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Full text of "El nuevo bronce de Itálica [microform]"

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HARVARD UNIVERSITY 
LIBRARY 

JAN i¿¿ 1991 



ivii*ki:nta g»'K rcE de i». jóse Martínez pe aocilak ii«íy pe p. amprom<í Rfni'» 



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ORRAS DEL MISMO ATITOU. 



FSTrDIOS Kohr« los dos BronroR encontrados en Málaira & flnefi de Octubre d<» l«i| 
MalaiTi. IHM. Imprenta de I). Jos»» Mnrtinozde Arrullar. Kn A.* pft(r.6i». 
opiisculo apotadt». <iuo no fin* sacado á la venta. sino reíjalado. 

AHRIS SAI.PKN^.VN'I exí»:njdn:ii lMelit»r «'xpr^^sum suniptilHiR (;cor;rii Lorin^Mi 
e r»»vlsn»iM» et aci*nr.itissini:i einendatione üoctorls nerianirae. Malacac 
MlH'íCLVin. Kx oftlc. litli. F. Mitjuna»*. 

Lámina Iito;rratiada en ;:ran tamaño, «lue no ha sido ofrecida en venta, Kinn 
re;r;»lad.i. 

I.NSAYOdf una nu»»va v«Tsl«>n casti'llana d«*l nroiice.<ali>onsano. Madrid. lA'O. Im- 
prenta il«» la Kevi^ta de l.e;rl^larioii. Kn I " iia;r. 'ti, 
opúsculo tamhicii acotado. iin«* taiuporo ha ^ido vendido. 

AMRIS MALAí'ITAM «•N»'.ui»luiu lid<*lii"r f\pr«>«s'iia sumptilms <Jeor;rii I.<>rin;rii 
e rexisioiit» rt a»MMir.iii>«iln4a c:in-nd:ilion«* l»«M'ioris Herlany^ae. Malacat*. 
-VDCCCIA!. K\ OÜic. Iith. F. Miljanae. 
Lamina ltto«rratlada en ;.'ran tatnaño. <|U** no ha sido ofrecida en venta, sino 
re^^alada. 

K<TL'DIO?5 UO^CVNOS, e<pee¡:iliu.»nt».* <«»!»rerpiirra;ia roniani>-híspana. Mailrid. I»*'»!. 
ImpnMita üe D. Manti«d «ialiano. i:u i." pa:.'. .: ::. 
I.íhni airotado. no prt*>enlado a la \ íMiT:i. >i!m) reL:alad<i. 

yoM yKNTAIllSTDItlCA \I\I.\< II W \ .| oot |U.)t -i'iiuma su|M»r.SUnl al» oppnli iii 
eunahulisail im|H*rii ri»niani «'Nt'idium. Ma1ae:i»* Ml><;(*rl.\lll. Ap'.ld Josephuní 
Martinexde \^nilar. I.n I." pai:. >•;. 
I.iliro :i;rota«lo. <|ne tauípitco iia sido \eii«l:i|it. 

VoNI MKNTOS UtS'l<»RIc< » del Muii. «ripio flav i«> uiaiaeitaiio \lal.i;;a. l**«:i. hnprt'n- 
ta di* I». José Martuif/ «le \t:uil:it. Fii 1 • pa;: \l— "V. 
J.ihro a;:ola<lo: per-» n»« xendid-». 

\.*i< r.RONCr.S •)i: «»*.IN\. M.iI.i-.» \^'.A Impi.-l;!;» .|He hlo de |l. Ji>v,> M;ir1inez de 
AL'Uilar. h»»> ilc I» \!iibro«»i.i Ku liu. Fu I." P;».;. \ III-:íIT. 
|.ihr»> a;;r«»tado. t|U»' no !i:i m«I'» \ «Midido. mu»» re;:alado. 

I.<W NI'KVOS llUnNí K«¿ l»Kn>r\A. Mala;:.!. K^k Iinpreiitu <|iic fin* i|« |>. Jon.* Mar- 
linez de A;ruilar. ho\ de l». Ambrosio HuMo Fn I " pa;:. |\. — |.v. . 
I.ihr») a;:i»lado. mi»' t.onpoen 'i:i Mdt» \»Midid«». nüh» re;:.ílailo. 

I.O< IIRONCKS DK I.A<CI TA lli»\\\/V Y AIJl >ri{FI. M.il i^'a ín^I. Imprenta «|"«* fn«* 
de 1>. Jone Hartinez de Vynilar. 1m».v de I». \tu:iro.Mo Ruiiio. Kn I." ptt'. \\I-?€>í. 
Lihro ac^)tado. que tampmM» ha «itlo Vfiidid<». *iiio n'tralad*». 






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LORING ^ ET : OYARZABAL 

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MINISTERIO DK FnMKVTO. 

DIRECCIÓN GRNERAf. 
DE 
INSTRUCCIÓN PUBLICA. 
Neg-ociado 4* 



Kl KNnii'). Sr. .Ministro <li» roninito mu osla fiM-lia iiir ilirr In s¡- 
^.'iiionlo: 

«lllmo. Sr: Adquirida por c\ Kstado ron l'erha '2^^ ár Junio últinm 
una plancha de hronr^» del tiempo de la doniinarion romana en Kspafia, 
(jue contiene inscripciones referentes á los jueí;<»s di'l Circo y especial- 
mente á los gladiadí>res, y teniendo en cuenta los conocimientos, <pie 
en la materia posee I). Manuel l(odrif:uc/. úc IWvUwíía \ la cor|K»iacit»n 
ipie ha prestado para la adcpiisicion de aquella. S. Al. el Key q. 1). m/. 
\ en su nomhn* la Ueina Kei:ente del Kcino. >e lia seíAido disiMUu'r st* 

• • • 

encargue el mismo de la traducción y pul)licar¡<»n del texto de la men- 
cionada plancha, así ciuuo dt* las ohser\ac¡(UUN «pu* (*stime cqiortunas 
para su debido c<uiocimiento.>» 

l.o que tra>lado á V. I!, para su iiiteli;¿tMH-i.i \ satislaccion. 

hios guarde á V. \\. nuichos afuis. 

.Madrid M de Octubre de 1S89. 

El Director ^'enor.il. 

\ . S \ > r A >1 A II I A . 

H.rrní:». Sr. />. Mninivl /¡(nlriijurz. tie IffrhiiHjti. 



Kl. MiMSTKo l)i: ro\IK\T«» 
W. L. M. 

al l-!\cmo. Sr. I). Maiuiel Rodri;¿ue/. de llerlan^ia > tÍ4*ne el ;:usto de en- 
\iarle adjunto el traslado de la Iteal Orden encar^'aiidole de la traducción 
> publicación dtd texto de la plancha de bnuiee di*l tiempo de la do- 
minación nunana en r.sp:n'ia. 

Kl. ('oM)i: ])K Xigi i:\A 

apro\eclia esta ocasión para reiterar á dicho l-Acnio. Sr. la expresión de 
s:is siMitiinieiit >s de sincero aprecio \ coiisi<U*nu*it>ii. 
.Maidiid 10 de Fjiero de 189(1. 







fítófií^^^i^i^^vví^.:-''-.- 






PREFACIO. 



Kl 10 (le Octubre de 1888 fué encontrada casualuicnte en ticr- 
ras (le Santiponce una hermosa Ta))la do metal, que tiene de 
largo en metros Loo ¡xn- un lado, LoíMpor otro y de ancho 0,925 
por la parte superior y O.OOo por la inferior, conservando en el 
borde de arriba un fragmento de cinco ciMitímctros de estensiou 
y en la do abajo otro de diez y sois del marco sobrepuesto (jue la 
rodeaba, en su mayor parte perdido al presente, cuya media caña 
postiza era de una anchura de cuatn» centímetros. Por lo domas 
aparece en perfecto estado d<* conservación presentando solo dos 
marcadas ondulaciones hacia el centro del imuiumento, efecto 
del mayor ó menor peso, que sobro totla la Tabhi ha gnibitado 
por espacio de tantos siglos. La acción del t<»rrenoen (pie ha es- 
tado sepultada ha producido so1»r(»su anverso una capa tal (h» pa- 
tina verde, que en muchos sitios ha rellenado las letras forman- 
do sobro ella una sup(*rt¡cie lisa. tina, brillante, como si ostuvii»- 
ra dada do barniz, y trasjiarontt» en términos (|ue deja percibir 
por resultar d(» un V(»rdo más claro, los rasgos comj)letos d(» al- 
gunas letras, mientras (»sta misma patina en muy jiocos luganos 
ha formado pequeñas escabrosidades, resultando más gru(*sa y 
compl(*tament(» opaca, no permitiendo en algun<» (|ue otro sitio 
verla letra que bajo do ella so oculta. l*or eso es niTosario re- 
nunciar á olitoner un calco, un vaciado y hasta una fotognifía, 
que contenga el traslado (»xacto del texto (juo encierra v^Xa 
Bronce, jiorquono jirescntando huella alguna los caracteres do 
muchos y estensospasajet? cargados do dicha patina, no si» pue- 






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den imprimir en el papel, colno üo se imprimirían sobre la ar- 
cilla, ni el sol podría fijarlos en el cristal del fotógrafo. 

La leyenda que corre grabada sobre esta gran plancha de co- 
bre se compone de 63 renglones, conteniendo muchos de ellos 
mas de cien letras, del hermoso carácter del siglo segundo de 
J. C, que tienen de alto, las mayores trece milímetros y las de- 
más unos nueve. Se encuentra todo el texto dividido en doce 
párrafos, que no aparecen numerados, sino únicamente marca- 
dos por la saliente, de unos dos centímetros, de la línea inicial, 
sobre las que le siguen, como se observa en las primera y sesta 
del Pactumjidiiciae. 

El número de renglones de aquellos es en esta forma: 

Párrafo I líneas 4 Párrafo V líneas 2 Párrafo VIIII líneas 11 

II » 7 » VI » 2 » X » 3 

III » 4 » VII » 4 » XI » 3 

IIII » 3 » VIII » 18 » XII » 2 

Cada párrafo, incluso el primero *, encierra un sentido aca- 
bado y completo, salvo las numerosas erratas y omisiones del gra- 
bador, excepto el último, al que falta indudablemente el final. 

En cuanto al estilo general del monumento, aunque no es de 
la ampulosidad del de Marco Cornelio Frontón, maestro de elo- 
cuencia de Marco Antonino el filósofo *, se aparta grandemente 
de !a elegante y severa concisión de los jurisconsultos romanos, 
que conservanm por mucho tiempo las tradiciones clásicas del 
buen decir, y cuyas postrimerías en España están representadas 
por los Bronces de Malaca y de Salpensa. 

Tuvo conocimiento del hallazgo de este nuevo Bronce Itali- 
cense el profesor Hübner en Diciembre de 18K8, habiendo lle- 
gado á mi noticia en los primeros dias de Enero del año in- 
mediato. Pasadas las crudezas del invierno y á fines de Mayo de 
1889 el Sr. Hübner desde Berlín y yo desde Málaga nos dirigi- 
mos de común acuerdo á Sevilla, donde se guardaba este monu- 
mento con singular misterio, siendo nuestro propósito examinar- 
lo minuciosamente. El arribo del ilustre epigrafista alemán á 



1 Bn este punto difiero del profesor Alommaen, epbem. epl^. Víí. p. Mn. 1» 
como M) verá loat adelante. 

2 Capitolln,Ant.phll04. 2. Véanse loa reatos de los eacrltoade Frontón en las 
ediciones de Angelo Mal, Roma \Hfííy de Nat>er, Lelpziir 1W7. 



' V ■ 






II 

dicha ciudad precedió veinte y cuatro horas al mió, en cuyo 
tiempo pudo vir d3tenidam3nte la Tabla, sacar calcos de los lu- 
gares de aquella larga inscripción de que era posible obtenerlos 
y sobre todo fijar su exacta lectura, cou excepción de algunas pe- 
queñas lagunas, que no pudo por el momento completar por las 
pésimas condiciones de la luz que penetraba en la lóbrega habita- 
ción donde el invisible dueño de aquel tesoro arqueológico, que 
tal lo creía sin comprender una pisca de su importancia, lo tenía 
encerrado con todo sigilo. No me cupo igual fortuna, porque me 
fué vedado, no digo leer, sino ni aun echar una rápida mirada 
sobre este Bronce, que fué quitado de enmedio, tan luego como 
se supo mi llegada á la capital de Andalucía, sin que pueda es- 
trañarme, sin embargo, lujo tan grande de desatención entre mis 
compatriotas, que la dan de anticuarios, porque desde hace años 
vengo avezado á tan rudimentaria urbanidad. 

En cambio debí á la amabilidad y esquisita finura de mi buen 
amigo el mencionado profesor Hübner, que me diera á conocer 
el texto, que acababa de restablecer en casi todos sus detalles, 
comunicándome por el momento sus acertadísimas observaciones 
sobre los pasajes de más difícil construcción é inteligencia y el 
pensamiento que venía acariciando de que monumento tan im- 
portante no saliera de España por coneei)to alguno, yendo á 
aumentar las riquezas epigráficas de nuestro Museo Arqueohígi- 
co Nacional. Solo un sabio y entusiasta alemán pudo concebir y 
dar forma á esta idea, que en el primer momento me pareció 
de imiK)sible realización. 

Con fé inquebrantable en su propiisito logní primero sin 
embargo inclinar á su intento el ánimo del poseedor del Bronce, 
no ixmjue lograra verlo, que no se digne» in<ístrarse, sino valién- 
dose de quien lo representaba, y luego, en el esacto conmúmien- 
to que tiene del país, que desde hace treinta años viene visitando 
siempre con más interés, comprendió que solo interesando en el 
patriótico intento de que el Gobierno de S. M. adquiriese el Bron- 
ce á persona de tan excei>cionales condiciones por sus vastos co- 
nocimientos como por su recon(K"¡da influ(*ncia. y levantado en- 
tusiasmo por su patria como el Excmo. 8r. 1). Antonio Cánovas 
del Castillo, podría llegarse al término que se i)ro|)onía sin gran- 
des dificultades ni largas vacilaciones. 

A su paso por Madrid de vuelta á Alemania y en una larga 






12 
conferencia que tuvo coa tan distinguido patricio pudo conven- 
cerse que no en vano había confiado en las altas dotes persona- 
les del ilustrado Director de la Real Academia de la Historia, 
quien desde luego formó el decidido empeño de que el nuevo 
Bronce de Itálica no pasase las fronteras de nuestro país. Con el 
merecido prestigio de que disfruta en este linaje de investiga- 
ciones alcanzó muy luego que el Excmo. Sr. Conde de Xiquena, 
Ministro á la sazón de Fomento, aceptase con gusto el pensa- 
miento de adquirir tan preciado monumento, salvando cuantas 
dificultades pudieran oponerse, por el momento, á su logro. 

Para proceder con el mayor conocimiento de causa posible 
fui llamado a Madrid, á título de amistad, por el mismo Excmo. 
Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo á fin de que hiciese co- 
nocer al Sr. Conde do Xiquena la importancia intrínseca de esta 
larga leyenda, nó á título de suficiencia, que fuera en mí preten- 
cioso por demás ni aun sospecharlo, sino por la circunstancia 
excepcional de ser á la sazón el único en España que la había 
leido íntegra y detenidamente. 

A fines de Junio redactaba mi informe confidencial, porque 
vo no tengo título alguno para darlo de otro género, y como 
veinte dias después, oido el ilustrado parecer de una docta 
comisión de la Real Academia de la Historia cuando el Bronce 
fué llevado á la Corte, entraba al fin esta preciada Tabla á for- 
mar parte de nuestro Museo Arqueológico Nacional. 

Poco mas tarde v á mediados de Julio debí á la amabilidad 
de mi antiguo y excelente amigo el Excmo. Sr. I). Juan Facun- 
do Riaño duplicados calcos, sacados con todo el esin(»ro posible 
sobre pajK'l plomo, de tan estensa inscripción, con los quí» á 
fuerza de pacienti» trabajo logré determinar bnena parte de ella 
y no digo toda. i)or(|ue mi transcripción estaba llena de laguiuis 
mas ú miónos cortas cjm» hacía imposible comprender sendos pa- 
sag(*s. Pero antes (jin» fuese corrido un mes, cuando aun no habia 
mediado el de Agosto, recibo de Berlín dos hojas impresas, que 
ccmtenian el texto fijado por el profesor Hübner, la lectura pro- 
visional (¡ue d(d mismo proponía y un breve comentario con el 
carácter de interino, todo ello precedido de cortas frases en el 
concepto de confidenciales, robando sr partid jMsca los correccio- 
nes y esclarrcimicHlos. que se ocurriesen, al sabio editor, toda vez 
que aun todavía no era prnaitida la ¡mhlicacion de dicho epí- 






13 
gpafe. Esta comunicación íntima con el carácter de circular di- 
rigida especialmente á varios de los que en Alemania se dedican 
á semejante clase de estudios era puramente reservada, si bien 
podia servir de base á diversos trabajos especiales de suma im- 
portancia. Para mí el que desde luego presentaba mayor interés 
era el que tenía por objeto la corrección del texto, que abundaba 
en numerosos errores y omisiones del grabador, que dificultaban 
grandemente su inteligencia. Cosa era esta en verdad no muy 
hacedera por presentar mas de una duda no solo la fijación de 
la estilística de este fragmento oratorio, sino la de algunas de sus 
formas sintáxicas, en razón por otra parte también á lo nuevo y 
completamente desconocido de la mayor parte de los detalles, de 
que tan larga leyenda se ocupa. No porque desde Justo Lipsio 
hasta Fnedlacndcr haya dejado de escribirse sobre los Gladiado- 
res, ni porque las inscripciones del mundo romano no nos hayan 
revolado curiosos pormenores sobre los Juegos en general, como 
algunos Hemerologios, y sobre los Espectáculos gladiatorios en 
especial, como varios epígrafes pompeyanos, sino á causa de lo 
desconocido que era el arreglo de que habla este Bronce, que en 
verdad debió sor muy transitorio, puesto que no ha dejado entre 
los escritores posteriores apenas ni la menor huella de su paso. 
Cuando tenía fija la atención en este prolijo examen gramá- 
tico, á la vez que histórico, el profesor Hübner al comunicarme 
diversas observaciones de los ilustres epigrafistas y filólogos 
Mommsen, Hirschfeld y Bücheler me excitaba á que fuese á Ma- 
drid á hacer una nueva revisión del Bronce, estudiando con mavor 
detención los pasajes que resultaban mas oscuros en tan curioso 
toxto. Uotíriondo á este deseo me trasladé ü la Corte dosi)ues do 
mediar el mes do Octubre do 1889 v merced á la atención v do- 
feroncia del Sr. D. Carlos Castrobeza, uno do los mas ilustrados 
jefes del Museo Arqueológico, con el que do antiguo me unia la 
mas sincera amistad y cuya inesperada muerte ha sido para la 
numismática española una pérdida irreparable *, pude en varios 
dias leer una v otra vez el nuevo Bronce Italiconsc, determi- 
nando con precisión algunas variantes y teniendo la fortuna 
de contribuir á que casi desaparecieran por completo las cortas 



4 Bste dUtiiipiililo aniuo jIo^j eápaiiol acababa de escribir un libro intcresanti- 
slmo. que deja inédito, sobre los Códif-rt Jíayn«,el Cortetiano y el Troano^ que eu el mis* 
mo Museo se conservan, y cuya publicación es del mayor iuterOs. 



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14 
lagunas, que aun existían en dos de sus rónglonos finales. 
Sin dificultad pude obtener tales resultados en razón á la situa- 
ción especial y favorable, por mas que fuera transitoria, en 
que encontré el monumento. Aun sin haber sido sacado de la 
caja en que fué traido de Sevilla estaba en la pequeña habita- 
ción del pabellón del Museo Arqueológico, donde se guardan 
dos de las Tablas de Osuna, colocado en posición horizontal so- 
bre borriquetes de madera, que lo levantaban como un metro del 
suelo, muy inmediato al balcón por donde entraba una luz que lo 
bañaba por completo y podia ser graduada á voluntad. En con- 
diciones tan inmejorables y ayudado del texto impreso por el 
profesor Hübner me fué facilísimo el trabajo que me habia im- 
puesto y así cuidé de espresárselo al comunicarle mis observa- 
ciones últimas. Acusándome su recibo me anunciaba que muy 
en breve en unión del profesor Mommscn haría del dominio pú- 
blico en la Ephancris epigraphica esta larga leyenda, para cuyo 
caso creí deber preparar su versión al castellano, puesto que 
antes, por lo deficiente de la lección, hubiera sido un desmedido 
atrevimiento, acompañándola de las más indispensables acla- 
raciones sobre algunos pasajes de texto tan nuevo como curioso 
por demás. 

Acababa de terminar el indicado trabajo cuando fui sorpren- 
dido por un B. L. M. del Excmo. Sr. Conde de Xiqueua fechado 
en 10 de Enero de 1890 incluyéndome el traslado de la Real 
Orden de 24 de Octubre del año anterior, por la que se me con- 
fería el encargo de publicar este monumento con los oportunos 
comentarios, misión que acepté gustoso, auníjue recelando que 
mi buen deseo me desvaneciera hasta el punto de volarme mis 
ineptitudes bajo la apariencia engañosa de una suficiencia, de 
que carezco. 

Al dar á conocer mi aceptación al Excmo. Sr. Ministro con 
la única condición de no publicar esta monografía hasta que no 
lo fuese en Berlín la que preparaban los Profesores Hübner y 
Mommsen, que habían conocido, antes que ningún otro, texto tan 
interesante, sometí á su aprobación la cuestión de forma, cuya 
solución definitiva no ha logrado conseguirse hasta el 12 de 
Enero de 1891, merced también ála poderosa mediación del ya 
antes mencionado Excmo. Sr. U. Antonio Cánovas del Castillo. 
Por ello hasta la fecha que va consignada al pié no ha podido 




%* 'f^í^*^^-''^ > . V <■ \ . 



15 
darse comienzo á esta improsíou, más de nuevo meses ddgpuds 
que mis distinguidos amigos de Alemania han hecho del domi- 
nio público tan peregrino monumento. * 

Pero antes de proceder más adelante me creo en el deber de 
consignar que al Sr. D. Emilio Hübner, quien con su notoria 
competencia y sincero afecto á nuestro país abordó desde luego 
el primero el proyecto de que este Bronce no saliese por con- 
cepto alguno de España, siendo adquirido por el Gobierno de 
S.M.,al Excmo. Sr. D. Antonio Cánovas del Castillo, que con su 
reconocida ilustración acogió benévolo tan levantado pensamien- 
to y supo desarrollarlo con singular acierto y estremado tacto, y 
al Excmo. Sr. Conde de Xiquena, quien con elevado criterio 
se esforzó en realizarlo con franco y decidido empeño, son 
debidos ciertamente gracias y elogios sin cuento por todos los 
amantes de nuestras pasadas glorias, gracias y elogios, que por 
mi parte en esta primera ocasión, (jue se me presenta no he de 
escasearles, por más que reconozca que nada valen, tributados 
por quien tan poco significa en su patria. 



I)R. Berlanga. 



M&lufira 15 de Enero de 1^1. 



1 Ephcm. eplpr. VII. p. ¡K> A 4I<S. AcalMise de Imprimir á 31 de Marzo de IWy co- 
menzó ft entreirarae al dominio público un mes niuii tarde, habiendo llegado á mi 
poder eu los primeros diasde iMayo del mismo afio. 




"JS" /í >* *5 **"i*- 









- •. -' V . 



J. 



TEXTO. 










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II. 



LECCIÓN. 



I I Tautam illam pcstem nulla rneücina sauari possc 1 

Nec poterat: verum nostri principes, quibus omuc studium cst 
quauto li|bet morbo salutem publicam mersam et enectam re- a 
fovere ct integrae valetudiiii rcddcre, iu primis auima adverte- 
runt, quae | causa illi morbo vires daret, undc foeda et inlicita 3 
vectigalia ius liabereiit, quis auctor et patrouus esset usiirpan- 
dis quasi | legitimis, quae ómnibus legíbus et divinis et huma- 4 
nis prohibentur. 

II I Fiscus dicebatur: fiscus non sibi, set qui lanienae aliorum 5 

praetexeretur, tertia vel (juarta parte ad licentiam foedae rapi- 
nae invi.itatus. Itaque fiscuní ronioverunt a tota harona. Quid e 
enim Marci Antonini et [Lucí Coninuxli] cavendum fisco cum 
harelna? omn is pecunia horuní principum [p]ura est, nulla 7 
cruoris humani adspergine contaminata, nullis sordibus loedi 
quaelstus iuquin ata, et quae tam sanctae paratur quam insu- 8 
mitur. Itaque facessat sive illut ducentiens annu[u]ni seu trocen- 
ties I est; satis amplum patr[imo]niuni imiH»rio parat [l]ex par- 9 
simonia vestra. Quin etiam ex reliciuis lanistarum, (juae (ses- 
tertium) quingeuties sujpra sunt, pars lanistis condonetur. Ob 10 
quae, oro vos, merita? Nulla sane, inquiunt, nierita, sct prohi- 
biti talibus grassaturis sola¡cium ferant et in posterum tanto n 
pretio invitentur ad opsequium humanitatis. 

111 I O magni imp(eratoreK), qui scitis altius fundari remedia, i^ 

quae etiam malis consulunt, qui se etiam necessarios facerint! 
Ktiam fructus tan¡tae vestrae providentiae emerget. Legebatur 13 
etiam nuncapud nos oratio: sed ubi rumore delatu[m e]st qu[a1 
estus lanistarum recisos, fís|cum omnem illam pecuniam quasi n 
coutaminatam reliquisse, statim sacerdotes fídelissimarum Ua- 
Iliarum vestrarum | concursare, gauderc, inter se loqui. ¡5 



S- •* ■«■ i * »»-^ 



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20 

IIII I Erat alíqiiís, quí deploraverat fortunas suas creatus sacer- 

dos, qui auxílium sibi iu provocatione ad principes facta cons- 

tituerat. Sjid | ibidcm ipse primas et do consilio amicoriim: 

*quid mihi iam cum appallatione? Omnes onus, quod patrimo- 

'nium meum opprimebat, sanc¡tiss¡mi imp(eratores) rcmisc- 

*runt; iam sacerdos esse et cupio et opto et editiouem munerís, 

'qiiam olim detcstabamur, amplector.' 

V I Itaque gratiae appellationis non solum ab illo, verum et a 

ceteris petitae: et quanto piares petentar! Iam hoc genus causa- 

rum diversam formam | habebit, ut appellet qui non sunt creati 

sacerdotes, im[m]o populus. 

VI I Quae igitar tantis tam salutarium rerum consilis vestris alia 

prima esse sententia potest, quam ut, quod singulí sentiunt, 

quod universi | de pectorc intimo claman[t], ego censeam? 

Vil I Censeo igitar in primis agendas maximis imp(eratoribus) 

gratias, qai siilataribas remedis, fisci rationc post habita, la- 

bentem civitatiam statam et praejcipitantes iam in ruinas prin- 

cipalium virorum fortuna[s] restituerant: tanto quidem maguí- 

ficentius, quod, cum excusatum essot reti|nerent quae al¡ insti- 

tuissent et (luao longa consuetudo confirmasset, tamem olli |)e- 

raeque nequacjuam sectae saae congraore arbitralti sunt malo 

institata servare et qaae tarpiter servanda essent instituer[e]. 

VIII I Quamipiam aatem non nalli arbitrentar de ómnibus, quae 

ad nos maximi principes rettalcrant, una ct saccincta sententia 

censendam, | tamcn, si vos ])robatis, singala spccialiter perse- 

qaar, v<»rb¡s ipsis ex oratiunc sanctissima ad lacem sententiac 

translatis, ne ipia ex parto pravis ¡n|tcrprotationibas sit loc[u]s. 

Itaque censeo. ati manera, qaae a^siforana appellantur, iu 
.sua forma maiie[a|utnec (»gred¡antar samp|ta (sestertiam) XXX 

(milia). Qai aatem sapra (sestertiam) XXX (milia) ad LX (mi- 
lia) asqae manas edent, is jjfladiatores tripertito praebeautur 
numero pari. Sammam prejtiam sit 

primae parti qaimiae milia, 

secandae ({aattaor milia, 

tertiae tria milia. 
A (sestertiam) LX (milibas) ad (' (milia) asqae trifariam cor- 
tas gladiator(am) divisas I sit. 

Primi onlinisgladiatoris sammum pretiam sit VIII (milia), 

mediac classis VI (milia), 

deinde quinqué. 



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m ' AMPUORE ■ WlEnO 
• PAMNATVM ' AD CLADIVM 



SaCIUDOTIVVS 

■ SINOVLATIH ■ 



■ HILIA ■ LIBERATVS ■ SI OISCRI 
L • OPSRAM ■ SVAH • OU4VO 



21 

Porro a ceutum milibus ai CL (milia) quinqué sint mauiípu* 93 
li, cuius. 

primi pretium sit XII (milia), 
80cuudi X (milia), 
terti VII (milia), 
quarti VI (milia), 
postremo quinqué, 
lam hinc porro a CL (milibus) ad CC (milia) ct quídquid su- 
pra susum versum | erit, 34 

iufimi gladiatoris pretium sit VI (milia), 
super eum VII (milia), 
terti retro VIIII (milia), 
quarti XII (milia), 
ad usque XV (milia). 
Kt liaec sit summo ac formonso gladiatori defí|nita quantitas. 35 
Utique in ómnibus muneribus, quae generatim distincta sunt, 
lanista dimidiam copiam universi numeri promisque multitu'.di- 36 
nis praebeat exque bis, (jui gregari appellantur, qui mcliorifs] 
acertatis erit, duobus milibus sub signo pugnet, nec quisquam ex 
ro numero | mille nummum minore. Lanista[eJ sfijetiam [adj 37 
l)r(im()[v]endos vili studio qu[a]cstns nege[nt] sibi copiam dimi- 
diaí* partis i)raebenda[m] er^y^Q ex nu mero gregariorum, uti 38 
sriant iniK)sitam sibi necessitatem deceteris quos meliores op¡- 
nabuntur transfrrre tantisper jilendi nu'meri gregariorum gra- 39 
tia. Itacjue is numerus universae familiae aequis partibusinsin- 
gulds dicsdispartiatur. [nejque ullo die mínus quam | dimidia ^' 
jiars gregariorum sit ibi. qui eo die dimicabnnt. l'tqueea opser- 
vat[i](i a lanistis «juam diligentíssime exigatur, iniungenduní | ^1 
bis (|ui pn)vinciac praesidiOmnt et legatis vel quaestoribus vel 
legatis logiuiiuin vel iis qui ius dicunt c(lariss¡mis) víiris) aut 
]ir(K*urator[ibusJ maximorum | principum, quibus provineiac ü 
rector inandavcrit: is etiam ]»nx:urator[ibus]. qui pruvinrüs 
praesidcbunt. Trans Padum autem jH»r<iue omnesltaliae | n^f^Uh- 43 
ncs arbitriuní iniungcndum pracfoctis alimentfonim], «i ad(*- 
runt, vel viac curatori aut, si nec í« praeneu» erit, iurídícu vrj 
I tum dassis praetoriae jiraefecto. ** 

II I Iti»m censi'u de exceptis ita opservandum, ut praccipuum 4o 

merccilís gladiator sibi qui]$qu[if$] pacú»catur, e\nn pecuniae, 
quae ob bañe causam excipí|ebatur, quartsiiD portiouem IíIkt. 16 



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22 

6erv[u]s autem quíutam accípíat. De pratis autem gladiatorüm 
opservari paulo ante censui secundum praescripitum divinae 
orationis, sed ut ea pretia ad eas civitates pertinea[n]t, in qui- 
bus ampliora gladiatorüm pretia flagrabant. Quod si quibus ci- 
vitatibus I res publica tenuior est, non eadem serventur, quae 
aput fortíores civitates scripta sunt, nec supra modum virium 
onerent, sed hactenus in eundem, | ut qu[a]e iu publicis priva- 
tisque rationibus repperientur pretia summa ac media ac pos- 
trema, siquidem provinciarum eae ci^ntates sunt, ab eo | qui 
praesidebit provinciae opserventur, ceterarum autem iuridico 
vel curatori provinciae vel classis praetoriac praefecto vel pro- 
curatori | maxumorum principum, uti cuiusquc civitatis potes- 
tasque ibi prima erit. Atque ita rationibus decem retro versum 
annorum inspectis, exemplis | munerum in quaoue civitate edi- 
to[rum] consideratis, conservcntur ab eo, cnius arbitrium erit 
de tribus pretis: vel, s¡ melius ei videbitnr, | ex eo modo quem 
persequitur effici[a]t et trifariam pretia deducantur eaque for- 
ma etiam in posterum scrvetur. Sciantque v(iri) c(larissimi), 
qui procon'sules paulo ante profecti sunt, intra suum quisque 
annum it negotium exsequi se oportebit, ii etiam, qui non sor- 
tito provincias | regant, intra annum. 

I Ad Galliassedet princeps , qui in ci vitatibus splendidis- 

simarum Galliarum vetcri more et sacro ritu oxiiectantur, nc 
ampliore pretio | lanistae pracbeant, quam binis nülibus. Cum 
maximi principes oratione sua praedixerint fore, ut damnatum 
ad gladium | procurator eorum , . • . nii^i plure quam sex au- 
reis et nisi iuravcrit. 

I Sacerdotes quocjue provinciarum, quibus nullu[m] cu[m] la- 
nistis nego[tium es]t, gladiatores a jirioribus sacenlutibus 
suslceptos vel sibimot auctoratos rccipiunt, at jMist edit¡[u]ne[m] 
ext[em]plo in succedentcs tra[mi]t[t]unt: ñeque singulatim aü- 
quem | rei gladiatoriae causa vendat plure. quam lanistis est 
pretium persolutum. 

I Is autem, qui aput tribunum plebei c(lariss¡mum) v(irum) 
sponte ad dimicandum profítebitur, cum liabeat ex lege pretium 
dúo milia, liberatus si discri|men instaura verit, aestimatio eius 
post hac (sestertium) XII (milia) non excedat. U quoque qui sé- 
nior atque inabilior operam suam denuo | 



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VERSIÓN. 



I [Parccia] que un mal tan grande no podria curarse con medi- 
cina alguna: ni había podido (serlo); poro nu^ -tros Príncipes, 
cuyo mayor deseo es restablecer, en cuanto sea dable, el bien- 
estar publico, abatido y debilitado con semejante dolencia, ha- 
ciéndole recobrar su completa salud, fijaron ante todo su aten- 
ción en la causa que daba fuerza á semejante mal. de donde pro- 
venia que se tuviesen por legales aquellas vejatorias é ilícitas 
exacciones y quien fuese el promovedor y patrocinador de que 
se exigiesen como legítimos unos impuestos, (¡ue están prohibi- 
dos por todas las leyes divinas y humanas. 

11 Se decia (que crd) el fisco; (i)ero) el fisco impulsado á autori- 
zar tan torpe ra])iña por la tercera ó cuarta parte, (de que se 
utilizaba) no (gestionaba) en provecho propio, sino el que lo- 
graba que se antepusieran (sus intereses) á la destrucción de los 
demás. Separanm, pues, al fi.^co i)or comjíleto del anfiteatro 
¿qué acuerdo cabia entre el anfiteatro y el tisco de Marco Au- 
tonino y Lucio Commodo? Todo el dinero de estos ])ríncipes está 
Iim]uo y no manchado con gotas de sangre humana, ni conta- 
minado con la ignominia de la nuis repugnante ganancia, in- 
virtiéndose con tanta escrupulosida<l como se recauda. Así se 
egecuta en efecto, sea (el rendimiento) anual de veinte ó de 
treinta millones de sestercios. Bastante amidií» patrimonio pre- 
para esta ley al imperio pir vuestra jiarsimonia. Además, de los 
atrasos que aun adeudan los lanistas se les condona la parte que 
excede de cincuenta millones de sestercios. 

¿Qué motivo hay para que me dirija á vosotros? Ninguno se di- 
rá, puesto que habiéndose prohibido á los lanistas que se lucren 
con tales latrocinios, quedarán sujetos en lo sucesivo á un precio 
determinado en obsequio de la humanidad. 







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24 

in ¡Oh grandes Príncipes, que supisteis establecer remedios tales, 
que también reformaron á los malos (lanistas), que se habian he- 
cho necesarios! el fruto de tantos desvelos de vuestra parte ya 
se deja sentir. Leíase ahora también ante nosotros el discurso 
imperial; pero en cuanto se esparció el rumor de que se restrin- 
gian las utilidades de los lanistas y que el Fisco dejaba de pcrci. 
bir cantidad alguna, como si semejante dinero estuviese conta- 
minado, al punto los sacerdotes de vuestras fidelísimas Galias (co- 
menzaron) á reunirse, á hablar entre sí y á darse parabienes. 
lili Había quien creado sacerdote deploraba el estado de su fortu- 
na y había acudido en demanda de auxilio apelando al Príncipe. 
Pero él mismo (decía) el primero, como opinaban sus amigos 
'¿qué puede ya favorecerme la apelación? Los sacratísimos em- 
'peradores suprimieron todo el gravamen, que pesaba sobre mi 
'patrimonio, ya deseo y acepto el ser sacerdote, teniendo gusto 
' en dar las fiestas del cargo, fiestas que antes detestábamos.' 

V Tales (han de ser) los beneficios de la apelación interpues- 
ta no solo por este (sacerdote) sino por otros y por cuantos más 
se soliciten. Ya este género de recursos tendrá (en adelante) di- 
versa forma, puesto que apelarán los que no sean sacerdotes y 
hasta el pueblo. 
VI En medio de la opinión que tenéis (formada) en asunto de tan- 
to interés ¿cuál otro podrá ser (este) primer dictamen, sino (ex- 
poneros), que opino como cada uno de vosotros opina y como to- 
dos claman de lo íntimo de su pecho? 
vn Estimo, pues, que ante todo hay que dar las gracias á los ex- 
celsos príncipes, quienes posponiendo el interés del fisco, resta- 
blecieron con saludables medidas el decaido estado de las ciu- 
dades y las fortunas, que comenzaban ya á arruinarse, de los 
personajes más distinguidos, tan dignamente cuanto que ha- 
biéndoseles escusado que sostuviesen lo que otros liabían estable- 
cido y lo que una larga costumbre había confínnado, sin embar- 
go ellos opinaron que no era perfectamente conforme á su secta 
el con8er\'ar de mala manera las instituciones, ni establecer las 
que hayan de ser descuidadamente atendidas. 
VIH Pero aunque algunos consideren que sobre cuantos estremos 
nos han propuesto nuestros excelsos príncipes deba emitirse un 
solo y breve informe, sin embargo, si lo aprobáis me ocuparé 
especialmente de cada punto, trasladando las palabras mismas 



\ 




í ■ •■■ 



25 

del discurso imperial, para (más) esclarecimiento de (este) dic- 
tamen, sin usar cu manera alguna de interprc»tacionos defi- 
cientes. 

Opino pues que los espectáculos gladiatorios llamados assi- 
foranos deberán continuar en la forma que hasta aquí, no exce- 
diendo su costo de treinta mil sestercios. 

A los que den espectáculos de más de treinta y hasta sesenta * 
mil sestercios se proveerá de gladiadores divididos en tres sec- 
ciones, de igual número (de individuos) cada una (de ellas.) 

El precio máximo (del gladiador) de la primera sección será 
de cinco mil (sestercios), del de la segunda de cuatro mil, del de 
la tercera de tres mil. 

De sesenta á cien mil sestercios, los gladiadores se dividirán 5 
en tres series. 

El precio máximo del gladiador de la primera serie será de 
ocho mil (sestercios), del de la de enmedio seis mil, del de la si- 
guiente cinco mil. 

Por último de ciento á ciento cincuenta mil (los gladiadores) ti 
se ordenarán en cinco manípulos. 

El precio del (gladiador) del primer (manípulo) será de doce 
mil sestercios, del del segundo de diez mil, del del tercero de 
siete mil, del del cuarto de seis mil v del del último de cinco mil. 

Finalmente, ya de aquí en adelante, de ciento cincuenta á dos. ' 
cientos mil y cuanto pase más de esta suma será: 

El precio ínfimo de un gladiador de seis mil sestercios, el del 
que le proceda de siete mil, el del (gladiador) de tercera clase 
subiendo, de nueve mil, el del de cuarta doce mil y hasta quince» 
mil. 

Y esta sea la cant¡<lad marcada para el mejor y más distin- ^ 
guido gladiador. 

En todos los espectáculos gladiatorios, que quedan divididos 9 
en clases, proveerá el lanista la mitad del ]>ersonai de ca<la sec- 
ción de gente mezclada: y de estos que se llaman gregarios, vi 
que sea más bravo combatirá bajo la enseña por dos mil sester- 
cios y ninguno de esta clase por menos de mil. Y se])an los la- 
nistas— que con el meztiuino intento de procurarse (mayore.**) 
ganancias nieguen también que hayan de proveer la mitad 
del personal gladiatorio de entre el número de los gregarios, — 
que la necesidad que les está impuesta respecto de los quv se 



I. 



2(5 

reputan mejores solo podrá hacerse estensíva á los gregarios 
para completar su número. 

Así pues esta clase de la gente gladiadora -se dividirá en par- 
tes iguales para cada dia, y ningún dia habrá en la arena menos 
de la mitad de gregarios, que en el mismo dia habrán de com- 
batir. 

Se ha de encomendar á los que presidiesen las provincias y 
á aquellos á quienes el rector se las encomendase, como los le- 
gados, los cuestores, los legados de las legiones, los varones cla- 
rísimos, que aplican el derecho ó los procuradoras de los grandes 
príncipes, así como á estos mismos procuradores, que ])residan 
las provincias, que exijan á los lanistas con la mayor diligencia 
la observancia de estas (disposiciones.) 

A la otra parte del Po y por todas las regiones de Italia se 
han do confí^rir estas atribuciones á los prefectos de los ali- 
mentos, si estuviesen prc^sentes, al curador del camino y, si 
aun Ci>tc se encontrase ausente, al jurídico ó en último caso al 
prefecto de la escuadra i)rei:oria. 
VIII I Además estimo que respecto de los (gladiadores), que se re- 

ciban (comprados), se ha de observar que cada uno de ellos pacte 
para sí la recompensa especial, (que haya de obtener), que será 
el (gladiador) li])re la cuarta parte y el esclavo la quinta del di- 
nero, que con tal motivo se reciba. 

En cuanto á los precios de los gladiadores, jwco antes he no- 
tado lo que ha de observarse, según lo proscripto en el discurso 
imperial, si l)ien dichos precios serán (únicamente) aplicables en 
las ciudades, que sufragiiban los más elevados. 

líesi)octo de acjuellas otras, cuyas rentas son más cortas no 
regirán los mismos precios, que están asignados á las más ricas, 
jiara que no sean gravadas en más de lo (jue alcancen sus fuer- 
zas, .<iuo hasta cierto límite en la misma proporción. 

Si estas ciudades son de provincia, el que las jiresidicse haga 
que se observen los tres jirecios máximo, medio y mínimo, que 
a])arezcan (satisfechos) en las cuentas piiblicas y en las priva- 
das; pero si fuesen de las demás (cuide de ello) el jurídico, el cu- 
rador [(M camino], el prefecto de la escuadra pretoria ó el pro- 
curador imiK'rial, según sea el que ejerza el cargo mas elevado 
cu cada ciudad. 

Así pues examinadas las cuentas públicas de los diez años 



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últimos y considerados los precios de los espectáculos gladiato- 
rios, que se hubiesen dado en cada ciudad, dispoujra que se con- 
serven los mismos aquel, á cuyo arbitrio estuvioso el fijar los tres 
precios (antes mencionados), ó si le parecióse nujor, hágralo del 
modo que se lia indicado, sacando (de aquellas cuentas) una ta- 
rifa trifaria, que se observe en lo sucesivo en ig*ual forma. 

Y sepan los varones clarísimos, que poco antes hayan salido ^^ 
para sus proconsulados, que convendrá que esto asunto quede ul- 
timado dentro de su respectiva anualidad, (y sepan) tam])ien 
los que gobiernen provincias no sorteadas, (que han de resolver- 
lo) dentro del año. 

\ [en las fiestas] que se den en las ciudades de las fg 

esplendidísimas Galias con arreglo á la costumbre antigua y al 
rito sagrado no jirovean loslanistas (de gladiadores) de más pre- 
cio que el de dos mil sestercios. 

Habiendo manifestado de antemano los exrolsos príncipes en 19 
su discurso que el procurador imperial [no entregará á editor al- 
guno] el condenado al anfiteatro sino [bajo caución] de más de 

cien áureos y sino prestase juramento 

\I Al mismo tiempo los sarcerdotes de las provincias, que no se áO 

entienden con los lanistas, reciban de los sacerdotes, (jue les ha- 
yan precedido, los gladiadores (jue aquellos hubiesen aceptado, ó 
que ante ellos se hubiesen enganchado, siendo hombres libres, y 
después del esjiect aculo (los) trasmitan lenseguida) á los (jue h*s 
sucedan, sin que nadie venda alguno en jiarticular con motivo 
del negiK'io gladiatorio en más precio tjue el tpie s»» haya juagado 
al lanista. 
XII Por otra parte el que espontáneannMite se pri*sente á ins<TÍ- ¿i 

birse ante el tribuno de la i)lebe, varón clarísimo, para combatir 
(en la ar(*na), teniendo por la ley el jirecio de dos mil (sestercios), 
si saliendo libre, renovase el empeño, no exceda su estimación 
después de esta ley de doce mil sestercios 

También el que sea más viejo y más inhábil y de nuevo ±1 
[ofrezca] sus servicios • 






-5 '^-*^SL^J^ 



i. , . 



■"«.'" jcrK:^cT''-*"~_'r. .*'*••*■ "^"""^ *" ■-"'•*■;••-<;'■ 



IIII 



KXPOSICION. 



La mera lectura d«» este curioso y esteuso epígrafe hace 
comprender por su carácter p^rsoualísimo, que formaba parte 
de una areujra oficial pronunciada ante alguna asamblea pú- 
blica. La manera como si» muestra repetido el verbo censeo. ><e- 
gnn aparece en las conocidas p/ti ¡picas de Cicerón * y en las 
r5rrc/^>//^//o//^.v sen;itor¡ab»s, recordadas por Lampridio con oca- 
sión de relatar las diMno-tratrioiuM de odio provocadas con la 
muerte de Marco Conimodo ^. ol hablarse en mas de un pasaje 
de los emperadores entoiuv^s reinantes, ya dándoles sus propios 
nouíbres *, va hi diMiom¡n;icion de sus caríros, como si á la sazón 
estuvi(»s(»n presentes, o macni imperatores *. el hacerse constan- 
temente refíM'cncia al m«»nsaje imp(*rial, oratio sanctissima •, pro- 
poiiiend(» una reforma ra'lical <»n los espectáculos gladiatorios, 
y por liltiuio la frase ad nos maximi principes rettvlervnt ', así 
como el SI vos rROBATib singm a si'Ecialiter perseqvar •, demuestran 
claranuMite «ju(* el Hronee descubi(»rto contiene el fragmento de 
un íliscurso pn»nuneiado ni el S 'liado por alguno de sus miem- 
bros, apoyando el proy<M*to de seuadoeonsulto j)resentado á los 
eoiiscrijítos con el olijt'to antt's indicado j)or los soberanos que 
en acjuellos días imp<'rabaii. 



\ Kii l:i vorsioii :ii»:ir«'Ci'!i los pirr.ifos s«'na1:iili»s con nAior^rox ronianon y la» 
í|ii«» i|«»l»ierun hvr ilisiMivir|.ui»'> |»r»'«*f;»tivíis rti'l hcii ulicuUKUlto con nriincroM 
:ir.iln»s, íniiU'llos y »•>!<»< manM'los :i l.it in:irir«Mu*s. a la luaiieni qii'^ en la Icc- 
vinu K«* uiini«*r;ni nrir;.Mii:i!iii<Mitf t:iin)>i<Mi lus íntimos jiurraíoH y las líneas, punt 
«lar mu* clariilad :il i<'\To a<1*'iíí.is. en la «ticlia tmifíiccion k«> ha encerraflo 
ctontn» lie panMitesis fir.uIraiioN rnauto |H>r error anarece suprliutcfo en el ctlrlio 
textoy lin ixhIUIo restitiiirsi' con a);.Miiia certiduinure. Iiabieudotfecomprendlcto 
entre paréntesis re«ion<tos las ]i:tlatir.is. «lue ha sido nece&;irl(» afiadlr para redon* 
(tear v dar niavor clarida*! a l.is rraH«*s. cuando de tnftdttclrlan ul pie de la letra 
hniileniii resultado oncuraM i>or las diferenelati de e«tüo euire aiabos Idiomas. 

2 Cic. PhlUpp. VIH. 11. guau oh re» ita cenaeo. 

3 I^mprld. Coinm. *^K 

•I Lln. n. & l.lu. I?. 6 Lin. ><. Vlde etlam Un. la. Uq. 57. lia. 47. 
7 Uq. 27. H Un. '/h. 






0^\> 



un 



KXPOSICION. « 



La mera lectura de este curiosu y esteuso epígrafe hace 
comprender por su carácter p?r.sonalísiino, que formaba parte 
de una areiifra nticial pronunciada ante alguna asamblea pú- 
])lica. La manera <*oino si» muestra repetido el verbo censco. se- 
gún aparece en las cnüoridas p/tt /picas de Cicerón * y en las 
ocelo hia f io/irs seuixtitviiiloy^, r<»cordadas por Lampridio con oca- 
sión de relatar las dfMno-tra(r¡one> de odio provocadas con la 
muí*rtc de Marro ('oniniodo '. <d baldarse en mas de un pasaje 
de los emperador(»s (Mitonces reinantes, ya dándcdes sus propios 
nouíbres *, va hi (bMioniiniuMon de sus car»ro<, como si á la sazón 
estuviesen presentes, o macni imperatores *, el hacerse constan- 
t<Mnentt*ren»rencM;i :il m«*n<ají» im|)erial, oratio sanctissima •. pro- 
poniíMido una n'fornia ra'lical rn los espectáculos gbuliatorios. 
y por último la frase ad nos maximi principes rettvlervnt ", así 
couio el SI vos pROBATib siNGvi A sptciALiTER PERSEQVAR •, demuestrau 
claramente «pn* el Hronce d<'scubi(»rto contiene el fragmento de 
un discurso j»n»nuneiado m el S «nado j>or alguno <le sus miem- 
bn>s, a|>oyando rl proy.M'to de senadoronsulto presentado á los 
eouscriptos con el nlijt'to aiiti*s indicado por los sobeninos que 
en aíjuellos dias imp«Tabau. 



! Kn Isi vorsioii :ii»:irfci'n los |» :»rr.ifos st'fialailos coii nrtiaí»ros ronianon y las 
íHií» i|«»l»ien>ii KtT tlisiMi>iri.ui«*> |»r»«.*i'iitivas rti»! sen ««licuiiKiilto con iiúinoroM 
:ir.il>#»>, íu|Ut»llos y »•>!<•< manM'los :i l.i»; iir.irirtMics. a 1:i luuiieni qn'^ en la loe- 
rioii s** uiiiii(*r.iii iit iru'in:r.iii«Mitf i:iinM<*n lus iiitsiiiositaiTaroH y Ium líneas, pura 
«lar nía- clari«la<l :il !«*\ii» .\«1»mii.is. vu la «lidia traaiiccU»n xw ha tMiferraílo 
cliMitm «I»» pan*nt«»sís niailraih» cMaiito p4ir<'rror aitar(*ce suprliutcN) tMi el cllrlio 
texto y lia pinlido r«'stltiiirs«' c<>n al;:inia certidiinibrt*. liabi«*nd<»tfecoaipren(ll«1o 
entre paréntesis retioiiitos l:is palahr.is. «iiie ha sido nece&;iri(» afiacllr para redon* 
«tear v «lar niav«>r clarida*! a I.is fr.iHi's. cuando «le traducirían ul pie de la letra 
linlilenuí resultado i»i»ciiraM ix>r las dirorencla8 de e«tllo eutre aiabos Idiomas. 

t Cic. Pblllpp. VIH. II. guau ob re» ita cenaeo. 

3 l^itnprld. Conim. *^K 

•I Lln. n. & Mu. 1?. 6 Lia. M. Vldeetlam Uu. la. Uq. 57. Un. 47. 

7 Un. 27. H Lia. Ti. 



31 

del 166 al l67, y me fijo en este detalle porque al leer el texto 
del nuevo Bronce de Itálica, como que parece que el orador 80 
dirije ú uno y otro emperador, estando presentes en el Senado, á 
cuyas sesiones es sabido que procuraba no faltar Marco An- 
tonino ', cuya opinión lia sido emitida primero por mi distin- 
guido amigo el profesor Hübner, oratio igitur dirigitur ad im^ 

peratores, 

Capitolino en la vida de Lucio Vero indica que este llevó 
los nombres de Liicius Ceionius Aelius Commodus Verus Antoni- 
71US * y aunque en la biografía de Autonino el filósofo se da á di- 
cho emperador el dictado de cuasi padre de Lucio Commodo^ re- 
firiéndose á Lucio Vero ', no es posible dejarse llevar por esta 
apariencia, confundiendo al Lucio Commodo del Bronce itali- 
cense con este Lucio Commodo del biógrafo imperial. 

Hay ante todo que tener muy en cuenta, que precisamente 
cuando se i)ronunciaba el discurso objeto de estas observacio- 
nes, la administración de justicia había ya sufrido una reforma 
esencialísima, de que se habla como establecida en el epígrafe á 
que voy refiriéndome, en el que y en dos lugares distintos se 
nombra v se alude al iuridicus *. 

Hadriano fué el primero que dividió la Italia en cuatro re- 
giones, pcmiendo un varón consular á la cal>eza de cada una de 
ellas para administrar justicia *, constituyendo así, como un 
tribunal especial intermedio entre el de los duumviros munici- 
pales y coloniales y el de los presidentes de las provincias. Pero 
dice Appiano, que semejante arreglo no subsistid mucho después 
de Mucrfo dicho aujícrador^^ esto es, que decayó durante el 
mando de Antonino el piadoso. Luego su sucesor Marco Auto- 
nino. imitando á Hadriano, restableció los jurídicos en la Italia, 
aunque á lo que parece con algunas alteraciones en la forma ^. 
Según una inscr¡j)cion de Concordia en Italia, encontrada 
así como hábilmente restituida por Borghesi •, y posteriormente 
restablecida á su verdadera lectura por Mommsen, resulta que 



1 rapitolln. Antón, pililos. 10. semper autem, cum potult, Interfült tenatul. 

1 CapitoUn. Verus. 1. 

B CapitoUu. Antón, phllos. 7 et quasl pater Lueil Commodi. 

4 Un. 50. IVRIDICO lln. 41. QVI IVS DICVNT. 

5 spart. lladrian. 22. quuttuor consulares per omnem Itallaob ludlCM conMtItuit. 
• Applan. l>e bellis clv. I. fti. 

7 CapitoUn. Antón, phlloa. II. DaUs lurldlclt lUUae eonsulult ad Id eseu)* 
plam. quo Hadrlacus consulares Tiros redder«> lura praeceperat. 

9 Borghes. Oeurres V. p. 883 á 423. I»crt:wni vm4,rmfim éi fvNronlas. 







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W^l^l ¿ti;>IHtlO 7/// ANTÓNINO * fué IVRlD[/]CO f>Eft. lTALlAM[/r] GlONiS 

x^AHsr^GiANAE p[r/]«o. El ilustre Borg^hesi autes citado, discur- 
tiiMKK> siíbro uua de las cartas de Frontón dirigida á Arrio An- 
i^mim^ rcoimieudándole á su amigo Volumnio *, y teniendo en 
CUiMite ijuo dicho retórico no alcanzó el comienzo de la guerra 
m^rcománica, concluye por afirmar que Antonino el filósofo 
\Whio croar los jurídicos para la Italia (leí 1(51 al lü7 ^, es decir, 
\l^tttn> de los dos únicos periodos del 161 al 162 y del 166 al 167 
iHi que los diti fratres se encontraron reunidos en Roma, 
como ya dejo indicado. No hay, pues, que pensar en estos tiera- 
JH1S y si solo en los del sucesor de Lucio Vero en la sociedad 
iui})erial, que lo fué el hijo de Marco Antonino. 

Nació Commodo en 31 de Agosto del 161 de J. C. * y el 27 
do Noviembre del 176, cuando apenas acababa de cumplir quince 
núos, fué exaltado al trono imperial, dejánflose arrastrar el pa- 
dre de su desmedido cariño, hasta el punto de pedir dispensa 
do edad para que fuera designado cónsul *, cuya alta dignidad 
ogerció en 177 con Marco Plaucio Quintilo, encontrándose am- 
bos nombrados en las inscripciouíís bajo la desigaa.-ion de ^ 

IMP • CAES • L • AVRELlÓ COMMODO • M • PLAVTIO • QVINTILLO • CCS 

liabieudo sido investido á la vez de la tribunicia i)otestad inhe- 
rente al imperio, con cuyo cargo lo designan conjuntamente las 
monedas ^ 

IMP • CAES • L • AVREL • COMMODVS • GERM • SARM • TR • POT • COS 

Al año siguiente, el 5 de Agosto dol 17S. sale con su jiadre 
de Roma, yendo á encontrar las h^gionrs. que» combatian á lo» 
Germanos •, siendo luego designado para el segundo consulado, 
el cual desempeña en 171), en unión de Publio Marcio \'ero, de 
quienes hablan las júedras escritas • 

IMP • L • AVRELIO • COMMODO • U • P • MARTIO • VERO II COS 



1 Boitrbes. 0euvren. V. p. ¿a. Vóase la nota de J. n. do RossI. 
8 Froiit. t:pi8t. ad ainicos II. V. vd. AnKt*lo Mai Mfdiulaiii 1H15. 
y Bor^hes. oeuvres V. p. 420. 

4 Laniprid. Coiiimod. 1. *2. ipse nutu8 est Lanuviuní cum fratre Antonino ire- 
mino prldie kai. Sept. putre putruoiiue con«>uUl>ns. 

5 Laniprid. conmiod. 2. A. vciitu l^t^^ln anuaria iiin>f*trata cónsul est factuF et rum 
paire, Imperator esl api'pllutus V kal. Dec. die pollioiip «*t Apn> coniiUlibus. 
CapitoÜD. Antón phUoi», Z¿. 42 et euní ante tompu» conhulem deülunavit. 

« C I. L. VI. «1. 

1 Cohén. Descrfption hlstorique des monnaies fraptces sous Piniplre romaln 
III p. tn n. 288. Capitolin. Antón. pliUoK 27. 

8 Lamprid. Coinm. 12. 6. iteruní proiectUH III nenas Conimodlanas Orflto et 
Rufo coosulibuB. ibidem2 5. prorectu^evt cuní patreetad Oermanicum lielluu. 

y c. I. L. VI. <ro. 



jr-'- ^s I:*- 






'».^. 



/y «-wnl ?>•.♦• i ^*^ 



4.*--*-. • »• 







designando las monedas aí primero bajo los dictados de • 

L • AVREL • COMMODVS • AVG • TR • P • Mil • IMP • III • CCS • II • P • P 

Cassio Dion indica que Marco Antonino, en su última campa- 
ña contra losScythas, habiendo vencido á los bárbaros fué acla- 
mado p<ir la décima vez imj>erato)\ habiendo muerto desi)ues el 
16 de las calendas de abril *. 

Según también las monedas, su décima aclamación imperial 
coincidió con la tribunicia potestad trigésima tercia ' 

M • AVRSL • ANTONINVS • AVG • TR • P • XXXIll • IMP • X • COS • III • P • P 

que corresponde al año 179 de J. C, y el últiuio monumcuto 
numario que se conserva de dicho emperadt»r lo designa así: a 

M . AVREL . ANTONINVS . AVG . TR . P . XXXIIII . IMP . X . COS . III 

de donde se deduce, que murió según el ya citado Cassio Dion. 
el 17 de Marzo del 180 de J. C. 

De este año precisamente hay otras dos mo.i \las de su hijo. 
una acuñada antes de la muerte del padi\». eu la que se nombra 
á aquel * 

L . AVREL . COMMODVS . AVG . TR • P . V . IMP . Illl . COS . II . P . P 

y otra posterior ádicht) acontecimiento, en la (pie tiirura con h»s 
nombres, variados en esta forma: • 

M . COMMODVS . ANTONINVS . AVG . TR . P . V . IMP . lili . COS . II . P . P 

Al año siguiente, ya solo en el trono obtiene ('oniinodo el con- 
sulado por la tercera vez con Lucio Antistio Hurn». á los (jue 
designan de este modo los mármoles: ' 

IMP.M. AVRELIO COMMODO . ANTONINO AVG . III . L . -^NTISTIO BVRRO .COS 

y al primero las monedas en foniui parecida * 

M . AVREL . COMMODVS . AVG . TR . P . VI . IMP . IIII COS . III . P . P 

De los documentos aducidos, se coinpivnd»* qii • A (Mn|M'ni- 
dur C'ommodt) desdiMjue fué exaltado al trono en '^7 d<* No- 
viembre d(d 17(5 hasta <jue muere su padr»» en 17 di» Mar/<» <lel 
iSO us(') h)s nombres de Lhcíks CfnniitiMltoi, v drsíle rsta lUtinia 
fecha, en que queda solo rigif»ndo los destinos del iinp.Tio. cuan- 
do aun le faltaban varios meses para cumplir los diez y nurve 



I Cohén. Monnalos imperiales UI p. f^. n. TCt. 

t UiM. Diou. LXXI. ai. 

9 Cohén. Ibldem II. p. \V0 v Sav n. 313 ia 3in. 

4 Cohén. Ibldem li. p. G<ri n. 317 y 311*. 

5 Coheu. n»l<leiii UI. p. i>l. ii. AW. 
• Cohén. UilUeui ill p. 91. n. %5. 
1 C. I. L- VI. 213 

8 CÓben. Ibideiu ni. p. 02 n. 372. 










3Í4 

años, hasta qiie es asesinado en 103 á los 32 años de edad * tomd 
los de Marcus Commodus * como se comprueba, según se ha he- 
cho ver por el testimonio de sus tan citadas monedas, en las 
que aparece hasta el 180 de J. C. con el pronombre de Lucio ', 
y desde esta fecha en adelante con el de Marco ^. 

Por lo que precede se comprende, pues, que el discurso cu- 
yo fragmento ha conservado el Bronce Italiceusa debi(3 S3r pro- 
nunciado después del 27 de Noviembre del 176 en que Lucio 
Commodo fué asociado al imperio por su padre y antes del 5 
de Agosto del 178 en que Marco Antonino sale de Roma para 
combatir á los bárbaros, de cuya espedicion no regresa, mu- 
riendo lejos de la capital de su Estado; siendo para mí la fecha 
mas probable la del 177 en que Commodo egcrce el consulado, 
pudiendo haber sido su colega en dicha magistratura, Marco 
Plaucio Quintilo *, el que apoyara la moción imperial. 

De esta época debe ser taml)ien, so1)re poco mas ó menos, 
un epígrafe fracturado, de piedra, publicado apenas hará un 
año y en poder de cierto curioso alicantino, qu3 lo conservaba 
de antiguo, sin comprender como tantos otros su interés geo- 
gráfico •. Del)í á la amabilidad de su primer editor D. Roque 
Chabas un excelente calco, según el cual leo de este modo el 
texto: ^ 




1 CanltoUn. Pertln. 5. 2. Falco cónsul dlxit. Lamprld. Commod. 20. 1. Fabio 
Cliilonl conRiile deKi^nato. 

2 echen. Ibideni ni p. ^2 flja los anos de la tribunicia potestad de dicho prín- 
cipe, cuncordándola de este uiodo con los nombres que usó en vida: 

Trio. pot. 177 á 4Hi). L. Aurel. Commodus Auir. 
180 & 182. M. Commodus Antonlnus. 
183 á 191. M. Aurel. Commodus Antoninus. 

3 Cohén. Ibldem III. p. 56. n. « y 25. L • COMMODVS 

4 Cohén. Ibldem III. p. 67. n. lol y IM. W • COMMODVS 

6 C. I. L. VI. 631. . .,>^ ^ « ^w w 

6 SU facsl'oile fué publicado en 31 de Mnyo de 18Q por D. Roque Chabas en 
un curioso papel estampado en Alicante con el titulo de i'mitnario de In Santi^tma 

Ftí" T\ tk(T ^ 

7" Concuerda llObner C. 1. L. II. p. 480 y 4S1 el Ucmum de Plinio II. N. a 90 

con el As'JxáVTSv de ptolemeo t. 6. M. el Imetntia de Mela. 2. & 6 y el Lmrwmy 
del anónimo de Rftvena 4. 42. 44 y & 8. ft. que los Arabestranafonnaron en Al^cmi\ 
cuyas centonantes L-c*N— Tconatituyen como larais ae¿«e.ni«M. 










35 

El toucr loi nombres de loá emperadores eu nominativo, in- 
dica que no fué honoraria esta leyenda, pudiendo haber sido ó 
conmemorativa de aly^una obra pública erigida ó restituida por 
los solicranos *, ó de una via abierta ó compuesta por los mis- 
mos *, ó por último dedicatoria á alguna divinidad '; pero el 
genitivo de la última línea casi excluye estas suposiciones, no 
pudiendo aceptarse en sana crítica la peregrina idea escogitada 
á deshora de que ambos soberanos, padre é hijo se titulasen 
[inunicipes wijunicipi Lucent(ini) 

Concordando este fragmento con algunas de las inscripcio- 
nes antes indicadas, lo restituyo en cuanto me es dado en la 
forma siguiente *: 

[im/i . cae$ , m . aiir . awJTONINVS • ET 
[iwp . caes . / . aur . commo<iu]s • avgg • cer • sar 

f lll]VNICIPI • LVCENT 5 

Por lo que hace a la última línea, si se tiene en cuenta el 
final de otra inscripc'ion de SjuilUfcecw Italia •, restablecida á 
su mas exacta lectura en el Sitziings j^rotocollc del Instituto 
imperial arqueol<3gico germano ^, pudiera acaso restituirse en 
esta ó en otra forma análoga *: 

[muiiiripibuf f/i]vNiCiPi . LVCENT ini] 
[nquam da ni] 

Kl profesor Mommsen no deduce d(* la frase • en (jue yo me 
apoyo para suponer que Antoninoy su hijoestuviesiMi en el se- 
nado cuando se pronuncia) este dicurso, que de ella se despren- 
da, ni aun (jue los emperadores se encontrasen en Koma, siendo 
solo probable según estima que Marco Antonino enviase su 



I C I. L. VIII. 2H^. Marlnl. Iscris Albnne XXVI p. 2^. 

• c. I. !,. VIII. Kwrj. 

3 c. I. I.. VIL a-íK opi»ni. «3;i fi.»n3!.»n. r, ií». a. 

I C. 1. L. VIH. 2IW M;irinl Iiicriz. AUmne XXVI. i> 2^. 

5 C. 1. L. VIII. 21^. Kii esta pledni se nouihmii los úos eniiM>ra<lores: 

IMP . CAESARES . M . AVRELIVS ANTONINVS ET 
L . AVRELIVS COMMODVS AVG . GERMANICI 
SARMATICI 

Mariiil Incrlzlone Albane XXVI p. 2^, En esta Inscripción se denominan los 
nolieranoH: 

IMP . CAESAR . M . AVRELIVS ANTONINVS AVG . CERMANICVS . SaRMaT . ET 
IMP . CAESAR L . AVRELIVS . COMMODVS . AVG . GERMANICVS . SARMATIC 

« c I. L. X. ina. 

7 BuUetino delPInip. Istitiito arclieolofflco írermanlco, vol. v. p. 6H y CRi. 

8 liuUet. deU* lütit. urcheol iferiu. vol. V. p. W, 

COLONIAE . MINERVIAE . NERVIAE . AVG 

SCOLACI0 . A Q.V A m . DAT 

9 Lio. 42. 



"^í»" ^, -i. 




,'*:íí:-¿^::■í-;:-v^ vr-:- ' '.^ ^ ./■;'•*■*—■' ^ ^. «v.t ^f'-r^i 



36 

moción al senado cuando todavía no había salido de la capital 
en Agosto del 178, fijando la fecha del senadoconsulto, defines 
del 176 á principios del 177. Por mi parte no me parece probable 
que en Diciembre del 176 cuando acababa su hijo de ser exaltado 
al trono y en las sesiones del senado del 1."* ó del 13 de dicho mes 
se i)r()vocase la aprol)acion de esta ley por dichos soberanos. * 

En cuanto á la manera como resultan nombrados ambos em<» 

l)eradürcs, liabré de añadir que no es de estraüar que cu el Iu-r ■ 

g-ar antes aducido se diga solo marci antonini et lvci commooii/'^ 

sin añadir las aclamaciones imperiales y triunfales como germá*}' 

vico X sar/nát ico, entre otros dictados análogos, porque no fl0i¿: 

trata de un epígrafe honorario, ó bien grabado en memoria dfttí 

ainl)os colegas estando en el trono, sino del traslado de un di»*'^ 

curso pronunciado ante los senadores, en el que, como hablado, t* 

hubiera sido extraño el acumular tales dictados cancillerescos, 8iy>¿ 

gun puede o1)servarse que acontece en los diversos panegírico».^* 

imi)eriale>, que han llegado hasta nosotros, desde el de Plinio eT/.í 

mozo en honor de Trajano hasta el de Pacatus en el de Theo-%) 

dosio el (írande * ' "^ 

])(»s(le lue<2ro el hermoso carácter de letra de este monumento» 
S(* ajusta y armoniza con la paleografía del siglo segundo, como \ 
s(» cnmprueba fácilmente comparándolo con algunos otros de - 
a([urlla ('j)()ca con tanta fidelidad reproducidos en la importante " 
c.)j)ilacií)n hu'*hiV ri'niít ', especialmente con la preciosa Tabla de •: i 
])atn)iiiito. también hispana, que se conserva y he visto cu el 
Musro de Berlín. * DiMuodo que puede afirmarse sin temor de 
(»rrar (pn* i»ste Bronce debi<) ser grabado tan luego como fué saii- 
cioiíalo (»1 siuiadoconsulto provocado por iniciativa imperial. 

Otra <le las dudas. (|ue surgv.» á la sola inspección de este cpí- 
gralV. i»s hi del mínK»ro de Tablas d;; que hubo de com])oners# 
la colección completa, de que formaba parte la encontrada. I^« 
r»'ce prol)abl(». y en ello hemos convenido desde luego los pri- 
lucM-os. qn* hemos examinado este texto, que por lo menos de~ 
bieron ser tres; la una cont(»niendo el mensaje de los empera- 



1 Mommson. Rphom. ppíjr. vH. p. »VXt y <ai modo Ipsos iini>eratore8. 
'¿ MI iMiitvyricí latiui edit. Baehrens.— PUii. l»auvtf. Truiau íW y !<0.— Pacat. P»- 
ncif.TlHMMi.il y 47. 

3 üiiliner. Kxetup. Rcrint. epii; lut. p. 9iH> n. 871. 

4 C. I. L. II. *iÜ». 



••• 



>• »■ •«> 



•A. * - ^ •> .' . '^^'*** 



m ' *i 



>*- • r-. 



35 

El touer loi nombres de los emperadores eu nominativo, in- 
dica que no fué honoraria esta leyenda, pudiendo haber sido ó 
conmemorativa de alguna obra pública erigida ó restituida por 
los soberanos *, ó de una via abierta ó compuesta por los mis- 
mos *, ó por último dedicatoria á alguna divinidad ^; pero el 
genitivo de la última línea casi excluye estas suposiciones, no 
pudiendo aceptarse en sana crítica la peregrina idea escogitada 
á deshora de que ambos soberanos, padre é hijo se titulasen 
[miaiícipes w]unic¡pi Lucent(ini) 

Concordando este fragmento con algunas de las inscripcio- 
nes antes indicadas, lo restituyo en cuanto me es dado en la 
forma siguiente *: 

[imp . caes . m . atir . aii]TONINVS • ET 
[hiip . caes . I . aur . roiiiMioi/w]s • avgg • cer • sar 

f WlJVNICiPI • LVCENT 5 

Por lo que hace á la última línea, si se tiene en cuenta el 
final de otra inscripción de S^uillífcc en Italia •, restablecida á 
su mas exacta lectura en el Sitziings j)rotocoUe del Instituto 
imj)erial arqueológico germano ^, pudiera acaso restituirse en 
esta ó en otra forma análoga *: 

[muilicipibfis WIJVNICIPI . LVCENT /«/) 

[aquam da ni] 

El profesor Mommscn no deduce de la frase • en que yo mo 
apoyo para suponer que Antonnioy su hijo estuvies<»n en el so- 
nado cuando se pronunci(') este dicurso, que de ella se despren- 
da, ni aun que los emperadores se encontrasen en Koma, siendo 
solo ])robable según estima que Marco Antonino enviase su 



i C I. L. VIH. 2H^. Marlnl. Iscris Albnne XXVI p. 2^. 

' C I I*. VIII. IOI3II7. 

3 C. I. I.V VIL 3^'». OpíílU. «3n. fl.^nzen. r> 19. a. 

\ C. 1. L. VIII. ¿JSH Marinl Iiicriz. Albane XXVI. n 2S. 

5 C. 1. L. VIII. 2IH^. Kii esta piedra .se notu tiran los dos emperadores: 

IMP . CaESARES . M . AVRELIVS ANTOMNVS ET 
L . AVRELIVS COMMODVS AVG . CERMANICI 
SARMATICI 

Marlnl Incrlzione Albane. XXV^I p. 2\ En esta Inscripción se denominan los 
Hoberanott: 

IMP . CAESAR . M . AVRELIVS ANTONINVS AVG . CERMANICVS . SARMAT . ET 

IMP . CAESAR L . AVRELIVS . COMMODVS • AVG . GERMANICVS . SARMATIC 
rt C. I. L. X. 103. 

7 Bulletino delPInip. Istttuto arcbeolofrico irermanico, vol. v. p. 6H y G9. 

8 liuUet. deU* Istit. arclieol iferni. vol. V. p. co. 

COLONIAE . MINERVIAE . NERVIAE . AVG 

SCOLACIO . A Q.V A m . DAT 

9 LiD. 42. 



^^^^^^^mÉ^^ ;tó ' ^^¿k 




m^ 



36 

moción al senado cuando todavía no había salido de la capital 
en Agosto del 178, fijando la fecha del senadoconsulto, de fines 
del 176 á principios del 177. Por mi parte no me parece probable 
que en Diciembre del 176 cuando acababa su hijo de ser exaltado 
al trono y en las sesiones del senado del 1."* ó del 13 de dicho mes 
sei)r()V(}case la aprol)acion de esta ley por dichos soberanos. * ■■■. 
En cuanto á la manera como resultan nombrados ambos em- 
peradores, habré de añadir que no es de estraüar que cu el lu4'^ 
gar antes aducido se diga solo marci antonini et lvci coMMOOt^vi 
sin añadir las aclamaciones imperiales y triunfales como germd*'] 
luco y sarmático, entre otros dictados análogos, porque uo 8%^» 
trata de un epígrafe honorario, ó bien grabado en memoria dfr^S 
ambos colegas estando en el trono, sino del traslado de un difr^jj 
ciu'so pronunciado ante los senadores, en el que, como hablado, Ir 
hubiera sido extraño el acumular tales dictados cancillerescos, 8e^^ 
gun i)uede o1)servarse que acontece en los diversos panegírico*^ 
imi)eriale>, que han llegado hasta nosotros, desde el de Plinio eF- 
mozo en honor de Trajano hasta el de Pacatus en el de Theo- 7 
dosio el (írande * f ; 

l)(\<(le luego el hermoso carácter de letra de este monumento^j 
se ajusta y armoniza con la ])aleografia del siglo segundo, como 
s(» (•niiipruol)a fácilmente comparándolo con algunos otros de . 
a([urna (''j)()ca con tanta fidelidad reproducidos en la importante 
c:)])ilac¡()n hu^hiif'rhíiíf ', especialmente con la preciosa Tabla de 
patronato, también hispana, que se conserva y he visto cu el-. 
Mas(M) di» Berlín. * Dmnodo qne puede afirmarse sin temor de 
(»rrar (ju<» i'^^W Bronce deb¡<) sergra])ado tan luego como fué san- 
cionalo el siniadoconsnlto provocado por iniciativa imperial. 

Otra (le las dudas, (pie surgo á la sola inspección de este cpí- 
gralV. <»s la dol miini»/*) de Tablas di; (pie hubo de conqionenm 
la coh^ceion completa, de qiu* formaba parte la encontrada. I^-> 
i\»ce probabb», y en ello hemos convenido desde luego bis pri- 
meros. K[\w hemos examinado este texto, (jue por lo menos de~ 
bieron si»r tros; la una contíMiiendo el mensaje de los empera- 



1 Mommson. Kpliom. ppijr. vH. p. :Rr» y líKl modo Ipsos imi>eratore8. 
'¿ XII l'Miitvyricí lallni edil. Baehrens.— I'llii. l»aii*.»if. Trulau. íW y !!«0.— Pacat. P»- 
nt'ír Tli»*«Ml. II y 47. 

3 üiiiuier. Kxeiun. script. epitr lat. p. 9iH> n. 871. 

4 C. I. L. n. ím. 






•.-1^* < V \-f .-■ '.^^^.Mjjt áfe-iiíA j 



Horfs, o«.T,o s.,NCTissi«A ', coii cl cjorfio T parto lio la uarracion 
dclaarcugastMiatoríal. ■ ■ 



* ■fü:'n-'í"' 



^ > ", *. 



IIII 



KXPOSICION. 



La mera lectura d«» este curioso y estenso epígrafe hace 
comprender por su carácter p^rsonalísimo, que formaba parte 
d»* una anMijra oficial pronunciada ante alguna asamblea pú- 
blica. La manera como s(» muestra repetido el verbo censeo. se- 
gún aparece en las (Mr.iocidas p/ii ij)icas de Cicerón * y en las 
(fcclohtatioifrs sm'MiiviiiWn, nrordadas por Lampridio con oca- 
sión de relatar las <liMno-tracione< de odio provocadas con la 
muerte de Marcí) Conunodo '. el hablarse en mas de un pasaje 
de h»s emjM^raílores entonces reinantes, ya dándcdes sus propios 
nombres •. va la «leiiominacioii de sus careros, como si á la sazón 
estuvi(»s(Mi presentías, o magni imperatohes *. el hacer.se constau- 
teuienti^refercMHMa «il m«»ns¡ijí» iui]>eriaK ohatio sanctissima •. pro- 
poniendo una reforma r;i'lical en los espectáculos gladiatorios. 
y por liltimo la frasi» ad nos maximi principes rettvlervnt ', así 
como el SI vos rROBATib sing\ i a specialiter perseqvar •, demuestran 
claramente que el Hroiicí» drscubi<»rto contiene» el fragmento de 
un disem'so j)ronunciado m el S »nado por alguno de sus miem- 
bros, apoyando <d provéM-to d»' senadoconsulto presentado á los 
conscriptos con el obji'to ¡intes indicado por los soberanos que 
en a<juellos di;is iinjíi*r;ib;in. 



! Kn l:i vorsion :ii»:ir«'Cf:i l«>s |»:irr.ifos s«*ria1uilos con nt'iio(*ros romanos y las 
<\i\o fi<*hi»*ri}n 8er tlisjuí>irjoiif> |.r»'"f¡itiva'i «lol seiiMl.^consulto con núinVroH 
:ir.ilM»s. iu|Ut*llos y «•>ti»< iu:inM<l«is :i l:és nr.ir^'iMios. a la manera qu<^ en la lec- 
r'.nn se niinn*raii *nrir;:in:iIin«Mil»* i:itnlMfn los mismos párrafos y las líneas, para 
«lar ma- clari«la«l :il i»'\tíi A«l»'iu.is. vu la «lidia tnuluccion se ha encerra*lo 
dentro ilt* pan'iitesís ciia«lr;nios cu. tuto ¡nir error aparece suprimido en el ciiclio 
texto y ha poillilo ri'stitutrs*- con al;.Mina ct'rtiüumure. liahi(*nd<>ii«* comprendido 
entre 'paréntesis riMlonMus las ir.tlahr.is. «¡ne ha sido n»'ces;trio afiadlr para re«lon- 
dear v dar mavor claridad a l.is fras«*s. cuando ile traducirlas al pie de la letra 
hnhh'nin resulUido «iscuras por las diferencias de estilo eutre aiatx>s Idiomu. 

2 Cíe. Phlllpp. VIH. 11. guas ob rt»s ita ceoseo. 

3 Ijimprld. Corom. '^^ 

4 Un. fl 5 Mu. \i. r> Lin. -^. Vlde etlam Un. TJ. Un. S7. Un. 17. 
7 Lin. 27. H Lln. ti. 



'«<-'•* 



9» 

Lo ^w ^k^5<áf bM^ :^ ocusrt fijar e^ la lerla essEfta en qpe 

ti laMK^^vDJi^ ¿i^:;r3crdo fké pnmuii'rjaic» ^m Bdm: paia k» ^«e 

hay 4JU."* partir át xi:a sítlo tiiíü caacoido- qn ? iin «5 «rtip© sik> d 

de los uombreis áe }os dos eoipsradcKre^, qn^ prc^poMm dkiic» «í^- 

nadocon^olto á la príiDera asunl^lfa del E^^tiado. Sf^g^m }a letr- 

tura definitiva^ qiie hice en sa dia del lug-ar de este AnoBoe en el 

que se eurnentran desliados amlío? fK»^»fra2>fts. «ran «sitos 

iíarco AntoAiwb t Xif£¿& Oftáfc¿»ft¿tr'. iicitái>da5ie la laoticákridad^ 

que ya consignó ifoininsea '. qi^ los pr«ximlires Mérey y Lms» 

se presentan escritos coa tiodas sus krtras. Ademas cil iKoalire 

del segundo resulta baradci. com^ a s;ü mnerte y par ^&diaadad á 

su persona mácD¿ eü sfsadc» qite se locSese ein tddo iiKinniDeB^ 

en que apareciese c<imnffiiKiradc» el liijo de Aiitomiía el filosotki '. 

Seg^in olisenró eü ^a^graib de e?^ sol»esaiid * fué em í^b 

^iempo coaiftdo pcir frxBMsra vez se vk» el impeño ^á^ema^bíb por 

dos gefes «iipeiiioR. aaalKis con ag'oales pcidesres y que mados 

regían aquel i::a<te Estado, liaiáeaido sado tamlóeai dcs^ k>ts c>ále- 

gas socef^iv-cis de llarco Axitaninci. £1 uno lo jaé Lium Tér^^ 

muerto es 171 de J. C exaltado al trauo dit *z aikis aiítes p&i* 

mímico Ai^tíidiio y eQ izíbro CdéBLUBs^ih^ liÍ7¿-* -de •este^ proclamado 

empecadcr «a 176 c&sl sq padre^ -qne muere mas tao^ füi IML 

Lo^ aaoQrs de Lucio Venu pnmer <^ik«<7a df* Marro Aift<aii]i<iu 
epmppBDdra tsnatro }ie[ñcidos di¿3iiit(ifc el primero desde él 7 de 
Maxso^kel lifil de J, C^ en que cíono 1k* dirlit* foe f^ík^^rado al 
truua etm y por Marro Ant^oiiiick La^^ta la jnmavera dd l<fi, en 
^piesalio úv £<inui }i&ra la ^rnerra de lus iVrtliib;: el se.<rinid< 
¿eade el indinado l-fiá, al l-fiS en que Tk-ueh^ á la rapñaL el tei^ 
cew» desde el l<i(> lia<^ el l-fíw en qnr sal^ c<cn Mareo Antcoiiut» 
para rfimli&rrir á l<is Mape<anancis^ y eJ iiltuiio (lesde Ifw, en que 
CKimieiira la ^(«rra Mareiimaaiírau lia<:ra qur mnere en 171 de 
J. C caminando de -suelta á K^mj:!, 

Hi:y. jmes, d<>s f*jwiras dh^iüTits en yix- jtinlitis ^ilieran<is i4<» 
eurutiutnoi reunidos en la rajirral, la una d¿v¡ JfO al lfi2y la otra 



> 



a /^li iiBUL -«ptp vn. 9«p va. anuQur jmMummmn Mnmn 

a langí^ CBona. ID ]iiiDmK|i»«L Mniftii» iirfviai» ya KU oi ma r 



•llli^' «««¿.«i*-. J* « . i»''t¿ >.« ^«. 



31 

del 166 al l67, y me fijo en este detalle porque al leer el texto 
del nuevo Bronce de Itálica, como que parece que el orador 80 
dirijo á uno y otro emperador, estando presentes en el Senado, á 
cuyas sesiones es sabido que procuraba no faltar Marco An- 
tonino \ cuya opinión ha sido emitida primero por mi distin- 
guido amigo el profesor Hübner, oraiio igitur dirigitur ad im- 

peratores. 

Capitolino en la vida de Lucio Vero indica que este llevó 
los nombres de Lucias Ceionius Aelius Commodus Verus Antoni- 
ñus * y aunque en la biografía de Antonino el filósofo se da á di- 
cho emperador el dictado de cuasi padre de Lucio Commodo^ re- 
firiéndose á Lucio Vero ', no es posible dejarse llevar por esta 
apariencia, confundiendo al Lucio Commodo del Bronce itali- 
cense con este Lucio Commodo del biógrafo imperial. 

Hay ante todo que tener muy en cuenta, que precisamente 
cuando se pronuncial)a el discurso objeto de estas observacio- 
nes, la administración de justicia había ya sufrido una reforma 
esencialísima, de que se habla como establecida en el epígrafe á 
que voy refiriéndome, en el que y en dos lugares distintos se 
nombra v se alude al iuridicus ^. 

Hadriano fué el primero que dividió la Italia en cuatro re- 
giones, ])oniendo un varón consular á la ca)>eza de cada una de 
ellas para administrar justicia *, constituyendo así, como un 
tribunal especial intermedio entre el de los duumviros munici- 
pales y coloniales y el de los presidentes de las provincias. Pero 
dice A])piano, que semejante arreglo no subsistid Mucho después 
de vnurto dicho emperador ^^ esto es, que decayó durante el 
mando de Antonino el piadoso. Luego su sucesor Marco Anto- 
nino, imitando á Hadriano, restableció los jurídicos en la Italia, 
aunque á lo que jmrece con algunas alteraciones en la forma '. 
Según una inscripción de Concordia en Italia , encontrada 
así como hálúlmente restituida por Borghesi •, y posteriormente 
restablecida á su verdadera lectura por Mommsen, resulta que 

1 fapitolin. Antón, phllos. 10. semper autAro, cum potult, Interfult senatul. 

9 Cnpltoün. Verus. 1. 

B Capitoilu. Antón, phtlos. 7 et quasl pat«r Lueil Commodi. 

4 l.ln. fiO. IVHIDICO Un. 4:. Qvi ivs dicvnt. 

5 spart. Iladrian. 22. quuttuorcoasulares per oinnero Itallaob ludlees conKtltuit. 
• Applan. De beUia clv. 4. W. 

1 Capltolln. Antón, phlloa. II. Datls luridiclt ItaHae eonaulult ad Id ezeni* 
plom. que Hadrianus coniialarea Tiroa redder^ tura praeeeperat. 
9 Borgbet. Oeurrea V. p. 8KI á 422. ltcrt:ÍM»t irNcrarJa éi Ctnrordim, 




»**-«# 



í V 



• r^:4 



¿¿^■'^éfS» -^ 






' • ■ .."•.'*■ - 



un tal [c]aRRIO/7/// ANTÓNINO ^ fué IVRID[/]C0 I>ER iTALlANlf/'e] GIONÍS 

TRANSPADANAE p[r¿]MO. El üiistrc Borglicsi autos citado, discur- 
riendo sobre uua de las cartas de Frontón dirigida á Arrio An- 
tonhio recomendándole á su amigo Volumnio *, y teniendo en 
cuenta que dicho retórico no alcanzó el comienzo de la guerra 
niarcománica, concluye por afirmar que Antonino el filósofo 
debió crear los jurídicos para la Italia del 161 al 107 ^, es decir, 
dentro de los dos únicos periodos del 161 al 162 y del 166 al 167 
en que los diti fratres se encontraron reunidos en Roma, 
como ya dejo indicado. No hay, pues, que pensar en estos tiem- 
pos y si solo en los del sucesor de Lucio Vero en la sociedad 
imperial, que lo fué el hijo de Marco Antonino. 

Nació Commodo en 31 de Agosto del 161 de J. C. ^ y el 27 
de Noviembre del 176, cuando apenas acababa de cumplir quince 
años, fué exaltado al trono imperial, dejánílose arrastrar el pa- 
dre de su desmedido cariño, hasta el punto de pedir dispensa. 
de edad para que fuera designado cónsul *, cuya alta dignidad 
egerció en 177 con Marco Plaucio Quintilo, encimtrándose am- 
bos nombrados en las inscripciou{.*s bajo la (h»sig¡ia."¡on de * 

IMP • CAES • L • AVRELIÓ COiMMODO • M • PLAVTIO • QVINTILLO • COS 

habiendo sido investido á la vez de la tribunicia i)otestad inhe- 
rente al imperio, con cuyo cargo lo designan conjuntamente las 
monedas ' 

IMP • Caes • L • AVREL • COMMODVS • GERM • SARM • TR • POT • COS 

Al año siguiente, el 5 de Agosto dv^^l 178. salo con su i)adre 
de Roma, yendo á encontrar las legiones. qu(» combatian á los 
Germanos *, siendo luego designado para el sesgando consulado, 
el cual desempeña en 171), en unión de Publio Marcio \'ero, de 
quienes hablan las piedras escritas • 

IMP • L • AVRELIO • COMMODO • II • P • MARTIO • VERO II COS 



1 Bortrhes. OeuvreK. V. p. 'M. Véase la nota de J. n. de RoshI. 
8 Kroiit. ¿piHt. ad amlcos II. V. ed. AnKt*lo Mai Medioluiil 1K15. 
y Borfirbes. oeuvre» V. p. 42o. 

4 Laniprid. Coiiimod. 1. 2. ipse natu8 est Lanuvium cura fratre Antonino 
mino pridie kai. Sei»t. patre putrutxiue consiilitius. 

5 Laniprid. Coniuiod. 2. -1. vniia If^^is anuaria Impctrata cónsul e8t factUF et rum 
patre, imperator est ap|>ellutus V kal. liec. díe polllotie pt Apro consulibus. 
capitolio. Antón pliilot», "ii. v¿ et euui ante tompunconhulem detílunavlt. 

« C I. L. VI. «II. 

1 Ceben. Description historique des monnuies fraprces bous riropire romaln. 
IH p. tft n. 28S. capitohn. Antón. pIílloH Té. 

8 Lamprid. Coinm. 12. 6. nerum proiectus III nenas Conimodtanas Orflto et 
Bufo coDsullbus. lüldem 2 5. profectus est cum patre etad Oermanlcum bellum. 

y c. I. L. VI. «ro. 







designando las monedas aí primero bajo los dictados do * 

L • AVREL • COMMODVS • AVC • TR • P • lili • IMP • IIl • CCS • II • P • P 

Cassio Dion indica que Marco Antonino, en su última campa- 
ña contra los Scvthas, habiendo vencido á los bárbaros fué acia- 
mado por la décima vez imperatov^ habiendo muerto después el 
16 de las calendas de abril *. 

Según también las monedas, su décima aclamación imperial 
coincidió con la tribunicia potestad trigésima tercia ' 

M • AVRSL • ANTONINVS • AVC • TR • P • XXXIII • IMP • X • CCS • III • P • P 

que corresponde al ano 179 de J. C, y el último m(»nuiueuto 
uumario que se conserva de dicho emperador lo desifriia así: k 

M . AVREL . ANTONINVS . AVC . TR . P • XXXIIII . IMP . X . COS . III 

de donde se deduce, que murió según el ya citada» Cassio Diou, 
el 17 de Marzo del 180 de J. C. 

De este ano precisamente hay otras dos mo:i..\las de su hij<». 
lina acuñada antes de la muerte del padr.\ en la que se nombra 
á aquel * 

L . AVREL . COMMODVS . AVC . TR • P . V . IMP . lili . COS . II . P . P 

y otra posterior á dicho acontecimiento, en la (jue ÚLTura con los 
nombres, variados en esta forma: • 

M . COMMODVS . ANTONINVS . AVC . TR . P . V . IMP . lili . COS . II . P . P 

Alano siguiente, ya solo en el trono obtiene ('oiiinnMlo el con- 
sulado j)or la tercera vez con Lucio Antistio Hurro. á lus que 
designan de este modo los mármoles: ^ 

IMP.M. AVRELIO COMMODO . ANTONINO AVC . III . L . \NTISTlO BVRRO .COS 

y al primero las monedas en forma parecida * 

M . AVREL . COMMODVS . AVC . TK . P . VI . IMP . lili COS . III . P . P 

De los (h>cumentos aducidos, s».» coinpivinl»» qu » A enip^ia- 
dor Commodo desde (jue fuí» exaltado al trono lmi "21 d<» No- 
viembre del 17() hasta que muere su padn» en 17 d»* Marzo d(»I 
180 us(i los nombres de Lucias Onnniodus, v <lcsde esta ultima 
fecha, en que (jueda solo rigiendo los destinos dt»l imp.»rit». cuan- 
do aun le faltaban varios meses para cu]n])lir los diez y nueve 



I Cohén. Monnales imperinles III p. (9. n. STiTi. 

t UiM. Dion. LXXI. 3.{. 

B Colien. Ibid<'m II. ]». 4í«í) v SOO n. 312 i\ 310. 

4 Cohén. lüldeiu II. p. 5*r) ii. 317 y 3li». 

& Coheu. IbUleiii lIl. p. tfi. n. v*». 

« Cohén. Iblüeui ill p. 91. n. 2ü5. 

T C. I. L- VI. 213 

8 Cohén. íhldem ni. p. 02 n. 272. 



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^■»^*- _► ; * . *;.•••. 






42 

Pero de cualquier modo por mas innecesario qiie psire^ca eí 
insertar en el texto de un senadoconsulto, la propuesta imperial 
y el primer discurso íntegro pronunciado en su apoyo, como esta 
sea la teoría sostenida por el mencionado comentarista del Bron- 
ce italicense habré al menos de indicarla, dejando su aceptación 
á voluntad de los que estimen verosímil semejante conjetura. 

Cual fuera el objeto de esta nueva ley se comprende desde 
muy luego y apenas se comienza la lectura del fragmento ora- 
torio descubierto, en el que se observa que el intento del sobe- 
rano fué el de disminuir grandemente los enormes desembolso» 
que ocasionaban los espectáculos gladiatorios, siguiendo el ejem- 
plo de su predecesor Tiberio ^ que redujo los gastos de las fies- 
tas y de los espectáculos públicos, rebajando la retribución de 
los actores y limitando á un número determinado las parejas 
gladiatorias. El biógrafo de Antonino el filosofo alude á la re- 
forma dé Marco Aurelio *, indicando como moderó los dispen- 
dios de toda clase de fiestas públicas tanto gladiatorias como 
teatrales, pero sin entrar en detalles de formas ni aun citando 
el senadoconsulto, cuya existencia nos ha revelado el Bronce 
Italicense. 

Los móviles que impulsaron á Marco Aurelio, porque su hijo 
Cómmodo, que á la sazón iba á cumplir 16 anos, poco sé preocu- 
paba entonces ni aun se preocupó después de la cosa pública, 
á proponer al Senado este proyecto de reforma en los espectácu- 
los gladiatorios ya se manifiestan claramente on el texto mismo 
del epígrafe descubierto. 

Las repetidas reclamaciones encaminadas al trono imperial 
por los sacerdotes de lasjidclísiiiías Gallas ', de])lorando que al 
ser elevados al sacerdocio se rescntian las fortunas ])articulares 
de los agraciados con las pesadas cargas, que eran inherentes al 
ejercicio de tan distinguidas funciones gorárquieas, debieron 
hacer fijar la atención del soberano en las causas que provocaliau 
dé continuo tales recursos, á las que, una vez conocidas, trató de 
poner enmienda, cortando el abuso anualmente denunciado á su 
autoridad suprema, restringiendo las utilidades de los espe- 



1 Suet. Tlb. 81 Ludoniin ac muoeniin iropensas eorrlpuit, mereedlbaí teaeni* 
eorum reeiiis, paribusgue ffladiatorum ad certiim numerutn retfactla. 

t CapitoUD. Antón, pntl. lT. 4. irladlatoria apectacula omnlíáiiam temperaYlt» 
Ibldem. 17. 6b ffladiatortl munerla aamptus modum feclt. 

I LlQ. H á ». 



•*'A"-"»- ** " . - .. *^.v>.aft''ry'!'iw iiiPlt!; 



ía^^^je^^* 



43 
caladores á límites prudentes y suprimiendo toda contribu- 
ción sobre los espectáculos gladiatorios, con lo que se dieron 
por muy contentos los mencionados sacerdotes de las Galias, que 
sin la menor oposición ni violencia acopiaron entonces sus car- 
gos, desempeñándolos ya sin los onórosos gravámenes, quo 
oprimian antes sus respectivos patrimonios. 

Para comprender todos los alcances de esta reforma parece 
oportuno fijar la atención en lo que eran entonces los festejos 
públicos de precepto, celebrados necesariamente por ciertos fun- 
cionarios del Estado y los espectáculos gladiatorios costeados 
voluntariamente por los particulares en especiales circunstan- 
cias. 

Es muy sabido que las fiestas del pueblo romano se daban 
por empresarios particulares con intento de obtener alguna uti- 
lidad *, por aspirantes á las magistraturas para atraerse la vo- 
luntad popular y con ella los votos de los tríbulos *, y jwr de- 
tenniníidos magistrados, como carga inherente á las funciones 
que egcrcian. Las dos primeras eran voluntarias y estraordina- 
rias aunque nacidas de orígenes diversos, de la esiieculacion 
las unas y de la generosidad privada las otras. Las terceras en 
cambio eran ordinarias y necesarias, siendo indispensable que se 
celebrasen en dias determinados del año. De estas fiestas fijas 
en honor de las divinidades se encuentra memoria en los frag- 
mentos de divei-sos hcmerologlos^ que hasta nosotros so han con- 
servado, como en los del Pinciano entre otros muchos '. 

La celebración de dichos Indi estuvo primero á cargo de los 
ediles *, luego de los pretores *, y en ocasiones de los cu(*sto- 
res •, llegando á ser enormes las sumas (|uc en olios s(» iiivor- 
tian ', teniendo el Estado quo subvencionar á los ludorum nli-- 
lores con gruesas cantidades, como aparece en el hemorologio 
Alicia tino. En este curioso epígrafe •. figura el Erario público 
abonando, para ayudar á los gastos de ciertas festividades, ya 
380,000 sestercios, coMM(/7//o////r) m cccxxc. y ya hasta 7r>(),(MX), 
H6 DCCLX. Semejantes exacciones se hicieron onerosísimas para el 

I Taclt Ann. 4. 62. 

S Cic pro Murena S2 á M. 

« C. I. L. I. páff. 2ÍW tí 302, aSá .HC, 31C y :ii7, 321 \ .tíT., Wl. XR v siiruientes. 

4 Clc. Id Verrem. v. 14. 

5 Llv. Í7. II. y 23. Llv. 39. ». 

6 Taelt Ano. II. 12. ihidem 13. 5. 

7 LlT. 40. 44. Llv. 39. 5. 

8 C. I. L. 1. p. 328 y 829. 







• It' * é ^ _* 



44 
Teioro y ruinosas para los particulares, que se esforzaron en ri- 
valizar entre sí en lujo y ostentación *. 

En los Bronces de Osuna, ley colonial de fines de la Repúbli- 
ca, se determina que los decuriones y ediles habían de dar fiest^ts 
religiosas cu honor de determinadas divinidades, costeándolas á 
medias de sus fondos particulares y de los del Erario *, y por 
liltimo que los magistri ad fana templa delvbraqve en su anuali- 
dad respectiva diesen juegos circenses haciendo sacrificios y 
fiestas religiosas, según lo acordado por los decuriones '. 

Poco después de dada la ley Ursaonense sobrevino la re- 
volución y tras larga sacudida surgió el imperio sobre las de- 
sastrosas ruinas de la envilecida república. Al advenimiento del 
nuevo orden de cosas se creó un culto, hasta entonces descono- 
cido, en honor de Roma y de Augusto aun siendo vivo, culto 
que exigió templos y sacerdotes, que no le escasearon los pue- 
blos ^. Tarragona fué, a lo que parece, la primera ciudad donde 
se levantó uno dedicado á tales divinidades, que visitó y recom- 
puso Hadriano, cuando era pasado un siglo largo de su funda- 
ci(m *, como mas tarde Septimio Severo •. Ni estos templos ni 
sus sacenlotes tenian el carácter local de la colonia ó del muni- 
cii)ií) on cuyo territorio estaban enclavados, sino el de toda la 
jirovincia, así es (jue se conservan los nombres de diferentes fun- 
(tionarios revestidos del cargo de flamemromae et Awcu^ti Pro- 
tinciac Hispa aiac citcrioris y del de sacerdos homae et AycHSÍi?r(h 
rinciar Hisjxtniae citerior is ^, así como del de flamen divor.vm av- 

Clfsiorif/íí PROVINCIAE BAET1CAE **. 

Lyon, la antigua Lugdunum^ fué en tiempo de Augusto la re- 
sidencia del prefeeto: en sus inmediaciones y en la confluencia 
(h»l Araris y del Rhodano se levantaba el templo erigido por to- 
di»s los (ialos á Augusto César •. Los sacerdotes de este templo 
(N'Iebraban anualmente, á partir del primer dia de Agosto, gran- 
des fiestas, entre ellas espectáculos gladiatorios *•, cuyos gastos 



1 Val. Max. 2. 4. fi. 

2 Uerl. Los nii«»vos IJroncfS rtí» OMinn, p. t. 5. (K) ^ IW. Rub. "30 y 71 
:i Horl. Los nroiir»*s de Onuiia p. 17 y 21 >. Kub. 4«. 

•1 T:iolt. Aiin. \. Tí*. 

5 Spartiaii lladrian. 12. 3. 

<» Spartiuti S«»v»»r. H. 4. 

7 C. L L. II- 42^5 y l?H. 

H C. I. L. II. 2221 y 2i4». 

9 Strab. IV. 3. 2. 

10 Dio Cas8. &L 32. 



• , «... ,««■'**'.*• ' , . .' . • ..•«...- ...■*#•....■•» ««"te » o 



45 
eran satisfechos en parte por la caja de dicho templo \ y en 
parte por los sacerdotes provinciales *, cuyo cargo era anual á 
juzgar por lo que sucedía en la Hispauia ulterior *. 

Teniendo en cuenta estos lijeros precedeutes, se viene en 
conocimiento del porqué los sacerdotes provinciales de las 
Galias desde su residencia de Lyon recurriesen anualmente al 
emperador, declinando el honor del sacerdocio a causa de los 
crecidos gastos que se veian obligados á hacer periódicamente 
en las fiestas de precepto *, que debían costear, como he dicho, 
en parte de sus fondos propios y en parte de los de la caja del 
templo, durante el egercicio del cargo, /ninius. para que eran 
elegidos por los diputados de los diversos pueblos de la provin- 
cia. Y se comprende también que cuando Marco Aurelio, pres- 
tando atención á tan reiteradas quejas, formuló su proyecto de 
senadoconsulto, reduciendo á límites mas racionales los dichos 
gastos, el orador anónimo, cuyo es el fragmento encontrado, 
afírmase que con tales remedios se restablecia el decaído estado 
de los pueblos y se detenía la ruina, á que corrían precipitadas 
las fortunas de los personajes mas acaudalados, atajándose á la 
vez aquel tan recio mal, tantam illam pestem. que parecía incu- 
rable, habiéndose prescindido por compU*to del tisco. prohibién- 
dose que en sus arcas ingresase cantidad alguna en el concepto 
de impuesto sobre los gladiadores. De igual manera se esplica 
que antes quizás que se diese cuenta en el senado romano del 
mensaje aludido, no bien se supo en las Galias que la reforma 
estaba en vias de realizarse, los favorecidos no cupiesen en sí de 
regocijo, considerando á salvo su patrimonio, comprometido 
antes con tan onerosas obligaciones. 

Por desgracia, además de ser desconocido el final de este do- 
cumento también falta del principio no solo el exordio, que 
acaso contendría un elogio merecido á la previsión imperial, 
8¡no también i)arte de la narración, en la que deberían relatarse 
los abusos que se cometían y las cuantiosas exacciones á que 
daban lugar tales fiestiis, que provocaban la ruina de h>s pueblos 
y de los particulares, como se repite mas adelante ', dando oca- 



1 OreUi 36ri0 Henien floio. 

t Kphetu. C|>i»r. III. 16. I). 37. 

3 C. 1. L. n. 2ttl y ziit Véase también Epbem. epl^*. ni. ic. p. T». 

5 Un. n y 24. 






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■■•r^^'^y^ ^Zl-^'-:' \ '' -.V '^ S-fít- '<.< -^^ 



8Íon á continuos suplicatorios al emperador * por parte de los 
lesionados. Precedidos de estos ó de parecidos razonamientos, 
tendiendo á dejar justificada la deplorable situación á que había 
llegado este ramo de la administración pública, se comprende 
que comience el Bronce aludido deplorando que no se vislum- 
braba un remedio eficaz que pudiera traer la salud á mal tan 
grande. t.\ntam illam pestem nvlla medicina sanari posse. Entrando 
luego en el examen de las causas generadoras de tan graves 
daños, examen á que se dedicaron con sumo interés y des- 
de luego los mismos emperadores, se marcan dos, la una se- 
ñalada de antemano por la opinión pública y la otra encontra- 
da sin mayor esfuerzo después del atento estudio á que sobre el 
particular se habian entregado los soberanos. No hay que ad- 
vertir que semejante cuidado por parte de los príncipes solo era 
en realidad aplicable, como ya he insinuado, á Marco Aurelio, 
por ser quien verdaderamente podia ocuparse de tales mejoras 
y no su hijo aun en edad temprana. 

Se ha repetido hasta la saciedad *, que los ludi fueron en 
Roma y en su origen circenses, como mas tarde escénicos, ha- 
biendo constituido en sus comienzos fiestas rehgiosas ordina-- 
rias 6 extraordinarias celebradas en conmemoración de algún 
fausto acontecimiento público, ó demandando á las divinidades 
éxito feliz en cualquier guerra que se emprendía. Estas fiestas 
al terminar la república eran ya muy numerosas y tenian el ca- 
rácter de perpetuas, reiterándose anualmente, ó el de transito- 
rias, no celebrándose mas que en una sola ocasión. Eran peculia- 
res de Roma y corrían á cargo, unas de los sacerdotes y otras de 
algunos magistrados como los ediles, los pretores y los cuesto- 
res, según todo ello ya queda indicado. Subvencionadas por el 
Estado tenian sin embargo los dignatarios, á cuyo cargo estaba 
encomendada su celebración, la imprescindible necesidad de 
agregar de su bolsillo particular cuanto era necesario para el 
mayor esplendor de las dichas fiestas, desembolsos que llegaron 
á ser cuantiosísimos. 

Al lado de estos lu di pvMici consistentes en carreras de car- 
ros y de caballos en un principio y luego también en repre- 



1 Lin. 16 y 10. 

t Frleúl&nder. Dantenoogen aus der Sitienirescliiclite Roma toI. II. 






JuS. •..*«4»V ^* ---•'.' *' , -i. #**.-•* •• ' •' '■ '-«-WíJ 



47 

tentaciones escénicas, á las que tenia entrada el pueblo en 
tanto cuanto cabía en el circo ó en el teatro, se introducen en 
Roma en 264 antes de J. C. los luii pricati, que eran los fú- 
nebres dedicados por su acaudalada familia á la memoria de al- 
gún personaje muerto. Consistieron en combates gladiatorios y 
á ellos solo concurrian los invitados por los que los costeaban, 
editores. Los espectáculos gladiatorios dijéronse propiamente 
munus y no fueron admitidos entre las fiestas públicas, ludi^ 
hasta el 105 antes de J. C. por los cónsules P. Rutilius Rufus y C. 
Manlius *, como mas tarde en las poblaciones de provincias*. Sin 
embargo, puede decirse que hasta Domiciano los espectáculos 
gladiatorios no adquirieron la consideración de fiestas fijas á 
cargo de los cuestores ', puesto que desde fines de la República 
no pudieron conseguir el carácter de espectáculos oficiales en 
días determinados, habiendo sufrido diversas vicisitudes desde 
Augusto, durante todo el primer siglo de la era cristiana. 

Poro ya en el segundo y cu los dias de Marco Aurelio y de 
Lucio Ckimmodo, su hijo, es indudable que los duumviros, los 
ediles y algunos sacerdotes municipales ó coloniales, así como 
los que lo eran provinciales, en razón de su cargo tenian la obli- 
gación de dar, parte á su costa y parte subvencionados por el 
erario comunal ó regional, espectáculos gladiatorios, que á 
veces celebraban con estremado y desmedido boato. 

Es indudable también que la ley propuesta por Antonino el 
filósofo tendía á coartar tales abusos, sin que se puedan fijar sus 
estrcmos capitales, |>orque se desconoce por completo el proyecto, 
oratio^ y solo se ha salvado parte del informe, sententia^ que 
además de no estar íntegro, no parece que su autor observara, al 
espouer su parecer, un orden sistemático de antemano fijado, 
sino que siguió al pié de la letra la propuesta imperial, verbis 
ípsis, sin hacer otra cosa que oscurecer á veces los conceptos 
que anunciaba, mas que con sus arcaismos, con sus giros flori- 
dos, muy del gusto de la época; aunque no por ello recargados 
en demasía. 



1 Bnnod. Paneff. Th^odorico dict ed. Hartel p. M lin. 15. Como dice PrtedUknder, 
ba sido Bücheler, Uiiiliien lluHtmdor de e«te nuevo Brooee lUUeente, el primero 
que ba tefielado y expUcedo el citado paiia^ de Bnnodlo. ^ 

t Ber). Loa uuevoa Broncea de Oauna y Loe Broncea de Oauna. Eab. 71, 71 y Ifl. 

t Taclt. Hiat. U. ti y 13. 5. 







48 

Para dar mayor claridad á esta exposición será acaso opor- 
tuno el examinar sucesivamente uno por uno los doce párra- 
fos en que el Bronce resulta dividido y que aparecen indicados, 
no por números ordinales, como las Rúbricas de las leyes 
Ursaonense, Malacitana y Salpensana, sino por la maj'or sa- 
liente del primer renglón de cada cual de aquellos respecto de 
los demás que le siguen, como ya he dicho que acontece con las 
líneas primera y sesta del Pactumfidxicias. 



§• I- 



Afirma Mommscn que á pesar de la dicha saliente del renglón 
primero no es ello indicio de que comience precisamente en 
aquel punto el párrafo, sino que este debió arrancar de la línea ó 
líneas anteriores, con las que finalizaba la Tabla precedente. En 
apoyo de su opinión cita el manuscrito de Gayo y el de los frag- 
mentos del Vaticano, en los que cada página comienza general- 
mente con una letra mayor que las demás *. Conozco ambos có- 
dices y, desde que se publicaron, manejo sus apógrafos, el stu- 
dcmundianoy el vwmmseniano^ sin que pueda aceptar la simili- 
tud entre uno y otro accidente gráfico. Que el amanuense, á quien 
se deben por ejemplo los comentarlos gáyanos^ casi siempre diese 
principio á cada página con una letra mas grande, aunque cor- 
respondiera á la mitad de una palabra hcreWitaria * dice\\fus ', 
siguiendo una práctica pale(»grátíca de la época, no es lo mismo 
que el haber comenzado el Bronce Italicense con un renghin sa- 
liente, (jue según el profesor berlinés debía corresponder al co- 
medio de un capítulo. Bastaría recordar al efecto que esto no 
sucede en ninguno de los Bronces análogos encontrados hasta 
el dia, como el de la ¡ex Cornelia de XX quaestorihus * el de la 
Antonia de Tcrmessihus *, el de la lulia municipal is •, y el de 



1 Bpliem. BpiR. vil p(íc. 386 not. I. 

2 Apoflr. Stuoem. p «5 et 06. Mt». fol. 95 r et u.— Comm. \\. 80. 
S Apoff. Studem. p. 3 et 4 M8. rol. 27 u et r • Comm. I. Itt. 

4 Kítocbel. P. L. Ú. H. XXIX. 

B Ibldem XXXI. 

Ibldem XXXIIL 



I. *■■ ' ^ • ♦ - 1 " •■ 



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V* .■ « 



4g 

ía Éuhria de GalUa Cisaípína ^ qiíe se conservan y he visto 
los tres primeros en Ñapóles y el último en Roma, por no ha- 
blar de otros documentos escritos en piedra, como la lex parieti 
FACIENDO de Putcoli ^, que igualmente existe y he examinado en 
el Museo borbónico. 

Pero es que además debe observarse que el copista del texto 
gayano terminó también con una letra mas grande el final de 
algunos folios como en plureS ^ y cicihuS *, y sobre todo que 
por regla general comenzó con letra mayor y con un renglón 
saliente cada párrafo de estos comentarios, que en las ediciones 
sucesivas desde la primera berlinesa de üoeschen del 1820, se ha 
marcado con un número arábigo, y cuando este párrafo princi- 
piaba en el folio recto ó en el terso de una hoja cualquiera, no se 
contentaba solo con escribir la primera letra de mayor tamaño, 
sino que marcaba también con la saliente del renglón el dicho 
comienzo del i)árrafo, como en los que principian 

Omites a{u)íem except iones ' | Extrañéis he{re)dihus * 
Non soliim aHt(ern)heredibus ^ | ítem mulier qH{a)e 
Necm{ani)f\es)tiJurtÍ2)oena^ \ Si percgrinus 
Por otra parte lo que falta al texto indicado del primer pár- 
rafo es tan solo la oración determinante de la de infinitivo, tan- 

TAM ILLAM PESTEM NVLLA MEDICINA SANARI POSSE, qUC pUCdc rOS- 

tablecerse con un solo verbo, arhitrahamvr. ó con mavor númc- 
ro de palabras como non ntilli arbitrahantur. tomadas ambas 
restituciones de otros pasages del mismo Bronco *', y colocada 
cualquiera de ellas antes del nec poterat. 

Así como el citado profesor Mommsen no tiene mas remedio 
que reconocer, que en el párrafo décimo, igualmente señalado 
con la saliente del primer renglón, ad galúas, y precisamente al 



8 

10 



1 RItschel. P. L. M. E. XXXII. 

*i ibiaeiii LXVI. 

8 A|K>jr. Sturteiii. p. 10 — Ms. fol. 53 v.— Corara. I. -W. 

4 Apoif. Studera. p. la.— Ms. fol. 32 v. Corara. I. .'•3. 

5 \\»ofg. Studera. p. 229.— Ms. fol. 112. r. corara. IV. 119. 

6 Apoff. Studera. p. 9».- Ms. fol. 40 v. Coiiilii. 11. hCA. 

7 Apotr* Studera. p. 4oi.— Ms. f. 1. 22 r. Corara. II. 1K2. 

8 Apotf. Studera. p. 121.— Ms. fol. 8 v. Corara. II. 274. 
» ApofS Studera. p. Htí.-Ms. fol. :i4 v. Corara. III. VM. 
10 Apotf. siudera. p. 2i».— N:s. fol. «5 r. Corara. 1. "éA. 

Todo esto no se opone en rannera al^runu it las obsenMciones naleoírráflcas 
MomtnMtnian .«, que se leen al erapezsir la p. 3f5 de su r#/»i. vmiorit de los FrotiuieHtn quae 
dicuniur Vaticina^ ni H la* úestuUrinund. que aparecen al final de la p. XX VI I y princi- 
pio de la XXVIlIdel proemio á su a,oynij>hoga¡fanOy pero quo no encuentro aplica- 
bles ú la Ifu. 1. de este Bronce Itallcense. 
41 Un. 2¿ á 27. También puliera decirse •ingjU imiiebant, Un. 21. 

7 



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r - ^J^^••v;^•^^'^T• • 



50 
comenzar *, aparece cortado el sentido, oratio híat^ de ígiiaí ma- 
nera hay que suponer que también el grabador omitió algo casi 
al mediar de la primera línea, que es muy posible restituir, mien- 
tras aquel otro hiatus no es tan fácil de llenar, ñeque quo modo 
eam (orationcm) expleam haheo^ como tan sinceramente confiesa 
dicho expositor *. 

Todo este párrafo primero es una metáfora continuada, sino 
de un gusto esquisito tampoco en cstremo alambicada y sobre 
todo muy en armonía con las corrientes estilísticas de la éiK)ca, 



§. n. 



Al final del precedente se habla de unos vectigales vergon- 
zosos é ilícitos, FOEDA ET INLICITA VECTICALIA ', qUC SC CXigiaU 

contra toda ley, de los que no ha quedado la menor huella entre 
los jurisconsultos del Digesto ni entre los demás prosistas y poe- 
tas anteriores ni posteriores á Antonino el filósofo. 

En el párrafo segundo se explica que era el fisco el que los 
cobraba de los lanistas, que consistian en la tercera ó cuarta 
parte, no se dice de que suma, que importaban anualmente para 
la Tesorería imperial de veinte á treinta millones de sestercios *, 
de los que á la sazón los dichos lanistas eran en deber mas de 
cincuenta *, y cuyo gravamen fué abolido por la ley propuesta *. 

KI jirofesor Momnisen exjilica todo este oscuro pasaje en la 
forma siguiente: ' «Dos son las novedades introducidas pir Mar- 
c i (Aurelio), amlias hastii ahora ignoradas, á saber la supresión 
del V(»ctigal gladiatorio y la rebaja on los gastos anuales de es- 
tos espíM-tácuios. Una y otra reforma alcanzaban igualmente á 
los espi»ctáculos dados j)or precepto legal y á los qut*se ofrecian 
porcostum1)re ó por espontánea lil)eralidad.í> 

«Hespecto del vectigiil, como se le nombra en este Bronce •, 
la cosa es clara, si se tiene en cuenta que estaba impuesta) no al 



1 Lín. ó<J. 

2 Kpheiu. eplg. VII. p. 3D2 nol. rid Un. 5«. 

a Liii. 3. 4 Un. 5 y H % Llu. ». 6 Uü. «. 

* Kpüem. eplg. Vil p. 413 A 413. 

tf Liu. 3. 







51 
que daba la fiesta, edito)'^ sino al lanisia^ de modo que no alean* 
zaba á los espeetáculos dados sin intervención de los dichos la- 
nistas. Estos estaban [autorizados á ejercer su írrauf^ería pú- 
blicamente, caritjiscuscum harcna *, con talquo de sus utilida- 
des ingresase en el fisco la tercera ó la cuarta parte ^. Lo que 
no se comprende es si so han de tomar al pié de la letra los tér- 
minos de este convenio en el sentido de que cada lauista tratase 
con el fisco ó si este cobraba la tercera ó cuarta ])arte en la mis- 
ma forma que exigía la vigésima en las subastas i)ul)licas. Marco 
(Antonino) abolió este vectigal movido de lo indecoroso de seme- 
jante sociedad entre el príncipe v el lauista. con lo que también 
disminuyeron los desembolsos de los que daban espectáculos, 
pues estos eran los que en realidad satisfacían aquel gravamen, 
por mas que el Tesoro lo exigiese directamente del lauista. Sos- 
teniendo el orador que anualmente entraban en las arcas fiscales 
por semejante tributación de veinte á treinta millones de ses- 
tercios, el gasto anual de los esj)ect;ículos dados por todo el ám- 
bito del imperio romano, en (jue interveniau lauistas. excei)tua- 
da la ciudad de Roma, ascendía á cerca de 20.0(M). 000 de mareos 
Añade el orador que cuando se hizo el senado ennsulto adeuda- 
ban al Fisco los lauistas nuis de ."iO. 000. 000 de sestereios: pero 
parte de esta gran suma se» les condone') en recomi)ensa de ha- 
berse reducido algún tanto las iftilidadrs. j>or esta Irt/^.» 

Confieso ingenuamente (jue á i)esar de esta <»x]>lieae¡on aun 
quedan para mí puntos oscuros en el j^asa^je mismo <|ue se ha 
intentado esclarecer, ^^egun el texto expreso del Bronce no era 
un solo vectigal, sino dos por lo menos, inlicita vecticalia*, los 
que el fisco exigía al lauista, cuyos im))uestus consistían en r\ 
:}3,3.3*/o ^í ^"'O y en el i.V'o el t»tro sobre lasutili«la<lcs lanísticas 

TERTIA VEL QVARTA PARTE AD LICENTIAM FOEDAE RAÍMNAE ^. V <loS craU 

también las diversas clas<»s de autorizaciones cpn* ]»arec<» debie- 
nm obtener los lauistas de» la administración li-c:il, por (|U(m1us 
fuenm las especulaciones ú «pie -e drdicahan y d»» la< que saca- 
ban utilidades. Consistía nna <lc ellas en la venta de «rhidiadon's 
jmra los espectáculos, imnirra, (pie olVeeian «j-ratnitainente al 
pueblo los funcionarios i)iibl¡eos ó los i)articuhires y la otra 



1 Mn. C 2 Lin. \ 

3 Kiihem. eplfr. VH p* 419 á 413. 

i lId. Z. 9 Un. 5. 




I 



'*. • ,vj • V ; . * • T 



y.*- 



.* ii V r* 



52 

en dar por su cuenta funciones de este gánero con asientos, que 
no se regalaban sino se pagaban, si bien eran tasados á un 
precio módico. Sobre estas dos diferentes grangerias debió estar 
impuesto el gravamen de la tercera ó de la cuarta parte respec- 
tivamente, que producía anualmente á las arcas fiscales el uno 
veinte y el otro treinta millones de sestercios como máximo. 

Entre los impuestos indirectos del pueblo romano se conocía 
el P/o sobre el importe de lo que se vendía en subasta, centisima 
rcnim venalium, y el 4 % del precio de los esclavos que se ena- 
genaban, quinta et vicésima venalimn mancipiorum^ ambos de 
creación imperial, y tanto estos como los demás vectigales, que 
formaron el sistema tributario de Roma, teniau siempre un tipo 
fijo de exacción, que podia variar en cada provincia, como los de- 
rechos de aduana, ^6>rtor¿w;;i, que los constituiau la vicésima en 
los puertos de Syracusa S y en los de las Galias la mitad *, ó su- 
frir alteraciones en épocas diversas como la misma centesima re- 
rum tciiálium que del l®/o bajó á la mitad, volviendo á subir des- 
pués al tipo primitivo. No conozco por lo tanto vectigal alguno de 
aquellos tiempos que en una fecha dada y en determinada región 
del imperio fluctuara entre dos tipos diversos de imposición, la 
tercera ó la cuarta parte. Por ello y por todo lo expuesto he crei- 
do desde que leí este Bronce que los vecticalia inlicita ó séase la 
TERTiA VEL QVARTA PARTE, quc los lauistas pagabau al fisco para po- 
der dedicarse á esplotar el feo negocio de que se ocupaban, ad 
LicENTiAM FOEDAE RAPiNAE, fucrou dos. Cousidoraudo que era mu- 
cho mayor el número de los espectáculos gratuitos dados por 
magistrados y particulares que los ofrecidos por la especulación 
de los liniistas, nu^ ha parecido deberse conjeturar que el tipo 
mas bajo de imposición ó séase el 2.") ®/o seria el establecido so- 
bre el i)reeio de los gladiadores vendidos por cada lanista j)ara 
dichas fiestas necesarias ó voluntarias, pero gratuitas, y el d<d 
:í3,XÍ% el que se col)raría por la utilidad que cada lanista .sacase 
de las luchas que ofreciese en el foro, i)ai*a ocupar á su gente y 
utilizarla, expendiendo lúlletes d(* entrada por un precio determi- 
nado. Los veinte ó treinta millones resp(*etivamente de ingreso 
anual en el fisco suponía en los lauistas una recaudación cuor- 



1 cic. In v«*rrem. W.Ti. ex viceniínu portorii syraciuls. 

2 C. I. L. V. 7243. "nSA, ^^ • CALL . tfHadrageiimae GaU{ianim) 



» •. . . . ^ ■ 




53 

me, sí se considera que aquellos representaban solo la tercera ó 
cuarta parte de lo que estos recaudaban. 

Concluye el final de este pasagc con las frases ex reliqvis la- 

NISTARVM QVAE H6 QVINCENTIES SVPRA SVNT PARS LaNISTIS CONCONETVR *, 

se condona á Jos Jan is fas Ja ¡n/rte de Jo qiie por este concepto 
aun adeudasen, que excediese de cin':u'*nta müJones de sester- 
cios; lo cual no es fácil de explicar. Acejrfando desde luofro con 
Mommsen que se trata en esto punto del saldo (jue quedaba á 
los lanistas por pagar al fisco, resulta un atraso enormísimo, que 
acusa un abandono incalificable en la administración fiscal ^. 
Cierto que como el mismo expositor indica no se puede deter- 
minar la manera como se cubrarian tales impuestos indirectos; 
pero de seguro que no parecía que debiera ser con tanta indo- 
lencia que al promulgarse este senadoconsulto subieran los 
atrasos á la enorme cifra de nu'is de 50 000.000 de scstercios. 



§• III- 



Dos pasajes liay en este a])artado que exigen algunas aclara- 
ciones. Dice el uno: qvae etiam malis consvlvnt qvi se necessarios 
fecerint '. Escribe un conocido lexicógrafo moderno que el wv- 
ho cansuJerc usado con dativo significa ttfen\ procidere, prospi^ 
cere, hahere rationem et curoni a icuis rci *, y ccmio el primer 
relativo concuerda c<m remedia, resulta que los remedios estabb»- 
cidos por los emperadores eran tan efiraces <jue tamhien corre^ 
(fian ó rejormahan á Jos nt alas {VmÚ'^^Ux^) que se liaJjian heclio nrce^ 
sarios *. Tal es la inteligencia que Ins prof<»sores Mommsrn y 
Hübnerdan á esta frase. í|ue forma una locuciiui en estremo me- 
tafórica, en la que se continua la alegoría de la enfennedad, que 
traía valetudinario v abatido al Kstado. v de la medicina nuc lia- 
bria que aplicarle para liacerlo convaleci*ry recobrar su prístina 
.salud tan quebrantada ^. 



1 Lln. 9 y 10. 

2 Kiihem. epifr VII. p. n3. 
U Lili. 12. 

<! Korcellini v. codruIo. 

5 F.i.heiu. eplif. Vil. p. 111 

6 l»iir. I. 18. 10. i 4. udvpfKii^ eo«. •iuo)< iii:tlo;> putat Día. I. 1^ 3. malti» lio- 
mUiibuD provinciaiu purtrart*. 




is* ^í.>*J^.'^4«í»:4 .•'- '*' 



. r< 



■'■■♦•. 






54 

El otro pasage es el que comienza con la frase legebatvr etiam 
NVNc APVT NOS oRATio \ j nacc la duda de que no pareeia que hu- 
biese tiempo para que leida la propuesta imperial cu el senado, 
llegase su noticia á las Galias y al informar sobre ella el senador, 
á quien correspondió dar el primero su dictamen, pudiese ya 
hablar de la alegría que su anuncio habia producido en aquella 
región del imperio, toda vez que era lo natural que en la misma 
sesión, en que se presentase el proyecto de senadoconsulto, se 
apoyase y se votase, como se ve por otros ejemplos que nos 
quedan. Habia yo escogitado que la cosa pudo haber ocurrido 
porque habiendo el coneilium írium protinciarum Galliarum 
acudido á Marco Aurelio por medio de una legación en demanda 
de que pusiese remedio á mal tan grande, el emperador por una 
epístola^ como la de Vespasiano á los Saborenses, hubiese 
anunciado á los recurrentes que se proponía presentar al senado 
un proyecto de ley en el sentido que se le pedía. Pero el profesor 
Mommsen estima mejor el«uponer que se diese cuenta en una 
sesión del senado del proyecto y se discutiera en la próxima *, 
y como mediaban entre ellas un par de semanas pudo la noticia 
llegar bien á las Galias, y conocerse en Roma como habia sido 
recibida la reforma, al discutirse y votarse por los senadores. 



§. IV. 

Antes se han nombrado los sacerdotes fidelissimarvm callia* 
•RVM ', encomiando el entusiasmo con que acogieron la noticia 
de (juo so lial)¡a suprimido la tributación gladiatoria al tisro, 
limitándose á la vez las utilidades de los lanistas. Ahora es el 
cREATvs SACERDOS *, ol (juc se rcgocija por la reforma que venia 
á liberar su patrimonio d(» la pesada carga que lo oprimía, de- 
seando y aceptando el sacerdocio á la vez (jue mostrándose dis- 
pue.<to á costear con el mayor gusto las fiestas, que tenia la 
obligación de ofrecer al pueblo. 

Para mí nc» hay duda que en este último lugar se habla de los 
sacerdotes i)rovinciales, con tanto mayor motivo cuanto que las 



I Lln. 48. 

t Rphem. epf(?. Vil. p. 901 y 995. 

8 Lio. M. A Lili. 10. 



/ 



rf ! ., » 



r ¿\k Í*.<JJÍMr>k c^'ii£y«M^ 




que estos daban en lasGalías eran suntuosísimas V mientras las 
de los sacerdotes locales carecian de importancia', teniéndola 
sin duda menor que los espectáculos gladiatorios, que al finali- 
zar la república estaban en el deber de ofrecer los duumviros y 
ediles á los colonos (i munícipés dd la ciudad que gobernaban. 
En estos era obliíratorio a cada uno de dichos funcionarios el 
gastar dos mil sestercios de su bolsillo particular tan solo y 
otros dos mil del Erario público ', con cuya corta suma que im- 
portaba ocho mil sestercios por parte de los dos duunviros y 
otros ocho por la de los ediles, poco lujo podian desplegar en los 
muñera y en los luii scaenici que habian de ofrecer por cuatro 
dias á Júpiter, Juno, Minerva y los demás dioses y diosas del 
Olimpo romano *. Por otra parte como observa oportunamente 
el profesor Mommsen ', no existe hasta ahora en Italia docu- 
mento alguno que dé 4 conocar que los sacerdotes municipales 
tuviesen la obligación de dar espectáculos gladiatorios ob hono^ 
rem . 

Pero en este lugar hay una fras3 del mayor interés, qvi Avxr 

LIVM SIBI IN PROVOCATIONE AD PRINCIPES FACTA CONSTITVEB AT *, CU la qUC 

se habla de la ai)elacion encaminada a los emperadores, eximién- 
dose del cargo de sacerdote, para el que habia sido designado 
el rv*cnrreiite. 

Sabido es que en el juicio de escusacion de un cargo muni- 
cipal seguido ante los duumviros ha])ia apelación al presidente y 
de éste al emj)erador '. Sin emmbargo los sacerdotes provincia- 
les de las (lalias acudian desde luego, según se ve, in provoca- 
TioNE AD PRINCIPES, conjcturaiido con este motivo Mommsen que 
por tratarse de cargos destinados al culto imp<*rial de los sobe- 
ranos divinizados, entenderian los príncipes directamente de di- 
chas apelaciones, á la manera que en el siglo cuarto se reserva- 
ron la ccuifirmacion de los nombramientos • de los sacerdotes 
provinciales. 



I Dion CAKll. TAM. 

t Berl. BrtiiiceA »le O.mma. p. *!."» A 2!íí Rub. 1^ 

» Bt»rl. Niievoü HruiiceK de OAUua p. 9a a \u'i uub. Ti y •!. 

4 Ibldeiii ':n y 71. ^ 

5 Kpheiu. eplt?. VII. p. 403. 
< Lili. 16. 

* lilir. 49. 4. 1. f. 1 Alia causa est eoniin (|ul ad alíquod munus vel honorem 
▼oeantur. cuui dlcantte habere excuitaUoDeiu. naoj dou allter alleirare pOi««unt 
emasatlnmuniutls suae, quaio al appeUatlonem 1 o terpotuerlnt. Véanse también 
los U. t y 4 del mismo titulo y lloro del Dlgesto. 

