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Full text of "El primer centenario del Libertador en Caracas: descripcion de las fiestas"

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THE  LIBRARY  OF  THE 

UNIVERSITY  OF 

NORTH  CAROLINA 


ENDOWED  BY  THE 

DIALECTIC  AND  PHILANTHROPIC 

SOCIETIES 


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HERACLIO   MARTIN   DE  LA   GUARDIA 


EL 


PEIMEE  €MTENAEI0 


DEL 


LIBEETADOE 


EN  CARACAS 


DESCRIPCIÓN  DE    LAS    FIESTAS 


CARACAS 

» 

IMPRENTA    EDITORIAL. 

A  cargo  de  Jesús  M.  Alas. 
2^ — Este  6. — Esquina  de^Camejo.-~2$     - 

1883 


- 


- 

HERACLIO  MARTIN  DE  LA  GUARDIA 
EL 

PRIMER  CENTENARIO 

DEL 

LIBERTA.DOR 

EN  CARACAS 


DESCRIPCIÓN  DE    LAS    FIESTAS 


CARACAS 

IMPRENTA   EDITORIAL 

PJRECTOR:    jesús  m.  alas. 

2|— Este  6, — Esquina  de  Camejo. — 2| 

1883 


3      '     ! 


ADVERTENCIAS 

El  autor  se  reserva  sus  derechos. 

Al  final  de  la  obra  van  notas  aclaratorias  del  texto. 


Quinta  Guarnan. — Noviembre  14  de  1883. 

SÉ.  IIERACLIO  MARTIN  DE  LA    GUARDIA. 

Presente. 

Muy  estimado  amigo  y  señor  mío : 

Reunidos  el  28  de  Octubre  anterior  en  la  oficina  del  periódico  La  Opinión 
Nacional,  los  señores  Dr.  Jerónimo  E.  Blanco,  Eduardo  Blanco,  Dr.  Fulgencio 
M.  Carias,  Julio  Gaicano,  Dr.  Aníbal  Dominici,  Manuel  Fombona  Palacio; 
José  María  Manrique,  Dr.  Rafael  Seijas  y  Felipe  Tejerat  elegidos  por  mí,  por 
delegación  del  señor  Fernando  S.  Bolívar,  para  constituir  el  Jurado  que  debía 
calificar  las  obras  presentadas  al  certamen  abierto  por  el  expresado  señor  Fer- 
nando S.  Bolívar,  con  el  fin  de  premiar  la  mejor  descripción  de  las  fiestas  del 
Centenario  del  Libertador,  procedieron  á  la  formal  instalación  del  Cuerpo. 
Eligieron  Presidente  y  Secretario  respectivamente  á  los  señores  Dr.  Aníbal 
Dominici  y  Manuel  Fombona  Palacio.  Recibidos  en  seguida  cuatro  pliegos 
cerrados  y  sellados,  contentivos  de  otras  tantas  composiciones,  resolvió  el 
Jurado  abrirlos  para  entrar  á  considerarlas,  conservando  cerrados  los  pliegos 
en  que  debían  estar  los  nombres  verdaderos,  correspondientes  á  los  seudóni- 
mos que  acompañaban  á  las  composiciones,  y  en  hora  avanzada,  rc.-olvio 
diferir  para  el  día  siguiente. 

El  29  volvió  á  reunirse  el  Jurado  á  continuar  la  lectura  de  las  composi- 
ciones presentadas  al  Certamen,  y  avanzada  ya  la  hora  quedó  diferida  la 
sesión  para  el  día  30,  en  el  cual,  terminado  el  examen,  entró  el  Jurado  á  la 
consiguiente  deliberación ;  y  después  de  apreciar  con  esmero  las  condiciones 
literarias  de  los  escritos  sometidos  á  su  juicio,  así  como  su  plan  y  su  desarro- 
llo, acordó  por  voto  unánime  adjudicar  el  premio  al  poema  marcado  con  el 
número  primero,  bajo  el  seudónimo  Paramaconi. 

Resolvió  además  el  Jurado  que  por  Secretaría  se  me  comunicara  todo  lo 
que  precede,  enviándome  las  actas  correspondientes  y  las  composiciones 
juzgadas,  y  los  pliegos  en  que,  bajo  cubierta,  debían  venir  los  nombres  de  los 
autores,  para  que  abierto  el  rotulado  Paramaconi,  procediese  yo  á  sellar  todo 
procedimiento  en  la  materia. 

Abierto  el  pliego  rotulado  Paramaconi,  encuentro  que  es  U.,  señor  He» 
raclio  Martín  de  la  Guardia,  el  autor  de  !a  descripción  premiada,  compuesta 
de  siete  cuadernos,  á  saber:  Introducción. — Canto  I,  Bolívar. — Canto  II, 
miranda. — Canto  III,  el  panteón*. — Canto  IY,  el  progreso. — Canto  V, 
apoteosis,  ciencias  y  artes. — Canto  YI,  la  exposición. — Y  cuaderno  de 
aclaraciones. 

Devuélvolos  á  U.  en  pliego  en  que  va  esta  misma  nota,  y  espero  que  ten- 
ga U.  la  bondad  de  pasar  á  esta  su  casa,  para  poner  en  sus  manos  la  orden 
contra  el  Banco  Comercial  de  esta  ciudad,  por  los  dos  mil  quinientos  veinte  y 
cinco  bolívares  que  ofreció  el  señor  Fernando  S.  Bolívar,  y  que  para  este  efec* 
to  me  ha  hecho  entregar  dicha  orden  contra  dicho  Banco,  librada  por  los  se- 
ñores Lesseur,  Romer  &  Ca. 

Termino,  señor  Guardia,  felicitando  á  U.  por  el  lauro  qne  tan  dignamen- 
te ha  merecido,  y  protestándole  mi  sincera  estimación  y  alto  aprecio. 

ANTONIO  L   GUZMAN 


Digitized  by  the  Internet  Archive 

in  2012  with  funding  from 

University  of  North  Carolina  at  Chapel  Hill 


http://archive.org/details/elprimercentenarOOmart 


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EL  PRIMER  CENTENARIO 

DEL 

LIBERTADOR 


Á 

D.  JOSÉ  MARTÍ 


(NUEVA  tokk) 


Señor. 

Ama  U.  á  Venezuela,  como  hijo  ;  admira  á  Bo- 
lívar, como  agradecido.  Los  escritos  de  U.  han  for- 
talecido mi  espíritu  en  muy  tristes  momentos.  A  U. 
dedico  estas  páginas. 

Heraclio  Martín  de  la  (xuardja, 


NTRODUCCION 


Pespeiítad  de  lit  tumba. 
Héroes,  libertadores  ! 
.Romped  vuestros  sarcófagos  do  piedra  ! ! 
El  bronce  ya  retumba 
Con  triunfal  estampido, 

Y  al  sol  del  porvenir  muere  la  hiedra 
Que  brotó  con  las  sombras  del  olvido, 

Ya  bosques  de  laureles 
Para  ceñir  vuestra  inmortal  memoria, 
Plumas,  liras,  cinceles 
Levantan  por  la  Patria  y  por  su.  gloria  ! 
Pasaron  ya  las  sombras  :  es  el  día 
Que  alumbra  hazañas  y  repara  agravios  !. 
Huyó  vencida  la  discordia  impía, 

Y  bendicen  la  paz  todos  los  labios  ! 


Levantad  !  Es  la  fiesta 
De  la  gloriosa  Patria  americana  ! 
Se  viste  de  colores  la  floresta  ; 
El  Ande  en  verde  pompa  se  engalana  ; 
Y  ante  el  brillo  que  arroja 


—  10  — 

Bajo  el  arco  triunfante  del  progreso 

La  heroica  Venezuela, 

El  derecho  divino  se  sonroja  ; 

Se  siente  el  mal  entre  la  luz  opreso  ; 

Y  de  la  fama  en  alas, 

Con  honra,  el  nombre  de  la  Patria  vuela, 

Luciendo  timbres  y  ostentando  galas  J 


CANTO     1 


BOLÍVAR 


•twt   usa  del  heroísmo  y  la  victoria, 

J'     Que  con  viviente,  sempiterna  llama 

Iluminas  los  cielos  de  la  historia  ! 

Tú  que,  voz  de  la  fama, 

Vas  diciendo  á  los  siglos  la  memoria, 

En  tus  épicos  cánticos  triunfales, 

De  hazañas  inmortales, 

De  ejemplos  de  virtud  y  de  alta  gloria  ! 

Hoy  de  la  Patria  mía, 

Que  en  nobles  ambiciones  se  desvela, 

En  cuyos  verdes  campos  vive  el  día, 

Y  en  ámbitos  de  luz  el  alma  vuela, 
Eefiere  al  Universo, 

En  las  marciales  pompas  en  que  brillas 

Y  en  acordado  verso, 

De  nuestro  patrio  amor  las  maravillas  ! 

Ved,  que  del  Plata  poderoso  al  grande 

Y  vasto  imperio  azteca,  las  naciones 


—  12  — 

Dan  á  Bolívar  culto  ! 

Cómo  en  cintos  de  luz  ceñido  el  Ande, 

Y  un  mundo,  dando  al  viento  sus  pendones, 
Cantan  la  clara  aurora, 

Del  tiempo  y  del  olvido  vencedora 
Que  nuestra  gloria  encierra, 
En  la  que  el  numen  de  Colombia  vino 
A  dar  más  horizontes  á  la  tierra, 

Y  al  alma  Libertad  triunfal  camino. 

Oíd  !. . . .     Su  nombre  dicen 
Orinoco  y  Rimac,  y  el  lago  autigo 
Del  feliz  Anhahuac  ;  y  el  que  testigo 
De  su  grandeza  y  su  virtud  divina, 
Chimborazo  altanero, 
Atónito  á  su  lumbre 
Humilde  el  dorso  gigantesco  inclina 

Y  por  trono  le  da  su  augusta  cumbre  !  ! 
El  le  vio  en  la  batalla 

En  alas  de  los  genios  conducido, 
Entre  nubes  de  pólvora  y  metralla 

Y  al  son  medroso  del  cañón  temido, 
Celestial  mensajero,  ante  la  muerte 
Iras   veucer  del  cielo  y  de  la  suerte. 

Allí,  mirad  !. .    En  ímpetu  violento 
Del  ardiente  corcel  sobre  las  crines, 
Tendidos  corren,  desafiando  al  viento, 
De  Colombia  los  fieros  paladines  ! 
Por  sierras,   valles,  montes, 
En  tropel,  cual  fantasmas,  tras  las  huellas 
Van  del  que  en  sed  de  amor,  ardiente  el  pecho. 
Encuentra  el  linde  de  Colombia  estrecho. 

Estrépito  marcial  y  vocería  ! 
Ruido  de  batallar  !     Choque  de  aceros  ! 
Gritos  del  odio  !     Oscurecido  el  día 
Luchan  como  en  la  noche   los  guerreros  ! 
Sangre  los  campos  riega  ; 


Y  rojas  van  las  aguas  de  los  ríos ; 
No  se  ostenta  en  la  vega 

Ni  rubia  mies,  hí  fértiles  plantíos  } 

Las  caballas  pajizas, 

Las  ricas  heredades, 

Ruinas  nomás  y  pálidas  cenizas  ! 

Y  el  campo  erial,  desiertas  las  ciudades  !  ! 


El,  como  un  Dios,  en  medio  á  la  tormenta, 
Cuando  á  los  aires  tiende 
Sus  negros  oriflamas, 

Y  con  fragor  y  estrépito  revienta, 

Y  brilla,   arde  y  enciende 

Su  irsuta  cabellera  en  rojas  llamas  j 
Sereno,  grave,   altivo, 
Dominando  el  terror,  sobre  la   frente 
Del  genio  y  del  valor  el  fuego  vivo^ 
Fija  á  lo  lejos  la  mirada  ardiente, 

Y  en  su  pensar  profundo 

Sorprende  al  porvenir  :  rompe  sus  velos  \ 

Y  ve  en  los  claros   cielos 

Libre  la  Patria,   redimido  un  mundo  ! 

¿  Podrá  mi  triste  lira, 
Con  no  aprendido  ritmo  y  blando  tono, 
Pintar  tamaño  estrago,  tanta  ira 
Cual  siembra  ardiente  el  encelado  encono  ? 

El  mundo,  que  á  Castilla 
Da  el  genio  de   Colón,  do  en  dulce  calma 
La  juventud  del  Universo  brilla 

Y  virgen  guarda  su  candor  el  alma, 
En  templo  á  la  venganza  convertido 
Trueca  en  horror  su  gracia  y  maravilla ; 
Responde  el  odio  al  odio  en  su  demencia ; 
Piedad  no   halla  el  vencido  ; 

Es  crimen  la  existencia  ; 

El  honor,  la  virtud  la  espada  hiere  ; 

Cuanto  respira  en  él  se  inclina  y  muere  ! 


,  —  14  — 

A  luchar  !  á  vencer  ! Sobre  la  horrenda 

Noche  de  angustia,  con  laurel  divino, 
Se  ostentará  la  Libertad  ;  y  gloria 
Será  la  ley  tremenda 
Que  no  dictó  el  rencor  sino  el  destino  ! 
Si  grande  el  sacrificio,  la  victoria 
El  bien  doquiera  sembrará  fecundo  .* 
De  su  valor  responderá  la  historia  I 
De  su  virtud  la  Libertad  del  mundo  ! 

De  la  humilde   avecilla 
Que  en  la  plácida  orilla 
De  clara  fuente,  gira  en  fácil  vuelo 
Por  los  verdes  alcores, 
Al  aire,  al  agua,  al  cielo 
Cantando  su  contento  y  sus  amores  { 
Pudiera  la  mirada 

Seguir  los  varios  sesgos  en  que  juega, 
Del  prado  á  la  enramada, 
Del  bosque   umbroso  á  la  florida  vega  ! 
Mas,  fuera  anhelo  vano, 
Inútil  esperanza, 
Seguir  el  alto  arranque  soberano 
Del. águila  caudal,  que  el  ancho  seno 
Audacia  respirando  y  osadía, 
Hacia  los  cielos  rápida  se  lanza, 

Y  cruza  la  región  que  asorda  el  trueno, 

Y  va  en  su  trono  á  sorprender  el  día  !  ! 

Rápido  como  el   rayo 
Que   surje  y  brilla  con  flameantes  alas  ; 
Ya  sol,  á  cuya  lumbre  refulgente, 
Primavera  gentil,  gloria  de  Mayo, 
De  esmeraldas  y  rosas  viste  galas  ! 
Sol  que  se  eleva  altivo  en  el  Oriente 
Entre  el  aplauso  universal,  y  luego 
En  el  zenit  se  encumbra,  y  de  su  frente 
Desata  en  rayos  fecundante  fuego  ! 
El,  así  en  la  batalla, 


--  15  ~- 

Si  del  favor  del  cielo  y  la  fortuna 
Teme  el  desdén  y  corre  á  la  pelea  ! 

Y  tal,  cuando  avasalla 

El  corazón,  el  alma  en  la  tribuna, 
O  entre  pompa  triunfal  se  enseñorea, 

Lira,  pluma  y  pinceles 

Y  mármoles  y  bronces  le  ensalzaron  \ 
La  Patria  le  dio  aplausos  y  laureles  ! 
Ejércitos  y  pueblos  le  aclamaron  ! 
Era  alfombra  de  rosas  su  camino  ; 
Fiesta  de  las  naciones  su  presencia ; 

Y  dueño  del  destino, 

Del  Perú,  de  Colombia  providencia* 
Desdeñó  tronos,  despreció  opulencia  ; 

Y  vencedor  de  reyes 

Se  inclinó  con  orgullo  ante  las  leyes ! 

