pasajes en que el poeta, actor 
tambien en los sucesos que narra, deja descubrir su carác- 
ter siempre leal, sus sentimientos humanos en favor de 
los indios, i su alma incoutrastable en la desgracia. 

7.—Hemos dicho que con escepcion de la Araucana los 
otros ensayos de poemas épicos españoles casi no merecen 
recordarse. Se encuentran a veces en ellos rasgos brillan- 
tes, escenas animadas, versificacion cuidada; pero analiza- 
dos en su conjunto, aun los mejores son mal concebidos, 
desordenados, i tan lánguidos, que es casi imposible ter- 
minar la lectura de uno de ellos. Casi lo mismo podríamos 
decir de los poemas didácticos, contráidos en su mayor 
parte a consiguar las reglas de la poética. Debemos, sin 
embargo, hacer en este jénero otra escepcion en favor de 
Céspedes, i de su poema incompleto sobre el arte de la 
pintura. ? . 
¿Pablo de Céspedes (1538—1608) era natural de Córdo- 
ba: hizo bri estudios de lenguas i de Jiteraturas 
clásicas, cultivó las bellas artes en ltalia i fué pintor, 
escultor i arquitecto. Su, ciudad natal conserva todavía 
con orgullo algunos de sus cuadros mas famosos. De su 
obra, que tal vez dejó inconclusa ¡ sin correjir, solo han 
llegado hasta nosotros seiscientos versos distribuidos en 
armoniosas octavas. Estos cortos fragmentos, que ni siquie- 
ra tienen unidad entre sí, no pueden dar idea alguna del 
plan del poema; pero hai en ellos ciertas descripciones 
<omo la del (subriio) i la de los útiles que emplea un pin- 
tor, que dejan ver un verdadero poeta. Es igualmente no- 


Ly 


302 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


table el trozo en que celebra a los grandes filósofos i a los 
grandes poetas, cuyas obras duran mas que los nonumen- 
tos i las ciudades. | 

8.—La prosa española llevó tambien en el siglo XVI 
su marcha de progreso. Empleáronla distinguidos escrito- 
res en la novela, en la historia ien las obras morales i 
políticas, La novela sobre todo, fué cultivada con grande 
ardor. 

Los romances caballerescos habian comenzado a caer en 
el olvido en Francia, en Ital:a i en Inglaterra. Las ideas 
modernas habian traido consigo nuevas costumbres; i las 
aventuras estravagantes i burlescas de los Orlandos i de los 
Reinaldos eran leidas con gran placer, no ya en las sérias 
epopeyas de la edad media, sino en los poemas cómico- 
heróicos de la escuela moderna italiana. Solo la Jispaña 
habia conservado integras todas las tradiciones caballeres- 
cas i el entusiasmo militar i relijioso mantenido por el 
recuerdo de la lucha contra los moros. Los romances po- 
pulares no habian cesado de celebrar la memoria de los 
viejos cristianos, vencedores o vencidos combatiendo a los 
sarracenos, Así se esplica cómo nació en este pais, en medio 
de la decadencia jeneral de las ideas 1 de las tradiciones 
caballerescas, una familia de novelas en que los sentimien- 
tos borrados en otras partes, reaparecian en su enerjía 
primitiva, con un aire de novedad tomado del clima i del 
suelo natal. 

_La mas notable de estas novelas es una que se titula 
Amadis de Gaula, publicada en Salamanca en 1519, Por 
largo tiempo se ba discutido la cuestion de suber quién es 
el autur de este libro, i se le ha atribuido un oríjen porta- 
gues o frances: parece, sin embargo, que sobre una anti- 
gua novela se formó la obra española; i que ésta bajo la 
forma en que fué dada a luz pertenece a un escritor cas» 
tellano llamado ( fontalyo, que vivia a 
fines del siglo XV. Por su fondo es uno de los romances 
del ciclo del rei Arturo, cuya esceva pnsa en su mayor par- 
te en el país de Gales, en Inglaterra. Pero al retocar el li- 
bro que le sirvió de base para su novela, Ordóñez de Mon- 
talvo lo ha adornado de aventuras nuevas, cot arengas 0 
discursos imitados de los historiadores de la antigiedad, 
con cartas, diálogos i descripciones ajustadas al gusto del 









v 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MUDERNOS. 303 


renacimiento. El mérito real de este libro es el haber puri- 
ficado este jénero de composicion romanesca por un senti- 
miento elevado de delicadeza i de discrecion. Amadis, en 
efecto, nos aparta de la rudeza de la edad media, para tra- 
ernos al umbral de la vida i de la delicadeza de los tiempos 
modernos. Aun en medio de la exajeracion de sentimien- 
tos indispensables eu esta clase de obras, se encuentra en 
sus caractéres i en su accion un gran foúdo de verdad que 
hace que esta obra haya sobrevivido al torbellino de imi- 
taciones que se le siguieron, 1 que miéntras éstas son com- 

letamente desconocidas, aquella conserve todavia su cré- 

ito i su estimacion. Bajo el punto de vista del estilo, esta 
obra merece ser estudiada aun como una de las mejores 
fuentes de la lengua española. 

9.—Los antiguos libros de caballerias ofrecian la pin- 
tura de las costumbres, de los sentimientos i de las ideas 
particulares de la edad media. Los inhábiles imitadores 
de estas epopeyas romanescas, condenados a exajerar los 
defectos de eus predecesores para ofrecer alguna novedad, 
cayeron en incencebibles estravíos de imajinacion, verda- 
deramente peligrosos para la razon i para el gusto, El pú- 
blico principió a cansarse de esas eternas historias de cas- 
tillos encantados, de grandes espadas, de jigantes vencidos 
i de monstruos inmolados, Algunos escritores comenzaron 
a abandonar el cuadro caballeresco pero como los cuentos 
han tenido siempre tan grande atractivo para el hombre, 
se buscó otro campo, ¡en lugar de caballeros andantes, 
los héroes de la novela fueron pastores. 

Es un hecho curioso de la literatura moderna cómo es- 
ta manía pastoral se apoderó de toda la Europa al termi- 
nar la edad media, i duró casi todo un siglo, La admiracion 
por los idilios de Teócrito i por las églogas de Virjilio a 
la época del renacimiento,produjo en todas partes el deseo 
de imitarlos. Las primeras obras de este jénero fueron, co- 
mo hemos visto, diálogos en versos adaptables a la repre- 
sentacion dsamática; pero en 1504, el poeta napolitano 
Jacobo Sannazar (Véase la pájina 264) compuso una na- 
rracion en prosa con el título de Arcadia, en que estaban 
mezclados versos, décimas, sonetos, etc., i donde figuraban 
pastores de fantasía, contando en ella el poeta, bajo nom- 
bres fiojidos, las aventuras de su propia vida i sobre todo 

1 


304 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


la historia de un amor desgraciado que la ocupó toda ente- 
ra. Esta obra, que tuvo un éxito prodijioso, estimuló las 
imitaciones que se le siguieron. La literatura española 
produjo muchos libros de esta naturaleza; pero snio dos de 
ellos son dignos de que hagamos aquí especial mencion, 

La Diana de Jorje de Montemayor, publicada en 1545, 
es el mas antiguo de ellos, Su autor, (1520—1564) era 
portugues de nacimiento. viajó en Europa como cantor de 
la capilla ambulante de Felipe IT, i por último se domici- 
lió en España, cuyo idioma cultivó con rara perfeccion, 1 
donde pereció en un duelo. Montemayor no se inspira en 
la antigitedad, que él desconoce: su modelo es Sanuazar. 
Como él, vivió bajo el imperio de una pasion desgraciada; 
1 como él buscó tambien un asunto novelesco e interesante 
para referir sas penas, i contar sus propias aventuras mez- 
cladas con las de sus amigos. Eu efecto, los pastores de la 
Diana ocultan todos personajes reales, como lo advierte el 
autor en el prefacio: él mismo aparece bajo el nombre del 
enamorado i melancólico Sireno. Esta circunstancia tuvo 
sin duda alguna influencia en el éxito de esta obta; pero la 
primera causa de la gran popularidad de este libro, es la 
admirable pureza del estilo. Montemayor pertenece a ese 
siglo en que la imajinacion española, en su primera fres- 
cura, no ha sido marchitada por el c»ntajio del culteranis- 
mo. Es notable, sobre todo, la elegancia de los versos de 
que está sembrada la narracion. 

La novela de Montemayor no quedó concluida. Otros 
escritores quisieron terminarla; pero solo una de esas con- 
tinuaciones se acerca al orijinal. Un escritor valenciano, 
Gaspar Jil Polo (1516-1572) dió a luz la Diana enamora- 

, Tovela en prosa n.ezclada de muchos versos, como la 
«bra que queria continuar. Jil Polo toma los persouajes 
en lá situacion en que los habia dejado su predecesor; pe 
ro cambia completamente la accion con habilidad 1 buen 
gusto. Así Diaua, insensible al amor de Sireno en la no- 
vela de Montemayor, se enamora apasionadamente del Jó- 
ven pastor, que a su vez se hace indiferente. Al fio una 
encantadora consigue reunir a los dos amautes en una pa- 
sion mútua. luferior a su predecesor en la invencion, dJil 
Polo cambia solo los papeles sin crear nuevor caractéres; 
pero la elegancia sostenida del estilo, la nitidez de la es- 





HISTORIA -LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 305 


presion, el brillante colorido del pensamiento, que há con- 
servado en la parte poética de la novela, constituyen el 
verdadero mérito de su obra. 
10.—Esta clase de novelas, en que se ejercitaron' mu- 
chos otros injenios, 1 entre ellos el mismo Cervántes, mo 
rodujo mas obras notables que las que dejamos señaladas. 
cambio, los españoles cultivaron con rara felicidad el 
jénero picaresco, imájen viva de las costumbres de la Es- 
paña del siglo XVI, espresion pintoresca de su estado po- 
lítico i civil, de sa orgulio en medio de la mendicidad, de 
sus llagas sociales i sobre todo, del espíritu.aventure- 
ro inherente a la raza. La novela picaresca, cuyos héroes 
son los mendigos, los bandidos, los estudiantes, Jos jita- 
nos, los espadaciines, no es una imitacion, como podria 
creerse, de los fabliaux franceses que inspiraron a Bocacie 
ia otros escritores: es una propiedad tan esclusiva de la 
imajinacion española que el nombre con que se desigua es- 
te jénero no tiene traduccion ni equivalente en ninguna 
otra lengua. Nacieron de la necesidad de renovar el inte- 
res agotado por las estravangancias monótonas de las ño- 
velas caballerescas, i las elegancias refinadas de la novela 
pastoral. Del ideal exajerado en aquellos dos jéneros, se 
cayó, buscando la verdad, en el realismo de mas baja clase. 
" La fantasía de un estudiante de la alta aristocracia 
abrió la carrera en que se precipitaron. despues de él otros 
escritores de inferior jerarquía. Don_Diego Hurtado de 
Mendoza, vacido en Granada eú 1503 i¡ muerto en Valla- 
1d en 1575, fué a la vez diplomático, militar, historia- 
dor i poeta, i figuró en su época per su ilustre nacimiento, 
por la entereza de su carácter, por su gran talento político 
i por su amor a las letras i n las ciencias. Siendo jóven to- 
davía, compuso una novela de corta estension, pero de gran- 
de alcance social, que vió la luz pública sin nombre de su 
autor. Lazarillo de Tórmes, este es su título, es la historia 
de un pobre muchacho, mendigo desde su nacimiento, reco- 
jido por un ciego maligno que se servia de él como de un 
instrumento de conmiseracion. Las circunstancias de su vi- 
da llena de aventuras 1 de sinsabores, han producido en su 
corazon un gran fondo de misantropía; pero la desgracia 
no lo abate; soporta su destino con una resiguacion filosó- 
fica; i desde lo alto de su miseria juzga a todo el mundo 


f 


306 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


que Jo rodea. Ha estudiado sucesivamente todas las clases 
sociales de'su nacion; ha mostrado a los nobles con sus or- 
'gullosas miserias, con una capa ostentosa, con uba espada 
de la mejor fábrica de Toledo, pero que no tienen que co- 
tner, que por ser nobles no consieuten en ser comerciantes 
nien tener una profesion, i que prefieren que su lacayo 
mendigue para ellos algunos maravedises; ha pintado el 
interior de los conventos, la codicia de los frailes i los pia- 
dosos fraudes con que esplotaban al pobre pueblo. Esta no- 
vela es un verdadero cuadro, o mas bien una série de cuadros 
en que las figuras se destacan del fondo de las circunstan- 
cias, con todo el poder de colorido que caracteriza a los 
pintores españoles. Hurtado de Mendoza se ha reido de to- 
do con un buen humor que deja traslucir la amargura de 
una crítica acerada. 

El nuevo jénero hizo furor: el gusto picaresco tuvo un 
período brillante en la historia de la literatura española; 
pero aunque todos los otros ensayos son pálidos al lado del 
Lazarillo, se produjeron otras obras notables no tauto por 
el fondo satírico como por la amena variedad de Jas aven- 
turas. Entre :los escritores que cultivaron este jénero se 
distinguen particularmente bateo Aleman, eseritor anda- 
luz que florecia a fines del siglo , 1 Yicente_Espinel, 
poeta de cierta distincion, natural de Ronda (1544-1634). 

| primero es autor de Guzman de Alfarache, 1 el seguu- 
do de algunas novelas del misnyo jénero, la mas notable de 
las cuales es El escudero Márcos de Obregon. Ambas obras 
se apartan en ciertu modo del sendero abierto por Hurta- 
do de Mendoza: la narracion ha perdido algo de su natu- 
ralidad i de su sencillez; las aventuras están contadas con 
mayor desarrollo i acompañadas de reflexiones morales, 
algunas veces difusas e innecesarias. 

11.—En el jénero histórico es donde la prosa española 
ha elevado sus mas hermosos monumentos en el siglo XVL 
Algunos de sus historiadores fueron hombres de estado, 
capitanes célebres, pero casi todos poseyeron notables 
talentos literarios para comprender la belleza artistica 
de las obras maestras de la antigitedad i amaron el arte 
pera tratar de imitarlo. Si la España cuenta muchos 

istoriadores artistas, posee tambien un gran número de 
compiladores. Los reyes nombraban un empleado con e) 











II == 
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HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 307 


titulo de cronista que tenia el encargo de escribir la histo- 
ria de su tiempo; i cuando el descubrimiento del nuevo 
mundo abrió un nuevo teatro a la actividad de los caste- :,.,- . 
llanos, se creó tambien el cargo de cronista de Indias? ;*>-""” 
Florian de Ocampo, historiógrafo de Cárlose V, compuso 
auna Crónica jeneral de España, que fué continuada por 
Ambrosio de Morales hasta la reunion de las coronas de 
Castilla i de Aragon, Ambas obras, notables por" el con-. 
junto de hechos que contienen, están, sin embargo, escri- | 
tas con poca crítica i con desaliño en el estilo. Gonzalo + “:i£0 e. 
Feruandez de Oviedo, nacido ea Asturias en 1478, viajó 4 Ibor 
Jargo tiempo en América, i como cronista de Indias, com- / 
puso entre otras obras, una notable /Historia jeneral i na- 
tural de las Indias que solo ha sido publicada por comple- 
to hace pocos años. Esta obra, aunque algo desordenada 
en la narracion, está concebida con un espíritu recto i es- 
crita con una elegante sobriedad de estilo. Pero el mas 
notable de estos cronistas es Jerónimo Zurita (1512-1581), 
vataral de Zaragoza, que compuso los Anales históricos de 
Aragon, con grande acopio de hechos no solo para conocer . 
la historia propiamente dicha, sino tambien las institu- . 
ciones políticas de aquel interesante reino. 

Aunque esos cronistas conocian mas o ménos los gran- 
«les modelos de la antigiiedad clásica, se puede decir que 
falta el arte en sus obras. Pero otros escritores dieron a la 
historia todo el esplendor a que alcanzó en ese siglo. Don 
Diego Hurtado de Mendoza, de q::ien hemos hablado poco 
ántes como novelista, se habia retirado a su ciudad natal, 
Granada, como confinado por el rei, i con el deseo de pa- 
sar allí sus últimos años, cuando estalló la grande insu- 
rreccion de los moriscos. Mendoza estudió las causas polí- 
ticas; vió que la opresion mas cruel, los ultrajes mas vio- 
lentos, las perfidias mas injustificables ejercidas por la 
autoridad civil i por la inquisicion, habian producido la 
desesperacion de ese desgraciado resto de los árabes; vió 
nacer la insurreccion a la señal del último de los Aben- 
cerrajes, estenderse rápidamente en las Alpujarras, 1 los 
sangrientos combates de la lucha, la represion mas san- 
grienta todavía, la destruccion de poblaciones enteras i la 
venta de lus vencidos como miserables esclavos (1568 
1570). El noble caballero, testigo desapasionado de esta 


y” 
F "r ” 
” 


308 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


guerra, recojió todas las noticias i documentos, i escribió 
su historia con una grande habilidad. Felipe 11 no tolera- 
ba crítica de sus actos: Mendoza, no pudiendo pronunciar 
su juicio, se limitó a consignar los hechos con toda clari- 
dad. La sola arenga que ha introducido en su obra, a la 
manera de los antiguos, se encuentra en la boca de uno de 
los principales jefes de la insurreccion, ocultando así há- 
bilmente la censura contra el sistema empleado por el rei. 
La Historia de la guerra contra los muriscos de Granada 
es ademas una obra maestra de elegancia histórica. To- 
mando el asunto por su lado mas sério, Mendoza ha que- 
rido reproducir la manera de los grandes escritores de la 
antigiedad: su modelo es visiblemente Salustio. Favoreci- 
do por el orijen latino del español, imita los jiros i las 
sentencias, i algunas veces la concision i hasta la oscuri- 
dad del orijinal. Su estilo tiene un relieve poderoso, un 
vigor admirable, i con frecuencia cierto énfasis i cierta 
pompa que no le sientan mal. Apesar de todas sus pre- 
cauciones, su obra no obtuvo permiso para la impresion, i 
circuló manuscrita hasta 1610 en que fué publicada. A 

ta circunstancia, se atribuyen algunas incorrecciones de 
estilo que se notan en ella, 

-Bajo un plaa mucho mas vasto ha sido trazada la His- 

ia jeneral de España del padre Mariana. Nacido en la 
ciudad de Talavera en 1537, el padre Juan de Mariana 


entró mui jóven en la compañía de Jesus ¡ se hizo—fámoso 


como profesor en Roma ¡en Paris. Diversos escritos en 
que hacia ostentacion de Ja independencia de su carácter 
i del vigor de sus convicciones, contribuyeron a darle ce- 
lebridad. En uno de ellos en que trata de la autoridad 
real, partiendo del principio de la soberanía popular, lle- 
ga a determivar ciertos casos en que es permitido a un 
simple particular el dar muerte al depositario de la auto- 
ridad, al rei. En otro reveló al público los robos que se co- 
metian en la fabricacion de las monedas. Por fin, en otro 
tratado descubria con singular franqueza las desgracias 
de que estaba amenazada Ja compañía de Jegus, si no co- 
rrejia los desórdenes de eu gobierno, sobre lo cual daba 
buenas consejos. Un hombre semejante, apesar de su pro- 
dijioso mérito i de sus vastos conocimientos, no podia to- 
mar parte en la direccion de la compañía. En efecto, el 


HISTORIA LITERARIA.— TIEMPOS MODERNOS. 309 


padre Mariava murió en 1624, a los ochenta 1 siete años 
de edad, sin baber obtenido niuguna de las dignidades de 
su órden. 

Las obras que acabamos de recordar no son las que han 
dado su inmensa fama al padre Mariana. Su gloria des- 
causa sobre un monumento mas duradero, la Historia je- 
neral de Espuña. Escribióla primero en latin, lengua eu 
que habia compuesto sus otras obras; pero queriendo ha- 
cerla verdaderamente popular, i siguiendo el cousejo de 
algunos amigos, la tradujo él mismo al castellano corri- 
jiéndola i completándola hasta la muerte de Fernando el' 
católico en 1516. Mas tarde le añadió un bosquejo com- 
pendioso hasta su tiempo. Comprende esta obra la historia 
de España desde los tiempos primitivos i fabulosos en que 
supone que un hijo de Jutet, llamado Tubal, llevó los pri- 
meros publadores a la peuínsula ibérica. Segun sus propias. 
palabras, no se propuso escribir una historia crítica, ni mu- 
clro ménos detenerse en toilos lus detalles, lo que le habrin 
impuesto nn trabajo infinito; quiso solamente adornar con el 
estilo los materiales, reunidos por sus predecesores, Si hu- 
biera sido necesario comprubar todos los hechos, añadia,, 
se habrian pasado muchos centenares de años ántes que 
se hubiese ofrecido una historia de España a la curiosidad 
ia la instruccion de sus cumpatriotas, ll historiador ha 
escrito, pues, como Tito Livio, consignando en su obra to- 
do lo que en su tiempo pasaba por historia, ordenando los 


hechos i metodizando la esposicion para darles toda la clari- 


dad apetecible. Por esto mismo, su libro dube ser leido con 
precaucion; pero bo por esto se le debe considerar indigno 
de su fama. Mariana sabe dar colorido a 8u narración i vi- 
gora las pinturas de los caractéres. Su eetilo es noble i 
puro, sin ninguna mezcla de afectacion ni de fu!-o brillo. 
Su gravedad dejenera a veces en aridez, su conci-ion en 
dureza, sus máximas en lugares comunes de moral. Peru 
reina en este vasto covjunto algo de grande i de imponen- 
te que depende del arte con que el escritor hace entrar en 
su obra los hechos mas considerables que han pasado en 
el mundo. Se le ha reprochado la ausencia de esas consi- 
deraciones jeverales sobre las leyes, las costumbres, las 
causas de la grandeza i de la decadencia de los imperios,. 
que se encuentran en los historiadores m«dernos; pero es 


o e 
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310 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


tas faltas, que nacen del tiempo en que escribió i de la 
manera como entónces se comprendia la historia, están 
compensaraas con el buen sentido que ostenta en cada nna 
de sus pájinas, 1 con el colorido de que reviste los hechos. 
¿Bajo este punto de vista, ningun historiador español ha 
igualado todavia al padre Mariana, que por otra parte $e 
conserva su obra aun hoi dia como el modelo del castellano 
clásico. | 

12.—Bajo el réjimen despótico a que estuvo sometida la 
España desde el siglo XVI por el absolutismo de los re- 


, yes 1 por el terror de la inquisicion, no debia esperarse que 


¿este país produjese escritores políticos ni mucho ménos 
filósofos. En los siglos anteriores se encuentran espíritus 
tranquilos, vigorosos, que raciocinan sobre la libertad en 
la plenitud de su buen sentido, sin calor ficticio i sin de- 
clamacion. Desde esta época, la imajinacion parece reem- 
plazar a la razon: los esuritores tienen que apelar a la no- 
vela 0 a la historia para emitir sus ideas, o trabajar sobre 
palabras porque les están vedados los grandes asuntos. 
Un gusto detestable les hace tomar una metáfora por un 
pensamiento i confundir la elocucion con la elocuencia. 
Juan Luis Viyes (1492-1540), natural de Valencia, el mas 
distinguido humanista español del siglo XVI, vivió siem- 
pre fuera de su patria, 1 ademas escribió en latin. 

Entre los escritores españoles que disertando sobre la 
moral ¡la política, se han elevado a alguna altura, debemos 
mencionar a Pucon pS de Guevara ia Antonio Perez, El 
primero era un fraile franciscano natural de la provincia de 
Alava (1470—1545) que alcanzó el puesto de obispo de 
Cádiz. Su obra principal es una especie de novela política 
i filosófica titulada Marco Aurelio o reloj de principes. Traza 
en ella un retrato fantástico del famoso emperador romano 
para hacerlo servir de modelo a Cárlos V, ostentando algo de 
la gravedad imponente i varonil de los escritores de la anti- 
gúedad, a quienes ha querido imitar, i acompañando su 
esposicion de máximas j sentencias que revelan una inte- 
lijencia habituada a los negocios de estado i un corazon 
recto. Antonio Perez (1539—1611), el célebre ministro de 
Felipe 11, mucho ménos puro, pero no ménos hábil, ocupa 
un lugar distinguido en las letras españolas por sus Rela- 


ciones, o memorias históricas con que ha pretendido justi- 





- HISTORIA LITERARIA.—TKEMPOS MODERNOS. — 311 


ficarse despnes de su fuga de España de los cargos que le 
hacia el reii por los cuales fué sometido a juicio ante la 
inquisicion. | 
Entre los prosadores españoles que florecian en este si- 
glo, es preciso contar a los escritores místicos. Algunos de 
ellos son hasta ahora modelos de estilo; i todos ejercieron 
una poderosa influencia sobre las ideas de su siglo, mani- 
festadas pour una notable inclinacion a la vida contempla- 
tiva, por la multiplicacion de los conventos i de los mo- 
nasterios, por la grandiosa magnificencia de los monumen- 
tos relijiosos, i por los tesoros consagrados a su adornu. 
Nos limitaremos a recordar aquí a los mas famosos de esos AMADA 
escritores. | AS pet. 
Leresa de Cepedo, canonizada por la iglesia con el nom- 
bre de Santa Teresa de Jesus, nació en la ciudad de Avila 
en 1515, fué monja carmelita, ocupó su vida en la reforma 
de su órden ien la práctica de las virtudes ascéticas, i 
murió en 1582, dejando un nombre ¡lustre en la historia de 
Jas letras españolas, i la fama de su santidad consignada en 
la tradicion ¡ ea numerosos documentos. Santa Teresa es- 
<ribió, aparte de su correspondencia, cuatro obras justamen- 
te admiradas por la fé profunda, por la piedad fervorosa 
que respiran i por el tono vigoroso i natural en que están 
concebidas. La mas notable de esas obras es su propia 
vida, escrita no por un impulso de vanidad sino cediendo 
a Jos mandatos de su confesar. : 
Juan de Avila (1500—1569), llamado el apóstol de An- 
edalucía, ha dejado sermones llenos de vi:la, de ardor i de 
pasion; pero que rápidamente improvisados, dejan mucho 
que desear por lo que respecta a la forma. Fué el amigo de 
frai Luis de Granada, que aprendió en sus defectos a mo- 
derar el fuego de su juvenil elocuencia. 
Frai_ Luis de Granada, relijioso domínico, natural de 
Gravada (15017—T588)_ ocupó los mas altos puestos de su 
árden i escribió numerosas obras que le han asegurado el 
renombre del primer escritor místico de la España, Cono- 
cedor profundo de la antigiltedad, admirador apasionado de 
Ciceron, ha trasportado a sus sermones algo de Ja perfec- 
«cion antigua. Los críticos españoles lo consideran el primer 
prosador de su siglo. Admiran, sobre todo, la abundancia, 
la enerjía, la majestad de su estilo, cualidades que van 


, 


312 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


siempre ncompañadas de la elegancia en la espresion i de 
la perfeccion eu el período. 

Estos escritores, considerados como modelos de asce- 
tismo, no se sustrajeron en su tiempo na la desconfianza de 
la inquisicion. El terrible tribunal, encargado de mantener 
la pureza de la fé, creyó descubrir en las obras de los mas 
distinguidos escritores místicos españoles tendencias a la 
impiedad o errores condenables; 1 de allí nacieron las per- 
secuciones de que fueron víctimas muchos de ellos. Cuando 
frai Luis de Leon, frai Juan de Avila, San Juan de la 
Cruz, Santa Teresa, frai Luis de Granada i otros escrito- 
res de piedad igualmente acendrada, se atralan las sospe- 
chas de la inquisicion, i se ncarreaban sus censuras, ¿podria 
el pensamiento elevarse a las rejiones de la tilosofía i de 
las ciencias políticas i sociales? 


SIGLO XVII 


13.—El siglo de oro de la literatura española no es pro- 
piamente el siglo XVI. La época de mayor grandeza li- 
teraria comienza entónces, es verdad; pero continúa i se 
desarrolla en el siguiente, en que florecieron Cervántes,. 
Lope de Vega, Calderon i muchos otros injenios de que 
Vamos a ocuparnos. 

Miguel de Cervántes Saavedra es sin disputa el mas 
grande escritor español i el mas popular de todos los es- 
critores de cualquier tiernpo i de cualquier país. Su obra 
capital ha sido traducida muchas veces a todos los idio- 
mas de Europa, i lo que es mas singular, vertida al latin, 
puesta en verso, en Inglaterra i en Italia, ilustrada por in- 
signes dibujantes i admirada por los mas grandes críticos. 
1 sin embargo, un siglo despues de su muerte la Kspaña 
no sabia nada de la vida de tan ilustre escritor: como 8u- 
cedia con Homero, ocho ciudades se disputaban el honor 
de haberlo visto nacer. Hoi, por fortuva, todas las dudas 
se han disipado: la historia de Cervántes es casi perfecta- 
mente conocida; 1 la España, tardía siempre para premiar 
a sus injenios, le ha elevado una modesta estátua, honor 
bue no ha alcanzado, segun creemos, ningun otro escritor 
español. 

Nació Cervántes en Alcalá de Henáres el ocho de octu-. 





HISTORIA LITERARIA.—TIÉMPOS MODERNOS. 313 


bre de 1547, de una familia noble pero pobre. Hizo sus 
estudios en Madrid, i allí hizo tambien su primer estreno 
literario a la edad de veinte i un años, componiendo algu- 
nos versos en honor de Isabel de Valois, tercera mujer de 
Felipe II, para celebrar su arribo a España. Esta era la 
época en que el famoso Lope de Rueda representaba sus 
dramas populares. Cervántes se aficionó a este jénero de 
espectáculos; i quizá esta circunstancia ejerció una grande 
influencia en su carrera literaria. 

En 1569, Cervántes pasó a Italia como ayuda de cáma- 
ra i secretario del cardenal Aquaviva, que habia ido a Es- 
pafía a preparar una coalicion de las potencias cristianas 
contra los turcos; pero arrastrado por su ardor militar se 
embarcó como soldado en las galeras de don Juan de Aus- 
tria, i a su lado se batió heróicamente en la memorable 
jornada de Lepanto. Cervántes recibió en la pelea tres he- 
ridas, una de las cuales le dejó inutilizada para siempre la 
mano izquierda. Cuando en sus últimos años sus émulos 
le reprochaban el ser manco, el célebre escritor decia lleno 
de un justo orgullo: «mi manquedad no ha nacido en una 
taberna sino en la mas alta ocasion que vieron los siglos . 
pasados, los presentes, ni esperan ver los venideros.» Des- 
pues de diversas campañas, Cerváutes volvia a su patria 
cuando la nave que montaba fué upresada por los corsarios 
berberíscos, 1 llevada a Arjel. Allí sufrió un largo i duro 
cautiverio durante el cual hizo muchas i mui atrevidas 
tentativas de evasion. Rescatado en 1580 por los frailes 
mercenarios, sirvió todavia como soldado en Portugal i en 
la escuadra del almirante Santa Cruz, en su espedicion a 
las islas Azores (1584). 

En este mismo año publicó la primera parte de una no- 
vela pastoral, la Galatea, que ha dejado inconclusa. En 
esta obra, escrita a imitacion de la D:ana de Montemayor 
i de la de Jil Polo, Cervántes ha puesto en escena, bajo los 
nombres de pastores, a sí mismo, a su mujer ¡ a algunos 
escritores amigos suyos. Un estilo puro, descripciones 
brillantes i situaciones llenas de interés no indemnizan 
mas que en parte la falta de plan i de sencillez, ni hacen 
desaparecer lo que este jénero tiene en sl de falso, 

Este libro comenzó la reputacion de Cervántes. Traba- 
jó en seguida para el teatro tanto por necesidad como por 


314 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


gusto, e hizo representar cerca de treinta comedias i una 
trajedia, mas regulares i mas morales que Jas de ese tiem- 
po, yero igualmente complicadas de incidentes romanescos 
o de invenciones fantásticas. Aunque sus piezas dramáti- 
cas son mui poco interesantes, se le puede considerar como 
el mas aventajado de Jos escritores españoles que preten- 
dieron reformar el tentro con la imitacion de las obras clá- 
sicas de la antigiiedad o de la ltalia moderna. La mayor 
parte de esas piezas se ha perdido. 

El teatro no proporcionó a Cervantes recursos que ase- 
gurasen su existencia. La aparicion de Lope de Vega eclip- 
só su fama casi completamente. En medio de las angus- 
tias de su situacion, solicitó del rei que se le diese alguna 
ocupacion en América, «refujio i amparo de los desespera- 
dos de España,» como él mismo decia. Todo lo que pudo 
conseguir fué el cargo de ajente de un comisario de víveres 
de la escuadra en Cadiz i poco despues el modesto destino 
de cobrador de contribuciones en Andalucía. El provecho 
que obtuvo en este empleo fué una prision i un proceso por 
la pérdida de algunos fondos acaecida contra toda previ- 
sion. Encargado. mas tarde de percibir las entradas de la 
órden de San Juan en los puebios de la Mancha, Cerván- 
tes fué todavia víctima de otra violencia, Los deudores se 
sublevaron, sin que la autoridad local quisiese intervenir 
en el negocio; i el cobrador fué puesto en una prision en el 
pueblo de Argamasilla. Allí fué donde concibió el plan de 
Don Quijote, cuya primera parte publicó en Madrid en 
1605. 

Aunque esta obra alcanzó una gran popularidad al poco 
tiempo de publicada, el resto de la vida de Cervántes fué 
siempre una serie no interrumpida de aventuras i de mise- 
rias. El trabajo era talvez el único consuelo de sus males. 
Entónces fué cuando escribió sus Novelas ejemplares, cuen- 
tos cortos, sentimentales los unos, críticos i picarescos las 
otros, que por el buen plan i por la naturalidad del estilo 
son considerados como modelos en su jénero, Miéntras tan- 
to, parece que Cervántes daba por terminada su abra capi- 
tal, Don Quijote. Habia dejado a su héroe de vuelta en su 
casa despues de sus singulares aventuras; pero en 1614, un 
émulo suyo, que se cree sea el padre dominicano frai Luis 
de Aliaga, dió a uz con el nombre supuesto de Avellane- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 315 


da, una pretendida continuacion, en que abundaban las 
alusiones injurivsas contra Cervántes. Determinóse entón- 
ces éste a publicar su segunda parte (1615) que termina 
con la sentida muerte de su héroe, digno coronamiento de 
su obra inimitable. Por fin, poco ántes de su fallecimiento, 
Cerváutes terminó otra novela, Persiles ¿ Sijismunda, his- 
toria recargada de aventuras, verdadero dédalo de hechos 
dramáticos, pero mal coordinados, que solo es digna de su 
nombre por el estilo. Cervántes murió el 23 de abril de 
1616, sin ver publicada esta novela que era la obra de su 
vejez i de su predileccion. 

14.—Si no hubiese escrito el Don Quijote, Cervántes 
ocuparia un puesto distinguido en la historia de las letras 
españolas; pero esta sola obra le ha dado el alto rango que 
tiene en la historia de la literatura universal. El objeto 
aparente que se propuso Cervántes al escribirla, fué el de 
destruir las novelas de caballerías de que estaba inundada 
la España: él mismo ba declarado de la manera mas ter- 
minante este propósito. Ha imajinado para esto la historia 
de un hida!gp que pierde el juicio con la lectura de esa 
clase de libros, i que creyéndose en la época de los paladi- 
nes 1 de los encantadores, se resuelve »a salir al mundo, 
cubierto con una armadura vieja i mohosa i montado en 
un mal rucin, para correr aventuras, reparar injusticias, 
socorrer a los oprimidos i defender a las damas. Fuera de 
la caballería, don Quijote es un modelo de buen sentido i 
de razon, un crítico lleno de salide finura, un pensador 
aventajado i profundo. Su estravío mental lo aleja, sin 
embargo, de la vida práctica: sus ojos están fijos sobre su 
Imajinaria Dulcinea del Tuboso, su mente no piensa mas 
que en jigantes, encantadores i paladines. Del contraste 
completo que existe entre estas ilusiones de su desordenada 
fantasía i la verdad de la vida real, resulta ese conjunto 
armonioso i agradable que nos deleita i encanta. ll in- 
menso jigante de cien brazos que ve don Quijote en un 
molino de viento; ezos innumerables ejércitos venidos de 
oriente i de occidente que están próximos a entrar en 
combate ¡ cuyos jefes cree reconocer, son rebaños de pací- 
ficas ovejas; ese castillo de elevadas almenas, rodeado de 
fosos profundos, es una miserable venta; esa brillaute cas- 
tellana, esa princesa encantada, es Maritornes, la mas fea 


316 ELEMENTOS DE LIPERATURA. 


de las sirvientes de una posada; el yelmo de oro de Mans- 
brino, quitado por don Quijote en un combate singular, es 
simplemente uva bacía de barbero. 

Al lado del caballero está Sancho Panza, el rústico es- 
cudero, que no participa de las locuras de su amo, a quien 
acompaña montado sobre un asno, pero que se deja ganar 
poco a poco por sus brillantes promesas. Sancho es la ma- 
teria, la personificacion mas natural de la utilidad descar- 
nada: todas las cualidades del hombre vulgar se encues- 
tran en su carácter. La bondad, la fidelidad, la sensibilidad 
que posee en cierto grado, hacen escusar su sensualidad, 
su glotonería, su pereza, su egoismo. Estos dos personajes 
se completan el uno al otro, i se hacen resaltar mutue- 
mente, de tal manera que no se puede concebir a don Qui- 
jote sin su: escudero i al escudero sin su amo, dsí como 
cada uno está identificado a su cabalgadura: el caballero a 
Rocinante, Sancho a su pucio. 

Tales son los protagonistas de este drama admirable de 
cien actos diversos. Abierta la escena, las aventuras se su- 
ceden, siempre nuevas i siempre cómicas: los golpes i los 
accidentes de todo jénero llueven sobre el caballero audan- 
te i sobre su escudero, apaleados, manteados, estropeados, 
conservan toda su serenidad i discuten subre la injusticia-i 
los vicios de los hombres. Don Quijote aplica juiciosa» 
mente a las circunstancias algunas máximas filosóficas, :i 
Saucho responde al pensamiento de su amo con un rosario 
de proverbios. En todas las situaciones, don Quijote con- 
serva su caballeresca gravedad; i cuando se trata de asuntos 
estraños a los que han producido su monomanía, desplega 
un juicio admirable i a veces una elocuencia distinguida, 
Convertido en gobernador de la ínsula Barataria, Sancho 
reina i juzga como un Salomon dealdea, sin salir jamás de 
los límites de la mas franca i espontánea naturalidad. 

Alejados como estamos del siglo de Cervántes, nosotros 
no podemos encontrar la clave de las innumerables alusio- 
nes que debe contener su libro, i que sin duda fueron je- 
neralmente compreudidas entónces; pero lo que es de todo 
tiempo, i lo que constituye a nuestros ojos el principal mé- 
rito de la novela, es la perfecta organizacion del plan, es 
lo acabado de los detalles, la riqueza singular de_los inci- 
dentes, la elegancia i la admirable pureza de estilo, la ar- 








HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS ANTIGUOS. 317 


monía esquisita que resulta del contraste de-los caractéres, 
kanto principales como accesorios. Cervántes, ademas, pin- 
ta con una escrupulosa fidelidad el aspecto:del paí», las 
costumbres de los habitantes, la fisonomía de las ciudades 
i de los despoblados. . 

15.-——Hemos visto que el objeto aparente que se propuso 
Cerváutes al escribir su libro inmortal fué el de destruir 
por el ridículu las novelas de caballerías. Talvez éste fué 
8u propósito al emprender la obra; pero una-vez en el tra- 
bajo, su imajinacion se ensanchó, cobró vuelo i se remontó 
a.uun campo mas vasto. En medio de los numerosos inci- 
«dentes que sobrevienen al desventurado caballero, Cerván- 
£es ha sabido introducir sus juicios personales sobre algu- 
vas de las cuestiones mas importantes de la literatura, de 
la moral i de la política, las reflexiones de todo jénero que 
en el curso de su larga, vida hubia formado su jenio es- 
crutador sobre todas las clases, sobre todos los vicios, sobre 
todas las ridiculeces de la sociedad de su tiempo. Si su 
obra fuese solo una crítica injeniosa de las novelas de ca- 
ballerías, aunque hubiese conseguido destruirlas para siem- 
pre, estaría hoi olvidada, como tantos libros de circunstan- 
<ias que solo consulta despues uno que otro erudito. Hs 
prectso, pues, que haya en Don Quijote otro mérito, abro 
pensamiento, que asegure la inmortalidad que se tiene con- 
quistada, 

No han faltado las teorias especulativas sobre este punto 
de historia literaria. Se ha creido reconocer en el libro de 
Cervántes un poema inspirado por la Eneida o por la Odó- 
-8e4, O por otras obras clásicas. is evidente, sin embargo, que 
Cervántes no ha imitado a nadie, porque los injenios colo- 
sales cuando obran inspirados, no tienen mas guía que 
su propio jenio. Las opiniones que sostienen que Cerván- 
tes lia querido ridiculizar en su obra a Cárlos V o al du- 
que de Lerma, el valido de Felipe 111, no merecen ser 
examinadas, Don Quijote no tiene nada de ese espiritu pe- 
lítico, amargo i concentrado que respiran otros libros. No 
mos detendremos en combatir otra opinion qne supove que 
Cervántes quiso hacer su propio retrato, refiriendo las con- 
trariedades de su vida en una forma alegórica i poniendo 
sus ideas en-boca de don Quijote. 

Pero la: crítica filosófica alemana no se lia detenido en 


318 ELEMENTOS DE LITERATURA. 





la impresion lijera i risueña que resulta de Don Quijute t 
ha querido ver en esta obra otra cusa mas. Bouterwek 
comeuzó atribuyendo a Cervántes una idea mas alta que la 
de querer desacreditar las malus novelas de caballerías, 
creyendo que ésta seria solo una intencion ocasional ¡ se- 
cundaria. Otro crítico distinguido por su ciencia i por 6u 
juicio, Sismondi, se ha encargado de desarrollar i de dar 
cuerpo al pensamiento insinuado por Bouterwek, « La in- 
vencion fundamental de Don Quijote, dice Sismondi, es el 
contraste eterno del espíritu poético i del espíritu de la pro- 
sa. La imajinacion, la sensibilidad, todas las cualidades je- 
nerosnas tienden a la exaltacion de don Quijote, Los hom- 
bres de una alma elevada se proponen en la vida el ser los 
defensores de los débiles, el apoyo de los oprimidos, los 
campeones de la justicía i de la inocencia. Como don Qui- 
jote, encuentran por todas partes la imájen de la virtud a 
que rinden culto; creen que el desinteres, la nobleza, el va- 
lor, que la caballería andante, en fin, reiva aun; i sin cal- 
cular sus fuerzas, se esponen por servir a los ingratas, se 
sacrifican a los reyes ia los principios de un órden imaji- 
nario. Este sacrificio contínuo del heroismo, estas ilusiones 
de la virtud, son lo que la historia del jénero humano nos 
presenta de mas noble i de mas conmovedor.....es el tema 
de la alta poesía, que no es otra cosa que el culto de los 
sentimientos desinteresados.....Se presiente ya por qué al- 
gunas personas han considerado a Don Quijote como el li- 
bro mas triste que se haya escrito jamás; ien efecto, la 
idea fundamental, la moral del libro, es profundamente 


triste......Cervántes nos pinta en don Quijote ua hombre 
cumplido, i que sin embargo es objeto constante del ridí- 
culo...... Sus empresas mas jenerosas no le producen mas 


que palizas ¡ golpes.» Esta opinion, desarrollada con mu- 
cho injenio, ha hecho lei durante algun tiempo, en materia 
de crítica literaria. 

En estas diferentes maneras de apreciar aquella obra 
inmortal, hai mucho de la intelijencia i de las inclinacio- 
nes especiales de cada crítico. Cada lectura es como ua licor 
que se tiñe del color i toma el sabor del vaso en que se 
sirve. I sin embargo, le obra de Very 
tarse a esas interpretaciones especulativas. 
malos libros de caballerías, el escritor se ha dejydo arras- 










HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, 319 


trar por su jenio, ha agrupado las observaciones que acer- 
ca del mundo le sujeriu su esperiencia, i les ha dado vida, 
por medio de uva accion tan sencilla (omo admirablemen- 
te llevada a su desenlace. Es preciso, pues, quitar a Don 
Quijote ese mérito del velo i del 1misterio, aun a riesgo de 
disminuir su valor ante algunos erpíritus. Cervántes ha 
hecho una obra maestra, de una claridad perfecta, agrada- 
ble, sensata, sin precedente en la antigiedad, sin repro- 
duccion en Jos tiempos modernos, sin abrigar, quizá, nin- 
guno de loa pensamientos que la crítica especulativa le ha 
atribuido, Pensando liacer un libro de circunstancias, su 
jenio colosal creó un libro para todos los tiempos i para 
todos los hombres. 

16.—Contemporáneos de Cervántes fueron los mas 
grandes jenios que ha producido la poesía española. Culti- 
varon casi todos ellos el drama, i apartándose de los ensa- 
yos de restauracion clásica intentada a fines del siglo XVI, 
elevaron rápidamente el teatro wacional a la mayor altura 
a que debia alcanzar en manos de Lope de Vega. Como 
sucede siempre, la posteridad ha sido injusta con los ante- 
cesores de este poeta, i le ha atribuido el honor de haber 
trasformado el drama castellano creando piezas orijinales 
t dispuestas artísticamente. Sin embargo, en su tienpo da 
reforma habia sido iniciada por poctas dramáticos que me- 
recen que se recuerden.sus nombres i sus obras. 

El arte dramático debió sus mas notables progresos a 
una escuela literaria que se habia creado en Valencia, de 
la cual formaban parte varios injenios justamente admira- 
dos. El mas famoso de todos fué don Guillen de Castro ¿ 
(1669-1631), poeta fecundo, que compuso la mayor parte 
de sus piezas, en particular aquellas a que debe su cele- 
bridad, áutes que Lope de Vega hubiese alcanzado la sobe- 
ranía absoluta en el teatro. Talento sério 1 grave, Castro 
se propone coninover mas bien que divertir. De todos los 
escritores dramáticos españoles es el que ha mostrado mas 
respeto por las tradiciones de su pale. En ellas encontró 
un verdadero caudal de inspiracion que supo esplotar con 
felicidad. Las mocedades del Cid, su obra maestra, está fun- 
dada en los romances que contienen esas tradiciones, El 
drama está dividido en dos partes: la primera que ha imita- 
do ¡ en parte traducido el célebre trájico frances Pedro Cor- 

22 


320 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


neille, se desenlaza por el casamiento del Cid con Jimena; 
la segunda versa sobre la vida del héroe durante el reinado 
de dun Sancho i el sitio de Zamora. Son en realidad dos 
piezas diferentes, enlazadas entre sí por la unidad del hé- 
roe: el Cid domina siempre en la escena. En medio de situa- 
ciones altamente dramáticas que el poeta sabe encadenar, 
el hpnor nacional se encuentra entero con su valor indo- 
mable, su fé entusiasta, su lealtad incorruptible. El senti- 
miento del patriotismo mas verdadero i mas elevado se 
ostenta en toda la pieza en medio de una constante lucha 
de afectos contrarios. Corneille mismo, que lo ha copiado 
casi fielmente en algunas escenas, ha quedado en ciertos 
detalles mas abajo que el poeta español; pero ha sabido 
en cambio crear un conjunto mas armónico ¡ mas grandio- 
80, porque el jenio sabe crear aun imitando. 

17.—Las obras dramáticas de don Guillen de Castro 
fueron afamadas dentro i fuera de España; pero la fecun- 
didad inagotable de Lope de Vega vino a eclipsar con su 
reputacion inmensa la de todos sus antecesores. Nació Lio- 
pe Félix de Vega Carpio en Madrid, el año 1562. A la 
edad de cinco años, dicen sus biógrafos i é6l mismo lo indica, 
componia versos que hacia escribir por otros. En su ciudad 
natal hizo sus estudios de gramática i de retórica; pero a 
la edad de catorce años, su espíritu ¡oquieto lo indujo a 
fugarse de la casa paterna para correr el mundo. Despues 
de haber tomado parte en una espedicion a la isla Tercera 
(una de las Azores), cursó la filosofía en la famosa univer- 
sidad de Alcalá, por instancias del obispo de Avila que se 
habia constituido en su protector. Sus estudios clásicos, 
sin embargo, no fueron nunca completos, como se deja ver 
en sus obras. El resto de su juventud fué un tejido de 
aventuras estraordinarias, algunas de las, cuales fueron 
dos procesos que se le siguieron por asuntos orijinados de 
los lances amorusos. Á consecuencia de un duelo en que 
hirió a su adversario, sufrió un destierro a Valencia. Sea 
por patriotismo o por pobreza, Lope de Vega se alistó 
como soldado en la armada invencible, dispuesta por Feli- 
pe II contra luglaterra, i sirvió mas tarde como secretario 
de algunos grandes señores españoles. Viudo dos veces, 
abrazó la carrera esclesiástica, sin renunciar a la poesía, i 
sin someterse a la clausura conventual. Lope de Vega 








HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS. 321 


compuso mas de dos tercios de sus obras dramáticas des- 
"pues de haber recibido las órdenes sacerdútales, Parece, sin 
'embargo, que el exceso de devocion abrevió sus dias: mu- 
rió en Madrid en 1635, a la edad de setenta i tres años. 

Jamas poeta alguno gozó durante su vida de mayores 
consideraciones, Dante, el Tasso, Camoens, Cervántes, vi- 
vieron i murieron oscuramente o tuvieron que soportar una 
vida llena de desgracias. Lope de Vega fué admirado por 
sus contemporáneos, i obtuvo por sus obras grandes sumas 
“de dinero que repartia jenerosamente. Cervántes lo llamaba 
injenio mónttruo de naturaleza; cuando Lope pasaba por la 
calle, la muchedumbre se estrechaba a su alrededor; el rei 
“mismo hacia parar.su coche para mirarlo, i los niños lo se- 
guian en medio de gritos de entusiusta alegría, El nombre 
de fénix de los injenios, con que es conocido todavía, reso- 
naba sin cesar en sus oidos. El papa Urbano VIIT le envió 
la cruz de Malta con los titulos de doctor en teolojía i de 
fiscal apostólico. En fin, el dia de su muerte, sus funerales 
fueron celebrados con una pompa real, Nueve obispos 
“oficiaron durante nueve dias por el reposo de su alma; i el 
teatro no se dejó sobrepasar por la iglesia. 

La historia literaria no recuerda una fecundidad mas 
prodijiosa. Se dice que compuso mil ochocientas comedias 
profanas, i cuatrocientas relijivsas. A éstas hai que agre- 
“gar las numerosas obras de otro jénero, poemas épicos i 
"poesías líricas, con las cuales se hacen subir sus escritos a 
la enorme cifra de veintiun millones de versos, Se ha cal- 
culado que ha debido escribir durante toda su vida, inclu- 
'sa la niñez, el tiempo de sus viajes 1 de sus correrías 
militares, novecientos versos por dia. Un erudito bibliógra- 
fo español contemporáneo, don Cayetano de la Barrera, ha 
reducido considerablemente estas cifras, manifestando con 
citaciones del mismo Lope, que ya en tiempo de éste era 
comun el atribuirle obras que nunca habia visto; pero no 
por eso la fecundidad de este escritor deja de ser un pro- 
dijio portentoso, El mismo ha dicho que muchas de sus 
piezas no Je costaron mas de un dia de trabajo (1). - 


(1) Así lo dice en su égloga a Claudio páj. 431 del tomo XX XVIII 
de la Biblioteca de Autores Españoles de Rivadeneyra) 
«Pues mas de ciento en horas veinticuatro 
Pasaron de las musas al teatro» 


322 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Lope de Vega pretendió a la universalidad en tados los: 
jéneros poéticos; pero no solo en el teatro fué verdadera- 
mente creador. En los demas se contentó con imitar; i no 
siempre fué feliz, Compuso como el Tasso una Jerusalen 
conquistada, para contar la espedicion de Ricardo Corazon 
de Leon a la Palestina, poema que está mui léjos del 
orijinal. La hermosura de Anjélica, con que quiso conti- 
nuar el Orlando furioso de Ariosto no se acerca siquiera 
al modelo. Sus otras epopeyas, sin contar en este número 
Jos poemas de un carácter relijioso, son la Corona trájica,, 
o historia poética de los infortunios de María Stuardo; la 
Circe, ampliacion no mui feliz de un episodio de la Odisea, 
i la Dragontea en que celebra la muerte del marino' ingles 
Francisco Drake, a quien maldice con gran enerjía, lla- 
mándolo aborto del infierno, Si en estas obras Lope no fué- 
afortunado, cultivó en cambio la sátira, la epístola, la 
égloga, la letrilla burlesca, la cancion tierna, el soneto i 
el romance con rara felicidad. En esta rápida e incompleta 
enumeracion, debemos recordar un ensayo de poema di- 
dáctico titulado .Arte nuevo «de hacer comedias; una nove- 
la pastoral en verso; la Gratomaquia, poema burlesco de 
gran mérito, cuyos héroes son los gatos, i dos novelas en 
prosa. 

Pero para apreciar la grandeza del jenio de Lope de 
Vega es preciso estudiar sus dramas. El ha creado las dos. 
grandes clases de piezas del teatro español, las comedias 
divinas i las comedias humanas. Las primeras versan so- 
bre la vida de algun santo, o son simples ficciones alegóri- 
cas cuyos personajes eran la muerte, el pecado, el maho- 
metismo, el judaismo, la caridad, la justicia, etc., por medio 
de los cuales el poeta esplicaba uno de los dogmas de la : 
relijion o un principio de la moral cristiana. Estas piezas, 
que estuvieron mui en boga en España, i que eran repre- 
sentadas en ciertos dias de gran solemnidad relijiosa, som 
conocidas con el nombre de autos sacramentales. Las come- 
dias humanas eran tambien de dos clases; las unas heróicas, 
cuyos personajes i cuya accion son tomados de la historia: 
las otras de aventuras inventadas a imitacion de la vida 
real i ordinaria. Estas últimas, que los españoles han ele- 
vado a. cierto grado de perfeccion, se conocen con el nombre 
de comedias de capa i espada, por los lances que abundan 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 323 


-€n ellas. En esta clase es tambien en la que mas ha desco- 
llado Lope de Vega; pero na tratado con raro talento la 
historia, las tradiciones relijiosas, los personajes alegó- 
ricos, las comedias de costumbre, de intriga, i de ca- 
rácter,. a 
La trama de sus piezas es ordinariamente mui compli- 
«cada; las intrigas se cruzan en todos sentidos, los inciden- 
tes se suceden i el desenlace sorptende a todo el mundo. 
En sus comedias de capa i espada hai ciertos caractéres 
que reaparecen siempre pintados con una fidelidad siagular, 
el vejete, el galan, la dama, la. vieja, el criado i el gracioso, 
Aparte de estos personajes que se repiten en casi todas las 
* piezas con caractéres casi idénticos, Lope se cuida poco de 
de los otros accesorios. Una vez concebida la idea primera, 
-Agrupaba descuidadamente las escenas burlesoas i las sen- 
timentales, proseguia su intriga hasta el fin, reuniendo 
todos los incidentes que se le venian a la imajinacion; i 
cuando creia que la pieza iba a salir mui larga, cortaba 
bruscamente los nudos que habia formado i caraba a todas 
las parejas de amantes que tenia entre las manos. En ver- 
dad, no podia exijirse mas a un hombre que en veinticua- 
«tro horas debia inventar el asunto de sus piezas, crear los 
ersonajes 1 versificar sus diálogos. Por otra parte, el pú- 
-blico no buscaba en el teatro mas que los contrastes cómicos, 
las escenas burlescas i los episodios conmovedores: poco 
le importaba que las leyes del gusto fuesen violadas a cada 
paso, que los preceptos referentes a las unidades fuesen 
atropellados de una manera chocante. Lope de Vega cono- 
cia esto mismo, i por eso se cuidaba principalmente de 
agradar a los espectadores sin acordarse de las reglas lite- 
varias (1). De esta manera, compuso escenas admirables, 


(1) En su Arte nuevo de hacer eomedias (páj. 230 del tomo XXX VIO 
ele la Biblioteca de Autores Españoles) se encuentran estos versos: 


«1 cuando he de escribir una comedia, 
Encierro los preceptos con cien llaves; 
Saco a Terencio i Plauto de mi estudio 
Para que no me den voces...... , 


1 escribo por el arte que inventaron 
Los que el vulgar aplauso pretendieron; 
Porque, como las paga el vulgo, es justo 
Hablarle en necio para darle gusto.» 


324 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


pero piezas imperfectas i descuidadas en que se descubre 
a precipitacion, i por decirlo así, la improvisaciqn. Si hal 
algun hombre de quien se pueda decir que es superior a 
gus obras, ese es Lope de Vega. En efecto, dotado de un 
talento creador de primer órden, fijó la forma del drama es- 
pañol, ejerció sobre la literatura de su patria uva influencia 
inmensa, i compuso obras numerosas que revelan su inje- 
nio; pero dinguna puede ser citada como modelo. Lope cul- . 
tivó todos los jéneros dramáticos, el cómico 1 el sério, pero 
en ámbos ha sido sobrepujado por algunos de sus compa- 
triotas. Cualesquiera que sean su3 defectos, la critica 
reconoce en este fecundo poeta al iniciador de una reveln- 
cion literaria que otros consumaron felizmente. Uno de sus 
mas juiciosos biógrafos, Lord Holland, ha dicho con mu- 
cba razon: «Si Lope de Vega no hubiese escrito, quizá no 
habrian existido jamas las obras maestras de Corneille i 
de Moliére; i si nosotros no conociésemos las obras de éstos, 
Lope pasaria aun por uno de los mas grandes autores dra- 
máticos de Europa.» 

17.—LEl fénix de los injenios, como se llama todavia a 
Lope de Vega, [ué el modelo de sus contempuráneos i de 
sus sucesores. Sus imitadores, sin embargo, que no tenian 
gu jénio, exajeraron sus defectos copiando sus procedimien- 
tos. Pero en el tiempo en que la España perdia su influen- 
cia política, iluminaba todavia al mundo con los últimos 
rayos de su gloria literaria bajo la proteccion de un rei 
apasionado por el teatro, Felipe IV, poeta dramático él 
mismo, segun una tradicion jeneralmente aceptada. Otros 
injenios vinieron a desarrollar el teatro español comple- 
tando la obra de Lope de Vega. El mas notable de todos, 
sino por otros méritos, a lo ménos por la fecundidad, es 


don Pedro Calderon de la Barca. 
Nacido en Madrid en 1600, Calderon hizo buenos estu- 


dios literarios, i desde mui temprano dió muestras de sus 
talentos poéticos. Sin embargo, se enroló en el ejército co- 
mo simple soldado e hizo algunas campañas en los Países 
Bajos ¡i en Italia, que le permitieron conocer el mundo. Fe- 
:ipe 1V ayó hablar de sus talentos como autor dramático 
i lo llarmó a Madrid en 1636, para ofrecerle los medios de 
representar sus piezas. Desde luego alcanzó una gran po- 
pularidad junto con la proteccion decidida del monarca. 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 325 


Hizo todavia una nueva campaña en Cataluña para sofo- 
car la insurreccion que habia estallado allí; pero su princi. 
pal ocupacion fué la poesía dramática que enriqueció con- 
siderablemente. Calderon tenia casi la fecundidad de Lope 
de Vega. Se cuentan entre sus obras 1127 comedias, 95 
autos sacramentales i muchas otras poesías no dinlogadas. 
A la edad de cincuenta i un años recibió las órdenes sacer- 
dotales, i desde entónces se contrajo especialmente a es- 
cribir sus actos sacramentales i otras poesías relijiosus. 
Murió en 1681, en el pleno uso de su intelijencia, traba- 
jando hasta el último dia de su vida i gozando de los 
aplausos a que lo hicieron acreedor sus obras. 

Calderon no intentó grandes mudanzas en punto a las 
formas dramáticas. No creó un nuevo jévero dramático, ni 
modificó en cosa alguna importante las formas ya consa- 
gradas por Lope de Vega; en cambip manifestó mas cono- 
cimiento en la combinacion de los incidentes i en la dispo- 
sicion del plan. Dió a todo un nuevo colorido, i bien puede 
decirse que hasta una fisonomía enteramente nueva. Su 
drama es mas ideal icon tendencias mas poéticas, i por 
consiguiente ménos real i positivo que el de su predecesor. 
Las mismas situaciones i los mismos caractéres reaparecen 
con frecuencia; pero su jénio fértil ha sabido encontrar 
una admirable complicacion de intriga en medio de estos 
resortes uniformes. Los encantos de una versificacion siem- 
pre elegante i fácil, aunque afeada a veces por el cultera- 
nismo, de que hablaremos mas adelante, arrojan un velo 
sobre los defectos de sus composiciones. Sus piezas relijio- 
sas fueron las mas admiradas por los contemporáneos de 
Calderon; boi su gloria descansa sobre todo en las comedias 
de capa i espada, tejidos de aventuras recargados quizá, 
pero concebidos con talento i desenvueltos con grande ha- 
bilidad. Algunos críticos han exajerado sin embargo la 
importancia literaria de Calderon: Guillermo Schlegel ha 
llegado a asignarle el primer lugar entre los dramáticos 
modernos. En esta opinion del famoso profesor aleman, 
desarrollada por él con bastante estension, debe notaree 
sobre todo una parte considerable del espíritu de secta: 
Schlegel veia en Calderon al iniciador del romanticismo 
moderno, i por eso no ha vacilado en darle un puesto que 
en realidad no le corresponde. 