8 Bphem. eply. Vil. p. 405 á «n. 




* % 






J> "• 






s '■ 



.:: * ',^. • 



» ^♦' . A^ 



56 



§. V. 



Había estimado que en la frase cratiae appellationis • se había 
querido indicar que las gracias concedidas por tales recursos ha- 
bían sido la disminución de los gastos en los espectáculos gla- 
diatorios á consecuencia del senadoconsulto provocado por la 
iniciativa de Antonino el filósofo, excitado por las numerosas 
apelaciones interpuestas ante su autoridad suprema, escusándo- 
se del cargo de sacerdote provincial y á ruego del consejo pro- 
vincial de las Galias. 

El profesor Mommsen, recordando que el que apelaba debía 
consignar en depósito cierta cantidad, que perdía sino ganaba 
la alzada *, deduce que el que se retiraba de dicha apelación su- 
fría también la pérdida del mencionado depósito, sino se lo con- 
donaba el soberano, á cuya condonación quiere que se refieran 
las dichas gratiae apellationis ^, si bien reconoce que no se ajus- 
ta oportunamente con la afirmación que sigue, et ovanto plvr.es 
PETENTVR. *, lo cual supouc scr un vicio de locución cometido por 
el orador. 



§. 



VI. 



Una vez aceptado que este Bronce contiene el fragmento de 
la arenga pronunciada en el senado romano apoyando el pro- 
vecto de ley, reduciendo los gastos de los espectáculos gladia- 
torios no puede, dudarse que la frase qvae... alia prima esse sen. 
TENTiA poTEST *, á la quc sc aludc también algo más adelante*, ha- 
ce referencia á este mismo discurso, que se califica de prima sen- 
TENTiA por ser el primer parecer, que emitia de entre los senado- 
res el que por sus circunstancias tenía derecho á ser consultado 
antes que otro alguno. De esta prima sententia hay repetidas in- 
dicaciones tratándose tanto del srnado ' como del ordo. *. 



1 Lln. 19. 
V'jLiíX. sent. 5. 33. %fi. 1 ií a 

3 Kphetn. epiff. VH p. 4xn. 

4 Lln. U». r» Lln 21. r, Lln. 28. ,,.••«* * .. i 
7 Clc. Kpl«t. ad famlL X. V2. qiil cum tfratlas efreclssct, ut sua sententia pri- 
ma pronunttaretur. ... 

C.I. L. V.931. pniji^UH cENS"*^Calu8 ivCkET*"'» HELVIANVS. \«»a«e Voniin. 

ven Kphra.epifr. Vil. p. 391. 



íi;fc;VÍ:w5r'!b¿«¿í¿c^.; 



5». -¿. .**- 



*• VLi." t, »í>..^- **>*\ÍU Uír. 




.f»' 



§. vif. 

El profesor Mommscn, discurriendo sobre el pasage que co- 
-micnza con las palabras cvm excvsatvm esset y termina en con- 
FixMASSET ', acepta la coujetura de Bilclieler, según el cual quiso 
significar el orador anónimo que hubo senadores que pudieron á 
los emperadores que se dejasen de innorastones y se escmasen de 
«íí íMorfo ífí flíCTi/íV á las reformas indicadas *, y por ello dice 
el texto que los soberanos detuvieron la ruíua de los personajes 
mas esclarecidos tan espléndidamente cnanto que á pesar que se 
les cscusaha que conservasen lo que otros hah'tan instituido y lo 
que una larga eostnmhre habia consolidado, ellos sin embargo es- 
timaron que no era perfectamente eonforme á su secta conservar 
de mala manera las instituciones, ni estahlecer las que hubieran 
de ser descuidadamente atendidas. 

Que la secta á (jue aquí se refiere el senador que informaba 
. sea la estoica no hay que dudarlo, pucstu.que es muy sabido que 
á ella perteneció siempre Marco Antonino'. 



§. vrri. 

Después de aludir el orador á la propuesta imperial, qvae ad- 

NOS MAXlmi PKINOPtS RETTVLETVNT *, V Ú la OJiÍUÍOU dc SUR COlfTaS de 

que el informe debia ser breve, vna et svccincta sententia *, ¡lide 
permiso, si vos probatis •, para examinar detenidamente punto 
por punto el proyecto, valiéndose jMira mayor clandnd no de in- 
terpretaciones deficientes, pravis interpretationibvs '. sino dc las 
mismas palabras déla moción im]ierial, verbis ípsrs ex oratione 

SACrtSSIMA AD LVCEM SENTENT1AE TRANSLATIS *. etlVa niallifcstaciOU 

hace de más interés é importancia la cxixisicion que sigue ú di- 
cha declaración, cuyos estreñios he numerado en la traduceíon 
con el intento de hacerlos uotar, siendo á la numera de capítulos 
de la ley que iba á votarse, habiendo notado antes conio las dos 
primeras reformas las consignadas en el párrafo segunda. 

1 Un. !4á£>. 

9 Bpbein. pplg. vu. p. 3^. iiot. ad v. !i. 

S Capitolio. V. Ant. phll. S. - y a. a, y Iti. 5. Narc. AiiKniln. "a -tí í3j*;v 
.1 Vil. 
A Lio. A :. Lln. n. < Lln. W. 1 Un. »< y ». A. Un. !». 




58 



§. Vriií. 



Con las últimas palabras del periodo anterior finaliza el exor* 
dio de la arenga senatorial y vienen á terminar las floridas for- 
mas, que una retórica no del mejor gusto inspiró á su autor. Des- 
de este momento comienza la parte mas interesante del texto, 
pues, como se ha dejado indicado, á partir del principio de este 
párrafo, que va á examinarse, y que es el mas complejo de todos 
por los varios é importantes extremos que abarca, se reproducen 
las palabras mismas del proyecto imperial, precedidas á veces 
del verbo censeo. Lo primero que se establece son las tarifas de 
gastos de las diferentes clases de esp3ctáculos gladiatorios, 
que podian celebrarse, marcando en cada una el precio de los 
gladiadores, que en aquellos debian tomar parte. 

Tarifa 1 .• De los espectáculos que costaban hasta 33,030 ses- 
tercios. 

Se denominaban assijoraiios y su forma no sufrió 
alteración alguna. 

Tarifa 2.* De los que excedian de 30,000, llegando hasta 60,000 
sestercios. 

Dcberian componerse de tres series, partes, de 
igual número de gladiadores, cuyo precio habría de ser 
por cada individuo: 

De la serie primera 5.000 sestercios. 
1)^ la » segunda 4.001) y> 
De hi » tercera 3.000 » 

Tarifa 3/ \)¿ los que excedian de 6,0ü0, llegando hasta 100,000 
sestercios. 

Se compondrían de tres secciones, ordines, siendo 
el precio del gladiador de cada una de ellas cu esta 
forma: 

De la sección primera 8.000 sestercios. 
De la » segunda 6.U00 j» 
De la » tercera 5.000 » 



!L*ll ' "- ^ 













59 
Tarifa 4.* De los quo excedían de 100,000 llegando hasta 150,000 
sestercios. 

Habían de componerse de cinco manípulos, mani- 
pvLi, quedando así fijado el precio de cada gladiador 
respectivamente: 

Del primer manípulo 12.000 sestercios. 

Del segundo » 10.000 » 
Del tercero » 7.000 > 

Del cuarto » 6.000 ;» 

Del quinto » 5.000 » 

Tarifa 5.' De los que excedían de 150,000 llegando á 200,000 
sestercios ó mas. 

Se dividirían también en cinco clases, siendo el 
precio por gladiador de cada una de ellas en esta 
forma : 



De la clase primera 


15.000 se 


ste 


De la segunda » 


12.000 


» 


De la tercera )> 


9.000 


» 


Do la cuarta > 


7 000 


» 


De la quinta » 


G.OOO 


» 



Sobre el tipo máximo de 200,000 sestercios, cada uno (jue- 
daba en libertad de invertir mayores sumas en dichos esjyectá- 

culos, ET QVlDQyiD SVPRA SVSVM VERSVM ERlT *, J^rqUC CU e.StC pUU- 

to los emperadores no quisieron coartar la voluntad individual. 
Con arreglo á esta ley los gladiadores son clasiticados en dos 
categorías una la de los mejores, meliores. y otra la de los gre- 
garios, CRECARI. 

El precio del gladiador mas sobresaliente, svmmvs, no podía 
exceder de 15.000 sestercios. 

El de los mejores fluctuaba de doce á tres mil sestercios. 

El del mas bravo de entre los gregarios habría de -ser de dos 
mil sestercios y el del gregario ordinario de mil. 

En cada espectáculo, según la tarifa que se escogiera, debe- 

1 Un. »jSi 




I .«> . * 



60 ' 
ría luchar la mitad del personal gladiatorío sacado de entre los 
mejores y la otra mitad de entre los gregarios. 

Estos se habrían de dividir en tantos grupos como dias fuera 
á haber de espectáculos, de modo que en cada dia se presentasen 
en la arena un número de gladiadores mejores, meliores, igual 
al de gregarios. 

Si no hubiese gregarios bastantes para formar la indicada 
mitad del personal de dicha clase, se supliría esta falta con los de 
las otras clases de \of^ mejores^ que pasarían, en cuanto á^sus 
precios respectivos, á la consideración de gregarios. 

Las autoridades, á cuya vigilancia quedaba encomendado el 
cumplimiento de esta ley eran, fuera de Italia 

1.® Los presidentes de las provincias, oviprovinciae praesi- 



DEBVNT V 



2.® Los que fuesen encargados de dichas provincias por los 
que las rigiesen, qvibvs provinciae rector mandaverit • á saber: 
Los legados. 
Los cuestores. 
Los legados de las legiones. 
Los que aplicaban el derecho. 
Los procuradores imperiales. 
3.** Los procuradores que presidian las provincias. 
En la Italia y en la Traspadana quedaba á la vez encomenda- 
da esta vigilancia. 

1.** Al i)refecto de los alimentos: por su ausencia. 
2." Al curador del camino; por su ausencia 
:í.** Al jurídico, y i)or liltimo en su ausencia 
4.° Al prefecto de la escuadra pretoria. 
Además del precio que el editor de cada espectáculo gladia- 
torio pagaba al laaista por los gladiadores, que le compraba para 
(jue luchasen en público, debería abonar á cada uno de los que 
salieran victoriosos la cuarta parte, si era de la clase de libres 
auctoratiy y la quinta si de la de los esclavos, sertij como en re- 
muneración de su triunfo. 

Las tarifas gladiatorias antes mencionadas solo eran aplica- 
bles á las ciudades de provincia, que hubiesen venido sufnigau- 
do los espectáculos mas costosos; pero no á las menos opulentas. 



I Un. 41 2 Un. «2. 



^''•■^" ***^'' A;—** ai iMm iXi ^...A -vAr. •«%:.•■ «»..« . 



^ >■■*'' >- •.•-.* ---,rf,*-^'A¿-d¿w*W\¿¿¿^^.AÍ¿Í 



61 
Para estas debcrian formar los presidentes una tarifa especial 
trifaria, marcandoun precio máximo, otro medio y otro mínimo, 
después de examinar los que durante el liltimo decenio resulta- 
sen abonados por la ciudad y por los particulares en sus cuen- 
tas respectivas en los espectáculos tanto voluntarios como ne- 
cesarios, que en dicha localidad se hubiesen celebrado durante 
el indicado tiempo. 

En las ciudades de la Italia el prefecto de los alimentos, el 
curador del camino, el jurídico. 6 el prefecto de la escuadra pre- 
toria deberían llenar este cometido. Se recomienda á los procón- 
sules y á los legados imperiales que cumplan dicho encargo, aque- 
llos dentro del aüo de su mando en sus respectivas j)rov¡ncias 
y estos en los doce meses después de la publicación de esta ley. 

Tal es el resumen de esta que debió .ser la primera parte del 
senadoconsulto provocado por iniciativa de Marco Antonino, en 
cuyo texto, sin embargo, hay pasajes que exigen un estudio es- 
pecial por lo nuevo de su concej^o ó por lo abstruso de su sin- 
taxis. 

Desde luego lo que ante todo llama la atención son los mvne- 

RA ASsiFORANA, dc quc uo sc tcuia la menor noticia, y aceptada no 
va la etimoloíría de Hübncr de assHS v foranus. sino hi <ie Hü- 
cheler de asse y foro, parece lo mas seguro lo propuesto por 
Mommsen que fuesen a(|uellos espectáculos los dados volunta- 
riamente por el lanista que (lueria, en los foros de las ciudades, 
exigiendo en pago algunos ases á cada espectador por su en- 
trada en el im])rovisn(lo anfitentro de madera •, concordand<i 
esta denominación con la de hntisfo circamJoranci*s usada por 
Suetouio '. 

La diferencia <|ue se nota entre la frase, qvi proconsvlespavlo 

ANTE PROFECTI SVNT INTRA SVVM Q.VISQyE ANNVM ', y \w <|Ue Ic sigUC, 
11 ETIAM QVI NON SORTITO PROVINCIAS RECANT INTRA ANNVM *, CStriva 

en que el proconsulado de his provincias senatoriales era anual, 
norteándose estas en el periodo republicano entre los elegidos 
jwira regirlas *, mientras los l(*ga<los de Augusto eran desde 
luego designados para la provincia (pie debían gobernar, non 
SORTITO, V su mando debía durar de tres á cinco años •. 



1 Kphein. enljr. vil. p. 3». 

2 Siiet, vucl. 12. clrcumfoniniH) lani«tae vendidit .Tacit. Aun I 6K. 
a Lin. &3 y M. 4 Llu. M y .V). 

5 LlT. 10. Í4 8.-)A. 26. 6 -^. 1. 7. et paMlm. 

e Dlon. Cas«. 53. 4a-:i6. ti 



^ \. 




.^•*t«ak.j>adr-4>«^^^«-.^^ :^ ^^ ,_ 






.^-.. ♦•i.A.*. ^ **iw^-.«* * *. 



es 

Dasde Inegt) s» norta, oompinado la^ do§ frases de este par- 
ndcL vuL£ cv&ATou ^ T cviAToai raovmcuLE '« que en la aeguiida 
Itaj la errata mateml de haber eacrito él grabador moimtciAC 
en lag-ar de viax, como ja obsenró también Monunsen * ea sa 
comentario tan citado. 

No era tampoco sabido que hubiese una dasificaócm deter- 
minada para el grladiadar, que mas sobresalía entre los mejo- 
ren al qn^ se denomina svjuits ac foil«oi«svs. Esta dltima pa- 
labra con su acentuado areaismo recoexda sin embaigo que el 
biógrafo de Antonino él filósctfo. pariendo las babüTlan. á que 
daba Ingv la ridm nn tanto desarregrlada de su mnger Faostína 
la menor, cuenta qne ésta se enamoro perdidamente de nn gla- 
diador al T^lo pasar^ sin dnda en la parada, fomfg^ que tenia 
Ingar como preludio de la locha con armas rerdaderas en todo 
«Epectáculo de este género \ Prendada la empentiiz de aquel 
esdaTo. se murmuraba qne halñan nacido de e^os amares Iub 
gemelos, de qne solo sobrevÍTÍó Commodo. para oprolño del im- 



o». 



HirscMeld sin embaigo en Tez de FotjtoKso propone leer,/if- 
Mttso. corrección que no satisfiace del todo a Mommsen \ eomo 
tampocc* la misma palabtm fobjíokso del texto. 

El }»rcifosor Hübner leyó {Homero mnjotj acoltatts refiíiéndo- 
•e al gTc^jra™» que mas se distinguiese, fraso que de<pnes peco- 
iKiri también en el Bwmce ", Bücboler }iroj»usc» kcr mELX>ai[x] 
ACEKTATis, palalflm insólita la segnnda iiamada de «orr. como de 
mlmcrr nació ú^'mrritüs. Mommsen no act-}^ e$^ conjetura, pro- 
poniendo en fm lugar leer «euoe laciiltatiís ó cxm preiei^encia 
fKEumx lacutatvs. sino es mcuoa laceiltis, I^ara mi enti>e la abla- 
ción de Bürbeler, que coiidnce á prnímr <n un glfíihfi^r rí mms 
hriuwo. ó la de Mommsen qne se rt*£ere al mrjím^ árat^mUñém. 
Be inclino con preín^encia á la cualidad que nace de} ánimo que 
á la que cuusi?^e en las formas corpnra]<*s. I\idia ser un gladia- 
dor hasta estatnanamente considerado romnovs\^ por $« moacii- 
latura t por sus periertas piYvporciones esréticas. ^oeodo en 



1 uüL m u« la. 

S n*iiM «VAr- TIL ^ Si. »«L ^ T. 9 5- |k. si^ m. t. 

S JMóm m, 1. 



* v e- . 




6É 
hio un poltrón, de íos que era menester obligar á batirse • azo- 
tándolos con raras é impidiéndoles retroceder con hierros ar- 
diendo •. 

Dice mas adelante el Bronce ' puaefectis alimentorvm dandis 
queMommsen restablece suprimiendo la ultima palabra *, porque 
afirma que no ha visto nunca usada esta designación de prae- 
fectns alimentis dandis. En cambio es muy sabido que Capitoli- 
no asegura que Pertinax fué, entre otras cosas antes que empe- 
rador, proouraíor alimentis ditidendis *en el territorio de la via 
Emilia. 

Ocupándose de la frase también inusitada svb signo pvcnet*, 
refiriéndose al gregario mas bravo, dice el primer comentador 
de este Bronce que poco se comprende í?/ sub signo, pormas que 
aunque no se sabe, quod sciam, que los gladiadores entrasen en la 
arena bajo una enseña, esta manera convenía sin embargo á la 
pompa; jtero también á todos los gladiadores, por loque aplicadas 
dichas palabras tan solo á los gregarios, no es que son supera^ 
bundanteSj sino que oscurecen su inteligencia ''. Sin embargo, 
el sabio obispo hispalense habla do los gladiadores, que ginetes 
en poderosos caballos blancos salian á combatir por lados opues* 
tos del anfiteatro, praecedentibus prius signis miUtarihus •, 
donde luchaban hasta que el mas afortunado lograba matar á 
su contrario, sin duda sub signo. 

Poro el pasage de mas confusa sintaxis de este Bronce es el 
que comienza con la ])alabni lanistas • y termina con la de cnc- 
cARioiivM *®. Hischfeld lo restablece: lanistas etiom pr[ae]mo- 
nendos tili studio questus [ne] nege[nt] sibi copiam dismidiae 
jHirtis praebenda[e] essc ex numero gregoriorum. Mommsen lo 
reforma: lanistas etiam promotendos rili studio questus: [sibi] 
copiam dimidiae partis praebrnda[e negantes] esse ex numero 
gregariorum, mientras por mi parto lo rostituyti: lanista[e] s[i] 
etiam [ad]promo[r]endos rili studio qu[f/]estus nege[nt] sibi co^ 
piam dimidiae ¡Hirtis praebenda[ni] esse ex numero gregariorum. 



I QiifntUlianufl Declani. IX. C. 

f guiíit Hildem. y Kpliem. «;pÍK. VII. pa<?. 3Pl. not. ad v. 36. 

a l.ln. 43. 

4 K|iliein eplif. VII p. 301. not. ad t. 43 y p. 3&íy not. I. 

& Capitolin. Pertin. 2.2. deinde aliiuonti;» divideiidls lu via Aemilia procuravlt. 

6 Un. 3G. 

1 Kpliem. «pUr. VII p 414. V not. 2. 

8 iBidor. OrUr XVIII. 53. 

9 I.ln. 37. 10 LID. ad. 



' .y>:'^^'::^'*>Vi'^íf^-{ 



Én un punto éstánlos todos de acuerdo y es en ía interpreta-^ 
cion del indicado pasaje en el que se declara que es obligatoria 
la prescripción impuesta al lanista respecto de facilitar la mitad 
del personal gladiatorio de entre los gregarios, y si faltasen de 
estos se suplirian de los de clases superiores, sin hacerse subir 
por ello el valor de cada pareja, sino aplicándoles la tarifa mis- 
ma de los gregarios •. 

Al comenzar el segundo apartado de este largo periodo se 
fija lo que se habia de observar respecto á los gladiadores com- 
prados y que el editor recibía, de exceptis * indicándose que cada 
uno de ellos debería pactar, paciscatvh ', la mas elevada recom- 
pensa, pRAEcipvvM MEncEois *, quc habría de dársele del dinero que 
se recibiese con este motivo. Hasta aquí solo se ha hablado en el 
que debió ser el primer capítulo del sonadoconsulto propuesto, 
del precio de cada gladiador en venta, pretivm, y eu el pasage de 
que me ocu|>o vuelve también á hablarse de los dichos precios, re- 
firiéndose al valor de los gladiadoros, quo se enagenaban, siendo 
solo en el lugar antes citado donde i>or primera y i'mica vez apa- 
rece usada la palabra merces, no como arrendamiento, ó alquiler 
de una locación, que no ¡RMÜa existir entro el esclavo gladiador y 
su seíior, editor^ sino como recomponsii, para el caso que saliese 
aquel victorioso. 

No es de dudar que los valores señalados por esta, que fué ley, 
á cada gladiador en su corres]Kiudicute tarifa, se entiende que 
son los que deberían ¡Kigarse jxir los tjm* ofrecieran al pueblo 
semejantes cs|Hvtáculos gnituitos á la vez que obligatorios en 
razón del cargo que i'gt'rcienuí fui'ra «le Ktima, A'a fuese civil co- 
mo el duumviratoti la iHÜiidaiU o bii*n ivrteUiH'íese al sacerdocio 
munici))aK en el ctuitvpto do quo estaban en ol caso todos ellos de 
hacer suyos, ctanpnuido del lanista los gladiadores que necesi- 
tasen, para las fiestas que hubieren do dar con motivo de su ele- 
vación al put^to paní que habian sidi> elogitlos. ;ími1o se excep- 
tualia de esta regla gi^ucral el sttcn^h/f' prociiiciol *, porque los 
recibía de su pretleei^sor y no neeesitalta entenderse cou seme- 
jante esculador intoruuHlio. 

Los glailiadores adiiuiridos \\ot el etlitor morían en la arena, 



2 LUL «L 3 Un 4Sl 4 Un. ^ ¿ Uq. 9tL 







0^ 

salian heridos de eíia o bien triunfantes; en el primer caso 
cesaban todas las consecnencias de la adquisición, en el se- 
gundo quedaba á favor del magistrado (5 sacerdote uh siervo 
mas ó menos útil para el ejercicio gladiatorio, y en el último el 
editor se veía obligado á satisfacer al gladiador victorioso la 
cuarta ó la quinta parte de lo que le costó, según fuese esclavo, 
ó libre; el abono de cuyo 20 ó 25 •/© respectivamente debía 
previamente pactarse por el mismo gladiador, antes de combatir 
en el anfiteatro. 

En atención á los doce diversos tipos de precios señalados en 
las tarifas precedentes al personal gladiatorio, la mcrces del 27)*/^ 
jKKlria elevarse en una escala gradual, también de doce térmi- 
nos proporcionales, á partir de 3,750 sestercios, descendiendo á 
250: mientras la del 20 ^/^ llegaría á alcanzar un máximo de 
3,000 sestercios por un mínimo de 200. Estas diferentes canti- 
dades, que estaba en el deber de abonar el editor al gladiador 
triunfante según su clasL». no se podía considerar que imi)rimic- 
ran alteración alguna en el costo del piírsonal gladiatorio, au- 
mentando el valor calculado .según cada tarifa, porque el ma- 
gistrado () el sacerdote municipal se reintegraba con exceso, al 
vender dicho gladiador, del premio que j)or esta ley se le asig- 
naba. Aunqu » dicha venta par.M'j K\y\\ s? v«.»riliraba en pública 
subasta V exist».» sin embargo el tjstiuionio de un reputado per- 
sonaje de la ép<K'a de los Antoniutis. según el cual la cosa pa- 
saba de otra manera. 

El jurisc'onsulto (¡ayo, que escribía sus ccbíbres comentarios 
algunos años antes al en (pie si» ]>ronuncíaba en el Senado 
el discurso objeto <le estas investigacitnu^s, en un lugar muy co- 
no<*ido de su libro ^, d«»cía, hace unos mil s<»tecirntos, (|ue los 
gladiadores se JaclUtalfan hajo la condición de que se entreya^ 
srn veinte drnarios ^ j^or cada ano de los qnc salian ilesos y inil 
pftr cada caal de ios qi'e inorian ó quedalHin incalidos, esto es, de 
(Krhenta á cuatro mil sestercios en cada caso, fon este motivo 
añade el citado comentarista que resprcto de los que sallan ilesos 
se celebraba un contrato de arrendamiento condicional y en cuan- 



\ Sliet. CallK 3R. Diüii. C:iss. ZO. II. 
f Oal. Inst. ni. IVü. 

S HiiUHCli Metruloirie tah. XIX. ii. Sitl rdlt. m?, flja Pii cuntro iostcrcioc U 
equlviileuciu úe cuuu deiiurlo de la ciiocu ue ion Autoiilnutf. 

9 






66 
/o d los muertos é inutilizados otro de cómjira renta también cori^ 
dicional ^ 

Eutre las tablas enceradas que S3 encontraron tiempo ka en 
la Dacia, y que he visto en el Museo de Buda-Pestli, existe una, 
que es el contrato de venta de cierta muchacha menor de 12 
años. puclla. Además se conoce otra que contiene el de la de un 
muchacho, ^;?^i¿'í ^, que aun no había cumplido los 14, la prime- 
ra comprada por doscientos cinco denarios y el segundo por 
seiscientos, en 139 y 142 de J. C. respectivamente ', es decir, la 
niña en 820 sestercios y el joven en 2,400, precios relativamente 
proporcionales, en razón del sexo y de la edad de dichos escla- 
vos dacianos, con el de 4,000 sestercios, que seüala Gayo como 
tipo de enagenacion de un gladiador, y que es igual á uno de los 
mas bajos marcados en la tarifa segunda, que antes se ha tras- 
ladado *, con las demás que le acompañan. 

Hay que notar sin embargo que la mercesáe ochenta sester- 
cios, pro siidore^ del texto gayano, representando el 2 •/^ del va- 
lor en venta del gladiador, de la que se utilizaba el lanista, nada 
tenia que ver con el praecipivm mercedis del Bronce italicense, 
que era, no como aquella un arrendamiento, que percibía el 
dicho lanista, sino una retribución, que se daba del 25 •/o al 
gladiador libre, y del 23^'oal que era esclavo, saliendo triunfan- 
tes de la arena, sobre el precio en que habían sido cedidos. 

Si se trata de concordar ambos textos resultará que en el úl- 
timo tercio del siglo segundo de nuc^stra em los lanistas solían 
vender á los magistrados y sacerdotes mimicipales y coloniales 
los gladiadores, que necesitaban para los espectáculos que debie- 
ran ofrecer al pueblo, por un precio marcado para <!^1 caso en que 
muriesen en la fiesta cu (jue habiau de intervenir, ó bien se lo» 
alquilaban por un beneficio de 2 ®/o sobre el tipo de venta, para 
el en que resultasen ilesos de los combates, en que tomaran 



1 Oai. Inst. III. 146. Ítem rí cUiUatores ea letre Ubi tradiderint, ut In siniralM 

qul Intejrrl exlerlnt. pro sudore denarl X>C mihi darentur. ic eos vero sinfrulos 
qui o<'CÍ8Í aiit debtlttutt rut>rint, denarli mille, qua<*ritur utrum eniptlo et 
▼enditto an locatio et conductio contrahatur. et ma}?iü placuit eorutn qui la- 
tojirl exierint locntlonem et condiictloiieiu coiitnictaib viderl. at eorum qui oc- 
ctst aut debtlitati sunt, eiupttoüem et veiiditioiiem ense: idnue ex accldentl- 
bus apparet. taiii<|u:iiii sub condicione factu cutusfiue vt>nditione an locatione; 
lam enhn non dubiUitur <iiiln sub coniJicione res veniri aut locari posslnt. 

2 I**est V l'Ubes 

8 (.. I.' L. iii. p. 030 ft 913. Esta última no existe en el Museo de Buda. 
« LiD. 31. 







67 
parte *. Pero al mismo tiempo cada gladiador pactaba de auto* 
mano la remuneración, praecipiwm meucedis, que habría de reci- 
bir si salía victorioso de las luchas, que sostuviera en el anfitea- 
tro, remuneración que podría subir del 2Ü al 25 •/o del valor en 
venta del que fuese favorecido por la fortuna. En el ejemplo 
gayano el gladiador vendido al editor en 4.000 sestercios vol- 
vería á poder del lanista desembolsando solo el que diese la 
fiesta, por arrendamiento pagado al miMicionado lanista 80 ses- 
tercios, por retribución abonada al gladiador 1,000; es decir, que 
en junto costaba al erfíYo/' 1,080 sestercios en vez de 4,000 el 
gladiador, que siendo esclavo no moría, sino por el contrario 
triunfaba de todos sus adversarios. En el ejíMuplo gayano sin 
embargo la utilidad de 80 sestercios para el lanista parece un 
beneficio excesivamente módico, tratándose de especuladores 
tan interesados. 

El profesor Momnisen expone ambos pasages, el gayano y el 
italicense de esta manera: 

«El precio del gladiador se abonaba al lanista. cuando aquel 
pasaba de la caserna gladiatoria á la arena, en lo que no se dife- 
rencial)a el esclavo del aucloratus. Por el pasag(* aludido hemos 
sabido que en ocasiones alcanzaba el mismo gladiador !o que el 
Bronce denomina praecipuutu mercedis •. Parece que debe en- 
tenderse que se interponía un pacto, para (|ue el precio conve- 
nido entre el editor y el Untisla se aumentase para el gladiador 
excepto, si venciere, agregándose una (juinta parte del precio, 
si aquel fuese siervo y una cuarta si lil)re, es decir nuctoratus. 
l)e este modo se explicaría como á pesar que el editor no al- 
quilaba al gladiador del lanista, sino lo adquiría por compra, 
sin embargo, para diebo gladiador lo «pie recibía tenia el ca- 
rácter de arrendami(»nto, fuerces. Si un lanista ccmcertaba la 
venta de cierto níhHcro deteruniwdo de gladiadores jtor un 
precio coiirettido con el editor, añadiendo á la venta A pacto de 
que á los vencedores se liabria de satisfacer adem:is cierta sutna^ 
este pacto agregado casi se ac<»reaba á una locación, tal como la 
que indica (íayo, tratando de Ii>s gladiadores. V semejantes gla- 
diadores favorecidos parecen ser á los que se refiere Suetonio 



1 Oai. Inst Ul. 146. 

2 Un. 15. 



68 
con las palabra oblacií tidoribus aurei^ añadiendo que los es- 
pectadores les hacían satisfacer el dinero, toce digestisque *.» 

El mismo profesor Mommsen, ocupándose antes del pasaje 
gayano, que ahora vuelve á citar •, manifiesta que ^lo que es- 
cribe dicho comentarista de que los gladiadores se entregaban 
bajo la condición de que se abonasen veinte denarios por cada 
uno de los que salieran ilesos y mil por los que muriesen 6 re- 
sultasen muy Ic.'^ionados, delilitati^ se ajusta exactamente á las 
reglas del derecho, considerando más que como una compra, 
como una locación condicional, la de los que lograban escapar 
ilesos. Pero esta forma de contraer se aparta de la acostumbra- 
da, pues se sabe que los gladiadores que salían sin lesiones de 
un espectáculo no eran de los lanistas^ sino del editor^ como lo 
demuestra Galeno ^, lo que dice este Bronce *, y lo que escribe 
Suetonio de Calígula que subastaba lo que quedaba de todos 
los espectáculos *. Quizás naciera la controvei*s¡a de que unos 
autores de derecho interpretasen que este contrato encerraba 
dos ventas, una del editor al lanista sin condición alguna, y otra 
del lanista al editor bajo condición.» '. 

Parte el ilustre ei)igrafista de dos supuestos que no es posi- 
ble aceptar en absoluto y es el primero que según los pasajes 
aducidos de Galeno y de este Bronce los gladiadores ilesos no 
salían del dominio dí»l edit(rv\ pero el médico griego alude á 
los de los J5/V//r//^.v v la Tabla italicense en los lugares cita- 
dos * á los de los sacerdotes provinciales, qvibvs nvllv[///]cv[/;#] 
LANisTis NEGo[///^/// /*í]t. los cualos • sc trasmitían anualmente de 
unos en otros los «^ Indiatores ((uo l(»s sobraban, despucs <le los 
esj)octáculos roglainentaríos. (juo debían dar perirnlicamente; 
sin referirse en manera alguna á los magistrados ni á los sa- 
cerdotes municipales (i coloniales. 

Además, y este es el segundo supuesto á que he aludido, ex- 
plica el PRAEciPiWM MERCEDis coiuc) {a consecucucía de un pac- 



I F.pli. p^i^^ vn. p. 41.1: Vfase todo oste pacaje, y taiuhien la nota 2 do la pá- 
irina lU. en que hp habla üel conocido paMaJe de Uayo. 

t> Oal Inst. III. lUi. 

:< Oalen. I>c* coiup. modicam. 3. 

A l.iii.:!iy(il. 

:* siit*t. (\in;r. 3< Dton Cass. TiO. II. confirma lo dicho por Su<:tonio respecto de 
Calíf^ula en punto á las dichas subasluH ¿^hi'iiatorias. « 

7 Rphein. cpítf. Vil p. 41 i not. 2. 

8 Un. 5fi»y6i. n iin. w. 






1Í ^ 

Ahora bien sí los esclavos nó podían obligar á nadie sino en 
favor de su dueño y en fuerza de la potestad que este le trasmi- 
tía virlualmente por su mismo dominio, ¿cómo un gladiador e5- 
clavo hubo de pactar una retribución con el editor en el momento 
de comprarlo éste y hacerlo suyo? Pacto semejante entre el 
señor y su siervo no es posible comprenderlo en derecho ro- 
mano. Sin embargo, la cosa acaso pasara, de este modo. En el 
contrato de venta el lanista, después de fijar el precio del gla- 
diador esclavo, pudo estipular con el editor^ á quien se lo ena- 
genaba, qu'3 en el caso de obtener la victoria, se aumentaría 
en la quinta parte dicho precio, y en este punto estoy con- 
forme con Mommsen *; pero es que para poner de acuerdo esta 
estipulación con lo indicado en el nuevo Bronce Italicense se 
hacia indispensable que el mismo gladiador pactara & su vez 
con eí lanist^, que si lograba vencer, éste le abonaría dicho 
20 7oí cuya suma con autorización de su nuevo amo el editor 
adquirente, pasaría á constituir parte de su peculio. Siendo solo 
de notar que esta autorización no podría negarse, pues que- 
daba marcada por ministerio de la ley, ni el tal peculio podría 
dejar de constituirse, por mas que se exigiera la ad(iuiescencia 
señorial. 

El peculio del esclavo y el llamado profecticio del hijo, 
provenían originariamente del señor el uno, como del padre el 
otro, quienes conservaban la propiedad, cediendo solo la admi- 
nistración y el usufructo, que podían retirar sin embargo á vo- 
luntad. * 

Al otorgar la ley propuesta por Antonino el filiisofo un pre- 
mio al gladiador esclavo vencedor, que se satisfarieso en efecti- 
vo, no era posible suponer ([ur constituía un peculio como d pro- 
fecticio á favor del siervo, jíorque conservando el editor la pro- 
piedad del agraciado podía hasta privarlo de manejarlo y de 
disfrutar sus productos, como si pasaba á mano de otro dueño, 
haciendo ilusorio el beneficio, sino por el contrario hay que con- 
jeturar que creaba un peculio esi)ecial que, como el castrense del 
hijo de familia ', podía ser manejado libremente i)or el gladia- 



1 Kphem. ep!^. Vil. p. 413. 

*¿ DiK. !•>. 1. ^1 fl 6. quia quasl patrimoniuin Uberi hominis peculium serví InteUe- 
crltur. ubicuinque esset. Di^. 45. 4.; 17. j{. 5. si serviis deducto peculio vendltus 
Bit Dic-. 4'S. 2. ;»... íilius servusve, cui administraUo pecuUl permi8»a est...— Dl^ 
2.M. ^8 2... SI liberam peculii administraUonem babeant... (tlUus autservus) 

8 Vig. 49. 17. U. -u*»«i^ ««.j 



-'^ -:^ v-"^'*- "^ ■'•■'- :'^.^<' .v^■•^:^i':;• ' --- '--.'^^jíf^ 



,* 



70 
originariamente lo era, y si fuese auctoratusvólvi^ á su condición 
de hombre libre, como aXinleatus se transformaba en liberto, y 
en estos dos últimos casos era cuando el editor perdía verda- 
deramente mas del tipo presupuestado, puesto que no podía 
vender al gladiador j>i7e¿7/wá' ni al aucíoraíus rudario^ para rein- 
tegrarse de la recompensa, merces^ que por el pacto aludido de- 
bia entregarles. 

Pero toda la dificultad de este pasage consiste en explicar la 
frase • vt praecipwm mercedis gladiator siBi QyisQy[w] paciscatvr, 
no aplicada á un auctoratus. 

Sobradamente se sabe que el esclavo no era considerado en 
derecho civil romano como persona *, por lo que se comparaba 
la esclavitud casi á la muerte ', habiéndose llegado en los 
tiempos anteriores al emperador Antonino hasta el estremo de 
que el señor fuese arbitro de la vida y de la muerte de su siervo 
sin limitación alguna *. 

Sin embargo por una de aquellas varias abstracciones jurídicas 
á que eran tan aficionados los romanos, esa estraüa entidad ne- 
gativa podia tener un p3culio, separado de los bienes de su se- 
ñor; pero solamente en el caso en que este lo autorizara á ello *. 

De igual manera después do haber repetido los jurisconsul- 
tos clásicos que un esclavo no quedaba sugeto por contrato al- 
guno • porque no cabía obligación en una persona sometida á 
servidumbre ^, el mismo Uli)iau(), de quien son estas últimas pa- 
labras, en otro libro distinto añado que los esclavoé no se obli- 
gan civilmente por medio do los contratos: pero naturalmente 
obligan y se obligan •, nacioudo en olios esta facultad, genera- 
dora do una obligación, do la persona de su dueño •, para quie- 
nes únicamente adquirian ^^. 



I l.ln. if). 

í Dlirn. rA <•. n2 í^iiocl uttliiPt ad lus civil»*. ísprvi pro iniUis liahentur. 

S DíK". 5^. H- '^^- S»»rvitat»Mu iiiortalituti fi'n» coinparaiinis. 

\ O li. Inst. I. wi. iiain ajuid oiiiu^s iM>ra'M|uo mMites uuiíuadvertere poMU- 
mus tloinints ín servos vítao nocisiiu»» potí-MatiMii esso. 

."» Díj:. ir> h 5. X. -1. Peculíniíi aiitiMii Tul»«»n» (|iii«lt*iu sic deflnii quoú »er- 

vtm floinini neriniHSU separatuin i\ r.itínnibus 4loiiiitiicÍH liatM*t. 

^ Ditr. 41. " 13. HPrvusí aiitem ex Cíuitmctiínis non <)bli^>atiir. 

7 Dlff* 5rt. 17. 22. In personam servilem iiulla caüit ohli;ratio. 

8 Difr. M 7 U. SerTi ex contractiiuis auteiu civiliter quidem non obliffantur, 

sed naturaltter et ohliirantuc et olditraiit. 

9 Itist. Inst. III. 17. pr servus ex pesuña domini lus stipulandi liabet. 
Gai. Inst. III. «61 y 107. 

4* UU. 43 3. 4). QuidQuId coutraxlt servus. dum noblA sorvit, etlain si stipii- 
latlonem contuUtin alieuationein vel mauuinisrilonein suaoi. turnen nobis id 
adqulsitum erlt, qula poteitas eius tune, cuu id coutraheret, nostra fuU. 



/ 







1Í ^ 

Ahora bien sí los esclavos no podían obligar á nadie sino en 
favor de su dueño y en fuerza de la potestad que esto le trasmi- 
tía virlualinento por su mismo dominio, ¿nimo un f/ladiador vs- 
ciato hubo de pactar una retribución con el editor en el momento 
de comprarlo éste y hacerlo suyo? Pacto semejante entre el 
señor y su siervo no es posible comprenderlo rn derecho ro- 
mano. Sin embaríTO, hi cosa acaso pasara, de esto modo. En el 
contrato de venta el lanista, después de fijar el i)recio del frla- 
diador esclavo, pudo estipular con el editor^ á quien se lo ena- 
genaba, qujen el ca<o de obtener la victoria, se aumentaría 
en la quinta parte dicho precio, y en este punto estoy con- 
forme con Moramsen ^ pero es que para poner de acuerdo esta 
estipulación con lo indicado en el nuevo Bronce Italicense .se 
hacia indispensable que el mis /no gladiador pactara á su vez 
con eí lanist^, que si lograba vencer, éste le abonaría dicho 
20 ®/^, cuya suma con autorización de su nuevo amo (d editor 
adquirente, pasaría á constituir parte de su peculio. Siendo solo 
de notar que esta autorización no podría nogarse, pues que- 
daba marcada por ministerio de la ley, ni el tal peculio podria 
dejar de constituirse, por mas que se exigiera \\\ aíhiuiescencia 
señorial. 

El peculio del esclavo y el llamado profecticio del hijo, 
provenían originariamente del señor el uno. como del padre el 
otro, quienes conservaban la propiedad, cediendo .<olo la admi- 
nistración y el usufructo, que podían retirar sin embargo á vo- 
luntad. • 

Al otorgar la ley propuc»sta i>or Antonino el fil<Jsofo un pre- 
mio al gladiador esclavo venc(Mlor, (|ue se satisfacies(» en efecti- 
vo, no era posible suponer qu(» constituía un p**culio como el ¡mn 
fectício á favor del siervo, porque conservando el editor la pro- 
piedad del agraciado podía hasta privarlo de manejarlo y de 
disfrutar sus j)r<Kluctos, como si pasaba á mano de otro dueño, 
haciendo ilu.sorio el beneficio, sino por el contrario hay que con- 
jeturar que creaba un peculio esjKVÍal que, como el castren.so del 
hijo de familia ', podía ser manejado libremente }M>r el gladia- 



1 Kphem. enlir. vii. p. 413. 

2 Diir. W 1. 47 n 6. qiiia qiiasl patrímoniutn liberi hominis peculiuní %^tj\ InteUe- 
ffUup. ubicumque e*M»t. Díít. 45. «..17. js. :». si serviis deducto p«*culio veaditus 
¡it. Dur. 4'i. 2. ;»... íiliuii «ervuBve, cui admiiilstratio pecuUi |>enulMa em...— Diir 
^^«•^^8 %,. SI llberam peculil administratlonem babeant... (tlUuii autierrutt.) 



'^2 



/: 

dor favorecido, asemcjandosío sus derechos á los del citado liíjo 
de familia, en el que adquiría con ocasión de la milicia ^ 

En el caso que la venta del gladiador esclavo no se verifica- 
se en la forma incondicional, que presupone este novísimo se- 
nadoconsulto, sino de la manera especial señalada por Gayo *^ 
cabían los mismos pactos adyecticios antes aludidos, el uno entre 
el lanista y el editor^ conviniendo la retribución, y el otro entre 
el siervo y su antiguo amo, estipulando la entrega de la quinta 
parte del precio de venta. Y no podía ser sacada esta quinta 
parte sobre el 2 ^/^ del arrendamiento, que habría de percibir el 
lanista, pro suiorc^ por que entonces quedarían para este sesen- 
ta y cuatro sestercios y para el agraciado diez y seis, cuyas can- 
tidades son en extremo exiguas. Por ello es preciso no confundir 
el arrendamiento, merccs^ que por la locación pagaba el editor 
al lanista en el contrato gayano, con la remuneración, piíaeci- 
pvvM MERCEDis, quc dcbía abonar el mismo editor ál gladiador 
que venciera según este senadoconsulto, en cuya acepción y 
equivaliendo a premio usa también Cicerón de dicha palabra •. 

A este premio marcado por la ley añade Mommsen otros, que 
eran extraordinarios y se daban en el momento del triunfo al 
vencedor, á veces sobre bandejas de valor, que formaban parte 
del regalo mismo *. 

A estos últimos estimo debersj referir los áureos^ que o/recia 
el emperador Claudio á los vencedores y qu?^ cslendida la muño 
izquierda^ se le ceia contar con hs d*d'js y la hoca^ lo mistno que 
aljnu'blo '. 

Mommsen sin embargo no concuerda este pasage con les 
regalos del momento, doiwqitc saepe dcdit^ sino con la remune- 
ración pactada por la ley, praecipvvm mercedis '. 



1 Dig. 49. 17. De caí^trensi peculio. 

2 oai. innt. III. 146. 

3 Cic. De Finib II. ni. N;im ista cotnmendatio pueroruro. memoria et caritas 
aiuitictue, Bumiuoriim oftlciorum in e.\tremo spiritu conservatlo. indicat iti- 
iiatam ette lioiuint, probitatew crratuitain, noii invltatam voluptaUbus. nec prae- 
mioriim merctnlihUK evocatam. Cic. Bpit ad guint frat. III. 3. .Ma>rua enim uo- 
bi8 a te prupo8lta merces est. Suet. Tib. ¡U muneribus Hcenicorutn recÍ8ÍK pa- 
ribii8<iue ifiaülutorum ad certum numerum redactis. Suetoiiio como se ve aplica 
esta palabra a las re^trlbucidues escénlcan. 

4 Martial. ut fertur. De spectaculis U9. 6... laRces donaque saepe dedil. 



Kphem. epiír. vil. p. 4i3 not. 2. 
Dií!. 12. 1. 11. Ro^^sti 



a^.(^. .... .. ... .w»i»o.. me. ut Ubi pecuniam crederem. ego cum non lia- 

bereio, lancem tibi dedi veí massam auri, ut eam Tenderes et numniia 
utereris. 

» Suet. Ciaud. 2'. adeo ut oblatos vlctoribus áureos prolata sinlstr.i partter 
cum vulfTo voce ditrltisfjue numeraret. 

EpUeui, ep.ff. Vil. p. 4131 



«*...<««.. » : •- •• fc, ^'i^ ««.V..- ••" ■*•«»•»*••■.»" X^ .***•».■-**»»• *"S*. rl|í¿((J^.,^- * 




73 

Ihulícra sospecíiarsc qüc la frase del Bronce ítaliccnso. eivs 

PECVNIAE QVAE OB HANC CAVSAM EXCIPIEBATVR *, Se roforía il CStOS lOíh 

CCS domfquc; pero si fuera así y ol vencedor solo debiera tomar 
de semejantes regalos la quinta parte, siendo esclavo, pasando 
lo demiís al editor por el derecho de dominio, no hubiera mos- 
trado tanto entusiasmo el pueblo en obseijuiar al combatiente 
favorecido por su denuedoy su ventura, dando lufjrar á demostra- 
ciones y prodigalidades, (jue obligaron á los soberanos á ponerles 
tasa, para evitar con tan loco derroche, iaconsiilfa plansoniui 
insania^ la ruina de las casas mas jmdientes *. 

Kesumiendo puede asegurarse que antes d(d d«»scubr¡uiiento 
del Bronce Italiccnse se sabia que además de los lanistas^, desde 
la época republicana, poscian también gladiadores los jiarticula- 
res, como César *, Léutulo *, y Aurelio Scauro *. Al cambiar la 
forma de gobierno los emperadores crearon igualmente estable- 
cimientos gladiatorios, el personal de cuyos combatientes lo for- 
maban esclavos de su pertenencia ^. Para atend(»r á la salud de 
los que componían estas escuglas, /wrf/, habia asignados médicos, 
que curaban sus heridas y regulaban el plan higiénico, ;i que de- 
bian estar sometidos •. Los lanistas', los particulan»s •®, y h>s em- 
peradores •• vendian estos gladiadores, como también los arrenda- 
ban ^*. Kl nuevo senadoconsulto, que tendía á disminuir los gas- 



4 Lln. 45 y 4C. 

t Cod. Theod XV. 9. 2. Esta constitución es del 25 de Fel»rero del 4<»D. habla de 
las neHta», intH^ no de los esijectacnlos ^laiiiatorie». t»iNwrr<r. qiit* Constantino fm* 
el primero que intentó suprimir en 3¿o. Cod. Tlieod. XV. Vi. : p^ro aun parece í|ue 
exitftian cuarenta afio« de después. Cód. Tlieo<l. IX. 4>. H. porque Valentiniano 
y Valente en ;ki5 encararan a Symniaco. a la sazón prefecto de la ciudad, «pie cual- 
quier cristiano, sea el <iue fuera el crimen \Mr que se le per.oii;uk*ra, no (uese.coii- 
dena<lo al ejrerclclo de ^rladlatlor. luto non »énáiéreitir. 

'J Suet. Au^. 4'¿. cuín venalícias et lanibtaruin familias... e\c«qitis meiUeis 

url»e expulisset. 

4 Suet. Caes. 10. nam cum multiplici unditiue faiullia comi>arata inimicosex- 
terruis8«*t. 

:» Flor Kplt. U. 8. un. 2^) effracto I.entuli ludo. 

« Valer. Max. II. 3. 2, ex ludo C. Aureli Scauri. 

*; l'lin. H. N. 11. 141. Vl^^intl ^Madiatorum parla In Tiai principis ludo fuere 
Tacit Hist 2. 11. ac deforme insuper auxilluní dúo niillia (rladiatoruiu. 

H ftell. XII. 5. 13... in ludo Caesaris ^'^ladiatorem, qul, cum vulnera elus a me- 
diclM exsecabantur 

9 Cal. Inst. III. IV». 

10 Suet. Caes. «0. Seírun este pasa^re Julio Cesar, para atemperarse a la ley. que 
marcó el número máximo de (rladiadores. que dehia tener c. ida nartlcular. liul»o 
de vender los que iM>seia y pasaban de la cifra lefral, aunque ya ios tenia prepa- 
rados paní sus ñestas edllicias. 

11 Suet. Califf W. nota res est, Aimnio Saturnino ínter subsellia dormitante, 
monitum a (}aio praeconein iie praetoriuui virum crebro capitis niotu nutan- 
tem Kibl praeteriret. nec llcendi llnem factum, quoad tredecini triad i a lores ses- 
tcrtlo nonatries l^nonmti addicerentur 

12 Oal. Inst. III. 146.-CÍC. Kpist. ad Attic IV. 4. 2. (rladiatores audio pu^nia- 
re mlrltlce. sl locare voluisses. duobus liis muneribus ltl>er esses. 

C. I. L IV. 1182. WéX. •..''08 et passim, seírun la Interpretación de Mau. nuUet. 

úeír isututo. Yoi. V. p. 2^. 

40 



l> 



' r 



14 



i- 

tos de semejanfes fiestas, glaáiaiona speciacula múnifaríam íem- 
pei^avit \ no debió ocuparse para nada del arrendamiento, sino 
de la venta de los que habían de combatir en el anfiteatro en las 
solemnidades fijas, y de cousiguiente en los espectáculos, que 
fuesen necesariamente impuestos por su cargo á los magistra- 
dos. Partiendo de este contrato previo de venta, que era el que 
resultaba mas costoso, para moderar las exigencias de los lanis- 
tas marc() el legislador en varias tarifas los tipos de los dife- 
rentes precios de euagenacion de los mencionados gladiadores, 
dejando á voluntad del editor el medio de la subasta subsi- 
guiente, ouctio^ ó el convenio de reventa para los que saliesen 
ilesos del combate, intcgri^ como procedimientos posteriores á 
la fiesta, que tendian por sí á reducir y aminorar los desembol- 
sos con semejantes reintegros. 

Cuando el profesor Mommson entregaba al dominio público 
en la Fjyhemeris cpigr(t2)hica su comentario al nuevo Bronce 
Italicense, hacia imprimir el Sr. Man en el Boletín del Instituto 
arqueológico germánico un trabajo sobre las inscripciones refe- 
rentes á los gladiadores, trazadas en las paredes de Pompeya, 
descubiertas durante eUnlo corrido dr Octubre de 1888á Setiem^ 
hredr 1889 y de consiguiente que están fuera de la Siloge Zan- 
gnneisteriaiKf^ estampada en 1871. A dicho trabajo añadió un 
apéndice, ocupándose de algunas de las teorías de la aludida 
exegesis Mommseniuna, cuyas conclusiones relacionadas con 
nuestro epígrafe voy á permitirme examinar. 

Entre las nuevas inscripciones pompeyanas recientemente 
descubiertas hay algunas en las ijue al lado del nombre del gla- 
diador esclavo aparece otro en abreviatura, que lee el Sr. Mau 
en genitivo *. 

PACETVS MESO(/í//) INVETVS POMPe(?) MVRRAMVS CL0D(//) 

AVmOLVS SISEn(/1/7^) PHILIPPVS TETriA(/¿/ j CELADVS OCV{ffrÍÍ) 

herachinthvs mvr(//í///^>) bal(/»///) 

Hal)lando después de la inscripción de Vcniísia ', que es se- 
pulcral y comienza 

^AMILIA GLKDl A^Oria) C. SALVI CAPITONIS A HIC SITA, 



1 raiiItoUn. Antonin. pililos ii. 4. 

2 Bullettno deír iMtituto V. i>. »*» ft 29 y |i. 36. 
8 C I. L. IX. 40S. 4<W. I. N. L. 73(1 



I 



'«•». j . 




isiguieudo la opiuion susteutada autes por Friedl&nder *, á propó- 
sito de esta misma inscripción venusina, indica que los nombres 
de los gladiadores muertos en el espectáculo ofrecido por Cayo 
Salvio Capitón en la dicha colonia de Venusta están señalados, 
teniendo al lado de algunos de ellos la abreviatura del nombre 
de su dueño 

MANDATVS . RAB SECVNDVS . POMP PHILEROS . DOM OPTATVS . SALVI 

este último acompañado de la nota t, inicial de t(/>o). 

Respecto de la de Venajro * se observan marcados los nom- 
bres de los gladiadores en esta forma: 

EVThiCVS . CASS NICER . IVL BaSSVS • IVL CRESTVS • CASSI 

Y en cuanto á Pompeia se encuentran por ejemplo gladia- 
dores así nombrados ' culos epígrafes murales anteriores al 1871 

SPICVLVS, NIIR PVCNAX . NIIR CYCNVS . IVL SCYLAX . IVL 

De estos precedentes deduce el Sr. Man fjue sin duda tales 
letras indicaban los propietarios de bis «rladiadores: no parecién- 
dob» por otra parte probable que en Poni])eya liubiese tantos po- 
seedores de esta clase de gente, como aparece por sus epígrafes 

N . FESTl . AMPLIATl . FAMILIA CLADIATORIA ^ 

N . POPIDI . RVFI • FAM . CLAD. * 

A • SVETTI . CERTI • AEDILIS . FAMILIA . CLADIATORIA * 

sino que lM»sto Ainpliato, Popidio Kufo y Sueto Certo. como el 
S;ilvio Capitón (b» Vcmma^ con ocasión de al^un cargo civil «le 
la colonia, para el (|uc fueran elegidos, ad(|U¡ri(*sen gladiadores 
con los que ofreci<»ran espectáculos, y luego <»nterraseii ;í los 
muertos. devolvicMido los vivos á sus dueños primitivos. quiMlaii- 
do disueltas tales familias ghid¡a(ov¡(fs' , iuipnivisadas j>or las 
circunstancias. 

Ks indudable, y nadie ba piMÜdo desconocerlo, (|ue losiiiagis 
trados nnniicii)ales ci coloniales designados para cada año. no era 



I KrlPflliinüpr. Parstelluniren aun der Sittenir^HClilclite Roiii:« vol. II. caí* VI 

? C. I. L. X. 41».o. I N. L. 4M». 

:í C. I. I.. IV. ini. 2Qü8 

4 r. 1. L, IV- IIW. 

R C. I. \.. IV. 1 186. 

« C. I. U IV. III». 

7 BuUet. den* Utituto t. p. 86 y 97. 






.-•»•*• •^'k. ^t . 



76 
de suponer que tuviesen de antemano determinada Jamilia glO' 
diatoria^ preparada para una ocasión, que podía no llegar, sino 
que creasen aquella en el momento de su elección, por compra 
incondicional y perfecta, hecha á un lanista ó á varios, reser- 
vándose luego el subastar los que quedasen útiles, ó bien obte- 
niendo dicho personal de los mencionados empresarios por me- 
dio del contrato gayano, devolviéndoles los sanos con la cuota 
correspondionto j);y> sudare. En ambos casos, que son los únicos 
posibles, era natural que en los anuncios de estas fiestas ó en 
las lápidas sepulcrales se pusiese en genitivo el nombre de la 
escuela gladiatoria de que provenían, {ex ludo) Meso(jiiÍ)^ {ex lu- 
do) Poinpc{i); pero en manera alguna tales nombres podían figu- 
rar como los de los propietarios. Estos en el momento del espec- 
táculo no eran los lanistas, que los habían facilitado por el con- 
trato gayano, sino el magistrado que daba la fiesta; por eso se 
les llama familia gladiatoria del utuncrario en los graffiti 
pompeyanos. Tanto es así que en la inscripción venusina, puesta 
sobre la tumba de los gladiadores muertos en el espectáculo da- 
do por Sal vio Capitón, so les denomina su yíf/>////^f^Zfl¿w/ona, y 
lo había sido en efecto, porque como se ha visto en el pasaje de 
los comentarios citados, respecto de los que morian el contrato 
del ínv aerarlo con el lanista era de venta, y solo de arrenda- 
miento respecto de los que escapaban ilesos. Pues bien, estos 
gladiadores muertos fueron de la projiiedad de Salvio Capitón, 
poríjue los había comprado á varios lanistas y por eso llevaban 
en la inscripción funeraria que los cubría, al lado de sus nom- 
bres el genitivo, no de propiedad sino de origen, marcando la 
escuehí gladiatoria de (jue provenía cada uno. Y es muy ol)v¡o, 
j)or(]U(» si (»1 iinuH'to, en lugar de serlo hubiese salido de la arena 
con vida. 'íííIsshs: pero inútil, drhi^itatns. no hubiera vuelto al 
dominio del lanista, auníjue en el programa de la fiesta se hu- 
bií»s(» anunciado. s(»gun el Sr. Man, como de su propiedad, sino 
hubiera quedado como esclavo d(»l editor. (|ue le hubiese dado 
la ajdicacion, (jue hul)iera (*st¡mado conveniente. 

En fuíM'za de estas razóneos, que se desprenden del estudio del 
texto Italirense. el Sr. Man apendiza su interesante trabajo re- 
conocieuílo que los sacerdotes provinciales poseian familias gla- 
diatorias. lo mismo que los emperadores, siendo de creer que en 
los municipios algunos magistrados hubieran preferido comprar 



F-. . 




él 

desde luego los gladiadores para vender, luego de pasadas las 
fiestas, los sobrantes, si bien es cierto que también se alqui- 
laban *. Esto último no es posible negarlo, porque además del 
pasage tan citado de Gayo, está el de Cicerón que igualmente 
aduce * Man y que no deja lugar á duda. 

En ambos casos se explican los nombres de los gladiadores 
que iban á luchar, al lado del de los lanistas de que provenian en 
los ainnicios de las fiestas y en las piedras sepulcrales de los que 
en ellas morian, no indicando el tal genitivo propiedad, que no 
tenían dichos lanistas en los momentos de darse el espectáculo, 
ni mucho menos después de celebrado este, respecto de los que 
en la arena sucumbían. Tales genitivos no expresaban, pues, 
dominio, sino como ya he dicho, procedencia, y tanto es así que 
aceptando (|ue la familia gladiatoriadel venusino Salvio Capitón 
luese alquilada, hubo de serlo con arreghj al contrato gayano, 
según el cual opinaron los antiguos jurisconsultos, et magis 
jüacuit^ que respecto de aíjuellos que morian ó quedaban imitiles 
lo que se verificaba era una venta, eonim qnioccisi aut dehUltati 
sutit Ciifptionrut ct rcufUtionem essr,\ sin euil)argo en la leycMida 
tumular «jue el tal ^r^alvio Capitón dedica á los que en su fiesta 
habian perecido se ve es(»*uiismo genitivo, secvndvs POMp(r/), 
que no es posíbb» entender por Pomp^ ei sertus)^ sino por (ex lu- 
do) Po/Mj/ei\ 

De cualquier modo que ello sea lo expuesto hasta aquí res- 
|>ecto á esta priuiera jiarte del nuevo senadoconsulto aparece en 
cierta aruioníacou dos ])asagcs de Julio Ca|)ítolino en su biojrra- 
fia de Antoníno el fibísofo. de (juien asegura primero que r/z^/Zy^/ 
IffS inf/rcsos drl /fsro, siempre qu<' los orígenes de estos ingresáis 
no (urraii drjMiradns •**, y lurp» í|ue fffodrront todas ¡tnrtrs los rs- 
prc fdr tilos fjhidiftffn'los 1/ hiuihirii las doítacionrs rsrt^/iicas, man- 
dando qar los fofon^s rrciUrsrn tinco aa.rcos. c» séanse (luinien- 
tos srsterí'ins asi voino i¡iir niinjnn editor se excedit^se en dar 
tnas dr die: atn^tis, cjue rquivalian á mil .sestercios *. 



1 Unlh't <l»»n- Istítnto. V p. V^ v «i. 

í rir. K|»íst a«i Atttc IV. I í trViiintort»?* audio pugnare miriQcc: si locare 
voIuíkkph rltiuhiis liis iiiniuTihiiK lili«r «*iim*k 
H C'apttolin. .Mitoii. plitloH. II. I. 
4 Capltoliu. Antón, pililos. II. 4 



78 



A no dudarlo este nuevo capítulo de la ley propuesta es el 
mas difícil de comprender, tal como aparece escrito, en razón á 
las trascendentales erratas y omisiones cometidas por el que lo 
grabó. Refiriéndose á la frase con que comienza, ad calías sedet 
PRINCEPS, dice con razón el profesor Hübner, que son paJabras que 
causan admiración^ 2)cro que asi se leen claramente en el Bronce. 
Y en efecto desde el 161, en que Marco Antonino subió al solio, 
al 180 en que murió, no puede decirse que este ni sus colegas^ 
Lucio Vero y Lucio Commodo, estuviesen en lasGalias, ni en ella 
se encontraba el último al promulgarse el senadoconsulto, á que 
se refiero esta arenga. Por otra parte la frase que sigue, ne a«- 
pLioRE PRETIO LANisTAE PRAEDEANT, parccc como quc da á entender 
que so trata de una proposición condicional, fundado en cuyo su- 
puesto restablece Bücheler el dicho pasage escribiendo, ad callias 
s[/] EDET PRINCEPS, quc habrá de completarse añadiendo \lud4)s'\ 
Qvi. Pero también con razón indica Mommsen, que conocidamen- 
te el Bronce en este lugar debe tener una laguna, sin que se le 
alcance como habría de llenarse, pues ante todo no consta que 
en ocasión alguna los emperadores diesen en las Galias espectá- 
culos gladiatorios; pero aunque así no constase solo la ínfima 
condición de los gladiadores demostraría que no se trataba en 
dicho pasaje de fiestas imperiales *. Por mi parte añadiré á estas 
(»l)scrvaciünes que si los soberanos fuesen los que debieran ce- 
lebrar semejantes fiestas* cu las Galias no se valdrían para ello 
do ningún lanista, sino (jue hiil)ieran presentado las cuadrillas 
gladiatorias de sus escuelas imperiales. 

Teniendo en cuenta el júbilo que la noticia de esta reforma 
produjo en los sacerdotes fidelissimarvm calliarvm * y como los 

que antes de este senadoconsulto cr.Man fuese una ruina el sa- 
cerdocio provincial, después délas modificaciones por él mismo 
introducidas estimábanlo gratísimo ^, pudiera tal vez sospechar- 
se que el tal pasage hacía referencia á las solemnísimas fies- 
tas, que anualmente celebraban en Lyon los sacerdotes proviu- 



1 Rnbem. epicr. vil. p. Xri not. ad r. 56. 

2 Lin. H. 3 Un. 16 & 18. 






y it "»,"!i»' 




'tsi 



cíales; pero de aceptar esta conjetura resultaría una contradic- 
ción inesplicable entre el lanistae praebeant * y el qvibvs nvllv[í/i] 
cy[m] LANisTis NEco[////;>/ ^^]t * toda vez que, teniendo los dichos 
sacerdotes provinciales sus familias gladiatorias, no intervenian 
los lanistas en las fiestas reglamentarias, que aquellos daban. 
Por eso sin duda dice Mommsen que el emperador Marco Anto- 
nino pudo establecer/expresamente en su propuesta, respecto de 
las Galias y en cuanto á las fiestas sagradas y solemnes en ellas 
celebradas no por los sacerdotes de la provincia sino por los 
municipales, que no se presentasen gladiadores sino de un pre- 
cio mínimo '. 

Hirsclifeld intenta otra restitución bajo la forma ad calli[c]as 
[^]D[e]T[w>]N[^[s] qy[aé]^ la cual no parece satisfacer tampoco á 
Mommsem, quien se contenta con dejar intacto el pasage, si 
bien leyéndolo ad callias sed et princeps- señalando con pun- 
tos suspensivos la omisión (jue en este lugar debió liabcr come- 
tido el grabador, suprimiendo unas cuantas palabras cuya falta 
hace incompleto é ininteligible el pasage. Por mi parte solo por 
via de ensayo propondría una lectura mas ó menos análoga en 
cuanto al sentido á la siguiente: 

AH CALLIAS SED ET PRiNc[/]p[(?]s [)iosíiH ctiüríi rcNwdia dctu- 
lentiit. Itaqae censeo in Indis] qvi. 

Pero [mxQírXvoí^] principes [llevaron también sus mejoras] rf 
las Oalias. [Así, pues, estimo que en las fiestas] rjtte se celebren 
en las esplendidísimas ciudades de las Galias con arreglo á la an- 
tigua costiunlre y al rito sagrado no provean los lanistas (de 
gladiadores) de nids precio que el de dos mil ses tere ios. 

Y en este punto, como ol)serva perfectamente el profesor 
Mommsen, parece que debe terminar el presente ai)artado del 
senadoconsulto con la palal)ra milibvs, comenzando con la partí- 
cula cvM otro diverso, en el que se trata de un punto que no tie- 
ne la menor relación aparente con el que le precede, como no 
viniesen á darle la conexión, (jue ahora les falta, las frases su- 
primidas por el grabador en las lagunas, que en estas dos lí- 
neas * también se observan *. 



1 Lili. 57. 2 Lln. M. 

3 Kphem. eplfr. vil p. 392 not. ad v. &6. 

4 Lln. 01 y M. 

5 Kphem. epig. VU. p. 392. not. nd v. 57. 



v%: 



rXJ^-^ií¿.S^^<i,r'.-'/í' íf'»¿í'A^íf/f , -v^ 



60 

Se habla en dicho lugar primeramente del DAM^At vm aó cU" 
DivM, que era el que debía morir dentro del año en que había si- 
do sentenciado *, por ser una de las penas capitales conocidas de 
los romanos. La egecucion tenia lugar en la arena o bien ma- 
tándose unos á otros combatiendo entre sí *, o muriendo inermes 
á manos de los sanguinarios gladiadores ^, como el damnatus ad 

lestias era arrojado á las fieras, para que lo despedazaran en el 
mismo anfiteatro *. 

Entre el damnatus ad gladiuín y el damnatus ad ludum ha- 
bía una diferencia capitalísima y era que aquel tenia que morir 
irremisiblemente en un plazo corto, y este al cabo de algún tiem- 
po podia obtener por el rudis la gracia de no volver á comba- 
tir en la arena, y hasta lograr por el pilcus su plenísima liber- 
tad *. 

Inmediatamente después del OAtfiuAjyiñ ad cladivm se habla 
del pRocvRATOR EORVM •, quc no puede ser otro que é\ procurator 
Augustorum^ que presidía las provincias imperiales. Estos ■, co- 
mo los proc(3nsules, tenian el ius gladii^ que no podian delegar ■, 
así como la facultad y el deber de purgar de criminales el terri- 
torio de su mando, ya fuesen estos naturales de dicha región, ya 
de otras sin diferencia alguna •. Aunípie dice en efecto Paulo en 
el lugar que acabo de citar, nec distingu^nntur unde sint^ sin 
distinguir de donde sean los criminales, hay una interesantísima 
carta de Plinio el joven, siendo Icgatus Augusti de la Bitliynia, 
respecto de lo que debia hacer con los cristianos, que ante su tri- 
bunal comparecia, á los que condena, sino abjuran, á no ser que 
sean ciudadanos romanos, pues entonces bis nianihiá Homa.pai*a 
ser allí juzgados'®; á cuya consulta contesta el soberano aproban- 



I Paul. Sent. V. 17. 3. intra annuiu consiiinorxli siiiit. 

Diirest . 2M. 3. 6 |. 6 Sed «t 8Í ({Uis fuerit eapite daiuiiatus vel ad bestias reí 
ad (Tladium vel uUa poena qiiae vitam adiiuit. 

f Taclt. Ann Xll. Gtí pu^matum guuiuquam Ínter sontes fortiuio virorum 
animo. 

3 Senec. Enint. 7. Nuncomissis nupis. mera honiicidia siint: nlliil halient quo 
teffanturi ad ictum totis coriiorlbuii ex|>oititi. nunqu:«iu frustra luannni nilttunt. 

4 Oeil. N. A. V. U. '/O. Ínter coiuplnres oeti>rus ad imcnam bestiuruní datos 
Ibideui. Ti. I8 me 8tatim rei capitalin damnandum. dandumque ad tiestias curavit. 

5 collat Lej?. XI. ". 4 Kst autem dlferentia inti*r eos. qiii ad irladiiim et 
eos. quiud ludum damuantur: nam ad Kladiuní daninati (•(uifc'stini conHumuntur 
vel certe intra annum debent consumí. .... Kulmveroqul ín ludum damnantur 
non utique consumuutur sed etlam pileari et rudem accípere |K>ssunt post 
Intervalia. síquidem post qulnquennium pílearí, pos»t trienuium rudem Indue- 
re eís permittitur. 

6 Lín. 08. 

1 Díí?. 1. 18. 1. 

8 Di^^ 1. 16. 6 g. I. 

9 Dii:. 1. 48 3. 

10 Piin. Kpist. ad Traían. M. ({r;.) 



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• V*.C- «> \i¿ i¿ . j, •.-.«-■■ ^ . .■ 



- - » - « 



»1 

do la marcha adoptada por su amigo *. Competía además á los 
presidentes el cuidado de la custodia de los reos *, como el de la 
ejecución de las sentencias, hasta las de muerte, aveces sin con- 
sultar al soberano ^. Xo solían dichos presidentes de las provincias 
derogar las penas que imponian *, si bien en ocasiones podian 
ellos mismos liberar al sentenciado del resto de la que estaba 
cumpliendo *, aunque no indultar déla ultima al reo •. Estábales 
prohibido dar espectáculos gladiatorios, ni ludias de fieras en las 
provincias de su mando ''^ porque era un medio de encubrir las 
enormes exacciones con que afligian a sus gobernados. Los dam- 
iiaíi ad gladiuia debieron, después de sentenciados, quedar á dis- 
posición de los presidentes provinciales, como quedaban los que 
eran condenados ad hostias • y, ó bien como estos y con autoriza- 
ción del soberano eran conducidos á Roma, donde unos v otros su- 
cumbian en los ospoctiículos, que ofrecían los emperadores •, ó 
morian en los que se daban en la misma provincia y en los que 
eran destrozados ])or las fi(*rasó asesinados por los gladiadores *• 
Por todo ello be dicho antes que el procvrator eorvm, refi- 
riéndose al DAMNATVM AD cLADivM, dcbia scr el let/atiis A Hffusíoé'ídn 
y no el procvr • lvdi • famil • clad • caes *', ya porque el condena- 
do ad gladiuui no era gladiador, cuanto porque el procurador de 
los juegos y de la Jamilia yUidiatoria imperial no debia ser el 
llamado á entrrgar á un iaunerario particular el si^ntenciado 
á morir en la arena, exigiendo causion pecuniaria y juramento 
previo en garantía, como se verá inmediatamente. 

En efecto, después de eorvm ** existe sin duda una laguna, que 
parece tíTininar en el primer nisi *^, y vistas las palabras con que 
finaliza el i);irrafo nisi plvre qvam sex avreis et nisi ivraverit **, 

1 PUn. EpíKt. ad Traían. T.. (W.) 

2 !>!>:. 1- I»'». 6. 

3 l»i*r. 48. H. I.;. i»i*r. 4H. 1». 6. 

4 nitf. I**. «9. 2^. 

5 Dl*r. 4H. IW. 22. 
« lM*r. 4H. 1». M. 

1 Tarlt. .\nn. 13. 31. Nain antp non minurt tali larcltlnní» quaní corrlplondlM pi^cu* 
nlls MiitiieotoH uat1i;:cl>aiit. (liiin.qiiae lUildinf* üeliquerauu ainbitu |)ropii|;iiunt. 

H ni^r. »^- •••♦. :*i 

O spartlan. Il:i<lrl;in. H 42 t reren tos noxlo8 cu m auratis claniydibUK In har^- 
naru niUit ud eiux iiiuii«>ni dlrldencin. Ihtr. :iH. 19. 31 Ad tieKtta- daninutOH fa- 
\ore |K>|»uli}( pracNCíi dnnittere non det>et: sed k1 eluH rolMirlM vel artindl slnt, ut 
diirne |M»piiIn H<*iiianu •*xliilH>ri |H»Kstnt. prinrinein Cf»n»nleredel>et. 

lu Apul. M«>taniMr|>li IV. 13. «¿ladlatoreH iKtl fainuKae manu», Tenntores lili 
pn>batae i»«'niit-itatiN: aliht noxil, ¡lerdlta Kecurltate, suls epullH be»tlaruin Ma- 
linas ln»truciét«*8. \n^. 4m. iti. 3!. 

n Orell. CliK. PROCVR • LVD| . FAMIL * CI AD . CAES. OreU. ITÍO. P^OC • LVDI • 
MATVTINI. 
42 Llu. U). 13 Lln. ». 14 Un. »L 

11 




8? 

con sobrada razón índica el profesor líomnísen que en ías frases 
suprimidas por el grabador impensadamente, debió hacerse re- 
ferencia á la caución pecuniaria y juratoria, que el procurador 
imperial debería exigir del munerario privado, al que se entre- 
pase el condenado ad gladinm^ para que figurase en el espec- 
táculo, que iba á ofrecer aquel al pueblo, garantizando que lo 
haría morir en la arena ^ 

Todo este pequeño periodo debería entenderse, pues, poco 
más ó menos, según las acertadas indicaciones Mommsenianas *; 

Cum maximi principes oratione sica praedixerint Jore^ ut 

daMnatum ad gladium procurator eorum [traditurus non esset 

editori muneris privati] nisi [cautione interposita] phire quam 

sex aureis ct nisi iurarcrit , 

Su equivalencia en castellano será la siguiente: 

Habiendo anticipado en su propuesta ios grandes principes 

que el jyrocurador de ellos no habría de entregar al particular, que 

dé un espectáculo gladiatorío, al quejuese condenado á morir en 

la arena ^ sino prestando caución de mas de seis áureos y previo 

juramento. 

Añade el mismo profesor berlinés que desde cvm hasta el fi- 
nal, es decir, toda la parte que acabo de verter á nuestra len- 
gua, no tiene enlace alguno con lo que le prece:le desde que co- 
mienza este párrafo, por lo que estima que son dos, desacerta- 
damente unidos por el grabador ^. 

Poro aun asi restituido este pasage, el sentido queda en sus- 
penso después del ivraverit, como ya indicó Biichcler desde el 
primer momento, ignorándose el porque se trae á cuenta la cau- 
ción y el juramento á propcisito del damnatvm ad gladivm, cuando 
se acaba de hablar del precio ínfimo de los gladiadores, que de- 
l)ian tomar parte en las grandes fiestas de las Galias. 

Al ver las importantes supresiones hechas por el dicho graba- 
dor en el brevísimo texto de este apartado, omisiones que, por 
existir el párrafo precedente íntegro, no ha i)odido sospecharse 
que la parte primera que falta, debía encontrarse en los renglo- 
nes anteriores, que son bien conocidos, se debe adquirir el con- 
vencimiento que también en la primera línea del Bronce, entre 



r. VII p. 3W. not. ad T 5s y p. 40 
r. VU. p. 3W uot. ad V. ». 
ff. Vil. p. aw.not ad y. b\ 



1 Rphem. cplfr. VII p. 3W. not. ad t 5s y p. 409. 

2 Kpheio. epiff. '*" ' ~ '" 
S Kphem. epfff. 



»•■' ^ i'' 



^ . .' . - ■.-■■■•<• 



.«• *»-v¿.'«^ 




83 
el possE y el nec poterat, debió haber suprimido el descuidado ar- 
tífice el verbo de la oración determinante; sin tenerse que acudir 
al recurso de que se hubo de encontrar lo que se echa de menos 
en el renglón precedente de la Tabla anterior, hoy perdida. 



§ XI 



Era este el único párrafo del nuevo Bronce descubierto, donde 
aparecian diversos sitios ocultos completamente por una espesa 
y opaca patina, que dejaba ilegibles algunos pasages *, que al 
presente han logrado restablecerse en su posible integridad. 

Según el orador anónimo, á quien se deben estos detalles, los 
sacerdotes provinciales, obligados á dar espectáculos gladiato- 
rios, no se entendian para ello con los lanistas, puesto que te- 
nian su familia gladiatoria propia, que se iban trasmitiendo de 
unos en otros y solo adquirian en venta de vez en cuando los 
que de aquellos necesitaban, sin estarles permitido vender algu- 
no sino al mismo precio de adquisición. Ante estos sacerdotes 
también se enganchaban diversos hombres libres, avctoratos, 
que venian á aumentar el personal gladiatorio sacerdotal. Ter- 
minado el ejercicio del cargo, el sacerdote saliente debia entre- 
gar al entrante el contingente gladiatorio de los que aun que- 
dasen con vida, que volvían á tomar parte en los espectáculos 
obligatorios de la próxima anualidad. 

El profesor Mommsen concuerda este capítulo de la nueva 
ley que iba á votarse, con un pasage de (ialeno y varias inscrij)- 
ciones griegas, donde se habla de la fatnilia gladiatoria de los 
Asiarcas asiáticos y del médico, (|ue cuidaba de la salud de los 
gladiadores, que sostenian aquellos sacerdotes jn^ovinciales de 
Pérgamo *. 

La parte del senadoconsulto i)ropuesta por Antonino el fibí- 
sofo y que voy examinando comprueba lo que se sabia resp(»cto 
de los dichos asiarcas del Oriente, que se hace estensivo á los 
sacerdotes provinciales del Occidente. 



1 Lln. 50 y flr>. 

2 Momnisen. Epliem. eplp. Vil. p. 408ynot. 0. papr. ¥\ y 405. Sobre el Atinrcado 

véase la erudita tesis de Alonscaux, Üf commjni Asiae firorindae. 






ií«»rí¡¿U.^Í¿ :..'"-.*..',. .- ■ ' ', -,' '«*V^ 



Vi! 






84 

Habia yo leído el pasaje mas oscupo de este párrafo *, 
AT posT Er>T//NE//i EX r//iio iN, quo parecía deberse restablecer 
AT POST* editíonem • EX prCTio • iN. Siii ciTibargo, Mommsem 
dice que apenas es latina la fras3 ex ])rctio y propone at post 
EDiTiONEin oodEni preño, lo cual no cabe ciertamente en este ci- 
tado lugar del Bronce, ni el eodem 2^í*ct¿oes necesario para nada. 
Mas conforme á las lagunas, á las letras que se conservan y al 
sentido, es la restitución de Hirsclifeld, que he aceptado 

AT . POST . EDIt(Í0)nEM EXT(cm)l.PO IN. 



§. XII. 



Este es el sülo párrafo del Bronce Italicence, que está in- 
completo por faltarle el final, que ya formaba parte de la Tabla 
inmediata; pero no por ello es menos interesante. 

Habla en su primera parte de los que fic presentaban esj)on((í- 
nra fuente ante el tribuno déla ¡^^ehe ofreciéndose á combatir en 
la arena, de cuya formalidad legal solo se conocía una velada 
referencia de Juvenal *. 

Advierte acertadamente el profesor Mommsen que sin mediar 
esta previa manifestación, j)ro/ess¡o. ante el tribuno no podia el 
auctoratus pasar á formar parte de la familia gladiatoria de un 
sacerdote j)rovinciaI, ni de un lanista '. Semejante ingreso en 
cualíjuiera de las familias gladiatorias lo hacia el auctoratus 
mediando antes por supuesto el conocido y bárbaro juramento 
de dejarse qttrntar, a:otar y matar *, refiriéndose á las tres 
mas ])enosas situaciones en que pudiera encontrarse en el an- 
fiteatro, si ])resa (h»l miedo escusaba el batirse, pues que á lati- 
gazos y con hierros ardiendo lo hacian combatir hasta perder 
la vida, sino lograba vencer '. 



4 Un. 60. 

2 Juven. Satlr. XI. v. 5 íi 8. 

Nniii dum valida nc iuvenilia raembra 

Kutliciuiit ^^ilae, diitn<iue ardeiit sanfrine, fertur, 

uon rotjeitU t/uidem^ »tH ne prohihenlt tribuno 
frri¡ilurun leqen et reyin rffóa lanitíae, 

3 Kiiheiu. oplíT. VII. 1». 410 y 411. 

4 llorat. Sat. II. 7. v. :»S y :&. 

:» giiliit. Dcclaiii. IX. a. Fremoltant ubiquoorania adpnraiu mortis, liinc fer- 
riim acuebat, lile acceudcbut Urulbu» lainluas, Uinc virgae, inde flagenaadfe- 
rebantur. 



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*•»•■*■■•■'.• » . ■• ■ - * '. ■ ->•'■ i^ «tía' M¿>Vf^ 




88 

'La novedad introducida en este punto por el nuevo senado- 
consulto fué la fijación del tipo ínfimo de 2000 sestercios como 
precio del auctoratus^ que si salia libre del primer combate y 
volvía á engancharse podia aspirar á obtener hasta 12.000 sester- 
cios, y no mas, de remuneración. El motivo de ser tan corta la 
suma señalada al dicho anctoratus en su primera salida á la are- 
na, como lo indica oportunamente Mommsen. no fué otro sino 
el quitar todo aliciente por lo exiguo de la utilidad, á los jóvenes, 
que habiendo perdido su caudal, intentasen por tal medio pro- 
bar fortuna *. 

La última parte de este párrafo final apenas si forma un sen- 
tido acabado, pues se refiere al gladiador viejo y ya poco diestro^ 
que de nuevo se ofreciera á trahfjar^ sin añadirse una palabra 
mas, por terminar en este punto el texto. 

El profesor MommsiMí estima que la i)rimera mitad de este 
capítulo habla como se ha visto del auctoratus. (jue i)or el rudis 
sale de la dependencia del lanista y como vudiario. al volver de 
nuevo á la arena, se entiende directamente con el editor, de quien 
ya recibe como arrendamiento lo (jue se (»stipule, que puede as- 
cender hasta 12.000 sestercios, mientras en la segunda mitad 
s(* hablaría (juiz is del gladiador esclavo. emancii)a(lo por haber 
triunfado, lo cual en verdad no se advierte con mucha claridad * 

Las novedades que ofrece este nuevo Bronce Italicense son 
pues en resumen: 

1.* El vectigal fiscal ' <) los veetigah^s ch» la tercera ó de la 
cuarta })art(\ (|ue estaban impuestos sobre los espectáculos gla- 
diatorios y produeian veinte ó treinta millones de sestercios al 
año respectivamente. 

2.* La existeneia de gladiadores ni'jores, meliorés *, ¿cuyo 
precio subia en escala jiroporeional de tr.vs á (juince mil sester- 



cios * 



3.* \á\ completamente ignorada de gregarios, crecari, cuyo 
j)recio máximo era de dos mil y el mínimo de mil sestercios. • 

4.* La distinción de los espectáculos por su coste hasta 
30.000 sestercios, ha<ta CO.OOO, hasta 100.000. hasta 150.000 v 
hasta 200.000 y mas sestercios ''. 



1 K|ihi»m. eplír. vil. p. 411. 
i Kphein. ^pitf. Vil. p. 413 
3 Lhi. 3 á a 4 Lin. se. 5 Liu. 31 a 31. 6 Un. 36 y 37. 'I Un 30 a 3t 



«fe; 



^ \ -/ 



•«•*•»../ ^.- y^ jt :.'.-*■ ¡ *". \ ' , , • \ - 



86 

5/ El .nombre de assijovam dado á los más baratos ^ ó 
séanse á los que no excedían de 30.000 sestercios. 

6.* La determinación de que en cada espectáculo tomasen 
parte la mitad del personal gladiatorio de entre los mejores y la 
otra mitad de los gregarios *. 

7.* La de que si no hubiese gregarios bastantes, para formar 
esta mitad en cada dia de espectáculo, se completasen de entre 
los mejores; pero al tipo mínimo del gregario, interviniendo en 
dicha fiesta * igual número de gregarios cada dia. 

8.* La indicación de lo que el que daba una fiesta debia 
entregar al gladiador, que saliese victorioso, en el concepto de 
remuneración ó premio por su valor, consistente en el 20 ó el 
25 % de su precio en venta *. 

9.* La designación de las autoridades encargadas de vigilar 
por el exacto cumplimiento de esta ley *. 

10'* La fijación de los funcionarios, á cuyo cuidado estaba, 
dentro del plazo del año administrativo corriente, el determi- 
nar en cada pueblo si se habian de adoptar las tarifas oficiales 
de precios, ó según la importancia de cada localidad señalarse 
otras especiales con un tipo máximo, otro medio y otro mínimo •. 

11.* El precio de dos mil sestercios, que se debía pagar, y no 
mas, por cada gladiador, que combatiese en los espectácuIo.s 
municipales de las Galias ^. 

12.* La caución de mas de seis áureos y el juramento, que 
habia de prestar el editor privado, que recibiese del procurador 
imperial un condenado ad gladiutn. para que figurase en algún 
espectáculo gladiatorio, que aquel diese •. 

13.' La prescripción á los sacerdotes provinciales de que 
entregasen á sus sucesores los gladiadores excedentes del es- 
pectáculo ultimo, que hubiesen ofrecido al pueblo, sin que pu- 
diesen vender alguno en mas precio que el en que • fuese ad- 
quirido. 

14.* La fijación del precio mínimo del auctorotus en 2.000 
sestercios y de su inmediato de 12.000 como máximo •^, cuando 
saliendo libre del primer combate volvía á engancharse para otro. 



1 Lin. 20. 

í Un. 39 y 40. 

8 LlQ. 9d, 



4 Lin. 45. 

5 Lin. 40 & 41. 

6 Lin. 46 á 55. 



• Lin. W y oi, 

8 Lin. 57 y «H. 

9 Lin. SO á 61. 
10 Lin. 62 y ». 



^^•, . .*y5f -< 



4* ".• «■•r'A'-aif. 



.í- 



> ti 



Í5/ La professio ante eí tribuno ^e la plebe, de la que no 
se tenía una idea muy fija y precisa ^ 

Al terminar este breve comentario habré de repetir que en 
la versión lie notado á la margen derecha los pasages, que com- 
prenden las veinte y dos disposiciones, de que se ocupa el ora- 
dor, que pronunció este discurso, que son otras tantas refor- 
mas introducidas por Antonino el filosofo en los espectáculos 
gladiatorios de su época, á las que me acabo de referir. 

También deberé añadir, que apesar de los esfuerzos aduna- 
dos de los ilustres filólogos alemanes, que han concurrido de 
consuno al restablecimiento de la lección de este Bronce, aun 
quedan algunos pasages bien oscuros *, de todos los que no pre- 
tendo haber dado una interpretación definitiva, sino solo con- 
jetural y aproximada. 



1 Un. tt y 63 . . ^ ^ . 

2 Como por ejemplo entre otrot el de la« lineas T» t ti, at( eoino también 
fot comprendidoa de la Sfl a la Tié. 



'J¡. -'*• 




*V»' 



•-• .. 



f . . .1 '• - 






M.' 



en 



lexicografía. 



Después de la sucinta exposición, que precede, del contenido 
de este Bronce no será fuera del caso el señalar las frases y las 
palabras en cierta manera técnicas, que encierra dicho docu- 
mento. 

ADSPERGiNE *. Eu cstc caso adspcvgo es la salpicadura, la gota 
que cae salpicada, y la Irase toda nvlla crvoris hvmani adsferci- 
NE coNTAMiNATA, tcuicudo prescutc que crúor es la sangre que 
brota de la herida *, equivaldria en castellano á esta otra; con 
ningurut gota de sangre huínaaa derramada^ sal2)icadas ó man- 
chadas, refiriéndose á las monedas recaudadas por el fisco impe- 
rial, en cuyo sentido recuerda dicha palal)ra, aspergo^ la manera 
como está usada en un conocido pasage de las Metamorfosis de 
Ovidio ^, describiendo el combate de Cadmo con el dragón, hijo 
de Marte y de Venus, en el lugar de B(»ocia, donde luego fundó 
á Tebas. 

acertatis *. Ya he dicho antes que Büchcler estima que de 
acer^ pudo formarse acerías^ como de alacrr alacritas y de ro/w- 
ccr tolucritas^ aduciendo en ai)oyo la palal)ra acritas usada por 
Attius y citada por Aulo (ielio *. En este caso acerías^ sería una 
voz hasta el presente desconocida, equivaliendo á i/nj)etiwsidad 



1 Lin. r 

2 Tacit Ann. 12 47. 5 mox ubi san^uis in artus se extremos sufTuderit, levi 
Ictu cruorem eliciunt atque liivicem lambunt. 

8 Ovid. Metaiu. III v. K> y H> 

laiiique venenífero sang'uis manare palato. 
Coeperat et virides atiper^lne tiuxerat lierbas. 

4 Lln. .16. 

5 Aul. Uell. XUl. 3. 2. ACCÍU8 in Neoptolemo scripslt aerita$. 



¿ y 






■*•. 







69 

y la forma melióhe aCeutatis, coirespondería al mas vigo- 
roso ó de mayor bravura. También he indicado que Mommsen 
no acepta la conjetura Bücheleriana, proponiendo leer melioh 
LACEUTATis, (lUc rcstablecc en seguida por melior lacería í[\\]s, 
derivando este adjetivo, también desconocido liasta hoy, de 
lacertus^ la parte comprendida entre el hombro y el codo, que 
en esi)añol se dice vulgarmente Utfjarto fiel hra:o^ aplicada aquí 
aquella espresion al desarrollo muscular de la persona •. 

Por mi parte, como iguahnento he significado antes, estimo 
mas natural que el Bronce se refiriese en este punto á la bravu- 
ra del gladiador y no al desenvolvimiento de sus formas, por 
mas que la frase formonso cladiatori, que se ve en la línea an- 
terior, como que justifica el lacerta tus: pero es que estos lucha- 
dores podían alcanzar una gran amplitud de musculatura, y no 
tener el arrojo, el valor y la destreza de otros, que no reuniesen 
tales condiciones, sin que solo por ser mas ó menos fornidos 
mereciesen las simpatías del pueblo, que se preciaba sobre todo 
del valor, mientras aparecía mas rayano á la barbarie. 

AESTiMATio *. Era el precio que tenia una cosa '. La aestimatio 
Eivs posT hac (lege) hs . xn non excedat equivale á que el precio 
exc(»i)CÍonal del hombre Ubre eiiganchado como gladiador, aucto- 
ratus, no ¡mlia exceder de dfKC mil sestrrcios. despnrs de la prén- 
sente ley^ si saliendo libre del primer combate, volvía á inscri- 
birse de nuevo para luchar; es decir, (jui» el n(» esclavo solo 
debia disfrutar de este privilegio, dí»sj)ues que jMir el precio mó- 
dico de dos mil sestercios lilirara el primer combate, en que in- 
terviniera como gladiador, y resultara triunfant(\ 

ASsiFORANA *, palal)ra nunca vista en los es<TÍtores romanos, 
que el profesor Hübner. como ya he indicado, estima sea un ad- 
jetivo comi)uesto de otros dos, assus * y fortinits únicamente 
usado en composición, como el circnmjorfrnnts de Su<»tonio, 
cercano al foro *, expresando por lo tanto assiforana los espec- 
táculos dados solo en el foro. 

Bücheler, también he dicho, que hace la misma palabra com- 

4 Ephetn. epifr. VH. p. SDI. not. ad r. 36. 
2 Ltn. «3. 

8 Sut*t. Cae». 42 aostlinationem poss^nitinniiiii. CIc. V(*rr. 3. Oí. An Ojf ««1 M. 
Antonii aestiiuutioiioiii frumeiitl, exacUoiieiuque pecuniae revocaturuv e»T 

4 Lln. ». 

5 NoniuH. Marcel. U. 7<l fit«/i rorr, •olí roct^ citando un pa»«irc de Varron jotro 
de Catón, en (lue a**a roce se ve usada por ro: «ola. 

6 Suet. Vltell. 12. circiin foráneo lauUtae vendMit. 

12 



%■* 



»». . .i. *•* ** •« ■-» 



<•>. ..■ . '. , ■ . .^^ '"^:^?^■> 



SO 
incesta ¿^ ásse y ^í? foro, í:¿?/;í(? as^ípomíiuiii de clssís y poiidu^j 
indicando dicha voz ^^5/5 en composición p?2ueñu cantidad de 
dinero, Mommsen acepta c^ta etimolo¿pía * como significando 
también el precio en asses de las localidades del anfiteatro, que 
los lanistas levantaban, i)ara dar espectáculos por su cuenta y 
con el objeto de utilizarse de sus gladiadores, como todo ello 
queda ya expuesto pocas páginas antes. 

AvcTORATos ^. Acrou escoliador de Horacio define el auctora" 
tus diciendo que es el que se vende para luchar como gladiador ^ 
y en las decía mat iones, atribuidas á Quintiliano, se encuentra 
el ejemplo de un caballero romano, eques^ que siendo pobre, 
para poder enterrar á su padre se enganchó como gladiador, y 
el dia del ' espectáculo se batió con tanto denuedo que á peti- 
ción del pueblo se le premió con el rudis *, que era una tara tos- 
ca, que recibía en recompensa de su bravura el que triunfaba, 
por cuyo hecho dejaba de batirse, volviendo á su condición pri- 
mitiva de lihre^ 6 de esclavo^ sin obligación de tomar parte en 
las sangrientas luchas gladiatorias *. 

DANiíiKTWNi AD GLADivM *, cra cl rco condcuado á morir indefenso 
en el anfiteatro á manos de los gladiadores ^, como el damnatus 
ah bestias el sentenciado *á ser echado á las fieras •. Ambas pe- 
nas vinieron á aumentar últimamente el número de las capita- 
les, que se conocian en el periodo republicano, que fueron la 
crucfficcion^ la cremación y la degollación •. FAd/annatus ad gla- 



1 Ephera. epiír. vil. p. 309. 

2 l.fn. 6i>. 

3 llora t. Sal. II. ". 58. 

Auctoratns eas. an turpi claus'us In nrca. 

Aero In llorat .*íat. II. " wgiii se veiiítunt ludo virludiatorío^ auctorati vocant, 
aucturatio eiiiin dicitur vtMiditio ^Madiatoruiii. 

Porpliir. in Horat. Kpist. I. IH. 3ij. Thrax erit: auctorabitur se in ludum ut 
(;ladiator sit. 

(iaii Iiist III. 109 vel auctoratus meus subreptu» fuerit. 

C. I. L. 1. 2il6 lin. 112 y 113. QyiVEI DEPVCNANDEI . CAVSSA AVCTORATVS 
EST . ERIT . FVIT . FVERIT . 

4 Qnint. Doclam. CCCII. Quídam ut patrem sepeliret. auctoravit se. Die mil- 
nerlH productus 8Ul) titulo caúsate rudeiu, postulante t>opulo, acceuit. 

5 Marcial. Kpljr. III. »?. 

Hoc per tri^rinta merul. Fabiano, Decembres, 
ut Aim tiro tuae semper amicitiaeT 



ut nondurn credas me meruisse rudemT 
Horat. Eplst. I. I. v. 2 y 3. 

Kpectatum »»atl» et donatnm lam nide. quaeris 
Maecenas, Iterum autiquome includere ludo. 
C Un. C7. 

* CtKl. Tlieod. IX. 18. 1. ut, ante quam aliquid facial, quo se defenderé ponlt 
(rladio conKumatur. 

8 Dltf. 2K. 3. 6 $. 6. siquis füeril capite damnalus vel ab besUas vel ad ^rladium 
vel alia poena ciu.ie Tiiam adlmil. 

9 Paul. sent. V. 17. 3. Summa saplicla stint rrmx, rttmaiio, étcolMio, 







91 
dium dobia morir en seguida ó por lo menos dentro del ano ^ 
de promulgada la sentencia. Los condenados ad gladium soliau 
también matarse entre sí peleando en la arena ^, ó como ya he 
dicho, morir á manos de los gladiadores sin defenderse. No fue- 
ron por lo tanto verdaderos gladiadores, sino unos simples reos 
de muerte, noxii^ á los que se les aplicaba dicho género de 
suplicio. 

EDENT ', EDITA *, EDET *, EDIt/c/NEM *. El \ (M'bo cdc^e Q\\ UUa 

de sus acepciones equivale á dar un espcctdcido. En este sen- 
tido lo usa Livio ^, Tácito ", y Suetonio •. De aquí se derivó 
el sustantivo editor^ por el ([ue daba á su costa espectáculos al 
pueblo '•, al que Augusto llam(3 también niuncrario **, y el 
otro sustantivo, editio, por el acto mismo de la fiesta **. 

Las iuscrij)ciones repiten de continuo estas palabras. En una 
de Carmona se lee mvneris edendi cavsa **, y en otra de Xichla 
EDiTis per BiDvum circensibvs '*. como ("w varias del África, editione 

LVDORVM ** ó bien LVDI TRIDVO EDANTVR IN QVORVM EDITIONE ** y CU 

algunas del reino de Xáixdes editori mvneris svi •^, así como mv- 

NVS EDIDIT IMPETRATA EDITIONE AB IMPCratorC ANTONINO AVCUSto PIO **. 

ExcEPTis *' EXCIPIE3ATVR *^. Tua dc Uis accpcioiies corrientes 
del verbo cxcijno es recoger ^* y otra recibir **. 

1 Pnul. Sent. V. n. 3. snno mil ad frlndinni dnntur Intr» nnnum confiíitnendl 
Kunt. I.e^. MoK. et Rom. Culi. 11. ~. A. n:tm :i<l l'-I:i<1íuiu dnmiiati conft^stlin con- 
Hiiniuiitur, vel eerte iiitni aniniin drbout coiisumi: lioc eniíu maiidatis coiiU- 
neiitiir. 

2 Tacít. Ann. 12. ?«. AiU. r.el. 5. U. 17. i\*t< 

n Mn. no. 4 Lin. W. :• Líii. :*\. n i.in ox 

7 Liv. 2H. 21. munusquo írladiatorliiin..... ♦'•I»'iií1imi nMlít. 

H Taclt. Ann. I. \'». J. iiit»T í|uatí irihunl |íl«*i)«»i petiven» ut proprio sumptu 
edeivnt Indos. 
O .<u»'t. Caesar. II. iii <i«o iiniiinac)iin«' s|ií^ct;irnluiii odíderat. 

10 Capltoliii. Antonln. philos. v:i. 1. Aii'ít'ns i>i>i>uU Koiuaui voluptates curari 
vidinnonter praeclpít ptT dttissliiios tMlíion»s. 

11 giiínt liiNt. oral. H. :i. 'M. 

12 V<»p í*. rariii. 2»» 2. odiliiniem Cari laudarot. 

13 C. I. L. II. 13-*». 
JV C. I. I.. II. ÍI.M. 

15 C. I. L. Vil!. «Wl. 

10 C. I. 1.. VIII. 0»r:. Vido otiam IVDOS DEDIT ?<!:. V I.VDIS EDITIS 23U 
17 I. N. L. 112. 

IS I N. L. 1128. V.^dP Otiaiii EX VOI.VNTATE POPVLI MVNVS FAMII.IAE CLA- 

DIATORIAE EX PECV NÍA SVA DIEM PRIVaTVM SECVNDVM DICNITATEM COLÓ- 

NIAE EDIDERIT 40|l»- ET Q\OD MVNVS CI AD . POST HONOR II VIR EDIDISS POS- 

TVL. POPVIO* Q_. PROCtS . EDITlO CEl EBRATA EST • l-Mi. 
10 l.ill. 45. 21 I.iii. r» y !•;. 

21 Metamorph. Ovid. \I. v. 7s< :i 7<'». 

i)ixlt.#»l escnpn'.o. «lua rauca snl»od«^nit mida 

86 dPdit til p(»iitinii. Ti'tlix . iiiist>rata cadi'iitfia 

uiolllter Pxci»plt 

ric. Rrut. II. 43. Cinu latirnni liniiolavis>in. oxc»»plssp saii:riiincm pator;». 

22 guiíit. beclam. 13. H. ro«*tiiH lu^ls nianiluis t»xc«*pi pt in tutaiii condtti Ke- 
d**m. tic. in Verrem '>. 45. 11»^. ulhll ailuü orabuiit ui«i ut ttlloruui extreioum tfid- 
rlttim ore excli>ere isibl Uceret 




;-í^.- 



^ V 



• » .* 






82 

En este mismo ¡íasage hay dos palabras de que ya se ha 
dado cierta explicación previa. Es la una el adjetivo praecipvvm 
que según Festo es lo que ante todo se toma *, en cuyo sentido 
lo usan los jurisconsultos * aplicado como se ha \dsto á una 
personalidad determinada ^. La otra es el sustantivo mercedis que 
ya expresa el arrendamiento, que se paga por una finca que se 
tiene alquilada^, ya el jornal que se abona á un operario * por 
su trabajo diario, ya el estipendio que se satisface por un ser- 
vicio •, ya el premio que se ofrece con algún motivo determi- 
nado ^. 

En el caso presente la frase ex exceptis se refiere á los gladia 
dores, que se reciben en venta, y la otra, qvae . ob • hanc cavsam . 
ExcipiEBATVR, al diucro que con ocasión de dicha compra se reci- 
lia también, quedando consumado el contrato con estas recípro- 
cas entregas. En cambio la frase praecipvvm mercedis no puede 
referirse al arrendamiento gladiatorio. La base de esté contrato 
está fijada en el ejemplo gayano •, equivaliendo el alquiler al 
dos por ciento del precio en venta, de modo que si de este 2 ^¡^ 
habia (¡ue sacar la cuarta parte para el auctoratus y la quinta 
para el esclavo, tomaria aquel el 0,50 ^/^ del dicho 2)recio y este 
el 0,40, quedando para el lanista el 1,50 ó el 1,60 % respectiva- 
mente de lo que se hubiese fijado como tipo de venta del gla- 
diador, cifras infinitamente pequeñas, que por sí solas hacen ina- 
ceptable semejante conjetura. 

No pudiendo considerarse este praecipvvm mercedis como ar- 
rendamiento, mucho menos podrá tener el carácter de jornal ni 
de estij)en^lio. tratándose sobre todo del gladiador esclavo, res- 
pecto de su nuevo amo, el editor^ que acababa de comprarlo, 
sino sola y únicanieute figurar como rccoiHpniísa^ que ante tfjdo 
sr h(f dr (lar xú que venza en la arena. Esta recompensa déla 
cuarta ó quinta parte del valor en que el vencedor haya sido 



i T'aul. Dlac. ex Fest. v. Rxcipuuiu, qiiodcxclplatur, ut praccipnum, ^uoi ante 

capí tur 

2 (Jai. Inst. II. 217.... praecipiim siini(*re: quo<l tantmn in elus porsona procedit. 

:< Cod. Tlit»od. 8. 18. 1. 1. praecipuum habere eos et siiie euiusquamconsortlo 
placnit. 

•I (Jai. Ipst 4. 2!*. ItPin adversas eum qiil inercedeni non reifleret pro eo lu- 
mento qnod qtiis ideo locanset Oiiz in. 2 2^. M. 1 eiiiü doinuo lutsrcedeiii. 

5 Disr. 1». 2. 51. §. I ut proop?re re lemptori certam mercedem Indiesidn- 

iriilos darein. 

(i .<uet. Ner. 17. tit litl(?atore$( pro patrociniis certam iustamqtie fnereedem pro 
BUbsellls nullam oinniuo darent. 

7 Clc. De flnlb. 2. 31. Indlcat Innatam esse homini probltatem ffratuiUm, non 
invitatam voluptatibns, nec praemiorum merceüibus eTocatam* 

8 Oal. Inst. III. 146. 







93 
contratado en venta es un premio fijo y necesario, determinado 
de antemano por esta ley, del que no podia eximirse el que 
diese ei espectáculo, porque previamente se pactaba, compro- 
metiéndose al pago dicho munerario. 

El proyecto del senadoconsulto de que se trata, al reconocer 
al gladiador la facultad de pactar, paciscatvr, con el cdiior el 
premio á que podia tener derecho si salía triunfante, no parte 
como se ha visto del tipo en que haya podido ser arrendado, sino 
del precio que se haya dado, al comprarlo del lanista; es decir 
que Marco Aurelio se desentendió por completo de ese arreglo 
gjivano, que tanto dio en que pensar á los jurisconsultos de en- 
tonces, para poder determinar su naturaleza y el género de 
obligaciones consensúales, en que podía ser clasificado, si entre 
las ventas ó entre los arrendamientos, decidiéndose al fin por 
ambos; pero sin poder ser definido su carácter hasta la termina- 
ción del espectáculo. Por eso el profesor Mommsen afirma con 
exactitud í{\\q generalmente el editor pagaba (fllanista el precio 
del gladiador^ citando de la escuela gladia torio de este lo traia 
aqnel á la arena *. 

Estima además que el premio del vencedor de que en este lu- 
gar se trata es el mismo de que habla el biíigrafo de Claudio *. 
Por mi i)artc* sin embargo conjeturo que el pasage aludido se 
refion* á otro premio distinto, que era puramente voluntarioy que 
lo prdia el pueblo en el anfiteatro ^, el cual dio en ocasiones 
el mismo Augusto de su bolsillo en espectáculos que no eran 
ofriHMílos al pmíblo por el emperador sino por otro editor cual- 
quiera*. Cierto (|ue dicho profesor en el pasage citado no desco- 
noce <|ue habia regalos que hacian los emj)eradores voluntaria- 
mente á los gladiadores vencedores y se les ofrecían en la misma 
arena en liandejas de valor, que constituían también parte del 
agasajo *. 

Xo hay que añadir que el signo parlante de la victoria 



l K|»lií*iii. opitr. vil. p. 4'3. 

1 siiot ( i:ni«l. ii, arleo ut ohlatos Tlctoribus áureos prolata slnistra pariter cum 
villero \i\ck* ili^itl8i|up ir.inieraret. 
8 JuvHn. Sat. vil. V.Í43. 

accijie. vlctori popnlus quod poRtulat, aiiroiim. 
4 siipt. Aiitr. 4-s. itaqiie rorollarla et praemia In aUenl« quociue munerlbus 
a(* liKtift et crebra et irrandia de »uo ofTerebat. 
¿ Martiul, ut fertur. De spectaculla 39. 8. 

quod licult, lances donaque saei e dedit- 



fc»¿ílr.v¿ »• .,- ' ^-■-1 ..-.'iv- «.: i tíív-i?«-^ ,■■>.• V .'...- -''S 






04 
era una palma * , y que entre los grajjiti pompeyanos se ve 
un gladiador lleváudola en la diestra '. Además aquel á quien 
favorecía la fortuna recibía armas incrustadas de oro y ^nedras 
preciosas, ricos cascos y lujosos collares ^, algunas de cuyas es- 
pléndidas preseas he visto en el Museo de Ñapóles. 

FLAGRABANT *. Esta palabra figura únicamente en la frase 

IN QVIBVS AMPLIORA CLADIATORVM TRETIA FLAGRABANT *, El VCrbO 

flagro^ además de su significado recto, tiene el de sujrir, ser 
molestado^ en cuyo sentido lo usan Cicerón • y Suetonio ^. En 
ambos escritores es una persona la que sufre, los cónsules ó los 
emperadores, en el nuevo Bronce de Itálica sin embaído son 
los precios los que hacen sufrir. Hay además una diferencia 
esencial en la forma como ambas frases están construidas, la de 
Cicerón, cónsules f agro nt infamia y la del orador senatorial 
anónimo, in qvibvs (civitatibus) ampuora pretia flagrabant, di- 
ferencia por otra parte fácil de apreciar desde luego 

GLADIATOR * GLADIATORIS • GLADIATORES " CLADIATORVM' "*. Eu- 

tre las conocidas declamaciones menores^ que corren bajo el 
nombre de Quintiliano, se encuentra una definición del gladia- 
dor, al que se describe diciendo que era el que comhatia en el 
anfiteatro á 2>resencia del ¡meblo **. Este Bronce, como ya se ha 
visto, distingue dos clases especiales de gladiadores, una de 
superiores, meliores, clasificados por razón de sus precios cu 
varias categorías, partiendo de los que valian tres mil sester- 
cios y subiendo á los que se aprecialian en quince mil; la otra 
era la de los gregarii, que fueron de condición mas baja subdi- 
vidiéndose también por razón de su precio en gregario ordi- 
nario que solo valía mil sestorcios y gregario melioris acertatis 



4 Lampríd. Coram. 42. ttpm postoa tnntum palmariim ^ladiatoriarum confecisse 
vel vlctl«retiarll.« vel occisis. ut mille coulin:rPr»»t. 

Suet. Cali*:. 32 M.vniíilloiiome ludo, rndihus socnm baUuentoin et «ponte 
postratum. confodit !ern»:i sica ;\r inore virtoniin cuín palma dlHcucnrrit. 

2 Oarrucci. (irattili de Poinpel. 2'.». (i. Kn la colección zwiifimmtrrinHn no se en- 
CU(>ntra este dibujo: pero sí la inscripción» C. I. I.. IV. I2ÍW. tah. 21. 2r>. 

3 Capitolin. Perlin. 8. 3 a r». arinaque trladiatoria ^^eniniis auMipie coinpoftlta 
et maceras llerculaneas et toninos i;la<liatorias, vasaque de ludo aureo,ebore, 
ar;?ento, citroque coniposíia. 

4 Un. 4*. 5 Lln.4";. ^ , , . 

6 Cic. Kplst. ad Atlic 4. ^^. Cónsules flatrrant Infamia. Tic. In Verr I.. 2. 5. cnm 
e provincia receii8 esset, invidiaque et infamia no receutl, sed vetere ac dlu- 
turna flafrmret. 

7 .Suet. Aujr. 27. In eadem liac potestate mnltipllci flaírravit invidia. 

suet. Oalb. 16. per hace prope universis ordinibus olTeDsuK, vel praecipua 
flaffrabat invidia apud milites. 

8 Lln. 45. 9 Lln. :« y 3I. lo Lln. 30 y oO. 41 Lln. SI. . 46 y 47. 
12 Qulnt. Declam. CCCII. gladiator iffitur est, qui in areni populo spectante 

puffoavit 



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1 1 



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v: ; ..• A.'¿ -.\íiH»ií.«^i 



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65 

Ó kttióii LACEiiTATtís, qiíe sd esfímaba eu dos mil, formando par- 
te uno y otro de lo que llama el orador prgmiscjvae mvltitvdinis. 
Ninguna de estas tlcnominaciones era antes conocida, como 
tampoco la del sénior et inabilior, viejo y (*ntorj)cci(lo; pero sí en 
cambio la del avctgraivs, muy repetida, entre los antiguos es- 
critores latinos; lo mismo que la condición de origen, líber ó 
sERvvs, correspondiente al gladiador en general. 

Por lo que hace al damnatvm ad gladivm ya he dicho que no 
debe reputarse portal gladiador, puesto que estaba muy lejos de 
serlo, sino solo un reo de delito grave, condenado á última pe- 
na, que debia ejecutarse en el anfiteatro á presencia del pueblo, 
que veia regocijado morir indefenso estos noxii á manos de los 
gladiadores, ó matándose entre sí ferozmente. 

Desde sus orígenes los gladiadores fueron ó bien prisione- 
ros de guerra \ ó esclavos, que sus dueños vendian á los lanis- 
tas *, sin mas razón que su voluntad ó con algún motivo justifi- 
cado ^, así como los que por algnn delito eran conducidos á ejer- 
cer la gladiatura, datiiiuttus ad ludu¿u * y por último los hombres 
libres que se enganchaban para la arena, auctoratus *. Eran 
propiedad de los especuladores, lan'tslífc^ de los particulares y do 
los emperadores. Estaban divididos en escuelas, ludí, donde se 
les enseñaba el manejo del arma que debian esgrimir en los 
combates del anfiteatro y cuyas escuelas llevaban el nombre del 
propietario. El i)ersonal gladiatorio, que cada cual poseía se de- 
nominaba FAMILIA con el apelativo del C()gnoml)re del que era su 
dueño. Esta familia ¡/lodifítoria^ de (jue habla el presente Bron- 
ce *, abrazaba el persoiuil todo de combatientes, copia, reunido 
por cada lanistao por cada particular. Dichas agrupaciones apa- 
recen en esta Tabla subdivididas en coetvs, pars, classis, ordo y 
MANiPVLvs, por lo que resi)ecta á los gladiadores superiores, me- 
LioREs, pues en cuaut(í á los gregari, tanto ordinarios como ex- 
traordinarios, ambos formaban parte de la promisovae . mvltitvoi- 



4 Dion. Cass. 60. ai. Voplsc. Prob. 19. R. Kdlta praptprea frlaiHatoruno paria tre- 
centa. Hleniravis plerisque i>ii(?nniitlhUK. qiii |»f>r triuiupüutu erant ducU. 

•2 Suet. VlleL 12. círcunroruneo laiiistat* viMiüidit. 

*J Spart. Hudriaii. Ii. 8. leiioiii ct lauistae Hervum vol anciUaiu vendí retult 
causa non praestita. 

4 Goliat. Ic»>r. >lo8. et Rom. 41. T. 4. 

% Aero ad Honit .«at. II. 7. .v.Liv. ?8. 21. oíadlatorium spectaeulum fuit non 
ex eo f^nere hominum«ex qiio lunlstia comparare luoseiit, aervorum qulre re- 
nalem aani^inem liabent. 

Lin. 99. 






9« 

Nis, ségun la clasificación dada por ía presenf e arenga senafo- 

rial, como ya he hecho notar antes. 

De toda esta nomenclatura me parece oportuno ocuparme á 
continuación exponiendo su genuino significado, apartándome 
por el momento, por exigirlo así la mayor claridad del asunto, 
del orden alfabético que en general he venido siguiendo. 

coETvs GLADiATORVM ^ cs uua dcuominacion general como 
FAMILIA, pero no indicando en este caso toda la gente de que dis- 
ponía el lanista, sino únicamente Jas bandas de gladiadores^ que 
iban á tomar parte en el espectáculo. 

pRiMAE partís. Es uua forma partitiva por la que se clasifica á 
las parejas gladiatorias que debían luchar, divididas en tres j^r- 
ies ó grupos de igual número de combatientes, nvméro parí *. 

PRiMi oRDiNis cLADiATORis ^. Es muy couocida la palabra ordo 
como expresando la condición individual, así se decía orden se- 
natorial^ orden ecuestre^ orden munici^al^ indicando los sena- 
dores, los caballeros y los decuriones. En el ejército la palabra 
ordo tenia sus acepciones particulares, pues ó significaba la po- 
sición regular de las filas de soldados y de ahí las frases ordi- 
ncs servare * ordiíies conturbare ' ordinrs restitiiere • y batirse 
ala desbandada, ím^ ordinibns'^ ^ó expresaba la clase á que cada 
legionario pertenecia, de donde la frase de las Tablas de Hera- 
clca ORDO ADEMPTvs EST ERiT * siguificaudo ol quc era degradado 
por motivo ignominioso. El Bronce Italicense habla pues de la 
priinera serie de gladiadores. 

MEDiAE cLAssis* Eu los variados y distintos significados de esta 
palabra el que le cuadra es el que le da un preceptor ilustre 
cuando indica que sus maestros acostumbraban, siguiendo la 
práctica antigua, y esto se escribía o\\ el siglo primero de J. C, 
á distribuir los jóvenes alumnos en clases j fijando el orden con 
que habían de dar las lecciones, según la capacidad de caíla uno 



1 Lin. 31. 2 Lin. 90. 8 Lin. 32. 

4 Sallust. Juirurt. 51. 1. ñeque siirna ñeque ordines servare. 

& Sallust. Juirurt. 50. 4. ómnibus locis Romanorum ordtnes conturbare. 

6 Sallust. JufTurt. 51. 3. ordines restitult et cohortls legionarias quattuor ad- 
Torsuin pedites hostium colocat. 

7 Sallust. Juffurt. 97. 5. sine si^nls sine ordinlbus equltes pediteaque per» 
mlztl. 

8 C. I. L. I. 906 Un. 190 y 131. QplVE APVT EXERCITVM INONOMINIAE CAVSA 
ORDO ADEMPTVS EST ERIT. 

9 Lin. 33. 



^ n^, tm w ■ .'«..^..i ■* .^^r* ..: . . t > .. . ^ >■ . ..irf ^ «I A.'. t*»X «i*>£wJ .jí^ 



de elíos ^ designando al que ((eclamat)a el lugar superior, por- 
que parecía que aquel aventajaba á los demás en aprovecha- 
miento. 

En el pasage trascrito aparecen las palabras classis y ordo 

aplicadas en un sentido análogo al en que figuran en la Tabla 
que se comenta, donde la forma media classis ha de interpretar- 
se por la segunda clase de gladiadores. 

MANipvLi *. En la tecnología militar manipulus era una com- 
pañía de gente de á pié, que en su origen fué do cien sol- 
dados ^, que llegó á subir hasta doscientos ^, y en la época 
de Vegecio parece como que diez peones eran los que forma- 
ban un manípulo •, obedeciendo estas alteraciones al diverso 
número de soldados, de que se compuso la legión en el periodo 
monárquico, en el republicano y en el imperial, y á las vicisitu- 
des, que en tales épocas hubo de sufrir la organización militar, 
atemperándose á las exigencias de la táctica •. 

PROMiSQVAE MVLTiTVDiNis ^. Acabo dc dccir que t(Klos los gre- 
garios de cualquier lanista formaban la promiscua multitud, en 
la que el personal gladíatorio encontrábase mezclado y no sugeto 
á una clasificación fija y ordenada, en tanto que los superiores. 
MELiOREs, sí lo estabau, conociéndose por el traje que vestian y 
las armas de que usaban con las denominaciones de So umitas^ 
ThraceSf ifurmiloiics y otras diversas, que no hacen al caso y que 
recordaban pueblos vencidos i)or los romanos, cuya manera de 
combatir imitaban en la arena los gladiadores de cada una de 
dichas clases ■. 



1 Quint. Inst. Orat. I. 2 21. Non Inutllem scio Rprratuin <»8im* .i pmpceptori- 
bU8 nieis morfm.qui, cum puems In classes (lístriiiu('rt*nt. onllnotn <llf-t*iHn xe- 
cundum vire» Intrenii dabunt; et ita 8U|»eriore loco quisque diM;laiuahat. ut prae- 
cederé profectu videbatur. 

2 Lln. 32 y 31. 

3 Auctor ori(r. ^nt. Roroae XXII. 3. 4. coacta pastoruin manu eaque i n cen- 
tenos homine» distributa, perticas nianipullK foeni varié formatiK in suninio 
iuDCtas dediKKC.quo facilius eo Kitmo suum quisque ducem Ke«iueretur. I'nde 
institutuiu, ut postea milites, qui elusdetn sl^ii essent. manipulares dicerentur. 

A Isidor. Ori;:. IX. 3. ro manipulus durentoruui est militum. 

5 Ve^et. Kpit. rei mllit. 11. I3. Kursus Ipse centuriae iu conturl»enia divisae 
sunt, ut decem militibus suh uno papilione depentihus unus quasi pmeMiet 
decanus. qui caput contubernii nominatur. Contul»erniuui auteui uianlpuluii vo- 
cabatur ad eo. quod coniunctis manihus parlter diniicant. 

San Isidoroen el si}:lo soptímo habla del manipulo hlst/^rico como Serrlus, ad 
Aeneid. XI. r. <M3, en el quinto, 3* no como Ve^rt^cio en el cuarto del manipulo de 
su época. 

% Polib. XI. V3. En tlem|>o de este historiador el manípulo era la t4*rcera parte 
de la cohorte, que fué a su vez la d«*cima de la le^rion. 

7 Lln. X. 38. 

8 J. LipsiUS, Saluma/iitm «^rtnofiMHi lihri éuo^ t^ni éf gíaéiñtorilm». (í^fÍTi\K% tr, e\ BÍf?lO 

décimo quinto el armamento y la manera de combatir de esta clane de irente. 
Henzen. ta-ptierntio mmtitt Bor§heM9ami, A mediados del actual volvió á ocuparse del 
asunto, que Ilustró después FrledlAnder en su tan citado libro v en el Ummétmch 
de Marquardt y Mommsen 13 



.á^-vÁ-.yy-.N'v c 



« « > 



■ 1 ■-■ ■.' • 



Solo me resta afia(íír ¿ éste pvcfpósito' que los gladía^íoráé éé 
batian por parejas, paria *, ó en pelotones, gregatinij compuestos 
de gente de á pié y de á caballo, con igual número de peones ó 
de ginetes cada pelotón *. 

cRAssATVRis ^ FOEDAE RAPiNAE *. Dcl vcrbo grossarí se originó 
el sustantivo ^raííflrií^í, que definió Festo él ladrón de caminos* 
y de ahí que gra^satura sea propiamente hablando el robo he- 
cho á mano armada en las vias publicas •. Rapiña indica el mis- 
mo robo verificado en igualdad de circunstancias, la diferencia 
consiste en la diversidad de etimologías, grassor significa origi- 
nariamente andar errante, y rapio arrebatar. Ambas palabras 
están usadas como formas aumentativas, que espresaban las se- 
ries de abusos cometidos por los lanistas á la sombra de la ley. 

GR.EGARI ^. No es posible explicar esta insólita palabra gladia- 
toria sin hacerlo á la vez de otras, que figuran agrupadas en di- 
versas frases del mismo periodo del párrafo octavo, donde aque- 
lla se encuentra como son nvmeri • signo, • copiam, ^* y familia •^ 

Empezando por la primera ocioso será indicar que nadie ig- 
nora que grex^ en plural greges^ significa el ganado, en cuyo 
sentido usan de dicha voz los que han escrito en lo antiguo de 
agricultura **, así como W^man pastores gregarios á los que lo 
guardan *\ de donde se originó el B.dvcThio gregatim, como si di- 
jéramos en rebano ó ea jnora^ usado también en esta acepción 
por los mismos agrónomos **. Ya en el periodo clásico ** aparece 
a^üicado metafóricamente el nombre de gregario al que entre 
nosotros se dice soldado raso^^. bien fuese infante*^ ó bien gine- 
te *', denominación que se mantiene hasta muchos siglos mas 
tarde «•. 



1 I. N. L. 60»;. 23fl9. 2(527. 4768. 

2 Dlon. Ca8il. 43. 23 y 5V 8. 

8 Un. 10. 4 Lin. 5. 

5 Paul. (liac. ex Fest. (^rannarl autem dicuntur latrones vias otNildentég. 

6 Suet. Tiber. :n. In priiuis tuendae pacia ¿ tirrassaturig ac latroclnlls «editlo* 
numque licentia curaui liabult. 

7 Ltn. 315, :«. :«. _ 

H Lin. 3>. 36. 'M. 39. 9 Lin. 36. 10 Lin. 35. H Lin. 9. 

12 Varro K. K. 11. 6. 2. Asinoruní frref?em. 

13 Coiiiin. R. K VI. praef. I. Scio quo^Mlain, Publi Silvin«, prudentes a^rieolas, pe- 
corta irre»rartorum(jue pastoruin aimuiHse curam. 

14 Cu. u 111. K. R. vi. 0. 5 Haec facienüa al ^reiratim pecera laboran! 

15 Cic. pro Hlancio 3i). 7t. at id etiam g^re^riimilitea faclunt inviti. 
46 Tacit. HiHt. 5. I. in a^riuine irreirario milite miztua. 

17 Sailust. lujTurt. »*. 6. cobors una Li^urum cum duabua turmis Thraeaoi 
et pauci8 fre^arüH inilitibua tranaiere ad rei^m. 

18 Tacit. Hlat. 3. M. ut (rre^arius equea. 

19 isid. orlK. IX. & 33. Milea ordinariua est qui per ordinem mllitat, nae adhae 
allquem eonsecutua eat irradum lionoris. Kst enlm «regariiu. Id est humllls 
miutlae. 






•^■.' , .-.■.".. *^<*-- V'Ai^i-iiiíittt'jB 



».■ 




99 
NVMBRi. Eu el tecnicismo militar era tambieu doude bo 
usaba mucho esta palabra, significando una sección mas ó me- 
nos pequeña de soldados de cualquier clase determinada *, en 
cuyo sentido la traen los historiadores como Tácito *, los juris- 
consultos como Ulpiano *, y las inscripciones como una de Sevi- 
lla ^, varias del África • y diversas de otras provincias del impe- 



no *. 



copiAM ^. En absoluto coj)ia significa abundancia^ como todos 
saben muy bien, y tratándose de la milicia este nombre expresa 
la tropa en general, los soldados que formaban mi ejército •. 

Hasta aquí las cuatro palabras, que precedentemente se han 
examinado, pertenecen, como se ha visto, á la nomenclatura 
militar y no en especial al egercicio gladiatorio, del que son 
peculiarísimas las que paso á indicar. 

Familia •. Descartando el significado originario que se refiere 
á la tecnologia jurídica, expresa un conjunto de esclavos ^/^/rfw- 
áoríTí, que estaban bajóla dependencia de un dueño i» gefe, Janis- 
ta^ que los gobernaba y sostcnia, *•, para con olios proveer á 
los espectáculos públicos. Hay un pasage muy conocido de 
Suetonio en la vida de Augusto, donde aquel biógrafo indica que 
este soberano con motivo de escasear las subsistencias en Roma 
expulsó de la ciudad á las Jamilias tcnalicias y á las de los 
lanistas **. Ya se sabe lo que fué el lanisía y por lo que hace al 
renaliciüs el mismo escritor citado lo dá á conocer como el 
vendedor de esclavos **. De modo que formaban la /amUia 
gladiatoria los que adiestrados para los combates del anfiteatro 



1 Tacit. ARrícol. 48 tparst per provinclara numeri. Tacit. Ilist. I. 6. multi adhoc 
numerl a Germanla ac isritannla et Ulyrico. 

'¿ ihldem. 

8 Diir. 3. 3. 8. g. 2. vel (railes) qui coramunem cauf^aro omnlii sui numeri 
periUMiuatur reí suncipit Di^. 3. 2. 2. y. i. exercituní antera non unnm cohortera ne> 
que uñara alara diciraus, sed numcroH raultosinilitura. Diir. 37.43. 1. f. 2. siquis 
roilitum ex alio nuraero tr.injlatu:i sit in alium. 

4 C I. L. II. 1180. PUaEPOSITO NVMERI SYRORVM. 

5 C. I. L. Vni. 5Í29. 2m. 2502. 2505 y 92^. EX NVMERVM SINCVLARIVM. 

« Dario Bertolin. I muneri. Kn los Atti del R. Instituto Teneto, tora. I. serie 
VII. paff. nos á 1149. 

7 Lin. 95. 

8 Sallust. Catilln. 56. 1. Catilina ex orani copia, quara et ip^e adduxerat et 
M8nliu« habuerat, duat legiones institult. Caes. Bell. civ. I. 45. 7. au^batur iUis 
copla. 

9 Lin. 89. 

10 Cicer. pro Sulla XIX, 5I« posset alia farailia Fausti munus praebere. 

Todo eípárrafo 51 asi como el 55 Justifican por completo lo que se entendía 
por familia ffiadiaioria. 

11 Suet. Auinist 41 renallcias et lanlstamm ramillas. 

12 Suet. deiUietor. 1. VenaUcl cum Bmndusi Rregem Tenalium e na vi edu-. 
eerent 



'.íL «^•.¿,¿^¿■^¿•^1 ?¿Jm¡L:^U. *¿- - -"^-**« "i**--' -« 



100 
vhiaibajo el dominio de algiiu empresario, en edificios par^ 
ticulares, construidos al efecto y con determinadas condiciones 
con arreglo á las necesidades á que se aplicaban. Por contra la 
familia tcnalicia era el rebaño de esclavos, grcgis venalicius^ 
propiedad de un tratante de semejante género de mercancía, 
que se llamaba también venaliciics. A propósito de estos cre- 
cARi del Bronce Italicense, de que no se tenia la menor noticia, 
han recordado Hirschfeld primero, y Mommsen después *, un 
epígrafe de Nenia iisus en la Galia Narbonense en el que se 
habla de un venaliciario craecario, que el segundo explica por 
negociante al por mayor que, vende esclavos en rebaños, Diag- 
navio gregatim viancijua venderé sólito '. El jurisconsulto Ve- 
nuleius usa de la palabra venal icium como mercado de es- 
clavos ^. Hay por contra en la misma colección lapidaria otra 
leyenda de Arles, que dá á conocer á un necotiator familiae 
cLADiATORiAE *, espccic dc corrcdor, que se ocupaba de esta clase 
de negocio. Semejante especulación llegó á adquirir un gran 
desarrollo después de establecido el imperio por el sin número 
de espectáculos de dicha clase que se dieron, por los muchísi- 
mos combatientes que en ellos morían, y por la urgente nece- 
sidad que había dc reemplazarlos, lo cual constituyó un comer- 
cio en estremo lucrativo, según los mismos contem{)oráneos 
aseguran *, que llevó á los que lo ejercían hasta á cometer hor- 
ribles plagios •, que no fué suficiente á estirpar la ley Fabia ^. 
Me ha parecido de alguna oportunidad el detenerme en tan 
minuciosos detalles, que muchos estimarán difusos y hasta in- 
necesarios, no para hacer notar la organización, en cierta manera 
militar, que tenían las diversas compañías gladiatorias, sino mas 



1 Rphem. eplfr. VII. p. lU. not. 3. 
« C. 1. L. XII. 3319. 

3 i)i^. 21. 2. (r>. S 3. quicumque ex venalicio noviciorum emptus alicul mi- 
Distcriu praeposltus sit. 

4 c. I. L. xn. m. Véase también en la Tabla lieraclensc el QVEIVE la- 

NISTVRAM... FECERIT- C. I. L. I. 200. lin. 12.1. 

ó Mari. XI. M. 

Rt delator es. et caluro niator: 
et fraudator es, et netroilator: 
et fellator es, et lanlKta. Miror 
quare non liabeas. Vecerra. numinoR 
ñ Senec ControT. V. :n. Attauíen criideleni reiii faclt lanlMta. nee damnatur 
reipublicae laesae. Senec. Ibidein. quoil iiivenum intserorum simpllcitatem clr- 
ciiuivenlunt, et speclosisslnium quemque, máxime idoneum castrin, lu ludum 
coniciunt. 

7 Di(r. 48. 15. 4. Si libenim hominem emptor sciens emertt, eapitale crimen 
adversus enm ex leire Kabla de pla^o nascltur, qno yenditor quoqae flt otH 
Doxius, 8i BCiens liberum es«e veudiderit Véase también 1%. !& 1&. C |. t. 









