UC-NRLF
B ^ oMí:, ^^,s
BERKELEY
LÍTRARY
UNIs'ERSITY OF
CALIFORNIA
EL NUEVO
¥iíütMD isia^ísai^a
EN Ax^iERICA,
l^iótaria ííe uiajes al jícríi moííínia.
(^otiüeire entre otras cosas : La historia natural de las poscsioues que cou-
(¡liistarou los Españoles en ia América Meridional y en particular del Perú.
Noticia dil Ch!mbora/.ü t tlol Carguairazo. El clima del Perú. Sus lerreano-
tos. La descripción j coslumbrcs de la ciudad de Lirna.
POR ?J. YE.
COX IJÜS l.A,ML>'AS FI>AS l'ERrECTAMt?(TE 1LUMI:N AU.IS ,
(¡iK- ¡-«[ircstfiit;)!! i'I (Jhiiiihorazo y el Carguaira/.o t trajes del Pera modsnio.
#
i
<^a*i£s*iíá?*í^«%^-'«*«*^
S^^^
BARCELONA.
.MPRENTA DE A. BERGxNES Y COMPAÑÍA.
CON LICE?ÍCIA. DICIEMBRE, 1832.
m
l^
p Ifi.
U'
. f ^,¡1^
T?ip pp süTiot7T[onui sop ST?[ ü uojOTA oti A ' unuq
-uo L't B IIOJ3I1J ' soiuj9jao I soiiCTOuH sonuop|T;
?op Ji i?[onosa t7[ opi?iisíA joqcq 9p soiuIsoq
•1?I[0 IIOD JI IJJDCI U9S0TÍSIA OS
oiib ^miy T?uuqos ns y onb OíuoiuitniSi'opianu q
lílianbií opuuno iiojiidisip as sajoiuai sus oS.icqma
nis íri? lis V. JHuücImooi? T^Taajoni ou oiib i?(ia|aH
Tíioouoo uaia -íuiiH ajqod uj op rsco uo uuüj}
-na u^ianA ns b anb H ' uapp l'i b ^qi anb ofip uta
-JJ ojoTias T?[ 'líUüTiütu T?[ jocl ajuaTnSis líip ¡g
'AI OIÍIXI^VO
•üsojapoclopox pp sofo soj b 0|qupB.iSí> jos np
-ocl sauoioac sns ap OAqoui p' ts jaA i ' jc.iqo ap
sajuu ajclmais JcuoTsoayaj i? ouasua scj a ' pcp
-laiiaj ujinnj ns ap sasuq sb[ uiaaiqujsa ' jujauaS
ua uíanpuoa ns ap Fajaau sujía uoo opucuiaoiai'^
•üjpy aAai uan jod aíuawujaAas opcSpsca asaiqnq
sc[ is anb ' sciiuqos sns ajqos ajuaipnaasü setu
oipimi ounibpi; 'soíoajap sns T?Tpuajdaa si?| anb
uoa pupiAuns c[ jod aiuauíujup uuí opuisajmuui
Biqcii as iiiAJí Bjouas \;\ ap ujnuja? uí ouiod
A ' jojja ns osajuoo une L oioouoaaj Tjuaiají
•JCjqo aacq aj a[qi?jasiui oasap un
o ' uoisud uun jaaejspTJs ¡a ajuauíujos anb sujqna
( 9^ )
€1 Xlmm
WIMm^% ip^SISiülL»
Todos los ejemplares de esta obra vaa
numerados y rubricados para los efectos
del derecho de propiedad.
97.
EL NUEVO
EiV AxMERICA 5
ó SEA.
l5Í6toria ííf Diajfs al fJcrú maírcrna.
Contiene entre otras cosas : La historia natural de las posesiones que con-
quistaron los F.spañoles cu la América Meridional y en particular del Perú.
Noticia del Chiniborazo y del Carguairazo. El clima del Perú. Sus tcrreiug-
tos. La descripción y costumbres de la ciudad de Lima.
POK M. Y E.
COPÍ DOS LAMI.NAS FINAS PERFECTAMENTE n,Ü.MI.\ADAS ,
qiic repreecntan el CLimborazo y,el Carguairazo y trajes del Perú moderno.
BARCELONA.
IMPRENTA DE A. RERGNES Y COMPAÑÍA.
CON LICFNCIA. DICIEMBRE, 1832.
€1 ttuai0
VIAJERO UNIVEnSAI.
en América.
CAPITULO I.
Historia natural de los paises que conquistaron
los Españoles en la América meridional en
general, y en particular del Perú.
La. temperatura de un pais se deteriiiiiia
tanto por su elevación sobie el nivel del mar,
como por su distancia del ecuador. Así es, (jue
aun en las regiones situadas entre los trópicos,
conforme una comarca esté mas ó menos ele-
vada sobre el Océano, su clima es mas frió ó
mas caliente.
En el mas cálido es donde crecen las pal-
meras y los bananos, el yuca , la caña de azú-
car, el pimiento, el índigo, el aguacatero, el
1
629
G EL TÍUEVO VIAJERO UNIVERSAL
ananas, el calo, el guayabo, el algodonero, el
tamarindo y otros vegetales no menos dignos
de atención , é igualmente muchos aricóles
cuya madera sirve en la tintura. Este territorio
se eleva hasta quinientas toesas sobre el nivel
del Océano, y comprende todos los paises si-
tuados a la orilla del mar en la zona tórrida.
A mas del coco ordinario se encuentra allí el
maca ó coco del Brasil, que es común en el ist-
mo de Darien ; está coronado de una especiede
guirnaldas , defendidas por puntas largas y
punzantes; el centro del árbol contiene una
medula parecida á la del saúco; su fruto, del
tamaño de una pera pequeña, crece en raci-
mos, siendo su color amarillo al principio y
rojizo cuando está maduro; cada fruto tiene
un núcleo; la carne, aunque un poco agria, es
grata y saludable. Los Negros sacan de esos
frutos una especie de gordura con la cual sa-
zonan sus alimentos.
El bibbi, otra especie de palmera que tiene
este nombre del licor que destila, es árbol muy
común en el Istmo y en el continente; sus usos
lo hacen sumamente precioso paia los hidios;
tiene el tronco recto, pero tan delgado, que á
pesar de su altura que llega liasta setenta pies ,
T.^- AMÉRICA. 7
no es miiclio mas grueso que el muslo; está des-
nudo y armado de aguijones como el maca; sus
frutos son redondos, de color blanquecino, y
del tamaño de las nueces. Los Indios obtienen
de e'l un aceite, sin otra operación que macha-
carlo en un gran mortero, hacerlo hervir, y
prensarlo en seguida, despumando el líquido á
medida que se enfria : la porción superficial que
separan constituye un aceite muy claro, que
mezclan con colores con los cuales se pintan
el cuerpo. Cuando el árbol es joven , agujerean
su tronco para recogei', por medio de una hoja
arrollada en forma de embudo, el licor que lla-
man bibbi : sale á gotas de bastante volumen ,
y su gusto es bastante agradable, aunque siem-
gre un poco agrio : lo beben después de ha-
berlo guardado uno ó dos dias.
El manioque presenta un tronco recto y sin
ramas, hasta setenta pies de altura, y termina
con un gran numero de ra mitos que forman
una vasta copa piramidal; su fruto tiene la for-
ma de una pera; algunos se ven tan gruesos
como la cabeza de un niño; su sabor es dulce,
aromático v muv í^rato. 1 j:'
La manzanilla es el fruto de un árbol muy
venenoso, el cual por lo que toca á su frondo-
8 EL NUEVO VIAJERO TIVIVERSAL
sidad tiene la apariencia de un gran peiaJ. Es
muy alto, y su madera tan bien vetada , que se
la emplea en obras de embutido : no se la
puede cortar sin peligro, pues la menor gola
de su jugo produce una ampolla en la paite
([ue toca. Este árbol crece en las orillas del
nuu'. El fruto tiene una forma esférica; su piel
es lisa, de un verde amarillento y rojizo; se
parece muclioá «na manzana de api. Esta enga-
ñosa apariencia junto á un olor agradable con-
vidan á comerla: su carne esponjosa y blanda
contiene un jugo lechoso y pérfido, que desa-
brido en un principio, luego se vuelve cáusti-
co, y quema á la vez el paladar, los labios y
la lengua.
El maho crece en los lugares húmedos; su
corteza es tan clara como el cañamazo : si se
quiere coger un pedazo, se desgarra en tiías
hasta lo alto del tronco; estas liras son del-
gadas, pero tan fuertes, que con ellas se hace
toda especie de cables y cordaje.
Los calabacinos son unos arbolitos cuyos
frutos carnosos, por su forma y grosor son bas-
tante parecidos á nuestras calabazas silvestres.
Varían desde dos pulgadas hasta un pie de diá-
metro. Están cubiertos de una piel lisa y del-
EN AMI-niCA.
g.'ída, y son aninrillo-verdosos. De])ajo de dicha
piel hay una cascara dura y leñosa, que con-
tiene una carne blanda, amarillenta, de un
gusto picante y de olor vinoso. Con esta car-
ne ó pulpa se prepara un jarabe muy celebiado
j)or su eficacia contra las afecciones de pecho.
i.os Indios han sabido aprovecharse de la re-
sistencia de la cascara del fruto para fabricar
con ella diversos utensilios caseros, como va-
sos, sellos, platos, botellas, cucharas, etc.
Pulimentan la coiteza, la adornan con muchos
colores vivos preparados con la goma del ana-
cardo ó caoba, y trazan en ella figuras de soi'-
prendente ejecución en gentes que no líenen
idea alguna de los principios del dibujo. En-
cuentranse también en estos paises calabazas
de yerba, que son una especie de calabazas
silvesties cuva cascara se destina áisjuales usos
que la del calabacino.
La yerba de la seda es el yuca, que crece
abundantemente en los lugares húmedos. Su
raiz está llena de nudos; sus hojas, cu}a for-
ma es parecida á la de una hoja de espada,
tienen á veces una ana de laigo. Los Indios
coitan esta yerba y la hacen secar al sol, ma-
chacándola en un pedazo de corteza para redu-
10 EL KÜEVO VIAJERO UNIVERSAL
cirla íi filamentos ; y torciéndolos en seguida
como los del maliot, forman con ellos cuerdas
para las hamacas y para la pesca. Esla especie
de seda es muy estimada en Jamaica, donde
los Ingleses la tienen por mas fuerte que sus
cáñamos : las Españolas hacen con dichos fila-
mentos unas medias que venden muy caras, y
cordones amarillos con los cuales se adornan
las negras de las plantaciones.
El árbol palo ligero es llamado así por su
mucha ligereza, aunque tenga el grosor del
olmoj su tronco es recto, y la hoja se parece
mucho á la del nogal. Los Indios tienen otro
árbol, llamado blanco-negro en su idioma,
cuya altura ordinaria es de diez y ocho á veinte
pies, y cuya hoja se parece á la del sen : la ma-
dera es muy dura, compacta, pesada y mas
blanca que cualquiera otra de Europa. Tiene el
grano tan hermoso, que no hay 0])ra de embu-
tido en la cual no pueda ser empleada. Este
árbol se encuentra en el istmo de Panamá.
Los mambiies espinosos crecen como las
zarzas , y hacen impracticables los lugares que
están cubiertos de ellos. Los mambues huecos
se levantan hasta treinta ó cuarenta pies de al-
tura, teniendo un grosor proporcionado. El tron-
T:\ AMERICA. 1 I
co presenta á distancias unos nudos quecontie-
nen de doce á quince pintas de líquido. Este
árbol se emplea para vaiios usos. Sus hojas se
])arecen á las del saúco. Las orillas del mar en
aquellas regiones ecuatoriales están pobladas de
manglares ; su corteza es roja, y puede servir
para teñir los cueros.
Entre los mayores y mas gruesos árboles de
aquella zona se cuentan el caobo ó anacardo,
el cedro, el balsamero de Cartagena, y el árbol
de María ó calaba. La madera de los primeros
sirve para fabricar las canoas y los champanes,
especie de embarcaciones que emplean los ha-
bitantes para el comercio de la costa y rios. El
balsamero y el árbol de María destilan un licor
resinoso de diferente especie ; el guayaco y el
abenuz ó ébano de monte tienen casi la dure-
za del hierro.
Los bejucos, plantas sarmentosas y enreda-
deras, son muy á propósito para formar atadu-
ras : otra planta enredadera es Xafabilla cordi-
J'olia, cuyo fiuto se llama liahilla ó haba de
Cartagena. Es una baya gruesa, esférica, en-
vuelta de una corteza dura, y que contiene
tres celdillas, cada una de las cuales encierra
muchas semillas. Se asegura que estas semillas
12 EL NLEVO VIAJERO UJVIVERSAL
son el mejor antídolo para la mordedura de
toda especie de serpientes: basta, dicen los
viajeros, comer algunas inmediatamente des-
pués de la lieiida para contener al momento el
curso del veneno, y desvanecer todos sus efec-
tos.
La sensitiva es muy común debajo de los
áiboles y en los bosques.
El clima de esta zona es demasiado húmedo
y caliente para la cebada, el trigo y demás
semillas de esta naturaleza ; pero se coge en
abundancia maiz y arroz. El maiz sirve para
confeccionar el bollo , especie de torta que sus-
tituye al pan en todas las comarcas, y que es
])lanco, pero muy insípido. Las patatas , de las
cuales el camote forma una variedad muy es-
timada, y los ignamos, que sufragan también
¡)ara el alimento de los habitantes, las papas
y los guanábanos, especie de corosol, los limo-
nes y cidras de muchas variedades, se cuentan
en el número de los frutos que produce aquel
clima. Los hidios independientes cultivan mal
el tabaco; se linntan á sembrarlo en sus plan-
taciones, y abandonándolo i\ la naturaleza, es-
peran que este seco para (juitarle las hojas,
las cuales arioilan en cuerdas de dos ó ti es
EN AMÉRICA. 13
pies de largo, en medio de las cuales dejan un
agujero. Cuando algunos quieren fumar jun-
tos, uu chiquillo enciende un cabo del rollo
y moja el otro para que no arda con demasia-
da rapidez. El fumador introduce en su boca
el cabo mojado, á manera de pipa, y soplando
por el agujero, tira el humo á la cara de los
que le rodean : cada cual tiene debajo de la
nariz un pequeño embudo que sirve para reco-
ger el humo y lo respiran por espacio de mas
de media hora.
En aquellos paises se encuentra el queso ó
caiba, de que se habla en las descripciones de
los árboles de la costa occidental de África.
En la parte de Guayaquil, para embriagar á
los peces se valen del jugo de verbasco, que
al parecer es una especie de gordolobo.
Describen los viajeros con el nombre de
viahua una planta cuyas hojas son tan grandes
que pudieran servir de sábanas para una cama.
No tienen tallo; su longitud es de cinco pies
sobre dos y medio de ancho. Las hojas son
lisas , unidas con una cortilla ó nervio longi-
tudinal de cuatro á cinco líneas de ancho,
blancas por fuera y verdes por dentro, y están
cubiertas de un polvo fino y viscoso. Sh^vense
1.
14 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
de ellas para construir una choza de repente,
para cubrir las casas, y para trasportar el pes-
cado, la sal y todas las mercancías que quie-
ren preservar de la huniedad.
En esta región cálida inferior es también
donde vegetan las liliáceas mas olorosas, el
cacto y diversas plantas salinas.
Sobre la región de las palmeras empieza
la de los heléchos arborescentes y de la quina.
Los primeros cesan á ochocientas toesas, mien-
tras que las otras no dejan de vegetar hasta
mil cuatrocientas cincuenta. En esta región
templada crecen los melastomos y las pasio-
narias á modo de árboles tan altos como las
encinas de Europa; el lirio de Santiago y otras
liliáceas ; ciertas plasitas cuya flor violada y
roja se lleva la admiración de todos; un sin
número de otras bellas que han sido aclimata-
das en Europa; y finalmente, la higuera y
otros árboles frutales. La tierra está cubierta,
en los parajes húmedos, de musgos siempre
verdes, los cuales forman á veces alfombras
tan brillantes como las praderías de Europa.
El palmero de la cera crece en las regiones
templadas ; casi no se le encuentra en las lla-
nuras; no empieza á manifestarse sino á las
EIS AMERICA. 15
novecientas loesas, y se le observa hasta mil
cuatrocientas cincuenta sobre el nivel del mar.
Su tronco, dividido por anillos, llega á la
enorme altura de ciento sesenta á ciento
ochenta- pies. Sus hojas son aladas, las hojue-
las numerosas, hendidas en su punta, lampi-
ñas, plateadas por encima, cubiertas por
debajo de una sustancia pulverulenta que se
levanta en escamas argentadas. Las támaras
son muy ramosas , y de unos tres pies de lar-
go. Del tronco de este árbol se recoge una ma-
teria resinosa muy abundante, que se hace
derretir con una tercera parte de sebo para
formar cirios y bugías.
Las encinas no empiezan á aparecer, en las
regiones ecuatoriales, hasta sobre ochocientas
setenta y dos toesas. La caña de azúcar
sale bien á veces á mil doscientas cincuenta
de elevación. El cultivo del trigo empieza á
quinientas toesas ; pero no está asegurado
hasta doscientas cincuenta mas arriba, y hasta
mil vegeta con lozanía.
Los otros cereales del antiguo Mundo se cul-^
tivan también en esta zona , en la cual se en-
cuentran á mas los árboles ñ-utales que traje-
ron allí los Españoles, como perales, albérchi-
16
EL NUEVO VI/UERO UNIVERSAL
gos, naranjos y otros. INótanse además la vid
y muchas otras plantas interesantes.
En toda la provincia de Quito se da el
nombre de guabas á un fruto llamado pacaes
en el Perú , y es la acacia de fruto azucarado.
Su vaina, de unas catorce pulgadas de largo, es
de un verde oscuro y esta toda cubierta de un
vello suave pasando la mano de arriba abajo, y
áspero pasándola en dirección contraria. Sus
cavidades están llenas de una medula esponjo-
sa y ligera, y blanca como el algodón. Esta
medula contiene pepitas negras de desmedido
grandor, y que dan un jugo fresco y dulce.