Mas,  ah !  palidecida 
¿  Por  qué  la  gloria  de  Colombia,  oculta 
Indignada  la  faz,  y  el  sol  de  vida 
Que  vio  á  Junín  en  sombras  se  sepulta  ? 

Miradle  !  De  la  tarde  á  los  reflejos, 
Al  Magdalena  el  tardo  paso  lleva  ! 
No  entre  Víctores,  palmas  y  festejos 
La  multitud  sobre  el  pavés  le  eleva  ! 
Entre  estupor  y  pasmo 
Calla  el  amor,  sin  que  su  voz  se  atreva 
Al  Héroe  saludar  en  su  entusiasmo  ! 

La  espada  desceñida, 
Sin  casco  y  sin  escudo  ; 
La  olímpica  mirada  entristecida  ; 
Desencantado,  mudo, 
Hacia  la  cuna  de  su  gloria  vuelve  ! 
No  ya  con  mano  diestra 
Indómito  corcel  gira  y  revuelve, 
Gallardo  justador  en  la  palestra  ; 


-10- 

Ki  entro  el  aplauso  popular,  su  acento, 
Voz  del  clarín  que  anuncia  la  batalla, 
Rápido,  ardiente  estalla 

Y  en  manojos  de  luz  vibi'a  en  el  viento  ! 

Fiebre  voraz  y  lenta, 
Fiebre  del  corazón  le  apesadumbra  ! 
Nacido  á  dominar  en  la  tormenta 
Hacia  los  cielos  su  altivez,  encumbra  ! 
Si  las  alas  abate, 

Y  queda  un  punto  en  inacción  y  calma, 
Siente  al  faltarle  el  ansia  del  combate 
Que  falta  vida  á  la  ambición  del  alma  ! 

Y  en  silencio  devora 

La  aguda  pena  que  su  pecho  encierra, 

Y  al  desdeñar  la  espada 

Que  fué  de  un  continente  redentora, 
Con  desusada  luz  pasmó  á  la  tierra  ! 

Presta  la  nave  en  la  cercana  orilla, 
Juega  la  brisa  en  la  flotante  lona, 

Y  el  rumbo  marca  la  movible  quilla 
Que  lo  mudable  del  vivir  pregona. 

Y  aguarda  ya  impaciente  ;  á  otros  hogares 
Habrá  de  conducir  al  Dios  proscrito 

De  sus  queridos  lares. 

Mas,  en  vano  aguardó  !  Roto  en  pedazos 
El  noble  corazón,  que  el  dolor  mina, 
De  su  Colombia  ingrata  entre  los  brazos 
Con  amor  entrañable  se  reclina  ! 
Silencio  en  esa  tumba  ! 
Silencio  y  soledad  !  La  obra  gigante 
Con  estrépito  inmenso  se  derrumba, 
Entre  fulgores  rojos 

Y  la  ambición  triunfante 
Hace  loco  festín  de  sus  despojos. 


CANTO    II 


MIRANDA 


De  los  verdes  palmares 
Bajo   el   follaje,  que   en  flotantes  plumas 
Coronan  las  orillas  de   sus  mares  ; 

Y  que  al  través  de  las  espesas  brumas 
Tribus   fingen,  que  en  cólera  y  venganza 
Corren  á  defender  los  patrios  lares  : 
Dormido  un  mundo   colosal  reposa, 

Y  fulgurante   brilla 

De  noche  densa  entre   la  sombra  oscura, 
Tierra  que  maravilla ! 
Tierra  de   la  esperanza  ! 
Juventud  rebosando  y  hermosura  ! 

Su  cauteloso  dueño 
Guarda  entre  hierros  á  la  esclava  hermosa, 

Y  en  soporoso  sueño, 

Y  entre   muelles  placeres  vejetando, 
Le  hace  olvidar  su  estirpe  generosa 

Y  seguir  bajo  el  yugo  en  ocio  blando  ! 
La  ardiente  voz  del  mundo  allí  no  llega 
Que  enamorado  de  la  luz  se  agita, 

Y  con  ardor  á  conocer  se  entrega 
La  láctea  de  las  ciencias  infinita  ! 


—  18  — 

En  indolente  calma, 
El  corazón  en  fáciles  anhelos  ; 
Inerte,   muda  el  alma, 

No  se  alzan  sus  miradas  á  los  cielos  ! 

Los  milagros  del  arte, 

La  noble  aspiración  del   pensamiento 

Qne  luz  y  vida  en  derredor  reparte  ; 

La  generosa  voz  del  sentimiento 

Qne,  cruza  espacios  y  salvando  montes, 

Abre  á  la  sed  de  amor  más  horizontes, 

A  esa  tierra,  perdida 

En  las  lejanas  nubes  del  ocaso, 

Y  en  ne'ció  fanatismo  sumergida, 

No  llegan  nunca  con  triunfante  paso  : 

Ocultos  y  furtivos, 

Por  ser  crimen  la  luz,  salvan  los  mares, 

Y  abrazan  los  espíritus  cautivos 
:En  la  amorosa  red  de  sus  hogares. 
De  independencia  y  libertad  y  gloria,' 
Visiones  de  tan  mágica  grandeza, 
Evocan  la  memoria, 

Y  el  sol  del  porvenir  su  ascenso  empieza  ! 

La  joven,  nueva  Francia, 
Que  con  robusta,  poderosa  mano 
Cambia  de  los  imperios  el -destino;         . 

Y  en  iras  embriagada  y  arrogancia, 
Heraldo  altivo  del  derecho  humano. 
En  lucha  universal   se   abre  camino  ! 
El  Norte,  que  vencida 

De  la  opulenta  Albión  la  saña  injusta, 
Sobre,  el  altar  de  la  deidad  caída 
Sólo  adoró  la  Libertad  augusta; 
Con  grandiosos  ejemplos  la  sublevan 
Del  yugo  colonial  contra  el  ultraje, 

Y  el  pensamiento  llevan, 
En  tentador,  insólito  miraje, 
A  otro  mundo,  otro  cielo, 

Do  ve  cumplido  sn  ambicioso  anhelo. 


—  1  0  — 

Y   ¿  qué  voz  se  levanta 
Que  el  volcán  presto  á  iras  más  enciende  ? 
¿  Qué  espíritu  de  llamas,  que  agiganta 
La  propia  hazaña  que  arrojado  emprende, 
Precursor  de  la  luz,  en  la  tiniebla 
Claridades  extiende, 

Y  en  fulgor  de  relámpagos  la  puebla  ?     (J) 

Un  guerrero  !. . . .  Su  nombre 
Le  ostenta  el  libre  Norte  ya  en  su  historia  ! 
A  Francia  democrática  envanece  !  ! 
Expresión  de  una  idea,  más  que  un  hombre, 
Mensajero  parece 
Del  humano  derecho  y  de  la  gloria  !. . . . 

Doquier  postrado  gime 
Un  pueblo  entre  cadenas 
Brilla  su  acero  al  sol  ! ... .    Audaz  lo  esgrime, 

Y  si,  torres  y  almenas 

Que  fabricó  el  error,  la  espada  abate, 

De  nuevo  raudo  lanza 

Su  corcel  de  combate, 

Victorias  anhelando  su  esperanza  ! . . . . 

No  triunfa  ;  pero  deja 
En   el  abierto  surco  la  simiente  !  ! 
Va  cual  León,  que  por  tornar  se  aleja 

Y  la  batalla  próxima  presiente  !  ! 

Despiértase  en  las  venas  bullidora 
La  misma  sangre  ardiente, 
Herencia  de  la  España  su  opresora  ! 
La  misma  que  en  ocaso,  y  en  Oriente 
Por  la  Cruz  y  la  Patria  combatía, 

Y  el  ibero  pendón,  de  gente  en  gente, 
Triunfante  alzó  por  emular  el  día  ! 

La  que  en  vano  Rodrigo, 
Preso  en  los  brazos  de  la  hermosa  Cava, 


'¿O 


Dejó   al  morisco  alfanje  su   enemigo 
Que  la  guardara  en  el  harén  esclava. 

Y  en  vano,  por  vencerla,  desde  el  Sena 
Yn  nuevo  Jove  descogió  los  rayos 
Que  fulminó  sobre  Austerliz  y  Jena, 
Que  Cides  y  Pelayos 

Doquier  rompieron,  con  hidalga  saña, 
De  extranjeros  audaces  la  cadena, 
Lidiando  heroicos  por  su  hermosa  España  ! 

Y  el  índico  marasmo 

En   tropical  ardor  se  trocó  luego  : 

Y  vida  y  entusiasmo, 
Desbordado  torrente, 

Que   ondas  desata  de  viviente  fuego, 
Recorrió   el  Continente, 

Y  con  fragor  de  recias  tempestades, 
Despertó  pueblos,  sublevó  ciudades  ; 

Y  al  cielo  y  á  la  suerte 

El   iris  flameó  al  sol,  y  un  solo  grito, 

Unánime,  bendito, 

Cruzó  los  aires  : — "  Libertad  ó  muerte  !  !  ! "' 

Y  Caracas,  sultana 

Que  el  suave  néctar  del  placer  bebía, 

Y  de  su  dicha  y  su  beldad  ufana, 
En    su  lecho  de  rosas  sonreía, 
Ya  gentil  amazona 

Las  áureas  copas  del  festín  desdeña, 
Los  indolentes  ocios  abandona, 

Y  alza  á  los  cielos  la  gloriosa  enseña  ! 
,.;  Será  que  ha  abierto  el  cielo 

Sus  abismos  de  luz  ?. ,  Auras  de  vida 
De  América  en  el  suelo 
Se  sienten  como  un  hálito  fecundo  ! 
La  voz    del  porvenir  va  á  ser  oída  !. , 
Empieza  su  misión  el  Xuevo  Mundo  ! 

¿  Sólo  fugaz  mentira. 
Loca  ilusión  de  mente  soñadora 


31 


Que  la  belleza  en  lo  grandioso  admira, 

De  la  fábula  fué  la  inspiradora  ? 

N"6.    Ahí  están  los  dioses  coronados 

Con   el  rayo  divino  ! 

He  ahí  los  inmortales, 

En  areópago  augusto  congregados, 

De  un  mundo  á  decidir  sobre  el  destino  ! ! 

Mirad  !  las  frentes  graves,  pensadoras  ! 
Corazones  fogosos,  que  se  irritan 
En  impaciente  ardor  !  Almas  auroras, 
Que  en  el   amor  de  lo  ideal  se  abrasan 

Y  ansiosas  tras  el  sol  se  precipitan  ! 

Y  allí,  Miranda  !. .   Apóstol  y  soldado 
Le  vio  la  Libertad  su  caballero, 

Y  la  dio  vasallaje, 

Y  por  gala  mayor  y  en  su  homenaje 
Hizo  campo  de  honor  el  mundo  entero  ! 
Del   nuevo  edén  proscrito, 

La  fulminante  llama  á  Francia  lleva, 

Y  rugiente  el  volcán  al  cielo  eleva 
La  roja  enseña  que  abrasó  el  delito. 

Y  allá  en  la  Kusia  helada 
Entre  reyes  y  príncipes  descuella, 

A  la  lumbre  amorosa   de  una  estrella 
Por  Venus  y  Minerva  coronada  ! 

En  actitud  suprema 
Llena  el  vasto  recinto  de  fulgores  ! 
De  libertad  y  de  heroísmo  emblema 
La  Eepública  muestra  en  esplendores  ! 

Y  su  voz  generosa  se  derrama 
Como  el  móvil  caudal  del  Amazonas  ; 

Y  ya  á  sus  dioses  tutelares  clama: 
Ya  ruega,  arde,  fulmina  ! 

Ya  por  contraste  á  cetros  y  coronas 
De  la  augusta  deidad  aparta  el  velo 

Y  la  altanera  frente  ante  ella  inclina. 


—  82  — 

ídolo  ele  las  almas  gcucrosas, 
d-enio   hermoso  del  bien,  hija  del  cielo, 
Esperanza  y  egida 

Que  busca  entre  sus  noches  tenebrosas 
La  humanidad  caída; 
Tal  aparece  con  virgíneas  galas¿ 
Bella,  inmortal,  la  Libertad  sublime! 
Si  proscribe  el  error,  si  el  mal  oprime, 
Su  trono  es  luz,  su  cuadriga  de  alas^ 
Su  cetro  amor,    su  leyes  claridades; 
Su  vasto  imperio  el  mundo  y  las  edades! ! 

Ved  la  admirable  escena     (2) 
Que  el  arte  supo,  con  poder  divino, 
Llevar  al  lienzo  en  honra  á   la  pintura  ; 
El  genio  entre  sus  alas  la  encadena  ; 
Y,  émulo  del  destino, 
La  da  al  aplauso  de  la  edad  futura  ! ! 

¿  Y  no  escucháis  ?    Echada  está  la  suerte, 
Ya  Venezuela  es   libre  ! 
Joven,  altiva,  valerosa,  fuerte, 
¿  Qué  importa  el  rayo  que  la  España  vibre  ? 
Anuncia  el  bronce  al  mundo  la  victoria, 
Aplauso   inmenso  en  el  recinto  truena  ; 

Y  el  himno  patrio,  el  himno  de  la  gloria, 
Poblando  el  aire  en  ímpetu  resuena  ! 

Y  el  hado,  su  enemigo, 
Cambióle,  en  noche  la  radiante  aurora  ! 

Y  la  tierra  indignada  fué  testigo 
De  la  saña  cruel   de  su  opresora!.. 
Quien  buscaba  la  luz  cayó  en  las  sombras  ; 
Rompió  cadenas  y  murió  en  cerrojos, 

Y  nacido  á  pisar  regias  alfombras, 

¡  Tristes  mudanzas  del  destino  impío  ! 
Al  faltarle  la  luz,  vieron  sus  ojos 
Un  calabozo  oscuro  y  triste  y  frío  ! 


ya 


Pero  si  el  duro,  airado  carcelero, 
Negó  sus  restos  al  amor  del  mundo  ; 

Y  despiadado  y   fiero, 

Do  enconada  venganza  en  el  delirio, 
Sobre  él  arroja  audaz  velo  profundo; 
Brilla  más  bella  aún  por  el  martirio 
Su  gloriosa  existencia  : 

Y  la  patria  en  sus  lares, 

Por  vengar  de  los  hados  la  inclemencia, 
En  duros  bronces  le  levanta  altares 

Y  su  nombre  y  su  gloria  reverencia. 

Y  á  las  puertas  está  del  sacro  templo  ;     (3] 

Y  del  sol  de   Bolívar 
Aguarda  ver  los  rayos  soberanos  : 

Fué  de  grandeza  y  de  infortunio  ejemplo, 

Y  el  odio  mereció  de  los  tiranos  !  ! 


Canto   i  i  i 


EL  PANTEÓN 


¿  Por  qué  saludan  del  naciente  día 
El   indeciso  albor  dianas  triunfales  ; 
Y  el  himno  patrio  inflama 
Con  bélica  armonía, 
En  sed  de  gloria,  en  ímpetus  marciales, 
Del  entusiasmo  la  oncendida  llama, 
Evocando  recuerdos   inmortales  ? 