326 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


18.—Al lado de estos dos grandes astros de la escena 
española, brillaron muchos antros injenios, casi to.los ellos 
ménos fecundos que Lope i Calderon, pero entre los cuales 
hai algunos que perfeccionaron el arte dramático mediante 
un estudio mas detenido de los enractéres ¡de la accion. 
Hab!aremos solo de cuatro de ellos, que son sin disputa 
los mas notables, 


Tirso de Molina, cuyo verdadero nombre es Gubriel Té- 
lez (1570-1648), fué un poeta mui fecundo, natural de 
Madrid. Despues de haber hecho buenos estudios clásicos, 
i haber llevado una juventud ajitada, se hizo fruile merce- 
vario 1 alcanzó n ocupar algunos puestos elevados en sul 
órden. Fué predicador, teólogo e historiador, escribió nu- 
merosas poesías de varios jéneros 1 cerca de treseientas 
comedias. De éstas, que eu su mayor parte fueron com- 
puestas úntes que Tirso de Molina se hiciese sacerdote, 
solo nos quedan setenta i siete que bastan para darlo a 
conacer. Sus piezas históricas i relijiosas no tienen impor- 
tancia; la verdadera orijinalidad de este pueta está en sus 
comedias de intriga ¡eu sus comedias de carácter, pudiendo 
considerarse el creador de las últimas entre los españoles, 
Sus argumentos se asemejan casi todos; la invencjon no exis- 
te mas que en los detalles en los cuales Tirso agrupa hábil- 
mente los mas variados incidentes, sin acordatse muchas 
veces de la decencia. Lo que lo distingue sobre todo de sus. 
predecesores es la picante vivacidad, los rasgos maliciosos, 

a incomparable jovialidad de sus burlas, concebidas casi 
siempre en el estilo mas vatural i mas verdadero, A él se 
debe la creacion del tipo de Don Juan, el libertino audaz 
i sacrílego, que ha servido mas tarde para la formacion de 
muchos dramas i poemas. Tirso lo t2mó de las tradiciones 
populares de Sevilla, i le dió vida en una de sus cumedias 
mas aplaudidas, pero que sin embargo no es la mejor de 
sus obras, : 


Don Juan Ruiz de Alarcon nació en Tasco, pueblo mi- 
nero de Méjico, por los años 1580.: Despues de haher hecho 
3us estudis en América i eu Salamanca, hasta obtener el 
título de licenciado en leyes, llevó la vida de pretendiente 
en busca de algun destino, Residió en Sevilla i en Madrid, 
l COMO no viera realizadas sus pretensiones, se dedicó a la 


poesía ¡al teatro, i compuso muchas comedias de carácter, 


4 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 327 


veinte de las cuales se conservan i gozan de una justa 
estimacion. Su: énio violento, su nacimiento americano i 
hasta sus defectoe físicos, pues era jorobado, le atrajeron 
las burlas i las sátiras de algunos poetas contemporáneos. 
Al fin obtuvo el empleo de relator del consejo de Indias, 


que desempeñó husta su muerte, ocurrida en 1639. Los: | 


dramas de Alarcon suponen un estudio notable de las 
pasiones i de los resortes teatrales; pero su orijinalidad se 
manifiesta sobre todo en sus comedias, i consiste precisa- 
wmente en la intencion filosófica. El ha elevado este jénero 
literario de la pintura esclusiva de las costumbres a la 
pintura de los caractéres, Para esto, rennnció resueltamen- 
te ab interes de la intriga que exijia el público español 
como primera necesidad de una obra dramática, para ele- 
varse hasta los tipos jenerales de la humanidad. Moralista 


en medio de hombres que tenian imajinacion sobre todo, 


pretende correjir cuando sus: contemporáneos querian solo 
agradar. Alarcon miraha en tan poco la aprobacion que 
podia dispensarle el vulgo que, en una época en que co- 
menzaba la corrapcion del gusto, se mantuvo fiel a los 


grandes escritores del siglo XVI, 1 escapó casi enteramen- 


te al contajio del cnlteranismo, entónces jeneral. Estas cir- 
cunstancias esplican en parte el poco aprecio que se hizo 
de'sus comedias, i el desden con que lo miraban sus émulos, 
En efecto, la sencillez, la claridad, la pureza del estilo de 
Alarcon, hacen olvidar qua han pasado dos siglos sobre 
eus obras. 

Don Agustin Moreto fué natural de Madrid (1618—- 


1669). De su vida casi no se tienen otras noticias que las, 


de haber abrazado el estado sacerdotal i haber pasado sus 
últimos años en la mayor austeridad. Aunque los dramas 
históricos de Moreto sean concebidos con talento i escritos 
con vigot, no se debe buscar en ellos el jenio particular de 
este autor. Se le encontrará sí en las comedias en que se 
propuso desarrollar un carácter párticular. Toraaba a veces 
la accion de alguna pieza olvidada o desconocida de sus 
pre lecesores; pero la hatia orijinal en sus manos, porque 
poseia en alto grado el arte de la composicion. Sus intrigas, 
ménos complicadas que las de Calderon i Lope, se anudan 
i desenlazan mas naturalmente. Su estilo por otra parte, 
es mas sencillo, i en jeneral mas adaptudo a la comedia ; 


328 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Todas estas circunstancias han hecho que esas piezas, aun- 
que no las mas orijinales, sean las mas acabadas del teatro 
español. «Me parece, dice Viardot, que si se abriese um 
concurso entre todos los teatros de Europa i fuese necesa— 
rio representar el de España por una sola pieza, no se po- 
dria elejir nada mejor, entre las innumerables riquezas que 
posee, que la comedia de Moreto titulada El desden con el 
desden, de que Molidre ha hecho una imitacion descolo- 
rida.» 

Si El desden con el desden de Moreto es la mejor come- 
dia española, el mejor drama, en la aceptacion especial de 
esta palabra, es Garcia del Castañar de ] 
de Rojas Zorrilla, De la vida de este poeta se sabe solo 
que nació en Toledo en 1607, que vivió ordinariamente en 
la corte, que fué caballero de la órden de Santiago i que 
escribió muchas obras dramáticas, de las cuales no todas 
se conservan. Sus autos sacramentales, que son numerosos,. 
casi no son leidos en nuestro tiempo sino por algunos cu- 
riosos eruditos. Hai piezas suyas que son de una estrava— 
gancia i de una afectacion singulares. Mas tarde se corri- 
jió de estos defectos de juventud; i cuando la reflexion 
concentró las riquezas de su injevio, en vez de perderlas 
en trabajos medio improvisados, como algunos de sus pre- 
decesores, se contrajo a formar obras maestras. Algunas de 
sus comedias de costumbres son justamente estimadas; pe- 
ro es en el drama propiamente dicho, en el retrato de las 
pasiones fuertes i vigorosas i de los caractéres elevados, 
donde Rojas desplega todos los recursos de su jenio. 
Pero, cualquiera que sea el mérito de todos estos poetas,, 
es preciso reconocer que el teatro español mo ha pintado 
mas que a los españoles. De allí nace su grande impor- 
tancia bajo el punto de vista histórico, Revela ls senti- 
mientos mas Íutimos de la nacion, la galantería caballeres- 
ca, el espíritu relijioso, el buen humor; pero carece de esa 
jeneralidad en la pintura de los caractéres, que constituye 
el primer mérito del teatro frances. Al lado de estos defec- 
tos, ofrece eminentes cualidades, el interes, la invenciom 
dramática en el tejido de la fábula, i por fin la pasion. El 
drama español, ademas, aspira siempre a la grandiosidad, 
i algunas veces exajera; pero jamas idealiza el crímen,, 
como se ha pretendido hacerlo despues en otros países; h 





) 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 329 


si deja atras la naturalidad, no pretende dorar lo que es 
inmundo. Los poetas dramáticos de España, por inclina- 
cion natural, se proponen pintar los grandes sentimientos, 
los grandes sacrificios por un interes de amor, de familia, 
de patria: el honor es el alma del teatro i el Cid su sím- 
bolo inmortal. Aun la pintura de preocupaciones falsas 1 
hasta peligrosas, tiene por escusa el ser las preocupaciones 
de un siglo, que, despues de todo, no era mas que la exa- 
Jeracion de un ideal moral, respetable en principio. En fin, 
el arte del diálogo fué elevado por esos poetas a un alto 
grado de perfeccion. Son ellos los que han enseñado ese 
arte a los grandes autores dramáticos franceses del siglo 
de Luis XIV. 

19.—HEsta éra de prosperidad de la poesía dramática, fué 
como debe suponerse, contemporánea de un gran desarro- 
Ho de los otros jéneros literarios. La poesía lírica, sobre 
todo, tuvo todavía mayor número de adeptos que en el si- 
- glo anterior. Los romances populares de esta época son 
tambien mui numerosos; i abrazaron todos los asuntos que 
trataban los antiguos poetas. Muclos de los mas ilustres 
poetas de los siglos XVI i XVII, Lope de Vega, Cerván- 
tes, etc., rehícieron los antiguos romances, dando a su 
lenguaje formas mas nuevas i mas estudiadas; pero la na- 
tnralidad de este jénero de composiciones desapareció tam- 
bien en parte. . 

El mas grande de los poetas líricos españoles de es- 
te siglo, i uno de los mas notables que haya producido la 
España, es don Francisco de Rioja. Nacido en Sevilla por 
los años de 1600, Rioja abrazó el estado eclesiástico, de- 
sempeñó las temibles funciones de miembro del tribunal 
de la inquisicion ea Madrid, i obtuvo la proteccion del fa- 
moso conde-duque de Olivares, a quien sirvió como biblio- 
tecario. La desgracia de su protector le acarreó algunas 
perseruciones, despues de las cuales se asiló en un conven- 
to de su ciudad natal, donde murió en 1658. Hombre de 
una vasta ilustracion, Rioja la empleú, no en revestir sus 
versos dle formas eruditas, sino en darles toda la perfec- 
cion apetecible 'en los detalles, i en hacerlas sencillas i 
puras. Solo se conservan algunas de sus obras; pero por su 
elegancia i por su buen gusto, son consideradas en España 
como el mejor modelo que pueda ser presentado a las me- 


CL 
330. ELEMENTOS, DE LITERATURA. 


tot 


ditaciones de la juventud. Respiran todas ellas un senti- 
miento de filosofía melancólica que sabe contenerse en sus 
justos límites. Aparte de algunas piezas cortas, recomen- 
dables por la armonía i el Vuen gusto, son notables su 
Epistola moral a Fabio, por ld elevacion de los pensamien- 
tos, la solidez de las máximas i el vigor de la inspiracion; 
i su cancion a'Las ruinas de Itálica, inspirada por el re- 
cuerdo de la grandeza romana i' considerada como el trozo 
mas acabado de todo el parnaso español (1). 

. Inferiores a éste, pero tambien mui eelebrados, son los 
dos hermanos. Arjensola, jemelos no por el nacimiento, ni 
por la posicion que ocuparon, pero sí por el carácter, el ta- 
lento, la instruccion i el estilo. Lripercio i Bartolomé Leo- 
nardo de Arjensola (2) nacieron en Barbastro, en el Ara- 
gon, el primero en 1565 i el segundo en 1566. El mayor 
siguió la carrera de los empleos en España i en Nápoles, 
fué cronista de la corona de Aragon, con cuyo motivo 
compuso, una obra histórica mui apreciable por las noticias 
que contiene; murió en 1613. El segundo, Bartolomé, fué 
sacerdote, escribió tambien una historia de la conquista de 
las islas Molucas por los españoles, i murió en 1631. En los 
momentos en que la lit-ratura española marchaba a su de- 
cadencia por el influjo del culteranismo, los hermanos 
Arjensola desempeñaron el papel de moderadores, i sin 
producir obras maestras, mantuvieron el gusto cuando co- 
menzaba a perderse. «Sin intentar disminuir la justa esti- 
macion que se debe a los Arjensola, dice Quintana, nos 
parece que su fama es mucho mayor que su mérito; ¡ que 
si la lengua española les debe mucho por el esmero i la 
propiedad con que la escribian, la poesía no tanto, donde 
gu reputacion está al parecer mas afianzada en los vicios 
que les faltan que en las virtudes gue poseen.» 


(1) Algunos críticos modernos sostienen que solo por error de los com- 
piladores de poesías españolas del siglo pasado se han atribuido a don 
Francisco de Rioja algunas piezas que no son suyas, i entre otras la can- 
cion a Las ruinas de Itálica, que seria escrita por Rodrigo Caro, ecle- 
siástico i poeta que vivia en la primera mitad del siglo XVII. No parece 
posible todavía dar un fallo definitivo sobre esta cuestion. 

(2) El apellido de estos dos poetas era Leonardo de Arjensola. Su padre, 
Juan Leonardo, era un italiano de Ravena, i su madreluna señora ara- 
gonesa, llamada Alfonsa de Arjensola. En la literatura española son co- 
nocidos principalmente con el apellido materno. 





x 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 331 


20.--Al lado de estos poetas figura uno de los jénios 
mas singulares de la literatura española, cuyo nombre es 
popular en todas partes donde se habla: la lengua castella- 
na, i cuyas obras abrazan casi todos los jéneros literarios. 
Hablamos de don Francisco de Quevedo-i Villegas, Na- 
cido en Madrid en 1580, era por sus conocimientos filo- 
lJójicos, jurídicos i teolójicos, un verdadero sabio al salir 
de la universidad de Alcalá. Su vida entera fué un tejido 
de las mas estrañas aventuras. En la noche del juéves 
santo (1600), se hallaba en una iglesia cuando un caballe- 
ro desconecido se acerca a una señora i le da una bofetada. 
Quevedo se hace el defensor de la dama ultrajada, provo- 
ca al agresor a un duelo, i le deja muerto en el pórtico de 
la iglesia. Obligado a huir de las persecuciones de la jas- 
ticia, Quevedo pasó a Sicilia para buscar un asilo al lado del 
virei duque de Osuna, que era 8u protector. Como ajente de 
éste, desempeñó diversas comisiones diplomáticas en lta- 
lia. De vuelta a España, arrastrado en la desgracia de su 
protector, a quien se acusaba nada ménos que de haber 
intentado hacer independiente el reino de Nápoles, su- 
frió tres años de prision (1620—1623). Llamado nne- 
vamente a la corte, i nombrado secretario del rei, se le 
acusó en breve de ser autor de una sátira sangrienta con- 
tra el conde-duque de Olivares, i de nuevo fué sometido 
a una dura prision (1639) en que pasó otros cuatros años. 
Al fin, despues de muchas aventuras en la corte, en que 
tuvieron parte las asechanzas que le tendian algunas da- 
mas principales para vengarse de su mordacidad contra 
las mujeres, murió en 1645, dejando en la historia de las 
letras españolas uno de los nombres mas ilustres que ellas 
recuerden. 

Quevedo se ejercitó ed casi todos los jéneros, desde la 
letrilla hasta la comedia; desde los escritus mas sérios de 
moral 1 de relijion hasta la sátira mas hiriente i mas gro- 
tesca. Su obras sérias, entre las cuales se distinguen la 
Vida de San Pablo, la Vida de Marco Bruto i la Politica 
de Ios, son notables por la union de la mas pura moral 1 
de los mas elevados pensamientos políticos, pero cuyo esti- 
lo está con frecuencia empañado por los diversos jéneros 
de afectacion que caracterizan a todos los escritores espa- 
ñoles de esta época en materias de filosofía i de política. 


- 332 ELÉMENTOS DE LITERATURA, 


En el jénéro satírico i con frecuencia burlesco, descuellan 
El sueño de las calaveras, El alguacil alguacilado, Los 
zahurdas de Pluton, publicado primero con el título de 
El sueño del infierno, i las Cartas de: caballero de la tena- 
za i La culta latiniparla burla injeniosa del culteranisato 
O gongorismo. Es famosa igualmente El gran tacaño o 
Historia del buscon, novela del jénero picaresco. En las 
obras de esta segunda clase es donde se debe buscar el ver- 
dadero jénio de Quevedo. Allí se encuentran esos rasgos 
espirituales, esas alusiones picantes, esas metáforas felices, 
“esas vivas imájenes que han enriquecido la lengua espa 
fiola con una multitud de proverbios familiares. Por ellas 
- es uno de los escritores mas populares de su patria, donde 
es conocido i designado como el padre de la risa, el tesoro 
de lós chistes, el maestro de la agudeza i de la jocosidad. 
Desgraciadamente, estremado en todo, Quevedo no sabe 
guardar en la eleccion de sus burlas la mesura del buen 
gusto, de la decencia, ni aun la claridad en la eleccion de 
sus espresiones. Su sátira, aunque demasiado violenta casí 
' de ordinario, deja ver, sin embargo, una alma jenerosa-i 
atrevida que condena los vicios de su tiempo sin pensar 
en los sinsabores que esa crítica ha de acarrearle. 
Las obras poéticas de Quevedo fueron igualmente nutmne- 
' rosas; i es probable que las que conocemos, que casi en su 
“totalidad solo vieron la luz pública despues de su muerté, 
solo sean una parte reducida de las que compuso. Desde 
"Juego, sus comedias han desaparecidu casi del todo. Las 
demas poesías, así como sus ohbras en prosa, son de dos 
jéneros difereutes: sérias las unas, destinadas a asuntos 
morales o filosóficos; lijeras, burlonas i satíricas las otras. 
En ambos jéneros domina un estilo análogo al de sus obras 
en prosa. Afectado ¡casi oscuro en la poesía séria, Quevedo 
revela en el jénero burlesco una sal cómica, viva, aunque 
a veces grosera; de ordinario una amargura digna de Juve- 
nal i uu injenio prodijioso para agrupar equívocos, retrué- 
canos 1 alusiones de toda especie, en ocasiones inintelijibles 
para nosotros. Sus sonetos burlescos, imitados del italiano, 
son los mejores que se han escrito ea lengua castellans. 
Sus romances, sus quintillas, sus canciones, son a veces 
“inimitables por la gracia i por el buen humor. Pero en to- 
- das estas composisiones, Quevedo no ha querido contenerse 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 333 


siempre en los límites de la naturalidad i del buen gusto, 
« frecuentemente ha llevado la caricatura hasta el exceso, 
Eu prueba de ello podríamos citar el fragmento de un poe- 
ma burlesco. sobre el asunto de los amores de Orlando, 
«escrito a la manera de Berni, pero tan recargado de estra- 
vagancia que la imitacion ha perdido toda la delicadeza i 
buen sabor del orijinal, 

21.—Este inagotable arsenal de burlas fué puesto algu- 
mas veces al servicio de nua buena causa. Quevedo quiso 
+esterrar de la poesía española una pedante afectacion,' o 
wpas bien una estraordinaria estravagancia de formas «que 
en su tiempo estaba mui en boga; ¡en efecto la censuró 
<on amargura, pero sin conseguir el resultado que se pro- 
ponia. El gusto literario pasaba entónces en España por 
una revolucion semejante a la que Marini habia producido 
en Italia; i todos los esfuerzos de injénios poderosos fueron 
impotentes para contenerlo en sus estravíos, 
- Se atribuye esta perversion del gusto en España a un 
poeta de verdadero talento, don Luis de Góngora (1561- 
1628). Nacido en Córdoba, Góngora hizo buenos estudios 
diterarios i abrazó la carrera eclesiástica para librarse de 
da miseria. Sus primeras obras poéticas, que consisten en 
sonetos, canciones 1 romances, sou notables por la natura- 
didad i por la gracia, 1 lo colocan en la categoría de los 
mejores poetas líricos de España, Pero disgustado del po- 
co aprecio que sus contemporáneos hacian de sus- obras, 
Góngora concibió la idea de crear pata la poesía séria un 
estilo mas elevado, que denominó estilo culto. «Quiso, dice 
Lope de Vega, enriquecer el arte i aun la lengua con tales 
«exornaciones i figuras, cuales nunca fueron imajinadas, ni 
hasta su tienpo vi-tas.p Con este propósito, i mediante 
todo el trabajo imajinable, formó un lenguaje particular i 
lleno de estravagancias, que desafiaba todas las reglas re- 
<ibidas por la lengua española en prosa i verso. Se esforzó 
Sobre todo en introducir en esta nueva lengua las inversio- 
maes i las construcciones del griego i del latin, ¡en apartar 
los sustantivos de las palabras que lus modifican mas ¡nme- 
diatamente. Para cunseguir este resultado, le fué tambien 
necesario inventar una nueva manera de puntuar, sin la 
<ual no se habria podido adivinar jamas el sentido de sus 
verso3, los cuales a pesar de este recurso, son de una oscu- 


% 


334 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


ridad casi indecifrable. No contento con haber desfigurado 
así la lengua, quiso dar a la diccion mas diguidad ia cada 
palabra una intencion profunda. Las voces conocidas ta- 
maron en sus versos una significación nueva. En fin, para 
acabar de perfeccionar este estilo culto, vació en sus versos 
toda su erudicion en mitolojía i en jeografía antigua, con 
lo que la oscuridad fué todavía mas completa. En esta 
forma literaria, que se llamó el nuevo arte, escribió Gón- 
gora sus Soledades, su Polifemo i algunas poesías cortas, 
mui aplaudidas en su tiempo i menospreciadas ahora (1). 

Góngora, sin embargo, era un hombre de jenio que supo 
sacar cierto provecho de estas formas estravagantes. Pero, 
el nuevo arte tuvo en poco tiempo numerosus imitadores 
que le cultivaron con mucho ménos talento. «A muchos 
ha llevado la novedad a este jénero de poesía, dice Lope 


(1) De sus poemas de esta segunda época vamos a estractar algunos 
ejemplos para hacer conocer lo que se llama gongorismo, «udvirtiendo 
que la forma en prosa en que los damos facilita su intelijencia oscureci- 
da por las trasposiciones de los versos. 

Las aves son, segun el poeta, «campanas de plumas sonoras que dan 
la señal del alba al sol, cuando éste sentado en su carro, deja el pabe- 
llon de espuma.» Una niña que se lava la cara en una fuente «reune el 
cristal líquido al cristal de sus mejillas por el hermoso acueducto de su 
mano.» Las pastoras son rosas vestidas. «La primavera, dice, calzada 
de abril i vestida de mayo, ve llegar las rosas vestidas que cantan ro- 
deadas de guitarras aladas (las aves).» «Al oir su voz, el arroyo hace de 
su blanca espuma tantas orejas cuantos son los guijarros de su lecho.» 
Una novia es tan hermosa que haria tórrida a le Noruega con sus dos 
soles (los ojos), i blanca a la Etiopia con sus dos manos. En otra parte, 
Góngora compara un arroyo que se precipita al mar con una mariposa 
de cristal que se ahoga atolondradamente, convirtiendo al océano en un 
centauro, mitad agua dulce, mitad agua salada. De una niña jóven pero 
mui hermosa, dice que tiene , 


Muchos siglos de hermosura 
En pocos años de edad. 


Esta afectacion literaria i la oscuridad que ella ha producido en las 
últimas obras de Góngora, dieron lugar a las burlas de algunos escrito- 
rea i principalmente de Quevedo. El poeta dramático don Francisco de 
Rojas Zorrilla, de quien hemos hablado mas atras, en el acto tercero de 
su comedia Sin honra no hai amistad, hace decir a uno de sus persona - 
jes, para espresar la grande oscuridad de la noche, los dos versos que 
siguen: 
: Está hecho un Góngora el cielo, 
Mas oscuro qua su libro, 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 33) 


de Vega, i no se han engañado, pues en el estilo antiguo 
gn su vida llegarán a ser poetas, ¡ en el moderno lo son en 
el mismo dia; porque con aquellas trasposiciones, cuatro 
preceptos i seis voces latinas, frases enfáticas, se hallan 
levantados a donde ellos mismos no se conocen ni sé si se 
entienden.» El estilo culto invadió todos los jénerus poéti- 
cos, i pasó tambien a la prosa i hasta a la oratoria sagra- 
da. Basta abrir algunos libros españoles de esa época i de 
todo el resto del siglo XVII, para encontrar en ellos, sal- 
vo mui pocas escepciones, ese estilo pretencioso que bujo 
las apariencias mas trabajadas ¡ oscuras, no encierra mas 
que pensamientos vulgares, interpretados muchas veces 
por prolijos comentadores. Lo que prueba el poder de la 
nueva escuela es que el mismo Lope de Vega, que la con- 
denaba de una manera tan esplícita, que Quevedo, que la 
combatió toda su vida con raro injenio, i que Calderon, 
que poseia un talento de primer órden, cedieron algunas 
veces a las exijencias de la moda. 

22.—El culteranismo invadió, como hemos dicho, la 
prosa; pero algunos escritores pudieron s.n embargo esca- 
par sino completamente, a lo ménos en gran parte a la 
corrupcion jeneral. Debemos recordar aquí los numbres de 
tres historiadores distinguidos, que hasta ahora son pre- 
sentados como modelos de arte 1 de estilo. Sun estos Solis, 
Moncada i Melo. 

Don Antonio de Solis (1610-1686) nació en la ciudad 
de Alcalá de Henáres, hizo exelentes estudios clásicos 
i se dedicó desde su juventud al cultivo de la poesía dra- 
mática, en la que alcanzó uva justa nombradía. Despues 
de desempeñar diversos destinos importantes, Solis, como 
tantos otros poetas españoles, recibió lus órdenes *acerdo- 
tales. El rei le confió el cargo de cronista de Indins; i en 
desempeño de este destino escribió el libro que lo ha hecho 
célebre. Su Historia de la conquista de la América seten- 
trional, publicada en 1684, es la narracion de las campa- 
ñas de Hernan Cortes en la Nueva España hasta la ocu- 
pacion de la ciudad de Méjico. Esta obra es un verdadero 
monumento literario por lo que toca al estilo i al arte' de 
Ja disposicion, El asunto se desarrolla con una gran maes- 
tría, deteniéndose el autur en aquellas partes que mas 
interegan, i avivando siempre la exitacion del lector, de 

3 


336 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


tal manera que la historia parece tomar la grandiosidad de 
la epopeya. Sus formas literarias tienen una pureza, una 
correccion i una armonía verdaderamente inimitables. Esta 
obra mereció los honores de ser impresa muchas veces i 
traducida a casi todos los idiomas; pero para la posteridad, 
que busca en la historia algo mas que los efectos del arte 
¡ la elegancia del estilo, Solis es una especie de (Quinto 
Curcio español, que méunos empeñado en instruir que en 
agradar, hace intervenir en su historia la imajinacion del 
poeta, subordina la verdad a los adornos, 1 busca los inci- 
dentes que pueden despertar la curiosidad o el interes, mas 
bien que los que tienen una verdadera importancia histó- 
rica, Con este mismo objeto, el autor hace pronunciar a 
los indios de Méjico discursos floridos i solemues, cumo sl 
se tratara de los retóricos de Aténas 1 de los senadores de 
Roma. Solis, por otra parte, aunque mui superior a los 
historiadores españoles de su tiempo por las dotes del esti- 
lo, no lo es ni por la crítica ni-por la filosofía, Cree eu las 
patrañas mas ridículas, como en las apariciones de santos: 
í del diablo; i ha ensalzudo a los conquistadores de Méjico 
sin acordarse un momento de los principios de la 1oral 
que aquellos ultrajaban a cada paso. 


pon Yranersco de Munoada i don Francisco Manuel de 
Melo mferiores y Solis, pero gozan siu embargo de una 
gran nombradía en la historia de las letras españolas, El 
primero, (1586-1635) valenciano de orijeo, pertenecia a la 
alta nobleza e-pañola i fué jeneralísimo de los ejércitos de 
Felipe IV i gobernador de los estados de Flandes. 

Con el título de l:spediciones de los catalanes i aragoneses 
contra los turcos i griegos, escribió en un pequeño volá- 
men las proezas de una division de aventureros españvles 
en el imperio de Oriente en los primero años del siglo 
XIV. Este asunto, interesante por sí mismo, ha sido tra- 
tado con grande habilidad. Aunque Moncada ha dado a su 
narración cierto aire romanesco, la historia estudiada en 
buenas fuentes, uo ha perdido nada de su solidez ni de su 
gravedad. 

lo (1611-1667) era portugues de nacimiento, pero 
escribia el español en verso i prosa con rara felicidad. Su 
'vida está sembrada de las mas siogulares peripecias. Mi- 
litar ea Flandes i¡ en Cataluña, perseguido varias veces en 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 331 
España 1 Portugal, Melo cultivó las letras como descansu 
«dle las ajitaciones de su vida. La Historia de los movimien- 
stos de Cataluña en tiempo de Felipe IV es su obra capital. 

Refiere solo los principios de la insurrección catalana; 
pero si la obra ha quedado incompleta, ofrece por el arte 
«de la composicion, por el estilo i por la independencia 
illa sinceridad del autor, un cuadro tan animado como 
verdadero de uva rebelion famosa en la historia de Es- 

aña. 

23.—Al terminar esta rápida reseña de la historia de la 
«edad de oro de la literatura española, nos será permitido 
hacer algunas consideraciones jenerales para completar su 
estudio, 

En la literatura española, como ha podido verse, el do- 
minio de la poesía es verdaderamente iimenso, Todos 
los jéneros que ella encierra han sido cultivados con mas 
w ménos buen éxito, 1 todos han producido sus frutos. 
Pero, como lo observa Quintana, el jenio peético de esa 
época no se alzó al nivel de las circunstancias que por 
todas partes le rodeaban. Las musas castellanas, sordas, 
indiferentes a la ajitacion ubiversal en que da España 
desempeñaba el papel mas importante, apénas saben ins- 
pirar asus favoritos otra cosa que moralidades vagas, ¡má- 


_jeues campestres, amores i galantería, Hsceptuando uno 


que otro trozo lírico, como ciertas canciones heróicas de 
Fernando de Herrera, la poesía española en que se cantan 
las glorias nacionales, aun iucluyendo en ella los diversos 
ensayos de poemas épicos, no está a la altura del asunto. 
La Araucana misma no alcanza a ser una escepcion de 
-esta idea jeneral, puesto que los verdaderos hérues de este 
poema no son los españoles sino los indivs. A esta falta de 
grandeza en el asunto puede agregarse otro defecto jene- 
-ral. Por mas que muchos de estos poetas hayan poseido 
un talento admirable 1 un conocimiento sólido de la litera- 
tura Clásica, no es comun en ellos la elegancia sostenida i 
la perfeccion del gusto, que otros autores modernas han 
bebido en las misinas fuentes. Ésto ha dado oríjen a la 
-contrariedad de opiuiones sobre el mérito de los antiguos 
poetas españoles, a quienes algunos reputan como modelos 
£xelentes, miéntras que otros los «lesprecian hasta el pun- 
«o de cousiderarlos indiguos de leerse. . 


338, ELEMENTOS DE LITERATURA, 


En el dominio de la prosa, muchos jéneros han quedado 
completamente estériles. Las producciones intelectuales 
que constituyen el mas justo título de orgullo de las len- 
guas estranjeras, son precisamente las que fultan en la 
lengua española. Así, por ejemplo, no se encuentra nin- 
guna obra de filosofía, sea que se mantenga en el campo- 
de la especulacion, como la metafísica, sea .que descienda a 
la aplicacion en la lejislacion i la política; ninguna obra 
de ciencia ya sea natural o exacta, que por la elevacion 
del estilo 1 del asunto merezca un verdadero renombre- 
literario. Aun en relijion, la España posee un caudal 1n- 
menso de escritores ascéticos i de teólogos que se pierden 
eu un diluvio de sutilezas; pero no se busque en esta lite-- 
ratura verdaderos filósofos que por la elocuencia i por la 
profundidad merezcan la estimacion de las nuevas jenera- 
ciones. Así, para no tomar comparaciones más que en la 
literatura francesa, ena España no se encuentran Descartes 
ni Pascal; Montesquieu ni Rousseau; Butfon hi Cuvier,. 
Bossuet ni Fenelon. 

¿A qué deben atribuirse estos vacíos? Será, como han 
pretendido algunos espíritus sistemáticos, al clima meri- 
dional que solo desarrolla las dotes de la imajinacion? Pe- 
ro la posicion jeográfica de la Italia es la misma que la de 
España; i sin embargo, allí se encuentra la aparicion si- 
multánea de la reflexion filosófica ide la imajinacion poética,. 
de Dante i de Galileo, de Ariosto i de Colon, de Petrarca 
1 de Maquiavelo, del Tasso i de Torricelli, de Alfieri i de- 
Volta. La causa de la ausencia de nombres filosóficos de 
España es otra mui diversa. Es la inquisicion, que ahogan- 
do la libertad del pensamiento ha impedido el desarrollo. 
de las intelijencias; que proscribiendo la historia de la 
guerra de Granada de Hurtado de Mendoza, mutilando el 
Lazarillo de Tórmes, persiguiendo hasta los mas ardorosos 
escritores ascéticos, ha comprometido gravemente el por- 
venir filosófico de España, bajo su manu de fierro. 


SIGLO XVIII. 
24.—La decadencia literaria de España, como hemos. 


visto, comienza a mediados del siglo XVII Desde esa. 
época, ¡i casi sin otra escepcion que Solis, la literatura ea- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 339 


pañola, viciada por el mal gusto, decaida de su antiguo 
esplendor como la grandeza nacional, no produce mas que 
jénios mediocres, i casi podria decirse nulos. La postracion 
habia llegado a su colmo, cuando nuevas influencias vinie- 
ron a comunicar otra sávia a ese cadáver próximo a des- 
Componerse, | 

La historia de la literatura española como espresion ori- 
Jinal i espontánea del jémio de la España, termina con la 
estincion de la dinastía austriaca. La elevacion de la tasa 
de Borbon, llevando a la península las vigorosas tradicio- 
nes del gobierno de Luis XIV, introdujo junto con un gus- 
to mas depurado ¡ mas correcto, las instituciones mas lite- 
rarias de la Francia. Creáronse entónces bajo los auspicios 
del nuevo rei, Felipe V, numerosas academias en toda Es- 
paña, que fueron otros tantos propagadores del gusto fran- 
ces en las letras i en las artes. Ésta revolucion, operada 
por la fuerza de las cosas, i cuando las letras castellanas 
habian llegado al último punto de su postracion, reveló - 
inmediatamente a los españoles el mal producido por el 
<ulteranismo; i apesar de las resistencias opuestas por al- 
gunos partidarios exaltados de la antigua escuela nacional, 

a literatura clásica francesa vino a ser el modelo de los 

mas distinguidos escritores españoles del siglo XVIII 

El primer síntoma de esta revolucion en el gusto fué la 
publicacion (1737) de la Poética de don Igpacio de Luzan 
que llegó a ser en poco tiempo el código literario de los 
mejores escritores. Nacido en Zaragoza, pero educado en 
Italia, Luzan, (1702-1754), desempeñó en Francia desti- 
nos diplomáticos, que le permitieron estudiar las literatu- ' 
ras estranjeras, len España el cargo de ministro de co- 
mercio que le permitió prestar proteccion i estímulo a 1ns 
literatos. Buscó los principios de su Poética en las litera- 
turas antiguas i estranjeras; los espuso con juicio sano 1 se- 
guro, i con una erudicion oportuna i sin pretensiones; pero 
arrastrado por su desee de acercarse al clasicismo frances, 
fué exesivamente severo con muchos de los antiguos poe- 
tas españoles, i sobre todo con Lope de Vega i Góngora. 
Queriendo unir el ejemplo al consejo, compuso algunas 
obras poéticas, despojadas, es verdad, de los defectos de 
culteranismo, i cuidadas en todos sus detalles, pero tam- 
bien faltas de fuego i de vigor. 


DS AA 


4 


340 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Í 

Entre los mas ardorosos sectarios de esta revolucion se- 
cueutan don Nicolus in 1 don José Ca- 
dalso. El primero (173-1780), ademas de algunas poesías. 
líricas, sátiras i epigramas, compuso un poema didáctico- 
sobre la caza, un corto ensayo de epopeya con el título de- 
Las naves de Cortes destruidas, i tres piezas drumáticas.. 
«Moratin, «dice Quintana, es ya un verdadero poeta... La- 
naturaleza le habian dotado de una imajinacion mas gran- 
de i robusta que amena I delicada, 1 su injenio se inclinaba 
mas a lo apacible. Así es que duude quiera qué la mate- 
ria cuadraba con el carácier de su espíritu, mostraba fue- 
go, fantasía i orijina!lidad, i sacuba de la lira española to- - 
nos mucho mas altos 1 felices que los demas poetas de su 
época, 1 dignos de los mejores tiempos de la musa caste- 
llana.: Es lástima que escribiese tan de prisa, 1 que confía- 
do en sus felices digposiciones i en el tonocimiento que te- 
nia en las reglas del arte, creyese que esto bastaba para 
ejercitarse en jéneros tan distiutos entre sí.» 

En Cadalgo se nota una tendencia mas señalada a la. 
imitacion estranjera. Nacido en Cádiz en 1741, Cadalso 
hizo buenos estudios, cultivó Ins letras con verdadero- 
armor, abrazó la carrera militar i fué muerto en el sitiv de 
Jibraltar, en 1782. Coro prosador i como poeta, imitó- 
constantemente las furmas estranjeras, i particularmente - 
las francesas, Un opúsculo satírico que con el título de 
Los eruditos a la rtivleta, publicó cuntra la superficialidad. 
de los estudios de su tiempo, es un modelo de gracia i de: 
buena crítica. 

25.—La poesía dramática, que en manos de los indignos. 
sucesores de Caideron, lubia caido en la mayor degrada- 
cion, recibió tambien la influencia poderosa de la literatu-- 


o dd 


ant:guus poetas españoles a quienes «atacaban sin piedad 
los imitadores de la literatura francesa. Dotado de mas- 





HISTORIA LITERARIA. — TIEMPOS MODERNOS. 341 


voluntad que de talento verdadero, Huerta no hizo en rea- 
lidad mas que inflamar la guerra literaria, apasionando así 
los espiritus que, huyendo de los términos medios, se ale- 
jaban tambien de la verdad i de la razon. 

Eu efecto, el deseo de no acercarse a los poetas espa- 
fñoles de los tiempos de Góngora, llevó demasiado léjos a 
algunos escritores del siglo X VIII, a Iriarte ¡a Samanie- 
go, entre Otros, que dotudos de instruccion i de talento, i 
cultivando los des un misuo jénero Jiterario, revistierou 
sus obras de una sencillez casi prosaica. 

Don_Tumas de Iriarte (1750-1791) era natural de Te- 
nerife, en las islas Canarias; hizo buenos estudios litera- 
rios 1 sirvió en Madrid un destino de archivero. Compuso 
algunas epístolas ¡ dos poemas didácticos, uno sobre la 
música 1 otro sobre el dibujo; pero es principalmente céle- 
bre por sus Fábulas literarias. La moral de éstas tiene la 
particularidad de ser completamente literaria, es decir, el 
autor, en vez de censurar los vicios del corazon, se con- 
trae a sustraer al escritor de Jos errores del estilo 1 del 
gusto, i algunas veces a reirse de los estravíos de la jente 
de letras. lriarte desplega en sus fábulus un injenio crea- 
dor en sus argumentos, i bastante habilidad para adaptar- 
los a la crítica literaria. Su estilo siempre puro, tiene una 
claridad i uva naturalidad constantes. Pero su horror por 
los enormes defectos introducidos por el culteranismo, lo 
arrojó a un estremo nu ménos vitaperable. La sencillez 
habitual de sus versos va hasta lo prosuico, 

Don Féliz María Sumaniego, (1745-1801), heredero 
de una Torfuna considerable, se contrajo al estudio i culti- 
vó la poesía por mero pasatiempo. Sns fábulas, imitadas 
i casi traducidas del célebre fubulista frances La Fontai- 
ne, son el fundamento de su gloria. Samaniego las escri- 
bió para los niños de las escuelas, i empleó eu ellas ordi- 
variamente, junto con la naturalidad ¡ lu malicia del mo 
delo que imitaba, una versificacion flñida i armoniosa, un 
estilo correcto i claro i una sobriedad que casi escluye, to- 
do adorno. i 

La influencia de la literatura francesa se limitó, pues, e 
dar al estilo correccion, sencillez i claridad, desterrando 
los abusos del culteranismo; pero nu consiguió restaurar 
vi el entusiasmo ni el vigor de los buenos puetas castella- 


” 


i 
aC* le . Jy 


349 - ELEMENTOS DE LITERATURA. 


nas de la época anterior. Casi se puede decir que fuera de 
ciertos pasajes de Moratin, la poesía debia considerarse 
muerta. Los Luzan, los Cadalso, los Jriarte son sin duda 
hombres de talento, injenios elegantes, que sabian limar 1 
pulir sus escritos; pero les faltó ese impulso vigoroso que 
constituye la verdadera poesía. 

Y--— 26.—Pero tras de estos poetas vinieron otros, que aun- 
que nacidos bajo la nueva escuela, supieron dar a sus poe- 

-—— sías la elevacion junto con la sencillez. Bajo el reinado de 

Cárlos III se inauguró una nueva época para las letras es- 
pañolas. Este monarca, que prestó una jenerosa proteccion 
al estudio razonado de las ciencias, desconocido ántes de 
entónces en Espuña, fomentó tambien la bella literatura 
concediendo mas amplia libertad de accion a los que las 
cultivaban. La inquisicion, aunque ménos violenta, quedó 
siempre en pié; pero se limitó la censura previa de los es- 
critos, i se permitió tratar todas las materias, con tal que . 
no se atacase directamente la relijion i la autoridad real. 
Las ciencias de observacion, sin llegar a un alto grado de 
desarrollo, comenzaron a cultivarse bajo el patrocinio del 
rei, i las letras alcanzaron una nueva era de prosperidad, 
que por desgracia no fué de larga duracion. ' 

Don Juan Melendez Valdes (1754-1817) es quizá el 
mas ¡lustre poeta de esta nueva era, Cultivó la anacréon- 
tica, la elejía, la égloga, el romance sério i la oda heróica; 
i en todas estas clases de poesía desplegó una suavidad de 
sentimientos, una correccion de gusto i una delicadeza de 
arte que si bien no lo colocan sobre los grandes poetas de 
la edad de oro, lo acercan a ellos. Aun podria decirse que 
Melendez los aventajó a todos por la perfeccion constante 
de sus obras. Sia embargo, su carácter propendia mas a la 
gracia, a la morbidez i a la ternura que al vigor i a la ener- 
jía, lo que da a sus versos un tono de continua afeminacion 
que les quita casi toda fuerza i toda variedad. Este mismo 
defecto lo liace repetir mucho sus descripciones campestres 
¡ caer con frecuencia en una especie de desagradable mono- 
tonla. 

Contemporáneos i admiradores suyos fueron don Gaspar 
Melchor de Jovellanos (1744-1811) i don Nicasio Alva- 
rez de Cienfuegos (1764-1809). El primero, hombre de 
estado “ilustre por su honradez, economista distinguido, 














HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 343 


gran jurisconsulto, cultivó con.gusto el drama, la sátira j 
da poesía lírica, en medio de las ajitaciones de una vida 
siempre ocupada. El segundo, aparte de algunas trajedias 
poco leidas hoi, se ejercitó en la oda i en la epístola. La 
pasion de lo grande 1 de lo honrado anima sus versos líri- 
<os. «Su imajinacion, tan ardiente como viva, dice Quin- 
tana, se ponia fácilmente al nivel de estos sentimientos. 
Nadie lo exede en fuerza i en vehemencia, i no seria mu- 
<cho decir que tampoco nadie le iguala. Aunque el fondo 
Je ideas sobre que su imajinacion se ejercita puede decirse 
tomado de la filosofía francesa, no ciertamente el tono ni 
el carácter, que guardan mas semejanza con la poesía osiá- 
mica i con la poesía alemana.» 

La historia de la poesía española de esta época cuenta 
todavía otro nombre célebre, que gozó por largos años de 
una popularidad inmensa, i yue aun conserva un gran . 
prestijio. Don Leandro Fernandez de Moratin (1760 : 
1828), hijo de otro poeta afamado, merece por la pureza 
«lel estilo, por la elegancia de sus versos, por el buen gusto 
<onstante ¡ por la inspiracion verdadera, uno de Jos mas 
elevados puestos entre los poetas líricos españoles. «Si- 
guiendo las huellas de su padre, dice Ticknor, modificó sin 
embargo su estilo, de tal manera que bajo la influencia de 
dos poetas italianos, llegó a conciliar la ternura i delica- 
deza de la lengua italiana con la pureza ¡i enerjía del caste- 
llano. Obsérvase esto particularmente en sus odas i sone- 
tos, i en el bello coro de Los padres del limbo, composicion 
solemne que se acerca a la majestad fervorosa de frai Luis 
de Leon. Sus romances son mas nacionales por su entona- 
<ion; pero las poesías mejores i mas interesantes de este 
autor, son aquellas en que se abandona por completo a las 
impresiones de su propio temperamento o de st.s afectos.» 

Ejercitóse tambien Moratin en la comedia de carácter. 
Tomando por modelo a Moliére, el poeta español compuso 
sus piezas con argumentos mui sencillos, pero desenvuel.= 
tos con gran cuidado, i escribió sobre todo con una natura- 
didad icon una limpieza de estilo verdaderamente nota- 
bles. El rigorismo con que se somete a los preceptos que 
reglan el arte dramático, su respeto por todas las tradicio- 
mes del teatro clásico frances del siglo XVII, han podido 
Ser censurados per el romanticismo moderno. Pero, apesar 


344 + ELEMENTOS DE LITERATURA. 


de estas injusticias pasajeras de la opinion, don Leandro 
Fernández de Moratin ocupará siempre en el parnaso es- 
pañol un lugar honorable al lado de Calderon, de Moreto 
1 de Alarcon. 


27.—A principios del siglo X VIT la prosa española se 
hallaba en peor estado que la poesía. La atectacion 1 el cul- 
teranismo habian corrompido el gusto de tal mauera, que 
tanto el orador sagrado como el escritor profana no emplen- 
ban otro lenguaje que una jerga que habia llegado a hacer- 
se inintelijible por la pretencion de encerrar pensamientos 
injeniosos i de usar voces ijiros estrafios a la indole de la 
lengua. Solo cuando estos abusos fueron intolerables se 
trató de ponerles un dique. Algunos hombres de juicio, en 
la misma época en que Luzan acometia la reforma poética, 
trataron de reintegrar en las producciones de la prosa la 
razon desterrada de ella desde tanto tiempo atras. Crea- 
ron al efecto los primeros ensayos de crítica literaria, con- 
cebidos en un estilo mas natural i sencillo que el que se 
usuba comunmente, i destinados a ensalzar la forma clási- 
ca de los grandes escritores franceses. Estas laudables ten- 
tativas tuvieron un resultado funesto: la frase española ha 
ganado sin duda en claridad i en sencillez; pero al formarse 
sobre el tipo frances, ka perdido su carácter nacional. La 
revolucion es ménos sensible en poesía por la necesidad 
en qué se encuentra el poeta de recurrir a los antiguos mo- 
delos; pero en prosa, la modificacion ha sido llevada tan 
léjos que en ninguna parte se encuentra la lengua que 
usaron frai Luis de Granada, Mendoza i Cervántes. Los 
que han querido imitarlos, han cuido en una afectación 
vituperable, 


Entre los primeros escritores que aceptaron esta refor- 
ma de la ¡»rosa no faltan algunos eruditos que, consagrán- 
dose al estudio de la historia civil o de la historia literaria, 
compusieron Obras notables por la investigacion i por el 
criterio. El padre Enrique Flores (1701-1773), don An- 
touio Capmany i Montpulau (1742-1813), i el jesuita 
Franciscv Masdeu (1740-1817), ¡pertenecen al primer gru- 
po. El padre Martin Sarmiento (1695-2770), dou Juan 
Antonio Pellicer (1740-1806) i don Gregorio Mayans 1 
Ciscar (1699-1781), pertenecen al segungdo. Pero lus mu- 











HISTORIA LITERARJA.—TIEMPOS MODERNOS. 345 


delos de buena prosa de este siglo se deleu buscar espe- 
cialmente en las escritos de Feijóo i de Isla. e 
e « El padre benedictino frai Benito Jerónimp Feijóo >. 
¿“(1701-1764), es autor de muclias obras, la mas importante 
de las cuales es el Teatro critico universal, coleccion inmen--- 
sa de tratados sneltos sobre una gran variedad de materias. 
Dotado de una vasta erudicion adquirida en cuarenta años 
de estudios, Feijóo recorre en esa ubra la moral, la física, 
la metafísica, la medicina, la astrobomía, la historia, la 
gramática, la política, combatiendo los errores 1 las preo- 
capaciones que la intolerancia, la superstición i la igno- 
rancia habian sembrado a manos llenas en España, 1 ense- 
ñando las reglas que pueden conducirnos al descubrimiento 
de la verdad. Con el progreso jeueral de las Juces ¡ de las 
ciencias, sus ideas, que se estimaron tan atrevidas en su 
tiempo, nos parecen hoi mui atrasadas ¡ mul tímidas, 
Kn una época en que las universidades españolas soste- 
nian firmemente que no habia nada que sacar de Newton 
para formar buenos filósofos, i que Descartes ¡ Gassendi 
estaban en mayor desacuerdo que Aristóteles con la ver- 
dad revelada, se necesitaba un gran valor moral para aco- 
meter la obra que emprendió Feijóo. Sus trabajos, en efec= * 
to, sirvieron: mas a la causa de la civilizacion que todo lo 
que se habia escrito en España desde un siglo atras. No 
se busque, sin embargo, en las ubras de este escritor la 
verdadera orijinalidad: sus ideas i sus conocimientos son 
tomados de los libros franceses, ¡ hasta su estilo se resien- 
te de la influencia de los modelos que tenia a la vista. 
Sus doctrinas i su método de demostracion eran nuevos 
solamente para España, que hasta mediados del siglo 
XVIII permanecia completamente estraña al movimiento 
científico europeo, o) 
El padre jesuita José Francisco de Isla (1703-1781), “-' 
cultivó con preferencia el jénero satírico, Y escribió entre 
otras obras una novela notable, poco leida hoi, pero que 
en su época le dió un gran renombre. La Historia del fa- 
moso predicador frai Jerundio de Campazas, es la biogra- 
fía imajinaria de un predicador, su nacimiento, sus estudios 
en el convento, i sus aventuras como misionero, El padre 
Isla ha copiado del natural los incidentes de su novela, 
las descripciones i los episodios de la vida monástica i de- 


e 





346 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


vota, i por eso su libro es el retrato fiel de una buena par- 
te de la sociedad española del siglo XV IT. Con él se ha 
propuesto combatir el gusto detestable que se habia apo- 
derado de la elocuencia del púlpito, bajo la influencia del 
culteranismo, del mismo modo que Cervántes, en una obra 
mucho mas famosa, se dedicó a combatir las estravagancias 
de los libros de caballerías. El padre Isla ha conseguido 
su objeto: las palabras que pone en boca de su héroe, 
copiadas, segun se asegura, de sermones verdaderos, son 
de tal modo ridículas que atrajeron el desden hácia las 
predicaciones pretenciosas i absurdas de aquella época i 
contribuyeron a depurar el gusto viciado i corrompido, El 
éxito que alcanzó aquella obra poco despues de su publica- 
cion fué verdaderamente prodijioso: el estile puro i nota- 
ble por la ironía fina i picante, contribuyó sin duda a este 
resultado. Pero esa estimacion ha decaido algo en nuestro 
- tiempo, cuando: han dejado de existir los defectos que 
aquella quiso correjir, En efecto, el conjunto de la novela 
es fastidioso: las aventuras de un mel predicador no po- 
dian suministrar materia para un libro verdaderamente 
interesante. Solo un jénio de primer. órden como el au- 
tor del Quijote, ha podido hacer una obra de mérito 
eterno de una novela escrita con un propósito de circuna- 
tancias. , 

28.— La influencia de la revolucion francesa se hizo sen- 
tiren España como en todo el resto de Europa. La liber- 
tad politica, aunque asentada siempre sobre bases débiles, 
ha producido el movimiento intelectual. El renacimiento 
literario ha sido ausiliado particularmente por Jos refujia- 
dos políticos que en el estranjero completaron sus estudios, 
La literatura moderna española ha tomado algo de todas 
partes; al fin estudiando prolijamente los modelos nacio- 
nales que ofrecian los siglos XVIiXVII, ha edquirido 
alguna orijinalidad, aunque no todavía una iniciativa vi- 
gorosa, 

Don Manuel José Quintana (1772-1857,) poeta, crítico 
e historiador, es uno de los mas poderosos iniciadores de 
este movimiento, Sus poesías líricas ¡ sus dramas, notables 
por e) buen gusto constante, continúan mediante la pureza 
de la lengua, la tradicion de los antiguos poetas españoles, 
Sus estudios críticos, concebidos con un espíritu libre de 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 347 


toda preocupacion de nacionalidad, han correjido el gusto 
español, enseñando lo que hai de bueno i lo que hai de ma- 
lo en la antigua poesía. Sus Vidas de españoles célebres son 

r la investigacion i por el arte, verdaderos modelos de 

iografías. 

Don Francisco Martinez de la Rosa i don Anjel de Saa- 
vedra, dugie de Rivas, pertenecen a la misma escuela de 
Quintana, i han contribuido a la misma obra de rejeneras 
cion literaria. El primero (1739-1862), personaje político 
a la vez que literato, ha cultivado casi todos los jéneros, la 
poesía lírica, la poesía didáctica, el drama, la trajedia, la 
comedia, la listoria, la novela i la crítica literaria; ¡ aun- 
que en ninguno de ellos ha compuesto verdaderas obras 
maestras, en todos ha desplegado mucho estudio i notables 
dotes de escritor. El duque de Rivas (1791-1865), poeta 
ante todo, ha celebrado en su Mora Espósito i en otras 
leyendas de menor estension, las antiguas tradiciones es- 
pañolas con un buen gusto adquirido en el estudio de las 
literaturas estranjeras. 

Dado el primer impulso por éstos i otros escritores de 
mérito inferior, las letras españolas han tomado mayor 
vuelo en manos de una nueva jeneracion. Pertenecen a ella 
- entre otros muchos escritores i poetas, don Mariano José 
de Larra (1800-1837), escritor humorista i uno de los mas 
intelijentes propagadores de la revolucion literaria que 
pretendia conciliar la orijinalidad española con la imita- 
cion de la Francia; don José de Espronceda (1808-1842) 
cuyas obras poéticas llevan el sello de una sombria ener- 
jía que lo acerca a los poetas mas distinguidos de la es- 
cuela romántica moderna; don Modesto de Lafuente (1806- 
1866), autor de una estensa ¡ apreciable Ehistoria de Espa- 
fía, escrita segun los principios de la crítica moderna; don 
Antonio Gil 1 Zárate (1791-1861), poeta dramático que 
6 r los efectos del arte mediante un notable cono- 
cimiento del corazon humano; don Manuel Breton de los 
Herreros (1796-1873), autor cómico de una gran fecundi- 
dad que sabe pintar en sus obras los caractéres i les cos- 
tumbres nacionales; i por último, don José Zorrilla nacido 
en 1817, poeta igualmente fecundo, cuyos versos siempre 
armoniosos i fáciles, revelan un injenio rico, pero tam- 
bien mui poco estudio i meditacion. Al lado de ellos han 


348 - ELEMENTOS DE LITERATURA. . 


brillado muchos otros escritores que seria largo enume- 
rar. ” 

A pesar de esto, la España moderna no ha producido 
aun un jefe de escuela que venga a dar cohesivo a ele- 
mentos dispersos i a imprimir a la literatura un carácter 
verdaderamente nacional. La poesia lírica, la poesía dra- 
mática, la historia i lamovela, « pesar del tulentu de algu- 
vos de sus autores, carecen aun de una decidida superiori- 
dad. La España es todavía un discípulo de la Italia, de la 
Alemauia, Inglaterra i sobre todo de la Francia, al cuál 
falta la verdadera iniciativa, i «que, como dice mui bien 
ua distinguido crítico frances, M. Baret, no se mueve sino 
hajo un impulso venido de afuera, semejante a un Conva- 
lesciente que despues de una larga enfermedad vacila 1 
busca un apoyo.» 








CAPÍTULO IV. 


Literatura francesa. 


SIGLO X VI.—1, Ultimos escritores del siglo XV; Villon i Comines.—2, 

_ El renacimiento en Francia—3, Poesia; Marot, Ronsard, Ma'!herbe, 
Regaier.—4 Literatura dramática. —5 La poesía; Rabelaia,—f, Mon- 
taigne.—7. Otros prusadores; la Sátira Menipea.—SIGLO XV]I.—8, El 
teatro.—9. Corneilie.—10, Racine. —)1. La Fontaine.—12, Bojlcau.—13, 
Moliére.—14. Otros puetas.— 5. Los pruradores: Balzac.—16, Descartes, 
—17. Pascal.—18. Bossuet.—19. Fenelon —20. Utrog predicadores; 

" Bourdaloue, Fiéchier, Massillon.—21. Los moralirtss; la Rochefourauld 
i La Bruyére. —22. Otros prosadore-; Naint Simon. M+demoiselle de 
Scudéry. madame de Sevigné.—SIGLO X VITT.—23, Carácter jeneral de 
la literatura francesa de este sig'o.—24. Le Sage.—2%. Mymtesquieu.— 

26. Yoltaire.—27, «Juan Jacobo Rousseau.—28. Los enciclopedistar.— 
29. Las ciencias; Buffon.—30 La puesta; Besumarchais i Bernardino 
de Saint-Pierre.—31, La revulucion. —32, Conclusion. 


SIGLO XVI, 


1.—La historia de la literatura francesa de la edad me- 
lia se cierra con dos grandes escritores, que por la flex1- 
bilidad de su estilo, la novedad de lus idens i hasta por sus 
sentimientos parecen pertenecer a una época adeluntada. 
Sin embargo, aunque contemporáneos del renacimiento, 
uo emplean las firmas sábias que aquella revolucion puso 
a la moda; busca solo la naturalidad 4 la verdad, Ja 
encuentran i la vierten sin atavíos estraños 1 sin grandes 
esfuerzos. (Queremos hablar de Villon i de Comiues, poeta 
el primero, historiador el. segundo. 
, Francisco Villon, nacido en Paris en 1431, no es cuno- 
cido mas que por sus versos en que ha trazado el cuadro, a 
veces alegre, a veces meláncolico, de sus placeres, de uus 
" deegracias i de los espedientes vergonzosos a que lu pre- 
cipitaron la ociosidad, la miseria i sus inclinaciones. Apre= 





350 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


sado dos veces i condenado a la horca por robos, debió su 
salvacion a Luis XI, que se dejó impresionar por las pue- 
sías en que Villon se despedia de la vida entre risas i lá- 
grimas. Criado en las calles de Paris, parroquiano de las 
pulperías, sus obras dejan conocer los lugares que frecuen- 
taba el autor. Sus cuentos jeneralmente obcenos i sus poe- 
sías líricas casi siempre libres i burlescas, reflejan el ca- 
rácter del estudiante libertino, i del libertino de haja lei; 
pero cuando no se rie, cuando se enternece sériamente, ha- 

la con una gracia encantadora i con el aceuto de un poe- 
ta filósofo, de la frajilidad de lus bienes de la tierra. Villon,, 
apesar de todos sus defectos, hace época en la historia de 
la literatura francesa. En sus manos, la poesía se desem-— 
baraza de la erudicion indijesta, de la fastidiosa galantería, 


de las alegorías metafísicas i alambicadas que estaban a la . 
moda. : 


Felino de Comines, nacido en Flandes en 1445 i¡ muerto 
en Francia en , pasó los primeros años de su vida al la- 
do de los duques de Borgoña; pero habiendo abandonado a? 
famoso Cárlos el Temerar:o, Luis XI lo colmó de honores 5 
de riquezas, i le confió importantes cargos que Comines de- 
sempeñó bajo ese rel 1 bajo su sucesor, no sin alternativas E 
contrastes de fortuna. Por su intelijencia, por su instruc- 
cion, i sobre todo por su conocimiento del mundo, Comi- 
nes fué un esperto consejero de los reyes i un hábil diplo- 
mático. Retirado del servicio en sus últimos años, ocupó 
sus ocios en escribir sus Memorias, en que contando con 
toda frialdad los sucesos «dle su tiempo, se muestra político 
lleno de sagacidad i de penetracion, observador de un jui- 
cio recto 1 sano, i narrador verídico, Ni las persecuciones 
que sufrió de unos, ni los beneficios con que otros lo col- 
maron han influido sobre sus juicios. siguiendo las ideas 
de su tiempo, Comines juzga de las acciones buenas o ma- 
las, no por los principios de la justicia, sino por los resul 
tados que ellas producen; pero si nocomo moralista, a lo 
ménos como hombre versado en los negocios, ha niostrado 
que el respeto por los bienes ajenos i por la vida de los 
hombres, es la mayor de las habilidades. A diferencia de 
los cronistas anteriores, Comines, sin dejar de ser natural, 


.es ménos sencillo, pero tambien es mucho mas claro, mas 
correcto i mas elevado, 














HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 391 


2.—Comines habia ensanchado el campo de sus estudios 
durante las guerras de Italia. Consideradus bajo el punto 
de vista literario, esas ¿guerras prestaron un servicio in- 
menso a la Fraucia, En esa península, ajitada entónces 
por-la revolucion del renacimiento, los franceses se im- 
preguaron insensiblemente de las nuevas ideas, i volvieron 
a su patria llevando junto con algunos manuscritos de la 
antigitedad, los sábios 1 los artistas que quisievon seguir- 
los. huis XI[i Francisco 1 fueron los promotore3 de esa 
emigración literaria que iba a transformar el gusto 1 los 
estudios en Francia. Bajo el patrocinio del segundo de es- 
tos monarcas se fundó en Paris un célebre colejio para Ja 
enseñanza de las lenguas griega 1 hebrea, que casi nadie 
conocia. El latin mismo, que era todavía el idioma de los 
tribunales, fué estudiado mejor, i sacado por fia de la co- 
rrupcion eu que lo habia sumido ¡a ignorancia. La im- 
prenta, favorecida igualmente por el rei, publicó centena- 
res de libros antiguos, que pasaron a ser los niuudelos de 
los escritores de ese siglo. La filosofía, la medicina, la ju- 
risprudencia, la arqueolojía i la filolojía hicieron grandes 
progresos en manos de algunos hombres que devorados 
por la ambicion de saber, lo revolucionaron todo i echaron 
lus cimientos de la erudicion moderna. 

Pero, si tanto en Italia como en Francia la tendencia 
jeneral de esta revolucion era el restablecimiento de la an- 
tigúedad i de los idiomas clásicos, en uno il otro país cl es- 
píritu moderno luchó con los eruditos, i al fin los ver:ció. 
Los mismo reyes Luis XI[ i Francisco J, no tanto por 
respeto a la lengua de Ciceron i de Virjilio, como por des- 
terrar nna costumbre que no tenia razon de existir, pros- 
cribieron de los tribunales de justicia el empleo del latin 
bárbaro i degradado de la edad media, mandando que en 
adelante, el lenguaje forense fuera el frances. Escritores 
distinguidos, poetas i prosadores, conservando la tradicion 
literaria de la edad media, así como su sentimiento 1 su 
naturalidad, intentaron amalgamar esas dotes con la co- 
rreccion de la literatura antigua, i dieron a la poesía i a la 
prosa un poderoso impulso imprimiéndoles un carácter 
verdaderamente nacional. 