La fresa del Peni y de Chile es muy dife-
rente de las fresas de Europa, no solo por su
tamaño que es de una buena pulgada de largo
sobre ocho líneas de diámetro, sino también
por su gusto que es mas aguanoso, sin que por
eso sea menos agradable. Así es que contiene
mucho mas jugo: sin embargo, la planta no
difiere de nuestros fresales sino por las hojas,
que son un poco mayores.
El oca tiene de dos á tres pulgadas de largo
y unas seis líneas de grueso en una parte de su
longitud, pues forma diversos nudos que la
hacen desigual y tortuosa. Está cubierta de una
EN AMÉRICA. 17
pie] delgada , amarilla en algunas, y roja en
otras. Esta raiz es alible y tiene el gusto de la
castaña, con la diferencia común á todas las
frutas de América, que es el ser dulce. Se come
cocida ó frita; se forman con ella conservas de
azúcar que pasan por muy deliciosas en aquel
pais.
La quinoa es una planta cuyas hojas se co-
men como las espinacas ó la acedera , y la semi-
lla como el mijo ó el arroz. Con su semilla se
confecciona una cerveza muy agradable.
La famosa planta llamada coca, de que se ha
hablado ya en el Viaje sobre el antiguo Perú,
y que en otro tiempo era particular á algunos
de sus cantones, es hoy dia común en todas
aquellas provincias meridionales , por el cui-
dado que se toman los Indios en cultivarla.
Revolviéndola por la boca hasta que deja de
dar jugo, les sirve de alimento todo el tiempo
que la tienen en ella; y en cualquier trabajo
que estén ocupados no desean otra refacción.
Efectivamente , la esperiencia ha compro-
bado, según algunos viajeros, que esta yerba
los vuelve vigorosos. Hácese de ella gran co-
mercio, sobre todo en los lugares donde se be-
nefician minas; pues los Americanos no pueden
18 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
trabajar sin tal alimento, y los propietarios de
ellas les suministran la cantidad que desean,
descontándoles su valor del importe de su
jornal.
En el Popayan se encuentran árboles de los
cuales destila de continuo una especie de goma
ó resina que los habitantes llaman rnaparnopa.
Sirve para hacer toda especie de lacas ó bar-
nices sobre madera, siendo este barniz muy
hermoso y tan durable, que ni por medio del
agua en estado de ebullición puede ser sepa-
rado.
En los páramos es donde crece la contra-
yerba, famosa pkuita por haber sido conside-
rada como un remedio seguro para toda espe-
cie de envenenamientos, y como una panacea
universal. Se levanta poco sobre la tierra, pero
á proporción se estiende mucho. Sus hojas tie-
nen de tres á cuatro pulgadas de largo sobre
poco mas de una pulgada de ancho, espesas,
felposas por fuera, y de un verde pálido : por
dentro son lisas y de un verde mas vivo. De
cada yema nace una grande flor, compuesta
de flores mas pequeñas que tiran un poco á
violado: lo que se usa es su raiz.
En los lugares en donde no crece mas que el
EN AMÉRICA. 19
junco pequeño, y en donde la tierra no es ca-
paz de semilla alguna, se encuentra un árbol
que los habitantes del pais llaman quinoal^ y
cuyo aspecto corresponde á la aspereza del cli-
ma. Es de mediana altura, frondoso, de made-
ra fuerte, y la hoja es también espesa en toda
su longitud : su color es verde oscuro.
El mismo clima es favorable a una pequeña
planta que los Americanos llaman en su idioma
bastón de luz. Su altura es de unos dos pies.
La planta consiste en varios tallecitos que sa-
len de la misma raiz, rectos y unidos hasta su
ápice, en donde echan pequeños ramos de los
cuales parten hojas muy delgadas. Se corta
esta planta casi á flor de tierra, donde su diá-
metro es de cerca tres líneas ; la encienden , y
aunque verde, da una luz igual á la de una
antorcha, sin exigir otro cuidado que separar
el carbón que va haciendo mientras arde.
La algarroba es el fruto de un árbol legumi-
noso del mismo nombre; con el cual se ali-
menta toda especie de ganados. Es blanqueci-
na, y entreverada de pequeñas manchas
amarillas. Sus vainas tienen cuatro ó cinco
pulgadas de largo sobre unas cuatro líneas de
ancho. Este alimento robustece los animales
20 EL IVUEVO VIAJERO UIN'IVERSAL
de carga, engorda los bueyes y carneros , y
hasta se asegura que da á su carne un esce-
lente gusto que es fácil distinguir.
Se ha hablado varias veces de la yerba del
Paraguay, como de una de las principales ri-
quezas de los Españoles y de los hidios perte-
necientes á aquel territorio. Esta yerba, tan cé-
lebre en la /Vniérica meridional, es la hoja de
un árbol del grandor de un manzano regular;
su gusto se parece al de la malva, y su forma
es á corta diferencia igual á la de la hoja del
naranjo. Tiene también alguna semejanza con
la hoja del coca del Perú; pero es mas estima-
da en el mismo Perú, donde se trasporta mu-
cha cantidad á las montañas y á todos los
lugares en que se esplotan minas. Se trasporta
allí seca y casi reducida á polvo. Nunca se la
deja mucho tiempo en infusión , pues volverla
el agua negra como tinta. El caacuy es la pri-
mera yema que apenas empieza á desplegar sus
hojas; el caamini es la hoja que tiene todo su
grandor, y de la cual se sacan los nervios an-
tes de asarla: las hojas asadas se conservan en
escavaciones hechas en la tierra y cubiertas
con una piel de vaca. El caacuy no se puede
conservar tanto tiempo como las otras dos es-
EN AMÉRICA. 21
pccies, cuyas hojas se Iraspoilan al Tiiciinian,
al Peni y hasta á España: con dificultad sufre el
ttasporte, y se dice que esta yerba, comida en
su lugar natal, tiene cierto amargor que no
conserva en otra parte, y que aumenta su vir-
tud lo mismo que su precio. La gran fábrica de
esta yer])a se halla en Villa ó nueva Villa — Ri-
ca , que está cerca de las montañas de Maracain,
situadas al oriente del Paraguay, hacia los 25*^
2í' de latitud austral. Muchos Españoles creye-
ron encontraren esta yerba mi remedio ó un
preservativo para todos sus males. Todos con-
tienen en que es aperitiva y diurética; parece
cierto que con frecuencia produce efectos muy
opuestos entre sí, como procurar el sueño á
los que eslán sujetos al insomnio, y desvelai* á
los que están sumergidos en un letargo, y ser
nutritiva y purgante. El hábito de usar de ella
la hace necesaria, y muchas veces con dificul-
tad puede uno limitaise á su uso moderado,
aunque se asegura que el esceso de ella em-
briaga y ocasiona la mayor j)arte de las inco-
modidades que se atribuyen á los licores fuer-
tes. La infusión de la yerba del Pai-aguay se
llama mate en el Peni. Este licor se toma en
ayunas; sin embargo, muchos lo beben después
22 EL IS'UEVO VIAJERO UNIVERSAL
(le la comida. Puede que su uso sea saludable;
pero el modo de tomarlo es fastidioso. Por nu-
merosa que sea una reunión, lodos beben por
el mismo brocal y sucesivamente, baciendo
pasar el mate ( 1 ) de uno á otro.
Encuéntrase en el Perú y en Cbile el moilé
ó pimiento de América : cuando se desgarran
sus liojas sale un jugo lácteo y viscoso, (|ue
tiene un olor medio entre la pimienta y el bi-
nojo, y que sale á saltos; de modo, que cuando
se ponen sus pedazos en el agua, reciben á
cada instante un impulso que los bace variar
de lugar, lo que admira á los que no lo saben.
Rezuma de su corteza un licor resinoso ó go-
mo-resinoso, y muy odorífero, que se con-
creta al contacto del aire. Se dice que la corte-
za seca y pulverizada es buena para fortificar
las encías y los dientes, y para deterger las úl-
ceras. La pulpa de los frutos, que son gomosos
y dulces, disuelta en agua forma una bebida
muy delicada que se vuelve vinosa y luego
acida.
Las vides del Perú y de Cbile son muy pro-
ductivas: se pone el vino en vasijas de tieria ,
(i) Nombre que dan también al vaso que contiene el
licor.
E3r A:>iÉmcA. 23
Y se las enibatlurna con una especie de resina ,
cuyo gusto con el de la piel de los machos ca-
bríos de que se sirven luego para trasportarlo,
le da un sal)or amargo, parecido al de la tria-
ca, y un olor al que con dificultad puede uno
acostumbrarse.
Los frutos de Chile se producen sin mucho
cultivo : allí no se enjertan los árboles. Sin em-
J)aigo , la cantidad de peras y manzanas que sé
deben tan solo ala naturaleza, hace muy difí-
cil el concebir como aquellos árboles, que no
eran allí comunes antes de la conquista, han
podido multiplicarse hasta tan escesiva abun-
dancia. Se ven campiñas enteras de una especie
de fresales que ya se han descrito. Los campos
están llenos de toda especie de legumbres, al-
gunas de las cuales , como los nabos , las patatas,
la escarola, etc., crecen allí naturalmente.
Las yerbas aromáticas de nuestro clima,
como el pequeño bálsamo, la melisa, el tana-
celo, la manzanilla, la menta, la salvia, cubren
todo el terreno : distingüese allí una pequeña
especie de salvia que se eleva como un arbus-
to, y cuya hoja se parece un poco á la del
romero. Las colinas están vistosamente ador-
nadas de rosales que no han sido plantados , y
24 FL NUEVO VIAJERO UNÍVERS \L
ia especie mas iiuilliplicada no tiene es])inas.
Vese también por los campos una especie de
Jirioá que los habitantes llaman Iiati: encuén-
transe de diferentes colores, y de los seis pé-
talos que componen la flor, siempre hay dos
amazoicados. La i-aiz del bulbo de esta flor da
una harina muy blanca, de la cual se hacen
pastas de confitura. Cultívase en los jardines
la dütíva en foi'ma arborescente, y el quincha-
rnali, especie de cipresillo cuya pequeña flor
es amarilla y roja. Hay asimismo una infmidad
de plantas medicinales particulares del pais.
Las yerbas de tinte no son menos abundantes:
tal es el reilbon, especie de rubia que tiene la
hoja mas pequeña que la nuestra, y cuya raiz
hacen hervir para teñir de rojo. El poqueíl es
una especie de caléndula que tiñe perfecta-
mente de amarillo. El añil de Chile es una es-
j)ecie de índigo que tiñe azul. La tintura negra
se hace con el tallo y la raiz del panqué, cuva
hoja es parecida á la áel acanto. Cuando el tallo
es rojizo lo comen crudo para refrescaise : es
muy astringente. Hervido con el maqui y el
goulhiaz, arbusto del pais, da un hermoso
tinte negro que no quema los tejidos como los
de Europa. Esta planta no se encuentra mas
EN AMERICA.
9J^
que en los lugares pantanosos. Los bosques
están líenos de árboles aiomálicos, tales eomo
diferentes especies de mirtos; una calidad de
laurel cuya corteza tiene un olor parecido ai
del salsafras ; el boldu , cuya hoja despide un
olor como de incienso, v cuya corteza tiene un
gusto como de canela y es el canelo drímico.
El licti es un árbol muy común en Chile,
cu va sombra hace abotarsfar todo el cu
er
j)o a
los que duermen en ella. Frezier se convenció
de ello con el ejemplo de un oficial francés ;
pero el remedio no es difícil. Consiste en una
yerba llamada pelboqui^ especie de hiedra ter-
restre que se machaca con sal , bastando fro-
tarse con ella para hacer desaparecer la hin-
chazón.
La corteza del peumo, en decocción, sirve de
mucho alivio en la hidropesía. Este árbol da
un fruto rojo de la forma de aceituna; su ma-
dera puede servir para la construcción de em-
barcaciones ; pero la mejor del pais, para este
uso, es una especie de encina cuya corteza, lo
mismo que la de la carrasca, es un corcho. En las
cercanías de Valparaíso, las montañas , aunque
muy secas por las pocas lluvias , producen mu-
chas vei'bas cuvas virtudes son muv celebra-
2G EL :>rEVO viajero U?avi£RSAL
das. La mas famosa es la cachalingua, especie
de pequeña centaurea mas amarga que la de
Fiancia : pasa por escelente febrífugo. La vira-
verde es una especie de siempreviva cuyo in-
fuso, según asegura un cirujano francés, cura
las tercianas. El unoperquen es un sen del lodo
parecido al que nos viene de Levante. La alva-
quilla, llamada cu/en por los Americanos, es
un arbusto cuya hoja tiene el olor de la alba-
baca, y contiene un bálsamo que se usa nui-
cho para curar las llagas ; su flor es larga, dis-
puesta en espigas de color blanco, que tira un
poco á violado. Otro áibol pequeño llamado
liahillo^ diíei'ente de la habilla del Tucuman,
no es menos célebre por las mismas virtudes :
tiene la flor de la retama, la hoja muy peque-
ña, de olor fuerte algo parecido al de la miel ,
y tan llena de bálsamo, que es entetameníe
viscosa. En las cercanías de Coquimbo se ^e
una especie de ceteiaque, cuya hoja es niuy
i'izada, y cuyo decocto es muy celebrado para
purificar la sangre, y sobre todo para restable-
cer al viajero de las fatigas de una larga jorna-
da. Se cultiva taml>ien una especie de calabaza,
que se hace emparrar por el techo de las casas,
y que dura un año: de su pulpa se confecciona
escelente confitura.
EN AMÉRICA. 27
Alií empieza á crecer un árbol que en Chile
no se encuentra en parle alguna, y que Fre-
zier cree ser particular del Perú, y le llaman
lúcumo. Su hoja, dice, se parece un poco á la
del naranjo, y su fruto es muy parecido á la
pera que contiene la semilla del floripondio.
Cuando maduro, la corteza es un poco amari-
llenta y la pulpa ó carne muy amarilla, á poca
diferencia del gusto y consistencia del queso
íresco.
iNo se debe aquí pasar por alto la observa-
ción de que si el antiguo Mundo ha dado á la
zona templada de la América meridional el tri-
go, la \id y diversos árboles frutales, aquella
zona por su parte ha proporcionado á nuestro
continente muchos vegetales preciosos, como
la cotufa, el mastuerzo de hidias y la patata.
Mas arriba de la zona templada, es decir, de
mil treinta á dos mil toesas sobre el mar, no se
encuentran mas que plantas bajas parecidas á
las de los Alpes en Europa , muchas de las
cuales presentan flores muy hermosas. Mas allá
y hasta dos mil quinientas toesas no se ven
mas que gramíneas. Estas plantas desaparecen
sucesivamente, y ceden el lugar á los musgos
y iíípienes que cubren la tierra y las rocas has-
28 EL INTTEVO VI.UERO UNIVERSAL
la los límites de las nieves perpetuas. Algunas
parece que se ocultan bajólos hielos, que jamás
se deshacen.
Encuéntrase bajo la zona cálida, desde el
nivel del mar hasta quinientas tocsas de alluia,
el tapir, á que los Portugueses llaman anta ó
dante, y que es uno de los mayores cuadrúpe-
dos de la America meridional, aunque no tie-
ne mas que tres pies y medio de alto y seis de
largo. En su forma total se asemeja al cerdo ;
pero se dii'^erencia por varios respectos esencia-
les. El color de su piel y de su pelaje es bruno
oscuro; tiene una crin de pelos negruzcos de
pulgada y media de altura. Su cabeza es muy
gruesa; sus orejas son casi redondas, y sus ojos
pequeños. Su hocico termina en una especie
de trompa de pulgada y media de diámetro, y
puede alargarla para coger lo que se le presen-
ta. Las piernas del tapir son cortas y fuertes.
La cola apenas merece este nombre : no es n>as
que una protuberancia gruesa y de la longitud
del meñique, de color de carne por debajo. El
tapir es animal solitario; vive en el espesor de
los grandes bosques, y huye las cercanías de
Jos lugares habitados. Frecuenta los sitios pan-
lanosos , y es aficionado a bañarse en los rios
EN AMÉRICA. 29
y laicos, pero tiene constantemente su alber-
gue en las colinas. No deja percibir otro grito
que un silbido agudo. Se alimenta de frutos
silvestres, de vastagos y brotes tiernos. Es de
natural apacible y tímido: sin embargo, se de-
fiende muy bien, y á veces mata a los otros
animales que le acometen. Se dice que si el
jaguar se tira sobre el tapir, este lo arrastra a
lo mas espeso de los bosques, basta que lo ha
hecho pedazos haciéndole pasar por los j)a ra-
jes mas estrechos. El tapir se domestica fácil-
mente, conoce á su amo y le sigue. Su carne es
basta, seca y de mal gusto; su cuero es fuerte
y sólido. Los Españoles han llamado al tapir la
gran bestia.
Los bosques de las regiones cálidas sirven
de madriguera á los aluates, a los coaitas, á los
micos y á un gran número de monos. Estos
forman la caza mas buscada de los pueblos sal-
vajes. Cuando no son cazados ni perseguidos,
no manifiestan temor alguno al acercarse el
hombre; y por esta seña conocen los salvajes,
cuando van á descubrir tierra, si el pais que
visitan es nuevo ó ha sido frecuentado por
hond)res. En el curso de la navegación por el
Amazona^ La Condamine vio tan gran número
1
30 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
de monos y oyó nombrar tantas especies, que
renunció á hacer su enumeración. Los hay,
dice, tan grandes como un lebrel, y tan peque-
ños como un ratón, es decir, mas pequeños
que los tilles, y difíciles de domesticar, cuyo
pelo es largo y lustroso, ordinariamente casta-
ño, y á veces mosqueteado de leonado. Tienen
la cola tan larga como dos veces el cuerpo,
la cabeza pequeña y cuadrada, las orejas pun-
tiagudas y salientes como los perros y gatos, y
no como los demás monos , con los cuales guar-
dan poca semejanza, teniendo mas bien la traza
y el aire de un león pequeño.