101 
bien para poner de relieve el papel tan secundario que entre di- 
cha gente desempeñaban los gregarios de la Tabla italicense, 
mostrando ¿ la vez que estos no deben en manera alguna con- 
fundirse con los soldados, que llevaban el mismo nombre, como 
tampoco los essedarii^ los sagittarii y los velites del anfiteatro 
con los legionarios de iguales denominaciones. Xo añadiré que 
los tales GREGARi fueron, a lo que se vé, unos gladiadores espe- 
ciales, de los que no se tenía la menor idea y cuyo precio má- 
ximo en venta por cada espectáculo, señalado en las tarifas del 
nuevo senadoconsulto, era inferior al mínimo marcado en el 
mismo documento para los mejores combatientes, meuohes, de 
las demás secciones. 

SIGNO. También pertenece esta voz á la milicia, significando 
la enseña * militar, que usaban los diferentes cueri)osdel ejérci- 
to *. De aquí las frases tan conocidas, tener las legiones hajo sus 
ensenas ^ ó conducirlas á banderas desplegadas *, como sertir 
bajo el estandarte de un general cualquiera *, de donde puede 
comprenderse que svb signo pvcnet • no significa otra cosa que 
combatir bajo la enseila. 

l'n erudito lexicíJgrafo de fines del sesto y principio del sép- 
timo siglo, que residía como á una legua del sitio en que se 
ha encontrado este BronC(*, y de que ya he hecho referencia 
con igual motivo, después de manifestar que el anfiteatro era 
un lugar de esjK'ctáculo^ donde coinbatian los gladiadores ^, 
añade que \\v})o varios gí^neros de luchas gladiatorias^ siendo la 
primera la equestre, JMjs ginetes, dice, precedidos de ensenas mi- 
litares, salian, uno jff/r la puerta de oriente y otro i¥}r la de oc- 
cidente^ montados en srndos cobifllos blancos con yelmos dorados 
y con armas cortas^ que exigian mayor destreza, acometiéndose 
con bárbara sana, según el calor de cada uno y combatiendo sin 



1 Paul. niac. ex Fest. Torci etñfíii^n Ínter mlUtaria ttjma qiitntiim locura ob- 
tinetMiU Cuex- Bell. <lal. 2.2rf. 1. t:im densa callero obcaecarerat üiem, ut ueque 
slirnlferl vlutu. nec slcrna mllltet cernerent. 

*¿ Llv. 33. 7. Haluirub;!! ut procul tti^^na leirlonura ful^entla vldlt. 

3 ric. R|ilKt. aü fauí. X H. letriones liabeo quinqué 8ud slffnls reipubllcae con- 
lunctiftslmaa. 

4 Clc. ad Attlc. XVI. 8. Antonhim le^rionera nubslfrnlii ducere. 

Plaut. Paeudoluii II. IV. 1]. oiiineii ordlues sub nlirnlB ducam, lefrlones meas 
l.ucret. V. 997 al non multa vlrum aub aiirniít nilllla ducta. 

5 LlY. 83. 42. omnin viuventuu nostra; sub slgnls milltat tula, 
d Ltn. SS. 
7 lald. OTig. XVIII. 92. 1. 



•< 



.;r"^_ .-...'.. ..■..•-.■•-• V ; . •.«-»•'*■*)■-- ^—V. -.— * • T. ..... ■- V* -- •*- 






102 
tregua^ hasta que el uno lograba matar al otro. • El svb signo 
pvGNET de este Bronce parece como que en cierto modo con- 
cuerda con el praecedentibus prins signis müitaribm del sabio 
prelado hispalense. 

Por su parte el profesor Mommsen, como ya he dicho poco 
há, si bien no pone en duda que pudiera conjeturarse, aunque 
no conste, que al comenzar el espectáculo, en lo que se llamaba 
pomjHL^ los gladiadores que iban á combatir hiciesen su paseo de 
salida por la arena precedidos de estandartes, suivexíUo; sin em- 
bargo ni aun así le parece, no sin fundamento, que se acierta 
¿ explicar cumplidamente el svb signo pvgnet de este Bronce*. 

HARENA ^. El pavimento del anfiteatro se llamó por metoni- 
mia arena en razón á que estaba enarenado * y en este sentido 
se encuentra usada semejante denominación en el nuevo Bronce 
de Itálica, por que era precisamente el anfiteatro el lugar donde 
regularmente se celebraban los espectáculos gladiatorios *. 
Cuando esta arena se manchaba con la sangre de los que morían 
ó de los heridos en cada combate, era removida con rastrillos •, 
y esclavos negros echaban otra fresca sobre aquellos sitios re- 
cavados ^. 

En los mejores textos se encuentra escrito el sustantivo Aa- 

rena con aspiración estimándose forma mas pura que la que fi- 
gura generalmente sin h. 

LANiENAE *. Propiamcntc hablando el verbo lanio significa 
destrozar^ despedazar^ en el sentido de dividir en trozos, y de 
partir en pedazos. De aquí que se llamase metafóricamente ia- 
nieíia á la carnicería ó tienda en que el carnicero cortaba y ven- 
día la carne para el consumo público •. Como adjetivo se en- 

1 Isid. Orlg XVIII. &3. Genera frladlatoriim ulura, quorum prlmus ln<lU8 eqiieft- 
trium. Dúo enliu equltes. praecefleiiUbus prius sii^iils mUltarlbus, unut a porta 
orientis alter at> occideiitls procedebaut iii equis albis cum aureís miéis, mi- 
Doribus el habilioribus armiK sicque atroci perseveran lia pro virtute sua ini- 
bant puffiíam dimieantes (luousque alter in alterius mortem prosiUret ut ha» 
beret uul caderet casus, irlorianí qui periuieret. 

2 Kphem. epifr. vil. p. 4 14. not. 2. 

3 Lin. 0. 

4 Suet. Ner. !&. quora (leonem) vel clava vel bracliiorum nexibus In amplii- 
tlieatri arena, »i>ectante populo, nudus ellderet. suet. Tit. 8 ac novlsslme tra- 
ducios uer amphiteatri arenam. Suet. Califf. 2f7. media anphltbeatrl harena Igni- 
crema vit. 

5 isid. OriR. xvni. 51 1. 

6 Mari. II. 15. 6. 

sanffuineam rastris qaae renovabat humum. 
1 Petron. Satyr. SI quales solent esse qui arenam in amphltheatro spargnnt. 

8 Lln. 5. 

9 Varr. L. L. 8. 55, donde este Ilustre arqueólogo del siglo primero antes de J. C 
tan intimo de Cicerón que le dedicó su obra, dice que si las palabras, fueran 
analóffieas, así como se llama rinari^ la tienda en que se vende vino j esl- 
cMTia la del calzado, debería denoniinarte «i6i c:iro tentt, canmria y no Im km . 






TTf í 



.. "^••.-*^ ■ *.' .M • •■ ' ' . • 



m 

Cüéntní dicha paíaSra usada por Varrón, y én idéntico sentido 
de carnicería, bajo la forma de ex tahernis lanienis *. (Jomo sus- 
tantivo sigfnifícando también la carnicería; pero no como tien- 
da, sino expresando el destrozo de la carne humana hecha en 
una operación quirúrgica, aparece en los versos del español 
Prudencio, en los que la lanioia hippocratica de este poeta 
cristiano del siglo primero de J. C. *, corresponde á la laniena 
ffladiaíoria del nuevo Bronce de Itálica. 

LANisTA ^. La etimología de esta palabra dada por San Isidoro 
de Se\ílla derivándola de otra etrusca formada a laniando sci^ 
licet corpora^ parece exacta, aunque no lo sea la definición que 
de dicho nombre presenta^. Por lo que se lee en los antiguos es- 
critores se viene en conocimiento que el lanista tenía á su car- 
go un número mayor ó menor de gladiadores, á cuyas necesi- 
dades proveía y á cuya ocupación atendía *, cuidando que los 
más jóvenes, se adiestrasen en el manejo de las armas*, y pres- 
tándoles todos ellos la debida obediencia ^. 

La misma lex Julia municijHilis que habla del qveive depvc- 

NANDEI CAVSSA AVCTORATVS EST ERIT FVIT FVERIT •, SO OCUpa más adc- 
lante del qveive LANISTATVRAM ARTEMVE LVDICRAM FICIT FECERIT *, dC 

modo que hablando á la moderna pudiera decirse que era el 
lanista un empresario que vendía ó alquilaba su compañía 
para dar con ella funciones públicas. 

LiBERATvs **. Sc habla en este pasage del hombre libre que se 
inscribe ante el tribuno de la plebe esjKjntáneamente para com- 
batir como gladiador y en su primera lucha es declarado libre 
de volver á entrar en liza por razón de su denuedo. Esto suce- 
día como he dicho antes en la palabra avctoratvs, cuando ápe- 

1 Non yare, de comp. doct. XII. 532. ex Varr. De Tita P. P. 11b. II. Ex. taberal» 
lanleuis arirentarlae factae. 

2 PTud. HKl'I í:TK«I». x.«6*m 

Horretlt onines liasce c.irnlflcum manut 
Niim iiiltloreii aunl inanuM iiie«leiitluiu 
laniena ciuando aaeYll Hippocratiear 
t Lin. 9. 10. ia K7. 59. 61. 

4 l8ld. orlir. X. 1S9. Lanista. irladlator. Id est camlfex Tusca lin^ua appellA* 
tuii, a Uniendo sillcet corpora. 

9 Senec. De benettcüs Lanista qul famiUam suam summa cura ex«rcet 
atque urnat. 

I» Auctor belll Afrlc. 71. 1. l't lanUta tirones (rladlatores condocefacere. Cod. 
Theod. 9. 40. 11. NeiDlneni de niiminiK norftrl sacrario pr;>deuutem arena sus- 
dplat, lanista doceat, saera medltatlo et pugnatrlx excerceat. 

7 Juren. XI. 8. 

tcrlpturus le^et «t reírla T9rba lanlstae. 

8 C. L L. II. 906 T. 114. 

9 Ibidem. t. \U. 
10 Lin. 62. 



ticion del puetío se le data el rudis^ cuyo fremío producía éí 
efecto de que el gladiador que había sido de estado libre volvía 
á su antigua coudicion, entrando en el lleno de sus derechos 
civiles ^ Por eso añade el nuevo Bronce que si tornaba á hacer 
valer su ingenuidad inscribiéndose otra vez para combatir en 
el anfiteatro, discrimen instavraverit, fuese entonces el máximo 
de su precio de ajuste doce mil sestercios. 

líber • sERvs *. Como se ha visto el gladiador podía ser 
por razón de su estado originario Ubre ó esclato^ y premiado 
con el rudis aquel volvía, como he dicho, á su categoría de in- 
genuo ^, y el siervo solo conseguía la exención de exponer su vi- 
da luchando. Para conseguir la libertad necesitaba este obte- 
ner otro premio, que era el pilleum *. No hay que recordaren 
este punto que no se trata de los siervos de la pena^ que eran al- 
gunos de los condenados á determinados castigos por ciertos de- 
litos *. 

MVNERA « MVNERIBVS * MVNERVM • MVNERIS * MVNVS **. SCgUÜ 

la definición de Verrio Flaco conservada por Pompeyo Festo 
munus era el cargo público ó magistratura que se egarcía por 
elección popular hecha en los comicios •^ Pero además de es- 
ta significación originaria se llamaba minms al espectáculo pú- 
blico que debian dar ciertos magistrados durante el egercicio 
de su cargo, en general á su costa •^. 

En los cinco pasages del nuevo Bronce Italicense la dicha 
palabra mvnvs está usada refiriéndose á los espectáculos gladia- 
torios ofrecidos al pueblo por determinados funcionarios públi- 
cos, á sus expensas cu dias marcados, existiendo numerosas ins- 
cripciones, en las que se ve á los decuriones ", á los duum- 



1 Quint. Declam. CCCII. 

2 Lin. 46. 

3 Capltolin. Opil. Macrin. 4. 5. Nain plerique Rladiatoriam pu^nam emn ex- 
hibulsae dizerunt et accepta rudi ad Africam Isse. 

4 Tertul. De npectaculis 21. et qiii indl^miori cufque homlcidae leonem pot- 
clt, Ídem ffladlatorl atrocl expetat riidem et pilleum praemlum eonferat. 

5 Dlff. 48. 4». 8. g. U. LefiT. Mos. et Rom. CoUat. H. 7. 4 et IUíj. 47. 14 I. Tert. 
de Spect. 19. certa quldem gladiatores innocentes in ludum veneunt, ut publicae 
TOluptatis hostiae flant 

6 Liu. 29. 7 LID. 85. 8 Lin. 52. 9 Lin. 48. 10 Un. «I. 

11 Puul. Diae. ex Fest. y. Munus. 

l'i Berlanga. Nuevos Bronce.4 de Osuna pa^. 5 y 99 á 4(0. Rub. X y 71, donde 
ine he ocupado precisamente del muniM como distinción y también como earn 
á la misma distinción Inherente. Dlir. 50. 4. De munerlbus et honorlbUB. 
18 1. N. L. 4768. 



.^Z'^'¥'\^^ \. '-Sr 



-t •' 



•-. ■.,.-.' -A Vt -.¿:.:vyflei,«ííS 




víros *, a los ediles *, y á los quinquenales ^ costeando los di- 
chos espectáculos gladiatorios, como ofrenda de gratitud por 
haber alcanzado el decurionato, el duumvirato, la cdilidad y la 
quinqucnalidad en sus respectivas municipalidades ó colonias. 

PLENDi *. Gerundio del xerho pleo en su manera mas simplísi- 
ma y sin partícula alguna antepuesta. Verrius Flacus en los 
dias de Augusto aseguró que los antiguos dijeron también plen- 
TVR, sin j9n*2)osicion que le antecediera. Su compendiador Sexto 
Pompeius Festiis repitió la misma afirmación, acaso en el siglo 
segundo, que reprodujo unos quinientos años después Paulo el 
Diácono * al extractar el compendio de Festo. 

A mediados del cuarto siglo, Donato, profesor de San Geró- 
nimo, en su arte gramática hablando de los verbos compuestos, 
dice que hay unos, que pueden hacerse simples covao repono y 
distraJio y otros, que no pueden como suscipio y compleo '. En 
la segunda mitad del quinto un tal Pompeius, comentando el 
arte de Donato, acentúa aún mas semejante afirmación, repitien- 
do que era verbo compuesto el que no podia luicerse simple como 
compleo, que iwdie puede decir pleo^, y sin embargo contra la re- 
gla donaciana está el dicho de Verrio Flaco, que hace á pleo ver- 
bo arcaico en el siglo primero, y este Bronce que lo usa en el 
segundo en su forma simple. 

profitebitvr •. Esta palabm se aplica con frecuencia en las 
Tablas de Heraclca •, como el sustantivo professio en los mis- 
mos Bronces y en el d e Malaca *®, indicando aquella y este el 
acto de presentarse á una autoridad. 

En la lex Julia municipalis la presentación había de ser ante 
el cónsul, ad consulem, ó si se encontrase ausente de Roma, 
ante el pretor urbano, ad PRaetorem vRsanum, á falta de este al 
pretor de los extrangeros, qvei ínter peregrinos ivs deicet; y si 
ninguno de ellos estuviese en la capital, al tribuno de la plebe, 
AD TRÍbunum ptebei. El objeto de dicha presentación no era otro 
que el de ser comprendido entre los que recibían anualmente 
trigo del Estado **. 



1 I. N. L. A^^, 2 I. N. I.. 2123. 8 T. N. L. «O». 4 Lln. M. 

5 Fest. ▼ Pleutur antigui eUam slne praepositionibus dlcebant. 
Paul. Diac. V. Pleutur. 

6 Donat. Are (rramm II. 12, *. sunt, quae non posaunt, ut suscipio, compleo. 
1 pomp. Cumuientum. artis Douatl. SB. 8 Lin. 02. 

9 C ir L. I. 208. Un. 1. a 4. «. 8. 9. «I. II. 18. 14. 

10 c. I. L. I. 206. lin. 7. 10. C. I. U II. iOOi Un. 8 y 214. 

H C. I. L. I. 2C0. lln. 4 ft 19. 



^¡M^1^¿^-^>^:J¿.' ÍL .^JLi>*tó»Í *'^'' -*- ' '^ ■'■'•'^ 



IT " fT W w i IK ' ■ 






Ku la fex María mdacitana la proféssio había de hacerse ante 
1^1 cliunuvirj que fuera á presidir los comicios electorales", habia de 
Hí*r espontánea, sva sponte, teniendo por objeto el presentarse 
nmdidato á algunos de los cargos municipales, que fueran á 
qtiedar sujetos á elección, petereqve evm honorem *. 

En el nuevo Bronce de Itálica la presentación, profitebitvr, 
había de ser también espontánea, sponte, ante el tribuno de la 
plebe, APVT TRiBVNVM PLEBLEI, ínscríbíéndose para combatir como 
gladiador ,*ad dimicandvm *. 

EX RELiQvis . LANisTARVM '. Eu la frascología financiera de los 
romanos figuran los descubiertos por contribuciones no paga- 
das con el nombre de reliqua. 

Hay una moneda, acunada siendo Hadriano cónsul por la 
tercera vez, el año 119 de J. C, en cuyo reverso se lee reliqva . 
VETERA . Hs . NoviEs • mill(/>^) abolita, víéudose CU cl ccutro un 
lictor, á la derecha y en pié, sosteniendo con la mano izquierda 
las insignias de su cargo y teniendo en la otra una antorcha 
encendida, que aplica á unos papeles amontonados en el suelo, 
operación que parecen aplaudir ó celebrar dos personajes, que 
la presencian colocados al lado opuesto *. 

Existe también una inscripción de Roma del año anterior, ó 
séase del 118 de J. C, en la que se dice remittendo sestertivm 
NoviES MiLiEs CENTENA MiLiA Ñ DEBiTVM PISCIS *, rofiriéndosc auibüs 
documentos á la condonación hecha por el emperador de lo que 
por impuestos no pagados se debía de antiguo al fisco. 

Semejantes atrasos no lograron nunca extinguií-se, puesto que 
dos siglos mas tarde en 319 de J. C aun se habla en uiui consti- 
tución de Constantino II de las ventas de fincas, <jue se hacían 
bajo la condición de no quedar obligado el comprador á pngar á 
la Hacienda imperial lo que se le adeudaba por contribuciones 
atrasadas, iiec reliqua eorum fisco in/eraat •. 

Y aíiuí pondré término á este ligero examtm lexicográfico del 
texto del Bronce Italicensc, por no exagerar en demasía sus ya 
acaso extensas proporciones . 

1 Berl. Mon. malac. Aes Mal. col. h. lin. 1 & 28. 
t Lin. 62. 3 Un. 9. 

4 Cohén. Monnales frappée'i sous T impire romain. II. p. Í3S n. XWik 4<M9clel 

consulado III de Hadriano. anv. imp. caes, traianvs hadrianvs avc p. m. 

TU • P eos III. 

5 C. I. L. VI. «7. 

cod, Tlieod. XI. 8. \, 



iíji&*m»-Ca«'->^ -^^'^ yí-^ -^.i . ■ * - -...I. . f * .', Ji..4«r-^<f'AVÍ ■'■*^-' -■ 



VI. 



epigrafía y gramática. 



Por lo que hace á las observaciones tanto epigráficas como 
gramaticales, á que da ocasión este texto, puede decirse que 
hhn agotado la materia los profesores Mommsen, Hübner, 
Hirschfeld y Bücheler, por lo que solo me habré de circunscri- 
bir á extractar sus acertadas indicaciones. 

1. — ERRATAS CORREGIDAS EN TODO O EN PARTE POR EL GRABADOR. 

A 

Lin. 6 Aes tota 



Entre renglonada la a 
Entre renglonada la s 
Añadida la o sin una segunda m 
Borrado tent en vez de ten solo 
Corregido mal sobre clamans 

por CLAMANT 
¿. — ERRATAS NO CORREOmAS. 

Lin. 7 Aes cvra Büclioler pvra 

» 8 » ANNVM Mommsen annvum 



» 18 » 

» 20 » 

» 21 » 

» 22 » 



SARCEOO 
IMo 

SEN////ENTIA 
CLAMANTE 



» 8 » SANCTAE 

» 9 » PATROCINIVM 

» í) » PARATI EX 

» 13 » EMERCET 

» 13 » DELATV/EST 

» 14 » QVESTVS 

» 20 » IMO 

» 22 » CLAMANTE 



SANCTE 

Mommsen PATRimoNivM 
Mommsen parat lex 
Hirschfeld emercít 

DELATVIII . EST 
QVaESTVS 

iMmo 

Bücheler clamant 



-: .« 






108 

Lín.24 Aes foutvna Mommsen foutvha» 

* 26 » iNSTiTVERET Jlommseii 1NST1TVE»E 

» 29 » Locis Mommsen lochs 

» 29 » MANENT Moinmsen MANEaNT 

i> 34 » FOKMONso Hirsclifeld ¿famoso* 

» 35 » PROMISQyE PROMIQyaE 

» 37 » PROMONENoos Hír^lifeM puaeMONCNDos 

» 37 » NECEM Hii-schfold NECEhI 

Jí 38 » PUAEBENDAS PUAESENDAID 

» 39 » iTAQVE Mommsen utiqve 

» 38 » ATQVE Mommsen iieciyE 

» 4') » OPSERVATO Mommsen opservatío 

» 41 » PROCVkATOKES MulIlinsCU PROCVKATOnibllS 

» 43 A> ALIMENTOKVM.DANDIS, MommSCn ALIMENTOXVM 

» 45 » QyisQVE Büehelcr oyisoyis 

> 46 # SE«vs Mommsen servus 

» 47 » PEhTINEAT Moiumseil PERTINEaNT 

» 4S » ONERENT MommSGU ONERENTIlr 

» 49 » vrqyE Bücheler vt qvae 

» 50 » cvRATORi.pROviNC[AE, Mommscn cvratori . ^iac 

i» 52 » EDITO . ervnt Mommsen editorvi» 

» 53 » EFFiccT Mommsen EmciaT 

» 63 j» iNABiLioR Mommíien cnIiabilior 

3. — DIVtKÍOS ÜE ALOtNAS PALABRAS FIKALBP. 
Lili. 1 Ll I BET 

» 5 INVI I TATVS 

» 7 QVAE I STVS 

» 1) SV I PRA 

» 12 TAN I TAC 

» 13 FIS I CVM 



LiD. 


17 


SANC 1 TCSSIMl 


> 


28 


IN 1 TCRPRETATIONISVS 


> 


29 


SVMP 1 TVS 


» 


46 


praescrip i TVM 


» 


53 


PROCON 1 SVLES 


» 


59 


SVS 1 CEPTOS 



109 

4. — PROPOSICIONES UNIDAS A LOS CASOS QUE RIGEN. O SEPARADAS 

DE ELLOS POR UN PUNTO. 

Liu. 32 ACENTVM 

» 59 APRIORIBVS 

» 47. 49 ADEo 

» 19 ABILLO 

» 62 ADDIMICANDVM 

J» 47 ADEAS » d:j AD . ce 



Liu. 


19 


A . CETERIS 


» 


ai 


A . CL 


» 


31 


A . HS 


» 


52 


AB . EO 


» 


32 


AD . CL 



» 


Ol 


ADGLADIVM 




» 


O 


ADLICENTIAM 


» 


» 


28 


ADLVCEM 


» 


JO 


27 


ADNOS 


)» 


» 


11 


ADDPSEQVIVM 


» 


» 


10 


AOPRINCIPES 




» 


»4 


ADVSQVE 




> 


37 


DECETERIS 


)> 


» 


17 


DECONSILIO 


» 


» 


22 


DEPECTORE 


» 


» 


46 


DEPRETIS 




» 


36 


EXEO 


» 


» 


28 


exoratione 


» 


» 


9 


EXPARSIMONIA 


» 


» 


28 


EXPARTE 




» 


56 


INCIVITATIBVS 




» 


48 


INEVNDEM 


1 


» 


35 


INOMNIBVS 


» 


» 


2. 23 


INPRIMIS 


;» 


» 


16 


INPROVOCATIONE 


» 


» 


52 


INQVAQVE 


>> 


> 


47 


INQVIBVS 


)» 



47 AHVD . FORTIORES 

13 APVD • NOS 

62 APVD. IRIBVNVM 

17 CVM APPELIATIONE 



45 DE . EXCEPTIS 
27 DE * OMNIBVS 
52 DE • TRIBVS 



53 EX . EO 
(>2 EX . LEOL 
37 EX • NVMEKO 



1 11. 53 IN . POSTERVM 

49 IN . PVBLICIS 

CM IN . SINCVLOE 

15 ÍNTER . SE 

55 INTRA . ANNVM 

54 INTRA • SVVM 



lio 

Lili. 24 INUVINAS 

» 29 INSVA 

» 6 INSVCCEDENTES 

» 36 SVBSICNO 

» 43 SIADERVNT 

» 28 sivos 

» 42 TRANSPADVM 



Liu. 45 OB . HANC 

» 10 OB • QVAE 

» 23 POST . HABITA 

» 63 POST • HAC 

> 34 SVPER • EVW 

» 48 SVPRA . MODVM 

Ir 43 SI • NEC 

» 27 NON . NVLLI 

» 37 TRANS • FERRÉ 



5. — MALA PCNTUACION. 

Un. 38 Aes tantis . per . plendi Büclicler tantisper . plendi 

6. — DIFERENCIA EX ALGUNAS TERMINACIONES. 



Lili. 


60 


AT 


Liu. 


47 


APVD 


» 


62 


APVT 


» 


13 


APVD 


» 


8 

• 


ILLVT 


^ 


16 


SED 


» 


54 


IT 


» 


29 


SED 


» 




SET 


» 


48 


SED 



7. — FORMAS ORTOÍSRAFICAS QIE SON DE NOTAR. 



Lili. 11 OPSEQVIVM 

» :íH, 45. 46. 50 OPSERVARE 

» 7 APSPERCINE 

INLICITA 
INPRIMIS 
INPOSITAN 
APPELLATIO 
APPELLARE 
HARENA 
INABILIOR 



» 


ü 




» 


23 




» 


37 




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17. 


10 


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'20. 


25) 


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G. 


7 


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DVCENTIES 


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TRECENTIES 


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QyiNCENTIES 


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20 




IMO 


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2. 


54 


PAVLO 


» 


31. 


92 


MILIA 


» 


57 




MILIBVS 


» 


49 




REPPERIENTVI 


» 


27 




RETTVLERVNT 


» 


58. 


61 


PLVRE 



« 4. I 



i¿^^¿¿-i¿' 'T .iiSl --^.v •f%v.-t-¿* 
















111 


Lin. 


21 




CÓNSILIS 


Lin. 


4-2 


PROVINCIIS 


» 


2:> 




AII 


» 


41 


lis • oyi 


» 


33 




IS 


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•Vi 


11 QVI 


» 


34 




TERTI 








» 


36 




CREGARI 








» 


4(). 


52 


PRLTIS 









H — arcaísmos. 

Lin. 2 ANIMA ADVERTÜRVNT LÍU. 34 



» 29 PLENDI 

» 34 FORMONSO 

» 51 MAXVMORVM 



» 
» 



35 

í)l 



SVSVM 

PROMISQVE 

SINCVLATIM 



» 24. 41. 55 MAxiMi 



9. — PALABRAS DESCONOCIDAS POR SER NUEVAS. 

Lin. 29 ASsiFORANA Lin. 36 acertatis ^cl LACERTATIS 

10. — SIGLAS Y ABREVIATURAS. 

Lin. 12, 18 IMPP. mp{fratoreM) 



» 


23 




» 


30. 


31. 63 


» 


31 




» 


41 




» 


C2 




» 


53 





IMPP. 

GLADIATOR 
C- V. 
C. V. 
V. C, 



iMP(rra/oriftM<) 
sostortiiim 
cladiator(m''0 
c larifiínU) \(iris) 
chirisnimHm] w{irum) 
V /n) c(lan$imi) 



Me importa rí^petir <le luiovo al terminar este breve comento 
gramatico-epig-ráfico, que ninguna de las ol)servac¡ones, que 
preceden, son originariamente mias, sino solo por mí entresa- 
cadas de las (jue redactaron los profesores germanos, de que 
hice mención al principio. 



'>i<í.é:¿ifxr:ji:í^ 



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<^^i6i ...■'.. J ^*\ •>«-•. ^ 



• .»«tf»^«^k*^ «- * 



I >^ tíUt' Jl^ Va-oJI 



Víí 



DE LOS GLADIADORES 



Cuenta uu conocido escoliador de Virgilio qu3 fué costum- 
bre en los tiempos antiguos el sacritícar los prisioneros de guer- 
ra ante los sepulcros de los mas denodados capitanes, hasta 
oue habiendo parecido en estremp crueles semejantes homena- 
jes á los manes de los difuntos, se reemplazaron por combates de 
gladiadores en el lugar donde se quemaban los cadáveres, el 
cual se decía hustuní y de ahí quo se denominasen husluarii los 
mencionados gladiadores * sabiéndose por otra parte que se lla- 
maban así los que luchaban en lisa cerrada ante el pueblo •. 

Marco Servio Honorato escribía lo que precede al comenzar 
el siglo quinto, repitiendo poco mas ó monos lo que al princi- 
piar el tercero habia dicho Quinto Septimio Florente Tertulia- 
no, el fogoso polemista cartaginés;, hablando de los esiKíCtácu- 
los '. Poro que esto fuera 6 no así, que en la Grecia se hubieran 
ideado tales moaomaqi(ias^ como supone Hermippo * y que de la 
Etruria hubiesen pasado á Roma, como asegura Nicolás de Da- 
masco *, cosas son que no entrañan gran interés para la ilustra- 
ción del nuevo Bronce Italicense. 

Lo que parece cierto es que en el quinto siglo de fundada la 



1 Serv. in Vergr. Aen. X. «O. Morís erat In «epulcriR vlniruin fortiiiin captlrmí 
necari. quo i>08tquam crudele vlsum est, iilacuit irladiatores ante sepulcra 
dimicare. qui a l)ii8U cinerihiía DiiBtuaril dlctl. 

2 Quintl. Declamat. CCCII. gladiator igltur estqulin arena iK>pulo spectanU» 
pu^rnavlt. 

8 Tertul. De spectac 42. oUm quontam animas derunctorum huniano tnn« 
ffuine propitiari creditum erat. cautivos vel malo Ingenio ser^otí niercatl In 
exequUs immolabitnt. Pobtea placuit impietat^m voluptate adumbrare. Itaqiie 
quüs paraverant, armls quibus tune et qualiter poterant eruditos, moxeol* 
to die inferiaruro, apud túmulos erogabant. Haec munerts ortiro. 

4 MfiUer. Fragm. Hist graec III p. m ed. Didot. 

( MttUer. Fragm. Hist graec. III. p. 417 ed. Didot 



-r. .-•..-*-.■ . .- . . .' .-. ;. , . . , .¿,_- «..^. .j:*;'1w.. 



1Í3 

ciudad, 264 años antes de J. C, tuvo tugar el primer espectáculo 
gladiatorio en el foro'boario, costeado por Marco y Décimo Bruto 
como memoria fúnebre tributada en honor de las cenizas de su 
padre *. 

En la Hispania, poco mas de medio siglo después de introdu- 
cidos en Roma tales homenages, los iuauguni Publio Cornelio 
Scipion, quien en 206 antes de J. C, después que hubo expul- 
sado á los africanos de la península, áiá en Cartagena una fies- 
ta gladiatoria, cumpliendo cierto voto á los dioses y también en 
memoria de su padre y de su tio •. Verdad es que en esta oca- 
sión no se vio luchar precisamente esa gente mercenaria, adies- 
trada y sostenida por los lanistas^ de entre los esclavos que á 
tal oficio dedicaban, puesto que combatieron personages ilus- 
tres, en manera alguna retribuidos, sino enviados por los ré- 
gulos hispanos, para que alardearan de su denuedo en gracia de 
tan esforzado capitán, ó bien algunos que llevados de su bra- 
vura se ofrecieron es{>ontáneamente á combatir; aprovechando 
otros también la ocasión, para dirimir por el juicio de las armas 
sus contiendas privadas '. 

Semejantes tributos ofrecidos á los manes de los difuntos 
fueron perpetuándose de generación en generación, así es 
que en 216 antes de J. C. los hijos de Marco Emilio Lépido 
dieron en el foro en recuerdo de su padre fiestas de este género, 
por tres dias en los que se presentaron veinte y dos parejas gla- 
diatorias ^. Diez v seis anos mas tarde los de Marco Va- 
lerio Levino ofrecieron al pueblo por cuatro, también en el 
foro, ludi fxoiehres con ocasión de la muerte de dicho Va- 
lerio, en los que tomaron parte veinte y cinco parejas de 
gladiadores *. En 183 antes de J. ('. en los funerales de Publio 
Licinio hubo i>or tres dias fiestas análogas, con cuyo motivo lu- 
charon ciento veinte gladiadores*; nueve años después Tito Fla- 

I Val. Maxim. 3. \. 7. Oladlatorlum munus prtiuuní Romae dalum e* t in foro 
boarlo App. Claudio M. Pulvlo eonsuUbus. Dederunt llarcus el D^clmus flill 
Brutl, funebrl memoria patria cinérea honoraodo. Llv. Perioeh 16 Deelroua 
Junlua Brutiit rounua irladlatorlum In honorem dafiincU patria prlroum edldlt. 

f LlT. M. 21. Sclplo Cartliairlnem ad vota aolvenda deis luunuaaue irladlato- 
rlum quod mortla cauaa patria patrulque paraverat edeodum redllt 

S LIT. 9». 21. 

4 LlT. 23. ». 15. ludoa funebrea per trlduum et ^ladlatorla parla dúo el vl- 
flDil (per trlduum) In foro dederunt. 

5 LlV. 9!. SO. 4. etludl funebrea eo annoper quadrlduum In foro mortla eauaa 
•MI Valerl Laevlnl a P. et M. fllUa elua faetl et munua gladlatorlum datum ab 
lia, parla quinqué et ▼Ig'lntl puirnaverunt. 

e LlT. 99. 46. 2. P. Llclnll funerla cauaa Tlacerailo dau et ^adlatoraa cen- 
tum Tl|{lntl puirnaverunt et ludí funebrea per trlduum (kctl, poat ludoa epulum. 



^■■'jfcjLiki-^.. •■--: 



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ÍÍ4 

minio habiendo muerío sií paáre cdstcií lín éspéctácuío, éñfré 
otros obsequios, que hizo al pueblo, en el que por espacio de 
tres dias riñeron setenta y cuatro gladiadores *. 

Al decir de Polibio los gastos ocasionados en las justas 
gladiatorias que se dieron con motivo de la muerte ocurrida, 
á lo que se colige en 160 antes de J. C, de Lucio Emilio Paulo, 
el célebre inpeirator, que autoriza la Tabla de Lascuta *, costea- 
das por Quinto Fabio Máximo y Publio Cornelio Scipion, el se- 
gundo africano, ascendieron á treinta talentos ', equivalentes á 
45,152 thalers de la antigua moneda de Prusia, próximamente 
unos 632,128 reales de vellón *. Pero que mas si hasta llegaron 
á legarse ciertas sumas á las ciudades, para que con sus réditos 
anualmente se renovaran estos funerales sangrientos ',y las mis- 
mas mujeres al morir participaron de semejantes obsequios pos- 
tumos •. 

No creo que debo hacer notar que estos ludi Jumbres^ que 
eran puramente voluntarios, no han de ser confundidos con las 
fiestas fijas, que también con el nombre de ludi estaban consa- 
gradas á diferentes divinidades ^, y que venidas como algunos 
pretenden de la Lydia é introducidas en la Etruria pasaron á 
Uoma •. Tales festejos que pudieran decirse ludi nccessarii 
se celebraban precisamente en los aniversarios notables de la 
misma ciudad bajo la advocación de alguna divinidad pagana •. 

Los hemcrólogios^ de que ya he hablado y que íntegros o 
fragmentados han llegado hasta nosotros de aquellas lejanas 
épocas y de aquel mismo pueblo, marcan los dias fijos en que 
tales solemnidades anuas tenian lugar *® en la capital donde re- 
sidía el gobierno central de tan vastos dominios. 



1 Liv. 41. 28. 41. Muñera gladtatoria eo auno aliquod, parva alia data: unum 
ante cetera Inslj^ne fuit T. Plainlni, quod mortis ciuBa patria sul cum Tlsee- 
ratione, epuloque et Iu-.lis scaftnicisquiídriduum dedil. Ma^pni taineo tumi mu- 
neri8 ea suinma fuit ut per triduuní quattuor et septua^inta homtnes Duir- 
naverlnt. 

2 Uerl. Bronces de Lacusta, de Bonanza y de Aljustrel. p 491. 

3 Follb. XXXII. 14. 6. 

4 Huiutcti. Metrologle p. 310. Tab. XV. 

5 Di^. *S\ 2. la. 

ü Suet. Caes 2d. rounus populo epulumque pronuntUTii in flilaa memo- 
rlam quod ante euin nemo. Dlon. Casa. 43. 22. afirma también que Cayo Ja- 
llo César, como tributo fiiuebrea la memoria de eu bija, habia costeadolachms 
de fieras y combates de frladiadores. 

7 Tertui. üe spect. 5 ¿ 9 

8 Herodot. I. 9i Liv. 1. :<5. 9 Ludicrum fuit equl, puirilesque ex Btruriaiomzl- 
me occitl. solemnes delude annui manere ludí Rominl mairaiQue Tarle anti». 
llatl. TertuL De spect 5. ^ ^^ • "^ ■*'*'^ 

9 Tertul. De spect a y 6. 

10 C. I. L. I. pa^, 298 á 377. 



■u-s-* 







115 
La mas antigua do estas festividades nacionales fué á no 
dudarlo la circeiise. Prescindiendo de la célebre fiesta llamada 
consualia^ que se dice consagrada por Rómulo á Xeptuno Vy 
que dio lugar á una de las primeras felonías de aquel pueblo, 
tan fecundo en ellas, que consignan sus historiadores * sin nin- 
gún sonrojo, parece, si se dá crédito á la tradición de aquellos 
tiempos, que como un siglo mas tarde, cuando estaba para espi- 
rar el séptimo antes de J. C, otro soberano de Roma designó el 
sitio del circo, donde debian darse las carreras de caballos y 
de carros como también las luchas de los atletas ', v donde 
en tiempo de Augusto existía el Circo niáxitno *. Si por algún 
momento pudieron aparecer interrumpidas las fiestas mencio- 
nadas al espirar la monarquía, muy luego hubieron de res- 
tablecerse *, habiendo corrido un tiempo á cargo de los ediles 
plebeyos •, hasta que hacia el 367 antes de J. C. rechazan el co- 
metido de celebrar los Indi maxim^ creándose á este intento de 
entre los patricios otros magistrados análogos y ampliándose 
dichos festejos de uno á tres dias. Apenas eran pasados como 
tres años de estas reformas, cuando tiene lugar, otra aun mas 
radical, cual fué la de dar cabida á las representaciones escéni- 
cas entre las fiestas sagradas del pueblo, adicionando con aque- 
llas las carreras y el pugilato ^, si bien primitivamente los tea- 
tros fueron de madera • v los censores los hacían de continuo 
demoler, pasadas las solemnidades para que se alzaban *, hasta 
que PomiK»yo levantó uno con materiales mas síilidos *•. 

De modo que con razón ha dicho el ilustre escritor cristiano 
antes citado, hablando precisamente en el siglo tercero de J ('. 
de los espectáculos del pueblo romano, que las fiestas niencio- 



\ Llv I. 9. d. Romulus eirrliudlne animl dlsslmulans ludos ex Industria parat 
N(*ptuiio Equestri noleiunis rvm$utlia vocal. 

2 Llv. I. ». 10 A M. 

3 LlT 1. 85. 7 A lo. revecta ludot opiilenthiR lnHtructiiisí|iie qiinin prioren re- 
ireii fecit. Tune, prlmuní circo, qut nnnc tnnxlmnii dlcltur. d«*slfrt*.iituK Wur pk!... 
Ludlcruní fuU eciui puirileHque ex Ktrnrla máxime accltl. Soleiuueü delude aun ul 
manere ludí Romanl mairnlque varíe api»ellati. 

I Llv. I. N6 2. foro» In circo faciendos. 

5 Llv. 2. 3B 1. Ludí forte ex Instaunitloue mnij^nl Romae parahantur. fniitau- 
randl haec causa fuerat. Llv, 2. 37. 1. Ludi quaib amplUsIml ut llerent seuatus 
decrevlt. 

ñ Llv. ñ. 42. «3. y 14. 

1 Liv. T 2. 3. vlctls superstltione animls ludí quoque scaenicl. nova reii he- 
Ulcoso populo, nam clrcí modo spectaculuro fuenit. Ínter alia caelestls Irme pía- 
camina InsUtutl dicuntur. Véase también Val. Maxim. 2. 3. 4. 

8 Plln. H. N. 86. in. 

• Tertttl. De spect lA. 

10 PluUre. Pomp. it. pion. Casa. 88. 88. 



•. J 



: : r 



116 
nadas erau de dos clases, sagradas\^& xmasyJiUiebresl^s otras, 
dedicadas aquellas á los dioses nacionales y celebrándose en el 
circo ó en el teatro^ como estas á las manes de los difuntos y te- 
niendo lugar en el anfiteatro * . 

Es bien sabido por otra parte que el dicho edificio era com- 
pletamente redondo, compuesto de dos teatros semicirculares *, 
y de aquí traia su nombre, en cuyo recinto combatian pecu- 
liarmente los gladiadores ', aunque no siempre *, habiéndose le- 
vantado los mas antiguos de madera ', siendo el de Statilio 
Tauro el primero construido de piedra, en 524 de la ciudad, 30 
años antes de J. C. • 

Ni fué sin embargo tan solo en los funerales de las personas 
mas distinguidas donde egercian en Roma sus sangrientas fun- 
ciones estos feroces luchadores, sino, lo que era aun mas horro- 
roso, hasta en los banquetes mas caracterizados y solemnes de 
aquellos proceres de la república y del imperio. Los Campanos 
acostumbraban ya en 310 antes de J. C. á presenciar escenas 
gladiatorias en los convites con que se obsequiaban ^ mutua- 
mente y de ellos sin duda tomaron tan horrible costumbre los 
romanos, quienes á su vez, en las comidas que daban de mayor 
ceremonia, después de hartar á sus comensales de los manjares 
mas exquisitos y de los vinos mas preciados, solian hacer entrar 
en donde yacían aquellos recostados en expléndidos lechos, 
algunas parejas de gladiadores, que á su presencia se batían 
y se mataban « salpicando con su sangre las mesas del tricli-- 
nio • y hasta las togas de los convidados, que aplaudían lle- 
nos de regocijo tan bárbaro espectáculo, al decir de un pro- 
sista griego del siglo que precedió á Jesucristo •. Mucho mas 
tarde en los días precisamente en que Lucio Commodo había 
sido asociado al solio, este mismo emperador, en los festines 



1 Tertul. De 8|>ect. 7 ú 12. Virase i\ este propósito además de Val. Maxttn. f. I. 
1. á T ft Lactancio. Divin. Inst. 6. 20. Nam ludorum celebrationes deorutn festa 
aunt: alquidem obnatalem eorum reí temploruin novorum dedicationes tunt 
constltuti. 

2 Istd. Orlff. XV. 2. 34 y 35. 

3 lald. Orljr. XVIIl. S2. 1 y 2. 

4 LlT. 23. a5. 45. Liv. 91. 50, 4. Suet. Calig. 18. 

5 DIon. Ca«tf. 43. 22. 

K Dton Caas. 51. 23. Suet. Aufr. 29. 

1 Llv. 9. 40. 17. Campani ab superbia et odio Samnitlum ffladialores. quod «pee* 
taculuiu loter epulas erat, eo ornatu aruiaruut. 

8 SU. Ital. XI. v.&t 

myenit wm paito Mftgirtitt men»h 

9 Nlcol. Damas. MiUler Fra^na* "ist. graecor. 111. p. 417 edil Didot Véate tam- 
bién Strab. V. 4. 13. 



»-•. 



.JfciV\ «.■••• •'.>•*■•#■■ ■#''"J 




117 
tincs, que pródigameutc ofrecía á sus mas íntimos, cuidaba que 
se presentaran en un momento dado en los salones, donde ce- 
lebraba sus orgías, diversos gladiadores, que luchando con sin- 
gular encono se degollaban entre sí por mero pasatiempo y 
para solaz de aquellos disolutos favoritos del príncipe ^ 

Una vez implantados los espectáculos gladiatorios entre las 
fiestas extraordinarias, con que era agasajado el pueblo romano, 
no tardaron en estar en boga al par, si no siendo preferidos; á 
las comedias y á las carreras, compartiendo con aquellas y con 
estas la atención pública, pero acudiendo siempre los especta- 
dores en mayor número y con mas entusiasmo á las horrorosas 
peleas del anfiteatro *, que ú las diversiones del teatro ó del cir- 
co, aunque estas últimas fuesen siempre bulliciosas. Atendida 
la marcada predilección del pueblo por tan sangrientos com- 
bates no es de estrañar, como dice el aludido escritor cristiano 
mas de una vez por mí encomiado, que las luchas gladiatorias 
de ser un homenage á los difuntos pasasen á celebrarse tam- 
bién en honor de los vivos ' y como un agasajo, un obsequio, 
Muntfs^ tributado al pueblo por los candidatos á la magistra- 
tura antes de la elección *, ó por los ya elegidos durante su 
ejercicio, para testimoniar su agradecimiento á los tríbules. pre- 
parando su ánimo para que siguieran favoreciéndolos con sus 
votos, haciéndolos ascender en su carrera política, confiriéndoles 
cargos mas elevados '. Esta manera de corrupción electoral y 
otras muchas, que no son del caso indicar, provocaron leyes di- 
versas, encaminadas á evitarla, como la Calpurnia. la Cornelia, 



1 CapitoUn. Ver 4. 8 y 9. ^ladiatorium etiam frequentins puiroAS in cootItIo 
hatiult. 

2 Clc pro Sextio 2rt Id autem itpectaeuU irenus erat, quod oroni frecuentla 
atqae omnt (rene re hominum celebratur: quo multltudo niaxlroe delectatur. 

Cic. pro sextio 59. Kqiildem existimo nuUum teiupus esse fhH)uentiorU po- 
puU quam lUud i^ladlatorium ocque conclooU uUius, ñeque vero uHorum co- 
niUloruro. 

3 Tertul. De spect 13 lieet transierit hoc ffenus edltlonls ab honorlbus mortoo- 
ruin ad honores vlventiuin. 

4 Cic pro Murena 31. at spectaculn sunt tribuUní data et ad prandluní vulfro 
vocarl. Ibldein. ut locus et in circo et in foro daretur amlcis et trlbullbu»? Ibidem 
3Q. nunc locum ad spectandum daré? aut ad prandiuní invitare? tniniroe. Ibideni 
96. Quare nec plebi Roiuanae eripiendi fructus istl 8unt ludorum. (rladiatorum, 
conviriorum quae omnla niaiores nostrl comparavernnt. ibidem 3&. necslvlnro 
Vestalis. hulus propinqua et necesKaria, locum suum irladiatorlum concetslt 
hule, non et Illa pie feclt et hlc a culpa est remotus. Omnln haec sunt ofAcia 
necesaariorum, coromoda tenuiorum munla candidatorum. Ibidem 33. SimentHe 
rvrmpf I, nbviam candldatls Issent, ai conducti aectarentur, si ^'ladlatorlbus vuliro 
locus trlbutim, et item prandla ai vul^o eaaent data, contra le^m Calpumiam 
factura Tiderl. 

5 Pintare. Caesar. V. Kn au edilldad did César un espectáculo, en el que cou- 
bsUeron trescientos veinte pares de ifladladores. 



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tr:.rj:r. -fc":^ las :>-írs;':c.«ír? i'íl "iie*'0L«: *. la "in^-ji i.iíii«:f:ra- 
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j':"í*::e? i ^a^ia -fLeí::::-:!! la¿ -r-zi^íras tí : t^^sTririri^? i*f la T^p^i- 
hl:*a. ric-ien-:': •*! -rillaiiar i»f la 1«?t -•:*=:?•}. ixi-iT'* i iesÍLor 



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l-iá 7a :!:ci'*iizar':Ei 1 íj^ ^7»?í!T^vi1.:s ^laiLar :r:«:s *. liear} !•» 

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!;;& iH uu.ii'^.i fnr. -xi»«nr -un la"^* ii»*'i x. i a .". .iiimnii» "sm *?insf<iA. in fia 
iriAfT^T A.iad iiifnatft iifi;*i.i:iUT:& ri'^U i'f lueixa ^ric ui:>^j^u. Jiiia. Jaaik HL ^ •vs^ii- 
n ie!-"if«j*a4ix»»n "H -*• rmrHü.iin ih -ístií i:á;i«'^ir.im. mr^nnuu rin -yn ■•» ^■ifniu.'jitii 

*i»«s«« r'.in'".i:?a le i^Ji^r -uní*' 'lu fi x^f.iX' '?i fi.a rasnvnuip iiii«iui]u -füciuüfi» 
Itf ^'■■y ■■ifitcmiitf-i I fr -r^ «"MUf liun.Mir lilntaii:» LUii n Ufa. 

i.Jk ft^ "ulitá iriiiii»* Zí ii;r iaj*ri T'i.in rtir^t^iii -«'.i Ct I. -O uíom te 

.- r.. .!na«in:a iaif!n:&2> i o:* r^.xiLiLi::.'4 rjr-*i.ir;:r>«« 14 ü "jiu&aini ues idim M 

le^tinm. Hi?. iri 4 :rsn. SL :z. riuii rúa», rr. *• 

;.¿ *•-- 'MI tf ii« iixA ii-M 1 1 i i ur-Lsoj r:sr:ir í-i 1 •»* i'iH iiiniMsnt ««rro 
"*Na..M:fj •!- *:i—"ir*-i í ■ -i ..r-.i.-r r-i;;..; i ■•- ii.i^'<:-i" ir-i r-ni :i it«nii w Ji- 
':kiii*L".iuui liir^ i»it.*»ir*r;isí i-.t v I'-j i.íii^ .n:ii. "is-^ •. •• ín m^ r:Mnaiw fe# 
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■«r «^Tt'. «i:ii":n: up- «i- v.ia. •■. » i»'p - i**»-»;. '^l■•^ k i x. íTi. » #1.- «••« «» 

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Tía ni'ui.'Ut:. 
" r:i;. u» liña. 7.. •"" *Ui?r. ^«íri. % 




fíace observar íriedíánáer cñ M capítu lo sobre íos Juegos, 
incluso en el Staatsterwaltung de Marquadt, que ha sido el pro- 
fesor Bücheler, fijándose en un pasage de Ennodio, cónsul en 
511 y obispo de Pavia mas tarde,, pasage que se encuentra en su 
conocido panegírico de Theodorico \ quien dio á conocer que 
en 649 de la ciudad, 105 antes de J. C, los dos cónsules Publio 
Rutilio Rufo y Cayo Manlio fueron los primeros que ofrecieron 
al pueblo espectáculos gladiatorios en razón de sus cargos, coli- 
giendo que semejante innovación había sido realizada con un 
fin puramente militar, apoyándose en otro pasage de Valerio 
Máximo, que con el de Ennodio se relaciona '. 

Sin embargo, el ilustrado profesor de KOnigsberg concluye 
por convenir en que al comenzar el imperio aun no tenían estos 
espectáculos carácter oficial, como las demás fiestas fijas, y que 
Augusto encomendó á los pretores la dirección de los combates 
gladiatorios, como festividades extraordinarias ^, habiéndolos 
ofrecido el mismo soberano á nombre de sus hijos en los quin- 
quatrus •; que Calígula reprodujo la decisión de Augusto respec- 
to de los pretores '; (juc en los días de Claudio fueron los cues- 
tores á los que se encomendó la celebración de las luchas del 
anfiteatro costeadas de su bolsillo particular ^, disposición dero- 
gada jpor Xeron ^, y reproducida por Domiciano •, apareciendo 
aun en el calendario de Philocalus^ que se remonta al 354 de 
nuestra era, designados los dias2, 4, 5, 6, 8, 19, 20, 21, 2:) y 24 
de Diciembre como en los que anualmente debía tener lugar 
esta clase de espectáculos •. 

Las diferencias entre ambas fiestas circenses v escénicas res- 



1 Eoood. Paoeff. in Th^odoríe. e<l. liertel p. 18S toI. vi. Corp. Sciipt Reelei- 
siast. Viodobon. RuUlluin et Mtnllum compeiimus irladUtorum confllctum 
mairi9trmnt« popull» providentla contulltse, el lnt«r theatmlM caYeat plebs dlu« 
turna tnce posoemia quid in acie irerereiur airnosceret. 

t Val. Max. y. 3. t. .\riuoruin tractandorum mediutlo a P. KutlUo consule On. Ma* 
IH colleira militlbua est tmdlta: la enim nulUus ante ae imperatoria axemplum 
aecutua ex ludo c. Aureli Scauri docU)rtbua ffladlatoruní areeaaltla vltandi atque 
Inferendl Ictua aubtlliorem ratlonein lettionlbua inireneraTlt virtuteroque artlet 
rurauM artem Tlrtuti rolKcult. ut lUa ímpetu huiua fortior, haec iUiua aclentla 
cautior fleret. En el Knltome de lanuario Neponciano ed. Kempf. X. Sf. ae aoa- 
tiene la lección On Hall de loa códicea de Val Max. en vex de la de loa ma- 
nuacrltoa de Bnnodio uamium, que ea la de Caaaiodoro, mlentraa la otra ea la 
de loa fVM#o« M*^no» y la del Ckronk^ PtckmU. Véaae el C. I. L. I. p. 5M j 937. 

8 Dion. Caaa. SI. 2. 

4 Dion. Caaa. 54. 9^ Sobre la etlmoloirfa de eata palabra véanae Varr. L. L. 0. 
11 Peatua. ▼. Qulnquatrua, Oell. N. A. 2. 31. T üTld, Paat. III. v. 810 á 814. 

5 Dion. Caaa. 80 U, 

8 Tacit. Hiat. Xt. tt. Suet. Claud. tt 

7 Taclt Hiat. XIII. &. 

• Suet Domit 4. 

f C. I. L. 1. p. SS6w 







. _ I- • 



A9k 



.\ 



\* I 









'120 

pecto de las gladiatórias ya quedan indícacías, aquellas, enn 
necesarias^ consistian en representaciones y en juegos circen- 
ses, mientras estas fueron originariamente y por mucho tiem- 
po rohmíarius^ y se reducian á combates reales en el anfiteatro; 
las primeras figuraban como fijas en los calendarios de la Ciu- 
dad con la indicación en algunos de la subvención, commituntur^ 
con que el Erario ayudaba á los magistrados, editores de ellas, y 
las líltimas no tenian dias señalados para su celebración, que 
eran determinados por los que las daban *, no siendo subvencio- 
nadas por el Estado, hasta que á la caida de la república entra- 
ron á formar parte, aunque en pequeña escala, de los ludi nece- 

sarii *. 

Fué verdaderamente con los Césares con los que se desbordó 

la incomprensible insania de los espectáculos gladiatorios. Dié- 
ronlos al salir á campaña los emperadores * y en determinados 
aniversarios ^, mas ó menos solemnes', gastando en ellos sumas 
fabulosas. Mientras en 212 antes de J. C. se invierten en las fies- 
tas Apóli)iarcs^ 12,000 ases • y en las votivas del 179 antes 
de J. C. 20,000 ^, dos siglos largos mas tarde en el 51 de J. C. 
se subvencionan las mismas ApoUiiiares con 380.000 sestercios, 
las plebeyas con 600,000 y las llamadas romanas con 760,000 • 
en tanto que en 102 de J. C. Hadriano, siendo pretor, recibe 
de Trajano 4,000,000 de sestercios para atender á los costos de 
los festejos públicos ^, tanto liabian crecido los gastos de los 
espectáculos con el aumento de las fortunas privadas *•. 

Las fiestas gladiatórias duraban en Roma y en Italia ya 
dos **, ya tres **, ya cuatro •', ya ocho dias •*. Trajano después 
de subyugados los Dacios ofreci<) al pueblo 123 dias de com- 
bates gladiatorios **, y Gordiano primero siendo edil dio uno de 
estos cada mes de los doce del año de su magistratura *•. 

1 Suet. Tit. 8. non ad suuní sed ad apectatiiim arbltrlum. 

2 c. I. L. I. pair. 378. 

3 Capítol. Maxim, et Balb. 8. Unde aiiteni mos tractus Bit, ut proflclseentet ad 
beUiim iiuperatores munus gladiator i uui et venatua darent. 

4 Suet. Claud. 21. 

& C. 1. L. 1. p»g. 3:9 y siguientes. 

Liv. 25. 12. 42. 

1 Llv. 40. Í2. I. 2. 

8 C. I. L. I. pag 328. 

• Spartian. Hadnan. 3. 8. 

10 Val. Max. 2. 4. C 

11 1. N. L. 1501. 
IS I. N. L. «'06. 

II I. N. L. 4080 y 257^. 

14 CiC. ad Attic. XII. 2. 

15 Dion. Cass. «8. 15. 

10 Capltolin. Oord. S 5. 



•?AiV "jI-" u«-^ f» .....»,.■.» "« ,";; t«r;«^»¿j¡i 




Se presentaban á batinte eu íjeinejaute elapso Jo fiestas tres 
parejas \ cuatro *, veinte ', treinta *, y cincuenta *, según la 
importancia de la población, secvndvm dicnitatem colqniae •. 
En Roma el emperador Trajano hizo pelear en la arena diez mil 
gladiadores en los cu atro meses que duraron las que ofreció al 
pueblo después de su última campaña dácica ', de que acabo de 
hablar; y en la edilidad del primer Gordiano, antes de mediar el 
siglo tercero de J. C, llegaron á luchar en cada festejo men- 
sual hasta quinientas parejas de gladiíidores y nunca me- 
nos de ciento cincuenta •. 

Ya Julio César había aterrado á sus enemigos políticos con 
los gladiadores de que disponía, habiendo exhibido en un espe<!- 
táculo, que costeó siendo edil, trescientas veinte parejas *, y 
dando ocasión á una ley por la que se fijaba el ui'unero máximo 
de estos combatientes, que podia poseer cada particular •*. Mas 
tarde en titMupo d(í Augusto se encomendé» el cuidado de los 
juegos gladiatorios á los pretores con una subvención del Era- 
rio; pero moderando los gastos con arreglo á la fi>rtuna particu- 
lar de dichos magistrados, ordenando (juí». cuando mas, diesen 
dos fiestas de esta clase en sus respectivas anualidades previa 
la autorización del Senado **. 

Por su parte Tiberio no dejó también de n^priinir 1í)s cuan- 
tiosos dispendios de tales luchas, reduciendo á la vez en los es- 
espectáculos el número de panojas gladiatorias. (pie delícrian 
salir á la arena •*. 

Pero estas medidas fueron ineficaces cuando s(» \'u\ el mal 
ejemplo de Trajano, (|ue provoca nuevos derroc]i'»s de fortunas 
en tan sangrientos combates como antes el de NiM'tni, (|ue hiz<i 
cubrir de ámbar los nudos de las redes, (|ue se tendían para evi- 
tar que las fieras saltasen á las gradas de los espectadon»s, las 
armas de losíjue iban á combatir, tmlos los enseres y hasta el 



1 I. N. L. t'*m, 

2 l. N. L. r^^i. 57«>. 

3 I. N. L. 47Í5Í. 

4 I. N. L. O». 

5 1. N. L. ^\n. 
A I. N. L. 4»I0. 

•; Dlon. Cas*. *». 1\ 

8 (*aplt. Oordian. 3. 

9 1*1 ul. Caen. V. 

10 Suet Cae». !0. 

11 Dios Cass. 5t. 2. 

It Suet. Tih 31 ludornm ar mun^nira impeniiaft corrtpuit. mercedlbut tce 
ulcoruin recisi», paribu» ifladiaturum aü cenuní uunieniui re<tuctia. 



ftMvtr\> mismo ou qii-* debían ser conducidos al spolíarium 
loH pbdiadori^. %luo morían en la refriega *. 

I, a r^M'ormA d'«> Mínroo Aurelio Antonino está plenísimamente 
justifioadA. ^xVíiwt^iito que debió ser muy pasajera al ver el 
o\\vsivo ATvixvr hn^^^ huo su hijo Commodo se entregó á este eger- 
oioio iuti^m^wt^í' l^^ dispendios ya citados de Gordiano primero, 
^uit^n A JNv^*^ '•í^ uunliar el tcrc3r siglo presentó en Roma mil 
dt\?^'*>i'^'í^tA'^ ^^^Jiadores vestidos con trajes cubiertos de oro *. 

Va^ '»y%>«!UNÍ^utes de las provincias no dejaron de llevar á sus 
^\v^\^ñX^ví^ jrvibiornos tan celebradas fiestas, con cuya ocasión 
^•^ vv\\V^\VsV*rvm tales abusos que en 57 de J. C. el mismo Nerón 
iv.NN>¡^>^v^ ^ Kis que obtenían alguno de aquellos mandos dar en el 
t,V'>'^TKvr^v^ do su jurisdicción luchas gladiatorias ni de ñeras, por- 
^;^ s ^lisv tnl pretexto agoviabau á lo-; pu:^blo.^ con grandísimas 
^\\^>v^ouo<, que para costearlas les iniponian '. Pero semejantes 
v\\xiri\VÍoues fueron infructuosas puesto que de tiempo atrás 
\\>u^» formándose el gusto de la plebe por tules combates y nna 
\ví dn.lo el impulso era imposiblo poner coto á los festejos del 
^otUoatro, á donde acudían ansiosos y en tropel los pueblos de 
vloutro y fuera de la Italia, sin que pareciera que se saciasen 
uuuca de ver corr.M* la sangro humana, i)or más que los rindiese 
A ojusaucio do tan rulos o-ipectáculos, trayendo de continuo á 
la uiomoria la gráfica descripción de Mossalina debida á Juve- 
\\x\\ *, nacido un año antes quo aquella fuoso asesinada *. 

V tanto ora así que en la misma poninsula Italiota los decu- 
riones al ser elegidos para formar parte de la curia •, los edi- 
h*s ^, los duumviros*. algunos aun después do serlo, por compla- 



1 piin. n. N. xxxvn. 43. 

2 Treb. Pollion, OaU. 8. 3. mille ducenti jrlad i atoren ponipaUter ornatl eum 

aiir.it 8 vestibus matronaruiu. 

3 Tacit. Aun. 13. 2J edlxlt Cu*sar netiiiis niairistratus aut p-ocurator in pro- 
vincia. c|uaiu obtineret, 8pecta«-uluin ;riadiatoriuiii aut ft^Rirura au% quod ailud 

ludícrum (*deret. Naui ante non uilnus tail lar^^itiono quaiu corrlpiendlH pe- 
cMiniH Kuiectos adfli^j'ebant dum qua» libidlno deilnquerant, ambitu propnir- 
naut. 

4 Juven. Sat. VI. v. 130. 

pt lassata viris nocduin saciata recesslt. 

5 Taclt. Ann. II. 26 y 3h. 

C I. N. L. r»(^. Qy« OB HONOREM DECVR EODEM ANNO QVO FACTVS 
EST CLAD. PARIA XXX ET VENATlONEM BESTIARVM AFRICANAR EDIDIT. 

7 I. N. L. fl23. AEDLITAT SPECTACVLVM CLADIA'/onimj CIRCENSIVM 

DEDIT. 

8 I. N. L. 4':68. ET POST PAVCOS MENSES DVVMVIRaTV SVO ACCEPTíS A 
REP. HS XIIIX f) VENATION PLENAS ET CLADIATORVM PARIA XX EDIDIT 



■*» 







123 
cer al pueblo *, y los mismos quinquenales *, durante el ejercicio 
de sus funciones ofrecieron á sus electores fiestas de este peñe- 
ro, algunas de un lujo inusitado en las que no holo combatieron 
veinte, treinta y hasta cincuenta parejas «^ladiatorias ' sino que 
también se hicieron luchar fieras salvajes ^, traidas alg'unas de 
ellas del África *, y hasta toros bravos derribados jyor tíntrncen" 
tas •, á la manera de Tesalia introducida en lioma ^, así ccuno 
lidiados otros por taurarios •. 

Los anuncios de tan espléndidos festejos se escribian en hc- 
jas sueltas que eran repartidas* y se copiaban sobre los muros de 
algunos edificios con tinta negra <> encarnada •*, acompañando á 
veces estos avisos con toscos dibujos representando algunas es- 
cenas gladiatorias ** y, consignando á veces que se ofrecía 
el espectáculo en honor de la casa im])erial •* ó del soberano 
reinante *'. Kn ocasiones se hizo constar en tablas puestas en 
alguna basílica la memoria de la fiesta gladiatoria dada por al- 
gún personaje ** así como se ha conservado sobre el marmol el 
recuerdo del número de gladiadores muertos en uno de estos 



I I. N. I.. ICWa. QVOD MVNVS CLAD POST HONOR. íí VIR EDIDISS POSTVL. 
POPVLO. 

í I. N. L. (hOC. HIC OB HONOREM QVINQ:. SPECTACVLVM CLAD «TRIOVO 
DEDIT. 

3 I. N. L. o^. zm 4oia. xar», paria cladiat. l- dedit. 

4 I. N. L. n?. 25(». 4írn. 

:. I. N L 4T*W. 

<l PUn. H N. )^. 1H-2 Thpsftniorum (r<>ntiR inventumi est equo iuxta «itiadripe- 
dmitP eorum Intorta cervlco lauros iierare. 

7 SuPt ri:iu«l. íl praetproa Thesalos píniites. qui feros tanroH per sputta clr- 
cl a^unt lnsilitiiitc|tití clefensos et ad terrain corniliiis detrahiint. 

8 I. N. L. 7T,K SECVNDO DVVMVIRATV QyiNQ_.... TAVROS TAVRARIOS... 

CLADIAT PAR XXXV... TAVROS TAVROCENTAS. 

I.os ln^'lPS»*R lian ctín^ervado de los romanos la» carreras de raballoi* y los 
atletas, como n«»«s'itros.el derribar re>es y l;is corridas de toros, üln que a(|ue- 
lias prosperen en la península, ni estas fuera de ella, ni el pui:^ilatn en otni 
parte nue en la culta Alhion. 

9 ovld. Ars aiuundi. 1. v. 4(n dum loquitur tan;rit(iue luanus. |»oscitque II- 

K» r" I. I.. IV. :it:. nso. \\k\. iiav ii*» iirt». udo. yjck 

11 C. I. L. IV Í.V. 7^. 1182. l-WI. 1121. \\7X 1171. 

12 C. I. C. IV. 1196. PRO SALVTE DOMVS AVC 

13 C. I. L. IV. 1180. PRO SALVTE... CAtSARIS AVC \, N. l. 4010 QVOD PRO- 
SALVTE et IN3VLCENTIA IMP. ANTONINI PII FELICIS AVC ET EX VOLVNTATE 
rOPVLI MVNVS FAMILIAE CLADIATORIAE EX PECVNIA SVA DIEM PRIVATVM 
SECVNCVM DICNITATEM COLONIAE EDIDERIT. 

14 I. N L. 4139. BASILICAM IN QVA TABVL KVNERIS AB EO EDITI PGSIT. 
SVNT. 



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124 
combates *, que ascendió á once. En algunos de los programas 
de semejantes fiestas que hasta nosotros han llegado, se ha 
añadido después de celebradas, el gladiador que salió triun- 
fante, v¿c/7, el que por su bravura fué sacado de la arena cu- 
bierto de heridas; pero sin ser vencido, híssus, y el que muri<) 
á manos de su contrario, verií *, existiendo leyendas murales 
en las que se da cuenta del combate de dos gladiadores, indi- 
cando á qué sección pertenecía cada uno, sus nombres, sus 
clases, el número de luchas que habian tenido y si en la última 
habian salido vencedores ó vencidos '. 

En verdad que maravilla el considerar como los escritores 
mas serios de algunos paises extrangeros muestran tal des- 
conocimiento de nuestras costumbres de actualidad, dejándose 
arrastrar por la corriente del espíritu superficial que los em- 
puja, hasta el punto de hacer sin titubear las afirmaciones mas 
estraüas, como la que se aventuró á estampar un filólogo é his- 
toriador distinguidísimo, asegurando con el mayor aplomo que 
en los combates gladiatorios morían menos gente que en nues- 
tras modernas corridas de toros ^. Parecó imposible que eru- 
dito tan ilustre haya podido hacer estampar en letras de molde 
tamaña vulgaridad conociendo como conocía todos los pormeno- 
res de a([uellas sangrientas fiestas, que hicieron decir hace tres 
siglos al cél(»bre profesor holandés Justo Lipsio, con mas exacti- 
tud que el erudito francés, que se culpaba á Xeron y Caligulo 
})orqiu\ Uceados del miedo ó de la ira, qnitaron la vida á algunos 
centenares de /tornbres, cuando cualquiera dt* los que daban esj)ec' 
tácalos gladiatorios /tacia morir, Jestejando al pueblo^ d masdr 
mil en menos de un dio ^. Bastarla traer ;i la memoria un couo- 
cido pasagc de Cassio Dion, en el que s(* refiere como en uno de 



4 I. N. L 4063. HIC MINT. DIEBVS lili EDIDIT PARIA XI EX HIS OCClD. 

OLA PRIM. CAMP XI VRSOS QyOQVE CRVDEL OCCIDIT X. 

2 C. I. L. IV. \m, ll>}. ?jOH. 

3 C. I. L. IV. 2387 T(/irr.r) munniiio) PINNA NIIRONIANVS {¡mgHavil] XVI 

\{ÍCH) COLVMBVS LIBER7iI:c) {piHJliarU] LXXXVIII. p>ri7.) 

4 Lenormant, Gazette deBeaux arts. XVII. 483. satif dans certaines occasionii 
les ffladlateunt, pesamiueni ariiitM. • oinbattaieiit coinine les condottteri du XV.* 
«tecle, et ron tuait moitis de monde (ine dans les couriieii de taureauxaiiJourd*hul 
Keiuach, Manuel de Pliilolu^^ie classique. Tome second. IMl p. 251 «202 cita este 
pasaffe como apoyándolo. 

5 Llpslus Satura. Serm. I. XII. Heu mores! Neronem culpamos aut Calimilaní 
qul centum aliquot homines vita iuterfecerunt ira seu metu: ecce unua editor 

nomines supra miUe ludens, iuterfecit, et die non toto. 



r 



»v *■ . . - ■*':»V^.»*í» •■. -í i '."■•■ ■ , '^»' 



125 

los suntuosos espectáculos, que Doniiciano ofreció al pueblo, pe- 
learon escuadrones gladiatorios de á pié y de á caballo, mu- 
riendo no solo casi todos los combatientes^ sino también muchos de 
los esj)cc(adores *. 

Pero volviendo á la gladiatura, seguiré diciendo que no bien 
hizo conocer el pueblo romano su entusiasmo por estas mono- 
uiaquias *, se dejó sentir la necesidad de i)roveer de luchadores 
h,arena^ ya se estableciese en el foro ó en otro lugar cualquiera, 
antes que se hubiera levantado el primer anfiteatro de piedra. 
La esi)eculacion desde luego acudió al remcílio, creando com- 
pañías gladiatorias á las órdenes de un lanista^ que cuidaba de 
la educación y sostenimiento de la Ininda, de la que en las oca- 
siones que se presentaban ahjuilaba las i)arejas, que se le pe- 
(lian para que combatiesen en los funerales de los proceres, en 
los festines d(» los poderosos ó en las fiestas, que los políticos 
ofrecian voluntariamente á sus electores. Fué mas tarde cuando 
pstos comenzaron á tener también gladiadores de su propiedad^ 
siempre dispuestos á servir en cualquier terreno á su señor, 
no para es]>ec*ular arrendándolos, sino como elemento ¡«ra 
atraerse la voluntad del cuerpo electoral. 

Kl gladiador, como ya he dicho, lo era por su voluntad, cuando 
s<» dedicaba á este oficio vil espontáneamente, ouctoratus. por 
impt)sicion de su dueño, siendo esclavo, y por precepto déla ley. 
cuando alguno era condenado ad hulmn '. Formaban compañías. 
fatniliae gladiatoriae^ que estaban bajo el dominio de i)articu- 
lares, (|ue las sostenian con fines políticos, como acabo de decir. 
\\ de especuhidores que eran los proveedores <le esta tropa en 
lo.i espi»ctiiculos, que algunos magistra(h>s estaban obligados 
por su cargo á dar al pueblo como también d<»jo notado. 

Para ser gladiador era indispensable someterse en absoluto á 
la voluntad del lanisía * y por eso prestaban un juramento es|M*- 
cial de i\\\v ha conservado memoria Petronio *, fonnalida<l á que 



1 I>Jon. CasH (H. ^. 

9 ric. pro sent. 58. 128 id spectacuH geiiu». .-. quo Diumtudo muxlme üelec- 
Uliatur. 

3 l»oiil. s<»nt. V. n. 2. 

4 JuTcii. Sat. XI. V. 8L 

Bcriptiinif Ifires el rerla v^rtM lanisUe. 
r» petron Satyrl«*. XVt <CXVin id verUa F.uniolpl aaeramentum ioraTimut arfl. 
vhiceri. Tirberari, f^rroqne necaii, Pt quidquiü aUut Bumolput lutaiaaet tan- 
quaiu le^Umi irUdlktores domüio oorpora animas reUgioalftime adielmua. 



128 
66 sujetaban también los auctomtos^ porque, como es sabido 
durante los combates del anfiteatro, todo el que mostraba temor 
de batirse /ira obligado á hacerlo por medios violentos *. 

En la época republicana llegó á ser tanto el número de gla- 
diadores que poseyeron algunos particulares, elevados á deter- 
minadas magistraturas populares, que inspirando recelos de re- 
vueltas, provocadas por tan desalmados elementos, se redujo, co- 
mo ya he referido, la cifra de los que cada uno podia mantener, á 
un limito prudencial ', á pesar de cuya reducción y á causa sin 
embargo do ella César, cuando fué edil solo pudo ofrecer á sus 
favorecedores un espectáculo en el que lucliaron seiscientos 
cuarenta gladiadores*, como llevo tan i*cpetido. 

En vano fué que el 22 de J. C. se decretase que á nadie fuera 
permitido dar mas de dos espectáculos gladiatorios al año, pre- 
via siempre la autorización del Senado, y presentando lo mas se- 
senta parejas de combatientes *, cifra que volvi(i á fijarse en 
tiempo de Tiberio *, necesitándose á veces un permiso espe- 
cial aun fuera de Roma para extralimitarse ^ de lo ordenado 
respecto de estas fiestas, porque vino Trujano y después del 
triunfo de la Dacia dio en 107 de J. C. ciento veinte v tres dias 
de espectáculos on Roma donde combatieron diez mil gladiado- 
res. Después do semejante prodigalidad do sangre y de dinero 
parece ya muy exiguo, que Hadriano con frecuencia ofreciera 
al pueblo tales vistas una de * las cuales durase seis dias •. Ni 
aun causa tanto asombro cuando so conoce la manera de derro- 
char del sucesor do Xorva, que Gonliano primero durante su 
edilidad diese ai pueblo romano doce fiestas gladiatorias una 
por cada mes do su magistratura, cu las que á voces combatieron 



I Horat. Sat. II. •;. v. 58 y 50 

Quid Inferí iirl, virtris ferroqii»» nocarl 
auctoratiis eas an tiirpl cHiisu» iii arca 
Aero In Horat. Sat. II. 7 v. rv^. iiain i:la(1iatore.s ita se venüent et cautionem 
faclunt, uri flamiB. vlrpls Fecarl. ferro necari. 

V Qiiint. neclam. IX. 6. fremehant ut)i(|ne artparatiis inortiK. hic ferrnm ame- 
bat, lile accendebat ii.niibu3 laminan. Iitiic virirae. lude fla^ella adfprelKiiitur. 

3 Stiet Caen lo Aedilis .... adiecit InRiiper Caenar etiam irlarliatoriiim mimiis. 
sed alicuanto paiitioribus ciiinm destinaverat pariluis: nnin cuia multlollci 
iindique familia coniparata iniroicos exterruisset. cautuní est de numero glaüia* 
toruin.qiio ne inaiorem euiquain habere Roroae liceret. 

4 Plnt Caea. V. I. 

5 Dlon. Cas». 51. 2. 

6 Suet. Tib. 3V paribusque irladiatonini ad certum numeruiu redacUs. 

7 Tacit. Ann. 43. 49. Non referen) vul^arlnslmum senatu<c>nRuUuin. quorlvi- 
tati Syracusauorum egredl numerum edendls ffladiatoribus flnitufu permute- 
batur. 

8 Spart. Hadrlan. 19. 8. gladiatores ftequentar speetavlt. 

• Spart. Uadrlan. 7. 12 gladiatorium munus per sex dies continuos exhlbutt 



rp^r-'-f^ ¿-"¿^ > r • ;■ " ''h '■ '.^'"■■."y^^if'^^ff^-y^'tyy- :--'^'':': y- '^ .■",'* í'^}:(p:í'T*"^^.i^.k. •■* •■ 



125 

los suntuosos espectáculos, que Domiciauo ofreció al pueblo, pe- 
learon escuadrones gladiatorios de á pié y de á caballo, mu^ 
riendo no solo casi todos los combatientes^ sino también muchos de 
los espectadores *. 

Pero volviendo á la gladiatura, seguiré diciendo que no bien 
hizo conocer el pueblo romano su entusiasmo por estas mono- 
maquias *, se dejó sentir la necesidad de proveer de luchadores 
hiareyía^ ya se estableciese en el foro ó en otro lugar cualquiera, 
antes que se hubiera levantado el primer anfiteatro de piedra. 
La especulación desde luego acudió al remedio, creando com- 
pañías gladiatorias á las órdenes de un lanista^ que cuidaba de 
la educación y sostenimiento de la banda, de la que en las oca- 
siones que so presentaban alquilaba las parejas, que se le pe- 
dian para que combatiesen en los funerales de los proceres, en 
los festines de los poderosos ó en las fiestas, que los políticos 
ofrecían voluntariamente ü sus electores. Fué mas tarde cuando 
estos comenzaron á tener taml)ien gladiadores de su propiedad, 
siempre dispuestos á servir en cualquier terreno á su señor, 
no para especular arrendándolos, sino como elemento para 
atraerse la voluntad del cuerpo electoral. 

El gladiador, como ya he dicho, lo era por su voluntad, cuando 
so dedicaba á este oficio vil espontáneamente, onctoratus. por 
imposición de su dueño, siendo esclavo, y por precepto déla ley, 
cuando alguno era condenado ad ludnm '. Formaban compañías. 
familiac gladiatoriac^ que estaban bajo el dominio de particu- 
lares, que las sostenian con fines políticos, como acabo de decir. 
() de especuladores que eran los proveedores de esta troi)a en 
lo.í ospoetáculos, que algunos magistrados estaban obligados 
por su cargo á dar al pueblo como también dejo notado. 

Para sor gladiador era indispensable someterse en absoluto á 
la voluntad del lanista * y por eso prestaban un juramento espe- 
cial de que ha conservado memoria Petronio *, formalidad á que 



1 D>on. Cass. (H. 8. 

2 cic. pro Sest. 58. 128 Id spectacuU genus. ... quo multitudo máxime üelec- 
tabatur. 

3 Paul. Sent. V. n. 2. 

4 Juven. Sat. XI. v. 8L 

Bcriptnrus leires et reírla verba lanistae. 

5 Petron SatyrK 117 (CXVin Id verba Rumolpl sacramentum lurmTimu8 uri, 
vinceri, verberar!, ferroque necari, et quidquid aliut Eumolput lusslasel tan- 
quam leglUmi irladlutores domino corpora animas reUgiosisslme adleimut. 



I fc. 









ÍÍMÍ 

Es cosa bien saí)í(ía que cada gíaáíaáov pocíía saíír de aií 
combate ó vencedor, ó vencido, ó ni vencido, ni vencedor. En 
este último caso, si ambos adversarios se habian portado cou 
denuedo y, aunque cubiertos de heridas se sostenian en pie lu- 
chando sin darse por rendidos, el pueblo pedia que cesase el com- 
bate, abandonando uno y otro la arena con la misma conside— 
ración de esforzados * . 

El que por contra era vencido al caer dejaba el escudo y 
alzaba la mano izquierda, que era la señal de pedir se le conce- 
diese la merced de la vida *. 

El pueblo intercedía para que no S2 le hiciese morir levan- 
tando en alto el dedo pulgar, como según Friedlánder • aparece 
en un mosaico descubierto en CarciUargues *, ó clamaba para 
que se le rematase, volviendo el mismo dedo pulgar para abajo 
según la frase gráfica de Juvcnal verso pollice *, ó la de Pruden- 
cio converso pollice •. 

El munerario que daba la fiesta, accedía al deseo del pueblo y 

su voluntad se cumplía •. Cuando el emperador era el que la eos - 
teaba acostumbraron Iqs gladiadores en alguna ocasión determi- 
nada á saludarlo al presentarse en la arena con la conocida frase 
conservada porSuetonio: hatc impcrator, morituri tesalutant •, 
y en estos espectáculos era donde á una señal del soberano, 
como editor^ se hacía morir ó se concedía la vida al vencido •. 

\ Harcial, ut fertur, Despect. 29.3. 

ml8slo 8aei>6 vlris ina^o clamore petita est. 

2 Marcial, ut fertur. De spect. ^. 0. 

Lex erat, ad di(?ituni posita concurrere parma. 
Hay un arnffito de Pompeya reproducido por Garriccl. (Oarrucci. Grafflti de 
Pompeitab. XI que corresponde al c I L. IV. U2t tab. XXIX 3 donde no se eopla 
el dibujo) en ei q e se ve un gladiador que habiendo arrojado al suelo el es- 
cudo tiene levantado el brazo y i.-i mano izquierda en demanda de (rracla. 

3 Kriedl&uder. Darstelunirer aus der Sitten^erichichte Koms lib. VI. cap. III. ]U 2. 

4 Senec. De tranquilitate II. Alter resplciensad ciamantem populura símil- 
flcat nlhil esse et futercedi non pattitur. 

5 Juv. Sat. III. :Wy Ti. 

muñera nunc edunt et verso pollice \u\fi\ 

quem libet occidunt populariter 

ff Prud. Contra Symm. II. v. 1(K<> a 109o. 

consurglt ad ietus 

et quotieus victor ferrum iug'ulo Inserit, iUa 
delicias ait esse suas. pectusque iacentis 
viriro modesta iu: et converso pólice rumpi. 
Bt horrorosa esta pintura de la modenlt éunrtlia que contrilm^e, rohtenéú k me im 
mhijo ti p'itgar, ñ qn» 'i<'*ari«t<f« ti perho dfl ftladia^or herido y que ruando c# «f reno'éfir ri 'tmr 

Ut 9»pada en la vufrular de su contrario inerme ya y postrado ctriaiM, satttfeehm 
que aqu *! detalle muga »u» delician 

PlTn. H. N. 3d. 25. refiere que era un proverbio el decir que se íaToreeia 

oprimiendo el pul^r.—/*o< /•»•«, cum fammu», premere etiam prortrbio tubemur, 

7 Cic. Tuse. II. 41. mittiint (irladiatores) etiam vulneribut confectl ad dómi- 
nos qut quaerunt quid veiint, si satis ii>» factum sit, se velle deeuinl>ere. 

8 Sueton. Claud. 21. 

9 Ovid Pont I!, a 58. 

Ifarcial, ut fertur. De spect 29. 8. 

led Caesar le^i paruit Ipse sune. 



»' 







^ » 



» ■ ' 



£n verdad que causa ací miración sí se considera el aparato 
con que estas fiestas daban principio y los horrorosos detalles 
con que terminaban. Adiestrados previamente los que debian 
combatir, como he repetido, en escuelas especiales, ludii *, bajo 
la enseñanza de maestros, que los habia de todas las armas * 
en cada sección de dichas academias ', eran alimentados con 
una comida especial llamada sabina ^ y sugetos á los cuidados 
de un médico titular ', que antes de cada combate vigilaba por 
la conservación de la salud de la Jamüia gladiator ia y después 
de todo espectáculo atendía á la curación de los heridos con 
medicinas especiales para restañar la sangre *. 

Como poco há indiqué, por medio de programas que se escri- 
bian en hojas sueltas y se hacian circular ó se estampaban so- 
bre las paredes en los sitios públicos, á veces con tintas de co- 
lor, se anunciaba el dia en que debia tener lugar el espectácu- 
lo ^, añadiendo en ocasiones, sin demora alguna ', ó haciéndolo 
depender del tiempo •, manifestando también el lugar donde 
debia celebrarse, que era por lo general, sobre todo desde 
que comenzó el imperio, en el anfiteatro *•. EiK>ca hulx) sin 
embargo, como se ha visto, cuando empezaron estas solemnida- 
des, que se verificaban tales combates junto al si'pulcro mismo 
del pnicer en cuyo obsequio se daban **; pero muy luego so 
trasladaron, como también se ha indicado, al foro *'• habiendo 
tenido lugar en la época imperial en los cercados del campo 



I Hlnehreld. Untenuchunflpen auf dem ffebieta der Ro«mltclien Venraltun^i 
iretcliichte p. 1*79 y siipiicntea habla de laii ouatro eaoueíaa especiales estable- 
cidas por DomidanO Imdun maamun, Imiun gallieu». Iméut éneicu*^ luéun mnimtimmn, 

S Cié. De Orat. ill. 33. Mairfster hio Saranltlum sumina iam senectute est. 

% isid. Oriff. XVIII. as. I. Kt indeludusRladiatorlumdlctuiD,f|iioln eolUY^uea 
usum armorum diverso motu condiscant ut modo inter se aut (rladiis .lut tiiiir* 
nls ceruutea, modo contra bestias sucedentes ubi non odio vei praemlo illectl 
aubeunt ferale certamen. 

4 Tadt. Hist. % 88. sInRulis ibi militibus Vitellius paratos eibos ut gladla- 
toriam sa^uinam dirldebat. 

5 orelli. 2551. Claudio A^tocles, liberto de Auirusto, médico de la Academia 
matutina biso (este sepulcro) para sf, para Claudio, lanista del emperador, para 
Primitiro curador del Bspoltorio y para Thelesforo orladiadon retlario. Seales 
la tierra liirera. 

Entonces los mMicoi alternaban en bien modesta per no decir ruin socie- 
dad, siendo muy poco considerador por su egercicio mismo y por su hnmildi* 
sima posición social. 

a pnn. H. N. 16 18r>. 

7 c. 1. L. IV. 1185. 1186 et passim. 

8 C. I. L. IV. 4180 SINE VLLA DILATlONE- 
• C. I. L. IV. 1196. 

10 C. I. L. IV. 1421. AD AMPHITHEATRVM. 

II ytty, ad Aeu X. t. &I9. 

12 VirtruT. Arehit 5 I. llallas rero urbibui non «adum étt rationé faeiendum, 
ideo quod a maiorlbiu eontaetado tradiu eai» gladiatorU muñera in toro daH 

17 



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-1 ■-/ - - 



W^w toa» 



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Í3(j 
de Marte *, y hasta cu el mismo circo *. Sin embargfo, desde 
muy auti^o se levantaron anfiteatros de madera como el cele— 
l)rado de Cayo Curion del 53 antes de J. C, que giraba sobre 
pernos y se trasformaba en dos teatros separados, donde se da- 
ban comedias, ó se volvian á reunir convirtiéndose en un anfi- 
teatro, donde se ofrecian al piíblico luchas gladiatorias '. 

Como también he dicho antes, hasta el 29 que precedió á Je- 
sucristo no se construyó el primer anfiteatro de piedra en Roma 
á expensas de Statilio Tauro, que fué destruido en 65 de nuestra 
era en el incendio neroniano á los treinta v seis de haber sido 
edificado. Ya entrado el imperio como rasgo de suntuosidad y 
de grandeza se refiere de Domiciano (juc hizo celebrar en el an- 
fiteatro una naumaquia, mientras en el circo, después de las 
carreras de carros combatian los gladiadores de noche y alum- 
l)rados por candelabros, en cuyo cspecttículo tomaron también 
parte algunas mugeres *. Pero este capricho imperial constituyó 
una de tantas excentricidades ideadas por aquellos desjuiciados 
soberanos. 

Llegado el dia y el momento de antemano señalado los gla- 
diadores entraban en la arena formados en (')rden de parada, y la 
pasealian con solemne aparato *', hacieudo gala de su marciali- 
dad en este egercicio previo, que so denominaba y;o;>//>ff *. 

El que daba la fiesta escogía las parejas, procurando que se 
equilil)rasen la destreza y el denuedo de cada uno respecto del 
que iba á ser su adversario ^, portiíie era ignominioso vencer al 
mas débil *. Ante todo los así designados solían hacer un simu- 
lacro de combate con armas inofensivas, que se decían ///- 
Soria *, recibiendo luego las de combate, decretoria^ después 



1 Suet. Cnlipr. 18. partlm In septim. 

2 Siiot. Doni. 4. I N. L. 2123- SPECTACVLVM CLADIA^orWffl ClRCENSlVM. 

3 IMIll. H. N. 30. II". 

4 SiiPt. Doinit. 4. Nain veiintioues ^Indiatores^iue et iiocUbU)i ad lyehnueos; 
nec vlroruiii mo«lu pujonas neú el feíiiiiinrtiiii. 

5 guint. Deolaiii. I\. laiu cties aderat. laiii a(ls)H*ctnculiim siipplicil nottri po- 
piiltiM coiivftiierat. iain ostentata per areiiaiu porlturoruiu corpora Aortls tu&a 
ponipam dtixeruiit. 

C Tert. De Kpect. 7. sed clreensiuin paulo pompatior suírsrestut, quibut pro- 
prie lioc fiomeu pompa pr.iecedenrt 

7 Qiiliit. l>ecl. 1\ cuiD me una tamen ros apud (luosdaui feceret mlserabll^m 
quod vlderer iiiique 'compuratus. Certa eiiiin an*iiae destlnabatur vlctiraa, nemo 
munerarío vilius steterat. Pllii. 11. N. H. .ti. guam quls aliam tantae dlseor- 
diae causam attulit hisi natura Kpectaculum Klhl paria componeiiteinf 

8 Senec. I^nomlniam ludlcat frladiator cu*n inferiore comiiunl: et tctt entm 
Bine ffluria vinci, qul slne periculo vincitur. 

9 cic. De oratore II. 8i> AtqueelusiDodi illa proluRio debet esse.non utflftm- 
Ditum qul vlbrant hast!» ante iiu^rnaui, qulbu» lu pu^rnando sibil utuntar. 







131 
de reconocidas por el mismo que costeaba la fief^ta •, y dáiiíUisc 
por el editor la señal de comenzar la lucha • por medio del to- 
que de una corneta '. 

A veces el que saliendo ileso tenia la fortuna de vencer á su 
advei^sario estaba llamado á luchar con un 8?g'undo y un tercer 
contrario ^. Los que caian sin vida, lo mismo que los que exá- 
nimes pedian gracia y el i)ueblü, siemprj bárbaro, los hacía de- 
gollar, antes de ser retirados de la arena eran lacerados feroz- 
mente por los encargados de hacer patente á los espectadores 
que no los engañaba, fingiéndose muerto el que habia p?rdido 
la existencia á manos de su rival mas afortunado *. Una vez en 
el spr)Uario aun volvian sus cadáveres á quedar sujetos á nue- 
vas y horribles pruebas, que justificasen hasta la saciedad el 
aniquilamiento mas completo de la vida •. 

Va se ha visto antes, (jue de estas monomaquías se salia, ven- 
cedor, vencido, ó bien ni vencedor ni vencido, y que se po- 
dia perder la vida luchando ó recibir la muerte a petición del 
pueblo por mano de su adversario mismo. Horroriza verdade- 
ranu^nte b»er en un escritor español de qué mcnlo el gladiador 
rendido, (pie yacía tendido sobre la arena y al que los especta- 
dores condenal)an á morir, (i nnjor dicho pedian al quedaba el 
espectáculo <|ue ordenase fuese rematado, presentaba la yugu- 
lar á su afortunado contrario y. si notaba que la punta de la es- 
pada de su adversariíi no acertaba á encontrar pronto la arteria, 
agarraba él mismo el estremo del arma y la fijaba en el sitio 
donde debía lierir. para poner fin á su mísera existencia '. 

Los radávtM'Cs (le aqU(»llos (l(»sventui*ados eran tnisportados. 
como s(» ha visti». al spoUtirio en ataúdes j^reiwirados de an- 
temano, que se decían libifi/tar ", d(*nominacion (pie traía su 

1 Wum. r.iss <R a. Aiir. Viot. n<> Cuf»s 10 Su»»t. Tlt. 9. 

•¿ seii«*(*. Kpist. in/^r* «iiiaiii Ktiiltiiin <*tft. cuín Ki;rii(im pii^nap aec<*|ipriA, ven- 
tílart» Keniovt* isla hi<oria arma. «Uvrftorlls oüiis eM. 

:i t^nliit ihM'lani. I\. C. soniipniut claiip»iv f«»rall tubie. 

4 ivinin. Sat>r. !> certianui lujrtuus pro lujrtuo qiii Iribult nerrla prae- 
c1k«i. 

.•» I.,icta*i. niv. iHHtlt VI. 2\ Quaeronnnr. nn por^slnt pil et histi homfn^K en- 
fie. <iul ctin'ttuntoá siiii Ictii mortlK. ac nils^riconlia fl*»pr<»(* int»»«. non tnntiim 
pathintur ooritll. K»»<t el fla;rUaiit, rrruntqiip a-l nr>rtPin criiiU'Iia ot Inliiiiuana 
«uírnitMa. neo vniHerlhiin saolati. nec? cruon» ronientl: qtiin etiaiu p*»rfns«oR 
laceiites(|U«* r(*i»eii iubfiit. et cj<lavera íctlhiiH dirtslpari. u;*n(iis iUoi slmulata 
innrie deltirlat. 

ñ sencc. Kpíst 91. Nunnuid aliriiiotn i»sse tim cuplJuin vltie putas, ut lu- 
ipilari In KiM>liario niianí ín arena uiaUt? 

1 s<>n«^.. EpUt XXX iuffulum adversario praeiitat et errantem irlA^lum sibl 
ateinperat. 

H Fiin. H N 37. 4'» arma vero et Itbitina totuaque nnlut diei adparatus lu- 
vArlatioue potnpae alugulorum üierum ewei e succído. 




4 • *.J'T* 



•• \ 






132 

origen del nombre de la diosa que presidía los funerales ^, del 
que también lo tomaba la puerta libitiniense^ que así se decía la 
que daba salida á los que morian en el anfiteatro *, ó mejor di- 
cho la que iba desde la arena al referido spóliario. No siempre 
sin embargo se combatía por parejas, sino que á veces y por ex- 
traordinario se peleaba formando mas ó menos grandes masas 
de caballería y de infantería, que luchaban entre sí represen- 
tando verdaderas batallas ^, tanto en los tiempos de César y de 
Augusto cuanto en los de Claudio, Nerón y Domiciano *. Como 
los que no peleaban con brios eran excitados al combate á lati- 
gazos y con hierros ardiendo * con estremada crueldad •, los 
mismos emperadores procuraron reprimir semejante saña ^; pero 
de tal modo estos espantosos espectáculos habian trocado en bra- 
vio los espíritus mas elevados que no pueden olvidarse las esce- 
nas promovidas en el Senado á la muerte de Cómmodo, cuando 
aquellos graves padres conscriptos S3 deshicieron en imprope- 
rios contra el soberano, que acababa de espirar, pidiendo á 
gritos en una y otra sesión que su cadáver fuera llevado arras- 
trando al spoliario enganchado con garfios de hierro '. 

Contrastando con tanta fiereza, ó en cambio, como un refi- 
namiento de degradación moral, el gladiador que vencía, ade- 
más de ser obsequiado con agasajos en numerario *, recibía una 
palma en señal de su triunfo *®. Como premio extraordinario se 
le concedía el rudis^ distinción que lo dispensaba de continuar 
batiéndose*', ó el pillcuSy si era esclavo, con lo que conseguía 
su emancipación **. Para esto se hacia necesario que en el com- 
bate se hubiese mostrado tan feroz que los .espectadores hu- 
bieran pedido entusiasmados al editor galardones semejantes. 

Para comprender la importancia que tenia el rudiSj pequeño 
bastou de madera, y el^nV/t'if^, gorro de lana, que se usaba como 

1 Liv. 40. 19. ne Hberorura quidem funeribus LlbiUna tumelebat. 

2 Lamprid. Coiniu. 16. Galea eius bis per portara LlblUnensem elata eit. 

8 Applan. De bell. cit. li. lot PUn. H. N. & n. Dlou. Cast. 5). S. 

4 Suet. Claud. 21. Dlon. Casa. 61. 9 y 67. 8. 

5 Seneo. Eplst 7. h. ocdde, verbera ure! quare Um tímida Ineorrit In fipr- 
rumT quare parum audacter occidttf quare parum libauter moriturf plagia 
iiritur in vulnera. 

6 Quint. Declam. IX. 6. Suet. Mer: 4* Véase también el mosaico do la VUU 
Borgliese. 

7 Suet Auff. 45. 

n Lamprid. Comm. 18 á 19< 

9 JUT. Sat. VII. V. 213. 

10 suet. Caíiff. ^ aó more Tlctoruaa eum palma dlscurrlL Ole. pro Rosólo A m- 
mer. VI. 17 Aller plurlmarum palmarum nobiiis at vetus gladiator. 

11 CapltollQ. IfaoriQ. 4. etaeoepta rudi ad Af^ioam toso. 
IS collat Leg. Mos. et Rom. 11. 7. t 



►» .•" S 



131 
de reconocidas por el mismo que costeaba la fieste •, y dándose 
por el editor la señal de comenzar la lucha • por medio del to- 
que de una corneta ^. 

A veces el que saliendo ileso tenia la fortuna de vencer á su 
advereario estaba llamado á luchar con un s3g'undo y un tercer 
contrario ^. Los que caian sin vida, lo mismo que los que exá- 
nimes pedian gracia y el pueblo, sicmpro bárbaro, los hacía de- 
gollar, antes de ser retirados de la arena eran lacerados feroz- 
mente por los encargados de hacer patente á los espectadores 
que no los engañaba, fingiéndose muerto el que habia p3rdido 
la existencia á manos de su rival mas afortunado '. Una vez en 
el spoUario aun volvian sus cadáveres á quedar sujetos á nue- 
vas y horril)Ies pruebas, que justificasen hasta la saciedad el 
aniquilamiento mas completo de la vida ®. 

Ya se ha visto antes, que de estas monomaquías se salia, ven- 
cedor, vencido, ó bien ni vencedor ni vencido, y que se po- 
día perder la vida luchando (3 recibir la muerte á petición del 
pueblo i)or mano de su adversario mismo. Horroriza verdade- 
ramente leer en un escritor español de qué modo el gladiador 
rendido, que yacía tí3ndido sobre la arena y al que los especta- 
dores condenaban á morir, ó mejor dicho pedian al quedaba (*1 
espectáculo (jue ordenase fuese rematado, presentaba la yugu- 
lar á su afortunado contrario y. si notaba que la punta de la es- 
pada de su adversario no acertaba á encontrar pronto la arteria, 
agarraba él mismo el estremo del arma y la fijaba en el sitio 
donde debía herir, para priner fin á su mísera existencia '. 

Los cadáveres de aqu(»llos (hísventurados eran trasportados, 
como se ha visto, al spoliario en ataúdes ]>rei)arados de» an- 
temano, que se decían lihititiae **, denominación «jue traia su 



1 Pioii. CnKS. iH^. 3. Aiir. Vict. De Caes. 10. SuPt. Tit. 9. 

•2 Senec. Kpist.in.2r» i|uaiu stultiiin ost. cuín si;rnum pugrnae acceperis, ven- 
tilare Keinove ista liij^oria arma. (iecrpt<írlís oniis est. 



3 í^iiint. (leclaiii. IX. C. sonuemut clantrore forall tubae 

4 Pelrou. Salyr. r> tertlarius mortuus pro mor 



clsa. 



artuo qiil hubuit nerria prae- 



5 Lactañ. Div. Instit VI. IX Quapro nunc. an posslnt pll Pt liistl homilías 05- 
ae. qul coiistitutos siib Ictu mortis. ac inispricurrlla ctpprepantps. non tantum 
patluntur occlü!, spít Pt fla^ritant, reruntqiip arl niortem criniclla el inhumana 
suffnurf:!. nec vniHPríhus sacíati. nec criioro contenti: quin etiam pprcussos 
lacentesqnp rppell iubent, et catlavera iclllius aUslpari, uequis illos simúlala 
inorte deludat. 

(J Senec. Kpist. 91. Nunqulrt aliquem e.sse tim cupidum vltie putas, ut iu- 
giilarl in Bpoliario nnaní in arena nialit? 

7 Señen. Eplat. XXX tu^ulum adversarlo praestie^t et errantem gladlum sibl 
atemperat. 

8 piin. H- N a^- 4.T arma vero et libltlna totugqiie nnlus diei adparatus lu- 
Táriatlone pompae aiugulorum dierum es^et e succino. 







c t 



134 

Aun después del apogeo del cristianismo en el imperio costo 
mucho trabajo á los soberanos suprimir estas sangrientas fiestas 
populares, tan arraigadas estaban en las costumbres públicas. 

Al comenzar el mes de Octubre del 325 Constantino el grande, 
encontrándose en Beryto, publicó la primera disposición que se 
conoce tendiendo á hacer desaparecer tales espectáculos *. Pero 
á pesar de los términos expresos de semejante decisión imperial 
prohibiendo en absoluto tan sangrientas fiestas^ qu? perturbaban 
la tranquilidad publica y la pai domestica^ poco tiempo después 
de su promulgación, cuando el mismo Constantino maguo ha- 
bía nombrado Césares en fechas distintas y sucesivas á sus 
tres hijos Constantino, Constante y Constancio, siendo ya muer- 
to en 326 el primogénito Crispo, aquel soberano con dichos tres 
príncipes autoriza un rescripto E(xemplum) %{acri) ^^{escripti) por 
el que consiente que se celebren en Hispéllum de la Umbría 
juegos anuales, entre cuyos espectáculos figuraban los gladiato- 
rios, cLADiATORvwi MVNvs *. Esta noticia ha sido conservada en uu 
monumento epigráfico descubierto no lejos de Per usa y si uo 
fuese bastante á probar (jue á la voluntad de Constantino e^ 
grande se sobrepuso la del pueblo, que no podia renunciar á tan 
bárbaros goces, aun existe otra resolución imperial encaminada 
por Valentiniano y Valente en 15 de Enero del í)($5 al padre del 
conocidísimo orador y epistohígrafo Quinto Ain^elio Symmaco, 
en la (jue se prohil)e que ningún cristiano, cualquiera que fuese 
el delito por que se le persiguiera, pudiese ser condenado od Ih-- 
dum '. 

Mas tarde aun, Aun^lio Prudencio Clemente, el poeta cris- 
tiano de tan gran renombre, combatiendo las pn'tensiones de 
Symmaco y su familia en pni del paganismo a;aronizautc y di- 
rigiéndose al j()ven Honorio, le ruega que prohiba de una vez 
los espectáculos del anfiteatro ^. 

Desde este momento no vuelve á hablarse de tan horrorosas 



1 Cod. Tlieod. XV. 12. 1. Cod. JiiRt. XI. 41 '4:i.) Cruenta BDPCtacula lu otio el- 
Tili et domestica quiete non placeut qua propter oiuiiliioffladiatorei ense pro* 
lilliemus 

2 orell. Henzen. 55ft). 

a Cod. Theod. IX. 40. 8. Ouicumque chrlstlanuB tlt In quoUbet crimine de- 
prehensuB, ludo non adludfcetur. 
4 Prudent. Cent. Symmach. II. v. 11 14 y ]l2i. 

Te praecor, Ausonil Dux auiruBifasliDe reifntf 



Tu mortes miserorum hoininum problbeto Utari. 



-■■^ :.'\.:*u 







133 
símbolo de la manumisión, con cuyos distintivos se remunera- 
ba á los mas valientes y esforzados, bastará traer á la memoria 
que los gladiadores originariamente, como vengo repitiendo, 
eran reclutados de entre los prisioneros de guerra enagenados 
como esclavos á los lanistas *, y después de entre los siervos, 
hijos de padres que se encontraban en esclavitud ^, por mas que 
se exigiera que hubiese un motivo para vender á estos con 
semejante destino, y últimamente formaban parte de la familia 
gladiatoria los esclavos de la pena, que eran sentenciados por 
delitos graves á combatir. Naturalmente los prisioneros de 
guerra y los siervos destinados á la arena, como los condena- 
nados ad ludum^ podian por el ruáis verse exentos de volver á 
entrar en lucha, aunque siguieran como esclavos obligados á 
egercer otras funciones en el anfiteatro; pero por el jiilleus lo- 
graban su emancipación obteniendo el carácter de libertos. 

Tanto los rudiarii como los pilleaíi podian sin embargo tor- 
nar ¿ combatir en la arena si voluntariamente lo liacian ^; como 
los libertos *, y los ingenuos *, si espontáneamente se obligaban 
á verificarlo por medio del aiictoramentum ^ y tanto aquellos 
como estos si formalizaban su empeño ante el pretor urbano. 

Tales eran los elementos que constituian toda familia gladia- 
toria, cuyo personal se dedicaba como se ha visto al manejo de 
diversas armas, según las disposiciones y la inclinación de cada 
cual de sus individuos, bajo la dirección de maestros especiales 
entendidos en tan complicada esgrima •. Durante el periodo de 
aprendizaje se denominaban tirones^ hasta que hacian con for- 
tuna sus primeras armas, y recibían acaso las llamadas, tesseras 
gladiatorias'' ^ dejando de ser jíivencs reclutas. Cuando llevaban 
tiempo de pisar la arena se decian ya tcterani^ habiendo dado 
¿ conocer este Bronce al sénior atqve inabiuor. •, especie de 
personaje jubilado y poco diestro en razón de sus años. 



1 Saet. Viteü. 12. iterura deínde ob niraiam contumaciam et ferocitatem 
irraTutus clrcumforaneo lanistae vendldit dUatuinque ad flnem muneris repente 
subripuit 

S Spartian. Hadrian. 48 8. Lenonl et lanHtae servum vel ancUlam vendit 
vetuerit, causa non pniestita. 

8 Suet. Tiber. 7. rudiaris quoque quibuadam rerocatls auctoramento cen- 
tenum mUlum. 

4 C. 1. L. IV. 538. 4421. 1422. ini 9387. 

5 Qolnt Deolamat, CCCII. 

6 Cic De Orat^IlI. 23 Majrister hlc Samnitium summa iam seneetute est 

7 a I. L. I. 717 ft 7W. Mommaon duda que tales U99tra$ fueaen gladlatorlas. 

8 Un. 88. 









•I- 






134 

Aun después del apogeo del cristíauisino en el imperio costó 
mucho trabajo á los sobei*anos suprimir estas sangrientas fiestas 
populares, tan arraigadas estaban en las costumbres públicas. 

Al comenzar el mes de Octubre del 325 Constantino el grande, 
encontrándose en Beryto, publicó la primera disposición que se 
conoce tendiendo á hacer desaparecer tales espectáculos *. Pero 
á pesar de los términos expresos de semejante decisión imperial 
prohibiendo en absoluto tan sangrientas fiestas^ qu^ perturbaban 
la tranquilidad pública y la paz doméstica^ poco tiempo después 
de su promulgación, cuando el mismo Constantino magno ha- 
bia nombrado Césares en fechas distintas y sucesivas á sus 
tres hijos Constantino, Constante y Constancio, siendo ya muer- 
to en 326 el primogénito Crispo, aquel soberano con dichos tres 
príncipes autoriza un rescripto ^{xemplum) s(acri) ^{escripti) por 
el que consiente que se celebren en Hispcllum de la Umbría 
juegos anuales, entre cuyos espectáculos figuraban los gladiato- 
rios, cLADiATORvm MVNvs ^. Esta noticia ha sido conservada en un 
monumento epigráfico descubierto no lejos de Per usa y sino 
fuese bastante á probar que á la voluntad de Constantino el 
grande se sobrepuso la del pueblo, que no podia renunciar á tan 
bárbaros goces, aun existe otra resolución imperial encaminada 
por ^'alentin¡ano y ^'alente en 15 de Enero del 365 al padre del 
conocidísimo orador y ei)istológrafo Quinto Aurelio Symmaco, 
en la que se prohibe que ningún cristiano, cualquiera que fuese 
el delito por que se le persiguiera, pudiese ser condenado od lu- 
dum *. 

Mas tarde aun, Aurelio Prudencio Clemente, el poeta cris- 
tiano de tan gran renomlu*e, combatiendo las pretensiones de 
Symmaco y su familia en i)ró del paganismo a;>'on¡zaute y di- 
rigiéndose al joven Honorio, le ruega que prohiba de una vez 
los espectáculos del anfiteatro *. 

Desde este momento no vuelve á hablarse de tan horrorosas 



1 Cod. Theod. XV. <2. 4. Cod. JuAt. XI. 44 '4:i.) Cruenta sppctaciila iu olio ci- 
Tlli et domestica quiete uon placeut qua propter omnlno gladiatores ease pro- 
hibemus 

2 orell. Henzen. 55A). 

s Cod. Theod. IX. 40. 8. Ouicuraque christianus sit In quoUl>et crimine de- 
prehensuSt ludo non adiudicetur. 
4 Prudent Cont. Symmach. II. y. 11I4 y 112i. 

Te praecor, Auaonii Dux au^uattosime reirnif 



Tu mortes miserorum homlnuim problbeto litarL 






■^f^i 










fiestas, sino es por un historiador eclesiástico, fheodóreto^ quien 
cuenta que un monge del Asia de nombre Telemaco fue destro- 
zado por el pueblo enfurecido, porque habia bajado á la arena á 
separar á los gladiadores, que se batian entre sí, lo cual dio 
motivo al mismo Honorio para suprimir por completo semejante 
espectáculo en Roma en los primeros años del siglo V.** Es decir 
que tardó cerca de ochenta años el que se pudiera dar cumpli- 
miento al deseo de Constantino el grande en occidente por uno 
de los emperadores á quien tan mala fortuna debia caber en su 
reinado ^ En oriente aun en el siglo VI.** reproduce Justiniano 
en su Código revisado la disposición de Constantino magno de 
gladiatorihis penitus toUendis. 

En razón de las armas ofensivas y defensivas de que cada 
gladiador usaba para sus luchas y de la manera como combatía, 
ya parando los golpes de su adversario ya atacándolo, así como 
por su misma indumentaria ó por otro motivo que le fuera pe- 
culiar, recibían estos combatientes asalariados diversas deno- 
minaciones, de las que voy á señalar algunas, siquiera sea some- 
ramente, haciendo no mas que breves indicaciones, puesto que 
la descripción de sus varias clases es muy conocida, figurando 
en distintas obras modernas con repetición por mí citadas de 
eruditos alemanes tan renombrados como Henzen, Friedlander, 
Hirschfeld v hasta Meier *. 

AXDABATA. Era el que se batia con casco, que carecía de 
abertura para los ojos ^. 

CATEttVARii. Los quc couibatian en masa y no en i)arejas *. 

1 Cod. IU8t. XI. 44. (43) 

Kn este particular como en todo otro que tiene carácter hUt«) rico y ha sido 
ya tratado por escritores emlnentes.no puede hacerse otra cosa que examinar 
de nuevo las fuentes 3' si se esta conforme con las apreciaciones de los que nos 
han precedido cont!lg>nar la misma opinión por mas que parezca que se extracta, 
eludiendo todo otro trabajo de revUlon, y esto me acontece al presente, vién- 
dome obligado Á repetir lo que ya ha dicho Friedlander en ku tan citado libro 
Darstelunger aus der Sittenpresclilchte Roms, lib VI cap. 111. $. 5. 

2 Meier. De ^ladiatura romana Donnae 1881. 

3 Clc. Kplst. ad famll. Vil. lu quem antea ne Andabatam quldem defraudare 
poterarous. Sanct. Hleron. adversus llelvld. 3 mellus est clausls, quod dicitur, 
oculis andabetarum more pugnare, quam directa splcula clypeo non repeliere 
yerltatls. 

4 suet. Aug. 45. sed et catervarlos oppldanos, Ínter angustias vlcorum pug- 
nantes temeré et slne arte. .Suet. Callg 18 qulbus inserult catervas afrorum cam- 
panorumque pugilum ex utraque reglone electisslmorum. Ibidem 3) Ketlarl 
tunlcatl quinqué numero gregatlm dimicantes slne certamlue ullo totidem 
secutoribus succubuerant; cum occldl iubereutur, unus resumpta fusclna om- 
nes Víctores interemit, Dlon. cass. 4:i. 23. hablando del espectáculo gladiato- 
rio que dló Cesar en honor de su hija retlere que eu el foro lusharon uno contra 
otro como era la costumbre romana; pero en el circo eomliatleron muchos ík la 
vez, peones contra peones y ginetes contra glnetes en número Igual porcada 
banda; pero no uno contra otro sino promiscuamente los de a caballo entre si, 
como igualmente entre si los de ii pié. 






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■•I ••^Atív- -• ■ ■;•,• v-'-^-v :•-.'■■■.-. ^-.••r:.:^:-'í;í:r Í^??*^V' 



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Í3« /^ ... 

DiMACHAERvs (5 tíeíi óRBfeLÁS. Següii Lípsio apoyado cíi 
Artemidoro fué el que peleaba ya ¿ pie ya á caballo y usaba 
combatiendo dos espadas *. 

EQuiTES. Eran los que combatian á caballo * uno contra 
otro, y desde el tiempo de César, como acabo de indicar, en 
cuadrillas y en el circo •. 

BssEDARii. Los quo lucliabau en carros *. 

FISCALES. Los que pertenecian al fisco imperial como pro- 
piedad del soberano *. 

HOPLOMACHus. Nombrc griego derivado de SxXsv arma^ y 
de |xáxTi, combate significando combatir armado *. 

LAQUEARiüs Ó LAQUEATOR. El quc procuraba, arrojando un 
lazo, sugetar y vencer á su contrario '. 

MYRMiDONES Ó GALLi. Los quo usabau la armadura de los 
galos y en el casco llevaban un pez •. 

KAUMACHiARii. Los quc luchabau en los espectáculos que se 
daban figurando combates navales en las naumaquias, pala- 
bra que como es sabido se compone de dos griegas vxj; nave y 
[kir/r, comíate •. 

oRBBLAs. Véase dimachabrcs. 

PAEGN1AR1S Ó PEGMARBs, como Iccu otros, son uuos gladia- 
dores cuya verdadera descripción no se conoce y de los que 
hace referencia Suetonio en la vida de Calígula *•• 

posTULATicii. No constituian una clase especial de gladia- 
dores, puesto que eran los que á petición del pueblo se pre- 



1 Lipsius Saturn. Serm. II. cap. X*III. 

2 Uidor Otíis. XVIII. 58. 
8 Dion. Cass. 43 23. 

4 Petron. Satyr. 36. Suet Calig. 2&. ciaud. 21. Había aoldados así también lla- 
mados. (Caes. Bell. ^11. 4. 24, y 5. 15 y 19) t causa de los carros en que peleaban. 
Caesar. Bell. iraU. 4. 31 y 83. 

& Capit. Gord. 111. 33. Puerunt sub Gordiano Romae irladiatornm flsca- 

lium paria mille. 
6 Mart. Bpig. VIII. 74. 

Hoplomachus nunc CMt, fueras opthalmicus ante: 
feclsti medicus, quod facis hoplomachus 
Suet. Caliir. 85 et mox boplomacho corapararit. 
1 isid. Or\g. XVlIl. 56 Laqueatorum puirna erat fufrientes ludo homines inlecto 
laqueo Impeditos consecuiosque postrare araietoe umbone peUiceo. 

8 Paul. Diac. ex Pest. v. Retlario. Non te peto, piscem peto, quid me fugls 
GalleT quia mirmiUonicum genus armaturae ffállicum est. Ipsl mirmlUonea ante 
Galli appellantur, in quorum ffaleis piscis efngies inerat. 

9 Suet. Caes. 44. Suet. Tit. 7. suet. claud. 21 quin et emissums Fuccinam la- 
eum naumachiam ante c mmissit. Sed cum proclaman tlbus naamaehlarlU: Haye, 
imperator, morituri te salutantl 

10 Suet. Cailg. 96 tabldis feris Yilissimos señioqae eonfeetot eitdiatoret que- 
que pa«>ffniari.4 patres femlliarum notos aed inaiirnls debilítate allqna corporls 
obiclebat. Suet Claud. 84 ai automatum ycI peoma vel quid tale aliad pmrom 
cetslsset. 



isentaban á luchar, ('aera de las parejas ordinarias ofrecidas por 
éiediíor*. 

pRovocATOR. El que atacaba primero á su contrario exci- 
tándolo á combatir '. 

RETIARIU8. El que luchaba en el anfiteatro usando de una 
red para envolver á su adversario, al que acababa con un tri- 
dente '. 

SAonTARius. El que combatía disparando flechas según 
opinan Friedlander y Bucheler, á quien sigue Meier *. 

SANNiTES Se denominaron de tiste modo porque usaron la 
armadura de los Samnios, diciéndose también Homoplachi *. 

scissoREs. Según el testimonio de Petronio só llamaban así 
propiamente hablando los esclavos encargados de trinchar las 
viandas, que servian á sus señores •. En una inscripción que se 
encuentra en la Iglesia de la Trinidad de Venecia y fué publi- 
cada por Fabretti á fines del siglo XVII."* ^, y después en fechas 
distintas por Cimaglia, por Lupuli y por Mommsen • se lee 
claramente. 

scisso(r) Ní{arcus) caecilivs tiiró) 

Antes me he ocupado de esta piedra tumular, que cubría los 
restos de los gladiadores muertos en el espectáculo dado por un 
tal Cayo Sal vio Capitón^ entre los cuales, como acaba de verse, 
se encontraba un recluía^ á quien se clasifica de scissor, sin que 
con ello se explique lo que tal denominación significara. El pri- 
mero que publicó esta leyenda, á pesar que debió ver que se tra. 
taba de un gladiador muerto al hacer sus primeras armas, t(íVo), 
ofuscado con el pasage de Lactancio, que también he trasladado 



1 Senec. Epist 7. hoc plerlque ordinarils parlbus •! postulaticlis praeferunt. 
Suet. Domit. 4. ita semper interfuit, ut ponulo potestatem faceret bina paria e 
8U0 ludo postulaDdi, eaque noTlsalma áulico apparatu induceret. 

2 Ole. pro Sextio 64. nominibus flrladiatoriis oroaTit, et sortito alios Samni- 
teU allos Provocatores fecerlt. 

8 isidor. Orifir. XVIII. M. Retiarius ab armaturae genere, in gladiatorlo ludo 
contra alterum puffnantem ferebat occulte rete, quod iaculum appellatur, ut 
adversarlum cúspide operiret. Implicitumque virlbus superaret, quae armatura 
puffnabat Neptuno tridentis causa. 

4 Meier De ^ladiatura romana. Cap. II. 8- 7. pa^r. 4"* á 46. 

5 LlY. 9. 40. Campan! ab supenrla et odio Samnitium Gladiatores, quod spec* 
taculum Ínter epufas erat, eo ornatu armaverunt samnitiumque nomine com- 

Kllarunt Varro L. L. 5.14*2 eius summa pifmat ab bis, quas insiflrnitl milites ha* 
re in galeis solent, et In gladlatoribus Samnites. 

6 Petron. Satyr. 36. procedit statim scissor et ad symphoniam ita ^esticulatus 
laceravlt obsonium. __ 

7 Falret. Inscript. antiquar ezplicaUo... Romae 1690. p. C 89. n. 908. 

8 L N. L. 786 y Tar? donde se ciUn las AnU^edades Venusinaa de Co- 
maglla y el itinerario renusino de Lúpulo Véase C I. L. IX 465 y 400^ 

18 



.•:-V.V;%-^%AV'¿^¿;*7 




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Í38 ^ ^ 

cu otro lugpar ', conjetura que el scíssor érá tíu (íepénáíeute deí 
anfiteatro encargado de hacer patente á los espectadores que 
los que yacían en la arena no se fiujian muertos. Apesar de ha- 
ber seguido esta opinión varios eruditos, no por ello deja de ser 
sin embargo, menos errónea. 

SECUTOR. Se decía así por que era el que seguía 6 perseguía 
al retiario, con el que luchaba, usando de una barra de plomo 
y de una especie de lanza aguda con lo que procuraba evitar la 
red de su contrario ^. 

supposiTicius ó TERCiARius. Era el que muerto ó vencido un 
gladiador le reemplazaba combatiendo con el vencedor '. 

THRAEX ó THRBx. El gladiador que se batia usando las ar- 
mas, con que acostumbraban á combatir los Tracios *. 

vBLiTBs. Fueron los que combatiam disparándose dardos 
unos á otros '. 

VEXATORES. Los quc luchaban con las fieras salvajes •, que 
también se decían Bestiarii ^, los cuales eran de dos clases, ó 
bien los esclavos á quienes sus dueños obligaban á pelear en la 
arena con las bestias salvajes •, ó los que por algún delito eran 
condenados á morir en el anfiteatro destrozados por ellas •. 



4 Lactont. DiTin. Instit. VI. 20. 

2 iKld. OrlflT. XVIII. 55. secutor est ab insequendo retlariuoi dictus. Gesta bat 
enim cuspidem et massam plumbeaiD quae adversarii laculum impediret, ut 

üiite quam Ule feriret rete, iste exsuperaret. ideoque cum reliarlo com- 

ponebatur 

3 Mart. EplflT. V. 24. v. 8. 

Hennes supposltius plbl Ipsi. 
Plln. Eplst. VIH. 14 ut In spectacuUs quiDusdam sors allquem seponit ac 
aervat, qul cum vlctore contendat. Lanctan. Oivin. Instit. VI. *iü. Petronius 4.5. 
tertlarlus mortus pro inortuo. 

4 Paul. Dlac. excernt ex Fest. Threces gladiatores a simliitudlneparmularum 
Thraciarum. Plin. II. N. 11.245 Studioso Tlireci in C. Caesaris ludo nutum est 
dexteram fuisse procerioreni. Cic. Pbilip. VI. 5 itirmiUo Thracem iufrulavit. cíe. 
De prov. cónsul. 4. ut rex Ariobarzanes consuleni vestrum ad caedem facien- 
dam. tanquam allquem Threcem conduceret. 

5 Isid. Orig. XVIII. 57. Velltum pugna erat, ut ultro citroque tela obiecta- 
rent. Krat eorum varia pugna et spectantlbus gratior, quam rellqua. 

tf Apul. Metam. IV. Gladiatores Isti famosae manus, venatores illi probatae 
ferocltatis. Casslod. Variar. V. Ai quo muñere veuator splendus est, qut ut spec- 
tantlbus placeat, suls mortibus elaboratf certamen Infellx cuui feris relie 

contenderé. 

7 Cic. pro Sext. M. primum. Do, inqult bestiarios unus leo: ducentl bes- 
tiarii. Cic. ad Quint. frat. II. 6 nam lile Yindex gladlatorum, et bestlarorum 
emerat de Cosconio et Pomi>onlo besUarlos. 

8 Dlg. 48. 8. 11. post legem Petroniam et senatoseonsulta ad eam leirem 
pertinenUa dominls potesta» oblata est ad bestias depugnandas suo arbitrio 
■ervoB tradere. 

9 Dlg. 48. 19. 41 itaque ht, in quos anlmaTerti iubetur qulve ad bestias 
dantur, confestim poenae serví liunt Oell. N A. V. 44. Id y 27 inter complures 
ceteros ad pugna bestiarum datos.^..... Is me statlm rei capitalis damnandum 
dandamque ad bestias curavlt . 



•• . 




139 
Es muy posible que haya alguna otra clase de gladiadores, 
cuyo uombre no se me presente á la memoria en este instante 
ó me sea desconocido; pero como no he pretendido agotar la 
materia, solo me he ocupado de los que por el momento recuerdo, 
para dar una idea aunque sea ligerísima, de los detalles mas 
horribles de tales espectáculos. Deberé hacer observar sin em- 
bargo que he omitido el poner al lado de los nombres latinos 
de algunas clases los equivalentes griegos, por juzgarlo sin ob- 
jeto al caso presente, y que ha de tenerse muy en cuenta que 
no apareció desde luego tanta diversidad de gladiadores en la 
arena, sino que se fueron creando á medida que las bárbaras 
exigencias del pueblo iban imponiendo la necesidad de dar 
cierta variedad cada vez mas espantosa á las luchas, de los que 
morian por complacer á la muchedumbre, ávida siemin'e de 
nuevas y mas sangrientas emociones. Tan indubitado es que el 
hombre aun en medio de las mas pujantes civilizaciones dol 
mundo antiguo, como del moderno, no pierde jamás su salvaje 
atavismo. 






VIII 



DE LOS FUNCIONARIOS CIVILES Y MILITARES. 



He diclio en mas de una ocasión que Augusto, hacia el 727 
de Roma, el 27 antes de J. C, egerciendo el séptimo consulado, 
después de haber pronunciado en el Senado su célebre oración 
renunciando el imperio, para h^icer ver que no era el poder lo que 
haVia deseado^ sino el vengar la muerte de Cayo Julio César, tan 
injainemente asesinado S y hiego que se resignó á ruegos de los 
mismos senadores á continuar egerciendo solo el imperio, divi- 
dió las provincias en dos diversas categorías. Las unas fueron 
conferidas al Senado y j)or el Senado gobernadas, como la Hisixi- 
nia Baetica^ y las otras al emperador como la Narbonensey la 
Lngduaense g la Aqnitanin *. A<iuellas eran encomendadas á 
procónsules tiuuoii. dt^signados áhi suerte do entre los varones 
consuhires ú ])retor¡os. estas fueron aihninistradas por goberna- 
dores elt»g¡dos por el emperador, que se denominaban legati Au- 
gusti y i^m\úü\\ propre I Oi'es '. Algo mas tarde, ya en los dias de 
i^hxwiWo^ ix\\úo\i\^ procónsules como los legati Augus/i son co- 
n(K'idos con el mismo nombre di' praesides *. 

Kl Bronce Italicense habla precisamente de los varones cla- 
rísimos, que desempeñaban el cargo de proccuisulcs anuos *, y 



1 Dlon. CasK. Xi. 4. 

2 Dkiii. CU88. 53. 12. 

3 nion. Cas8. 53. 43. 

4 Suet. Claiid. n. L:«mpri(l. Alex. Seter. W. 

5 Un. 5L V «Vi; cjari*imi; Qvi phoconsvles pavlo ante phofecti 

SVNT INTHA. SVVM QyiSQVE ANNVM. 



V 



Á'-:í.>Jk^\í ^'^v;.. ^ - -- - -: > -^ .'^^ ■■.: :sí^ ••i"*:** **Í'ia.^-i-.^JS/i' 



, 4 



141 
de los que regían provincias uo sorteadas *, es decir de los que 
presidían las provincias, j'a fuesen aquellos periódicamente de- 
signados á la suerte por el Senado * ó ya los otros elegidos por 
el soberano ', que no sorteaba sus dichas provincias *, y cuyo 
mando podía prorogarse á mas de un año á voluntad del em- 
perador '. Tales presidentes desde el tiempo de Augusto se 
decían rectores •, nombre con que se designa también en este 
Bronce á los que presidían las provincias fuera de Italia ^, cuya 
denominación sigue usándose aun en el cuarto y quinto siglo 
de nuestra era •. 

Acompañaban á sus respectivos distritos lo mismo al pro- 
cónsul que al legado de Augusto^ uno ó mas legados de segundo 
orden, que solían hacer las veces de gefes de división al frente 
de alguna legión ó de varias cohortes en los territorios ocupa- 
dos militarmente •. Estos funcionarios en el siglo segundo son 
denominados en las inscripciones ya LEcatus . avchsíí • lec/o- 
nis . *•, ó bien simplemente LEcato . lecíohís **. El presidente de 
cada provincia y por delegación su legado aplicaban el dere- 
cho *' en los conr^w/o5 ^/ír/rf/co^, marcados en la división geo- 
gráfica de Agripa *'. Hadriano fué el primero que nombró cua- 
tro varones consulares, para que administrasen justicia en toda 
la Italia •*, que no suenan en los dias de Antonino Pió ** y que 
parece restableció Marco Aurelio, creando el cargo de los^wr/rf/- 
co^.para que aplicasen el derecho en la dicha región italicense *•. 



1 Un. i5. " ETIAM, QVI NON SORTITO PROVINCIAS REGANT. 

2 Lin- 41. QVIPROVINCIAE PRAESIDEBVNT. Lili. 5^. QVI PRAESIDEBIT PRO- 

VINCIAE. 

8 Un. 41. ET LECATI ^Auyu*li\ 

4 Un. K. U • ETIAM QVI NON SORTITO PROVINCIAS REGANT. 

!> Dlon. CasH. ó.*!. 14. 

« .«^uet Autr. 89 provinciarumque roctopeg. Suet. V^gp. n. Capadociae con- 

sulareni(|ue rectorein iniposuit pro equite romano. 

1 Un. 42. PROVINCIAE RECTOR MANDAVERIT. 

í Co<l. Theod. 11. «. 1. art Proconsulefi. Vicarios oninesque Rectoren. 

Cod. Theoü. 9. 41, 1. §. 1 moderatorum provinciarumque recUirum. 

9 Strab. 3. 4. 20. 

40 c. I. L. n. 1371. vn:». 

M C. I. L. II. 4121. 1213. Vide etlam Fraflrm. Vatic. f- 222. 
43 Strab. 3. 4. 20. 
43 inin. H. N. 3. 7 et nauMni. 

M spartian. Hadrian. 2i quattuor consulares per omneni Itallam ladtces eons- 
tltuit. _ 

Ib Appian. De bcll. ciril. I. ». 

IH capitolin. Antón. PhUos. II. DatU luridicis Itallae consulait ad id e&eoi- 
plum, quo liadriaDua consulares Tiros reddere tura praecepirnil. 






IV la Espaúa antigua se couoce entre otros un PuUius Sa^ 
)ii^ Optatus^ cónsul j varón darissinw^ que antes de mediar el 
si^o tercero fué LEcaío awcusíí ivridico ASTVR[iae et galjtAEciAE * 
uu ¿^xÍHS Pedius Hirrutus igualmente legado de Augusto^ juri- 
iiicvdf Asturias y Galicia *, un Lucius Novius Crispinus^ cónsul 
designado en 1 50 de J. C, que fué también lEcato . avousíí . 
ivniDico ASTVRiAE ET CALLA ECiAE ' y por últímo uu Lzcatus lyKidicus 
clarissimus v¿>, esto es, varón consular; pero cuyo nombre es 
incierto, que resulta de una piedra de Braga, la ^mtigu^, Braca ra 
augusta^ de fines del segundo ó del tercero *. De aquí se des- 
prende que los varones consulares establecidos, como jurídicos 
en la Italia por Antonino el filósofo egercieron el mismo cargo 
respecto de la administración de justicia, que egercian á la sazón 
los legaíi Angustia coli frecuencia viri clarissimi^ es decir tam- 
bién consulares, por lo que recibieron estos á la vez la denomi- 
nación áejuridici^. El jurisconsulto Scé vola, contemporáneo 
de Marco Aurelio, habla del Jurídico • en el libro cuarto de las 
respuestas; pero sin marcar si se refiere ¿ Italia ó á las provin- 
cias. En este Bronce de que me ocupo, se hace referencia, pues, 
no solo de los legados imj)eriales y de los legados de las legiones^ 
sino á la vez de ns qvi ivs dicvnt clarissiíni v/r/ ó séase con- 
sulares ^, circunscribiéndose á las provincias fuera de Italia. 
Concretándose á esta región ya se nombran los Jurídicos • cuya 
denominación parece que pasó el Po antes de Antonino el filó- 
sofo, á juzgar por la inscripción lambecitana citada de Lucio 
Amovió del 150 de J. C. •, año en que imperaba Antonino Pi*), y 
algunos antes que le sucediera Marco AiutHo *® 

Llevaban los presidentes de las provincias siMiatoriales á sns 
gobiernos cuestores *•, que fueron los guanhulores de l(»s fondos 
públicos, que ingresaban en el Erario romano **. cuyos funciona- 
rios también se hicieron estensivos á dichas provincias •'; pero 



1 nonrhe8i oouvi^h iv. i», iw. r. i. l. vi. \:*t:. 

a C. I. L. VI. U-*» Ili)rirhe8l oeuvrt*4 V pa^. 3?l y sUmií i*iitfi». 