3.—£l movimiento poético, sin embargo, fuá ménos vi- 
goroso que el de la prosa. Pultaron jeulos verduderamente 

6 
Ás 





352 ELEMENTOS DE LITERATURA 


creadores; pero carla dia. señala un progresn, cada nombre 
.-una tentativa hácia direcciones uanevas, i despues de tres 
esfuerzos diferentes, la verdadera poesía nacional que Vi- 
llon habia dejado en la infancia, llegó a fives del siglo 
XVI a un estado vecino a la virilidad, 
Cemento Marot (14951544), representa la primera de 
esas revoluciones-Paje de Margarita de Navarra, hermana 
«de Francisco J, en su juventud, Murot hizo con este rei las 
campañas de Italia, icon él cayó prisionero en Pavia. 
Acusado de abrigar simpatías por la relijion reformada, el 
poeta sufrió prisiones, procesos i persecusiones que lo obli- 
garon a salir dos veces de Francia, ¡a pasar sus últimos 
días en Turín. Inferior a Villon por el jenio, pero mucho 
mas cultivado, supo ser elegante sin dejar de ser poputar. 
Marot eucontró el secreto de ngradar al pueblo ¡ia los 
grandes, cultivando la poesía burlesca con buen humor, 
pero sia bajar hasta la clocarrería. Imitó a los escritores 
latinos e italianos, pero respetó las condiciones de la len- 
«gua francesa, i la enriqueció considerablemente. Sus obras 
-consister en epístolas, baladas, epíigramas, rondós, especie 
«le composicion particular a la poesía francesa, 1 en una 
traduccion de los salmos, que manifiesta que la elevacion 
-en el tono i la seriedad no seavenian bien con el talento 
«de Marat. 
Este jénero de poesías tuvo muchos imitadores; pero esa 
naturalidad singular, esa ausencia de tolu afectacion, que 
-constituye el encanto de los escritos de Marot, era un de- 
fecto para los espíritus eruditos. Pedro de Ronsard (1525 
-1585) es el jefe de una nueva escuela. Despues de diversos 
"viajes por varias partes de Europa, que le permitieron co- 
«nocer otras lenguas vivas, i sintiéndose atacado de una 
sordera completa, se consagró con una avidez insaciable al 


-estudio del latin, del griego i de las literaturas antiguas. 


Asociado con otros escritores, que son denominados en la 
historia de la literatura con el nombre de la pléyade, con» 


-61bió el proyecto de rejenerar la lengua francesa 1 de adap- 


tarla a ciertos jéneros de puesía descuidados o destanncidos 
hasta entónces, 1 de euriquecerla con jiros i con palabras 
tomadas de las lenguas griega i latina, El mas ¡lustre de 


-sus adeptos, Joauuin Du-Bellay (1524-1560), lanzó el 
manifiesto de la nuevi escuela. «Las vijilias pasadas en el 





HISTORIA LITERBARIA:—TIÉMPOS MODERNOS. 353 


«estudio, decia, son las alas con que los escritos de los hom- 
bres suben al cielo. Leed i releed dia i noche los modelos 
griegos i latinos.... Reemplazad las canciones por las odas, 
las burlas grotescas por la sátira, las farsas 1 las moralida- 
«les por las comedias ¡ las trajedias: escojed segun los pre- 
-ceptos de Aristóteles, algunos de esos viejos romances 
franceses i haced renacer al mundo una admirable /liada 
o una laboriosa Eneida » En seguida, las odas, las epope- 
yas, los sonetos, las trajedias, los ensayos de todo jénero 
anunciados en ese manifiesto, aparecieron de repente. Ron- 
sard fué el jefe reconocido de la escuela, i mereció de sus 
-contemporáneos una admiracion que rara vez han alcan- 
.zado los poetas, 1 que no ha confirmado la posteridad, Lra 
sia duda una noble empresa la reforma del lenguaje, i la 
inauguracion de nuevos jéneros i de nuevas formas poéti- 
-£A8; pero se quiso marchar mui de prisa, 1 no se logró el 
objeto deseado. Ronsard escribió odas segun el 1muodelo de 
Pindaro, emprendió una epopeya, la Franciada, imitada 
«dde la Jóneida ¡1 de la Farsalia, i que no pudo concluir, in- 
trodujo en la literatura francesa el himno i el epitalamio; 
pero en todos estos jéneregy reproducidos de la antigiiedad, 
<onfundió de la mauera mas estravagante las costumbres 


antiguas 1 lus costumbres modernas, ab:gó la poesía bajo . 


.el peso de la erudicion, i desnaturalizó la lengua por una 
multitud de inversiones, de desinencias i de palabras nue- 
vas. Sin embargo, tiene bosquejos felices, fecundidad, i 
cierta elevacion que era un progreso en la poesía francesa, 
Por una singular anomalía, Ronsard era particularmente 
¿poeta en los jéneros que mas desdeñaba, la cancion i la 
poesía familiar. 

Esta segunda faz de la poesía francesa del siglo XVI 
no fué de largu duracion. Entre la naturalidad de Marot 
«que solo admitia el tono familiar, i el arte pretencioso de 
Ronsard, habia un término medio. A Francisco Malherbe 
1555-1628), cabe la gloria de habert3 hallado. Aunque 
favorecido por Enrique 1V i por Luis XIII, vivió siem- 
¿pre pobre, mas ocupado de sus versos que de su fortuna, 
Malherbe habia comenzado por ser roneardista, como él 
mismo dice, pero su buen sentido i su talento regular lo 
inclinaron a tomar otro camino i lo hicieron jefe de una 
«mueva escuela, Dotadu de un talento mas vigoroso que fe- 








334 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


cundo, de un juicio recto i de un gusto severo mas bien 
que de una imajinacion brillante, poeta por arte igramático 
por naturaleza, Malherbe emprendió a la vez la reforma 
de la versificacion i de la lengua, i prosiguió su empresa 
hasta el fin de sus dias con una constancia singular. Como 
poeta, su gloria no consiste solamente en haber perfeccio- 
nado el mecanismo de los versos, depurado el lenguaje poé- 
tico, 1 «reducido la musa a las reglas del deber,» como dice 
Boileau, sino en haber creado en Francia el jénero lírico 
elevado i en haber llevado la elocuencia a la poesía. Sus 
odas i sus estancias, compuestas i limadas con una pa- 
ciencia 1 con un trabajo infinitos, están llenas de fuerza, 
de armonía i de elevación, con un jiro vigoroso de pensa- 
miento, de versificacion i de estilo de que no se teuia idea 
ántes de él, i que pocas veces se encuentra en los poetas 
posteriores. Los discípulos de esta nueva escuela han que- 
dado mui atras de su 1ustre fundador. 

Se puede decir que el mérito principal de Malherbe 
consiste en la severidad del gusto. Esta cualidad falta a 
otro poeta contemporáneo suyo mui distinguido por el je- 
nio 1 por la pureza del estilo, a Maturino Regnier (1573 
1613). Destinado en su juventuda la carrera eclesiástica, 
recibió en efecto, las primeras órdenes, hizo dos viajes a 
Roma, i vivió favorecido por el rei; pero su aficion a los 
placeres del mundo i su pasion por la poesía lo ocuparon 
toda su vida. Sus obras se componen privcipalmente de 
sátiras, 1 ellas revelan que Regnier no debió todos sus 
triunfos a un trabajo profundo i asiduo. Se distingue $0- 
bre todo en escojer el ridículo i en pintarlo con rasgos in- 
delebles. Ademas de las frecuentes imitaciones de los poe- 
tas latinos, ha tomado mucho de los escritores satíricos 
italianos, loque disminuye el mérito de orijinalidad: pero 
aparte de que en esa época la sátira, como jénero literario 
era desconocida en Francia, el gusto imperfecto i la len- 
gua informe todavía, Regnier deja ver siempre un talento 
propio i un espíritu observador lleno de finura, de sagaci- 
dad, de buen sentido i de una malicia esquisita i casi sin 
arte. Por la pureza i por la riqueza, su estilo es superior 
al de todos los puetas franceses que lo precedieron, 1 aun 
hoi mismo agrada por su vigorosa enerjía, 

4.—La literatura drar:ática pasó por las mismas trás- 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 355 


formaciones que la poesía lírica, Durante la mayor parte 
dol siglo XVI, el arte estuvo reducido como en la época 
anterior a las moralidades (moralités ), a las farsas, i a las 
tonterías (sotises). Numerosas persecuciones dirijidas con- 
tra el teatro, inclinaban los injenios a la comedia de cos- 
tambres, puesto que se les prohibieron las libertades sati- 
ricas i todas las personalidades. 

Pero al fin, el manifiesto de Du-Bellay vino a abrir 
nuevo rumbo al arte dramático. Buscóse, como en la poe- 
sía lírica, vuevo campo en la imitacion de la antigiiedad. 
Antes de seguir las huellas de los antiguos, lus poetas 
tradujeron algunas piezas de Sófocles, de Eurípides 1 de 
Aristófanes. Las imitaciones nose hicieron esperar: va- 
rios poetas de la escuela de Ronsard, entre los cuales des- 
collaba Estévan Jodelle (1532- 1573), compusieron dramas 
cuya intfiza tenia algo de orijiual, pero cuya accion era 
griega o romana, ¡en que copiaban servilmente el carác- 
ter del tentro antiguo. Solo a fines del siglo, el drama se 
apartó de ese camino, i entónces el teatro español, 1 mul 
en particular las obras de Lope de Vega, que en esa época 
comenzaban a estar mui en boga, fué el modelo de los poe- 
tas franceses. 

5.—Hasta el siglo XVI la prosa francesa casi no se ha- 
bia ejercitado mas que en las crónicas, En cesta época se 
la ve tratar todos los asuntos i desarrollarse en las obras 
mas variadas, Ernacisco Luabelais, nacido en Turena en 
1487 i muerto en Paris en 1553, es “el iniciador de esta re- 
volucion. Se han escrito muchas tradiciones de dudosa 
veracidad i muchas anécdotas sobre su vida; pero lo que 
hai de verdad es que Rabelais, médico i sabio de profe- 
sion, comenzó desde temprano una vida disipada, i llena ' 
de contradiciones 1 de aventuras, en que la piedad no tu- 
vo siempre la mayor parte, aunque fué fraile franciscano, 
benedictino, clérigo secular i por último cura de Meudon. 
A pesar de su profundo buen sentido, i de su lumensa 
erudicion en literatura antigua, su imajinacion que no 
tiene otro rival que la de Aristófanes, lo arrastra sin ce- 
sar, quizá contra su voluntad, mas allá de los límites de la 
licencia. 

La obra que le ha asegurado la inmortalidad es una no- 
vela satírica i alegórica que tiene. por título Hechos i di- 


- 


4 
336 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


chos del jigante Gargantúa i de su hijo Pantagruel. En rea— 
lidad, este libro no pertenece a jénero alguno determinado, 
no se somete e ningun órden, no imita ningun modelo, no- 
permito ninguna imitacion. Todo allí es fantástico i oriji-- 
nal. Las aventuras singularmeute variadas del personaje 
principal, forman un cuadro injenioso en que se encuen- 
tran todas las cualidades, todos los defectos, todos los jé-— 
neros desde. el injenio mas fino i la. imajinacion ras viva, 
hasta Jas invenciones mas desvergonzadas i la mas grosera. 
incoherencia de ideas, desde la sátira mas elevada hasta 
las bufonadas mas grotescas i aun algunas veces las mas- 
obcenas. «Este libro, ha dicho La Bruyére, es un mons- 
truoso conjunto de una moral fina e injeniosa i de una su- 
cla corrupcion: donde es malo, pasa los límites de lo peor:: 
forma el encanto de ia canalla: donde es bueno, va hasta 
lo esquisito i lo excelente: puede ser uno de las bocados. 
mas delicados.» La sátira fina, las consideraciones filosó- 
ficas llenas de grandeza i de atrevimiento, el odio por- 
ciertos vicios de su tiempo que estalla en vehementes in- 
dignaciones o en bufonadas picantes, las alusiones cuya 
audacia sin velo es llevada hasta la temeridad, la comedia 
con todo su injenio, la sátira bajo todas las formas, sátira 
relijiosa, sátira filosófica, científica, política; lo sério, lo 
grotesco, la burla, la alta erudicion, todo está confundido, 
sin órden, sin regla, sin plau concebido de antemano, pre— 


- seutando el. conjunto mas estravagante i tambien el mas 


curioso, el mas sorprendente i el mas atrayente que se- 
puede encontrar, Este interes incesaute, este mérito sin' 
lado débil, es debido, aparte de la orijinalidad de ln ¡a- 
vencion, i del vigor del peirsamiento, a las inapreciables 
cualidades del estilo. Este estilo firme, elegante, cuidado, 
dotado de una notable precision i de un gran colorido, aña- 
de vigor al pensamiento (SAINT-AGNAN CHOLEB). 

Se han escrito muchas obras sobre el libro de Jtabelais,. 
se le ha censutado con injusticia i se le ha ensalzado con 
exajeracion. Los comentadores, violentando con frecuen- 
cia su sentido, como cuando se trata del libro inmertal de- 
Cervántes, han dicho que la caprichosa burla era un velo 
arrojado sobre un pensamiento sério, i se han dado nom- 
bres reales a sus personajes fantásticos i un sentido pro- 
fundo a las bufonadas mas claras. Segun ellos, GHrangou— 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS ANTIGUOS. 357 


sier, el rei bueno i¡ suave, es Luis XIT; Gargantúa, la 
fuerza que se desplega sin reflexion, es Francisco [; Pan- 
tagruel, el poder benévolo i fuerte, Enrique 11; Picrocho- 
le, la ambicion sin prudencia, Maximiliano Sforza; Panur- 
go, la audacia, la malicia, el sarcasmo forrado de buen 
sentido, la capacidad que se aplica a todo, pero poco escru- 
pulosa en los medios del triunfo, el cardenal de Lorena; » 
así los demas personajes. Este sistema de interpretacion, 
así como otros que se han aplicado al libro de Rabelais, 
son mas iojeniosos que sólidos, i no resisten a una crítica 
detenida, El autor, como dice el historiador de Thou, «ha 
puesto en escena, bajo nombres falsos todas las condicio- 
nes de la sociedad; todos los órdenes del estado, i los ha 
entregado a la risa del pueblo;» pero para ello ha creado 
tipos imajiuarios, como suelen hacerlo los grandes maues- 
tros, 

6.—Rabelais, abordó, riendo, las mas altas cuestiones ' 
sociales, iles buscó una solucion sin abandonar un ¡ns- 
tante su buen humor. Otro escritor igualmente ilustre, 
Miguel de Montsigne, siguiendo un camino mui diferen- 
te, reunió en un libro no méuos siagular todas las obser- 
vaciones que el estudio ¡ la esperiencia le habian sujerido. 
sobre el hombre 1 la sociedad. Nacido en Perigord en 
1533, Montaigne, desempeñó como maire de Burdeos, un 
papel importante en los trastornos civiles que produjeron 
las contiendas relijiosas, conservando siempre la serenidad: 
de su alma i la honradez de su corazon, i innrió en 1598. 
La educacion esmerada que le hizo dar su padre, lo inició 
desde temprano en el conocimiento profundo de los escri- 
tores de la antigiiedad, i lo preparó para ser un verdadero 
escritor. Montaigue debe su celebridad a una obra sin 
plan, sin asunto especial, titulada Enguyos, porque quiso,, 
dice, hacer en este libro el ensayo de sus facultades natu- 
rales. Es una amalgama de historia, de moral, de filosofía, 
de política i de literatura, dividida en tres libros, subdivi- 
didos en capítulos, repertorio abundante de recuerdos de 
Una vasta erudicion i de reflexiones nacidas de esos re- 
cuerdos. En ella, las cuestiones se siguen i re encadenan 
llamadas las unas por las otras, 1 no traidas de intento por 
una res»lucion concebida de antemano. «La inagótable 
memoria de Montaigne, dice M. Villemain, pone a su dis. 


358 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


posicion todo lo que los hombres han pensado. Su juicio, 
su gusto, su instinto, sa mismo capricho le sumiuistran 
fácilmente pensamientos nuevos. Sobre cada muteria co- 
mienza por decir todo lo que sabe, 1, lo que vale mas, aca- 
ba por decir lo que cree. Este hombre que en la discusion 
cita todas las autoridades, escucha todos los partidos, acoje 
todas las opiniones, cuando al fin llega a decidir, no con- 
sulta mas que su propio juicio, 1 da su parecer no porque 
lo crea bueno, sino porque es suyo. Esta marcha es larga 
pero es agradable e instructiva: enseña a dudar, 1 este prin- 
cipio de la sabiduria es algunas veces el último término.» 
¿Quién sabe? es con frecuencia la última palabra que se 
obtiene de él sobre los problemas mas graves 1 mas sérios, 

Esta obra en que están tratadas tantas i tan variadas 
cuestiones, es considerada hoi como el primer monumento 
de la literatura clásica francesa, porque a pesar de esa 
falta de plan, que revelan que Montaigne escribia sus ideas 
como se le presentaban a la mente, se deja ver en todas 
sus pájinas un espíritu eminentemente filosófico 1 obser- 
vador. Los pensamientos vienen sin órden; pero el lector 
los encuentra siempre oportunos; porque es imposible tra- 
ducir la idea en un lenguaje mas pinturesco, mas vigoroso, 
mas preciso, mas nutrido dé sustancia i de imájines. «Su 
estilo, continúa M. Villemain, -es una alegoría siempre 
verdadera, en que todas las abstracciones del espíritu vis- 
ten uva forma material, toman un cuerpo, un rostro, 1 por 
decirlo así, se dejan tocar i manejar. Montalgne abusa con 
frecuencia de sus lectores, Esos capítulos que hablan de 
todo escepto de lo que prometia el título, esas digrestunes 
que se embarazan unas a otras, esos largos paréntesis, po- 
driau futigar. .. si un rasgo inesperado, un pensamiento 
injénuo i vigoroso, un palabra orijinal no reavivasen nues- 
tra atencion a cada paso.» 

7.—Al ladu de estos dos grandes prosadores, la Francia 
poseyó en el siglo XVI muchos otros que le son inferiores 
sino por la forma literaria, a lo ménos por la variedad de 
los conocimientos i por la novedad de las idens. Alguuos de 
ellos, sin embargo, ejercieron grande influencia sobre su 
siglo i contribuyeron eficazmente a fijar la lengua. Vamos 
a recordar a la lijera los nombres de los mas notalles, 


Juan Calvino (1509-1564), considerado siempre como 














HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS, 359 


hombre de secta, i pocas veces como escritor, ha escrito 
sin embargo, pájinas en que ostenta un estilo firme, aus- 
tero 1 de una correccion rara para su épuca. Se le llama 
por esto mismo uno de los padres de la lengua francesa. 

Santiago Atnyot (1513-1593), ocupa un puesto dis- 
tinguido entre los escritores orijinales por sus traduccio- 
nes de Plutarco 1 de Longo. El candor, la elegancia 1 la 
riqueza de eu lenguaje han transformado i naturalizado 
en Francia los escritores que imita, Su traduccion de Plu- 
tarco ha llegado a ser una de las obras clásicas mas esti- 
madas de una literatura que posee tautos il tan ricos mo- 
numentos. 

dro de Bourdeilles, señor de Brantóme, conocido je- 
nernlmente con este último nombre (1527-1614), escribió 
por fragmentos biográficos la historia de todos los escán- 
dalos de su siglo. Sin pronunciar jamas su juicio, i sin dis- 
tineuir quizá lo justo de lo injusto, Drautóme ha contado 
con gran naturalidad todo lo que sabia, consignando así en 
sas obras importantes datos de que se han aprovechado los 
historiadores subsiguientes. 

Pero, si es inútil prolongar esta nomenclatura de prosa- 
dozes franceses del siglo XVI, es indispensable, en cam- 
bio, recordar una obra que, aunque publicada bajo el 
anónimo, 1 aunque escrita con un propósito de circunstan- 
cias, hizo un gran ruido en su época i conserva toduvía su 
crédito, como monumento de burla picante i de alta elo- 
cuencia. En medio de las pasiones relijiosas i de los graves 
iutereses que impulsaban los partidos a los medios estre- 
mos, comprendiendo en ellos el asesinato, cuando la Liga 
se obstinaba en uo reconocer a Enrique [V i en prolongar 
la guerra civil, cuando el rei de España enviaba a la causa 
católica soldados i dinero, i cuando los estadus jenerales 
se reunian 1 se separaban sin haber resuelto nada, algunos 
hombres de talento i de patriotismo se asuciaron para com- 
batir con la pluma las ambiciones maléficas i ridículas de 
los caudillos de la Liga, i compusieron la Sátira Mentpea 
(1593), llamada así en memoria del cínico Menipo, que 
Varron i Luciano habian hecho intervenir en sus sátiras, 
Se encuentra en esta obra el sello diverso de muchos ta- 
lentos igualmente notables. Uno puso en juego la burla 
mas fina i mas hiriente, otro los acentos de la elvcueucia 


360 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


mas varonil, todos ese injenio frances siempre presto para 
consolarse del infortunio riéndose de los que lo producen. 
Los autores de la Menipea eran hombres honrados i con- 
vencidos, católicos sinceros i al mismo tiempo escritores de 
, prinrer órden. No escucharon mas que la voz de su con- 
ciencia i de su amor por el bien público: el sentimiento del 
deber les dió el valor de decir laverdad. Pedro Le-Roy, 
canónigo de la catedral de Rouen, concibió la idea prime- 
ra, trazó el plan de la obra, i escribió una parte de ella; 
pero fué ayudado por otros injenios escojidos, La Afenipea 
produjo un efecto maravilloso; fué reimpresa varias veces 
en pocas semanas, 1 contribuyó a la pacificacion jeueral, 
atrayendo al sentimiento de la verdad i de la justicia a los 
espíritus a quienes cegaba la intolerancia 1 la ambicion. 
Ella dió a la Liga un golpe mas terrible que la batalla 
de-Ivry. 


SIGLO XVII. 


8.—La verdadera edad de oro de la lileratura francesa 
es el siglo XVII, denominado comunmente siglo de Luis 
XIV, par el nombre del monarca bajo cuyo reinado se de- 
sarrolló ese gran movimiento de los espíritus. Fué entón- 
ces cuando el gusto de lo bello en las letras i en las artes 
vino a ser uno de los rasgos distintivos del carácter nacio— 
nal, cuando grandes prosadores, grandes poetas ¡ grandes 
artistas dieron a la civilizacion francesa, fina i culta ya, algo 
de esa majestad i de ese esplendor que caracterizan a los 
grandes siglos de la literatura antigua. Se pueden preferir 
tal vez la espontaneidad individual, el poder creador del 
siglo XVI, o las tendencias sociales, políticas i emancipa- 
doras del siglo XV11I; peru no se puede negar una pro- 
funda admiracion a la riqueza i a la grandiosidad del pe- 
ríodo literario que vamos a pasar en rápida revista. 

La nueva era literaria se inaugura con grandes progre- 
sos en el arte dramático, Al lado del teatro mas bien popu- 
lachero que popular del siglo XV, se habia formado en el 
siguiente, como hemos visto, un teatro súbio ¡ pedantesoo, 
obra de los discípulos de Ronsard. lón esas obras, copia- 
das con poca intelijencia de los griegos i de los latinos, no 
se encuentran otros méritos que el estilo, algunos versos 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 361 


líricos i las declamaciones del gusto de Séneca. Este jénero 
de obras no tuvo una larga vida; desde fines del siglo 
XVI se formó un teatro verdaderamente popular, no gro- 
sero como el de.los cofrades de la Pasion, ni pedante como 
el Jodelle, sino capaz de divertir a los espectadores de to- 
das las condiciones. Alejandro Hardy, poeta de una com- 
pañía de cómicos, ME considerado on los primeros años 
del siglo X VII como el jefe de una gran revolucion en el 
arte dramático. En realidad, no tenia otro mérito que la 
fecundidad i cierta riqueza en Ja versificacion; pero imi- 
tando a los latinos, a los italinnos, i particularmente a los 
españoles, compuso trajedias, comedias, pastorales, histo- 
rias dramáticas ¡ traji-comedias. 

El año de la muerte de Hardy (1629), es una gran fecha 
literaria. E: vió terminar el privilejio de los cofrades de la 
Pasion, comenzar dos teatros duraderos i definitivos, colo- 
car a los autores i a los cómicos bajo la alta direccion del 
poderosvu ministro, cardenal de Richelien, promulgar las 
reglas de Aristóteles como el código de la  puesía, repre- 
sentar la primera trajedia regular, iudmitir la primera co- 
media de un poeta llegado de Ruuen, que se llamaba Pe- 
dro Corneille, £u el seutido mas. rigoroso, éste es el padre 
de la trajedia francesa. Otros poetas habian conocido 1 
practicado ya las reglas de Aristóteles; pero no habia n lle- 
gado a bulimentar ¡ a mejorar la forma del drama. 

9. —Gorneille, nacido en Rouen en 1606 i muerto en 
Paris en 1684, estudió la jurisprudencia 1 fué abogado de 
algun crédito, pero el amor, segun se dice, lv hizo poe- 
ta, i la poesía lo arrebató al foro, Habiéndose trasladado 
a Paris, se ensayó primero en la comedia, i escribió algu- 
nas que hicieron desde luego cierto ruido. Compuestas se- 
gun el gusto poco severo de las piezas de su tiempo, pero 
mas razonables en el fondo, i escritas con mas correccion, 
con mas animacion i con mas injenio, esas obras anuncia- 
ron un poeta distinguido i un talento verdadero. Poco mas 
tarde, su jenio trájico se reveló por la Medea, pieza imitada 
de Séneca, sin arte i sin verosimilitud, pero en donde bri- 
lan rasgos de elocuencia i de sullimidad. Por fin, 1636, 
sacó de un drama español de Guillen de Castro la trajediv 
titulada El Cid que debia hacer inmortal su nombre, Ins- 
pirado por este noble i patético asunto, el jenio vigoroso 1 


362 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


profundo de Corneille creó, por decirlo así, de un sclo gol- 
pe, el tipo de la trajedia clásica francesa, esa incomparable 
forma dramática, en la cual con asuntos sencillos i de una 
rigorosa unidad, sio cambins de escena, sin máquina, sin 
incidentes estraordinarios, por solo el desarrollo de las si- 
tuaciones, de los caractéres i de los sentimientos, sostenido 
por un estilo puro, noble i poético a la vez que elocuente, 
el poeta atrae 1 conmueve los espíritus mostrándoles sobre 
todo las grandes luchas morales, i el movimiento de las 
pasiones humanas en lucha con las necesidades o con la 
virtud. El éxito brillante del Cid descontentó a Richelicn: 
la trajedia fué el objeto de críticas mezquinas i poco sin- 
ceras, pero la admiracion unánime de la Francia aseguró 
su triunfo. Cansado de «fr decir que carecia de inventiva, 
¡ que tomaba el fondo de sus piezas de otros teatros, Gor- 
neille hizo representar su Horacio (1639), pintura elocuen- 
te de la antigua virtud romana, elevándose por el amor a 
la patria sobre las mas tiernas afecciones de la familia; 1 
luego muchas otras trajedias eminentemente orzijinales, 
No se limitó Corneille al jénero trájico. Escribió tam- 
bien comedias, i algunas de ellas fuerou obras maestras, 
Tomando por modelo La verdad sospechosa del poeta es- 
pañol Alarcon, pero adaptándola perfectamente a las ideas 
1a las costumbres francesas de su tiempo, 1 vistiéndola 
con un estilo lleno de movimiento, de naturalidad i de sal 
cómica, escribió el Embustero ( Le menteur ) i creó en Fran- 
cia, por medio de uua imitacion, la verdadera comedia de 
carácter. Corneille, ademas, dió a luz muchas poesías lír- 
cas; pero ni en estas obras ni en todas sus trajedias se debe 
buscar la perfeccion constante, porque datadu de mas jenio 
que gusto, se dejó arrastrar algunas veces por el deseo de 
producir el efecto teatral, o por las tendencias todavia in- 
ciertas de la literatura de su época. Sin embargo, cuales- 
quiera qne sean estos defectos de detalle, Corneille, es el 
primero de los trájicos del mundo que haya exitado el sen- 
timiento de la admiracion, ¡que haya hecho de €l la base 
de la trajedia. Nos sorprende por la grandeza de lus senti- 
mientos i por la elevacion de los caractéres, Sus piezas ele- 
van el alma sin desesperarla, porque a la altura a que nos 
trasporta sentimos que la virtud, de que nos ofrece un 
ejemplo acabado, no es superior a nuestras fuerzas i que 








HISTORIA LIFERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 363 


podemos alcanzarla, Mas heróico que patético 1 conmove- 
dor, tiene con todo acentos de ternura i de suavidad apa- 
sionada. Por lo demas, no hai nada que desdeñar en sus 
obras: aun las ménos buenas tienen alguna grandeza, 1 
ofrecen un ancho campo al estudio 1a la observacion. 

10.—Corneille vivia aun, il ya tenta un sucesor. Juan 
-Racine, que vivió entre los años de 1639 i 1699, alcanzó el 
segundo puesto en la historia de la trajedia francesa, si bien 
muchos de sus contemporáneos le asignaron el primero. 
Fortificado con sólidos estudios en la severa escuela de 
Port-Royal, adauirió allí el conocimiento 1 la admiracion 
de las obras maestras de la antigúedad. Despues de algu- 
nos ensayos imperfectos, que sin embargo revelay el jér- 
men de su talento, hizo reoresentar en 1669 el Británico, 
trajedia basada en uno de los mas admirables capitulos de 
Tácito, que marca el principio de su gloria. Muchas otras 
piezas fundadas en la historia antigua i en la historia mo- 
derna, afianzaron esa gloria sobre cimientos. indestructibles. 
Racine fné mas léjos todavía; sacó de la Biblia la accion 
de dos trajedias admirables, la Ester i la Atalia, 1 compuso 
una comedia justamente estimada, Los litigantes (Les plai- 
deurs), burla agradable e incisiva de las jentes que fre- 
cuentan los tribunales de justicia o que intervienen en su 
administracion, ¡alguras poesías líricas. Escribió ademas 
una historia de la escuela de Port-Royal 1 las cartas lami- 
liares, que le han asegurado un puesto eminente entre los 
escritores epistolares 1 los prosadores franceses. 

Racine, dejando a Corneille la grandeza ideal de los ca- 
ractéres 1 la representacion de los combates de la voluntad 
contra la pasion, quiso analizar la marcha i las revolucio- 
nes de los sentimientos en el alma humana i mostrar el 
curioso espectáculo de esos resortes morales que imprimen 
a las pasiones una marcha tan desordenada en apariencia, 
tan regular i tan lójica en realidad. 

No se ha empeñado como su antecesor en la pintura de 
las pasiones fuertes, de los caractéres estremos, ni de las 
tendencias ideales i caballerescas, lo que quita algo de su 
grandeza a la trajedia; pero ha retratado con gran felici- 
dad las pasiones suaves, el amor, el pudor, la ternura de 
una madre, la probidad, la adhesion, la fidelidad. Sin em- 
bargo, este método que consiste en poner en esc ua las 


[| 


364 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


abstracciones morales bajo formas de individualidades mu 
completas para ser verdaderas, esta propension a adornarlo 
todo, a embellecerlo, a snavizarlo, esta tendencia a reem- 
plazar la emocion que resulta de los hechos por esa espe- 
cie de interes que trae consigo la perfecta ejecucion de un 
plan meditado, no es lo que un espectador va a buscar al 
teatro ni lo que se reclama de un poeta dramático. Por 
otra parte, la misina perfeccion pareja i constaute que se 
encuentre en el teatro de Racine, tanto en la concepcion 
como en la ejecucion de la obra, en el pensamiento como 
en el estilo, esa armonía tan igual, esa correccion tan 808- 
tenida, tienen tambien sus inconvenientes. La poesía es 
como Anteo*no se eleva a los sublimes espacios sino a 
enudicion de reponer a veces sns fuerzas tocando la tderra, 
i la perfeccion no puede existir uniforme sino mantenién- 
dose en cierta elevación, i sin poder subir de allí. Racine 
cuida con tanto interes el plan de sus trajedias coma la 
construccion de cada uno de sus versos, i la eleccion de 
cada una de sus palabras. En su elocucion no se puede 
cambiar, añadir o suprimir algo, porque todo está bien 
dispuesto, bien elejido, bien colocado, Una trajedia de Ra- 
cine puede ser comparada a una llanura hermosa pero'uni- 
forme, al azul inalterable de un cielo puro; pero nuestra 
vista se cansa de esa misma uniformidad, i prefiere las 
grandes montañas que se elevan a las rejiones de donde 
se desprende el rayo i que tienen a sus pies hondos preci- 
picios. | | 
11.—Al lado de los mas gloriosos nombres de la litera- 
tura francesa del siglo XV1I es menester colocar el de un 
poeta que sin cultivar los grandes jéneros literarios, sin 
brillar en la corte como algunos de sus contemporáneos, i 
sin tener siquiera una conciencia cabal de su jénio, com- 
puso obras maestras de naturalidad i de arte, sin prece- 
dente en la literatura antigua, i sin imitadores felices en 
Ing tiempos modernos, «Nnestro verdadero Homero, el 
Homero de los franceses ¿quién lo creeria? es La Fontaine,» 
dice un célebre crítico. «En él, dice M. Demogeot, se rea- 
liza de la manera mas completa la fusion de todos los ele- 
mentos del pasado en el seno de un pensamiento moderno, 
dotado de la orijinalidad mas poderosa... La Fontaine, 
añade mas adelante, el mas sencillo, el ménos pretencioso 





K 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 365 


«de los pnetas, es el único que relaciona el siglo XVIl a 
la vez al pasado ¡ al porvenir.» 

Juan de La Fontaine (1621-1695) recibió por indolencia 
una educacion mul descuidada, i llegó a la edad de veinte 
idos años sin dejar presentir su jénio. Una oda de Mal- 
herbe que oyó leer un dia, despertó en su alma el senti- 
miento poético. Eutónces reconenzó sus estudios sin ¡a- 
teres i sin ambicion, creyendo que el estudio era una sim» 
ple distraccion. Leyó los autiguos autores franceses, los 
adlmiró i aprendió en ellos los resortes de la lengua. Estu- 
dió igualmente los escritores itulianos, i para llegar a co- 
nocer a fondo los poetas antiguos, aprendió el latin bas» 
tante bien; pero en estos estudios hechos sin un plan fijo, 
sin el propósito de adquirir nombradía, la orijinalidad de 
su jénio fué bastante poderosa para asimilarse tantos ele- 
mentos diversos sia perder un solo rasgo de su carácter 
propio. Las oblignciones de un empleo, el cuidado de la far 
milia, la conservacion de su patrimonio, fueron trabas que 
La Fontaine no sufrió largo tiempo. Vendió su empleo, 
descuidó a su mujer ¡asus hijos, a quienes olvidó tam- 
bien en breve, consumió su patrimonio; i perezoso, 1ndo- 
lente siempre sobre su porvenir, sia escrúpulos de, amor 
propio i sin ambiciones de ningun jénero, pasó el resto de 
su vida recibiendo favores de sus amigos, durmiendo mi 
cho i trabajando solo cuando la inspiracion venia natural- 
mente a pouerle la pluma en la mano, Tocaba ¡i retocaba 
incesantemente lo que habia escrito, de tal manera que esa 
distraccion perpétua, esa distancia por todos los negocios 
de la vida que se le reprocha, era solo una meditacion con- 
tínua i perpétua. Marcaba con el mayor cuidado todas las 
divisiones del discurso, las comas, las interjecciones. Así 
es como 8e trabaja para la posteridad 1 como se levantan 
monumentcs indestructibles de perfeccion i de belleza. 

Hasta la edad de cuarenta años, la Fontaine parecia 
esperar sin impaciencia, ¡en una sunve pereza, la tardía 
madurez de su jénio, Sus primeros eusayos fueron algunas 
puestas de circunstancias que respiraban naturalidad en 
los sentimientos i¡ en la espresion. Ln seguida escribió sus 
Cuentos, narraciones poéticas de aventuras divertidas 1 con 
frecuencia mui poco morales, que muestran una faz del 
gusto i de las costumbres de aquel siglo, encubierta hasta, 


366 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


entónces por el brillo de una decencia oficial i de una lite- 
ratura grave 1 solemne. Esos cuentos son la última i defi- 
nitiva refuudicion de los fabliaux, que desde la edad media 
divertian a la Luropa. Tomando los asuntos de Bucacio 
o de las puesías narrativas conservadas por la tradicion, 
La Fontaiue ha sabido ser or ijinal en la imitacion, revis- 
tiendo sus historietas con un injenio puramente frances i 
con una sencillez llena de la mas fina malicia. 

Esta obra, es, sin embargo, la ménos conocida entre las 
que hacen la gloria de La Fontaine. Sus Fábulas lo ele- 
varon a la altura que ocupa tanto por la pureza irrepro- 
chable de su moral, como por la inimitabie perfeccion de 
su estilo. El apólogo, tal como lo ha comprendido La 
Fontaine, es una de las mas felices creaciones del espirita 
humano, porque reune todos los recursos de la poesía en 
un pequeño espacio. Pertenece a la epopeya por la narra- 
cion, al jénero descriptivo por los cuadros, al drama por 
el juego de los personajes i la pintura de los caractéres, a 
Ja poesía guómica por.los preceptos, al lirismo por la ele- 
vacion del pensamiento i por los encantos del estilo, A 
estas cualidades literarias añade las aptitudes de artista 1 
de pensador, llevadas al mas alto grado de perfeccion o de 
enerjía, El primero de todos los fubulistas, La Fontaine ha 
hechw de cada apólogo un pequeño drama, en que arroja 3 
manos llenas las pinturas 1 las imájenes tomadas en la ub- 
servacion del mundo moral, i del muudo físico, 1 todas de 
una verdad familiar, graciosa, cómica o conmovedora. 

La Fontaine declara aun en el frontispicio de su libro 
que no ha hecho mas que poner eu verso los apólogos de 
la antigiiedad, los orientales, los griegos 1 los ronanos. En 
efecto, con escepcion de nnas pocas fábulas orijinales, las 
demas tienzn por base un asunto tomado de Esopo, de 
Fedro o de otros escritores; pero en sus manos, esos asun- 
tos pasan a ser completamente orijinales. La orijinalidad 
puética no consiste en inventar una accion, sino en descu- 
brir la poesía que ticne esa accion. Los jénios mas creado- 
res de ordinario no han inventado otra cosa, La inveucion 
de La Fontaine consiste en su manera de contar, en Su es- 
tilo admirabie, en esa feliz imajinacion que siembra por 
todo el interes i la vida, en esa buena fé, en esa aparente 
credulidad del narrador, en esa seriedad con que mezcla 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MUDERNOS. 367 


las mas grandes cosas a lus pequeñas. La cualidad carac- 
terística 1 distiutiva de La Fontaine es su iuimitable can- 
dor. El lector se imajina oir a un hombre sencillo que 
cree los cuentos de la niñez i que espera que se los crean. 
Sn erudicion, su elocuencia, »u filosofía, su imajinacion,, 

80 memoria, su sensibilidal, todo se pone en ejercicio pa-: 
ra interesar. Por eso es, volvemes a repetirlo, que la fá.- 
bula tal como la comprendió el poeta francez, no tiene: 
precedente eu la antigiedad, 1 por eso tambien ha que- 
dado mui arriba de todos sus imitadores muderuos. 

12.—Pero no se crea que en la época en que Racine + 
La Fontaine comenzaron a escribir, el gusto frances esta- 
ba formado, i que las obras de esos i de otros graudes poe-- 
tas de aquel siglo fueron aplaudidas desde el primer mo- 
mento. Léjos de eso, el gusto incierto admitia confusamente - 
lo bueno i lo mediocre, ¡ una muchellumbre de escrito- 
res de escaso mérito embarazaba el camino que debian. 
recorrer los hombres de verdadero jénio. Muchos de éstos. 
tuvieron rivales mui aplaudidos en su época 1 completa-. 
mente olvidados ahora. La poesía imitaba todavía los mo- 
delos legados por la antigitedad, por la ltulia i por le 
España, pero no se hahis jeneralizado el nrte de dur vigor 
a esas imitaciones, i de hacerlas propiamente orijinnles, 
como lo hizo La Fontaine con la mayor parte de sus fábu- 
las, 1 Corneille con alguna de sus trajedias. Fultaba toda- 
vía asentar el «rusto: esta fué la obra de Boileau, 

Nicolas Boilenu Despréaux_ vació en Paris cu 1636, r 
murió en 1711. Destinado por sus padres a la carrera del 
foro, él abandonó los estudios legules para dedicarse a la 
jurisprudencia literaria, llegó a ser el gran juez de la lite- 
tura de su tiempo, 1 16, como lejislador del Parnaso, leyes 
que hasta abora están en vigor. La gloria de Boilenu. 
consiste en haber desembrollado el arte confuso del si-- 
glo XVII, en haber asignado a cadu hombre i 4 cada cosas. 
st rango en la estimación pública, en haberlo hecho con. 
un discernimiento infalible, con un valor intrépido, 1 en: 
fin, eun haber dado sus senteucias en versos tan armonio- 
sos, en una forma tan feliz, en un lenguaje tan perfecto, 
que no se puede retocar vada sin desmejorarlo. ( 

Nadie podia ejercer esta dictadura literaria con mas 
justo título que Boileau, Poseia todas las cualidades opues- 
25. 


368 ELEMENTO SDE LITERATURA. o 


tas a lus defectos que quería correjir Pero sobre todas las 
dotes poéticas, sobre la imajinacion 1 sobre la sensibili- 
dad, estaba su ra»-+ :lara, serena, despejada de toda 
preocupación, de todo estravío de gusto. Su Árte poética, 
superior a la de Horacio por la disposicion de las materias 
j porque comprende mejor casi todos los jéneros de poe- 
sia, es la esposicion mas clara, mas nítida i mas elegante 
de las doctrinas que consisten en colocar siempre la razon 
sobre la imajinacion, en preferir-lo verdadero en su senci- 
lez a lo bello disfrazado bajo la hinchazon i bajo la hi- 
pérbole. Para unir el ejemplo a la doctrina, Boileau es- 
cribió muchas otras obras. De sus nueve Sátiras, com- 
puestas todas con gusto delicado, con un injenio hiriente 
pero sin ódio, 1 con la pureza de estilo que domina en to- 
dos sus escritos, cuatro son esclusivamente literarias, i las 
otras cinco contienen rasgos picantes 1 oportunos contra 
los malos escritores. Sus LEpístolas, obras de la madurez 
de la razon 1 de la fuerza del talento, se refieren a muchos 
asuntos, pero todas ellas son notables bajo su aspecto mo- 
ral i bajo su aspecto literario. Por último, el Lutrin es un 
poema heróico sobre un asunto cómico en que el autor ha 
revelado que conocia a fondo todo el poder de la maqui- 
naria épica, el nrte de pintar los caractéres, de describir 
los combates i de hacer reir conservaudo él mismo la mas 
imperturbable seriedad, narrando los acontecimientos mas 
vulgares i grotescos sin palabras descompuestas, sin imá- 
jenes indignas de la poesía mas templada. La querella de 
los canónigos de una catedral sobre la colocacion que debin 
tener cierto facisto!, ha permitido a Boileau introducir en 
su poema con rara felicidad los mas difíciles resortes épi- 
cos, la personiticacion de cualidades abstractas, como la 
discordia, la fama 1 la molicie, 

Es preciso reconocer que la orijinalidad absoluta no es 
el don de Boileau. El habia estudiado mucho las literatu- 
ras antiguas, i se habia asimilado con gran talento i con 
gran gusto las formas cuidadas i el espiritu de Horacio i 
de otros poetas; pero ha sabido revestir la imitacion de un 
colorido nuevo i de cierta novedad que casi vale tanto co- 
mo la orijinalidad misma. Por otra parte, cualesquiera 
que sean los reproches que bajo este concepto deban ha- 
cérsele, no se puede negar que Boileau ha prestado servi- 


e dl 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, 369 


cios indisputables. La guerra obstinada que declaró a los 
rimadores que se creian poetas, ha hecho triunfar el gusto 
i ha ilustrado le admiracion que vacilala entre lo verda- 
dero i lo falso, i ha hecho servir la burla al progreso del 
buen gusto i de la moral en literatura. 

13.— Un dia Luis XIV preguntaba a Boileau cuál era 
el escritor que mas honraba su reinado.—«Moliére», res- 
pondió Boileau sin vacilar. Pero Molidre no es solo el ho- 
nor del reinado de Luis XIV; lo es de la Francia, de la 
Europa, del mundo entero; es el primer autor cómico de 
todas las edades i de todos los paises. Nadie como él ha 
conseguido crear personajes tan vivos i que sean al mismo 
tiempo tipos jenerales de la humanidad. Sus contemporé- 
neos se reconocian en sus piezas; i nosotros, salvo la dife- 
rencia de hábitos, 1 casi de trajes, vemos allí nuestros re- 
tratos, Otros cómicos han podido igualarle en el chiste, en 
el arte de la esposicion, en el buen humor; pero ninguno 
se le acerca en la profundidad filosófica, en el verdadero 
estudio de las pasiones ordinarias de la vida i en el retra- 
to acabado de los caractéres, . 

Juan_Baustista Poquelin, que se ha hecho inmortal 
con el nombre-de Moliére, nació en Paris el 15 de enero 
de 1622. Era hijo de un modesto tapicero; pero habiendo 
asistido a algunas representaciones, tomó tal gusto por 
el teatro que comenzó a estudiar con un ardor admirable, 
j al fin se enroló en una compañía de cómicos que recorria 
las provincias. Habia compuesto algunas comedias cuando 
en 1658, fué a representar en un teatro de Paris. Sus ta- 
lentos de actor, 1 mas que todo su jéuio de escritor, le 
merecieron los favores de Luis XIV. Desgraciado en sus 
afecciones conyugales, i despues de una vida llena de aji- 
taciones, Moliére murió víctima de su adhesion a los cómi- 
cos que estaban colocados bajo sus órdenes. Aunque 
mui indispuesto, quiso representar una de sus comedias 
mas admirables, El enfermo de aprehension (Le malade 
imaginatre) para no privar de su sustento diario a los em- 
pleados de teatro, 1 murió pocas horas despues de la re- 
presentacion, a los cincuenta iun años de edad, el 17 de 
febrero de 1673. , 

El teatro que nos queda de Moliére consiste en treinta 
piezas, trabajadas en el espacio de veinte años. La mitad, 


370 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


alo ménos, es formada por obras maestras; i catorce de- 
ellas son escritas en verso. Moliére ha suprimido casi por 
completo las grotescas bufonadas i las costumbres de- 
convencion que reimaban en el teatro, ¡en su lugar ha pues- 
to en la escena el cuadro fiel de la realidad, la pintura de 
las pasiones jenerales i de los caractéres. El pona en ac- 
cion esta verdad sorprendente en las costumbres por medio 
de una fábula verosímil i de una proporcionada estension,, 
ida a los caractóres que crea tal relieve, que sus tipos 
pasan a 0cupar un puesto en la familia humana, no como 
una individualidad particular, sino para representar las va- 
riedades mas distiutas de la especie. Este es el supremo 
esfuerzo del arte. 

Moliére nos instruye mas que la esperiencia. El nos ha 
dado a conocer la clase medi 1 la nobleza, los mercaderes, 
los médicos, los notarios, los provincianos, los pendantes,. 
los rabiosos, los fanfarrones, los intrigantes, los malvados, 
las sirvientes, los criados, 1 los amos; ha puesto en escena,. 
siempre con el mismo buen éxito, las ridiculeces de la ig- 
norancia pretenciosa, los peligros de la inocencia entregada 
a sí misma, el candor rústico, la devocion obstinada, la 
autoridad paterna, el respeto filial, la avaricia, la prodiga- 
lidad, la debilidad, la hipocresía, el amor bajo todas sus 
formas, en todas las edades ¡ en todas las condiciones, las 
celos, el matrimonio con sus escollos, el libertinaje, en una 
palabra, todos los sentimientos i todos los caractéres jene- 
rales de la humanidad con una sorprendente exactitud. Ln 
comedia, tal como la ha comprendido Moliére, no es una 
advertencia estéril, sino una enseñanza indirecta en que la 
leccion se mezcla al placer, en que el poeta nos enseña a 
reir siu acritud i nos hace aprovechar sin futiga. Moliére, . 

“observador profundo, filósofo práctico sin cólera i sin de- 
bilidad, alma elevada 1 tierna, corazon jeneroso, ha cumpli- 
do con la dignidad del jénio su mision de poeta i de mora- 
lista. La crítica coloca en primer órden entre sus piezas 

l Misántropo (Le Misanthrope), Tartufoi Las mujeres 
sabius (Les femm:s savantes). Al lado de ellas, sin embargo, es 
meues(er culocar El avaro (L* avare) 1 El enfermo de apre- 
hension (Le malade imaginaire); pero eu todas sur piezas,. 
aun en los rápidos bocetos que improvisaba para divertir 
a la corte o al público, se descubre al gran pintor, al ob-- 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 371 


-servador profundo de los vicios i de las ridiculeces de la 
enmantdad Ión todas ellas domina el mixme estilo incorrec- 

to 1 descuidado a veces, pero siempre sólido 1 vigoroso: 8u 
prosa es nítida 1 firme; 1 1 su verso espresivo i bien cortado, 
-es uno con el pensamiento, al cual da siempre uu jiro sen- 
tencioso pero uatura!, 

Moliére tuvo en vida rivales i enemigos que le repro- 
charon el haber tomado algnnos de sus asuntos del tentro 
de Plauto o de las comedias españolas, sin embaryo de que 
esos mismos asuntos han adquirido por el arte del gran 
poeta un sello de orijinalidad; pero en nuestro tiempo se le 
estudia ¡se le admira en todas partes. Si bien la escuela. 
romántica moderna ha pretendido alguna vez meuoscabar 
su mérito, los grandes maestros hau ¡pronunciado un juicio, 
que han confirmado todos los hombres de verdadero gusto. 
«Molitre, ha dicho Goethe, es tan graude que cada vez que 
se lee se esperimenta una nueva sorpresa, Es un hombre 
único: sus piezas tocan a la trajedia, porque subrecojen, i 
nadie se atreve a imitarlo,» 

14.—Al lado de estos grand+s jenios poéticos del siglo 
XVIL la Fraucia produjo muchos otros que con justo tí- 
tulo ocupan un lugar distinguido en el Parnaso. Pero vivie- 
ron eu una época de Jigantes; i sus nombres han quedado 
no completamente oscurecidos, pero a lo ménos eclipsados 
-ante la gloria de sus contemporáneos. Algunos de ellos me- 
recen, sin embriarro, ser estudiados, 

Juan Francisco Regnard (1656-1710), que seria un gran 
pveta cómico, si Moñiére no hubiera elevado este arte a 
tanta altura, hace brillar por su propio mérit.» el jenio pro- 
dijiosv de su antecesor, Jlegnard divierte, pero no instru- 
ye ni tampoco corrije: divierte sacrificando con frecuencia 
la verdad; 1 aunque sus comedias tienen una accion bien 
comprendida ¡ t bien desenvuelta, no poseen caractéres jene- 
rales perfectamente demarcados, ni señalan con claridad 
los vicios que pretenden correjir, Todo su teatro no contie- 
ne una sola leccion moral ni un carácter propiamente di- 
-cho, 

Juan Bantista Rousseau (1670-1741), que algunos crí- 
ticos han denominado el primer pueta lírico de Francia, 
posee mas armoníi que vigor, mas industria que ¡nspira- 

«cion, | tiene en un alto gru: do las cualidades secundarias 


372 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


del poeta i del escritor. La musa francesa no ha ostentado 
jamas mayor melodía, i pocas veces mas pompa esterior 
que la que ostenta Rousseau; pero en sus obras no debe 
buscarse el fuego sagrado de la verdadera inspiracion. Su 
lejítima superioridad no se encuentran en sus odas sagra- 
das nien sus odas profunas, en que se cree descubrir que 
los sentimientos son pura ficcion: es menester buscarla en 
sus epigramas. 

Antouio de Lamotte Houdar (1672-1731) ha hecho 
odas de todo jénero que ahora se leen mui poco i que estáu 
casi olvidadas, aunque se encuentran en ellas hermosísimas 
estrofas, inunque en el jénero anacreóntico se haya coloca- 
do cerca de los poetas mas híúbiles. lla hecho tambien 
fábulas, i entre ellas bai algunas /.j“au:osas; pero por 

¿desgracia de su gloria, vinieron despues de las de La Fon- 
talne, 

15.—La prosa sizuió en Francia, en el siglo XVII, una 
marcha semejante a la de la poesía. 

La gloria de haber iniciado este movimiento pertenece 
a Juan Luis Guez, señor de Balzac (1594-1664). Admi- 
rador apasionud» de la lengua 1 de la literatura latinas, Co- 
nocedor de las lenguas italiana 1 española, que en esa épo- 
ca estaban definitivamente form-das, gramático laborioso 
e intelijiente, Balzac supo ántes que ningun otro dar rit- 
mo, elegancia i dignidad a la prosa francesa. Se le admiró 
largo tiempo como un grande escritor; i en realidad tiene 
todas las esterioridades, pero carece siempre de naturali- 
dad, i con frecuencia de solidez, Sin embargo, su Aristipo, 
estudio de lo que debe pasar al rededor del príncipe, 1 su 
Sócrates cristiano, armonía de la razon i de la fé, tienen 
muchas pájinas admirables, en que la elevacion de los pen- 
samientos está en relacion con Ja ncbleza del lenguaje. La 
recopilacion de sus cartas deja ver las cualidades del escri- 
tor artista, 

16.—Otros escritores retóricos como Balzac, cultivaron 
la lengua francesa enriqueciéndola con nuevas voces 1 con 
Jiros mas desembarazados ¡ elegantes; pero no tuvo sus 
verdaderos maestros, no llegó a su completo desarrollo 81- 
no cuando sirvió de instrumento a una revolucion radical 


en la filosofía, i cuando la palabra pasó a ser fielmente una 
idea, 





“y 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 313 


Reinaba entónces una especie de fermentacion eu los 
espiritus que debia conducirlos a consumar un gran cam- 
bio en los méto.los de observacion 1 en la direccion de las 
intelijencias, El renacimiento del siglo XV habia desper- 
tado a toda la Europa; Colon i sus compañeros i sucesores 
habian descubierto un nuevo mundo 1 probado la figura 
esfúrica de la tierra; Copérnico hubia echado las bases de 
la astronomía moderna descubriendo el sistema solar, que 
Kepler i Galileo comprobaban con nuevas observaciones; 
la medicina buscaba en la observacion 1 en la esperiencia 
la única fuente de luz i de razon. Pero las universidades 
seguian aun los sistemas de fátil controversia que se usuban 
en la edad media. Miéntras las ciencias daban pasos aisla - 
dos para llegar al descubrimiento de la verdud, el principio 
de autoridad, la seutencia dictatorial concebida en estas 
breves palabras: «el maestro lo ha dicho,» resolvia todas 
las cuestiones, que se ventilabau en los cuerpos literarios 1 
«científicos. Fraucisco Bacon, en Inglaterra, habia iniciado 
la gran revolucion proponiendo ensanchar el campo del sa- 
ber humauo por medio de la observacion esperimental, En- 
tónces "ué «uendo aparceió Descartes, 1 cuando la revolucion 
emprendida en Inglaterra en el dominio de lu filosofía, fué 
consumada para siempre. 

Renato Descartes nació en la Haya, en Tyrena, en 
1596. A los diez 1 scis años habia adquirido toda la cien- 
cia que se daba en los colejios, 1 conoció que habia un 
gran vacio. Pero, en lvgnr de abandonarse a la duda, el 
niño comprendió que si la ciencia no existia aun, la verdad 
existia 1 que era menester buscarla, Desde entón:es re- 
nunció a los libros que no le enseñaban nuda, 1 no quiso 
buscar otro maestro que la razon. Estudió los hombres en 
los viajes ¡en la guerra, i estudió sobre todo la única clen- 
cia que satisficiese su espíritu, las matemáticas. Desligó el 
úljebra «de las consideraciones estrañas, 1 despues de ha- 
cerla progresar por la abstracción, la aplicó a la jeomectría, 
1 por medio de la jeneralizacion del cálculo, resolvió como 
jugando los problemas jeométricos que habian detenido a 
toda la antigiedad. 

Pero estos maravillosos descubrimientos no eran mas 
que los primeros ensayos de su jenio, Aislándose del trato 
de los hombres para consagrarse enteramente a la medita- 


10. 
had ira or ad 


374 ELEMENTOS DE LITERATURA. 

4 

cion, escribió en Holanda su famoso liscurso sobre el Mée- 
todo, ¡ tras ésta, muchas otras obras de un curácter filosó- 
fico. que hicieron gran ruido desde su primera publicacion, 
3 que si bien le atrajeron nuetos discípulos, le suscitaron 
igualmente enemigos ftenvbles, A lin de excapar a sus 
awcechanzas, Descartes se refujió cerca de la reina Cristina 
de Suecia, que lo habia: amado a su corte, No puo, sin - 


embargo, resistir al rigor del clima, 1 murió en Estocolmo 
en febrero de 1650. 


* Descartes habia comenzado por desechar provisoriamen- 
te de su espíritu todas Jas creencias admitidas husta en- 
tónces, «a fin, decia, de colocar mas tarde «tras mejores, o 
bien las misisas, cuando las hubiere ajustado al nivel de 
la razon.» Para reconstrnir el edificio, se creó un n:étodo 
tomado de las ciencias que habia estudiado largamente. 
No aulmitir mas que lo evidente, dividir las diticultades 
para vencerlas, ir siempre de lo simple a lo compuesto, 
hacer siempre se] araciones, tales son las cuatro reglas que 
dirijeron su marcha, El encadenamiento que observaba en 
las proporciones matensáticas, le dal:a la esperatiza de eu- 
contrar algo de parecido en todas lás cosas que pueden 
-Cuer bajo el conocimiento del hombre. 


Este solo método importaba en les dominios de la flo- 
sofía i de la imvestigacioón científica una verdadera revolu- 
cion, cuyo análisis vo es de este lugar. Pero su libro hizo 
ofra revolucion no niénos notable en el dominio de la li- 
terntura, El estilo de Descartes es el de la verdadera elo- 
cuencia. Es admirable por la naturalidad, la verdad, la 
precision, la trasparencia, la limpiezas la ps alabra ¡el pen- 
samiento son consustanciales, es decir, que es imposible 
separar la uva de Ja ctra. En todas partes, el desevu de 
prol ar lo arrastra sobre el cuidado de adornar: condensa- 
da como la lójica, nítida como el razenamievto, la frase se 


desarrolla sin apurato, se sigue i seencadena sin otro lazo 
que el del sentido, 


17.--El estilo de Descartes no se dirije mas que a la 
intelijencia, Apóstol de la razon, él desdeña todos los ata- 
víos que animan i vivifican el -discureo, porgue para pro- 
ducir el convencimiento no son necesarios los adornos. Ls 
menester Negar a Pascal para encontrar en lu prosa fran. 





HISTORIA LITERARIA.-—TIEMPOS MODERNOS. — 375 


cesa el alma i el corazon del escritor utuidos a todas las 
gracias del estilo. 

Blas Pascal nució en Clermont en 1623. Desde su niñez 
asombró-a sus padres por el poder de su jenio. A los duce 
años, solo 1 sin libros, inventaba los elementos de jeowme- 
tría, cnyos términos igucraba, il a los diez i seis componia 
un notable tratado de secciones cónicas, Su constitucion 
débil i enfermiza se doblegó bajo el peso de esa actividad 
devoradora, de tal modo que desde los veinte años no pasó 
un solo dia sin sufrir, 1 murió al fin en 1662, a los treinta 
1 nueve de su edad, sin haber terminado algunas de sus 
obras, pero dejando uno de los mas brillantes nombres que 
recuerden la historia de las ciencias i de las letras. La “- 
sica, lns matemáticas lla mecánica le deben algunos de 
sus mas notables descubrimientos; 1 la literatura dos li- 
bros que vivirán miéntras se conserve recuerdo de la len- 
gua francesa. 

No es este el lugar de dar a conocer las famosas cues- 
tiones entre jansenistas i molinistas que ajitaron a los 
teólogos durante la primera mitad del siglo XVIL, La fa- 
mosa escuela de Port-Royal, que servia de asilo a los mas 
distinguidos sectarios de las doctrinas de Jansenio, tuvo 
que luchar con los jesuitas, partidarios de Molina, sobre 
el dogma de la yracia i de la predestinacion. La antoridad 
eclesiástica 1 los doctores de la Sorbona condenaron a los 
Janseuistas. Pascal, que pertenecia de corazon a la escuela 
condenada, creyó ver en ese fallo una resolucion que mas 
que la voz de la razon, era el fruto de la influencia de los 
jesuitas. No pudiendo, sin separarse de lleno de la Iglesia, 
defender abiertamente lo que ella condenaba, los discípu- 
los de Jansenio dirijieron contra los molinistas, escritos 
anóuvimos o seudónimos que revelan el ardor con que se 
debatia aquella cuestion. 

Las mas notables de esas producciones, son sin disputa 
las Cartas a un provincia!, firmadas con el nombre de Luis 
de Muntalto, i escritas por Pascal, i mas conocidas con el 
nombre popular de Cartas provinciales. Son diez ¡1 ocho 
epístolas que aparecieron sucesivamente en opúsculos se- 
parados desde enero de 1656 hasta marzo de 1657. Las 
cuatro primeras no tienen otro objeto que las disputas sobre 
a gracia i la ceneura prouunciada por la Sorbona. ln las 


? 


