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Full text of "El Nuevo viajero universal en América"

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UC-NRLF 


B  ^  oMí:,  ^^,s 


BERKELEY 

LÍTRARY 

UNIs'ERSITY  OF 
CALIFORNIA 


EL  NUEVO 


¥iíütMD  isia^ísai^a 


EN  Ax^iERICA, 


l^iótaria  ííe  uiajes  al  jícríi  moííínia. 

(^otiüeire  entre  otras  cosas  :  La  historia  natural  de  las  poscsioues  que  cou- 
(¡liistarou  los  Españoles  en  ia  América  Meridional  y  en  particular  del  Perú. 
Noticia  dil  Ch!mbora/.ü  t  tlol  Carguairazo.  El  clima  del  Perú.  Sus  lerreano- 
tos.  La  descripción  j  coslumbrcs  de  la  ciudad  de  Lirna. 

POR   ?J.   YE. 

COX    IJÜS    l.A,ML>'AS    FI>AS    l'ERrECTAMt?(TE    1LUMI:N AU.IS  , 
(¡iK-  ¡-«[ircstfiit;)!!   i'I  (Jhiiiihorazo  y  el  Carguaira/.o  t  trajes  del  Pera  modsnio. 


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BARCELONA. 

.MPRENTA    DE    A.    BERGxNES    Y    COMPAÑÍA. 
CON    LICE?ÍCIA.   DICIEMBRE,    1832. 


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-uo  L't  B  IIOJ3I1J  '  soiuj9jao  I  soiiCTOuH  sonuop|T; 
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oiib  ^miy  T?uuqos  ns  y  onb  OíuoiuitniSi'opianu  q 
lílianbií  opuuno  iiojiidisip  as  sajoiuai  sus  oS.icqma 
nis  íri?  lis  V.  JHuücImooi?  T^Taajoni  ou  oiib  i?(ia|aH 
Tíioouoo  uaia  -íuiiH  ajqod  uj  op  rsco  uo  uuüj} 
-na  u^ianA  ns  b  anb  H  '  uapp  l'i  b  ^qi  anb  ofip  uta 
-JJ  ojoTias  T?[  'líUüTiütu  T?[  jocl  ajuaTnSis  líip  ¡g 


'AI  OIÍIXI^VO 


•üsojapoclopox  pp  sofo  soj  b  0|qupB.iSí>  jos  np 
-ocl  sauoioac  sns  ap  OAqoui  p'  ts  jaA  i  '  jc.iqo  ap 
sajuu  ajclmais  JcuoTsoayaj  i?  ouasua  scj  a  '  pcp 
-laiiaj  ujinnj  ns  ap  sasuq  sb[  uiaaiqujsa  '  jujauaS 
ua  uíanpuoa  ns  ap  Fajaau  sujía  uoo  opucuiaoiai'^ 
•üjpy  aAai  uan  jod  aíuawujaAas  opcSpsca  asaiqnq 
sc[  is  anb  '  sciiuqos  sns  ajqos  ajuaipnaasü  setu 
oipimi  ounibpi;  'soíoajap  sns  T?Tpuajdaa  si?|  anb 
uoa  pupiAuns  c[  jod  aiuauíujup  uuí  opuisajmuui 
Biqcii  as  iiiAJí  Bjouas  \;\  ap  ujnuja?  uí  ouiod 
A  '  jojja  ns  osajuoo  une  L  oioouoaaj  Tjuaiají 

•JCjqo  aacq  aj  a[qi?jasiui  oasap  un 
o  '  uoisud  uun  jaaejspTJs  ¡a  ajuauíujos  anb  sujqna 

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Todos  los  ejemplares  de  esta  obra  vaa 
numerados  y  rubricados  para  los  efectos 
del  derecho  de  propiedad. 

97. 


EL  NUEVO 

EiV   AxMERICA  5 

ó    SEA. 

l5Í6toria  ííf  Diajfs  al  fJcrú  maírcrna. 

Contiene  entre  otras  cosas  :  La  historia  natural  de  las  posesiones  que  con- 
quistaron los  F.spañoles  cu  la  América  Meridional  y  en  particular  del  Perú. 
Noticia  del  Chiniborazo  y  del  Carguairazo.  El  clima  del  Perú.  Sus  tcrreiug- 
tos.  La  descripción  y  costumbres  de  la  ciudad  de  Lima. 

POK   M.   Y  E. 

COPÍ    DOS    LAMI.NAS    FINAS    PERFECTAMENTE    n,Ü.MI.\ADAS  , 

qiic  repreecntan  el  CLimborazo  y,el  Carguairazo  y  trajes  del  Perú  moderno. 


BARCELONA. 

IMPRENTA    DE    A.    RERGNES    Y    COMPAÑÍA. 
CON    LICFNCIA.    DICIEMBRE,     1832. 


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VIAJERO  UNIVEnSAI. 

en  América. 


CAPITULO  I. 

Historia  natural  de  los  paises  que  conquistaron 
los  Españoles  en  la  América  meridional  en 
general,  y  en  particular  del  Perú. 

La.  temperatura  de  un  pais  se  deteriiiiiia 
tanto  por  su  elevación  sobie  el  nivel  del  mar, 
como  por  su  distancia  del  ecuador.  Así  es,  (jue 
aun  en  las  regiones  situadas  entre  los  trópicos, 
conforme  una  comarca  esté  mas  ó  menos  ele- 
vada sobre  el  Océano,  su  clima  es  mas  frió  ó 
mas  caliente. 

En  el  mas  cálido  es  donde  crecen  las  pal- 
meras y  los  bananos,  el  yuca  ,  la  caña  de  azú- 
car, el  pimiento,  el  índigo,  el  aguacatero,  el 

1 

629 


G  EL    TÍUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

ananas,  el  calo,  el  guayabo,  el  algodonero,  el 
tamarindo  y  otros  vegetales  no  menos  dignos 
de  atención  ,  é  igualmente  muchos  aricóles 
cuya  madera  sirve  en  la  tintura.  Este  territorio 
se  eleva  hasta  quinientas  toesas  sobre  el  nivel 
del  Océano,  y  comprende  todos  los  paises  si- 
tuados a  la  orilla  del  mar  en  la  zona  tórrida. 

A  mas  del  coco  ordinario  se  encuentra  allí  el 
maca  ó  coco  del  Brasil,  que  es  común  en  el  ist- 
mo de  Darien  ;  está  coronado  de  una  especiede 
guirnaldas  ,  defendidas  por  puntas  largas  y 
punzantes;  el  centro  del  árbol  contiene  una 
medula  parecida  á  la  del  saúco;  su  fruto,  del 
tamaño  de  una  pera  pequeña,  crece  en  raci- 
mos, siendo  su  color  amarillo  al  principio  y 
rojizo  cuando  está  maduro;  cada  fruto  tiene 
un  núcleo;  la  carne,  aunque  un  poco  agria,  es 
grata  y  saludable.  Los  Negros  sacan  de  esos 
frutos  una  especie  de  gordura  con  la  cual  sa- 
zonan sus  alimentos. 

El  bibbi,  otra  especie  de  palmera  que  tiene 
este  nombre  del  licor  que  destila,  es  árbol  muy 
común  en  el  Istmo  y  en  el  continente;  sus  usos 
lo  hacen  sumamente  precioso  paia  los  hidios; 
tiene  el  tronco  recto,  pero  tan  delgado,  que  á 
pesar  de  su  altura  que  llega  liasta  setenta  pies  , 


T.^-    AMÉRICA.  7 

no  es  miiclio  mas  grueso  que  el  muslo;  está  des- 
nudo y  armado  de  aguijones  como  el  maca;  sus 
frutos  son  redondos,  de  color  blanquecino,  y 
del  tamaño  de  las  nueces.  Los  Indios  obtienen 
de  e'l  un  aceite,  sin  otra  operación  que  macha- 
carlo en  un  gran  mortero,  hacerlo  hervir,  y 
prensarlo  en  seguida,  despumando  el  líquido  á 
medida  que  se  enfria :  la  porción  superficial  que 
separan  constituye  un  aceite  muy  claro,  que 
mezclan  con  colores  con  los  cuales  se  pintan 
el  cuerpo.  Cuando  el  árbol  es  joven  ,  agujerean 
su  tronco  para  recogei',  por  medio  de  una  hoja 
arrollada  en  forma  de  embudo,  el  licor  que  lla- 
man bibbi  :  sale  á  gotas  de  bastante  volumen , 
y  su  gusto  es  bastante  agradable,  aunque  siem- 
gre  un  poco  agrio  :  lo  beben  después  de  ha- 
berlo guardado  uno  ó  dos  dias. 

El  manioque  presenta  un  tronco  recto  y  sin 
ramas,  hasta  setenta  pies  de  altura,  y  termina 
con  un  gran  numero  de  ra mitos  que  forman 
una  vasta  copa  piramidal;  su  fruto  tiene  la  for- 
ma de  una  pera;  algunos  se  ven  tan  gruesos 
como  la  cabeza  de  un  niño;  su  sabor  es  dulce, 
aromático  v  muv  í^rato.  1     j:' 

La  manzanilla  es  el  fruto  de  un  árbol  muy 
venenoso,  el  cual  por  lo  que  toca  á  su  frondo- 


8  EL    NUEVO    VIAJERO    TIVIVERSAL 

sidad  tiene  la  apariencia  de  un  gran  peiaJ.  Es 
muy  alto,  y  su  madera  tan  bien  vetada ,  que  se 
la  emplea  en  obras  de  embutido  :  no  se  la 
puede  cortar  sin  peligro,  pues  la  menor  gola 
de  su  jugo  produce  una  ampolla  en  la  paite 
([ue  toca.  Este  árbol  crece  en  las  orillas  del 
nuu'.  El  fruto  tiene  una  forma  esférica;  su  piel 
es  lisa,  de  un  verde  amarillento  y  rojizo;  se 
parece  muclioá  «na  manzana  de  api.  Esta  enga- 
ñosa apariencia  junto  á  un  olor  agradable  con- 
vidan á  comerla:  su  carne  esponjosa  y  blanda 
contiene  un  jugo  lechoso  y  pérfido,  que  desa- 
brido en  un  principio,  luego  se  vuelve  cáusti- 
co, y  quema  á  la  vez  el  paladar,  los  labios  y 
la  lengua. 

El  maho  crece  en  los  lugares  húmedos;  su 
corteza  es  tan  clara  como  el  cañamazo  :  si  se 
quiere  coger  un  pedazo,  se  desgarra  en  tiías 
hasta  lo  alto  del  tronco;  estas  liras  son  del- 
gadas, pero  tan  fuertes,  que  con  ellas  se  hace 
toda  especie  de  cables  y  cordaje. 

Los  calabacinos  son  unos  arbolitos  cuyos 
frutos  carnosos,  por  su  forma  y  grosor  son  bas- 
tante parecidos  á  nuestras  calabazas  silvestres. 
Varían  desde  dos  pulgadas  hasta  un  pie  de  diá- 
metro. Están  cubiertos  de  una  piel  lisa  y  del- 


EN    AMI-niCA. 


g.'ída,  y  son  aninrillo-verdosos.  De])ajo  de  dicha 
piel  hay  una  cascara  dura  y  leñosa,  que  con- 
tiene una   carne  blanda,   amarillenta,  de  un 
gusto  picante  y  de  olor  vinoso.  Con  esta  car- 
ne ó  pulpa  se  prepara  un  jarabe  muy  celebiado 
j)or  su  eficacia  contra  las  afecciones  de  pecho. 
i.os  Indios  han  sabido  aprovecharse  de  la  re- 
sistencia de  la  cascara  del  fruto  para  fabricar 
con  ella  diversos  utensilios  caseros,  como  va- 
sos,   sellos,    platos,    botellas,    cucharas,   etc. 
Pulimentan  la  coiteza,  la  adornan  con  muchos 
colores  vivos  preparados  con  la  goma  del  ana- 
cardo ó  caoba,  y  trazan  en  ella  figuras  de  soi'- 
prendente  ejecución  en  gentes  que  no  líenen 
idea  alguna  de  los  principios  del  dibujo.  En- 
cuentranse  también  en  estos  paises  calabazas 
de  yerba,  que  son   una  especie  de  calabazas 
silvesties  cuva  cascara  se  destina  áisjuales  usos 
que  la  del  calabacino. 

La  yerba  de  la  seda  es  el  yuca,  que  crece 
abundantemente  en  los  lugares  húmedos.  Su 
raiz  está  llena  de  nudos;  sus  hojas,  cu}a  for- 
ma es  parecida  á  la  de  una  hoja  de  espada, 
tienen  á  veces  una  ana  de  laigo.  Los  Indios 
coitan  esta  yerba  y  la  hacen  secar  al  sol,  ma- 
chacándola en  un  pedazo  de  corteza  para  redu- 


10  EL    KÜEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

cirla  íi  filamentos  ;  y  torciéndolos  en  seguida 
como  los  del  maliot,  forman  con  ellos  cuerdas 
para  las  hamacas  y  para  la  pesca.  Esla  especie 
de  seda  es  muy  estimada  en  Jamaica,  donde 
los  Ingleses  la  tienen  por  mas  fuerte  que  sus 
cáñamos  :  las  Españolas  hacen  con  dichos  fila- 
mentos unas  medias  que  venden  muy  caras,  y 
cordones  amarillos  con  los  cuales  se  adornan 
las  negras  de  las  plantaciones. 

El  árbol  palo  ligero  es  llamado  así  por  su 
mucha  ligereza,  aunque  tenga  el  grosor  del 
olmoj  su  tronco  es  recto,  y  la  hoja  se  parece 
mucho  á  la  del  nogal.  Los  Indios  tienen  otro 
árbol,  llamado  blanco-negro  en  su  idioma, 
cuya  altura  ordinaria  es  de  diez  y  ocho  á  veinte 
pies,  y  cuya  hoja  se  parece  á  la  del  sen :  la  ma- 
dera es  muy  dura,  compacta,  pesada  y  mas 
blanca  que  cualquiera  otra  de  Europa.  Tiene  el 
grano  tan  hermoso,  que  no  hay  0])ra  de  embu- 
tido en  la  cual  no  pueda  ser  empleada.  Este 
árbol  se  encuentra  en  el  istmo  de  Panamá. 

Los  mambiies  espinosos  crecen  como  las 
zarzas ,  y  hacen  impracticables  los  lugares  que 
están  cubiertos  de  ellos.  Los  mambues  huecos 
se  levantan  hasta  treinta  ó  cuarenta  pies  de  al- 
tura, teniendo  un  grosor  proporcionado.  El  tron- 


T:\    AMERICA.  1  I 

co  presenta  á distancias  unos  nudos  quecontie- 
nen  de  doce  á  quince  pintas  de  líquido.  Este 
árbol  se  emplea  para  vaiios  usos.  Sus  hojas  se 
])arecen  á  las  del  saúco.  Las  orillas  del  mar  en 
aquellas  regiones  ecuatoriales  están  pobladas  de 
manglares  ;  su  corteza  es  roja,  y  puede  servir 
para  teñir  los  cueros. 

Entre  los  mayores  y  mas  gruesos  árboles  de 
aquella  zona  se  cuentan  el  caobo  ó  anacardo, 
el  cedro,  el  balsamero  de  Cartagena,  y  el  árbol 
de  María  ó  calaba.  La  madera  de  los  primeros 
sirve  para  fabricar  las  canoas  y  los  champanes, 
especie  de  embarcaciones  que  emplean  los  ha- 
bitantes para  el  comercio  de  la  costa  y  rios.  El 
balsamero  y  el  árbol  de  María  destilan  un  licor 
resinoso  de  diferente  especie  ;  el  guayaco  y  el 
abenuz  ó  ébano  de  monte  tienen  casi  la  dure- 
za del  hierro. 

Los  bejucos,  plantas  sarmentosas  y  enreda- 
deras, son  muy  á  propósito  para  formar  atadu- 
ras :  otra  planta  enredadera  es  Xafabilla  cordi- 
J'olia,  cuyo  fiuto  se  llama  liahilla  ó  haba  de 
Cartagena.  Es  una  baya  gruesa,  esférica,  en- 
vuelta de  una  corteza  dura,  y  que  contiene 
tres  celdillas,  cada  una  de  las  cuales  encierra 
muchas  semillas.  Se  asegura  que  estas  semillas 


12  EL    NLEVO    VIAJERO    UJVIVERSAL 

son  el  mejor  antídolo  para  la  mordedura  de 
toda  especie  de  serpientes:  basta,  dicen  los 
viajeros,  comer  algunas  inmediatamente  des- 
pués de  la  lieiida  para  contener  al  momento  el 
curso  del  veneno,  y  desvanecer  todos  sus  efec- 
tos. 

La   sensitiva   es  muy  común  debajo  de  los 
áiboles  y  en  los  bosques. 

El  clima  de  esta  zona  es  demasiado  húmedo 
y   caliente   para  la    cebada,  el  trigo  y  demás 
semillas  de  esta  naturaleza ;  pero  se  coge  en 
abundancia  maiz  y  arroz.   El  maiz  sirve  para 
confeccionar  el  bollo ,  especie  de  torta  que  sus- 
tituye al  pan  en  todas  las  comarcas,  y  que  es 
])lanco,  pero  muy  insípido.  Las  patatas  ,  de  las 
cuales  el  camote  forma  una  variedad  muy  es- 
timada, y  los  ignamos,  que  sufragan  también 
¡)ara  el  alimento  de  los  habitantes,  las  papas 
y  los  guanábanos,  especie  de  corosol,  los  limo- 
nes y  cidras  de  muchas  variedades,  se  cuentan 
en  el  número  de  los  frutos  que  produce  aquel 
clima.  Los  hidios  independientes  cultivan  mal 
el  tabaco;  se  linntan  á  sembrarlo  en  sus  plan- 
taciones, y  abandonándolo  i\  la  naturaleza,  es- 
peran  que   este  seco  para   (juitarle  las  hojas, 
las  cuales  arioilan   en   cuerdas  de  dos  ó  ti  es 


EN    AMÉRICA.  13 

pies  de  largo,  en  medio  de  las  cuales  dejan  un 
agujero.  Cuando  algunos  quieren  fumar  jun- 
tos, uu  chiquillo  enciende  un  cabo  del  rollo 
y  moja  el  otro  para  que  no  arda  con  demasia- 
da rapidez.  El  fumador  introduce  en  su  boca 
el  cabo  mojado,  á  manera  de  pipa,  y  soplando 
por  el  agujero,  tira  el  humo  á  la  cara  de  los 
que  le  rodean  :  cada  cual  tiene  debajo  de  la 
nariz  un  pequeño  embudo  que  sirve  para  reco- 
ger el  humo  y  lo  respiran  por  espacio  de  mas 
de  media  hora. 

En  aquellos  paises  se  encuentra  el  queso  ó 
caiba,  de  que  se  habla  en  las  descripciones  de 
los  árboles  de  la  costa  occidental  de  África. 
En  la  parte  de  Guayaquil,  para  embriagar  á 
los  peces  se  valen  del  jugo  de  verbasco,  que 
al  parecer  es  una  especie  de  gordolobo. 

Describen  los  viajeros  con  el  nombre  de 
viahua  una  planta  cuyas  hojas  son  tan  grandes 
que  pudieran  servir  de  sábanas  para  una  cama. 
No  tienen  tallo;  su  longitud  es  de  cinco  pies 
sobre  dos  y  medio  de  ancho.  Las  hojas  son 
lisas ,  unidas  con  una  cortilla  ó  nervio  longi- 
tudinal de  cuatro  á  cinco  líneas  de  ancho, 
blancas  por  fuera  y  verdes  por  dentro,  y  están 
cubiertas  de  un  polvo  fino  y  viscoso.  Sh^vense 

1. 


14  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

de  ellas  para  construir  una  choza  de  repente, 
para  cubrir  las  casas,  y  para  trasportar  el  pes- 
cado, la  sal  y  todas  las  mercancías  que  quie- 
ren preservar  de  la  huniedad. 

En  esta  región  cálida  inferior  es  también 
donde  vegetan  las  liliáceas  mas  olorosas,  el 
cacto  y  diversas  plantas  salinas. 

Sobre  la  región  de  las  palmeras  empieza 
la  de  los  heléchos  arborescentes  y  de  la  quina. 
Los  primeros  cesan  á  ochocientas  toesas,  mien- 
tras que  las  otras  no  dejan  de  vegetar  hasta 
mil  cuatrocientas  cincuenta.  En  esta  región 
templada  crecen  los  melastomos  y  las  pasio- 
narias á  modo  de  árboles  tan  altos  como  las 
encinas  de  Europa;  el  lirio  de  Santiago  y  otras 
liliáceas  ;  ciertas  plasitas  cuya  flor  violada  y 
roja  se  lleva  la  admiración  de  todos;  un  sin 
número  de  otras  bellas  que  han  sido  aclimata- 
das en  Europa;  y  finalmente,  la  higuera  y 
otros  árboles  frutales.  La  tierra  está  cubierta, 
en  los  parajes  húmedos,  de  musgos  siempre 
verdes,  los  cuales  forman  á  veces  alfombras 
tan  brillantes  como  las  praderías  de  Europa. 

El  palmero  de  la  cera  crece  en  las  regiones 
templadas ;  casi  no  se  le  encuentra  en  las  lla- 
nuras;  no  empieza  á   manifestarse  sino  á  las 


EIS    AMERICA.  15 

novecientas  loesas,  y  se  le  observa  hasta  mil 
cuatrocientas  cincuenta  sobre  el  nivel  del  mar. 
Su  tronco,  dividido  por  anillos,  llega  á  la 
enorme  altura  de  ciento  sesenta  á  ciento 
ochenta- pies.  Sus  hojas  son  aladas,  las  hojue- 
las numerosas,  hendidas  en  su  punta,  lampi- 
ñas, plateadas  por  encima,  cubiertas  por 
debajo  de  una  sustancia  pulverulenta  que  se 
levanta  en  escamas  argentadas.  Las  támaras 
son  muy  ramosas ,  y  de  unos  tres  pies  de  lar- 
go. Del  tronco  de  este  árbol  se  recoge  una  ma- 
teria resinosa  muy  abundante,  que  se  hace 
derretir  con  una  tercera  parte  de  sebo  para 
formar  cirios  y  bugías. 

Las  encinas  no  empiezan  á  aparecer,  en  las 
regiones  ecuatoriales,  hasta  sobre  ochocientas 
setenta  y  dos  toesas.  La  caña  de  azúcar 
sale  bien  á  veces  á  mil  doscientas  cincuenta 
de  elevación.  El  cultivo  del  trigo  empieza  á 
quinientas  toesas ;  pero  no  está  asegurado 
hasta  doscientas  cincuenta  mas  arriba,  y  hasta 
mil  vegeta  con  lozanía. 

Los  otros  cereales  del  antiguo  Mundo  se  cul-^ 
tivan  también  en  esta  zona ,  en  la  cual  se  en- 
cuentran á  mas  los  árboles  ñ-utales  que  traje- 
ron allí  los  Españoles,  como  perales,  albérchi- 


16 


EL    NUEVO    VI/UERO    UNIVERSAL 


gos,  naranjos  y  otros.  INótanse  además  la  vid 
y  muchas  otras  plantas  interesantes. 

En  toda  la  provincia  de  Quito  se  da  el 
nombre  de  guabas  á  un  fruto  llamado  pacaes 
en  el  Perú ,  y  es  la  acacia  de  fruto  azucarado. 
Su  vaina,  de  unas  catorce  pulgadas  de  largo,  es 
de  un  verde  oscuro  y  esta  toda  cubierta  de  un 
vello  suave  pasando  la  mano  de  arriba  abajo,  y 
áspero  pasándola  en  dirección  contraria.  Sus 
cavidades  están  llenas  de  una  medula  esponjo- 
sa y  ligera,  y  blanca  como  el  algodón.  Esta 
medula  contiene  pepitas  negras  de  desmedido 
grandor,  y  que  dan  un  jugo  fresco  y  dulce. 

La  fresa  del  Peni  y  de  Chile  es  muy  dife- 
rente de  las  fresas  de  Europa,  no  solo  por  su 
tamaño  que  es  de  una  buena  pulgada  de  largo 
sobre  ocho  líneas  de  diámetro,  sino  también 
por  su  gusto  que  es  mas  aguanoso,  sin  que  por 
eso  sea  menos  agradable.  Así  es  que  contiene 
mucho  mas  jugo:  sin  embargo,  la  planta  no 
difiere  de  nuestros  fresales  sino  por  las  hojas, 
que  son  un  poco  mayores. 

El  oca  tiene  de  dos  á  tres  pulgadas  de  largo 
y  unas  seis  líneas  de  grueso  en  una  parte  de  su 
longitud,  pues  forma  diversos  nudos  que  la 
hacen  desigual  y  tortuosa.  Está  cubierta  de  una 


EN    AMÉRICA.  17 

pie]  delgada  ,  amarilla  en  algunas,  y  roja  en 
otras.  Esta  raiz  es  alible  y  tiene  el  gusto  de  la 
castaña,  con  la  diferencia  común  á  todas  las 
frutas  de  América,  que  es  el  ser  dulce.  Se  come 
cocida  ó  frita;  se  forman  con  ella  conservas  de 
azúcar  que  pasan  por  muy  deliciosas  en  aquel 
pais. 