¿  Por  qué  con  hondo  estruendo  sacudido 
El  Avila  en  su  asiento, 
De  una  sierra  á  otra  sierra  lleva  el  viento 
Del  bronce   el  estampido  ; 
Voz  de  la  lid,  heraldo  de  la  fama, 
Que  gloria,  y  triunfos,  y    valor  proclama  ?. 


Ya  la  ciudad  del  Guaire 
Engalanada  en  flores, 

Y  dando  alegre  al  aire 

Del  iris  los  espléndidos  colores, 
Gentil,  gallarda,  apuesta, 

Y  ostentando  sus  galas  y  primores, 
Bulle  ardorosa  entre  calor  de  fiesta! 


—  86  -é 

De  rosas  y  de  perlas  el  fulgente 
Cendal  descoge  el  alba  ;  el  sol  asoma 
Altivo,  claro,  ardiente  ; 

Y  como  á  vencedor,  la  sien  ceñida, 
De  histórico  laurel,  acoge  Eoma  ; 
Y,  entre  aplausos  ruidosos  y  loores, 
La  multitud  se  agolpa  enloquecida 
Ante  el  carro  triunfal   regando  flores  : 
Tal  á  ese  sol  de  vida, 

Y  al  pueblo  americano  de  alta  gloria, 
Acoge  hoy  la  Patria  agradecida  ! 

Vedle,  entre  el  gozo  universal  se  encumbra  : 

Y  al  reflejar  su  luz  en  nuestra  historia. 
Sus  páginas  alumbra, 

Y,  con  brillo  fecundo, 

Rasgando  sombras,  maravilla  al  mundo  ! 

Mas,  ¿  á  dónde  me  lleva, 
En  ese  mar  de  luz  que  me  circunda, 
La  ansiosa  multitud,  que  al  aire  eleva, 
En  clamorosos  ecos, 
El  júbilo  y  amor  que  el  pecho  inunda  ? 
En  prestigioso  vértigo  arrastrado, 
Entre  cantos  y  músicas  guerreras, 
Cautiva  el  alma,  el  pecho  conturbado, 

Y  al  flamear  de  oriflamas  y  banderas, 
¿  Acaso  es  sueño  lo  que  absorto  miro  ? 

r;  Sueño  del  patrio  amor  en  que  me  inspiro  ? 

Allá  sobre  la  altura     (1) 

Y  dominando  la  admirable  escena, 
Diamante  entre  esmeraldas,  que  "fulgura 
En  majestad  serena, 

Surgiendo  etérea  entre  azulado  velo, 

Ante  los  ojos  se  alza 

Fábrica  augusta  que  se  eleva  al  cielo  ! 

En  sus  torres  arábigas  flotante 

Luce  el  pendón  que  ensalza 

Nuestro  heroico  valor  en  arduas  lides, 


*-  8  7  — 

Y  que  vieron  triunfante, 

Al  noble  esfuerzo  de  moderno  Alcidés1} 
El  Pacífico  mar  y  el  mar  de  Atlante  !  ! 

Espléndidos  reflejos, 
De  la  pasada  edad  batalladora, 
La  envuelven  en  su  lumbre  ;  y  á  lo  lejos. 
Al  rojo  sol  que  sus  ojivas  dora, 
El  pensamiento  trasportado  vuela 
Á  los  campos  do  un  día 
Libertad  proclamando   Venezuela, 
Al  hierro  y  al  valor  su  suerte  fía  ! 

Mas. . . .   ¿  qué  ?. . . .   ¿Acaso  es  dado 
Tornar  la  vida  en  su  veldz  carrera 
Al  tiempo  ya  pasado  ?. . . . 

Esa  marcha  guerrera 

Ese  himno  de  victoria 

Unidos  los  pendones 

Que  hermanos  vio  el  desastre  y  vio  la  gloria. . . . 

Y. . . .  pueblos  y  naciones 

Que  en  tumultuoso  séquito  le  aclaman, 

Y  su  grandeza  y  su  virtud  proclaman .... 
¿  No  son  ecos  de  aquella 

Pompa  triunfal  que  al  héroe  recibía, 
Cuando  ascendiendo  hacia  el  zenit  su  estrella 
De  Carabobo  ó  de  Junín  volvía  ?. .  . .    (3) 

Y. .  vedle  !. .  El  está  allí!. .  Sobre  la  cumbre, 
Dios  en  el  sacro  templo  de  inmortales, 
Fulgores  celestiales 

Envuelven  su  figura  en  viva  lumbre  !. . 
Oíd  ! . .  Habla  á  la  América  ! . . . .  y  suspende 
El  Gruaire  su  corriente  :  calla  el  viento, 

Y  al  épico  arrebato  de  su  acento 

En  raudales  eléctricos  se  enciende  ! . . . . 

Mirad! . .  El  está  allí ! . .  En  pié! . .  En  la  frente 
La  llama  creadora  ; 


—  ¡48  — 

En  la. robusta  mano  omnipotente 
De  Colombia  la  espada  redentora  ; 

Y  pendones  y  hierros  en  pedazos  ! 

Y  el  invicto  León  bajo  su  planta  ! 

Y  un  pueblo  que  hacia  él  tiende  los  brazos, 

Y  un  mundo  entero  que  su  gloria  canta  ! 

Oh,  sombras  de  los  héroes,    no  contrista 
Ya   la  civil  discordia  nuestros  lares  : 
Vengó  el  acero  ya,  de  la  conquista 
"El  oprobio  y  baldón  !. .   Ya  tiene  altares 
El  patriotismo  ;  y  la  virtud  sublime, 
El  heroico  valor,  con  sacro  culto, 
Que  del  profano  olvido  los  redime, 
No  temen  ya  profanación  ni  insulto  ! 

En  vano  el  mármol  frío 
Selló  con  pesadumbre  el  ancha  tumba, 

Y  el  tiempo  alado,  con  poder  sombrío, 
Torres  que  alzó  la  vanidad  derrumba  ! 
La  gran  Colombia  herida, 

En  vano  al    sucumbir  en  su  demencia, 

Y  por  sus  propios  hijos  combatida, 
Provoca  de   los  cielos  la  inclemencia  ; 
Eterna,  soberana, 

Libre  de  las  mudanzas  del  destino, 
Brilla  inmortal  la  gloria  americana 
Bajo  el  laurel  de  Libertad  divino  ! 

Allí  los  héroes,  en  silencio  mudo, 
Le  contemplan  y  admiran  ; 

Y  reclinados  ya  sobre  el  escudo, 
Batallas,  glorias  con   dolor  suspiran  ! 
Ya  sueñan  verle,  paladín  gallardo, 
Majestuosa  la  frente,  que  no  abate 
De  la  desgracia  el  encendido  dardo, 
Lanzarse  entre  las  iras  del  combate  ; 

Y  sus  angustias  crecen  : 

Y  en  la  horrible  ansiedad  de  su  agonía, 
Los  mármoles  y  tumbas  se  estremecen  ! ! 


—  2  9  — 

No  ha  muerto  !  Vive!. .  y  más  gloriosa  y  pura, 
No  al  olvido  sujeta, 

La  gran  nación  de  olímpica  hermosura 
Que  sueño  fué  del  héroe  y  del  poeta  ! 

El  genio  de  Bolívar  aun  preside, 
Desde  el  sagrado  templo, 
Las  fiestas  del  ardiente  patriotismo, 

Y  del  escuro  porvenir  decide  ; 
Mostrando  con  su  ejemplo 

El  sublime  ideal  del  heroísmo  ! 

En  la  solemne  pompa  ¡cómo  altivas, 

Y  qué  vistoso  alarde  desplegando, 
Ciudades  y  naciones 

De  la  gloria  cautivas, 

Van  ante  el  Dios  llegando 

Del  arte  y  de  la  ciencia  con  los  dones  !     (:j) 

Allí  va   coronada 
De  laurel  y  de  oliva 
La  madre  siempre  amada, 
Que  le  meció  cautiva, 

Y  luego  por  su  genio  libertada, 
Grande,  feliz  y  bella 

Es  en  el  cielo  americano  estrella-  ! 

No  ya  llorosa  y  triste 

Va.  á  la  tumba  del  hijo, 

A  plañir  duelos  en  dolor  prolijo  ; 

No  ya  crespones  viste  ; 

Llena  de  fe,  de  fuerza  y  lozanía, 

Ostenta,  ricas  y  preciosas  galas 

Con  que,  á  su  amor  rendido,  la  atavía 

El  hijo  afortunado 

Que  la  discordia  enfrena, 

Y  ya.  en  las  cumbres  del  poder  alzado 

En  la  red  del  progreso  la  encadena.  !     (T) 

No  guirnaldas  de  rosas, 
Ni  de  antiguo  laurel  lleva  en  ofrenda  ; 


—  30  — 

Coronas  más  hermosas, 

Gala  y  esmalte  de  la  nueva  senda  : 

Dones  del  pensamiento, 

De  lag  artes  primores, 

Y  prodigios  del  genio  y  del  talento 
De  su  imortal  tributo  son  las  flores. 

Allí,  la  qué  en  herencia, 

Y  por  mayor  donaire  en  sus  amores, 
El  nombre  de  Colombia  reverencia  ; 

Y  ambicionando  el  lauro  peregrino 
•Le  arrebata  al  destino  !     (5) 

La  que  culto  á  la  ciencia 

Y  á  la  sagrada,  Libertad  ofrece, 
Y',  grave,  pensadora, 

Con  sueños  generosos, 

En  cívicas  virtudes  se  enaltece  ! 

Aquella  de  dos  piélagos  señora. 
Que  unidos  verá  un  día, 
Llevando  en  fácil  vía 
Los  dones  del  ocaso  y  de  la  aurora. 

En  cercos  de  luz  clara 
Brilla  su  frente,  que  se  inclina  augusta, 

Y  de  progreso  avara, 

No  el  acerado  casco  y  cota  ajusta  : 
Sí  de  cultura  y  de  saber  modelo, 
Con  arrogancia  suma, 
Da  poder  á  la  imprenta, 
Fatiga  ya  la  pluma, 

Y  digna  de  su  gloria-  se  presenta. 

Y  viene  el  Ecuador. ...    En  sangre  tinta 
Empuña  aún  la  vengadora  espada  ; 
La  cólera  marcial   en  su  faz  pinta 
Del  rudo  batallar  la  sombra  airada  ! 
Pero  si  al  hado  adverso 

Y  á  la  propia  opresión  desfallecía. 


31 


Con  justo  aplauso  ya  del  Universo, 

Sólo  á  las  leyes  su   destino  fía  ! 

Vedlo  cual  se  levanta 

Sobre  el  rey  de  los  Andes, 

Y  en  arpa  de  oro  canta 

Al  semidiós,  al  grande  entre  los  graneles  !     ("' 

;Será  que  á  la  ilusión  que  el  alma  llena. 
Con  gusto,  débil  cedo  ?. . 
¿No  escucho  ya  que  olímpico  resuena 
El  estro  augusto  del  divino  Olmedo  ?. . 

¿  Qué  á  las  águilas  son  las  tempestades  ?. . 
No  muere  nunca  el  canto 
Que  el  numen  inspiró  del  heroísmo  ; 
Si  ya  las  cuerdas  de  su  lira  rotas, 
Espacios  cruza  y  siglos,  las  edades, 

Y  con  aéreo  manto, 

Sube  á  los  cielos,  brilla  en  el  abismo, 

Y  con  eco  inmortal  vibran  sus  notas  !  !. . 

Mas  ¡  oh,  dolor  !. .  en  las  marchitas  sienes 
Las  pálidas  adelfas  ;  lutos,  duelos 
En  la  veste  y  el  alma.  .  . .   ¿A   qué  vienes, 
Reina  del  Sur,  cubierta  en  negros  velos  ?. . 
r;  Venganza  llegas  á  pedir  acaso  ? 
Colombia  viuda  no  te  ofrece  abrigo, 

Y  duermen  tus  dos  soles  en  ocaso  ! 

;  Impasible  la  América  testigo 
Es  á  tu  gran  dolor  y  á  tu  agonía  ? 
Hondo  clamor  escucho. 
Que  en  triste  lamentar  recuerda  el  día, 
En  el  que  á  un  fuerte,  indómito  enemigo 
Hirió  Junín  y  fulminó  Ayacucho  ! 

Y  llega  entristecida 
La  que,  del  Inca  y  por  el  sol  amada, 
Debió  á  las  glorias  de  Junín  la  vida  ! 


—  32  — 

Y  en  los  brazos  de  Sucre  reclinada 
Tnro  corte  de  honor,  y  cetro  y  trono  ! 
Más  tarde  en   abandono, 

Como  cóndor  en  su  arrogancia  ciego, 
Que  el  vuelo  apenas  tiende, 
Llegar  al  sol  en  su  ilusión  pretende 

Y  se%brasa  las  alas  en  su  fuego  ; 
Tal,  en  su  desvarío, 

De  la  altura  desciende, 
Pasado  ya  su  antiguo  poderío  : 
Mas,  despertando  luego, 
Aparta  el  brazo  airado  que  la  hiere, 

Y  obligando  al  destino, 

Ser  digna  ya  de  sus  recuerdos  quiere, 
Busca  en  las  sendas  de  la  luz  camino  !     (B) 

Y  herida  viene  por  puñal  aleve 
La  ciudad  opulenta, 

Que  á  compasión  los  nobles  pechos  mueve  ; 
Que,  del  Eimac  sobre  la  verde  orilla, 
Altas  hazañas  y  grandezas  cuenta 
Del  tiempo  venturoso,  en  que  á  la  sombra 
Del  héroe  colombiano,  crece  y  brilla, 
Con  redes  de  oro  y  plata  por  alfombra  !     (") 

A  la  Castilla  de  oro, 
Que  Pizarro  domó  y  Almagro  ansiaba  ; 
La  del  Inca  tesoro, 
La  que  reina,  de  esclava, 
Bolívar  dejó  un  día, 
De  la  conquista  la  ferrada  clava 
Vuelve  á  sumir  en  duelo  y  agonía  ! 

Oh  !  santa  Libertad  !. . . .  ¿Por  qué  tu  manto, 
De  gasas  de  oro  y  púrpura,  así  ampara 
Tan  horrendo  furor  y  crimen  tanto, 
Que  el  brillo  anublan  de  tu  lumbre  clara  ?. . 

Si  tu  nombre  mancillan 
La  ingratitud,  y  el  ocio,  y  las  pasiones, 


—  3  3  — 

Que  la  altivez  del  ciudadano  humillan, 
Juguete  á  ser  de  innobles  ambiciones  ! 
Si  fué  grande  el  agravio, 
Es 'mayor  el  castigo  que  le  impones  !  ! 

En  vano,  en  vano  fué,  que  nuevo  Fabio, 
Sacre  inmortal  la  escude  con  su  gloria 
Que  jamás  envejece  : 
Sucre,  que  fué  tan  grande  en  la  victoria, 

Y  fué  tan  grande  en  la  virtud  divina, 
Que  el  odio  ante  él  se  inclina, 

La  calumnia  enmudece, 

Y,  herirle  no  pudiendo,  le  asesina  !  ! 

