ELi PHOVlflCIALlISlVIO TflBASQUEfíO
Imprenta Politécnica, la. Cuauhtemotzín 33. México, D. F.
LfC. F. J. santamaría
Eü PHOVlflCIflUISIVIO
TABflSQUEfiO
ENSAYO
de un
V O C fl B Ü Li fl I^ 1 O
del
lenguaje popular, comprobado con citas,
comparado con el de mexicanisnvos y los
de otros países hispanoamericanos.
TOMO I.
EDITORIAL A\DRi:S BOTAS E HIJO
la. DE bolívar 9
MÉXICO
■ti
Propiedad literaria del autor, asegurada por éste conforme a la ley, con
las reservas correspondientes. |
Circulará fraudulentamente cualquieij ejemplar que no lleve la firma
del autor, puesta de su mano. j k
DEDICflTORIñ
A mi señor padre don Sebastián Santaraaría.
A la Escuela Oficial para niños de la Villa de
Macuspana^ en cuyas aulas aprendí a amar el estudio;
a quienes en ella fueron mis maestros más queridos:
don francisco López, don Alejandrino Soriano y don
Vicente Hernández^ y a sus alumnos^ los que allí fue-
ron mis condiscípulos.
México, D. F., y abril W de 1921.
FRANCISCO J. santamaría.
INTROITO
¡Personalidad extraña la de este Juez tan joven! En aleación
curiosa su espíritu luce la frígida veta de los cálculos matemáticos
y la mii'íflca y ardiente de la Poesía consoladora! Y estas aptitudes
disímbolas en apariencia incrustadas como en un mosaico claro, en
una recia voluntad pertinaz que ansia — aroma, camino o cauce — dejar
como la llanta su releje, un rastro personal en esta vida.
Gusto de quienes tienien tales anhelos. La pertinacia es triunfo
y el trabajo no defrauda: pequeña la roca, señala un lindero; murmu-
rador el árbol, demarca un ejido. Bello el pensamiento que en com-
bustión perpetua quema el terciopelo de la sombra: vasto como ro-
dela ígnea, o pequeña como lentejuela de oro; de ambos es idénti-
ca la bondad, aun cuando difiera en trascendencia.
Toda voz tiene un eco, no percibido a veces por nuestros senti-
dos burdísimos; toda acción un resultado, toda labor una recompen-
sa. ¡Aun cuando sólo sea suscitar una simpatía, despertar un asombro,
vigorizar una endeblez!
¡I cómo no ha de ser loable que robándole horas al cansancio o a
los placeres, un Juez que lleva en los labios el inmortal verso de
Darío: '"Juventud, divino tesoi-o", pacientemente ensarte los rosarios
policromos, multiformes,- sonoros, fragantes, y lumínicos de palabras
regionales!
Este nuevo libro de Pancho Santamaría es como un sartal de
jades reverentemente puesto en los altares de la Patria.
Se oye cantar a un pájaro, pronunciando chalala; parece que al
hachazo suelta su hemorragia perfumada el árbol colorado o chaca-
huanté. En este vocabulario en el que vibra el alma tabasqueña y el
alma nacional, las palabras huelen a saiico. brillan como luciérnagas.
8 Lie. F. J. 8ANTAMAE,IA
se agitan al igual de las arenas trigueñas, se abren como flores de tim-
pánula o escurren lácteos jugos.
En la Baja California, en la porción de tierra hennosa de nues-
tro país que fingeren los mapas murales — ser la aleta del pez de la
República, algún pescador de perlas me mostró su colección. Unas
me parecían huamúchiles sin corteza, otras encerraban en sus ampu-
tas crepúsculos divinos, otras se antojaban formadas con los tornaso-
les de los pavos reales, y otras más simulaban simientes, guijarros o
pequeños huesos.
El libro de Santamaiua me trajo a la memoria aquellas perlas. ¿No
son a la postre perlas del Océano popular estas palabras evocadoras
de infinitas cosas?...
Toca a los lexicógrafos aplaudir o denigrar esta obra. Yo sólo
ansio loar esta labor, por ser labor; porque así se honra a los ances-
tros, se hace verdadera Patria y se prueban los talentos: en los labios
la canción y en las manos las perlas del buceo! ...
México, abril 3 de 1921.
ABEL C. SALAZAR.
ABREVIATURAS
a.
activo (verbo).
loe.
locución.
Acad.
Academia.
loe., fr. o expr.
acep.
acepción.
prov.
locución, frase o
adj.
adjetivo.
expresión pro-
adj. s.
adjetivo sustanti-
verbial.
vado.
m.
masculino.
arab.
ambiguo.
niet.
metafórico, a, men-
amer.
americanismo.
te.
Amér.
América.
mex.
mexicano, a.
ant.
anticuado.
Méx.
México.
aura.
aunaentativo. j
m. adv.
modo adverbial.
arg.
argentinismo.
n.
neutro (verbo) .
Arg.
Argentina. '<
Nic.
Nicaragua.
barb.
barbarisma.
pán\
I)áxrafo.
bl.
blanco.
p. ej.
por ejempla
Bol.
Bolivia»
p.
página.
cap.
Capítulo. 1
PP.
páginas.
c. p.
citado por '
pop.
popu'ar.
com.
común de dos.
pr.
pronominal (ver-
comp.
compuesto.
bo).
C. R.
Col.
Costa Rica.
Colombia.
prov.
provincial provin-
cialismo.
chil.
chilenismo.
der.
derivado.
pte.
parte.
Dice.
Diccionario.
refl.
reflexivo.
dim.
diminutivo.
refr.
rf-frán.
Ecuad.
Ecuador (Rep.)
Rfopl.
Ríoplata.
ecuat.
ecuatorianismo.
ríopl.
rloplatismo.
Esp.
España.
s.
sustantivo.
ep.
epiceno.
s. adj.
sustantivo adjeti-
vado.
etim.
etimología.
expr.
expresión.
sent.
sentido.
fam.
familiar, o fami-
sign.
significado.
liarmente.
sin.
sinónimo.
f.
femenino.
Salv.
El Salvador (Rep.)
íig-
figurado.
sust.
sustantívase.
fol.
folio.
Tab.
Tabasco.
fr.
frase.
U. t. c. s.
Usase también co-
•le.
frente.
mo sustantivo.
;ram.
' Gramática.
Venez.
Venezuela.
' iuat.
Guatemala.
venez.
venezolanismo.
h.
hoja.
V.
Véase.
hisp.
hispanismo.
V.
verbo.
Hond.
Honduras.
v. gr.
verbigracia.
líom.
homónimo.
vta.
vuelta.
rii>.
libro.
i vulg.
vulgar.
leng.
lenguaje.
1
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cordación Florida, escrita el siglo
XYII. Que publica por primera vez
con notas c ilustraciones don Justo
Zaragoza. Madrid. Luis Navarro,
Editor. 1SS2-18S3. Dos vols., 4;o., LVI
475 y 440 p.
FIDEL: GUILLERMO PRIETO (Fi-
del). Colección de Poesías Escogi-
das, aiéxico. Tip. de la Of. Impreso-
ra de Estampillas, 1S95-1S97. Dos
vols. Ija. y 2ia. partes. — Memorias de
mis tiempos (1828-1840; 1S40-1S53).
Libr. de la Vda, de Ch. Bouret. Pa-
rís. México. 1906. Dos vols. — Versos
inéditos. (Poesías varias. Poesías fes-
tivas y Musa callejera). México.
Impr. del Comercio, de Dublán y
Chávez. 1879. Dos vols.
FRÍAS: HERIBERTO FRÍAS. To-
mochic. Barcelona. Casa EMitorial
Maucci. 1859.
GAGINI: D. CARLOS .iAGINl.
Diccionario de barbarismos y provin-
cialismos de Costa Rica. San José
de Costa Rica. 1892. Tip. Nacional.
Escrito el primer tomo de esta
obra, y antes de principiar su im-
presión, obtuvimos la sesrund.t edi-
ción de la obra del Sr. Gagini. qiie
lleva ahora el título de Diccionario
de costarriqueñismos, lu^clia t.aitiiiién
en S. .losé de C. R., 1918. muy mejo-
rada y aumentada. I..levfi, adem.ás.
un brillante prólogo del Sr. Cuer\-o,
don Rufino; fechado a. 904. y una
carta al Sr. J. B. Calvo, escrita por
don Nicolás Bolet Peraza, de 1892.
GAMBOA: FEDERICO GAMBOA.
Santa. 3 a. ed. Barcelona. .México.
lilO. Gómez de la Puente, Editor.
GARCÉS: Presb. D. GREGORIO
GARCES. Fundamento del vigor y
elegancia de la Lengua Castellana,
expuesto en el propio y variado uso
de sus nombres y verbos. 2:a. ed.
con notas ,por D. F. Merino Balles-
teros. Madrid. 1853. 2 tomos.
GARCÍA SALAS: JORGE G.\RCÍA
SALAS. La planta del tianano o plá-
tano. Datos prácc co3 ;>ara su culti-
vo y proposiciones para mejorarlo.
Original adquirido por la Cámara
Agrícola de Tabasco. México. Impr.
de la Sría de Fomento. 1910.
G. CUBAS: ANTONIO GARCL\
CUBAS, Ing. El libro de mis recuer-
dos. México. Impr. de Arturo G. Cu-
bas. Hnos., Sucs. 1904.
GILBERTI: R. P. Fray MATURI-
NO GILBERTI. Diccionario de la
lengua tarasca, o de Michoacán. Mé-
xico. 1901.
GIL y SAENZ: Presb. MANUEL
GIL Y SAENZ. Historia de Tabasco.
2 a. ed. S. J. Bautista. .losé M. Aba-
Ios, Editor. 1892. Un vol.. 390 rp. —
Compendio histórico-geográfico y es-
tadístico del Estado de Tabasco. Ta-
basco, 1872. Tip. de José M. Abalos.
Un vol., 252 pp., una tabla do di.'rtan-
cias, vm folio de notas e índice. —
Cartilla de la Geografía de Tabasco.
S. J. Bautista. 1885. Tip. Artística de
Juan S. Trujillo. Un vol., 73 ip. — El
Caporal (Novela). l;a parte. L'n vol.,
4|o., 131 pp.
El ejemplar que poseo de esta
obra, un tanto destruido al principio,
y sin portada, carece por lo mismo
de fecha. El Sr. Mestre Ghigliazza en
sus Datos para la biografía del Presb.
M. Gil y Sáenz, publicados en el pe-
riódico Tabasco Gráfico, núms. del
149 al 154, años 916 a 917. dice que
la obra fue publicada en Villahermo-
sa, por los años de 1SS4, o 1885.
GOMARA: FRANCISCO LÓPEZ de
GOMARA. Conquista de México. Bar-
celona. 1887. Dos vols.
G. OBREGÓN: LUIS GONZÁLEZ
OBREGÓN. México viejo. (Época co-
lonial). Nueva edición, aumentada y
corregida. Libr. de la Vda. de Ch.
Bouret. París. México. 1900. — México
viejo y anecdótico. Libr. de Ch. Bou-
ret. París. México. 1909. — Vetusteces.
Libr. Bouret. París. México. 1917.
16
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GONZÁLEZ. PEDRO A. GONZA-
IjEZ, Ing. Los Ríos de Tabasco. Me-
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Ing-enieros y Arquitectos de México.
México. 1910. i
GONZÁLEZ PEÑA: CARLOS GON- i
ZALEZ PEÑA, La Chiquilla. Novela.
(México, 1005-6). F. Sampere y Cía.;
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GRANADA: Dr. D. DANIEL GR A- '
NADA. Vocabulario ríoplatense ra- i
zonado. 2¡a. ed. Montevideo. 1890.
HIDALGO: ll'AX HIDALGO. Ro- j
manees de Gemianía de varios au- j
teres, con el Vocabulario por orden
del a. I», c. para declaración de sus j
términos y lengua. Compuesto por... j
El discurso de la expulsión de los gi- i
taños, que escriljió ti Dr. D. Sancho
de Moneada... los romances de la ger-
manía que escribió don Francisco de
Quevedo. En Madrid, por don Anto-
nio de Sancha. Año de M. DCC.
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HUERTA: D. .JOSEPH LÓPEZ DE
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dad de fixar la significación de los
sinónimos de la Lengua Castellana.
En.Yienii. En la Impr. de Ign. Alber-
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HUMBOLDT. Ensayo político sobre
el reino de La Nueva España. Tra-
ducido al español por D. Vicente
González Arnao, con dos mapas. Pa-
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física del mundo. Vertido al castella-
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ICAZP.ALCETA. Vocabulario de M€-
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ZO, D. GONZALO DE MURGA Y D.
AIARTÍN FERREIRO. Diccionario
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las voces de navegación y maniobra
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equivalencias en francés, inglés e
italiano, y las más usadas en los bu-
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de pocvenir para el Estado de Tabas-
co. IMéx. 1910. Sría. de Fom. — El cul-
tivo del hule de Para. Méx. Sría. de
Fom. 1910. — Cultivo de la pina. Méx.
1910. — El aguacate. Méx. 1911.
MARTÍNEZ GRACIDA: M.\NUEL
MARTÍNEZ GRACIDA. El Rey Cosi-
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y legendaria de los últimos soberanos
de Zachila. (Con im Catálogo etimo-
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en la Obra).
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LLERO. Vocabulario de todas las vo-
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17
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MOLINA SOLÍS: D. JUAN FRAN-
CISCO MOLINA SOLIS. Historia del
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tán, con una reseña de la Historia
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Yucatán. 1896. Un vol., 4|o. LX-811
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catán. Impr. de la Lot. del Est. 1904-
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Lengua Cai>tellat<d. Ma.ir.'j. 18?0.
MONNER: R. MONNER SANZ. No-
tas al castellano en la Argentina. Con
un prólogo del Dr. Estanislao S. Ce-
vallos. Correspondiente de la R. A, 2a.
ed., corregida y aumentada por <.l au-
tor. Madrid. Sucs. de Hernando, li-
breros editores. 1917.
MONTOTO: LUIS MONTOTO Y
RAUTENSTRAUCH. Un paquete de
cartas. De modismos, locuciones, fra-
ses hechas, frases proverbiales y fra-
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MORA: JOSÉ MARÍA LUIS MORA,
Dr. (Ciudadano Mexicano). Obras suel-
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Libr. de Rosa, 1S36. Tres vols.. I, III
y IV tomos: perdido el II.
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Lie. El gallo pitagórico. Colección de
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PADILI.,A. Historia de la Conquista
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ÑEZ. Bagatelas. Artículos de costum-
bres. México. 1894.
18
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queña de plantas, flores y frutas. Mé-
xico. Kciuaido Duijlán, Impi-esor. isyo.
— Catálogo de los objetos enviados por
el Estado de Tabasco a la Exposición
Universal Colombina que se verificará
en la Ciudad de Chicago, del 1o. de
mayo al 31 de octubre de 1893. Forma-
do por el Comisionado Especial, C.
J. N. Rovirosa. San Juan Bautista de
Tabasco. Tip. del Gobierno, dirigida
por Felipe Abales. 1893. — Catálogo de
los productos agrícolas e industriales
que el Gobierno del Estado de Tabas-
co envía a la Exposición de París, que
se celebrará el año de 1900. Formado
por el Comisionado Especial, Arcadio
Zentella. S. J. Btta. Taix, 1899. — Ca-
tálogo de los productos agrícolas e in-
dustriales que el Gobierno del Estado
de Tabasco envía a la Exposición de
San Luis Missouri, que se celebrará el
año de 1904. Formado por el Comisio-
r.ado especial Arcadio Zentella y tra-
ducido al ing-léá por el Sr. Constan-
tino Maldonado. "La Universal". 1903.
— Compilación de los Decretos expedi-
dos por la Legislatura del Estado de¡
Tabasco, desde el Congreso de 1824 ;
liasta 1850. S. J. Btta., Tab. Impr. del
Gobierno. 1901. ("Folletín de "El Pe-;
riódico Oficial") 8o., XLVI-478 pp. — :
Diccionario de Historia y Geografía,
por una Sociedad de Literatos dis- ¡
tinguidos, con noticias sobre las Amé-
ricas y especialmente sobre la Repú-
blica Rlexicana. Esta última parte
arreglada por el Lie. M. Orozco y Be- \
ira. México. 1853-56. Impr. de J. M.
Andrade y F. Escalante. 10 tomos, los ;
tres últimos de Apéndices: "Colee- j
ción de artículo.^! relativos a la Rep. !
Mex." — Diccionario de la Lengua Cas-
tellana, por una Sociedad de Litera-
tos. París. 1902. — Diccionario de Geo- 1
grafía, Historia y Biografía Mexica-
na, por Alberto Leduc, Dr. Luis Laral
y Pardo y Carlos Roumagnac. Ch.
Bouret. París-México. 1910. — El De-
mócrata. Boletín de noticias, docu- i
mentos oficiales y anuncios. S. J.
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El Partido Liberal. San Juan Btta.,'
Tab. 1883 a 1884. — La Reforma. S. J. i
Btta., Año 1879. — El Demócrata. S. J. |
Btta. 1861. a 1862. — El Tabasqueño. S. j
J. Btta. de Tab. 1854. — Tabasco Grá- i
fleo. S. J. Btta. Tab. 1914 a 1917. —
El Estudiante. S. J. Btta., Tab. 1913
a 1916. — Revista Científica y Litera-
ria. :México. 1845. Tomo I.
OCA M PC: MELCHOR OCAMPO.
Obras completas. Biblioteca Reformis-
ta. Tomos II, III y IV. Ángel Pola y
I Aurelio J. Venegas. F. Vásquez, Edi-
i tor. 3 vols. México. 1901.
OROZCO Y BERRA: MANUEL
OROZCO Y BERRA, Lie. Historia an-
, tigua y de la Conquista de México.
México. 1880. 4 vols. y atlas. — Geogra-
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: México. México. 1881. — Materiales pa-
i ra una Cartografía Mexicana. Ed. de
la Soc. de Geogr. y E^tadíst. México.
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ORTÚZAR: CAMILO ORTÚZAR.
Diccionario Manual de Locuciones Vi-
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Con indicación del valor de algunas
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i NANDEZ DE OVIEDO Y VALDÉS.
'< Primer Cronista del Nuevo Mundo.
I Historia General y Natural de las In-
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de sus obras, por D. José Amador de
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OVIEDO Y B.: D. JOSÉ DE OVIE-
DO Y BAÑOS. Historia de la Conquis-
ta y pobiación de la Provincia de Ve-
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tor. Colegiata, 6.-1885. 2 vols. (Biblio-
teca d« los Americanistas).
PAASCH: CAPITÁN PAASCH. Dic-
tionnaire de Marine, Anglais-Fran-
cnis-Allemand-Espagnol -Italien. Qua-
triéme Edition i-evisée et complétée
pour les parties anglaise et francaise,
par le Capitaine FIERRE CHALLA-
MEL, pour la langue allemande, pal-
le Capitaine F. E. MATTHIESEN.
Directeur de l'École de Marine de
Hambourg, et le Capitaine AUGUST
BUDDE, Professeur á l'École de Na-
vigation de Hambourg. Traduction es-
pagnole, par l'Amiral P. MONTOJO.
de la Marine Royale Espagnole, Ex-
Commandant en Chef de l'Escadre des
lies Philippines. Traduction Italienne,
par GIUSEPPE ROM^VIRONE. Tra-
EL PROVINCIALISMO TABASQUEÑO 19
ducteur juré prés le Tribunal Civil de una. Atlas, 199 láminas. 4o., folio. —
Oénes. — París. Augu«tin Challamel. Nombres geográficos de México. Catá-
Editeur. — Rué Jacob, 17. Librairie logo alíabético de los nombres de lu-
Maritime et Coloniale, iyoS.-4o. alar- gar pertenecientes al idioma náhuatl,
gado. 803 pp., 109 láminas explicadas. Estudio jeroglítico, de la matrícula de
OLXXXV pp. de índices alfabéticos, los tributos del Códice Mendecino. Di-
Errata, una. bujos de las "Antigüedades Mexica-
PALMA: D. RIC.VRDO PALMA, ñas" de Lord Kin^sborough por el Sr.
Tradiciones peruanas. Cuatro tomos. Domingo Cabral y grabados por el Sr.
Barcelona. Mortamer y Simón, Ed. Antonio H. Galaviz. México. Of. Tip.
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ruanas, (Cachivacherías). Un volu- 2b0 pp. 3 de índice y Errata. Atlas,
men. Mauoci Hnos. 1906. — Apéndice a XXXIX láminas a colores,
mis últimas tradiciones peruanas. Un PÉREZ: D. JU.\X PÍO PÉREZ. Dic-
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dustria" Desamparados, núm. 15. 1903. LA (Aristófanes). Ensayos biográficos.
PARRA: PORFIRIO PARRA, Dr. Cuadros históricos. Hojas dispersas.
Pacotillas. Xovela mexicana. Barcelo- ^Mérida. YuC México 1914.
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PAYNO: MAXUEL PAYXO. Tardes REZ HERX.vXDEZ, Gral. Diccionario
nubladas. Colección de novelas y un geográfico, estadístico, histórico, bio-
Vlaje a Veracruz, en el invierno de gráfico, de industria y comercio de la
1843. México. Impr. de F. Díaz de República Mexicana. Escrito en parte
I..í;ón y Santiago Milite. 1871. — El Fis- y arreglado en otra por <?]..., consul-
tol del Diablo. Xovela de costumbres tando sus tareas con los distinguidos
mexicanas. 3a. ed. Barcelona. México, escritores Lies. D. Manuel Orozco y
Juan de la Fuente Parres, Editor. D. Alfredo Chavero. México. Impr. del
Diez tomos. Cinco de Mayo. 1874. cuatro vols., has-
PENSADOR: JOSÉ JO.A.QU1X FER- ta la C. y la O maya.
XÁXDEZ DE LIZ.VRDI. (El Pensador PICÓN F.: GOXZALO PIC6X FE-
Mexicano) La Educación de las Muje- BRES. Libro raro. Voces, locuciones y
res o la Quijotita y su Prima. Histo- otras cosas de uso frecuente en Ve-
ría muy corta con apariencias de no- nezueia. Cin-azao. 1912. 2a. ed. Un vo-
vela. Edición de lujo. México. Ballescá lumen. 404 pp. e índic^
y Cía. Sucs. 1879. Un vol. 4o. mayor, j piCHARDO: ESTEBAX PICH.\R-
— El Periquillo Sarmiento. Biblioteca \dq. Diccionario provincial de voces
de grandes novelas. Edición corregida /cubanas. 3a. ed. Habana. Impr. de "La
e ilustrada. Barcelona. Casa editorial .Antilla". lSo2. Un volumen, XVlI-281
pp.
Sopeña. 1908. L'n vol. — Las noches I ^^.^
tristes: Cuarta Edición. México 1S43. | poMAR: JUAX BAT:TIST.\ PO-
Contiene: Las noches tristes; El dia ¡maR. Relación de Texcoco, escrita en
alegre; Las fábulas; D. Catrín de la \15g2. México 1891. Impr. de F. Díaz de
Fachenda: Testamento del Gato. ¡León. Publicada y prolongada por D.
PEÑA: D. RAFAEL AXGEL DE LA J. García Icazbalceta, junto con la Re-
PExA. Gramática Teórica y Práctica lación de Zurita y otros varios. Un
de la Lengua Castellana. México. Ofi- vol. So.. XLVII-314 pp. índice final,
ciña Tip. de la Sría. de Fomento. 1898. PRESCOTT: \V. H. PRESCOTT.
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DALE. Epítome de Gramática gitana ;
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lecto de los gitanos. Por D. íYancis-
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do hasta el día y un Diccionario...
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S. Francisco. Provincia de San Pedro
y San Pablo de Michoacán de la Nue-
va España. Año de 1639. México 1882.
RE(i}LAMENTOS Y LEYES:
Reglamento para los palenques de
gallos, en el Municipio del Centro. Ex-
pedido por el I. Ayuntamiento y apro-
bado por el Ejecutivo del Estado. Fe-
brero 201908. S. J. Btta., Tab. — Regla-
mento de Sanidad de la Municipalidad
del Centro. Expedido por el Bj. del
Estado. Nov. 281913. S. J. Btta., 913. —
Reglamento de policía y buen gobier-
no para la Municipalidad de San Juan
Btta. Abril. 15|902. S. J. Btta. 1902.—
Reglamento para el abasto público de
carnes, en la Municipalidad del Cen-
tro, de 12 de enero de 1905. S. J. Btta.
1906. — Reglamento a que deberán su-,
jetarse el Ingeniero Municipal y Médi-
co de vacuna, de 20 de agosto de 1906.
S. J. Btta., Tab. 1906. — Reglamento pa-
ra las corridas de toros, expedido por
el I. Ayuntamiento de la Municipali-
dad del Centro, de 16 de abril de 1896.
Est. de Tab. S. J. Btta. 1896. — Regla-
mento Interior del Hospital Civil ae
la M. de S. J. Btta., expedido por el
I. Ayuntamiento de la M. del Centro,
Est. de Tab. S. J. Btta. 1897. — Regla-
mento para el abastecimiento de
aguas de la M. de S. J. Btta., puesto
ei. vigor por el I. Ayuntamiento el 14
de noviembre de 1905. — Leyes, Regla-
mentos y Programas de Instrucción
Pública Primaria del Estado de Ta-
basco. S. J. Btta. Tab. 1903. — Regla-
mento para la Cárcel General, Casas
de Detención de la M. del Centro. Ed.
oficial. ,S. J. Btta. 1906. — Arancel para
el cobro de los derechos del Registro
Civil del Estado. S. J. Btta., Tab. 1897.
Reglamento para el gobierno interior
del Congreso del Est. de Tab. S. J.
Btta. 1903. — Reglamento para la adju-
dicación de los terrenos del fundo le-
gal de la M. del Centro. S. J. Btta.,
Tab. 1906. — Código Sanitario del Est.
de Tab. S. J| Btta., Tab. 1900. — Re-
glamento para la Administración de
los Cementerios. S. J. Btta., Tab. 1902.
— Ley Orgánica de División territorial
del Est. de Tab., de 13 de diciembre
de 1883. — Ley Orgánica de la Adminis-
tración de Justicia y Reglamentación
de los Artículos 92, 99, 101 y 102 de
la Constitución del Est., de 28 de nov.
de 18S3. — Ley que organiza el Minis-
terio Público en el Estado, de 29 de
: rov. de 1883. — Ley que trata de la
Defensoría de Oficio en el Est., de 30
i de nov. de 1883. — Ley Orgánica de Ad-
¡ ministración Interior del Est. de Tab.,
j de 28 de dic. de 1891. — Constitución
I Política del Est. de Tab., promulga-
; da el lo. de agosto de 1890. También
: se han tenido a Ja vista las de 1825,
', y las restantes, hasta la de 5 de abril
! de 1919. — Ley Orgánica de Adminis-
! tración Municipal, de cot. 19 de 1898.
— Ley del Notariado, de 10 de sept. de
¡1006. — Ley. Orgánica. Electoral .de
Ayuntamientos, Magistrados y Fiscal
del Tribunal Superior de Justicia y de
Diputados al Congreso del Estado, y
sus reformas. Dic. 22|1883.
REVILLA: MANUEL G. REVILLA.
En pro del casticismo. México. Andrés
Botas e hijo. Editores. 1917. 8o., 320
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Garnier. Hnos. 1889. Un vol. — Entre-
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lúmenes. París. Garnier Hnos. 1890-
93.
EL PROVINCIALISMO TABASQUEÑO
21
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BELO. Diccionario de Aztequismos. O
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ma náhuatl, azteca o mexicano, in-
troducidas al idioma castellano bajo
diversas formas. (Contribución al Dic-
cionario Nacional). México. Cuernava-
ca. Impr. del Autor. 1904. Un volumen.
— Nombres geográficos indígenas del
Estado de IVIéxico. Cuernavaca. 1910. —
Diccionario de Pseudoaztequismos, o
sea Catálogo de palabras exóticas al
castellano, que se reputan aztequis-
mos o niexicanismos. Impr. del Autor.
Cuernavaca. 1906. — Nombres geográfi-
cos mexicanos del Estado de Veracruz.
Estudio crítico etimológico. Cuernava-
ca. L. G. Miranda, impresor. 1902. —
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1908. Un vol. — Atrevimientos... ¿lite-
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GUEZ MARÍN, Lie. Cantos populares
españoles, recogidos, ordenados e ilus-
trados por... Sevilla. MDCCCLXXXII
-MDCCCLXXXIII. 5 tomos. — Burla
burlando... Menudencias de varia, le-
ve y entretenida erudición, por... (El
Br. Francisco de Osuma). Segunda
edición, aumentada. Madrid. 1914. —
La Copla. Bosquejo de un estudio
folk-lórico. Conferencia leída en la
fiesta de la copla que celebró el Ate-
neo de Madrid el día 6 de abril de
1910. Madrid. 1910. — Quisicosillas, Bi-
blioteca patria. Tomo LXVIII. Fuera
•de concurso. Narraciones anecdóticas.
Madrid. Slf. — Mil trescientas compa-
raciones populares andaluzas. Recogi-
das de la tradición oral, concordadas
con las de algunos países románicos y
anotadas. Sevilla. 1899. — Del oído a la
pluma. Narraciones anecdóticas. Bi-
blioteca patria. Tomo XLW. Primera
strie fuera de concurso. Madrid. —
Cien refranes andaluces de meteorolo-
gía, cronología, agricultura y econo-
mía rural. Recogidos de la tradición
oral y concordados con los de varios
países románicos. Segunda edición,
anotada. Sevilla. 1894. — El yantar de
Alonso Quijano El Bueno. Madrid.
1906. — Clásicos Castellanos, tomos 4,
6, S, 10, 13, 16, 19, 22, 27 y 36. Cervan-
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Cuatro volúmenes, del XXII al XXV.
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mexicana d/^cien^ tomos.^Iéxi^co J.|90. ^^^^ ^^^. ^^ primera vez se determinan
^.. X -._i.. „ .,„ j„i ^ VTT „i A. T ^ demuestran analíticamente los prin-
, ^ ., j , ^ ... cipios y reglas de la pronunciación y
acerca de la explotación del tejido ^^y acento de la lengua castellana,
cortical del árbol tabasqueno llama- p^^.j^ Librería Americana. Calle del
do ".Jolocín", aplicado a la industria ^^j^^pj^^ j»; gf, ^§27. 4 vols., 12o.
papelera y con motivo de los ensayos
verificados el día 24 de junio del pre-
sente año en la fábrica de papel "Be-
lem". México. 1890. (c. Jol.)
SALAZAR: ABEL C. S.\LAZAR, i
licenciado. Almas. Cuentos, México. '
1Í09. So., 207 pp. índice, una.
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principios de 1842. Consideraciones so-
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cripción de las vastas ruinas de Ciu-
dades americanas que en él existen.
Traducción de D. Justo Sierra. Cam-
peche. Impr. de Joaquín Castillo Pe-
raza. 1S48-1S50. Dos vols.
TELLO: FRAY AXTGXIO TELLO.
Historia General de Jalisco, que tra-
ta de la Conquista en el Nuevo Rei-
no de la Galicia y Nueva Vizcajti. y
descubrimiento del Nuevo México. In-
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jas. Guadalajara. México 1894. Un vol.,
4;o. XXIV-8S6-27 pp.
TERREROS: P. ESTEBAN DE TE-
RREROS Y PANDO. Diccionario cas-
tellano con las voces de ciencias y ar-
tes y sus correspondientes en • tres
lenguas: francesa, latina e italiana.
Cuatro volúmenes, folio. Madrid. 1786-
1793. Imprenta de la Vda. de Ibarra.
H. y Cía. Con licencia.
TEZOZOMOC: D. HERNANDO AL-
VARADO TEZOZOMOC. Crónica Me-
xicana. Escrita hacia el año 1598, ano-
tada por el Sr. Lie. Orozco y Berra y
precedida del Códice Ramírez, manus-
crito del siglo XVI. intitulado: Rela-
ción del origen de los indios que ha-
bitan esta Nueva España, según sus
historia.s. y de un examen de ambas
obras al cual va anexo un estudio de
Cronología Mexicana por el mismo Sr.
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Impr. de Mariano Galván Rivera. Un
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VINAZA: CONDE DE LA VISAZA.
Biblioteca Histórica de la Filología
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inánime en público certamen de la
Féal Academia Española y publicada
a sus expensas. Madrid. Imprenta y
Fundición de Manuel Tello. Impresor
de Cámara de S. M. Don B\-aristo, 8.
l*.f,3. — Bibliografía eápañola de Len-
guas indígenas de América. Obra pre-
miada por la Biblioteca Nacional en el
concurso público de ISll, e impresa a
fxoenísas del Estado. Madrid. Estudio
Tipográfico "Sucesores de Rivadeney-
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XIMÉNEZ: FR. FRANCISCO XIMÉ-
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Virtudes Medicinales de las plantas y
animales de la Nueva España. Extrac-
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Ahora por primera vez reimpresos.
Bajo la dirección del Dr. Nicolás T^ón.
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SAN MARTÍN. Tabaré. Fo^ma, prece-
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blicada y prologada por D. Joaquín
García Icazbalceta, junto con la rela-
ción de Texcoco por Pomar y otros.
Un vol., 81o., XLVII-314 pp., índice fi-
nal.
EL PROVINCIALISMO TABASPEKO
ABAJAR, a. y pr. Tratando de'
la preposición latina ad, el emi-
nente Cuervo explica (Apunt. crít.,^
párrafo 903) cómo por tradición '
el vulgo la conserva en muchos
verbos que la han perdido en len-
guaje culto, o la agrega en otros
que no la llevan en el Dice, y cita, ;
entre otros ejemplos, abajar, verbo!
que también sufre esa acción en i
nuestra habla popular. (1.) i
"El portador de la escopeta dijo: — ¡
Abájense ustedes." (ZEXTELLA, Pe- !
rico, oap. XVriI, pig. 117.) — "yi no se j
abajan, los desguindo de un tiro, dijo
!a misma voz de antes." (ID., ib.) —
"Que se abaje la otra sinvergüenza."
(ID., ib., pág. 118.) — "Ya que noj can-
semo de ejperar a este jijo de la ta-
rántula, me trepo y veraj como se
abaja." (RODRÍGUEZ BELTRAX,
Pajarito, IX, pág. 144.) — "¡Voy a lla-
mar orita mesmo al Jué de barrio y
verá como le abaja esos humo que
tiene!!!' (ID ib., XXIV, pág. .590.) i
ABAJElsiO, ÑA. adj. "Amer. Dí-
cese del que procede de las costas
(1). — La Acad. que daba abajar co-
mo ant. (anticuado), en la última edi-
ción del Dice, ha vuelto sobre sus pa-
sos quitándole el epíteto, aunque haya
incurrido en un anacronismo. En fin,
ha corregido el error.
O tierras bajas." (2) En Tabasco,
cuya población campesina se ex-
tiende casi toda a orillas de los
ríos, que son muy numerosos, esa
población forma las agrupaciones
denominadas riberas, las cuales en
lo general se clasifican de acuerdo
con la región del curso del río en
que están ubicadas; así, hay ribe-
ra baja, ribera media y ribera al-
ta. Los habitantes de las riberas
bajas o próximas a la embocadura
del río o arroyo, son, con respecto
a los habitantes de las otras, los
ABAJEÑOS. De igual suerte, en
las poblaciones se distinguen ba-
rrio de arriba y barrio de abajo,
con relación al curso de la corrien-
te; llamándose arribeños y abaje-
ños, respectivamente, los habitan-
tes de dichos barrios.
"Andaban a la greña los muchachos
del barrio arriba con los del barrio
abajo... Cayendo domingo, los arri-
beños tomaban camino del foso... Los
abajeños, por su parte, también se
alistaban." (RODR. BELTRAX. Paja-
I (2). — Toda cita hecha en esta for-
ma, sin expresión del autor, es del
Diccionario de la Real Academia Es-
/ pañola.
ABAJ
— 26
ABAN
rito, V, págs. 66-8-70.) "Se llaman los
arribeños así, porque viven del centro
para la parte por donde viene el río |
de su nacimiento; y a los abajeños sel
les designa de tal modo por la causa
contraria; es decir, que los arribeños,
van contra de la corriente y los aba-
jeños la siguen." (ID., ib., IX, p. 138.)
Por razón de lo bajo del terreno
de Tabasco, también euele darse a
todos sus habitantes el nombre de
ABAJEÑOS. Tal denominación pa-
ra nosotros usan en Chiapas, que
es montañoso, y en cuya serraní>
nacen casi todas las corrientes que
riegan nuestro Estado.
Recíprocamente, en Tabasco se
conoce con el nombre" común de
arribeños a los habitantes del Es-
tado de Chiapas, es decir, a los de
la tierra alta o de arriba, y aun
a veces, por extensión, a todo habi-
tante del interior de la República
o de la Altiplanicie.
2. Hay en Tabasco también una
clase especial de tabaco, llamado
abajeño, que se produce en los lu
gares bajos o muy húmedos y pan-
tanosos, y se caracteriza por ser
inuy flojo y de -calidad enteramen-
te inferior al que se produce en las
regiones altas, sobre todo al de las
vegas de Ocuapan en Huimangui-
11o, que es de fama mundial.
En la primera acepción esta voz
se halla en el diccionario, habiendo
aparecido en la duodécima edición,
según García Icazbalceta, quien
agrega: "Salva había admitido ya
la palabra como "prov. de Bolivia
y la Rep. Argentina," y la define
"el que procede de las provincias
bajas del Río de la Plata." Dudo
que pueda calificarse de voz ameri-
cana, porque no la he hallado en
ninguno de los vocabularios hispa-
r.o-americanos que he regist'-
ni siquiera en el Ríoplatense de
Granada, donde debiera hallarse
conforme a la calificación de Sal-
iva. Únicamente en el Diccionario
i de Chilenisnnos (Rodr.) se lee que
I "abajino es un adjetivo que se apli-
ca a los habitantes del Norte y
I Centro por los de aquellas que se
hallan más al Sur."
"Son anos rancheros abajeños muy
ricos." (Astucia, t. I, cap. 9.) — "Los
mastines criollos y abajeños adonde
(esto es, cuando) afianzan el gazna-
te, ahogan." (Id., t. I. cap. 12.) V.
ARRIBEÑO.
TORO GISBERT escribe: "En la
Argentina se llama art*ibeño al ha-
bitante de las provincias de arri-
ba, es decir, las inmediatas a la
cordillera de los Andes. En Chile
son abajeños los residentes en las
provincias del Norte de Chile
(ECHEVERRÍA) y arribanos o
arribeños los habitantes de las pro-
vincias del Sur." (Americanismos,
pág. 282.)
ABALANZADERO. m. Lugar del
cauce de un río a propósito para
abalanzar los ganados, ya por lo
plano de la ribera, ya porque ésta
no sea cenagosa. Dícese también
botadero.
ABANARSE, pr. Sacudirse, gol-
pearse con la cola las bestias, pa-
ra espantarse los moscos, los tába-
nos y otros insectos que suelen mo-
lestarlas. En general, hacer aire
con cualquier objeto, usado a guisa
de abano.
No encontramos en ningún dic-
cionario de provincialismos, ni na-
cional ni extranjero, esta expre-
sión; de suerte que es un mero ta-
basqueñismo, de buena cepa, si se
compara su acepción con la que al
mismo verbo da la Academia: "ha-
cerse aire con el abano" o abani-
co. De manera que a las bestias 1'^
cola sirve de abanico, no sólo para
hacerse aire, sino para azotarse a
ambos lados y abajo, las ancas y
ABAN
27
ABAR
los ijares, defendiéndose de los
animalejos que las asedian.
BECERRA juzga incorrecta la
voz, usada por abanicai-se. (Guía
del Lenguaje usual.)
"Pero Sr. D. Vives, dice el Caporal,
abanándose los mosquitos con su som-
brero." (GIL Y S-\ENZ, El Caporal,
p. 2.5.)
ABANICAR, a. "Hacer aire con
el abanico." Por extensión, decimos
lo mismo de hacer aire con cual-
quier objeto usado a manera de
abanico. U. c. pr.
2. pr. Marchitarse las plantas, es-
pecialmente las milpas, por exceso
de sol, de modo que las hojas se
cierran formando como las varillas
de un abanico, de donde el verbo.
Muy común en el lenguaje ranche-
ro-
Guando la causa de la enferme-
dad es el exceso de aguas, se dice
más comunmente sollamarse.
ABANICO. .m. Parte posterior del
fuste, en la silla de montar, serif
jante por su forma a un abanico
abierto por el contorno superior;
cerrado abajo sobre los tejuelos.
Llámase también teja.
No aparece en ningún vocabula-
rio como voz provincial de Amé-
rica.
ABARRAJAR, a. Disparar súbita-
mente: le ABARRAJÓ un tiro, le
disparó repentinamente. Como pro-
nominal significa salir precipitada-
mente, partir de improviso. Tam-
bién vale echar contra el suelo con
fuerza, o, en general, lanzar una
cosa con estrépito y mal ánimo.
Ordinariamente el vulgo dice ba-
rrajar.
BECERRA trae abarrajado, par-
ticipio de abarrajar, como incorrec-
to por abarrado.
Hond. "Lo mismo que abarrar. El
verbo en referencia .se aplica también
a las personas, en cuyo (?) caso lo
usamos como reflexivo. Este mucha-
cho es muy soberbio, cada rato se
abarraja el suelo." (MEMBRESO.)
Arg. y Bol. "Barrajar. Derribar con
fuerza en si suelo. E« enérgica esta
expresión americana: le barrajó con-
tra el suelo, dice Juan Seijas en su
Dice, de barbarismos cotidianos. Mo-
lonquear; en otros puntos de América,
libertino". (RODRÍGUEZ.)
ABARROTAR, a. Monopolizar,
acapa'ar, en el sentido de hacerse
dueño en el mercado de la existen-
cia total de una mercancía, para en-
carecerla, vendiéndola en seguida.
ABARROTAR el pescado, se dice
cuando una sola persona o un gru-
po determinado lo compra todo.
Suele lambién usarse como neutro,
rigiendo con, v. gi". : ABARROTAR
con la fruta.
Este provincialismo es común a
otros lugares de la República, aim.
que con acepción distinta.
Méx. " — a. — En varios juegos, eco-
n o m i z a r los triunfos mayores".
(OCAMPO.)
Con la acepción tabasqueña da el
Sr. Icazbilceta el mexicanismo "Abar-
car, a. Comprar gran cantidad de
iin.a mercancía con el fin de encare-
cerla y lograr crecida utilidad al re-
venderla. Dícese particularmente de
lo.s comestibles: abarcar el frijol, el
srarbanzo, etc." (Vocab. de mexica-
nismos, p. 1.)
Cuba. Distinta acepción. "Entre ma-
rinos, según se consigna en el Dice.
Marít. de Lorenzo, Murga y Ferreiro,
es apretar o asegurai- la estiva, lle-
gando los huecos con efectos a propó-
sito.— Sign. met. En Cuba es más ex-
t'-nsivo, pues equivale a llenar, apro-
^echando todos los huecos, sin necesi-
dad do apretar o a.segurur". (MA-
GIAS.)
"En Chile (ECHEVERRÍA) es, ade-
más de abastejcer, proveer: d.ir en el
.iuego una carta inferior a la ya juga- •
da, teniendo otra si;perior: tamíjiéii
significa acaparar." (TORO GISBERT.
Amer.)
2. También en Tabasco significa
ganar los 24 tantos que se juesan
en la malilla. (Prof. L. R. CÁMA-
RA).
ABAR
— 28 —
ABAS
ABARROTES, m. pl. "Se com-
prenden en México bajo esta deno-
minación muchos y muy diversos
artículos de comercio, nacionales y
extranjeros, como caldos, cacaos,
almendra, conservas alimenticias,
papel, hoja de lata, etc." (GARCÍA
ICAZB). Debe añadirse solamente
que entran en esta clasificación las
especias, toda clase de comestibles
y artículos ligeros de primera ne-
cesidad: velas, cerillas, cigarros,
etc., menos lencería.
"La Península ibérica nos ha dado
desde hace cuatro siglos (sic) buenas
iglesias, buenos edificios y tiendas de
abarrotes". (FACUNDO. Las prospe-
ridades nuestras, II, p. 211.) — "Han
llegado (los españoles) a posesionarse
casi en ,<3u totalidad del comercio de
abarrotes". (ID., El Agio, I. p. 102.)—
"Estos son los que no les bajan un
punto de brutos a los comerciantes de
abarrotes". (ID., Isolina. Tom. II, cap.
13. p. 214.)
"Las tiendas de comestibles
"Tienen riuy distintos nombres:
"Se conocen por bodegas
"Y por tiendas de abarrotes".
(SÁNCHEZ SOMOANO, p. 39.)
Perú. "Almacén o comercio de co-
mestibles en grande y por mayor, es
lo que se entiende bajo esta palabra".
(ARONA, p. 1.)
Ecuador. "Abarrote. No tiene otra
significación sino la de fardo pequeño,
hecho a propósito para llenar el hue-
co que deja otro grande, y le aplican
a las tiendas en que se venden licores
y otras cosas pertenecientes a dro-
guería, buhonería, cerrajería, merce-
ría, etc. y no paños, lienzos ni otros
tejidos". (CEVALLOS, p. 29.)
"Acá no entran en los abarrotes la
droguería, buhonería, cerrajería y
mercería". (ICAZB).
Méx. "m. Clasificación de varios
efectos, que no forman bultos grandes,
como fierro, aguardientes, etc".
(OCAMPO.)
"Víveres nacionales o del país.
En México llaman abarrotes, no la
abacería o tienda al menudeo, sino a
los víveres nacionales". (RAMOS \
D.) Nos perdonará el ilustre maestro,
pero no hay tienda de abarrotes de
esta ciudad de los Palacios en donde
no hayamos visto aceitunas, vinos y
mil artículos y comestibles más, ex-
tranjeros, y muy extranjeros.
Cuba. — "Crít. Llaman los marinos
abarrotes, los fardos pequeños o pie-
zas de poco bulto que aseguran los
grandes, llenando los vacíos o inters-
ticios que ocasionan, y por extensión
se llaman abarrotes en México los ob-
jetos de comer, beber y arder, los cua-
les se venden en las tiendas denomi-
das de Abarrotes: las bodegas de Cu-
ba". (M ACIAS.)
NOTA. En Cataluña se llaman tien-
das de colmado; en español abacería.
(L. R. CAMAR.\.)
ABARROTERO, RA. "m. y f. El
que comercia en abarrotes". (ICAZ-
BALCETA).
"Iba yo poniendo buena cara a un
gallego abarrotero, vecino suyo." (R.
BARCENA, Noche al raso, VI., p. 106.)
— "Abre una brecha anchísima, por
donde entran a JMéxico el panadero y
el abarrotero español". (FACUNDO,
Vistazos, p. 26).
ABASTECEDOR, RA. m. y f. No
es el que provee de alimentos en
general, sino especialmente el que
provee de carnes: el matancero,
matador de ganado para el abasto
público en las poblaciones o ran-
cherías. V. CARNICERO, MATAN-
CERO, ALIÑADOR.
"Hemos sido informados que algu-
nos abastecedores de aquella Villa...
dan al cuchillo vacas." (Cuauhtemoc,
Núm. 82. Villahermosa, TAB.) — "La
persona que quiera dedicarse al refe-
lido ejercicio (del abasto público de
carnes), — ocurrirá como abastecedor"
(Reglamento para el abasto público,
art. 2.) — "Se prohibe a los abastecedo-
res la conducción de las carnes en bes-
tias". (Id., art. 7.) La voz se repite en
todo el documento citado con igual
act^pnión. Dlcese en Chile abastero.
(RODR., p. 7.)
ABASTO, "m. ant. La contrata
que los Ayuntamientos hacían con
una persona para que a precio de-
terminado y con privilegio exclusi-
vo abasteciera de algún artículo ñ.e
primera necesidad a la población.
ABAS
— 29 —
ABEJ
En México duró largo tiempo el
abasto de carnes". (ICAZB.)
"En carta de 20 de septiembre de
3732 disteis cuenta, con testimonio, de
todo lo ocurrido en el abasto de car-
nes de esa ciudad, que había de em-
pezar desde Pascua de Resurrección
del año próximo pasado de 1733." (BE-
LEÑA, Autos acordados, tom. II, pág.
6.)
TOMAR EL ABASTO. Hacer obliga-;
ción y encargarse de la provisión de
los mantenimientos como carnes y
otras cosas necesarias para el sus- ^
tentó común del pueblo". (Dice, de
Aut).
"Como adverbio, la Acad. le califi-
ca de anticuado: "Copiosa y abun-
dantemente". No creo que sea anti-
cuado. "Dar abasto, dar abundante-
mente toda la provisión que es nece-
saria", dice el Dice, de Aut. Esta fra-
se es todavía muy usada: no doy abas-
te a tantos pedidos. j
"Trabajan en la reducción de toda
esa gentilidad que sucesivamente se
iba descubriendo en tierras tan remo-
tas, a las que no podían dar abasto
solos los religiosos de la Custodia".
(BEAUMOXT, Crón. de la Prov. de
Mich., pte. I, lib. 2, cap. 30.)
"Abastero llaman en Chile al pro- '
veedor de reses o carnes vivas. (RO-
DRÍGUEZ, p. 7.)
Todo es aplicable a la forma
provincial de Tabasco en que to-
mamos la palabra abasto; pcio es
más amplia aún su comprensión.
El ABASTO es, en general, el he.
che de vender al público los ar-
tículos de primera necesidad y es-
pecialmente la carne. Dar al abas-
to una res es matarla para el ex-
pendio público, en tanto que matar-
la para el consumo es destinar la
carne producto de ella al alimento
de la casa o de la familia en donde
se hace la matanza (V.) Esta cos-
tumbre es usual de los ranchos. (V.)
El abasto no es ya un privi egi'i
exclusivo; pero sí impone al abas-
tecedor la obligación de proporcio-
nar al público el artículo o la mer-
« ancía de que se trate en cantidad
suficiente para el consumo de la po-
blación, a precio deteiminado.
Dar abasto se usa tanto en el sen-
tido de alcanzar suficientemente o
bastar una cosa para llenar la ne.
cesidad a que se destina: la carne
dio abasto, esto es, fué suficiente;
como en el sentido de ser una per-
sona apta para atender debida-
mente una cosa o hacer un traba-
jo: los dependientes no dan abas-
to, es decir no pueden atender
debidamente al público, no son su-
ficientes para el trabajo de despa-
cho que atienden.
El abasto público se reduce ac-
tualmente casi nada más a las car-
nes.
En Chile, como hemos visto, al
abastecedor le llaman abastero.
ABATANADO, DA. adj. "En Ve-
nezuela equivale a muy tramado,
:iiuy doble, o de mucho cuerpo, en
lo que se refiere a telas." (PICOX
PEBRES). Lo mismo en Tabasco.
ABATANARSE, pr. Hacerse muy
trabado o doble tratándose de te-
las.
ABEJÓN, m. Nombre que se da
al escarabajo y otros insectos que
zumban al volar.
Don Carlos Gagini en su Dice, de
Barb. y Prov. de Costa Rica, dice:
"Así llaman impropiamente nues-
tros paisanos al escarabajo. El aba-
jón y el escarabajo son insectos
muy diferentes."
Abejón, según la Acad., significa
además del macho de la abeja
maestra, un insecto himenóptero de
tal o cual forma, dimensiones y as-
pecto, que zumba al volar; de ma-
nera que parece fundado el nombre
genérico que nuestros coterráneos
íabasqueños dan a todo insecto vo-
lador que zumba.
ABOD
30 —
ABOM
En Venezuela hacer abejón, signifi-
ca silbar a un orador o burlarse de él.
(PICÓN FEBKKS.)
También entre muchachos, hacer
el abejón es formar en coro un
zumbido, análogo al del abejón, me-
tiéndose el dedo en la boca.
Becerra le cataloga entre las faltas
de la prop. del leng. (Guia del Leng.
Us.)
ABODOCARSE. "Pr. vulg. poco
i'sado. Salirle a uno bodoques o
chichones".
"Ni tu honra está en la plaza, ni tu
crédito vuela, ni la frente se te abo-
doca. (Astucia, tom. II, cap. 181.) El
sentido es aquí grosero; equivale a
"no se te apitona la frente". (ICAZB.)
2. Por aDodocarse entendemos tam-
bién nosotros engrifarse, encogerse
formándo.sele bodoques a una cosa
blanda cualquiera, como un hilo, por
ejemplo, o como se pone el tejido de
una hamaca húmeda al secarse; en
este sentido me parece tan legítimo
como apitonarse (la frente) o arru-
garse (la piel), formársele arrugas.
V. BOUüQLE.
abolí NADO, DA., adj. En for-
ma de bolín o de bolina. (V).
ABOLINAR, n. Coger, lazar. Por
extensión y en sentido figurado,
matar; cazar o hacer presa. Segu-
ramente porque el bolín sirve para
lazar y la bolina para amarrar.
ABOLSARSE, "pr. Formar bol-
sas. El Dice, sólo trae el adj. abol- ,
sado, da". (ICAZB). |
ABOMBADO, DA. adj. Se dice de |
la carne, especialmente la del pes-
cado, cuando empieza a entrar en i
descomposición. Manifiéstase este
estado en primer lugar por el infla- i
miento o hinchazón de la cavidad!
abdominal, en los peces, y por el ;
color blanquecino de las agallas y!
de los ojos, perdiendo éstos además I
su brillantez y tornándose viscosos. ¡
2. Significa también atolondrado, ¡
aturdido. Es un estado especial del
ánimo, producido por un trastorno
rervioso, precedido, por ejemplo, de
un desvelo o un exceso de trabajo
í nocturno, la sordera del catarro,
que trae también consigo cierto
trastorno de los sentidos. El sulfa-
to de quinina, tomado con exceso,
pone a uno también ABOMBADO.
Becerra no transige con el uso
: provincial de la voz en esta acep-
I ción, juzgándola como impropia.
(Guía del Leng. Us.)
i 3. Especialmente se dice así, en-
I tre la población campesina, de los
I peces que mueren por envenena-
miento del agua, producido este en-
venenamiento o descomposición del
agua, por el bejuco barbasco, por
lo cual se dice también que el pes-
cado está embarbascado, A veces
también la descomposición del
agua se debe al calentamiento so-
lar en depósitos estancados que
produce la muerte del pez abomba-
do. Esto es muy frecuente en la
época de las sequías, de marzo a
agosto, en que las aguas se redu-
cen a charcos o lagunetas general-
mente de poca extensión y escasa
profundidad en los campos. V.
BOMBA.
4. En forma de bomba: combado»
cóncavo o convexo.
"Amer. Bombo, aturdido, Chil.
Achispado, ebrio. Amer. Dícese del
agua echada a perder y, por analo-
gía, del hombre desprestigiado". (TO-
RO GISB., Dice. Lar.) — "Entre atur-
dido e imbécil", dice Granada (p. 69.)
ABOMBAMIEN lO. m. Acción y
efecto de estar abombado.
ABOMBARSE, pr- En general,
empezar a corromperse una cosa.
So dice, en primer lugar, del agua,
y también de la cañie, especial-
mente la del pescado al entrar en
descomposición. En Venezuela»
"empezarse a corromper el agua"
(PICÓN PEBRES.)
ABOM
31
abrí
2. Morir el Pescado por efecto del
envenenamiento de las aguas, pro-
ducido por el barbasco.
3. Aturdirse, marearse. Dícese
también del atarantamienio produ-
cido por el sol. Asolearse, cansarse,
tratándose de caballerías u otros
animales.
Las tres acepciones son usuales
en Ríopl- (GRANADA, p. 69.)
"Amer. Empezar a corromperse, o
ponerse tibia el agrua. Atontarse, atur-
dirse. Chil. Emborracharse". (TORO
GÍSB.. Dice. Lar.)
ABOMBO, m. "(Pr. Ver.), sm.
:Mamey de Guacayarina. En Córdo-
ba llaman Abombo a la fruta que
en Tabasco denominan zapotedo-
mingo, y en Cuba mamey de Santo
Domingo o mamey amarillo". (RA-
MOS Y DUARTE.) Mal informado
anduvo en esto, como en algunas
otras cosas regionales, el Sr. Ra-
mos y Duarte. No hay en Tabasco
ninguna fruta que se llame zapote-
domingo, denominación allí entera-
mente desconocida, propia especial-
mente de Veracruz, México y quizá
algunos otros Estados de la Repú-
blica. A tal fruta llamamos en Ta-
basco mamey, simple y sencilla-
mente; zapote, a lo que aquí lla-
man mamey o zapote colorado, y
chicozapote al zapote chico o sim-
plemente chico, de estos lugai-es.
El ABOMBO o apompo de Tabasco
es más conocido por el nombre de
zapote de agpa (Pachira acuática.)
ABOTONAR, a. Cocer los huevos
hasta que la clara toma consisten-
cia gelatinosa, lo que se manifies-
ta por un botón que se solidifica al
exterior en im pequeño orificio que
al efecto se les abre previamente
De aquí el verbo. También se dice
"pasarlos por agua", huevos pasa-
dos, por razón de que pasan sola-
mente por el agua caliente para
abotonarse, sin Permanecer en ella
laigo tiempo para endurecerse. L.
t. c. r.
2. En general y figuradamente se
usa por cocer a medias, o no cocer
por completo.
ABOVEDADO, DA. adj. En for-
ma de bóveda; curvo, convexo.
Si abovedar, que da el Dicciona-
rio, es dar a una cosa forma de bó-
veda, lo que ya tiene esta forma
debe ser abovedado: en tal concep-
to, nos parece legítimo el término.
ABRA. f. "La distancia o separa-
ción de los objetos verticales de la
n:isma especie, como abra entre
dos palos de un buque: el abra del
Yumurí, que es la abertura de las
dos colinas entre las cuales Pasa el
río; y el abra de ima puerta, entre
las dos jambas que la forman".
(MACÍAS.)
Además de ésta, tiene en Ta-
basco otra acepción más regional:
brecha o lugar escampado en me-
dio del bosque o de la selva; esto
es, el espacio de terreno desmonta)
do o talado. Suele decirse también
el desmonte presenta gran ABRA,
es decir, gi-an anchura, tomando la
voz en este caso el carácter de ad-
jetivo.
"Amer. Hoja de una puerta o ven-
tana." (TORO GISBERT, Dice. Lar.)
Col. "Hoja o liatieitte de luia puer-
ta o ventana." (CUERVO, Apunt.)
ABRACAR, a- "Se usa en casi
toda la América por abrazar, ceñir,
abrahonar, abarcar. Es, sin duda,
metátesis de este último verbo."
(GAGINf, Dice, de costarriqueñis-
mos, p. 45: 2a. ed., 918.)
ABRIR, a. "Desmontar, descuajar
el bosque, y así se dice: terreno
abierto o limpio, aimque este pue-
de serlo naturalmente." (PICH AR-
DO.)
abrí
— 32 —
ABUS
"Deriv. Abierto, respecto de cu- ABUJERO. m. "(Tab.), sm. Agu-
ya (1) palabra escribe Bernardo y j jero..." (RAM. Y D) Desconocido
Estrada: "Denominación que se de | para nosotros allá,
al terreno que ha sido desmontado.] ABURAR, a. Abrasar o quemar;
Así se dice, por ejemplo, que tal ¡ pero en el sentido de chamuscar o
predio contiene terreno montuoso
y abierto. También suele decirse
que tal posesión o predio tiene
monte y limpio, aunque en verdad
la palabra abierto se refiere a cier
Quemar superficialmente. U- t. c.
r. "Aburarse los dedos," es que-
márselos al contacto de la llama
o de una cosa caliente, por lo ge-
neral de una manera súbita o re-
to terreno que ha sido de monte y \ pentina. Se usa más como reflexi-
lo han descuajado, para destinarlo j yo. La Acad. le da la acepción ge-
al cultivo; y el limpio puede apli- 1 neral de quemar, cosa distinta a lo
carse muy bien a las sabanas, o j que significa en nuestro lenguaje
saos, que contenga el tal predio. ; piovincial.
Lo primero es ficticio, lo segundo! ABURRADO, DA. adj. Embrute-
es natural." (MAGIAS.) j (¡ido, atontado. El que se ha vuelto
ABRIRSE, pr. Manifestarse es- ¡jj^^^^^jj^ ^^^^ un burro,
pléndido, dadivoso; invitar, convi- j gjendo el asno el símbolo de la
dar u obsequiar con algo. ÁBRETE ; jj^ijecilidad, nada raro es que de
con los dulces, es frase que equiva- , ^^^^^^ q^^ ^íq, dado antes muestras
le a decir a uno: obsequia los dul- ! ^j^ inteligencia o de talento, y las
ees, que los invite. Es un poco vul- 1 j^^^y^^ perdido o represente lo con-
gar el uso de este verbo en tal | t^ario, se diga que se ha ABURRA-
acepción. 1 DO, dada la legitimidad filológica
ABROJO, m. Planta que produce j ^^ ^^ desinencia de similitud— ado,
unos frutitos erizados de espinas, | ^^^ p-.^ vocablo nos parece, pues,
a lo cual debe su nombre. Es una , ^^ ^^^^ ^g^
compuesta: Xanthium stramarium, ^^^^ ^,^^ lexicólogo español R. J.
L (ROVIROSA.) (2) Los mucha- i Domínguez usa el voüaljlo en su Dice,
rhos usan en carnaval de esos fru- Nacional o Gran Diccionario clásico de
mn- i la Lengua Española. Véase el Dice,
titos, a los cuales les fijan las ma '¿^¿^,^9'Ja^^ ¿erólo". (L. R. CAMA-
riposas de papel, para que al ti- ; j^^^
rar éstas se adhieran fácilmente ! ^g^_ ..^^jj gg aplica a las yeguas
al vestido de las mujeres. Crece en destinadas a la cría de muías.
1 1 „„„«c v>Q-i«Q V húmedos Dícese sólo de las yeguas destinadas
los lugares ^^^ff ^ ^,^^f° ;^„.„ .. i a la cría de muías. (OCAMPO. Modis-
ABUJA. f. "(Tab.), sf. Aguja^ ! ^^^ ^^^^^^^^^^
(RAMOS Y D.) Jamás hemos oido^ j^^ ^^^^ .acepción consigna el adjc-
tal disoarate en Tabasco, sino más i tivo, en forma femenina, el Sr. Icaz-
tal ^^SP^J^^^^J" j 1 México í balceta. Nunca le hemos oído usar con
bien y únicamente aquí en mexico. | ^^^ ^pn^^^c.^n en Tabasco.
1 ABURRARSE, pr. Atontarse, em-
(1) _De camino advertiremos el em- brutecerse; volverse imbécil como
pleo impropio de cuyo, en este caso, | ^^^
;ecrde^^;^'cu^aTÍ.?ab'r''a ^ota'for^^;! ABUSIÓN, f. "Superstición, agüe-
equivalente, ro. No es voz de América, como di-
. w ^i»nt rie las ■ ce el Dice, sino española anticua-
(2). — Slnonim., vulg. y cient. de las ^^
plantas mex., p. el Dr. José Ramírez. ! da .
ABUS
— 33
ACAB
"E yerran más peligrosamente con-
tra este mandamiento muchos malos
cristianos que... creen en muchas co-
sas vanas y supersticiosas... y en otras
muchas abusiones." (ZUMARRAGA,
Doctrina de 1543, pl. b., plana últ.) —
"Tienen (los indios) por abusión, que
en entrando a curarse en él (el hos-
pital) luego se han de morir". (Descr.
de Zempoala, 1580, Ms.) '
— "Otras muchas abusiones y malos
aceros tienen muy caseros y de las
puertas adentro". (SERNA, Manuai de
Ministros, cap. XIII, Núm. 4.) — "Son
tantas las idolatrías, brujerías, espan-
tos y abusiones, que..." ESPINOSA,
Vida del P. Margil, 11b. II, cap. II.)
"Abusión vale casi lo mismo que
superstición o falso agrüero, o supers-
tición (sic)." (COVARRUBIAS, art.
Abuso).
Perú. "Esta hermosa palabra del
castellano antiguo tiene todavía bas-
tante uso onti'e nosotros, en el senti-
do de superstición", (ARONA, p. 8.)
Chile. RODRÍGUEZ, p. 8.
Ecuad. "La Academia da por anti-
cuada esta voz. Sin embargo, no lo
está en el Ecuador". (Mems. de .la
Acad. Ecuat., t. I, p. 55.) ¡
SALVA la trae como anticuada, no ¡
como americana. En México poco se :
usa". ¡
El Prof. BECERRA la coloca entre
las voces mal dichas en lugar de su-
perstición (Guía del Leng. Us., p. 18),
reprobándola como impura por anti-
cuada. Nos parece muy pura, pues,
entre nosotros no tiene nada de anti-
cuada y, según vimos en la cita ante-
rior, en otros puntos de América tam-
poco.
"....la presagiosa mariposilla que
viene rato antes de la llegada del no-
vio a posarse en su hombro, de la be-
lia señorita; superstición o abusiór,
arr.aig.adfsima entre la gentre talias-
queña que tiene más de poético folklo-
rismo que de tal...." (Q U E V E D O.
FRANCISCO, Tabasco Gráfico, Núm.
Ii50, mar¿o T, de 1917; Estudio do es-
critores regionalistas tabasqueños.)
ABUSIÓN ERO, RA. adj. "Ago-
rero, supersticioso. Según el Diec-
es anticuado y de América. SALVA
1(> tiene nada más por anticua 'o.
En México es de raro uso."
(ICAZB.) En Tabasco, tanto esta
voz como la anterior, no tienen na-
da de anticuadas, sino que son de
uso común y corriente en el len-
guaje popular, sobre todo entre la
gente campesina. Sustantívase.
ACABADO, DA. adj. Flaco, de-
macrado, desfallecido; en el senti-
do de estársele acabando a uno la
vida o tener aspecto de moribundo,
ya por agotamiento físico, ya por
decaimiento del ánimo. La voz es
muy significativa y gráfica. Está
muy ACABADO, se dice de un In-
dividuo muy agotado de vida por
el sufrimiento físico o moral.
ACABÓSE (SER EL), Expr. No
haber cosa mejor; o, irónicamen-
te, todo lo contrario: ser lo peor,
no haber cosa más mala, ima cala-
midad.
"La ciudad se ha visto de pronto en
brazos de individuos que disparan co-
mo loco;i y no dejan a nadie en paz.
Aquello fué el acabóse". (Excelsior,
Méx. 917).
Amer. "Ser el non plus ultra, lo
n^ás completo en su clase. Echeverría
lo da como un chilenismo. Es ma-
drileñismo". (TORO GISBERT, Amer.,
p. 145).
Dice el Sr. RODRÍGUEZ MARÍN,
(Cantos pop. esp., t. I, p. 176, nota
219): "Sustantivación muy común en
Andalucía. Esto es el acabóse, se dice
de aquello que no da más de sí". Esta
acepción concuerda, en lo irónica, con
la nuestr.a.
ACABARSE- pr. Demacrarse, ago-
tarse, extenuarse el ser físico, y
también expirar, morir. Estarse
acabando es estar en la agonía de
la muerte, expirando.
"Desfallecer, rendirse de fatiga a
fuerza de ejecutar con ahinco una ac-
ción que denot-a afecto del ánimo; y
también recibir los efectos de esa ac-
ción. El niño se acababa a gritos y su
mamá se lo acababa a besos; ya me
acababa a ruegos". (ICAZB.)
"Conocí a cierto perico que se aca-
baba a suspiros, me quería devorar a
iiiiradas. etc.." (Astucia, tojno II, cap.
XIII, p. 301).
2. También en Tabasco tiene la
ccepción provincial que como me-
x¡canis.iio da el Sr. Icazbalceta.
ACAH
34
ACAH
ACAHUAL, m. En el lent;uaje
campesino de Tabasco se llama
ACAHUAL al monte nioiier en ge-
neral, al bosque joven hasta los
diez o doce años de edad. Cuando
se tala la selva, para hacer los
sembrados, la vegetación arbórea
que sucede al cultivo es el ACA-
HUAL, nuevo hasta los cinco o seis
años, viejo en lo sucesivo. Cuando
apenas se han levantado las cose-
chas, la vegetación que invade el
sitio y no ha alcanzado más de uno
o dos metros de altura ni está aún
muy intrincada, compuesta en lo
general por plantas anuales, v,e de-
nomina propiamente cañada- La
cañada precede al acahual. Es voz
azteca, aunque en su origen es es-
pecífica como nombre de una plan-
ta. V. CAÑADA, MONTE, MONTA-
ÑA.
"La otra... son la torna-mil que las
trabajamos regularmente limpiando
un acahual." (GIL SAENZ, El Capo-
ral, p. 5.5.)
"Esta planta (el hule) se repro-
duce sola en los acahuales (terre-
nos ya labrados y que se abonan
por algunos años".) (El Partido
Liberal, No. 31., S. J. B., marzo 9
de 1884.)
"El suelo de Tabasco, por las dife-
rencias en su vegetación, puede divi-
dirse en tres clases; regiones sabana-
les, cubiertas principalmente por gra-
míneas; regiones de monte bajo, lla-
madas acahuales, en que dominan las
laurineas, malváceas, algunas palme-
ras y leguminosas arborescentes, en-
tre éstas el tinto, qvie presenta bos-
ques inmensos, por lo común sin mez-
cla de otras plantas; reg'iones de sel-
vas tropicales, donde se reúnen las
más variadas clases de vegetación."
(CORREA, Res. Ec. de Tab., cap.
VIII, p. 31.)
"El campo que ha sido abandona-
do, se ve pronto cubierto de yerbas
anuales o trisanuales, a éstas suceden
los arbustos (entonces lo denominan
acahual) y a los arbustos los gran-
des árboles; de modo que al cabo'
seis u ocho años, el terreno vuelve a
ser cultivado". (RO\'IROSA, El Part.
de Mac, MS., cap. V. p. 87.) (1) — "Y
como los de la casa conocen lo que
vale un acahual". (COFFIN, El Gral.
Gutz., XXII, p. 1.55.) — "Dimos con el
vado, pasamos a la otra banda, nos
iiietimos en el acahual, y siguiendo la
trilla del ganado". (SÁNCHEZ MÁR-
AiOL, Antón, XX, p. 206.) — "Vereda
que, después de cinco minutos de ir
por ella, borrósele del todo a la orilla
de un acahual, afortunadamente po-
co espeso". (Id., ib., 210.) — "Cuando
va a sembrar en acahual, roza en
abril." (RODR. BELTRÁX, Perfiles,
p. 145.)
Méx. "Dase hoy en general este
nombre a las plantas altas, de tallo
algo grueso, de que suelen cubrirse
los barbichos; y en especial a una es-
pecie de girasol, helíanthus annuus,
muy común y que lo mismo que las
demás yerbfis, sirve a vejes de com-
bustible. La Academia califica esta
voz de provincial de América; mas
creo que sólo se usa en México."
(JCAZB.)
Etim. "(Acahualll: atl, agua; ca-
hualü, dejado o aljandonado: "Agua
dejada o abandonada"; "lo que deja el
agua".) raspéele de girasol o gigantón.
Esta yerba nace espontáneamente en
los campos después que llueve o se
;iega: lu'>go es lo que deja el agua".
(KOBELO, Dice, de Aztequlsmos.)
ACAHUALARSE, pr. Nacer la
vegetación silvestre y crecer hasta
formar acahual en un campo o lu-
gar cultivado, o en donde fue tala-
do el bosque. Del sustantivo aca-
hual nació el verbo ACAHUALAR-
(1.) El Partido de Macuspana, mo-
nografííi inédita cuyo original manus-
crito del autor conservo. Contiene
pieciosos datos de estadística e iti-
nerarios, y una hermosa y completa
descripción geográfica . del Municipio.
El prólogo tiene fecha 1885; pero el
folleto, inconcluso, demuestra que la
obra quedó trunca. Advierto también
que la cita que de la obra hace el pro-
pio autor Sr. Ing. Rovirosa en otra
oVira suya. Apuntes de Zoología de
Tabasco (p. 41.), no concuerda con el
original que poseo, sin duda por refe-
rirse a una copia sacada de éste.
AGAH
— 35
ACAL
SE, aplicado :il terreno en que cre-
ce aquél.
"No comprende ud., D. Caralampio,
jue si valiera el tan solo abono natu-
ral, tendí ían ustedes acaso necesidad
de dejar acahualarse sus tei-renos so- !
iTelexto de cansados?" (GIL. y
-AEXZ, El Caporal, p. 29.)
ACAHUALERO, RA. adj. Así de
fcjgnan nuestros campesinos al ga-
riaüo qufc adquiere la mala costum-
bre de abandonar los Prados en el
campo, para vivir en los acahuales.
Entre los indígenas, que por lo ge-
neral carecen de campos cultiva-
dos, el ganado vive y pasta de or-
dinario en las cañadas y acahua-
les, donde antes í-e hizo la miipr.
tiste es el ganado ACAHUALERO.
Así, un mismo sitio, por la rota-
ción del cultivo, produce el sus-
tento, tanto al hombre como a los
animales que le acompañan.
ACAHUALILLO. m. 'Especie de
plantas herbáceas que nacen... en
los campos de labor o en las orillas
de los ríos. Se le da también el
nombre de té de milpa. (RÓBELO,
Ob. cit.) Tengo entendido que en
Tabasco también existe una plan-
t'ta que lleva este nombre.
ACALAMBRADO, DA. adj. Que
tiene calambre. U. c. s-
ACALAMBRAMIENTO. m. Ac-
ción y efecto de acalambrarse.
ACALAMBRARSE, pr. Significa
llanamente sufrir uc calambre.
C. Rica. "Acalambrarse. Cuando por
cualquier motivo se «ntorpece o em
taraza el movimiento de un miembro
del cuerpo, decimos que el inuividuo
que padeció ese percance está aca-
lambrado. El Dice, no registra tal pa-
labra, pero da otros de mejor cepa,
romo envararse, entumecerse, entu-
mirse, y si la causa del entünieci-
:nionto es el frío, aterirse". (GAGIXI.)
Disentimos de lo anterior en
nuestro parecer. No decimos noso-
tros que tmo se acalambra simple-
mente porque se le entorpezca o
embarace un miembro por cual-
íiuier motivo, sino solamcte cuan-
do el entorpecimiento es producido
por uu calambre; a menos que en
Costa Rica entiendan por acaiani-
Drarse el hecho de que se anqui-
lose una articulación y por ello no
pueda moverse una extremidad, o la
ruptura de tin ligamento, por
ejemplo Tampoco nos parecen de
u.ejor cepa los verbos alegados
por el Sr. Gagini, solamente porque
ia Academia los prohije. Si ésta
autoriza, como ha autorizado ya, el
.'sustantivo calambre, razón no tiene
para dejar de autorizar el derivado
verbal ACALAMBRARSE, de for-
mación muy propia, muy legítima
r muy lógica, que en nada disuena.
Ninguno de los verbos académi-
cos envararse, entumecerse, entu-
mirse, aterirse, significa exacta-
mente lo que entendemos por
ACALAMBRARSE. Envararse deci-
mos propiamente cuando nos so-
breviene una ligidez de los múscu-
los y los tendones, producida por
la falta de movimiento o por estar
largo tiempo en una misma Posi-
ción, en cuclillas, pongamos por
caso, y se manifiesta siempre por
cierta sensación de dolor, al salir
de la cual se experimenta un bie-
nestar halagador- Como lo dice la
palabra, envararse es ponerse co-
mo una vara: rígido, tieso, tirante.
Entumecerse o entumirse, que
no difieren más que en la forma
ortográfica, significan propiamen-
te entorpecerse un miembro por
estar entumido, o lo que es lo mis-
rao, por haber sufrido un entorpe-
f'imiento. Pero con esto nada deci-
mos, puesto que no hemos hecho
sino un verdadero escarceo de pa-
labras por medio de un circunlo-
quio que se resuelve en lo mismo.
ACAL
36
ACAP
Lo recto nos parece definir fisioló-
gicamente el fenómeno, para dar-
nos mejor cuenta de su significado
propio. El entumecimiento se pro-
duce por falta de circulación, lo
cual engendra cierta anestesia en
los nervios sensores y motores; es-
to obedece generalmente a una po-
sición forzada del cuerpo, conti-i
nuada por largo tiempo.
Aterirse es sufrir un entumeci-
miento, por una causa que no sea
otra que el frío.
En resumen: envararse es el he-
cho de sentirse rígido o sin movi-
miento en los miembros; esta sen-
sación se experimenta por lo gene-
ral en la columna vertebral. Entu-
mirse es el hecho de que los miem-
bros no se puedan mover, aun
cuando no haya llegado uno a en-
vararse. Acalambrarse es sentir
impedimento para moverse, por
causa de un calambre, que no es
otra cosa que una contracción es-
pecial de los músculos, manifiesta
por una sensación de cosquillas u
hormigueo, y enteramente distin-
to de un entumecimiento, del en-
varamiento y mucho más del ate-
limiento.
Es, pues, muy defendible y de
buena cepa también el tabasqueñis-
mo apuntado. Si títulos tuviér?
mos para ello, no vacilianamoa en
darle carta de ciudadanía académi-
ca, como castizo y bien nacido, al
igual de loi vocablos que el Sr. Ga-
gíni invoca-
ACALENTURARSE, pr. Princi-
piar a entrarle a uno calentura,
entrarle a uno pequeña calentura.
(Gagini, p. 4.5.)
ACANGALLARSE. pr- Entumir-
se las reses, por la humedad o por
efecto del cansancio de caminar
demasiado. La res que se acanga-
lla cae con una especie de calam-
bre o temblor que le impide con-
tinuar en locomoción y le produce
la muerte, por lo general.
Ignoramos el origen de la voz.
En Bayo (p. 46) hallamos "Canga",
(piedra). Mineral de piedra con ar-
cilla"; "Cangalla, vocablo de dis-
tinto signiíicado. Así, cacharpas o
prendas heterogéneas — Cierto apa-
rejo o albardón para llevar car-
gas." "Cangallar. Saquear," que
Ortúzar (p. 70) da como "Chi!. vul-
gar. Robar", y "Cangallo. Nombre
de una ciudad en el Depart. de
Ayacucho, en Perú". ¿Será de orí
gen quichua, significando en sen-
tido recto doblegarse bajo el peso
del aparejo?
ACAPARAR, a. Acaparar, acapa-
rador. Estas voces difieren en sus
significados, de monopolizar y mo-
nopolista- Esta verdad se palj)a en
el siguiente ejemplo: ciertos es-
peculadores han acaparado todo el
azúcar (?) existente en la plaza,
con el fin de hacer (?) tm monopo-
lio inicuo.
"Se puede muy bien, a la vez, aca-
parar una partida de azúcar, sin que
por esto se haga monopolio de ningu-
na eí-pecie." (RIVODó, Voces Nue-
vas.)
"Acaparar es alg^o más que aba rea i-.
y se acerca mucho a monopolizar."
(ICAZ3.)
Acaparar es distinto de abarcar,
abarrotar y monopolizar, como que
acaparar quiere decir reunir y re-
tener guardada toda la mercancía
de la misma especie; abarcar o
abarrotar, es poder reuniría o ad-
quirirla toda, para retenerla guar-
dada a la disposición, y monopoli-
zar, significa poder vender uno so-
lo, es decir, ponerse en condicio-
nes de comerciar exclusivamente
con la mercancía, tener exclusiva-
mente la posibilidad de ejercer la
venta, imposibilitando por cualquier
ACAR
37 —
ACCE
medio a los demás. Son cosas bien
oistintas ciertamente: abarcar o
abarrotar es adquirir toda la exis-
tencia de una cosa o mercancía;
acaparar es propiamente retener lo
adquirido, y se refieren ambos
verbos a la mercancía misma, en
tanto que monopolizar es concen-
trar en sí la facultad de vender; se
' refiere al comercio, al efecto de
traficar con la mercancía, especu-
lando con ella, y sólo Por traslación
a la mercancía misma. "Los espe-
culadores abarrotan con el azúcar
(lo abarcan) y lo acaparan, con el
fin de monopolizar su comercio, de
ejercer un monopolio, sería ejem-
plo que pondría, tal vez más claro
que el de Rivodó, y tal vez también
más correcto, porque eso de "ha-'
cer monopolio" no es del todo pro-
pio.
Mex. — "(Ver.) inf. Monopolizar. —
Lograr." (RAMOS Y D.) Es raro que
el autor restrinja este mexicanismo ;
a Veracruz, cuando es común a toda I
la República, y no sólo sino aun a •
otros países de Hispano América, co-
mo ha podido verse.
ACARRE I O. m. La Acad. lo da i
como ant., que entre nosotros no i
es, pues se usa mucho más que I
acarreo, y aun se considera más i
expresivo por su afinidad con ca- i
rreta o carro, de donde toma ori-
gen.
ACCESORIA, f. "Habitación ba-
ja, compuesta comúnmente de una
sola pieza con puerta a la calle, y
sin ningima al interior de la casa.
El Dice, no le pone nota de prov.
de Méx-, aunque el artículo fue en-
viado por la Acad. Mex., y no creo
que la acepción sea española." (G.
ICAZB.)
"Se aplica esta denominación a
las habitaciones o piezas indepen-
dientes, de una casa grande, con
puerta a la calle, y ocupada gene-
ralmente por establecimientos o
(por) gente pobre." (PEZUELA, cit.
p. MACÍAS.)
"Edificio contiguo o inmediato al
principal, y dependiente de él."
(CHAO, cit. P. MACÍAS.)
La Academia: "Edificio contiguo
al principal. Pl. Habitaciones ba-
jas de una casa, que se alquilan
por separado."
Los autores alegados y la Acad.
han hecho, como salta a la vista
de las citas anteriores, im perfecto
guirigay, amontonando voces y fra-
ses calificativas que a nada condu-
cen respecto a la claridad e inteli-
gencia del vocablo: baja, de una
sola pieza, con puerta a la calle,
sin puerta al interior, independien-
te, ocupada por gente pobre, ocu-
pada por establecimientos, conti-
gua, inmediata, dependiente, alqui-
lada por separado... ¡el diluvio!
Nadie entiende esto, naturalmente,
ni en Tabasco andamos con tantos
circunloquios ni contradicciones
para expresar una cosa de suyo tan
clara y tan sencilla.
ACCESORIA, para nosotros, es
la habitación que con otra u otras
concurre a formar una casa o un
edificio; pero que constituye por
sí sola una vivienda o habitación
i-or separado- Esto y nada más, sea
baja o sea alta, con puertas al in-
terior o sin ellas, de una o de más
piezas, ocupada por gente pobre o
rica, por aquélla a quien le dé la ga-
na ocuparla; dependiente en lo
material, puesto que forma parte
de la misma construcción del edi-
ficio, independiente, en lo social o
inmaterial, puesto que como hogar
constituye un domicilio por sepa-
rado. Es lo que en México se lla-
ma vivienda. (V.)
ACCI
38
ACEI
Pero, aun- sigue de amor la lla-
ma. Veamos:
Cuba. "En la parte occidental se i
entiende el cuarto o pieza de la parte
principal, con puerta a la 9alle, e in-
dependiente, regularmente ocupada
por gentualla (?) o tienda." (PICH.). '
Mexicano, cubano o español que vaya
a Tabasco, no se considere degradado
si ocupa una accesoria; allá las acco- ,
serias . no son ocupadas solamente ;
por gentualla, ni por tiendas. ;
Méx. "Accesoria de taza y plato, la j
que además de la pieza baja, tiene |
otra encima, a la cual se sube por una ;
escalera de madera, comúnmente muy
empinada: son raras." (ICAZB.) Es-
to es lo que en Tabasco se llama so- 1
cucho, cuchitril. V. \
ACCIÓN, f. En los terrenos de
comunidad se llama acción la par-
te que cada comunero representa
en ellos, o el derecho que sobre
la propiedad, usufructo y posesión
asiste a cada socio por igual. ¡
Cuba. "En las haciendas comune-
ras se llama acción la cantidad de te-
rreno que proporcionalmente pueda ;
„aber por mil reales, o 125 pesos de su
propiedad. El comunero que posee una
acción, puede criar sueltos sus ani- 1
malrs en la hacienda, con su fierro y
señal particular; no así los que po- '
seen menor cantidad de pesos, los
cuales sólo pueden usar media señal.
y criar bajo de cercado o acotamien-
to." (RODRIGO, c. p. MAGIAS.)
Gomo se ve, en Guba la acción es
limitada en su valor, y por ella el
comunero adquiere derechos correlati-
vos, limitados también en -proporción
a aquélla. Acá no; la acción es igual
para todos 'os comuneros, como dere-
cho o facultad, pero impone a todos
también por igual la obligación de
contribuir por partes iguales para ad-
quirí!- el terreno, de costear los gas-
tos que irroga la consolidación de la
propiedad (adquisición del Estado, ti-
tulación, medición o mensura) y su'
acotamiento o fraccionamiento. El co-
mvniero tiene acción para visar del te-
rreno en sus siembras, lo mismo que
todos; para tener sus animales suel-
tos, con marcas o señas particula-
res; pero siempre sin Invadir la pose-
sión, los sembrados, la habitación del
copartícipe. En cuanto al acota-
niiento de la acción, cada quien debe
acotar la suya,
del vecino.
si recibe perjuicios
ACECIDO, m. "(Del verbo ace-
zar.) Acezo, respiración frecuente
y fatigosa." (ICAZB.)
"Gon la diferencia que en algunos,
por leve movmiiento, se sigvie anhela-
ción o acessidos." (Dr. J. FGO. MAL-
PIGA, Alexipharmaco de la Salud, p.
140.)
Chile. "Son estos dos vocablos (ace-
zar y acecido) una muestra más que
se nos ofrece de los muchos que ha-
biendo caído en desuso allá en Espa-
ña, se conservan todavía en Améri-
ca, como un viviente recuerdo del len-
guaje de los conquistadores castella-
nos del siglo XVI." (RODR.)
ACEDO, DA. n. "Que se ha ace-
dado." (ACAD.) Esto es como de-
finir "triste, que se ha entristeci-
do." Para nosotros es lo que em-
pieza a ponerse agrio o a entrar
en fermentación, dejando de estar
fresco, como el pozol, por ejem-
plo. V. Fresco y agrio.
ACEITE. Sacar aceite, entre los
muchachos, es un juego que consis-
te en hacer fuerza, empujándose
unos contra otros, hasta liacer sa-
lir a algimo. El jueguito es un buen
ejercicio y no carece de gi'acia;
pero el asiento es el que "paga el
pato", porque no resistiendo tantas
fuerzas, casi siempre resulta mal-
trecho.
Los tres aceites, fr. En el len-
guaje vulgar, principalmente entro
la gente campesina, llaman así el
aceite de almendras, el de olivo y
el de linaza, usados en la medici-
na casera para sobar el cuerpo, y
a los cuales atribuyen cierto signo
cabalístico los llamados yerbate-
ros.
"Por lo visto Señó Juan era parti-
dario del cabalístico tres y de siks
múltiples. Prescribió, además, que le
tallaran el vientre con los tres acei-
tes." (ZENT., Perico, XIIT, p. 139.)
AGEN
39 —
ACIG
ACENTUADO, DA. adj. Claro,
notable, visible, manifiesto, per-
ceptible.
"Olores nauseabundos, más acentua-
dos aún por los vapores alcohólicos."
(SÁNCHEZ MARMOL. La Pálida, V,
p. 52). — "...y se hubieran convertido
en acentuadas ojeras..." ÍPEREDA,
La Puchera, c. p. TORO GISB., Ap.
Lex.)
ACENTUARSE, pr. Una enfer-
medad o una dolencia se acentúa,
cuando más claramente se mani-
fiesta, definiendo su especie, o
cuando reviste alguna gravedad.
En general significa hacerse ima
cosa más notable, o arraigarse.
ACERADO, DA. adj. Nosotros no
decimos así de lo que es de acero,
o parecido a él, ni de lo fuerte o
de mucha resistencia, sino de lo
que es medianamente duro y pega-
joso como la cera. Como derivado
correcto de esta voz, es enteramen-
te castiza la acep.. aun cuando el
Dice, no la traiga. Dicese también
ceroso (V.). voz que Gagini autori-
za.
ACEROLAR. a. Asestar, dar un
golpe, y así decimos: le acerolo
una patada, un coscorrón, etc. Es
vulgar el vocablo.
ACIGUATADO, DA. n. "Lelo, im-
bécil o atontado..." (MACÍAS.) Un
aciguatado es un papanatas, un
simple, un tonto de capirote, carac-
terizado Por el aspecto de babieca,
es decir, una fisonomía triste con
mirada macilenta o apagada- Al
aciguatado se le ve la tontera "por
encima de la ropa"; no tiene vive-
za de ratón. Es más bien im esta-
do patológico del individuo. Algu-
nos dicen malamente acilguatado,
aunque esta es una corrupción po-
co común.— V. CIGUATO. CIGUA-
TERA. CIGUATARSE, ACIGUA-
TARSE.
ACIGU ATARSE, pr. Volverse o
ponerse lelo, imbécil, muy tonto.
El hecho o la acción de ponerse
aciguatado.
"Etim. Habla Monlau: "Voz me-
xicana introducida en Andalucía,
que equivale a contraer la ictericia,
o volverse pálido y de color ama-
rillo. Viene del nombre ciguato,
que es un Pez que tira a color ama-
rillo y que cuando no está fresco y
sano, se pone enteramente de este
color ( ; ojalá fuera así 1 ) , y los que
lo comen frecuentemente, mudan
también el color y se ponen ama-
rillos.' Nada de esto es cierto
Aciguatarse es palabra muy poco
conocida en México, y por esta ra-
zón no la mencionan ni Mendoza,
ni Orozco y Berra, ni Pérez Her-
nández: es voz antillana, y muy
antillana. No hay tal ictericia ni
tal color amarillo; tampoco existe
ningún pez llamado ciguato, pues
ciguato es un adjetivo, y es harto
difícil escapar de dos ciguateras,
para que pueda comerse "frecuen-
temente" el pez ciguato (V.) de que
habla "Monlau" (MACÍAS.) ¡Valga
la vapuleada al sabio, sólo porque
esto nos demuestra que de sabios
es errar, o que en todas partes se
cuecen habas! Nos recuerda esto
lo de un individuo de allá de la tie-
iTuca (a quien ^ímos) que al pre-
guntar el nombre de un cayuco, en
un rancho, y saber que se llamaba
"céfiro," exclamó: ¡bonito pájaro
y canta muy bien; pero no lo hay
por aquí, ea de allá afuera I Así de-
be haber conocido el pez ciguato
el respetado lingüista Monlau, co-
mo el céfiro nuestro hombre del
cuento.
El Sr. Róbelo, en su Dice, de
Azt.. da de plano la razón al Sr.
Macías, en lo relativo a la etim. de
ACLA
— 40 —
ACOL
aciguatarse, cuando dice: "Deriva-]
do de aciguate. No hemos podido i
fijar la significación de esta pala- j
bra: pero si podemos afirmar que
no tiene la que da el Dice, de la |
Acad., pues aquélla como dice el
tór. iviacias en su Uicc. cuD., es dis- ■
tinta, asi como su origen o deriva-
ción; y por consiguiente tiene ra-
zón el mismo Sr. Maclas, cuando \
alce que el vocablo que registra la ¡
Acad. no viene del idioma mexica-
no, como lo asienta Monlau". V. '
CIGUATERA Y CIGUATO, ACI- '
GUATADO. i
ACLARAR, a. Entresacar; selec-'
cionar las plantas del almacigo o
un sembrado cualquiera, arrancan-
do, extirpando las más raquíticas,
a fin de que las restantes queden
con más desahogo.
"Si han brotado muy espesas (las
matitas del tabaco) es bueno aclarar,
dejando las más robustas." (GIL \
SAENZ, El Caporal, p. 55.)
2. Empezar a amanecer: salimos
aclarando (cuando aclaraba), ama-
neciendo.
ACLAREO, m. Entresacado o en-
tresacadura. Operación de entresa-
car las plantas, el maíz, el cacao,
etc., principalmente los almacigos,
arrancando las más i-aquíticas, con
el doble fin de seleccionarlas y de
enrarecer el sembrado para que
desarrollen mejor.
"Cuando la planta (el tabaco) tiene
una longitud de dos centímetros, se
hace ^1 aclareo, que consiste en arran-
car todas las plantas que estuviesen
muy juntas, separando las más pe-
queñas y raquíticas, y dejando una
distancia, de 0. 02 m. a 0.03 m. en-
tre una y otra." (KRAUSE, Cult. del
tabaco, p. 9.)
ACOCHAMBRADO, DA. adj. Mu-
groso o mugriento; sucio, pero de
una suciedad tal que el objeto, el
vestido más comúnmemente, toma
el aspecto duro y apergaminado de
la piel curtida. V. CURTIDO.
Derivado de cochambre. (V.)
ACOCHAMBRAR, a. Ensuciar
una cosa hasta ponerla dura y
apergaminada como piel curtida.
Ensuciar en grado máximo, de mo-
do que la cpsa se compenetre de la
suciedad. U. t. c. r.
ACOCHINARSE. La Acad. no da
a este verbo más que la forma ac-
tiva: "fam., matar al que no puede
huir", y en sentido figurado "Aco-
quinar". Para nosotros acochinarse)
usado en forma metafórica por
alusión al cochino, es perder la de-
licadeza, el Pundonor, relajarse, ad-
quirir el hábito de hacer malas ac-
ciones.
ACOGUIJAR. a. Aguijar; acosar
a la res con el aguijón o la puya.
Es una reduplicación etimológica
y por lo mismo inaceptable; de
acus, aguja, lat., y aculeus, acuiea-
ta, aguijón. En la derivación culta
i la c latina tranfórmase por regla
general en g: de acus, aguja, aun-
que en ocasiones se conserva la le-
tra misma, como en acupuntura;
pero el vulgo considera más expre-
sivo refundir ambas formas, y así
ha nacido acoguijar, o acosijar,
ninguno de los cuales es recomen-
dable.
"Ninguno de los mozos... podrá ha-
cer recortes ni llamar la atención del
i toro, encargándose uno solo de aco-
í guijar el caballo de cada picador."
(Regí, para las corridas de toros, Art.
' 52.)
i ACOJINAR, a. "Revestu' los
muebles, u otras cosas, con un
; acolchado grueso, Para hacerlos
más cómodos. La Acad., como prov.
i de Méx-, le da el equivalente acol-
char. Entre nosotros, a lo menos,
el acojinado es mucho más grueso
I que el acolchado " (G. ICAZB.)
ACOLCHONADO, DA. adj. Grue-
so, de gran espesor. Dícese muy
comúnmente de las yerbas, y en es-
ACOL
41 —
ACOHL
pecial de ciertas gramíneas rastre-
ras, que de tan intrincadas que
crecen forman uno como colchón
sobre el suelo: un camalotal acol-
chado, un egiptal, etc.
ACOLCHONAR, a. "Rellenar de
lana, cerda u otra cosa, para for-
mar un colchón pequeño". (G.
ICAZB.) Rivodó lo cita ente-e los
verbos que faltan en el Dice, y que
pueden formarse por recta dariva-
ción de nombres que constan en el
propio cuerpo de voces. (Voces
Nuevas, Pte. Primera, Form. de
verbos, p. 22.)
ACOMEDIDO, DA. n. "Amen. Dí-
cese de la persona muy servicial".
(Dice. Lar.) Aplicado, bien dispues-
to a hacer cualquier! cosa, es su
acepción más general, como pro-
vincialismo tabasqueño V. DES-
ACOMEDIDO.
ACÓ MEDÍ MIENTO, m. Acción o
efecto de acomedirse. La cuali-
dad de ser acomedido constituye el
acomedimienco.
ACOMEDIRSE, pr. La verdaJcra
acepción en que este verbo se usa
es la de ofrecerse o dedicarse es-
pontáneamente a hacer algo, a
cualquier trabajo. "Acomídete, hi-
jo", dicen las madres insinuando a
aquél para que tome amor al tra-
bajo y se dedique a oficio u ocupa-
ción determinados.
Como se ve, difiere en su acep-
ción este verbo del comedirse aca-
démico, que significa arreglarse,
moderarse, contenerse; de manera
que no es una corrupción o mal uso
de éste, sino un verdadero provin-
cialismo de significado peculiar,
distinto de toda otra voz castella-
na, y autorizado por los clásicos, si
no en su propia acepción actual,
frisando con ella por lo menos, co-
mo dice Cuervo, aunque siempre
en la forma comedirse.
Méx. 'Prestarse de buena voluntad
y gracia a hacer cualquier trabajo o
servicio que no es obligatorio." (G.
ICAZB.)
"A todo me acomedía, y eso me sir-
vió de que el Administrador me tu-
viera algún aprecio." — "Acomídete a
todo, haz cuanto esté de tu parte pa-
ra granjear el bocadito." — "Eso es, se
los dice Ud., y a mí me copinan por
acomedido." (Astucia) "Refugio ha-
bíase acomedido a repartir la bebida".
(ÑERVO, Otras vidas, V, p. 6.)
C. RICA. "Tanto en Colombia
como en Costa Rica se di^e común-
mente acomedirse, acomedido, en lu-
gar de comedirse, :omedido y se da a
la primera de esas palabras la acep-
ción de ofrecer ayuda espontáneamen-
te. Lo mismo sucede en Chile. "Rarí-
simas veces, dice D. Z. Rodríguez en
su Dice, de chilenismos, hemos oído
emplear este verbo en su significado
castizo de arreglarse, contenerse, mo-
derarse. Es sí muy usado por prestar-
se con prontitud y buena voluntad a
servir a los demás."
Cuervo obser^'a que tal acepción de-
be de ser castiza, pues se encuentra
en obras clásicas. Ejemplos:
"Le vi en disposición, si acababa
antes que yo, se comediría a ayudar-
me." (HURTADO DE JMENDOZA,
Lazarillo de Tormes.)
" — ¿Quién reparte? — En la casa de
los grandes, el maestresala, en las
otras, la ama de casa, o el que se co-
mide a ello." (LUXA, Diálogos fami-
liares.) (GAGIXI.)
Lo anterior abona, pues, en favor
de nuestros paisanos, el uso que
dan al verbo acomedirse, y hasta
el empleo con la a prefija está jus-
tificado, toda ^vez que la palabra
nueva tiene acepción distinta de
sus afines que hemos analizado.
Col. "Acomedirse vale entre nos-
otros ofrecer ayuda espontáneamente:
sentido en que se ha usado y se usa
comedirse, aunque el Dice, no lo di-
ce.... Nuestro acomedido vale general-
mente servicial, oficioso, y desacome-
dido indica la carencia de estas cuali-
dades." "Este uso de comedirse, co-
medido es antiqviísimo en América: —
Véase Oviedo, Hist. de Indias, IV, p.
367; Ruiz de Montoya. Tesoro gua-
raní, s. V. quay (yequa ié); Febrés,
ACOM
— 42
AOHA
Calepino chileno-hispano, s. v. incan.,
Confotme al uso común castellano, co-
medido es cortés, afable, atento, y
descomedido, desatentOj irrespetuoso:
"La Duquesa salió bizarramente ade-
rezada, y Don Quijote de puro cortés
y comedido tomó la rienda de su pa-
lafrén " (CERV., Quij., pte. II, cap.
XXXIV.) — "Levantóse Sancho como
mejor pudo, y pidió a su amo la es-
pada diciéndole que quería matai' me-
dia docena de aquellos señores y des-
comedidos puercos." (ID., ib., cap.
LXVIII.) (CUERVO. 903.)
Perú. "Acomedirse: doble corrup-
ción de comedirse, puesto que le apo-
nemos una a que no tiene, y le hace-
mos significar prestarse a hacer un
servii-.io graciosamente, pijr )o (\ue el
participio acomedido, que es de mucho
uso, equivale a servicial, .solícito; y
desacomedido, que es im feo reproche,
a lo contrario." (ARONA, c. p. G.
ICAZB.)
Doble corrupción, dice Arona,
porque se le apone una a y se le
hace significar otra cosa que come-
dirse. Lo que quiere decir eso es
que se trata de una palabra ente-
ramente distinta por su forma y su
acepción a la que da el Dice. Na-
da de doblft corrupción. Con tal in-
transigencia, ilógica e inmotivada
de plano, hablistas como el Sr.
Arona jamás permitirían una inno-
vación en el lenguaje ni menos no-
vedad que tuviese semejanza algu-
na con las viejas palabras consig-
nadas en el Dice.
Amér. "Prestarse uno a hacer cual-
quier favor". (TORO GISB., Dice.
Lar. )
NOTA. La última* ed. (14a.) del
Dice, trae ya como tercera acepc. cas-
tiza de este verbo la que aquí se tra-
ta ¡Eureka!