El jaguar, el gonguar, el chibicalu , el aira,
el yaguarundí, el ocelote y otros animales fero-
ces hacen la guerra á los cabieles, á los agu-
tis, á los pacas y á los mirmecófagos. Vese
también el pelarico, el tajasu, los tatos y los
perezosos, los didelfos ó semivulpejas, los cua-
tis y las zarillas. Muchos viajeros hablan de
estos nltimos bajo el nombre de zorras ó vul-
pejas hediondas.
El tato es llamado armadillo por los Espa-
ñoles. Este jabalí , animal del tamaño de un
conejo, está cubierto de un tejido escamoso y
duro, formado en el espesor de la piel; y con-
EN AMÉRICA. 'M
sisle en una placa sobre la frente, un grande
escudo situado sobre las espaldas, y compuesto
de pequeños repartimientos dispuestos por filas
trasversales en bandas de placas parecidas , pero
movibles, y cuyo número varía de tres á doce
según las especies, en un escudo sobre la gru-
pa, muy análogo al de las espaldas, y en ani-
llos mas ó menos numerosos sobre la cola. La
piel déla parte inferior del cuerpo está llena de
verrugas escamosas, de las cuales salen bastante
cantidad de pelos largos. Estas mismas verru-
gas tapizan también las cuatro piernas, pero en
estas se bailan mas aproximadas y mas escamo-
sas, de modo que los cuatro pies están ente-
ramente cubiertos de fuertes escamas. El tato
tiene el bocico bastante puntiagudo , las orejas
grandes, los ojos pequeños , las piernas cortas
y gruesas. Se esconde en gazaperas que se for-
ma él mismo. Algunas especies de tatos no sa-
len mas que de nocbe; y cuando sienten ruido
se refugian á sus madrigueras. Cuando se ven
perseguidos y no conocen medio de salvación
en la huida, recogen la cabeza y contraen todo
su cuerpo formando una bola. Viven de raices
y de insectos. Los Indios y los Negros encuen-
tran su carne escelente.
32 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
El perezoso, llamado también perico ligero
por ironía, para indicar su estremada lentitud,
es del tamaño de un gato. Su pelo es grosero y
tieso, seco, marcado de manchas blancas y bru-
nas. La escesiva lentitud de este animal llama
la atención de todos los viajeros. Tiene, dicen
estos, tanta aversión al movimiento, que no se
mueve de\ puesto en que se encuentra, hasta
que le acosa el hambre. Parece que no le asusta
la j^iesencia del hombre ni la de las bestias fe-
roces. Si se menea, cada movimiento va acom-
pañado de un grito tan lastimoso, que no se
puede oir sin esperimentar cierta sensación de
piedad y de horror á un tiempo. Tampoco me-
nea la cabeza sin dar las mismas señales de
dolor, el cual proviene al parecer de una con-
tracción natural de sus nervios y músculos.
Toda su defensa consiste en estos lúgubres gri-
tos. No deja, sin embargo, de huir cuando se
ve atacado por otros animales; pero huyendo
redobla los mismos gritos con tanta viveza,
que espanta ó perturba á su enemigo lo sufi-
ciente para que deje de perseguirle. Al pararse
continua gimiendo, cual si el movimiento que
lia hecho le hubiese causado crueles penas. An-
tes de volverse á poner en marcha, permanece
EN A31 ERICA. 33
inmóvil largo tiempo. Se alimenta de fruías
silvestres : cuando no las encuentra por tierra
sube á duras penas al árbol que \e mas carga-
do, derribando todas las que puede para evi-
tarse la molestia de volver á subir. Después de
haber hecho su provisión , se contrae en forma
de bola, y se deja caer del árbol para no tener
(|ue bajar; en seguida se queda al pie del árbol,
no moviéndose hasta que ha consumido todos
los víveres y la necesidad le obliga á buscar
otros.
El manato, a que llaman también pece buej^
sube por el rio de las Amazonas. LaCondamine
dibujó uno sobre el natural en San Pablo de
Omaguas. Dice con razón que no se le ha de
confundir con la foca; pero se equivoca lla-
mándole pez, supuesto que tiene la sangre ca-
liente. Encuentranse manatos, añade La Con-
damine, á mas de mil leguas del mar en la
Gualapa, Pastaca, etc.
Las aves de aquel ardiente clima son tantas
y de especies tan varias, que no se encuen-
tra viajero alguno que haya emprendido dar
una exacta descripción de ellas. Allí hechizan
la vista los tangaias, los cohbrís, los pájaros
moscas , los manakims , los jacamares, los aias
34 EL IVUEVO VIAJERO UNIVERSAL
y Otros papagayos, y una iofinidad de habi-
tantes del aire embellecidos con los mas ricos
plumajes.
Entre los aras puede ser contado el chicali
cuyas plumas están jaspeadas de rojo, azul y
blanco, y tan hermosas, que en ellas cifran los
Americanos su mas brillante adorno. Tiene el
canto del cuclillo, con alguna especie de mayor
tristeza en el sonido. Es una ave gruesa y larga
que siempre lleva la cola tiesa, y que se está
en los árboles, volando de uno á otro sin ba-
jar casi nunca á tierra. Alimentase de frutas :
su carne es negruzca, pero sabrosa.
Todas las singularidades de los volátiles pa-
lece se hayan reunido en el tucán. Su tamaño
es casi igual al de la paloma zorita; pero tiene
las piernas mas largas. Su cola es corta, abi-
garrada de azul turquí, de púrpura, de amari-
llo y otros colores, que forman el mas soberbio
contraste del nuindo sobre un bruno oscuro
que es el que domina. Tiene la cabeza escesi-
\amente voluminosa con respecto al cuerpo;
pero de otro modo tampoco pudiera sostener el
peso de su pico, que no bajaba de siete á ocho
pulgadas desde su raiz hasta la punta. La parle
superior tiene junto á la cabeza cerca de dos
Eiv A:\riiRicA.
3i
pulgadas de ])ase, y íbriiia en toda su longitud
una figura triangular cuyas dos superficies late-
rales están elevadas en forma de giba. La ter-
cera, es decir, la de delante sirve para recibir
la parte inferior del pico que se engarganta con
la superior: y estas dos partes, que son per-
fectamente iguales en su eslension como en
su proeminencia, disminuyen insensiblemente
hasta su estremidad, donde es tal la disminu-
ción, que forma una punta tan aguda como la
de un puñal. La lengua tiene la forma de un
canon de pluma. Es roja como todas las parles
interiores del pico, que reúne de otra parte en
su eslcrior los colores mas vivos que se ven
diseminados sobie las plmnas de las demás
aves, siendo ordiiiariamente amarillo en la raiz
lo mismo que en la elevación que se nota sobie
las dos caras laterales de la parte superior, y
formando en torno el mismo color una especie
de cinta de media pulgada de ancho. Todo
el resto es de un bello color de púrpura oscu-
ro, escepto dos rayas de hermoso carmesí que
se hallan á la distancia de una pulgada una de
otra hacia la raiz. Los la])ios, que se tocan
cuando el pico está cerrado, se hallan arma-
dos de dientes que forman dos mandíbulas á
3G EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
modo de sierra. Los Españoles han llamado
predicador á esta ave ; y la cansa de esto es otra
singularidad. Consiste, según Ulloa, enque ha-
llándose perchado en la cima de un árbol mien-
tras que mas abajo están durmiendo otras aves,
hace con su lengua un ruido que figura pala-
bras mal articuladas, por temor, se dice, de
que las aves de rapiña se aprovechen del sueño
de las demás para devorarlas. Por lo demás, los
tucanes ó predicadores se domestican tan fá-
cilmente, que después de haber pasado algu-
nos dias en una casa, corren á la voz del que
los llama para recibir lo que se les presenta.
Se alimentan dé frutas ; pero cuando domes-
licados comen todo lo que se les da. Conócense
varias especies.
El ave que los Españoles llaman gallinazo ó
gallinaza , porque se parece á la gallina, es de la
familia de los buitres. Su tamaño es casi igual
al del frailecillo, escepto que tiene el cuello mas
grueso, y la cabeza un poco mayor. Desde el
buche hasta la raiz del pico no tiene plumas:
este espacio se halla cercado de una piel negra,
áspera, escabrosa y glandulosa, que forma mu-
chas verrugas y otias desigualdades. Las plu-
mas que lo cubren son negras como dicha piel.
EN AMÉRICA, 37
pero de un negro que tira un tanto á bruno. El
})ico es bien propoicionado, fuerte y un poco
encorvado. Estas aves son familiares en las po-
blaciones y habitaciones. Los techos de las ca-
sas están líenos de ellas; dejando á su cuidado
el trabajo de limpiarlos. No hay animal que no
les sirva de pasto, y cuando les falta este ali-
mento, apelan á íoda clase de desperdicios;
tienen el olfato tan fino, que se supone que sin
otro auxilio buscan la carroña á tres ó cuatro
leguas de distancia, y no la dejan hasta haberse
comido toda la carne. Se ha notado que si no
estuviesen pobladas aquellas comarcas de tan
considerable número de gallinazos, la infección
del aire causada por la continua corrupción,
muy luego las hubiera vuelto inhabitables. Le^
Yantándose de tierra, vuelan con bastante pe-
sadez; pero en seguida se elevan tanto, que se
pierden de vista. En tierra caminan saltando
con una especie de estupidez. Sus piernas son
bastante proporcionadas : en los pies tienen
tres dedos delante y uno detrás. Las uñas son
cortas, débiles y romas. Para poder engullir
bien se ven obligados á hacer ciertos movi-
mientos con el cuerpo. Si los gallinazos se ven
acosados por el hambre y no encuentran cosa
2.
38 EL lYUEVO VIAJERO TNIVERSAL
que devorar, atacan al ganado que pace. Una
vaca ó un cerdo que tengan la menor lierida , no
pueden evitar el ser atacados por aquel mismo
punto. De nada les sirve revolcarse por tierra y
dar los mas fuertes gritos; pues aquellos insa-
ciables animales no sueltan presa : á picotazos
ensanchan de tal modo la lierida, que se hace
mortal.
Otros gallinazos, un poco mayores, nunca
salen de los campos. Su cabeza y una parte del
cuello son blancas en algunos, rojas en otros,
ó de ambos coloies. Encima del buche tienen
un collar de plumas blancas. No son menos
carnívoros que los anteriores. Se les da asimis-
mo el nombre de rejes gallinazos , no solo por-
que su numero es pequeño, sino también por-
que se pretende haberse observado que si uno
de ellos se arrima á una presa, los de la otra
especie nunca se acercan hasta que aquel haya
comido los ojos, primera parte que devora,
y se ha va retirado voluntariamente.
Los murciélagos son infinitos en toda la re-
gión cálida, y tan gruesos, que Waffer los
compara á nuestros palomos. «Las alas, dice,
son anchas y largas á proporción de este gro-
sor, y tienen garfios agudos en su articulación.»
EN AMÉRICA. 39
En la provincia de Cartagena su número es tan
iiHiienso al ponerse el sol, que se forman nu-
bes que cubren las calles. Se representan por
los viajeros como diestras sanguijuelas que no
perdonan á los hombres ni á las bestias. Como
el escesivo calor del pais obliga á tener abier-
tas durante la noche las puertas y ventanas de
los aposentos en que se duerme, entran en
ellos los murciélagos, y si alguno duerme con
los brazos ó los pies descubiertos, le pican la
vena con tanta sutileza, cual pudiera el mas
hábil cirujano, para chuparle la sangre que
sale.
Waffer nos da una descripción bastante cu-
riosa del carrosu, que sin duda es un boceo.
Es una grande ave de tierra, negra, pesada, y
del tamaño de una pava. La hembra no es tan
negra como el macho; sobre la cabeza tiene
un hermoso copete de plumas amarillas, que
mueve á voluntad. Su garganta es igual á la de
un pavo. Vive sobre los árboles, y se alimenta
de frutas. Los Americanos encuentran tanto
placer en su canto, que ponen un estudio par-
ticular en remedarlo; y muchos lo logran con
tanta perfección, ({ue el ave se engaña y les
contesta. Esta astucia sirve para descubrirlas.
40 EL IVUEVO VIAJERO UIVIVERSAL
Su carne, es alible aunque nn poco dura; pero
después de haberla comido, los Americanos
jamás se descuidan de enterrar los huesos ó
tirarlos á los rios, para que no sean presa de
sus perros, a los cuales creen que les comu-
nica la rabia tal alimento. Se conocen varias
especies de hocco, buenas todas para comer.
ÍNo seria de estrañar que los osos, los cuales
no habitan casi sino en los paises frios , y que
se encuentran en muchas montañas del Perú,
no se hallasen en los bosques del Marañon,
cuyo clima es tan diferente. Sin embargo, los
habitantes del pais hablan de un animal lla-
mado ucumari, que es precisamente el nombre
del oso en idioma del Perú. La Condamine no
pudo asegurarse de si es el mismo animal.
Los insectos y los reptiles son tan abundan-
tes en toda aquella región, que los habitantes
se hallan muy incomodados; y su vida se en-
cuentra muchas veces en peligro por las mor-
deduras de tales animales. De esta clase son los
centípedos ó cientopies, los escorpiones y las
arañas.
Las orillas de los rios y las costas están infec-
tadas de cocodrilos ó caimanes, á que también
llaman lagartos. Los gallinazos son los mas
EN AMÉRICA 41
crueles enemigos de los caimanes : buscan so-
bre lodo sus liuevos, y se los llevan con las
garras. Los caimanes se alimentan de pescado,
cogiéndolo con tanto arte como los mas bábiies
pescadores. Júntanse oclio ó diez, y se colocan
en la embocadura de un estero, de donde no
sale pez alguno que no puedan escoger; y mien-
tras forman el cordón a la entrada del canal,
otros se colocan en el otro estremo para dar
caza á todos los que se hallan en el intermedio.
El caimán no puede comer debajo del agua :
cuando tiene su presa, se levanta por sobre, y
pocoá poco la introduce en su boca, donde la
mastica para luego tragársela. Cuando estos
animales se ven acosados por el hambre, y el
pescado no basta para saciarlos a todos, aban-
donan la orilla del agua para diseminarse pol-
las llanuras contiguas. Los becerros y los po-
tros no están al abrigo de estas incursiones; y
cuando han probado su carne, se aficionan
tanto á ella que renuncian á la caza de los ríos,
aprovechando el tiempo de la oscuridad para
la de los hombres y bestias. Hay tristes ejem-
plos de su voracidad, sobre todo respecto de
los niños, que se apresuran á calar al fondo del
agua, cual si temiesen que sus gritos les pro-
42 EL NUEVO VIxUERO IIVIVERSAL
porcionasen socorro ; y después de haberlos
ahogado, se los comen en la superficie del
agua. Los que han llegado á gustar la carne
humana son los mas terribles. Entre los divei-
sos lazos que se les tienden para cogerlos (') ma-
tarlos, el llamado casonete es una especie de
anzuelo compuesto de un pedazo de madera
fuerte y puntiaguda por los dos estreñios", que
se cubre con hígado de algún animal. Se ata al
estremo de una gruesa cuerda atada en una
gruesa estaca por el otro cabo, flotando por la
superficie del agua. El primer caimán que lo ve
se lo traga ; pero como las puntas de la mader'a
le hieren las dos mandíbulas, se queda sin po-
der abrir ni cerrar la boca. Lo tiran entonces
hacia tierra; y si bien se lanza contra los que
están cerca, se divierten estos en irritarlo,
porque no puede ya causarles otro daño que
derribarlos por tierra.
Entre las serpientes hay pocas tan veneno-
sas como las corales, las serpientes de casca-
bel y las sauces ó de bejuco.
Las primeras tienen de cuatro á cinco pies de
largo sobre una pulgada de grueso. La piel de
su cuerpo está manchada de cuadrados rojos ,
amarillos y verdes , con toda la regularidad de
EN AMÉRICA. 43
un lablero de damas. Tienen la cabeza cliala y
larga, como las víboras de Europa. Sus mandí-
bulas están guarnecidas de dientes ó gancbos ,
cuya mordedura introduce en la berida un ve-
neno tan sutil, que ocasiona inmediatamente la
bincbazon general de todo el cuerpo. Corróm-
pese luego la sangre en todos los órganos ,
basta la estremidad de los dedos ; y saliendo
con violencia basta por estos, no tarda en sobie-
venir la mueite.
En el Viaje á nueva España se ba babla-
do de la serpiente cascabel.
Las serpientes sauces ó de bejuco son de
una especie muy numerosa. Tienen estos nom-
bres porque se parecen á la madera del sauce
en el color , y poi'que siempre se hallan pega-
das á las ramas de aquel árbol , del cual pa-
recen formar paite. Su picadura es siempre
mortal , por poco que se dilaten los remedios;
pero los bay de estos infalibles , y que son co-
nocidos de ciertos Indios, á los cuales recurien
ios Europeos. El mas seguro es la halnlla^ cu-
yas virtudes se lian indicado antes.
Ulloa no repara en asegurar que los mas for-
midables de estos reptiles jamás dañan si no
son atacados; que lejos de ser ágiles, se nota
44 EL ÍÍUEVO VIAJERO U:nIVERSAL
en ellos una lentitud á la que llama pereza; que
uno pasa delante de ellos veinte veces sin que
hagan el menor movimiento ; que a no hacer á
veces alguno para esconderse en las hojas , no
se distinguiría si están muertos ó vivos; y fi-
nalmente , que no hay peligro sino para los
que los pisan ó tienen la imprudencia de irri-
tarlos. En los paises que baña el Marauon , dice
Ulloa , que se encuentra una serpiente tan es-
pantosa por su longitud y corpulencia, como
por las propiedades que se le atribuyen. Paia
dar una idea de su grandoi", muchos dicen que
tiene la garganta y boca tan anchas , que se
engulle un animal y también un houibre ente-
ro. Pero lo mas estraño que se cuenta es que
en su aliento lleva una virtud tan atractiva ,
que sin moverse atrae hacia sí un animal
cualquiera que se encuenlie en puesto donde
pueda alcanzar este aliento. Se hace muy difícil
el creer en tamaña particularidad. Este mons-
truoso reptil se denomina en lengua del pais
yacumama^ que significa madre del agua ^ por-
que, buscando los lugares charcosos y húme-
dos puede ser considerado como anfibio. Todo
lo que puede asegurar Ulloa, después de muy
bien informado, consiste en que es de estraor^
EN AMÉRICA.. 45
dinaria magnitud. Algunas personas de crédito
le dijeron haber visto también este animal en
nueva España, y le hablaron de él por el mis-
mo estilo. Todo lo que le contaron de su gro-
sor concuerda con lo que se refiere de los del
Marañon, escepto tan solo lo de la virtud
atractiva.