¿Á  qué  nube  sombría 
Viene  á  turbar  funesta 
Los  claros  horizontes  de  este  día  ? . . . . 
Voces  alegres,  cánticos  de  fiesta 
Que  encienda  el  entusiasmo  con  su  llama, 
No  de  duelo  y  tristura, 
En  el  blando  laúd  de  la  elegía, 
Dan  fuerza  y  vida  al  eco  de  la  fama  ! 
¡  Recuerdos  de  dolor  y  de  amargura, 
Que  evoca  la  memoria, 
Pasad  envueltos  en  la  sombra  oscura  ! 
Dejad  sus  claridades  á  la  gloria  ! 
Dejad  que  alzarse  pueda 
El  sacro  numen  en  altivo  ensayo  ; 

Y  el  patrio  amor  acaso  le  conceda 

La  voz  del  trueno,  el  esplendor  del  rayo  ! 

Mas,  basta  á  que  se  exalte 
El  pecho  enternecido, 
Un  adorable  cuadro,  que  es  esmalte 
De  ricas  joyas  en  metal  pulido. 


Como  de  dulce  sueño  á  los  antojos 
Se  ven  surgir  visiones  vaporosas, 


:] 


—  34  — 

Sonrosadas  mejillas,  labios  rojos: 
El  leve  anclar  de  diosas, 

Y  luz  del  alma  en  los  rasgados  ojos  ; 
Tal  en  el  templo  se  adelantan  bellas 
Hacia  el  sagrado  altar,  do  el  Dios  reside, 
Las  matronas  del  G-uaire,  y  como  á  estrellas 
El  lucero  del  alba  las  preside.     (8) 

Sus  hermanas  las  flores 
En  redes  de  oro  y  seda  aprisionadas, 
Luciendo  van  aromas  y  colores, 
A  homenajes  de  gloria  acostumbradas  ! 

¡  Y  me  imagino  ver  en  su  apogeo 
Al  genio  augusto,  triunfador  llegando, 
Cubierto  aún  del  varonil  arreo 
Sobre  esbelto  corcel,  que  jugueteando 
Entre  el  aplauso  popular  le  lleva  ; 

Y  orgulloso,  arrogante, 

Como  el  sonido  del  clarín,  eleva 
En  la  enhiesta  cerviz  la  crin  flotante, 

Y  ardiendo  en  fuego  vivo, 
Trémulo  piafa  en  su  coraje  altivo  !  ! 

Habla  !. .  Escuchad  !. .  "  Dos  ángeles  ofrecen 
"  Coronas  á  mi  sien,  ninguna  es  mía  : 
"  Honra  no  merecida  me  sonroja. 
"  Los  bravos  de  Colombia  una  merecen, 
"  La  otra  el  pueblo".     Y  ambas  las  arroja     (;i) 
Al  pueblo  que,  en  su  loca  idolatría, 
Ante  tal  muestra  de  grandeza  suma, 
Con  nuevas  pruebas  de  su  amor  le  abruma  !  ! 

,;  Será  de  nuestro  amor  orgullo  sólo 
Pensar  grandezas  y  ensalzar  virtudes 
Del  héroe  colombiano  ?. .  Los  laúdes, 
A  su  nombre  y  sus  hechos, 
En  acordado  son,  de  polo  á  polo, 
Hicieron  palpitar  los  nobles  pechos. 

Por  eso  ved,  alígeros  bajeles      .    . 
Rompiendo  el  hondo  mar,  de  otras  riberas, 


—  35  — 

A  la  gentil  ciudad  de  los  vergeles, 

De  homenajes  de  amor  son  mensajeras  ! 

Y  llega  el  encumbrado 

Pueblo,  que  en  alas  del  progreso  brilla, 

Y  donde  en  arco  Atlante  enamorado 
Mueve  sus  ondas  á  besar  la  orilla  ! 

El  de  los  amplios  cielos, 
Que  ilustró  Hidalgo  y  que  esmaltó   Morelos  ! 
El  que  dice  á  la  tierra 
Del  índico  poder  la  maravilla, 
Allá  en  las  brumas  que  el  pasado  encierra  ; 

Y  con  audacia  rara, 

Por  librar  de  baldón  á  este  hemisferio, 

De  libertad  sacrificó  en  el  ara 

El  águila  ambiciosa  del  imperio  !     (lu) 

Y  llega  la  del  Plata, 
Generosa  amazona, 

Cuyo  estro  americano  se  desata 
Con  el  vario  matiz  de  nuestra  zona. 
Señora  de  la  pampa,  que  infinita 
De  un  horizonte  en  otro  se  recrea  ; 

Y  do  indomable  el  corazón  palpita     (11) 

Del  gaucho  audaz  que  en  su    extensión  campea ! 

La  que  gala   del  nombre 
Luce  de  San  Martín  afortunado  ; 
Quien,  porque  al  mundo  su  grandeza  asombre. 
Bajó  del  solio  y  empuñó  el  arado  ! 

Y  Paraguay,  el  indomable  Anteo, 
Que  cien  veces  caído  se  levanta 
Vengador,  iracundo,  giganteo  ! 

Y  en  desigual,  titánica  porfía, 
Al  Universo  espanta, 

Al  sublime  estertor  de  su  agonía, 
También  inclina  al  héroe  prepotente, 
Al  gran  Libertador,  su  noble  enseña  : 


—  3  6  — 

La  Patria  fué  su  inspiración  ardiente, 

Y  éste  la  Patria  ¡i  idolatrar  enseña  ! 
No  Urutaú  sobre  las  verdes  ramas 
Del  índico  Tamay  tristezas  llora  ; 
Extintas  por  la  paz  fueron  las  llamas, 

Y  luce  ya  en  su  cielo  nueva  aurora  I 

Y  el  pueblo,  aquel  amigo, 

Que  fué  á  la  Patria,  en  desventura,  amparo, 

Y  al  liéroc  en  el  desastre  prestó  abrigo, 
¿  Faltar  pudiera  el  día 

En  que  abismada  América  en  su  gloria, 

En  himno  universal,  ardiente  fía 

Su  nombre  y  fama  al  juicio  de  la  historia  ? 

Oh,  no. . .  él  está  ahí. . .  y  aunque  su   ofrenda 
La  guarda  el  corazón  agradecido, 
Pues  que  fué  en  medio  la  inmortal  contienda 
Como  sol  entre  abismos  suspendido  ; 
Hoy  viene  sólo,  porque  más  arguya 
Prendas  de  su  amistad  el  noble  pecbo  : 
Libre  y  americano, 
Es  Haití  nuestro  hermano 

Y  toda  gloria  nuestra  es  gloria  suya  !     (12) 

Arrogantes  y  bellas 
Le  siguen  las  naciones, 
Constelación  de  estrellas 
De  América  Central  en  las  regiones: 

Y  en  alarde  altanero 

Y  porque  el  mundo  su  progreso  vea, 
Es  de  ellas   mensajero 

Un  paladín  gallardo  de  la  idea  !     (13) 

Y  fatigando  el  viento 

Que  en  las  marinas  ondas  moja  el  ala, 
De  amor,  de  admiración,  de  noble  aliento 
Llegan  ¡  oh  Patria  !  votos  por  tu  gloria 
De  coniines  lejanos  ! 


i-  3  7  — 

Y  })or  honra  mayor  y  mayor  gala 
De  América  á  los  timbres  soberanos, 
A  la  voz  de  la  fama  sorprendidos 
Los  pueblos  seculares, 

Bajo  el  yugo  del  cetro  envejecidos, 
Rinden  también  tributo  en  tus  altares  ! 

La  noble  Albión,  (pie  lleva, 
Siempre  gallarda,  sus  anhelos  fijos 
Do  el  claro  sol  de  la  verdad  se  eleva  ; 

Y  la  sangre  preciosa' de  sus  hijos, 

En  Carabobo,  en  Boyacá,  á  la  nuestra 
Corrió  en  torrente  unida  ; 

Y  de  valor  maestra 

Fué  de  la  patria  y  de  su  gloria  egida  ! 

Ella,  que  luego,  cuando  en  hondo  duelo 
Cayó  en  la  sombra  el  astro  peregrino, 

Y  al  regazo  volvió  del  patrio  suelo 
La  flor  ya  mustia  de  su  ser  divino  ; 
En  el  cortejo  del  retorno  triste, 

La  enseña  augusta  de  la  mar  señora 
De  negro  luto  viste 

Y  las  desgracias  de  la  Patria  llora  ! 
A  sus  recuerdos  fieles, 
Generosa  ha  venido 

Al  gran  festejo  á  compartir  laureles, 

Que  está  á  su  gloria  nuestro  triunfo  unido  !  (1 4) 

Y  la  Holanda  industriosa, 
Que  nuestro  afecto  y  gratitud  obliga. 
En  nuestro  hogar  querido 
lia  llegado  á  sentarse  presurosa 
No  ya  por  ser  cortés,  sí,  como  amiga. 

Y . . . .  escucho  ya  que  con  amor  doquiera 
El  nombre  de  Bolívar  vibra  al  viento  ! 
La  humanidad  entera 


—  38  — 

Al  dulce  sentimiento 

De  la  anhelada  Libertad,  suspira, 

Y  á  sus  héroes  y  mártires  admira.     (1  °) 

Y  es  sol  Bolívar,  cuya  luz  no  esconde 
Noche  siniestra  que  el  abismo  lanza : 
Siempre  á  su  nombre  el  corazón  responde 
Con  un  grito  de  amor  y  de  esperanza  ! 


CANTO    I  Y 


EL  PROGRESO 


¿  A  dónde  van  las  águilas  ?.  .¿  Quién  mueve 
El  impetuoso  alarde  de  su  vuelo  .... 
Sin  que  el  instinto  natural  las  lleve 
A  soñar  realidades  en  el  cielo  ? 

Atracción  misteriosa  de  lo  ignoto  : 
Vértigo  de  impaciencia 
Que  siembra  sombra  y  luz  en  lo  remoto, 

Y  á  fantásticas  sombras  da  existencia  ! 
Algo  vago,  indeciso  : 

Algo  desconocido  :  todo  y  nada  ! 
Las  visiones  cpiizás  de  otra  morada  ! 
Los  suefios  del  perdido  paraíso  !. . 

Y  eso,  mortal,  te  lleva 
En  luclia  eterna,  en  perennal  desvelo, 
Sin  que  dicha  ó  dolor  jamás  se  atreva 
A  detenerte  en  el  febril  anhelo  ! 

Y  la  infinita  aspiración,  que  es  alma 
De  la  ciencia  y  el  arte  ; 

Que  va  en  continua  tempestad  sin  calma  : 

Y  en  la  noche  y  la  aurora 

Te  sigue  siempre  sin  jamás  dejarte  ! 


40 


Chispa  activa,  inmortal,  generadora, 
En  sueños  ó  esperanzas  convertida, 

Es  movimiento,  es  fuerza,  es  luz,  es  vida  !. 

Yo  adoro  tus  combates, 
Bendigo  tus  milagros,  ¡  oh  deseo  ! 
Ya  el  fuego  de  los  cielos  arrebates, 
O  ya  á  la  roca  atado  Prometeo, 
Desesperado  sienta 
Que  tu  soplo  de  llamas  le  atormenta  ! 

Y  tu  espíritu  crea 
Audaces  maravillas, 

Alas  presta  á  la  idea, 

Y  al  fulgor  poderoso  con  que  brillas 

La  industria  en  esplendor  se  enseñorea  ! 
Tú  seduces  el  alma  y  la  arrebatas 
En  vértigo  profundo. ! 

Y  germen  de  lo  grande  y  lo  fecundo 
Ya  del  pasado  al  porvenir  desatas  ! 

Símbolo  de  tu  gloria 
En  tu  séquito  augusto, 
Marcando  en  cada  paso  una  victoria, 
Va  triunfal  el  progreso  ; 
Y,  esclarecido  el  orbe,  á  Marte  adusto 
Deja  entre  sombras  pavorosas  preso  ! 

Y  fué  á  la  luz  del  cielo  americano, 

Y  fué  en  la  tierra  nueva, 

Donde  ese  aliento  halló,  que  soberano 
El  Universo  á  transformar  le  lleva  ! 

Y  fué  la  Libertad  quien  le  redime 

Del  cautiverio  en  que  el  error  le  aferra  : 
Ella  quien  rompe  el  yugo  que  le  oprime 

Y  audaz  le  lanza  á  dominar  la  tierra. 

Y  surgen  horizontes  y  horizontes 
Do  fija  la  mirada, 


«-   41    — 

¥  cruza  mares,  y  domina  montes ; 

Y  la  tierra  asombrada, 

Entre  redes  de  luz,  con  bendiciones 
Galardona  su  afán,  premia  sus  dones  !  ! 

Y  tú,  la  favorita 
Del  ingenio  y  la  gloria, 
Cuya  corona  de  laurel,  marchita 
Jamás  halló  la  historia. 
Tú,  que  movida  en  altas  ambiciones, 
Con  el  recuerdo  de  tus  hechos  llenas 
Vastísimas  regiones 
Regadas  con  la  sangre  de  tus  venas  ; 
¿  En  ocio  indiferente, 

Y  en  fáciles  deleites  sumergida, 
Pudieras  indolente 

Dejar  correr  en  inacción  la  vida  ?. . . . 


La  inquietud  incesante 
En  que  el  mundo  se  agita, 

Y  en  alas  del  vapor  surca  triunfante 
Ondas  que  el  Ponto  irrita  : 

Que  arranca  audaz  el  mármol  y  el  granito 
De  su  profundo  encierro  ; 

Y  en  anhelo  infinito 

Vuela  con  ígneas  alas  sobre  el  hierro  : 

¿  Cómo  á  tí  la  primada 

De  la  gloria  guerrera, 

Dejar  sobre  laureles  reclinada, 

En  tanto  el  mundo  tras  la  luz  ansiada 

Sigue  adelante  en  su  veloz  carrera  ?. . . . 

¿  Acaso  será  sueño  ? . . . .  ¿  Los  Titanes 
Guerra  de  nuevo  ya  mueven  al  cielo  ? 
Despiertan  los  volcanes, 

Y  al  fuego  interno  que  rompió  sus  lazos 
Las  rocas  se  dividen  en  pedazos  ! 

El  humo  en  sombra  oscura 
Envuelve  el  ardua  cumbre  : 


—  42  -¡ ■ 

Las  moles  se  desprenden  de  la  altura 
Con  grave  pesadumbre ; 

Y  en  el  horrendo,  ardiente  cataclismo, 
Turba  se  lanza,  en  confusión  extraña, 
Entre  el  cielo  suspensa  y  el  abismo, 
Atronando  en  clamores  la  montaña  ! ! 

O  acaso  ya  vencida 
A  rigores  del  hado, 
En  antros  tenebrosos  escondida 
No  forja  el  hierro  con  que  Jove  airado 
Lanza  el  rayo  divino, 
Sino  que  ahondando  sigue  en  lo  profundo 
Incansable,  tenaz  como  el  destino  ; 

Y  á  la  luz  da  camino, 

Y  sendas  abre  al  porvenir  del  mundo  ! 

Y  absorto  mira  Atlante 
Que  el  Ande  ya  domado 
Inclina  la  cerviz,  y  que  triunfante, 
Veloz  y  desbocado, 
Hipógrifo  arrogante 
Con  tempestuoso  ruido, 

Y  en  densas  trombas  de  humo  y  llama  ardiente, 
Va  por  ocultos  genios  conducido, 

Al  través  de  la  rápida  pendiente  ! ! 