ACOMEJENADO, DA. adj. Roído
por el comején; invadido por este
animal.
"Pasó sufrido ese vía crucis del
aprendizaje, que le ponía en pelipro
de estupenda caída por lo acomeiena-
do del caballete." (RODR. BERTR..
Pajarito, VIL pp. 230-1.)
ACOMEJENAR. a. Invadir el co-
mején un objeto. U. c. r. Formado
\
de igual manera que apolillar, y
por lo mismo aceptable.
ACOM FLETAR. Completar, y na-
da más.
ACORDONADO, DA. adj. "Dis-
puesto en forma de cordón-
(ACAD.) Para nosotros acordonado
equivale a dispuesto en hilera, for-
mando* una especie de cordón. Dí-
cese generalmente del ganado,
cuando caminan las reses unas de-
trás de otras.
"Por las lomas, rumiando, la vacada
Desciende, lentamente, acordonada."
(De im autor tabasqueño.)
Méx. "Cenceño (Delgado o enjuto
de carnes.) Dícese de los animales."
(Di3c.) (G. ICAZB.)
Nota. No lo hallamos en ningún
otro Dice, de mexicanismos, y hay
que advertir qvie el Sr. García Icaz-
balceta lo da con nota de dudoso o
desconociuo.
ACOSIJAR, a. "Perseguir, aco-
sar, apretar."
"Viéndose D. Cristóbal de Oñate
acosijado por todas partes..." (MOTA
PADILLA, Hist. de la Nueva Galicia.)
"Seguro está que me acosije el ham-
bre." (Astucia.)
ACUXILAR o ACUXILEAR.
(pronunciado acushilar) a. Azuzar
a los perros. Vulgar y de uso entre
gente campesina- Dícese también
Cuxilar.
ACHAGUAL, m. Lugar en donde
hay muchos charcos o mucha agua
encharcada: lugar aguacharnoso o
aguacharnado. El achagual es dis-
tinto del bajial, que veremos des-
pués; aquél está constituido por li-
geras quiebras u ondulaciones del
terreno, aunque éste sea alto, y en
donde sólo transitoriamente se de-
posita el agua, llovediza de ordina-
rio, en tanto que el bajial es im
terreno por lo común a menos al-
tura que la región circundante, en
/londe se hace fango o lodo a cau-
ACHA
— 43
ACHA
sa de que las aguas se depositan ,
allí por largo tiempo. El achagual |
es terreno firme, aunque tenga'
agua; el bajial es terreno lodoso, o:
por lo menos blando, aun cuando 1
esté seco. !
Amér. "Xombre araucano de un pez i
de las costas de Australia y de Amé- |
rica del Sur." (ZEROLO, TORO Y:
GÓMEZ E ISAZA, Dice. Enclclopéd.)
ETIM. La • palabra indudable-
mente es de origen mexicano, aim-
Que no hemos podido identificar
exactamente sus raíces ,que supo-
nemos las siguientes: atl, agua,
chiahuitl, sembrado de tierra hú-
neda.
Muj' interesante es a este res-
pecto la disertación del Sr. D. Ce-
cilio A- Róbelo, en su Dice, de Az-
tequismcs, art. "CHAUE, CHAGÜE:
(CHIAUITL. Ninguna de las signi-
ficaciones que los Diccionarios le
dan a esta palabra corresponde a
la del aztequismo. Esto nos induce
a creer que desconocemos la verda-
dera palabra mexicana.) Semente-
ras hechas en terrenos húmedos,
que no necesitan riego. (32.)" La
nota dice: "Un vecino de Acapulco
a quien preguntamos la significa-
ción de chagüe, nos contestó lo si-
guiente: "En el rumbo (Acapulco)
llaman siembras de chaaües a las
que se hacen al concluir las aguas,
y que se dan únicamente con la
humedad propia del terreno. En la
Sabana estos terrenos están en la
"Boca del Río", cerca de la lagu-
na en que éste desemboca".
Parece también una hibridación
de la raíz azteca atl con agua y la
desinencia al, cosa muy frecuente
en el lenguaje popular.
El Sr. Ramos y Duarte da "Acha-
hual (Pr. D. F.). sm. Girasol. Del
azteca acahual la, hierbas al creci-
do." Esto es muy significativo, por
que el achagual es un terreno en
que por lo general hay yerbasales
espesos y crecidos, plantas palus-
tres o acuáticas.
En la sigriiiente cita del P. Aicardo,
en su obra Palabras y acep. omitidas
en el Dice, hallamos: "Por estar cer-
cados de dos aguáchales ni bien ríos,
ni bien lagunas." (Memorial de Medina
1632.) ¿Nuestro achagual no pudiera
ser una metátesis de esta vieja voz
aguacha!, olvidada por el Dice, pero
de legítima cepa castellana?
ACHAGUALARSE. pr. Formarse
achagijales en el terreno.
ACHAGUALOSO. SA. adj.. Te-
rreno o región en que abundan los
achaguales.
ACHAJUANADO, DA. adj. Flojo,
en el sentido de poco apretado- Dí-
cese de los zapatos viejos.
ACHAJUANARSE, pr. Se dice de
los zapatos viejos, que por el uso
han perdido la forma normal, en-
sanchándose y aflojándose» entera-
rrente. "Mis zapatos se han acha-
juanado", esto es, están ya defor-
mes por el uso, muy flojos.
Es una corrupción de achaflanar-
se, derivado de chaflán, nombre
que en el lenguaje provincial de
Tabasco aplican al machete cacha
floja, viejo. V. CHAFLÁN.
Col. El Sr. Cllen-oda (X. 905) la
voz: "Achajuanarse, 'encalmarse, so-
focarse las bestias por trabajar mu-
cho cuando hace demasiado calor, o
están muy gordas," remitiendo para
su etimología, al Vocabulario de la
Lengua Mosca o Chlbcha en que ha-
llamos (No. 958) la voz chajuá o cha-
juán, que significa calor, bochorno. El
significado del prov. colombiano, co-
mo se ve, es enteramente distinto del
nuestro, por consiguiente tampoco der
bemos aceptar para éste la etimolo-
gía de aquél.
ACHAMPAR. n. Detenerse y per-
manecer o pernoctar en despobla-
do, en el campo o en un bosque o
la montaña, alojándose en cham-
pas. V. t. c. a. y c pr. Dícese tam-
bién arrancharse. V. Champa.
ACHE
— 44 —
achí
Chile. "Achamparse con algún dine-
ro es alzarse con él..." También
champa." (KWDR.J |
ACHECHAR, a. Popar, mimar ex- '
cesivamente a los niños o a cual-
quiera peisona. En sentido figura-
do, se dice de las enfermedades del
trio o cualquier afección a la que
se presta mayor cuidado del que
necesariamente requiere.
ACHEGUADO, DA. adj. Dícese
del maiz cocido que revienta y se
ablanda demasiado.
ACHEGUAMIENTO. m. Acción y
efecto de acheguarse.
ACHEGUARSE. pr. Reventar o
abrirse el maíz por exceso de coci-
miento y por acción de la cal.
ACHICARSE, pr. Como reflexivo
este verbo significa agotarse el lí-
quido contenido en una vasija, el
agua de un pozo, etc-, por haberlo
exti-aído todo, y en tal sentido es
traslativa su acepción como pro-
vincialismo, pues en sentido recto
achicar no quiere decir más que
extraer el agua, disminuirla en
cantidad o reducirla a menos, y se
aplica al líquido mismo, en tanto
que achicarse se aplica también o
mejor a la vasija, y así se dice:
"se achicó el pozo, el cayuco", y
en sentido figurado, "se me achi-
caron los bolsillos," lo que equivale
a acabársele a uno el dinero, que-
darse sin blanca.
En esta acepción traslaticia pa-
rece impropio el uso del vocablo,
pues la significación primordial de
achicar es disminuir de tamaño, de
G3i tensión o de capacidad una cosa,
y en los ejemplos citados lo que
disminuye en cantidad, efectiva-
mente, no es la vasija a la cual se
refiere el verbo, sino el contenido
de ella; y en el caso traslaticio, el
dinero y no el bolsillo.
ACHICOPALADO, DA. n. "(D.F.)
adj. Afligido, agobiado", (Ramos y
Duarte.) No tenemos que observar
sino que esta palabra no es propia
del Distrito Federal, solamente,
pues además de que en Tabasco es
de uso corriente, la hemos oído
también emplear en otros Estados
de la República. Lo prueban las ci-
tas que haremos en el artículo si-
guiente.
Venez. Por estas tierras se dice:
"Acuchamado. Abatido, entristecido,
melancólico, aplastado de espíritu y
de cuerpo" (PICON-FEBRES) Se dice
también "Abacorado." (ID.)
ACHICOPALARSE, pr. "Abatirse,
desanimarse, entristecerse, con ex-
ceso. Se aplica también a los ani-
males y aun a las plantas."
(ICAZB.)
"Eso, no te achicopales, manito."
(DBLG., La Calandria, XIX.) — "Los
achaques me tienen triste y achicopa-
lado." (ID., Ang., VIII.)
ACHIGOPALAIVIIENTO. ni- Ac-
ción y efecto de achicopalarse. Es
un decaimiento completo del áni-
mo; la desanimación absoluta, fal-
ta de bríos, o abatimiento del espí- '
ritu; un estado psicológico especial
que se traduce por la falta de ener-
gías y de voluntad para todo tra-
bajo o esfuerzo; es, en realidad,
sentirse apocado, incapaz de hacer
nada. En tal sentido, achicopalarse
es aún más expresivo que abatirse,
entristecerse o desanimarse; ex-
presa algo que estas palabras no
dan a entender, y supuesto que tan
original así es por su índole ¿por
qué no con.síderarlo como un verbo
que tenga derecho para habitar en-
tre los que la Academia ha prohi-
jado? Si el uso es una de las cau-
' sas, la más eficiente, sin duda, que
dan origen a la formación de las
voces en las lenguas, ya tiene am-
paro el vocablo para entrar a figu-
achí
45 —
achí
rar en la corte de las voces bien
nacidas. ¡Ojalá y la Docta Corpo-
ración, oyendo a alguien que más
autorizado que nosotros la propu-
siei'a, la diese asiento en el Diccio-
nario de la Lengua, que bien lo
merece !
ACHICHIGUADO, DA. adj. De-
rivado de chichigua (V.) Dícese es'
pecialmente de los niños majade-
ros, que por criarse con cuidados
meticulosos y excesivos, adquieren
por hábito! ridículos melindres. U. t.
c. s.
ACHICHIGUAR, a Hacer funcio-
nes de aya, atendiendo a la crianza
de im niño, proporcionándole los
cuidados concernientes a su edad
y procurando tenerle siempre con-
tento. Servir o hacer veces de chi-
chigua.
El sustantivo ayo, aya, designa la
persona encargada de la crianza o
educación de un niño; pero además
ele que no exist"? el verbo cuyo in-
finitivo exprese la acción desempe-
ñada por el ayo, o la aya. hay que
advertir también 'jue el si^iiificado
propio de achichiguar es un tanto
cíistinio o más extenso, pues mien-
tras por una parte significa no so-
lamente atender a Ja crianza mate-
rial del niño, prodigándole atencio-
nes, mimos para mantenerle con-
tento y cuidados para precaverle
de todo riesgo; por otra parte, no
se refiere propiamente a la educa-
ción del niño, mejor dicho nunca,
lo cual es obra del maestro o pe-
dagogo. El verbo achichiguar se
refiere especialmente a los niños
de muy corta edad, cuando no
pueden bastarse por sí mismos a
sus necesidades, y en general, so-
lo expresa mimar.
2. En sentido figurado también
se dice de los árboles que por ser
corpulentos o .frondosos dan som-
bra a los más pequeños, por la
protección que les prestan a estos
para crecer o desarrollarse. Cier-
tas plantas, como el cacao, por
ejemplo, necesitan forzosamente
que se las achichigüe, paia poder
crecer y desarrollarse debidamen-
te. En las haciendas o cacaotales,
el árbol de madre es el que sirve
especialmente para achichiguar al
cacao, no sólo durante la primera
edad de éste, sino aun durante to^
da su vida, para favorecer su pro-
ducción. V. CHICHIGUA y MA-
DRE.
Méx. "Achichiguar (S. Ei. P.), inf.
Amilanar, avergonzar, ruborizar. No
te achichigües, en vez de no te aver-
gliences, no te acobardes, dicen en
las escuelas. (RAMOS Y DUARTE.)
ETIM. Del azteca o mexicano:
"CHICHIorA.." (Chichihua, "ama
de cría,"- — dice Molina; derivado de
chichi, mamar. (RÓBELO, art. Chi-
chigua.)
Más recto nos parece derivarla
de Chichihualii, teta, en azteca, a
la cual voz se le apuso la a, adap-
tándole a la vez la flexión termi-
nativa ar, para dar nacimiento al
verbo.
ACHICHINCLE, m. Achichinque.
Especie de protegido de un supe-
rior o persona más elevada, de
quien se transforma en adicto in-
condicional, ya por agi-adecimiento,
en virtud de favores recibidos, ya
por simple adulación o servilismo.
"Adulador, carantoñero del go-
bierno, de la autoridad o de alguna
persona de posición elevada." dice
el Sr. Ramos y Duarte, definiendo
la palabra achichinque.
García Icazbalceta trae achichin-
tle, por achichincle, y escribe: "El
que de continuo acompaña a un su-
perior y obedece sus órdenes cie-
gamente. Tómase siempre en mala
parte."
achí
— 46 —
achí
"No salga ning-uno, principalmente
el Kotito, con sus achichintles." (As-
tucia, t. II, jap. VIII.)
EilM. Kamos y Duarte da la si-
guiente etimología de la palabra:
Alteración del azteca achichine-
quiztii, niño llorón."
Y el Sr. RÓBELO (Dice, de Azt-)
dice: "(Achichinqui: atl., agua,
chichinqui, el que chupa: "el que
chupa agua.") Operario que en las
minas traslada a las piletas el
agua que sale de los veneros sub-
terráneos. En sentido figurado, el
que anda siempre con otro en clase
de servidor oficioso; o el que ro-
dea, adulándolo, a un personaje.
(8.)" La nota (8) es ésta: — "Las,
significaciones de achichincle son
figuradas, porque los servidores
oficiosos y los que andan con los
grandes manifiestan la misma pres-
teza que los achichinques al ex-
traer el agua de las minas."
No impende un esfuerzo el com-
prender que la etimología dada por
el Sr. Róbelo es la exacta, puesto
que explica rectamente la deriva-
ción de la palabra y está en un to-
do de conformidad con su signifi-
cado castizo- En cambio, la etimo-
logía propuesta por el Sr. Ramos
y Duarte es forzada.
ACHIGÜISTARSE. pr. Enfermar
las plantas, poniéndose amarillas
hasta secarse, por causa de la hu-
medad o del agua depositada al pie
de ellas. Padecen esta enfermedad
en nuestra tierra principalmente el
maíz y el frijol. Se dice también so- '
llamarse. El primero es regional
de La Chontalpa; sollomarse se
usa con igual acepción en las, re-
giones Sur, Centro y Este del Es-
tado. No hay duda de que achigüis-
tarse es una corrupción del azte-
quismo achahuisclarse; pero hay
que advertir que la enfermedad cu-
yo nombre expresa el tabasqueñis-
mo apuntado es muy distinta déla
enfermedad del chagüiscle que pa-
decen el maíz y principalmente el
trigo en la región de la Mesa Cen-
tral, pues ésta es producida por un
hongo (el Puccinia Maydis, Carr),
o microbio según otros, en tanto
que la sollama no es más que el
electo producido sobre la planta
por el agua caliente depositada
al pie, cuando aquélla no tiene aún
la consistencia de la edad adulta.
ETIM. "Ch iah u iztli, "humor"
(Molina) Radicales desconocidas.
"Parasitaria del trigo y la cebada
"que consiste en la propagación
"rápida de criptógsmos microscó-
"picos que cubren la planta y la
"tecan, presentándose y extendién
"dose con facilidad cuando los días
"están húmedos, nublados y calu-
"rosos. El maíz sufre también una
"enfermedad semejante, a la que
"se da igualmente el nombre de
"chagüiscle; pero en el maíz pa-
"recen ser animales microbios y
"no vegetales los que destruyen la
"planta." (5) Esta nota dice: "Cree-
"mos que el parásito del maíz es el
"chiahuitl", pulgón que roe las
"plantas," del cual el aztequismo
"debe haber sido chagüite, que se
"ha de haber confundido con el
"primero." (RÓBELO, Dice, de
Azt-, art. CHAGÜISCLE.)
Seguramente por la comcidencia
de que la humedad y el calor, co-
mo circunstancias concurrentes,
favorecen el desarrollo del chagüis-
cle, y de que esas mismas circuns-
tancias produzcan la enfermedad,
análoga por sys efectos, que el
maíz padece en Tabasco, viene que
en el lenguaje provincial de nuestro
Estado se aplique un nombre, oue
no hay duda que es el mismo con
achí
47 —
achí
ligera alteración local, a la enfer-
medad que allá suire el maíz. A
menos que la humedad y el calor
aili también produzcan el microbio
en cuestión, y que a la acción no-
civa de éste se deba el amortigua-
irdentb y finalmente la muerte de
la planta.
Sólo agregaremos ahora que la
sollama del maíz tiene lugar cuan-
do en la época de las lluvias, hay
fuertes soles que producen el ca-
lentamiento desmedido del agua
encharcada al pie de la planta, la
cual se pone amarillenta de abajo
arriba, terminando por secarse.
Cuando la sollama no es muy fuer-
te, el maíz solamente se queda ra-
quítico, se arruina, como decimos
en el lenguaje campesino, y no
fructifica o el grano se vuelve va-
no, paralizándose el desarrollo de
la planta-
Icazbalceta da el verbo en la for-
ma "Achahuistlarse," de chahuistle
y esta es la foima lexicográfica
más generalmente usada por los
autores de obras agi-ícolas, Ruiz
Srdozain y Chávez, entre otros.
I.a localización chontalpense de
la voz en Tabasco prueba su genea-
logía netamente azteca, por estar
ubicada La Chontalpa en la región
que poblaron los ahualulcos, re-
presentantes de una rama de la ra-
za nahoa o méxica en la época an-
terior a la conquista.
Siguiendo la derivación regular,
el verbo debe ser achagiVistarse o
achagüisclarse. V. ARRUII»^^, SO-
LLAMAR y CHAGÜISTE.'
ACHIGUaDERO. m. Lugar en
donde se achigua, o donde hay
agua que achiguar. Suele darse
también este nombre a lo que en el
lenguaje provincial se llama pro-
piamente achagual: aguacharnade-
ro, quiza porque en estos sitios se
deposita y estanca el agua.
ACHIGUAMIENTO. m. Acción y
electo de achiguar.
ACHIGUADOR. m. Recipiente
por lo común un apaste, de donde
toma la molendera el agua con que
achigua la masa a medida que la
muele en el metate o piedra de
moler. El mismo achiguador tiene
Ciro uso: se le coloca debajo de la
tabla, para recoger el agua con
que ésta se lava.
ACHIGUAR, a. Así dicen las mo-
lenderas al acto de rociar con agua
el maíz cocido, de pozol o nixta-
mal, a medida que lo muelen, para
evitar que se reseque y facilitar la
molienda. La molendera tiene el
achiguador junto a la piedra de
moler y de él va tomando con los
dedos el agua con que rocía el maíz
para hacerlo más compacto hume-
deciéndole.
Etim. No podemos fijar con cer-
teza la etimología de esta palabra,
por no hallarla consignada en
obras nacionales de provincialis-
mos; pero desde luego rechazamos
la opinión de traerla del quichua,
en donde encuentra su origen el Sr.
Zorobabel Rodríguez, que la anota
como chilenismo, aunque con sig-
nificado enteramente distinto, como
\ eremos en seguida. La conceptua-
mos de legítima formación azteca,
de la misma familia que achichi-
guar y que achichinque. En efecto:
persisten tanto la raíz atl, agua, co-
mo les inflexiones chichi, mamar, o
chichihualli, teta, los cuales ele-
mentos hibridados con la desinen-
cia castellana ar, dan por resulta-
do ima voz que encierra el signifi-
cado fimdamental de "echar, ma-
nar agua," que es lo que significa
precisamente, aunque de una ma-
achí
— 48 —
ACHO
ñera traslaticia, el verbo achiguar. ¡
(1.) V. CHIGUA. ¡
Chile. "ACHIGUAR. Es el mismo I
achigua del quichua, que en ese idio- ¡
ma significa quitasol. La chigua nues-
tra, conservando el nombre y la for-
ma, sirve para menesteres menos
aristocráticos que para defender del
sol, V. gr., para el envase y acarreo
del pescado y de las legumbres, y
muy principalmente para hacer las
veces de cuna en los ranchos de los
pobres y en las rucas de los indios.
De un tejado se dice que se achigua
cuando, cediendo al peso o flaquean-
do la enmaderación, se deprime en
su parte central. Achiguamiento es la
acción de achiguar.se. Chigua y sus
derivados son de uso corriente entre
toda clase de personas, y como aquel
corresponde a un objeto que es pe-
culiar de estos países, no vemos la
razón que habría para proscribirlo.
"Mecido en chigua y alumbrado con
chamiza", .se dice de aquellos a quie-
nes se quiere echar en cara su origen
humilde o plebeyo." (RODRÍGUEZ.)
Según esto la voz es también autócto-
na quichua; pero siéndolo a la vez del
mexicano, es más natur;tl que de este
idioma la traigamos nosotros.
Por lo visto, 4a chigua es más o me-
ros lo que nuestro guayapul. (V.)
ACHIPILINARSE, pr. Acobar-
darse, desanimarse; achicopalarse;
agacharse o hacerse desentendido.
ACHIQUITARSE, pr. Amilanar-
se, acoquinarse, acobardarse; o,
como dicen gráficamente entre el
pueblo, rajarse, más expresivo aún
que arrugarse. Achiquitarse parece
una forma eufémica de estos dos
(]). Escrita la voz achiguar, tuvi-
mos oportunidad de tratar personal-
mente en esta Capital de México con
un ilustrado señor, oriundo del inte-
rior de la República, quien nos asegu-
ra haber oído usar en ciertos puntos
de esa región la palabra machigües
(pl. m.), aplicada a las heces del agua
contenida en el achiguador, en donde
las molenderas se mojan y lavan las
manos. Esta noticia confirma nuestra
creencia acerca de la etimología que
hemos propuesto.
últimos, que son en realidad un po-
co más ásperos y vulgares. V.
Col. "Achucutarse, acobardarse; de
chucuto, cierto mono feo, poco vivo y
poco inteligente; cp. "quedarse hecho
un mono o un mico:" quedarse corri-
do o avergonzado." (CUERVO, Ap.
crít., 90o.)
C. Amér. "Achucuyarse es de co-
bardes: amilanarse, acoquinarse.
Achucuyarse las plantas: marchitar-
se." (SALAZAR G., Dice, de prov.
centr.-am.)
Hond. "Achucuyarse." (MEMBR.)
Amér. "Achucutarse, v. r. Coi. y
Achucuyarse, v. r. Salv. y Hond. Aba-
tirse, acoquinarse. Guat. Marchitarse,
ajarse." vTORO GISBERT, Dice. Lar.)
En Fernández Ferraz (Náhuatl, de
C. R.), hallamos: "Achucuyar-se pa-
labra formada de ehucuyo, pájaro que
acomete en grandes bandadas las mil-
pas,., y que al volar produce un grito
agudo que en el gran conjunto parece
cl chillido del lloro medroso de muje-
res o chiquillos, por lo cual la etimo-
logía de esta palabra debe hallarse en
la forma chocoa, impersonal de choco,
llorar, el cual parece sonido imitativo
de la queja con el verbo ca estar, co-
mo sufijo". (2.)
2. Dásele también a este verbo la
acepción de achicar o achicarse, en
el sentido de disminuir de tamaño
una cosa. Barbarismo.
ACHOCADO, DA. adj. Que tira a
choco; semejante al choco por sus
facciones o sus modales y costum-
bres. Choco es el indio. De igual ín-
dole que aindiado.
ACHOCOLATADO, DA. adj. De
color, aspecto o sabor de chocola-
te. Siendo tan común en Tabasco
el chocolate, por ser una de las re-
giones clásicas de donde es oriunda
esta bebida, natural es que el pue-
blo, tomándole como término de
comparación, llame achocolatado a
(2.) Ambas etimologías, la de Cuer-
vo y la de Ferraz, parecen atinadas,
más la de este último. Sólo que la
palabra chucuto, de donde el Sr.
Cuervo deriva la voz, no nos dice és-
te si es mexicana, aunque mejor pa-
rece propia de las lenguas indígenas
de Sud-América.
ACHO
49 —
ACHO
aquello que tiene aspecto de choco-
late, por la consistencia o por el
color, como es acanelado lo que tie-
ne el color o sabor de canela. El
término, pues, expresa un color o
una cosa de caracteres especiales,
y es por lo mismo bien usado- Lo
emplean ya los escritores contem-
poráneos.
"El Capellanet, al recordarla, ponía-
se grave, borrándose de su rostro
achocolatado el blanco marfil de la
sonrisa." (BLASCO IBASEZ, Los
Muertos Mandan, p. 205, c. p. TORO
GISB. en Ap. Lex., p. 208.)
"Un gitano, de piel achocolatada..."
(BAROJA, La Busca, p. 156, c. p. ID
ib.) — "La inclemencia del clima le ha-
bía tostado el color achocolatado de
su piel lustrosa." (RODR. B., Pajari-
to, XII, p. 214.)
ACHOTE O ACHIOTE. "Del az-
teca achiotl, bija", dice Ramos y
Duarte. Róbelo (Dice, de Azt.)
por su parte, asienta: "Achiotl.
(Etim. desconocida.)" Y en la no-
ta (5), relativa a la misma palabra,
agrega:
"Dice el Sr. E. Mendoza que es-
"ta palabra, que él convierte en
"aquiotl, se compone de atl, agua
"y de quiotl, vastago de maguey;
"pero nosotros creemos que es ar-
"bitraria esta etimología, porque
"ningún autor trae la palabra
"aquiotl, y po'.*que nada hay de co-
"mún, bajo ningún aspecto, entre
"el achiote y el maguey, o su vás-
"tago y el agua. La verdad es que
"la etimología es desconocida."
La mayoría de los autores ha
aceptado la etimología dada por el
Sr. Ramos y Duarte. La de Men-
doza, citada por el Sr. Róbelo, real-
mente no puede ser más arbitra-
ria; es como aquella de cebolla,
derivada de cebo! El Sr. Picón Fe-
bres dice: "Se deriva del vocablo
"azteca achiotl, i en Venezuela na-
"die lo llama sino achote." Obsér-
vese que lo mismo sucede en Ta-
basco.
La comprobación de que achiotl
es la verdadera raíz del aztequismo
achiote, la hallamos en las des-
cripciones que de aquella planta
azteca hacen los autores antiguos
y escritores sobre cosas de la Nue-
va España, entre otros Sahagún,
Clavijero, el P. Ximénez y Alcedo,
a quienes cita el mismo Sr. Róbe-
lo (Ob. cit.), sin que sepamos por
qué da por desconocida la etimolo-
gía azteca de la palabra.
Latín técnico: bixa orellana. L.
El Sr. Ferraz da la siguiente eti-
mología que por interesante traslada-
mos aquí:"Achiotl o achiyotl... El aná-
lisis de esta palabra es bastante oscu-
ro: puede ser achtil, semilla lyotia,
brillar, puesto que debió de usarse co-
mo coloróte para las mejillas (1) y co-
mo pintura para alfarería, telas y
muebles, o de atl, agua, chía (semilla
oleaginosa por excelencia) por grasa
oti (camino) usado como término ge-
nérico, significando entonces "semilla
que engrasa el agua," propiedad que
tiene en efecto el achiote" (Náhuatl,
de C. R.) De estas dos interpretacio-
n>;.« radicales del Sr. Ferraz, nos pa-
rece más aceptable la primera.
ACHOTERO O ACHIOTERO. m.
Árbol del achote o achiote.
"La siembra de los achioteros, que
no necesitan de sombra... puede dar
resultados satisfactorios." (Cat. de
prod, de la Exp. de S. Louis, M., 903,
p. 7.)
ACHOTILLO O ACHIOTILLO.
m. Variedad silvestre de la misma
familia del achiote; es un arbus-
to.
(1) Y que lo usaban con tal motivo
es inconcuso. Lo dice Oviedo en esto
pasaje: "E de aquellos (los granos)
hacen unas pelotas los indios con que
después .se pintan las caras... e se ha-
cen unas pinturas como bermellón fi-
no, e de aquella color se pintan las
canas y el cuerpo, de tan buena gra-
cia que parecen el mismo diablo."
(FDEZ. DE OVIEDO, Hist. Gra!. y
Nat. de las Indias, tom. I, Lib. Vin,
cap. VI.)
4
ACHU
— 50 —
ACHÜ
"Hay una clase silvestre (de achio-
te) muy aoundante, que llaman achio-
tillo, y da el mismo producto (que el
achiote) aunque de inferior calidad "
(ROY., El Part. de Mac, p. 123.)
"Cultívase además la caña de azú-
car... el alg-odón, la vainilla, añil y
achiotillo." (G. CUBAS, Recuerdos, p.
Costa Rica. "Adjetivo que se apli-
ca al g-anado vacuno de color rojizo,
semejante al del achiote." (GAGINI )
ACHUCHARRADO, DA. adj.
Ajado, arrugado, estrujado. Es la
condición o el estado de un objeto,
un sombrero, v. gr., que ha perdi-
do enteramente su forma por efec-
to de un estrujamiento excesivo o
de estar muy comprimido. V.
ACHUCHARRAR.
ACHUCHARRAR, a. Arrugar,
estrujar, ajar una cosa hasta el
grado de hacerla perder entera-
.mente su forma ordinaria.
No hay duda de que este verbo
es una corrupción del verbo achi-
charrar; pero debe advertirse que
la variante lexicográfica es una ra-
zón para su variante significativa.
Achicharrar es freír, asar o tostar
una cosa, como chicharrón; achu-
charrar es reducir una cosa a la
forma de chicharrón, pero sin que
la causa ni el medio para ello sea
el calor, sino una fuerza mecánica
cualquiera: casi es una forma fi- !
gurada del sentido de achicharrar,
por cuanto la cosa se asemeja al
chicharrón, al arrugarse, siendo
más general en su acepción. Achi-
charrar una cosa es someterla a |
la acción que obra, a la causa mis
ma que prodtvcc el chicharrón, aun
cuando a fin de cuentas la cosa no
tome aspecto o forma de chicha-
rrón nj se parezca a éste; en cam-
bio, achucharrar es precisamente
poner una cosa en forma de chi-
charrón, por cualquiera procedi-
miento de compresión, aun cuan-
do para nada se la someta a la ac-
ción del calor, friéndola, asándola
ni tostándola.
Achicharrar es la única forma
gramatical autorizada como corree
ta; pero si achicharrar es asar,
freír, tostar, ¿cómo podríamos de-
cir que un sombrero está achicha-
rrado, cuando no haya sido freído,
asado ni tostado? La cosa es clara,
este verbo no se refiere a lo que
tenga la forma de chicharrón, sino
a lo que se ha sometido a la mis-
ma causa que produce e} chicha-
irón; en consecuencia, nuestro
verbo provincial puede ser tolera
do siquiera, ya que no encierra
identidad de causa con aquél, sino
identidad de efecto solamente.
Es cui-ioso observar también, en
este como en casi todos los casos,
la propensión natural y espontá-
nea del pueblo a formar palabras
con acepción distinta de la de las
voces castizas semejantes o afines;
pero llevando siempre en sí una
idea que éstas no alcanzan a ex-
pi-esar. Es una especie de intui-
ción, pues, la que guía al hombre
en la for^nación del lenguaje, y,
por lo mismo, debe* seguirse esa
intuición natural en todos sus pa-
sos hacia el progreso en la evolu-
ción de la lengua, adaptando a
ella las leyes del idioma, no some-
tiéndola inopinadamente a estas
leyes, que es lo contrario de lo
que sucede en la naturaleza y el
revés del orden en que se desarro-
llan los fenómenos del organismo
filológico.
Este verbo es afín de apachu-
rrar, del cual difiere en que éste
significa propiamente aplastar una
cosa, haciéndola que disminuya dn
grueso o de altura, en tanto que
achucharrar es comprimir en todos
ADEN
— 51 —
ADJU
sentidos la cosa, de modo que se
le formen pliegues, quiebras o ;
arrugas profundas. i
Cuba. Pichardo trae ACHICHA-
RRAR. "Recoger, crispar alguna co-
sa por medio del fuego, de manera
que se enrosque y presente las esca-
brosidades del chicharrón." No vemos
donde está la acepción provincial de
la voz.
Col. "Achucharrar (aplastar), por
achicharrar (requemar.)" CUERVO,
(Ap. Crit., p. 462.)
2. Como pronominal este verbo
(achucharrarse) significa acoqui-
narse, acobardarse; sinónimo de
achiquitarse, de arrugarse, de ra-
jarse y de correrse.
Méx. "Arrug-arse, encogerse, amila-
narse." (G. ICAZB.)
"No te achucharres, enderézate, le-
vanta la cabeza." (PENSADOR, Pe-
riquillo, pte. la., cap. XXIII.)
ADENTRO, adv. que usa la ser-
vidumbre de las haciendas para se-
ñalar la casa principal, habitación
de los amos, a los cuales también
llaman los de adentro.
"También llega un momento en que
el mismo padre, vencido por las cons-
tantes .sugestiones de los de adentro,
preguntó a sus hijos si aceptaría la
propuesta." (COFFIN, Gral. Gutiérrez,
III, p. 20.)
¡ADENTRO! Interjección que se
usa para alentar o darle valor al
que está en una riña o en un peli-
gro, a fin de que no retroceda ni
tenga miedo.
ADEPTO. "(Tab.), adj.. Adicto,
partidario. Se dice adepto al inicia-
do en los secretos de una sociedad
clandestina (del lat. adeptus, lo-
gro, de adipiscor, comp. de ad. cer-
ca, i de apiscor, conseguir: parti-
dario, el aue sigue un partido o
bando." (RAMOS Y DUARTE.)
Razón sobrada tendrá en la crí-
tica filológica el Sr. Ramos; pero
en lo que no estamos de acuerdo
es en que sea provincial de Tabas-
co solamente, pues la prensa capi-
talina nacional da testimonio elo-
cuentísimo, en estos días de polí-
tica furibunda, de que en toda la
República se cuecen habas, o de
que en todos los Estados los can-
didatos tienen adeptos a millares,
cuando no a millones.
¡ADIÓS! "Interj.que expresa in-
credulidad; y también desaliento o
desconsuelo por algún mal irreme-
diable. Muy usada." (G. ICAZB.)
"¡Adiós! ¿No la conozco? Como tus
manoj la conoces." (PENSADOR, Qui-
jotita, cap. 10.) — "¡Adiós! ¡Adiós! res-
pondió Camila: pues de cuando acá
andan vistedes con corazonadas y te-
mores?" (Astucia, tom. I, cap. 14.)
"Adiós, adiós, oiga no más, ya deja-
i-on la misa y voy a llegar cuando le
hayan dado vuelta al misal. — "Adiáis,
adiós, pues, amigo..." (AZUELA, Sin
amor, V, p. 52, — "Adiós, Nacho — Dí-
game, ¿está el señor?" (ID, Ibid., XII,
p. 73.)
ADIOSITO. "(Yuc), expr. Adiós.
Despedida cariñosa." (RAMOS Y
D.) De uso muy común también en
Tabasco, no solamente en Yucatán,
como dice el autor. Pero no expre-
sa exclusivamente cariño, sino tam-
bién pronto retorno; equivale a un
hasta luego!
"Chencho hizo su santísima volun-
tad!... ¡Y adiosito y no te enoje por
tan poquita cosa," (ROD. B., Pajari-
to, XVI, p. 358.)
ADÍO. m. Despedida más fami-
liar aún que adiosito: adiós.
ADJUNTAR, a. Incluir, acompa-
ñar.
"Adjuntar se nos figura inútil,
"una vez que hay incluir, y otros
"modos de expresar lo mismo, v.
"gr. : "He leído con mucho gusto
"la carta que Ud. dirigió al Sr.
"Pastor, cuya copia me incluye en
"su favorecida de 30 del pasado.
"(Jovellanos.)" — "La carta que va
"con esta se quedó escrita y cerra-
"da el correo pasado, por un des-
"cuido que no tiene humana dis-
ADJU
52
ADLA
"culpa." (Solís.) — "Vea Ud. por la
"copia adjunta cómo van saliendo
"poco a poco a luz mis ideas (Jove-
"llanos.)" Esto dice Cuervo en sus
Apunt. Crít., añadiendo que tam-
bién se emplea para el mismo pro-
pósito el verbo acompañar, v. gr.:
"Dirigí a V. M. la representación
"de que acompaño copia." (Jovella-
nos.)
"Don Baldomcro Rivodó, en su
obra Voces Nuevas, es de parecer
que adjuntar debe inscribirse en el
Dice, oñcial, porque es de correc-
ta formación.
"Don Santiago Michelena, en tm
opúsculo titulado Pedantismo li-
terario y verdades políticas, desti-
nado a objetar otro libro del Sr.
Rivodó, se expresa de esta mane-
ra: "En el comercio se usa el ver-
bo adjuntar, que no es castizo,
aunque se encuentra en la nueva
autoridad como sinónimo de in-
cluir; pero siendo la etimología de
ambos verbos diferente, resulta
que la frase adjuntar un documen-
to es incorrecta, porque el docu-
mento no va vmido ni junto con la
carta, sino dentro de ella. Debiera
decirse incluyo; o emplearse cual-
quiera de estos giros: en ésta, den-
tro de ésta, contiene, encierra, cu-
bre ésta o da cubierta ésta, y
otros." (GAGINI.)
Palma le prohija en sus Papele-
tas lexicográficas, p. 11.
BECERRA, anexar. (Guía del
Leng. Us.)
Méx. "Acompañar un papel a otro,
para que lleguen juntos a su destino.
Muy usado en el comercio: adjunto
una factura. . . usase también en el
Ecuador. CEVALLOS, p. 30, le cali-
fica de intruso." (G. ICAZB.)
— El verbo adjuntar, formado de
adjunto, es innecesario, porque tene-
mos acompañar, remitir, o enviar ad-
junta alguna cosa; y además anfibo-
lógico, puesto que por sf solo no pue-
de significar lo que en la segunda ex-
presión. (Acad., Gram,, p. 279. — ^Ma-
drid 1890.)" (RAM. Y D.)
ADLA I ERE. Hasta aquí ha lle-
gado a invadir este barbarismo, tan
reprobado por los buenos hablis-
tas; pero tan usado por los que
presumen de no menos malos es-
cribidores. De la prensa ya no se
diga, que hoy son periodistas has-
ta los malos silabeantes del P. Ri-
palda; pero que autores de libri-
tos de texto incurran en el mismo
desatino, es cosa censurable alta-
mente por harto desacato a las más
elementales reglas del decir.
Dede decirse a látere, con índo-
le de adjetivo y no de sustantivo,
aun cuando en ocasiones pueda ha-
cer este papel. El escritor Merina
(Manuel) incurrió en este despro-
I pósito en el siguiente pasaje de
Celestina: "Es el sacristán de la
capilla ad-látere del Padre Herrera,
Íes el campanero Chacpol que viene
a tocar el Ave María." (IX, p. 266.)
' Col. "Llámase en el Derecho de
Gentes legado a látere un cardenal
enviado extraordinariamente por eí
Papa, con amplísimas facultades, cer-
ca de un soberano; y como esta ex-
presión (a látere, del lado) denota la
I proximidad e intimidad del cardenal
enviado con respecto al Papa, ha ve-
nido a usarse familiarmente como
sustantivo, significando compañero,
allegado, auxiliador."
"El Papa gustó mucho de la su-
plicación de la Reina, y determinó de
enviarle al Cardenal Polo por su le-
gado a látere." (RIVADENEYRA,
Cisma de Inglaterra, Lib. II, cap.
VII.) — Véase además Bello, Princ. de
Der. Internl., pte. III, cap. I, 4.)"
(CUERVO. Ap. Crít., n. 916.)
Amér. "Barbarismo, por a látere."
(TORO GISB., Dice. Lar.)
Costa Rica. "Muy común es agre-
gar vma d a la expresión latina a lá-
tere, usada en castellano con el signi-
ficado de compañero, amigo Insepara-
ble. Tal disoarattí es corriente en va-
rios países." (GAGINI, Ob. cit.)
ADMI
53 —
ADRE
ADMINISTRACIÓN, f. "(D. F. y
Tab.) sf. Gobierno. "La Adminis-
tración pública marchaba perfec-
tamente reinando la mejor armo-
nía entre Bueltas y Martínez. (Lie.
M. GIL Y SÁENZ, Hist. de Tab.
etc.) Administración se aplica a
los principios, reglas y prácticas
<iel gobierno interior de los pue-
blos, tales como las relativas a
las cárceles, policía, correos, cami-
nos, etc., y gobierno, ciencia de Es-
tado, razón de Estado, se dice de
la política o reglas con que diri-
.gen y gobiernan las naciones en lo
que atañe y concierne a las reglas
fundamentales y sus conexiones
con otros pueblos." (BARALT,
Dice, de Gal.)" (RAM. Y D.)
No nos parece fundada la críti-
ca de una palabra de uso tan co-
rriente en esta acepción, con una
sutileza como la que contiene el
argumento de Baralt alegado. Ni
€S cierto, como asienta el Sr. Ra-
mos y Duarte, que la acepción sea
propia del D. F. y Tab.; podría-
mios citarle las Historias de todos
los países de habla castellana, pa-
ra probarle que en todos ellos se
usa de la misma manera esta pa-
labra y que por ello mismo no es
palabra regionalista o provincial.
Amén. "Ciencia del gobierno de un
Estado... Administración pública:
conjunto de los poderes encarg-ados
-de la ejecución de las leyes." (TORO
GISB.. Dice. Lar.)
ADOBAR, a. Matar a un indivi-
duo, o vencerle en una lucha, en
un desafío. "Se lo adobó", dicen
cuando al gimo le pegó a otro o le
mató. Es vulgar. JJ. más c. pr.
ADONDE. "Conj. caus. y cont.
Dado que, supuesto que, cuando."
(ICAZB.)
"Alguna cosa prrave le habrá acon-
tecido, adonde no ha llegado, según
me lo ofreció." (Astucia.)
f Es muy común en Tabasco el
i uso de la palabra adonde en el
sentido anteriormente expresado,
y casi no hay en el pueblo quien
no diga en forma admirativa
, ¡adonde no ha venido!, en vez de
¡cuándo no ha venido!
ADOQUÍN. PEDAZO DE ADO-
QLTfN, se dice en forma despectiva
del que es muy tonto, o no tiene
ninguna significación como intelec-
tual ni por su capacidad sirve para
nada. Se le llama también "pedazo
de junto al rabo", que es algo más
ofensivo, o por lo menos más grá-
fico, aunque también más vulgar.
ADORMECER, a. "(Yuc), inf.
; Dormir. "Ve a adormecer al niño,
en vez de "ve a dormir ai niño."
I (RAM. Y D.)
Dormir no tiene, según la Acad.,
sino la acepción de "descansar du
rante el sueño, reposar sin movi-
1 miento", en forma neutra, y sólo
¡alguna vez se usa como activo:
dormir al niño; en tanto que ador-
mecer es "causar o dar sueño; aca-
i llar, entretener, etc." En conse-
¡ cuencia, dormir, propiamente neu-
; tro, sólo por excepción puede su-
I plir al activo adormecer, en la fra-
se que se analiza; pero es permi-
'. sivo simplemente, siendo el obliga-
torio adormecer, que es conforme
.a los cánones del lenguaje el que
I debe emplearse, toda vez también
que es el que define el Dice, y que
su definición expresa la acción que
se quiere manifestar.
ADRÉ. "(Tab.), adv. Adrede, de
propósito" (RAM. Y DUARTE.)
Jamás hemos oído semejante ex-
I presión en boca de gente alguna
I de Tabasco, ni culta ni profana, co-
I mo equivalente de adrede. ¡Y vaya
; que hemos seguramente convivido
. nosotros y el pueblo tiempo mayor
ADUL
— 54 —
ADUL
que pudiera haberlo hecho el Sr.
Kamos y Duarte. La palabra cas-
tiza adrede es culta, y demasiado
culta, para que entrara de lleno en
el lenguaje popular, que es de su-
yo corriente y por lo común con
tendencias a la vulgaridad. Suele
sí oirse adré entre la gente muy
vulgar, como barbarismo por haré,
tiempo del verbo hacer.
ADULÓN, NA. adj. "Úsase tam-
bién como sustantivo. Adulador;
pero en sentido aún más despecti-
vo. El adulador suele ejercer su
mal oficio con personas principales,
y procura disimularlo: el adulón
es más descarado y hace la barba
en cualquiera ocasión a todo aquel
de quien aguarda el más pequeño
provecho. Con igual terminación
tenemos en el Dice, acusón, mucha-
cho que acostumbra acusar a los
otros."
"T tú, guapo don Simplicio,
"El ya libre, ya adulón,
"Ya el padre de los donaires,
"Ya el payaso, ya el simplón."
(Don Simplicio, Dbre. 16 de 1846.)
(ICAZB.)
"Hipócritas y adulones andaban
siempre (los gatos) por el fogón."
(DEI.G., La Cal., XI.)
Cuba. Copiaremos las palabras del
Sr. Maclas, en su Dice, cubano, ha-
ciéndolas nuestras: "Sign. ún. El que
adula mucho. — Crít. Pich. apunta la
palabra entre las voces corrompidas,
pues en su concepto debe decirse adu-,
lador. Nosotros no reprobamos el tér-
mino, siquiera sea por la circunstan-
cia de expresar el significado de adu-
lador con mayor intensidad. ¿Qué im-
porta que los Diccionarios no regis-
tren el vocablo? ¿No se tiene ya el
convencimiento de que todos son de-
ficientes? Tampoco registra ninguno
la dicción barrigón (adj.) por barri-
gudo; y. sin embargo, es muy admiti-
da, tanto que la Acad. la consigna ya
c-n su Dice. (12a. ed.). Etim. Así co-
mo soplón es un aumentativo saca-
do de soplar (soplo es una^ de sus in-
flexiones), adulón dimana de adu-
lar "
No pueden ser más concluyentes-
y de mejores fundamentos las ra-
zones del Sr. Macías, quien sin ser
tolerante en abusos de lenguaje^
no está tampoco dotado de esa in-
transigencia agresiva y ridicula de
los gramaticómanos que, apegados
reaccionariamente, a lo que sólo a
los académicos se ha ocurrido con-
signar en sus Gramáticas y Dic-
cioparios, rechazan toda innovación
y todo término, sin miramiento al-
guno, así expresen cosas no expre-
sadas por las dicciones castizas y
aunque su formación obedezca a
las leyes más puras del origen del
lenguaje.
Cuando una palabra no significa
nada nuevo, y únicamente consti-
tuye un ripio o una perversión del
vocablo castizo relativo, santo y
muy bueno que se le condene, y
que entren a barrisco con ella des-
de el garrapateador de catilinarias
fulminadoras y jacobinas hasta el
filólogo concienzudo y erudito; pe-
ro si ideológicamente envuelve al-
: guna novedad; si viene, como el
I verbo presupuestar, a expresar con
i mayor propiedad, claridad o pureza
< lo que no expresa su similar aca-
démica, o ha sido creada por la ne-
I cesidad, que es la suprema ley de
j todas las cosas, para comunicar a
j nuestros semejantes una idea, un
i sentimiento o una volición distin-
tos de los que comunica la pala-
bra castiza, o con una amplitud
que esta no tiene; entonces, dejé-
I mosla vivir y enhorabuena que en-
tre al lenguaje: será un auxiliar
para acercarnos más y más los
hombres unos entre otros, aleján-
donos a la vez de la bestia que no
dispone sino de los mismos esca-
sos medios siempre para comuni-
carse con sus semejantes.
ADÜL
55 —
AFIA
Costa Rica. "Palabra muy usada en ,
Améiica. Como se ha formado a imi- ]
tacióu de llorón, remendón, tragón,
gritón, creemos que no habría incon-
veniente en abrirle las puertas del
Diccionario. Dicha palabra se encuen-
tra, además, en una novela española
recientemente publicada: "¿Por qué
a una no le ha de ser permitido po-
ner las cosas en lo cierto y desmen-
tir públicamente a esos grandísimos
mentecatos, embusteros, adulones y
babosos? (PEREDA, Nubes de Es-
tío.) (GAGIXI.)
Venezuela. "ADULANTE. ADU-
LAXTÓX. ADULÓN. El Diccionario
trae sólo adulador; mas esas otras de-
rivaciones afectan un carácter des-
pectivo, que las hace muy expresivas
y apropiadas para ciertos casos.
El adulador puede serlo con una in-
tención inocente, por cariño, por afec-
to sincero; mas el adulante, adulan-
tón, adulón se entiende que lo es en
mal .mentido, con bajeza siempre, con
ruindad.
Hasta la fonética de estas voces
parece que contribuye a producir es-
te resxiltado.
No han meditado bien, se^iramen-
te, los que pretenden privar al idiorvfi
de estos matices, qu*» no hacen más
QTie enriquecerlo. ' (RIVODó, Voces
Nu«»vas, p. 42.'»
La argumentación acabada de
transcribir, tan contundente, tan
razonada, tan lógicamente funda-
da, basta para acreditar el buen
tino de nuestros coterráneos de Ta-
basco que, frenéticos y vehemen-
tísimos como son en la expresión
de sus pasiones, jamás le hacen a
un enemigo el honor de llamarle
adulador, con lo cual el ofendido
podría considerarse como objeto
de una galantería, sino adulón, con
un énfasis tal que. como dice muy
bien el Sr. Rivodó, parece que la
fonética contribuye a darle al tér-
mino la fuerza de un explosivo.
Es usada esta voz en toda la
América, como dice Granada (TO-
RO GISB.. Amer.), y por lo mismo
debe considerarse hartamente au-
torizada para nosotros los indola-
tinos, aunque Tobar la trate de
barbarismo. "Es por lo menos an-
daluz", dice el mismo Toro.
Cuervo no trata el vocablo.
Por fin cedió la Acad., y aunque
sea en el Suplemento de adiciones
y enmiendas, consignó la voz en su
décimatercia ed. de 1S99: "fam.
Adulador servil y bajo. (1).
ADIFECES, o A DIFECES. Expr.
adv. Proceder en una cosa a dife-
ces es proceder sin método, sin la
orientación debida y sin datos: ir
como adivinando. También se usa
en la frase estar o quedarse a di-
feces, esto es, en babia, a lo que
salga. Es un barbarismo, cuyo ori-
I gen no hemos podido identificar.
i Toro Gisbert, en el Dice. Lar.,
registra el término "ADIFÉS, adv.
Venez. Barbarismo por adrede, de
\ intento, de propósito: decir una
i cosa adifés." Como se ve, nuestro
barbarismo provinciano es entera-
: mente distinto en acepción del ve-
nezolanismo dado por el autor,
aunque en su foi-ma ortográfica el
nuestro parezca un plural de aquél.
AFEITE, m. Afectación. Usado
más comúnmente en plural: "an-
dar con afeites". Es barbarismo,
; que no debe tolerarse, porque no
tiene razón de existir, en ningún
sentido, toda vez que no constitu-
ye sino una mera corrupción de la
palabra castiza.
' AFIANZAR, a. "Asegurar a al-
guno, prenderlo, se. r. Asirse de al-
guna cosa y no dejarla; asegurar-
i se fuertemente en o de algo."
; (ÓC.AMPO) Puesto que afianzar
I viene de fianza y ésta de fiar, aquel
verbo expresará el hecho de pren-
(1) En la décimacuarta edición fi-
pura ya en el lu?:ar alfabético que le
corresponde.
AFIC
— 56
AGACH
der, asir, asegurar una cosa, pu-
diendo fiar o tener fe en la seguri-
dad de que no se va.
2. En sentido metafórico, y como
reflexivo, significa estar bien ase-
gurado, tener una situación conso-
lidada y firme, en un puesto cual- j
quiera. '
AFICIÓN, f. Afecto, agrado. Te- |
ner afición: gustar; coger o cobrar i
afición: tener afecto. Muy usado |
entre la gente del campo, más co- ^
múnmente.
"Pero si ella ya le cogió afición y
U.i. la quiere también, pues por lo
tocante a mí no hay ninguna traba."
(T. CORREA DE C, Paulina p. 54.)
AFILAR, pr. "Afilarse a una mu-
jer", es en lenguaje vulgar tener
amores con ella, llegando al acto
camal; hacer coito con ella. V.
BOLSEAR.
AFILIADO, DA. adj. "El que es-
tá inscrito en una secta, sociedad,
logia, etc. El que se adhiere a una
opinión, a un sistema." (OCA^PO,
Ob. cit.)
AFLIGIR, a. Darle a uno de gol-
pes o aplicarle un castigo. "Le afli-
gió cinco azotes, una paliza, tres
puntapiés, etc." Es muy común es-
te uso metafórico y traslaticio del
verbo afligir. No lo encontramos
en ^ningún vocabulario provincial
de los demás países indolatinos, ni
aun entre los demás Estados de la
República.
AFLAUTADA, adj. Voz aflautada
se dice de una voz fina, muy aguda
o atiplada.
Hond. Igual significado. (MEMBR.)
AFLOJAR, n. Pagar, entregar
una moneda en pago de lo que se
debe. "Aflójale," dicen al que se le
cobra, dándole a entender que en-
tregue el dinero, cuando a ello se
resiste. Parece no usado mal en
sentido figurado, pues en verdad el
que no paga, teniendo el dinero, es
porque lo aprieta en sus bolsillos
para que no salga: es el trampo-
so que no afloja.
Méx. n. "En sentido absoluto, sol-
tar el dinero."
"Eso es: Enrique es riquillo: que
afloje." (FACUNDO, Las Posadas,
III.) (G. ICAZB.)
Perú. ARONA, v>. 11.
El verbo es andaluz, según TORO
GISB. (Amer., p. 146.)
AFLUX o AFLÚS. ESTAR o
QUEDARSE AFLUX: fr., estar sin
un centavo, enteramente sin blan-
ca, o como dice Bayo; "limpio de
polvo y paja", quien agrega que es
palabra genuinamente española de
la que los peninsulares han perdi-
do hasta el recuerdo, probándolo
con la siguiente copla:
"Soy en el juego de amores
"un desgraciado tahúr,
"que cuando había primera
"mis desdichas hacen flus.
(Romance inédito.)
AGACHADA, f. Acción y efecto
de agacharse. Muy usado.
AGACHADILLA, f. Ejercicio que
consiste en agacharse repetidas ve-
ces sin cambiar de lugar y con los
brazos a la cintura, úsase más en
plural.
AGACHARSE, pr. Ponerse en cu-
clillas. La Acad. dice: "Encogerse,
doblando el cuerpo."
2. Callar, quedarse callado mali-
ciosamente: dejar pasar inadverti-
da una cosa por conveniencia.
AGACHARSE con lo ajeno, fr.
fam. Hurtar, robar, quedarse con
una cosa que pertenece a otra per-
sona, si ha llegado a nuestro poder,
por cualquiera motivo lícito. La ex-
presión es gi-áfica, porque agachar-
se es a manera de esconderse, ha-
cerse invisible entre los demás, o
detenerse en la marcha, para segre-
garse y quedarse solo. De cualquier
manera, por tanto, expresa la idea
AGACH
— 57
AGAL
de tener consigo, sustrayéndole del
poder ajeno, lo que no debe estar
sino con los demás o con su dueño,
lo que pertenece a otro.
"AGÁCHATE, CARVAJAL, QUE
VIENE LA BALA FRÍA (Yuc.)
Prepárate, que estás en peligro."
(RAM. Y D.). Fue de uso tan co-
mún este refrán en Tab., cuando
Dn. Francisco S. Carvajal, Presi-
dente de la República a la caída
de Huerta, fue Srio. Gral. del Des-
pacho, y corrió tanto hasta en can-
tares y versos populares, que si
pruebas mejores tuviera, me atre-
vería a negarle el origen j-ucateco
que le da el Sr. Ramos y Duarte.
AGACHÓN, ai. Ave acuática muy
co. ún en las lagunas y en las ori-
llas de los ríos; pertenece al géne-
ro de las zancudas y tiene la cos-
tumbre de agacharse a cada paso,
al caminar, a lo cual debe su nom-
bre, dando un gritito o chillido muy
peculiar; es de color blanco en la
pechuga y lorigado en las alas y la
espalda; mide unos veinte centí-
metros de altura, de cola corta co-
mo el pato y el cuerpo del tamaño
de una paloma de las llamadas
purbucas o purugüés. Es comesti-
ble.
"Muy abundante en octubre y no-
viembre en todos los terrenos húme-
do'!, palúdicos, V en los litorales."
<ROV.. Zool. de Tab.)
CORREA (Res. Ec. de Tab.), dice
también aqachón, colocándolo entre
las aves de ribera (p. 36.)
Méx. "AGACHONA, f. Ave acuáti-
ca que abunda en las laerunas cerca-
nas a México." (G. ICAZB.)
"Después de llenar el estómago con
un par de aqachonas." (PAYNO, Fis-
tol, t. TT. cap. 3.)
"Adj. La persona que tolera
maldades que ella podía evitar o de-
bfa r^nrimir." (OCAMPO, Ob. cit.)
Acepción desconocida en Taba seo.
donde no hemos oído usar la palabríi
en sentido fig-urado: muy común en
México para designar especialmente
a las viejas alcahuetas o conseguido-
ras, y en general a la que consiente
en su casa el tráfico ilícito entre hom-
bre y mujer.
"(D. F. y Mor.), s. v. adj.
Aguantón, consentidor, cabrón."
(RAM. y D.) Muy usual en México.
En Andalucía se usa el verbo aga-
chonarse> tomar costumbres del
gachó; vale tanto como andaluzar-
se, habiendo de saberse que gachó
es nombre que los gitanos aplican
a los andaluces. (RODR. MARÍN,
Cantos, p. 101.)
AGALAMBADO, DA. adj. Simple,
tonto, babieca: Fulano es un aga-
lambado. Muy usado.
En Baltazar del Alcázar (Poe-
sías...., p. 113) hallamos:
"Vocablos del tiempo viejo.
Como, digamos, ....
Galambao, calamorrate.
Trincapiñones, choclón."
El eruditísimo Rodríguez Marín,
en el Glosario que agregó a la
edición que citamos, anota la voz
en esta forma: "No sé lo que sig-
nifica este vocablo, ni siquiera si
es nombre o adjetivo. Por si el lec-
tor puede lograr mejor fortuna, da-
' réle los dos textos en que he ha-
llado tal voz. En la Sátira apolo-
gética.... (por Francisco Pache-
¡co), versos 583-585:
"¿Y esotro gran poeta galambao.
De mem-oria asinina, gran bergan-
(te.
Mayor que hay de Sevilla hasta
; (Bilbao "
í Y en un romance monorrimo del
Romancero general, parte duodéci-
¡ ma (fol. 438 de la edición de 1604) :
! "¡Cuántas veces remojado
Me vi como un bacallao.
Limpiando lágrimas tristes
Oon un lienzo de Bilbao,
Hecho a su puerta un retrato,
Al vivo, de un galambao,
AGALL
58 —
AGARR
Que con el cebo decía,
Como el gato, "marramao."
Tanto por el texto de Alcázar co-
mo por las citas del eximio clasi-
cista se ve que convienen, más o
menos, el antiguo galambao y
nuestro agalambao (agalambado,
forma culta) actual que no debe
ser sino una forma superviviente
de aquél, algo modificada. En el
primero lo muestra así la corres-
pondencia que guarda la voz con
los demás términos de la enumera-
ción: trincapiñones, v. gr., que, se-
gún Covarrubias, es "el mozo livia-
no y de poco asiento;" y en los
versos de la anotación, la sinoni-
mia con asinina y la correlación
con marramao. Lo que no sabemos,
a pesar de todo, es algo siquiera
de la etimología.
AGALLAS. "Tener muchas aga-
llas," es frase que significa: ser
muy listo, tener mucha maña;
persona difícil de ser engañada. Se
dice también "tener muchas vuel-
tas."
^^ Méx, "(Chih. i Ver.), s. Codicia.
"El Buey de oro tiene grandes aga-
llas (o agallones)", por es codicioso,
avaricioso." (R. I D.) —
— "El es un hipocritón que además
tiene muchas agallas." (Marlditos,
cap. IX.)
Extrañamos no hallar la voz en
G. ICAZB.
"Una de esas mosquita-muertas,
que parece la misma sencillez... ¡pe-
ro; quá agallas tienen!" (MORALES,
Gallo Pitagórico, p. 102.)
Chile. "En castellano, .al que es va-
liente y esforzado, se dice bien que
es hombre de agallas, o que las tie-
ne.— Nosotros hemos formado el adj.
agalludo, que aplicamos principalmen-
te al taimado, astuto, zorro." (RODR.)
Colom. "Agalla: codicia; tómase co-
mo signo de ésta al verse las agallas
al que abre ansiosamente la boca pa-
ra engullir y devorar." (CUERVO,
n. 608.)
AGARRADA, f. Contienda de he-
chos: riña o batalla sostenida por
algún tiempo más o menos largo;
pero que no es súbita ni pasajera.
Dos hombres tienen una AGARRA-
1 DA, cuando tienen una riña en la
í cual se dan varios golpes; pero
quedando pendiente la solución que
, decida quién es el vencedor, es de-
cir, quedando en suspenso la vic-
I toria. Igual es una contienda entre
dos enemigos en campaña. Lo que
caracteriza la AGARRADA es que
j se verifica con grande acome-
tividad, ■ impetuosamente y con
fuerza, o con furia por parte de
ambos contendientes. Los mucha-
chos siempre terminan la AGA-
RRADA en puntos suspensivos, con
esta expresión: ¡nos hemos de vol-
ver a ver! que recíprocamente se
dirigen en señal de reto para nue-
va oportunidad.
Méx. "fam. Altercado, pendencia
o riña de palabras" (Dice.) Entre nos-
otros no sólo es de palabras, sino
también de obras. — "Se diei-on los
contendientes una buena agarrada en
Acajete." (Astucia.) Se trata de una
batalla.)" (G. ICAZB.)
AGARRADERA, f. Agarradero
(masculino) es la forma autoriza-
da por la Academia; pero nuestro
femenino está justificado por sus
similares en uso y composición:
abrazadera, lechera, apretadera,
etc.
Cuba. "Cada una de las dos piezas
que sobresalen por ambos costados en
la unión de la caja y cuerpo superior
de la volante, (del) quitrfn, para apo-
yar la mano al subir, o ba.jar."
(PTCH.) "Sinón. Se le conoce igual-
inente por el termino marino mani-
gueta, y un español le Mamarla ana-
rradero, puesto que según 1.a Acnde-
mia. aaarradero en sentido figurado o
metafórico, es aquella parte de un
cuerno, que ofrece proporción para
asirlo, o asirse de él." (MÁCfAS, Ob.
cit.)
AGARR
— 59
AGARR
Bogotá. CUERVO, n. 851.
La acepción más común de esta
voz en Tabasco es la de agarra-
dero, es decir, asa, y si asa es fe-
menino, no hay i-azón para que su
equivalente, el otro nombre que se
da a la misma cosa, no deba serlo
también. El género, en realidad, es
cualidad que corresponde a la cosa
misma y no a su nombre; es así
que el artículo determinado, por
regla general, es el que varía: el,
la, precisamente para indicar el
género, real, ficticio o supuesto, de
la cosa o el ser de que se habla. De
manera que sí la cosa, que es el
asa, por el uso ha sido consagrada
como femenina, femenina debe ser
por su forma toda designación que
se la dé, pues si es verdad que se
dice lavadero, herradero, comede-
ro, estos nombres no significan ins-
trumento, con el cual o por medio
del cual se ejecuta una acción, lo
que expresa con más frecuencia y
propiedad la terminación dera: afi-
ladera, amoladera, devanadera.
(CUERVO). La terminación dero
da idea, más bien, de localidad, lu-
gar, sitio en donde tiene efecto la
acción del verbo: lavadero, lugar
en donde se lava; afi ladero, lugar
en donde se afila, mientras que afi-
ladera, es la piedra, el instrumen-
to mismo con el cual se afila.
AGARRAR, a. "No solamente le
usamos mal, por coger, en muchas
frases, sino que el vulgo hasta le
da la acepción de tomar un rumbo,
v. gr. : ¿Has visto por dónde se fué
Juan? Sí, señor; agarró para aba-
jo". (ICAZB.'i
Méx. "(D. F.) inf. Tomar. Cuando
un transeiinte pregainta por un lugar
a un gendarme, éste le dice: "Vaya
usted por esta calle (señalándola) y
en llegando a la esquina, agarre a la
derecha (o izquierda"! <ítc." Debe de-
cir: "tome a la a^-'cha" (o izqu^sr-
da.) En Mérida dicen: "Voltee a la
derecha"; en Veracruz, Tabasco y
Campeche: "Tuerza a la derecha"; en
Güadalajara: "Dé vuelta por la dere-
cha"; en Pachuca, "Siga a la dere-
cha"; en Apan (Hid.) y en Cuautla,
(JNlor.) "Arriende a la derecha"; en
Chihuahua, "Cuele por la derecha"; en
Cuernavaca, "Corte a la derecha";
en Durango, "Tome la derecha", en
Querétaro. "Tome para arriba (o aba-
jo)." (RAMOS y D.) Hallamos tam-
bién en FACUNDO: "Ya habían ga-
nado todos para arriba... como para
Flamencos." (Mariditos, cap. IX.).
Ni ICAZB., ni R. y D. dan este ga-
nar, y, sin embargo, es lo que más
comúnmente hemos oído usar en Mé-
xico.— "Aquella misma madrugada...
ya agarraban su camino por lo más
escondido de la Sierra." (AZUELA,
Mala Yerba, II. p. 11.)
" — (el sueño.) (D. F.) Coger. La
Acad. autoriza la frase: "coger el
sueño," pero no "agarrar el sueño."
"Me agarró el sueño muy tarde ano-
che." "No me agarró el sueño hasta
la una de la mañana." Se oye a me-
nudo a personas muy ilustradas."
(RAMOS y D.)
Perú. "Agarrar. De muy buen cas-
tellano es este verbo, y no hay de
malo sino el abuso que de él hacemos,
empleándolo constantemente por co-
ger, verbo qae parece no existiera pa-
ra nosotros." (ARONA, p. 11.)
Río de la Plata. "Asir o tomar, aun-
que sea con las yemas de los dedos
un finísimo pañuelo de ñandutí o la
flor más delicada. Lo mismo en toda
América, según tenemos entendido.
Demás es decir que no abogamos por
esta impropiedad." (GRANADA. p.
71.)
C. Rica. "En lenguaje familiar se
toma por encaminarse, dirigirse, v.
gr. : "el caballo agarró para el mon-
te." Tal USD no es más que una va-
riación jocosa del verbo tomar, que
en castellano posee igual acepción."
(GAG.)
Hemos tenido oportunidad en la
ciudad de México de oír otra acep-
ción que da la gente poco versada
al verbo AGARRAR, cual es la de
aceptar, recibir la moneda o cual-
quiera otra cosa; así, en los días
en que el papel infalsificabie, era
la moneda fiduciaria oficial, oía-.
AGARR
— 60
AGIG
mos con frecuencia a vendedores,
choferes y papeleros exclamar:
"Jefeclto, déme plata; el papel no
me lo agarran."
Las tres formas metafóricas,
aunque abusivas, de AGAHRAR,
son también de uso ordinario en
Tabasco: en el sentido de encami-
narse, tomar un rumbo; en el sen-
tido de coger, y en el figurado de
este último, en la frase "coger a
uno el sueño," que se torna en
AGARRAR a uno el sueño.
Lo más común es, sin embargo,
usar el verbo en el sentido de to-
mar un rumbo, encaminarse en tal
•dirección, en lugar del verbo AGA-
RRAR, que poco se aplica en esta
forma; de suerte que el gendar-
me nos diría: "coja a la derecha,"
y no "tuerza a la derecha," como
expresa, no del todo bien informa-
do, el Sr. Ramos y Duarte.
AGARRARSE, pr. "Contender,
reñir de obra: se agarraron a los
golpes, a las patadas; y en ese
mismos sentido lo trae Terreros."
(ICAZB.)
Méx. "Por una cuestión de faldas
se agarró (el diputado con el licencia-
do)." (FACUNDO, Baile y Cochino,
cap. IV.)
AGARRÓN, m. Forma enfática
de expresar la acción del mismo
verbo agarrar; pero fuertemente, o
dando al propio tiempo un tirón
brusco y acompañado o seguido de
algún mal resultado o desperfecto.
Un agarrón es también un encuen-
tro súbito y brusco, una riña encar-
nizada, pero sumamente rápida y
transitoria; propiamente, acome-
terse, recíprocamente dos conten-
dientes, dándose pocos golpes nada
más. Igual cosa se dice de dos ene-
migos en campaña: se dieron un
agarrón, es decir, tuvieron un en-
cuentro; pero que no llegó a for-
malizarse en combate. El agarrón
se diferencia de la agarrada» en
que ésta es continuada, de más
larga duración que aquél: el aga-
rrón es súbito y breve.
Ambas formas, agarrada y aga-
rrón llevan implícita la idea de én-
fasis en la significación; así como
agarrar es "asir con fuerza," el
agarrón es un aumentativo de aga-
rro, autorizado por la Academia co-
mo forma sustantivada única de
expresar la acción y efecto de aga-
rrar.
Méx. "(De agarrar.) m. Acción de
agarrar con fuerza y dar un tirón".
(ICAZB.) "Y dándole un furioso aga-
rrón de un brazo, que le hizo pegar
un grito, se paró más que de prisa,"
(Astucia, tom. I, cap. 14.)
C. Rica. "Según el Diccionario, la
acción y efecto de agarrar se dice
agarro. Nuestra palabra, como se ve,
es simplemente un aumentativo del
vocablo español." (GAGINI.)
AGARROSO, SA. adj. Astringen-
te. En Costa Rica se dice amarro-
so. "Las substancias que por acá
reciben el calificativo de amarro-
sas, V. gr., el alumbre, en la Pe-
nínsula se llaman astringentes."
(GAG.)
BECERRA le censura (Guía del
Leng. Us-) En realidad es una co-
rruptela que no tiene razón de ser.
AGIGOLÓN. m. Apretura, con-
flicto, apuro, aflicción. Más común-
mente usado en plural: vivir en
agigolones.
En Q. de Benavente hallamos (p.
116) : " si me faltara un mes el
ajigollo de la cara." El ilustre se-
ñor Rosell puso, con relación a la
palabra, la siguiente observación,
en la pág. 454: "Ajigol, afirma un
etimologista (el médico D. Fran-
cisco del Rosal, en su Dice, etimo-
lógico, MSS.), viene del angi la-
tino, que significa oprimirse, ator-
AGOR
61 —
A6RI
mentarse, etc. En el presente caso
vale tanto como afeite, embadur-
namiento, artificio de los que usan
las mujeres para embellecer el ros-
tro, desfigurándoselo."
Aim cuando la significación de
nuestro vocablo e s enteramente '
distinta del ajigolio de Benavente, |
la etimología propuesta por el se- ,
ñor del Rosal, prohijada por el se- ;
ñor Rosell, nos parece convenir ;
muy propiamente a agigolón, el
cual no indica otra cosa que ator- ,
mentarse, oprimirse por una aflic- 1
ción cualquiera.
AGORZOMADO- DA. adj. Triste,;
debilitado, postrado, sin vigor.
En México dicen agüitado. |
AGORZOM AMIENTO, m. Acción:
y efecto de agorzomarse.
AGORZOMARSE, pr. Perder el '
vigor, decaer el ánimo, debilitarse. \
Sinónimo de amu litarse. j
AGRIARSE, Parece que en el |
cultivo del tabaco, llaman así los ;
peritos én la materia a una enf er- 1
medad padecida por la planta y que
consiste en ponerse amarillas las !
hojas antes de la madurez. j
"Cuando comienza a amarillar la |
hoja antes de la madurez, se dice que '.
se ha agriado. Es una enfermedad,
cuya causa es hasta ahora descono-
cida." (C. KRAUSE, Cult. del taba-
co, p. 115.)
AGRÍCOLO. adj. Agrícola. Es ad-
jetivo de una sola terminación ; así
lo ha consignado la Academia y lo
han usado los buenos hablistas clá- 1
sicos y modernos. Sin embargo, lo
hallamos en esta forma poco eufó-
nica del masculino. "Varios seño-
res se unieron en 1881 para formar
un reglamento y sociedad agrícola,
que hasta se organizó un congreso
agrícolo." (GIL Y SAENZ, El Ca- ¡
poral, p. 45.) "Si en Tabasco hubie- '
ra un fondo agrícolo," (ID., ib,, p.
88.) J
AGRIO, A. adj. Para la Acade-
mia, acedo es: "ácido, agrio," y
agrio es "ácido." Dos cosas igua-
les a una tercera, son iguales en-
tre sí, es decir:
acedo, igual a agrio,
ácido igual a agrio; luego
acedo es igual a ácido, que era
lo que se quería demostrar, como
dicen los estudiantes de álgebra
elemental. O lo que es lo mismo:
total, nada! "Acedo es agrio; agrio
es ácido y ácido es agrio," guiri-
gay que solamente la docta Acade-
mia entiende, porque limpia, fija y
da esplendor. ¡Y qué esplendor el
de esas definiciones! Capaz de des-
lumhrar hasta al mismo Valbuena,
que profesa odio cafre tan religio-
so a la H. Corporación.
Para nosotros, en Tabasco, ace-
do y agrio, no son dos cosas igua-
les a ácido; sino dos estados dis-
tintos de acidez, dos gi-ados dife-
rentes de la cualidad de estar aci-
da una cosa. Acedo es el primer
grado de la acidez; es el estado
de una cosa cuando empieza ape-
nas a agriarse; cuando comienza a
entrar en fermentación. Agrio es
el estado completo de acidez; la
fermentación por entero, en todo
su desarrollo: es la condición de
lo que está en plena fermentación.
Desde que se inicia la acidez, la
cosa deja de estar fresca, y se dice
que está aceda, hasta las 24 horas
rcás o menos; después de ese
tiempo, ya se dice que está agria.
"Pozol acedo", es el de un día pa-
ra otro; "agrio", el que tiene más
de im día. Así como la descompo-
sición cadavérica o putrefacción
tiene grados distintos, es natural
que la acidez o fermentación, los
tenga también: eso es lo que ex-
AGRI
— 62 —
AGUA
presan los dos adjetivos. V. Fresco
y Acedo.
AGRIURA O AGRURA, f. No
hay duda, el vulgo sabe en mu-
chas ocasiones llamar las cosas
por sus nombres, mejor, mucho
mejor que la Academia. Y que haya
todavía, no obstante, quienes
crean que aquél debe estar siem-
pre sujeto a ésta para hablar, obe-
deciéndola ciegamente y sin repa-
ro! Debiendo ser al contrario: que
la Academia siguiera en sus pasos
al vulgo, guiándole en la forma-
ción del lenguaje; porque el vulgo
es el que crea el lenguaje, es el
formador y el evolucionador del
lenguaje; la Academia nada crea,
no hace sino recoger del habla del
pueblo o del habla culta de los es-
critores los materiales adecuados,
con lori cuales da forma al Diccio-
nario y a la Gramática. Así, pues,
el pueblo, todos tenemos derecho
a usar una palabra, cuando la ne-
cesidad la ha creado, cuando ex-
presa alguna idea nueva y es bien
nacida, aun cuando la Academia
no la registre en su catálogo ofi-
cial. Debemos usarla, precisamen-
te para que los Académicos ad-
viertan su existencia y la estu-
dien; ¡ah! porque si esperamos a
que los académicos la usen, para
que entre a la Academia y r"^>-
después a nosotros, ya pode^x-v^s
dormir de ese lado. Los Académi-
cos son -como las muchachas pri-
merizas en achaques de moda: que
no la usan mientras no ven que
otra la lleva; así ellos no usan
ningún vocablo que no haya sido
introducido a la Corporación, y co-
mo solamente ellos pueden llevar-
lo, resulta que es cosa de esperar
toda la vida, si a ello nos atuvié
ramos.
Pei'o bien; veamos a qué viene
tanto cuento. Acedía, para la Aca-
demia, es la "indisposición que pa-
dece el estómago, por haberse ace-
dado la comida." Pues para nos-
otros, agriura o agrura, es la indis-
posición que padece el estómago,
por haberse agriado la comida," lo
cual no tiene nombre propio en
castellano, no obstante que es, se-
gún todos sabemos, un estado muy
distinto de descomposición estoma-
cal a la acedía, y está, por lo mis-
mo, muy bien dicho.
C. Rica. "Para nosotros agriura o
agrura (S lo mismo que el Dicciona-
rio llama acedía... Aghura, segúp los
léxicos, es únicamente la cualidad de
agrio, como amargura la de amargo."
(GAGINI.)
AGUA. ESTAR COMO AGUA PA-
RA CHOCOLATE, fr. estar enoja-
do, predispuesto para cualquier ri-
ña o pendencia. García Icazbalceta
dice: "estar de picadillo, suma-
mente airado", y da los siguientes
ejemplos: "Mi compañero, que lo
había entendido, y estaba como
agua para chocolate, no aguantó
mucho". (PENSADOR, Periquillo,
t. IX, cap. 3.) "Estoy como agüita
para chocolate". (Astucia, tomo I.,
cap. n.).
NO BEBER AGUA en alguna
parte o con alguno, es tener ene-
mistad en aquel lugar o con aque-
lla persona. García Icazbalceta le
da a esta frase acepción distin-
ta: "No beber agua en alguna par-
te es no poder ir a ella, por temor
de caer en manos de la justicia el
que ha cometido allí un delito". —
"¿Y usted la vio? — Yo no, ya sabe
usted que no bebo agua por la ha-
cienda". (FACUNDO, Gentes, t. II,
cap. 16.) "Nunca hemos oído por
nuestra tierra usar la frase en es-
te sentido, aunque sí en el más
AGUA
63
AGUA
amplio de no poder ir por cual-
quier motivo, que radica en aquel
lugar y nos lo impide.
DAR AGUA es frase de la gen-
te de cuartel y charreteras, muy
en boga actualmente y que equi-
vale a fusilar, ejecutar, sobre todo
en la bola (V) y sin formación de
causa.
"Y si va Don Camilo a la hacienda,
<léle, agua." "Pos la verda, Don Jua-
idto, que si viene le doy agua."
(SANCHO POLO, La Bola, X, p. 119.)
"Pues mira, entrégaselo a Ortegui-
ta, para que le dé agua, donde sa-
bes " (MERINO, Juana Santa Anna,
Xn', p. 115.)
HACER AGUAS, fr. "Orinar."
Acad. Pkra nosotros,, exonerar el
vientre, defecar. En Méx. dicen
hacer de las aguas.
CAMBIAR EL AGUA A LAS
ACEITUNAS, fr. met., orinar, en
estilo fest.
MANDAR AGUA, fr. fig. y fam.
con que se pondera lo que se tie-
ne por grave y dificultoso o que es
una empresa que requiere muy
grande esfuerzo para ser acometi-
da: tener bemoles.
VOLVERSE, o HACERSE, una
cosa AGUA DE BORRAJA, fr. ñg.
fam., hacerse, o volverse, agua de
cerrajas, que dice el Diccionario.
La variante de la comparación
es muy explicable. El pueblo aco-
moda siempre la expresión a las
cosas de su .conocimiento y más
relacionadas con él por el trato.
La cerraja española le es desco-
nocida, en tanto que le es familiar
la borraja, planta de análogas pro-
piedades medicinales que aquélla,
producida en la zona templada de
Chiapas, de donde la llevan los co-
letos a vender en las ferias de Ta-
basco.
Parece que en lo antiguo usóse
en igual sentido de la frase ser ,
una cosa tesoro del duende, según
anota la sinonimia Rodríguez Ma-
rín en las Poesías de Baltazar del
Alcázar, p. 292, refiriéndose a los
siguientes versos de este autor:
"Menospreciar bien pequeño.
Como tesoro del duende,
Que, cuando menos se entiende,
Se desaparece al dueño."
Covarrubias, art. Tesoro, explica
la comparación familiar de esta
suerte: "Tesoro de "duende: sue-
len decir que los duendes tienen
escondidos los tesoros, y cuando
alguno los halla, volvérsele en car-
bones, de do nació el proverbio
Thesaurus carbones factisunt".
AGUACATE, adj. Tonto, bobo,
persona incauta a quien se engaña
fácilmente.
Guat. "Persona floja y poco
ánimos a". (TORO GISB., Dice.
Lar).
CON LA SUAVIDAD DEL AGUA-
CATE, fr. fig., con suma facilidad,
sin dificultad alguna.
AGUADA, f. Las AGUADAS son
depósitos o estanques de agua que
se forman en los lugares altos, a
expensas de arroyos o corrientes
temporales y de poco caudal, las
cuales conservan agua por mayor
tiempo que la corriente formadora
y aun a veces en tiempo de sequía,
sirviendo entonces como abrevade-
ros. Son propiamente las aguadas
a manera de ensanchamientos de
las corrientes en que se detienen
las aguas y se vuelven más profun
das. Algimas veces también 1 a
AGL'ADA se debe a fuentes u ojos
de agua que le alimentan y sostie"
nen sobre capas impermeables del
terreno, próximas a la superficie.
•En los terrenos bajos o playerías
AGUA
64
AGUA
no hay aguadas^ sino lagunas, ma-
rismas, popales o pantanos, ciéna-
gas, etc., pues aquéllas son pro-
pias, como hemos dicho, de los lu-
gares altos, de los lomeríos, en
donde las aguas no se estancan y
sólo forman corrientes de escurri-
miento hacia las laderas, flancos o
cañones.
Son muy comunes en los cami-
nos de Macuspana a San Carlos,
San Fernando y Tepetitán, y de
estos pueblos a sus vecindarios, |
que abarcan 'la zona de terrenos
•sabanales, comprendida entre los
Municipios de Macuspana a Jonu- !
ta, incluyendo el llamado campo ;
alto. De esta región son caracterís- ¡
ticas las AGUADAS. En la Chon-
talpa, la Sierra propiamente (Sur
de Macuspana y Teapa) y los Ríos i
(región del Usumacinta y sus
afluentes) son enteramente espo- ;
radicas y escasas. En México di-
cen aguaje, bebedero. Este se di-
ferencia de la AGUADA en que
puede ser de formación artificial,
en tanto que la AGUADA es siem-
pre y meramente natural. La
AGUADA es el depósito de agua
característico de Yucatán, cuyo
suelo calcáreo carece de corrien-
tes de toda especie, como también
cierta región del territorio de Cam
peche.
Por interesante, copiamos a conti-
nuación la descripción de las agua-
das de Yucatán, tomada del Dice.
Univ. de Hlst. y Geograf., t. III del
Apénd. y X de la obra, art. YUCA-
TAN: AGUADAS. Pero este recurso
de sartenejas desaparece en la seca
que suele ser muy prolongada, y en-
tonces queda el de las aguadas
que, como las anteriores, se encuen-
tran por todo el país aunque no por
todos los rumhos en que la necesidnrl
reclama su providente socorro: en-
cuéntranse a veces en gran número
donde ni ahora existen ni quedan ves-
tigios de haber nunca existido mora-
dores, al paso que se deplora su fal-
ta en puntos que indudablemente
abrigaron una numerosa población.
Las hay grandes y pequeñas, con I
fondo empedrado unas, y otras no.
Algunas merecen el nombre de obras
! monumentales, obras de la antigtie-
■ dad indiana que nos ha dejado en
i ellas, según en su admiración nos ai-
ce Stephens, un testimonio tan con-
I cluyente, como el de las magníficas
ruinas que cubren nuestro suelo, de
I su crecido número, de su gran po-
der y de su laboriosa industria. De
grandes proporciones su lecho, nos
I parece que es la natural obra de las
I aguas mismas, aprovechando los ac-
cidentes del terreno para buscarlo;
pero el revestimiento de sus fondos
i que en la seca se descubre, es la
I obra inteligente de la civilización esti-
i mulada por la necesidad. Depósito de
las aguas, que por la evaporación y
i el consumo de una población nume-
rosa debía pronto extinguirse, el
hombre en su previsión las destinó a
' servir de reservatorios a la vez, y
con este objeto, empedrándolas de
una manera especial y en forma de
': enrejado, para que las aguas pudie-
\ ran comunicarse a otros depósitos o
aljibes subterráneos, quedaban estos
de providente reserva, para cuando
el de las aguas se hubiese extingui-
do.
La de Iturbide, pueblo del Distrito
de Campeche, en el Partido de Ho-
pelchén, tiene en el centro cuatro de
esos aljibes y como cuatrocientos de
más pequeñas dimensiones a lo lar-
go de sus márgenes: de aquí es que
cuando por la prolongación dé la se-
ca ha llegado a faltar el agua de los
otros depósitos, una población flotan-
te se establece en sus contornos, que
viene desde muchas leguas a proveer-
se de tan indispensaMe como esca-
so alimento. En resumen, creemos lo
más probable que estas aguadas son
formadas por accidente del terreno que
i aprovechamos luego de un modo más
o menos perfecto, según la necesi-
' dad y relativa cultura de los pueblos
I primitivos de estas regiones."
"Todas las aguas pluviales desapa-
' recen en el suelo calcáreo, nmgun
' arroyo visible se muestra: sm em-
I bargo, hay algimas lagunas "agua-
das" en el interior del país (Yuca-
! tan) de poca extensión y que se han
AGUA
65 —
AGUA
formado probaoleme'ite en las depre-
siones donde ]a roca impermeable se
aproxima a la superficie." (Cita de
cuando voltean o dan una sacu-
dida fuerte, como un rabazo, por
Reclús en la Memoria Los Ríos de ejemplo, capaz de mover la masa
Tab., por el In?. Pedro A. González, líquida. El AGUAJE es una hue-
P- ^^;^ , . ^ , , ^. ., ., lia sobre el agua, formada por im
"Riopl. Agua potable. Chil. Abre- ¡ '^ ' ^ Vo • ,
vadero, inundación en las minas. Pin- ¡ movimiento meramente superficial,
tura con color disuelto en agua con i Es, en otros términos, ima sola ola
goma, miel o hiél de vaca. Lavado de . ¿g ¡^ marea en las condiciones
un dibujo." (TORO GISB., Dice. Lar.) ' , ,. , t,
-Aguas potables que hay en un antes dichas. Es muy común en-
campo, paraje o región determinada. ' tre nuestros pescadores en lagu-
(GRAXADA.) ñas y arroyos, clavar ai AGUAJE,
AGUADO, DA., adj. "Lo que no I forma de pescar que consiste en
está espeso: caldo AGUADO, salsa! clavar con la fisga los peces, el
AGUADA; y lo que no tiene con- p e je - 1 a garto principalmente, si-
sistencia : sombrero A G U A D O", guiéndolos por el AGUAJE. Es no-
(ICAZB.) — Significa también flojo, table el tino con que el clavador
débil, aplicado a las personas. Un acierta al pez, calculando por el
hombre AGUADO, es por lo gene- AGUAJE su verdadera posició n,
ral, un hombre gordo y pesado, sin despreciar el tiempo que trans-
sin agilidad en sus movimientos y ' curre para que la fisga caiga so-
sin fuerzas, tardo en el andar y bre él.
en el hablar; una especie de aci- ^éx. "Abrevadero. Lugar adonde va
guatado, del cual se diferencia a beber el ganado, sea corriente el
porque no es un imbécil, pues ag"a, o recogida en presas o estan-
. „7~ . T-.^ r. • _» ques. "Este rancho tiene buenos
AGLADO se refiere propiamente a \gu\JES." (ICAzb.)
las cualidades físicas y la comple- , "Donde el arroyo de San Vicente
xión. corre por varias llanuras, que los pa-
.. ' .</-.- » j- T-i • j -i^ü ..T-„ trios llaman marismas. fue preciso
Mex. "(\er) adj. Flojo, debU Ln , distante -1 agua-
hombre agiiado": sm tuerzas; Ropa , . ^ P^ ^^ México.)-"Y que más
aguada sm alm.don. (RAM. y D.)^ hallaría cosa alguna por
El segundo ejeniplo se refiere mas bien despoblado, a causa de fal-
a la acepción figurada de lo que no ^^ j^^ aguajes." (ID. )— "Llamándole
ÍTORO ^^ atención algunas oficinas nuevas,
bordos y presas para tener el agua
para los riegos, y aguajes para el ga-
AGUAJE. m. El AGUAJE, for- ñadí)." Astucia.)
mado por un pez que nada a flor 2. -El segundo barro, muy blando
de agua, o por un barco que nave- \ y aguado, que se pone sobre la azú-
ga, es el oleaje que levantan y se- ' ¿ar, para purgarla." (ICAZB.)
ñala la huella que van dejando. El ^ ^
./^T-.TT^ - Cuba. Sign. met. Apuntaremos
AGLAJE no es mas para nos- ^,^3. ^„^^ ¿^ ,^5 ¿leí lenguaje de los
otros, que la oia en forma de án- marinos: por motivos de filiación fl-
gulo, cujo vértice ocupa el animal, lológica: y la cubana por ser de nues-
o la nave v señala la dirección ^''^ obligación: D. "el agua que en-
o la na\e, > senaia la aireccion , ^^^ ^ g^,^ ^^ ¡^^ pu'-rtos. en tes cre-
que éstos llevan. Es distinto ente- c i e n t e s y menguantes." (Dice,
ramente de la marea vulgar, que Marit.): y Ú), el segundo barro con
es un movimiento simultáneo de ; Que s;^ Puf^a el azúcar, cuyo nombre
, - lo debe a la circunstancia de ser muy
vanas olas. La marea la forman i^,^^^ p^^ ^^^^r saturado de. agua.-
las embarcaciones, o los peces ' (macíaS) picharek), p. 6.)
5
tiene consistencia.
Guat. "Débil, desfallecido.
GISB.. Dice. Lar.)
AGUA
— 66 —
aguí
Amér. "AGUAJE es, en Guatemala
<Batres), lo mismo que aguacero y
también regaño largo. Lo mismo se
dice en el Ecuador (TOVAR.) En Cu-
ba (PICH.) es el segundo barro muy
aguado que se pone sobre el azúcar
para purgarla." (TORO GISB., Amer.)
"HACER AGUAJE, correr con mu-
cha violencia las aguas." (ID., Dice.
Lar.)
. Como se ve de las citas anterio-
res, nuestro AGUAJE es entera-
mente distinto de lo que con ese
nombre se conoce en otros puntos
de Hispano América. El AGUAJE
de México corresponde a nuestra
aguada. La acepción dada de
AGUAJE no es sólo tabasqueña, ;
sino común a toda la costa orien-
tal: I
"Una estela olanca de menudas es- |
pumas que borbollaban en la hélice, ¡
hervían en el aguaje de la popa." j
(RODR. B., Pajarito, XXV, p. 637.) i
AGUARDIENTE, m. "En Cuba'
se entiende por aguardiente el ex- 1
tracto de la caña dulce, y cuando
no, necesita de un calificativo." I
(MACÍAS). El mismo es nuestro I
AGUARDIENTE de Tabasco, ex- ^
traído por destilación del agua de
caña fermentada en la batición
(V.). I
Méx. "Por antonomasia el de caña, |
que también se llama chinguirito; j
nombre que no se usa en el comer- i
ció." (ICAZB.) Más comúnmente le |
llaman chínguire, y sí es muy tisada
la denominación en el comercio; lo '.
hemos oído en México, en Querétaro
Cuba. PICH., p. 6.
y otros puntos. |
Se conocen en Tabasco, además
del aguardiente común, el de ma- ^
mey, el de mango y de muchas
otras frutas, principalmente las!
acidas. Estos se preparan echan- ¡
dolé al aguardiente común la fru- !
ta cuyo espíritu debe tomar la be-
bida. Estos aguardientes son lla-
mados más comúnmente caldos
V. Chínguire y caldos.
En el Dice. Univ. de Hist. y
Geograf. hallamos chínguire por
bebida ordinaria de Tabasco. No
es así;" esta denominación, casi
desconocida en Tabasco, es propia
de México y demás Estados del
interior en donde la bebida del
bajo pueblo es el pulque, en tanto
que en nuestro Estado es el aguar
diente la del pueblo campesino y
urbano, en las clases criolla o
mestiza, e indígena principalmen-
te.
"Ni esos que están gritando con
furor de aguardiente, que estamos
traicionados, se resuelven a luchar."
"Le había propinado... copiosas liba-
ciones de aguardiente, amorosamente
compartidas." (SÁNCHEZ MÁRMOL,
Antón, cap. Xíl, p. 112.)
AGUATE. (Del mex. ahuatl, en-
cina, y espina), m. Película áspe-
ra, verdosa, que recubre verso y
reverso de la hoja del añil común
(Indigophera tinctorea) o Jiquili-
te.
"El jiquilite. . . ; de hojas pecioladas,
alternas, ovales y cubiertas en la ca-
ra y dorso de una película rígida su-
mamente tejiue (aguate) y de colora-
ción verde amarilla." (RABASA, El
Est. de Chis., p. 104.)
AGUAZÓN. f. aum. de agua. Re-
guero de agua; agua enaguachada
en abundancia. Forma vulgar de
expresar abundancia o aumento,
aplicando a nombres femeninos la
terminación propia del masculino.
Así también suele decirse aguazal.
AGÜERADO, DA. adj. fam. Mi-
mado, dícese de los niños a quie-
nes se popa demasiado.
AGÜERAMIENTO. m. Acción y
efecto de agüerar.
AGÜERAR. a. Miniar, popar, ha-
cer caricias excesivas a los niños.
AGÜERO, m. Mimo, caricia ex-
cesiva hecha a los niños.
ÁGUILA, adj. y s. De la persona
que es muy lista para las trampas
aguí
— 67 —
AGÜJ
o ardides engañosas, se dice que
es águila o muy águila.
Méx. f. "Moneda de oro que vale
20 pesos fuertes. Hay también me-
dias águilas de valor de §10." (ICAZB.)
Ija moneda actual de valor de §20. Uu
es el Azteca o Calendario, creado es-
te año de 1316.
Amér. fam. "Petardista." (TORO
GISB.. Dice. Lar.)
"Adiestrados y presididos... por
aquella águila que se llamaba Oroz-
co " (MiíRIXO, Celestina, la. pte., X,
p. 115.)
AGUILUCHO, adj-. y s. Diminu-
tivo de águila.
"La nueva del matrimonio de P'-
zarro. . . había... atraído a Tacotal-
pa, una nube de aguiluchos." (ME-
RINO, Celestina, la. pte. X, p. 11.5.)
AGUINALDO, m. Por antonoma-
sia se aplica este nombre en nues-
tro folklore regional al canto, por
lo común acompañado con música,
con que se obsequia en las noches
de Navidad al Niño Dios, a seme-
janza de la ofrenda bíblica que le
tributaron los pastores en Belem
en acción de gracia. Para pedir
aguinaldos, como se dice vulgar-
mente, van los cantores en pere-
grinación nocturna por cada una
de las casas donde hay nacimien-
tos, y después de algún tiempo de
cantar, con acompañamiento de
guitarra o jarana, es costumbre
que el dueño dé entrada a la- con-
currencia, obsequiándola con be-
bidas (los consabidos caldos co-
múnmente), con las cuales se ro-
cían ligeras y apetitosas golosinas
consistentes en tortillitas, turule-
tes, buñuelos y hojuelas, acompa-
ñado todo de los indispensables
tamales de mulito y el café sólo o
con leche. Esta ceremonia, que
constituye la posada, termina de
ordinario con baile.
"Fue Vasconcelos quien mantuvo vi-
vo en ei repertorio popular chontal-
paneco el hermoso canto conocido
por los aguinaldos, que (51 mismo se
acompañaba a la guitarra, en .as gé-
1 (idas noches de invierno, durante la"
cuales lle\ aba a las puertas de loa
pacíficos habitantes de la ciudad
chontal, la ofrenda de la reglamenta-
ria serenata de Navidad. Un violín
traía asociado a su diminuta orques-
ta; y un grupo de cantadores que se
encargaban del estribillo.
"Quien no haya oído ese canto na-
rrativo de la piedad cristiana, impreg-
nado todo él de santa y conmovedora
sencillez, no conoce del arte popular
regional una de las páginas más be-
llas, dignas del infante divino cuya
cuna llena de luz mecióse en la glo-
riosa Judea, y de cuya historia se hi-
zo Vasconcelos paraninfo y portavoz."
(QUEVEDO, Lír. pop. tab., p. 17.)
AGUJAS, f. pl. "Maderos aguje-
reados que se hincan en tierra, y
pasando por sus agujeros unas
trancas, sirven para cerrar entra-
das de potreros y sementeras, for-
mar corrales, volantes, etc.
(ICAZB.) Las AGUJAS son, como
si dijéramos, las jambas de esta
clase de puertas, sin dintel, muy
comunes y muy usuales en el cam-
po en Tabasco. La denominación
que a primera vista parece un po-
co extravagante, tiene su razón de
ser. Por lo general las AGUJAS
terminan por el extremo superior
en un corte de lanza, en punta,
que las asemeja al objeto de don-
de sin duda tomaron su nombre;
además, los huecos por donde pa-
san las trancas o latas, como se
las denomina mejor, son un reme-
do del ojo de la aguja, y es otra
circunstancia de similitud.
Las AGL'JAS son propias de las
trancas, denominación que se da
a esta clase de puertas, que son
las más corrientes y vulgares en
el campo; es la puerta agreste y
' rudimentaria, usada para los cer-
': cados rústicos de menor importan-
cia. De mayor seguridad y mejor
clase son las puertas de golpe, las
AGUJ
— 68
AGUJ
cuales se asemejan ya más a la
puerta común, porque forman una
hoja, qué gira por uno de sus la-
dos. V. Lata, tranca, puerta de gol"
pe-
Cuba. "Sign. niet. Tiene uno en
Cuba: la acepción usada en los ferro-
carriles, como sinóniíno de chucho."
Debo advertir que este chucho, que
es el cambiavía, no se conoce con es-
te nombre en Tabasco, donde chucho
tiene otras acepciones enteramente
tástintas. "Aguja de tranquera, cada
uno de los maderos, o palos verticales,
que forman las entradas o puertas,
rústicas de las fincas rurales, o de
los terrenos cercados: hay tranque-
ras de dos y de tres agujas." (MA-
CÍAS.)
Parece que en algunas partes de
la República se llama así a la
tranca misma, esto es, a los made-
ros horizontales que entran en los
ojos de las agujas y que nosotros
llamamos latas (V.)
"El viejo Pablo... con presteza
abrió la puerta del corral, sacando
i na tras otra las agujetas de pesado
encino, que como travesanos iban de
un lado a otro de dos cuartones ver-
ticales de mezquite." (AZUELA, Ma-
la Yerba, I, p. 5.) — "Crujen las aguje-
tas de jncino, enfilándose en los ori-
ficios de los soportes." (ID., Ibid.,
XVII, p. 129.)
Lo mismo aparece de este pasaje de
i'iía obr.i tabasqueña:
"Ambos ginetes, descorriendo las
agujas o flechtis, se zamparon con
armaduras y todo." (MERIXO, Jua-
na Santa Anna, XVI, p. 153.)
AGUJA DE JARETA. La larga
gruesa y roma, que sirve para in-
troducir el cordón o cinta en la
jareta. (ICAZB.) La misma deno-
minación se da a tal utensilio
en T a base o. MACf AS la llama
agujeta. Oigámosle: "La aguja
grande, de metal u otra sustancia
análoga, sin punta y dispuesta pa-
ra que pasen la cinta, o los cordo-
nes para las jaretas de los vesti-
dos."
BUSCAR COMO AGUJA, expr.
fam., -buscar cuidadosamente, con
grande diligencia. Muy usada.
METER AGUJA POR SACAR
BARRETA. Loe. prov. que signifi-
ca decir poco para averiguar mu-
cho; es decir, hacer una pequeña
declaración, maliciosamente, con el
fin de que el interlocutor externe
su opinión acerca de aquello que
queremos averiguar. No es lo que
la Acad. dice "Meter aguja y sacar
reja."