La  quinoa  es  una  planta  cuyas  hojas  se  co- 
men como  las  espinacas  ó  la  acedera ,  y  la  semi- 
lla como  el  mijo  ó  el  arroz.  Con  su  semilla  se 
confecciona  una  cerveza  muy  agradable. 

La  famosa  planta  llamada  coca,  de  que  se  ha 
hablado  ya  en  el  Viaje  sobre  el  antiguo  Perú, 
y  que  en  otro  tiempo  era  particular  á  algunos 
de  sus  cantones,  es  hoy  dia  común  en  todas 
aquellas  provincias  meridionales ,  por  el  cui- 
dado que  se  toman  los  Indios  en  cultivarla. 
Revolviéndola  por  la  boca  hasta  que  deja  de 
dar  jugo,  les  sirve  de  alimento  todo  el  tiempo 
que  la  tienen  en  ella;  y  en  cualquier  trabajo 
que  estén  ocupados  no  desean  otra  refacción. 

Efectivamente ,  la  esperiencia  ha  compro- 
bado, según  algunos  viajeros,  que  esta  yerba 
los  vuelve  vigorosos.  Hácese  de  ella  gran  co- 
mercio, sobre  todo  en  los  lugares  donde  se  be- 
nefician minas;  pues  los  Americanos  no  pueden 


18  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

trabajar  sin  tal  alimento,  y  los  propietarios  de 
ellas  les  suministran  la  cantidad  que  desean, 
descontándoles  su  valor  del  importe  de  su 
jornal. 

En  el  Popayan  se  encuentran  árboles  de  los 
cuales  destila  de  continuo  una  especie  de  goma 
ó  resina  que  los  habitantes  llaman  rnaparnopa. 
Sirve  para  hacer  toda  especie  de  lacas  ó  bar- 
nices sobre  madera,  siendo  este  barniz  muy 
hermoso  y  tan  durable,  que  ni  por  medio  del 
agua  en  estado  de  ebullición  puede  ser  sepa- 
rado. 

En  los  páramos  es  donde  crece  la  contra- 
yerba,  famosa  pkuita  por  haber  sido  conside- 
rada como  un  remedio  seguro  para  toda  espe- 
cie de  envenenamientos,  y  como  una  panacea 
universal.  Se  levanta  poco  sobre  la  tierra,  pero 
á  proporción  se  estiende  mucho.  Sus  hojas  tie- 
nen de  tres  á  cuatro  pulgadas  de  largo  sobre 
poco  mas  de  una  pulgada  de  ancho,  espesas, 
felposas  por  fuera,  y  de  un  verde  pálido  :  por 
dentro  son  lisas  y  de  un  verde  mas  vivo.  De 
cada  yema  nace  una  grande  flor,  compuesta 
de  flores  mas  pequeñas  que  tiran  un  poco  á 
violado:  lo  que  se  usa  es  su  raiz. 

En  los  lugares  en  donde  no  crece  mas  que  el 


EN    AMÉRICA.  19 

junco  pequeño,  y  en  donde  la  tierra  no  es  ca- 
paz de  semilla  alguna,  se  encuentra  un  árbol 
que  los  habitantes  del  pais  llaman  quinoal^  y 
cuyo  aspecto  corresponde  á  la  aspereza  del  cli- 
ma. Es  de  mediana  altura,  frondoso,  de  made- 
ra fuerte,  y  la  hoja  es  también  espesa  en  toda 
su  longitud  :  su  color  es  verde  oscuro. 

El  mismo  clima  es  favorable  a  una  pequeña 
planta  que  los  Americanos  llaman  en  su  idioma 
bastón  de  luz.  Su  altura  es  de  unos  dos  pies. 
La  planta  consiste  en  varios  tallecitos  que  sa- 
len de  la  misma  raiz,  rectos  y  unidos  hasta  su 
ápice,  en  donde  echan  pequeños  ramos  de  los 
cuales  parten  hojas  muy  delgadas.  Se  corta 
esta  planta  casi  á  flor  de  tierra,  donde  su  diá- 
metro es  de  cerca  tres  líneas ;  la  encienden  ,  y 
aunque  verde,  da  una  luz  igual  á  la  de  una 
antorcha,  sin  exigir  otro  cuidado  que  separar 
el  carbón  que  va  haciendo  mientras  arde. 

La  algarroba  es  el  fruto  de  un  árbol  legumi- 
noso del  mismo  nombre;  con  el  cual  se  ali- 
menta toda  especie  de  ganados.  Es  blanqueci- 
na, y  entreverada  de  pequeñas  manchas 
amarillas.  Sus  vainas  tienen  cuatro  ó  cinco 
pulgadas  de  largo  sobre  unas  cuatro  líneas  de 
ancho.   Este  alimento  robustece  los  animales 


20  EL    IVUEVO    VIAJERO    UIN'IVERSAL 

de  carga,  engorda  los  bueyes  y  carneros  ,  y 
hasta  se  asegura  que  da  á  su  carne  un  esce- 
lente  gusto  que  es  fácil  distinguir. 

Se  ha  hablado  varias  veces  de  la  yerba  del 
Paraguay,  como  de  una  de  las  principales  ri- 
quezas de  los  Españoles  y  de  los  hidios  perte- 
necientes á  aquel  territorio.  Esta  yerba,  tan  cé- 
lebre en  la  /Vniérica  meridional,  es  la  hoja  de 
un  árbol  del  grandor  de  un  manzano  regular; 
su  gusto  se  parece  al  de  la  malva,  y  su  forma 
es  á  corta  diferencia  igual  á  la  de  la  hoja  del 
naranjo.  Tiene  también  alguna  semejanza  con 
la  hoja  del  coca  del  Perú;  pero  es  mas  estima- 
da en  el  mismo  Perú,  donde  se  trasporta  mu- 
cha cantidad  á  las  montañas  y  á  todos  los 
lugares  en  que  se  esplotan  minas.  Se  trasporta 
allí  seca  y  casi  reducida  á  polvo.  Nunca  se  la 
deja  mucho  tiempo  en  infusión ,  pues  volverla 
el  agua  negra  como  tinta.  El  caacuy  es  la  pri- 
mera yema  que  apenas  empieza  á  desplegar  sus 
hojas;  el  caamini  es  la  hoja  que  tiene  todo  su 
grandor,  y  de  la  cual  se  sacan  los  nervios  an- 
tes de  asarla:  las  hojas  asadas  se  conservan  en 
escavaciones  hechas  en  la  tierra  y  cubiertas 
con  una  piel  de  vaca.  El  caacuy  no  se  puede 
conservar  tanto  tiempo  como  las  otras  dos  es- 


EN    AMÉRICA.  21 

pccies,  cuyas  hojas  se  Iraspoilan  al  Tiiciinian, 
al  Peni  y  hasta  á  España:  con  dificultad  sufre  el 
ttasporte,  y  se  dice  que  esta  yerba,  comida  en 
su  lugar  natal,  tiene  cierto  amargor  que  no 
conserva  en  otra  parte,  y  que  aumenta  su  vir- 
tud lo  mismo  que  su  precio.  La  gran  fábrica  de 
esta  yer])a  se  halla  en  Villa  ó  nueva  Villa — Ri- 
ca ,  que  está  cerca  de  las  montañas  de  Maracain, 
situadas  al  oriente  del  Paraguay,  hacia  los  25*^ 
2í'  de  latitud  austral.  Muchos  Españoles  creye- 
ron encontraren  esta  yerba  mi  remedio  ó  un 
preservativo  para  todos  sus  males.  Todos  con- 
tienen en  que  es  aperitiva  y  diurética;  parece 
cierto  que  con  frecuencia  produce  efectos  muy 
opuestos  entre  sí,  como  procurar  el  sueño  á 
los  que  eslán  sujetos  al  insomnio,  y  desvelai*  á 
los  que  están  sumergidos  en  un  letargo,  y  ser 
nutritiva  y  purgante.  El  hábito  de  usar  de  ella 
la  hace  necesaria,  y  muchas  veces  con  dificul- 
tad puede  uno  limitaise  á  su  uso  moderado, 
aunque  se  asegura  que  el  esceso  de  ella  em- 
briaga y  ocasiona  la  mayor  j)arte  de  las  inco- 
modidades que  se  atribuyen  á  los  licores  fuer- 
tes. La  infusión  de  la  yerba  del  Pai-aguay  se 
llama  mate  en  el  Peni.  Este  licor  se  toma  en 
ayunas;  sin  embargo,  muchos  lo  beben  después 


22  EL    IS'UEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

(le  la  comida.  Puede  que  su  uso  sea  saludable; 
pero  el  modo  de  tomarlo  es  fastidioso.  Por  nu- 
merosa que  sea  una  reunión,  lodos  beben  por 
el  mismo  brocal  y  sucesivamente,  baciendo 
pasar  el  mate  ( 1 )  de  uno  á  otro. 

Encuéntrase  en  el  Perú  y  en  Cbile  el  moilé 
ó  pimiento  de  América :  cuando  se  desgarran 
sus  liojas  sale  un  jugo  lácteo  y  viscoso,  (|ue 
tiene  un  olor  medio  entre  la  pimienta  y  el  bi- 
nojo,  y  que  sale  á  saltos;  de  modo,  que  cuando 
se  ponen  sus  pedazos  en  el  agua,  reciben  á 
cada  instante  un  impulso  que  los  bace  variar 
de  lugar,  lo  que  admira  á  los  que  no  lo  saben. 
Rezuma  de  su  corteza  un  licor  resinoso  ó  go- 
mo-resinoso,  y  muy  odorífero,  que  se  con- 
creta al  contacto  del  aire.  Se  dice  que  la  corte- 
za seca  y  pulverizada  es  buena  para  fortificar 
las  encías  y  los  dientes,  y  para  deterger  las  úl- 
ceras. La  pulpa  de  los  frutos,  que  son  gomosos 
y  dulces,  disuelta  en  agua  forma  una  bebida 
muy  delicada  que  se  vuelve  vinosa  y  luego 
acida. 

Las  vides  del  Perú  y  de  Cbile  son  muy  pro- 
ductivas: se  pone  el  vino  en  vasijas  de  tieria  , 

(i)  Nombre  que  dan  también  al  vaso  que  contiene  el 
licor. 


E3r  A:>iÉmcA.  23 

Y  se  las  enibatlurna  con  una  especie  de  resina  , 
cuyo  gusto  con  el  de  la  piel  de  los  machos  ca- 
bríos de  que  se  sirven  luego  para  trasportarlo, 
le  da  un  sal)or  amargo,  parecido  al  de  la  tria- 
ca, y  un  olor  al  que  con  dificultad  puede  uno 
acostumbrarse. 

Los  frutos  de  Chile  se  producen  sin  mucho 
cultivo  :  allí  no  se  enjertan  los  árboles.  Sin  em- 
J)aigo  ,  la  cantidad  de  peras  y  manzanas  que  sé 
deben  tan  solo  ala  naturaleza,  hace  muy  difí- 
cil el  concebir  como  aquellos  árboles,  que  no 
eran  allí  comunes  antes  de  la  conquista,  han 
podido  multiplicarse  hasta  tan  escesiva  abun- 
dancia. Se  ven  campiñas  enteras  de  una  especie 
de  fresales  que  ya  se  han  descrito.  Los  campos 
están  llenos  de  toda  especie  de  legumbres,  al- 
gunas de  las  cuales ,  como  los  nabos ,  las  patatas, 
la  escarola,  etc.,  crecen  allí  naturalmente. 

Las  yerbas  aromáticas  de  nuestro  clima, 
como  el  pequeño  bálsamo,  la  melisa,  el  tana- 
celo,  la  manzanilla,  la  menta,  la  salvia,  cubren 
todo  el  terreno  :  distingüese  allí  una  pequeña 
especie  de  salvia  que  se  eleva  como  un  arbus- 
to, y  cuya  hoja  se  parece  un  poco  á  la  del 
romero.  Las  colinas  están  vistosamente  ador- 
nadas de  rosales  que  no  han  sido  plantados ,  y 


24  FL    NUEVO    VIAJERO   UNÍVERS  \L 

ia  especie  mas  iiuilliplicada  no  tiene  es])inas. 
Vese  también  por  los  campos  una  especie  de 
Jirioá  que  los  habitantes  llaman  Iiati:  encuén- 
transe  de  diferentes  colores,  y  de  los  seis  pé- 
talos que  componen  la  flor,  siempre  hay  dos 
amazoicados.  La  i-aiz  del  bulbo  de  esta  flor  da 
una  harina  muy  blanca,  de  la  cual  se  hacen 
pastas  de  confitura.  Cultívase  en  los  jardines 
la  dütíva  en  foi'ma  arborescente,  y  el  quincha- 
rnali,  especie  de  cipresillo   cuya  pequeña  flor 
es  amarilla  y  roja.  Hay  asimismo  una  infmidad 
de  plantas   medicinales  particulares  del  pais. 
Las  yerbas  de  tinte  no  son  menos  abundantes: 
tal  es  el  reilbon,  especie  de  rubia  que  tiene  la 
hoja  mas  pequeña  que  la  nuestra,  y  cuya  raiz 
hacen  hervir  para  teñir  de  rojo.  El  poqueíl  es 
una  especie  de  caléndula  que   tiñe  perfecta- 
mente de  amarillo.  El  añil  de  Chile  es  una  es- 
j)ecie  de  índigo  que  tiñe  azul.  La  tintura  negra 
se  hace  con  el  tallo  y  la  raiz  del  panqué,  cuva 
hoja  es  parecida  á  la  áel  acanto.  Cuando  el  tallo 
es  rojizo  lo  comen  crudo  para  refrescaise  :  es 
muy  astringente.  Hervido  con   el  maqui  y  el 
goulhiaz,   arbusto   del   pais,  da   un  hermoso 
tinte  negro  que  no  quema  los  tejidos  como  los 
de  Europa.  Esta  planta  no  se  encuentra  mas 


EN    AMERICA. 


9J^ 


que  en  los  lugares  pantanosos.  Los  bosques 
están  líenos  de  árboles  aiomálicos,  tales  eomo 
diferentes  especies  de  mirtos;  una  calidad  de 
laurel  cuya  corteza  tiene  un  olor  parecido  ai 
del  salsafras  ;  el  boldu  ,  cuya  hoja  despide  un 
olor  como  de  incienso,  v  cuya  corteza  tiene  un 
gusto  como  de  canela  y  es  el  canelo  drímico. 

El  licti  es  un   árbol  muy  común  en   Chile, 
cu  va  sombra  hace  abotarsfar  todo  el  cu 


er 


j)o  a 

los  que  duermen  en  ella.  Frezier  se  convenció 
de  ello  con  el  ejemplo  de  un  oficial  francés  ; 
pero  el  remedio  no  es  difícil.  Consiste  en  una 
yerba  llamada  pelboqui^  especie  de  hiedra  ter- 
restre que  se  machaca  con  sal ,  bastando  fro- 
tarse con  ella  para  hacer  desaparecer  la  hin- 
chazón. 

La  corteza  del  peumo,  en  decocción,  sirve  de 
mucho  alivio  en  la  hidropesía.  Este  árbol  da 
un  fruto  rojo  de  la  forma  de  aceituna;  su  ma- 
dera puede  servir  para  la  construcción  de  em- 
barcaciones ;  pero  la  mejor  del  pais,  para  este 
uso,  es  una  especie  de  encina  cuya  corteza,  lo 
mismo  que  la  de  la  carrasca,  es  un  corcho.  En  las 
cercanías  de  Valparaíso,  las  montañas  ,  aunque 
muy  secas  por  las  pocas  lluvias  ,  producen  mu- 
chas vei'bas  cuvas  virtudes  son  muv  celebra- 


2G  EL    :>rEVO    viajero   U?avi£RSAL 

das.  La  mas  famosa  es  la  cachalingua,  especie 
de  pequeña  centaurea  mas  amarga  que  la  de 
Fiancia  :  pasa  por  escelente  febrífugo.  La  vira- 
verde  es  una  especie  de  siempreviva  cuyo  in- 
fuso, según  asegura  un  cirujano  francés,  cura 
las  tercianas.  El  unoperquen  es  un  sen  del  lodo 
parecido  al  que  nos  viene  de  Levante.  La  alva- 
quilla,  llamada  cu/en  por  los  Americanos,  es 
un  arbusto  cuya  hoja  tiene  el  olor  de  la  alba- 
baca,  y  contiene  un  bálsamo  que  se  usa  nui- 
cho  para  curar  las  llagas  ;  su  flor  es  larga,  dis- 
puesta en  espigas  de  color  blanco,  que  tira  un 
poco  á  violado.  Otro  áibol  pequeño  llamado 
liahillo^  diíei'ente  de  la  habilla  del  Tucuman, 
no  es  menos  célebre  por  las  mismas  virtudes  : 
tiene  la  flor  de  la  retama,  la  hoja  muy  peque- 
ña, de  olor  fuerte  algo  parecido  al  de  la  miel , 
y  tan  llena  de  bálsamo,  que  es  entetameníe 
viscosa.  En  las  cercanías  de  Coquimbo  se  ^e 
una  especie  de  ceteiaque,  cuya  hoja  es  niuy 
i'izada,  y  cuyo  decocto  es  muy  celebrado  para 
purificar  la  sangre,  y  sobre  todo  para  restable- 
cer al  viajero  de  las  fatigas  de  una  larga  jorna- 
da. Se  cultiva  taml>ien  una  especie  de  calabaza, 
que  se  hace  emparrar  por  el  techo  de  las  casas, 
y  que  dura  un  año:  de  su  pulpa  se  confecciona 
escelente  confitura. 


EN    AMÉRICA.  27 

Alií  empieza  á  crecer  un  árbol  que  en  Chile 
no  se  encuentra  en  parle  alguna,  y  que  Fre- 
zier  cree  ser  particular  del  Perú,  y  le  llaman 
lúcumo.  Su  hoja,  dice,  se  parece  un  poco  á  la 
del  naranjo,  y  su  fruto  es  muy  parecido  á  la 
pera  que  contiene  la  semilla  del  floripondio. 
Cuando  maduro,  la  corteza  es  un  poco  amari- 
llenta y  la  pulpa  ó  carne  muy  amarilla,  á  poca 
diferencia  del  gusto  y  consistencia  del  queso 
íresco. 

iNo  se  debe  aquí  pasar  por  alto  la  observa- 
ción de  que  si  el  antiguo  Mundo  ha  dado  á  la 
zona  templada  de  la  América  meridional  el  tri- 
go, la  \id  y  diversos  árboles  frutales,  aquella 
zona  por  su  parte  ha  proporcionado  á  nuestro 
continente  muchos  vegetales  preciosos,  como 
la  cotufa,  el  mastuerzo  de  hidias  y  la  patata. 

Mas  arriba  de  la  zona  templada,  es  decir,  de 
mil  treinta  á  dos  mil  toesas  sobre  el  mar,  no  se 
encuentran  mas  que  plantas  bajas  parecidas  á 
las  de  los  Alpes  en  Europa  ,  muchas  de  las 
cuales  presentan  flores  muy  hermosas.  Mas  allá 
y  hasta  dos  mil  quinientas  toesas  no  se  ven 
mas  que  gramíneas.  Estas  plantas  desaparecen 
sucesivamente,  y  ceden  el  lugar  á  los  musgos 
y  iíípienes  que  cubren  la  tierra  y  las  rocas  has- 


28  EL    INTTEVO    VI.UERO    UNIVERSAL 

la  los  límites  de  las  nieves  perpetuas.  Algunas 
parece  que  se  ocultan  bajólos  hielos,  que  jamás 
se  deshacen. 

Encuéntrase  bajo  la  zona  cálida,  desde  el 
nivel  del  mar  hasta  quinientas  tocsas  de  alluia, 
el  tapir,  á  que  los  Portugueses  llaman  anta  ó 
dante,  y  que  es  uno  de  los  mayores  cuadrúpe- 
dos de  la  America  meridional,  aunque  no  tie- 
ne mas  que  tres  pies  y  medio  de  alto  y  seis  de 
largo.  En  su  forma  total  se  asemeja  al  cerdo  ; 
pero  se  dii'^erencia  por  varios  respectos  esencia- 
les. El  color  de  su  piel  y  de  su  pelaje  es  bruno 
oscuro;  tiene  una  crin  de  pelos  negruzcos  de 
pulgada  y  media  de  altura.  Su  cabeza  es  muy 
gruesa;  sus  orejas  son  casi  redondas,  y  sus  ojos 
pequeños.  Su  hocico  termina  en  una  especie 
de  trompa  de  pulgada  y  media  de  diámetro,  y 
puede  alargarla  para  coger  lo  que  se  le  presen- 
ta. Las  piernas  del  tapir  son  cortas  y  fuertes. 
La  cola  apenas  merece  este  nombre  :  no  es  n>as 
que  una  protuberancia  gruesa  y  de  la  longitud 
del  meñique,  de  color  de  carne  por  debajo.  El 
tapir  es  animal  solitario;  vive  en  el  espesor  de 
los  grandes  bosques,  y  huye  las  cercanías  de 
Jos  lugares  habitados.  Frecuenta  los  sitios  pan- 
lanosos  ,  y  es  aficionado  a  bañarse  en  los  rios 


EN    AMÉRICA.  29 

y  laicos,  pero  tiene  constantemente  su  alber- 
gue en  las  colinas.  No  deja  percibir  otro  grito 
que  un  silbido  agudo.  Se  alimenta  de  frutos 
silvestres,  de  vastagos  y  brotes  tiernos.  Es  de 
natural  apacible  y  tímido:  sin  embargo,  se  de- 
fiende muy  bien,  y  á  veces  mata  a  los  otros 
animales  que  le  acometen.  Se  dice  que  si  el 
jaguar  se  tira  sobre  el  tapir,  este  lo  arrastra  a 
lo  mas  espeso  de  los  bosques,  basta  que  lo  ha 
hecho  pedazos  haciéndole  pasar  por  los  j)a ra- 
jes mas  estrechos.  El  tapir  se  domestica  fácil- 
mente, conoce  á  su  amo  y  le  sigue.  Su  carne  es 
basta,  seca  y  de  mal  gusto;  su  cuero  es  fuerte 
y  sólido.  Los  Españoles  han  llamado  al  tapir  la 
gran  bestia. 

Los  bosques  de  las  regiones  cálidas  sirven 
de  madriguera  á  los  aluates,  a  los  coaitas,  á  los 
micos  y  á  un  gran  número  de  monos.  Estos 
forman  la  caza  mas  buscada  de  los  pueblos  sal- 
vajes. Cuando  no  son  cazados  ni  perseguidos, 
no  manifiestan  temor  alguno  al  acercarse  el 
hombre;  y  por  esta  seña  conocen  los  salvajes, 
cuando  van  á  descubrir  tierra,  si  el  pais  que 
visitan  es  nuevo  ó  ha  sido  frecuentado  por 
hond)res.  En  el  curso  de  la  navegación  por  el 
Amazona^  La  Condamine  vio  tan  gran  número 

1 


30  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

de  monos  y  oyó  nombrar  tantas  especies,  que 
renunció  á  hacer  su  enumeración.  Los  hay, 
dice,  tan  grandes  como  un  lebrel,  y  tan  peque- 
ños como  un  ratón,  es  decir,  mas  pequeños 
que  los  tilles,  y  difíciles  de  domesticar,  cuyo 
pelo  es  largo  y  lustroso,  ordinariamente  casta- 
ño, y  á  veces  mosqueteado  de  leonado.  Tienen 
la  cola  tan  larga  como  dos  veces  el  cuerpo, 
la  cabeza  pequeña  y  cuadrada,  las  orejas  pun- 
tiagudas y  salientes  como  los  perros  y  gatos,  y 
no  como  los  demás  monos ,  con  los  cuales  guar- 
dan poca  semejanza,  teniendo  mas  bien  la  traza 
y  el  aire  de  un  león  pequeño. 

El  jaguar,  el  gonguar,  el  chibicalu ,  el  aira, 
el  yaguarundí,  el  ocelote  y  otros  animales  fero- 
ces hacen  la  guerra  á  los  cabieles,  á  los  agu- 
tis,  á  los  pacas  y  á  los  mirmecófagos.  Vese 
también  el  pelarico,  el  tajasu,  los  tatos  y  los 
perezosos,  los  didelfos  ó  semivulpejas,  los  cua- 
tis y  las  zarillas.  Muchos  viajeros  hablan  de 
estos  nltimos  bajo  el  nombre  de  zorras  ó  vul- 
pejas hediondas. 