3 C. I. L. VIII. nii. 

i C I. L. II. SUS. 

5 Fra^m. Vatic. 211. 232. 

« Dltr. 4'). \ 41. f. s. 

1 Un. 41. 

n Un. 41 r 5\ 

o C I. L. VIII. 2717. 

10 Simrt. Hadr. I. 3 y 25. 11. Capitulin. Ant. l*ius. I. 8 y If. 1. 

41 Strab. 4. ». ti). 

42 Dlir. I. 2. 2. %. 22. 
41 Olf. 1. 13. 2. 












r--' 



V -. » * «"# '• - >"/ 



Í43 

íio á ías oirás ^, én ías qiíe eráii sustituidos por los procuratores 
imperiales j á cuyo cuidado estaba la administración del fisco ó 
séase de los bienes del soberano ^. 

Tácito ocupándose de la época de Nerón y refiriéndose al 
año 69 de J. C. indica que por entonces las dos Mauritanias, la 
Recia, el Nórico, la Tracia y algunas otras provincias estaban 
regidas por procuradores ', existiendo un epígrafe en el que se 
conmemora á un PKOcvKator avgvstorw»í et ?9.oLEcaíus provin- 

CIAI RAITIAI ET VINDELlCÍrtf ET VALLIS POENÍNI '. Eu Otra picdra dcl 

105 se habla, en uno de sus costados, de un cierto procurador 
del Asia, cuya provincia rigió, de orden del emperador Trajano 
que á la sazón reinaba, en vez del procónsul, que no se nom- 
bra *. En una lápida italiana examinada por Mommsen se 
hace referencia á un jirocurador prolrgaío de una provincia, cu- 
yo nombre y el de su gobierno no se han salvado de la destruc- 
ción •, y en un epígrafe sarmizegetusano del 238 de J. C, leido 
también por Mommsen, se conserva la memoria de un Q:. axio 
que fué p^ocuraíor vKo'^inciae OAciae. apvl/^í» y dos veces vice- 
presidente, BIS VICE PUAESIDIS ^. 

Eu Roma se encontró hace mas de un siglo una lápida frac- 
turada, hoy en el Museo Borbónico de Xápoles, donde se anota 
el cargo de vic^ ?KAESÍdis *, y en el África se dcscubrici otra 
inscripción mutilada del siglo cuarto, en la que se habla de un 
tíío cassio vetvrio proconsw// V de un secvndo avdentio aemi- 
LiANo, varón clarísimo, vice procons/^// ^, si bien estas dos últimas 
no hacen mucho al caso presente. 

Di» modo que en el siglo segundo las pn^vincias senatoriales 
estuvieron regidas \)í)T procoiisuhs '®, y las ¡m])er¡ales por ¡t^ya" 



1 Ca! Inst. I (>. nam in provin(*ia<iCa<>!iarísnmninoqiiae<ttor(*8 non mittuntur. 

2 l)lír 1. <6 9. pr. SI flHoulis pecuniaria c:iU!ía 8it. íniüe ad prociiratoreiii Cae- 

sarlH ivspicli, Dijr. 46. ay jt. 2 pr«>curator Carísaris cui rpriim provincine 

ruiutiqíic prociiratio iuan<lata erit. Véase tiinbien Dii;. I. 19. h. Diir 2. l.\rt. i. 19. 
DliT. «V 1^. .VI. Coll. Letr. Kom. et Mos fi. :i. 

3 Tacit. Hi:$t. I. 11. Unae MaureUuiae, Uaetia, Noricuiu, Thracía, et quaealiae 
pr«>curHtorit>iis cohibentur. 

4 Orelll. 4í«. Vide etíam 7J2. PRAEFtMto PRO LEGATO. 

5 Marlnl AttI frat. Arv. I. 5. PROC • PROVINCIAE ASIAE QVAM MANDATV PRIN- 

CIPIS VICE DEFVNCTI • PROCOS • REXIT. Rs del afio H^de J. C. en que fueron con- 

nulew TI • IVLIO. Candido II. C. loUO QVaDRato ii. COS. 

6 llenzen. OKO. 

7 C. I. L. III. IIÓC. 
H 1. 1« N. (►«$. 

9 C. I. L. VIH. 1293. 
40 Un. ál. 




.••>■:' • 






144 
dos de Augusto V deaoininánclos^ aquellos y estes tamWn 
RECTones ^, así como por p&ocvrato&es MAxmoRvm njMCsrvm^ i 
quienes encomeadaban esta misión dorante sn ausenoa los 
mismos presidentes ', ó bien conferia en comisión semejante 
cometido el soberano sin dejar el agraciado su carácter de pro- 
curador imperial ^, como los procuradores imperiales de las dos 
Mauritanias de la Recia, del Nórico j de la Tracia de que ja he 
hecho referencia *. 

Tales sou, pues, los funcionarios públicos del orden civil v 
militar, de que habla este Bronce *, como residentes en las pro- 
vincias ya senatoriales ya imperiales, á quienes se encomienda 
el que los lanistas no traspasen la futura lej, entrando lu^o i 
señalar los que dentro de la Italia y pasado el Pó, desde su ori- 
lla derecha debían tener á su caigo el cuidado de vigilar por el 
exacto cumplimiento de las disposiciones, que iban i ser objeto 
del senadocousulto, que estaba discutiéndose, reglamentando los 
espectáculos gladiatorios y fijando una tarifa limitada de los 
gastos, que habrían de ocasionar dichas fiestas i los que por 
sus respectivas posiciones oficiales se viesen en el caso de cos- 
tearlas necesariamente. 

De estos son los primeros de que se ocupa el ntAEFccrvs au- 
MENTORVM y el cvRATOR viae, cargos quc en un tiempo estuvieron 
unidos y fueron desempernados á la vez por una misma persona^ 
mientras en el Bronce Italicense resultan separados y egercidos 
por distintas. 



1 Lln. 41. 

2 Un. tL 

3 Un. 42. QVIBVS PROVINCIAE HECTOH MANDA VERIT. 

4 Henzen. flBKi2. Pnietide mortuo Tel absenté procurator«m eiat riee proTin- 
ciam rexiaiie cooKtat. 

Un. 4<. PitOCVRATORES QVI fROVINCIAS fRAESlDEBVNT. 

5 ModesUno en el siirlo tercero eserlbfa: Dic- 4- ^ SI Rt hoe ad pronoosules 
leiratoa(|ue eorum et ad eoa qul provlnelU praesunu procuratoiviive prlnci- 
puui, qul in pruTlnclit tenentur. 

« Ft'NCIONAMlOS DE QUE HABLA BL BSONCB ITAUCBXSE. 

^orimci'S» MiMiarMirf. Prmrimcma imn 



Proconsulea. Le^ti AnirustL 

Letratl. Leiratl leirlonaiD 

guaeatorei. Prucuratore* AuBUstonim. 

luridlcL 

su ITAUA. 

Praeíeetl allmentorum. luridlcL 

Curatorea Tlaniui. PraefecU claaaliim praetorlarum. 

B3C LA CAPITAL DEL IMPBBIO. 

Tribunas plebeL 
V#BM MoiDlDaeii. BpbemcrlB eplBrapblca Vil. p. SV:. aRy4l#. 






}ajX^':A itíS¡tÍ 



•* 




145 
Las instituciones alimentarias, destinadas u socorrer los ni- 
ños indigentes, no surgen hasta que comienza el imperio, ni se 
desarrollan hasta que parecen vivificadas al calor de las nue- 
vas ideas, que se infiltran niaí de su grado en el espíritu pa- 
gano de emperadores tales como Xcrva y Trajano, Hadriano y 
los dos Antoninos, á pesar de las persecuciones de algunos de 
ellos contra los cristianos. Durante la roi)iíblica los socorros da- 
dos á los que los necesitaban, bien fuese en efectos • del consumo 
diario ó en numerario 2, no alcanzan á los párvulos. El i)rimero 
que de estos se preocupa fué Augusto '; pero hasta Xerva no 
son objeto de un cuidado especial por parte del Estado*, habien- 
do sido Trajano el que dio amplísimo desarrollo por toda la Ita- 
lia al benéfico pensamiento de su antecesor. La magnífica ta- 
bla de bronce de los Ligures-Bebiauos, que data del 101 de .1. C. ^ 
y la <le Velcya. tres aíios posterior en focha ^, que he visto en 
líomay en Parma. s(»rialan las grandv^ sumas dada^ ])or el sobe, 
rano r(»iuanto é impuestas por sus dialogados m hipotecas, cuyos 
r<'»ditos recaudados eran invertidos en pousioiu^s, (jue periíMÜca- 
m(Mite s(» abonaban á un niiinorí) dt»torniinado d* niños v do 
niñas. <1(» anttMuano señalados, hijos do padn^s indigentes. Los 
particular(»s mas ri<*os imitaron cu vida ó ])or testauKMito la 
munificoncia imporial, «lestinando buiMia partí» d(» su fortuna, á 
instituciones alimontarias (»n los municipios o colonias doiulo 
rosidian, <londo tenian su fortumi. o donib» radicaba su familia. 
La c(»lobrada inscripción di» Cr/iff Mtrrrlntt, m«*dio siglo liací» 
encontrada t»n Tvé'rtic'nin , v la m» inoims iiitoi*os;into do PHiiia 
CrriHn Srrtfii'ht. ol sobrino, doscubioría 011 ^%///o en ol sarcofaíro 
<lcl rov Lotliario. ambas ilustradas pm- H«>rglicsi ' muestran do 
qui» mo(l<» pMra(|Uolla i'*poca so atendía a la alimentación do los 
niños pobres por los porsonagos mas acaudalados. La carta del 
o])istolografo citado, tan gran amigo d.» 'i'rajuno. dirigida á Ca- 



1 Liv. -¿r». 'i. fí. 



1 Liv. 2r». 2. H. 

2 cío. E]»i»t. uil Atlic. Hi 8. y l«i. T. 

U Suet. Au;:. n. Aii;:iistinii c*oii|.M:ir.i iiipiiio rrPi*u«Mit('r «l«'-iisM*. a'! lie iiiiiinr«>s 
f|UÍ«l(Mii piHT«)s |ir:M»tfriss«'. qiiaiiiNis ante, ikui iiisi ai» iiii'li'riiiio aftatis anuo 
acci|»»*ro «•oiiMi«*s>#»i]t 

-I Aiir. Virt Kpíl. V¿. \. N>rva pUPllas pti«>ri»s<iiit> natos iianMitiluis ♦*;:t*stosis 
Kitiiu^tii |iiitin(*«i. i»Hr Halia»' oi»|)i4la. ali liissit. 

I. N. I.. i:r»i. Ks iiiuv il^rcct liosa la rUiíMon di- CturruríM. Moiiunicnta ri*lp. 
Llcurniii Hafliiaiiormn. Koinae. InH. 

6 Dejanniis. IM* Tabiilix ahiiitMitariis. Pnrisiis. \<t\. 

1 BortflieM Oeiivreü, IV. Uerlzlont* tli Terruriiia. \%\v¿. \c\i. iscrizione tU P.iir- 
buUio, ]»a^. IIU. 









y V- - <4 ' 



■ « - ■• m.- 



>•»!-•«*•*»■"•""• »• 



» .• '•■'P 



Í46 
ninio, explica la operación que había tenido que hacer sobre tier- 
ras de su propiedad, para dejar impuesto en ellas un vectigal, 
cuyo rendimiento anual se invirtiese en socorrer cierto número 
de muchachas y muchachos necesitados de Como, su pais natal * 
En Sevilla, la antigua Hispalis, se conservaba y he visto un 
trozo de inscripción, que ha sido felizmente restituida por los 
profesores Mommsen y Hübner y que contenia también la me- 
moria de otra institución alimentaria, análoga a lu de Plinio el 
joven y no de época mucho mas moderna, creada por una ma- 
trona ilustre, fabia HA(lríanÍLA^ cuyo marido, cuyo hermano y 
cuyo hijo fueron senadores *. 

En este punto la época de Trajano está dibujada con un 
breve rasgo de Üion Cassio, aquel emperador, dice el historiador 
griego, hizo numerosas donaciones d las ciudades de Italia^ para 
atender á la educación de los jóvenes ' y i>or lo que respecta á 
su sucesor Hadriano, aumentó las del que le antecedió *. Anto- 
nino Pío en memoria de su muger creó un establecimiento 
para alimentar niñas, que por ello se llamaron Faustinianas *, y 
Marco Aurelio en recuerdo de la suya fundó otro análogo lla- 
mando á las socorridas nuevas niñas Faustinianas •. Las mo- 
nedas ^ y las inscripciones han conservado la memoria de estas 
espléndidas donaciones imperiales • del segundo siglo. Pasada 
dicha época fué muy ])recaria la suerte de tales instituciones y 
ya no es de^ interés para el caso el seguir recordando sus vici- 
situdes durante los gobiernos de Pertinax •, de Dido Juliano ••, 
ni de Alejandro Severo *'. 

Para recaudar, administrar, v hacer la distribución de los 



1 riin. Ki>Í8t. VII. Ift. Acons<*Ja el bueno de Plinio á sa araifro que no ileje 
memoria alguna en efectivo a sus concluítadanos, no denapadezca. nt dUabatmr, 
ni en tiernu», no las t«'ii(ran tan aliandonadas como loi* hienes de propios, lo 
cual hacer ver que las municipalidades del secundo 8iirl<>a'lniiiii8trabau como 
las roodernaH. 

2 C. I. U. II. ini 
:í Dion. Cass. 08. 3. 

4 Spartian. Hadrian. 7. 8 pu^Tis et puellls, quibus etiam Traianua alimenta 
detuierat, incrementum liberalitatis a^iecit. 

5 t.apitol. .\nton. pius. 8. puelias alimentarias in lionorem Faustinae Fanal - 
Dianas cunstituit. 

6 capitol. Ant phllos. 20. novas puellaa Faustinianas instituit in honorem 
uxorls mortuae. 

1 Cohén Xlonnales imperiales 11. Faust. malor. n. f<w. p. 4Si. diva avc • 

FAVSTINA »* FVLLIAE FAVS1 INIANAE. 

8 orelH. a»». 

9 Capítol. Pertln. 9. 

10 Spartian. Did. Julián. 2. 

11 Lamprid. Alez. Sev. S7. 



: *^' - 



.^■. 



i^ii^ ',:.::' 



."T-. 




U1 
fondos destinados al indicado objeto fué indispensable determi- 
nado número de empleados^ que procurasen, á sus respectivos 
vencimientos, el cobro de las rentas anuales, que cuidasen de su 
conservación en caja y vigilasen á fin de que su reparto periódico 
se verificara con sujeción á la expresa voluntad del fundador de 
cada memoria. Los historiadores no han conservado recuerdo de- 
terminado de este personal administrativo, de que solo so tiene 
noticia mas ó menos circunstanciada por las inscripciones, que 
nombran á algunos varones consulares, dándoles entre otros 
el título de pkaefectus alimentor2/wí • y varios munícipes con el 
dictado de QVAESTor ALiMENTortt;^ ^, que en ocasiones se deno- 
minan QVAESTor ALiMCntorum CAEsaris ^, ó bien QVAESTor sAcrae 
pecuniae AtiMcntariae *. Además habia también en estas depen- 
dencias un esclavo cajero á las órdenes del prefecto ', que 
tenia á su cuidado la contabilidad de este ramo de la admi- 
nistración pública. Los cargos de cuestor y cajero al i aten (arios 
eran locales, y su ejercicio estaba circunscripto á los límites del 
municipio ó coh)nia, en que se egercía, mientras el i\ej)re/ecfo 
de los alimciitos^ designado por Uoma. abrazaba un territorio 
mas extenso, que comprendia mayor li menor número de pobla- 
ciones, como se verá en seguida, teniendo á sus órdenes á h»s 
otros dos funcionarios que se dejan mencionados. 

Augusto eliminó de entre los cargos de la edilidad el cuida- 
do de los caminos públicos, que encomendó á un nuevo magis- 
trado, que creó con este título •, y que es conocido en las ins- 
cr¡i)CÍones con la deu<mi¡nacion de cvrator viae ", añadicndosdc 
el nombre del camino, que le estaba fMiconu^ndado *. TanibicMi 
dan á conocer los epígrafes el cargo de cvrator viarvm sternen- 
DARVM •, como puramente municipal '** y que de consiguiente no 



I OrcUi 12bT. riGl. 

í Henzon. «HK 351 r "A'Xk "IC 

3 Henzeii. «<»». 

4 Hetizen. MC7. 

5 Heuzen. €607. serviis arckaríiis qvi et ante ecit rationem alimen- 

TARIAM SVB CVRA PRAEFECTORVM. 

• Siiet Aiier. 9^. nova ofücia exco^^itavit: ruram operinu i»iibllcorum. viaruiii 
tiiuarum 

1 I. N I. .V») 

8 I. N. L. ft>*<». Ciinitor vlap Olandlae. 4\V). rnmtor viae Flainiíiiae. X>to. Ciira- 
tor Tlae Latinae. 433t). Curator viaruui l.abicuuaf et l.atíuatv (»<i. Curutor viae 
Praenestlnae. 

• I. N. L. 4^1. 

10 I. N. L. ind. XIV. p. 473 col. 3. T. Ciir.iror rllf^ doiKlc indica Moiniusen que 

dlOllO cargo •d muntrú mmnicipmiia f trtinet. 




.flí .*^ 



148 
liav que confundir con el del otro funciouaríü de más elevado 
orden gerárquíco, que vigilaba sobre el sostenimiento de alguna 
<i de algunas de las grandes viasdet imperio •, diferenciándose, 
pues, entre sí, lo mismo que se diferenciaban las carreteras del 
Estado de los caminos municipales. 

En ocasiones aparecen reunidas las funciones del cnralor 
riarum con las del cu rotor alüneníorum y á veces * estos cnra- 
foros se denominan también jirocuratores ', tomando unos y 
otros el nombre de prefectos *. 

Como no es estrafio el ver egercidas las funciones del 7>/r- 
Jecto (diitteéitario por el mismo que tenia á su cuidado uno de 
los grandes caminos de la Italia, con oportunidad hace notar Bü- 
clieler quo en el Bronce Italicense no aparecen reunidas las fun- 
rionos del praefectws alimentorvm y las del cvrator viae lo cval 
rs na f/rare tesliinonio tjne ¿nn** dv Hifuü/ieslo qar en los (lias dr 
Morco AarrVio K^^\\^ soberano separó \\\. ¡irejvctura oliiurntarui 
de la cúratela de las vias pñhUcas^ en armonía con lo (pie á este 
ju'opi'isito refiere Capitolino en la biografía de dicho empera- 
dor *. Hirsdifeld ]K)r su parte ocupándose del cvratori provinciae 
de (pie habla (»1 Bronce en otro lugar* entre los funcionarios de 
las nígiones di* la Italia, previene con acierto (pie semejante 
título //// dr ennieiuhfrse necesor¡aiiiriife por el dr cvratori r'iae, 
en armonía con lo (pie aparece (*serito pocas lín(*as ant(*s'. 

El liltimo funcionario de (pn» s(» ocupa el Bronce Italicense, 
como encargado de hacer cumplir el senadoconsulto, (pie iba á 
votarse, lo (»ra el praefect//.v classis praetoriae *. retiriéuíhjse tan 
snlo en esta parte á las region<*s d(» la Italia. 

Augusto había establecido dos escuadras la d»» Mísena. en el 
mar 7y/VV'//o y la de líávena en el Adriático^. VA empera(h»r 
como generalísimo de mar y tierra era (»1 gefe nato d(d ejército 
y (le las armadas á las (pu» <Miv¡aba prrf retos, que (mi su nombre 



I I. N. l.. .>ill. Vl:ir íiiiii Ciirntor, ««xlni rirbom) Rvoma«»)«»x SvonatiiKí Cíon- 
Kiiltot fp «itiiiiniiiPiiiiiiin. 

'¿ I. N. L. ¿líH. cnfíHor» VíaMniiMIlHurtínae) V:ilM»ria»») #>t alhiKoiitorniiiV 

:< I. >. I.. í»«7. l'nMMirator» AiitMisti' Viae ostvieiiKfs»> t*t Caiiipiaiíao) :iíilo. 
proc Mrat«»r» al«ni<«*iitorii:ii» Viap Fl«a'iii iiifa«M. 

I llcii%*'ii «'«r*:» l'rai'fMM'tiiK» alinitMitoniiu) |N*r A«Mn{Uaiu,Oreni. nfól.Muriiii Frat. 
.\rv. |i. «íTi. l»^a^»^#»l•t1ls» aliiii« iitoriiiii viae Flamliiiat*. 

.*• ('a|»it4ilin. AiiUMi. pililos. 11. 

«i l.iii. .Vi. 

• l.iii. i:«. 

H l.iii. II y TA 

*.) siifft. .\ii;r. fi. ciassem Misciii el altcraiu Kavciiiiuc aci tuleiam 8Up€ri et 
iilíeri maríH eoUocava. 



« . 







149 
las irobcrnascn *. Del 71 al 127 de J. C. una v otra flota recibió 
el título Ae praetoriaxí segiiu la conjetura de Perrero ^, sin que 
veiniaderamente pueda determinarse el motivo (jue provocó el 
que se le diese semejante calificativo ^. Opina ol mismo escritor 
antes nombrado que en el periodo neroniano no solo se usaba de 
un apelativo determinado para cada cual de las dos escuadras, 
que guardaban las costas italianas, sino que taml)ien apnrecian 
separados los mandos respectivos de ellas \ 

Entre los diversos prefectos de las armadas romanas, cuyos 
nombres han licitado hasta nosotros merecen recordarse Cavo 
Plinio Secundo, á quien ya he aludido en otra ocasión, que re- 
gia la flota de Misena cuando en el 79 de J. C. y en los dias 
de Tito, ocurrió la formidable erupción del Wsubio que scípultó 
á Pomj)eya ^; Marco Calpurnio ."^éneca del l.*}4. cu (jue imj)eraba 
Iladriano y de cuyo i)ersonaje habla una piedra, (juc se cons(»rva 
en Sevilla, en la (jue se le n<mibra PRAEF/r//'6- • classis . misenensis 
primero, así como después pxAEFCcfas • classis . praetoriae rayen- 
NATIS *, y por último Publio Cominio ClenuMitc. (jin» fue pRocura- 
tor Avcusti XX. HERcditatum per Hispaniam ciTERÍ<»rcm. habiendo 
descmjHM'iado también los cargos de PRAEF(»ctus ciassivm praeto- 
riarum mi?enensís et RAVENNatis por los dias ;icaso de Marco 
Aurelio '. 

Kl PRAEKECTUS CLASSIS PRAETORIAE (Icl l^mUCC ItaÜCíMlSC S(» H*- 

ticn*, pues, tanto al g(*fe de la flota estacionada «mi K avena co- 
mo en Misena. 

Ks por demás sabido (jue una sedición <b'l i'in'i»ln provoí-o. \\K\ 
años antes de .1. (\. la creación d»» los dos ]>riinií¡v«»s tribunos de 
la plebe, como valladar contra la int(dcrancia des]HÍtica de los 
cónsules patricios *. Su preponderancia Hn» cre<-iendo sin c<*sar 
hasta «jui» lleg<') Augusto. <juien conservándola in^titUí-ion. anulo 
sus alcances, variando la manera de ser del listado, por ello en 
el siglo segundo, cuando impetraba Marco Aurelio Antonino el 



4 Kriiiaiio Kern^ro l/ordíiiaint»nto <leU«^ ariir.tto romane i>. :^*. 
•2 ibMhMn i>. »»«*». 



:< n>i(l(*m p. '•'». 
4 U)i(toiii p. "il. 



:» PUii. KpiKt. VI. m. 
»•» C. I. L. II. M-^* 

1 C. I. I.. V. *VO. Vrusju la obru cita«la ilr Fi'rrvro, IA»plinaiufiiio »U»II«» ar- 
uiate román»' p. TJ v ll. 
« Clc. De n»puij. 11. 31. 






150 
TRiBVNVs pLEBEi cra uiiE vaua sombra de lo que antes fué esta for- 
midable magistratura del periodo republicano, que entonces con- 
movía las masas á su solo impulso, teniendo á raya con su em- 
puje poderoso á sus antagonistas los patricios, y seis siglos 
mas tarde pasaba sin ruido, no recordando siquiera lo que había 
sido, ni conservando el menor rasgo histórico de su vieja fisono- 
mía plebeya. La casa imperial, y en su representación los mismos 
soberanos, acabaron por absorver la ya desarmada potestad tri- 
bunicia, haciéndola una dignidad sin alcance político, inherente 
al imperio ^ 



1 Suet. Au^. r?. trlbunteianí potetutem p«rpetnam r<»e«plt. 

Kn la nou • de la pAirina 444. donde ae habla da loa niDelonartoa de la» 

rroTinclaa Imperialea, deapuea de loa Proeuratorea Atiffuatomm en tm da 
uridicl debe decir, Vlri ciariaaimi qui iua dlcuni. » «« «« 










VÍIII 



DEL SENADO Y DE LOS CONSEJOS DE PROVINCL\ 



La transformación do la República en Imperio trajo consigo 
como consecuencia inmediata y necesaria la alteración de cier- 
tos elementos constitutivos de la organización jwlítica del Es- 
tado. Una de las modificaciones mas sensibles fué la introducida 
en la manera de liacer las leyes. Ya Tiberio (juit^) al i)ueblo el 
derecho electoral, sin que este, que se muestra un:is xocoi^ ciega- 
mente dcsjKJtico, otras por completo indiferente, y siempre tan 
ignorante como fanático, se quejara de semejante medida, con- 
tentándose solo con Tfiíurs mu nmf raciones *, Mas tarde según 
el texto de un Bronce, que he visto en el Capitolio se confiricí 
á Vespasianc) la facultad, (jue habían disfrutado Augusto. Tiberio 
y Claudio, de reunir el Senado. proj>oner una h»y y prov(»car un 
senadoconsulto *. Antes de esta fecha el primer eiupera<lor había 
tenido que arrojar del alto Cuerpo del Estado a^juellos senadores 
indignísimos, que en niimero de mas de mil, haliian invadido 
tan alta asamblea rn turba inculta y sórdida j)or méritos de sus 
buenos servicios en el villano concierto, (jue prov(»eo el cobarde 
asesinato del primer capitán y del i)rimer escritor de aípiella 
a.sendereada Kepiiblica. que anduvo siempre dando tumbos en- 
tre las exageraciones desmedidas de patricios y ])lebeyos *. 



1 TM. Ann. 1. 15. niai inani mmorr. 
1 C. I. L. VI. «0. 

9 8u«t. OcUt. 3 derorinl et incondlta turba (•rant eniro snp«r mUle et 

qwldam Inniirnisaimi. ...i 



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Í54 
la nación, cntrcl ciiVas (tos cntictadc? .se compartía la fiíciiltad 

(lo hacer las leyes. 

Pasando ahora de estas consideraciones generales al examen 
de algunas fórmulas especiales del nuevo Bronce Italicense, lo 
primero que se hace notar, como ya antes he observado, es el ca- 
rácter personalísimo del documento, el uso constante de la pri- 
mera persona verbal y el sello de actualidad que le presta la re- 
petición de los presentes di? indicativo, todo lo cual patentiza 
que elfragmcnto epigráfico descubierto contiene el trozo de un 
discurso pronunciado delante de alguna corporación. Los vocati- 
vos conteniendo ya los nombres de los soberanos, ó bien sus títu- 
los gerárquicos *, como (jue dan á entender que ambos augustos 
presidian el acto. La referencia al acuerdo, que vá á tomarse * 
V ser el objeto de la discusión una reforma, quó proponian 
introducir los emperadores sol)iv los juegos gladiatorios y de 
que acababa de darse cuenta, conduce como por la mano á 
suponer que se trataba de un ])royect<) de ley, presentado á 
los senadores ' por Marco Antonino y Lucio Ounmodo *, para 
apoyar el cual habia tomado la palabra un magistrado superior 
como el cónsul ^. 

Tal fué la opinión (jue forme en Sevilla cuando leí por pri- 
mera vez el texto, (jue me di<'» á conocer el ])rofesor Hübner: 
mas tarde al (»xaminar de nuevo con mayor detenimiento este 
epígrafe hubo de llamar mi atención el júbilo con qut? fué aco- 
gido por los sacerdotes de las (íalias el rumor, (pie c(mienzó á 
j)ropalarse de que se reluijaban las utilidades d<» los lanistas y st» 
suprimía el iinpu'^to fiscal *, así como las refer4»ncias (jue se 
hacían mas adelante, indicando los recursos (jue de continuo ele- 
vaban álos emp(»radores lo^i sacerdotes provinciales. ])¡di('Midoles 
(jut» moderasen los enormes gastos d(* los (vspiTtáculos, (jue por 
razón de su cargo s(» veian obligados á dar anualmentí» con gra- 
v«* detrimento d*» sus int(»r(*ses y de los generales de la provincia, 
(|U(* tenia í|ue concurrir tambim con sus fondos al sostenimiento 
de tan ruinosas ti(»stas '. Toilo ello como «jue hacia compn*nder 
(jue la iniciativa de la reforma Ih^vala á cabo por los soberanos 
habia partido del Co/isrjff prori acial drías Gal tas. 



\ Un. 6 y 12. 
i Lili i\ y 'U 



2 Un '¿3. 

(i 1.1 II. ]:i ü QO. 



íl Un. C y 13 4 Un. líl, 

7 Un. in ü IS y W ú \L 






llWl I Mil m-»^ '—.Jk.4 






É»^.. 




ísaf 

sol *, disolviéndose la asamblea tíua vez uítímado el objeto, por 
que fué convocada y levantando la s2sion el que la presidía con 
las conocidas frases: iiadres conscriptos^ no teacinos por que dete- 



neros * 



Kl Digesto da á conocer en muchos pasages algunos de los 
pormenores, que se acaban de indicar, habiendo conservado va- 
rios trozos de diversas oraciones, encaminadas al sonado por Ha- 
driano y por Severo ^, mientras en otros lugares solo se hace re- 
ferencia al proyecto imperial presentado á dicha asamblea *, que 
servia de fundamento ú un senadoconsulto, como el de Marco 
Antonino y Marco Cíhnmodo ú propósito de ciertas responsabi- 
lidades tutelares *. Estos proyectos eran en ocasiones aceptados 
al pié de la letra por los senadores * después de haber sido leidos 
ante ellos por el qnacstor ca adida tus jirincipis ^. Aun se registra 
íntegro en dicho Cuerpo de leyes un senadoconsulto sobre de- 
rechos hereditarios, (jue fué apoyado por los ct'msules y píxi- 
puesto por Hadriano **, debiendo hacer notar por último como 
circunstancia especial, que cuando en el periodo republicano, 
luiría el 185 antes dt» J. C, el cónsul Spurio Postumio Albino dií'i 
cu(Mita al senado del peligro que amenazaba al Estado ' á con- 
secuencia del desarrollo chmdestino, que había tómalo la socie- 
dad secreta de las Bacanales, imp(n*tada de la Etruria. los 
conscriptos acordaron ante todo que se tributaran gracias :il 
ninsul '** por el tacto con que se había conducido en tan pavoro- 
so asunto. 

Sin (Mubargo no (l«»be i)c»rd<»rs.» d»» vista (pie e>t«* es un acci- 
dente aislado, (jue no paroci» ((uc deba rei)etirse <mi la cjínca im- 
perial, en razón de las variaciones políticas, (pie el cambio d(* 
gobierno trajo consigo en (irden á las relaciones n^spectivas 
de (?1 gefe supreniojbd Estado para con la primera asambl(»a de 



1 C9\\. N. A. u. ". >í. 

? (aiiitolin. Ant. p!»il. 10. 9. nihll vos raorannir, patres c«)nsrrii»ti. 

3 iMíT •» n n I)i^^ n. 9 jj. i. 

4 í>í*r. *¿. I'». 8. pr. WirM« .l/i'n«« or.i/#.»w in nenttté reriitta rffe.ti. 

P;tr. 'A 2. Ct\ :iii s*Mit«*iitia or.ití >in.s ooiitiiii'tiirr 
Vi'aKe tainhien IHtz. *¿l. 1 32. S. I 

C Pít: IKI. 2 PI. '¿uim rt $e»'ítHm <-u«»«//iif;i •^rtitum eni. 

1 Vi^. 1 VA. 8. -2. 

H Dijr. 5- :i. íM. Jí. C CoiisulPS ver!>M f«»corii!it «P» hls, i|n;i^ H;ulrianiií* 

A«ír"»*tus iinpt»rsitor maxlmiisíine princeps projiosnit. 
» Lív. :n». 14. 3. rom a«l sonatiim PostniniusUrfert. 

10 Mr. a». 14. .V cenMiiit auteni s«natiiH (rratia.s roiisuli aprendas. qnixi eaiii reiu 
el cuín Bini^nlari mni et sine «lio tuinnlto InvpstIiraKHpt. 

20 







•• ■»►■ ; • • 'Z, *« 



rizada del distrito, á juzgar por un testimonio histórico de fecha 
posterior al siglo segundo \ formando dicha asamblea los dipu- 
tados, que enviaban las poblaciones mas importantes de la pro- 
vincia, á la designada para celebrarla ^, siendo su principal mi- 
sión el noni1)ramiento de los flámines y sacerdotes provincia- 
les *, cuyo cargo era anual, según lo ([ue (enseñan algunos epí- 
grafes de la ulterior, en los que también se habla del Concejo 
de to(h( la irrovincia Bctica *. 

Además en un dia determinado celebrál)ansc grandes fiestas 
entre ellas espectáculos gladiatorios ®. á las que asistian en sitio 
l)retMninente los legados de las ciudades, que constituían el dicho 
Consejo proviaeiaL En sus sesiones se decretaba la erección de 
estatuas á los gobernadores d<;l territorio en recompensa de su 
excelente administración *, ó se elevaban quejas al emperador, 
cuando no cumplían con sus deberes •, todo esto directamente 
sin la mediación del dicho funcionario, que debía intervenir 
por contra en las quejas de los particulares y de otras corpora- 
ciones ^, contestándole también el emperador directamente •**• 

Las inscripciones dan á conocer (jue en la ulterior hubo 
igualmente un consiuvm vniversae pRovinciae BAETÍcae, que nom- 
braba los flámines provinciales y les conccHÜa á veces estatuas 
después de terminado el llaminicato **. en recompensa de los 
méritos contraidos en el (ejercicio del dicho sacerclocio. 



1 Amin. M:inv XXVHI. ti. ",. (.TIiiJ. r.» a«llíi|»so le^-itliiio <!ÍP consiMi. quoil apii«i 
eos est niiiiuiiiii. V»»;ise taiiitiiiMí H:m'Ii«»I Cnrims l«*i:uiii ii.» U'l U M. J. c.» ser- 
vata i>()>;ili:ic f|iMt:innis sin^riilis (*niisu('tii«iiii«*. 

t Mnib. XIV. \\. :í. 

:< C. I. L. II. I'».V*. OB LECATIONES . IN CONCILIO P rn\ iliriiU» H ir|)ailij:r 

C itriinris . 

A C. I. 1-. II. ^Ü'^. FLAMINI . ROMAE ET AVdlSli PROVINCiaO . HISPANÍa** 
CITERÍ<»rÍS. (- I, 1 . II. 40|s. SACERDOTI . RO.VAE * ET . AVGII>IÍ Pro\Í||«Ía,l 

HÍs|»aiiiao citrriorís. 

S r. I. I.. II. 2«I. CONSVMMATOriDN OR .. flaní ONf. r. 1. I.. II. •r.MX 
PERACTO HONORE FLaMONí 
o Ilion. CasK. 51 \t¿. Kplieiii. epi;:. I. p. 'ifui 

-: r. 1. 1.. II. v.ni oh m^ rita virtvtvm omnivm qvae p^r a<i mi- 

NISTRATIONEM PROVINCIAE <.(» NSENSV TOTIVS PROVINCIAE Mtat;VAM 

MARMOREAM erpUvSTREM ORDO CIVITATlS POSVIT, 

H Pliii. Kplst. III. 4 '.'. I«*iratl proviiiciae lia^'ticae qiievtiiri de proctiusulatii 
Cat^silii ( huiKiri. advocatiiiu iiie a Seiiatii petieruiit. 

P.ptiem. epii:. I. p. 2ir>. Aniin Mnrc. XXVllI. n. T ndlapso le;ritiine ilte eoiuiíü... 

croavon» leíríiloH utniíe lacriiiio.^as pn»vliiciae ruinas docerent Intrepidc. 

9 Klav. Joseph. Ant. lud. XX. I. «. 2. Co'l. Insl. 10. 05. 63>6. 
I" Dlp. n. 14. r DIC S. \. T,. 
41 C. 1. L. II. ttl\. £114. 2221. 






loo 
Desde el adveniíníeuto del imperio surgid un nuevo culto, na- 
cido de la apoteosis del primer Augusto, aun siendo vivo, culto 
que exigió sacerdotes, que no le escaseáronlos pueblos ^ Tar- 
ragona fué á lo que se colige la primera ciudad en la que se 
levantó un templo dedicado á la divinidad imperial, que re- 
compuso primero Hadriano ^, y que mas tarde soñó Septimio 
Severo que también reparaba ^, cuando en el 178 de .1. C. el 
emperador Antonino el filósofo. luil)iéndolo designado para la 
pretura, lo envió á la Hispania. De este templo y de este ara con- 
sérvanse recuerdos manifiestos en diversas monedas romanas de 
la Colonia Vicírix Tr'ndtiithaüs Tarraro. en cuyos reversos se 
lee el nombre de Augusto después de muerto, divvs avgvstvs 
PATER, á veces bajo la forma de deo avgvsto y con la dedicación 
del indicado templo á la aeternitati avcvstae *, para cuyo servi- 
cio fué necesario crear una nueva gerarquía sacerdotal. Kst<» 
culto v estos siicerdotes no tuvii»ron el carácter local de una 
colonia ó de un municipio aislado, sino el de toda una pro- 
vincia como la citerior, así es (jue eu varias iuscrip(!Íones se 
conservan los nouibr(*s de diferentes funcionarios revestidos del 
cargo de flántrn ú di» sífcerdnfr tic Roma y de A agifsfo de hf 
jfroci/iciff de hf JI¡spnn¡a clífrior'* l'no de i'<Ao^jláiiiines prortH- 
cíales, ejercii) á la vez el cargo de cvrator templi '. Senujant(*s 
personages subianá pu(»sto tan elevado después di» haber desem- 
peñado en las respectivas jMil»]aciones, ;í 4jue jM»rtenecian. los imu- 
pleos mas altos * y eran (degidos para tales sacerdocios y>o;* de- 
creto del Consejo pí'orittf'lffl de la dteeifte **. siendn con cuyo 
motivo cuando iMiipie/a á figurar en las inscripcioni^s la institu- 
ción. <|ue tambicn data de |»riucipios del imperio. <lel Consrjn dr 
provincia, Heuníase (*ste anualmente en la ciudad mas caracte- 



1 Tacit. Aiiii. I. T^. t»'nii»lnm nt ¡n 0'»lonia Tarra'*«»n»Mis»» striMTPTnr Anyu*ito 
|ipt*>ntll»tis liís|tanís |»<>riiiissuin: «latuiiniti»' iii oimifs iiro%-iiiri:ts e\eini>luni. 
giiiiitll. Iiist. orat. 6. :< "7. Kt Aiiirnstiis. niiiiriaiitilms TarracoiifiiKíhus, paliiiam 
111 art i*hi.s Piiatam. it¡»iHti^t Imniit «/kim» ^ir/r ttrreu.i.ittt, 

t Sirnrt. naMriuii. \'¿ :<. l*«»st h.iec llíspanias |M»tít «»t Tnrracoiie Itioiiiavit. \\h\ 
ttuiuptu Huo af»ü»*iu Au^riisti n»stíniit. 

a Spart. Se|»t. >i'ver. y. 4. Tuih' a«l Hisiianiain tiii^siix soimiiavii prínn. >[U\ 
lUci, nt teiiipliim tarraooiM'ns»» Au;:iisTi. »|uua lam lat>(*ttatur. restituir»»!. 

4 liel^^ado laiu. CI.XXVM iniiiiero> "o a "M. 

:> C. I. I.. II. V/t". C. 1. L. II. \i\< k*\ passiin. 

r. c. I. L. II. vífn. 

• C. I. L. ll, W3I et passiiii. ÓMNIBUS UONORIBIIS IN Rtllliilirü bVA 
rVNCTO. 
H C. 1. L. n. «5. C. VIRIO FRONTÓN! FLAWini provinclae liI^pailíJli» cl- 

teriori»; ^^ (couveutu) tvctNS . tx decreto concili. p. h. c- 



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158 
fuiíciouanos *. A Oste arca délas Gallas se llevaba lo que se re- 
caudaba en las ciudades de provincia , con cuyos fondos se 
atendía á los gastos de las fiestas anuales, que desde la inaugu- 
ración del ara augusta, doce años antes de J. C, ise celebraban 
periódicamente, aun después del siglo segundo, en connienio- 
rdcion de tan fausto suceso *. Entre estas fiestas figuraban bis 
espectáculos gladiatorios, como también debieron figurar en las 
que costeaban los mismos sacerdotes provinciales al entrar en 
el egercicio del cargo, para el que habían sido elegidos por el 
Consejo pro cinc i al de los tres Gallas ^. 

Que los cuantiosos desembolsos que talos fiestas originaban, 
pudieron causar la decadencia de las ciudades, provocando tam- 
bién la ruina de sus magnates, nombrados sacerdotes provin- 
ciales y obligados á hacer tan enormes dispendios *, no puedo 
ponerse en duda, si se recuerdan algunas de las sumas emplea- 
das por ciertos magistrados en festejar al j)ueblo *. 

Pudiera haber acontecido que los sacerdotes de las Ualias. 
cansados de tener que apelar periódicamente al soberano, para 
que los eximiese de los dispendios de los espectáculos, (jue de- 
bian ofrecer al pueblo al tomar posesión de sus cargo.s. en mía de 
las sesiones de la asamblea provincial acordasen recurrir á l<>s 
<»mperadores en corporación con los legados de las ciudades di* 
las tres (¡alias, en demanda de que se redujesen á las dichas po. 
blaeiones y á los favori»cidos con el sacerdocio provincial las 
cuotas, con que respectivanuMiti» del)ieran contribuir para el ma- 
yor esj)h»ndor de tales fiestas aunabas. Posible fué también qm* 
en la asamblea did año siguiente se huluosf» dado cuenta de la 
modificación introducida y <le la tarifa fijada para los juegos 
gladiatorios. cuya medida «equitativa pro(luj<»segran contento en- 
tre sacerdotes y legados reuni<los en **! Consejo j)rovincial de las 
tres (jalias, toda vez (jue los purticulan's y las ciutlades qutula- 
ban favorecidas grandemente con la rebaja de su tributación 
respectiva. Pero aun en <*1 caso que s<» admitiera esta hip<'»tesis. 
es siempre en el concepto de dar por sentado que el ('onsi»jo 



Niaruin Irei prorinvt ;te firallilIC. 

2 nioii. CasH. 5L &. 

.•« Un. 13 á »>. 

I I.iii. 13 á iO. 

•1 Spartinii. Hadrian :i. ^. praetor Cactus cst cuiu 80i»terti*jui iieruní xtrivj» 

aU ludOH eütfuüon a Traluuo acct^pit. 



'>^-jíi 4í 



* X. 



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i¿*f>Í«»'«j*.« -■ -• ür 4>N ■ «^' ^ *?y' 



¿:¿^-^-x:^: 



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jirovínciaí de las tres Gaíías pufío directamente elevar su recla- 
mación á Marco Antoniuoy suliijo ', y estos entenderse también 
directamente con los delegados de semejante Consejo *, con- 
testándoles en el sentido que á bien tuviesen. 

Poco antes he dejado establecido que los emperadores presen- 
taban al Senado el proyecto de cualquier medida legislativa por 
medio de cierto discurso escrito ^. que era leido por un funcio- 
nario especial * á los conscriptos, los cuales después de discutir- 
lo, votaban en su consecuencia un síMiadoconsulto. La oración 
imperial no determinaba, sino proj)onía. y por eso en ella los 
soberanos solo exponian su opinión particular*, mientras que el 
síMiadoconsulto hecho á pro})uesta imperial •, contenia una de- 
cisión concreta y obligatoria, como ley general del imperio. 
Por ello en el epígrafe africano, que comprende el referente á las 
ferias, que debian celebrarse en el l»osque Beguense se dice 
que está tomado del libro dr las srtifrticias ps'onnndftflas por 
el Srniiiht '. y por eso cuando los dichos sobiM'anos se dirijian á 
los Co//5/yoóy>/*or/>i^/V///'5 satisfaciendo á sus solicitudes. lo hacian 
valiéndose de un rescripto *. (pie ecpiivalia á respuesta. 

Sabido es (jue los emperadores de tal(»s tiempos contestaban 
jMir medio de los diclios rescriptos ;i las peticiones, que se les en- 
caminabun* y ;i las dudas que se les j)rcs(»ntaban, existiendo fnig- 
mentos de semejantes documentos en Ia< copilaciones l«»gales ***. 
en las (pie se ve (pie en ellos no se usa de las frases (pie st» en- 
cuentmn en los ])royi*ctos de lev. sino de f«»nnas preceptivas •*. 
V en efecto, los sobi»ranos le^'-ishibau j)or lu mIío d(» decretos y 
de í»píst(das •*. y el rr.scrijtfo un era (líra eo<a i\\\r la misuia 
ep/stolc, i:inn(i ya lo cnnsi^»-iM» Cnnstantino ma^'-no en 'M4 (b* 



I PUii. KpiKt. n I. 2. Amiun. M;inv í^ T. iV 
•I IHü. 4- U U. 

:i ln:r. 5. ^ 22. Di;:. iV. I n>. lu- r.. i«. :. 
4 iHtf. I. i:<. *. 

r» lM*r. "/«. !♦. 2. f»»*i7 noi-iuJum rrtm^n, 

6 l»t;r. ^. 3. 5^>. e'*nnttU* r^th% f.f^rwii ih ln^, '¡u i^ II éJriann* imp*r,tU^r ^ 

propia Mil. 

* r. I. L. VUI. Tt^. 03t llhro >i«Mit(Mitiariiiii in s»>n:ito dictarum 

K iHtr. <n. 14. r IV at»i;;ei4 puiii*Miilis it I <Uvii«i n.i'lriHiius CdtisUio na^'tica** 

reticri|)KÍt. l)i»r. 5 1.37. «lívus Hmlrlainis "'•» v.i"'t*t zün ^izzxtsuri (;raoce resrrlp- 
»lt. Kn la VuHaic. et rom. It*^ oolIaiK» 11. T 1 y 2 a** liahla tainhl«*ii d»M W\x % 
ilel r*»íK'rlpti» «!♦» Hadrlaiio Kottr»» los quo n^tmi ;r.iii:i«loH. thuieit^ reproiluci«*n<lolii 
con iiiaa ♦•KteiiHloii i\\\(* elD:^*?it» t*:i **\ pi'»i.'* a'it:*^ ritiio 

^ Su»»t. Oct. 40, TíUf»riti prorlitMiti ;:r:if»*o pt>t?*nti i<»ci:ivins) rescripsU. 

!•» l>Uf. 22. ^. •*■ W- í. 2. :i. tres r»*>rrlpTos <!♦» Madnano. |>l^r I. 6. 1. ins- 
cripto de Marco Antonino y Lucio Vero. 

• l I. N. !.. 4^>l. edU. Venafnuium. 

U Clal. liiKt. 1 5. 



i'^^í^.ító-k. 




y* 



*. : 



«i *-. 



\7^ r.- 4 *^^.i*y r- 






160 
J. C. '; si bien (íc fecíia líias antigua sea ía fórmula epsfofa 
rescripserunt^ refiriéndose á Severo y Antouino ^, es decir, 
por nicdio de una epístola respondieron^ lo cual concuerda per- 
fectamente con dos pasages de los conocidos fraginentos Va- 
ticanos ^, en los que se llama epístola al rescrijHum y consti futió 
ú la epistola^. 

Ejemplos so conservan en las antiguas inscripciones de se- 
nadosconsultos, de decretos, de edictos y de epístolas imperiales, 
cuya simple lectura hace conocer sus fórmulas especiales y su 
manera dispositiva *. 

Sentados tales precedentes, es indudable, como acabo de 
decir, que el Conhcjo provincial de las tres Galias ])udo acudir 
directamente á los emperadores en solicitud de que se remedia- 
sen los graves males, que aquejaban á los pueblos de aquella 
circunscripción con motivo de la excesiva tri])utacion, que se les 
exigía anualmente, y á sus vecinos mas acaudalados, siempre 
que eran elegidos sacerdotes provinciales, con el fin de dar á 
los lyoneses espléndidos y ruinosos espectáculos gladiatorios. 
Por su parte los príncipes también pudieron contestarles, direc- 
tamente por medio de una rpistnla, rebajándolos gastos de tales 
fiestas, fijando sus diferentes clases, sc^gun lo que en ellas se 

invirtiese, v establcíciendo una tarifa detallada do precios, me- 

%■ I 

dida que hubiera tenido un carácter puramente n^frional. De es- 
ta nueva constitución imperial debería haberse hecho r4»lacion 
en el dicho Consejo de j)rovincia, acordándose línica mente dar 
las gracias á los sobcM'anos por los remedios tan etícac(»s adoj)- 
tados, para conjurar las funestas consecuencias y las inminiMiti^s 
catástrofes, que se temian de no haber acudido tau pronto á 
atajarlas. Pero ya se ha visto que la cosa no pasci <le <*str modo. 
También j)udo Marco Antonino por medio <le una cpistuln eon- 



1 Cod. Theod. 1. 2. 1. ut rescripta vel epistolar potiu» nostras 

a Diíf. ». 4. 46. R. I. Ídem aiitoiu ea<loiii enfstohi n*M*ri)»spriint. 

!) Frair. VaUc: 923 qiiofi iiis veiiUex (>piKtuI:i ilivilhulriani i|uaiii scripsit Clan- 

fUo Saturnino Ipfrato Helfricae. Qiiae conMitutio vldetur <to Iiik lo<|ul 

Fra<?. Vat. VXí ct Ita Hadriun» ipücripto Kf^'-niHcatnr. Quu:ii «>pistulnui 

iniperator noKter¡ciini natre Interpretatus pk:...... 

4 5M) eatablece en el I>i^. 49. 1. 1. (pie de la »<>ntencia dictada ron arre^In á 
un reacrlpto Imperial purde apeIarK(*.sifnii»re(iue Iuh funili*ni(>nto8 r|ii^ fuenm 
dadoa tí conocer al aol>erano y «irvieron de i»ast* á au rt^sulucion. pueda probana 
que hablan aldo faliu)R. 

5 Bruna. Funtea luria edlt. Mommaen. n 151 á230. Véaae el EJi'ium Vimafn.mumne 
Autfuato. la Epiiiula oH Sahurrmn de Vespaaiano y el l^r^m-n d«* Marco Aurelio 
Antonino y Lucio Aurelio Coromodo sobre el amojonamiento de deterroinadoa 
te rritoriot. 



i^ :v.iwKíásK¿s;?.::í:í ..»: ^ i r\ ^^ 



* ^ • • ' -vi* 



* ^i 



Itrovíncial de las tres Gaíías piiiío (íircctameiife elevar su recla- 
mación á Marco Aiitoaino y su hijo ' , y estos eutenderse tambieu 
directaineute con los delegados do semejante Consejo*, con- 
testándoles en el sentido que á !>ieii tuviesen. 

Poco antes lie dejado establecido que los ciTiparadorcs presen- 
taban al Senado el proyecto de cualquier medida leg-islativa por 
medio de cierto discurso escrito ^. que era leído por un funciu- 
navio especial * á los conseripto.s. los cuales después de diíscutir- 
lo. votaban en su consecneucia un scnadoconsulto. La oración 
im]ierial no determinaba, .sino proponía, y por eso en ella lofi 
soberanos solo exponian su opinión particular', mientra* que el 
senadoconsulto hecho ¡i propuesta imperial *, contenia una de- 
cisión concreta y obligatoria, como ley general del imperio. 
Por cUo en el epígrafe africano, que comprende el referente á las 
ferias, que del)ian celebrarse en el bosque llegúense se dice 
que está tomado del filro de h/s sciüciicitis proniuicifífías jior 
rí Sfiiiiihi ', y por eso cuando lo.~ dielios soberan'fs se dirijian á 
los C'íí/íí'y'os^í/'wr/'wciVí/í'i satisfaciendo á sus solicitudes, lo Iiacian 
valiéndose de un rcsci'lptv *, que equivalía ;i respuesta. 

Sabido es que los i'mpera'lores de talos tiempos contestaban 
(MU" ineilio de los dichos rescri]itos á las peticiones, que se les en- 
(■;iniinal)an*y :t las dudas que seles ¡)res™tab:in, existiendo fnig- 
ineutos de semejantes documentos cu la-; (-opilaciones legales '". 
en las que se ve que en elbis no se usa de his frases que se en- 
ruentnuí en los provectds de ley. sino de formas preceptivas ". 
V en efecto, los soberanos li-gisbiban por m 'dio de decretos y 
de f'pistolas ". y el r'-.sCi'/'/ifn ii" it;» otni co-iji ijuc la misma 
í'yw'í/'yíi'. L-onio ya lo cotisigii'i Coiistantln'i miiglio en :íU de 



S^'nüto dlManim. 
14 ILdruiiiiH ciíDslllo Rat>tlcfti> 
rpscriiiKU. Di|f. O i.nT.ilIvui: Hmlrkiniis *'■' V-^'.-m i:'.ii HíijÍ/.i.ií omppp rruprlii- 
Hlt. Kii iH tiu.4;ilc. ti n>m. We imiLiIiii :i. 1 I .V 2 «p liuiil» Iiimi>l>-ii d<-l I^xi i 
ilrl rPitorlpto iIp Hndrluiiu M>T>rp los ■|ii'> mIiiii ;;:iii:i'lr>(i. '■biu'-i<, rt^proilucii-ll-liilii 
pim mas PKtPnüton rmn pI Dlí-^it.i p:i .•! |ji-i ;■ :iiIim eitA<ln 
y SllPt. Oct. 40. TUiprl» urocIlflitÉ );r»-<-<i |ii't^lltl (ooluililii) rPHOrhisIl. 
1" DlfT. ». Á 3. Oi, I. 3. 3. tres n*«Tl|>iiis de Hailri.itiii. nijí, 1. «. I. reí- 
rrlpto dP Marco Anionlno v l.urln Vt-ri>. 
II I. ti. I.. 4*». Pdlt. Vpnarrinum. 
n «lal. IDKl. I S. 




Í62 

No es pues cíe estrauar qttc íiubícsc pitebíos, ailuqiíe fuesen de 
segundo órdeu, como la colonia Italicense, que hiciesen grabar 
en bronce el senadoconsulto y la decisión del presidente de la 
ulterior, fijando los gastos oficiales de los espectáculos gladiato- 
rios, quo necesariamente teuian que dar periódicamente ciertos 
magistrados y sacerdotes de dicha localidad, 

Pero lo que no puedo explicarme, y esto lo he repetido ya, es 
porqué la mencionada Itálica quiso perpetuar también la aren- 
ga consular, que para el caso era de escasa importancia, á no 
ser que el magistrado que la pronunció fuese natural de aque- 
lla población, ó quizás patrono de la colonia de entre los varones 
clarísimos *. 



t Kii 1:i nota * lie la i»áirinu 1^1 k** lia Aiipriiiiido invuliinturlaiiieiite «*t final 
al liuctTN»* )u liniMMleion del plío}^). iior lo <|ije i»e reprtiductt aqui completa. 

C. I. U. I. *17 ü 77f>. Moininsen duda que tales inaera» fuesen ffladlato- 
rían en el sentido que tianta ahora se les han venido dando y su duda ha 
sido corroborada por alfrunas recleoteniente descubiertas, en las que se lee 

SPECTAViT, (|iie han sido publicadas por el mUmo profesor, por Hübner, y por 
Henzen. (Rphem. epiír. III p. Kíi a H» y 203 k '«Mt.) Sospecha Mommsea que ta- 
les documentos eran acaso dados u los rmdnrio»^ que seiruiao sirrieodo. do 
de (gladiadores, sino qulzss de profesores de esgrima, y que eo rex da ofrecerse en 

espectAculo en la arena. SPECTatvs, pasaban á las irradas A presenelarlo. SPEC- 

TAVIT. 




X 



DE LOS KMl'EKAÜORK."? 






El imperio fundado por Augusto, de tal manera quedó conso- 
lidado á su muerte, que se sostuvo sin caer en ruinas en manos 
délos sucesores, que en su pos vinieron, cuya inaudita serie de 
atentados, nunca vistos, en v^Tdad que espanta. Vespasiano y su 
hijo Tito trajeron dias dr tranquilidad y bienandanza á aíjuel 
Estado tan estenso, que por espacio de mas de medio sifrlo lia- 
bia atravesado una verdadera <»rjría ])olítica no interrumpida. 
Peni l)<uniciano el ultimo sol»erano de la «rente flavia habia re- 
novado los dias luctuosos de Tiberio, de Nerón y de Calíanla. 
Fué necesario que vistiese la púrpura Trajano. para que el im- 
jHírio volviese á los tiempos mas brillantes de su apogeo. 

Hadriano apesar de su pr«»suncion no fué sin embargo indigno 
del que le precediera y lo qu«Mnas debió agradecerle el mundo 
romano fué la designación <(U<* dejí» hecha de los cpic habian d** 
sucederle. Kl <*piteto tan merecido (|uc lleva Antonin«» Pió en- 
cierra todo su panegírico: r*»cogio su herencia Antonino «*1 tilo- 
Hifü v raras veces ocurre ciue se sustitnvan en el trono sobe- 
ranos de este privilegiadlo tiemple. inc*ansables en procurar el 
bien de la patria y de bus conciudadanos. 

Estraña cosa ]»arece que los mas <listinguidos (Mnj»enidores 
después de Augusto «» hubiesen nacido vu Kspaña como Traja- 
no *, o de España trajeran su origen como llatlriano. Antonino 
el tih>sofo v TIhmmIosíocI grandt* -. 



I Aurel. Vict Dr Caex. i:i 

t Spariiftn. Uadriao. 1. Ci^pUoliii. Autoii. IMiílo^. r racat. rane;:. Tli«o<l<ih. i. 



•-* 



,-Z.*VA*. -í^ 




*•- •: ^ 



^ « 






16Í 

Cuenta Julio Capitolino, el biógrafo de Marco Aurelio, que 
nació en Roma, el 26 de Abril, ó séase el 6 délas Calendas de 
Mayo, del 121 de J. C. Su bisabuelo por parte de padre, que se 
llamaba como éste y como su abuelo, Anuius Vcrus^ era del mu- 
nicipio Sucubitano en la Hispania *. Desde muy joven fué aquel 
dado en cstremo á los estudios, teniendo los mas renombrados 
profesores de gramática, retcírica, lengua griega y ciencias exac- 
tas. Cornelio Frontón le enseñó oratoria latina y Apolonio 
Calcedonio la filosofía estoica, que cultiv<) con particular es- 
mero, trayendo de esta afición origen el epíteto con que es cono- 
cido en la historia *. 

Kducado á la vista de Hadriano ejerció divei-sos caicos pú- 
blicos. Muerto aquel soberano le sucedió Antonino Pió. quien fué 
á Raias á traer los restos de su antecesor, para colocarlos en el 
célebre mausoleo, que se habia labrado en la capital a la orilla 
derecha del Tíber. Entre tanto di() en Uoma Marco Antonino una 
fiesta gladiatoria '. Casó el año 145 de J. C. con Faustina, hija 
de Antonino Pió y en los mas altos puestos de la magistratura 
se fué i)reparando para el imperio *. Al morir en 161 * su suegro 
lo designó por sucesor y vistió la púrpura, haciendo de ella 
partícipe á Lucio Aurelio Vero •, cuyos vicios mal pudie- 
ron ser encubiertos por las virtudes de su colega '. La ma- 
hvlicencia supuso que, este cort<') una fruta con un cuchillo, 
envenenado por un lado solo, y di<'> xx Lucio Vero la |)or(;¡on que 
habia estado en contacto con el tiisigo, reservándose la otra, de. 
cuyas resultas muri(í a<juel, lo cual es inereible tratándose de un 
monarca tan virtuoso como Marco Anttminoeltíhísofo. Mas si»gu- 
ro pan'ce que el médico Posidippoi)rovoeara la muerte de Lucio 
Ñero con una sangría intempestiva. <iU4* así»guran le di<'> •. Kigío 
solo entíinces los destinos d<»l mun(hi romano Marco Antonino. 
sieuipre entrega(h) á los j)rineipios <le la fih)sofía est^úca, (|ue 
cultivaba con particular pre<lileccion •.gobernando las proviu- 



1 CapUol. Aiitouin. PliiloHiipli. 1. 

*i MihlPiii 2. 

:i lbi<lPiii 4 5 y d 

4 Hildeiii 6. 

5 Uonrlieni Oouvreg II. p. tfíl y KÍ;;iiU*iit<*. 

6 Capitol. Antonin. Plülusupli. 7. 

7 Ibidem 45. 
H Ibldpui l.'S. 
9 Ibideiu 46. 









X 



DE LCS KM I'EU ADORES 



•co 

'*'^ El imperio fundado por Augusto, de tal manera quedó conso- 
lidado á su muerte, que se sostuvo sin caer en ruinas en manos 
délos sucesores, que en su pos vinieron, cuya inaudita serie de 
atentados, nunca vistos, en vordad que espanta. Vespasiano y su 
liijo Tito trajeron días do tranquilidad y bienandanza á aquel 
Estado tan estenso, que por esj)acio de mas de medio siglo ha- 
l)¡a atravesado una verdadera orgía política no interrumpida. 
Pero l)(uniciano el último sol»erano de la gente flavia hahia re- 
novado los dias luctuosos do Tiberio, de Nerón y de Calígula. 
Fué necesario que vistiese la piirpura Trajano, para que el im- 
l)erio volviese á los tiempos mas brillantes de su apogeo. 

Hadriano apesar de su j)resuncion no fué sin embargo indigno 
del que le precediera y lo (|ue mas dcbi<i agradecerle el mundo 
romano fué la designación (pie dej<*» lioclia de bís (jue lialíian d«* 
sucederle. El (*piteto tan men»cido que lleva Antonino Pió (Mi- 
cierra todo su panegírico: recogió su herencia Antonino el tih»- 
.»^)fo v raras veces (acurre que se sustituvan en el tront» sobr- 
ranos de este privilegiado temple, incansables en procurar r\ 
bien de la patria y dt» bus conciudadanos. 

Estrafia cosa parece ípie los mas distinguidos cmj)«»radorcs 
después de Augusto ñ hnl)irs(»u naci<l(» (Mi España amu) IVaja- 
no *, o de España trajtM*an su origen como Hadriano. Antonino 
el filósofo y Tlieodos¡() el grandi» -. 



1 Aurel. Vlct l>^ Caex. 13. 

2 Spartlan. Uadrian. I. Qapitoliii. Autou. riiilos. 4. racat. rnnej;. Tlitoduis. I. 




!, 






166 

semejante medida, diciendo que de este modo lo quitaha sus 
diversiones, porque queria inducirlo á entregarse á los estu- 
dios de filosofía, y entonces á pesar de estar ausente, ordenó con 
vehemencia que so cuidara de los goces del pueblo romano, en- 
cargándose gente de la mas rica de festejarlo ^ 

En su afán de atender á cuantas necesidades fuera posible 
auxilió con recursos pecuniarios á las ciudades y á las pei*sonas 
distinguidas, que estaban en grave aprieto, perdonando los tri- 
butos, cuando era necesario ^. Y estos son i)or cierto los estre- 
mos que abraza principalmente el texto dtl nuevo Bnjucc Ita- 
license, reducción de los gastos de los espectáculos gladiatorios, 
cesión por parte del fisco de sus emolumentos, socorros presta- 
dos á las decaidas poblaciones y á sus magnates, que comenza- 
ban á sentir los síntomas de su próxima ruina y supresión de 
gravosas cargas, respondiendo con ello á las necesidades pú- 
blicas. 

Si tales fueron sus dotes como gobernante y hombre de Esta- 
do no menos recomendable aparece su conducta para con su 
familia. En cuanto le fué dable cubriii los defectos de Lucio 
Vero y de su hijo Lucio C<hnmodo, durante el tiempo «jue gober 
nó con ellos; pero su Ion«rauimidad no tuvo límites con su mujer, 
con quien como he dicln» liabia casado en 147). Sus liviandad(»s 
fueron tales que traspiraron á hi escena ' y no t'dltó quien le 
aconsejara que pusiera coto á tanto deshonor repudiándola, lo 
cual oia con la mayor tranquilidad *, sin dársele un ardite por 
semejantes excitaciones. Murii» al fin Faustina al pié del monte 
Tauro en la ahlca de Hala!a y no solohizn r«ilonia á aquel modes* 
to lugar. sin() que tributi» á la difunta honores sin cuento, haeií'n* 
dola declarar una divinidad levantándole templos y dándole sa- 
cerdotes '. En la colección de pensamientos (pie escribiii en 
griego para su uso particular, llega hasta el estremo de consig- 
nar nm la mayor calma estas inconcebibles frases: gracias d los 

fHüses qiir tcnijo una tiitujrr ttfti tlulrr ij tau couipladentc. 

llena tlr ternura para mi ¡i t¡e una mararillosa ij athiñrahle sen- 
cille: fie costa nihres *. 



1 

» 
h 


Capítol, 
niiilem. 
nildetn. 
Ibldem. 
Ibldem. 


Aiitoiiiii. 
%\. 

11». 
25. 


pililos 


TA. 


ñ 


liare. Antón. 


T 


üw r.í 5 


ajTsv 



llb. I. 



• ^ 




Vero íiay otra ocasión tan solemne como grravo. cu que vnelvc 
i mostrarse la magnanimidad de corazón de este soberano sin 
igtial. Era Avidio Caspio uno de lo^ ^ofcs militaros de mas valía 
del ejército de Oriente, v cuando Marco Antoniíio andalia en la 
Marcomaiiia vía Sarmacia, queriéndolas liiu-erjtrovincias del im- 
(«rio Mmctiíimlrtliis iH>r la fuerza de las armas, se subleva aquel 
iuteiitaudo usurpar el títido de rm]ierud(ir. Kti Roma también se 
conmueven las turbaseomo si Cassiu se aerease á la ciudad en 
ausencia del soberano: pero fué muerto en seguida y su cabeza 
llevada á Antonino, «jue no se ale^ni de este suceso, siiió que 
lo sintió, porque de este modo se le habla Ím])edido (¡uc usase de 
misericordia con el rebeUle *. E» dicha ocasión le escribe Faus- 
tina una carta llena de espanto, en la que le dice entre otras 
cosas «y& ves la edad <iue tiene Comiuodo, nuestro yerno Pom- 
iwyauo es viejo y no para el caso, cuida, pm-s, lo <[ue hayas de 
hacer coii Avidio Cassio y sus eómplices. No quieras perdonar 
á irnos hombres, que ni á ti ni á tus lujos Iiu)>ieran ¡H<rilonado ai 
hubiesen veuci<lo;» á la que le contesta el rniponidor; «Kaustina 
mia, he vuelto ¡i leer tu carta en la «jue me exhortas á que casti 
giie severamente á los cómplices de Avidio, y en venlad que obras 
piad»>samente cu pro de tu marido y de tus hijos. Vo sin einbar- 
gtt ]H>ntonari- á los Itijos, al yerno y ú la iiiujri'r de Cassio. escri- 
biendo al .Seiiath» que no sea la pr.'scripcion nuis «rrave. ni la jie- 
na mas cruel. Nada hay que recomiende tanto á uu empenidor 
romano á las frentes como la clem<-ucia. K-ita lii<^o dios ¡i César. 
eon.sajrniiÍ Auyiisto y dio c-pecialnn'iiti' ii tn ]iadn' el dictado de 
piadosfj. Asi iN (jue si si' me hubiese consultado, ni Avidio hu- 
biera sido muerlo;, ». V en efecto se .liri-i'i al S.-uado coii ad- 
mirables frao-s, jiiiliendo pr-rdoii para los liijos, ,•{ vcruo y la mu- 
jer «le Cassii). di<'ieudo :i los coiiseri|ito- *\ivaii sefruros sa- 
bieri<h> que viven á la ^oiiibra de mi ^íobíi-mo. vivan con el 
Jiatriiiionío de su ¡ladr.'. jriK-eu d» sn-; riqu. -/as. vayan libres 
jxir todas partes, siendo ejemplo de vnr-stra pie iad y de la mia» *. 

TíHlas estas tnáximas |inifesa'lasen i-l s.-m. de su raniilia y en 
la gobernación del Estado parecían provocadas por e| [luritanis- 
iiio estoico, las d«H*lriuas de cuya secta ' se^-nia desde nuiy jó- 

1 ripitdi Aiiioiiiii j>iiii>is. tj viitr riHUii-. :tviii. m*!'. N. 
t viilc. oanic. Aiiil. eiiHi. I» > n 

3 Vulr. naUtr. AvM. Cnw. ti. 

I (.'spltolln. Auluo. iilillixi. la. 



m.. 



ven, liabíéiidülc inspirado su libro (íe pensamientos, de que ya 
he hecho referencia, especie de manual práctico de la vida, 
8Cgun la habia concebido como particular y como emperador. 

Al frente de los egércitos imperiales hizo numerosas cam- 
])ttñas, dirigiendo las operaciones militares con éxito siempre 
brillante. Cuando Cómmodo fué elevado al cesariato guerreó 
contra los germanos ', á los que de nuevo combate en el mo- 
monto de compartir con su hijo el imperio ^. Además tiene que 
l\i(*hur y vencer á otras numerosas naciones, porque como dice su 
bi<igrafo desde la Ilyria hasta las (íalias todos los pueblos se ha- 
bian levantado contra Roma '. 

No siendo posible que estuviese en sitios tan opuestos del 
imjíorio, donde su presencia hubiera sido necesaria, muchas cam- 
jMiAas fueron dirigidas y llevadas á feliz término por sus lega- 
dos imperiales, como la ya referida que hizo en la Bética ^'a^io 
Máxumo contra los moros, que llegaron á las puertas de Itálica 
y de Singilia *, y fueron derrotados en tiempo de Marco Aurelio 
y Lucio Vero, triunfos que se reproducen mas tarde sobre los 
mismos moros, cuando Cíimmodo estaba solo al frente del es- 
tado, muerto ya su padre *. En otra ocasión también habiéndose 
originado algunas perturbaciones en la Lusitania fueron apaci- 
guadas de igual manera por los gefes militares de las legio- 



nes •. 



Marco Aurelio Ant<mino, dospues de una gran batalla en que 
derrot(') á los Sármatas, se vio atacado de la peste en las cercanías 
de Virna 6 de Sir/uioy postrado en el lecho llanu» á Cómmodo, 
á (juien dio prudentes consejos sobre la dirección de la guerra 
y la administración del Kstado: pero el hijo le mostró á las cla- 
ras que loque deseaba era salvarse del contagi*». auscntáuíhíse 
<le atiuellos sitios. Kntónces dcj<'» de comer y á los seis dias de pa- 
decimiento convocí'»4Í sus amigos, á ípiicnes rog*'» que no lloraran 
su lin, sino que pensaran mas íjuí» en otra c<ísa en la pestilencia. 
Preguntánuile entiinces ellos, que no j)an*cian muy animosos, á 
quien recomendaba su hijo y respondicí. <'á losdios4»syá vosotros 



4 Cupitnl. Antón. pliHoK. IT. 

2 Laniprtd. CouiiucmI. 2. 

:i • :iiitto1. Antón, pililos. 22. 

4 Ihm«»iu. 21. C. I L. n. 4420 y ai»l5. 

& l.uniprld' C-ommofl. 4üL 

e Capítol. Antón, pblloi». ti 







Í69 
81 68 digno de tai recomendación)»; con ío que salieron de la es- 
tancia. Al séptimo se envolvió la cabeza, como queriendo dormir, 
y espiró durante la noche ^ según lo refiere Capitolino; mientras 
Cassio Dion da por cierto que murió el 17 de Abril del 180, 
cuando iba á cumplir 60 años, no del contagio sino envenenado 
por los médicos, á quienes Cómmodohabia ganado de antemano, 
añadiendo el historiador griego que era la versión que corría 
como mas cierta '. 

Valí Lucio Helio Vero, padre de Lucio Ceionio Cónnnodo, fué adop- 
tado por Hadriano y murió apenas habia sido designado César: • 
su hijo sin embargo continuó formando parte de la familia impe- 
rial *. Mas tarde el mismo soberano adoptó á Antonino pió, im- 
poniéndole la condición de que á su vez adoptara á Marco Anto- 
nino, sobrino de la emperatriz, y á Lucio Coiouio *. Al morir Ha- 
driano ocupó el solio Antonino pió •. durante cuyo mando fué 
Marco Antonino cuestor ' y tres veces ccuisul •, y Lucio C-eicmio 
Cómmodo dos, en 154 y en 161 de J. C. • Antonino pió deje» desig- 
nado como sucesor á Marco Antonino. á quien el Senado invisti<i 
de tan alta dignidad ^®; ])ero el nuevo soberano coinpartif'i el solio 
con el menciímado Lucio Ceionio, á quien hizo llamar Lucio Au- 
relio VeroCíMnmodo ". siendo ent<'»nces cuando jHir i»rinnM\i voz 
estuvieron dos príncipes al frente de aquel vasto imperio, como 
nota el biógrafo de ambos '*, á quienes llamaron mas tarde ff'iri 
fratrrs ^', á pesar que* ni fuíTon lirrmfmos, sino de adopción, ni 
Lucio Vero dic) motivo con su vida desarn»¿rla(la |Mir toilo estr»'- 
mo ;í que se le pudiera «lenoniinar (Urliio. 

Habia nacido Antonino pioel 11) de S.*ti»'inl»re <lol sr» ** y aeae- 
ció su muerte el 17 de Marzo del h\\ •'. sien<lo enn^ubs Marro 



I CapUóUn. Aiiton. pliUoi-*. ». Aur Víct. IV CaeKir. !♦>. K|.lti»iii. 1«. 
f Dion. i'a>iH. n. 213. 

3 Spart an. H«*nuii. 2 3y 4. Cuptt(»nn. Venís. 1. 6. 

4 Capttonn Vt»rus. « y 2. 

5 Spartiaii lladrlan. 31. 1. Spartian. HelUis, T. 2. C.ipir«»iin Antm.in. )»itiH 4. Z. 
Capltoltn. Antón piiiiot». Ti. f. 

6 OapitoUn. Antón, pins 5 3. 

* Capitolin Antón, plulos. n. I. Capitolin. Antón, plus. fí. M\ 
A CapitoUn. Antón, iilus. 6.9. Capitolm. Antón. pliiioK G. 3 en lt>. en 14'. vc>r. \rA 
f Klein. Kaítl conMUiarrH p. 7J v "."». 
10 Capitonn. Antón. pliHos 7. 3. .V 

II Capitolin. Antun. iihilos. *;. r». v^as»* taaibien s<»brt^ Ioh nonilTe»» «l*> f Kte «*m- 
perador a Capitolin. Veru». I. 3. y 4. I. 

If Capitolin. Antón. )ihllos. *;. (i. 

13 Diir 48. 4i4. 16. nifr. 4h e.v ^7. 

14 Capitolin. Antón, pin». 1. M. 

15 Boivlieal Oeuvrea. II p. 401 y sl^iilentt'ii. 

22 



Í70 

Autonino por la tercera vez y por la segunda Lucio Vero Coin-^ 
modo, á quien ya liabia adoptado Antonino el filósofo. Por ello en 
las inscripciones grabadas en los primeros meses de aquel año 
se designan dichos magistrados epónimos como hijos del empe- 
rador, hyonsti pii f//¿¿, siendo solo caesíivcs ', mientras en las que 
fueron exaradas después de la primera semana del mes tercero 
se denominan ya empcralores, avgvst/, é hijos de Antonino pió, 
ANTONiNi F¿7// 2. Hay monedas d<^l mismo año 161 de J C. en las 
que se lee: imp. m. antoninvs avo eos m. imp- l. ver.vs avc eos- ii ' 
Además existen otras de Lucio V'ero de los anos sucesivos hasta 
el 169 *, habiendo muerto en 171, como lo anota el fastíigrafo 
Cassiodoro *, é imperado once en unión de Marco Aurelio Anto- 
nino, según afirma su citado biíigrafo ^, que escribía dos siglos 
mas tarde. 

No bien fué elevado al trono Lucio Vero, su depravación no 
encubierta obligó á Marco Aurelio á alejarlo de Roma, para qui- 
tar de la capital el espectácuh) de tantos descirdenes, en la esjie- 
ranza por otra parte que, atento á los graves cuidados de la guer- 
ra, acaso modificara sus costumbres ', por entonces tan licencio, 
sas. Al ano siguiente de haber vestido la púrpura imperial sale de 
Italia para combatir á los Parthos •. volviendo cuatro mas tarde 
SI Koma trayendo Címsigo la pestr. (jue iba dejando á su paso por 
las provincias (jue atravesaba ^. lK»spues de estas campañas j)ár- 
thicas, que duraron del 1(52 al 1(5(5 '®. de regreso en la capital ob- 
tiene el triunfo, habiendo unido al título de anaeniaco el de^'r- 
íhico y Nivdico ^*. Designado jKira su tercer consulado lo egerce 
en 1(57 *'; pero en el mismo año tiene que salir con Marco Aurelio 
de uut;vo á campaña con el prop('»sito de reprimir á los ///í/rro- 
manos^*^ no quizás, como ent<'inces s(» dijo en el Senado, porque 



1 C. I. I,. V. 6.T7L C. I. L. VI. ir.'il, 

•i C. I. L. Vi. .MW. I. N. L. trvCK 

a Hortrhest Oeuvres II. p. 4r,l y sitriiiontes. Kckliííl D. N. V. VII. p. 4»^ y >M. 

cohén MoiiiiaIeM Imperiales II p. 4.V n. p). y III p. U. ii. 6. 
4 KrkhPl l> N. V. Vil. p. t^ a ft'» Cohén. Iblilom III p .2 a »¡. 
.'• cuHfdod. Chronlc. Anii. ni p. tW e<l. Miiiiiiiis«*n. 
ti Capltolin. Veril». 11. 1. 
1 Capítol I II. VeriiH. 5. H. 

» (apltoilii. Antón, philos. 8. 9 Capitulin. VeruK. (*. 7. 
I» í'apltolin. Verus. 8. I. y 2. Kckhol. l>. N. V. Vil. p. r«y t¡», 

Kckhel. D. N. V. Vil. p. 92 y W. 
!• Kckhel. D N. V. VII. p. 4» d 92. 
U Kckhel. D. N. V. Vil. p. S2 y 92. Capltolln. Antón, phllou. 12. 8 y 9. 

Capttollu Verus. T 2. 
13 C. I. L. III. p. 921. 

H Kckhel. D N. V. Vil. P.S2 y 93. Capltolln. Ven». 9. 7. 
Capltolln Antón, phlloa. 12. 14 y U. •. 



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Í69 
81 es digno de tal recomendación^); con ío que salieron de la es- 
tancia. Al séptimo se envolvió la cabeza, como queriendo dormir^ 
y espiró durante la noche ^ según lo refiere Capitolino; mientras 
Cassio Dion da por cierto que murió el 17 de Abril del 180, 
cuando iba á cumplir 60 años, no del contagio sino envenenado 
por los médicos, á quienes Cómmodohabia ganado de antemano, 
añadiendo el historiador griego que era la ver!>iou que corria 
como mas cierta *. 

Lucio Helio Vero, padre de Lucio Ceionio Cómniodo, fué adop- 
tado por Hadriano y murió apenas habia sido designado César; • 
su hijo sin embargo continuó formando parte de la familia impe- 
rial *. Mas tarde el mismo soberano adoptó á Antonino pió, im- 
poniéndole la condición de que á su vez adoptara á Marco Anto- 
nino, sobrino de la emperatriz, y á Lucio Coionio *. Al morir Ha- 
driano ocupó el solio Antonino pió •, durante cuyo mando fué 
Marco Antonino cuestor ' y tres voces cónsul •, y Lucio Ceionio 
Cómmodo dos, en 154 y en 161 de J. C. • Antonino pió doj(') desig- 
nado como sucesor á Marco Antonino, á quien el Senado invisti<í 
de tan alta dignidad '®; pero el nuevo soberano coniparti<*> ol solio 
con el mencionado Lucio Ceionio, á qiiion hizo llamar Lucio Au- 
relio Vero Cíunmodo ''. siendo entonces cuando por |)riin(»ra vez 
estuvieron dos príncipes al frente do aquel vasto impcMño. como 
nota el biógrafo de ambos '*, á quienes llamaron mas tardo tllri 
fratres ^', á pesar que ni fueron lirnutnios, sino dt» adopción, ni 
Lucio Vero dici motivo con su vida d(»sarrc¿rlaíla ]Mir toili» t»strf- 
mo á que se le pudiera denominar iUr'mo, 

Habia nacido Antonino j»iool 19 de S;'tienil»re del Sd ** y ar-at*- 
ció su muerte el 17 de Marzo del IfJl '*'. sieuílo «'«Uisnles Marco 



1 CapltoHn. Antón, plillot?. ». Aur Vict. De Caetiar. 16. K|.iioiu. 1«. 
í niun. caj*s. n. JO. 

3 Spart an. H«*nuii. 2 3y 4. CupttoUn. Venís. ^. 6. 

4 CapltoUn Venís. « y 2. 

5 Spartiau lladrian. 2i. 1. Spnrtian. nelliis, T. '2. Cipifolin Aiitoiiin. ))iii» 4. Z. 
Capltolln. Antón plillot». 5. 1. 

6 Capitohn. Antón, pius 5. 3. 

* Capitolin Antun. plulus. r>. l. Capitolin. Antón. )>ius. fí. (o. 

A CapitoUn. Antón, iiluri. r>. 9. Capitolin. Antón. pliiloK G. 3. tMi lt<\ on iC ven IM 

f Klein. FhíIí consulares j). "72 y I."». 

10 Capitolin. Antón, pililos T. 3. 5. 

11 Capitolin. Antun. pililos. *;. r>. Véase también sobre los nonilires de e8te em- 
perador a Capitolin. Verus. 1. 3. y 4. I. 

If Capltolln. Antón, pililos. *;. (i. 

13 Diff 48. 18. 16. nifr. 4H v.\ n. 

14 Capitolin. Antón, pius. 1. M. 

15 Bonrlieai Oeuvres. 11 p. 40l y si^uienteH. 

22 






^'V.-<5v?. •-; 




i^^ 









172 

Pero su mas decidida afición fué á cuanto se relacionaba 
cmi los gladiadores, en términos que vivió con ellos \'con ellos 
se adiestró en tan rudos ejercicios *, combatió en la arena, ven- 
ció y mató en numerosos espectáculos á los que con él luchaban, 
recogió palmas sin cnento, tomó todos los hábitos gladiatorios y 
le fué mas grato el ser declarado tal. que si le hubiesen conferi- 
do un triunfo ^. Parecía, dice con razón su biógrafo, que hubiese 
nacido mas para la ignominia y el oprobio que para ocupar el 
pnív<tí). m (jue la fortuna h) había colocado *. 

El prefecto Quinto Emilio Leto, que le hizo desistir en un 
dia de que incendiase á Roma *, y su concubina Marcia formaron 
de acuerdo el propósito de hacerlo desaparecer y le dieron vene- 
no: pero, siendo mas lentos sus efectos que el deseo de ambos 
conjnrados, lo hicieron estrangular por un atleta, con quien se 
egercitaba en luchar ®. 

Apenas espiró cuando se formularon gravísimas interpelaciones 
en el senado por los mismos conscriptos, pidiendo enérgicamen- 
te que se le declarara enemigo délos dioses y déla patria, ver- 
dugo de su familia y espoliador del senado, de los templos y de 
las fortunas de los ciudadanos, condenando su cadáver á ser 
enganchado en garfios de hierro y llevado como el de ungladia. 
dor hasta el espoliario, para ser allí destrozado ^. 

Pertinax que fué su sucesor hizo sepultar durante la noche 
aquellos restos inanimados y, al saberse la noticia al nuevo dia, 
se reprodujo la misma conmoción en el sonado, pretendiéndose que 
fuera exhumadoy arrastrado aijuel cadáver tan vilipendiado por 
las callos de la ciudad imperial. C'nujius Secd'Hs por último con- 
«•luy() por podir que fuosen destruidas las ostátuas levantadas á 
C'c'unmodo y borrado su nombre de todos los monumentos pú- 
blicos y privados*, como habia sucedido al morir Domiciano •. 



I Lampríd. CoiiiiiknI. 2. 

V nildfiii. 5 H. 12 y IS. 

:i lliidPiii. r». n. 12 y 15. 

A Ihideni. 2. 

r» Ibideiii. I«\ 

6 Ibldeiu. 17. 

* midotn. 19 Son p)r flemas (Traficas las frases de estas atfiliwifÑmrfsena- 
toriales; pero sobre todas ellas, por lo <|iie tienen de horroroso, las que dicen yf^- 
éiatúrin r%4nrtr unco trahatur^ §Í»Iiittoni cidirtr in tp^tiario fvoMfifvr..... fl«i^islor m <f(H 
¡•arto ItmVfNr. 

8 Laiuprld. Coinmod. 2). 

9 Sueton Domlt. ti. 



.•■'•, • : - - 



k^-i:r¿I*vi!.¿.-:: V.-. ' •..fcv:tÁ.:¿áfcs: j¿ 




173 

Marco Aurelio sígiiiendo el ejomplo de sus ilustres predece- 
sores Trajano, Hadriano y Antouiíio pió liizo rcv¡\*ir los días 
de mayor prosperidad de aquel dilatado imperio, sosteniendo 
con mano enérgica y amjKirando el desarrollo de la riqueza pú- 
blica en Italia, como en las provincias. Pero en verdad que no 
logró provocar análogo desenvolvimiento en las letras griegas 
ni romanas, como hubiera podido esperarse de tan ilustrado so- 
berano. Y en efecto, los escritores de aquel periodo bien poco 
se recomiendan en general, acusando á las claras un estado vi- 
sible de decaimiento literario, si bien haya algunos de grandes 
alcances. 

CorneJio Frontón^ nacido en la Xumidia, más que por el mé- 
rito literario de sus escritos, tiene algún nombre por haber sido 
jírofesor ])ulatino é íntimo de los Antoninos. 

Aillo fírlio solo es un recopilador indigesto, que no guarda or- 
den ni concierto; pero que se ha salvado dol olvido y es estimado 
jMir el valor intrínseco de las cosas antiguas, de que ha conser- 
vado memoria en sus Xoc/irs áticas. 

^ipiilf'i/ff. también africam» como Frontón, do egercicio abo- 
gado, escribió sí)l)re materias varias, siendo más conocido por su 
Jíei(i//iorfos¡s\ interesante sátira imitada de la de Lueiano. 

Minuc'io />*//> fui' el j)rim(*r cristiano d(»l cjue se ha conser- 
vado, escrito en latin, un interesante opiisculo titulado Oc/^/r/V/. 

Tertuliano, africano como Frontón y Apuleyo, es una gran 
figura de aquel periodo. ])or mas <|ue cayera en el iiiontonisuio, 

(iaijo^ el conncido jurisconsulto muerto en iSO. dej(') unos 
Coiitmtdrins. cuya importancia á pííctis po<lrá ocultarse hoy. des- 
pués del descubrinii (Mito del palimjísc^to de \ernna. 

V no quiero hablar di» otros, jurisconsultos como Papiniano 

y Calistrato. 

Kn las letras griegas llorec(»n algunos no indignos de re- 
nombre. 
///f/V///ode Samosata. ju'otegiílo de (N»mmodo: entre sus varias 

obras literarias dejci un opnsculo tituhnlo. dr qve modo se escn'^ 
be la historia, no de escasa importancia por dar á conocer 
algunas de las ideas de la época, en punt») tan relacionado con 
la vida de aíjuel pueblo. 

Appianoúij Alexandria, aunque residió en lioma escribió en 
grií'go como el anterior y 1í>s fragmentos, que aun se conservan 
de sus Historian roauinas ^n de sobrado interés. 




^ .ñ\ >. >»'^- \*- '■* *- • ' *>■ - vS-' • 



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I * 






174 

Claudio Píolcééieo^ que residió inuclio cu Alexaudria de Egip- 
to, escribió eutre otras obras su tan couocido libro de Geografía^ 
eu el que supo asimilarse lo que encontraba de interés en sus 
vastas lecturas. 

Claudio Galeno nacido en Pérgamo, médico de la casa impe- 
rial, prestó su asistencia á Marco Aurelio, Lucio Vero y Marco 
Cómmodo; sus varias obras de medicina han sido muy estimadas 
en tiempos pasados; pero no ya en el dia. 

Sexto Empírico^ también médico griego de aíjuella éjK)ca, 
sufre hoy los mismos desdenes que Galeno. 

Polioio^ natural de Macedonia, egerció cu Roma la jurispru- 
dencia y dejó á la posteridad una obra sobre las estratagemas 
de guerra^ materia tan estraña como agena de su profesión. 

Pero, como no es mi intento hacer un cuadro acabado de las 
vicisitudes de las letras griegas y romanas en el tiempo que 
media de Marco Aurelio á su hijo Cómmodo, terminaré aquí es- 
tas breves indicaciones. 

Por desgracia son bien deficientes las fuentes históricas que 
comprenden desde el 161 en que murió Antonino i)¡o. hasta el 192 
eu que Pertinax sustituye á Marco Cómmodo, y en las que se 
puedan estudiar el espíritu y la tendencia de la época, así como 
el alcance de la iniciativa política de los mismos .*<ol)eranos. 

Contemporáneos de los acontecimientos solo hay tres escri- 
tores, que vivieron i)re('isanieute en el siglo segundo. Fué el uno 
el mismo emperador J/a reo Aurelio A v/oít i uo drl nue es muy 
conocida la tan citada eolecciou (h» pensamientos íntimos, que 
para su uso partieuhir redacta) en griego eoii el título tan sig- 
nificativo. y>f/>v/ hti mismo Adenuis en hitin existen varias car- 
tas publicadas con las de Fr<»ntoii, y también la que eseribiií á 
.<<u muger. así et»mo hi oración que dirigiíi al Senado con motivo 
de la sublevación de Avidit» Cassio, que se encuentra en la bio- 
grafía que de este general rebelde ha dejado Vulcasio (íalica- 
no V y las dos conserva<las por Julio Capitolino en la vida de 
Clodio Albino *. Todos estos docunu*ntos dan sobradamente :i 
conocer el temple de alma del que los redactii. 

Marco Cornelio Frontón^ de quien acabo de hablar, jirofesor 
de retórica romana de Marco Aurelio, mucha i>arte de cuyas ol)rus 



1 Vulca«r. Oallr. Avid. Ca»«. H y 12. 
t CapltoUu. Clod. Albiu- 1«). 6 a If. 






■t 



4 . 




íli 

han sido (ÍCRCiibíertas \)0t Angcío Síaí en la Ainbrosiana y en el 
Vaticano sobre un palimpsesto originariamente del siglo sesto. 
l>e sus diversos escritos en latin ó en griego lo mas interesante 
para la historia de la época, es sin duda el epistolario, que como 
he repetido contiene algunas cartas de su discípulo imperial. 

Cassio DiOfij natural de Xicea fué cónsul en 229; i)ero alcanzó 
los tiempos de Antonino el fihisofo y de su hijo Cíunmodo. Ha- 
biendo renunciado á la política y á su alta posición ofícial se re- 
tiró á su patria, donde escribió en su lengua nativa una líisto- 
ria romana^ desde sus orígenes hasta el ano de su consulado, 
apareciendo algo parcial en ocasiones, aunque siempre exacto 
en lo que fué de su época. De los numerosos libros de que aque. 
Ua se componía solo quedan algunos cuantos más ó menos com- 
pletos, varios fragmentos de los demás perdidos y los extractos de 
Xiphilino. Y acjuí terminan los escritores del siglo segundo que 
han conservado d(»tal]es mas ó menos estensos de la éjK>ca en 
que vivieron. 

Del tercero .solo hay (jue citar á Henuliaao. autor aunque 
un tanto afectado, «jue no doja de sí»r verídico. Publicó en griego 
la hi.storia contemporánea, que comprende desde el 180 en que 
murió Marco Aurelio, liasta el 2:^8 en tjue (íordiano III subií) al 
trono. 

El cuarto es mas fi»cundo en historiadores y bii'igrafos de i>er- 
sonajes del segundo. A la cabe/a de tcnlos hay que colocar á 
JíHxrhh^ ()bis|M» de Cesárea, que dej**» es<*ritas fu griego una hU* 
/o/vV/ rc/^AvV/jy/zVv/ desdf» Jesucristo hasta Liciiiio. muerto on *Í2<>, 
y su célebre Cronlar, ambas re|Mitadas iMitre sus ol»ras como las 
mas estimadas. 

Al lado de este varón eruditísimo á la vez qur ferviente pre- 
lado cristiano, hace un papel muy s<»cundario Jnfia/io.ol sobrino 
de (*onstantino el grande, que fué tambiiMi emperador, habiendo 
apostatado del catolicismoalardeandode fih'isofo y de restaurador 
anuente del jmganismo. Kseribio en gri«'go varios opiisculos 
uno de h>s cuales fué la sátini á que di*'» el nombre de/o,T Cr'satfs^ 
de es<!asa importancia para los anales del siglo segundo, sien- 
do tan breves como insuls4is h>s pocos renglones que destina á 
los Antoninos. 

Eutropio sirvió en las filas del ejército (|ue Juliano mandalm 
cuando se dirigía contra los Parthos y vi(í morir en el desierto á 







Íl6 
aquel emperador, que juzga semejante á iíarco Autoníno, al quei 
deseaba imitar ^ El eompendio de la Historia romana que dejó 
aquel soldado es tan breve que apenas contiene algunas líneas 
desprovistas de interés dedicadas á los Antoninos. 

Al mismo siglo cuarto corresponden los biógrafos imperiales 
Julio Caj)i/o]i)io^ que escribió las vidas de Antonino pió, Marco 
Aurelio, Lucio Vero y Clodio Albino, así como Flio Lampridio 
que redactó la de Marco Cómmodo; Vulcasio Galicano^ de fines 
del tercero publicó la de Avidio Cassio, general de Marco Au- 
relio, en las que se encuentran no escasas referencias á la 
época de los Antoninos. Sin embargo como es sabido los Histo- 
riadores augustos son como Suetonio en estremo ccmcisos v 
solo hacen un breve inventario de sucesos, sin preocuparse de la 
cronología, ni de otra cosa que de amontonar hechos descarnados 
á veces sin gran interés, y sin un pensamiento verdaderamente 
liistórico y determinado. 

Aurelio Victor, africano de nación, escribió una breve histo- 
ria de los emperadores de la que se conserva un compendio con 
el título de los Cesares, y un Epitome aun más sucinto, llegan- 
do el primero hasta la muerte de Constancio en 354 y el segundo 
hasta la de Theodosio el grande en 395. En ambos se consagran 
algunos capítulos á la familia imperial de los Antoninos. 

En el siglo quinto son ya dos (rristianos los analistas; el uno 
Sulpicio Severo de la Aquitania que emprende el escribir una 
brevísima Historia sagrada. d(»s(le el principio del mundo a 
lUUixdi exordio, hasta la muerte d<» su contemporáneo Marco Má- 
xinií) acaecida en 38S, en la que son escasas por demás las fra- 
ses dedicadas á Marco Aurelio con motivo de la quinta persecru- 
cion de los cristianos y á su predecesor por la j)az de que du- 
rante su tiempo disfrutó la Iglesia. Su estilo es correcto y se 
hace agradable. 

El otro fué un sacerdote español, Paulo Orosio. nacido en 
Tarragona, el que igualmente acíimete la empresa de redactar 
unas/Z/Vor/Vi.^, á partir también del principio del mundo, alorbe 
cendito, hasta su tiempo, ad dies nosté'os^ en lasque no se concre- 
ta solo á las vicisitudes sufridas por el cristianismo, sino que 
apunta muchos de los acontecimientos políticos y militares de 



1 Eutrop. X. 16. (iD 






* -- 



i- ti*.» >.«.L«^ 




Í1$ 

lian sido descubiertas por Ángeío líaí en la Ambrosíana y en el 
Vaticano sobre un palimpsesto originariamente del siglo sesto. 
De sus diversos escritos en latin ó en griego lo mas interesante 
para la historia de la época, es sin duda el epistolario, que como 
he repetido contiene algunas cartas de su discípulo imperial. 

Cassio DioHj natural de Nicea fué cónsul en 229; pero alcanzó 
los tiempos de Antonino el filósofo y de su hijo Cómmodo. Ha- 
biendo renunciado á la política y á su alta posición oficial se re- 
tiró á su patria, donde escribió en su lengua nativa una Histo^ 
ria romana^ desde sus orígenes hasta el año de su consulado, 
apareciendo algo parcial en ocasiones, aunque siempre exacto 
en lo que fué de su época. De los numerosos libros de que aque. 
Ha se componía solo quedan algunos cuantos más ó menos com- 
pletos, varios fragmentos de los demás perdidos y los extractos de 
Xiphilino. Y aquí terminan los escritores del siglo segundo que 
han conservado detalles nuis 6 menos estensos de la época en 
que vivieron. 

Del tercero solo hay que citar á Herodiano. autor aunque 
un tanto afectado, (jue no deja de ser verídico. Publicó en griego 
la historia contemporánea, que comprende desde el 180 en que 
murió Marco Aurelio, hasta el 238 en que (íordiano III subió al 
trono. 

El cuarto es mas fecundo en historiadores y bi<'>grafos de per- 
sonajes del segundo. A hi cabeza de todos hay (jue colocar á 
Jiusehiü^ ()l)ispo dt* (*esarea, que dc'jr» escritas en griego una his* 
foiu'fi eclrsiásfiar (Wsih^ Jesucristo hasta Licinio, muerto en *Í2(), 
y su célebre Cr6u¡C(f^ ambas rei)utadas entre sus obras como las 
mas estimadas. 

Al lado de este van»n eruditísimo á la vez que ferviente pre- 
lado cristiano, hace un papel muy secundario Julia iío.qX sobrino 
de Constantino el grande. <jue fué también emperador, habiendo 
apostatado del catolicismoalardeandode fihisofo y de restaurador 
ardiente del paganismo. Kscribií) en griego varios opiisculos 
uno de los cuales fu<*» la sátini á que dití el nombre de /oí Cesares^ 
de escasa importancia para los anales del siglo segundo, sien- 
do tan breves conu) insulsos los j^oeos renglones que destina á 
los Antoninos. 

Eutropio sirvió en las filas del ejército que Juliano mandaba 
cuando se dirigía contra los Parthos y vio morir en el desierto á 



iX ' 










XI. 



ITÁLICA. 



Kl laboriosísimo y por todo cstroino ilustrado académico de 
la Real de la Historia I). Juan Agustiu Ceau-Bormudez cu su 
interesante Suinai^iodelas ant'tgúedades romanas^ que hay en Es- 
jm/la, escribía hace ya anos, que al terminar el sigb) pasado y al 
comenzar el actual, había «recorrido v examinado en varias oca- 
siones el terreno. í|U«» ocuimí Itálica, desfiírurado ahora con un 
olivar, en el qui.» setropií'za á cada paso con trozos i\r e<dumnas, 
de capiteles, de basas, de (*orniza<, y de otr(»s miembros de ar- 
(juitectnra, y se V(mi los cimientos y paredones de templos, ter- 
nnis, teatros, murallas y d(» (ítros odilicios piiblicos. cí»n que es- 
taba enriquecidtí est<» e»*l.'hre municipio. >> ^«'IVro Ins ruinns que 
sobresalen (Miíní todiis son !as del anfiteatro situado al norte v 
alyrun tanto se|Kirado <lc la anti^^^ua población.» «Con sus mate- 
riales se construvfM'on mu<-Iios editirins modernos en los pueblos 
del Aljarafe, el camino real <jui» va de S«»villa á Hadajcr/ y pasa 
muy c(»rca del anfiteatro, «mi el qneyo vi tn^zos de cornizasy pt»- 
destales converíiilos «mi ^►•uarda ruedas» '. 

Mas de medio si«j:lo d(VSjiti<»s (pie el apreeiable anpieí'»lo«*'o ri- 
fado también In» recorrido en distinto<aÍM)s las tierras del luyar 
do Santiponce, qm* dista una lefrua al poniente de Sevilla, y está 
sítuad«) á la orilla derecha del (iuadalquivir, ins|K'Cciouando los 
terrenos, que rodean aípiella villa, que se denominan aun r^^>/j!y/.v 



I Coiin Dormiiilez siiiu. <le la* Aiit. rom. de l¿«p. p|> *JKi > ^l. 




17ÍI 
de Talca, recordainlo ol nombro de la destruida ciudad romaua. 
He examinado el recinto de Itálica, he visitado su anfiteatro, he 
registrado lo que aun se descubre de sus termas, encontrando á 
cada paso restos de viejos edificios, fragmentos de tejas y de 
lápidas, trozos de columnas y de esculturas. Üe igual manera he 
visto arrancar los sillares de su despedazado anfiteatro\ para que 
sirvieran de firme en el inm?diato camino, que á la sazón se 
componia. Pero aun he tenido ocasión de observar algo mas 
peregrino. Kl interesante mosaico encontrado en 1799 en San- 
tiponcc, que examinó y dibujó Cean-Bermudez en 1801 • y 
que al ano siguiente publicó Alejandro Laborde en Paris en 
una espléndida monografía *, la exactitud de cuyos dibujos 
es reconocida por el mismo Cean ', hace ya tiempo (jue está 
destruido por completo, sin que ap^Mias quedasen, cuando fui 
á verlo, algunos pe(|ueños restos de la cenefa. })ara dar testimo- 
nio de donde estuvo. 

Xo habia faltado uiui i)ersona, que se creyó previsora, y que 
hizo cercar con una tapia aquel importante jíavimento, sin po- 
derse imaginar, que andando el tiempo un alcalde de la tal vi- 
lla haría encerrar <le noche su ganado dentro de arpud rCi'into 
y que las delicada^ tessch's del celebrado mos;í¡co serian h»van- 
tadas una á una i)or los inofensivos animales, que se daban el 
jdacer de pasar hozando el ti«Mnpo de su encierro. Por rs<i ruan- 
do en los principiíís del jKisado afio de 18f51 visiti» a(juellos In- 
gares 1). Kmilio llíibner a])enas enccmtró quitan le indirara «d 
>itio. í|Uí* ocu|M*i siMn<*Jant«' pavimento, sulin» cuyi»s ('sca>í>inio< 
y ile>tiMzadn< r<'>tnsr.'(M»;j-í alg<i niii^ tanb* al visitar por prini«*ra 
vez tab's niina^ la rlociiíMitc p.'igina. «jue acabo do trascribir, de 
nuestra indí»!cnt(» indiferencia. 

Y como sino fuera bastante aban<lono tan graiidt». en epi»ca 
piMM» mas reciente todos hemos presenciado el (h»s<*aro con que 
un caracterizado personage estrangero hacía s;iquf*ar el enton- 
ces olvidado Mouasterií» de Santiponce. y á pesar de los clamores 
de la indignacimí piiblica era absueltoel criminal asalariado de 
que .<e habia valido, recompensándolo eii se^j-uida <*on un as- 



I Ccaii-Heriiiudez S:idi íW lan Ant. rom. dp K»p. pp. SO \ 'M\. 
S l4il»onle. De«crlptlon d* un pare en momilque decouvert dun8 1' Mucirnue 
vUle de HaUcu. rarl». \^i. 
9 Ceun-Berinudez suni. de la» Aot. rou. de Y.^\\. p. ^i. 




i^il-l»;.tV. íj**'.-' ■-^••^•*'':^*i6 .rv^^-.;. a .ac.*.'.*^ * 



■: >i"K.i: %^ ?rí 



i J '.% 



180 
censo en su carrera, mientras los objetos sustraídos seguían 
figurando en el museo particular del impudente magnate. 

Pero que mas, si en nuestros dias y en la misma capftal de 
aquella rica provincia andaluza un mal español, alardeando de 
literato y de bibliófilo, comprendiendo lo expuesto que era en 
estos tiempos seguir la senda del osado archivero de la metropo- 
litana de Burgos, Antonio de Xobis, so decidió mas bien por 
prestar realidad cumplida al célebre soneto del egregio Solita- 
rio^ transformándose de buen grado en 

CacOy cuco^/aquin^ liblio-ptrata 
para entrar en las postrimerias de su vida. 

armado en corso, haciendo cala y caia 
en una insignísima biblioteca tan escandalosamente depredada. 

En verdad que el solo recuerdo de tamaños desmanes que- 
branta el ánimo del varón mas esforzado, que preste su atención 
á nuestra antigua historia, ó bien se interese por el estudio de 
los anales contemporáneos. En medio, sin embargo, de estos de- 
sastres consuela algún tanto traer á la memoria el nombre del 
conocido oidor Bruna tj Ahumada, (jue al comenzar este siglo 
fundó el Museo arqueológico hispalense, donde hoy se guardan 
con el mayor esmero cuantos restos epifrráficos y esculturarios 
se han descubierto en .Sevilla y en Santiponce, cuyas ruinas pa- 
recen al presente custodiadas con particular interés. A la vez en 
diversas colecciones jiarticulares se enru<»ntra reunido no es- 
caso número de objt»tos de mas ó menos importancia, que traen 
á la niíMnoria las ♦'»p<jcas mas rture<Mi*ntr'; do aquolla espléndida 
región i\o la Hética. 

Volviend<í pui*s á fijar toda la at«Miciuii sobre tan antigua j)o- 
blacion romana, dojando olvidados pt»r v\ momento modernos 
acontecimientos, no será fuera del caso v\ señalar, aunque sea 
l)rev<»mente, cuantas noticias n<»s han sido trasmitidas, refen'u- 
tes no solo á su fundación, sino también á algunas de sus vicisi- 
tudi's rn un esjiacio de tiempo, que no pasa de quinientos años. 

Publio Conirliu Sci|)¡t>n. el qu«» mas tard«» fué el primer afri- 
cano, hijo del cónsul de su misjuo nombn» v sobrino de lineo. 
i|ue murif» con hu In^rmano en tiorras hispanas sobre el canip» 
de batalla, arrojo *¿^\i años antes de iA\ á los cartagineses de la 
península, consolidando j)or el momento el dominio de los roma- 
nos en la Iberia, en la Hisimnia y hasta en la Celtiberia desde el 



■.■.■■ » '. 







íli 

las diversas épocas (íc que se ocupa; pero siguiendo un sistema 
preconcebido, contentándose con copiar los pasages, que mejor 
le parecen de los Historiadores augustos, apropósito de los An- 
toninos, usando un estilo por demás afectado y no siempre 
uniforme. Pero fué precisamente en este mismo siglo quinto 
cuando los godos occidentales mandados por Ataúlfo fundan des- 
de las Galias á las Hispanias el reino visigodo, y los orientales 
mas tarde el de los ostrogodos en Italia, l)ajo la conducta d« 
Theodorico, siendo escasas las obras ((ue de este periodo pueden 
citarse de interés, para aclarar los acontccímienfos de la segun- 
da centuria. 

Joi'nandes en el sesto se limita c\\ cuauto á los Autoniuos á 
indicar en su libro de la sucesión de los tiempos, la época et] que 
imperaron, y respecto de los divinos hermanos, donde y cuando 
murieron, con ligerísimas indicaciones de algunas de las guer- 
ras que hicieron personalmente ó por medio de sus generales. 

Paulo de Aqt'ilftja en el noveno al redactar su Historia ro- 
mana se sabe que especialmente por lo que se refiero al período 
de los Antoninos \\u hace mas que intercalar algunas noticias, 
sobre las persecuciones, damlo poco mayor desarrullo al tvxto <le 
Eutropio. 

JuaH Xiphiliiio fué uu escritor griego contenipnnnu-o del 
emperador de Coustautino])la Miguel Dncas. destiimado i-u 1078. 
Este epitomador del siglo oueeuo redactr'i uu cnuipetidio de la 
Historia romana de Cassio Dion, ciiyn princi|)al interés e^triva 
en que su)de eu muchas páginas, quf nn han parecidn, la céle- 
!)re obra del ¡lustrL- hijo di' Nieca. de la {\\w cuino es hii-u saliido 
falta muy buena ])artc. hacii'Uihj para h»s libivis pi-nlidus id mis- 
mo oficio que las Peñuditie |)ara h» que falta di- las cch-bérrimas 
Décadas de Livio. Di' la époni iN' Ant<iu¡u<> pió Itasta Marcn 
Cómmodo son tan exiguos h)s fragnu'iitus Cassiauos Iiasta hoy 
conocidos, que las >,>rr<7>^ff de Xipliilino .<!• hacen iudispeu- 
sables, para formar uias coinplota idea de h» que subn- dicln» ¡le- 
riúdo pudo opinar aquel esrritor distinguido. 

V aquí daré |)or terminada esta brevísima imlieaeion sin pa- 
sar mas adelante, deteniéndome antes del sigln doce, sin ikmi- 
parme de \vi^ Atinóles del nionpe Zonaras. secretario de Manuel 
Comiueuo, muerto en lUS, hasta cuya ft-dia ¡articudo de la 
creación conduce aquel su historia. 



^ 



Í-íÍ-.'¿¿.>-i-*--Í-'*4«.-»-«e>J<É 



182 

cnsaiigreutar con sus despojos mortales las aguas del Tiber, 
siendo cónsul su implacable enemigo Lucio Opimio '. De modo 
que la primera colonia trasmarina del pueblo romano abordó al 
África á los 8(5 años de haberee entregado la ciudad de Itálica á 
los legionarios, inválidos de la guerra ibero-cartaginesa. 

Ni habrá quien pretenda suponer que aquellos soldados ro- 
manos pudieron nunca constituir fuera de su j)átria y on tierra 
estrangera un municipio, institución de derecho administrativo 
que aun tardó muchos: niVw on pasar á la bau'l-' '^"vidional di» 
los Pirineos. 

El mismo ano 146 antes de J. C. en que entró victorioso en 
Cartago Scipion Emiliano, se apoderó el cónsul Lucio Mummio 
de Corinto *, de donde sacó riquísimo botin en cuadros y en es- 
culturas, en alhajas y metales preciosos ^. Era el develador de 
los cartagineses, al decir de los antiguos historiadores, de ilus- 
tre cuna, de maneras distinguidas y de gran ilustración, mien- 
tras que el vencedor de la Achaia fué de oscnro linaje, de tos- 
cas formas y tan ignorante, que al enviar á liorna las estatuas 
de los primeros escultores de la Grecia, arrebatadas á los venci- 
dos, conminaba á los encargados de su conducción, que si las 
])erdian en el camino, quedal)an obligados á rejionorlas con otras 
nuevas *. 

De esta espléndida presa din Munimio una parte á los tem- 
idos *, re])art¡endo luego entre las ciudades de Italia y de las 
provincias cuadros y estatuas*, sin reservar para sí n¡n^*'uiiod«* 
cstíís objetos dr arte ^. Entre las [M»bIacion»'s iavnn'cidas mn 
táuricas dádivas se salx» (pu» fui' una dr i'lhis l'arnia dr Italia ** 
y algunas otras de la misma piMiínsnla ^. asi coniu Itjlira «b» la 
B'-tica *^ 

La inscripción que ha venido ronninnoraniln á los Italiscn- 
.ses el suntuoso agasajo, ijuc merericron al conijuistador dr Co- 
rinto. ha llegado hasta nosotros rn (»strcnio mutilada, habiendo 



1 Vi»l^lus. rut»»rc. II. 6. 

'¿ VPleiiis. PiítiTC. 1. la. I. 

3 Honit Kplst. XXXII. Hi. r.. 

4 VelelU!*. Pat<»rc. I. i:i. ,3. v *. 
s r. 1. L. I. ••» } r.i2. 

« Front Strataír. 4. 3. 15. 

7 Aur. Vlcl. ui ícrtur. De vlr. iUuMt. íV». :i. IMIii H. N. :iv »í. :c». 21 y T,. 1?. 

8 c. I. I.. I. •»»"»• 

y c. I. L. I. ?in ^1 ."lió. 

10 C. 1. L. 1. oVi y C. I. L. II. ÍM9 



'í^vAvtí" ^ jr.v¿ .;■:*. ./.->^-^;^.¿^íi-.> ^¿rtóiÁii 




179 

(¡c Talca, reeorclaudo ol nombre de la destruida ciudad romana. 
He examinado el recinto de Itálica, he visitado su anfiteatro, he 
registrado lo que aun se descubre de sus termas, encontrando á 
cada paso restos de viejos edificios, fragmentos de tejas y de 
lápidas, trozos de columnas y de esculturas. De igual manera he 
visto arrancar los sillares de su despedazado anfiteatro] para que 
sirvieran de firme en el inmodiato camino, que á la sazón se 
componia. Pero aun he tenido ocasión de observar algo mas 
]>eregrino. Kl interesante mosaico encontrado en 1799 en San- 
tiponce, que examinó y dibujó Ceau-Bermudez en 1801 • y 
que al año siguiente publicó Alejandro Laborde en Paris en 
una espléndida monografía ^, la exactitud de cuyos dibujos 
es reconocida por el mismo Cean ^, hace ya tiempo que está 
destruido por c<impleto, sin que apenas quedasen, cuando fui 
á verlo, algunos pequeños restos de la cenefa, i)ara dar testimo- 
nio de donde estuvo. 

Xo lial)ia faltado una persona, que se creyó jnwisora, y que 
lii/.o cercar con una tai)¡a aquel importante pavimento, sin ju)- 
derse imaginar, que andando el tiempo un alcalde de la tal vi- 
lla haría encerrar de noche su ganado dentro de aíjuel rev'into 
y que las delicadas iesschis del celebrado mosaico serian levan- 
tadas una á una j)or los inofensivos animales, que se daban el 
jdacer de pasar hozando el tirmpo de su encierro. Por eso cuan- 
do en los i)r¡ncipios del pasado año de 18f)l visita» aquellos lu- 
gares 1). Kmilio llübner apenas encontró qui(»n le indicara el 
sitio. qu(» ocu]h'» s<M!H*jantc pavimentn, sobr«* cuyos escasísimos 
y (lestru/.adns restos r.'cí);^-! algo mas larde al visitar por primera 
vez tales ruinas la elnciieute p.'igina. (jue acabo de trascribir, de 
nuestra indolente indiferencia. 

Y como sino fuera bastante abandono tan grande, en t'poca 
jKico mas reciente t(Kb»s hem<K |)resenciado el <lescaro C4»n que 
un caracterizado p(»rsonage estrangero hacía saqm»ar id enton- 
ces olvidado Monasterio de .Santiponce. y á jiesar de los clamt>res 
«le la indignación publica era absueltoel criminal asalariado de 
íjue .<e habia vali<lo. recomj)ensándolo en seguida con nn as- 



1 Coaii-Heriiiudez Sum üf las Ant. rom. dp Ksp. pp. 2s3 y 3ki. 

2 l.atK>r(le. Uescrlptioii d* un pare en mosaluue decouvert duns V aiiclriiue 
vHle de ItuUca. Parí*. 1í«^2. 

3 Cean-Bermudez sura. de las Aot. rom. de Ksp. p- 2t«l. 







ÍS4 
liistoriadores g-uarcían silencio sobre su éxito. Y aquí termina 
cuanto al presente se conoce de aquella ciudad de la Bética des- 
de el siglo tercero al segundo que precedió á nuestra era, es de- 
cir del 206 al 143 antes de J. C. 

Siguiendo el curso dé los acontecimientos, es sabido que el 
cónsul Servilio Cepion, no pudiendo vencer al héroe lusitano 
lo hizo asesinar en su misma tienda *, negándose luego á pagar 
el crimen concertado, á los que había sobornado para cometer- 
lo, pretestando que los rocíanos no podían tolerar que un ge)ie- 
ral fuese muerto por sus soldados *, añadiendo á la cobonlía de 
la traición, el escarnio de la hipocresía. 

A la sazón había ya estallado la guerra numantina, que ter- 
minó con el incendio de la ciudad y la muerte de sus morado- 

•y 

res '. Vinieron luego los Gracos, cuyos turbulentos tribimados 
trajeron agitados á patricios y plebeyos en aquella revuelta 
anarquía, que se ha convenido en llamar república, hasta que 
dos varones consulares y senatorios, Scipion Nasica y Lucio Opi- 
mio, al frente de sus parciales hicieron morir á ambos hermanos 
en distintos anos *. 

Comienza en seguida la guerra Jugurtina, donde se dan á co- 
nocer Cayo Mario, como general en las campañas numídicas, y 
Lucio Cornelio Sula, como cuestor de aquel ejército y como há- 
bil negociador de la paz *. lín la teutónico como en la social^ que 
sobrevinieron después, Mario y Sula continuaron sirviendo en 
los ejércitos de Koma •; pero dibujándose ya en ellos, cada vez 
mas acentuado. a(|uel antagonismo irreconciliable, que había de 
hacor estallar al fin la priüi(»ra de las ífuerras civiles, (pie <»nsau- 
grienta la Italia ". Las egecucion<»s de Maric» y las proscripcio- 
nes Sulanas espantan con sus horrores al mundo romano*, hasta 
que el sanguinario dictador resigna sus poderos absolntos. En- 
tre tanto Quinto Sertorio, propretor que s»* decía ser de la ulte- 
rior *, y caloroso partidario mariano, se refugia c»n su provincia 
hacia el 82 antes de J. C, d(»ndc r(mtinuapor mucho tit»miH) sos- 



1 Appinn. Pe reltus. bisp. '^0 y *l. 

« Kutrop. A. 16. 

3 Flor. F.plt. :. 31. Eutrop 4. I* 

A Piulare. Til). Oraccli. 10. Pintare C. Oracch. 1*. Flor. Hpitoai J. 2 v X 

Perloch. l.iv. fH y 61. 
r> Perioch. Ltv. 66 SaUíiRt. lUfr- 65 et passiiii. IbldPin. IH et iM>queute». 
6 'Oros. Ilttt. V. 16 y iiff 18 y kI^. 
7 Croa. Hiat. V. 19. 
a oroa. Hiat. V. 19. á 2t. 
9 Appiau. Pe bello clv. I. 66 y 97. piulare. s«rt. 6. 



í^::frf??r¿ 



, t 




IK5 

teniendo aquella causa con singular ventura^, aun después de 
ser ya muertos los dos desapiadados rivales, que la habian provo- 
cado. Al frente de los soldados hispanos * derrota de continuo 
las legiones romanas, lo mismo que su lugarteniente Ilirtuleyo, 
ya se llamen los capitanes contrarios üomicio, Manlio ó Pompe- 
yo ^. No siempre sin embargo les sonrió la fortuna de las armas, 
y tanto que hay un momento en que el mismo Ilirtuleyo ata- 
cado por Mételo ante los muros de Itúlica^ ciudad de la Bética^ 
perdió veinte mil soldados, teniendo que retirarse á la Lusitania 
con los pocos que le quedaron ^, como hacia el 76 antes de J. C. 
Llegaron con tinlo á desesperar los cónsules de lograr vencer á 
Sertorio, cuando el acaso les dio el medio expedito de hacerlo, en 
el momento en que sus mismos j)arciales lo asesinan. cai)itanea- 
dos por Pérpena *. 

De estas luchas entre la jdehe, tan ignorante C(»mo tornadiza. 
y el patriciado, siempre soberbio é intransigente, surgieron dos 
personalidades, las cuales habian de tener gran iníliicucia en la 
marcha política de aquel ya vasto Kstado. Kuóel uno l^oni|M»vo, 
que después de habi»r combatido en Italia y en África contra los 
enemigos de Sula.espor éste saludado con el títub» de niot/noj^wQ 

hizo le diesen los suvos *. Kra el otro Cavo Julio Cesar, do nuien 

• •> 1 

dijo el mismo Lucio ( orndio Sula. juMisando ha<*erIo matar, que 
eran muy necios los que no dvscuhrian en aquel juren muchos 
Marios ^. El primero, aun<iue [íoy yrffnderic hacia pa<ar, era muy 
])equeño C(mi]Kirado con su patrocinador Sula. mientras que el 
liltimo excedía con mu(*ho on talhi á su tio p(»hticM el viejo Ma- 
rio: ambos sin embargo. di»spues «le diversas vicis¡tu«Ies con- 
cluyeron por enarbolar de nuevo las pavtirosas ensfñas de aque- 
llos dos dr»spotas sanguinarios, (jue les habian precedido, bu- 
ciendo variar de rumbo la versátil fortuna. 

Pompeyo. ac<q>tando las tradicionr^ del jíartiilo sulano. se 
mostró el amparador del patriciado. mientras ijue (rsar. cami- 
nando sobre las buellas uiarianas. afretaba ser el SM>trnedor ele 



« On.K nist. V. in 20 ?.T Flor V]*\\ í lo .Im1;us Fxvni.Ar:iri»ii< !>.• I.íIIií cl- 
M\. Tiiui StTtorhis ... coiitra roiii:iitiiiii <»\»'r«Mt»ni. .si;»!int o.n •.•irt». 

5 K\Mi|«#*ruiitHis. l>p Ih'I civil. coUtuMa llis¡»;in::if iiiull.lU'l.lir. 

3 <»r«.s HiKl. V. -U. '¿ a í». 

i oros Ihxt V -A! 10. 

5 riut ^<ri ?r.>?r. (»n s nikt V.?:iinyll K\>i;|'« rí»i»thi> íu-iil f»v »|Uitan.<^n 
difflrUe viiiceretur, iii*l i»rr i'(ii)lnnitH*ii*'iii in coiixiviu u •»i¡i> l•^.>t•l occibiin. 

« Plutarc. l»ouii». <:i Teruch. Livl K> y rt». 

7 Pluturc. Jul. caet. I. 

7\ 







ÍHÍÍ 
los derechos del puebío. Pero íaU.< sínlboíoá poíítícos no eraií 
otra cosa sino el escabel, de que se valían los magnates de aque- 
llas épocas republicanas, para escalar las alturas del poder, que 
era el verdadero m(3vil, que encubierto bajo el velo de soñadas 
reformas, los impulsaba á agitar de continuo los resortes sociales, 
de que lograban disponer. Alhagando las pasiones desencadena- 
das de la burguesía ó de la nobleza, en sus constantes ludias 
por la dominación absoluta y despótica, sino ensangrentaban con 
sus cadáveres las sCnagosas aguas del Tíber, subían en hombros 
de sus secuaces á la cumbre de la dictadura. En aquellas agita- 
ciones no interrumpidas de la vida pública^ el que se encontraba 
mas débil en recursos revolucionarios no escusaba el coligarse 
con las fracciones estremas, que le eran mas similares, como lo 
realizó el cruel Mario con el insano Fimbria, el prepotente Cinna 
y el audaz Sertorio *, en su insensato anhelo por derrocar á su 
odiado adversario Lucio Sula. Diííse tximbien el caso de que se 
uniesen de común acuerdo a un mismo fin aparente, fracciones 
políticas tan distanciadas, como las que dirigían el vanidoso Pom- 
peyo. el avaro í^rasso y el astuto César ^, con el encubierto desig- 
nio de intentar anularse recíprocamente. Semejante asocíaciou 
do elementos tan ojmestos debía producir muy luego cierto receb» 
y dí^scontianza (Mi las inteligencias miítuasde aquellos triumvirt>s. 
que al fin habian de provocar cierta tirantez y hasta el abierto 
rompimi(»uto de relaciones entre los concertados. Cayo Julio Cr- 
sar linbiii sido cónsul en (}{)7) de la ciudad, h\) antes de J.C.. y por 
la h»v \atinia se le concedió i)or un <|UÍnquenio el mando d«» la< 
(¡alias con un (»jí»rcit<» coinpnesto di» siet<» l<*giones •*. l*onipe\«' 

v Crnsso obtnvicnin el ronsnhnU» ^'\\ VM) de J^oma. Tm ant«»s Ar 

• 

.1. C.. habiíMidose concedido dvspn<'s iil prinn^'o r\ manih» dr 
las llis|)ani;is por cinco años, y :il segundo r] di» la Syria *. 
Aíjuel g(»b«»rni'» la provin<Ma, que» se le había asignado por mrdio 
deh^gados. no ahand<»nando á Roma, velando por sus ¡nt«»ros«»* 
políticos^, mientra^ <'»ste, Ih^vado de su insaciable ra|)a<*¡dad. se 
en(*ainin('i al punto á la Palestina yá Ia< tierras juírthiras depre- 



1 Oros. ní<t. V. 2ü. 

U KIt>r. Kt>itoin. 2, 13 

H i»roH. Hiht. VI. ". I. 

4 4»ro«. in»t. VI. 13. rpriucli Mv. Iif. Rutrop. 6. ih. íI¿i 

& Velelutf rat(*rc. 2. 48. 






•^l:áv^: 1..;: /i. ;:^:.''¿i i: ?»^í Í¿íi-£liÉ4^2í 



'k ^ 



187 
dando cuanto encontraba á sus alcance?, hasta que murió sin 
gloria á manos de aquellos bárbaros en la funesta batalla de 
Carras, donde perecieron tantos nni^rnates romanos'. Roto este 
débil lazo de unión entre Cí'sar y Pouipeyo. era d<' |»reveer que 
volviendo aquel victorioso de las (¡alias y no prestándose éste á 
satisfacer sus nuevas aspiraciones, tratando j)or coutra de anular- 
lo, id animoso «j'eneral pasase» el iíubicou. abrien<ln la rampaña 
de una nueva g-uerra civil -, (juc habia de conmovi»r diversas re- 
jriones del mundo antijrnn, cuando corria el año 41) antes de Je- 
sucristo '. Cé.sar |n*etestando nMuteirrar á b»s tribunos de la ple- 
be, arrojados del foro por el c^aisul Léntulo, en el libre ej^-ercicio 
de sus altas funciones *, baja de Ariniiniuin á liorna ^ en tanto 
que Pompeyo y los cónsules abandonando la Italia huyen por 
mar á Di/rrhachiinu'^^ acosados en su fuga por los eosarianos, que 
los ptM'seo'uian. No tenia el intn'pido Cesar naves con que hacer 
atnivesar á sus .sohlados A Adriático, de Jirtfinhfslifui á las 
costas de la 11 ¡f rio. y resolvió, eu tanto que se reunian en tiempo 
oportuno, pasar á las Hispanias ', donde al frente «h» alyunas le- 
««-iout^s se encontraban Afrauio. iVtrevo v Variou. leírados do 
pompeyo. t|ue nuindaban á nombrtí ihd jirociinsul en la ulterior 
y en la citerior *, estacionados el |>riiniM*o en la Tarraconense, el 
setfundo en la Lusjtania v el terc<M'o en la H<'»tica *. Kn <d Nort<» 
de las Hispanias la n'sistencia. qu»» o])u<ier(»n 1«»^ ponipeyanos 
fu»'* tan tenaz comoenér<^ica: pero á i»"sar de la bizarría con que 
combatieron Afrauio y Petreyu tnvirron (pie c<Mler ant«» la i»ericia 
V d denuedo de ('í»sar '". dienta e<*e ¡lu<trt* «••••neni! v cs<M*¡tor 
d¡>tiniruidí<iiiio en v\ di::rio. ipi** de <j-u»*rra tan nieinoraiile <leJo 
retlaetado. qn«'. aunque ninnern<ns y apremiante* apuntos lo lia- 
mabaii á Italia, no (juiso «bjar la^ lli<pania<. ha^ta hablarlas |M»r 
completo paciticado, á cuyo intento mando al tribuno d(» la 



1 <ir.»s. H«!st. VI. \x 

V oros. \\\'-\. VI. «r». 

:í or«»H lli^t VI. '."•. ?. r;i'^.< !)«• I»»-'.! » «vx íl I. .*• :. In r-» i.fni» »riM»r;it K.ixfii- 
nar ♦•\i»*»<*t;ei:it«in«* snis I»*n!s>n!iis iMi>t»ii;iii^ r<'^|* »ii>:í n»:'l»ii4 ' T > ?< J Coii- 

('l:itii.tIiT milites >•»>♦• j»;ir;ij ,^ MU {rT;i f opi < siij t TI ! •>! :i< iru !ll« |ll«* plrlilN 

he.tir.:iv <li»friHli»n». C'ü;:uit:i inilituiíi \i>!iiiiImU; Amiuiiliiiu cmiii im IfiriMU»* |ii(». 

Ilctwtiir. 

I «»r»»x. \{\>\ VI. ló. '2 dos n«' !r.!Io i*. vil I .",. 

.- (»♦•.'* Ik" lK»!¡oclv I. H. I. y I. :!í. 1 

tí |!.i<l*»m. I. Ik 2 y I. -^ :. 

T iM.iiMii. I. 0. 2 > r. :n. i. 

X IM-tctii. I. :h i. 

o n>i«|piii. I. :«. 'i. 

10 II»l«lPlll. I. V^. i\ 1. hTj. 






188 
pleb.» Quinto Cassío con dos legiones á la ulterior, á donde se 
dirigió él mismo á marchas forzadas con seiscientos caballos, 
haciéndose preceder de un edicto, por el que convocaba en Cór- 
doba para un dia determinado á los magistrados y á las perso- 
nas principales de todas las ciudades comarcanas *. 

En esta i)arte de las Hispanias iio ¡)arecía Marco Varron tan 
resuelto á sostener á todo trance, como sus colegas de la Lusi- 
tania y de la Tarraconense, la causa del procónsul; pero viendo 
los aprestos que estos hacian no se atrevió tampoco á dejar de 
prestarles auxilio, y ya entonces pareció abiertamente predis- 
puesto á la lucha, para mantener incólumes los derechos de su 
gefe el presidente de ambas provincias '. Poro no bien llegó Cé- 
sar á Córdoba y cerní las puertas á \'arron, siguió el ejemplo 
Carmona; Cádiz se declaró del partido de aquel, unas de las le- 
giones abandon(') el campamento \arroniano y entró en Sevilla, 
donde los ciudadonos romanos, que allí moraban, alojaron en sus 
casas á los legionarios. Tales acontecimientos traiau perturbado 
al dicho Varron, que variando de ruta se dirige á Itálica; pero le 
«visan sus exploradores que aquella ciudad también le cerraba 
sus ])uert:is y eHt<')nfes viendo interceptados todos los caminos 
se soint'tiíí al v(Micedor que. dejando encargado el mando de la 
pnivincia al mismo Quinto Cassio antes nombrado, embarcóse 
para Tarragona, de donde salió por tierra jiara Mai"sella,cn cuya 
ciudad supo que liabia sido nombrado <lictador ^. lo cual acon- 
tiría en el año 48 antes de J. C. 

('é<nr tratando d* los suc-^so-; do su campaña, desde que i)asa 
el Knbicnü li:i>ita qu»* lloara á Roma, habla «mi diversas ocasiones 
\\r jos f¡rrffrioj)/'s y <le los (hnfntr'ii'ns d«* los iiitni'r:¡pios italianos *, 
mientras (ju»^ hi»»;r<> que se traslada al norte de Kspaña llama á 
la^ poblaciones de la citerior ya rirlfofcs ya tequila simplennMi- 
te •'*. y á los i)ersonagos mas caracterizados de cada pueldo de 
la ultiM'ior iiififi'isti'oti/s priiiriprsífiíi oni/n'tnii rirltatuin. así como 
denomina ^*'iififns á lo que en las colonias y municipios se decía 



I Cari. Pi» Im»IIo civ. II. I*í ":. y W. in. 1 \ •¿. 