"El año 47 volvió Petit. . . con el
grado de Comandante de la Corbeta
"Saratoga", y, como agujas buscaba
a los qu'í profanaron el cadáver de su
infoitun.ido .Jefe." (MERINO, Celes-
tina, 2\a. pte., IV, p. 163.) "No vién-
dola, empecé a llamarla por todos la-
dos, bus'::ándol,i como aguja, y me
desesperaba no hallarla ni en la espu-
ma..." (COFFIX, Gral. Gut., XXIII,
p. 174.)
AGUJETERO, m. Nombre que
se da al alfiletero. Es tan común
el uso de la palabra con esta acep-
ción, que es y debe ser aceptada
aún entre la gente de buen hablar.
La encontramos de norte al medio
día, en la América del Sur, en
' América Central y en todo Méxi-
I co.
i Sin que -neguemos a la Acade-
mia su autoridad y competencia
' en asuntos del lenguaje, franca-
: mente, nos parece que es más ló-
gico; más claro y más adecuado
; llamarle AGUJETERO, al objeto
que sirve para giiardar o poner las
I agujas, y no alfiletero que propia-
' mente es para alfileres.
Don Rufino José Cuervo, e 1 o-
cuente y docto filólogo, lo ampara
con las siguientes palabras de sus
Apuntaciones Críticas: "Agujetero
es en España el que hace o vende
agujetas, cosa que los bogotanos
no conocemos (ni los tabasqueños
AGUJ
— 69 -
AHOG
tampoco), y lo tomamos por el ca- , una aguja, o punzón grande: los
ñuto en que se guardan las agujas, ojos son negros con cerco platea-
o sea el alfiletero, buscando una, do, como todo el cuerpo, aunque
denominación más clara, y porque ennegrece por el lomo; cola ahor-
agujero es otra cosa." quillada desigual; la aleta dorsal
Don Félix Ramos y Duarte que principia grande y corre baja una
no sabe de admitir palabras que cuarta parte, las ventrales en me-
no estén en el Diccionario de la dio del cuerpo y dos pectorales. No
Academia ni acepta nada de lo que es comida muy agradable." (MA-
no nos dé el tal mamotreto, en su CÍAS). Poco más o menos es igual
libro, que Toro Gisbert ha llama- a nuestro AGUJÓN de agua dul-
do tan acertadamente "verdadero ce, pez sumamente ágil para na-
cajón de sastre", se concreta a co- ! dar, rapidísimo en sus movimien-
rregir la acepción de agujetero | tos y que da saltos hasta de 5 o
dando su equivalente castizo de 10 metros por sobre la superficie
alfiletero, como si las agujas fue- del agua, cuando va de escape o
ran también alfileres. Y da el tér- ' tropieza con cualquiera cosa. Per-
mino como provincial de San Luis ' seguidos por el sábalo, es curioso
Potosí, donde se^ruramente lo cono ' ver como saltan y cruzan el aire
ció, cosa inexacta, pues es de uso ' como flechas en distintas direccio-
en toda la República, y lo cual se nes a la acometida del enemigo,
debe, como el mismo Toro Gisbert ! cuando éste voltea en persecución
dice, ocupándose de la referida de ellos, a flor de agua. El AGU-
obra de Mexicanismos: "No bas- JÓN generalmente vive en las
ta haber leído una vez en un pe- aguas limpias y claras de los arro-
riódico o en un libro editado en , yos y los ríos; muy poco en las la-
Mérida, para decir que una pala- 1 gunas y agiias turbias o estanca-
bra mejicana es provincial de Yu- das; gusta mucho de las aguas
catán". ¡ frescas de creciente, y anda siem-
"Col. y Ríopl. Alfiletero". (TORO ! P^"^ «n cardumos, nadando general-
GISB. Dice. Lar.) ; mente a poca profundidad, siendo
visibles por lo mismo sus movi-
Don Baldomero Rivodó registra .
mientos.
de Veracruz. Es nacional.
Cuba. "PICH. se declara contra el
la palabra en sus Voces Nuevas de
la Lengua Castellana, y aboga por AHOGO, m. Lo que la Academia
su uso en la acepción apuntada. '■ llama ahoguío, esto es. opresión, fa
AGUJÓN, m. "Pez del orden de i ti^^ respiratoria por falta de aire.
los teleocéfalos, familia de los es- i Méx. Ramos y D. la da como voz
combresócidos, y del género be lene
de Cuvier, del cual describe Poey ! ^ . ^ ,„ ^.^ ^í„„í-;„ r.^,. „„„„:,i^
; empleo de esta dicción, por conside-
ocho especies. Pichardo dice: "Pez I rarla corruptela, e indica en sustitu-
común en estas bahías, de media ción de ella, ahogruío, asma." (MA-
vara de largo, más o menos; su j ^^^^-^
grueso, la duodécima p a r t e de | El mismo autor diserta acerca
aquél : cada mandíbula -se prolon- i del abolengo de la voz. y prueba,
ga más de un jeme, con dientes, rebatiéndola como provincialismo
las cuales cerradas, porque son de origen cubano, que la Acade-
delgadas presentan la figura de mía no registró su significado rec-
AHOR
— 70 —
AHUI
to, ocupándose solamente de las
acepciones traslaticias.
Col. C CIERVO prueba que es clási-
fo, con una cita del P. Isla. "Es muy
ugado en Andalucía." (TORO G.,
Amer.) y en casi todo Sud Amalea.
AHORA, m. adv. Ahora bien.
La tendencia constante del len-
guaje popular a la apócope, abre-
viando, ha llegado a darle al adv.
AHORA la connotación del m.
adv., ahora bien. El Presb. Gil y
Sáenz, arbitro en el manejo del
habla tabasqueña, usó demasiado
tal vez de esta figura de dicción,
pero hízolo siempre con la donosu-
ra que sabía hacerlo.
"Desde Xicalangro a la barra de
Santa Anna, la costa es limpia. Aho-
ra, desde la bara de S. Pedro hasta
la de Chiltepec, hay, de 4 a 5 bra-
zos de agua." (GIL Y SAENZ., Cart.
de Geogr. de Tab., p. 69.)
AHORCAR, a. "AHORCAR a al-
guno es valerse de su necesidad
para hacerle pagar un interés ex-
cesivo por dinero que se le presta,
o para comprarle alguna cosa en
menos de su justo valor." (ICAZB.)
En la misma acepción se usa en
Tabasco, donde se dice también
COGER A UNO A HORQUETA, o
a HORQUETA DE GUAYABO, que
equivale a aprovechar la situación
aflictiva de uno, o la falta de dine-
ro, que es lo más común, para ex-
torsionarle con réditos usurarios,
obteniendo de él ventajas leoninas.
AHORITA, adv. Diminutivo de
ahora; "aún más del momento que
ahora. Muy usado," dice GARCÍA
ICAZBALCETA. Ahora, propia-
mente, se refiere a la actualidad
durante el día o la fecha en que
se habla; así, se dice iremos aho-
ra, ahora en la noche, esto es,
hoy; en tanto que AHORITA es
"en este momento," en el acto, en
el instante mismo en que se ha-
bla. El vulgo apocopa la expresión,,
diciendo horita y horitita y aun ho-
rititita, por la afinidad con hora.
Dícese en Andalucía, según Ro-
dríguez Marín. (Nota al Quij., pte.
la., cap. VII; ed. de "La Lectura,"
Cervantes, t. I, p. 201.)
Méx. "Aún se estrecha más el tiem-
po diciendo ahoritita, o como en Cuba
ahoritica." (ICAZB.)
De ahoritita dice RAM. y DUAR-
TE: "Diminutivo de ahorita y bidi-
minufcivo de ahora, del latín ac-hora,
j en esta hora."
i — "Si se pide alguna cosa
Que motive detención,
Dicen con mucha dulzura
Ahorita mismo, señor."
(S. SOMOANO.)
"Con esto horita, horita aprenden
los muchachos el oficio." (PENSA-
. DOR, Periquillo, lia. pte., cap. XXTV.
p. 149.) — "Paguemelosté de prestito.
¡ porque .si no el diablo nos ha de lle-
I var horita, horita." (ID., ib., 3|a. pte.,
¡cap. IV, p. 179.)
Cuba. PICH.
— "En el acto y con suma pronti-
tud. Ahorita mismo, con acelerada
festinación." (MACÍAS.) Entre nos-
otros no significa actividad o acelera-
¡ c;ón. sino simnlemente acción que se
verifica o se lleva a cabo en el ins-
tante -^n qi'e se habl.i. "Ahorita voy",
quiere d'^cir que se parte en seguida,
ficto continuo al en que se habla, aun
cuando se vaya de.spacio.
AHOYAR, a. Horadar, perforar,
agujerear; en el sentido de pasar
una lámina u hoja de un lado a
otro.
AHUECAR, a. Irse, partir.
"Ahueca, en imperativo, equivale a
"vete." (TORO G., Amer., p. 166.)
Muy usado en lenguaje familiar y
jocoso.
AHUIZOTE, m. Es en nuestra
tierra todo símbolo de desgracia,
aquello que nos anuncia un mal
próximo o futuro; así, dicen que
el graznido de la lechuza es AHUI-
ZOTE que anuncia en la casa al-
guna muerte; por eso cuando, ha-
AHUI
7 i —
AHUI
biendo un enfermo, la lechuza ( los ríos de la tierra caliente. El
grazna sobre la casa o cerca de i cuerpo tiene un pie de largo, el ho-
ella, cunde el pánico en la fami- 1 cico es largo y agudo y la cola
lia y cuenta por segura la muerte '. grande. Tiene la piel manchada de
del paciente. Es esta una de tan- ¡negro y pardo." (Storia. Ant., lib. 1.
tas supersticiones o abusiones de ¡ p. 10.) Es^o animal daba materia
la gente poco instruida, sencilla y ¡ a los mexicanos para muchas con-
creyente. No obstante, común es ¡ sejas y supersticiones, que el P.
oír tales consejas hasta entre per- 1 Sahagún refiere así:
sonas de mediana cultura, que po- ¡ "Hay un animal en esta tierra que
cas veces renuncian a los hábitos ' vive en el agua y nunca se ha oído,
ancestrales de la creencia absur- "^' *^"^^ ®® "^"'^ avitzotl, es del ta-
ancestraies ae la cieencia aubui . n^a.ño como un perrillo: tiene el pelo
da e irrazonada en cosas mverosi- muy lezne y pequeño, tiene las ore-
miles, jitas pequeñas y puntiagudas, así co-
En Otras partes de la República í "^o el cuerpo negro y muy liso, la
1 1 u * TTT-TVí-iTTT' +í^«,^ «í^^o '^olSL laFga, y al cabo de ella una ma-
la palabra AHLIZOTE tiene otra ^o como de persona; tiene pies y ma-
acepción, aunque también en sen- j nos, y son como de mona; habita es-
tido metafórico o traslaticio, ex- te animal en los profundos manantia-
nrpsnndn "nprsnna malicia «iiP ^ ^^^ *^*^ '^^ ^^"^^' ^ ^' ^'^""^ P^^"^""**-
presando peisona maligna, Que jj^^^ ^ ^^..j,^ ^^ ^^^^^ ^j habita, lue-
nos hostiga, acosa y molesta con ; ^^ ,^ arrebata (sic) con la mano de
insistencia.' En su acepción pri- la cola, y le mete debajo del agua y
mordial, la voz, que es de origen lo lleva al profundo: luego turba a es-
azteca, expresa el nombre de un ^^ ^^ ^ace vertir y levantar olas: pa-
, , 1 X- I rece que es tempestad ae agua, y las
animal, muy común en la tierra ! 0,^3 quiebran en las orillas y hacen
caliente, como bien dice Clavijero; ¡espumas; y luego salen muchos pe-
pero desconocido en nuestra tierra i ees y ranas de lo profundo, andan so-
con ese nombre, pues allá se namal^Z^^.l^^fJ^^^t.t^''^- 1 }!''^''r F^T
' ^ •de alboroto en ella; y el que fue me-
perro de agua. i tido debajo, allí muere, y de ahí a
ETIM. "AHUIZOTE. (A. — HUIT- i pocos días el agua arroja fuera de su
ZOTL: atl, agua; huitzotl, espino- ! ^«"o el cuerpo del que fue ahogado
,, , . , , „x tTt 'y sale sm ojos, sm dientes y sm unas,
so; el espinoso del agtia. ) Nom- : que todo se lo quitó el avitzotl: el
bre de uno de los reyes de Mé- cuerpo ninguna Haga trae, sino todo
xico. que se hizo célebre por sus I "eno de cardenale-s. Aquel cuerpo na-
^„„^i^„^^„ TT-^ r,^-^nA^ «^,„„j„ ¡ d's '<? osaba sacar; hacíanlo saber a
crueldades. En sentido figurado, I ,^3 sátrapas de los ídolos, y ellos so-
persona que molesta, hostiga y ios le sacaban, porque decían que los
acosa a alguno. (13.)" (RÓBELO, | demás no eran dignos de tocarle, y
Dice de Azts ) también decían que aquél que fue
^ ahogado, los dioses tlaloques habían
Méx. "AHUIZOTE. (Del mex. | enviado su ánima al paraíso terre-
ahuizotl.) m. Animal anfibio, que ''al... Decían también que usaba es-
^,',^ ^r, „r. „„i „ „, „í^ «• -1 te anim.ilejo do otra cautela para ca-
aun no se sabe a punto fijo CUaU^^^ hombres cuando ya mucho tiem-
es. "Cierto animalejo, de agua, co- ¡ po hacía que no había cazado ningu-
mo perrillo," dice MOLINA. HER j "<>• v Para tomar algimo hacía jun-
NÁNDEZ, cree que puede colocar- K=^'' ^'""íl'^^^ Peces y ranas por allí
. ' ' j 1 ± ■ ' oonde él estaba, que saltaban y an-
sele en el genero de las nutrias. : ciaban por el agua, y los pescadores,
Clavijero le describe de este mo- ; por codicia de pescar aquellos peces
do: "El ahuizotl es un cuadrúpedo h"e parecían, echaban allí sus redes,
«^fiu:^ ^,,„ ^„ 1 _' • y entonces, cazaba aJguno. ahogaba-
anfibio que por lo común vive enJje. y nevábale a su cueva. Decían qite
AHUI
72
AHUI
usaba otra cautela este animalejo,
que... salíase a la orilla del ag-ua y
comenzaba a clorar como un niño, y
el que oía aquel lloro iba, pensando
que era realidad, y como llegaba cer-
ca del agua, asíale con la mano de la
cola, y llevábale debajo le ella, y allá '■
le mataba en su cueva." (Hist. Gen., !
üb. XI, cap. 4, p. 2.)''
Sin duda que la perversa índole
atribuida al animalejo fue causa
de que en las pinturas aparezca
como símbolo infausto y anuncio
de calamidades. Se ignora por que
tomó el nombre de Ahuizotl el oc-
tavo rey de México, y a fe que le
cuadró a maravilla, porque se se-
ñaló por sus continuas guerras y
por la multitud de víctimas huma-
nas que hizo sacrificar, particular-
mente en la dedicación del templo
mayor de México, con lo cual te-
nía hostigado al pueblo, y su nom-
bre se hizo tan aborrecible a pro-
pios y extraños, que ha venido a
significar "el que molesta y fatiga
a otro continuamente y, con exce-
so" y así decimos: fulano es un
ahuizote.
"El nombre de Ahuizotl se usa
como proverbio, aún entre los es-
pañoles de aquel reino, por signifi-
car un hombre que oon sus moles-
tias y vejaciones no deja vivir a
otro." (CLAVIJ., Storia. Ant., del
Messico.)
— "El se hizo mi íntimo amigo desde
aquella primera escuela en que estu-
ve, y fue mi eterno ahuizote." (PEN-
SADOR, Periquillo, tomo I, cap. 6,
p. 59.) — "El es mi ahuizote, sin duda:
es otro Doctor Pedro Recio." (ID., ib.,
cap. II, p. 140.) — "Los violinistas son
su ahuizote." (FAC, IVtariditos, cap.
6.) "Hay todavía como herencia de
lo$ tiempos antiguQs, cuando una per-
sona nos molesta atosigándonos de
una manera insoportable, acostum-
bramos decir: fulano es un ahuizote."
(OROZCO Y BERRA., Hist. Ant. t. I,
p. 447.)
Incluye este nombre D. Juan
Fernández Ferraz en sus Nahua-
tlismos de Costa Rica, y le da la
significación de agüero, creencia
vulgar, brujería." (ICAZB.)
"(Pr. D. F.) s. i adj. Perseguidor,
tenaz, perverso, malvado. Del azte-
ca ahuizotle, anfibio llamado perro
de agua." (RAMOS Y DUARTE.)
Debe advertirse que unos auto-
res (RÓBELO, ICAZBALCETA,
MAGIAS, TORO GISB.), escriben
ahuizote; otros (RAMOS Y DUAR-
TE, OCAMPO), agilizóte. Confor-
me a su etimología, dada por el
Sr. Róbelo, creemos que debe es-
cribirse con h y no con g, porque,
como dice el Sr. Ocampo, (Ob.
cit.) "en esta voz aún no se ha
marcado por el uso la sustitución
de una g, a la guturalidad que re-
sulta de que concurra una u con
otra vocal que le siga."
Cuba. "AHUIZOTE, adj. de una
term. sign. ún: Para nosoti'os equi-
vale a malévolo y cruel, porque tal
pintaron al monarca Ahuizotl los ero
nistas y misioneros; sin embargo, pa-
ra A. D., impugnador del ilustre
Bach., significa perseguidor. Var. en
Méx. dice el vulgo aguizote (Mendo-
za,) y BACH. reproduce unos con-
ceptos de A. D. en que aparecen dos
variantes: "Es verdad que los espa-
ñoles llevaron a Cuba el ahuizote me-
xicano. . . yo creía provincial la ovz
ahuizotl (perseguidor) y es la mexi-
cana ahuizotl el D. Pedro el Justi-
ciero de los aztecas, monarca fiero e
I incansable." Homon. Mendoza cscri-
! be en sus Apuntes: "acepción vulgar,
i el individuo que por costumbre cau-
i sa daño a otro, tal vez por el terri-
ble recuerdo que dejó el emperador."
I (MACfAS.)
Costa Rica. D. Carlos Gaeini. dice
en su Dice, de Barb. de C. Rica: "Sin
duda era para los mexicanos algo co-
mo el basilisco para los españoles,
pues ahuizotl significa también "ani-
mal fantástico o espanto", en lenpu;i-
je náhuatl." Hoy la palabra apüizote
se toma en muchos lugares de la
América Central por "sortilegio, ca-
bala."
AHUL
73
AIRE
AHULADO, m. "Tapete de hule
con que se cubre la mesa, para
conservarla limpia. Ahulado es lo
parecido al hule o que contiene
hule." (RAMOS Y DUARTE.) Y
qué ¿el ahulado no contiene hule?
AHUMAR, a. Como los cubanos
gustan del tasajo ahumado, así
gustamos nosotros de ciertas fru-
tas, como la naranja, ahumadas,
y también de ciertas carnes, la
lonja de puerco y la longaniza,
que de esta forma se conservan lar-
go tiempo y toman además rico
sabor y olor peculiar. Ahumar una
cosa es pues exponerla a la ac-
ción del humo, cerca del fogón o
del fuego, con los fines antes di-
chos.
Cuba. "Poner la carne... a recibir
el humo..", para darle aquel gusto del
bocado criollo favorito, el tasajo ahu-
mado." (PICH.)
AINDIADO, DA. adj. "Que tira
a indio: semejante a los indios en
color y facciones. Salva dice que
es voz de Cuba; mas no la trae
Pichardo. Maclas la da (p. 33) ;
pero cree que no es sólo de Cuba
sino de toda la América; y añade
que en Cuba es precisamente don-
de menos se emplea; lo cual es
muy creíble pues no ha quedado
allí indio alguno." (ICAZB.)
Riopl. "Que tira a indio; p que tie-
ne el color y facciones propias de los
indios." (GRAXADA. p. 78.)
Con más amplitud, en Tabasco
se llama aindiado al individuo de
tipo, aspecto o modales toscos, or-
dinarios y gi'oseros, por razón de
que los indios (indígenas) de allí,
como los que aun restan en toda
la América, son tipos de facciones
recias, de mala presencia física y
generalmente incultos, vulgares y
antipáticos por su rusticidad, de-
bido al desprecio de que han sido
motivo, cuando no a la persecu-
ción, por parte de los blancos, y
hoy hasta de los criollos. Además
el indio de la actualidad, a causa
de los sucesivos cruzamientos, ha
degenerado marcadamente, per-
diendo sus históricas y proverbia-
les cualidades de carácter y otras
facultades que peculiarizaban la
raza pura, llegando a convertirse
en individuos de crasa intelectua-
lidad y de c-ondiciones detestables
para la vida social, principalmen-
te para el progi'eso, pues son con-
servadores, rutinarios y apáticos
por excelencia.
AIRE. m. "En el juego del mon-
te se llama así la salida de las
cartas de igual clase, como dos
i-ejes, dos sotas, etc., cuando se
sacan para el albur." (ICAZB.)
Es lo que la Academia llama
encuentro, 5a. acepción.
2. Así se llama también en Ta-
basco el torozón, padecido por los
caballos. Creo que es lo que en
Veter. llama el Dice, meteorismo,
torozón, timpanitis o enteritis
El aire ^s una especie de ataque
paralítico, por el cual la bestia su-
fre convulsiones y espasmos rápi-
dos que le producen casi siempre
la muerte. Lo padece generalmen-
te el animal cuando ha andado, o
hecho ejercicio largo que le pro-
duce sudor y cansancio, y cesa re-
pentinamente, entrando en reposo
o descanso. Por eso cuando un ca-
ballo ha hecho largo viaje, sobre
todo en épocas de calor fuerte, al
rendir la jornada, o apearse el ji-
nete, acostúmbrase pasearlo va-
rios minutos, antes de desensillar-
lo, de suerte que vaya entrando
•paulatinamente en rep'oso y refres-
cándose poco a poco. V. PASEAR.
3. En general, cierta parálisis
! ligera.
AJIA
74
AJIL
Méx. "Enfermedad que paraliza al-
guna parte del cuerpo. Le dio un
aire." (ICAZB.)
Cuba. "Enfermedad conocida tam-
bién con los nombres de perlesía o
paralisio (más común parálisis), y en
tal concepto se acostumbra decir
Juan tiene aire..." (MACÍAS.)
— "La enfermedad perlática que
tuerce o invalida alguna facción o
miembro del cuerpo repentinamente.
Usase con los verbos tener y dar, v.
gr.: tiene aire, le dio aire..." (PICH.)
Canarias. "Cierta parálisis ligera:
tiene un aire: le dio un aire. Es co-
rriente también en Andalucía." (Ze-
ROLO, Legajo de varios, p. 161.)
HACERLE A UNO AIRE CON
LA COLA, fr. pbr lo común to-
mada en mala parte, en el sen-
tido irónico de no temer uno a
otra persona, ni dar importancia a
sus actos. I
AJIACO. "(Pr. Tab..) s. m. Co-
mida con caldo, hecha de carne,
camote, yuca, elote, plátano ver-
de, calabaza, chayóte, ñame y chi-
le." (RAMOS Y D.) Le faltó ajo,
cebolla, ajo-cebolla o cebollín, cu-
lantro, challa, coles, tomates y
mil frutas, legumbres, especias y
condimentos más, que bien pueden
ponérsele al tal guisito, que en
realidad no es una simple "comida
con caldo", puchero por ej.; como
dice Ramos y Duarte, sino que co-
mo no la conoce, habló por boca
de ganso y dijo una tontería, co-
mo la dijo también al afirmar que
la voz yagual es término de Fron-
tera. El ajiaco es una comida, un
cocido, que se hace preparando un
caldo coloreado con achiote y car-
gado de especias y recados: ajo
en cabezas enteras, pimienta, cla-
vo, etc., con el cual se guisa la
carne, echándole verduras, frutas
diversas, y adepiás aceite y vina-
gre. No es tampoco voz propia so-
lamente de Tabasco; la hemos
oído en México repetidas veces.
Parece esencialmente cubana.
Méx. "Guiso de carne de cerdo o
de ave y huevos revueltos con re-
caudo." (OCAMPO).
1 MONDONGO EN AJIACO, es el
í mondongo hecho en guiso de ajia-
j co, es decir, en caldo colorado, con
' especias, frutas y demás ingre-
dientes. V. MONDONGO.
I Cuba. Tratándose de un guiso isle-
ño, en América nadie tiene mejor
; derecho para hablar de él que un
cubano, y más cuando éste sea doc-
i to, como el señor Macías Oigá-
¡ mosle:
I "Comida criolla compuesta de car-
j ne fresca y tasajo (de puerco o de
j vaca), de viandas y de mucho caldo
i (donde se puede mojar el casabe),
! abundante en svimo de liinón y ají
¡ picante. Generalmente se le echan pe-
j dazos de plátano, yuca, calabaza,
I mazorca de maíz, ñame, boniato, ma-
j langa, etc.: pero es de advertir que
I degeiiera de su primitivo origen, a
¡ medida que se le acompaña de vian-
das y de verduras exóticas El je-
suíta Francisco J. Charlevoíx (Hist.
de Saint-Dom.) lo nombra iracas,
! voz que, dados los efectos del ají, no
vacilamos en dar por derivada de
\ ira. No diremos que son sinónimos,
porque sus elementos son distintos;
i pero pueden tomarse como equiva-
lentes el ajiaco cubano y la olla es-
! pafiola, y por lo que hace a mezco-
lanzas, el ajiaco guarda similitud con
: la escudella catalana (sopa) y con
i la paella valenciana (principio.) Es-
; to último es tan cierto que por eso
I se confundió, o confunden Salva y sus
I reproductores, el locro (V. en locrio)
'] con el ajiaco "
¡ Col, "ajiaco es un plato caracteri-
: zado por el ají, y así sucede en Cu-
I ba, el Perú y Chile; entre nosotros
lo que se llama así no lleva tal pi-
cante." (CUERVO, Ap. crit. 641).
•Nuestro ajiaco tampoco lleva chi-
le; y, como describe Ocampo, pue-
de contener dos o tres carnes: de
res, de cerdo y de pollo, por ej.*
en Veracruz el ajiaco lleva chile,
como el auténtico cubano.
¡AJILA! Interj. que se usa en
el lenguaje de campo, para ani-
AJIL
75
AJUM
mar o estimular el ganado a que
camine.
AJILAR, a. Es una corrupción del
verbo ahilar, ir uno ti'as de otro,
formando hilera; pero además tie-
ne otra acepción: la de encami-
narse dirigirse, tomar rumbo por
una parte: por aquí ajilaron los
bueyes, es decir, por aquí se fue-
ron o tomaron.
Costa Rica. En forma jocosa, muy
gráfica, Don Carlos Gagini trata del
verbo, con igual acepción en su Dice,
de barb. y provs. de C. R. "¿Parí,
onde ajilarían esos muchachos?" nos
preguntó una vez una vejecita, reñ
riéndose a dos nietezuelos suyos que
habían hecho la del humo "
No lo registran García Icazb.,
Macías ni Ramos y Duarte. Cuervo
tampoco lo trata, por lo tanto, pue-
de considerarse provincial de Ta-
basco y Centro América, región és-
ta con la cual es limítrofe nuestro
Estado; aunque lo encontramos en
otros puntos de la costa oriental.
"La yunta que tiraba de ella (la ca
rreta), era joven, y por tal no obe-
decía al ":ó. ó!...! ¡ajila!" del con-
ductor que a cada paso la hería"
(RODR. B., Pajarito, X. p. 170.)
AJILIMÓJILI, m. Tener una co-
sa su AJILIMÓJILI, fr. equivalen-
te a la castiza: Tener bemoles.
"Creen algunos que es cosa muy
fácil, pero no lo es, tiene su AGILI-
MÓGILI." (GIL Y SÁEXZ, El Capo-
ral, p. 48). — "En este mundo todo
tiene su AGILI-MóGILI." (ID., Ib.,
p. 67.)
AJO. m. Apócope de una interj.
sustantivada que, por poco decen-
te pero muy común, omitimos.
"En la esquina estaba un borracho
bocho una equis y vociferando ajos".
(RODRfG. BELTR., Perfiles, XVI., p.
116.)
AJUARAR a. Amueblar. Exis-
tiendo el sustantivo ajuar, nada
bárbara es la formación del verbo
ajuarar, usado no solamente en
Tabasco, sino en muchas otras
partes de México, aunque el señor
Ramos y Duarte le achaca tal uso
a Yucatán solamente.
Méx. "Ajuarar (Yuc), inf. amue-
blar. "Están ajuarando una casa";
amueblándola." (RAMOS Y DUAR-
TE.)
"¡Dulce placidez la de aquella ca-
sa montada a la antigua, ajuarada
a la antigua." (DELGADO, Los Pa-
rientes Ricos, LXXIX, p. 561.)
("Ello es que en vestidos, ociosida-
des, albricias, y casa ajuarada se
gastaron en cuatro días, mil y dos-
cientos pesos." (PENSADOR, Peri-
quillo, 2a. p., cap., V, p. 189). — "Las
bujías esparcían claridad en los
salones ajuarados caprichosamente."
(MERINO, Celestina, la. pte. X, p.
109.) — "En una casita baja, reduci-
da y mal ajuareada, vivía yo con mi
familia." (PRIETO, Memorias, 40-52.,
cap. IV, p. 263.)
AJUCHAR. Este verbo es, en
cuanto a su forma lexicogi'áfica,
una cori'upción de ahuchar, toman-
do éste en la acepción de azuzar,
incitar, que la Academia no le da.
Es sinónimo de otro provincialis-
mo campesino: atujar. (V.)
Ahuchar, en la acepción apun-
tada, es provincialismo aragonés,
según Cuervo (Ap. Crit., n. 970), y
de uso en Bogotá, según también
TORO G. (Dice. Lar.)
2. Tiene también entre el vulgo
en Tabasco este verbo la acepción
de excitar, apremiar: "a júchalo,
que acabe," es frase con que expre-
sa poner mayor actividad en lo
que uno se ocupa.
AJUMARSE, pr. Principalmente
entre los campesinos, siempre
' 'jsan este verbo por embriagarse,
achisparse, en estilo familiar casi
jocoso, y en forma expresiva muy
gráfica y onomatopéyica, cosa ex-
plicable si se para mientes en que
se deriva del sustantivo y adj.: ju-
mo, también prov., el cual parece
una pronunciación enfática y joco-
• sa de humo, y como éste marea.
AJUM
— 76
AJUM
ataranta y abomba al individuo,
ajumarse expresa estar bajo la
acción del humo.... (los vapores
alcohólicos).
Es tan fecundo nuestro pueblo
en la jocosidad y la metáfora, que
bien vale la pena dedicarle unos
renglones al vocabulario especial
de germanía que se usa para lla-
mar los "excesos en el culto de
Baco", que dice D. Rufino J. Cuer-
vo, el más alto filólogo de Hispa-
no América.
Cuatro formas distintas analiza-
remos, porque tantas así se distin-
guen de la borrachera en el pue-
blo de Tabasco. Ál hecho de be-
ber, de embriagarse, de emborra-
charse, llámase con los términos:
embotarse, trincárselas o atrincár-
selas, jalárselas, ponérselas, tra-
bárselas, tomar, chirriarla. Beber
algo hasta ponerse alebrestado, es
alebrestarse.
Del que está medio borracho,
del calamocano, se dice que está:
a medios chiles, a medias cachas,
a media, agua, a media rienda, a
media tranca, a media asta, picón,
caliente, sarazón, sorumbo, ade
más de que con el adverbio medio
se expresa lo mismo, anteponién-
dole a los epítetos numerosos con
que se lama al borracho: jumo,
tarro, jimbo, jalado, chumo, chiri-
mico, zorro, jalisco, mamífero,
briago, chispo, rayado, zurriago,
jarcia, bolo, mamado, pedo, toma-
do, etc., l'os cuales también se mo-
difican en sentido aumentativo
con el adverbio bien: bien jimbo,
bien jalado, cuando el individuo
está muy borracho.
El estado completo de ebriedad
se designa: chispera, bolera, zorra,
mona, turca, chispa, pedo, jimba,
papalina, jumera, chumera, mama-
2Ón, y cuando la borrachera es de
ordago (v), estos términos se cali-
fican buena mona, buena juma, etc.
Advertiremos que las monas, se pes-
can; se cogen, las zorras; se pone
uno o se traba las turcas, las jim-
bas, etc. Del que bebe de cuando en
cuando se dice que la chirria, y
cuando está bebiendo, que la anda
chirriando o que está chirriándola;
del que solamente bebe al acaso,
que lo pateó la muía, porque hay
que saber que a la botella se le
llama cariñosamente la muía.
Al que se embriaga por costum-
bre, al borracho consuetudinario,
se le aplican los dictados: bútago
(semejante a abotagado, derivado
de abotagarse), chispón (frecuen-
tativo de chispo), borrachín (id.
de borracho), borrachón, botelló-
logo (por antonomasia, mejor se-
ría botellófilo, amigo de la bote-
lla) ; se dice asimismo que es da-
do a la botella, que se las empina,
las atiranta; etc.
"Peralta, emparejado con "La Amo-
zoc," aiTibos con el jumo arriba, se
i encarga ron de vociferarlo por aquella
parte del campamento." (SÁNCHEZ
TvíARMOU Antón, XII, p. 112.) "Cuan-
: do se canta el jarabe o "Los Chiles"
[ y los bailadores estén un poco jumos
o achispados." (QUEVEDO. Los Ver-
sos de Pique: "Tab. Gráf.," No. 153,
I Enero 1". — 917.)
Por México se usan también al-
gunos de estos términos, especial-
mente jumo y jalado, pero más és-
tos: entrompetárselas, embolarse,
I a medios palos, como vemos de
I estos pasajes:
" — ^Vamos por él (Pedrito) a la ofi-
i ciña. Y lo entrom'petamos. Caló de
' Pío Prieto, con que significaba que lo
I emborracharían. — Eso es. — Cuando él
j está jalado (sinónimo peculiar de
I Pío), se presta a todo." FACTTNDO,
¡ Pollos, tomo 1, cap. XII.) "Pidió
j ajenjo.... cuando le tocó el hombro
un amigo suyo que estaba ya a
AJUS
AL
medios palos." (ID., Mariditos, cap.
V.) — "'Ya Ernesto había tragado más
saliva que la que se necesitaba para
la digestión y empezaba a sentir-
se como dicen: embolado." (FACUN-
DO. Merlditos, cap. VIII). — "Solían ju
gar una brisca de interés módico, y
trincar un anicetillo gratuito." (GAM-
BOA, Santa, Seg. pte. II, p. 232.) —
"Han bebido tanto, que a esta hora
tienen ana. juma..." (DEL.G., Cal.
XIII, p. 116.) — "Me he pegado más de
diez monas como una tranca." (FAC,
Isolina. t. II, cap. VII.) — "Antes de
estar jalado, ya el Coronel estaba sen-
tado junto a la novia." (FAC, Marl-
ditos, cap. VIII.) — "El Coronel, según
expresión de la mayoría de los concu-
rrentes, estaba muy jalado." (ID. ib.,
cap. \^I.) — "Reljeca empezaba a sen-
tirse como dicen, embolada." (ID. ib.,
cap. VIII.) — "Los briagos, en vez de
irse para su.s casas, escogen los qui-
cios de las puertas, para quedarse
dormidos." (EXCELSIOR, Méx., Agos-
to 917.) — ";Y ái me tienej tú que se
ajumó y se lo llevaron a la gayola!...
;Y ái durmió la mona... hajta hoy
mui tempranito!" (RODR. B., Pajari-
to, XVI, p. 3.57.)
A JUSTAR, a. "Ya te voy a aj'us-
tar las cuentas," dicen las mamas
al hijo que na cometido al^na
falta o travesura, dándole a enten-
der que le van a pedir cuenta de
su conducta, para comprobar si se
ha portado bien. La acepción es
metafórica, y traslaticia también
de ajusta r cuentas, en el cual sen-
tido vale tanto como verificar o
comprobar, acepción que no le re-
conoce la Academia ni tiene como
provincialismo en otros lugares de
América, según veremos en segui-
da.
Méx. "(Yuc), inf. Cumplir, tener."
"El niño ajustó ya seis años," esto es,
"cumplió ya seis años," o "tiene seis
años." (RAMOS y D.)
También en Tabasco se usa en
esta acepción el verbo: "tiene xiiez
años justos", exactos, cabales, por
lo tanto, "los ha ajustado" la per-
sona de quien se trata.
C. Rica. RODRÍGUEZ reprueba el
uso pro\incial de ajustan en estas fra-
ses: "le ajustaron un garrotazo o cien
palos," etc., y agrega: "Dígase de los
azotes que se los dieron, del garrota-
zo que se lo asestaron, y así, según
los casos." GAGIXI, con tal motivo,
lo critica diciendo: "El Sr. Rodríguez
ignoraba sin duda que en Castilla se
Cice vulgarmente ajustan por dar o
asentan, y que en tal .sentido ha si-
do usado dicho verbo por escritores
de nota," y da la siguiente cita:
"El castellano
una estocada repentina ajusta
al pecho del garzón."
(A. de SAAVEDRA, El Moro Expó-
sito.)
Col. "Dícese vulgarmente le ajustó
(le dio) una pedrada: de ahí entre
nosotros "me ajustó (me dio) un do-
lor de muelas." (CUERVO, Xo. 610.)
Por lo \'isto, también al Sr. Cuer\-o le
viene el guante de la crítica de Gagi-
ni.
Perú. Apretar: le apnetanon mucho
en el examen. (TORO G.. Dice. Lan.)
Chil. Asestar, dar. (TORO G.. ib.)
AL, por a, prep. "No es raro oír
en Tabasco estas frases: "AL ha-
ber salido temprano, lo habría en-
contrado." "AL decir la verdad, no
lo he visto." Debe decirse: "A ha-
ber salido..' A decir verdad...."
porque estas expresiones denotan
condiciones, v. gr. : "si yo hubiera
salido... si yo dijera verdad".
"Se antepone al a un infinitivo
cuando se (luiere expresar coexis-
tencia de tiempo, v. gr. "Llegué al
anochecer", es decir, "al tiempo
que anochecía": "Habiendo apla-
cado Sancho a su mujer, y D. Qui-
jote a su sobrina y su ama. AL
anochecer se pusieron en camino."
(CERVANTES, Quijote, pte. II,
cap. VII.)" (RAMOS.)
Sólo tenemos que agregar a es-
to que tal uso es propio de la gen-
te indocta por completo, de aque-
lla entre la cual se dice diatiro,
Grabiel, naiden, a la cual no se
ALA
ALAC
puede corregir, porque antes hay
<que enseñarle la Gramática y sus
reglas más elementales; para la
cual no se escriben los dicciona-
rios, sino los silabarios. Y es cosa
de no tener uno en qué ocuparse,
esto de ponerse a recoger estos
que dijéramos verdaderos desper-
dicios del idioma, residuos de eli-
minación del lenguaje, que sólo
son buenos para un Diccionario de
barbarismos, propiamente dicho, y
no para una obra que contenga
palabras y expresiones no mera y
simplemente viciosas, sino que
siendo propias de tal o cual re-
gión, dejan de estar comprendidas
en el léxico castizo. El Sr. Ra-
mos y Duarte no hizo obra de se-
lección, de expurgamiento y mejo-
ramiento del lenguaje, sino un Có-
digo, errado las más veces, de sen-
tencias, de censura y reprobación
contra todo aquello que no se
ajusta estrictamente al cartabón
del Diccionario. No permitiéndole
al lenguaje enriquecerse, ensan-
charse, permanecería estancando
y se haría inservible e inútil para
su objeto, pues la natural evolu-
ción social crea diariamente, mo- i
mentó a momento, multitud dé co- ;
sas nuevas para las cuales se ne- !
cesitan nombres nuevos también.
ALA. DAR EL ALA POR CO- !
MERSE LA PECHUGA, refr. con I
que se da entender que se concede
lo de menos valor, por aprovechar- 1
se de lo más importante y valioso. |
Dícese también DAR EL ALÓN.
Es común en toda la costa.
"No era la maestra de aquellas in-
teresadas que dan el alón por comerse
la pechuga." (RODRÍGUEZ BEL-
TRÁN, Pajarito, III, p. 35.)
ALABADO, m. "Cántico devoto
que en algunas haciendas acostum-
bran entonar los trabajadores al
comenzar y al terminar el traba-
jo." (ICAZB.)
El canto del ALABADO está
I unido en Tabasco a la historia
I tristísima de la más dolorosa ser-
i vidumbre, que fue por muchos
I años esclavitud disfrazada con ese
¡nombre. EL ALABADO no era ima
! costumbre ya, que llegó a consti-
j tuír una obligación para los infe-
jlices sirvientes o mozos que con
; sus mujeres y sus hijos debían le-
\ vantarse a las dos de la mañana,
I para tener tiempo de entonarle, y
j salir muy temprano al trabajo. Y
I por las noches, a entonrale tam-
j bien, después de las rudas faenas
¡ del día y de los palos abundante-
I mente recibidos ; a dar gracias a
I Dios por haberles permitido un
día más, añadido a la cadena de
I sufrimientos y martirios, y al amo
por haberles prodigado el bien del
castigo; rendidos por el cansancio,
abrumados por un sol tropical que
incendia y mata. Nada más triste
y lastimero que aquel canto corea-
do, quejumbroso como un gemido
prolongado del dolor, como un mi-
serere entonado a los victrimarios
y verdugos.
Méx. "Del cuartucho se escapaba el
cálido olor de la muchedumbre aglo-
merada, que rezaba rosarios y más
rosarios, sin descansar más instantes
que los gastados en entonar un canto
horriblemente lúgubre, el alabado, que
de rigor deVie cantarse, a fln de ahu-
yentar a los demonios." (AZUELA,
Mala Yerba, II, pp. 10-11.)
Chile. "Aunque alabado es caste-
llano, denotando el motete que se can-
taba en alabanza del Santísimo Sa-
cramento, en Chile hemos conocido
siempre este motete con el nombre
de bendito, y con aquél el canto de
los serenos al venir el día y recoger-
se a su cuartel." (RODR.)
ALACRaN, del freno, m. Cada
uno de los dos expremos inferio-
res del freno, encorvados hacia
ALAL
— 79 —
ALAM
atrás y en los cuales se aseguran
las dos ramas o guías de las rien-
das.
ALALIMÓN, m. Juego de niños en
que éstos se dividen en dos bandos y
entonan un canto cuya primera
palabra es ésta, la cual es corrup-
ción de Hola lirón, según Borao:
"alalimón, alalimón, la torre se
me ha caído," cantan las de un
grupo, y contestan las otras: "ala-
limón, (bis) ya la levantaremos."
Compárense los versos que siguen,
algo distintos en Aragón y en
Vizcaya :
Xo tenemos dinero.
Nosotras los dai'emos
¿De qué son los dineros?
De cascaras de huevo, etc.)
Xo tenemos dinero.
X'osotras ya tenemos.
¿Con qué se hace el dinero?
Con cascaras de huevo, etc.
(MUGICA, Dialectos, etc., p.
56.)
Adviértase que Mugica escribe
alalimón, esdrújulo.
BORAO registra lo siguiente
(Dice, de voces aragonesas, p.
154, Arr. ALALIMÓN) : "Juego de
muchachos, que consiste en una
danza circular, acompañada de un
cantar, que comienza con aquella
palabra, la cual es corrupción de
Hola lirón."
2. Además del juego descrito, llá-
mase también así un estilo de to-
rear en el cual dos toreros toman
la capa por sus extremos, hacien-
do que el toro pase entre ellos. Po-
co usado hoy.
ALAMBIQUERO, m. Es tan ade-
cuado y tan aplicable a Tabasco lo
que acerca de esta palabra escribe
Macías en su Dice, cubano, que
parece hecho para nosotros lo que
aquí se reproduce: "El encargado
del manejo de algún alambique o
el inteligente en la elaboración del
aguardiente. — En España hay mu-
chos alambiques; pero, o no exis-
ten allá encargados especiales de
ellos, o los nombran valiéndose de
alguna paráfrasis, o los Dicciona-
rios han cometido una notable omi-
sión. Nosotros debemos consignar
el término, porque en Cuba es el
nombre de una profesión lucrati-
va." Y en Tabasco también.
"El que maneja y cuida el alam-
bique," dice PICH.
ALAMBRADO, m. Cerca de
alambre comúnmente usada para
' dividir en departamentos los po-
treros, y para cerrarlos en el perí-
metro, lo mismo que cualquiera
otra clase de lugares en el cam-
po. Se emplea el alambre de púa,
poniendo postes o estacas gruesas,
a tres o cuatro metros de distan-
cia, en los cuales se afianza con
grapas el alambre. Por lo general
los ALAMBRADOS, son de tres a
cuatro hilos, a menos que sirvan
para impedir el paso de animales
pequeños, como cerdos, caso en el
cual se hacen de mayor número.
En los corrales y toriles se usa
alambre liso, o cercas de palos, pa-
ra evitar riesgos a los animales,
porque en esos lugares se encie-
rran para lazarlos, y suelen atre-
pellarse al correr.
Ríopl. "Cerca de alambre." (TO-
RO G., Dice. Lar.)— GRANADA, p.
79.
No lo encontramos en otros pro-
vincialismos de América, ni regis-
tra la Academia otra acepción que
la de "Alambrera, enrejado o teji-
do de alambre."
ALAMBRAR, a. Cercar con alam-
brado un campo o terreno.
Riopl. GRANADA, p. 79.
ALAZ
80
ALBO
ALAZANA, f. fam. Nombre que
daba el pueblo a la antigua onza
oro, moneda de diez y seis pesos.
Usado especialmente en plural:
Las Alazanas. Hoy son muy raras.
Llamábanse también peluconas y
amarillas. (Vv.)
"Y cómo se habla de sus arcenes
repletos de alazanas que eterna^mente
emboscado oculta hipócritamente."
(SALAZAR, Almas, Honda tristeza, p.
11.)
ALBARDÓN. m. "Nombre que se
da a la silla de montar inglesa,
llana y sin borrenes." (ICAZB.) EL
ALBARDÓN no tiene manzana ni
teja; es plano, y presta poca segu-
ridad para el jinete; úsase más
bien para paseo.
"Otras (montadas) en algún albar-
dón viejo, traído por ima americana
de San Francisco." (CHAVERO,
Obras, F^l INTanzanillo, p. 8.)
ALBOROTARSE, pr. "Animarse,
inquietarse con la perspectiva de
una diversión u otro goce que se
desea con ansia. Es el embullarse
de Cuba." (ICAZB.) Lo mismo pa-
ra nosotros.
2. En el lenguaje del albéitar: in-
quietarse el caballo, haciendo ca-
briolas, dando saltos, caracoleando
fatigadamente, ya por causa de ha-
ber estado mucho tiempo sin ser
montado, y por lo mismo muy des-
cansado, ya por un exceso de bue-
na salud y alimentación; ya, por
último, por una excitación sexual.
Cuba. Se dice Embullarse o Embu-
llar, como lo define MAGIAS: "Inspi-
rar deseos o entusiasmo por algún
propósito" (ARBOI..), o como dice
PTCH., "Animar, propender a la bu-
lla o diversión. Antón. Término for-
motivo y antagónico de desembullar.
Crít. Llama la atención que SALVA
(de donde lo tomaron CAB. y la SOC.
de LIT.) registre tres derivados del
verbo y omita a éste. CHAO, hacién-
dose cargo de la coirección de PICH.,
suprime a embullamiento y deja a
embullo y embullarse, óigasele: "Em-
bullarse: V. gr., provincias de Cana-
rias y Cuba: jaranear, estar de bulla,
animarse a entrar en ella." Creemos
que así como el "animarse a entrar
en bulla" debió ser lo primero que
escribiera CHAO, tanto por tener la
forma reHexiva (cuestión de lógica),
como ser el genuino significado de la
palabra (cuestión de lexicología), de-
bió también anteponer Cuba a Cana-
rias, porque el término de que se tra-
¡ ta es muy del lenguaje de las Islas,
como se dijo deaantes."
También entre nosotros se usa
embullarse, con igual significado
al que tiene en las Islas. Muy co-
mún en el lenguaje familiar y cam-
pesino.
ALBOROTERO, RA. adj. íam.
"Bullanguero, amigo de bullangas,"
dice la Acad. ; ¿qué mucho enton-
ces que, conforme al procedimien-
to usual y castizo de la formación
de nombres con la desinencia — ero,
era, hagamos nosotros ALBORO-
TERO, de alboroto: amigo de al-
borotos? Y aun, con el mismo de-
recho y conforme a análogo proce-
dimiento, hemos formado alborotis-
ta, congénere de camorrista, el cual
es más propio si se quiere que al-
borotero, ' puesto que expresa "el
que arma alborotos". Sustantívase.
C. Rica. "El Dice, sólo da alborota-
dor. Sin embargo, alborotero, forma-
do de alboroto como Vnillanguero de
bullanga, nos p,arece aceptable, siquie-
ra sea con la nota de familiar." (GA-
GINI, p. 34.)
ALBOROTISTA, m. y f. fam. No
encontramos esta voz en ningiin
libro de la materia, consultado;
plácenos, pues, tener cual si dijé-
ramos la patente de exclusiva en
el uso de una palabra, cuya buena
filiación lexicológica queda lega-
lizada por la existencia y genealo-
gía de su prima hermana camorris-
ta. V. ALBOROTERO.
ALBOROTO, m. "Lo mismo que
embullo en Cuba." (ICAZB.) Ani-
mación predisposición con entu-
ALGA
— 81 —
ALCA
siasmo para la diversión, bulla,
fiesta u obsequio que se prepara o
espera. "Vocerío", (ACAD.) EL
ALBOROTO, para nosotros, no es
sinónimo forzoso de vocerío; aquel
puede amarse sin dar voces ni
hacer ruido o escándalo: forman
ALBOROTO las hormigas cuando,
presintiendo el mal tiempo, van de
aquí para allá precipitadamente;
se alborota un avispero cuando se
le tropieza y echan las avispas a
volar irritadas, buscando a quien '
las ha provocado, para asaetearlo.
Guat. y Hond. Muy otro significado,
en nada parecido al nuestro: "Rose-
tas de maíz tostado con miel." (TO-
RO G., Dice. Lar.)
ALCAHUETE, TA. adj. "Perso-
na que solicita o sonsaca a una
mujer para los usos lascivos con un
hombre, o encubre, consiente o
permite en su casa esta ilícita co-
municación." (ACAD.) Además de
éste, tiene por nosotros el signifi-
cado más púdico de padre consen-
tidor de los hijos. ALCAHUETES
sé les dice a los padres que no co-
rrigen y castigan debida y opor-
tunamente a sus hijos, lo cual es
más bien ima tolerancia por exce-
so de cariño, mal entendido si se
quiere, pero nunca por complicidad
en el vicio ni menos con la per-
versa idea de insinuarles en la co-
rrupción.
Cuba. "Una especial tiene en Cuba:
delator, denunciante, chismoso," (MA-
GIAS.) En mi tierra al pan se llama
pan y al vino, vino: chismoso al que
lleva y trae, y tiene gusto en propa-
gar el chisme; aunque el alcahuete
raras veces no es chismoso, por razón
de su oficio.
ALCALDADA, f. De pública y
notoria ha llegado a ser proverbial
la estupidez y rusticidad de los
funcionarios que en España llevan
el nombre de Alcaldes; de aquí
que a toda acción en que se atre-
pella un derecho o se comete im
abuso de autoridad, se llame AL-
CALDADA. De este modo lo defi-
ne y entiende la Academia; mas
para nosotros la acepción se ha ge-
neralizado hasta alcanzar el signi-
ficado de un abuso cualquiera, aun
cuí^ndo no sea ejerciendo el poder
ni teniendo la facultad legal de
obrar en determinado sentido.
ALCAPARRA, f. "Arbusto ramo-
so de tallos tendidos y espinosos, y
flores blancas y grandes." Otrd es
en Cuba, según PICH. : "Planta
de muchos tallos herbáceos, tier-
nos, con lomos gruesos de media
pulgada, verde-amarillosos, tendi-
dos y que sirven también de en-
redadera; las hojas cordiformes,
de un verde renegi-ido lustroso, sin
dientes; florecülas pequeñas y
blancuzcas, y corteza aperitiva y
vermífuga."
Nuestra ALCAPARRA es un ár-
bol grande, comúnmente conocido
con el nombre de madre chontal
(Erythrina coralloides, ROV.),
pues aquel nombre se aplica pro-
pi.^mente a 1« flov de la plañí i-, fus
ürlol fx ondoso, de tallo ro'nido,
con espinas, dispersas; de hoja.s co-
lor verde oscuro, grandes, acora-
zonadas, de limbo dentellado, du-
ras, de iargo pe riólo. La ilor es
de cáliz verde, tubular, monosépa-
lo; la corola de color rosado es
una especie de vainilla o estuche,
algo aplanada, abierta por una
arista y lomo redondeado; en for-
ma de una hoja de machete; en el
lomo el color es más subido y ha-
cia los bordes casi desciende al
blanco. Tanto la corola como el
cáliz son jugosos y dulces, por lo
cual es muy comestible, cocida y
frita. Esta planta se siembra en
6
ALCA
— 82 —
ALDA
las haciendas de cacao, donde sir-
ve como chichigua. V. MADRE. í
"El nombre vulgar de alcaparrero
que le suelen dar (al perico), recono- '
ce la costumbre que tiene de invadir I
las plantaciones de cacao para
alimentarse con las flores de la Ery- i
thrina coralloides, designada en Ma- |
cuspana con el nombre de alcaparra." i
(ROVIROSA, Zoo. de Tab., p. 35.) i
Ecuad. Por allá se llama alcaparra
a los "Botones florales de la pita." I
(TOA'AR, c. p. TORO G., Amer., p.
96.)
ALCAPARRERO, m. N o m b r e |
vulgar que se da también al peri-
co, periquito o periquillo (Conurus :
aztecus, SOUANCÉ.) V. ALCAPA-
RRA, i
ALGARABAN, m. Nombre que
suele darse en algunas partes del ¡
Estado al ave que comúnmente '
se conoce con el nombre de tara- i
tana, (Oedicnemus bistriatus,
WAGL.) Don Alberto Correa (Res.
ec. del E. de Tab., p. 37) llama
también a esta ave algarabía. Nos
parece un error: el algarab.'a ¡
(Dendrocygna fulva, BÜRN) per-;
tenece a orden y familia entera-
mente distintos ; ésta es un anáti-
de anserina. orden de los lameli :
rrostros, aquélla es edicnemida,
suborden limicola, orden de los gra \
llatores. V. ALGARABÍA, TARA- j
TANA.
ALCOHÓLICO, CA. adj. "Que'
contiene alcohol." "m. Persona ata-
cada de alcoholismo." (TORO G.,
Dice. Lar.)
Méx. "adj. Causado por el alcohol;
como locura alcohólica." (ICAZB.) 2.
"Concerniente al alcohol." (ID.)
"La estadística alcohólica." (FA-
CUNDO, Dos millones de pesos, p.
83.)
Tanto la acepción que da la .Aca-
demia, como las demás apuntadas,
tiene esta voz en Tabasco: envene-
namiento alcohólico, Juan es un
alcohólico, café alcohólico (con
alcohol, que mejor fuera alcoholi-
zado), estadística alcohólica, pro-
ducción alcohólica, etc.
"AL CONTADO y DE CONTADO
&on frases de distintos ,signiflca-
dos. Para aquellos que las confun-
den, diremos que al contado equi-
vale a con dinero contante; de
contado, al instante, inmediatamen-
tev "La falta de comercio e indus-
tria, y por consiguiente, de capita-
les en estas provincias, nunca pro-
porcionará las ventas al contado-"
(Jovellanos, Ley Agraria, baldíos.)
"Mira, Sancho, el que quieres, y
azótate luego, y págate de contado
y de tu propia mano, pues tienes
dineros míos." (Quij., pte. II, cap.
LXXI.)" (RAMOS Y DUARTE.) Es-
to si parece escrito para nuestros
conterráneos, entre quienes muy a
menudo se incurre en tal confu-
sión reprobable, aun por la gente
versada. Ténganlo pues por sabido
que es así como dice el autor cita-
do.
AL CHALECO, fr. A la fuerza,
por fuerza, abusivamente. Hacer
una cosa al chaleco es proceder
sin derecho, obrar por la razón del
más fuerte. También suele expre-
sar, por antonomasia, proceder con
todo dei-echo contra una resisten-
cia u oposición enteramente irra-
zonadas, cuando no se consigue el
'convencimiento del contrario por
medios prudentes. Si una persona
no quiere darnos lo que es nues-
tro, después de comprobarle el de-
recho que nos asiste, se la quita-
mos al chaleco.
Méx. "(Ver.), fr. A la fuerza, por la
fuerza." (RAM. Y D.) No es provin-
cial solamente de Veracruz, según
hemos visto.
ALDABA, f. Nuestra aldaba no
es la que define la Acad., como lla-
mador o pasador, sino una pieza
metálica, ñja en un extremo, por
ALEB
— 83
ALEB
una argolla, a una hoja de la puer-
ta, trabando por el otro extremo,
en el cual tiene un gancho, en
otra argolla fija en la hoja opues-
ta.
ALEBRESTADO, DA adj. Picón,
a medios chiles; con alegría pro-
ducida por el alcohol. Es el primer
estado o periodo de la embriaguez,
que se manifiesta por una acometi-
vidad (1) extraordinaria, viveza de
ánimo excesiva, impulsivismo in-
contenido y agresivo.
Hond. "Eiíaniorado; así en Hondu-
ras, como en otras partes de Améri-
ca." (MEMBR., Hondureñismos.) Será
así; pero el caso es que en ningún
tratadista del lenguaje provln. de
^Vmérica hallamos esta voz con tal
acepción.
2. Por extensión, expresa tam-
bién, en general, agresivo. Lo mis-
mo en México, segrún esta cita:
"Con sus enemigos era rencoroso y
alebrestado; el o la que se la hacía,
.<e la oagiba." (XERVO, Otras vidas.
IV, p. íl.)
ALEBRESTARSE, pr. Este ver-
bo es por su significado entre nos-
otros, meramente provincial de
Tabasco. Expresa el hecho de en-
trar en el primer período de la
embriaguez; alterarse el ánimo
(1) La Acad. no sanciona todavía el ,
uso ni la existencia del sustantivo '
acometividad, como no ha sancionado
impulsivismo y tantos más; pero val-
ga en nuestro abono, si algo vale,
¡que si ha de valer! la autoridad d'
escritores contemporáneos de tan alta
reputación como Blasco Ibáñez, uno
de los picachos más altos de las le- ;
tras españolas, de quien hace Toro
Oisbert (Apunt. Lexicogr., p. 212) la
siguiente cita: "Miraba a Jaime con
la fiera acometividad de la mujer
<iue, segura del respeto que infunde
su sexo, es más audaz e impetuosa
que el hombre." (Los Muertos Man-
dan, p. 313.) ¡Y qué expresiva, y qué
{,'ráfica !a palabra, y, sobre todo, qué
bien empleada! ¿Verdad que es bella. |
señores Académicos?
por el uso de la bebida poniéndo-
se en estado de excitación nervio-
sa que se manifiesta por la irrita-
ción de los ojos y que produce lo
que llamamos la "vista turbia," y
desordenada viveza de los actos
en la persona, con tendencias a la
riña. El individuo en este estado
por lo común, se vuelve penden-
ciero, acometivo, y empieza a per-
der el dominio sobre sí.
Es sin duda un derivado ideoló-
gico de alegrarse, pues alebrestarse
es ponerse alegre al ingerir la be-
bida, como se pone en efecto el
individuo cuando tiene algimas
copas; apto para armar camorra.
He aquí un caso típico de forma-
ción popular por afinidad fonética,
por cuanto al signficado de la
voz. El vulgo conoció la palabra
alegrarse y se familiarizó con ella
seguramente más pronto que con
alebrestarse, que es menos general
por cuanto su acción se ha deriva-
do, por analogía, de ciertos actos
de la liebre. De suerte que la nue-
va voz, antes que referirla a algo
que tuviera relación con este ani-
mal, no de todo el mundo conoci-
do, el vulgo la refirió a aquélla, a
alegrarse, que estaba ya en los
dominios del habla popular, y de
ella como tipo ideó el significado
que le imprimió a alebrestarse.
Cuatro verbos sinónimos trae la
Acad.: alebrestarse, alebrastarse,
alebrarse y alebronarse; pero sig-
nificando todos ello.? en general co-
sa enteramente distinta del nues-
tro: "Echarse al suelo-y pegarse a
él como las liebres. Acobardarse."
No sólo la liebre tiene esta cos-
tumbre; casi toda la caza huye y
se agazapa. De todos modos es de
admirar el talento de observación
de los académicos, siquiei'a en esta
ALEB
— 84 —
ALEG
vez, porque lo que es tratándose
de otros animalillos más comunes,
los desconocen por completo, tal
vez por no estar con éstos tan fa-
miliarizados como con las liebres.
Hay algo más: el consabido voca-
blo corre por toda la América, co-
mo veremos en seguida, con signi-
ficado que en nada se parece al
académico. Esto, pues, fuerza a
sospechar de la razón que asista a
la Academia. El Dice, de Aut. no
trae sino una cita sola, y ésta del
verbo a leb pastarse.
Méx. "(Ver.), inf. Alborotarse, azo-
tarse, alzarse." .(RAM. Y D.)
— "No tiene aquí ninguna de las
acepciones que le da el Dice, sino la
de alarmarse, alterarse, alborotarse,
por sospecha de algún daño próximo."
(G. ICAZB.)
Venez. "Se usa en el sentido de
avisparse, erguirse, animarse, que es
lo contrario de lo que significa según
el Dice. (RlVODó, Voces Nuevas, p. |
268.) También "envalentonarse," se- j
gún TORO G. (Dice. Lar.) |
Colomb. "Para nosotros es alboro- ¡
tarse, animarse, erguirse, encabritar- j
se los caballos y otros animales, como
la liebre y los conejos cuando se en-
derezan afirmándose sobre la parte
trasera." (CUERVO, Apunt. Crít., No.
628.)
Como americanismo, en general,
según vemos, alebrestarse tiene
signiflacado opuesto enteramente
al que da la Academia, y como
provincial de nuestra habla tabas-
queña, distinto nada más, aunque
no opuesto al académico, y distin-
to también del que tiene como
americanismo, pero solamente en
cuanto a la causa, que para nos-
otros es siempre y únicamente el
uso de la bebida, aunque los efec-
tos son los mismos: la alegría, el
alborotamiento, la excitación del
ánimo. Como quiera que sea, creo
que más derecho tenemos a usar-
le, como lo usa toda la América
indolatina y no como le puedan
usar o le hayan usado en Castilla.
ALEGRÓN, m. Así se llama el
cacao de la primera cosecha que
produce el cacaotero en Tabasco,
de octubre a diciembre; y también
la cosecha misma: cosecha del
ALEGRÓN.
Hay en nuestra tierra, clásica
del cacao, tres cosechas de este
grano en el año: la primera, que
produce el alegrón; la segunda, o
invernada, hasta marzo, y la terce-
ra, que es la verdadera cosecha,
cosecha de año o principal, de
abril a junio. También en los me-
ses de agosto y septiembre, "a "ve-
ces desde julio, produce el árbol
del cacao algunos frutos, por lo
general esporádicos; es la cosecha
del caaco loco o aventurero. Pero
oigamos mejor a los peritos en la
materia:
"El cacaotero produce en Tabasco
cuatro cosechas, a saber: la primera
de enero a marzo, llamada de inver-
nada; la segunda, llamada la princi-
pal, en abril, mayo junio y julio; la
tercera, de cacao loco o aventurero,
en agosto y septiembre, y la cuarta,
la de cacao alegrón, en octubre, no-
viembre y diciembre. "(MARTÍNEZ
CH., Cult. y beneficio del cacaotero,
p_ 50.) — "Se recogen tres cosechas de
cacao por año: la primera de enero a
marzo, que se llama de invernada; la
segunda de abril a junio, que es la
cosecha principal, y la tercera, que
recibe el nombre de alegrón, se ob-
tiene de noviembre a diciembre. Con
frecuencia se producen algunos frutos
de julio a septiemlire, y esta cosecha
se llama del cacao loco o aventurero."
(CORREA, Reseña Ec. de Tab., p.
78.) — "El cacao que ir>adin-a en los
meses de abril, mayo y junio, es el
de la cosecha pi-incipal; el de julio y
agosto, lo denominan los agricultores
venturero; el de septiembre, octubre
y noviembre, alegrón, y el de diciem-
bre, enero, febrero y marzo, inverna-
da." (ROVIROSA, El Part. de Macus,
pana, MS., pp. 117-118.) — "El produc-
ALEN
85
ALFA
to de un millar de árboles en su pri-
mera cosecha es el siguiente:
Cosecha llamada invernada,
en enero, febrero y marzo. 30 libras
Cosecha llamada principal,
en abril, mayo, junio y
julio 60 ,,
Cosecha de cacao loco o
aventurero, en agosto y
septiembre 38 ,,
Cosecha de cacao alegrón,
en octubre, noviembre y
diciembre 30 ,,
En consecuencia, un millar I
de árboles produce en el I
primer año, unas .... 150 libras i
(MARTÍNEZ, Ob. cit., p. 52.) I
2. Enamoradizo, enamorado; ha- |
blándose de viejos verdes. ¡
Méx. "m. Aficionado a galanteos." !
(ICAZB.) A semejanza de alegre, au- ,
mentativo del cual es indudablemen-
te, debe ser adj. y no sust. como
anota el autor citado, tal vez por un
lapsus. Lo prueban las . mismas citas
<iue alega: "Yo comencé a ser me-
nos alegrón" (Astucia, tom. II, cap.
I.) — "Es cierto que ha sido alegrón;
pero nada más." (FACUXDO, Isolina,
tomo II, cap. 5); por donde se ve su
carácter de cualitativo o adjetivo ca-
lificativo, como dicen la generalidad
de los gramáticos. Anota tannbién el
Sr. Icazb. la acepción que tiene en
Tabasco, como nombre del cacao.
"Una anciana de media vida. . . con
su marido dulce y alegrón que había
resignado en manos de su adorada mi-
tad las riendas del gobierno." FI-
DEL, Memorias, 28-40, cap. II, p.
150.)
ALENTADO, DA. adj. Vale en el
lenguaje popular tabasqueño tanto
como mejorado, restablecido de
una enfermedad o dolencia; con-
valeciente, aliviado y, por exten-
sión, sano. V. ALENTARSE.
" — Buenas noches, Sr. D. Caralam-
pio, parece que ya ud. está mejor?
— Sí. Sr. D. Tomás, ya estoy gracias
a Dios más alentadito." (CJIL Y
SAENZ, El Caporal, p. 72.)
C. Rica. "Entre nosotros nunca se
usa este adjetivo en la acepción de
"animoso, valiente," que es la única
•que le da el Dice, sino en la de sano,
V. gr. : "¿Cómo están sus chacalines?
— Alentadltos, quiere Dios." (GAGI-
NI.) Y agrega: "Tal uso nos parece
propio".
ALENTARSE, pr. Mejorar de
una enfermedad, convalecer, res-
tablecerse. "Esta acepción, omitida
por la Acad., dice GAGINI, es per-
fectamente castiza." y remite al
lector al Dice, de Construcc. y Rég.
de Cuervo, tomo I, p. 332. Consul-
tada esta obra hallamos: "Refl.
Cobrar vigor y fuerzas." Estaba a
la sazón en Avila, apenas convale-
ciendo de una dolencia. . . Mucho
le hizo al caso la edad. . . para
qué... con medicinas saludables
se alentase." (MAR., Hist. Esp.
14.8 R. 30.412). Part. "Hablé a un
amigo que lo fue también de ese
hidalgo herido: Y, acompañándole
yo, A su casa me llevó : Volé en
extremo alentado." (CALD:. No hay
cosa como callar, 1.12 (R. 7.553)."
Estas citas, entre muchísimas, son
bastantes para probar al más mio-
pe que no andamos fuera de razón
cuando decimos que no todo lo
que no sanciona la Acad. es malo.
ALESNA, f. DOS ALESNAS NO
SE PUNZAN, Refr. García Icazbal-
ceta registra: "Dos alesnas no se
pican. Con que se denota que cuan^-
do dos tratantes son igualmente
astutos y versados en su negocio,
no puede el uno engañar al otro."
Nos parece más propio como deci-
mos en la tierruca, no se punzan,
habida cuenta que punzar es "herir
con la punta", que es lo que la
alesna puede hacer, toda vez que
no tiene pico.
ALFAJOR, m. Para la Acad. el
alfajor es el mismo alajú, que de-
fine: "Pasta de almendras, nue-
ces, especias finas y miel bien co-
cida."
Para nosotros es simplemente
una pasta seca de pinol grueso,
con pimienta y miel de abeja
ALFA
(miel de monte), o panela; corta-
da en trozos de figura rombal.
Según Ramos y Duarte, en el
D. F., es lo mismo que para nos-
otros: "Dulce en pasta, hecbo de
pinole con miel." En Campeche y
Veracruz, dice que llaman alfajor
al dulce de coco, hecho con azú-
car prieta, denominada general-
mente panela y piloncillo.
"Cuba. "I). Dulce seco en cuya ela-
boración entra el cazabe, miel o azú-
car y un poco de pimienta; y II.),
la flg-ura geométrica llamada rombo,
o romboide, por ser ésta la forma
que afecta la pasta, y de aquí que
la expresión en figura de alfajor
equivalga a en forma de rombo ó
romboide. "En criollo, dice Armas,
además de ser una pasta dulce, sig-
nifica en general un rombo de cual-
quier materia": Etim. Es una
adulteración de alajú (influenciada
por alajor), proced., al decir de la
Acad., del árabe alfahúa, voz com-
puesta de al, el y de fahúa, panal de
miel." (MAGIAS.)
Adrede hemos reproducido la
etimología dada por el ilustre se-
ñor Macías, para defenderlo, aun-
que tardíamente, de un cargo irra-
zonado e injusto que le ha hecho
el señor Ramos y Duarte, en su
^bra Di ce i. de méx., que venimos
citando en este trabajo. Dice éste:
"Muchos creen (entre ellos D.
Juan Ignacio de Armas y D. Jo-
sé Miguel Macías, (?) (Dice, cu-
bano, art. Alfajor), que el nombre
de este dulce se debe a la forma
romboidal en que cortan la pasta;
pero según Covarrubias, (Tesoro
de la Leng. Cast.), es alteración
del arábigo alfaxur, ... o del ara
higo alhaxú. . ."
El señor R. y Duarte, ha tomado
el efecto por la causa, o el rábano
por las hojas, incurriendo en un
grave error por confusión. Ma-
cías, en la acepción II de la voz,
dice: "la figura... rombo, por ser
86 ^
ALFA
esta la forma que afecta la" pasta,"
con lo cual quiere decir que por
extensión o por traslación la pala-
braha pasado del nombre del dulce
(causa) a ser el nombre del rom-
bo (efecto) ; pero nunca que el
nombre de esta figura pasara a ser
el nombre del dulce o la causa de
él (el nombre), pues en tal caso
éste se llamaría rombo, que es la
palabra primordial denominativa.
Si la causa errónea en que se
funda el señor Ramos cree hallarla
en la etimología, menos verdade-
ra es, como se advierte por la
comparación de ella con la de Co-
varrubias, reproducida por el preo-
pinante.
PICH. trata el tema en igual
forma que Macías.
Amér. "Paita de harina de yuca,
papelón, pina y gengibre." (TORO
G., Dice. Lar.)
Ríopí. "Dulce formado por dos pe-
dazos redondos de masa unidos."
(TORO, Ob. clt.) — "Golosina que
consiste en dos piezas de masa cir-
culares, adheridas la una. a la otra por
medio de un dulce cualquiera. Anti-
guamente, hasta hace pocos años,
hacían las negras los alfajores, que
consistían en dos piezas circulares
de masa hojaldrada, de tres a cua-
tro pulgadas de diámetro, juntas la
una a la otra con dulce de leche.
Hoy lleva el nombre de alfajor cual-
quier golosina de igual forma, sea
cual fuere la calidad de la masa y
del dulce que se emplee en ella. En
Venezuela llaman alfajor a una "Pas
ta hecha de harina de yuca, papelón,
pina y gengibre. Se le da forma de
paralelógramo." (D. JULlO CALCA-
ÑO, Acad. Venez.) — En España se
llama indistintamente alfajor o alajú
a la "Pasta de almendras, nueces, y,
a veces, de piñones, pan tostado y
rallado y especia fina, con miel muy
subida de punto." (La Acad.) Es de
advertir qvie en Río de la Plata ni
siquiera .se conoce la palabra alajú."
(GRANADA, p. 81.)
El dulcecito es del gusto .de to-
dos los latino-americanos, y tam-
bién de los iberos, como se ve; só-
ALFA
87
ALFO
lo que difiere en todas partes por
pequeños detalles de fabricación,
según los ingredientes que acos-
tumbran ponerle. Lo esencial es
la miel, que reúne los demás ma-
teriales, secos o en polvo, para
formar la pasta.
Llámase también en Tabasco
alfandoque, y, popular y más co-
múnmente, chinopote, nombre vul-
gar con que todos lo conocemos.
Nuestra acepción es costeña.
"Anduvo nuestro Xicho:... obliga-
do.... a pasár.selas porteando y vo-
ceando alfajores de masa y bocadi-
llos de leche." (RODR. B.. Pajarito,
XIII, p. 120.) En el Vocabulario fi-
nal de esta obra, el autor define:
"Alfajores. Dulce en pasta, hecho de
maíz, panela, pimienta y clavo, cor-
tado en forma de rombo." Exacta-
mente igual al nuestro.
ALFANDOQUE, m. Nombre con
que se denomina también el dulce
alfajor o alajú de la Academia;
pero siempre cortado en trozos de
figura de rombos. Llámase vulgar
y más comúnmente chinopote. (V).
Venez. En Venezuela es también
un dulce el alfondoque de la Acade-
mia.: "Pasta de melado, queso, y
anís o gengibre." (TORO G., Dice.
Lar., art. Alfandoque.)
Colomb. "Especie de alfeñique, que
se fabrica con almendras," (TORO.
Ob. cit.); pero, principalmente, el
nombre de un instrumento de música:
"Un canuto largo con pedrezuelas o
simientes." (CUERVO, Apunt., p.
622.). o "Canuto lleno de semilas. con
que hacen música 'os indios del Cau-
ca." (TORO G., Ob. cit.)
ALFARDA, f. "Par de una arma-
dura", dice la Academia, y Macias
define: I.) Viga o vigueta; y II),
madeix» de pino americano, de ;
longitud indeterminada, y cuya es- i
cuadra es de cuatro pulgadas in-
glesas de ancho (?) por otras tan-
tas de grueso, ó 5 X 5". Tal vez I
haya aquí un error, toda vez que ¡
dice cuatro y luego escribe 5 X 5. 1
A la alfarda del Dice, llaman
nuestros carpinteros o constructo-
res de casa, puntal, pareado que
sostiene las canales del techo o el
eje horizontal de éste.
Nuestra alfarda es la misma que
define Macias, comúnmente de pi-
no (aunque no sea americano),
pudiendo ser de cualquiera otra
madera (cedro, caoba, macuilís, p.
ej., que son muy comunes en Ta-
basco; no así el pino, que no se
produce allí) ; peio es de escuadra
distinta a la que él señala. Sus ca-
ras no tienen dimensiones igua-
les, es decir, no es de base cua-
drada, sino de cuatro por cinco,
cuatro pulgadas inglesas de grueso
por cinco de ancho. Tampoco es lo
mismo que viga o vigueta; la pri-
mera es, precisamente, la que mi-
de cinco por cinco, siempre de ba-
se cuadrada y la vigueta, también
de ancho igual al grueso, se dife-
rencia de la viga por ser más del-
gada o de menores dimensiones en
lo general. V. VIGA, VIGUETA.
PUNTAL.
ALFOMBRILLA, f. Macias apun-
ta dos significados metafóricos que
esta voz tiene en Cuba; las repro-
duciremos, porque las mismas tie-
ne en el lenguaje tabasqueño: "(I,
término sinónimo de salpullido o
sarpullido; II), epíteto de una es-
pecie de viruelas, la que presen-
ta su erupción como picadas de
mosquitos por todo el cuerpo".
(PICH.) "Agregaremos a la defini-
ción de Pich., esta otra caracterís-
tica de la viruela de alfombrilla:
muy tupida y muy peligrosa, mor-
tal. Llámase también y más co-
munmente, de petatillo. (V).
2. f. Cierta planta gramínea, pa-
recida a la grama de Castilla, pe-
ro mucho más menuda; muy abun-
ALGA
88 —
ALGU
dante en los terrenos áridos o muy ¡
trabajados. Ésta y otras gramas \
finas siembran los rancheros en el
plan del sitio y en los secaderos
de las casas.
ALGARABÍA, m. (Dendrocygna
fu Iva, Burn-) "Ave muy numerosa
en las lagunas de las Matillas,
Tierra Colorada, 'Paciste y Coro-
zal; en Playa-Grande, Limón y los
llanos inundables del T i n t o."
(ROV., Zool. de Tab., p. 48.). Per-
tenece al orden de los lamelirros-
tros, familia de los anátides, sub-
familia de las anserinas.
"Busca el nido la alegre algarabía,
El tordo al limonero del ribazo,"
(LORENZO CALZADA, Tabasco Grá
fleo núm. 151, Dice. 221916.)
Don Alberto Correa sufrió lamen
table error, cunfundiendo el alga-
rabía con el alcarabán o taratana,
(V.) según dijimos en su lugar.
El nombre de esta ave se debe
sin duda a la circunstancia de
que es sumamente escandalosa,
formando una verdadera algarab a
con el ruidoso graznido que for-
man en común las grandes banda-
das que se aglomeran en las lagu-
nas.
En la Chontalpa y otras partes
del Estado le llaman alga rabí.
Méx. "Esas cuentas esmaltadas de
mil colores, que juntas forman una
algarabía de luces indescriptibles."
(FACUNDO, Baile y Cochino, cap.
VI.) — "Aquellos pilotos medio desnu-
dos, ofrecen en tumultuosa algarabía
sus embarcaciones, al aproximarse el
coche". (ID., Ensalada de Pollos,
tomo II, cap. VIII.). Como vemos
por estas citas de uno de los más
acreditadcs costumbristas de México,
por acá se ha dado mayor extensión
a la palabra algarabía, hasta hacer-
la significar una confusión o desor-
den cualquiera, aunque no sea espe-
cialmente de voces ni ruidos, como
lo expresa la Academia, en la acep-
ción familiar relativa que registra de
la palabra. Nos parece, a este respec-
to, más apropiada la acepción tabas-
queña, en su aplicación o destino pa-
ra designar el ave que forma verda-
dero desorden o confusión de voces
con svi gritería.
ALGARAFUELLE. m. Zapato. Ú.
más en pl. Es término de la jerga
campesina, usado en la Chontalpa
y especialmente en Huimanguillo.
ALGODONO LLO. m. "Enferme-
dad de las mucosas debida a un
honguillo que se desarrolla en la
boca de los recién nacidos."
(Acad., art. Muguete.) Llámase
más comúnmente en Tabasco, sa-
canac. (V.) Parece que ataca, no
solamente a l-os niños, sino tam-
bién a los enfermos poco antes de
morir. V. SAPILLO.
Méx. "(D. F.), sm. Sapillo; enfer-
medad que padecen los niños en la
boca." (R. DUARTE.)
Amér. "Se llama en América, se-
gún los países, sapillo, algodónenlo,
algorra." (TORO G., Dice. Lar., art.
Muguete.)
ALGUACIL, m. Por el carácter
especial de este agente de la au-
toridad en Tabasco, completamen-
te distinto del que le corresponde-
ría por razón del origen histórico
de su institución, vamos a tratarlo,
procediendo por comparación. "Mi-
nistro inferior de justicia, que lle-
va por insignia una vara delgada,
Se junco por lo regular, y que eje-
cuta las órdenes de los juzgados y
tribunales, como autos de prisión
o arresto, mandamientos de ejecu-
ción, embargos y otros actos judi-
ciales." (ACAD.) — "Antic. Cierto
grado en la milicia de los moros."
(SALVA.)— "Expr. Alguacil de (o
del) campo es en España "el que
cuida de l-os sembrados, para que
no los dañen las gentes entrando
en ellos;" (Acad.) pero en los pri-
meros regimientos (Ayuntamien-
tos) establecidos en América, el
cargo de alguacil del campo era
ALGU
— 89 —
ALIÑ
más honorífico, puesto que fue el
regidor encargado de los asuntos
rurales del común. Véase, sin em-
bargo, en lo que degeneró el car-
go. "'Este empleo, describe BACH.,
fue creado en St. Domingo en 1915,
y ten^a por objeto perseguir a los
naturales que Niían del servicio.
En el ejercicio di ^u profesión tu-
vo que empietir ios perros de bus-
ca, lebreles que luego han figura-
do en mayor escala, por ej., en
Jamaica, contra los negros cima-
O-i-ones, dirigidos por los ranchado-
res de Bejucal, perdidos por el
gobierno inglés a fines del siglo
XVIII, gobernando la isla de Cuba
el insigne D. Luis de las Casas."
Etim. Según la Acad., procede de
aluagir, lugarteniente; pero deta-
lla más Engelmann: de awazir, el
visir o ministro, más adelante del
gobernador, y últimamente el ajTi-
dante o auxiliar." (MACÍAS.)
Tristemente, la categoría del po-
bre alguacil ha descendido, hasta
llegar a ser lo que hoy es en Ta-
basco: un agente de lo policía, un
gendarme de ínfima clase, como es
el auxiliar de los Comisarios de
Policía, últimos representantes de
la autoridad política, en los pue-
blos y vecindarios rurales. Se lla-
ma también cabo de cita, porque
su papel casi se reduce a hacer
notificaciones y citaciones, aunque,
como agente del or^pn, suele tam-
bién hacer aprehensiones, en dele-
gación o por propia autoridad. Es
cargo consejil, y gratuito, obliga-
torio para todos los ciudadanos,
que lo desempeñan por tumos de
un mes en cada demarcación. Las
ejecuciones o embargos que. como
se ve de la relación histórica an-
terior, le correspondía, son hoy
funciones propias, en Tabasco, de
los Ministros Ejecutores, funcio-
narios judiciales adscritos a los
Juzgados de Primera Instancia del
orden civil, que hay establecidos
en las Cabeceras de Partidos Ju-
diciales y en la Capital del Esta-
do. La denominación de alguacil a
los cabos de cita, es más común-
mente empleada entre los indíge-
nas, que conservan tal vez el re-
cuerdo histórico de la época colo-
nial en que existió el funcionario
propiamente llamado así, como
trasplante del similar, originario
de la gerarquía arábiga, estableci-
do en España. V. COMISARIO,
CABO, MINISTRO.
En las poblaciones de la Mesa
Central el alguacil se llama topil,
aztequismo derivado, según RÓ-
BELO (Dice, de Azt.) de "topilli,
bordón, asta de lanza, vara de jus-
ticia; indio que desempeña las fun-
ciones de alguacil en los juzgados
inferiores de los pueblos."
ALIENADO, DA, adj. Loco, ena-
jenado. Neologismo.
Hond. "Loco, tanto en América co-
mo en España." (MEMBR.)
ALIMONADO, DA. adj. En forma
de limón: ovoide y ovoideo.
"Los topes (de las garrochas) se-
rán de forma alimonada." (Regla-
mento para corridas de toros, Art.
3S.)
ALIÑADOR, m. El que tiene por
oficio aliñar reses. Muy distintos
significados tiene en otros puntos
de HispanoAmérica, sobre todo en
Chile. (V. ALIÑAR).
ALIÑAR, a. "Arreglar, aderezar,
componer." Nuestros nagateros o
matanceros desconocen el uso de
este verbo en tal acepción; para
ellos aliñar es "descuartizar una
res", destazar un animal cualquie-
ra: aliñar un puerco, un toro, etc.
"Descuartizar", según el Dice, es
"dividir en cuartos la res"; por lo
tanto, es más explícito aliñar.
ALIÑ
90
ALMA
porque expresa no solamente di-
vidir en cuartos, sino preparar to-
das las partes de la res, hasta de-
jarla en condiciones de ser despa-
chada, si se expende fresca, o ta-
sajeada, si se ha de salar. En rea-
lidad es "arreglar, componer" de-
bidamente todas las partes de la
res, para su beneficio, y en tal con-
cepto nos parece aceptable su acep
ción traslaticia V. TASAJEAR,
BENEFICIO.
"Ya quisiera yo ver a ese señorito
"sembrando una milpa" en mitad del
sol, aliñando una res, o amansando un
potro. (TEUTILA COREA DE CÁR-
TER, Paulina, p. 73.)
"Este H. Ayuntamiento debe preo-
cuparse por la construcción de
un edificio para Rastro, pues que
hoy que se presenta la estación llu-
viosa es imposible continúe de-
gollando y aliñando las reses a la
sombra de los árboles entre el in-
mundo fango." (Cuauhtemoc, Villaher-
mosa, Tab., ag. 23 1917, núm. 68.) —
"¡Aquí se aliña el pescao!.... ¡bara-
to, muy barato!" (RODR. B., Paja-
rito, XXV, p. 629.) Por esta cita ve-
mos que se usa en la costa en ge-
neral.— "Cuando alguna bestia, se
hallase arruinando la ajena labor, el
agraviado es arbitro para matarla
avisando. . . a su dueño para que la
mande aliñar o a botar". (Comp. de
los Decretos de la Legisl. de Tab.,
p. 23: Decr. de 3 de nov. de 1826,
Art. 29.)
ALIÑO, m. Acto de aliñar (V.)
Cosa muy distinta significa en Cu-
ba, según lo encontramos en Pich:
"N. s. m. En algunas partes de la
Isla se da este nombre a lo que
en otros viandas, y a las legumbres
y especias en conjunto; y así di-
cen " un real de aliño", esto es, j
de todas aquéllas. De aquí aliñar".!
(Ob. cit.) I
Chile. "V. y sust, son castizos, in- ■
dicando aquél el acto de condimen- I
tar, arreglar y componer, y éste, al j
que lo ejecuta. Téngase, empero, por i
un prov. de nuestra tierra el uso de i
aliñar en el sentido de "volver a su '
sitio los huesos dislocados," i el de
aliñador para denotar al curandero o
I sacapotras, que tiene por oficio asis-
tir i entablillar a los que se quiebran
o dislocan los huesos.
¡ "En España las personas doctas
: han designado siempre con el nom-
í bre de aljebrista al que profesa el
arte de concertar los huesos disloca^
I dos.
; "Tratándose de ensaladas, nada
más se sabe en Chile que aliñarlas:
no nos atreveríamos a tacharla de
, impropia; pero en España son más
, usados: sazonar y aderezar." (RO-
I DRIGUEZ.)
í ALISTRANADO, DA. adj. Trans-
versal o diagonal. Es verbo vulgar
campesino, originado tal vez de
que los listones de madera suelen
ponerse en forma diagonal en los
techos de las casas, para darle
mayor fuerza al armazón o a los
travesanos colocados en forma
cuadrangular.
ALISTRANAR. a. Poner una co-
sa, larga como una vara, en posi-
ción diagonal o transversal con
respecto a otras.
2. En sent. flg. y forma refl., po-
nerse listo, atento.
ALMACIGADO, DA. p. p. del
verbo almacigarse (V.) En Cuba es
adj. que expresa: "Color de la
caballería que se parece al de la
corteza del almacigo, cuando hace
de fondo el pelo blanco que le tras-
luce o forma mezclilla, como suce-
de con la tela que cubre el vege-
tal. Suele anteponerse la palabra
rosillo." (PICH., Ob. cit.)
ALMACIGARSE, pr. Apiñarse,
juntarse, apretarse la gente. "Es-
taba la gente almacigada en la pla-
za, en la calle, en cualquier lugar."
ALMACIGO, m. Acad.: "Simien-
tes nacidas en la almáciga", enten-
•diéndose por ésta el sitio donde se
siembran las semillas para tras-
plantarlas. No son las semillas, las
ALMA
— 91
ALMI
que se trasplantan, sino las plan-
titas recien nacidas.
El almacigo, para nosotros, pro-
piamente no es sólo el sitio don-
de se siembran las semillas para
que germinen en deterníinadas
condiciones propicias de calor, luz
y humedad, sino a la vez el con-
junto mismo de semillas sembra-
das, y luego, el conjimto de planti-
stas o matitas para el trasplante.
Indistintamente usamos esta sola
denominación para ambas cosas.
2. En sentido metafórico se le
da también el significado de apiña-
miento, multitud apretada de per-
sonas o de cosas: un almacigo de
cuentos tiene esa vieja; había mos-
quitos, que era aquello un almaci-
go; un almacigo de chismes, equi-
vale a ser chismoso, simplemente;
era la calle un almacigo de gente-
El señor Gagini da la palabra
almacigal, que no registra el Dice,
de la Acad.. y establece la diferen-
cia entre almáciga y almacigo, co-
mo advertencia, porque los agricul-
tores de su tierra "también em-
plean la palabra almacigo como si-
nónimo de almacigal." La crítica
del señor Gagini es confusa: para
saber que es impropio el uso de
almacigo como sinónimo de alma-
cigal, necsario es que sepamos
previamente qué significa almaci-
gal, cosa de la cual no tenemos
ningún conocimiento. Seguramen-
te lo que pretendió criticar fue el
uso de almacigal como sinónimo
de almacigo, entendiendo aquella
como una forma abusiva de almá-
ciga: pero no lo dijo.
Hond. MEMBR.. p. 12.
R. DUARTE anota almárcigo, proy.
de Méx. y Gro., corrupción de alma-
cigo. Más propiamente es de almáci-
ga.
ALMATROSTE. m. No culpo a ■
mis paisanos de cometer esta ba-;
domía; es común en toda la Amé-
rica Latina y aún en las provin-
cias españolas, según tengo enten-
dido. Si no les absuelve, por lo me-
nos les atenúa la pena por inco-
rrectos, la causa que el doctísimo
y nunca bien sentido lexicólogo
D. Rufino J. Cuervo expone, tra-
tando de la acción psicológica co-
mo causa de formación de voces
nuevas, en el cap. XI de sus nota-
bles Apuntaciones. Habla él, en lo
relativo, dice así: "Modiñcase ar-
bitrariamente el interior u otra
parte de la palabra con letras o
combinaciones de otra parecida:.,
armatoste (se A-uelve almastroste)
por la influencia traste." Xo obs-
tante, y aunque huelgue insistir
en la corrección, agi-egaremos a
lo dicho por mil autoridades, que
no se dice almatroste, ni almastro-
te, ni armatroste, ni armastrote,
sino pura y llanamente armatoste:
elimínese la I, que se ha colado
de rondón, también por acción psi-
cológica del parecido de alma; eli-
mínese la r de la segunda mitad,
(que fue tra'da de trote o de tras-
te) pasándola a la primera, y pón-
gase la s a esa misma segunda mi-
tad como final de su primera sí-
laba que es mixta simple.
ALMENDRA, adj. ¡Qué buena al-
mendra! ¡qué par de almendras!
son frases que menudean en el len-
guaje familiar, con el carácter de
interjectivas en cierto estilo entre
irónico y afectuoso, tratando de
los muchachos tarambanas, travie-
sos, o de los jóvenes o pollos ca-
laverones.
ALMIDÓN, m. "Por antonomasia
se entiende en Cuba el que se ex-
trae de la jTica (dulce o agria),
pues los otros necesitan especifi-
carse, v. g. : almidón de trigo, de
ALMI
— 92 —
ALMI
papa, de sagú, de arroz, etc." Es- ^
to dice el señor Macías y lo mis- j
mo podríamos decir de nuestro
almidón de Tabasco, aunque allí !
solamente la yuca dulce o comesti- j
ble se utiliza para extraerlo, como |
que no se conoce allí la yuca agria.
Extráese también de otras plantas
como el macayo, etc., pero de infe-
rior calidad. Es una industria o
manufactura muj común en las cla-
ses indígenas, de la región del
municipio de Macuspana, cuyas
siembras se concretan al maíz, la
yuca y el camote, principalmente;
pocos son los que siembran pláta-
nos, (dominico o bellaco), caña de
azúcar; como golosina, calabazas,
melones y sandias, y algunas le-
gumbres; chile, tomate, culantro,
etc. El mismo terreno en que ha-
cen la milpa, lo utilizan para la
yuca, que siembran después de do-
blada aquélla; allí mismo siem-
bran el camotal, aunque separado
del yuca I, porque la sombra perju-
dica.
El almidón se obtiene por decan-
tación del agua en que se disuel-
ve la fécula de la yuca. Una vez
pelada ésta y lavada, se raspa en
el rayador, remojándose en gran-
des ollas o pailas de agua muy
limpia, colándose en seguida en
tela que deja pasar la fécula y
retiene el sargazo, dejándola des-
pués en reposo por doce horas,
hasta que se decanta el almidón
que se asienta en una pasta blan-
ca, compacta y ñnísima. Una vez
decantada esa agua, se recoge el
almidón, y se asolea y seca conve-
nientemente. Como se ve, es ima
industria rudimentaria de suma
sencillez, que no exige más que
mucho aseo, cualidad muy propia
y común de nuestros indios de Ta-
basco y en general de toda la cla-
se pobre. (1)
2. ALMIDÓN, se llama también
en nuestro lenguaje tabasqueño,
por una antonomasia que raya en
impropiedad, al engrudo hecho con
almidón; es una sinécdoque muy
perdonable en nuestros paisanos,
si tenemos en cuenta que acá por
México, llámanle cola. Lo mismo
en Cuba: "con impropiedad se
dice indistintamente a éste y al
Engrudo.'' (PICH.) Este acusa de
corruptela el uso de la voz al-
midón por engrudo.
ALMIZCLE, m. La Acad., sólo
llama ALMIZCLE a la sustancia
producida por el almizclero. Ad-
vertiremos que varios otros ani-
males también lo producen, las
aves por ejemplo. Hay además en
Tabasco el puerco de monte, el
zorrillo y algunos otros animales
de monte» que tienen almizcle. De
paso hemos de decir que ninguno
de estos almizcles es adorífero, si-
no por lo contrario, de un olor re-
pugnante y penetrante, como que
la sustancia es sumamente volátil.
Especialmente el almizcle del zo-
rrillo es tan penetrante y fuerte
que produce a los perros que ca-
zan el animal una especie de locu-
ra y les atrofia el olfato por espa-
cio de varios días. El perro da ca-
rreras, desesperado; aulla, estor-
nuda y estruja las narices contra
(1) Allí no se conoce, ni se sopor-
taría, esta hampa trasijada y mu-
grienta, vergüenza y baldón de la
Mesa Central, y en especial de esta
Gran Ciudad de los Palacios, a la
cual tanto ¿ifea la falta de aseo es-
candalosa, lo mismo en sus calles
que en casi toda su gente, pues aún
las mejores clases sociales tienen
ciertos puntos de contacto con los
gatos en cuanto al baño.
ALMI
— 93
ALMO
el suelo, como queriéndose quitar -
aquella fetidez insoportable, üpor- !
tunidad tuvimos de ser testigos
de esto en una cacería nocturna i
que del dicho animalillo hicimos. :
Cuidábamos, varios muchachos,
una milpa contra <í] chico, y, ai i
efecto, pernoctábamos en la cham- '
pa, improvisada dentro de la mis- 1
ma milpa. Cerca de ella, en un I
burruscal y dentro del hueco de
un árbol viejo caído, la jauría en-
cerró una pieza una noche. Des-
pués de larga lucha y de mil difi-
cultades, entre la oscuridad y los 1
bejucos del matorral, alimentados ,
con la esperanza de que fuera un i
armadillo o un tepeizcuintle, ricas |
piezas de sabrosa carne, logramos \
que el anímalejo cayera en las ga-
rras de un perrillo que gracias a
su poco tamaño se introdujo hasta;
tenerlo a su alcance. Nuestro jú-
bilo fue inmenso: acudimos a pri-
sa y a gritos sobre los perros, pa-
ra evitar que le desgarraran; pe-
ro no bien habí áraoslo, intentado,
cuando sentimos la pestilencia del
almizcle. El más ducho entre nos-
otros, montero viejo en achaques
de cacería, dio el grito de alarma:
"¡el zorrillo!" Oírlo y cruzar a
saltos de ciego el monte, hasta po-
nernos dentro de nuestros pabello-
nes en el rancho, todo fue uno.
¡Ah, pero la pena mayor vino en
seguida. La jauría enloquecida co-
iría, revolcándose, dándose golpes
contra los árboles, y venía a- íios-
otros, como implorando auxilio en
su aflicción; pugnando por meter-
se en nuestras camas, de donde te-
níamos que rechazarla por fuerza
y bruscamente. Tres días transcu-
rrieron sin que dejárase de sentir
aquel tufo que parecía impregna-
do en la atmósfera y nos ahogaba.
Tuvimos que abandonar la morada
por ese espacio de tiempo y echar
de nuestra vecindad la amable
compañía de nuestros fieles perdi-
gueros. Tales así de repugnantes
son los efectos del olor del almiz-
cle del zorrillo.
ALMOHADA, 1. ICAZB. dice:
"Nadie llama por acá almohada a
la funda de lienzo en que se mete
la almohada," sino que siempre se
nombra funda de almohada. Como
si lo dijéramos nosotros; y, en ver-
dad, que ni por antonomasia pa-
rece propio llamar almohada a la
funda, como no se llama espada a
la vaina ni pistola a la funda de
ésta.
"Creo que en Andalucía sucede
lo mismo que en Méx.", dice TORO
GISB. (Amer.), citando también a
ICAZB. Véase, pues, cuántos usos
en contra de la Acad., que creo
sea la única que incurra en la
lindeza de llamar igualmente a la
funda y a la "cabecera" (V.).
ALMOHADILLA, f. Cojincíto o
almohada pequeñita en que se cla-
van alfileres y agujas. Es a un
tiempo, el acerico y el alfiletero
del Dice, y nuestro agujetero.
Raro parecerá, pero solamente
en el libro Hondureñismos del se-
ñor Membreño hemos encontrado
este provincialismo tan común en
Tabasco, significando lo mismo
que acá: "La que sirve para cla-
var en ella los alfileres: acerico."
, ALMORZADA, f. Lo dijo ya D.
Joaqu'n García Icazbalceta, y lo
lepetimos nosotros, reproduciéndo-
j lo: "Esta palabra (en la acepción
i que aquí le damos) falta en el
[ Dice, lo mismo que merendada,
j cenada, paseada, pues da solamen-
¡ te andada, como anticuada, por
I "viaje, camino, paseo". Como en
1 su lugar diremos, aquí no es anti-
ALMO
— 94
ALMÜ
cuada, y se toma por el acto de
andar un trecho largo. Paseada es
un paseo agradable. ALMORZA-
DA, merendada y cenada son el
acto de almorzar, merendar o ce-
nar abundantemente y con agrado.
En tal paraje dimos una buena al-
morzada,— No pocas almorzadas
inmejorables hemos dado en Ta-
basco, a despecho del Dice, de
los Académicos, que repudian la
palabra.
Méx. "Venga a echar una almorza-
da conmigo. ¿O ya no somos amigos?
..." (FACUNDO, Gentes, tomo I,
cap. XI.)
ALMORZARSE, pr. Nuestra gen-
te labriega, que es por excelencia
decidoia, jocosa y simpática en su
expresión, ha creado la metáfora
de decir cuando un compa despa-
cha a un prójimo al otro barrio:
se lo almorzó. No se lo almorzará
él, materialmente; pero la madre
tierra sí, para la cual nuestros
despojos mortales no dejan de ser
apetitoso alimento qué ella hace
circular en su interior, elaborán-
dolo y haciéndolo volver a los se-
res por circuito de la vida.
ALMORRANA. Por antonomasia
se llama así una fruta que, al de-
cir de las gentes sencillas, cura
las almorranas, simplemente lle-
vando siempre un par (hembra y
macho) dentro de la bolsa. Preci-
samente debe ser un par, y en és-
te una frutita de cada sexo, para
que produzca las resultados medi-
cinales apetecidos. El sexo se re-
conoce echando las almorranas en
el agua: la que flota es la hembra,
el macho la otra.
La almorrana es muy negra,
gruesa, formando cuatro lóbulos de
hendidura divisoria muy pooo pro-
funda o apenas señalado, del tama-
ño de una nuez más o menos y de
cascara dura, lisa y brillante, lus-
trosa. La planta que la produce es
un bejuco, como el de la jaba, de
cuya familia forma parte.