El  tato  es  llamado  armadillo  por  los  Espa- 
ñoles. Este  jabalí ,  animal  del  tamaño  de  un 
conejo,  está  cubierto  de  un  tejido  escamoso  y 
duro,  formado  en  el  espesor  de  la  piel;  y  con- 


EN    AMÉRICA.  'M 

sisle  en  una  placa  sobre  la  frente,  un  grande 
escudo  situado  sobre  las  espaldas,  y  compuesto 
de  pequeños  repartimientos  dispuestos  por  filas 
trasversales  en  bandas  de  placas  parecidas ,  pero 
movibles,  y  cuyo  número  varía  de  tres  á  doce 
según  las  especies,  en  un  escudo  sobre  la  gru- 
pa, muy  análogo  al  de  las  espaldas,  y  en  ani- 
llos mas  ó  menos  numerosos  sobre  la  cola.  La 
piel  déla  parte  inferior  del  cuerpo  está  llena  de 
verrugas  escamosas,  de  las  cuales  salen  bastante 
cantidad  de  pelos  largos.  Estas  mismas  verru- 
gas tapizan  también  las  cuatro  piernas,  pero  en 
estas  se  bailan  mas  aproximadas  y  mas  escamo- 
sas, de  modo  que  los  cuatro  pies  están  ente- 
ramente cubiertos  de  fuertes  escamas.  El  tato 
tiene  el  bocico  bastante  puntiagudo ,  las  orejas 
grandes,  los  ojos  pequeños ,  las  piernas  cortas 
y  gruesas.  Se  esconde  en  gazaperas  que  se  for- 
ma él  mismo.  Algunas  especies  de  tatos  no  sa- 
len mas  que  de  nocbe;  y  cuando  sienten  ruido 
se  refugian  á  sus  madrigueras.  Cuando  se  ven 
perseguidos  y  no  conocen  medio  de  salvación 
en  la  huida,  recogen  la  cabeza  y  contraen  todo 
su  cuerpo  formando  una  bola.  Viven  de  raices 
y  de  insectos.  Los  Indios  y  los  Negros  encuen- 
tran su  carne  escelente. 


32  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

El  perezoso,  llamado  también  perico  ligero 
por  ironía,  para  indicar  su  estremada  lentitud, 
es  del  tamaño  de  un  gato.  Su  pelo  es  grosero  y 
tieso,  seco,  marcado  de  manchas  blancas  y  bru- 
nas. La  escesiva  lentitud  de  este  animal  llama 
la  atención  de  todos  los  viajeros.  Tiene,  dicen 
estos,  tanta  aversión  al  movimiento,  que  no  se 
mueve  de\  puesto  en  que  se  encuentra,  hasta 
que  le  acosa  el  hambre.  Parece  que  no  le  asusta 
la  j^iesencia  del  hombre  ni  la  de  las  bestias  fe- 
roces. Si  se  menea,  cada  movimiento  va  acom- 
pañado de  un  grito  tan  lastimoso,  que  no  se 
puede  oir  sin  esperimentar  cierta  sensación  de 
piedad  y  de  horror  á  un  tiempo.  Tampoco  me- 
nea la  cabeza  sin  dar  las  mismas  señales  de 
dolor,  el  cual  proviene  al  parecer  de  una  con- 
tracción natural  de  sus  nervios  y  músculos. 
Toda  su  defensa  consiste  en  estos  lúgubres  gri- 
tos. No  deja,  sin  embargo,  de  huir  cuando  se 
ve  atacado  por  otros  animales;  pero  huyendo 
redobla  los  mismos  gritos  con  tanta  viveza, 
que  espanta  ó  perturba  á  su  enemigo  lo  sufi- 
ciente para  que  deje  de  perseguirle.  Al  pararse 
continua  gimiendo,  cual  si  el  movimiento  que 
lia  hecho  le  hubiese  causado  crueles  penas.  An- 
tes de  volverse  á  poner  en  marcha,  permanece 


EN    A31  ERICA.  33 

inmóvil  largo  tiempo.  Se  alimenta  de  fruías 
silvestres  :  cuando  no  las  encuentra  por  tierra 
sube  á  duras  penas  al  árbol  que  \e  mas  carga- 
do, derribando  todas  las  que  puede  para  evi- 
tarse la  molestia  de  volver  á  subir.  Después  de 
haber  hecho  su  provisión ,  se  contrae  en  forma 
de  bola,  y  se  deja  caer  del  árbol  para  no  tener 
(|ue bajar;  en  seguida  se  queda  al  pie  del  árbol, 
no  moviéndose  hasta  que  ha  consumido  todos 
los  víveres  y  la  necesidad  le  obliga  á  buscar 
otros. 

El  manato,  a  que  llaman  también  pece  buej^ 
sube  por  el  rio  de  las  Amazonas.  LaCondamine 
dibujó  uno  sobre  el  natural  en  San  Pablo  de 
Omaguas.  Dice  con  razón  que  no  se  le  ha  de 
confundir  con  la  foca;  pero  se  equivoca  lla- 
mándole pez,  supuesto  que  tiene  la  sangre  ca- 
liente. Encuentranse  manatos,  añade  La  Con- 
damine,  á  mas  de  mil  leguas  del  mar  en  la 
Gualapa,  Pastaca,  etc. 

Las  aves  de  aquel  ardiente  clima  son  tantas 
y  de  especies  tan  varias,  que  no  se  encuen- 
tra viajero  alguno  que  haya  emprendido  dar 
una  exacta  descripción  de  ellas.  Allí  hechizan 
la  vista  los  tangaias,  los  cohbrís,  los  pájaros 
moscas ,  los  manakims  ,  los  jacamares,  los  aias 


34  EL    IVUEVO     VIAJERO    UNIVERSAL 

y  Otros  papagayos,  y  una  iofinidad  de  habi- 
tantes del  aire  embellecidos  con  los  mas  ricos 
plumajes. 

Entre  los  aras  puede  ser  contado  el  chicali 
cuyas  plumas  están  jaspeadas  de  rojo,  azul  y 
blanco,  y  tan  hermosas,  que  en  ellas  cifran  los 
Americanos  su  mas  brillante  adorno.  Tiene  el 
canto  del  cuclillo,  con  alguna  especie  de  mayor 
tristeza  en  el  sonido.  Es  una  ave  gruesa  y  larga 
que  siempre  lleva  la  cola  tiesa,  y  que  se  está 
en  los  árboles,  volando  de  uno  á  otro  sin  ba- 
jar casi  nunca  á  tierra.  Alimentase  de  frutas  : 
su  carne  es  negruzca,  pero  sabrosa. 

Todas  las  singularidades  de  los  volátiles  pa- 
lece  se  hayan  reunido  en  el  tucán.  Su  tamaño 
es  casi  igual  al  de  la  paloma  zorita;  pero  tiene 
las  piernas  mas  largas.  Su  cola  es  corta,  abi- 
garrada de  azul  turquí,  de  púrpura,  de  amari- 
llo y  otros  colores,  que  forman  el  mas  soberbio 
contraste  del  nuindo  sobre  un  bruno  oscuro 
que  es  el  que  domina.  Tiene  la  cabeza  escesi- 
\amente  voluminosa  con  respecto  al  cuerpo; 
pero  de  otro  modo  tampoco  pudiera  sostener  el 
peso  de  su  pico,  que  no  bajaba  de  siete  á  ocho 
pulgadas  desde  su  raiz  hasta  la  punta.  La  parle 
superior  tiene  junto  á  la  cabeza  cerca  de  dos 


Eiv  A:\riiRicA. 


3i 


pulgadas  de  ])ase,  y  íbriiia  en  toda  su  longitud 
una  figura  triangular  cuyas  dos  superficies  late- 
rales están  elevadas  en  forma  de  giba.  La  ter- 
cera, es  decir,  la  de  delante  sirve  para  recibir 
la  parte  inferior  del  pico  que  se  engarganta  con 
la  superior:  y  estas  dos  partes,  que  son  per- 
fectamente iguales  en  su  eslension  como  en 
su  proeminencia,  disminuyen  insensiblemente 
hasta  su  estremidad,  donde  es  tal  la  disminu- 
ción, que  forma  una  punta  tan  aguda  como  la 
de  un  puñal.  La  lengua  tiene  la  forma  de  un 
canon  de  pluma.  Es  roja  como  todas  las  parles 
interiores  del  pico,  que  reúne  de  otra  parte  en 
su  eslcrior  los  colores  mas  vivos  que  se  ven 
diseminados  sobie  las  plmnas  de  las  demás 
aves,  siendo  ordiiiariamente  amarillo  en  la  raiz 
lo  mismo  que  en  la  elevación  que  se  nota  sobie 
las  dos  caras  laterales  de  la  parte  superior,  y 
formando  en  torno  el  mismo  color  una  especie 
de  cinta  de  media  pulgada  de  ancho.  Todo 
el  resto  es  de  un  bello  color  de  púrpura  oscu- 
ro, escepto  dos  rayas  de  hermoso  carmesí  que 
se  hallan  á  la  distancia  de  una  pulgada  una  de 
otra  hacia  la  raiz.  Los  la])ios,  que  se  tocan 
cuando  el  pico  está  cerrado,  se  hallan  arma- 
dos de  dientes  que  forman  dos  mandíbulas  á 


3G  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

modo  de  sierra.  Los  Españoles  han  llamado 
predicador  á  esta  ave ;  y  la  cansa  de  esto  es  otra 
singularidad.  Consiste,  según  Ulloa,  enque  ha- 
llándose perchado  en  la  cima  de  un  árbol  mien- 
tras que  mas  abajo  están  durmiendo  otras  aves, 
hace  con  su  lengua  un  ruido  que  figura  pala- 
bras mal  articuladas,  por  temor,  se  dice,  de 
que  las  aves  de  rapiña  se  aprovechen  del  sueño 
de  las  demás  para  devorarlas.  Por  lo  demás,  los 
tucanes  ó  predicadores  se  domestican  tan  fá- 
cilmente, que  después  de  haber  pasado  algu- 
nos dias  en  una  casa,  corren  á  la  voz  del  que 
los  llama  para  recibir  lo  que  se  les  presenta. 
Se  alimentan  dé  frutas ;  pero  cuando  domes- 
licados  comen  todo  lo  que  se  les  da.  Conócense 
varias  especies. 

El  ave  que  los  Españoles  llaman  gallinazo  ó 
gallinaza ,  porque  se  parece  á  la  gallina,  es  de  la 
familia  de  los  buitres.  Su  tamaño  es  casi  igual 
al  del  frailecillo,  escepto  que  tiene  el  cuello  mas 
grueso,  y  la  cabeza  un  poco  mayor.  Desde  el 
buche  hasta  la  raiz  del  pico  no  tiene  plumas: 
este  espacio  se  halla  cercado  de  una  piel  negra, 
áspera,  escabrosa  y  glandulosa,  que  forma  mu- 
chas verrugas  y  otias  desigualdades.  Las  plu- 
mas que  lo  cubren  son  negras  como  dicha  piel. 


EN    AMÉRICA,  37 

pero  de  un  negro  que  tira  un  tanto  á  bruno.  El 
})ico  es  bien  propoicionado,  fuerte  y  un  poco 
encorvado.  Estas  aves  son  familiares  en  las  po- 
blaciones y  habitaciones.  Los  techos  de  las  ca- 
sas están  líenos  de  ellas;  dejando  á  su  cuidado 
el  trabajo  de  limpiarlos.  No  hay  animal  que  no 
les  sirva  de  pasto,  y  cuando  les  falta  este  ali- 
mento, apelan  á  íoda  clase  de  desperdicios; 
tienen  el  olfato  tan  fino,  que  se  supone  que  sin 
otro  auxilio  buscan  la  carroña  á  tres  ó  cuatro 
leguas  de  distancia,  y  no  la  dejan  hasta  haberse 
comido  toda  la  carne.  Se  ha  notado  que  si  no 
estuviesen  pobladas  aquellas  comarcas  de  tan 
considerable  número  de  gallinazos,  la  infección 
del  aire  causada  por  la  continua  corrupción, 
muy  luego  las  hubiera  vuelto  inhabitables.  Le^ 
Yantándose  de  tierra,  vuelan  con  bastante  pe- 
sadez; pero  en  seguida  se  elevan  tanto,  que  se 
pierden  de  vista.  En  tierra  caminan  saltando 
con  una  especie  de  estupidez.  Sus  piernas  son 
bastante  proporcionadas  :  en  los  pies  tienen 
tres  dedos  delante  y  uno  detrás.  Las  uñas  son 
cortas,  débiles  y  romas.  Para  poder  engullir 
bien  se  ven  obligados  á  hacer  ciertos  movi- 
mientos con  el  cuerpo.  Si  los  gallinazos  se  ven 
acosados  por  el  hambre  y  no  encuentran  cosa 

2. 


38  EL    lYUEVO    VIAJERO    TNIVERSAL 

que  devorar,  atacan  al  ganado  que  pace.  Una 
vaca  ó  un  cerdo  que  tengan  la  menor  lierida ,  no 
pueden  evitar  el  ser  atacados  por  aquel  mismo 
punto.  De  nada  les  sirve  revolcarse  por  tierra  y 
dar  los  mas  fuertes  gritos;  pues  aquellos  insa- 
ciables animales  no  sueltan  presa  :  á  picotazos 
ensanchan  de  tal  modo  la  lierida,  que  se  hace 
mortal. 

Otros  gallinazos,  un  poco  mayores,  nunca 
salen  de  los  campos.  Su  cabeza  y  una  parte  del 
cuello  son  blancas  en  algunos,  rojas  en  otros, 
ó  de  ambos  coloies.  Encima  del  buche  tienen 
un  collar  de  plumas  blancas.  No  son  menos 
carnívoros  que  los  anteriores.  Se  les  da  asimis- 
mo el  nombre  de  rejes  gallinazos ,  no  solo  por- 
que su  numero  es  pequeño,  sino  también  por- 
que se  pretende  haberse  observado  que  si  uno 
de  ellos  se  arrima  á  una  presa,  los  de  la  otra 
especie  nunca  se  acercan  hasta  que  aquel  haya 
comido  los  ojos,  primera  parte  que  devora, 
y  se  ha  va  retirado  voluntariamente. 

Los  murciélagos  son  infinitos  en  toda  la  re- 
gión cálida,  y  tan  gruesos,  que  Waffer  los 
compara  á  nuestros  palomos.  «Las  alas,  dice, 
son  anchas  y  largas  á  proporción  de  este  gro- 
sor, y  tienen  garfios  agudos  en  su  articulación.» 


EN    AMÉRICA.  39 

En  la  provincia  de  Cartagena  su  número  es  tan 
iiHiienso  al  ponerse  el  sol,  que  se  forman  nu- 
bes que  cubren  las  calles.  Se  representan  por 
los  viajeros  como  diestras  sanguijuelas  que  no 
perdonan  á  los  hombres  ni  á  las  bestias.  Como 
el  escesivo  calor  del  pais  obliga  á  tener  abier- 
tas durante  la  noche  las  puertas  y  ventanas  de 
los  aposentos  en  que  se  duerme,  entran  en 
ellos  los  murciélagos,  y  si  alguno  duerme  con 
los  brazos  ó  los  pies  descubiertos,  le  pican  la 
vena  con  tanta  sutileza,  cual  pudiera  el  mas 
hábil  cirujano,  para  chuparle  la  sangre  que 
sale. 

Waffer  nos  da  una  descripción  bastante  cu- 
riosa del  carrosu,  que  sin  duda  es  un  boceo. 
Es  una  grande  ave  de  tierra,  negra,  pesada,  y 
del  tamaño  de  una  pava.  La  hembra  no  es  tan 
negra  como  el  macho;  sobre  la  cabeza  tiene 
un  hermoso  copete  de  plumas  amarillas,  que 
mueve  á  voluntad.  Su  garganta  es  igual  á  la  de 
un  pavo.  Vive  sobre  los  árboles,  y  se  alimenta 
de  frutas.  Los  Americanos  encuentran  tanto 
placer  en  su  canto,  que  ponen  un  estudio  par- 
ticular en  remedarlo;  y  muchos  lo  logran  con 
tanta  perfección,  ({ue  el  ave  se  engaña  y  les 
contesta.  Esta  astucia  sirve  para  descubrirlas. 


40  EL    IVUEVO    VIAJERO    UIVIVERSAL 

Su  carne,  es  alible  aunque  nn  poco  dura;  pero 
después  de  haberla  comido,  los  Americanos 
jamás  se  descuidan  de  enterrar  los  huesos  ó 
tirarlos  á  los  rios,  para  que  no  sean  presa  de 
sus  perros,  a  los  cuales  creen  que  les  comu- 
nica la  rabia  tal  alimento.  Se  conocen  varias 
especies  de  hocco,  buenas  todas  para  comer. 

ÍNo  seria  de  estrañar  que  los  osos,  los  cuales 
no  habitan  casi  sino  en  los  paises  frios ,  y  que 
se  encuentran  en  muchas  montañas  del  Perú, 
no  se  hallasen  en  los  bosques  del  Marañon, 
cuyo  clima  es  tan  diferente.  Sin  embargo,  los 
habitantes  del  pais  hablan  de  un  animal  lla- 
mado ucumari,  que  es  precisamente  el  nombre 
del  oso  en  idioma  del  Perú.  La  Condamine  no 
pudo  asegurarse  de  si  es  el  mismo  animal. 

Los  insectos  y  los  reptiles  son  tan  abundan- 
tes en  toda  aquella  región,  que  los  habitantes 
se  hallan  muy  incomodados;  y  su  vida  se  en- 
cuentra muchas  veces  en  peligro  por  las  mor- 
deduras de  tales  animales.  De  esta  clase  son  los 
centípedos  ó  cientopies,  los  escorpiones  y  las 
arañas. 

Las  orillas  de  los  rios  y  las  costas  están  infec- 
tadas de  cocodrilos  ó  caimanes,  á  que  también 
llaman  lagartos.  Los  gallinazos  son  los   mas 


EN    AMÉRICA  41 

crueles  enemigos  de  los  caimanes  :  buscan  so- 
bre lodo  sus  liuevos,  y  se  los  llevan  con  las 
garras.  Los  caimanes  se  alimentan  de  pescado, 
cogiéndolo  con  tanto  arte  como  los  mas  bábiies 
pescadores.  Júntanse  oclio  ó  diez,  y  se  colocan 
en  la  embocadura  de  un  estero,  de  donde  no 
sale  pez  alguno  que  no  puedan  escoger;  y  mien- 
tras forman  el  cordón  a  la  entrada  del  canal, 
otros  se  colocan  en  el  otro  estremo  para  dar 
caza  á  todos  los  que  se  hallan  en  el  intermedio. 
El  caimán  no  puede  comer  debajo  del  agua  : 
cuando  tiene  su  presa,  se  levanta  por  sobre,  y 
pocoá  poco  la  introduce  en  su  boca,  donde  la 
mastica  para  luego  tragársela.  Cuando  estos 
animales  se  ven  acosados  por  el  hambre,  y  el 
pescado  no  basta  para  saciarlos  a  todos,  aban- 
donan la  orilla  del  agua  para  diseminarse  pol- 
las llanuras  contiguas.  Los  becerros  y  los  po- 
tros no  están  al  abrigo  de  estas  incursiones;  y 
cuando  han  probado  su  carne,  se  aficionan 
tanto  á  ella  que  renuncian  á  la  caza  de  los  ríos, 
aprovechando  el  tiempo  de  la  oscuridad  para 
la  de  los  hombres  y  bestias.  Hay  tristes  ejem- 
plos de  su  voracidad,  sobre  todo  respecto  de 
los  niños,  que  se  apresuran  á  calar  al  fondo  del 
agua,  cual  si  temiesen  que  sus  gritos  les  pro- 


42  EL    NUEVO    VIxUERO    IIVIVERSAL 

porcionasen  socorro ;  y  después  de  haberlos 
ahogado,  se  los  comen  en  la  superficie  del 
agua.  Los  que  han  llegado  á  gustar  la  carne 
humana  son  los  mas  terribles.  Entre  los  divei- 
sos  lazos  que  se  les  tienden  para  cogerlos  (')  ma- 
tarlos, el  llamado  casonete  es  una  especie  de 
anzuelo  compuesto  de  un  pedazo  de  madera 
fuerte  y  puntiaguda  por  los  dos  estreñios",  que 
se  cubre  con  hígado  de  algún  animal.  Se  ata  al 
estremo  de  una  gruesa  cuerda  atada  en  una 
gruesa  estaca  por  el  otro  cabo,  flotando  por  la 
superficie  del  agua.  El  primer  caimán  que  lo  ve 
se  lo  traga ;  pero  como  las  puntas  de  la  mader'a 
le  hieren  las  dos  mandíbulas,  se  queda  sin  po- 
der abrir  ni  cerrar  la  boca.  Lo  tiran  entonces 
hacia  tierra;  y  si  bien  se  lanza  contra  los  que 
están  cerca,  se  divierten  estos  en  irritarlo, 
porque  no  puede  ya  causarles  otro  daño  que 
derribarlos  por  tierra. 

Entre  las  serpientes  hay  pocas  tan  veneno- 
sas como  las  corales,  las  serpientes  de  casca- 
bel y  las  sauces  ó  de  bejuco. 

Las  primeras  tienen  de  cuatro  á  cinco  pies  de 
largo  sobre  una  pulgada  de  grueso.  La  piel  de 
su  cuerpo  está  manchada  de  cuadrados  rojos , 
amarillos  y  verdes  ,  con  toda  la  regularidad  de 


EN    AMÉRICA.  43 

un  lablero  de  damas.  Tienen  la  cabeza  cliala  y 
larga,  como  las  víboras  de  Europa.  Sus  mandí- 
bulas están  guarnecidas  de  dientes  ó  gancbos  , 
cuya  mordedura  introduce  en  la  berida  un  ve- 
neno tan  sutil,  que  ocasiona  inmediatamente  la 
bincbazon  general  de  todo  el  cuerpo.  Corróm- 
pese luego  la  sangre  en  todos  los  órganos  , 
basta  la  estremidad  de  los  dedos  ;  y  saliendo 
con  violencia  basta  por  estos,  no  tarda  en  sobie- 
venir  la  mueite. 

En  el  Viaje  á  nueva  España  se  ba  babla- 
do  de  la  serpiente  cascabel. 

Las  serpientes  sauces  ó  de  bejuco  son  de 
una  especie  muy  numerosa.  Tienen  estos  nom- 
bres porque  se  parecen  á  la  madera  del  sauce 
en  el  color ,  y  poi'que  siempre  se  hallan  pega- 
das á  las  ramas  de  aquel  árbol ,  del  cual  pa- 
recen formar  paite.  Su  picadura  es  siempre 
mortal  ,  por  poco  que  se  dilaten  los  remedios; 
pero  los  bay  de  estos  infalibles  ,  y  que  son  co- 
nocidos de  ciertos  Indios,  á  los  cuales  recurien 
ios  Europeos.  El  mas  seguro  es  la  halnlla^  cu- 
yas virtudes  se  lian  indicado  antes. 

Ulloa  no  repara  en  asegurar  que  los  mas  for- 
midables de  estos  reptiles  jamás  dañan  si  no 
son  atacados;  que  lejos  de  ser  ágiles,  se  nota 


44  EL    ÍÍUEVO    VIAJERO    U:nIVERSAL 

en  ellos  una  lentitud á  la  que  llama  pereza;  que 
uno  pasa  delante  de  ellos  veinte  veces  sin  que 
hagan  el  menor  movimiento  ;  que  a  no  hacer  á 
veces  alguno  para  esconderse  en  las  hojas  ,  no 
se  distinguiría  si  están  muertos  ó  vivos;  y  fi- 
nalmente ,  que  no  hay  peligro  sino  para  los 
que  los  pisan  ó  tienen  la  imprudencia  de  irri- 
tarlos. En  los  paises  que  baña  el  Marauon ,  dice 
Ulloa ,  que  se  encuentra  una  serpiente  tan  es- 
pantosa por  su  longitud  y  corpulencia,  como 
por  las  propiedades  que  se  le  atribuyen.  Paia 
dar  una  idea  de  su  grandoi",  muchos  dicen  que 
tiene  la  garganta  y  boca  tan  anchas  ,  que  se 
engulle  un  animal  y  también  un  houibre  ente- 
ro. Pero  lo  mas  estraño  que  se  cuenta  es  que 
en  su  aliento  lleva  una  virtud  tan  atractiva  , 
que  sin  moverse  atrae  hacia  sí  un  animal 
cualquiera  que  se  encuenlie  en  puesto  donde 
pueda  alcanzar  este  aliento.  Se  hace  muy  difícil 
el  creer  en  tamaña  particularidad.  Este  mons- 
truoso reptil  se  denomina  en  lengua  del  pais 
yacumama^  que  significa  madre  del  agua  ^  por- 
que, buscando  los  lugares  charcosos  y  húme- 
dos puede  ser  considerado  como  anfibio.  Todo 
lo  que  puede  asegurar  Ulloa,  después  de  muy 
bien  informado,  consiste  en  que  es  de  estraor^ 


EN    AMÉRICA..  45 

dinaria  magnitud.  Algunas  personas  de  crédito 
le  dijeron  haber  visto  también  este  animal  en 
nueva  España,  y  le  hablaron  de  él  por  el  mis- 
mo estilo.  Todo  lo  que  le  contaron  de  su  gro- 
sor concuerda  con  lo  que  se  refiere  de  los  del 
Marañon,  escepto  tan  solo  lo  de  la  virtud 
atractiva. 