376 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


siguientes, Pascal ataca directamente a los jesuitas para 
condenar su casulstica, su doctrina de la probabilidad, su 
política i la moral relajada de muchos de sus teólogos; 1 
los persigue con el ridícuio i la invectiva, empleando para 
ésto un talento cómico i una elevación de estilo descunoei- 
dos hasta entónces. «La precision, la claridad, una elegan- 
cia desconocida, dice M, Villemain, una burla hiriente 1 
natural, palabras que la memoria conserva, hicieron popa- 
lar el triunfo de Pascal. Adimirariab ménos las Cartas pro- 
vinciales si no hubiesen sido escritas áutes que escribiese 
Moliére. Pascal ha adivinado la buena comedia. Introduce 
en la escena muchos actores: un indiferente que recibe to- 
das las confidencias de la cólera i de la pasion, hombres de 
partido sinceros, fals.s uvimbres de partido, mas atrevidos 
que los otros, conciliadores de buena fé rechazados en todas 
partes, hipócritas siempre acojidos. Es una verdadera co- 
media de costumbres sin las apariencias de tal.» Aparte 
de estos méritos puramente literarios, las Prorinciales son 
una obra maestra de dialéctica por la instraceion que re- 
velan, por la hábil disposicion de las pruebas, 1 por la cla- 
ridad i fluidez con que se desprenden las del acciones. Si 
se puede reprochar a Pascal el haber atribuido a uva socie- 
dad entera las opiniques de algunos de sus miembros, 
jamús se ha podido negar que esus opúsculos reunidos cul- 
dadosamente, han contribuido mas que otro libro a fijar la 
prosa francesa 1 a darle el gusto por una elocuencia verda- 
dera i natural. Las cuestiones entre jausenistas 1 molinistas 
están hoi completamente olvidadas, como todos los escritos 
a que dieron motivo: solo los de Pascal viven como uu mo- 
numento literario, 

Otro trabajo mas grave, pero ménos ardiente, 0cu]:ó los 
últimos años de Pascal, en los intervalos que le dejaban 
libres sus sufrimientos físicos 1-las ¡Prácticas austeras. Em- 
prendió una apolojía del cristianismo contra los escépticos 
1 los incrédulos, ya mui numerosos, il mas amernazadores 
para la relijion que todas las herejías, Con su ardor ncos- 
tumbrado, se ocupó en recojer los argumentos de la incre- 
dulidad razonada, para destruirlos por medio del raciocinio 
puesto al servicio de la 1é, con ese poder de deduccion, ése 
rigor de análisis que la jeometría le habia enseñado, i que 
pasando de sus ideas a su leuguaje, producia el vigor 1 la 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 377 


orijinalidad inimitables de su estilo, La muerte lo sorpren- 
dió en este trabajo: los fragmentos que dejó escritos de 
carrera, sin ser revisados 1 en desórden, han sido reco- 
jidos i publicados con el nombre de Pensamientos, i ates- 
tiguan su poderosa intelijencia 1 su gran talento de 
escritor. Las primeras ediciones de estos fragmentos fue- 
ron, sin embargo, liicompletas 1 defectuosas: solo en 1844 
se han publicado los Pensamientos en su forma verdade- 
ra, despues de una escrupulosa revision de los manuscritos 
orijinales. 

18.—Aunque el cultivo de la palabra i la disposicion 
oratoria sean un gusto particular de la nacion fraucesa, la 
verdadera elocuencia, en el sentido usual de esta voz, fué 
largo tiempo desconocida en Francia. La elocuencia foren- 
se se labia estraviado largo tiempo en una imitacion in- 
forme de la antigiedad. Los oradores políticos no tenian 
un campo de accion; i cuando en los consejos del rel o en 
otras corporaciones, cuyas sesiones no fueron nunca públi- 
cas, se trataba de los negocios del estado, se iba derecho 
al asunto en debate, cuidándose mui poco de la forma. En 
fin, los oradores sagrados, ¡rermitiéndose todos los estra- 
víos de una imajinacion desordenada, no alcanzaron au la 
verdadera elocuencia. 

De estos tres jéneros de elocuencia, fué el último el que 
llegó ántes que ningun otro a la perfeccion. El siglo de 
Luis XIV que vió elevarse grandes poetas i grandes filó- 
sofos, vió tambien los mus grandes oradores sagrados que 
el mundo haya conocido; i a la cabeza de éstos a Bossuet, 
llamado el último de los padres de la iglesia por su fé 1 
por su ciencia, tomando en cuenta el órden cronolójico; 
pero el primero de los escritores sagrados por su talento 1 
por su arte literario. 

Santiago Benigno Bossuet nació en Dijon en 1627, 
Despues de haber hecho brillantes i concienzudos estudios 
en su ciudad natal i en Paris, recibió las órdenes eclesiás- 
ticas, i se vió eleva lo naturalmente por su propio mérito, 
al rango de obispo de Meaux, diócesis subalterna, es ver- 
dad, pero desde donde fué el jefe i el director del clero 
frances. Bussuet pasó su vida entera eu el trabajo, no solo 
como escritor i predicador, sino cumo defensor de las pre- 
rrogativas de la iglesia francesa coutra las pretensiunes de 


378 ELEMENTOS 'DE LITERATURA. 


la corte romana. Murió en 1704 :dejando en sus numerogas 
vbras un repertorio inmenso de su saber i el monumento 
indestructible de su gloria. : 

Teólogo, orador, historiador, filósofo i político, Bossuet 
ha cultivado diversos jéneros con la misma rectitud de jui- 
cio, con la misma ciencia i con el mismo talento literario. 
Aunque sus sermones sean una obra acabada en eu clase, 
aunque la crítica los haya considerado un verdadero tesoro 
de elocuencia i de razon, se estiman sobre todo las seg 
oraciones fúnebres que pronunció durante el largo tras- 
curso de sus predicaciones. Ellas se desarrollan a la vista 
de la posteridad como las pájinas de uba imponente histo- 
ria. Cada discurso parece ser una parte de un vasto con- 
junto en que los grandes acontecimientos i los personajes 
ilustres de la época aparecen alternativamente ilunivnados 


por la antorcha lúgubre de las solemnidades de la muerte. 


Parece que la providencia los llama sucesivamente, a los 
hombres i a Jos sucesos, a los piés del orador que va a juz- 
garlos. La elevacion de los pensamientos, la grandeza de 
las imájenes, la magnificencia del estilo, no lo abaudonan 
un momento cuando recorriendo la vida de los muertos, 
saca de ella grandes i terribles lecciones para los vivos. 
Pero, por santas que sean las lecciones dadus por Bussuet 
en sus oraciones fúnebres, la verdad de la historia, santa 
tambien, tiene que reclamar contra la mayor parte de sus 
apreciaciones, Este es el escollo casi inevitable de este jé- 
nero de elocuencia: el orador se vé fácilmente arrastrado a 
erijir en tipos cumplidos de virtud, algunos personajes mui 
alejados de este ideal. 

Hai otro jénero literario cultivado, casi podria decirse 
creado por Bossuet, la filosofía de la historia, a la cual 
aplicó el arte oratorio que se ostenta en sus otras obras. 


«Su Discurso sobre la historia universal nos muestra a la 


humanidad ajitándose en vano en la tierra, donde cree 


-Obrar con completa independencia, miéntras que uva mano 


invisible, pero siempre presente, la guia hácia un fin que 
sulo Dios conoce, Bossuet no es el primer historiador que 
haya presentado a los hombres obraudo bajo la mano de 
Dio*; pero nadie habia concebido la historia del jénero ha- 
mano en un conjunto tan armonioso en que todos los 
hechos examinados desde una grande altura, están enca- 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 379 


denados en una idea capital, como en la epopeya mas 1n- 
teresante i majestuosa. Lo que en la pluma de otro escritor 
no habria sido mas que un cuadro cronolójico, una fria es- 
posicion de hechos i de fechas, se auima i vivifica ea mauos 
de Bussuet. Los pensamientos, las observaciones jenera- 
les se mezclan a los hechos, se combinan con la narracion 
i adquieren tal fuerza i precision que aceleran la marcha 
de la historia en lagar de retardarla, como sucede de ordi- 
nario, El estilo pinta las ideas i lo deja ver todo. Se admi- 
ran particularmente los capítulos que destina a la Persia, 
a la Grecia, al Ejipto ¡ a Roma. 

No es este el luyar de examinar el talento de Bossuet 
como teólogo, como político 1 como polemista; pero en to- 
das sus obras, aun en las mas lijeras, «lominan las mismas 
dotes de estilo, que le han valido la gloria de ser conside- 
rado uno de los más grandes escritores del mundo. «Bos- 
suet, dice un célebre historiador de Francia, H. Martin, 
forma por sí solo un mundo aparte en el gran mundo lite- 
rario del siglo XVIL Los otros son hijos adoptivos de 
Roma i de Grecia: él tambien ha pasado por Roma, pero 
viene de mas léjos, trasporta el oriente a occidente por 
alianzas de palabras de un atrevimiento ide una novedad 
increibles, por figuras jigautescas que no le ha sujerido el 
gusto europeo, pero que él sabe someter a las leyes de la 
proporcion llevando la medida de la misma inmensidad. 
Tal es el fruto de su frecuente contacto con la Biblia, úni- 
co alimento bastante fuerte para su alma. Los otros teólo- 
gos estudiaban friamente la escritura como la materia de 
su ciencia. Bossuet ve en ella la ciencia viva, la palabra 
siempre vibrante e inflamada: hace suyos a la vez el espí- 
rito i la forma tanto como lo permite la diferencia de 
tiempos i de lenguas, » 

19.—Adversario de Bossuet en algunas discusiones teo- 
lójicas, i su rival en gloria literaria, fué Fenelon, el célebre 
arzobispo de Cambrai. Ambos marchaban sin embargo al 
mismo objeto, la unidad relijiosa de la Francia; pero am- 
bos imprimieron a sus escritos un sello especial, lo que ha 
permitido la diversidad de apreciaciones, Bossuet es todo 
vigor 1 enerjía: Fenelon descuella por la suavidad i la dul- 
zura en sus escritos i en su carácter. | 

Franciaco de Salignac de Lamothe-Fenelon, nació en 


380 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


el castillo de sus padres, en Perigord, el año de 1651. Des- 
pues de haber hecho brillantes estudios i de haber recibido 
las frlenes sacerdotales, se ocupó en la enseñanza i en la 
preaicacion entre los protestantes. Luis XIV le confió la 
educacion de su nieto, el duque de Borgoña, heredero del 
trono, que murió ántes de reinar, i lo elevó al arzobispado 
de Cambrai. Entónces hacia su reaparision en Francia la 
doctrina mística del quietismo, que hacia consistir la per- 
feccion del amor divino en una contemplacion pasiva, en 
una inaccion completa de las facultades del alma, en una 
deferencia absoluta, en una quietud jeneral, por todo lo que 
pueda ocurrirnos en este estado. Fenelon se inclinó en fa- 
vor de la nueva secta, i en vez de condenarla, como lo 
exijia Bossuet, la sostuvo Incidamente en : us escritos. Este 
fué el oríjen de una ruidosa controversia entre los dos ¡lus- 
tres prelados, en que se interesaron todos los fieles. El papa 
intervino, al fin, 1 condenó la nueva doctrina; pero, aunque 
Fenelon se sometió a la decision de Roma con una suave 
humildad, perdió desde entónces la estimacion de Luis 
XIV. Poco despues, su desgracia fué completa. Fenelon 
habia escrito para la educacion de su real discípulo una 
novela, Telémaco, en que bajo las apariencias de un enca- 
denamiento de aventuras romanescas, enseñaba, junto con 
Ja admiracion por la antigiiedad clásica, el horror por los 
malos gobiernos, i la moral mas pura. La publicacion de 
ese libro, hecha por la indiscrecion de un escribiente en- 
cargado de copiarlo, le atrajo nuevos disgustos. Luis XVI 
creyó ver en él una amarga sátira de su gobierno; 1 todas 
das las protestas de Fenelon no pudieron libertarlo de 
caer en desgracia i de que su libro, aunque esc-ito sin nin- 
guna intencion oculta, fuese prohibido en Francia. En esa 
situacion murió Fenelon en los primeros dias de 1715, con 
el dolor de ver que por la muerte del duque de Borgoña, 
su discípulo, la Francia no seria gobernada por el hombre 
a quien él habia sabido inocular los principios de una vir- 
tud sólida. 

«Aunque Fenelon haya escrito mucho, dice M. Ville- 
main, jamás pareció buscar la gloria de autor; todas sus 
obras fueron inspiradas por los deberes de su estado, por 
sus desgracias o por las e su patria. La mayor parte de 
ellas no fué conocida sino despues de su muerte.» Se han 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 381 


conservado algunos sermones ménos vigorosos 1 cuidados 
que los que nos quedan de los grandes jenios del púlpito 
frances, pero en que se descubre una imajinacion fácil 1 
viva 1 una elegancia natural, Sus diversos estudios relati- 
vos a la retórica i sobre todo sus Diálogos sobre la elocuen- 
cia, por la solidez de sus principios i por el arte con que 
los desarrolla, lo colocan en el primer rango entre los crÍ- 
ticos, 1 sirven para esplicar la sencillez orijinal de sus pro- 
pios escritos. Sus Fábulas escritas en prosa, sus Diálogos 
de los muertos 1 sus Vidas de los flósofos antiguos, son li- 
bros de educacion en que el hábil escritor ha sabido desa- 
rrollar en el estilo mas natural i agradable la moral mas 
pura i mas simpática. 

Pero la obra capital de Fenelon es su Telémaro, novela 
poética, o mejor dicho, epopeya en prosa, en que el héroe 
es el hijo de Ulises, 1 el asunto las peregrinaciones de ese 
jóven que recorre muchos paises buscando a su padre des- 
pues de la ruina de 'Proya, Un estudio acabado de la anti- 
gútedad, la imitacion, si se quiere, de Homero 1 de Sófocles, 
de Jenofonte, de Platon i de Virjilio, han permitido a Fe. 
nelon formar un tejido de aventuras interesantes i bien 
encadenadas, en cuya lectura se cree respirar el aire de la 
antigua Grecia, l en cuya moral ha demostrado la manera 
de educar a los principes, de fortificar sus corazones en la 
virtud i de enseñarles que su verdadera glc«ria i 8u única 
felicidad consiste en hacer felices a los pueblos que gobier- 
nan. Todos los incidentes del poema, toda la variedad de 
aventuras terribles o conmovedoras que retardan la reu- 
nion de Ulises ide Telémaco, no son mas que grados por 
los cuales el jóven principe se forma las cualidades mas 
puras i perfecciona el carácter mas estimable i mas jene- 
rosv. La grande orijinalidad del Zelémaco no consiste en el 
tejidoinjenioso de esas aventuras ni en el vivo reflejo de la 
autigiiedad al traves de las formas i de una lengua moder- 
na: se encuentra, como lo ha observado M. Villemain, en 
la feliz inspiracion del espíritu cristiano en medio de los 
recuerdos del paganismo. Con una habilidad infinita, Fe- 
nelon ha tomado a manos llenas pensamientos i teorías de 
la filosofía antigua; pero los ha depurado, i ha sabido aso- 
ciar a las tradiciones paganas la moral del evanjelio, sin 
que el gusto tenga que quejarse jamas de esta difícil tras- 


382 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


formacion. El estilo mismo es una mezcla de gracia I de ' 
vigor en que el gusto antiguo está revestido de formas mo- 
dernas, i que servirá de eterno modelo, 

Fenelon es, ademas, autor de muchas obras filosófico-re- 
lijiosas. Al lado de una lójica vigorosa, desplega en ellas 
la imajinacion en las descripciones, i una grande elegancia, 
pinta la naturaleza, e iguala las riquezas i los colores con 
el brillo del estilo, i con los sentimientos tiernos i apasio- 
nados que brotan de su corazon. ln estos, come en los de- 
mas escritos de Fenelon, «se siente, dice uno de sus con- 
temporáneos, La-Bruyére, la fuerza i el ascendiente de este 
talento raro, sea qué predique sin preparacion, sea que 
pronuncie un discurso estudiado i oratorio, sea que esplique 

<— Bus pensamientos en la conversacion.» 

— 20.—La oratoria sayrada produjo todavía en Francia, 
en este siglo, muchos otros escritores de un gran mérito. 
El analizarlos a todos ellos, aunque solo fuera mui lijera- 
mente, nos llevaria demasiado léjos. Nos vemos por tanto 
reducidos a no hablar sino de lo< principales, 

El padre Luis Bourdaloue (1632-1704), jesuita de un 
raro tulento ide una notable instruccion, se ocupó muchos 
nñor en la enseñanza, € no se hizo predicador sino cuando 
era ya un literato formado 1 un teólogo forinidable; i entón- 
ces ya podia competir con Bossuet eu elocuencia. Sus ser- 
mones atraian al templo una numerosa concurrencia, sient- 
pre ávida de oirlo, a pesar de que descuidaba todos jos me- 
dios de agradar que suministran la pasion 1 los artificios 
del lenguaje. La severidad de su estilo iguala ul vigor de 
sus razonamientos, 11 poder de Bourdaloue se encuentra 
eo la autoridad de la verdad i de la lójica. Se admirau la 
fecundidad i los recursos de su talento inagotable, que sar 
bia dar novedad a los asuntos proftudizándolos, Compuso 
muchos sermones sobre la pasiun de Jesucristo: si se les 
considera aisladamente, el asunto aparece ugotado en cada 
uno de ellos; si se les compara, no se eucuentia una sola 
repeticion. 

Kléchier (1) (1642-1710), clérigo secular, es notable 80- 
bre tudo con:o escritor. La eleccion de lus palabras, la 


(1) El nombre de Fléchicr era Esprit, que como nombre propio no 
ticne, sigun creemos, traduccion en castellano. 








HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 383 
/ 

armonía del lenguaje, el jiro injenioso del pensamiento, el 
arte de colocar las imájenes i de encontrar los movimientos 
oratorios convenientes al sentimiento que espresa, produ- 
cen algunas veces lus efectos de la grande elocueneia. Pe- 
ro se engañaria quien no viese en Fléchier mas que un 
retórico injenioso que finje la elocnencia con habilidad. 
Fléchier es realmente orador; pero distrae la atencion con 
los atavíos que emplea para adornar pensamientos sólidos. 
La oracion fúnebre de Turena es su obra maestra. Sus es- 
critos históricos son mui inferiores a sus producciones ora- 
torias. 

Juan Bautista Massillon (1663-1742), sacerdote de la 
congregación del Oratorio, fué por largos años profesor, 
lo que le permitió ensanchar el campo de sus estudios clá- 
sicos. No hai un orador cristiano que haya movido las 
pasiones con mas verdad ¡ con mas poder. Los discursos 
de Massillon descubren todos los misterios i todas las lla- 
gas del alma humana, i señalan el remedio para ellas, dan- 
do lecciones a los depositarios del poder i de las riquezas 
i consuelos a los que sufren en las últimas escalas de la 
sociedad humana. Son famosos particularmente sus ser- 
mones de cuaresma. 

21.—La Francia del siglo XV11 conoció otros moralis- 
tas que, fuera del templo i léjos del tgatro donde Moliére 
daba sus eternas lecciones, señalaron los vicios i las ridi- 


'culeces de los hombres con una gran finura de observacion 


i con un notable talento literario. El duque de La Roche- 
foucauld (Francisco de Marsillac) (1613-1680), dió la for- 
ma de pensamientos sueltos, i el nombre de Máximas, a 
una série de observaciones sobre el carácter humano, es- 
critas con elegancia, naturalidad i gracia, en que parece 
querer probar que todas las acciones humanas no tienen 
mas que un solo móvil, el amor propio. Este jérero de es- 
critos, aparte del principio demasiado absoluto que el an- 
tor ha desenvuelto, tiene algo de monótono en sí concision 
afectada. Otro escritor mas eminente, La Bruyére, evitó 
este escollo con un arte supremo. 

Juan de La Bruyére, nacido, segun la opinion mas fun- 
dada, en Paris, en 16465, i muerto en 1696, llevó u1 :. vida 
oscura hasta que publicó un libro admirable, el único que 
haya escrito, 1 que lo hizo célebre en pocos dias, Tan poco 

6 


á 
384 - ELEMENTOS DE LITERATURA. i 


caso se hacia de él, que para encontrar uu editor que quisie- 
ra dar a luz su mauuscrito, La Bruyére lo obsequió a un li- 
brero para que dotase a una hija con el producto de la ven- 
ta. Nueve ediciones se agotaron en pocos años: el autor fué 
llevado a la academia francesa: los grandes escritores se 
honraron con su amistad; i los grandes señores tuvieron a 
gloria el favorecerlo. 

El libro de La Bruyére se titula Los caractéres. Segun 
su título, era una traduccion de los famosos retratos mo- 
rales que trazó Teofrasto, los cuales completó el moralista 
frances con una galería de retratos orijinales, modelados 
sobre los hombres de su siglo, convirtiendo las ideas abs- 
tractas en fisonomías reales, en hombres que viven, que 
hablan, que obran. «En el espacio de pocas líneas, dice 
La—Harpe, pone sus personajes en escena de mil maneras 
«liferentes; i en una pájina agota todas las ridiculeces de un 
mecio, o todos los vicios de un malvado, o toda la historia 
«de una pasion, o todos los rasgos de una semejanza moral. 
Ningun prosador ha inventado mas espresiones nuevas, 
mi ha creado mas jiros vigerosos o picautes. Su concision 
es pintoresca i su rapidez luminosa.» Como sabe que nadie 
tendrá paciencia para leer una série numerosa de retratos, 
varía hasta lo infinito sus formas de esposicion. Al retrato, 
propiamente dicho, sustituye aquí una anécdota, acá un 
diálogo, en otra parte una máxima jeneral, algunas veces 
abálisis abstractos. Es tan variado como si muchos inje- 
nios hubiesen trabajado en la misma obra; pero en todas 
partes se percibe la presencia de un juez severo, de un 
hombre honrado, de un buen ciudadano herido en su cora- 
zon; de un hombre de juicio i de gusto a quien apesadnm- 
bra a veces, i a veces fastidia la necedad de los otros. Sea 
que cuente, sea que pinte, sea que analice, su estilo está 
Jleno de vivacidad, de sal, de amargura, de ironía; i con 
frecuencia, una sola palabra colocada al fin, deja ver su 
sentimiento comprimido hasta entóuces; i aun algunas ve- 
<es ru reticencia misma hace comprender su pensamiento. 

22.—La historia tuvo en Francia durante el siglo XVII 
410 gran número de representantes distinguidos, que la es- 
«udiaron con verdadera pasion i que la escribieron con cier- 
to arte. Sin embargo, las obras mas acabadas bajo el puuto 
«de vista literario, son poco estimadas en nuestros dias, 





HISTORIA LITERARIA.-——TIEMPOS MODERNOS. 385 


porque sus antores buscaron mas la idea de agradar que 
da de representar los hechos i los tiempos con ese colorido 
prolijo i profundamente verdadero que los modernos exi- 
Jen en las obras de esta naturaleza. Subsisten, con todo, 1 
conservan su mérito, los trabajos de erudita investigacioh 
en que, con una laboriosidad admirahle, se agruparon los 
materiales que han utilizado los historiadores subsiguien- 
tes. El mas famoso entre los escritores de este jénero es 
Claudio Fleury (1640-1723), sacerdote secular, que con 
una erudicion verdaderamente prodijiosa i con un método 
notable, escribió una estensa Historia eclesiástica que al- 
<anza hasta 1517. En ella se encuentran, junto con la his- 
toria de la iglesia, las noticias mas curiosas que es posible 
recojer sobre los progresos de la civilizacion al traves de 
los siglos medios. 

La historia del reinado de Luis“X IV con sus grandezas 
¡sus miserias, mejor que en todos los historiadores de ese 
siglo, se encuentra consignada en una obra mui volumi- 
nosa que tiene por título Memorias del duque de Saint Si- 
mon, libro único en su jénero por la verdad constante de 
ens narraciones i por la serenidad imperturbable con que 
ha sido escrito. Sn autor Luis de Roubray, duque de Saint 
Simon (1675-1755), pariente i ahijado del rei, vivió casi 
siempre ep la corte, conoció a todos los hombres que figu- 
raron en su época i bajo la rejencin del duque de Orleans, 
i ha consignado en su libro todo lo que vió, tado lo que 
supo de una manera auténtica, formando así una minus 
fecunda e inagotable en que la historia ha ido a buscar 
noticias i colorido. Toda obra análoga parece pálida i pobre 
al lado de ésta. Es un drama siempre en movimiento, i 
que se renueva siempre, en que se suceden los aconteci- 
mientos, las escenas de la corte, los matrimonios, los favo- 
res i las desgracias como un flujoi reflujo de innumerables 
fisonomías, Saint-Simon, sia ser escritor de profesion, tie- 
ne un tino admirable, no solo para penetrar a fondo los 
secretos de la corte, los pliegues mas ocultos del corazon 
humano, i la accion de las diversas pasiones, sino tambien 
para darlo a conocer todo con una naturalidad inimitable 
£ con un interes que no hace fatigosa Ta lectura de una obra 
¿nmensa. 

Las novelas de ese siglo son tambien un ausiliar pxde- 


336 --— ELEMENTOS DE LITERATURA. 


roso para conocer aquella sociedad. En efecto, bajo nom- 
bres persas, griegos 1 romanos, i bajo el disfraz de aventu- 
ras imajinarias i estravagantes, los novelistas dieron a co- 
nocer a muchos personajes famosos i-particularmente a las 
mujeres literatas, i consignando en sus librus noticias im- 
portantes para la historia. El mas famoso entre los escri- 
tores de este jénero, es Magdalena de Scudéry (1607-1701), 
mas conocida con el nombre de Mademoiselle de Scudéry, 
cuyas interminables novelas fueron el encanto de los lec- 
tores de su siglo. Hoi nadie lee esas obras para buscar en 
ellas el entretenimiento; pero los eruditos que las consultan 
con gran prolijidad han encontrado noticias fidedignas 
para escribir la historia íntima i familiar de aquella socie- 
dad. 
Un ausilio no ménos importante para conocer la historia 
¡ el espíritu de ese siglo presta Ja compilacion de las car- 
tas de madama de Sévigné, María de Rabutin-Chantal, 
marquesa de Sévigné (1626-1696), ocupa un lugar eminen- 
te en la literatura francesa, nada mas que por la publica- 
cion de su correspondencia epistolar hecha muchos años 
despues de su muerte, si bien fué conocida de sus contem- 
poráneos por medio de copias que admiraban los literatos. 
Esta mujer, dotada de una rara instruccion, escribia 8us 
cartas a una hija ausente, con un estilo tan natural, tan f3- 
cil i sin embargo tan animado i tan pintoresco, .que los 
críticos han llegado a decir que la literatura francesa no 
tiene libro alguno que refleje mejor el injenio nacional. A 
ellas se referia sin duda La-Bruyére cuando decia que las 
mujeres «encuentran jiros i espresiones que con frecuencia 
son en los hombres el efecto de un largo trabajo i de una 
enosa rebusca. Ellas son felices en la eleccion de las pa- 
abras, que colocan tan bien que por conocidas que nos sean 
tienen el encanto de la novedad i parecen ser hechas úni- 
camente para el uso que ellas les dan. Ellas no mas pue- 
den hacer leer en una sola palabra todo un sentimiento i 
verter delicadamente un pensamiento que es delicado. 
Ellas tienen un encadenamiento inimitable en el discurso 
que se sigue naturalmente i que no está ligado sino por el 
sentido.» Estas palabras hacen el retrato literario de Ma- 
dama de Sévigné; pero sus cartas encierran ademas uns . 
cantidad infinita i variada de hechos históricos, de finas 





HISTORIA LITERARIA —TIEMPOS MODERNOS. — 387 


alusiones, de detalles interesantes, de anécdotas escritas 
- con plena independencia de injenio ¡ de estilo, de aprecia- 
ciones juiciosas de los acontecimientos i de los personajes, 
1 de juicios literarios casi siempre ratificados por la poste- 
ridad. 


SIGLO XVII. 


23.— Despues del siglo brillante que acabamos de reco- 
rrer en rápida revista, la literatura francesa. pasó por una 
reforma radical. El espíritu literario i social del siglo X VII 
estaba dominado por la influencia de tres elementos que es 
fácil reconocer en todas las mavifestaciones literarias: la 
antigúedad reanimada i rejuvenecida por el renacimiénto; 
la relijion practicada sin discusion; i el poder monárquico 
soportado sin resistencia. La poesía bajo todas sus formas, 
aspirando siempre a la correccion, a la armonia ¡a la 
grandiosidad antiguas; el sentimiento relijioso manifestadu 
aun por los filósofos que enseñaban que la duda razonada 
era el camino mas seguro para llegar a la ciencia; 1 la ve- 
neracion constante porel gran rel, aparecen mas o ménos 
en todas las obras literarias de ese siglo. 

Pero, a medida que la sociedad francesa envejece, el 
entusiasmo se estingue, las ideas se hacen mas positivas 1 
el fondo domina sobre la forma. Así el siglo XVIII es el 
siglo de la prosa. Fecundo en hombres de injenio, en es- 
critores elocuentes, en sabios profundos, es casi estéril en 
poetas. Montesquieu i Buffon, dos de las mas altas glorias 
de la nueva época, declaraban paludinamente su antipatía 
por los jéneros poéticos. «La poesía lírica, decia el prime- 
ro, es una armoniosa estravagancia.» Oyendo Buffon leer 
unos versos que lo impresionaban, no encontró mejor modo 
de espresar su admiracion que decir: «¡Esto es bello como 
la prosa!» 

- Pero éste no es propiamente el carácter distintivo de la 
literatura del siglo XVITI. A la creencia dócil de la épo- 
ca anterior, a la sumision humilde a la autoridad real, su- 
cedió un espíritu de discusion que no respetaba nada, La 
literatura no se encerró como en el siglo precedente en el 
dominin del arte, sino que lo invadió todo pretendiendo 
reglarlo todo. Su obra es principalmente subversiva, Las 


388 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


creencias, las costumbres, las antiguas instituciones son 
el blanco de sus golpes formidables: Ataca Jas relijiones 
positivas, amenaza la reyecia, rompe con la tradicion his- 
tórica i busca en otras fuentes el principio de lo justo i de 
lo verdadero. Era aquello una obra de destruccion de tudo 
el pasado acometida ea nombre de la razon i de la filoso- 
fía. Esta última palabra tomó un sentido especia), que con- 
serva todavía cuando se trata de ese siglo: es la hostilidad 
a todas las cosas establecidas, la oposicion razonada en 
materias de relijion, de moral i de política. 

El gobierno, las instituciones, la lejislacion, la ciencia 
misma estaban sin duda mucho mas atrás de lo que exijia 
este movimiento de los espíritus; pero la literatura se con- 
quistó la importancia de un poder público, a pesar de tu- 
das las trabas que se le opouian inútilmente. Los literatos 
no fueron una casta aislada que gozaba aparte de sus 0s- 
curos honores: léjos de eso, ellos reinaron en la opinion por 
el derecho del talento i de la moda. Sus nombres i sus 
obras no redujeron su accion al solo recinto de la patria; 
pasaron mas allá i fueron a ejercer su influencia en lejanus 
paises. Así, esta revolucion provocada en parte por el ejem- 
plo práctico de las libertades civiles i políticas de que go- 
zaba en esa época la Inglaterra, fué aceptada en casi tuda 
«Europa por los talentos mas aventajados, lo que dió al 
movimieuto un espíritu desconocido hasta entónces. Se 
llegó a soñar en una lengua comuna a todos los pueblos de 
Europa, a todas las naciones del gl«bo, que sirviera de la- 
zo a la gran sociedad humana, i se indicó el frances como 
el idioma mas apropiado para esta obra, 

24.—Estudiando cronolójicamente la historia literaria 
de este siglo, el primer nombre ilustre que se nos presenta 
es el de Le Sage, en cuyas obras no se encuentran todavía 
desarrolladas las tendencias revolucionarias. 

Renato Le Sage, (1668-1745), merece pur mas de un: 
motivo el título del primer novelista frances, Fortificado 
cun un estudio prolijo de los escritores españoles, conoce- 
dor profuudo de su teatro, de sus novelas i de bus poesías,. 
aprendió en ellos el arte de inventar i de encadenar aven- 
turas; i en Moliére la marera de pintar los caractéres po- 
niéndolos en accion i haciéndolos hablar. Compuso varias 
ovmedias, una de las cuales, Tuscaret, crítica de los bun— 


Wiuás.e.d 


$ 


HISTORIA LITERARIA. — TIEMPOS MODERNOS. 399 


queros de entónces, es una obra maestra, i muchas nove- 
Jas, mas o ménos imitadas del español. Pero el Jil Blas de ' 
Santillana, publicada por partes entre 1715 i 1735, eclip- 
só todas sus otras obras i le conquistó un nombre inmor- 
tal en la historia literaria. 

Lo que asegura a una novela la fama i la duracion no es. 
únicamente la pintura de las pasiones, la disposicion de la 
intriga, el interes de las aventuras, la multiplicidad de las 
escenas que producen la emocion: es, ante todo, la verdad 
permancute de los caractéres, la naturalidad constante de 
os tipos, el cuidado prolijo del estilo. Esto es lo que Le 
Sage ha sabido hacer con una habilidad verdaderamente 
asombrosa, El héroe principal, Jil Blas, que cueuta él mis— 
mo su historia con sus propias reflexiones, parece un per- ' 
sonaje tan real que no se puede dudar de su existencia. Es 
a la vez un carácter tan verdadero, un tipo tan humano, 
que se encuentran en él todas las debilidades, todus las 
miserias i todos los sentimientos honrados que un cornzou 
puede tener en jérmen. Naturalmente bueno, dejándose 
vencer a veces por eb ejemplo i por la ocasion, pero vícti- 
ma constante de las asechanzas de otros ¡a veces de su 
propia vanidad, Jil Blas tiene bastante injenio para reirse 
de las tonterías estrañias, i bastante honradez para reirse 
de sí mismo. 

«Si examinamos los detalles, dice Saint-Marc Girardin, 
¡cuánta finura de observacion cuando Le Sage nos mucs- 
tra a Jil Blas que, burlado en su pobreza, lo es mas en su 
opulencia, pero que se eleva, por decirlo así, de las manos 
de los bribones subalternos a las de los bribones titulados, 
siempre engañado, pero alora con mas ceremiunial» El 
héroe de la novela, que recorre todas las condiciones de la 
vida, que de la cocina pasa a las antesalns de palacio, que 
de criado humilde llega a ser el confidente de un ministro, 
encuentra por todas partes caractéres diferentes, o mas bien 
dicho una galería interminable de fátuos, de viciusos, de 
malvados que retrata sin odio, sin pasion, pero sí con un 
colorido indeleble, poniéndolos en accion con tanta verdad 
que nosotros creemos reconocerlos ¡que se graban en nues- 
tra memoria de una manera indeleble. «La gracia i la fa- 
cilidad del estilo, añade Saint-Marc Girardin, han perpe- 
tuado i ensanchado cada dia la lama de esta novela. En 


390 . [ELEMENTOS DE LITERATURA. 


efecto, sn espresion es como su pensamiento, sencilla 1 sin 
afectacion; rápida i espiritual, se presta con flexibilidad a 
da alegría en la narración, ia la sátira en los retratos. Pa- 
rece que en cierto modo Le Sage ha querido pintar su es- 
tilo cuando el conde-duque de Olivares, despues de haber 
leido una memoria redactada por Jil Blas, le dice: «Santi- 
llana, tu estilo es conciso ¡aun elegante: no tiene mas de- 
fecto que ser bastante natural.» Esa sencillez que podia 
desagradar al conde—duque, ha agradado i agradará siem- 
pre al público, que en una novela quiere que el estilo, siem- 
pre rápido i fácil, se preste a la impaciencia de su curio- 
sidad.» 

La España es el tentro en que tienen lugar las aventuras 

ide Jil Blas. Le Sage habia hecho un estudio tan detenido 
de la literatura, de la historia i de la jeografía de la penín- 
sula, que sin haberla visitado nunca ha podido retratarla 
con gran fidelidad. Esta circuustancia ha hecho que se 
ponga en discusion la orijinalidad de su obra inmortal. Vol- 
taire, de quien Le Sage ha hecho en su novela un retrato 
burlesco bajo el nombre de Gabriel Triaquero, el poeta a 
la moda en Valencia, anunció con una lijereza imperdona- 
ble que el Jil Blas de Santillana era tomado por entero de 
una novela picaresca española, La vida del escudero Már- 
cos de Obregon. Basta examinar a la lijera esta obra para 
<onocer cuán antojadiza es esa opinion. Posteriormente, 
dos escritores españoles, el padre Isla en el siglo pasado, 
i don Juan Antonio Llorente en nuestra época, han queri- 
do reivindicar para la España la gloria de haber dado naci- 
miento a esta obra, sosteniendo que Le Sage debió haberla 
traducido de algun manuscrito castellano, que destruyó sin 
«duda para ocultar el fraude. lista opinion, como se com- 
prenderá, no tiene otro valor que una afirmacion sin prue- 
bas 1 sin fundamentos sólidos. 

Esta cuestion ha sido dilucidada con grande erudicion. 
Dejando a un ludo las pueriles exijencias de un mal enten- 
«lido amor propio nacional. se puede afirmar que la disco- 
sion ha producido resultados positivos. Es tan absurdo 
sostener que la novela de Le Sage ha sido traducida por 
entero de un libro español, impreso o manuscrito, como el 
afirmar que todo en ella es orijinal, como el Don Qutjote, 
w como cualquier otro libro que no ha tenido precedente en 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 391 


la literatura anterior. Le Sage conocia a fondo el teatro i 
los novelistas españoles, tomó de ellos algunos caractéres, 
pumerosos incidentes, i episodios casi completos, como es 
fácil reconocer; pero los encuadró en un tejido orijinal, en. 
que no ha retratado a la España i los españoles solamente, 
sino los viciosi las ridiculeces de todos lus tiempos i de to- 
dos los lugares. La crítica ilustrada ha recunocido que mu- 
chos de los personajes de la novela son retratos satíricos de 
algunos contemporáneos de Le Sage, como Gabriel Tria- 
quero, i que algunos de los incidentes son copiados de he- 
chos verdaderos ocurridos en Francia. Por último, la dis- 
posicion jeneral, el carácter filosófico de las lecciones 
morales, la burla coustante de los grandes señores, de los 
ministros, de los principes i de los favoritos, el jiro incisivo, 
franco i directo de la sátira, la composicion, el estilo i el 
gusto de la obra son eminentemente franceses. La orijina- 
lidad del libro de Le Sage, ha sido, pues, defendida victo- 
riosamente i reconocida; i esa orijinalidad aun circunscrita 
a estos límites, es un mérito que casi vale tanto como la 
creacion absoluta. «No es, dice Walter Scott, el simple 
cuadro de una historia, ni aun la adopcion de detalles in- 
ventados por un autor anterior, lo que constituye el crimen 
literario de plajio. El propietario de un terreno de donde 
un escultor saca-su arcilla, podria pretender con el mismo 
derecho la propiedad de las figuras que este artista forma. 
con sus dedos creadores. En ambos casos la cuestion es la 
misma: poco importa de donde viene la materia prima i 
sin forma, pero, ¿de quién recibe su mérito i su exelen- 
cia?» 

25.—Aunque el Je Blas de Santillana, por sus formas 
cuidadas il aun por la imitacion española en una época en 
que los franceses iban a buscar sus modelos en la literatu- 
ra inglesa, parece pertenecer al siglo XVII, la crítica ace- 
rada, la burla constante de la corte i de los cortesanos son 
enteramente del siglo X.V1TI[, que comenzaba a revulverlo 
todo con una audacia inconcebible. Pero Le Sage se habia 
detenido en ciertos límites: otros escritores fuero mucho 
mas léjos en esta obra de destruccion de las antiguas so- 
ciedades. l 

Cárlos de Secondat, baron de Montesquien, nadido cer- 
ca de Burdeos en 1689 i muerto en 1755, vigorizado por 


392 ELEMENTOS DE LITERATURA. 

inmensos estudios, no se contentó con ridiculizar la socie- 
dad de su tiempo sino que pensó en reformarla. Majistrado: 
en su juventud, dejó luego la carrera judicial, por la que 
no tenia inclinaciones, i despues de algunos años de resi- 
dencia en Paris i de haber viajado en 1talia, en Inglaterra, 
en Alemania 1 en Holanda, se retiró u sus tierras patrimo- 
niales, 1 allí se consagró completamente al trabajo de una 
grande obra que lo ha hecho inmortal, i queejerció una 
grande influencia sobre su siglo, 

- Su primer estreno fué un libro titulado Cartas persianas 
(Leltres persannes) sátira incisiva de las costumbres de la 
época. Montesquieu supone que muchos persas que viajan 
por Europa, £e escriben entre sí, i con sus amigos de 1s- 
pahan, sirviéndose hábilmente de este cuadro para hacer 
contrastar las costumbres de uccidente con las del oriente. 
Una intriga de serrallo dá unidad a las cartas, i exita la 
curiosidad de lus lectores. En medio de estas pinturas 
orientales, de esas burlas lijeras en apariencia, i muchas ve- 
ces demasiado Jibres, se deja ver el jenio de un observador 
profundo que encuentra sólidos motivos de crítica en cuan- 
to vé, i que señala los males que descubre en el gobierno, 
en lus costumbres, en el comercio 1en la industria con uva 
enerjía que no deja lugar a duda sobre sus verduderas in- 
tenciones, 

Mas tarde, creyendo que la esperiencia adquirida es el 
mejor medio de guiarnos en el porvenir, i que mirar hácia 
atras sirve mucho para marchar lácia adelante, Montes- 
quieu vuelve su vista a la antigúedad, profundiza la histo- 
ria romana, i escribe sus Consideraciones sobre la grandeza 
i la decadencia de log rumanos. Este libro, aunque de mui 
corta esteusion, es un modelo de crítica histórica, en que 
Montesquieu ha revelado el talento de un escritor de primer 
órden. No se podria llevar mas léjos la precision del estilo 
¡la firmeza del pensamiento: cada frase es una idea espre- 
gada con todo vigor. ( 

Pero la grande vbra de Mentesquien, la que ccupó toda 
su vida, i el primer libro del siglo X VIII, es el Espiritas 
de las leyes, Escrito despues de veinte años de coustante 
meditacion i publicado en Jinebra, cuando algunos de sus 
amigos le decian que eta indigno de su nombre, este libro 
tuvo vejute i dos ediciunes en dieziocho metes, i fué tradu- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 393 


cido inmediatamente a casi tcdas las lenguas de Europa. 
Estudiando los gubiernos en su oríjen i las leyes a la luz 
de la razon, Montesquieu analiza las diferentes forinas de 
gobierno i hace el estudio de todas las lejislaciones. En 
ninguna parte se encuentra una aversion mas declarada, 
ina crítica mas amurga ¡ mas sangrienta del despotismo, 
en ninguna parte una pintura mas apasionada de las mu- 
narquías templadas 1 libres, i aun mas ¡nclinacioues en fu- 
vor de las repúblicas i de los gobiernos populares. Sorpren- 
de sobre tudo el elojio de la constitucion inglesa, que 
Montesquieu habia estudiado de cerca. Nadie combatió 
mas eficazmente que él los últimos restos de la barbarie, la 
crueldad en las leyes, la esclavitud, i sobre todo la escla- 
vitud de los negros, la coutradiccion chocante entre una 
moral divina i un culto perseguidor. Esta obra, en que es- 
tán examinadas con vista certera todas las cuestivnes socia- 
les, tiene ademas el mérito de estar dispuesta con un órden, 
un método i una claridad admirables, de tal mudo que no 
hai capítulo que no conduzca a alguna conclusion ui frase 
que no haga pensar. Quizá no se le podria reprochar otro 
defecto, aparte de algunos descuidos en ciertus puntos, que 
el no haber tratado todas las materias cun la miswa deten- 
cion 1 escrupuloridad, 

26.—«Cuando las familias se conservan ldrgo tiempo, 
dice Gruethe, la naturaleza acaba por producir un individuo, 
que reuviendo las cualidades de sus antepasados, reune i 
espresa en su conjunto las disposiciones que hasta entón- 
ces se habian mostrado alsludas ien jérmen. Lo mismo 
sucede con las naciones, que encuestran algun dia su espre- 
sion en un individuo único. Esto es lo que ha ocurrido cun 
Luis XIV, el rei frances en toda la fuerza de la palabra; í 
esto es tambien lo que ha ocurrido con Voltaire, el frances 
supremo, el escritor que ha estado mas en armouía con a 
nacion.» Í ciertamente, si el siglo XVII es el siglo del rei 
Luis XIV, el siglo XVIII es el siglo del rei Voltaire. Las 
grandes figuras que están a su alrededor, pueden compa- 
rarse a los satélites que rodean a un astro mas brillante..— 
Vamos a dar a conocer sumariamente este jenio singular, 
recorriendo a la lijera las diversas faces de su vida, para 
pasar en revista sus obras, que abrazaron todos lus jéueros 
i que trataron casi todas las ciencias. 


394 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Francisco _Marj et, mas conocido con el nombre 
de Voltaire, nació en Paris en 1694. Su padre, queera no- 
tario, quiso dedicarlo a la carrera del foro; pero el jóven 
Arouet, despues de haber hecho regulares estudios clásicos 
en un colejio de jesuitas, manifestó desde temprano una 
aficion tan decidida por la poesía i por la vida del mundo, 
que su padre se vió al fin obligado a alejarlo de Paris ia 
renunciar a sus esperanzas. Desarrollóse desde luego en él 
ese injenio incisivo i burlon que constituyó mas tarde su 
arma mas poderosa i terrible. Cuando apénas contaba veinte 
años de edad se habia adquirido ya tal reputacion en las 
tertulias literarias, que habiendo circulado una sátira san- 
grienta contra el reinado de Luis XIV, que acababa de 
morir, Arouet fué encerrado en la Bastilla duraute un año 
entero, porque se le creia, sin fundamento alguno, autor 
de los versos injuriosos para la memoria del rei difunto. 
Esta prision le dió a conocer la injusticia i la arbitrariedad, 
contra las cuales combatió mas tarde con tanto-ardor, i lo 
obligó a trabajar. Allí, sio pluma ni papel, compuso su pri- 
mera trajedia, el Edipo, i la mayor parte de una epopeya. 
Al salir de la prision, declarando que hasta entónces habia 
sido mui desgraciado con el nombre de Arouet, lo abandonó 
1 tomó en su lugar el de Voltaire, con que se ha hecho tan 
famoso (1). . 

El teatro fué el punto de apoyo de la popularidad de 
Voltaire. El Edipo, representado en 1718, inició su reputa- 
cion literaria, que se sostuvo con muchas otras trajedias, 
icon algunas comedias. Desde su primera obra introdujo 
en la escena mas de una innovacion, que desarrolló en el 
curso de su larga carrera. Simplificó la accion, hizo diá- 
logos mas cortos, suprimió las conversaciones amorosas 1. 
galantes, i buscó efectos nuevos para el espectáculo, el gus- 
to del aparato i de los colores locales, las máximas frecuen- 
tes, las sentencias filosóficas, las alusiones que de ordinario 


(1) El nombre de Voltaire esun anagrama del que ántes usaba este 
escritor, Arouel l j (le jeune, el jóven), porque tenia un hermano mayor. 
Es menester aulvertir que segun la ortografía de entonces la ¿ i la / eran 
consideradas como la misma letra; i que igual cosa sucedia con la 
« ¡la v; de manera que el anagrama es completo i perfecto. Escritores 
mui acreditados dicen, sin embargo, que Voltaire tomó este nombre de 
la denominacion que se daba a una pequeña propiedad rústica de su 
madre. 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 395 


revelan la presencia del poeta i perjudican a la ilusion, pero 
que cambian el teatro en tribuna i dan na cuerpo a todas 
las ideas nuevas que el siglo sujiere al poeta, i que éste de- 
vuelve al siglo revestidas con el ropaje de la elocuencia, 
Voltaire modificó así el jénero literario que habiau ilustrado 
Corneille i Racine, buscó un campo de imitacion en el tea- 
tro ingles, i particularmente en los dramas «de Shakspeare 
i creó algunas piezas que merecieron el graude aplauso 
que le tributaron sus contemporáneos. Su obra maestra, cs 
la Zaira, trajedia cristiana, fundada en los recuerdos de 
las cruzadas, i representada mucho mas tarde. La crítica 
lo considera el primer trájico frances, despues de Corneille 
i de Racine. 

Su talento le abrió los salones de los grandes señores; 
pero luego tuyo Voltaire motivos para arrepentirse de ser 
el amigo de los nobles. A consecuencia de una hisputa aca- 
lorada con el caballero de Rohan-Chabot, éste se vengó 
como noble i como cobarde, haciendo que sus lacayos apa- 
leasen una noche a su adversario, Voltaire, que no tenia 
lacayos, aprendió la esgrima ¡el inglés, la esgrima para 
provocar a un duelo a Rohan-Chabot, i el inglés para huir 
a Inglaterra. Pero su provocacion fué recibida con despre- 
cio, 1 el ministro mandó encerrar de nuevo en la Bastilla al 
hombre que sin títulos i sin nobleza pretendia medir sus 
armas con un gran señor. Voltaire se consideró feliz con 
salir de la prision para marchar al destierro (1726). 

La Inglaterra fué por tres años el lugar de su residen- 
cia. ste destierro tuvo una importancia decisiva en su ca- 
rrera posterior. Allí estudió la literatura, la política, la 
lejislacion, las costumbres i las ciencius de un pais que gó- 
zaba de una gran libertad en una época en que la 
mayor parte de las naciones del continente vivian opri- 
midas por el mas absoluto despotismo. Aprovechó tam- 
bien de este destierro para dar la última mano a la epg- 
peya que habia principiado en la Bastilla. Con el nombre 
de La liga, un amigo infiel habia publicado poco ántes en 
Francia nna edicion incompleta e incorrecta de ese poema. 
Voltaire lo corrijió cuidadosamente i lo dió a la prensa 

1728), con el titulo de la Enriada, que conserva todavia. 

anta en él a Enrique JV i el sitio de Paris; i para dar a 

su obra el interes épico, intercala, por vía de episodios, Ja 


4 


396 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


historia de las guerras civiles entre católicos i protestantes, 
i la matanza de San Bartolomé, que Eorique refiere a la 
reina Isabel de Inglaterra. Este poema escrito cuando 
Voltaire no habia adquirido aun todo el desarrollo de su 
jenio, i cuando, como él mismo lo dice, no conocia en qué 
consiste la grandiosidad del jénero épico, no merece el tl- 
tulo de epopeya con que lo saludaron sus contemporáneos. 
Su plan carece de unidad, i la accion de la grandeza i de 
verdadero interes. Hai en él hermosas descripciones, epi- 
sodios felices, retratos llenos de vigor; pero no se encuen- 
tran esos cuadros de costumbres locales que hacen el en- 
canto de otras epopeyas; i¡ en el conjunto reina cierta frial- 
dad que produce el cansancio, en el' ávimo del lector. El 
asunto elejido, por otra parte, no le permitia introducir en 
Ja accion esos resortes que dan tono i vigor a la epnpeya. 
Así fué que la admiracion de sus contemporáneos se con- 
virtió mas tarde en un injusto desden por una obra que re- 
vela, sin embargo, un verdadero talento poético, «En la 
Enriado, decia Delille, no hai siquiera pasto para alimen- 
tar caballos, ni agua para saciar su sed.» 

Voltaire volvió a Francia con mas gloria, con nuevos 
conocimientos i con veinte proyectos de obras en que se 
praponia desarrollar las ideas adquiridas durante su des- 
tierra, i, sobre todo, dar a conocer la Inglaterra, que lo ha- 
bia fascinado. Nuevas obras dramáticas lo colmaron de 
aplausos; i la Historia de C'árlos XII, rei de Suecia, reveló 
que no solo sabia componer un libro histórico, sino que era 
uno de los mas grandes prosadores que hubiera tenido la 
Francia. HKse libro, dispuesto con un arte irreprochable, 
es hasta aliora un modelo de narracion elegante i fácil 1 
de verdadero estilo histórico. Pero los escritos que le gran- 
jearon el título de corifeo de las ideas de su siglo, no son 
esos. Al mismo tiempo que popularizala en Francia los 
descubrimientos científicos de Newton, que daba a conocer 
por sus imitaciones el tentro de Shakepeare, publicaba sus 
famosas Cartas sobre los ingleses, mas conocidas con el 
nombre de Cartas filosóficas, en que, bajo el pretesto de 
hacer conocer la Inglaterra, combatia indirectamente to- 
das las ideas recibidas en filosofía, en política i en relijion, 
¡ atacaba todas las opiniones del siglo de Luis XIV, la 
autoridad del clero i del poder absoluto. Esta obra, así 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 397 


como una pieza poética en que ponia en duda, o mas bien 
negaba la divinidad de Jesucristo, fueron quemadas por la 
mano del verdugo, le atrajeron una nueva persecucion i 
la obligaron a fugar de Paris ia ir a buscar un asilo en 
un castillo de Champagne. 

Animado por una actividad verdaderamente prodijiosa 
i compartiendo su vida entre los placeres mundanos i un 
trabajo censtante, lanzó desde su retiro nuevas obras dra- 
máticas, poesías líricas de un carácter filosófica, El Siglo 
de Luis XIV, historia admirable de un reinado famoso, i 
el Ensayo sobre las costumbres i el espiritu de las naciones, 
que debia hacer una revolucion en el arte de escribir la 
historia. Tomando los hechos desde la época de Carlo Mag- 
no, en que se habia detenido Bossuet, en su célebre Discur- 
so sobre la historia universal, pero colocándose bajo un pun- 
to de vista diametralmente opuesto, ha referido la historia 
de los pueblos de Europa hasta mediados del siglo XVII 
con una claridad ¡ una elegancia inimitabies, pero tambien 
con una prevencion injusta contra el cristianismo, al cual 
atribuye todos los males de la humanidad. : 

La reputacion de Voltaire fué inmensa desde entónces, 
Su escepticisme, burlon ¡ Jijero en el principio, sério i ra- 
zonado mas adelante, su espíritu de crítica de todas las ins- 
tituciones i de todas las creencias de su época, su odio al 
despotismo, su amor por la libertad del pensamiento, pa- 
saron a ser el programa de la filosofía, de la ciencia i de la 
literatura de su siglo. Su incomparable talento de escritor 
popularizaba las ideas mas abstractas i complejas, i su in- 
jenio satírico cautivaba a todos los lectores. Federico 11 de 
Prusia, filósofo tambien como Voltaire, lo lliumó a su cor- 
te, i lo retuvo allí durante tres años para distraer en la con- 
versacion i en el estudio los ocios que le permitian tomar 
los afanes del gobierno. Pero esta amistad, iniciada bajo 
los mejores auspicios, se convirtió luego en una mal disi- 
mnulada antipatía. Voltaire se convenció al fin de que los 
reyes, aun los reyes filósofos, eran malos amigos; i despues 
de varias peregrinaciones, fué a establecerse definitivamen- 
te al castillo de Ferney, en la frontera del canton de Jine- 
bra, en Suiza (1758). 

Veinte años vivió allí rodeado de todas las comodidades 
apetecibles. Voltaire habia heredado de su padre una for- 


398 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


tuna considerable, que él incrementó con el producto de 
sos escritos. El Patriarca de Ferney, como se le llamaba, 
era una potencia i un ídolo. De todos los países de Euro- 
pa iban a verlo en peregrinacion, i recibia hospitalariamen- 
te a todos los que lo visitaban. “Tenia correspondencia 
seguida con muchos soberanos que le prodigaban las li- 
sonjas para rendir homenaje a la opinion pública, que habia 
* llegado a ser la reina del mundo. En medio de esta corte, 
Voltaire pasaba su vida en el trabajo, escribia versos, come- 
dias, trajedias, sátiras, novelas en que bajo las formas lije- 
ras, desarrollaba su critica siempre acerada e hiriente con- 
tra la relijion i las instituciones de su siglo. Merced al ré- 
jimen hijiénico que se habia prescrito, llegó a los achenta 
¡ cuatro años conservando toda su actividad i toda su inte- 
lijencia. Entónces fué llamado a Paris para gozar de un 
triunfo que no habia alcanzado ningun escritor, Se le pa- 
seó por las calles, se le llevó al teatro para coronar su bus- 
to, 1 se le aclamó el primer poeta i el primer filósofo de su 
siglo. Dos meses mas tarde (el 30 de mayo de 1778) mu- 
rió, despues de haber pasado algunos dias en un estado de 
letarjia que le habia hecho perder todo conocimiento. 

Las obras de Voltaire forman un repertorio inmenso en 
que están tratadas con mas o ménos estension todas las 
cuestiones que ajitaron a su siglo, La poesía, bajo todas sus 
formas, la historia, la novela, la filosofía, la física, la polé- 
mica relijiosa sobre todo, están comprendidas en esa vasta 
compilation, marcada toda ella, apesar de la divereidad de 
matices | de algunas diverjencias de detalles, con el sello 
del jenio que ha querido desarrollar un pensamiento largo 
tiempo meditado i que ha adquirido toda su fijeza i consis- 
tencia. 

Sobre el teatro de Voltaire, así como sobre su ensayo de 
poema épico, hemos dicho mas arriba algunas palabras, que 
resumen la opinion de los críticos mas esperimentados. En 
sus otras poesías que ocupan un puesto entre las mejores 
de su siglo, dominan las cualidades jenerales de su jenio 1 
de su estilo, elevacion filosófica, calor no siempre sosteni- 
Ido i alusiones frecuentes contra las ideas de su 3iglo, en 

as Obras sórias; un buen humor inagotable, una critica 
atrevida i universal en sus sátiras i en sus poesías burles- 
cas. Debe censurársele, sin embargo, el haber profanado 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, 399 


la memoria de Juana de Arco, falseando la historia i hacien- 
do reir a costa de uno de los tipos mas puros de patriotis- 
mo i de heroicidad. 

Voltaire, historiador, es el presador por exelencia, i eb 
creador, puede decirse asi, de la historia filosófica, tal co- 
mo la entienden los modernos. Comprendiendo claramente: 
que la historia «le un pueblo no es la de sus reyes, i de sus 
caudillos, la de lus guerras o de los tratados; que la histo-— 
ria de las costumbres, de las artes, de las ciencias ¡ de las: 
leyes son la parte principal de los anales de las naciones; 
que el jénero humano no ha sido creado para dar brillo a 
los talentos políticos i militares de algunos individuos; i 
que lo que mas importa que conozcan los hombres es el 
efecto que han producido para la felicidad o la desgracia 
de la humanidad las preocupaciones, las luces, Jas virtudes 
o los vicios, los usos, la industria i las leyes de los diferen- 
tes siglos, Voltaire se propuso escribir la historia verda- 
deramente crítica 1 razovada haciendo intervenir junto con 
los hechos, todos los elernentos de civilizacion para demos- 
trar la influencia recíproca que ellos ejercen sobre la mar- 
cha de la humanidad, i si no vió completamente cumplidos. 
sus propósitos, los realizó eu gran parte i abrió el camino- 
que'con tanto lustre han seguido Jos historiadores moder— 
nos. Su Ensayo sobre las costumbres, es, bajo este punto de- 
vista, 1 sobre tudas sus obras históricas, un libro capital; 
pero es menester convenir en que su odio sistemático al 
cristianismo, así como su falta de estudios mas prolijus so- 
bre algunos hechos, Jo han estraviado con frecuencia. «Sin 
embargo, dice Barante, este libro es cómodo e instructivo, 
de un estilo agradable i natural; los hechos están bien dis- 
puestos, los detalles dados con mesura, las reflexiones son 
algunas veces lijeras, pero frecuentemente sensatas: el 
cuadro de algunas épocas, los retratos de muchos grandes. 
hombres, son trazados con un vigor icon una vivacidad 
notables: pocas historias modernas son mas útiles i mas 
agradables para leerse.» Basta recorrer las pájinas que Vol- 
taire ha dedicado al descubrimiento de América, trazadas. 
de carrera i ántes que se hubieran hecho las prolijas inves- 
tigaciones de que Colon ha sido objeto, para comprender 
cuán grande era la sagacidad histórica de aquel distingui- 
do escritor, 

27 


400 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


No insistiremos aquí sobre las obras filosóficas de Vol- 

'— taire, Sus teorías están repartidas en todos sus libros 1 
condensadas tambien en algunos de ellos, como su Diccio- 
nario filosófico. Em ellas reclama siempre, con una vigoro- 
sa enerjía, contra las preocupaciones i contra los abusos, 
en hombre de la justicia i del buen sentido; pero con fre- 
cuencia se deja arrastrar por los caprichos de su humor 
hasta la eternidad, i hace intervenir siempre la cuestion 
relijiosa, confundiendo en la misma proscripcion la doctri- 
na evanjélica i las ciegas supersticiones. Por esto mismo 
es difícil juzgar a Voltaire sin ciertas restricciones, si se 
quiere ser justo e imparcial. Sus partidarios i sus enemi- 
gos caen alternativamente en la pasion que quiere absol- 
verlo todo o condenarlo todo: la verdad está en el medio, 
Si debe censurársele su exaltado espíritu de partido, su 
odio sistemático contra todo lo existente, su perpetuo reit, 
debe tambien reconocérsele su talento de escritor, su ener- 
Jía para condenar los abusos, su jenio cosmopolita ¡la gran 





nr. variedad de sus conucimientos. 
AL ALE O Volta:re, en efecto, trata todos los asuntos con igual fa- 
Am cilidad; 1 a juzgarlo por las primeras impresiones, se cree- 





ria que habia hecho estudios profundos sobre todas mate- 
rias. Sin embargo, esta admiracion desaparece desde que 
se estudian las cosas mas de cerca; i la crítica ha probado 
que el adquirir conocimientos sólidos sobre tanta variedad 
de asuntos es mas de lo que se puede alcanzar aun con in- 
telijencias tan poderosas como la de Voltaire. Para pro- 
barlo, bastaria citar una obra mui erudita: Cartas de algu- 
nos judios portugueses, alemanes i polacos a M. de Voltaire, 
en que su autor, Antonio Guenée (1717-1803), sacerdote 
frances de raros conocimientos en la lengua i en la litera- 
tura de los hebreos, refutó victoriosamente muchas de sus 
opiniones, no solo con gran ciencia sino con un sarcasmo 
comparable al de su rival. 

_ 27.—Las tendencias de Voltaire están clara i esplícita- 
mente manifestadas en todos sus escritos. No sucede lo 
mismo con otro escritor casi igualmente célebre, cuyo nom- 
bre se asocia al suyo cada vez que se habla de la obra re- 
volucionaria de los filósofos del siglo XVIII, Rousseau 
fué para sus contemporáneos, ies todavia para la posteri- 
dad, un garácter inesplicable. En su vida todo es raro i 








— o 
/ 


HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS. 401 


singular; i en sus escritas, marcados con el sello de un gran 
talento, se descubre un amor tan pronunciade por todo lo 
que es paradójico, que el espíritu no puede darse cuenta. 
exacta de sus inclinaciones. 