La conseja es tan popular que
acaso no habrá uno de nuestros
paisanos que no tenga fe en los
efectos secretos que produce la
almorrana,
Macías habla de una planta, pa-
ra lo cual le da materia Sauvalle:
"Dicotiledónea, gamopétala, hipo-
ginia, de la familia de las convol-
vuláceas, que produce unas flores
amarillas: ipomea pterodes de
Chois". La ignorancia general que
existe en Tabasco acerca del cono-
cimiento de nuestra flora, y el no
haber podido tener a la vista la
única obra de clasificación de las
plantas tabasqueñas que existe, es-
crita por el eminente naturalista
conterráneo nuestro, D. J. N. Ro-
virosa, nos impide poder compro-
bar por el cotejo si son una misma
planta la de Sauvalle o Chois y la
de nuestro Estado.
ALMUERCERO, RA. s. Persona
que en el campo lleva el almuerzo
a los trabajadores, y algunas veces
la misma que lo hace.
"Entre los sembradodres se elige
uno de ellos para que vaya a las
casa por el sustento cotidiano; a
este Apandante llaman almuercero, por
el sólo hecho de conducir el almuer-
zo diariamente para todos los traba-
jadores." (RODR. BELTRAN, Perfi-
les, XX, p. 147.)
ALMUERZO, m. Para nosotros
no es "comida que se toma por
la mañana o durante el día, antes
de la principal," sino la comida
principal misma; especialmente
suele usarse también en el sentido
de comida en general: desayuno
con almuerzo, decimos de aquél en
que además de las bebidas, café
o chocolate, y el pan que las acom
ALOC
95 —
ALTI
paña, se come carne o algún otro
plato especial.
ALOCUCIÓN, f. Ya los tribun-os
y oradores de nuestra provincia no
gustan de llamar al vino vino, y
discursos a sus piezas oratorias,
por considerar pomposo o pedante
el nombre, y las denominan mo-
destamente alocuciones, aún cuan-
do al hacerlo incurran precisamen-
te en la inmodestia de llamarse
a sí mismo señores, como que
la Acad., llama alocución a "un dis-
curso o arenga breve, dirigido por
^xa superior a sus subditos".
No obstante, por antonomasia,
bien está que el nombre del todo
se haya reducido a una parte:
"discurso breve" y que los progra-
mas de nuestras fiestas cívicas no
tengan ya aquellos luengos discur-
sos oficiales con que nos hicieron
bostezar en la niñez escolar los
apergaminados octogenarios, ingur
gitados por un cuello muy alto y
una levita muy larga y, en cuan-
to a edad, contemporáneos del fu-
silamiento de Bruno, de la desore-
jada de Pocurrul o de la fritanga
de Senmanat.
ALTAMISA. f. (Phartheorium
hysterophorus. L.) Planta anual,
compuesta, que crece en tas playe-
rías y lugares húmedos, a la baja
del agua. Es yerba medicinal.
ALTIPLANICIE, f. Nuestros
geógrafos nacionales han introdu-
cido este neologismo, por fuerza
de la hipsometría de la República:
la altiplanicie mexicana. Entende-
mos por tal un conjunto de mesas,
mesetas o llanuras altas, no simple-
mente una mesa, una meseta o
una llanura alta, como algunos
creen. La sucesión de mesas o lla-
nuras altas es lo que constituye
la altiplanicie: la altiplanicie mexi-
cana, por ej., está formada por
tres mesas: la central o de Aná-
huac, la del Norte y la del Sur,
concurriendo varios valles a la for-
mación de estas mesas. La Acade-
mia (14a. ed.), la entiende y defi-
ne peor.
Hond. "Mesa, meseta. En títulos
antiguos de tierras, hemos encontra-
do mesas, mesitas." (MEMBR.)
C. Rica. "Refiriéndose a este voca-
blo, dice Cuervo: "Altiplanicie, voz
inútil con que se dice lo mismo que
siempre se ha expresado por mesa,
meseta o puna, es un compuesto que
no nos atrevemos a rechazar redon-
damente, pero que dudamos sea con-
forme a las leyes de la etimología
castellana; pues los compuestos de-
terminativos en que figuran adjeti-
vos y sustantivos no parecen aclima-
tados en nuestra lengua (salvo los
adverbios en mente), y en los pocos
que hay se yuxtaponen simplemente
los elementos, como en bajamar, ple-
namar, falsopeto, vanagloria, buena-
ventura, malaventura, falsarrlenda."
(GAGINI, Dice, de Bars., p. 43.)
Col. CUERVO: "La principal obje-
ción que puede presentaise contra
este compuesto, es la extrañeza que
causa una voz completamente erudi-
ta encajada en una combinación po-
pular; sin embargo, es bastante usa-
da y no siempre puede reemplazar-
se con mesa y aún menos con el di-
minutivo meseta (Ap., 930, nota
2.)
Amér. "Meseta, llanura alta". (TO-
KO G., Dice. Lar.)
Nos parece más propio el signi-
ficado que le dan nuestros geógra-
fos nacionales, Schulz (D. Miguel
E.) Noriega y Chávez, especialmen
te el primero, que es la acepción
en que hemos tratado la palabra,
porque con tal acepción únicamen-
te ha entrado en aquellos autores
en nuestras Escuelas del Estado,
siendo el que escribe, quizá el que
más ha contribuido a introducirla,
en la cátedra de Geografía que por
varios años profesó en el Institu-
to "Juárez", y en unos modestos
Apuntes de la misma metería que
ALTO
96 —
ALZA
corren por allí, editados en un vo-
lumen escolar.
ALTOS, m. pl. "Tratándose de
casas, alto viene a ser en España
sinónimo de piso. Entre nosotros
no se usa en tal sentido,- sino en
el de "La parte alta de una casa",
y siempre en plural, aunque se tra-
te de un solo piso". . . (ICAZB.)
Igualmente usado en nuestra tie-
rra, en donde sólo hay casas de
dos pisos. Son las casas de aito;
pero debe advertirse a nuestros
paisanos que no han venido a Mé-
xico, que para esta gente el piso a
nivel del suelo no es piso, sino ba-
jos simplemente; de suerte que
de los pisos, el primero es el in-
mediato al suelo, y de allí los de-
más; cosa distinta pasa entre nos-
otros: en los dos pisos se incluye
el del nivel del suelo de la casa o
acera, como primero. ¡Cosas de la
civilización!
Perú. "Los altos llamamos en Li-
ma al primer piso de las casas, q.v<
es el único, porque no se edifican va-
rios, como en otras partes..." (ARO-
NA.)
Por lo visto, Lima, la gran ca-
pital Inca inmortalizada por Pal-
ma, anda en materia de edificios a
la altura de nuestra Villahermosa;
aunque en materia de denomina-
ciones está a la altura dt. la Capi-
tal Azteca.
ALUMBRADO, DA. adj. Una de
tantas formas de llamar al borra-
cho, más propiamente, al calamo-
cano. En Méx. iluminado. (V).
"Un amigo un poco alumbrado, hi-
zo al poeta cierta alusión a las visi-
tas del Sr. Milciades " (MERINO,
Ju^na Santa Anna, XXI, p. 213.)
ALUNADO, DA. adj. Descom-
puesto por la acción de la luna. Dí-
cese del pescado, que se pone
abombado por efecto de la luna. V.
Alunarse.
C. Rica. "ALUNADO. Para nos-
otros es un caballo lleno de matadu-
ras." (GAGINI.)
ALUNARSE, pr. El pescado co-
gido por la noche y expuesto lar-
go tiempo a la acción de la luna,
destapado, entra en seguida en des-
composición: se aluna. Es un es-
tado semejante al del abomba-
miento. (V).
C. Rica. "Ludirse el lomo las ca-
balgaduras, matarse. Este costarri-
queñismo nace de luna, por la figura
circular que tienen generalmente las
mataduras de las bestias." (GAGI-
NI.)
Col. "Enconarse las mataduras, se-
gún dicen, por efecto de la luna."'
(CUERVO, 905.)
ALVARADO. ESTAR COMO EL
P.\N DE ALVARADO, oon la ga-
mancia adentro; hablando de la
mujer: embarazada, preñada. Igno-
ramos el origen del refrán; lo que
sí sabemos es que es meramente
veracruzano, toda vez que ha to-
mado el nombre del puerto de ese
Estado.
"La pobrecita ejtá como el pan de
Alvarado: con la ganancia entro".
(RODR. B., Pajarito, I, p. 9.)
ALZAPRIMA, f. Aparato sencillo
muy usado principalmente entre
los constructores de casas para le-
vantar el techo, en la sustitución
de hercones, haciendo fuerza de
palanca. Consiste en un trozo o
madero grueso que sirve de punto
de apoyo, sobre el cual obra una
larga barra o un tablón fuerte, con
el brazo de resistencia muy corto,
y muy largo el de potencia o fuer-
za, para facilitar su manejo.
Echegaray (Dice. etim. esp.) la
define en forma muy parecida.
ALZADO, A. adj. Montaraz, re-
montado. Dícese de los animales
que se alzan. V. ALZARSE Y CI-
MARRÓN.
ALZA
97
AMACH
2. También, por extensión, dice- /
se de la persona de carácter rebel-
de, indomable, insolente, altanero.
Hond. "Se dice de los animales do-
mésticos o domesticaáos cuando se
Jiacen cimarrones." (.MEMBR.)
ALZARSE, pr. Volverse monta- 1
races los animales domésticos; ei :
ganado, los cerdos, los gatos, etc. '
2. Robar, hurtar, sustraer una co- 1
sa del lugar donde se hallaba o
del poder de' su dueño: anoche se i
alzaron una vaca del potrero. '
Méx. ICAZB. (p. 19); agregando:
"En sentido figurado dícese de las
personas que se ensoberbecen o in-
solentan."
Cuba. "Fugar y hacerse montara-
ces los animales domésticos y los es-
clavos si hacen armas o se apalen- '
can; porque éstos, cuando solamente ¡
andan errantes por el campo, se di- ¡
cen cimarrones." (PICH. ) '
Hond. MAGIAS, p. 56. "Alzo, hurto
o robo, refiriéndose a personas; y
tratándose de gallos, pelea de estos
animales en que han salido victorio-
sos. Este gallo lleva cinco alzos."
(MEMBR.)
AMACIZAR, n. Adquirir el gra-
no la condición de macicez corres-
pondiente. Lo contrario de avanar.
(V.) U. t. c. pr.
AMACHAMBRARoE. pr. Unirse
en relaciones ilícitas, en concubi-
nato, amancebarse; en el sentido
de llegar a la cópula, al acto car-
nal. Por similitud ideológica, nues-
tro pueblo formó este verbo por
corrupción de machihembrar, y en
verdad que no puede ser más rec-
ta y más propia la aplicación en
amachambrarse: "ajTintarse el
macho con la hembra." Si a la
Academia no le pareció reverente
machimbrar sino dos tablas, el
pueblo que no entiende de gazmo-
ñerías ni falsas modestias, toma
las cosas por derecho, y es más
claro y explícito en el lenguaje. En
otros países úsase amachinarse,
simple variante que Zerolo da co-
mo chilenismo.
C. Rica. GAGINI da amachinarse.
Ecuad. Cevallos, p. 33, c. p. IcazD.
y Gagini: amachinarse.
Hond. Amachinarse (MEMBREÑO.)
Chile. "Amachinarse. En el lengua-
je vulgar contraer amistad ilícita,
amancebarse. Se usa principalmente
en el part. amachinado, para deno-
tar a los que habitualmente hacen
mala vida. También se dice en el
mismo sentido, AMACHAMBR \R-
SE." (RODR.)
CUERVO trata algo nuevo res-
pecto a su origen: "El verbo, dice
en la nota 3 al núm. 905 de sus
Apunt., es de uso muy extenso en
América. En los libros del siglo
XVII se halla Machín por Amor,
Cupido; V. gr. Villaviciosa, Mosqua,
X, oct. 39; Alarcón, Los favores del
mundo, II. 9; Quiñones de Bena-
vente. Entremeses, II, p. 297; el
Dice, de Aut. trae otro ejemplo, y
tía una explicación poco verosímil,
que repite Larramendi. Entre nos-
otros (y también en Venezuela) di-
cen al mico, machín. Todo es oscu-
ro."
AMACHARSE, pr. "(Tab.) Resis-
tirse; negarse redondamente a ha-
cer algo. Es término derivado de
macho, mulo; porque esta bestia
se resiste cuando ve un mal paso."
Asi nos lo dice el señor Ramos y
Duarte. y nunca como ahora nos
dice la verdad. Todo el que se re-
siste a hacer algo y se queda
plantado, se amacha. V. AMARSE.
AMACHORRADO, DA. adj. Lo
que se vuelve infecundo, como el
macho. En el masculino úsase para
las plantas cuyos nombres gene-
ralmente tienen el género epiceno:
zapote amachorrado. En el feme-
nino, para los animales que pro-
piamente son del mismo género:
vaca amachorrada.
Se usa más en este género, apli-
' candóle a las plantas o animales,
7
AMACH
98
AMAN
tomadas en femenino. Dícese tam-
bién, y con frecuencia, machorra.
(V.)
Méx. adj. "El animal infecundo,
como los machos." (OCAMPO, .Ob.
cit.)
AMACHORRARSE, pr. Hacerse
infecundas, com-o el macho, una
planta o un animal hembra. Muy
común es, en el ganado vacuno
principalmente, encontrar hembras
que, o nunca han parido, o dejan
de parir: se amachorran; son ma-
chorras. Lo mismo sucede con cier-
tas plantas, que no dan frutos, co-
mo el mamey, (zapote amarillo,
para los mexicanos; zapote domin-
go para los veracruzanos). Todas
las plantas dioicas, presentan el
fenómeno, raro para las gentes del
campo no versadas en los conoci-
mientos botánicos, y dicen: Esta
mata se amachorró. Nada de eso:
la planta es macho desde que na-
ció; pertenece a las dioicas, en las
cuales los sexos no están juntos en
un mismo pie o tronco, sino en
pies distintos; es decir, uno sólo
echa flores machos y el otro sólo
flores hembras; por tanto, para la
fecundación se hace necesaria la
presencia o la vecindad de dos ár-
boles de la misma clase, pero de
géneros distintos, a menos que cier-
tos medios extraños, los pájaros,
el viento, los distintos vehículos de
la polenización, traigan aunque sea
de grandes distincias el polen de
una planta hembra a una macho,
o viceversa. De suerte que, tan
machorra puede ser la planta hem-
bra como la macho, pues no ha-
biendo la fecundación o contacto
de una a otra, ninguna de las dos
fructifica.
AMADRINADOR, RA. adj. y s.
Persona que amadrina al potro ce-
rril, cabalgando en el manso.
AMADRINAR, a. Como apadri-
nar se formó de padrino, nosotros
decimos amadrinar, formado de
madrina: servir de madrina, en
sentido recto. Tampoco le damos
el significado que apunta la Acad. :
"unir dos caballerías con la correa
madrina", sino servir de madrina
al caballo cerrero; (V.) Esto es,
i halar al bruto, montando un caba-
llo manso que sirve de guía: es
1 la madrina. Ijos buenos jinetes
montan sin madrina; pero el aman
I sador debe pensar que su misión
I no es solamente domar al bruto,
I sino educarle, y al caso, la madri-
1 na le enseña a conducirse con el
I jinete; además, el caballo bajo
madrina no puede reparar mucho,
por la sujeción a que va sometido.
Hay dos formas de amadrinar:
"a cola" y "a mano"; es mejor es-
ta segunda, porque el amadrinador
sujeta a voluntad, convenientemen-
te al potro, dejándole menos liber-
¡ tad para moverse. "A cola" es ra-
biatado.
2. Significa también poner ma-
drina a las puertas o trancas. V.
MADRINA, MOZO.
Ríopl. Dícese apadrinar, .según TO-
RO GISB.: "acompañar un jmete,
montado en caballo manso, a otro
que va en un potro medio domado.
(Dice. Lar.) V. ARRENQUÍN.
AMAINAR, a. En sentido figura-
do, refrenar uno sus impulsos, la
cólera o la ira; aplacarse o domi-
narse a sí mismo.
2. Dícese también cuando al-
guien acomete en un ataque violen-
to, y repentinamente cambia de ac-
titud, cesando en el ataque: Ya
amainó.
AMANSADOR, RA. adj. Doma-
dor. Especialmente el que se ocu-
pa en domar o amansar caballos.
El que los adiestra al freno, o para
AMAN
99
AMAR
la silla, se llama educador. V. Ali-
ñar.
"Y esto sin hablar de la gente
campesina, entre la cual se encuen-
tra la clase de los vaqueros y aman-
sadores". (QUEVEDO, Lír. pop. tab.,
Lo mismo en otras partes de la Re-
pública.
"A la verdad, Ramón Torra! -
ba, amansador de muías brutas, te-
nia miedo. (AZUELA, Sin amor, 2a
pte., nr, p. 157.)
Amér. "Domador de potros " (TO-
RO G., Dice. Lar.)
Chile. "Es el que doma animales
indómitos, especialmente hablando de
potros; pero el que adiestra los po-
tros o caballos para silla o coche se
llama en España picador, que aquí
clecimos mal, amansador." (RODR )
C. Rica. GAGIXI, copia a RODK
Lo mismo que en Chile.
AMANTIBLE. "En el puente de
(Amantible
dicen que tu amor no pasa."
"Mucho tiempo después de reco-
gida esta estrofa en la Chontalpa,
una vieja contadora del Palenque
me la dictó como sigiie:
En el puente de amatiste (ama-
tista)
dicen que tu amor no pasa:
yo digo que es imposible,
porque el amor despedaza
la piedra más invencible."
Con lo que gana muy mucho la
ficción poética del amor despeda-
zando LA PIEDRA MAS INVEN-
CIBLE." (QUEVEDO, Lír. pop
tab., p. 49.)
No hay duda de que el amantible
en cuestión no fue más que ima
creación, muy original por cierto
del cantor popular, para estable-
cer la consonancia con imposible e
invencible, y que la verdadera pa-
labra es amatista, según lo expli-
ca la idea fundamental del verso,
aludiendo a una piedra. La corrup-
ción, no admitida en buena gramá-
tica, es, no obstante, curiosa y '
nada reprensible, siquiera sea por
la tendencia imitativa del buen so-
nido y el desenfado de la inven-
ción.
AMARILLA, f. fam. Nombre que
fue muy usual en el pueblo para
llamar las peluconas, cuando és-
tas existieron, por alusión al co-
lor. Como esta moneda no es ya de
circulación legal, conservándose so-
lamente como objeto de carácter
histórico, el nombre debe tenerse
por desusado o cuando menos por
anticuado.
"Entonces (1834) se veíanlas ama-
rillas no sólo en las manos de los
cargadores sino hasta en las gar-
gantillas de las indias serranas "
ÍMERIXO, Celestina, la. pte., X, p.
Cuba. MACLAS, p. 300, art. Catata,
y 918, art. Pálida.
AMARILLO RUGOSO, adj. y s.
Una de las variedades del cacao
común(Theobroma ovatifolium),
conocida vulgarmente con ese
nombre.
Martínez, tratando la clasificación
y descripción botánica del cacao,
analiza perfectamente esas varieda-
des, diciendo: "Por el cultivo y la
selección se han obtenido práctica-
mente, un sinnúmero de variedades
aún no clasificadas, que pueden con-
siderarse como variaciones del cacao
común (T. Ovatifolium.)
Los agricultore.s del Estados hacen
una clasificación de ellas, teniendo
en cuenta su coloración y aspecto de
la (^scara. Son las siguientes:
CACAO AMARILLEXTO Rl-GOSO.
de mazorcas que alcanzan un peso
medio de 900 gramos con un rendi-
miento on granos de 120 cada una.
Amarillo liso, mazorcas un poco
más pequeñas que el anterior, pero
ron un rendimiento igual en gramo
(120 gramos).
Rojo claro rugoso, mazorcas que
alcanzan un peso medio de 7.íO gra-
mos cada una y un rendimiento en
grano de 1.30 gramos.
Rojo claro liso, mazorcas más pe-
queñas que la variedad anterior, pues
apenas llega a 600 gramos, únicamen
AMAR
100
AMAR
te, teniendo un rendimiento en gra-
no igual al amarillo o sea 120 gra-
mos.
Rojo obscuro, mazorcas de 500 gra-
mos de peso medio, con un rendimien
to de 70 gramos de grano.
Calabacino liso, mazorcas pequeñas
que alcanzan apenas vm peso medio
de 450 gramos, siendo el rendimien-
to en granos de 98 gramos.
Cacao lagarto, mazorcas alargadas
muy rugosas, de tamaño pequeño y
de coloración verde claro y rojo obs-
curo, cultivado más bien como cu-
riosidad.
Cacao naranja, mazorcas arredon-
dadas, de color verde claro o ama-
rillento, cultivado como el anterior.
Del estudio comparativo de estas
variedades se deduce que el amarillo
rugoso es el que produce mazorcas
de mayor tanjaiío: que el rojo rugo-
so es el que produce mayor rendi-
miento en grano por mazorca; pero
que el calabacino es el que produce
más cosecha, si se tiene en cuenta
la relación entre el peso de la ma-
zorca y el grano que produce." (Cul-
tivo y beneficio del Cacaotero, p. 12,
por el Ing. L. Mart. Ch.)
AMARRA O AMARRE, m. y f.
Para la Acad., amarra es "correa
que va de la muserda al pretal de
los caballos. (También se llama
media gai'ra.) Mar. Cabo o cable
que sirve para amarrar." Para nos-
otros los tabasqueños, amarra no
es ni la acción de amarrar ni el
objeto, corlea o hilo con que se
amarra exclusivamente, sino tam-
bién y más propiamente el nudo
mismo, la atadura o ligadura he-
cha con la cuerda, o amarra de
la Acad. No es exactamente tam-
poco lo que llama nudo, pues éste
es sólo el cierre de la amarra o
ligadura, en tanto que aquélla es
el lazo todo que envuelve o abraza
a la cosa amarrada: amarras apre-
tadas, amarras a la largo, etc. Es
aceptable, pues, por mil conceptos,
la amarra o amarre de nuestro
lenguaje popular, sin aclimatación
en ninguna otra tierra de Hispano
América.
Méx. "AMARRE, m. Lo que sirve
para amarrar. Es preciso poner unos
amarres en esta cuarteadura; esta
silla tiene amarres de plata."
(ICAZB.)
Hond. "Acción y efecto de amarrar,
en general." (MEMBR.)
AMARRADOR. m. Por antonama-
sia, persona que en la lidia de ga-
llos coloca a éstos en las piernas,
sobre el espolón, las navajas para
la pelea, asegurándoselas conve-
nientemente por medio de ligadu-
ras.
"En toda pelea, sea a pico o a
cavaja, había un soltador para cada
gallo; y en las lidias de la segunda
clase había también un amarrador"...
(Regí, para los Palenques de Gallos,
art. 10). — "Es obligación de los ama-
rradores: primero, cortar las espue-
las del gallo que va a pelear con na-
vaja, escoger ésta colocarla y
arreglarla en el pie del mismo gallo."
(ibid. art. 21.)
2. m. El que amarra. Usado es-
pecialmente en vaquería, tratándo-
se del vaquero encargado de atar
la res al poste, o sea de pegarla
al palo.
AMARRAR, a. Usado casi exclu-
sivamente en vez de atar y, a ve-
ces de liar, ligar, unir, vendar, etc.
2. a. Obligar, comprometer a al-
guno, atraerlo de manera que no
pueda excusarse o dejar de hacer
una cosa, lo que se desea.
3. a. Trabar, asegurar entre sí
dos paredes, encajando la una en
la otra, o por medio de piezas que
entren en ambas, uniéndolas.
En la primera acepción, pai-a la
Academia parece que amarrar es
más bien sujetar y presupone siem
pre concomitancia de la cosa ama-
rrada y de otra a la cual aquélla
se amarra: un barco amarrado (al
muelle). Es en tal sentido un ver-
dadero sinónimo de persogar, en el
AMAR
101
AMAR
concepto de sujetar por medio de
cuerdas, cadenas o amarras, en
tanto que para nosotros es en ge-
neral el hecho de poner amarras o
ligaduras a una cosa, por sí sola,
sin sujetarla a otra ni ligarla con
ella. Por esto es impropia de toda
impropiedad la frase "amarrarse
la corbata", puesto que cuando
más lo que uno hace es "amarrar-
se el cuello", con la corbata. Lo
propio es decir "atarse la corbata. '
V. Amarrarse los calzones. Ama-
rrar un negocio; Barranco.
En México y en todo Hispano-
América prevalece el uso de ama-
rrar sobre el de atar; pero en el
sentido que hemos explicado, uni-
formemente en todos los países,
salvo en alguno que otro, como en
Colombia, donde tiene además un
signficaTlo metafórico, muy origi-
nal por cierto. Veamos.
Méx. "Atar y asegurar. . . Cualquie-
ra que sea el origen de la palabra
amai-rar, en español significa atar, y
asegurar por medio de cuerdas, ma-
romas, cadenas, etc., o bien, como
lo dice el mismo vocablo, por medio
de amarras. Así es como siempre se
ha entendido " (RAMOS y D.) ■
"Este mutilado servidor de la na-
ción, y que comenzó por amarrar en
Tehuacán a los miembros del Con-
greso de Chiipancingo." (ROA BAR-
CENA, Obras, Noche al raso. I, P-
49.)
IC^VZB. trae las tres acepciones
que hemos dado, apuntando además
esto: "Cara amarrada, decimos, en
vez de envuelta, entrapajada." que
también es común en Tabasco.
Colomb. "AMARRÁRSELA. Embo-
rracharse, achisparse." (TORO G.,
Dice. Lar.) Acá decimos trabársela.
(V).
Bogotá. "Se peca contra la propie-
dad cuando se dice: "amárrese usted
la corbata, o que alguno "tiene la
cabeza amarrada": según el caso: se-
rán preferibles atar, anudar, llar, en-
trapajar, vendar, ceñir, etc.
Más vulgar y malsonante es la fra-
se metafórica amarrarla, por embo-
rracharse, embriabarse, pillar un cer-
nícalo, un lobo, una mica, una zorra,
etc." (CUERVO, 529.)
Perú. ARON'A, pág. 21.
Cuba. "Este verbo marítimo está
tan generalizado, que ha dejado sin
uso el de atar." "^'ulgarmente, pre-
parar o disponer algún convenio, o
hecho futuro, de manera que el éxi-
to sea infalible, (PICH.) o "Tomar
las precauciones necesarias para con-
seguir la quo se pretende."
!MACÍAS reproduce la acep-
ción marítima y las dos traslaticias
de PICH., agregando: "¿Será que es-
tos significados han pasado de .Amé-
rica a España, o todo ha dependido
de pura omisión de los diccionaris-
tas? Esto último es lo más verosí-
mil, dada la multitud de deficiencias
de los Diccionarios." (Dice, cubano.)
Hond. "l'nir dos muros. — Vendar
atar, ligar o cubrir con una tira por
lo común de lienzo, los apositos apli-
cados sobre una llaga, contusión, tu-
mor, etc. — En el juego de brisca,
obligar al contraiio a que cuando se
tira el as juegue tres del mismo pa-
lo." (MEMBR. pág. 13.)
C. Rica. — GAGINI, 45. Sólo en la
acepción de atar, unir, ligar, etc.
Chile. — "Amarra. Dan este nombre
nuestros viñadores a la operación
que se hace allá por los meses de
junio y julio en las viñas, inmediata-
mente después de la poda y que con-
siste en atar las parras a los rodri-
gones con varillas de sauce, y más
frecuentemente aún con paja de to-
tora." (RODR.) La antonomasia de
que hace uso Rodríguez demuestra
que amarra en Chile es el "acto de
amarrar" también.
AMARRARSE LOS CALZONES,
expresión que equivale al modismo
español, "tener bien puestos los
calzones": obrar con la energía, la
virilidad y firmeza que el caso re-
quiera.
Méx. Parece que la frase no se es-
tila por estas tierras del Anáhuac,
porque no la tratan G. Icabz, ni Ra-
mos, y Duarte: nos extraña, pues la
hemos sorprendido en boca del pue-
blo mismo, y la hallamos en estos
pasajes: "Este Coronel se sabe ama-
rrar los calzones, y Dios me saque
con bien de sus manos" (Astucia, t.
11, cap. X). "Es verdad que con los
hombres he sido tieso y me he ama-
AMAR
102
AMAT
rrado los calzones; pero no he sido
un Nerón." (Astucia, t. I, cap. XV,
p. 302.)
C. Rica, GAGINI, p. 45.
Perú. ARONA, p. 21, art, AMA-
RRAR, 3á. acepción.
Chile. "El diputado que intente
contestar ese discurso, tendrá que
amarrarse bien antes los calzones."
(RODR.) Lo censura, considerándolo
disparate en esta frase.
AMARRAR UN NEGOCIO, fr.
"Disponerlo de modo que el éxito
no esté sujeto a contingencias."
(ICAZB.)
Cuba. PICH.
Méx. "Escritura bien, o muy, ama-
rrada, la que contiene cuantas cláu-
sulas son necesarias para no dar lu-
gar a interpretaciones o subterfu-
gios." (ICAZB.)
AMASIA, f. "Usadísimo, sobre
todo en el foro, por querida, con-
cubma.
Hállase asimismo en el género
masculino, aunque rara ve z."
(ICAZB.)
Exactamente en Tab., donde pue
de decirse que ya los togados no
sabemos usar otra palabra que és-
ta para alegatos, denominando a la
querida. Pertenece al lenguaje vul-
gar.
No lo registra Ramos y Duarte;
bien que no era abogado.
"Esta Anita era la... amasia del
patrón o del mendigo mayor." PEN-
SADOR, Periquillo, la. pte., cap. 8.)
AMASIATO, m. "Concubinato:
Vivir en amasiato. Poco usado, y
solamente en el foro." (ICAZB.) i
AMATE. "(Del mex. amatl, pa-
pel, porque los indios le hacían de ¡
su albura.) Ficus benjamina, LINN.
m. Árbol hermoso que se encuen-
tra con abundancia en las regio-
nes cálidas de la República Mexi-
cana. El jugo lechoso de estos ár-
boles se usa por la gente vulgar
como resolutivo. Hay dos especies J
de AMATES: el blanco y el ne-
gro." ICAZB.)
El amate es el árbol carcterísti-
co de las orillas de nuestros ríos
de Tabasco. Tumba sus frutos, que
son como el te jocote o el chaba-
cano, a las aguas corrientes, y a su
sombra los peces se reúnen en
grandísimos cardumes a gustar de
ellos. Allí van los cazadores del ma-
cabil y la mojarra, con sus esco-
petas, a hacer blanco en los peces,
que nadan inquietos a flor de agua
esperando la caída de los frutos.
La tortuga también gusta del fru-
to del amate, y también a ella ha-
cen caza los pescadores, que desde
el tronco del amate atisban con el
clavo en alto la zurdida de la con-
cha, al chasquido del agua, forma-
do por el objeto que cae, o que
adrede lanza el pescador.
ETIM. "AMATL, abreviación de
ama-cuahuitl: amatl, papel, cua-
huitl, árbol: "Árbol del papel." El
aztequismo amate sólo se emplea
hoy para designar el árbol). Nom-
bre de varias especies de árboles
pertenecientes a la familia de las
borragíneas, tribu cordiáceas, gé-
nero cordia. Las especies más co-
nocidas son las que se distinguen
con los nombres de "amate blanco",
"a. prieto," "a. amarrillo" y el lla-
mado vulgarmente "anacahuite".
Todos producen im fruto seme-
jante al higo; pero sólo es co-
mestible el del amate prieto. El
amate es conocido también con los
nombres de Siricote y Trompillo."
(RÓBELO, Dice, de Azt.)
La especie común de Tabasco
es la del amate blanco. Al "Siri-
cote", llamado también anacahui-
te" nunca se da el nombre de ama-
te.
AMAT
103
AMELL
AMAT I TECO, CA. adj. Gentili-
cio: oriundo y habitante de Amati-
tán, pueblo de Jalpa. Relativo,
concerniente a este lugar: manu-
factura amatiteca. U. c. s.
AMATITO DE MONTAÑA. (Fi-
cus sp?) (1) Planta de la familia
de las urticáceas que, como su
nombre lo expresa, se cina debajo
de las grandes selvas.
AMBIGÚ, m. No es para nosotros
precisamente lo que la Academia
dice: "Comida, por lo regular noc-
turna, compuesta de manjares ca-
lientes y fríos con que se cubre
de ima vez la mesa," sino más
propiamente lo que ICAZB. descri-
be con el nombre de "BUFET, m.
Voz. fr., buffet. En los bailes, mesa
cubierta de fiambres, pastelillos,
vinos, etc., y a la cual acuden los
convidados a tomar algo cuando
les parece. Suele servirse allí tam-
bién té, café y bebidas refrescan-
tes. "La palabra bufet, en tal acep-
ción es desconocida en nuestra ha-
bla popular; en México, no la he-
mos oído jamás tampoco, dicho sea ,
en verdad.
C. Amér. También se usa de la voz
buffet en tal acepción. (SALAZ.^R G.,
p. .55.)
AMBULANTE, m. y f. Buhone-
ro: "El que vende por los pueblos
chucherías y baratijas." Nuestros
comerciantes o vendedores ambu-
lantes, ni venden solamente chu-
cherías y baratijas ni andan nada
más por los pueblos. Recorren prin ,
cipalmente las riberas o vencinda-
rios de población rural y comer-
cian en todo género de mercade-
rías, vendiendo y comprando para
llevar a los mercados de las pobla-
ciones, a la capital del Estado, Vi-
(1) RAMÍREZ, Sinonimia Vulgar y
Científica.
Uahermosa, sobre todo. De manera
' que nuestros venteros, como los
llamamos allá, no son propiamente
lo que los buhoneros de España,
como dice el señor Ramos y Duar-
te, quien expone además: "Un am-
bulante es, según Terreros (Dice.)
un paseante. El que va de casa en
casa vendiendo chucherías, bagate-
las, etc., se llama buhonero (el
que trae su tienda a cuestas en
una arquilla. (COVARRUBIAS), y
no ambulante, término procedentev
del latín ambulans, ambulantis, de
ambulare, andar, caminar.
Tampoco los ambulantes de Ta-
basco llevan sus mercaderías en
una arquilla, porque no venden so-
lamente baratijas o cosas pequeñas
y de poco valor, según se lleva di-
cho, sino mercancías grandes: len-
cería, abarrotes, artículos de prime-
ra necesidad, petróleo, aguardiente,
jabón, fósforos, velas, etc. y, como
la navegación es el medio de con-
ducción más común en el Estado,
por la abundancia de los ríos,
arroyos y lagunas, dichos merca-
deres andan embarcados en ca-
noas, cayucos, etc. V. VENTERO.
AMELCOCHADO, adj. De con-
sistencia de melcocha, pegajoso.
AMELCOCHAMIENTO. m. Ac-
ción y efecto de amelcocharse
(V.) una cosa.
AMELCOCHARSE, pr. Tomar
cualquiera cosa la consistencia pe-
gajosa y elástica de la melcocha.
2. En sent. ñg., hacerse de mi al-
ma o del rogado; hacerse de rogar
andar con melindres, para hacer
una cosa.
En la primera acepción lo regis-
tran ICAZB. y PICH.
AMELLAR, a. "Mellar, es como
dicen los maestros del idioma."
(GAG.) Alega autoridades de nota.
AMER
104
AMOL
AMERITADO, A. adj Que tiene
muchos méritos o cualidades; gran
prestigio, etc. Es fc. caballito de ;
batalla con que rOs periodistas de |
hoy en día, esclavos del uso de
la mirra de la adulación, consa-
gran a la gente de galones y po-
lainas: ameritado general; además |
de que tienen en su bagaje el con- ;
sabido pundonoroso y el no menos
trillado y cursi prestigioso. No
usan el veterano, solamente por-
que los militares de nuestro ac-
tual ejército son todos bisónos, pa-
ra honra suya, que de no serlo, ya
fueran más que aguerridos, foguea- ;
dos, etc., etc.
Méx. "Lleno de méritos y servicios:
el ameritado general fulano"
(iCAZB.) Parece hecho adrede para;
los hijos de Marte el tal adjetivo;
pero ya es viejecillo también, casi
veterano.
"Lo xínico que no tengo es dinero
y méritos; mas esto es una friolera.
¿Acaso todos los condes son ricos y
ameritados?" (PENSADOR, Periqui-
llo, 2a. pte., cap., XVII, p. 250.)
AMO. m. En el régimen de la
servidumbre adeudada que, por tan
tos años prevaleció en Tabasco, el
amo era el dueño de la ñnca en
donde servían los mozos, y dueño
de éstos, por lo mismo, puesto que
a él le debían. Pero, la costum-
bre se hace ley, sobre todo entre la
gente inculta y sencilla; como el
amo era siempre la persona prin-
cipal de la finca, se hizo común
entre las clases trabajadoras del
campo y los indígenas llamar amo
a toda persona superior, de eleva-
da clase social o gerarquía, así
como acá por el interior de la Re-
pública dicen patrón, jefe y sus
diminutivos patroncito y jefecito,
eij tono de humildad cariñosa.
También así allá dicen mi amito, y
mi señor amo, que es más res-
petuoso aún.
Aunque ha sido hoy abolida la
servidumbre, en forma de escla-
vitud, subsiste todavía y subsisti-
rá per sécula seculorum el trata-
miento de amo, por parte de los
humildes respecto de los soberbios
o encopetados.
— "Si tú fueras el amo, esta-
ría yo más desnuda.
— "Nada me traes y te ha di-
cho el amo." (ZENT., Perico, p. 30.)
— "T'nos rosales que tras los
setos de su casa plantó, y que fue-
ron destruidos por los niños del amo."
(ID., ibid., p. 42.) — "Allí permanecía
prisionero hasta que el amo, abrien-
do la puerta, solía entrar a despertar
lo de un puntapié." (ID., ibid., VII,
p. 44.) — "Sin embarco, aquello le pa-
recía un error producido por la con-
fusión de sus ideas y se apresuraba
a corregir: el amo." (ID., ibidem., p.
45.)
"Y veía surgir entre ellos (los ja-
cales) la mole ingente de la casa del
.nmo." (EMILIO RABAZA (Sancho
Polo). La BolA, X, p. 114.) — H) "De
una viga madre que allí había atra-
vesada, colgábase el amo, dándose
dos o tres coliinioiadas." (ROA BAR-
CENA, Obras: Noche al raso, V., p.
: 104.)
! Méx. "NUESTRO AMO. Título que
.se da comúnmente al Santísimo Sa-
cramento.— El Amo Grande. Dios. Es
del estilo familiar, y más u.<?ado en-
tre la gente del campo. — NI'FSTRO
AMO lla,maban los marineros al con-
tramaestre. (Dice. Marit.) (ICAZB.)
AMODORRADO, DA, adj. Barba-
rismo irrazonado, inmotivado, pe-
ro a la vez incorregible, común de
casi toda la República y otros paí-
ses, por amodorrido. Y en Tabasco
no habíamos de quedarnos atrás
en materia de behetrías: el mal
i es contagioso.
Méx. OCAMPO. Obras, t. III, p.
117.
Hond. MEMBR.. p. 14.
AMOLADA, f. Al que se ocasio-
na un perjuicio, se hace algún da-
(1) La Bola es novela descriptiva
de costumbres chiapanecas.
AMOL
105
AMOR
ño, de alguna manera se le provoca
un trastorno o una incomodidad o
molestia, se da una AMOLADA, y
el que la recibe se lleva ésta. Dí-
cese también una fregada, y aún
hay formas menos decentes, que
por subidas de color callamos, pe-
ro que nuestros conterráneos tie-
nen en la punta de la lengua.
Méx. "Molestia, incomodidad. Se da
y se lleva." (OCAMPO, Obras, t. III,
p. 117.)
AMOLADERA, f. Derivado fam.
de amolar (V). Frecuentativo de
amolada. La acción de estar amóla
do o causando amoladas repetida-
mente, con frecuencia que produce
fastidio, y se transforma en hecho
incesante: esio es. una AMOLADE-
RA. Dícese también fregadera. (V)
AMOLADO, A. adj. El que está
en malas condiciones pecuniarias,
sociales o de salud, está AMOLA-
DO. Es una foiTua eufémica, de
fregado, menos decente, y ésta a
su vez de otras vulgares y soeces,
que usa la gente de mala calaña.
2. AMOLADO también se dice
del que gusta de dar o hacer amo-
ladas o es de carácter festivo y
dado a las bromas y chanzas. Es
el amolador de la Academia.
Méx. "Estoy AMOLADO, dicen los
del pueiílo para denotar que están
muy pobres, abatidos, de capa caída."
ÍICAZB.)
AMOLAR, a. Causar perjuicios,
daño, molestia a otro. Engañar,
embromar, fastidiar. Ú. c. pr.
Méx. "Si al menos hubie'se tenido
alpuna familia, podría haberse reti-
rado por un momento a su recámara
para descan.sar; pero ella sola era y
no hubo más que amolarse — como
me dijo — con todos aquellos gorris-
tas." (XúSEZ, Bagatelas. El día del
santo, p. 8.)
— ICAZB. : "Fastidiar. molestar
mucho, causar prave perjuicio. Úsa-
se también, como pronominal. Es voz
baja y aún indecente, de que nunca
usa la gente bien educada."
— O C A M P O, Obras, t. III. p.
lis. "r. Resignarse a una molestia o
contratiempo".
C. Rica. "Vale entre nosotros im-
portunar, molestar, moler, y figura-
damente, apabullar, aplastar a uno,
dejarle confuso y sin saber qué res-
ponder."
Del verbo hemos sacado el sustan-
tivo familiar y amoladera (por mole-
dera, cansera.)." (GAGIXI.)
Cuba. MACLVS, como la da ICAZB.,
que seguramente lo siguió en la defi-
nición.
— PICH. "Vulgar e indecente,
que significa molestar con imperti-
nencia, perjudicar, ü. t. c. r."
Maracaibo. "Amolar a alguno es
una repugnante metáfora. Déjese la
amoladura para las armas e instru-
mentos, los hijos de Adán tolerare-
mos cuando más que nos muelan la
paciencia, nos perjudiquen, o cosa se
me jan te." (M E D R A X O, p. 19
(ICAZB.)
Canarias, "v. a. Fastidiar. 2a. acep-
ción. T. s. u. c. ref. Lo hemos oído
igualmente en la Pen." (ZEROLO, p.
57. IBID.)
AMOLCATARSE. pr. Dícese de
ía milpa, cuando por la mala esta-
ción, falta de lluvias u otras cau-
sas, degenera la mazorca, produ-
ciendo al fructificar molcate, o maíz
chico, (V.) es decir, mazorcas muy
pequeñas.
AMONTONARSE, pr. Cuando la-
gente cunde aunque sea a novelear
(V.), porque también es curiosa,
aunque no tanto como la de esta
Capital, dicen allá, que se amonto-
ra, o que está amontonada la gen-
te, en vez de juntarse, aglomerar-
se.
Méx. "Reunirse varios, para aco-
meter a uno solo." (ICAZB.)
AMOR. m. AMOR NO QUITA
CONOCENCLA; expr. fam. que da
a entender que la simpatía o esti-
mación que se tienen por una per-
sona, no es óbice para juzgarla
acertadamente. Ijsase sólo en la
clase vulgar.
AMOR
106
ANÁH
"Como amor no quita conocencia,
yo dende qvie tengro josico, etc." (GIL.
Y SAENZ. El Caporal, p. 65 )
AMORDAZAR, a. No la hallamos
por la América Insular, Septentrio-
nal, ni ístmica y Central; y en la
Meridional, hasta Chile. Nos la da
D. ZOROBABEL RODRÍGUEZ (Ob.
cit.), con muy jugosa ciútica y co-
mo anillo al dedo para nosotros.
Oigámosle: "Muy usado i no hay
tal; pues así como de pluma for-
m.amos emplumar, i de grillos, en-
grillar, i de máscara, enmascarar,
de mordaza debe formarse enmor-
dazar, que es como se dice en Es-
paña y manda el Dice, de la Acad."
AMOSCARSE, pr. Abochornarse,
quedándose enseriado, cohibido pa-
ra reentrar en la plática o en la
materia que ocupa a quienes ha-
blan.
Cuba. MACÍAS: "V. a. q. s. u. c. re-
flex. en su acep. ñg. y fam." Cita a
Pich.
PICH. "Abochornar o sonrojar, cau-
sando a la vez algún enojo disimu-
lado."
AMU LITADO, DA. adj. Triste, de-
caído, acongojado. Es vulgar.
AMULITAMIENTO. m. Acción y
efecto de amulitarse.
AMU LITARSE, pr. Entristecer-
se, enfermar, tomando el aspecto
macilento y alicaído del mu lito o
pavo común. Es término familiar
de uso muy frecuente.
AMPLIFICACIÓN, f. "Acción y
efecto de amplificar." Para nos-
otros eso, y además reproducción
en tamaño mayor al original, de un
retrato, de un mapa o de un dibu-
jo o pintura cualquiera; esto es,
la cosa misma, reproducida y am-
plificada, o sea su copia, o lo que
pudiéramos llamar el retrato del
retrato.
Méx. ICAZB., p. 22.
AMPLIFICAR, a. "Ampliar, ex-
tender." Al tenor de amplificar, am-
pliar es reproducir una cosa en fi-
gura o en cuerpo; pero con mayo-
res dimensiones.
En realidad la acepción académi-
ca es raquítica: se amplía una co-
sa que se hace más grande, ella
misma, aumenta de tamaño, y lo
mismo, más o menos, significa ex-
tenderse, tender hacia afuera, en
el sentido del centro, aumentar de
tamaño. Pero en la amplificación
del retrato, éste por sí mismo no
sufre ninguna modificación en sus
dimensiones, pues lo que realmen-
te se hace es reproducirlo, tomar
una copia a imagen de él con ta-
maño mayor que el suyo. La acep-
ción provincial es admirable.
ANACAHUITA. m. Árbol del si-
ricote.,Una especie del amate, di-
ce RÓBELO.
A NAGUA DO. adj. Aplícase esta
calificación al individuo pobre de
espíritu, pusilámine; sin que tenga
precisamente las características
del afeminado en cuanto a su psi-
cología. Derivando de nagua (o
enaguas), por la timidez propia del
carácter femenino, del sexo de las
enaguas.
ANAHUACENSE. adj. Natural
del Anáhuac. Lo que es propio del
Anáhuac, o correspondiente a él.
Este gentilicio, de tan castiza con-
textura como complutense, costa-
rricense, etc., es de legítima cepa
mexicana. No obstante, nuestro me-
jor autor de mexicanismos. D. Joa-
quín García Icazbalceta. no lo re-
gistra en su Dice. Lo hallamos en
los siguientes escritos: "Manifiesto
del Comandante Gral. de las Armas
de Tab., D. Francisco Palomino."
de fecha mayo 23 de 1830: "Un país
(Tab.) en que germinaba aún el
fuego de la revolución que secun-
dó el grito sedicioso que arrancó
Yucatán de la Unión anahuacense."
Manifiesto del Congreso del Estado
de Tab., fechado en lo. de agosto
ANAL
107
ANCHA
de 1830:" ...inhabitada la mayor i
parte de los edificios y desierta to-
da esta hermosa porción del terri-
torio anahuacense." Ambos docu-
mentos van publicados en la obra
Doc. y datos para la Historia de
Tab., compilados por Manuel Mes-
tre Ghigliazza, caps. XXXII. , p.
415 y XXXIII, p. 424, respectiva-
mente.
ANALFABETISMO, m. Condi-
ción, estado de las clases analfa-
betas. La Academia se olvida de
este nombre y sólo consigna en su
14a. edición: analfabeto, de uno so-
la terminación, por cierto dispara-
tada, definiéndolo de una forma de-
testable, por añadidura.
ANALFABETO, TA. adj. "Neol.
Que no sabe leer." (TORO G., Dice.
Lar.) Muy usado actualmente, aun-
que en sentido más extenso: el que
n-o sabe leer ni escribir. Por lo co-
mún suele preferirse la forma anal-
fabeta para calificar la condición,
cualquiera sea el género a que se
refiere: el pueblo analfabeta, las
clases analfabetas. Se ha derivado
de alfabeto, y como tal puede ad-
mitirse, puesto que significa "el
que carece de alfabeto, esto es,
que ni siquiera el alfabeto conoce:
pero lo que no admitimos es que
el sustantivo alfabeto mismo sea
su contrario, en calidad de edjeti-
vo: el pueblo alfabeto. Esto es un
disparate.
"Qué fácil es tramar burdas menti-
ras y engañar al pueblo, cuando ese
pueblo es analfabeta, y más que anal-
fñbeta ianor.ante en lo absoluto de la
cosa pública y de los saltimbanquis de i
la politiquoría local." (Cuauhtemoc,
No. 8.5: Villahermosa, Tabasco.t
ANCAS (IR, o MONTAR EN), fr.,
llevar a uno, ir a la grupa, como di-
ce la Academia; es decir, montado
detrás del jinete y fuera de la silla.
Ir a la grupa, dice OCAMPO (Ob.
cit.). ICAZB. consigna la frase)
"Dar ancas vueltas", por conceder
una ventaja en cualquier juego,
que allí por la tierra no se usa ni
se conoce. V. DAR CHANGÜÍ.
ANCESTRAL, adj. "Relativo o
perteneciente a los antepasados.
Ovserv. Esta palabra es galacis-
mo." (TORO GISB., Dice. Lar.)
Así no obstante, ya está tan en
boga en los escritores contempo-
ráneos, que imposible sería deste-
rrarla del lenguaje; ni es malso-
nante ni abunda, antes al contra-
rio es bien nacida e indispensable
en castellano, puesto que no hay
palabra que tenga tal significación;
de suerte que. aunque sea califica-
da de galicada la voz. debe ser ad-
mitida, venga o píxDceda de donde
viniere o procediere, que de alguna
parte ha de venir; si no las etimo-
logías saldrían en demasía o nues-
tro idioma se reduciría a latinis-
mos, helenismos v neologismos!
TORO GISBERT. en sus Ap. lex.,
cita a BLASCO IBÁXEZ (Los muer-
tos mandan): "Conservando todas
las angulosidades cortantes de su
iiideza ancestral," p. 263. Podrían
hacerse así mil citas, sobre todo de
los noveles escritores de la pléyade
de intelectuales españoles.
ANCLARSE, pr. Este verbo fa-
miliar no es más que una trasla-
ción del académico anclar, al que
el Dice, no reconoce otra acepción
que la marítima. Prolongar dema-
siado la permanencia en un lugar.
ANCHAR, a. Como dice ICAZB.:
"Más usado que ensanchar. No está
en el Diccionario. A semejanza de
ensanchar tenemos en castellano
ensangostar, totalmente anticuado,
aunque la Academia no le ponga
tal nota. Este verbo perdió el ens,
que conserva ensanchar." En Ta-
basco fallan: si no se usa ensan-
gostar, tampoco debe usarse ensan-
char; el pueblo lo abrevia todo y
ANCHE
108
ANCHO
a veces, como en ésta, tiene toda
razón. ÁNCHALE la boca al costal,
dicen los camperos o cargadores
cuando van a echar el maíz, o cual-
quiera otra cosa.
Perú. "Aunque conocemos muy bien,
y hasta usamos el verbo derivado de
ancho, Que es ensanchar, no cabe, du-
da que quien priva con nosotros es
anchar, y que el otro sólo se visa en
lo moral: ensanchar el ánimo." (ARO-
NA, p. 28.)
Venez. "Es forma tan correcta co-
mo ensanchar que trae el Dice." (PI-
CÓN.)
Bogotá. CUERVO (p.877), con su
erudición propia, prueba el abolengo
nobilísimo, de legítima cepa clásica,
que tiene anchar, verbo: "anchar se
usa también en España; de suerte que
ni el más escrupuloso podrá objetar
nada a una voz que a la formación
analógica reúne la universalidad del
\iso: "Venía bien con el uniforme de
las tropas ligeras españolas de aquel
tiempo, chaqueta con alamares ceñi-
da, pantalón igual en color a la cha-
queta, y en la cabeza lo llamado en-
tonces morrión, y después chacó, que
iba anchando .según subía." (ALCALÁ
GALIANO. Recuerdos de un anciano,
p. 129.) "Más claro no canta un ga-
llo," dicen en mi tierra, y a cuento
viene aplicarlo aquí, no embargante
que vendría mejor, a "de perilla," si
no se tratara como aquí se trata de
im verdadero "gallo," y "de picada"!
ANCHETA, f. "Porción corta de
mercaderías que una persona lleva
a vender a cualquiera parte." No
es preciso que la lleve, basta con
que la venda. Por antonomasia se
entiende también la neg'ociación
misma, las mercaderías que consti-
tuyen la ancheta, y con las cuales
se comercia. Una ancheta de li-
bros, es el comercio ejercido en
venta de tales, y los libros mismos
que se venden.
2. En sentido irónico ¡buena AN-
CHETA! quiere decir negocio,
asunto inconveniente o de mal éxi-
to.
Méx. "No es mala ancheta, o va-
ya una ancheta, se dice de las cosas
estorbosas, y de los encargos moles-
tos." (TCAZB., p. 23.)
Cuba. "Cosa o negocio pequeño o
malo. Así se dice: ¡qué ancheta! ¡bue-
na ancheta! (irónicamente.)" Ganga
negocio." (TORO G., Dice. Lar.)
"Cosa o negocio de poca monta, y,
generalmente de malos resultados; de
aquí que se diga por antífrasis ¡mag-
nífica ancheta! (MACIAS.)
Venez. "Como más se usa esta voz
es en el significado de broma, mal ne-
gocio: quizá esta sea la última acep-
ción qvie le da el Diccionario, tomada
en sentido irónico. (RIVODó) — "Bron-
ca, mal negocio," dice TORO G.
(Dice. Lar.)
Ríopl. "Acción o dicho simple, desai-
rado, de ninguna oportimidad o im-
portancia, l'jsase en expresiones como
las siguientes: ¡qué ancheta! ¡vaya
una ancheta!" (GRANADA, p. 83.)
"Simpleza, tontería," dice TORO G-
(Dicp. Lar.)
Ecuad. "En el Ecuador significa, al
contrario, buen negocio." (Menms. de
la Academia Ecuat., tomo I, p. 58,
c. p. ICAZB.)
Perú. Lo mismo que en Ecuador.
"Ganga." dice TORO G. (Dice. Lar.)
ANCHETERO. m. El mercader
que ejerce el comercio en anche-
tas, o negocios pequeños y deter-
minados. También al comerciante
ambulante se llama anchetero, por
razón dQ llevar generalmente mer-
caderías en corto mimero.
Rodríguez Beltrán ha escrito un
artículo titulado "El Anchetero",
en su libro Perfiles del Terruño que
aquí citamos. Es dé lo más bello
que se ha publicado en México so-
bre costumbres regionales.
"En los sueños de esta gente, es
ahincado el deseo de hacerse anche-
tero, para llevar por i-fo arriba, gran-
de y espaciosa canoa cargada hasta
las "falcas con mercancías aue s*-r^n
■«•end'das por toda la orilla." (RODR.
B., Ob. cit., X. p. 63.)— "El anchetero
está de jornada: ha embarcado o^^n-
tenares de garrafones con aguardien-
te, cajas conteniendo jabón, etc." (ID.,
ibid.) — "El que está en vela despierta
al anchefíro que duerme." (TD., Ibld.
p G6.) "Y el anchetero manda echar
ei árcela " CID., ibidem.)
IVIéx. "Buhonero, negociante con an-
chetns." (R. V DI^VRTE.I
ANCHO, A. adj. "Satisfecho."
(OCAMPO.)
ANDA
109
ANDA
"Mientras el infeliz está ahora via-
jando por esos cerros, tú te estás pa-
seando muy ancha y engalanada.
"(Astucia, t. I, cap. V.) — "El mazo más
ancho que un pavo, se volvía todo oí-
dos para recoger la frase halagadora"
(DELGADO, Calandria, VI, p. 45.) —
"Y la lleva a los toros, y a la come-
dia.. . y ella muy ancha, como verdo-
laga en huerta de indio, y la da de
honrada." (ID., Ib., TX, p. 79.) — "Ar-
turo que era vanidoso y fatuo estaba
anchísimo, pero disim.ulaba su ale- :
gría." (ID., ib., XII, p. 99.)
ANDADA, f. La Academia sólo le
da la acepción, de "viaje, camino,
paseo." ANDADA es una caminata
algo larga, un paseo agradable; pe-
ro hecho en una sola jomada y de
una duración que no excede de al-
gunas horas. Es un paseo que se
hace generalmente por ejercicio o
distracción, sin objeto detenuina-
do, o por vía de convalecencia, pa-
ra los enfermos. En Tabasco, don-
de las mañanas, sobre todo en
abril, son tan hermosas, no ha/ co-
sa más agradable que ])acer una
ANDADA antes de salir el sol.
Méx. TCAZB. : "Xo es aquí anticua-
do por paseo algo largo." "Hizo Cla-
rita su ramillete,"' y después dio un^i
andadlta más larga" (Astucia, t. I.
f-ip. XV. p. 3AC^.) — "Lorenzo. Uiezo Quo
llegó a las haciendas, les dio ima an-
dada." (Id., t. II. cap. XIII.) — "Si
vieras que malo me pongo con las an-
daditas a caballo" (AZUELA. Mala
Yerba, IX. o. 71.)
Hond. MEMBR. : "Caminata. Estoy
sudando, hemos dado una gran anda-
da."
C. Rica. "Voz arcaica en el sen*^'do
rií" vi^ie, caminata, jornada," dice
GAOIXI.
ANDADOR, RA. adj. Df^l caballo
que tiene paso muy largo, anda
apresuradamente o que es muy vo-
luntario para andar, sin necesidad
de espolearlo, los rancheros dicen
que es ANDADOR.
C. Ricp. Por allá dicen andalón:
".\1 caballo andador y de paso veloz
se le llama aquí andalón, y en Espa-
ña, "caballo aguililla." (rjAOlNT.)
Adviértase que para la Academia
el caballo andador, "anda mucho o
anda velozmente," para nosotros
aunque no ande mucho, porque se
canse o por cualquier otro motivo,
basta con que ande animoso o de
buena voluntad, aunque sea algu-
nos pasos. Siempre algo nuevo.
En Colombia dicen ar^dón
(CUERVO p. 842.); en Cuba lo
mismo. (PICH.)
ANDADURA, f. Como cabalgadu-
ra y como montura, derivados de
cabalgar y montar, hemos formado,
por analogía imitativa, andadura,
derivado de andar, para llamar
también a la bestia de silla: mu-
lo, caballo o macho, porque en Ta-
basco no se monta en burro, el
cual, más afortunado que acá por
estas tierras estériles, desampara-
das y monótonas de la Mesa Cen-
tral, es hasta de noble alcurnia y
linajudo por aquella tierra de Ma-
ría Santísima, que dijera un anda-
luz, pues lleva vida moruna y sólo
las hace de Sultán en su serrallo,
como padre en los hatajos o yegua-
das, para coger cría de él: muías y
machos, cría muy lucrativa, por
cierto, pues la bestia mular tiene
allá muy alto precio para el tiro, y,
al efecto, son yeguas especiales,
hembras selectas aquellas con que
se empadra el burro. Este vive en
pezebre o caballeriza, bien comido
y bien cuidado, y sólo en la época
de parición o cargazón de las ye-
guas se le suelta para aue las car-
aue o pique. V. ANDANTE Y MON-
TURA.
ANDANADA, f. Colmar a uno de
improperios o injurias, es echarle
o soltarle una ANDANADA. Tam-
bién se da una ANDANADA de pa-
los, una tunda, una paliza. Parece
que el espíritu de la voz es expre-
sar serie continuada, la sucesión
de una multitud de actos o cosas
inmediatos. Formada por analogía
con la andanada académica, "des-
ANDA
110
ANDA
carga de una batería": conjunto o
serie de descargas o tiros de cada
una de todas las^piezas que forman
la andanada. Es admisible la voz,
toda vez que no entraña una co-
irupción lexicográfica de la casti-
za, ni menos una perversión en la
forma ideológica, pues, ¿qué es sol-
tar a uno una andanada, si no
echarle una descarga, más o menos
cerrada de injurias o agravios? No
ea precisamente tampoco regaño
fuerte lo que entraña la frase, sino
pluralidad, multitud de palabras in-
juriosas o reprensivas, dirigidas a
alguno.
"Se empeñó en ser lo más cortés
y gíjjante con Chona. quien recibió he-
roicamente la andanada de barbarida-
des que Sánchez decía" (FACUNDO,
Jamonas, t. I, cap. IX.) — "Nacho Mar-
tín de la Rosa dejó escurrir por entre
los Hientes una andanada de injurias
para Chucho Hernández" (AZUELA,
Sin Amor, la. pte., VIH, p. 90.) — "Le
disparaba una andanada de desaho-
gos..." (PRIETO, Memorias, 40-53,
cap. II, p. 95.)
Esto justifica el u&o genérico de
nuestra habla, distinto de la acep-
ción específica que da la Academia.
ANDANTE, m. Si cantante es
quien canta y ambulante quien am-
bula, el que ande será andante. AN-
DANTE es en nuestro lenguaje pro-
vincial el caballo, para los campe-
sinos. Nada más natural ni más
propio; nadie puede darse por ofen-
dido: ni la Gramática ni el Diccio-
nario; cuando más los gramatóma-
nos y los academistas rabiosos. Pe-
r-o éstos, que con ellos se las ha-
yan. V. MONTURA Y ANDADURA.
Méx. "Entre rancheros caballo,"
(ICAZB., p. 23.)
"El huéspeded se permitió algunas
bufonadas sobre lo bien que se había
Pintado el andante." (FACUNDO, Po-
llos, t. T, cap. II.)
ANDANZA o ANDANCIA, f. "An-
dancia que anda," decíanos en al-
«;una ocasión una muchacha a
quien preguntamos ¿qué tiene us-,
ted?, al veda con cara de enferma.
La gente del pueblo llama andan-
cia a una dolencia o enfermedad,
endémica pero no de gravedad, co-
mo toses, catarros, gripas, calen-
turas, etc.
Méx. ICAZB.: "Enfermedad reinan-
te, pero no grave. En el Dice, halla-
mos: "correr una constelación o ser
constelación, fr. que se dice cuando
reina alguna enfermedíid epidémica."
Venez. "Andancia, por epidemia,
enfermedad reinante en una pobla-
ción: especialmente se dice de las de
i:oca trascendencia, como catarros,
constipados, etc. A nuestro modo de
ver es vocablo analógico y como tal
aceptable." (RIVODó.)
Cuba. PICH. Quien se declara en
contra de .-índancia, juzgándola co-
rruptela, por andanza.
• ANDAR, n. "Ándele, ande usted,
fr. fam. que se usa para animar a
que se haga alguna cosa." (ICAZB.)
Dícese también ándale y ándate.
"Para animar allí a alguno
Que no peque de atrevido.
Lo mismo paia n(;gocios
Que para pegarse un tiro;
Como palabra suprema
En vmo y otro sentido,
Para decidirlo pronto
Le dicen:: ándele, amigo."
(SOMOANO)
Méx. En esta Capital es rara la
persona que no diga: ándale, en vez
de anda, o ve a tal lugar. (RAMOS
Y DUARTE.)
BUSCARLE EL ANDAR a una
cosa, a un negocio, etc., es frase
equivalente a encontrarle la embo-
cadura (V.), parecida a dar en el
clavo: estudiar la forma de hacer
o resolver el asunto, dar con el
método o manera, etc. Muy usual
en lenguaje familiar.
"No, D. Caral.ampio, no se exaspe-
re usted, que en este picaro mundo,
a todo se le busca su andar." (GIL Y
SAENZ, El Caporal, p. 29.)
ANDAREGUEAR, a. "Ahora da-
remos otros verbos nuestros, dice
CUERVO, formados con aquel mis-
mo sufijo (ear): andareguear, (an-
dorrear, vaguear, cezcalear)." Ha
ANDA
111
ANGA
de saberse que es nuestro también: f
andar de aquí para allá, sin rumbo
ni objeto fijos, estar de andariego,
entendido que andariego es el que
anda sin oficio ni beneficio. ;
ANDARIEGO, GA. adj. y s. Vaga-
bundo, haragán, que anda sin que-
liacer. De ningún modo sinónimo de
andador; andador es el caballo que
gusta de andar, siendo este su ofi-
cio; andariego es el muchacho que
gusta de andar sin oficio y sin ser
ese su deber. Perro andariego, es
sinónimo de perro callejero. En su-
ma: para nosotros andariego es'
peyorativo.
ANDARIVEL, m. Enredo, com-
plicación, maraña, úsase en senti-
do figurado y más comúnmente en
plural.
"Usted me perdone... pero usted se
mete en muchos andariveles que diga-
mos." (GIL. Y SAEXZ, El Caporal, p.
25.)
Es término de marina que Terre-
ros y el Dice. Marít. definen. La •
Acad. no le registraba en ediciones
anteriores a la décimatercia. MA-
CÍAS sostiene (Dice, cubano, p. 72;
Erratas, montón 2"., p. 94) que la
acepción fundamental de la palabra
es la que conserva en Cuba: em-
barcación para pasar de una orilla
a otra de un río, tirando de una
cuerda en ambas márgenes.
ANDENES, m. pl. fam. Aventu-
ras; vueltas, pasos o gestiones en- i
caminados a determinado fin, espe-
cialmente si son difíciles o arries-
gados; asunto enredado, lío. Úsase
casi exclusivamente en la frase
meterse uno en ANDENES o verse
en ANDENES: mezclarse en asun-
tos o negocios que a uno no le co-
rresponden y por lo mismo le son !
desconocidos o difíciles; tomarse
trabajos excesivos sin necesidad ni
conveniencia e inadecuados para el
objeto que se persigue. i
LOPE DE RUEDA le usó en la co-
media llamada "De los engañados,"
en que dice Pajares: "Señor Crive-
lo, ¿paréscele en qué ANDENES y
riesgos me han traído mis peca-
dos?" (Obras de... Ed. de la R.
Acad. Española, t. I, p. 232. > Anó-
tase la palabra en el Vocabulario
final, puesto por el Sr. Cotarelo,
académico, (p. 314.)
La acepción es casi idéntica a la
actual de nuestro lenguaje popular.
ANDULLO, m. Como cubana, y
muy cubana, la preparación del an-
dullo, de Cuba aprendimos también
el vocablo, y significa en plata lo
que dice PICH. y reproduce MA-
CÍAS: "Las hojas del tabaco, pren-
sadas y aforradas con yagua en
forma cilindrica y punta cónica, o
de otra manera, como breva." El
andullo más común en Tabasco
aunque poco usado en lo general,
es lo que Placías llama Breva Ame-
ricana, a nuestro entender, "taba-
co de mascar generalmente de Vir-
ginia o de Kentucky, aprensado en
forma de tableta." V. BREVA.
ÁNFORAS, f. pl. ICAZB.: "Urnas
o vasos donde se depositan las cé-
dulas en las elecciones." Lo mis-
mo para nosotros, sólo que modifi-
caríamos un tanto la definición, di-
ciendo "urnas o vasos donde se de-
positan en forma que queden invi-
sibles, las cédulas o lo que haga
sus veces, en las elecciones, y en
general, en todo acto en que ha-
ya votación."
TORO GISBERT se aproxima a
esta idea: "urna para votaciones."
dice, con la indicación de Méj.
(Dice. Lar.)
ANGARILLAS, f. pl. Nuestras
angarillas son muy originales: es-
tán compuestas por dos varas lar-
gas y uno o dos travesanos; pero
no sirven para cargar a mano, co-
mo las de la Academia, sino que ti-
ANGI
112
ANQU
ran de ellas las bestias, apoyándo-
se un extremo de las varas o lar-
gueros a los lomos del animal, a
manera de un coche, y arrastrando
del suelo el otro extremo. La car-
ga se coloca en el medio de las
varas, a modo de que la bestia so-
porte la mitad de su peso y tire
solamente para arrastrar de la otra
mitad. Cuando son maderos o tro-
zos muy grandes, se prefiere arras-
ti-arlos con lagarto, como se hace
en las monterías.
Cuba. PICH. : "Armazón para cargar
y trasportar en caballería algunas co-
sas, que de diferentes maneras se usa
en la isla: en Tierra Adentro se ha-
cen de bejuco, guajio, etc., formando
dos o cuatro cestos o cavidades para
cargar botijas o barriles de agua etc.:
otras de palos corvos o en figura de
tijeras: otras a modo de esportillas,
cada una con dos aros, armados con
ariques o cuerdas, para transportar el
cazabe, etc. y entonces se denominan
managüises, aunque esta voz indíge-
na se aplica también a cualquiera
carga de aquella clase y sus avíos."
— MACÍAS, el gran crítico y censor
de los copistas, con ligeras variantes
en la redacción y la ortografía, copió
tristemente a Pichardo, sin hacerle el
honor de citarlo. ¡Vemos la paja en
el ojo ajeno!
Chile. RODR., en la palabra ALCU-
ZA, dice: "no es sinónimo de anga-
rilla, pieza de vajilla en que se ponen
líi.'! ampolletas del aceite y vinagre, o
taller, que es igual a las angarillas, y
sirve para poner salsas." "TORO GIS-
BERT, en el Dice. Lar. consigna esta
acepción, pero sin la nota de provin-
cialismo: "Accesorio de mesa, con
dos frascos para aceite y vinagre."
ANGINA, f. Es muy común, has-
ta entre la gente culta, dar a esta
palabra una acepción traslaticia,
designando con ella, no la enferme-
dad que consiste en la inflamación
de los ói-ganos de la deglución y
1 espiración, sino los órganos mis-
mos, las parótidas, y as', dicen:
tengo inflamadas las ANGINAS. Ha
de saberse que ANGINA es la in-
riaraación propiamente dicha, el he-
cho de inflamarse las parótidas; lo
contrario es albardón sobre apare-
jo.
ANGÚ. m. Nombre que se da tam-
bién al Hibuscus esculentos, de Ta-
basco, conocido con el nombre vul-
gar de Chimbombó. (V.)
ANICABE. m. Bejuco muy co-
mún, que se cría en los lugares
bajos.
"Liana muy usada para amarrar
cercas en el campo y las armaduras
de las chozs de los indios. (Cat. de la
Exp. de Chicago, 1893, p. 28.)
ANIMALADA, adj. Acción de su-
ma torpeza o tontería.
Méx. ICAZB.: "Machada, necedad."
— "Hombre, no digas animaladas."
(TRUEBA, c. p. ID.)
ANÍS. ESO VALE UN ANÍS, O
UN COMINO, O UN BLEDO, expr.
fam. despectiva con que se expre-
sa que una cosa no significa nada
para uno; que le importa muy po-
co.
ANISILLO. Cierto dulcecito com-
puesto de un anís cubierto de al-
míbar, como del tamaño de una pi-
mienta y rugoso como ésta. Los
hay de varios colores. No se fá-
brica en el Estado, sino en Chia-
pas, de donde lo traen a vender en
las fiestas los coletos. Semejante a
éste es el confite (V.), un grano o
semilla de cacahuate cubierto de
almíbar, blanco o de color. En Mé-
xico llaman chuchito o chochito al
ANISILLO.
C. Rica. Por esta tierra, anlsillo es
el nombre do una planta: "Yerba me-
dicinal que abunda. . . en todos los lu-
gares de la República." (GAGINI.) Lo
mismo en México.
ANQUERA, f. Parte del vestido
de la silla de montar que cubre las
ancas de la caballería hasta los cor-
vejones, y la cual comprende los
vaquerillos (V.), faldas que cuel-
gan a ambos lados. La ANQUERA
está sujeta a los tejuelos por me-
dio de las bolinas, que penden de
ella también. Es mexicanismo.
ANSE
— 113
AÑIL
"Abraham amarró la bolina v un
?or.-?; '^^ correas de la anquera."
^n.^^^"J^^ MARMOL, Antón. XX, p.
^i)b.) — -El ranchero con calzonera de
rana o cuero y su cotón de gamuza
montado en su caballería, con anque-
ra, o sea la cubierta de cuero que res-
guarda las ancas del animal hasta los
corvejones." (GARCÍA CUBAS Re-
cuerdos, p. 240.)— "Un grupo de esa
gente de a caballo con sus sombreros
y sillas llenas de plata, su reata en
los tientos y sus pistolas en la anque-
ra, se acercó poco a poco y en orden "
ÍPAYXO. Fistol, t. II. p. 922.)
ANSER. m. (Anser Hiperboreus.)
Ave del orden de las lamelirros-
Iros, familia anátide, que suele ob-'
servarse en algunas lagunas inte-
riores del Estado, y que es común
■n las albuferas o lagunas costf
ñas.
ANTA. V. DANTA.
ANTEADO, DA. adj. El gran co-
lorista regional y poeta Francisco
Quevedo (1). hablando de la copla
campesina:
"En un bejuquito anteado,
mi bien, te quisiera ver;
y vive con el cuidado,
que siempre te he de querer,
gagito del verde prado",
dice: "Anteado ho es de color de
ante, que el pueblo desconoce ese
adjetivo, sino arqueado, aludiendo
a esos bejucos magníficos que en
las selvas tabasqueñas se mecen a
la manera de nuestras hamacas,
suspendidos por sus extremos a los
lamajes. y en los cuales la fanta-
sía del bardo campesino ve o pre-
tende ver columpiarse a la moza de
rus amores, como el paganismo
Iieleno vio o pretendió ver colum-
piarse a sus ninfas y sus dríadas
bajo las bóvedas superbas de sus
bosaues."
Parécenos haber oído alguna vez
en Tabasco emplear este adjetivo
en la acepción de viejo, anticuado,
V así, lo encontramos en ICAZB.,
O) Lír. pop. tab., pp. 4fi-4T.
en el refrán -si no hubiera malos
gustos, no se vendiera lo anteado",
en el cual claramente se advierte
la misma significación que hemos
dado.
Aunque el símil explicado por
Quevedo es muy factible en la ima-
gmación creadora del bardo cam-
pesino de Tabasco, asaz fecunda
bien podría ser alusivo a los paja-
nllos que gustan de posarse sobre
los bejuquitos secos o amarillentos,
tomando el anteado en la acep-
ción de viejo, por antes, con lo
cual nada perdería la ficción poéti
ca al comparar a la zagala campe-
sina, ágil y graciocilla como la.s-
aves, con el pajarillo pintado que
se columpia en las ramitas o en las
anteadas lianas de las selvas, lige-
ras y quebradizas.
ANSIAS, f. "Agonía." Ya está en
las ansias de la muerte, por está
en la agonía." (RAMOS Y D) Por
nuestra tierra se dice al igual que
en Guanajuato. de donde es pro-
' incial, segiin cree f] autor. De ad-
vertir es que no debe llevar el
acento ortográfico que el Sr. Ra-
mos le fija en la primera sílaba por
razones de elemental ortografía
ANTELLEVAR, a Empujar con
la parte anterior o delante. Es voz
del automovilismo.
ANTELLEVÓN. m. Vulg.; empu-
jón o golpe dado con la parte de-
lantera del automóvil.
AÑIL. m. Según el sabio Rovirosf?
hay en Tabasco tres especies del
indigofera: I. tintórea, L.: I. añil,
L. e. I. mucronata. Sorenq. (1) De
ellos el primero es el más emplea-
do en los usos comunes para el la-
vado de la ropa, echando las hojas
f hervir con ésta, hasta nue .'spel-
^a o despide la tinta y desmancha
fl) Sinonimia vulgar y científica de
Ms nl^nt^.s m«viranas. por RAMÍ-
REZ y ALCOCER.
AOND
114 —
APACH
la- tela. También suelen disolverse
las hojitas por estrujamiento en el
agua, en la cual se empapa la ro-
pa para asolearla en seguida. Se
llama comúnmente añil equilite.
"El añil da equilite que es una de
las principjiles producciones de la Re-
pública de Guatemala, se produce en
Tabasco, apreste, y hay vestigios de
haberse verificado algunos años atrás.
AI presente hay una plantación y va
a establecerse una fábrica." (Nota es-
tadística remitida por la legislatura
de Tabasco al Senado de la I'nión,
en junio 19 de 1826: Mestre, Doc. y
datos para la Historia de Tabasco,
pág. 299.)
AON DE. adv. Síncopa muy co-
mún en el lenguaje vulgar por
adonde; a veces se apocopa en on-
de, conceptuado como arcaísmo en
la Academia, aunque este xiltimo
es más bien apóoope de donde.
"Hasta la cama onde duermo.
tiene lástima de mí,
por los suspiros que doy
cuando me acuerdo de tí.
Quevedo, Lír. pop. tab., p. 36 '
Agrega el autor citado: "la intui-
ción métrica mutila los adverbios
donde y adonde (onde, aonde):...;
sin las cuales licencias y otras que
desenfadadamente saben tomarse
en circunstancias análogas, el ver-
F'O no sería de ninguna manera oc-
tosilábico."
"Si no surge inconveniente, esas
dicciones son restauradas a su for-
ma correcta:
Yo tengo mi amor en donde
sólo mi perro lo sabe,
que llega a la puerta y ladra,
viene mi negrita y la abre.
(Cantar No. 234.)
Es tanto lo que te quiero,
y lo que te quiero es tanto,
que tú S'olita dirías:
adonde pondré este santo?
(305) (Obra citada, pág. 37.)
"Aquilino, ¿onde te fuiste uuioh.-i-
cho?" (T. COKUl'^A l>K CAKTKU.
Paulina, p. in.)
Méx. "Vo.v a tr.'iei- a lo.s muchachos.
— ¿Pue.'í onde están? Allá abajito."
(FACUNDO Gentes, t. I. cap. XII.)
APACHURRAMIENTO. m. Ac-
ción y efecto de APACHURRAR
(V.) Dícese también APACHU-
RRADA.
Hond. ME.MBKEÑO, p. 15.
APACHURRADO, DA. adj. Fla-
co, pacho, delgado, aplanado.
C. Rica. "Aplicado a personas, pol-
trón, perezoso, tardo." (GAGINI.)
APACHURRADA, f. Apachurra-
uiiento. (V.)
APACHURRAR, a. Aplastar una
cosa, ajándola, estrujándola fuerte-
mente. Despachurrar de la Acade-
mia. Por más que sea incorrecto
apachurrar, razones de eiimología
que explica MEMBREÑO, quizá
justifiquen el uso de tal v2vbo. Di-
ce el auror: "Croe Monlau que pro-
bablemente despachurrar r.o formó
teniendo en mente a despanzurrar;
pero nosotros tenemos el r.djetivo
pache, que se aplica a los sólidos
aplanados o aplastados."
"Existe en azteca el verbo pa-
choa que significa apretar a otro,
abollar algo, ablandar fruta o cosa
f-emejante; y puede ser que de él
provenga nuestro apachurrar o apa-
char, como también se dice.
'Otro de la familia de pache >
pachoa en el sustantivo pacha. El
coñaque en medias botellas, en
cuartas y aún en octavas, nos lo re-
mitían de París los señores Rector
v'i Ducoud en unas vasijas de vi-
drio, planas por el frente y revés y
redondas por los costados, que lla-
mamos pachas.
"En el Salvador tienen peche que
es nuestro mismo pache, y lo apli-
can a las personas flacas."
I.O más probable es su origen az-
teca y en tal caso ni tiene nada
que ver con despachurrar, ni es
digno de censura y vilipendio; an-
tes bien, con derecho puede ufa-
APACH
— 115 —
APAÍ4
naise en nuestro lenguaje provin-
cial, sólo que la generalidad de los
autores, sin investigar su origen,
!'o ven en cada palabra distinta de
las castizas, pero parecida a éstas,
sino una corrupción, y ;zas! se
echan a corregir por derecho, apli-
Ciindole acto continuo el epíteto de
barbariomo. cuando menos.
Méx. ICAZI!. : 'Despachurrar
RAMOS y D. : "(Yuc. y Gto.) Des-
pachurrar. Este Sr. con su geografía
lingüística tan caprichosa, trastorna
más las cosas. ;Qué Yucatán y Gua-
najuato ni Qué ocho cuartos! si se
dice en todo México, en la América
entera, inclusive su tierra, Cuba.
Cuba. MACÍAS: "Aplastar una cosa
despedazándola, estrujándola o apre-
tándola con fuerza. PICH. coloca la
dicción apachurrar en su lista de co-
rruptelas cubanas: mientras que Sal-
va y Chao la registran en sus Dice,
con el calificativo de prov. de Cuba.
¿A quién creer? Para nosotros apa-
churrar fue una forma romancesca
que trajeron los eonquistadores. y que
en Espaañ fue sustituida por dsepa-
churrar. ¿Xo pasaron las voces del la-
tín al castellano admitiendo, cam-
biando, suprimiendo o traduciendo sus
prefijos? — Los mismos vocablos del
romance ¿no se usan hoy en español
<on idénticas variaciones? Recuérde-
.«í que de feminatus salió afeminado:
de ingravans. agravante: de defunr-
tus. difunto: de. sdmirari. admirar: de
sympathia. compatfa: de divinar, adi-
\inar: y ác- defunto. difimto. Tivn cier-
to es que apachurrar no es corrupte-
la cubana, que también se usa en
México y en los otros países de la
América Meridional."
Las razones del Sr. Macías. tan
científicas como las de Membreño.
nos confirman en lo dich-o.
Perú. AROXA. p. 33.
Col. CIERVO, p. 91fi.
2. Dámosle en sentido figurado
también, en nuestra tierra, la acep-
ción de vencer a otro, derrotarlo,
callarlo o correrlo. Apachurrado
queda el que no tiene que contes-
tar, porqup es vencido por el peso
de la razón: porqtie "se le tapa la
boca."
En e.sta ace;)ción es muy nuestro,
pues no le hallamos en otro país
hermano en la lengua.
TORO GISB. (Dice. Lar) da el
verbo, con la nota de Amer.
APACHURRÓN. Peyorativa de
íipachurramiento. iJstrtijón. APA-
CHl'RRóN es propiamente una
'-pachurrada súbita y transitoria,
pero muy. fuerte: un golpe que apa-
churra, es un APACHURRÓN.
APAGÓN, NA. adj. Frecuentati-
vo de apagar: Que mucho se apa-
ga. Epíteto aplicado al tabaco que
se apaga con mucha frecuencia, ya
por su mala calidad, ya por su de-
fectuosa elaboración. (MACÍAS ) —
Pich., p. 13.
"Si la.s lluvias son escasas, sobrepu-
jan las sustancias orgánica.s, v enton-
ces el tabaco sale fuerte, niiicha ni--
cotina. apagón y amargo." (GIL, Y
gÁEXZ. El Caporal, p. 75.)
Méx. "Aplicado al puro o cigarro,
el que se apaga con frecuencia, etc....
Se dice también del carbón. Los ran-
cheros llaman apagón al caballo que
parte con gran ligereza, pero a poco
se cansa y afloja en la carrera."
(ICAZB.)
APANDADA, f. Acción y efecto de
apandarse. Satisfacción que se ex-
perimenta por obtener una cosa en
cantidad suficiente al deseo, o
abundante.
APANDARSE, pr. Aprovecharse;
obtener lo que se desea, en canti-
dad satisfactoria y suficiente. Se-
mejante a apochincharse. Muy
usual en lenguaje sencillo, familiar
y campesino. El Dice, da apandar,
por pillar, atrapar una cosa con
ñnimo de quedarse con ella.
APAÑUSCAR, a. Es una especie
de etifemismo, sinónimo de robar,
apoderarse de lo ajeno; pero más
bien que la idea de tomar subrep-
ticiamente unn cosa, entraña la de
tomarla abusivamente, con violen-
cia, arrebatándosela a otro .apode-
rándose de ella indebidamente. Dí-
cese también apañar, aunque me-
APAP
116
APAR
nos usado. U. t. c. pr. Es de usof
familiar. 1
Sin la nota de americanismo, TO-
RO GISBERT lo da en el Dice.
Lar., con el significado de "coger,
estrujar con las manos una cosa", \
significado distinto al nuestro. '
Venez. y Col. "Apiñar apretar, es-
trujar." (TORO G-, ibid.)
Curioso es que el Dice, define \
"apuñuscador, el que apuñusca, y
no consigna el verbo apuñuscar. V.
APEÑUSCAR.
APAPACHAR, a. Sinónimo de'
achechar y agüerar: popar, mimai j
con exceso. En lenguaje figurado
Qsase con preferencia de sus sinó-
nimos anotados, tratándose de una
enfermedad, del frío u otra sensa-
ción o afección a las que se les
presta más cuidado del necesario y
natural.
Se dice que. así como los niños
mimados se vuelven majaderos, las ;
enfermedades o el frío apapacha-
dos se arraigan al individuo y le
dominan o postergan.
APARADORISTA. Como florista
es el que hace flores, aparadoris-
ta es en las casas de comercio el
empleado o dependiente encargadc-
de arreglar los aparadores, de orde-
nar la exposición de artículos artís- ;
ticamente en ellos. Es muy razo-
nable la dicción. No la hallamos en
ninguno de los vocabularios alega-
tíos. Empero, es voz usual en todo
México y tal vez en otros países
americanos de habla española. ¡
APARCERO, RA. m. y f. Muy j
usado por compañero o mejor por '
compinche, en sentido familiar, i
principalmente en México y en to- '
do el interior, sin que tenga nada |
(le ant.. como lo da la Academia.
Por lo común se toma en mala par- j
(e ■" e'< más bien de uso vulgar, j
"El lépero es valiente: odia la in-
gratitud y la perfidia como sus apar- '
ceros." (FIDEL, Memorias, cap. X,
p. 296.)
Arg. "Es sinónimo de amigo ínti-
mo y en tal sentido es cariñoso este
saludo entre paisanos argentinos: —
¿Cómo dice que le va, aparcero?"
(BAYO, p. 19.)
APAREJO, m. Nuestro aparejo
se usa exclusivamente para car-
gar; consiste en un doble cojín si-
métrico, que dobla por la mitad,
sobre el lomo de la caballería. Se
hace generalmente de tule o enea,
juncos acuáticos suaves que crecen
en abundancia en nuestras lagunas.
MACÍAS dice: "En la parte oc-
cidental de la Isla se dice aparejo,
en la central lomillo y enjalma en
la oriental. Se reserva el nombre
de albaida. para la que usan los
campesinos, la cual es de cuero,
de mejor forma y de mayor como-
didad y decencia." En nuestra tie-
rra, el lomillo es enteramente dis-
tinto del aparejo: consta de una so-
la parte y es cilindrico; además, no
se usa para las caballerías, sino
para que las personas carguen a
lomo. El nombre de enjalma, aun-
que poco, es usado. La albaida es,
al igual que en Cuba, una silla tos-
ca. Existe además la cruceta, tam-
bién para cargar a lomo de bestia.
V. LOMILLO, ENEA, TULE y
CRUCETA.
En la Obra El México Desconoci-
do, por Cari Lomholtz ítom. I. p.
3, ed. 904, trad. de Balvino Dáva-
los). hallamos: "Detúveme... pa-
ra comprar unas sillas de carga
llamadas aparejos, que... no son
sino sacos de cuero róllenos de na-
ja, que se aseguran al lomo de las
muías." Habla de un lugar de Sono-
ra; por tanto, se usa también en
otras partes de la República.
APARENTE, adj. Propio, a pro-
pósito, adecuado; en relación a;
arreglado a, etc.
El Dice, da la acepción, "conve-
niente, oportuno" a este adjetivo.
APAR
— 111
APAS
La nuestra es más amplia, por
cuanto no alude solamente a aco-
modarse a la conveniencia o al
tiempo, sino a tener condiciones
especiales, aptitud, vocación, etc..
para determinado objeto: un ador-
do APARENTE al vestido; fulano
es APARENTE para tal o cual ac-
tividad.
"Pues en mi concepto. Caporal, se
debe escoger la clase de maíz que sea
más aparente para estos lugares."
(GIL Y SAEXZ. El Caporal, p. 56.) —
"Siendo entonces el hoy Tabasco, ha-
bitado por agrupaciones de razas di-
versas, cada lugar tenía su nombre
aparente al idioma y raza que lo ocu-
paba." (ID., Cart. de Geogr. de Tab.,
p. 10.)
APARTAR, a. Separar del gana-
do de cría los toros que se desti-
nan al repasto. APARTAR tiene en
México, según ICAZB.. la acepción
de "Extraer el oro contenido en las
barras de plata", y apartado, es la
operación misma; aparte nuestro.
APARTADERO, m. Lusar donde
se hace el aparte del ganado, . en
los potreros, o en el campo. V.
APARTE.
APARTE, m. Acción y efecto de
apartar el ganado. Operación que
consiste en separar el ganado de
cría los toros que se dedican al re-
pasto, los cuales para engordar ne-
cesariamente deben estar aislados
de las vacas. Los vaqueros dicen
también la aparta. Por lo general
el aparte se hace anualmente, con
toros de dos a tres años, edad en
que han alcanzado su medio desa-
rrollo y pueden ya entrar al en-
gorde; empero, suelen apartarse
desde los de más de año, cuando
hay la necesidad de venderlos aún
antes de que alcancen su completo
desarrollo, que es a los cinco años.
Oportuno es hacer aquí la acla-
ración de que el ganado de cría es
aquel que pasta o pace en los cam-
pos libremente, y. entre el cual se
encuentra el vacaje, los toros pa-
dres y los terneros y novillos. En
Tabasco, cuando la finca no tiene
repastos, los toros se venden flacos
(con lo cual se expresa que están
en su caiTiadura natural, sin engor-
de), apartándolos al tiempo de ven-
derlos. Esta práctica se estila en
las "ñncas de ganado", dedicadas
especialmente al ramo pecuario,
pues entre la clase indígena, aun-
que casi todos tienen "sus vaqui-
tas", (como dicen ellos), el ganado
pace y vive en mancomún, y se
cría y reproduce sin ningún ordet
y sin método algirno.
Méx. ICAZB.: "Apartadero. Acción
y efecto de apartar o separar los ani-
males de diversas edades o los que
han de llevarse a otro lugar. Hoy se
hizo el apartadero de los toros ven-
didos."
Como se ha visto, para nosotros
apartadero es el lugar donde se ha-
ce la operación de apartar y nada
más.
Arg. "Sirve en la comparta de Bue-
nos Aires para encerrar las ovejas"
sacadas a la pata" en las ventas o
apartes." (BAYO, p. 36, art. Brete.)
Chile. Forma común, aparta.
RODR. : "Así como nuestro pueblo, en
su invencible tendencia a abreviar
frases y palabras, volviendo la espal-
I da a amarradura, inventó el sustanti-*
vo amarr.i... así de apartar, en una
I de sus más usadas acepciones, formó
¡ aparta, tratando como si no existiese
<^l infeliz apartado, que equivale a
' "senarar las n-ses de una vacada con
' varios objetos." (Dice, de chll.)
Riopl. "Acción de apartar el gana-
nado." (TORO GISB., Dice. Lar.)
APASC^E. m. Yerba de olor
fuerte parecido a menta; cría has-
ta como un metro de alto; tiene
propiedades vennífugas, por lo
cual se usa en la preparación de
las llamadas "Lombriceras vegeta-
les", muy usadas en Tabasco para
extirpar en los niños las lombrices
• o parásitos intestinales (vermes) ;
> úsase también como condimento
APAS
— 118
APAS
para ciertas comidas, como los ta
males, y en algunos guisos.
Macías y Róbelo, que hablan de
esta yerba, llamada mejor por ellos
epasote, le atribuyen otras cualida-
des medicinales, y propiedades tan
distintas a las que hemos señalado
que, aunque la califican como
"planta mexicana", estamos tenta-
dos a creer que se trata de otra
que no es la nuestra.
MAGIAS: "Planta silvestre muy
común, de la familia de las queno-
pódeas y del género chenopodium
de Linneo. En infusión, y a dosis
•medicamentosas, excita poderosa-
mente el sudor, la orina y la mens-
truación, cuando está detenida i>or
atonía del útero; cura los flatos,
corrobora el estómago, y hasta sé
usó como excitante en los catarros
crónicos. (L. Jourdan, Farm
Univ.)... SINÓN. Epasote le dicen
en México, pazote y té de México
en España y anserina en Francia.
El té de Veracruz (romerillo de Cu-
ba y el té de los jesuítas (mático
del Paraguay) son cosas distintas,
aunque Gouas confunda el té de
México con el de los jesuítas.
CRÍT. Preguntaba PICH., si el
•apazote sería el semen-contra de
los franceses, y desdo luego escri-
bimos que no, añadiendo, que err
tanto más de extrañar la pregun-
ta del honorable diccionarista,
cuanto que en su Diccionario ponía
que Descurtilz llama a las dos es-
pecies de apasoté: anseríne antel-
míntique (errata por anthelminthi-
que) y anseríno de Mexíque. En ;
Arboleya se lee chenopodium arta- |
mísoídes, pero es seguro que el au-
tor escribió artemísoídes: preferi-
mos la opinión de Sauvajle. cheno- \
podium ambrosíoídes. — ETIM. Tan- 1
to el apasote de Cuba, como el pa- I
rote de España son puras e inad- j
misibles corruptelas, pues el tér-J
mino es mexicano y en la Repúbli-
I ca se pronuncia epasote, proceden-
1 te de epazotl, voz que al decir de
Mendoza, se compone de e, apóco-
pe de etl, frijol, y de pazot'íc, cosa
enmarañada."
i RÓBELO, por su parte, nos echa
! estotro: "(Epazotl: epatl, zorrillo,
o como dice Molina, "cierto aninia-
i iejo rae hiede mucho"; zot! o
más bien tzot!, suciedad, porque-
i ría: "Suciedad o hedor de zo.illo").
! Cierta yerba fétida que se emplea
como condimento. — La orina del
zorrillo es muy fétida, aunque el
, vulgo atribuye la fetidez a los pe-
dos del animal, y por esto se di-
ce que el epasote huele a pedo de
I zorrillo." En la nota (6), agrega:
"Latín técnico: Chenopodium am-
brosíoídes, L.; Ch. fatidum, SCH-
ARD.— Según CAL., usada la infu-
sión de epasote como medicina, ex-
' cita poderosamente el sudor, la ori-
na, la menstruación, cuando está
i detenida por atonía del útero; cu-
ra ios flatos y corrobora el estoma
go; se usa como excitante en los
catarros crónicos. En Europa lla-
man a esta planta té de México."
Lo único que podemos animar
en este lío, como testigos presen-
ciales, es que nuestro apasote no
tiene la pestilencia del zorrillo (o
del pedo del zorrillo), como puede
suponerse desde luego que se usa
para condimentar tan exquisito bo-
cado como son los tamales de la
tierra que. dicho sea de paso, ni
los conocen ni imaginan siquiera
como son los dichosos habitantes
de la Mesa Central. Además hemos
podido percibir tanto el olor del zo-
rrillo (según dijimos en almizcle)
como el del apasote: en nada se
asemejan entre sí.
APASTE, m. Voz de legítimo
abolengo azteca. RÓBELO: "(A-
paztli: atl, agua; paztlí...?). Pa-
APAS
— 119
APEÑ
kmgana, lebrillo." Preterimos la
etimología del Sr. ICAZB. : "Apas-
tle. (Del mex. apaztli.) m. Lebrillo
hondo de barro colorado. Los hay
de todos tamaños."
Este objeto, muy común todavía
hoy, en Tabasco, principalmente
entre la clase indígena, es muy pa-
recido a otro: el cajete (V.), del
cual se diferencia, ora por la for-
ma, más ancho en la base y la bo-
ca cerrada en forma de barril, la
pared comba y algo ensanchada;
ora por er material, pues el apaste
se fabrica con barro más fino y de
mejor brillo. Hace las veces de olla
o de ima vasija cualquiera en la co-
cina, en tanto que el cajete hace
veces de plato, más que nada, en-
tre los indios. De aquí el refrán
campesino: 'duerme en tapeeco,
bebe en bush y come en cajete, co-
mo buen indio." V. C^VJETE.
"E! propio tío Pablp a la media no-
che de fin do año, liabía visto na-
cer al nuevo, en un apaste de ag-ua."
(AZUELA, Mala Yerba. I, p. 6.) —
"T.ueero se eiider&zabu del metate, la-
vábase prontamente los brazos en
un apa*t/e, desprendiéndose las costras
de iBa«a." íID. ibid., XIII, p. 102 — 3.)
APASTILLO. m. Dira. -de apaste.
Objeto muy usado entre la clase in-
dígena, como salero, chilero (V.),
etc.. haciendo las veces de taller,
convoy, o vinagrera españoles en
la comida de los pobres. Entre los
indígenas como más se usa es pa-
ra poner el chile, molido en el mis-
mo APASTILLO. que hace las ve-
ces de almirez, con una piedra ade-
cuad? ñor m.Tngo o batidor.
CABEZA DE APASTILLO: fr.
mote vulgar con que apodan nues-
tros paisanos a los calvos.
APEAR, a. Bajar una cosa: o ba-
jarse: caer; quitar de un empleo.
GAGINI dice: "Es propio el uso de
apear en el sentido de derribar o
echar abajo una cosa, quitar a al-
guno ele su empleo; lo advertimos,
porque estas acepciones, fftiuí tan
corrientes, faltan en los Dicciona-
rios." Fulano no se la apea (la mo-
na, la borrachera), es frase que
CUERVO analiza (Ap., No. 550.)
"Mi padre mandó a unos criados a
apearme del empleo, y yo solté lloran-
do los títeres." (FIDEL, Memorias,
cap. I. p. 32.)
APERCIBIR y APERCIBIRSE, a.
y pr. Casi tan vieja como ellos mis-
mos es la mala costumbre de con-
fundir las acepciones de estos ver-
bos, y aún confundirlos con la de
percibir. Hasta los filólogos andan
en discordancia acerca de esto:
mientras la 'generalidad condena el
uso de APERCIBIR en el sentido
de observar, notar, advertir, divi-
sar, columbrar o descubrir: otros,
como Monlau, o"pinan que tal es "su
acepción recta (como le tomamos
en América) y que es traslaticio el
sentido de prevenir, disponer (que
aconsejan los puristas)." (MEM-
BREÑO).— CUERVO, n ú m. 705.
RODR. le condena..
APEÑUSCARSE, pr. Lo mismo
que en casi toda la América, y
fuera de ella. APEÑUSCARSE pa-
ra nosotros significa apiñarse, jtm-
tarse, agruparse, amotinarse las
cosas o la gente en confusión, y
es, por tanto, muy distinto de apa-
ñuscar, con el cual sólo al Dice- de
Aut. le cupo en feliz hora la gloria
de confundirlo, no faltando quienes
le siguieran en el error, como Sal-
va y Chao, al decir de Maclas. La
13a. ed. del Dice, de la Acad., co-
mo el Dice, de Aut., da apeñuscar
como sinónimo de apañuscar, el
cual no encontraremos, perdiendo
el tiempo en buscarle, porque no
existe, sino solamente el sust. apa-
ñuseador, que apañusca, "con la cu-
riosidad, dice Cuervo, de que en la
definición de vedija, el apañuscado
que venía desde la primera edición
se ha convertido en apeñuscado."
APEE
120
APLA
¡Al finf curiosidades académicas! \
TORO GISB. (Dice. Lar.) establece!
también una confusión, dando |
apañuscar como sinónimo de "apa- i
ñuscar, apretar, sobar", y apañus- ;
car en la acepción de apiñar, apre-
tar, en Colombia y Venez., cuando
esto no es así, según Cuervo, y se- ,
gún Rivodó que dice: "...general-
mente se usa (apeñuscar) en el |
sentido equivalente a apiñar, api- ,
nado." (Voces Nuevas.) i
Por último, el mismo Cuervo ha
probado, con autoridades respeta-
bles alegadas, la legitimidad y bue-
na cuna del zarandeado apeñuscar-
se; tal cual nosotros lo heredamos
y empleamos.
Méx. ICAZB.. p. 26. — Cuba. PICH.,
p. 30 y MACÍAS, p.*82. — Ecuad. CE-
VALLOS, p. 34.
En Col. dícese también apiñus-
carse (CUERVO) y entre nosotros,
apuñuscarse. (V.) GAGINI censura
apuñarse, por apiñarse (apeñuscar-
se de nosotros.)
APERGOLLAR, a. Apercollar. En
sentido figurado, sujetar a una per-
sona u obligarla por circunstancias
o condiciones especiales que la so-
metan a uno. Aprehender, someter
a prisión, encarcelar o asegurar en
la cárcel; pero sorprendiendo a la
víctima. Es mexicanismo.
"Esta misma noche podrían apergo-
llarnos, a quererlo. No .tenemos más
<(ue la policía municipal de nuestra
parte... pero esos son más juilones
que las gallinas." (Los Caciques.
AZUELA. XIÍI, p. 52.)