Los  habitantes  de  Panamá  refieren  dos  sin- 
gularidades sobre  la  naturaleza  de  las  serpien- 
tes. Es  opinión  general  en  la  ciudad  que  los 
campos  vecinos  producen  una  especie  de  ellas 
que  tiene  dos  cabezas,  una  en  cada  estremidad 
del  cuerpo,  y  que  su  veneno  es  tan  peligroso 
por  una  como  por  otra  parte.  Los  matemáticos 
de  las  dos  coronas,  durante  su  permanencia  en 
Panamá  no  pudieron  ver  ninguno  de  aquellos 
maravillosos  animales;  pero,  según  la  descrip- 
ción que  les  hicieron  ,  tienen  unos  dos  pies  de 
largo,  el  cuerpo  redondo  como  un  gusano,  de 
seis  á  ocho  líneas  de  diámetro ,  y  las  dos  ca- 
bezas del  mismo  grosor  del  cuerpo,  sin  apa- 
riencia alguna  de  articulación.  Ulloa  se  inclina 
á  creer  que  no  tienen  mas  que  una  cabeza,  y 
que  siendo  todo  el  cuerpo  de  un  grosor  igual, 
lo  que  parece  bastante  singular,  los  habitantes 
habian  inferido  que  tenian  dos,  porque  no  es 


46  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

fácil  dislingiiir  la  parle  que  merece  reahiienle 
el  nombre  de  tal.  Añaden  que  esta  serpiente  es 
muy  lenta  en  sus  movimientos,  y  que  es  de  co- 
lor gris  con  manchas  blanquinosas.  Ceielíran 
mucho  también  una  yerba  a  que  llanian  yerba 
del  gallo  ^  cuya  aplicación  pretenden  que  es  ca- 
paz de  curar  instantáneamente  á  un  pollo  ó  ga- 
llina á  los  cuales  se  haya  cortado  la  cabeza, 
respetando  una  sola  vértebra  del  cuello.  Los 
matemáticos  solicitaron  en  vano  á  los  que  ta- 
les contaban  que  les  enseñasen  la  yerba,  pues 
no  pudieron  conseguirlo,  aun  cuando  decian 
cjue  era  muy  ¡común  :  de  donde  infiere  aquel 
autor  que  esto  no  seria  mas  que  una  farsa  po- 
pular ,  de  la  cual  habla  tan  solo  para  evitar  se 
diga  que  ignora  lo  que  se  contaba  en  el  pais. 
Los  centipedos  ó  ciento  pies,  de  los  cuales 
está  infestada  por  todas  partes  aquella  región, 
son  de  monstruoso  tamaño.  Llloa  da  la  descrip- 
ción de  los  que  vio  en  Cartagena,  donde  pulu- 
lan en  las  casas  mucho  mas  aun  que  en  los 
campos.  Su  longitud  es  de  dos  tercios  de  ana; 
y  los  hay  también  que  tienen  cerca  de  una  ana 
de  largo  sobre  cinco  á  seis  pulgadas  de  ancho. 
Su  figura  es  casi  oval;  toda  la  supeiíicie  supe- 
rior y  lateral  está  cubierta  de  escamas  duras  , 


EN  AMLr.lCA.  47 

color  musco,  que  lira  á  rojo,  con  articulación 
que  les  facilita  el  movimiento.  Esta  especie  de 
cubierta  es  bastante  fuerte  para  defender  al 
animal  de  todos  los  golpes.  Para  matarlo  no 
hay  mas  que  darle  en  la  cabeza.  Es  sumamente 
ágil ,  y  su  picadura  es  mortal.  Los  remedios 
prontos  sacan  de  peligro,  pero  no  quitan  el 
dolor  ,  el  cual  dura  basta  que  lian  destruido  la 
malignidad  del  veneno. 

Los  escorpiones  no  son  menos  comunes  que 
los  ciento  pies.  Se  distinguen  varias  especies :  ne- 
gros, rojos,  brunos  y  amarillos.  Los  de  la  pri- 
mera especie  se  están  en  las  maderas  secas  y 
podridas;  y  los  otros  en  los  rincones  de  las  ca- 
sas y  en  los  armarios.  Su  tamaño  es  diferente  : 
los  mayores  tienen  tres  pulgadas  de  largo,  sin 
collar  la  cola.  Nótase  también  diferencia  en  la 
caHdad  de  su  veneno.  El  del  negro  se  tiene  por 
el  mas  peligroso;  pero  si  se  subviene  á  tiempo, 
no  es  mortal.  La  malignidad  del  de  los  otros  se 
reduce  á  causar  calentura;  a  hacer  compare- 
cer en  la  palma  de  las  manos  y  planta  de  los 
pies  una  especie  de  entorpecimiento  que  se  co- 
munica á  la  frente,  á  las  orejas,  nariz  y  labios ;  á 
entumecer  la  lengua,  y  perturbarla  vista.  Este 
estado  dura  uno  ó  dos  dias  ,  después  de  los 


48  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

cuales  se  disipa  el  veneno  insensiblemente,  sin 
que  haya  que  temer  ninguna  resulta  peligrosa. 
Los  habitantes  del  pais  están  persuadidos  de 
que  un  escorpión  purifica  el  agua,  y  no  tienen 
escrúpulo  en  bebería  aunque  vean  caer  alguno 
en  ella.  Están  de  tal  modo  familiarizados  con 
estos  insectos,  que  los  cogen  con  los  dedos  sin 
miedo  alguno,  cuidando  de  cogerlos  por  la  úl- 
tima vértebra  de  la  cola  para  evitar  su  picadu- 
ra. Algunas  veces  les  cortan  la  cola  y  se  entre- 
tienen en  juguetear  con  ellos.  Ulloa  observa 
que  el  escorpión  puesto  en  un  vaso  de  cristal 
con  un  poco  de  humo  de  tabaco,  se  vuelve  co- 
mo rabioso,  y  que  con  su  aguijón  se  pica  la 
cabeza  hasta  que  se  mata  él  mismo.  Este  espe- 
rimento  varias  veces  repetido  le  hace  inferir 
que  el  veneno  de  este  animal  produce  en  su 
cuerpo  el  mismo  efecto  que  en  el  de  los 
demás. 

El  caracol  soldado,  que  se  llama  también 
bernardo  el  ermitaño ,  es  un  crustáceo  que 
desde  la  parte  media  del  cuerpo  hasta  la  estre- 
ñí idad  posterior  tiene  el  tronco  en  espiral  y  de 
color  blanquecino;  pero  por  la  otra  mitad  del 
cuerpo  se  parece  al  cangrejo  ,  así  en  gtosor  co- 
mo en  la  forma  y  disposición  de  sus  palas.  El 


EN    AMÉRICA.  49 

color  de  esta  parle,  que  es  la  principal,  es 
blanco-gris,  y  su  magnitud  dos  pulgadas  y  me- 
dia de  ancho.  No  tiene  cascara  ni  escamas ,  y 
todo  su  cuerpo  es  flexible;  pero  para  ponerse  á 
cubierto ,  tiene  la  industria  de  buscarse  una 
concha.  Algunas  veces  la  deja  para  buscarse  ali- 
mento, y  cuando  se  \e  amenazado  de  algún  peli- 
gro corre  hacia  el  lugar  en  donde  la  ha  dejado,  y 
entra  en  ella  empezando  por  la  parte  posterior, 
á  fin  de  que  la  anterior  cierre  la  entrada,  y  para 
defenderse  con  las  dos  manos  ,  de  las  cuales  se 
sirve  como  los  cangrejos.  Se  dice  que  su  mor- 
dedura causa  por  espacio  de  veinte  y  cuatro 
ó  cuarenta  y  ocho  horas  los  mismos  accidenten 
que  la  picadura  del  escorpión;  pero  puede  du- 
darse de  tal  aserto.  Waffer  dice  que  la  cola  del 
bernardo  es  niuy  buen  alimento  ,  y  le  atribuye 
el  gusto  de  una  medula  azucarada.  Añade  que 
se  nutre  de  lo  que  cae  de  los  árboles,  y  que 
cuando  ha  comido  manzanillo,  su  carne  so 
vuelve  venenosa.  Según  el  mismo  autor,  el 
aceite  de  estos  insectos  es  un  específico  admi- 
rable para  las  torceduras  y  contusiones. 

Pero  todas  estas  singularidades  no  pueden 
compararse  á  la  que  se  va  á  leer.  Los  habilan- 
tes  del  pais  habian  contado  á  Ulloa  que  cuan- 


50  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

do  el  caracol  soldado  crece  en  grosor  hasta  que 
va  no  puede  entrar  en  la  concha  que  le  servia  de 
habitación,  va  á  la  orilla  del  mar  en  busca  de 
otra  mayor,  y  que  mata  al  caracol  cuya  conclia 
le  conviene  mas  para  alojarse  en  ella.  Tal  rela- 
ción escitó  en  el  matemático  la  curiosidad  de 
asegurarse  de  ello  por  sus  propios  ojos  ,  y  com- 
probó todo  lo  que  se  ha  referido  insiguiendo  á 
él  mismo,  escepto  lo  de  la  picadura,  porque  no 
tuvo  por  prudente  hacer  la  prueba. 

Los  sapos  se  hallan  en  numero  prodigioso 
en  toda  aquella  zona.  Los  que  aparecen  después 
de  haber  llovido  son  tan  gruesos,  que  los  mas 
pequeños  tienen  seis  pulgadas  de  largo.  Se  aga- 
zapan en  las  tierras  blandas  encima  de  las  cua- 
les haya  suficiente  tierra  seca  para  ocultarlos. 
Cuando  llueve  salen  de  sus  gazaperas  para  ir 
en  busca  del  agua,  que  es  como  su  elemento. 
Así  es  que  las  calles  y  plazas  de  las  poblaciones 
marítimas  se  llenan  de  estos  reptiles,  cuya  súbi- 
ta aparición  hace  creeráalgunoshabitantes  que 
cada  gota  de  lluvia  se  ha  trasformado  en  un  sa- 
po. Si  llueve  de  noche,  su  número  es  tan  in- 
menso, que  forman  en  algunas  partes  como  un 
empedrado,  no  pudiendo  dar  un  paso  sin  pi- 
sar sapos.  Acontecen  mordeduras  tanto  mas  te- 


EN    AMÉllíCA.  51 

niibles  j  en  cuanto  estos  odiosos  animales,  a 
mas  de  su  errosor  son  muv  venenosos. 

Hacen  los  viajeros  una  bellísima  pintura  de 
las  mariposas ;  pero  se  halla  una  pésima  com- 
pensación de  su  belleza  en  la  fealdad  é  imperti- 
nencia de  diversas  especies  de  moscas,  las 
cuales  forman  como  nubes  en  las  savanas  y 
manglares ,  y  hacen  intransitables  los  ca- 
minos. 

Los  zancudos  son  las  mas  gruesas;  son  pe- 
queñitas  y  muy  parecidas  á  los  gusanillos  que 
roen  el  trigo.  Siguen  los  mosquitos,  que  son 
como  los  de  España;  y  después  los  gegenes  de 
la  hechura  de  una  palomilla,  no  mayores  de 
un  grano  de  mostaza  grueso,  y  algo  cenicientos. 
Las  mantas  blancas  son  una  especie  de  arador 
tan  diminuto,  que  se  siente  el  ardiente  esco- 
zor de  su  picadura  sin  percibir  lo  que  la 
causa.  Únicamente  por  los  muchos  que  se  ven 
en  el  aire  se  conoce  que  son  blancos  ,  y  de 
aquí  les  \  iene  su  nombre.  Las  dos  primeras  es- 
pecies causan  una  gruesa  roncha  ,  cuyo  esco- 
zor no  se  disipa  hasta  al  cabo  de  dos  horas. 
Las  otras  dos  especies  no  ocasionan  roncha  al- 
guna, pero  su  picadura  deja  una  comezón  in- 
soportable. Se  puede  decir  que  si  el  ardor  del 


52  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

sol  hace  los  dias  de  aquel  pais  largos  y  tedio- 
sos, esos  crueles  insectos  no  hacen  las  noches 
nías  divertidas.  En  vano  se  recurre  á  las  mos- 
quiteras contra  los  pequeños,  si  el  tejido  no 
es  inuy  denso  para  que  no  puedan  atravesarlo; 
y  en  este  caso  se  espone  uno  á  sofocarse  de  ca- 
lor. Los  ataques  de  estos  insectos  llegan  al  es- 
tremo de  que  una  vela  no  puede  mantenerse 
encendida  tres  ó  cuatro  minutos  fuera  de  un  fa- 
lol.  Voltean  en  torno  de  la  luz,  y  se  precipitan 
sobre  ella  de  modo  que  la  apagan  luego. 
:  El  nigua ,  llamado  así  en  Cartagena',  y  cono- 
cido en  el  Peni  con  el  nombre  de  pique. ^  es  tan 
pequeño  que  casi  no  se  percibe.  Sus  piernas 
no  tienen  los  resortes  de  las  de  las  pulgas  ,  lo 
cual  es  un  grande  beneficio,  pues  según  Ulloa, 
si  tuviese  la  facultad  de  saltar,  no  habria  cuer- 
po vivo  que  no  estuviese  lleno  de  ellos  ,  y  es- 
ta raza  haiia  perecer  las  tres  cuartas  partes  de 
hombres  [á  consecuencia  de  los  accidentes  que 
podria  ocasionarles.  Siempre  se  halla  en  el  pol- 
vo ,  sobre  todo  en  los  lugares  poco  limpios.  Se 
pega  á  los  pies,  a  la  planta  de  los  mismos,  y 
hasta  á  los  dedos.  Taladra  la  piel  con  tanta  su- 
tileza ,  que  se  introduce  en  ella  sin  sentirlo,  de 
modo  que  no  se  conoce  hasta  que  empieza  á 


EN    AMERICA. 


53 


estenderse.  Al  principio  no  es  difícil  sacarle ; 
pero  cuando  ha  llegado  á  introducir  la  cabeza, 
se  agarra  tan  tenazmente  que  es  preciso  sacrifi- 
car un  poco  de  piel  para  hacerle  soltar  la  pre- 
sa. Si  alguno  no  lo  repara  á  tiempo,  el  insecto 
se  aloja,  chupa  la  sangre  y  se  hace  un  nido  de 
una  túnica  blanca  y  delgada,  que  tiene  la  for- 
ma de  una  perla  plana  ,  agazapándose  en  aquel 
espacio  de  modo  que  su  cabeza  y  pies  están 
vueltos  hacia  la  parte  esterior  para  comodidad 
de  su  alimentación  ,  y  la  otra  parte  de  su  cuer- 
po corresponde  al  lado  interior  de  la  túnica 
para  depositar  allí  sus  huevos.  A  medida  que 
los  pone,  se  ensancha  la  pequeña  bolsa  ,  y  en 
cuatro  ó  cinco  dias  tiene  hasta  dos  líneas  de 
diámetro.  Entonces  es  muy  interesante  sacai- 
lo,  ó  sino  revienta  por  sí  y  disemina  una  infi- 
nidad de  gérmenes  parecidos  á  liendres,  es  de- 
cir, otros  tantos  piques  ó  niguas  que  ocupando 
muy  luego  toda  aquella  parte,  causan  mucho 
dolor  ,  prescindiendo  aun  de  la  dificultad  de 
desalojarlos.  Penetra  a  veces  hasta  los  huesos; 
y  cuando  se  consigue  el  librarse  de  semejantes 
bichos  ,  dura  el  dolor  hasta  que  se  hallan  en- 
teramente restablecidas  la  carne  y  la  piel.  Esta 
operación  es  larga  y  dolorosa,  consistiendo  en 

3 


54  EL    IVUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

separar  con  una  aguja  la  carne  que  loca  á  la 
Híeuibrana  en  que  hay  los  huevos,  lo  cual  no 
es  íacil  hacer  sin  reventar  la  túnica.  Después  de 
haber  separado  hasta  los  ligamentos  mas  j)e- 
(¡ucños,  se  saca  la  bolsa,  que  es  mas  ó  menos 
gruesa  a  proporción  del  tiempo  que  ha  perma- 
necido en  aquella  parte.  Si  revienta,  se  debe 
ledobíar  el  cuidado  de  arrancar  todas  las  rai- 
ces, y  sobre  todo  de  no  dejar  ai  insecto  [)rinci- 
pal ,  pues  volverla  á  poner  anles  de  estar  cer- 
rada la  llaga,  y  profundizando  en  la  carne  seria 
mas  difícil  sacarlo.  Se  pone  en  el  agujero  un 
])oco  de  ceniza  caliente  y  ta])aco  mascado. 
Aunque  el  insecto  no  se  haga  sentir  al  tieuipo 
de  penetrar,  al  dia  siguiente  causa  una  come 
zon  ardiente  y  doiorosa,  sobre  todo  en  algunas 
partes  ,  como  debajo  de  las  uñas  :  el  dolor  es 
menos  vivo  en  la  planta  de  los  pies  y  donde  la 
piel  es  mas  espesa.  Se  observa  que  el  nigua  ha- 
ce una  guerra  cruel  á  algunos  animales ,  sobie 
todo  al  cerdo,  al  cual  va  devorando  por  grados, 
V  cuyas  manos  y  pies  se  encuentran  llenas  de 
huevos  y  agujeros  después  de  su  muerte. 

No  obstante  la  pequenez  de  estos  insectos  , 
se  distinguen  de  ellos  dos  especies  ,  la  una  ve- 
nenosa, V  la  otra  no.  Esta  se  parece  á  las  pulgas 


EjV    AMÉRICA.  55 

por  el  color,  y  vuelve  blanca  la  membrana 
donde  deposita  sus  liuevos.  La  otra  especie  es 
amarillenta,  y  su  nido  de  color  de  ceniza.  Otro 
de  los  efectos  que  produce  cuando  se  aloja  en 
la  estremidad  de  los  dedos  de  los  pies  es  causar 
una  inflamación  muy  ardiente  en  las  glándu- 
las de  las  ingles  acompañada  de  agudos  dolo- 
res, cpie  no  terminan  basta  después  de  la  estir- 
pacion  de  los  liuevos. 

Las  abejas  de  aquellas  regiones  no  bacen  su 
miel  sino  en  los  troncos  de  los  árboles  ,  donde 
los  hidios  meten  su  brazo  para  cogerla  y  lo  sa- 
can todo  cubierto  de  aquellos  animalitos,  ([ue 
nunca  les  pican.  Se  cree  que  no  tienen  agui- 
jón, pero  no  ba  podido  comprobarse.  Los  Ame- 
ricanos mezclan  la  miel  con  el  a^ua  sin  otra 
preparación,  y  forman  un  licor  muy  soso.  No 
bacen  uso  de  la  cera  ,  valiéndose  en  su  lugar 
de  una  especie  de  madera  ligera  que  les  sirve 
de  bugía. 

Toda  aquella  zona  se  baila  infestada  de  bor- 
migas,  que  son  muy  gruesas,  tienen  alas  y  pi- 
can con  viveza  ,  sobre  todo  cuando  entran  en 
las  casas.  Se  evita  el  descansar  al  suelo  en  los 
parajes  que  abundan  de  tales  insectos;  y  los 
ndios  que  viajan  no  se  olvidan  jamás  de  exa- 


56  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

minar  el  terreno  antes  de  colgar  sus  hamacas 
en  los  árboles. 

Todas  las  mercancías  tejidas  ,  las  telas  de  li- 
no, las  ropas  de  seda,  de  oro  y  de  plata  tienen 
oíros  insectos  por  enemigos.  UUoa  cita  uno 
que  hace  en  ellos  los  mas  terribles  destrozos. 
Es  el  comegen ,  especie  de  polilla ,  tan  rápida  y 
viva  en  sus  operaciones,  que  en  poco  tiempo  re- 
duce á  polvo  el  fardo  de  mercadería  donde  se 
mete,  sin  desarreglar  su  forma.  La  taladra  por  to- 
das partes  con  tanta  sutileza,  que  no  se  percibe 
liaya  llegado  hasta  que  se  toca  ,  encontrándose 
entonces  retazos  y  polvo  en  vez  de  tela  ó  ropa. 
Este  accidente  es  de  temer  sobre  todo  después 
de  la  llegada  de  embarcaciones  de  géneros,  los 
cuales  presentan  larga  presa  al  comegen.  No  se 
ha  podido  encontrar  otro  preservativo  que  po- 
ner los  fardos  sobre  bancos  altos  cuyos  pies 
estén  embadurnados  de  brea  y  apartados  de 
las  paredes.  Estos  insectos  ,  aunque  pequeños, 
pues  á  duras  penas  se  les  divisa,  no  necesitan 
mas  que  una  noche  para  echar  á  perder  todos 
los  géneros  de  un  almacén.  De  aquí  es  que  en 
el  comercio  de  Cartagena  es  ya  común  especifi- 
car entre  las  pérdidas  cuya  indemnización  se 
pide,  la  que  puede  temerse  del  comegen,  sien- 


EN    AMERICA.  0/ 

do  tan  particular  de  aquella  ciudad,  que  no  se 
\e  en  Portobelo  ni  en  Panamá. 

El  mar  abunda  en  peces  de  diversas  espe- 
cies :  son  dignos  de  atención  los  siguientes  por 
su  singularidad. 

El  paracod  es  redondo  y  del  tamaño  de  un 
sollo  grande,  pero  es  mas  largo.  En  ninguna 
parte  se  encuentra  tan  bueno  como  en  la  costa 
del  Istmo.  Sin  embargo,  se  observa  que  hay  al- 
gunos parajes  donde  no  lo  pescan  que  no  esté 
envenenado.  Waffer  no  sospecha  otra  causa 
que  el  alimento  que  toman ,  pero  dice  haber 
conocido  muchas  personas  que  murieron  do 
haberlo  comido  ,  ó  que  llegaron  malas  en  tér- 
minos de  caerles  el  cabello  y  las  uñas.  Añade 
que  el  paracod  lleva  consigo  su  contraveneno, 
y  es  su  espina  del  dorso  que  se  hace  secar  al  sol, 
y  luego  se  reduce  á  polvo  muy  fino.  Una  pulga- 
rada de  este  tomada  en  un  líquido  cualquiera 
cura  al  momento.  Waffer  hizo  de  ello  una 
prueba  feliz.  Le  aseguraron  también  que  para 
distinguir  los  paracodos  envenenados  de  los 
que  no  lo  son,  basta  examinar  el  hígado,  y 
que  cuando  es  dulce  no  hay  que  temer,  y  cuan- 
do amargo  es  peligroso. 

Waffer  llama  ^«/á  un  pez  quepodria  equivo- 


58  EL    NUEVO    VIAJERO    UIV'IVERSAL 

carse  con  la  becuna  ó  espadón  si  su  longilud 
no  se  limitase  á  dos  pies.  Sobre  el  hocico ,  se- 
gún dice  ,  tiene  un  hueso  del  tercio  de  la  lon- 
gitud de  su  cuerpo.  Nada  á  flor  de  agua  casi 
con  la  misma  velocidad  que  vuela  una  golon- 
drina ,  con  saltos  continuos,  y  su  hueso  es  tan 
puntiagudo  ,  que  á  veces  atraviesa  las  canoas  : 
su  carne  es  excelente. 

La  del  sulein  es  también  muy  buena  :  es  un 
pescado  armado  de  púas,  y  de  la  longitud  de  un 
pie. 

Todos  los  sambalos  están  cercados  de  con- 
chas. El  que  Waffer  llama  con  el  nombre  de 
concha  es  gmnde ,  torcido  hacia  dentro,  plano 
por  la  parte  de  la  abertura  que  es  proporciona- 
da á  su  grosor  ,  áspero  en  toda  su  superficie, 
pero  interiormente  mas  unido  que  el  nácar  de 
perla  cuyo  color  tiene.  Contiene  un  pescado 
muy  cenagoso  ,  que  no  se  puede  freir  hasta 
después  de  haberlo  limpiado  por  mucho  rato 
con  arena.  También  se  le  golpea  mucho  ,  por- 
que tiene  la  carne  dura,  aunque  de  muy  buen 
gusto. 

No  hay  ostras  ni  cangrejos  de  mar  en  la  cos- 
te del  Istmo.  Tan  solo  se  ven  entre  las  rocas  al- 
gunos cangrejos  gruesos,  á  los  cuales  les  faltan 


EN    AMÉRICA.  59 

las  dos  grandes  garras  que  son  comunes  en  los 
de  mar. 

Los  Americanos  de  este  pais  pescan  con 
gi'andes  hilados  de  corteza  de  maliot  ó  de  seda 
de  yerba  ,  los  cuales  se  parecen  á  nuestras  re- 
des. En  las  corrientes  rápidas  y  atravesadas  de 
rocas  se  echan  á  nado  para  seguir  los  peces ,  y 
los  cogen  con  la  mano  en  sus  guaridas.  De  no- 
che tienen  antorchas  de  la  misma  madera  que 
usan  para  alumbrarse ,  y  manifiestan  suma 
destreza  en  cogerlos  peces  que  se  dirigen  hacia 
la  luz.  Su  modo  de  guisarlo,  consiste  en  sacar- 
les los  intestinos,  y  cocerlos  en  agua  ó  asarlos 
sobre  las  ascuas;  comiéndolos  sin  otra  salsa  que 
sal  del  agua  de  mar,  que  ellos  mismos  hacen 
por  su  evaporación  sobre  el  fuego,  y  mucha 
pimienta  de  la  que  les  sirve  de  condimento 
universal. 