No  bastaba  á  la  gloria, 
Ni  al  vivo  amor  y  patrio  sentimiento. 
Con  flores  y  laureles 
Celebrar  de  Bolívar  la  memoria  ! 

No  bastan  á  Caracas  los  joyeles 
Que  luce  airosa,  y  que  le  dio  por  gala 
Quien  verla  hermosa  anhela, 

Y  con  pródiga  mano  la  regala, 

Y  por  su  nombre  y  por  su  gloria  vela. 

Galante,  previsora, 
Abrió  á  los  pueblos  vía, 


43 


Porque  saluden  en  su  cielo  el  día 

Que  fué  de  ull  hemisferio  clai'a  aurora  ! 

No  bastaba  á  su  anhelo, 
Con  hábiles  cinceles 
Alzar  torres  al  cielo 
Con  moriscos  encajes  : 
Ni  palacios,  ni  templos,  ni  verjeles, 
No  bastaban,  tampoco,  los  celajes 
Del  claro  sol  del  trópico  abrasado, 
Al  fin  de  su  osadía, 

Y  la  ciencia  obediente 
En  luz  ciüe  su  frente, 

Que  burlando  la  noclie  vence  al  día  ! 

Eed  milagrosa  en  vano 
Cruzaba  selvas,  pampas,  soledades 
Hasta  el  hogar  feliz  de  un  pueblo  bermano, 

Y  raudo,  en  un  momento, 
Como  viaja  la  luz,  el  pensamiento 
Veloz  llevaba  en  triunfo  á  todas  partes 
Las  nuevas  de  las  ciencias  y  las  artes  ! 
Por  esmalte  y  donaire 

Tiende  ya  nueva  red. — De  oído  á  oído, 
Con  sorpresa  del  aire, 
Se  habla  el  amor,  se  queja  la  confianza ; 
Quitando  á  los  desdenes  del  olvido 
Disculpa  ó  esperanza  ! 

Y  como,  si  golpea 
Sobre  el  yunque  sombrío, 
Candente  el  hierro  que  abrasó  la  llama, 
Ciclópeo  poderío, 
La  lumbre  centellea 

Y  en  chispas  se  derrama  ! 

Así  sobre  sus  ejes  cruje  y  gime 
La  prensa,  á  la  que  abruma 
La  pródiga  labor  con  que  la  pluma 
La  fatiga  y  oprime  !  • 


—  44  — 

A  cada  rotación,  en  viva  lumbre, 
Mensajeros  del  genio  y  de  la  gloria 
El  espíritu  llevan 
Sobre  la  excelsa  cumbre 
De  la  ciencia,  del  arte,  de  la  historia, 

Y  el  sacro  culto  de  la  Patria  elevan  ! 

Como  en  tropel  confuso 
Del  seno  de  las  sombras,  nunca  extinto, 
Se  ven  surgir  estrellas  tras  estrellas, 
Sin  que  á  seguir  alcance  la  mirada, 
En  medio  del  celeste  laberinto, 
Los  mil  matices  con  que  visten  ellas  : 
Tal  de  la  cumbre,  así,  de  la  tribuna 
El  orador  y  el  bardo, 
Himnos  levantan,  do  el  ingenio  aduna 
Alto  pensar  con  el  decir  gallardo, 

Y  así  de  Guttenberg  el  noble  invento, 
¡  Y  sin  tregua  y  sin  calma  ! 

Hojas  esparce  al  viento 

A  que  no  basta  la  avidez  del  alma. 

Allí  canta  la  lira 
Del  inmortal  poeta, 

Que  en  los  estruendos  épicos  se  inspira  : 
Que  en  redes  de  oro  á  la  razón  sujeta 

Y  sobre  el  éter  revolando  gira. 

Y  allí  trova  feliz  el  arpa  de  oro. 
Que  olímpica  se  encumbra 

De  patrios  vates  entre  el  almo  coro, 
En  el  ritmo  triunfal  de  la  epopeya, 

Y  seduce  y  deslumbra, 

Y,  emulando  á  las  águilas,  levanta 
El  vuelo  y  glorias  de  la  Patria  canta  ! . . 

Gallardo  el  continente, 
Alta  garzota  y  relumbrantes  mallas, 
Con  fulgor  de  relámpagos  la  frente, 


—  45  — 

Trovador  caballero  al  mundo  cuenta, 
Con  la  vibrante  voz  ele  las  batallas, 
Los  grandes  hechos  y  la  lucha  cruenta  ! 

Del  tiempo  por  desdenes  olvidadas 
Busca  la  grave  historia 
Tradiciones  pasadas, 
Que  á  la  Patria  devuelve  y  á  la  gloria  ! 
Discreta  la  razón,  la  forma  justa, 
La  frase  clara  y  viva, 
En  los  giros  robusta, 
Enseña  al  propio  tiempo  que  cautiva  ! 

De  la  dulce  armonía 
Al  genio  patrio,  (pie  veló  el  olvido, 
Y  á  los  gratos  acordes,  con  (pie  un  día 
Supo  adular  el  alma  y  el  oído, 
Ya  presta  vida  nueva 
Un  solícito  amor,  y  en  noble  celo 
Como  tesoro  lleva 
Del  arte  que  á  la  tierra  acerca  el  cielo  !  ! 

Y  escribe. . .  .mas,  no  puede 
El  estro  envanecido, 

Unir  del  sol  espléndido  los  rayos 

Sobre  el  laúd  vencido  ! 

Desvanecen  las  cumbres,  y  deslumhran 

Las  grandes  claridades. 

¿  Quién  signe  de  las  aves  que  se  encumbran 

El  vuelo  por  las  altas  soledades  ?. . . . 

Del  ingenio  primores 
Esos  del  arte  y  do  la  gloria  ensayos, 
En  prismas  mil  de  múltiples  colores 
Corona  al  héroe  tejen  luminosa 
Con  nobles  rimas  y  ondulante  prosa  ! 

Y  notas  de  Tirteo 

O  que  oyó  Roma  al  orador  divino, 
Vestidas  van  con  el  marcial  arreo 
Nimbos  de  gloria  en  cerco  peregrino  ! 


—  46  — 

¿  Pero  se  vuelve  dónde 
Ansiosa  la  mirada  ?. . .  ,¿  Desvaría 
Cansada  de  luchar  la  fantasía, 
Que  al  arte  concertada  no  responde  ? 

En  el  hermoso  templo  de  Talía, 
Donde  el  aplauso  popular  corona 
Los  vates  victoriosos ; 
Y,  con  sus  hilos  de  matiz  diverso, 
El  hada  de  las  letras  eslabona 
Los  cuadros  ingeniosos 
Con  que  fabrica  el  arte  su  universo  : 
Sobre  la  clara  escena 
Que  en  amplia  luz  fulgura, 
Do  feliz  la  hermosura 
De  auras  divinas  el  recinto  llena  ; 
En  nobles  sentimientos  conmovidas 
Nuevas  generaciones, 
Que  libres  bajo  el  Iris  la  luz  vieron, 
Tributan  de  su  amor  las  bendiciones 
Al  héroe  sin  segundo, 
Que  redimió  la  tierra  en  que  nacieron, 
Y  por  hogar  y  patria  les  dio  un  mundo  ! 

;  Cuan  grandioso  espectáculo  !. . . .  Las  flores, 
Que  entre  pomposos  campos  de  esmeralda 
Del  sol  del  Ecuador  ¡i  los  fulgores, 
Luciendo  ostenta  el  Avila  en  su  falda  ; 
En  grupos  caprichosos  de  colores, 
Que  entre  festones  van  como  guirnalda, 
Le  fingen  de  las  hadas  el  palacio 
En  los  senos  flotando  del  espacio  ! 

Las  bellas  ninfas  del  risueño  Guaire, 
Tenidas  por  hermosas  entre  hermosas, 
Do  ingenio  vivo  y  natural  donaire, 
Como  cerco  de  aladas  mariposas 
Que  galas  y  colores  dan  al  aire, 
Vienen  en  bello  coro  altivas  diosas. 


—  47  — 

Imán  del  alma,  flores  del  deseo, 
A  presidir  del  arte  aquel  torneo  ! 

¡  Cuánto  en  la  augusta  fiesta 
Nuestras  artes  nacientes  maravillan  ! . . . . 

Y  con  la  luz  que  el  patrio  amor  les  presta, 
¡  Cómo  encantan  y  brillan  ! 

Y  músicas,  y  cánticos,  y  flores, 

Y  hermosura,  y  aroma,  y  poesía 
En  mundo  de  radiantes  esplendores 
El  templo  de  las  artes  convertía  : 

Y  el  alma  en  su  entusiasmo  trasportada 
Al  país  de  los  sueños,  se  alza,  vuela, 
Y,  en  celajes  de  aurora  circundada, 
Campo  es  de  luz  la  hermosa  Venezuela  !  ! 

El  himno  de  la  Patria  al  cielo  sube  ; 

Y  cantan  coros  ;  y  la  lumbre  crece  .... 

Y. . . .    El,  como  un  Dios,  en  prestigiosa  nube 
Coronado  de  soles  aparece  ! !  ! 

Y  mi  frente  se  inclina  : 

Y  el  ánimo  turbado  desfallece  ; 

Y  el  plectro  absorto  á  la  visión  divina 
Bajo  la  mano  trémula  enmudece  ! 


C  ATÍTO     V 


APOTEOSIS 

CIENCIAS    Y    ARTES 


Miradle,  ese  es  Bolívar  !     Vuela  ardiente 
Sobre  el  corcel  que,  entre  marcial  estruendo. 
Al  través  le  llevó  del  continente 
Contra  el  dios  de  las  sombras  combatiendo  ! 
Flota  el  manto  de  iris  en  sus  hombros, 
El  triunfador  laurel  brilla  en  su  frente  ;      (*) 
Y  pasa,  y  sigue  audaz,  y  va,  entre  asombros, 
Por  ignotas,  vastísimas  regiones, 
Al  cielo  donde  impera 
La  deidad  celestial  que  galardona 
Las  máximas  acciones  ! 

En  ondas  de  luz  viva  reverbera 
El  recinto  inmortal,  y  la  corona 
De  alados  genios  que  en  inquieto  bando, 
Van  en  torno  á  la  diosa  revolando, 
Con  cánticos  y  músicas  extrañas, 
Pregonan  su  virtud  v  sus  hazañas  ! 


—  o  O  — 

La  constancia  le  admira, 

Le  aplaude  absorta  y  muda  la  elocuencia  ; 

La  abnegación  en  su  virtud  se  inspira  ; 

Le  bendicen  las  artes  y  la  ciencia  ; 

Su  genio  y  su  valor  dice  la  fama ; 

Su  corazón  magnánimo  la  gloria, 

La  Libertad  su  defensor  le  llama, 

Su  nombre  escribe  con  amor  la  historia  ! 

Y  la  deidad  suprema, 

Al  aplaudir  de  coros  celestiales, 
Ciñe  á  Bolívar  singular  diadema 

Y  se  inclinan  ante  él  los  inmortales  !  !     (2) 

Y  vienen  á  rendirle  su  homenaje, 
El  patrio  amor,  que  de  su  dicha  ufano 
De  negra  ingratitud  venga  el  ultraje  : 
E  inunda  en  luz  la  historia, 

Y  da  al  derecho  humano, 

Y  al  justo  encomio  de  la  edad  futura 

Su  antiguo  nombre  y  su  moderna  gloria  !     (¥) 

Y  vírgenes  y  hermosas, 

En  grupo  encantador,  le  ofrendan  flores 

Las  hijas  primorosas 

Que  fueron  de  Colombia  los  amores  ! 

En  nombre  de  la  América  le  ofrecen, 

Tejidas  en  laurel,  rosas  tan  bellas, 

Que  enamoradas  por  la  luz  parecen 

Para  que  al  héroe  las  presenten  ellas  !     (*) 

Y  van  allí  los  de  su  estirpe  hidalga, 
Varones  de  tal  honra  envanecidos, 

Que  aspiran  sólo  á  que  su  ofrenda  valga 

Como  filial  presente, 

Guardado  en  el  hogar  para  el  ausente  !     ( 5 ) 

Y  entre  ellos  va  el  que  un  día 
Fué  por  la  mano  misma  acariciado 


—  5  1  — 

Que,  fulminante,  el  rayo  descogía 

Que  brilló  de  Junín  sobre  el  collado ! !     (fi) 

Llega  también  de  su  ilusión  postrera 
La  adorable  visión  encantadora  ; 
A  la  que  el  sol  adora, 

Y  de  los  Andes  en  el  dorso  impera  !     (7) 

Y  va  la  poderosa 
Nación,  reina  del  Norte  ; 

La  República  grande  y  generosa, 
Que  se  adelanta  entre  gentil  cohorte  ! 

Iluminan  su  frente  las  estrellas, 
Constelación  de  soles  en  el  cielo 
Del  mundo  de  Colón  ;  y  luce  en  ellas 
Tal  poder,  tal  grandeza  soberana. 
Que  ante  la  noble  escena 
El  corazón  se  ufana 

Y  el  alma  en  noble  vanidad  se  llena  !     (s) 

Y  al  clamor  de  la  fama  generosa, 
Que  resonante  va  por  llano  y  sierra, 
Eompen  los  héroes  la  pesada  losa 

Y  á  la  luz  vuelven  á  asombrar  la  tierra  ! 

Y  en  medio  de  la  escena  portentosa, 
Cual  cortejo  de  reyes, 

Al  augusto  apoteosis  se  adelantan 

Del  que  los  pueblos  cantan  ; 

De  aquel  que  impuso  á  la  fortuna  leyes.     (!)) 

Es  el  pincel  que  crea 
Ó  lo  imagino  yo  ? . . . .  Sangriento  cae  ( 1  ° ) 
Rivas  Dávila  allí  ; . . . .  más  allá  trae 
Ricaurte  heroico  la  encendida  tea,     (X1) 
Que  por  venganza  á  la  contraria  suerte, 
Sembrando  estrago  y  muerte, 
Del  volcán  mismo  que  abortó  la  llama, 
Asombro  del  valor,  surgió  su  fama  !  ! 


Gkiaicaipuro  espiran  te, 
Cerca  el  hogar  pajizo, 
¿  No  alza  á  los  cielos  pálido  el  semblante,, 

Y  del  incendio  al  resplandor  rojizo,     (l2) 
Busca  en  las  sombras  que  sn  mente  oprimen 
Venganza  á  la  traición,  castigo  al  crimen  ?. . . . 

Entre  el  boscaje  umbrío, 
Qne  con  hinchadas  ondas  alimenta 
El  majestuoso  río 

Que,  de  su  delta  entre  la  red,  corona 
De  las  tierras  del  oro  el  ancha  zona  ; 
Del  vivac  ¿i  la  lumbre, 
Mirad  al  genio,  que  un  poder  divino 
Lleva  á  qne  en  busca  de  la  luz  se,  encumbre, 

Y  arranque  sus  secretos  al  destino  !     (13) 

Y  ved  á  Giraldot,  sobre  la  altura, 
Con  generoso  esfuerzo  conquistada  ! 
Parece  su  figura 

Por  los  siniestros  sueños  dibujada  ! 