'i (AV^, \u- lifllo riv. ]I. 17 y K 

:i (■»♦».<. !»•> IhMIo civ. lí. III y V». 

1 Cío.-i. h«' 1) *Uo civ. I. *i\ "i «n in'i,'na.4 iniii^riM i*nii;tiiia Kainaiioriim <*t 
<1rriir¡<Miinn iitio.s ox iii\iiilci|iiis l):i:uitiii< ovnraverat. n»iflHm 1.31. 1. duiíiavirts 
iniiiiicipioriiiii uiunlum iiiiper.it ut naves conqulrant BruD4u«iuiii«|ue deüu- 
c^mlas iMinMit. 

o lae». De livllo civ. I «I. :< y I. 



"Hr r TlnfTrTíiMI 



189 
ordo '. Eu el discurso que dirige en Córdoba á la asamblea de 
magnates romanos y españoles, que en dicho pueblo liabia con- 
vocado, da las gracias primero citibus romanis^ iK)rque habian 
procurado tener bajo su poder respectivamente cada ciudad, 
oppiduiH^ y luego á los hispanos porque hal)ian arrojado del re- 
cinto do cada población á los pomi)(\vanos que la gunrnecian *, 
sin que en ningún lugar nombre colonia ni municipio alguno* 

Marsella, como he dicho, abre las puertas al vencedor de las 
His])anias, que se dirige á Homa ^, donde preside los comicios^ 
que lo eligen cónsul *. En medio de las difíciles circunstancias 
IKirque atraviesa, no olvida un momento los preparativos para 
la próxima campaña, que era inminente. Abdica la dictadura y 
acei)ta el consulado, encaminándose á Brundusio *, en cuyo puer- 
to se embarcó con algunos soldados, llegando á tierra en las 
playas de los Germínios *, de donde va á procurarse fondeadero 
mas seguro. Cuando Marco Antonio se le reúne mas tarde con 
gran golpe de legiones ^. busca á Pompeyo, que andaba por 
Dyrraquio . y no logrando ventajas lo atrae á la Thesalia *. 
donde lo derrota en los cami)os de l*liarsalia *•. Huye el vencido 
y lopi*rsigue el vencedor *', que en Alejandría sabe la muerte 
desastrosa de su rival **. Fué en aquella ciudad egipcia donde 
apasionándose i)erdi(lamente de Cleopatra provoca la guerra ale- 
jandrina, en la que hizo prodigio.^ de valor con un puñado de 
veteranos, hasta que logra después de |)ortíada lucha coronar á 
la muger. que le había ofrecido en cambio sus favores ". 

En tanto que ( Vsar atacaba á Pom|)evo en Dyrraquio. lo batia 
en Pliarsalia y ])fir una jírineesa <mi mal hora henn(»sa e\|Hinía 
su villa tan ha/.añosaniente en Ab'jauílria. st» suscitaba en la ul- 
terior un pronunciamiento militar c»nitra a^ui'l (Quinto (assio 
Longinoquc liabia dejado de prnpri*tnr d»» la provincia ". Sus 

I c*aeK:ir. Do boHo rlv. II. 19. I y í. A Cannona la «Ipnoiuin.n rir>/«t. ibidein II. 
!•. fi. :í Io> |in»rfr»»s ílt* OaUir unf'tino* p'-i^rtf^n. lliiti»*iii ?>. ?. 

i Cat's h** ht'iio civ II 21 í. rivihii.s r(»(iianis4|ii«M| oppiduiu ÍQ «na potP>t»t« 
iitii<liiiNS''iit li iInto; liisiiuiiis (|iiml i»ratMi«liu cxpuUKsont. 

.1 <:u's. |»i» hfllo cív. II. « i a «. 

I |ti|'t«Mll 111. I I. 

S \Uii}vín III. ? I 

•; nmlrin ni. »;. -j y :i. 

1 iriiílom ni í« a :>i 

M iiiHitMu 111 :»» T y 111. u. 

9 IhMfin ni. "JO. 72 "n». Ai. 

lo Ihifleiu 111. m u SK* 

n Ihldcm 111. «(>2 V 4i»i. 

13 Ibideai 111. Hv'i. ' 

13 llild«»m 111. líH Sí 1«« .Kiictor llcll \\cx. X!. 

H Auct. üell. Alcx 18. 1. 



I.' 



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190 
exacciones ilegales y sus cuantiosas rapiñas provocaron á gran 
número de descontentos á ([uc resolvieran poner fin á sus dias *. 
Acababa de recibir órdenes de César en las que le prevenía 
que pasase al África y. atravesando la Mauritania, llegase á las 
fronteras de la Xuniidia, donde Juba había mandado á los pom- 
peyanos numerosas tropas auxiliares, lleuniendo entonces el 
ejército que comandal)a en las cercanías de Córdoba, le dio á 
conocer la decisión del cónsul ', volviendo luego á la ciudad, 
donde no bien era pasado el medio dia y cuando se dirigía 
á la Basílica llevando ú su lado á Lucio Kacilio, vn tal Mínu- 
cío Silo le presentó un memorial, como si fuese un soldado que 
le pedia alguna gracia, y al irá contestarle le hirió dos veces 
con un puñal. Al tumulto que sa origina Minucio Flaco atra- 
viesa con su espada al lictor, que estaba mas cercano, hiriendo 
también al mismo Cassio. Tito Vacio y Lucio Margilio, que eran 
igualmente de la conspiración, ayudan los propcisitos de su 
conciudadano Flaco, los tres Italicenses. Pero llegan algunos 
Berones de la guardia y salvan al propretor huyendo los que 
habían hecho armas contra su gefe '. 

Las lesiones de» este eran levos y el herido sr» rehace pronto, 
no perd(mau(lo á los conjuradíis. Los Italicenses Minucio y Mer- 
trilio son crucificados v la misnuí suerte debii» caber á Vasio sino 
jmdo redimirla con (»1 uro *. IVn» la síulicion no estaba ni aun 
sofocada. Cassio da las ordeip's para el paso del Kstrecho: j>«to 
una de las h»<rioiies s:» subh^va, mata á los centuriones v el¡«re 
por jefe á Tito Thorio. cp'.e era tambi<'n de ItiUiea *'. al (ju<.» se 
rouní* otra tro¡ía de di^-ícuutrutns. l^I j)r<)pretor i*ncarga á Mar- 
celo íjue vaya á tnin;ir r\ maiidn <li» los sublevados, redu- 
ciíMidcdos á la nbedieiieia. lo «¡ue no consi^'-ue sino á true4|U<> 
de declararse ci^sariano y einMni;^o sin eml ar;.^) de (Quinto Cas- 
sio *. Kste V Mareelu sr buseau lara ViMiir á las manos: ínter- 
viene Marco Kmilio Lei»i<b». propn^tor que era á su v(»z dt* la 
citerior y no por esos*» calman l<»s ánimos, hasta (pie se anini- 
cia la llegada del sm*es<»r th* Cas>¡o. «jue 1«» iTa Cay<» Trebonio. 
C(»rciorado aquel (pie <*1 nuevo procoiiMil se a|)ro\iiiia. distri- 



1 Aiiot UoH. Alex. o. 

2 lliiilom "»! . 

n uiiiieiii '*¿ V :¿\. 

r> Ibldetu *»T. i :« •*». 

O IblUcm 57 ú M». 



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187 
dando cuanto encontraba á sus alcances, hasta que nuirií) sin 
gloria á manos de aquellos bárbaros en la funesta batalla de 
Carras, donde perecieron tantos magnates romanos '. Roto este 
débil lazo de unión entre César y Ponipeyo, era do |)reveer que 
volviendo aquel victorioso do las Ualias y no prestándose éste á 
satisfacer sus nuevas as])iracionos, tratando por contra de anular- 
lo, f»l animoso ««general pasase el líubicon. abriendo la campaña 
de una nueva g-uerra civil -, quo liabia do conmover diversas re- 
giones del mundo antiguo, cuando cfirria el año 41) autos de Je- 
sucristo '. César i)retestando reintegrar á los tribunos de la pb*- 
bo, arrojados del foro por el cónsul Léntulo, en el libro <*gercicio 
do sus altas funciones *, baja d(» Ariminium á Koma ^ en tanto 
que Pompcyo y los cónsules abandonando la Italia huyen por 
mar á Dyrrhachlitiu'^^ acosados on su fuga por los cesarianos, (pie 
los porseguian. Xo tenia ol intn'pido Cesar naves con (jue hacer 
atravesar á sus soldados ol Adriático, do Jirthi(hfs¡tftii á las 
costas de la IJyruf^y resolvió, ou tantoquese rounian en tiempo 
oportuno, pasar á las Hispanias ', donde al fronte de algunas lo- 
o-ioin's se encontraban Afranio. IVtrevo v Varron. loírados do 
INunpoyo. <juo mandaban á nombre del jirociínsul en la ulterior 

V on la citerior *. esta(*innados el primiu'o ou la Tarraconrnso. (d 
sf»gundo on la Lusitania y <*1 torcorn o\\ la Hética *. Kn el Norte 
de las His¡)anias la resistencia, qu»* opusieron 1«»< pompc^yanos 
fuí* tan tenaz como enérgica: p(M*<í á p«'sar do la bizarría con (|ue 
cíunbatieron Afranio y Pctr(\vo tuvieron (|U<» c(Mler auto la jH'ricia 

V rl denuedo de Cí'»sar '*'. Cuenta e^ti» ilustr«» •••••nenil v escritor 
<li>íinguidísimo «Miel «liario. qu»' de guerra tan uie!uorabl<» dejo 
riMlaeíiido. íjur. aunque nuiuemsos y apremiante^ apuntos b) lla- 
maban á Italia, no (pliso ilejar \\\< llisj>ania<. basta liaberlas por 
cninplcto j)acilicado, á cuyo intento mandó al trilumo de la 



1 oros. Ilist. VI. n. 

V on>s. lUst. VI. «,*». 

:{ oros Hí>t VI. ».'•. í. r:i«^s Di» Im'Mo oivil |. .'.. .".. In co t»Miii»orr orat K.ivhii- 
iiat' ♦•\i»oct:i!»:it«|n<» snis l»'níssíiiiis pMstulalis rc^^iiiiiisa nii«1»'in 7 1 > í< 1 Ctíii- 

rlaiiiMiit iiiilit»*s ?<os»» |i:ir:it.)> iinp'mrons siii tri!>iiuoriiiiM|ii«* |»l»"iiis 

ÍDíiir.a^ <l«»rfli«l»*n». Co;ruit:i iiiiUtuiu xoliiiitate Aiiiiiiiiiiilu cmiii fa l(*;:ii»ii(* ¡ho- 
Iicis«*itiir. 

I ort»s. Hi>t VI. ir>. 2 Caos |)i- ImUo t-ivil. I. á. 

.'• < a»«.^ l»e bello flv. I. 8. I. y I. :!í. I 

ti Iliid*»m. I. 'l\ 2 y I. 2^ J. 

• iM«i»>iii. 1. 0. 2 y I. :p. i. 

« Uií-toiii. I. :h i. 

!» n»i<lpiu. I. :«. 2. 

li» li>i<lPiii. I. »*. íi 1. m5. 






Í92 
(lo al fin á ser destrozada cabe la mencionada Manda la que 
Pompeyo el mozo comandaba, y tan solo indicaré, porque liace 
al caso á mi intento, que al día siguiente de la batalla de Sori- 
caria^ de las tropas pompeyanas se destacó un tal Aatisíio Tur- 
pión, á desafiar a los del bando contrario, de entre los cuales 
salió á batirse un caballero romano de Itálica, llamado Quinto 
Pompeyo Xiger *, ignorándose el resultado de aquel lance. 
Deshechas las huestes de la ulterior, César vuelve a Roma v 
triunfa de nuevo, llegando al cabo de tantos combates glorio- 
sos á la cumbre de todos los honores *. 

La causa que había sido vencida én Pharsalia en Thapso y 
en Manda no era la causa de la república, sino la de los patri- 
cios. La nobleza desde los primeros dias de la ciudad pugnó por 
tener asido el gobernalle del Estado, resuelta á no soltarlo, aun- 
que se desencadenasen con tal motivo las más recias borras- 
cas. Tarquino el soberl)io se atreve a atentar contra la vida de 
los mas caracterizados senadores bajo el pretesto de (jue habían 
favorecido á su suegro y predecesor, prescinde por completo de 
aquel alto cuerpo consultivo, se erige en arbitro al)soluto del 
gobierno cu cuantas cuestiones surgen de derecho civil ó de 
gentes ', y esta actitud resuelta le cuesta el trono. Lucio Junio 
Bruto. siml)ol¡zando el patriciado. había echado á tierra el go- 
bierno de un solo magnate, que los romanos denominaron con el 
nombre estranírero de monasrhia v sustituvolo conel dedosnni- 
gistrados anuales, en vez de vitalicios, que antes eran, llamando 
este nuevo orden de cosas con el nacional de respublica. aun(|ue 
en nada había cambiado intrínsecam<»nte la marcha del Kstado. 
atentos sus gobernantes, más (jue al desarrollo de los intereses 
comunales, al fomento de los de la soberbia casta privilegiada. 
Ksta había acai)ara(lo todos los cargos jMjlíticos y militares, los 



1 Auct. Hell. Iii8p. 2.'. SíiTi. i.o defectuoso del texto impide conocer nilondeta- 
nen ni el éxito de tan cal)alleresci» desafío. Kl nonil>re de este AntiKtio Tur- 
piotí dio ocasión muchos sitrlos dnspties al itrnor.mte y falsitlcador Fedr.izn. pa- 
ra tliiA:ir lina ridiciihi inserijtcion romana, «pie liare encontradiza no lejos de el 
Sacnmionte. rico venero d*» falsedades «Pedrsiza Hist ecles d** Granada fol ar. ) 

Kl mismo fanático historiadnr. rpu*rieiido aljsolver a Oraiiada del |K»cado, 
que le imputa el moro Ar Ha/i.de lialn^r sido nuidaciim de Judíos, inventa una 
inscriprinn ridiculísima, fiue nadie ha vi>to mas iiue su coufeccionador. que la 
RUpiiM» encontrada jMM/« n ht inrtují «peilniza Hist. ecle»lasl. deOranada íol. ll.| 
aseicurando que decía: lllih. Vesp. iii lion • llieros. t>elli. de i lit. iren. hniuan. 

Ks tan atmunlo y antiepiírraílco el entilo de esta mal forjada leyenda, tiue 
¿ nadie podra ucurrirsele darla por (renuiua y mas aun después de lial>er6ldo 
señalada entre las falsas iKir Htibuer. iC. 1. L. U. Itfi.*) 

2 Perioch. LlTi CXVl. 
9 LlT. 1. 47. 




193 
sacerdotales y judiciales, sin que a los plebeyos quedase otra 
cosa en cambio más que el derramar su sangre por la patria en 
los campos de batalla. 

Los romanos todo lo debían á la expoliación de las pequeñas 
nacionalidades vecinas, no formaban un j)uel)lo lioniogéneo; los 
latinos en cortísimo número v los sabinos en inavor escala ha- 
bíanles dado el mayor contingente personal primitivo, acrecido 
después con moradores de numerosiis j)oljlaci(»n«»s inmediatas, 
que se habían trasladado á aquella ciudad. Prestciles la Etruria 
sus ritos religiosos y ¡a Grecia su alfabeto, importado desde lue- 
go de la Campania, como más tarde sus leyes y por último hasta 
su idioma, para escribir las primeras páginas históricas de a(juel 
hasta entonces i)equeño pueblo, por mano de sus conciudadanos 
(juinto Fabio Pictor y Lucio Cincio Alimento. Cuan<lo el tercero 
de los ScijHone.-; arrojaba do Kspaña á los cartagineses aun no 
había nacido la liti^ratura propiamente romana. Las toscas for- 
mas del canto de los Salios y de los Arvales ;ieu<aii un pt»riodo de 
desarrollo en estrcMno embrionario en a(jm»l idioma híbrido, es- 
tado que aun se sostiene en el siglocuarto. á ju/.gar ¡nir algunos 
fragmentos no retocados de las Doce Tablas. No fueron latinos, 
ni romanos los (jue escribi<»ron las mas v¡i»¡as páginas lit4*rarias 
<le aíjuel pueblo, sino todos rllos í*straiig<'nis: Li\¡o \n<lr(»nico 
de Tarento, Cni*o Nevio de la Campania. ^lacriu Plautn di» la Ini- 
bria. Quinto Knnio dr la Calabria, Marcn Pa<-u\i«) d<» Hrundr.sio. 
Cecilio Stacio dí* la (íalia cisali)ina y IMiblio T<'r.*iici«> d«* (arta- 
iro. il)<'ind<' están 4*sos //^////o.v fou cun^k iuii:í*ií*'*^ >«• rt*rn*an 
nuestros inconrirntes giMH'alngi^ta^ unMlminv. (|Ui* fm'siMi ilus- 
tres en aruias «i ru lotras. di*s:lo antes íju»' h*Miii;i conitMi/ara ;'i t<»- 
nrr una literatura y una histnria pro|»i.i li.i-i;i .pir ^uru»* «'1 im- 
|H»rio? 

.Al advenimirnto do la ri*piiblioa la tirantiv. niti»» la aristo- 
cracia V la democracia S(» acontua cada \«'/ ma'* \ l«»s i»b»]M»vi»< 
<'mpiezan á lu<'harsin tregua por una igual«hnl d»' d<'r«*chn<. 4jue 
no lograron conseguir en absoluto, á |»«>ar «I»' **u< t'ohtniuasasi?- 
nadas. Las cruelísimas b^yes sol»rc los (bu Ion s. «lo las ijuo aun 
se conserva el recuerdo en un e>crit<»r tlol >'\isU> segundo '. pro- 
vocaron la primera n^tirada al Avontiuo -, rinco si«.»-lo>s autos cb» 

l .\ul i4eU. N. A \x I W ji K 
% Flor. KplU I. n. «I a 2.». 







•-:'■ .* .\.'r 



Í94 
J. (\,cle donde bajaron los sublevados, después de haber pac-^ 
tado la creación de dos tribunos de la plebe, de cuyos cargos 
estaban escluidoslos patricios*. Los escandalosos excesos de los 
decemviros originaron otra nueva retirada de la plebe, que trajo 
el restablecimiento del poder consular y el castigo de algunos 
de los culpables *. La disposición de la ley decem viral, prohi- 
biendo la unión legítima de j)lebeyos con patricias y viceversii. 
tiene también agitado al pueblo, hasta que el plebiscito de (-ayo 
Canuleyo anula semejante restricción ', iniciándose en aquellos 
mismos comicios del 4-15 antes de J. C. la moción de que uno 
de los c(')nsules fuese elegido de entre los mismos plebeyos *. 
cuya justa aspiración no fmi reducida á ley hasta algunos años 
después ^, realizándose algo mas tarde en Lucio Sextio, uno de 
los autores de la mencionada disposición legal '. 

Pero fueron las curstioii »s agrarias las que mas hondos dis- 
turbios provocaron entre amba^ casta*^, luchando los. tribunos 
de la plebe por niv<*lar ríjuitativamente las asignaciones de los 
terrenos del Estado, qui» habian sido antes conquistados á los 
tMiemigos, entre el prol».»tar¡ado y los magnates, mientras estos 
|>ugnaban por continuar disfrutando de los estensos territorios, 
que con notoria parciali^lad s(í habian adjudicado. Como Licinio 
Stolo V Lucio Sextio. ciuik» TíImmío v CavoCiraco, también Julio 
(Jésar dict(') disposiciones (Micaminadas á la mas acrertada distri- 
bución de tierras entn* sus veteranos licenciados, tornando en- 
tonces á la patria el recluta sin fortuna, que se habiaaseripto en 
las legiones, transft>rmado ou acomo<lado labrador de cam|>os 
desvinculados. A<jiiel jM'rsonn;^^ singular, (jue como «'scritnr, c<»- 
mo hombre de Kstado v roinn «ruerr.'ro no tuvo rival <'n sn tiem- 
|)o, ni en los que k» snri»<li(»ron íli'spn»*s. habiendo j)romulgado d¡- 
versíis leves V triunfíido (Ir sus numrríísos contrarios, contando 
con su aliento extremado^ nnMlitaba una expedición, contra los 
IHirthos, los Scvtas v Itis (¡ennanos^*. v fiando en su buena estre- 
lia desdeñaba las advertencias del anispice Spuriniui ', olvi- 
dando <|ue Tiberio (Iraceho habia t»*nidí> un Nasica. su hermano 



1 Mv. 2. Jll Q \ j 

a i.iv I. I. I. cic. ntTfi» II •*" '^^ 

I Uv. I. 1. 4. 

?» I.lv. 4. ;T». :. y Liv. :. I. I. 

ti l'lut. Cucu. SH. 

7 Sut*t. C'ii^y. Hl. ri(it;ir. Cuetf. Ct. 



& 







Ii)o 

un Opímio y Sertorio un Pérj>cna, como él había do tener un 
Bruto y un Cassio, que tal era la ultima vatio reij)Hhlicac. 

César cay<) asesinado cobardemente ante la estatua de Pom- 
peyo en los Idus de Marzo del 710 de la ciudad • y en su sangre 
quedó aliojr.ido para si<Mupre aquel rejiublicaiiisnio inepto, que 
lo mató traidoraiuente el 15 del tercer mes del año 41, que |n*e- 
ci*di() á J. (\ Aun no era pasado un trienio cuando la cabeza de 
Bruto rodaba á los pií'»s de la efigfic del último dictador de Ro- 
ma *. mientras dos lustros mas tarde recogía el joven Octavio en 
aguas del Kpiro y á la vista del Pmmontorio de Actium la he- 
rencia del imperio, trasformando ¡njr completo la constitución de 
tan vastos dtiminios. Kl senado y los comicios ])rincipian á tomar 
un carácter puramente histórico, en tanto que el patriciado, á 
medida (pie ha ido perdiendo su pr(*ponderancia política, co- 
mienza á trasformarsi» en una nueva iiistituci<»n noviliaria. sin 
íitro prestigio í|ue A qu(» presta una gran fortuna, cuando s(» |)o- 
s('»e. vaya ó nt» unida d un anejo avolorío. Las provincias bajo 
la influencia de su nueva reorganización habrán de d(»sarr(dlar 
los latentes (»lenient<)s (1<* ricjueza que encí'rraban, alcanzando 
una prosj»(»r¡dad antesjaniás sentida. 

Deslíe (|U(* la ilota ch» la república con<luci<»ndo á ('neo Poni- 
|ieyo recah» en Kmpnrias ^. '218 años antes d<».I. (*.. hasta (pie la 
causa del |>atric¡ado (luedtí por siiMujíre V(»ncida ante los inur(»s 
deMunda. -lo años antc»s de J. (*.. corre largo es|»acio de tiempo 
duninteel cual la Iberia, la Ilispania. la Celtiberia y la Lu>itania 
luchan sin c(*sar por sacudir el yugodr Roma, qne a|»ena< putMh* 
ti»ner sug»*ta la |>enínsuhi cispirenáica. á p«'^:ir de la bra\nra «le 
su< legiones. l.tK hispanos >e l<*vantan <le <*ontínuo. queriendo 
romper (d yiip> <|!ie los o|)rinu* y los in\ asónos no se clan 
tregua acudiendo á reprimir los sangrientos alardes de inde- 
pendí'iicia. (pn* sin cesar (»stallan entre las gentes indígena'^. 
Kn este jierioch» de fuerza, la organización del |aís no sufre al- 
t(»racion alguna por partt» de los conijuistadores. tpii dejan á los 
pU(*bh>s. qiu* someten, con la (|ue tienen de antigu«». KI ttTritorio 
de la cit(*ri(»r y ib* la ulterior (*stá dividido en pequ<»ñt»s estados. 
que repr(*sentan «*n su (»rígen las viejas tribus, acreciólos á vec(»> 



1 |»1llt:»r. CíIPS. ♦«. 

t snet. Aiiir. %A. IbldPiii C'nt*». ^. PUitzir. Itriit. :n. 
3 Llv. *<?!. 6*^. 



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■■ ^'.. . 



.«P « 0^^ 



196 
»iis (lomíuíos con las pasadas conquistas de entre sus veciuos, o 
disminuidos por análogas causas, cuando la suerte de las armas 
les liabia sido contrariiú Al frente de cada capitalidad liabia uii 
régulo, lo mismo en las regiones genuinamente íberas, apenas 
influidas por algún otro elemento civilizador estrangero, como 
sucedia con los Ilergetes ', que en las comarcas desde muy tem- 
jH'ano sometidas á una cultura importada de lejanas tierras, co- 
mo lo fué la Bética ^. Las po1)lac¡ones colonizadas primitivamen- 
te por fenicios ó por helenos habían acunado jiara sus transac- 
ciones monedas con leyendas piínicas del sistema piinico-sículo, 
ó bien con inscripción griega del fóceo-babilünico. Los iberos al 
sentirse dominados por los romanos también trocaron su 
manera de transacción. caml)iando las permutas por verdaderas 
compra-ventas, ¡jara lo que acuñaron monedas del peso del as 
libral y con epígrafe (Mi caract(M*<»s locales, (pie habían tomado 
de los feni(nos en rl m<'d¡<idi:i. modificándolos acaso en el nor- 
deste con los griegos de Ktiiporlíts y Nhoílns. Durante tan lar- 
go periodo los generales invasores, solo en caso de urgente nece- 
sidad, hicieron batir por medio de sus questores en Cartera, 
cu Córdoba y en Valencia moncMlas con leyendas romanas, paní 
at(»nd(»r á las apremiantes exigíMicias de las legiones. Numen)- 
sos ciudadanos romanos st» hal)ian trasladado á estas regiones 
atraídos por las ricas minas de ]»lata. (pie encerraban sus nnm- 
tañas v los numerosos vacimientosde oro. cine acá v allá se en- 
contr«iban, cuyo codiciado mt^tal corría arrastrado por las aguas 
entrt* las aiNMias dt» bis rios. Cuando Ct'»sar vino ]M>r priiiK^ni v(v. 
á Kspaña. coniMpK^stor de Antistio Vetiis ' v\\ (»S antes de .1. (\. 
(d |)n«ddo ruinam» b» cindiri»» el «'iicargo de ípn» ri^corries» la ul- 
terior, cídebrandu audiencias en los puntos «pie estimase oportu- 
no para aplicar el d(»r(Mdin. tan sob) por supuesto á los roman(»s 
por allí (•stableciibis ». Siet»» años mas tarde viielví* de propn^tor 
á la misma provincia y. mostrando por idla jKirtícular predilec- 
ción apacigua en Cádiz la< c«»iitroversias. ipie entn* sus nnirado- 
res se habian suscitado: autnrizado por estos mismos n^glamen- 
ta su legislación, borra de sus Cfistuiubn^s todo resto de barbarie 

1 I.lv. -n. 'i\. :\ 
'j I.lv. :«. V» *: V s. 
:i VflI IMt«*rr. í?. iH :\ 

4 sut*toii. (MMü. * gii:i»>r«t«iri iilitrior Misp:iiii:i «tiivrnit' ni» ciiiii niatiflatii |iu- 
|iiill roiuüiii. iiin* (lltuMHlo cotiMMitiiri rimiiiitn't (i;i«lis(|ii«* \t*iiiHHrt. 
b C'ic. pro BallK) \\K VS. 



t-i^* • «p- •'«.> 




197 
y coiii«igiie á su ruego introducir en aquella reformas de interés 
vital •, logrando por último con su influjo que el senado librase 
ú la provincia entcni del oneroso gravamen, que Mételo en el 
j>eriodo de su mando, once ó poco niiis anos antes, durante las 
últimas campañas contra Sertorio. liubia dejado impuesto so- 
bre ella '. Por aquel entihices los pueblos hispanos vivian in- 
deiKMidientes de Roma en cuanto á su constitución interna y á 
su jurisprudencia local, sufriendo solo el dominio de la repúbli- 
ca en punto á la tributación y al alojamiento de las legiones. 

En este concejíto las j)oblac¡ones indígenas de la citerior y do 
la ulterior eran ó completamente) libres é independientes del con- 
quistador, cuyo número, crecido en los primeros tiemjws de la 
invasión, fue disminuyendo C(m la ocupación militar del país 
]>or mas de siglo y medio. <) federadas y unidas á la capital de la 
n*pública iM)r un tratado antiguo, renovado á veces mas tarde '. 
Kl estado mas precario de aquellas ciudades cm el de las com- 
|)letamente subyugadas por las armas romanas, á las que se 
liabian rendido á discreción sus moradores, no pudiendo resistir 
su empuje, y «¡uc ñ (»ran d(»strui<las y sus habitantes vendid(»s 
como cschivos 3. o birn qu<Mlaban bajo el dominio, no ciertamen- 
te» suavo, d<*l vmctMlor *. Rrsp(»cto de lastierras. <iue constituian 
la propiedad rural de estas mismas poblaciones, ó tenian el ca- 
nictor de inmuncsy desligadas de todo impuesto, n estaban su- 
gotas al pago de una contribución, rrcUgal^ con que algún 
gcnenil victorioso las liabia gravafb». como en castigo de haber- 
so lt»vantadocn armas contra Koina *. 

Cuando <mi 11) antes de .1. ('. viene ('és;ir á la citerior á batir 
á Alninio y l*etrevo. liaja Ine^m de vencidos aquellos higares 
tiMiientes de iNnnpeyo, á la ulteri<»rá recibir hi >umision de \ ar- 
ron con una sinipb» escolta de seiscientos cabaUos, convocamlo 
antes, como acabo <b* decir, á bis magistrados, los m;ignates de 
his |Niblaciones y b»s (*iuda(lanos romanos, que en ellas liabita- 
l»an. para que en un dia determinado estuviesen en (-<irdoba, 
d<»nde |K*nsaba detenerse • bn»vetiemi)o. Kn dicha ciudad his re- 

1 Aiirt. Ik'Il. liií»|» Vi. í. iii MMiiHMiti imietiira ain|iH8U) lioiiorr. v«>ctitntlU. «|iiac 
Met^lhin iiii|M>siifsK«*t a M*n:itii |»««tis!40 vi Ha i»Hriiiilu pnivinciaiii U^nruhHp. 

•i i.iv. a<. r 5 cic. pro H;inM» ir, :ii \.\\, «5 :o. 

3 Il\. 1\. VI. lo. 

I f IT. *4K l*t V Ki;:iiicnti*s. 

ft Au<*t. \Ud\\. liUi». ir¿. ? 

« C»e«. UcU. rlvU. u. It». V. 




I.!..... ft. ~,,^.- .^ _. 



I . 



V V 



108 
cibo, dando á todos las gracias por sus esfuerzos cu la pacificación 
del país, sin olvidar á los gaditanos ', á quienes concedió la ciu- 
daditnia rotnriiía, ordenando que enseguida píese ralijicada por 
/'/yw^í'Wo *. Esto acontecía hacia la misma fecha, en que habia 
otorgado también la cicitas á la Galia cisalpina por la ley Rn- 
bria '. Con semejante concesión quedaba constituido el primer 
municipio hispano, colno acertadamente ha dicho antes di» 
ahora * el profesor Mommsen ^. 

Cuatro años mas tarde César promulga la lev Julia munici- 
pal, de la ([ue como de la Riihria se conocen los fragmentos, que 
se conservan grabados en metal, en Ñapóles los unos y en Parma 
M)s otros, y entíinces fué también cuando los pompeyanos fue- 
ron del todo deshechos en la Bética y fundada por el vencedor la 
colonia Julia Genética, cuyos Bronces me ha cabido igualmente 
la suerte de dar á conocer primero *. 

Desde que Publio Scipi(m llama á la Hispania su jtrorineia, 
218 años antes de J. C. ^ y. aun desj)ues que fué dividida en ul- 
terior y cit(»rior veinte y uno mas tarde *, hasta el vigésimo sé])- 



1 Ca*»:* líell. clv U. 21 ^ 

2 nion. l:«ss. n 21. 
:i c I. 1.. 1 *2«ci. 

V Mouiiiis**n \\'\>x. n»'ii. lih. V. c;i|» \l. 

.*» Knltitsrlifk «l>»» romuiiiiriiiu trilMiiiin <)ri;:iin» :io )irop:>;rUioii«* \i\iiz. Vti' > 
ll'O (l«*si)U«*s tlt» :i<lii(*ir el p;isay»» ilo i'assio Hioii aiit«*s oitailo y el Ao las Perlorli. 
I.lv. (TX. Oaditatiis rivitateiii iW^W (:u'sar) fiin<lainlos«» t»n «¡ne hav m»#»i ••./»! i iis. 
cripcíoii, n«» varías como suponte, iu uiuHk. imi la que k«» nombra e\ munirif,io >tu~ 

tiu*to tiiitlit'ittn ou esta forma MVN AVG. í;ad. ir. i. i.. ll. »:rtl.>i»rt»teii<le <i«e fm* 
AUirusto ol t{\ie otOTnn la tlicha c*iu(la<l:iiif:i. sin «li><Mitir el texto ele IMinl«» 

t(>ma<lo íle Atrriiia. en el f|n«"» se dice i|U«* 'i" i»/'« hi-f* nfiu- 'utt #■•>#«•»• rum.itiw 

niiti, */u> tif ft II I í'ir luousftni. urif iitii<i fi i.hí.iwi «|Miii. 11. N". I.ni»»v sín a'*e|»t :ir «|Ue 
<*omo en otras localiilsuies i»ii»lo partir 1:» iiMr'.ati\:t «le r- sir y r«»oiM»rar 1u»*í:o 
su sobrino al mayor aun)ent«i y ••spl.Mi«ln? «i»' la r »!i«n«m.||| tW su tío. roTnofti 
alu'unas colonias «Herlanira. Los i;r«Mn'»»> «l»* l,:i><Mita. r. laanza y Alju*itrel tía;.'. 
r.*/7 y r.^s.) Al |ir»*s»>nt'* »»stimo. nt» on»* r^sar liieii»>«' enloma a (ia<lir. >ini> eon M«.'u- 
nisen.'lesile lu»*;:o munieiT>io. (|ne (lt>>).n<>s amjili»'» Ortavin. 

»» I.iv. :<l. !». 2. > :<. lialilando de ümnorta <lire: /"/kii #/-•»*« '«wn-i..» «•»./..• i <i/i dt.ut,!»- 
*,tr^ }tñ-t tifíirt;* l'omu't ¡iltrrot >hltit'. M«»iiiiiis<Mn en *'\ nh>mo hiLfaf citaílo «le su 
Historia liaee ii^r>^hri^nn w dielia ciudad, a diMule atirnia *'n\ ió Konia los ]»rini«*ros 
iMilonos romanos deducidos a las Hisoaiiias. Knhit<«<*le*K «IM romunorum tri 
Imum oriíTíne et proi a^r •tione nat: n:i» In nirtra fundándose «mi que no etuis- 
ta en otn part»» l« deduciMon <le la tal eoloina. I«i en il n«» es p'»r cierto in- 
dispensalde para dar crédito :i l.ivio. aMadi<'ii«l>i «jue «d dictador »''')•# ^» f-; — 

I «<l té /•»• rttlnt'».* ffiilt.fi*: fi^'-ii tin /» « tit*n-nl ,, t^ii' tiit ir*t ii "fli l|i#»l rrM#'«/»» •!, |(> CUal nO 

se entiende ;.Mies ent«'»nc«*s para «ni»* lo> ¡íi-v»'». para »|U«» mudasen de aire pu- 
raiii»Mite? Afiadi»Mi«to «|Ue el »••#»"• ««xidiea «pie tictavio fue el t\\te venlailera- 
nient * la e>tahli ein. lo cual dista inuelin d»* la ♦'xaetitinl <et'Uii l.ivi«i ««n »d 
lUL*:ir (dtado Ci\ !> • en Kniporia lialna dos poldac <Mit*s. la nea balitada |Mir l«>s 
;rrb»vr »< > la «»Tra por lo^» liispantK. M'pa'adas ambas i»or un murallon. ('e.^ar 
afiadH» una tereera de coUmos roiiiaii«»>\ ni i.-r*-ifi^ /«#■*'-» «* hun fnhitn'O rti nh ««./-i 

Tales son y bien claran las palabras mlsma> di* l.ivio. lo (]iie tu* Iilzo en tiempo 
de AiiLMistó fue. una vez nirn^L'^idosá la colonia rumana de<lucldn á Km|»orhiH |H»r 
Cesarlos dos cimtiUL^entes. el uno ile bis liisnanosy elotr>d<* los plioceos. con- 
ceder á e>to8 dos filtimos la ciudadanía romana. 

T I.lv. ?1. I y ^1. 

H IJv. n?. ^. 2. 



4 



■- , .^^. 



• . 



b-> a^ • . iJL fl rf».^ 




lí)3 
tiü Opímío y Sertorio un Pérpena, como él había de tener un 
Bruto y un Cassio, que tal era la ultima ratio reiimhUcae. 

César cavíS asesinado cobardemente ante la estatua de Pom- 
peyo en los Idus de Marzo del 710 de la ciudad • y en su sangre 
c|uedó aho{r«ido para siempre aquel republicanismo inepto, que 
lo mat(> traidoramcntc d 15 del tercer mes del año 44, que pre- 
cedió á .1. C. Aun no era pasado un trienio cuando la cabeza de 
Bruto rodaba á los ]>ics de la efigie del último dictador de Ko- 
ma *, mientras dos lustros mas tarde recogia el joven Octavio en 
aguas del Epiro y á la vista del Promontorio de AcHum la he- 
rencia del imp(»rio, trasformando por completo la constitución de 
tan vastos dominios. Kl senado y los comicios principian á tomar 
un carácter puramente histí3rico, en tanto que el patriciado, á 
medida (lue ha ido perdiendo su preponderancia i)olítif'a. co- 
mienza á traslormarsc en una nueva institución noviliaria. sin 
(»tro prestigi(» que (»1 (im* presta una gran lortnna, cuando se po- 
s('m\ vaya ó no nnida á un añejo avolorío. Las provincias bajo 
la influ<»ncia di» su nueva reorganización habrán de desarrollar 
los lattMites rl(MiuMitos cb» ricjueza que cnctMTaban, alcanzando 
una prosp(»rida(l ant<»sjaiuíís sentida. 

l)(»sd(» i\\w la ilota de la rí*piiblira conihK'iendo á ('n(*o Poni- 
p(»yo recab) en Kmpoiias ^. '218 años antes do. I. ('.. hasta que la 
causa del patriciado qucd<*» por siempre v(»ncida ant(» los muros 
deMunda. 45 años ant(»s d(» .1. C, corre largo espacio de tiempo 
durante el cual la ¡Infria, la Hispania, la (\»ltiberia y la Lusitania 
luchan sin cesar j)or sacudir el yugo de Roma, que a|MMia< putMb» 
teii(»r sug»»ta la |><»nínsula cispircnáica. á pesar de la liravura de 
su< lt»ginn<*s. l.ns li¡<panos se l«»vantan de cnutíiiun. (jucrieudo 
romper el yugíi <|!u* bis oprime y los invasores no se <lau 
tregua acudieuíb» á reprimir los sangrientos alardes cb» inde- 
|)enílencia. cpu* sin cesar estallan entre las gent(»s indígenas. 
Kn este periodo de fuerza, la organi/acion del jais no sufre al- 
t<»racion alguna p<ir parte de los conquistadores. 4|Ue dejan á lo'i 
pueblos. <|iH* souieten.con hi que ti(»nen de antiguo. Kl territorio 
de la citerior y cb* la ult(»rior está divi<lidoeu p(»querios estados, 
cjue representan en su origen las viejas tribus, acreci(b»sá veces 



1 l'lutnr. Caes. ♦«. 

í siiet. Aiiir. «:í. Ibldeni Caos. 90. PUitar. Brut. 'H. 

3 Llv. VI. 60. 



.T» 









>-.4 ji»»ju;.4-'.í:*5«--> tr^^jk.... V 2 .'^ .■.■-, * •' ...<-.- j" -- -• •- .«;í _.X*. . 



^200 
clásico prestan los Latinos su contingente a las armas ni á las 
letras romanas, a pesar de ser para algunos cuna de tanta 
gloria, el viejo solar, donde residieron aquellos oscuros, y olvi- 
dados. 

Pero prescindiendo de esta digresión, no sé si diga ociosa, y 

volviendo á ocuparme de las Hispanias en los momentos de mo- 
rir el verdadero fundador del imperio el 15 de Marzo del 44 an- 
tes de J. C, del)eré recordar tan solo que ya á la sazón (íadir 
gozaba de la plenitud de la ciriías^ habiéndose iniciado con ello 
el estableciemto de las municipalidades y habíanse creado, colo- 
nias, entre otras la llevada á Emporias, instituciones que habían 
de transformar la constitución íntima detanrico territorio. 

Más tarde, '29 aíios antes de J. C, vuelve Octavio á Roma, 
después de haber vencido á Marco Antonio en (irecia y en el 
Egipto, en Accio como en Alexandria ', y puesto fin á las guerras 
civiles, fundando el imperio más grande del mundo antiguo. 
Apenas había reposado de tanta fatiga, siendo ya corrido un año, 
cuando, fijando su atención en las Hispanias, nota que á pesar de 
cerca de dos siglos de batallar en tan apartadas regiones, los 
cáiüabros y los asfurrs^ gentes fortísimas, aun continuaban 
gobernándos(» por sus propias leye.v. movido por lo cual al frente 
íle un ejército se encamina á estas n^gioncs ^. 

Los cántabros y los astures formaban parte de la provincia 
de (íalicia ^, y contra ellos se dirigió d nuevo Empi»rador. 
l)i»rrota primero á aquellos por medio de» sus legados, ante los 
muros d(» Ber«rida v on las cumbnv del \indio. toma á viva 
fuerza á Aracelio. persiguir'n<lolos hastíi las enhiestas crestas 
del Mcdulio. donde muchos, de <»ntre los iucbíniitos rcst<#s de tan 
brava gente, prefieren morircomo los astapí»nscsy nunmntinos 
á entregarse al vencedor, para ser vendidos como esclavos *. ]aí 
defección de los fíri¡/rr¡rtos vino á facilitar por entonces la vic- 
toria sobre los astures al lega<lo imperial Tito Carissio ^ termi- 
nando con ello los ciento noventa años di» batallar contra los 
Hispanos, que de aípiel punto jmeden decirse domeñados p<ir 
las armas romanas y prontos á formar parte de tan gran nación, 
allegada de bien etereogéneos elementos. 



1 

2 
3 
4 



Oros. HiHt. VI 19 y hX 

\h\i\em VI. 21. 1 Kuls uti le^ihUM. 

UMdeni. VI. 21. -i. 

Flor. Kplt. 11. XXXIll. 

Oroi. HUt. VI. 91.9. Flor. Kplt II. XXXIU. .%i a 70. 






•^'»- J t ..t. ..-. 1»^ i.^ JtiHÁto-^ Ú 




•■¿oí 

Augusto al morir dedica á las Españas algunos recuerdos, 
que se liau salvado, en el celebérrimo epígrafe ancirauo, entre 
los que son de notar principalmente dos de ellos. El uno que ha- 
bía apaciguado las Galias y las Hispanias en sus regiones del 
Océano, desde Cádiz á la desembocadura del Alhis ', y el otro 
que habia deducido á ambas Hispanias colonias militares *. 

Las monedas y las inscripciones romano-hispanas de aquella 
época, como otras mas modernas, acusan en efecto el hecho ya 
conocido de que César habia comenzado la romanizaci(»n del 
l)ais, después continuada por su sucesor. A la antigua división 
de las poblaciones hispanas en Jihrr^ y en imann^s^ como las de 
los cúnfabros ', en /e(h* radas y en f^sfiju'adiarias como la de los 
gaderitanos *, habrá que añadir ahora la de municipios «i colo- 
nias, y la de pueblos de ciudadanos romanos ó de latinos, com- 
pletando así el cuadro general geográfico de las Hispanias «'ii 
los tiempos de Marco \'¡psano Agrippa. íntegramente reprodu- 
<-ido mas tarde jíor Pliuio el viejo. 

A la concesión de los dcnvhos municipales y coloniales aña- 
dió Augusto el déla acuñación local de piezas de cobre única- 
mente, con peso y leyenda romana. Kn la ulterior Córdoba. Ebo- 
ra. Emérita, Hispalis y Julia traducta baten monedas con per- 
miso drl emperador Cesar Anynsto, Kl ricas italicense de ciuda- 
danos romanos, creado por Vxuhí Sripiíui, debió constituirse bajo 
el mcHlelo del municipio nuuano. organización por otra i>arte 
que parece entrar perfectam<»nte mas tarde dentro de la |)arte 
ílispositiva de la ley Itohria. címum dt? la Julia mnnicij^fl. eu b» 
<pn» deaiub;is se conoce. ('u;indo Octavio liabia recibido el titulo 
tie Augusto en su consulado si'ptinio. 27 años ant«»s de J. (\ *. 
aparece itálica acuñando moncilas con la cabe/.a desnuda de] 
emperador y la leyenda. pery.Ívsu Avcusti mvmc • italic. y por <*1 
reverso, cinío roruli Roy.ani. o l»i<'n el n»unbn* s<ilode roma, re- 
l»resentada por la figura di» un soltlad»» apoyado en la lanza y te- 
niendo detrás un escudo. Cuando aquí*l soberano era ya muerto, 
bate Itálica í»lras j^iezas. en las <|U(í se lee. ferm avc— divvs av- 
cvsTvs PATER, y por el reverso, mvn . italic — ivlia avcvsta. con 

I Momniíi»»n Uva tOKt. div An^ V 1) y H C. I. I.. lH V- 7.K. cnp: 7C 

i Ihtdeiu V. av C 1. 1.. ni l» "'^C* cap 'í^. 

3 OroM. UlKt. VI. 21. Milis utí l»>;:il>u«. 

4 ClC. |»rü UuHto 15. 31 Aun \W\\. Iiisp. 12. 2. ^ 

ó >|oiiiius4ni lien i^eMai* «Uv. \n^. VI. 13 :« li. C. I L. ni. I». •>• cap. W. 



K 




V¿^^2-^:-2 <"• - ^''^ ^-\ ií -^^ » 



20-2 
la efigie de Julia sentada teniendo lína lanza en la siniestra. 

También se conocen monedas italicenses con la cabeza de 
Tiberio unas, con las de Druso y Germánico otras y en todas 
ellas el perm • divi avg . ó simplemente el perm.avg**. Plinio 
apoyándose en Agrippa, hablando de las poblaciones del coii" 
tú lito hispalense, nombrad Itálica y á la hriuierda Hispalis *, 
Strabou en los dias de Tiberio solo ana-le que Itálica estaba si- 
tuada sobre el Betis '. Terminando aquí los anales de este pue- 
blo liasta el 37 de J. C, en que muere aquel soberano. 

En la época misma de dicho emperador también acunaba 
BiLBiLis en la citerior y en una de sus monedas con la cabeza, 
quizás del dicho emperador, se ve en el reverso debajo de un g-i- 
neteconlanzaen ristre, cubierto con el casco, elnombre de itáli- 
ca. Esta ciudad, como otras varias de ambas Hispanias, termina 
sus emisiones monetales al morir el indicado soberano, figuran- 
do el nombre de su sucesor Calígula únicamente hasta ahora en 
piezas de Acci, Bilbilis, Carthago nova. (\i;\sar Augusta, Erra- 
vica. Osea, Segol)riga, é ínsula Augusta *, dejando á su muerte 
también de acuñar la citerior '*. 

Nada recuerdo de Xenhi ni de Galba, alzado al imperio en 
las Hispanias *"•, (pie pueda estar relacionado con la vida pública 
del municipio Italiconse. Kué ütlion. encargado del mando de 
la laisitania y por razones que nada tenían de jKilíticas ^, el que. 
cuando escaló el Síilio, aumentt» primero con algunas nuevas fa- 
milias las colonias de Hispalis y de Emérita, agregando des- 
pués á la i)rovincia Hética varias ciudades de los moros •. 

Pocos mest»s j)udo sostcnicrs»» \'iteIio en el trono, del que sus 
atentados lo hicieron bajar escarnerido: arrastrado por h>s 
emi)inados peldaños de las ¡/eiiionlas: tirandt» de sus lacerados 
miembros con aguzadas escarpias de hierro, dieron sus enemigos 
con tan desfigurados despojos en las aguas del Tiber •, «londe 
quedí» estinguido para siempn* su efímero poder. 



1 DelcaOo. Nuevo Método II. ]>. iHT a i:E*. Uih. M a |:I. núiii. 1 :i 11. 

2 IMtn. II. N. III. n. ItnHoa et a laeva HUpni. 
:i strab. 3. 2. 2. 

4 Delkradí». Nuevo Mt'todo MI. tnb. líW n. 2S íi 27. Fliusu^ en Menorca. 

r> Bl liusto lie Claudio en monedas de KhusuH con el Cabiro v la Inlcliil déla 
levenda púnica liarla retranar en Menorca las acuñación^ itinianaii liautu el 
principio del imperio de ente Holierano. a ser cierta dicha cIa<ilticacion. l>el|f. N. M. 
III. p. 450n 27. 

A Oroü. !lUt. VII. 8. 

7 Tacit. Ann. I3. 4G. ló. Taclt. Hist. 1. 13. 15. 

8 Taclt. Hist. I. 7K. provlnciae Daetlcae Maurorniii cIvitateM dono dedit. 
f 8uet Vltell. 17 Oroa HM, Vil. 9. t. 






>%Uik '-.A* . A .lA* .^ 



j;Jdí'íi-í 




Í9t< 
timo, qtíc pícccdicí á nuestra era, eii que fué la Bética enoomeii- 
(ladaal senado y la Tarraconense al emperador ', corren cerca de 
(los siglos durante cuyo tiempo, como antes he dejado indicado, 
los pueblos hisi)anosse rigen por sus leyes, si bienrecilnendo de 
Uoma procíjnsules y propretores, qui^ atienden esclusivamente á 
la ocu])acion militar del pais, bien ])ersonalmente n por medio 
de sus legados, así como á la r^^caudacion de los inxpuestos de 
guerra, que liacian efectivos sus cuestores. A la vez los tales 
presidentes dirimian las contiendas entre los ciudadanos roma- 
nos, residentes en las poblaciones hispanas, en asambleas que 
cídebraban periódicamente <m las principales capitales de sus 
resj)ectivas provincias y en la forma, que las leyes romanas de 
entonces prescribian. Si César se entrometi(') en (Jadir. siendo 
proprctor de la ulterior, á reformar la jurisprudencia privativa 
de aípiel antiguo ])ueblo fc<lerado con lí«>ma. fu('* con autoriza- 
rií)ii expresa de sus moradores '^. Y ciertamente qut* asoml)ra 
considerar como pudo aípiel hombn.» extraordinario en los breves 
iiñíís, (jne corrieron desde el j)aso del liubicon, -lU años antes de 
.1. r.. hasta la batalla de Munda. (jue pr<*e*»dio -í.") á nuestra era. 
tiMier tiempo para ganar tantas acciones de guerra (»n tan opues- 
tos continiMites del mundo conocido de los antiguos, para publi- 
car tan nunn'rosas é importantes leyes, constitutivas muchas de 
«días del nuevo (»stado de cusas, «jue iba <»stableci(»ndo. y para 
riMlactar por liltimo sus memorias, (pie han* llegado hasta no- 
siitros. como el libro mas cbisico de la antigiiiMlad romana. i[\\r 
compití» en gloria como monuin<»nto litcrariu con los i]»» <ii ad- 
ví'rsario p(dít¡co Marco Tulio Cicerón. 

A este pniposito no si* si será fuera del caso volver á hac«*r 
notar. c«»mo anteriormente, (pn» de los grandes ingenios, (lue 
tlorecieron en l^)ma (*n el siglo de oro de su liíi»ratura. á no ser 
Cayo Julio Cesar y Tiíi» Lucrecii» Caro, que nacieron en la ca- 
pital, los de mayor imi»ortancia de los dennis. \ieron la luz en 
pueblos bien diferentes d«' la Italia. Mareo Terencio Narioii en 
Reate de la Sabina; el mismo Cicerón en Ari)ino de los \'tds- 
<*os; ('ornelio Nepote á las márgenes de] pii: Cayo Salustio 
(Crispo en Amiterno, <Mitre los \estinos al pie de bis Apeni- 
nos y Cayo \'al(»rio Catulo en \(»rona. Tampoco f*n •»! j»eriodo 



I I»ii»ii. C:isH. T¿\. \i. 

*J 1 ii*. pro Halltu. \\K VA. \ K». lil. ipKoruiii imtiuíssii. 



'''"^^^4i.Í;:^'^-"jJ^.r'.<í:'--v^^tA->.éV r.i^ í'Ká ' í.";-¿;.^'^'-^'X¿:^¥sS^¡aífeÍÉ^ 




^200 
clásico prestan los Latinos su contingente á las armas ni ú las 
letras romanas, á pesar de ser para algunos cuna de tanta 
gloria, el viejo solar, donde residieron aquellos oscuros, y olvi- 
dados. 

Pero prescindiendo de esta digresión, no sé si diga ociosa, y 

volviendo á ocuj)arme de las Hispanias en los momentos de mo- 
rir el verdadero fundador del imperio el 15 de Marzíi del 44 an- 
tes de J. C, del)eré recordar tan solo (lue ya á la sazón (íadir 
gozaba de la plenitud de la ciriías^ habiéndose iniciado con ello 
el estableciemto de las municipalidades y habíanse creado, colo- 
nias, entre otras la llevada á Emporias, instituciones que habiaii 
de transformar laconstitucicmíntima detanrico territorio. 

Más tarde, '29 años antes de J. C, vuelve Octavio á Konia. 
después de haber vencido á Marco Antonio en (irccia y en el 
Egipto, en Accio como en Alexandria V y [)U(»sto fin á las guernis 
civiles, fundando el imperio más grande del mundo antiguo. 
Apenas había reposado de tanta fatiga. síímuIo ya corrido un año, 
cuando, fijando su atención en las Hispanias, nota que á jiesarde 
cerca de dos siglos de batallar en tan apartadas regiones, los 
cántabros y los astun^s. gentes fortísimas, aun continuaban 
gobíM*nánílos(» por sus propias Iryo.v. movido por lo cual al frente 
(le un ej(*rcito se encamina á estas n^gionrs ^. 

Los cántaluMíS y los asturrs fíirmaban partt» de la provincia 
de (íalicia ^, y contra ellos se dirigió A nuevo Emperador. 
Derrota ]»rimero á a(|uellos por medio d(» sus legados, ante bis 
muros de Ber'»'¡da v en las cuiiibn^s drl N'indio. toma á viva 
fuerza á Araceli<», pers¡guit»n<loli»s hasta las enhiestas crestas 
del Mrdnlio. doii<le muchos, de «Mitre los iud»»m¡íos r<*stos di^ tan 
brava g(*nte, prelienMi morirroiiio los astaprnsrs y nunnnitinos 
á entn*garse al vencedor, para ser vendiólos como esclavos *. l^a 
defección di» los Iiri¡/rr¡itos vino á facilitar por ent<inc«»s la vic- 
toria sobre los asturi*s al legado imperial Tito Carissio^ termi- 
nando con tdlo los ciento noventa años <lc b;itallar contra los 
Hi.spanos. (pie de wi\\\A punto pu(»dcn decirse» donH*ñados jMir 
las armas ronuiiias y jirontos á formar partí» de tan gran nación, 
allegada de bien etereogén(»os elementos. 



1 Oro8. Uist. vi 19 V í-r 

V n)m«*in VI. v:. i kuíh utí le^iimn. 

3 Ihldem. VI. 21*2. 

4 Kh»r. Kpit. n. XXXUI. 

:» oros. nUt. VI. 91.9. Flor. KpIt H. XXXIII. M a r¿». 



'^U 






t » 



-,■•' 




205 
ine he referido, cmi reitcraciou rjitnpwsos desile que faoron des- 
cubiertos cu 1851 . En la;! dos primeras Rúbricas de la ley Salpeu- 
sana se estaljiecc la clase de ¡irerugativas coiicctlidas á los 
nuevos mniiíci|)es, declarando cpie los rjiie ojiTcieran alguna 
de las iiiaf,'istrutnniíi de la diclia nnuiici|)!ilidad, al salir de sus 
ear^fos respectivos i|neda))an tniiisforniadus oii eiiidadan<ts ro- 
manos, con sns imdres. sus iiiii};i'res \- sus descendientes Icfí"!- 
tiinos no eiuancipados. La ius('rip<'i<in que se eoiiserva ru la 
Iglesia parroquial de Alora v la <le Caltra, ;i (pie también lie alu- 
dido ya antes ', expresan una cnneesion análoga. 

El anciano Nerva vino á prestar aliento al deeaido espíritu 
público, inaugurando su imperio con el edictu llamaudo á !a 
patria común á to<los los dej>termdos', r- inició el establecimiento 
de las instituciones alinu'ntarias ', que baldan de tener tanta re- 
sonancia mas tarde, llegando basta .Sevilla*. FI tnien viejo del)i(i 
convencerse sin embargo cuan inútiles eran sus esfuerzos para 
moralizar atjuella sociedad tan degradada ptir el líltimo de los 
flavios, y acaso pur ello, al morir á los pocos mesí's de liaber ves- 
tido la prirpura.di-jii adoptado como hijo y de-^ignado como su- 
cesor en el solín ¡i Trujano *. cuyas dotes pura el niando debió 
couipremlerdeslc muy luego. 

Durante el último iargo siglo ú partir de Octavio la literatura 
liabia tenido faces diversas. Iji el periodo de Aiigiistoauu pugna 
por mantenerse clásica. Tito bivio cuenta á la cnita sociedad ile 
Ku tieni[ío el poema de sus orígenes, envclesáudola con el reln- 
tode viejas tradiciones v de Iiaíañas tan reiioaibradas. así cmuo 
enarderiend.da r.'tir¡.-n l'olr las e ,rn ¡.añas ,\v su< antepa>ados ni 
tan opuest'K c;.Htiii''ules y lo- cinili:if '- ijue -n^tuvieron contra 
las masagiierri.las liiiot.-s d.d Asia, del Ahiea y de la Kuropa. 
l'ompcvo Trogo ensnva el escribir niia li¡storÍ:i universal á partir 
delosNini\Ítiis. :.CMih..d:,da á la época en q„e la redactaba: 
Verrio l-laco acmete una importanti'^iina ol.ra de lexicografía 
y \itrnvio sienta Ioí elii-ei ■< arquitectoiiic..-;. qne constituiaii 
las fúrmnlas de la construcción ti'-cuica de entonces. 

i'or otra parte Vergilíii citu su inimitable dulzura y Horacio 

I r. I. I., u ISO í |. -.-H :„i,i.-.Mi.i al II- cr- 

j Oro* HiKt. vir n 

■t Aur. viri Ki.ii XII. I 

I C. 1. I, II lí-l 

* Aur. Vid. Klilt. MI. >. 




.■i-tíiVHAííV-l.^AífiíSí-a-Í.D 






con su ferviente entusiasmo llegan por' momentos como á im- 
pulsarnos á idealizar una época, qué Ovidio nos hace ver luego 
en toda su desnudez, y que Tibulo lo mismo que Propercio, naci- 
dos después de Catulo, no se cuidan de cubrir sino con trasparen- 
tes cendales. Ninguno de estos ilustres escritores habia nacido 
(»n el Lacio, y no sé si diga que tampoco en Roma, siendo sin 
embargo los genuinos representantes de la cultura de aquel 
pueblo. Kspaüa también habia entrado en el concierto de las 
letras romanas con un escritor ilustre, igualmente de la éimca 
augustea, el viejo cordobés Anneo Séneca, progenitor de algu- 
nos otros hombres, eminentes en letras de la dicha capital de la 
Hética. De aquel son conocidas i>nficon(rorersi(fsy sxiíi siutsorias. 
escritos llenos de grandes nimiedades; pero hoy de cierto inte- 
rés relativo. 

Con la muerte de Augusto comienza la decadencia literaria 
en Velevo Patérculo como historiador, en Valerio Máximo como 
copilador de anécdotas, en Quinto Curcio Rufo como biógrafo 
de Alejandro el grande, en Marco Valerio Probo el gramático, del 
(iu(» se conserva el opúsculo interesantísimo de nofis. en el i)oeta 
satírico Persio Flaco v en el novelista Petronio Arbiter. los fraír- 
niíMitos de cuvo libro de curiosas aventuras, tienen un realismo 
á vec(*s repugnante. 

Kn este mismo periodo tres ciuíhules de laBética han produ- 
cido cuatro escritores eminentes, rrirdoba á Lucio Anneo S<'»- 
nrca, hijo del retíírico. escritor de estudios fiU)sóficos y de tra- 
gí'dias. y á su so))r¡no Marco Anneo LiicaiK». nieto del viejo St'»- 
nera. (jue dejci sin terminar un ]M)enia sobre ht ^••nerra entre 
IN»nipevo V C('*sar. titulado J^liarsoUa: ( adi/ á Lueio .lunit» Mn- 
(barato ('oluui(*hi, que ha K*gado á la posteridad nn hir<:o tratado 
de a«rrieultura. el dérimo de cuvos doce libros está redactado 
(»n verso, no mas (pie pasables: y nn puerto de mar del Kstreclio 
de Ih'»rcnles, Tittf/oürra. algei'igrafo l^omponio Mela. cuya <V/- 
roiirufin de Es|)aria es del mayor inten's ])or lo que enseña n*s- 
pecto á las antiguas poblaciones d(» la península. 

Ilustran el periodo de los flavios. primero Plinio el viejo como 
•re<'»<rrafo v natunilista: Valerio Flacco c(»n su traducción libn* v 
en verso de los Argonautas <le Apolonio de Khoda.^: Cayo Silio 
Itálico, que no naciii ]K>r cierto en Itálica, y Publio Pa])iuio Sta- 
cio, que escribieron, aquel un i>oema sobre la segunda guerní 









20/ 
púnica y este otro titulado la TMaída,^*^í como el último dos 
composiciones poéticas menores. 

En tiempo de los mismos flavios escribían también los espa- 
ñoles Marco Valerio Marcial de Calatayud. bilbililano. j)oeta que 
sería estimabilísimo, como pintor de su f^poca, sino fuese tan 
naturalista, i>or no decir obsceno y Marco Fabio Quintiliano de 
Calahorra, calagurritano^ el primer prosista de su tiomiM), pro- 
fesor distinguidísimo en liorna de elocuenrja. 

Trajano viene á inaugurar una larga era de prosperidad pa- 
ra el imperio como no se roruerda m-As dilatada, ni en los tiem- 
|M)S de Augusto. Había nacido en Itálica, según A testimonio 
tle un hi.storiador griego eontt»ni])í>rtineo *, noticia qne repiten 
algunos escritiires romanos del euarto siglo *, y re)»rodure en el 
sesto un goilo, (jne fué Obispo de HávíMia ^. I'astM» las armas 
romanas victoriosas por el Kbin y el Danubio, por el Kufrates y 
el Tigris y en medio de sus triunfos no Si» olvidr» de la gí)berna- 
cion del Estado. La correspondencia de Plinio el j<'>veii y su pa- 
negírico, documentos en cierto modo liistr»ricos á la vez (pie li- 
terarios de aquella fecha, muestran como sé intt»resaba por la ad- 
ministración publicado las provincias, y <le que niodn reprimía 
los desmanes <le Ií)s gobernadon*s de la H('»tica *. Las inscripcio- 
nes por otra jiarte ponen de uianitiesto como cuidaba «le la n*pa- 
ración de los caminos de la p.Mn'iisula '*. y de (|Ue manera las 
ciudades, de la Lusitania v de la Hi^tica en esj)ecial. le >i«^uitica- 
ron su gratitud erigi»Midole estatuas e:i muuici|nos y rt»|nnia< ^\ 
enalteciendo la memoria de tan ilu<tri» snberaiM». Su< c»'iii/.;is 
encerradas en urna de oro r«*posari»n baje» la culunma trajana. 
monumento levantado á sus gltirias. cpie. á falta de cIí^mi*»-» Ii¡<tt>- 
riadores cjuenos las relaten, tuvo (escultores ipie la< dejaran ^t.i- 
badas en márnudes y entusiasta pan(»girista que Ia< «ii-al/ara 
hasta las nubes ^. Kn medio de tanta gramleza cmno le rodeaba 
v de la austeridad de su vida. Junio .luvenal v ('fU*in*;iu 'i'ácito 
con sus .sombríos cuadros de la sociedad, en que habían nacido 
y de la en que habían vivido sus progenitor«*s. )ire<tar«»]i á la li- 



1 AppUii. ne r**bUK liittp ^ 

2 Aiir. Vict. De Caenar. Mil NnuKiiiP npiíiiii Triinnuiii Itálica iirUr lllMpa- 
ntae urtiiiu. Kulrup. Vlll. 2 MpiíiMCriiiitiiKTralainiH iiatiis Italirn*' iii MimiaiiiM. 

3 JornanileM Ue teroporum HiicceMioiie MV p. ir»i 
A Win. KpiHt A. 9. 

5 C. I. L. II. ¥r,L ¥^2. \7£r A>\. 4>i I7'.«i;. HiC \-^t\. 
« C. 1. L. II. «<«^. I«;u. »Mn. 2C.|. 'ütr. 
7 Plln. Paneir. Tralau. '*. f*. et pa».>uu. 



* «• :.' 







.- * k • rt « < 



.-, .^-í 



, J 



208 
teratura de la época, de que fueron los más geuumos represen-' 
tantes, cierto carácter de amargura y de acentuado desaliento, 
que contrasta con la prodigalidad encomiástica de Plinio el jo- 
ven, amigo calorosísimo del soberano. En su admiración porTra- 
jano, gran propagador de las Instituciones alimentarias inicia- 
das por Xerva, como lo dan á conocer la magnífica Tabla de 
bronce de \ eleva y la de los Ligures Bebíanos, también dejó 
instituida el sobrino del naturalista una memoria análoga, á 
juzgar por la inscripción fracturada de Como, trasladada en la 
edad media á la iglesia de San Ambrosio de Milán, que la con- 
memoral)a i)uutualmente •. 

Estrafio i)arecc que en el pueblo que fué cuna de semejante 
emperador hasta el presente solo se haya encontrado un monu- 
mento escrito, que recuerde su memoria ^/si bien han aparecido 
dos inscripciones conmemorando la una á un niño y la otra á 
un liberto, ambos con el nombre de l'lpio ^. 

Hadriano aun conservó el esplendor de tan vastos dominios al 
recogerlos de manos de su predecesor ilustre. Habia nacido en 
Konm imperando Vespasiaiio. su familia provenía de Hadria en 
el Piceno, y algunos de sus antepasados se habían establecido 
en Itálica en los tiempos de su fundación, como lo refiere el 
mismo soberano en su autobiografía *, Ks por un error que algu- 
nos lo hacen también nacid*» en Itálica, donde solo se han en- 
contrado tres inscripciones recordando igual número de perso- 
nas con el mismo nombre imperial, el uno cierto ritus aelivs 
ASSATvs *. el otro un aei:vs !oiit¡ANvs* y la tercera una muger 
llamada aelia licinia VAiF.RiANA.hija (h» ojiintus aelivs priscvs y mu- 
jer de lABERivs FiR.viANVs. ú \i\ quelíi cs|»h*udida municipalidad itír 
license acordó sí*concM»(licsc tm-cun |»ublico para su sepultura, y 
se le levantara una estatua, distinciones que acej)taron el padre 
y el marido de la finada. loscualí*s costearon á sus espensas la 
efigie y el sepulcro decretado *. 

« lUir^Miesi oeuxri'K IV p. llw >U iimi>tMi, Cluüe snr Mine le Jeune p. 85 trad. 
Mt»r»*l. 

2 C. I L. 1! Hll esta luiiv rnictiiradn. 

3 C. I. I.. i I. U:r,.\ .\s 

•I sp:irtí;iin lladnaii I. Hntlri'.i ortos in:iioro8 t»nos ai)Ud Itallcam Sripiontiiu 
teiii|M>ril>iis rf(*rfiisM« íti Uhrik vi!n<> suao linrlrüiiiiu i|i8e CGnitueiLorat. 

Aur. Vlct. Kpit. XIV A»»Iíiis I arlr!:inii8.8tir|iis Itálica»*. Ki»te escritor ilpue en 
un todo lo diclio por SpunMaiio. no aiii Kutroplo. <iuo eserllKi erradauíenteüe Ha- 
driano. nalut fl ip»e ll„ttcae tn Hit/Mmia. Fnirop. VIH. (i. 

:. C. I. I.. II 11»*. 

•I c. I. L. II. i<:». 

7 C. I. L. II. 11»». 



1 • % 




Antes (le vestir la púrpura liabía sabido batirse contra los 
enemigos de la patria, compartiendo las fatigas y los triunfos 
de las legiones imperiales: una vez en el trouo cuidó de estable- 
cer la discipliua: pero á la vez se esforzc» por d;ir la paz si sus 
listados. KcforuKJ la administrncinu de justicia, visitó las |)ro- 
vincias nuis lejanas, haciciidose cargo de sus necesidades, y 
atendió cou particular predilecciou á las obras públicas y al 
f<mientodela riqueza. De la Britannia, doude Ievant(i la célebre 
muralla, cuyos restos aun so couservan ', baj(í á las dalias, 
ddude construv('í en Nimes una admirable Basílica en honor de 
Plotina, muger de Trajano, á quien i)arece que debia el trono -. 
Viuo también A las Hispaiiias, j)asando un invierno en Tarrago- 
na, en cuya ciudad reparó á sus expensas el templo de Augus- 
to, couvocando á aquella ciudad á los luas caracterizados es- 
pañoles, á los que aconsej»'» con sagacidad y cautela que no se 
opusiesen al stMvicio militar, cpie rcsistian unos violentamente 

V ](ís Hfiliaiisrs en son (b» broma ^. En dicha ciudad de la cite- 

• 

rií»r fué donde». pas(»ándose j)or eljardin de la casa, en que se 
hospedaba, un esclavo loco le acometií» con una espada: pero 
logiMí contenerlo v^m gran pn'st»ncia de ánimo, entn^gándolo 
sug(»to á los que acudií'rtuí, (Micomendando á los médicos, (jUf 
atendi«*S4»n á dt»volv(»rle la razón ^. Hctiere un escritíir algo pos- 
terior ;i aquella i'poca (pu* Iladriano <lirig¡<i una oración al sig- 
nado, pidiendo á ru(»go de los Italicenses mismos, que <licho 
nnuiicipio, de donde el em)»erador traía su origen, se trocase <»n 
colonia, á no dudarlo de ciudadanos nunanos ^. lo mal fu»* otor- 
gado desde Inei^o: no sin halMM'le (b»Jado de eausar e<trañi*za tal 
|M»ti<*ion de ]>;irt«* de 1<K interesadtis. Kn el museo arqueologiro 
<h» Sevilhi hay un fragmento de in<er¡pe¡on. en el «pn» única- 
mente se lee <d n(»mbre de un tal 

CABIMVS MVCRO C/V/.V KímtailVS QnUéitinc V ITAUCENSIVM *' 

pie<lra por ntra parte que es de nia< reeiiMitf! fecha <pie la <'on- 
cesion de iladriano. Pej*» indicado ipn» «»ste s<iherano euidt» con 



! Sparti:»!!. Ilatlri:íii. II. i. 

'I S|>:irt1:iii. HaMri.'iii. \¿. I :i 'i. 

*.i siiariuiii. li;iilri;iii 1;^. ). niiiiiil>us ni>p:iiii> Tarmcoiifin in rotnpiitniíi 

\(K*:itis. (hlrrtuimjii»» jo<Mil;irit»'r... rftr;ift;iiitll»iij< n:ihriK xpliPinriiti^Kiiiif c«*- 

li*rU, |iriHt*'iiT»'r «t r:int4* r<iii2,iilint. 

« SparU^tli. Uatlríaii. \'¿. •*•. 

r. Allí. OfU. .N. A. Kí. V^. 

6 f. \. L. n. n:o. 




VU*» m' ' " * ""^ •V ^ %■ ^ 't 






^200 
clásico prestan los Latinos su contíngrente á las armas ni á las 
letras romanas, a pesar de ser para algunos cuna de tanta 
gloria, el viejo solar, donde residieron aquellos oscuros, y olvi- 
dados. 

Pero prescindiendo de esta digresión, no sé si diga ociosa, y 

volviendo á ocuparme de las Hispanias en los momentos de mo- 
rir el verdadero fundador del imi)erio el 15 de Marzo del 44 an- 
tes de J. C. deberé recordar tan solo que ya ;í la sazón (íadir 
gozaba de la plenitud de la ciritas^ habiéndose iniciado con ello 
el estableciemto de las municipalidades y habíanse creado, colo- 
nias, entre otras la llevada á Emporias, instituciones que habiau 
de transformar la constitución íntima detanrico territorio. 

Más tarde, 29 años antes de J. C, vuelve Octavio á Roma, 
después de haber vencido á Marco Antonio en Grecia y en el 
Egipto, en Accio como en Alexandria *, y puesto fin á las guerras 
civiles, fundando el imperio más grande del mundo antiguo. 
Apenas había reposado de tanta fatiga, siendo ya corrido un ano, 
cuando, fijando su atención en las Hispanias, nota que á pesar de 
cerca de dos siglos de batallar en tan apartadas regiones, los 
cáiiiabros y los osturrs, gentes fortísimas, aun continuaban 
gob(»rnándosi» por sus propias leye.v. movido por lo cual al frente 
de un ej(*rcito se encamina á i'stas r(»gioii<»s ^. 

Los cántabros y los astures ft»rniaban i)arte de la provincia 
de (lalicia ^, y contra ellos se dirigit» A nuevo Empinador. 
Derrota jírimero á aípiellos por medio d(» sus legados, ante bis 
muros d(* Ber«rida v en las cuiiilíres del \indio. toma á viva 
fuerza á Aracelio. persigui(Mi<lolns basta las enbiestas crestas 
del MimIuIío. donde muchos, de «Mitre los ¡nd<'unit<»s rest«#s diMan 
brava gente, prefieren morircomo los astaprnsrs y numantinos 
á entregarse al vencedor, para ser vendi<los como esclavos *. La 
defección de los li riíjcd nos vino á facilitar por ent<'»nces la vic- 
toria sobre los astures al legado imperial Tito Carissio^ termi- 
nando con ello los ciento noventa años de batallar contra los 
Hispanos, que de a(|uel punto jmiMlen decirse domeñados por 
las armas romanas y prontos á formar parte de tan gnuí nación, 
allegada de bien etereogéneos elementos. 



1 

2 
3 
4 



Oro». Hi>»t. VI 19 y í-r 

ibmem VI. 21. 1 Kuis titi leiril»U24. 

UMcleiu. VI. 2i.*i. 

KIor. Kiilt. II. XXXIII. 

oros. llUt. VI. 91.9. Flor. Kpit II. XXXIII. .M a .'41. 



t^;^^..^ii^;^3áí^-iri:^:^, : .- ¿^v-/: ;. • _. . ; . ^_ :^;.^.¿^¿^ 




Augusto al morir dedica á las Egpaiías algunos recuerdos, 
que se han salvado, en el celebérrimo epígrafe ancirauo, entre 
los que son de notar principalmente dos de ellos. El uno que ha- 
bía apaciguado las Galias y las Hispanias en sus regiones del 
Océano, desde Cádiz á la desembocadura del Allis *, y el otro 
que habia deducido á ambas Hispanias colonias militares *. 

Las monedas y las inscripcionrs romano-hispanas de aquella 
época, como otras mas modernas, acusan en efecto el hecho ya 
conocido de que César habia comenzado la romanizaci<»n del 
pais, después continuada por su sucesor. A la antigua división 
de las poblaciones hispanas en librrs y en int/nows^ como las de 
los cántahros ', eu/edrrados y en i'si i j^r lidiarlas como la de los 
ffaderifaíws *, habrá que añadir ahora la de municijHOS ó colo- 
nias, y la de pueblos de ciudadanos romanos ó de latinos, com- 
pletando así el cuadro general geográfico de las Hispanias í*ii 
los tiempos de Marco \ip.sano Agrippa. íntegramente reprndu- 
rido mas tarde por Plinio el viejo. 

A la concesión de los derechos municii)ales y coloniales ana- 
dió Augusto el de la acuñación local de i)iezas de cobre linica- 
mente. con ¡k^so y leyenda romana. En la ulterior Córdoba. EIk)- 
ra. Emérita, Hispalis y Julia traducta baten monedas con per- 
miso df'f emperador Cesar Antjnsto. El ricns italicense de ciuda- 
danos romanos, creado por Ciu^o Sripion, debió constituirse bajo 
el UKKlelo del municipio romano, organización por otra parte 
que parece entrar perfectamente mas tarde dentro de la parte 
dispositiva de la ley Rtihria, (*oiii(í cUí la Julia manicijHfL en lo 
qm* deaiubas se conticr. Ciiaiiilí» Octavio habia recibido el título 
dt» Augusto en su consulado séptimo. 27 años antt*s de J. C *. 
aj»an»ce Itálica a<Miñando nnuiiMlas <*iui la cabeza desnuila de] 
emperatl(»ry la leyenda, per.v.í^su Avcusti mvmc • italic. y por el 
reverso, cinío roruli Roy.ani. *» bien el n<unbrt* solo de roma, re- 
presentada por la figura df» un soldado apoyado en la lanza y te- 
niendo dt»trás un escudo. Cuando aquel soberano era ya muerto, 
bate Itálica otras i»iezas. en las que s(» lee. perm avc— diws av- 
cvsTvs PATER, y j^or el reverso, mvn . italic — ivlia avcvsta. con 

I MomiDHen Re» t'ost. «Uv Aii^ V 10 y \\ C. I. L. ||l p. 7.K. cap: Vu 

i n»ideiu V. av c I. I.. 111 p '«T» i-ap *;«. 

3 Oros. UUt. VI. 21. miís utí lej;ll»iiii. 

4 ClC. pro Ilallio 15. 31 Aurt \W\\. Iilsp. «. 2. ^ 

ó Moiiitiiseii lien |ft*Maf <Uv. Aiijf. VI. 13 :« X*. C. I L. "1. P. •> Cap. W. 



.'•<• s 









20-2 

la cfiorie do Julia sentada temendo líua lanza en la siniestra. 

También se conocen monedas italicenses con la cabeza de 
Tiberio unas, con las de Druso y Germánico otras y en todas 
ellas el perm • divi avg . ó simplemente el perm.avc*^ Plinio 
apoyándose en Agrippa, liablando de las poblaciones del co//- 
túiito hispalense, nombra ú Itálica y á la izfiuierda ffispalis *, 
Strabon (Mi los dias de Tiberio solo afia'le que Itálica estaba si- 
tuada sobre el Betis '. Terminando aquí los anales de este pue- 
blo hasta el 37 de J. C, en que muere aquel soberano. 

En la época misma de dicho emparadíir también acunaba 
BiLBiLis en la citerior y eu una de sus monedas con la cabeza, 
quizás del dicho emperador, se ve en el reverso debajo de un g-i- 
iiete con lanza en ristre, cubierto con el casco, elnombre de itáli- 
ca. Esta ciudad, como otras varias de ambas Hispanias, termina 
sus emisiones monetales almorirel indicailo soberano, figuran- 
do el nombre de su sucesor Calígula úuicamentí» hasta ahora en 
piezas de Acci, Bilbilis, Carthago nova, (*aivsar Augusta, Erca- 
vica, Osea, Si'gol)riga, é ínsula Augusta *, dejando á su muerte 
también de acuñar la citerior •**. 

Nada recuerdo de Nerón ni de Galba, alzado al imperio en 
las Hispanias *"•. que pueda estar relacionado con la vida pública 
del municipio Italiconsc. Ku<'' Otlion. encargado del mando de 
la Lusitania y por razones (jue nada tenían de políticas ^, el que, 
ruando escah) el s<'»lio, aumeiit(i primero con algunas nuevas fa- 
milias las colonias de Hispalis y de Emérita, agregando des- 
pués á la provincia B(*tica varias eiudades de los moros •. 

pocos mes(»s pudo sosteuersi» \'iteIio en el trono, del que sus 
atentados lo hicieron bajar escarnecido: arrastrado por los 
empinados peldaños de las ¡louionias: tirando de sus lacerados 
miembros con aguzadas escarpias de hií^rn», dieron sus enemigos 
con tan desfigurados despojos en las aguas del Tiber *, donde 
quedí» estinguiílo j>ara si(Mnj)re su efímero poder. 



1 l>el(;a<l<». Nuevo M»'tO(lo II. p. \T» a VXK t:ih. \i a H. iiúiii. I :i M. 

2 IMtn. II. N. in. 11. Itálica f*t a laev» IIUi>ni. 

4 Í>tííkrado. Nuevo Método III. tah. líW n. Vt A T*. Ebusutf en Menorca. 

h Bl iMisto d»* Claudio en monedas de KhusuH con «*1 Cabiro y la Inicial déla 
levenda púnica liaria retrasar en Menorca las acuñacionitt runianan haata el 
principio del lmi»erlü de eiite Hoberano, a Ker cierta dicha cla^lllcjiclon. I>el|f. N. M. 
lll. p.450n «7. 

rt OroK. HiHt. VII. 8. 

*; Tartt. Ann. i3. 46. l.>. Taclt. IIIkI. 1. \X 13. 

M Taclt. Hi«t. I. '78. provlnclae naetlcae Maiironim civIUtea dono dedil. 

f 8uet Vltell. n orón HUt. Vil. 9. t. 



«. ^ i^ L^. V •..' -. - - ■■ aU-IaIí ítkií 






.«« * •.• 




f20l 
piíinca y este otro titulado la Th^mida^Viú como el último dos 
composiciones poéticas menores. 

En tiempo de los mismos flavios escribian también los espa- 
ñoles Marco Valerio Marcial de Calataynd, lilbilitano, poeta que 
sería estimabilísimo, como pintor de su época, sino fuese tan 
naturalista, por no decir obsceno y Marco Fabio Quintiliano de 
Calahorra, calagurritaiw^ el primer prosista de su tiemi)o. pro- 
fesor distinguidísimo en Roma de elocuencia. 

Trajano viene á inaugurar una larga era de prosj)eridad pa- 
ra el imperio como no se recuerda m*ás dilatada, ni en los tiem- 
]M)s de Augusto. Había nacido en Itálica, según el testimonio 
de un historiador griego contemi)oráueo *, noticia (jue repitt»n 
algunos escritores ronumos del (Muirto siglo *, y repr<Mluce en el 
sesto un godo, que fué Obispo de líávena ^. l^aseí) las armas 
romanas victoriosas j)or el lihin y el Danubio, por el Kufrates y 
(»1 Tigris y en medio de sus triunfos no se olvidii de la goberna- 
ción del Estado. La corresj)ondencia de IMinio el j<')ven y su jra- 
negírico, documentos en cierto modo histriricos á la ve/ (jue li- 
terarios de aquella fecha, muestran como sé inten^saba \ntv la ad- 
üiinistracion pública de las i)rov¡nc¡as, y de qué iiiodn re|»riinia 
los desmanes de h)s gobernadores de la Bética *. Las iiiseripeio- 
nes por otra parte poiKMi de mauitiesto como cuidaba df la repa- 
ración de los caminos de la península •'•, y de que manera las 
ciudadi's, de la Lusitania y de la Hética en especia!, le signitica- 
ron su gratitud erigiéndole <»státuas en municipios y colnnias ^\ 
enalteciendo la mcMUoria d(» tan ilustre S(í!)erano. Su< ciMii/as 
encerradas en urna de í»ro r«*p(»saron bajt» la culunma trajana. 
monumento levantado á sus glorias. <jue. ¡i falta de di^no< histo- 
riadores (juenos las relat(Mi. tuvo escultort»s i|ue las d«'jaran gra- 
badas en márniídes y entusiasta pan(»girista «¡ue las «ensalzara 
hasta las nubes ^. En medio de tanta grandeza ctuno lo rodeaba 
V de la austeridad de su vida. Junio Juvenal v Corneüo Tácito 
con sus sombríos cuadros de la s(»ci(*dad. «mi (pie habían nacid<» 
y d(» la en que habían vivido sus ])rogenitor«*s. jirestanuí á la li- 

1 Appiaii. De rt*bUK hísp ^ 

2 Aur. Vict. De Caesar. XIII NnuKiiiP ripiuiii Triinniiin Italic:i iirbp Hispa- 
nlae ortuiu. Kutrop. Vin. 2 ripHiKCrinttiiKTralaiiiiK iiatiis ItaUcae iii Hi8i>aiiia. 

3 JornandeK De tenoporuin Huccesiniie MV p. VA 

4 PUr.. Kpist 3. 9. 

O c. I. L n. ¥rfi. ^n^. 47iri -i^i. «itmí nm;. ití»: \^x\. 

« C. 1. L. II. «VW. \^\. 2IM0. 2C.I. «lUC. 

7 Plin. Pane^r. Tralau. <\ C et pasüíiij. 






... -■-•» #- 



204 
tino so sab3 que se distinguía eu mayor y menor ^ que aquel daba 
el beneficios de conseguir la ciudadanía romana obteniendo el 
cargo de decurión ó egcrcieudo una de las magistraturas de la 
localidad y que este solo traia consigo la cititos^ después de ha- 
ber desempeñado el duumvirato ó la edilidad *, que era el caso 
precisamente de las municipalidades de Salj)nusa y de Alora. 

Fué Tiberio, cumo ya he dicho, quien quitó al pueblo sin 
dificultad alguna el flerecho electoral ^; pero como medio siglo 
después, al dar Üomiciano ú Malaca, ciudad confederada, la ca- 
tegoría de municipio latino, aun se establece el reglamento 
circunstanciado de las elecciones, hechas por las tribus y pre- 
sididas por los duumviros, como en los mejores dias de la repii- 
blica. No es de admirar, sin embargo, que en las primeras Rú- 
bricas del Bronce de Malaca se fije con estremada regularidad 
la forma para celebrar los comicios y elegir los magistrados lo- 
cales, tantos años después que en Roma se les habia retirado 
este derecho confiriéndolo al Senado. Y era, como va se 
comprende, que á Tiberio ni á sus sucesores interesaba el inter- 
venir en estos nombramientos, por lo desentralizada que es- 
taba la administración local de tan distantes y numerosas i)obla- 
ciones, como componian la estension del iinperio. 

Tito se ajUMleró de Jerusaleu en 70 de .1. C. ' y los vencidos 
judíos, ({uemado su teuiplo y arrasados sus hogares, se estendio- 
ron como espesa nube d(» langostas por la Kuropa, que ignoraba 
cuantos dias de luto debería proporcionarle esta raza, tan villana 
como traidora v cobarde. La H«»tica recibió al<runas familias de 
estos ingratos emigrantes, (pie se cstabl(*c¡t»ron vn las ciudades 
romanas n en nuevas aldeas, ijuí* fundaron . crinio fné mía de 
ellas (iranada *. á la que di^rnii s:Mnejanto noinl)ri». tal voz to- 
mándolo de aquella fruta iMÍniea a<i denominada . 

Domiciano. qne se hizo ci^Iebn* ])or sus cruehlades. concedió á 
Mala(*a y Salpi^nsa como acabo d«» decir la municipalidad con el 
derecho del Lacio. Déla b*y CíHistitutiva d(» ambos municipios 
se conservan los importantísim'»s fragmentos de bronce á que 



1 Oh i. hist I. íi" y •>;. 

2 Tacít. Anii. I. I'» 

3 Taclt. Hl8t. V. 11 a 13. Su»M Tit. .\ oros. lliM. Vil. 9. Flav. loseph. De bello 
lud. VI. 10. y vil. 1. 

4 GavaniroH. Cri^iiK?» *lcl moro B<i' m ü s. Mein, ríe la ReM AcademlR rte U lUfitorla. 
ViM p. 37. F.t el otro «vs «•! rastniodo «iraiialA. al «|iip llaman Villn d^ Ion judiOK 
pt osxu e>¡ la man aiilt;:tia villa t|ii^ <mi ti^riiiiiio úv Klvira lia, ot |ioblaronlu 
loK Judio». 




2«9 
Antes (le vestir la púrpura había sabido batirse contra los 
enemigos de la patria, compartiendo las fatigas y los triunfos 
de las legiones imperiales; una vez en el trono cuidó de estable- 
cer la disciplina; pero á la vez se esforz() por dar la paz á sus 
Estados. Heíorniíj la administración de justicia, visitó las pro- 
vincias mas lejanas, liacitMidoso cargo de sus necesidades, y 
atendió con particular predilección á las obras públicas y al 
fomento de la riqueza. De la Britannia, donde levantó la célebre 
muralla, cuyos restos aun se conservan \ baj(') á las dalias, 
donde construvó en Ximes una admirable Basílica en honor de 
Plotina, muger de Trajano, á quien parece que debia el trono -. 
^ ino también ;í las Hispaiiias, pasando un invierno en Tarrago- 
na, en cuya ciudad rei)aró á sus expensas el templo de Augus- 
to, convocando á aquella ciudad á los mas caracterizados es- 
})arioles. á los que aconsojtj con sagacidad y cautela que no se 
opusiesen al S(M-vÍ(!¡o militar. (\\w rcsistian uiu>s violentamente 
v los ItoUcrnsrs en son de broma ^. En dicha ciudad de la cite- 

• 

rior fue donde, paseándose por eljardin de la casa, en que se 
hos|)edaba. un esclavo loco h» acometi(') con una espada: pero 
logn') contenerlo con gran i)rí»senc¡a de ánimo, entregándolo 
sng(»to á los qu(» acudi«»roii. (»n(*omen(lando á los médicos. í|Uf 
atendii»seu á (h*volverle la razón *. l{(»tiere un escritor algo p(»s- 
trrior á aquella <'poca (|ue Hadriano dirigií) una oración al se- 
nadtí. j)idiendo á ru(*go d(» los Italicenses mismos, «jiie dicho 
nnuiicipio, (le donde el emj)era<lor traia su origen, se trocase tMi 
ctilonia. á no dudarlo d<* ciudadanos romanos ^. h) cual fu('» otor- 
gaclo (h»s(lc hií'gt»: no sin Iiaberlc (bajado <L» causar estrafn^za tal 
p<»ticion (h» jKirte de los inti'resaíhis. En el museo arqueologicn 
de Sí'villa hay un fragmento de inscripción, cu el qm» miica- 
mente sr Ice el nombre de un tal 

CABINIVS MVCRO c/r/.V ^hiilitiiVS QolOtlifU' V- ITAIICENSIVM *' 

j)i(»dra por otra jiarte <jue es de mas reci(»nt(í fecha (pie la con- 
c«»sion (h* Hadriano. Pej*» indicatlo <pi<» este soberano euiíhí con 



1 Spartinii. IIn«iri;in. 11. '1. 

•i Sparthiii. Haitnaii. 1*^. I á X 

:t spartlaii. Hailnaii V¿. 4. niiiiiiMis nispaiiis TarracoiitMn hi eonv^iitinu 

MK'atis. (hlrrtniíHiUt' io(*iilarit(>r n'tractaiitllniff nalicíK \cliPiiiOiitisKiiiit* c«-- 

terls. priKh'iilcr t-t raiitf roiibulult. 

* Siiarti:ii>. Hailriaii. \'i. *>. 



•» 



Allí. (Slll. N. A. Ki. IM. 



ci c. I. L. n. «i:o. 



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.«"v^y ^y 1 ^■rT.-ty.» aH |P" H H V -^ •^-' •í'l' 



con su ferviente entusiasmo llegan por' momentos como á im- 
pulsarnos á idealizar una época, qué Ovidio nos hace ver luego 
en toda su desnudez, y que Tibulo lo mismo que Propercio, naci- 
dos después de Catulo, no se cuidan de cubrir sino con trasparen- 
tes cendales. Ninguno de estos ilustres escritores habia nacido 
en el Lacio, y no sé si diga que tampoco en Roma, siendo sin 
embargo los genuinos representantes de la cultura de aquel 
pueblo. España también habia entrado en el concierto de las 
letras romanas con un escritor ilustre, igualmente de la época 
augustea, el viejo cordobés Anneo Séneca, progenitor de algu- 
nos otros hombres, eminentes en letras de la dicha capital de la 
Bética. De aquel son conocidas sws confroversir/s y fni^ siuisorias. 
escritos llenos de grandes nimiedades; pero hoy de cierto inte- 
rés relativo. 

Con la muerte de Augusto comienza la decadencia literaria 
en Velevo Patérculo como historiador, en Valerio Máximo como 
copilador de anécdotas, en Quinto Curcio Rufo como biógrafo 
de Alejandro el grande, en Marco Valerio Probo el gramático, del 
(pie se conserva el opúsculo interesantísimo de nofis. en el poeta 
satírico Persio Flaco v en el novelista Petronio Arbiter. los fra;;- 
nientos de cuyo libro de curiosas aventuras, tienen un realismo 
á vec(*s repugnante. 

En este mismo periodo tn»s ciudades de la Bética han produ- 
cido cuatro escritores eminentes. (Tirdoba á Lucio Anneo Si'»- 
ncca, hijo del retíh'ico, escritor de estudios filosóficos y d<» tra- 
gedias, y á su solirino Marco Anneo Lucano. nieto del viejo Sé- 
neca, que dejíi sin terminar un jMxMna sobre la guerra cntn^ 
Poninevo v Ci'sar. titulado PliarsuHa: Cíídiz á Lucit» Junio Mn- 
derato Cídumchi, que ha legado á la post(»ridad un largo tratado 
<le ajrri<*nltuni, el décimo de cnvos doc(» libros está redactado 
en verso, no mas qiu» pasal)les: y un ])uerto de mar d<*l Estrecho 
de H<'»rcuU»s. Tiiuicutera, algeí'jgrafo Poin|)onio Mcla. cuya (*tt^ 
rofji'tf/itt de España es del mayor interés ¡)or lo que enseña res- 
])ecto á las antiguas poblaciones de la p(»nínsula. 

Ilustran el periodo de los flavios. jirimero Plinio d viejo conm 
;rei»*rrafo v naturalista: Vah^rio Flacc'o con su traducción libre v 
en verso de los Argonautas de Aj>olonio de Khoda.^; Cayo Silio 
Itálicí», que no nacicí por cierto en Itálica, y Publio Papiuio Sta- 
cio, (|ue escr¡l)ieron, aquel un jíocma sobre la scgiuida guerra 









> <' 



r* 



20/ 
piiiuca y este otro titulado la Th^haida^Vi^í como el último dos 
composiciones poéticas menores. 

En tiempo de los mismos flavios escribian también los espa- 
ñoles Marco Valerio Marcial de Calatayud, lilbilitano. poeta qne 
sería estimabilísimo, como pintor de su f^poca, sino fuese tan 
naturalista, jwr no decir obsceno y Marco Fabio Quintiliano de 
Calahorra, calagun^ita^w^ el primer i)rosista de su tieinjM». pn»- 
fesor distinguidísimo en Koma de elocuencia. 

Trajano viene á inaugurar una larga era de prosperidad pa- 
ñi el imperio como no .«^e recuerda más dilatada, ni en los ticm- 
|K)S de Augusto. Había nacido (»n Itálica, según el testimonio 
de un historiador griego contemporáneo % noticia que repiten 
algunos escritores romanos del eiuirto siglo ', y rei)roduce en el 
sesto un godo, que fué ()bi.sj)o de líávena ^. ]\ise<i las armas 
romanas victoriosas por el Hhin y v\ Danubio, por c\ Kufrates y 
el Tigris y en medio d»» sus triuufos no s»» olvido de la goberna- 
ción del Estado. La correspondencia de Plinio el jr»ven y su pa- 
negírico, documentos en ciertt» !uodo histt'»ricos á la vez (pu* li- 
terarios de aquella fecha. mu<*stran como se ¡ntt»res;ilKi jior la atl- 
ministracion pública de las ])rov¡ncias, y de i\\u* modo nqiriniia 
los desuianes de los gobernadon^sde la ni'*tica *. L;is inscripcio- 
nes por otra parte pon<»n de luanitiesto coiuo cuidaba de la re|)a- 
racion de los caminos de la p.Miínsula •"*. y de t|ue Uiancra las 
ciudades, de la Lusitania y de la Hi»tica en especial, le siguitíca- 
ron .su gratitud erigiéndole estatuas e:i muuicipios y «-«ilnnias ^\ 
enalteciéndola memoria de tan ilu<tr.* suberaim. ."^ii< c»Miizas 
encerradas en urna de oro r.'pn>an»n bajo la columna trajana. 
unmumento levantado á sus glorias, qut*. á falta tb* di^-n*»** Iii<t«»- 
riadores (|uenos las relatiMi. tnvi> escultore< ipie Ia< d«'Jar;in gm- 
badas en mármoles y entU'^iasta panegirista qu*» la< «•n>alzara 
h;t<ta las nubes ^. Kn medio de tanta grainleza «'onio le nMb»;il)a 
V de la austeridad di* su vida. Junio .luvenal v Curm-üo Tácito 
con .Mis sombríos cuadros de la socicdail. en que habían nacido 
y de la en que habían vivitlo sus |)rogenitnre<. prc<tar«in á la li- 

] Appiaii. D« rebUK liitfii W 

S Aiir. Vict. De Caenar. XIII N:iiii<iil** llpiínii Tniiutinn IValicM itrUo IU)«iia- 
nlae onuiu. Kutrop. VIII.2 MphiKCriiiniiKTralaiiUH nntiis Itallrn*' ni Itinnuiiia. 

3 JornandeM De tenaporiiin HiiocPsldiie XIV p. I.'it 

4 fllr. KptMt a. 9. 

5 C. I. t. n. ¥m. ¥^2. íTiTi A'i^X. 4>.' I7m:. iTiC X^rx 
« C. I. L. !I. ««S. \^\. 2IM0. 2C.I. htr. 

7 Plin. raneir. Tralau. '*. c*. et pa».Miij. 



r 







».• • .. 



... >•• 



208 
toratura de la época, de que fueron los má:< geuuinos reppeí>en-' 
tantes, cierto carácter de amargura y de acentuado desaliento, 
que contrasta con la prodigalidad encomiástica de Plinio el jo- 
ven, amigo calorosísimo del soberano. En su admiración porTra- 
jano, gran propagador de las Instituciones alimentarias inicia- 
das por Xerva, como lo dan á conocer la magnífica Tabla de 
bronce de \eleya y la de los Ligures Bebianos, también dejó 
instituida el sobrino del naturalista una memoria análoga, á 
juzgar por la inscripción fracturada de Como, trasladada en la 
edad media á la iglesia de San Ambrosio de Milán, que la con- 
memoraba j)untualmente *. 

Estrafio i)arece que en el pueblo que fué cuna de semejante 
emperador hasta el presente solo se haya encontrado nn monu- 
mento escrito, que recuerde su memoria */si bien han aparecido 
dos inscripciones conmemorando la una á un niño y la otra ú 
un liberto, ambos con el nombre de Tipio '. 

Hadriano aun conservó el esplendor de tan vastos dominios al 
recogerlos de manos de su predecesor ilustre. Habia nacido en 
Roma imperando Vesi)asiano. su familia provenía de Hadria en 
el Piceno. y algunos de sus antepasados se habían establecido 
en Itálica en los tiempos de su fundación, como lo refiere el 
mismo soberano en su autobiografía *. Ks por un error que algu- 
nos lo hacen también nacido en Itálica, donde solo se han en- 
contrado tres inscripciones recordan<l<» igual número de perso- 
nas con el mismo nombn* iinperial, el uno cierto ritus aelivs 
ASSATvs *. el otro un aeüvs !ciitÍANvs* y la tercera una muger 
Ihimada aeí^ia licinia vaifriana. hija (h» Qiiiutus aelivs priscvs y mu- 
jer de lABERivs FIR.YANVS. ú lu ijue ja espl«»ii(lida municipalidad itír 
license acortló srconccMlioso tn-nMn» publi»*n para su sepultura, y 
se le levantara una estatua, distinciones (pie acej)taron el padre 
y el maridt» <le la finada, los cuales cnstoaron á sus espensas la 
efigie y el st»pulero decretado '. 

« Itor^'liesi oemrcs IV p. liü Mi nmíhoii, rtiiUe sur riíne 1p Jeune p. 8á trad. 
Mor»* I. 

2 C. I I.. 11 Hfl esta niiiv fnicturadn. 

3 c. I. I.. II. ii:.7-i > 

4 simrti;iin lladnaii 1. Ha'lria ortos iiiüion^s tiU<*s apud Itallcam SPipiontiiu 
teiuporlbus n'mliss»* in lilirik vitni» biiao lladriMitu ípae comiu^niorat. 

Aur. Vlct. Kpit. XIV A«»lin.s lartrianus. siirpls Itálica»». Kiíle escritor slmie en 
un todo lodirliD por Sparriatio. no nki Kiitropio. «iiu* escrUic erradaiuente üe Ha- 
driano, natus el ipne llniicat m HittHftna. Futrop. Vlll. C 
:» C. I. I.. II 11». 

« c. I. L. II. n:». 

7 C. I. L. II. II»». 






•• • "v'"* 




213 



El texto tUcc en castellano. 



A Fabia H[adria)i¿]\íi luja de Quinto, varón consular, [mugei* 
(le un senado)*]^ hermana de un senador, madre de nn senador 

Quiero fjue se dé cada ano á aquellos niños inyénnos, que 
rxisfcn enVd Institución Juncina, v á las niñas ///yr////r/.<f... los 
intereses al seis ¡)orcff'n(o r/«/^^/Z de 50.000 sestercios. De esta 
suma recibirán en dos ocasiones por año. hf una rn el iwlallcio 

de el 1.** de Mavo v la otra en el mió el 25 de Abril, 

como aitiphocion de sus alimentos, los niños ingrénuos treinta 
sestercios y las niñas ingenuas 

Aunque creo que bastará la suma indicada, si con todo el nú- 
mero de los niños y ni fias indicados fuese mayor, (juiero que se 
procurr distribia'r á todos en la proporción (jue se distribuya á 
los niños. Pero si hubiosi^ un excedente en el Icf/ado, foinhirn ¡ivo- 
jiorcionahncnfc se distribuirá entn* los mismos la cffnfldftd qttc 
r,rcrdif\sr. 

Hasta a(jui la inscripción liispalens<\ 

Contraste sjnf^'ular: durante la tioreciente época d(» Antonino 
jíin. (MI que Italia y las provincias vivian en una [uiz y <mi un 
lúenestar envidiabl'.^s. la literatura romana caminaba á pasos a«^i- 
^»-antados á su decrejútud. Do aíjuellos veinte y tn*s años de «^n»- 
bi(»rno patriarcal apemis liay ípn» recordar aljjun nonibn» di* im- 
portancia: el epistohífrrafo africano, tan citado en (*ste libn». 
lleno d(* afectación y de insulsez: Ami)elio. autor de un rcsiinuMi 
insustancial de astronninía. L'*ctíi:*rafía r historia: (iranio Li<*inia- 
no. <|ue escrüiio un cnnij)rh<lio di» historia romana atribuido por 
al;^'unos á esta («poca, nn fra^jiiu'nto de cuyo epít<Mn«* aparecí»» en 
ini cí'idice tres \rrr< escrito, traidíidel Kiri¡»to al Must'o Britá- 
nico. V (Mitre otros más. (íavo. el Ms. de (Mivas Instituciont^s t\r 
d(M'(»cho. des(Md»i (M'to (Mi la Biblioteca caj)itularíb» \erona por ///•/•- 
/oh/ff Joj'f/r Xlt'hnhr. In* tenido el ^'•usto d(* examinar d(»t(Miiíla- 
lUíMite. y hoy SI» conoce. piM-fectann^nte lijado su t(»\to. d(»spues 
íh» hab(»rlo leido 6Vyrsv7//'y/. Hhllmi, Jilnhuirx SftnlrnitiinL cimas 
afortuna<lo d<» tíulos (dios (Mi alj^^unos j)asa<^»*es en estremo osímu'os. 

Antoiiino el tili»sofo herido el tnuio v las virtud«»s de Anto- 
niño j)io: piM'o cometió dos faltasipu» no le ])erd(»nará la historia 
fácilmente, aunipie á (dio fuese impulsado por la bondad misma 
de su corazón. Km» la una haber compartido el imperic» con Lu- 




:^i¿í- 



.1 'N 



?- 



.1 . 






•¿10 
írraii esmero de todos los ramos de la administración publica, 
fijando su atención en la organización de los tribunales de jus- 
ticia y de la casa imperial, habiendo sido el primero que creó el 
cargo de abogado del fisco * . 

En el año de 1868 se encontró entre las ruinas del anfitea- 
tro de Itálica el fragmento de una Tabla de bronce, que poseia 
en Sevilla D. Francisco Mateos Gago, ilustrado ])rofesor de aque- 
lla Universidad literaria, cuya inesperada muerte deja ancho 
vacío (»ntre nuestros más distinguidos numismáticos. La publi- 
qué á fines del 1872; tres más tarde la ilustraron los profesores 
Hübncr y Mommsen ^, de los que el uno hace el monumento de 
fines del lírimer siglo á comienzo del segundo de nuestra era, 
es decir del 98 al 118 en que imperó Trajano ó del principio del 
mando de su sucesor, y el otro, con más acierto que yo, con- 
jetura que se trata de las naniiatirynes ad ^flscnm, de que ha- 
bla el Digesto ^, y de los procedimientos aplicados á et-ta cla.se 
de juicios por un solo juez ó por reci(j)ei'a/on's^ desde que Ner- 
va instituye) un pretor especial para el caso *, á que se refiere 
Plinio el jiiven en su panegírico de Trajano '. Dados tales pre- 
cedentes restituye de (\5te modo el texto el distinguido epigra- 
fista l)i»rlinés. 

//eri 

COffNlTlO 

Ad ^fifiCHtii hruitti si qnac cuinscumquc rc¡ nvntiationes 
post htfC Jb*nt. ¡ii iifdicr viio cod/'ui observari debe- 
/////// tjf'nr cidii ififrr j)rirfffos od iftiiOA ivdicem ibitvr, 
Ji'^dptfriftfn'rs (in(rnt ubi dr ea rr sor/¡r>iTVK, eodem modo 
/// /// CftifSff Jfsci sor/iffétftfr firi't //ebet. qvo, vt recipe- 
raforrs de /v vcstra sortif(tt/\'K, lece qvam vobis 
dedit. FiT 

Kn \ví< diMiuncias, qm' sohrr ruffhjuirr ostnito cu adela ate sr 
hiCtf'S'^n á itiijisco Oiifr el jur: /óz/Vo, d«d)í»rá observarse lo husnio 
que cnfrf los pftrficnhd'rs, cuando (ttiiih¡/',i se comjíarece ante un 
juez. Cuntido sohrc rl asunto se sorteen rvcvprradorcs, del mis- 

1 Spartiaii. Ila'lrian. 23. 7. Fisci advocatutn priinus instltult. Véase tam- 
hl«»n fo.s Jtí. 18 y <9. 

2 Kiiliriiu*r eptK. W- p. H9 á ICI. 
.1 Dlk^ «S». II. 1. 

I nijr. I. í. *2. 32. 

5 riiu. imiieir. ^^. 



^í^i.^.*^a^;a v:.:v'. • :•• ■.. .>.-. ... .;^ ^.. :í:.:sííÍí 




211 
mo modo deberán hacerse dichos sorteos en los iiegocios del Jisco 
que 8C hace en los tnesté'os por la ley que os dio el eiiipemdor ^.. 

Durante la veintena de años que gobernó Hadriano. las letras 
romanas continuaron en su decadencia, Suotonio nos dej(') sus 
deficientes biografías cesáreas, tan concisas y monótonas, que 
solo son estimadas á causa de la falta de otras fuentes mejores, 
Floro su atildado compendio de Tito Livio y Justino su epítome 
de Trogü Pompeyo, epítome y compendio que marcan por sí so- 
lo el rebajamiento del gusto, la falta de instrucción y la negli- 
gencia con que el cultivo de las letras era atendido. 

Muerto en Raias dicho sob(»rano, fué á traer á Koma sus ce- 
nizas Tito Aurelio Fulvo Boionio Antonino, que era su hijo adop- 
tivo V debía ser su sucesor en el trono, al subir al cual el sena- 
dolé dio el título de Pió y á su muger el de Augusta *. Anto- 
nino el piadoso fué el varón mas magnánimo y bondadoso de 
su tiemiH) y un acabado modelo de príncipes, según se colige de 
las noticias, que quedan de su época, que fué de las más felices 
de aíjuel im])erio. Su ilustración y sus virtudes se revelan, más 
que i)or su biografía, escrita casi dos iglos después de su muer- 
t(».por las interesantes cartas á Marco Cornelio Frontón y por id 
retrato (juede tan esclarecido príncipe ha dejado escritt) su su- 
cesor en la curiosísima colección de pensamientos, (jue tan re- 
petidamente vengo citando. 

Su muger Faustina no parece fjue fiUM'a un dechado de» vir- 
tud ': pero sin enihargo íd mar¡»lo solirellevo resi«ruado sus li- 
gerezas. í)cultan<lo ípiiztis i'l dolnr tpie 1«' caus;ilín]i. li:ista el punt«> 
<|U<*. liabienílo nnn'rt<» á I<»s tres años de iiii|)crar. í'^iisiutio que 
el senado hi divinizara y li* consngrase un tiMuplo. K» srñalasí» 
.sicerdotí's V le i'riiriera i»státuas '; v además esí;i]>l<M'i«i una ius- 
tituciou aliuHMitaria para niñas. <|U«* en honra de su muger las 
llauM) Fffi(s(ln¡f/ints, llegand<» hasta escribir á Fn»utnu cu un 
arranquí» al jíarccíM* de dolon»sa angustia: <'^mtjnr ijui>iera vivir 
con ella encarcelado. <ju<» sin ella en estt» palacin» ^. 




>>WI^''i 



1. : V •*- V 






^jC 



V 



•212 

No inc detendré á relatar ni á encarecer lo que se sabe que 
hiciera por la administración do las provincias, concretándome 
tan solo á indicar que en Sevilla existieron hace tiempo tres ó 
más fragmentos de mía gran piedra escrita, de los que solo se ha 
copiado él texto de dos. el primero de los cuales aun existia hace 
poco, conteniendo cuatro renglones, cada uno de estos faltos ha- 
cia el final. Toda la leyenda, que el profesor Hübner atribuye por 
la paleografía del pedazo aun existente, ú la época de Antoñiuo 
pió, ha sido restituida por el profesor Mommsen en esta forma: 

Fabiae Quinti) f(il¡ae) U[adn'(nül]\ae^ consularis [Jilior, óv- 
natoris vxotu], senatoris sorori, senatoris matri. 

[Quisunt inr^e'p^uhUca) n^ostra^jm^ri] ingenui luncini, itcm 
puellae Wnyenunp tidanac. r¡s] ({uodannis in anuos singulos 
Hs- L- mili[////¿ usurar srmisscs] dari voló; quam summain bis iii 
xni\\[o uatnll C(a¡} éSr'ü. rir¡ turi] k(alendas) niai(a)s et me<» vii 
k(alendas) maias in alimentVyr/^/// atuplintloncm] accipiant ]>ui'r¡ 
ingenui hs- xxx uummos, \n\[rUor ¡ngriivac hs xl >/ umuios) 
i^u<iiu\{\K\\\\\\ summam sutücere rredo. si tamen numeru< [fuvrth- 
ruiu puelhrruniqur s ujn^a) s cripforuu) ] maior (M*it pro j>nrtio- 
n(» (|ua Ínter masculos p// (VistrUmatur cnri] distribui omniluis 
voló: nuod si aniplius or¡///// h'//íffff Urui (irqutihVUrrqYw^ intí*r 
rosdoui distribuanty//* y/// siiprr /•>•/'/// uufénffj,] • 

La piedra contitMie una inscripción honoraria j)rimerü, y dcs- 
])U(V< el tra<ladt) dt* una cláusula testamentaria, dijando un le^ni- 
do (le oO.O'MI s «stercios para qu»» con sus intereses al (I por loo 
anual, iniportante tres mil. >•• entregase íímIus ¡os años en d(»s 
ocasiones d¡stinta<. el "J.") dt* Abril v el 1." di» Mavo. á los niños 
de la Institución alimentaria estableci.la por un tal ¡inro. la 
cantidad dt* treinta si»stcr<-ios. y otra suma amiloga á las niñas. 
Kl fundador <le semejante asilo indica el s<Ȗor Ilubner que aca- 
so sería Lucio Kinilio Iiinco. ipie fu«» c'onsul en 127 de J. ('., 
unce año< antes tjiie muriese llatlriano. de unido que siendo 
así, muy bien ])uilo el le^^.ido de ral)ia Wifnh'luufhhx ser de la 
épo-a en <|'n* imperaba Aníonino pió. 



C. I I.. U. iri Kii i'>i;i n>tmn*i«ni v\ ro¡:uu\u\*T*» H###/r#/ifii/LAt t*HC:i>^i 
irii en la primom Iui*f:t. coiiin rl «""iMtr^ do la «iiiiiita. |irulial>I«* 1» cifr.i \L 
a nctavit y ;k»1o íii«nc.i<tu como iu<xk»lü t'l f»7i»»'ií úv la cuarUi y el ••.>*««>»>» 

• k m.' «« «• # • k 



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<lc I 

iW la ^e.Nta. 



9 



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217 
Sexto Julio Possessor egcrció dichas funciones en tres pobla- 
ciones muy inmediatas á Itálica, de ellas la una era munici- 
pio y las otras dos colonias. Es mas de medio siglo después 
cuando en los dias de Alejandro Severo se nombra en una pie- 
dra de Italia á cierto cvrato/* coLONiae iTAucEsiu/d in ?KowÍHCÍa 
B A ETICA, cuyo nombre se ha perdido •. 

Durante la época, en que Marco Aurelio y Lucio \'erro go- 
bernaron el imperio, surgieron dos sucesos que trajeron per- 
turbadas algunas comarcas portuguesas y andaluzas, siendo 
el uno de ellos las revueltas ocurridas en la Lusitania. de las 
que solo se sabe que fueron fácilmente reprimidas, pero igno- 
rándose el móvil V la intensidad de tales a^fitaciones *. Acaso 
reconocieran por origen las levas, que se hacían en el pais para 
tener en pie de guerra el ejército imperial; y muéveme ú pre- 
sumirlo el que los mismos soberanos, viendo con ellas exhaustas 
las Hispaniiis. acudieron al remedio prudentemente, haciendo las 
sacas de soldados de hi Italia, lo cual no era permitido desde el 
tiempo de Trajano '. 

El segundo acontecimiento, á que me he referido antes, fué 
una invasión de inoros. de que ya he dado noticia, los cuales 
dosvastaron af^i todas las Jlispanias^ siendo coini)l<»tamente do- 
minados por los legados imperiales *. Existen y antes he he- 
cho memoria repetida de ellas, dos inscripeiouí's honorarias, la 
una en Antequera y la otra en Sevilla, en cuyas ciudades las 
he visto y leido, que dan algunos interesantes detalles de este 
(h»sembareo de moros del África, (pie ])ns¡eron en grave aprieto 
varias j)oblaeiones andaluzas. 

Ambas piedras están dedicadas al mismo j)ers<»naje. (jue en 
la una se denomina *,a¡o vallio maxvmiano. vanni eíJ're<r¡o v 
])rocurador imperial *. y en la otra (nt¡o valuó maximianí/. ])ro- 



4 OrpUi. or,. la pRliina Rosppchosi y oslablocp ninl la lectura de la primoni 
líiH-a. níMiZfn. I». <i. al liahlur ile la misma piedra ui. 9i* de la t'ol. Orei.iresia- 
Ideoe el principio y le (juila In nota tle kospechoKa. 

'¿ (apitolln. Ant. *pl»llos. 22. 11 y 12. compusitae re* el in lUspania. <|uae per 
Lusitaniam lurbatae eruni. Filio Comm >do accersilo ad limil.'m to^Muí vlrilem 
üedit. 

3 capltolin. Ant. pililos. H. *; lli.«*panis exhatutis Itálica adlectíoiic contra 
. Trai:iiii«iue praecepia verecunde consuluit. 

4 Capitullii. AM phílo». ?1. 1 y 2. Cum Maurí Hi.spani38 propre omnes vusta- 
rcnt. re» per lejratos l)ene ^rcHUie suul. 

c. 1. L. II. 2»>r. FROCM '*«/«'* AVGiinlonim Ejhyiü wiro 



o 



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.^>3ú.*iL:r*:■•¿:-^ íívi^-^i'.'^"- .\ V •/ ' •• ^- .o'--'^'-l>i^%:>*-.>.'^.-.:. ■^.\: *"•■ 



2M 
cío Vero, cuyos vicios y corrupción le erau conocidos, y la oti-a 
hacer vestir la púrpura á su hijo Cómmodo, á la muerte de aquel, 
provocando de continuo y á la larga con tan desacertada elec- 
ción la reproducción de escenas desoladoras, que aunque no han 
sido relatadas por la enérgica pluma de Tácito, como las oca- 
sionadas por los príncipes de la casa Julia ó de la Flavia, sou 
tan profundamente depravadas que aun referidas por la modesta 
prosa de Julio Capitolino y de Elio Lanipridio jmnen tedio eu 
el ánimo del que estudia la marcha de la sociedad de entonces, 
regida por tan desjuiciados déspotas. 

Tuvo también Marco Antonino la desgracia, que cupo á su 
l)redecesor. La hija de este, mugcr de aquel, llamada iguahnente 
Faustina, como la madre, heredó de elhi ciertas inclinaciones» 
que desarrolló mas tardo, con grave daño de su reputación, fian- 
do su éxito en el incomprensible estoicismo de su imperial con- 
sorte. Después de leiM' los escándalos do esta muger im|)iídica 
aun atenuados dos siglos después \)oy el biógrafo, que los insinúa 
no mas *, as<nnbra igualmente que al pord(^r semejante compa- 
ñera rogara Marco Antonino al Senado que ordenase se lo tirbu- 
taran, romo á la madn», h<jnoros divinos, levantándoselo un 
trmplo. y (jur por su parto <mi honor do su nada ejemj)lar esposa 
ostaiílooiose también una nu(»va instituoion alimentaria en fa- 
v<»rdo niñas pobres. qu<» habriando llevar ol apelativo do narros 
Fait.sf'nUf'nfts. y sol)iTt<Mlo. qiir el misino Mareo Antonino esori- 
biesc. como su predecesor. si»nt idas frases por semejante ])<**rdida. 
A causa do sus cnlcgas. la a<lmiiii>tracion jniblica del Ks- 
taib) ¡x'Sii csclusivaini'ntc sol»r(» los hoiiiliros de Antnniuo el tilo- 
suio. íjiiiru cuido JH»!* rlln Con vivo interés de su mayor rcgu- 
hirizaci(»n en Italia -y (»n las pi-nvincias ^. AI ocupar el solio 
inijH'rial hiib(íuna tan grande inundación del Til)or. <jue caus<') 
la ruina do al'»-unos ctlifK'ins. la muerto dt» nuu'lios animabas v 
una bambn» horrorosa *. A nMiUNliar esta líltima a(*udií'» c] sobo- 
raiin rt»parti<*ndo trigo á la< cindadcs itálicas, cuidand(» de la 
din*cci(»n <lol establecimiento iVnnientario y dictando j>rudon- 
tes medidas sobro los alimentos |)nblicos ^. Sabido es que 



1 r.iiiit4)Uii. Aiit. pililos. 1^ 

•J Iltulí'iu. lo y 11. 

'¿ IhiiUnii 47. er^fo provinciuh por^t liacc iiip'iiti iDod<>raUo!i<> bc l>ciiip'iilt¡ite 
tractavit. 
O llúa^m 8. I. 







219 
y (|U0 011 Itálica, como se desprende de algunas de sus inscríp- 
ciüiies ' estuvo de guarnición la legión séptima gchuina^ deduce 
(|ue por a<|U(»lla época la administración provincial de la ulterior 
habia i)asa(lo accidentalmente del Senado al emperador, con mo- 
tivo (le las tales razias moras, y que debió estar por algún tiem- 
])o bajo sus íirdeiies, á juzgar por el sello de dicha legión ', es- 
taiii])ado sobre una teja descubierta en Itálica ' y conservada 
cMi el Museo de Sevilla. 

En los años, pues,' que imperó Antonino el filósofo ya he di- 
cho, al ocuparme brevemente de su biografía, que pocos fueron 
y (le escaso interés los escritores latinos que florecieron, comor 
el pagano Aulo (íelioy el cristiano Minucio Félix. Las Españas 
habían dejado de ])restar su contingente á las letras romanas por 
entonces: pero iio así el África, que contaba hacia aquella época, 
(]espu(»s(le A]>olinar y antes de Tertuliano, con Appuleyo, en la 
ya lar«4a si*r¡c de escritores más ó menos ilustres, (jue comen- 
zando cu Pnblio Terencio. dos siglos antes de J. C, aun continua- 
ba en el (juinto de nuestra era con Aiirelio Aagastino^ el sabio 
()bis])o (le llij)j»oiia *. 

Tah^s eran las linicas memorias, al menos que á mi noticia 
hubiesen Ib^gado. (jue de Itálica aun quedaban desde su funda- 

1 C. I. L. II. ii-i-; ;i \\'¿^. 



'¿ C. I. I.. II. 11J\ ¡ L . vil . c . F I 

'A lliiliiicr. I.:i Ar«jue<)lo;.'ía d»» Kspafiu patr. H' v 1 1*<. 

I Hs ii)<ln't:ilili' i|ii<.> liiitMi ni:is dt? una lojjrioii <mi los f>Ji*rritns minarins (|iic 
liivirsf la <lriio:ii¡ii;iri(Ui «le n:ilkM Alíriiliaj* ]». «Miras rsrrítas nicttntniílas n; 
\sl«tr;:a y >;iL*!into «i;in a coinKvr lo< iiüiii!»r«*s «lo «los tnluiiios iU- lo< soldaflos 

i|t' la Ir-fétiu yr.'it'i.i It-i'i' t, 

i\ I. 1.. 11. -iw^, TRin • MIL . I FG . T . iTamcae 

r. 1 I.. 11 A^\'> :k%> trirvno . mm it • i te . frimae • itaiicae 

otra «li-xMíliifrla rii rarra;:ona CMHiliiO'iiora a un ctMiturioii <|«* la /•/?••/« t^>- 

III ti thiliri, 

* í * '1 '•'•- 7 IKG. ni • ITAI.IC 

larito. Hj>t 11. 1 »"* rt passilu. Iialila *\o la '"/"* finni iiilua, 

hion. Ciis-iio. .V.. Ji. íir hí >'*y^an'la y ii'n*:»ra. afiadíi*ii«lo «|U«* N<»roii histitux«i 
la pniiifra > Marro Aiitoiiino las otras ilos. 

l,a S'.ti'ii ihji.itidint vu la parte con8a;rruf1a al oriento, (o*! 1t«»rkin(r p '^ 
«•a|». \I ;¿. I n r> \ t;<. rf;.'islra la letiu n privefa y ]n runrln //«///'«i. cnuio t-n la f><*- 
ri.lfiital.»*.'»! P« erkíii;: p. !-J'r:.p. .1. g. 1. 1). I. p. <i.2* cnp. ai Jj 1. R 1. 2.3) iioiuhni 
la y'ttut-hi y /.• / ■ » i i. 

i;u las art: > dr Ims Ap« ^tol(^s \. 1. si» liaco nifnutría «!<• un Cornello. ci»ii- 
tiiríoii »li' 1:í o. l!ort«». «¡Uí» m* «Irria Itálica. 

In un ri'i;:ra!i' d«* .- a;.'Unto. ( . 1. L. II. 'Ktl. il;:ura un tribuno di* los s<d<la- 

dus df una cnhortr «IrsconorMla. cuyo iioinl»rc m' lia h»ido GALLICa. y Hiibncr 

crnjtdura qui* didiirra r«»htaldtHM'rsc por •'AI h"A. 

Sup«"rinn> i's dofir i\uo la dononiinacioii de* lintira dada «*n In anti^run :i ]a> 
tlírlias lr;:!cnrs. cMtuio a la> ni(>n(*ionada8 coliortos. in) provenia d»*l nonit»n* 
dfl aludido putddo dr la Hética, eorcuiio á HiMpali»:. sino ijue^e llamaron a^t d»' 

ll'iliit. conio se uijt^rtin fi^m imun. JUm-^iinuéra, fli*p*iua y (itillim de Ihh rvtfloiics dt*l 

mundo anti^'Uü. de donde trajeron origen Kemcjantc» uitviativos. 



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r» 



'^^^i-^.-y- :. v .^:^ %í;^.*-?i,í-*- V ív;>- .!j..v^:; 



las riberas del Bctis *, Uaniado Sexto Julio Possessor *, que des-' 
pues de haber ejercido varios cargos militares, fué, viviendo 
Marco Aurelio y Lucio Vero ', primero curador de Rómula, de 
Arva y de Arsa * y luego ayudante del prefecto de la anuona *, 
teniendo como tal la ol)ligaciou de recisar el aceite africano y 
español ^. hacer trasportar los efectos almacenados ' y pagnr 
los fletes *. 

Este notabilísimo epígrafe no solo dá á conocer las tres obli- 
gaciones del ayudante del 2fre/ecto (lela anuona en tiempo do 
Marco Antonino y Lucio \'ero, sino á la vez que el trigo y el 
aceite, que se encerraban en los almacenes del estado, se deno- 
minaban soLAMiNA, palabra no usada en este sentido, en ningún 
otro documento y que Henzen y Forcellini interpretan por sub- 
sidia anaonaria. ó séase las existencias reunidas por los encar- 
gados de la annoaa. El aceite pertenecía más al conyiarianí (pie 
á la aanoiía i)ropiamente dicha, y por eso acaso ci^tuvo á cargí» 
del ADivTOR V no del mismo praefectvs annonae. 

En la misma i)iedra se designa el cargo de cvrator civitatis, 
que tanto lo era de mi municipio como de una colonia. Ei erario 
municipal y c<donial tomó cierto incremento, especialmente en 
el siglo segundo, en términos (¡lu* los emperadores de a(juella 
i»poca (estimaron que deb;.M'ía enconuMidarse su administración á 
un empleado especial, al íjue s^» dii'i el título indicado. E.stos 
funcionarios, encargados de la n^caudacion de los finidos dejiro- 
pios de los pueblos*-*, figuran desde los tiempos «le N(»rva '**, se 
(encuentran (*n los de Antonino pío *'. en bis de Antonino id 
filosofo '^. o\i los de S<éptimio Sevrro y en l(»s de Taracalla '•'. 



I (• 1. L. 11. li'^-^. mociirnloii AVGiistoriiiii ad ripam baetis. 

2 IbichMU StXio IVLIO POSStSSORI. 

W ibítlein Or'TIMIS MAXIM1SQ\'E iy>\VU'tllnrihils antonino ET VERO av- 

G «.<//.<. 
4 ibiílem CVRATORI CIVITATIS ROMVLfcNSlVM, ffíiiniripii ARVfcNSIVM 

CVRATORI COLONIAE ARCENSIVM. 
:• nii.lem ADIVTORI... PRAEFrr/; ANNON"'. 
f. n»l<lem AD Ol.EVM AFRVM ET HISPANVM RECENSENDVM. 
•; lliliU'lIl ÍTEM SOLAMINA TRANSFERENDA. 
H Ibirtem «TEM VECTVRAS NaVIC\ LARIIS EXSOLVENDAS. 
!» l»í^'. -A 4. 1>*. Ji. 0. sed et cur;it(»n*s «i"i s»** ******'*•'♦*"<>**'* ^í^ **•»**""> I»ii- 

lü niL' 13 '2\. 3 55. 4. i»laiu* si i»raf>os vrl«-ur;itorn'limblu«ae|M?riiiisi»rit lii 
iiuhncu faceré. Nerva boríbíl fxcepiíoiieiii lot-niii non liu)»er<;. 
11 ni4r. 5". <o s. 
lí l»iir. ííi». 8. V2. 
VA iMfc'. W. 42. 1. 







217 
tSexio Julio Possessor cgcrció dichas funciones en tres pobla- 
ciones muy inmediatas á Itálica, de ellas la una era munici- 
pio y las otras dos colonias. Es mas de medio siglo después 
cuando en los dias de Alejandro Severo se nombra en una pie- 
dra de Italia á cierto cvrato/* coLoniae itaucesík/íI in PKowtncia 
BAETicA, cuyo nombre se ha perdido '. 

Durante la época, en que Marco Aurelio y Lucio \'erro go- 
bernaron el imperio, surgieron dos sucesos que trajeron per- 
turbadas algunas comarcas portuguesas y andaluzas, siendo 
el uno de ellos las revueltas ocurridas en la Lusitania. de las 
que solo se sabe que fueron fácilmente reprimidas, pero igno- 
rándose el móvil V la intensidad de tales aí^itaciones '. Acaso 
reconocieran por origen las levas, que se hacian en el j)ais para 
tener en pie de guerra el ejército imperial; y muéveme á pre- 
sumirlo el que los mismos soberanos, viendo con ellas exhaustas 
las Hispanias. acudieron al remedio prudentemente, haciendo las 
sacas de soldados de la Italia, lo cual no era permitido desde d 
tiempo de Trajano '. 

El segundo acontiri miento, á que me he referido antes, fué 
una invasión de moros, de que ya he dado noticia, los cuales 
desvastaron r^/ó/ fodífs ¡(f,s Hispo nias^ sieuihi romidetameiite do- 
minados por los legados imperiales *. Existen y aiit<\s he he- 
cho memoria repetida de ellas, dos inscripriouí's honorarias, la 
una en Anteípiera y la otra en Sevilla, en cuyas ciudades las 
he visto y leido, que dan algunos interesantes detalles de este 
desembarco de moros del África. (|ue ])usier(»n en grave a])rif»to 
varias piíblacion<'s an<laluzas. 

Ambas piedras están dedicadas al mismo p(»rsonaje. (pie í»n 
la una se denomina *jf¡(i wluo MAXv.viiANr/. van»n egregio y 
procurador imi»crial *. y en la (»tra c///V/ \hu\n maximianí/. pro- 



4 OreUi. W. la PKlimn ünspochosi y oMnlilore mal la Ifctiini do la priiD<>ni 
lliii'a. H«'nz»»n. p. *•. al liahlar «ip la iiiiHiua pM»«lra ai. Ui» «I»* la Col. <»rfl.« n*sia- 
liiece el príiiciiJÍo y le «lUita la nota ile fcospi'choKa. 

2 Ca|itt4>llii. Aiit. 'pililos. 22. II y 12 roiiiposilat» re* el m Híspanla. inia«» per 
I.usitainain turliatat* eraiit. Filio Couiiii xlo acceráito ad liiuit «lu tn^r.iin vinlfiii 

üedit. 

3 capltoltn. Ant. pililos. W. * llispanis oxhaiutU Ualira aillcctionc contra 

Tr.iiaiiíque praerepia verecinule consiiluit. 
A Capiluliii. AM pililos.?!. I y 2. Ciiiii Mauri Hispanias propre umno» vasla- 
rcnt, r\}% per ley-atoü Iwne tre«iao «uní. 

i C 1. L n. 2<»r. HROC'íl/ol* AVC">/o/nm Ejritjtu V'Vo 



1 • 



ís:^iídK-^\%'-:.x /■ ■.• ' .^•■^ •-",'■ ,■' .> '. . ..^ } .^ -^ '■^:--':k '■ * ■" /.^■^ ' \"". "• 



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2IR 
curador de la Lusítania v de la Mauritania tín^itaua '. á la voz 
que esforzado capitán. Los siiigilienscs lo eligieron por patrono 
y le levantaron una estatua, por liaber librado al municipio do 
un dilatado cerco y do la guerra con los moros *, los italicensos 
le erigieron otra, porque habia restituido la antigua paz á la pro- 
vincia Bética, después de hal)er exterminado á los onomigo.s ^. 