Al  pasar  de  Panamá  al  Perú  por  Guayaquil  , 
el  viajero  curioso  se  detiene  de  buena  gana  en 
la  costa  de  la  punta  de  Santa  Elena,  para  com- 
probar lo  que  se  cuenta  de  un  caracol  entera- 
mente parecido  á  los  de  Europa.  Este  animali- 
to  se  da  por  cierto  que  contiene  la  antigua 
púrpura,  la  cual  creian  enteramente  perdida 
'     algunos  modernos.  Esta  especie  de  limaza  es 


60  i:l  nuevo  viajero  universal 

poco  mas  ó  menos  del  tamaño  ele  una  nuez. 
Contiene  un  licor  en.el  que  consistiría  según  se 
supone,  la  verdadera  púrpura  de  los  antiguos, 
y  que  parece  no  ser  otra  cosa  que  su  sangre.  Una 
hebra  de  seda  ó  de  algodón  que  se  sumerja  eii 
él ,  toma  muy  luego  un  color  tan  vivo  y  fuerte, 
que  no  se  conoce  lejía  capaz  de  hacerlo  desa- 
parecer. Al  contrario,  se  vuelve  mas  brillante,  y 
ni  el  poder  del  tiempo  puede  apagarlo.  Lo  usan 
para  teñir  los  hilos  de  algodón  y  de  seda,  y  pa- 
ra dar  igual  color  a  las  ropas  ya  tejidas ,  como 
cintas  ,  encajes  y  otros  adornos.  Síguense  di- 
versos procedimientos  para  estraer  aquel  licor- 
Unos  matan  al  animal ,  y  el  modo  consiste  en 
sacarlo  de  la  concha  ó  cascara ,  ponerlo  en  se- 
guida sobre  el  dorso  de  la  mano,  apretarlo  con 
un  cuchillo  desde  la  cabeza  hasta  la  cola,  y  se- 
parar del  resto  del  cuerpo  la  parte  en  donde 
está  juntado  el  licor.  Igual  operación  practican 
en  otros  muchos  ,  hasta  haber  recogido  una 
cantidad  suficiente.  Entonces  reúnen  todo  el 
licor,  y  no  hacen  mas  que  pasar  por  él  el  hilo 
que  quieren  teñir.  Pero  el  color  no  aparece  de 
repente,  y  se  le  distingue  á  medida  que  se  seca 
el  hilo.  Primeramente  es  un  blanquecino  que  tira 
á  color  de  leche,  luego  verde,  y  finalmente  púr- 


EN  a:mérica.  61 

pura.  Otros  sacan  el  licor  sin  matar  la  limaza 
ni  sacarla  de  su  concha;  limitándose  á  compri- 
mirla para  que  saque  el  humor  con  el  cual  li- 
ñen  el  hilo.  Después  la  vuelven  á  poner  en  la 
roca  en  donde  la  cogieron,  y  la  dejan  el  tiempo 
necesario  para  restablecerse.  Vuelven  á  coger- 
la y  la  comprimen  de  nuevo,  pero  no  sacan 
tanto  licor  como  la  primera  vez  ;  y  desde  la 
cuarta  en  adelante,  da  ya  muy  poco.  Si  se  con- 
tinúan las  compresiones,  muere  ;  porque  pier- 
de el  principio  vital  que  ya  no  puede  renovar. 

En  las  cercanías  de  Para  se  observa  un  pes- 
cado que  se  l\í\m[i  puraque,  cuyo  cuerpo  ,  co- 
mo el  de  la  lamprea ,  tiene  un  gran  número  de 
agujeros  ,  y  á  mas  goza  de  la  misma  propiedad 
que  la  torpedo.  El  que  la  toca  con  la  mano,  y 
aun  con  un  palo,  resiente  en  el  brazo  una  estu- 
por dolorosa,  y  algunas  veces,  según  dicen,  se 
cae. 

Las  tortugas  del  Amazona  son  muy  buscadas 
en  Cayena  como  las  mas  sabrosas.  Este  rio 
mantiene  tortugas  de  diversas  magnitudes  y  es- 
pecies, en  tanta  abundancia,  que  solas  con  sus 
huevos  pudieran  sufragar  alimento  para  to- 
dos los  habitantes  de  las  orillas.  Hay  también 
loi'tugas  de  tierra   que  se  llaman   sabatis  en 

3. 


62  EL    iVUEVO    VIAJERO  UNIVERSAL 

idioma  del  Brasil ,  y  las  cuales  prefieren  los 
habitantes  de  Para  a  las  otras  especies.  Todas, 
y  particularmente  las  últimas  ,  se  conservan 
muchos  meses  fuera  del  agua,  sin  alimentación 
sensible. 

El  orden  de  la  naturaleza  es  allí  muy  favo- 
rable á  los  hidios  previniendo  sus  necesidades. 
Los  lagos  y  pantanos  que  se  encuentran  á  cada 
paso  en  las  orillas  del  Amazona,  y  algunas  ve- 
ces muy  adentro  de  las  tierras ,  se  llenan  de  to- 
da clase  de  peces  en  el  tiempo  de  las  avenidas 
del  rio ;  y  cuando  bajan  las  aguas,  (juedan  allí 
encerrados  como  en  unos  estanques  y  reserv^a- 
torios  naturales,  donde  es  muy  fácil  pescar- 
los. 

Muchos  de  los  animales  que  viven  en  la  re- 
gión inferior  y  caliente  se  encuentran  también 
en  la  región  superior  y  templada ,  igualmente 
que  en  los  paises  fuera  de  la  zona  tórrida,  cuyo 
clima  es  parecido.  Se  ven  allí  algunas  alon- 
dras ,  el  pecar  ó  tajasú  ,  el  ocelote  ,  el  ya- 
guarundí, las  nutrias,  y  los  pequeños  ciervos 
mosqueteados.  En  esta  zona  y  hasta  2.000  toe- 
sas  de  elevación  ,  habita  un  gran  número  de 
ciervos,  el  pequeño  oso  de  frente  blanca,  y  los 
lamas.  No  sin  sorpresa  se  han  encontrado  asi- 


EN    AMÉRICA.  63 

mismo  colibríes  á  cerca  de  1.800  toesas  de  al- 
tura. Mas  arriba  aun  se  encuentran  lamas,  osos 
y  el  cóndor. 

En  las  montañas  del  Perú  lliimnáas  páramos, 
es  decir,  las  mas  elevadas  y  estériles,  el  aire  es 
tan  brusco  ,  que  en  general  no  hay  animales 
que  puedan  morar  allí  de  continuo.  Sin  em- 
bargo, hay  algunos  cuya  constitución  se  acomo- 
da con  aquel  clima  ,  y  van  allí  á  pacer  las  yer- 
bas que  les  convienen.  Tales  son  los  ciervos,  de 
los  cuales  se  encuentran  á  veces  manadas  en 
los  puntos  mas  elevados  de  aquellos  desiertos, 
y  donde  por  consiguiente  es  mas  insufrible  el 
aire.  La  caza  de  estos  animales  es  un  ejercicio  al 
cual  son  muy  aficionados  los  habitantes  del  Pe- 
rú. La  confianza  que  ponen  en  el  buen  éxito  se 
funda  en  la  bondad  de  sus  caballos  ,  los  cuales 
corren  con  tanta  velocidad  y  con  paso  tan  seguro 
al  través  de  las  rocas  y  montañas ,  que  la  mas 
cacareada  ligereza  de  los  Europeos  es  lentitud 
en  comparación  de  la  de  aquellos,  himediata- 
mente  que  ven  un  ciervo  corren  tras  de  él,  sin 
necesidad  de  incitarles  á  ello,  y  no  paran  la 
carrera  hasta  que  se  halla  cogido  el  ciervo. 

Las  aves  que  se  encuentran  en  los  páramos 
pueden  reducirse  á  perdices,  y  condores  ó  bui- 
tres. 


6Í  EL    ^UEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

Las  perdices  del  Perú  no  son  del  todo  seme- 
jantes á  las  de  Europa  :  mas  bien  pueden  com- 
pararse á  nuestras  codornices,  y  no  son  muy 
abundantes. 

El  cóndor  es  una  de  las  aves  mas  grandes  de 
América;  por  el  color  y  la  forma  se  parecen  á 
los  gallinazos ,  cuya  descripción  se  ba  dado  ya. 
Nunca  se  les  ve  en  los  lugares  bajos;  su  mora- 
da habitual  es  en  las  montañas,  á  800  toesas 
de  altura.  Se  levantan  cerniéndose  basta  la  de 
3.335  toesas  ;  luego  descienden  á  veces  de  re- 
pente basta  la  orilla  del  mar,   recorriendo  de 
este  modo  en  un  instante  todos  los  climas.  En 
las   poblaciones  pequeñas  los  domestican.   El 
cóndor  es  carnívoro ;  y  mucbas  veces  se  lleva 
los  corderinos  de  en  medio  de  los  lebaños  cpie 
pacen  al  pie  de  las  montañas.  Esta  ave  es  mas 
común  en  ciertos  montes  que  en  otros.  Como 
los  ganados  están  siempre  amenazados  de  su 
rapiña,  los  naturales  del  pais  le  tienden  lazos. 
Para  esto    matan    algún   animal    inútil,   cuya 
carne  fiotan  con   el  zumo  de  algunus  yerbas 
fuertes,  y  entierran  para  disminuir  el  olor  de  las 
yerbas,  pues  se  supone  al  cóndor  tan  suspicaz, 
que  sin  esta  precaución  no  llegaria  ala  carne.  La 
desentierran  después,  y  acudiendo  los  condo- 


EIV    AMÉRICA.  G5 

res  para  devorarla,  se  emborrachan  ,  según  se 
dice  ,  en  términos  de  quedar  inmóviles.  En  tal 
estado  es  ñtcil  matarlos.  También  los  cogen 
junto  á  la  carroña  con  redes  proporcionadas  á 
su  fuerza,  la  cual  es  tanta  ,  que  á  veces  con  un 
golpe  de  ala  derriban  ó  estropean  al  que  les 
ataca. 

El  zumbador  es  un  ave  nocturna  que  no  se 
encuentra  mas  que  en  los  páramos;  la  cual  ra- 
ras veces  se  ve,  pero  muchas  se  hace  sentir 
por  su  canto  ó  por  un  zumbido  estraordinario, 
del  cual  toma  el  nombre.  Este  ruido,  que  se  de- 
ja percibir  á  la  distancia  de  mas  de  cincuenta 
toesas  ,  se  atribuye  a  la  violencia  de  su  vuelo, 
siendo  aquel  mas  fuerte  á  medida  que  uno  se 
acerca.  De  rato  en  rato  el  zumbador  da  un  sil- 
bido bastante  parecido  al  de  otras  aves  noctur- 
nas. Es  del  tamaño  de  la  perdiz;  sus  plumas 
son  mosqueteadas  de  dos  colores  grises,  el  uno 
oscuro  y  el  otro  claro  ;  el  pico  recto  y  propor- 
cionado ;  las  narices  mucho  mayores  que  las  de 
las  otras  aves  ;  la  cola  pequeña,  y  las  alas  bas- 
tante grandes.  Los  Peruanos  dicen  que  exhala 
su  zumbido  por  la  abertura  de  las  narices;  pe- 
ro, aun  cuando  sea  muy  considerable,  no  pare- 
ce bastante  grande  para  ocasionar  un   ruido 


66  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

tan  fuerte  ,  sobre  todo  en  el  momento  en  que 
silba,  porque  á  la  vez  hace  una  cosa  y  otra. 

En  las  cañadas  ó  valles  de  los  montes  altos 
donde  las  aguas  forman  grandes  charcos,  se  ve 
un  ave  llamada  canelón  por  los  habitantes  del 
país.  Esta  ave  es  el  kamichi^  notable  por  cuan- 
to en  la  articulación  de  las  alas  tiene  dos  espo- 
lones que  salen  cosa  de  pulgada  y  media,  y  que 
sirven  para  su  defensa.  El  macho  y  la  hembra 
jamás  van  separados,  ora  vuelen,  ora  vayan  por 
la  tierra.  Esta  última  es  su  morada  mas  común, 
puesto  que  no  vuelan  sino  para  pasar  de  un 
valle  a  otro ,  ó  para  huir  de  sus  perseguidores. 
Se  come  la  carne  de  esta  ave,  pasando  por  bue- 
na aunque  empiece  á  estar  algo  mortificada.  Se 
observan  también  en  las  partes  menos  frias  de 
las  montañas,  pero  su  figura  es  algo  diferente  : 
tienen  sobre  la  frente  un  cuernecito  calloso  y 
blando,  y  encima  la  cabeza  un  pequeño  co- 
pete de  plumas. 

En  la  época  del  descubrimiento  del  Perú  los 
lamas  formaban  el  único  ganado  que  habia  en 
el  pais.  Este  animal,  llamado  en  varias  relacio- 
nes oveja  de  Indias  ,  se  asemeja  menos  á  las 
ovejas  que  al  camello ,  pues  tiene  como  este  su 
cabeza  ,  su  pelo  y  toda  la  figura  del  cuerpo,  á 


EN    AMÉRICA.  67 

escepcion  de  la  giba.  Es  mas  pequeño  :  aunque 
tenga  el  pie  hendido,  su  marcha  es  también  la 
del  camello.  Los  hay  negros,  brunos,  de  mez- 
cla y  muchos  blancos.  Su  altura  es  de  unos 
cuatro  pies.  Son  bastante  resistentes  para  lle- 
var un  peso  de  ochenta  á  cien  libras;  y  así  es 
(jue  los  Indios  se  han  servido  de  ellos  como  de 
animales  de  carga.  Comen  su  carne,  que  tiene 
el  gusto  de  la  del  carnero ,  pei'o  un  poco  mas 
desabrida.  Estos  animales  son  sumamente  dó- 
ciles y  poco  dispendiosos.  Toda  su  defensa  con- 
siste en  sus  narices,  de  las  cuales  arrojan  un 
humor  viscoso,  que  dicen  produce  la  sarna  en 
los  sujetos  que  toca;  mas  no  parece  cierta  tal 
aserción. 

La  vicuña,  llamada  también  según  algunos 
paco,  alpaca  y  alpaqiie.  forma  como  se  observó 
en  el  Viaje  al  antiguo  Perú,  una  especie  dife- 
rente del  lama ,  al  cual  no  obstante  se  parece 
mucho.  Es  la  mitad  mas  pequeña,  y  tiene  una 
lana  fina  y  sedeña  que  cubre  su  cuerpo.  La  vi- 
cuña habita,  en  manadas  mas  ó  menos  numero- 
sas ,  las  cimas  m.as  frias,  mas  desiertas  é  inac- 
cesibles de  la  cordillera  de  los  Andes.  Su  pasto 
es  el  ichu  ó  pajón,  planta  que  tapiza  las  locas 
en  medio  de  los  hielos  y  nieves.  Corre  y  se  en- 


C8  EL    JfUEVO    VIAJERO    ÜMVERSAL 

carama  por  aquellas  rocas  con  tanta  y  mas  lige- 
reza que  la  gamuza.  Sumamente  tímida  y  astu- 
ta, no  permite  que  se  le  acerquen;  pero  los  In- 
dios logran  sorprenderlas  con  cercas  de  cuer- 
das,  en  las  cuales  las  obligan  á  entrar  persi- 
guiéndolas ,  y  hacen  en  ellas  la  mas  terrible 
mortandad  para  quitarles  la  piel.  Su  carne  es 
alible. 

Los  animales  domésticos  de  Europa  traspor- 
tados a  la  América  meridional  se  han  allí  mul- 
tiplicado. Encüéntraseles  desde  la  orilla  del 
mar  hasta  las  regiones  donde  cesa  el  cultivo 
por  causa  del  rigor  del  clima,  y  donde  solo 
pueden  subsistir  los  lamas. 

Los  bueyes  y  los  caballos  se  han  vuelto  sil- 
vestres. Las  manadas  de  hueves  se  han  licclio 
tan  numerosas  en  los  países  situados  al  sur  y  al 
oeste  de  Buenos  Aires,  que  muchas  veces  matan 
al  animal  tan  solo  para  aprovechar  la  piel.  Los 
perros,  muchos  de  los  cuales  se  han  vuelto  sil- 
vestres, los  coguardos  y  los  jaguares  destruyen 
mas  de  los  que  se  puede  figurar.  Se  dice  que  los 
coguardos  no  necesitan  que  les  inste  elliambre 
para  matar  toros  y  vacas,  que  se  divierten  en 
cazarlos ,  y  que  á  veces  degüellan  diez  ó  doce, 
comiendo  solamente  uno.  Pero  los  mas  ten  i- 


EN    AMÉRICA.  ()9 

bles  enemigos  de  estos  animales  son  los  perros. 
Si  los  toros  llegan  á  desaparecer  un  dia  de 
aquel  pais ,  deberá  sin  duda  atribuirse  á  los 
peños ,  los  cuales  devorarán  hombres  cuando 
no  hallen  bestias. 

Los  caballos  se  cogen  con  lazos ;  son  hermo- 
sos ,  y  su  ligereza  no  desmiente  el  origen  espa- 
ñol. Los  mulos  no  son  menos  comunes  en  el 
Paraguay  que  en  el  Tucuman,  de  donde  se  ha 
advertido  ya  que  pasa  cada  año  un  gran  número 
al  Perú.  Estos  animales  son  de  mucha  utilidad 
en  aquellos  paises,  en  donde  hay  tanto  que  su- 
bir y  bajar,  y  á  veces  pasos  sumamente  peli- 
grosos. 

En  el  Paraguay  se  ven  unas  serpientes  llama- 
das cazadoras,  que  suben  á  los  árboles  para 
descubrir  su  presa,  y  que  tirándose  sobre  ella 
cuando  está  cerca ,  la  aprietan  con  tanta  fuerza 
que  ni  siquiera  puede  moverse  y  la  devoran 
\iva;  pero  cuando  se  han  engullido  los  anima- 
les enteros,  se  vuelven  tan  pesadas  que  no  pue- 
den menearse.  Se  añade  también  que  no  te- 
niendo siempre  bastante  calor  natural  para 
digerir  tan  enormes  bocados,  perecerían  infali- 
blemente si  la  naturaleza  no  les  hubiese  suge- 
rido un    remedio  muy   singular.   Vuelven  su 


70  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

\ ¡entre  de  cara  al  sol,  cuyo  ardor  lo  hace  en- 
trar en  putiefaccion;  salen  allí  los  gusanos,  y 
compareciendo  también  algunas  aves,  se  llevan 
todo  lo  que  buenamente  pueden.  La  serpiente 
no  se  olvida  de  impedir  que  pasen  deniasiado 
adelante  en  la  operación,  y  luego  se  restablece 
su  piel.  Pero  a  veces,  según  dicen,  sucede  que  al 
restablecerse  quedan  inclusasalgunas  ramas  de 
árboles  sobre  las  cuales  estaba  echado  el  ani- 
mal; pero  no  nos  esplican  el  como  se  salva  de 
este  nuevo  apuro.  Muchos  de  estos  monstiuo- 
sos  reptiles  viven  de  pescado;  y  el  V.  Mon- 
toya  ,  de  quien  se  han  sacado  estos  pormeno- 
res, cuenta    que  cierto    dia  vio  una   culebra 

cu  va  cabeza  era  del  tamaño  de  la  de  un  becer- 

t/ 

ro  ,  y  que  estaba  pescando  á  la  orilla  de  un  rio. 
Empezaba  arrojando  de  su  boca  mucha  espu- 
ma en  el  agua;  en  seguida  sumergia  la  cabeza 
permaneciendo  un  rato  inmóvil,  y  luego  abria 
de  repenle  la  boca  para  engullir  los  muchos 
peces  que  atraia  la  espuma.  Otra  vez,  cuenta  el 
mismo  misionero,  que  vio  un  americano  de  ta- 
lla muy  regular  que  estando  cubierto  de  agua 
hasta  la  cintura  ,  ocupado  en  la  pesca,  fue  en- 
gullido por  una  culebra,  y  que  esta  lo  restitu- 
yó entero  al  dia  siguiente.  Tenia,  dice,  los  hue- 


sos  tan  machacados ,  cual  si  lo  liiibiesen  sido 
eiilie  dos  ruedas  de  molino.  Las  culebras  de 
esta  especie  jamás  salen  del  agua;  y  en  los  pa- 
rajes rápidos,  que  son  bastante  frecuentes  en 
el  rio  de  Paraná,  se  las  \e  nadar  levantando  la 
cabeza,  que  tienen  muy  gruesa  con  una  cola 
muy  anclia.  Los  Americanos  pretenden  que  en- 
geiidran  como  los  animales  terrestres. 

En  aquel  pais  los  caimanes  son  de  un  tama- 
ño prodigioso. 

En  algunos  puntos  de  las  mismas  provincias 
se  ven  camaleones  de  una  especie  muy  singu- 
lar ;  pues  se  dice  que  tienen  cinco  ó  seis  pies 
de  largo,  prescindiendo  de  que  llevan  consigo 
sus  pequeñuelos,  y  que  siempre  tienen  la  boca 
abierta  hacia  el  lado  de  donde  viene  el  viento. 
Añaden  que  es  animal  muy  apacible,  pero  su- 
mamente estúpido. 

Los  monos  de  aquel  pais  son  casi  del  gran- 
dor de  un  hombre.  Tienen  gran  barba  y  la  cola 
nuiy  laiga.  Dan  gritos  espantosos  cuando  son 
lieridos  por  alguna  flecha;  pero  se  la  sacan  y 
la  arrojan  contra  los  que  se  la  tiraron. 

Las  zorrillas  son  muy  comunes  en  la  parte 
de  Buenos  Aires.  Su  pelo  es  agradablemente 
variado.  Nada  hay  mas  agraciado  que  esteani- 


72  EL    NUEVO    VIAJERO  UNIVERSAL 

mal :  es  tan  familiar,  que  se  acerca  á  acariciar 
á  los  pasajeros;  pero  su  orina,  del  mismo  mo- 
do que  en  las  de  las  demás  partes  de  la  Amé- 
rica meridional,  es  tan  infecta  que  es  preciso 
echar  al  fuego  todo  lo  que  llega  á  mojar. 

Aquellas  vastas  llanuras  están  habitadas  de 
agutis,  pecares,  aperas  llamados  sin  razón  co- 
nejos, tatos  y  cuatis. 


EN    AMERICA.  I  ^> 


^i :s.^. 3í.>.^:^:s«:3»^.3>.,3» s»,^« a« ■m.m.^-^-^ -^ <^ .^ ^ ^ -^ ^ ^  sj ^.^  <§{ 


CAPITULO  II. 


Noticia  del  Chimborazo  j  del  Carguairazo. 

Estos  dos  montes  asombrosos,  situado  el 
primero  á  veinte  y  cinco  leguas  y  tres  cuartos 
al  sur  de  Quito  y  á  veinte  y  tres  y  un  cuarto 
casi  al  noroeste  de  Guayaquil,  y  el  segundo  a 
veinte  y  dos  leguas  y  media  al  sur  del  mismo 
Quito  y  al  nordeste  del  Chimborazo,  pertene- 
cian  últimamente  a  nueva  Granada.  Pero  con- 
viene tratar  aqui  de  ellos,  ya  por  ser  general- 
mente conocidos  como  parte  del  antiguo  Perú 
y  como  una  porción  de  los  Andes  ,  ya  también 
porque  todas  las  montañas  de  la  ximérica  me- 
ridional forman  otro  de  los  objetos  mas  impor- 
tantes de  la  geografía ,  no  solo  á  causa  de  las 
muchas  cimas  que  pueden  contarse  entre  las 
mas  elevadas  del  globo,  sino  también  por  en- 
cubrir un  gran  número  de  volcanes  que  ofrecen 
las  mas  admirables  y  terribles  escenas  y  ocul- 
tan en  su  seno  minas  de  inagotable  riqueza. 


Antes  de  erilrar  en  la  descripción  del  Cliim- 
borazo,  conviene  recordar  que  las  cordilleras 
de  los  Andes  se  estienden  á  lo  largo  por  toda 
la  parte  que  tenian  los  Españoles  en  la  Améri- 
ca meridional ,  formando  la  mas  pequeña  uii 
gran  dique  ó  muralla ,  que  dirigiéndose  de 
norte  á  sur  sigue  las  costas  del  Grande  Océano, 
alejándose  tan  solo  de  estas  regularmente  de 
diez  á  doce  leguas. 