Los habitantes de Panamá refieren dos sin-
gularidades sobre la naturaleza de las serpien-
tes. Es opinión general en la ciudad que los
campos vecinos producen una especie de ellas
que tiene dos cabezas, una en cada estremidad
del cuerpo, y que su veneno es tan peligroso
por una como por otra parte. Los matemáticos
de las dos coronas, durante su permanencia en
Panamá no pudieron ver ninguno de aquellos
maravillosos animales; pero, según la descrip-
ción que les hicieron , tienen unos dos pies de
largo, el cuerpo redondo como un gusano, de
seis á ocho líneas de diámetro , y las dos ca-
bezas del mismo grosor del cuerpo, sin apa-
riencia alguna de articulación. Ulloa se inclina
á creer que no tienen mas que una cabeza, y
que siendo todo el cuerpo de un grosor igual,
lo que parece bastante singular, los habitantes
habian inferido que tenian dos, porque no es
46 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
fácil dislingiiir la parle que merece reahiienle
el nombre de tal. Añaden que esta serpiente es
muy lenta en sus movimientos, y que es de co-
lor gris con manchas blanquinosas. Ceielíran
mucho también una yerba a que llanian yerba
del gallo ^ cuya aplicación pretenden que es ca-
paz de curar instantáneamente á un pollo ó ga-
llina á los cuales se haya cortado la cabeza,
respetando una sola vértebra del cuello. Los
matemáticos solicitaron en vano á los que ta-
les contaban que les enseñasen la yerba, pues
no pudieron conseguirlo, aun cuando decian
cjue era muy ¡común : de donde infiere aquel
autor que esto no seria mas que una farsa po-
pular , de la cual habla tan solo para evitar se
diga que ignora lo que se contaba en el pais.
Los centipedos ó ciento pies, de los cuales
está infestada por todas partes aquella región,
son de monstruoso tamaño. Llloa da la descrip-
ción de los que vio en Cartagena, donde pulu-
lan en las casas mucho mas aun que en los
campos. Su longitud es de dos tercios de ana;
y los hay también que tienen cerca de una ana
de largo sobre cinco á seis pulgadas de ancho.
Su figura es casi oval; toda la supeiíicie supe-
rior y lateral está cubierta de escamas duras ,
EN AMLr.lCA. 47
color musco, que lira á rojo, con articulación
que les facilita el movimiento. Esta especie de
cubierta es bastante fuerte para defender al
animal de todos los golpes. Para matarlo no
hay mas que darle en la cabeza. Es sumamente
ágil , y su picadura es mortal. Los remedios
prontos sacan de peligro, pero no quitan el
dolor , el cual dura basta que lian destruido la
malignidad del veneno.
Los escorpiones no son menos comunes que
los ciento pies. Se distinguen varias especies : ne-
gros, rojos, brunos y amarillos. Los de la pri-
mera especie se están en las maderas secas y
podridas; y los otros en los rincones de las ca-
sas y en los armarios. Su tamaño es diferente :
los mayores tienen tres pulgadas de largo, sin
collar la cola. Nótase también diferencia en la
caHdad de su veneno. El del negro se tiene por
el mas peligroso; pero si se subviene á tiempo,
no es mortal. La malignidad del de los otros se
reduce á causar calentura; a hacer compare-
cer en la palma de las manos y planta de los
pies una especie de entorpecimiento que se co-
munica á la frente, á las orejas, nariz y labios ; á
entumecer la lengua, y perturbarla vista. Este
estado dura uno ó dos dias , después de los
48 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
cuales se disipa el veneno insensiblemente, sin
que haya que temer ninguna resulta peligrosa.
Los habitantes del pais están persuadidos de
que un escorpión purifica el agua, y no tienen
escrúpulo en bebería aunque vean caer alguno
en ella. Están de tal modo familiarizados con
estos insectos, que los cogen con los dedos sin
miedo alguno, cuidando de cogerlos por la úl-
tima vértebra de la cola para evitar su picadu-
ra. Algunas veces les cortan la cola y se entre-
tienen en juguetear con ellos. Ulloa observa
que el escorpión puesto en un vaso de cristal
con un poco de humo de tabaco, se vuelve co-
mo rabioso, y que con su aguijón se pica la
cabeza hasta que se mata él mismo. Este espe-
rimento varias veces repetido le hace inferir
que el veneno de este animal produce en su
cuerpo el mismo efecto que en el de los
demás.
El caracol soldado, que se llama también
bernardo el ermitaño , es un crustáceo que
desde la parte media del cuerpo hasta la estre-
ñí idad posterior tiene el tronco en espiral y de
color blanquecino; pero por la otra mitad del
cuerpo se parece al cangrejo , así en gtosor co-
mo en la forma y disposición de sus palas. El
EN AMÉRICA. 49
color de esta parle, que es la principal, es
blanco-gris, y su magnitud dos pulgadas y me-
dia de ancho. No tiene cascara ni escamas , y
todo su cuerpo es flexible; pero para ponerse á
cubierto , tiene la industria de buscarse una
concha. Algunas veces la deja para buscarse ali-
mento, y cuando se \e amenazado de algún peli-
gro corre hacia el lugar en donde la ha dejado, y
entra en ella empezando por la parte posterior,
á fin de que la anterior cierre la entrada, y para
defenderse con las dos manos , de las cuales se
sirve como los cangrejos. Se dice que su mor-
dedura causa por espacio de veinte y cuatro
ó cuarenta y ocho horas los mismos accidenten
que la picadura del escorpión; pero puede du-
darse de tal aserto. Waffer dice que la cola del
bernardo es niuy buen alimento , y le atribuye
el gusto de una medula azucarada. Añade que
se nutre de lo que cae de los árboles, y que
cuando ha comido manzanillo, su carne so
vuelve venenosa. Según el mismo autor, el
aceite de estos insectos es un específico admi-
rable para las torceduras y contusiones.
Pero todas estas singularidades no pueden
compararse á la que se va á leer. Los habilan-
tes del pais habian contado á Ulloa que cuan-
50 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
do el caracol soldado crece en grosor hasta que
va no puede entrar en la concha que le servia de
habitación, va á la orilla del mar en busca de
otra mayor, y que mata al caracol cuya conclia
le conviene mas para alojarse en ella. Tal rela-
ción escitó en el matemático la curiosidad de
asegurarse de ello por sus propios ojos , y com-
probó todo lo que se ha referido insiguiendo á
él mismo, escepto lo de la picadura, porque no
tuvo por prudente hacer la prueba.
Los sapos se hallan en numero prodigioso
en toda aquella zona. Los que aparecen después
de haber llovido son tan gruesos, que los mas
pequeños tienen seis pulgadas de largo. Se aga-
zapan en las tierras blandas encima de las cua-
les haya suficiente tierra seca para ocultarlos.
Cuando llueve salen de sus gazaperas para ir
en busca del agua, que es como su elemento.
Así es que las calles y plazas de las poblaciones
marítimas se llenan de estos reptiles, cuya súbi-
ta aparición hace creeráalgunoshabitantes que
cada gota de lluvia se ha trasformado en un sa-
po. Si llueve de noche, su número es tan in-
menso, que forman en algunas partes como un
empedrado, no pudiendo dar un paso sin pi-
sar sapos. Acontecen mordeduras tanto mas te-
EN AMÉllíCA. 51
niibles j en cuanto estos odiosos animales, a
mas de su errosor son muv venenosos.
Hacen los viajeros una bellísima pintura de
las mariposas ; pero se halla una pésima com-
pensación de su belleza en la fealdad é imperti-
nencia de diversas especies de moscas, las
cuales forman como nubes en las savanas y
manglares , y hacen intransitables los ca-
minos.
Los zancudos son las mas gruesas; son pe-
queñitas y muy parecidas á los gusanillos que
roen el trigo. Siguen los mosquitos, que son
como los de España; y después los gegenes de
la hechura de una palomilla, no mayores de
un grano de mostaza grueso, y algo cenicientos.
Las mantas blancas son una especie de arador
tan diminuto, que se siente el ardiente esco-
zor de su picadura sin percibir lo que la
causa. Únicamente por los muchos que se ven
en el aire se conoce que son blancos , y de
aquí les \ iene su nombre. Las dos primeras es-
pecies causan una gruesa roncha , cuyo esco-
zor no se disipa hasta al cabo de dos horas.
Las otras dos especies no ocasionan roncha al-
guna, pero su picadura deja una comezón in-
soportable. Se puede decir que si el ardor del
52 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
sol hace los dias de aquel pais largos y tedio-
sos, esos crueles insectos no hacen las noches
nías divertidas. En vano se recurre á las mos-
quiteras contra los pequeños, si el tejido no
es inuy denso para que no puedan atravesarlo;
y en este caso se espone uno á sofocarse de ca-
lor. Los ataques de estos insectos llegan al es-
tremo de que una vela no puede mantenerse
encendida tres ó cuatro minutos fuera de un fa-
lol. Voltean en torno de la luz, y se precipitan
sobre ella de modo que la apagan luego.
: El nigua , llamado así en Cartagena', y cono-
cido en el Peni con el nombre de pique. ^ es tan
pequeño que casi no se percibe. Sus piernas
no tienen los resortes de las de las pulgas , lo
cual es un grande beneficio, pues según Ulloa,
si tuviese la facultad de saltar, no habria cuer-
po vivo que no estuviese lleno de ellos , y es-
ta raza haiia perecer las tres cuartas partes de
hombres [á consecuencia de los accidentes que
podria ocasionarles. Siempre se halla en el pol-
vo , sobre todo en los lugares poco limpios. Se
pega á los pies, a la planta de los mismos, y
hasta á los dedos. Taladra la piel con tanta su-
tileza , que se introduce en ella sin sentirlo, de
modo que no se conoce hasta que empieza á
EN AMERICA.
53
estenderse. Al principio no es difícil sacarle ;
pero cuando ha llegado á introducir la cabeza,
se agarra tan tenazmente que es preciso sacrifi-
car un poco de piel para hacerle soltar la pre-
sa. Si alguno no lo repara á tiempo, el insecto
se aloja, chupa la sangre y se hace un nido de
una túnica blanca y delgada, que tiene la for-
ma de una perla plana , agazapándose en aquel
espacio de modo que su cabeza y pies están
vueltos hacia la parte esterior para comodidad
de su alimentación , y la otra parte de su cuer-
po corresponde al lado interior de la túnica
para depositar allí sus huevos. A medida que
los pone, se ensancha la pequeña bolsa , y en
cuatro ó cinco dias tiene hasta dos líneas de
diámetro. Entonces es muy interesante sacai-
lo, ó sino revienta por sí y disemina una infi-
nidad de gérmenes parecidos á liendres, es de-
cir, otros tantos piques ó niguas que ocupando
muy luego toda aquella parte, causan mucho
dolor , prescindiendo aun de la dificultad de
desalojarlos. Penetra a veces hasta los huesos;
y cuando se consigue el librarse de semejantes
bichos , dura el dolor hasta que se hallan en-
teramente restablecidas la carne y la piel. Esta
operación es larga y dolorosa, consistiendo en
3
54 EL IVUEVO VIAJERO UNIVERSAL
separar con una aguja la carne que loca á la
Híeuibrana en que hay los huevos, lo cual no
es íacil hacer sin reventar la túnica. Después de
haber separado hasta los ligamentos mas j)e-
(¡ucños, se saca la bolsa, que es mas ó menos
gruesa a proporción del tiempo que ha perma-
necido en aquella parte. Si revienta, se debe
ledobíar el cuidado de arrancar todas las rai-
ces, y sobre todo de no dejar ai insecto [)rinci-
pal , pues volverla á poner anles de estar cer-
rada la llaga, y profundizando en la carne seria
mas difícil sacarlo. Se pone en el agujero un
])oco de ceniza caliente y ta])aco mascado.
Aunque el insecto no se haga sentir al tieuipo
de penetrar, al dia siguiente causa una come
zon ardiente y doiorosa, sobre todo en algunas
partes , como debajo de las uñas : el dolor es
menos vivo en la planta de los pies y donde la
piel es mas espesa. Se observa que el nigua ha-
ce una guerra cruel á algunos animales , sobie
todo al cerdo, al cual va devorando por grados,
V cuyas manos y pies se encuentran llenas de
huevos y agujeros después de su muerte.
No obstante la pequenez de estos insectos ,
se distinguen de ellos dos especies , la una ve-
nenosa, V la otra no. Esta se parece á las pulgas
EjV AMÉRICA. 55
por el color, y vuelve blanca la membrana
donde deposita sus liuevos. La otra especie es
amarillenta, y su nido de color de ceniza. Otro
de los efectos que produce cuando se aloja en
la estremidad de los dedos de los pies es causar
una inflamación muy ardiente en las glándu-
las de las ingles acompañada de agudos dolo-
res, cpie no terminan basta después de la estir-
pacion de los liuevos.
Las abejas de aquellas regiones no bacen su
miel sino en los troncos de los árboles , donde
los hidios meten su brazo para cogerla y lo sa-
can todo cubierto de aquellos animalitos, ([ue
nunca les pican. Se cree que no tienen agui-
jón, pero no ba podido comprobarse. Los Ame-
ricanos mezclan la miel con el a^ua sin otra
preparación, y forman un licor muy soso. No
bacen uso de la cera , valiéndose en su lugar
de una especie de madera ligera que les sirve
de bugía.
Toda aquella zona se baila infestada de bor-
migas, que son muy gruesas, tienen alas y pi-
can con viveza , sobre todo cuando entran en
las casas. Se evita el descansar al suelo en los
parajes que abundan de tales insectos; y los
ndios que viajan no se olvidan jamás de exa-
56 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
minar el terreno antes de colgar sus hamacas
en los árboles.
Todas las mercancías tejidas , las telas de li-
no, las ropas de seda, de oro y de plata tienen
oíros insectos por enemigos. UUoa cita uno
que hace en ellos los mas terribles destrozos.
Es el comegen , especie de polilla , tan rápida y
viva en sus operaciones, que en poco tiempo re-
duce á polvo el fardo de mercadería donde se
mete, sin desarreglar su forma. La taladra por to-
das partes con tanta sutileza, que no se percibe
liaya llegado hasta que se toca , encontrándose
entonces retazos y polvo en vez de tela ó ropa.
Este accidente es de temer sobre todo después
de la llegada de embarcaciones de géneros, los
cuales presentan larga presa al comegen. No se
ha podido encontrar otro preservativo que po-
ner los fardos sobre bancos altos cuyos pies
estén embadurnados de brea y apartados de
las paredes. Estos insectos , aunque pequeños,
pues á duras penas se les divisa, no necesitan
mas que una noche para echar á perder todos
los géneros de un almacén. De aquí es que en
el comercio de Cartagena es ya común especifi-
car entre las pérdidas cuya indemnización se
pide, la que puede temerse del comegen, sien-
EN AMERICA. 0/
do tan particular de aquella ciudad, que no se
\e en Portobelo ni en Panamá.
El mar abunda en peces de diversas espe-
cies : son dignos de atención los siguientes por
su singularidad.
El paracod es redondo y del tamaño de un
sollo grande, pero es mas largo. En ninguna
parte se encuentra tan bueno como en la costa
del Istmo. Sin embargo, se observa que hay al-
gunos parajes donde no lo pescan que no esté
envenenado. Waffer no sospecha otra causa
que el alimento que toman , pero dice haber
conocido muchas personas que murieron do
haberlo comido , ó que llegaron malas en tér-
minos de caerles el cabello y las uñas. Añade
que el paracod lleva consigo su contraveneno,
y es su espina del dorso que se hace secar al sol,
y luego se reduce á polvo muy fino. Una pulga-
rada de este tomada en un líquido cualquiera
cura al momento. Waffer hizo de ello una
prueba feliz. Le aseguraron también que para
distinguir los paracodos envenenados de los
que no lo son, basta examinar el hígado, y
que cuando es dulce no hay que temer, y cuan-
do amargo es peligroso.
Waffer llama ^«/á un pez quepodria equivo-
58 EL NUEVO VIAJERO UIV'IVERSAL
carse con la becuna ó espadón si su longilud
no se limitase á dos pies. Sobre el hocico , se-
gún dice , tiene un hueso del tercio de la lon-
gitud de su cuerpo. Nada á flor de agua casi
con la misma velocidad que vuela una golon-
drina , con saltos continuos, y su hueso es tan
puntiagudo , que á veces atraviesa las canoas :
su carne es excelente.
La del sulein es también muy buena : es un
pescado armado de púas, y de la longitud de un
pie.
Todos los sambalos están cercados de con-
chas. El que Waffer llama con el nombre de
concha es gmnde , torcido hacia dentro, plano
por la parte de la abertura que es proporciona-
da á su grosor , áspero en toda su superficie,
pero interiormente mas unido que el nácar de
perla cuyo color tiene. Contiene un pescado
muy cenagoso , que no se puede freir hasta
después de haberlo limpiado por mucho rato
con arena. También se le golpea mucho , por-
que tiene la carne dura, aunque de muy buen
gusto.
No hay ostras ni cangrejos de mar en la cos-
te del Istmo. Tan solo se ven entre las rocas al-
gunos cangrejos gruesos, á los cuales les faltan
EN AMÉRICA. 59
las dos grandes garras que son comunes en los
de mar.
Los Americanos de este pais pescan con
gi'andes hilados de corteza de maliot ó de seda
de yerba , los cuales se parecen á nuestras re-
des. En las corrientes rápidas y atravesadas de
rocas se echan á nado para seguir los peces , y
los cogen con la mano en sus guaridas. De no-
che tienen antorchas de la misma madera que
usan para alumbrarse , y manifiestan suma
destreza en cogerlos peces que se dirigen hacia
la luz. Su modo de guisarlo, consiste en sacar-
les los intestinos, y cocerlos en agua ó asarlos
sobre las ascuas; comiéndolos sin otra salsa que
sal del agua de mar, que ellos mismos hacen
por su evaporación sobre el fuego, y mucha
pimienta de la que les sirve de condimento
universal.