Germánico,  que  espira 
Ya  del  amor  del  Universo  dueño  ; 
Chenier.  que  muertas  por  el  hacha  mira 
Las  hermosas  visiones  de  su  sueño  ; 
Él,  así,  victorioso, 

Cuando  del  triunfo  la  corona  espera. 
Cae  en  la  tumba  campeador,  glorioso, 
Envuelto  de  la  Patria  en  la  bandera  !. . . .      (14) 

En  los  campos  de  Araure  y  Carabobo  ;     (15) 
Del  Zulia  altivo  en  el  risueño  lago     (1G  11) 
¡  Cómo  contemplo  en  silencioso  arrobo 
Tanto  heroico  valor  y  tanto  estrago  ! ! 

Y  vuelven  á  la  vida. 
Del  ático  cincel  al  poderío. 
Los  que  en  la  lid  reñida 


—  5  3  — 

Supieron  ilustrar  con  mayor  brío 

Los  nativos  hogares,  y  escribieron. 

Con  sangre  extraña  y  de  las  propias  venas, 

El  claro  nombre  que  ;i  la  historia  dieron, 

Luchando  altivos  por  romper  cadenas  !     (18) 

Bermúdez,  y  Marino,  y  LTrdaneta  ; 
Cedeño,  Plaza,  Silva  y  Escalona  ; 

Y  el  cpic  de  Boves  la  legión  sujeta 

En  campos  de  la  heroica  Barcelona  !     (J  '•*) 

Y  Arismencli,  y  Padilla. 

Y  Soublette,  y  Zaraza,  nuevo  Anteo  ; 

Y  Freites  y  Montilla  ; 

Y  aquel  que  la  Edad  Media 

De  nuevo  evoca  en  el  marcial  torneo  !     (20) 

Y  el  que  infeliz  en  inmortal  tragedia 
Hizo  su  gloria  de  ambición  trofeo  !  !     (31) 

En  vano,  musa,  en  vano  te  fatigas  ; 
Todos  allí,  los  héroes  varoniles 
A  darle  llegan  de  su  amor  tributo, 
Hasta  aquel,  que  en  la  pampa,  nuevo  Aquiles, 
Fué  terror  de  las  huestes  enemigas 
Airdaz  rigiendo  el  indomado  bruto  !  !  ! 

Pero  ya  se  abren  con  alegre  estruendo 
Las  puertas  del  santuario  de  la  ciencia, 

Y  augustas   sombras  á  la  luz  surgiendo 
Aumentan  la  triufal  magnificencia  !     (22) 

Llena  el  vasto  recinto 
Aire  de  majestad  en  vaga  nube, 

Y  en  acordado  coro 
Eesuenan  arpas  de  oro 

Con  ledo  canto  que  á  los  cielos  sube  ! 

,:  Quién  el  que  allí  se  alza 
En  alto  pedestal,  y  en  voz  severa 
El  noble  culto  de  la  ciencia  ensalza  ; 


54  — 


Y  de  virtud  y  de  saber  ejemplo, 

Como  señor  impera 

En  las  sagradas  bóvedas  del  templo  ?, 


La  frente  pensadora. 
De  su  alma  generosa  fiel  espejo, 
Por  más  que  lanza  rayos  como  aurora 
No  deslumhra  su  vivido  reflejo  ! 

Como  corriente  pura 
Mana  la  ciencia  del  severo  labio  : 
No  hace  lo  grave  ofensa  á  la  hermosura. 
Ni  la  verdad  á  lo  ideal  agravio  ! 

El  ingenio  nativo, 
Que  al  sol  de  Venezuela 
Es  llama,  es  fuego  vivo, 
Sin  él,  muelle,  inactivo. 
No,  cual  cóndor  que  en  los  espacios  vuela, 
Uniera  la  grandeza  al  atractivo  ! 

La  ciencia  que  consuela. 
La  ciencia  del  dolor  y  la  esperanza, 
Ciencia  fué  en  él  divina, 
Que  ya  los  lindes  del  milagro  alcanza 
En  medio  de  la  noche  que  ilumina  ! 

Y  si  del  alto  solio, 

De  la  virtud  y  del  saber  desciende, 
Con  gozo  popular,  al  Capitolio: 
Los  mezquinos  aplausos  desatiende 

Y  en  el  deber  se  inspira  ; 
Mas,  como  alondra  gira 

Que,  lejos  del  boscaje  conocido, 

Apenada  suspira 

Las  dulces  horas  de  su  bien  perdido  !. .  . .      (23) 

Y  aquel  que  la  mirada  con  desvelo 
Dirige  al  infinito, 

Y  en  la  bóveda  azul  busca  del  cielo 


55 


Algún  arcano  en  su  grandeza  escrito, 
¿  No  fué  el  que  en  ansia  extrema 
La  verdad,  por  el  cálculo,  aspiraba 
A  rescatar  del  limbo  del  problema 
El  alma  ardiente  de  su  afán  esclava  ?. 


Enamorado  de  la  luz,  seguía 
Tras  ella  audaz  con  generoso  instinto  ; 

Y  entre  mundos  y  soles  se  perdía 
En  medio  del  pasmoso  laberinto  ! 

Apóstol  de  la  ciencia, 
El  ideal  persigue  que  adivina 
Su  clara  inteligencia  ; 
Mas,  como  en  sombras  con  ardor  camina, 
Vacila,  desfallece  ; 

Y  aumenta  la  ansiedad,  la  angustia  crece  ! 

Y  la  razón  sus  alas 
Golpeando  en  la  mudez  de  la  tiniebla, 
Pierde  vigor  y  galas, 

Y  en  sus  despojos  el  abismo  puebla  !  !  !     (84) 

Nobles  sombras,  salud  :  bien  es   que  acudan, 
Ora  que  el  himno  del  afecto  vuela, 

Y  á  tí,  bendita  Libertad,  saludan 
Los  pueblos  de  la  amada  Venezuela  : 
Los  que  al  albor  feliz  del  sol  naciente 
Al  clamor  dieron  de  la  Patria  oído, 

Y  en  el. surco  arrojaron  la  simiente 
Que  cosecha  de  glorias  ha  rendido  ! 

Hoy  que  en  el  grave  estrado, 
Que  á  Isaura  afiade  el  esplendor  mesenio, 
Habrá  de  ser  con  lauros  coronado 
Feliz  el  patrio  ingenio.     (25) 

Hoy  que  docta  asamblea, 
Por  justo  amor  al  habla  de  Castilla, 
La  madre  España  en  Venezuela  crea. 
Centro  de  luz,  en  que  donosa  brilla 


—  56  — 

La  gracia  de  la  lira  y  de  la  pluma  ; 

Y  la  elocuencia  en  rayos  centellea, 

Con  alto  arranque  y  elegancia  suma  !     (2ti) 

Hoy  que  Caracas,  emulando   á  Atenas, 
En  bronce  y  mármol  graba  sus  anales  ; 

Y  eutrc  auroras  serenas, 

Al  recordar  los  becbos  inmortales 
De  los  liéroes  y  mártires,  no  olvida 
Que  el  Norte  fué  la  tierra  americana 
Do  amparo  bailó  la  Libertad  querida, 
Para  alzarse  gloriosa  y  soberana 
El  mundo  á  dominar  con  nueva  vida  ! 

Caracas,  en  su  bogar  y  como  á  bijo, 
Del  Norte  venturoso 
Al  béroe  celebrado, 

Fuerte  en  la  lid,  prudente  en  el  consejo, 
Ejemplo  del  soldado, 
Del  ciudadano  y  de  la  ley  espejo  ; 
Por  gloria  tuya  ¡  ob,  Libertad,  le  canta, 

Y  su  imagen  augusta, 

En  Honra  á  la  República,  levanta  !     (2!l) 

Venid,  ob,  sí,  venid,  altas  memorias. 
Amor,  virtud,  hazañas  ! 

Y  esperanzas  del  bien,  pasadas  glorias  ; 
Del  beroísmo  fábulas  extrañas  ; 

Luz  del  ingenio  ;  trovas  de  la  lira  ; 

De  la  ciencia  y  el  arte, 

Verdad  ó  sueño,    «pie  el  ingenio  inspira. 

Y  en  variados  matizes  se  reparte  ! 
Venid. .  . .  venid. . , .   Y  rayos  y  colores, 
Dulces  cantigas  ;  el  fragor  guerrero, 

Y  músicas,  y  estruendos,  y  algazara  ! 

Y  laureles  y  flores  ! 

Del  mundo  entre  el  aplauso  lisonjero, 
Del  bello  sol  de  Julio,  á  la  luz  clara, 
Digan,  con  justo  alarde, 
Que  el  patrio  amor  en  nuestras  venas  arde  \ 


CANT O     V  I 


LA   EXPOSICIÓN 


Gime  el  yunque  ;  la  fragua  centellea  ; 
Bulle  el  activo  afán  en  los  talleres  ; 
No  duerme  la  labor  ;  la  industria,  crea  ; 
Sus  dones  guarda.  Ceres  ; 
La  zona  tropical  su  flora  ostenta, 
Y,  por  mayor  tesoro, 
Generosa  presenta, 
Entre  redes  de  perlas,  plata  y  oro  ! 

En  campos  y  ciudades 
La  industria  patria,  en  alma  convertida, 
Mueve  el  hogar,  despierta  soledades, 

Y  hay  esplendor,  y  movimiento,  y  vida  ! 
Es  como  luz  que,  apenas  aparece, 

Ya  vuela  y,  cruza  el  mar  y  los  espacios  ; 

Y  Morsse  la  obedece, 

Y  Ful  ton  la  conduce  ; 

Y  á  cabanas,  palacios 

Con  el  prestigio  de -su  amor  seduce  ! 

Y  horizonte  á  la  historia 
Do  la  humana  grandeza  abre  su  imperio  ! 


Fruto  de  Libertad,  será  su  gloria 
La  noche  esclarecer  y  su  misterio. 
Laboriosa  y  audaz  al  mar  se  lanza ; 
Previsora  adivina  ; 

Y  sueño  halagador  de  la  esperanza 
Sigue  su  luz,  sin  reposar   camina  ! 

Y  ved,  cómo  se  apresta, 

Con  sus  más  bellas  joyas  y  primores, 

A  la  suntuosa  fiesta  ! 

Y,  del  undoso  Chama 

Al  claro  Manzanares  y  á  Orinoco, 

En  milagrosa  emulación  se  inflama  ! 

Es  placer  la  fatiga  ! . . . .  el  afán  poco 

A  la  ardiente  impaciencia  del  deseo  : 

Por  honra  de  la  Patria  y  honra  suya, 

Aspira  en  el  torneo 

Con  alta  ofrenda  que  su  amor  arguya  ! 

Y  la  ciudad  ufana 

Que  ofrece  abierto  campo  al  culto  empeño, 
Por  agrado  del  huésped  se  engalana, 

Y  es  toda  fiestas  y  esplendor  risueño  ! 

De  la  primera  edad  en  las  sencillas 
Pláticas  del  hogar,  como  acontece 
Los  relatos  oir  de  maravillas 
En  que  al  alma  parece, 
Encontrar  lo  que  idea 

Y  aquello  mismo  que  su  ardor  desea  : 
¿No  es  ilusión  mentida  y  desvarío, 
Así,  la  que  contemplo 
Invadiendo  el  espacio 

Muestra  feliz  de  orgullo  y  poderío  ?. . . .      (* 

¿Es  obra  de  las  hadas 
El  mágico  palacio 
Que  surge  en  un  momento 
Fábrica  de  las  nubes  y  del  viento  ?. . . . 


—  5  9  —     . 

¡  Con  qué  lujo  y  donaire 

Van  sus  caladas  torres  bizantinas 

Como  á  besar  el  aire  ! 

Las  árabes  ojivas  y  aljimeces  ! 

Cincelados  festones . . . . ! 

¿Por  qué  absorta  pareces 
Oh,  musa,  en  ledo  asombro?. .  . .  ¿Son  divinas, 
Fantásticas  visiones, 
Las  gloriosas  escenas 
Que  en  las  combadas  bóvedas  resaltan 
De  admirable  verdad  y  vida  llenas  ?. .  . .  (2) 

Insólito  rumor,  del  arduo  monte 
Conturba  y  mueve  el  ondulante  seno  ; 

Y  en  largo,  sordo  trueno, 

En  derredor  recorre  el  horizonte  ! 

Y  cual  torrentes  de  elevadas  zonas 
En  rápido  descenso  despedidos  ; 

¡  Qué  resonar  de  carros  !. . . .   ¡  Cómo  el  viento 

Sopla  rugiendo  en  las  tendidas  lonas  ! 

¡  Qué  crugir  de  carriles  oprimidos  ! 

¡  Qué  confusión,  y  ruido,  y  movimiento  ! 

En  tropel  se  apresuran 
Las  hijas  de  la  Patria  al  noble  estrado: 

Y  arrogantes  procuran 
Traer  ante  sus  aras 

Los  presentes  más  bellos, 

Y  sus  joyas  más  raras, 

Y  de  su  ingenio  y  arte  los  destellos  !     (3) 

Mirad  la  que  gloriosa 
Tiene  por  trono  el  Avila,  que  llega 
Cargada  en  ricos  frutos 
De  la  templada  tierra  montañosa, 

Y  de  aquellas  feraces  que  el  Tuy  riega  ; 

Y  de  la  deliciosa 

Del  Guaire  riente  vega. 


GO 


Que  emula  eu  verde  pompa  coronada 
Aquellas  de  Valencia  y  de  Granada  !    (4) 

De  reina  al  rico  manto, 
Ya  recamado  en  oro  y  pedrería, 
Añaden  lujo  tanto, 
Con  audaz  osadía 

Las  artes  y  la  industria  ciudadana, 
Que  los  ojos  tras  ella 
Lleva  como  sultana, 
Feliz  por  ser  amada  y  por  ser  bella  ! 

Y  en  su  corte  de  honor  va  la  guerrera 
Que  adornan  perlas,  oriental  ondina : 

Y  rauda  como  el  viento  su  flechera 
Va  cortando  veloz  la  onda  marina  ; 

Y  como  viene  á  recordar  sus  glorias, 

Que  siempre  ¡  oh  Libertad  !  te  fueron  fieles, 

Inmortales  memorias 

La  cercan  coronadas  de  laureles.      (8) 

Livianas  caladoras,  á  porfía 
Siguen  su  rumbo,  en  rápido  balance  ; 
La  red  de  pesquería 
Pronta  al  ansiado,  peligroso  lance  ! 
¡  Qué  alegre  vocería 
Al  virar  vuelta  al  puerto  ! 
¡  Cómo  la  chusma  canta 
En  compasado  ritmo  y  tono  incierto, 

Y  al  aire  el  Iris  con  placer  levanta  ! 

En  la  extensa  llanura 
Por  varonil  industria  enriquecida. 
De  innúmeros  rebaños  mujidores  ; 
Donde  libre  el  corcel,  la  crin  tendida, 
Gozando  de  su  garbo  y  hermosura 
Su  libertad  celebra  y  sus  amores  ! 
Ya,  con  próspero  celo, 
Mayor  pampo  á  su  anhelo 


—  (¡1  — 

Quiere  la  industria,  y  de  la  tierra  extraña 

Las  nobles  razas  une 

A  la  que  trajo  al  patrio  suelo  España  : 

Y,  ya  el  afán  premiado, 

Prole  robusta  y  en  las  formas  bella 

Triscando  va  por  el  florido  prado  !     (6) 

G-uayana  trae  el  oro, 
Que  es  sangre  de  sus  venas, 

Y  pieles,  plumas,  y  el  mayor  tesoro 
Que  en  sus  campiñas,  de  secreto  llenas, 
Naturaleza  cría, 

Y  guarda  en  sus  amores  todavía  ! 