«Juen Jacono Bonaseau nació en Jinebra en 1712, Hijo 
de padres pobres, hizo en su niñez estudios mui reducidos 
i superficiales, i llevó una vida llena de aventuras, sin ocu- 
parse de las letras que mas tarde habian de hacer su glo- 
ria. Habiendo concebido un nuevo sistema para la escritura 
de la música, pasó a Paris creyendo sacar partido de su 
invento, pero los artistas lo miraron con desprecio. Rous- 
seau se consagró entónces al estudio con una gran pasion, 
ise ocupó en la enseñanza de algunas familias i en la com- 
posicion de óperas que no pudo hacer representar. Su ta- 
lento de escritor no se reveló sino a la edad de treinta i 


siete años i por una circunstancia singular. La academia - 


de Dijon habia propuesto para un premio de elocuencia el 
tema siguiente: «¿El progreso de las ciencias i de las artes 
ha contribuido a corromper o a depurar las costumbres?» 


Testigo de la mas grande corrupcion en medio de la socie- * 


dad mas culta que hubiera existido, Rousseau trató este 
asuato en un discurso lleno de paradojas, pero brillante 
por el atrevimiento de las imájenes, la novedad de las ideas 
¡ el colorido del estilo, i alcanzó el premio ofrecido. Segun 
él, las letras i las ciencias habian corrompido el mundo: 
para correjirlo, era preciso volver a la naturalidad, a la 
sencillez, a las virtudes primitivas. Voltaire, que siempre 
tenia una palabra picante para caracterizar los sucesos de 
su época, dijo con mucha oportunidad despues de haber 
leido ese discurso:—«Rousseau nos hace sentir el que no 
andemos en cuatro patas.» 
Inmensa fué la reputacion que le dió este escrito. La 
misma estravagancia de sus conclusiones llamó la atencion 
sobre Rousseau, i le granjeó la amistad de muchos litera- 
tos; pero su carácter misantrópico i rencilloso, i hasta su 
falta de civilidad, contribuyeron a aislarlo. Vivia retirado 
en el campo cuando supo que uno de sus amigos, D'Alem- 
bert, de vuelta de un viaje a Suiza, habia espresado su pe» 
sar de que no hubiese teatro 'en Jinebra. Se creeria que 
Rousseau, que habia escrito algunas comedias, debia apo- 
yar esa opinion; pero léjos de eso, se aprovechó de esta 


ET ES 


TA 








402 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


ocasion para publicar un opúsculo famoso titulado Cartas 
subre los espectáculos, para probar que la mejor comedia es 
siempre funesta a las costumbres públicas. 

Estos dos escritos que revelan en Rousseau su pasion 
decidida por la paradoja, por grande que sea su mérito li- 
terario, no le habrian dado la fama de que goza; pero sus 
últimas obras, lo colocan en el alto rango que ocupa. La 
primera de éstas, en órden cronolójico, fué Julia o la nueva 
Eloísa, novela epistolar en que trata bajo formas seducto- 
ras las mas árduas cuestiones de moral. La uovela francesa 
casi no habia sido hasta entónces mas que una sencilla 
narracion de acontecimientos. Housseau hizo en ella la 
pintura analítica de los sentimientos, i encontró así el se- 
Creto de trazar todos los movimientos del alma en medio 
de un drama conmovedor. La invencion no es notable; ¡ 
los sentimientos, encuadrados en una intriga de una mo. 
ralidad equivoca, son falsos i exajerados; pero muchas di_ 
sertaciones filosóficas, por ejemplo, las cartas sobre el due, 
lp i sobre el suicidio, se elevan a una grande altura de es 
tilo. _ 
Pero las obras en que Rousseau ha vaciado sus ideas re - 
formadoras son el Contrato social i el Emilio, El primero 
es un tratado de derecho público revestido de una forma 
severa pero brillante. La precision del estilo, el estrecho 
encadenamiento de las proposiciones i el tonu dogmático 
e imponente del lenguaje son sus principales méritos lite- 
rarios. El hombre, dice Rousseau, nace libre, i si sale de 
su estado natural, es por un acto de su voluntad i en virtud 
de un centrato que hace con los otros hombres. El Estado 
descansa sobre esta convencion; de modo que el conjunto 
de Jas voluntades particulares, el pueblo, es el único sobe- 
rano, i su voluntad es absoluta e inviolable. Estas teorías, 
eminentemente innovadoras, están desarrolladas con clari- 
dad ¡ enerjía. 

El Emilio contiene su sistema de educacion. Segun él, 
el hombre nace bueno: la sociedad lo deprava. Es preciso 
volver al estado de naturaleza, reconstruir la sociedad, 1 
dar una educacion nueva a las nuevas jeneraciones, Para 
desarrollar su sistema, coloca al niño fuera de la civiliza- 
cion presente i del contacto de los demas hombres: en vez 
de combatir sus instintos i sus pasiones naturales, las de- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 403 


Ja desarrollarse libremente, para que el mismo niño cons- 
truya el sistema de sus conocimientos e invente todo lo 
que necesita saber en materia de ciencia i de virtud. Segun 
Rousseau, conviene que el jóven pase el mayor tiempo 
posible sin que se le den a conocer las ideas de Dios 1 de 
relijion. «Para que la educacion de Emilio se. logre, dice 
M. Méziéres, es preciso que Emilio habite una casa aislada, 
que nadie penetre en ella, que el alumno no oiga otra voz 
que la de su maestro, no reciba mas que los ejemplos auto- 
rizados por él. Una conversacion de algunos minutos con 
un estraño, podria destruir el efecto de muchos años de 
precauciones. Emilio no debe aprender mas que lo que le 
importa saber, testo en una época determinada, en circuns- 
tancias previstas. Si sabe alguna cosa mas pronto o mas 
tarde, el edificio se desploma... Rousseau nos anunciaba un 
medio infalible de educar a los niños; pero su procedimien- 
to no seria aplicable quizá mas que una sola vez en todo 
un siglo.» Este libro, escrito con una elocuencia que cautiva 
1 arrastra, resume todas las idens de Rousseau, 1 es una 
mezcla de verdades i de quimeras peligrosas. El aislamien- 
to del niño, en la forma propuesta, no puede dejar de con- 
-«ducirlo a la mas salvaje barbarie. Si la teoría fundamental 
-de esta obra es un grande absurdo, es necesagjo convenir 
en que ella nos hace meditar sobre nosotros mismos 1 sobre 
nuestros deberes, Las ideas sociales i relijiosas de este 
libro fueron condenadas por los católicos en Paris i 
por los calvinistas en Jinebra; la obra fué quemada como 
terriblemente perniciosa, i el autor tuvo que buscar un re- 
fujio en Inglaterra. 

Esta vida llena de contratiempos ide las vicisitudes 
mas singulares. llegó a su término de una manera igual- 
mente siogular. El 3 de junio de 1778 se Je encontró muer- 
to en su habitacion, con una herida en la cabeza, sin que 
se haya sabido si esta catástrofe era el resultado de un sui- 
cidio o la consecuencia de una apoplejía. Entre sus papeles 
se encontró el manuscrito de sus Confesiones, historja pa- 
tética de sus sufrimientos i de su orgullo. Hasta entónces, 
las memorias auto-biográficas tenian por objeto ordinario 

el referir la historia de los sucesos en que el autor habia 
tomado parte; pero Rousseau ha contado con grande habi- 


idad su vida 1otima, todos los sufrimientos de su exis- 


404 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


tencia, i todas las miserias de su naturaleza, sin tratar de 
disimular lo que en ella habia de mas indigno i de mas re- 
pugnante. 

Cualesquiera que sean las apreciaciones que puedan ha- 
cerse de las doctrinas filosóficas i sociales de Juan Jacobo 
Rousseau, es preciso reconocer un grande escritor en todas 
sus obras. Su estilo es lleno de pompa, pero corre siempre 
fácil i siempre natural. Aun en sus sofismas mas inace 
tables, su razonamiento es tan condensado que no puede 
dejar de hacer una profunda impresion. El prestijio de su 
lenguaje es tal que hace pasar al espíritu de sus lectores 
todos los sentimientos que lo ajitaban al escribir. Pero 
tomando sus obras en conjunto, se encuentran én ellas 
tantas paradojas que con un poco de cuidado se pueden sa» 
car de allí las doctrinas mas contradictorias i opuestas. Po- 
cos adversarios mas francos i resueltos ha tenido el cristia- 
nismo; i sin embargo de sus diversos libros, se ha estrac- 
tado una apolojía evanjélica. Esas obras, a pesar de to- 
do, ejercieron una influencia incontestable en su época, 1 
prepararon muchas de las teorías que se desarrollaron mas 
tarde. ' 

28.— Hemos hecho un análisis mas detenido de Mon- 
tesquieu,ele Voltaire i de Rousseau, porque presiden el 
movimiento filosóficu del siglo XVIIT; pero tras de ellos 
viene una falanje de soldados cuyas doctrinas mas o ménos 
análogas, contribuyeron a consumar la revolucion de los 
espíritus que trajo por resultado la revolucion francesa. 

Las ideas de esos audaces pensadores, i casi podria decirse 
las de su siglo, están concentradas en una obra famosa que 
se llama la Enciclopedia, publicacion inmensa por su es- 
tension, atrevida i revolucionaria por sus tendencias, Bajo 
la, forma de un diccionario universal i razonado de ciencias 
i artes, esta obra, espresion completa del movimiento filo- 
sófico, innovador, crítico e irrelijioso del siglo XVIII, tuvo 
por objeto resumir bajo el punto de vista del libre pensa- 
miento, todos los conocimientos, las ideas i la historia de 
la humanidad, combatiendo las creencias, las costumbres 1 
las instituciones del pasado. La Enciclopedia fué concebl- 
da i llevada a cabo en un período de veinte años (1751- 
1772) por el espíritu entusiasta e infatigable de un solo 
hombre, Diderot, a"cuya voz se reunieron majistrados, je- 


, 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 405 


nerales, injenieros, literatos i sobre todo los filósofos, en la 
acepcion que entónces se daba a esta palabra. 


Dionisio Diderot (1713-1784), escritor fogoso pero de- 
sigual, fué el alma de la empresa. No solo escribió nume- 
rosos artículos sobre filosofía, relijion, historia, política, 
gramática 1 artes mecánicas, sino que lo revisó todo, e 
imprimió a la obra entera, no un carácter constante de 
anidad, que le falta, pero sí una direccion jeneral hácia 
un objeto comun, la libertad de pensar i de escribir, la so- 
beranía de los pueblos i el poder de la artes i de la indus - 
tria. La publicacion de la Enciclopedia, mui combatida en 
nombre de la relijion, fué embarazada muchas veces: al- 
gunos de los colaboradores se fatigaron en vista de los en- 
torpecimientos que se suscitaban; pero Diderot siguió 
siempre en el trabajo 1 alcanzó a verlo terminado. 


El mas constante de sus colaboradores fué a Do 
bert (1717-1783), matemático distinguido, que ya habia 
alcanzado un brillante renombre en las ciencias, ántes de 
cultivar la literatura. Su obra capital, como escritor, es el 
discurso preliminar de la Encicloped:ra, bosquejo jeneral i 
elegante en que pasa en revista todas Ins ciencias, indican- 
do con gran talento 1 con sólida justruccion, la historia 
sumaria de cada uva, su Objeto i las relaciones mútuas que 
tienen entre sí, 


Voltaire 1 Montesquieu trabajaron tambien en esta obra 
monumental; pero junto con ellos se distinguieron muchos 
otros escritores que seria largo enumerar. Recordaremos 
solo a Turgot (1727-1780), el célebre ministro de Luis 
XVI, que sin dejar una obra verdaderamente tal, reveló 
en cada uno de sus escritos i aun en los documentos públi- 
cos que salian de su mano, un notable talento de escritor 
i un jenio filosófico de primer órden. 

29.—Este espíritu lleno de actividad i de enerjía de que 
estaba animado ese poder que se denominaba la filosofía 
del siglo XVIII, no tenia por único objeto atacar i des- 
truir cuanto existia. Por el contrario, sobre las ruinas del 
pasado levantaba un nuevo edificio mucho mas sólido i 
consistente que el anteriqr. Uno de los resultados mas 1n- 
mediutos de esa revolucion fué el impulso vigoroso que 
recibieron las ciencias. El método esperimental i de ob- 


406 ELEMENTOS DE LITERATURA. 

servacion, cuyas reglas hahia trazado Bacon fué rigorosa- 
anente aplicado, 1 a su sombra nacieron nuevas ciencias o 
se perfeccionaron de una manera sorprendente las que ya 
existinn. Aunque no fueron franceses tados los reforma- 
«lores en materias científicas, a la Francia cupo la gloria 
indisputable de haber dado el impulso al movimiento i de 
haberle servido de centro. 

Aplicando la esperiencia i la observacion al estudio de 
las sociedades i por decirlo así, de la fisiolojía social, se 
encontraron las leyes que reglan la produccion i la distri- 
bucion de las riquezas, i se dió un cuerpo a las doctriuas 
«ue solre los impuestos i la prosperidad material de las 
naciones habian sido enunciadas en diferentes tiempos. 
Eista ciencia, que recibió el nombre impropio de economía 
política, colocó la primera fuente de la riqueza en el tra- 
bajo, en una época en que las preocupaciones reinantes lo 

<ousideraban todavía deshonroso; i pidió la libertad in- 
— dustrial, cuando un sistema absurdo de gremios i corpora- 
ciones en la industria manufacturera, i de trabas mons- 
truosas en el comercio i en la agricultura, impedian el 
desarrollo de la riqueza pública: 

Pero estos progresos fueron todavia mas sólidos i mas 
palpables en las ciencias exactas i naturales. Despues de 
una série de descubrimientos portentosos en astronomía, 
La-Place pudo fijar la marcha 1 las revoluciones de los as- 
tros con la misma seguridad con que se señala la marcha 
«le un reloj, i dar a su libro inmortal el título tan verda- 
«lero como hermoso de Mecánica celeste. La tierra fué casi 
enteramente reconocida por numerosas espediciones cien- 
tíficas, inglesas 1 francesas en su mayor parte, 1 lo que es 
mas, estudiada prolijamente su verdadera forma, i medido 
su tamaño. La física, en manos de observadores de una 
alta intelijencia, entre otras muchas cosas, descubrió en la 
naturaleza fuerzas desconocidas, el vapor i la electricidad, 
<uyo poder aun no han acabado de aplicar las nuevas jene- 
raciones, La química, que, por falta de buenos métodos no 
habia hecho mas que observar fenómenos aislados sin de- 
«ducir leyes jenerales, fué elevada al rango de verdadera 
ciencia por el jénio vigoroso de Lavoisier. La historia na- 
tuval, la zoolojía, la botánica i la jeolojía, aleanzaron su 
verdadero desarrollo por el trabajo incesante de una falan- 











HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 407 
Je de sabios, a cuya cabeza están colocados Buffon, Lin- 
neo 1 Cuvier. 

Buffon es, ademas, uno de los grandes escritores de la 
Francia. Nacido en 1707, Jorje Luis Leclerc, conde de 
Buffon, pasó casi su vida entera consagrado al estudio de 
la historia natural, aprovechando para esto el puesto de 
director del jardin del ret, ahora jardin de plantas de Pa- 
yis. Ayudado por algunos colaboradores mas prolijos que 
él, Buffon confiaba a éstos las clasificaciomes científicas, la 
deseripcion técnica de los animales, i él trataba las consi- 
deraciones jenerales, los grandes cuadros de la naturaleza, 
las costumbres de los cuadrúpedos i de las aves, todo aque- 
Jlo en fin, en que podia dar libre vuelo a su prodijioso ta- 
lento de escritor. Su obra colosal fué recibida en todas 
partes con aplausos entusiastas: dos academias le llama- 
ron a su seno: se le elevó una estátua en el museo de his- 
toria natural, que tanto habia enriquecido; 1 su muerte, 
ocurrida en 1788, fué considerada una calamidad para las 
ciencias i para las letras, Buffon puede considerarse el pri- 
mer historiador de nuestro planeta, cuyas trasformaciones 
ha descrito con rara sagacidad en una época en que la jeo- 
Jojía no habia sido creada; i el gran pintor del hombre i 
de los animales. La ciencia moderna ha encontrado muchos 
errores de detalle i muchos vacíos en su obra; pero sus con- 
temporáneos i la posteridad están de acuerdo en conside- 
rarlo un escritor de primer órden. La elevacion de las ideas, 
Ja pompa ¡ majestad de las imájenes, la noble gravedad de 
Ja espresion, la armonía constante del estilo, son solo algu- 
nas de las dotes literarias de este admirable pintor de la 
naturaleza, Deben tambien tomarse en cuenta las tenden- 
cias filosóficas i humanitarias de sus escritos, que lo han 
hecho llamar, tanto por ellas como por la jeneralidad de 
las materias que trata, el Plinio moderno. Bastaria citar 
en apoyo de esta opinion la brillante pájina en que ha con- 
denado la esclavitud de la raza negra. 

30.—]a poesía, hemos dicho ya, tuvo en el siglo X VIT 
una importancia secundaria. En efecto, en el movimiento 
jeneral, la prosa atrae naturalmente todas las miradas; ¡ 
los poetas, por mas que entre ellos hubiera algunos dota- 
dos de mérito notable, ocupan el segundo término, La 
poesía, a pesar de todo, ¡ aunque muchas veces sus forinas 


Ú 


408 . ELEMENTOS DE LITERATURA. 


sean elegantes i correctas, no refleja sino raras veces la re- 
volucion de Jos espíritus. Nintre otros jéneros, se cultivó 
con predileccion la poesía descriptiva, lánguida i monó- 
tona en su conjunto, aunque contiene con frecuencia ver- 
daderas bellezas de detalle. Otros poetas de talento fácil 1 
agradable buscaron asuntos burlescos para componer poe- 
mas de formas sérias. Esto fué lo que hizo quan Beutista 
Gresset (1709-1777;, poeta orijinal i lleno"de gracia, que 
cantó las aventuras de un loro en el poema titulado Vert- 
vert, 

La trajedia tuvo tambien muchos apasionados, pero fue- 
ra de Voltaire, de cuyas obras dramáticas hemos hablado 
mas atras, el teatro trájico frances del siglo XVIII, ape- 
sar de que posee muchas obras, no puede ofrecer verdade- 
ros modelos. En la comedia no faltaron hombres de un 
notable talento; pero, «se puede decir, añade un crítico mo- 
derno, M. Etienne, que el espejo de que habla Moliére, en 
el cual reproducia la imájen de la sociedad, estaba roto, 
que los poetas cómicos del siglo XVITI recojieron los pe- 
dazos para tomar algunas imájenes aisladas del mundo que 
pasaba delante de ellos.» Así fué como Le-Sage se apo- 
deró del tipo de los ajiotistas, para representarlo en una 
comedia famosa. . 

Uno de esos autores cómicos supo, sin embargo, reflejar 
en sus obras ese espíritu de crítica que dominaba en todas 
partes. Pedro Agustin Caron de fBeaumarchais, (1732 
1799), relojero, comerciante, diplomático, proveedor de 
ejército, hombre de accion por gusto, que escribia para dis- 
traerse, lanzó al teatro la burla hostil a la autoridad. El 
barberu de Sevilla, 1 sobre todo El matrimonio de Figaro, 
que le sirve de continuacion, era la crítica amarga de esos 
hombres que para ocupar una brillante ocupacion en el 
mundo «se han dado solo el trabajo de nacer.» La adui- 
nistracion de justicia, la jerarquía aristocrática, el clero, 
todo sufria en esas comedias de Beaumarchais los golpes 
acerados de ung censura llena de sal i de injenio. Aquellas 
obras que por sí solas tienen cierto mérito, alcanzaron en 
su época una boga a que no habria aspirado jamás cómico 
alguno en el mundo. l 

Al lado de los poetas del siglo XVIII es menester co- 
locar un prusador que sembró la poesía a manos llenas en 











«HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 409 


todas las obras que salieron de su pluma. Bernardino de 
Saint-Pierre (1737-1814), habia hecho algunos estudios 
científicos; i despues de ciertos viajes en las colonias fran- 
cesas como injeniero militar, se hizo escritor. Sus Estudios 
de la naturaleza dejan a un lado las leyes i las clasificacio- 
nes de la ciencia: en ellos se encuentran los errores mas in- 
concebibles en física i en historia natural, pero se hallan 
tambien allí los cuadros encantadores en que pinta las be- 
'llezas de la creacion, la poesía i la gracia de los detalles, 
un estilo sencillo i animado i el sentimiento de admiracion 
por la naturaleza. Pero su obra capital es Pablo i Virjinia, 
novela pastoral del gusto mas pnro, concepcion nueva, 
completamente orijinal, «que se admira con el corazon 1 
se aplaude llorando.» En el seno de una naturaleza rica e 
imponente, la isla de Francia, se desarrolla esa sencilia 
i feliz creacina en que se descubren los sentimientos deli- 
cados del idilio junto con el dolor de la elejía mas tierna 1 
desgarradora. Ese libro, publicado la víspera de la revo- 
lucion de 1789, produjo una impresion inmensa en los mis- 
mos espíritus que comenzaban u« sentirse ajitados por las 
pasiones mas violentas i ardorosas. La descripcion de la 
naturaleza tropical es admirada todavía como el titalo 
prMcijal del escrito artista que segun la espresion de la 
crítica moderna, sabia pintar con la pluma, 

31.—La verdadera literatura de la revolucion está en la 
tribuna. A la elocuencia de los grandes oradores de esa 
época podria reprochársele talvez el defecto de ser dema- 
siado literaria. Las teorías de Montesquieu i de Rousseau 
encontraron entónces en las asambleas revolucionarias ar- 
dientes sostenedores, entre los cuales dominan Mirabeau 
con toda la superioridad del jenio, i Vergniaud por la tran-. 
quilidad de espíritu i la pureza del lenguaje, cualquiera 
que sea la exaltacion de la pasion que lo anima. Es menes- 
ter buscar en la historia de esas asambleas la elocuencia 
de esos oradores, que sacaban de la lucha i de la contradic- 
cion la mejor parte de sn poder. Sus discursos, considera- 
dos aisladamente, pierden mucho de su valor. Por el efec- 
to local, ellos han igualado i a veces sobrepujado a los 
oradores de la untigiedad; pero no siempre tuvieron el ar- 
te de fijar en el estilo toda la pasion que los ajitaba. Para 
apreciar debidamente sus talentos oratorios, es menester 


410 ELEMENTOS DE LITERATURA. . 
estudiarlos en la historia misma, frente a frente de las cir- 
cunstancias que los hacian hablar i obrar. 

Durante todo el siglo XVIII, la literatura forma una 
gran corriente que arrastra los espíritus a las innovaciones 
politicas, Llegada la época de la revolucion, parcce recon- 
centrarse en el recinto de esas asambleas; pero cun escep- 
cion de los tres o cuatro años mas tempestuosos, el domi- 
nio de la literatura no queda enteramente estéril. Las 
letras buscaron un asilo léjos de las lorrascas revoluciona- 
rias, 1 volvieron a brillar de nuevo en el teatro, en el cam- 
po de la poesía, en la crítica razonada i en la propagacion 

e las ciencias; pero en jeneral respetaron las tradiciones 
del pasado, de manera que la literatura carecia de un sello 
de verdadera orijinalidad, i parecia no haber recibido el 
movimiento que la revolucion habia impreso a todos los 
elementos sociales, 

La política de Napoleon durante el consulado i el impe- 
rio, aunque mui favorable y las ciencias ia todas las apli- 
caciones prácticas de la intelijencia, fué contraria a la 
literatura propiamente dicha, El despotismo imperial no 
admitia las libres especulaciones del jenio, de manera que 
apesar de los halagos ¡ de las promesas del poder, casi to- 
dos los escritores, i en particular los de verdadero talgato, 
les fueron decididamente hostiles. La literatura del im- 
perio no fué mas que el ensayo de un arte, de un pasa- 
tiempo intelectual, sin accion i sin poder en la sociedad. 
Esta época no debia ser estéril en literatura; pero el mo- 
vimiento literario estaba, por decirlo así, fuera del impe- 
rio, i vivia en el estranjero o en el destierro, 

32.—En efecto, léjos de la Francia vivian los escritores 
que debian imprimir a la literatura un carácter de verda- 
“dera orijinalidad, Chateaubriaud i Madama de Staél, El 
primero A prosa, cultivo an la vez 
muchos jéneros sin ser en ninguno de ellos vigorosamente 
superior 1 orijinal; pero por su talento descriptivo, por su 
estilo lleno de colorido i por sus tendencias políticas 1 8o- 
ciales ejerció una grande influencia sobre su siglo. Cha- 
teaubriand, aprovechando el cansancio jeneral que la 
revolucion habia producido, el horror que inspiraba la san- 
gre vertida en el cadalso i en los campos de batalla, i el 
vacío que dejaba en los espíritus la supresion del senti- 








] 
HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 411 


miento relijioso, contrajo sus fuerzas a combatir el escep- 
ticismo del siglo XVITI; 1 sus numerosos libros, fruto 
todos ellos de un verdadero talento, ejercieron una influen- 
cia poderosa sobre los corazones, que ya estaban prepa-, 
rados para dejarse dominar. 

Madama de Staél (1756-1817), dotada de un talento 
notable para la observacion moral i de un arte lleno «de elo- 
cuencia, contrajo sus fuerzas, no a combatir las tendencias 
liberales sino a dirijirlas eu un sentido razonable. Cultivó 
la novela con verdadero gusto, estudió las pasiones con 
elevacion filosótica, desarrolló de lei del progreso "en el 
estudio de las literaturas, i enseñó a los franceses que en 
las naciunes del norte, en Alemania sobre todo, habia un 
verdadero jénio literario, , 

Esos dos graudes escritores imprimieron un impulso 
vigoroso a la literatura, apartaudo los espíritus de los 
senderos trillados, El primero enseñó a los poetas; la segun- 
da au los prosadores. Los filósofos, los historiadores, los 
poetas i los naturalistas fueron a buscar en el mundo 
moral un campo de estudio i de meditacion. La literatura 
buscó en los siglos pasados un campo de inspiracion; i los 
estudios históricos renacieron con un ardor inconcebible i 
con un espíritu de crítica juiciosa casi desconocido, 

En breve se manifestaron entre los jóvenes, i bajo la 
direccion de un jefe poderoso por el talento, Víctor Hugo, 
nuevas tendencias literarias. Desde el renacimiento, i 8o- 
bre todo desde el siglo XVIT, las obras maestras de las 
literaturas+antiguas eran la ánica regla del gusto. En los 
escritos de Madama Stuél se descubre ya una tendencia 
en busca de otro ideal, o a lo ménos se manifiesta que las 
literaturas del norte habian alcanzado a la belleza con 
otros modelos que los que nos han legado las literaturas 
clásicas. Pero la revolucion no fué llevada a cabo sino 
mas adelante. De repente, muchos escritores de un talento 
incontestable, protestaron contra aquella regla inflexible i 
absoluta que condenaba para siempre el jenio a moverse en 
un círculo mui estrecho, i oponia al progreso una barrera 
insubsanable, Esta revolucion iniciada en 1822, recibió el 
nombre de romanticismo, denominacion vaga para ideas 
mal definidas. En 1827, Víctor Hugo lanzó el manifiesto 
del partido en el prefacio de uno de su dramas, titulado 


4192 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Cromwell.Ese manifiesto era la declaracion de guerra con- 
tra todas las reglas convencionales del urte: la nueva escue- 
la no buscaba preceptos definidos ni modelos irreprocha- 
bles; queria solo que las reglas naciesen de la naturaleza 
de cada asunto i como las condiciones de su existencia. 

La escuela romántica tuvo sectarios ardorosos en Fran- 
cia. Las literaturas alemana e inglesa, que tambien habian 
tenido sus románticos, en el sentido que se dió a esta es- 
presion, ejercieron una vigorosa influencia. Pero el roman- 
ticismo.frances se dejó llevar, en el teatro sobre todo, a 
las mayores estravagancias Las pasiones mas fuertes 1 
desordenadas, los contrastes mas vivlentos, los caractéres 
mas exajerados, fueron exhibidos en la escena. La lucha 
entre la escuela clásica que reconocia por jefe a Boileau, 
i la romántica o moderna, fué tenaz i encarnizada, pero no 
duró largo tiempo. «En resúmen, decia el mismo Victor 
Hugo algunos años mas tarde en el prefacio de otro dra- 
ma, el romanticismo a pesar de sus exajeraciones, prestó 
al arte el eminente servicio de acabar. por el ridículo con 
toda regla arbitraria, Hoi dia, esas miserables palabras 
de clásico 1 de romántico que sirvieron durante la lucha, 
no son mas que un recuerdo: el arte solo ha quedado.» En 
efecto, la literatura ha buscado un camino mas seguro en 
el realismo, imitacion de la vida real, sin las exajeraciones 
del romanticismo, sin la frialdad pálida de la imitacion 
clásica. 

Durante esta lucha i despues de ella, casi todos los jéne- 
ros en verso i prosa han sido honrosamente representados 
en Francia en el siglo XIX, i algunos de ellos con gran 
brillo. Es verdad que la poesía épica se puede considerar 
casi muerta; pero en cambio han nacido o se han desarrolla- 
do otros jéneros que la reemplazan. Como no entra en el 
cuadro reducido que nos hemos trazado el analizar la lite- 
ratura de nuestro siglo, lo que nos llevaria demasiado léjos, 
nos vemos obligados a indicar solo algunos nombres de los 
escritores que han adquirido mayor fama. 

La poesía lírica ha encontrado sentimientos tiernos i 
apasionados a la vez que acentos armoniosos i casi podria 
decirse sublimes, si bien ha sufrido muchas veces la in- 
fluencia estranjera. Sus mas distinguidos representantes 
liau sido Alfonsu de Lamartine (1790-1869), Victor Hu- 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 413 


1 conmovedores. Juan Pedro Béranger (1780-1857) es con 
mucho el mas famoso de todos los poetas que la han usado 
como medio de censura de los gobiernos, de las costumbres i 
de las preocupaciones. 

El teatro no ha producido trajedias que posean la gran- 
diosidad que Corneille i Racine supieron darles, ni come- 
dias comparables aun a los cuadros secundarios de Moliére; 
pero en su lugar ha nacido el drama, ese jénero misto que 
reune en sí aquellas dos especies. Con inclinaciones i con 
gusto diferentes, se han ilustrado en este arte Víctor Hugo, 
Alejandro Dumas (1803-1870), Casimiro” Delavigne 
(1793-1843) T Enjenio Scribe (1791-1861). 

Pero si en la poesía es preciso reconocer que el jenio 
frances no ha desplegado en el siglo X1X una superioridad 
incontestable sobre los otros siglos, en la prosa, i sobre to- 
do en los jéneros que mas necesitan del raciocinio i del es- 
tudio, su literatura dejará huellas indelebles en la historia 
de los progresos del espíritu humano. 

Jamas la historia ha sido mas jeneralmente cultivada 
en Francia, ni con mas ardor, ni comprendida con mas in- 
telijencia, ni escrita con mas interes. La historia no es ya, 
como lo fué ordinariamente en otros siglos, la narración de 
los hechos, falseados con frecuencia no solo en su espíritu, 
sino materialmente, ni tampoco una reproduccion mas o 
ménos servil de los historiadores anteriores, Se distin gue 
por una crítica ilustrada, compulsa los hechos en las me- 
morias, en las crónicas, en los documentos, en las medallas, 
en los monumentos, en las ruinas, en fin, en todoo que 
nos queda de las edades pasadas, i ha llegado a ser no solo 
verídica sino tambien literaria. Las instituciones, los pro- 

esos políticos, la lejislacion, las costumbres, las ideas, 

os trajes, las ciencias, las artes, las letras, todo entra en ' 
el dominio de la historia, de tal modo que el cuadro de los 
siglos pasados es ahors tan completo como instructivo e 
interesaute, En este movimiento en que han tomado parte 


414 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


casi todas las naciones modernas, la Francia'ocupa el pri- 
mer lugar; i entre los numerosos escritores que le han im- 
preso un vigoroso impulso, descuellan Francisco Guizot 
(1787-1874), Ape e 10991), Bismondi 
(1773-1842), Jurio Miokelet_(17 8-1873), Guillermo Ba: 
rante (1782-1868), Augusto Mignet (1796) i Adolfo Thiers 
(1797-1877). o 

La jeografía, que ha sido llamada con mucha oportuai- 
dad uno de los ojos de la historia, estiende tambien sus do- 
minios como consecuencia de numerosos viajes en que se 
estudian no solo la naturaleza de los paises lejanos, sino 
tambien sus monumentos, sus antigiiedades i su historia. 

La crítica literaria ocupa un puesto mui elevado en los 
trabajos modernos. Se distingue por el injenio, por la cien- 
cia i sobre todo por las formas cuidadas i cultas que se le 
han dado. Juzga jeneralmente con imparcialidad 1 con ta- 
lento; colocándose bajo el punto de vista del autor, toman- 
do en consideracion el tiempo en que vivió ¡ apreciando sus 
obras en conjunto, ántes «dle analizar minuciosamente los 
detalles. Abel Francisco Villemain (1790-1870), Guataxo 
Planche (1808-1856), Agustin Suinte-Beuve (1804-1869), 
son los mas altos representantes de la crítica moderna, que 
cuenta con tantos escritores famosos a su servicio, 

La novela tiene tambien en el siglo XIX un lugar mui 
importante. Ha querido sobre todo reflejar las costumbres 
contemporáneas, estudiar la vida íntima, propagar las re- 
formas sociales i popularizar principios abstractos. Pero en 
el torbellino de novelistas de nuestra época, ¿cuántos con- 
seguirán legar su nombre a la posteridad? 

Las ciencias morales i políticas, así como los grandes 
estudios de erudicion en filolojía i antigúedades históricas 
1 literarias, ocupan un lugar mui importante entre los tra- 
bajos del siglo XIX; pero su análisis no entra, por mas de 
un motivo, en el reducido cuadro de la historia literaria 
que nos hemos trazado, Antes de terminar esta reseña, de- 
bemos, sin embargo, indicar como una de las faces del mo- 
vimiento literario de la época contemporánea en Francia, 
la vulgarizacion de las ciencias exactas i naturales por me- 
dio de obras escritas con gran claridad, con una elegancia 
sostenida i con un notable arte literario, 








CAPITULO V. 


Literatura portuguesa. 


1. Poesía portuguesa en el siglo XVI.—2. Camoens.— 3. Los prosadores- 
Juan de Barros.—4, Conclusion. 


1.—La literatura portuguesa es la ménos rica de las que 
poseen las naciones occidentales de Europa. Cuenta, es ver- 
dad, un crecido número «dle escritores, pero solo algunos de 
ellos han dejado obras maestras, i mui pocos son los que har: 
ejercido influencia sobre las otras literaturas o que a lo mé- 
nos han alcanzado que sus obras sean conocidas fuera de los 
límites del Portugal. Por otra parte, la semejanza de la len- 
gua portuguesa con la lengua castellana, ha hecho que se 
considere muchas veces a aquella literatura comio una sim- 
ple derivacion de la literatura española. Muchos escritores 
portugueses que escribian indiferentemente en las dos len- 
guas, han contribuido a dar consistencia a esta opinion. 

La verdadera edad de oro de la literatura portuguesa es 
el siglo XVI, i comienza en el reinado de don Manuel. El 
jenio nacional exaltado con la gloria de las navegaciones le- 
janas ide las conquistas en la India, ostenta todo su vigor 
en la poesía i en la prosa. Las primeras producciones fueron,, 
sin embargo, pastorales llenas de sentimiento i de anima” 
cion, en que los personajes, pastores i pescadores, cuentas 
sus aventuras con notable naturalidad. Lernardino Ribeiro, 
jentilhombre de la Cámara del rei, pasa por eHiniciador de 
este jénero en Portugal, i ha dejado, junto con una novela 
en prosa, algunas églogas en que se complace en describir 
sin cesar la lenta desesperacion de un amor desgraciado. 
Muchos otros poetas cultivaron despues de él este mismo jé- 
nero de poesía con grande aplauso de sus cuntemporáneos. 


3 


416 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Luego nacieron otros jéneros, la oda heróica, el cántico 


místico i la elejía. Francisco Saa de Miranda (1493 —1558), 


caballero de alta alcuriiai de grande erudicion, que escribia 
con la misma facilidad el portugues que el castellano, esti- 
muló a los poetas al estudio de la antigijedad clásica, enri- 
queció considerablemente la lengya con nuevos metros ¡ nue- 
vos jiros e imitó algunas comedias de Plauto 1 de Terencio. 

eira (1528—1569), pasó por el lejislador del 
parnaso lusitano i es denominado el Horacio portugues. En- 
tre otras muchas obras, en que se notan nuevas formas in- 
troducidas en el lenguaje, es autor de una pieza dramática, 
Ines de Castro, que es considerada una de las mas antiguas 
trajedias regulares de los tiempos modernos. Esta obra ha 
tenido el honor de ser traducida dos veces al frances. Por lo 
demas, el teatro tuvo en Portugal el mismo oríjen que en 
España, -i sus primeros ensayos se confunden con frecuen- 
cia. Bastaria citar el nombre del portugues Jil Vicente, que 
fué, como hemos visto en otra parte, uno de los creadores 
del teatro español. 

2.—Pero, al lado de estas obras, i desde mediados del si- 
glo XVI, la musa portuguesa comenzó a inspirarse en el 
renombre de las grandes hazañas de la época. memora- 
bles espediciones a la India, las victorias i las conquistas 
alcanzadas en Africa i en el oriente, fueron el objeto de nu- 
merosas epopeyas en que el patriotismo mas ardiente, i mu- 
chas veces una rica imajinacion, produjeron cantos dignos 
del poema épico en toda su grandeza i magnificencia. Todas 
esas obras, siz embargo, son pálidas al lado de la epopeya 
inmortal de Camoens, que basta para dar lustre a la poesía ' 
portuguesa. 

Luis de Camoens, vástago de una familia ilustre pero p 
bre, nació en Lisboa en 1524. En la célebre Universidad 
de Coimbra hizo sus estudios i se aficionó particularmente a 
la historia ¡ a la mitolojía. El resto de su vida fué un tejido 
constante de aventuras i de miserias que sus biógrafos no 
han podido conocer perfectamente. Habiendo contraido una 
pasion violenta por una dama principal de la corte, sacrificó 
a ella su porvenir, ise hizo poeta para cantar sus amores, 
Para mejorar su fortuna, o talvez para olvidar esa pasion, 
se enroló como voluntario en una espedicion que partia para 
Marruecos. En el sitio de Ceuta perdió un ojo de un balazo; 


a 


“HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 417 


¡ cuando creia que sú heroismo le mereceria alguna recom- 
pensa, se vió olvidado, i se lanzó en busca de nuevas aven- 
turas en las Indias. Camoens desplegó en todas partes un 
valor indomable 1 nn talento superior; pero sus servicios na 
fueron mejor atendidos. Al fin, lanzó una sátira violenta 
contra la administracion de las colonias portuguesas, i en- 
tonces se le mandó a Macao con un destino, pero en realidad 
para alejarlo de la India. Nuevas desgracias le esperaban 
todavía: acusósele de malversacion de los fondos confiados a 
su cuidado; 1 solo despues de un largo proceso pudo probar 
su honradez. Camoens volvió al fin a Lisboa, i allí publicó 
el poema que lo ha hecho inmortal (1572). Esta obra no 
mejoró, sin embargo, su situacion; i siete años despues el 
gran poeta moria oscuramente en un hospital. Este hombre 
lustre, al cual se elevaron monumentos despues de su muer- 
te, porque habia compuesto una obra imperecedera, vivió 
durante los últimos años con el producto de las limosnas que 
un negro esclavo, que habia llevado de la India, recojia de - 
noche en las calles de Lisboa. | 

Tres piezas teatrales, numerosos sonetos, églogas, odas i 
sátiras han llegado hasta nosotros con el nombre de Ca- 
moens; pero esas obras, que indudablemente tienen cierto 
mérito, no son Jas que le han conquistado el gran renombre 
de poeta. Su gloria ertá basada en el poema titulado Los. 
Lusiadas, o descendientes de Luso, hermano de Baco, que 
segun una tradicion fabulosa, se estableció en la rejion occi- 
dental de la península ibérica, i le dió el nombre de Lusita- 
nia con que en otro tiempo fué conocido el Portugal. 

El asunto de ese poema es el descubrimiento de la India 
por Va co de Gama; pero cantando esta espedicion memora- 
ble, Camoens ha introducido en su obra los cuadros mas 
brillante ', los recuerdos mas populares de toda la historia ' 
nacional. El poema se abre por la pintura de la escuadra 

rtuguesa que navega en las costas orientales del Africa, 
Los dioses se reunen en el Olimpo, porque saben que del 
éxito de esta empresa depende la suerte del mundo oriental. 
Júpiter declara que los portugueses lograrán su intento, i 

ue los decretos del destino les prometen un nuevo imperio. 
Baco combate la resolucion del rei de los dioses; pero Vénus 
i Marte se declaran en favor de los lusitanos, i envían a- 
Mercurio a la tierra para que les sirva de guia, i los lleve a 








418 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Mozambique. Baco, bajo las apariencias de un viejo, auble- 
va el fanatismo relijioso de los musulmanes que habitan 
aquella rejion. Allí se empeñia una batalla; pero los infieles 
son derrotados, i la escuadra victoriosa coutinúa su marcha 
bajo la direccion de un piloto moro, el cual aconseja a los 
portugueses que se dirijan a Quiloa. Todo estaba preparado 
para su ruina en aquel lugar, pero la proteccion de Vénus 
los salva de to.los los peligros. Al fin llegan a Melinde, 
donde son recibidos por el rei del pais con una obsequiosa 
hospitalidad. La admiracion que nace en el pecho del jefe 
árabe, prepara al lector para un episodio que ocupa la ma- 
yor parte del poema, i en que se encuentran los pasajes mas 
acabados i grandiosos. 

Gama cuenta al rei la historia de Portugal, las hazañas 
de sus liijos en las guerras contra los árabes dominaidores de 
la peninsula ibérica, sus conquistas en Africa, sus espedi- 
ciones lejanas, i por último su viaje a la India. £n esta re- 
lacion, sembrada como debe suponerse, de episodios subal- 
ternos, Camoens se ha alzado a la altura de los mas grandes 
poetas épicos. La figura de Gama desaparece, es verdad; pero 
en su lugar se levantan otras no ménos grandiosas e intere- 
santes. Dos de esos pasajes son especialmente celebrados: la 
muerte de Ines de Castro, esposa del infante don Pedro, 
mandada asesinar por el rei don Alfonso, padre del prínci- 
pe; i la aparicion del jigante Adamastor, personificacion del 
cabo de lus Tormentas o de Buena Esperanza, que trata en 
vano de impedir a los portugueses el paso para los mares de 
lá India. 

La narracion de esta historia impresiona al rei de Melin- 
de. Lleno de admiracion por ese pueblo valeroso, da a Gama 
un piloto fiel que dirije sus naves hácia la India. Nuevos 
episodios se entrelazan otra vez con la accion principal. 
Acaece una tempestad descrita con un colorido digno de 
Virjilio; los portugueses hacen votos a Jesucristo para que 
los libre de este nuevo peligro; i Vénus se presenta para 
tranquilizar las olas. Al fin, los navegantes llegan a Calicut, 
con cuyo rei celebran alianza ántes de volver a Europa a 
anunciar el resultado de su viaje. Para recompensar el valor 
de estos héroes, Vénus los atrae a una isla encantada, que 
pueblan bellísimas ninfas, representantes de todas las nobles 
virtudes. En la cima de una montaña, en un palacio de ero 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MUDERNOS. 419 


a de cristal, Tétis le anuncia el porvenir glorinso que le está 
«deparado al Portugal. Asf, bajo la forma de profecía, el 
poeta pasa en revista las hazañas i las conquistas posteriores 
de sus compatriotas. El pocma se termina con la vuelta de 
los portugueses a Lishoa, 

«No se puede negar, dice Sismondi, que el asunto elejide 
por Camoens es grande i verdaderamente heróico. Es ver- 
dad que en la epopeya portuguesa, el héroe es un pueblo 1 
no nn hombre; pero no solamente es brillante la empresa 
sino que sus resultados tienen tambien una importancia que 
se refleja en todo el plan ile da el interés i la vida. Es el 
descubrimiento del paso a las Indias, la comunicacion esta- 
blecida entre los paises de la nueva i de la antigua civiliza- 
<ion, en fin, el acrecentamiento ilimitado del poder europeo. 
Hai allí un contraste verdaderamente épico entre las costum- 
bres del oriente i las del occidente; 1 si este contraste no 
aparece siempre con bastante fuerza, suministra, sin embar- 
go, numerosas bellezas para justificar la admiracion.» 

Se hia criticado con frecuencia a Camoens la parte mara- 
villosa de su poema por la intervencion simultánea del cris- 
tianismo i de la mitolojía griega. Aunque este defecto sea 
hasta cierto punto justificable, atendida la época en que es- 
<ribió el poeta, i tomando en cuenta que las divinidades pa- 
ganas son para él personificaciones alegóricas mus bien que 
seres reales, es evidente, con todo, que habria sido mas in- 
teresante poner en escena las divinidades de la India com- 
batiendo resueltamente a los portugueses, i dejándose al fin 
vencer por ellos. 

Pero si el poema de Camoens adolece de este defecto, si 
en realidad no hai en él una verdadera unidad de accion, la 
grandiosidad en el conjunto i la esmerada belleza en los de- 
talles, indemnizan de sobra esos defectos. Su versificacion, 
formada por estrofas de ocho versos endecasilabos, se adapta 
bien a todos los tonos, ¡es alternativamente graciosa, enér- 
Jica, tierna i apasionada, pero siempre noble en la espresion 
i orijinal en las ideas. Su patriotismo lo arrastra con fre- 
<uencia a rasgos de un grande orgullo nacional; pero debe 
tomarse en cuenta que Camoens escribia en un tiempo en 
que los portugueses ejecutaban hazañas verdaderamente por- 
dentosas. 

3.—La prosa no se ostentó con ménos exhuberancia que 


420 ELEMENTOS DE LITERATURA. . 

la poesía durante el siglo de oro de la literatura portuguesa. 
Numerosas novelas de caballerías, historias prolijas e inte- 
resantes, animadas relaciones de viajes, fueron las obras que 
mas abundaron en esa época. El jenio nacional, exitado por 
tantas glorias, se manifestó en la prosa con cierto vanidoso 
patriotismo, es verdad, pero tambien con un talento muchas 
veces superior. 

Durante algun tiempo se ha creido que las mas famosas 
novelas caballerescas eran de oríjen portugues, tan grande 
era la pasion de este pueblo por ese jénero de literatura; pe- 
ro despues se ha probado que muchas de: las obras que 
parecian orijinales son simples traducciones, mas o ménos 
modificadas. Sin embargo, es todavía mui considerable el 
caudal que queda como propiedad esclusiva de los portu- 

eses, 


- - En ellas se ejercitó un célebre escritor que se ha conquis- 
"tado una gran fama como historiador. Juan de Barros, na- 


cido en Viceo en 1496 i muerto en 1570, fué paje en la 
corte del rei don Manuel, gobernador de los establecimientos 
portugueses de Guinea i despues tesorero jeneral de las co- 
onias. Dotado de una vasta erudicion, Barros escribió en 
su juventud una novela de caballerías titulada Clarimundo, 
mas notable por el estilo qne por la invencion i el interes, 
Mas tarde, aprovechándose de las ventajas que le ofrecia su 
destino para consultar los documentos oficiales, pasó curca 
de cuarenta años consagrado al estudio de la historia nacio- 
nal, i particularmente al de las conquistas de los po: tugue- 
ses en el oriente. Su plan era sin duda mui vasto, pero no 
alcanzó a escribir mas que una parte de la obra que medi- 
taba. Sus Décadas de Asia son la historia de los descubri- 
raientos i conquistas de los portugueses en la India, escrita 
con gran exaltacion patriótica, pero con un espíritu de rec- 
titud i justicia que lo lieva hasta* referirlo todo con verdad, 
i a condenar lo que considera malo, aúnque se trate de Gama 
o de cualquiera de los prohombres de esas campañas. Jin esa 
historia se descubre una investigacion prolija de hechos, 
i un gran cuidado para dar a conocer la jeografía, las ccs- 
tumbres e instituciones de los diversos pueblos, así como el 
carácter moral de fos personajes. Barros es denominado por 
sus compatriotas el Tito Livio portugues; i en efecto, ha 
imitado con habilidad al historiador latino, introduciendo 











Í 


HISTORIA LITERARIA.—TIÉMPOS MODERNOS. 421 


en su libro las arengas i los retratos que se encuentran en 
los escritores antiguos, Su estilo, ademas, es elegante ¡ puro 
i contribuyó a fijar la lengua, de la cual Barros compuss 
una gramática, que hasta ahora goza de crédito. 

Muchos otros historiadores continuaron la obra de Barros, 
o escribieron sobre otros sucesos. Aquí solo recordaremos el 
nombre de un célebre viajero, Fernando Mendez Pinto, que 
despues de haber recorrido la India, la Etiopía, Ja Arabia 
Feliz, la China, la Tartaria i la mayor parte del archipiéla- 
go oriental, de haber sido trece veces cautivo i vendido vein- 
tisiete como esclavo, escribió sus aventuras con una natura- 
lidad i con una orijinalidad de espresion que han hecho que 
se le considere clásico. Las esploraciones recientes en los 
paises que visitó Mendez Pinto, han probado que no eran 
invenciones de un espíritu caballeresco las noticias que du- 
rante mucho tiempo despertaron la desconfianza de los crí- 
ticos, 

4.— Despues de esa época comienza para la literatura 
portuguesa una éra de visible decadencia. La conquista del 
reino por Felipe 11 de España, fué la señal de ese decai- 
miento que se continuó durante cerca de dos siglos, a pesar 
de los esfuerzos de algunos talentos privilejiados. Las ideas 
de la escuela clásica francesa penetraron allí desde principios 
del siglo XVIII, pero la revolucion literaria fué tardía e 
incompleta. No han faltado, es verdad, predicadores nota- 
bles, poetas de cierta distincion, historiadores prolijos i aun 
elegantes, i eruditos ilustres; pero faltaron esos jénios que 
imprimen un carácter nuevo a las literaturas o que hacen 
sentir una vigorosa influencia. 

Es menester llegar al siglo XIX para encontrar el prin- 
cipio de una verdadera revolucion literaria en el Portugal. 
En ella han tomado parte algunos anticuarios mui eruditos 
i varios publicistas; pero no es éste el Ingar de ocuparse de 
sus Obras. Debemos sí mencionar a Francisco Manuel del 


a “Nacimiento (1734—1819) que despues de haber estudiado 


prolijamente las literaturas estranjeras, cultivó la poesía lí- 
rica con raro talento, tradujo con admirable felicidad las fá- 
bulas de La Fontaine, i puso en verso. Los Múrtires de 
Chateaubriand; al padre José Agustin de Macedo, que ha 
cultivado con buen éxito casi todos los jéneros de poesía ¡ 
que es el autor de un poema titulado El Oriente, sobre el 


49292 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


mismo asunto de Los Lusiadas, que los críticos portugueses 
consideran apasionadamente como la primera epopeya de 
muestro siglo; i por último, Alejandro Herculano (1810) 
autor de varias obras, i entre otras de una oria del Por- 
tugal, incompleta todavía, escrita bajo el punto de vista f- 
dosófico ¡ elevado en que se colocan los mas eminentes maes- 


tros de nuestra época en el arte de investigar i de escribir 
a historia. 


DIA MA , Lat Liz ct La ie La . 
CAPÍTULO Vl. 


Literatura inglesa. 


1. El renacimiento en Inglaterra.—-2. Prosadorers: More, Burton i Ra- 
leigh. —3. Bacon.—4, La poesia; el teatro.—5. Shakspeare.—6. Milton. 
—7. Butler i Dryden.—8 Hobbes i Locke.—9. Poetas del siglo XVIII; 
Pope.—10. Young i Thompson. —11. Los Ansayistas; Addison i Blair.— 
12. Lo3 noveli.tas; Swift i De Foe.—13, Otros novelistas; Richardson.— 
14. Los historiadores; Hume, Robertson i Gibbon —15, Otros prosado- 
res.—16. Siglo XIX; Walter Scott i Byrun.—17. Conclasiun. 


1.—El renacimiento penetró en Inglaterra despue3 de 
haber revolucionado los espíritus en Ttalia 1 en Francia. 
Oprimida por el despotismo bajo el reinado de lus primeros 
Tudores, salvada apénas de los horrores de una sangrienta 
guerra civil, ajitada por las violentas discordias relijiosas, 
aquella nacion produjo en los principios del siglo XVI al- 
gunos poetas de escaso mérito, controversistas en materias teo- 
lójicas, cronistas minuciosos i prolijos; pero bajo el punto de 
vista literario, talvez no se podria citar otro escritor «le ver- 
dadero fondo que Tomas More, de quien hablaremos mas ade- 
lante. En la segunda mitad de ese siglo, bajo el reinado de Isa- 
bel, la literatura inglesa lega casi súbitamente a un alto grado 
de esplendor. El estudio de lus obras de la antigiiedad clá- 
sica propagadas por la imprenta, la mayor libertad concedi- 
da a sus súbditos por esa reina, el espectáculo de la grandeza 
naciente de la patria, el orgullo de las victorias 1 de las gran- 
des empresas realizadas, despiertan súbitamente el jénio na- 
cional i producen las obras mas orijinales, si no Jas mas per- 
fectas de la literatura inglesa. 

La reina Isabel, por la proteccion jenerosa que dispensó 
a las letras, ha merecido dar su nombre a la éra literaria que 
se abre con el renacimiento ise termina con la revolucion 
inglesa, comprendiendo, como es fácil ver, a escritores que 


a + 


apo Anal 





494 ELEMENTOS DE LITERATURA, 
brillaron ántes i despues de su reinado. Dotada de un ver- 
dadero talento natural, la reina sabia el griego i el latin i, 
segun se dice, ella misma cultivaba la poesía; pero <u verda- 
dero mérito no se debe buscar sino en la direccion que dió a 
los espíritus. En efecto, el estudio de las bellas letras fué, en 
cierto modo, considerado como un requisito indispensable 
de todo hombre de corte, i todas las fiestas de palacio tuvie- 
ron alguna manifestacion literaria. Esto mismo fué causa 
de que la literatura de esa éra, a lo ménos en su principio, 
estuviera casi completamente circunscrita a la alta aristo- 
cracia. 

2.—8i se quisieran resumir los caractéres jenerales de los 
escritores de este período, i particularmente de los prosado- 
res, se reconocería que lo que domina en ellos es la libertad 
de composicion reunida a cierto amor por la antigiledad. 
Allí no se encuentran ni escuelas ni jéneros determinados. 
Muchos poetas escriben en prosa, i muchos prosadores hacen 
versos. Los mismos hombres se ejercitan en los asuntos mas 
variados i en apariencia los mas opuestos; pero todos o a lo 
ménos muchos de ellos dan a sus obras un sello de verdade- 
ra orijinalidad. Vamos a pasarlos en rápida revista, seña- 


o lando solo los mas notables. 


Tomas More, mas conocido con el nombre latino de Mo- 
rus (1480—1535), fué gran canciller de Inglaterra bajo el 
tiránico reinado de Enrique VIII, desplegó en el poder una 
honradez i una firmeza que le valieron una injusta persecu- 
cion de parte del monarca, i por último, el ser decapitado. 
De sus numerosas obras, escritas en su mayor parte en latin, 
solo una es verdaderamente memorable: la Utopia, palabra 
formada de dos voces griegas que significan ninguna parte. 
El autor refiere un viaje a una isla imajinaria de ese nom- 
bre, donde se encuentra establecido un gobierno democrático . 
perfecto i una sociedad completamente feliz. Allí viven to- 
dos los hombres contentos, sin conocer la propiedad, en una 
apacible comunidad de bienes ¡ ar *ntereses, consagrados al 
trabajo i rodeados de comodidades, ¡uro con modestia, por- 
que el lujo está espresamente prohibiay nor la lei. Su plan 

e gobierno ideal está desarrollado en todos sus detalles; 
pero si More es poderoso en la crítica de lo que existia, es 
mui inferior en la invencion del órden de cozas que quiere 
sustituir, A pesar de este defecto, la obra de More obtuvo 





HISTORIA LITERARI[A.—TIEMPOS MODERNOS. 495 


gran boga a la época de su publicacion iaun ahora se lee 
con agrado. Ella llamaba la atencion de los espíritus pensa- 
dores hácia la necesidad de acometer una reforma radical 
en la organizacion de las sociedades. La palabra utopia ha 
pásado a significar en las lenguas modernas un estado de 
cosas perfecto, pero ideal e irrealizable i que no se encuen- 
tra en ninguna parte. 

More escribió eu obra en latin, ei bien “circuló en breve 
traducida al ingles. Esta lengua, por otra parte, adquiria 
cada dia mas vigor, i se adaptaba. a todo jénero de obras. 
Un caballero noble pcr su nacimiento i distinguido por su 
cultura, Esipo-Sidney (1554-1586) introdujo en Inglate- 
rra la novela pastoral, a imitacion de las obras italianas i 
españolas de esta clase, ¡en ellas mezcló el verso i la prosa, 
con gran aplauso de sua contemporáneos. Otro escritor de 
una inmensa erudicion, Roberto Burton (1576-1639), lla- 
mado el Montaigne ingles, compuso un libro orijinalísimo 
con el título de Anatomía de la melancolia, en que analiza 
las diferentes clases de melancolía, i presenta una increl- 
ble cantidad de citaciones singulares de los clásicos antiguos 
i de los escritores latinos modernos, con una reunion de crí- 
tica delicada, de sencillez, de razon i de credulidad, que lo 
lleva hasta admitir la astrolojía judiciaria. «En este cuadro 
suministrado por la edad media, dice M. Taine, Burton, co- 
mo hombre del renacimiento, lo amasa todo, la pintura li- 
teraria de las pasiones i la descripcion médica de la enajena- 
cion mental, los detalles de hospital con las sátiras de las 
necedades humanas, los documentos fisiolójicos al lado de las 
confidencias personales, las recetas de boticario con los con- 
sejos morales, las observaciones¡sobre el amercon la historia 
de una enfermedad.» De este conjunto raro, resulta, sin 


embargo, un fondo singular de pensamientos orijinales i es- - 


timables, que muchos escritores posteriores han esplotado 
con ventaja. 

Contemporáneo suyo fué el caballero Walter Raleigh 
(1552-1618), tan famoso por su espíritu emprendedor, por 
gus campañas militares contra los españoles, por sus descu- 
brimientos i espediciones en el nuevo mundo, por.su carác- 
ter heróico i cortesano a la vez i por su fin trájico, pues mu- 
rió en el patíbulo bajo el reiwado de Jacobo 1, mas que por 
sus faltas, por debilidad del rei que queria aplacar así el 


Orbe. 


426 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


odio de la corte de España, cuyas posesiones Raleigh habia 
hostilizado crudamente. En medio de una vida Hena de aji- 
taciones, encontró tiempo para componer algunas poesías, i 
para comenzar una Historia del mundo, especie de historia 
universal, que dejó sin haber salido todavía-de los tiempos 
antiguos. En ella se encuentran muchas digresiones inútiles 
absurdas que la crítica no habia aun suprimido de la his- 

t¡oria, pero ze vé fácilmente que Raleigh ha creado en ese 
¿ibro el jénero i el estilo histórico que debia inspirar mas 
¡arde tan notables trabajos. «La historia de los griegos i de 
os romanos, dice Hallam, está contada allí dc una manera 
mas completa i mas exacta que lo que habia sido hasta en- 
tónces por ningun historiador ingles, i con una elocuéncia 
sencilla, que ha dado a este libro una reputacion clásica en 
nuestra lengua.» Su estilo ha envejecido poco, a pesar del 
tiempo; 1 en jeneral es ménos pedantesco que la mayor parte 
de sus contemporáneos, rara vez bajo i nunca afectado. 

3.—Pero el jénio verdaderamente profundo i grandioso 
de la literatura inglesa de este período, es Francisco Bacon, 
(1560—1626). Abogado en el consejo de la reir.a ) 
procurador jeneral de la corona, gran canciller de Inglate- 
rra, baron de Verulan i conde de Saint-Alban, Bacon, am- 
parado por su talento de primer órden i por poderosos pro- 
tectores, recorrió los mas altos puestos; pero no siempre sacó 
incólunes su honor i su delicadeza, Fué ingrato i hasta 
hostil con algunos de sus bienhechores, i en el ejercicio de 
sus altos cargos se dejó corromper por el cohecho. Su nom- 
bre como hombre público seria maldecido si Bacon no hu- 
biera operado en la filosofía i en la dirscólgn de la intelijen- 
cia en los estudios la mas importante i trascendental de las 
revoluciones, i 

Disgustado con los abusos del método silojistico de Aris- 
tóteles, que entónces se usaba en todas las escuelas, “i que mas 
que como un instrumento para llegar al descubrimiento de la 
verdad, servia solo para sostener i alargar discusiones ¡útiles 
i sin resultado práctico, Bacon creó para las ciencias uri mé- 
todo nuevo, el estudio de la naturaleza, la esperiencia fec'0D- 
dada por la induccion. Con este objeto, emprendió la ren 
vacion i la clasificacion de los conocimientos humanos; 


de su ubra proyectada con el título de Znstauratio magna * 


(la gran restauracion), no publicó mas que dos partes, que 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 427 


dan a conocer perfectamente su pensamiento, Una de ellas 
se titula De dignilatis et augmentis scientiarum (De la dig- 
nidad i aumento de las ciencias), i la otra Novum organum 
(El nuevo órgano). Bacon publicó muchas ohyas, i entre 
ellas algunas de historia; i aunque parece que las escribió 
todas en ingles, dió a luz las masimportantes en latin, como 
lo hacian casi todos los sabios i filósofos de su época, para 
que pudieran ser leidas en la Europa entera. Su estilo jene- 
ral se distingue por la elegancia, la vivacidad i la preci- 
sion. 