Al pasar de Panamá al Perú por Guayaquil ,
el viajero curioso se detiene de buena gana en
la costa de la punta de Santa Elena, para com-
probar lo que se cuenta de un caracol entera-
mente parecido á los de Europa. Este animali-
to se da por cierto que contiene la antigua
púrpura, la cual creian enteramente perdida
' algunos modernos. Esta especie de limaza es
60 i:l nuevo viajero universal
poco mas ó menos del tamaño ele una nuez.
Contiene un licor en.el que consistiría según se
supone, la verdadera púrpura de los antiguos,
y que parece no ser otra cosa que su sangre. Una
hebra de seda ó de algodón que se sumerja eii
él , toma muy luego un color tan vivo y fuerte,
que no se conoce lejía capaz de hacerlo desa-
parecer. Al contrario, se vuelve mas brillante, y
ni el poder del tiempo puede apagarlo. Lo usan
para teñir los hilos de algodón y de seda, y pa-
ra dar igual color a las ropas ya tejidas , como
cintas , encajes y otros adornos. Síguense di-
versos procedimientos para estraer aquel licor-
Unos matan al animal , y el modo consiste en
sacarlo de la concha ó cascara , ponerlo en se-
guida sobre el dorso de la mano, apretarlo con
un cuchillo desde la cabeza hasta la cola, y se-
parar del resto del cuerpo la parte en donde
está juntado el licor. Igual operación practican
en otros muchos , hasta haber recogido una
cantidad suficiente. Entonces reúnen todo el
licor, y no hacen mas que pasar por él el hilo
que quieren teñir. Pero el color no aparece de
repente, y se le distingue á medida que se seca
el hilo. Primeramente es un blanquecino que tira
á color de leche, luego verde, y finalmente púr-
EN a:mérica. 61
pura. Otros sacan el licor sin matar la limaza
ni sacarla de su concha; limitándose á compri-
mirla para que saque el humor con el cual li-
ñen el hilo. Después la vuelven á poner en la
roca en donde la cogieron, y la dejan el tiempo
necesario para restablecerse. Vuelven á coger-
la y la comprimen de nuevo, pero no sacan
tanto licor como la primera vez ; y desde la
cuarta en adelante, da ya muy poco. Si se con-
tinúan las compresiones, muere ; porque pier-
de el principio vital que ya no puede renovar.
En las cercanías de Para se observa un pes-
cado que se l\í\m[i puraque, cuyo cuerpo , co-
mo el de la lamprea , tiene un gran número de
agujeros , y á mas goza de la misma propiedad
que la torpedo. El que la toca con la mano, y
aun con un palo, resiente en el brazo una estu-
por dolorosa, y algunas veces, según dicen, se
cae.
Las tortugas del Amazona son muy buscadas
en Cayena como las mas sabrosas. Este rio
mantiene tortugas de diversas magnitudes y es-
pecies, en tanta abundancia, que solas con sus
huevos pudieran sufragar alimento para to-
dos los habitantes de las orillas. Hay también
loi'tugas de tierra que se llaman sabatis en
3.
62 EL iVUEVO VIAJERO UNIVERSAL
idioma del Brasil , y las cuales prefieren los
habitantes de Para a las otras especies. Todas,
y particularmente las últimas , se conservan
muchos meses fuera del agua, sin alimentación
sensible.
El orden de la naturaleza es allí muy favo-
rable á los hidios previniendo sus necesidades.
Los lagos y pantanos que se encuentran á cada
paso en las orillas del Amazona, y algunas ve-
ces muy adentro de las tierras , se llenan de to-
da clase de peces en el tiempo de las avenidas
del rio ; y cuando bajan las aguas, (juedan allí
encerrados como en unos estanques y reserv^a-
torios naturales, donde es muy fácil pescar-
los.
Muchos de los animales que viven en la re-
gión inferior y caliente se encuentran también
en la región superior y templada , igualmente
que en los paises fuera de la zona tórrida, cuyo
clima es parecido. Se ven allí algunas alon-
dras , el pecar ó tajasú , el ocelote , el ya-
guarundí, las nutrias, y los pequeños ciervos
mosqueteados. En esta zona y hasta 2.000 toe-
sas de elevación , habita un gran número de
ciervos, el pequeño oso de frente blanca, y los
lamas. No sin sorpresa se han encontrado asi-
EN AMÉRICA. 63
mismo colibríes á cerca de 1.800 toesas de al-
tura. Mas arriba aun se encuentran lamas, osos
y el cóndor.
En las montañas del Perú lliimnáas páramos,
es decir, las mas elevadas y estériles, el aire es
tan brusco , que en general no hay animales
que puedan morar allí de continuo. Sin em-
bargo, hay algunos cuya constitución se acomo-
da con aquel clima , y van allí á pacer las yer-
bas que les convienen. Tales son los ciervos, de
los cuales se encuentran á veces manadas en
los puntos mas elevados de aquellos desiertos,
y donde por consiguiente es mas insufrible el
aire. La caza de estos animales es un ejercicio al
cual son muy aficionados los habitantes del Pe-
rú. La confianza que ponen en el buen éxito se
funda en la bondad de sus caballos , los cuales
corren con tanta velocidad y con paso tan seguro
al través de las rocas y montañas , que la mas
cacareada ligereza de los Europeos es lentitud
en comparación de la de aquellos, himediata-
mente que ven un ciervo corren tras de él, sin
necesidad de incitarles á ello, y no paran la
carrera hasta que se halla cogido el ciervo.
Las aves que se encuentran en los páramos
pueden reducirse á perdices, y condores ó bui-
tres.
6Í EL ^UEVO VIAJERO UNIVERSAL
Las perdices del Perú no son del todo seme-
jantes á las de Europa : mas bien pueden com-
pararse á nuestras codornices, y no son muy
abundantes.
El cóndor es una de las aves mas grandes de
América; por el color y la forma se parecen á
los gallinazos , cuya descripción se ba dado ya.
Nunca se les ve en los lugares bajos; su mora-
da habitual es en las montañas, á 800 toesas
de altura. Se levantan cerniéndose basta la de
3.335 toesas ; luego descienden á veces de re-
pente basta la orilla del mar, recorriendo de
este modo en un instante todos los climas. En
las poblaciones pequeñas los domestican. El
cóndor es carnívoro ; y mucbas veces se lleva
los corderinos de en medio de los lebaños cpie
pacen al pie de las montañas. Esta ave es mas
común en ciertos montes que en otros. Como
los ganados están siempre amenazados de su
rapiña, los naturales del pais le tienden lazos.
Para esto matan algún animal inútil, cuya
carne fiotan con el zumo de algunus yerbas
fuertes, y entierran para disminuir el olor de las
yerbas, pues se supone al cóndor tan suspicaz,
que sin esta precaución no llegaria ala carne. La
desentierran después, y acudiendo los condo-
EIV AMÉRICA. G5
res para devorarla, se emborrachan , según se
dice , en términos de quedar inmóviles. En tal
estado es ñtcil matarlos. También los cogen
junto á la carroña con redes proporcionadas á
su fuerza, la cual es tanta , que á veces con un
golpe de ala derriban ó estropean al que les
ataca.
El zumbador es un ave nocturna que no se
encuentra mas que en los páramos; la cual ra-
ras veces se ve, pero muchas se hace sentir
por su canto ó por un zumbido estraordinario,
del cual toma el nombre. Este ruido, que se de-
ja percibir á la distancia de mas de cincuenta
toesas , se atribuye a la violencia de su vuelo,
siendo aquel mas fuerte á medida que uno se
acerca. De rato en rato el zumbador da un sil-
bido bastante parecido al de otras aves noctur-
nas. Es del tamaño de la perdiz; sus plumas
son mosqueteadas de dos colores grises, el uno
oscuro y el otro claro ; el pico recto y propor-
cionado ; las narices mucho mayores que las de
las otras aves ; la cola pequeña, y las alas bas-
tante grandes. Los Peruanos dicen que exhala
su zumbido por la abertura de las narices; pe-
ro, aun cuando sea muy considerable, no pare-
ce bastante grande para ocasionar un ruido
66 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
tan fuerte , sobre todo en el momento en que
silba, porque á la vez hace una cosa y otra.
En las cañadas ó valles de los montes altos
donde las aguas forman grandes charcos, se ve
un ave llamada canelón por los habitantes del
país. Esta ave es el kamichi^ notable por cuan-
to en la articulación de las alas tiene dos espo-
lones que salen cosa de pulgada y media, y que
sirven para su defensa. El macho y la hembra
jamás van separados, ora vuelen, ora vayan por
la tierra. Esta última es su morada mas común,
puesto que no vuelan sino para pasar de un
valle a otro , ó para huir de sus perseguidores.
Se come la carne de esta ave, pasando por bue-
na aunque empiece á estar algo mortificada. Se
observan también en las partes menos frias de
las montañas, pero su figura es algo diferente :
tienen sobre la frente un cuernecito calloso y
blando, y encima la cabeza un pequeño co-
pete de plumas.
En la época del descubrimiento del Perú los
lamas formaban el único ganado que habia en
el pais. Este animal, llamado en varias relacio-
nes oveja de Indias , se asemeja menos á las
ovejas que al camello , pues tiene como este su
cabeza , su pelo y toda la figura del cuerpo, á
EN AMÉRICA. 67
escepcion de la giba. Es mas pequeño : aunque
tenga el pie hendido, su marcha es también la
del camello. Los hay negros, brunos, de mez-
cla y muchos blancos. Su altura es de unos
cuatro pies. Son bastante resistentes para lle-
var un peso de ochenta á cien libras; y así es
(jue los Indios se han servido de ellos como de
animales de carga. Comen su carne, que tiene
el gusto de la del carnero , pei'o un poco mas
desabrida. Estos animales son sumamente dó-
ciles y poco dispendiosos. Toda su defensa con-
siste en sus narices, de las cuales arrojan un
humor viscoso, que dicen produce la sarna en
los sujetos que toca; mas no parece cierta tal
aserción.
La vicuña, llamada también según algunos
paco, alpaca y alpaqiie. forma como se observó
en el Viaje al antiguo Perú, una especie dife-
rente del lama , al cual no obstante se parece
mucho. Es la mitad mas pequeña, y tiene una
lana fina y sedeña que cubre su cuerpo. La vi-
cuña habita, en manadas mas ó menos numero-
sas , las cimas m.as frias, mas desiertas é inac-
cesibles de la cordillera de los Andes. Su pasto
es el ichu ó pajón, planta que tapiza las locas
en medio de los hielos y nieves. Corre y se en-
C8 EL JfUEVO VIAJERO ÜMVERSAL
carama por aquellas rocas con tanta y mas lige-
reza que la gamuza. Sumamente tímida y astu-
ta, no permite que se le acerquen; pero los In-
dios logran sorprenderlas con cercas de cuer-
das, en las cuales las obligan á entrar persi-
guiéndolas , y hacen en ellas la mas terrible
mortandad para quitarles la piel. Su carne es
alible.
Los animales domésticos de Europa traspor-
tados a la América meridional se han allí mul-
tiplicado. Encüéntraseles desde la orilla del
mar hasta las regiones donde cesa el cultivo
por causa del rigor del clima, y donde solo
pueden subsistir los lamas.
Los bueyes y los caballos se han vuelto sil-
vestres. Las manadas de hueves se han licclio
tan numerosas en los países situados al sur y al
oeste de Buenos Aires, que muchas veces matan
al animal tan solo para aprovechar la piel. Los
perros, muchos de los cuales se han vuelto sil-
vestres, los coguardos y los jaguares destruyen
mas de los que se puede figurar. Se dice que los
coguardos no necesitan que les inste elliambre
para matar toros y vacas, que se divierten en
cazarlos , y que á veces degüellan diez ó doce,
comiendo solamente uno. Pero los mas ten i-
EN AMÉRICA. ()9
bles enemigos de estos animales son los perros.
Si los toros llegan á desaparecer un dia de
aquel pais , deberá sin duda atribuirse á los
peños , los cuales devorarán hombres cuando
no hallen bestias.
Los caballos se cogen con lazos ; son hermo-
sos , y su ligereza no desmiente el origen espa-
ñol. Los mulos no son menos comunes en el
Paraguay que en el Tucuman, de donde se ha
advertido ya que pasa cada año un gran número
al Perú. Estos animales son de mucha utilidad
en aquellos paises, en donde hay tanto que su-
bir y bajar, y á veces pasos sumamente peli-
grosos.
En el Paraguay se ven unas serpientes llama-
das cazadoras, que suben á los árboles para
descubrir su presa, y que tirándose sobre ella
cuando está cerca , la aprietan con tanta fuerza
que ni siquiera puede moverse y la devoran
\iva; pero cuando se han engullido los anima-
les enteros, se vuelven tan pesadas que no pue-
den menearse. Se añade también que no te-
niendo siempre bastante calor natural para
digerir tan enormes bocados, perecerían infali-
blemente si la naturaleza no les hubiese suge-
rido un remedio muy singular. Vuelven su
70 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
\ ¡entre de cara al sol, cuyo ardor lo hace en-
trar en putiefaccion; salen allí los gusanos, y
compareciendo también algunas aves, se llevan
todo lo que buenamente pueden. La serpiente
no se olvida de impedir que pasen deniasiado
adelante en la operación, y luego se restablece
su piel. Pero a veces, según dicen, sucede que al
restablecerse quedan inclusasalgunas ramas de
árboles sobre las cuales estaba echado el ani-
mal; pero no nos esplican el como se salva de
este nuevo apuro. Muchos de estos monstiuo-
sos reptiles viven de pescado; y el V. Mon-
toya , de quien se han sacado estos pormeno-
res, cuenta que cierto dia vio una culebra
cu va cabeza era del tamaño de la de un becer-
t/
ro , y que estaba pescando á la orilla de un rio.
Empezaba arrojando de su boca mucha espu-
ma en el agua; en seguida sumergia la cabeza
permaneciendo un rato inmóvil, y luego abria
de repenle la boca para engullir los muchos
peces que atraia la espuma. Otra vez, cuenta el
mismo misionero, que vio un americano de ta-
lla muy regular que estando cubierto de agua
hasta la cintura , ocupado en la pesca, fue en-
gullido por una culebra, y que esta lo restitu-
yó entero al dia siguiente. Tenia, dice, los hue-
sos tan machacados , cual si lo liiibiesen sido
eiilie dos ruedas de molino. Las culebras de
esta especie jamás salen del agua; y en los pa-
rajes rápidos, que son bastante frecuentes en
el rio de Paraná, se las \e nadar levantando la
cabeza, que tienen muy gruesa con una cola
muy anclia. Los Americanos pretenden que en-
geiidran como los animales terrestres.
En aquel pais los caimanes son de un tama-
ño prodigioso.
En algunos puntos de las mismas provincias
se ven camaleones de una especie muy singu-
lar ; pues se dice que tienen cinco ó seis pies
de largo, prescindiendo de que llevan consigo
sus pequeñuelos, y que siempre tienen la boca
abierta hacia el lado de donde viene el viento.
Añaden que es animal muy apacible, pero su-
mamente estúpido.
Los monos de aquel pais son casi del gran-
dor de un hombre. Tienen gran barba y la cola
nuiy laiga. Dan gritos espantosos cuando son
lieridos por alguna flecha; pero se la sacan y
la arrojan contra los que se la tiraron.
Las zorrillas son muy comunes en la parte
de Buenos Aires. Su pelo es agradablemente
variado. Nada hay mas agraciado que esteani-
72 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
mal : es tan familiar, que se acerca á acariciar
á los pasajeros; pero su orina, del mismo mo-
do que en las de las demás partes de la Amé-
rica meridional, es tan infecta que es preciso
echar al fuego todo lo que llega á mojar.
Aquellas vastas llanuras están habitadas de
agutis, pecares, aperas llamados sin razón co-
nejos, tatos y cuatis.
EN AMERICA. I ^>
^i :s.^. 3í.>.^:^:s«:3»^.3>.,3» s»,^« a« ■m.m.^-^-^ -^ <^ .^ ^ ^ -^ ^ ^ sj ^.^ <§{
CAPITULO II.
Noticia del Chimborazo j del Carguairazo.
Estos dos montes asombrosos, situado el
primero á veinte y cinco leguas y tres cuartos
al sur de Quito y á veinte y tres y un cuarto
casi al noroeste de Guayaquil, y el segundo a
veinte y dos leguas y media al sur del mismo
Quito y al nordeste del Chimborazo, pertene-
cian últimamente a nueva Granada. Pero con-
viene tratar aqui de ellos, ya por ser general-
mente conocidos como parte del antiguo Perú
y como una porción de los Andes , ya también
porque todas las montañas de la ximérica me-
ridional forman otro de los objetos mas impor-
tantes de la geografía , no solo á causa de las
muchas cimas que pueden contarse entre las
mas elevadas del globo, sino también por en-
cubrir un gran número de volcanes que ofrecen
las mas admirables y terribles escenas y ocul-
tan en su seno minas de inagotable riqueza.
Antes de erilrar en la descripción del Cliim-
borazo, conviene recordar que las cordilleras
de los Andes se estienden á lo largo por toda
la parte que tenian los Españoles en la Améri-
ca meridional , formando la mas pequeña uii
gran dique ó muralla , que dirigiéndose de
norte á sur sigue las costas del Grande Océano,
alejándose tan solo de estas regularmente de
diez á doce leguas.
Está coronada de una serie de montañas ,
ora situadas en el sentido de la gsande cordi-
llera, ora en dirección ti'asversal li oblicua,
conteniendo valles, ó estendiéndose en mese-
tas. Estrecha en su estremidad meridional ,
donde se puede decir que empieza en las pe-
queñas islas situadas al sur de la tierra del
Fuego ó cabo de Hornos, á los cincuenta y cinco
grados cincuenta y ocho minutos latitud sur,
se ensancha de golpe al noi te de Chile. Su ma-
yor anchura, que es de sesenta leguas, se halla
cerca del Potosí y del lago de Ti taca. Junto á
Quito entre el ecuador y á un grado cuarenta
y cinco minutos sur se halla su mayor altura.