Está  coronada  de  una  serie  de  montañas  , 
ora  situadas  en  el  sentido  de  la  gsande  cordi- 
llera, ora  en  dirección  ti'asversal  li  oblicua, 
conteniendo  valles,  ó  estendiéndose  en  mese- 
tas. Estrecha  en  su  estremidad  meridional , 
donde  se  puede  decir  que  empieza  en  las  pe- 
queñas islas  situadas  al  sur  de  la  tierra  del 
Fuego  ó  cabo  de  Hornos,  á  los  cincuenta  y  cinco 
grados  cincuenta  y  ocho  minutos  latitud  sur, 
se  ensancha  de  golpe  al  noi  te  de  Chile.  Su  ma- 
yor anchura,  que  es  de  sesenta  leguas,  se  halla 
cerca  del  Potosí  y  del  lago  de  Ti  taca.  Junto  á 
Quito  entre  el  ecuador  y  á  un  grado  cuarenta 
y  cinco  minutos  sur  se  halla  su  mayor  altura. 

En  Popayan  el  gran  dique  se  divide  en  ^mu- 
chas cordilleras.  Dos  son  las  mas  notables  :  la 
una,  sumamente  baja,  corre  hacia  el  istmo  "^ 


EN    AMERICA.  /J 

Panamá;  la  otra  se  acerca  ai  mar  de  los  Cari- 
bes, cuyas  costas  meridionales  sigue  y  aun  pa- 
rece que  continua  hasta  la  isla  de  la  Trinidad 
por  medio  de  una  sierra  submarina. 

El  Ghimborazo,  lo  mismo  que  el  Mont-Blanc 
en  los  Alpes,  forma  la  estremidad  de  un  grupo 
colosal.  Desde  esta  cima  hasta  ciento  y  \einte 
leguas  al  sur  no  hay  otra  que  entre  en  la  re- 
gión de  las  nieves  perpetuas. 

En  la  pendiente  septentrional  del  Chimbo- 
razo,  entre  el  mismo  y  el  Carguairazo  ó  Carga- 
\irazo ,  pasa  el  camino  que  conduce  de  Quito  á 
Guayaquil  hacia  las  costas  del  océano  Pacífico. 
Por  aquella  parte  se  elevan  unas  cúspides  de 
fisfura  roma  cubiertas  de  nieves.  En  la  llanura 
de  Tapia,  desde  la  cual  cerca  de  Riobamba 
nuevo  tomó  Humboldt  el  diseño  que  está  ad- 
junto, el  grupo  de  aquellos  dos  montes  tiene 
una  altura  absoluta  de  dos  mil  ochocientos  no- 
veinta  y  "n  metros.  De  consiguiente,  la  cús- 
pide del  Chimborazo  no  escede  la  altura  de 
aquel  llano,  mas  que  en  ters  mil  seiscientos 
cuarenta  metros  ;  lo  que  hace  ochenta  y  cuatro 
metros  de  menos  que  la  elevación  de  las  cimas 
del  Mont-Blanc  sobre  el  priorato  de  Cha  moni. 
La  cumbre  del  pico   de  Tenerife  comparada 


76  EL    NUEVO    VIAJERO    UNJVERSAL 

con  el  nivel  de  la  población  de  Orotava  es  toda- 
vía mas  alta  que  el  Chimborazo  y  el  Mont- 
Blanc  sobre  la  llanura  de  Riobamba  y  el  prio- 
rato de  Chamoní  respectivamente. 

Las  montañas  que  pasmarian  por  su  enorme 
altura  si  estuviesen  colocadas  á  la  orilla  del 
mar,  no  parecen  mas  que  colinas  \istas  desde 
la  espalda  de  las  coixlilleras.  A  pesar  de  los  efec- 
tos de  esta  ilusión  producida  por  la  altura  en 
que  están  las  mesetas  de  Quito,  de  Muíalo  y  de 
Riobamba,  se  buscarla  en  \'ano  cerca  de  las 
costas  ó  en  la  pendiente  oriental  del  Cbinibo- 
razo  paraje  alguno  que  proporcionase  una 
vista  tan  magnífica  de  la  cordillera  como  la 
que  se  disfruta  en  el  llano  de  Tapia.  Hallándose 
uno  situado  entre  la  doble  cresta  que  foinian 
las  cimas  colosales  del  Cbimborazo,  del  Tun- 
guragua  y  del  Cotopaxi,  se  encuentra  todavía 
en  unos  ángulos  visuales  de  bastante  altura, 
los  cuales  se  van  trasformando  rápidamente  en 
otros  sumamente  agudos  á  medida  que  uno  se 
acerca  á  los  bosques  que  están  al  pie  de  las 
cordilleras. 

En  el  Cbimborazo  y  en  el  Carguairazo  el  lí- 
mite inferior  que  se  observa  de  las  nieves  per- 
petuas está  en  una  altura  que   escede  un  poco 


EK    AMÉRICA.  77 

á  la  del  Mont-Blanc,  pues  este  colocado  en  el 
ecuador  no  se  cubrirla  de  nieves  sino  acciden- 
talmente. La  temperatura  constante  que  reina 
en  aquella  zona  hace  que  el  límite  délas  nie- 
ves permanentes  no  presente  las  irregularida- 
des que  se  observan  en  los  Alpes  y  en  ios  Piri- 
neos. 

Por  una  pequeña  y  estrecha  cresta  que  sale 
del  medio  de  las  nieves  en  la  pendienle  meri- 
dional, se  esforzaron,  no  sin  grandes  riesgos, 
Humboídt  y  sus  compañeros  á  subir  á  la  cum- 
bre del  Chimborazo,    23    de  junio  de  1802  , 
llevando  con    ellos  los  instrumentos    cienííO- 
cos  hasta  una  altura  considerable,  á   pesar  de 
hallarse  rodeados  de  una  densa  niebla  y  suma- 
mente incomodados  por  la  grande  raridad  dd 
aire.    El   punto  en  donde  se  detuvieron   para 
esperimentar   la   inclinación  de  la  aguja  mag- 
nética les  pareció   que  era  el  mas  alto  á  que 
hubiesen  llegado  los  hombres  por  la  espalda 
de  aquellos  montes  ,   pues  escede  de  mil  cien- 
to la  cima  del  iVIont-Blanc,  á  donde  solo  pudo 
llegar  el  intrépido  Saussure  luchando  con  las 
mayores  dificultades.  Tan  penosas  incursiones 
escitan  el   interés   general  ;  pero  ofrecen  casi 
siempre  un  número  demasiado  corto  de  lesul- 

4 


78  EL    NUEVO    VIAJERO    UINIVERSAL 

tados  útiles  á  las  ciencias,  á  causa  de  que  el; 
viajero,  aislado  en  un  terreno  cubierto  de  nie- 
ves y  respirando  un  aire  muy  poco  favorable, 
se  halla  en  una  situación  en  que  los  esperimen- 
tos  no  pueden  verificarse  con  toda  la  delicadeza 
y  precisión   que  son  necesarias. 

Las  altas  cumbres  de  los  Andes  ofrecen  á  la 
vista  tres  formas  principales  diferentes. 

Los  volcanes  que  están  todavía  en  activi- 
dad, ó  sea  aquellos  que  no  tienen  mas  que  un 
cráter  de  una  anchura  estraordinaria,  presen- 
tan unas  montañas  cónicas,  con  sus  cúspides 
truncadas  mas  ó  menos  distantes  de  súbase: 
de  esta  clase  son  los  de  Cotopaxi ,  de  Popoca- 
tepec  y  del  pico  de  Or izaba. 

Los  volcanes  cuya  cima  está  hundida  por 
una  laiga  serie  de  erupciones  acaban  en  cres- 
tas erizadas  de  puntas,  agujas  inclinadas,  pe- 
ñascos quebrados  y  queamenazan  ruina.  De  es- 
ta forma  ha  quedado  el  Altar  ó  Capac-Lrcu , 
montaña  en  otro  tiempo  mas  elevada  que  el 
Chimborazo,  y  cuya  destrucción  pertenece  á 
una  época  memorable  en  la  historia  física  del 
nuevo  continente. 

En  la  misma  forma  existe  el  Carguairazo, 
destruido  en  gran  parte  en  la  noche  del  Í9  de 


EN    AMERICA.  JJ 

julio  de  1G98  ,  en  que  su  cumbre  quedó  aplo- 
mada. Entonces  se  derritieron  improvisameníe 
las  moles  de  nieve  que  lo  cubrian,  y  despidió 
también  por  sus  lados  entreabiertos  torrentes 
de  aguas  y  otras  materias  cenagosas,  que  vol- 
vieron estériles  las  campiñas  circunvecinas. 
Tan  horrorosa  catásírofe  iba  acompañada  de  un 
terremoto,  que  en  las  poblaciones  inmediatas 
de  Hambato  y  de  Llactacunga  sepultó  millares 
de  habitantes. 

Otra  forma  de  las  alias  cumiares  de  los  An- 
des, la  mas  majestuosa  de  todas,  es  la  del  Cliiin- 
borazo  ,  cuya  cúspide  eslá  en  forma  de  cono 
truncado  y  redondeada.  El  aspecto  de  las  mon- 
tañas de  granito  no  ofrece  mas  que  una  débil 
analogía  comparadas  con  el  Chimborazo,  por 
demasiado  aplanadas. 

De  aquí  es  que  desde  las  orillas  del  mar  del 
Suj-,  después  de  las  prolongadas  lluvias  del  in- 
vierno ,  cuando  la  transparencia  del  aire  au- 
menta súbitamente,  se  ve  aparecer  el  Chimbo- 
razo  como  una  nube  en  el  horizonte,  separado 
de  las  cumbres  inmediatas  y  alzándose  sobíc 
loda  la  cadena  de  los  Andes  como  la  magnífica 
cúpula  de  Roma  moderna  sobre  los  antiguos 
liioiunnenlos  que  circuyen  al  capitolio. 


80  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

La  Condamine  fue  el  primer  naturalista  que 
visitó  el  Cliimborazo  en  1745,  acompañado  de 
Bouguer,  don  Juan  de  Ulloa  y  otros  europeos. 
Según  élj  tendria  22.540  pies  sobre  el  nivel  del 
mar;  al  paso  que  en  la  opinión  de  Humboldt 
llega  a  23.450  pies  sobre  el  mismo  nivel  y 
13.097  sobre  el  llano  de  Quito.  El  punto  de  la 
vertiente  oriental  en  que  tuvo  que  detenerse 
Humboldt  en  su  subida  por  haberse  hallado 
con  un  precipicio  de  580  pies  de  ancho,  exce- 
dió de  4,067  pies  al  que  había  alcanzado  La 
Condamine. 

El  nombre  de  Cliimborazo  no  significa  niei'e 
de  la  otra  orilla  como  este  creia,  sino  nieve  del 
Chimbos. 

El  Carguairazo  eleva  su  parte  superior  mas 
allá  del  término  de  las  nieves  perpetuas,  pero 
se  cultiva  en  sus  faldas  grande  cantidad  de  ce- 
bada. 

La  cima  del  Chimborazo  está  cubierta  de 
perpetuas  nieves,  á  pesar  de  hallarse  á  1  grado 
47  min.,  18  seg.  lathud  sur. 


EW    AMERICA.  81 

CAPITULO  III. 


Clima  del  Perú.  Terremotos. 

Aunque  los  valles  del  Pera  ofrezcan  en  las 
orillas  del  mar  arenales  comparables  á  los  de  la 
Arabia,  disfrutan  de  una  temperatura  benigna, 
á  causa  de  los  aires  frios  con  que  mitigan  el  ca- 
lor las  cordilleras. 

La  sierra,  separada  de  los  \alles  por  una  faja 
de  eievadoscerros,  presenta  ya  una  estación  mas 
permanente  de  invierno,  que  sigue  en  casi  toda 
la  serie  de  la  costa  de  seis  á  veinte  leguas  de  la 
misma ,  terminando  en  la  gran  cordillera  de  los 
Andes.  Esta  temperatura  mas  rígida  y  tempes- 
tuosa es  mas  sana.  Son  también  mas  fecundas 
las  llanuras  que  abraza;  las  que  mediante  las 
abundantes  lluvias  y  la  buena  calidad  del  ter- 
reno abastecen  á  las  poblaciones  de  los  líanos, 
que  con  los  frutos  de  estos  solos  no  podrian 
subsistir. 


82  EL    IVUEVO    VIAIKRO    UNIVERSAL 

El  país  llamado  Montaña  Real,  muy  eslenso 
y  poco  conocido,  forma  el  fondo  principal  de 
aquella  parte  de  América  ;  pues  el  gobierno  del 
Peni  ocupa  solo  el  corto  espacio  de  la  costa  y 
sierra.  Tiene  la  Montaña  Keal  por  línea  diviso- 
ria de  esta  última  la  misma  cordillera  de  los  An- 
des. Si  bien  penetraron  en  ella  de  mucho  tiem- 
po los  misioneros,  yacen  en  un  total  abandono 
las  raras  é  interesantes  producciones  de  la  na- 
turaleza que  necesai'iamente  ha  de  contener. 

El  clima  es  menos  cálido  en  Eima  de  lo  que 
deberia  esperarse  de  los  grados  de  latitud  en 
(jue  está  situada  sobre  aquel  hemisferio.  Em- 
pieza la  primavera  á  fines  de  noviembre  ó 
principios  de  diciembre,  en  que  se  deja  ver  el 
sol  después  de  los  vapores  que  tienen  cubierta 
la  atmósfera  en  todo  el  invierno.  Viene  después 
el  verano  temperado  con  los  vientos  sures  (lla- 
mados asi  aunque  tiran  un  tanto  al  sudeste), 
que  corren  siempre  con  poca  fueiza  en  aquella 
estación.  Por  el  mes  de  junio  ó  principios  de 
julio  entra  el  invierno  y  en  seguida  el  otoño, 
en  cuyas  épocas  del  año  suelen  pasar  los  sures 
con  mas  fuerza,  causando  con  su  sutileza  un 
frió  que  es  muy  inferior  al  de  los  parajes  en 
(pie  nieva  ó  hiela. 


En   AMÉRICA..  83 

Las  dos  causas  a  que  dei>e  atribuirse  este 
frió  son  el  llevar  aquellos  vientos  la  impresión 
del  polo  sur  ,  y  la  neblina  con  que  se  cubre  el 
pais  mientras  dura  el  invierno,  mediante  las 
cuales  conservan  los  \ientos  su  temperatura 
fVia  en  el  dilatado  espacio  que  han  de  correr. 

Esta  neblina  se  estiende  no  solamente  por  el 
territorio  de  Lima,  sino  también  por  el  de  los 
\ alies  hacia  al  norte  y  la  atmósfera  marítima. 
Mantiénese  toda  la  mañana  oscureciendo  los 
objetos,  ordinariamente  hasta  las  diez  ó  las  on- 
ce, en  que  sin  disiparse  enteramente  empieza  :i 
elevarse,  dejando  cubierto  lo  restante  del  día 
y  de  la  noche.  Se  percibe  solo  algunas  veces  la 
imáí^en  del  sol,  v  otras  confusamente  las  estre- 
lias. 

A  dos  ó  tres  leguas  de  Lima  se  disipan  mu- 
cho mas  los  vapores  desde  el  mediodía  en  ade- 
lante ,  llegándose  á  descubrir  el  sol  enteramen- 
te. Así  es  que  en  el  mismo  puerto  del  Callao, 
que  dista  tan  poco  de  Lima,  son  mas  benignos 
y  alegres  los  inviernos. 

En  esta  estación  solamente  se  convierten 
las  vapores  en  un  rocío  muy  menudo,  llamado 
'a\\\  gama,  que  filtra  con  igualdad  en  toda  la 
tierra;  con  cuyo  beneficio  se  cul)ren  de  verbas 


84  EL    NUEVO    VIATI'RO    UIV1VERSA.L 

y  flores  hasta  los  cerros  y  lomas,  áridos  en  lo 
restante  del  año.  Este  rocío  es  muy  menudo,  y 
no  incomoda  tanto  que  impida  el  tránsito  á  los 
viajeros,  á  quienes  solo  humedece  la  ropa;  pe- 
ro su  continuación  y  la  ausencia  del  sol  cubre 
de  lodo  las  calles  de  Lima. 

Hay  el  fenómeno  paiticular  de  no  llover  en 
los  valles  del  Perií ,  ó  por  decirlo  mejor,  de  no 
convertirse  las  nubes  en  aguaceros  formales.  Lo 
han  atribuido  unos  á  la  agitación  continua  en 
(]ue  tendi'ian  hacia  la  misma  dirección  á  los  va- 
pores los  vientos  sures  siempre  constantes  y  úni- 
cos en  todo  el  año ,  la  que  impediriala  conden- 
sación. Se  ha  dicho  únicos  ,  por  serlo  general- 
mente en  los  valles;  pues  si  bien  algunas  ve- 
ces reinan  vientos  del  norte,  son  tan  impercep- 
tibles que  apenas  mueven  las  veletas  y  las 
grímpolas  de  las  embarcaciones. 

Otros  han  supuesto  las  causas  de  aquel  fe- 
nómeno en  la  fria  temperatura  de  aquellos 
vientos,  que  mantendría  en  un  grado  casi 
igual  la  atmósfera  en  todo  el  año,  en  la  abun- 
dancia de  las  partículas  salitrosas  evaporadas 
por  aquellos  mares  y  minerales,  y  en  la  falla 
de  actividad  de  los  rayos  del  sol. 

Otros  por   fin  han  observado  :  1.°  que  hay 


EN  AMÉRICA.  85 

ocasiones  en  que  los  sures  calman  totalmente, 
y  que  entonces  se  siente  un  ambiente  tenue  de 
la  parte  del  norte  ,  con  el  cual  se  forma  la  ne- 
blina; 2."  que  en  invierno  corren  los  \ientos 
sures  cerca  de  tierra  con  mas  violencia  que  en 
verano;  3.°  que  aunque  nunca  se  vea  en  el  pais 
de  valks  lluvia  formal,  hay  las  lloviznas  menu- 
das ó  garúas  ,  casi  de  continuo  en  invierno  y 
nunca  en  verano;  4."  que  siempre  que  las  hay, 
las  nubes  ó  vapores,  como  sucede  en  todos  los 
países  algo  fríos,  están  pegados  contra  la  tier- 
ra, y  la  misma  neblina  es  la  que  se  convierte 
en  garúa,  empezando  con  un  ambiente  húme- 
do, hasta  que  condensándose  mas  y  m,as  se 
distinguen  las  gotas  menudas  ;  5^  que  los  rayos 
del  sol  producen  en  verano  en  todo  el  pais  de 
Valles  un  calor  muy  sensible,  mayormente  en 
los  terrenos  arenosos ,  en  que  es  vivo  su  refle- 
jo y  muy  flojos  los  vientos,  y  de  consiguiente 
que  si  fuese  fundada  la  primera  opinión  que  se 
ha  indicado,  cesando  la  agitación  de  los  vien- 
tos en  su  mayor  parte  en  el  verano,  debería 
entonces  llover,  al  paso  que  muy  al  contrario 
de  esto  ni  las  garúas  son  regulares  en  aquella 
estación  ;  G""  que  en  el  pais  de  Valles  hay  en 
algunas  ocasiones  aguaceros  formales,   como 


86  EL    ]N'UEVO    VIAJEPxO    UNIVERSAL 

en  Cliocope,  Trujiiío,  Tiinibez  y  otros  puntos, 
siendo  los  \ientos  también  del  sur  y  mucho 
mas  fuertes  que  ordinariamente;  y  7""  que  en 
ias  cumbres  de  los  cerros  y  montañas  elevadas 
se  siente  correr  el  viento  con  mayor  fuerza, 
que  inmediato  á  la  tierra  baja;  infiriéndose  de 
aquí  que  las  corrientes  de  aire  tienen  allí  su 
mayor  velocidad  á  cierta  altura  de  la  atmósfe- 
ra, pero  no  superior  á  aquella  en  que  se  for- 
man las  lluvias. 

Atendidas  todas  estas  observaciones,  espli- 
can  el  fenómeno  los  que  sostienen  la  tercera 
opinión  diciendo  que  en  el  verano  cuando 
aquella  atmósfera  está  mas  enrarecida,  levan- 
tando el  sol  los  vapores  con  el  mismo  estado 
de  raridad  al  llegar  á  las  coirientes  fuertes  son 
ajrebatados  antes  que  puedan  convertirse  en 
gotas,  haciendo  que  el  cielo  este  despejado  y 
claro;  que  en  invierno,  estando  mas  conden- 
sada  la  atmósfera  por  la  menor  elevación  per- 
})endicular  de  los  rayos  del  sol  y  siendo  los 
vientos  mas  frios,  no  pueden  alzarse  los  va])o- 
res  con  la  prontitud  que  en  verano  ,  y  además 
no  se  lo  permite  tanto  la  coniente  de  la  mayor 
velocidad  del  aiie  por  estar  mas  cerca  de  la 
tierra.  Así  pegados  contra  ella  se  convierten  en 


EN  .v]Mi:rica.  87 

la  neblina  ,  y  juntándose  mas  fácilmente  en  un 
espacio  menos  dilatado  forman  después  la  ga- 
rúa, y  luego  la  mayor  actividad  del  sol  propor- 
ciona hacia  al  mediodía  su  elevación  y  el  disi- 
parse en  las  corrientes  mas  fuertes. 

Prosiguen  los  de  esta  opinión  que  si  algu- 
nos de  los  vapores  menos  condensados,  conti- 
nuando su  ascenso  á  pesar  de  las  corrientes 
recias,  llegan  á  sobrepujar  la  región  de  estas , 
forman  entonces  un  celaje  elevado  que  se  nota 
en  aquel  pais  cuando  queda  enteramente  levan- 
tada la  neblina. 

El  haberse  esperimentado  aguaceros  fuertes 
y  continuos  en  algunas  ocasiones  en  Tumbez 
y  en  otras  poblaciones  de  aquella  parte,  debe 
ati'ibuirse  á  circunstancias  particulares.  En 
Chocopeal  esperi mentarse  imo  de  ellos,  todo  el 
día  estaba  clara  la  atmósfera,  y  solo  de  las  cin- 
co de  la  tarde  en  adelante  empezaba  la  lluvia  y 
la  fuerza  del  viento.  Las  brisas  tienen  su  ma- 
yor fuerza  en  los  paises  en  donde  son  regula- 
res de  la  caida  del  sol  hasta  su  salida,  desde 
diciembre  en  adelante.  Así  de  esto  como  de 
otros  datos,  es  de  creer  que  las  lluvias  de  Cho- 
cope  serian  en  aquel  mes  que  corresponde  allí 
al  verano.  Luego  puede  deducirse  que  las  bri- 


H8  EL    INXEVO    VIAJERO    UNIVERSAL. 

sas  recaiarian  contra  los  sures ,  dando  ocasión 
á  condensarse  los  vapores. 

Chocope  está  mucho  mas  distante  de  los 
])untos  hasta  donde  suelen  recalar  las  brisas  ^ 
(|ue  Tumbez  ,  Piura  ,  Sechura  y  otras  pobla- 
ciones mas  cercanas  a  la  equinoccial.  Así  se  es- 
plica  por  esta  opinión  el  que  en  estas  últinjas 
se  vean  lluvias  con  mas  frecuencia. 

Semejantes  teorías  no  pueden  estenderse 
mas  en  una  obra  como  la  piesente  ,  para  suje- 
tarlas á  las  reflexiones  que  ofrecen  los  conoci- 
mientos físicos  actuales. 

JNo  lloviendo  casi  nunca  en  Lima  ,  tampoco 
está  sujeto  aquel  pais  á  tempestades.  Por  esto, 
cuando  sus  moradores  no  han  estado  en  la  Ser- 
cania,  ó  en  otros  parajes  como  Guayaquil  ó 
enhile  ,  les  causan  por  primera  vez  grande  no- 
vedad y  terror  los  truenos  y  relámpagos.  Es 
digno  de  notarse  que  á  treinta  leguas  al 
oriente,  ó  menos,  son  al  contrario  muy  comu- 
nei  los  aguaceros  y  las  tempestades,  como  en 
Quito. 

Hasta  ios  vientos  son  allí  ordinariamente 
moderados  en  todos  tiempos ,  no  sintiéndose 
aun  en  lo  mas  riguroso  del  invierno  con  tanta 
fuerza  que  incomoden.  Los  tan  insensibles  de 


EN    AMÉRICA.  89 

norte  que  se  han  indicado  antes,  se  esperi- 
mentan  regularmente  en  el  invierno;  y  con 
ellos  empieza  la  neblina  inmediatamente.  Esta 
ventolina  se  anuncia  aun  antes  de  condensar  la 
niebla,  con  indisposiciones  de  cabeza  ó  jaque- 
cas que  atacan  á  los  moradores  sin  salir  de  sus 
dormitorios. 

Pero  la  mayor  calamidad  que  sufre  aquel 
pais  son  los  terremotos. 

No  siempre  se  suceden  con  la  misma  frecuen- 
cia, ni  son  semejantes  en  duración,  ni  causan 
igual  trastorno;  pero  nunca  se  interrumpen 
por  tan  largo  tiempo  que  dejen  tranquilos  á  los 
habitantes.  Muy  al  contrario  de  esto,  cuando 
han  cesado  por  muchos  años  se  teme  la  mayor 
violencia  y  duración  del  que  sobrevenga. 