Se ignora por completo por donde desembarcaron estos mo- 
ros y como pudieron poner en tan duro aprieto á los de Singi- 
lia, turbando á la vez la tranquilidad de los de Itálica. Cierto que 
la ulterior estaba desguarnecida; pero no parece que se necesi- 
tase para que acudieran tropas de la citerior, que pasase tanto 
tiempo que el cerco de Singilia pudiera decirse ¿/7¿r/í/^/o. Lo que 
de estas i)iedras y del texto aducido de Julio Capitolino se des- 
prende sin embargo es que los moros tuvieron sobrada holgura 
para desvastar la líética del un estremo al í»tro. sin que s'e sepa 
si fueron exterminados por completo, <) aprisionados y reducidos 
á esclavitud i)or ol ejército imperial; pero sí que batidos jior las 
legiones, caesis. no parece lograran reembarcarse, ganando de 
nuevo las playas africanas. En la época do C<innnodo vuelven 
otra vez á alzarsi» en armas *, conservándose también memoria 
de la jírimera invasicni de la Hética en la vida de Septimio Si»- 
vero, cuyo liii'igrafo Sparciano refien* <|Uí» Iiab¡4»n<ln tocado oii 
suerte á dicbí» Septiniio. después di» (»gercida la rui»>tura. la 
Hética, se le cambió por la Cerdeña porque los moros dí»svasta- 
ban aquella otra región ^. 

Kl profesor Ilíibner rect)rdando los pa<aj(»s r¡tad<í> d«» ('ai)ito- 
lino, Lampridio y Sparciaiio, así como las iiiscn|»c¡on<*s honora- 
rias de quo acabo do hablar, levantadas ími Singilia y i»ii Itálica *** ;í 
c///V>VAi.Lio MAxv.v\iANo.^>/v>/;///v/^/o/' d(» los cnipí'rmhtrcsy rtiroét r¡/rr- 
ijio: teniendo en cuenta (jue St»ptimio Severo dc<pnes dt» i\ircn'i- 
da la cuf^stura ol>tuvi» j)or suerte la Hí'tiea del Vri al 177) de J. C. 



1 C. 1. L. n. I12'\ FORTISSIM" DVCI PROCi//7l/Oí#.... I.VS1T.\NIAE M AV- 
RtTANiVir TINGITANAE. 

*i <;. I. L. n. 2oir>. ob mvnicipivm divtina obsidione et heuo mav- 

RORVM LIBERATVM. 

W C. I. L. 11. llí'X QVOT PROVINCIAM BAETiOo/f CAESIS üOSriBVS PaCI 
PRISTINAE RESTITVERIT. 

4 Lani|»rl<l. Commoil. \X 5. Viril Mtint siib eot:»iii<Mi. cuín Ule s«ic viveri-t. iht 
leiratott Mnuri. 

ú Spartinii. Sever. *2 3 y 4. INist qiiaesturnm sorte 1l:u*ticnin nrccfíit :it<|iip iii*|i» 

Africam petit fuxl duiíiD lii África cxt. pm ll:i**tlca Sanliiiia «*í uttrthuta 

Afti. niiod Baettcaiu Muiirl iiopulabatitur 
C. I. L. II. 2 1'». llío. 



u'.C..¿*i-.liíl'{^^ 






■ • >>• 



210 
y qiiü eu Itálica, como se desprende de algunas de sus inscrip- 
ciones * estuvo de gfuarnicion la legión séptima gemina, deduce 
que por a<|U(*lla época la administración provincial de la ulterior 
liabia pasadf) accidentalmente del Senado al emperador, con mo- 
tivo de las tales razias moras, y que debió estar por algún tiem- 
po bajií sus «irdenes, á juzgar por el sello de dicha legión ', es- 
tampado s<il)re una teja descubierta en Itálica ' y conservada 
en el Mus;»o de Sevilla. 

En los años, pues,* que imperó Antonino el filósofo ya he di- 
cho, al ocuparn>e brevemente de su biografía, que pocos fueron 
y (le escaso interés los escritores latinos que florecieron, comor 
el pagano Aulo (íelioy el cristiano Minucio Félix. Las Kspañas 
habían dejado de prestar su contingente á las letras romanas por 
entonces: pero no así el África, que contaba hacia aquella épcnra, 
después de Apolinar y antes de Tertuliano, con Appuleyo, en la 
ya larga si-ri»» <le escritores más ó menos ilustres, (pie comen- 
zando en Publio Terencio. dos siglos antes de J. C.aun continua- 
ba en (d qnintt) <1<» nuestni era con A u relio Angustino^ el sabio 
()b¡s]Kí de llij)jMina *. 

Tab^s eran las linicas memorias, al menos que á mi noticia 
hubiesen litigado, que de Itálica aun ciuedalmn desde su funda- 

1 c. I. L. II. r.i*; á 112?*. 



2 C. I. I.. II. ll^\ I L . vil . C . F I 

:i UiiliiH'r. I.:i Anjuc'oloiría df Ilspafiu ]»aír. U* x ll*<. 

1 Fs iiiilifl:il»!f iim» Iniho Pias •!<> iiii.'i l0};ioli oii los (>Ji>tTÍtos rn)ii:inn>> f|iif 
tii\i('sr la 4li'iio:iiin:i<MMii i)f italiiM AlíTiiiias pcilras escritas riicitntnitlas «m; 
\slnr;.'a V >;ii:mjto <i;in a coiiMCfr lo< )ii>lii!ir«*s *W «los trihillins «Ir |«is sni«la(l«is 
'U* la ¡i^fif'H yr.'tt' -I lit'i' I. 

i\ I. 1 1!. •.»;!'5 TPvín • M!L . IFG . T . iTaI ICAE 

I. 1 I. ]i :v*r. :N:r> trirvno . Mil iT • i te . frimae • itai icae 

otra tlí'>rii¡i;«'ria i*ii rarra;:oiia c«»iiiiiO'iioni .i iiii rt»iit iirion tj»» in ¡ff.»* t^,- 

* í ' 1' ' '•- 7 I re. III • ITAI.IC 

larito. ir.'.t 11 1 •"> «'t pasMiii. tialila il«» la /'•/'" ;•""«.# iri/#..#. 

hioii. C.»**"*!»». •"»•. VI. ili* la ^";:^l^•la y t<'n* »r.i, afia»líi*n«lo «nit» Ni'n»ii iii>titiix<i 
la priiiicra % Marro Aiitmiiito las otr.is dos. 

I.a .\:(t'ii <ii :ij>/ itnn, i'u \u purto c« iiisa;:ni^ ¡i ;«1 <»rlriilo. (iv| Iturkliitr |» -^ 
«•ap. \I .i. I |> r» \ «■.', r«';.'ist ra la le*{n n t'riu-^'ti \ la rM##rffi //ff//' «f. ftiiiio i-ii la f N*- 
rti|riital.»i.Ml \u i-rln- p. '."J * «•: p. 3. .5. |. D. I. p. l'i 2 ' rnp. :U Jj 1. H 1. i. 3 » lioiiit.r:i 
la ^'''itiiii'i \ /• / • « I I 

l-.ii las ari: > *\*' l«»s Ai>« stojcs \. I s<» liaco iiifiiioria *\v lili Coriielli». c«»n 
tiirÍMii «li* la r. l'ortí". «¿im* >*• «trria ilalica. 

In lili ri i;:rarc <t«* ra;:iiiiiM. 4 . 1. L. \\. :W>^ . 1\;:ut:i un tribuno di* los sidda- 

dos »!«• una coli.irtf dt's<*nno<Md.*t. rn\ o noiiilirr s»* lia leitlo t.AI.LlCA. v llulnifr 

tTiiJi'tiir.i qih* did.n'ra n»>Ial»lf«Tr>c por *'^' '**'^- 

.<ii|M*rl1uo rs doeir «nu* la diMioiiihiarictii *\v linl"^ dada <*n In aiiti^'^iin a la> 
dlriías l«';:n'fH's. t'íii.M a lan liK'iirlonadaK oliortfN. no |*n)\t*lita d»»l iiruntin* 
d«*l aludido pufldo d<> la Hética. C4*rt*a 110 a llliipali»i. sino ijuei^ llamaron aki de 

/l'i/ii». cono» SI* Uljcroli H^m ntn» n. Jtiar^Htmtta^ fli*/ott*$ \ linlltra de la>« nxloiiCS d«»l 

lu lindo autt^niu. di* donde troJiToii orlijvu bemcjantcii uiH^latlros. 



.% 







:4'4l A.. j-.^-; ■;;-,..■» j.<,«t.-.^; -* ' :. J:>•<^•.^V;íí••■*>>í^.•V.*-•ft>•|:.-^A^•V•-*^•V••*-■^ *■'' V..•v;.'^.•. 



I m. « -tf. 



220 
cion hasta que Marco Cómmodo empuña solo las riendas del 
Estado, cuando ha venido el nuevo Bronce, objeto de los pre- 
sentes estudios, á dar á conocer otra página de los breves anales 
de este pueblo de la Bética. que fué el primero que habitaron 
en las Hispanias los ciudadanos romanos. 

Cierto que las ruinas mas importantes, que se ven en Santi- 
ponce, son las del celebrado anfiteatro, y que el mosaico encon- 
trado en 1799 y lujosamente ilustrado por Laborde, representaba 
el circo de Itálica: ])ero análogos restos de anfiteatros, aunque no 
(legran imi)ortanc¡a, se han descubierto también en otros des- 
poblados y ciudades de la península como en Tarragona, Cabeza 
de Griego y Emérita, en esta última clasificados de Xaumaquia. 
También en 1860 apareció en Barcelona otro mosaico, que su- 
pone el profesor Hübner sea como del principio ó cuando mas de 
la mitad del segundo siglo de nuestra ora. el cual representa 
igualmente otro circo con detallos interesantísimos •. 

Las inscripciones italicenses solo dan á conocer el caso do 
\\\i liberto, que ascendido á la dignidad augustal dio con motivo 
de su cargo espectáculos cscí'miícos á su costa *; pero nada ha- 
blan que á los gladiadores so refiera. Y sin embai-go en estas tier- 
ras han existido varií»s (»])igraros que los rooiierdan. En Mórida 
apareci(') la piedra tumular do un Cassio \'iotorino, fjladiador 
rclinrio ^, on Cádiz la do otro quo <M-a un ophnnarho. que había 
conseguido vointo victorias * y en Hasta so oncoutni la quo 
conmemoraba á un qi/ntaorriro del htnnicfjiift Cesfrri,io. j)or- 
qno habin costoa<lo mía fiesta glndintoria do vointo parojas. 
])or la salud y la victoria do los Cesaros '*. lN»ro sobro todo <mi 
Ciinlolia so ha doscMibierto una inton^santísima ¡nscripcioii. ijue 
onsoña ((uo ol tlnio'núcato ro^nvutl podia sor porp-tno. mientras 



1 Hiibner. Miwnico di narc*>llonn. Annalí rt*»!!' Instituto «1urorrispon<lenia nr- 
r.hcoloírica, vol. 3.'». Homa l*»íl p. l*r» y si;rui<>iitO!ü. 

l.os r(»st(»s clí» aníli'tatrus que si* siipoiiPii oiiri)Titrn«|os ín Harrolona. Carla- 
trona. Tolo<t<>. MalaL'ti. C«'»r«i«»i»n y nra;:3 no han si«lo \i>tos iit examinados por 
penionas. que merezcan rrr lito. 

2 r.. 1. I., n. It.R OB HONOR F.M Iinil EDITIS LVnS SCAFNMCIS 

3 C. 1. L. 11 iO.V s>!up #»l rotlari.) vtaso S Isírtor. oríjr. XVIII. óV. 

I r 1. L. 11. 173:> onoinnrlnis pai marvih xx. su^^t rail-, x^. 

Suet. Caliir. 32. Myrmillonem e hi«l'» coufoillt forrea siea t\ more victomm 

rum palma discucurrlt. 

5 c. I. L. n. la». OB XX paria cladiatohvm data peo salvte et vic- 
toria CAESARVM. \va»o también C 1. L. 11. in-n. MU. 2n3 v iTiW. 



•i'-: 




221 

el provincial ora anuo ' y (juc el que obtenía el último costeaba 
con este motivo un espectáculo gladíatorio *. 

Dados tales precedentes no creo que habrá de parecer estra- 
fio que me llalla sorprendido el bailazjro de este Bronce en el 
recinto de una ])oblacion antijrua. en la que quedan tan pocos re- 
cuerdos de las fiestas gladiatorias. tanto mas cuanto dicha Tabla 
contiene solo el discurso de un map-istrado apoyando el proyecto 
de ley sobre reformas en los espectáculos p-ladiatorios, provocado 
por las quejas de los sacerdotes provinciales de las dalias. 

Con este importante monumento terminan las memorias de 
Itálica en el sig-lo segundo. Por lo que hace al tercero la respv- 
BLiCA iTALiCENsis Icvauta estatuas á los emperadores m . annio 
FLORiANo. M. avrelio PROBO v M- avroIío CARO, dcl '-¿70 al 283 de 
J. C. ^. con lo que se llega á la cuarta centuria, en la que impe- 
ró Tbeodosio el grande. Pacatus. ])anegirista de este ilustre so- 
berano, que reprodujo las glorias de Trajano. afirma que liabia 
nacido en la Ilispania *: Aurelio Victor escritor del mismo siglo 
cuarto no solo hace á Theodosio originario de la península sino 
<lesceiidiente del mismo Trajano *: y Jornandes en el sesto aña- 
de, nosó con que fundamento, que era natural de Itálica *. 

Las denu'is piedras e.scritas de esta población dan escasos de- 
talles sobre la historia íntima de aquel ]>ueblo: muchas son se- 
pulcrales, que han pertenecido á la humilde tumba <le modestos 
proletar ios. que ni señalan su ascendencia, ni aun si son tribules. 
De estas sin embargo hay <lns (pie recuerdan á unos soldad<>s 
sepultados en a<jucl pueblo. \a\ prinu»ra e^ de un b^irionario de 
la VII cE.YiNA. muerto á l«>s ín*inta años con siete de serviciií ". 
y la .segunda ib» otro (pie perteneció á la c(»liorte ni caliorvm. 
que miliííi v»'int<\v un nño< y fue de la ctNturia marci *. 

Kntre las <|ne conmemoran algún personaje de a«|uella colo- 
nia ó munici|»io está la dedicada á Ludn Ruin l^trhrlo, ilavmrlr 



1 Kiili<»ni rpi- i;i. !i ir, p. .t;. flamen • rERTET • iivir c. c. p. fiam. 

PROVIN- BAfcT. 
» Kphm. n)i<l4*in FDiTO OB HONOR EM FI AMINaTVSMVNERE GlADIATORlO. 

3 r. 1. 1.. 11 i:i:i iiir, ni-:. 

A I'arat V^u^\: 'lh»»«»«l IV Naní priiinini tUil rniitiT Uispnnia csl n»i»l*»in. hncr 
Tmiaiiiiin ilhiiii harr «1citic«m»k n:»«!na:iiiiu nn.Mí imperio, huir te .t»*l»#»t iiiiperliriii 

Ti Aur. Viri Kpíloiii. 4** Th«^«niosnis ... . ^^-eiiere liispainis. nri^in«*in a Traiain» 
principo trnhprii» 

6 Jornaotl. 1>€ t#?nip. suecos \1V. Ttiooiu.iíus, lllsp»iius. itálica^ ülvl Tralani 
ciTltatiH fnctus est iiiiprraior. 

7 C 1. I. U. Il-M*.. STIPtNDIORVM Vil. 

» C. 1. L. 11 \'r,. 




jt .' ••■ • 1 ' y "*.«•»- 



*• .*■ 



/.-= * -•.).<.^v'-:^J :b^^!. ::*•:•:.■'. 



>• * <•.< 



220 
cion hasta que Marco Cómmodo empuña solo las rieudas del 
Estado, cuando ha venido el nuevo Bronce, objeto de los pre- 
sentes estudios, á dar á conocer otra página de los breves anales 
de este pueblo de la Bética. que fué el primero que habitaron 
en las Hispanias los ciudadanos romanos. 

Cierto que las ruinas mas importantes, que se ven en Santi- 
ponce, son las del celebrado anfiteatro, y que el mosaico encon- 
trado en 1799 y lujosamente ilustrado por Laborde, representaba 
el circo de Itálica; pero análogos restos de anfiteatros, aunque uo 
de gran importancia, se han descubierto también en otros des- 
poblados y ciudades de la península como en Tarragona, Cabeza 
de Griego y Emérita, en esta última clasificados de Xaumaquio. 
También en 18tí0 apareció en Barcelona otro mosaico, que su- 
pone el profesor Hübner sea como del principio ó cuando mas de 
la mitad del segundo siglo de nuestra ora, el cual representa 
igualmente otro circo con detalles interesantísimos *. 

Las inscripciones italicenses solo dan á conocer el caso do 
un liberto, que ascendido á la dignidad augustal dio con motivo 
de su cargo espectáculos cscimiícos á su costa *: pero nada ha- 
blan que á los gladiadores so refiera. Y sin embargo en estas tier- 
ras han existido varios «^pígrafos qne los recuerdan. En Mérida 
aparecií) la ])iodra tumular do \\\\ Cassio \'ictí»rino, gladiador 
rctiarUi ^. en Cádiz la de otro qu<» era un ojtloniarhn. que habia 
conseguido veinte victorias * y on Hasta so encontr<') la quo 
conmemoraba á un qiifidtftrriro del huiiiicipih Ccsarido, por- 
qm^ habia oostoa<lo una tiesta gladiatoria de v<»iiito parejas, 
por la salud y la victoria <le jos (*i'saro> '*. Pero sobn* todo imi 
Ciinloba se ha descubierto una inton^santísinia iiiscripcioii. quo 
enseña 1^10 el tlnuiinicafo Ch^hvinl podia ser per|)»*'tuo. mientras 



1 IIiibn<?r. Ma>;aico di nar<»*^nonn, AniniU d^U* Institntrxlurorrfspondentn nr- 
chcoloírica, vol. 3."». iMina \^^ \\ \'X\ y sitriii«'iito>i. 

l.os restos di» aníl»»tatrüs que si» siipnupii oiirontrndos ^n Harrolunn. Cart.n- 
poiia. Tolod'i. Malaír:i. 0'»rdi»ha y nra;ra no han sido vi>li)s nt examinados jmr 
penionas. que merezcan en* lito. 

2 C. 1. I. n. tt.S. OB HONORFM IlMlI EDITIS LVnS SCAFNICIS 

3 C. 1. L. n ;0.>. Sííne el rotiario vt-asn S Isldor. oriír. XVUI.M. 

I c 1. I.. n. \ro onoinnrliiis PAiMARVm xx. <yxo\. cali-. :i\ 

Suet. CaliíT. 32. MyrmilhHKMn p Indo con foiUt forrea !<ifa H more victomtu 

cuiD palma discucurrlt. 

5 C. I. L. U. 1915. OB XX PARIA CLADIATOHVM DATA PEO SALVTE ET VIC- 
TORIA CAESARVM. \>a»o también C 1. L. II. 13^. MU. 21-3 y ITiW. 



»-w.* ./ 



.1. . 



.' .* 



..¿.ir>::i.jti; 




APK.MMCi: rUIMKIKí 



DE AL(;i.\U.S l'KOl f.\(».S BRO.MKS UülIA.Nü-IIISI'A.XüS 




*m :J* f .- 



» . • -f» .■ 



.t. M •• > 



^ r ■ >. - 



^22 
poi' la ío'ceí'a re: y dcla iribú Sjrf/la^ que 0:5 la única encuutra- 
da en aquel pueblo que indique la tribu, en que estaban ascrip- 
tos sus naturales '. existiendo otra inscripción de Aquileia on 
la que se habla de un Lt(cio Jiucio Sfflino. 1t¡sp(ni'). dr HtViaf. 
de la trihi( Sergio, soldado dt*la le¡/ioa dcciina {¡rmiiia *^. 

Hay una sejiunda ltíi)ida italicense que cíuisig-na el liecho de 
(jue Marco Cello Aleja ítdro regaló una tahla de máruiol al esto- 
hleciiiiiento de loa ascrradorrs de piedra. Imperiales ^. b» cual, 
como advierte acertadamente el profesor Hübner. indica que ha- 
bía por los alrededores canteras de la propiedad «leí soberano. 

Kn aquellas ruinas fné tani])ien encontrada otra inscripción 
tumular que cubriólos restos <le un su^rcto. que habia sido ma- 

CISTER LARVM AVCVSTORUm ET CEMI CAESARíS AVCVSTI *. Octavio (Ij- 

vidió á líoma en rejriones y ricos estabh»ciendo «pie cada cir- 
cunscripción eliir¡<*se anualmente sus hitiglsfrl, Kstos funciona- 
rios ^tenían cierto caráctíu* sacertlotaL en tanto que h»s (»staha 
confiado el culto de la ó" /^//í^ /w'^A'*!* ^ particnlarmi^nte festejada 
en los ricos '• á la vez (jue el de los lares njíjr*rádrs y rl t/min 
de Autjasto * en las |)rovincias. la construcción de cuyas capi- 
Has. sacella. tamb¡t*n corria á su carp) ^. 

V aipií s<* ocurre nbs^'rvar «pie habiendo siibi It¡ili<-a una p*»- 
bhicion desdt* >u oriiren purani«-ní«* romana pnr su> mora<b»rrs. 
es de estrañar que entrt* sus restos no liaya aparecido referencia 
al;^'una á las divinithides de a<ju«d ol¡nq>o pa^»-;!!!*». si se (*xeeptu:i 
la de* los hfrr,s ln/jr'rlffJf.s // c/ f/rttlo ('fs^^r'^u, Cw qui* ac;ibo \\v 
hablar, dictada |»«»r las e\iireneias ib* la f-a^-a >•»!». rana o la adu- 
laejtin d»* >u> su^»«»r,liiia i«»^. v a'le:?ri>> :a< Ji'* r'-'.;!!:!M «;«• «lu- 
pirdras rri^ida^ á /A''" ^'^ , 

AlrtMled«»r d»*! in«»^aico • :M-.iiiTra«!o «n 17'.»'.> !ii:Mrai»an la^ 
Musas, de las «pío faltaban Meij ••Mi'-ih' y rii;:!:a, y «mi rl iju.- 



I e. i. I \\. o^' 

.» l. I.. U. V. fV 

;t j- I I \\ \\A\ MaT.ONí ^• KK.\K:Ok\ .V. .W v.\ 5 lOí \ v.. 

I K\ I. 1.. \\ 1 :w; 

i!las aiiiiin lu t;:>í'';»!i'- *'»r!iT«» :u .-.^nr, I:.»'. :ii. ^;-iri«- ¡«ri • t*:i.i:^.|ii« \ m*i - 
iin«' locti. V.*::^«- t.i'.i.íi'.»*!. l»;«»ii i .i^"'.!». .V *». 
C y. 1. I. VI ;i.» .rv 

r»'tluU*ruiit om:> »!« .«•* culr.iMi 

o i*. 1. L. VI. 4r» ;» ra 

1«» C. 1. 1.. W. W^ \\^\ líDLKO I ATR!. 



El. IlltO.VCe 1)B ! 



Eu lii liltiiiia obra (jue di ú la ustamita, trataiidu do vulgari- 
zar entre nosotros las Taljlas de Lascuta, <1b Bonanza y de Al- 
jnstrcl, liici' una suscintu indicación do los Bronces con leyenda 
latina Iiasta aquella fi'elia ent'Wit nidos en la itnninsulii, entro los 
tjiie involuntarianiente imiití el í^eñalar la J'ex.s'-ra husitiínlis 
de Paredes de Nava, descubierta en 1H7(), ' y la Tiihhi cutirá ile- 
dicada jK>r una oorporacídu á sus jKitronos, desenterrada un año 
antes on .SrsHuion. Imy in el Museo de Burj^os *. a lus i|ue ludirán 
de añadirse Kis i|ue adeinús resulten insertos en el ■S'ii/iffmen/t/ 
al sefTundo vtdiiinen del ('i'crji-/ ih- iiixcri¡i:i'i,ir.sIiiH)>f>s. qu<' está 
teruiinandt» d<- estani]tar en Iterlin su ilustnido editor el profe- 
sor Hüipner. 

Al liacerdel doiiiinio ¡uiblieo en Ksjtaña el iiuevu Itroiirc de 
Itálica, sido me ({iiedan )ior comentar el de Sabora. uno de lus 
<b- r.>iii].elo. y varias Tablas de |iosi.itali<lad y de putiLtia/tro. 
]i..r ]<i ijuí' nii me lia parecido fui-ra del caso ocnparuu' de su i'\. 
|i')--ÍrÍi.ii. iiuiniUi' sc;i en un bn-ve Ajiñir/i-r. con tanlo niasnuUÍ- 
vo euanto i¡iic tod"< e-iti-s docuntiMitos están íntiihamentc rela- 
cionados col. la b¡st<u'¡a de nuestro dcrecbo. v nadie. .|m- vo 
sepa, desde c) cardenaltiaspar d.- (astro en el si^-b. XVI.'" y 
des<lc el obispo Kr. I'nuleneio de Sandoval en <•! NVII." Iia.<ta el 
presente, ba parado mientes de entre nuestros jurisconsultos en 
nuinunient<is de tanto alcance en la esfera jurídica. 

Se^un id testimonio de algunos eruditos nacionales y estran- 
jeros del dicbo si^-b. décimo sest» como el referido ('.aspar de 
Castro. Juan I''eruaiKÍez Franco v .Vmbrosio de Morales, Nicolás 




<ib.->k>a'''« <A!v am^^-»* 



2Ui 

El empeño, contraído eu iiu momento de irreflexiva confian- 
za, de dar á conocer * cuanto antes en España el texto del nuevo 
Bronce de Itálica, ha producido como resultado inaludible que 
haya sido redactada la presente monografía con mas preci- 
pitación que á su importancia y á mis aptitudes convenia. 
Circunstancias de todo punto agenas á mi voluntad han retra- 
sado después su estampación hasta un tiempo, en que acciden- 
tes imprevistos han venido á quitarme toda la calma y la tran- 
quilidad necesarias para corregir las pruebas, de suyo penosas y 



i Terminado el examen del nuevo Bronce Ital Ícense, me parece oportuno re- 
producir a<iui, auu'iut* s-.'a en nota, el informe que va á hacer dos años dlrijf 
al Kxcnio. Sr. tioiidtj de Xiqueiiu. Ministro de Fouiento, apropósito de este nio- 
numt*nto, cuando acababa ae leer su texto en Sevilla, merced k la deferente 
atención del Doctor Uübner. 

EXCMO. SR. 

Kvacuando el informe que sobre el Bronce de Sevilla se ha servido V. K. 
interesarme verbalmente. deberé ante todo si(;niflcar4e que ledoj* este nombre 
porque al preséntese encuentra en dicha ciudad y su actual poseedor aun no 
lia tenido por oportuno dar á conocer cual haya sido el lui>rar. en que se lia 
descubierto, si bien deja entender que ha aparecido como á unas cinco levruaa 
de la mencionada población. 

Hace ya aljjrunos meses que tuve conocimiento de tan feliz halUzfro y, aun- 
que iiime<liutatnente pedí calcos de su leyeu la, no pude conseguirlas 'por Ja 
eslreiu-ula reserva que ;ruarl:ii);i su <lu».»fu». Ca^i a la vez tuvo ia misma no- 
ticia el ilustre editor de las inscripclontís ro uanas de Kspafia. que al presente 
h.tce imprimir el suplemento de su mencionada obra, l'nido deanti^^uo por 
estreclia amistad a este distiiij-uldo proiesor d»* la t'niversldai de Berlín. Don 
Kaiilio Iliibner. bajam')s a .S'niíia a ti!u»s del pasado Mayo, con el intento de 
couocer el nuevo monumeuij í»¡»;í*r;itl ••» a¡udi*lo. Habiendo pp»»(?edido su lle- 
irada veinte y cuatM horas a la una. Io;:tó aprovechar dicho tiemi>o. calcando 
la inscripción, leyéndola, ti*ans_Tii»íondoia y por último rectificando su lectura 
sobre el orij^inal mismo ci»n ei estuer.) y la p»»ric:a qii»» le son propios. Cuando 
nos avistamos, no m* que lal»a otra c isa qu»» li.ic»ír sino era disfrutar de sus 
trabajos, cpie me franqueó con su aiua!»ití>iad nuncí d**smentida. De nuevo vol- 
vió a leer conmi^ro texto t:i!i ia:ii»reci:iiile. haci»Mid«.» Juntos altrnuan otiserva- 
ci«>nes sobre su liiterpr«?iac:on y alcair^re. qu;; me voy a permitir exponer a la 
cons;«ier.ici«ui «le V. K. 

r.l Hrosice liis»:»N»nse es nii.i T«4".»'.:i de metal, in-iyor que las «Ip M:ilaca. Sal- 
ppusa. i»su!ia y AlJ«islrel. cor.-M-n lo |. ir su anverso nn.i lar;:a liisoripcion la- 
tina ♦'U Iftra del nlismo tere o .ir. sc_miii.1o sí„';o. on varios luu'arcs Me «lífi»"il 
lectura, faltando pt»c is pal il»r.is. «lü»* u» li«*;.':ir:iii cu junto a unas ocho ó iiuv, 
en cuatni iiequtffios pasatres «:•• las úitiinaN líuea'*, 

Kl text»» prcsiMiia al;^^!!!:! 'lac «dra «iiócu.iad slntíixica: pero no es tal que 
oscurezca el sentido de la icyf nda. <¡utf es en general riur») y bien intelij^iide. 
su estilo es florido, aunqu** i¡o del por ;;asto literario, si bien se resiente del 
que a la sa/on estaba en Uniru. 

Dicha idancha deliió ser l.i b»*;:iintla de tres qu*» por lómenos hubieron de 
componer la coleccii»n completa, cu\as otra.> dos ni" ha ase;jurado el que ti;; u- 
r\ representar al dueño d I iii »au:ii»Miio d«*si*ubleri >. que nu han sido ««ncon- 
Irad.is. apesar de halier hecho una dete:ii«l.i escavaeion. cuatrocientos nietros 
a la redonda del lu;rar del hallazgo de la <iue ni presente existe fuera de tierra 

La inscrip'Tion del nienci»>na'io Bronce «-ncierra parte ii«i discun^o d«» un 
cc.iscripto al senado. ai»o\an>10 diver>as r»*f«»rnias a prop.'istto de los ^ladiadi>- 
res. Kl Kslado y los particu.ares so>te:;.an de>de la época n*publicuna nunie- 
ro.sas compartías de estos lucíiadores. ipie s<* daban en espectáculo al pueblo, 
primero en al{run foro. lue;ro eu el ctrc.i y nltiinatueiite en el anÜt(*atro 

i-:n los dias de Cúmmodo. cu\o nombre jiarece lx»rrado a intento en la Ta- 
bla referida, conforme al decreto «lel s^Miado cita lo por l.anipridio. las ju^taa 
{fladlatorias alcanzaron jrran éxito sostenidas por la decidida pniteccton im- 
perial. Kn los municii»t«)s v en las colonias de las pn)vincias se costeal>a do- 
terminado tifimero de trladiadoros para los mismos nnes que en Koma. Con el ul»- 
joto do dar mayores facilidades d tales ejercicios profiuso el orador anónimo, 
cuvo es el frai^mento del discurso encontrado, las niodttlcaclones que apoyó anie 






3:ll 

Aemiliiis Síson[w/ qKl]YÍna [.yr/]borens¡s [r/]vo se posiiit. 



....Emilio Sisonua, do la tribu qiiirina. natural do Sabora so 
puso. siíMido vivo, (osta insoripoiou.) 

Kn diclio marmol apárcete también do nuevo (*1 étnico f.?r^]b<>- 
ronsis. 

Tales son las tres únicas memorias antiguas en las que figu- 
ra el nombre del mencionado pueblo, pues, si l)ion se han en- 
contrado en las inmediaciones do Cañete otras cuatro inscri])- 
ci<»ncs. todas ellas son sejmlcralesy ninguna geográfica '. 

TEXTO DEL líRONCE. 

IMP . CAE. VESPASIANVS.AVC 'PON 

TIFEX . MAXIMVS . TRIBN'NIClAh 

POTESTATIS . VíiíT .IMP* XÍÍX • C O N S V L 

VÍIÍ • P . P . SaLVTEM . DICIT . nn . VIRIS • FT 

DECVRIONIBVS * SABORENSIVM 

CVM MVI.TIS DIFFICVLTATIBVS INFIRMITA 

TEM VESTRAM PREMI INDICETIS PER 

MITTO VOBIS . OI'PIDVM SVB NOMINE MEO VT 

VOLTIS INPLANVM EXTRVERfVLCTI 

r.Al.IA QVAE AB DIVO AVG • ACCEPISSt DICl 

TIS CVSTODIO SI QVA NOVA ADICERE VOl 

TIS DE HIS PROCOS . ADIRE DEBEBITIS ECO 

ENIM NVLLO RESPONDENTE CONSTITV 

FRE NIL POSSVM • DECRETVM VESTRVM 

ACCEPI . VlTl KA • AVG VST . LEGATOS . DI MI 

SI . ilil . KA • EASDEM • VÁLETE 

liVIKI . C . CORNFI IVS . SEVERVS • ET . M . SH'TIMI 

VS SEVERVS PVBI ICA PECVNIA IN AtKt 

INCIDERVNT 

Im|K<*rator) ('ae(s;ir) Vi^spasianus Aug(Ustus) pontifcx ma- 
ximus, tribuniciae potcstatis VHII imp(erator) XIIX. cónsul 
\ 111, iHater) píatriai»), salutcm dicit (|Uottuorviris ci d<»curio- 
nibus Saborensium. 

Cuín multis difficultatibus infirmitatem vestram pnMui imli- 
cetis, j)ermitto vobis oppidum sub nomine meo, ut voltis. in pla- 
num extruere. 

4 C. I. L. n. 14?:. 14nO. 4t32. Kphem. P|ii;. MI. p. m. li. 44.'!. 




■4 • • V 



kiSi4i' .éH&"'4^j¿*.6<'>'l. *. ■ vv. :í* -.v* ■• ■ V ' u\'^t ^:-dfewk»--4^irt ^ - . *-■■ ^ 



f :. 






'•c^df irt **.• 






233 

Frontino hablando en el primer siglo de nuestra era de los 
acueductos de Roma, cita en igual forma á arabos epónimos; 
Vcspasiano V Tito 111 considihHS '. 

En una piedra de Almodovar del Campo provincia de Cór- 
doba se conmemora al imp . caes . vespasiano . avg... eos v... censori * 

Censorino en la tercera centuria fijaba la censura de Vespa- 
siano y de Tito en el quinto consulado del primero y en el ter-* 
cero del segundo ^. 

Mommscn concuerda con el 75 de J. C. el año en que ambos 
fiavios fueron censores y dieron ú la España el derecho latino *, 
y Hül)ner con el 78 el en que egorciendo Vespasiano el octavo 
consulado hizo redactar el documento, cuya coj)ia en bronce se 
encontró en Cañete la Real *, hace mas de dos siglos. 

Klein en sus Fasti consulares supone en el año de 74 el 
(luintu consulado de Vespasiano y tercero de Tito y en el 77 el 
octavo de acjuel. En los fa.stos de Cassiodoro y de Pníspero se 
establece erradamente que el quinto consulado de Vespasiano 
fué síncrono del cuarto díí Tito, su hijo, porcjue uno y otro cro- 
n(Uogo hacen caso omiso del primer consulado de \'espnsiano, (!e 
que habla su biogralo Siietonio. que egerció. siendo nun "Kirticu- 
lar. en el ol de J. C. v iiue fué bimensual ***. 

SAIVTEM • DICIT • íííí • VIRIS . ET DECVRIONIBVS . SADORtNSIVM 

La fiirmnla, con que emj)ieza q^\q periodo, eoino el VALtTE, cnn 
(jue termina el documento, iiacen ver (pn* es nii;i i'jiistnln de 
Vespasiiino ;i los ni;i<r¡strad<»s <le Sabora. El jurisconsulto (layo 
<*n sus eelebé'rriinos Cnmentarins ba dejada <»<ci»it() <|ue <*utre 
las fuiMites <le ilereebo del siülo se;^Mindo di» .1. ('.. ru que viviéi, 
se contaban las ontsfifi'dfnifstlr /os jfrñfr/jtrs. enum se denoiui- 
naba lo (pie el emperador dispíiuía por un deerett». jíor un e<lie- 
to ó por una epístola '. 

Va hace cuan'nta años íjue hizo ver el profesor Zunipt (jue 



1 Fnmtln. P»* nqna diict. Ur2. V«'si»:isi;iiiü V. Tito \U ro:isiUU»iií*. 

-* C. 1. K. II- '¿^f^'i- 
' 3 cviisor \u* dU» n:it:iH XVIII M. Nnii» «•iiiii hiter i>riniuiii a SítvIo rPíre con- 
(Utuiii iu^^^mu i*l i«l «nioíl :ih iiin»»T;ití»r»* \«'>ii:isi:iim» V vi T. (¡leMir»' 111 cinis, 
fartuiii «'.st aiiiii iiit(>ruitTUiit iiauln iiiiniis i^rl., lustra laiufii ii«T»*a tciupora. 
nuil i»Uira qiianí I.XXII snnt la«*ta et poMfa i>lanf lit-rl dt-su-ruiit. 

4 >h>iiatsbvrirlit <l«'r K. A. tler \V. zu Hfrliii 1H«>I |i. tn. r» v t^. iiot. 26 y :ü. 
I Un. II. N. :i. »). (\ I. L. II. lOlo 

r. c. I. L. n. nrj. 

G SUeton. Vesp. 4. ruvMuIntutu, rfwm t,f»nit per tluon nori%timo» wmií mni»f«. 

Ve;i»e .MuinniKen Ule Clininik ^le^ CaKüiodorus .stMiutor. pa^. tKtó, t^y íl«>?. 
• Oal. In»t. I, r». _ 




5ifc$^><^:^^.^^'. .- 



ú'i ^^" 



>% 4b*. " • ■ 






233 
rial •. Pero fué porque aun eu esta conservó el soberano cierta 
supremacía é intervención directa en determinados asuntos, so- 
l)ro todo (MI virtud de la alta magistratura de que estaba revesti- 
do -; y tanto era así que Plinio el sobrino, de continuo consul- 
taba á Trajano, desde su gobierno del Ponto y la Bithynia, que 
fué jirovincia senatorial ', sobre los casos dudosos que se leocur- 
rian, á los (jue daba solución el soberano, ordenándole la línea de 
conducta que liabia de seguir y las medidas que debia tomar *. 

En 766 de la ciudad, 13 años antes de J. C, ja se confirió á 
Augusto un poder legislativo, análogo al del Senado, si bien con 
la condición de que se asesorara de una especie de consejo áuli- 
co *. Pero luego mas tarde en tiempo precisamente de Vespasiano 
se promulgó el conocido senadoconsulto de imperio Vespasiani^ 
conservado al presente en un Bronce encontrado en Roma en el 
siglo XIV". y (jue se guarda en el Museo Capitolino, en cuyo do- 
cuniriito apanM'cn las amplísimas facultades, que se trasmitieron 
á dicho soberano, para disponer y legislar cuanto estimara opor- 
tuno j)or sí y sin previo asesoramiento *. 

]\)V eso las palabras term¡nant(»s de Ulpiano en el siglo ter- 
cero afirmando que la voluntad del emperador eni ley, en razón 
á qu<» el pU(»blole liabia c<mferido todo su imperio y su potestad 
al iuv(»stirlo del ])oder supr(Mno", explican el por ípu* en elcas<i 
presentí» ¡indo decir Ves])asiano qu(» respetaba los ¡mi)uestos 
que desde Augusto cobraban b»s de Sabora. 

Kn ocasiones distintas ** me he ocupado de los rrrfif/fffrs, 
qn(* enlo< tiiMupos espe(*ialinente del imperio y aun en los lil- 
timos d(» la r<»iMÍblica j)ercibian las cnlnnias y municipios para 
atender á los gastos d(» cada pepiefiM estado ^. Como es sabido 
estos gravámenes se imponían engeiif»ral no snlo sobre los ca ni- 
p(*s cultivados, sino sobrí* bis destinados al ])astode los animales'**, 



1 Oion. Cass. ."»:{. 12. 

i Imm. Cass. T¿i. Vi :'i i:.. 

A pMni. r.'iss. :¿\. r¿. 

I pliii. Kpist. \. otr. <U y si;:ui*-iit«'s. 

'■* Díoii. Cass :•<; -¿H, 

♦i C I. 1. VI ín». 

■: yriíT 1. I. 1. 

H n»*rl. Mon. iiialao. /i#v'w* \u*r\. Ksi. r»»ii». /•»««mu. ]\vr\ llnuiros »li» osnnn. 
/.íMtím. Herí. nr(>iiíM»s <li» I.nK<»nta. Honaii/a > Aljiístr»»!. i^i^^fm. 

í» HvL'in. l»»^ ctunllt. riLTDr t>íl. I.:i(*hiiiann |». IH;. :•. ric. Kpist. n<l Tniu. Mil" 
V 41. l)iL'. 'O. "1. í». nitr »». i*. 1 Atrri (*i\ itathiiii alii viH'tl;ralí»tí víX'antur. ulii nnn. 
Vecti^Ml»*s vocMiitiir «lul in |M*rpptiiuiii looaiitnr. iil est hnc* lf*^,'iit tninillii pni 
Itl8 v<M*tl^al iMMidatiir. <|ii iiinliii ii«'i|ue ipslR. <|iii coDüiixerint, ñeque lils. fiul 
iii loeuiu eoniiu siiccesserunt. aiiferri eos lic«*at. 
10 Fost. V. Se rl pt u rar tu !4 ¡iR-er. 










230 

Maiiicrano, Viiumdo Pig'liío. y Joryo Fabricío, hubo de encon- 
trarse cierto jayán, arando nnas tierras en la vecindad de Ca- 
ñete, una tabla de metal conteniendo larg^a inscripción latina, 
que trasladó un caballero setilla)io lidi Icido, fjKC dicen Mexin^ \\ 
cuj^o poder vino á parar el monumento, del que haho lamliat 
copia él doctor Sej}Alccda y didla á un esticdianfe, asaz curioso 
de cosas antiguas, quien á su vez se la facilitó al citado Cardenal 
de Castro. Se dice, no sé con qué fundamento, que la diclia Ta- 
bla pasó á la Biblioteca del Escorial, donde el profesor Hübner 
primero y yo mas tarde no hemos podido encontrar huellas do 
semejante monumento ^ 

Nuestro conocido historiójjrafo, Pedro Mexia, vivió también 
en la primera mitad del siglo décimo sesto, de modo que por 
aquella época debi<) descubrirse este Bronce, cuyo texto ha sido 
conservado por la copia del mencionada Mexia, que se ha ido 
trasmitiendo de unos en otros. 

El epíjifrafe de Cafiete la Real ha sido por mas de tres .sij^-los 
el tínico documento antiguo, en el que aparecía el nombre de 
Sahora. En 18GÍ) el profesor berlinés Teodoro Mommsen, revi- 
sando el manuscrito Levdenso de» Plinio el mavor. «hnide todos 
los anteriores editores habian entendido cpie decía: Ouitujls, 
Ahora rcnirnti ¡n'opc Mcnoham amiícm '-. leyó: Oikinnisiihorarru- 
tipro Moiíoham aimicui: restableciendo d(» consiguiente t«ido el 
l)asage con sobrado tino en esta lorma: stipcndiaria Cállete ÍV/- 
Ih'cula^ Castra gcttiina. ínfula miixor^ Marrucft. Sacrana. Ohul- 

ruhi, ()t9¡tiyi. fsahora, Veiitijqto. Mcuoham annivni ron lo 

cual s(» supo íjue Sahuro (»ra una do las poblaciones. í»stip<»ndia- 
rias (hd courcutn juridlro astigitano. 

Kn 1k7(), 1). Antonio Aguilar y Cano encontrr» ai Kstc de Ta- 
íiete la iíeal cerca d<»l ccuto de Sabora. en la Hu»M-ta de Fuente 
Peones, un pedestal con la inscrip<Mon mutilada. qu<» i»ublico un 
año mas tarde el profesor Híibner. y «jue decía según el mismo 
docto alemán la restituve ^. 



(|U1 

sa 



KINA 

BOK tNíi 1^ 



vi|vost.ro >viT 



I r. I. h. 1123. 

•i Plili. II. N. J. Vi. 

:{ Hiilivm. v\úi¿. 111. 1» lOi). II. \\i. 










2.37 
oí etnperadorlo que Imya atcrujuado^ qaiea resol crM si se ha de 
atender la solicitud y hasta que limites *• 

Esta disposición explica á las claras el texto saboreuse: ^'es- 
pasiano dice explícitamente qne sol)re este punto nada determi- 
na, porque nada responde en ct)ncreto, sino solo que se dirijan 
al jirocónsul, haciéndole conocer las razones en (pie se apovan 
para pedir se les conceda el derecho de cobrar nuevos impuestos, 
(pie aumenten sus entradas. 

DECRETVM VESTRVM ACCEPI • Vííí • KA ' AVGVST * LEGATOS • DIMIbl ' Tílí ' KA 
EASDEM • VÁLETE- 

La palabm última, como manifesté al principio, es la usual de 
toda carta en aquellos tiempos: que lo paséis; biru. Las dos prime- 
ras frases encierran la breve indicación del procedimiento s(»- 
}^uid(» para impí»trar del (emperador las <>-racias, (pie liabian soli- 
citado los saborenses, y que se conoce por otros (»i>í«i-raf(*s ndati- 
\i)s i\ las actas municipales. 

Prim(*ro en undia detc^rminado se reunian los decuriones en 
el liiLí'ar (pu* dt* antemano era señalado •^. lueyo st» desi<j;-naban 
los (pie debian hacer de secretarios ^, (MiS(\írui(hi los duum- 
viros j)rop()nian la moción sobre la (pie habia de discutirse *, á 
continuación recaia un acuerdo 'jDinbr i ndosi» l\ie»^'o los le- 
<rados encardados de trasmitir dicha resolución á los int(»- 
resados ®. 



1 ttxl. liist. I. iVi. I. Ijni>i> Sovprus i«t Ant-niiim^ A. A. r'is o V¡cf.>r:H'». 
Nnii i|iiiiiciii t miht»» p»'riiiMiittMrl:i i"<* nnvoni'n vi»T;i: iiitnn <'\:u'ti«»; s»*»! 
si ;nJ«*'i tennis t'<x |i:ilri:i lii:i. ut o\MM'>:*.liii:ir;<» :iii\iií'» niv.ir: «!.'í»";it, :il.- 
li':::i |iiM<*«i<li j»niviii<*i:M' «|U:m* tu lis«'.l!i!ii «• »iit ulisii: í|ii; n» «lili;r'Mit«*r ms- 
l.»>ct:i. ntilit:it»Mii í'oimmnHMU lntuiTii> s«tiI>«m notiís.pi.».- t* MiiiM'rerit. vi 
aii Ir.ilMMHla siT rali») vestri t't qiiut«'nus, a»*siiiir.ilíimu>. 

2 nrt'lli <;i?. conot. i»issan. I. v. I. iN roRO in avgvíTEQ. 

:í n.i.loin. I. V. 1. SCRIBíMidn ADrVtRVNT- 

* li.lcioiii I. V. ,-,. iiviRÍ • vrrha fccitiiiiI 

:. nn-lli. AJtV». Qil¡<r Di» E ;i R <• F ;in»re I' lansil D «• E a Rv I la 
C ni^llíTlllil n ACERE VNIVERSIS CONSCRIITIS. 

r, orrllf. \'<U\. TABVI AMC^VE AENEAM HVIVS DtCRETI No^lh VERBA CONTI- 

NhNTfcM OFFERR! El PER Qllill QíHMialos iTEM • . . . IRIMORES ORüilUS 

N«»>lri VIROS CENSVERe. 






• . A.- 



.» .'* 



Vectigalia, quac abdivo Aug(usto)accci^íssc dicitis, custodio. 

S¡ qua nova adicere voltis, de his proco(n)s(uleni) adire do- 
l)el)itis; ego enim iiiillo resj)on'Jent3 constitucre nil possum. 

Decretnm vcstrum accepi ^'III ka(lendas) Aiigust(as), lega- 
tos dimisi IIII ka(lendas) casdom. Válete. 

Duoviri C(a¡us) Cornelias Severas et M(arcus) Septiiniu.s 
Severas publica pecunia in aere inciderunt. 

El emperador César Vespasiano Augusto, pontífice máximo, 
con la potestad tribunicia por la novena vez, emperador por la 
diez y ocho, cónsul por la octava y padre de la patria, saluda á 
los cuatuorviros y decuriones de Sabora. 

Os permito construir en la llanura, como queréis, una ciudad 
(jue lleve mi nombre, puesto que me hacéis saber que la falta do 
solidez de la en que vivís os apremia con grandes dificultades. 

liespeto los vectigales, que decis habéis recibido del diviní> 
Agusto. 

Si queréis añadir algunos nuevos deberéis para ello dirigiros 
al i)roc<')nsul, pues yo nada puedo determinar, no respondiéndoos 
s<)l)re el particular. 

]ic»cibí vuestro decreto el ocho de las calendas de Agosto, 
dt»spa('hé los legados (»1 (ruatro ch» las calendas drl mismo mes. 

]*asa<llo bien. 

Los íluunviros Cayo Cornelio Severo y Marco Septimio Se- 
vero hicieron grabar en brt»nc(» á cargo d(» los fondos públicos 
((»sta epístola.) 

Í'O.MKVTAHIO. 

iMHerator CAEsar vespesianvs Avcustus pontifex • maximvs tribv- 

NITIAE • POTESTATIS VTííí . IMHERATOR XÜX Patcr Patriat*. 

\\\\ un galápago <le ])lonu) d(»scub¡(»rto en 18:J8 cerca de í7/f'.v- 
/c/*, capital <lcl ct)n(hido del mismo nomltrc en Inglaterra se en- 
contn» imju'esa una marca de fábrica que expresa la fecha en 
qne s(» (»stamp(» st)bre a(jucl trozo de metal de esta manera: 

IMP . VESf • V • T . IMP • III . eos * 

es decir, que V(»spasiano fué Cí'msul por la quinta vez cuando 
Tito lo era por la terceni. 



1 C. I. I.. vil. 1201. 



*..v*L.- 



'•* ■■•«•'• ^« ... 



:. •■..'^..v .:.• ..•.:. -1 ■i;ijJi¿:sixÁ •-'-t^yfllf 



II 



EL imONTK DE PO>íPEí.O 



Esta antigua ciudad es de creación rolativanicnte moderna. 
Strabon fue el primero, ;i lo que se sabe, (jue habló de ella i)ai-a de- 
cir que estaba situada en tierras de los vascones. y (jue su nom- 
lire equivalía á I I:y.::r/.¿-:/.'; '. Kn el mismo lugar hace referen- 
cia á la guerra sostenida con tanta gloria por Sertorio contra 
IVjmpeyo, en la que se mostró un procónsul en estnMuo inepto 
jíara dirigir iuiuella campaña, no habiendo podid(j vtMicer á su 
enemigo, que supo por el contrario derrotarlo, hasta <)ue asesi- 
nado traidorauíente por su misma gente desleal fu<'' ya fácil so- 
focar semejante rebeliiui. Este acont(»cimiento ociirria (Mi el (\Hi) 
de Konuí -', «jUt» equivale al H antes de .1. (\, y no (Mi fecha mas 
remota hay (pie lijar la fundación de Pompeh». á lo <pie (h»bo 
(.•(d(»girse. 

Ni (M-a pasmlo un siglo cuando Plinio (d naturalista vu»dv<» á 
nombrar el mismo puebh» entre h)s estipiMKÜarios del vn,irrnhi 
juriiUco C('S(fVfi/ff/ff.s/f/no ^. Por h» (pie hace á PíoUmuím» * el Iti- 
iKM'ario * y el Amuiimo di» Hávena **. no hac(Mi otra cosa «pie re- 
]H»tir (MI griegd o en latin el nombre do lI:;/-r.>.íM. o bitMi de Pon/- 
jtrtoéif\ sin (pie se sepa si fue cohmia o municipio, (h* díMHudio la- 
tino o romano. 

l)esem(»jant(»puebl(j. de creación pordecirhi así no muy anti- 
gua, ai)enas hay rastro alguno, ni monumentos sino muy esc;tsi»s. 



1 Stral»- % 4. m. 

2 IMiit. Sert. V* riui. roiiiii. 2«». 

a Win. II. N. a '¿\. 

A rtoleni. 2. f». (v:. 

r* Itlii. eil. NVesseimp. p. IVi. ."». e«l. Parlliev i'l Mmler i». 21*. 

li llavoii. 4. i:<. e<l. IMmh'r «t Partliey p. 311. 13. 






.;'-i»5^¿.i^.y^--., 






'O ....Y fe. 



^ p T "* ' 



bajo el nombre cíe qua/íuorc!ros se comprendía cu las coío- 
nias y municipios los dos duumriros y los dos ediles de cada 
ano ^ 

CVM MVLTIS DIFICVLTATIBVS INFIRMITATEM VESTRAM PREMI INDICETIS PER- 
MITTO VOBIS • OPPIDVM SVB NOMINE MEO VT VOLTIS IN PLANVM EXTRVERE 

Hay un pasage de Cassio Dion en el que se dice, hal)lando de 
Augusto, que quince años antes de J. C, acudió con buenas su- 
mas de dinero en auxilio de los de Paphos, castigados graudí*- 
mente por los terremotos, y les permitió que diesen su nombre á 
la población, conforme á un senado consulto *. Esta ciudad que 
fué la nueva Paphos, en la isla de Chipre, formaba parte de una 
])rovincia del pueblo romano ^, lo mismo que Sabora, enclavada 
en la ulterior, que era también senatorial *. De modo que de ello 
se deduce que en las referidas provincias romanas, quepertCue- 
cian al Senado y pueblo romano, cuando alguna población, oppi- 
dvm, deseaba tener el sobrenombre del sóbenme reinante, se 
necesitaba que el emperador accediera á ello y que el Senado 
dictase un scnadoconsulto permitiéndolo. 

En cuanto á la autorización para cambiar de asiento, es decir 
i)ara trasladar la ciudad del monte al llano, hav también otm 
ejemplo en una picMlra de Curiga, hoy Monasterio, desgraciada- 
mente mutilada, en la «juc se lee: mvtatione oppidi mvnicipes et 

INCOLAE pací TRANSI.VCANI ET PACÍ SVBVRBANI 

La INFIRMITAS VESTRA sc roHer.* á la p )ca stdiílez <le los edi- 
licios, como se justiti<'a por el ]Ki<ag«Ml(» Alfcno Varo consi»rvadí» 
en el Digesto ^. 

VECTICALIA QVAE AB DIVO AVC * aCCEPISSE DlClTiS CVSTODIO. 

La primera cuestión (pie aquí t^nv^sc es como Vespasiano di- 
ce ;i los saborenses que rt»spí*tará los bienes de propios, vectica- 
LiA, que liahian recibido (h» Augusto, y como en la cláusula an- 
terior los autoriza á bajars(Mlel monte al llano, .siendoasí quesi» 
trataba de un pueblo perteneciente á la H<'*tica, que era senato- 



1 Ziiin]»t. rominont. Piiijrniplilcae. rol. í. ji. Kil r sigiiieiit4*s. 1. N. I.. Iml. XXVI. 

2 Ittoii. Cass 51. 23. 
:i Dion. CaHM. S3. 12. 
4 Dloii. rnsM. ro. 1*2. 

:. i'. 1. I.. 11. ion. 

(í Di(r. 39. *2. 43. ReMiKindit, si Titlo .lediricli it iiitirmitate rucliini t*MHet. d<^ 
hert praestarl. 



, t 










241 

CKaiulius Qnartinns diuiinvirís i)onipc[l(oneiis¡l)ns)] salutein. 

Kt ius inagistratus vestri exequi adversas contumaces po- 
testis, et nihiloiuimis, qiii cautionibus accipicndisdesuut, sciaiit 
futiirum iit non per lioc tuti sint. 

Nam ct non acceptannn cautionum periculuui ad eos re^pi- 
ciet, et quidqnidpraesentesquoíjue egerint. id commnnis oneris 
erit. 

Rene válete. 

l)at(um) non(ís) ()ctubri[b(us)] Ca[l]agor[r]i. imp(eratore) 

Caes(are) Traiano Hadriano Ang(usto) tertium co(n)í*(ule). 

Claudio Cuartino saluda á lo- duuniviros do Pómpelo. 

Podéis extender contra los continnaces las facultades de vues- 
tra mag-istratura. 

.Sin embargo los cjue dejen de recibir las causiones. sepan que 
no por ello (puedan <ui salvo, pues les alcanza el peligro de no 
haberlas aceptado, v todo lo que hicieren los presentes será de 
responsabilidad común. 

Que sigáis bien. 

Dado en Cahigorri en las nonas de Octubre, siendo cónsul 
ptir la ttM'cera vez el emi)erador Trajano Hadriano. Augusto. 

COMENTARIO 

De este monumento importante solo se sabe que su leccinn 
fué hallada cairo los paprlcs <h:l lirrfif^inrlo Sahinr. n¡f(1fii\ qnc la 
sacó ': sin que se tenga n(»ticia ni de la éjwx'a ni del lugar d«*l 
hallazgo. Como acaba de vers<» <»1 texto (jue (pitMln trascrito fuf 
r(Mlactadn en las nonas de Octubrr del len^er consulado de Ha- 
driano, fecha (jue corresponde al 7 de Octubre del lli> <le J. C. - 
Vengo repitiendo con frecuencia, (jU(* :¿7 años antes de nuestra 
era. según el t(*stimoniode Cassio Dion', imjíerando Augusto, ile 
todas las provincias (|ue conqumian el vasto imperio romano, fue- 
ron designadas algunas como de la inme<liata administración 
del pueblo y del sena<lo. entre ellas la Hética, o sf*as(» la Hispania 
ulterior, y otras de la del soberano como lo fueron las <|m» que- 



1 c. I. I. II. í^^rio. 

t Henzeii. l>e iiuiHUnifi cnnsulnribiiH. Eiiliem. ejiip. I. p. ]*>;. 
y nioii. CaKft. ¿:<. *2. 

31 




230 
sobro las mercancías que se importaban y exportaban *, sobro las 
minas *, sobre las manumiciones ^ sobre las herencias, sobre las 
aguas potables *, sobre las cloacas *, y aun sobre cosas mas 
viles *, porque siempre lian estado atentos los hacendistas á 
saquear impunemente á los contribuyentes, llevados por la incon- 
tinencia desenfrenada de realizar grandes ingresos, sin cuidarse 
de averiguar si con ello destruian industrias ó conduelan á la 
ruina á los que tributaban. 

Es muy sabido que Augusto al constituir el imperio veh) por 
los pueblos de provincia, dotándolos de recursos con que pudi«*- 
ran atender á cubrir sus cargas ^ y por ello está muy en su lu- 
gar que Vespasiano dijese á los de Sabora que respetaba los 
ingresos, cjue provenian del ccctigal im])uesto sobre tierras de 
propios. 

SI QJ/A NOVA ADICERE VOLTIS DE HIS PROCOS ADIRE DEBEBITIS ECO 
ENIM NVLLO RESPONDENTE CONSTITVERH NIL POSSVM. 

Xo esdi»l caso el determinar á quien correspondía la imposi- 
ción del dicho vectigal en los tiempos de la rc])ública libre. l)as- 
tará solo el recordar que, al quedar constituidas las ])rovincias 
en síMiatoriales <• imperiah»s. Au^Misto com*» acabo precisamente 
de indicar, cuidii qut» ca(Ui munic¡]>io <» colonia tuviese bienes 
suticiíMites, para cubrir debidamente sus pistos *. Mas de dus 
siglos después, del '¿Oí al 201) d(» .1 (\, los (»inp(M*adores Seven» 
V Caraealla (hadaran prinuM'o (^ue no ¡ni ni rn fsfffMccrrsc tnirros 
rcrfif/fflrs solo pfn* flrrrrftt dr hfs c'tt'thftirs ^. y luí'go y/'^' ito 
(Jrí/i' jn'i':n¡f¡rsi* trutrrarKdiirnlr Ja (\racr¡o,i flr tuuTos rrrf'njtr^ 
Irs, siiio qn'* (hnh) Cffso y/'r* sm n ror/os los tji'f* ^tri*c'ih¡i aliruna 
ciudad, i'tt ff'rmliios qt>r iirrrs'ttt* sr Ir f/t/ff^r ron (ih/ii,t <nf,r¡Hu Ittf 
(Ir hffcrrs'* ni ¡irrshh*ntr dr In prorincln hi (ilr'jtH'ioiK qnr ^r htr- 
h¡<f (Irnijlilo al sob(»rano. y rnjín*!^ h"':h'i cnrf/o ih* qitr sn* dr 
ufUidttd ptiljlirtf, o,riiiiihi'iivhíd\l]iiri\tr„ir,ite rl n^ihito. ¡ílJoi*itt(frd 



1 I.iv. VI. í». 

•i i.iv. ni. •>'. 

a I.iv. 7 l'l. 7. 

♦ Iroiit I»f a«|ii:i«*«l. I¿. Sl«< In-,' 10 I. |l. 

Ti l)i;r 7 1. Té a |»i;r. 3V re» .M. 

*» Siii»t V»»sii. 23. VíMso Viii»ísc Anri'liaii T» 

7 siit*t. Aiik'iiKt. A*\ vt>cti¿rHtilMis |itihUcisiiliirir:iriaiu iiiKtriixit. 

« Suft. Aii^nist. W. 

í» C<Kl. lust, 4. <v<¿ 2. Vfcliy^lla nova uec decreto clviUitum iiiKtitul i»o:MUiit. 



-# 






«•i. ■^■'titV 



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2« 
«Eu uuestro tiempo, dice el geógrafo de Amasia, las proviu-* 
cias han sido asignadas unas al Senado y pueblo romano, otras 
al emperador. La Bética ha correspondido al pueblo y á ella, se 
manda un pretor con un cuestor y un legado. 

La otra parte de la Hispania es del Cesar, á la que se en- 
vían dos legados; el uuo pretorio, que dice el derecho en la Lusi- 
tania asistido de un legado; el otro consular que gobierna en el 
resto de la Hispania, que es la parte mayor, mandando un ejér- 
cito no pequeño de cerca de tres legiones con tres legados. Kl 
primero de estos con dos cohortes custodia la región toda, quo 
ostá á la otra parte del Duero y se llama ahora Galaica y antes 
Lusitania\ el segundo con una legión, las montañas próximas 
hasta los Pirineos y el tercero tiene á su cargo los pueblos del 
centro de la península, que se dicen al presente togados, esto es, 
])acificados, porque visten la togsi y han tomado las costumbres 
itálicas, como son los celtíberos El prefecto suele pasar los in- 
viernos diciendo el derecho en las ciudades de la costa, especial- 
mente en Cartagonova y Tarraco. En el estío recorre la provincia 
liaciéndosc cargo de las r(»fnriiius que debieran adoptarse. Allí 
también hay dos ])rocuradores imperiales del (írden ecuestre, que 
tienen á su cargo la administración de las cajas del ej»Mrito y el su- 
ministro de las vituallas y ai)rovisionamiento de aquella tropa>> '. 
El procíMisul y el legado imperial, al ser nombrados para el 
mando de una provincia del Sainado (> del soberano, recibism el 
mas amplio poder para ^«ílnM-narla. quo se llamaba ¡inprr'niiit -, 
jrení'»ricam?nte hablaiuln '. !/>< jurisconsultos sin ombargo dis- 
tinguian <*! nH'vvni imjH'i'iitut. o scase la pot(»sta<l de imponer jm»- 
nas á los malhechor<*s. t/hnl¡¡ pofcstí/tcaK del nilxlvui ¡mprr'nitn 
«pie romprendia tambirn la ninsdiriía *. queá su vez se subdi- 
vjílía en voluntaria y contenciosa ^. Los presidentas de las pro- 
vincias ® reunían, put*s, \\\ ¡ihitlti ¡rffrsfas '. \\\\^ jtlriilss'nufi 
¡tfrisf/irflo *, (»s d«M*¡r la facultad de administrar la iust¡(*ia 
iMvíl V la criminal, romo diríamos á la moderna. 



10 



I stral». :«. í í» 

'A Dijr. 1. It?. 6 y •. 2. 

:» lM*r- 2. 1. 3... iiiifMl iii ílan'la ÍH^noriiiii iiosspssioiip consistit. lurísíIict»(M»st 
«•tiaiii iUfliciH (l.in<li lirPiitia l»m i, U\. 2 ]»r. 

♦» Uitf. 1. <í<. I. Praesiíiís iio-immi (E«'ii»*nil«* Pst c«M|m» «•! ]ir<K*onsiil«*^ »»t Ifir.i- 
ti Ca«n*:nis ]»ríiP«i<l»»í* :ii»|H»ll:iiitur. 

1 nik'. 1. M. <•». I»r. 

H Uitf. I. •*. 7. t 



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238 

Por eso 011 el caso presente dice Vespasíauo á los saborenses: 

Recibí vuestro decreto el ocho antes de las calendas de 
Ag'osto, (i se^ise el 2o de Julio, y despedí los leg:ados el cuatro 
antes de las mismas calendas, esto es. el 29 de Julio del 18 de 
Jesucristo. 

IIVIRIS CaillS CORNELIVS SEVERVS ET MarCUS SEPTIMIVS SE\ ERVS. PVBLICA 
PECVNIA IN AERE INCIDERVNT. 

Que los duumviros saborcnses hiciesen grabar la respuesta 
de Vespasiauo en bronce á car¿^o del Tesoro público, no es cosa 
nueva, sino corriente y conocida. 

La epístola imperial autorizaba, pues, á los saborcnses á cons- 
truir una nueva ciudad en la llanura, dándole el nombre del so- 
l)crano, para poner término á las dificultades con que luchaban, 
teniendo que vivir en la que vcnian habitando de tiempo in- 
memorial en la cumbre del monte de Sabora. líespetaba el mo- 
narca los recursos que les asignó Augusto para sufragar sus 
cargas; pero en cuanto á allegar otros para el erario municipal, 
creando nuevos arbitrios, se niega á decidir, ordenando que acu- 
dan con esta petición al procíhisul. De modo que los decuriones 
deberian de nu^vo reunirse v. al dar cuenta los duumviros de la 
misiva del soberano, determinar d recurrirá! i)residente do la pr**- 
vincia, al (pie enviariau por medio de otros legados un memorial. 
lihelluíti. en el que exixmdriansus pretensiones y los fundamen- 
tos en (jue las apoyaban. Kl procónsul, heclio cargo de lo solici- 
tado V examinando los Invlios con toda detención, (bebería infor- 
mar á Vespasiauo si era c» no dehac(»rs(» h) qm* se solicitaba. Kn- 
tonces el emperador por un decreto res(dveria hi autorización de 
los nuevos impuestos, nova vegticalia. o su denegación <lefi- 
nitiva. 



^^'ii>i<,^'i>9áí 



■•'. '•. '.'. <\^:Ai\Li£'i.'áiZ¡.4Ít, 




233 

Frontino hablando en el primer siglo de nuestra era de los 
acueductos de líoma, cita en igual forma á ambos epónimos: 
Vesjyasiano V Tito 111 consifHhus ^ 

En una piedra de Almodovar del Campo provincia de Cór- 
doba se conmemora al imp . caes . vespasiano . avg... eos v... censori * 

Censorino en la tercera centuria fijaba la censura de Vespa- 
siano y de Tito en el quinto consulado del primero y en el ter- 
cero del segundo ^. 

Mommscn concuerda con el 75 de J. C, el año en que ambos 
rtavios fueron censores y dieron ú la España el derecho latino *, 
y Hübner con el 78 el en que egorciendo Vespasiano el octavo 
consulado hizo redactar el documento, cuya copia en bronce se 
encontró en Cañete la Real *, hace mas de dos siglos. 

Klein en sus Fasti consulares supone en el año de 74 el 
quinto consulado de Vespasiano y tercero de Tito y en el 77 el 
octavo de aciuel. En los fastos de Cassiodoro y de PnJspero se 
establece erradamente que el quinto consulado de Vespasiano 
fué síncrono del cuarto (bí Tito, su hijo, ponjue uno y otro cro- 
n(')logo hacen caso omiso del primer consulado de Vt»spas¡aiio, (!e 
que liabla su biógrafo Suetí>nio. (pie egerció. siendo aun "Kirticu- 
lar, en A T)! de J. C. y que fué bimensual ***. 

SAIVTEM • DICIT • ÍTÍÍ • VIRIS . ET DECVRIONIBVS . SADORLNSIVM 

La fiírmula, con que emi)ie/.a este periodo, cimiio ol vailte, c^n 
<lU(í termina el documento. hac<Mi ver (jur es niui rjtisfohi de 
\'espasi;ino ;i los in;i«i*istra(los dt» S:ib<M*a. El jnrisconsultií (iayo 
en sus eelebíTrimos (*onient;ir¡ns lia ileja<ln e>erito (jut» eutrt* 
las fuiMites de «lereclm del sitólo se;^undo df» J. ('.. fU que vivit», 
se contabcín las cfnfsf'itt'dfnirs tJr los jn'iitdjtr.^. e<»uiu st» denouii- 
naba lo que el (^mpenidor disponía por un decreto, jmu* un edic- 
to ó i>or una epístola '. 

Ya baee cuar<*nta años (|Ue hizo ver el i>rofesor Zumpt cpie 



1 Frontín. D»* nfpin «Uict. <in?. Vfs¡»:isiiino V. Tito Hl consulilMi!*. 

*• I ' I I II. 'XtWi 

' á cÍMisor'n»* «lie nutaU XVIII fl. N:«ni riüij intor priinuui a S«»rvlo rPí:e Con- 
<lituiu iUftruiu vi u\ «luod :ili in»iM'r;«tMn' V»'>jiasi;in(» V vX T. ( :i»*>ar»' IM cinis. 
fai'tuiii i*>i aniii iTii«TiiuTiiiit iiaul»» Uínms 1»( L. lustra liinifU i»*'r ♦'u témpora, 
non i»lura cnian» l.>i\Il siiiit tarta et |M»>ti'a plant* \Wr\ «losnTimt. 
A MonatsbtTiclit tXvv K. A. cler W. zu Herlin iHiil \%. ^,. 7."» > in*. not. 26 y :i5. 

iiin. n. N. :í. a>. c. i. i.. ii. inu» 
r. c. i. L. n. lira. 

C Slietííll. Ve»!». 4. rfm»nlnhim, qiiftn t,e»»il prr ttuon uort%%imu» n*'tii mni«f«. 

Veii»e MoniuiKen Ule Chronik «les» CnKblodorus s«Miutor. pu^. iStt, í^.v W?. 
7 üai. hiiit. I, f». _ 

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240 

Hasta ahora, desde que Fr. Prudencio de Sandoval public(> en 
1614 en las primeras páginas de su Catálogo d<í los Ohisjpos pom- 
pelonenses el texto de la inscripción romana, que grabada en 
una Tabla de bronce databa de los primeros años del segundo 
siglo, y contenia determinadas decisiones del que entonces go- 
bernaba la Tarraconen.^e, no sé que nadie en España haya fija- 
do la atención en este curioso documento jurídico, á pesar que 
abraza tres resoluciones de interés en orden á las facultades 
judiciales de los magistrados municipales, que ú la sazón gober- 
naban en la ciudad de Pamplona. 

Mucho tiempo hace que he deseado exponer brevemente y con 
la posible claridad cuanto so me alcanza respecto á este epígra- 
fe jurídico y no he hallado ocasión de hacerlo hasta ahora por 
circunstancias que no son del caso. Me propongo hoy realizarlo, y 
quisiera que mi acierto fuese igual al espíritu que me anima ele 
darlo á conocer, haciendo comprender cual sea su importancia y 
el alcance que pudo tener en su tiempo. 

Comenzaré pues por re})roducirlo tal como lo ha editado mi 
especial amigo el profesor Hübner con la lección <iue el jnisnio 
lia fijado *. pasando luego á hacer su versión y á comentarbi. 

Ti:xTo ni:L kuonch 

CLAVDIVS QVARTINVS 

IIVIRIS rOMFE/»SAl. VTHM 
ET IVSMAGISTRATVS VESTRI 
IXlQyi ADVERSVS CONTVMACFS 

fOllSTIS F.T NIHIIOMINV'^ QV I 

CAVTIONIBVS ACCnihNDlS Dt 
i^VNT SCIANT FVTVRVM VT NON 
I'Eil HOC TVTI SINT NAM ET NON 
ACCErTARVM CAVTIONVM PtRI 

CVLVM AD EOS RLSI'lCIET ET QVID 
QV'ID PRAESENTES Q.VOQ>'E EÜERINT 
ID COMMVMS ONtRIS ERIT BtNE 
VÁLETE DAT . NON • OCTVBRIS • CA 
LLAGORl . IMP . Caes . TRAIANO 
HADRIANO • AVG . \\\ . COS • 

I r. I. \s. II. í-J-vV 



y, -■•>". 




23o 

ríal '. Pero fué porque aun en e-sta coiisevvó el soberano cierta 
supremacía ó iutervcnciou directa en determinados asuntos, so- 
bre tüdo en virtud de la alta magistratura de que estaba revesti- 
do *: y tanto era así que l'Unio el sobrino, de continuo consul- 
taba á Trajano, desde su gobierno del Ponto y la Bitliynia, que 
filé iirovincia senatorial ', sobre los casos dudosos que se le ocur- 
rian, á los (|ue daba solución el suberaim, ordenándole la línea de 
conducta que liabia de seguir y las medidas que debía tomar *. 

En 7fiG de la ciudad, 13 años antes de J. C., ya se confirió á 
Augusto un poder legislativo, análogo al del Senado, si bien con 
la condición do que se asesorara de una especie de consejo áuli- 
co '. Pero luego mas tarde en tiempo precisamente de Vespsiano 
se promulgó el conocido senadoconsulto de mpcrio Vespasiaai, 
cunsorvadd al presente en un Tironee encontrado en Roma en el 
siglo XIV". y que se guarda en el Museo Capitolino, en cuyo do- 
cunHMito aparecen las auiphVima^ faciiitades. que se trasmitieron 
á dicbü sot)ei'ano, para disponery legislar cuanto estimara ojwr- 
tuno por sí y sin previo asesoramientn '. 

l'ur eso las palabras terminanti-s de l'lpiano en el siglo t<'r- 
cero afirmaiidn que la voluntad del einpi'rador eni ley, en razón 
á quf el pueblo le había confi-rído toilo su imperio y su potestad 
al investirlo del ¡)oder siipn-nio ". explican el jtor qué en el caso 
presente ]iiido decir Vespasiano ipie respetaba los impuestos 
que desde Augusto cobraban Ins di' Sabom, 

Kn ocasiones lüstintas" me lie oenpado de Xnn rfrfií/fí/^x. 
que en lo< tiempos especijilineiite del imperio y aun en los úl- 
timos de la lejJiibliea peicüiiau las eulonias y municipios para 
atender á los g:istos de cada perpieño est:id..\ <'omo os sabido 

pes enh ivados. sino sobre b.s destinados iil pasto de los aniímdes", 



!i Uyiriii. U" cMiiIlt. ¡i-rnir wl. l.:i<-hiii:init' |.. II';, :.. riP. hiilxt.nil raiu. Min 
V »l. liiL'. :n -.i. r.. nlt; ti. Xl l AhH rlvll:illuiii alii vi'ctl^.'iil'li vm-ailtiir. :i]ll imii. 
Vecllk'-il'*'! vno:iuoir iiul In iM'riH-lniíiii Ii>r:<iitiir. hl «^t haa I(-K#,'iit tniinUii |>ri> 
liU vi-rtlt^il |M-uitiitiir. i|ii>iii<Uii iiPiiHt* li'")*. 'lili vuDiliuetlni, n^ue lil». 'jul 




daban de las Híspauius, es decir la Tarraconeíise y la Lusítanía, 
que componían la citerior. También he dicho que este arreglo, 
que á veces sufrió ligeras modificaciones *, llegó sin alteración 
sensible hasta después de Hadriano. Dos délas provincias sena- 
toriales, el África y el Asia, fueron gobernadas al principio por 
varones consulares, las demás hasta él número de diez por perso- 
nages pretorios, conservando aquellos y estos un ano el mando 
respectivo * y no pudiendo obtenerlo hasta los cinco de haberlo 
egercido en la capital ^, llamándose los unos y los otros pro- 
cónsules * y las provincias proconsulares *. No creo deber re- 
cordar lo que ya he indicado en páginas anteriores, que acom- 
pañaban á los dichos procónsules dos clases de funcionarios, quo 
los ayudaban en el desempeíio de su cargo, como eran los hyff" 
(los y los cuestores, aquellos los auxiliaban en el despacho ge- 
neral de los negocios jurídicos y militares, como estos se ocu- 
paban de la parte económicoradministrativa *. 

No sá si será necesario reiterar que iban á gobernar las pro- 
vincias imperiales magistrados nombrados por los soberanos con 
la denominación Aalenadosúe Augusto ó \Áe\\ propretores^ . que 
conservaban el mando cuanto tiempo placía al monarca •, y qui* 
tanto estos como \oíí procónsules d(»s¡gnáronse muy luego con ol 
apelativo genérico de pravsides ': acompañandc» á los legados de 
Augusto algunos funcionarios, llamados ixiwúnon legados^ xxhv 
manera de los que seguiau á lo^ procónsules *®: pero no se nom- 
braban quaestores '* , para que fuesen con aquellos, sino otros oficia 
h»s con igual encargo y con el título de procura tores Avgnsti **. 

Strabon traza de todo ello un cuadro tan acabado, que pt»r el 
interés que encierra i)ara nuestras provincias al empezar el im- 
jMM'io me ha parecido oportuno extractarlo á continuación. 



! Sueton. Claurt. 25. Tacit. Ann. I. *C. 

2 StralN). |T 3 2."». Dion. Cass. W 13 y J i. 

:{ IMon. CaKK. S-'i. II. 

4 Dloil. CaHi«. 03. i:i. 

.'i I4impri<l. AlP\. Sever. 94. 

*> Dion. Cass. ri3. II y ir>. Cic. Divliiat. K. eran eiiiiu tu qiiaeistor: pociiiiiain 
Iiublicam tu tr etabaH. 

Fs«;u<l. AHCOii. DIvinat X. Hace «mt iiriiua senatoris a<lniiuUtr itio, qnaes- 
toreni fleri, et in provincia curaní ircn*rt¿ pccuniae put)1ica<* in U8U:< lUversos 
ero(raiirlae. 

• IMon. Cais. 53. 13. 

M Dion. casH. y.\. r.i. 

» Su«*t. Clautl. n. Lauíprirt. \W\. Spver K Prne>»l<|pi¿ v^m procnii«u)eii i»t 
le^toiK 

10 .«^trab. 3. 4. 2ü. 

11 nal. hut. I. d 

12 Ulou. (ate. &3. ló.. Capitolln. Antón, piua 6. 



V. 



*. 



7* ■■•b.. '* 



»■ •', 







2« 
«Eu uuediro tiempo, dice el geógrafo de Amasia, las proviu^ 
cías han sido asignadas unas al Senado y pueblo romano, otras 
al emperador. La Bétíca ha correspondido al pueblo y á ella, se 
manda un pretor con un cuestor y un legado. 

La otra parte de la Hispania es del Cesar, á la que se en- 
vían dos legados; el uuo pretorio, que dice el derecho en la Lusi- 
tania asistido de un legado; el otro consular que gobierna en el 
resto de la Hispania. que es la parte mayor, mandando un ejér- 
cito no pequeño de cerca de tres legiones con tres legados. Kl 
primero de estos con dos cohortes custodia la región toda, que 
ostá á la otra parte del Duero y se llama ahora (iaUíica y antes 
Lusitania; el segundo con una legión, las montañas próximas 
hasta los Pirineos y el tercero tiene á su cargo los pueblos del 
centro de la península, que se dicen al presente togados, esto es, 
]>acifi(*ados. porque visten la tog;i y han tomado las costumbres 
itálicas, como .son l(»s celtíberos El prefecto suele pasar los in- 
viernos diciendo el derecho en las ciudades de la costa, especial- 
mente en Cartagouííva y Tarraco. Knel estío recorre la provincia 
haciéndose cargo de las n*foriiKis (pie debienuí adoptarse. Allí 
también hay dos procuradores iiiiperialesdel orden ecuestre, que 
tienen á su cargo la aduiinistracion de la** cajas del ejt»reito y el su- 
ministro de las vituallas y aprovisionamiento de aquella trop;p> •. 
Kl procíinsul y el legado imperial, al ser nombrados para el 
mando de una provincia del Serado ó del soberano. ree¡l»i;in el 
mas amplio ¡nider para gobernarla, que se llauíaba ¡mjn'rlunt ^, 
gen<''rieam'Mit(» hablaii<lM ^. I.o< jurisconsultos sin enibargt) dis- 
tinguian el uifrinti ¡iHjurufiti, o sí'as»» la |)otestad de iniponiT lle- 
nas ;i los nialliecJior«*>. tjhufii jtfifrsfufi^ai. di»| uil.rfvni 'iniprriii„i 
que comprcMidia tambjcn la ¡itristUrtit, *. qucá su vt»z se suInIí- 
viilía en voluntaria y <*ontcnc¡os:i ^, Lo^ |>residcntcs de las pro- 
vincias * reunían, pufs. al f/hnH¡ ¡rtirstas '. una ph'iiixsiiim 
¡tfr¡sf¡¡rfio *. es d<M*ír la facultad di* administrar la justicia 
civil V la criminal, cnnio diríamos á la mixlerna. 

I Strab :«. I í» 

V Hit'. Tiii, h;. '¿\'». IM;: I I«; ^ 

:i nitr. I. I»» « y •. 2 

:» IMiT- 'i. 1. Ü... «iiKMl III (lAn<1:i iHMionini iir».<<<r<4HifiiiP roiiHistit. iiiris«lirtt«i «'st 
«>ti:tiii lUfUciK ílaiiíll lic»»iiti:i iMt' «. <»J V \tr 

•» l>l;r. \. <>♦. I. Pr.i»»><i«li!* iioii»»ii it«'in»rai«* t»?.! o«h|h#» »•% i*r«H*<iT|i.iii«*« i«i u«jr.i- 
ti i*art».ini* pniewtílri* :ii»|K*llaiitiir. 

T nit'. I. <•'». •». |»r. 

H Uiif. I. N. 7. t 




*» ^ * 



¿1 i 

Cjucrctáiidomc al período que corro de Aiijfusto hasta Ha- 
driaiio y en especial á las provincias híspanas, tal como las pre- 
senta administradas Strabon, habré de hacer notar que en ellas 
¿abia colonias y municipios de derecho romano y de derecho la- 
tino, seg-un lo enseñan Piinio el mayor y las Tablas de Salpensa 
y Malaca, así como algunas poblaciones del derecho itálico, é in- 
munes, como Taci, Itucí, Ucithi, Urso, Uici ', Acci^ Libisosa^ Pax 
lidia. Eiiicrita^ Valentía^ Barcino *. En todas estas ciudades ha- 
bía, y subsistieron después de la división provincial, duumviros 
(jue tcnian la facultad de decir el derecho^ üvir . i d. p. ', sobre lo 
que he hablado estensamente en otras obras ^, pero sus atribu- 
ciones sufrieron alguna alteración con el nuevo sistema implan- 
tado al iniciarse el imperio respecto á la gobernación suprcniu 
de las provincias, que constituian la vasta estension de aquel E.s- 
tado. En tiempo de Julio César inicia este, tomando luego su ma- 
vor desarrollo, la colonización militar de los romanos en las His- 
panias. de cuya época son vari(is Bronces importantísimos y 
casi contemporáneos. El uno contiene parte del texto de la Iry 
Riihrio. v\ otro un fragmento de la Jeij Julia tniinicijKil \ cinco, 
(ju(* se guardan en el Museo Loringiano de Málagí» y en el Nacio- 
nal de* Madrid, encierran una reproducción del primer siglo de la 
h'¡l JrUa ^ dada á la colonia taml)ien Julia (ieniiira en la Bét¡<-a, 
rn^tr) en el pív/iodo ibérico, Vrao en el romano y Osidut en nues- 
tros (lias. Todos est(»s monumentos p(»rtenecen á la época, en que 
va s» encontraba establecido el cMijiiiciamiento civil llamado 
formulario, que aun estaba en vigor cuando im])eraba lladriano. 
Kn la citada Iri/ liiihria se d«*termina entre otras cosas (pii» 
todo a<|uel duumviro de un municipio o de una colonia de la (ía- 
lia cisalpina, (jue allí ajilifjnr el dt'trcho. Q\ti ibli lun* oeicundo 
rraerit. entienda (Mi las reclamaciones de pago de todo créditfi 
«jue nti pasi' de Kj.ODO sestercios. qvae res non plvris hs xv.. (ba- 
jando por lo (jue se coliji* las (h» maynr suma para la di'cision di*! 
pniconsul í» (l(d propr(*tor ^. 



I riin. n. \ :» v¿ V Vj. 

'i iMin. II. N :t. %'k IHít. .'<». <"• ^ 

.1 V»•:l!ls^* iiii.N roiii<'iit:iríos íi los Hroiif^s «h» M;ii.ii*:i S;il|>»'ii^;4 \ Osuna v v\ 
r. I. I.. Il.(loiitl*> SI* n^íTistiMii iiiiTiiProsas iii.sr^rip'^i(Mio< iniint(*iii:i!f*s y coloniajes 
«•fin los noiiilinvs (li> ion in:ipLstra<lná (inir.iivir;ilt*s. rrunlpn'loFcnicJanles fuciil- 

tj|fl«'S 

t itfrl. Monunit*ntos luulacItnnoK. Rerl. Los Hronc^vs (l«* Osuna ISerl. Los nue- 
vos ltrt»nr#»s clr (isiina. 
r» C. L I.. I. 2«Cí Tal». 11. vv. O. \:» v \. 



¿^ .:• • ; »• ."^.c .V - -. «¿"í - ív« 



..• :*-. 



*. .«. . ;, Aivv 



►.*. 



El, «HOXrK DE IHIMI'EI.O 



Ksta antigua ciudad o.s de creación relativamente moderna. 
Strahon fn*.' el primero. íi lo que se sabe, ((iie luiltló de ella ]iai-a de- 
cir cjne estalla situada en tierras de ios vascones, y (jue su noiu- 
lircequivalía á II::Ar:i;'.:r:<.-.; '. Kn el mismo Inflar hace referen- 
cia ala guerra sostenida con tanta gluria jiur Sertorio cuntra 
l'umik'vo, en la (jue se mustró un ¡n-ocúnsul en csti-emo inepto 
]>aru dirigir aquella eaui|inria. uu hahieudu pudido vencer ;1 su 
enemigo, (|ue su]>(i ¡lor el cnutrario dermtarlo, Iiiista ijiu' ascsi- 
uadci traidoramente pur su misma gente desleal rui' ya fai'il su- 
r<icarsemi'jaut'' r.-lK-liou. Kste acoiitecimieiito ocnrria en el íiWl 
de lionuí \ <|U(' equivale al 71 antes de .1. C. y m. en fecha mas 
reuuita hav que tijar la fundación de l>uiii|)el<i. á li> qm- dehy 
<:..legirs,.. ■ 

Ni cni piKad.i un sigh. cuando PHuio .'I naturalista vu.-ive ¡1 
numhrarel misiiin itueM.. éntrelos estipendiarios del <',.>rn,/', 
Jiiriduu ('mn-'i"¡/i'xf'ftí'/'. Por hi que hace á l'toli » el Iti- 
nerario ' y el .Vuiinimu de Kfiveua ". m» hacen utra ciis;i que re- 
petir en griego -i en laliii el uoiuhre tic II:/rr."/..-u. ó hien de /'««/- 
jii'/nnr. sin que se sepu si fue colonia <i municipio, de dc-recho la- 
tino <j rumano. 

Desemejante pru-hlo. de creación pordecirlo así no muy anti- 
gua, alienas hay rastro alguno, ni moiuimentos sino muy escasos. 

I Strnlf n. *, in. 

a piiii. stTt. *i i'iut. roiiiT.. *i. 

9 Hili. U. N. U ¿i. 




24() 
expresamcute Paulo ', síu cmbarjjo couservaron parte de esta 
potestad en la pigiwvis capto y en la miilctae datio *, que figuran 
como imponibles por los dnumviros en el Bronce de Malaca ' y 
propia aquella del magistrado colonial en la ley Julia üenetiva *. 
También conservaron la iur¡adictio y la potcstas como privati- 
vas del duumvirato en la primitiva redacción de los Bronces de 
Osuna, antes de la división de las Hispaniasen provincia senato- 
rial é imperial '*, y además la facultad de designar recuperadores 
después de dada la lormula, á cuyo tenor habia de seguirse el pro- 
cedimiento civil ®. A veces, además de la jurisdicción contenciosa 
tuvieron la tohuilaria^ como la llama Marciano, pudiéndose ante 
ellos manumitir ^, como aj)arece en el Bronce de Salpensa •, y 
nombrar tutor ^, como enseña también la última Rúbrica con- 
servada de la ya citada Tabla salpensana •*. 

Previos estos preliminares que se han creído del caso para la 
mas fácil inteligencia del texto, que va á examinarse, ocasión 
será de irse ocujiardo detalladamente de cada uno de los diver- 
sos periodos del conteniílo de este pequeño Bronce de Pamplona. 

CLAVDIVS QVARTINVS ÍT VIRIS POMPEloillMISÍhll:« SALVTEM 

Kl proft»sor Hübm»r al tratar de este epígrafe dice que ya 
<»ra coníK'ido jMjr otra inscripción de Ly(»n " el personaje que b» 
encalxv.a. que se llainalia ti . clavdivs ti . füíms PALatiiia qvartinvs, 
(d cual, según indica Mommsen. fm* presidente de la Tarraco- 
nense de la clase de i)retorios •''^. 

La fiirmula con <iue comienza \^i>W documento es conocida- 
mente la de una r^ti.sfolff, y como se saín» por (íayo que los 



1 !>!;:. .%• I. 'h\ v.,% <|u:m* iií.'.;:í> itnpf^rii siint «iiiaiii iiirisilirtionix ma;;Í8* 
tratiiN iiimií<M|i:iIis fa<M*rt» imn |.()t«'st. V«»us«» taiiitufii IíIl*". Í. •• 4. 

•¿ Di;:. 1». Z ?• Jí. :. I»i;:. 27 í». H. 55. 1 Di*:. :^. Hi. i:». í. , I. 

:; lU>rl. Muiiuni. malar. I. lio Huí,. LXVI. DE MVITA QVAt DICTA ERIT 

* \WT\. Lo.s Unmcfs «I.» o.^iiiia p. 81 Kul». XCI. »'l'iNVS tIVS QVOT SATIS SIT CA- 
VÍ rossiT 

.- ihiiliMii. |i. í^^ loih. \< Mil. 

•; n»l«leiii. II iw IfuU. \iv. 

'; l)i;r. 1. I«í i pr. 

s \Wr\. Moiiuiii. Malacít. p. i:;i 
MANVMITTLNDIS. 

*.» Knt:. Vatif lí líM si «niis a miristralibiis Iinriilr1|rillhiis fiií»ril «latiis itii 
tnr.> l»íff. <♦». 0. 3 iu> «laiKli tutun-s ilatutu est oniiilüus iiia;rlHtrallbu» tDunioi- 
palibiis. 

10 \WT\. Moimiii. malar- p. n: Riib XXIX. DE TVTORVM DATIONE 

H S)N)iiii. MiKcellaiiHa «Tiulitap antlnuitatlH Lyon <íK. «. •* y KolMilen lii*- 
rriptloiiK uiititinex tw l.yoii. 4<ft p. 'M\: aiubu8 obras citaaaH |ior Hikbiier. 

1-^ llenzeDriir.». 



KuI.. XXVni. DE servís APVD Í¡VIR»»> 



♦ - 






ái."f •»'."'■• \>.'.J*»W 




2« 
«Eu uuestro tiempo, dice el geógrafo de Amasia, las proviu^ 
cias han sido asignadas unas al Senado y pueblo romano, otras 
al emperador. La Bélica ha correspondido al pueblo y á ella, se 
manda un pretor con un cuestor y un logado. 

La otra parte de la Hispania es deí Cesar, á la que se en- 
vían dos legados; el uno pretorio, que dice el derecho en la Lusi- 
tania asistido de un legado; el otro consulsir que gobierna en el 
resto de la Hispania. que es la parte mayor, mandando un ejér- 
cito no pequeño de cerca de tres legiones con tres legados. Kl 
primero de estos con dos cohortes custodia la región toda, que 
ostá á la otra parte del Duero y se llama aliora Galaica y antes 
Lusitania\ el segundo con una legión, las montañas pnjximas 
hasta los Pirineos y el tercero tiene á su cargo los pueblos del 
centro de la península, que se dicen al presente togados, esto es, 
])ac¡ficados. porque visten la toga y han tomado las costumbres 
itálicas, como son h)s celtiI)eros El prefecto suele i)asar los in- 
viernos diciendo el derecho en las ciudades de la costa, especial- 
mente en Cartagonova y Tarraco. En el estío recorre la provincia 
haciéndose cargo de las reformas que debieran a(loj)tarsc. Allí 
también hay dos procuradores imperiales del orden ecuestre, que 
tienen á su cargo la aduiinistracion de las cajas del ejército y el su- 
ministro de las vituallas y aprovisionamiento de aquella tropa» '. 
El procónsul y el legado imperial, al ser nombrados para el 
mando de una provincia del Senado ó del soberano, recibian el 
uins amplio poder j>ara gobernarla, qui* se llamalía ¡mpf'riuñi ^, 
gen('»riram»nt(^ habhnulo ^. Los jnristronsnltos sin ombargo <lis- 
tinguian <»1 nifrinii ¡mjfi'rmuí, o séase la |)otcstad de inipon<T ler- 
nas á los nialliecIion*>. f/hnfH pofrsdttdtK del mij-lvéii ¡iiijirrliim 
que comprenília tambiiMí la //n*t\sf/irf¡o *. que á su v«»z se subdi- 
viílía en voluntaria y contenciosa ^. Los |>res¡(kMit«»s de las pro- 
vincias * reunían. i»u»*s. i\\ t/hnlH ^n/rs/as '. unay//<'///.v.v////// 
¡tn'isfUvdn *, (*s (li»c¡r la faculta<l de administrar la justicia 
civil v hi criminal, romo diriamos á la moderna. 



it; 



s. 



I stral». :». I í» 
•2 Uit'. Til», Ui. ¿IV !»i;: I 
:< nitr. I. IH. 6 y "í. 2. 
4 niir. 2 «. H. 

r» niif. *¿. 1. 3... nuotl íii flnn«1a iMiiioruní |ioss#»ssioii#» consistit. iurís<hcfHM»st 
otiuiii iudtciM flaiifli liceiitia. Di;.' I. 4t>. *2 ]ir. 

ti Carií.irts praeHlflrí» apH'lliUitur. 

T ni;:. 1. <«*». <*». l»r- 
>í Uii?. I. I«í. *:. t- 







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«... . j^ -.¿ ¿^^*-^iik 



nnila y designación do juecos dcscíe luego por parte del magistra- 
do, (3 bien pedir un plazo para ello, en cuyo caso enseña Gayo 
que dicho demandado dcbia prestar una garantía, que se llama- 
ba Tadimonivm. obligándose á comparecer de nuevo en un dia de- 
terminado • ante el mismo magistrado. Añade el referido juris- 
consulto que según era la importancia de la cosa, que iba lí liti- 
garse, así debia ser el género de tadimonium que se exigiese y 
por eso se conociau la simple promesa de comparecer en derecho. 
xadimoniuíti ¡mrHm ^, la saíisdaccion^ que se prestaba dando fia- 
dores ^, (Ajuramoito * y por último la designación de recupera- 
dores, que dado el caso de la no comparecencia, condenasen al 
contumaz en la suma convenida por el vadimonio ^. 

El legado ])retorio i\o\x\ Tarraconense autorizó pues á los 
duumviros de Pómpelo j ara que pudiesen hacer extensiva hasta 
los contamaces las JaciOtadcs fine les con feria el duunivirato y 
que no alcanzal)a á ellos, por no estar verdaderament<* dentro 
de la simple iurisdictio^ que de suyo egercian. 

ET NmiLOMINVS QVI CAVTIONIBVS ACCIPIENDIS DESVNT SCIANT 
FVTXRVM VT NON PER HOC TVTI SINT 

(Sayo ^, Paulo' y diversos otros jurisconsultos del Digesto *• 
lian marcado las j)rocau(.'ion'.»s que debia tomar el magistrado, 
ante el (jue se interponía una acción, á fin de que sustanciado ol 
¡luliciuin. no se evadiera de algún modo el cumplimiento de la 
sentencia. Tales medidas preventivas llamábanse r^////o//rí, y te- 
nían i)or objeto garantizar al actor, en unos casos que la cosa que 
reclamaba por la yv'/r/y/'///v///Vy b» seria entregada en su dia sin 
menoscabo, si consi»guía se sentenciase á su favor el litigio, ú 
bien en otros (lUt* el demandado, cuva solvabílídad no era muv 
notoria, b' abonaría la suma qu»; le rtH'lamaba por acción per.so- 
nal, si el fallo era favorable á aciuel. S(»lian tales cauciones pres- 



f (tniíis. Inst. IV. \rC%. 

'i (t;iiiis. liist. IV. K». 

:i Oaius. Iii>t. IV. IK"». 

I 0:iiiis. liisl. IV. IS... 

s (fuíiis. Iiist. IV. isi. Cuín autoni in itis vocatiis fuerit a Ivorsariiijc, ní*que«»o 
<h<Mitiiri potu«»rit iif^rotiiiiii. vaítinioiuuiu i»i fa?u»ii(l;i.n pst. í«t fsi iit proinittat 
s*' (MTto nii> sisti. I hiiMMii. IHTi. Kiiiiit aiitetn vnilitrioiiia c|iiihtiMlaiii ex causa |iur.i. 
1<1 est Hiiif* satis<latioii«>. íiulhusrtaiu cuui satisdatloucui. «lUitMisdam iureiuranrlo, 
(|UiiHiS(laui ri^cupcratorlnus suppositís. id e.m ut qui non ütet^rit. iit protinuM 
u reruperatoribuH in tfuuiuiam vudiuiunil coiidemnetur. 

H «al. IV. >« a 10-2. 

7 PaultiB Sí»iit. 1. II y V •. ü. « Y 3. 

n iiíff. 46. •; > 4C. S. 






lüh ^ .1. 




240 
tarso por ineiUo dolo que se llamaban stt t ¡ sdat iones ^^ y eoinode 
ellas me he ocupado extensamente al comentar en otro libro el 
Bronce de Bonanza '. es innecesario el volver íi liacerlo en est<* 

é 

Inpar. 

No estaba dentro de las atr¡bn<Mones jurisdiccionales de los 

duumviros la facultad de recibir cauciones: pero como habia 
casos en (juc por la perentoriedad misma del asunto era de ur- 
gencia obrar prontamente, evitando toda dilación, como sucedía 
|K)r ejemplo en la cauci<m del dafio (jue amenazaba, damni iti" 
Jecti. se estimó conveniente jwrcsta causa deleg-ar tales facul- 
tades en los maj^istrados munici|íal»»s. como ensilla Tlpiano ^ y 
como aparece en el Bronce de Pam|dona. 

Kn el texto, (jue precedentemente be trascrito, previene el 
presidente de la Tarraconense, que si á pesar de la autorización. 
(|ue confiere á los <luumviros do Pt»mpi»lo. estos jiersistiesen en 
no admitir cauciones, «le ellos habia de ser toda la responsabilidad. 

NAM ET NON ACCEPTARVM CAVTIGNVM PERICVLVM AD EOS RESPíClET 

Kste periodo completa el s.?iitido di^I aütt^rior: hacicnd») res- 
l>onsable al <jne dejo de admitir las ^»*ara:itías de los perjuicios, 
que s(Mn<»jante omisión provoque, lun's ti rlhts- (tttf)i* el rirsf/o tlr 
tío haber fi('r¡itfií1o ¡fts nnfdmu's, 

ET QyiDQVlD TRAESENIES QVOQVE EOLMM ID COMMVNIS ON t RIS ERIT 

Tales frasi»s explican la «dasede resjxmsabilidad. ¡i que (jUi-da- 
ba sujreto el i{\w nt> recibiera \\\< ca!ici«»ii •>. cju» e.'-a \\j:\\:\\ á la 
del contumaz. 

Kn el si>tema de la> a<*eioiii s Cw la b'v /A*/»/// (fhriese elji'icio 
antf*Sflrl /fi/tfio flia, si (fc/or // dri.n'énhnh, í\sfahaii jn-rsriites jKJtUf 
ex¡^j9ur stf.s r(i:onrs^, jH'r,iutttrcir,iiht ultirrtn hastn la ¡nfrsla del 
sol*, Vvrti j»asado rl ¿urdió dio, >\ al*rn!io de jns litigantes estaba 
ausent»'. se fallaba rl plvifo á fatoé' fifi fjtfr sr tineantealHi pre* 
st'iite *. De ahí por «pie dice el Broner «jue lo n*snclti> ptír los 
que asistieran al acto habia de ser «le r«'<poii<abili<lad común. 

1 oai. Uist. IV. HS u i«c 

2 H«»rl. I.os Itr«»!ir**s i'e I.:i>cnt;i. Hon,i:./;i > A¡;ii-tr«'l ¡». .>! :i 01?* 

3 iMiT. ay V. I. ruin rfs (lalithi ii.ftrtí r»'l» rC:»i» iii «.««sMlrr. t v\ i.ericnlo*¡a 
dilatio |»niHtori xMftur, hi «'X liar <mu>;i >e»i iiir > :irt;(»ii<Mii n'.-ervarvt. iiia- 
inutratlIiUb liJiiiilcipulitiiis (leit't'aiioiiiii Ikm* p-tMi* {iiiax it. Im;:. :e> '¿. 2. Daiiiliutu 
infectiitu <>«»t «luiuiiiiiii iionuuiii lartnin. í\\uh\ lutiiriitu xtTtiuur. 

I f»eU. N. A. n. t. 10. Afil»* lufriolriii caiisaiu foiiuMuiito. cuiii iK»rorant 
ambo |>RieM*iitfM. 

5 U«>ll. N. .\. n. 2. 10. Si aiiiLo |inii-M*utes. }>oli» (K.*ca«u»i HUprvtua tetiipt>s- 
tiu e^to 

tf UeiL N. \. n. 2. 4a I>o»l lueriaieiu irae«i<;nti XW^m aüüiclto. 

n 







250 

Scmejaiito castíjro al contumaz se ve confirmado por Cice- 
rón *, que alcanzó semejante procedimiento. Un orador mas an- 
tiguo, Cayo Ticio, que vivia en el segundo siglo antes de J. C* , 
on su oración sobre la /r.y Fannia describiendo á las personas 
encargadas de juzgar, entre otras cosas dice de ellos'que apenas 
érala hora décima mandaban á inquirir y averiguar lo que á la 
sazón se hacia en el foro, dirigiéndose en seguida al eomicio, 
donde sesustanciaban los negocios judiciales ^5 iw fnese que Ju- 
deransuyo el pleito *. 

Esta frase tan expresiva de Cayo Ticio, ne litem snamfaciant 
se explica perfectamente por el m commvnis oneris erit del Bronce 
(le Pamplona, es decir, que en el sistema de las acciones de hi 
ley como en el formulario el juez, que faltase á su deber, queda- 
ba responsable á las resultas del pleito. 

Por las breves in'licac¡oni.*s que preceden creo se viene en 
conocimiento que la jurisdicción duumviral estaba sujetíi á cier- 
ta limitación, marcada en la h*y Ruhria y en la Flor ¡a malacita- 
v.a^ y que los tales magistrados carecián del imperinm: pero que 
ante ellos del)¡an comparecer las partes, á exponer su demanda 
hi una, su descar<rc> la otra, en cuvo estado el duumvir daba la 
fíirmula d(»l proceso. <jU;íh;ibia de seguirse, encomendando la .«^ns- 
tanciacion á b)s recujxM'aton's. como lo (»nsenaba la Ir y Jnlia Ge- 
//f'//r^^ AíbMuás dnitro de estos mismos ju'ocediiuifMitos civiles 
careciau de facultades coercitivas en los dias (|ue siguieron á Au- 
gusto. (*omo no Sí' las delegasen los presidentes d(» las provincia.s. 
lo cual sucedía ci^rtam 'ut<i para evitar (lilaci<»nes y entorpeci- 
mientos, que hubieran podido pi*rjudicar á los litigantes de bue- 
na fe. especialiiPMite cuando se trataba de diligencias jierento- 
rias y de inmediato inten's. conu» el que .<e garantizasen his da- 
ños, que podia í'ausar un muro ruinoso, si el dui'fio no se pre.s- 
taba á demolerlo en sj»guida. catftio (Itimni ¡nttrti^ como aparece 
expuesto |)or l'lpiano comentando el Kdicto perp/'tuo *. 



1 Cíe. lii ViTr. i, n. ií«M' ro;::it anto liorain f1<^riin:iiu ile abs<>nti> ROoniMtiini 
pniosentw íiulloare iiiip* traiit 

2 » i<*. Do ciar. oral. ».'• Ii* Marrob. Satur. 3. Ifi. ll. 

a Auct ail HiTeiiii.2. \\\. iii ríuiiitio aiit iri Tomant*' mpridlem caujiam coictto 

4 Macrol». satiir. n IC. ii. lH>scnl»tMis .c. Titius) etiiiii tiominest |iro<ll;n>8 In foriim 
nd nidicanciuiu ebrios roiiiiiipuiitt'x. <jiiae4|ite soloaiit iiiu*r m* sermucinarl 
Klc aU. ludunt alea HtinUoso (b'liiiti tiuii|?uentÍK .scortin htipati. Cblliorae decpoí 
Kunt. iubf-nt puennii v«»rarí. iii coiiiitiiiin eal uercuutatuni. qul iu foro fiv»- 
tniii Hit, qul Huaserliit. qtii cnsstiai<eriiit,t|uot tribus iuKseriui. uuol vetuennt* 
lude a<l rouiitium vuduut. \\v liteui Huaní faciaut. 

5 Di|f. 'Jé. 2. 1. 






• ■ 






•' . <d 



I . 



:W- -« 




En la iwrte i|ui; so cousei-va de la ley Julio iiiiiuicíjut! se Iialila 
estciisa mente de varios i)nntos relativos ú el rég-iinen y gobier- 
no de las colonias y municipios de ciudadanos roinanos, in mvn¡ci- 
piEis coLONEis... civium Roniauorura ', y en una de las liñh-icos 
tic la pi'imera Tabla de la ley de ht coloitía Gciñlicti Jaita se dice 
(•X|>i'esamente que nadie aplique el dcrcclio eii aquella colonia 
sino lo.s díiiímriros, cXpir/t-cto ó el edil^. 

Aunque el traslado «¡ne se posee de estos Bronces es del pe- 
riodo de los Flavios, el texto en oi^ta parte parece haberse con- 
servado tai como fue redactado en los últimos dias del dicladm' 
Cayo Julio César, es decir, cuando aun uo se habían dividido las 
provincias romanas en senatoriales <j iniíieriales, y ]ior lo tanto 
cuando eran mis latas las atribuciones de los mayiislrados lo- 
cales en su relación con los procónsules ii pniprctorcs. 

En el último ca|)ítnlo ijue se conoce de la h-¡i Fhitio mu- 
¡aciUntii, por desgracia ujutilado. s^' habla de las reclaiiiaciuues. 
que se interpongan en nombre del municipio. ¡ ara iiucr efecti- 
vo lo que le deban at<runos de sus umnícipes. cuímkIo la suma sea 
mayor de mil scstercios. qvod plvris hs ce . y im llegue á.... neqve 

TANTi s¡T VT ^, liiiiitneion que parece análniía ¡i la ya apuiitathi 

tV'iXahy Iíiihi¡'t. Cuino en el casti del Hruuec malacitiino ya la 
Hética liabia sidu asii^nada ai Senado es visto que >Í^ui(i en la 
época imperial la misma limitacinn en la cuniitin de bis juicios 
civiles de atribución de lus presidentes de las jini\ iiiciuf; y los 
en (jue podían entender los dumnviroscnbiniale-i y munieíitales. 
Estos maíjristradiis, pues, tenían unas lacultadi's ri'strin^'idas '. 
si lio desde que fuenni establecidas en hi Ili>i.:niia. al iiieiius al 
empezar el iniporii) y iii:ts nun cu \u*. tiempos i!e Hadriüiin. 

I.os majri»tra(bis niuiiici¡)ides en bis dia-í di- este soberano le- 
iiian la ii'ríxdir/io: pero carecían di-l ¡¡njirriiini ■'. eiiruo to enseña 



1 e. 1. I.. 1. *«;. 

a ll.Tl!.l.fi. I...Í 1lroiir.-s.l.-o,iiii;, |,.;<?.i ,i;:iii,-,,l,-, »,i',. Xillll. NLQ.VIÍ 
COLONÍa IVS DICITO NEVÉ CVIVS IN EA COIONÍ.) IVKISDiniO LSTl 

iivmi AVT oyE.!! iívír pKMiFrrIiiiii kmcq;-''^'^'''" avt aioilí-» vti iI'I 
oporlcliit. 

a lli>rl:m',-.i. Monnm. liUt.iricis iniilTirll |. 111. lOili l.\[\ 
i IMiil. st-nt. n. í'> i l'-jiil. Svtit. v. :■• \.\t>-» iuillcnu»' i><loiilnr xl- li 
ImiHTliiin imtpitlnlfiiKiiir li»l><>iit ... ItPimiiip ii iiin:rlKtraliliiis iitiinlcl 

I llis'. 5fl 1. W. "Ulj;. í. 3. I. K. i. 




III 



HRíJNCK DK AHICIÜ. 



Esta tabla descubierta eu Portugal hace más de dos sijjrlus ha 
vuelto á desaparecer, como las dos de que acabo de ocuparme. 

TEXTO DEL BHONCE 



C . VMMIDIO . DVRMIO . QIV A D R A T O 
LEO. C . CAESARIS.GERMANICI . IMP 
PRO PRAET 

IVSIVRANDVM . ARITIENSIVM 
EX . MEI . ANIMI . SENTENTIA . VT . ECO . lls . INIMICVS 
ERO . QVOS . C.CaESARI . CER>fVANICO . INIMICOS . ESSE 
COGNOVERO . ET SI . Q.VIS . PERICVLVM . El . SALVTIQ.. EIVS 
INfERt . INtiilERIT\E . ARMIS . BELLO . INTERNECIVO 
TtRRA . MARIQ.. PERSEQV'I . NON . DLSINAM . Q\'0 . AD 
rOENAS . El . PERSOLVERIT . NEQ¿IE . I IBEROS- MEOS 
EIVS . SALVTE . CARIORES . HABEDO . EOSQ^QV! . IN 
hVM . HOSTILI . ANIMO . FVFRINT . MIHI . HOSTES . ESSE 
DVCAM . SI . SCÍfNS . FAllO . FEFELLEROVE . TVM . ME 
LIBEROSCL • MEOS . IVI'PITER . OPFIMVS . MAXIMVS . AC 
DIVVS . AVGVSrVS . CETtRIQ_' OMNES . DI . IMMORTAl ES 
tXPLRTEM . PATRIA . INCOI.VMITATL . FORTVNISQ.VF 
FAXINT . :« • ti . V . IDVS . MAI . IN 
. O! MDO . VLÍLRI . CN . ACfcRROMO 
C . rtTRONIO . lONTIO . MGRINO . COS 

MA<";. 
. T A I I I r I . I B 1 O •• • A R i O N I 



OMNIBVS 

ARITIENSi 

PROCVLO 



V L <; t T O 



(\a¡n) Inmiidin Duriiiio (^>iiadrato Ic^nato» ('(aii) ('a<*saris. 
íiminiiiri iinpitíratoris) pro praftionM 
lusiuranduiu Ariticusiuiii 

E\ ni.'i aniuii sentt'utia, ut epi iis iiiimieu-i ero, quos C(a¡ol 
Caosari (íermauico inimicos es<e royuovoro, etsicpiis pericuhim 
n salutiqíu'^) eins iu[f]or[t]. iirf]er[ejtque armis, bollo intor- 



L-.Ai :*ii *...- «;¿i^t¿C¿íi 



•■"'•«¿'V. ,.*« -"» .«¿«.^Ht •W<Mr^».Jí3l» A*^^Tl 



i •• 



■I ■ '•■ 



U41 

pracsíiles tenían cu sus provincias el ins edicendi '. se compren- 
de fácilmente que el Bronce pompelonense contiene el texto de 
wví'd epístola diQ\ Zíyarfo ^?í^/^í/o de la Tarraconense, de la cla- 
se de pretorios, resolviendo algunos puntos relativos á las facul- 
tades y responsabilidades de los duunviros de Pamplona en 
tiempo de Hadriano. 

ET IVS MACISTRATVS VESTRI EXEQVI ADVERSV5 CONTVMACES POTESTIS 

En el siglo tercero, en los dias de Antonino Caracalla. el 
que dio la conocida ley declarando ciudadanos romanos á 
cuantos existían dentro de los límites del ^imperio, de que lia 
conservado memoria l-lpiano, comentando el edicto *. vivia y era 
émulo de este célebre jurisconsulto otro no menos ilustre, hijo 
de Pádua, conocido con el nombre de Julio Paulo, (luien en una 
de las obras que escribió lia hecho saber que en su tiempo so 
decían contumaces los que llamados por tres edictos, r<//f/</, <» 
por tres cartas, ////í*;Y/r, <) i)()r tres emplazamientos, dninutiatio' 
í/í's. no comparecian ante el juez que entendia de la denuuida 
¡nter|)uesta ^. In si<rlo j)üsterior en fecha. Hermogeniano vuelvo 
á reproduíúr casi en iguales t«'»rm¡nos hi doctrina de Paulo en 
jiunto á lo íjue se entendia por cotifih/nfccs *, Comentando una 
Wnl)rica de los Bronces de Osuna, me he ocupado extensa- 
mente del juicio civil en la forma que se snstanciaba por el 
sistema formuhtrio y cuales eran los motivos que podian justiti- 
í'ar la ausencia del actor (> del demandado <d din quo s.» los hn- 
bioni fijndo j)ara eompar.HVM* ^. por lo iju.» no hiibrí» do tratar do 
nn<*vo nooroa del mismo asunto. 

ri])i;ino ha diolio (juo si dos])ues do Sí»r llamado por odictos (»1 
contumaz no se pres'»ntase en la focha proscrita s » sustanciaba 
el litigio, no embargante somi»janto aust»nci;i '"'.y si la sentencia 
lo iu(*ra contraria no so lo admitia la apelación '. 

Kn ol procedimiento formulario, comparecidos actor y donuin- 
dado ante el magistrado. j)res(Mitaba aquel la demanda á la que 
podia contestar «»st(* en el acto, provocando la daoituí do la f<M-- 



1 Oaiiis I. 6. Vt-ase tanibiPii Onhis. l. .*. 

2 íhK- I •*». I* 

:i l-.inl. Seni. V. :.• 7. 

4 i>i^r. ií. 1. rci. 

:• n»»rl. I.os llnmc(»H üe O/^iinn. paa". ÍH y si^nii«*nt«>f( Rui». XCV. 

«í Dlir. li. I. Til. pr. 




.V 



2r)4 

luoü *, que como también indica muy bien, acaso fuese el A ritió 

praetorio del Itinerario *. Añade el mismo epigrafista ', que uu 

c. vMMiDio c. F . TER . DVRMio Q.VADRATO aparccc como Icgüdo de Ti" 

hrrio Cfacsar Aii;/nsto ñv la procincia Lvsita)ia en una in.scrii»- 

cion de Casi na en Italia *. 

Fué publicado el texto del Bronce portugués la vez primera 

o\\ 1666 por Jorge Cardoso en su Agiologio Lusitano y desapare- 
ció en el tristemente célebre terremoto de Lisboa del 1755. Ha 
sido publicado después por Hübner ', y posterionnente comenta- 
do por Mommsen *, con motivo del hallazgo de otra Tabla de me- 
tal descubierta en 1881 en Assos de Ja Troada^ escrita en griegu- 

A propósito del contenido de la Tabla portuguesa cita Mom- 
msen la conocida fcírmula de juramento pronunciado por el joven 
Scipion en 216 antes de J. C. en el momento de la invasión ban- 
nibálica en Italia, después de la batalla de Cannas ^, á cuya Air- 
mula se ajusta perfectamente (»1 juramento de los Aritiensvs de 
la Lusitauia. Esto tuvo lugar el 11 de Mavo del 37. á losdosm«> 
ses escasos de la muerte de Tiberio, ocurrida el 1(5 de Marzo del 
mismo año *. antes que se hubiese apendizado la dicha f(írmuhi 
de la manera que indica el biíígrafo de Calígula *. como también 
advierte» Momms^Mi, concordando este pasage con lo <[ne sobre 
v\ mismo particular indica Cassio Dion "*. 

Kn el Bronce lusitano intervienen como representantes (b» 
At'iHinn^ ni» sus duumviros sino sus iA\cis/rf\ lo cual indira cpir 
no se trataba de una colonia, ni de un municipio, sino de nn r/- 
r/<.v, " que juidiera equivaler á lo que entre nosotros se denomi- 
na aldra '*. 

Los nombres cb» <»stos MAcistri no parecen afectar la fnrm;i 

romana: tal vez fuera <d uno. vegeto tallici(o|. no('onoc¡4'nd«isí* 
del otro mas que la terminación ibio que no me atrevería á n^s- 
tituir i)or rthio y acaso el <'ognombre arioni. 

1 l'toU^iu. 11. o. «. 

V lliii. Antón. 1». 4IX. ed. \\>>ol. p. líH. «mI parthoy et Hu<1pi. 

n r. I. I.. 11 172. 1». 23. 

I I. N. 1.. 4¿3I. 

.- r. 1. L. V. ni. El tí'xto re|ir<)(luri(lo es ol do lliiliiior. 

fi Kplipni. rpií? V. p. 1^1 :i l.V La h*ct*l<>n <i\io tniscrilN» <*(i 1» do Moiiiiii.st*n. 

* l.iv. 22 . 53. F.r fiieí aninn nnil^utiti ttt f*io irm puhli-'ittn j>upuli romani woh é^trr'tw 
n^tjUf tilium rirfm romnnnm ée^^rerf fnitiar: mí frien* falfo. tnm tnf iHppilfr npiimnt maj-imu* 
Hotnum, famih'im. r^nnfUt mfam pf»ttmo Irlo adficutl. 

» SllCt. TIb. 7.1. 

O Sliot (f8Í. Gulifr. 4^* n^ue lue lihfiontfue meo» cnrioreM hab^boqmtm Gatmm hñ^»o fl»*^ 
roret fun. 

10 iHon. Caiui. SP. 3. 

11 Fe8t. V. Vid. Vid appelUrl incipiunt ex ugris. qul ibi tUIm non Imbent... 
et roaelvtrl vici nuotannlK fliint. 

Vi c. 1. h. V. \mb ex iiaMdm. 



VU- ♦• ::í-JA,;i.*^. ¿ 







24^ 

tarsc por medio de lo que se ílaniabau S((íisdfí(io7ies\ y como de 
ellas me he ocupado extensamente al comentar en otro libro el 
Bronce de Bonanza '. es innecesario el volver A hacerlo en esto 

é 

lugar. 

No estaba dentro de las atril)Uciones jurisdiccionales de los 

duumviros la facultad de recibir cauciones: pero como habia 
casos en que por la perentoriedad misma del asunto era de ur- 
gencia obrar prontamente, evitando toda dilación, como sucedía 
por ejemplo en la caución del daño que amenazaba, damni in- 
Jccfi. se estimó conveniente por esta causa delegar tales facul- 
tades en los magistrados muiiicipal»\<. como ensc»na I'lpiano ^ y 
como aparece en el Bronce de ramj)lona. 

Kn el texto, que precedentemente he trascrito. i)reviene el 
presidente de la Tarraconense, que si á i)esarde la autorización, 
(pie confiere á los duumviros de Pómpelo, estos ])ersistiesen en 
no admitir cauciones, di» ellos hal»ia do ser toda la resj)onsabilidad. 

NAM ET NON ACCEPTARVM CAVTIONV.M PERICVLVM AD EOS RESPiClET 

Kste periodo completa rl sentido del aiitorior; haciendo res- 
})onsablc al cpn* de¡('» de admitir las gjirantías do los perjuicios, 
que semejante omisión ])rovo(jue. jff'fs ,} rJJos atn^^ cJ i*irs¡/o (h* 

ET QyiDQVlD PRAESENIES QVOQVE EGERINT ID CO.VVMVNIS ONERIS ERIT 

Tales frases (»xplican la dase do ros])ousabilidad. á que queda- 
ba sugeto el (jue no reoil>i<»ra la> oau('i<»u 's. ([\w ora igual á la 
del contumaz. 

Kn ol sistoma do las ao<Moin s d«' la l<\v drlpui uhnrse eljificio 
fíiilrsflrf hirtHt) /////. s¡ (fctftr i/ dvhiOiuhnh, rstahuii ¡)rr^Véitcs ¡ioro 
cxpoiwr stfs razonrs^, itri'iHOnn'it'iiiht nlni^rto lunsta la ¡mrsla del 
sol^. VvYiijtffsado vi ttu'dio d¡(i, si alguno do los litigantes estaba 
ausont«\ se fallo hn vi plvtfo d finur drl qitr sv Viicaontvaha prv- 
svuie *. Do ahí por que dice el Br<uioo que lo rosuolto por h)S 
qu<» asi.stioran al acto habia d(» sor do rosp<»ns;ibilidad común. 

1 (iai. Uist. IV. KV íi \iY¿. 

•¿ Herí. I.<»s nroiir»»s <?e I. asenta. Honan/a v Aljii>tn'l ¡). .*.ÍU a OIH 

3 Difc'. uy. 2. I. nuil TfS (laiiiiii ii.f«*«*ti r»*!» riTai» iii «n^hiilmt et i.eriouloífa 
ftUatio praftori víiiftur. sí ««x liac causa siiií lur ^ liriKm.Mii n'servarft. iiia- 
irliitratlIiUb iiiuiilcipalit»iis (lelf^-aiiiiiiiu Ikk* rt'otí* i>iita\ it. i)i;r. :ci 2. 'i. Damiiuiu 
infectiim páI Uaiunuui iionduui factuin. quud luturuin v«*niiiur. 

4 OeU. N. A. n. 2. 10. Aiitf luentílfiii caiisaiu coiiieiunto. cuiu perorant 
ambo praeKPiites. 

5 UPll. N. .\. 1*. 2. 40. Si uiiiLo pracseiites. lyolit» occoaiis Huprvuia tempes- 
tan esto 

t^ UeiL N. A. n. 2. 40. Posl meridiem praetienti lltem adüiclto. 

n 



/J* r* i ■5'. '*► * V- *: : -,. • 




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V* • • • . • * * • 



2Í)6 

«Quinto Memmío Lupo regaló (esta) exedra, mediando decreto 
de losdecuríoues.» 

Es de uotar la forma exhedram por fxedram, cou la aspirada 
en medio, como se encuentra en algunos recomendables textos 
antiguos. 

Kn España liul)o varios Mcíiuiuos y diversos Lapos: pero no 
recuerdo por el momento personaje alguno que reuniese aquel 
nombre y este co<jfnombre. 

Pocas son también las leyendas hispano-romanas que hablan 
de una exedra, si bien conozco la traida de las ruinas de Oscua. 
que he visto en Antequera, donde la he copiado, en la que se di- 
ce que los decnriniics oscvf*dSCS acrjtiaron la excdra. (pie regala- 
ba uno de los duumviros, al que acordaron erigir una estatua *. 

C e LICINIO ^ AGRINO : 

OSQ^c IIVIRo ^ BIS < 
C : LICINIVS^ AGRIPPLVS í 

FcOPTVMO ♦ PATRI > 
ACCEPTA c EXEDRA r, 
ABORDINE o M : M c OSQ_ ^ 

STATVAMtCNW tORNA 

mentís * EXEDRAE : 
DATO '. EPVLO - D : D - 

El lugar donde la inscripcicui de Miiunnlo Lupo se ha encon- 
trado, si á j)rsar de ser el ejiígrafe de bronce, de tamaño peqm»- 
ño V dt» tan fácil traslaci<»n de un i)mito á otn». no ha sido remo- 
vido del sitio (pie ocujío en su dia. (U»bi<'> ser el asi(»iito de un 
])uel>lo hisj)ano-roinain>: porque la csnhuí era un salón, (pie for- 
maba ]»arte d(»l y//y/y//^\7Vy griego, cuyo salón estaba ro(U»ado de 
asient(js. sicMidoun sitio al (pie concurrian til«'»sofos y hombres de 
letras á hablar y discutir sobre asuntí»s ci»»iitíticos. Al gimnasio 
gri«*go iba unido un haíitu y l<»s nunanos, (pie c( n tanta profu- 
si(»n levantaron (»stableciniient<ís balnearios, acostumbraron ;í 
hacerlo, añadit'iido ;'i w^k^íi^ los dos indicados d(*partamentos. el 
destinado al desarrollo del cuerpo y el consagrado ai cultivo del 
entendimiento ^. el yitunasio y la cxcdra. 



I r. I. L.. ii.?.cn 

2 Vitruv.. OtAi/ . V. XI. í?. 










2ól 
Do esto misino linagre de cauciones eran las que prestaban 
los litigantes para garantizar los resnltados del juicio y que 
fueron de diver-sas clases, seg-un el olijoto rpie se proponian 
rcfiguardar. 

Kn el Bronce de Pómpelo Tiljcrio Claudio Quartíno, legado 
pretorio en la Tarracoiiense del emperador Hiidriano, delega á los 
duumviros del municipio pom|)oliint'iise la facultad de recibir 
cauciones de los litigantes, liacicndo extensiva la juns<licciou de 
dichos magistrados á compeler á los contumaces á comparecer 
enjuicio. I'ero al mismo tÍciii¡io previene :í dichos magistrados 
que si dejasen de exigir las canciones indicadas, aún supoiiiéu- 
do que obrasen dentro de las estrictas atribuciones do sus 
cargos respectivos, haciendo caso omiso de esta delegación, de- 
bían entender que no por ello quedaban exentos de responsabi- 
lidad, Kn su virtud, si |)or tal omisión uno d<', los litigantes no 
eompareciera el din marcado para abrirse el juicio y en su au- 
sencia se fallase en favor del que estuviera presente, las conse- 
cuencias de semejante sentencia pechaban tanto sobre el cau- 
sante por su contumacia, como sobre el duuuivir, por no babor 
cxÍgÍ<lo las oportunas canciones, garantizando las eventualida- 
des legitimas de! procedimiento sustanciadn en definitiva, l'or- 
qU'- en este case» no habia a|>elaci<in subsijriiiente por ra/on de 
la misma cujitumacia del que iiu hubiera ríJinparecid'i, asi como 
por la omisión <lel duunivir ¡lodia suceder qm> un hul>iesc ujedio 
ífe liacer cumplir la sentencia por resultar insi.lveute el litigante 
contumaz '. 

VÁLETE DAT . NON . OCTVBRIS . CALLACOKI - :.v.r' . C\l- . TRM'VNO HADRIANO 
AVG ■ III . C05 

liespect" de este linal snl-, anadiiv >\nr liüt.nei iienerda :1 

t,\LLACORRi ci'u la calacvrrl ivlia nass;ca íle l.i- Timiieda-i *. patria 
de Quintiliano ». hov (■alali..rra. 



i 


l'iíii' 


i. 


.. TI. 

ii. 


■líC/j M,m 
rula<rnrrii; 




'lUl NilKSiCf 


CLVOQyí .-I, 
ruL-noiuinnuti 


ov, 


3 


Piolei 

AUROI 


n.' 


S « 

Pror. 
Ail 


RuriUcnl. 


icU( 


:él Ka 


))min CaL>i:iirri* nlom 


,.„„ 




ni 



HRí>N(K DE AHKIO. 

Esta tabla descubierta cu Portugal hace más de dos siylos ha 
vuelto á desaparecer, como las dos de que acabo de ücu|>armc. 

TEXTO DEL BRONCE 

C . VMMIDIO . DVRMIO . QlV A D R A T O 
LEG. C . CAESARIS.GERMANICI.IMP 
PRO PRAET 

IVSIVRANDVM . ARITIENSIVM 
EX . MEI . ANIMI . SENTENTIA . VT . ECO . lls . INIMICVS 
ERO. QVOS.C.CAESARI .GERMÁNICO. INIMICOS.ESSE 
COGNOVERO . ET SI . QVIS . PERICVI.VM . El . SALVTIQ.. EIVS 
INfERt . INtultRlT\E . ARMIS . BEl.l.O . INTERNEClVQ 
TLRRA . MARIQ,. rER5EQ\'I . NON . DLSINAM . Q\'0 . AD 
l'OENAS . El . PERSOLVCRIT . NrQ¿IE . I IBEROS . MLOS 
LIV5 . SALVTE . CARIOREb . IfVBEBO . EOSQ^QVI . IN 
KVM . HOSTIL! . ANIMO . FVFRINT . MIHI . HOSTES . ESSE 
DVCAM . SI . SCM'NS . FAllO . FEFEI.LEROVE . TVM . ME 
IIBEROSQ_ . MEOS . IVPPITER . OPn.MVS . MAXIMVS . AC 

d:vvs . AVGVSrVS . chtlricl. omnes . di.immortai ls 

tXI'lRTtM . PATRIA . INC OI.VMITATL . FORTVMSQX't 
OMNIBVS . FAXINT . :» • «I . V . ID\ > . MA! . IN 
AKITIhNSi. . OiriDO . VlílKI . CN . AtLRROMO 
PROCVLO . C . PhTRONIO . I'ONTIO . NIGRINO . COS 

MAG. 
V t G t T O . T A I I I r I . I B I O •• • A R I O N I 

(',:iin) rnimiflin Durmió (^>:i:i«lrat<» le^»-<atM» ('(aiii ('ars;iri^. 
<i»»rm niiri im|)(t»rati)r¡s» |irn pr;i»»tinnM 
lusiurandum Aritimsiuiii 

E\ m.*i auimi seuttMitía, ut epi iis iiiimiru^ ero, quos ('(ak») 
Caesari (¡ermauico inimicos es-;e (•o¿ruovero, etsiquis i>eríruluiu 
n salutiqíu") eius in[ner[t]. iii'fler[ejtque armis. Im^IIo iiiti»r- 






953 
iiicivo térra raariq(iit') ¡»erso(jui non dosinani. qnoad pociias cí 
persolvcrit: ne(((uc) me [itoquc] liljoros moos eius salutc cariores 
Iiabebo, eos(](no), qui in cuín Itustili animo fner¡nt,niilii hostos 
esse (Incam, 

Si s[i-Ji[o]nf- fa[Ilo] fcfellorovC; tnin nic lÍbcros(j(nt')nK'os lup- 
[litci- optinius niaxiniu-s. ae divns Auyustus totoi'¡íj(iic) onmcs 
<l¡ iiiiinortalcri i'xjiertem patria inc(»liuuitatc tortuni;í<|uc onnií- 
liufi faxint. 

[A(nfo) d¡(i;m)] V. idus Mai[as] in Aritiousc oppido vctcri. 

rn(co) Acervonio Proculo. C(aio) Potrouit» Ponti*) Nigrino 
ru(u)s(nUhus) 

M!ig:{if^tris) AVgroto Tallici ....ibio... ai-iun i. 

A Cavo T'nnnidio Durmió C'uadrato. lrj,'a(l'i del emperador 
(,'avü Cesar tiormúiiico, propretov. 

Juramento de l'i.< Aritionses. 