En Popayan el gran dique se divide en ^mu-
chas cordilleras. Dos son las mas notables : la
una, sumamente baja, corre hacia el istmo "^
EN AMERICA. /J
Panamá; la otra se acerca ai mar de los Cari-
bes, cuyas costas meridionales sigue y aun pa-
rece que continua hasta la isla de la Trinidad
por medio de una sierra submarina.
El Ghimborazo, lo mismo que el Mont-Blanc
en los Alpes, forma la estremidad de un grupo
colosal. Desde esta cima hasta ciento y \einte
leguas al sur no hay otra que entre en la re-
gión de las nieves perpetuas.
En la pendiente septentrional del Chimbo-
razo, entre el mismo y el Carguairazo ó Carga-
\irazo , pasa el camino que conduce de Quito á
Guayaquil hacia las costas del océano Pacífico.
Por aquella parte se elevan unas cúspides de
fisfura roma cubiertas de nieves. En la llanura
de Tapia, desde la cual cerca de Riobamba
nuevo tomó Humboldt el diseño que está ad-
junto, el grupo de aquellos dos montes tiene
una altura absoluta de dos mil ochocientos no-
veinta y "n metros. De consiguiente, la cús-
pide del Chimborazo no escede la altura de
aquel llano, mas que en ters mil seiscientos
cuarenta metros ; lo que hace ochenta y cuatro
metros de menos que la elevación de las cimas
del Mont-Blanc sobre el priorato de Cha moni.
La cumbre del pico de Tenerife comparada
76 EL NUEVO VIAJERO UNJVERSAL
con el nivel de la población de Orotava es toda-
vía mas alta que el Chimborazo y el Mont-
Blanc sobre la llanura de Riobamba y el prio-
rato de Chamoní respectivamente.
Las montañas que pasmarian por su enorme
altura si estuviesen colocadas á la orilla del
mar, no parecen mas que colinas \istas desde
la espalda de las coixlilleras. A pesar de los efec-
tos de esta ilusión producida por la altura en
que están las mesetas de Quito, de Muíalo y de
Riobamba, se buscarla en \'ano cerca de las
costas ó en la pendiente oriental del Cbinibo-
razo paraje alguno que proporcionase una
vista tan magnífica de la cordillera como la
que se disfruta en el llano de Tapia. Hallándose
uno situado entre la doble cresta que foinian
las cimas colosales del Cbimborazo, del Tun-
guragua y del Cotopaxi, se encuentra todavía
en unos ángulos visuales de bastante altura,
los cuales se van trasformando rápidamente en
otros sumamente agudos á medida que uno se
acerca á los bosques que están al pie de las
cordilleras.
En el Cbimborazo y en el Carguairazo el lí-
mite inferior que se observa de las nieves per-
petuas está en una altura que escede un poco
EK AMÉRICA. 77
á la del Mont-Blanc, pues este colocado en el
ecuador no se cubrirla de nieves sino acciden-
talmente. La temperatura constante que reina
en aquella zona hace que el límite délas nie-
ves permanentes no presente las irregularida-
des que se observan en los Alpes y en ios Piri-
neos.
Por una pequeña y estrecha cresta que sale
del medio de las nieves en la pendienle meri-
dional, se esforzaron, no sin grandes riesgos,
Humboídt y sus compañeros á subir á la cum-
bre del Chimborazo, 23 de junio de 1802 ,
llevando con ellos los instrumentos cienííO-
cos hasta una altura considerable, á pesar de
hallarse rodeados de una densa niebla y suma-
mente incomodados por la grande raridad dd
aire. El punto en donde se detuvieron para
esperimentar la inclinación de la aguja mag-
nética les pareció que era el mas alto á que
hubiesen llegado los hombres por la espalda
de aquellos montes , pues escede de mil cien-
to la cima del iVIont-Blanc, á donde solo pudo
llegar el intrépido Saussure luchando con las
mayores dificultades. Tan penosas incursiones
escitan el interés general ; pero ofrecen casi
siempre un número demasiado corto de lesul-
4
78 EL NUEVO VIAJERO UINIVERSAL
tados útiles á las ciencias, á causa de que el;
viajero, aislado en un terreno cubierto de nie-
ves y respirando un aire muy poco favorable,
se halla en una situación en que los esperimen-
tos no pueden verificarse con toda la delicadeza
y precisión que son necesarias.
Las altas cumbres de los Andes ofrecen á la
vista tres formas principales diferentes.
Los volcanes que están todavía en activi-
dad, ó sea aquellos que no tienen mas que un
cráter de una anchura estraordinaria, presen-
tan unas montañas cónicas, con sus cúspides
truncadas mas ó menos distantes de súbase:
de esta clase son los de Cotopaxi , de Popoca-
tepec y del pico de Or izaba.
Los volcanes cuya cima está hundida por
una laiga serie de erupciones acaban en cres-
tas erizadas de puntas, agujas inclinadas, pe-
ñascos quebrados y queamenazan ruina. De es-
ta forma ha quedado el Altar ó Capac-Lrcu ,
montaña en otro tiempo mas elevada que el
Chimborazo, y cuya destrucción pertenece á
una época memorable en la historia física del
nuevo continente.
En la misma forma existe el Carguairazo,
destruido en gran parte en la noche del Í9 de
EN AMERICA. JJ
julio de 1G98 , en que su cumbre quedó aplo-
mada. Entonces se derritieron improvisameníe
las moles de nieve que lo cubrian, y despidió
también por sus lados entreabiertos torrentes
de aguas y otras materias cenagosas, que vol-
vieron estériles las campiñas circunvecinas.
Tan horrorosa catásírofe iba acompañada de un
terremoto, que en las poblaciones inmediatas
de Hambato y de Llactacunga sepultó millares
de habitantes.
Otra forma de las alias cumiares de los An-
des, la mas majestuosa de todas, es la del Cliiin-
borazo , cuya cúspide eslá en forma de cono
truncado y redondeada. El aspecto de las mon-
tañas de granito no ofrece mas que una débil
analogía comparadas con el Chimborazo, por
demasiado aplanadas.
De aquí es que desde las orillas del mar del
Suj-, después de las prolongadas lluvias del in-
vierno , cuando la transparencia del aire au-
menta súbitamente, se ve aparecer el Chimbo-
razo como una nube en el horizonte, separado
de las cumbres inmediatas y alzándose sobíc
loda la cadena de los Andes como la magnífica
cúpula de Roma moderna sobre los antiguos
liioiunnenlos que circuyen al capitolio.
80 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
La Condamine fue el primer naturalista que
visitó el Cliimborazo en 1745, acompañado de
Bouguer, don Juan de Ulloa y otros europeos.
Según élj tendria 22.540 pies sobre el nivel del
mar; al paso que en la opinión de Humboldt
llega a 23.450 pies sobre el mismo nivel y
13.097 sobre el llano de Quito. El punto de la
vertiente oriental en que tuvo que detenerse
Humboldt en su subida por haberse hallado
con un precipicio de 580 pies de ancho, exce-
dió de 4,067 pies al que había alcanzado La
Condamine.
El nombre de Cliimborazo no significa niei'e
de la otra orilla como este creia, sino nieve del
Chimbos.
El Carguairazo eleva su parte superior mas
allá del término de las nieves perpetuas, pero
se cultiva en sus faldas grande cantidad de ce-
bada.
La cima del Chimborazo está cubierta de
perpetuas nieves, á pesar de hallarse á 1 grado
47 min., 18 seg. lathud sur.
EW AMERICA. 81
CAPITULO III.
Clima del Perú. Terremotos.
Aunque los valles del Pera ofrezcan en las
orillas del mar arenales comparables á los de la
Arabia, disfrutan de una temperatura benigna,
á causa de los aires frios con que mitigan el ca-
lor las cordilleras.
La sierra, separada de los \alles por una faja
de eievadoscerros, presenta ya una estación mas
permanente de invierno, que sigue en casi toda
la serie de la costa de seis á veinte leguas de la
misma , terminando en la gran cordillera de los
Andes. Esta temperatura mas rígida y tempes-
tuosa es mas sana. Son también mas fecundas
las llanuras que abraza; las que mediante las
abundantes lluvias y la buena calidad del ter-
reno abastecen á las poblaciones de los líanos,
que con los frutos de estos solos no podrian
subsistir.
82 EL IVUEVO VIAIKRO UNIVERSAL
El país llamado Montaña Real, muy eslenso
y poco conocido, forma el fondo principal de
aquella parte de América ; pues el gobierno del
Peni ocupa solo el corto espacio de la costa y
sierra. Tiene la Montaña Keal por línea diviso-
ria de esta última la misma cordillera de los An-
des. Si bien penetraron en ella de mucho tiem-
po los misioneros, yacen en un total abandono
las raras é interesantes producciones de la na-
turaleza que necesai'iamente ha de contener.
El clima es menos cálido en Eima de lo que
deberia esperarse de los grados de latitud en
(jue está situada sobre aquel hemisferio. Em-
pieza la primavera á fines de noviembre ó
principios de diciembre, en que se deja ver el
sol después de los vapores que tienen cubierta
la atmósfera en todo el invierno. Viene después
el verano temperado con los vientos sures (lla-
mados asi aunque tiran un tanto al sudeste),
que corren siempre con poca fueiza en aquella
estación. Por el mes de junio ó principios de
julio entra el invierno y en seguida el otoño,
en cuyas épocas del año suelen pasar los sures
con mas fuerza, causando con su sutileza un
frió que es muy inferior al de los parajes en
(pie nieva ó hiela.
En AMÉRICA.. 83
Las dos causas a que dei>e atribuirse este
frió son el llevar aquellos vientos la impresión
del polo sur , y la neblina con que se cubre el
pais mientras dura el invierno, mediante las
cuales conservan los \ientos su temperatura
fVia en el dilatado espacio que han de correr.
Esta neblina se estiende no solamente por el
territorio de Lima, sino también por el de los
\ alies hacia al norte y la atmósfera marítima.
Mantiénese toda la mañana oscureciendo los
objetos, ordinariamente hasta las diez ó las on-
ce, en que sin disiparse enteramente empieza :i
elevarse, dejando cubierto lo restante del día
y de la noche. Se percibe solo algunas veces la
imáí^en del sol, v otras confusamente las estre-
lias.
A dos ó tres leguas de Lima se disipan mu-
cho mas los vapores desde el mediodía en ade-
lante , llegándose á descubrir el sol enteramen-
te. Así es que en el mismo puerto del Callao,
que dista tan poco de Lima, son mas benignos
y alegres los inviernos.
En esta estación solamente se convierten
las vapores en un rocío muy menudo, llamado
'a\\\ gama, que filtra con igualdad en toda la
tierra; con cuyo beneficio se cul)ren de verbas
84 EL NUEVO VIATI'RO UIV1VERSA.L
y flores hasta los cerros y lomas, áridos en lo
restante del año. Este rocío es muy menudo, y
no incomoda tanto que impida el tránsito á los
viajeros, á quienes solo humedece la ropa; pe-
ro su continuación y la ausencia del sol cubre
de lodo las calles de Lima.
Hay el fenómeno paiticular de no llover en
los valles del Perií , ó por decirlo mejor, de no
convertirse las nubes en aguaceros formales. Lo
han atribuido unos á la agitación continua en
(]ue tendi'ian hacia la misma dirección á los va-
pores los vientos sures siempre constantes y úni-
cos en todo el año , la que impediriala conden-
sación. Se ha dicho únicos , por serlo general-
mente en los valles; pues si bien algunas ve-
ces reinan vientos del norte, son tan impercep-
tibles que apenas mueven las veletas y las
grímpolas de las embarcaciones.
Otros han supuesto las causas de aquel fe-
nómeno en la fria temperatura de aquellos
vientos, que mantendría en un grado casi
igual la atmósfera en todo el año, en la abun-
dancia de las partículas salitrosas evaporadas
por aquellos mares y minerales, y en la falla
de actividad de los rayos del sol.
Otros por fin han observado : 1.° que hay
EN AMÉRICA. 85
ocasiones en que los sures calman totalmente,
y que entonces se siente un ambiente tenue de
la parte del norte , con el cual se forma la ne-
blina; 2." que en invierno corren los \ientos
sures cerca de tierra con mas violencia que en
verano; 3.° que aunque nunca se vea en el pais
de valks lluvia formal, hay las lloviznas menu-
das ó garúas , casi de continuo en invierno y
nunca en verano; 4." que siempre que las hay,
las nubes ó vapores, como sucede en todos los
países algo fríos, están pegados contra la tier-
ra, y la misma neblina es la que se convierte
en garúa, empezando con un ambiente húme-
do, hasta que condensándose mas y m,as se
distinguen las gotas menudas ; 5^ que los rayos
del sol producen en verano en todo el pais de
Valles un calor muy sensible, mayormente en
los terrenos arenosos , en que es vivo su refle-
jo y muy flojos los vientos, y de consiguiente
que si fuese fundada la primera opinión que se
ha indicado, cesando la agitación de los vien-
tos en su mayor parte en el verano, debería
entonces llover, al paso que muy al contrario
de esto ni las garúas son regulares en aquella
estación ; G"" que en el pais de Valles hay en
algunas ocasiones aguaceros formales, como
86 EL ]N'UEVO VIAJEPxO UNIVERSAL
en Cliocope, Trujiiío, Tiinibez y otros puntos,
siendo los \ientos también del sur y mucho
mas fuertes que ordinariamente; y 7"" que en
ias cumbres de los cerros y montañas elevadas
se siente correr el viento con mayor fuerza,
que inmediato á la tierra baja; infiriéndose de
aquí que las corrientes de aire tienen allí su
mayor velocidad á cierta altura de la atmósfe-
ra, pero no superior á aquella en que se for-
man las lluvias.
Atendidas todas estas observaciones, espli-
can el fenómeno los que sostienen la tercera
opinión diciendo que en el verano cuando
aquella atmósfera está mas enrarecida, levan-
tando el sol los vapores con el mismo estado
de raridad al llegar á las coirientes fuertes son
ajrebatados antes que puedan convertirse en
gotas, haciendo que el cielo este despejado y
claro; que en invierno, estando mas conden-
sada la atmósfera por la menor elevación per-
})endicular de los rayos del sol y siendo los
vientos mas frios, no pueden alzarse los va])o-
res con la prontitud que en verano , y además
no se lo permite tanto la coniente de la mayor
velocidad del aiie por estar mas cerca de la
tierra. Así pegados contra ella se convierten en
EN .v]Mi:rica. 87
la neblina , y juntándose mas fácilmente en un
espacio menos dilatado forman después la ga-
rúa, y luego la mayor actividad del sol propor-
ciona hacia al mediodía su elevación y el disi-
parse en las corrientes mas fuertes.
Prosiguen los de esta opinión que si algu-
nos de los vapores menos condensados, conti-
nuando su ascenso á pesar de las corrientes
recias, llegan á sobrepujar la región de estas ,
forman entonces un celaje elevado que se nota
en aquel pais cuando queda enteramente levan-
tada la neblina.
El haberse esperimentado aguaceros fuertes
y continuos en algunas ocasiones en Tumbez
y en otras poblaciones de aquella parte, debe
ati'ibuirse á circunstancias particulares. En
Chocopeal esperi mentarse imo de ellos, todo el
día estaba clara la atmósfera, y solo de las cin-
co de la tarde en adelante empezaba la lluvia y
la fuerza del viento. Las brisas tienen su ma-
yor fuerza en los paises en donde son regula-
res de la caida del sol hasta su salida, desde
diciembre en adelante. Así de esto como de
otros datos, es de creer que las lluvias de Cho-
cope serian en aquel mes que corresponde allí
al verano. Luego puede deducirse que las bri-
H8 EL INXEVO VIAJERO UNIVERSAL.
sas recaiarian contra los sures , dando ocasión
á condensarse los vapores.
Chocope está mucho mas distante de los
])untos hasta donde suelen recalar las brisas ^
(|ue Tumbez , Piura , Sechura y otras pobla-
ciones mas cercanas a la equinoccial. Así se es-
plica por esta opinión el que en estas últinjas
se vean lluvias con mas frecuencia.
Semejantes teorías no pueden estenderse
mas en una obra como la piesente , para suje-
tarlas á las reflexiones que ofrecen los conoci-
mientos físicos actuales.
JNo lloviendo casi nunca en Lima , tampoco
está sujeto aquel pais á tempestades. Por esto,
cuando sus moradores no han estado en la Ser-
cania, ó en otros parajes como Guayaquil ó
enhile , les causan por primera vez grande no-
vedad y terror los truenos y relámpagos. Es
digno de notarse que á treinta leguas al
oriente, ó menos, son al contrario muy comu-
nei los aguaceros y las tempestades, como en
Quito.
Hasta ios vientos son allí ordinariamente
moderados en todos tiempos , no sintiéndose
aun en lo mas riguroso del invierno con tanta
fuerza que incomoden. Los tan insensibles de
EN AMÉRICA. 89
norte que se han indicado antes, se esperi-
mentan regularmente en el invierno; y con
ellos empieza la neblina inmediatamente. Esta
ventolina se anuncia aun antes de condensar la
niebla, con indisposiciones de cabeza ó jaque-
cas que atacan á los moradores sin salir de sus
dormitorios.
Pero la mayor calamidad que sufre aquel
pais son los terremotos.
No siempre se suceden con la misma frecuen-
cia, ni son semejantes en duración, ni causan
igual trastorno; pero nunca se interrumpen
por tan largo tiempo que dejen tranquilos á los
habitantes. Muy al contrario de esto, cuando
han cesado por muchos años se teme la mayor
violencia y duración del que sobrevenga.
En 1742 hubo uno el 9 de mayo á las nueve
y tres cuartos de la mañana, otro el 19 del
mismo mes á las doce de la noche, otro el 27
á las cinco y treinta y cinco minutos de la lar-
de, otro el 12 de junio á las cinco y cuarto
de la mañana, y otro el 14 de octubre á las
nueve de la noche. En todos estos el arrebato
duró á lo menos un minuto, y casi dos en el de
27 de mayo, en que primero hubo un estreme-
cimiento grande y después otros pequeños has-
?)0 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
ta que cesaron del todo. A mas de estos hubo
aquel año otros temblores de tierra en los
tiempos intermedios, que no fueron tan sen-
sibles.