En  1742  hubo  uno  el  9  de  mayo  á  las  nueve 
y  tres  cuartos  de  la  mañana,  otro  el  19  del 
mismo  mes  á  las  doce  de  la  noche,  otro  el  27 
á  las  cinco  y  treinta  y  cinco  minutos  de  la  lar- 
de, otro  el  12  de  junio  á  las  cinco  y  cuarto 
de  la  mañana,  y  otro  el  14  de  octubre  á  las 
nueve  de  la  noche.  En  todos  estos  el  arrebato 
duró  á  lo  menos  un  minuto,  y  casi  dos  en  el  de 
27  de  mayo,  en  que  primero  hubo  un  estreme- 
cimiento grande  y  después  otros  pequeños  has- 


?)0  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

ta  que  cesaron  del  todo.  A  mas  de  estos  hubo 
aquel  año  otros  temblores  de  tierra  en  los 
tiempos  intermedios,  que  no  fueron  tan  sen- 
sibles. 

Desde  que  se  establecieron  allí  los  Españo- 
les ,  se  tiene  noticia  de  haber  sido  los  mas  de- 
sastrosos los  siguientes  : 

En  1582,  uno  en  que  Lima  no  recibió  el  da- 
ño que  en  otros  posteriores  ;  pero  Arequipa 
quedó  casi  arruinada  ,  por  haber  sido  hacia 
aquella  parte  donde  parece  que  fue  el  princi- 
pal movimiento. 

En  1586,  el  9  de  julio,  otro  en  Lima  de 
los  mas  notables,  y  del  cual  se  hace  en  ella 
conmemoración  el  dia  de  santa  Isabel. 
En  1G09,  otro  semejante. 
En  1G30,  el  27  de  noviembre ,  otro  que  por 
sus  grandes  estragos  en  la  ciudad  hizo  temer 
su  entera  ruina  ;  por  cuyo  motivo  quedó  en 
aquel  dia  una  festividad  a  nuestra  señora  del 
Milagro. 

En  1655,  el  13  de  noviembre,  otro  que  ai- 
ruinó  los  mejores  edificios  y  muchas  casas  de 
aquella  ciudad.  Los  vecinos  salieron  á  vivir 
por  muchos  dias  en  los  campos. 

En  1678,  el  17  de  julio,  maltrató  otro  consi- 


EJf    AMÉRICA.  91 

derabieiiiente  las  iglesias  ,  y  redujo  á  ruinas 
muchas  casas. 

En  1{>87,  el  20  de  octubre,  uno  de  los  ma- 
yores. Empezó  á  las  cuatro  de  la  mañana,  der- 
ribando varias  casas  y  edificios,  en  que  sepul- 
tó un  crecido  numero  de  gente.  Sirvió  esto  de 
aviso  á  ios  demás  moiadores  para  que  pudie- 
sen salir  á  las  calles,  plazas  y  otros  lugares,  en 
donde  á  las  seis  de  la  mañana  presenciaron  un 
segundo  estremecimiento  que  hizo  sucumbir 
los  edificios  quehabian  resistido  al  primero.  El 
mar  se  retiró  sensiblemente  desús  orillas  al  se- 
gundo estremecimiento  ;  y  al  volver  á  ocupar- 
las con  montes  de  agua  inundó  al  Callao  y  otras 
playas ,  ahogando  á  los  que  halló  en  ellas. 

En  1697,  el  29  de  setiembre,  hubo  otro  gran 
terremoto. 

En  1699,  el  14  de  julio  otro  considerable. 

En  1725,  el  8  de  enero  ,  uno  que  maltrató 
muchos  edificios. 

En  1729,  el  2  de  diciembre,  otro  á  la  una  de 
la  mañana,  semejante  al  antecedente. 

En  1690,  1734  y  1743,  otros  tres  de  menor 
fuerza  y  duración. 

En  1746,  el  28  de  octubre,  á  las  diez  y  me- 
dia de  la  noche,  cinco  horas  y  tres  cuartos  an- 


92  EL    NUEVO    VIAJERO   UNIVERSAL 

tes  del  plenilunio,  uno  de  los  mas  horrorosos. 
Empezaron  los  vaivenes  de  la  tierra  en  aquella 
hora,  y  fueron  tan  violentos,  que  en  poco  mas 
de  tres  minutos  quedaron  destrozados  la  ma- 
yor parte  de  los  edificios  grandes  y  pequeños 
de  la  ciudad,  sepultando  á  los  que  no  fueron 
prontos  á  huir  de  las  inmediaciones.  Paió  en- 
tonces el  movimiento,  pero  repitiéndose  des- 
pués se  contaron  cerca  de  doscientas  nuevas 
concusiones  dentro  de  las  primeras  veinte  y 
cuatro  horas,  y  cuatrocientas  cincuenta  v  una 
hasta  el  24  de  febrero  de  1747,  algunas  sino  de 
tanta  duración,  á  lo  menos  de  no  inferior  es- 
fuerzo al  primer  estremecimiento. 

El  presidio  ó  plaza  del  Callao  sufrió  igual  rui- 
na á  la  misma  hora;  y  retirándose  el  mar  lar- 
ga distancia,  como  suele  en  semejantes  ocasio- 
nes, volvió  á  convertir  con  sus  espaciosas  en 
un  gran  piélago  la  ciudad  y  tierras  circunveci- 
nas. Retrocedió  otra  vez  desproporcionada- 
mente; pero  avanzando  de  nuevo,  sobrepujó  la 
inundación  á  las  murallas  y  edificios  altos  de 
la  plaza ,  dejando  solo  en  pie  un  pedazo  de  mu- 
ro en  el  fuerte  ó  baluarte  de  Santa  Cruz.  De 
veinte  y  tres  embarcaciones  fondeadas  en  el 
puerto,  fueron  sumergidas  diez  y  nueve,  y  vaia- 


EN    AMIíRICA..  93 

(las  en  parajes  de  tierra  muy  distantes  de  la 
playa  las  cuatro  restantes,  entre  ellas  la  fraga- 
ta de  guerra  San  Fermín. 

Ca vallas,  Guayape  y  otros  puertos  de  la  mis- 
ma costa  sufrieron  igual  desgracia  ala  del  Callao; 
y  una  suerte  semejante  á  la  de  Lima  tuvieron 
las  villas  de  Chancay  ,  Guarisa  y  los  valles  de  la 
Barranca,  Supe  y  Pativilca.  Los  cadáveres  des- 
cubiertos en  aquella  ciudad  el  31  del  mismo  oc- 
tubre llegaron  á  mil  trescientos;  pero  otras  per- 
sonas acabaron  después  sus  dias  faltadas  debra- 
zos ó  piernas,  ó  estropeadas  de  otro  modo  en 
medio  délos  mas  vivos  dolores.  De  mas  de  cua- 
tro mil  que  se  contaban  en  el  Callao  salvaron  la 
vida  poco  mas  de  doscientas  ,  veinte  y  dos  de 
ellas  en  el  lienzo  de  muralla  que  quedó  sin  des- 
truir. 

Al  mismo  tiempo  reventaron  tres  \olcanes 
en  una  montaña  que  está  sobre  Patas,  llamada 
Conversiones  de  Cajamarquilla  y  otro  en  Lua- 
canas,  inundando  todos  sus  territorios  inme- 
diatos, como  sucedió  con  el  de  Carguayrazo. 

En  1764  hubo  también  otro  terremoto. 

En  1806  bubo  igualmente  otro  de  conside- 
ración. 

Y  por  ultimo,  el  de  30  de  marzo  de  1828 


94  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

acabó  con  la  vida  de  mas  de  mil  personas,  y  ar- 
ruinó la  mayor  parte  de  los  edificios  públicos 
y  casas  particulares,  dejando  los  restantes  muy 
tiastornados. 

Además  de  estas  desgracias  lian  formado  los 
temblores  de  tierra  en  varias  partes  grandes 
hendeduras,  sobre  las  cuales  ha  sido  necesario 
colocar  puentes  para  conservar  las  comunica- 
ciones. Una  de  las  que  dejó  el  de  174G  tenia 
tres  cuartos  de  les^uade  lar^o  sobre  dos  metros 
de  ancho. 

Estos  terremotos  van  regularmente  precedi* 
dosde  algunas  señales.  La  principal  consiste  en 
un  estruendo  que  se  siente  correr  por  debajo 
de  tierra  cosa  de  un  minuto  antes  délas  concu- 
siones. Otra  es  el  ladrido  de  los  perros,  que 
siendo  los  primeros  que  lo  perciben,  empiezan 
á  dar  estraordinarios  aullidos,  y  el  pararse  las 
bestias  que  van  por  las  calles  y  caminos, 
abriendo  por  instinto  sus  piernas  para  soste- 
nerse mejor. 

Algunos  dias  antes  que  se  verificase  el  de 
174G,  se  oyeron  en  Lima  ruidos  subterráneos, 
unas  veces  como  bramidos  de  toro,  y  otias  co- 
mo tiros  de  artillería;  y  continuaron  aun  des- 
pués percibiéndose  con  el  silencio  de  la  noche, 


EX    AMIÍRICA.  95 

como  que  todavía  no  liuÍ3Íese  cesado  la  cansa 
que  los  produjo.  Es  de  notar  que  el  Peni  en- 
cubre en  abundancia  salitre  ,  azufre  ,  sales  ,  \  i- 
tííolo  y  otras  materias  combustibles;  y  ([ue  el 
terreno,  tanto  en  Quito  como  principalmente  en 
Valles,  es  esponjoso  y  hueco,  dejando  entre  sí 
muchos  poros  y  concavidades,  y  corriendo  sub- 
terráneamente muchas  aguas  de  los  hielos  que 
se  derriten  de  continuo  en  la  Serranía.  Asimis- 
mo se  ha  observado  que  acaecen  los  terremo- 
tos á  la  mitad  del  menguante  ó  del  creciente 
de  la  marea  indistintamente,  contra  los  que 
opinaban  que  debían  solo  esperimentarse  en 
las  seis  horas  del  reflujo  ó  bajamar. 

X\  primer  anuncio  de  terremoto  dejan  los 
habitantes  sus  casas  con  la  mayor  precipita- 
ción en  el  modo  que  se  encuentran,  abando- 
nándolo todo  para  salvarse  en  las  calles  y  pla- 
zas. Estas  presentan  entonces  la  escena  mas 
terrible  y  estraordinaria.  El  conjunto  de  perso- 
nas vestidas  del  modo  mas  estravaganteótal  vez 
casi  desnudas,  la  confusa  gritería  de  niños,  mu- 
chachos ,  hombres  y  mugeres ,  los  penetrantes 
aullidos  de  los  perros,  el  bamboleo  y  caída 
estrepitosa  de  los  edificios,  y  los  altos  clamores 
de  misericordia  que  se  dirigen  al  Cielo,  causan  ' 


96  EL    NUEVO    VlAJEftO    UNIVERSAL 

un  pavor  tan  grande  que  no  es  posible  espli- 
carlo.  A  este  siguen  por  largo  tiempo  la  turba- 
ción ,  el  espanto,  el  temor  de  que  no  se  repita 
la  catástrofe,  y  el  aguardar  cuanto  es  dable  an^ 
les  de  recogerse  de  nuevo  en  las  casas. 


EN    AMERICA. 


97 


^Ss--3..^3B.¡p.>»^'»»>»3»«*»^»^»:^«S>«  ^<<<<<«g-^<!Í'^-^^-<«í^< 


CAPITULO  IV . 


Descripción  f  costumbres  de  la  ciudad  de  Lima. 

La  ciudad  de  Lima,  por  otro  nombre  ciudad 
de  los  Reyes,  fundada  el  dia  de  la  epifanía  ó  se- 
gún otros  el  18  de  enero  de  1535,  por  Francis- 
co Pizarro,  y  desde  entonces  capital  del  Perú, 
está  situada  á  12",  2',  34''  de  latitud  sur  y  á 
mas  de  setecientos  pies  sobre  el  nivel  del  mar, 
en  un  clima  salubre,  aunque  muy  cálido,  en 
el  espacioso  y  ameno  valle  de  Rimac,  á  una  le- 
gua y  media  de  la  embocadura  del  rio  de  este 
noipbre,  y  á  veinte  y  cuatro  al  sur  de  Quito.  Ri- 
mac significa  el  que  habla^  por  razón  de  un  ído- 
lo á  quien  los  Indios  ofrecían  sacriñcios  y  por 
medio  del  cual  se  daban  respuestas.  Este  nom- 
bre se  supone  corrompido  por  los  Españoles 
en  el  de  Lima.  Varía  allí  la  aguja  magnética  9°, 
2'  y  medio  al  nordeste. 

Lima  es  también  la  sede  de  un  arzobispado 
y  la  capital  de  la  intendencia  de  su  nombre  y 


98  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSM. 

de  la  provincia  ó  distrito  llamado  Cercado  de 
Lima. 

A  la  parte  del  norte  tiene  la  cordillera  de  los 
Andes  á  bastante  distancia  ,  de  la  cual  se  avan- 
zan hasta  el  llano  algunas  colinas  y  cerros  de 
mediana  altura.  Los  mas  cercanos  son  el  de 
San  Cristóbal  de  ciento  treinla  y  cuatro  toesas 
de  elevación  sci^un  Jorge  Juan  y  La  Condamine, 
ó  de  ciento  cuarenta  y  seis  y  un  pie  según  el 
P.  Feuillée.  Los  Amancaes,  aunque  menos  altos, 
están  á  cosa  de  un  cuarto  de  legua  de  la  ciu- 
dad. Al  norte  de  ella  corre  inmediato  el  rio  de 
su  nombre,  que  se  estiende  lo  bastante  en  an- 
chura y  profundidad  cuando  recoge  agua  de  la 
sierra  ;  y  así  por  esto  como  por  la  violencia  de 
su  corriente,  no  se  puede  entonces  vadear.  Un 
puente  de  piedra  muy  hermoso  y  ancho,  con 
un  arco  correspondiente  á  su  arquitectuia  en 
el  estremo,  obra  del  virey  Marques  de  Montes 
Claros,  sirve  de  entrada  á  la  ciudad  y  de  paso  á 
la  plaza  principal  que  está  á  poca  distancia. 

Las  cúpulas  ,  los  campanarios  y  los  edificios 
públicos  que  se  levantan  á  mucha  altura  y  se 
descubren  desde  lejos  ,  una  alameda  con  dos 
hileras  de  árboles  y  \arios  paseos  inmediatos 
guarnecidos  de  flores  y  olorosos  arbustos,  y  un 


EN    AMÉRICA.  99 

arco  triunfal,  aunque  un  lanío  arruinado,  que 
forma  la  enlrada  principal  de  la  ciudad  ,  pie- 
senlaa  á  Lima  bajo  un  punió  de  vista  impo- 
nente por  la  parle  del  Callao. 

La  plaza  mayor  ,  en  medio  de  la  ciudad,  es 
cuadrada  y  muy  espaciosa^  de  ochenta  toesas  en 
cada  uno  de  sus  lados.  Tiene  en  su  centro  una 
magnífica  fuente,  obra  del  virey  Conde  de  Sal- 
vatierra, coronada  con  una  estatua  que  repre- 
senta la  Fama.  Toda  ella  y  cuatro  pequeños  re- 
cibidores que  la  rodean  circularmenle  son  de 
bronce,  arrojando  el  agua  en  abundancia,  la  fi- 
gura principal  por  su  trompeta ,  y  ocho  leones 
de  la  misma  materia  por  sus  bocas. 

Al  oriente  de  la  plaza  esta  la  catedral  y  el  pa- 
lacio del  arzobispo,  que  dominan  a  toda  la  ciu- 
dad, y  cuyos  principales  fundamentos  ,  las  ba- 
sas de  sus  colunas  y  pilastras,  y  la  gran  fa- 
chada que  mira  al  occidente,  son  de  piedra  de 
cantería.  En  su  interior  imita  la  catedral  á  la  de 
Sevilla,  aunque  no  es  de  tanta  capacidad.  Se 
concluyó  su  reedificación  el  8  de  diciembre  da 
1758.  Tiene  un  magnífico  frontispicio,  que  ocu- 
pado en  su  centro  por  la  portada  principal,  es- 
tá acompañado  de  dos  torres.  Una  espaciosa 
grada  circunvalada  de  barandillas  de  madera 


100  EL    INTIEVO    VIAJERO   UNIVERSAL 

bronceada  y  diferentes  pirámides  medianas, 
que  se  levantan  a  pequeñas  distancias,  acaban 
de  hermosear  la  obra  por  aquella  parte. . 

Al  norte  de  la  plaza  hay  el  palacio  del  virey, 
hoy  dia  del  gobierno  ;  y  en  él  los  tribunales  ci- 
viles, criminales  y  de  hacienda,  y  la  cárcel  de 
corte.  Pero  este  edificio  de  gran  magnificencia 
quedó  reducido  con  el  terretiioto  de  1687  á  las 
habitaciones  bajas  sobre  un  terraplén,  que  sir- 
vieron después  de  morada  á  los  vireyes  y  á  su 
familia. 

Al  occidente  liacen  frente  á  la  catedral  la  ca- 
sa de  ayuntamiento  al  estilo  chinesco,  y  la  cár- 
cel de  la  ciudad  ,  (¡ne  con  otras  casas  de  parti- 
culares en  la  fachada  del  sur,  son  de  un  solo  al- 
to, y  con  su  uniformidad,  pórticos  y  desaiiogo 
aumentan  la  hermosura  de  la  plaza. 

La  ciudad  forma  como  un  triángulo,  cuyo 
lado  mayor  se  prolonga  por  la  orilla  izquierda 
del  rio  mil  novecientas  veinte  toesas,  ó  sea  dos 
tercios  de  legua;  y  su  altura,  que  es  de  norte 
á  sur  ,  desde  el  puente  hasta  el  ángulo  opuesto 
llega  á  mil  ochenta  toesas  solamente.  Está  cir- 
cuida de  murallas  de  adobes  de  bastante  an- 
chura, obra  del  Duque  de  la  Palata,  bajo  la  di- 
rección del  ingeniero  Pedro  Ranion  Flamenco; 


EN    AMERICA. 


101 


liácia  1685,  nada  regular  en  sus  proporciones, 
con  treinta  y  cuatro  baluartes  sin  terraplenes 
ni  troneras  para  artillería,  para  el  solo  objeto 
de  precaverse  de  cualquiera  repentina  invasión 
de  Indios.  Hay  siete  puertas  y  tres  postigos. 

A  la  otra  parte  del  rio  Rimac  se  baila  el  arra- 
bal de  san  Lázaro ,  muy  capaz,  el  cual  se  babia 
aumentado  en  pocos  años  á  últimos  del  siglo 
pasado. 

Todas  las  calles  de  la  ciudad  y  arrabal  son 
anchas  y  están  á  cordel  y  paralelas  entre  sí,  for- 
mando unas  de  norte  á  sur  y  otras  de  oriente  á 
occidente  cuadras  ó  sea  manzanas  cuadrada  de 
casas  de  ciento  cincuenta  varas,  que  es  el  nu- 
mero de  que  se  entienden  las  cuadras  en  toda 
aquella  comarca.  Las  calles  están  empedradas 
con  guijarros  redondos,  ladeadas  de  aceras,  v 
atravesadas  por  acequias,  cuya  agua  tomada  del 
rio  algo  mas  arriba  de  la  ciudad,  pasa  en  su 
mayor  parte  por  conductos  de  bóveda  y  sirve 
para  la  limpieza.  En  los  últimos  anos  del  siglo 
pasado  se  suponía  la  ciudad  de  diez  millas  de 
estension,  trescientas  cincuenta  y  cinco  calles, 
y  tres  mil  seiscientas  cuarenta  y  una  casas. 

Estas  ,  aunque  la  mayor  parte  bajas  y  de  un 
solo  piso,  tienen  un  aspecto  agradable,  con  bal- 

5 


102  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

cones  al  frente  y  son  muy  cómodas.  Si  bien  es- 
tán fabricadas  con  bajareques  y  quincha  ,  y  á 
\eces  de  ladrillo,  aparentan  ser  de  otra  materia 
mas  sólida  por  el  grueso  de  sus  paredes  y  cor- 
nisas. Para  resistir  á  los  terremotos  se  fabrican 
de  madera,  que  se  liga  con  la  de  los  techos  y  se 
Ibrra  por  dentro  y  fuera  de  cañas  bravas  ó  de 
cliagllas  ,  y  así  dispuestas  se  embarran  ó  blan- 
<]uean,  pintando  en  forma  de  cantería  lo  que 
corresponde  a  la  calle.  Se  añaden  luego  las  cor- 
nisas y  portadas  de  madera,  á  que  se  da  un  co- 
lor de  piedra.  Los  techos  ó  azoteas  son  llanos  , 
sin  mas  defensa  que  la  necesaria  contra  el  sol  y 
el  viento,  puesto  que  nunca  llueve  con  fuerza 
«i  abundancia,  poniéndose  una  capa  de  barro 
sobre  el  entablado  que  los  forma  de  curiosas 
molduras  y  labores.  De  este  modo  sigue  el  edi- 
ficio el  movimiento  de  los  temblores  de  tierra, 
y  aunque  se  resienta  en  parte,  no  se  arruina 
con  tanta  facilidad. 

Las  cañas  bravas  son  del  grueso  y  largo  de 
las  regulares  de  Europa  ,  diferenciándose  en 
que  son  macizas,  sin  ningún  vacío  ó  hueco  en 
sus  aparentes  cañutos ,  y  en  que  forman  una 
especie  de  madera  muy  recia,  flexible  y  poco 
sujeta  á  corrupción.  Las  chagUas  son  unas  va- 


EN    AMERICA.  103 

ras  fuertes  y  flexibles  á  manera  de  mimbres, 
que  del  mismo  modo  que  las  cañas  bravas ,  se 
crian  silvestres  en  los  montes  y  orillas  de  los 
rios.  De  unas  y  otras  se  componen  las  casas  de 
todas  las  poblaciones  de  Valles. 

En  los  barrios  retirados  de  la  ciudad,  al 
oriente,  sur  y  occidente  y  dentro  de  sus  mu- 
rallas hay  huertas  de  toda  especie  de  verduras  , 
y  árboles  frutales,  con  la  proporción  del  agua 
de  riego.  Mucha  parte  de  las  casas  principales 
tienen  también  en  su  espalda  patios  ó  jar- 
dines. 

La  ciudad  está  dividida  en  cuatro  cuarteles. 
A  mas  de  la  catedral  tiene  cinco  parroquias, 
que  son  :  el  Sagrario  ,  servida  por  tres  curas  ; 
santa  Ana  y  san  Sebastian,  por  dos  cada  una  ; 
san  Marcelo,  por  uno,  y  asimismo  san  Lázaro, 
que  se  estiende  á  cinco  leguas  hasta  el  valle  de 
Caravaillo,  y  abraza  las  muchas  y  grandes  ha- 
ciendas de  aquel  territorio,  en  algunas  de  las 
cuales  sin  embargo  hay  capillas.  Existen  además 
dos  ayudas  de  parroquia,  que  son  San  Salva- 
dor, de  la  de  Santa  Ana  y  la  capilla  de  los  Huér- 
fanos ,  de  la  del  Sagrario,  y  otra  parroquia  de 
hidios  en  el  Cercado. 