Por decisión de nii voluntad wm-t' enrmiyo de los <|ue conoz- 
ca ipie lo sonde Cavo C -sar lii'rinánico. y no dejaré de persoynir 
por niiir y tierra al (pie in-oviMpie aljrun pclig-ni para él (i pura 
su saluil. li se levante en armas cnn jíuerra cruenta, hasta que sea 
eastijrado. X<> me serán mas <|iieridos mis hijus. ni mi persona 
misma ijne la sdud del emperadur, y teiidn- por enemigos niios 
los que coutrd aquel fuesen de ániuio liostÜ. 

Si á ciencia cierta falto ó faltare (á mi eomproinisii)Iiajr!ni.ln. 
jiiter (iptiino máximo, el divino Aiijrustíi y IihIds los demás dio- 
ses inmortales ipie yn y mis liijos seamos ]ir¡vadns de patria, de 
seí.-uridad y de toda' lorfumt. 

Km la 'aiit¡.rua ciudad Aritieuse á :. de los Idu< de Mayo. 
>i<-udo eiiiisnles Cn.'o Aeerrouio Ptiii-ulo y Cayo IVtroiiiu Pon- 

(■ioNio-nii,..yiinfondadesd-la pol.laeton'Vejrefo Taüeio 

ilíio..,.. ariou. 

l-ji el año de l(;:»!l fui-eiieoiitrada esta planelia de metal, que 
m.-dia d»> y media cuarta^ d<- hu^o por una muy cumplida de 
alto y estaba cercada lie un mareo di'i mismo metal eoii un 
afíuji.-ro en cada uno de sus cuatro ánynb's. Apareció en la aldea 
portuguesa de .Mvéya. situada á dos leguas al siid de Ábranles 
en el camino antiguo de Lisboa á Mérida. .Allí existen ruinas de 
un pueblo que pudo ser como dice HiMíuer el 'Asít.ií de Itole- 



TAlir.AS UK IIOáPITALlD.VIl Y PATRONATO. 



Hace ya tiempo que en dos obras «Üvcráas y con ocasión 
la una de exponer la Rúbrica sexag-ésiina primera del Broiic 
Malaca ', y en la otra de explicar la iionagésiina séptima di 
de Osuna', me lie ocupado extensamente del hospitiina y de 
(ronafus, haciendo notar en lo qtie se diferenciaban en cuan 
Kiis efectos, y en lo (juc se asimilaban respecto á la forma c 
aquol y este se constitiiian. Hoy, pues, con motivo de los nii 
documentos desciibiert<is en España referentes á la huspíUil 
y i\\j}titroiit/:{/o. he creido nportuuí) ordenarlos, ehisificarl 
trasladarlos al ciisti-üano con brevisinias aiioturiones sobr 
pasages, que piirez<-an necesitar aclaraciones. 

De los unce docnnu'ntos liispanos de esta clase hasta ho; 
nocidos, diez han aparecido en la península y uno en H< 
siendo tanibi<-n diez los (|ue se refieren á ciudades li ectrpor 
nes españolas y uno ;i la eoloniu de Tipiisii ^. en la Mauril 
Cesariense. V.l orden con que lodos ellos deberán ser esfudi 
con relación ii sus respectivos enutenidos y ¡i la fecha en 
fneron redactados parece que lüdnade ser e| ¡idoptado en 
breve exposirion. 

I 

Broin-c encontrado en Paredes de Navns cerca de l'alenr 
ro llamado Kreeüla en lK;n '. 



el i>agi 



I nerUnici 

a HtTlainfL- - . 



>-RtnK lilKli'iriciii) iiialnrili 



tlio iiwriwndii 21 II).) C. 
Kiiliem. 4>)<iir. i. |>. I-' y W> n. i.i. 



259 

IIII * NON * MART # 
IMP • CAESARE • XIII ' COS'ACCES LlC IR 
NI * INTERCATIENSIS * TESSERAM 
• HOSPITALEM • FEClT * CVM ' Cl 

vítate • PALANTINA • SIB • 1 

ET • • FILIIS • SVIS POSTERISQVE • 

ANENI - AMMEOI ' PER • MAC 

FIAISiCVM • HOSPITIO * AMMI 
CAENECAENl 

Quartmn nou(as) Mart(¡as)imiHM*aton»C'aí^sare XÜI C()(n)s(ale). 

Acces Liciriii Intcrcatiensis tessorain h<)S])ital(»m fecit cum 
civitato Palantiiia sib[o]i ot filiis suis postorisquc. 

Aneni Ammecli per inag(istratum) Flaisicuin liospitio Ammi 
Caenecaeui .... 

KI cuatro autos de las nonas dr Mar/o. sioiido cíhisuI por la 
d<'»c¡ina tercia vez el enipí'rador César. Acces (hijo) de Liciruo, 
natural de Intercacia, otoryo escritura de hospitalidad con la 
ciudad Palantina para sí. sus hijos y sucesores. 

(I.aconc(»rtó) Anenio (hijo) de AninuMlio por medio del Ma- 
pistrado de los Klaiscos. en la residencia ilc Aininio (hijo) de 
('eneceno. 

Kl texto y la lección tniscrita son dt»I profesor Hühner.<juien 
comentando el mencionado líronce indica ijín» los nombres h;ir- 
l»aros que en el mismo ajíarecen. hast¡t su descubrimiento eran 
desconocidos, resultand»» omitido el sustantivo //7/V.v al final de 
los tn*s «rrupos. * 

ACCES LICIRNI... ANENI AMMtDI... AMMI CAtNLCAtN I... ' 

r /////' ¡Mfhrhm. añadí». .stfrJr riirotttrtirsr sffjtriftnfhf rn los rjft//rff^ 

Kstima íjU(» flaisicvm. acoso fii tirttlflrn tlr y/////v//, sni st/t tlmhi 
la tlriiottiinactOii flr imti ^\y\\r^, t/ (jíff rl itfmtbrr r//* ,l//o// (hijo) 
de Attiiurtli loes del tjtn* uitrrñnu riityr Accts y los ¡talanfnins jtfn* 
iiicdto (frí iitatjis/ratlo dr /os Fhislcos^ concIuviMido por st»ntar que 
HOSPITIO eqiiivah? á dont't: de siitM'te que el jKisaje debe entender- 
se de (»ste iimmIo: 

I Sem#»jantp> nornhreü arnso i.^-rt*»!!*»/*'.!!! ;t la ••Ti'-n»nto|o;:ia «1#» Wt» Vaco 1*0 si. 
n l'*ff niie corren i»ODdlau los I u t e r c a t 1 c 11 é »* .•" > l^x I* a 1 1 a n 1 1 11 1 »einiTi 
riluio H. .N. 3. ». 



¿.¿ÜJSM^A..' ^..'/ 



;«.¿.-^.. •--••'>-> ■ 



■■■■-**■ . " ■. 



- .1 ■ « 



260 

[Pffit] Anen\(Hs) Ammedi (/f////^) per (Mag(istratum) Flaisí- 
cuiii, liospitio Ammí Caeaecacni (Jiliiis.) 

\Lo realizo] Anenio, {hijo) de Ammedio, por medio del magistra- 
do de los Flaisicos, en la morada de Ammio, (Jiijo) de Ceneceno *. 
Y ya que me he ocupado de estos nombres, puramente regio- 
nales y de todo punto ágenos á la onomatología romana, no será 
fuera del caso el trascribir un fragmento de inscripción, vuelto 
á encontrar en 1875 con otras piedra? escritas, aí desmontar par- 
te de un muro del ruinoso castillo de Jodar, pequeño pueblo de 
^a provincia de Jaén. Todos aquellos epígrafes pasaron á formar 
parte de los cimientos, que se sacaban de nna capilla de la Igle- 
sia parrocjuial, excepto el trozo incompleto indicado al principio, 
que existe al presente ai la imr te exterior de la misma capilla^ que 
hace frente d la calle. En 3Ü de Junio de 1889, fué publicada di- 
cha inscrii)cion con un facsímile bastante bueno y con un ex- 
tensísimo comentario, tratando de probar (jue estaba redactada 
en una lengua híbrida ibero-latina *. 

Muratori lialiia sido (?1 ])rimero que dio á conocer esta leyen- 
da, antes de moiliar <•! siglo pasado, tomándola de las schf'dns 
Jarnesianas^. diM-uyo epigrafista la copiíj nuestro Cean IJer- 
mudez *. casi uno mas tarde, l.'ltiinamente el profesor llübner 
la trascribió después en iS(il) ^, en esta forma: 

-Í'OFNELIVS CERVI F 
NICER . PATER 
A * CALDVRIA IVNI 
GR 

KI fiicsíniilt* antes indicado. saí*a<lo d<» una fotografía, lia per- 
mitido rt^stablíM-er en su pristina forma este interesante ejíí- 
rrafí» v restituirlo dr una mancara inlubita la. ro:nj lo liu hecho 
el mismo llül)n(»rdel modo sigui<»ntr: 

1 . (Mirrl^ELIxS • CERVI • F 
lll'CER . PATER 
;.ÍU]Í^ . CALDVRIA • VNIN 

ita . uxoR 






1 VeaKp luáK afl(*laiii<> el ¡ttr ¡eijatnm fiel Coiicihuin Coveutiis cUinieiiiM* y el 

per mntiint^nlHm «le los Z'fhi^. 

2 n<»letlinl«* 1:» Institución niire «1<» enseriaiiza iiúiii. "/.C p. !« á \0\ nfim. ?»* 
p 2 I a y»*;, innn. 2ir.i j,. 2IM á 221 níiiu. :»»•» p. 2:r* a 21 1 iifim.aU 1». ÍW ú «rrf mi- 
nien» 'Jkr¿ p 2 .*! a 2 r>. 

3 Miinitori Novus lln'saunw vetcnr.ii liiscrlptloiiiim. Ucillolunl. I*:» ¿IHI: un- 

4 Cean. Suraarlu de las aiitltrftedade» roraaiiu8 que hay en España. Madiid 
11*32 p. K». 

ó C. I. L. II. XW. 



■..-■ * " 



i» . 



* « ■ *— --t.»... • U m. ^^ * ,a ' jnt V 



í »- ■• Js •■ •• 



261 
De Jimena traída de las ruinan llamadaf^ de Alcalá, punto 
muy cercano á Jodar, es una lápida publicada por mí * en 1861 
y en igual fecha por el mencionado Hubuer * (juion la reprodujo 
luego en su amplia colección de inscripcionos romano-hispa- 
nas '. En ella aparece en el rcMiglon último el nombre y 
el cogncmibro de la liberta fabia . vNiNita. En otra piedra también 
de las cercaníjas de Jodar y en igual focdia publicada por mí *, 
y por Hübner *, reproducida luego po'/Mom:u<en • y i)or el mis- 
mo Hübner ^, se lee en la línea segunda a . vninavnin • ve y en 
la cuarta vnininit, cuvo nombre se restablece con certidumbre 
jM)r el de l .qvintitivs vninitvs de una piedra de la ManritanUí 
Siti tense ■. 

La preciosa inscripción del castillo de Jodar de que me 
vengo ocupando, ai)arece sobre una piedra fracturada, ([ue tiene 
58 c^íutímetros de largo por 40 de ancho y su< letras, (¡ue son 
de la'época c^*sariana '. s^ms de altura. El ultimo ctlittu' espafiol de 
tan curiosa levíMida. arrastrado por un ilesbonhub» ib(»risuio, ha 
derrochado todo un co])ioso caudal de pal(*ogralía y dcí lin- 
güistica, de onomatología y de gramática de un itliouia ¡«leal, 
tratandf» d<» (»stabl<»c(»r de manera bien estraña. la ¡iiteligtMicia. 
verdaderauícnte nada oscura de este texto, ctuuen/niido por supo- 
ner sobre entendida entre la primera y segtnuhi linea la frase 

¡está aqni st'jnfUoflo! 
y traduciendo después, no sé d<* {\w liMigua pen^grina 

¡¡Srgtts (irrr: \ (ier si/ ptnlrr \ Si'ilnr ff** h»s tic Juihir!' 
complctandt» (*1 s Mitido con c<ta^ ]íalaiíni< ta!ni»i«Mi adivinada^ 

¡t'rit/loJf* f'.sff nii'iH'tritf! 

Lástima grande f|ue á tanto trabajt» im <«»iri'<|ni]n|¡rra una 
versión siquiera tolcralíh». sino ya tan st»nrilla. cnmo es indubi- 
tada la restitución IIübinM'iana. que equivale siniplemmite á 

I^V/y iiclio Niger, hijo di» Cervn. padre 

[y/'//|a íialduria rnin[///'\ e<posa 



I n»»rl. KntiiiUits ron,:i!i«iN. 'i p *;. n. -i. 

? Hii»»n<»r. MoiiitslMTirli. il#»r K uii;:!. Ak;i I. «I"r \V.>'i mi^í-Ii i''ifii zn HfrUii 

M r. I. I. II. xr»i. 

I li«»rl. KstiHtiog romano-* 'í p. '». 

:» Hühiivr. MoiíatMiHTicli. üer K. A. ilor W. zu BiTlin. i^U p :«. 

•; i:, i. i« i. nv» 

•: r. I. I. n. »««. 

« r. I. L. vni. wu. 

V HAbuer. K. s. E. L. p 13 y 8l;ruieote«. 



^-'^uI^W ¿>V, ,fc,. ,* 







m«i^ 



í*--- -W. 



..» Jt"-.C;<» «*ij».»«! 



262 

La paleografía de la piedra de Jodar concuerda exactamente 
con la de Gástalo de m • folvi • caros, publicada por mí *, por 
Hübner * y por Mommsen ^, si bien la p resulta con la curva 
unida por los dos estreñios al hasta, acaso por una errata mate- 
rial del que dibuj<3 el facsíni.lc, en vez de estarlo solo por la 
parte superior *. El carácter de letra, pues, del fragmento de 
piedra indicado parece de ttnes del periodo republicano de 
Roma. 

i 

Bronce encontrado en 1776 en el fondo de un pozo á lafaldít 
del Peñón de A udifas en el tífUe de Santa Maria ^. 

ANNO CN CINNAI MACNÍ . I . IlICSSallai». \fllcs>i. <ÜS 

XV K novembrIs 

Q_- MARIVS . BALBVS • HOSPÍtilllll flM'it Clllll 
SENATV POPVLOQVE 

lIberIsqve EORvm • cosqiir liborus 

POSTE ROSQ_Vi: EORIIIII ill ÍhIiMII ^ 

C L I E N TELAMQ.Vr SIIHIII. líllOronilll 
POSTE R GR VM Qj.l(* SUoniIU nMT|Mt 

Econiiit 

M FABIVS 

M manIlivs 

P CORNELIVS 

C FABIVS 

Anno Cnfei) Cinnai iiiagn[i L(uc¡i) Messallae Volesi co(n)- 

s(ulinn)], XV k(alendas) Novembris Q(uintus) MariusBalbus 

hosp[itinni fecit cnm] sonata popnloíjae liberisque eoru|ni, 

oos(jae liberosj postcM'osíjae eoriuní in fideni] ('lientclamqn[e 
suam liberornni] posteroruniqfuc suoruní recepit]. 

Kg[eruntJ M(arcus) Kabins... M(arcus) Manilius l\ublius) 

Cornelias.... C(aias) Fa])ias. 



\ iu»rl. Kst. rom. 2. |» r». 

•¿ MoiíatKiterich. d. K. A ti. W. zii i:»»rliii. I>*;i p. %l, c. I. L. II. XHM. 

3 í'. I. L. I. U7fi. 

4 lliihiior. K.S. K. I.. p. 13 II. \K>. Vvaiis«> taiiihiftn lo.< númoroii OaH p. U. 
•*> c 1. L. II. 1313. La« rcHtitiiciout'8 »oii dvl Dr. Illlbncr. 






^^-«í 



20á 

Él quince de las calendas de Noviembre del año de los cón- 
sules ('neo (Inna. el <^rand[/% y Lucio MrsaJa VoJesio^ ofor¡/ó] 
(Quinto Mario Halho contrato de lios|)¡talidad con el Senado y el 
])uel)lo... y con los hijos de a(|ne]los [rrcibicufh d cslos hljoís] y 
su(resores de ellos [bajo su Jr] y clientela, [h de sus hijos] y 
sucesores [de estos], ^led'\[ifroií] en t»l (convenio) Marco F^ahio,... 
Marco Manilio Publio Cornelio .... Cavo Fabio 

La frase que debe únicamente notarse en este documento es 
con la que comienza, anno cn. cinnai mag[/í/ /. messaJlac^ cos]^ 
por ser insólita en epigrafía semejante manera de fijar la fecha, 
que corresponde al 18 de Octubre del quinto ano de J. C. 

Bronce encontrado en Peñalba de Casti*o. provincia de Burgos 
en Abril de 1K87 •. 

C . LAKCANIO . BASSO 
CL- TERENTIO • CVLLEO 
NE eos 

CLVNIENSES.EX- HISPANIA 
CITERlGRE-HOSPlTlVM FE 
CERVNT • CVM • C • TERENTIO 
BASSO • C • F . FAB ' MEFaNATE 
ETRVSCO • PRAEFeCTO . ALAE 

avcvstae . lIreris • POSTERIS 
Q.VE . Eivs . sib: lIberis POSTFRI 

SQV't . SVIS 

ECüRVNT . LEC 
C . MACIV5 . L . F • GAL SIlO 

T • AEMILIVS . FVSCVS 

* 

C(aio) Laivanio líasso (í(u¡nto) Terentio Cnleone co(n)s(ul¡- 
bus). 

Clunienscs ex Hispania citeriore hospitium fecernnt cuní 
fJ(aio) Terentio Basso. (\;ii¡) fiilio), FalHia). Mefanate Ktrusco, 
praefecto alae Augustae, liberis iM»sttTÍsque eius. sibi liberis 
posterisque suis. 

Kgernnt legfati). 

('(ains) Magius. L(urii) f(il¡us» (ial(eria). Silo. 

T(itus) Aemilius Fuscus. 

I C. I. L. n. Siipp. 5W?. Vcnuí» C. I. L. II. p. 3H2 ,v ffO. 




M ^ ^í ■- IV ."•.<*•:»; y. 



264 

Siendo cónsules Cayo Lecanío Basso y Quinto Terencio Cu- 
leon, los Cluíiienses de la Hispania citerior hicieron convenio de 
hospitalidad con Cayo Tereucio Bassc Mefanate Etrusco, hijo de 
Cayo, de la tribu Fabia, prefecto del ala Augusta, con sus hijos 
y descendientes, para sí, sus hijos y sucesores. 

Intervinieron como representantes Cayo Magio Silon, hijo, 
de Lucio, de la tribu Galéria y Tito Emilio Fusco 

Klein el conocido fastógrafo moderno se apoya en un pasa- 
ge de Suetonio, á propósito de los cuatro consulados, que obtu- 
vo Calígula, en la parte referente al tercero, que egerció solo poco 
tiempo ^ porque su colega murió cuando aun no habia tomado 
posesión del cargo. Cita también á este propósito a Cassio Dion * 
que repite lo mismo que diee Suetonio y á los Fastos de Antia- 
tes ^, á los de Idacio, donde so lee Cacsare 111 sólo, y al Chroaicoa 
Paschalc. en cuvo libro se dice iíífualniente Kaxjs-sv Kaísapc; tí 
íiV,¿v:v*. Este tercer consulado de C. Coesur GrrmfrulcHS cnrrQíy- 
pondió al ano 40 de J. C, en el que, y al terminar el mes de Mayo 
el mismo Klein coloca dos cónsules sufectos, tomándolos de los 
/asios de las /crias laUttas ^, (Mi los (jue se encuentran conser- 
vados sus nombres de una maniera deteriorada 

NIO ..'... o Q_. TER ... NTIO . CVL 

pero que se restablecen con (»ntera si^fjiuriiUid j)or t*.sta trssora 

[c • lací'aJNio . [bass]o . q_. TERreJNTio . cvi [leone . eos.] 

Re.^pceto de la CUinin, i\ (jue el Bronce se refiere, ya tíj<» su 
situación el i)rofcsor I lílbner ^^ siguiendo en parte á Flore/, v 
Loperraez, colocándola en una eminencia solire el rio Arandilhi 
entre los pu«»blos de Coruña del Conde, llinojar. <,>uintanarrava 
V IVñalva. 

IW lo que hace al p(Msonaj(» fV/yr; Tcrcuriu liasso Mefanate 
JCtriisco, lo prinn»roque jiay íjue t<»ner pres<'nte es lo dicho jior 
Borgbesi á proposito de \\\ ¡ihhjoiujíuia romana '. 

1 Klí'iii. Fastl coiisul:ire.s |i. 31. Su«'t. Culi;:. IT. CoiisiilatiiH qiiattiinr ^n^JOiit. 
priiiniin f\ KI hil. |ier (hi(»s iiifiiscs. sot'mi«ium i*x Kl. lan. i«#*r XXX. iIí^k t(*r- 
tiuiii iisfjue in hUis luii. (iiiarTTtiin us(|iih s*'i*niiiuiii lOut» •'asdfMii . l«*rtlniii uiit«*iii 
I.ii;:<liiiii iiiiit >(>liis, Tioii 111 (|ui'l:tiii (>|»ni;iiitiir sii)t*rtMa ti(*(rl«';:<'iitia\t'. m*(1 quml 
tl«*fuiic*tuiii ^uh Kalciitiariiiii •tifiii i:nllf;:;iiij r«*>(':ss(' ai*.^eiis iiuii i»utu«*rut. 

2 Piüii. Cass. .9. VI. 
W C. I. L. I p. :r>7. 

4 Chriíii. Pasí'lial. ett. Dinaorf I. j». Ittt. n. V\ Malius ed. FlüM»z E. S. IV. n. 471. 

r» r. 1 L. VI. 2üir». 

« C. I. L. n. I». :«<2. 

7 UorA^^lien. Oeuvn*H ni. i». t>7 ú :i<i¿. 4»rflU I. VIII. |».o7?lleiizen p.zn 6:211. 



.' i-^' 






" ■¿:\V.j;¿i¿j 




265 
Scprnii el texto explícito de los ^rrandes fragmentos de bron- 
ce de la Ley sobre el peculado, t'c ¡te tundarutn^ como la deno- 
mina Monnnsen *, y lo prescrito en las Tablas heraclcases sobre 
la manera de veriticarel censo en las ciudades italianas*, se 
sabía que los ciudadanos ronuimis debían usar en los documen- 
tos oficiales \\\i prcdOiiibi'c^ (jue les era peculiar, un notnhrc^ que 
determinaba la familia, y un cjfjiríHiht'r^ además de añadirse el 
prenombre paterno y el nombre de la tribu, á <[ue cada cual per- 
tenecía, que eran los caracteres distintivos de la ingenuidad. 
Sin embargo, del tiempo de la república existen inscripciones 
en que no aparece el cofjnotuhi'r. cjue se bizu necesario en el mo 
mentó en que los liijos de un misuio padre comenzaron á usar 
igual prctiotultr^ pues entonces para distinguirlos tuvieron 
que valerse de los cotjnotuhirs, Kn el periodo republicano en 
memoria de algún bfcbo do armas, jmr causa de adopciou o 
como apodo pojiular, se añadiíM'on los cofjd'mthrcs. cju? se desarro- 
llaron mucho mas. (hirautt» el imperio, en cuya época se llevaban 
también, tomando los «le la madre ó los de los abuelos '. 

Borgliesi corroborando un pasage de San Isidoro de Sevilla * y 
para hacer ver los diú*rentes nouibres (jue i)ríncipes y nobles usa- 
ron desde los tiempos imperiales trae un largo catálogo de lo< 
de dichos p.»rso:iaji»s. entre los cualc-; hacví al ca<o presentí» la 
serie de hís de (^, JIcrcnHii'.s J'^trtiscas Mrss'nfs Drritfs, cuya 
madre se llann» Jli'i'i'iitiia Ktiuisc'iUn y el paílre Decías ^. 

Separándome ticsde este momcnt*» <lel sabio de San Marino 
añadiré linicameníe (pie (»u Ch'nfsi de la Ktruria. la antigua 
Clusium. /// thi tnjoh, j,rrs.xo i/ nni^./iico (i. fírnt/¡, se Ice una ins- 
cripción que dice: \> : cale . mcfanct | nal: y st» ¡iittM'preta: 
Lars (ialHas Mr¡ihi'nnf'ni natas, t'xistiendo lattorit prrsso ¡I .y///. 
Maaro Paoln::¡ Vlnijihrtanir iscri:¡nne incisa ia Híi graa cl¡ijto 
¿narmorro ad tmnrr ilr / . Tihrrio Mar^thanati •. 

1 C. 1. I.. I. líK |5. XIV. I». r.M. mici v\ h.are» Ih'j:!») cdi. vir**ÍH In pum 

IiTlIlli;il lect*-i iTIlliT. iM liciilli:! n|itlii;i iit l;il»ill;t lli :iIIh» ;it r;(Illi'Iit<i ^cripto» |iu- 
irtfiíi. tr¡iiuiu '«•«•¿r ihmiumi«|U»* trii>iiiiiit<iu«* tl»'>fn|»tMí» hal» t*tu . 
Vfüsf faiiii'irii ti ji. \v:n \<\v: oV*. 

2 C 1. I. I '/^i \V. U' :i ] ;.• I». Vtiy «n <i '»»*nc'lv»*s) R.oniaii»Mi eniiit. r^n- 
Kii'ii a;:ito (*or>iiiit|U«.' iioMitiiu. pr;ifiini!tiii;i |i;ttr«'s aiit patrullo^ trlIuiM i*«>^it«»> 
mina ... . «*a<.uf nmüía in t:iMiI.i> |tut<]:<*:.> mu n iiinrti'i rfi*'r»'itila tMjral«» 

3 Horj:lir.sí ot'in n N lll ji 4vh v« a>H im»iiii> «jiMiiplo i!«» |iul\ oii,Miiia ore:h 7^39. 

4 lsi«l on^'. I. r> n > I fr,n,.i>,'i> iiicitiir *••» (|iim<1 nMuiint ¡ir»*i*K>iiniitiir iit I.u- 

ClUK. V^:Iltll^. A'»', rn \ tM'at lllli «{Illa liolat ;:fllll% ut roriM*liii> * u^** n*nt (\\\va wo- 

mliii citiiiiiitciiiir iit M*i|ii«». .i«/iio»«rM ver» «luasi ucriOeiiíi iioineii iit Meteihia ere- 
tk'U». quta Cretaiu siiU«'^it. 

O Hor^'lif»! Ufiiv. ll¡ p -!>•. Vtaso Aur. Vict deCuPüSiribiis XXIX v Kpitüme XXIX 
6 Oaiiiurnni. AM.d.inii* al Cc>rii liibcrip. Italicuruiu Ul Kal»rf Iti. p. '¿J n V y. 

31 



úít:>*^-í^ 



-»' 



¿66 

Pero no solo es en los epígrafes etr úseos, sino en algunos 
otros de Italia, donde se encuentra este apelativo. En Gabbioneta 
cerca de Creniona se lee en una piedra la inscripción dedicada á 
un CMEFANATi.cRACiu *, como CU Bríxia otra de un MEFANas ianva- 
ríus *, y en Verziani una tercera, donde aparece toda una fa- 
milia de libertos, compuesta de un padre, c . mefanas diáconos, 
una madre, mefanatia • avce , dos hermanos, c • mefanas arion y 
c. mefanas serotinus y una hermana, mefanatia • nymphe '. 

El pRAEFECTUs ALAE AVGVSTAE cra gcfc dc uua sección de caba- 
llería auxiliar *, cuyas tropas reclutadas en provincia fueron 
mandadas por oficiales, ciudadanos romanos *, y llevaban el 
nombre de la región de que procedian o de algún hecho (jue las 
habia distinguido. En España se conserva memoria de varios 
})refectos de Jas alas ®, á los que* ahora habr¿i que añadir el prae- 

FECTUS ALAE AVGVSTAE. 

Que dicha ala A lu/usta debid estar acantonada cerca de Clutüa 
el año 40 de J. (\ parece lo verosímil á juzgar por esta tahla 
dr hospitalidad . De otro modo habría ([ue sui)oner que el oficial 
de caballería auxiliar Cayo Terencio Basso. que tenia igual 
nombre que uno de los eponimos do aquel año. é idéntico cog- 
nombre que el otro, habia venido á la España, suelto del servicio, 
y habia residido en Chinia lo bastante para haber estrechado re- 
laciones entre los Iiab¡taní<'s de acjuelUí ciudad, estrangora 
l)ara dicho j)reft*cto, que pareco originario de la Toscana. todo lo 
cual es tanto mas violento cuanto que la tessmi se ha encontra- 
do en las cercanías de la misma Clunia. como indicando que i»l 
personaje aludido debi<» morir <mi aqu<:I acantonamiento. 



1 c. I. I.. V. Wll. Vt'uv* Kllfinlt. 1)<* ro;:iumiiiiP et a;rnoiiiiiie romano íKSí 
V C. I. \.. V. \*u\ ViMsc HiiiMiiT. vtiut'.NtioiiPs oiioiii;itolo}rii*ae lutiiiae. i(GI. 
:J C. i. 1.. V. 4»mI. Vi'um' MiiIiiht. viia(*ht. oii(»in. latín. Ki>1i. t^iiiu. 11. |i. 95a y2. 
I Vou't't. II. 1. F.i|UiiiiTii :tl:io (lifuiitiir :i{* <•<». <|Uo>l a<l siiiiilltmiiiit*iu alariiiu 
ah ntriu|iic parit* |iriilo;:uiit afios. 

Maniiianlt. Kuiiiisrln* StitatsvíTNxaltiiii;.'- V. »l^ III l»as Militarw(>K»*li. Drltte 
Perioíie. 2. auxilia. :i. roliortfs aiiMliaifs p. 4:y. Kr.-tf irnodt* 'i. .\\ \%. :«.!. 

Ma«lvi>r l/Ktat roiiiaiii tra«l .\li»r«*I IV rap. X. í m. p. '¿\(í a 2.1 y §. S>. p. Vlá. 
r» i^WfX. .Vii^. :&< Ht«(l v\ prai*f«MMura> alariiiii iP^lit. 

O C. I. L. II l«»í^. PRAfcFE . ALAE . I • ASTVRVM. 

niidHiii 2tí(K) pRaef . EQV'iT • AiAt • II * FL liiSP . Cviviiiiu) f^^omaiioriiiu>. 

]t>id(*lll 'i\^Ví PRJacr^ALAE í LtMA^ORVM 

IbifleiU \m PRAEF . ALAE THRAC IIIII HERCLANat'. 

Ibíílem 42M PRAEF. AIAE. PHRYCVM ITcM . PRAEF* AlAE íll . TIIRA" 
CVM IN SYRia. 



k I 




yc3 

iíl quince (le las ralcudas (le Noviembre (Icl año <lc los cón- 
sules ('lien Ciniia. el griiiiíl[c, y Lucio Mvsiila J'olcsh, ofoiyd] 
IJiiiiito Mariulíalljo e(jiih'ato(lelius|»iíalÍ(la(l con el Sonado y el 
imiíblo... V con los liijos do aíjnellos [ri-cibieiiflo á estos hijos] y 
snctesores de ellos [btijo su }r\ y clientela, [la de sus hijos] y 
sucesores [de estos]. Mei\i[in'oíi] eu el (convenio) Marco Fai)io.... 
Mareo Mauilio Public Cornelio .... Cayo Fabio..... 

La frase que debe únicamente iiotai-se en este documento es 
con la que comienza, anno cn. cinnai mací[iií 1. mcssallae, eos], 
por ser insólita en epigrafía semejante manera de fijar la fecha, 
que corresponde al 18 de Octubre del quinto año de J. C. 



Bronce encontrado en Pcñalba de Casti'o, provincia de Burgos 
en Abril de 1KK7 '. 

C . LAKCANIO . BASSO 
Q_- TERENTJO ■ CVLLEO 
NE eos 

Ct. VNIENSES.EX- HISPANIA 
C IT£ R ] OR E ' UOSPlTl VM FE 
CEKVNT ■ CVM ■ C - TERENTIO 
BASSO ■ C ■ F . FAB ■ «eFaNATE 
ETRVSCO ■ PRAEFeCTO - ALAE 
AVCVSTAE . lIbERIS • POSTERIS 

Q.VE . Eivs . sib; lIberis POSTFPH 

sqvb . svis 

ECCRVNT . LEG 
C . MACIVS , L . F ■ CAL SIlO 
T ■ AEMILIVS - FVSCVS 

C(a¡ot Laecanid Has.<ii Q(uiiit<>) Terentio rnleone C(t(n')s(uli- 
bus). 

Ohmionscs e.\ Híspanía citeríore hospitium fecerunt ctim 
f;(aio) Terentio Basso, ('(aii) fiilioi, Fal>(ia). Mofiíiiate Ktrusc.., 
praefect'i alae .\tignstae, tÜMJris jmsterisque cíns, sibi liberis 
posterisínie suis. 

Egernnt leg(ati). 

('(aius)MagÍus. I.(ucii) fíilins' (ial(eria). Sibi. 

T(_itus) Aemilius Fusrus. 

1 c. I. I., n. siipp. 5Wi. v.-nnc c. 1. L. ti. p y» í ja 




2Q^ 

M AEMILIO . LEPIDO • L . ARRVNT 

eos 

K-MAIS 

EX • INSVLA • BALIARVM . MAIORE • SENATVS 
rOPVLVSQVE . BOCCHORITANVS . M • ATIlIVM 
M • F • GAL • VERNVM • PATRONVM * COOPTA 
VERVNT 
M • ATIliVS • M • F • GAL . VERNVS • SENATVM 
POrVLVMQVE • BCCCHORITANVM . INFIDEM 
CLIENTELAMQVE • SVANl . SVORVMQVE-RECEPlT 

ECERVNT 
Q • CAECILIVS Q\'INCTVS 

C . VALERIVS I C E S T A 

PRAETORES 

M(airo Aoniiliíí Lepido Lnicio) Arrunt(¡(í) cí»(ii).s(ulibus) k(a- 
liMi lis) M:iis, ox Iinuhi B:il¡ar;r.n nr.iioro siMiatus i>oinilu:r4ue 
Horolioritamis M(an'iim) Atiliiiin. Mi^arci) fnlium). Gallería), Vor- 
iiuui patroniun Cí>nptavoriiiit, 

M^arrus) Atüiiis, M^arci. f(iI¡usV (ial(eria), Vorims, seuatum 
)v»piilum«iui* HiKH'horitaniini in tM«Mn clioutolamíjue :*uam suo- 
rmn'¡iu* ror(*pií. 

Kiroruuí (^ u¡utu<' ('aiv¡l¡u< (^Mnnrtus. C aiiis) Valorius Iro??ta. 
IVaotoivs. 

Kii las i'alouila^ tío Mavo. s¡«»ii«!m r«»nsulos Marco Kinilio Lt»- 
jittlo V Kurio Arruiu'itK ol st^nado y •'! pucMo lí^ni'horitanudo la 
Isla mayor tl«* las Ualt»aros. o¡¡^-i*'r»»:i ]"»r ¡»atn»:ioá Marcn Atiliti 
Wrih», liiio il»* Marro, do la trÍMu <;:!¡«'ria. 

Mar»*i» \ti!¡i» \ rríit», liii»» ti»* Marr», «!•• la trüm (¡alona, n'fi- 
l»i«» l»a!o >ii j»atr»HMnin v vu >a t\:í':iii»Ia i"»»m«» «'ii la «lo sus ilr^- 
oondi«*nT»*^ al >i«Miado y al pu«*'í»I'« IvHvliMritaiiu. 

M'sliarxiu o:í o<to aolo ^Miint»» r.-^-üj.. < iiiiiiotn v Cavo Valori»» 
Ioo>ta, l*n*tt»n*>. 

hNt«* píNjUoJiM Hn»iioo o>Ta íivha-i'» «•:: i/oo Mavuilol s**st«»añ«» 
do J, r,, ouaiitlo fí # rfi^tris r * %» /*•?*'#,• •h ^^t fí^f^rntrs ora ciu- 
du 1 l\>lorad I V \M\r lo tjuo o> Juuy lio ii'«!ar «ju •o^tuvioso n*jr¡- 



-'-^^-i^^'^^ Jl' 



iul.^^^" 




265 

Seprtm el texto explícito de los prandas fragmentos de bron- 
ce de la Ley solire ct peculado, i'ej)e(itndfíriiiii, como la deno- 
mina Mümmseii ', y lo pi'e-scrito en las TaUtrs henidcnscs sobre 
la manera de veriticar el censo en las ciudades italianas ', se 
sabía que los ciudadanos romauíi-s itebian usar en los documen- 
tos oficiales un pi'Ciiomhre, que les era peculiar, un uouibre, que 
determinaba la familia, y un cjffiíf/iithv, además de añadirse el 
¡ircnombre paterno y el nombre de la tribu, á (¡ue cada cual per- 
tenecía, que eran los caracteres distintivos de la ingenuidad. 
Sin embargo, del tiempo de la república existen inscripciones 
en que no aparece el cogiioiubi'f. que se Inzo necesario en el mo 
mentó en que los liijos de un mismo padre comenzaron á usar 
igual preiWoihre, pues entonces para distinguirlos tuvieron 
que* valei'se de los viujiiomhrcs. Kn el periodo republicano en 
inemoria de algún lirclio do armas, por causa de adopción ó 
como a|mdo popular, se añiuUeron ios cnijiviinhi-es. qu,í se desarro, 
íbirun mucbíj ni;is. durimte el impi'rio, en cuya é|>oca se llevaban 
también, toinamln Ins di- la nnidrc ó los de los abuelos '. 

líorgbesi corroborando uu pasage de S;in Isidoro de Sevilla * y 
para Iiacer ver losililerentes nombres que príncipes y noldes usa- 
ron do:<de los tiempos imperiales trae un largo catálogo de los 
de ilielios p,'r-u:Kfjes. entre los cuales liaco al caso presente la 
serie de los ile C¿. lIvrvmtiaR JCIriisci's J/rs-tiits Di'ciifx. cuya 
madre se llaniil //'■<■''///'/" Kfn'sdH'i y el padre JJitíiis'^. 

.S.'par;indijmt' desde este momento del sabio de S;in Marino 
afiadirr' únicamcnti' que en Vliinsl de la Ktruria, la antigua 
Clusium, ¡II i'ii tiifih, jii-isxii i! (11 if., tifo ({. lírniii. si' lee una iiis- 
cr¡|)eion que iliee: 1> : cale . ni'-fan'.'t [ nal: y se interpr.-ta: 
Jjirs (iiiUitis Mfiiliinntiii m/tits. existiendo tnltorn jn-rxxo i! s'';/, 
Mtii'.i'ii P<i»/hi::Í Vi„i¡iiii-(iintv \sci'Í:Íunv incisa in uii iji'ita cij-jf/ 
luti riiiorm fxf imiu-f ilr /. . THn-i'iii .l/'n-^t/iiiniiti *. 

l C. 1. I- I. 1!K í. XIV, |i. :j*. i|Uc'I i\ Ilhci- Ix'tn-) CIi|. VtrelH Ui cuní 
irt-iii. inl.iiii. :c.ii- iK.iiif'ji. 1 ril'.iuiii»|Íi>- il.'si-rii.tiis lililí i-lu ! 

Vv:iM' ianiiiii-iii-i s. \v:ii i.i.i; W. 
S C I. 1. I íi'l M. ur. :i!i'.' 1.. líJy izl. (|'iii'n (MvfKi ft.nni:iii>-ii criiiit. ern- 



niíiii irii[i]iiiii.'tiiir iit -piiiiii. .lyHuiHrii vt-r>iiiiHiii uci*1i1«iih riuiiit-ii iit M«tei]uiii;re- 

i Kuri.-lif»1 v;f iiv. IJl |i 4',ti V'':ii'i>-'^iir- Vict <li-ru»iiarlbiiii XXIX v 
a OiiiiiliTriiil, A|.|'(l.(IUi- ¡i1 




-•^f 



270 

Iin})(emtore Cae(sare) M(arco) Aur(elio^ Severo Alexandro 
Co(n ■s(iile], eídib(us) Aprilibus, Concilium Conventus Clunien- 
[s]^is) O(aiiim) Marium Padontem Cornelianum, leg(atuni} lo- 
^(iüiiis) [soptimae], patronum sibi liberis posterisquc suis coopta- 
vit oh multa et egregia eius in síngalos univcrsosque mérito. 

Per legatum Val(erium) Márcellum. Cluniensem. 

En los idus de Abril, siendo cónsul el emperador César 
Marco Aurelio Severo Alejandro, el Consejo del convento clmiien- 
se eligió por patrono á (layo Pudente Corneliano, legado de la 
legión [séptima], i)ara sí, sus hijos y sucesores, por sus muchos y 
distinguidos méritos hacia todos y cada uno. 

Medi() como encargado Valerio Marcelo, de Clunia. 

Este Bronco, aunque encontrado en líoma en el Monte Avfu- 
tino, corresponde por su contenido á las trsscras patronales his- 
l)anas. Lo publicó Morcelli leyendo el quinto renglón LEc^atum) 
LEc(ionis) cjlarissimum^ v(irum) *, que Hübner restablece ¡mr 
LEc(atum} LEc(ionis) v[ii] *. l(»ccion aceptada en el Corjms *. 

La fecha del monumento (»s (d 13 de Abril del '¿2'2 de J. C. 

El linico pasage d(» esta tal da que exige alguna achiraciou 
es el (jue dice concilivm . conventvs • clvniens(ís). Es muy siiliidu 
«pie la Hispania citerior en tiempo de Agripa estaba dividida en 
si<»te conventos jurídicos, que tomal)an su nombre de la ca])itul 
del distrito, y eran el Cartagin»»nse, el Tarracouenst*, el Cosar- 
augustano. el Clunienso, el Asturienso. <d Lucens,» y ol Hrara- 
rense *. Semejanti»s distritos judiciales tenían un tribunal cole- 
giado on la ciudad calxv.a de jiartido ^. d<»l cual design iba el l'r»*- 
sidentíMle la j)r<ívincia los qu<» á veces habian <le sustanciar y la- 
llar los pleitos que incoase aíjuel ante su autoridad, ¡i la nianeni 
que lo hacían los duumviros de la colonia Julia (ienetiva con \n< 
recuperadores^. Semejantes ju(»ces fonnaban lo (jue ya Cicerón 
llamó eonsfjo. ronriHutii ^. En los fragmentos del Uroncí» de la 



1 Morcelli 1)»' ^Ul. his. lat. I. n CCCX i». 20) e«i. ».«•. orflll ic,5. Heazcii. \k loi. 

2 c. I. I. 11. I». :ki. 

A C. I. L. VI. Mol. 

I Plin. II. N. :«. 4S. 

5 Cíe. iii Verrein. II. 43 colera ni iii renim selectl IikUc^s c\ ci%*iuiii rona.mo- 
rura conventii proponl soleiit. 

« Ik»rl. L'js Broncea *U osuna. Kiil» 91. 95 y 102 p. 9i, 101 á U7 y Hl á 175. 

7 Cic. IQ verr. 11. */3. cum cuiisUio re cutriUta. 






imxíáám 



Ri'oucL* encontrado en 1614 cu cniíjflr fh Ai-iv. luio Ifgim 
'/í- Piiiiiiiluiui , fiiciiiia dv nilarfí, (sic) en iiiiu a'ihnttt o ailif '. 

NERONE CLAVDIO CAESARE 

AVC . CER . il ■ 

CAESLO M.lRTIALE COS Vlil 

IDVS DECEMBRrS CIVITAS POM 

PeIONENSIS HOSPITIVM RENOVA 

VIT CVM L . KOMPEIO . I . F . ANI 

PRIMIANO 
LIBERIS POSTERISQ.. EIVS 
EGERVNT LEG - SEX 
POMI'EIVS NEPOS . - SERCIVS CRtS 

CENS 

Nrruno Claudio faciíar.- Aii;r(u!*ti)l (.ioi-ímaiiiciO. ¡Hu<-¡u1j 
(_'aosii) Martialo ci)(n)-i(iilil»iis|. vm ¡dii.< dociMiiliris, civíta^ |iuni- 
)io[l](»neiis¡s hos¡iitintii [•••iiovavit cum L(ucini l'oinjH'in 'LiurÜI] 
tiiio. Aniíensi), I'riiniain) IíIktís pot-.-nsiiinc) riiis. 

Kj^cmtnt I(*<i'íati)S!'\(tu-¡il''Hn|)i'iusXei>Oí;,-Si'i-i,'insCn'sc.-us. 

Kl oclio de los idii< di- I)¡i-¡i>in1>iv. siendo ciliisiilfs id ciuiitu- 
dor N\'i-on Claudio Auirnstn (¡uviniinici.. ]iiii- Ui s,';:iuida ve/ y 
\l.i>no\ C.-sir) Man-ial. la .-iii lad d.- l',.iiiin'|n nMi'.vii .-I .-..iiv.-iiÍm 
d<' li<is|>¡t:ilidad n>ii \.\u-\n p.ini|><'yo l>riitiiaii¡n. Iiij.i i\,- [Lii<-i'>;, 
di- la trilm Anifuse. r.in -íu-í hijtjs y siic-sun-s. 

lutL-rvinií-nm curtí" rncai-jrad'is S.-xto rimijii-Vii Nepus y. .. 
Si-ryrio Cirscciiti-. 

KsdoKidu Dici.'inl.ir d. 1 Tw dr .1 C. 



Hroncc i-ncontrado en nur». i-n I'ullfnra. /■»( i'n ti; 




,- -»-■■■ 



26^ 

M AEMILIO . LEPIDO • L . ARRVNT 

eos 

K.MAIS 

EX • INSVI.A • BALIARVM . MAIORE • SENATVS 
POPVLVSQVE . BOCCHORITANVS . M • ATIlIVM 
M • F . CAL • VERNVM • PATRONVM * COOPTA 
VERVNT 
M • ATIlIVS • M • F • CAL . VERNVS • SENATVM 
POPVLVMC^VE • BCCCHORnANVM . INFIDEM 
CLIENTELAMQVE • SVAM . SVORVMQVE-RECEPlT 

EGERVNT 
Q • CAECILIVS QVINCTVS 

C . VALERIVS I C EST A 

PRAETORES 

M(aico Aoinilio Lopido Líucio) Arrunt(¡o) c'íí(n).s(ulibu.s) k(a- 
leii lis) Miis, (»x ínsula Baliara'.n maioiv SLMiatus poimlusipic 
Bocclioritanus M(airum) Atiliiiin. M(ar(:¡) fnlium), Gal(er¡a), Vcr- 
iium patronum cooptaverunt. 

M(airus) Atilius, M{ai-ci; f(iliusV (Jal(or¡a), Venius, senatum 
populuin<[iu» l^ícclinritaiiuní iii tid'Mii clioutc»lani<iue suam siio- 
ruiii'jiK.» ivc(»i)it. 

KiroiMiutíí uiutus' ('a(»cilius(Juiiictiis. C'a¡us)Valorius Ico.sta, 
Praotoivs. 

En las calfMulas do Mavo. siiMidn ninsules Marco Kinilio I^'»- 
p'idíi y Lucio AiTUUcio. (d s(»nado y «d i)uid)lo H<MThoritanu (1<» la 
Isla niaynr di» las Ralearos, «diiricrnn ])Mr patrono á Marro Afilio 
\'orno. hijo de Marco, do la trihu (¡alaria. 

Marco Afilio \*cruo. hijo d»» >íarco. de la friluí (¡aloria. rccj- 
Ido líajo su patrocinio y en su (dienftda como en la de sus di»^- 
cendienfi*s al senado y al jnieldo Hnc(diorifanu. 

M'Mliaron «»n esfe acto (Juinto r^cilio (Juincto v Cavo \*al«»r¡«» 
Icesfa. Pretores. 

Ksfe pf»(|ueño Bronce esfá lo(diado en i. "de Mayodol sostoaú»» 
<le .1. (.'.. cuando fíffchoris rit Jn nnn/or dr h/s fínltut res ora ciu- 
dad fedorad.i '. j)or lo ijuo os muy de nofar íiueosfuvioso rejri- 

S riin n. Tí. Haliares fiinila l»»»Uicosas oraeci ífvninasia dixore. Muior c#»n- 
tiitii.iiiii. passiiiiiii «xt loiiiritiidíiio. circiiitii \Pro CCC<*LXXV. M. OpphU lialiet ci- 
viuiii ntinaiioniin Taliuaiu et PoUcntiuiu. lutiiiu Ciiiiutu et Tuciiu, et íoedera* 
tum Hucoliurtim fuit. 






■»* 



'- A 4 



. i w**ivV:j-iü.'i'*3& 



269 

da por instituciones tomadas de los romanos, con su división de 
clases, SENATvs popvlvsqve, y sus praetores, que debieron hacer las 
voces de los duumviros. aun([ue sin depender en lo civil ni en 
lo militar del presidente de la provincia ^ 

Entoa j) reí ores se encuentran en ciudades de Italia aun suje- 
tas al régimen administrativo romano ya con el nombre de 
PRaetor ^, ya con otras denominaciones como pr.aef nvia ^^ ha- 
ciéndose también mención de un dictator en Lanuvio *. 

Pero allí se explica que conservasen estos nombres los ma- 
g-i.<trados superiores de las ciudades, que antes de la domina- 
ción romana tenian un régimen, en el que figuraban aíjuellos 
funcionarios como gefes de la administración; pero en Kspaíui 
no |)odia ser sino habiendo tomado las denominaciones respecti- 
vas de los conquistadores, como tom iron en Gadir la de saj feo- 
tes de los cartagineses. 



*%c 



(i 



Hronc? encontrado en Huma en 177G en los huertos Aren- 
finos, al ¡irrsente en la Biblioteca Vaticana *. 

Imp Caes m Avr severo alexandro 

eos eIdib APRIL'.BVS 
CONCILIVM CONVfcNTVS CLVNIENJ 
C MARIVM PVDENTEM CORNELIA 
NVM LEG lEC CV PATRONVM 
SIBILIBERIS l'OSTERIS Q_y t SVIb 
COOPTAVIT OB MVI.TA ET hCKLOIA 
bIVS IN SINGVLOS VNIVERSOS 
CLV E MERITA PER LEGATVM 
VAL MARCELLVM 
CLVNIENSEM 



í <^ I í. U .^^■•. Nní:i pripiírt's. seualum iKjpulum Uocchontanoruin. <iui 
ío»*«iiT:iti fii««riiiit sofiindiim l'iiniu'.u- 

•» I. N. L. ^\:<\. 6151. 

3 I. N. I.. 2211. 

I. N. I., n*:**. Mr>. «H<. 

I. N. \, 4>*;i. 2>C>5. 2Kií. l^i'^yíJO Ií7lyr>. i'íT). 313 323. í/7. 1»). l<íJ.v irQ 

•1 1. N. I« 2fiXI 

r» c. I. L. vi. i4:»i. 



.\ 



y * -^ Vi...-./» ..• '••... ."•• .;. -i> vi' / ♦. '^ ■ -.^ % .■ 






274 

Que una colonia ó un municipio podía elegir ciudadano de 
dicha localidad al que lo era de otra, que entonces solía encon- 
trarse ascrito á dos tr¡l)us distintas, cosas es en que no tendré 
que detenerme, porque lo enseñan sobradamente las mismas ins- 
cripciones españolas. En una de las tres que acabo de citar apa- 
.rece en efecto un Afarco Valerio Capel iano, hijo de Marco, de 
las tribus Galeria y A iliense *, y en otra de Cartagonova se 
da noticia de un personaje nacido en Roma y que varias ciuda- 
des lo inscriben entre sus munícipes ó colonos *. 

Bronce encontrado en España, llevado de Madrid á Roma 
primero, y de Roma á Berlin, en cuvo Museo lo lio visto ^ 



M * LICINIO CRASSO 
L • CALPVRNIO . pIsONE . o'»S 

Iiii . Kmaias. 

Gentilitas desoncokvm ex gente zoelarvm '. 
Et gentilitas tridiavórvm ex gente Ídem / 
zoelárvm hospitivm vetvstvm antiqyom 

RENOVAVERVNT eIqVE OMNES ALIS ALIVM IN FI 
DEM CLIENTELAMQVE SVAiW SVORVMQVE lIbERO 
RVM POSTERORVMQlvE . RECEPERVNT . EGERVNT / 

ARAVSA blecaenI et.tv raivs ci ovtI.docivs elaesI 

MAGILO CLOVTl BODECIVS BVRRaLI . El.AESVS CLVTAmI 
PER ABILNVM IfNTIlI MAC'STRATVM ZOEIARVM 

ACTVM CVRVNDA / 

Glabrione , ET . noMVi.i.o eos . V . Idvs . Ivlias 
ídem gentilitas desoncorvm et gentiiitas 

TRIDIAVÓRVM IN EANDEM Cl ItNTELAM EADEM / 
FOEDERA RECEPERVNT . tX GtNTE AVOLGIGORVM / 
SeMPRONIVM I'ERPETVVM ORNIACVM et . EX GENTE 
VlSAllGORVM ANTONIVM ARQ_VIVM ET . tX GENTE 

Cabrvagenigorvm Fl.wivm Frontonem Zoelas 

EGERVNT 
L . DOMITIVS . SILO * ET 
l.FIAVIVS.SEVERVS 

ASTVRICAE O 



I 



I 



I 



1 C. I. I.. 
< <•. I. L. 
3 C. I. L. 



ir. 4*219. DAMANITANO ADLECTO INCOLONIAM CAESARAVGVSTANAM 

\\. 3413. Véase sin embsirp» la explicación do MooimBeii. 
U. S633. 



• ' i^ «I 






271 
Icx repeiwnidarum se había ya de la sentencia judicial dada por la 
mayor parte del consejo; de consili • maioris • partís sententia *. 
Una vez conocido lo que sea el concüiuui contentv.s clunien- 
si,s\ no habrá que confundirlo con el conciIiifmj)rotijiciae. de que 
antes he hablado ^, ni con el municipal ó colonial constituido 
por los duumviros en egercicio y por los que ya lo habian sido ^, 
toda vez que se ha dejado expuesto que aquel lo formal)an los 
jueces, que debian conocer únicamente de los negocios judicia- 
les, que les encomendase el Presidente de la provincia *, 



Bronce encontrado en C(3rdüba en 167*2 ^. 



p 

A X (O 
FL . HYGINO • V • C • COMITI 
ET • PRAESIDI • P • M • C • 
OB MERITA • IVSriTlAE 
EIVS TABVLAM PaTRO 
NATVS POST DECVRSAM 

ADM1N1STRATIONEM 
ORDO • TIPASENSIVM 
OPTVLIT 



Fl avio) Hygino, v(iro) c(lar¡ssimo), eomiti ct prai»si(li p(rovin- 
r'uw) irauretaniae) C(aesariensis). í)b merita iusíitiac eius tabu- 
lam patronatus post decursam administrationeni ordo T¡])ason- 
sium optulit. 

Los decuriones de Tip.isa presentaron «\<ta ' tabla d* patro- 
nato á Flavio Hv<rino. varón clarísimo, administrador v presi- 
dente de la ])roviucia de la Mauritania ('rs:ir¡<Mis*». drsj)iirs di» 
terminada su administración, por los mcritos do su justicia. 



1 r. I. L. I. lí>!». V. .Mí ViMiiso tamliien V r¿). CO ii>¡lin|»r.»lMl»¡t VR, \. Wl 

QVEIVE EIEI IVDICEI CONSILIOQVE EIVS MAIORbl I A lli rolUIII sil TIS FECE" 

RIT y \. ir». ¡|||(IÍ(TS ill ro'NCIlIVM QVO MODO EANT. 

i Dltr. 41. i4. 1 l>r. (liviis llafiriaiiiis CiMH'ilid H:ii'1i<*:í»* r»*scrii*sit. Vi'as- tutu- 
bien CoHat. \eg, Mos et Roai. XI. 7. divus Piíis a<l CiHiriliiiiu IUu-Iumi» n'srri|»sU. 

3 C. I. L. I 077. lol. 'A. V. H. ARBITRATV DVOVIRATIVM Q>l IN CONSIL'O 
ESSE SOL^NT. 

4 Dií?. 48 11. 6- 8. 2. l#»tre Inlin rppelundarum oaví'tur. «oquis oh mllltum 
iPireiKluin initteinlntnve aes acclpiat. nevé (|ni8 ol» .'itMitenliaiu iii !¿»*natu. con- 
Kiíiove publico dieendam pecuniuin accipiat. 

b C. I. L. I!. 2210. V2II0.) Híibner. 1. H C. 1*7. 







276 

Mediaron (como representantes) Lucio üomicio Sílon y Lucio 
Flavio Severo. 
En Asturias. 

Tan curioso Bronce fué encontrado en España, como acabo 
de decir, ignorándose cuándo y dónde, sabiéndose solo que cu el 
siglo décimo séptimo pasó de Madrid á Roma y en el décimo 
octavo de Roma á Berlin, en cuyo Museo se encuentra. Su rarísi- 
mo texto contiene en la parte primera la renovación, verifica- 
da el 28 de Abril del 27 de J. C, de un pacto antiquísimo de 
liosj)italidad recíproca, hecho entre dos familias, descendientes 
de una misma raza, y en la otra mitad una ampliación, celebrada 
en 11 de Julio del 152 de J. C, del mismo pacto, haciendo exten- 
siva la federación á tres sugetos, ciudadanos romanos ó latinos, 
como observa muy bien el profesor Hübner, cada cual de ellos 
originario de una raza diver.sa. Estos convenios fueron ftirmali- 
zados por ai)oilerados distintos y en pueblos diferentes. Pero an« 
tcri (le proceder adehmte será necesario fijar el verdadero signi- 
ficado de algunas palabras, que en este documento se encu«Mi- 
tran y que tienen acepciones especiales. 

HospiTivM y CLIENTELA ajiareccn unidos en otras frsscrffs aná- 
loga^ ^ ponjue en realidad cuando un pueblo cons(»rtaba con un 
particular un convenio de hospitalidad, los individuos de la lo- 
calidad contratante, ^'•omo que entraban en la clientela del per- 
sonaje, con (juien se celebraba la convención nnitua, puesto que 
este debía dispensarles las atencion<»s m ':s csnn^radas, análogas 
y aun mayor«*<, si cabe, «jue á sns propios clientes. IVro es <|uc 
v\\ este docum »nto se u<a tambitMi á dicho propiisito de la pala- 
bra FOboEUA. en v<»z de» FiDEM. <jne ai)arece (MI otros análogos *, 
siendo la razón j)orciue v\\ dicha tabla se hace referencia á la es- 
¡íecie de federación, constituida 12.") años antes, entre dos nimas 
de un mismo linage. 

Y ahora terminare este punto indicando el alcance que tienen 
las dos palabras también <hd presente texto, cens y centilitas. 
La primera indica la ra'.a n c\ linage, hablando de los patri- 
cios ^, y tratándose de extrangeros. la tribu ó nación de que es- 



I c. I. I., n. \:m 

f C. 1. L n. 3«I5. 

:i L V. !•». 8. 0. vos solo» geuieui liabcre. 



••i.' .• . 



r:*;.!». 



■=. *-.-.";V ♦•j^''-Lvt¿i**' 



2é é 

tos provoiiiaii •. La segunda marca las familias oriundas de un 
mismo linage *, como se decían gentiles los que procedían de 
idéntica raza. Eu este Bronce se hace referencia ;i las siguientes: 

EX GENTE ".OELARVM EX GENTE EVOCICORVM 

EX GENTE VISALIGORVM EX GENTE CABRVACENICORVM 

V de dos familias del linaí^re de los Zoelas. 

gentilitas desoncorvm gentilitas tridiavorvm 

Hübner congetura que la ciudad de Galicia, próximo al Oc- 
cr'ano^ cuyo étnico ZoelicuÑi es conservado por Plinio ', debió ser 
de donde provenían los zoelas de este epígrafe. Por lo que hace 
á los demis nombres de las otras gentes y gentilitates^ no se en- 
cuentra rastro en los lil)ros, ni documentos antiguos. 

Además de la ciudad de zoelas. de que acabo de ocuparme, ha- 
bla este Bronce de la de cvrvnda, de que no se tenia noticia al- 
guna, de otra cuyo c'»tui<*o es orniacvs, que el antes citado ])rofe- 
sor berlinés concuerda con el 0:v.a7.<7»v <jue rtolcme<i * nonibni 
entre las pol)laciones de Asturias, y de astvricae. ciudad inaguifica 
al decir d(» Plinio^, cuva loralización es l)íen con<»cida. 

Por liltimo habré de ocui)arnie de la onoiu;í>tica de este 
Bronce. Lo> delegados cjue concurren á la renovación del an- 
tiguo conv*.Miio de ho<|)italida(l entre las familias do los deson- 
coRos v de los tridiavoros fueron 

ARAVSA BLECAENI, TVRAIVS CLOVTI, DOCIVS EL\E5I, MAGILO CLQVTI, 
BODECIVS BVRRAM, ELAESVS CI.VTAMI, ABIENVS PENTU I MACISTRATVSZOELARVM 

Todos estos nonibri»s son e\í»ticos ;i la b'n«^''U¡i latina y deben 
consid<*rars«' como piM't«Mi«»í*ientcs :'i bis |íobladnri»s de nrígrn cid- 
tico i|ue ocu]Kilrín aquella región. Sf»guii co^tuuibrí» ya señalada 
por Hübner. al h«»mbre de la prrsíina en nomiiiativn s¡«^**u«* el d<d 
padre en ^Miitiví». sin aparecer después la f inicial de ^ /////.v \, 
como no aparece tam])oco la palabra vxor después did noinbn* 
did nuirído. que tigura igualuient<» Cn genitivo en las antiguas 
inscripciones hitinas. 



I CiiMs. lU'll civ. :«. »5ii. \ «|ii:i«> rr«ns nvi-l. Mrtainon.h \V. vv .V>\.VO. 

...qiii i>riiiiiis KtnixMíii 

f»«l<K*iill tr«*iit»Mii 

í Cir. Too. lí. Gontll(*s simt «iiií iiit«'rs«^ í'o«l«'m nominp suiít ... . i\\\\ hI» íii;:<»- 

iiiiU orhiiiiU (¡uoruiu iiiuidriiiii ih'mh» »iorvltiit#Mii »t*r%lMt «|iii capitc tioii 

Miiit (h'iniíiuti. 

:» Pili». II. N. r.». 10 iiiia»Mu:i. -ií. hi ií< suiít ... zwhip 
\ rt<»lofn. II. «» .11 (Mi Miiiii^r. 

.% riiii. H. N. :i. ¿^. .V^turica urbe miitMiíüca. Vca:*c rioloiu. II. 6. í** f^t 
Mu 11er. 






278 

Solo puede congeturarsc que tvracivs y magilo debieron ser 
hermanos, como hijos de CLovTi, y que ELAvsvs, hijo de clvtami, 
hubo de ser padre de docivs, hijo de elaesi. 

Por lo dcmiis se ignora, como indica el Sr. Hübner,- cuales de 
estos delegados fueron de los Desoncorosy cuales de los Tridia- 
toros ^ pudiendo solo afirmar que Ahieno^ hijo de Pcniüo fué el 
magistrado de los Zoclas^ ante el que se formalizó el convenio y 
por lo tanto que la ciudad, al presente desconocida, decvRVNOA, 
en la que se otorgó aquel, debia pertenecer á la misma raza de 
los Zoelas. 

El nuevo pacto, que 125 años después se añade al antiguo, se 
hace en favor d6 sempronivs perpetws, natural de Oniiaco^ an- 
TONivs ARQ.VIVS y FLAVivs FRONFo, coucurrieudo como delegados 
l(ucíus) domitivs silo y l(ucíus) flavivs severvs. 

Estos personages aunque de aquellas mismas regiones ya 
aparecen por sus nombres completamente romanizados, conser- 
vando tan solo uno de ellos un cognombre regional, arqvivs. 

El mismo profesor Hübner ha comparado todos los nombres 
exóticos para la lengua latina, que en este Bronce aparecen con 
los que se encuentran en otras inscripciones romanas de las 
Hispanias y de (»ste examen resulta que son completamente 
nuevos los siguientes 

ABIENIIS, ARAVSA, BLECAENllS^ BVRRAHIS,rENTILllS 

registrándose en otras piedras escritas de la península. 

ARQVIVS* BODtCIVS * CLCVTIIS* CLVTAMüs * DOCIVS* 

elaesiis* magilo^ TVRAIVS "* 



1 C. 1. L. 11 ««. ARQVI o|:«. .¿|a\ 2|.ft. 2IIm. -mu. 

•-Í C. 1. L. 11 2T«r;. BODECII- 

3 C. 1. L. 11 610. CLOVII Cí>>. ClOTI 871. CLOV. ZMÍX CLOVTIVS 2>|. 
CLOVTI. 

4 r. 1. L. 11. >2 7M\. CVTAWO 24ro CLODAME 21»;.. CLVTIMONI 258|. 
CLVTAMI. 

5 C. L L. 11. 311. 3V¿. in. DVTI\ 6¿rt. DOCI . K • tTA. DVTIA yai. 

DOVTIVS. 

6 C. 1. L. 11. O-lí) ELAESI 2j:8(5 El.AESUS -j^^ LLAlSIIS. 

7 C. 1. L. H. fW. MACILO ««. 3nr,|. 

% C. I. L. 11. 711. ÍVREVS 7ir» TVRbl 'iHi\ TVRtVS. 






. * 






27í» 
ío 

Uronre que so croo do Cúr(lol)a •. 

LiMENIO ET CATVILINO 

CONNSS . V . IDVS . APR 
«VL . CANINIO PAT 

MERENT'SSIMO PRIN 

CIPATVS OB SPLENDOREM DOMVS 
TVAE PAT H O N O R l/í C E N T I S 
SIME OFFERIMVS TIBÍ CVNC 
TI. TESSERAM PAT 

FABRI SVBIDIANI QV E M 

LIBENTI ANIMO IVBE III II S 

SVSCIPI OFFERENTES 

RECTORES CLOD.AVCENDVS 
CVR . INNOCENTIVS 

IVN . CERMANVS 

L[i]iuoiii<) et Catullino con.s(iil¡biis), v. idus Api^ilos). 

[IJuI(i<)) Caninio, pat(rono) increiit[i]ss¡mo. 

Principatus ol) si)loiidorein donius tiiao. pat(rüno) honori[fi] 
contissiino. oflonnius tihi cuiicti tessoraiu ])at(ronatu.s) fabri su- 
ludiani, (juom lil>outi animo, iul)e[niu].s suscipi. 

OlToroiitos rectoros Cl<)d(ius) Auyoudus, ('ur(iatius) lunocon- 
tius. lun(ius) (ioniiauus 

Ku ol consulado do L[i]!uonio y Catuliuo ;i cinco dt» los Idus 
do Abril. 

A [J)ulio Taninio. patrono diurnísimo. 

por ol osplíMidor dt-l principado do tu casa, patrono dis- 
tiiifruidísimo. te ofrecemos la (rsst'tu/ dol patronato t<Mlus los ar- 
tífices subidianos. <juo dosoamos aceptos do buen ;,^rado. 

La presentan los directon»s Clodjd Au^'-ondo. í'uriacio Iik»- 
c(»ncio. Junio (íormano. 

Kl profesor Monnn<«»n lia sido el primt^ro «pie ba ('lasiiicado 
esto lironeo cordob«s do una rpisluhi jHifroiuitus ^ «¡ue está fo- 
cbada ol l.M <le Abril del .*J4K de J. C. Añade llübner tpie acaso 
so baya usado la |)alabra principatvs por la de y>////Y>{V ////</// aAlr- 
¡/¡i. con cií'rta afectada elcj^'^ancia, <lenominán<loso sahidlanos^ 
los ^/7/AVr,v. quizás dol lujrar dondo colobraban sus reuniones'. 

9 r. 1. I., n. 2i 1. MomiiiKeii chtíina (|ii<' t^sta tabla ticnt* la forma de una 

et'**tmta fHitnnatM*. 

t c. 1. I.. II. «n. 

3 C. I. I.. II. r¿ll. 



^feá^^^^ 



— C< •• í ' '• »» •■- 'X v. . t * *■ 



280 

Qué clase de artífices se comprendían bajo la palabra fabri es 
bien difícil de determinar, sino se pretende tener virtud adivina- 
toria, pues bajo esta denominación se entendía lo mismo el 
carpintero, que el i)icapedrero y el herrero, como en general los 
que tral)ajaban en madera, en piedra ó en metal, distinguiéndose 
el respectivo oficio por un adjetivo que lo clasificaba, y que en el 
caso presente falta, porque no reúne esta condición el svbidiani, 
que como ha dicho tlübner solo determina la localidad. 

11 

Bronce encontrado en Sasamon en 1869, liov en el Museo de 
Burgos •. 



VOT svci 

FEL '■<*'*» LIBEN 

PATRONIS MERENTISSÍMIS ET FE 
ET PRESTANTISSIMIS ET PIENTISSIMIS 
CIVES PIENTISSIMI ET AMICISSIMI . SEC 



DOM ó NOSTRO 


. AVC . COR . ET 


. AVIÓLA . eos ^ 


C SEMI'RONIO 


FLAVO 




VALERIE 


SEVERINE . PATRONE NOSTRE 


C SEVERIO 


PRESSO 


1 
i 

1 


C VALfRlO 


Lvro 




G TVRELLIO 


CASSIANO 


f 


PVB PARATVS 




ANT! . CALIOPE 

1 


PVB MARTIAL!S 


LIBERTVS . GEN 


. VA. . DONATA 


PVB VIARITIMVS 


LIB . GEN 


BOTIA 


PVB MASCELLIO 


LIB GEN 


VALERIA BRITTA 


PVB MERCATOR 


LIB GEN 


VAL AVANA 


VA». CANDIDVS 


PfcCTENARIVS 




VAL Q\'INTlO 






IVL MORINVS 






BtB VALOSDVS 


FVLLO 




ANT MISSILLVS 


SVTOR 


OCT • SVERA 


IVL EVFEMVS 


AMAINAS 


■ 


ELENVS 


FVLLO 


1 


AEVARISTVS 


SER • GEN 




EMILIVS 


SECVNDVS 


1 


PELACIVS 


ciavar:vs 





J Epliem. epiír. U i»^^ 211. n. n23. 



V/C 




Vot<a) fcl(ícítcr) suó(ccportint ?) liben(tes) patrouis mereii- 
tissimis ct fe(l¡cissímis) et prestantissimis et piontissimis cíves 
pientissimi et amicissimi Seg:(isamonenses). (lom(ínü)uüstro Au- 
g(u.st<)) (íor((liano) et Avióla co(n)s(ulibus}. 
ti(aiü) Semproiüo Flavo 
Valerio Severine, patrono nostn» 
O(aiü) Scverio Presso 
ri(a¡o) Valerio Lupo 
(^aio) Turellio. Cassiano 
Piil)(l¡cius) Paratns Aiit¡(stia) Caliope 

Pub(liciiis) Martialis, libertus y'eii(tilis Val(or¡a) Donata 
Pub(liciu.s) Maritimus, lib(ertus) gtMi(tilis) Botia 

Pub(licius) Mascellio, lib^ertus)g:en(tilis) Valeria Britta 
Pub(lie¡us) Mercator, lib^ertus) g'en(tilis) \a[I{rria)] Avaua • 
Val(er¡us) CanJidus, pectenarius 
Val(or¡us) (Juintin 
lul(ius) Morinus 
Beb(ins) Valoddiis, fullo 

Ant(oiiius) Missillns. sutor 0<»t(avia) Si^vera 

lul(ius) Kul1e]nius Aniainius 
Kl(M)us fulbí 

Aovaristus. sor(vus) o-i^nffilis) 
Eniilius SuMindus 
lVda¿rius, rlavarius 

Siendo cónsules Avióla y nuestro señor el emperador (íonliano. 
liicií»r(ín fí'lizniíMite y de la mejor voluntad vutos por sus jnitro- 
nos meritísim(»s. lVli<-ísimos. pr;rmini'ntísimo< y afeetuosísimos 

iíayo S'mjíronio Flavo 

\ aleria Severina, |)atrona 

Cíavo S*verio Presso 

(íayo Val«*rio Lupo 

(¡avo Tnrelio Cassiano 
los respetuosísimos y afectuosísimos ciudadanos 

Publicio Parato Antistia Caliope 

l*ublicio Marcial, liberto g'en(til) Valeria Donata 

Publicio Marítimo, liberto {jren(til) IkK'ia 



1 El texto de la jia^r «O en la línea <C debe decir Vae avana y no val avana. 

'J6 






■*■'_ 



i»2 

Publicio Mascelio, liberto gcn(t¡l) Valeria Brittá 

Publicio Mercator, liberto gen(til) Va[l(eria)j Avana 

Valerio Cándido, peiuillero 

Valerio Quincio 

Julio Merino 

Bebió Valoddo, lavandero 

Antonio Missilo, zapaten» Octavia Severa 

Julio Eufemo Amainio 

Eleno, lavandero 

Evaristo, esclavo gen(til) 

Emilio Secundo. 

Pelagio, constructor de clavos. 

Este Bronce de treinta y un centímetros de alto por veinte y 
cuatro de largo, fué encontrado en Sasifinon^ donde debii» estar 
la antigua Segisama, y traido á Burgos en cuyo Museo provincial 
se encuentra. En 14 y 15 de Setiembre de 1887 estuve en dicha 
ciudad y no pude conseguir penetrar en el mencionado Museo 
por razones bien conocidas entre nosotros, así es que no me fué 
dable sacar calcos de dicho monumento, que pedí y obtuve del 
Sr. I). Antonio Fernandez del Castillo, magistrado de aquella 
Audiencia territorial, (¡uion no solo me pudo facilitar un dibujo 
hecho sobre el original rn tela trasparente, sino también tres 
cabros en papel humed(»cido, que se complementan perfecta- 
mente y en cuya exactitud se puede tener confianza ahsolutu. 

No liubo de suceder lo mismo al profesor Híibner, pues para 
restablecer y fijar la lectura del texto no dispuso sino de una re- 
producción retintada hecha por persona ])oco perita. 

Las erratas del Bronce son: 

Lin. 1 svci por svcc <*> por svce. 

Lin. 12 ANT • I • caliope por anti , caliope. 

Lin, 1(5 VAE . AVANA por Val • avana. 

Lin. 22 EVFiMvs por evfemvs. 

La señalada por Híibner en la linea 11 c. c. TVREuiodebo ser 
un error del copista, pues en mis calcos no aparece ni la c dupli- 
cada, ni sitio para ella. 



.* ^T 



■ . • • 



%*.i «ti V ..«A». 



((I 

Ürúiictí '1110 so ci*ef de? Oínlolia ' 



IVL . CANINIO PAT 

MERENT'SSIMO PRIN 

CIPATVS OB SPLENDOREM DOMVS 
TVAE PAT HONORI/iCENTIS 
SIME OFFERIMVS TfDI CVNC 
TI- TESSEXAM PAT 

FABk( SVBIDIANI Q_VEM 

LIBENTl ANIMO IVBEihhS 

SVSCIPI OFFERENTES 

KECTOKES CLOD.AVCENDV5 
CVR . INNOCENTIVS 

IVN CERMANVS 

I.[i]iiicino et Catulhuo cou.s(«Ubiis), v, idus Apríilos). 
[l]iil{ii)) Caiiinici, pat(roiiü) increiit[i].<siiiio. 
IViucipadis oí) >íplen(loi'cm (lomuí: tuac, pat(rtme) iionori[fi] 
cciitissiiiK.'. ort't'i'iiims tilji ciincti tcs-seram piit(roiiatii.--j faljri su- 
Itidiaui. (|iicin lil»ciiti animo, iiibc[imi]ü ;-usc¡i)i, 

OITeiTiitos rectores CIchI(íus) Aug-i-ndiis, ('ur;iatiiis) Iiiuoccn- 
tius. Iiiii(iiis) (¡oriiiaiiiis 

Kii t'l cónsul alio il<; L[i|nieiiio v fatuliuo n cinco ilt> los Mus 
<lc Al.ril. 

A [J)ulio Caniíiio. ]Kitrono (liynísiuio. 

i'<ir el esplendor itel pniic¡|>ailo do tu cusa, patrono dis- 
tintruidísiiiio. te otVeci-nios la frssi'ftf del i'atntiiato tmlos ios :ir- 
tílices sul)idíaiii>s. ipie dosoanios aceptes de Itutíii -rrado. 

I.a preseiitiiu los directores (Í<kIío Aufremlo. <'uriacio Ino- 
cencio, Junio (¡ennano. 

Kl prnlesor M-jUinisen lia sido el primero <|ue lia ela^ifieado 
este líroiice cordoln's de una cjiixfi'h jmi/,''i,h'/i'.s *, ijue está fc- 
ciíada el I:í de Al>ril del 'MX de J. C. Añaíle lliilmer ipie acaso 
se Iiaya usado la palabra principatvs pur la i\<^ juítrfHhiiiini collf- 
////, Clin cierta afectada elej:ancia. deiioniinándose xubidiauox, 
los fíi-UJicm. (¡uizás del lufrar donde celehraban sus reuniones '. 
9 r. I. I.. U. 2.' t. HomiiiHen estluio c|iii> pnin taMii tiene lu fomia de una 
í C. i. I., n.' «II. 




2S4 

Las cinco ó seis mugeres, que figuran entre los socios, que 
fonnarou parte de aquella corporación, colige Hübner y con 
fundamento que deben ser las casadas con los sugetos, al lado 
de cuyos nombres aparecen los de aquellas en esta forma: 

ANTISTIA CALIOPE mUgCr dc PVBLICIVS PARATVS 

VALERIA DONATA » dC PVBLICIVS MARTIALIS 

VALERIA BRITTA » dC PVBLICIVS MASCELLIO 

VALERIA AVANA » dC PVBLICIVS MERCATOR 

OCTAVIA SEVERA » dC ANTONIVS MISSILVS 

Por lo que hace a botia, ó es otro cognombre de valeria do- 
NATA, ó bien un nombre no romano de la concubina, mas que 
muger, de pvblicivs maritimvs. 

Entro los nombres de todos estos asociados resultan ágenos 
á la omomástica latina valoddvs entre los varones, botia, britta 
y AVANA entre las hembras. 

Respecto de los cuatro patronos y do la patrona se ignora 
cual fuese su condición social y por lo que hace á las veinte ú 
veinte y una personas, que constituían aquella corporación, solo 
se sabe que cinco ó seis mugeres estaban unidas con igual nii- 
merí) de socios: que cinco de estos individuos no aparecen de- 
signados con egiM'cicio ó condición social determinada: que cin- 
co síicios eran libertos; dos lavanderos. oficio entonces jíoculiar 
de los hombres, habiendo además un peínillero, un zapatero, un 
fabricante de clavos y un esclavo. 

Hübuer resuelvo la abreviatura gen. (juo aj)areoe despu<'s <lo 
la palabra ii^rrfifs, ó l)ien do la d«'SERr//.v. por cen////.v, conjotu- 
raudo (jue s(» trata do lil)ertos ó do osclav<is d(* una iieúti\ 
mientras Mommson leo cEt^rfinfs^ suponi<Mi(lo <|U0 st» ctmtrao ;i 
emancipados y a un esclavo, naoidos o\\ el mismo lugar de AVy/- 
satiía^ á <[uo se rofiore (*1 Bronco ^ 

Este mismo prof<»sor, j)roc¡samonto en el ano en quo toimí 
la investidura de doctor en ambos (Um-ocIios, publictí una intere- 
santísima monogrifía, de coUrtjHs ft sodalicüs ronianoniM^ ter- 
minando con o\ t(*xt<»de la inscripción d(* Lanuvio, que contieno 
el reglamento del cnlhujimii D'uuwr de aíjuella antigua población^ 



1 RphAiD. epifr. II. p. ?U A 2R 

? MoiQfQsen De coUefrils et BodalicilH romaiioriim Kiliae 1813. 



>• ■. ■^» •«# «' .*«'*% «*4&> 



Vot(a) fel(ícítcr) su6(ccporiint ?) libeii(tes) patrouís meren- 
tissimis et fe(l¡cissimis) et prestantissimis ct pientissimis cives 
pientissimi ct amicissimi Seg'(isamoiienses). iloin(iuo) nostro Au- 
g(usto) (for(diano) et Avióla co(n)s(ul¡bus). 
Cí(a¡ü) Sempronio Flavo 
Valerio Soverine, patrono nostn» 
G(aio) Scverio Presso 
G(aio) Valerio Lupo 
ri(aio) Turellio. Cassiano 

Pul)(licius) Paratus Aiit¡(stia) Caliopo 

Pub(licius) Martialis, libertas gen(tilis Val(oria) Donata 
Pub(licia.s) Maritimus, lib(ertus) gen(tilis) Botia 

Pub(liciiis) Mascellio, lib^ertus) gen(tili.s) Valeria Britta 
Pub(lic¡us) Mcrcator, lib(ertu.s) g'en^tilis) Va[/(r/7'^)] Avaua ' 
Val(orius) Candidas. peot(Miarias 
Val(erius) (Juintin 
lul(ius) Morinus 
Bob(ius) \'alod(las, fallo 

Ant(onius) Missillus, sutor Oct(avia) Severa 

lul(ias) l';ut1e]nias Ainainius 
Klenus fallo 

Aovaristas. sor(vas) o-(»n(til¡s) 
Emilias Sí^-undas 
IVla^íriaSj clavarias 

Siendo oonsales Avióla y nuestro señor el emperador Gordiano, 
hieit'rím f<*l¡zim'ute y de la mejor voluntad votos por sus patro- 
nos meritísimos, frlicísimos. prr<»minrntísiino> y afeetuosísimos 

Gayo Sempronio Klavo 

\ aleria Severina, patrona 

Gavo Severio I^resso 

(íayo Valerio Lupo 

(íavo Turelio Cassiano 
los respetuosísimos y afectuosísimos ciudadanos 

Publieio Parato Antistia Caliopo 

l*ublicio Marcial, liberto gen(til) Valeria IKmata 

Publieio Marítimo, liberto g'en(til) Boeia 



l El texto de la j»ajr. *«o en la línea <C debe decir VAE avana y no val av an a. 

36 



^^ .-fc ••»•■•• -"^p** ••• 1. 



286 
cierta denominación especial, como se desprende de una inscrip- 
ción sepulcral de los Syucracios^ syncratiorvm, por la que aparece 
que \\n Aurelio Vittalio^ que se llama á sí propio syncrativs. saca 
de cimientos y construye un monumento sepulcral j^fl'w sf^ su 
rnu(jci\ sus hijos^ su hermano con ¡os suyos^ su cunado con los 
sut/os, sus demás hermanos^ los lihertos y libertas de su podre y 
los suyos y sus descendientes^ á los que hace donación entre riroSj 
rogando á todos los asociados^ vniversis sodaus, que celebren los 
convites de instituto sinexesos^ sene(síc) bile; porque tales comi- 
das de aniversario eran peculiares de estas pequeñas sociedades 
funerarias. 

En otra piedra análoga de los Pelagios^ pelaciorvm, se habla de 
la familia del que hizo construir el monumento, ex familia nostra, 
á cada uno de cuyos ind ivíduos faculta aquel pai-a que cuide 
que se cumpla lo prescrito por el fundador. Y por último, cu 
otra tercera piedra se trata de anni phylletis, que costeó el sepul- 
cro, y del coLLEcii phylletianorvm, cuyos individuos, .sin duda de 
déla familia de annio, tenian derecho á ser allí sepultados, des- 
pués de muertos *. 

El Bronce Segisamonense no parece que comprende la li.sta 
de los individuos de ima asociación familiar de esta cla.se, pues 
si bien Puhlicio Paralo con su miiger Antistia Caliope pudieron 
fundar la memoria funeraria, haciendo estensivos sus privilegios 
á los lil)ertüs y esclavos de la familia, cEutiles.no se explica que 
se hubiese ami)liado la concesión á varios industriales y á otras 
l)ersonas sin oficio, y que por sus nombres no revelan parentesco 
alguno con el tal Parata, como los libertos muestran que han 
sicid emancii)ados por éste ó por su padre por el nombre de Pu-- 
hlicio, (jue como aquel llevan todos olios. 

Sin forzar demasiado la conjetura no me atrevería á precisar 
mas. dt» qnó clase de coUvyium pudier(»n ser sodales vf>ioH cives 
sEc(isamonenses). entre los cuales jjor suj)uesto no hay que con- 
tar, aunque así parezca que lo hace la Tabla, al sert/^jt cen//7/.v 
aevaristvs, (|ue como tal esclavo podía, ccmio se ha vi.<to, ser in- 
dividuo de una corporación; pero no ciudadano de ninguna par- 
te, puesto que carecía de todo derecho y de toila {)ersonal¡dad *• 



f o B. d« KossI. Ibldem. p. 1»:. Kt» y Vo. 

t Diff 60 n. 82. guoü attinet ad lu« civlle, servi pro uuUit lialentur. 



% . 






APÉNDICE SEGl MK) 

ilE I.US IIESCIBRIMIENTOS AltUl KOUlT.ICOS i»E CÁDIZ UECIIOS E\ IK8' 






>4kU4tf Si 



• » 



■ * • ■ 



285 
Kii «lidio libro se distinguen las cofradias. soilalitales sacrae, 
rie los gremios, co^lcgia oplficvm^ de las asociaciones políticas, co- 
Ih'ijin sodalir'ia, y de las corporacioues autorizada:^ de la éjioca 
imperial, co7/cj7/íí/ít77«. Conocido es el capítulo del Digesto <ic 
Cfil/fffiis cf corporihts. que contiene cuatro fragmentos, dos de 
Marciano, uno de Ulpiano y el último de Gayo, referentes á las 
mencionadas asociaciones ', así como la noticia qucdaLampridio 
cu la biografía de Alejandro Severo, indicando que diclio omi)e- 
rador provocó el restablecimiento de los gremios', pocos años 
antes del 239 de J. C, fecha en que fué grabado el Dronce Sc- 
gisanionense. Sabido es también que los esclavos formaban 
parte de algunas corporaciones ', como aparece en la inscripción 
lannvina, comentada por Mommsen en la obra antes citada *, 
teniendo de consiguiente las mencionadas asociaciones patro- 
tronos y patronas * y por último que se congregaba» á veces va- 
rias personáis con el intento de cumplir algún voto •. 

Las liermandades funerarias, cóllef/¡a /lai^i'fit iciu , cuyo ob- 
jeto principal ora el de |)rocurarse cada uno de sus miembros eii- 
tit-rro y sepultura decorosa, como sucedía en elcoLLtccvM salvtare 
DiANAE '. se propagaron bastante, tomando dos caracteres el uno 
iniblieo. como el del que acabo de citar <le Lanuvio. y el otro pri- 
vado concretado á una familia, lí sus esclavos y liliei-tos. con los 
sucesores y descendientes de los fundadoras y di- los ]irÍmeros 
llamadosen las cláusulas de creación de estas asociaciones fa- 
miliares. 

Kl ilnstn- í'oinendador de Hossi ha publicado una breve: pero 
erudita iimnii^>-rafía sobre estas liltinias en las ai,iii;ifiii:¡'iiii:H fi- 
hihtij'atis fi\ li'ni'ir fh- Tfinhirn Mimiuntvii ". en la cual hace ver la 
numera comr» se constituían estiisa^íuciaeinnes, á las que se daba 



I w\\t. \-;. 11. 

9 [.:illi|>rl<1. KW\. Scv. X< 

a Cíe. |>oM r.-Iiiii'U liisiTiilii. i:<. sTvJs Kiin-iIiittanTiiUi-si'Tiiiii ii(>iii<ii»tlio 
rsse ri.[is.-ri|-tiis. 
-I Mi>n,iiisí>n. IW collPc, el h.nl:il. Tul). |iosr li:iB I:*) c.,1. II. Un. 1 ÍTEM TÍA- 

cviT VT oyisqyis se(ivv> ex hoc coLLEcro lib 

lirPlll5«.'A CORPORI ■ FAWILIAE PVBLICAE . LIB 

S Mi>iniiisi-ii. Dp C"1. f\ hod. T;éIi, |iiisl. J>!ic. Y». COI. I, lili Si COI. ii un. i. 
NiQVE PATRONO NEQVE PATRONAE .... EX HOC COLLECIO . VLLA ■ PETITIO 
ESTO 

« nift. r,. 11. a Siilirraptexm rellcimils v«liiiili ii|tecleBnlvt-ii<n votl co«tuB. 

T VomiiiRpn. IM* C!>1. Pt wMl. T.ili. \ta*\. Pnir. lürt col. I. 

» rornniPiii |ililloln(.iu< in lionon-in Tlieort. Mniuiuseiil p. TCi ¡i "11, / fOiUgí 



i,«\ aiovannl Duttfóca de ttossl. 




$90 
en niuclio estimo, he logrado fijar algunos datos sohre tales ha- 
llazgos, que son de la mayor importancia para la arqueología 
nacional. 

Según manifestación que me hizo el antes mencionado ar- 
quitecto, director de los trabajos para la instalación de la referi- 
da Exposición r/uiritima nacional^ que se inauguro en el mismo 
mes de Agosto de l>í87, parece que al allanar el terreno, donde 
habia que levantar los diversos departamentos, de que aquella 
debería componerse, al Este de la población, en la llamada Pun- 
ta de la Vaca, á mas de un kilómetro de la Puerta del Mar, y ú 
irnos trescientos metros largos de la mayor saliente de las forti- 
ficaciones, se descubrieron varios sepulcros antiguos. Examina- 
dos los que aparecieron casualmente, se vio que eran de mam- 
postería, cubiertos de ladrillos, que formaban como un tejado, 
con vertientes á ambos lados, encerrando huesos no quemados, 
conteniendo cada sepultura un esqu^deto y algunos objetos de 
cerámica, de los que se conservaban varios restos. También .se 
hallaron al remover aquel terreno dos lápidas sepulcrales ínte- 
gras con leyenda latina y tres fracturadas, varias monedas mu- 
nicipales y coloniales batidas en España y, según afirmaban di- 
versas personas, algunas pequeñas joyas como de niños. Xo era 
necesario, para el objeto de las edificaciones que se intentaban 
levantar, seguir descubriendo aquella, que parecía haber sido 
la necrópolis romano-gaderitana, y \h)t olio se dejó sin explorar. 

El pormenor de lo que he visto perteneciente á la éj)oca de la 
dominación romana en la península y encontrado en el lugar que 
dejo señalado puede fijarse de esta numera: 

I — Cerámica desnibiort.-i de Mar/o á Mavo <le 1HH7: 

» 

A — rii ánfora romana ^'nin<le<le liaiT«>, liien ancha por ahajo 
B — Dos pequeñas vasijas taniliíen i\v harro, rotas por la parte inlerior, 
semejantes á las <|iie suelen hallarse en las tunih.is roniano-liíspaiias. 

II — Monedas (lescnhiertas (le principio de Mar/o á lin dr Ma}ode IKHT: 

A — Púnicas de ATrií-a: 

l'na de Li\ Müller, A'inii/x#iri/#V/*ir #/r /* /iwr. .ifriqnr, iii, n.* ¿rfó 

R — Púnicas de Kspafia: 

Cuatro de C^di/ Ilt^lpido, Surv, mrl, tlr Hua, Tah. \\\ÍU n.* .1S 

l'na de id Id. ¡ti, » wvíu n.* Ü» 

l'na de id I<l. id. » \\vinii.*7i 

Tres de id Id. /#/. » \\viiiii.*71 

Tres de id Id. Id. » xxriii n.* 7ú 



' ^t *. • 1 . 'i ' ■ 






\v- ¿yí;S^^ 



AI»EM)ICE SEGINDO 



l>i: I.OS IlHSCrBRIMIH.\T(»S AliCX HOIXKilCOS IIK CAIIIZ UKCIIOS EN 1887 




■ . . ^ ..._'.'. ■«.•-•' 



292 

Kl profesor Hübner, ú quien hice conocer en seguida este 
interesante texto, dio cuenta en Noviembre de 1887 ú la Socic-- 
ñml arqueológica de Berlín de tan estimable hallazgo en estos 
términos: «Entre las pequeñas inscripciones ( Uis encontradas en 
Cádiz) que recuerdan las tabletas de los columbarios romanos, 
merece señalarse ini epigrama, que está grabado en fina letra 
mayúscula como de la época de Augusto» . . . «Este pequeño y 
pracioso poema no está redactado conforme al modelo usual, si 
bien su autor no ha podido terminarlo en la forma elegiaca, que 
se proponía. En dos dísticos, y un exámetro, que entre aquellos 
sobresale, se queja el que lo redactó, do la temprana muerte de 
dos niños y dice así:» 

('ontryii hir íiimuhtii iliio pitjnoi'a rara parnihnit, 

iinlirat rl litiiiiis, iwmiut* quo furrt'nt. 

Sors fin'or in parro rrrhiit; uní prhilr falitm 

(Irislior tere dirs! rrunral ínula rolar ra .<aaa, 

rl, laoilo qaar fiirral filia, naiir rintit rsl. 

Frsiira aa aoraaij XI, Sotlalis aun ira I as h ir' s iti a anlj 

Sil) r(obÍA 'Irrra I rris„ fíoyalas da I, 

Ciilin* á In \r/. rstr scpiilrrn <|ns prnidas queridas do sus |>;idn*s: \i\ 
íiisn-iprion indica «d iioinlin* qiio tii\i(*n»ii. F.l iiirm Tur «d príiiii*ro á 
(|iii(*ii to(*n (d disapaivcrr; porn lir aquí quo oii un día dr nia>or 
tristura td liadi» ad\rrsi> rrnu(*\a la luM'ida mal riratri/ada y la qur 
|NM*u lia fuera hija os al pros<*iito roni/a. 

Aquí >aron Fosti\a do nnro núos } Sodal <lo uno: qur os soa la liorra 
li;;ora. 

Uo^ato lo ro;;al«'». 

La colrccioii lapidaria d<* í'ádi/. <*< cnuinsa '. y <»iitii» las ¡iis- 
rrip(Monrs<|m* ia avahiraii hay una á la ttn'„if,r'iff tlr i^a'nitn ,\ti^ 
IfiiiUt Rof/a/ft, liljn tlr (Jaijn, dt* la triluí (¡alrria y dr(*iiríon -, otra 
á hi de Kliti Rtninln. h'ijti dr i^ninln ^. una t»»n*»»ra á la de ('^nju 
Auio (sic) Rniiiittt do 'JO aÍM»s. y otra liltima á \x\ <lo Marcin /V 
(jatd de cinco *. no sion<lo posiblo fijar con procision si tales per- 
sonajes pudieron ostar unidos <»ntro si jMir vínculo al«runo do 
parentesco, ni uhmios con A nu«»vo /fot/uto, (ju«» <*ostoa la lápida 
sepulcral d<» los niños Ft'sftrtf y Stnlnl , l?os|iocto de la formula 



1 r. |. L. II. T¿l á lí»>> y |M- XI.Il. 

2 <;. I. L. n. n?í». 

n r. I. I., n. 17.7. 

\ C. I. L. n. 17*1 y 18.-». 



•• « 



Eli los primeros Aiaa del mes dp Agosto tlcl año (1»> 1887 me 
nianifostalia en Bt'i'lin mi iiiitigiio é iliistri' amif^o el jirofesor 
Hübiicr su (leseo (le coiiucer las iiiscri])ei(iii^'s romanas, que se 
(Icciaii (íiit'i nitradas liltiniamcnti' en Cádiz, con el fin lUt incluir- 
las 011 el Siijileí liento al seyíiiidd vohiiiicii del Corpus /nscrip- 
tiorum lAitiivii-uiii. ijuj estalia icim eiitrofrar á la imprenta. Con 
este motivo le (tfioci ([no á nii represo á España ¡¡asaría ]»oi- di- 
clia r-indail V proeiuaría fiilcar y enviarle I<».< traslados de los 
epíf^raTes iiK-ilitus, ijm- liip:rase examinar. A este ])rop(isito iA'¿'y 
de Setieinlire salí (le .Sevilla con direceion ;í Cádiz á ihmde l|e- 
frní- cou f ranilísiino retraso, cinii'i de i-oiitinn>j acontecí; en lus 
ferro-<-arr¡li'.< es])añi.les. (pie .-íoli de los p.'..r servid.isde Knropa- 
Merced á la ateneioii de las personas á (piienes m.' dirijri jiiide 
a(niella iioclie misiim saber dmidi' se eneunfraliaii reunidos todos 
|.>s (dijetos l.allados. y á la mañana siirnieute m - eneaminé des- 
de ImV"' V sin prrd¡dadeti.-m|". al In-ar .l-.nde .-stat-an cnsto- 
diad.)s. (pie era nii<> d.' !ms pabellones d.-I .-dilici.. levantado de 
nueva planta l'iiera di- las ninrailas con destino á la h'jinmiUm 

Aun(|iie la iiisralaeioli liu estaba terminada, eneontriiliansc or- 
denados los objitos (pie dese;iba ver de tal ino.lo. ipie con Ikj ser 
mnclios. p...lianse estndiar cornudamente. Tanto A presidente (le- 
la diputación pro\incial. como el anpiit.'do di- las (dirás y (d wí- 
brestaiite me facilitaron los medios de examinar y eojiiar eitanto 
l'ni' necesario lí mi intento, mereed á cnya (lefcrencia y con pre- 
.seiicia (le varios nnmeros d(d pt riodico local Lii Pul, mi tic Cri- 
í/í." *. ipio he deliidu mas tarde á la atención de ¡icrsonu, (lUe 



1 it Muño, I 




294 
Parece que pudo haber dicho este epígrafe: 

Ojiiniíu) C[orne!ius] Ar[i(u$] anii{ontm).„ [hic siíits etí; $U,tibi, itrra leci*]: 

uo conociéndose entre las inscripciones de Cádiz el nombre ni el 
cognombre de CorncUo Adío. 




Acaso pudieran ser estas letras resto de la conocida formula 

H.S.E.S.T.T.L. 

La fecha de los hallazgos de estos tres fragmentos no se co- 
noce con la precisión que la de las dos primeras inscripciones, si 
bien me informaron en el lugar donde so encontraron que las 
cinco piedras aparecieron casi al mismo tiemi)0. 

IVro el descubrimiento mas importante, que se hizo en las 
indicadas explanaciones fué como á unos treinta metros de la 
necrópolis romana y mas distante que esta de la plaza, en la 
misma Puida de la Vaca, como á mil trescientos metros de lu 
Puerta del Mar v á unos trescientos cincu(nita de la mavor sa- 
líente de las fortificaciones, habiendo consistido en tres sepul- 
cros de fecha antiquísima y de ('*i>oca mucho mas remota que la 
del enterramento allí inmediato y de (jue acabo de hablar. 

Según me inform(3 el tan aluílido aríiuitocto, parece que des- 
montando una pe<iueña emincMicia natunil Av i)iedra cali/a, so- 
bre la íiUí» se liabia construido un venti»rrilIo. i)ara allanar todo 
aquel terreno dejándolo á un mismo nivel, cuando llevaban los 
trabajadores rebajados como iuhís cinco metros, dienni contrt's 
tumbas, (jue estaban escabadas (Mi la piedra misma de aquella 
colina V rellenados los huecos hasta la cumbre con arcilla com- 
pacta ¡nip(*rmeabl(». Dentro de la escavaciiui practicada en dicha 
piedra caliza, se habian construidi» tres com|)art¡nientos, con 
destino á igual número de sepulturas, con sillares, (pie he vi.sto 
cobjcados (Mi los escalones de la escalinata de uno de los pabe- 
llones allí cerca h^vantados. y que formaba parte de los (|ue com- 
jHjuian la ya nombrada ^>/M/A/r/o>/ uíaritlina tjadUatia. \a prin- 
cipal de dichas sepulturas, que era la mayor, se hallaba situada 



• .-.í. 







205 
mas ai oeste, las otius dos unidas por el centro arrancaban del 
pié de la anterior, siendo ambas mas cortas y mas angostas que 
aquella, sin coincidu* con ella en su ángulo izquierdo y teniendo 
la que fué de una mujer menos profundidad que las dos restan- 
tes, según todo ello aparece en el croquis que de la figura y posi- 
ción respectiva de cada una debí á la atención del mencionado 
señor arquitecto*. El perímetro de estos tres compartimentos no 
seque haya sido medido, de modo que no puede fijarse con exac- 
titud la superficie que ocupaban, operación que hoy es ya im- 
jmsible practicar, porque el sitio donde se descubrieron ha de- 
saparecido por completo en razón á que la rasante del terreno 
ha quedado por la exi)lanac¡on bastante mas baja que el lugar 
donde tales monumentos se encontraban construidos. Estaban 
también cubiertos con sillares, lo cual hizo que al destaparse 
pudieran verse los restos humanos, c|ueen ellos descansaban por 
tantos siglos, tal como habían sido inhumados sin mezcla alguna 
de cuerpo estraño y solo con los restos de la tela del sudario y 
los de la caja de madera, cine encerraba el uno, con varios frag- 
mentos de armas el otro y con algunas alhajas de oro el tercero. 
Los tres cadáveres tenían los píes al oriente, la cabeza al ocaso, 
el costado izquierdo al norte y el derecho al medio dia. 

Ocupaba el sepulcro mayor, que era como he dicho el que es- 
taba mas al oeste, un arca de mármol blanco, no tan grande ni 
de tan fina labor; p »ro afectando la misma forma que la descu- 
bierta cerca de Savda en Enero de iHo^ v conservada en el Lou- 
vre, que guardaba los de-^pojos mortales de Esniuna/ar. rey de 
Sydoii ', de la (jue se difer.'ucia sin embargo por carecer la cu- 
bierta de toda inscripción sepulcral. 

I/a tapa de esta arca funeraria de piedra gadt»ritana «»s muy 
digna del mas detenido examen. Sobre ella estaba esculpida 'la 
imagen representativa del difunto: la cara muy W\on traza<la: la 
barba rizada, el bigote cuidadosamente arr4»glado, el pelo pro- 
fus;ini«Mite C(docad<» sobre la frente, la boca y los ojns bien ca- 
racti'rizados, presentando todo c\ rostro un conjunto tan arnníni- 
co y natural á la vez, que al contemplarlo no queda duda en el 
ánimo (pie debir» ser un trasunto muy parecido al original, tal 



1 V«>as(* f>1 dlsofío (le la Tab. lil n .'• de esta obra, hecho Kobre un crcxiuU üel 
aniultecto ipidUatio. 
t C. I. >. I. lab. II. y III. 



-• fi. 










• • 



^ » »« «>• 



29G 
ós la csprcsion y la movilidad de aquella máscara inanimada. 
Sigue luego todo el cuerpo apenas perfilado y como envuelto en 
una túnica, que bajando de la cabeza, solo deja al descubiepto 
los brazos, las manos y los estremos de los pies. Dichos brazos 
aparecen apenas delineados en el marmol; recogido el izquierdo 
sobre el pecho, oprime con la siniestra algo que se asemeja á un 
corazón humano: estendiendo el derecho á lo largo de aquel cos- 
tado y descansando sobre el muslo del mismo lado, figura agar- 
rar con la diestra una ancha corona de laurel, que no está gra- 
bada en la piedra, como el que parece corazón, sino pintada so- 
bre ella, conservándose aun visibles cuando examiné el monu- 
mento, algunas hojas trazadas á la redonda, que ni la humedad 
ni la intemperie hal)iau hincho desaparecer aún. También me di- 
jeron que se habia conservado pintado el canto de la suela dol 
calzado con que se (juiso represcMitar á a(iuel personage. aun- 
(jue por mi parte no logré notar la huella de tal pintura, ni di.s- 
tinguir dibujadas las correas, c|ue debieron figurar que sugeta- 
ban aquella especie de sandalias al pie. si bien pudieron estar 
debajo d(* la indicada tiinica, que solo dejaba ver en la escul- 
tura la parte estreñía de los pies d'»snuila y bien conservada. 
No lo estaba taut<» la punta de hi nariz y algunos detaUes de los 
ojos, porqU(* s(»guu mt» asegun» ol an|UÍt:*eto á que tanto lie 
aludichí, los siUares qu » cabrían aquella si»¡>ultura si» habían re- 
hundido algo. (»sper¡ahnenti» el qu.* se i'Urontraba sobre el rostro 
de pitMlra, habiendo vtMiido áiuicontrar en la parte salientíMle la 
nariz su punto ele apoyo j);ir muchos añ.is y aun por siglos. 

Dos cosas se notan «mi la tapa d* rst » sarc<'ir;ig<», l:i ;:iia qu:* 
sobre ella ha v»*nid«> el c-iculíor niareauílo dt»sdr los hombros las 
ondulaciones dt'l cu M*po, los cn:ir<»rnos d ' los muslos y las hincas 
délas piernas, representando un cadáver cnl»icrto con cierta os- 
j)ecie <le túnica ó sutlario y \ut una moiiiia liada con largas fajas, 
ocultando los brazos y manos y dando al cui'rpo la rigidez de las 
lim*as rectas, como sucede cu la escultura del citado sarci>lago do 
Ksmuiur/ar. La otra «jUt; sobre la caln'/.a. l»ajo los pies y cerca do 
cada lnunbro juesenta la misma tapa mía salii'Ute bastante gnni- 
di*, que siendo en niimero dt* cuatro debieron servir entonc4»s, 
como han servido ahora, para h^vantar en alto la dicha cubierta, 
por medio áo un aparejo, cuidando antes de sujetar en tah»s sii- 
lieutes los estremo-; do otras tantas cuerdas, para iHiderlu ¡zar 






203 
RocATvs DAT, ;í que acahoclo ahidír se rcg:istra otro ejemplo muy 
iiitore^nte, también en las iiiscripeioiies de Cádiz en la piL'dra 
fiiiiei-aria de Marco EmHiu 0¡ifato Longo, liíjo de Marco, donde 

se lee que svavis . memor AMccmAE hoc mvnvs svpremvm dat '. 

La inscriiicioii en verso de que aeabo de hablar como la de 
que \oy á ocuparme en sey:uida fueron halladas en el lug-ar va 
indicado de la Punta de la \ac.a iil terminar el mes de Abril de 
IHHI, porque en Zfl Paluní <h- COdi: de 1." de Mayo se trata ya 
de ambas como acabadas de eiicon/rfii' f'i los dcsiiiontcs de los ter- 
renos coiitiíjHos oí sitio de la KxiiOHlcioa. 

á,' Salvia . cara 

svis 

H -b.E.ST.T.L 

S'ilriii, rara niin, h ir ^<ilii) f'M]. Sil; I ib .i trrra,- IitM. 
Aijiií >;iri>Si)l\iii, ({iii-riilii ilc los snnis; sí-iilc lii lirrrii lifiiTii. 

l,a furnia do esta inscripción n<i ¡¡uedc ser mas sencilla, sien- 
do freruente en Cádiz, donde se encuentran varias análoyas, 
unnipic nin^nna de otra mujer llamada S'ilcia. 



V,\\ liis epí^rrafcs ¿raditanos so dan á ccnioccr varias Ainiiiis y 
diversos Aiiríios. que son Aiiiiin Li-C'infi. hljn de ('111/0 ' y Aituifí 
Piflri'.inn. ¡iljn tainliien de un C"¡fo '. Amiu .S-'lurlti '. Cuyo A li- 
nio p'eU.r ^. y Se.rfo Aiiilio l.iicniio. hijo de Se.rto ''. (le modo qui* 
el fraiiuientn trast-ritu bien puodi- haber connicnioríHlo :i un 
lu.nibiv .■, ii una muj.-r y en rrialqiii<-ra de h.s dos rasos la n-sti- 
Ini'ioii si-ria tai-üísíitia. ¡nn-qu'- su tcxlodeliii'i si-r an:ilti<ro al ante- 
rior di' S-ilriiiy tWr'w jh-o\íiií;i!ii 'nte. si i-ra lu'mlira la inhninada 

.\,i,ii •• rimi' fi, ■■i.lilms hir :¡hi r.'l, >il lil.i Un» lirisK 



1.' 



I I'. I. t. n. i-ra. 
s <■. I. L It. I»'. 

6 c. I. L. n. ntii. 



Q. ' c 




280 

es la csprcsion 3' la moWlitlad (le aquclía niúspara inauimada. 
todocl oiiorpo apenas partihitlo y como envuelto cu 

■ ileículjícrtíi . 



2d7 
ínas fáciímcnto. En el nrca funeraria de Esmunazar soloreenor- 
do una saliente ú los pies de la cubierta. 

La caja de marmol gaderitana estaba compuesta de dos partes, 
la inferior de una sola piedra, y la tapa de otra, coincidiendo 
ambas perfectamente en sus líneas esternas y midiendo de largo 
dos metros quince centímetros, de ancho por la parte mayor no- 
venta V seis centímetros, de alto noventa v siete, cuando el sar- 
cófago esta1)a cubierto, siendo de sesenta y dos centímetros 
cuando no estaba cerrado. Dentro del arca de-crita se hallaron 
restos como de otra de madera, que se ha creido fues? de cedro, 
fragmentos como de vestido ó de sudario; pero ambas cosas 
muy deshechas, á lo que se supone un tarro muy pe(|ueño y roto 
de barro y dos clavos de cobre como de unos dos centímetros es- 
casos y además el esqueleto del difunto, que aun se conservaba, 
cuando lo vi, donde mismo fue encontrado y al parecer en toda 
su integridad. Desgraciadamente en la dicha tumba no se ha- 
llaron monedas, ni alhajas, que hubieran podido ccmtribuir á 
fijar con alguna precisión la época en que aquello.^ restos hu- 
manos, que por tantos siglos habia guardado en depósito, fue- 
ron soterrados on semejante sepulcro de márniol. 

Kn la sepultura, (jue según me aseguraron sjíguia inuKMÜata- 
mente á la antes descrita, fornuuulo parte de las tres descubier- 
tas, no apareció arca alguna de i)iedra sino solo un esqueleto de 
hombre, restos de armas de hierro y diversos írnosos de animales, 
délos que aun cjuedan varios formando piMiurños c:inutos. como 
de tibia. naturalnuMite perforados. habi<*u<lo desaparecido otros. 

La tercera tumba, que como h » dielio era meaos profumla. 
tamjMico encerraba sarcíifago alguno d»* |»ie(lra. sino solo el <»s- 
queleto de una mnger. con un collar que se rom¡» mía d»» unas 
cuentas de (U*o. otras de íi^'*ata. alternandu entr.» si v ron varios 
adorn(»s al parecer de i»asta cad i riñen eut*nta<. ti*niendo el re- 
ferido collar en la parte central una e-ipeeie de dije de oro re- 
dondo, dividido p<ir nueve á manera ile-inijasqut» salen del centn». 
la una de oro bruñido, la otra de nilor a/nl como esmaltada v la 
tercera de otro ctilor indefinido. También se descubri**» en este 
sepulcro un anillo, (pn* se asegura haberst» encontrado en la fa- 
lange de uno de los dedos del e>quel(»tíi allí encerrado. Esta 
alhaja está muy bien hecha, consistiendo en un simple aro de 
oro, cuyos estreñios sugetan una pv^jueña piedra oscura, que gira 



•"♦'♦T» •»-.* ■«>.. i . t ^^ 



298 
con su montura alrededor de dos pequeños pernos, engf 
en el aro. La piedra representa por el lado convexo uaC; 
bajo y por el opuesto, que es plano, una mujer de cuerp^;^ 
Y de perfil, que se dirije hacia la izquierda del que mirK? 
mano derecha lleva un ramo y en la opuesta un jarm.^ 
difícil conocer en esta pequeña joya una de tantas comof 
taban del oriente los ne^gociantes fenicios, para cambiaif* 
metales preciosos, sosteniendo y facilitando las transa^., 
mercantiles. ^ 

Como quiera que se trata de un descubrimiento arquMi 
de la mayor importancia para nuestra historia antig-ua, t 
recerá fuera del caso el fijar alg^unas fechas y vanos detall 
tractados del periódico de la localidad al principio citadc. 
acaso puedan ser de interés para en adelante, puesto que % 
que nadie en España haya dedicado hasta ahora un estadk. 
á tales hallazgos. 

La Palma de Cádiz, núm. 27.488, del V2 de Marzo de 1% 

«Mas ant^rüedadrs. Ayer furroa niurlias Us personas que r^k^ 
txMmim^wAo las das sepulturas de piedra enrtintradas el dU anteiwü^ 
INinta de la Vara. ii 

«Al ser rer<ipdi»s U>s huesos se encfintr*'» en un.» dt* kis dedtis «i 
al parrrer de orxi nin piedra de á^ta.... También riienMi ennintn^ 
anillas de fomu esperial y \ arias mentas de uix», r«Hifo de luber 1^ 
parle de un rollar ... y además una medalla que ci»m*spitndía al ri| 

I>e aquí se deduce que el 10 de Marzo do 1887 se encoÉL 






los dos sepulcros de piedra, el del hombre con restos de l 
V huesos labradíis. v el de la mmrer r«m el anillo v el ooíf 
oro, de que acal>u de ocu|ianne. y <jue antes do dicho dia « 
bian hallado otras antig-üedadt^, que no lio librado €9i 
cuales fueran, pir no haber ¡MMlido obtener el nüuioro del| 
dico que de ellas S4' «jcu]ia1»a. 

La Paluut ir Cádiz, núm. 27,:>í)l, del 1.* do Mayo de lé 

• Ittsrnpriiines rnnjnas. Se han enr.»ntnki > d>»> en lt»> desmnalm 
terrexts r«Hiti;nK»s al ^tio de la Eip(isiri«»n. I'na es de una muprrli 
¿Sa/rá*. . . La c4ra e> una insrrípri«»n mas estensa, >e halla eM-rita es. «i 
y en. . . \ers«».» , 

De donde se colijre que las lápidas sepulrraU*s do Sñlth 
los niños Frstira y éSodal se descubrieron tlel 29 al 30 de ' 
de 1887, cerca del lugar donde se encontraron los sepulci^ 
piedra: pero no en el mismo sitio, conforme ya lo he dic4M 

\ 




287 

mas fiíciímento. Kn el arca funeraria do Esmiinazar solorenipr- 
(lo una saliente á los pies do la cubie rta. 
La caja de 



298 
con su montura alrededor de dos pequeños pernos, engastados 
en el aro. La piedra representa por el lado convexo un escara- 
bajo y por el opuesto, que es plano, una mujer de cuerpo entero 
y de perfil, que se dirije hacia la izquierda del que mira; en la 
mano derecha lleva un ramo y en la opuesta un jarro. No es 
difícil conocer en esta pequeña joya una de tantas como impor- 
taban del oriente los negociantes fenicios, para cambiarlas por 
metales preciosos, sosteniendo y facilitando las transacciones 
mercantiles. 

Como quiera que se trata de un descubrimiento arqueológico 
de la mayor importancia para nuestra historia antigua, no pa- 
recerá fuera del caso el fijar algunas fechas y varios detalles ex- 
tractados del periódico de la localidad al principio citado, que 
acaso puedan ser de interés para en adelante, puesto que ignoro 
que nadie en España haya dedicado hasta ahora un estudio serio 
á tales hallazgos. 

La Palma de Cddi:^ niím. 27.488, del 12 de Marzo de 1887: 

«Mas antigüedades. Ayer fueron niiielias las personas que estuvieron 
examinando las dos sepulturas de piedra en<!ontradas el dia anterior en la 
Punta de la Vaca. 

«Al si^r renigiilos los huesos se encontró en uno de losdi*dos un anillo, 
al panver de oro ron piedra de ágata.... También fueron encontradas dos 
anillas de forma especial y >arias cuentas de oro, ctuno de lialier formado 
parte de un collar. . . y además una nu*dalla que corn*spondía al collar.» 

De aquí se deduce que el 10 de Marzo de 1887 se encontraron 
los dos sepulcros de piedra, el del homhrc con restos de armas 
V huesos labrados, v el de la mu<»:er con el anillo v el collar de 
oro, de que acabo de ocu|)arme. y (jue antes de dicho dia se ha- 
bian hallado otras antigüedades, (jue no he logrado colegir 
cuales fueran, por no haber podido obtener el número del perió- 
dico que de ellas se ocui)aba. 

La Palma de Cádiz ^ núm. 27,r>01, del 1.** de Mayo de 1887: 

«lns<*ripcíones romanas. Se han enccuitrad» dos en los desmontes de los 
terrenos contipios al sitio déla Exposición, l'na es de una niupT llamada 
Sairin, . . I.aotra es una inscripción mas estensa, se halla esi'ríta en. . . latín 
y en. . . \erso.M 

De donde se colige que las lápidas sepulcrales de iS^alciay Ae 
los niños Fes/ira y íS!odal se descubrieron del 29 al 30 de Abril 
de 1887, cerca del lugar donde se encontraron los sepulcros de 
piedra; ¡n^ro no en el mismo sitio, conforme ya lo he dicho. 



.^ ■ - - • IK 






299 
La Palma de Cádiz, n. 27.531, del 31 de Mayo de 1887: 

«l1alla7.^o curioso. En las c^scavaríoiies qiio so están practicando en la 
Punta de la Vaca, cerca del casuclio, que en alj^un tieni|M> fué ventorrillo y 
que están derribando y acabando de desmontar, se lia enciuitrado ayer una 
sepultura toda de mármol blanco en muy buen estado de conservación, de 
dos metros de largo por uno de anclio, en cuya tapa también de marmol 
aparece una figura lieclia á cincel, teniendo una mano S(»bre el pecbo y la 
otra estendida ... Se lian puesto guardas p:ira exitar las imprudencias de los 
curiosos, cercándolo de una empalizada, dejando p ira boy su apertura.» 

El sarcófaf^o, pues, de que ya he hablado se enoontríí el 30 
de Mayo de 1887, es decir á los ochenta y dos dias (cerca de 
tres meses) después que los otros dos sepulcros de piedra de 
que también me he ocupado, y que resultaron formando con 
aquel una misma construcción y unidos entre sí por los muros 
de sillares de que se componian. 

Tm Pahua de Cádiz, n. Ti.W.V¿. del 1." de Junio de 1887: 

«Sepulcros. Si^giiii nos lian as4*gur«id(»eii la tapa del S4*piilcn» de mármol, 
qiieaiiii no S4*lia abierto, liay una gran figura de tamaño natural en n*lie\e, 
que tiene. . . la mano i/(|uierda sobre el perbocon una flor y la mano dent- 
ella estendida. \o la liemos \isto \ nosotros s(»lo nos atenemos á infonnes de 
personas \erídicas. 

«Inscripción, l'iia lápida sepulcral recientemente se lia encontrado, ipie 
no liemos ^isto tampoco; ¡hto según nos reliertMi dice: AIH>KIS . A.NN . LXII . 

II . s . r. . II . s.n /#>.' 

No he visto esta piedra entre las encontradas en la necii*ijM>- 
lis romano-g^aderitana. cuya transcripción se conoce (jue está 
deplorablemente ln*cha por la forma cx<'í'ica i\A nombre del inhu- 
madoy por los triviales t»rror<»s ilc la conncidisima formula tinal. 

La PaJmttdr (Vnli:, n. Tt:^X\, del 2 de .lunin de lHX7: 

fiSe lia descubierto una tumba iiiariii«ii'ca t*ii pcrírclo oblado «le coiiM*r- 
\acioii en el derribo ilc un e'diticín al sitio llamado aiiligiiam«*iile Punía dr 
la* Varas y boy iquilla ilr la Vara, r.scoiim de dn> metros de longitud. S«dir«* 
la tapa— hIc iiiári:*ol blanco también como el >epiilcr<»^-bay wwsk figura ya- 
cente ctuí la cabe/a bácia la parte del oe>te. cual >i iiiiraM* á la de le\ante. 
Fstá con la misma orientación que ilo> ^'pulcros antiguos des4'ubierti»s liá 
unos dos meses. . . heiitro <lel sepulcro m* bailaron iH^ipiefios fragmentos d«* 
una caja de cedro, en (|ue debit'i iNtar eiicernido i*l cadá\t*r. I.os biiesos son 
como de una persona dt* H*^ellta años. si*;:uii la opinión de dos distingui«lo«* 
profesores ile medicina. No babía deiitio de la tumba ni de la caja «dijeto al- 
gun«», ipie acompaíiasi* aipielbis n*st(»s, salxo un deti*riora«lo \asito de barro, 
que debia contener |H*rriiiiies. . . 

«F.n losternMios de la F\|M»sici(»n. Fu la mañana de a>er con una llinia 
bastante fuerte se pnH*i*dióá le\anlar la tajia del sepulcro de mármol dc*«- 



m 

con su montura alrededor de dos pequeños pernos, engastados 
en el aro. La piedra representa por el lado convexo un escara- 
bajo y por el opuesto, que es plano, una mujer de cuerpo entero 
y de perfil, que se dirije hacia la izquierda del que mira; en la 
mano derecha lleva un ramo y en la opuesta un jarro. No es 
difícil conocer en esta pequeña joya una de tantas como impor- 
taban del oriente los negociantes fenicios, para cambiarlas por 
metales preciosos, sosteniendo y facilitando las transacciones 
mercantiles. 

Como quiera que se trata de un descubrimiento arqueológico 
de la mayor importancia para nuestra historia antigua, no pa- 
recerá fuera del caso el fijar algunas fechas y varios detalles ex- 
tractados del periódico de la localidad al principio citado, que 
acaso puedan ser de interés para en adelante, puesto que ignoro 
que nadie en España haya dedicado hasta ahora un estudio serio 
á tales hallazgos. 

La Palma de Cádiz^ niim. 27.48H, del 12 de Marzo de 1887: 

«Mas antigüodados. Ayer fiioroii iiiiiclias las |H*rsoiias que estu\ien>n 
exaiiiiiiaiido las dos srimltiiras d(* piodra rnroiitradas ol día anterior en la 
Punta de la Vaca. 

«Al si^r rei'o^'idos los huesos se eneontró en uno ile losdi*di>s un aníllii« 
al parecer tie oro ron piedra de ácrata.... Tanihien fueron encontradas «I i»s 
anillas de forma especial y \ arias cuentas de oro, conu» de lialH*r fonnado 
parte de un collar. . . y además una nuNlalla que corn*spondía al rollar.» 

De aquí se deduce (jue el 10 de Marzo de 1887 se encontraron 
los dos sepulcros de piedra, el del hombre con restos de armas 
v huesos labrados, v el de la mu<»:or c<m el anillo v el collar do 
oro, de qu(í acabo de ocuparme, y (jur* antes de dicho día .<»» ha- 
bian hallado otras antigüedades, (jue no he logrado colegir 
cuales fu(M*aii, p<)r no hab<M* podido obtener el número del iK*r¡<V- 
dico que de ellas se ocu|)aba. 

La Pnhiifi de Cádi:, niim. 27,r)í)l, del I.*" de Mavo de 1887: 
«Inscripciones nunanas. Se han enc(uitrad-» dos en los desnuuites ile los 
terremts conti;;uos al sitio déla K\|M>s¡cion. l'na es de una nui^rer llamail^i 
Salvia, . . La otra es una inscripcituí mas estensa, se halla <*s«*ríta en. . . latín 
y en. . . \ers4».» 

De donde se colige que las lápidas sepulcrales de tS^alciay de 
los niños Festiva y iSodal se descubrit*ron del 29 al 30 de Abril 
de 1887, cerca del lugar donde se (íiicontraron los sepulcro.s tl«» 
piedra: ¡hto no en el mismo sitio, conforme ya lo he dicho. 



• Á.^ 



301 
El ilustre duque de Luynes ha publicado hace roas de treinta 
años una erudita Memoria sobre el sareójago y la viscripcion Ju- 
neraria de Fsmunnzar rey de Sidon^ monumento que había ad- 
quirido y destinado al antes citado Museo del Louvre '. Descri- 
biéndolo dice que es de basalto negro, . . fcdc esa forma peculiar 
a las cajas de momias, es decir oblongo, como un cuerpo envuel- 
to hasta el cuello con un grueso vendaje, dejando solo al des- 
cubierto la cabeza, esculpida con su ancho tocado, su barba tren- 
zada y recta, llevando un rico y ancho collar en relieve, á cada 
una de cujeas extremidades se encuentra la cabeza de un gavi- 
lán sagrado, como se ve con frecuencia en el cuello de las mo- 
mias egipcias. El carácter de la tapa de este ataúd y su forma 
general, ancho en proporción de su longitud y de un grueso 
considerable, lo asemejan singularmente á los que se encuen- 
tran en Egipto, y cuyo uso fué j.doptadolo mas tarde bajo la di- 
nastía décima nona. Pero en lugar do estar adornado de gero- 
glíficos lleva este sarcófago. . . en casi toda su cubierta una ins- 
cripción en veinte y dos renglones escrita en caracteres fenicios 
grabados en hueco, jícrfectamente conservados y tanto mas 
bellos cuanto que las letras, que tienen una forma análoga, apa- 
recen cuidadosamente trazadas para no sor confundidas. . . Las 
dimensiones del ataúd son iW dos metros cuarenta v cinco cen- 
tímetros por un metro cuarenta contímotros.»* 

Respecto á la fecha en que dobi(') sor esculpida la cubierta do 
este monumento soj)ulcral. dospuos de examinar ol .<ábio du(juo 
el estilo (lo la iiisoripoiou ^. su j>al<Migrafia y sus giros gramati- 
cales *, ])asa á eonsidorar los caraetiTOs de la escultura. in<li- 
<'.nulo<|ue. para (h»torminar la i'»poca á <|U0 jxMtonocía. ol docu- 
mento nns cierto ora la forma del s:irei»fago. que fuí' la misma 
adoptada en Kgi])to <lesde ol final <h» la dinastía d('»eima nona 
hasta la vigésima sesta *. añadiendo el hecho capital «jue ♦tros 
sarcíifagos. encontrados en las inmediaciones de las grandes jii- 
rámidesy cjuo habían contenido las momias de jMTsonas de la 
familia de Amasis. oran oxactament» del mismo estilo v de la 



\ l.nynPM, ilrmoirf tur h tnrcopkttg^ ^1 l-intrriptinu futfrraire d'F^mHnazñr roí Hf Siéon 
Pr^fncí». VI. 

« Ihiflem. f». 1 y 2. 

a IhMem. p. 57. 

i IhMpm. p. on y 61. 

'* IbldeiQ, p. 02 



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302 
misma forma que el de Esmunazar, cuya identidad no era ca- 
sual, por mas que los fenicios no imitaran sino dentro de ciertos 
límites los usos, la escultura y los ritos de los egipcios contem- 
poráneos», concluyendo por fijar en la segunda mitad del siglo 
sesto antes de J. C. la época del sepulcro del rey de Sidon '. 

Los redactores del Cuerpo do inscripcio)ies sciniticas^ al dis- 
currir sobre la fecha probable de la tumba de Esmunazar, sien- 
tan como aceptado al presente por los egiptiólogos que el sar- 
cófago de este rey de Sidon fué labrado en Egipto en piedra del 
país, de donde se llevó á la dicha capital de la Fenicia, no fal- 
tando quien conjeture que la tapa en la parte que correspondo 
al pecho tuvo un tiempo grabada alguna leyenda gcroglífica. 
Afirman en seguida que a no dudarlo la forma y el género de 
este sepulcro son de un periodo no muy anterior á Alejandro 
magno, es decir de los fines del quinto á principios del cuarto 
siglo antes de J. C, añadiendo que no seria de estrauar que al- 
gún dia se probara que Esmunazar fué posterior á Alejandro el 
grande '. En el mismo libro se hace referencia á otros sarcófa- 
gos i /Opw-o£ic£T; hallados también en la Fenicia y conservados 
igualmente en el mismo Museo del Louvre, sin inscripción al- 
guna ', y de uno encontrado en la necrópolis, donde aprrjció el 
tan citado de Esmunazar, en el que la estatua yacente repre- 
sentando al dilunto tenia esculpido los brazos, siendo de fecha 
antiquísima *. 

Distinguidos arqueólogos exploradores de aquellas lejanas re- 
giones han jniesto de manifiesto que los mas antiguos fenicios 
sepultaban sus cadáveres en sarcófagos anthropoides^ encerrán- 
dolos en h'qfogcos de mas ó menos ostensión • de los que so en- 
cuentran repetidos restos en las costas de la Siria *. Que las an- 
tiíjuísimas ciudades de la Fenicia y los mas viejos monumentos 
de aquel pueblo estaban construidos á la manera ciclópea con 
inmensas piedras sin labrar, que se trocaron luego j>or grandí- 



1 Luvnes, M^'moirt tur le tarcopkage et rintcription funmirt dr Etmnnasar. p. 6}. 

2 C I. S I. I». 20. 

3 C. I. S. I. V. 8. 

1 C. I. S. I. p. 10. S. 

I rrrot et Chlplez. Illstoiro del Tart dans rantiquiti» lii p IX no dudan tam- 
bién en aflriuar niie el saroófa^ro de Esmunazar fue importado del Riripto no 
teniendo de fenicio ma» que la inscripción: ix^ro en cambio \o% d«nifts ««frp- 
poidet de la Syria ó de sus colonias son indubitadam-nto de construcción feni- 
cia, imitación en pi«*dra de las cajas de las momias, que se^rulan por ambos 
costados como por los pies y la cao* za las ondulaciones del cuerpo numan**. 

5 De VOgUé. Voyúfff en Orient, Paris, 18 A p. 23, 29 y 3J. 



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«mos sillares trabajados á escuadra •. Que los arquitectos feni- 
cios no hicieron otra cosa que copiarla manera de construir de 
los egipcios, levantando pesados edificios aunque no tan colo- 
sales como los de las comarcas, que fecunda el Nilo *, y por úl- 
timo que los escultores de la Fenicia crearon un arte híbrido, 
que & veces tenía los caracteres del egipcio ', como en varios 
monumentos de Biblos, y otras los del Asirio, como en las últi- 
mas estatuas descubiertas en Cypre *. 

Cuando se considera con detención los hábitos y manera de 
ser de esos mismos fenicios, á quienes cupo el cumplir una mi- 
sión, puede decirse providencial, en el mundo antiguo, respecto 
de las diversas razas, que moraban en las estensas playas medi- 
terráneas, se comprende muy luego como siendo esencialmente 
marinos y negociantes, ni la literatura, ni las artes los preocu- 
pasen gran cosa, sino en tanto qu^ jwdian contribuir a facili- 
tarles los medios de hacer mas productivo su comercio. Por ello 
tomaron de los egipcios el alfabeto hierático, mas cómodo que el 
geroglífico y que el cuneiforme, para redactar las transacciones 
mercantiles, así como también adoptaron la manera de edificar 
igualmente de los egipcios, que prestaba extremada seguridad 
y gran solidez á los almacenes, donde guardaban los efectos, <jue 
iban a exportar y los que traían de retorno. Por semejante motivo 
no se cuidaron de crearse un arte escultural i)ropio y peculiar 
de ellos mismos, sino que encontraron mis cómodo y ha.sta prác- 
tico el imitar los modelos de sus vecinos del Ejripto y de la Asi- 
ría, modificándolos ásu talante, porque no fueron realmente ar- 
tistas de vocación, sino fabricantes de objetos do arte para den- 
tro V fuera de su territorio *. 

Los cartagineses se mostraron aun menos dados al estutlio de 
la escultura, ni de la arquitectura, así es cjue ni erigieron esta- 
tuas, que fueran tolerables, ni levantaron edificios de alguna 
im]>ortancia, ni aun siquiera supieron acuñar las monedas mas 
tiellas de que se sirvieron, hasta quj los gr¡e;ros no le revelanm 
como se esculpían aquellas, de que modo se construian estos y 



I M. áe Vostué. Vayaqttn Or¿.nt.\K 39 U 4ó. 
t M. de VogtitN Ibiaem, p. TiS. 

II C. I. S. 1. jiaif. 2. y tab. I. 

4 Bayet, Pr§eiM é^kiuoire é€ Fari. Paris. 1f^. p. 39. 
M. de VOini^* yoyagf §n Crienl, p. &5í^ SO. 

5 CleriDOOt-GanoeaU. ¿* hmagtrie pk^ét:iemt*e. Parln. llAt^ 



• * 




.'N* .• \-Í' ~- —i « ' 



■j! V y^^ 



304 
porque procedimientos se batían ías piezas amonecíadas, con tír 
pos y símbolos tan esbeltos, en tanto que la tal gente púnica, 
apenas parando mientes en semejantes primores, solo atendía á 
estender su comercio por tierras y por mares, sosteniendo dila- 
tadas y sangrientas guerras, por conservar la posesión de las 
regiones, cuyas riquezas explotaban. 