APEROS, m. pl. El conjunto de
piezas o partes de cuero quo inte-
gran la silla, constituye sus aperos,
entre los vaqueros. Aperar una si-
lla es, pues, integrarla poniendo al
fuste la coraza, las aciones y de-
más partes que la forman. Dícese
también y más comunmente vestir
la silla (V.) También el conjunto
de arreos o guarniciones de las ca-
ballerías, se llaman así, como en
Costa Rica. (GAGINI.)
APERSOGAR, a. Amarrar con la
persoga, quedando el animal con
lía larga, no cerca del palo.
APESGAR, a. Agarrar, atrapar
una cosa.
APESTAR, a. Aburrir, fastidiar
una cosa por fuerza de la repeti-
ción o la abundancia. Ya esa can-
ción APESTA, es decir es muy vie-
ja y por lo mismo aburre, no agra-
da ya.
Méx. Lo hallamos en FA°CUNDO en
el siguiente pasaje: "todo puede suce-
der, señorita, menos que usted apes-
te... Nosotros los actores tenemos
cf^a frase, para indicar que una come-
dia no gust,a y decimos así: "esta co-
media apestó." (Isolína, t. I, cap.
VII.) Como se ve, el significado es
un poco distinto del nuestro; más ab-
.soluto.
2. Del que tiene mucho dinero se
dice que le APESTA, le APESTA
el aliento, o que está APESTADO
en dinero.
Méx. "Le apesta la boca, dicen de
un animal que tiene alto precio.:
"Ese escurito, señor mío, no se ven-
de, le apesta la boca." (Astucia, t. I,
cap. XI.) Trátase de im caballo.
APILONAR. a. Sinónimo de añi-
lar: formar pilas o pilones; API-
LONAR la tierra, el azúcar, etc.
Col. Cl'ERVO. p. 00.5.
APILLOTADO. DA. adj. (Tab.)
Apretado, apiñado. "Los plátanos
vienen apillotados; "mangos apillo-
tados." (RAM. Y D.) No es esto lo
que significa, sino amontonado, ha-
cinado.
APILLOTAR. a. Amontonar, ha-
cinar, apiñarse, agruparse apreta-
damente. De uso vulgar muy fre-
cuente. V. PILLÓTE.
¡APLACA! Intevj. fam., muy usa-
da para expresar burla, mofa o iro-
nía.
APLANADOR, RA. adj. y s. fam.
Azotacalles, gandul, holgazán.
"No es puntual en su trabajo, y lo
botan a la calle, y se pasa la vida de
APLA
— 121 —
APOR
sereno y aplanador todo el día." i
(RODR. B., Pajarito, XII, p. 205.)
APLASTARSE, pr. Sentarse. Co- ¡
mo tabasqueñismo lo consigna RA-
MOS y DUARTE; pero debe tener-
se presente que es de uso vulgar.
APLOMARSE, pr. "Desplomarse,
caerse", vale para la Academia.
Muy distinto significado tiene para
nuestros coetáneos: quedarse inmó-
vil, obrar tardíamente, sin ninguna
actividad. No te APLOMES, dicen
al que no procede a hacer una co-
sa, o no obra inmediatamente. En
sentido figurado también significa
atolondrarse, alelarse, estar irreso-
luto. Más propiamente se dice del
lagarto y otix)S animales acuáticos,
cuando se echan a fondo, permane-
ciendo inmóviles. V. APLOMO.
Chile. Oigamos a RCDR. : "Como
reflex. este verbo es vin español si-
nónimo de desplomarse. — En Chile se
usa mucho familiarmente por aver-
íronzarse, correrse."
APLOMO, m. Aunque aplomarse
es obrar con negligencia, o perma-
necer en inacción, APLOMO no es
el efecto o la acción de aplomar-
se, sino que expresa proceder con
detenimiento, reflexivamente, con
serenidad y buen juicio al decir o
hacer una cosa. Hablar con APLO-
MO: reposadamente, sin nerviosi-
dad ni violencia o fogosidad.
Méx. ICAZB., lo apunta como
neologismo, lo que creemos muy
acertado.
A nuestro entender, pocas veces
como en esta se representa más
íTáficamente la analogía en el len-
guaje vulgar, por la semejanza en-
tre la pesantez del plomo, su inep-
titud para moverse violentamente,
y la serenidad o aplomo, con más
la fuerza con que cae el plomo, por
causa de su peso, y la fuerza ma-
jor que tiene el efecto de las ideas
expresadas con serenidad.
APOCHINCHADA, f. Acción y
efecto de apochincharse. Gozo que
se siente por el buen éxito obteni-
do, o por alcanzar una cosa en can-
tidad abundante.
APOCHINCHARSE, pr. Aprove-
charse, hacerse de una cosa que se
desea, en gran cantidad, suficiente
para satisfacerse, o más que para
esto. Sinónimo de armarse, (V.) El
que va a pescar y coge pescados en
gran número, hace una riquísima
pesca, dicen que se apochinchó.
Cuba. MACIAS da apochinchan (se),
con sig'niflcado semejante, pero no
igual al nuestro. "APOCHIXCHAR
(se). Repletar de comida, o alimen-
tarse.— Sign. met. Llenar con exceso
cualquiera cosa. — Expr. Apochinchar-
se, en sentido flg. : I), llenarse de in-
comodidad, ensimismándose al propio
tiempo; y II), "aprovechándose de lo
ajeno, sobre todo dinero, valiéndose
de la ocasión e impunidad." Rosoli."
Repletar o llenarse, es también
para nosotros; pero no precisamen-
te de comida, sino, en sentido más
general, de cualquier cosa, y tam-
poco con relación al estómago. Nin-
.■?una de las acepciones extranje-
ras tiene por acá. La que más se
parece a la nuestra es la cubana,
dada por PICH. : "Llenar con ex-
ceso, repletar de comida, puches u
otra cosa, y también en sentido
i metafórico."
' APORCAR, a. "El Dice, entiende
por APORCAR, "cubrir con tierra
ciertas hortalizas... para que se blan-
quezcan y pongan tiernas." Para
nosotros es semejante a Acollar, y
significa arrimar tierra al pie de
las plantas en una sementera, pa-
ra que en vez de estar en el surco
queden en el camellón." (ICAZB.)
"El objeto es ir echando tierra al
pie de la siembra..', y en día y medio
' aporcamos toda la milpa." (GIL Y
S.\ENZ. El Caporal, p.. 69.) — "Se oasa
primero por un lado "(la aporeadora)
¡ y se va echando la tierra y después
al otro lado, y así ya queda aporcado
f1 camotal." (ID., ib., p. SU.)
Chile. "Acollar las plantas."
' (ECHEV.>
APOR
— 122
APORR
Todo esto sienifica igualmente
para nosotros en Tabasco: formar
un pilón de tierra al pie de las
plarititas recién nacidas, para dar
resistencia y mejor sostén al tallo.
MACÍAS trata el vocablo al igual
que PICH., y agrega en la parte
CRIT. : "Atiéndase debidamente a
la etimología, y se verá que la sig-
nificación primitiva o fundamental
del Vocablo, es la que se usa er
Cuba." ETIM. Según la Academia,
aporcar se compone de a y del la-
tín porca, surco." Y dice Monlau:
"Del latín porca, tierra labrada,
caballón, o lomo que queda entre
surco y surco, deriv. de porcus, el
cerdo. Etimología que a primera
vista parece ridicula, pero que se
aclara e ilustra sabiendo que los
gr. llamaron hunis. humnic (húnis,
eos), a la reja del arado, de hus
(hus, huós), cerdo, por haberse
comparado la forma de aquella con
la jeta, (la trompa, dicen nuestros
conterráneos) u hocico de éste; y
del propio modo los lat. denomina-
ron porca, de porcus. al campo la-
brado, por alusión al instinto con
que el cerdo remuevo la tierra en
busca de tubérculos y raíces carno-
sas, que le sirvan de pasto."
Lo alegado tan eruditamente por
el prestantísimo señor Macías, nos
releva del trabajo de probar una
vez más lo que tantas veces he-
mos dicho: el pueblo, en su lengua-
je sencillo, es más sabio a veces
que la docta Academia que. en oca-
siones como ésta, lo que hace es
corromper los giros y expresiones,
no obstante su manía de descui-
dar la evolución del lenguaje, ape-
gándose a pie jutillas a las eti-
mologías, literalmente, o ad pedem
littere.
Hond. "Abrir surcos con el arado
(•!itrp las filfls de plantas de maíz, y
nrrimar n fastas la tierra removida."
(MEMBR.)
Col. Ol'ERVO dijo la última pala-
l>ra: "Aporcar se halla usado por G.
A. de Herrera con relación a las vi-
des (Agrie, gen., lib. 11, cap. VII) y
I,or Banqueri con relación a un melo-
nar (trad., de Ibu-el-Amvam, tom.
lí, par?. 224) en el sentido de arrimar
tierra a la planta para que queden
lüen cubiertas las raíces: así se en-
tiende en Álava, en Cuba y en Bo-
gotá. La acepción de la Academia es
aplicación específica."
C. Am. Según SAL,. GAR., por allá
dicen "calzai' las milpas", por apor-
car.
APORQUE, m. Acción y efecto
de aporcar. Dícese también aporca-
miento. El Dice, da aporcadura so-
lamente.
APORREA, f. Acción y efecto de
aporrear (V.) Dícese también apo-
rreo. La primera es forma usual.
"El toreno es sembrado con un pa-
lo aguzado, o con regatón de hierro,
y acaso no vuelve a recibir otro cul-
tivo, hasta la época de las cosechas,
que una o dos desyerbas, denomina-
das aporreas o jileas." (ROVIROSA,
El Part. de Mac, MS., cap. V, pág.
87.) — "Al tiempo necesario se le da
sn limpia o aporreo." (GIL Y SÁENZ.
El Caporal, p. SC.)
En Veracruz, y tal vez en otros
Estados, se dice tamegua, según se
entiendo de este pasaje: "Con tar-
pola de largo mango y cortante fi-
lo, tamegua (escarda) al rededor
de la planta." (RODR. BELTRÁN,
Perfiles, XX. p. 150.)
APORREADO, m. Aunque de ín
dolé meramente participal, este vo-
cablo en lugar <te aporrea, en el
lenguaje campestre. El aporreado
ro Cuba es un suculento salcocha-
do, del que nos hablan PICH. (pág.
13) y MACÍAS (pág. 83) elogiando
éste a Arboleya por la explicación
magistral que hace del guisado y
que a nuestro intento copiamos:
"El aporreado se hace de vaca sal-
cochada con agua, vinagre, sal y
orégano, cuya operación se llama
perdigar: machacada después y
después y deshilachada, se sofríe
APORP.
— 123 —
APRE
en un mojo de manteca, tomates. |
ajos, cebollas y pimientos." Parece
que el tal aporreado corresponde a '
nuestra ropa vieja.
APORREAR, a. Nuestros agricul-
tores usan este verbo en la acep-
ción específica de limpiar la mil-
pa u otros sembrados, como el fri-
jol, cuando están pequeños, de la
yerba que nace junto con ellos y
que estorba el crecimiento. La
aporrea, por lo común, solo tiene
lugar en los tornamilpas, que se
siembran en las cañadas; o en las
milpas de año, cuando éstas se ha-
cen en terreno de acahual: cuando
la milpa se hace en montaña o aca-
hual viejo no necesita de aporrea,
porque el monto tarda en nacer y
lo aventaja la milpa, de manera
que cuando aquél aparece ya ésta
tiene cuerpo y no le perjudica la
sombra del yerbazal que, al preva-
lecer, la arruinaría por completo.
La aporrea es una labor que re-
quiere esmero y CHidado. porque
hay que machetear entre las hileras
del maíz, chico y débil. Precisa-
mente de allí viene el nombre que
a la operación se da, pues k) que
en realidad se hace nada más es
aporrear el monte, dejarlo maltre- j
cho para interrumpirle el desarro- '
lio. mientras el maíz se levanta.
Las milpas hechas en terrenos de
acahual, camalotal o monte nue-
vo, requieren siempre la aporrea,
porque 1?. mala yerba nace y se ^
cría al par que la sementera.
Como 9e ve. el APORREAR cam-
pesino de Tabasco, no tiene nada
de "golpear con porra", como el de
la Academia, puesto que se hace
con el machete, que corta, y el ga-
rabato aue aoarta el monte corta-
do. V. APORREA.
"P" ps para cban'nr »^ >>arr'^r 1r> r.in- '
pa, dicen aporrear." (GTL Y SAEXZ. I
El Caporal, p. 47.) — "Así nara ^arrerj
la milpa es aporrear" (ID., ib.) —
"LueRO que ya está para aporrear, y
es cuando hay que barrerla. " (ID.,
ibid.. p. .07.) — V. BARRER.
APORRIÑAR. a. Golpear con el
porrino, usándolo como mazo o po-
rra, es decir, a manera de marti-
llo, levantándolo en arco no en sen-
tido vertical, pues en tal forma lo
que se hace con el porrino es mor-
ía r, acción que no debe confundir-
se con la de aporriñar.
Propio de Tabasco este verbo, no
lo encontramos en Diccionario ai-
auno, americano ni europeo.
APOSTAR, a. "Aventurar dinero
en el juego." (MEMBREXO.)
APÓSTOL, m. El que en la cele-
bración de la Santa Semana hace
las veces de tal, en la ceremonia
del lavatorio, en Jueves Santo.
APOYO, m. No es el raudal de
leche que acude a los pechos de la
hembra cuando da de mamar, sino
la "leche que se ordeña al final,
después de dejar mamar al ternero
por segunda vez," como dice TORO
GISBERT (Ap. Lexicogr., p. 269)
que significa en Argentina.
APOZOLADO, DA. adj. Dícese
del maíz o de la masa reblandeci-
da y babosa como la masa para
pozol.
AP020LARSE. pr. Hacersr. la
masa blanda y babosa como la del
pozol. Dicenio las cocineras cuan-
do la masa se cuece demasiado o
se reblandece por exceso de cal.
APRECIO, m. "Muy usado por
caso- No hacer aprecio, no hacer
caso." (ICAZB.)
APREVENIDO, DA. adj. Muy co-
mún también por prevenido, y. por
ende, su antónimo u opuesto desa-
prevenido, por no preparado, des-
cuidado. He aquí un caso de los
que cita CUERVO (p. 903) en los
cuales la aposición de la a, o de
la preposición latina ad, "vino a
ser en el habla popular meramen-
APRO
124
APRO
te inten^va, de donde muchos com-
puestos se hicieron sinónimos de
los simples... muchos la han per-
dido en el lenguaje culto (arrem-
pujar, etc.); pero el vulgo la con-
serva en estos y la añade en otros
que no la llevan en el Dice. He
aquí unos cuantos:... aprevenido,;
desaprevenido."
APRONTARSE, pr. Presentarse
espontáneamente a hacer una co-
sa, en primer lugar, antes que na-
die. Formado de pronto: acudir
pronto, ligero, pero en el sentido
de ofrecerse voluntariamente.
A PROPÓSITO, DE PROPÓSITO,
"son expresiones, dice muy atina- ¡
damente RAMOS Y D., que algu-
nas personas confunden en la con- 1
versación y en la escritura, por no \
advertir que a propósito significa
"oportunamente", y de propósito
equivale a "de hecho pensado",
"adrede."
"El refrán que no viene a propósi-
to, antes es disparate que sentencia"
(Quij., pte. II, cap. LXVII). — "...y
allí muy de propósito se ponía el re-
neg-ado con los morrillos que hoga-
ban..." (Quij., pte. I. cap. XLT.)
APROXIMACIÓN, f. En el juego
de la lotería se denominan así los
números próximos, anteriores o
posteriores, al del primer premio.
Las APROXIMACIONES tienen
también premios, tantd más próxi-
mos en cantidad al primero, o pre-
mio mayor, cuanto más se aproxi-
ma a éste el número. Supongamos.
por ej., que hay un primer premio
y cuatro aproximaciones, dos de a
cien y dos de a diez pesos; y su-
pongamos que el número que ob-
tiene el premio mayor es el 30: en-
tonces, las dos aproximaciones ma-
yores, de a cien pesos, correspon-
den al 29 y 31, anterior y poste-
rior más próximos, respectivamen-
te, y los otros dos de a diez pesos,
al 28 y al 32. Las aproximaciones,
por lo general, deben ser pares, pa-
ra facilitar su distribución; cuando
son impares, es necesario expre-
sar si son aproximaciones, a favor
del anterior o a favor del posterior,
V. gr. : hay tres aproximaciones,
dos de a cien pesos y una de diez,
a favor del anterior; si el número
premiado es el 30, las dos mayores
corresponden aJ 29 y al 31, y la
menor a favor del anterior o sea el
número 28, quedando por tanto sin
premio el 32, por ser posterior.
Méx. ICAZB., p. 27, aunque TORO
GISBERT obsérvale, muy en su lugar:
"citado como mexicanismo por Icaz-
balceta, es corriente en España."
(Amer.)
Ya nos figurábamos que no fue-
ra de otro modo, cuando que E^^p
ña es la tierra clásica de las apues-
tas y los juegos.
APROXIMATIVO, VA. adj. Creo
que después de la Acad.. con los
dedos contaríamos a quienes usan
este adjetivo en sentido de "lo que
aproxima". Para nosotros no es
más que aproximado, es decir "que
se aproxima", pero ese simple se.
que la Acad. no admite en su defi-
nición, hace que el vocablo
transforme de agente en paciente,
deja de ser "el que aproxima", y
pasa a ser "el aproximado", no es
quien ejecuta la acción de aproxi-
mar, sino quien la recibe. Cílculo
.^ PROXIMATIVO es el que produ-
ce Vín valor que se acerca al verda-
dero, que COI < i, ice a un resultado
que Ro es ex:; ••lo pero sí muy pró-
y.iwf a serlo
Méx. irvZB., p. 27.
Chile. RODR. : "Lo que es con cor-
ta diferencia semejantes a otra co-
sa, se aproxima o es aproximada a
ella; más no es aproximativa. como
dicen muchos, porque aproximativo es
lo que aproxima, y nada más."
APROVISIONAR, a. Hasta el Pe-
aueño Larousse Ilustrado, arregla-
do por Dn. Miguel del Toro Gis-
bert, los diccionaristas no habían
APRO
125
APUÑ
parado mientes en el vocablo, que [
dicho autor apunta ya como "Neol. !
Abastecer." |
A nuestro juicio, es más amplia i
la significación del verbo, o si se ¡
quiere, más analítica: casi literal-
mente vale proveer, surtir de las
provisiones necesarias, entendién-
dose por tales, no solamente la
carne, sino todo lo necesario para
la alimentación: toda clase de co-
mestibles o abarrotes y aún otras
cosas. APROVISIONAR un barco,
es proveerle de la cantidad sufi-
ciente de alimentos y todo aquello
que en él se necesite por el tiem-
po que dure el viaje. V. ABASTO.
Baralt le condena: "La plaza es-
tá aprovisionada para un año."
Nuestro vocablo técnico es Avitua-
llar; y también puede decirse: la
plaza ha sido abastecida de (o tie-
ne) municiones de boca y de gue-
rra para un año." Véase cuánto ro-
deo para expresar una idea tan
sencilla como la que implica APRO-
VISIONAR, en toda su extensión.
Lo cual justifica el dictado de neo-
logismo con que lo prohija Toro
Gisbert. pues que no todo lo que
venga del francés, por fuerza ha de
ser galicismo, porque en tal caso
el romance castellano no tuviera
más que helenismos, latinismos...
y barbarismos en una palabra.
El P. MIR y NOGUERA también
se declara contra el vocablo, que
dice propio de los militares: "Si
el verbo aprovisionar no hubiera
de salir del cuartel, pod'a ser pa-
sadero, como voz peculiar de la sol-
dadesca, a cuyas libertades suelen
permitirse osadías de pasatiempo:
mas como del rancho ha de pasar a
las tiendas, de las tiendas a los
rr>ercados, de los mercados a las
oficinas con entera libertad, por
eso no dice bien con la pureza del
lenguaje el recibo de este verbo
exótico que tiene buen número de
suplefaltas mejor acondicionados."
(Pront. de Hisp. v Barb., t I p
171.)
APULISMARSE. Aporismarse.
En Cuba usan el parónimo apolis-
marse, •magullar, lastimar el cuer-
po sin sacar sangre." (PICH.)
APUNTAR. Como en la escena
teatral, en las cantadas o bombas,
peculiares del baile de zapateo.
APUNTAR es decir al cantador o
echador de bomba el verso que de-
be cantar o echar; sólo que aquí
el apuntador es al par el creador
del verso, es el autor, aunque a
veces, y esto es lo más común, el
bardo es al mismo tiempo el can-
tador, y si no es él quien baila,
hasta el músico también.
En sentido familiar este verbo
se dice más comúnmente soplar.
(V.)
'•Y de pasada el viejo les apunta
en verso que ellos van a aprovechar
en este momento. En la grermanfa del
oficio, apuntar versos ciuiere decir
darlos o dictarlos, y casi siempre los
apuntadores son poetas diestros en la
improvisíi.-ión." ÍF. QUEVEDO. Ta-
basco Gráfico, p. 153, Enero 6-917. Vi-
llahermosa. Tab.)
APUÑUSCARSE, pr. Es una voz
corrompida, por apeñuscarse. En
; Costa Rica, transforman el verbo
en apiíñarse (GAGINI). bien que
; acá en la tierra se dice un puño de
gente, y castizamente decimos ur.
puño de soldados; por lo mismo,
apuñarse tiene una base de susten-
tación en esa frase si sólo quiere
expresarse con él "reunirse un pe-
aueño niimero de cosas o de gente,
para formar un grupo, un puño."
I Hond. Xo es solamente nuestro es-
te verbo, como lo priieba MEMBR. fp.
' 17.) quien le defiende del dictado de
provMncialismo en los siguientes tér-
j minos: ■■I..O empleamos en el sentido
' de apiñarse. Aunque no hayamos vis-
¡ to usado este verbo y aunque. aleiyos
crean que es un provincialismo, tal
' vez sea uno de los tantcs vocablos
APUR
— 126
ARAN
cjue trajei'on los conquistadores. Apu-
ñuscar es formado de puño y la ter-
minación diminutiva e inceptiva
uscar... Puño significa puñado, cuan-
do se quiere expresar la cortedad de
una cosa de que debe o suele haber
cantidad, como cuando se dice un pu-
ño de hombres. Del mismo modo,
siempre que para evitar im peligro
común o por otra causa semejante
los hombres se aproximan los unos a
los otros, decimos que se hacen im
puño o que se apuñuscan. Apuñuscar-
.se, que nosotros pronunciamos casi
apuñuscarse, tiene la ttcepcion que a
apeñuscarse da el Dr. Menardes y el
Inca Garcilaso." (Hondureñismos, p.
17.)
APURAR, a. Apremiar, excitar,
dar prisa.
Chile y Ecuador. "Apurar, poi' apre-
miar, dar prisa, se usa en Chile, se-
gún Echeverría, lo mismo que en el
Ecuador (Tobar). Es comunísimo en
España," (TOIIO GISB., Amer.)
AQUERENCIADO, DA. adj. "Hoy
se aplica al animal que adquirió
querencia y, en estilo festivo, a las
personas." (ICAZB.) En el folk-lorc
tabasqueño hay un cantar que re-
za:
"Dicen que me han de quitar
"Las veredas por donde ando...
"Las veredas quitarán,
"rero la querencia ¡duándo!
Ecuad. CEVALT.OS, c. p. ICAZIi.
ARANDELA, f. Cenefa, faralá,
listón o chorrera, í;eneralraente
plegada y del mismo lienzo del ves
lido, que ponen en redondo a éste
las mujeres como adorno, úsanla co-
múnmente en las faldas o enaguas,
más que en el saco o blusa. A mo
do de arandela que describe el Dic
fionario: "pieza para que no gotee
la cera"; nuestra ARANDELA es
una tira, más o menos ancha, que
va cosida y plegada por una orilla
pendiendo a manera de fleco y a la
altura del borde mismo del vestido
al cual además de servir de ador-
no le da vuelo.
Ecuad. "Cenefa, gayadura, guarni-
ción" (CBVALLOS). según Tca/.b.,
quien asegura qne en México es dos-,
conocida la acepción de "chorrera en
la camisola", que daba la edición an-
terior del Diccionario.
Hay una diferencia entre la
ARANDELA y la cenefa, para nos-
otros. Aquélla es un verdadero pos-
tizo, como agregado o S'obrepuesto
al objeto que la lleva o, en lo ge-
neral, una orilla cualquiera que so-
bresale a un lado del cuerpo prin-
cipal de un objeto. La cenefa no es
sino una faja o lista, del mismo
cuerpo de la cosa, pero que difie-
re en color. La pintura de las co-
sas, por ejemplo, tiene cenefa: lis-
ta de otro color en la pared, por
lo común más subido que el de
ésta, y que se pone desde el suelo
hasta la altura de un metro, más o
menos. Los vestidos femeniles tie-
nen ARANDELAS, nimca cenefa;
las paredes tienen cenefas, nunca
ARANDELAS.
Méx. "Mueble compuesto de dos ta-
blitas unidas a escuadra por el extre-
mo de la más corta al último tercio
o cuerpo de la más larga, la cual se
cuelga de la pared, y sirve el todo pa-
ra poner en alto contra ésta o contra
los pilares la vela. II, Las mismas ta-
Mitas, unidas del mismo modo, pero
teniendo la más larga como a la mi-
tad de sus dos tercios libres, una es-
taca cilindrica paralela a la otra ta-
bla, y .sobre la cual se posan los peri-
co.'?, sirviendo la tablita para d»>i)0.«i-
tai- en ella la comida y agua del ani-
mal." (OCAMPO. Ob. clt., p 122.)
RAMOS Y DI'ARTE: "Candilón."
Aunque Icazb. sólo dice que es
desconocida "semejante acepción"
(la del Dice), sin decir cual tie-
ne en México, RAMOS Y DFARTE
y OCAMPO nos la explican, aun-
que discordantes: para uno es el
candil, lo mismo nue en Chile para
ECHEV. ; en el otro, es el objeto
en que se ponen el candil o la ve-
la. Esto último es lo cierto. Véase:
"Mueble importantísimo tan impor-
tante como el aguador...: y la aran-
dela que era para el .nlumlirado noc-
turno." (FIDEL. Memorias, 28-40 cap.
IV, p. 284.) — "Agustinos copetudos y
ARCA
12(
ardí
listos... todos bajos sus estandartes,
con sus velas de arandela encendi-
das." (ID.. Ib., cap. V, p. 317.)
Chile. En la misma primera acep-
ción, de OCAMPO. la da Toro GisI).
(Amer.), quien cita a ECHEV.: "Can-
dileja."
A este objeto, llamamos en Ta-
basco pantalla, y al que describe
Ocampo. en la segunda acepción,
periquera. (Vv)
Hond. "Candelero, regularmente de
hojalata, unido a una lámina de es-
ta misma materia, perpendicular a la
Base. La lámina sirve para impedir
que la luz de la bujía ahume la pa-
red en que se fija la arandela."
(MEMBREÑO. Hondureñismos, p. 17.)
ARCABUCEAR, a. Vulgarmente
usado por matar. El pueblo, eíi es-
te verbo como en muchas otras pa-
labras, síuarda la tradición, porque
antiguamente el arma ccrmiin era
el arcabuz. OCAMPO da el adjetivo
alcabuceado, "que se conserva del
antiguo arcabucear, matar con ar-
cabuz: ahora fusilar." Gente hay
también que diga aicabucear, pero
éste es un solemne barbarismo
aunque Barberena (Santiago), se-
siún Toro Gisb.. (Amer. p. 185), ase-
gura en stis Quicheísmos que el
verbo es "alcinciar, de al, cosa pe-
sada y can, atavio, es decir, arca-
buz o arreo de giierra: de al y can
palé con suma facilidad alcanciar."
;Puro .-juiché!
ARCIÓN o ARZÓN, Lo que nues-
tios jinetes o gente de a caballo
llama indistintamente con estos dos
n-ombres no es ni el arción, que en j
muchas partes usan en lugar de ¡
ación (para nosotros balón o va-
lón). ni es el arzón que define la
Academia, "fuste de la silla de
montar". El ARCIÓN o ARZÓ.N
nuestro es la parte delantera del
arm.azón de madera o fuste de la
silla y que comprende la manzn-
na; la manzana misma y el cuello
de ésta. j
Arción, por ación, es común de
casi toda la América; lo dan
ICAZB. y RAMOS y D., en Méx.;
CUERVO, en Coi.; ARONA en Pe-
rú; CEVALLOS en Ec; RIV. en
Venez.; G A G. en C. Rica y
MEMBR. en Hond. RODR., apunta
arcioneras, por aciones.
O hemos incurrido en un doble
abuso, adulterando la palabra ación
y aplicándola a cosa distinta de lo
que expresa, o nuestra palabra es
provincial, nacida más bien de ar-
zón que de ación y, en tal caso,
es admisible, expresando una par-
te del arzón español.
ARCO. m. Adorno en forma de
arco, hecho de ramas o de flores y
que se pone en las calles o en las
casas con motivo de alguna ñesta.
HTn México se llamaron así las
("uerdas que en ocasión de ciertas
t'uncion'^'s religiosas se tendían en
las casas, de un lado a otro de las
calles, con objetos diversos pen-
dientes de ellas.
Méx. "Lujosos arcos que no eran
otra cosí que grandes cuerdas tendi-
das en alto, de una acera ? oí «a. y
rn las cuales eolíraban. doblpdos d¡a-
gonalmontf, jiriñolones de seda y a
T-^c^s ricos mantones '^♦^'nos." (G.
CL'B.VS. Recuerdos, p. 2&!1.)
ARDILLA, f. Tres especies de
«^ste roedor hay en Taba seo: ardi-
lla colorada (Sciurus rufiventris?),
ardilla rocilla (S. Cinereus?) y ar-
dilla nesrra (S. sp?). siendo ésta
última la más común v numerosn.
Acerca de las costumbres dp este
curioso roedor diminuto e inauieto.
nos ha dejado ROVIROSA la siguien-
te descripción: "Estos roedores,
"habitan en los jahuactales. nom-
"bre con que se designan los bos-
"ques abundantes en una palmera
"(Bactris sp.), denominada jahuac-
"te. cuyos frutos, no obstante la
"dureza de su perisperma. parecen
"constituir su alimento predilecto.
AREN
128
AREP
"Sin embargo, las ardillas abando-
"nan a menudo su habitación para
"invadir las plantaciones de maíz y
"de cacao, cuyas mazorcas apete-
"cen mucho. De tal magnitud son
"los daños que ocasionan, que los
"propietarios de fincas de cacao se
"ven obligados a pagar una o dos ¡
"personas, a quienes dan el nombre
"de tiradores, con el exclusivo ob-
"jeto de destruir estos animales.
"Este empleo es uno de los mejo-
"res para ciertos individuos, por-
"que además del sueldo que dis-
"frutan mensvalmente, tasado en i
"ocho pesos, y la asistencia que
"se les da, obtienen veinticinco ,
"centavos por cada cola de ardilla ;
"que presentan, como prueba de su '
"cacería. Parece que en todas las
"localidades en donde se cultiva el ;
"cacao es perseguido ror las ardí- 1
"lias, pues, según las observaciones
"del Dr. Franzius, en Costa Rica |
"produce iguales devastaciones el j
"Se. hypopyrrhus." (ROVIROSA. ¡
Zool., p. 21.) j
ARENILLERA. f. Vasija en que ^
se pone la arenilla, usada antigu?- ;
5iiente r>ara secar la tinta, al escri-
bir. Los venezolanos le llaman are- '•
nillero (GAGINI.) Es la salbadera ;
del Dice. j
C. Rica. "Arenillera y arenillero .son
palabras do Jjnena estú-pe cortadas
por el patrón de cafetera, compotera,
vinajera, azucarero, tintero." (GAGI-
NI.)
TORO GISB. apunta arenillero,
como Amer.
CUERVO habla siempre raejo-
aue nadie: "Uno es salbadera y
otro arenillera: lo primero es el va-
sito en que se contiene la secun-
da: por acá los usamos ambos p^-o-
miscuamente en el sentido de los
polvos que se echan a. lo escrito pa-
ra oue se seque." El mismo autor
en una disquisición tan sabia como
erudita, deja probado sin lufíar a
duda, que la forma ortográfica de
la palabra debe ser salvadera, por
derivar de salvado y no de sable,
arena. "También se dice en Col.
Arenillero," agrega para terminar.
Esta es la forma usada en Chile.
(RODR.)
AREPA o AREPITA, f. Acá por
México son verdaderamente empa-
lagosas las gentes por el abuso del
diminutivo para las personas, co-
mo expresión de cariño, casi siem-
pre fingido. Nuestros paisanos, por
su parte, con su "locuacidad cos-
teña," que tanto ha resonado en
esta época del Constituyente en
Querétaro. para todo prójimo tiene
un apodo festivo y jocoso, acaso
hasta pesado, pero nunca hipócri-
ta, pues los caracteriza la franque-
za. Pero en el panecillo éste, "pan
de maíz cocido que hacen los in-
dios en América", dice Z. Vélez de
Aragón en su Diccionario de la Len-
gua Caíitellana, sucede lo contra-
vio: en Tabasco se le designa siem-
pre con el diminutivo, en tanto que
acá por México es AREPA, a se-
cas. Y siendo tan común, como go-
losina de los niños, en cuanta ven-
tería hay en las avenidas v merca-
dos de la metrópoli, lo mismo en
el pirtal del Ayuntamiento o en el
de Mercaderes, que en la ambu-
lante arquilla a la orilla de las ace-
ras y en el Zócalo, lamentamos de-
veras que ni el Sr. Icazb. ri Ramos
y Duarte se hayan acordado de
-^Ua, siquiera para salvarlo del car-
go erróneo de "pan oue hacen io<i
indios", que le endereza el tal Vé-
lez de \rafrón ouien. poi lo visto,
ni ha venido nnncn a Amériop "5
sabe que siendo el tal panecillo
"hecho de harina flor, irniv fina,
i'on azúcar y mucha manteca", no
lo ha-^en los indios, ñor la razón
sencillísima de que éstos no usan
ni practican sino el salrocliado y
AREP
— 129 —
ARET
Jos guioos sin manteca, puesto que i
usan poco la grasa en su alimenta- 1
ción. Quienes la hacen, comúnmen-
te, son todas las buenas reposte-
rías y las señoi-as de las casas, pa-
ra obsequiar a los chamacos, y has-
ta a los no chamacos, como el Sr.
Vélez de Aragón si quisiera cono-
cerla, para no dar a la estampa co-
sas en que se deja ver que habla
por boca de ganso.
Ocampo no se olvidó, y consigna
la arepita.
Cuba. MACÍAS, hurgando en la
genealogía del vocablo que consig-
na porque según su Diccionario la
arepa es también cubana, nos da la
clave de la trocatinta de Vélez de
Aragón. "Etim. Arepa, dice Armas,
es vocablo oriundo de Venezuela,
dado al pan de maíz, porque erepa
entre aquellos indígenas (?) signi-
ficaba ma?z." Rojas da más porme-
nores: ''Arepa es derivado del vo-
cablo cumanagoto erepa, que signi-
fica maíz. Erepader, grano de maíz;
erepápuppu. afrecho de maíz, se-
gún el misionero Ruiz Blanco." I
como el vocablo nació de una tri-
bu indígena de Venezuela, de aquí
que Vélez de Aragón les achaque
la comida a los indios de Americio,
sin distinción. La AREPA de Cu-
ba, según descripciones de Rojas
Pich, y Arboleya, que reproduce
(las primeras) o cita (la seaimda)
Macías. es poco más o menos igual
a la nuestra, de la cual difiere en
pequeñí^;imos detalles, conforme a)
gusto regional.
Según parece, la AREPA origi-
nal, o sea la de Venezuela, es una
especie de nuesfro tamal regional
de Tabasco. Así se desprende de
la descripción que de ella hace
Salva: "Empanadita hecha de ha-
rina de maíz con carne de puer-
co dentro, que venden las negras
en las esquinas de Cartagena de
Indias, y es el almuerzo general
de sus habitantes."
Sto. Dom. "La arepa de Sto. Dom.
(Life in St. Dom., p. 147) no se pa-
rece a !a de Cuba: se mezcla maíz
tierno con coco de agua y se amasa
con miel, y envuelto en hojas de plá.-
tajio se pone al horno el amasijo."
(BACH., c. p. MACLAS.)
Para PICH. es: '"Voz indígena de
la Am. Mer., Costa Firme," y se
parece por su manufatcura: "Maíz
f3alcochado, mojado, pasado por el
jibe o cedazo, a cuya pasta se
agrega huevos y mantequilla y
luego se pone al homo," a nuestro
turulete (V.) regional.
ARETE, m. Aunque la etimolo-
gía no satisfaga a Monlau. al decir
de Macías, y, aunque la Academia
se reserve su opinión, debe venir
de aro, ni duda, con la terminación
diminutiva ete, "arillo de metal"
(Acad.) Pues sí, señor; el arete
tiene forzosamente un arillo, (no
arito ni aretito, ¿por qué hemos de
preferir los despectivos : ete
illo?); pero no es solamente ef
arillo lo que forma el arete. El ari-
llo es nada más el arquillo o ar-
quete (parte corva), que pasa la
oreja y engancha en ella; del cual
pende otra parte, por lo que se lla-
ma también pendiente a todo el
adorno. .Se le conoce, además, por
el nombre de zarcillo, tal vez me-
jor para designar el todo. Cuando
los pendientes tienen la forma de
un arco, se llaman argollas. V.
ARRACADA Y ARGOLLA.
Cuba. Pich., cuya explicación no
ros satisf.aco: "E'i preciso di5?tingTjir
que el arete o arillo es la pieza de
f ste adorno que entra en la oreja, y
el pendiente o zarcillo, la otra parte
que pende de la primei'a". sino en una
parte "argolla se dice cuando es un
arco sólo, circular o elíptico."
TORO GISBERT anota: "Arete.
Amer. Pendiente para las orejas,"
v en "Pendiente. Arete para las
9
ARGA
130
ARGA
orejas," sin aquella anotación. To-
do ambiguo y oscuro.
Méx. "Zarcillo; pendiente en gene-
ral; no sólo arillo, como dice el Dic-
cionario." (ICAZB.)
Cuba. "Zarcillo o pendiente, que
recibe la denominación de argolla,
cuando afecta esta forma." (MA-
GIAS.)
Perú. "La inayor impropiedad del
peruanismo aretes consiste en que con
él designamos los pendientes, zarci-
llos, arracadas y caravanas en gene-
lal, sin perjuicio de usar aquellos vo-
cablos cuando se trata de precisar."
(ARONA, p. 38.)
Chije. "Aún cuando la academia se
haya "decidido a dar en su Dicciona-
rio un lugarcito a arete, remitiendo
a! lector por su significado a la terce-
ra acepción de'' arillo, (1) no debe ol-
vidarse que esta voz es nativa de Cu-
ba, donde, según el Sr. Salva, equiva-
le a zarcillo o pendiente, que es tam-
bién el sentido preciso que tiene en
Chile." (RODR.)
Hond. Le dicen arito, al arete.
(MEMBR.)
ARGAMÁS. m. Argamasa. Por
antonomasia se llama así, impro-
piamente, el suelo de argamasa. El
ARGA^IÁS no se hace con mezcla
de cal, arena y agua, sino em-
pleando en lugar de este líquido la
miel de monte o miel de abeja,
para dar mayor consistencia a la
mezcla. Hoy no se usa y? el ar-
gamás, por haberle sustituido con
ventaja el cemento romano. T.a ar-
gamasa común se llama en Tabas-
co mezcla (V), reservándose el
nombre de argamás para la mezcla
especial de que hemos hablado y
para el piso mismo, hecho con
ella.
ÁRGANAS, f. pl. Par de alforjas
o bolsas, tejidas de pita, henequén
o cualquiera otra fibra ; unidas por
el mismo tejido, que se prolonga
en la parte superior, dividido en
dos longitudinalmente en la prolon
gación com-o para ensartarlas por
(1) Como este autor escribió en
■•875, se refiere a la lia. edición del
Dice.
esa abertura. Más o menos pare-
cidas son las cantinas (V), sólo
que éstas son de piel y tienen ta-
paderas. Las ÁRGANAS tienen un
hilo enjaretado para recoger y ce-
rrarles la boca. Son distintas tam-
bién del morral, que es una sola
alforja, suspendida en dos por uu
hilo. Las ÁRGANAS se cargan ata-
das en la parte trasera de ia silla,
sobre la anquera; aunque pueden
llevarse trabadas en la manzana,
pero esto es lo menos común. Las
cantinas se cargan siempre adelan-
te, trabadas al cuello del arzón, al
cual quedan aseguradas al cerrar
la abertura, como si se abrochara:
utmca se cargan atrás, salvo cuan-
do están formadas de la misma
anquera de la silla; porque enton-
ces son fijas.
El Diccionario trae Árgana, "es-
pecie de grúa," cosa muy distin-
ta, y Arguenas o arguenas, "alfor-
jas," palabras un poco raras y co-
sas también diferentes de la nues-
tra.
"Metió luego abraham en unas árga-
nas los recados de .albeitería." (SÁN-
CHEZ MÁRMOL, Antón, p. 20S.)
Méx. "Árganas son. dice ICAZB.,
dos bolsas grandes de cuero o tela
gruesa que unidas se colocan en la
grupa del caballo, aseguradas en la
silla. Hoy se llaman más comúnmen-
te cantinas, y .Te hacen de ctioro."
Hond. "Zurrón de cuero crudo o pe-
llejo, en que se guardan las cosas que
.«e transportan en acémilas. A vma de
estas se les pone por carga dos árga-
nas, ima a cada, lado del aparejo, uni-
das en la parte superior por una es-
taca." (MEMBR.)
C. Rica. "Armazón compuesta de
vno o dos palos paralelos, y de dos
zurrones grandes en los cuales se .aca-
rrea ordinariamente la carne para el
abasto público.
"El Dice, de la Acnd. llama a ese
arm.atoste angarillas, arguenas, argue-
nas, pero no pone el acento en la pri-
mera sílaba como nosotros.
"También en varios países de la
Am. Mor. dicen arguenas, lo que nos
hace so.spechar que .acaso sea ésta y
ARGO
— 131 —
ARIS
no la académica la acentuación co-
rrecta." (GAGINI, p. 6Ü.)
Chile. "El Diccionario pone a este ,
sustantivo la nota de anticuado y lo
da como sinónin.o de alforjas. Si a.'^í '
es en España, arguenas, en el sentido
de armazones de varillas forradas en
cuero, que sirven para acarrear a lo-
mo de caballo las verduras que se
venden a domicilio, y a lomo de bu-
rro la arena, piedras de empedrar,
etc., debe ser considerado como un
chilenismo. Al que vende algo en ar-
guenas, y al que las hace y las ex-
expende, se le llama arguenero, que
no es castellano." (RODR.^
Venez. "Especie de angarillas."
(PICÓX. p. 36.)
Méx. Solamente OCAJMPO da la pa-
labra en la acepción que tiene para
nosotros: "Llámase así dos sacos uni-
dos por un sólo lado de la bolsa de
ellos, y, llevados generalmente^ tn In
grupa, colgando un saco a cada lado."
(Ob. cít.)
ARGANEAR, a. Proceder con ex-
cesiva lentitud, con pereza, con
pachorra. Tómase en mala parte,
V. t. c. pr.
LÁMANO y BENEITE (Dialecto
vulgar salmantino, p. 244) consig-
na el verbo, con la siguiente ex-
plicación: "Holgazanear. Simular
o.ue trabaja sin hacer absolutamen-
te nada."
ARGANEO. m. Holgazanería, pa-
chorra suma, lentitud excesiva.
ARGANUDO, DA. adj. y t. s.
Flojo, pachorrudo, perezoso en ex-
tremo. Término bajo.
ARGOLLA, f. No debe conftmdir-
se con el arete, el pendiente o el
zarcillo, ni tampoco con la arraca-
da; el primero es de cualquier for-
ma, la última consiste, por lo co-
mún, en im juego de piedras en
forma de rosa, convenientemente
arregladas en el arete. La ARGO-
LLA es el pendiente, simple o com-
puesto, en forma del objeto de su
í.ombre. Estuche de monerías sue-
len llamar al conjunto de argollas.
Méx. I<^AZr!. trae el nombre en su
significado original solamente, corri-
giendo la definición del Dice, que dice
"anillo grande", siendo asi que hay
argollas pequeñas.
Chile. Dan el nombre de argolla al
anillo o sortija, según TORO GISB.,
(Amar.), pero él mismo censura de
barbarismo tal acepción. (Dice. Lar.) •
ARGOLLA (VER LA). Expr.
vulgar y de sentido poco o nada
decente, empleada por hacer bobo
0 tonto a algtmo, burlarae de él; fa-
miliarmente se dice: ver chuela, o
tomar el pelo (V.) Del que se
deja engañar por otro dicen que
éste le vio la argolla. ICAZB. de la
frase "ver chuela," diciendo que
ignora de donde se deriva esta pa-
labra.
ARIQUE, m. Siendo muy peque-
ño oí en una conversación de mis
mayores, que uno de éstos dijo:
"los ariques del benequén." Conñe-
so que tuve intenciones de corre-
girle, porque ignoraba el significa-
do de la palabra. Le pregunté des-
pués, y me explicó; pero no quedí^
satisfecho. Nunca había vTielto a
oír. ni a ver escrita la palabra, y
cada día, por lo mismo, me con-
firmaba más y más en la creencia
de que el vocablo no existía. Y así
hubiera persistido en mi afirma-
ción toda la vida, si el conocimien-
to que hice, ya en mis años de
estudio, con el Diccionario cubano
del Sr. Macías. no me revelara la
existencia de la voz en Cuba, de
donde es oriunda. Entonces vine a
convencerme también de que aquel
mi tío, al usarla estuvo en lo
cierto, y al explicármela también,
pesara mucho a mi fatuidad juve-
nil de hombre de libros, pues no
es el tal ARIQUE otra cosa que
"La tira que se hace de la yagua
verde o después de humedecida, si
está seca, para usarla como cor-
del." (BACH., c. p. MACÍAS.) Con
esto, precisamente, o con bejuco
se atan los henequenes. (V.)
1 ARISCO, CA. adj. "Se dice tam-
bién de la caza que por estar muy
ARMA
132 —
ARMA
perseguida, no se deja acercar del
cazador. — Met. Se dice de las per-
sonas que huyen de la sociedad."
(OCAMPO.) Aplícase a toda perso-
na esquiva al trato social; inso-
ciable.
ARMADA, f. Acción y efecto de
armarse; hacerse de dinero o va-
lores. El hecho de enriquecer re-
pentinamente. Tómase en mala
parte.
ARMADO, m. Nombre con que
se conoce generalmente al arma-
dillo, animal muy común en Ta-
basco, por más que la Academia
diga que todas las especies son
propias de la Am. del Sur.
ARMADOR, RA. adj. La bestia
que tiene la manía de armarse (V.)
Dícese también armón, menos co-
mún. Harón del Diccionario, según
ICAZB. No estamos conformes. Pe-
rezoso (flojo decimos nosotros) es
el caballo que anda muy despacio ]
o a fuerza de espolearle y pegarle;
ARMADOR es el que deja de ca-
minar repentinamente, que cuando '
se le antoja se para, y no camina,
a pesar de cualquiera fuerza que
se le haga, cosa muy distinta. A
pesar de lo mexicano que es el
término, ni OCAMPO ni RAMOS y
D. le registran; el primero trae so-;
lamente armarse, por lo cual es ,
más raro que no dé el adjetivo de- i
rivado.
2. En el juego se llama así al :
que da dinero para que otro ponf?a ^
el monte o le haga prosperar ju- [
gando con él. y también a quienes i
se ocupan de reclutar jugadoreí= I
para la banca. |
"Este nombre (armadores) damos ai
aquellos que andan reclutando tahu- I
res para los juegos." (PENSADOR, ¡
Periquillo, pte. la., oap. XVTT.)
ARMARSE, pr. "Plantarse. Dice- ;
se de las bestias cuando obstinada-
mente se niegan a andar, no porj
cansancio o enfermedad, sino por
vicio." (ICAZB.)
I "Al decir esto, quizo volver la gru-
i pa de su caballo, pero no pudo por-
I que éste se le armó." (PENSADOR,
, Periquillo, 2a. pte., cap. XXI.)— "Unas
I veces se armaba, elevándose con las
j cuatro patas inmóviles donde le daba
! la gana." (LÓPEZ PORTILLO,
Obras, II; La Horma de su zapato,
\ II, p. 125.)
2: "Negarse redondamente a ha-
cer algo." (ICAZB.) Más propia-
mente encapricharse -o persistir en
lo que se está haciendo; obstinar-
se, obsecarse en la idea, sin ac-
ceder a obrar de otro modo. Con-
firma esta explicación la cita si-
guiente, hecha por el mismo autor:,
"Se armaron los panaderos a no
querer amasar, y no .se hallaba ima
torta en todo México." (Diario de RO-
BLES. Ififll, t. II, p. 67.)
3. "Hacerse de dinero. Tómase
de ordinario en mala parte."
(ICAZB.)
Hacerse de dinero cuando uno
está enteramente sin nada, arran-
cado, o tiene grande necesidad de
haberlo por malas artes o por me-
dio de la revolución, que es el me-
dio más común hoy, y ha sido
siempre, en México.
Méx. "En fin, se armó, general, se
armó (el pagador), y como él dice, se
preparó para la do secps." (FACUN-
DO, Baile y Cochino, cap. III.)
4. "Ganar alguna cantidad los ju-
gadores, para seguir ju,s:ando."
Armar al que juega es darle di-
neros, dice Covarrubias, y ló repite
el Diccionario de Aut.
Méx. "Armarse con alguna cosa, re-
tenerla injustamente, nesándose a
devolverla." (ICAZB.VLCETA.)
La primera acepción de armarse,
dice: "plantarse." Propiamente no
es esto; se planta un toro, una va-
ra, es decir, "se prepara para em-
bestir o acometer," que es la acep-
ción propia de plantarse, (V.) tra-
tándose de los animales; y aún
entre los jugadores, metafórica-
ABMO
133
AERAI
mente, el que se planta es porque
queda preparado para el momento
en que le toque ganar.
La manía de armarse es bella
cualidad, peculiar de la bestia mu-
lar.
ARMÓN, NA. adj. V. ARMA-
DOR.
ÁRNICA, f. Planta llamada tam-
bién tanchiche, cuya flor parecida
al girasol o a la margarita, de co-
lor amarillo vivo, se encurte en al-
cohol, utilizándose para friegas
contra el reumatismo y como re-
solutivo en casos de golpes o con-
tusiones.
ARPA. f. Se dice del animal muy
flaco, magro: está hecho una arpa-
Del que se afloja, o quiebra en un
negocio, se dice: reventó como ar-
pa vieja.
Méx. Registra la voz OCAMPO.
"Dícese por irrisión de los caballos
flacos, al modo que los franceses lla-
man rosa al %iejo o malo."
ARPERO, RA, adj. El que toca
el arpa. También en México.
(OCAMPO.)
ARPÓN, m. "Instrumento para
herir o penetrar," para la Acade-
mia. Para nosotros es uno de los
útiles de pesquería, una puntn
hierro fuerte y resistente, que tie-
ne una lengüeta de revés, o engo-
rra, para que entre con facilidad
en la piel y no pueda salir de ella.
Se usa en asta a la cual se sujeta
por medio de una lía larga; de
suerte que al clavar con él. se des-
enasta y desenrolla la lía. flotando
el asta que sirve como señal para
seguir al animal.
Es distinto del clavo, usado en Ifi
pesca de conchas, que es de acero,
por la propiedad aue este metal
tiene de "agarrar" (como dicen
nuestros pescadores de la tierra)
y hundirse en la materia ósea. Es
también de distinta forma. El clave
es una simple punta en pirámide
cuadrangular, sin lengüeta o en-
gorra, mucho más pequeño que el
arpón (cinco centímetros de pun-
ta).
Con respecto a la fisga, aunque
la Academia diga que es ésta "Ar-
pón de tres dientes para pescar pe-
ces grandes," nosotros hemos de
decir lo conti'ario: "para pescar
peces chicos," peje lagartos, moja-
rras, etc.; el arpón, para pescar
animales grandes, lagartos, sába-
los, etc. V. CLAVO Y FISGA.
ARQUEADA, f. Esta palabra que
en otras partes toman por arcada,
para nosotros significa doblarse ha-
cia atrás: arquearse o pandearse.
El Diccionario da la voz arquear
con la nota de Mex. en el sentido
de nausear. No la conocemos. Lo
mismo dicen ICAZB. y CUERVO;
de modo que sepa Dios de donde
la exhumó el Diciconario. a menos
que haya sido de la cita de Guz-
mán de Alfarache que dichos auto-
res hacen.
ARTE. m. Es muy frecuente oír
en el vulgo en Tabasco: "No sé en
qué arte, perdí tal cosa," por no
sé en qué instante, de qué manera.
La verdad que no encuentro la cau-
sa de la acepción, a menos que no
sea tma variación de mero artifi-
cio.
Méx. ICAZBALCETA da: "QUIÉN
SABE EX QUÉ ARTES, no sé cómo,
de qué manera: trastornado, indis-
puesto. '
ARRACADA, f. "Por acá la
ARRACADA es una argolla algo
grande que entra en la oreja, sin
colgante alguno," dice Icazbalceta.
La argolla es aro, compuesto o sen-
cillo; la arracada es un pendiente
circular con incrustaciones de pie-
dras o perlas, a guisa de rosa. V.
ARETE, ARGOLLA.
ARRAIGAR, a. Término forense.
Imponer a alguno judicialmente la
obligación de no salir de la juris-
ARRAI
— 134 —
ARRAN
dicción en donde se le sigue un
juicio civil, sin dejar apoderado,
suficientemente instruido y expen-
sado.
Méx. ICAZBALCETA dice-
"ARRAIGAR a UNO, notificarle judi-
cialmente que no salga de la pobla-
ción, so cierta pena."
Por antonomasia puede tomarse
también el acto en que se notifica
la determinación al arraigado, por
ARRAIGARLE; pero propiamente
no es solamente eso, sino imponer-
le la obligación misma, haciéndole
fíaber a la vez la responsabilidad
en que incurre al quebrantarla,
pues el "quebrantamiento de arrai-
go" constituye en nuestra legisla-
ción local un delito que se equi-
para a la "desobediencia a un
mandato de la autoridad," aunque
en la legislación federal de la Na-
ción no produce sino acción civil.
precediéndose en rebeldía contra
el quebrantad'Or del arraigo.
ARRAIGO, m. Acción y efecto de
arraigar. "Notificósele de ARRAI-
GO," dice ICAZB.
2. Tiene en el Foro otra signifi-
cación: condición de la persona
que posee- bienes raíces, y que lle-
na, por lo mismo, el requisito civil
exigido a los fiadores. Persona de
suficiente ARRAIGO es la solvente,
que tiene bienes raíces, bastantes
para responder por la caución o
fianza.
ARRANCADO, DA. adj. La acep-
ción de este adjetivo, entre nos-
otros, parece que es distinta de la
que dan los autores que le tratan
como provincialismo, y más aún
de la que da la Academia.
ARRANCADO expresa el que
ocasionalmente, por el momento,
se encuentra con muy poco dinero,
o sin él, si por lo general lo tiene.
Para la Academia es el que lo ha
tenido y se queda sin él, de una
manera permanente, para siempre;
éste es nuestro arruinado (V) El
ARRANCADO tuvo dinero antes y
podra tenerlo después; la carencia
de él es transitoria, y constituye la
ranquera, aunque ésta a veces e»
continuada, permanente, transfor-
mándose entonces f-n ranquitis eró
nica. V. R.\NQÜERA. Dícese tam-
Dién BRUJA. (V.)
¡^^.''aJ^'^^^^-- • "S6 llama en gene-
ral ARRANCADO ai que está pobre
naya o no tenido bienes; y aún al que
los posee, cuando carece de moneda
efectiva." Es cierto, pero debemos
advertir que al que está pobre llama-
mos en la tierra pelado: Fulano es
un pelado o está pelado, quiere decir
no tiene bienes de ninguna clase,
mientras que el arrancado no es pre-
cisamente el pobre, sino el que por el
momento carece de efectivo, aun
cuando sea rico. "Todo, todo, menos
pagos de sueldos y dinero a los
arrancados." (MORALES, Gallo Pita-
górico, p. 17.) — "Siempre ha sido un
arrancado, que cuando más disfruta
de un sueldo." (ID., Ibid., p. 120.)
— "Sin un centavo, en la miseria",
dice Ramos y Duarte. Menos aún. Si
el que está enteramente pobre es un
pelado, el que está en la miseria, es
un miserable. Arrancado nunca quie-
re decir para nosotros estar en la mi-
seria o en la inopia, sino en sentido
metafórico o por ironía entre los ri-
cos.
Col. Cuervo mariposea al rededor
del verdadero sentido que hemos dado
para nuestro provincialismo: "Si pe-
lar significa dejar a uno sin nada en
e! juego, o de otro modo, pelado ten-
drá este sentido especial; para no-
sotros 3S pelón, de escasas facultades.
Arrancado llamamos al que está sin
un cuarto, sea siempre, sea ocasional-
mente." (Ap. crít., p. 537.)
Perú. "Ser un arrancado, o estar
arrancado, equivale a estar pobre."
(ARONA, p. 38.)
Cuba. "Absolutamente sin dinero,
que antes tenía o perdió." (PICH., p
15.)
ARRANCAR, a. "ARRANCAR
VN CABALLO, es hacerle partir a
escape." (ICAZB). Salir a prisa y
violenta, pero inmediatamente, ac-
to continuo.
"Tiene im modo de arrancar el mal-
dito animal, que en la pura salida te '
ARRAN
— 135
ARRAS
despacha a pepenar las muelas, a ca-
pa d<^ mi s^ñor Jesucristo." (AZUE-
LA, Mala Yerba, XIII, p. 101.) — "Una
vez que arranque le bajas la vara y
dé donde diere..." (ID. ibidem.)
2. "Usadísimo entre la gente vul-
sar, por salir de prisa o corrien-
do." (ICAZB.)
3. "Arrancársele a uno: acabár-
sele el dinero." (ID.)
Cuba. ..."quídar sin dinero o per-
derlo todo absolutamente: y así se di-
ce: arrancárseme, arrancársete, arran-
cársele..." (PICH.) Igrualmente MA-
GIAS.
4. "Morirse." (ICAZB.) "Algunas
veces se refiere a pérdida súbita
o penosa de la vida: se le arran-
có: murió." (PICH.)
No tiene por allá esta acepción;
liSándose en su lugar el verbo re
larse; se peló: murió. Este verbo
a propósito, diremos que tiene tres
tormas: pelar, pelarse y pelárselas,
con acepciones propias. PELAR
por el machete, es echar mano de
p'r PEINAR por la pistola, etc. PE-
INARSE tiene dos acepciones: pri-
mera, morirse, y segunda, fregar-
se, aETuantnrse de a catorce, como
gavilán Jabado, o como se aguan-
tó Peralta. PELÁRSELAS es Ir
contrario, salir a escape, en fuga
huirse, no aguantarse firme.
5. Principiar a hacer ima cor:?
con gran ímpetu o entusiasmo.
Muv usado ya por los escritores
españoles modernos.
"Se arrancó con unas malagueñas,
que lo mismo podían ser c.into fla-
menco que .salmos de David." (BA-
RCIA. La Busca, p. 44, c. p. TORO
G.. Ad. Lex., p. 21S.)
ARRANCHAR, n. Establecerse
rrovisionalmente y por corto tier"-
po en aigima parte, como htiésped;
o en el campo, alojándose en ran-
chos. Dícese también achampar,
aunque esto sólo en la acepción
de establecerse en el campo o des
poblado. Ü. c. pr.
"Esta operación dura más o menos I
tiempo;... pero que nunca baja de
ocho o quince días, durante los cua-
les arranchan (los cazadores) deba-
jo del espeso ramaje de los mezqui-
tes." (Dice. Univ. de Hist. y Geogr. t.
I del Apénd., VIII de la Obra, Art.
"Cacería de caballada niesteña," p.
421.)
Poco más o menos es lo mismo
que dice ICAZB.: "fam. Acomodar-
se con algimo. para vivir con él:
establecerse, alojarse: confabular-
se, amancebarse," aunque sin la úl-
tima acepción en que se toma en
mala parte.
Méx. "Por vengarse de mí (Da. Ru-
fina) se arranchó con el tinterillo del
Juzeado, para darme picones." (As-
tucia, t. I. cap. IX.)
Cuba. Por la Isla tiene ftste verbo
sisrnificado del todo diverso al nues-
tro: "Buscar, perse^iir y atacar a los
Neg'ros Cimarrones en sus ranc>^os o
ííuaridas." (PICH., p. 15.) — MAGIAS,
p. 92. Seguramente que hoy que ha
desaparecido también en aquel país
liermano la esclavitud, el verbo ha
pasado a ser anticuado, o ha caído en
dc^u so.
ARRANQUE, m. Acción y efecto
de arrancar. Aero de salir corrien-
do, especialmente hablando del ca-
balto.
'En el sitio de arranque, Gertrudis
está ya de pie." (AZI'ECA, Mala Yer-
ba, XV, p. 116.) — "En el extremo de
arranque se han situndo los Andrade."
(ID., Ib., p. lis.) — "El Juez de prran-
aue está ya er. su sitio." (ID., ¡b., p.
119.)
ARRANQUERA. V. RAXQUE-
RA. que es el ténuino usual, más
común que aquél.
ARRASTRADERO, m. "Juego de
trucos o garito de baja estofa. De-
susado ya," dice ICAZBALCETA.
Entre nosotros se conserva todavía
muy en uso. en el sentido de cubil,
lugar reservado en donde se reú-
nen tahúres a jugar clandestina-
mente. Son verdaderos ARRAS-
TRADEROS, pues allí los más lis-
tos se encargan de descamisar a
los incautos por medio de tramas
y nrocedimientos de mala ley.
2. Entre los campesinos tiene
otra acepción este vocablo; signiñ-
ARRAS
— 136
ARRAS
ca los pasos o lugares bajos, en
lagunas y arroyos, por donde los
cayucos y demás embarcaciones
tienen que ser arrastrados, para
que puedan pasar. A veces tam-
bién, cuando media corta extensión
de tierra que abrevia gran distan-
cia de navegación enti'e dos por-
ciones de agua, como los cayucos
son pequeños y de poco peso, les
tiran por tierra los caminantes pa
ra pasar de un lado a otro. La hue-
lla o trilla que forma en tierra e'
plan o fondo de la embarcación, es
también ARRASTRADERO.
Son muy comunes en Tabasco
los reptiles (saurios y quelonios)
acuáticos, lagartos o hicoteas, prin
cipalmente y aunque el nombre de
estos animales exprese arrasti-arse
(repto), en realidad más viven na-
dando dentro del agua; pero cuan-
do caminan en lugares en donde e'
agua es muy baja, o lodosos, de-
jan la huella del carapacho, si es
concha, o de la barriga, si es un
lagarto: esto es también un
ARRASTRADERO.
En María, de Isaacs (LVIII, p.
259) leemos: "para librarse de los
más furiosos (chorros), había pe-
cueños caños llamados arrastrade-
ros, practicados en las playas, ....
por los cuales subía la canoa m
zando con el casco los guijarros
tíel cauce y balanceándose algunas
veces sobre las rocas más salien-
tes." Es el mismo que entre nos-
otros.
3. En las monterías, son ARRAS-
TRADEROS los callejones o luga-
res por donde ordinariamente se
arrastran o sacan las madei-as.
ARRASTRADA, f. Acción y efec-
to de arrastrar.
ARRASTRADO, DA. adj. Segura-
mente que el que se arrastra se
envilece; si en el sentido material,
ensucia su ropa, la destruye, se
vuelve un andrajoso, y el que vis-
te pingajos es un vil; si en el
sentido metafórico, mancha su dig-
nidad, su decoi'O, su reputación, y
es entonces más vil todavía que el
harapiento. Por esto nuestros pai-
sanos dicen ARRASTRADO al mi-
serable, al individuo despreciable
por sus condiciones personales. Eb
un despectivo enfático, más enér-
gico e injuriante que desgraciado.
(V.)
ARRASTRE, m. La obra que
consiste en arrastrar la madera, en
las monterías; o sea sacarla des-
pués de tumbada, pelada, labrada
y callejoneada, desde el coi-te has-
ta ponerla a canto de agua. Siguen
la baja y el embarque, operaciones
con las cuales concluye el hecho
de sacar la madera, esto es, de po-
nerla en condiciones de ser expor-
tada.
El ARRASTRE se hace por me-
dio de bueyes de tiro o de jala,
montando las trozas en el lagarto,
para que resbalen con más facili-
dad al ser arrastradas. Se hace ge-
neralmente de noche, a la luz de la
luna, porque como el sol calienta
tanto en Tabas oo y hacen tan
fuertes calores, los bueyes se aso-
lean de día, inutilizándose para el
trabajo. Esta es la parte más mo-
nótona del trabajo de las monte-
rías: en el silencio de la noche,
en medio de la espesura que seme-
ja un templo, el silbido del gañán
y el chasquido del lático del bo-
yero, rompen la monotonía del re-
soplido de los bueyes, del rechinar
de las cadenas y crujir de las tro-
zas enormes que al deslizarse pe-
sadamente parecen quejarse dolo-
ridas.
"]Más tarde viene la pesada herra-
mienta del .servicio, para el arrastre,
baja y embarque de la madera."
(COFFIN. El Gral. Gutz., I. ii. 4.)
ARREA
137
ARREE
ARREADA. í. La ARREADA del
ganado, es el hecho de am-earlo, de
llevarlo por delante, apremiándolo
a silbidos o a gritos especiales:
¡vamos! ¡ajila! ¡puerta!, etc. V.
RECOGIDA.
2. También significa el hecho de
arrear accidentalmente a los ani-
males, alejándolos por un momen-
to: es esto transitorio. Darle una
arreada a las gallinas.
Arg. y Bol. "El acto de arrear una
tropa. — TI. Leva forzosa en tiempo de
re\olMció;i.' (BAYO.)
ARREADO, DA. adj. Epíteto que
se aplica al perezoso, al flojo o
tardo para hacer las cosas, porque
hay que arrearlo para que trabaje.
Méx. "Flojo, tardo, perezoso, que
no cumple con su oblig^ación, si no se
le reprende a cada rato. Este mozo
no me &usta porque es muy ARREA-
DO." (ICAZB.)
Perú. AROXA. p. 39. .AJRRL\DO.
Hond. "Cachazudo." (ME^rBREÑO.)
C. Rica. "Arriado. Calificativo aue
que se da a las caballerías tardas,
l>erezosas, haronas, lerd.is; y por ex-
tensión a las personas pachorrudas,
indolentes, acidiosas. (GAGIXI.)
ARREADOR, m. El vaquero que
va detrás del ganado excitándolo
para que camine, así como el lla-
mador va por delante. El ARREA-
DOR grita ; arre I ¡vamos I ¡ajila!,
etc.; el llamador entona la llamada,
un canto en alta voz, prolongado y
repetido, con el cual indica al ga-
nado que debe seguirlo, principal-
mente los bueyes, que se educan
especialmente en la llamada, y se
llaman así: bueyes de llamada, dis-
tintos de los de tiro.
Col. Arreador, en Colombia, segiín
CTTERVO. "es el zurriago de mangro
largo de madera." Esto entre nos-
otros se llama pie-palo o pie de palo.
(V.)
Arg. y Bol. Lo mismo que en Col.
(BAYO): pe lo tanto creemos que
se.a común a todo Sur América. ítem
más cuando dice el autor en el pró-
logo: "muchos de los vocablos se apli-
can a la mayoría de las Repúblicas
australes."*
A REBATO. Con toda razón el
Sr. Cuervo censura a su pueblo
que pasa de tocar las campanas a
rebato, al barbarismo de a arreba-
to. Así creen y dicen también no
pocos de nuestros paisanos. Apli-
qúense, pues, la lección.
ARREBATAR. PARA TODOS
DA DIOS. SIEMPRE QUE NO
ARREBATEN: procediendo con or-
den y paciencia, todo sale bien. El
equivalente que da ICAZB. es:
"PARA TODOS HAY o HABRÁ,
COMO NO ARREBATEN."
ARREBI ATADO, DA. adj. vulg.
"Que acompaña siempre a otro,"
(ICAZB.) o anda detrás de él. An-
dar ARREBIATADO consiste en la
viciosa costumbre de no andar só-
lo, sino siempre siguiendo a algu-
no; también se dice del qiie nunca
obra por su cuenta, según su pro-
pio criterio, sino siempre sujeto a
otro, en sus opiniones o en sus ac-
tos.
ARREBIATAR. a. T'sado exclusi-
vamente, en lugar del rabiatar, que
da la Academia. ICAZB., en esta
dicción, remite a ARRABIATAR,
que no se encuentra en su libro ni
lo da la Academia.
Arrebiatar por rabiatar es ameri-
canismo de lo más típico; lo regis-
tran todos los tratadistas de len-
guaje provincial, desde México, Cu-
ba, y todo Centro .tVmérica. hasta
Chile y la Tierra del Fuego; no es-
■ tornos, por tanto, conformes con lo
Ce prov, cubano. Atar un animal a
la cola de otro, que dice el Sr.
Salva, y sí asentimos con el señor
Macías, en lo sigiuente: "PICH.
piensa que arrebiatar es una co-
rruptela cubana (?) de rabiatar:
i pero nosotros creemos que fué ima
; forma alterada del inusitado y cas-
tizo arrabiatar: así como antes se
dijo en España rastrar y hoy se di-
1 ce arrastrar, de la misma manera
ARREB
138
ARRECE
l'O que fué arrabiatar pasó a ser ra- 1
biatar; MAS ÉSTAS NO SON CO-
RRUPTELAS, SINO EUFONIZA-
CIONES, que con mejor no peor j
acierto, experimentan las pala- 1
bras." I
Siempre alertas, pues, ante estos :
hechos, una vez más llevan prue- 1
bas para afirmarse en que no de- 1
bemos reprobar las palabras del
lenguaje popular, sólo porque no
se hallen en el Diccionario de la
Academia, toda vez que de él se
va alimentando ese Catálogo, como
no puede ser de otra manera, y
vemos que lo que ayer fue desusa- ¡
do hoy es castizo, y que mañana ^
lo será aquello que al presente nos j
parece anticuado. Más todavía: i
voces que, por esporádicas en el ,
uso familiar o literario, nos pare- í
cen nuevas, nos encontramos con |
que las emplearon nuestros abue- 1
tos y las consignan en sus obras |
los prestantísimos maestros del :
clasicismo.
Usado como reflexivo este verbo
(arrebiatarse) significa, como dice :
el mismo Macías: "adherirse a la |
opinión, parecer o gusto de otro, i
y de aquí la expresión me arrebia-
to a la opinión de ud." Del uso me-
tafórico- tan común de este verbo,
tomó origen en nuestro Estado el ;
cuento de un Diputado que, care- ;
ciendo de opinión y de criterio, de- \
cía siempre a la hora de las vota- |
ciones: "me arrebiato a lo que di-
ce el compañero", y señalaba al de !
la derecha, o al de la izquierda. El i
cuento nos lo achacan; pero es lo |
cierto que como en todas partes se j
cuecen habas..., así por la Metró-
poli azteca también se han hecho
célebres los padres conscriptos que
en épocas pasadas y aún hoy en
el Constituyente (en donde se ha
lucido Tabasco, con sus dos ejem-
plares) en Querétaro.
ARRECOGER o ARRECOGER-
SE. Verbos que lo mismo que arre-
costarse, conservan para el vulgo
el prefijo a, aún cuando lo hayan
perdido en el lenguaje culto (arre-
medar, arrempujar, asosegar) o no
lo lleven en el Diccionario (ajun-
tar, arrsvolver), según expresa
CUERVO (párrafo 905) y aunque
GAGINI diga que está demás la a
prostética de arrecostarse. Todos
ellos usados en Tabasco, los encon-
tramos, con frecuencia, por todo
Hispano América. V. APREVENI-
DO.
ARRECOSTARSE. V. ARRECO-
GER.
ARRECHA R. n. Andar rijoso,
alebrestado; úsase más como pro-
nominal: ARRECHARSE.
Hond. "Parientes muy inmediato.s
de nuestro término son ARRBCHAR
y ARRECHADURA, que híice muchos
años cayeron en olvido. En ellos so-
bresale siempre la idea de erección,
kvantamicnto, tiesura." (^fEMBR.,
voz ARRECHO.)
ARRECHO, CHA. "Cachihondo,
rijoso; y también animoso, esfor-
zado, enérgico..." (MEMBR.)
"ARRECHO por rijoso es quizás an-
tigua palabra castellana, corimp-
ción del latín arrectus (derecho,
enderezado, levantado)." Esto dice
GAGINI, y es lo cierto. Lo mismo
.<-:igniñca en Tabasco y es muy usa-
do familiarmente, aplicado sobre
todo a la mujer coqueta y lasciva,
lujuriosa. Con extrañeza veo en
RAMOS y DUARTE que en Chia-
pas quiere decir "puerco, cerdo".
Creo que haya sufrido una confu-
sión, pues cita como ejemplo la
expresión "¡Tamales de tunco arre-
cho!", que gritan en Tonalá, por
donde se ve que arrecho es adje-
íjvo, y tunco el nombre del "puer-
co, cerdo", como también en Ta-
basco y otras partes de la Repúbli-
ca se llama.
ARRECH
139 —
ABEEM
BARÁIBAR tráela en el Vocab.
de palabras usadas en A!ava:
"Arrecho, a. adj. Tieso, erguido,
brioso." La intencionada significa-
ción de nuestro vocablo, en rela-
ción con su indudable etimología
de arrectus, hacen suponer que es
palabra sólo olvidada, pero de bue-
na cepa como la mejor. El mismc
valor se le da en el Lexicón del bil-
baíno neto por ARRIAGA.
AR RECHURA, f. La propiedad
de ser arrecho, y también los ac-
tos en que consiste esa propiedad:
qué ARRECHI'RA la de fulano, eso
es T'XA ARRECHT'RRA.
¡ARREDO VAYA! Imprecación
irónica con que se demuestra des-
precio, desdén, o se da a entender
que una cosa no vale la pena de
nuestr? atención: que significa po-
co: :ARREDO VAYA el hombre!
es decir, ¡vaya con el hombre, no
merece la pena de tomársele en
cuenta!
Nos parece de sentido rn poro
Mstinto al que le da ICAZB.:
•'ARREDRO VAYA, vaya lejos!
Fuera de aquí! (Vade retro!)"; la ^
nuestra no implica repulsión, sino
simplemente desdén irónico, burla,
mofa, en sentido familiar y jocoso.
sin llegar al tono injurioso, que las-
tima. \
C. Rica. GAGIXI consigna "ARRIE-
RO VAYE" y dice: "Se emplea de!
mala manera en Coísta Rica como in-
terjección que denota admiración o ;
.sorpresa. Decimos de mala manera,
porque arriero vaya es paronomasia ;
de las expresiones anticuadas arrie-
dro vayas o arredro vayas, que sólo j
.se usabnn par:i rechazar a una per- ,
.•=ona. Arriedro o arredro significaba ;
; atrás!" j
Como se ve, por allá han corrom- ■
pido la expresión hasta parar arre-
dro en arriero, por afinidad fonéti-
ca, y vaya en vaye, que es un bar-
barismo de lo más craso. Nos han
aventajado en el abuso
La verdadera forma debe ser ¡A
redro vaya!; así la usó Lope de
Vega, según esta cita de AICARDO
(Pal, y acep. omitidas en el Dice,
p. 146.): "Sobre el diablo — ¡A re-
dro vaya!" (Los donaires de Mati-
ce, acto 2o., Comedias, p. la., Va-
Uadolid, 1604, f. 22.) CARO y CE-
JUDO (Refranes, p. 38.) consigna
la expresión "Arriedro vayas Sata-
nás,... cuando no sufrimos... al-
gunas ásperas... palabras."
ARRELLENARSE, por ARRE-
LLANARSE, es común en el len-
piaje poptilar de casi todos los paí-
ses latinoamericanos, adulterada,
como dice GAGINI, y ejemplifica
CUERVO, por la influencia de su
afín rellenar; como arción por el in-
flujo de arzón; almatroste o arma-
troste, por la de traste: arrebiatar,
por arrea o arrear; avichucho por
bicho; cónyugue en vez de cón-
y u g e, por conyugal; dentrar,
por dentro; alrevesado, en vez
de revesado, por el revés; va-
gamundo, por mundo; desga-
ñotarse, por aquello del gañote;
destornillarse (de risa), por el tor-
nillo; despelucarse, en vez de es-
peluznarse, por lo de la peluca; ju-
runera, en lugar de huronera, por
jungar (hurgar); rascarrabias, por
rascar, que tiene afinidad de con-
cepto con eso de excitar, provocar
la rabia; replantigarse, por planta,
y otros muchos, como arremueco,
por mueca, etc.
ARREMPUJAR. V. ARRECQ-
GER, APREVENIDO.
"Y díeram."', Don Pepe, piies qué re-
molino le ha arrempujado por aquí?"
(Astucia, t. I. cap. XV.)
ARREMEDAR. V. ARRECOGER.
APREVENIDO.
ARREMPUJÓN. m. De arrempu-
jar salió arrempujón, naturalmen-
te. Poco usado. V. .\RRECOGER.
ARREMUECO. V. ARRELLE-
NARSE.
ARREM
— 140 —
ARREN
ARREMINGARSE, pr. Arrollar-
se el vestido las mujeres, levantán-
dose las faldas demasiado arriba:
arremangarse.
Cuando se trata de subirse el ves-
tido, en las extremidades inferio-
res, se dice enrollarse; arreman-
garse es subirse o enrollarse las
mangas de la camisa, o el saco, en
las extremidades superiores.
ARREMINGARSE se refiere siem-
pre a lo primero y significa exceso
o exageración en levantarse el ves-
tido las hembras. De uso vulgar
muy común. Caso curioso es éste
de etimología popular; por afinidad
fonética e ideológica, debió seguir
a manga: arremangarse; pero el
pueblo no admite que la falda de
la mujer tenga manga, como no la
tiene el pantalón del hombre, por-
que manga viene de mano o de
mango, y en tal aprieto, optó por
asimilarlo a remilgarse, solo por
diferirlo de arremangar, aunque de
aquél también difiere enteramente.
Hasta Chile, no hallamos en toda
la América esta voz; la consigna
RODR. : "Sin duda ninguna que es-
te arremingarse no es ni más ni
menos que el castellano remilgarse,
groseramente desfigurado; sólo que
mientras el remilgarse trae a la
mente la idea de pulidez, compos-
tura, delicadeza y gracia en el por-
te y facciones, el arremingarse
vulgar lleva en su sentido un siés-
noés de altanería y hasta de orgu-
lloso desenfado. De ahí es que por
lo general se aplique más bien que
a las niñas melindrosas y marisabi-
dillas, a las jamonas presumidas o
de mala índole."
Como se ve, también, por aque-
llas tierras meridionales, el verbo i
tiene significación distinta a la que
lleva en nuestro terruño. j
ARRENDAR, a. Dirigirse hacia
un punto o un lugar: ARRENDÉ J
a la derecha, por tomé a la dere-
cha.
"Eso me contó mi hija M^ircela,
cuando arrendaba al arroyo después
de que se oyó el balazo." (AZUELA,
Mala Yerba, III, p. 24.) — "No está
aquí Angelina; pero horltita la voy a
arrendar." (ID., ibid., XIII, p. 103.)
RAMOS Y DUARTE lo da como
provincialismo de Durango, siendo
que tal vez en toda la República
se use en la acepción apuntada.
2. Educar un caballo a las rien-
das. Es distinto de "poner las rien-
das" o "dirigir con las riendas al
caballo."
Venez. RIVODó, dice: "El Diccio-
nario trae la forma arrendar, tanto
en ésta como en las demás acepcio-
iies que tiene esta voz. Creemos que
sería conveniente autorizar también
arriendar, como derivado de rienda,
y así se diferenciaría de cuando se
deriva da rent^, y cuando es contrac-
ción de arremedar o remedar." (Vo-
ves Nuevas, p. 209.)
ARRENQUÍN, m. "Persona inse-
parable de otra," dice el Dice. Lar.,
por TORO GISBERT; "que no se
separa de otra," dice MEMBREÑO.
(Hondureñismos). Para que expre-
se exactamente lo que nosotros en-
tendemos por ARRENQUÍN, falta
a la definición: persona insepara-
ble de otra, y que constituye para
ella un estorbo. Algo así que nos
molesta con su constante compa-
ñía; y de lo cual deseamos vernos
libres. En Hond., arriquin.
Cuba. "En Cuba, harrenquín, dice
MEMBREÑO (Ob. Cit.), tal vez refi-
riéndose a PTCH. que escribe con h
la palabra; pero no leyó la crítica que
de este autor hace HACÍAS en la
voz ARREAR, que es a saber: "Pich.,
fscribe harrenquín, harreo, harretran-
cos (V.), harria y harriero ¿Quare?
Probablemente porque la traen (lo h>
de su orig-en. i Admirablemente! ;.Es-
crilie, einpero. Pich., hacerico, hallen-
to y harmonía? ¿Hespaña, Helena y
Heñriau"i? ¿Avogado. seringa y Pheli-
pe? ¿Cur tam varié?"
— ARRENQIHN escribe MAGIAS;
pero advertimos por el texto de sus
definiciones que ninguna coincide con
ARREO
141
ARREQ
la de nuestro tabasqueñismo: "Sign.
L niet. Caballería en la que acostumbra
[- hacer sus excursiones comarcanas. —
r adj. Se dice del bufón o de la perso-
i na baja o ruin que divierte o lison-
í jea continuamente a otra." I..a perso-
na que designa el arrenquín cubano,
como cualitativo, es nuestro ganagra-
cía. (V.)
Chile. "Arrenquín o arrinquín. En
Chile hemos oído este vocablo, siem-
pre en su terminación masculina; pe-
ro en dos sentidos diversos: unas ve-
ces denotando a aquellas personas que
viven en charla y movimiento perpe-
tuo, y son verdaderas ardillas huma-
nas; y otras, al ayudante, general-
mente muchacho, que suelen llevar
los carr ;teros para que los desempe-
ñen en ciertos menudos quehaceres. —
A la bestia que guía la tropas y que
casi siempre es ima yegua, la llama-
mos madrina, y al ginete que la ti-
ra del cabestro o que la monta, ma-
rinero o marucho." (RODR.)
Perú. El mismo RODR. citando a
.Il'AX DE ARON'A, dice: "J. de Aro-
na afirma usarse en Perú, no sólo
arrinquín, sino también arrinquina,
según el sexo a que se aplica, conser-
^■ando sin alteración notable la signi-
ficación de su original, arlequín. í'
—TORO GISB., Dice. Lar., arrin-
quín.
Guat. "Arrinquín, persona que no
se separa de otra, satélite." (TORO
GISE.. Dicr. L?r.)
Hond. (ÍD.. Ob. cit., arriquin.
Ríopl. 'lArrinquín." (TORO GISB.,
loe. cit.)
Cuatro formas, según adverti-
mos, lleva la palabra a través del
continente: arrenquín, arrequín,
arrinquín y arriquin.
Parece que en la Chontalpa tie-
ne la voz arrinquín otro significa-
do: el de "voltereta, machincuepa,
volatín dado por causa de un tro-
pezón o un golpe, como cuando una
res forcejea y tira al vaquero." Esta
acepción es enteramente regional.
ARREO, m. Lo mismo que da
MACÍAS. como provincialismo cu-
bano: "El acto, el efecto, o el ejer-
cicio de arrear." agregando des-
pués en la parte crítica algo que
tantas veces hemos dicho en este
libro, defendiendo nuestros tabas-
queñismos, genuinamente regiona-
les. Oigámosle: "Determinar la
acepción fundamental de una pala-
bra, dada su etimología, es cues-
tión de sentido común. Pues bien:
léanse todos los Diccionarios, exa-
mínese las distintas acepciones que
asignan a la palabra arreo, y díga-
se después si no es la cubana la
acepción primordial. ¿Y qué quiere
decir esto? La comprobación de
una gran verdad desconocida, o ne-
gada generalmente: que lejos de
ser despreciables los que se llaman
provincialismos americanos, son,
los más de las veces, los puros orí-
genes del español." Con letras de
oro quisiéramos grabar estas pala-
bras del erudito filólogo cubano en
las puertas de la Academia Espa-
ñola, para que las tuvieran presen-
tes los doctores del Diccionario, ca-
aa vez que dictan autos de fe con-
tra una palabra, solamente porque
no la han oído usar en Castilla.
ARREQUINTAR, a. Atirantar o
estirar una cuerda cualquiera hasta
ponerla en su mayor estado de ten-
sión. La etimología popular ha juz-
gado por comparación de este ver-
l30 con el requinto, instrumento
musical análogo a la guitarra, de
la cual difiere por sus tonos más
agudos, seguramente debido al ma-
yor grado de tensión de sus cuer-
das. No puede ser más gráfica ni
más inteligente la comparación, y,
consecuentemente, más legítima la
^oz.
Ocasión es ésta do hacer notar
una vez más la sutileza del len-
guaje popular, para establecer las
diferencias de matices en el con-
cepto de los vocablos. La Acade-
mia, que no registra el verbo ati-
rantar, aunque registra el adj. ti-
rante, da a éste y a los cualitativos
ARRES
— 142 —
ARRIA
similares: tieso, rígido, tenso, una
sinonimia confusa y anfibológica en
grado sumo, que para nosotros no
existe. Tirante y tenso, los tenemos
como sinónimos perfectos: una co-
sa elástica, en máxima extensión
longitudinal, sobre la cual obran
dos fuerzas en dirección contraria,
una en cada extremo; se ponen ti-
rantes o tensas, las cuerdas de un
instrumento; una lía de tender, los
hilos de un alambrado, etc. Tieso y
rígido, sinónimos también entre si,
pero en nada equiparables a los an-
teriores, expresan la condición de
una cosa flexible cuando se pone
dura, o recta, perdiendo la flexibi-
lidad, por una causa cualquiera co-
mo las variaciones de la tempera-
tura, p. ej.; rígido, tieso se pone un
cadáver.
Arg. y Bol. Por estos países parece
ciue sólo existe el verbo, aunque co"
significado im sí es no es distinto del
nuestro: "Apretar fuertemente cor
cuerda o vendaje." (BAYO). Como ve-
mos, la idea es la misma: la mis- ^
ma orientación guió en uno y otro ca-
so la formación popular del vocablo.
ARRESGAR., barb. por arries-
gar. Como es tan común la confu-
sión, anotamos la forma correcta,
especialmente para ciertos letrados
muy arresgados, que arriesgan así
hacer im caso ridículo.
ARREVESADO o ALREVESA-
DO. V. ARRELLANARSE Y ARRE-
COGER.
ARREVOLVER. V. ARRECO-
GER, i
ARRIA, f. Notable e interesante
disquisición hace Icazbalceta acer-
ca de esia palabra, tratando de pro-
bar que ha significado en castella-
no recua, serie de bestias que ca-
minan una tras de otra, lo mismo
en España que en América, y cri- j
ticando a la Academia por no ha-
berla traído a su Dice, sino hasta i
la duodécima edición (¡y demos!
gracias de que haya reparado en j
ella!). MACÍAS la consigna con
igual valor, lo mismo que PICH.
CUERVO la condenaba en sus edi-
ciones anteriores; pero tal vez con-
vencido de la injusticia, en la 5a.
ed., que tenemos a la vista, volvió
sobre sus pasos suprimiendo la
censura. Castellana y de pura ce-
pa, o no castellana que sea la voz
arria, el caso es que nuestros pai-
sanos no la usan jamás, como tam-
poco usan arrea sino recua, sobie
la cual no domina la palabra hata-
jo, como en otras partes de la Re-
pública, al decir del propio Icazb.,
pues ésta tiene aplicación muy es-
pecial a grupo de bestias, entera-
mente distinto de la recua. V. HA-
TAJO.
Hemos consignado la voz sola-
mente porque tenemos la aguja de
ARRIA, que manifiesta la preexis-
tencia de arria, y ésta muy natu-
ralmente, su coexistencia con arrie-
ro, que es palabra más vieja que el
chisme.
ARRIAR, a. El pueblo lleva la
metáfora dondequiera. ARRIAR, en
lenguaje marino, es bajar las ve-
las, y para la Acad., "bajar la
bandera"; pues para aquel "dejar li-
bre cualquiera cosa que estaba su-
jeta", también es ARRIAR. Y muy
bien dicho. ARRIAR los cabos;
ARRIAR el dinero, cuando el suje-
to es codo y no afloja, etc. (V.)
ARRIATE, s. pl. "Terrenos de un
jardín, algo levantados del resto
del suelo y destinados para sem-
brar flores." (Dice. Lar.) Esto y no
más hemos entendido siempre nos-
otros por arriates; pero el Sr. RA-
MOS y DUARTE señala como prov.
del D. F. la palabra, diciendo que
significa solamente, según Covarru-
bias: "los encañados de los jardi-
nes; de arriad (en arábigo) que
vale jardín", y que el P. Guadix Ta-
marid dice que "arriate es calza-
ARRIA
143
ARRIB
da, camino o paso." De donde re-
sulta que la significación primor-
dial de arriate es genérica, vale
jardín en general, lo mismo para
los encañados, calzadas o pasos
(lugares por donde se camina) que
pai-a la "platabanda, asirate o par-
terre", que dice el Sr. Ramos (lu-
gares donde se siembran las flo-
res). No embargante, hoy por hoy.
el verdadero sentido de arriate es
el que da el Dice. Lar., que hemos
citado, y, en general, toda porción
de terreno levantada sobre el nivel
ordinario, para sembrar en ella, pe-
ro no para caminar.
Parece también que el nombre
de platabanda, galicismo de la peor
calidad, que espeta el purista (?)
Sr. Ramos y Duarte, no significa lo
que él pretende, sino precisamente
lo que censura: "Camino que se de-
ja entre los arriates y canastillos
del jardín." (Dice. Lar.) En cuan-
to al parterre es otro indigesto ga-
licado, y el asirate ni consta en el
Dice, de la Acad. ni hemos dado
con el lugar de donde le espigó el
anticuario Sr. Ramos y Duarte.
Todo lo dicho nos es más que
bastante a demostrar que no ne-
cesitamos ir por adefesios y bado-
mías a casa ajena, cuando en la
nuestra tenemos vocablo tan casti-
zo como ARRIATE, para expresar
clara y correctamente la idea en
cuestión. Es mexicanismo.
"Habí.-i en esos If^herintos casas de
vecindad con sus amplios patios, dis-
ting'uido.s ya con una higuera, ya cor.
un ganado o varios floripondios, sus
arriates con mastuerzo, chícharo y
albahaca." (FIDEL, Memorias. 2S-
40, cap. II. p. 113.)
ARRIBEÑO. ÑA. adj. y s. En Ta
basco se califica así especialmente
a todo lo relativo, perteneciente al
Estado de Chiapas; que proviene
de éste, por ser los de esta Enti-
dad nacional lugares altos o de
arriba, tierra de serranía, con res-
pecto a nuestro Estado, que es to-
do baj-o, costeño. Natural o habi-
tante de los Estados del interior,
más conocidos por guachos, gua-
chinangos, saguayos, etc. El sinó-
nimo de ARRIBEÑO en esta acep-
ción es usual en toda la costa. To-
do lo que a Chiapas se refiere es
coleto (V.), aunque tiene esta voz
un significado más restringido. Los
ARRIBEÑOS (de Chiapas) viajan
a comerciar a Tabasco en las fies-
tas o romerías, como al San Isidro
de Macuspana, al Santiago de Tea-
pa, llevando productos materiales,
frutas del clima frío y productos
de la manufactura e industria indí-
genas: dulces, juguetes, etc. El
ARRIBEÑO emprende el viaje a
Tabasco en muía, a través de la
abrupta y escarpada serranía de
Chiapas, por caminos infernales,
pelisrosisimos como pocos otros de
la República; trae consigo diez o
doce chamulas, cargadores pedes-
tres que llevan a lomo el garlo re-
pleto de cajetas, manzanas, du-
raznos, etc., a más de artículos de
talabartería. Hacen camino por
ocho o diez días para llegar a Ta-
basco. que con los del retorno y los
de la permanencia en la fiesta, ha
cen al rededor de tm mes de viaje
redondo, por el cual pagan un esti-
pendio de un peso plata, al chamu-
la, dándose éste por satisfecho y
muy bien pagado. V. ABAJEÑO.
— "EnaKVias arribeñas... vara... 2
(reales). "(Comp. de Decretos, p. 63:
Decreto de 16 de nov. de 1S37.) —
ídem. Cíiueso.?) arribeños. . . ídem
(arroba)... 32 (reales." — "Id. (so-
gas) arribeñas... ídem (docena)... 1
(real)." (Ibld.. p. 64.) — "Zapatos arri-
beños de hombres... docena," etc.
(Ib., p. 65.)
Méx. "Así llaman los habitantes de
las costas al que procede de las tie-
rras altas." (ICAZB.)
"Los costeños llamamos arribeños a
los habitantes de la Mesa Central y
tierras alta=!." (RODR. BELTR.iX,
Pajarito. Vocabulario.) — "Abajo, con-
ARRIE
— 144 —
ARRIE
fundido entre el montón de colchas,
casimires y ponchos, está el arribeño,
acompañado de su consocia." (ID.,
Atrev... lit., La Feria de Candelaria,
p. 148.) — "La esposa del Juez de le-
tras es la liona del lug:ar, como arri-
beña que es." (ALTAMIRANO, Pai-
sajes y Leyendas, p. 64.) — 'En efec-
to, como para los arribeños que temen
ser asaltados por el vómito." (PAY-
NO, Veracruz, XVII, p. 439.)
Ríopl. "Así llaman en Buenos Aires
al provinciano del interior." (BAYO.)
Kn Perú y Chile, ARRIBANO.
(Dice. Lar.)
ARRIERAL. m. Nido o habita-
ción de las hormigas arrieras (V.) ;
también el conjunto de éstas, co-
mo colectivo.
"Una o dos inyecciones de humo ve-
nenoso bastan para destruir un arrie-
ral, por g^rande qvie sea." MARTZ.,
Cacao, pág. 71.)
ARRIERAS, pl. (Aecodoma me-
xicana). Hormigas que en recuas o
arrias andan siempre en busca de
alimento, por un camino limpio y
perfectamente trazado, por el cual,
en gran orden, van unas cargadas
con su provisión y vienen las otras
sin carga, en busca de ella. A las
mismas, o de especie afín (neuróp-
teras) llaman cazadoras en el
Oriente de Bolivia (BAYO.)
Muy comunes y abundantes en
Tabasco; &on sumamente nocivas
en la agricultura, porque destruyen
las raíces de los sembrados, y por
los peligros que ofrecen en los
campos las! perforaciones enormes
de sus nidos, con grave riesgo de
los iinetes que corren a caballo en
trabajos de vaquería.
Ninguna obra de ingenio instin-
tivo más valioso que las galerías
del nido de las ARRIERAS. Una
serie de pisos paralelos se suce-
den hasta una profundidad a veces
de muchos metros, diez, quince y
hasta treinta. Cada piso o galería
está dividida ñor tabiques vertica-
les y sostenida por una serie de
pilares que forman los mismos ta-,
biques, bajando hasta el fondo.
Una Z'ona de galerías determinadas
está destinada a servir de habita-
ciones; en ellas moran constante-
mente las hembras crianderas o
madres y los machos reproducto-
res, que son como los zánganos de
las abejas; otras galerías, las más
superficiales, están destinadas pai-a
dormitorio de la clase trabajadora
u obrera, que es la que vive cons-
tantemente en incursiones por el
campo, para llevar a la población
las provisiones necesarias para la
familia, y para toda la comunidad,
en tiempo de invierno. Por último,
las galerías profundas son los al-
macenes en donde depositan orde-
nadamente el botín de sus corre-
rías, sabiamente adquirido para su-
fragar el dispendio de la vida co-
mún en épocas de escasez o de
mal tiempo para andar por lo'^
campos, cuando por la abundancia
de lluvias, las aguas no les permi-
ten viajar, o cuando por virtud de
la estación los árboles están des-
nudos de hojas o las que tienen
no son propias para el consumo.
El ARRIERAL, como se llama e^
nido de las arrieras, se abre al
exterior por una serie de bocas tu-
bulares, a manera de chimeneas,
formadas sobre el nivel del suelo
con la misma tierra excavada. Estos
conductos bajan hasta el fondo,
donde tienen salidas o desagües;
de manera que el ARRIERAL nun-
ca se inunda, pues las aguas no in-
vaden las galerías, sino corren has-
ta salir como se ha dicho. Lo mis-
mo todas las puertas exteriores de
la vecindad, que las interiores de
las viviendas o bodegas, están
constantemente escoltadas por cen-
tinelas que son escogidos entre las
hormigas más fornidas, verdaderos
cosacos, -o soldados turcos como
aquellos de las calles de Constan-
ARRIE
145
ARRIM
tinopla de que nos habla Blasco
Ibáñez, en Oriente, capaces de es-
trangular de un apretón a cual-
quier osado invasor.
"Las hormigas arrieras (Aecodoma
Mexicana) ocasionan muchos perjui-
cios porque se alimentan de las hojas
del cacaotero, y paralizan con esto el
crecimiento del árbol; pero si en el
plantío hay alguna planta de su agra-
do, dejan al cacaotero enteramente
ileso." (MARTÍNEZ, Cacao, p. 71.)
ARRIERO. ARRIEROS SOMOS,
V EN UN CAMINO ANDAMOS. La
Academia dice "en el camino, o y
en el camino andamos;" en Méxi-
co se usa esta segunda forma.
(ICAZBALCETA.) ;
ARRIMADILLA. f. Juego de mu- '
chachos. Consiste en arrojar una I
moneda, desdo alguna distancia de
varios pasos, contra la pared, la
acera u otro obstáculo. Los juga-
dores se colocan parados en línea
de frente, tirando sucesivamente
de izquierda a derecha, general- ¡
mente con centavos. Aquél cuya |
moneda al caer descansa más cer- \
ca del lugar donde debe arrimar, |
pana a los demás, recogiéndoles j
las suyas. I
Suele también jugarse a chipo-;
te. Es éste un golpe dado con los ;
dedos extendidos de la una mano,
sobre el dorso de la otra. Los mu- 1
chachos suelen untar saliva a la i
mano que golpea, para asentar el j
chipote, poniendo colorada la que
lo recibe.
ARRIMADO. DA. adj. Individuo
ue vive en propiedad ajena, por
■ aridad o complacencia del dueño/
sin ningún derecho sobre ella....,
aunque a veces se toman más de-
rechos que el mismo propietario,
como el sapo del cuento, que fue
éste: llovía, a cántaros, cuando un
sapo, entumecido y tiritando, más
en.sopado que ensapado, llegó a la
cueva reducida de una ranita hu-
milde.
— Compañera y caritativa amiga,
ranita, — la dijo, — vengo muerto de
frío; ya no acierto a dar salto y
hasta la vista se me nubla de pura
debilidad y calambrera. ¿Tuvieras
la bondad de admitirme al refu-
gio de tu casa?
— Pero ¡cómo!, amigo sapo, re-
puso la rana, cortésmente; si con
trabajo quepo yo en esta cuevecita,
de tan pequeña que es.
— No importa, dijo nuevamente,
con voz ahogada por las lágrimas,
el sapo. Aquí en un rinconcito me
acomodo.
Y sin más ni menos, el ARRI-
MADO se fue colando a espaldas
de la ranita hasta posarse en el
fondo del agujero. L'na vez allí em-
pezó a inflarse con todas sus fuer-
zas, y a comprimir fuertemente a
la pobre ranita, que cada vez era
rechazada hacia la puerta, hasta
que di jóle al sapo:
— Amigo, huésped, ¿qué sucede?
A lo que el sapo contestó enfá-
ticamente:
— ¡Pues al que no le convenga,
que se salga ! . . . .
Me parece que pueden los lecto-
res formarse idea aproximada de
lo que son los ARRIMADOS en
Tabasco, juzgando por el cuento,
que ellos inspiraron al numen po-
pular en la apología que acabamos
de hacer.
ARRIMAR, n. Golpear, dar de
golpes: a fulano le arrimaron sus
patadas.