Kabia  cuatro  conventos  de  dominicos,  que 


í()\  EL    NUEVO    VIIJEIIO    UXIVERSA.L 

soHj  la  Casa  grande,  Recolección  de  la  Magdale- 
na ,  Colegio  de  santo  Tomas  para  estudios,  y 
Santa  Rosa;  tres  de  franciscanos,  esto  es^la  Ca- 
sa grande,  Piecoletos  de  nuestra  Señora  de  los 
Angeles  ó  Guadalupe,  y  Descalzos  de  san  Diego 
en  el  arrabal  de  san  Lázaro  ;  tres  de  agustinos, 
á  saber,  la  Casa  grande,  San  Ildefonso  colegio 
para  estudios,  y  nuestra  Señora  de  Guía  que 
servia  de  noviciado  ;  y  tres  de  la  Merced,  esto 
es  ,  la  Casa  principal ,  el  Colegio  de  san  Pedro 
Nolasco,  y  una  Recolección  con  el  nombre  de  Be- 
lén. Antiguamente  hubo  seis  colegios  ó  casas  de 
los  jesuítas,  que  eran  :  San  Pablo,  colegio  má- 
ximo ,  san  Martin,  colegio  de  estudios  para  se- 
culares; san  Antonio,  noviciado;  la  Casa  profe- 
sa ,  con  la  invocación  de  nuestra  señora  de  los 
Dolores  ó  los  Desamparados;    el  Colegio  dí^l 
Cercado,  curato  de  doctrinas  para  los  indios ;  y 
el  de  la  Chacarilia  ,  para  los  ejercicios  de  san 
Jonacio.  Se  contaban  además  un  oratorio  de 
san  Felipe  Neri;  un  monasterio  benedictino  de 
nuestra  Señoia  de  Monserrate,  (jue  aunque  era 
de  los  mas  antiguos,  por  la   cortedad  de  sus 
rentas  no  tenia  de  ordinario  mas  que  un  abad 
que  iba  nombrado  de  España  ;  un  convento  de 
nuestra  Señora  de  la  Buena  Muerte  de  la  reii- 


EN    AMÉRICA.  í^'^ 

gioii  de  este  lílülo,  conocida  en  España  con  el 
de  Aííonizaiiles;  otro  de  san  Francisco  de  Pan- 
la  en  el  arra])al  de  san  Lázaro,  con  el  nonil)ie 
de  nuestra  Señora  del  Socorro;  otros  tres  (\c 
hospilaiidad,  á  saber  :  de  san  Juan  de  Dios  de 
esta  <)rden  para  convalecencia,  dos  de  Betlenii- 
[as,  el  uno  la  casa  Casa  grande  estramuros  pa- 
ja servir  de  convalecencia  a  los  Indios  que  se 
curaban  en  santa  Ana  ,  y  el  otro  dentro  la  ciu- 
dad con  el  título  de  Incurables  para  los  que  })a- 
decen  enfermedades  de  esta  naturaleza ;  y  oíros 
nueve  hospitales,  cada  uno  con  su  parlicular 
destino.  La  mayor  parte  ,  empero,  de  eslí?s 
conventos,  esceptuadas  las  casas  grandes,  eran 
de  corto  número  de  individuos  y  de  poca  ca- 
pacidad. En  el  dia  parece  que  el  numero  de 
conventos  en  Lima  eran  quince  de  religiosos  y 
catorce  de  religiosas,  sin  la  Cbacarilla,  en 
donde  muchas  señoras  van  á  pasar  algunas  se- 
nianas  de  la  cuaresma  en  ejercicios  de  leli- 
gion. 

Todas  las  iglesias,  así  de  parroquias  como 
de  conventos  y  capillas,  son  grandes,  en  parte 
de  piedra,  y  enriquecidas  con  pinturas  y  ador- 
nos de  mucho  valor.  Distinguíanse  la  de  san 
Pedro,    de  bellísima  arquitectura,   y  la  cale- 


lOG  EL    A  LEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

dral  ,  las  de  santo  Domingo,   san  Francisco, 
san  Agustin  ,  la  Merced  y  la  de  los  jesuilas. 

Muchos  aliares  desde  el  pie  hasta  el  remate 
estaban  cubiertos  de  plata  maciza,  labrada  en 
distintas  especies  de  adornos.  Las  paredes  de 
los  templos  se  vestían  con  ricas  colgaduras  de 
terciopelo  li  otras  telas  de  igual  estimación  , 
guarnecidas  con  franjas  y  flecos  de  oro  y  plata, 
y  estaban  matizadas  á  trechos  con  alhajas  so- 
l)repuestas  en  vistosa  simetría.  Se  veían  en 
ellas  blandones  de  plata  de  seis  á  siete  pies  de 
alto,  ocupando  todo  el  largo  de  la  nave  princi- 
pal de  la  iglesia,  y  mesas  realzadas  de  lo  mis- 
mo sustentando  pebeteros  ,  y  haciendo  juego 
con  ellas  otras  en  sus  claros,  para  peanas  de 
diferentes  niños  y  figuras  de  ángeles.  Los  ador- 
i]os  ordinarios  de  las  iglesias  esceden  á  los 
que  en  muchas  ciudades  de  Europa  se  reservan 
j)ara  las  mayores  solemnidades.  I^as  custodias  y 
vasos  sagrados  brillan  en  oro,  diamantes,  per- 
las y  otras  piedras  preciosas  ;  y  los  ornamentos 
son  de  telas  de  oro  y  plata  las  mas  esquisitas  y 
costosas  que  allí  se  encuentran,  con  las  franjas 
y  bordados  correspondientes. 

Los  conventos  principales  son  muy  capaces 
en  su  interior  y  habitaciones,  de  buena  arqui- 


EN    AMERICA. 


107 


lecliii'a,  con  adobes  en  las  paredes  esteriores  y 
(j Hinchas  y  bajareques  como  el  resto  de  la  ciu- 
dad. El  de  san  Francisco  solo  ocupa  una  octava 
parte  de  ella.  Las  iglesias  están  unas  emboveda- 
das de  ladrillo  y  otras  de  quinchas  y  varios 
frontispicios  y  principales  portadas  :  colunas  , 
capiteles  ,  estatuas  y  cornisas  son  de  madera 
imitando  perfectamente  á  la  piedra.  Se  elevan 
de  estos  edificios  medias  naranjas  también  de 
madera  muy  hermosas ,  acompañadas  de  tor- 
res de  cal  y  piedra  hasta  la  altura  de  una  y  me- 
dia á  dos  toesas  de  ladrillo  hasta  el  fin  del  pri- 
mer cuerpo,  y  lo  restante  de  maderaje  figuran- 
do cantería  ,  rematando  con  una  estatua  ó  figu- 
ra en  la  cúspide  alusiva  á  la  advocación  del 
templo.  Su  altura,  que  en  la  de  Santo  Domin- 
go era  de  cincuenta  á  sesenta  varas,  no  cor- 
respondía á  su  gran  base,  por  motivo  también 
de  los  temblores  de  tierra  y  del  mucho  peso  de 
las  campanas  que  en  número  y  magnitud  esce- 
den á  las  de  España. 

Los  conventos  reciben  agua  de  la  que  va  en- 
cañada á  la  ciudad  para  el  abasto  de  sus  mora- 
dores ,  con  obligación  así  las  comunidades  de 
hombres  como  las  de  religiosas,  de  mantener 
una  fuente  á  la  calle  para  el  público ,  cuyo  be- 


108  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

iieficio  aprovecha  particularmente  á  las  faiiii- 
ilas  poco  acomodadas  que  no  la  tienen  en  sus 
casas. 

Esta  descripción  pertenece  á  lo  que  es  Lima 
en  lo  general;  pues  los  terremotos  hacen  variar 
con  frecuencia  su  aspecto. 

La  población  á  últimos  del  siglo  pasado  se 
calculaba  de  52.627  habitantes,  sin  incluir  los 
que  vivian  en  los  pueblos  y  haciendas  de  las 
cinco  leguas  de  su  jurisdicción  ,  y  otros  que  se- 
gún la  matricula  ultima  llegaban  entonces  á 
10.283  personas.  La  suma  de  las  de  la  ciudad 
se  formaba  de  17.215  Españoles,  3.219  Indios, 
8.960  Negros,  y  los  demás  mulatos,  mestizos  y 
otras  castas.  Los  Indios  y  negros  abundaban 
mas  en  el  circuito  de  las  cinco  leguas. 

En  el  año  de  1828  se  ha  calculado  su  pobla- 
ción de  80.000  habitantes;  la  vigésima  parle 
de  Españoles  y  lo  restante  de  criollos,  esclavos 
negros,  cuyo  numero  es  tanto  como  el  de  los 
blancos,  y  gente  de  varios  colores.  En  este  nú- 
mero de  población  se  consideran  292  eclesiás- 
ticos seculares  y  1.700  regulares  de  ambos 
sexos. 

Los  edificios  públicos  nías  notables  después 
de  los  que  se  han  mencionado,  son  la  Casa  de  la 


EN    AMERICA.  109 

moneda:  la  del  anliguo  tribunal  de  la  Inquisi- 
ción ;  el  Colegio  que  fue  de  los  jesuítas,  hoy  dia 
casa  de  espósitos;  la  Casa  de  ejercicios  para  los 
eclesiásticos  seculares;  siete  hospitales;  una 
plaza  de  toros  de  maderaje ,  pero  espaciosa  ,  y 
un  teatro.  Se  visita  igualmente  como  objeto 
digno  de  atención  una  iglesia  pequeña  edifica- 
da por  Pizarro,  que  los  terremotos  no  han  po- 
dido destruir  del  iodo. 

Entre  las  fannlias  españolas  habia  como  una 
tei'cera  parte  de  nobleza  la  mas  distinguida.  Se 
contaban  cuaienta  títulos  de  Castilla,  muchos 
caballeros  de  las  órdenes  militares,  y  veinte  y 
cuatro  ricos  mayoiazgos.  La  casa  de  Ampuero, 
(jue  fue  uno  de  los  capitanes  españoles  que  se 
hallaron  en  la  conquista,  y  casó  con  una  coya 
{')  sea  hija  de  la  familia  de  los  Incas ,  habia  re- 
cibido de  los  reyes  de  España  \arios  honores 
y  privilegios,  y  estaban  entroncadas  con  ella 
muchas  otras  de  las  mas  ilustres  de  la  ciudad: 
cada  de  estas  formaba  una  especie  de  pobla- 
ción. 

Habian  \ivido  en  el  siglo  pasado  con  la  ma- 
yor opulencia,  ser^  idas  por  un  crecido  número 
de  criados  libres  y  esclavos  ,  y  ostentando  un 
aparato  esterior  de  grandeza  con  magníficos 
coches.  5. 


112  EL    NUEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

cen  con  mas  generalidad  que  en  Lima  las  me- 
jores ropas ,  á  pesar  de  su  escesivo  coste. 

Las  mugeres  se  diferenciaban  del  traje  de 
España  en  el  calzado,  en  la  ropa  interior  de  ca- 
misa y  fustán  ó  sea  enaguas,  en  un  faldellín 
abierto',  y  un  jubón  blanco  en  el  verano  ó  de 
tela  en  el  invierno.  Algunas  anadian  un  ajus- 
ladorcillo  al  cuerpo,  para  que  aquel  quedase 
mas  suelto.  Aunque  compuesto  este  traje  de 
las  mismas  piezas  que  el  de  Quito,  era  mucho 
mas  costoso.  El  faldellín  se  ataba  muy  bajo  ,  y 
solo  llegaba  á  la  mitad  de  la  pantorrilla.  Allí 
colgaba  hasta  poco  mas  arriba  del  tobillo  la 
punta  de  encajes  finísimos  que  hacia  el  ruedo 
del  fustán ,  á  cuya  trasparencia  se  descubrían 
los  cabos  de  las  ligas  bordados  de  oro  ó  plata , 
y  á  veces  con  algunas  perlas.  El  faldellín  era  de 
terciopelo  ó  de  otra  ropa  rica,  con  franjas  en 
todo  el  rededor  y  varios  sobrepuestos  con  los 
adornos  mas  esquisitos.  Las  mangas  de  las  ca- 
misas, que  tenían  de  largo  vara  y  media  y  dos 
de  vuelo,  se  guarnecían  de  un  cabo  a  otro  de 
encajes,  dispuestos  en  varias  formas  y  alter- 
nando las  diferentes  clases  de  labores.  El  ju- 
bón que  se  ponían  sobre  la  camisa  llevaba 
también  una  manga  muy  grande ,  que  forma- 


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EN    AMÉRÍC.i.  1  í  3 

Lh  eii  Jos  hojas  una  figura  circular.  Todo  él  se 
componía  de  tiras  de  encajes  y  de  cambray  () 
clarin  coirespondieníe  á  la  finura  de  aquellas, 
alieinando  entre  cada  dos  de  las  primeras 
una  de  las  últimas.  De  la  misma  manera  usa- 
])an  las  mangas  de  camisa,  cuando  no  eran  es- 
tas del  mayor  lucimiento.  El  cuerpo  de  ki  ca- 
niisa  se  sujetaba  á  las  espaldas  con  unas  cintas 
que  estaban  al  efecto  en  los  costados  de  una 
especie  de  corsé.  Después  \ol\ian  sobre  los 
hombros  las  mangas  circulares  del  jubón,  y  en- 
cima las  de  la  camisa  :  quedando  de  este  modo 
prendidas  unas  sobre  otras,  formaban  en  la  es- 
palda un  follaje,  como  cuatro  alas,  que  llega- 
ban hasta  la  cintura.  El  jubón  sin  abrochar  se 
aseguraba  también  en  la  espalda.  Las  que  usa- 
]}an  apretadorcillo  ó  almilla  se  lo  cefíian  al 
cuerpo,  poniéndose  encima  el  jubón. 

En  el  verano  se  cubren  la  cabeza  con  un  ve- 
lo largo  ,  cuya  tela  y  hechura  era  semejante  á 
la  de  la  camisa  y  cuerpo  del  jubón,  y  una 
yoíra  de  cambray  ó  clarin  muy  finos,  ó  después 
de  balista  ó  linón  ,  guarnecidos  de  encajes. 
Los  unos  se  llamaban  puestos  al  aire,  y  eran 
los  que  prendían  en  todas  las  coíí turas  por  uno 
de  los  cantos  solamente 5  y  otros-se  ponian  ai- 


í\í  EL    NIEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

temados  con  los  lienzos  finos,  como  en  las 
mangas.  El  rebozo  de  invierno  era  de  bayeta  , 
sencillo  para  denti'o  de  las  casas  ó  muy  guarne- 
cido de  sobrepuestos  correspondientes  á  los 
del  faldellín. 

Cuando  sallan  de  gala  con  saya  de  montar, 
los  usaban  también  de  bayeta,  muy  guarneci- 
dos todo  al  rededor  con  tiras  de  terciopelo  ne- 
gro de  una  tercia  ó  poco  menos  de  ancho.  So- 
bre el  faldellin  se  ponian  un  delantal  corres- 
pondiente en  todo  á  las  mangas  del  jubón.  Este 
llegaba  hasta  el  ruedo  del  faldellin. 

Teniendo  por  objeto  en  estos  vestidos  las 
mejores  ropas  únicamente  la  vistosidad ,  y 
siendo  tanta  su  profusión,  nadie  admirara  que 
una  camisa  de  novia  hubiese  llegado  á  costar 
mas  de  mil  pesos. 

La  pequenez  del  pie  es  una  de  las  circunstan- 
cias que  aprecian  mas  las  mugeres  de  Lima,  y 
que  echan  de  menos  en  las  europeas.  Era  tal  el 
cuidado  que  ponian  en  estrechar  el  calzado  á 
sus  hijas  desde  la  niñez,  que  les  llegaban  á  le- 
ducir  el  pie  en  estremo,  particularmente  á  las 
de  pequeña  estatura.  Los  zapatos  eran  de  he- 
chura plana  y  casi  del  todo  sin  suela  ,  porque 
sehacian  de  un  pedazo  de  cordobán,  no  mas  an- 


EIV    A.MÉRICA.  1  15 

olios  ni  menos  redondos  por  un  estremo  que 
por  otro;  pareciendo  un  número  ocho  prolon- 
gado. Con  el  pie  dentro  quedaba  empero  una 
figura  mas  regular.  Usaban  hebillas  de  diaman- 
tes ú  otras  piedras  ,  mas  para  adorno  que  para 
asegurar  el  zapato,  que  no  lo  necesitaba.  No 
ponían  perlas  en  ellos,  aunque  eran  muy  co- 
munes en  todos  sus  atavíos;  pero  anadian  los 
zapateros  varios  pespuntes  y  picados  para  dar 
al  pie  mayor  lucimiento.  Los  zapatos  ordinarios 
costaban  peso  y  medio;  pero  siendo  bordados 
de  oro  ó  plata  ascendía  su  precio  hasta  ocho  ó 
diez,  si  bien  se  usaban  poco  de  esta  manera. 

Era  muy  común  el  llevar  medias  finas  de  co- 
lor y  bordadas,  ó  con  preferencia  de  seda 
blanca  sin  adornos,  para  no  disimular  los  de- 
fectos de  la  pierna,  objeto  de  crítica  particular 
en  las  conversaciones  de  aquellas  mugeres. 

Las  Limeñas  tienen  ordinariamente  el  cabe- 
llo negro,  muy  poblado  y  largo  hasta  mas  aba- 
jo de  la  cintura.  Su  peinado  consistía  en  reco- 
jerlo  y  atárselo  en  la  parte  de  detras  de  la  ca- 
beza, dividido  en  cinco  ó  seis  trenzas  que  ocu- 
pasen todo  su  ancho  ;  atravesando  después 
una  aguja  de  oro  algo  corta  con  dos  botones  de 
diamantes,  del  tamaño  de  unas  nueces  peque* 


116  EL    INXEVO    VIAJERO    UNIVERSAL 

ñas  en  los  estreiiios,  á  c¡ue  llamaban  polizón.  De 
allí  hacían  que  colgasen  las  trenzas.  Los  doble- 
ces caían  á  la  altura  dal  hombro  en  figura  de 
aros  chatos,  sin  cinta  ni  otra  cosa  para  oslen- 
lar  mas  su  hermosura.  La  parle  superior  de  la 
cabeza  se  adornaba  con  varios  tembladores  de 
diamantes  y  unos  pequeños  rizos  del  mismo  ca- 
bello, que  siguiendo  las  cejas  encaracoladas  les 
bajaban  desde  sobre  las  sienes  hasta  la  milad 
de  las  orejas  ,  como  salicMilo  naluíahiicnle  del 
mismo  pelo.  En  las  sienes  se  ponían  dos  par- 
ches de  terciopelo  negro  algo  grandes  cjue  les 
caían  bastante  bien. 

Unos  pendientes  de  brillantes  con  borlítas 
negras  ó  polizones  distintos  de  los  de  la  aguja 
de  donde  colgaban  las  trenzas,  ricos  collares 
de  perlas,  rosarios  para  el  cuello  de  cuentas 
formadas  también  de  perlas  de  varios  tamaños, 
sortijas  y  cintillos  de  diamantes,  pulseras  para 
los  brazos  de  las  mas  sobresalientes  en  calidad 
y  tamaño  ;  otras  de  diamantes  engastados  en 
oro  ó  en  tumbaga  de  pulgada  y  media  ó  mas  de 
ancho,  cubierta  de  piedras,  y  por  último  una 
joya  redonda  muy  grande,  sujeta  á  un  cinturon 
para  ceñirse,  y  en  la  que  no  eran  menos  co- 
munes los  diamantes  que  en  las  manillas  y  de- 


EN    AMÉRICA.  1  17 

mas  aderezos,  acababan  de  completar  el  asom- 
broso lujo  de  las  Limeñas.  Una  sola  señora 
veslida  de  gala  había  llegado  á  llevar  encima 
}for  el  valor  de  Ireinla  á  cnarenla  mil  pesos; 
suntuosidad  que  arranca  iágrimasá  los  viajeios 
al  compararla  con  la  suerte  de  tantos  pueblos, 
(jue  pueden  apenas  acudir  á  las  necesidades 
mas  urgentes  de  la  liumanidad. 

Su  necia  profusión  llegaba  al  estremo  de 
tratar  con  el  mayor  descuido  todas  estas  galas. 
Con  la  íVagilidad  de  las  perlas  y  lo  delicado  de 
los  encages  y  aderezos  se  aumentaban  por  este 
motivo  increiblemente  los  gastos. 

Para  ir  á  la  iglesia  usaban  del  traje  común 
de  manto  y  basquina  de  cola,  y  para  los  paseos 
y  diversiones  de  otro  de  basquina  ó  saya  re- 
donda y  mantilla;  andoos  de  gran  coste  por  la 
ropa,  sobiepueslos  y  bordados  de  piala,  oro  (> 
seda.  Usaban  del  vestido  de  cola  paiticular- 
mente  para  las  visitas  del  jueves  santo;  que  se- 
guían sin  cubrirse  acompañadas  de  dos  ó  cua- 
tro negras  ó  mulatas  esclavas,  vestidas  de  uni- 
forme á  manera  de  lacayos. 

Trajes  de  tanta  ostentación  han  debido  ne- 
cesariamente moderarse  con  las  épocas  de  me- 
nos riqueza  que  han  sucedido.  Así  es  que  en  el 


118  EL    NUEVO    VIAJERO   UiYIVERSiL 

dia  se  supone  ser  por  lo  común  el  vestido  de 
calle  de  las  mugeres  de  Lima  una  saya  de  paso 
muy  corto  y  un  manto,  con  el  cual  se  tapan  el 
pecho  y  toda  la  cara  menos  el  ojo  izquierdo, 
llevan  al  cuello  un  rosario  de  cuentas  de  éba- 
no con  una  crucecita  de  oro,  la  cabeza  adorna- 
da de  flores  y  un  pañuelo  de  seda  que  les  ciñe 
el  talle. 

Las  Limeñas  tienen  por  lo  general  una  me- 
diana estatura,  el  color  muy  blanco,  la  tez  lus- 
trosa, ojos  vivos,  entendimiento  claro  y  pers- 
picaz, un  agrado  amable  y  respetuoso,  mucha 
discreción  y  aseo;  y  gracia  é  ingenio  en  la  con- 
versación. Se  les  ha  tachado  de  una  especie  de" 
altivez  que  no  les  permitiría  poseer  eii  mucho 
grado  la  subordinación  de  esposas  ;  pero  en  tal 
caso  saben  acompañarla  de  una  particular 
complacencia  con  que  sin  \iolencia  alguna  do- 
minan la  voluntad  de  sus  maridos. 

Son  muy  amigas  de  las  esencias  olorosas.  Se 
ponian  ámbar  detras  de  las  orejas  y  en  otras 
partes,  en  la  ropa  y  alhajas  y  hasta  en  las  mis- 
mas flores.  Destinaban  para  la  cabeza  las  de 
mejor  vista  y  las  mas  esquisitas  por  su  olor , 
para  meterlas  entre  los  dobleces  de  las  mangas, 
dando  á  sentir  de  esta  manera  un  oloroso  am- 


EN    AMi:f\ICA..  119 

bieiite  á  mucha  distancia.  La  flor  de  la  cliiri- 
iiioya,  apreciable  por  su  fragancia  y  nada  vis- 
tosa es  una  de  las  mas  preferidas.  Cada  mañana 
piesentaba  la  plaza  principal  de  Lima  un  gran 
n limero  de  flores  las  mas  bellas,  y  acudían  allí 
las  señoras  con  sus  calesas  á  gastar  en  ellas 
muchas  cantidades.  Esta  diversión  atraia  un 
gran  concurso  de  personas  desocupadas  de  dis- 
tinción. 

Las  demás  clases  de  mugeres,  hasta  las  mis- 
mas negras,  seguían  en  cuanto  se  lo  permitían 
sus  haberes  el  ejemplo  de  las  modas  y  lujo  de 
las  señoras.  No  se  las  veia  descalzas  como  en 
Quito ,  antes  bien  procuraban  imitar  igual- 
mente la  estrechez  de  los  zapatos  para  lograr 
la  pequenez  del  pie.  Se  presentaban  también 
aseadas,  almidonadas  y  con  sus  follajes  de  en- 
cajes. En  la  limpieza  de  sus  casas  se  distingue 
asimismo  una  notable  prolijidad  y  esmero. 

Los  Limeños  son  muy  aficionados  á  las  cor- 
ridas de  toros  ,  á  la  música  y  á  los  juegos  de 
naipes.  Entre  las  mugeres  de  la  gente  común 
no  se  oyen  mas  que  canciones  agudas  y  con 
frecuencia  buenas  voces.  Inclinadas  á  todos  los 
objetos  de  diversión  lo  son  algún  tanto  al  bai- 
le. Las  señoras  se  visitan  muy  poco  entre  sí; 


120  EL    NUEVO    V'IATERO    UNIVERSAL 

pero  desde  la  mañana  á  la  noche  admiten  visi- 
tas de  hombres,  á  quienes  reciben  vestidas  de 
hijo. 

La  viveza  natural  en  los  dos  sexos,  el  conti- 
nuo trato  con  personas  de  calidades  sobresa- 
lientes cjue  el  comercio  y  los  objetos  de  go- 
bierno traian  de  Europa,  y  en  particular  la 
costumbre  introducida  de  tocarse  en  las  reu- 
niones puntos  en  que  pudiese  lucir  la  instruc- 
ción y  el  ingenio  ,  habian  hecho  ascender  á  Li- 
ma á  un  grado  de  cultura  bastante  elevado. 

Tienen  aquellos  naturales  un  genio  brioso, 
pero  d()cil.  Se  saca  de  ellos  mejor  partido  con 
la  dulz.ura  que  con  la  violencia.  Los  escar- 
mientos hacen  muy  poco  efecto  en  sus  ánimos. 
Son  valerosos,  pero  no  van  en  busca  de  lances, 
ni  son  propensos  á  insultar.  Los  mulatos  son 
mas  viciosos,  altivos,  inquietos  y  pendencieros 
entre  sí ,  aunque  de  sils  riñas  resultan  pocas 
desgracias.  La  nobleza  era  cortes,  y  obsequio- 
sa sin  límites  con  los  forasteros,  quienes  apre- 
ciaban el  conjunto  de  circunstancias  que  la  dis- 
tinojuia.  Las  musreres  son  todas  chistosas  v  de- 
cidoras ,  de  genio  naturalmente  alegre,  risue- 
ñas y  complacientes. 


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UNIVERSITYOF  CALIFORNIA,  BERKELEY 
FORM  NO.  DD6,  60m,  3/80  BERKELEY,  CA  94720 


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