Y  Apure  al  par  que  ostenta 
Los  monstruos  de  sus  pampas  y  sus  ríos, 
Hábil  labor  presenta, 
Trasunto  de  sus  cármenes  sombríos  !     (7) 

La  reina  de  Occidente, 
Que  su  esplendor  no  olvida, 
Alza  de  nuevo  laorgullosa  frente 
Con  los  laureles  de  la  paz  ceñida  ! 

Y  ofrece  culto  al  arte, 

Y  por  variadas  sendas 

Los  mensajeros  de  su  afán  reparte. 

Son  ricas  sus  ofrendas 

Del  taller,  y  del  bosque,  y  prado  ameno  ; 

Y  al  par  allí  campean 
La  savia  de  su  seno 

Y  los  caprichos  que  las  artes  crean  !     (8) 

La  invicta  Carabobo  que  su  enseña, 
De  la  guerra  ó  la  paz,  en  nobles  lides 

Y  en  alto  siempre  por  mostrar  se  empeña  : 

Y  la  del  nombre  de  iracundo  Alcides, 
Que  generosa,  espiritual,  valiente  (9) 
A  los  hados  resiste, 

Y  reclina  la  frente 

En  el  airado  azul  del  Golfo  Triste  ; 


—  au  — : 

El  laurel  disputando,  dieron  muestras 
De  ser  ricas  en  suma, 
En  las  artes  maestras, 

Y  en  la  lira  tañer  y  usar  la  pluma  ! 

Y  viene  la  que  abriga 

Fuego  de  los  volcanes  bajo  nieve  ; 

Y  do  en  profusa  mies  dorada  espiga, 
Manto  de  perlas,  al  terral  se  mueve  ! 

Y  ofrenda  los  primores 
De  aquellos,  en  un  tiempo, 

De  su  querido  suelo  moradores, 
Donde  encuentra  ilusión  la  fantasía 
En  los  recuerdos  que  el  pasado  deja: 

Y  aquellos  que  idealiza,  del  convento 
Bajo  la  muda  bóveda  sombría, 

La  pudorosa  virgen,  de  alta  reja 
Al  rayo  perezoso  y  macilento  !     (u) 

Y  aquella  hada  del  lago 

Que  en  el  móvil  espejo  se  levanta, 
Como  sirena  que  en  gracioso  amago 
Por  seducir  las  naves  adelanta  ; 
La  rival  de  Yenecia, 
Señora  del  Adriático  aplaudida, 

Y  cuyo  nombre  triunfador  desprecia 
A  sus  dulces  memorias  adherida. 

La  que  al  blando  sonar  de  sus  cocales. 

Del  lago  al  murmurio, 

Mostró  gloriosa  en  ímpetus  marciales 

Ardiente  corazón,  libre  albedrío  : 

Al  fuego  que  en  sus  venas 

Penetra  y  arde  con  fecunda  llama, 

En  las  auroras  de  la  paz  serenas, 

Egregia  emulación  su  pecho  inflama. 

Y . .  . .  mirad  ! . .  . .  las  piraguas  mensajeras 

Que  ya  la  mar  fatigan  ! 

Rompen  tardas  la  onda ....  y  son  veleras  ! 

Ricos  tesoros  en  su  seno  abrigan  ! 


*,  éá  — 

Sus  magnas  tradiciones 
Be  gloria  y  de  bravura 
No  olvida,  y  une  á  sus  valiosos  dones 
De  su  ingenio  y  valor  prenda  segura. 
Al  mar  temido  lanza, 
Burla  á  ser  de  su  ira, 
Navecilla  tan  leve  que  no  alcanza 
La  mente  el  genio  que  la  audacia  inspira  1 

Y  tiende  ya  la  vela 

Y  las  ondas,  los  vientos  desafía  ! 
Garza  del  lago,  por  sus  ondas  vuela 
Ufana  del  peligro  y  la  osadía  !     (li) 

Gallardo  timonel,  valor  y  aliento  ! 
Digna  es  de  tí  la  empresa  comenzada  ; 

Y  habrá  la  mar  de  serenar  el  viento 
De  tu  heroico  valor  enamorada  ! 

Ya  vencedor  audaz  al  puerto  arriba, 
La  gloria  le  corona 
De  su  valor  cautiva  ; 
Los  poetas  le  cantan  ; 

Y  Maracaibo  agradecido  entona 
Himnos  que  al  sol  su  intrepidez  levantan  ! 

Y  la  tribu  sencilla, 
Que  entre  el  boscaje  mora 

Del  Amazonas  en  la  verde  orilla, 
Sus  dones  atesora 

Y  en  el  astadio  de  la  industria  brilla  !     (12) 

Ligeros,  como  espumas, 
Para  burlar  del  clima  los  ardores, 
Sus  chinchorros  de  plumas 
De  vivos  y  de  múltiples  colores  ! 

Y  las  armas  de  guerra 
Los  aprestos  nativos ; 

Y  los  que  brinda  con  amor  la  tierra 
Tesoros  de  esta  zona  primitivos, 


--  04  -= 

En  nuestra  antigua  historia 

Renuevan,  con  encanto, 

De  una  apacible  vida  la  memoria 

Que  la  conquista  convirtió  en  quebranto! 

Mas  ¡  ah  !     ¿  Cómo  pudiera 
Pintar  tanta  riqueza  y  brillo  tanto, 
Si  luce  eterna  aquí  la  primavera  ; 
Y  el  renovado  manto 
Cubre  de  fruto  y  flor  monte  y  pradera  ?. . 
¿JSi  por  honrar  al  iris  victorioso 
Con  su  variada  industria  maravilla 

El  Norte  portentoso  ? ( * 3 ) 

¿  Si  la  Perla  del  Mar,  que  americana 

Es  aunque  luce  enseñas  de  Castilla, 

Vino  á  unir  como  hermana 

Sus  donosos  arreos 

A  nuestras  flores,  galas  y  trofeos  ? . . . .     ( 


¿  Si  la  íyxción  altiva 
Que  Francia  audaz  ni  el  Austria  poderosa 
Retuvieron  cautiva, 

Y  destinos  mayores  busca  ansiosa, 
Viene  á  añadir  laureles, 

Con  culta  ofrenda  para  el  arte  rica, 

De  inspirados  pinceles 

Cuyos  nombres  la  fama  ya  publica  ?     (lfi) 

Si  también  nos  ofrecen 
Las  prendas  de  su  afecto  cortesano,  ' 
Las  que  activas  acrecen 
En  el  bello  archipiélago  antillano, 

Y  que  en  las  ondas  de  la  mar  parecen 
Gaviotas  extraviadas, 

Que  cerca  al  continente  se  posaron 

De  vuelta. ...  y  fatigadas, 

Viendo  la  amada  costa  que  dejaron  !     (1G) 

Mas,  volvamos  los  ojos  allí  donde 
La  musa  juvenil  de  alegre  danza 


—  (Jo  — 

El  velo  razga  de  la  noche  oscura,, 
Da  trono  á  la  hermosura 

Y  cielos  al  amor  y  la  esperanza  ! 

Y  ¿  dónde  estoy  ?. .  ¿  Es  loco  devaneo, 
O  trasportada  va  la  fantasía, 

Por  los  soñados  campos  del  deeeo, 
Al  lejano  confín  do  nace  el  día  ?. . . . 

Fantásticas  visiones, 
Que  pasáis  ante  mí,  rápidas,  bellas, 
¿  No  sois  grupos  de  estrellas 
Flotantes  de  la  noche  en  los  crespones  ?. . . . 

¡  Cuánta  luz  en  reedor  !. . . .  Parecen  cielos 
Sobre  profundos  cielos  infinitos  ! 

Y  las  flores  aéreas,  como  velos 
Prendidos  en  la  luz,  dejan  escritos, 
Al  amor  de  las  brisas, 

Nombres,  cifras,  emblemas  y  divisas  ! 

Y  la  que  da  naturaleza  amauíe  , 
Privilegio  feliz  de  sus  favores, 

La  gracia  en  la  beldad,  reina  amnfaníe 
De  la  luz,  de  la  música  y  las  flores  ! 

Torrente  bullicioso  de  armonía 
En  graciosas  cadencias  se  desata 

Y  despertando  va  la  noche  umbría  ; 

Y  en  torno  se  dilata  ! 

Ya  la  nota  chispea 

Y  es  rápida  y  ardiente, 

Ya  cual  onda  de  arroyo  juguetea 

Y  suspirar  se  siente  ; 

Ya  grave,  amplia,  robusta 
El  vasto  espacio  llena, 

Y  en  majestad  augusta 

Con  entusiasmo  olímpico  resuena  ! 


—  66  — 

Y  al  compás  de  la  nota, 
Banda  de  mariposas  de  colores 
\7a,  vuelve,  gira,  se  encuentra,  flota 
Entre  fragante  atmósfera  de  flores! 

Mas,  ali  !  que  el  canto  mío 
No  puede  alzarse  al  admirable  asunto  ! 
Pensar  es  desvarío 

Que  el  variado  esplendor  de  su  conjunto 
Llegue  débil  la  pluma 
A  retratar  en  su  grandeza  suma  ! 

No  vanidoso  alarde, 
Ni  juvenil  ardor  movió  la  mano 
Sobre  el  laúd  sonoro, 
Sangre  de  libres  en  mis  venas  arde  ; 
Hijo  de  Venezuela,  americano  ! 
Sólo  quiere  mi  anhelo 
Que  guarde  el  canto  la  inmortal  memoria, 
Y  el  ritmo  alado,  en  generoso  vuelo, 
La  lleve  á  otras  edades 
En  honra  de  la  Patria  y  por  su  gloria, 


NOTAS 


INTRODUCCIÓN 

Nota  1. — El  Ilustre  Americano,  señor  General  Guzmán 
Blanco,  Presidente  constitucional  de  la  Eepública,  dictó  el  3 
de  Setiembre  de  1881,  el  decreto  que  dispuso  la  celebración 
del  Primer  Centenario  del  Libertador,  y  creó  para  su  organi- 
zación una  Junta  Directiva,  formada  por  los  señores  : 

Ilustre  Procer,  Coronel  Antonio  L.  Guzmán,  Presidente. 

Doctor  Arístides  Pojas. 

Fernando  S.   Bolívar. 

José  Antonio  Salas. 

Doctor  Manuel   V.    Díaz. 

A.  Aurelio  Level. 

Licenciado  Agustín  Aveledo,  y 

Cipriano  Morales. 

Esta  Junta,  tan  respetable  como  apta,  apoyada  por  el  va- 
lioso influjo  de  aquel  Magistrado,  tomó  á  empeño  el  mayor 
esplendor  de  las  fiestas,  y  pudo  organizar  y  llevar  á  efecto  los 
grandiosos  actos  de  su  programa  con  unánime  aplauso. 

CANTO    II 

Nota  1. — La  estatua  del  General  Francisco  Miranda  fué 
decretada  por  el  Presidente  de  la  Unión,  y  colocada  en  la 
plaza  del  Panteón. 

2. — El  eminente  pintor  venezolano,  señor  Martín  Tovar 
y  Tovar,  ejecutó  por  encargo  del  señor  General  Guzmán  Blan- 
co un  gran  cuadro,  en  el  que  se  representa  el  glorioso  acto  de 
firmarse  el  Acta  de  la  Independencia  el  5  de  Julio  de  1811. 
Es  una  obra  maestra  que  ha  cautivado  la  admiración  de  cuan- 
tos la  han  visto. 


—   6  8    — 

3. — L;i   estatua  del    General    Miranda,    fué   inaugurada 

antes  del  24  de  Julio.     En  este  acto  pronunció  el  discurso  de 
orden,  con  general  aplauso,  el  señor  Luis  M.  Castillo. 

CANTO    III 

Nota  1. — El  Panteón  Nacional,  obra  de  la  Adminis- 
tración del  Ilust'e  Americano.  Edificio  digno  del  objeto  á 
que  ha  sido  destinado.  Existe  en  él  la  estatua  en  mármol  del 
Libertador,  monumento  bellísimo,  obra  del  gran  escultor  ita- 
liano Tenerauni. 

2. — La  gran  procesión  cívica,  efectuada  según  el  progra- 
ma el  día  24  de  Julio,  para  ir  á  saludar  en  el  Panteón  al  Li- 
bertador. xVdemás  de  los  numerosos  gremios  sociales  que 
componían  la  procesión,  en  que  estaban  representadas  todas 
las  industrias  del  país,  y  el  comercio,  las  artes,  las  ciencias  y 
los  servidores  públicos,  marchaban  en  el  centro  diez  y  ocho 
grupos,  con  las  lia  aderas  de  las  Eepúblicas  de  América, 
y  de  otras  simbólicas  y  alusivas  á  la  gran  festividad.  Esta 
procesión  la  presidió  el  General Guzmán  Blanco  que,  en  breve 
y  elocuente  discurso  pronunciado  en  el  Panteón  Nacional, 
declaró  inauguradas  las  fiestas  del  Centenario  de  Bolívar. 

3. — Era  el  principal  objeto  de  la  procesión  presentar 
ofrendas  á  Bolívar. 

4. — -El  señor  General  G-uzmán  Blanco  depositó  al  pié  de 
la  estatua  del  Libertador,  en  nombre  de  la  Eepública,  una 
preciosa  corona  de  jazmines  y  laureles. 

5. — Colombia  (antigua  Nueva  Granada)  envió  en  cali- 
dad de  Enviado  Extraordinario,  Ministro  Plenipotenciario  y 
Comisionado  para  representarla  en  el  Ceutenario,  al  señor 
General  Sergio  ('amargo.  Le  acompañaban  como  Secretario 
y  adjuntos  los  señores  Diógcnes  A.  Arrieta,  Carlos  Uribe, 
Isidoro  Laverde  Amaya  y  Entino  Cuervo. 

Algunos  Estados  de  la  Unión  Colombiana  nombraron  co- 
misionados. Santander,  al  señor  General  Joaquín  Crespo; 
Panamá  al  señor  Justo  Arosemena  ;  Bolívar,  á  los  señores 
Julio  Gaicano  y  Celestino  Martínez  ;  Mompox,  al  señor  Juau 
Antonio  Losada  y  Gutiérrez  Piñeres.  El  Distrito  Veraguas, 
al  señor  Miguel  L.  Labarrierie  ;  la  Municipalidad  de  Bogotá, 
á  los   señores  Alberto  Urdaneta  y  Domingo   López  G. 

La  Prensa  Asociada  de  Colombia,  envió  también  comi- 
sionados y  como  ofrenda  la  publicación  extraordinaria  de 
cada  uno  de  los  periódicos,  con  la  fecha  de  24  de  Julio,  con 
ilustraciones  y  escritos,  dirigidos  á  ensalzar  la  gloria  de  Bolí- 
var y  las  glorias  de  América. 

6. — El  Ilustre  Procer  señor  Antonio  L.  Guzmán,  repre- 
sentó á  Guayaquil. 


—  6  9  — 

£1  señor  Pérez  y  Soto,  ofrendó  en  nombre  de  la  señora 
doña  Josefa  Vivero  de  González,  una  preciosa  corona,  obra 
de  artistas  europeos. 