Ahora bien, volviendo á examinar detenidamente el sarcófa- 
go gaderitano, es preciso ante todo tener en cuenta que la es- 
tatua yacente esculpida a lo largo de su tapa no aparece envuel- 
ta en anchas fajas de tela, que la ciñeran, de modo que los pies, 
las manos y los brazos quedasen ocultos, dando á los contornos 
de la figura la dureza de las líneas rectas, como á los cadáveres 
embalzamados y transformados en momias por el antiguo pro- 
cedimiento egipcio '. Por el contrario la dicha escultura, ofrece 
á la vista, trazadas en el marmol las suaves ondulaciones de las 
curvas del cuerpo humano, que aparece velado por una túnica 
ligera, que deja conocer los contornos, y presenta al descubierto 
parte de los brazos, las manos y el estremo de los pies, lo cual se 
aparta de los conocidos cánones técnicos de la estatuaria sepul- 
cral del Egíi)to. Ni menos se asemeja esta obra de arte á las es- 
culturas asirias, en las que además de la pesadez del traje, apa- 
rece constantemcnto un amaneramiento típico en el rizado de 
la cabellera y de la l)arl)a, que cae simétricamente en compac- 
tos tirabuzones sobre el cuello la una y sobre el pecho la otra, 
formando un conjunto antiestético en fuerza de ser tan armóni- 
co. Más bien trae á la memoria el personaje púnico que describe 
Silio Itálico en el templo j.'-aditano de Hércules con tiuiica de li^ 
no^ tocado egipcio, desceñido, y desnudos losj)i('s^ si bien no apa- 
rece con el pelo cortodo^^, sino cubierta la cabeza con una peluca 
á la manera egipcia cuidadosamente arreglada sobre la frente, 
reposando suavemente la barba sobre el i)echo, no en la forma cu 
que acostumbraban á egecutarlo los artistas de los Pharaonos ni 
los de los monarcas Ninivitas, sino tal como los griegos solían 
modelar en la piedra los tipos que esculturaban, aunque personi- 
ficasen en ellos algunos de sus héroes en los momentos del más 
empeñado combate. 

A este prop(').sito es preciso no p:?rJer de vista que fueron gra- 



1 Horodoto 11. Al. 

t tfUlUf ItaUcUi. /Hi icorum hb. \\\. V. 24 ft A 



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305 
badorcs griegos los que en la Sicilia y en la Hispania modela- 
ron y acuñaron las monedas de Cartago y los que abrieron los 
troqueles, para batir el mas antiguo monedaje púnico de (Sadir, 
hacia el último torció del siglo tercero anterior lí J. C, como á 
las claras lo revelan la esbeltez v la elegancia de las divinida- 
des, que en ellas aparecen esculpidas ', con el perfil perfecta- 
mente helénico. 

Mucho antes de esta época, y á causa de las luchas de los 
africanos contra los griegos, comenzaron á estar en contacto 
Cartago, Siracusay Gadir, tanto mas cuanto que, no bien perdió 
Tyro su autonomía en 574 antes de J. C, los turdetanos, tal vez 
ú excitación del elemento helénico, que á juzgar por lo que dice 
Strabon*, de tiempo atrás ocupaba estas regiones, movieron cru- 
da guerra á los de Cíadir. Cuando vieron esto?? agotados tmlos 
los elementos de defensa, con que contaban, acudieron en de- 
manda de auxilio á Cartago, que se lo otorg(') prontamente, 
mandando en su socorro un cuerpo de tropas, que puso término 
ala lucha empeñada. Acaso tendría lugar este acontecimiento al 
terminar el mismo siglo sesto, i>orque refiere Diodoro Sículo * que 
cuando aun no habia mediado el siguiente, en4(5í) antes de Jesu- 
cri.sto, invadi(i Hamilcar I." la Sicilia al frente del ejército carta- 
ginés, de que formaba parte una división compuesta de íberos, n»- 
clutados en la Hispania. Por este tiemiK) es muy posible que si» 
c*s(!ulpiese el sarc<ifago gaderitano, según opina el distinguido 
profesor Hübner, tan profundo conocedor d(*l arte dási^'o, quien 
estima que a<iuell;i escultura, egecMitada r// rl tetas pvi*u estilo <//•• 
caico, puede ^cv contó del quinto sif/lo antes de J, C, *. Aceptachi es- 
ta conjetura lo |)riniero(juese ocurro es la duda i:ol»re la naciona- 
lidad del (jue labró la tapa de aquel s(»pulrro, (pie <lesdc» lu<»go 
puede afirmarse no {\\é íbero ni piinico. juircpie ni en tan remoto 
tiem|)o, ni mucho después mostraron aquellos ni estos grandes 
aptitudes artísticas, á juzgar jHjr las^toseas piezas monetales de 
las lastreras emisiones de Malaca, vaciadas en moldes abiertos 
jwr los indígenas al mediar el primer siglo anterior á J. C. *, y 
IH>r las aun más toscas estelas votivas descubiertas en el recinto de 

1 MÜUer, Kumitmatmut de ¡\mrioine Afrif¿Me, 11, \í. 107: Rerhillira. /.o« Broncrt *lr Lat^ 
•la, Ikmattsa y MjuUrrl^ p. 3K8. 
t Strab., ni, IV. 3. 

3 DI(Kt Sicul. XI. I. 

4 U'orAntarArt/l fur kiawrke PhiMagif, Berlín. IHKT. 

6 Berlanira. Los 3roncc*( de Laitcuta Doiiiiiita y Aljustrel. p. :A). 

3» 




'¿•.«{••^-*''~- --J ••!»-.•■••'- '*'**^-'* »■ - * .. j. * .' . .:■ - -v ♦ - .■ *• .- . iN 






306 
la antigua Cartazo, qiíe acusan íln arto tan rudimentario como 
inmovilizado '. Como quiera que refiero Herodoto * que seis si- 
glos antes de J. C. los phóceos habian venido á visitar el terri- 
torio de Tarteso, bien pudo ser griego el escultor, que dio la vida 
que tiene, asemejante marmol, tanto mas cuanto que la manera 
como están reproducidas aquellas facciones y hasta la barba 
traen á la memoria algunas estatuas conservadas en varios 
Museos de Europa, debidas al cincel helénico. Pero nada se opo- 
ne tampoco á sujwner que el artífice hubiera venido de las costas 
de la Siria, y como quiera que la cabeza que representa el inhu- 
mado, mas que á los escasos restos que se conocen del arte fe- 
nicio, se asemeja ú los modelos griegos, podrá conjeturarse que 
quien la esculpiíj debió haber frecuentado los talleres de los es- 
cultores de la Grecia, estudiando sus tipos y procurando imi- 
tarlos: pero sin abandonar la manera asiria. 

Surge luego otra segunda duda y es la de quién pudo ser el 
personage con tal esmero encerrado en una caja de cedro 
primero, metido luego en otra de mármol y colocado por último 
dentro de un sc'dido sepulci-o de piedra, y que tanto era dable 
que fuese un opulento negociante tirio, como un egregio pro- 
cer cartaginés. Kl ilustrado j)rofesor Hübner se decide por lo 
primero, mientras por mi parte me inclino más á lo segundo in- 
ducido por la corona de laurel, (jue tan bien cuadra con la vida 
hazañosa de un guerrero púnico, repugnando á los hábitos tran- 
•íjuilos de un ('omerciante fenicio. Dt^sgraciadamente la falta de 
tcKla leyenda s(»pulcral impide (pn» se» j)ueda conocer cual de los 
dos estamos «mi lo ci(»rto. 

La tumba inmediata á la en (jue se ha descubierto el sarcí»- 
fago de marmol, de que acabo de hablar, á juzgar i)or Icis restos 
de armas de hierro y mas aun |)or los huesos labrados encontra- 
dos en ella, si acaso jindieron usarse <*omo adorno, quizás estu- 
viera ocupada por el poderoso gefe de alguna banda íbera, alia- 
da de los cartagineses. 

La tercera sepultura, donde a|)arecieron el anillo, de proce- 
dencia conocidamente asiática, v el rollar con cuentas de oro v 
de ágata, atendido el esqueleto en ella conservado, debió haber 
guardado Iíí:^ restos de la muger del gefe íbero antes aludido, 

1 c. I. S.. I., tab. XI.I y 8i(riiientef. 

2 Herodot . I.. KSl a iCi. 



fcf- '^ '. 9.' ■*'. ^ .,: ■ ^ , á«¿ 




307 
unidos ambos con grandes vínculos de afecto al procer fenicio ó 
púnico, encerrado en el arca anthropoidc de marmol blanco. Así 
se explica bien que solo se hayan encontrado estos tres sepul- 
cros reunidos, abiertos en la piedra caliza de aquella colina ais- 
lada, hoy desaparecida, y cubiertos con el mismo montículo de 
arcilla impermeable. 

Por los descubrimientos hechos parece ])iobable que á la dis- 
tancia de treinta metros de estos sepulcros, en diree(?ion á la 
plaza y donde aparecieron las lápidas sepulcrah»sde los niños, de. 
que antes me he ocupado, deba encontrarse la necr('>i)ol¡s roma- 
no-gaderitana, sin que pueda conjeturarse (jue estuviese tam- 
bién por allí la fenicia, ni la púnica, solo por el sarccifago des- 
cubierto; ¡Kírque como se ha repetido, hallábase este aislado con 
los otros dos de los tribules indígenas, en un sitio elevado y á 
mas altura que el suelo actual, .sin que al desmontar y allanar 
el terreno á la redonda se hubiese dado con alguna otra cosa 
análoga ni aun parecida. 

Del sarcc)lago gíideritano s(» ha sacado un modelo en tamaño 
reduciílo, del cju<* si» ha luM'ho un molde, sobre elipie se han va- 
riado enyeso varitis ejemplares, uno de los cuales he debido á la 
amabiliílad del actual ])resideute de la Diputación provincial de 
Cádiz, á quien agradecí infinito obsequio tan inesperado como 
cs|>ontáneo. S¡(»nto vivamente que nada me autorize para rogar- 
le (jue ordenase hacer una cromolitografía, que n»pn»sente <d 
.WiXüíaffo y los objetos encontrados en a<|uellas tr(*s tumbas, es 
decir rl pt'fjtfctlo tarro roto dr tmrro y los dits rhiros de hroiin\ 
los restos dr aruifis v los hursos lohrodos dr nn¡niatrs. rl (tiiUlo 
¡I rl roUnr dr oro // dijntii . ron escrupulosa pre<'isinn copiadns y 
mareando sus verdaderas dimensiones. Así como «pie hiciera pu- 
blicar una descripción detallada del hallazgo, con jdanos del 
terreno, croquis di» la posicituí exacta dt* las tres tumbas, las 
fechas fijas cu <jue se ciu*í>ntraron. la indicicinn ile los mate- 
riales y di» la manera como cataban construidas las s(»pulturas. 
con la correspondiente fotografía de los tres <'ráneos: todo ello 
redactado por el an|uitect<», <|U(» dirigió las cscavaciones. cpu» á 
su ctunpetencia t<'*cnica reum» el tener Ins datos necesarios al 
efecto. De ese modo los antropólogos, como ya ha notado tam- 
bién oí pn)fesor Hubner. y los aniuecdogos clásicos |>odrian de- 
terminar con precisión los caracteres cranianos de las razas de 



^ .r^'r- '\ 







.* .v.« • /í» .-.'*•'■»** ■-•* ^tr» •*• »♦* ■ »»-. • « • 



-■>—■,- •a^, .«^ to<V^< 



308 
los inhumados y clasifícar cou exactitud la cerámica, las armas 
y las joyas en semejantes tumbas descubiertas. 

La fotografía que se ha sacado del sarcófago dista mucho de 
corresponder á la importancia del monumeiito, siendo por otra 
parte imprescindible olvidar por completo los primeros estudios 
que un erudito gaditano ha consagrado * á la i)oética inserí li- 
ción del sepulcro de los dos niños, que fueron hermanos. Fes- 
tiva y Sodál^ que el delicado humanista califica de escrito en 
mal latín y ptfsiims versos^ así como los que ha dedicado á ilus- 
trar el sarcófago, cuya estatua yacente asegura que es la efigie 
de un arúsjiice gaditano^ añadiendo que todo el carácter de la ca- 
beza jiertouxe al arte rotnano^ y concluyendo con la desconsola- 
dora frase de que no ¡medc haher duda^ ni opinión en el asunto; al 
menos con razones arqffeológicas. que rerdaderaniente lo sean^ 
pues cuantas personas inielujeates examinen el sepulcro dirán lo 
mismo que ha dicho tan benévolo como modesto crítico *. 

Málaga, 18 de Diciembre do 1887. 



1 Ijt Palma ét Caéis, úe \* t\o Mayo. 2 y 3 rto Junio c1« IIM7. 

2 KMe |»rimer«>iit lidio (iiiocloflinuo al exñiii«*ti »r«Mienil do lo« descubrímiODlosar* 
«nieolóirlcos d« Cñdiz reriticadoit de Marzo á Juuio de iW7. fué impreso en Harto del 
Mfio Rlirulent^ en I» #r « r i < f <? Arch^aingíra, (|ue ii la Raioo pubUemlNi en Lis- 
boa el Sr. 1). A- C. Borgeif de Kifrupíretlo. detsg^raciadauaente muerto poco há en su 



|»ttrla 






i*»a"^i-.i-!- ¿r-íM . :■ . ■•'.■ , -^^Líi 




307 
unidos ambos con grandes vínculos de afecto al procer fenicio ó 
púnico, encerrado en el arca anthropoide de marmol blanco. Así 
se explica bien que solo se hayan encontrado estos tres sepul- 
cros reunidos, abiertos en la piedra caliza de aquella colina ais- 
lada, hoy desaparecida, y cubiertos con el mismo montículo de 
arcilla impermeable. 

Por los descubrimientos hechos parece probable que á la dis- 
tancia de treinta metros de estos sepulcros, en dirección á la 
plaza y donde aparecieron las lápidas sepulcrales de los niños, do 
que antes me he ocupado, deba encontrarse la necrcípolis roma- 
no-gaderitana, sin que pueda conjeturarse que estuviese tam- 
bién por allí la fenicia, ni la púnica, solo por el sarcófago des- 
cubierto; porque como se ha repetido, hallá])ase este aislado con 
los otros dos de los tribuios indígenas, en un sitio elevado y á 
mas altura que el suelo actual, sin que al desmontar y allanar 
el terreno á la redonda se hubiese dado con alguna otra cosa 
análoga ni aun parecida. 

Del sarcófago giuleritano s(* ha sacado un modelo en tamaño 
reducido. d(»l (jut* se ha hecho un molde, sobre cl<|ue se han va- 
ciado enyeso varios ejemplares, uno de los cuales he debido á la 
amabilidad del actual presidente de la Diputación ])rovincial de 
Cádiz, á quien agradecí infinito ubsetiuií» tan inesperado como 
espontáneo. S¡(»nto vivamente que nada me autcirize para rogar- 
le (jue ordenase hacer una cnjmolitografía, que represente el 
sanofiKjo y los objetos encontrados en a(|uellas tres tuuibas, es 
decir r1 prfjifctlo tarro roto dr Inrrro y los dos cloros de t>roiivj\ 
los r(»stos di* aruios v los hfrsos lahradoa dr onitttalrs. rl atiillo 
y rl coüor dr oro 1/ átjattt, con eserupulosa precisión copiados y 
marcando sus venladeras dimensi<»nes. Así couio <pie hiciera pu- 
blicar una descr¡pc¡<ui detallada del hallazgo, con planos del 
terreno, croquis de la posición exacta ile las tres tumbas, las 
lechas fijas eu (jue se encontraron, hi indiciicion de los mate- 
riales y de la manera como estaban construitlas las sepulturas, 
ccui la correspondiente fotografía de los tres crán(*os; todo eUo 
redactado ])or el arc|UÍtecto, que dirigi(í las escavaciones, que á 
su competencia técnica reúne el tener l<»s datos necesarios al 
efecto. De ese modo los antropólogos, como ya ha notado tam- 
bién el pn)fesí)r Híibner, y los aniuerdog<»s clásicos podrían de- 
terminar con precisión los caracteres cranianos de las razas de 







310 . 

En el fondo de dicha excavación, pmctícada á intento, apare- 
cieron tres compartimientos construidos con sillares, y destina- 
dos á igual número de sepulturas. La principal, que érala ma- 
yor, estaba situada mas al oeste, las otras dos unidas por el cen- 
tro arrancaban del pié de la anterior, siendo ambas mas cortas y 
mas angostas que aquella, sin coincidir con ella en su ángulo iz- 
quierdo, y teniendo la tercera de la derecha menos profundidad 
que las dos restantes '. Las tres estaban también cubiertas por 
sillares, que vi y examiné entonces. 

A unos treinta metros distantes de estos sepulcros y cu 
dirección de la ciudad, se dio con parte de la necrópolis romana 
y en ella se tropezó con la piedra sepulcral, que cubría las ceni- 
zas de dos hermanos de corta edad, la muchacha de nombre Fes- 
tiva^ de once años, y el niño de uno, denominado tSlodiil. 

Dentro del sepulcro mayor se encontró un sarcófago de pie- 
dra y en el sarcófago, restos de madera al parecer de cedro y 
fragmentos de tela todo ello muy deshecho, dos clavos de cobre 
como de unos dos centímetros escasos de largo, un esqueleto 
humano de varón bien conservado, y según algunos también un 
tarro muy j)equefio y roto do barro cocido. 

Kn la segunda sepultura, se d¡(i con otro es<|U(*lcto de hom- 
bre, aun'jue no tan bien conservado, restf)s de armas de hierro 
carcomidos y mohosos en estriMno y varios tulnis de huesos, de 
los que vi diversos canutos, habiendo desaj)arecid<» otros. 

Kn la tumba tercera, que era menos ])rofunda, conn» he indi- 
cado, que las otras dos, a])arec¡<'> el esqueleto de una inuger al- 
giin tanto deteriorado, con un collar, que se componía do varias 
cuentas de» oro, otras de ágata. i\o trecho en trecho adornos c<inio 
de pasta, acaso de vidrio, descompuesto i>or la acción del tiem- 
po, y en la parte central una especie d(» dije de oro sirviendo d«* 
colgante, dividido en nu(»ve hojas, que salen del centro, la una 
de oro bruñido, la otra esmaltada en azul v la terconi de un <*o- 
lor indetinido. Kn la falange de uno de los dedos deatiuel esque- 
leto allí encerrado me aseguraron (¡ue se había encontrado un 
anillo * muy bitMi hecho, cjue vi formado de un grueso aro de oni. 
cuyos estreñios sujetan una piedra oscuní, también de ágata, 
cjue gira con su montura alrededor de dos pequeños pernos eu- 



I V^aAe el diseño de la Tal». Ill w.^i* hecho sobre un cro<iuls que me fáctJiió 
elarriultectoqiie dencubriú dichas tumbas, 
i Véasela Tab. Ill uú meros 1. 2. :f y i. 






■ .t- 







II 



ALHAJAS. 



Desde que á fines de Setiembre de 1887 llegué a Cádiz, á 
donde me llevaba como he insinuado antes, el deseo de exami- 
nar los últimos descubrimientos, que hacia poco acallaban de ve- 
rificarse, y pude no solo conocer, sino apreciar las alhajas encon- 
tradas en los sepulcros hallados en la Punta do ¡a Vaca^ formé 
el ])ropósito de obtener un dibujo exacto y colorido de ellas, que 
me permitiera estudiarlas con detención, comprendiendo debi- 
damente su importancia. 

A pesar de mis no interrumi)idos esfuiMv.os para Címseguirlo 
fueron completamente inútiles mis gestiones hasta que mi muy 
(juerido é inolvidable sobrino i)olítico, el Sr. 1). Manuel Loring y 
Heredia, cuya infausta pérdida no lloraré nunca lo bastante ', 
pudo venc(»r las dificultades que so me habian presentado como 
insuperables, logrando jirocurarme una fotografía de las alhajas, 
que hizo sacar á su presencia y bajo su dirección Auxiliados mis 
nuMierdos con tan a))reciable rejiroduccion jiude traer á la me- 
nnn-ia las obs(»rvaciones, que hice cuando las vi en el mismo 
lugar donde a])arecieron, por lo que voy á intentar su clasifica- 
ción lo nnis exactamente que me sea p<»sible. 

He dicho al hablar de estos descubrimientos verificados hace 
cuatro añc)s (|ue dt»smontando una pequeña eminencia natural de 
jiiedra caliza en la Punta de la Vaca, á las afueras de (Yidiz, como 
;i los cinco metros di» profundidad se encontraron tres tumbas, 
que estaban excavadas en la misnm piedra de a(iuella colina. 



\ LoK filie estjiK fraRes lenn y conozcan la trág-lca desventura á que me re- 
fiero, 8f tienen conizon. sal tímí disciilparme por no haber podido contener en 
eMos momentoR, en que el pegar me abrtima, la justa explosión de tan aaervo sen- 
timiento, iK>r mas que sea itersunalismo. 




t. 



;'7- .!>-.''■ j^-^ -- . ^ *C; • .» '*•' ^ A - » "t ít* *4'jí ' 



que se tapaban con piedras ó se rellenaban de tierra ^, pozos re- 
vestidos de sillería, cuando no eran socabados en piedra viva *. 

B. — El sarcófago gadorítano está formado de dos grandes trozos de már- 
mol blanco. 

La mayor parte de los sarcófagos fenicios encontrados, salvo 
raras excepciones, son también de mármol blanco ', y siempre 
compuestos de dos solas piezas. 

C. — En el que se va examinando la parte inferior la constituye la caja de 
piedra, donde se depositó el cadáver, habiendo seguido el artífice al la- 
brar los costados de dicha arca la^ ondulaciones de la cabeza y del cuer- 
pj, que en ella debía encerrarse. 

En los del mismo género, salidos de las necrópolis fenicias, ex- 
ceptuando a Tiro donde no lia aparecido ninguno *, así como en- 
contrados en las <;olonias de aquel pueblo ', las tales cajas de 
piedra, como las de madera de las momias egipcias, á las que 
imitaban aquellas, se adaptaban igualmente en su forma externa 
a las líneas naturales del contorno del cadáver •. 

D. — Sobre la tapa del sarcófago gaderitano apan'ce esculturado un cuer|N) 
tendido, cuya cabeza está cubierta con una peluca, como la que iisalian 
los egipcios y la barba presenta el cnhelbi uniy rizado de la manera si- 
nu^trica, que se \éen las estátu<as asirías. El brazo izquíenlo rtHüigido 
s(»hre el pecho, teniendo en la mano cierto objeto que s<*nieja un cora- 
zón y que pudo ser un tarro de perfiunes, el den>cho tendido sobre el 
nuislo del mismo lado, los pies descubiertos y a|N)yados sobre un sosten, 
que parece como que los sujeta; el cuer|Hi cubierto de una túnica 
ceñida y de mangas cortas, la caWza como ya he dicho, con una pi'luca 
nniy piddada, figurando una gran masa de cabello rizado, que en fonna 
semicircular pcisa de una on*ja á otra p(»r encima de la InMite á s«^ 
mejanza dt» las (*státuas dei primer hnifrriü eyiitrio ^ 

En los sarcófagos de igual clase descubiertos en la Fenicia ó 
en sus colonias se observan tres formas distintas en la manera 
como están esculpidas las estatuas yacentes de sus tapas. En los 
unos solo aparece la cabeza hasta el cuello mientras el resto del 



1 Perrot el Chipiex. Histoire de Tart dans rantiquité III. p. 157. IS8, 183 y 191. 

2 Perrot et Chtpiez. Ilildem III. p. IV», in. IS'y lúrt. 

8 Herrot et Cliiplex. Ibldem III. p. <H7. Véase la Tab. If. cAma. I. S y S. 

4 Perrot et Chipies. Ibideiu III. p. ITX. 

5 Perrot et Chipies. Ibidem III. p. 1H5 

e perrot et Chipies. Ibidem III p. «W. Véase la Tali. II nAnia. I. S y S. 

7 Perrot et Chipies. Ibidem II. p. eX Véave la Tab. 11 n^ 1. 



rf:í"^*ú-.•^^^. JL.I *-¿. ,::^v.v-J:*¿;iS 



913 
cti'etTío se |)re8enfá como cubierto compíetatnenf e y sin mos- 
trar ninguna de sus formas, según se nota en cinco de los en- 
contrados en el recinto de la antigua Sidon *. En los otros, que 
son menos en número, como en uno de Saida y en un segundo 
de Solunto de Sicilia, los brazos y los pies se destacan del cuerpo, 
cubierto también con una túnica estrecha y de mangas cortas. 
En el primero de estos la estatua fígura oprimir con la mano iz- 
quierda un pequeño ta^rro de perfumes *. La última manera esta 
representada por un segundo sarcófago siciliano, también de 
Solunto, cuya escultura reproduce unamuger con el pelo ondula- 
do, separado en el centro por una raya, y que sube en grueso 
semicírculo á uno y otro lado. El brazo izquierdo algo recogido á 
la cintura, en la mano otro tarro de perfumes, el brazo derecho 
.sobre el muslo del mismo lado, los pies con las sandalias, .salien- 
do debajo de la túnica ancha y plegada aunque sin mangas (jue 
la cubre, y encima una especie de y.-w^/, corto y abierto como el 
que usaban las mugeres ginegas. Los costados de la caja siguen 
las mi.^^mas ondulaciones ó muy análogas á las del de Oadir *. 

De los cinco sarcófagos que he citado de Saida hay uno eu- 
ya tapa presenta solo una cabeza con tocado egipcio y el perfil 
perfectamente griego *, y otro con pelo y barba rizada á la ma- 
nera asiría que concuerda bastante con el gaderitano *. Hablan- 
do Herodoto délas tres maneras de embalsamar, que tenían h»s 
egipcios y ocupándose de la i)rimera, que era la mas costosa, re- 
fiere que tan luego como h»s que egercian este oficio entri'gaban 
adobado el cuerpo del difunto á sus más cereauíís i)ar¡entes. es- 
tos mandaban hacer una caja, que tuviesi» la forma humana. 
'x#6piúrcf.Bi4; *, en la que eneerraban el radáver embalsamado, ba- 
jándolo dentro de ella al sepulcro, donde la ponian en ¡ne ap<>- 
yada contra la pared. 

Esta última afirmación de Herodoto ha sido sin embargo y 
con razón negada por los egiptiologos mo<lernos, quienes dicen 
que solo se ponían de pié las cajas de las momias en las ceremo- 
uiasy que precedían al sepelio", lo cual explica el sosten que 



1 Ferrol el Chlplez. llist. üelart. daiisrautiqueUv 111. p. l':8 a 182. iiúms. VH 

IM, 477, I» y 129. 

9 Perrot et Chlplez. Ibidem III. p. 1K7 iiriiD8. 132 y 133. 

S Perrot et Chlplez. Ibtdem 111. p. 1^9 n." 131. 

4 Ferrol el Chlplez. Ibtdem 111. p. 1hi n* 177. 

5 Ferrol el Chlplez. Ibldem 111. p. IHl n* \». 

Herodoi. U. « de "xvOpuirs;, ^outtrt, y de £»í:;, na/nto. 

1 Ferrol ei Chlplez. lliidt*m 111. p 4ho Dot;i \* K» 







• •» I'.' ■ ^ . 



_ i^ !•*>,.•#-»»** -1_ «» 



314 
en las tapas de las indicadas cajas sobresale en stt parte in- 
ferior y qne en las de las arcas de piedras fenicias, que mues- 
tran los brazos y pies al descubierto, sirven para figurar que en 
dichas especies de rcpizas se apoyaban los mencionados pies, 
como sucede en uno solo de los de Saida hasta ahora descubier- 
tos, en los dos de Soluntoy en el de Cádiz *. 

£. — La estatua yacente del sepulcro de Gadir aparece con los ojos abiertos, 
presentando una saliente sobre la cabeza, como otra bajo los píes y á 
cada costado, que eran cuatro puntos de apoyo fijados en dichos sitios 
para poder manejar fácilmente aquella pesada tapa marmórea al cubrir 
con ella el arca también de piedra, donde se encerraba el difunto. 

Todos los sarcófagos de Saida y de Solunto muestran escul- 
pidas las caras, que adornan sus cubiertas, con los ojos también 
abiertos * y en algunos de los sidonios se ve igualmente el apén- 
dice indicado sobre la cabeza y en los costados '. 

Es de notar la marcadísima semejanza que existe entre la 
barba y el cabello rizado, así como en la manera como figura pre- 
sentado el bigote en la cara esculturada sobre la cubierta de 
una de las an^as de ipioáraant/iropoidcs descubierta en la necró- 
polis sidonia y la forma como aparecen tratados estos detalles 
en el sarccifago gaderitano *, acusando una absoluta similitud 
de origen. 

F. — No cons4*r^a el arca de piedra encontrada en la Punta de la Vaca ins- 
rri|K*¡on al^'una grabada, por no haberla tenido nunca, ni tampoco Im^ 
rila al pincel, sin que se le n(»te que esta se le haya borrado; pt>ro sise 
percibía muy claramente cuando yola examiné, casi á Uyn cuatro mesi^ 
de haber sidodescuhierta, que la estatua jaiente de la cubierta tenia pin 
tada, partiendo del estn*nio del muslo derecho una corona de laurel, que 
li|;uraba sujetar con la mam» también derecha «¡iie tenia cernida, y que 



1 Perrot M Chipiez Hist. de V art. daiis l'ant. III. p. \i<l y 189 n.* 132. 133 r 131. 

2 I>errot et Clilplez. Ibidem 111. p. 1'^<. IHO Ihi. Ii«2. ik7. 180. 

3 Perrot et Clilplez. lUdeiii 111. p. 1> IHi. IHl. ]H¿, naiiig. WI,I36. 19fl, '93 
Algunos de nuestrus ar(iueólo;;os» He lian eiiipeilalu en ver eu ente «áltenle 

que aparece Hohre la cabeza del Harcófajro de Cádiz el P^hent, de loin reyen del 
alto y bajo K^lpto, no de ion narenloten, coiiio KC liH atlriuado frratultanieiite: la 
hará del nitequuie Urio, que iio iiie en couocida, Kiüo Ktinpleiaente la tiara fenleta 
tPerrot et Cbiplez. Illst. ac l*art. daus I'ant. 1 11 p. 'I^ y 'lO iidm. S3I p. 131 iiA n. %t» 
644 iiiini. 411 ) como la de los loonarcaH de la Renda, de la Arnienla y de la Parthia: y 
Iia^ta «' a}tej^ driatujur rumano. <|ue taiiibieii dexcoiio/co. auiKjue me es mu%' familiar 
el de loa flamwe* y Mahoa citado por Servio (ad Aen. 11 A<i. \. 27i>.) por Paulo el diá- 
cono (ex Feüto v. albo^leruHi y por Aulo Oelio (N. A. In. lo.) También se lia i^upues* 
lo adortftde cawUHo raríagtHe$ o rWiiórro. cuya opliilon ae me lia reblado tfratiilta- 
meu te V devuelvo atrnidecido al que Kea8U padre verdadero, pueano he podido 
decir semejante detUAttno. ni sentar que en el sl^lo quinto anterior a J. C núble- 
se sido sepultado en Cádiz un celtibero, cu va raza híbrida aun no debía liaberM 

formado, como he tratado de probar en mi Hi^pnniae anieramamue tmtmgwtm 

Véase sobre estas salientes aPerrot et Chipiez. Ibidem III. p. M 

4 yenot et Chipiez. Hlst. de rart dans Pantiqultd lli p. 481 n • 1». 







3Í3 

cU'ci*|ío se presenta como cubierto compíetotrienfe y sin mos- 
trar ninguna de sus formas, según se nota en cinco de los en- 
contrados en el recinto de la antigua Sidon '. En los otros, que 
son menos en número, como en uno de Saida y en uu segundo 
de Solunto de Sicilia, los brazos y los pies se destacan del cuerpo, 
cubierto también con una túnica estrecha y de mangas cortas. 
En el primero de estos la estatua fígura oprimir con la mano iz* 
qnierda un pequeño t^rro de perfumes *. La última manera está 
representada por nn segundo sarcófago siciliano, también de 
Solunto, cuya escultura reproduce unamugcr con el pelo ondula- 
do, separado en el centro por una raya, y que sube en grueso 
semicírculo á uno y otro lado. El brazo izquierdo algo recogido á 
la cintura, en la mano otro tarro de perfumes, el brazo derecho 
sobre el muslo del mismo lado, los pies con las sandalias, salien- 
do debajo de la túnica ancha y plegada aunque sin mangas que 
la cubro, y encima una especie de -/rÁr», corto y abierto como el 
que usaban las mugares griegas. Los costados de la caja siguen 
las mismas ondulaciones ó muy análogas á las del de Oadir '. 

De los cinco sarcófagos que he citado de Saida hay uno cu- 
ya tapa presenta solu una cabeza con tocado egipcio y el pertil 
perfectamente griego *, y otro con polo y barba rizada á la ma- 
nera asiria que concuerda bastante con el gaderitano *. Hablan- 
do Herodoto délas tres maneras de embalsamar, qnc tenían los 
egipcios y ocupándose de la primera, que era la mas costosa, re- 
fiere que tan luego como los que egercian este otieio entregaban 
ndubado el cuerpo del difuntn á sus más cerrantis ¡laricntcs, es- 
tos mandal)an hacer una caja, que tuviese la forma humana. 
'xAfb,r.zvXi,; ', Cilla que ciuTrraban el cíidáver embalsamado. Iki- 
jándolo dentro de ella al sepuhrro. donde la ponían en ¡lié apiw 
yada contra la pared. 

Esta última afirmación de Herodoto ba sido sin embargo y 
con razón negada [Htrlos cgipti<ilogos niodenius, quienes dicen 
que solo se ponían de pié las cajas de las momias en las ceremo- 
nias,- que precedían al sepelio', lo cual explica el sosten que 



3 Perrot el Clilulei. Ibfdfm ni. p. 1X7 nfims. IXt y \SL 

8 Perrot et Chliilei. IbldPtn Ul. v. \*9 n* ISt. 

• Perrot ct Chtplei. Itildem Ul. p. IXI ii* 137. 
5 Perrot et Chtpiai. Ibldem Ul, p. luí »-• IW. 

• HerotioL II. « Oe "«<IJU(i:i;, Inmtrr, y de l';;;. «•I'tU 

• l-errot ei Clilplex. Ibi<li-ui Ul. !■ iiW ntit» 1.* 



^ 



316 
monumoitos fmcMnos del Louvro *, así como las figuras gra- 
badas, también en madera, de la tumba de Hosi en Sakkarah ', 
las esculturas en piedra ó bronce como las de Ra-botepy deRa- 
nefer del Museo de Bulaq ', y otras dos del antes indicado me- 
tal, que son del dominio particular, aunque descritas y dibujadas 
por los que se han ocupado de la estatuaria egipcia *, muestran 
siempre al varón desnudo y solo cubierto de un corto y ceñido 
tonelete, que baja de la cintura á los muslos, excepto una esta- 
tua de madera del Museo de Balaq que representa cierto perso- 
naje envuelto en un ancho manto, que pasando por debajo del 
brazo derecho, solo deja éste y la mano izquierda al descubierto *. 

En cambio las esculturas de muger, la presentan cubierta 
con una túnica estrecha y ceñida al cuerpo, abierta sobre el pe- 
cho, como la de Ncsa del Louvrey la de iVij/J:'^ de Bulaq •. 

La indumentaria fenicia en el hombre pasó necesariamente 
del breve y sencillo schcnti egipcio ^ á una túnica ancha y larga, 
que lo preservaba del rigor del clima de los jiaises, que estos na- 
vegantes visitaban, y de la Syria misma*, habiendo usado ade- 
más un bonete puntiagudo ó cuadrado •, como se ve cu los an- 
versos (le his monedas ])únicas de Malaca. 

La estatuaria lenicia después de los tieímpos arcaicos *•, de 

l)ura imitación egipcia, no deja pues al descubierto las formas 
en el hombre, lo cual acusa naturalmente, como he dicho, la di- 
ferencia (le temperatura que mediaba entre el Egipto y la Syria. 
Lo mismo que á las de la muger cubrici ambas en sus represcn- 
tacion(»s con inás (i menos amplias túnicas •*, á veces ceñidas y 
con mangas, muy scinejant(*s, por lu» decir id('»nticas á las déla 
(escultura d(»l sarcíifago gaditano •*, y en general tan |mjco mo- 
vidas y fan siniétricas como los pesados trajes de las estatuas 



asirías 



í n 



1 ivrmt et ciilploz. Ilist.do l*art.<1nns l'aiit. 1 p. 10. \ ll n.o^fCn. tf«l.6l9. 
"i pprrot pX riiiple/.. Ih'fipni I. p. 6»! a 6lv 



3 pprrot i»t c:iiipl**z ?hl«l#»tn 
\ Permt et riHple/. Pií W^w 
R Permt t»t ClilpU'z. ihlflein 
^ Pfirrot et riilpipz. IbH*» II 1 
7 Perrot pX riiipi«z. Ihl»1eni 111 

III 



1. p. fr«. n» 6m. 

I. p. T»'» á K<\. 



p. «.*? II « na. 

p. (W7 a 61« II .• 4?7 y 



Pl. IX. 2. 



I» 
P. 



iW r..« 3>2 n 4>ft II.» JTW. 

\y\ á 4ÍÍ1. n «Sív» p. 4*2 n .• aní» p. s*». n «ift 



p. y^ !!.• «32 p xxi n .• are. 



P 



4W i^ 4»> n.* 5n2 ñ 8i|. 

4:n. 451. 455. I(E>. 473. 511. 513. 515. 519 



« pprwt et riilpiez. IhlílPm 

9 Perrot et rtnplpz. Itifflem III 

10 peiTot et rhiplez. ItilMem 111 

11 Perrot et riiípiez. Iliideni Ul 

*I7 TiM W (>17 

*^I2* Perrot et riilplez. Ihhlein ni. p. KM. n * 401 y p «1(1 n* 410. 
13 Perrot et Clilplez. Ihlfleni II. p. «21. n.» »W. p. 61¡. n.*sm. p. 8917. n.^ffs^i. 
T\. VI. et passiin. Veanae laa pequeñas eatiktiina sardaa de barro coc'do 
reproducidas en esta mlama obra. 111. p. 4-'>1 y 498 n.*32l t tr^ t gp notarán en- 
hfertaa con túnicas i^ruai en su forma, estrecha y cefilda á la de la eaCátna. 
yacente del sarcófago s^derltano. 



« 









315 

bajaba con el brazo á lo largo de díclio costado. La fofografiía heclia en- 
tonces de aquel monumento aun acusa bien claramente varias bojas, 
de las que mejor se conservaban de la dicha corona. 

Ninguno de los sarcóísígoí> (oi/Ziropoides descubiertos hasta el 
presente en la Fenicia ó en sus colonias han aparecido con ins- 
cripción alguna *, cjue se estimaron entonces innecesarias toda 
vez (lue estaban destinados aquellos á ser guardados en profun- 
das cavidades, que se cerraban con piedra y tierra *, sin que 
nadie volviera á verlos, á no ser que se profanara el sepulcro. 

Es muy de notar al caso presente sin embargo que se conser- 
van sarcófagos anthropoides encontrados en Sidon, cuya super- 
ficie externa estaba pintada ^, habiendo memoria de otro descu- 
bierto hace mas de un siglo cerca de Palermo, cuyos costados 
contenían figuras diversas también pintadas *, y estando ates- 
tiguado que varias de las estatuas yacentes de estas cajas de 
l)iedra sepulcrales fenicias presentábanse coloridas ', demos- 
trando como aquellos industriales asiáticos habian aceptado de 
egipcios y de asirios el procedimiento de la escultura ^/yc//r<9W/7, 
como se ha tenido ocasión de observar ampliamente en la esta- 
tuaria cipriota *. 

(i. — !,a <*státua del arca funeraria de Oidiz está \estida, como he dicho antes, 
ron una túnica ceñida al cuerpo, sin uianpis y que deja descubierto el 
«*uelh», los pies y los bra/.os como las modernas camisas de muger. 

Kl sarcófago anthrojmdc descubierto en la caverna de Apo- 
lo en Saida, la antigua Sidon y que he visto con otros varios 
análogos en el Museo del Louvre, así ccuno uno de los de Volunto 
hov en el Museo de Palermo. muestran sus estatuas vacentes con 
igual vestidura que el gaderitano '. 

La escultura egipcia tuvo ocasión d(» hacer un estudio deteni- 
do de las formas por el denuíMlo con (jue en general son presen- 
tados sus mas ¡mi)ortantes ejemplares de mayor ó menor anti- 
güedad. Desde los viejos tiempos del arte en Egipto, y en losdias 
del antiguo imperio, las estatuas en madera, como la del Chrikh- 
rl'hrlrd v otra muy semejante, cpie se conserva v\\ la Stda drhs 



I pprnit et riiipi*^/. Hist, de Tart. dans l'aiit. Ul. i*. 191. 

? l*err#»t Pt rhlplrz niidein \\\. p. m. 

n IVrn)t rt CliiplPZ. Miidem MI. p. 491. 

4 pprml t»t Chípiez. Ilildem Ul. p. í'íí^, 

:» pprrot et ClilplM. nüíieiu Ul. p. 1T«. 

A ivrrot rt rhipiPS. Ihidein Ul. p. C6I á «^Oft. 

7 Porrot et Cliipiez. Ibidem Ul. p. t^*. núms. IS2 y 133 



* 






di8 

caja de piedra las de madera de sus momias * y usaban del bron^* 
ce como metal inoxidable, al que sabian dar bastante dureza 
para poder resistir los martillazos *. 

Después del examen comparativo que se acaba de hacer entre 
los caracteres externos del sarcófago gadcritano y los de los en- 
contrados en la Fenicia y en sus colonias de Sicilia, habré de 
notar que los egipcios fueron los que inventaror.. las cajas anthro- 
poidcs de madera y de piedra ', que de ellos tomaron estas los 
fenicios, único pueblo que después de aquel usó semejantes arcas 
sepulcrales marmóreas *. En las cabezas de las estatuas yacen- 
tes de las tapas de estos sepulcros se ha descubierto no solo la 
imitación egipcia * y la asiria •, sino también la pronunciada in- 
fluencia de la estatuaria helénica en los perfiles ^, en el con- 
junto general de toda la fisonomía y en la manera de ejecu- 
ción *, sin que se conozca como afirma un crítico distinguido, 
en cuya autoridad me vengo apoyando casi siempre, sarcótago 
anthropoidc alguno fenicio en el que el lastardeo del estilo de-- 
note que sea obra del periodo romano •. 

La fecha de estas cajas sepulcrales encontradas en la Fe- 
nicia y en algunas de sus colonias se hace correr desde que Cy- 
ro fué elevado al trono en 500 antes de J. C, hasta (jue Alejandro 
derrotó á Dario en Arbela en .'í:31 antes de J. C. **: del sesto al 
cuarto siglo anteriores á nuestra era, época que se ha denomi- 
nado ^^rco-yr^i/r/V/ **. Ha sentado Jorge Pcrrot^ el distinguido 
historiador dolarte en la antigüedad, que no son retratos del 
inhumado las caras de las estatuas yacentes de las cubiertas 
de los sarcófagos anthropoidosfenicios *-, como parecía quedebie- 
ra suponerse *^, sino mera reproducción de un tipo convencional, 
qvc mas era griego que semitico ^^^ aunque á veces estuviesen 
tocados á la manera de los egipcios ó á la de los asirios **, ó co- 



1 IVrrot et Chlplez. Hist. deVart. dansTant. III. Iftl y \K%. 

2 Maupero. L'arcfieol«»trle efriptipnne cap. V. g. a p. 2i« y Ki^ulentes. 

8 Perrot «t Clilploz. Ihidein. III. p. 103 p. 48t 

4 Perrot et Chlplez. n>tdeiu. III. p. 177 a I*). lí>2. 

h Perrot et Chlplex. Ihhlem. III. p. l«l. n.» \Ti. 

« Perrot et Chlplez. Ihldem. III. p. I«l. ii • l-w 

1 ivrrot et Chlplez. Ihldem. III. p. 4«l. ii.« 427. 

R perrot et Chlplez. Ihldem. III. p. l^tS. n.* 129. 

9 Perrot et Chlplez. Ihldem. III. p. )>%). 

40 Perrot et Clilplez. Ihldem. III. p. 477. Im2. IH3 y 1F8. 

11 I>errot et Chlplez. Ihldem. III. p. AX>. 

\i I*errot et Chipies. Ihldem. III. p. 4.T>. 

13 Perrot et Chlpiez. Ihidem. 111. p. 4Ha. 

14 Per-ot et Chipiez. Ihldem. 111. p. 435. 

15 perrot et Chipiez. Ibidem. 111. p. 481. o.* 427 y 12t». 



i > 'í:,-:i.L.rx^a 







3ld 

íno el (íe Cádiz con la inmensa peluca cíe aquellos *, y con la 
barba simétricamente rizada al estilo asirio '; pero suavizada 
por una pronunciada influencia helénica, si no se quiere ver en 
esta manera algo mas del g-usto priojro ^. Añade una última 
observación de gran interés al caso i)rosente cual es que las e.t- 
cata4:io)ics hedías hasta eljrrescnfe cu Cartílago no han dado á 
conocer sorcófago alguivo anthroj>oide *, como mas adelante otra 
de no menos aplicación al gaderitano: á saber, que en la necrtU 
polis sidonia no se hn encontrado un solojragmento de armas ^ 
mientras que los demás puehl os de la autig'Oedad han colocado en 
las tumbas de sus mayores espadas^ lanzas^ cascos y escudos. Es- 
ta singularidad de los sepulcros fenicios, concluye el citado Per- 
rot, no puede explicarse sino por el carácter y las habitudes df 
aquel pueblo de mercaderes, que no era guerrero, que fabricaba 
hermosas armas; ^>rro no era juira sercirse de ellas, sino para ex- 
portarlas y venderlas *. 

De todo lo que precede se deduce: 

1.* Que el sarcófago anthropoide gaderitano es fenicio y es- 
culpido por un artista de aquella nación. 

2.** Que la cabeza acaso no sea retrato del personaje • que 
encerraba, sino un tipo griego convencional con peluca egipcia 
y barba á la asiria, tratada C(m la suavidad del cincel helénico, 
aunque por la placidez do su expresión y su misma naturalidad 
debe estar copiado de un modelo vivo. 

3.* Que la fecha en que fué esculpido hubo de ser el siglo 
quinto antes de J. C.como lo indico primero el profesor Hübner. 

4." Que el personaje, cuyo esíjueh^to ha guardado veinte y 
cuatro siglos aquel arca de piedra, era fenicio y no cartaginés, 
como también sentó el primero el mismo profesor citado, corri- 
giendo .mi conjetura deque tal vez pudiera ser africano. 

5.* Que la losa en que apareció encerrado este sarcófago 
fué igualmente de construcción peculiarmente fenicia. 

6." Que dentro de dicha arca de piedra no se encontraron 
restos de armas, como no se han encontnido tampoco en las 
umbas de la necn'ipolis de los sidonios. 



« PeiTol et Clilpiex n)i(leni. 1. p. r.v.. cít,. fis*. ff» nfim«. 4». 43^. 4lo 461. 

t Ferrol et Chipiez. Itildeío. U. p. u^. n • «n. m. p. I8i. n.- 1*41. 

I Ferrol et Chlplez. Ibldera. \\\. p. «H"¿ n.» r¿». 

^ Ferrol et Chipiez. Ibideiu. 111. p. íhi y <H6. 

Ferrol el Chlplez. Ibldem. 111. p. *Aü. 

Ferrol el Chlplez. Iblüem. 111. p. 431 y 43^. 



é2é 

Sepulcro seouxdó. 

No contenía arca alguna de piedra conío el anterior sino sim- 
plemente dentro de la cabidad cercada por sillares otro esqueleto 
de hombre, no tan bien conservado, con fragmentos de armas do 
hierro, carcomidos y oxidados y varios canutos de huesos de 
animales, de los que hoy quedan solo media docena mas ó menos 
deteriorados y casi de la misma longitud, siendo el mas larg6 
de unos seis centímetros, todos ellos labrados en la misma forma, 
huecos naturalmente por el centro, teniendo en medio de su cara 
externa á igual distancia de los bordes superior é inferior una 
abertura de 22 milímetros de largo por 8 de ancho y debajo de 
dicha hendidura cuadrangular, en el comedio y á unos 6 milíme- 
tros de ella un taladro redondo, hendidura y taladro cuyo objeto 
es bien difícil de apreciar. No sé si pudiera sospecharse que estos 
trozos de tibia de animales, labrados á intento, habrían estado 
unidos por medio de nervios pasados, por las hendiduras entre 
largas, que se ven en su superficie superior y que perforan por 
completo el hueso, mientras por el taladro redondo se haría pen- 
der algún pequeño adorno de piedra labrada, formando un col- 
gante mas ó menos airoso •. Ni tampoco me atrevería á conjetu- 
rar que todos ellos hubiesen constituido parte de un tosco ins- 
trumento músico *. 

Aunque en el siglo quinto antes de J. C. hacía varios que los 
fenicios ocupaban las Hispanias y uno acaso que los celtas ha- 
bían franqueado los Pirineos, no por oso es menos cierto que la.s 
dos mas viejas razas históricas de la península la vascona que 
era la de mayor antigüedad y hablaba un idioma aglutinante, 
arrinconada en su estrecho solar del norte, y la íbera de origen 
ariano y la másuuxlerna, extendida por todo el pais. desde hacía 
numerosos años, cuya cifra subiría á mucho mus de un millar, 
aun se encontraban en plena barbarie, aunque las ultimas cono- 
cieran ya algunos metales, que usaban en sus armas. Las tri- 
bus ibéricas vecinas de los asiáticos habian de ellos tomado 
por lo menos, nociones de arquitectura, de agricultura y de na- 
vegación y perfeccionado los procedimientos mineros. Sin em- 



1 KTans Les atre» de la plerre Chap. XIX. No presenta nada análogo á teles 
canutos, como Uiupuco Joiy L'hcu u^e kMiiit les luetaiix. Pait. 2 cap. II. i IV ni 
Caruilhac. Les ages pr^hlstorlquef de TEspainie et du Portugal p. lOO. IML ;3I. MI 
y 215>. 

2 véase Tub. Ul. n.* 4. 



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32Í 
Dai^o en puuto á la indumeutaria y aí mobiliario poco jiarece 
que hubiesen aceptado de sus civilizadores, conservando hasta 
después de la invasión romana muchos de sus hábitos salvajes y 
hasta de sus toscos útiles primitivos. 

El uso de adornos de bárbara fabricación ibérica apenas pudo 
ser desterrado por los mercaderes fenicios con sus manufactu- 
ras de pacotilla, puesto que mucho después del siglo quinto antes 
de J. C, á fines del tercero, cuando Cneo Cornelio Scipion derrotó 
á Hannon en 218 antes de J. C. en las cercanías de Cissis^ apo- 
derándose de esta ciudad, solo encontró en olla un botin de esca- 
so valor, consistente en utensilios (/roseros y en tnisei^ahles escia- 



ros * 



La pobreza de los cissitanos contrasta con el lujo de otros 
pueblos extningeros, atestiguado jvor el mismo historiadíir, refi* 
riéndose á unos cuatro años desi)uos, cuando cuenta el gran 
núinero de collares y brazaletes de oro que recogió ol mismo Cneo 
Scipion de los gálos^ que combatian en los ogórcitos de Has- 
drubal y Magon, cuando de nuevo derrotii á los cartagineses en 
la l>atalla de Av.rinyi *. 

Por lo que hace á los espléndidos palacios de los royos his- 
panos, cuyo lujo era extremado, y do oro y plata las copasen que 
bebian, según ol testimonio do Pulibio, consorvado por Athonoo ^. 
debe haber algti do fantasía, ó referirse á alguna que otra comar- 
ca mas culta que ol noroeste do la península *, donde unosdosco- 
uocian el hierro como los vascones ^, y otros aun no usaban mo- 
nedas en tiempo de Augusto y acababan do adoptar como un ade- 
lanto los inoiwsylos. según so siibo (jiio aconteria en vari«>s puo- 
blos de la Lusitania ^. 

SEPri.rUO TEUCKRO. 

Ksta tumba ora igual en longitud y anohura á la segunda do 
que acabo de hablar: pero menos profunda, rontonía restos ilo 
un e.s<jueloto do mugor, entro cuyos huosos aparooieron como lio 



1 Llv. ai. «>. 4 ú 9. iniiM»nex l>artiarlca ar viliiiin manclploniiii. 

2 Llv. ai. 42. H. ttiin»! t4>rf|uett. annUiaemie inaciniM niiiiierurt. NeaKí» taiu- 
liien Llv. :» o T ll prtniuin l»»cioi»aer.it«»»í, vestfin Mr.i»rnlaiu preclofcaiu. pia- 
Ifulaü et alia ipxtllla Pt nu:«e tum luatrnlflcae huo«'U»*cUhH lialwhaiiUir. iuoüi>- 
üodlH et almroti Kon.aiii advpxprunt. , ^, 

3 FoUb. Lejratione* XXXIV. V. IX. II. p. li:. eü. Dlilot 1k:«> 

4 CaeKar. Ih* liello oivU. I. » 

& SU. Itul. rnnlc. m. v. X> V. v. \T». IX. v. C32. 
n strai». Ul. lil. h. 

41 



..^•t-** V.-N 



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^:_, -;*A wj»t¿J. *í. -•' • ■ , . . . ...' \..»- -^ lí < 



322 

repetido, diversas cuentas pequeñas, unas de oro y otras de 
ágata, así como varios adornos, como de pasta, acaso de vidrio 
descompuesto, y un colgante también de oro, todo lo que habla 
formado parte de un collar. Además se encontró entre aquellos 
restos humanos un anillo con aro de oro y una piedra de ágata, 
engarzada de manera que gira con facilidad, presentando á vo- 
luntad cualquiera de las dos caras, que tiene labradas de distin- 
ta forma. Por fortuna existe el anillo en su integridad: pero en 
cambio ha desaparecido del collar porción de cuentas, de las de 
oro y de las de ágata, así como algunos de los adornos de pasta 
ó vidrio. Restituido á su integridad debió presentar la forma 
que indica el adjunto dibujo \ en el que solo se ha reproducido, 
con la exactitud que acusa la fotografía, la parte que aun se 
conserva de dicha alhaja, esto es diez cuentas de oro, nueve de 
ágata, tres adornos de pasta ó vidrio y el colgante de oro del 
centro, habiéndose restituido el adorno y la cuenta última de la 
izquierda solo con ligeros perfiles, para dar la mas exacta y com- 
pleta idea de la joya. Como he dicho sus mencionadas cuentas 
debian ir alternadas una de ágata y otra de oro, ambas de unos 
cinco milímetros de largo por seis de ancho sobre poco mas ó 
menos, sei)ara(las do trecho en trecho, acaso cada cinco, por los 
adornos de (|ue ya he hablado de pasta ó vitlrio, do unos cinco 
milímetros de ancho, sois do largo y ocho de alto próximamente, 
debiendo también hacer notar que no son exactamente iguales 
todas las cuentas que se conservan. Del centro del mencionado 
collar pendía, como he repetido, mi dije redcmdo do oro de unos 
dii'z y seis milímetros de diámetro, rodeado do una pequeña me- 
dia caña abombada y dividido el círculo interno oii nut»ve rom- 
partimentos iguales á ])art¡r del centro y on forma do hojas re- 
dondeadas por el extremo superior. Kstas hojiis aparocon alterna- 
das, una (lo oro liruñido. otra esmaltada on azul y la torcera de un 
color indoflni(hi. Comparaíh» esto colhir oou ol onroiitrado en la 
Syria y hoy en el Musí»o dol Louvre ^, formado do montas do 
oro muy bion bochas, alternadas ron otras di» cornalina v va- 
rias de vidrio trniondi» píMidiento en ol contro un poqu<'ño Jarro, 
también de rornolina. (»jocutado con suma dolií*adoza. si» doscu- 



\ Veu¿<* la T»l». lil ii. ( 

2 l»errot vi thlpiez Ilikt. de Tart dans raiiticiuiU* vol. UI. p. 624. k>I. X. 



í ...... í .-liir-^^"'*^-"' 



rAM. 



322 

repetido, diversas cuentas pequeñas, unas de oro y otras ae 
ágata, así como varios adornos, como de pasta, acaso de vidrio 
descompuesto, y un c<jlgante también de oro, todo lo que había 
formado parto de un collar. Además se encontró entre aquellos 
restos humanos un anillo con aro de oro y una piedra de ágata, 
engarzada de manera que gira con facilidad, presentando á vo- 
luntad cualquiera de las dos caras, que tiene labradas de distin- 
ta forma. Por fortuna existe el anillo en su integridad; pero en 
cambio ha desaparecido del collar porción de cuentas, de las de 
oro y de las de ágata, así como algunos de los adornos de pasta 
ó vidrio. Restituido á su integridad debió presentar la forma 
que indica el.adjunto dibujo \ cu el que solo se ha reproducido, 
con la exactitud que acusa la fotografía, la parte que aun se 
conserva de dicha alliaja, esto es diez cuentas de oro, nueve de 
ágata, tres adornos de pasta ó vidrio y el colgante de oro del 
centro, habiéndose restituido el adorno v la cuenta última de la 
izquierda solo con ligeros perfiles, para dar la mas exacta y com- 
pleta idea de la joya. Como he dicho sus mencionadas cuentas 
debian ir alternadas una de ágata y otra de oro, ambas de unos 
cinco milínu'tros de largo por seis de ancho sobre poco mas ó 
menos, separadas de treclio en trecho, acaso cada cinco. jM)r los 
adornos de (jui* ya he liablado de pasta ó vitlrio, de unos cinco 
milímetros de anclio, .sois do largo y ocho de alto próximamente, 
debiendo también liacor notar que no son exactamente iguales 
todas las cuentas que se conservan. Del centn) del mencionado 
colhir pendía, como he ro])etido, un dije redondo de oro de unos 
diez y seis niih'metros de diámetro, rodeado do una pot(Uoria me- 
dia caña aboml>ada y dividido el círculo interno en nueve com- 
jiartimentos igu;dos á partir del centro y en ft)rma di? hojas re- 
dondeadas por el extremo superior. Kstas hojas aiKiroctMi alterna- 
das, una do oro lirufiido. otra esmaltada on azul y la tiMrera de un 
color iiiílefinidii. Comparado esto collar con r\ oncoutradt» en la 
Syria y hoy en el Mus(»o dol Louvre ^, formachi d«» montas dt* 
oro muy biou bochas, alternadas con otras de oorm^h'na y va- 
rias de vidrio teniendo pendiente en el ciMitro un pee juefio jarro, 
también de cornelina, ejecutado con suma dolieadeza, se descMi- 



1 Vea¿<* la Tab. lU ii. ( 

2 IVrrot vt tlilpiez Ilibt. de Tart dans rantiquiU* vol. lll. p. 624. M. X. 






323 

bre en ambos el mismo gusto técnico y análoga finura en la 
egecucion, así como marcada semejanza en el tamaño de las 
cuentas*. 

Por lo que hace al colgante del centro del collar fenicio-gade- 
ritano, labrado en forma de rusii *, es muy análogo á otros de 
Camiros en vidrio, dos de ellos de tamaño semejante '•*, así co- 
mo ;\ varios de marfil * v hasta de oro alí^'o mas ornamenta- 
do *, todos ellos de origen conocidamente fenicio. Este adorno 
central tiene en la parte superior unpeíiueño cilindro perforado, 
por donde pasaba el cordón, que lo unía con las cuentas, como 
se ve en dos joyas feni(;io-cypriotas, pocos años há descubier- 
tas *, conservando aquel en tres de los ])étalos de la rosa restos 
con esmalte azul, como ya he consignado. Los egipcios cono- 
cieron el i)rocedimiento de esmaltar la cerámica ' y de ellos lo 
importaron á su país los fenicios •. En el Museo británico se con- 
servan azulejos egipcios, figurando discos divididos en ocho com- 
partimientos, muy semejantes en su labor al dije de Cádiz ^. Se 
.sabe (jue los artífices del Egipto imitaron admirablemente el 
azul del lapi: Ia:ífficn sus esmaltes '^. y que existen aun de ellos 
bronces en los que .<on visibh^s las huellas del dicho esmalte *'. 
que aplicaron tam1)ien hasta á la madera en las cnjas de sus mo- 
mias ^'. 

Pero si el collar gaderitano j)resenta señales tan caractc»- 
rísticas del arte fenicio, no .son menores las marcadísimas (juí» 
conserva el anillo, en el mismo sepulcro descubierto. Como ya lo 
he r(*petido también, se compone de un aro hecho de un grue- 
so alambre redondo, formando un círculo, cuvos extremos no 
se tocan, sino cv^^tan s(»parados. teniendo cada uno (h* ellos un 
]>equ«»ño taladro en í*1 centro, donde encajan los pernos del cerco, 
igualnuMíte de oro, en (jue está engastada la piedra de ágata, 
{[xw lo adorna, ((ue gira á voluntad alrede(b»r de ellos. Anillos y 



1 rorrot rt rhipípz. Hist derjirt dans Tant. Hl. i». "l-'i. 

2 ivrrot oi Chípif'Z. n>iíliMu. \\\. p. ITk uXuu TiH 

3 p»»rmt et Cliipli'z. n>i«l«Mii. 111. p. tío. húim. r.:w á fiil. 

4 ivrrot et (*l»ipl«'z n>i«i«Mii. Ul. p. nn. imm tvr.i 
:» rerrot et Cliipi»'z. n»UUMn. ni. p. R/í». níiin. riH. 

fi rorrot vi Cliipit'z. n»i<líMii. ni. p. 6í:i. II. 4I«> V p. M!o. núm. r*7C F. 

" rerrot et Chípiez. n)iilein. 1 p. k2-« v >l;;iiieiites. 

8 rerrot et (liiplez. Ihiflein. 111. p. iHI Vi iH»*. 

U I*arrot et Clilpiez. I'í«l»»ni. 1. p. hK». núm. :kS v yo. 

10 Ferrot et Chlplez. IbUleiii. 1. p. K». 

11 Perrot el Chipiex. lltidem. 1. p. «ü. 

12 l'errot et Clilpiez. Ibldem 1. p. »•?«. 

rj Perrot et Chiolez. lüUlem. iU. p. é;)? n.*GOó. p 9U5n.' 1IO|iCi:in.<* lu^á 1*0. 



324 

scllí)5 (le esta figura y de iguales engarces se han encontrado en 
Syria y en Cyprc *'. He dicho que la piedra es de ágata, y tie- 
ne esculpido por el lado convexo un escarabajo, como el anillo 
para sellar encontrado en la Syria, que montado en plata tiene 
un escarabajo también de ágata *. Por el lado plano presenta el 
gaderitano finamente grabado en dicha piedra un personaje que 
camina hacia la izquierda, tal vez una mugcr por estar cubierta 
con una túnica sin mangas, que parece ceñida con un ciuturon, 
como la que se vé en la Sida de Tyro, que se guarda en el Lou- 
vre *. En la cabeza tiene una especie de velo ó de toca que la 
cubre y baja hasta los hombros, confundiéndose en ellos con la 
túnica, como en algunas figuras de barró cocido cypriotas '. En 
la diestra lleva un jarro, í[uc casi toca al suelo, de igual figura á 
los que aiarecen cincehidos en las asas, que aun quedan de una 
gran áníora de bronce encontrada en Cyprc *. Con la mano 
opuesta sujeta una fior, (jue no puede conocerse si es de \otns ó 
de j)ajf'n*Hs^ y que se lleva á la nariz, como para olería, exacta- 
mente lo mismo quo la pequeña fignra de muger esculpida so- 
bre unaphincliita de marfil, <iue formaba la tapa de una cajita 
(|ue debió contener pequeños tarros de perfumes, los fragmen- 
tos de cuya caja fueron encontrados en la necrópolis de Sydon *. 

En el s(»gundo y tercer sepulcro se encontraron pues: 

1 ." Restos de armas de hi(»rro de un i)ei'sonagt* íbero. 

•J." Restos tal vez d«* toscos adornos ibéricos del misim». 

:í." V\\ collar fenicio usado por una muger también ibérica. 

1." l'n anillo igual mrntr feni<*io que aun parece que c«»nscr- 
vabíi la dicha muger ibiM-ica <Mi la falangiMle una de sus manos. 

No rs nada extraño (pie en (íadir cinco siglos antes de Jesu- 
cristo, en plena dominación fenieia habitasen íberos; no celtas, 
que acababan de pasar los I*irineos, ni celtíberos, que aun no 
existían, y además ni (»stos ni aquellos llegaron nunca hasta 
Cádiz. Tam|ioco i»s rechazable (|U0 estui íberos avecindados en 
la ciudad hisjtana, fundada y regida |)or los asiáticos, usasen el 
varón d(» sus bárbaros atavíos, mientras la muger se engalanase 
con joyas fenicias *. 

1 Pcrrot v\ Chipirz. HIki. do Cnrt dan* Pant in. n. «tt. n* IH. 

2 l*prrot et iMiipiez. niidcMii. Hl. i». III. n« 3)5. 

:i l*f*rn)t ot ehlploz. nildem. ni. i». 418 y 419. n • 2») y tü*. 

4 ivrrot et i'liiiiiez. niiaem. \\\. p. 791 y 785. n.* 5-ft y S3C 

ft jvrrut et Cliiplez. Ibideni. Hl. p. 811 y 817. u.« éU. 

6 Eii ia« Uneas 31 y 82 do la pií^rlua 810, en vez de ««aunque tas QlUmiis co* 
nocieran ya aUrunos raeuieM que uii;iban en sus armas,» debe üeeir. «MfM /« 
uUima i-QMKéera ya ulgunot mitatef, qmi mwba em tm arMac. 



. ■ 




■■^' ••***"■*▼' "^ <•*'•''■»>■ '"' :--■■-'.•- - . . » /•...><*».«>•■•. .- - • , • . - . . - I - .-»|¡|)«)^ 1,1 », 



III 



OTROS HALLAZGOS 



Al comenzar el presente año de 1891, hacia el oeste déla 
Punta de la Vaca v á corta distancia de donde se descubrió el 
sarcófago fenicio, se encontraron en terrenos del astillero de Vea 
Murguía otros sepulcros, que no parece hayan sido seriamente 
estudiados. Al presente se ha dejado pasar la oportunidad de ha- 
cerlo, ])uesto que han sido derribados y vueltos á construir, sien- 
do trasladados á la ])oblacion, donde se conservan los sillares, 
))orque la planta y alzado de la sepultura es puramente ideal, co- 
mo reconstituido todo de memoria pudiendo solo satisfacer la mas 
pueril de las fantasías. Muévenme a e.**presarme de este modo las 
noticias, que iba recogiendo á medida que las ])ublicaba un pe- 
rií'KÜco de la localidad, de que voy á trasladar lo que á mi pro- 
¡xisito se refiere, pant justificar ([ue no escribo de memoria. 

Diario dr CótH:. 1.*» de Enero do 181)1. 

Aiiti;:rHMLi<lrs — Parrro qiio sr ha dosniliírrliMín sr|Milf ro aiili^iio ni 
los (lrsnioiil<*s flr! nslíMno (lo los Sn»s. ViM-Miir^iiúi. 

Diario dr (Ynli:. "2 d(» Enero de ISDl. 

Sopiilrros «iiiti;;iios — Como ya liniios dicho aiiloa^rr ni h»s (Irsinoiilrs 
qiu* sr csláii iirartiraiido Trnilo al asiilloro, ni los trrrnios ipic fiioroii ih» 
l>. FiiritiiM* (Irl Toro > á la proriiiididail de al;:niios inrtros n*s|N*rlo d(*l aii- 
li^'iio iii\cl, han hido nicoiilradas unas srpultunis anti^'iias. VA lialla/;;o sr \r' 
rificó por la lardr: los Irahajadorcs dieron parte al niacstn» y osle á los inge- 
nieros. Conocido el hecho por las aiit(»ridades se ha eslahlocido en «lidio si- 
lio un iiiiiii icipal, para <|iie ^i^'ilo. I.os sepulcros dosciihierlos hasta ahora 
parecen ser d( s, pues aiinf|iie »e \eii cuatro, dos do ellos casi di\ididos en el 
centro por un sillar f|iie foiiiia escalón, dehen ser separaciones de sf^piilrnis. 
Kstos están formados de piedra, de la aquí \ul);armenle llamada de playa, 
y que se halla bien labrada. Entre todas las piedras se* nnmÍFán no poeti» 
metros eúbieos. Ilállansí* las !H*pulturas eolocad^s sobn^ terreno \ín(en; poro 
siguiendo este |H>r el lado de ellas, se supone que puede haber otras inme- 









326 
dicitis. En las piedras no se lia encontrado ¡nsciípcion alguna. Dentro de los 
sepulcros algunos huesos. . . . 

No parece xjue se haya encontrado moneda ni ohjeto, que indiifue la épo- 
ca de las sepulturas; pero se cree que son romanas. Kstán compuestas rada 
una de ellas de doce piedras grandes, y en algunas se nota una ranura anrlia, 
ahondada en la piedra, cuya significación se ignora. Antes de anoche con las 
agUíis se desprendió alguna tierra del r(»ferido sitio. 11 >y es prohahle que so 
pongan completamente al descuhierto las sepulturas. 

De lo trascrito se dcspreude: 

1.^ Que frente al astillero de Vea Murgiiía en terreno inme- 
diato; pero separado por la línea férrea de la Pnnta de la \'aca 
y al oeste de esta, á algunos metros de profundidad y sobre ler- 
reno vir gen ^e encontraron en la tarde del 31 de Diciembre de 
1890 dos se pulcros antig-uos, divididos en el centro por un sillar^ 
que fórmala escalón^ que dclea ser separaciones de sepulcros: lo 
cual es muy difícil de entender desde el terreno virgen. 

2.® Que está comimesta cada sepultura de docepiedi*as gran- 
des, y en algunas se nota una ranura ancha ahondada en las di-- 
chas piedras, cuga significación se ignora. 

3.** Que no se encontni i nscripcion^ ni moneda, ni ohjeto al- 
guno rjue indique la (poca de las sepulturas, sino algunos hur.sos 
dentro de los se¡mlcros. 

4.** (íue la autoridad coIuímí (mi aquel sitio un municipal pa- 
ra que vigilase» lo descubiert<i. 

Diario de Cádiz. Suplemento del 15 de Enero de 1891. 

Ksta mafiana han estadiMMi Puerta de tierra >isitnndo los terrenos don- 
de se desruhriernn los sepulcros nn(i;:uos .. . (rarins |iersonas. .. . I>es;:ra- 
eiadamente al Ih^gar al lugar <lel (!es<-uhrimieiilo se ofreció un espectáculo 
lamenlahle, pues hien df*lii<lo á un desprendimiento <» á confusión en las or- 
déneos dadas, los sepulcros estiihan div^lruiílos y anmiilonndas las di\ersas 
liiedras, que los com|M»nian. De nndrins facililndas por los Inihajadoies h* 
desprende que ruiM'on hallados diicrentes limosos <h* un esf|uelelo; |N*ro ha- 
hian sido enterrados de nue\o y solo se encontraron tn»/.os, entre ellos el 
centro del maxilar inferior. Tanihien apanM-ienuí algunos ¡NMlazos de Imrn) 
romano y n^stos de carhon, que acas(» sean huellas de antiguas ineinenici«»- 
nes. Se sacaron \ islas folo;;rá(icas th*l terreno y principah*s piedras de las 
tiimhas y en uno de estos dias |)i>drá t(»niarse \ista de un:i di* ellas, pui^ si» 
ha dispuesto que se arnuMi |>arte de \i\< piedras, como estahan colticadas apro- 
\ echando ciuno indicaciones los cortes, áujxulos y ranuras, que hay en las 
mismas. 

Fué reconocido el po/o desruhierto en el mismo para;;e, y el cual <ifn*i*e 
particularidades interesantísimas. Muy cerca del fondt», que ahora osiií á una 






•.'ii 







32l 

profundidad de algunos metros, liay señales de obra de fábrica, representa- 
das por una piedra de metro y medio de lanrcK IN»r encima deesa piedra 
aparece el terrení» coníjelado |)or decirlo así, y lieclio roca, sin duda por la 
acción del agua caifjada de carbonato de cal, y (ales manifestaciones demues- 
tran (|ue la antigüedad de la tosca construcción allí nielada debe ser de 2o 
a 30 siglos. Otra ele las irregularidades que ofrece la escaxacion es qtie para- 
lela á ella V conuniicando á la altura de un metro del fondo bav otra mucbo 
mas angosta y que semeja el tubo de una cliimenea. 

Kn el f(uido de la cisterna fueron enc(Uitrados un peda/o de ánfora ro- 
mana, liuesos al parecer de perro, un diente de corpulento rumiante, y ba- 
ce dias aparecieron dos tro/os de buesos de animal gigantesco. También pa- 
rece que ba sido encontrado un tro/o de colunuia de marmol. 

Durante cjuince (lias ni el municipal, ni las autoridades, ni la 
])rensa vuelven á ocuparse de los hallazg-os y es dos largas se- 
manas después cuando los periíjJicos anuncia n con sorpresa: 

I."" Que el 15 de Enero de 18í)l los scj)uh'ros rsfaÍMféi desfrtti' 
(los ¡I amo lito iwdüs los diccrsífs itirdras qi'c lo compoiiifíii. 

2." (^uo durante dicho tiempo se hablan hullodo dijorenles 
huesos de na esffieh'to^ qnr de naero hahicrn sido e/tferrrrdos. ha- 
biendo aparecido también pi»dazos de barro romanos y restos de 
carl)on. 

3." (^ue se hnhifi dispuesto que se nraurseu porte d'* 1(fs piC'* 
deas coiuo estifhoii coloco dos. oprocechondo courjiíidirariours los 
cortes, los ó/if/ulos t/ ron uros que luí lio cu los adsutos. 

4." Que se descubrió un pozo en el luisiuo ¡ioroji\ ntuy cerca 
de cuyo fondo, que esto ó lo pro/undidod de (tlt/unos nietros^ hoy 
seTiOles de ohro de fdhrico^ rcpresentodos p'jr una piedra de nietro 
y luedio de laryo, 

.")." i){\c por(flel(f íi esta cscavacion y tv>////////(V//í7y con ella 
á hf altura de un metro del fondo hay otro luucho mas onyosto y 
que asemejo el tuho de uno cliimmea. 

Nunca se deplorará V\ l)astante (jue no se hayan examinado 
detenidamente estos pn/os. por si en su fondo se (Micontraban in- 
dicios de aljruna ^'•aleria (jue condujese á la cámara sepulcral de 
ini hipóle*» fenicio '. 

Diario de Cádiz, 1(> do Knero de 18Í)1: 

AnligíH^flades. AmpliiHido nufvslras noticias <b* a>cr, dinMn(»s que se \an 
á rcpouer las picdra> en >u rcs|M»cl¡\o sitii», apro\<*cliamlo las di>rrs;is siM'ia- 
les i|ue pi*rmiltMi riM-oiistituir las grandes líniMs dt*l m;»numcnlo, cou bis cua- 
tro iuruli que la formaban, > de los cuales limen exacta idea quíiMies lo die- 
ron antes del derrumliamicnlo. 



1 rerrot ct Chli»iez. lU^toire de lart üun» TunUquiti! Ul p. lo7, li?<, l&l y 191. 



/ •»,**. •«* •< ■-•-' i* 



i »:• 



Diario de Cacli:. Stiplemeiito cíeí 27 de Knero de ífi9Í: 
Antigüedades gaditanas. Ayer han sido colocados en el jardín del Tinten 
contiguo al Musco arqueológico, dos de los sepulcros de piedra encontrados 
recientemente en los desmontes de extramuros. En el Museo se encuentra 
el esqueleto de un niño, que fué hallado entero ó poco menos en una de 
esas tumhas. 

De lo que precede se deduce clarameutc: 

1."* Que los sepulcros del astillero de Vea Murguía fueron 
completamente destruidos y reconstruidos después de memoria 
por la reminiscencia de los que lo vieron. 

2.'' Que así rehechos se han colocado en el pequeño jai-din, 
que está inmediato al Museo arqueológico. 

3.** Que esta re construcción ideal satisfará la pueril vana- 
gloria de la localidad; pero es ya compl?tanieate estéril para 
los estudios arqueológicos. 

En el año de 1815 nn mariscador cvconíró en ios fosos del 
lienzo de iota muralla^ que se desplomo en la Puerta de Tierra de 
Cádiz un anillo tambi en fenicio, montado exactamente lo mismo 
(jue el hallado en el sepulcro de la muger descubierto en la Pun- 
ta de la Vaca en 1887 al lado del sarcófago de mármol. 

Cuando D. Antonio Delgado comenzaba la impresión de su 
última obra solare la Numismática antigua hispana vi en su po- 
der en Sevilla este otro anillo fenicio gaderitano •, (jue examiné 
detenidamente en aquel mismo año en (jue fué hallado, y pude 
luego comprobar la exactitud del dil)ujo, que el mismo numis- 
mático publicó de dicha joya y (pío reproduzco *. El sello gra- 
bado en la piedra de este anillo de Cádiz, jmr la manera como 
aparece la inscripción y por la figura misma de la piedra es muy 
semejante á otro igualmente fenicio con nn ágata, encontra- 
do dehajo de la lase de ano de los grandes lloros dfl j/alacio de 
Khoé'sahad '. Por su estructura es análogo además á un sello 
cypriota, que he citado ya. con la única diferencia de ser el aro 
de aquél redondo y no como este ovalado, eareriendo además del 



4 Delgado. Nue\o Método 1. ProIrp'niCiinK CXXXI. rrecisanieiite cuando 
cribimoK estOK Iltie»8 fp iior hu prcbetitiido un «ihJMo muy curioso, que fue 
descubierto en Ion dmlentoK de una ]»:irte de niuralln de tddlz... Ks su ma- 
teria cuarzo y lo circunda un aro de oro puro, ku color aiuarlllo azafranado... 
Pertenece al Sr. D. Juan H. Corlteto. vecino de Cádiz y fue encontrado en vata 
afio de 18TJ por un mariscador en los lohus del lienzo de una muralla queae 
desplomó al sitio de Puerta de (ierra. Uerlant: a. Los Hronces de Lascuta, Bonan- 
za y Aljustrel. n. '*Té. 

2 Véase la Tuli. lili. n. 4 y 2. 

;i ivrrot et Clilpiez. Iliht de Tart. rlans VwwX. 111. \\ C4r> nC:ni 4lr^ 



*=tf^^6?i|-át-v 



329 

apéiiílíce, que para colgárselo al cuello tíeue el de Curium, úiiwc 
uie voy refirieudo ^, tuda vez que el de Cádiz estaba destiuado 
para llevarlo eu el dedo, como el que también he citado proce- 
dente de la Syria, montado en plata y con escarabajo de ágata ^ 

En Máhiga hacia fines de Agosto de 1875 sacando los cimien- 
tos de las casas, que debian sustituir á las que se habian derri- 
bado y llevaban los niimeros Í5 v 8 de la calle do Andrés Pérez, 
so descubrieron grandes sillares, que por su manera de estar 
colocados atestiguaban haber formado parte de los muros de 
un edificio anti^ruo de extensas dimensiones, asentado sobre el 
terreno priuiitivo de esta población. En las capas superiores 
removidas se habian encontrado diversas monedas romanas. 
(l(í (jue solo se conservó un gran bronco de ( Jordiano pió, res- 
tos no escasos de coráuiica tambi<Mi romana v rastros indu- 
dables de un voraz incendio. Como á míos tres metros de pro- 
fundidad d(» la moíleraa rasante v dentro del circuito de» los mu- 
ros antiguos descubiertos ai)areció un arca cuadrilonga formada 
de otros sillares, cuva c.ibidad tenia metro v medio do ancho 
pr('»ximament(» \)ov tn^sde largo y uno de fondo. Xo conservaba 
indicio d(» hab(»r estadn cubierta tambiíMi [lor sillares, ni de halMM' 
tíMiido soltaría alguna, habiendo sich» su pavimento terriz(». En 
un extnMuo de este (»spacio cuadrangular se encontn') una caja 
d(» plomo, nuiltratada por la acción (hd tiempo. <l(Mitrode la cual 
liabia, entre alguna tierra, restos exiguos de Írnosos al parecer 
liumanos y tros discos do oro, (d mayor do S gramos de peso con 
un diámotro do Oó milímotros v los otros dos tb» ¡«¿nales dimon- 
sionos entre si. i)osan(lo cada un»» 1 gramo y 80 centigramos 
con un diámotro do :31 milímetros, toniondu lo.< tros en id centro 
un granat(\ montado también en oro. Los monoionados discos, he- 
chos de una (hdgada lámina do oro r«*pujada, forman como un 
ros(»ton, cuyos largos ¡xHalos^ Urgan on ol grande al numero de 
IV2\ en los mas poijueñusá 1(», prc^sentando cerca di» los dos las- 
tremos d(» su diámetro un intorsticic» por (buido dcbi('» j)asar la 
aguja, con la (juo so costu'ian al trajo (juo debieron adornar *. 

1 Ivrrot ct {h\\úvz. ni>t ilpl' nrt «luns l'iiiit. 111. )i. r.i.'i. núm. 44<). Dice Pfrrot 
nn«» los (|iic «•inph'tiltaii u'stns s»»»n<»s» tiel.íjiii Ilevürlos. como los conos y los ci- 
lindros susiicndidos al cufUu cnu nii conl«»n. 

2 l'errot ct Cliii>iez. ll>i(t»'ni. lll. i». *^c.. n. m;. v»:íse » u la T:il». V. n." 1 
los sitios fíelos hallazgos dt' (attiz en >íO v iIpI 4«m al Irt^l. 

a Ferrut et Cliipiez lliid^-ni. 111 i». xH n. i;*:< y ¡i. kíh v. MM. 
4 Vittsc lu Tal>la lili u." :i 

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■• ^^v --,«»1.»J^»; 



Con estos restos antiguos aparecieron también mezclados uuoí? 
cuantos huesos de animales, labrados en forma de canutos de 
diversas dimensiones, semejantes por su hechura á los de Cádiz, 
como los rosetones de oro son parecidos al dige central, también 
de oro del collar encontrado en la tercera sepultura gaderitana, 
(le que acabo de ocuparme. 

Al levantar uno de los sillares que formaban los muros del 
arca sepulcral dentro de la cual apareció la caja de plomo, cuyo 
contenido he dejado descrito, se vio que en el centro de la 
cara que estaba en contacto con la del que se encontraba debajo, 
habia un hueco labrado en su centro, que coincidia exactamente 
con otro igual, que se veia en el sillar, sobre el que habia estado 
superpuesto. Este espacio encada uno de los dos sillares era de 
50 centímetro de largo por otro tanto de ancho y lo mismo de 
profundidad Dentro de dicho hueco intermural se encontraron, 
como en la caja de plomo, mezclados con alguna tierra, restos de 
huesos humanos, entre ellos un trozo de cráneo, y además otros 
tantos pedazos de tibias de animales, también como los de la 
caja de plomo y de igual manera labrados. E.stos tales canutos, 
(¡no resultaron sor muy numerosos, por hiparte interior ^)resen- 
taii el hueco donde estuvo la médula, sin pulimento alguno y tal 
(romo lo fornni la naturaleza. «Por su tamaño v lalior extt»rior 
se pueden dividir en cuatnj series. Kn la primera se deben colo- 
car los que miden de alto de ()(3 á 104 milíim^tros y de ancho de 
"J7} á 117}', en la segunda los que tienen de largo de 12 á r>l y de 
diámetro áo 28 á .T), en la tercera los de 42 á 50 por :íl á 41 y 
en la última h)s de 8 á 57 por .'il á 40.» 

«Los de la serie ])rimera presentan en la dirección de la liiH»a 
(jue marca su altin*a dos taladros redondos, (pie jícrforan t(Kla la 
jianvl del dicho hueso, siendo de 5 á 7 milímetros, y estando 
colocados á mas ñ menos distancia entnísí v de los bordtís, cuvo 
corte está liecho á torno. Kn los (»xtremos de estos peda/os d<» 
huesos aparecían tres estrias etjuidistantes. sacadas también á 
torno á la redonda, dentro de las (¡ue aun se con.^crva re.<tí> tie 
una materia colorante oscura, cuvo detalle diferencia est(»s tro- 
/.os de huesos de h)s demás>- v de los de Cádiz. 

«Los de la serie segunda solo presentan un taladro redondo 
de 4 á tí milímetros. Los de la terc(»ra se distinguen i>or un ta- 
ladro cuadrilongo en la direcci^m d(» su longitud de 20 nn'h— 



, -t -!>-»* z' *• "■«' V 






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329 

apéndice, que para colgárselo al cuello tiene el de Curiitm^á une 
me voy refiriendo ^, toda vez que el de Cádiz estaba destinado 
para llevarlo en el dedo, como el que también he citado proce- 
dente de la Syria, montado en plata y coner^carabajo de iigata ^ 

En Málíiga hacia fines de Agosto de 1875 sacando los cimien- 
tos de las casas, que debian sustituir á las que so habian derri- 
bado y Hevaban los niímeros íj v 8 de la calle (h» Andrés Pérez, 
se descubrieron grandes sillares, que por su manera de estar 
colocados atestiguaban haber formado i)arte de los muros de 
un edificio antiguo de extensas dimensiones, asentado sobre el 
terreno primitivo de esta población. Kn las capas superiores 
rtMuovidas se hal)ian encontrado diversas monedas romanas, 
(le (jue solo se conservó un gran lu'once de (Jordiano ])io, res- 
tos no escasos di» cerámica tambi<Mi romana v rastros indu- 
dables de un voraz incendio. Como á unos tres metros de pro- 
fundidad do la moderna rasante y dentro del circuito de los mu- 
ros antiguos descubiertos apareció un arca cuadrilonga formada 
d(» otros sillares, cuva c.ibidad tenia metro v medio de ancho 
])r('>.\ima!nent(» \)oy tr.^s di» largoy uno de fondo. Xo conservaba 
indi(*io d(» habi»r estadn cubi(»rta tambiiMi porsillan»s. ni de habm* 
t<Miido solería alguna, habiendo sido su pavimento terriz(í. Kn 
un extriMiio de esti» (»s|)acio cuadrangular se encontr<') una caja 
de plomo, maltratada i)or la acción del tiempo, «lentro de la cual 
habia, (Mitre alguna tierra, restos exiguos de hu(»sos al pareciu* 
humanos y tres discos de oro, el mayor de S gramos de peso con 
un diámetro de Oó mil¡m<»tros y hís otros dos d<' iguales dimen- 
siones entre sí. pesando caila uno 1 gramo y SO centigramos 
con un dii'imetro de i]l milímetnís. teniendo los tres en id centro 
un granate, montado también en <jro. Los mencionaihís discos, he- 
chos de una delgada lámina de oro rei)ujada, forman como un 
roset<»n, cuyos largos píntalos-* lh*gan en «d grande al numero de 
IV2\ en los mas ptupieños á 1(5, pr(»sentandí» cerca de los dos es- 
treñios de su diámetrc» un intersticio por (híude debió pasar la 
aguja, con la qm» se costarían al traje (pn» debi(»ron adornar *. 

1 r»'rn)t vx ( lilpí»*z. Hl>t ilpl" :irt <l:in> liiiit. ni. )». r.iü, núin. 444i. Dice Pfrrot 
t\uv los (|no Mnph'iihaii u'stns s(*IIiis» tit'l.isiii lU'v;trlus. coiiio los conos y los ci- 
lindros snspcndiflos ni enfilo con nn conl«»n. 

2 l*»»rrot vt Cliipíez. Itnlrni. lll. p. *^i.'». li. \A*'>. Vto^e » u l:i T:il». V. n/* 1 
los sitios tif Iu8 liullaz^osdt' (iMtix cii >íC v iIpI 4mím al Irt^l. 

:i Ffrrot et riilplez lbl<l»-ni. Ul p. í*n n. r/:i v p. kjíí v. M»!. 
4 ViiiM» la Tal.la lili n." :i. 

1.' 



.t. •» 



' 



332 

Sülü añadiiv por coiiclusioii que los tros discos de oro de Má- 
laga, presentando varios como pétalos repujados, se asemejan 
en cuanto al dibujo al dije central del collar de Cádiz, tamhiou 
dividido en nueve compartimientos muy parecidos. Aquellos 
tienen según he dicho en los dos extremos de su diámetro otros 
tantos pequeños agujeros por donde dehi<'» pasar la aguja enhe- 
brada con la que hul)ieron de ser coci(hjs como adornos ala tii- 
nica de la persona encerrada á su muerte en la caja de plomo, 
que se descubrió soterrada en la calle de Andrés Pérez de esta 

ciudad. 

En Cffiiilros, en la Isla de Cypre. se han descubierto ])lacas 

delgadas de vidrio, que de igual modo parecian destinadas á ser 
cosidas á los vestidos, á cuyo efecto presentan peiiueíias aber- 
turas para hacer i)asar por ollas también la aguja con la hebra de 
hilo, con (jue se sujetaban al traje '. 

Mas recientemente se ha encontrado igualmente en Málaga, 
auu(|ue no lia podido av(M-iguarse cuando ni el sitio cu que se 
veritííM» rl liallago. una jMHjueña piedra ovalada de cornelina de 
17 niilí!u»'lr«»s di» largo pi*r l'J de ancho, perforada en la direc- 
citMi d«* su «"je mayor, labrada ¡mr nn lado cmi forma de escaniba- 
jo y conteniendo en el upu<»sto, ipie es plano, tri»s signos graba- 
dos supcrpuest<»s. distintos entre sí "-. Kl Sr. I). Adolfo Krman. 
director del Museo egipcio (h» B(»rlin y uno de los egiptitilogus 
mas distinguiíh^sde Alenuinia. ha tenido la amabilidad, á ruegos 
del profesor llíibner. declasilícar est«Mlij(M»n la fornuí siguienti»: 

<' Ks iiiduihihlrmontr teulnti. Los de i^sta clase traen casi to- 
(los signtís (egipcios algt) degen<Ma«b»s. los mas sin relación en- 
tre s». Kl |)r.»sent(* contienr»: 

Sif/tio sifpfr¡fn\ Diadema de una <livinidad con cuitih>s y 
(b»s sierpes, f'/'fffos. c<in soles en la cabeza. 

Sifitrt rrtitrtfl, Sol con (b»s /'é'ffrosn\ una íorma degenerada. 

S¡¡/itfí /////•/•////•. Kl geroglitico ith cjue significa ///y> y que 
jíuede terminar la leyenda d(» mucln»s (*anuifeos eg¡|HMos: en los 
fenicios es común. 

Ks imposible lijar la feclia de tales «ibjetoN-. |Nirque a|»enas 
Ita c<unen/ado su e-^tudio cientítico.>> 

Pur mi parte añadiré (¡ue imi razón de encontrarse itcrforadu 

I |Nr.«»f «M Cliipiez Hlst. lio lart. ihiii» rmiUiniilc IM. \*. "I*». 
i Vi'u^c la Tabla lili uiimt». <i y 7. 






331 

metros de larg-o por 7 de ancho. De estos uno tiene al lado 
del taladro cuadrilongo, dos redondos en el sentido del ancho 
del hueso y á distancia de 5 milímetros entre sí; y otro presenta 
también dos redondos; pero cada uno á un lado del cuadrilongo 

V de 8 á 9 milímetros de distancia de este mismo. Los de la ül- 
tima serie ni tienen estrias, ni taladro, ni otra clase de labor, 
(jue los distinga.» ' 

Algunos de estos huesos son exactísimamente iguales en or- 
den á sus diversos taladros ú los encontrados en Cádiz, auníjue 
los malacitanos están cortados á torno siendo de labor muv fina 

V acabada *. 

La absoluta ausencia en estas dos tumbas de todo objeto ca- 
racterístico, que pudiera determinar el periodo dentro del cual 
(If'bierán colocarse los tres discos de oro con los í»Tanates v los 
numerosos huesos labrados de animales, me hul)iesen retraído 
de ocuparme de ellos, tratando de las alhajas gadcM'itanas tan 
(!<»nocidamente fenicias, sino hul)iera sido por la s(Mnejanza (iu(» 
he observado entre los canutos (h» huesos d(»scubiertos en una de 
las sej)ulturas de Cádiz y los liallados en las dos de Málaga, aun- 
(|ue estos estén mejor acabados. Kn realidad ni aípiellos ni es- 
tos atino á comprender, como ya dejo indicado, á íjuc us<» pudie- 
ron estar destinados, jmes ni h)s de esta ciudad par<»c<Mjue fcirma- 
ran ])artc de los adornos d(» dos salvages. ni los de aíiuelhi i[\\r 
constituyeran, de cierta manera colocados, un instruim^nto mú- 
sico del quinto siglo antes di» .1. C. Los taladros (h» algunos de 
dichos huesos y las peiiurñns dimensiones (h» los <pu^ sohi ti(»- 
iicn una altura de ocho milímetros pan»ee como (pie pugnan con 
ambas ideas, la d(»l a<lorno (> h\ i\o\ instrumento de viento, por lo 
(|ue (h*jo la duda á jMM'sona mas ])erspicaz y competente. 



1 TíKla esta ilPtallsida flPsrrii»cn)n Mfl lianaz;:n «Jp >':il:i;::i o>t:i »»xtr.irt;nla ili* 
l:i M»í* í*ii í^<*tií'in*»»*o (le IK7'» tiivii l:i :iniahilí(l:iil «!«• <liri;;irni<' v\ sr. 1>. K<liiar«lo 
J. Navnrrn. <|ii«» r»»(*oii<)Ció el hiy;ir <lel (Ifsciihríiiiientn. ni:mi|<» :ir:ib:ili:i iIh |i:i- 
cerse y piKlo recorrer. «"íuiservaihlo lu>\ i*ii su ikmIit 1í)s tres «liseds Me oro y 
poreion <ie los liii(*sos labrados, al pjireéer de Iniey. 

Ausente :i la s;izüli de esta eindad no |iud(* visitar el sitio dondt* se vorifira- 
ron díelios lialla/uos. debiendo atein-rnie (mi un t«»do a las exactas atlruia<*iones del 
Sr. Navarro, quien al i>resente in<* as^^trura cpie flt»ntro «tí» las dos áreas funerarias, 
la de fdonio y la de piedra, no si* eni'ontraron ni restos de et^raniica nunana. ni ani- 
llo alguno de oro eon un írranat*». eonio al piineinio se dlj<» por |>ers<iiia nial jiifor- 
niadií l.os fratrmentos de ]if(juefias lániíKiras de larro coriflo por a:lí descubier- 
tos y laK nionedaH romanan lo fueron entre la tierra que cubría aqutdlas tum- 
bas, acuwnido una éi)Oca mas reciente, por loque sin tener (1at08 mas .ne^'uros 
en que apoyarse, no pueden estas claslticarse como |M)steríor<»s al ?IR f|ne prece- 
dió a J. v^. y anteriores al 8*» d<» nuestra era. sepun S4)«»peclié en un prineipio. 

•i Véase la Tablu lili uúms. 1 y :* y la Tabla lU ii.* 4. 



W- Á. 



V f • 




y^fiÉ;^^ V 






••. t*". .'- "^ * 



-. 



332 

Sülü afiadiiv por coiicliisioii quo los tivs discos do oro de Má- 
laga, prosentando varios como petalos re]>ujados,sc ascuiejan 
eii cuanto al dibujo al dijo central dol collar de Cádiz, tauíbioii 
dividido cu nuovo coni])artiunontos muy parecidos. Aquellos 
tienen según lie dicho en los dos extremos de su diámetro otrcis 
tantos pequeños agujeros por donde de1)i<'» pasar la aguja enhe- 
brada con la que liubieron de ser cocidos como adornos ala tii- 
nica de la persona encerrada á su muerte en la caja de plomo, 
que se descubric) soterrada en la calle de Andrés Pérez de esta 

ciudad. 

\\\\ Comlros. en la Isla de Cvpre. se han descubierto placas 

delgadas de vidrio, que de igual modo parecian destinadas á ser 
cosidas á los vestidos, á cuyo (^loírto presentan poíiuonas aber- 
turas para hacer i)asar por ellas también la aguja am la hebra de 
liilo. con (jue se sujeta1)an al trajf» '. 

Mas recientemente se ha encontrado igualmente en Málaga, 
aunifue no ha podido averiguarse» cuando ni el sitio cu c|ue si» 
voritiiMi el hallago. una iMMjueña i>iedra ovahuhi de cornelina de 
17 milímrtros de largo pí>r 12 «le ancho. p<M'lorada en la direc- 
c¡(»n di* su eji» mayor, labrada jHir im lado rn lorma d*' esi'aniba- 
jo y contíMiirndíí en el opuesto, ipie i»s pl;:no, tres signos graba-. 
(b»s su|)<»r|Miestos. distintos (»nlre sí -. 101 Sr. |). Adolfo Krmaii. 
director del Mus(»o egi|)cio d(» B(»rlin y uno de los egiptiiilogos 
nuis distinguidos de Alenuuiia. ha tenido la anuibilidad, á ru«»gos 
d«»l proiVsor llübner. declasilicar *'ste (Iíjímmi la lonna siguiente: 

</:a* ¡iníí'iltihJviurntr ft'tilrio. L<»s de i»sta clase traen casi to- 
dos signos egipcios algo degentM'ados. los mas sin relación <*n- 
tro SI. Kl presentí» cíuitiene: 

Sujiio sifp'',*¡hi\ Diadema de una «livinidad ci»n cuítih»s y 
dos sierpes, f'i'ffros, con soh»s <»n la cabeza. 

Siíjir/ n'titi'iil, Sil con dos l'i'tiros k^w una forma deg(*iierada. 

S¡f/iin ¡njvnnr. Kl geroglítico //// qu(» signitica ///'o y <|ue 
j)uede terminar la leyenda de muchos cannifeos eg¡|H*io>: en los 
fenicios es común. 

\\< imposible lijar la feclia de tides objetos, porque a|»«Mias 
lia comenzado su estudio cientitico..> 

Por mi parte añadiré que vw razón ile encontrarse |>crroradu 

I r. r.of «♦! «Inpi»»/ Iflst. il»; r.irt. ilaiis raiilli|iuU' III. I» "Sr». 
i Vi'usc la TaiUa 1111 uúiuis. «i y 7. 







3;)d 

en ^*u longitud me inclino á creer que no estuvo montado cu un 
anillo, sino en un sello para llevarlo colgado al cuello * . 

En Velez, que es el Velr,/: de Mela, entre Abdrm y Macixoho, * 
situado á cinco leguas al e<\e de Málaga, vendió á un platero, ha- 
cia el año de 1874, porción de cuentas de un collar, que liov posee, 
Don Eduardo J. Navarro, cierto labriego, que las liabia encontra- 
do en una sepultura, que descubrió casualmente labrando sus 
tierras, sin que se tenga del hallazgo ningún otro pormenor. De 
estas cuentas unas son de vidrio de colores, afectando la forma 
cónica, y otras redondas formadas de diversas piedras, entre ellas 
alguna de lapisldznH. Una sola es achatada y no entre larga, ce- 
rno las (jue se ven en algunos collares fenicios '. 

Pero (d adorno mas importante del de Velez es un preciosísi- 
mo cilindro de liematites de diez v oclio milímetros de lar- 
go por un diámetro de ocho, á cuyo alrededor aparece finamente 
grabada en hueco una escena míthica, sin leyenda alguna acla- 
ratiU'ia ', muy análoga cu su forma á hi (pie figura en otro cilin- 
dro encontrado cu Salo mis d<» Cyprc '*. siendo en extremo simuc- 
iantrs jimbas jovas «Mitre sí ^\ Los tíill(»res f(Mi¡cios labraron nii- 
morosos dijes diM^sta clase. eo|)iinidnlos de los asirlos • y sin 
tomarse (d trabajo d» invtMitarlo-:. muí'lnx íH elb»s también 
lie hematites ^. 

El mismo Sr. I). Adolfo Krmaii. poco há citado, igualmente á 
ruegos del profesi)r Hübner. ha teni<lo la amabilidad de e.\|)o- 
iier su opinión sobre estí* cilindro intert*sante. indieándu que 
<\eiertíim(Mite está hecho en el norte di» la Svria, de <buidc ;il- 
gun fenicio debi<i traerlo á España, no siendo ]K»sible ha-<ta 
el presente el fijar er(niolo«j-icannMit(» con c(»rtidumbn* la fí'clia 
de estfis trabajos, si bien estima «pn* piie<le atribuirsi» á la |)riniera 
mitad del primer milenio, (¿ne preciMliii á nuestra era. «'» séasc 
del IíMM)al .VM) antes d*».I. C. ^ 

I ivrrnt i»t riii|>M*7.. n¡>i. «I«» l'ait i!:iiis Taiit. 111. i». i*J^ :i o;¿ y ii i:r, u 
ITí. Vraiisi» os|i«M*l:tliiiriitf |»:ir:« l:i iii<iiitiir:i !os m'iiiis. |:n a Il<» \ p*. ir.» ii. :n:. 
•|ii#» n»i»níí<«Mif:i lili roiio iiioiit:i«l«v 

# Mrla. '¿. íi| i».\fr:i A'thras. V»»li'\. M:mimiIi;i, Malara 

3 ivrrul i'f i'\\\\t\t>7.. PiíliMii Hl. |i!. \ Cnllar st iitiiiio t*iii|i*vaii«lo cniítar fU'> 
d^ arrilia. Vraso la Tal» V. n '2 

4 V•'aIl^^' la Tabla lili ii. h \ la Tah. V. ii. 2. 

r» rom»! *f i'liiiiii-z. Ilíiilo'iii. III I» iw. n. i?o 

« Ik>rlati(r*t. L«»s Hroiuvs ilf l.ascnta, lUuianza v AlJuMrfl. ¡i. :fcC. Kii dicha obra 
b^ nnlilado il«» <»>n» nliiMlro ilc ViM«»z. aiiii«|iio sin |iuhh<*ar kii ilibiijo 
* 3 ivrnit v\ riiiplr/. iiiIíIimh. iii. p. tsw. n. 4«. p. «:«. n. \%,. p. ezn. 

ti tr». Vi»uiw tailil»ii*ll p. HHK V 12!» II. r/.» á VJtí 

n ivrrol ci (iiípiez. n>ideui. III. p. (sx. n. r¿í>. 






331 

lili cuanto á lo que representa, añade que «aun uo se está en 
condiciones de explicarlo, como acontece casi siempre en otras 
obras análogas »> 

En las inmediaciones de Almnñecar, ¿la antigua Sex de las 
monedas?, se descubrió allá por los años de 1870 parte de un an- 
tiguo enterramiento donde aparecieron diversos objetos, que en 
gran parte salieron fuera de España. Entre los que quedaron en 
el país conozco un aderezo, que hoy conserva el Sr. I). Eduardo .1. 
Navarro y que se encontró dentro de una de aquellas sepulturas. 
Se compone primeramente de un collar, cuyas cuentas son de 
vidrio, de hueso, de lignito y algunas al parecer de ámbar, re- 
matando con dos adornos de cobre en sus extremos v tenien<lo 
en el C(Mitro un cilindro de cornelina sin grabado. Es de ejecu- 
ción descuidtida, análogo, en cuanto á la desigualdad de las 
cuentas, á la hechura de las de vidrio y álos remates de sus <los 
dichos extremos á otro del Museo británico, de manufactura fe- 
nicia -, encontrado en Tharros, 

La aplicación (hd esmalte á la cerámica, á la madera y á los 
metales. conu)l() hacian h)s egii)CÍos ^, ])resupone desde luego el 
conocimiento (h» la fabricación del vidrio, (jue elevaron á gran 
altura los uiismos egipcios sus inventorcís ^. <juienes entre otros 
destinos le dieron el de figurar en sus collares mejor decora- 
dos, con bellas cuentas mas <> menos cidoridas. como en uno de 
los que se conservan en el Louvre, procedente de acjuella región 
del mundo antiguo *. 

Hoy no puí'de nesgarse tpn* los fenicios llevaron á los ])uer- 
tos d(d MeditíM*rán(*o. donde arribaban en demanda de nuítales 
]>reciosos. adoruns d<» vidrio. (pK» cambiaban jMir la (MNÜciada pla- 
ta, que le ofrecían aquídhis ribereños, ([uienes apenas acababan 
d(» ver a]>ar(*cer la aurora dt* la civilización en las abras de sus 
extensas costas ^. 

Otra d(» las Joyas del adcMTzo sexitano Iuí» un par de zareilbis 

1 ivrrot ot ehipiPZ. Illstnlro rti'l Kart ilnns Taiit IIT. p. «r:. ii." :*♦<. 

3 rorrot ot eiiipií»/.. n»ií1<Mn. I. i». ^b\. Vímho la Tahla V ii. X 

\K ivrrot i't Chipi'^z. IhnliMii. 1. |». ^''¿i». 

1 P«»rrot ♦•t Chlpíez, IIiIíUmii 1. \\. ^\\ n. :»70. 

p)r ♦*! tt»stinn»iií«» «lo stra*.oii (XVI. 'i 2.* > s«» snlx» ípio los p}rl|)ci<»s |ios«m;iii 
cíorta ttorra on «'strt'iuo apla para la vitrificación. iikÍ romo on»* Imk f*^iiicios 11«*- 
vaban á Sulnn cierta -irtMia, <nii» »»ntrc T*ir» y l'inhmai* so «MicotitnilKíeii irraii»lt»s 
capaK. upropúsito para la confección del vidrio. Plinio iH. N. J» l!>i > !!»•.> 
también lialila (*u o\ misino s«Mitido do las arenas, que ronimbau Itt deseiulio- 
cadiirji del pequefm rio /Mu», cerca de la menciotiudii lUMmm*, 

5 Perrot ct Clii)dez. Ibidem. HI. p. 7». 






333 

cu su lougitud uic iucliuo á creer que no estuvo moutado en un 
anillo, sino en un sello para llevarlo colgado al cuello *. 

En Velez, que es el J'cIcü: de Mela, entre A bdcr(f y Macnoha, ^ 
situado á cinco leguas al este de Málaga, vendió á un platero, ha- 
cia el año de 1874, porción de cuentas de un collar, que hoy posee, 
Don Eduardo J. Navarro, cierto labriego, que las habia encontra- 
do en una sepultura, que descubrió casualmente labrando sus 
tierras, sin que se tenga del hallazgo ningún otro pormenor. De 
estas cuentas unas son de vidrio de colores, afectando la forma 
ctínica, y otras redondas formadas de diversas piedras, entre ellas 
alguna de lopisláznli. Una sola es achatada y no entre larga, co- 
mo las (lue so ven en algunos collares fenicios ^. 

Pero (»1 adorno mas inijiortante del de Velez es un preciosísi- 
mo cilindro de heuiatites de diez v ocho milímetros de lar- 
go por un diáuietro de ocho, ji cuyo alrededor aparece finamente 
gra])ada (Mi hueco una escena míthica, sin leyenda alguna acla- 
ratoria ', muy análoga cu su forma á la que figura en otro cilin- 
dro encontrado en Sahtuii,^ ch» Cypre ^. siendo en extremo seme- 
jantes Jimbas jovas entre sí ^\ Los t«ill(»r(»s fenicios labraron nn- 
iiHM'osos dijes (U* esta clase, eopinndolo.s de los asirios ' y sin 
tomars(^ (»1 traliajo d» inviMitarlo-:. muchos do ellos tambi(Mi 
de hennitites **. 

El mismo Sr. i). Adolfo Erman, poco há citado, igualmente á 
rueir(»s del ¡)rof(*sor Hübner. ha tenido la amabilidad de expo- 
ner sn (jpinion sobre est<' eilindro interesante, indicando (jne 
<reiertamente í'í^\\\ hecho en el norte de la Svria. de dondt» al- 
gun fenieio debió traerlo á Es|iaria, no sitando jKisible hasta 
el presente el tijar cronohigieanuMite con certidumbre la fecha 
íle estos trabajos, si bien(»stima que puede atribuirse» á la |)rimera 
mitad del jaimer milenio, que pn*ce<li(j á nuestra era, <» séase 
del 1 ()()() al oOO antes de .1. ('. . 

1 riMroí rt riilpirz. ni.sl. f!«» I'art «!:ins I'aiit. ni. p. «WO :i 0;2 y n i:*¡ :i 
1*7 Vfüiis»' os|i<M'i:(liijfMitt> par:i I:i inontiira los in'iiiis. i:fr< a Ho y p*. ir.» ii. :i|:. 
<|ii»' n'pn'síMita iiii roiio iiionta<l<>. 

* S\v\.\, 1. \\\ fxtra A NltT.is. V»Mi«x. MaiMinha. Malaca. \ 

:\ pi'rrnt ft (iiipipz. PiMíMii MI. pl. \ Collar Kcptiiiio iMtipfVaiido contar r1*>s- 
iW arrilia. Vrasp la Tali. V. ii 'i 

\ VrjiíiM» la Tabla IHI ii. h v la Tal». V. ii. 2. 

.". ivrmt ct ( hipk'z. lltidc'iii. JII p «SK n. -Wí». 

»» n<'rlan^'a. Los HrcMicvs <te l.asi'iita, lU>iiaiiza y Aljuhtri'l. p. »n. Kn rlicha ohra 
lip hablado <!»» osle riHiiflro de Velez. aiiii(|iie sin publicar su dibujo 

7 n ivrnd et riiipiez. Ilddeiii. UI. p. «W. n. «2. p. «e. n. 12:.. p. kH. 
11 127. Véase taiiibitMl p. <ínK v «!» n. 12Í» á m. 

H ivrrot el í'liipiez. Ibide'm. IH. p. 6»*. n. 120. 



,33(5 

vmido señales de asa. Me añade que la raya^ que atraviesa 1 

loca en el dibujo, que me acompaña y también pul)l¡co, esfd (jra 

lada del mismo modo (¿uc la iiiscn])cioii^ de la que me remite // 

calco^ hecho con el mayor cuidado sobre ofro sacado del oriyim 

con 2)apel humedecido. Termina indicándome que el desconchadi 

que se advierte al final de la leyenda *, es producido por la cal 

cinacion de un grano de cál^ lo cual presupone que la inscripcio 

se grabara antes que S9 cociera la pieza, que es precisamente 1 

contrario de lo que yo habia conjeturado en las dos veces que h 

examinado la leyenda á distancia de algunos anos *. 

La importancia que tiene la inscripción en caracteres feni 

cios hechos á la punta en la boca del vaso antiguo de (íalci-íi 

conservado en el Museo de Granada, no es otra sino ser la se 

gunda que se conoce de esta clase. En ralermo, antes Pannrum 

se encontró en el siglo pasado, al sacar lo.< cimientos del que fui 

colegio de Jesuitas, un jarro de barro cocido de 15 centímetros d< 

alto, hoy perdido, en el que se leia otra inscripción fenicia, Inv 

cha también a la punta, indicando el nombre del que habia sid< 

su dueño: 

res Azrubaalis, plii Mesillehi ^. 

El epígrafe panormitano es análogo al granatense y amlio 

los grajjiti que se han descubierto de la gente fenicia. 

Después de estos restos, qu* son lo< que yo conozco, qu* 
liaya dejado la dominación f(Miicia en nuestro suelo; se cí 
cuentran. otros en que se refleja la técnica de la aríjuitecturaf 
aquel pueblo, que tonní del arte de construir de los egipcioj? m 
grandiosos monumentos, los procedimientos y la mamara, si hir 
no lleg(3 á igualarles en originalidad y ricjueza de fornms. ¿ 

La zona de las conocidas murallas de Tarragona, (jue so i* 
vanta des<le la zarpa de los cimientos hasta donde coinieuzaiii 
sillares mas modernos, de época romana, afecta una manen 
construcción anáhiga á la de los conocitlísimos muros <le K 
en Sicilia *, á la del templo de HayUír Kan en Malta, la aiití 
^feHta^, y á la de la Giyanteia de 6V//^//av. hoy (ícjzzo*. I^.sf 



1 No hay que advertir nue el fenicio se lee de izqiiiertln á derecha. 

2 Véase la Tabla 1111 u^ 42. 

a C. I. S. 1. I». líW a un. nOi:OyTabln XXVn. núins IXl. IXI a y l 

4 Perrot et i hipiez liist. de Tart daiis niiit. 111. |>. »tt a :«t n. 240 * f 

:* 5 Kerrot et Cliipiez. Ibldeiu Ul. p. 2h:i ii.« 210. 

« IVrrot et Clilpiez. Mildeiii 111. p. 2«» ii." «.*. 



• ■ - ^-N 



ítóS 
(le hechura simplísima, formados de dos pedazos de alambre de 
plata de un grueso medio de dos milímetros, enroscados en forma 
de aro, cuyos extremos no se tocan, estando algo separados en- 
tre sí. Una de las puntas del dicho aro aparece mas delgada que 
la otra, que no solo es mas gruesa, sino que se encuentra rema- 
chada á martillo*. Estos pendientes son análogos ú otros de Cer- 
dcna conservados en una colección particuhir de aquella isla*, 
si bien suprimida la ene ansata del uno y el colgante del otro. 
Constituyela tercera joya del precitado aderezo un anillo 
también de plata, que no cierra como la generalidad de estos di- 
jes, ni nunca cerró su aro, como lo convence el examen de sus 
extremos perfectamente acabados. En la parte que debe ir sobre 
la haz del dedo y donde habría de estar engarzada la piedra si 
la hubiese tenido, aparece un jxMpiefio cuadrado aboselado de 
¡data, en cuyo centro figura grabado un objeto, que sn poseedor 
el Sr. Navarro, estima que pudiera ser una colmena y á mi me 
parece algo semej.nite á un phallns ^. 

Hace ya muchos años (pie vi en el Museo de (iranada los 
restos de un ánfora antigua en uno de cuyos fragmentos encon- 
tré grabada á la punta una inscripción fenicia, qne j)nbli(jné en 
18S1 *. Antes de dicha fecha, al copiarla, m.' hal)ian inlorinndo 
(jue la mencionada ánfora so habia eiicontradi» en las inmedia- 
ciomvs de Adra: i)ero ahora nio indica 1). Maiinel (MUiiez Moreno 
y Martiiu^z que el lugar del hallazgo fué (iaívrd, cortijada de la 
provincia de Almería, llevando sn amabilidad basta A puiifo de 
acoinparianne un dibujo del objeto, como otro de la iiisrr¡|)cii»n. 
t|ne publico con el mayor gustcj*'. Me advin-t»* (|ue el as|)ecto í»-e- 
neral de dicho jarro es ¡í/int] al ijr los rasos i/rlrj/os'^. hnittrrior 
(le hi hucü, sff rj'/rrior ¡/ una lista tlrl curlUt, amsrrra,! rl ador 
rosado dr la t/rclUff, lo drtntts rs art/ro jdoHi¡:o, hrilhftifr y nniij 
irrso. vi lorarado dría paa:a rs ¡irrírrhi y la rolrrn rs por la 
anión ron rila , que «'slaba tnodrlada sr^un-adainmlt'. no ronsrr- 

I ViMSf la Tal»l:i lili n " '.». 

? (THspi. C;it.iln;r.i illiistr.ili» <lrll:i r;nVo!t:i di :mti |iiit:i sar-U» i>o<s(Mlntt> dul 
Siirnor li líiinnulo ruL'liarl. iv,-*. pl. n. n. n y ifi, fila.iu ñor JVrn»t v\ Cliiniez 
Hi»l cielart ftaiiK líiiit. III. i.. sí2. ii." Tk^í v ;>> ^iiiFif*. 

:i Vfase la Tahla lili ii." I . * ' 

4 lUírlanjra. Lo.-* Hroncfs J,» I.asnita, nonunza y .\ljustrel. p. IftC iirtiu. 3. 
Ti Voase la lahla 1111 tniiiiK. i:< y II. 

C Véase la Tabla lili iiúius 1i y 12 rtoiule está rpnresfiitailo á mitad de ta- 
maño. La boca tiene de ancho ciento rincuenta v cinco luilimetruK 



'\ 



'¿SIS 

vaiido señales de asa. Me añade que 7a raya^ que afraoiesa la 
loca en ^/dibujo, que me acompaña y tanibieu publico, está gra- 
bada del mismo modo que la ínscñpcioii^ de la que me remite un 
calco^ hecho con el mayor cuidado sohre ofro sacado del origimtl 
con 2yapel humedecido. Termina iudicíindome que el desconchado^ 
que se advierte al final de la leyenda *, es producido por la cal- 
cinación de un grano de cal^ lo cual presupone que la inscripción 
se grabara antes que S3 cociera la pieza, que es precisamente lo 
contrario de lo que yo habia conjeturado en las dos veces que he 
examinado la leyenda á distancia de algunos años *. 

La importancia que tiene la inscripción en caracteres feni- 
cios hechos á la punta en la boca del vaso antiguo de (lalcra, 
conservado en el Musco de (Iranada, no es otra sino ser la se- 
gunda que se conoce de esta clase. En ralermo, antes Panormo. 
se encontró en el siglo pasado, al sacar los cimientos del que fué 
colegio de Jesuitas, un jarro de barro cocido de 15 centímetros de 
alto, hoy perdido, en el que se leia otra inscripción fenicia, he- 
cha también á la punta, indicando el nombre del que habia sido 

su dueño: 

res Azrubaalis, plii J/esillehi ^. 

Kl epígrafe panormitano es análogo al granatense y amlius 

los grajjiti que se han descmbierto de la g(Mite fenicia. 



Después de estos restos, qu* son lo^ (jue yo conozco, que 
haya dejado la dominación fenicia en nuestro suelo; .«;e en- 
cuentran, otros en que se refleja la técnicra de la arquitectura de» 
aquel pueblo, que tomó del arte de construir de los egipcios sus 
grandiosos monumentos, los procedimientos y la manera, si bien 
no llegó á igualarles en originalidad y ricjuiv.a de formas. 

La zona de las conocidas murallas de Tarragona, <jue .<e le- 
vanta <les<le la zarpa de los ciini(»ntos hasta donde comienzan los 
sillares mas modernos, de éj)oca romana, afecta una manera d«* 
(construcción análoga á la de los conoció ísinuis muros <le Kryx 
en Sicilia *, á la del temjdo de Magiar Kim en Malta, la antigua 
Meliia^, y á la de la Gigantein de (iaulos. hoy (lozzo*. I^spuer- 



1 

2 

:í 
4 



No hay nup advertir nue el fenicio se lee de ixqiiierfla ¿ derecha. 

Veaiie la Tabla lili n^ 42. 

C. I. S. 1. |i. líW a un. nOi:o.vTabln XXVIl. mlniH. IXI. l.*» a y l 3h. 

Perrot et i hipiez lÜKt. de Tart daiiK Taiit. 111. p. »tt h :«| n. tm n it\, 

o Kerrot et Cliipiez. Ibideiu 111. p. ^h:» ii.« 210. 

|»errot et Clilpiez. Ibldeiii 111. p. í«» ii.«' «.». 



* • 



. -^ > . 



«y%fc,i*2Í",:i 



tas (le las mencionadas murallas tarraconenses, como la puerta 
y el interior de la Cueca de Menga en Antequera, traen á la me- 
moria por su semejanza los muros (le una sala del citado templo 
de Hay lar Kiai en Malta con sus inmensas piedras de dimen- 
siones (jue asombran, así como uno de sus ing-rosos construidos 
con tres enormes monolitos *. Subiendo aun mas alto on los ana- 
les del arte arquitectural tales construcciones hacen re(n)rdar el 
célebre templo de la Esfinge en Eg-ipto, que remonta al viejo 
imperio, también con sus pilares mouíditos de cinco metros de al- 
to por uno ó mas de ancho y sus arquitraves de tres, de (pie aun 
se conservan superpuestos algunos sobríi esos mismos j)i lares *. 

Por otra parte los Talayots Aq Mayorca ^ y las Xa retas dt» 
Menorca * se asemejan en extremo á los Xuraghrs d«í la (\»rde- 
na *, como las Cilanias de la Lusitania *, ofrecen numerosos pun- 
tos de contacto con las constru(!CÍoues ciclópeas de Italia y íU» 
la (í recia ". 

También la numismática hispana, aunque de (qmca mas re- 
ciente, ccmserva nnircada reminisciMicia de la «rly|>tica asiática. 
Las (*abezas de los anversos de» las montadas ibiM-icasd»' Obulco. 
acuñadas en pleno periodo romano, con leyendas hasta hoy no 
decifradas, por el esmerado arreglo del cabello cu medio di» su 
mas o menos tosco amaneramiento *. tienen ¿rrand«»s pniit<»s de 



1 rerrot et Cliiplez. Uililoin. MI- p. '205. ii. 2IU. > p. .«ri. n. ¿y*. 

'Z ivrrot et Chlplez. Ihldeui. 1. p. 'SM a »29. ii. 2»2 v -¿1:1. 

:i Perroi et Clilpiez. lüidem. IV. p. 41, n." :o. p. 4y. n.« :cí. 

A IVrrot et Clilpiez. Ibhleiti. IV. p. :<». n." \\. (artailhai*. Les a;.'es pn- 
Iiist«>rii|ij»*s de rKKpa^ui* et dii Purtu^'ul p. !'•:<. n.*' \\*j. 

.'. perrot et Clilph'Z. Ihideiu. IV. p. z.i uy m p. íj. n •• IS \ p. K. n." :^/ 

«; Oirtallliaf. Les a^res prrlilütorlqiie de 1' Kspat^nu* el du Purtu^'al. p. T,:». iiu- 
lueru ;wr». p. íKI. ii.« ♦41". p. í«i|. n.« 4<w. 

"é Atto Vauíniccl. .stona del I' Italia aiitíca I. Selilieniaiin. M>(*i'i)e.s. 

H lieltradu. Nuevo método 11. Tablas l.V a l.X. La.s r«'pnMliu'i*ioIit*> kW las initiic- 
das dt* uhulco. ooiiteiiidas cu la.s ntadas Tablas dt* la ulira de Pel^ailu. dictan 
iiiiiclio de dar una Idea acabada de la manera eiuiio ri'.<^iiUan \a(*) idu» las pie- 
zas originales, ni de la íln tira con que debieron e.^tar ^r.iiiaiio.<« li»it troqueb*». 

Kl cabello ensortijado a Ja mant*ra helénica de al^iin.is pie/.i.<^ de plata \ 
cobn* de laj» mas anticuas tMnlMoiie.s llN-rlca>. ha inoviiio a \ariob uuinismatr- 
cos \ «'tlUMiloj^os. fUtre otras vanas ra/oiies aun de meno>i pe.^o. a ^:|p4tller (|ue 
los íberos iin>ceden del .\frica. de donde p;LH;irun a nuentro continente: eonliiii- 
dlendo las re^hiK técnicas de Ih ^'llptica y de la CMMiltura ;rrie;:as ci>u )o> mutuos 
distintivos de nizas. Ksta conjetura desacertada ha luuu M>>ienida por ail^uiio» 
vlsionarío8 preliiMorIstas. habiendo llegado tuuibl«*u a de>lu»trar xanas pagina» 
de obnis ituiMirtautes; si bien eu estt* puuto |km*u meiiitaua>. 

La cabellera de la t*«ítatua ^rrie^'a de bronce, diclia de /''iytie-Ati*vAf. actuaN 
mente eu el .Museo pritanlco, icolli^hub. .Manuel d* .vrch«'olo^'ie ^'recque p. i/fi. 
n.** X>.) el pelo rizado del ^rle^fo que ci»mbate cou el (m/iiirv. «le una luetopa del 
Fartlieiion.iliddem. p. 1h:i n." Tij» y la cal»eza del ¿u/'riu en el ironton occiueiiial 
del templo de Olimpia ^Ibidem. p IhI n.** l*<) recuerdan los tipos de ia« me»- 
nedns no romunuK ue oitulco v ae las ilierns. cuxo» bustos 6nii por otra parte 
de todo punto desemejantes de lo« de el uiureuaje de la Nuuiidia y de la 
MHurltania repro(.uciuo> > ei»tuuiudoK uiu> esiiecialiiieute |»or kuiler. vMtiiler Nu- 
lulsmatlque deraiic. Alnque voL Ul y sfupplim. p. M a ^7.) 

i3 






semejanza con una de las caiezas cypriotas^ qite se tíonserVáñ eu 
ol Museo del Louvre *, que, como dice Mr. Perrot, por su egecu- 
cionypor iodo el carácter de su estilo recuerda perfecta mcrt te 
los procedí tdieiitos y la egecucion de las escuelas griegas de la Jo- 
nia^ del Peloponeso y del Ática *. 

El toro con cabeza humana de algunas acuñaciones do plata 
dc! Sagunto •* por su finura y ejecución técnica, revela un arte» 
y unos mitlios semejantes, al arte y á los mithos, que diiM-on 
forma é idearon algunos tipos de monedas de cobre de Agy- 
riam y otras de plata de Catana *, cuyos orígenes parece que 
se han de buscar en las reminiscencias fenicias * de las efinges 
egipcias • <> de los toros androc([falos caldeos ^. 

Al dar aquí por terminado mi tmbajo, habré de advertir 
que acaso no falte quien considere este segundo suplemento 
como de todo punto agenoal asunto, que ha dado ocasión al 
presente libro. Pero como quiera que es de una importancia tan 
excepcional cuanto se ha descubierto en Cádiz referente á la ar- 
(jueología fenicia y de tanto interés los diges y objetos de la 
misma procedencia encontrados en estos últimos tiempos eíi 
Málaga^ Vele:, Ahnuüecar y Galera^ me ha parecido que no 
debia dejar pasar esta ocasión sin consignar al menos su me- 
moria, en la osj)(»ranza que algún dia provocarán estudios esjie- 
ciales de mayor alcance. Si el imívil. (jue me ha impulsado á 
sacar del olvido, en <|ue estaban semejantes hallazgos, .se consi- 
ílera (|ue no sea bastante á justificar mi propósito, ruego á crí- 
tica tan severa que al menos sej)a disculpar mi deseo de acierto. 



Máhiira 1." (h» Julio de 1HÍ)I. 




T«. » ■• » — 

\Vperiiit "ptChrplez/lhideiii. 111. p. 4^». n. :ii:i. 

(¡ rerrot et Chlplez. Ibideni. 1. p. 0». «-13. :«l. M. &3, m. iiriiim. 41, 
107. Sü4. 463. 464. 498. 

7 Perrot et Chlplez. Ibidem. 11. p. m. 3». S8I. 081. númft. 114. m, STB. sn. 



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¿ . "r" ••• ' - . • - . . « ._•.••»•• •■••v. « »■ i l i^ ■.^"« >*.- r«fl.*T*" '^^mMm 



(CONCLUSIÓN. 



Estaba para terminar la impresión de este libro, ajrotadci.s ya 
los fondos presupuestados para su estampación, cuando juzg-ué 
(|ue debía acudir al Excmo. Sr. 1). Antonio Cánovas del Castillo 
rog*ándole que se sirviese inteponer su valiosa influencia á fin 
de que se me facultara para añadir á la obra una fototipia del 
mismo Bronce, que viniese á justificar su lección, dando una 
idea exacta del epígrafe, que por mi parte había tratado de ex- 
poner. Con su nunca desmentido entusiasmo j)or biS estudios 
bist(3ricos, que á la España se refieren, acogió de modo tan eficaz 
mi demanda, que muy luego obtuve la autorización deseada, 
siéndome por ello muy grato poder consignar de nuevo en este 
punto'mi massíncerí) agradecimiento. 

El facsímile fototí|)ic<i, que sigue á estas liltimas juíginas. 
egecutado en los talleres dr. los Sres. J. haunMit y ('.**. de Ma- 
drid, tan justamente estimados ])or sus numerosa-^ y exc<dentes 
reproducciones fotográficas de monumentos y objt*tos arti.^tieos 
españoles, si bien presenta algunos |»asaj«*s de dilícil sino impo- 
sible lectura, efecto d<d cstacbíy condicionaos del «iriginal. qu(* 
ya apunté oportunamente al describirb), en cambio muestra en 
susd(»talles mas sali<*ntrs la imagen de tan importantísima Ta- 
lila de bronce. 

Auxiliado de esta fototi|)ia y de la fotografía directa que b» 
ha servido de matriz, y tengo a la vista, deberé consignar bre- 
ves indicaciones respecto de dos lugares de oscura lección, (jui» 
aparecen al final de tan curi(íso epígrafe. 

hiN. 51). Ni la fotografía ni la fototipia, á qui* tiejo aludido, acu- 
san las huellas dr la palabra ianistis. (|ue quise en- 
trever en un momento dado, á la tras|)arene¡a provo- 
cada i)or un fuerte ravo de sol. entre el cvm v el 
NEco/ó/'". Por ello me sería necesario para cunfírmar 
esta lectura mia una nueva inspección del original. 



l.iN. ()(). Kn la imagen fotográfica del Bronce parece qne se descu- 
bren las huellas de las letras siguientes erm/NE/ ai.exi///io 
que no sé si restablecer editionei/i at exi///io. 
Por lo demás aprovecho esta ocasión para hacer algunas rec- 
tificaciones en el texto, que aparece estj'iuipado entre laspjiginas 
18 y 19 del presente volumen, dcmdesc han escapado inadver- 
tidamente las erratas maleriales de imprenta, que paso á des- 
hacer *. 



niCC DCIIE DECIR 



Ll\. 12 MAGNI MAGNI. 

» 12 TAN. .... TAN. 

» VS DELATV/ST. . . OELATV ' EST. 

>> 11 PROCERATORES. . PROCVRATORES. 

» 52 PRIBVS. . . . TRIBVS. 

;i> 52 TRETIS. . . . PRETIS. 

» Gl EERSOLVTVM. . . PCRSOLVTVM. 

Debo advertir i)or conclusión, que ai).3sar de hixhov sido au- 
torizado ])or Keal <')rden d(» :il de Agosto de este año para in- 
cluir en la presente ol)ra el facsímile del nuevo Bronce de Itá- 
lica, una prolongada enfernuMlad d(d artífice, encargado de la 
fototipia, ha retrasado algunos meses la publicación de e.sto 
libro, porque hasta la fecha qu(» va al pie no ha podido aquel en- 
tregar terminado su trabajo. 

Málaga IX de Diciembrí» de ISDI. 



(1) Por una iiierü distracción sr llaman Supiemniío t.nwno y Sufhmenio *fffmmJQ ^n 
el Itíatre gmtial :i los <iue en el texto, paijinas '//T y •¿tCi ^e deiionjinun Aitr'ndire pn- 
mero V Aít*ndicf tnjuntlo. 

aI liaiilar (Ip JaH inscrlpcioiips romanas do Itálica no me lie iHMipado dP Ioh 
quinee fr.ifrmentos l*ncollt^ado^ eii iHiWeii el anaieatro. conteniendo los noiiibrt^s 
de loK propictariOH de alumnos asientos <1(* la» erradas, por no deteiierní** a Jirstitl- 
car %\\ diíicil interprt*tacion <('. I. L. II. Tipii á 51 Pí). coiiki tampoco de las cu Uro qUH 
se dicen ccmservadas en Londres por Horacio WlietenMl. {i\ I. I. II. ¡>tl7 u 3»>r>» 
IN)r<iUP tres de ellas son sepulcrales <• insiiriiittcantes .v 1h única. (|ue polla pre- 
sentar altrun >nt«*res por ser dedicada a uu emperadnr. aparece tan mutilada tiue 
no conserva el nombre del soberano a quien fue eri^rida. sino solo el del pueblo 

que hace la dedicatoria *ES . italicens y parte de la conocida fórmula 

aewoTK • NVMINI mahsiJiiqu^ • Eivs, que agipezó ft uaarae hacia Anea del alflo 
negUDdo de Jenucristo. 



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