A pesar de los ataques dirijidosmuchas veces contra su 
gloria, Bacon es una alta i vasta intelijencia. Espíritu teórico 
i práctico a la vez, poseia esa percepcion ¡i ese golpe de vista 
del jénio, que sin conocer los detalles de las cosas, abraza 1 
domina el conjunto, juzga el pasado, comprende el presente 
idomina el porvenir. Sus juicios sobre la antigiíedad, la 
edad media, el estado de las ciencias en su época i sus pro- 
presos futuros, son los de un hombre superior a su tiempo i 

otado «del instinto profético. No ha contribuido al progreso 
de las ciencias con descubrimientos positivos, i aun su mé- 
todo no ha sido jeneralmente comprendido i vulgarizado sino 
en el siglo XVIII; pero ha indicado el camino en que la 
ciencia debia entrar para marchar a pasos de jigante. Es 
verdad que ántes de Bacon se habian hecho descubrimien- 
tos lan importantes como los de Copérnico por la aplicacion 
del método esperimental; es cierto también que algunos es- 
píritus pensadores habian protestado contra esa filosofía «e 
palabras i de silojismos que gastaba las intelijencias en dis- 
cusiones inútiles; pero erg, necesario formular este método 
para impedir que el espíritu moderno se estraviase bajo el 
poder aparente de la argumentacion que habia perdido a 
tantos filósofos; era preciso demustrar que de la observacion 
de los fenómenos del mundo físico debian salir las maravi- 
llas de Jas artes i de la industria, i que solo bajo esta condi- 
cion podia el hombre establecer su dominacion sobre la na- 
turaleza. 

Bacon desempeñó esta tarea con tal superioridad de jento 
que ha oscurecido a aquellos de sus predecesores i a sus con- 
temporáneos que se ocuparon en el mismo trabajo. Es cierto 
que se limitó a trazar el camino de las ciencias físicas, i que 
Descártes hizo medio siglo despues mas universal i completa 

6 





7 


428 ELEMENTOS DE LITERATURA. o 


esta gran revolucion, pero tambien es verdad que el filósofo 
ingles anunció al mundo moJerno el sendero de la ciencia i 
de la industria en su alianza indisoluble, «Los grandes pro- 
presos efectuados hasta ahora por la ciencia bajo el impulso 
el nuevo método, no gon, dice lord Macaulay, mas que al- 
gunos de sus frutos i de sus primeros frutos; pero ésta es 
una filosofía que no descansa nunca, que nunca llega a su 
destino i que nunca es perfecta. Su lei es la lei del progreso. 
Un punto que ayer era invisible, es hoi su término, i maña- 
na será su punto de partida.» 
4.—La poesía no se desarrolló con ménos vigor que la 
prosa en este período de la literatura inglesa. Se dice que 
a corte de Isabel tuvo mas de sesenta poetas. La mitolojía 
de la antigitedad clásica era el primer elemento de la poesía 
de esa época. Servia, no solo para embellecer los cantos, sino 
para hacer aparecer a los grandes personajes contemporáneos 
encubiertos con el velo i con el nombre de los dioses i semi- 
dioses. El mas famoso de los poetas de esta escuela es Ed- 


+ Fw y "mundo ncer (1553—1599), que gozó de una pension 


considerable que le pagaba la corona. Su obra principal es 
La reina de las hadas (The fairy queen), poema cahalleres- 
eo i alegórico en que el rei Arturo desempeñaba el principal 
papel. Spencer reune la alusion a la alegoría, i designa bajo 
nombres de convencion algunos de los personajes mas cono- 
cidos de su tiempo. Se admira sobre todo el lujo de las imá- 
jenes de su estilo ila melodía del ritmo de sus versos, cua- 
lidades ambas que le dan un alto puesto entre los poetas in- 
gleses. Su imajinacion no es ménos poderosa que las del 
Ariosto i del Tasso, a quienes imitaba; pero la alegoría con- 
tinuada sin cesar, hace ménos agradable la lectura de su 
obra, i sobre todo, ménos comprensible. 

La poesía de ese siglo encontró un campo mas vasto to- 
davía en el teatro. El drama habia nacido en Inglaterra 
como en el resto de la Europa, de las moralidades i miste- 
rios de la edad media. Representábanse los principales su- 
cesos del antiguo i del nuevo testamento, los milagros ope- 
rados por loé santos, el martirio sufrido por algunos de ellos. 
Desde el reinado de Enrique VIII, las representaciones ha- 
bian servido para propagar la reforma relijiosa i para ridi- 
culizar el catolicismo romano. Insensil .emente, el arte 3e 
jeneralizó i se perfeccionó. Los cómicos obtuvieron, al fin, 











HISTORIA LITERARIA. —TIÉMPOS MODERNOS, 429 


de la reina Isabel el permisp de establecer un teatro fijo en 
un antiguo convento de frailes. . ) 0. 

No podemos consignar aquí todas las visicitudes por que 
pasó el teatro ingles para llegar en pocos años al alto grado 
de esplendor a que alcanzó mas tarde en manos de Shaks- 
peare; pero debemos nombrar a uno de sus predecesores, ¡a _, , 
uno de sus contemporáneos, Cristóbal Marlowe (1562— *”“,' 
1593) que produjo mas de una vez los acentos mas elevados 
de la trajedia, i a Ben (Benjamin) Johnson (1574—-1637), 
poeta i actor como Shakspeare, el mas tlásico de los autores 
dramáticos de esta época, que ha compuesto trajedias roma- 
nas 1 comedias regulares. Pero todos ellos .fueron oscureci- 
dos por un jénio mas poderoso, que se conquistó uno de los 
mas altos puestos en la historia de la literatura de todos. los 
tiempos i de todos los pueblos, 

5.—Guillermo Shalspeare nació en Strafford, sobre el 
Avon, en el condado de Warwick, el año 1564. Su historia 
está sembrada de dudas i de oscuridades, Se ha discutido 
sin llegar a resultado si habia recibido alguna instruccion, 
si era un hombre grosero e ignorante, o si poseia vastos co- 
nocimientos, La tradicion: refiere que despues de haber co- 
menzado su educacion en las escuelas públicas, fué sucesiva 
mente carnicero, vendedor de lanas, cazador furtivo, caba- 
llerizo en la puerta del teatro de Southwark, en Lóndres, 
tramoyista, actor, poeta lírico, autor dramático, i en fin, 
director del teatro de Black—Friars (frailes negros), i pro- 
tejido de la reina Isabel. Casado mui jóven con una nifia 
menor que él, i padre de tres hijos, Shakspeare habia dejado - 
su ciudad natal 1 su familia para seguir esa vida accidentada 
en que ha encontrado su gloria inmortal. Al fin, murió el 
23 de abril de 1616 (1). 

Las primeras obras de Shakspeare fueron poesías cortas, 


(1) El 23 de abril de 1616 murió tambien en Madrid Miguel de 
Cervántes Saavedra, el famoso autor del Quijote. Muchos autores han 
apuntado esta coincidencia; pero pocos se han fijado en que en esa 
época se habia aceptado ya en España el calendario gregoriano: mién- 
tras que en Inglaterra se seguia contando el tiempo por el antigno 
sistema. De manera, pues, que Cervántes murió diez dias ántes que 
Shakspeare. 

La vida del célebre poeta inglés está sembrada de incertidumbres, 
como ya hemos dicho. La primera duda que encuentra el biógrafo que 
quiera contar la vida de Shakspeare es el modo de escribir su nombre. 





430 "y ELEMENTOS DE LITERATURA 


sonetos o poemas narrativos que, a no tener su nombre, tal- 
vez no se recordarian aliora. Solo mas tarde comenzó a tra- 
bajar para el teatro, i compuso treinta i seis piezas en que 
se encuentran todos los jéneros dramáticos, desde la comedia 
mas alegre i risueña hasta la trajedia mas tétrica i sombría. 
Aunque mui desiguales en su mérito relativo, i aunque di- 
ferentes en su carácter i en sus tendencias, todas esas piezas 
están marcadas con un sello especial que revela un jénio vi- 
goroso. No hai cscritor alguno sobre quien se hayan pro- 
uunciado juicios mas contradictorios. Voltaire, que en su 
juventud lo habia dado a conocer en Francia, i que lo habia 
imitado, lo llamó mas tarde salvaje, ébrio, farsante de tabla- 
dillos, bufon lleno de escenas ridículas i de monstruosas 
irregularidades; i esta opinion estuvo en boga durante algun 
tiempo. | 

En efecto, para los que han admirado la rara perfeccion 
del teatro clásico frances, el desórden de las piezas de Shaks- 
peare debia aparecer horrible i absurdo. En cambio, los es- 
píritus penetrantes que ven las bellezas reales i profundas 
al traves de formas irregulares, las almas sensibles que se 
dejan impresionar por el juego de las grandes pasiones pues- 
tas en ejercicio con desgreño, sin dula, pero con verdadero 
conocimiento del corazon humano, no pueden dejar de en- 
contrar en Shakspeare una mina inagotable de las mas con- 
movedoras emociones. Nuestra época, ménos apegada a las 
reglas absolutas e inileclinables de una crítica restrictiva, 


mas intelijente 1 mas imparcial, descubriendo la belleza don- 


* de existe realmente, sin fijarse en escuelas ni en principios 
esclusivos, ha hecho plena jnsticia al eminente trájico ingles; 
i su rehabilitacion es un hecho incontestable en la litera- 
tura. 

El sistema dramático que Shakspeare se creó, no se parece 
en nada a los sistemas de la antigijedad clásica; i es esto lo 
que lo hace principalmente orijinal, La trajedia es para €l 
la representacion de acontecimientos terribles o singulares 
en medio de los cuales vienen a agruparse lo sério i lo eó- 


Un erudito moderno, Mr. José Hunter, señala veinticinco formas di- 
ferentes. Las mas autorizadas de ellas son las tros que siguen: Shakes- 
pear, Shukespeara i Shakspeare. Esta última, que es la que nosotros 
seguimos, os la mas jeneralinente aceptada. - 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 431 


mico, lo patético i lo burlesco. Su gran mérito consiste en 
la variedad ¡en la profundidad de las concepciones. Hai 
muchas obras mas perfectas i acabadas que las suyas, pero 
el teatro no conoce nada mas poderoso. En efecto, nadie ha 
exitado mejor la ternura i el horror, la conmocion i el es- 
panto. La muerte cun todo su tétrico colorido, la miseria, la 
locura, son medios dramáticos delante de los cuales no retro- 
cede, i que por el contrario esplota con un jénio superior. 
Macbeth, Ricardo II, El rei Lear, Hamlet, Ricardo III son 
las mas sombrías espresiones de su pensamiento dramático; 
pero al lado de esos cuadros trájicos, de esos tipos de hom- 
bres vigorosos, enérjicos, ásperos i toscos, i como para dar 
descanso al ávimo del lector, Shakspeare les opone los ca- 
ractéres de mujeres, las imájenes mas suaves, las figuras mas 
encantadoras i casi celestes, Ofelia, Julieta, Desdémona, Mi- 
randa. Junto con los personajes agradables o terribles se 
mezclan los tipos groseros i burlescos, sepultureros jugando 
con las calaveras, Ha creado, ademas, un mundo nuevo de 
seres sobrenaturales; pero sus sombras i sus brujas están 
descritas con circunstancias de tan misteriosa gravedad, ha- 
blan un lenguaje tan peculiar, que conmueven fuertemente 
nuestra alma. Los caractéres de Shakspeare, por otra parte, 
tienen una existencia propia, independiente de la accion del 
drama; i no son como en casi todo el teatro clásico frances 
el reflejo de una pasion absoluta que los domina, sino hom- 
bres como los que vemos en el mundo, animados de muchas 
pasiones, de las cnales una sobresale entre las otras. En je- 
neral, Shakspeare no estudia un acto en particular sino toda 
una vida. ,. 

Las comedias de Shakspeare no han alcanzado a la mis- 
ma altura, porque ademas de la irregularidad del plan, no 
se dlescubre en ellas cse pensamiento moral de crítica, que 
exije este jénero de composiciones. Hai en ellas caractéres 
bien pintados, escenas divertidas, impresiones variadas, pero 
a pesar de lo que pretenden algunos críticos apasionados, el 
espíritu no encuentra allí un propósito fijo desarrollado con 
naturalidad. La mas estimada de todas es la que se titula 
Las alegres comadres de Windsor. 

Algunas veces, Shakspeare ha abandonado el mundo real 
para lanzarse en el mundo de los espíritus. Su poderosa 
imajinacion se desplega mas atrevidamente en esas piezas 

de 


432 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


fantásticas que abrazan el inmenso espacio de ld maravillo- 
so. Crea entónces personajes que no tienen existencia real, 
que obedecen a su capricho i nó a las leyes de la lójica, que 
la imajinacion presenta en la escena i que hace desaparecer 
a su antajo, sin motivos aparentes. sos seres sobrenatura- 
les no tienen el aspecto lágubre de las apariciones de sus 
trajedias, sino que representan lo que liai de :mas agradable 
en las ficciones de la poesía del norte. La tempestad i El 
sueño de una noche de verano pertenecen a este jénero; i la 
gracia tica de la creacion, hace olvidar lo que les falta 
e verdad i de razon. 

No se deben buscar en el teatro de Shakspeare las reglas 
fundamentales del drama. El poeta marcha con una liber- 
tad que no conoce mas principios que las inspiraciones de 
su jénio. Las escenas se suceden muchas veces sin encade- 
namiento aparente: el autor hace viajar la iccion de comar- 
ca en comarca. Con frecuencia el drama encierra casi la vida 
entera de un hombre o a lo ménos tado un reinado. La ac- 
cion se enreda ¡ se complica con acciones subalternas que 
muchas veces no conducen al desenlace. No se busque, pues, 
allí las unidades de lugar, de tiempo i- de accion; se encon- 
trará solo la unidad de interes i de carácter, con que ros 
mantiene en suspenso, ajitados i conmovidos. La crítica, al 
ocuparse de Shakspeare, no debe detenerse tampoco en las 
imperfecciones de «detalle, en las groserías que pone en boca 
de algunos personajes, en los errores históricos i en otros 
descuidos subalternos. Esos defectos, nacidos unos de la 
época en que escribió el poeta, otros de -34: falta «le instruo- 
cion, i algunos del descuido con que se hicieron las prime- 
ras ediciones de sus obras, no alcanzan a empañarlas. Los 
diferentes poetas que en los siglos posteriores han imitado 
esos- dramas «lepurándolos de todas esas imperfecciones 1 
ajustándolos algo a las reglas «dlel arte, han compuesto piezas 
frias, mas o ménos lánguidas, que no producen .esas emocio- 
nes violentas que solo sabe producir el jénio, i que Shaks- 
peare hace nacer en nuestra alma cuando se posesiona de 
ella por medio de alguna de sus obras inmortales. 

6.—Despues de este gran período, la literatura inglesa 
pasa por una época que puede llamarse de transicion. Las 
guerras civiles lee mediados del siglo X VIT, las violentas 
ajitaciones revolucionarias, los cambios de gobierno i las 








US S Ñ Y 
boo. Los. 
HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 4323 


persecuciones políticas, distrajeron por algun tiempo los 
ánimos del cultivo: de la literatura; pero despues de la res- 
tauracion «de los Estuardos, lás letras renacieron con nuevo 
vigor, 1 aunque comenzaron a perder algo de su varonil ori- 
Jinalidad del siglo precedente, se acercaron mns a la perfec- 
cion, o mas bien dicho, corrijeron algunos de sus estravíos. 
El poeta mas célebre de este nuevo período, i uno delos 
mas ilustres que haya producido la Inglaterra, es Juan Mil- 
ton. Nacido en Lóndres en 1608, recibió una educacion clá- 
sica de las mas cuidadas bajo la direccion de un austero pu- 
ritano, e hizo en seguida interesantes viajes de estudio en 
Francia i en ltalia. Disponíase a partir para Grecia cuando 
supo que acababa de estallar la revolucion en Inglaterra i 
que esa revolucion exijia el esfuerzo de todos sus compa- 
triotas. o 
Vuelto a Lóndres, comenzó por publicar algunos poenias 
en ingles, en griego i en latin, que lo dieron a conocer; i 
abanderizándose luego en el partido puritano, dió a Juz di- 
versos folletos, mitad políticos, mitad teolójicos, para defen- 
«ler la revolucion, i para sostener la libertad relijiosa i la li- 


bertad de enseñanza contra la iglesia anglicana i las univer- . 


sidades, Esos escritos atrajeron sobre él la atencion. Crom- 
well lo hizo secretario del consejo de estado para las traduc- 
ciones del latin; pero los esfuerzos de Milton para encami- 
nar al protector por una vía mas liberal fueron impotentes, 
i se vió reducido a llevar la vida de un empleado oscuro. Al 
fin, la restauracion de los Estuardos lo alejó de ese destino. 
Milton, pobre, enfermo, ciego, pasó sus últimos dias solita- 
rio, casi sin mas compañía que la de dos hijas queridas, Pe- 
ro su jénio sublime estaba siempre con él; i en medio de la 
miseria i de aquella perpétua noche que rodea a los ciegos, 
meditaba los versos del célebre poema que lo ha hecho in- 
mortal, i los hacia escribir por sus hijas. se poema era El 
paraiso perdido, una de las mas grandiosas epopeyas que 
conserven los fastos literarios. Su publicacion pasó casi de- 
sapercibida. El librero que hizo la primera edicion pagó solo 
«liez libras (50 pesos) por el manuscrito. Milton murió en 
1674 sin saber quizá que legaba a su patria uu verdadero 
monumento. Solo algunos años mas tarde, la crítica razo- 
mada mostró a la Inglaterra que Milton no era inferior a 
Homero, 


434 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


El asunto del Paraiso perdido está tomado de los prime- 
ros capítulos del Jénesis. Canta Milton'la vida de Adani 
Eva en el paraiso terrenal, los artificios de Satanás, la ten- 
tacion, la caida i el castigo de los primeros hombres. Por 
medio de un episodio, el poeta refiere la rebelion de los 4n- 
jeles malos, i su descenso al infierno despues de haber sido 
vencidos en los terribles combates que tuvieron lugar en el 
cielo, Se refiere que Milton concibió el primer pensamiento 
de su pocma viendo en Italia la representacion de una de 
esas piezas teatrales denominadas misterios, cuyo asunto 
era la desobediencia del primer hombre. Esta pieza que se 
conserva aun, así como muchos otros poemas de la edad me- 
dia o de tiempos posteriores, abrazaban el mismo cuadro 
bue se trazó Milton; pero éste con un jénio mas poderoso 
que todos sus antecesores, fué verdaderamente creador, dan- 

o una forma nueva i grandiosa a hechos perfectamente co- 
nocidos por todos los lectores, 

Milton, como se vé, tomó un rumbo estraordinario i nue- 
vo en la poesía, dice Hugo Blair en el exelente estudio crí- 
tico que ha hecho de este poema, i que nosotros estractamos 
fielmente al trazar estas líneas. A pénas abrimos su libro nos 
hallamos en un mundo invisible i rodeados de seres celestes 
e infernales. Anjeles'i demonios son los actores principales 
del poema: i lo que seria marabilloso en otra composicion, es 
aquí el efecto del curso natural de las cosas. Por ser este 
asunto tan ajeno de los negocios de este mundo, se ha creido 
por algunos que esa obra no podia ser colocada en el núme- 
ro de las epopeyas; pero désele el nombre que se quiera, i 
siempre resultará que es uno de los mayores esfuerzos del 
jénio poético, 1 que en majestad i sublimidad es igual a cuan- 
tas producciones tienen aquel título. 

El asunto que Milton escojió correspondia a eu atrevida 
sublimidad. Ys verdaderamente marabilloso cómo con tan 
pocos materiales como suministta' la Biblia, ha podido le- 
vantar un edificio tan régular i completo i llenar el poema 
de tantos i tan variados incidentes. Á veces se presentan he- 
chos áridos i poco agradables: a veces tambien el autor pa- 
rece mas bien metafísico i teólogo que poeta; pero el con- 
junto de la obra es de tal manera interesante que nos arroba 
i nos domina. Varía el campo de accion recorriendo el cielo, 
la tierra i los infiernos sin interrumpir la unidad del plan. 














HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 435 


Nos presenta al lado de escenas terribles, otras de una sua- 
- vidad encantadora, como cuando describe las inocentes i 
tranquilas ocupaciones de Adan i £iva en el paraiso, Una 
variedad semejante existe en los caractéres, a pesar de que la 
naturaleza del asunto no permite la introduccion de muchos 
personajes. Satanás es el carácter mas acabado del poema: 
Milton no le ha dado el colorido siempre siniestro de un 
espíritu infernal: léjos de eso, lo ha hecho hermoso por su 
figura, valiente i leal a los suyos i susceptible de remordi- 
mientos por sus faltas. Alguna vez se compadece de sus pro- 
pias víctimas; pero su ambicion i sus remordimientos lo es- 
travían. En una palabra, el Satanás del poema no es peor 
que muchos conspiradores cuyos hechos recuerda la historia. 

os ánjeles, aunque retratados con caractéres distintos, se 
diferencian poco entre sí. Pero donde Milton es ménos feliz, 
es en la pintura de Dios, i sobre todo en los diálogos que su- 
pone entre el padre i el hijo. En cambio, los retratos físicos 
i morales de los primeros hombres son verdaderamente aca- 
bados. 

El gran distintivo 1 la exelencia de Milton es la sublimi- 
dad. Bajo este aspecto no tiene otro rival que Homero; pero 
éste nos cautiva por el fuego i la impetuosidad, miéntras 

ue aquel nos sorprende por lo grandioso i por lo elevado. 
Sus descripciones terrenales demuestran una imajinacion 
fértil i rica, i son por la gracia i el candor verdaderos mo- 
delos en su clase. Se recomienda entre todas la pintura be- 
lMiísima del paraiso. Es preciso reconocer, sin embargo, que 
como casi todos los jenios “elevados i atrevidos, no siempre 
es uniforme, i que a veces se engolfa en cuestiones teolójicas 
o metafísicas que sientan mal en el poema. 
7.—Contemporáneos de Milton fueron muchos otros poe- 
tas, dos de los cuales, aunque inferiores en jénio, gozaron en 
su tiempo de una reputacion mucho mas grande que la del 
cantor del Paraiso perdido. En vez de figurar como éste en 
las filas del partido republicano, ámbos fueron realistas,.i 
vivieron por tanto en favor en la corte de Cárlos II, cuando 
Milton llevaba una vida miserable i oscura. 
Uno de ellos, Samuel Butler (1612—1680), publicó poco 
despues de la restauracion de los Estuardos, una epopeya có- 
mico-hurlesca que por su carácter desátira política mas que 
pur su solo mérito, fué mui aplaudida en Inglaterra, sobre 


y 


Ss 


e 


436 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


todo por los realistas. Hudibras, éste es el título del poema, 
es un juez presbiteriano que como don Quijote sale al mun- 
do a reparar injusticias ¡ enderezar entuzrtos, acompañado 
de su secretario, especie de Sancho Panza, fanático, taimado 
i charlatan que pasa en disputa perpétua con su amo. La 
imitacion de la inmortal novela española es evidente; pero- 
el poema ingles a pesar de ser largo i peszdo en muchas de- 
sus descripciones, de contener trozos de mui mal gusto, i de- 
encerrar alusiones que ahora es difícil comprender, abunda 
en rasgos de un verdadero buen humor ien observaciones 
de costumbres bien escojidas. 


- El otro poeta es Juan Drydeg (1631—1700), formado en --42 


cierto modo en el estudio de los grandes escritores franceses 
del siglo de Luis XIV, cuya correccion i cuyo gusto quiso 
importar en Inglaterra. En el curso de su larga carrera li- 
teraria se vió colmado de favores bajo el gobierno de la res- 
tauracion, i pobre i abatido despues de la revolucion de 
1688, que elevó al trono a Guillermo 111. Dryden tradujo 
en verso ingles a Virjilio, a Persio ia Juvenal, escribió 
veintisiete piezas teatrales, trajedias 1 comedias, fúbulas, poe- 
sías líricas i sátiras relijiosas i políticas. De todas sus obras, 
las trajedias son las ménos buenas, l1 sus sátiras son las mas 
notables. Su estilo alimentado por las reminiscencias de la 
antigúiedad clásica, tiene sin embargo un vigor i una pureza 
verdadera; i al traves de él se deja ver una poesía apasiona- 
da i brillante. Apesar de los defectos que se le reprochan,. 
se ha dicho de Dryden que pocas naciones han producido- 
un escritor que haya enriquecido la lengua con mayor va- 
triedad de modelos. 

8.—La mayor parte de los prosadores ingleses de este pe- 
ríodo se ocupó en discutir las cuestiones politicas 1 relijiosas. 
suscitadas por la revolucion. No faltaron, es verdad, cronis- 
sas que narraran aquellos grandes acontecimientos, ni sabios. 
que se ocupasen esclusivamente en estudiar las abstracciones 
de la ciencia; pero los principios fundamentales de la admi- 
nistracion civil i eclesiástica preocuparon principalmente los. 
espíritus en una época en que la revolucion queria poner 
término a los abusos i cimentar bajo sólidas bases el gobier- 
no del estado i de la iglesia. 

Los escritores mas notables que entraron en estas discu- 
iones son Hobbes i Locke. Ambos difieren motableme nte 


E 








ia 


-. 


y 


HISTORIA LITERARIA, TIEMPOS MODERNOS. 37 


en la aplicacion de sus principios filosóficos a la política, 
pues miéntras el primero fué el sostenedor ardiente de los 
principios autoritarios, el segundo proclamó resueltamente 


_la soberanía popular. 


Tomas Hobbes (1588—1679) defendió el materialismo 


so n todas sus consecuencias aplicadas a la moral ia la polí- 
€ Y/ tica. Segun él, el hombre es el cuerpo, i la ciencia del hom- 


bre es la ciencia del cuerpo: el alma es solo el resultado de 
la organizacion: el conocimiento es el resultado de la sensa- 
cion, que es producida por imájenes sensibles. Las violen- 
cias con que se iniciaba la revolucion inglesa, lo indujeron 
a escribir varias obras sobre política, Ja mas notable de las 


- cuales es una que se titula Leviatan, en que sostiene que la 


única fuente de seguridad, que es el gran fin del gobierno, 
reside en la forma monárquica sin intervencion del pueblo. 
Hobbes cree que la fuerza i el derecho son sinónimos; i que 
siendo aquella la que funda i derroca el poder, todo gobier- 
no fuerte es lejítimo por este solo hecho. Es mui singular 
que miéntras Hobbes «sostiene la necesidad de una iglésia 
establecida bajo la supremacía del monarca temporal, como 
estaba establecida en Inglaterra, esprese «dudas acerca de la 
existencia de Dios, que este filósofo no considera como una 
condicion indispensable para el sostenimiento del culto. Pe- 
ro, cualesquiera que sean los absurdos de este sistema, es 
preciso reconocer que el libro de Hobbes es escrito con un 
verdadero talento, lo que hace mirar a éste como uno de los 
mas grandes prosadores ingleses, 


Jua ke (1632—1701) es considerado el primer me- 


-. CT tafísico de Inglaterra; pero aunque sus obras filosóficas son 


p: 


notables, aun bajo el punto de vista del estilo, no es éste el 
lugar de analizarlas. Debemos sí recordar su Ensayo sobre 
el gobierno civil, que tuvo por objeto justificar la revolucion 
de Inglaterra en 1688. Esta obra es el primer libro metódi- 
co i razonado en que el prineipio de la soberanía popular 
esté desarrollado en toda su estension i en toda su fuerza, 
Para apreciar debidamente su mérito, es conveniente recor- 
dar que ella precedió con muchos años de anticipacion a los 
escritos en que Montesquiea i Rousseau dieron mayor de- 
senvolvimiento a esos mismos principios. Locke es célebre, 
pues, no solo por el mérito indisputable de“sus escritos, sino 


¿ 
DI 
o 


Pep Loro 
Y Y poeti de“este periodo 1 uno de los mas famosos que haya 


438 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


por la influencia inmensa que éstes ejercieron sobre el mo= 
vimiento político -filosófico del siglo XVITI. 

9.—Esa revolucion que Locke defendia con tanta habili- 
dad faé tambien la causa de una verdadera revolucion en la 
literatura inglesa. Establecido un gebierno popular i afian- 
zada la libertad, las letras pudieron tomar un desenvolvi- 
miento mucho mayor. La influencia de la literatura francesa 
se hizo sentir entónces en Inglaterra, desarrollando el gusto 
i la correccion en las fórmas, i en el'fondo el buen sentido 
que impide los estravios.* El nuevo período que se abre con 
los reinados de Guillermo ide Ana, es indudablemente mé- 
nos vigoroso i ménos espontáneo que el siglo literario de 
Isabel; pero en cambio, i sin dejar de ser orijinal, es mucho 
mas rico en escritores; i éstos alcanzan un alto grado de co- 
rreccion i de elegancia. Jamas la lengua inglesa ha sido em- 
pleada con mas gusto ni escrita con mas arte. 

Los poetas no tienen nada de esa arrogancia ni de esa de- 
sigualdad poderosa que distinguen a Jos escritores del rei- 
nado de Isabel. Por el contrario, son claros, precisos, sobrios 
i razonadores, como si hubieran querido demostrar que la 
poesía no escluye la lójica, i que en vez de residir en las pa- 
labras mas o ménos sonoras, reside en las ideas i en los sen- 


tifaientos. Alejandro Pope (1688—1744), el mas célebre: 


producido la Inglaterra, representa mejor que nadie esta faz 
de la poesía inglesa. Fortificado con exelentes estudios clá- 
sicos, mostró desde sus primeros años un raro talento poéti- 
co. La selva de Windsor, poema publicado cuando solo con- 
taba quince años, es una obra maestra en el jénero descrip- 
tivo i revela un sentimiento verdadero de las bellezas de la 
naturaleza. Su Engayo sobre la crítica, escrito a los veintiun 
años, es un poema inferior al Arte poética de Boileau, pero 
es le. obra de un gusto seguro i perfectamente formado. La . 
pistola de Eloísa a Abelardo deja ver que Pope conocia to- 

os los secretos del arte i que poseia el sentimiento delicado 
del poeta, i queda mucho mas arriba que todas las imitacio- 
mes que de ella se han hecho, A estas poesías deben agre- 
garse las traducciones en verso de los poemas de Homero, 
una de las cuales, la de la Z/¿ada, es considerada como una 
obra maestra de versificacion. 


Pero el jénio poético de Pope se ostenta tambien en otros 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPQS MODERNOS. 439 


trabajos mas importantes. El robo del cadejo de cabello (Rape 
of the lock) es un poema cómico-heróico, del carácter del Lu- 
trin, de Boileau, en que no se refiere otra aventura que el 
robo de algunos cabellos que nn jóven corta de las trenzas 
de una niña, pero en que el autor hace intervenir seres so- 
brenaturales, sílfides, jénios benéficos i maléficos, i desen- 
vuelve la accion con tanto gusto, que la crítica ha dicho que 
-ese poema es una de las producciones mas encantadoras de 
da imajinacion en el jénero lijero. La Dunciada, o la guerra 
-de los tontos, es un poema satírico, hiriente, desapiadado 
contra los libreros i los literatos que no eran de sus simpa- 
tías: Al lado de estas obras de un carácter alegre, Pope ha 
compuesto otras que por la elevacion de los pensamientos i 
la grandiosidad del asunto, revelan un verdadero filósofo. 
Su Ensayo sobre el hombre, epístolas filosóficas, i sus Epís- 
tolas morales, son estudios de un rango superior, escritos con 
un gran talento de observacion i con un gusto casi irrepro- 
-chable. 

A pesar de haber cultivado jéneros tan variados, Pope se 
mantiene siempre a una altura conveniente, Es sin disputa 
«el mas clásico de los poetas ingleses, pero no puede compe- 
tir en grandiosidad con Shakspeare ni con Milton. Sus cua- . 
lidades principales son el juicio unido al jenio, una gran 
-«concision, una rara felicidad de espresion i una versificacion 
melodiosa. Sin embargo, para apreciar sus obras, es menes- 
ter estudiarlas en sus detalles, donde resplandecen las belle- 
zas hábilmente distribuidas, porque examinadas en el con- 
:junto, se encuentra que, aunque poseedor de un gran talento, 
no lo empleó en una obra verdaderamente grande i sólida, 

10.—Pope es el mas célebre de los poetas ingleses del si- 
glo XVITI; pero tras de él aparecen muohos otros que go- 
.zaron del aplauso de sus contemporáneos, i que todavía son 
Jeidos i admirados. Entre ellos se distinguen Young 1 
Thompson, vo solo por el mérito de sus obras, sino por ha- 
ber creado jéneros nuevos, puede decirse así. 

«, Eduardo Young (1681—1765) habia cultivado la poesía 
e "lírica 1 la trajedia hasta la elad de sesenta años sin adquirir 
' 7 ua nombre, cuando las desgracias domésticas, la muerte de 

- +" las personas mas queridas, conmovieron fuertemente su al- 
2 ma, ile comunicaron una sombría inspiracion. Este es el 
-oríjen de un poema elejíaco de cerca de diez mil versos, 





440 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


compuesto i publicado por partes desligadas entre sí, ¡ titu- 
lado Meditaciones de la noche, que de noche era cuando se 
entreguba a los excesos dé su dolor. Young debe su inmor- 
talidad a esta obra. En ella, su imajinacion dominada por 
una lágúbre melancolía, se complace en recordar las ideas 
'- de muerto, de nada i de eternidad; i pinta con los colores. 
mas terribles los cuadros que puede suministrar el recuerdo 
de nuestra destruccion. No teme a ninguna imájen, descien- 
de a los detalles mas rechazantes, ¡porque todo le parece bue- 
no con tal que impresione el espíritu del lector. Por eso 
en las Noches de Young, al lado de pensamientos de 
verdadera sublimidad, se encuentran detalles groseros, cierta 
monotonía i algo de estudiado i de artificial. 
+ Sontiago Elompson (1700—1748), fué un poeta mui fe- 
, Yo undo, que compuso algunas trajedias, dos poemas alegóri- 
5" Y cos i muchas poesías líricas. Su celebridad comenzó con la 
publicacion de un poemita titulado El invierno, que vendió a 
un librero de Lóndres en tres guineas, i que fué recibido. 
con grande aplauso. No era, sin embargo, mas que la cuarta 
parte de. un poema mas estenso que lleva el titulo de Las 
estaciones. «Este poema, dice M. Cnquerel, es una obra 
maestra desde el principiv hasta cl fin. En ningun tiempo 
se ha compuesto un libro en que el jénero descriptivo sea 
ménos monótono i mas atrayente, en que la naturaleza haya 
sido pintada con caractéres mas grandiosos i mas fieles. Es 
notable Sobre todo la eleccion que el autor hace de los cua- 
:dros mas naturales que ofrece el campo.» Thompson ha sa- 
bido evitar la trivialidad, sin caer jamás en la hinchazon, 1 
mezclar hábilmente lás reflexiones morales a todas las esce- 
nas de la naturaleza. Para variar sus cuadros, ademas, ha 
introducido oportunos episodios, que encantan al lector. Este 
poema, que ha dado orijen al jénero descriptivo que estuvo 
tan en boga en Francia en el siglo pasado, es todavía supe- 
rior a todas sus imitaciones, 
11.—En este período de la historia literaria de la Gran 
Bretaña nació un nuevo jénero que ha dado orijen a las re- 
vistas modernas. Durante las guerras de relijion del siglo 
anterior se habian fundado en Inglaterra los primeros dia- 
rios o periódicos de noticias; pero en los primeros años del 
siglo XVITT (1709) apareció un periódico semanal destina- 
do a estudiar i popularizar cuestiones de otro jénero, la li- 












» 
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ha 


y 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, 441 
ura, las costumbres nacionales, los rasgos jenerales de 


de decirse así, el fundador de este jéuero que la historia li- 
teraria conoce con el nombre de Ensayos. Aunque Addison 
se habia dado a conocer por poesías inglesas 1 latinas, que 
no carecen de mé sito, i por una trajedia, Caton, que fué mui 
aplaudida, su verdadero título de gloria es El Espeotador, 
revista literaria justamente célebre. En esta recopilacion de 
tratados filosóficos, morales i críticos, se muestra alternati- 
vamente moralista, sábio, observador penetrante de la natu- 
raleza humana, censor, a veces severo, a veces complaciente, 
de los vicios i de las ridiculeces de su tiempo, i sobre todo 
escritor puro, claro i elegante. «Todo el que quiera formar- 
se un estilo verdaderamente ingles, dice Jolinson, familiar 
sin trivialidad, noble sin hinchazon i elegante sin afectacion, 
debe estudiar dia i noche las obras de Addison.» 

El Espectador es el primer ensayo de critica verdadera- 
mente razonada i fundamental, como se comprende en nues- 
tro tiempo. Tras de esa publicacion nacieron muchas otras 
de un carácter puramente literario i filosófico, así como den- 
pues de Addison surjieron muchos otros críticos de un mé- 


ss rito distinguido. Figura entre éstos Samuel Johnson (4709 


1784), conocido por un gran núutero de escritos de diversos 
jéneros, pero sobre todo por sus Vida de los poetas ingleses, 


macion hasta entónces incierta del mérito relativo de los 
grandes escritores de los siglos anteriores. 

Pero el crítico mas distinguido que produjo la Inglate- 
rra en ese siglo fué Hugo Blair (1718—180.)), predicador 
escoces de gran nota 1 profesor de retórica i bellas letras en 
Edimburgo. Blair es sobre todo célebre por la publicacion 
de sus Lecciones de literatura o Curso de bellas letras, que 
es sin disputa uno de los mejores tratados que sobre estu 
materia se hayan escrito en las lenguas modernas. Prolijo i 
minucioso en la esposicion de las doctrinas, imparcial i jus- 
ticiero en la crítica de los autores estrañios e nacionales, 
Blair revela en toda'su obra esa correccion de gusto que solo 
se alcanza poseyendo dotes mui aventajadas, i despues de 
haber hecho estensos i profundos estudios. 

12.—La novela llegó tambien en este período a un ulto 
grado de perfeccion. Ya no fué unu historia iuforme de 


dE que contribuyó a fijar el gusto, 1 mas que todo la esti- 


naturaleza humana. Jose Addison (1672 —1719) ez, pue- . 


449 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


aventuras estravagantes, ni un cuento basado en costumbres 
de pura invencion: léjos de eso, las novelas inglesas del si- 
lo XVIII son el fruto de un estudio detenido del corazon 
umano, de las costumbres i de las ideas morales, ¡ fueron 
escritas con grande arte literario. 
' Considerados los novelistas ingleses por el órden cronoló- 
Jico, el primero es Swift, si bien el carácter de las tenden- 
elas de sus obras inclinarian a colocarlo entre los escritores 
satíricos. Jopatás Swift (1667—1744), era un clérigo irlan- 
des, de gran talento, pero escéptico, mordaz, incisivo, que 
escribia sobre política, sobre relijion i sobre literatura, sem- 
brando el ridículo i la burla en todas partes, riéndose de to- 
do sin compasion i con una amargura constante, 

Sus obras fueron casi siempre escrito: de circunstancias, 1 
aunque todas ellas revelen un escritor poderoso, han perdi- 
do mucho de su boga. Solo una de ellas conserva su popu- 
laridad, i goza del prestijio de esos rarísimos libros que se 
leen con gusto en todas las edades de la vida. Los viajes de 
Gulliver, tal es su título, es la historia fabulosa de las pere- 
grinaciones de un viajero ingles en los paises mas marabi- 
llosos que es posible concebir. Uno de ellos, Lilliput, es po- 
blado por hombrecillos que solo miden cuatro i cinco pulga- 
das de estatura: en otro, Brobdingnag, Gulliver encuentra 
jigantes que miden veinte i treinta varas de alto; en otro, 
por fin, halla la sociedad de los caballos que se gobiernan 
como pueblo civilizado. La idea jeneral de la novela no es 
del todo orijinal, puesto que Luciano habia referido histo- 
rias semejantes en el siglo 11 de la era cristiana; pero lo que 
sí constituye el mérito del libro de Swift es el arte admira- 
ble con que ha sido escrito i la prodijiosa animacion que 
sostiene toda la fábula i particularmente el viaje de Gulliver 
entre los enanos i los jigantes, que son las partes mejores de 
la obra. Hai momentos en que el lector se olvida de que se 
le hace viajar en un pais imposible, tan naturales, tan vivas 
3 tan proporcionadas son las invenciones, Yse libro que en- 
canta a los niños 1 que deleita a los hombres, como una 
ficcion inocente, es una sátira acerada contra la sociedad 
europea en jeneral, i contra muchos personajes en particu- 
lar, Walter Scott ha esplicado las numerosas alusiones que : 
contiene esa novela, i los retratos que Swift ha hecho de 
muchos de sus contemporáneos; pero esas alusiones no tienen: 














HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 44.3 


valor alguno para nosotros, i si ese libro vive, es porque 
tiene un mérito literario superior a los intereses del mo- 
mento. 

Mui diferentes son las tendencias de otra famosa novela 
publicada en esa misma época con el título de Ztobinson 

usoe. Su autor, Daniel De-Foé (1663—1731), era un 

critor mui fecundo que tomó parte en numerosas polémi- 
cas políticas, i que despues de haber desempeñado diversos 
cargos públicos, dió a luz muchas novelas i algunas poesías, 
Una de esas novelas lo ha hecho inmortal, porque sus otras 
obras apénas son conocidas. 

La historia de ese libro es justamente célebre. Habia lle- 
gado a Inglaterra un marinero escoces, Alejandro Selkirk, 
que habiendo sido abandonado por sus jefes en la isla de 
Juan Fernandez, habia pasado como cinco años solo en 
aquel lugar desierto. Las aventuras 1 desgracias de ese ma- 
rinero produjeron cierta sensacion. De-Fué tomó de ellas el 
asunto para una novela, i supuso que Robinson Crusoe, jó- 
ven distinguido que emprende viajes lejanos a disgusto de 
sus padres, es arrojado a una isla despoblada, por una tem- 
pestad que destrozó su nave. La manera admirable como ha 
desarrollado un asunto que era tan conocido del público, es 
lo que constituye la orijinalidad del libro. El plan está bien 
concebido: los incidentes mas naturales i sencillos vienen a 
agruparse al rededor de la accion principal; i todo, los he- 
chos i los sentimientos, tienen la mayor verosimilitud a que 
puede aspirar la novela. No se encuentran allí pájinas bri- 
llantes ni pretenciosas: el estilo corre con tanta sencillez i 
naturalidad como la accion, así como sus máximas morales 
se desprenden sin esfuerzo alguno. La ilusion que de aquí 
resulta es tan completa que el lector no puede comprender 
que todo aquello no sea la historia de los sufrimientos de 
um hombre abandonado a la mas terrible soledad. Solo en 
las últimas partes que contienen las aventuras de Robinson 
despues que fué sacado de la isla por un buque ingles, i que 
De-Foé agregó en las ediciones posteriores de su libro, el 
interes desaparece en gran parte. "Traducido a todas las len- 
guas de Europa, imitado muchas veces, el Robinson Crusoe 
es leido en todas las edades, i conserva su mérito como una 
de las novelas mas interesantes que se han escrito. | 

13.—Esa misma sencillez, esa estraordinaria naturalidad, 


44.4, ELEMENTOS DE LITERATURA. 


constituyen el mérito de otrcs dos grandes novelistas ingle- 
3, “¡Ges de ese mismo siglo. Olivero Goldsmith (1728 —1774), 


se 


4 ¿Ne . . 
>> que hizo versos exelentes, compuso tambien una novela, 
¿E El vicario de Wakefield, que es considerada como una obra 
maestra «dle sencillez en el estilo i en la intriga, i de pureza 


e injenuidad en los sentimientos i en los caractéres, Enrique 
Fielding (1707—1754), autor de muchas novelas, es Tatmo- 
so, Sobre todo por una que se titula Zum Jones, que, a Juicio 
de algunos críticos ingleses, lo coloca entre Cervántes i Le 
Sage. Fielding, en efecto, es el pintor espiritual i verdadero 
de la sociedad i de la vida real. No trata de conmover las 
pasiones ni de ajitar el corazon, sino que interesa vivamente 
la intelijencia por la variedad i la exactitud de los cuadros 

que le presenta. 
Pero el mas famoso de los novelistas ingleses de este siglo 
- ¿es Samuel Richardson (1689—1761 ), que creó, puede decir- 
Pe así, una nueva clase de novelas, aquella que tiene por ob- 
jeto el estudio analítico de las pasiones humanas, Nacido en 
una condicion humilde, tipógrafo en su juventud, i mas tar- 
de dueño de una imprenta, Richardson comenzó a escribir 
a la edad de cincuenta años, i en los momentos que le deja- 
ban libres sus ocupaciones industriales. Sus obras constan 
de tres novelas, Pamela, Clara Harlowe i Grandison, que 
apesar de su estension, serán siempre la admiracion de 
todos lus hombres de gusto i de sentimiento. Su aparicion 
produjo una sensacion profunda en Inglaterra i en toda la 
£uropa. La historia de la publicacion de Clara Harlowe 
es una especie de novela. El público se interesaba tan viva- 
mente por la suerte «dle sus personajes, que «dlesde el cuarto 
tomo se escribia de todas partes al autor suplicándole 
que salvase a la pobre Clara de los peligros que la rodeaban. 
Richardson mismo parecia vacilar sobre la marcha de la 
accion eu vista de este entusiasmo; 1 al fin terminó una de 
las obras mas interesantes que haya producido el espíritu 
humano en medio de la impaciencia 1 de la exitacion con 
que millares de lectores esperaban el desenlace. Jamas mo- 
ralista alguno dió un análisis mas exacto, una pintura mas 
fiel del corazon del hombre i de los matices infinitos que 
encierra. La forma epistolar que habia adoptado Richardson 
le permitió bosquejar por completo los caractéres i señalar 
cada uno de sus sentimientos con rara prolijidad; i ha entre- 






; 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. ' 445 


lazado las cartas con tanto artificio, que la accion aumenta 
siempre su interes, haciendo resaltar a cada paso los contras- 
tes mas admirables. Podria solo reprochársele la exesiva 
estension que ha dado a sus novelas, alargando i multipli- 
<ando las cartas i algunos incidentés sin necesidad real para 
su desenvolvimiento, | 

14.—La Francia aprendió en el estudio de los novelistas 
ingleses la manera injeniosa de hacer el análisis detenido de 
las pasiones humanas en un libro que por ser destinado al 
entretenimiento, debia encontrar mas lectores que un sim- 
ple tratado de moral. La Nueva Eloisa de Rousseau i mu- 
<has otras novelas de pasion publicadas en Francia, fueron 
inspiradas por las obras de Richardson. En cambio, la In- 
glaterra buscó un modelo que imitar en algunos historiado- 
res franceses 1 particularmente en Voltaire. 

«Hasta mediados del siglo XVIII, dice M. Villemain, 
ningun libro habia alcanzado, ni siquiera acercádose, en In- 
glaterra a ese gran carácter de la composicion histórica, de 
que la antigiiedad nos ha dejado tan admirables modelos.» 
La publicacion del Ensayo sobre. las costumbres, que enseña- 
ba a estudiar la historia, nó en los hechos sislados, sino en 
su relacion con todos los elementos sociales, i encadenando 
los acontecimientos como una sucesion no interrumpida de 
causas i de efectos, inició una verdadera revolucion en el 
arte histórico, que fué secundada cn Inglaterra por tres 
jenios, que aplicando a él una intelijencia de primer órden, 
construyeron monumentos admirables que resisten todavia * 
a la accion destructora del gusto i del tiempo, cuando tantas . 
obras históricas, mui aplaudidas por sus contemporáneos, 


han caido en el mas profundo olvido. Esos tres escritores 
son Hume, Robertson i Gibbon, 


by? David Hume (1711--1776), era un escritor escoces que 
/ fa sé habia hech 


ya sé había hecho notar por varios escritos filosóficos en que 
hace ostentacion del mas franco escepticismo, cuando em- 
prendió la composicion de su famosa Liestoria de Inglaterra. 

Tirada al principio con cierta indiferencia, como si se 
tratara de una de esas compilaciones que se fabrican de 
carrera, esa obra llamó en breve la atencion de todos los 
hombres distinguidos i adquirió el crédito de que goza hasta 
ahora. Esa historia, sin embargo, no se recomienda por la 
prolija exactitud de los hechos ni por la amenidad de sus 


Y 


446 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


formas. Hume no era un investigador laborioso, ni tampoco 
un escritor que se esmeraba mucho en correjir el estilo; pero- 
sí era un filósofo de gran penetracion que sabe dar a cada 
suceso ¡ a cada tiempo su verdadera importancia, que des- 
onbre el carácter de los hombres, que relaciona los hechos. 
con las leyes i las costumbres, que percibe las. causas 1 los 
efectos, i que escribe con gran sobriedad de estilo, pero segu- 
ro de que da a todas las cosas su exacto eolorido. Se le ham 
criticado algunos errores de detalle, se le ha: censurado su 
espiritu antirelijioso i sobre todo antieclesiástico, se ha con- 
denado su moral como fácil i acomodaticia, pero no se ha 
podido despojar a su libro de la solidez de sus consideracio- 
nes jenerales, del conocimiento profundo de la humanidad, 
i de esa exactitud de conjunto que muchas veces no pueden 
alcanzar aun los que mejor han estudiado los pormenores. 


.. Guillermo Robertson (1721—1793), cura presbiteriano 


en Fiscocia, ofrece cualidades mui diferentes. Habíase dis- 
tinguido desde su niñiez por la suavidad de su carácter i por 


una ardiente aplicacion que le sirvió para adquirir en su 
juventud una erudicion prodijiosa. Sus cuadernos de estu- 
dio, que se conservan cuidadosamente, tienen esta inscripcion: 
Vila sine lilleris mors est (la vida sin el estudio es la muer- 
te), que da a conocer su pasion. Robertson comenzó su 
carrera literaria como predicador, corrijiendo, en la oratoria 
sagrada, los defectos que habian introducido la afectacion 1 
el mal gusto; pero luego se consagró a otros trabajos que le 


- han granjeado un renombre inmortal. 


Su primera obra histórica fué una Histuria de Escocia, 
escrita con mucho método i despues de haber hecho las mas 
prolijas investigaciones. En seguida publicó la Historia del 
emperador Cúrlos V, que es considerada su obra capital, í 
que contiene por via de introduccion una mirada jeneral 
sobre la edad media, verdadera obra maestra de ciencia i de 
arte. El último de sus grandes trabajos es una Historia de 
América, igualmente célebre. Rohertson se distingue por su 
laboriosidad esquisita para reunir i para estudiar los mate- 
riales, por su idad para comparar las autoridades 1 pura 
discernir la verdad, por el talento metódico con que se traza 
el plan de su obra, calculando, no el efecto de sorpresa que se 
pretende. producir en el ánimo del lector, sino la manera de 
presentarle los hechos eon-toda la claridad i trasparencia que 


A 





HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 447 


se puede apetecer, Su estilo sencillo i suave se presta almi- 
rablemente para dar animacion i colorido a la narración ia 
his descripciones que con mano de maestro ha trazado en 
sus obras. Frio i desapasionado en sus juicios, distribuye el 
elojio i la censura sin tener otra guia que la justicia, i sin 
ceder a prevenciones de nacionalidad i de secta. Sus consi- 
deraciones filosóficas suponen un conocimiento cabal de los 
hechos i una penetracion casi inconcebible en el hombre que 
ha pasado su vida léjos de los negocios públicos i hasta del 
bullicio de la ciudad. Sus obras han sido sometidas a un es- 
crupuloso exámen por la erudicion moderna, i han salido 
casi incólumes de tan dura prueba, 

En cuanto al arte literario, se le ha reprochado solo el 
relegar a las notas ciertas noticias ¡llenas de interes i de eru- 
dicion, que habrian quedado mejor en el testo. En cuanto al 
fondo, se le han criticado varios errores históricos, algunos 
de los cuales, es menester no disimularlo, son de gravedad. 

Para disculpar a Robertson de esta acusación, bastará de- 
cir que en la época en que él escribió, el historiador estaba 
reducido a estudiar los hechos en :los libros impresos o -mna- 
núscritosque podía tener a la mano, i que los «rchivos eu- 
ropeos, i particularmente los españoles, estaban perfecta- 
mente cerrados para los nacionales i principalmente para 
los estranjeros. Así es como Robertson ha podido escribte 
que Cárlos V, despues de su abdicacion, llevó en el monaste - 
rio de Yuste uva vida alejada de toda intervencion en los 
negocios públicos, porque así lo habian dicho otros historia- 
dores, i porque no pudo conocer los documentos que solo 
han esplutado los investigadores mecdernos. Pero, aun en 
este punto, debe decirse que muchas de las críticas que se 
han hecho a Robertson i particularmente a su H:storia de | 
América, son injustas i pueriles; i que sus obras conservan 
su gran mérito aun despues que eruditos eminentes han es- 
tudiado atentamente algunos de los sucesos que aquél narró 
en sus obras. 

Eduardo Gibbon (1737 —1794), completa el triunvirato 


“de Tos grandes historiadores ingleses. Protestante de nac:- 


miento, se hizo católico por conviccion, pero volvió ) 8 
la antigua creencia por obedecer a sus padres, i acabó al £u 
por ser escéptico. Miéntras tanto, una pasion ardiente por 
el estudio lo preparaba para los trabajos de la mas -árdua 
30. 


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4 a. . 


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AR 


448. ELEMENTOS DE EITERATURA. 


erudicion. Viajó por varios paises de Europa, 1 hallándose 
en Roma en 1764, concibió la idea de escribir la Historia de 
la decadencia i ruina del imperio romano. Mas de veinte 
años trabajó en esta obra colosal con una contracción i con 
una paciencia infinitas. En ella se encuentran reunidos casi 
todos los méritos que puede adornar a un historiador, cono- 
cimiento profundo de los monumentos, una lectura inmensa 
3 cuidada, investigacion de los materiales mas desconocidos, 


comparacion injeniosa de todos los datos que puede ofrecer ' 


la historia, reconstruccion del pasado por el trabajo i el cál- 
culo, un estilo límpido, elegante i vigoroso; pero sus ideas 
filosóficas, o mas bien dicho, la falta de principios fijos en 
moral, en política, lo estravían cun frecuencia. Su hostilidad 
al cristianismo lo ha hecho cometer verdaderas aberraciones: 
Gobbon lo acusa de haber destruido el mundo romano, des- 
truyendo la armonía de'este vasto imperio, cuya fuerza arran- 
ca su admiracion 1 estravía en cierto modo su juicio. A pesar 
de estos defectos, la obra de Gibbon subsiste como uno de 
los mas grandiosos monumentos históricos de los modernos. 
«Antes de Gibbon, dice M. Guizot, no se habia hecho una 
obra semejante; i aunque habria podido perfeccionar ciertas 
partes, es verdad que después de él no queda nada por ha- 
cerse.» De mui pocas obras históricas habria podido hacer 
un elojio semejante un juez tan distinguido. 

15.—El jenio ingles tuvo muchos otros medios de mani- 
festacion durante el siglo que acabamos de recorrer a la lije- 
ra. Sin hacer mérito de los grandes trabajos emprendidos en 


: materia de ciencias exactas i naturales, i de los notables des- 
- cubrimientos jeográficos, debemos indicar aquí, aunque esto 


no entre en el cuadro de este libro, que la Inglaterra del 


Siglo XVIII produjo eminentes filósofos, entre los que des- 


cuellan Berkerlei, Reid i Dugald Stewart; grandes econo- 
mistas, úño de los cuales, Adam Smith (1723—1790), fué 
el primero que en una obra jistamente famosa, fijó los prin- 
cipios i sefialó los límites de la economía política; i algunos 
moralistas de gran distincion. 

Entre estos merecen ser colocados los humoristas. Esta 
palabra, que ha servido de tema a tan delicadas ¡ sutiles di- 
sertaciones, i que se ha oscurecido tratando de esplicarla, es 
mas fácil de comprenderse que de definirse. Indica al hom- 
bre que se entrega a su humor con independencia, i que en- 





(IA q 





HISTORIA LITERARIA. TIEMPOS MODERNOS. 449 


<uentra el medio de interesar a los otros segun su capricho. 


_ _ Lorenzo Sterne (1713—1868) puso a la moda esa mezcla 
¿.4tv"de sentimiento i de lijereza que constituye la esencia de este 


¡jénero, i es considerado hasta ahora como el mas célebre de 
los humoristas ingleses. Su Viaje sentimental, en que refiere 
lo que le ha ocurrido durante un viaje en Francia, está com- 
puesto de una série de escenas o de episodios desligados, 
pero llenos de una rara perfeccion en los detalles. Dando 


* cuenta de sus sentimientos i de sus ideas, Sterne se muestra 


observador profundo, inclinado a moralizar; pero al lado 
de lo patético, coloca rasgos injeniosos i picantes destinados 
a hacer reir. Los retratos de los diversos personajes son tra- 
zados con mano maestra. La influencia de Sterne se ha he- 
-cho sentir dentro i fuera de Inglaterra; i el jénero humo- 
rístico, cultivado en muchos libros, forma tambien en nues- 
tro tiempo uno de los elementos indispensables del periodis- 
mo moderno. El viaje al rededor de mi cuarto por-Javier de 


¡¿o%2 Maistre (1764-1852), es uno de los libros mas admirables 
que se hayan compuesto en este jénero, ¡uno de los mas 


bien escritos que cuente la literatura francesa moderna. 

Son notables tambien en este siglo de la literatura ingle- 
sa los escritores políticos, no solo por la novedad de las ideas, 
sino por las dotes del estilo. Se distingue por ámbos moti- 
vos una série de cartas anónimas publicadas desde el año 
1769 hasta 1771, Jlamadas comunmente Cartas de Junius, 
por el nombre supuesto con que aparecian suscritas, Destina- 
das a señalar las agresiones de la corona i los errores ad- 
ministrativos, el autor desplegó, junto con un conocimiento 
perfecto de la constitucion inglesa, un injenio poderoso, un 
sarcasmo delicado, una hebilidad estraordinaria para retor- 
cer los argumentos de sus contrarios i una pureza de estilo 
«ue hace de cada una de esas cartas el mas incisivo i el mas 
espiritual de los folletos políticos. La crítica moderna ha 
discutido largamente sobre quién puede ser el autor de este 
libro, i por medio de conjeturas, mas o ménos fuydadas, lo 
ha atribuido a diversas personas; pero como hasta ahora no 
se han aducido pruebas verdaderamente concluyentes, se 
«dlebe, decir que el nombre del autor de las Cartas de Junius 
es desconocido por la posterioridad. 

Las discusiones políticas tuvieron un campo mas vasto 
«todavia en el seno del parlamento. La elocuencia parlamen- 





450 ELÉMENTOS DE LITERATURA, 


taria, nacida en Inglaterra con la revolucion de' 1688, reci- 
bió en el siglo siguiente el mas portentoso desarrollo. Las 
cuestiones de mas alta importancia fueron discutidas en la 
tribuna por hombres de verdadero jenio. La abolicion del 
tráfico de negros, la emancipacion de los católicos, la liber- 
tad de las colonias, i otros “asuntos de ménos importancia, 
ajitaron las intelijencias mas elevadas i crearon en el parla- 
mento una elocuencia robusta 1 vigorosa, mas profunda que 
apasionada, mas conmovedora que brillante. Los nombres 
de Lord Chatam, de Burke, de Fox i de Pitt, los mas ilus- 
tres en aquella pléyade de grandes oradores, pertenecen, sja 
embargo, a la historia política de la Gran Bretaña mas bien 
que a la historia literaria. 


16.—A]l cerrarse el siglo XVIII, se inició en Inglaterra 
una profunda revolucion literaria. La crítica alemana habia 
combatido el apego rutinero a las reglas arbitrarias dictadas 
por los preceptistas franceses, i buscado para el arte un cam- 
po mas vasto i¡ mas rico que la simple imitacion de los poe- 
tas antiguos. La poesía de la edad media, mas natural ¡ mas 
espontánea, pero tambien mucho ménos perfecta, era pre- 
sentada como un modelo que, a mas de ser susceptible de 
perfeccionamientos, oponia ménos trabas al libre vuelo de 
la imajinacion del poeta. Esta revolucion, que se llama jene- 
ralmente romanticismo, fué aceptada fácilmente en Ingla- 

* terra; ¡en vez del método i de la mesura que eran los sig- 
no3 característicos de la edad precedente, la fantasía cobró 
ensanche i pareció absorverlo todo. : 


Una verdadera falanje de poetas proclamó i sostuvo este 
movimiento, creando una nueva poesía lírica en que el alma 
se estasía en sus mas secretas emociones. De entre ellos sur- 
jieron particularmente dos que por su jenio colosal han ejer- 
cido una influencia decisiva en la literatura contemporánea, 
Son éstos Lord Byron i Sir Walter Scott, 


, Py alter_ Scott (1771—-1832), era un hombre de una pro- 
dijiosa erudiccion, que conocia perfectamente todas las anti- 
” újedades históricas de la Gran Bretafía, i en particular de 
Í scocia, su patria. Fortificado su espíritu con esos conoci- 
mientos, formado su gusto por la literatura moderna de la 
Alemania i por la poesía de los antiguos bardos o poetas, do- 
tado de una gran facilidad de versiticacion, i de una-imaji- 





Ñ HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. - 451 


nacion poderosa, pero que jamás salia de los límites trazados 
por el buen sentido, Walter Scott compuso i publicó una 
série de poemas o cuentos poéticos que hacian revivir las 
costumbres i las ideas de los tiempos caballerescos o de las 
guerras civiles de Inglaterra i Escocia. Esos poemas fuzron 
recibidos por el público con una avidez que hasta entónces 
no tenia precedente en la historia de la literatura: inglesa; 
pero la aparicion de Lord Byron, i el entusiasmo que pro- 
dujeron desde luego sus primeras poesías, inclinaron a Wal- 
ter Scott a cambiar de rumbo, i a buscar en otro jénero li- 
terario un campo mas vasto de inspiracion i de gloria. 