El  Ecuador  ha  sido  rej)resentado  también  en  el  Cente- 
nario por  una  poesía  de  la  señorita  Dolores  Sucre. 

7. — Bolivia  estuvo  representada  por  el  señor  Modesto 
Omiste,  con  el  carácter  de  Enviado  Extraordinario  y  Minis- 
tro Plenipotenciario,  comisionado  especial  pava  el  Centenario. 
El  personal  de  la  Plenipotencia  lo  componían  el  señor  Sa- 
muel J.  Sánchez,  Nicolás  Acosta,  Claudio  Pin  illa  y  Jacobo 
Aillón.  Esta  comisión  hizo  las  ofrendas  siguientes :  Un 
faccímile  de  la  acta  de  la  Independencia  de  Bolivia  que  fué 
presentada  en  el  Teatro  la  noche  del  "  Apoteosis  ".  Ofrendó 
además  198  publicaciones  de  la  prensa  boliviana  y  2  autógra- 
fos del  Honorable  señor  Presidente  de  aquella  Kepública,  Ge- 
neral Narciso  Campero  ;  uno  de  ellos  contiene  el  decreto 
mandaudo  construir  una  lápida  riquísima,  con  un  epitafio, 
para  ser  colocada  en  el  monumento  dedicado  á  Bolívar  en  el 
Panteón. 

El  señor  Omiste  además  ha  publicado  en  un  cuaderno  de 
147  páginas,  bien  escrito  y  bellameute  impreso,  la  descripción 
de  las  fiestas  del  Centenario  en  Caracas,  para  ser  presentado 
como  informe  á  su  Gobierno. 

8. — Representó  al  Perú,  el  señor  Guillermo  L.  Pareja, 
Encargado  de  Negocios  de  aquella  República. 

9. — Las  señoras  y  señoritas  de  Caracas,  presididas  por  la 
señora  Ana  Teresa  de  Guzmán,  esposa  del  actual  Presidente 
de  la  República,  ofrendaron  una  hermosísima  corona  de  flo- 
res, en  nombre  de  la  Familia  Venezolana, 

También  presentaron  ofrendas  las  señoras  Concepción 
de  Smith  y  Valentina  de  Camacho,  sobrina  del  Libertador. 

10. — Palabras  del  Libertador. 

11. — La  República  de  Méjico  comisionó  al  señor  doctor 
Martín  Sanavria,  que  ofrendó,  en  acto  separado,  una  corona 
de  filigrana  de  plata:  materiales  y  trabajo  mejicanos. 

12 — Representó  á  la  Argentina,  el  señor  Carlos  Calvo 
Capdevila,  Ministro  Residente,  con  su  Secretario  el  señor 
Alejandro  Calvo. 

13 — Los  señores  Antenor  Ñau,  Antonio  Jirnuín  y  el  Se- 
cretario señor  Timeleón  Salnaxe,  por  comisión  del  Gobierno 
de  la  República  de  Haití,  vinieron  á  las  fiestas  del  Centenario. 

La  República  de  Santo  Domingo  comisionó  al  señor  doc- 
tor J.  M.  Núfiez  de  Cáceres. 

14. — Las  Repiiblicas  de  Centro  América  estuvieron  re- 
presentadas por  sus  Cónsules  y  especiales  comisiones.  La  del 
Salvador  envió  al  señor  Luciano  Hernández,  con  el  carácter 
de  Enviado  Extraordinario  y  Ministro  Plenipotenciario. 


—  70  — 

15. — La  Gran  Bretaña,  además  de  comisionar  á  su  Mi- 
nistro Residente,  señor  Coronel  C.  E.  Mansfield,  envió  un 
buque  de  guerra  "  Fl  Garnet  "  y  ordenó  un  gran  obsequio* 
en  la  Legación. 

10. — La  colonia  Holandesa  de  Curazao,  envió  á  los 
señores  doctor  J.  P.  Smelle,  I.  A.  Barón  Collót  d'  Escurry, 
capitán  de  fragata. 

17. — Bélgica,  Portugal,  el  Uruguay,  Paraguay  y  Dinamar- 
ca, fueron  representadas  por  sus  agentes  consulares,,  especial- 
mente comisionados  para  ello  por  sus  respectivos   Gobiernos: 

Los  EE.  UU.  del  Norte,  además  ele  la  representación  db 
su  Ministro  Residente  señor  Jchii  Baker,  envió  un  buque  de 
guerra  "'  El  Tennessee  "  mandado  por  el  contra-almirante 
señor  G.  II.  Cooper,  y  este  honorable  señor  y  la  oficialidad 
del  buque  concurrieron  á  todos  los  festejos. 


CANTO    IV 

Nota  1. — En  los  trabajos  del  Ferrocarril  de  Caracas  á 
La  Guaira,  obra  dificultosa,  hay  un  lugar  llamado  "Boque- 
rón "  en  que  ha  sido  tarea,  verdaderamente  de  titanes,  rom- 
per la  roca  sobre  un  abismo  profundísimo.  En  ese  trabajo 
se  tuvo  que  lamentar  algunas  desgracias. 

2. — La  vía  tiene  ocho  tunéis. 

3.  —  Se  inauguró  el  Ferrocarril,  como  parte  de  las  fiestas 
del  Centenario.  El  Presidente  de  la  República,  acompañado 
de  todos  los  representantes  y  comisionados  de  las  naciones 
amigas  y  del  país  ;  de  la  Junta  Directiva  3r  muchos  impor- 
tantes ciudadanos  y  extranjeros,  recorrió  la  línea.  Esto  dio 
motivo  á  regocijos  en  La  Guaira.  En  Macuto  el  Ilustre 
Americano  dio  á  los  viajeros  un  suntuoso  banquete.  En  la 
estación  de  Caracas  la  empresa  del  Ferrocarril  sirvió  un  lunch. 
En  Macuto  como  en  la  estación,  hubo  brindis  que  hicieron 
al  primer  Magistrado  justicia  merecida  por  obra  tan  impor- 
tante de  progreso. 

El  Ferrocarril  se  inauguró  en  los  días  25  y  26. 

4. — La  luz  eléctrica  fué  contratada  y  establecida  en  la 
ciudad  para  el  Centenario. 

5. — -El  General  Guzmán  había  hecho  construir  una  ca- 
pilla dedicada  á  la  Virgen,  que  fué  inaugurada  el  Io  de 
Agosto.    Es  una  obra  muy  bella  y    de  una  riqueza  admirable. 

G. — Se  estableció  el  Telésfono  en  la  ciudad. 

7.— La  Junta  Directiva  aprobó  la  impresión  de  23  obras 
científicas  y  literarias.  La  imprenta  de  ''La  Opinión  Na- 
cional "  editó  la  mayor  parce  de  ellas,  entre  las  que  se  en- 
cuentran tres,   que   esta   empresa   periodística  ofrendó   en  el 


—  71  — 

Centenario.  "  Guzmán  Blanco  y  su  tiempo  "  y  "Literatura 
Venezolana  "  del  escritor  español,  corresponsal  de  La  Opi- 
nión Nacional,  que  firma  con  el  seudónimo  de  Ilortencio. 
El  señor  redactor  y  editor  de  este  diario  ofrendó  una  colec- 
ción délos  "  Discursos  del  General  Guzmán  Blanco". 

Todos  los  periódicos  de  la  República  hicieron  lujosa  y 
escogida  la  publicación  del  24  de  Julio. 

g. — Señor  Francisco  Guaicaipuro  Pardo.  Se  publica- 
ron sus  obras  en  verso. 

9, — Señor    Felipe   Tejera.      "  La  Boliviada  ".     Poema 

épico. 

10. — Señor    Eduardo    Blanco.     "Venezuela.    Heroica". 

Prosa. 

11. — Señor  doctor  Arístides  Pojas.  Dos  obras,  •''  Oríge- 
nes de  la  Revolución  Venezolana"  y  "Washington  en  el 
Centenario  ". 

12. — Señor  General  Ramón  de  la  Plaza.  "  Ensayos  so- 
bre el  arte  en  Venezuela  ". 

13. — El  autor  lia  leído  publicaciones  del  señor  doctor  Ra- 
fael Seijas,  Miembro  Correspondiente  de  la  Academia  Españo- 
la y  de  número  de  la  Venezolana,  y  de  los  escritores  y  poetas 
General  Francisco  Tósta  García,  doctor  Andrés  A.  Silva, 
Fernando  Morales,  Francisco  Gaicano,  Domingo  Garbán, 
Celestino  Martínez,  Juan  de  Ulna  y  Arístides  G-ar oirás  :  obras 
todas  de  verdadero  mérito. 

El  doctor  Eduardo  Gaicano  envió  desde  Madrid  un  pre- 
cioso libro,  titulado:  "Un  grano  de  incienso". 

14. — En  el  gran  "Teatro  Guzmán  Blanco"1  se  dieron 
dos  grandes  conciertos  de  aficionados.  En  el  '•'Caracas". 
celebraron  una  velada  literaria  y  musical  los  establecimientos 
de  enseñanza,  en  honor  de  las  Naciones   Latino-Americanas. 

C  A  N  T  O    V 

Nota  1. — La  estatua  del  Libertador  que  existe  en  la 
plaza  Bolívar  de  la  ciudad  de  Caracas. 

2. — El  Apoteosis  tuvo  efecto  en  el  gran  "  Teatro  Guz- 
mán Blanco  ",  admirablemente  decorado. 

3. — 'Las  ofrendas  fueron  :  en  nombre  de  la  República, 
el  señor  General  Guzmán  Blanco. 

La  Junta  Directiva  en  nombre  del  General  Guzmán 
Blanco  como  iniciador  de  la  celebración   del  Centenario. 

4. — Tres  bellas  niñas,  bijas  del  Presidente  de  la  Unión, 
en  representación  dé  las  Repúblicas  americanas. 

5. — Los  parientes  del  héroe. 

(3. — El  señor  Fernando  S.  Bolívar,  sobrino  del  Líber" 
tador. 


—  72  — 

7. — La  Eepública  de  Bolivia.  El  señor  Omiste  ofrendó 
el  acta  del  cuadro  de  la  Independencia  de  aquella  nacio- 
nalidad. 

8. — Los  EE.  UU.  del  Norte,  representados  por  el  Con- 
tra almirante  Cooper  y  la  oficialidad  del  buque  de  guerra  "  El 
Tennessee  ".  Fué  un  acto  que  arrancó  aplausos  á  la  numero- 
sa concurrencia. 

9. — Se  presentaron  como  ofrendas  en  la  Exposición,  al- 
gunas preciosas  obras  del  arte  entre  las  que  se  distinguían  : 
una  enviada  por  nuestros  Cónsules  en  el  extranjero  y  otra, 
ofrenda  del  señor  doctor  José  María  Rojas. 

10. — "  Muerte  de  Mimas  Dávila"  ¡ior  Manuel  Otero. 

11. — ''  Ricaurte"  por  el  señor  Antonio  Herrera  Toro, 
que  presentó  también  :<  Los  últimos  momentos  de   Bolívar  ". 

12. — "Muerte  de  Guaicaijmro"  por  el  señor  Manuel 
Cruz. 

13. — "  Casacoima  "  por  el  señor  Pedro  J.  Jáuregui. 

14. — "  Giraldot"  por  el  señor  Cristóbal  Eojas. 

También  el  señor  Julio  Micheleoa  pvesentó  una  alegoría 
de  Colombia,  que  ha  sido  aplaudida. 

15. — "  Batidla  de  Araure  ".  Obra  del  señor  Arturo  Mi- 
cbelena. 

1G. — "  Batalla  de  Carabobo-'.     Lienzo  del  mismo  señor. 

1<7.— "Batalla  de  Padilla".     Obra  del     id.  id. 

18. — Los  Estados  ele  la  Eepública  presentaron  los  bustos 
de  sus  héroes  ;  obra,  el  mayor  número,  del  artista  señor  E. 
Cova,    venezolano. 

19. — General  J.   G.  Monagus. 

20. — General  Manuel  Piar. 

21. — Estatua  ele  Vargas.  Día  29.  Discurrió  el  doctor 
José  M.  de  los  Eíos. 

23. — Estatua  de  Cajigal.  Discurrió  el  señor  doctor  Je- 
sús Muñoz  Tébar. 

24. — Certámenes  en  la  Universidad.  Fueron  laureados  : 
el  señor  Cristóbal  Mendoza  por  un  estudio  en  prosa  sobre  el 
tema  "  La  gloria  de  Isabel  la  Católica  ". 

El  señor  Gil  Fortoul  por  una  poesía  en  el  tema  "  La  obra 
de  Colón,  "  y 

El  señor  doctor  Juan  V.  Mencliblé  en  el  tema  "  La  in- 
fluencia y  la  utilidad  de  la  medicina  en  la  vida  del  hombre  ". 
Pronunció  el  discurso  de  orden  el  señoc  doctor  Luis  Mario 
Montero,  que  fué  calurosamente  aplaudido. 

25. — Se  instaló  la  Academia  Venezolana  correspondiente 
de  la  Eeal  Española.  El  General  Gozmán  Blanco,  su  Direc- 
tor, pronunció  un  discurso  que  ha  sido  apreciado  debidamen- 
te en  el  país  y  en  el  extranjero,  así  por  las  ideas  como  por  el 
estilo. 


—  73  — 

26. —  La  estatua  del  General  Jorge  Washington,  Discur- 
rió el  señor  José  María  Manrique,  académico  de  número  de 
la  Venezolana. 

CANTO    VI 

Nota  1. — El  Palacio  de  la  Exposición  fué  fabricado  en 
días.    Sus  techos  están  ornamentados  con  cuadros  y  alegorías. 

2. — Llegaron  casi  juntamente  todos  los  objetos  de  la 
Exposición. 

4.— El  Estado   "Guzmán  Blanco". 

5. — "Nueva  Esparta",     f  La  histórica  Margarita  ). 

C— El    "Guárico". 

7. — Un  trabajo  de  flores  de  plumas  con  una  serpiente 
escondida  entre  sus  hojas. 

8.— El  Estado  "  Lara". 

9. — Estado  "  Bermúdez. 

10. — Estado    "  Los  Ancles  ". 

11. — El  "Zulia"  envió  un  bofe  de  o  metros  roa  á  coas- 
tra  1,50  manga  y  0,80  puntal,  tripulado  por  el  señor  Nico- 
medes  Delgado,  acompañado  de  un  intrépido  voga,  el  señor 
Jaime    Gerís,  holandés. 

Es  necesario  saber  c|ue  la  travesía  entre  Maracaibo  y  el 
puerto  de  La  Guaira  está  llena  de  verdaderos  riesgos  para 
una  embarcación  tan  pequeña.  Son  notorios  los  peligros  que 
ofrece  el    "saco"  en  todas  épocas. 

12. — El  territorio  federal    "  Amazonas  ". 

13. — La  exposición  industrial  de  la  América  del  Norte 
fué  muy  importante  por  sus  manufacturas. 

14— La  "Isla  de  Cuba". 

15. — Nuestro  Cónsul  en  Bélgica,  señor  Víctor  Sassen, 
trajo  algunos  cuadros  muy  notables,  que  fueron  expuestos. 

16. — Curazao,  Bonaire  y  Aruba,  expusieron  sus  produc- 
tos naturales  é  industriales. 

17. — Terminaron' las  fiestas  del  Centenario  con  algunos 
bailes  dados  en  obsequio  del  General. Guzmán  Blanco. 


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