Desde que se establecieron allí los Españo-
les , se tiene noticia de haber sido los mas de-
sastrosos los siguientes :
En 1582, uno en que Lima no recibió el da-
ño que en otros posteriores ; pero Arequipa
quedó casi arruinada , por haber sido hacia
aquella parte donde parece que fue el princi-
pal movimiento.
En 1586, el 9 de julio, otro en Lima de
los mas notables, y del cual se hace en ella
conmemoración el dia de santa Isabel.
En 1G09, otro semejante.
En 1G30, el 27 de noviembre , otro que por
sus grandes estragos en la ciudad hizo temer
su entera ruina ; por cuyo motivo quedó en
aquel dia una festividad a nuestra señora del
Milagro.
En 1655, el 13 de noviembre, otro que ai-
ruinó los mejores edificios y muchas casas de
aquella ciudad. Los vecinos salieron á vivir
por muchos dias en los campos.
En 1678, el 17 de julio, maltrató otro consi-
EJf AMÉRICA. 91
derabieiiiente las iglesias , y redujo á ruinas
muchas casas.
En 1{>87, el 20 de octubre, uno de los ma-
yores. Empezó á las cuatro de la mañana, der-
ribando varias casas y edificios, en que sepul-
tó un crecido numero de gente. Sirvió esto de
aviso á ios demás moiadores para que pudie-
sen salir á las calles, plazas y otros lugares, en
donde á las seis de la mañana presenciaron un
segundo estremecimiento que hizo sucumbir
los edificios quehabian resistido al primero. El
mar se retiró sensiblemente desús orillas al se-
gundo estremecimiento ; y al volver á ocupar-
las con montes de agua inundó al Callao y otras
playas , ahogando á los que halló en ellas.
En 1697, el 29 de setiembre, hubo otro gran
terremoto.
En 1699, el 14 de julio otro considerable.
En 1725, el 8 de enero , uno que maltrató
muchos edificios.
En 1729, el 2 de diciembre, otro á la una de
la mañana, semejante al antecedente.
En 1690, 1734 y 1743, otros tres de menor
fuerza y duración.
En 1746, el 28 de octubre, á las diez y me-
dia de la noche, cinco horas y tres cuartos an-
92 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
tes del plenilunio, uno de los mas horrorosos.
Empezaron los vaivenes de la tierra en aquella
hora, y fueron tan violentos, que en poco mas
de tres minutos quedaron destrozados la ma-
yor parte de los edificios grandes y pequeños
de la ciudad, sepultando á los que no fueron
prontos á huir de las inmediaciones. Paió en-
tonces el movimiento, pero repitiéndose des-
pués se contaron cerca de doscientas nuevas
concusiones dentro de las primeras veinte y
cuatro horas, y cuatrocientas cincuenta v una
hasta el 24 de febrero de 1747, algunas sino de
tanta duración, á lo menos de no inferior es-
fuerzo al primer estremecimiento.
El presidio ó plaza del Callao sufrió igual rui-
na á la misma hora; y retirándose el mar lar-
ga distancia, como suele en semejantes ocasio-
nes, volvió á convertir con sus espaciosas en
un gran piélago la ciudad y tierras circunveci-
nas. Retrocedió otra vez desproporcionada-
mente; pero avanzando de nuevo, sobrepujó la
inundación á las murallas y edificios altos de
la plaza , dejando solo en pie un pedazo de mu-
ro en el fuerte ó baluarte de Santa Cruz. De
veinte y tres embarcaciones fondeadas en el
puerto, fueron sumergidas diez y nueve, y vaia-
EN AMIíRICA.. 93
(las en parajes de tierra muy distantes de la
playa las cuatro restantes, entre ellas la fraga-
ta de guerra San Fermín.
Ca vallas, Guayape y otros puertos de la mis-
ma costa sufrieron igual desgracia ala del Callao;
y una suerte semejante á la de Lima tuvieron
las villas de Chancay , Guarisa y los valles de la
Barranca, Supe y Pativilca. Los cadáveres des-
cubiertos en aquella ciudad el 31 del mismo oc-
tubre llegaron á mil trescientos; pero otras per-
sonas acabaron después sus dias faltadas debra-
zos ó piernas, ó estropeadas de otro modo en
medio délos mas vivos dolores. De mas de cua-
tro mil que se contaban en el Callao salvaron la
vida poco mas de doscientas , veinte y dos de
ellas en el lienzo de muralla que quedó sin des-
truir.
Al mismo tiempo reventaron tres \olcanes
en una montaña que está sobre Patas, llamada
Conversiones de Cajamarquilla y otro en Lua-
canas, inundando todos sus territorios inme-
diatos, como sucedió con el de Carguayrazo.
En 1764 hubo también otro terremoto.
En 1806 bubo igualmente otro de conside-
ración.
Y por ultimo, el de 30 de marzo de 1828
94 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
acabó con la vida de mas de mil personas, y ar-
ruinó la mayor parte de los edificios públicos
y casas particulares, dejando los restantes muy
tiastornados.
Además de estas desgracias lian formado los
temblores de tierra en varias partes grandes
hendeduras, sobre las cuales ha sido necesario
colocar puentes para conservar las comunica-
ciones. Una de las que dejó el de 174G tenia
tres cuartos de les^uade lar^o sobre dos metros
de ancho.
Estos terremotos van regularmente precedi*
dosde algunas señales. La principal consiste en
un estruendo que se siente correr por debajo
de tierra cosa de un minuto antes délas concu-
siones. Otra es el ladrido de los perros, que
siendo los primeros que lo perciben, empiezan
á dar estraordinarios aullidos, y el pararse las
bestias que van por las calles y caminos,
abriendo por instinto sus piernas para soste-
nerse mejor.
Algunos dias antes que se verificase el de
174G, se oyeron en Lima ruidos subterráneos,
unas veces como bramidos de toro, y otias co-
mo tiros de artillería; y continuaron aun des-
pués percibiéndose con el silencio de la noche,
EX AMIÍRICA. 95
como que todavía no liuÍ3Íese cesado la cansa
que los produjo. Es de notar que el Peni en-
cubre en abundancia salitre , azufre , sales , \ i-
tííolo y otras materias combustibles; y ([ue el
terreno, tanto en Quito como principalmente en
Valles, es esponjoso y hueco, dejando entre sí
muchos poros y concavidades, y corriendo sub-
terráneamente muchas aguas de los hielos que
se derriten de continuo en la Serranía. Asimis-
mo se ha observado que acaecen los terremo-
tos á la mitad del menguante ó del creciente
de la marea indistintamente, contra los que
opinaban que debían solo esperimentarse en
las seis horas del reflujo ó bajamar.
X\ primer anuncio de terremoto dejan los
habitantes sus casas con la mayor precipita-
ción en el modo que se encuentran, abando-
nándolo todo para salvarse en las calles y pla-
zas. Estas presentan entonces la escena mas
terrible y estraordinaria. El conjunto de perso-
nas vestidas del modo mas estravaganteótal vez
casi desnudas, la confusa gritería de niños, mu-
chachos , hombres y mugeres , los penetrantes
aullidos de los perros, el bamboleo y caída
estrepitosa de los edificios, y los altos clamores
de misericordia que se dirigen al Cielo, causan '
96 EL NUEVO VlAJEftO UNIVERSAL
un pavor tan grande que no es posible espli-
carlo. A este siguen por largo tiempo la turba-
ción , el espanto, el temor de que no se repita
la catástrofe, y el aguardar cuanto es dable an^
les de recogerse de nuevo en las casas.
EN AMERICA.
97
^Ss--3..^3B.¡p.>»^'»»>»3»«*»^»^»:^«S>« ^<<<<<«g-^<!Í'^-^^-<«í^<
CAPITULO IV .
Descripción f costumbres de la ciudad de Lima.
La ciudad de Lima, por otro nombre ciudad
de los Reyes, fundada el dia de la epifanía ó se-
gún otros el 18 de enero de 1535, por Francis-
co Pizarro, y desde entonces capital del Perú,
está situada á 12", 2', 34'' de latitud sur y á
mas de setecientos pies sobre el nivel del mar,
en un clima salubre, aunque muy cálido, en
el espacioso y ameno valle de Rimac, á una le-
gua y media de la embocadura del rio de este
noipbre, y á veinte y cuatro al sur de Quito. Ri-
mac significa el que habla^ por razón de un ído-
lo á quien los Indios ofrecían sacriñcios y por
medio del cual se daban respuestas. Este nom-
bre se supone corrompido por los Españoles
en el de Lima. Varía allí la aguja magnética 9°,
2' y medio al nordeste.
Lima es también la sede de un arzobispado
y la capital de la intendencia de su nombre y
98 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSM.
de la provincia ó distrito llamado Cercado de
Lima.
A la parte del norte tiene la cordillera de los
Andes á bastante distancia , de la cual se avan-
zan hasta el llano algunas colinas y cerros de
mediana altura. Los mas cercanos son el de
San Cristóbal de ciento treinla y cuatro toesas
de elevación sci^un Jorge Juan y La Condamine,
ó de ciento cuarenta y seis y un pie según el
P. Feuillée. Los Amancaes, aunque menos altos,
están á cosa de un cuarto de legua de la ciu-
dad. Al norte de ella corre inmediato el rio de
su nombre, que se estiende lo bastante en an-
chura y profundidad cuando recoge agua de la
sierra ; y así por esto como por la violencia de
su corriente, no se puede entonces vadear. Un
puente de piedra muy hermoso y ancho, con
un arco correspondiente á su arquitectuia en
el estremo, obra del virey Marques de Montes
Claros, sirve de entrada á la ciudad y de paso á
la plaza principal que está á poca distancia.
Las cúpulas , los campanarios y los edificios
públicos que se levantan á mucha altura y se
descubren desde lejos , una alameda con dos
hileras de árboles y \arios paseos inmediatos
guarnecidos de flores y olorosos arbustos, y un
EN AMÉRICA. 99
arco triunfal, aunque un lanío arruinado, que
forma la enlrada principal de la ciudad , pie-
senlaa á Lima bajo un punió de vista impo-
nente por la parle del Callao.
La plaza mayor , en medio de la ciudad, es
cuadrada y muy espaciosa^ de ochenta toesas en
cada uno de sus lados. Tiene en su centro una
magnífica fuente, obra del virey Conde de Sal-
vatierra, coronada con una estatua que repre-
senta la Fama. Toda ella y cuatro pequeños re-
cibidores que la rodean circularmenle son de
bronce, arrojando el agua en abundancia, la fi-
gura principal por su trompeta , y ocho leones
de la misma materia por sus bocas.
Al oriente de la plaza esta la catedral y el pa-
lacio del arzobispo, que dominan a toda la ciu-
dad, y cuyos principales fundamentos , las ba-
sas de sus colunas y pilastras, y la gran fa-
chada que mira al occidente, son de piedra de
cantería. En su interior imita la catedral á la de
Sevilla, aunque no es de tanta capacidad. Se
concluyó su reedificación el 8 de diciembre da
1758. Tiene un magnífico frontispicio, que ocu-
pado en su centro por la portada principal, es-
tá acompañado de dos torres. Una espaciosa
grada circunvalada de barandillas de madera
100 EL INTIEVO VIAJERO UNIVERSAL
bronceada y diferentes pirámides medianas,
que se levantan a pequeñas distancias, acaban
de hermosear la obra por aquella parte. .
Al norte de la plaza hay el palacio del virey,
hoy dia del gobierno ; y en él los tribunales ci-
viles, criminales y de hacienda, y la cárcel de
corte. Pero este edificio de gran magnificencia
quedó reducido con el terretiioto de 1687 á las
habitaciones bajas sobre un terraplén, que sir-
vieron después de morada á los vireyes y á su
familia.
Al occidente liacen frente á la catedral la ca-
sa de ayuntamiento al estilo chinesco, y la cár-
cel de la ciudad , (¡ne con otras casas de parti-
culares en la fachada del sur, son de un solo al-
to, y con su uniformidad, pórticos y desaiiogo
aumentan la hermosura de la plaza.
La ciudad forma como un triángulo, cuyo
lado mayor se prolonga por la orilla izquierda
del rio mil novecientas veinte toesas, ó sea dos
tercios de legua; y su altura, que es de norte
á sur , desde el puente hasta el ángulo opuesto
llega á mil ochenta toesas solamente. Está cir-
cuida de murallas de adobes de bastante an-
chura, obra del Duque de la Palata, bajo la di-
rección del ingeniero Pedro Ranion Flamenco;
EN AMERICA.
101
liácia 1685, nada regular en sus proporciones,
con treinta y cuatro baluartes sin terraplenes
ni troneras para artillería, para el solo objeto
de precaverse de cualquiera repentina invasión
de Indios. Hay siete puertas y tres postigos.
A la otra parte del rio Rimac se baila el arra-
bal de san Lázaro , muy capaz, el cual se babia
aumentado en pocos años á últimos del siglo
pasado.
Todas las calles de la ciudad y arrabal son
anchas y están á cordel y paralelas entre sí, for-
mando unas de norte á sur y otras de oriente á
occidente cuadras ó sea manzanas cuadrada de
casas de ciento cincuenta varas, que es el nu-
mero de que se entienden las cuadras en toda
aquella comarca. Las calles están empedradas
con guijarros redondos, ladeadas de aceras, v
atravesadas por acequias, cuya agua tomada del
rio algo mas arriba de la ciudad, pasa en su
mayor parte por conductos de bóveda y sirve
para la limpieza. En los últimos anos del siglo
pasado se suponía la ciudad de diez millas de
estension, trescientas cincuenta y cinco calles,
y tres mil seiscientas cuarenta y una casas.
Estas , aunque la mayor parte bajas y de un
solo piso, tienen un aspecto agradable, con bal-
5
102 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
cones al frente y son muy cómodas. Si bien es-
tán fabricadas con bajareques y quincha , y á
\eces de ladrillo, aparentan ser de otra materia
mas sólida por el grueso de sus paredes y cor-
nisas. Para resistir á los terremotos se fabrican
de madera, que se liga con la de los techos y se
Ibrra por dentro y fuera de cañas bravas ó de
cliagllas , y así dispuestas se embarran ó blan-
<]uean, pintando en forma de cantería lo que
corresponde a la calle. Se añaden luego las cor-
nisas y portadas de madera, á que se da un co-
lor de piedra. Los techos ó azoteas son llanos ,
sin mas defensa que la necesaria contra el sol y
el viento, puesto que nunca llueve con fuerza
«i abundancia, poniéndose una capa de barro
sobre el entablado que los forma de curiosas
molduras y labores. De este modo sigue el edi-
ficio el movimiento de los temblores de tierra,
y aunque se resienta en parte, no se arruina
con tanta facilidad.
Las cañas bravas son del grueso y largo de
las regulares de Europa , diferenciándose en
que son macizas, sin ningún vacío ó hueco en
sus aparentes cañutos , y en que forman una
especie de madera muy recia, flexible y poco
sujeta á corrupción. Las chagUas son unas va-
EN AMERICA. 103
ras fuertes y flexibles á manera de mimbres,
que del mismo modo que las cañas bravas , se
crian silvestres en los montes y orillas de los
rios. De unas y otras se componen las casas de
todas las poblaciones de Valles.
En los barrios retirados de la ciudad, al
oriente, sur y occidente y dentro de sus mu-
rallas hay huertas de toda especie de verduras ,
y árboles frutales, con la proporción del agua
de riego. Mucha parte de las casas principales
tienen también en su espalda patios ó jar-
dines.
La ciudad está dividida en cuatro cuarteles.
A mas de la catedral tiene cinco parroquias,
que son : el Sagrario , servida por tres curas ;
santa Ana y san Sebastian, por dos cada una ;
san Marcelo, por uno, y asimismo san Lázaro,
que se estiende á cinco leguas hasta el valle de
Caravaillo, y abraza las muchas y grandes ha-
ciendas de aquel territorio, en algunas de las
cuales sin embargo hay capillas. Existen además
dos ayudas de parroquia, que son San Salva-
dor, de la de Santa Ana y la capilla de los Huér-
fanos , de la del Sagrario, y otra parroquia de
hidios en el Cercado.
Kabia cuatro conventos de dominicos, que
í()\ EL NUEVO VIIJEIIO UXIVERSA.L
soHj la Casa grande, Recolección de la Magdale-
na , Colegio de santo Tomas para estudios, y
Santa Rosa; tres de franciscanos, esto es^la Ca-
sa grande, Piecoletos de nuestra Señora de los
Angeles ó Guadalupe, y Descalzos de san Diego
en el arrabal de san Lázaro ; tres de agustinos,
á saber, la Casa grande, San Ildefonso colegio
para estudios, y nuestra Señora de Guía que
servia de noviciado ; y tres de la Merced, esto
es , la Casa principal , el Colegio de san Pedro
Nolasco, y una Recolección con el nombre de Be-
lén. Antiguamente hubo seis colegios ó casas de
los jesuítas, que eran : San Pablo, colegio má-
ximo , san Martin, colegio de estudios para se-
culares; san Antonio, noviciado; la Casa profe-
sa , con la invocación de nuestra señora de los
Dolores ó los Desamparados; el Colegio dí^l
Cercado, curato de doctrinas para los indios ; y
el de la Chacarilia , para los ejercicios de san
Jonacio. Se contaban además un oratorio de
san Felipe Neri; un monasterio benedictino de
nuestra Señoia de Monserrate, (jue aunque era
de los mas antiguos, por la cortedad de sus
rentas no tenia de ordinario mas que un abad
que iba nombrado de España ; un convento de
nuestra Señora de la Buena Muerte de la reii-
EN AMÉRICA. í^'^
gioii de este lílülo, conocida en España con el
de Aííonizaiiles; otro de san Francisco de Pan-
la en el arra])al de san Lázaro, con el nonil)ie
de nuestra Señora del Socorro; otros tres (\c
hospilaiidad, á saber : de san Juan de Dios de
esta <)rden para convalecencia, dos de Betlenii-
[as, el uno la casa Casa grande estramuros pa-
ja servir de convalecencia a los Indios que se
curaban en santa Ana , y el otro dentro la ciu-
dad con el título de Incurables para los que })a-
decen enfermedades de esta naturaleza ; y oíros
nueve hospitales, cada uno con su parlicular
destino. La mayor parte , empero, de eslí?s
conventos, esceptuadas las casas grandes, eran
de corto número de individuos y de poca ca-
pacidad. En el dia parece que el numero de
conventos en Lima eran quince de religiosos y
catorce de religiosas, sin la Cbacarilla, en
donde muchas señoras van á pasar algunas se-
nianas de la cuaresma en ejercicios de leli-
gion.