En 1814 emprendió la publicacion de una série de no- 
velas históricas, que desde la primera, Waverly, produjeron 
una inmensa impresion. Poniendo en ejercicio una imajina- 
cion rica i vigorosa, empleando todos los tesoros de su eru- 
dicion, quiso hacer revivir el pasado por medio de cuadros 
llenos de interes i de vida sobre un tejido de aventuras e 
incidentes romanescos; i creando algunos personajes'imaji- 
_narios, al lado de personajes reales, nos da a conocer las 
- costumbres i las ideas de otros tiempos, bajo una faz que la 
historia no puede presentarnos. Walter Scott es el verdade- 
ro ereador de este jénero literario, i hasta ahora queda mu- 
cho mas arriba que todos sus imitadores. Esas novelas han 
hecho popular en los dominios de la literatura una rejion de 
la Gran Bretafia poco conocida i poco poetizada, la Escocia 
entera, con sus montañas, sus lagos, sus paisajes, sus monu- 
mentos, sus castillos, sus chozas i sobre todo sus personajes 
de todo tiempo i de todos los estados, desde el baron hasta 
el pescador, desde el rei hasta los jitanos. A pesar de esto, i 
aunque el héroe principal de cada novela sea casi siempre 
escoces o ingles, Walter Scott ha recorrido otros paises, la 
Inglaterra, la Francia, la Palestina, bosquejando costumbres 
diferentes, pero bien estudiadas i bien descritas. De esta ma- 
nera ha hecho intervenir en sus novelas, entre otras, las 
importantes figuras históricas de Isabel, de Jacobo I, i de 
Cárlos II, reyes de Inglaterra, de Luis XI, rei de Francia, 


o 


de María Estuardo, de Cárlos el temerario, de Cromwell i * 


de muchos otros personajes de un órden secundario, a los 
cuales conocemos en la vida doméstica, despojados de toda 
la grandeza de aparato que de ordinario los rodea en la his- 
toria, a 


452 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


Cuando consideramos a Walter Scott como pintor de ca- 
ractéres, cuando examinamos sobre todo los tipos inventados 
por él, quedamos sorprendidos por la fecundidad de su in- 
vencion i por el vigor, la novedad i la fidelidad de sus cua- 
dros. No ha buscado como otros novelistas, seres que puedan 
llamarse abstractos, personificaciones de ciertas pasiones 
especiales, sino tipos reales, cuyas ideas i cuyos hábitos co- 
munican a nuestro espíritu toda la ilusion de que éste es 
susceptible. En la descripcion de los objetos esternos i par- 
ticularmente en la de los cuadros de la naturaleza, Walter 
Scott es un artista consumado; pero cuando describe un 
acontecimiento, desplega un poder mas alto todavía, porque 
conoce el alcance de'todas las circunstancias que pueden in- 
teresar al lector, i las combina con gran maestría para pro- 
ducir el efecto apetecido. Aunque no se proponga, como 
otros novelistas, inculcar principios de moral, la moralidad 
resulta de la accion misma, porque todas ellas reflejan los 
sentimientos jenerosos emanados de una alma pura, las emo- 
ciones tiernas, el entusiasmo por todo lo que es noble i bue- 
no: porque todas fortifican nuestra confianza en la virtud i 
nuestro odio al vicio. 

Las novelas de Walter Scott se elevan al númeroWe 
veintisiete, aunque no todas son de un mérito ignal. A parte 
de sus obras poéticas, de que ya hemos dado cuenta, escribió 
tambien numerosas obras históricas i críticas; de tal manera 
que considerado en su conjunto, se puede asegurar que es 
uno de los jenios mas fecundos de nuestro siglo. No es, pues, 

) de estrañarse, que muchas de sus novelas adolezcan de algu- 
nos defectos, de cierta dificultad en la esposicion, de descui- 
dos en el lenguaje i de entorpecimientos en la marcha de la 
accion; pero la verdad es que, si bien algunas de ellas can- 
san i fatigan durante la lectura de las primeras pájinas, cast 
todas despiertan en breve en nuestro espíritu un interes 
profundo que se mantiene hasta el fin, i dejan grabados en 
nuestra memoria recuerdos indelebles por la pintura de los 

- caractéres, por las descripciones de las localidades i por la 
vida de la accion. | 

** pra Lord Byron (Jorje Gordon Byron, 1788—1824), es un 

4 yA jenio de muidiversa especie, 1 seguramente el mas gran poe- 

ta del siglo XIX. Su vida, pasada en la opulencia i en la 
disipacion, le dejó sin embargo tiempo para estudiar i para 


















— 


HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS. 453 


escribir poemas, dramas, odas, elejias, etc., que forman uno 
de los mas ricos conjuntos de poesía que haya producido la 
inspiracion de un hombre. «Su imajinacion, dice M. Ville- 
main, es inagotable para pintarse a sí mismo, para descubrir 
todas las heridas de su alma, todas las inquietudes de su 
espíritu, para profundizarlas i para exajerarlas. Pero fuera , 
de sí mismo, inventa poco. Entre tantos actores como apa- 
recen en sus poemas, no hai mas que un solo tipo de hom- 
bre i un solo tipo de mujer vigorosamente concebidos: el 
uno sombrío, altivo, devorado por el pesar o insaciable de 
placer: la otra tierna, fiel, sumisa, pero capaz de todo por 
amor. Ese hombre es el mismo poeta: esa mujer es la que 
querria su orgullo... Byron, escéptico, atrevido en moral 1 
en relijion, o mas bien discípulo involuntario del escepticis- 
. mo frances, no es innovador en las cuestiones de arte i de 
gusto. Su innovacion se encuentra en la orijinalidad de sus 
impresiones i de su fisonomía, i no en una teoría literaria. 
Por principios i por estudio obedecia al gusto antiguo i a los 
mas puros. modelos del siglo de la reina Ana, cuya lengua 
espresiva i sabia poseia admirablemente... Apesar de su en- 
tera misantropía i del desden que afecta por sus lectores, 
como por el resto de los hombres, era singularmente respe- 
tuoso por la moda, i dócil al gusto de la multitud. De allí 
han nacido esas formas estravagantes i rápidas para despertar 
Ja curiosidad i atraerse la impaciencia de-un siglo escéptico . 
i político... Ninguna belleza de la poesía clásica ha sido 
rehusada a Byron: se inclinaba naturalmente a las formas 
mas elevadas del arte, i a la pompa sabia del lenguaje. A 
nuestro juicio, su obra maestra'es el poema incompleto, mi- 
tad serio, mitad buton, en que ha vaciado confundidas todas 
sus fantasías; es Don Juan, pocma sin regla i sin freno, co- 
mo el héroe, pero lleno de fuego, de injenio, de gracia i de 
enerjía. En el fondo, este héroe no es mas que una variante 
del mismo Byron...De la diversidad de las aventuras nace 
un encanto singular de poesía. Es verdad que no se encuen- 
tran ahí mas que las fáciles invenciones de la novela; pero 
¡cuánto arte en la narracion! i cuando el autor toca la histo- 
ria ¡qué vigor poético! La pintura del sitio de Ismailoff es 
uno de los mas sublimes cuadros de guerra que jamás se 
hayan trazado. Desgraciadamente, este espíritu, por preten- 
sion o por lijereza, tiene frecuentemente la terrible ironía 


454 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


«dlel corazon, i difama igualmente la gloria, la virtud ¡el 
infortinio.» 
17.—La influencia de Walter Scott i de Byron en la: li- 
teraturas modernas ha sido verdaderamente inmensa. Imi- 
tados con mas o ménos fidelidad eu casi todos los ¡»aises, 
ámbos conservan todavia la preeminencia, el primero entre 
Jos novelistas i el segundo entre los poetas de la escuela ro- 
mántica. Al lado de cllos, sin embargo, la Gran Bretaña ha 
producido otros poetas i novelistas ménos ilustres que aque- 
llos dos jenios, pero justamente famosos. Bastaria citar los 
1,9 nombres de "Tomas Moore (1780-1852), nacido en Irlauda, 
p N cuyas poesía3 revelan un patriotismo ardiente, una imajina- 
La > cion poderosa ¡ una armoniosa suavidad en las pinturas 
tiernas i delicadas; de Guillermo Thackeray (1811-1864), 
cuyos estudios de costumbres 1 cuyas novelas le han granjea- 
| ps do la reputacion de uno de los mas injeniosos críticos socia- 
_'Mdes de nuestra época; i de Cárlos Dickens (1812—1870), 


po pintor no ménos admirable "deta sociclad inglesa, de sus 
virtudes i de sus vicios. 


El carácter distintivo de la literatura inglesa contempo- 
ránea es el predominio de la prosa sobre la poesía; i en la 
prosa, la superioridad de la historia i de la novela. Tomas 

+ 2 Babington Macaulay (1800—1859), el primero de los his- 
dal riadores ingleses de nuestro siglo, se ha hecho el contem- 
> poráneo de los sufrimientos del pasado, tanto es el fuego 
( que emplea en condenarlos, tan apasionado es el amor que 
tiene por las libertades públicas, tan vivo es el colorido que 
emplea para darnos a conocer bajo todas sus fuces los suce- 
sos de otros siglos, revelando siempre la elevacion i la jenero- 
sidad de sus sentimientos. Con un arte infinito, i conservan- 
do siempre la mas perfecta unidad, ha hecho entrar en la 
historia las descripciones de las localidades, los cuadros «dle 


costumbres, los retratos «dle los hombres, i la narracion de 
los hechos. 


El idioma ingles es tambien en nuestros «dias el instru- 
mento de una vigorosa literatura en los listados Unidos. 
Al lado de Fenimore Cooper (1789 —1851), el mas feliz de 

4, 2- los novelistas que han tomado por modelo a Walter Scott, 

Ur han surjido allí poetas tan notables como Enrique Long- 
NY felloy (1807) e historiadores.tan ilustres como Washingion 





e 
. 


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4d 


HISTORIA JITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. — 455 


E (1783—1859), Guillermo H. Prescott (1796 - 1859) 


L. Motley (1814—-1873); pero no entra en el cuadro 
te este libro el dar a conocer la literatura proplamente con- 
«. femporánea. 


CAPÍTULO VIL 


LITERATURA ALEMANA. 


1.—El renacimiento en Alemania.—2. Literatura del siglo XVI.—3. Las 
dos escuelas de Silesia en el siglo XVI[,—4.—La literatura alemana en 
la primera mitad del siglo XVIII.--5 —Klopstock.—6. Lessing.—7. 
Gesner.—S. Wieland.—9. Goethe.—10. Schiller --11. Prosadores; Her- 
der.—12, Muller.—13. La crítica literaria; los Schlegel.—14. Conclusion, 


1.—La rejeneracion intelectual producida por el renaci- 
miento, se hizo sentir en Alemania desde fines del siglo 


Los pueblos jermánicos, así comu la Italia i la Francia, 
volvieron sus miradas hácia la antigiiedad para profundizar 
el estudio de las literaturas clásicas. Grandes eruditos hicie- 
ron conocer los mejores autores griegos i latinos e inspiraron * 
el gusto por este estudio. La reforma vino entónces a apar- 
tar los espiritus de los trabajos literarios i a dar un carácter 
relijioso, político i social a aquella importante revolucion. 

Esa renovacion de los estudios clásicos, iniciada por Juan 
Reuchlin (1455—1522), uno de los hombres mas eruditos 
i uno de los filólogos mas profundos de su tiempo, fué se- 
gundada por dos hombres de un gran talento i de una ins- 
truccion inmensa, por Erasmo i por Melanchton. El prime- 
ro de ellos, Desiré (deseado) Gérard (1467—1536 ), que 
tradujo su nombre al griego i se llamó Erasmo, enseñó las 
lenguas clásicas en Holanda su patria, en Inglaterra, en Sui- 
za ien Alemania, escribió muchas obras en que el injenio 
alegre 1 picante se encuentra unido a una vasta ciencia, i ha 
merecido el sobrenoribre de Voltaire latino, por ciertas ana- 
lojías de estilo i de creencias con el célebre filósofo frances, 
El segundo, Felipe Schwartzerde (tierra negra) (1497— 
1560), que tambien tradujo al griego su apellido i se llamó 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 457 


Melanchton, enseñó las lenguas clásicas i la filosofía, se alistó 
mas tarde en las filas de los reformadores, a quienes preten- 
dió en vano reunir en una doctrina, i cómpuso muchas obras 
de controversia relijiosa, de filosofía, de retóricai de gra- 
mática que revelan sus vastísimos estudios. Ellos refor- 
maron la enseñanza en las escuelas i crearon una jeneracion 
de hombres distinguidos que debian ilustrarse en el cultivo 
de todas las ciencias, 

2.—Todos estos sabios escribieron sus obras en latin. Mar- 
tin Lutero (1483—-1546), el famoso promotor de la reforma 
relijiosa en el siglo XVI, es tambien el fundador, puede 
decirse así, de la lengua alemana moderna; i ejereió por sus 
cánticos, por sus sermones ¡ por sus otras obras, una influen- 
cia profunda sobre la literatura nacional, Su traduccion de 
la Biblia, que obtuvo desde el principio una boga estraor- 
dinaria, reunió los dialectos de la alta i de la baja Alemania, 
i fué por su forma el fundamento de la lengua, así como por 
su fondo lo fué de las nuevas doctrinas relijiosas. La ener- 
jía de su espresion, el calor vigoroso de su lenguaje, )hicie- 
ron de ese libro el modelo de la prosa durante dos siglos. 
Sus otros escritos i particularmente sus cánticos de iglesia, 
enriquecieron tambien el idioma con nuevas voces i con 
nuevos jirus, sujeridos por su imajinacion ardiente i apa- 
sionada. 

La prosa alemana se ejercitó, como debe suponerse, en las 
interminables cuestiones teolójicas i políticas a que dió lu- 
gar la reforma relijiosa. Compusiéronse tambien algunas 
crónicas sobre los sucesos de ese tiempo, i algunas novelas 
en que se consignaban las tradiciones romanescas i popula- 
res de la Alemania. Entre esas producciones hai algunas que 
son una simple traduccion o imitacion de los libros de ca- 
ballerías de la literatura francesa. 

Los poetas fueron mucho mas numerosos en el siglo 
X VI; pero en jeneral, la poesía hizo progresos ménos nota- 
bles que la prosa. Su mas distinguido representante es Hans 
Sachs (1494—1576), hijo de un sastre de Nuremberg, i él 
mismo. zapatero en su ciudad natal, que era entónces el 
centro del movimiento artístico, científico i literario. "Tenia 
veintiun años cuando estalló la reforma relijiosa. Abrazó su 
causa con fervor i saludó a Lutero en una pieza poética con 
el título de Ruiseñor de Witemberg, pero no adoptó en sus 


A A A A 


458 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


obras el tono apasionado i violento de los novadores. Poeta 
lírico i dramático, dando a todo lo que tocaba su pluma un 
carácter nuevo, Hans Sachs se distingue sobre todo por una 
asombrosa fecundidad comparable solo a la de ciertos poetas 
españoles. Sus obras constan de 208 comedias o trajedias, 
1700 farsas teatrales, 4200 piesas poéticas, narraciones bí- 
blicas, cuentos, fábulas, cantos de guerra, cánticos relijiosos, 
canciones alegres. No se busque en sus obras un poeta de 
verdadero jenio, ni una llama creadora; pero sí se encontra- 
rá una gran naturalidad, mucha sensatez i un buen humor 
inagotable. Ha pintado la vida real en el tono mas sencillo, 
pero con el colorido de la verdad, i ha ejercido sobre sus 
contemporáneos uva poderosa influencia, no solo por la be- 
lleza de sus versos sino por la templanza de sus sentimien- 
tos, estraña i casi inconcebible en una época de violencias. 
Toilos los otros poetas de su siglo quedan oscurecidos ante 
la gloria de su nombre. 

:3.—La reforma, que habia impreso al principio un im- 
pulso tan vigoroso al espíritu jermánico, acabó por ejercer 
sobre la literatura una influencia funesta. Desde luego rro 
era posible aplicarse alestudio literario porque no se gozaba 
del reposo i de la tranquilidad necesarios para el cultivo de 
las letras. Desde la segunda mitad del siglo XVI se perci- 
be ya que el hábito de las controversias relijiosas ha enjen- 
drado una escolástica nueva en que protestantes 1 católicos 
se pierden en discusiones interminables desprovistas del 
verdadero sentimiento literario. Las letras cayeron así en 
un estado de postracion o solo tuvieron manifestaciones 
én que se encuentra siempre una gran vulgaridad. La gue- 
rra de treinta años, que preccupó a casi toda la Alema- 
nia, i que al fin la dejó sometida en política a todas las 
influencias esteriores, produjo tambien la dominacion estran- 
jera en literatnra, «Se descubren las huellas de esta domina- 
cion en la lengua, en lus corporaciones sabias, en la forma 1 
“en el fondo de la poesía alemana, dice Weber. La lengua 
alemana perdió el carácter sencillo i evérjico que Lutero le 
habia impreso, i se alteró con la introduccion de una multi- 
tud de palabras tomadas a las lenguas antiguas i romanas. 
Los poetas alemanes tomaron sobre todo por modelo al ita- 
liano Marini, cuyo estilo es pintoresco pero ampuloso, i a los 
mas pulimentados de los autores franceses. Desde esta época, 








HISTORIA LITERARIA, —TIEMPOS MODERNOS, 459 


la literatura francesa fué durante mas de un siglo el modelo 
de la poesía alemana.» , 

La Silesia, que habia sufrido conla guerra de treinta 
años mucho ménos que todo el resto de la Alemania, fué el 
único asilo que quedó a las letras; i de allí salieron los prin- 
cipales representantes de esa triste literatura del siglo X VIT. 
Se distinguen en este período «os escuelas silesianas. La pri- 
mera fué fundada por Martin Opitz (1597 —1639), poeta 
correcto, talento metódico, que, fundándose en las reglas del 
arte antiguo i tomando por modelo la literatura clásica, creó 
una nueva forma poética. Apesar de la grande estimacion 
de sus contemporáneos, Opitz no es notable mi por su carác- 
ter ni por sus escritos. A fuerza de lisonjas obtuvo el favor 
de los grandes, i no empleó su influencia en favorecer a los 
hombres de verdadero talento. Carecia de imajinacion i de 
profundidad, i daba la mas grande importancia a la perfec- 
cion de la forma, a la pureza del lenguaje, a la construccion 
de los versos, 'a los jiros espirituales i sorprendentes. Su 
poesía es la poesía del buen sentido, clara, armoniosa, mes 
tódica, pero casi siempre fria. No se ensayó ni en la cpope- 
ya ni en el jénero dramático; perfeccionó solo la poesía lírica, 
escribió cantos sagrados i profanos, i poemas didácticos i 
i descriptivos. Su influencia se hizo sentir particularmente 
sobre los versificadores a quienes dió exelentes preceptos i 
buenos modelos. 

Esta primera escuela silesiana tuvo un gran número de 
adeptos, todos ellos inferiores a su fundador; pero la fria 
imitacion de la literatura clásica francesa, el gusto por la 
correccion i el deseo de alcanzar a la eiegancia, produjeron 
una reaccion violenta, i luego la creacion de una segunda 
escuela silesiana, cuyo jefe fué Cristian Hoff (1618— 
1669). Versado en el estudio de la antigiiedad i de los poe- 
tas estranjeros, i poseedor de una verdadera inspiracion, 
tomó de los franceses la galantería, i de las italianos ese re- 
cargo de adornos de la escuela de Marini que habian corrom- 
pido el gusto poético. Sus poemas críticos son fáciles i ele- 
gantes; pero con frecuencia licenciosos, Sus poesías espresan 
la alegría i el amor al placer, mezclados de sensualidad. Su 
estilo está empañiado por lo rebuscado i por una pretencio- 
sa afectacion de sensibilidad. En él, como en los otros poe- 
tas de esta segunda escuela silesiana, se descubren los imis- 





460 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


mos defectos, la hinchazon, la exajeracion, un amor excesivo 
por la forma, figuras i epítetos insípidos, tomados de los 
escritores franceses e italianos que le servian de modelo. 

Si un injenio de primer órden se levanta en medio de este 
abatimiento literario, no viendo nada de vivo, escribirá para 
la Europa en una lengua que no es la suya. Esto fué lo que 
ocurrió en la Alemania durante el siglo XVII. Un gran nú- 
mero de sabios, entre los cuales domina el astrónomo Kepler, 
habian ensanchado con sus obras i con sus descubrimientos 
todos los ramos de la ciencia, empleando siempre la len 
latina, cuando apareció Godofredo Guillermo Leibnitz (1648 
— 1716), uno de los mas grandes jenios que hayan existido, 
i el talento mas universal de los tiempos modernos. Filósofo, 
teólogo, matemático, físico, jurisconsulto, historiador i filó- 
logo a la vez, cultivó con gran distincion casi todos los ramos 
de los conocimientos humanos; pero conservó el latin como 
el idioma de la ciencia, Leibnitz fué el rival de 1lsaac New- 
ton (1642--1727), el primero de los sabios de Inglaterra, 
el mas grande de los matemáticos, de los físicos 1 de los 
astrónomos; pero si sus contemporáneos estuvieron diverjen- 
tes en la estimacion de estos dos colosos, la posteridad, mu- 
cho mas justiciera, ha dado a cada uno la gloria que le co- 
rresponde, 

4,—Durante la primera mitad del siglo XVIII, el estado 
de la lengua i de la educacion alemanas era verdaderamente 
deplorable. En las cortes i en la sociedad de tono no se ha- 
blaba ni se leia mas que el frances. El idioma i la literatura 
de la Francia eran considerados en todas partes como supe- 
riores o a lo ménos iguales a la antigua literatura clásica. 
El latin, dominaba, entre tanto, en las universidades, porque 
los sabios profesores creian indigno de ellos el escribir o el 
enseñar en la lengua del pueblo. Así fué que al iniciarse 
una reaccion contra aquel estado de cosas, se empleó la pri- 
mera parte de aquel siglo en discutir los principios del gusto, 
las reglas de la gramática i en fijar lo que habia de incierto 
en la lengua. | 

La imitacion francesa era a principios del siglo, el ideal 
de la iteratura. Juan Cristóbal Gottsched (1700—1766), 

. . a ER TY di e . 
prusiano de ortjen, ejerció en este sentido una grande influen- 
cia £obre gus contemporáneos, como profesor, como poeta i 
como crítico. En una revista Jiteraria, en la enseñanza, en 





/ 


HISTORIA LIPERARIA.——TIEMPOS MODERNOS. 461 


todas partes recomendaba la literatura clásica francesa como 
el modelo mas digno de imitacion; i uniendo el ejemplo a la 
doctrina, compuso trajedias calcadas sobre las de Racine que 
tuvieron gran boga en su tiempo. Sus preceptos, reunidos en 
una obra especial, fueron lei en muchas escuelas. 

La reaccion contra este sistema tuvo su oríjen en la Suiza. 
Alberto de Haller (1708—1777), natural de Berna, uno de 
los primeros sabios antiguos i modernos, botánico, anatomis- 
ta, historiador i poeta, manifestó prácticamente, 1 por medio 
de sus escritos, que la poesía no se hallaba solo en la imita- 
cion francesa, Espíritu severo, algunas veces sombrío i me- 
lancólico, apasionado por los escritores ingleses, campeon de 
las creencias cristianas. en un siglo de ecepticismo, es notable 
como escritor por la enerjía i la flexibilidad de su lenguaje, 
bien que su estilo, que él se empeñiaba en hacer rápido i con- 
dlensado, sea algunas veces oscuro, Su obra mas notable es 
un poema didáctico, Los Alpes, que encierra una descripcion 
pintoresca de los lugares grandiosos de la Suiza, una pintu- 
ra de sus costumbres primitivas i el elojio de una vida sen- 
cilla. 

Haller, sin embargo, no pretendió fundar escuela, ni abrir 
discusion sobre las teorías literarias. Otro escritor suizo Juan 
Jacobo Bodmer (1698—1783), poeta frio, pero crítico en- 
tusiasta, ejerció una influencia considerable sobre la literatu- 
ra alemana por la censura razonada de la poesía moderna, 
i por la rehabilitacion de la antigua poesía. Combatiendo 
ardorosamente la imitacion de los escritores franceses, avivó 
el sentimiento nacional, opuso la poesía del norte a la poe- 
sía de los pueblos neo-latinos, publicó los cantos de los 
Minnesinger, tradujo a Milton i despertó el entusiasmo por 
otro ideal. Ayndáronle en esta empresa otros críticos dis- 
tinguidos: muchos jóvenes escritores se agruparon al rededor 
de la nueva escuela; i Grotteched pudo ver el descrédito de 
sus doctrinas, cuando se creia aun en el colmo de su gloria. 

5.—El primer poeta de jenio que se hizo famoso en la 
nueva escuela fué Federico Teófilo Klopstock (1724—-1803), 
poeta sajon de mérito notable 1 de nz gran fecundidad. 

asó su vida en Suiza, cerca de Bodmer, en Dinamarca, o 
en diversas provincias de Alemania, i gozó en su tiempo de 
una reputacion literaria de que no habia gozado ningun es- 
critor aleman ántes que él. Klopstock compuso trajedias 


462 ELEMENTOS DE LIYERATURA. 


odas, un poema heróico i algunas óbras en prosa sobre lite- 
ratura i gramática, pero es célebre principalmente por una: 
epopeya en que bajo el título de Mesiada, canta la vida de 
Jesucristo. La accion comienza en el momento en que los 
enemigos de Jesus piden su muerte; i el desenlace es el 
triunfo de la misericordia de Dios i la reconciliacion del 
jénero humano con su creador. Aunque el poeta no haya 
dividido su obra en dos partes, los diez primeros cantos for- 
man un poema completo que termina con la muerte del Sal- 
vador: los diez últimos, llenos de himnos que se cantan en 
el cielo, están consagrados a Jesucristo. La falta de accion, 
o mas bien de peripecias, sobre todo en la segunda ¡arte, 
constituye el gran defecto de este poema. Su asunto, dema- 
siado conocido, no podia ser alterado, i apénas podia ser 
embellecido con algunas circunstancias estrafías. Todo el ta- 
lento de Klopstock, esencialmente lírico i descriptivo, está 
en la ejecucion. Son admirables, sobre todo, los retratos de al- 
' gunos apóstoles, de sus ánjeles guardianes i de otros perso- 
najes, a pesar de que los discursos que el poeta pone en sus 
bocas, son demasiado largos i pomposos, Hai tambien alga- 
nos episodios justamente aplaudidos. 

Apesar de los defectos indicados, el poema de Klopstock 
obtuvo un triunfo espléndido, La crítica no vió en él mas 
que las bellezas ¡.el gran propósito que el poeta declaraba 
públicamente de crear una poesía nacional alemana. Klops- 
tock alcanzó este objeto: i el movimiento impreso por él 
sobrevivió a su triunfo. En nuestro tiempo, la Mesiada es 
mucho ménos leida: se la lee solo por fragmentos, porque 
la monotonía del conjunto la hace fatigosa; pero es conside- 
ráda siempre como uno de los monumentos de la literatura 
alemana, por la influencia que ejerció sobre clla. 

5.—Miéntras que Klopstock purifica las imajinaciones 
trazándoles un camino que no es la imitacion ciega de una 
literatura estrafña, otro escritor de gran mérito, Lessing, 
cooperando a la misma revolucion, aguza i fortifica las inte- 
lijencias. Efrain Lessing (1729 —1781), poeta filósofo, eru- 
dito, periodista, innovador Jleno de ideas, escritor de primer 
órden en la polémica, era tambien orijinario de Sajonia. 
Tessing se ensayó en el drama con poca felicidad en el prin- 
cipio; pero luego, su jenio impetuoso, apartándose de las 
reglas de la escuela clásica, quiso dar a las obras teatrales 








HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 463 


un carácter verdaderamente nacional; se inclinó un poco a 
los modelos ingleses, i al fin salió airoso en su empresa, ¡pues 
tanto sus comedias como sus dramas respiran un sentimien- 
to verdaderamente aleman. Compuso tambien una coleccion 
de fábulas con el propósito de dar a este jénero la sencillez 
i la b, evedad de que los antiguos habian dejado algunos mo- 
delos, 1 de probar que el apólogo no necesita del adorno del 
verso para su perfeccion. Las fábulas de Lessing, apesar 
de la naturalidad con que han sido escritas, ofrecen al- 
guna oscuridad por su desmedida precision, 1 las senten- 
cias morales son algo rebuscadas. Ademas, esos apólogos no 
se graban fuertemente en la memoria, ya sea porque su ac- 
cion es apénas sensible, ya porque sus observaciones son 
demasiado metafísicas. 

La accion de Lessing sobre la literatura alemana se hizo 
sentir particularmente por su crítica; i si él creó, como se 
le reconoce, el verdadero teatro aleman, fué por sus consejos 
i por sus lecciones, mas bien que por las obras dramáticas 
que escribió. Antes de él, no se representaban en Alemania 
mas que traducciones o pálidas imitaciones del teatro frances. 
Deseoso de dotar a su pais de un teatro nacional, combatió 
lo que encontraba defectuoso en los clásicos franceses, i se 
consagró a esta tarea con una especie de animosidad apasio- 
nada, que frecuentemente lo hace injusto, pero que puede 
disculpársele por las raices profundas que tenian las ideas 
que él queria combatir. Su obra capital en este jénero de 
trabajos, tiene el título singular de Laocoor. La tituló así 
porque una comparacion entre el grupo famoso que repre- 
senta la muerte de este desgraciado padre i el magnífico epi- 
sodio de Virjilio en que está contado este suceso, le sirvió 
de punto de partida; pero su libro tiene ademas un segundo 
título que esplica mas claramente su objeto. Este es: Limites 
de la pintura i de la poesía. Lessing flega en este libro a . 
consecuencias enteramente opnestas a las teorías de esa época. 
Piensa que el fin supremo de la poesía es el ideal de la ac- 
cion, del mismo modo que el del arte plástico es la belleza 
corporal ¡ el ideal de la forma humana, que la pintura i-el 
arte oratorio no deben estar mezclados con la poesía, i que, 
por consecuencia, la poesía pintoresca i descriptiva es un 
absurdo. En ésta, como en sus otras obras, se perciben una 
grande erudicion, un gusto sólidamente formado ¡ notables 


$ 


464 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


dotes de estilo. «Lessing, dice madama de Staél, escribió en 
prosa con una nitidez i con una precision enteramente 
nuevas: la profundidad de los pensamientos embaraza con 
frecuencia el estilo de los escritores de la nueva escuela 
alemana; pero Lessing, no ménos profundo, tenia algo de 
áspero en el carácter que le hacia encontrar las palabras mas 
precisas | mas Incisivas.» . 

7.—Al lado de Klopstock i de Lessing, tomando el ejem- 
plo de aquél ¡ loz preceptos de éste, se formó en Alemania 
una jeneracion de poetas que, apartándose del sendero tri- 
llado hasta mediados de ese siglo, robustecieron la nueva 
escuela que en el occidente de Europa fué bautizada, como 
hemos visto en otra parte, con el nombre poco significativo 
de romanticismo. Entre ellos se distinguió, mas aun que 
por su talento, por la popularidad e que gozó en su siglo, 
un pintor suizo, Salomon Gesner (1730 -1788), que intentó 
hacer revivir la poesía pastoral. Gesner compuso algunos 
dramas bien distribuidos i desarrollados, imitó la famosa 
novela de Longo i escribió algunos poemas poco estimados. 
Sus obras capitales son s18 Zdilios i un poema bíblico titu- 
lado La muerte de Abel. Se distinguen los primers por la 
gracia i la naturalidad de ciertos sentimientos: «su lenguaje 
azucarado i sentimental, dice Weber, no impide el reconocer 
la ausencia de ideas, de accion i de naturalidad. Sus pastores 
son jente de mundo que el poeta reviste con la túnica pasto- 
ral para trasportarlos a los campos.» Aunque en ellos no se 
encuentra la vida real, obtuvieron en su tiempo una repu- 
tacion inmensa, sobre todo en Francia. La muerte de Abel 
es una imitacion de Milton i de la Biblia, en que ha sabido 
unir asla ternura de los sentimientos, las bellezas varoniles 
de la alta poesía, i ha espresado con verdad esa sencillez de 
las costumbres patriarcales. Se le reprochan cierta debilidad 
en los caractéres de los personajes, frecuentes repeticiones, 
descripciones monótonas i una difusion que no es rara en los 
escritores alemanes. 

8.—La literatura alemana no habia realizado todavia to- 
das las promesas de la nueva escuela cuando apareció un 
escritor de un talento singular, pero mas fácil que profundo, 
dispuesto a darle otra direccion, o a lo ménos a cultivar otros 
jéneros ménos conocidos. Era éste Cristóbal Martin Wieland 
(1733—1813), natural de Wurtemberg, poeta de una rara 





HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 465 


fecundidad, prosador ameno i animado, i hombre dotado de 
una grande instruccion. En el curso de su larga carrera li- 
teraria, cambió algunas veces de sistema.- Fué en su juventud 
el admirador de Klopstock i el amigo de Bodmer; luego se 
aficionó a los filósofos franceses del siglo XV ITI, i se hizo 
escéptico i burlon. 

Las obras de Wieland son de muchos jéneros. Compuso 
poemas filosóficos i descriptivos, cuentos en versos, dramas, 
poesías morales, poemas caballerescos, sátiras, novelas en 
prosa. En todas sus obras' ostentó la misma facilidad; 1 to- 
das ellas le granjearon un gran renombre, que, sin embargo, 
ha perdido ya mucho de su prestijio. La mas popular de 
todas es Oberon, poema caballeresco formado sobre la base 
de un antiguo fabliau frances, i escrito con una riqueza de 
detalles que lo acerca a la epopeya inmortal del Ariosto, Su 
asunto es cl viaje de Huon, caballero franco, a quien Carlo- 
magno condena en castigo de un crimen a ir a Bagdad para 
arrancar cuatro dientes 1 un cadejo de barba al sultan i para 
robarle su hija. Huon, escapando a todos los peligros, hace 
este viaje i vuelve.a Paris, donde obtiene su perdon. El 
poema ofrece rasgos maestros en todos los jéneros, burlesco, 
descriptivo, satírico, delicado i patético. Algunos pasajes 
son verdaderamente admirables. Putre sus obras en prosa 
descuellan ciertos escritos satíricos sobre las cuestiones polí- 
ticas del tiempo de la revolucion francesa, i algunas novelas 
filosóficas. Sobresale particularmente en el arte de narrar. 

Esa universalidad de talento, esa lijereza de estilo, la 
causticidad de sus burlas, han hecho que Wieland sea lla- 
mado con frecuencia el Voltajre de la Alemania. En efecto, 
como el filósofo de Ferney, el poeta aleman escribió en to- 
dos los jéneros, ien algunos se mostró superior; pero en 
Voltaire se encuentra un propósito fijo, bien definido i hien 
desarrollado, el de destruir todas las preocupaciones i las 
creencias de su siglo, miéntras que el buen humor de Wie- 
land no obedece a un sistema determinado. Por otra parte, 
iniciado en el conocimiento de la antigiedad i en el de las 
literaturas modernas, Wieland, que poseia un maravilloso 
talento de asimilacion, se apoderó de muchas ideas estrañas, 
sin perder, sin embargo, nada de su propia individualidad, 
pues vestía sus escritas con un estilo elegante i espiritual, 
aunque a veces algo difuso, que le era propio. Dos críticos 


466 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


mui distinguidos, aunque apasionados, los hermanos Sche- 
legel, hicieron por esto mismo una crítica amarga de Wie- 
land. Invitaron a Luciano, a Aristóteles, a Horacio, a Cer- 
vantes, a Shakspeare, a Voltaire i a todos los que tuvieran 
algun reclamo que hacer, a reunirse en junta de acreedores 
a Én de hacer valer sus derechos contra Wieland. Su repu- 
tacion, en efecto, no se ha sostenido a la altura que alcanzó 
en su siglo. 

9.—La rejeneracion de la escena i de la poesía alemana, 
comenzada por Lessing, fué acabada por Goethe. Juan 
Wolfgrang Goethe (1749—1832), el poeta mas grande de 
la” Alemania 1 una de las mas elevadas i vigorosas inteli- 
jencias de nuestro siglo, nació en la ciudad libre de Franc- 
fort, hizo brillantes estudios 1 alcanzó en pocos años el alto 
puesto que su nombre ocupa todavia en la historia literaria 
de su patria. La poesía de Klopstock, la crítica de Lessing 
i la ciencia de Buffon (la historia natural), por la cual tomó: 
una verdadera pasion, fueron las guias de su educacion li- 
teraria; pero en 1772, cuando apénas contaba veintitres 
años, hizo representar Goetz de Berlichingen, drama en el 
jénero de los de Shakspeare, que fué acojido en toda la Ale- 
mania con la mas profunda admiracion. El héroe es un 
célebre personaje de Wurtemberg que habiendo perdido una 
mano en las guerras intestinas de fines del siglo XV, la reem- 
plazó por una mano de fierro, i siguió su carrera militar 
con un ardor inquebrantable. Goethe ha bosquejado a gran- 
des rasgos la vida de ese hombre singular; pero ha agrupa- 
do a su alrededor la vida social de la Alemania de esa época, 
on las rivalidades de los diversos estados, las rebeliones 
constantes, las amenazas de los turcos i la proximidad de la 
reforma relijiosa. Puede criticarse ese drama de falta de 
proporciones, sobretodo si se le aplican las reglas del teatro 
clásico, pero en €l se encontrará siempre el mérito de repre- 
sentar las costumbres, los hábitos, las creencias de la época, 
con tanto vigor como verdad, i de reflejar las aspiraciones li- 
berales de la Alemania en tiempo del autor. 

Las obras restantes de Goethe son doce.dramas, trajedias 
o comedias, casi todas de un gran mérito por el poder de la 
creacion i por el vigor de los caractéres, diez óperas, nume- 
rosas poesías líricas, cuatro novelas, tres poemas narrativos, 
cuatro obras de memorias o de viajes, i cinco tratados de 








HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS, 467 


ciencias, de historia natural o de física, En la imposibilidad 
de dar a conocer cada una de estas obras, vamos a analizar 
las mas notables, tratando en seguida de reunir algunos de 
los rasgos distintivos de la fisonomía literaria de este gran- 
de escritor. 
La mas afamada novela de Goethe, es Werther. Espone 
en ella la vida de un jóven imbuido en las ideas de su tiemn- 
o, que busca la soledad para dar libre curso a su melanco- 
ía, i que presa de un amor, acaba por el suicidio. Los ca- 
ractéres están tan bien concebidos, la narracion tan bien 
encadenada, que la aparicion de esta novela fué un verdadero 
acontecimiento que despertó una tempestad de aprobaciones 
i de contradicciones. Las almas tiernas i apasionadas eleva- 
ron a su autor al rasgo «de los dioses. Los talentos mas des- 
<onocidos, los jenios perseguidos, las pasiones terminadas 
por la muerte o el suicidio fueron elementos esplotados por 
muchos novelistas. Los ortodojos luteranos alzaron la voz 
- contra un libro en el cual el suicidio es el heroismo. Sea 
lo que se quiera, la verdad es que hoi mismo no podemos 
leer Werther sin sentirnos vivamente ajitados por las mas 
profundas emociones que la lectura puede producir. 
Pero la obra colosal de Goethe es Fausto. Por su asunto 
i por su forma no puede ser clasificada en ninguno de los 
Jéneros literarios conocidos, pues aunque tiene la forma dra- 
mática, por su estension i por su carácter jeneral no es he- 
cha para la representacion escénica. Segun una antigua 
tradicion, Fausto era un májico famoso que vivia a fines del 
-8iglo XV ¡a principios del siglo XVI. Deseoso de profun- 
«lizar los arcanos de las ciencias ocultas i de procurarse re- 
«Cursos para satisfacer todas sus pasiones, celebra con el diablo 
un pacto de veinticuatro años, i recibe como servidor al 
demonio Mefistófeles, con el cual viaja llevando una vida 
de placeres i de borrascosas aventuras. Cumplido el plazo, 
Fausto fué llevado al infierno por Satanas. La historia de 
los prodijios operados por Fausto fué esplotada, ya para 
divertir al pueblo, ya para mostrarle los peligros de sortile- 
jios i de una vida en que las pasiones no tienen ningun 
freno. No solo se escribieron sobre este asunto narraciones 
en prosa i con apariencias históricas, sino que la poesía se 
apoderó de la tradicion ¡aun sacó varias veces a la escena 
dramática a Fausto i'sus hechizos. Al apoderarse de esta 


- 


468 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


leyenda, Goethe ha renovado ese Fausto de la edad media 
apropiándolo a las nuevas doctrinas, a las nuevas dudas, a 
los destinos nuevos de la humanidad. En vez del Fausto 
sensual i curioso, con inclinaciones groseras que lo rebajan 1 
lo deprimen, tal como lo habia concebido el pueblo aleman 


del siglo XV, Goethe ha creado un sabio lleno de aspiracio- 
_nes elevadas que lo hacen simpático ¡1 admirable, i ha ani- 


mado su cuadro con un sentimiento profundo de la grande- 
za a que aspira nuestra época, 

Goetlre pone en escena un espíritu vigoroso que ha pro- 
fundizado todos los conocimientos humanos sin encontrar 
satisfaccion para su“conciencia. Está preocupado por el pén- 
samiento del suicidio, que considera como un medio de 
romper los lazos corporales que le impedian descubrir los 
secretos de la naturaleza. De repente, cuando va a acercar a 
sus labios la copa que contiene el veneno fatal, los cantos de 
pascua que celebran la resurreccion de Jesucristo, llegan a 
sus oitlos i le recuerdan los años tranquilos de su juventud, 
el tiempo feliz en que la fé le aseguraba la paz del alma i 
en que todos sus esfuerzos tendian solo a satisfacer las nece- 
sidades lejítimas, Fausto renuncia a su proyecto, 1 quiere 


volver a la fé: pero ha saboreado el fruto del árbol de la 


ciencia, vacila i al fin cae en los lazos que Satanas le tiene 
tendidos. Sin cuidados por la vida futura, libertado de la 
necesidad de conocer sus arcanos, rejuvenecido, i lleno de 
ardor i temeridad, se lanza guiado por Mefistófeles, el espí- 
ritu infernal, en busca de los placeres i de los goces. Fausto, 
héroe del mundo intelectual, recorre el mismo camino de 
borrascosos pasatiempos de los héroes del mundo de los sen- 
tidos, pero no encuentra la apetecida satisfaccion. Por un 
instante la felicidad le sonrie: una mujer, Margarita, suave 
i santa criatura, uno deJos tipos mas perfectos i armoniosos 
que haya formado la imajinacion de los poetas, le entrega 
su corazon. Margarita pierde al fin su inocencia 1 su virtud: 


_€l amor i la seduccion hacen que aquella felicidad consista 


en placeres sensuales, i precipitan a esa pobre niña a las 
mayores faltas, Envenena a su madre, ahoga a su hijo, deja 
que Fausto mate a su hermano en un duelo. La justicia pi- 
e cuenta de estas faltas a Margarita, ella las espía con 
dolor, se.niega a salir de la prision, i el cielo la perdona 
porque se ha arrepentido. Aquí termina la primera parte 








HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS, 469 


del poema. En la segunda, publicada muchos años despues, 
los mismos personajes aparecen bajo una forma simbólica, 
oscura, estravagante, algunas veces inintelijible. Margarita 
aparece en el coro celestial de los penitentes. Fausto es vie- 
jo: no piensa mas que en hacerse útil a los hombres. Muere, 
i¡ su alma purificada, es llevada por los ánjeles a la mansion 
eterna. Goethe ha espuesto aqui simbólicamente sus estudios 
sobre la naturaleza 1 la antigúedad, de cuyo enlace resulta 
un jenio sin alas, la poesía romántica, 

lón esta obra grandiosa i singular, que casi resiste a todo 
análisis, se encuentra mejor que en cualquiera otra parte, la 
vida íntima del autor i sus sentimientos de hombre i de ar- 
tista. Este poema, cuyo plan concibió Goethe en su juven- 
tud, 1 que no acaló sino un año ántes de su muerte, lu ocupó 
durante la mayor parte de su vida. De ahí nace la gran 
diferencia que se nota entre las dos partes de la obra. Aun- 
que no es posible penetrar ciertos pasajes oscuros, ciertas 
vaguedades que dejan ver la profundidad de algunas ideas, 
no se puede desconocer que el Fausto encierra todo lo mas 
sublime que ha podido producir uno de los jenios poéticos 
mejor dotados, i un estudio profundo de la naturaleza hu- 
mana. . 
«Goethe, a quien sus compatriotas han llamado el Apolo 
Musageta (director de las musas), dice M. Philaréte Chasles, 
i que en efecto ha dado el impulso a todos los espíritus 3 
favorecido todos los desarrollos de Ja Alemania, no es de 
fácil comprension en el conjunto de sus obras, tan flexibles 
1 variables son las modificaciones de su pensamiento. Para 
muchos de sus lectores, su prestijio consiste en la melodía 
de un estilo a la vez elegante, puro, flexible, colorido, armo- 
nioso. El campesino repite las canciones de Gocthc; el hom- 
bre de mundo recorre sus pájinas pintorescas; el filósofo 
busca Ja llave de los enigmas que encierra la mayor parte 
de sus obras, Entre los admiradores de este hombre sorpren- 
. dente se encuentran los espíritus mas profundos i las inte- 
lijencias mas frivolas.» Pero el secreto de su superioridad, 
no se encuentra solo en el arte de adaptarse a todos los gus- 
tos: bajo esas formas poéticas reside la razon, fria, serena, 
imperturbable, que no se deja arrastrar por la moda ni por 
la imajinacion. 

10.—El nombre de Goethe está asociado por la amistad, 








470 [ELEMENTOS DE LITERATURA. 


por el jenio i por la influencia ejercida sobre la literatura de 
su siglo, al de otro gran poeta, Federico Schiller (1759— 
1805). Hijo de un capitan del reino de Wurtemberg, Schi- 
Jler, por obediencia a su padre, recorrió los estudios ecle- 
siásticos, la jurisprudencia i la medicina en busca. de una 
carrera profesional; i en efecto, alcanzó al puesto de ciruja- 
no de ejército. Pero su pasion por la literatura i por la poe- 
sía en particular, era tan poderosa que luego lo abandonó 
todo para entregarse por completo a su cultivo. Despues de 
algunos ensayos de poca importancia, Schiller hizo represen- 
tar un drama titulado Los banaidos, que fijó su reputacion. 
Esta pieza terrible, protesta audaz contra todos los lazos 
que pueden encadenar al hombre a un órden social, absurda 
i arbitraria por sus pasiones profundas, por sus caractéres i 
por los hechos, que sin duda salen de los límites naturales, 
ejerció una impresion irresistible sobre la impetuosa'juven- 
tud, i dió oríjen a una série de novelas en que los bandidos 
eran hombres estimables, que buscaban en Jos bosques la 
independencia de que no podian gozar en las ciudades. 
- Cuéntase que en medio del entusiasmo producido por la re- 
presentacion, hubo jóvenes dispuestos a reunirse para for- 
mar en las selvas una de esas asociaciones que Schiller 
habia retratado con tanta enerjía, 

Este triunfo lo precipitó de Jleno en la carrera literaria. 
Poeta lírico i dramático, novelista, historiador, filósofo 1 
crítico, Schiller cultivó todos estos jéneros con verdadera 
superioridad. A él se debe el haber popularizado en escritos 
. lenos de sagaz observacion i de buen gusto literario las me- 
tafísicas teorías de Kant sobre lo bello. Sus obras históricas 
la Historia de la rectolucion de los Paises Bajos, i la Histo- 
riu de la guerra de treinta años, pueden haber envejecido, 
es decir, el estudio mas profundo de las fuentes históricas 
puede haber ensanchado i rectificado las informaciones so- 

re aquellos sucesos, pero esas dos obras conservan su méri- 
to como un ensayo de alianza con la poesía descriptiva 
para engalanar la narracion de los sucesos sin hacerles per- ' 
der su verdad. 

Sin embargo, son sus poesías líricas í sus Hramas las obras 
que revelan toda la estension de su ¡ienio, las que esplican 
su influencia literaria i las que conservan la estimacion que 
se granjearon desde sus primeros dias. Schiller es uno de 


HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MODERNOS. 471 


los mas grandes jefes de la escuela romántica: es ante todo 
un poeta idealista que trasforma todo lo que toca. Ennoble- 
ce las pasiones, aun las que nacen del crimen o que condu- 
cen a él; purifica el amor revistiéndolo de cierta inocencia; 
arroja hasta sobre la fealdad moral un barniz que sin dis- 
culparla, la hace soportable a la vista. Schiller, creador de 
los sentimientos puros i consoladores, encuentra en su cora- 
zon el secreto de estas trasformaciones, no siempre natura- 
les, es verdad, pero siempre hermosas. Esta tendencia idea- 
lista no esplicaria por sí sola la aprobacion universal que 
han encontrado sus obras en todo el mundo civilizado, por- 
que, fuera de lord Byron i de Walter Scott, no existe quizas 
un autor moderno que haya encontrado tantos traductores o 
imitadores. Pero esta predileccion instintiva tiene su funda- 
mento en el carácter humanitario de sus obras; pues, si biew 
Schiller ha hecho vibrar ante todo las fibras de la naturale- 
za alemana, su amor exaltado por los derechos del jénero 
humano le ha hecho hablar un lenguaje que ha debido ser 
comprendido por todos los corazones jenerosos, sin distin- 
cion de nacionalidad. Examinando sus trajedias, se encuen- 
tra en cada una de ellas nna idea jeneral que interesa a 
todos los hombres, desarrollada a veces, es cierto, con algu- 
na declamacion inátil, pero de ordinario con buen gusto, 
En Los bandidos es el odio contra la arbitrariedad social; 
en Fiesko, la lucha del republicanismo contra las usurpacio- 
nes monárquicas; en Intriga ¿ amor, el odio de la clase me- 
dia contra la aristocracia, la lucha del amor contra las com- 
binaciones maquiavélicas; en Don Cárlos, por un feliz ana- 
cronismo, se encuentra el siglo X VIII con sus ideas de 
reforma en presencia del despotismo real i de las tradiciones 
tiránicas, la filosofia delante de la inquisicion; en Wallens- 
tein vemos la alta ambicion de una poderosa individualidad 
que quiere esplotar en su provecho esclusivo i egoista las 

ificultades de una guerra civil; en María Estuardo se no- 
ta una protesta contra las persecuciones relijiosas por medio 
de la presencia de dos cultos hostiles, simbolizados por dos 
reinas rivales; en Juana de Arco ¡en Guillermo Tell, por fin, 
se vé el amor del suelo natal. que se levanta contra la inva- 
sion estranjera. En todos estos dramas, ademas, aparecen 
caractéres de una anjélica pureza que encantan al lector. En 
sus poesías líricas, notables siempre por la profundidad de 


472 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


las ideas i el calor del pensamiento, se encuentra de ordina- 
rio el mismo carácter filosófico i didáctico. 

Schiller ¡ Goethe, como hemos dicho mas arribd, vivieron 
en tuna comunidad literaria noble i fraternal. En su corres- 
pondencia, que ha sido publicada toda, los dos poetas'se 
alientan el uno al otro, se comunican sus aspiraciones; i sin 
celos secretos, sin entusiasmo mezquino, consagrados com- 
pletamente al culto de lo ideal, dieron a la Alemania i al 
mundo entero el mas magnífico ejemplo del sacerdocio del 
arte. La misma muerte de Schiller no interrumpió esa es- 
trecha intimidad de estas dos grandes almas: en la última 
faz de la carrera de Goethe, durante los últimes veinte 1 
siete años de su vida, cuando su jenio tomó posesion del 
mundo entero, por decirlo así, se encuentra siempre el re- 
cuerdo i la inspiracion de su amigo. 

11.—Estos dos nombres bastarian para constituir la glo- 
ria-de un sigio; pero al lado de ellos la Alemania cuenta 
una falanje de poetas, cuyo análisis no puede tener cabida 
en un libro de la naturaleza del presente. Cerca de ellos, los 
filósofos especulativos revuelven todos los sistemas antiguos, 
crean nuevas doctrinas i fundan nuevas escuelas. Algunos 
aplican la filosofía al estudio del arte i crean la estética, la 
ciencia de lo bello; otros la aplican al estudio comparado de 
lus antiguas relijiones i fundan la verdadera ciencia de la 
mitolojía; otros la aplican al estudio de las lenguas i fundan 
la ciencia de la filolojía comparada; otros, en En, la aplican 
a la historia, 1 despues de prolijas investigaciones, creen 
der establecer la lei fundamental de la marcha de la huma- 
nidad. 

A este número pertenece Juan Teófilo Herder (1744— 
1803), célebre predicador prusiano, que Tué a la vez literato, 
teólogo, filósofo, crítico i filólogo, i que ejerció una grande 
influencia sobre su tiempo por sus numerosos escritos i por 
sus trabajos. Como filósofo, es un escritor elocuente, de una 
imajinacion rica i fecunda, de un espíritu mas estenso que 
profundo, animado de pensamientos nobles i jenerosos aun- 
que con fretuencia superficial. Pero donde es verdaderamen- 
te orijinal i donde hace sentir sus méritos superiores, es en 
una obra titulada Ideas sobre la filosofía de la historia de la 
humanidad. «Desde mis tiernos años, dice é€l mismo, cuan- 
do el campo de la ciencia se desplegaba a mi vista con toda 











, HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 4173 


la frescura de la mañana, me asaltó con frecuencia el pensa- 
miento de examinar si lo que nos interesa mas, la historia 
jeneral de la humanidad, tiene tambien su filosofía i su cien- 
. Cia, puesto que todo en el mundo la tiene. 'Podo me invita- 
ba a ello, la metafísica i la moral, la física i la historia na- 
tural, i sobre todo la relijion.» Ese libro es el fruto de sus 
prolijos i variados estudios i de su constante observacion. 
Herder cree que la relijion es la mas antigua i la mas santa 
de las tradiWones; i despues de estudiar la composicion de 
la tierra i de la naturaleza segun la ciencia de su tiempo, 
trata de ponerla en armonía con la historia de la creacion 
segun Moises. Se empeña en descubrir en la organizacion 
misma del hombre el jérmen de sus facultades intelectuales, 
el amor al prójimo, la fé relijiosa etc., 1 acaba por presen- 
tarlo como el intermediario entre dos mundos. Su imajina- 
cion levanta temerariamente i con una magnificencia orien- 
tal un edificio de tradiciones de donde emanan las ciencias, 
las artes i los gobiernos. Recorre sin descanso el penoso ca- 
mino de las esperiencias i de las ana!ojías i la historia de ' 
todos los ramos de los conocimientos humanos, hasta que al 
fin puede colocarse en la cima i abrazarlos con una sola mi- 
rada. De este modo, nos conduce bajo todas las zonas, nos 
trasporta a todos los tiempos. El mundo material i la vida 
humana, los recuerdos del pasado i los presentimientos del 
porvenir se desarrollan en su libro ante los ojos asombra- 
dos de sus lectores. Esta obra, llena de noble entusiasmo, de 
un estilo rico i colorido, “produjo un efecto prodijioso. La 
ciencia moderna, las investigaciones i los estudios mas pro- 
lijos, han podido modificar algunos de sus puntos de parti-_, 
da, la filosofia ha podido rectificar alguna de us conclusio- 
nes; pero apesar de todo, la obra de Herder subsiste como 
un monumento de ciencia, de observacion i de estilo. 
Herder, ademas, ha prestado grandes servicios a la liter2- 
_tura como crítico i como erudito. Por su manera nueva 1 
elevada, por la elocuencia entusiasta con que sabe esponer 1 
apreciar los monumentos de la poesía de los pueblos anti- 
guos i en especial de los hebreos, ha contribuido mucho en 
Alemania a la revolucion que se ha operado en la manera 
de estudiar la historia i de hacer la crítica de las obras del 
arte i de la literatura, revolucion que ha llegadu a hacerse 
universal en Europa. 


a 





474 ELEMENTOS DE LITERATURA 


12.—La historia, propiamente dicha, fué cultivada tam- 
bien en este tiempo con gran profundidrd de estudios, i con 
mucho talento en la manera de escribirla. Se distingue en- 
tre todos los historiadores alemanes un suo, Juan.de-My-» 
ler (1752—1809), que desempeñó en la enseñanza i en la 
política un papel importante. Ademas de muchas diserta- 
ciones sobre varios puntos dé historia, que revelan una 
grande erudicion, compuso dos obras justamente célebres. 
La mas estensa de ellas, la Historia de la confederacion sut- 
za, no alcanza, sin embargo, mas que hasta los primeros 
años de los tiempos modernos. Una filosofía profunda i un 
sentimiento indefinible de verdad que le permite descubrir 
la luz aun en las fuentes mas desacreditadas, se unen en esa 
obra al vigor, a la dignidad i a la orijinalidad del estilo, 
Muller comienza su obra por los oríjenes de la Suiza, i en- 
tra en alguvos detalles sobre las guerras de les helvecios 
contra la república romana; pero la narracion adquiere todo 
su desarrollo desde la caida del imperio de Occidente, cuan- 
do se forman las nuevas nacionalidades. La vida con que 
pinta el teatro de los acontecimientos, las costumbres i los 
progresus sociales de los pueblos, la filosofía con que enca- 
dena las causas i los efectos, han hecho que se le llame el. 
Tucídides moderno.¡Su Historia unitersal refleja las mismas 
dotes. Recorre en rápida revista todos los súcesos pasados, 
señialando con mano de maestro los puntos culminantes de 
la historia i los cuadros jenerales de los progresos de la ci- 
vilizacion. Los sucesos están referidos sumariamente como 
debia hacerse en una obra de corta estension; pero jamas se 
ha escrito un compendio en que los hechos hayan sido mas 
sólidamente estudiados, en que estén espuestos con mas se- 
guridad, i en que exista mayor unidad de pensamiento des- 
de el principio hasta el fin. En efecto, leyendo la Historia 
universal de Muller se adquiere la conviccion de que el au- 
tor sabia toda la historia con una rara profundidad, de que 
escribia de memoria, sin consultar un libro, sin buscar una 
fecha, porque todo estaba reunido de antemano en su mente. 
Por eso es que, apesar de tantcs i tantos compendios de his- 
toria como se han escrito despues, el libro de Muller conser- 
va siempre su valor i su importancia, 

13.—Al lado de los historiadores de Jas guerras i de las 
conquistas se colocan los historiadores de la Titeratura. 'He- 











/ 
HISTORIA LITERARIA. —TIEMPOS MUDERNOS. 475 


mos dicho ya que los alemanes fueron los primeros que 
dieron a la crítica literaria un carácter mas jeneral i elevado 
que el que se conocia ordinariamente. No se limitaron a la 
aplicacion de las reglas de la retórica, a la indicacion de los 
defectos o de las bellezas de detulle: buscaron en las obras 
el conjunto i el espíritu de un hombre, de una época, de una 
nacion, demostrando las influencias de circunstancias estra- 
fías al dominio literario. Es cierto que este sistema ha con- 
ducido con frecuencia a establecer teorías oscuras i embro- 
lladas, a crear sistemas arbitrarios, mas injeniosos que 
verdaderos, i a buscar en las obras de la intelijencia un prin- 
cipio oculto que talvez no ha existido jamas; pero tambien 
es verdad que este jénero de critica, cuando está contenido 
en sus justos límites, es mucho mas provechoso i enseña 
mucho mas que el análisis minucioso de un escrito cuando 
solo se busca si se han aplicado o nó los preceptos de com- 
posicion i de gramática. 

Se distinguen en primera línea entre los críticcs alema- 
nes los «llos hermanos Schlegel, Augu (1767— 
1845) i Cárlos-Pederitó (1772 829), por gu erudicion 
inmensa, por sus estudios filolójicos, por sus grandes traba- 
jos sobre las literaturas orientales i. por haber unido sus 
nombres a grandes teorías literarias. El primero de ellos, 
considerado el primer crítico aleman, es el mas vigoroso 
sostenedor del romanticismo moderno. Su obra capital es el 
Curso de literatura dramática, redaccion de las lecciones que 
sobre esta materia habia dado en Viena en 1808. «Este cur- 
s0, dice Mma, Staél, no es una nomenclatura estéril de los 
trabajos de los diversos autores: el espíritu de cada literatu- 
ra está tomado allí con la imajinacion de un poeta: se siente 
que para producir tales resultados se necesitan estudios es- 
traordinarios; pero la erudicion no se percibe en esta obra 
sino por el conocimiento perfecto de las obras maestras. Se 
goza en pocas pájinas del trabajo de toda una vida: cada 
juicio pronunciado por el autor, cada epíteto aplicado a los 
escritores de que habla, es hermoso, justo, preciso ianimado. 
G. Schlegel ha encontrado el arte de tratar las obras maes- 
tras de la poesía como las maravillas de la naturaleza, i de 
prutarias con colores vivos que no dafian a la fidelidad del 

ibujo.» Este magnífico elojio es justiciero hasta cierto pun- 
to. Schlegel es un crítico tan profundo como brillante del 


476 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


teatro antiguo: representa la fisonomía literaria de los tráji- 
cos griegos i de los cómicos, así griegos como romanos, con 
una fidelidad inimitable, i con un colorido tan vigoroso eo- 
mo límpido i sereno; pero al hablar del teatro moderno, si 
bien es verdad que su talento i su ilustracion lo acompañan 
siempre, la abandona la imparcialidad. El respeto de las 
reglas llamadas aristotélicas, que constituyen el furidamento 
del sistema literario sobre el cual está construido el teatro 
clásico frances del siglo XVII, es-para Schlegel una causa 
directa e inevitable de una verbosa i solemne esterilidad 
Corneille, Raciue, Moliére mismo, cuyas grandes dotes có- 
micas no se pueden poner en duda, como no se puede negar 
la luz del medio dia, son condenados sin piedad 'por el céle- 
bre crítico aleman, que eleva en su lugar a Shakspeare i a 
Calderon, porque despreciando las reglas, estudiaron solo el 
gran libro de la naturaleza. Estas teorías, que sirvieron pa- 
ra popularizar en una gran parte de Europa los principios - 
de la escuela romántica, son demasiado absolutas para ser 
Justas i verdaderas; pero ellas no quitan sino una parte de 
su: mérito a una de las obras mas notables que haya produ- 
cido la crítica moderna. 

Su hermano Federico, con ménos orijina:idad, poseia co- 
nocimientos no ménos vastos i una distinguida peuetracion 
de crítico, ¡ era igualmente apasionado aunque con aparien- 
cias de mayor frialdad ¡ templanza. Habiendo abrazado la 
relijion católica i establecídose bajo el amparo de la corte de 
Viena, se hizo en sus Lecciones sobre la filosofia de la histo- 
ria, el defensor de las preocupaciones nobiliarias 1 aristocrá- 
ticas, el enemigo de los principios constitucionales, el soste- 
nedor de la reaccion que sucedió en Europa despues de la 
revolucion. Federico Schlegel, sin embargo, es el primero 
gus dió la iden jeneral de una historia literaria. Su Historia 

la literatura antigua i moderna, apesar de que respira 
sentimientos análogos i de que se muestra en ella" partidario 
firme pero frio i circunspecto .de la escuela romántica, que 
su hermano habia sostenido con mas ardor, revela una ¡ns- 
truccion tan vasta como sólida; i contribuyó a desacreditar 
los principios esclusivistas i arbitrarios en materia de litera- 
tura i de arte, : . 