ARRIMARSE, pr. 'Establecerse
en casa ajena para vivir y aiín co-
^^el• de balde. Es muy común entre
los pobres, cuando no tienen habi-
tación. ARRIMARSE a otro, acaso
tan pobre como él; y asombra la
facilidad con que especialmente
mujeres pobrísimas y cargadas de
hijos dan un rinconcito en su es-
trecho V miserable cuarto a otra
10
ARRIM
146 —
ARRIM
mujer, que suele llevar también
hijos. No es rai'O tampoco que les
den el bocadito, es decir, que par-
tan con ella el escaso alimento que
alcanzan. Y esto lo hacen a veces
durante largo tiempo, sin repug-
nancia, sin vanagloria, como la co-
sa más natural del mundo. Es un
efecto de la admirable caridad de
nuestro pueblo bajo, de que tengo
antiguo y personal conocimiento, y
es tanta que llega a fomentar la
vagancia. En las muperes, ARRI-
MARSE es casi siempre indicio de
gran necesidad: en los hombres lo
es más bien de holgazanería."
Así se expresa D. Joaquín Gar-
cía Icazbalceta en su Vocabulario
de mexicanismos, refiriéndose a lo
que es ARRIMARSE, en la ciudad
de México. Testigo presencial de
la vida capitalina, el que estas lí-
neas escribe, nada que observar tie-
ne a las consideraciones del autor,
sino calificar de magistrales sus
apreciaciones filosóficas y socioló
gicas.
Pero en nuestro Estado de Ta-
basco, las cosas pasan de distinta
manera. Allá no hay pobres, y la
fecundidad, la prodigalidad, y la
exuberancia de la tierra, son cau-
sas soci.Hles que influyen en la apa-
tía de la gente, la pereza y la hol-
gazanería. El hombre del campo vi-
ve allí sin necesidades ni exigen-
cias; la selva y el agua le dan so
bradamente los alimentos para vi-
vir, y como casi toda la población
es campesina, porque así es más
fácil la vida, en las Jioblaciones so-
lamente residen los pobres dedica-
dos a trabajos especiales que les
producen también lo necesario pa-
ra siibsistii"; de manera que allí no
hay ARRIMADOS, como en Méxi-
co, en donde se acumula un exceso
de la población que ya no cabe por
los distintos rumbos de la Repúbli-
ca, y acaso hasta del extranjero,
como sucede en todas las grandes
capitales.
El ARRIMADO de Tabasco es,
pues, un individuo sociólogo distin-
to del de México. Allá sólo existe
I en las fincas, ranchos o haciendas
de campo, y su existencia se debe
! a las causas expuestas en párra-
I fo anterior. Es también de condi-
clones distintas al de México. No
] vive a expensas de la corta ración
; que divida con él su protector. Es
un individuo a quien el dueño de la
finca concede terreno para que
construya su casa y viva en ella
y a veces también para que haga
sus labores, a condición solamente
de que en cambio le preste alguno
que otro día de trabajo en las se-
manas. Pero el ARRIMADO casi
siempre se cree con derecho a ex-
plotar la propiedad del finquero;
pesca y caza para vender, suele
hurtar, y llega a convertirse por lo
mismo en una remora, en un arren-
quín del cual oon dificultad se des-
hace el dueño. Por eso los ARRI-
MADOS gozan de justa mala fama
I y son tan temidos.
Debemos, empero, hacer la sal-
I vedad de que no son ARRIMADOS
[ aquellos individuos que, desposeí-
i dos y arrojados ignominiosamente
¡ de su heredad, en los tiempos tirá-
í nieos de las Dictaduras, fueron a
: cultivar las tierras de sus abuelos,
i en donde los terratenientes y lati-
I fundistas, acaparadores sin límites,
' habían plantado sus reales, sólo
para sustraer la propiedad al be-
I neficio del indio y del labriego
; paupérrimo, sin que él mismo pu-
diera jamás dominar ni con la
j mente las vastísimas extensiones
de terreno que el Gobierno, por
transacciones ilícitas de beneficio
y provecho para bolsas científicas,
j de honor obscuro y tortuoso, les
AREIM
147 —
ARROC
concediera sin i-ubor, y sin mira-
mientos a la Diosa que a través
de la venda enderezaba la espada
con que las vengadoras Euménides
populares habrían de tajar, como
han tajado, las cabezas aposti'ofa-
das de los culpables.
Méx. "Esta mujer... tiene sus arri-
mados," (FACUNDO, Artículos, La
casa de vecindda, p. 102.) — "El nú-
mero de arrimados de ambos sexos
varía en razón directa de la carestía
del maíz y de la baratura del aguar-
diente." (ID., ib.) — Tú no eres mi so-
brino como has pensado, sino un arri-
mado miserable y vicioso." (PENSA-
DOR, Periquillo, cap. XVI.) :
Venez. Parece que por estas tierras
dícese achant-arse: "Entre nosotros
vale como detenerse en algún Ivigar o
casa ajena por conveniencia propia.
Persona que se achanta, de seguro ,
que es gente no santa." (PICÓN FE- |
BRES.) I
ARRIMO, m. "La pared o cerca
medianera," dice el Sr. Maclas, y
que "en tal sentido se dice pagar,
vender, tener, etc., mitad del arri-
mo, esto es la mitad del precio, o
valor de aquella pared o cerca."
Opinamos que ha sufrido una con-
fusión el Sr. Macías. ARRIMO, a
nuestro entender, tiene dos signi-
ficados, uno provincial; otro como
término forense. En el primero ex-
presa, no la cosa misma o pared
que arrima, sino la servidumbre, el
uso de medianería, o servicio co-
mún que la pared medianera o di-
vidente presta a los predios dividi-
dos o separadas por ella. Y así di-
cen los propietarios colindantes te-
ner ARRIMO, cuando ambos han
costeado la medianería y a ambos
sirve. La acepción forense es la del
derecho mismo vinculado en la ser-
vidumbre de la pared, para uso
común, y, recíprocamente, la obli-
gación común también en ambos
propietarios de no estorbarse mu-
tuamente el uso de la medianería.
ARRISCADO, DA. adj. cuya sipr- ,
niñcación crenuina es: levantado I
hacia arriba de su posición natu-
ral. Sombrero ARRISCADO, el que
tiene el ala vuelta hacia arriba, le-
vantada, lo cual da cierto tono de
desplante o altanería al sujeto.
"Cubierta la cabeza con un fieltro
color de ceniza, un tanto arriscado."
(SÁNCHEZ MARMOL, Antón, VII,
pág. 59.)
ARRISCAR, a. y pr. "Arriscar
significa levantar, respingar, arre-
mangar o remangar, arregazar o
arrezagar, aplicándose a cosas
vueltas hacia arriba, especialmente
a las narices." (GAGINI.)
Méx. ICAZB. argumenta que por la
idea de levantar que encierra el ver-
bo en sus acepciones castizas, lo usa-
mos en tal sentido. Muy bien dicho.
"En la política ;oh.' ahí es donde
me arrisco el sombrero y juro por la
laguna Estigia que nos han de oír los
sordos." (MORALES. Gallo Pitagórico,
p. 21.) — "Por cualquiera fruslería,
armaba !a de Dios Cristo, se arrisca-
ba el sombrero,... y gritaba." (LÓ-
PEZ PORT., La Parcela, IV, p. 50.)
Col. "Decimos arriscar el ala del
sombrero, por levantarla, plegarla ha-
cia arriba; nariz arriscada, por re-
mangada, respingada: no es probable
que tengamos aquí el antiguo verbo
arriscar (arriesgar, refl. engreírse) y
arriscado (atrevido, resuelto, ágil, ga-
llardo), sino que es quizá encumbrar;
aunque no es imposible que nuestra
acepción de arriscar sea también an-
tigua." (CUERVO, p. 916.)
Chile. Lo consigna RODRÍGIT^Z.
censurándolo inopinadamente.
ARRITRANCA, f. Muy poco usa-
da. Retranca. En Arg. y Bol. se
llama ataja. (BAYO.) V. GRUPA O
GRUPERA.
ARROCERO, m. Agelaeus phoe-
niccus, Vieill. Pajarito negro, con
el pico y el tronco de las alas co-
loradas, que anda en írrandes ban-
dadas. Es un poco más pequeño
que el tordo, al eral se parece mu-
cho. El ARROCERO es el azote de
los arrozales, pues de su afición a
alimentarse del grano del arroz, le
viene su nombre. El canto coreado
de la bandada, cuando se levanta,
después de comer, y se posa en los
ARROO
— 148 —
ARROZ
árboles, es como un gorgoriteo as-
pirado que resuena a larga distan-
cia en la selva. Rovirosa le llama
Sargento, y con este nombre lo des-
cribe: "Esta avecilla es una de las
" más preciosas de la ornitología
" tabasqueña, así por el hermoso
" contraste que forman las plumas
" del carpo, matizadas de amarillo
" y de carmín, con el color negro
" intenso de todo su plumaje, como
" por su canto dulce y melancólico.
" Habita de preferencia los lugares
" pantanosos ; en el Limón la veía
" a menudo reunida en pequeñas
" bandadas, ya en el centro de un
" extenso popal, dando caza a los
" insectos, ya a la sombra de los
"tintos (Haematoxyion Campechia-
num, L.) ; allí pude también obser-
" var sus curiosas costumbres, dig-
" ñas de llamar la atención del na-
" turalista. Consignaré aquí uno de
" los rasgos más característicos de
" este icterido, dejando el uso de
" la palabra a nuestro sabio cuanto
" modesto naturalista D. Manuel M.
•' Villada.
"Son amigos tambiéni de la raza
" bovina, dice, con quien se toman
"grandes libertades; se paran so-
" bre el cuello de las vacas -o en
" la punta de los cuernos. Cuando
" en los grandes calores del día,
" los toros se hunden en el limo
" de las lagunas para sustraerse de
" los ardores del sol y de los pi-
" quetes de los animales, dejando
" solamente de fuera la extremidad
" del hocico, un comendador se fija
" en este islote de carne viva que |
" le sirve invariablemente de pe-
" dental. Ahora bien, en este sitio '
" cuida atentamente la nariz de su '
"huésped, en la cual ningún taba- i
" no podría ariresgarse a entrar sin '
" ouf- fiierp. devorado al instante." i
(ROVTROSA, Zoología, p. 26). V
SARGENTO.
ARROCILLO. m. Planta gramí-
nea forrajera, de carácter palus-
tre, que se cría en las playas o lu-
gares húmedos del Estado.
"Los pastos en Macuspana son li-
bres y Jos prados naturales o artifi-
ciales. Los terrenos situados al nivel
de las aguas de los ríos o poco más
elevados que éstos, conservan alguna
cantidad de agua todo el año, y por
consiguiente la humedad y frescura
necesaria para el desarrollo y creci-
miento de algunas plantas palúdicas,
tales como el Camalote, Arrocino,
Grama de Agua y Lengua de Vaca,
de la familia de las gramíneas; la
dormilona de agua y zarza, de las le-
guminosas, y el pan caliente de las
ciperáceas. Cada año los desborda-
mientos de los ríos hacen morir a al-
gunas de éstas y favorecen la produc-
ción de otras, como la pancilla y le-
chuga (Litorella Lacustris). La es-
pontaneidad con que aquellas plantas
crecen, en campos abiertos que, en
muchos parajes miden algunas leguas
de extensión, y sus cualidades emi-
nentem.ente nutritivas para los gana-
dos, han sido aprovechadas por los
naturales para la cría de éstos." (RO-
VIROSA, El Part. de Mac, MS., cap.
Vlir, p. 167.)
ARROLLARSE, pr. "Las muje-
res que se arrollan para no zar-
pearse, y los hombres que se arro-
llan para no emporcar los puños
de la camisa, deben de tener el
cuerpo de trapo, porque de otro
modo no podrían hacerlo un rollo."
(GAGINI.) Porque la expresión es
elíptica, el autor hace irrisión; lle-
va siempre sobrentendida la frase
complementaria de la idea: la ro-
pa, y ésta no sé donde habríala vis-
to de hierro el Sr. Gagini, para que
no pudiera ARROLLARSE. Digo
esto en defensa de mis paisanos, a
quienes vendría) es el guante, por-
que usan también el verbo, aunque
es mucho más común y usual, en-
rollarse (la ropa). (V.)
ARROZ CON LECHE. Con distin-
tos nombres, pero a todos los hijos
del Nuevo Mundo nos sabe bien el
dulcecito, y no menos a los españo-
ARROZ
— 149 —
ASAL
les. En México gritan las viejas tí- r
picas "¡arroz de leche! ¡tomen su,
ari'ocito!," apostadas en el AjTinta-
miento, la Acequia o la Alameda, '
con su arquilla de tacitas que fue-
ron blancas cuando no eran viejas,
con sendas cucharitas, oriundas de
"El Volador," y con su poblado de
moscas respectivas, anunciando la
exquisitez del dulce con el reclamo
de sus patitas embadurnadas.
En Tabasco es un dulce tanto
más sabroso que el de por acá; pe-
ro no tan.... "democrático" como
éste. Como allá todo es limpieza y
aseo, aquel ARROZ CON LECHE
es manjar de dioses, lo mismo so-
bre el cajón cubierto con hoja de
tó a guisa de mantel, en la casita
humilde del labriego, que en la me-
sa de cualquier Creso de la Provin- ^
cía.
Por Centro y Sur América di-
cen, como en México, arroz de le-
che; los hijos del Cid, arroz con
leche, como nosotros, según testi-
monios de CUERVO y GAGINI.
Creo que estamos en lo cierto, no ;
porque así digan en España, sino
porque la preposición de expresa, '
en verdad, composición (sombrero í
de paja) ; contenido (taza de le- :
che) ; uso (navaja de afeitar) y I
otros conceptos, pero nunca com-
pañía, para lo cual se usa con:
arroz con tomate; carne con chile;
café con leche. Además, la razón
que da CUERVO es de peso, como
todas las suyas : "Sopa de leche, de i
arroz (locuciones) muy propias por ^
que en ellas el complemento espe-
cifica un término general." |
ARRUGARSE, pr. Acobardarse, I
tener miedo a algo o a alguien. Es
más enérgico que rajarse y más es-
pecífico que éste, que vale también
echarse atrás en un trato, etc. Fu-
lano se le arrugó a Juan, quiere de-
cir: tuvo miedo a Juan; esto se en- 1
tiende cuando ya la cosa va de ve-
ras, llegando a los hechos, después
de las palabras.
Méx. Lo consigna ICAZB.: "Algu-
nas veces hemos oído este verbo...
en estilo jocoso y familfar, por aco-
bardarse, aturdirse."
ARRUINADO, DA. adj. Raquítico,
triste, macilento, hablando de las
plantas. También suele decirse de
las personas. V. ARRANCADO.
ARRUINARSE, pr. Venir a me-
nos, quedarse^ pobre después de ha-
ber sido rico,
2. Se dice también de las plan-
tas que enferman y se ponen ma-
cilentas, perdiendo su verdor y lo-
zanía; ponerse raquítico.
ARRUMAR, por arrumbar, en la
acepción de poner algo en sitio
apartado, como inútil, es barbaris-
mo, aunque poco común, pues los
más usan la dicción propia.
ARRUMBADA, f. Rincón, parte
prof'onda de un seno, ángulo o en-
trante.
"Desde el río y barra de San Pe-
dro, continúa la costa corriendo...
hasta el río y barra de Tupilco o Cu-
pilco formando ima ensenada que
se interna unos seis kilómetros 23.5
metros, hallándose en la arrumbada
de la ensenada, la barra principal de
Tabasco, en la que derrama sus aguas
el río Grijalva." (GIL, Y SAENZ.
Cartilla de la Geogr. de Tab., Supl..
p. 66.)
Por más que lo de la ensenada
no sea de toda exactitud geográ-
fica, es original la palabra arrum-
bada y el uso que de ella hace el
Presb. Gil y Sáenz, quien a pesar
de su acostumbrada falta de orto-
grrafía, usaba del lenguaje más ori-
ginal y expresivo. Como derivada
de arrumbar, por arrinconar, es de
formación muy pura la voz. que di-
jéramos hasta de sabor clásico.
ASALTO, m. Regoci jamónos de
encontrar este ASALTO también
en Cuba, cuyo pueblo en materia
de bullanga y alegría no va en za-
ga al de Tabasco, con el cual tie-
ASAL
— 150 —
ASERR
ne tantos puntos de contacto en
costumbres, usos, comidas, acento
y modo de hablar, como no los tie-
ne seguramente con otro alguno
de los pueblos americanos, y a lo
cual se debe la mutua simpatía na-
tural que entrambos se guardan.
EL ASALTO de que debemos
tratar es éste: "El acto de sorpren-
der al dueño de alguna casa, lle-
vando todo lo necesario para que
tenga efecto un baile." (MACÍAS.)
ASCO. HACER ASCO A UN
TRABAJO, A UNA OBRA, fr. fig.
fam., temerles, no atreverse a em-
prenderlos, por repugnancia natu-
lal o por la dificultad que ofrezcan.
PONER A UNO DE ASCO, fr.
fig. fam., injuriarlo gravemente,
descargar sobre él el colmo de las
ofensas. Poner a \ino como lazo de
cochino, dícese en México. En Ta-
basco se dice también poner a uno
como chinín jugueteado de zorro,
como Cristo puso al sapo, Dios al
perico, etc.
ASCENSOR, m. No conocemos
en Tabasco todavía este aparato,
del que diría uno de nuestros ran-
cheros, quC es: "como el balde de
agua que sube en el pozo, jalado
por una pita;" sólo que no es bal-
de, sino cajón o casita; que no lle-
va agua, sino gente, como pájaros
en una jaula, y que no sube en
los pozos, sino en éstos "diablos
de edificios de tres o cuatro pisos,
del alto de la mata de mango." Pe-
ro sí conocemos la palabra, y aún
ELEVADOR, y saben también al-
gunos conterráneos provincianos
que han venido a visitar la metró-
poli, que no deben meter la mano
ni agari-arse de la reja de la puer-
ta, porque "muerde," y saben, por
último, que aunque tengan temo-
res, las "pitas" no revientan, aun-
que se vean delgadas, como ballil,
ni hay por lo mismo riesgo de
"desguindarse" desds los "elemen-
tos."
ASENTARLE BIEN a uno algo,
L-omo un vestido, por ejemplo, es
quedarle bien, hacerle a uno buena
figura.
2. También se dice de un lugar,
cuando se aclimata uno en él,
cuando no resiente el cambio del
anterior.
3. Lo mismo de un alimento o
I de un medicamento que le hace a
! lino buen efecto, que da resultados
j favorables a la salud o al bienes-
j tar del cuerpo.
¡ También existe la expresión "ve-
I rirle bien a uno," pero ésta qiuere
¡ decir convenirle a uno una cosa:
! ME VIENE BIEN QUE NO SAL-
I GAS, PORQUE TE NECESITO EN
CASA.
ASERRUCHAR, a. Cortar con se-
rrucho.
i Ha mucho tiempo que los filólo-
i ^os y lexicógrafos abonan porque
¡ este verbo adquiera carta de ciu-
I dadanía en el Diccionario, y aun-
que los académicos, rehacios no
i han querido concedérsela, creemos
': aue un día llegará que se la con-
cedan, con los oídos perforados
por el sonsonete de la murmura-
ción que dice: así como de sierra
\ (lay aserrar, de serrucho debe ha-
ber ASERRUCHAR. Y mis paisa-
nos dan el mejor ejemplo de per-
severancia: jamás usan del verbo
aserrar cuando cortan con serru-
cho.
Lo de "aserrar con serrucho."
que dice el Sr. Membreño, nos pa-
rece, en verdad, tan raro como
"apalear con sombrero."
Se usa también en C. Rica (GA-
GINI), en Venezuela (RIVODÓ), en
Colombia (CUERVO); es, en fin,
un verdadero americanismo, condi-
ASEG
151
asís
ción que le ha adjudicado TORO (
GISEERT (Dice. Lar.)
ASEGURO, m. Contrato con que
se aseguran caudales, bienes o per-
sonas, contra ciertos riesgos. Deri-
vándose de asegurarse, no nos pa-
tece justo calificarlo de barbaris-
mo, tan implacablemente como lo
hace eí Sr. TORO GISB. (Dice. ,
Lar-); concedámosle siquiera que
sea: "usado en lugar de seguro, in-
distintamente." CUERVO lo patro-
cina (p. 905) ; RIVODó dice que es
"más usual que seguro." (Voces
Nuevas, p. 137.)
ASÍ. adv. "Palabra muy usada fa- \
miliarmenie para expresar ima |
gran cantidad, una muchedumbre;
mas es preciso que vaya acompa-
ñado de cierti mímica, como lo ex- |
presa el siguiente ejemplo: í
"¡Vaya! pues cuando lo pudimos
salvar! y oiga usté, recomendaciones
no faltaron: así de personas particu-
lares.... — al decir la pala1)ra así, el
pájaro juntó las puntas de los dedos,
moviéndolos. — Así de licenciados, pe-
ro siempre le lastimaban." (FACUN- ■
DO, Gentes, t. I, p. 15S.) i
(ic.vzr;.)
ASÍ o ASADO. "El Diccionario
dice Así que asá, así que asado."
(ICAZB.)
"Y de que sea así o asado, no se |
sigue ningún rapto moral." (PENSA- ,
DOR, Quijotita. cap. 9.) |
2. Nosotros usamos además de '
la frase ASÍ Y ASÍ, con relación al
estado de un enfermo, pai'a expre- :
sar que sigue igual o que mejora
poco, que no se puede precisar la
mejoría; su significación es casi de
ambigüedad y va también acompa-
ñada de cierta mímica especial.
ASIENTO, m. Nombre con que'
Bel designa vulgarmente la silla de
sentarse, a la cual también se lia- |
ma taburete, aunque éste suele di- '
ferenciarse en que es todo de ma- •
dera y mucho más tosco. :
ASIGÚN y ASEGÚN. "Albarda '
sobre albarda es "^l asegún que usa
el vulgo, dice Cuen o, juntando con
aegún, que ?o. si ¿ólo expresa con-
lormidad, el a de a medida, a pro-
porción, a !o que dicen."
Hond. MEMBRí:5;-0 consigna asl-
gún.
C. Rica. "Asegún. Arcaísmo vulgar,
por según. Kn Pontevedra (Galicia)
se dice asegundo. (GAGINI.)
No lo registran los mexicanistas
Icazbalceta ni Ramos y Duarte,
siendo así que lo hemos oído usar
tantísimo en el Distrito Federal, y
aún en Tlaxcala, Puebla y otros
lugares de la República, entre la
íente indocta; principalmente en
la forma asigún. Es verdaderamen-
te raro que lo haya descuidado el
Sr. Ramos y D. que acopió tanta
chachara.
El Sr. OCAMPO registra "ASI-
GÚN MENTE, de la misma manera
o modo. Sólo es empleado por el
bajo pueblo."
ASINA. Este asina, por así, es
de la familia de asigún, por lo vul-
gar y por lo plebeyo. Cierto es que
estas badomías sólo son propias de
ia gente tan rústica que no sabe
leer ni escribir, y para la cual por
lo mismo estas publicaciones son
tortas y pan pintado, y cierto es
también que a veces se dan el to-
no de reformar la patochada, di-
ciendo ansina; pero si no tenemos
!a suerte de ser leídos por esos po-
bres dejados de la mano de Dios,
sí creemos que quienes nos lean
tienen la obligación de cnri-egir ta-
les corruptelas, dondequiera que
las oigan, como homenaje a nues-
tra lengua y por razón del sublime
apotegma bíblico: "dad de beber al
sediento."
ASISTO Y. m. Uno de tantos so-
nes de carácter popular que se bai-
lan en Tabasco y el cual, como el
jarabe, los chiles y otros más, es
también cantable con aplicación de
asís
152 —
ASOL
los versos de bomba y demás ai-
res.
ASISTIR, a. En general se usa
de este verbo en el sentido de pro-
jíorcionar alimentos; pero especial
mente la gente campesina lo em-
plea por atender a la alimentación
de uno, mantenerlo: Der. : asisten-
cia, acción y efecto de asistir y la
alimentación misma; asistente y
asistenta el que asiste y la que
asiste.
"Nada me traes y te ha dicho el
amo que me asistas como a tu mari-
do, porque ya sabes que no hay aquí
bastantes mujeres para los hombres."
(ZENTELLA, Perico, p. 30.)
ASOCAR o SOCAR. Parece que
en Cuba solamente se usa en la
primera forma, en que lo dan Ma-
clas y Pich. : "Apretar con fuei'za o
c-xtremosamente cualquiera cosa, y
en tal concepto se dice: dése por
caso, tabaco asocado el que se ha
torcido muy apretado, comprimida
la tripa con la capa a punto tal
que le impida arder." (MACfAS.)
Aunque este mismo autor cita a
Rosell, que escribe: "También es
muy usado socar."
La definición antes copiada no
nos satisface, pues para nosotros
ASOCAR no es apretar cualquier
cosa, sino exclusivamente apretar
una amarra, una ligadura, cosa en-
teramente acorde con la etimolo-
gía del verbo que da el propio se-
ñor Macías: "Se compone de a,
partícula expletiva, y de socar, pa-
labra derivada de soga en vas-
cuencje soca), procedente del bajo
lat. soga, voz originaria del bre-
tón sug, o del gaélico sugan, soga."
No lo bailamos en otro alguno
de los autores consultados.
ASOLEADERO. m. En las fincas
de cacao, se llama así a un patio
o espacio de terreno cercado, con
piso de ladrillo o cemento, que
sirve para solear el cacao. Lláma-
se también SECADERO. V.
2. También se llama así en los
campos a ciertos lugares de la ori-
lla de los arroyos, ríos o lagunas
en que acostumbran tomar sol los
reptiles acuáticos: lagartos o hico-
teas. La tortuga nunca se asolea.
ASOLEADO, DA. adj. "El animal
enfermo de asoleo." (OCAMPO.)
2. Metafóricamente se aplica
también a las personas, por fatiga-
do, muy cansado. Traer a alguno
asoleado, es fastidiarlo, con la in-
sistencia de algo que se le trata o
que se le pido.
Sólo en los Hondureñismos del
Sr. MEMBREÑO hállase este adje-
tivo con una significación metafó-
rica parecida a la que hemos apun-
tado: "Torpe, dundo, DUNDO: ton-
to." Gagini cree, y puede estar en
Jo cierto, que este adjetivo es una
corrupción de duendo, manso, que
se halla en la Historia de Oviedo y
en el Diccionario de la Academia.
ASOLEO, m. "Nombre vulgar
con que se designan las enferme-
dades de los solípedos caracteriza-
das por la sofocación, golpes de los
ijares, con palpitaciones, sensibles
aún sobre la cruz, particularmente
por la interrupción del movimiento
de inspiración, de manera que ésta
Ge haga en dos tiempos. El ASO-
LEO es considerado por los veteri-
narios mexicanos como sintomáti-
co de una neurosis de la respira-
ción, asimilada al asma del hom-
bre; de enfisema del pulmón;
de espasmos del diafragma; de
afección orgánica del corazón, de
una bronquitis crónica y aguda."
(ICAZB.)
"Enfermedad que contraen algu-
nos animales, y especialmente el
caballo, por exceso de fatiga."
(OCAMPO.)
ASOL
— 153
ATAJ
Parece que esta voz de veterina-
ria no corre por toda la América
española, porque no la hallamos
)iiás que eomo raexicanismo, aun-
que Toro Gisb. la consigna en el
Dice. Lar. "Veter. Enfermedad dé-
los animales, caracterizada por so-
focación y palpitaciones." El Dic-
cionario de la Academia no regis-
traba esta voz en ediciones ante-
riores.
El ASOLEO es enfermedad muy
frecuente en lugares tropicales, co-
mo Tabasco. donde el sol caldea,
reberveran los campos.
2. Acción y efecto de asolearse,
de tomar sol. V. ASOLEADERO, 2.
Hasta la última edición del Dice,
de la Acad. apareció esta acepción
de la voz.
ASTABANDERA, f. "El asta o
palo que se fija en la parte más al-
ta de los edificios públicos, para
izar en ella la bandera en los días
de la patria."
Méx. "El asta o palo que se fija
verticalmente en la parte más eleva-
da de los edificios para izar la bande-
ra cuando corresponde. ÍICAZB.)
ASTAPANECO, CA. adj. Oriundo
o habitante de Astapa, pueblo de
la Municipalidad de Jalapa en Ta-
basco. Dícese también ASTAPEN-
SE.
ASTAPENSE. adj. Astapaneco.
Menos usado que éste.
"El honrado escritor astapense Don
Eleuterio Pérez... me ha dicho, etc."
(MERINO, Juana Santa Anna, Vni,
p. .5S.)
ASTILLERO, m. Colectivo que
significa reunión o hacinamiento
de astillas.
2. Por extensión, también se lla-
ma así el lugar donde se labra cual-
quier palo y quedan regadas las as-
tillas.
"Lugar del monte en que se ha-
ce corte de leña," dice el Sr. Gar-
cía Icazbalceta; pero esta acepción
es desconocida en el lenguaje po-
pular de Tabasco. El lugar donde
se hace leña se llama leñadero, y
leñero el lugar en donde se guarda
la leña en casa. (V.)
ASTRONÓMICA, f. Arbusto que
produce la flor del mismo nombre,
ix)sada, pequeñita y muy abundan-
te. Se acostumbra sembrarlo como
planta de ornato en las calles y si-
tios públicos. Es copada y ramosa;
de hojas verde claro, ovaladas y
pequeñas. Inflorecencia en racimos
sumamente nutridos.
ASUCHARSE. pr. Hablando de
frutos o granos, volverse vanos, su-
ches (V.), por mal desarrollo, o
desmedro. Dícese también avanar-
se. Muy usado en lenguaje ranche-
ro.
ATADO, m. "Conjunto de cosas
atadas." (ACAD.)
En Tabasco es el nombre que se
da a la envoltura especial que se
; hace de la panela, formada con ho-
¡ jas de la misma caña dobladas to-
das y recogidas con una amarra en
el extremo y dos más en el cuer-
po para asegurar las panelas, que
generalmente son ocho por ATA-
DO. Los indígenas suelen formar el
ATADO con hojas de tó, doblándo-
le los extremos hacia el centro; és-
¡ tos son siempre sólo de cuatro pa-
' nelas. Se llama también macuco
(V.), nombre más general que de-
¡ signa otras envolturas.
j Arg. y Bol. "Atado. Cajetilla de
cigarros." (BAYO.)
] ATAJADOR, RA. adj. El vaque-
ro que cuida los flancos en la con-
i ducción de partidas de ganado. En
: las recogidas del ganado en el cam-
; ro, lo mismo que en la conducción
de partidas, el vaquero que va ade-
I lante llamando, es el llamador; los
que arrean y avivan atrás al gana-
do para que camine, son los arrea-
¡ dores, y los que van por los lados
de la partida, evitando que las re-
ATAR
154
ATAS
ses de desvíen del camino o se me-
tan al monte, y haciéndolas volver
cuando se desbandan, son los ATA-
JADORES. V. ARREADOR y LLA-
MADOR.
Méx. OCAMPO dice: "El arriero
Que va por delante de la recua," y G.
ICAZB.: "Arriero que tiene por oficio
preparar la comida para los demás,
guiar ia recvia y buscar sitio en que
se recojan las muías al fln de la jor-
nada."
Como en Tabasco poco se usa de
la muía de carga, porque los trans-
portes SQ hacen especialmente por
ag:ua, la arriería es poco común,
mejor dicho, casi no existe sino en
cierta región de la Chontalpa, para
viajar a la capital, y por Tenosi-
que, en comunicación con Guate-
mala. En cambio, es un Estado
esencialmente ganadero y repasta-
dor, de manera que traficase cons-
tantemente» con las partidas, ora
llevándolas de las ranchos de cría,
a los de repasto, ora trayéndolas de
fuera del Estado, Chiapas por ejem-
plo, con el mismo objeto.
ATARUGADO, DA. adj. Repleto,
lleno. Siempre que una vasija está
muy llena de cosas apretadas den-
tro de ella, dícese que está ATA-
RUGADA.
ATARUGAR, a. Llenar, repletar
una cosa. ATARUGAR de naranjas
un costal, es llenarlo hasta que ya
no quepa una más.
Como reflexivo expresa este ver-
bo vulgarmente hartarse, comer
muchísimo como simple metáfora
del sentido recto.
Cuba. MACfAS: "En el lenfruaje
vulfrar do Cuba significa atragantar,
o llenn.r de rilimentos con '^xcoso "
ATASCADERO, m. Lodazal, dice
la Academia. Para nosotros no es un
lodazal cualquiera, sino el lugar en
donde el lodo es de barro fuerte
que aprieta la pata de la bestia y
que le impide mucho caminar por
él. Debido a la naturaleza arcillo-
sa de gran parte del suelo y a las
constantes lluvias y crecientes, los
atascaderos de los caminos de Ta-
basco son de padre y muy señor
mío. Es distinto del atolladero; és-
te es un lodo blando, aguado; pero
profundo, en el que los animales no
encuentran base firme en que ase-
gurarse, y sólo pasan revolcándose.
Viene de atol. V. ATOLLADERO.
2. Negocio comprometido y espi-
noso, del cual difícilmente se sale
con buen éxito, o del que no sabe
uno como salir: estar metido en
un ATASCADERO. Dícese también
atolladero.
ATASCARSE, pr. Quedarse entre
un atascadero, porque la bestia no
haya podido salir. La bestia es en
realidad la que se atasca, a conse-
cuencia de la carga; el jinete só-
lo se enloda hasta las narices.
2. Metafóricamente se dice ATAS-
CARSE cuando se mete uno en ne-
gocios o asuntos muy complicados
o peligrosos, de los cuales difícil-
mente se sale con buen éxito.
ATASCOSO, SA. adj. Dícese del
terreno que atasca mucho, o donde
hay atascaderos. Es de tan. buena
índole como lodoso.
"Por la parte montañosa de esta vía
serpean más de veinte arroyos que
carecen de puentes todos ellos, y que
en la estación actual se ponen casi
infranqueables por lo atascosos." (El
Partido Liberal, S. J. B., Enero 19
de 1SS4. Número 27.) — "Villa S. Patri-
cio... es bueno el camino, y en las
aguas atascóse..." — "Río Colorado:
camino llano; pero atascóse..." et
alibi. (Dice. Univ. de Hist. y Geegr.,
t. X. p. .36.'?,)
ATASTECO. CA. adj. Oriundo o
habitante de Atasta de Serra, vi-
lla de la Municipalidad del Centro
del Estado. Relativo, perteneciente
al mismo lugar. Sust.
"Quitóse el sombro atasteco."
(MERINO, Celestina, TI. p. 22.) —
"Llevaba sombrero atasteco con an-
cha Pinta tricolor." (ID., Juana, XIV.
p. 115.) — "Llegaron... a la casa del
ATEN
155
ATIR
brujo Berna, como le llamaban los
atastecos." (ID , ib., p. 153.)
ATE. m. Nombre genérico que se
aplica a las pastas o dulces secos
hechos regularmente de frutas. Son
famosos los de Morelia, (Mich.). de
donde es originaria la voz. úsase
también como desinencia agiegada
al nombre de la fruta de que se
compone el dulce: GUAYABATE.
DURAZXATE, N.VKANJATE. etc.
"¿Queréi.s naranjate. (contestas) pa-
pá? (PRIETO. Poes. fest.. Letrilla, p.
64.) — "Xo tiene a la verdad Morelia
iiingruna industria dominante... Pue-
de sin embarg-o mencionarse una. la
fabricación de la pasta llamada gua-
yabate." (DE LA TORRE. La Ciudad
de Morelia, VIT. p. 29.)
ATENIDO. DA. adj. Atrevido.
Dícese especialmente del ganado
bravio, que no huye del hombre y
cue aún intenta acometerle. Es voz
campesina muy usada en vaquería.
ATEPERETADO. DA. adj. Ato-
londrado, aturdido; que hace las
cosas sin orden ni mesura.
Palabra tan común en Tabasco y
toda la costa, que el Sr. Ramos y
Duarte le asiíma el sello de provin-
cialismo de (Yuc.)
ATEPERETARSE, pr. Hacer las
cosas atolondradamente y sin cui-
dado.
Hond. Igru.al significación que entre
nosotros. "Hacer las cosas sin tino."
(MEMBRExO.)
ATESAR, a. Atirantar una cuer-
da, apretando el lazo, la amarra he-
cha con ella. Como provincialismo ,
significa : apretar, comprimir. Di- '
cese principalmente de las plantas
que se atesar, que están atesadas,
cuando están muy juntas, compri-
midas unas contra otras. V. TE-
SAR. ,
ATINGENCIA, f. Tino, acierto.!
Es tan propia de México como de
Argentina, aunque en ambos paí-
ses tiene, además, el significado de
conexión, relación, desconocido pa-
ra nosotros. En el Perú (ARONA, '
p. 43) expresa también incumben-
cia. El autor truena contra el tér-
mino.
ATIPUJARSE, pr. Hartarse has-
ta tocárselo uno con el dedo, co-
mo dicen vulgarmente en Tabasco,
o hasta quedar para reventar. No
es ni más ni menos que una corrup-
ción de atiborrarse, como dice
Ocampo: "Atracarse". Dícese tam-
bién: atitipucharse. Es de uso vul-
gar.
— "¿Con too y pasita te atípujastes
los palito?" (RODR. B., Pajarito,
VIII, p. 125.) — "Parece que has comi-
do tallarines con tenedores, cuando te
atipujas con los cinco mandamientos!"
(ID., ibid., xn, p. 231.) — "Sí, hom-
bre: no vej que yo me lo ejtoy atipu-
jando con los cinco mandamie-itos."
(ID., ibid., X\TI. p. 267.) — ";Y aquel
dianchi que se atipuja mucho y se da
la ^an vida." (ID., ibid., XX, p. 464.)
— ";ora. atipújatelo tú... que yo ya
bí-bí muinas." (ID., ibid., XXIV, p.
.:92.)
Hond. Lo mismo que para nosotros:
"Comer y l>el>er una persona hasta
hartarse: atracarse. Suporemos que
aquel verbo es ima alteración de ati-
borrarse." (^tE^rBRE5fO.)
ATIRANTAR, a. "Atesar, estirar,
poner tirante una cosa. Nos parece
significativo y bien foimado." (GA-
GINI). Se atiranta una cuerda, cual-
quiera cosa elástica.
2. También tiene para nosotros
la acepción de poner tirantes, co-
mo a una casa por ejemnlo, para
sostenerla y dar resistencia al ma-
deramen. Esto es muy común en
aquellas construcciones sencillísi-
mas de paja que se usan en el cam-
po. Los tirantes se ponen de beju-
cos, trenzados o en un haz de mu-
chos de ellos, para mayor resisten-
cia.
Col. "Poner tirante, tirar o esti-
rar." (CUERVO, p. 905.) Es curio-
so lo que cuenta Bayo, definiendo
este verbo: "Estaquear, en la Ar-
gentina. Estirar en el suelo a una
persona, agarrándola de pies y ma-
ATIT
— 156 —
ATOL
nos para ser azotada. Espectáculo ;
muy frecuente en cuarteles, comí- \
sarías, y corregimientos de estos '
países, no menos que en ciertas ba- ■
rracas y estancias en las que im- 1
pera el régimen feudal." I
ATITIPUCHARSE. pr. Especie |
de diminutivo o forma eufémica
que se da al verbo atipujarse, fa- •,
miliarmente. Se aplica más bien a
los chiquillos comilones: SE ATI-
TIPUCHAN de dulces, de golosi- ¡
ñas. Llenarse pletóricamente. V. ,
TITIPUCHAL. i
ATIZARLE A UNO, pegarle, des- i
cargarle un golpe. De uso vulgar ¡
muy común, en sentido jocoso en-
tre el pueblo. ¡Atízale!, dale, pé- j
gale. ;
Méx. "Atizar", limpiar con tiza, di-
ce Icazb. Nvinca lo hemos oído aquí.
¡ATIZA! Interjección jocosa, ¡to-
ma! ¡sóplate esa! que se dice al
que le atizan un tabaco, por ejem-
plo y le apagan una linterna.
ATOCLE, m. Terrenos mixtos en
cuya composición entra arena, ar-
cilla y tierra vegetal. Muy propio
para ia siembra de la caña de azú-
car.
"Terrenos areno-arcillosos. — Sin
duda alguna estas tierras son las me-
jores para la caña de azúcar, cuando
están acompañadas de humus a do-
sis convenientes,... formando terre-
nos areno-arcillo-humíferos lla-
mados por los cultivadores de caña,
atoles." (FERNANDEZ DEL CAM-
PO, Cultivo de la caña, cap. VII, p.
83.)
ATOL. m. (Del mexicano atolli).
Es por tanto un verdadero aztequis-
rao; pero se ha extendido por toda
la América Española, generalmen
te en la forma atole, como se dice
también en México. Nosotros como
en Cuba, Guatemala y Venezuela,
decimos atol.
TENER SANGRE DE ATOL, O
DE HORCHATA, ser muy pacho-
rrudo y flemático: no alterarse por
nada.
DAR A UNO ATOL CON EL DE-
DO: fr., engañarlo, engatuzarlo con
embustes: embaucarle con palabri-
tas melosas. Frase tomada, dice
Icazbalceta, "de la costumbre que
tienen las nodrizas de mojar un de-
do en el atole y ponerlo en la boca
del niño, para entretenerle y aca-
llarle mientras que llega la hora de
darle el pecho."
¿DE QUÉ ATOLES? ¿Por qué?
¿Con qué derecho?
Derivados. ATOLADA (reunirse
varios a beber atol); ATOLERO,
A (el que hace o vende atol) ; ATO-
LERÍA (el lugar donde se hace o
vende atol); ATOLILLO (atol fi-
no, hecho con harina suave espe-
cial y algunos condimentos).
En Tabasco se hace un atol espe-
cial, llamado ATOL AGRIO o atol-
purillo, cuyas excelentísimas cuali-
dades de buen sabor y riqueza nos
obligan a hablar de él. Para hacer
atol agrio se muele maíz nuevo que
se humedece con agua tibia en se-
guida, para facilitar la fermenta-
ción; guárdase en un apaste nue-
vo, tapándola con hoja de tó o de
plátano, en un sitio donde haya ca-
lor, en el cacaste o en el yagual,
próximos al fuego. Al día siguien-
te, cuando la masa está agria, se
bate, se cuela, se endulza con pa-
nela o azúcar y se cuece. Hay po-
zoleras artistas que decoran la su-
perficie del atol, servido a la mesa,
con circulitos de colores rojo, mo-
rado, negro, café, verde, con bati-
dos de achiote, joloche, piste, shere,
chaya, respectivamente, con los
cuales gotean la superficie del atol,
hasta formar una capa de congela-
ción, suave y delicada.
"Metates que no descansaban un
punto en la tarea de moler el pinol,
la masa para los tamales y el cacao
destinado al atol-purillo." (SÁNCHEZ
MARMOL, Antón, VII, p. 55.)
ATOLL
157 —
ATEA
"El maíz se emplea paia la confec- <
ción de tortillas y las bebidas de cho- '
colate, pozole, pinole y atole." (CO-
RREA, Reseña de Tabasco, cap. 1
x^^II, p. 94.) 1
ATOLLADERO, m. V. ATASCA- i
DERO. I
"Sin querer estoy metido en un ato- i
Madero del que no sí cómo salir." I
(Astucia, tomo I, cap. XIII.)
ATORARSE. La gente del cam-j
po, principalmente, siempre usa de '
este verbo en el sentido de trabar- 1
se, no poder pasar en un lugar por j
causa de algún obstáculo. Lo mis- ;
mo en México.
En Arg. y Bol. también se usa
en este sentido. (BAYO.) >
ATORCANTARSE. pr. Atrojarse,
sentir embarazo, no hallar salida
en una situación difícil. >
ATORNILLAR, a. Exigirle a uno
con insistencia y pertinacia, redu-
ciéndolo, o como dice ICAZB., ;
"Apretarle las clavijas, tratarle ■.
con todo rigor, prevaleciéndose de
alguna ventaja."
ATORTOLAR. a. Echarle tortol
al animal, sujetarlo o dominarlo
con él. Más comúnmente se usa la
frase echar TORTOL, que el ver-
bo. También significa poner TOR-
TOL, en una construcción, sujetar
fuertemente una pieza con \m lazo
o gaza que se aprieta retorciendo- ^
lo fuertemente. V. TORTOL. j
Hond. "Poner tortol." (MEMBRE- i
SO.) 1
Cuba. "El acto o acción de dar I
^-ueltas repetidas a alguna cosa, cir- '■■
cular, o espiralmente." (PICH.. voz I
Tortor.) j
A esta acepción explicada por P¡-
chardo nos referimos, en lo rela-
tivo a construcciones, en las cuales \
el tortol es una ligadura que une!
dos piezas, y luego se retuerce, j
con fuerza de palanca, para atrin-
car más. En la misma forma se
aplica a las bestias el tortol, con
un lazo retorcido en la jeta supe-'
rior, para sujetarle. j
ATORZONARSE. pr. Atorozonar-
se las bestias.
ATRABANCADO, DA. adj. El
ATRABANCADO es algo más que
el ateperetado; éste obra sin orden
ni buen juicio en sus actos; aquél
no sólo eso. sino que atropelia con
todo; es casi un atrabiliario, que
hace las cosas a trocha y mocha,
rompa por donde rompiere. Es me-
xicanismo.
"Se elegía un payo bilioso y atra-
bancado de escaso chirumen, do qm'en
con anterioridad se indaeaba v>da y
milagros." (FIDEL Memorias, (2Ü-Ai>),
cap. III. p. 236.) — "Charros y más
charros, bullangueros y atrabancados.
segTiían llegando, atravesaban los ca-
bestros sobre la banqueta y penetra-
ban." (AZLTEL.A, Mala Yerba. XA*, o.
122.)
Méx. "Atronado: que hace las co-
sas, o se arroja a los peligros, sin
premeditación." (ICAZB.)
"Tanto uno como otra eran incan-
sables, livianos y atrabancados, pues
siempre juntos se habían ejercitado, y
algunos buenos reatazos le aplicó Lo-
renzo .a Simón, para enseñarlo a tra-
vesear." (Astucia, t. I, cap. ATT.)
ATRACADA, f. Atracón.
2. También sieniñca una riña o
pendencia de obra, como sinónimo
de agarrada. (V.)
ATRACADA. por atracón, da
ICAZB.
ATRACARSE, pr. Muy nuestra
es también esta significación: "Re-
ñir, pelear, luchar o contender de
obra, o de palabra, con mucha saña
y muy de cerca." (PICH.)
Hond. En la misma acepción lo da
MEMBRE5ÍO: "Pelearse."
Arg. y Bol. "Acercarse con buena o
mala intención. "Se me atracó y le
pegué un relx»ncazo." — ">íe le atraqué
para saludarle." (BATO) Vale distin-
to por estas tierras, por lo visto.
Perú. "Atracarse a la opinión de
uno, en el Peni (ARONA'), es aoherir-
se_ a ella." (TORO GISB. Amer.. p.
22.5.) Algo así como nuestro arrebia-
tarse. (V.)
ATRA
— 158
ATUJ
ATRANCARSE, jr. De cualquie-
ra insti'umento o máquina que no
funciona bien, que sufre interrup-
ciones, el pueblo dice que SE
ATRANCA.
2. Metafóricamente, también sue-
le usarse como sinónimo de ama-
charse, resistirse a seguir camino
o a hacer alguna cosa, sin razón
alguna, y por mero capricho o tes-
tarudez.
Méx. En este sentido lo da ICAZB.,
cuando dice: "Echar la cerradura;
obstinarse en la propia opinión, ne-
gándose a escuchar razones contra
olla. Suele decirse ATRANCARSE por
dentro."
— Don Félix Ramos y Duarte dice
que en Michoacán se usa por "De-
fenderse, hacer frente," y en Yuca-
tán, vale "Atascarse, atorarse." Lo
ignoramos, y queda al buen dictamen
del lector aceptarlo.
ATRÁS. ECHARSE ATRÁS, fr.
que se aplica a quienes no tienen
los suficientes calzones para soste-
ner lo que dicen, o que no cumplen
lo que se comprometen a sostener
o dar en un trato. Vale tanto como
RAJARSE. (V.)
IRSE PARA ATRÁS, en el len-
guaje popular de Tabasco, significa
sorprenderse, espantarse, extrañar
grandemente una cosa. SE FUE
PARA ATRÁS, cuando supo la no-
ticia.
Méx. "IRSE PARA ATRÁS. No
cumplir una promesa, desdecirse,
arrepentirse de un propósito. De or-
dinario se pronuncia paratrás, como,
si esta alteración prosódica aumen-
tara la fuerza del chiste." (OCAMPO.) ¡
ATRASADA. TENERLA ATRA- ^
SADA, fr. fam. que significa tener j
mucha hambre, por alusión al re- <
traso de la comida. I
"Fierro, huyendo del machete de
I-iópez, se precipitó desde el empina-
do barranco y cayó sohre \\n hormi- '
güero de caimanes. Los anfibios, que
la tenían atrasada, hicieron im ver-
dadero festín con el cuerpo del faci-
neroso." (MERINO, Ruta, XXXVI, p.
169.)
ATRAVESADO, DA., adj. Dícese
del que es más que atrabancado;
que obra con imprudencia suma,
siempre con peligro de su vida o
de la de otro. Comúnmente dícese:
es de alma ATRAVESADA. En
verdad que algo de anormales de-
ben tener esos tipos medio-locos o
medio-vesánicos cada uno de cuyos
actos amenazan de muerte a algún
prójimo.
Méx. El ATRAVESADO que nos da
el Sr. ICAZB. es cosa muy otra y en-
teramente inofensiva: "una piedra de
cantería o media piedra que se colo-
ca atravesada."
ATRINCAR, a. En general, apre-
tar fuertemente: ATRINCAR las
quijadas. Y en especial apretar o
socar una amarra.
Cuba. MACÍAS defiéndela del dicta-
tado de corruptela que le da PICH.,
por derivarse de trincar.
C. Rica. GAGINI dice que es voz
anticuada, pero que la usa mucho el
pueblo de su tierra, hasta en la frase
"atrincarse el corsé."
ATROJARSE, pr. "Aturdirse. No
hallar salida en ningiin empeño o
dificultad." (ICAZB.) No poder ex-
plicarse o darse a entender, que-
dando sin poder hablar, eso es
ATROJARSE. La idea metafórica
no puede ser más sutil: el que SE
ATROJA no es ni más ni menos
que una troje, que guarda mucho,
porque todo se le queda adentro.
Ramos y Duarte da el verbo co-
mo sinónimo de "Cansarse," en Oa-
xaca. Averigüelo Vargas.
ATROPELLADO (EL), m. Dulce
de coco, o de camote, con pina u
otra fruta acida, que lleva además
canela y trozos de pan en sopa bo-
rracha.
ATUJAR, a. Incitar o azuzar a
los perros para que persigan la ca-
za, o para que hagan presa: ATÚ-
JALE LOS PERROS. En Campe-
che dicen achuchar, según RAMOS
y D.
Cuba. Se dice ATO.IAR. (MAC f AS.)
AUDI
160 —
AVEN
C. Rica. Dícese atujar y también
atular. (GAGINI, p. 74.)
AUDÍFONO, m. "Instrumento
que permite a los sordos percibir
mejor los sonidos." (Dice. Lar.)
Más comúnmente significa entre
nosotros la pieza o parte del te-
léfono, del fonógrafo y otros ins-
trumentos modernos, con que se
oye la voz natural o reproducida.
Es distinto de la bocina, porque en
ésta se oye y se habla, en tanto
que aquél sólo sirve para oír o es-
cuchar en él, o con él. V. BOCINA.
"Mientras los curiosos tienen tapa-
dos los oídos con los audífonos de ne-
gro caucho." (RODR. B.. Atrevimien-
tos... ¿literarios?, La Feria de Can-
delaria, p. 151.)
AUSENCIAS. HACER AUSEN-
CIAS de alguno, es expresarse, o
tratar de él no estando presente.
Muy usado en sentido familiar.
"Á poquitos días se perdieron para
siempre los dos que habían oído las
ausencias de mis patrones de boca de
aquel buen hombre." (AZUELA. Ma-
la Yerba, n, p. 15.) — "Y aquí me pa-
rece oportuno hacer notar a mi labo-
rioso amigo — a quien debo tantas bue-
nas ausencias, — como acostumbramos
a decir." (DELGADO. Prólogo a Una
docena de cuentos por Onateyac.)
AUTO. m. Automóvil. Forma con-
tracta usada comúnmente.
AVANARSE. pr. Volverse vano,
hueco. Se dice de los granos, cuan-
do por enfermar la planta, no en-
durecen o no adquieren la macicez
debida, como sucede con el maíz
cuando se achigüista o se sollama.
AVANCE, m. Acción y efecto de
avanzar. Esta palabra tan socorrí
da en estos tiempos de revolución,
ha adquirido el carácter de sinóni-
mo forzoso de botín de guerra;
mas como suele ser de estilo entre
las gentes de "la bola" tomar por
botín cuanto cae en sus manos,
cualquiera que sea el medio y el
.procedimiento de que se valgan, y
aunque no sea en campaña, la pa
labra AVANCE ha ganado en ge-
neralidad hasta llegar a ser sinó-
nima de robo, hurto o pillaje. De-
sígnase también con ella la misma
cosa robada; todo aquello mal ha-
bido o que es producto del robo.
Aún cuando hoy por hoy está tan
en boga, la palabra no es nueva en
México.
"Ese caballo me lo regalaron, no lo
adquirí en mis avances; puede lucir-
se sin riesgo." (Astucia, t. I, cap. XII,
p. 226.) — "La forma para la propagan-
da de nuestras suscripciones reposa
en la garantía comercial que ofrece-
mos; ya que "El I'nivers.il" no se im-
prime en prensas intervenidas o in-
cautadas, sino en edificio y máquinas
de su propiedad, que garantizan am-
pliamente el dinero de nuestros lecto-
res: esta es la diferencia, jóvenes edi-
tores, sobre la base del avance." (Eí
Universal, ^léx., D. F., febrero 6 de
1918.) — "Nuestros avances, Neftalí —
dice Don Rodolfo — y sonríe con ino-
cencia franciscana." (AZL'ELA, Las
Moscas, p. 113.)
AVANZAR, a. Adquirir en cam-
paña una cosa, a manera de botín.
En general robar. V. AVANCE.
"Migajas históricas. Presidentes de
la República, ineptos en el arte de
avanzar." (Art. de LEOPOLDO AR-
CHR'ERO. Méx.. feb. 7 de 1918, en
El Universal.)
AVENTADO, DA. adj. Estudian-
te que está sumamente mal en sus
estudios, que no ha apixjvechado o
que no sabe nada del curso, úsase
también en Méx.
"Si la, palmeta hacía sentir su ac-
ción en los aplicados, con mayor ra-
zón funoioniba en Io.t aventados, así
llamados los negligentes que termina-
ban a otro por misericordia de Dios."
(G. CUBAS. Recuerdos, p. 415.)
Méx. Igual acepción, ICAZBALCE-
TA, pág. 39.
2. Para nosotros vale además el
que expele ventosidades estomaca-
les.
HABLAR DE AVENTADO, fr.
fam. Se dice, en sentido figurado,
del que trata lo que no sabe, o de
ccfsa que no conoce, sólo por la va-
nidad de opinar o por mera presun-
ción: ese habla de aventado.
AVEN
— 159
AVIL
AVENTADOR, m. En Cuba, don-
,de la industria cafetera está muy
aderantada, usan de la máquina lla-
mada así; pero entre nuestros
campesinos el AVENTADOR es un
cernedor o cedazo grande, de ma-
no, a manera de un cesto.
AVENTAR, a. Arrojar lejos de
sí; lanzar, empujar. V. BOLETO.
"Aventó la carabina, y con su es-
pada empuñada, etc." (Astucia, t. II,
cap. VII, bis.)
2. Vale también entre nosotros
tirar o dar con fuerza: le AVEN- ^
Tó un golpe, un palo, etc.
3. Limpiar de la cascara suelta
los granos, tales como el arroz o el
café, por medio del aventador; por-
que en realidad este aparato, a ma-
nera de cernedor o cedazo grande,;
deja salir la cascara con suma f a- ^
cuidad, que es arrastrada rápida-,
mente por el viento a paso y medí- <
da que sale; y sólo muy poco a
poco el grano, que cae verticalmen- 1
te por su peso, ya limpio o deseas- ;
^^Cuba! "I, Limpiar el café, o el arroz, '
dP su cás¿ara por medio del ayen-
?ador • y H), txtraer el pan de azúcar
de sus hormas para partirlo V vonev-
fo al aire y al sol, en las gavetas del
secadero" (MACÍAS.)
AVENTAZ6N. f. Flatulencia,
ventosidad (2a. acep.)
AVENTÓN, m. Vulg. "Rempu-
jón." (ICAZB.)
"Me dio una puñalada en el pecho,
a la vez que un fuerte aventón." (As-
tucia, t. I, cap. XVI.)
AVENTURERO, RA. adj. En ge-
neral se llama así en Taabsco. el
fruto que se produce en tiempo dis-
tinto al de la cosecha (V.) Mango
AVENTURERO, etc.; cacao loco o
AVENTURERO, es el que suele
producir el cacaotero en los meses
de julio a septiembre. V. ALE-
GRÓN.
AVERÍA, f. Destrozo, daño, per-
juicio material ocasionado por des-
trucción. Dícese especialmente del
producido por travesura de mucha-
chos.
"El Capitán desmoralizado Manuel
Eceta, muchos de la facción,, y otros
forzados y alucinados, tuvieron la
osadía de hacerse fuertes en dicha
Ciudad; en términos que, a, la entra-
da de la fuerza de los federales que
hicieron en ella, tarde del 20 del pasa-
do, les rompieron fuego aquellos, no
dejando de ocasionarse algunas ave-
rías en tal acción." (Nota del Vice
Gobernador de Tabasco, Juan Dionisio
Marcín, al Gobernador de Oaxaca, fe-
chada en Teapa, (Tab.) a marzo 8 de
1830; MESTRE, Documentos y Datos
para la Historia de Tabasco, cap.
XXXI, p. 408.)
2. Travesura. Muy usado tam-
bién, hablando de los niños: está
haciendo AVERÍAS.
AVERIGUATA. f. Discusión,
disputa acalorada, sin llegar a la
injuria, pues entonces se llama
pleito. V.
AVIADO. ESTAR, o SALIR, uno
AVIADO, fr. fig. fam. de sentido
irónico e interjectivo, que se dice
del que obtiene mal éxito, sufre un
contratiempo, adquiere un compro-
miso enojoso o tiene una diñcultad
inesperada; todo en cambio de bie-
nes necesarios o de lo que debiera
i ser favorable. Dícese también en el
; sentido de estar reducido a la des-
j gracia, a un estado o a una condi-
ción rniserables: Juan ha adquiri-
do el vicio de la embriaguez, dice
alguien, y otro le contesta ¡pues
está aviado!
La Academia da en su Dicciona-
rio "ESTAR uno AVIADO," por
i estar rodeado de contratiempos o
I dificultades. Nuestra expresión, de
carácter más amplio, es al mismo
tiempo más si.gniñcativa, y enfáti-
: ca.
AVILADO, DA. adj. Envilecido,
derivado de avilar, como abatido
de abatir.
"Los holgazanes O flojos.... viven
enfermos o con mucha necesidad y
entre ellos biven abatidos e avilados."
AVIO
161
AZORE
(Relación ae la Villa de Santa María, ciún ;av, av." o ledupiicada - av
de la Victoria, 1579: MESTRE, Arch. ! „.. ',%„' J ^^„.,^L^ ^■ ,'
hist. geogr. de Tab.. p. 44.) Se repi- 1 ^^ ^"V^^^ ^^ lenguaje familiar el
te la voz ^ arias veces. (1) A\ A\ II A es como la expresión de
AVÍOS, m. pl. "Utensilios nece- ■ un dolor tenue, o de un dolor que
sarios para alguna cosa: avíos de produce no obstante cieno consue-
escribir. . . ." (Academia). Para no- 1 lo o bienestar al organismo, como
sotros vale, no precisamente los j que hay dolorcillos como los del
utensilios, sino la cantidad fungi- i amor, que con todo y todo tienen
ble. los gastos o cosas empleadas y ' cierta dosis de consolación para el
consumidas en ejecutar o hacer ; alma adolorida. Nuestro pueblo,
algo: AVÍOS de lavar: jabón, y gráfico, candente en la expresi6n
acaso también la leña, el carbón, | de sus afectos, ha creado el AYA-
el añil, y demás cotas que se gaa- i YITA, como exclamación cariñosa
tan. para expresar un dolorciilo que
AXOLATARSE. (Pronunciado causa agrado, o por lo menos que
asholatarse.) pr. Degenerar la pro- no incomoda, como entre los ena-
ducción de una milpa, produciendo morados. (1)
solamente xolate (sholats). Forma- ayUGAR. a. Envugar. Vulgar-
do por el estilo de amolcatarso. \ .
XOl ATE.
¡AY JUELA! Interj. picaresca y
jocosa que en el pueblo y en lene?:.
fam. se profiere con cierto énfa- ayugar los bueyes."
sis eufémico que la hace menos in- Perico. XIII, pág:. 75.)
grata al oído, como síncopa da la ¡ AZORRARSE, pr. fig. Agazapar-
frase: i=>h, hijo de la p ! se, agacharse, esconderse o que-
En este género de exclamaciones darse en silencio, a modo del zo-
nic^'erícas Fe I^allan comtíí'endidí.s „ , .
ijiv... c. -...:5 ..c '■-a .1 . 1 1 Dice don Francisco Rodríguez
ifts ot'-a»;. mnv unada^. ¡ay juna ^^^^^^ ^^ ^^^^ ^,^^^,,5 populares espa-
!ay, mao! ¡ay, mico! ¡ay, mojo! ñoles, t. I, p. 145, anotando la copla
s obscena), ¡ay, mojina!, ' infantil (núm. 188) que dice:
Me casó mi madre, (bis.)
..... u ••- Chiauita y bonita. Yayayay.:
Dicese también ¡ah jijo! ¡ah, jijo. -Yayayay: ¡ay! ¡ay! ¡ay! ¡Yayai es
de la !, ¡ah, jijo do !a retun- convencionalmente el diablo en cierto
tuntunrha! v ot-ar. v}»vip.r eynrecio- j entretenimiento de '""*^^^'^''^^\,-^'^r'"
luniuri .[ o. . iji fi- <■ dedos pulgar y de en-
nes, todas del lenguaje vulgar y j f^^^^*";,.,^ n^rñecrde otro y preguntáii-
poí^o decente. ' dolc: ¿A quién quieres más: a papá.
En Rfopl., ¡aijuna! (GRAN., p a mamá, o a yayai? 1^ pellizca con
77). o í.;j'u4,VaV0. p^25.) f^f-^irii^?-"""'" '^"'^ "'
AYANCADO, DA. adj. Despecti- Del mismo juego rsan nuestros chi-
vamente dícesG así del que tiene | eos: pero parece que Yayai" no es
simpatías por los yanquis o trata empleado como nomt.re de ser algti
mente muy usado entre campesi-
nos.
'■El coíTipañero de cama lo despier-
ta:— Dicí^ el mavordomo que vamos
(ZENTELLA.
(é
etc
de imitar sus modos y costumbres.
"L.a iTiivov p.irte de e.sos tertulia-
nos eran ayancados." (PAYNO, Fistol.
t. II. cap. LX. p. 972.)
AYAYITA! Interj. Forma eufé-
mica o diminutiva de la exclama-
íl) Colecc. de doc. inéd. de Ultr.. t.
11. p. 3;o.
no, real o figurado, sino por s'mp'e
onomatopeya. como imitativa de la
e.Kclamación misma. El muchacho cine
recibe lorf polHzcos — faltól*. decir :il
Sr. Rodríguez Marín — tiene derecho,
a su vez, a inferirlos al otro, cuando
resiste la prueba contestando: a pa-
pá, o a mamá, sin prorrumpir en la
exclamación de dNor. que es signo
de darse por vencido.
AZORE
162 —
AZUO
rro que finge estar muerto cuando
se le persigue o cuando vé el peli-
gro de cerca.
La Academia no registra como
figurada la acepción de este verbo, ¡
por más que sí lo sea la que con- j
signa: "quedarse adormecido por i
tener cargada la cabeza." No en-
tendemos la relación que haya en-
tre esta acepción y hecho alguno
de la zorra. En cambio, nuestra
forma popular ¡qué hermosa y qué
expresiva!, en relación con lá cos-
tumbre típica del zorro.
AZORRILLADA, f. Acción y efec-
to de azorrillarse. Es mexicanismo.
"Si hov te libra.s de las azorrilladas,
no estás exeento de volar por los al-
ies íirrojado por la ventanilla de un
tren..." (GARCÍA CUBAS, Recuer-
dos, p. 201.)
AZORRILLARSE, pr. Término
que se hizo célebre por haber sido
usado hasta hace poco tiempo por
los salteadores de caminos, espe-
cialmente en el interior; con él se
expresaba el hecho de doblar la
cabeza metiéndola enti-e las pier-
nas, posición en verdad no muy
estética ni decorosa, en la cual per-
manecían los pobres viajeros du-
rante el tiempo del saqueo y sus
escenas inmorales anejas, para no
presenciar lo que pasaba.
Parece que se usa también por
azorrarse, como mexicanismo.
"El Capitán hacía descender a los
pasajeros, ordenándoles imperiosamer-
te que .se azorrillasen, es decir, que
íe pusiesen a patas en la tierra, con
la prohibición expresa de levantar la
cabeza y de mirar. Al que volunta-
riamente no ejecutaba tal acción, lo
azorrillaban a qolpes." (GARCfA CI-
TAS, Recuerdos, p. 201.)
"Azorrilló a dos soldados entre los
nopales, a espaldas do la finca, listos
para atr.ipar al primero que quisiera
«scapar.se." ÍAZT^EI-A, Mala Yerba,
ni. p. 18.) — "Sorprendieron a D. Bo-
nifacio unos ladrones en la Cuesta
China, lo tendieron en el suelo como
a otros pasajeros, .al terrible s^rito de
azorrillarse, y quedaron todos boca
abajo, como era de rigor, mientras
duraba el desbalijamiento." (PRIETO,
Memorias, cap. V, p. 247; 60 -53.) —
"La generalidad de las veces hacías
azorrillarse a lo spasajeros, en postvi-
las las más cómicas. Azorrillar en el
vocabulario de los bandoleros, era po-
ner a uno boca abajo, en cuatro pies,
postura horizontal, que impedía ver
lo que hacían los ladrones." (GONZÁ-
LEZ OBREGÓN, México viejo y anec-
dótico. Del palanquín al automóvil, p.
108.) — "Estábamos ya de pie sobre el
lodoso camino, cuando resonó el gri-
to de azorrillarse, indicándonos que
debíamos arrodillarnos y pegar las
frentes en el suelo, para no presen-
ciar el saqueo de los l)aúles." (PEZA,
Memorias, Recuerdos, p. 115.)
AZO . A CABALLOS, m. (Cordia
laxifiora, H. B. K.— ROV.) Planta
de la familia de las borragíneas,
muy abundante en los campos.
AZPOQUE. m. Nombre vulgar
que la gente del campo da a cier-
to garrobillo de menor tamaño que
el ordinario; de hermosos colores
tornasolados y gallarda cresta.
Parece palabra derivada del ma-
ya; tal vez compuesta de az, cosa
ligera, y pok, pelota de hule, por
la agilidad del anfibio que a menu-
do sale del agua y sube a los árbo-
les, ora a tomar sol, ora a corre-
tear por las ramas.
AZTECA, m. Moneda nacional de
oro por valor de veinte pesos, crea-
da por reciente decreto del año de
916. Debe su nombre simbólico a
llevar en el anverso el águila na-
cional y en el reverso al calenda-
rio azteca. Es la primera moneda
en que el águila reaparece inclina-
da hacia un lado, no con las alas
abiertas como había figurado en el
escudo nacional hasta estas fechas,
después de los primeros años de la
independencia, en que se usó en la
misma forma que hoy. Tiene 15 gr.
de oro puro.
I AZUCARERA, f. Reventaban ya
los gramatómanos de tres al cuar-
to, tronando contra el .femenino
AZÜC
— 163 —
AZUR
AZUCARERA, sostenido unánime-]
mente por el habla popular de toda
la América española, contra la so- i
la opinión de la Acaderaia, que de-
cía y dice azucarero.
Por fin, ha tomado asiento como
Amer. en el Dice. Lar. de TORO
GISB.. qi ien en of/o libro suyo di
ce, refiriéndose al mi^mo objeto:
"Tan gran popularidad para un
"disparate"' rudanience vapuio?.da
por algunos autores, no hace sos-
pechar su verdadera nacionalidad.
La voz figuraba en el Dice, de la
Academi? hasta 1?. edición undóci- 1
ma.... Sigan, pues, diciendo loe
americanoc, azucareras o azuc: re- j
ros, que no pecan al hacerlo. Algo !
más ridículo es que no sepamos j
aún los españoles a estas horas si |
debemos decir "el azúcar" o "la i
azúcar," "las azúcares" o "los azú-;
cares." (A;rier., p. 237.)
AZUL. EL QUE QUIERA AZUL
CELESTE. QUE LE CUESTE, "fr. :
fig. con que se da a entender que ]
quien quierr, obtener lo que dessa^ :
no debe quejarse si por eso se le |
origina costo o molestia." (ICAZB.) |
Nosotros decimos también EL QUE '■.
QT'IERA VESTIR AZUL CELES-!
TE I
"¿No se quiso casar contig-o? Pues;
el que auien ?zul roleste, que le cues-
te." (MORAIvES. Gallo Pitagórico, pp. i
500-1.) — "Mr.y I>ien heclio: el que i
oulera azul celeste, que le cueste."
(SANCHO rOI.O. Boln. VJ. p. 58.) |
AZULEJO. JA. Rovirosa llamn ¡
así en sus Apuntes de Zoología da I
Tabasco Cpáii. 29) ^i p^-o con-.ún- 1
mente conocida allí con el nombre
vulgar de pea azul (V.). Es raro
esto; nosotros hemos conocido
siempre por AZl-LEJO una ave de
la familia de ¡os pájaros que podría
ser la misma que describe la Aca-
demia, si ésta diera la clasifica-
ción cient'ñca do ella para hacer
rjosible la iden<:ific?.ción. Menos es
el abejarruco que la misma da co-
mo sinónimo de AZULEJO, pues
de aquél claramente dice que es
"una ave trepadora." y la nuestra
no lo es, ni la pea azul tampoco.
"En el orden de los paseros o pá-
j;iros. . . son admirados por su vistoso
plumaje, el azulejo..." (CORREA.
Reseña Ec. de Tab., cap. IX, p. 37.)
K.sta cita rofu.^rza nuestra adverten-
cia, pues Jamás hemos oído llamar
azulejo a la pea azul.
AZU RUMBADO, DA. adj. Aturdí
do, atarantado; principalmente
cuando tal estado es producido por
las bebidas embriagantes. Es me-
tátesis del castellano azumbrado,
borracho. En Colom.bia zurumbáti-
co (GAGINI). Nosotros decimos
también sorimbo o zorimbo, so-
rurr.bo. (V.)
C. Rica. "Adjetivo ya de uso raro
entre nosotros etc. (GAGIXI.)
Hofíd. "Azumbrrdo. Tonto, idiota."
(MEMBR.)
AZURUMBAMIENTO. m. Estado
especial del azurumbado; acción y
efecto de azurnmbarse.
AZURUMBARSE. pr. Atolondrar-
se, atarantarse, especialmente ingi-
riendo bebidas embriagantes.
Hond "Aturdirse, atolondrar-se."
'MUMHR.)
164
B
BABA SALIR CON SU BATEA
DE BABA, significa tanto como de-
cir una tontería, o hacer una cosa
inoportunamente, de tal modo que
aparezca ridicula o necia.
BABAZA, t. "Babazas (D. F.), sf.
Lavazas." (RAM. y D.) La Acade-
mia llama así al humor viscoso de
alguna:; plantas.
, Nosotros generalizamos más, apli-
cando el nombre a todo líquido que
además de viscoso sea espeso, ora
producido por un animal, como la
babosa, ora por una planta cual-
quiera, como el civil o manzanilla;
(V.) o de otro origen diverso, co-
mo la lavaza espesa o el pulque,
v. gr. BABAZA es en cierto modo
peyorativa de babilla. (V.)
BABIECADA. í. Hecho o dicho
propios del babieca. La Academia
registra borricada, derivado de bo-
rrico, tomando esta voz en sentido
metafórico como sinónima de estú-
pido; en cambio no reconoce la voz
de que tratamos, babosada, bel la-
cada :, otras por el estilo.
BABILLA. í. Hecha la aclaración
al final de la palabra anterior, en-
tiéndese que babilla es ideológica-
mente una eufémica de babaza; di-
fiere de ésta en el lenguaje popu-
lar por su menor consistencia y as-
pecto menos desagradable. Gene-
ralmente dase este nombre a la fo-
bila de las articulaciones.
2. f. "Cuando a consecuencia de
una luxación o de una fractura, des-
cuidadas o mal curadas, la coapta-
ción o consolidación no se efectúan,
o se verifican viciosamente, se dice
en lenguaje vulgar, que esto acon-
tece porque la parte afectada o el
hueso han criado babilla. Esta es
en las fracturas el callo que for-
mándose separadamente en cada
fragmento impidió la unión. En las
luxaciones es la linfa plástica que
a consecuencia de la desgarradura
de los tejidos y de la hemorragia
consiguiente, se organizó, y adhi-
rió viciosamente las partes luxadas
a, los tejidos cercanos." (ICAZB.)
"Los diestros cirujanos componen
el hueso luego que se disloca, y lo en-
tablan lueíro que adviertfMi la frac-
tura, porque si no cría babilla y se
inipo.'íibilita la cura." (PENSADOR,
Periquillo, pte. I, cap. XIV.)
El autor citado, Icazbalceta, dale
también la acepción metafórica que
expresa que a los niños debe corre-
gírseles desde pequeños, porque si
no crían BABH^LA; pero en Tabas-
co no se usa en esta acepción.
BABOSADA, f. Hecho o dicho
propios del baboso (V.) Especial-
mente se dice de una obra literaria
insustancial, huera, sin meollo: ES
UNA BABOSADA; o del contenido
de la obra: son BABOSADAS.
BABOSEADO, DA. adj. "Tratado
ya por muchas personas. Materia
BABO
— 165 —
BACA
baboseada, aquella sobre la cual se
ha escrito mucho. Negocio BABO-
SEADO, el que se ha propuesto a
varios, sin lograr concluirle con al-
guno." (ICAZB.) El segundo ejem-
plo presentado por el Sr. García
Icazb. traduce aproximadamente la
p.cepción que en el lenguaje de Ta-
basco tiene el adjetivo apuntado,
que es la de "tratado por muchas
personas"; pero siempre de una ma-
nera imperfecta, en una forma ina-
decuada, sin dominar el tema acer-
tadamente, o tratándose de un ne-
gocio, sin consegviir realizarlo: sin
dar cima al propósito en el asunto
de aue s-- trate, sea éste cualquie-
ra. Hablándose de persona, que se
ha dejado burlar, o chotear.
BABOSEAR, a. fig. fam. Tratar
un tema, vn asunto muchas perso-
nas, someramente, de manera im-
nerfect?. y con poca competencia.
Tratándose de persona, hacer bur-
la de ella, con su tolerancia; no
tomarla en serio, siendo de calidad:
chotearla, faltarla al respeto, so-
portando ella la ofensa.
BABOSO, SA. adj. Necio, insus-
tancial, SO.SC. babieca. U. t. c. s. Lo
que caracteriza al BABOSO es su
insustancialidad y falta de gracia o
simpatía, que le haca cargante pa-
ra aquél con quien trata.
Méx. "Soso, que se queda mirando
con cara -i ^ 1 obo.' (ICAZB.) Podemos
agregar: que no tiata más que bebe-
rías, cosas insulsas o sin interés ni
atractivo alpuno.
Wéy. y Chile. "Dobo, tonto." (TO-
RO G . Dirc. Lar.)
Ptú. "Pericona sin valor ni ener-
pfa." (ID., id.)
BABUCHA, f. Chinela: calzado
sin talón, o con el talón doblado.
Es el calzado que se usa en la re-
cámara, por su ligereza, con el
simple objeto de no poner los pies
en el suelo, entre tanto se viste
traj*^ dp calle. Generalmente la BA-
BT'CH.^ es de paño, o tela fina y
suave, bordada o con adornos: lo
contrario de México, en donde es
calzado ínfimo.
Méx. -Especie de pala alta, cerra-
da con un cordón. Hácese d- paño o
tela semejante, con punta de cuero
y es el calzado ínfimo de las muie-
r s paVrc-.-í." (ICAZB.» A este calzado
llamamos nosotros sandalia, o alpar-
gata.
..."Calzado femenino de pf-ño, con
punta de cuero." (TORO G Dice
Lar.)
Por lo visto, Toro copió a Gar-
cía Icazb.; la verdad es que en Ta-
basco la BABUCHA no es calzado
de mala especie, antes bien, de lu-
jo, para entre casa, en las horas de
descanso. I^.s hacen de piel fina y
de telas, finas también; con ador-
nos y bordados generalmente de vi-
vos colores. Es calzado propio de
los ancianos, en la vida doméstica,
por la comodidad y soltura que brin-
da a los pies cansados.
BACAL, (maya) m. "(Pr. Yuc),
sm. Corumbo, zuro, olote." (RAm!
y D.) No hay palabra más usada en
el lenguaje popular de Tabasco, que
la de BACAL, nombre con que se
conoce el eje central de la mazor-
ca de maíz, al cual están insertos
los granos; conocido en la región
interior de la República por el azte-
quismo olote. No dudamos que sea
provincial de Yucatán también la
voz, por ser de origen maya; pero
su uso no está ni con mucho cir-
cunscrito a aquel Estado.
El BACAL es el adminículo pro-
pio e insustituible de la gente cam-
pesina para los usos de la lijiipieza
corporal, en la defecación, empleán-
dose además como combustible muy
común en la casa del pobre.
A causa de la abundancia de los
pastos, no se le emplea nunca en
la alimentación de los ganados,
aplicación más decente que recibe
en otras regiones del país. "Se co-
nocen varios productos comerciales,
derivados del olote, que se prepa-
BACA
— 166 —
BADA
van mezclándole con harinas diver-
sas, después de ni'Olido. Se^^ utilizan
para la alimentación del ganado,
con bastante aceptación." (CHA- i
VEZ, Cultivo del ma z, pág. 300). ¡
La fecundidad de nuestro suelo es ;
causa de que en Tabasco el olote '
o bacal, las. espatas (joloche), la j
hoja y el tallo o caña del maíz no
tengan absolutamente ningún va-
lor comercial ni aplicación prácti-
ca alguna en la economía agrón»- :
ma. j
Kl BACAL u olote de la :Mesa Cen- |
tra!, tiene otros nombres: conquarll,
carbón blanco, este último con motivo i
de .ser Inien comVmstilile. "Estos olo- ¡
les, llamados en aleunos lugares con- j
quarll, carbón blanco, excitan la igni- ¡
ción de la madera verde, arden pron-
to y producen poco humo." (RUIZ
ERD., Cultivo del maíz, pág. 296.)
En Tamaulipas dicen bojol. (RA-
MOS Y D.)
El BACAXi quemado tiene aplica- '
ciones medicinales entre las gentes '
pobres: dividido en pequeños tro-
zos, alternados éstos con limones
también quemados o asados, se en-
sartan unos y otros en un collar que
se ata al perro para curarle la tos.
"Maíz blanco, 4 variedades: lo. — El
uno superior, blanco, bacal colorado.
2o. El otro blanco, pero tayudo, bacal
blanco. 3o. El blanco perla, baca! d3l-
gado. 4o. Blanco pajizo, sirve para pi-
nol y le llaman sapolote, tiene una
zanjita el grano en la parte superior,
el bacal es ceniciento. — COLORADO,
tres variedades: lo. El color de rosa,...
su bacal es morado bajo. 2o. El co-
lor encendido,. ..bacal morado."
(GIL, Y SAENZ, El Caporal, pp. 16-17.)
— "En ese estado de hilotes es -muy
apetecido, pues tanto el grano como el
bacal u olote están Vjlandos y dulce.s.
ciue los echan en el puchero u olla."
(ID, ib., p. 58.) — "En estas chozas se
depositaban las mazorcas, y luego el
maíz ya separado de la tusa o bacal,
entre tanto se trasladaba a las tro-
jes en que debía conservarse." (MO-
LINA SOl.íIS, Hlst. del Desc. y Conq.
de Yuc, p. 270.)
En Sur América llámase mar! o,
según GRANADA (p. 148). La Aca-
demia le definía por carozo, aunque
como "pr. Gal. Parte leñosa donde
están como engastados los granos
del maíz." Más liberal hoy, dice que
es "raspa de la panocha o espiga
del maíz."
BACALAO. CORTAR EL BACA-
LAO, fr. fig. Algo como estar en el
candelero, pero referida, más am-
pliamente, a una situación cual-
quiera del individuo: estar en posi-
ción envidiable, en preeminente
condición social, económica, políti-
ea, etc.
BACAL! LLO. m. Enfermedad que
sufren las gallinas, consistente en
una concreción en forma de bacal
que les cría en el intestino, cerca
del ano, cuando se alimentan con
materias calcáreas o sumamente se-
cas o astringentes, que provocan
una constipación y obstrucción de
las v'as digestivas.
2. Pan abiscochado, en forma de
bacal.
BACINICA, BACINILLA, f. "En
México significa exclusivamente
orinal." (ICAZB.) Le mismo en Ta-
basco.
"En el suelo había una zalea para
'.o.'='. pies, ima bacinilla, y hueco sepa-
\ rado para colocar un canasto cuando
: el caso lo requería." (FIDEL, Memo-
I rías, cap. II, p. 137.)
C. Rica. Gagini consigna bacenlca,
cor-iente -m casi toda la Amér. Es-
I pañola, dice; no es cierto, pues por
i acá. no se oye.
I Cu"ia. "Sinón. Aunque el nombre de
I orinal es conocido y usado en toda la
' isla, en la parte oriental se le dice co-
! múnmente bacif^ica y en la occidental,
I tibor." (MACfAS.)
I C. Amér. "Bocinica, bacinía", apun-
; ta SALAZAR G. La última forma es
I térm'p.o balo, us-ido sólo en nuestro
1 pueblo por los indígenas, que descono-
j cen en absoluto el castellano.
BADANA. ZURRAR LA BADANA,
fr. fig. líun., dar azotes y también
aplicar un castigo ejemplar que pro-
duce la enmienda.
BAGA
167 —
BAGA
"No me chifles en la caye
Pa que sarga'la bentana,
Que si mipadre s'enteía
Me ba'surrá la badana."
RODRÍGUEZ MARÍN (Cantos
pop. esp., t. II, p. 350) comenta la
frase en la nota 277 (p. 423) : "Zu-
rrar la badana: esto es, azotar la
piel."
En Zaragoza se dice "Cascar la
badana, por dar lina gran paiiza,"
según LÓPEZ Pl'YOLES Y VA-
LENZUELA LA ROSA, en la Co-
lección de voces de uso en Aragón,
que agi'egaron al Dice, de voces ara-
gonesas por BORAO, p. LXII.
BAGACERA. f. Macías, al tratar
la palabra, invoca a la Academia,
diciendo: "Lo manda la máxima
francesa: a tout seigneur, tout hon-
neur," y copia la definición que és-
ta da, ya que aceptó la voz ameri-
cana, en su duodécima edición:
"Lugar de los ingenios de azúcar,
en que se tiende el bagazo de la ca-
ña, para que secándose al sol, sirva
de combustible." Nosotros, como
Macías, invocamos la máxima a
tout seigneur. tout honneur, y se la
aplicamos a él, a quien mejor cua-
dra en este caso, puesto que tratán-
dose de esta voz, nadie está más
íiurorizado para hablar de ella que
un hi.ío de la tierra clásica de la
caña de azúcar y los ingenios, y
mris cuando ese hijo es docto. Dice:
"PTNóN. Muchos, y entre otros Ár-
bol., toman como sinónimos baga-
cera y caza de bagazo; sin embar-
ffo. bien pudiera destruirse la sino-
nimia, diciendo que bagacera es el
sitio o campo, destinado a secar el
bagazo: y que caza de bagazo es el
lugar donde se almacena después
de seco." Ni una palabra que agre-
gar a lo dicho por el Sr. Macías.
En Tabasco, tien-a también pródi-
ga en la producción de la caña y la
industria de sus derivados; que
guarda por lo mismo gran semejan-
za en ésto con Cuba, la palabra
BAGACERA no tiene ni más ni me-
nos que el propio significado que
explica el repetido autor.
PICH. trata también la voz. Ma-
cías le critica, porque escribe ba-
gazera. Nos parece científicamente
fundada la corrección: debe ser
BAGACERA, como derivado de ba-
gazo.
Méx. La consig^na el Sr. Icazb.,
Ciuien critica a la Academia que lla-
ma franle al baqazo, diciendo que es
cosa que jamás ha oído. En verdad,
rosoíros tampoco.
..."Bagasera (ce), f. El sitio en que
se asoleí el bagazo de caña, que sir-
ve de leña en los trapiches." (OCÁM-
PO.) Menos propio nos parece escri-
bir !a voz con s.
BAG ACERO, m. Bagacera.
"Allí donde — el peón nocturno pa-
ladea los sinsabores dormitando algru-
110S minutos sobre los bagaceros del
Ingenio." (MERINO, Celestina, dedi-
catoria, p. 4.)
2. Úsase tainbién muy comúnmen-
te como colectivo, para designar el
conjunto de bagazos echados en la
bagacera.
BAGAZO. Por la aplicación que
en nuestro medio pueden tener, co-
piamos las siguientes palabras del
Sr. Macías: "...incurren todos los
Dicción, españ., menos el último de
la Aca,d.. en otro error, cuando co-
pian de las antiguas edic. académi-
cas: "GABAZO, m es lo cierto
oue, como consigna PICH., "nadie
dice gabazo." Eso tuvo lugar a prin-
cipios de la conquista de América,
cuando en España se decía por co-
rruptela gabazo y murciégalo, por
ejemplo, en vez de bagazo y murcié-
lago, y de aquí que aun merezca
censura la Acad. por conserA^ar el
término gabazo (se refiere a la duo-
décima edición; en la sig. ha desa-
parecido, para honra de la Corpora-
ción) como otra forma de bagazo,
pues no puede pasar ni como meta-
BAGR
— 168 —
BAGR
tesis. Metátesis legítimamente re-
chazada, y no usada por las perso-
nas cultas, es corruptela inadmisi-
ble."
Como hay todavía en Tabasco, y
aún en otras muchas partes, gen-
tes que cometan la badomía de de-
cir gabazo, imitando a la Acad., que
dio el ejemplo de tan temeraria
aberración, bueno es que se apren-
dan de memoria la crítica del Sr.
Macías. i
ETIM. "Se deriva de baga, proce-
dente del romance baca, y éste del
abl. de bacca o baca, bava." (HA-
CÍAS). (?) ,
2. adj. "La persona abyecta o muy
despreciable." (MACÍAS). De aauí
ha nacido en Tabasco la expresión,
asaz despectiva: al bagazo, poco ca-
so, que se aplica a las personas
que por su condición- despreciable
no se les debe tener en estima. Es
muy regional esta acepción, pues a
más de que no la hallamos consig-
nada en ningiín Diccionario, el Sr.
Membreño, en su libro Hondure-
ñismos, define el bagazo: "Residuo
que queda después de esprimida la
caña de azúcar," dice: "Sólo esto
es baga?:o en estas tierras."
BAGRE, m". (Cyprinus barbus).
Este pececillo oue el Sr. García
Tcazb. describe: "Pez de río y aguas
dulces: es pardo por ambos lados
y blanquecino por el vientre; care-
ce de escamas; la cabeza es grande
respecto al cuerpo, y tiene en la
parte inferior de la boca unos hilos
como el barbo. Varía mucho en ta-
maño, y llega al de una vara. Su
carne es blanca, para muchos agra-
dable, por más que tenga cierto sa-
bor a cieno. Parece que según el
tamaño, carian las especies: el más
común entre nosotros es el Ictalu-
rus DugeslV, abunda en Tabasco;
pero no tan grande como lo descri-
be el autor, pues no pasa de vein-
te o treinta centímetros de largo.
Parece que se le confunde con el
bobo o con el juil o juile (V.), aun-
que este tampoco alcanza el tama-
ño de una vara. (1)
El BAGRE se diferencia del bobo,
por el tamaño, como hemos dicho,
y del juil porque tiene las aletas
laterales o pectorales y la dorsal
armadas de un espolón sumamente
fuerte con dientes como una sierra,
inclinados hacia la base, de tal for-
ma que el espolón entra con toda
facilidad; pero al salir hace una
desgarradura. Por esto, y porque es
muy venenoso ese espolón, al decir
de las gentes campesinas, la clava-
da de BAGRE es peligrosísima,
pues aseguran que produce el téta-
no. Los pescadores tienen aversión
y repugnancia notables por este ani-
malillo, por lo funesta que es la he-
rida causada con sus espolones, y
prefieren siempre matarlo solamen-
te, arrojándolo en seguida. Por
suerte, le reconocen muy bien cuan-
do viene en las redes de pescar, la
tarralla y el chinchorro, o en el an-
zuelo, por un sonido gutural muy
peculiar que hace el BAGRE deba-
jo del agua, desde que se siente
preso: una especie de cru, cru, de
donde le ha venido el nombre ono-
matopéyico de curuco, (V.) con que
se designa más comúnmente entre
campesinos y pescadores.
Se diferencia también el BAGRE
del juil y del bobo en que tiene
aquél baba asquerosa que le cubre
el cuerpo, y en que es mal oliente.
Es además un animal brav'o, suma-
mente irritable y de aspecto repug-
nante, en tanto que sus congéneres
mencionados son inofensivos y dó-
(1). Cházfiri, (Piscicultura en agua
dulce) lo coloca en la familia, de los
siluroideos. L,a Aoad. se acordó de él,
por fln, dedicándole su art. respec-
tivo on ]n od. 11a.
BAGR
169 —
BAGR
ciles. sobre todo el bobo, cuya sim-
plezr, ef proverbial.
La carne del bobo es apetecible,
en la preparación regional llamada
mone (V.) También la del juil es
comestible y puede suplir la del bo-
bo, aunque es menos suave. El BA-
GRE no es comestible pr.r? nues-
tras centes de campo que. dicho sea
de paso, tienen paladar más delica-
do que el mejor bnrrmés citadino.
puesto que se regalan con las car-
nes más sanas que puede haber, y,
en general, con toda clase de ali-
mentos puros. Cuan distinto, pues,
del que describe MOTA PADILLA:
"deleitoso al gusto.. . . tan sano que
a ningún enfermo se le prohibe."
(Hist. de la Nueva Galicia, cap.
IV. 1.)
E! BAGRE es pez fluvial común
de toda América, según Toro Gisb.
(Dice. Lar.)
El BAGRE (Silurus Bagre) de
que habla Alcedo en el Vicabulario
de su obra (Dice, de Amér.) no es
de espina venenosa, según la des-
cripción del autor: "la espina con-
tenida en la aleta de la espalda, no
es venenosa, come las de los de-
más bagres." Esto nos confirma en
la creerci? de que hay una confu-
sión, llr.mado bagre al bobo, o al
juil. y viceversa.
Esto mismo parece vislumbrarse
en 1? clasificación de leucus sp. ?.
Ciprínidos, que el Prof. Becerra
(Nombres Geográficos de Tab.. art.
Juilero) anota como vaga o dudosa
con el signo (?), aunoue el azte-
ouisnio corresponda más bien al
BAGRE descrito por el Sr. Icazb.
(Ictalurus Dugesii), oriundo de los
lagos de la Mesa Central. Q'ie al
nuestro o al descrito por Alcedo, to-
dos con distinto nombre científico.
Por último. RÓBELO (Dice, de
Azteauismos) dice del juil. citando
a Molina: "pescado de a palmo, que
parece trucha", y luego...: "Latín
técnií^o Cyprinus americ?.nus? Pes-
cado pequeño que vive en los la-
gos próximos a la Ciudad de Méxi-
co." Es el mismo de que habla
SAHAGÚN: "A los peces blancos
llaman amilotl, o xovili,... xovili
son aquellas bogas pardillas que se
crían en el cieno, y tienen muchos
huevos." (Historia de Nueva Espa-
ña, t. IV. cap. III. párr. 4o., p. 60.)
Tampoco este es nuestro juil, ni el
BAGRE; menos el bobo.
Ríopl. El bagre de estas regiones
parece el mismo que describe Icazbal-
ceta: "P.?z de los ríos, sin escama,
de color pardo atigrado, cabeza gran-
de a proporción de su cuerpo, pocas
espinas y gustosa carne amarillenta:
armadas las aletas y el lomo de sen-
das espiras nn'v aenidas. rí-cias y ase-
rradas, con los dientes inclinados ha-
cia su raíz, cuya herida se reputa en-
conosa: voraz: amigo de vivir donde
hay fango, en la costa y junto a las
barrancas: y del cual hay varias es-
ní^cies. algunas de colwsal tamaño, dis-
tineruidas por nombres particulares."
(GRAXADA. Vocabulario rioplatense,
p. 97.)
Sin embargo, también se parece
al nuestro en lo del espolón aserra-
do y venenoso. La dificultad para
identificar las especies estriba en
n^e los autores no dan la clasifica-
ción de cada uno y sus nombres
científicos. Por eso la Acad., más
ppre?. en el hablar, no trata de púas
ni de que viva en el fango, si bien
parece que copió a Granada en lo de
la "carne amarillenta y sabrosa."
Por último, y para que nada fal-
te al pececillo de marras, henos
aquí con que su nombre es de orí-
fren náhuatl o azteca (?). se«nin el
Sr. F. Ferraz. quien en sus Nahua-
tlismos de Costa Rica, dice: "Bagre
es un pescado de feísimo aspecto,
que repudian las gentes, y por ex-
tensión se da vulgarmente este
I nombre a las rameras de ínfima ra-
lea y de asquerosa condición. En
lengua Brunca o Boruca hay ibagre
BAGR
170 —
BAIL
— 3a. pers. sing. del verbo parir,
pero no hallamos la relación de es-
ta idea con la otra, y preferimos la
etimología mexicana (?) que, he-
chas las alteraciones correspondien-
tes (b por p, g iior q, r por I) nos
parece ser el adjetivo verbal pá-
quilli — burlado, mofado, de paqui —
hacer ludibrio o juguete do alguna
cosa, forma especial de paca — la-
var, estrujar o apon/jar los trapos,
con el sentido que tiene en PAC-
cotlaua — afrontar, ultrajar, injuriar,
a alguno, "echarle los trapos a la
calle," lavarle la ropa sucia (cotí —
pieza de tela)."... ¡Pura! ¡No ha-
bíamos visto mayor habilidad para
los juegos de prestidigitación con
las palabras! Ya en ese teri'eno,
¿por qué no derivarlo directamente
de porquería?, de esta o semejante
manera: p (or) — q (uo) — r (ía) ; ha-
cemos las transformaciones de p
por b, q por g (la r no hay que cam-
biarla) ; ahora cambiamos or por a;
suprimimos ue, y ¡paf!, bagre! Por
este procedimiento no habría difi-
cultad en probar el origen bíblico
de Babel, en todas las lenguas.
2. adj. Metafóricamente y por
analogía con el pez, suele decírse-
les BAGRES a los hombres blancos,
mejor dicho chelos, simples o de
mala catadura, que unen su poco
atractivo físico a su aspereza en el
trato.
Col. "Desairado, charro." (TORO G.,
Dice." Lar.)
Perú. Ku1er fea y desprecial lo.
(PALMA, Papeletas, p. 29.)
Ríop! y Ptú. "Fam. Mojer muy
fea." (ID., ibid.)
Chil^í. "B-\gre (B<^r comot . — an^ —
loe— feo, atroz." (ECHEVERRÍA." p.
Hond. V Salv. "Persona mviy lista."
(ID., ibid.)
Hond. "Por lo re.<?baloso, quo al que-
rerlo .'tpretar se desliza fárilmente,
conmaramos con ¿1 a la per.sona astii-
ta, lista, que no cae en las redes que
se le tienden. Ud. es un bagre."
(MEMBR.)
C. Rica. "Entre nosotros se aplica
<]ieha palabra a las mujeres públicas
do peor especie y también a un pez
que probablemente es el mismo de...
que habla Clavijero...: "El barbo dt
río, conocido con el nombi-e de bagre,
es del tamaño del bobo e igualmente
exquisito, pero nocivo si antes no se
despoja su carne, con jugo de limón
o cualquiera otro ácido, de cierta ba-
bí' o líquido viscoso que tiene." (Sto-
ria antica del Messico, 1780.)
BAGRE-SAPO. m. Nombre que
se da también al guarasapo, gusara-
po (V.) o renacuajo.
Arg. y Bol. BAYO, p. 25.
BAILARÍN, m. Mote qué se apli-
ca a los políticos que cambian fá-
cilmente de casaca; aunque, en ver-
dad de verdad, este es mal de que
casi todos adolencen. Político que
se cuela y figura en todos los par-
tidos y en todas las épocas, no que-
riendo ser nunca, (o no siendo) de
los ca'dos. El BAILARÍN siempre
está arriba.
2. Carantoñero, adulón, ganagracia,
obsequioso en demasía, que quie-
re agradar a todo el mundo.
BAILE, m. BAILE DE MÚSICA.
"Llájiianse bailes de música, en el
campo, los públicos de convite o de
pensión, donde hay orquesta, y se
baila contradanzas o walses, para
distinguirlos de los changüis, o gua-
teques, reuniones con carácter de
familia "es en que sólo se baila el za-
pateo al son del tiple, la guitarra o
el arpa,' y del canto de los guajiros."
(Arbo!., apud. MACÍAS).— "En Ve-
racruz dicen los jarochos baile de
sones en contraposición de baile de
música " (MACÍAS).
Semejante a la de Veracruz, con
cuyas costumbres regionales tienen
mucha semejanza las nuestras, es
la clasificación de nuestros bailes
por la gente del pueblo. Llámanse
bailes de pieza, o bailes de música,
a los de orquesta o en que se bai-
lan walses, danzas, etc., en contra-
posición de los bailes de son, en los
BAIL
171 —
BAIL
cuales sólo se bailan zapateos o za-
pateados, en sus diversas especies:
jarabe, toro o torito, asistoy, etc.,
; cuya música esiá compuesta por
el indispensable violín, la guitarra
' la jarana o jaranita. Estos bailes
populares van de ordinario acam-
í, uñados del canto de los bailadores.
:;uG alterna con las bombas en el
zapateado. V. ZAPATEO. JARABE,
TORO. ASISTOY, BOMBA.'
El baile de son es el baile verda-
deramente popular y sobre todo
campesino, por lo cual se llama
más comúnmente baile de ribera.
La bebida de estilo en ellos es el
tepache o guarapo, o el baiché, en-
tre los indígenas: en tanto que en
los bailes de pieza ya se toma cer-
veza o licores de superior clase.
Los bailes de pieza están reserva-
dos pai*a la clase media, y, en ge-
neral, para las clases sociales su-
periores, principalmente en las po-
blaciones de alguna importancia. A
estos puede muy bien aplicarse la
clasificación con que el notable
costumbrista D. José T. Cuéllar in-
mortalizó esta diversión entre las
clases sociales de ¡a Ciudad de Mé-
xico, en las siguientes líneas: (1)
"Son dos cosas enteramente distin-
tas dar un baile y hacer baile, co-
mo fon distintas también dar una
comida o hacer com.lda.
"Da, tin baile la persona que con
cualqiñer pretexto de S'oleranidad
invita a sus amigos a pasar unas
cuantas' horas en su compañía. El
pretexto es lo de menos, el objeto
principal del baile es estrechar los
íl). La «ente del piiel)lo en México,
llama sarcásticamontc a unos bailes
que se hacen entre la srente de cla.s-
nied'P. y de conducta dudo.<5a, halles d"!
tono: '"Aquí es,... conozco la casa
como mis manos: sino que como es
bail«i de tono, lo-? ooncurrí-ntes vií^nen
tarde." -FACUNDO, Baile y Cochino,
cap. vri.)
vínculos de amistad y los lazos so-
ciales por medio de la amena dis-
tracción que proporciona a sus ami-
gos.