Todas las iglesias, así de parroquias como
de conventos y capillas, son grandes, en parte
de piedra, y enriquecidas con pinturas y ador-
nos de mucho valor. Distinguíanse la de san
Pedro, de bellísima arquitectura, y la cale-
lOG EL A LEVO VIAJERO UNIVERSAL
dral , las de santo Domingo, san Francisco,
san Agustin , la Merced y la de los jesuilas.
Muchos aliares desde el pie hasta el remate
estaban cubiertos de plata maciza, labrada en
distintas especies de adornos. Las paredes de
los templos se vestían con ricas colgaduras de
terciopelo li otras telas de igual estimación ,
guarnecidas con franjas y flecos de oro y plata,
y estaban matizadas á trechos con alhajas so-
l)repuestas en vistosa simetría. Se veían en
ellas blandones de plata de seis á siete pies de
alto, ocupando todo el largo de la nave princi-
pal de la iglesia, y mesas realzadas de lo mis-
mo sustentando pebeteros , y haciendo juego
con ellas otras en sus claros, para peanas de
diferentes niños y figuras de ángeles. Los ador-
i]os ordinarios de las iglesias esceden á los
que en muchas ciudades de Europa se reservan
j)ara las mayores solemnidades. I^as custodias y
vasos sagrados brillan en oro, diamantes, per-
las y otras piedras preciosas ; y los ornamentos
son de telas de oro y plata las mas esquisitas y
costosas que allí se encuentran, con las franjas
y bordados correspondientes.
Los conventos principales son muy capaces
en su interior y habitaciones, de buena arqui-
EN AMERICA.
107
lecliii'a, con adobes en las paredes esteriores y
(j Hinchas y bajareques como el resto de la ciu-
dad. El de san Francisco solo ocupa una octava
parte de ella. Las iglesias están unas emboveda-
das de ladrillo y otras de quinchas y varios
frontispicios y principales portadas : colunas ,
capiteles , estatuas y cornisas son de madera
imitando perfectamente á la piedra. Se elevan
de estos edificios medias naranjas también de
madera muy hermosas , acompañadas de tor-
res de cal y piedra hasta la altura de una y me-
dia á dos toesas de ladrillo hasta el fin del pri-
mer cuerpo, y lo restante de maderaje figuran-
do cantería , rematando con una estatua ó figu-
ra en la cúspide alusiva á la advocación del
templo. Su altura, que en la de Santo Domin-
go era de cincuenta á sesenta varas, no cor-
respondía á su gran base, por motivo también
de los temblores de tierra y del mucho peso de
las campanas que en número y magnitud esce-
den á las de España.
Los conventos reciben agua de la que va en-
cañada á la ciudad para el abasto de sus mora-
dores , con obligación así las comunidades de
hombres como las de religiosas, de mantener
una fuente á la calle para el público , cuyo be-
108 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
iieficio aprovecha particularmente á las faiiii-
ilas poco acomodadas que no la tienen en sus
casas.
Esta descripción pertenece á lo que es Lima
en lo general; pues los terremotos hacen variar
con frecuencia su aspecto.
La población á últimos del siglo pasado se
calculaba de 52.627 habitantes, sin incluir los
que vivian en los pueblos y haciendas de las
cinco leguas de su jurisdicción , y otros que se-
gún la matricula ultima llegaban entonces á
10.283 personas. La suma de las de la ciudad
se formaba de 17.215 Españoles, 3.219 Indios,
8.960 Negros, y los demás mulatos, mestizos y
otras castas. Los Indios y negros abundaban
mas en el circuito de las cinco leguas.
En el año de 1828 se ha calculado su pobla-
ción de 80.000 habitantes; la vigésima parle
de Españoles y lo restante de criollos, esclavos
negros, cuyo numero es tanto como el de los
blancos, y gente de varios colores. En este nú-
mero de población se consideran 292 eclesiás-
ticos seculares y 1.700 regulares de ambos
sexos.
Los edificios públicos nías notables después
de los que se han mencionado, son la Casa de la
EN AMERICA. 109
moneda: la del anliguo tribunal de la Inquisi-
ción ; el Colegio que fue de los jesuítas, hoy dia
casa de espósitos; la Casa de ejercicios para los
eclesiásticos seculares; siete hospitales; una
plaza de toros de maderaje , pero espaciosa , y
un teatro. Se visita igualmente como objeto
digno de atención una iglesia pequeña edifica-
da por Pizarro, que los terremotos no han po-
dido destruir del iodo.
Entre las fannlias españolas habia como una
tei'cera parte de nobleza la mas distinguida. Se
contaban cuaienta títulos de Castilla, muchos
caballeros de las órdenes militares, y veinte y
cuatro ricos mayoiazgos. La casa de Ampuero,
(jue fue uno de los capitanes españoles que se
hallaron en la conquista, y casó con una coya
{') sea hija de la familia de los Incas , habia re-
cibido de los reyes de España \arios honores
y privilegios, y estaban entroncadas con ella
muchas otras de las mas ilustres de la ciudad:
cada de estas formaba una especie de pobla-
ción.
Habian \ivido en el siglo pasado con la ma-
yor opulencia, ser^ idas por un crecido número
de criados libres y esclavos , y ostentando un
aparato esterior de grandeza con magníficos
coches. 5.
112 EL NUEVO VIAJERO UNIVERSAL
cen con mas generalidad que en Lima las me-
jores ropas , á pesar de su escesivo coste.
Las mugeres se diferenciaban del traje de
España en el calzado, en la ropa interior de ca-
misa y fustán ó sea enaguas, en un faldellín
abierto', y un jubón blanco en el verano ó de
tela en el invierno. Algunas anadian un ajus-
ladorcillo al cuerpo, para que aquel quedase
mas suelto. Aunque compuesto este traje de
las mismas piezas que el de Quito, era mucho
mas costoso. El faldellín se ataba muy bajo , y
solo llegaba á la mitad de la pantorrilla. Allí
colgaba hasta poco mas arriba del tobillo la
punta de encajes finísimos que hacia el ruedo
del fustán , á cuya trasparencia se descubrían
los cabos de las ligas bordados de oro ó plata ,
y á veces con algunas perlas. El faldellín era de
terciopelo ó de otra ropa rica, con franjas en
todo el rededor y varios sobrepuestos con los
adornos mas esquisitos. Las mangas de las ca-
misas, que tenían de largo vara y media y dos
de vuelo, se guarnecían de un cabo a otro de
encajes, dispuestos en varias formas y alter-
nando las diferentes clases de labores. El ju-
bón que se ponían sobre la camisa llevaba
también una manga muy grande , que forma-
i^^C y '// /// r r/(' /'//r
t
■%,
EN AMÉRÍC.i. 1 í 3
Lh eii Jos hojas una figura circular. Todo él se
componía de tiras de encajes y de cambray ()
clarin coirespondieníe á la finura de aquellas,
alieinando entre cada dos de las primeras
una de las últimas. De la misma manera usa-
])an las mangas de camisa, cuando no eran es-
tas del mayor lucimiento. El cuerpo de ki ca-
niisa se sujetaba á las espaldas con unas cintas
que estaban al efecto en los costados de una
especie de corsé. Después \ol\ian sobre los
hombros las mangas circulares del jubón, y en-
cima las de la camisa : quedando de este modo
prendidas unas sobre otras, formaban en la es-
palda un follaje, como cuatro alas, que llega-
ban hasta la cintura. El jubón sin abrochar se
aseguraba también en la espalda. Las que usa-
]}an apretadorcillo ó almilla se lo cefíian al
cuerpo, poniéndose encima el jubón.
En el verano se cubren la cabeza con un ve-
lo largo , cuya tela y hechura era semejante á
la de la camisa y cuerpo del jubón, y una
yoíra de cambray ó clarin muy finos, ó después
de balista ó linón , guarnecidos de encajes.
Los unos se llamaban puestos al aire, y eran
los que prendían en todas las coíí turas por uno
de los cantos solamente 5 y otros-se ponian ai-
í\í EL NIEVO VIAJERO UNIVERSAL
temados con los lienzos finos, como en las
mangas. El rebozo de invierno era de bayeta ,
sencillo para denti'o de las casas ó muy guarne-
cido de sobrepuestos correspondientes á los
del faldellín.
Cuando sallan de gala con saya de montar,
los usaban también de bayeta, muy guarneci-
dos todo al rededor con tiras de terciopelo ne-
gro de una tercia ó poco menos de ancho. So-
bre el faldellin se ponian un delantal corres-
pondiente en todo á las mangas del jubón. Este
llegaba hasta el ruedo del faldellin.
Teniendo por objeto en estos vestidos las
mejores ropas únicamente la vistosidad , y
siendo tanta su profusión, nadie admirara que
una camisa de novia hubiese llegado á costar
mas de mil pesos.
La pequenez del pie es una de las circunstan-
cias que aprecian mas las mugeres de Lima, y
que echan de menos en las europeas. Era tal el
cuidado que ponian en estrechar el calzado á
sus hijas desde la niñez, que les llegaban á le-
ducir el pie en estremo, particularmente á las
de pequeña estatura. Los zapatos eran de he-
chura plana y casi del todo sin suela , porque
sehacian de un pedazo de cordobán, no mas an-
EIV A.MÉRICA. 1 15
olios ni menos redondos por un estremo que
por otro; pareciendo un número ocho prolon-
gado. Con el pie dentro quedaba empero una
figura mas regular. Usaban hebillas de diaman-
tes ú otras piedras , mas para adorno que para
asegurar el zapato, que no lo necesitaba. No
ponían perlas en ellos, aunque eran muy co-
munes en todos sus atavíos; pero anadian los
zapateros varios pespuntes y picados para dar
al pie mayor lucimiento. Los zapatos ordinarios
costaban peso y medio; pero siendo bordados
de oro ó plata ascendía su precio hasta ocho ó
diez, si bien se usaban poco de esta manera.
Era muy común el llevar medias finas de co-
lor y bordadas, ó con preferencia de seda
blanca sin adornos, para no disimular los de-
fectos de la pierna, objeto de crítica particular
en las conversaciones de aquellas mugeres.
Las Limeñas tienen ordinariamente el cabe-
llo negro, muy poblado y largo hasta mas aba-
jo de la cintura. Su peinado consistía en reco-
jerlo y atárselo en la parte de detras de la ca-
beza, dividido en cinco ó seis trenzas que ocu-
pasen todo su ancho ; atravesando después
una aguja de oro algo corta con dos botones de
diamantes, del tamaño de unas nueces peque*
116 EL INXEVO VIAJERO UNIVERSAL
ñas en los estreiiios, á c¡ue llamaban polizón. De
allí hacían que colgasen las trenzas. Los doble-
ces caían á la altura dal hombro en figura de
aros chatos, sin cinta ni otra cosa para oslen-
lar mas su hermosura. La parle superior de la
cabeza se adornaba con varios tembladores de
diamantes y unos pequeños rizos del mismo ca-
bello, que siguiendo las cejas encaracoladas les
bajaban desde sobre las sienes hasta la milad
de las orejas , como salicMilo naluíahiicnle del
mismo pelo. En las sienes se ponían dos par-
ches de terciopelo negro algo grandes cjue les
caían bastante bien.
Unos pendientes de brillantes con borlítas
negras ó polizones distintos de los de la aguja
de donde colgaban las trenzas, ricos collares
de perlas, rosarios para el cuello de cuentas
formadas también de perlas de varios tamaños,
sortijas y cintillos de diamantes, pulseras para
los brazos de las mas sobresalientes en calidad
y tamaño ; otras de diamantes engastados en
oro ó en tumbaga de pulgada y media ó mas de
ancho, cubierta de piedras, y por último una
joya redonda muy grande, sujeta á un cinturon
para ceñirse, y en la que no eran menos co-
munes los diamantes que en las manillas y de-
EN AMÉRICA. 1 17
mas aderezos, acababan de completar el asom-
broso lujo de las Limeñas. Una sola señora
veslida de gala había llegado á llevar encima
}for el valor de Ireinla á cnarenla mil pesos;
suntuosidad que arranca iágrimasá los viajeios
al compararla con la suerte de tantos pueblos,
(jue pueden apenas acudir á las necesidades
mas urgentes de la liumanidad.
Su necia profusión llegaba al estremo de
tratar con el mayor descuido todas estas galas.
Con la íVagilidad de las perlas y lo delicado de
los encages y aderezos se aumentaban por este
motivo increiblemente los gastos.
Para ir á la iglesia usaban del traje común
de manto y basquina de cola, y para los paseos
y diversiones de otro de basquina ó saya re-
donda y mantilla; andoos de gran coste por la
ropa, sobiepueslos y bordados de piala, oro (>
seda. Usaban del vestido de cola paiticular-
mente para las visitas del jueves santo; que se-
guían sin cubrirse acompañadas de dos ó cua-
tro negras ó mulatas esclavas, vestidas de uni-
forme á manera de lacayos.
Trajes de tanta ostentación han debido ne-
cesariamente moderarse con las épocas de me-
nos riqueza que han sucedido. Así es que en el
118 EL NUEVO VIAJERO UiYIVERSiL
dia se supone ser por lo común el vestido de
calle de las mugeres de Lima una saya de paso
muy corto y un manto, con el cual se tapan el
pecho y toda la cara menos el ojo izquierdo,
llevan al cuello un rosario de cuentas de éba-
no con una crucecita de oro, la cabeza adorna-
da de flores y un pañuelo de seda que les ciñe
el talle.
Las Limeñas tienen por lo general una me-
diana estatura, el color muy blanco, la tez lus-
trosa, ojos vivos, entendimiento claro y pers-
picaz, un agrado amable y respetuoso, mucha
discreción y aseo; y gracia é ingenio en la con-
versación. Se les ha tachado de una especie de"
altivez que no les permitiría poseer eii mucho
grado la subordinación de esposas ; pero en tal
caso saben acompañarla de una particular
complacencia con que sin \iolencia alguna do-
minan la voluntad de sus maridos.
Son muy amigas de las esencias olorosas. Se
ponian ámbar detras de las orejas y en otras
partes, en la ropa y alhajas y hasta en las mis-
mas flores. Destinaban para la cabeza las de
mejor vista y las mas esquisitas por su olor ,
para meterlas entre los dobleces de las mangas,
dando á sentir de esta manera un oloroso am-
EN AMi:f\ICA.. 119
bieiite á mucha distancia. La flor de la cliiri-
iiioya, apreciable por su fragancia y nada vis-
tosa es una de las mas preferidas. Cada mañana
piesentaba la plaza principal de Lima un gran
n limero de flores las mas bellas, y acudían allí
las señoras con sus calesas á gastar en ellas
muchas cantidades. Esta diversión atraia un
gran concurso de personas desocupadas de dis-
tinción.
Las demás clases de mugeres, hasta las mis-
mas negras, seguían en cuanto se lo permitían
sus haberes el ejemplo de las modas y lujo de
las señoras. No se las veia descalzas como en
Quito , antes bien procuraban imitar igual-
mente la estrechez de los zapatos para lograr
la pequenez del pie. Se presentaban también
aseadas, almidonadas y con sus follajes de en-
cajes. En la limpieza de sus casas se distingue
asimismo una notable prolijidad y esmero.
Los Limeños son muy aficionados á las cor-
ridas de toros , á la música y á los juegos de
naipes. Entre las mugeres de la gente común
no se oyen mas que canciones agudas y con
frecuencia buenas voces. Inclinadas á todos los
objetos de diversión lo son algún tanto al bai-
le. Las señoras se visitan muy poco entre sí;
120 EL NUEVO V'IATERO UNIVERSAL
pero desde la mañana á la noche admiten visi-
tas de hombres, á quienes reciben vestidas de
hijo.
La viveza natural en los dos sexos, el conti-
nuo trato con personas de calidades sobresa-
lientes cjue el comercio y los objetos de go-
bierno traian de Europa, y en particular la
costumbre introducida de tocarse en las reu-
niones puntos en que pudiese lucir la instruc-
ción y el ingenio , habian hecho ascender á Li-
ma á un grado de cultura bastante elevado.
Tienen aquellos naturales un genio brioso,
pero d()cil. Se saca de ellos mejor partido con
la dulz.ura que con la violencia. Los escar-
mientos hacen muy poco efecto en sus ánimos.
Son valerosos, pero no van en busca de lances,
ni son propensos á insultar. Los mulatos son
mas viciosos, altivos, inquietos y pendencieros
entre sí , aunque de sils riñas resultan pocas
desgracias. La nobleza era cortes, y obsequio-
sa sin límites con los forasteros, quienes apre-
ciaban el conjunto de circunstancias que la dis-
tinojuia. Las musreres son todas chistosas v de-
cidoras , de genio naturalmente alegre, risue-
ñas y complacientes.
RETURN CIRCULATION DEPARTMENT
TO—^ 202 Main Library
LOAN PERIOD 1
HOME USE
2
3
4
5
6
ALL BOOKS MAY BE RECALLED AFTER 7 DAYS
1 -month ioans may be renewed by calling 642-3405
6-month Ioans may be recharged by bringmg books to Circulaíion Desk
Renewais and recharges may be made 4 days prior to due date
DUE AS STAMPED BELOW
OCf f 1-,^ ••
"^' !38ü
i rj'' . ■ .■-
^'^RÍECEíVfeD S'\
.'■
OCT 6 b'bü
CIRCULATION DEP
r.
UNIVERSITYOF CALIFORNIA, BERKELEY
FORM NO. DD6, 60m, 3/80 BERKELEY, CA 94720
(H)s
YC179499
iiíílí!