14.-—«Quizá no esté léjos el tiempo en que se trate ménos 
de los escritores que del desarrollo de la nacion entera, dice 








/ 


HISTORIA LITERARIA.—TIEMPOS MODERNOS. 477 


Federico Schlegel. Entónces no serán los escritores los que 
formen un público, como en las épocas anteriores, será mas 
bien la nacion la que, segun sus necesidades intelectuales 1 
el movimiento de su vida íntima, suscite 1 formé escritores.» 
El célebre crítico aspiraba a una era de grande ilustracion, 
en que el escritor, léjos de imponer sus ideas i su gusto al 
público, reciba el impulso de la opinion. Estos deseos se 
hau realizado en cierto nmiodo en Alemania despues de la 
muerte de Goethe. En efecto, se ha abierto entónces un pe- 
riodo ménos notable es verdad : por los nombres gloriosos ¡ 
las obras de jenio, que por una infatigable actividad litera- 
ria que se desplega en todos sentidos. Este nuevo período no 
puede presentar un Lessing o un Klopstock, un Goethe o 
un Schiller; “pero cuenta en cambio un número infinito de 
poetas, de novelistas, de críticos i de historiadores. “Todas 
las transformaciones del pensamiento público son reprodu- 
cidas fiel i prontamente por centenares de escritores. Al mis- 
mo tiempo, todos los ramos de las ciencias son eultivadas ¡ 
profundizadas con una pasion i con una laboriosidad que 
hacen el orgullo de nuestro siglo. Pero el verdadero héroe 
de la historia literaria de esta época, no es tal jenio creador 
que abre a los hombres de su tiempo horizontes nuevos; es 
la nacion misma, es Ja Alemauia entera, que se desenvuelve 
ávida de saber i ajitada por un vigoroso poder intelectual, 
En otro tiempo, la literatura tenia su asiento en lugares 
determinados, que parecia preferir a los otros: llevaba así el 
sello de cada pais, lo que le daba un carácter local, In el 
siglo presente, el sentimiento nacional se desarrolla, i la )i- 
teratura, así como el pueblo, marcha a la unidad, penetra 
en todas partes, se hace mas nacional, pierde todo sello local 
iabraza la patria entera. «Las capitales con sus teafros, sus 
museos, dice Weber, las relaciones que se forman ¡i la emu- 
lacion que se produce, las ciudades que poseen universida- 
des con sus bibliotecas i sus círculos literarios, en fin, aque- 
llas en que el comercio de librería se hace en grande escala, 
como Leipzig, Stutgart, Francfort, Berlin, etc., atraen natu- 
ralmente a los poetas i en jeneral a los literatos. La litera- 
tura esperimeuta siempre, pues, la influencia de ciertos 
lugares, de ciertos hombres; pero en vano se buscaria en 
nuestra época un centro literario semejante a los que han 
existido en otro tiempo. Berlin es el asiento de la: Klosofía 


478 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


i de las ciencias especulativas, Munich la escuela de las be- 
llas artes, Iseipzig i ¡ Dresde el centro de la crítica, del arte 
dramático ¡“de las bellas letras: sin embargo, la vida inte- 
lectual se há desarrollado en otras partes i se han visto salir 
escritores de todas las provincias de Alemania» (1). 


(1) Al terminar el capítulo VIII de la segunda parte de este libro, 
dimos algunas noticias sobre las literaturas escandinavas i eslavas, no 
verdaderamente para hacer un análisis por lijero que fuese, de sus escri- * 
tores, “sino para manifestar el enlace o la separacion que existe entre ellas 
ila literatura alemana. En una obra de la naturaleza de la presente, por 
otra parte, ese análisis seria completamente inoficioso, desde que se tra- 
ta de producciones casi ajenas a nuestro gusto i que en realidad no han 
ejercido una verdadera influencia sobre la literatura universal 

Aunque quisiéramos detenernos en las obras que han producido las 
lenguas escandinavas i eslavas, estaríamos reducidos a señalar solo unos 
pocos nombrea, ademas de los que hemos indicado incidentalmente en 
el curso de este libro, como el del polaco Copérnico, i el del holandes 
Erasmo. Nos bastará apuntar en esta nota dos nombres para salvar toda 
omision de importancia. 

Cárlos Lineo, en latin Linnaeus (1707—1778) el famoso naturalista 
sueco, es el mas grande de los botánicos del siglo XVIII. Por sus in- 
mensos trabajos i por el método que introdujo, fué el lejislador i el re- 
novador de la botánica. Desembrolló los trabajos confusos de sus prede- 
cesores, creó para los vejetales una clasificacion sencilla i fácil g inventó 
para los seres organizados esa admirable denominacion binariá que im- 
pide a la ciencia el caer en el caos mas oscuro. Aunque Lixeo escribia 
en latin, i aunque sus obras no sean de un carácter literario, ejercieron 
sin embargo una profunda influencia sobre la ciencia de su siglo, i aun 
sobre la literatura, facilitando la adquisicion de conocimientos que la 
poesía ha utilizado con gran provecho. 

Adan Oehlenschlaeger (1779—1850), el mas grande de los poetas da.- 
neses, ha compuesto dramas, comedias, óperas, poesías líricas i místicas, 
i novelas; i en todos estos jéneros ha desplegado las mismas dotes que 
lo colocan en el número de los jenios mas felices. Su principal mérito 
consiste en haber creado uh teatro verdaderamente nacional; i si bien 
sus piezas no so adaptan perfectamente al gusto de los pueblos del me- 
diodia de Europa, un ojo esperimentado descubre en medio de las máxi- 
mas morales que allí abundan i de los largos discursos, situaciones 
verdaderamente dramáticas i pasiones bien estudiadas. 


FIN. 














LISTA ALFABÉTICA 


DE LOS ESCRITORES 


ANALIZADOS EN ESTE LIBRO” 


«Abelardo, Pedro, 1079-1142. 156 
Abulfeda, 1272-1331 ppal hes 
-Accio, siglo 11 A. J. C.......... 
-Adalberto, San, siglo XIL...... 


y Poio “==” -Kaddison, José, 1672-1719...... 441 
y cams? Agustin, San, 354-430.......... 118 
dl Alarcon, Juan Ruiz, de, 1530- 

O 326 
dz cnt] berto el Grande, 1193-1205. 161 
po” cuino, 725-804.......... coososs 154 


ños cto: + 4%. hkAleman, Mateo, siglo XVlI...... 


, CA Victor, 1749-18083...... 284 

PUT Alfonso X, el Sabio, siglo XIIL. 190 

v Í -Alfonso TV, siglo XIIL......... 209 
-Alfonso Y, el Africano, siglo . 

XV cnccccnononocos ii caraonons 209 

pr — Ambrogini, Anjel, E? 268 

Lila Ambrosio, San, siglo IV+........ 117 

hortera ¿Amiano Marcelino, siglo IV... 146 

-Amos, 784 A. J. Covococo.oomomo 19 

Pr. 7? ...eso Amyot, Santiago, 1513-1593... 359 

pr eo“. Ansa Comneno, siglo XI......... 143 

nt r- vrhánacreonte, siglo VI, A. J.C... 31 

_ de y Andronico, Livio, siglo EA A, 
66 


teo ... 3H, Carrer ep a evopdorpo .«. 
.: e? E 
«Ce 


-Anselmo de Cantorbery, San, 
1083- 1109. .*q0e..0:1089890510000009 st... 214 


-Apiano de Alejandría,'siglo 1l. 56 , A 
Apolonio, de Rodas, 276-186 Latas ? Mawt- An 

A. J. C. OLAPOEILAIDIIAAAAAAIAIADAA 52 ' re e. 
Apuleyo. Lucio, 128... . 106” 


Aquiles Tacio, siglo Tlo.zom.... 1389 4% 
Arato de Solos, 250 A. JPGuem. 527. O po 


Aretino, Véase Bacci.........o. 265404 r 0101? 
Ariosto, Ludovico. 1474-1533. 259(4+*%- ““ep+"", 390 
Aristídes de Mileto...... A IA Lam 
Aristófanes, 450 A. J. Co.c.no.. 36 tro te ael os 10 
Aristóteles, 384 A. J.C......... 144 E 
Arjensola, Bartolomé Leonardo Í WATRS 

de, 1566-1631l.............. ... 330 
Arjensola, Lupercio Leonardo hs ar € 

de, 1565-1613............ cos.os 330 
-Arriano de Nicomedia, siglo 11 58 e 
Atanasio, San, 298......... cono. 113 4t> A 
Ateneo, siglo IL.......... esnososa DT tr ra * 
-Atico, Pomponio, 110-383 A. 

Jo Cenocacnononnensononcnroanass 87 Loa 
Aulo Jelio, 117-180....mmmmmm.. 107 11 PO 
Avila, Frai Juan de, 1500- 


1569. 


supo”: cs 
A 


— (*) Se han señalado con un - los que solo están mencionados en el libro, 


y el toas 


A Balzac, 1594-1669......0.0o.oooro 


5) 


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lana 


Bacci, Pedro, el Aretino, 1492 

AD coccococonononeronaccnnnese 
Bacon, Francisco, 1560-1626.. 
Bacon, Rogerio, siglo XTIL.... 


¡+ Baena, Juan Alfonso de, siglo 


XV DOGAAILLLAEAIIDAAAAAAIAAI0A Ra 


pre - Barante, Guillermo, 1782-1868 
) - Barbier, Enrique Augusto, 1805 
ES E-1-- AAA 

-- —Barros, Juan de, 1469-1570.... 
a. , tBfasilio, San, 329-879.....omoomoo 
.” 2 Beaumarchais, 1732-1799...... 


at. ”o PIS dBeccaria, 1738-1794. ....oooooo. 


Beda, siglo VIT......... 0soconso 


“.Beranger, Juan Pedro, 1780 


-1857.... 1EPBBLODOELILALECCIAI or 


Berceo, Gonzalo de, siglo XII. 
-Bernabé San, siglo I...... .omoso 
Bernay, Alejandro de, siglo XII 
Berni, Francisco, 1190-1538... 
Bibbiena, Bernardo, 1470-1520 


Cudalso, Jose, 1741-1782....... 
Calderon de la Barca, Pedro, 

1600-1681l.......ooosorcnocnosso 
Calino, siglo VIL A. Y. Co... 
-Calpurnio de Sicilia, siglo II. 


vea 2 7 Calvino, Juan, 1509-1564...... 


Pa lua or  Camoens, Luis de, 1524-1579., 


-Cantu, César, 1805......omomosos 
-Capmany i Montpelau, Antonio, 

1742-1813 .....ooooocomoscorenos 
Carlomagno, 742-8l4............ 


Mamo  — - ———£trlos de Orleans, siglo XV.... 


by. 


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Casiodoro, siglo VT......... Porooa 
Casti, Juan Bautista, 1721- 

1808. ......... Doorccccncarona ... 
Castillejo, Cristóbal del, 1494- 


lol. ..oormoomomoccoroorccronooos 


Castillo, Fernando del, siglo 


265 
426 
161 


201 
372 
414 


413 
420 
114 
408 
287 


264 
267 


xv ec0enetcar cero nre.cnriócitcnco ni. ...0. 201 
Castro, Cuillem de, 1569-1631 319 


Caton, el Censor, 225, A. J,C, 
mr * JO Ps , ..* 


/ 
AE, 


70 


ELEMENTOS DE LITERATURA. 
B 


Blair, Hugo, 1718-1800......... 
Bocacio, 1313-1375.. ..... c.o.o.os 
Boecio, siglo Vi...ococonocooocomo 
Bodmer, Juan Jacobo, 1698 

UBB oocococcoroacccoconcccaronns 
Boiarlo, Mateo, 1434-1494..... 
Boileau Despreéaux, 1636-1711 
Boscan Almogader, Juan, 1485 


SET A ....o.. e..... 
Bossuet, 1627-1704 ceso ....o ..e oo. 
Bourdaloue, 1632-1704......... 


Brandt, Sebastian, 1458-1520. 
Brantóme, 1527-1814........... 
-Breton de los Herreros, Manuel, 

1796-1873........ borncnnonas ... 
-Brizeux, Augusto, 1806-1858., 
Brunetto Latini, siglo XIIL... 
Buenaventura, San, siglo XITI. 
Buffon, 1707-1788.............. . 
Burton, Roberto, 1576-1639... 
Butler, Samuel, 1612-1680..... 
Byron, Lord Jorje, 1788-1824. 


C 


Catulo, 86, A. J. Cooscosccocnonos 
Cecco di Ascoli, 1257-1327..... 
Celso, Aurelio Cornelio, siglo 1. 
Cervúntes Saavedra, Miguel de, 
1547-1616.......oommccococcoross 
César, Julio, 101, A, J. C...... 
Céspedes, Pablo de, 1538-1608. 
Chateaubriand, 1768-1848...... 
Chaucer, Godofredo, 1380-1400 
Chiabrera, Gabriel, siglo XVL 
Chrestien de Troyes, siglo 
XI ....oonoccnccnncnsanoocconaros 
Ciceron, Marco Tulio, 107-44, 
A. d Connocccorccnonccccnnanonens 
Cienfuegos, Nicasio Alvarez de, 
1764-1809... ...coocccnnacocooros 
Cipriano, San, siglo UWl......... 
-Ciuldo d'Alcamo, siglo XIL..., 
-Claudiano de Alejandría, 365 
408 eo... ro Porrrrrrrroroncccoscr... 


-Clemente, San, siglo Íiscconm.».. 


435 


452 bon La» 


la. as 
4 fa 
221 dbrrrtlo 


100 tm 4 


312 

Bl4é mo. 
301 Amb us 
410 /., Pues 
240 mind A to 


275prrlo to 


82. 
NA 
117 
215 


145 
112 


- 


LISTA ALFABETICA. 


«Clemente de Alejandría, San, 

siglo M....... 
-Coelho, Egaz Moniz, “siglo XII 
. nv alameda, Eo Lo........on.oo.. 
F. “5 Comines, Felipe id ariciNAA 
pre Confucio, siglo V, A. J. Cuca... 
-Cooper, Fenimore, A r80 181 


-Dafnis ....... 0600900000010 
D'Alembert, Juan, 1717-1783.. 
-Dandolo, Andres, siglo XIV., 

” Dante Alighieri, 1265-1331.... 
¿ David, siglo XI, A. J. Cooucooso 
bi «Dávila, Enrique Caterino, 1576 
1631... eorononnccnanoses 

-Delavigne, Casimiro, 1793- 

1848 ocoocnononooccnonsnornon»o 

Demóstenes, 385-322, A J. C. 

Descartes, Renato, 1596-1650. 

Diderot, Dionisia, 1713-1784. 

De Foté, Daniel, 1663-1731..... 

-Dickens, Cárlos, 1812-1870... 


Pm ot 


Edrisi, 109D....oomonorcccssononos 

Ejinardo, siglo IX...ccconóoso..o 

Encina, Juan de la, 1468-1534 

| Enio, Quinto, 239- 169, A. J, 
.C cordón. dOSOUAPCLLDLAICILLOLLOS > 
«Enrique VI, siglo xv. ensronnoso 

. «Epicarmo, siglo VA. J. Cooso 
| Erasmo, 1469-1536......o....o.o 
Ercilla i Zúñiga, don Alonso, 
1533-1594.. 


ebrodondostacondronó 


«Fabio Pictor, Quinto, siglo 111 
A. Ji Concconoccranonnnonos .omoso 
Fazzio degli Uberti, siglo XIV, 
«Federico 11, 1184- 1250... 
Fedro, siglo Deccorcnsononisnoosos .b 


A A —AA «>>> 


0 


Corneille, Pedro, 1606-1684... 
Cornelio, Nepote, siglo I, A, J, 
Cosmas Indicopleustes, siglo 


ae... e. ...eRn. .tposo 60000 80640909 L:000 


Cristina de Pisan, siglo XIV... 
D 


Diodoro de Sicilia, siglo 1, A. 
J, C... 60bo00r. ..e.... 16006058b:0000IPAIIIO 
Diójenes Laertio, siglo II..... 
Dion Casio, 155, A. J. Coooonos 
Dion Crisóstomo, siglo 1........ 
-Dionisio, San, 264....oommoooso 
-Dionisio de Halicarnaso, glo 
1 0600100000000 0000009556000 
-Dracon, siglo V 1, A. 3. Co. 
Dryden, 
-Duarte, 1433-1438 stooscncnns e... 
Du-Bellay, Joaquin, 1524-1560 
«Dumas, Alejandro, 1803-1870 


-Erizzo, Sebastian, 1522.1585, 
Esdras, siglo Y, A. J. Cuccnooso 
Esopo, siglo VI, A. J, C...ooooso 
Espinel, Vicente, 1544-1634... 
-Espronceda, José de, 1808- 

1842 .sosoolo 0010000000000 
Esquilo, 525, A. J, Cheneoonnos» 
Esquines, siglo IV, A.J. Ci... 


Eurípides, 480, A. J. C. cooyoco 


-Eutropo, siglo IWeesersoconcacis 
F 


Feijoo, Benito Jerónimo, 1701. 

10 1764.. eés0EarrrcVccricrotartno.. 
222 -Felipe 1V, siglo XV Mo... 
. 215 Fenelon, 1851-1710......00...... 
96 Ferduci, siglo MALoosorcnisnninos 


-Diniz, 1261.. tonccorarrcororaronas 4 


Juan, 1631- 17000... ; 


481 


$1 mude 


sado de tb? 14 


140 


18% ho eto ¡PO 


413 


264 
18 
82 

308 


847 
33 
48 
34 

146 


345 
324 
379 
131 


482 


Ferreira, Antonio, 1528-1569.. 
Fielding, Enrique, 1707-1753. 
Filangieri, Cayetano, 1752- 


1788...... ....o..o 46009. 1.1.1.91000000000 - 


Filicaia, Vicente, 1842-1707... 
Flechier, 1632-1710............. 
Fleury, Claudio, 1640-1723.... 
-Flores, Enriqne, 1701-1773.. 


. 


Galileo, 1564-1642............. .. 
García de Santa María, Alvaro, 
siglo XV... . cocooscoconos 
Garcilaso de la Y ega,jl 503-1536 
-Grautier de Lille, siglo XTI.. 
Gesner, Salomon, 1730-1788... 
Giannone, Pedro, 1676-1748... 
Gibbon, Eduardo, 1737-1794... 
-GiliZiárate, Antonio 1791-1861 
-Gildas, siglo Vl....... enconononss 
-Giraldi, Cintio, 1504-1575.... 
Goethe, Juan W., 1746-1832.. 
Goldoni, Cárlos, 1707-1791.... 
Goldsmith, Olivero, 1728-1774 
Gomez de Cibdareal, Permen, 
siglo XV oococccnoocoros 
-Cromez Eannes de Azurara, ÑÓ- 
glo MV ooo.ococoncocoocccnoononooo 
Góngora, Luis de, 1561-1623. 
Gottsched, Juan Cristóbal, 1700 


-1766. LULA 


Habacuc, $10, A. J. C. ec... 
Haller, Alberto, 1708-1777... 
Hardy, Alejandro, 1560-1629. 
Hariri, siglo XI ............. 0... 
Hasfiz, siglo XIV.....oc.oonoso »e. 
Heliodoro, siglo DVenncncncnn 0. 

- Henriquez, Gonzalo, siglo XI 
-Herculano, Alejandro, 1810- 

1817. cocrconnoononos -0020... 

Herder, Juan Teófilo, 1744. 1803 
Hermas. siglo IL......o.o.oooo» 


3 | Floro, Lucio Aneo, siglo 1 


ELEMENTOS DE, LITERATURA. 


Focio, siglo 1X.......... cononsoss 
-Fóscolo, Hugo, 1776-1327..... 
-Frezzxi, Federico, siglo XIV- 


1418 e*o.0 0500001809000 0690 695000 0ODeEDs Os al 


Froissart, Juan, siglo XIV.... 


1504- 


Granada, frai Luis de, 
1588 ....oocorcooroomsm.-. 
Gregorio, San, obispo de Tours, 
siglo VI 
aregorto Magno, San, siglo V. 
Gregorio Nacianceno, San, siglo 
TV oooocccnocccconononenoso secosos 
Gregorio de Niza, San, siglo 
IV oocoocccccccocccanoccrrcaronenos 
Gresset, Juan Bautista, 1709- 
ViiTo.o..onnnon.o corrororsrronases 
Guarini, Juan Bautista, 1537- 
161 ..ooocconccnocncorcccnoso-os 
Guenée, Antonio, 1717-1803... 
Guevara, Antonio de, 1470- 
¡ER 
Guiciardini, Francisco, 1182, 
MidO..coacnccncoocoso» Puosconsvass 
-Guinicelli, siglo XTIL.......... 
-Guizot, Francisco, 1787-1874. 


4000... 9.9. 9.:0800980 0000 de... 


H 


112 


Herodiano, siglo M......oomoocos. 
Heródoto, 484 A. J. Co......... 


1597, 
Hesiodo, 


Hipócrates, 460 A. J. Coon... 
Hobbes, Tomas, 1588- 1679. ... 
Hoffman, Cristian, 1618-1669. 
Homero, 1000 A. J. C....... ... 
Horacio Flaco, Quinto, 84 A. J, C 


LISTA ALFARETICA, 
H 


' 


Hortencio, Quinto, 113 A. J. C. 
Huerta, Vicente Garcia de la, 

129-1797....... covonor=cornoss 340 
Hugo, Vietor, 1802............o. 411 


8í 


-Ignacio, San, siglo l............ 111 
Iriarte, Tomas de, 1750-1791. 341 
Irving, Washington, 1783-1859 455 
Isaías, siglo VIIT A. J. C...... 18 


-Jenófanes de Coloton, 820 A. 

Ja Crocccoronoroccanocannaooncaros 
Jenofonte, 447, A. J. EN ..... . 
Jeremías, 629, A. J. Coonoucnco. 
Jerónimo, San, 331.-420........ 
Jil Polo, Gaspar, 1516-1572... 304 
Jil Vicente, 1480-1557......... 296 
Jodelle, Estévan, 1532-1573... 355 
-«Jdel, siglo VIII, A. J. C....... 19 
-Jolhnson, Ben o Benjamin, 1574  ' 

LT cccccoorconocnnosararenoss 
Johnson, Samuel, 1709- 1784. . 441 
Joinville, Juan de, siglo XII... 179 
-Sorjede Trebisonda, 1396-1486 246 


429 


K 


Kálidas, siglo TIT. A. JJ. 
Coononccncancnononnacanonacinnccns 8 
La-Bruyere, 1645-1696......... 383 
Lactancio, siglo IlL............. 117 
La Fontaine, Juan de, 1621- 
MOD ooocccocccocroroccros . 365 


-Lafuente, Modesto de, 1806- 
1866............ covonsancacaninso 
-Lamartino, Alfonso de, 1790. 


1869... 0.ssopos 412 


esp. 1... .o 


Hume, David, 1711-1778...... 
Hurtado de Mendoza, don Die- 

go, 1508-157D.vooco...o 305 i 
-Huss, uan, 1373-1415........ 


Isidoro, San, siglo Vl..........o. 
Isla, Jos Francisco de, 1703- 

lM8l......oomoco.o.o»o conenosonss .. 
Isvcrates, 436 A. JJ, Cl... e... 


Jornándes, siglo MV ...ocomommmoco 
Josefo, Flavio, 3T....omommo...o.. 
Josué, siglo XVI A. J. Co... 
Jovellanos, Gaspar Merchor de, 

1744-1811... .....oooomooncosoros 
Jovio, Pablo, 1483-1552........ 
Juan, San, siglo 1.......... sos... 
Juan Crisóstomo, San, 344..... 
Juan Manuel, siglo XIV........ 
-Juliana, lady, siglo XV ......o.. 
-Juliano, siglo IV .....o.oooooooo. 
-Justino, San, siglo IL........... 
Juvenal, Décimo Julio, 42...... 


Klopstock, Federico Teótilo, 


443 


308 
236 


147 


346 


1721-1083........ eoonocasenenna 461 


Lamberto li Cors, siglo X1L... 
Lamotte Houdar, Antonio de, 

1672-1731............ 
Lanfranco, 1005-1089..... 
La-Place, 1749-1827 0....ommmoo.. 


173 


372 
sono. 214 


406 


La Rochefoucauld, 1613-1680. 383 


-Larra, Mariano José do, 1800- 
1837. ... 


AIPALLLLALLLLILIIO- 


.. 347 


Lebrija, Antonio de, 1444-1522 290 
Leibnitz, Godofredo Guillermo, 


1648-1716........ooomomocoroooo 460 
-Leon, San, siglo Vencncononos . 119 
Leon, trai Luis «dle, 1527- 1591. 293 
Le-Roy, Pedro, siglo XVlI...... 360 


La-Sage, Renato, 1668-1745... 
Lessing, Efrain, 1729-1781..... 


Licotron, siglo JT A. J. C...... 52 
-Licurgo, siglo IX A. J. C...... 27 
 Lineo, siglo XVIII. .......... ..o 478 
Locke, Juan, 1632-1704........ 437 
Lockman....o.ooosmmonssroccnconor.» 131 
«Lombardo, Pedro, siglo XI... 214 


-Longfellow, Enriquo, 1807... 
Longland o Langland, siglo 
AVL. 0904090000900 060009800900060 240 


M 


Macualay, Tomas H,, 1800-1859 439 


-Macedo, José Agustin, siglo 
XX. cooccononcoro soccnononanooos 421 
Maupherson, Santiago.......o.o.. 238 
Macrobio, siglo V..........oooo... 108 
Maffei, Escipion, 1675-1755... 281 
Mahoma, 571-632............. ..» 124 


Maistre, Javier de, 1764-1852. 449 
-Malaspina, Alberto, siglo XIL 215 
Malherbe, Francisco, 1555- 


1628........o.o.occoneccoonananeos 353 
-Mandeville, John, siglo XV,., 241 
Manrique, Jorje, siglo XV...... 201 


Manzoni, Alejandro, 1784-1873 289 
Maquiavelo, Nicolas, 1468-1527 
cronsnrcaronnoninoanono ... 268 i 270 
96 
-Marciano Capella, siglo V..o.s. 147 
Marco Aurelio, siglo 1J...... ... 
Marcos, San, siglo I,............ 111 
Maria de Francia, siglo XII... 175 
Mariana, Juan de, 1537-1624. 308 
Marini, Juan Bautista, 1267- 
1625.............oo eonscconnenoss 275 
-Marlowe, Cristóbal, 1562. 1593 429 
Marot, Clémente, 1495 1544... 352 


ELEMENTOS DE LITERATURA, 
L 


Longo, siglo IV O V......ooomom. 138 
Lonjino, siglo ITI............. so. 6l 
Lope de Voga, 1562-1535....... 
López, Fernan, 1380-1449...... 209 
López de Ayala, Pedro, siglo 
XIV. coreo. connnecconccnrcasenss 194 
López de Mendoza, Inigo, 1391- 
1458 
Lorris, (tuillermo de, siglo xn 


Lúcas, San, siglo Loorcoocosc..oo. 
Luciano, siglo TL....ouoooo..o.» 
Lncilio, Cayo, siglo I1, A, J. C. 
Lnerecio, 95, A. J, Cooccoccnonoo 
Lulio, Raimundo, siglo XUL. 
Lutero, Martin, 1483-1546... 
Luzan, Ignacio de, 1702.1754, 


-Martinez de la Rosa, Francisco, 
1789.-1862.......oooocooocoooo.. 
-Masidlcu, Francisco, 1740. 1817 
Massillon, Juan Bautista, 1563- 
1742. .....o.. 
Mateo, San, siglo Does. coo. 0... 
-Mayans ¡i Cistar, Gregorio, 
1699-1781. ..o..ocmocmoomono.o ... 
-Macenas, siglo Í.....oocoonommooco. 
-Médicis, Lorenzode, 1448-1492 
Melanchton, 1497-1560......... 
Melendez Valdes, Juan, 1751- 
1817. ..ooonocooncacocconcccnoros 342 
Melo, Francisco Manuel de, 
1611-1667 ......ocooncono.»-o .. 336 
Mena, Juan de, 1411-1456..... 199 
Menandro, siglo IV A. J. C... 37 
Mendez VPinto, Fernando, siglo 
MV co.ooooconcncnacononnos borsoro 
Metastasio, 1698-1782....... ... 
Meung, Juan de, siglo XIV.... 
-Michelet, Julio, 1793-1873... 
-Mignot, Augusto, 1796......... 
Milton, Juan, 1608-1674....... 
-Miqueas, siglo VIT, A. J. C... 
-Mirabeau, 1749-1791.......... 


LISTA ALFABETICA, 


Moises, 1705, A. J. C..coosocoos 15 
Moliére, 1622.-1673.............. 369 
-Molza, Francisco, 1489-1544.. 265 
Moncada, Francisco de, 1586- 


1 e. ... TARMA AAA MMAMAMI1X ] 336 
Montaigne, Miguel de, 1533- 
1592 ..%0... 00000000900 960061 .. 0588000 357 


Montemayor, Jorje, 1520-1564 304 
Montesquieu, 1689-1755........ 391 
Monti, Vcente, 1754-1828 ..... 288 
-Moore, Tomas, 1784-1853..... 454 
Morales, Atnbrosio de, siglo 
Moratin, Leandro Fernandez 

de, 1760-1828 ......omoooooomo. 343 


N 


-Nacimiento, Francisco Manuel 


del, 1734-1819..........0.... s. 421 
Nahun, siglo VIT A. J. C...... 19 
-Nemesiano, siglo TiL...oo....... 107 


-Nestor, 1058-1116......oooso.o.o 236 


-Okam, 1280-18347........ senos. 141 
-Oehlenschlaeger, Adan, 1879- 
1850 .. 
Ofterdingen, Enrique de, siglo 
XI ......ooommoncnnorsono sorr. 230 
Opiano de Cilicia, siglo M...... 62 
Opitz, Martin, 1597-1639...... 459 
Ordoñez de Montalvo, García, 


-Pablo, San, siglo, L........... seo 112 
Pacuvio, 220 A. J. Co...ono..... 67 
Pallavicino, 1607-1667......... 279 
Pascal, Blas, 1623-1862........ 375 
Pausanias, siglo IL....... consonos 67 
-Pedro, don, siglo XTV......... 209 
-Pedro el Cruel, 1320..... snsrosa 209 
Pedro de las Viñas, 1190....... 215 


Moratin, Nicolas Fernandez 

de, 1737-1790. ..0...oomomom.:.. 340 
Moro, Tomas, 1480-1535. ...... 424 
Moreto, Agustin, 1618-1669... 387 
-Motloy, Juan L., 1814......... 456 
Muller, Juan, 1752. 1809....... 474 
Muratori, Luis Antonio, 1672- 

1750. ...oorcnnononcocconacconones 286 
-Museo, siglo XIlIo XIV, A, 2 
Museo el “gramático, siglo V.... . 136 
-Mussato, Albertino, siglo XIV 222 
-Musset, Alfredo de, 1810- 

BT. oncocncnnonnononanacconnoo 413 


66 
460 
136 
146 


Nevio, Cneo, siglo 111 A. J, C, 
Newton, Isaac, 1842-1727..... 
Nonno, 410........ 
Numaciano, Rutilio, siglo Y .., 


0 


-Ocampo, Florian de, siglo XVI 307 


302 
22 
113 
18 
238 


1 


siglo xV e.... rOorercrVcncrce..... 
-Orfeo, siglo XIMI A. J. C...... 
Orijenes, 185-254 reooescnos ...... 
-Oseas, siglo VIII A. JJ. C...... 
Ossian, siglo IW...cocnocnorsao..- 
Ovidio, 43 A. J, C, veorrrerencres 
Oviedo, Gonzalo Fernandez de, 


1478- 1657. roce gOers o... Poronoros 304 


Pellicer, Juan Antonio, 1740- 

1806... ....oooomonvoccorcocaonaso 
Pellico, Silvio, 1788-1854...... 
Perez, Antonio, 1539-1611..... 
Perez de Gtuzman, Fernan, siglo 

XV e... 0 BLOtLIDIERO 
Persio Flaro, Aulo, 34....0.....o. 
Petrarca, Francisco, 1304-1374 


344 
289 
310 


206 
94 
222 


..0000800000000 


436 


Petronio, siglo 1 de J. C........ 
Pico de la Mirandola, Juan, 

1463-1494. ....oonorocccnccocooo» 
Pilpai o Bjlpal. ....o..oormomcoro.oo. 
Píndaro, 520 A. J..C............ 
-Pitágoras deSamos, 541 A.J. C. 
-Planche, Gustavo, 1808-1856. 
Platon, 430 o 427-347 A. J. C. 
Plauto, 227-183 A. J. C........ 
Plinio el antigno, 23..0.......... 
Plinio el jóven, 62..........o.o. 
Plotino, siglo TM..........oo..... 
Plutarco, siglo 1.....ooomosmomoo»o 
Polibio, 205-128 A. J. C...... 


Quevedo i Villegas, Francisco 
de, 1580-1615..............o... 
Quintana, Manuel José 1772- 
lO o oocccoococccnonoonocorocoos. 


Rabbi don Santob, siglo XIV. 
Rabelais, Francisco, 1487-1553 
Racine, Juan, 1639-1899...... 
Raleigh, Walter, 1552-1818... 
Regnard, Juan Francisco, 1656 
Regnier, Maturino, 1573-1613, 
-Reuchiln, Juan, 1455-1522.. 

Ribeiro, Bernardino, siglo XVI. 
-Ricardo Corazon de Leon 1157 
Richardson, Samuel, 1889-1761 
Rioja, Francisco de, 1600-1658 


Rohertson, Guillermo, 1721- 
Saa de Miranda, Francisco, 
1493- 1558 *.0.6.9.000 1£0D0900000000008 


Saavedra, Anjel, 1791-1865.. 

Sacha, Ans, 1491-1578.......... 
Sadi, siglo XIT.................. 
Safo, 600, Ar d. Crooroicnos 


e.qe.o 


ELEMENTOS DE LITERATURA, 


P 


95 1 -Polion, Asinio, siglo T..........o 87 
«Pompeyo, Trogo, siglo I A. 

246 SJ. Croscocorerconcoso eonsonsanos ..« 86 

8 | Pope, Alejandro, 1688-1744... 438 

31 | Porto, Luis da, 1485............ 274 
30 | -Prescott, Guillermo H, 1796- 

414 1859..... en...... esrancoonanones . 455 
43 | Procopio, siglo VI......... enconvo 139 
68 | Propercio, 52 A. J. C........ e. 79 

100 | Ptolemeo, Claudio, siglo 11.... 57 

105 | Pulci, Luis, 1432-1487......... 257 
61 | Pulgar, Hernando del, siglo 
56 XVecccconconos enensosanos cosssoro 206 
53 

q 
Quntiliano, Marco Fabio, 42... 104 
331 | Quinto Curcio.......... Pononononns 99 
Quinto de Smirna, siglo VI.... 137 
346 
R 

195 1703 .....ooooo»o Vonvonacsconasas . 1446 

355 | Rojas, Fernando de, siglo XV L 297 

363 | Rojas Zorrilla, Francisco de, 

425 1607 ...ooooonoponcccnnononoscano . 328 

Ronsani, Pedro de, 1525- 1585. 352 

371 Roscelin, siglo Xl.....oooooosco» 156 

354 | Rousseau, Juan Bautista, 1670- 

. 466 174 lo.o..oo.oconccocoonccoroconoos 371 

415 | Rousseau, Juan Jacobo, 1712- 

340 1778. ..oooncoooomo..o coonsonaso. 401 

444 | Rueda, Lope de, 1500-1567..... 297 

329 | Ruiz, Juan, siglo XIV........... 193 

S 
Saint-Pierre, Bernardino de, 

416 1737-1814. .......ooooooomomoco.».. 409 
. 347 | Saint-Simon, Luis de Roubrai, 
457| — duque de, 1675-1755......... 385 
132 | Sainte-Beuve, Agustin, 1804- 
26|- 1860... roomocoocmnncncroncanoso so 414 


LISTA ALFABETICA. 


Sajon el gramático, siglo XII.. 
Salomon. siglo XI, A. J. C...., 
Salustio, Crispo, 85, A. J. C... 
Samaniego, Felix Maris, 1745- 

1801. ..ocooooronoconorcoroscnnass 
Sannazar, Jacobo, 1458-1530... 
Sarmiento, Martin, 1695-1770. 
Sarpi, Pedro, 1552-1623........ 
Schiller, Federico, 1759-1805.. 
Schlegel, Federico, 1772-1829, 
Schlegel, Guillermo, 1767-1845 
Scot Erijena, Juan, siglo 1X... 
-Scott, Dunx, 1275...... .cocooso». 
Scott, Walter, 1771-1832...... 
-Scribe, Eujenio, 1791-1881... 
Scudéry, Mademoisselle, 1607- 

1701.. 0... 
Segura, Juan Lorenzo de, siglo 

>. 111 A ... 
Séneca el filósofo, 3 coorcororess. 
Séneca el trájico, 368...... sonoro 
Sévigné, María de Rabutin 

Chantal, marquesa de, 1626- 

1696 cnoccccono....oo Sor sccsonas 


*.0606900009 


Tácito, Cornelio, 80........oo... 
-Tales de Mileto, 610, A. J. C. 
Tasso, Bernardo, 1493-1569... 
Tasso, Torcuato, 1544-1595.... 
Tassoni, Alejandro, 1565-1635 
-Tauler, Juan, 1292-1361...... 
Teócrito, siglo TI, A. J, C.... 
Teofrasto, 371, A. J. C......... 
Terenciano, Mauro, siglo L...... 
Terencio, 192-159, A. J. C.... 
Teresa de Jesus, Santa, 1515- 

1582 .......... coronasonsor.»s ... 
Tertuliano, 180.........o.oom.... , 
-Tespis, siglo Y A. J. Cuonnonos. 
Thackeray, Guillermo, 1811- 


Theroulde, siglo XI........ .... 
Thibaut, siglo XIV....... Snmopos 
«Thierry, Agustiv, 1795-1844, 


AT 


8 


235 
18 
84 


Shakspeare, Guillermo, 1562- 


Sidney, Felipe, 1554-1586...... 
-Sidonio, Apolinario, siglo V... 
-Sila o Sula, 136-78, A. J. Co... 
Silio Itálico, 25-100............ . 
Silvestre II, Gerbert, 930..... . 
Simónides de Cos, 558, A. 


341 
264 
344 
279 
470 
Siro, Publio, 14, A. J. C.. 
-Sismondi, 1773- 1842.. 
-Smith, Adan, 1723-1790... 
Suorre Sturleson, siglo XIT.. 
Sócrates, siglo V, A. J. C...... 
Sófocles, siglo V, A. J. C...... 
Solis, Antonio de, 1610-1686. 
Solon, 640-559, A. J.C......... 
Spencer, Edmundo, 1553-1599 
Stacio, Publio, 61l.......mooomocos 
Staél, Madama de, 1766-1817. 
Sterne, Lorenzo, 1713-1768..., 
Strabon, siglo I, A. J. C....... 
Suetonio, siglo L............. hisss 
Swift, Jonatas, 1677-1744...... 


475 
155 
156 
450 
413 


. 386 
190 


102 
91 


386 


T 


97 | -Thiers, Adolfo, 1797-1877...., 
28 | Thompson, Santiago, 1700- 
260 lM148B...ccooo. abuoocoo 
260 | Tibulo, 44, A. J. C. .... ... 
277 Tiraboschi,' Jerónimo, “1731- 
234 MODA ooococcoccccnnonaconncoronos 
52 | Tirso de Molina, 1570-1618.... 
145 | -Tirteo, siglo VITI, A. J. C... 
107 | Tito Livio, 58, A. J. C......... 
68 | Tomas de Aquino, Santo, 1227 
¡LE A 

311 | -Torre Alonso de la, siglo XV.., 
118 | Torres Naharro, Bartolome, si- 
32] glo MXV.......o.oonncccccnccnonoss 
-Triboniano, siglo VI............ 

454 | Trifiodoro, siglo VI.............. 
169 | Trissino, Juan Jorje, 1478-1550 
176 | Tucídides, 472, A, J. C......... 
414 | Turgot, 1727.178l............... 


487 


429 
425 


266 
39 
405 


488 ELEMENTOS DE LITERATURA, 


U 


Ufilas, siglo IV... r........ O 228 
Y 
Valerio, Flaco, siglo l........... 92] -Villemain, Abel Francisco, 
- Valerio Miximo, siglo l....... e 97| 1790-1870.....o..ooconcooconoocos 414 
Valmiki, siglo XV A. J. C...... 7 | Villena, Enrique de, 1384- 
-Vario, Lucio, siglo I, A. J. C. 87 ¡57 IA Vonroneconenns . 197 
Varron, Marco Terencio, 116, Villon, Francisco, 1431........ . 349 


A. JJ. Coocococornonocccccanorono 80 | Virjilio Maron, 70, A. J. C... 74 
-Veleyo Patérculo, siglo I...... 97 | -Vives, Juan Luis, 1492-1540. 310 
-Vergniaud, 1759-1793.......... 409 | Vogelweide, Walter de, siglo 
Vico, Juan Bautista, 1664-1744 280 XT. ...ooocococccocncononcconos 230 
-Vigny Alfredo do, 1799-1863.. 413| Voltaire, Francisco Maria 
Villani, Juan, siglo XIV........ 222 Arouet, 1694-1778............ 394 
Villani, Mateo, siglo XTV....., 222| Vopisco, siglo IIL............... 108 
Villehardouin, Godofredo de, Vyasa, siglo XV, A. J. C....... 7 

siglo XT....onooocccononcoo nono . 179 

W 
Wace, Roberto, siglo XII...... 171 ¡ Wieland, Cristóbal Martin, 
Wicletl, John, siglo XIV....... 242 | 1733-1813 ..................... 464 


Y 


Young, Eduardo, 1681-1765... 439 


Z 
Zeno, Apostolo, 1668-1750.... 281 | Zóúzimo, siglo V......oooomoomooo.o 139 
ZOYOBSÉTO....ooocoononnocoronnonoono 10] Zurita, Jerónimo, 1512-1581... 307 
-Zorrilla, José, 1817............. 347 














INDICE ¡ 


DE 
» f 
DE QUE SE HABLANEN ESTE LIBRO, 

) 
Calina i Dimna...... o..omoooo.. 132 | José (Poema de)........ooomommuspo 196 
Cántico de los cánticos o can- KiOB...ooooocconcosccncconoranenonos 12 
tar de los cantares............ 18 | Menú (Código A "6 
Cartas de «JuniuS...ocoo.ooooo.o 449 | Mil i una noches (Las). ........ . 130 
Crónicas o Paralipómenes...... 16 | Niebelungen. .......ooooommoorooso 230 
Cuentos milesios. ...........ooo..o 60 | Poema del Cid.......... conorens 186 
De la vida ihechos de Carlo- Puranas. ....oooococonso. Ponsnoso ... 6 
MANO. ..ooooorcconcncncnoncanono 159 | Roman du Renard cononsccscncano 175 
Desatir.......oooconocccocsocaconsos 11 | Romancero castellano. ......... 302 
Eddas ....ouonocooococonoo.. .s......: 234 | Salmos o Salterio (Libro de los) 0 

Espedicion “de [goY ....o.omoo... 236 | Satiricon. ........oooooomoroscm.os 
Imitacion de Jesucristo. ....... 157 | Sátira Menipea.......oo.mmmmo.o» 359 


Job (Libro de). ...ooommmmmom...., 17 | Vedas ....ocooccconoconccccoonaos s.m. 6 





INDICE 


DE LOS CAPÍTULOS. 





ADVERTENCIA, . . . + 
BIBLIOGRAFÍA. . ...... +... 


PRELIMINARES. 


1. Definiciones. —2. Orijen de la historia literaria. —3. Manera de 
estudiarla, .... 


e... .o.o .2.oo.o. a) 10 ae. 6+.-s-.(0</¿<—2-—>0(£2£x20u.).).<x'P>—Qh_»kñh_ _.. ». . 0.0... 4. .-... 


PARTE PRIMERA. 
TIEMPOS ANTIGUOS. 
CAPÍTULO 1. 


y "Literaturas orientales. 


1. Riqueza de la literatura indiana, —2. Sus mas antiguos monu- 
mentos 3.—El Mahabharata.—4, El Ramayana.—5- El Gita Go- 
vinda.—6. Teatro de los indios.—7. El Apólogo.—8. Otros je- 
neros literarios. —9. Influencia de la literatura i de la le 
sanscritas. —10. El Ejipto; los asirios i los fenicios. —11. El al- 
fabeto.—12. La Persia; Zoroastro.—13. Literatura de los chi- 
nos; su escritura. —14. Confucio. —15, Poesías, novelas i dramas. 
—16. Otras produciones literarias de los chinos. —17. Antigua li- 
teratura de los árabes,.............. so... 


CAPÍTULO 11. 


Literatura hebrea. 


1. Importancia de la literatura hebrea.—2. Antigitedad de la lite- 
ratura hebrea; sus diversos períodos, —3. Clasificacion jeneral de 
los libros de la Biblia, —4. Libros históricos. —5. Libros poéticos. 
—6. Libros morales o didácticos. —7. Libros proféticos. —8. Tra- 
ducciones de la Biblia. —9. Libros apócrifos. —10. Carácter jene- 
ral de la literatura hebrea........ 


460600PLOILELILAEEDAEIDIAIAAAIAAAA ¿Aaa 


4992 ELEMENTOS DE LITERATURA. 
CAPÍTULO IL 


Liter atura griega. 


(PRIMER PERÍODO.—DESDE LOS TIEMPOS MAS REMOTOS HASTA LA 


Ñ LEJISLACION DE SOLON.) 


1. Orijinalidad e importancia de la literatura griega: 2.—-Primiti- 
va poesía delos griegos: Orfeo i Museo.—3. Los edos.—4. Ho- 
mero.—5. Discusiones a que han dado lugar los poemas :homé.- 
ricos.—6. Diversas hipótesis acerca de su oríjen. —7. Hesiodo. — 
8. Tirteo i Safo. —9. SoloM...oomoosocnvccoo:oaroscnocnnonas dE DO ron . 21 


CAPÍTULO IV. 


Literatura griega, 
(SEGUNDO PERÍODO.—DESDE SOLON HASTA ALEJANDRO EL GRANDE. 


1. Importancia literaria de este segundo período.—2. Los filósofos. 
—-3. La poesía; Pindaro. —4 Anacreonte i Simónides. —5. Esopo. 
6. Oríjen de la trajedia. —7. Esquilo. —8. Sófocles. —9. Eurípi- 
des, —10. Orfjen de la comedia; la comedia antigua. —11. Aris- 
tófanes. —12. La comedia media. —13. La comedia nueva; Menan- 
dro.—1J4. La historia; su antigiiedad. —15. Heródoto.—16. Tu- 
cidides. —17. Jenofonte.—18. Sofistas. —19. Sócrates. —20. Pla- 
ton i Aristóteles. —21. Teofrasto.—22. Hipócrates. —23. La ora- 
toria. — 24. Isócrates. —25. Esquines.—26. Demóstenes. —27. 
Otros A “os... oonrosrorcccircccraccconro. 29 


CAPÍTULO V. 
Literatura griega. 


(TERCER PERÍODO.—DESDE ALEJANDRO HASTA EL SIGLO 1Y 
DE NUESTRA ERA.) 


. Alejandría convertida en centro del movimiento literario.-——2, 
Los poetas de Alejandría. —3. Teócrito.—4. Historia; Polibio. — 
5. Strabon.—-6. Diodoro de Siciliá i Dionisio de Halicarnaso, --- 
7. Flavio Josefo.—8. Plutarco.—9. Otros historiadores.— 10. 
Pausánias i Ptolomeo.—11. Ateneo i Diójenes Laertio. —12. Dion 
Crisóstomo. —13, Luciano; la novela griega. —14. Marco Aurelio. 
15. Plotino; Lonjino.—-16. Opiano i Babri0....o..ommmssommoso.0.. 51 


ju 











ÍNDICE DE LOS CAPÍTULOS. 


CAPÍTULO VI. 
Literatura romana. 


493 


(PRIMER PERÍODO.—DESDE LOS TIEMPOS PRIMITIVOS HASTA CESAR 


1 CICERON.) 


1. Carácter jeneral de la literatura romana. 2. Primitivos monu- 
, mentos literarios, anteriores a la importacion del gusto griego, --- 
3. Livio Andronico i Nevio.-—-4. Enio.—5. La comedia; Plauto i 
Terencio.—6. La sátira. —7. Historiadores: Caton.—8. La elo- 
cuencia 1 la filosofía.......... enbonnrenco. AAA 


CAPÍTULO VII. 
Litelratura romana. 


e06n 006. P.00000pB40 


(SEGUNDO PERÍODO. — DESDE CICERON 1 CESAR HASTA FINES 


DEL SIGLO DE AUGUSTO”) 


1. Importancia literaria de este segundo período.--2. Lucrecio. —3. 
Cátulo, —4. Virjilio. —5, Horacio. —6. Ovidio.—-7. Tíbulo i Pro- 
percio. —8. Publio Siro. —9. Varron. —10. César. —11. Ciceron. 
—12. Salustio i Cornelio Nepote.—13. Tito Livio. —14. Prema- 
tura decadencia de las letras latinas.....ooommsomsmmos 


CAPÍTULO VII. 


Literatura romana. 


(TERCER PERÍODO.-—--DESDE LA MUERTE DE AUGUSTO HASTA 
LA DESTRUCCION DEL IMPERIO.) 


1, La trajedia; Séneca. —2, Lucano.-—3. Otras epopeyas.—4. La 
sátira; Persio i Juvenal.—5. El epigrama; Marcial. —6. Kl apó- 
logo; Fedro.-—7. La historia; Tácito. - 8. Suetonio i Quinto Cur- 
cio.—9. Las ciencias; Plinio el antiguo. —10, La filosofía; Séne- 
ca.—11. La retórica; Quintiliíno.—12. Plinio el jóven.—-13. 
Apuleyo. —14. Aulio. Jelio—15. Ultimos poetas. —16. Ultimos 
prosadores; los compiladores de la Historia Augusta...ommm..... ... 


CAPÍTULO IX. 


Los padres dela iglesia, 


1, Elevanjelio.—2. Clasificacion jeneral de los padres de la iglesia. 
—3. Padres apostólicos de la iglesia griega. —4. Padres apolojé- 
ticos; Orijenes. —6. Padres dogmáticos; San Atanasio. —6. San 
Gregorio Nacianceno.—7. San Basilio i San Gregorio de Niza. — 
8. San Juan Crisóstomo. —9. Padres apolojéticos de la iglesia la- 
tina; Tertuliano. —10. Lactancio,—11. Padres dogmáticos; San 
Hilario.--12. San Ambroslo.—13. San Jerónimo.—14. San 


AgustiD oo socorcroorocncncnorcorotonass eorrc ro rep eaIdcas ruedo oneqtocrsós 





62 


12 


90 


110 


+94 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


PARTE SEGUNDA. 


EDAD MEDIA. 
CAPÍTULO L 


Grandes divisiones de la literatura de la edad media. 


1. Importancia literaria de la edad media. —2. Clasificacion jeneral 
de la literatura durante este período: literatura oriental; hizanti- 
na; latina; vulgar o literatura de las lenguas modernas............ 


CAPÍTULO Il. 
Literaturas orientales. 


' 

1. El Coran, su importancia literaria. —2. Civilizacion de los árabes; 
su influencia en Occidente.—3. Literatura arábiga; la historia i la 
jeografía. —4. La poesía.—5. Las mil i una noches. —S. El apólo- 
go; Lockman.—7. Literatura persa; Ferduci i Sadi.—8. Calila 1 
¿MA co .0.omoo cosornonnorrroraconencanonsonsono arcnrorencareness s0omon Po... 


CAPÍTULO III. 
Literatura bizantina. 


1. Carácter jeneral de la historia i de la literatura bizantinas. —2. 
Poesía; epigramas.—3. Diversos poemas; Museo i Nonno.—4. 
Imitadores de Homero; Quinto de Smirna i Trifiodoro.—3. La 
novela; Eliodoro i Aquiles Tacio.—6. Longo.—7. La historia; 
Z4zimo i Procopio.— 8. Los jeógrafos; Cosmas Indicopleustes. — 
9. Decadencia de la literatura bizantina. —10. Renacimiento en 
el siglo TX; Focio.—11. Vicisitudes posteriores de las letras grie- 
gas. —12, Ultimos historiadores; Ana Comneno.—13. Influencia 
de la civilizacion bizantina en Occidente....o.ooomosasormomssrorsecoso 


CAPÍTULO IV. 
Literatura latina en la edad media. 


1. Eiteratura contemporánea de las invasiones; los poetas.—2. His- 
toriadores.—3. Escritores enciclopédicos. —4. Decadencia lite- 
raria que se siguió a la invasion.—5. Escasez de libros durante 
los primeros siglos «de la edad media. —6, Corrupcion del latin. — 
7. La literatura i las ciencias se asilan en los claustros. —8. Pri- 
meros albores de un renacimiento literario, particularmente bajo 
el reinado de Carlomagno.—+9. Juan Scot.— 10. Las universida- 
des. —11. La escolástica.---12. Literatura ascética; la /mitacion 
de Jesucrísto.—13. La historia: crónica fabulosa de Turpin.—14. 
El latin fué en la edad media el idioma de las ciencias......omos. 


120 


124 


134 


145 


1. 


jua 


ÍNDICE DE LOS CAPÍTULOS. 
CAPÍTULO Y. 


Literatura francesa. 


Oríjen de la lengua francesa: el vascuence, el céltico i el latin. — 
2. Los francos. —- 3, Lenima de oil i lengua de oc, —4. Formacion 
detinitiva del frances, —-3 Literatura provenzal; los trovadores. 
—6. Corta duracion de esta literatura.—-7. Literatura walona; 
los truveres. —8. Cantus épicos: la (Chanson de Roland. —9. Carác- 
ter jeneral de los poemas del ciclo carlovinjio.—10. Ciclo del rei 
Arturo; Wace i sus imitadores. —11. Ciclo greco-asiático; la Uhan- 


son EAleruwvire, 12. Incertidumbre sobre el oríjen de estos poe- 


mas. — 13. Los fublinur.—14. El apólogo ila sátira; Riuman du 
Kientrt.—15, La alegoría; Roman de la Ruse.—16. Poesía lírica; 
Thibaut i Cirlos de Orleans. —17. Teatro frances de la edad me- 
dia. —18. Las crónicas; Villehardouin i Joinville. —19. Froissart. 


CAPÍTULO VI. 


Literaturas española 1 portuguesa, 


- Oríjen de la lengua española; los iberos. —2. Los celtas, los feni- 


cios i los cartajineses.—3. Los romanos. —4. Los godos. — 5. 
Los árabes. —6. Formacion de la lengua castellana. —7. Diversos 
elementos que la componen. —8. El puema del C'id.—9. Útros poe- 
mas. —10. (tonzalo de Berceo. —11. Juan Lorenzo de Segura. — 
12. Don Alfonso el Sabio; Las sirte partidas. —13. Otras obras de 
don Alfonso; la Urúnica jeneral, las Cántigas i la Conquista de ul- 
tramar. — 14. El infante don Juan Manuel.—13. Juan Ruiz, ar- 
cipreste de Hita.---16. Don Pedro López de Ayala; sus obras. - 
17. Rabbi don Santob, — 18. El Zuema de José — 19. Movimiento 
literario en el siglo XV.—20. El marques de Villena.—21. Don 
Iñigo López de Mendoza, marques de Santillana.—22. Juan de 
Mena —23. Jorje Manrique —24. Los CUancioneros; carácter je- 
neral de las poesías que contienen.—-23. El Romancero.— 26 Ro- 
mances caballerescos, —27. Romances históricos —28. Romances 
moriscos —29. Romances de costumbres.—30. Romances sobre 
la antigiiedad clásica.—31. El Crnton epistolario. —32. Fernan 
Perez de Guzman i Hernando del Pulgar.—33. Las crónicas. — 
34. Alonso de la Torre. —35. El idioma portugues. —36. Primeros 
poetas portugueses. —37. Primeros prosadores....momomommms.»s Po. 


CAPÍTLO VIL 


Literatura italiana. 


. Causas que retardaron la formacion del italiano. —2, Formacion 


de esta lengua. —3, Literatura latina en Italia.—4. Primitiva 


162 


181 





—_ a -=. 


496 ELEMENTOS DE LITERATURA. 


poesía italiana. —3. Dante Alighieri; la Divina Comedia. — 8. Mo- 
vimiento literario del siglo XIV.—7. Francisco Petrarca; sus 
obras. —8. Bocacio; el Decameron.—9. Influencia literaria de 
aquellos escritores .......o  eosmmm sononconennsroracccnonansanconoss 


CAPÍTULO VIIL 
Literaturas del Norte. 


211 


1. La lengua alemana. —2. Minnesimger.—3. El poema de los Vie- 
bel ngen. — 4. Poesía alemana anterior al siglo XV.—-5. Litoratu- 
ra escandinava. —6. Literatura eslava........oommmmoooccmmnices 2... 228 


CAPÍTULO IX. 


Literatura inglesa. 


1. Los bretones; Ossian.—2. Los sajones. —3. Los normandos; for- 
macion de la lengua inglesa. —4. Primeros ensayos poéticos; 
Chaucer. —5. Desarrollo i decadencia de la literatura inglesa has- 


ta el siglo XV .....o.ooocorococcnccnno conorcccnroscooncnoronnnnannna eoccnoro 


PARTE TERCERA. Sl 


TIEMPOS MODERNOS. 
CAPÍTULO L 


El renacimiento. 


1. El renacimiento. —2. Impulso dado a los estudios clásicos en Ita- 
lia. —3, Resultado de la conquista de Constantinopla por los 
turcos. —4. Invencion de la imprenta. - 5. Influencia de esta in- 
vencion. —6. El renacimiento se propaga fuera de Italia. —7. Im- 
portancia literaria del renacimiento............. donnanconcaraccnoanaras 243 


CAPÍTULO Il 


Literatura italiana. 


SieLo XviI.—Epopeyas caballerescas. —2. Pulci i Boiardo. —3. 
Ariosto, —4. Tasso. —-5. Otros jéneros poéticos; la poesía lírica, 
la poesía didáctica, la sátira. —6. La trajedia i la comedia. —7. 
Maquiavelo.—-S. Guicciardini i Pablo Jovio, —9. La novela, —— 





ÍNDICE DE LOS CAPÍTULOS. 4097 


Srao xvr. —10. Decadencia literaria.—11. Marini i Filicaia. 
-—12, La epopeya ¿pico-burlesca; Tassoni. —13. El drama. —14. 
Los pro ad8res; la historia. —SteLo xvinm.-—- 5. Reaccion lite- 
raria. —'6., El teatro; Zeno i Maffei. 17. Metastasio. -—-!8. Gol- 
doni. —19. Alfieri. —20, Poesía lírica; Casti.--21, Prosadores. — . 
22, Beccaria i Filangieri. -23. Conclusion........ Cava conannan snnnso 250 


CAPÍTULO HL 


-. Literatura española. 


SiGLO XIv.—1. El renacimiento en España. —2. Boscan i Garcilaso. 
3. Frai Luis de Leon i Fernando de Herrera. —4, Oríjenes del 
teatro español. —5. Primeros autores conocidos. —6. Lu epopeya; 
Ercilla. —7. Poesía didáctica; Céspedes.—8. Novelas caba- 
llerescas. --9. Novelas pastorales. ---10. Novelas picarescas. — 
11. Historiadores; Hurtado de Mendoza i Mariana.—12. Es- 
critores políticos i místicos,-—SiuLo xvIL—13. Miguel de 
Cervántes Saavedra, —14. Don Quijote.—15. Algunas opiniones a 
que a dado lugar esta obra. —'6. Lope de Vega.— 7. Calderon. 
18. Otros autores dramáticos; Tirso de Molina, Alarcon, Moreto 
¡ Rojas. —19. Poetas líricos; Rioja i los Arjensolas. —20. Quevedo. 
--21. Góngora; el culteranismo.—22. Los historiadores; Solis, 
Moncada i Melo. —23. Consideraciones jenerales sobre la edad 
de oro de la literatura española. - -SiaoLo xXvHI.— 24. Influencia 
de la literatura francesa sobre la española.—-25. Iriarte i Sama- 
niego. —26. Melendez Valdes, Jovellanos, Cienfuegos i Moratin. 
—--27. Prosadores; Feijóo e Isla. —28. Conclusion ........ ses so... 290 


CAPÍTULO IV. 





Literatura francesa. 


Silicio xv1.—1. Ultimos escritores del siglo XV; Villon i Comi- 
_nes.—2, El renacimiento en Francia. —3. Poesia; Marot, Ron- 
_sard, Malherbe, Regnier.—4. Literatura dramática.—5. La pro- 
sa; Rabelais.—8. Montaigne. —7. Otros prosadores: la Sátira 
Menipea. —SiaLo xvit.—8. El teatro. —9. Corneille. —10. Raci- 
ne.—11l. La Fontaine.—12. Boileau.—13. Molítre—14. Otros 
poetas. —15. Los prosadores; Balzac. —16. Descartes. —17. Pas- 
cal. —18. Bossuet. —19. Fenelon.—20. Otros predicadores; Bour- 
daloue, Flechier, Massillon.—21. Los moralistas; La Rochefou- 
cauld i La Bruyére, —22. Otros prosadores; Saint Simon, Made- 
moiselle de Scudéry, Madama de Sévigné. —SiaLo xvi. —23. 
Carácter jeneral de la literatura francesa de este siglo.—24. Le 
Sage. —25. Montesquieu. —26. Voltaire. —27. Juan Jacobo Rous- 
seau. —28. Los enciclopedistas. —29. Las ciencias; Buffon. —-30. 
La poesía; Beaumarchais i Bernardino de Saint Pierre. —31. La 
revolucion, —32. Conclusion.......... dono raronrocoronoroonrenoronoos somo . 349