"En este caso los amigos son los
que se consideran obsequiados y
favorecidos, y después de concurrir
al baile, en virtud del convite, es-
tán obligados a hacer una visita
al anfitrión para demostrarle su re-
conocimiento, y luego hacer enten-
der que corresponden a la intención
social del convite de estrechar y
frecuentar las amistades.
"En este sentido también se to-
ma dar una comida, dar un té, dar
un concierto, etc.
"Ahora bien; hacer baile, es reu-
nir música, refrescos, luces y gen-
tes para bailar, comer y refrescarse,
y santas pascuas." (Baile y Cochino,
cap. I, pp. 3 y 4.)
Hay también los bailes de carna-
val, bailes de máscaras o mascara-
das, llamados bailes de harina en
la costa sur del Pacífico, según es-
tas palabras del Sr. CHAVERO:
"Los colimotes sustituyen los bailes
de máscaras con sus originalísimos
bailes de harina. El calor haría im-
posible llevar un?, careta; pero el
hombre sabe suplir a todo, lo mis-
mo a las necesidades que a las di-
versiones. Y todavía hay filósofos
que de bípedo despreciable lo ca-
lifican. Parece que estas bailes de
haiina fueron llevados de Tepic, de
donde son originarios... Estos bai-
les sustituyen a ntiestros cascaro-
nes y a nuestras mascaradas, y ellos
forman ia delicia de la cuaresma de
Colima." (Obras, t. I. cap. XII. pp.
46 y 48.)
Los bailes populares de carnaval
se llaman bailes de cinta, bailes de
toldo, o de tarima, porque se cele-
bran en toldos (V.) al aire libre,
en las plazas públicas, generalmen-
te sobre un tablado. Parece que és-
BAII,
172 —
BAJA
tos son de origen maya. (1). Existen
también en Veracruz.
Existían hasta hace poco tiempo i
los bailes indígenas, de que nos ha-
bla Gil y Sáenz, que se celebraban
en. 1 ?, s festividades religiosas:
"Cuando conclujen, empiezan en la
misma Iglesia a tomar pozol y bal-
ché. Balché es una bebida que ha-
cen de la agua de caña y un palo
llamado balché que fermenta y em-
briaga, ínterin, están en la Iglesia
bailando el caballito, el pelícano, el
gigante, el San IViiguel y otros bai-
les, vestidos a la antigua española,
con medias largas de color azul o
blancas; zapatos con cascabel en
los pies; calzones cortos de color
y de estrañas franjas de listado;
sus cuellos, cintura y hombros,
adornados de pañuelos y bandas de
color, con máscaras de madera y
con largas trenzas imitando a al-
garas animales, y a personas, con
sable o machetes de palo, en una
mano, y en la otra un pañuelo que
flamean. Seguramente los misione-
ros para quitarles los bailes gent"'-
licos, se los fueron sustituyendo ale-
góricamente con otros de la Biblia, ;
que en algo se lo asemejan. El bai- ^
le del frisante, que es David matan- |
do a Goliat, se asemeja a sus sa-
crificios; así el del caballo, a la ado-
ración que hicieron de este animal
traído por el conquistador, etc., aún
en sus gritos y ayes prolongados
cuando están haciendo estos bailes,
o con un estuche o chinchín en
man-o; no parece sino que oímos sus
(1). "Los bailes mayo.s de la cinta y
de la culf>bra. aportados a TaJ^p-^co
por los colonos do la Península Vi-"-i-
troa, eran dignos de verse por el aire
pastoril y el festival de colores co-t
que brillan los snipc-s de ad\iltos rí ■
bronceada faz y las g-iiapísimas choc.-'s
de Atí'sta con la sanprre aún exenta
de sínii.s. donación euronea de malfsi-
i^Tt p-n.sto y peores resultados." (ME-
lilNO. Ruta, XI, pp. -12-3.)
gritos feroces, ante la víctima que
sacrificaban. Estos bailes los ha-
cen en la Iglesia; salen unos ne-
gros y el templo se vuelve un tea-
tro, o una plaza de toros que tan-
to llama la atención del viajero. Al-
gunos respetables y piadosos párro-
cos han querido con modos quitar
estas costumbres, y en parte se irá
consiguiendo." (GIL y SÁENZ,
Comp. Hist. Geogr. del Est. de Tab.,
cap. XXIX, p. 2160
Por último, son BAILES DE CAN-
DIL los que se hacen entre cierta
clase de gente pobre; pero de con-
ducta dudosa, llamados así por el
alumbrado que se usa, a cuya luz
lo común es que brillen por su au-
sencia la moral y las buenas mane-
ras.
"En casa de seña .Jutina Sosa,... se
daban todos los sábados bailes de can-
dil, donde la gente non .".anta, rabia-
ba..." (MERINO, Celestina, VII, p.
130.)
BAJA. f. Acción y efecto del ver-
bo bajar, especialmente hablando
de las aguas, cuando descienden de
nivel, al terminar la creciente, que
es lo contrario.
"Hay Inundaciones generales que cu-
bren casi todo el terreno del Estado;
y que a la baja de las asrups, ya que-
I da naturalmente abonado." (GIL. y
SAENZ, El Caporal, p. 28.) — "Había
quedado (una troza) como un puente
' a través de una zanja, a la baja de
las aguas." (MERINO, Juana Santa
Anna, XIII, p. 106.)
2. En las monterías se llama así
la operación que consiste en hacer
descender la madera por los ríos, a
merced de la corriente, en piezas
, aisladas cuando aquellos son corren-
I tosos, hasta el recogedero, y de
aquí, a favor de la corriente tran-
i quila, en balsas, hastr los puertos,
o hasta la desembocadura de los
ríos, donde se hace el embarque. V.
ARRASTRE.
BAJADA. í. "Camino o senda por
donde se baja de un lugar." Nos-
BAJA
-- 173
BAJO
otros lo usamos por lo común, no i
en esa acepción, sino en la de pen- \
diente: "cuesta o declive de un te—
rreno," con relación a la parte de
arriba, así como decimos subida, a
la misma cosa, con relación a la
parte de abajo.
BAJAGUA. f. "Tabaco ordinario y
de mala calidad. Generalmente es
el que se coge de las hojas de aba-
jo, cerca del suelo." (RAMOS y
DUARTE.)
Más comúnmente se llama ba-
jera. (V.)
BAJAR ADA. f. Vaho abundante y
maloliente que sale con fuerza de
cualquier lugar estrecho o cerrado;
de un teatro u otro sitio en que hay ■>
aglomeración de gente. Aire cálido
y pesado que se despide p-or vir-
tud de la transpiración.
La pronimciación viciosa del vul-
go asigna b a esta voz; pero debe
ser con v, como derivada induda-
ble da vaho.
BAJERA, f. Nombre que se da a
las hojas de la parte inferior de la
planta del tabaco; generalmente or-
dinarias y manchadas. Elaboradas
estas hojas producen la clase de ta-
baco del mismo nombre, flojo, mal
oliente, de calidad inferior. Lláma-
se también bajagua, aunque el nom-
bre más común es aquél.
"Ya desde allí aa va escogiendo, el
que es bajera, congiiillo, y hoja bii»-
na, j' .se van haciendo ensartas." (GIL
y SÁEXZ, El Caporal, p. 79.)
Méx. Kn Guorroro dicen tabaco ba-
jero. (R.\MOS y D.)
C. Am. "Tabaco inferior. Holandeta,
holandilla." (SAL. GAR.)
C. Ri-a. GAO! NT, p. 82.
En Álava se usa la voz con el va-
lor de diarrea (BARAIBAR. Voc. de
palabras usadas en Álava), al igual
que en Rilbao (ARRLVGA. Lex del
bilbaíno).
Ríopl... Nos hallamos por aquí que
bajera es una pieza de los aperos de
montar: SELVA. Guía del buen decir,
p. 191. y GRAXAD.\. Voc. ríopl.. p. 100,
que la describe: '"Pit-za del rt-cado de
montar, que consiste en uha manta
pequeña de lana o algrcdón, la cual se
aplica soore el lomo de la caijalgadu-
ra y sirve de sudadero. Llámase tam-
bién jerga,"
BAJIAL, m. Cierta zona de terre-
no bajo, situado aún en terrenos al-
tos de lomerío, el cual está cons-
tituido por un subsuelo blando y
constantemente húmedo, que se
vuelve cenagoso en épocas de llu-
vias, a causa del agua que se es-
tanca. El BAJL\L se caracteriza por
ciertas plantas que se crían en él,
como la navajuela (V.), propia de
los terrenos húmedos, el jahuacte y
algunas otras palmeras. Es un co-
lectivo de bajo; un lugar donde hay
muchos bajos: un tei-reno sembra-
de bajos. V. ACHAGUAL.
"En tres grandes secciones pueden
considerarse divididos los bajiales y
popalerías de la Municipalidad." (MA-
TL\S P. PIEDRA, Descr. geogr. del
Mun. de Jalapa, Tah.. MS., 1909, p.
7.) — "A la misma sección correspon-
den los bajialejs que existen en los
espaldares del vecindario "Río de Tea-
pa" y "Pueblo Nuevo". (ID., ibid.)
"Momentos después Pedro y su com-
padre el músico amljulante, . . . mar-
chaban por el interminable camino que
al través de grandes Iwsques, bajiales,
potreros y ríos conduce a Cárdenas."
(COFFIN, Gral. Gutiérrez. XIII, p.
93.)
' "Maravillas olorosas
De las cercas del bajial,
Que es la bella Flor del alba
La dulce y buena deidad.
Que adoran los corazones
De aquel humilde lugar."
(ALTAMIRANO, Rimas,
Flor del Alba, p. 2.)
BAJO. m. Hundimiento del terre-
no, aun cuando éste sea alto; es
una porción que se encuentra a ni-
vel inferior del terreno circundante,
en la cual por lo mismo se enchar-
can las aguas llovedizas y aún de
filtración, manteniéndose por esto
húmedo y blando. V. BAJIAL,
i ACHAGUAL, POPAL.
BAJO
174 —
BALA
"La última sección (de terienos
pantanosos) se encuentra hacia el
Oeste de esta cabecera (Jalapa), com- '
prendiendo los bajos y popales, deno-
minados "Huanal" y "Florida." (i\I.
P. PIEDRA, Descr. del Mun. de Jala-
pa, Tab., MS., 1909.)
2. En el lenguaje geográfico se
llama así también el banco forma-
do por aglomeración de limos o alu-
viones, muy común en nuestros
cía o de los valores comerciales en
general.
BALACEAR, a. y pr. Tirotear, ti-
rotearse, en fuego de fusilería, o
de pistola, graneado o nutrido. T)í-
cese también balear. De aquí se
han formado los derivados baleo,
balaceo y balacera, que se usan por
tiroteo; baleado, balaceado, herido
ríos, y en donde por lo mismo és- ^^ i>^ia, y balazón, tiroteo prolonga-
tos presentan muy poca profundi- ^^' aumentativo de baleo o balaceo,
dad, a veces insuficiente para la ICAZB. da balear y baleo.
navegación.
"Bajaba desdo la Iglesia de Esqui-
pulas en medio de un baleo tan nutri-
do que ¡os soldados se abrían en uos
rías." (MERINO, Juarsa Santa Annr.
XI, p. 86.)
t ,, , i- , Méx. RAM. y D. consitrno bil-^nr
encuentra en ellos obstáculos sino en^ por fusilar. En Taba seo ñltiene esta
acepción. Baleado y baleo, con nuestra
"Por lo que respecta al curso ini. -
rior o sea la región marítima de 'es
ríos Usumacrnta, . . . Gri jaiva, ... y Ba-
jo Tulijá, ... la navegación fluvial no
contados lug-ares:... en el lucrar d'^l
curso del Gri jaiva llamado "Acacr,;"-
pam", que queda .5 kilómetros abain
de San Juan Bautista,' y en alpuncs
tramos del Usumacinta, comprendidos
entre Tenosique y Montecristo. En ra-
tos sitios del cauce de ambos ríos
existen bancos de arena que en el
estiaje dificultan el paso de embarca-
ciones de calado mayor de 6 pies; ta-
les bancos no son debidos seguramen-
te a la t^xistencia en el cauce de ca-
pas de terreno resistente que la co-
rriente no puede socavar, puesto que
en toda esta región déltica de los ríos
tabasqueños, esos lechos son de natu-
raleza aluvial e inconsistente; por lo
tanto, es de presumirse que dichos
bancos — en la g-eneralidad de los ca-
sos— son producidos por las irregula-
ridades del cauce mismo, esto es, por
f.se fenómeno general del transporte
intermitente de I03 aluviones y mnte-
riales del lecho hacia el mar, de don-
de resulta la tendencia general do lo'?
ríos a fraccionarse en altos y bajos
fondos ("bajos y "Dci-^.mt", dic-n en
Tabssco)." (GONZÁLEZ, Los Ríos de
Tabasco, pp. 98-99.) — "I'n efecto se-
mejante al de las anclas y cadenas,
aimque menor por no llegar hasta el
fondo, producen las hélices de los va-
pores, y así se ha notado que con el
cada día más frecuente tráfico, hp me-
jorado algo el referido banco o '"^ajo"
de "Acachapam", en el río Grijalva."
(lO.. Ibid, p. 100.)
BAJONAZO. Aument. de baja.
Disminución rápida y de gran mag-
nitud del precio de una mercan-
I misma significación.
"Haciendo desde ellas (las trinche-
ras) los estragos que pudieron balean-
do de una parte y de otra todos los
días." (Gaceta de Méx., abr., 1736.
Como se ve el verbo e§ de i'so an-
tiguo.— Las familias... trataban de
salir rápidamente del paseo, temerosas
de que la balacera continuara." (Ex-
celslor, Méx., febr. 11 — 918.) — "Peralta
probablemente temeroso de que fuera
balaceado por su enemigo, se previno
e hizo fuego sobre él." (ID., ibid.)
Venez. El Sr. RIVODO (Voces
Nuevas) cita el verbo balear entre los
que deben figurar en el Diccionario,
por ser generalmente usados.
C. Rica. GAGINI consigna que co-
lombianos y chilenos dicen abalear o
balear poi- fusilar, y que en su patria
significa herir con bala. "Casi nos
atrevemos a sostener — dice — que es-
te verbo es necesario, puesto que no
corresponde exactamente a fusilar ni
a herir: en efecto, el primero dice
más de lo preciso, y el segundo no
especifica la clasa de arma."
C. Am. SAL. GAR. escribe: "balear:
petardear (vulg.) Balear por fusilar,
dicen en Sud América; pero balear,
aunque neologismo, sólo siflniflca he-
rir con bala."
BALANDRO, m. Toro G. registra
en el Dice. Lar. balandra: "límbar-
cación de cubierta, que tiene sólo
un palo, con cangreja y foque. Ba-
landro, balandra pequeña."
BALA.
— 175
BALCH
Entre nosotros se usa comúnmen-
te balandro para designar aquélla,
y el diminutivo balandrito, para és-
te. Aumentativo, balandrón.
BALANCEABLE. adj. Capaz de
ser sometido a balance. (TORO
GISB., Dice. Lar.)
BALANCEO. Neol. "Movimiento
oscilatorio." (TORO GISB., Dice.
Lar.) Hace ya largo tiempo que en-
tró al uso de la gente culta, y aún
del vulgo; sin embargo, todavía la
Academia le cierra sus puertas a
piedr?, y lodo.
•Sill'ando en todas partes con un
contento que le salía en el balanceo dc-
.«u cuerpo adiposo y chaparro."
(RODR. BELTRAX. Pajarito, IX. p.
1 ;3. )
BALANCEOSO, SA. adj. Que mu-
cho se balancea; se dice especial-
mente de las embarcaciones, "ca-
yucos" en Tabaseo. TORO GISB.,
(Dice. Lar.) da balanceante: nos pa-
rece que este adjetivo más bien ex-
presa el estado de un cuerpo que
se encuentra en balanceo.
BALARRASA, m. Término de ger-
mania. con que se designa entre be-
bedores al aguardiente ordinario,
que es la bebida de clase inferior y
de uso común en el bajo pueblo por
los torrachitos callejeros. Llámanle
también zorro, blanco, etc. V.
AGUARDIENTE.
— "¡Qué importa, hombre! Balarra-
sa es lo que paladeo mejor. ¡Demo-
nio! Ya que de beber se trata, que
nos arda el gaznate." (GONZÁLEZ
PEÑA. La Chiquilla. IV. pp. S4-.5.)
Méx. RAMOS Y DUARTE, igual sig-
nificación.
En España significa "Aguardien-
te de mucha graduación e Ínfima
calidad." (BARÁIBAR, Voces de
Álava.)
BALBO, BA. adj. Tartamudo, tar-
tajoso.
He oído esta voz, en el lenguaje
culto, por personas versadas. Es tan
buena como balbucir, toda vez que
deriva del latín balbus. La Acade-
mia no la ha adoptado; será cuan-
do más una voz antigua. La regis-
tra Terreros.
"Año 82.3. "Acatl. Comenzó en este
año a reinar en Tollan Huetzin, . . .
Gobernaba... en el imperio de Orien-
te Miguel II llamado balvo por tarta-
joso." (VEYTIA, Tezcoco, p. 262.) (1)
BALCH É. m. Bebida fermentada,
compuesta de agua de caña de azú-
car y un palo llamado balché o
guarapo, de jugo embriagante, y del
cual toma su nombre. Agrégansele
comúnmente algunos granos de
maíz tostado y panela. Fermenta
por dos o tres días. Es la bebida
peculiar de los indios, indispensable
en toda clase de festividades: ve-
lorios, responsos, fandangos, etc.
Corresponde más o menos al gua-
rapo mexicano, con pequeñas dife-
rencias en la fabricación, por el em-
pleo de algunos ingiedientes di/
tintos. Llámanle también guarapo y
tepache, aunque el nombre genérico
es el de BALCHÉ, propiamente.
"Cuando concluyen, empiezan en la
misma Iglesia a tomar pozol y balché:
balché es una bebida qvie hacen (los
indios) de la agua de caña y un palo
llamado balché que fermenta y em-
briaga Poniéndoles en el lugar
que ocupa cada convidado..: conser-
va, balché y pozol, o chorote... Los
convidados... se hincan delante de
una Cruz, qu^ bajo de ella están las
ollas dé balché..." (GIL y SÁENZ.
Comp. hist. geogr. de Tab., pp. 216-
217.) — " Las doncellas más vivas es-
canciaban el balché y lo .servían en
jicaras." (MOLINA SOLÍS, Hist. del
Descub. y Conq. de Yuc, o. 257.) —
"Gustaban del balché, o hidromel, pe-
ro excusaban la presencia del marido
o de sus amigos, para catarlo." (ID.,
ib., p. 267.)
fi) L,n tabla cronolóerica en que se
h.iila p.sta cita de la obra, parece srr
del editor Bustamante. aunque no
lo expresa: pero es .«jaliid.-i la mala
' costumbre que este sf^ñor tenía de in-
tercalar lo de su cosecha entre lo aje-
¡ re quo editaba.
BALD
176 —
BALS
2, Nombre de la planta misma,
cuya corteza especialmente es la
jQUíi se emplea en la fermentación
del agua de la caña de azúcar, pa-
ra 1;', fabricación del baiché.
BALDADO, DA. adj. Tullido, úsa-
se más como sustantivo.
B \LDE. m. Cubo. Para la Acade-
mia balde es el cubo "más ancho
por el fondo que por la boca", pa-
ra nosotros es lo contrario: más
ancho por la boca que por el fon-
do. Además, para la Docta Corpo-
ración es específica de la marina
esta voz, en tanto que para nos-
otros es genérica y designa el va-
so grande con asa en la boca, apli-
cado a cualquier uso.
"Las ancianitas coriian con sus
baldes llenos de chorote y .sus jica-
ras" (COFFIN, El Gral. Gutiérrez,
XXVíIT. p. 220.)
Venez. PICÓN FEBRES, p. 44.
BALDEAR, a. Lavar los pisos, el
suelo en general, arrojando el agua
con balde, cualquiera sea el lugar
lavado. Se baldea una calle, un pa-
tio, la casa, etc.
Arg. "Sacar ag^ua repetidas veces
con el balde, particularmente del po-
zo y para echarla a tina bebida, baño
o estanque." (GARZÓN, Dice, argenti-
no, p. 47.)
BALDEO.' m. Acción y efecto de
baldear.
BALDOSA, f. Se dice comúnmen-
te por losa, en vez de darla la acep-
ción académica. "Especie de "ladri-
llo fino, cuadrado, d9 diferentes ta-
maños, que sirve para solar."
Méx. "Cayó sobre las baldos-ris (de
un patio), sin exhalar un fírito." (G.
VIGTlv, Cuentos, p. 28.) — "T.,a fuente
secular... con surtidor d»^ fvrftnito...
del cual salía srueso chorro de ;mua
cristalina... que cuando el viento...
le hpcíi podazos. in'i"dít'~;> l'is h^ld<-i.
sas d<^\ contorno." (DELGADO, Ange-
Ijp-,. T-- ^ oitpg doi Sr icnzh.
BALERO, m. Boliche. ".Juguete
de madeni o hueso, que se compo-
ne dp i'n pal'O terminado en punta
por '-n extremo y casi una cazoleta
en el otro, y una bola taladrada
I sujeta por un cordón al medio del
palo y que, lanzada al aire, se pro-
cura recoger en la cazoleta o ensar-
tarla en la punta." (Dice.) A Bale-
ro no da la Acad. otra acepción que
la de molde para hacer balas. Es
mexicanismo.
"Por aquí, unos se entretenían con
el balero, en el que mostrában.se muy
hábiles. ' (CUBAS, Recuerdos, p. 41,5.")
BAL02A. f. Larva nocturna muy
nociva que ataca y destruye los al-
macigos, especialmente del tabaco.
"En los semilleros suelen perderse
muchas plantas por el ataque de va-
rios insectos nocivos;... los más per-
.iudicialcs, que hacen sus estrag-os
por la noche, son: el gusano, etc., y
las larvas llamadas balozas; para ex-
terminarlos se les hace la caza."
(KRAUSE, Cultivo del tabaco, p. 91.)
BALSA, f. Nuestra BALSA es la
misma que define la Academia; pe-
ro difieren enteramente en cuanto
a sus usos. "Empléase — dice la Aca-
demia— para navegar en ríos y la-
gunas, y, en caso extremo de nau-
fragio, para salvar la vida en los
mares."
En nuestro Estado, la BALSA no
sirve ni para navegar, sino por me-
ro accidente, con todo y que son
tan abundantes l'Os ríos y las lagu-
nas, ni mucho menos como salva-
vidas. Es simplemente la forma co-
mún en que se baja en los r'os la
madera de las monterías, labrada
en trozas, cos.i que se facilita por
la anchurosidad de los ríos y su
tranquila corriente. Es semejante
a la jangada suramericana, de que
tan magistralmente habló el inmor-
tal imaginativo Julio Verne, y que
Toro G'. define (Dice. Lar.): "Arma-
día de maderos que se transportan
río abajo."
Parece que la BALSA de los paí-
ses de aquella región del Nuevo
Mundo es embarcación de una so-
la pieza, según la descripción que
de ella hace BAYO y que copiamos
BÁLS
177 —
BALS
por interesante y curiosa : "Embar-
cación construida con un palo muy
liviano, llamado "palo de balsa",
muy adecuada para navegar por
ríos como los tributarios del Beni,
de poco fondo y rápida corriente.
Cada balsa consta de siete palos,
de los cuales el del centro, que es
el más largo, se llama "pescuezo",
porque al remate forma la proa. A
uno y otro lado del pescuezo están
los "huatiris"; vienen después los
"maestres", y los de cada costado
extremo son las "voladoras". Dos o
tres balsas unidas, forman el "ca-
llapo". Las "guarachas" son los
asientos laterales foj-mados en el
"callapo."
También se forma la BALSA en
Tabasco, imiendo dos o más embar-
caciones con barrotes, cuando se
trata de transportar animales u ob-
jetos en gran cantidad. V. MONTE-
RÍA.
"Allí se encuentra primero el sitio
denominado "El Guarumo" y después
<■! liiir'.tlo "Tulucal," donde se esta-
- clonan ¡as pequeñas lanchas (ca>TiCO.s>
de los "recogedores" de las piezas de
las maderas preciosas (caoba y cedro)
que descendidas flotando sueltas des-
de las "monterías" de las márgenes
del Alto Usumacinta y sus afluentes
superiores, son realmente pescadas
por los tripulantes de estas emb-nrca-
cio"es. para formnr con ellas las" "bal-
sas" que serán después remolcadas
por el Bajo T'.Tumacinta hasta los
puertos de exportación del Golfo de
MtKico." (GONZÁLEZ. Los Ríos de
Tabasco, pp. 27-28.) Curiosa es tam-
h'ién la descripción que de ella so ha-
ce en el Dice. Univ. de Hist. y Geogr..
t. I del Apénd.. VIII de la obra, p.
^172. art. "Caminos", etc. Dice así:
"Además dé las barcas, se ser\-ían
(los mexicanos) para el paso do los
ríos, de un amaño particular, llamado
ba!si .oor los españoles. Era un tabla-
do cuadrado y de cerca de cinco p'e-
de larg-o, compuesto de otatli o cañas
sólidas, atadas sobre alg'unas calaba-
zas grandes, duras y vacías. Sentá-
banse en ellas cuatro o cinco pasaje-
ros a la vez, y eran conducidos de una
orilla o otra, por uno, dos o cuatro
nadadores, que tomaban un ángulo de
la balsa con una mano, y nadaban con
la otra. Todavía se usa de este arti-
ficio lejos de la Capital, y el abate
Clavijero pasó así un río de la Mixte-
ca el año de 1739. Es un modo se-
guro de atravesar los ríos, cuando la
corriente es igual y tranquila: pero
arriesgado en las impetuosas rápidas."
Aunque Tabasco es un lugar que está
"lejos de la Capital", protestamos que
por allá la balsa no se usa para na-
vegar, por la abundancia de cayucos
y canoas.
BALSERO. Para nosotros BAL-
SERO no es solamente "el que con-
duce la balsa", como para la Aca-
demia, pues nuestros BALSEROS
además, como dio© COFFIN (El
Gral. Gutiérrez,*!, p. 6 ) son "los
que recogen en grandes balsas las
piezas en los ríos y las conducen
a favor de las corrientes hasta los
puertos de mar para la exporta-
ción." Es decir, que Jos BALSEROS
no solamente son los encargados de
transportar la balsa, sino de hacer-
la antes, ai)ortando todos los ma-
teriales para ello, reuniendo y dis-
poniendo convenientemente la ma-
dera para el caso.
La acepción, pues, es algo más
amplia y por io mismo distinta de
la académica.
2. Montón, rimero, hacinamiento.
Es voz usada sólo vulgarmente en
est?. "acepción: un BALSERO de
maíz, de palos, etc.
BALSÓN, m. Río-ciego, es decir,
sin desagüe; generalmente corto y
muy ancho. Los BALSONES son
propios de los terrenos de serranía,
donde constituyen grandes depósi-
tos de peces y animales acuáticos,
: en medio de los bosques. V. CEGAR
y RÍO CIEGO.
BALSOR I N A. f. Cierta tela, seme-
jante a la de seda, que fue muy
usada por las mujeres hasta hace
poco tiempo. Es mexicanismo.
"Pañolones balsorina. . ." (El Parti-
; do Liberal, p. 46. Sept. 17-1S81.) —
j "Tengo ya comprados unos cortes de
1 balsorina primorosos." (PATNO. Fis-
12
BALÜ
178
BANC
tol, II, cap. Xí^ir. p. 71G.) — "Los lati- .
dos de su pecho se notaban sobre los
plieg-ues de una elegante bata de bal-
sorina." (ID., ib., cap. XLVIII. p. 018.)
BALUMEN. m. Barb., por balum-
ba o balumbo. Se usa hablando de
la carga que colma la embarcación,
sobresaliendo mucho arriba de los
bordes, principalmente cuando esa
carga es voluminosa y de poco pe-
so. El BALUMEN hace balancear-
se mucho al cayuco celoso, es fra-
se muy común en el lenguaje cam-
pesino. La Acad. da balume, cuya
terminación no nos parece mejor
que la del nue§tro: balumen, te-
niendo en cuenta ^.(iemás la afini-
dad fonética con volumen, de donde
se deriva.
BALUMOSO, SA. adj. Existiendo
el sustantivo balume, nada raro es
que el vulgo haja formado el balu-
moso, sa, para calificar lo que tie-
ne mucho balume: balumbo, voca-
blo éste qtie, atenta la definición
académica, tiene más carácter de
adjetivo que de sustantivo. El Dic-
cionario no consisrna este adjetivo;
mas si es reprobable, reprobables
son también en igual grado baluma,
balumba, balumbo y balume que,
como derivados de volumen, prohi-
ja la Docta Corporación, no sien-
do como no son sino meras corrup-
ciones de esta voz.
BALLASTRINCA. f. Ballestrinca.
"Sob"enombre de una de las vuel-
tas o amarraduras, que se hacen
a bordo." (Dice. Marít., art. Bailes-
trinque.)
Cuba. MAGIAS, citando a Chao y a
Domínguez, reproduce la descripción
de Pich. que como magistral consig-
naremos aquí también: "lazo para
atar la soga O corcel a otro cuerpo,
dando una vuelta entera que cruza el
cal?o de la izquierda sobre el de la de-
recha; continúa el mismo a dar otra
vuelta entera por dobíi.io de la pri-
mera, y concluye, metiéndole por so-
bre el último hilo de la derecha; en-
tonces se tiran los dos cabos en sen-
tido contrario para apretar el lazo." -
Ningún autor de provincialis-
mos consigna la voz, exceptuando
a Toro Gisb. que la registra en su
libro Americanismos (p. 225).
EALLÍ o BALLIL. m. (Desmo-
neus oxyacanthus. Mrt.) Palmera
de tallo nudoso, delgado, de canutos
prolongados, como de dos centíme-
tros de diámetro, y sumamente lar-
go. Se era en las selvas de los te-
rrenos bajos a orillas de los ríos,
subiendo entre la fronda de los ár-
boles hasta alcanzar gran altura. La
vaina de las hojas está erizada de
espinitas finísimas; de mayor ta-
maño, pero dispersas, se continúan
ñor todo e\ dorso del raquis de la
hoja.
El tallo de esta planta es muy
usado por los indígenas para hacer
loa famosos canastos de ballil. Pa-
la ello la hienden en rajas delgadas
que por su flexibilidad se prestan
para tejer los canastos más finos
que produce la manufactura del ra-
mo. Llámase también PJATAMBI-
LLA.
"Por último, iban dentro de una
cesta de ballil, comnartida. unos cin-
co o seis..." (MERINO, Celestina, X,
p. S3.1
En el Cat. dp prod. aqríc. e ind.
de ""ab., enviados a la Exnosición
de S. Louis M., 1903, (p. 8) halla-
mos la siguiente relación: "Con los
estines trepadores de esta palmera
se fabrican cestos de mucha dura-
ción, nudiendo ser aplicados a otros
trabajos como a la fabricación de
asientos de petatillo v muebles de
bejuco, a la cestería fina y a canas-
tillos de fantasía, mies los tales es-
tines son susceptibles de ser divi-
didos casi en hebra."
BANCA, f. "Asiento de madera
sin respaldo, y a modo de una me-
silla baja," dice el Diccionario; y
según el mismo. Banco es "asiento
de madera, por lo común con res-
paldo, o sin él, en que pueden sen-
BANC
179 —
BAND
tarse a un tiempo algunas perso-
nas." Acá trocamos estos términos:
BANCA es el asiento de madera o
de hierro, con respaldo, en que ca-
ben por lo menos dos personas: las
bancas de los paseos, de los tea- |
tros, de las iglesias. Por banco en- !
tendemos un asiento tosco de ma-
dera, por regla general sin respal-
do. Si es para una sola persona,
le llamamos también banquillo, aun-
que no sea el famoso de los acusa-
dos. De la cualidad de tosco debt»
exceptuarse el del piano, que tam-
bién es banco o banquillo.
Chile. "Se hace igual trueco."
(RODIÍ., p. 54.)
Guat. oe usan indistintajnente ban-
co y banca. (Batres.)
2. "La antigua mesa de escribir
que aún se usa en muchas escue-
las, la cual no tiene patas, sino
ornas tablas verticales, tal como se
hacían y hacen los bancos." (MA-
CÍAS.)
Méx. RAMOS y DU.\RTE, p. 81.
Primera .acepción.
BANCAZO. m. "La cubeta en que
cae el guarapo inmediatamente des-
pués de exprimida la caña en los
ingenios de azúcar." (SALVA,
Dice.) Pich. y Macías refutan la or-
tografía bancaso con que le escribe
Salva, alegando que como aumenta-
tivo de banco, debe ser con z. Esta-
mos con ellos. Macías dice que
aquella acepción es desconocida
hoy en Cuba. No así en Tabasco,
donde el bancazo es la tolla clási-
ca y regional que recoge el agua
de ia caña al ser ésta exprimida
por las mazas del trapiche.
'El chorro de jugo de caña, al caer
sobre el bancazo, aumentó un milíme-
tro su diámetro." (ZEXTELLA. Peri-
co, cap. I. p. 23.) — "El bancazo ha-
bía recibido su última porción de ju-
^o. Hombres y animales sudaban a las
doce del día. cuando una voz diio: —
¡Paren!" (ID.. Ibld., cap. IV, p. 32.)
BANCO, m. "El dinero y fondo,
que pone el banquero sobre la me-
sa, para pagar a los que ganan en
el juego del monte, o banca."
(PICH.) "Es lo que llaman en Es-
paña banca, puesto que dice la Acá-,
demia: "cantidad de dinero que po-
ne el que lleva el naipe." (MA-
CÍAS.) V. BANCA.
Cuba. "Banca en Cuba es el juego,
y banco el capital que hace frente a
las emergencias del juego." (MA-
CÍAS.) En igual sentido se entienden
en Tabasco, banca y banco, en el jue-
go.
2. "(Dur.) sm. Silla de madera
ordinaria con asiento tejido de tu-
le, con un hueco, para que los ni-
ños y los enfermos puedan exone-
rar el estómago." (RAM. y D.)
En Tabasco se llama este mue-
ble más comúnmente descanso (V.)
y es de uso especial para los an-
cianos y los enfermos.. El de los
niños sí se llama siempre banco.
Arg. "Hacerle banco a alguno: "hu-
millarlo como reo en banquillo." (BA-
TO.)
DE BANCO, f. De cajón.
"Por los escritos llamados de banco,
veinte reales, sin papel." (Compilación
de Decretos de Tabasco, Arancel para
el cobro de derechos judiciales, 26 de
Xov. de 1S51; Art. 59: p. 458.)
BANDA, f. Membreño se acordó
de esta parte del indumento de
nuestra gente del pueblo, principal-
mente la campesina: "Ceñidor, ca-
si siempre de burato y con borlas,
que usaban nuestros mayores. Pri-
mero los pretales, y después los ti-
rantes, han venido a desterrar las
bandas." Aun usan la BANDA en
Tabasco nuestros paisanos: es el
cinturón clásico del .hombre de
campo, no solamente de los viejos,
sí que también y preferentemente
del galán campesino que la lleva
roja, luciente como su camisa
aplanchada, nueva como su sombre-
ro de ñno guano atasteco, y flaman-
te como todo el indumento, hasta
los zapatos, en los díixs de fiesta,
cuando repican fuerte, como sabe-
BAND
180
BAND
mos decir allá, o en el baile üe año
nuevo cuando en lance donjuanes-
co tiene que vérselas frente a
frente con el rival en las galas pa-
ra la choca.
La otra acepción hondurena que
apunta el autor citado: "Faja: in-
signia de algunos militares de alta
graduación", también la tiene en
nuestra lengua regional, y tenemos
entendido que igualmente en todo
México, pero esa banda está reser-
vada para el Presidente de la Repú-
blica, que sólo la lleva en las ce-
remonias oficiales. Es tricolor, a
imagen de la insignia nacional. \
Advertimos, para concluir, como 1
aclaración necesaria, que los preta- t
les de que habla el Sr. Membreño,
nunca se han usado en Tabasco,
donde esa palabra no significa más
que lo mismo que para la Acade-
mia. '
Toro Gisb. (Dice. Lar.) la apun-
ta como americanismo: "Faja usa-
da para ceñir los calzones", lo que
nos hace creer que el Sr. Membre-
ño no tenga razón en decir que só-
lo "la usaban nuestros mayores."
En Guatemala (ID.) "franja y
también hoja de puerta o ventana."
Méx. "IJevaba el chaleco desabro-
chado, dejando ver una banda roja.
(F -VOTANDO, Pollos, t. II, cap. II.) —
"Desmesuradamente tiene desa-
rróilado el abdomen, con panza tal,
oue la banda, ceñida con fuerza de la-
ja no es bastante a reducir la exage-
rada prolons-ación de la barripa.
ÍRODR BKLTRAN. Cuentos costeños,
Abiqeo,' XI. p. 132.)-"FJ. hombre del
pueblo viste pantalón de lienzo, que se
sujeta a la cintura por medio de una
banda de burato azul o rojo. (Dice.
Univ., art. Tlacotalpam Por A^'^'^f^
TRlesias: t. III del Apénd., X de la
oVira, p. 580.) m i. \ r,í
BANDA, f. "(Ver. y Tab.). sf.
• Bandada. Es común en el lengua-
je de los pueblos de la costa del
Golfo apocopar y sincopar las pala-
bras V gr.: banda, amista, cansao,
estropeáo, soldáo, etc." (RAMOS).
El metaplasmo muy común en el
lenguaje popular de Tabasco, con-
siste principalmente en la apócope
de las palabras suprimiendo la con-
sonante final, bondá por bandad, y
sobre todo la s que por caracterís-
tica peculiar del habla de nuestro
terruño, nunca la pronunciamos sil-
bada, especialmente en las voces
de varias sílabas: venimo por veni-
mos; pero no apocopamos, supri-
miendo sílabas enteras, como banda
por bandada, que dice el Sr. Ramos
yDuarte. Esto sólo se podrá oír en-
tre la gente inculta e indocta por
entero, redonda de medio a medio,
ignorante de tomo y lomo, no entre
quienes hayan pisado aulas y sepan
leer y escribir.
Cuanto a la síncopa, por regla
general se suprime la consonante
en la sílaba final de la.s palabras;
así en los ejemplos que pone el
autor citado, decimos bandáa por
bandada, soldáo por soldado, etc.;
es decir, la d en sílaba final por vi-
cio de pronunciación muy especial
del tabasqueño, se suprime, sinco-
pando honrao por honrado, salao
por salao. Con la s lo que sucede es
diferente. Con esta letra, tanto al
I final de la palabra como en me-
i dio de ésta, no se comete la sínco-
' pe suprimiéndola por completo, ni
desaparece de plano su sonido; lo
que se hace es una verdadera antí-
tesis analógica: la s no se silba si-
no que se guturaliza, acercándose
al sonido de la g, o más bien de
: la j. Pronunciamos, en realidad,
venimoj por venimos, bújcalo, por
I búscalo, etc.
¡ Así. pues, el metaplasmo propio
i del lenguaje popular tabasqueño es
la supresión de la consonante final
o su cambio de sonido (si es s) ;
la supresión de la consonante d en
I la última sílaba de las palabras
J que la llevan y su alteración de so-
BAND
— 181 —
BAND
nid-o en la pronunciación de la s
final.
Mucho se critica al tabasqueño
en esta Metrópoli por su manera de
hablar, sincopando o apocopando
las palabras en una forma muy aná-
loga a la del habla cubana y vera-
cruzana; mas, juzgando con impar-
cialidad, aseguramos y hemos pro-
hado que hay hipérbole manifiesta
en lo que asegura el Sr. Ramos y
Duarte, y, por otra parte, si nuestro
vicio consiste en la alteración de
las voces en la pronunciación, por
supresión a veces de la d y por
sonido vicioso de la s en otras;
en cambio, el pueblo de toda la Me-
sa Central incurre en verdaderos
barbarismos y solecismos intolera-
bles en la gramática de manga más
ancha que se quiera; trastruecan
los nombres de las cosas, introdu-
ciendo aztequismos por lo común
innecesarios y formando voces hí-
bridas, raras, bárbaras, que nada
nuevo significan, y en fin, hacen
confuso el lenguaje; de modo y
manera que lejos de hacerlo com-
prensible, le quitan sonoridad y ex-
presión. Llamar, por ejemplo, cha-
pa a la cerradura, es una impropie-
dad que acarrea confusiones a la ex-
presión y que no tiene justificación
algima. Esto es muy común en Mé-
xico, como es común también de-
cir suidad por ciudad, que jamás se
oye en la costa.
El eminente D. Rufino J. Cuervo,
en sus notables Apuntaciones Cr'ti-
cas del lenguaje bogotano» ha dicho
la última palabra acerca del parti-
cular, y, sin tratar de sincerarnos,
copiamos sus palabras, para pro-
bar cómo el caso de pronunciación
viciosa en el lenguaje popular ta-
basqueño es, como él asegura, del
hecho en general, "común en todos
los dominios del castellano." "Más
común que la vocalización — dice —
es el desvanecimiento de las conso-
nantes sonoras; aflojado completa-
mente el contacto, quedan los órga-
nos en posición indiferente; y sin
producirse otro sonido, la voz se
funde con la vocal inmediata. El
caso más común entre nosotros, co-
mo en todos los dominios del cas-
tellano, es el desvanecimiento de la
d. En el habla familiar decimos ge-
neralmente verdá, usté, salú, ocoii-
tiendo la final; en lenguaje esme-
rado pronunciamos esta d como fri-
cativa: verdad, usted, salud. En
medio de palabra, entre dos voca-
les, decimos los bogotanos criao,
calzao, disputao, vao (del río co-
mo vaho de la olla), y así todas las
voces en ado; además piacito (pe-
dacito), tuavía (todavía, adré (adre-
de), tuel día, tuá la noche, to los
santos (todo, toda, todos) ; y tal
cual vez entre el vulgo campesino
se oye tenío, habió, deo, créito,
arreitar (tomar a rédito), pue (pue-
de). En la costa granáa, (1) pehcao
(pescado), tend o, hería (herida),
caprichúa, ehpeaza (despedaza). La
d inicial no se desvanece entre nos-
otros sino después de palabra aca-
bada en vocal, siendo el caso más
común el de la preposición de:
sombrero e paja, capúe coro, uno
elante y otro etrás, ojalá y no ¡la-
ten (dilaten). Onde por donde es
arcaísmo; más añejos son ond, on.
"Sin entrar en pormenores con
respecto a otros países, solo hay
que advertir que en la poesía, en la
lectura y en la declamación jamás
se permite desvanecer la d; la con-
versación familiar de la gente cul-
ta lo consiente en los participios
en ado y en los nombres agudos
que la tienen final, particularmente
en usted. En los demás casos es
(1) He aquf el caso de bandáa por
bandada, no banda como apunta R.
y D.
BAND
— 182
BANQ
vulgar o solo admitido por la gente '
decente en limitadas comarcas."
(Ob., cit., párrafo 752.)
Pero no es esto todo. El citado
autor alega en seguida citas d,e au-
tores notables, clásicos y modernos,
para probar qué la tendencia al
desvanecimiento de la d o a su al-
teración suavizando su sonido hasta
aproximarlo a z, ha sido de uso en
todos los tiempos y en todos los
países de habla castellana, inclusi-
ve la propia España. Vano sería
cuánto quisiéramos agregar a lo di-
cho tan luminosamente por el Sr.
Cuervo en los Capítulos X y XI de
su obra en que trata de las Voces
Nuevas por la Evolución fonética
y la acción psicológica; en ellos
hallará el exigente purista la diser-
tación más erudita acerca de las
particularidades que distinguen al
lenguaje popular y familiar, lleno
de licencias, giros, etc., del lengua-
je erudito, ceñido forzosamente a
ios cánones de la exigencia cien-
tífica.
BANDEARSE, pr. Moverse a una
o a la otra banda, a uno o a otro
lado, especialmente en la navega-
ción.
2. fig. Vacilar en una actitud cual-
quiera; obrar sin entereza, plegán-
dose por cualquier circunstancia
a uno u otro partido.
La acepción que da la Academia:
"Saberse gobernar .o ingeniar para
satisfacer las necesidades de la vi-
da", es punto menos que descono-
cida para nosotros los tabasqueños,
en el lenguaje popular; como lo es
en la Argentina, según GARZÓN
(Dice, arg., p. 48).
BANDERILLA. "PEGAR UNA
BANDERILLA, pegar un petardo,
un parche." (ICAZB.) Nosotros de-
cimos poner, o echar, una banderi-
lla; pero en cierta forma: oon sor-
presa o con la intención de no pa-
gar; envuelve la intención de enga-
ñar, estafar al que presta el dine-
ro. Según la Academia, "poner una
banderilla a uno", significa en Es-
paña "decirle algo picante o satí-
rico."
BANDOLA. (Véase BANDOLI-
NA.)
BANDOLINA, f. Con entera im-
propiedad llamamos así nosotros a
lo que la Academia llama BANDO-
LA, "Instrumento músico pequeño,
de cuatro cuerdas, cuyo cuerpo es
combado como el laúd;" a modo de
un diminutivo de esta voz, como
equivalente de BANDOLÍN, siendo
que aquella palabra no tiene para
la misma Corporación otro sentido
que el de "Mucílago para el cabe-
llo", que nosotros llamamos brillan-
tina (V.). Asimismo decimos BAN-
DOLA por BANDOLÓN.
BANDERILLAZO, m. "Petardo,
parclie, floretazo, o sablazo, como
dicen hoy en España." (ICAZB.)
"Acabó por cansarlos a peticiones y
bonderillazos, y Uepó a palpar frío el
foííón de su cocina." (ROA BARCENA,
Noche al raso, ITI, p. 63.)
BANQUETA, f. La Academia lla-
ma acera tanto a la orilla de la ca-
lle, generalmente enlosada, o dis-
tinta de lo demás del piso por
cualquiera otra circunstancia, co-
mo a la fila de casas que hay a ca-
da lado de la calle, reservando el
nombre de banqueta para esto últi-
mo, exclusivamente. Nuestra va-
riante provincial, común a todo Mé-
xico además, consiste en dar a la
palabra banqueta, no la segunda si-
no la primera acepción de acera,
exclusivamente, es decir, la de "ori-
lla de la calle", más alta que lo de-
más del piso; y creo que no anda-
mos del todo desacertados en este
'■' cambio. Indudablemente banqueta
procede de banco (o de banca), en
cuanto que este mueble sirve pa-
i ra sentarse, y en tal caso, es más
BANQ
1S3
BAÑA
propio dar el nombre de banqueta
a la "orilla de la calle, más alta
que lo demás del piso", que a la fi-
la de casas, por estar más de
acuerdo con el uso, que parece ser
el que detennina el nombre. "Ha-
cera, quasi facera o facie, es el \n
lado de las casas de una calle, que
es .la delantera", dice Covarrubias
(Tesoro de la Lengua Castellana);
no vemos, pues, por donde venga el
origen de la sinonimia de banaueta,
aplicando este nombre a la fila d?
casas, que es lo que significa pri-
mordialmente acera, según la eti-
mología copiada.
Méx. RAMOS y DUARTE registra
la palabra y la corrige; hace en segui-
rte citas de acera en el uso correcto
de esta voz, de la cual da la etimolo-
gío que hemos apuntado, y no resuel-
ve nada, como de costumbre. Alega la
autoridad del Sr. Cuei-vo (Ap. crít.,
párr. 4SG): pero advertimos que la 5a.
ed. de esta obra, ya no consigna el vo-
cablo.
"Al Ayuntamiento le ha salido en
los meros bigotes uno de esos duper-
genios que parece puesto adrede en la
banqueta del palacio municipal." (FA-
CUNDO, Prosp. nuestras, p. 192.) —
"Pronunció un discurso sobre las azu-
cenas, sobre las indias, y sobre el lo- ,
do de las banquetas." (ID., Ib., p. 233.)
— "¿Cuánto más bien empleados hu-
bieran estado esos diez y siete mil pe-
sos en losas para las banquetas." (ID.,
ib., p. 2S7.) — "Vese aquí y acullá un
retazo de banqueta, como anuncio de
casa." (PRIETO, Memorias, (40-53),
IV, p. 276.)
BANCtUILLO. m. Usamos de este
nombre con una generalidad abso-
luta, como simple • diminutivo de
banco. Dice Macías, y dice muy
bien: "La acepción única que trae
la Acad. es extensiva: "asiento en
que se coloca al procesado ante el
tribunal". Nosotros hubiéramos
puesto como significado originario
o fundamental: "banco pequeño y
sin respaldo", ya sirva pa^a los
reos, ya para los tejedores de ter-
ciopelos; ora se utilice para esto, |
ora para lo otro." Lo mismo en to-
do México.
"En cualquier rincón, un baúl de
abultado volumen sobre enclenques
banquillos." (RODR. BELTRAX, Paja-
rito, II, p. 17.). — "Apenas recordaban.
en aquellos hacinamientos de espe-
cie humana,... su banquillo tripié.
etc." (FIDEL, Memorias, (2S-40), cap.
II, p. 113).
BANADERA, f. Vasija o recipien-
te a propósito para bañarse; mue-
ble u objeto, tina destinada a este
uso. Si existe regadera, no vemos
la razón por la cual la Academia
no haya dado entrada hasta hoy en
el Diccionario a esta voz de forma-
ción y origen tan legítimo como
aquella. La palabra castiza es baño;
pero así como riego no expresa el
objeto con que se riega, tampoco
es propio hacer extensiva la voz
que indica propiamente la acción o
efecto de bañarse, al objeto que
sirve para verificar esa acción.
"Sin rivalidades de pantorrillas •
muy dueñas del agua y muy señoras
de la banadera." (RODRÍGUEZ BEL-
TRAN, Perfiles, XVIII, p. 132).
Méx. ICAZB. ilustra la voz con la
siguiente cita: "Sendas tazas de ca-
fé, tamañas que una banadera."
(DELGADO. La Calandria, TX.)
Cuba. "Aljofaina <o palangana), en
algunos puntos." (CHAO, c. p. MA-
GIAS).
2. "Vaso grande para bañarse."
(ÁRBOL: c. p. ID.)
Arg. G.AlRZÓX, p. 40.
BAÑ ALOMO. A BAX A-LOMO es
expresión adrede aplicada a las
bestias o al ganado cuando caminan
entre el agua, dándoles ésta hasta
los lomos, pero sin irse a pique, sin
nadar. En agua más honda, cuando
apenas se alcanza el suelo con las
extremidades, y en que se avanza
mitad al nado y mitad andando, se
dice a volapié (V.).
"En esta tierra — sólo tenemos dos
medios... para hacer los viajes inte-
riores, y que son,... o el trotón ja-
melgo que.... muchas veces... con el
agua a baña-lomo, (que quien dijo a
baña-lomo dijo a baña-sentaderas,
pues que en tales extremos se sue-
BAÑO
len mojar las del asendereado viaje-
ro, horcajadura inclusive) ; "(F.
QUEVEDO, Lír. Pop. Tab., (Apunte
Complementario), pp. 103-104.).
BAÑO. BAÑO DE ASIENTO. Re-
medio hidroterápico que consiste
en sumergir las asentaderas en
agua tibia o caliente, sentándose
en una bacinilla o cosa semejante,
para prevenir las inflamaciones del
año o irritaciones intestinales. Muy
usado en la medicina doméstica o
casera, sobre todo para los niños.
"Cuando el curandero del rancho, o
las comadres del villorrio, han acota-
do...hasta el baño de asiento de agua
cocida." (RODRIGTTEZ BELTRAN,
Perfiles, XXVIII, p. 317.).
¡BARAJO! Interj. "Exclamación
vulgar y grosera que se usa por
ci'eerse que ¡caramba! ¡caracoles!
y otras equivalentes no tienen gran
energía." (M AGÍ AS.) Entre nues-
tras gentes tiene más bien cierto
carácter familiar, aunque siempre
es de mala educación. Más soporta-
bles son: ¡caramba! ¡caracoles!
¡ carape ! ¡ caracho ! y aun ¡ caray !
— "; Barajo! este es anuncio de ca-
tarro, o algún ratón me ha metido la
cola en las narices." (MERINO, Celes-
tina, 2a. pte., III, p. 146.) — "¡Barajo!,
pues que deveras está muerto." (ID.,
ibid., p. 154).
Chile. RODRIGI'EZ. p. 56: ECHEVE-
RRÍA, p. 132.— Arg. GARZÓN, p. 51.
BARANDILLA, f. Especie de
puente para atravesar las corrien-
tes angostas, como' an-oyos, o los
pasos pantanosos en que no hay co-
rriente. La BARANDILLA se com-
pone de un solo madero, apoyado
por sus extremos sobre los barran-
cos opuestos, y por el cual sólo
puede caminarse de uno en fondo.
En el campo este es el medio or-
dinario de salvar los pasos difíci-
les: la forman con los tallos de los
árboles, escogiendo los más resis-
tentes, como el del guano, v. gr. La
BARANDILLA puede o no tener pa-
samanos.
184 ■- BARA
La voz, aplicada así a un listón
o madero que une las márgenes de
la corriente por sobre ésta, es
tan buena como barandal, "Listón
sobre* que se sientan los balaustres.
El que los abraza por arriba", que
da la Academia, como que la BA-
RANDILLA abraza la corriente so-
bre la cual se tiende.
"Para el paso de los ríos se sirven
los viajeros de cayucos, y cuanto a
los arroyos y pantanos, se salvan a
favor de unas perchas, denominadas
barandillas, donde ei pasajero se ve
forzado a hacer ensayos de maroma y
equilibrio." (ROVIROSA, Res. de Tab.,
XXXIV, p. 53).
I Oviedo, hablando del árbol llamado
I ceyba, en la maravillosa narración
I que hace de su gobierno en Darién
í (Santa María del Antigua) nos ha de-
I jado la descripción más acabada de
¡ nuestra original barandilla, que tam^
bien usaban los naturales en el río
Cutí. Dice él: "é los indios, antes que
I aquellas tierras ganassen chrystianos,
tenían echado por puente un árbol
I grueso que atravesaba un río de parte
a parte que tomaba toda la latitud
desde la una barranca a la otra, y
I estaba en parte que continuamente le
I passábamos para yr á las minas é á
j nuestras haciendas y era muy luengo
I é grueso aquel árbol; mas avía tiempo
: que estaba allí, é ybase abajando en
j la mitad del; é aunque passábamos
j por encima, era en un trecho del,
! dando el agua cerca de la rodilla, y
I siempre cada año se bajaba poco a po-
I co más, a causa que el río robaba la
! tierra de las barrancas, en que el pa-
I lo estribaba. — Por lo qual el año de
mili é quinientos é veynte y dos se-
yendo yo justicia e capitán en aque-
lla cibdad, hice echar otro árbol pocos
pasos más abajo del susodicho, que la
natura proveo de criarle junto a la una
barranca e cosfa del río; é cortado
quassi todo, fué derribado, qviedando
alguna cosa por cortar al pié (porque
por allí le alimentasse la tierra en su
propio nacimiento é se conservasse
más tiempo é mejor) ; é caydo, atra-
vessó todo el río, é sobró de la otra
parte más de cinqiienta pies, é el río
tenía de anchura más de ciento. E'=' •
árbol tenía donde más grueso era.
diez y seys palmos o más, y quedó
encima del agua más do dos cobdos
sin tocar en ella, fecho muy buena
puente: al qual hice barrotes a tre-
BABA
185
BARA
chos, é sobre aquellos un passamano:
assi que por la una parte tenía una
baranda é era grentil puente." (Hist.
Gral. y Nat. de Indias, t. I, lib. IX,
cap. XI).
He aquí una barandilla, con pasa-
manos y todo, pintada de mano maes-
tra.
BARATA, f. "Venta que se hace
a precios bajos, de los efectos de
una tienda, con el fin de despachar-
los (jealizarlos) pronto". (ICAZB.)
Es una venta hecha, generalmen-
te por muy poco tiempo, y en es-
pecial de aquella mercancía que se
enmulece, que es muía (V.).
BARATERO, RA. m. y f. Que
acostumbra vender barato. Contra-
rio de carero.
BARATILLERO, RA. m. y f.
Buhonero. El que vende chacharas,
chucherías, baratijas de muy poco
precio y de uso común: cintas, pei-
nes, alfileres, botones, hilo de coser,
etc. Es el barillero de México que,
como aquél, no le encontramos con
ningimo de estos dos nombres en el
lenguaje provincial .de ningún otro
pa'ís indolatino.
En nuestro lenguaje provincial
de Tabasco, son distintos entera-
mente el BARATILLERO y el ven-
tero ambulante (t".). Aquel vende
cosas u objetos de poco valor, bara-
tijas: de aquí su nombre; el ven-
tero ambulante puede vender, y de
hecho vende, cosas de mayor va-
lor, aunque también de consumo or-
dinario y fácil salida, sólo que no
tiene tienda o establecimiento fi-
jo: esto le caracteriza y le distin-
gue del baratillero. El ventero am-
bulante comercia con capital más o
menos fuerte, de ordinario; el BA-
RATILLERO no tiene capital algu-
no: es un busca la vida, un pobrete
de tres al cuarto, cuando no un pa-
sa-tiempo, que, o bien por falta de
trabajo, se resigna a ganar mez-
quinos centavos que duramente le
alcanza para matar el hambre, o
bien, por perezoso, por falta de ga-
nas de trabajar, se concreta a irla
pasando aunque sea de guagua. En
ima "palabra: el ventero ambulante
hace de su ocupación un oficio,
una manera permanente de vivir,
en tanto que el BARATILLERO
trabaja por ocasión, por necesidad
o por conveniencia, pero sólo acci-
dental y transitoriaqiente, sin que
su ocupación constituya más que
un modus vivendi.
Cuba. Significado muy distinto al
nuestro: "El baratillero corta la i"o-
pa blanca o de lienzo, y la reparte
entre multitud de costureras pobres,
(a las que paga por su trabajo) pre-
cios ínfimos." (ÁRBOL., c. p. MACL\S:
art. baratillo.)
También entre nuestros comercian-
tes existe este género de explotado-
res de la indigencia y de la honradez
de las familias pobres; pero éstos, le-
jos de baratilleros, son precisamente
los comerciantes ricos, o almacenistas,
que pagan mezquinos salarios a las
costureritas que consumen la prima-
vera de sus vidas en aras del sibari-
tismo burgués y criminal, para des-
pués vender ellos la ropa hecha, espe-
culando tanto con el precio de la te-
la como con el sudor de las víctimas
ignoradas del trabajo, para quienes las
leyes no han tenido todavía un re-
cuerdo, un reláriipago de consuelo que
brille en el cielo negrísimo de esa des-
esperanza tristísima y amarga que se
llama la miseria! Vayan estas pobres
líneas escritas con el dolor de quien
pertenece por su cla.se y por su esta-
do social a un tronco cuyas ra.'ces
sólo han tenido savia del detritus so-
cial, como lina campanada para quie-
nes en el futuro animen el espíritu de
nuestras leyes patrias, o siquiera como
una imprecación de odio al burgués
que trafica con la sangre y el sudor
de los desheredados que han hambre
y sed de justicia todavía!
BARATILLO, m. Derivado direc-
to de barata que significa venta a
precios muy bajos, o de cosas de
poco valor, baratijas. Casi como si
dijéramos "una gran barata", que
por antítesis qtiiere decir que se
vende muy barato.
Cuba. Sus significados son distintos,
y más bien equivalentes a los mexi-
BARA
186 —
BARE
canisinos estanquillo y cajón de ropa,
respectivamente. Alguna semejanza
cop nuestros timbiriche y changarro.
(V.). Veamos:
I. "Puestos de quincalla y otros ob-
jetos nuevos." — IL "Tienda de ropa
donde se proveen los transeúntes po-
bres, y por contrata el ejército, mari-
nería, presidios, hospitales y las ne-
ííradas del campo." (ÁRBOL.., c. p.
MACIAS.)
BARATO, m. LO BARATO SALE
CARO, expr., lo barato es caro.
BARBA. "HACER LA BARBA,
fam. Adular, obsequiar con fines in-
teresados." (ICAZB.)
"Siempre en los pueblos hay algu-
nos pobretones que hacen la barba a
los subdelegados." (PENSADOR, Pe-
riquillo, pte. 2a., cap. IX, p. 210.)-"Con
este miedo me esforzaba cuanto podía
por hacerle una barba finísima." (ID.,
ib., XVIII, p. 259.).
El Sr. Ramos y Duarte que asen-
tó el derivado barbero, "adulador, i
zalamero, camelero," omitió la ex-
presión "hacer la barba," 'de donde
aquél se deriva, que es su equiva-
lente.
BARBACOA. Esta comida, muy
poco usada en Tabasco, casi sólo
de nombre la conocemos. Es mera-
mente mexicana, del valle de Aná-
buac; y con la acepción que allí
tiene la voz, que es la misma que
le da la Academia: "Carne asada
en un hoyo que se abre en tierra,
y se calienta como los hornos", es
como la usamos nosotros. Aunque
la palabra si^niñca una comida me-
xicana, no es por ello de índole az-
teca su composición filológica, si-
no meramente española, siendo su
etimología más aceptable la oue da
Macías. citando a Armas: "Barba-
-acoa, desde la barba hasta la cola,
como en francés barba-a-quene y el
inglés barbecué." Iva Academia se- ¡
ñala como americanismo la voz; j
pero, visiblemente salta su locali- i
zación insular o antillana, quizá cu-
bana, si la compa,ramos eon tantas
otras similares por la terminación >
coa: baracoa, guanabacoa, etc nu-
merosas sobre todo en Cuba y de
las cuales en México no hallamos
amguna. Esto, cuanto a la voz mis-
ma; por lo que hace al significado
que la Docta Corporación da sólo
, en México le tiene. Veamos:
, Méx Sig-nificado que da la Acade-
mia. (Icazb., y Ramos y D., Pérez
Hernández).
Cuba. I. "Entarimado, o parrilla
grande de madera, que se usaba en
d"?!?*^?; P''^'"^ asar barbacoa." (AR-
iviAb). 11.1 autor agregra que esta acep-
ción es aun empleada en las pampas
venezolanas, al decir de Rojas.
II., "Hoyo abierto en el suelo, para
asar la carne, o pescado, y en tal sen-
tido se usa al presente en México y
en alg:unos puntos de la América Me-
ridional, por lo cual la Academia dice
Americanismo."
III. "Tablado que construían los in-
rF^^.^.'^r.J^^ *^°Pas de los árboles."
! (ARMAS).
IV. "Hoy se llama. barbacoa en Cuba
el 'tablado en alto dentro de una ha-
bitación, para g-uardar cosas de poco
uso, o g-ranos," (ÁRBOL.) o frutos en
general."
V. "En Maraca ibo, Cúcuta y otros
lugrares. barbacoa es una gran caja
chata llena de tierra vegetal, levanta-
da unos pies sobre el suelo, y sujetada
de éste por medio de horcones sóli-
dos: sirven... para cultivar algunas
hortalizas, tanto e'n las casas como en
los campos." (Rojas).
VI. "Humbold dice que también sig-
nifica banco, al hablar del cocodrilo
del I'rituca." (BACH.).
(MAGIAS, Dice, cubano).
— "Lugar en alto, inmediato al 'te-
cho, de algunas casas rústicas, cuyo
piso lo forma un tablado tosco, sin
puerta regularmente, y de.stinado por
lo común, a guardar granos, frutos,
etc." (PICH.)
Costa Rica. "Emparrado, arma/ón
donde se tienden las plantas enredado-
ras." (GAGINI.)
Arg. y Bol. "Tablado junto al techo
de la casa, etc.... En Bolivia se le
llama también guaracha y tendal (V.),
según sirva además de asiento o de
colgadero. Ta pesco en otras localida-
des." (BAYO).
C. Am. Emparrado. (SAL. GARÓ,
aunque en Salvador parece qiy? tam-
bién significa lo que en México. (TORO
G., Dice. Lar. y BAYO).
BARE
187 —
BARB
Colombia. "Especie de catre y tam-
bien camilla o andas." (TORO G.,
Dice. Lar.). i
Ecuad. Emparrado. (TORO G., Dice. <
Lar.).
Perú. Zarzo que sirve de puerta en
las chozas. (TORO G., Dice. Lar.)
El mismo TORO G. le da como
americanismo, con esta acepción:
"Zarzo sostenido con puntales"
(Dice. Lar.), En las acepciones III y
IV de Cuba, citadas por Macías, en
la de Pich. y la de Arg. y Bol., en
su primera parte, corresponde a
nuestro tapanco, y en general a
tapesco, tasajera, en sus diversas
aplicaciones de la vida lugareña,
en» el hogar o en el campo.
Luminoso como siempre, D. Ru-
fino J. Cuers'o (Ap. Cr't., párr. 954),
hablando de las primeras voces ame-
ricanas que por accesión entraron
al castellano, anotadas por los cro-
nistas de Indias de la época de la
Conquista, cita barbacoa, cuyo sen-
tido originario liubo de ser — dice —
el de "zarzo cuadrado u oblongo
sostenido por puntales, de donde
nuestras acepciones de cama así
hecha, y de andas o camillas, y
otras que hemos olvidado o que
son conocidas en otras partes." Nu-
merosas citas de Oviedo, las Casas
y Herrera cimentan la concepción
tan acertada del autor, y, en efec-
to, aun la barbacoa, en el sentido
que la usamos en México, ¿no lle-
va en sí la comprensión del zarzo,
tapesco, trebejo o parrilla, etc., so-
bre lo cual se coloca en el hoyo la
cosa, la carne que de ese modo se
condimenta o prepara?
Mas, si genuinamente es tan ame-
rican?, la voz en sus diversos sig-
nificados, ¿en dónde está su etimo-
logía indígena? ¿a cuál de las len-
guas americanas pertenece? ¿por
qué casi todos los autores pasan so-
bre ascuas, en llegando a su eti-
mología y callan por lo general, el
Sr. Cuervo inclusive?
ZAYAS ALFONSO cita a Bachi-
ller, de quien dice que supone "que
esta palabra esté compuesta por las
de barba (casa) y coa (alta)."
OVIEDO expresa que la voz te-
n'a un sisnificado en lengua de Cu-
ba y Haití: "andamio asentado so-
bre árboles para guardar de los
maizales" y otro en lengua de Tie-
rra Firme: "parrilla para asar
carne."
BARBADA. V. BOZAL y MO-
RRAL.
BARBA DE JUIL. f. (Hidrolea-
spinosa, L.) Planta de la familia de
las hidrofiliáceas, llamada así por
su aspecto cordiforme, como las
barbas de juil.
BARBARIDAD. "(D. F.) sf. Enor-
midad, gran cantidad. "Comió una
barbaridad," f. por "comió mucho"
(R. y DUARTE.) Muy u.sual en el
lengu.ije fam. en Tabasco. aunque
en esta otra forma: "Comió que fue
una barbaridad".
"Hoy las ciencias adelantan que es
una b-Tb-ridad." (Excelsior, Méx., 20
de julio de 1917).
Se emplea en algunas partes de
España. BARÁIBAR le trae en el
Voc. de Álava, agregando que se
us?. también en Aragón.
BARBARIDAD Y MEDIA. "(D.
F.) fr. Atrocidad, enormidad. La
BARBARIDAD Y MEDIA pondera
o abulta más que la barbaridad, la
enormidad de im hecho." (RAMOS
y DUARTE). Esta expresión no se
usa en Tabasco como ponderativa
de cantidad, sino, en sentido recto,
como ponderativa de calidad. Tene-
mos entendido que lo mismo suce-
de en el Distrito Federal, donde la
hemos oído emplear siempre en es-
te sentido.
¡BÁRBARO! Interj. muy usada
en leng. fam. para expresar ponde-
ración, adlmiración. etc.
BARE — 1
— "¡Qué bárbaro para el chuzo!"
(RODR. BELTR., Perfiles, XVII, p
126).
A LO BÁRBARO, fr. adv. equiva-
lente a la palabra BARBARIDAD,
en el sentido aumentativo, desco-
munaliuente, de manera exagerada.
"Amargos, muy amargos fueron esos
días para todos. Hambre y desnudez
para los niños; carreras día y noche
para Ignacio;... vigilias para el pa-
dre; la deuda aumentando a lo bárba<
ro, tanto por los pedidos que se ha-
cían a la casa, como por pagar la fal-
ta." (COFFIX, Gral Gutiérrez, III, p.
19).
BARBASCO. m. (Paullinia pinna-
ta. L.) Bejuco cuya corteza contie-
ne una savia venenosa que produce
el efecto de embarbascar el agua,
ocasionando a la vez la muerte de
los peces, por embarbascamiento o
abombamiento (V.), como también
se dice. Parece que la misma sapin-
dáce?, produce en el agua efectos
saponáceos, y, en realidad, cuando
el líquido está embarbascado, for-
ma espuma y toma aspecto jabono-
so. Esta propiedad tiene también
el jaboncillo, planta con fruto del
mismo nombre, que corresponde
propiamente al amolé azteca. Tene-
mos también el bejuco de amolé,
hablando con mayor claridad, el co-
palxocotl, árbol cuyo fruto era una
de las clases de amolé, el de bolita
(Entado polystachya, D.C., ROV.)
que, aunque, de nombre parecido al
azteca, es de familia enteramente
distinta: leguminosa. Otra Paulli-
nia tabasqueña es el barbSsquillo
(P. pteropoda, D. C), sapindácea
también, estudiada por Rovirosa;
pero ésta es de efectos menos ac-
tivos que los del barbase© o de efec-
to nulo, como veneno. V. JABON-
CILLO.
Hond. El Sr. MEMBR. que haVjla
del barbasco, dice que esta planta es
conocida en el Ecuador y que es lo
mismo que amol (amolé). Ha sufrido
una confusión lamentable el ilustrado
'^ - BARE
autor, debido sin duda a que el bar-
basco presenta propiedades saponáceas
análogas a las del amolé, pero aunque
son además de la misma familia (sa-
pindáceas), son plantas enteramente
distintas, pues el barbasco es un be-
juco, en tanto que las dos clases de
amolé que tenían los aztecas, el uno
era "una raíz" y el otro "un fruto".
Veamos las descripciones que tenemos
del amele, dando la preferencia a ios
cronistas de las cosas de Indias en
tiempo de ia Conquista, que son con
justicia los más autorizados en estos
casos. El P. Sahagún dice: "Hay una
"yerba que se llama "amolli", tiene
"las hojas como espadañas chicas, y
"el tallo blanco, la raíz de esta yer-
"ba es como jabón para lavar la ro-
"pa, y con las delgadas lavan la ca-
"b^za, y también son como morga pa-
"ra emborrachar los peces,..." (Hist.
Gral. de las cosas de N. España, tomo
IV, cap. VII, párr. II). Aunque la
descripción trata de una raíz, como
ésta tiene, según el historiador cita-
do, la doble propiedad saponácea y ve-
nenosa, de aquí que el Sr. Membreño
confunda al barbasco, que también tie-
ne esa doble propiedad con el amoli
descrito, que es una de las dos cla-
ses que conocieron los aztecas como
se ve mejor en los escritos de los res-
petables autores Clavijero, Oviedo,
etc.: El primero dice en su Historia
Antigua de .México y su .Conquista:
"No conocían los mexicanos el modo
"de hacer el jabón, aunque tenían en
"abundancia las materias animales de
"que se saca; pero suplían su falta
"con una fruta y una raíz. La fruta
"era la del copalxocotl. . . . La pulpa
"que está bajo la corteza, es viscosa
"y demasiado amarga; pone blanca el
"agua, forma espuma, y sirve como
"jabón para limpiar la ropa. La raíz
"es la del amolli; no se usa tanto pa-
"ra la ropa, como para el aseo del
"cuerpo. . ."
Oviedo habla también de este árbol
con toda claridad. "Unos árboles hay
"en estas islas y en la Tierra-Firme
"que se llama de las quentas del xa-
"bon... Son árboles altos é de buen
"parescer la fruta es tamaña como
"avellanas gruesas o mayor, y no es
"de comer, mas útil y provechossa en
"lo que agora diré. Sacando un^ques-
"co que esta fi-ucta tiene, tamaño co-
"mo una pelota de un arcabuz,. . echan
"aquella fructa en agua caliente, e
"xabonan la ropa blanca con ello, co-
"mo lo podrían hacer con un pan de
"xabon, é tan alta o continuada es
BARB
1S9 —
BARB
í'puma hace como el xabon:..." (Fer-
nández de Oviedo. Hist. Gral. y Nat.
de las Indias, tomo I, lib. IX, cap. V).
En el mismo sentido se expre-
san más o menos, hablando del amo-
lé de bolita, producto del árbol de
copalxocotl que Oviedo llama de las
quentas (1) del xabon, el P. Vetan-
court. el P. Fr. F. Jiménez y el Sr.
Lie. Róbelo en su Dice, de Aztequis-
mos, éste en las notas (7) y (8) a
la palabr?. amolé.
No queda duda, pues, de que nin-
guno de los d-DS amóles aztecas co-
rresponde en índole botánica exac-
tamente a nuestro barbasco, ni al
(íe Honduras y el Salvador, si, co-
mo dice el Sr. Membreño. éste tam-
bién es un bejuco.
Ríopl. El Dr. Granada no trata la
voz en su Vocabulario Ríoplatense:
pero BAYO (Vocw cr.-esp. sud-am.) sí
la describe, con estas palabras: "BAR-
B-\SCO o ^'ERBASCO (Robinia Nicou)
Bejuco cuya corteza .se er.-.plea como
veneno veg-etal para embarbascar los
peces. Varios son los bejucos, todos
ellos enormes, que. suraerg-iéndolos en
el agaia, envenenan el pescado de ríos
y lagamas: e! citado Robinia, el Bigno-
mia Scandeus Barriere;: el Saqquinia
armularis y el Astragalo incanis; to-
dos ellos frutescentes y de frutos pur-
púreos. Al barbasco llaman timbó en
gruaranf."
BARBAS DE VIEJO. !r
(Clematis dioica. L.) Planta rá-
nunculácea. Hermosa parasitaria
Que pende como largos flecos,
de más de un metro y de co-
lor blanco cenizoso, con verdadero
aspecto de barbas, de los tallos de
los árboles, principalmente, en las
selvas a las orillas de los ríos. Es
planta de adorno muy usada en los
salones de fiesta o baile, y en navi-
dad para adornar los nacimientos,
formando con ella a manera de ver-
daderos emparrados naturales, de
aspecto agreste encantador. Tam-
il) El hueso del fruto sers-fa para
hacer rosarios, de allí que Oviedo lo
llame árl>ol de las quentas. (V. JA-
BONCILLO).
bien se emplea para formar coji-
nes, colchones, aparejos, etc. Se lla-
ma asimismo pasto o pastle. (V.)
BARBASQUILLO. V. BARBAS-
CO.
¡BARBAS TIENES! Interjección
equivalente a ¡qué bárbaro! apli-
cable principalmente al que dice
una barbaridad, un desatino de
tomo y lomo, con todo descoco.
Muy empleado actualmente por los
chicos de la prensa capitalina na-
cional. Seguramente no la conoció
don Joaquín García Icazbalceta,
porque no existía en su tiempo,
razón por la cual no la hallamos en
su Vocabulario.
"...SegTJn la erudición química
(El Universal, julio 7 de 1917.)
("BARBAS TIENES!") (Excelsior,
julio S de 1917.)
"GRAX CIRCULACIóX. Sinónimo
del conocido y nópular refrán mexica-
no •:BARBAS TIEXES." (ID., ibid.)
Es. como se ve. una exclamación de
admiración, satírica pí^ro eufén'''ca, y
menos ruda que su análoga ¡bárbaro!
BARBEAR o BARBETEAR. a. La
acepción familiar de "adular, hac*r
la barba a algxmo", es la más co-
mún, o como dice el Sr. García
Icazb.. "adular y también mimar,
hacer caricias y halagos para gran-
jear cariño," aunque menos general.
2. En el lenguaje campesino tiene
dos acepciones en vaquería. L'na es
la misma que también como mexi-
canismo da el Sr. Icazb.: "Tomar
I una res vacuna, particularmente si
' es pequeña, por el hocico j* el tes-
tuz o el cuerno, y haciendo fuerza
con las manos en direcciones opues-
tas, torcerle la cabeza hasta dar en
tierra con el animal. BARBEAR be-
cerros." Entre nosotros es común
este procedimiento para tumbar lo
mismo potrillos que becerros, no
sólo reses vacunas, y especialmente
se aplica la torsión del pescuezo a
las bestias grandes, una vez en el
suelo, para evitar que se pongan en
BARB
190 —
BARD
pie. La otra acepción es la siguien-
te:
3. Llevar una res, cuando va na-
dando, con el hocico junto al bor-
de de la embarcación o cayuco, bar-
beando ésta, a fin de que apoyándo-
se resista por más tiempo sin aho-
garse. Es ésta una forma de auxilio
muy común, empleada cuando el ga-
nado tiene que hacer grandes tra-
vesías al nado; los cayucos de pro-
tección, que obran a manera de sal-
vavidas, se distribuyen dispersos
entre la partida, y están alertas pa-
ra barbear cada becerro o vaca vie-
ja que se acangalla. En la época de
la creciente, en que los campos se
inundan convirtiéndose en verdade-
ros mares, no son pocas las pérdi-
das que los ganaderos sufren, a con-
secuencia del ganado que se ahoga,
cansado de nadar de un lado para
otro sin alcanzar tierra. Los veci-
nos copropietarios se unen entonces,
formando verdaderas brigadas de
auxilio; una flotilla de ligeros ca-
yifcos se improvisa, y en positiva
campaña de defensa, ágiles y forzu-
dos canaleteros maniobran con la
uniformidad y la disciplina de un
ejército, surcando velozmente las
aguas, con el entusiasmo de una
tonada campesina siempre en los
labios, para dar salvamento a los
indefensos domésticos que enantes
pastaran en los camalotales y las
playerlas, ajenos a la idea del peli-
gro, aunque ya presintiendo el suce-
so, como lo dan a entender con sus
bramidos prolongados.
El Sr. Ramos da el verbo, en su
primer?, acepción.
BARBERO, RA. adj. "Adulador
bajo; y a veces también halagador,
cariñoso, hablando de un niño.
(ICAZB.)
"Cabalmente reñir quiero.
— Verás si te sé sangrar.
— Oon tanto y tanto adular
Has aprendido a barbero.
( (Rodr. Galván, El Privado del Virrey
i art. IV, esc. 2a., c. p. ID.) '
i "Yo tampoco me he podido enojar
I (contra el muchacho). — lis medio bar-
bero." (FACUNDO, Gentes, tomo II
cap. 14).
i BARBIQUEJO, m. Barboquejo.
, Que los padres aperciban a sus hi-
ijos, diciéndoles: "Muchacho trába-
te el barbiquejo del sombrero;"
pase, porque al fin no tienen pujos
de leídos y escribidos; pero que
ciertos escribidores de oficio, garra-
pateadores y hasta verseros de la
tierruca, carraspeando fuerte, corri-
jan a cualquier cuisque, en esta o
parecida forma: "no se dice barbo-
quejo, sino barbiquejo", es cosa que
los hace dignos del idem para ser
atados a bordo por atentadores con-
tra el buen decir, pues ignoran que
éste, el barbiquejo, es un cabo que
usa la marinería y que el sujeta-
dor semejante del sombrero es bar-
boquejo, por alusión a la barba, de-
bajo de la cual se asegura.
Méx. ICAZB., con la siguiente cita:
"Alzó el sombrero de Pepe, y a pe-
sar de tener el suyo puesto y afian-
zado con el barbiquejo, hacía ímpetus
de ponérselo encima." (Astucia, t I
cap. II).
Venez. "BARBIQUE.IO. El Dicciona-
rio trae barboquejo. Aquella forma es,
en primer lugar, mas eufónica; y lue-
go, y por esta misma razón, es prác-
tica frecuente en la composición cas-
tellana convertir en i la vocal final del
primer elemento, de donde resulta que
el vulg-o así dice ba mejorado la for-
ma académica." (RlVODó, Voc. Nue-
vas, Apéndice al Glosario).
BARDA, f. Dice Maceas que Ber-
nardo y Estrada la da como sinóni-
mo de cerca, pero que si se usa en
tal sentido en Cuba, debe ser mera-
, mente provincial, porque él no la
I conoce ni ha oído usar, ni la men-
ciona Pichardo.
Entre nosotros sí es común la
voz, con la misma acepción, pero
advirtiendo que es una cerca for-
mada de tablas, algo así a manera
de tapia por lo compacta.
BAE.D
— 191 —
BARÍ
BARDO, m. El poeta lírico por
excelencia, el genuino representan-
te del trovador do la edad media,
que escribe y canta, pero además
se acompaña con la música. Su
composición literaria peculiar es la
bomba, género en el cual nuestros
compositores populares tocan las
lindes de lo sublime, por su flui-
dez natural, en la A'ersificación, no
importa sea ésta ún tanto desen-
fadada y oronda, su exquisita deli-
cadeza en el sentimiento y la suti-
leza un si es no es impregnada de
picante sabor en el pensamiento. El
bardo tabasqueño es erótico y bucó-
lico por innata tendencia; la mu-
jer es el tema sustancial y prefe-
rente de su inspiración; la natura-
leza, nuestra virgen naturaleza po-
lícroma, la paleta facunda de colo-
res, la corola de perfume y de al-
míbar con que alimenta su numen.
Por eso el BARDO es casi siempre
campesino. Nuestro pueblo le llama
comúnmente cantaor. V. BOMBA v
CANTAOR.
"Al amor de las lumbradas (los sol-
dados), sentados sobre los sarapes
tendidos al rededor, reían y cantaban
las canciones patrióticas... De todos
los grupos así formados, hacíase notar
el en que el Stete. Leandro Adriano,
acompañándose de una viliuela. a que
hacia dúo la bandolina del Sgto. Ja-
cinto López, hecha de concha de ar-
madillo, improvisaba versos palpitan-
tes de vida y actualidad. Nunca la in-
docta musa del bardo de la Brigada
había fluido con más espontaneidad..."
{SÁNCHEZ MARMOL, Antón Pérez, p.
178). — "Cuando uno menos se pien-
sa... ya se armaron los versos de pi-
que,... siempre y cuando se hallen
presentes en el lugrar dos o má.s bar-
dos, o cantadores, o simples echadores
de versos, que son quienes están bien
amañados con el oñcio y tienen la su-
ficiente competencia y autoridad para
ejercerle." (F. QUEVEDO. art. "Los
versos de pique," Tabasco Gráfico,"
D. 15.3. enero 6-917, Villahermosa.,
Tab.).
í BARCINO, NA. adj. fam. fig. Dí-
cese de los animales de pelo blanco
y pardo. Esto es lo común y co-
rriente; pero como además de cier-
tos perros, toros y vacas, como dice
la Academia, lo son siempre y más
propiamente el gato, y en nuestra
tierra el MAPACHE. animales los
dos que se distinguen por su bra-
vura y fiereza, pues he aquí que el
pueblo, dado por idiosincracia a la
metáfora, ha llamado así también
por analogía ideológica al hombre
que se distingue por su valor o su
arrojo, llamado asimismo rayado.
(V.).
Arg. Curiosa es la acepción que por
aquellas tierras tiene el vocablo, al de-
cir de BAYO: "Color blanco y pardo,
como en todas partes; pero, además,
en la Argentina es el político que mu-
da de casaca." Corresponde por tan-
to, a nuestro saltimbanqui, bailarín,
usados en sentido metafórico.
BARÍ. m. (CORDIA GERAS-
CHANTHOIDES. H. B. K.) Árbol
silvestre muy común. Produce ma-
dera flexible muy estimada en la
fabricación de casas como vara, so-
lera y aun como viga, por la cir-
cunstancia de ser de tallo recto;
generalmente se usa rolliza, esto es,
sin^ labrar ni aserrar, irncuéntrase
también escrito VARÍ.
"Su altura media, 30 metros y SO
centímetros de diámetro. El barí es
uno de los árboles que más abundan
en e! Estado; no puede considerarse
como madera de ebanistería, porque
su fibra no es tan fina como la del
caoba; pero como madera de construc-
ción, tiene excelentes cualidades; los
tallos rectos, cilindricos y de conside-
rable diámetro, permiten que sea ase-
rrad para diversas aplicaciones."
(Cat. de la Exp. de S. Luis M.,
1?03, p. 31.) — "Por cada una troza
si fuese de carbón, cedro o varí..."
(Decr. de Tab., p. 127.) — "Se prohibe
cortar maderas de caoba, o cedro, o
varí." (ID., p. 129.) Llámase en Cu-
ba baria (PEZUELA. p. 42.)
BART
192
BARRA
BARTOLINA, f. "Calabozo estre-
cho, oscuro e incómodo." (ICAZB.)
Este mexicanismo tan común, usa-
do desde tiempos de la conquista,
es del mismo modo de uso ordina-
rio y corriente en Tabasco, como
una forma peyorativa de calabozo,
mazmorra.
Ignoramos la fuente dirivativa de
la palabra. La Academia, que calla
en la frase A LA BARTOLA v en
BARTOLILLO, dice en BÁRTULOS
que: "de Bartulo, famoso juriscon-
sulto... y de ir muy pertrechados
los estudiantes con sus libros, se
aplicó la voz a otros objetos," y co-
mo la misma parece la más proba-
ble etimología de las otras dos vo-
ces y de la nuestra, podríamos
ari-eglarlo todo suponiendo a és-
tas acepciones traslaticias, en la
siguiente o parecida forma:
BARTOLA (A la). (De Bartulo. . .
porque este Sr. era muy dado al
dolce far niente, ¡cosa común en los
grandes hombres!)
BARTOLILLO. (De Bartulo,...
por su exquisita urbanidad, que co-
mo famoso jurisconsulto debe ha-
berla tenido, o simplemente por su
bondad como profesionista).
BARTOLINA. De Bartulo... co-
mo hemos dicho en A LA BARTO-
LA, puesto que en realidad en la
Bartolina el prisionero está así,
echado con todo descuido, con el
más olímpico descuido!)
I así, nosotros y cualesquiera, co-
mo lo ha hecho la Academia, bus-
camos y encontramos a todo etimo-
logía, que si no satisfacen por su
base científica y por su poca serie-
dad, por lo menos regocijan por la
sutil curiosidad que acusan en el
autor, y... tutti contenti! j
"La Farmacia, donde se elaboraba ■
el aceite de moscas y la untura de
San Pólito, fue cerrada judicialmente, |
y el empírico galeno pasó la reja de j
una bartolina, donde le guardaron cui- I
( dadosamente de los rayos del sol..."
(MERINO, Ruta, p. 139.)— "La si-
g^uiente semana bajó Gutiérrez en un
I vapor como prisionero a San Juan
Bautta., y allí con sorpresa y despe-
cho vióse alojado durante un mes en
una inmunda bartolina." (COFFIN, El
Gral. Gutiérrez, IX, p. 63.) — "¿En el
templo de Anclo, dedicado en Ate-
nas a la dios?. Fortuna, o en la bar-
tolina de Managua." (MERINO, Juana
Santa Anna, XXIII, p. 241.) — "El cé-
lebre Gerónimo Gómez, después de es-
tar cinco meses encerrado en una
bartolina." (ID., Celestina, VII, p. 60.)
BARRA, f. Cedo la palabra al doc-
to historiógrafo y sabio naturalista
tabasqueño, gloria de la ciencia
mundial, honra y prez de la tierra
humilde de Macuspana: "Las are-
nas con que vienen turbias las
aguas de los ríos al bajar de la
Sierra, se depositan en parte en los
cordones litorales y en parte llegan
hasta el mar, en donde las fuerzas
de las corrientes fluviales, equili-
bradas por el empuje de las olas,
las obligan a buscar el fondo por
efecto de la gravedad, y este lento
pero constante procedimiento de la
naturaleza, da origen a la forma-
ción de inmensos depósitos o ban-
cos en la desembocadura de los ríos,
conocidos con el nombre de barras.
Esta denominación ha venido per-
diendo con el tiempo su neta y pri-
mitiva acepción, y hoy se aplica por
extensión a la desembocadura mis-
ma de las corrientes fluviales tri-
butarias del Golfo." (ROVIROSA,
Res. Geogr. de Tab., IX).
Otro autor que ha escrito sobre
nuestra Geografía local, dice más o
menos lo mismo: "En realidad las
barras son bancos movedizos for-
mados en las desembocaduras de
los ríos por las arenas con que vie-
nen turbias las corrientes, y que al
llegar al mar se depositan en el fon-
do, en el sitio en que la fuerza de
estas se equilibra con el empuje de
las olas. Pero por extensión se ha
BARRA
193 —
BARRA
aplicado el nombre de BARRAS a
todas las desembocaduras de los
ríos." (CORREA. Res. Ec. de Tab.,
cap. III.)
La acepción general de la pala-
bra es, pues, meramente provincial
de Tabasco. V. CRUZARSE.
"A consecuencia de un fortísinio
viento "norte" que sopló en el litoral
del Golfo (nov. de 1908), temporal que
ha coincidido con fuertes crecientes
de los ríos tabasqueños, por cuya des-
embocadura principal o sea la "barra"
de Frontera, han salido enormes can-
tidades de aluviones, en esa desembo-
cadura se ha producido un atierre ex-
cepcional que lenvantó en unas cuan-
tas horas la "barra", hpsta solo deja?,
pasado e! temporal, un calado de cin-
co pies en marea alta, allí donde siem-
pre existieron de ocho a nueve pies y
aún más." (GONZÁLEZ, Los Ríos de
Tab., pp. 91-92.)
2. Aparato de gimnasia, consis-
tente e» una barra horizontal soste-
nida fuertemente por dos pilares a
poco más de la altura de un hom-
bre. En los circos acostumbran no
sembrar los soportes, sino sujetar-
los con cuatro cuerdas en direccio-
nes diagonales. La Academia que
definió, aunque mal. el trapecio, se
olvidó de este otro aparato que co-
mo aquél no puede ser solamente
nalo, sino una barra cualquiera, só-
lo que el uno pende de dos cuerdas
y la otra está sostenida por sopor-
tes sobre el suelo.
Méx. Ks de uso común en todo Mé-
xico, aún cuando eISr. Icazbalceta que
se acordó del circo, la echó también
en saco roto.
BARRACA, f. Por antonomasia
ha llegado a darse este nombre en
Tabasco a las escuelas de pésima
condición que se caracterizan por
estar en casas enteramente maltre-
chas, verdaderas barracas. Por ma
la suerte abundan aún en nuestro
Estado las instituciones de esta es-
pecie en algunas Municipalidades,
sin que haya hasta hoy una sola
casa-escuela ni en la misma capi-
tal.
Ríopl. Por la América del Sur. se-
gún GRANADA, tiene también acep-
ción especial, la de bodegrón, depósito
de cueros, lanas, maderas, etc. (1), es-
pecie de nuestra galera o de nuestra
bodega.
Chile. En Chile lo mismo (RODR.,
SOLAR. )
Por lo visto, se destina por allá a
usos de menor importancia social la
barraca.
Méx. Aunque no hallamos la voz en
el Voc. de mexlcanlsmos de Icazb., en
Ramos y Diiarte, Ocanipo ni otros au-
tores: en obras de costumbres mexi-
canas aparece con el significado de
nuestra garita (V.): construcciones li-
geras y provisionales, a manera de
tiendas, que se hacen en las poblacio-
nes en las épocas de fiesta y que es-
tán destinadas a puestos públicos, en
que se venden mercaderías ligeras.
"Y le enseñan a ud. con todo el
calor del provincialismo la fila de ba-
rracas improvisadas con sábanas de
no mejores antecedentes." (FACUN-
DO: Prosperidades nuestras, p. 182.)
BARRAJAR, a. La gente vulgar
así dice siempre, la más culta di-
ce abarrajar. V.
BARRANCO, m. Dice Cuervo:
"Para los españoles barranco, ba-
rranca significan hoy "quiebra pro-
funda que hacen en la tierra las co-
rrientes de las aguas"; y así no es
extraño que Clemencín haya censu-
rado a Cervantes porque dijo "des-
peñar a uno de un barranco." (Qui-
jote, pte. I. cap. XXVIII.) Para un
americano (pues casi todos la cono-
cen) la expresión es naturalísima.
porque con aquellos términos desig-
nan el ribazo o mole de tierra o
piedra tajada sobre una quiebra,
arroyo, río, etc., y aaí se entendió
en España..." (Ap. crít., párr.
682.) Tal es para nosotros el BA-
RRANCO: no otra cosa que la pa-
red vertical, la cortadura misma
que limita y encauza la masa líqui-
(1) La Acad. da esta acepción co-
mo Americanismo. Debe haberla co-
piado de Granada, y la hizo extensiva
a Centro y Norte -América, sin más ni
menos.
13
BARRA
— 194
BARRE
daj comprendida entre el nivel or-
dinario del suelo y el nivel o la su-
perficie del agua del río, arroyo, la-
guna o cualquiera corriente o depó-
sito; tomando el término como con-
trario de playa, que es la margen
plana, no cortada a pico para for-
mar el cauce. Los BARRANCOS,
(de ambos lados) cierran el cauce
de la corriente en los ríos, arro-
yos, etc.; lo profundo es el talweg,
lecho o madre de la corriente. No
debe confundirse el BARR'ANCQ
con la orilla, la margen, el litoral,
y menos con el ribazo, la vega, etc.
El BARRANCO que se continúa
verticalmente a lo profundo de las
aguas, se llama cantil. (V.).
Por barranca sí entendemos la
"quiebra profunda", es decir, la
hondonada misma; pero siempre
que tenga BARRANCO, paredes la-
terales verticales, principalmente si
éstas son altas.
2. Por extensión, se aplica tam-
bién a la margen u orilla de los
ríos en general.
"Ya el Jefe Político había hecho re-
sristiar los cayucos del barranco, orde-
nando a lo.s armadores de buques,
etc " (ZENTEL,I>A, Perico, cap.
XXVIII, p. 178.) — "Silvestre,... se sa-
le al campo,... y va a acostarse en-
tre un cayuco, ba.io un manpo del cer-
cano barranco." (F. QUEVEDO, Es-
critores reqionalistas tabasqueños: Ta-
basco Gráfico, dic. 7 de 916: Vlllaher-
mosa. Tab.) — "Tan luego que, la em-
barcación predicha, fue amarrada a
una estaca, corrió el patrón en busca
de un médico y mientras éste llegase
al barranco..." (MERINO, Ruta, p.
14ÍI.) — ..."Fierro, huyendo del mache-
te de López, se precipitó desde el em-
pinado barranco..." (ID., ib., p. 169.)
— "El día 8 de abril tuvo noticia el ca-
T)itán Eceta de qtie en el bergantín
Orono, que estaba descargado en el
barranco de Villa -Hermosa (en Ta-
basco), venían 300 barriles de maíz..."
(MFSTRE, Doc, y datos, cap. XXV.
p. 352.) (1)— "Las poV)laciones mismas
(1) — Tomado del Correo de la Federa -
Otón mexicana, número del 17 de mayo
de 1828, según el níJsmo"autor expresa
en la nota (2). p. 354, Ob, cit.
de Cáidenas, Conialcalco y Paraíso, han
sido edificadas en islas, en medio del
anchuroso cauce, cuyas dos márgenes
o barrancos, levantados de 5 a 6 me-
tros sobre el fondo, y en una latitud
de 2 o 3 kilómetros también más ele-
vadas que los demás terrenos de la
comarca, constituyen en la actualidad
la zona más cultivada y valiosa del
Estado de Tabasco." (GONZÁLEZ,
Los ríos de Tabasco, pp. 44-45.) — "En
lo demás del curso del río hacia aba-
jo, la corriente moderada y uniforme
está contenida en im cauce de sección
inuy regular, por tanto éste es fijo y
profundo, sin grandes "playas" en la.s
partes convexas, ni marcados barran-
cos en las concavidades." (ID., ib., p.
52.) — "El río que se desenvolvía por
el lado del sur, derrubiando barrancos
y espejeando caseríos." (RODRÍGUEZ
BELTRAN, Pajarito, VII, p. 103.) —
"Donde pasta paciente el ganado, o
baja, grave y despacioso, a abrevar
al pie del huraño barranco." (ID., ibid.,
p. 105.) — "Toman reposo los ojos al
mirar San Rafael en un claro del mon-
te, subido sobre el barranco." (ID.,
ibid., p. 106.) — "Abren caminó con el
remo y la palanca bajo la sombra apa-
cible de los barrancos." (ID., Perfiles
del terruño, X, p. G4.)
DERECHO DE BARRANCO. Has-
ta hace muy poco tiempo existió
este abusivo y arbitrario impuesto
que se pagaba en la Capital de Ta-
basco, entonces San Juan Bautista,
a una Compañía monopolizadora
; que a fuer de concesionaria influ-
yente, explotaba al pueblo de la ma-
nera más inicua, exigiendo a todo
viajero que arrimaba a la ciudad,
en canoa, en vapor, o en cayuco, el
pago de una cuota, so pretexto de
muellaje, y aunque los tales muelles
no se usaran.
BARRANCOSO, SA. adj. Para la
Academia es lo "que tiene muchos
barrancos"; para nosotros es la co-
rriente que tiene márgenes cortadas
a pico, barranco alto, o, oorao se di-
ce propiamente allá, empinado. Dí-
cese también cantiloso, sa. (V.).
I
¡ BARRENILLO, m. Preocupación
' constante y pertinaz que tiene a
BARRE
195
BARRE
uno en vilo: algo que molesta a
uno interiormente en el ser moral
y que lo pone intranquilo. Es comtin
la frase estoy con el BARRENILLO
de (tal cosa), el hecho que motiva
la preocupación o cuidado. Como
derivado de barreno, es una aplica-
ción metafórica muy ingeniosa, por
la alegoría de la molestia interior,
y la lentitud y pertinacia con que
la produce el barreno, al penetrar
en 1?. madera.
BARRER, a. Este verbo muy usa-
do en lenguaje agrícola tiene la
acepción de limpiar un lugar de la
yerba o vegetación pequeña; no es
más que una aplicación extensiva
de la voz. que tiene semejanza con
la acepción, fig. que da el Dice. "No
dejar nada de lo que había en al-
guna parte, llevarlo todo;" pues,
en efecto, BARRER no es más que
llevarse o extirpar toda la mala
pl?nta. V. RASPAR.
"Si es .par-i chapear o barrer la
milpa dicen aporrear." (GIL. Y SAEN'Z.
El Caporal, p. 47.) — "Luego que ya es-
tá para aporrear, .v es cuando hay ane
barrerla." (ID., p. 57.) — "Los labrado-
res cuando quemen el barrWo de sn^
milpps. etc." (Regí, de Policía de la
M. del Centro, Art. 6fi.)
AL BARRER. Expr. adv. Sin dis-
tinción, sin escoger: todo. En len-
guaje comercial dicen nuestros la-
briegos: vendo AL BARRER, es de-
cir, vendo todo, sin que se escoja,
sin selección. Se puede vender en
conjunto (por junto, en punta. V.)
o por cabeza; cuando se vende por
junto, se fija un precio por cada
cosa, pero tomándolas todas el
comprador: esta condición de to-
mar el comprador todas las cosas
existentes, sin desechar ninguna, es
lo que significa la expresión AL
BARRER.
En nada como en esto anduvo
tan desatinado y con tan poca for-
tima, en achaques de crítica o cen
sura, el Sr. Ramos y Duarte. Véase,
advirtiendo desde luego no ser ciei-
to que la expresión se use solamen-
te en V'eracruz.
"AL BARRER (Ver.), adv. Aba-
rrisco."
"Al barrer, expresión adver-
bial que tiene dos significados: I,
uno familiar que denota la genera-
lidad con que se habla, obra, o sa-
luda, v. gr. : sois unos haraganes
al barrer; es decir, sin excepción,
sois unos haraganes: adiós ai ba-
rrer, es decir, adiós a todos; y
II, otro comercial, que se aplica ge-
neralmente en las ventas de café,
en contraposición de al vaciar, pues
que se entiende vendida la mercan-
cía junto con su envase." (J. M.
MACÍAS, Dice, cubano, art. BA-
RRER.)
"En este artículo, dice el mismo
Sr. Ramos, el Sr. Maclas ha incu-
rrido en errores lamentables, por-
que al barrer no significa sin ex-
cepción, ni a todos, ni fa mercanc'a
con su envase; sino al tiempo de
barrer, en el momento de barrer,
porque "al con el infinitivo de los
yerbos y con algunos nombres, sig-
nifica el tiempo preciso en que se
hizo, o debe hacerse alguna cosa:
como al salir el sol, al anochecer, al
fin se canta la gloria." (Dice, de
Aut.) Al es también una partícula
muy usada en Castilla, y equivale
a lo mismo que en el tiempo, en ej
punto de, o en el instante que, etc.,
V. gr. : al dormir, al cenar, etc. (TE-
RREROS. Dice. Cast.)
Decir "adiós al barrer", es lo mis-
mo que "adiós cuando barren";
(sic.) "pago a $40 el saco de café,
al barrer," equivale a "pago a $40
el saco de café CUANDO BA-
RRAN!!!" (Dice, de mex., p. 30.)
Nada más absurdo que dar a la
expresión adverbial al barrer el
BARRE
— 196
BARRE
significado de concomitancia, o si
multaneidad de acción: cuando ba-
rran; al barrer expresa semejanza,
analogía o similitud de acción; más
claramente, la manera, la forma de
hacer una cosa. Al barrer: como
cuando se barre, como si se barrie-
ra, como se hace al barrer, en el
sentido de llevarse, arrastrarlo to-
do, que es precisamente lo que sig-
nifica la expresión y lo que se da
a entender con ella. Aunque no so-
mos cubanos, creemos que sea la
misma foi'ma en que la da el Sr.
Macías, por lo menos en su prime-
ra acepción. No será forma casti-
za, porque mejor dijérase a barrer,
convenido; pero que equivalga a
cuando barren, es una badomía sin
sentido, vulgar, familiar y castiza-
mente hablando.
Al, antes de infinitivo puede ex-
presar, como hemos dicho, concomi-
tancia de acción, y también condi-
ción: a haber salido, le hubiera en-
contrado, frase ésta en la cual es
reprobable decir: al haber salido;
pero, en el caso que nos ocupa y
otros parecidos, muy usados en Ta-
basco, como al rajar, al partir (di-
vidir), al no tiene aquellas signifi-
caciones, sino la de "modo, forma,
manera" de cómo se hace una cosa;
es una verdadera modalidad de la
acción del verbo principal, una lo-
cución adverbial que modifica el
sentido fundamental de la idea que
se expresa. Debe advertirse, ade-
más, que la forma castiza del em-
pleo de al antes de infinitivo se re-
fiere siempre a verbos neutros:
amanecer, salir, etc., no a verbos
transitivos, con los cuales el uso de
a, en el sentido condicional, puede
prestarse a acepciones anfibológi-
cas; a barrer, a partir son expre-
siones que tienen significado muy
otro, como en estas formas: vamos
a barrer; a partir de mañana to-
do cambiará, etc.
BARRERSE, pr. "Hacerse a un
lado violentamente el caballo, por
haberse espantado con algún obje-
to."
"Pero barrióse el hidalgo con todo
y rucio." (ROA BARCENA. Noche al
raso, V, p. 89.)— "El caballo se barrió
con ímpetu dese.sperado." (FACUNDO
Gentes, tom. III, cap. 4.) — "Dijo r-
caballo: por aquí, y que se barre."
(TD.. ibid., tom. IV, cap. 3.)
Al caballo que tiene esta maña,
llaman en nuestra tierra cejador,
pajarero. (V.)
El verbo se usa con más genera
lidad, aplicado también a las per-
sonas: hacerse a un lado violenta-
mente, pero como agachándose, o
esquivando un golpe. En mayor gra-
do de generalidad aún: arrastrarse.
"Mi tío les disparó un tiro y corrió
por un lado gritándome: "¡Ve dónde
de metes!" Yo me barrí por el suelo
y me lancé de cabeza entre un ixtal.
huyendo, por debajo que ni tepez-
cnin.te." (COFFIN, El Gral. Gutiérrez,
XXVI, p. 204.) — "Suele acontecer atra-
vesando las inmensas llanuras del N.
de nuestro país, que repentinamente
se disparan en encontradas direccio-
nes caudfflosos remolinos de polvo, que
barriéndose,... levantándose y derra-
mándose confunden los objetos,
etc." (FIDEL. Memorias, cap. V. p
321.)
BARRETA, f. "No le usamos co-
mo diminutivo de barra, sino para
designar especialmente la barra de
hierro, de que se sirven los albazli-
les, terminada por un extremo en
punta y por el otro en una especie
de paleta." (ICAZB.) En el lengua-
je provincial de Tabasco, y según
lo anterior también de México, el
diminutivo de barra es barrita, si-
guiendo la forma común, con la
desinencia ita. Cierto es que eta es
también desinencia de diminutivo,
autorizada por la Gramática del es-
pañol; pero además de que esta de-
sinencia sólo por excepción hace
tal papel, como puede hacerlo tam-
BARRE
197
barrí
bien la terminación ote, en islote, v.
gr. ; siendo el objeto designado por
BARRETA distinto de una simple
barra pequeña, y teniendo como tie-
ne caracteres o propiedades peculia-
res, el nombre debe considerarse
como individual, distinto de barra,
y no como un mero derivado de és-
ta, aplicado al mismo objeto, con
sólo tener menor tamaño.
BARRETEAR, a. 'Trabajar con
la barra", dice Membreño. Xo, se-
ñoi* "trabajar con la barreta"; al
menos así lo entendemos nosotros,
y ya que tenemos el instrumento,
nada más natural que de él derivar
el verbo, como de fizga decimos fiz-
guear, y de candil, candilear, por la
recta agregación de la terminación
ear.
BARRETÓN, m. Aumentativo de
barreta, (usado éste como positivo),
no de barra.
"En las costas Atlánticas en vez de
las "coas", se hacen los hoyos o ca-
jetes con unos instrumentos largos,
de fierro, que en México se nomliran
barretones. Con estos barretones se
afloja V>ien la tierra " (ErGEXIO
r>AXó. Varias plantas tropicales: "Es-
tudio sobre el café mexicano y su cul-*
tivo, p. 7.)
BARRIL, "adj. Aplicado a la tie-
rra eredosa o arcillosa", no está
aquí anticuado: también se usa co-
mo sustantivo. En el sentido de ba-
rrizal o lodazal, no se oye nunca.
Verdad es que no usamos barro por
el lodo del suelo." (ICAZB.) Co-
mentemos. Tampoco es anticuado
para nosotros; pero menos, como
para la Acad.. adj. y sustantivo: el
barrial en Tabasco es un terreno
en donde abunda el barro, como a
manerí» de un colectivo de barro.
Barrizal poco o nada se usa en e]
lenguaje popular, en el cual las pa-
labras genéricas son lodo, lodazal,
y las específicas, barro, barrial. Es-
to es: lodo, en general, la tierra
mezclada con el aíoia. especialmen-
te la que cae de lluvia; barro, tie-
rra arcillosa mezclada con el agua,
o, mejor dicho, lodo especial forma-
do de tierra arcillosa.
De camino advertiremos lo que
dice Cuervo (Apunt. Crt., párr.
822) : "La concurrencia de las for-
mas cultas etimológicas en que
aparecen las combinaciones eá, eó,
y las populares que las presentan
en las formas iá, ió (ríal, pior), da
ocasión a que gente ignorante o po-
co menos, pensando hablar atilda-
damente, pronuncie con eá, eó vo-
ces que sólo son admisibles con iá,
ió: barreal (barrial), peano (piano),
peojo (piojo). Lo mismo cuando es-
tas combinaciones son inadecuadas:
Heleodoro (Heliodoro), espúreo (es-
purio)." También en C. Rica se
cuecen de estas habas, conforme lo
que dice GAGINI. criticando la pro-
nunciación barreal.
Lo apunta SALAZAR GARCÍA
(C. Amér.) Amer.. según- TORO
GISB. (Dice. Lar.) El mismo CUER-
VO, en otra parte de su citada
obra (párr. 710), autoriza el empleo
de la voz: "Todos usamos, y a na-
die choca — dice — arremueco, BA-
RRL\L, brazada, catear, chite, des-
parejo, giro (dicho de ciertos ga-
llos), puño (puñetazo): y así es
contra todo buen sentido llamar an-
ticuadas estas voces y condenar su
uso en calidad de tales." óigalo la
Academia.
En la América del Sur existe el
barrero, especie de nuestro barrial,
magistralmente descrito por Grana-
da y Ciro Bayo, sólo que es un te-
rreno de barro, pero salitroso. Dice
el primero de estos autores: "Te-
rreno salitroso que en ciertos pa-
rajes, donde las aguas son muy
dulces y los pastos participan de
esta condición, escarba y lame con
ansia el ganado."
"Del barrizal que se forma con la
escarbadura y pisoteo de los ani-
barrí
— ns —
BARRÍ
males que frecuentan esta clase de
terrenos, les viene el nombre de
que se trata, que es castellano,
úsase de antiguo en tal sentido, y
continuadamente hasta el dia de
hoy. Ruiz de Montoya, hablando del
anta, refiere que de día come yer-
bas, y de noche barro salobre, y
"hay en algunos parajes tanto ras-
tro como en un corral muy grande
de vacas. Los cazadores acuden de
noche a, estos barreros, y en sin-
tiendo que viene cerca, sacan de
repente un hachón encendido con
que, deslumbrada, da lugar a que
la maten." (Conq. espir.) Siendo los
terrenos salitrosos los únicos de cu-
ya sustancia se aprovechaban los
animales, removiéndolos constante-
mente y convirtiéndolos de resul-
tas en barrizales o barreros, de ahi
que la palabra barrero haya venido
a significar exclusivamente el terre-
no salitroso de que se aprovecha el
ganado. Así, en el r'o de la Plata,
no todo barrizal es barrero." (Voc
Ríoplatense.) Bayo, cuya afición
cinegética no fue óbice para que
alternara la pluma con'^la escopeta,
dice: "A los barreros acudíamos en
noche de luna los empleados de la
barraca, allá en el Madre de Dios,
cuando queríamos regalamos con
un anta u otra pieza mayor." (Voc.
Crio. Esp. Sud.-Am.)
"Tierras habría pronto que vendrían
a parar en barriales de dar oompa.sión
(AZUELA, Mala Yerba, I, p. 7.)
BARRICA, f. Nadie entiende por
barrica, en lenguaje tabasqueño, ni
"especie de tonel que sirve para di
ferentes usos", que es como si di
jéramos una cosa que sirve para lo
que se quiera, ni "tonel grande' ,
como dice Toro G. (Dice. Lar.), al
cual llamamos pipote, tomando es-
ta palabra en sentido aumentativo
de pipa, contrario del que da la
Academia, que la considera como
diminutivo.
La BARRICA tabasqueña es una
envoltura o envase que se usa es-
pecialmente para contener cal, y a
veces para otros muy pocos áridos;
hecha de hoja blanca u hoja
de tó; larga, como de un metro y
giuesa como de medio metro de
diámetro. Debe su nombre sin du-
da a la ligera semejanza que tiene
con la barrica "especie de tonel,"
o con el tonel mismo, barril.
Es el envase ordinario en qu^ se
vende la cal de construcción, al
por mayor. La cal de uso doméstico,
que las cocineras emplean para pe-
lar el nixtamal, se vende en hene-
quenes. (V.)
En lenguaje técnico y comercial
la BARRICA es de capacidad deter-
minada: 226'20 litros, la barrica de
vino de Burdeos, según Horacio
Doursther (Dictionnaire des Poids
et Mesures) ; 286 botellas francesas,
la de vino tinto francés, según Ma-
cías (Dice, cubano). La nuestra de
seguro no es de tanta capacidad;
su peso se calcula de una manera
rudimentaria, por lo que carga un
hombre.
BARRIGA. "TENER BARRIGA
DE ALMOFREZ, se decía familiar-
mente de quien come mucho, con
i alusión a lo mucho que cabía en
los antiguos almofreces o almofre-
jes. La frase está anticuada por no
usarse ya los almofreces, y hoy, se
dice tener barriga, o tripa, de músi-
'' co." (Icazb.) Nosotros decimos
tener barriga de demandante; pe-
ro como los demandantes ya desa-
parecieron también, y como los mú-
sicos en verdad no siempre comen
mucho, puesto que son los últimos,
y a veces gracias si alcanzan a la
eopita o el remojo, mejor diríamos
'ahora: tener barriga de Diputado,
porque estos se sirven del presu-
j puesto con la cuchara grande y co-
barrí
— 199
BAST
mo todo lo gastan, naturalmente,
deben llenar muy bien la tripa.
"A BARRIGA LLENA. CORA
ZóN CONTENTO, reír, que además
de su sentido recto da a entender
que ima ganancia templa mucho tm
pesar." (Icazb.)
BARRILETE, m. Suele decirse
de la persona gorda y de baja esta-
tura, por su semejanza con el ba-
rril, que es ancho y bajo.
En las provincias del Plata (BA-
YO) y en ciertas provincias de Es-
paña (Academia) llaman barrilete
a una especie de cometa. Lo mis-
mo en Venezuela (RIVODÓ. Voces
nuevas, p. 247.) Nosotros, papaga-
yo. (V.)
En México llaman también barri-
lete al abogado que trabaja en el
despacho de oti-o y bajo la protec-
ción de éste.
BARRISTA. m. Acróbata que en
los circos trabaja en la barra. Es
ya usual entre los escritores con-
temporáneos esta palabra.
"Era Rente que no trabaja mal: ha-
bía acróbatas, clowns. pantoniimístas.
bprristas "í B.\ROJA. La Busca, p.
141. c p. TORO G.. Ap. Lex.. p. 227.)
BARRO, m. Para nosotros no to-
do es barro. Como dijimos en ba-
rrial, la palabra genérica que de-
signa la mezcla del agua con la tie-
ri-a es lodo: el barro es un lodo es
pecial de tierra arcillosa. También
1? arcilla plástica de que usan los
alfareros.
BAS"^EAR. a. Echar bastos, es
decir, ribetes, refuerzos o guarni-
ciones, panicularmente en el apero
de montar u objetos relativos de va-
quería. Es voz de talabartería.
BASTIMENTO, m. "Provisión pa
ra sustento de una ciudad, de un
ejército, etc." Con ma.vor exten-
sión, para nosotros bastimento es
la provisión para cualquier número
de personas, aunque sea ima. y pa-
ra cualquier espacio de tiempo.
EI*t)eón de campo en Taba seo por
lo general está todo el día ausente
de su casa y lejos de ella; por lo
mismo, lleva, consigo provisiones pa-
ra todo el día. que se reducen de
ordinario a la bola o pelota de po-
zol para las tres bebidas de orde-
nanza: la media fagina, a las nueve
o diez de la mañana; la fagina al
medio día, que va seguida del des-
canso de una o dos horas, y la de
después de fagina, de 3 a 4 de la
tarde. La provisión que basta para
esas tres bebidas, consiste en la
regional pelota de pozol de mozo,
es el BASTIMENTO. V. BATIDA.
"Mientras ellas (las mujeres) hacen
el pinol y calientan los totopostes pa-
ra el desafino, los hombres prepa-
ran sus machetes, hachas y escopetas
que con el bastimento deben llevar a
mano." (COFFIX. El Gral. Gutiérrez.,
I. p. 4.) — -■"Los trabajadores pa^ban
para sus cabanas con el machete al
hombro y pendiente de la cacha el te-
nate del bastimento." (RODR. BETL-
TRÁX. Pajarito, X. p. 179.)
2. Provisiones para el sustento
durante \xn viaje.
Méx. Xo lo da Icazb.. pero es de uso
en esta acepción, según el sigruiente
pasaje:
"Para estas corridas se reúnen cien-
to o doscientos hombres animosos y
bien montados, y con caballos mansos
de mano y suficiente bastimento (quie-
re decir esta palabra provisiones), pa-
ra veinte días o un raes." (Dice. Univ.,
Art. "Cacería de caballada m^^steña,"
t. I, del Apénd. y YITT de la obra,
páe. 421.)
BASTO, m. Sobrepuesto o ribete
que se echa para g^uamecer o refor-
zar cualquier pieza del • apero de
montar.
Doble alteración de la palabra
basta, haciéndola masculina y dán-
dola la acepción de ribete, que no
tiene, por extensión de la propia,
que es la de hilván, puntadas del
colchón, seguramente porque el
basto lleva éstas.
BASTOS, pl. "Piezas de cuero so-
bre que desc&nsa el fuste de la si-
BASU
— 200 —
BASü
lia de montar, y defienden el Famo
de la cabalgadura. Hácense de di-
ferentes formas, y ordinariamente
se forran de jerga o de zalea de
cordero." (Icazb.) En tierra calien-
te de ordinario son nada más dos
cueros que recubren por debajo los
tejuelos, de la misma forma de és-
tos, y sin forro ni relleno alguno. I
úsase solo en plural. |
La Academia con su costumbre |
de definir vagamente, dice: "Cierto I
género de aparejo o albarda que lie- ¡
van las caballerías de carga", con ,
lo cual queda uno tan fresco! Es- 1
pecie, cierta especie, cierto género,
son los circunloquios de estilo; de |
modo que, siguiendo esta lógica, un ;
académico definiría: "Diccionario, j
cierta especie de libro que compo- 1
nen los académicos." ^
BA'SURA. quitar a uno la BA-
SURA, fr. fam. que pudiéramos lia- ¡
mar del lenguaje caballeresco entre ;
la clase infantil, para manifestar la
aceptación del reto para reñir, para i
darse de trompadas dos muchachos.
Los azuzadores de oficio, que son '
todos los circunstantes, ponen ima
basurita cualquiera, una pajita, un
pedacillo de papel, sobre el hombro
del rijoso que expresa estar dispues-
to para la pelea y que sólo espera
que el otro le toque, diciendo en-
tonces al contrario: "quHale la BA-
SURITA, o la pajita". Resolverse és-
te a quitársela es disponerse a re-
cibir la primera bofetada que el
provocado jaquetón está obligado a
descargar, si es que de veras esta
resuelto también; o dejarle corrido,
si no corresponde la provocación,
en tal forma, y hacerle ver que se
raja.
BATEA, f. En ediciones anterio-
res el Dice, de la Acad., decía: "Es-
pecie de bandeja o azafate, de dife-
rentes hechuras y tamaños, que vie-
ne de Indias, hecha de madera pin-
tada, o con pajas sentadas sobre la
madera. Artesilla honda que sirve
para varios usos." En la décima-
tercia edición quiso ser concisa y
suprimió lo que pusimos subrayado,
a saber: la consabida especie y la
noticia que viene de Indias. Claro,
oomo que también en España, y-
dondequiera, pueden hacerla! Perú
con todo y estas suposiciones, nues-
tra BATEA no es ni con mucho co-
mo la Academia pretende describir-
la. La auténtica BATEA de Améri-
ca es como la conservamos en Ta-
basco: "Depósito de madera, de una
sola pieza, de ordinario en forma
de cuadrilongo, de fondo plano más
angosta que la boca: se usa espe-
cialmente para lavar la ropa." Nada
de "bandeja de diferentes hechuras
y tamaños, ni de madera pintada,
ni de pajas sentadas sobre la ma-
dera; ni menos artesilla honda o
que sirve para varios usos."
Hoy se llama así, lo mism-o en
España que en los lugares en don-
de carecen de la materia prima,
que es el árbol, pai-a hacerla, cual-
quiera artesa, dornajo, barreño o
cosa por el estilo, hecha por lo co-
mún de varias piezas, con un ta-
blero a veces, con un hueco para
desaguarla, en ocasiones, con paja
o sin ella, pintada o sin pintar, y
aplicada a usos varios. Pero la au-
téntica batea indígena de América,
expresada por el nombre por lo
mismo tan indígena como ella del
Nuevo Mundo, es como la describen
los que nos han dejado en sus obras
el trasunto fiel de las cosas que co-
nocieron al venir a las Indias; es és-
ta de que nos habla el venerable y
verídico P. Las Casas: "Con sus
azadones y gamellas y dorraajos,
que acá llamaban y hoy llaman ba-
teas"; la misma descrita por Acos-,
ta: "El oro en polvo se beneficia en
los lavaderos, lavándolo mucho en
BATE
— 201
batí
el agua hasta que la arena o barro [
se cae de las bateas o barreñas;"
mejor aún como la describe el P.
Simón: "Batea es lo mismo que
domillo o tornillo en Castilla, he-
cha de madera de una pieza, en ,
que lavan los paños, y sirven de
otras cosas."
La batea es menos tosca que la
tolla, y ésta menos que el dormajo.
(V.) Es también distinta de la re-
doma.
Cuba.' Macías apunta tres acepcio- i
nes cubanas de la palabra, de las cua-
les dos coinciden más o menos con
nuestra redoma por ser redondo el ob-
jeto descrito (V.). y la tercera, "em-
barcación chata", es desconocida para
nosotros, pues a esto llamaríamos lan-
cha, lanchen, chalán, o por último,
chlnanpn como aquí en México llaman
a las embarcaciones de esa forma que
aun navepan en el lapo de Xochimilco
y el canal de la Viga.
BA^^ERÍA. METER BATERÍA, fr.
análoga a la castiza DAR BATE-
RÍA, en el sentido figurado de ase-
diar a una persona, reduplicar empe-
ños, esfuerzos o súplicas con perti-
nencia y tenacidad, por alcanzar u
obtener algo. Dícese también en la
forma castiza anotada y equivale
casi en un todo a dar guerra.
"Así que por ese lado me conviene,
porque no me |X)drá meter batería, ni
cantarme responsos." íMERTXO. Ce-
lestina, X, p. mi.)
BATIBOLEO, m. fam. "Bulla, ba-
tahola." (ICAZB.)
"Cuando regresé me encontré todo
en revolución, los muebles en el pa-
tio, mi ropa asoleándose, mucho bati-
boleo de indios acarreando agua."
(Astucia, t ir. cap. III. p. 66.)
BA"^IC!ÓN. f. Acción o efecto de
batir o, "el acto de batir", como di-
ce Maceas que escribe Árbol. Con
especialidad se aplica el nombre de
BATICIÓN en la industria de la ca-
ña de azúcar, en los ingenios, a la
mezcla formadr de aeua, miel y
mosto vivo y muerto, en cantidades
proporcionadas, de 1? cual destila i
después en el alambique el aguar- 1
diente. Se hace en grandes tinas
de madera, llamadas tollas, conser-
vándose tapada, y se bate diaria-
mente.
Cuba. Pichardo. excelente maestro
en cosas de su tierra, como muy po-
cos, registra dos expresiones relativas
a la batición: I, estar cerrado de batl-
ción, frase que se emplea, cuando hu-
bo exceso al batir el melado en la re-
friadera, de modo que se endurece, y
II, cargar las batlciones. mezclar en
una pipa o tonel, agaia, miel, y mos-
to vivo y muerto en cantidades propor-
cionales. Se tapa la boca y se bate
diariamente, para que, echándose des-
pués el líquido en un alambique, des-
tile el aguardiente."
2. Por asimilación ideológica la
acción del verbo batir, que origi-
nalmente significa golpear, agitar,
pasó a expresar mezclar, revolver
varias cosas, como efecto de la agi-
tación; y como lo que se revuelve
— el agua y cualquiera otro líqui-
do-— por lo común cambia de color,
pierde su pureza primitiva, de aquí
que la acción de batir ha ja pasado
a tener el valor de una forma pe-
yorativa de manchar, ensuciar, y
que BATICIÓX exprese en el len-
guaje vulgar la suciedad misma
producida por el contacto de una
cosa revuelta, el lod-o, por ejemplo,
y con mayor extensión todo líquido
revuelto, en general, sucio y de co-
lor y aspecto desagradables. V. BA-
TIR.
BATIDA, f. Especialmente se lla-
ma así en el lenguaje campesino la
cantidad de pozol en masa que se
emplea para preparar una jicara de
la misma bebida; la dosis que se
emplea en una toma o bebida. De
ordinario, el pozol se prepara en bo-
las de cantidad suficiente para el
consumo del día. hecho por una per-
sona; esto es. para las tres bebi-
das de rigor: la media fagina, la
fagina y la de después de fagina, a
las 3 de la tarde. La parte de la
pelota de pozol que se emplea pa-
batí
— 202
batí
ra batir cada jicara o bebida, es
una BATIDA. V. BASTIMENTO,
BEBIDA.
BATIDO, DA. adj. Sucio, mancha-
do, que ha perdido su limpieza por
el contacto de una cosa revuelta o
que le hace perder su color primi-
tivo.
BATIDOR, m. Encontramos en los
Hondureñismos del Sr. Membreño
este nombre, olvidado lamentable-
mente por nuestros autores nacio-
nales de mexicanism'os, bien que
por muy azteca que el chocolate
pueda ser, en ésta que (1) fue la
tierra aborigen del méxica la vasi-
ja en que se bate el chocolate ni
es como la nuestra tabasqueña ni
como ésta es un objeto especial,
sino un jarro cualquiera de tiesto,
de barro común y corriente.
El BATIDOR, vasija en que se ba-
te con el molinillo el chocolate en
Tabasco, es como un vaso gí'ande
o almirez hondo de unos veinte cen-
tímetros de alto, con una oreja o
agarradera, bebedero en el borde,
y un reborde o labio exterior en el
fondo, para sentarse bien; se hace
de maderas fuertes, especialmente
de guayacán, escogida no sólo por
su resistencia sino por su hermoso
color amarillo, su jaspe y su fácil
pulimentación.
La especialidad de este uteiísilio
regional de Tabasco, Yucatán, Cam-
peche y Chiapas, y la circunstan-
cia de ser no solamente desusado
sino desconocido tanto aquí en Mé-
xico como en casi todo el resto de
los Estados nacionales, y, especial-
mente en la Mesa de Anáhuac, nos
fuerza a suponer que el cacao no
fue nunca planta que los aztecas
cultivaran en esta región; que es
un producto indígena meramente
clásico de Tabasco y Chiapas y de
Centro- América, de los cuales en la
c^ta del primero le encontraron los
\ conquistadores, según Bernal Díaz
I y demás historiadores de la con-
quista; que el nombre del chocola-
te, por más que sea un aztequismo,
no nació en el Valle de Anáhuac,
sino entre los méxica de la rama
de Ahualulcos o alguna otra de las
que poblaban cierta parte de las
regiones occidentales y meridional
de Tabasco, de donde también
traían ese grano para regal-o de los
emperadores mexicanos, para rega-
lo de los virreyes después, y de
¡ donde, cómo lo vemos, hoy le traen
todavía a la culta Ciudad de los
pelados.
El BATIDOR, pues, lo mismo que
su correlativo el molinillo, son
históricamente conterráneos del ca-
cao y de su producto el chocolate,
y como éstos, son de cuna tabasque-
ña por los cuatro costados. V. MO-
LINILLO.
De una reciente monografía El
chocolate, por Luis Castillo Ledón,
(1) tómanos lo siguiente: "La pre-
paración (del chocolate) se hizo
primero con el auxilio de dos jica-
ras... Fue a poco cuando empezó
a usarse el jarro especial, de barro,
llamado chocolatero, en el cual se
pone el agua o la leche a calentar,
se disuelve la tablilla y se bate el
líquido hasta que hace espuma."
Ha de permitirnos el Sr. Casti-
llo, desde luego, que le hagamos es-
ta observación: la tablilla de cho-
colate no se pone a calentar junta-
mente con el agua; por lo menos,
no lo hacen así en nuestra tierra.
Allá se calienta el agua en un de-
pósito cualquiera, hasta la tempera-
tura de ebullición; por separado se
rompe la tablilla en seco o se es-
(IV Escrlbinio.s esto en lii ciudad de
México;
n> Monosfafía nacionalista. El cho-
colate, pdr Luis Castillo L.edó:í. 5
xico, 1917. 30 páginas.
batí
— 203
BATU
polvorea, en el BATIDOR: se vier- f "El segrundo depósito, pila batidora.
tp pn pstp en spenida p1 aeiia hir- I «'^''^ce de postes y sí está perforada
te en este en seguiaa ei agua nir ^^^^ p^^.^^ p^^. ^^^^ agujeros de ocho
viendo y se bate la mezcla asi tor- j centímetros cada uno, en línea recta,
mada con el molinillo, hasta que | d<- arriba abajo, que sir\-e para colo-
forma espuma v toma una consis- i ^^r tapones o espita.^^ue más tarde
. * , . 1 i dejan escapar el liquido ya decantado
lencia especial que demuestra la | que ha ser\-ido para macerar el jiqui-
completa disolución del cacao en el ¡ lite, abriendo de arriba a abajo cada
agua. Pero, sea esto asi. o como i tapón paulatinamente." (RABASA. El
o- 1 o Vt 11 T j - 1 ' Est. de Chis., p. 106.)
dice el Sr. Castillo Ledon. lo que | „»-,-.« ^
nos interesa saber principalmente, i BATIR, a Ensuciar, manqhar, ha-
V lo sabemos desde luego por las j ^^»" P^^''^^'' '^ limpieza a una cosa,
palabras de este autor, es que er t « «u color primitivo, por el con.tac-
México se ha batido siempre el ^^ <:«" Jí° J^Q^j^o o «jsa revuelta y
chocolate, como hemos asegurado i ^"^'^- • l^-^TICIÓN.
antes, en una vasija de barro, que I BATUQUEAR, a. "Batucar, — dice
se llama chocolatero, (2) y que nun- j Ramos y Duarte. — La Acad. (Dice,
ca se ha usado el batidor de made- ; 12a. ed.) dejó de registrar el térmi-
i-a, ese utensilio especialísimo de ' no batucar, que aparece en el Dice,
nuestra tierruca. de Aut." Desde la undécima edi-
'•En seguida entra en la salita, que | ''ion advertimos que desapareció,
a la vez hace de cuaito y cocina, aviva » Ahora da, en SU edición décima-
cl fuego en que se calienta una cal-, ; cuarta, bazucar v bazuquear (con el
dera de agua, va a la tabla, lava el : „^_„;_„-„„. u., " -\ i j
batidor, se enjuaga las manos en su ' consiguiente bazuqueo), en lugar de
delantal y vuelve a la puerta." (QUE
VEDO F.. Costumbres tabasqueñas:
Tabasco Gráfico, núm. 149, Dic. 15-917.
Villahermosa. ) — "El batidor de la
maestra Cata, fomenzó a regocijar el
tímpano de los trasnochados, y pron-
to cada uno tenía en las manos la
manserina repleta de tortillitas con su
gran coco de bebida." íMERIXO. Ce-
lestina. rX, p. SO.) — "Batidores o nior-
batucar. Es curiosa, además, la eti-
mología que de este verbo último
daba en la edición 13a. (Del lat.
batuere, batir). (1) ¿Quién anda
pues, más en camino: el vulgo que
dice batuquear, conservando la t
etimológica, o la Academia que dice
bazuquear, verbo que además de lo
teros de madera docena. .." (Comp. . j^gj sonante v feo, tiene por añadi-
da Decr. de Tab., tarifa, p. 60.) ; . i * „ * •- j < ^ • •
c. Amér. ".Vuestro conocido batidor : ^^^ ^^ transformación de la t en z,
del>e enmendarse: puchero, jarro, cho- ¡ lara O por lo menos poco COmÚn?
colatera, según conviene." (Sal. G., p. i Colomb. "Batuquear decimos los bo-
~1*ii.^~>£l;.. - .„ . . ... ' gotanos (y lo dicen también en Cuba)
BATIDORA, f. Recipiente inferior i ^n vez de Batucar, especie de verbo
de los dos que forman el obraje o diminutivo sacado de batir, como ma-
mancuerna de pilas en la manipula- chucar de machar o majar, besucar de
ción del añil o jiquilit». V. OBR.A
JE.
besar." (CUERVO, párr. 286.)
Cuba, .\unque el Sr. Cuer\o dice que:
también en (íuba dicen batuquear^ uo
lo hallamos en el Diccionario de Ma-
cías.
Ríopl. En B.\YO (Voc. Cr.-esp.) y en
GRAX.\DA (Voc. ríopl.) hallamos ba-
tuque: "alboroto, gresca, "danza u^-
da en Brasil y las Azores", cbiño' ^i •
(2) Según <'l Dice, de la Acad.
Chocolat«»ro es voz de .Vndalucía. El
nombre del utensilio de que aquí se
trata, del batidor, es chocolatera (fe-
menino). Faltó, segniramente. a la co-
rrección del lenguaje, el Sr. Castillo j -' .•■
Ledón con decir chocolatero; mas. es (i) Parece que la .Vcademia, advir-
acreedor a la exculpante del buen sen- ! tiendo el error, volvió sobre sus pasos,
tido y la eufonía. ;.\1 diablo mil veces! y como lo más prudente en caso de
la .\cademia con su chololatera de ] ignorancia es callar, en su Ha. en.
marras! ' suprimió la etim. de marras.
BETü
— 204
BATU
ce el primero; "Baile y mezcla desor
denada de hombres y mujeres. — Ba-
raúnda.— Confusión, desconcierto en
acciones y cosas en que intervienen
muchas personas. Es alusión a los bu-
lliciosos bailes de los negros." En
cuanto al origen difieren en opinión:
Bayo cree que es de origen brasileño,
porque allí es usual la danza (cuya
descripción de un avitor anónimo
transcribe) ; Granada opina que es
probablemente de origen africano.
Sin ir muy lejos, fijándonos en
que la voz entraña la misma idea
de batuquear, batir, en lo de mez-
cla, revoltura, podemos creer que
no sea más que una modalidad
provincial de aquéllos, por simple
derivación.
Bayo asegura, además, que no es
voz ríoplatense, porque la registra
CUERVO en sus Apuntaciones Crí-
ticas, suponiéndola derivada del fa-
moso bazuquear, mezclar.
BATUQUEO, m. Acción o efecto
de batuquear.
2. m. Cosa batucada, revuelta y
sucia.
BAÚL. "BAÚL MUNDO, el gran-
de y de mucho fondo, que se usa
en los viajes." Nuestro BAÚL MUN-
DO no se caracteriza porque sea
grande ni porque sirva para viaje,
sino porque tiene departamentos es-
peciales para cada una de todas las
partes del indumento, inclusive pa-
ra el sombrero.
No es mundo porque le quepa
mucho, sino porque le cabe y se
puede acomodar en él de todo, es
decir, de cuánto entra en la indu-
mentaria de la persona. Y esto nos
parece más de acuerdo con el senti-
do de la denominación. Lo dice la
expresión proverbial "el mundo es
mundo, porque de todo hay en él."
BEBEDERO, m. "Paraje donde
acuden a beber las aves." Vaso en
que se pone el agua a los pájaros
en la jaula." Para nosotros, paraje
donde acude a beber el ganado, en
los campos, y por extensión, lugar
favorable o a propósito en los ríos
o cualquier otro depósito de agua,
para que bajen a beber los anima-
les.
Sucede a menudo en l-os ríos que
no en cualquiera parte de la orilla
pueden bajar los animales, como el
ganado, ya por lo empinado del ba-
rranco o por lo cenagoso del sue-
lo, y por esta última causa lo mis-
mo sucede en las lagunas, anxjyos,
lagunetas o pozas de las playerías.
Pues bien, el lugar en donde por
las condiciones favorables de la
margen, el ganado fácilmente pue-
de bajar hasta el agua, es el bebe-
dero, aun cuando de ordinario no
haya ganado que beba en ese lugar.
No entendemos por qué la Acad.
restringe el uso del vocablo al lu-
gar en donde beben las aves, co-
mo si solamente las aves bebieran,
y como si no fuera lo más común
que concurran a beber a lugar de-
terrñinado los animales, que como
el ganado, pacen en una área de
campo limitada. Además, bebedero
del ganado es porque permite a és-
te la posibilidad de bajar en él pa-
ra beber, puesto que no en cual-
quier lugar puede hacerlo así, en
tanto que las aves dondequiera pue-
den posarse, a la orilla de las aguas
y beber de éstas. V. AGÍ- AJE.
Colombia. "Aplicamos exclusivamen-
te a la ganadería las voces bebedero y
comedero (lugar a que el ganado acu-
de a beber y comer) ; el Dice, trar
comedero (ai]^t.) por comedor, bebede-
ro, vaso o lugar en que beben las
aves..." (CUERVO párr. 850.)
No hay que confundir entre nos-
otros el bebedero con la aguada, y
menos con el aguaje. El primero es
el término general, que designa
cualquier paraje favorable para que
beba el ganado; la aguada es un
lugar en donde se hace o se con-
serva agua, pudiendo también ser-
vir como bebedero o hacer las ve-
BEBE
205
BECE
veces de éste .El aguaje, para nos-
otros, es cosa enteramente distinta,
de las dos anteriores, aunque en
México y otros lugares, es sinóni-
mo de nuestra aguada. V. BEBEDEr
RO.
BEBER, a. En el lenguaje vulgar,
sobre todo campesino, se llama en
general el acto de tomar alimentos
en las horas reglamentarias, siem-
pre que estos consistan principal-
mente en líquidos, ya sea el desa-
yunarse, al medio día o por la tar-
de. Como la gente labriega, y más
la clase indígena, de ordinario se
mantiene en el trabajo durante el
día con el pozol, hasta la noche en
que llegan a comer a sus hogares,
son de estilo estas frases: beber
media fagina, o fagina; beber tem-
prano, por desayunarse, etc.
Méx. Como mexicanÍ!?nio nos parece
que tiene un significado más gráfico,
aplicándose al acto de tomar cualquie-
ra alimento líquido, aun cuando no
sea a las horas reglamentarias de co-
mida.
"El enamorado de la huérfana en-
tró a beber, es decir, a tomar café."
(DELGADO, Calandria, TV. p. 34.)
BEBER FRÍO. fr. que usamos en
el sentido fig. de la académica be-
ber fresco y también en la acepción
de no darse prisa, ser* demasiado
lento, o apático, indolente, inacti-
vo, perezoso, tardo en obrar.
BEBER, o BEBER AGUA. fr. En
el juego del pijije (V.), y en otros,
significa quedar la tuta en contacto
con la línea que marca la orilla del
cajón, descanso, etc., fuera o den-
tro de éstos, caso en el cual se
pierde en el juego.
BEBERAJE. "(Tab.) sm. Breba-
je." Ramos y Duarte nos cuelga es-
te beberaje, por brebaje, que no
hemos oído jamás en labio alguno
de tabasqueño. ni versado ni indoc-
to.
BEBIDA, f. Nombre genérico con
que se expresa en el lenguaje vul-
gar y campesino todo alimento lí-
quido, pero especialmente el que se
toma en las horas reglamentarias
de comida. El acto mismo de tomar
dichos alimentos, y más propiamen-
te el acto del desayuno v la cena.
V. BATIDOR.
2. También se llama así la can-
tidad de pozol, u otro líquido, que
de ordinario entra o se toma en ca-
da acto: una bebida de pozol. V.
BATIDA.
BECA. f. "Plaza o prebenda de
colegial." En nuestro lenguaje no
tiene otro significado que el de la
pensión, mensual de ordinario, con
qtie el Estado protege o ayuda a los
estudiantes pobres, con la condición
de que éstos, una vez gi'aduados,
presten sus servicios profesionales
en empleos oficiales. De ordinario
sólo se dan para estudiar la can-e-
ra del Magisterio, por ser de maes-
tros de lo que más urgente necesi-
dad y frecuente demanda tiene Ta-
basco. En principio, la obra del go-
bierno aparece altruista; aunque de
hecho resulta que casi siempre las
becas son una de tantas canonjías
o prebendas de que disponen los
que menos las necesitan, pero que
llegan a ellas por favoritismo o
por influencias, nunca por merecí-
cimientos personales. ;Es la eterna
ilógica razón de la sin razón de la
política I
Der. Becar, conceder u otorga:-
una beca, y becado, da (adj.), alum-
no que tiene beca, que estudia pen-
sionado por el gobierno. La Acad.
no registra estos vocablos; pero
existiendo como existe el sustanti-
vo beca, nada parece más lógico y
natural que la existencia del verbo
y los adjetivos anotados.
BECADO. DA. B. BECA.
BECAR. V. BECA.
BECERRRADA. f. V. BECERRA-
JJE.
BEGE
— 206
BEJU
BECERRAJE. m. "Conjunto de
becerros." (ICAZB.) En Tabasco di-
cen también los ganaderos, la be-
cerrada.
BEJUCO. Bayo, en su Voc. sud.-
am. se expresa así, al hablar de es-
ta planta: "Trepadora que crece de
abajo arriba, hasta subirse a la co-
pa de los más altos árboles. Sus ca-
prichosas espirales y el grosor de
su diámetro dan a los bejucos la
apariencia de enormes boas enros-
cadas a los troncos de los árboles
de la selva, siendo realmente otros
tantos constrictores vegetales, co-
mo el agarrapalo o suelda. Hay be-
jucos tan duros o resistentes, que
como el güembé y el isipó, se em-
plean como amarras y cordeles; al-
gunos dan una leche narcótica, co-
mo el verbasco; de otros come el
ganado, como el hediondo cutuqui,
de olor parecido al ajo. Otros dan,
a una simple incisión, agua fresca,
como el "bejuco de agua" (Bigno-
nia aquosa. Nicolson.) Los más son
venenosos, singularmente los del
género Strychnos, de los que se ex-
trae el famoso curare, veneno vege-
tal con el que envenenan sus fle-
chas algunos salvajes amazónicos.
Los bejucos del curare son: Stry-
chnos Crevaux de la Guayana; el
Castelneauna del Perú; el iyupeusis
Planchón, etc." Cuanto este autor
refiere en loor de aquella flora pró-
diga y exuberante de Sur América,
puede decirse igualmente de la
nuestra no menos rica ni menos va-
riada. Enumeraremos solamente al-
gunos de los bejucos, clasificados
por nuestro malogrado sapientísi-
mo naturalista D. José N. Rovirosa,
único cantor y entusiasta burilado.-
de las glorias de la naturaleza, que
consagró su vida a estudiar y a di-
vulgar los secretos, la prodigalidad
y la rareza de la flora y la fauna
tabasqueñas. Son aquéllos: de las
Bignoniáceas, el bejuco de ajo
(Bignonia aliacia, Lam.), el bejuco
de canoa (B. laurifolia. Vahl.), el
bejuco de iguana (B. sp?), el tres
lomos y el abundantísimo y pródigo
bejuco de agua (B. aquosa Nic. de
Bayo) que da de beber al sediento
caminante cuando perdido en lo in-
trincado de la selva o rendido por
una larga caminata, están fuera de
su alcance el arroyito de agua cris-
talina, el río o la laguna; el be-
juco de amolé (Entrada polystachya
D. C.) y el bejuco de mondongo (E.
p.), de las leguminosas; el de chi-
quihuite (Smilex mexicana,
Griseb.), liliácea, muy usado en la
I fabricación de canastos y yaguales;
I el bejuco loco (Vltis sicyoldes, Ba-
ker.), ampelídea; dos especies de
bejuco de tachicón: el Tetracera
Ovatifolia, D. C y el I. volubills.
'■ Linn., de las dilenáceas. Todos es-
í tos bejucos son útiles y valiosísi-
mos auxiliares del campesino; pe-
, ro el indispensable, el verdadero la-
; zo de unión para toda clase de cons-
i trucciones agrestes es el bejuco
blanco: con el jahuacte, el padrón
"de nacer o el poste, sirve de amarra
a la cinta y constituye la cerca; con
el horcón, la solera y la viga, la va-
razón y el guano, amarrando con-
venientemente estas diversas pie-
zas, entra en la formación de las
casas; y sirve, en fin, para la ama-
rra del seto, para palangre y para
] la construcción de la naza y del
toldo (en la amarra y en el arco).
i Macías define magistralmente el
¡bejuco: "Denominación genéi;ica —
' dice — que se da en toda la América
a las plantas sarmentosas de tallo
largo y delgado, ya sean rastreras,
ya trepadoras. Los bejucos son por
lio regular silvestres y comunísi-
mos; se hace de ellos el mismo uso
que de los mimbres de Europa y
i llevan nombres particulares.. .....
.' etc."
BEJU
?07
BEJU
BEJUCO DE AMOLÉ. V. BAR-
BASCO.
JALAR BEJUCO, fr. fam. fig.. an-
dar por los cerros de Ubeda. Di cese
del que, sin estar debidamente en-
terado del curso de una plática,
tercia en ella hablando de cosa dis-
tinta a la que se ti-ata, por mala
inteligencia de la materia, úsase de
ordinario con el verbo estar; ese
está JALANDO BEJUCO. Muy usa-
da en el lenguaje familiar.
BEJUQUEADA, t. Nos parece
más propio que bejuqueda, azotai-
na dada con bejuco, por más que
la Acad. registre sólo esta última
forma como buena, y asignándole
la condición de peruanismo. Macias
dice (art. BEJUQUERA, p. 157):
"En el Dice, aparece bejuqueda por
errata seguramente." No es así,
puesto que se halla en las ediciones
sucesivas, hasta la vigente décima-
cuarta. Además, la sinonimia de
paliza, única explicación de la voz
dada por la H. Corporación, no es
del todo precisa ni adecuada como
definición, puesto que la paliza se
da con palo, cuerpo duro, en tanto
que la BEJUQUEADA tiene más de
latigazos o az-otes que de golpes.
En la acepción de bejucal es ente-
ramente inusitada entre nosotros.
Por último, no pertenece a la ín-
dole del castellano la tenninación o
desinencia eda con el significado
primario de acción, golpe, sino co-
mo dice Monlau (Dice, etim., p. 95),
en la condición de "afine de ada".
Su carácter es siempre y más exac-
tamente rolectivo: arboleda, alame-
da, etc. V. BEJUQUERA.
2. f. A'^anuleada que da la beju-
quilla. (V.)
BEJUQUEAR, a "Per. Varear,
apalear." Doble yerro de la Acad..
que en materia de americanismos
se muestra más ignorante que nos-
otros en eso de cantar misa. Ni es
peruanismo ni significa eso. BEJU-
QUEAR es azotar, pegar con beju-
co, no varear (pegar con vara) ni
menos apalear (pegar con palo).
Siendo bejuco el específico y palo
el genérico, es derecho inferir que
los verbos derivados de estos nom-
bres sigan la misma índole. V. EM-
BEJUCAR.
2. a. Azotar la bejuquilía con la
cola.
BEJUQUERA, f. Interesante dis-
quisición hace acerca de esta voz
el erudito Sr. Macias. "Sign. Un.
"Prov. cub. Nombre genérico de las
enredaderas muy cerradas y fron-
dosas." Salva. — Sinon. "Sinónimo
de bejucal, poco usado; aunque be-
jucal se entiende en mayor exten-
sión, o abundancia." — (Uich.) Esto
puede tomarse como una objeción
a la sinonimia absoluta que estable-
ce la Acad. entre bejuquera y be-
jucal."
Distingamos. Para nosotros hay
verdadera diferencia entre una co-
sa y otra: bejucal es. como colec-
tivo, el conjunto de bejucos, el bos-
que o parte de éste en que abun-
da el bejuco o en que la mayoría de
las plantas son de esta clase; la
bejuquera, es el terreno propicio
para la producción del bejuco, el
lugar en donde de ordinario se cría
o produce la planta del bejuco. En
los bosques, por lo común, el be-
juco abunda, en los bajos o partes
húmedas del terreno: éstas son las
BEJUQUERAS, aún cuando por cir-
cunstancias especiales no haya be-
juco en ellas.
BEJUQUILLA. f. "Bejuco. Cule-
bra muv venenosa, que abunda en
la provincia de Guayaquil." (SAL-
VA) "Se llaman bejuquillos unas
sierpes muy delgadas de América
en los Andes, según Ulloa." (Bach.
c. p. MACfAS.) La nuestra es de
nombre diminutivo de bejuco, pero
BELLA
208
BELLA
en femenino. No es venenosa, y a
pesar de la conseja campesina muy
generalizada, de que se enrosca en
la pierna del hombre, cuando la
tropieza a su paso, y le azota fuer-
temente con la cola hasta sangrarle
las carnas, confesamos que jamás
hemos tenido un caso presencial en
nuestra vida campesina, ni siquiera
testimonio fehaciente de autentici-
dad indudable acerca de la curiosa
anécdota del animalito éste que pa-
sa por completamente inofensivo,
pues siempre le hemos visto hm'r
medrosamente por la maleza o
cuando más levantar la cabecita, sa-
car y meter violenta y continuada-
mente la lengüecilla bífida y chis-
pear sus ojillos irritados y vidrio-
sos.
Méx. En algunos lujíares de la Repú-
blica la llaman chirrionera, sepún te-
nemos entendido de alg-unas descrlp
ciones:
" La chirrionera suele crecer hasta
ima y media varas, y su diámetro
treí3 pulgadas: es demasiado veloz en
su carrera, no es venenosa, y para
ofender, sujeta las piernas de los hom-
bres con la parte superior de su cuer-
po, y con la cola le azota." (Dice.
Univ., art. Tasqulllo, t. X. ITI del
Apénd., p. 476.)
BELLACO, m. (Musa paradisia-
ca.) Una de las varias especies de
la familia- de los plátanos en Ta-
basco: llamado también hartón o
plátano largo, por el enorme tama-
ño del fruto, a veces hasta de una
tercia.
"La f.imilia de las musáceas está
renrosentada por varias especies en el
Est.ido, siendo las principales: pláta-
no largo o bellaco (Musa paradisíaca);
plátano dominico (Musa reqla); pláta-
no manilo o Cost.a-Rica (Musa texti-
les); plátano gunico (Musa saplentu-
ron) ; plátano manzano (Musa cambu-
re) ; plátano morado (M. violácea) (1):
plátano enano (Musa so?)." (CORREA,
R«^seña Económica de Tabasco, p.
100.)
(It ROVIROSA denomina esta espe-
cie M. rosácea.
i "Muchas variedades o especies del
i Musa se cultivan hoy en Alacuspana,
pero las principales son el plátano ar-
ton o bellaco (M. p ), el Dominico
j (M. r ), el Guineo amarillo (M.
! sap...) y el Guineo morado (M. rosá-
i cea." (ROVIROSA, el Partido de Ma-
¡ cuspana, MS., pp. 98 y 99.)
i 2. Nombre de la fruta misma.
i Dejaríamos de ser fieles a nues-
I tro regionalismo de tabasqueños, si
' tratándose de un producto tan re-
gional de Tabasco, como el plátano,
I acaso el más rico en todas las acep-
' ciones que puede tener esta voz y
I el que está llamado a hacer de
nuestro Estado un emporio agrícola
de la América, dejáramos de consig-
í nar páginas descriptivas de la plan-
ta y del fruto que nos ha dejado el
i más grandilocuente observador de
nuestra naturaleza tabasqueña, el
I incomparable Don José N. Roviro-
I sa. En sus palabras que vamos a
I trasladar aquí, campean como en
I todos sus escritos, no solamente la
' erudición, águila de soberbio vuelo
que garantiza lo que el sabio es-
1 cribe, sino la galanura del estilo, la
i corrección del lenguaje, que no fue
: menos sabio que poeta, ni menos
tratadista que cantor al estudiar las
grandezas de la flora y la fauna, y,
por último, un "sabor de la tierru-
ca" que destila todo el jugo de un
: tabasqueñismo quintaesenciado, en
j esa original y verídica descripción
I llena de colorido y de vigor, que
¡ nos hace de la preparación culina-
i ría del plátano, terminando con una
sabia conclusión filosófica en que se
revela el optimista, el soñador, asi-
do a una esperanza siempre y por
i donde se transparenta el perfil psi-
1 cológico de nuestro pobre indio, re-
: siduo maltrecho y resquebrajado
I por el engranaje de la máquina so-
I cial. en el voltear constante de la
evolución humana! Oigámosle, que
bien vale consagrar minutos aunque
BELLA
— 209 —
BELLA
luengos pero de oro a tan ameno y
fructífero divertimiento:
"Una de las plantas más útiles,
"entre las muchas que se culti-
"van... es, sin duda, el plátano o
""musa, por el gran partido que saca
■"de ella un pueblo cuya mayoría
■"se alimenta casi exclusivamente
■"de vegetales. . . Su propagación no
"poda ser mayor... en donde no
■"existe una hacienda, ni una sola
■"choza por aislada que esté entre
■"los bosques, en donde no se en-
■"cuentre vegetando esta preciosa
"planta, a la sombra de otras mu-
■"chas de las que bordan el camino
■"o circundan la habitación del indí-
■"gena.
"Existe un fenómeno curioso en
""la vegetación de las dos primeras
■"especies (Plátano artón y domini-
■"co) y es, que si se siembra el.chu-
■"pón del artón invertido, se con-
■"vierte en dominico, y viceversa.
"Regularmente se siembra el plá-
■"tano a cuatro varas de distancia.
"'Al cabo de los ocho o nueve me-
"ses, apai-ece en el centro del an-
■"cho penacho que forman su^s ho-
"jas una espiga espatoidea cubierta
de flores. A éstas suceden bien
■"pronto los frutos, en forma de un
■"hermoso racimo que contiene de .
■"160 a 180 bayas de 8 a 9 pulgadas
"de longitud (Artón) por una y me-
■"dia de diámetro. Cuando se corta
■"el fruto, se derriba la mata, que
■"ya no puede producir más, y que-
■"dan a su derredor varios hijos o
■"vastagos de dos tercios de su al- 1
■"tura que preparan una nueva co- ;
■"secha para cuatro o seis meses ,
"después, y por esta constante re- i
"producción, se puede estar explo-
"tando un platanar, sin que le fal-
"ten frutos. Esta vegetación se cui-
"da limpiando de vez en cuando el
■"tronco de las matas, y es el cul- ^
^'tivo más sencillo que existe, sien- '
"do los platanares más fáciles de
"conservar aquéllos que se encuen-
"tran en las orillas de los ríos.
"La preparación culinaria del plá-
"tano es también de las más sen-
"cillas: se fríen, y se cuecen en
"agua hirviendo, o al homo, o de-
"bajo de la ceniza (plátano asado);
"aunquo de esas cuatro maneras es
"como se usa el fruto del Musa,
"existen infinitas prej)araciones por
"medio de las cuales los indígenas
"saben hacer de esta fruta un ali-
"mento agradable a la vez que nu-
"tritivo. Los trabajadores del cam-
"po, en medio de las fatigas que
"padecen por el clima abrasador en
"que habitan, no tienen muchas ve-
"ces otro alimento que el plátano,
"y aunque a primera vista parecerá
"extraño que una pulpa melosa pue-
"da sustentar al hombre, es un he-
"cho que el indio no necesita otras
"sustancias que ésta y el maíz (pa-
"ra la bebida que es el pozol). Tan
"cierto es esto que di'íiriamente se
"oye decir que para que los habi-
"tantes de Tabasco trabajen más,
"sería necesario destruir los plata-
"naresl Los que asf se expresan
"han pretendido ver en la fecundi-
"dad de los trópicos un ejemplo fi-
"losófico del estado de la naturale-
"za humana y de las condiciones de
"su desarrollo. Creen que el hom-
"bre no puede hacer progresos sino
"bajo la necesidad de ima excita-
"ción viva y continua. Semejante
"modo de raciocinar se funda, co-
"rno hemos dicho, en que el indi-
"viduo de la zona tórrida encuentra
"en el plátano el pan de cada día
"que le basta para satisfacer sus
"necesidades físicas, de donde re-
"sulta que reposando siempre sobre
"una seguridad permanente, se ve
"en su frente el sello de la inercia
"y de la ociosidad, impreso con ca-
racteres indelebles. No obstante
14
BELLA
— 210 —
BELLO
"estas consideraciones, hasta cierto
"punto fundadas en hechos positi-
"vos, creemos que sin apelar a me-
"didas violentas Tabasco progresa-
"rá." (El Partido de Macuspana,
MS., pp. 98 a 101.)
Ríopl. Avmqiie Granada no habla de
esta especie de plátano, como no ha-
bla ningún otro tratadista del lengrua-
je popular de los países indolatinos
(México inclusive), excepto Bayo,
creemos que 1^ variedad de la Muset
de que tratamos es natural también
de Sur América, toda vez que este
autor la menciona, por más que ha-
ya quien pueda sospechar tal vez al-
guna- hipérbole en la descripción del
fruto: "BELLACO o HARTA BELLA-
CO. (1) "Plátano grande del tamaño
"de una berenjena y peso de 'libra y
"media a dos libras (?), así llamado
"porque con uno basta para aplacar
"el hambre más bellaca. Llámanle en
otras partes "banana de la tierra."
Según hemos visto, Rovirosa le
asigna al nuestro de 8 a 9 pulgadas
de largo por una y media de grueso,
y el Sr. Correa (Reseña Económica de
Tabasco, p. 1*^1), refiriéndose al mis-
mo, dice: "Hay una especie de pláta-
no cuyos frutos alcanzan una longitud
de 30 a 3.5 cmts... Cada plátano va-
ría entre 50 y 2.50 gramos de peso."
Lo cierto es que el bellaco se cría tan
grande como dice el Sr. Correa y pue-
de por lo mismo pesar una y media, o
dos libras, como le asigna Bayo, muy
naturalmente.
BELLACO, CA. adj. Idiota, men-
tecato, necio, pobre de entendi-
miento y, a mayor abundamiento,
babieca, tonto de capirote, sin el as-
'pecto de los que tienen siquiera
"la viveza del ratón", ú. t. c. s. De
suerte que, para nosotros, el BE-
LLACO no tiene nada de "malo, pi-
caro, ruin, astuto, sagaz", como el
de la Docta Corporación; antes
bien, es bonachón, sin malicia; ni
ruin ni elevado, sino vulgar; ni as-
(1) Hemos creído que la denomina-
cin de artón que acertadamente le da
el Sr. Rovirosa a nuestra espacie au-
'tóctona. sea hartón (con h), posible-
mente derivada de hartar, porqtie en
realidad un plátano bellaco, por sí so-
lo, és capaz de producir un hartazgo.
tuto ni sagaz, sino simple y boba-
licón.
Muy otro es también su significa-
do, tanto por las mismas tierras pa-
trias como por las exóticas, como
veremos en seguida; significado
que, dicho sea de paso, es descono-
cido y enteramente inusitado en
Tabasco.
Méx. "Dícese de la cabalgadura que
tiene resabios y es muy difícil de go-
bernar." (ICAZB.)
Ríopl. "Dícese de la cabalgadura
que es difícil de gobernar y que se
encabrita con frecuencia." (GRANA-
DA.)
BELLOTA, f. Nombre que suele
darse a la espata o garrancha del
plátano, llamada también mazorca,
que después se descompone en dos
partes: el racimo propiamente di-
cho, formado por el conjxmto de las
bayas, dispuestas en gajos, y el
conjunto de brácteas y flores que
forman un macizo en el extremo
del eje, por separado del racimo.
En C. América, chira (V.) En Mé-
xico la palabra bellota expresa un
adorno desconocido entre nosotros.
"3. Los grupos de flores de la par-
te inferior (del eje floral del pláta-
no) tiene al contrario sus estambres
con un desarrollo perfecto. Se pre-
sentan bajo la forma de cinco lámi-
nas anchas que en los bordes de la
mitad superior tienen un saco políni-
co. En cambio el ovario está atro-
tiado y de consiguiente estas floras
pueden llamarse machos. El resto de
brácteas y flores de esta clase, aún
no desenvueltas, fprman vma bola
ovoide, nombrada bellota, colgante a
la extremidad del eje." (MTNZ., Roa-
tán Tabasco, p. 6.)
Méx. BELLOTA, f. Adorno de pa-
samanería que consiste en vma pie-
cecita de madera, más o menos se-
mejante a una bellota, y cubierta d<^
hilo de seda o de lana. Un fleco con
BELLOTAS." (ICAZB.)
C. Amér. "La chira de la fruta del
banano es familiar para cualquiera
que viva en los trópicos: ella apare-
ce en la cima del vastago y luego se
inclina y deja colgar, semejando una
botella. ...El manojo de flore? que
permanecen sin descubrirse (el reato
de la chira) no es productor de fi"u-
BEMB
— 211
BEND
tos y es más bien superfluo para el
banano." (Informes del Cónsul de
México en San José de C. Rica, refe-
rentes al cultivo del plátano, 1910, p.
6.)
Gagini nos cuenta algo más de la
chira: "Como es de color rojizo ajiio-
ratado, el pue1>lo emplea la frase "po-
nerse como una chira", para expresar
que una persona se ha puesto muy
colorada o encendida."
2. Nombre que da la gente del
campo a los testículos del caballo
joven, sobi'e todo al primero que
deja verse en el escroto.
BEMBA, "sf. Bezo, belfo, labio
grueso." Esto dice Ramos y Duar-
te (Dice, de mexicanismos, p. 550),
que significa la voz en Tabasco y
Guerrero. En Gro. puede ser. que
en tocante a nuestro Estado, protes-
tamos no haber oído usarla jamás,
ni en esa ni en ninguna otra acep-
ción. En esta Ciudad de México he-
mos advertido el uso del adjetivo
bembo, simple, sin gracia, soso.
BENDECIR, f. "Consagrar al cul-
to divino alguna cosa, mediante de-
terminada ceremonia." Esta costum-
bre tradicional de la bendición, pro-
pia de la religión cristiana, y usa-
da aún hoy d'a por nuestro pueblo
para estrenar la casa o inaugurar
cualquiera empresa u obra nueva,
fue también de uso común entre los
aztecas, según el P. Duran nos la
describe en este pasaje: "Auia de
"ocho en ocho años renouacion o
"reidificacion deste templo y a la
"renouacion del sacrificauan vn >x-
"dio con otras muchas cerimonias a
"manera de dicacion de yglesia y
"consagración de templo de la qual
"bendición es muv notorio que oy
"en dia vsan en las cassas acaua-
"das de edificar antes que los due-
"ños entren en ellas haciendo aque-
"Uas cerimonias en ellas que anti-
"guaraente ussaban en la renoua-
"Cion o edificación de sus cassas y
"templos ..... quan general sea en-
"tre ellos el vssar desta cerimonia
"en la cual comen y beben y baylan
"y derraman por todos los rincones
"bino y el mesmo dueño toma un
"ticon encendido de lunbre nueba y
"échalo a unas partes y a otras to-
"mando con aquello posesión de la
"cassa quel edifico...." (Historia
de las Indias de N. España, t. II, p.
132.)
Actualmente se acostumbra en
México, poco más o menos al igual
que hace cosa de medio siglo, se-
gún nos lo describe D. José I. Cué-
Uar (Facundo), en estas amena* lí-
neas:
"Cuando llegaron nuestros conocidos
ya estaba revestido el padrecito y en-
cendidas las velas.
Xo había motivos serios para su-
poner que entre aquellas paredes fres-
cas se hubieran albergado los diablos,
porque no tenían oVijeto; pero el sa-
cerdote procedió como si allí estuvie-
ran todos juntos, y hacía de cuenta
(la cuenta de que) que en cada rin-
cón estaba cuando menos uno a juz-
gar i>or los sitios a donde se dirigían
, los conjuros en latín y los asperjes
de agua bendita- Algunas devotas ae
encargaban de regar flores deshoja-
das allí donde ellas suponían también
que acababan de huir los demonios."
(Mariditos, cap. VII. pp. 126 y 127.)
Semejante es la ceremonia de es-
tilo hoy todavía entre el bajo pue-
, blo, aunque principalmente sea im
pretexto para comer, beber y bailar,
con asistencia de las amistades y
relaciones íntimas, y a veces de to-
da la vecindad.
En Tabasco. cuyo pueblo es fibe-
ral como pocos, esta ceremonia añe-
ja ha quedado relegada casi por
completo a la clase indígena, y aun
entre ésta pierde terreno día a día.
BENDITO, m. Nombre que se da
también al cántico del alabado. (V.)
Bayo trae las frases "Rezar un
bendito", rezar un padrenuestro,
por la posición de las manos cuan-
■ do se juntan para orar, y "Hacer un
' bendito", hacer con estacas y lonas
I o poncho una cubierta en ángulo.
BENE
212 —
BERRI
En este sentido parece equivaleí- a
nuestro rancho o champa. (V.)
BENEFICIAR, a. Hablando de
una res significa destazarla prepa-
rándola, ora descuartizada y picada
para la venta o el consumo inme-
diatos, ora tasajeada y salada para
conservarla algún tiempo. Es gené-
rico de aliñar, el cual se refiere es-
pecialmente a la única labor de re-
ducir la res a pedazos, en forma
que pueda venderse; en tanto que
BENEFICIAR es más extenso y
comprende no sólo esa prepaiación,
sino la elaboración subsiguiente pa-
ra poder conservar la carne. V. ALI-
ÑAR.
Cuba. nCH. y MAGIAS citan las
dos acepciones que da Arboleya:" I),
"castrar", esto es, destruir los órga-
nos de la generación; y II), matar,
descuartizar y limpiar una res para
su consumo." La prlmei'a acepción es
totalmente distinta de la nuestra, y la
segunda equivale propiamente a la
que damos a aliñar.
Hond. "Descuartizar y vender al
menudeo una res", dice MEMBREÑO.
Esto os también distinto del verbo
que estudiamos, y distinto también de
aliñar. Más bien equivale a picar, en
nuestra acepción provincial. (V.) Es
general en C. América el significado
que da Membreño, según Salazar Gar-
cía (Ob. cit., p. 50.)
BENEFICIO, m. Operación que
comprende la serie de procedimien-
tos por medio de los cuales se pre-
para o descuartiza la res hasta po-
ner la carne en condiciones de po-
derse expender o de ser guardada,
cuandr> no se vende fresca.
BENEQUÉN. m. Medida menor
de capacidad en que se vende de
ordinario al menudeo la cal común
o de uso doméstico: equivale más
o menos a un, cuartillo. La medida
mayor es la BARRICA. (V.)
2. Por extensión se llama así. ge-
neralmente también, la envoltura
misma en que se contiene la cal;
hecha por lo común de vaqua, con
dos o tres amarras paralelas y do-
blando hacia el centro, sobre una
misma cara, los extremos y orillas
de aquélla.
Parece que esta voz no es más
que una corrupción de la palabra
henequén, de donde se deriva, por
alusión sin duda a la cuerda con
que se ata, que es generalmente de
henequén, o a que en un principio
la envoltura haya sido hecha de es-
ta misma fibra o de la penca del
maguey de que ella proviene. Así se
decía hasta hace poco tiempo, y
tengo entendido que aun se usa en
Yucatán, de donde es originaria se-
guramente, aunque más bien se
aplicaba a la que hoy llamamos ba-
rrica.
"Sal en henequenes de 4 en... fane-
ga..." (Compilación de Decretos de
Tab., Tarifa, p. G4.)
BERENJENITA, BERENJENI-
LLA, más comúnmente llamada
berenjenita peludita. (Solanum
mammocum. L.) f. Planta anua y
palustre, de tallo y hojas espinosas,
de la familia de las solanáceas;
crece en las playerías al bajar las
aguas, junto con el pancaliente;
produce una fruta más parecida al
tomate que a la berenjena. Se ase-
meja a esta planta en la forma de
la hoja.
"La sombra de los.... árboles
permitía prosperar, las yerbas rastre-
ras, como la berenjenilla." (RODR.
BELTRAN, Pajarito, X, p. 159.) Nues-
tra planta de este nombre no es ras-
trera.
BERREAR, n. fig. Emberrenchi-
-narse, llorar los niños en forma im-
pertinente, majadera y pertinaz,
dando chillidos penetrantes y fas-
tidiosos.
Amér. Lo consigna TORO G. (Amer.
p 14S), quien dice que se usa mucho
en A'idí'lucía, aunque lo critica Tobar.
BERREO, m. Acción y efecto dé
berrear. Llanto pertinaz e insopor-
table de los niños llorones.
Amér. TORO G., Ob. clt., p. 148.
BERRINCHADA, f. Acto o hecho
propio del berrinchudo, del que ha-
ce berrinches.
BERRI
— 213 —
BICHE
C. Amér. "Lloro con rabia y conti- '
nuado de los niños." (SALAZAR
GARCÍA, p. .50.)
BERRINCHE, m. Con este nom-
bre se designa comúnmente en
nuestra habla popular el vaho o
tufo que despiden el puerco, o cer-
do, de monte y el jabalí: es pre-
cisamente lo que la Academia llama
Berrenchín, palabra desconocida e
inusitada por el pueblo, lo mismo
en este sentido que en el de enojo
grande o coraje. Creo que estamos
en lo justo, puesto que a efecto del
enojo el animal despide el BE-
RRINCHE, por lo cual esta voz pa-
só a designar en general un cora-
je grande.
2. En general, cualquier hedor
fuerte y penetrante.
BERRINCHUDO, DA. adj. "Que
hace berrinches con frecuencia." ,
(ICAZB.) Propenso a hacer berrín- ;
ches.
Guat. BATRES. p. 134.
C. Amér. SALAZAR G^VRCÍA, p. 50.
Dfcese también berrinchoso.
BESAMANOS, m. fam. En sent
metafórico irónico y festivo, acto de
ofrecer felicitaciones obligadas al
superior, por su exaltación a un
cargo o por cualquiera otro suceso
particular, feliz para él. Lisonja, sa-
ludo de afectada cortesía o congra-
tulación falsa. t
BESO. BESO TRONADO. Entre
las mujeres llaman así al beso que
suena mucho al darse, como en se-
ñal de cariño o regocija Es mexi-
canismo. Los hay también volados,
que son aquellos que a distancia se
expresan por la mímica.
"¿Cómo apartar de su memoria
aquel beso... tronado ? (DELGA-
DO. La Calandria, cap. XXXIII, p.
285.) — "Quemó los labios de Refugio
<-on un beso rápido y tronado." (ÑER-
VO. Otras vidas, Pascual Aguilera, I,
p. 19.)
BESTIA, f. Nombre con que sue-
le designarse la caballería o animal
de montar. Se aplica específicamen-
te en vaquería al ganado caballar, i
C. Amér. "Bestia de montura." (SA-
LAZ.VR GARCLA.. p. 50.)
Venez. "Caballería. Una buena bes-
tia es un caballo excelente, v. gr.."
(PICóX FEBRES, p. 50.)
BESTIADA. f. Colectivo con que
se designa un conjunto de bestias,
precisamente de la clase caballar:
jeguas. potros, etc. Hatajo, pero
compuesto de animales del ganado
antes dicho nada más.
2. adj. Hecho o dicho propio del
bestia. Usado como caballada y bu-
rrada.
BESTIALIZADO, DA. adj. "Sig-
nifica hecho bestia, embrutecido.
Procuraba el demonio recibir la
adoración de aquellos bestializados
hombres de entonces, en las más
monstruosas y espantables figuras
de anímales que hab'a en la tierra.
"(Fr. Antonio Alvarez, Silva espir.,
cuar. dom. 1, consid. 8, párr. 2.)"
P. MIR Y NOGUERA, Rebusco, p.
106. — Abestiado da D. Ramón Caba-
llero, en su Dice, de modismos, con
análogo significado.
BESTIALIZARSE, pr. Hacerse
bestia, embrutecerse.
BETIBET. m. Planta silvestre
que nace y cría en cepas grandes,
como el zacatón, echando hojas lan-
ceoladas, ásperas, aserradas, muy
largas. La raíz amarilla, fibrosa, olo-
rosa, como el chintul, es empleada
por la gente del campo para perfu-
mar la ropa y prevenirla de la poli-
lla, que perece envenenada por el
olor.
BETUNERO, m. Limpia botas. Dí-
cese también bolero, y más común-
mente, boleador. (V.)
BICHAR R ACÓ. m. Despectivo de-
rivado de bicho. Muy común en el
lenguaje fam. ú. t. en España.
BICHE, V. BITZE.
BICHERO, m. Instrumento en for-
ma de asta, con un garfio a la ex-
tremidad, que asegurándose a las
márgenes de la corriente, y tirando
BIEN
— 214 —
BILLA
del asta, sirve para hacer que la
embarcación remonte más fácilmen-
te, úsase para la navegación, en vez
del remo, el canalete o la palanca,
en los raudales y -otras corrientes
impetuosas.
"Pero, en fin, con los bicheros cor-
tantes,... lograron desasir la pesada
armazón de aquel obstáculo." (MERI-
NO, Celestina, X, p. 95.) — "Este (An-
selmo) tomó un bichero, que es una
asta con un parfio de hierro en la
extremidad." (ID., ib., p. 104.)
BIEN, BIEN. Es muy común en el
lenguaje familiar esta forma del su-
perlativo, en vez de muy bien. (1)
"El ex-PresIdente respondió con voz
imperturbable: — • Bien, bien dicho."
(MERINO, Juana Santa Anna, XXII,
p. 223.)
■BIENMESABE, m. Pan dulce;
pero liso, es decir, sin azúcar por
encima; se diferencia del común en
QÜe lleva anís V se corta en trozos
de forma romboédrica, como el al-
fajor. Toro Gisb. describe como
americanismo (Dice. Lar.) un "dul-
ce" de huevo' y azúcar" que es dis-
- (1) D. Francisco Rodríguez Marín,
el más erudito familiar de los clásicos,,
éomentando el Quijote (Ed. de "La
IJectura", Cervantes, t. T, cap. II, p.
Ti, nota a la , línea 12), dice de la ex-
presión luego, luego que viene a ser
uno de tantos superlativos por repe-
tición, a la hebrea y a la arábiga, co-
mo se hacíáxi antaño y hoy conserva
nuestro vul.go. En la América, al me-
nos, no sólo el vulgo consei-va esa
forma de Stipcrlativar; las clases lite-
rarias, las más cultas empleánla en
Ifrnguaje que no sea el estirado de ri-
tual en las academias.
Cervaiitos. dice el mismo Rodríguez
Marín (Ed. crítica de Rinconete y
Cortadillo, p. 47fi, nota 261), "era muy
dado a superlativar los adverbios por
medio de la repetición", y cita diver-
sos ejemplos de diversas obras del au-
tor inmortal. Harta tela donde cor-
tar tuviéramos a intentar reproducir
tantos lugares de Cervantes en que
este Maestro insigne del lengua.ie en-
señó esta forma donosa y singular
hacer enfática la expresión, no sólo
de adverbio.^!, sino de adtivós tüm-
bién, como cuando dijo hart^.s hartas
experiencias, en el mismo Rinconcíe i
(p. 258). '
tinto del nuestro. Lo es también el
de la Academia, "hecho de clara de
huevo y azúcar clarificado, con el
cual se forman los merengues." El
de Venezuela (PICÓN FEBRES, p.
50) es también, como el mismo au-
tor dice, distinto del de la Acade-
mia e idéntico aí de Canarias: "he-
cho con huevos, almendras, azúcar
y algo más (!)" Todos se diferen-
cian del nuestro por cuanto a la
composición, pero principalmente
porque son dulces, y el nuestro es
■pan.
BILÍMBIQU.E. (Deling. bilí, bi-
llete), m. Nombre con que fueron
designadas despectivamente por el
pueblo de toda la nación, las dis-
tintas clases de billetes emitidos
durante la revolución constituciona-
lis.ta, principalmente por el carrán-
cismo, partido que sostuvo y exaltó
a la Presidencia de la Rep. al C, V.
Carranza. ,
BILMA, f. Corno en México, muy
usada por bizma. Escríbese tam-
bién VÍLMA. Según COVARRU-
BIAS (Ob. cit.), "BIZMA, lo mismo
que bilma"; por consiguiente, es
castellano antiguo y nada liiás la
forma que conservamos, por tnáé
que PICH. la considere córiio voz
corrompida. BECERRA la anota có-
mo falta contra la corrección del
lenguaje! (Guía del Lenguaje, p,
15.)
BILLARDA, f. Ni más ni menos
que la misma que usan en Hondu-
ras: "Trampa para coger lagartos,
consistente en un palo pequeño agu-
zado en sus dos extremidades y ata-
do por su medio a la punta de una
cuerda, estando la otra punta en
manos del pescador: en el palo se
pone la carnada, la cual al coger-
la el lagarto queda sujeto, porque
aquél se le atraviesa en el gargue-
ro." (MEMBREÑO, Ob. cit., p. 24.)
Hemos de agregar solamente a la
definición que el extremo de la
BIST
— 215 —
BITZ
cuerda en que va atada la billarda (
es comúnmente metálica, un alam-
bre o una cadena, por ejemplo, pa-
ra que el lagarto no la corte con
los dientes.
Igual es la tarabilla que se pone
en las narices a las reses.
El nombre lo debe sin duda a la
semejanza por la forma del palo,
puntiagudo en ambos extremos, con
la billarda o billalda que describe la
Academia.
BISTÉ. ra. Nosotros hemos lleva-
do la apócope j- la transformación
del español biftec (anglicismo deri-
vado de beff y steak) más allá que
los mexicanos que dicen bistec
(Icazb-, p. 52). y hemos reducido el
vocablo a su más simple expresión.
bisté. El propio Icazbaleeta dice:
"Los españoles han\suprimido la s
del original, y nosotros la f : vayase
lo ' uno poi* io otro ; pero noSotro$;
tieipos, suavisado más la áspela pro-
nunciación del original." Pues de
nue^TOS paisanos ¿qué direínos?
: Vayanse lo uno y lo otro por lo
niréstro': Loií españoles suprimieron
lá s, los mesicanos la f; pues nos-
oti;os he'rfl'os suprimido por fin la c
f njR-l.' suavisarido más la voz que no
deja* ff^' dolerse de la dureza de to-
das las pocas de terminación en esa
consonantip. abr'eviáriílola más. pa-
ra ser pi'áctica y... tutti contenti!
No<5 parece, en éambio. que hemos
ire<='ádo a la' forma más aceptable
del huésped 'recogido a la lengua
inelesa.
Resta advertir qué el bisté tabas-
oreño no es "lonja de carne de va-
ca soasada", sino pulpa o carne ma-
cisa. de vaca o de toro, majada y
más o menos frita, nunca asada,
soasada ni hecha en parrilla, sino
pasada por manteca en freidera. El
de la Academia es para nosotros
carne asada, o soasada. — El vulgo
dice bisteaue. como en Honduras
(MEMBRESO, p. 24), y aún bife.
como en Ríopl. (BAYO, p. 32.)
También decimos bistec, como en
Colomb. (CUERVO, párr. 979.)
Cuba. PICH. (p. 28), da la forma
bitteq, un poco rara sobre todo por la
terminación nada castiza, pero muy
parecida en significado a la nuestra:.
"La carne de vaca cortada en ho-
jas y guisada con salsa de manteca...
etc."
— MACIAS, p. 165, critica tanto la
forma dada por PICH. como su eti-
mología.
BITONGO, m. "El niño mimado,
de ma>or edad y comprensión que
las que aparenta. Por ironia se di-
ce en su caso al hombre que se
finge inocente, simple, y deseoso óe
halago." (PICHARDO, p. 29.) Ni
más ni menos que entre nosotros.
Niño BITONGO, se dice del que se
supone acreedor a cualquier consi-
deración, sin íáotivo fundado.
BITOQUE, m. Cáiiviía de jeringa,
V. JERINGA:'^'' ' -"^.;V " ..,
Méx.. "Grifo, llave de ;?.gua: cáiiula
de" . ji;: inga,-; UCAZBy . - C,
C.'Amér. "Biloqué' de casas. Cloa,-,
ca." ..1áiAUv2^.VB- a.VRCL\, p. 51.) ,
Colomb. Lo mismo que entre nog-;
otros. (CUERVO. Ob, cit., párr. 500.)
Chile. .EfHEVE^RfA; p. 134.
BtTZEo BICHE, m. (Ynga spu-
ria. L.) Bella especie de la familia,
de las leguminosas que se cría en,
grandes árboles a orillas de los ríos
y arixjyos en Tabasco y que pro-
duce una vaina parecida al junicuil;
aunque más pequeña, casi cilindri-
ca, llamada también con aquel nom-
bre. Sus frutos son muy apetecidos
por ciertos pájaros como la zacua.
Hojas ovales, compuestas, paripina-
das, de color amarillo café, lo mis-
mo que la corteza del tallo y que el
fruto. Conócese también \'ulgarmen-
te. este árbol, con el nombre de
guatope. (V.) El nombre más usual
es el de biche.
"Pero sus guarida.*! preferibles (del
murciélago) en el río Tepetitán y en
el Tuliiá. cerca de las grandes cata-
I ratas del SALTO, son los troncos vie-
j jes del Bitze." (ROVIROSA. Zool. de
I Tabasco, p. 12.) — "En el mes de Sep-
BIZB
216 —
BLAN
tiembre, cuando los ríos están cre-
cidos, se acercan a los litorales (las
zacuas) para alimentarse con los fru-
tos del Bitze." (ID., ibid., p. 25.) — "El
esquife,... rielaba con la celeridad
de un delfín para amarrar el cable en-
tre los biches y mangles." (MERINO,
Juana Santa Anna ,XXI, p. 202.) — "De
repente, las ramas de un enorme bi-
che o chelele." (ID., Celestina, X, p.
104.)
El Sr. Ramos y Duarte da BI-
CHE, pr. de Oax., rubio, y VICHE,
desnudo, pelado en Son. y Sin., y
en ambos dice que biche es término
zapoteca,' síncopa de bigache, que
también se dice rigache, bermejo,
cosa seca, Es probable que tal fue-
ra la etimología de nuestro bitze.
Cotomb. "Enteco, canijo." (CUER-
VO., párr. 981.)
BIZBIRINDO, DA. adj. "Vivara-
cho, alegre, regocijado, ú. t. c. s."
(ICAZB.) Ordinariamente se aplica
a la mujer, con el sign. de coqueta,
casquivana.
"¿Qué hace ud. con una bizbirinda
como ésta, más que quererla?" (Astu-
cia, t. I, cap. XV, p. 304.) — "Parece
muy avisada, veterana, bizbirinda y
boruquienta." (ID., ibid., p. 308.) —
"Eran tres pollas, que por lo delga-
das de carne, y lo blzbirlndas y ale-
gres, debían ser tres bailarinas de
primera fuerza." (FACUNDO, Baile y
Cochino, cap. I, p. 4.) — "Pero en fin,
eran unos ojitos bizbirindos y expresi-
vos." (ID., ibid., cap. V, p. 119.)
El Sr. Ramos y Duarte (1) criti-
ca al Sr. G. Icazb. porque escribe
bizbi rindo, diciendo que ignora en
qué se funda éste, pues que "como
derivado de vivo debe escribirse
visvirindo, y mejor vivirindo, viva-
racho." No estamos con él. Más pa-
rece la palabra derivada de pizpi-
reta por acción psicológica popular,
suavisando la p, la e y la t, hasta
transformarse respectivamente en
b, i, y d.
BIZCORNETA, m. y f. Bizco, o
bisojo.
IjO mismo en México y Colombia, al
decir de Toro Gisb. (Dice. Lar.) Lo
(1) OB. OTT., voz VISVIRINDO. Su-
plemento III, p. 583.
registra Ramos y Duarte, aunque ano-
ta que se dice en Yucatán. CuervO'
(párr. 652) lo da como bogotano. En
Aragón, blzcuerno (Botana, La gente
de mi tierra, t. í. p. 148.) Cita de éste
autor.
BLANCO, m. Nombre que se da
al aguardiente común, destilado de
la caña de azúcar, para diferenciar-
le de los licores de elaboración
más complicada o en cuya composi-
ción entran extraños ingredientes.
Vulgarmente se dice también: zo-^
rro, balarrasa, etc. (V.)
"¿Creerá Ud que se ha traga-
do la mitad, es decir, ocho frascos de
blanco?" (MERINO, Juana Santa
Anna, XVI, p. 139.)
El Salv. TORO GISBERT. Dice. Lar.
2. Enfermedad característica de
ciertas plantas, como el tabaco;
especie de caquexia que degenera
y debilita notablemente al vegetal.
"3a. El blanco. Las plantas atacada»
de este mal no vegetan bien; sus raí-
ces están desprovistas de radicelas y
la médula del tallo es blanda y blan-
quizca; no produce ni yemas ni reto-
ños, etc." (KRAUSE, Cult. del tabaco,
p. 115.)
BLANCUZCO, adj. Lo que tira a
blanco. Lo registra Toro G. (Dice.
Lar.), como neologismo; también el
Dice, de la Soc. Lit. Malamente Ra-
mos y Duarte le asigna el carácter
de provincialismo de Yucatán; es
de uso común en toda la República,
acaso en las tres Américas, coma
veremos en seguida, y hasta en Es-
paña. Solemos decir también ama-
riiluzco, coloraduzco, etc.
C. Rica. "Gramáticos demasiado se-
veros han condenado el uso de este
adjetivo como sinónimo de balquizco,
blanquecino." (GAGINI.)
Nosotros observamos: lo. que
blancuzco se ha formado legítima-
mente a imitación de negruzco,
pardusco y verdusco; 2o. que lejos
de ser americanismo, es palabra
usada por buenos escritores penin-
sulares desde hace muchos años.
"Vestía con pésimo gusto chaleco y
pantalones de tremendos cuadros y
furiosos colores, y un gabán blancuzco
BLAN
— 217
BLAN
que parecía un traje talar." (FER-
XAN CABALLERO, Lágrimas.)
A pix>pósit() de esta palabra se
nos ocurre otra observación. ¿Por-
qué la Academia escribe negruzco,
y cambia la z por s en verdusco y
pardusco?
Colomb. CUERVO, párr. 872.
Venez. "En Venezuela nadie dice
de otra manera, aún cuando haya lo
que haya, así sean trompadas o es-
tacazos." (PICÓN' PEBRES, p. 51.)
BLANDUJEARSE. pr. Ablandar-
se una cosa, dejar de estar tensa
o rígida, y, en senL fig., ceder, aflo-
jar, vacilar en el criterio.
La Acad. anota el adj. blandujo,
omitiendo, sin razón visible, el ver-
bo, y el sustantivo que sigue.
BLANDUJEO. m. Acción y efec-
to de blandujearse.
BLANQUEADA, f. "Acción y
efecto de blanquear." (ICAZB.)
"En toda revolución queda el pala-
cio bastante agujereado, y aún a ve-
ces con un pedazo menos. El que gana
le tapa los agujeros del mejor modo
que puede, le da su blanqueada y su
pintada, y ya lo tienes pintiparado
para otra revolución." (MORALE6,
Gallo Pitagórico, pp. 327-8.)
BLANQUEAR, a. Hacer blanco
en uno al tiro; tirar, no al acaso,
en batalla, sino haciendo blanco en
el enemigo. Es, naturalmente, el ti-
ro más certero.
Méx. No aparece en Icazb. ni en
Ramos y Duarte; pero es de uso co-
mún en toda l.i República.
Arg. y Bol. "Blanquear (a uno). De-
jarlo seco de un balazo. Muy bien
dicho, por el doble significado que en-
cierra de hacer blanco y de la livi-
dez cadavérica de la víctima." BAYO,
ob., cit., p. 32.) No lo hallamos en nin-
gún otro de nuestros demás autores
americanos consultados.
BLANQUILLA, f. Panela blanca,
pequeñita. clarificada y hecha con
anís o pataste, que se vende más
bien como dulce especial por su
sabor delicado.
BLANQUILLO, m. Eufemismo
empleado para llamar el huevo de
gallina. No hay duda de que esta
afectada moderación, en vez de ma-
nifestar natural honestidad, revela
refinada malicia y leperada, pues
a nadie se escapa que tal recurso
de invención no ha tenido más mo-
tivo que la sinonimia vulgar de
huevo con test culo, y aún alguna
otra obcena. entre la gente soez.
Es de muy poco y hasta ridículo
uso, por la causa que ya hemos
dicho: el carácter costeño es re-
fractario a la afectación y al disi-
mulo, así en su lenguaje como en
sus actos.
Méx. "Eufemismo que usan sola-
mente los indios y la gente baja, en
vez de huevo." (ICAZB.)
Se equivoca de medio a medio el
Sr. Icazbalceta: los indios y la gen-
te baja son los que menos saben
de eufemismos ni afectadas corte-
sías, y llaman al pan, pan y al vi-
no, vino; es decir, las cosas por su
nombre. Son las clases elevadas,
la sociedad que ha creado una cas-
tidad de traje especial, las que han
consagrrado tal mentido eufemismo;
ellas las que no dicen de otra ma-
nera, por la sobrentendida doble in-
terpretación, las que han obligado
a los indios y a ,1a clase baja a
decir a.sí, porque lo contrario sería
una irreverencia intolerable, y dig-
na de llamar ordinario, grosero,
soez o patán al que se atenga al
casticismo.
— RAMOS Y DUARTE con su acos-
tumbrada geografía' de localización
lingüística provincial, señala al voca-
blo cuatro o cinco Estados de la Re-
pública, siendo así que se usa en to-
da ella.
"Comeremos muchos blanquillos,
buenos i)ollos." (Astucia, t. II. cap.
XIII, p. 397.) — "La señora llevó tres
, blanquillos, acabaditos de poner por
I una gallina blanca, otra amarilla y
I otra prieta Con esos tres blanqul-
i líos barrió muy bien todo el cuerpeci-
to de mi hijo." (NÜ5fEZ, Bagatelas
(medicinas caseras), p. 213.) — "Pues...
que en cosa de las tres de la mañana
se reventaron los blanquillos y apesta-
ban mucho." (ID., Ibid., ibidem.) —
"Allí tampoco se puede llamar a los
BLED
218 —
BLOC
huevos, huevos; hay que llamarlos
blanquillos, aunque sean negros, muy
negros." (SOMOANO, p. 19.)
Cuba. MACÍASi p. 171. Por aquí es
un pececillo. Hay que advertir lo que
este autor dice: "En México llamaban
las monjas (?) a los huevos blanqui-
llos, o posturas de gallinas."
¿Qué tal? ¡las monjas! ¡Cuando
decimos que es cuestión de jesui-
tismo! Por fortuna en Tabasco
puede arder en un candil la bea- ¡
t'.fica institución monjil y sólo co-
mo rara avis alguna que otra bea- ¡
ta aparece en sociedad de tarde en
tarde. Corrobora la opnión del ilus- i
ti'e Macías, .la siguiente cita, que!
adrede hallaniOs; "era usual una'
especie de. s^r^ot particular en que 1
se eucejrabftu bienhechores, ami-
§Ga :y ;gentes relacionadas C'in el j
Conventos .isA. los huevos se les lía- j
maba •blan.quillos. a los chorizos i
unos tras otros, a los pechos Pan- '
tallas, a la bacinica.arete, a la mor- ¡
cüla amor en su sillar y así por el j
estila" (FIDEL, Memorias, cap. .III, '
p.; 25ft.) ■ •■■■■■ • ^:n t
BLEDO. IMPORTARLE á uno ¡
UN BLEDO una cosa. fr. flg. fam. ¡
Tener ésta muy escasa o nula sig- 1
nificaciónr no importarle a uno na- 1
da. Sin duda por lo poco útil qué i
es la plantar eso me importa un !
BLEDO, o no se me da un BLEDO,
como dice TORO GISB. <Dicc. Lar.)
BLOC o BLOQUE, m. "(del al.
bjock). Trozo grande de piedra sin
labrar." Acad,, art. Bloque. Para ;
nosotros: "Trozo grande de piedra, |
natural o artificial. Se dice, por lo !
común, del que está toscamente la- !
brado en forma rectangular (me- j
jor paralelepipeidal), como los que i
se destinan a formar el asiento de :
obras hidráulicas." (ICAZB.) Nos
parece también que, como le da ¡
este autor, es derivado del inglés y i
no del alemán, de donde lo deriva
la Academia. No lo consignaba la |
Docta Corporación ; hoy, segura- 1
mente por la crítica de Icazb., ha I
consignado bloque; pero en forma
deficiente y errada, pues casi siem-
pre oye mal las indicaciones que
hombres doctos le hacen, y así di-
jo: "Trozo. . . de piedra sin labrar."
Mal dicho; es cualquiera masa pé-
trea, en bruto o labrada, "natural
o artificial", porque la connotación
de la voz parece que tiende más di-
rectamente que a la forma exterior,
a la cohesión, a lo compacta de
la cosa. Dícese también blok.
2. Traslaticiamente, lo que está
en forma de núcleo compacto y
apretado.
"Como por bloks centelleaban milla-
res de ojos. . ." (FIDEL, Memorias,
cap. II, p. 153.)
3. "Dase también el nombre de
bloc a un librillo en blanco cuyas
hojas, ligeramente. adheridas unas a
otras por un costado, pueden arran-
carse con facilidad a medida que
se necesitan para escribir recados
o "dar. a,puntés en ellas." (ICAZB.)
Én genieral- se da este nombre al
cuaderno o libro formado de hojas
ligeramente adheridas por im lado,
pudiendp ser éstas gr^añd^^s.. o pe-
queñas, de papel para cartas o dp
oficio o para simples recados, rece-
tas.,.u otros usos men^jres.
Hond. En nuestro sentido propia-
mente lo define MEMBRÉÑO, p. 25.
C. Amér. SALADAR GARCÍA, p. 51.
4. En sentido figurado es muy co-
mún el uso de este vocablo en vez
de grupo, núcleo, club, para desig-
nar un conjunto de personas que
profesan iguales ideas, persiguen
los mismos fines, especialmente en
asuntos políticos; pero connotando
como sustancial la cualidad de cier-
ta cohesión, cierto acuerdo mutuo,
una fuerza moral de reciprocidad y
de unión para obrar, para guiarse
en su actuación. El BLOC liberal
representa, por ejemplo, el grupo
de los liberales; pero no simple-
píente porque tengan la misma cua-
lidad política, sino porque el grupo
BOBE
219 —
BOBO
es fuerte por la unión y sus miem-
bros obran de entero acuerdo, por
disciplina de partido, por obliga-
ción moral o por compromiso o
pacto de honor. Hoy no se usa otro
término en tal sentido, y nos parece
muy apropiado, habida cuenta de
que, como dijimos antes, lo funda-
mental en la idea pí>r la voz es la
cualidad de compacta de la cosa,
a que se aplica.
No la hallamos en los autores
consultados, por más que es gene-
ral de México y América.
"El bloc del P. L,. C. (Partido Libe-
ral Constitucionalista) del Congreso
Gral. celebró ayer sesión privada, con
él flñ de discutir y acordar los candi-
datos para Magistrados y Jueces en
el Distrito Federal, que sus miembros
han de sostener en las. próximas elec-
ciones." ("Eh Universal". Méx., mayó
917.)
Cuba. "En el juego de billar, la bi-
lla que hace un jugador en alguna
de las troneras de las esquinas, a lo
lairgo de la mesa, enfiladas las dos Ih)-
las con esa tranéna. y tirada con fuer-
za.y maestría." (PI^H., p. 29.) MA-
Cí-'^^S, p. 171. reproduce la definición
anterior.
BOBERA, f. Bobería. Lo mistoo
en Colombia (CUERVO, Apunta,
cienes Críticas, párr. 853.) y en
Venezuela (TORO GISB.. Dice.
Lar.)
Í]S BOBERA, fr. con que se ex-
presa que es inútil hacer o inten-
tar una cosa. ES BOBERA, no ob-
tendremos nada. Muy usada ten len-
guaje familiar.
BOBO. m. Pez fluvial muy abun-
dante en Tabasco. Su carne, blan-
ca y suave se come especialmente
en mone, tamal que se sazona con
momo y muste, plantas éstas que
le dan un .=abor peculiar muy agra-
dable. El BOBO alcanza hasta una
vara de largo, es grueso, de muy
poca espina y abundante carne,
niel lisa, color más oscuro qu£ el
baere. y semejante al juil» del cual
difiere Dor ser de mucho mayor ta-
maño. Creemos que es el mismo de
que habla ALCEDO (Dice, de
Amér.), porque se caracteriza por
su bobería, o como él dice, "por
"la facilidad con que se deja ma-
"t^.r a palos en los orillas, acudien-
"do en tropas a las migas de pan
"qtie echan, y muchas veces con
"sólo mover el agua"; aunque, a
decir verdad, tal vez porque con el
tiempo ha adquirido experiencia el
bobo, ya hoy no se le ma'ta tan fá-
cilmente.
Por la descripción que del barbo
5i ín Academia, especialmente por
el tamaño de sei« decímetros que
le asigna, parece que nuestro BO-
BO se aproximar a él. no estando
Dor lo mismo en lo cierto tal vez
Clavijero (Hist. Antigua de Méx. y
su Conq.. t. I. lib. lo., p. 54) al de?
rir que el pez conocido con el nom-
bre de bagre es el barbo de río.
Tampoco es cierto que el bagre só-
lo se pesque en los ríos que desa<
íTuan al Pacífico en México, pues ya
■ hemos diobo al tratar de ese pez
que abunda en lasvaguás de-Tabas^
CO. •■;-;.• ;^ •:
CAGINl. (Ob. cit., p. 89.) lo des-
cribe c >mo un pez "muy estimado,
"que se encuentra en muchos ríos
"dé México y América Central. Tie-
"ne más de treinta pulgadas de lon-
"jeitud, y carne abundante, blanquí-
"sima y de sabor exquisito." En
Tabasco ao es muy apetecido, por
la costumbre repugnante que tie-
ne de alimentarse preferentemen-
te de inmundicias, por lo cual se
le encuentra en grandes cardumes
•?n los deaagües de caños y cloa-
cas en las corrientes a cuyas ori-
llas se asientan poblaciones. De
aquí nuo en dichos poblados este
pescado constituya un alimento ba-
rato pai-p las clases pobres que le
pescan al anzuelo con suma facili-
dad, lo cual contradice también lo
que el citado autor Gagini agrega,
que "su nombre es una verdadera
BOBO
220
BOCA
"ant'frasis, pues este pez no muer-
"de el anzuelo con ningún cebo que
"se le ponga; de suerte que es me-
"nester pescarlo con red, con var-
"basco, fisga o dinamita." Conclu-
ye el propio autor diciendo: "No
"fuimos nosotros quienes lo bauti-
"zamos: fueron los españoles que
"colonizaron a México. En una obra
"del siglo XVII (Recordación Flori-
"da, por Fuentes y Guzmán) se lee
"que en Guatemala valía un bobo
"hasta veinte y cuatro reales (!)."
En realidad, entre nosotros, en Ta-
basco, es el pez más barato: el
BOBO más grande no vale más de
seis reales o un peso.
Clavijero (Ob. cit. p. id.) dice que
sólo se encuentra en los ríos que
desaguan en el Golfo de México;
Gagini lo confirma por las observa-
ciones hechas en Costa Rica. Sabe-
mos que existe en aguas de Vera-
cruz; abunda en Tabasco; pero
Icazb. no advierte tal cosa al lla-
marle "pez de río", común en la
República. Tal vez sea cierto, pues
no tenemos prueba en contrario.
Nombre científico: Huro nigri-
cans. (Icazb.)
"Todos los años infaliblemente
baja por el río una cantidad increíble
de pescado, a quien (sic) llaman los
españoles bobos, que es uno de los
buenos e regalados pescados que hay
en este reino." (Descr. de Veruz., 1580,
MS., c. p. Icazb.)
Réstanoü, para concluir, expresar
que este pez abunda mucho en la
creciente, época en la cual inunda
en cardumes numerosísimos las
aguas de los arroyos y lagunas en
los campos, nadando a muy poca
profundidad; tal vez por gustar del
agua fresca de creciente. Enton-
ces se le pesca en gran número y
con suma facilidad en palangres.
Cuba. Macías da a entender que no
existe este pez allí, pues dice: "En el
resto de América es un pez." Allá es,
como lo describe PICH., a quién aquél
cita, un juego de naipes en que pier-
de el que se queda con el as de oro.
BOBOESCAMA. m. Variedad del
bobo, llamado así por tener la piel
cubierta de escamas, en lo que se
diferencia de éste, que es de piel
; lisa.
; "Bajo los sauces frondosos,... don-
de se emboscan ... la mojarra pla-
teada y el boboescama." (MERINO,
Celestina, VII, p. 58.)
B0B6N, NA. adj. "Aumentativo
de bobo; sin gracia." (Icazb.)
"Todo el día se está la muy bobona
; o en la cocina o con la almohadilla,
i o con el libro en la mano." (PENSA-
! DOR, Quijotita, cap. VI, p. 138.) —
I "Cuando los muy bobones se endro-
i gan." (ID., ib., cap. XX. p. 458.)
¡ BOBONOT E, TA. adj. No nos he-
! mos conformado con bobón, bobo-
i te, y hemos formado este aumenta-
1 tivo despectivo, que envuelve, ade-
más, la idea de cierta pesadez físi-
I ca en el individuo, dándole alguna
I semejanza al bobo, esto es: hom-
i bre gordo y bobo. Muchas palabras
i nuestras, muy gráficas por cierto,
I envuelven así dos ideas en ima so-
I la forma, refiriéndose en lo positi-
! vo a la cualidad especialmente, y
I la desinencia aumentativa a la pro-
! piedad más general, el tamaño, el
I aspecto, la forma, etc. Así, colora-
I dote expresa "hotaibre colorado y,
I además grande, gordo o robusto."
BOCA. A BOCA DE JARRO, fr.
fig., muy de cerca; a quema ropa:
lo cogió A BOCA DE JARRO. Se
diferencia de la frase "a quema ro-
pa" en que no expresa la idea de de
improviso, desprevenido, sino úni-
camente la de proximidad. No es
conocida la acepción que el Dice,
da a este modo adv.
"Le extrajeron la pistola que porta-
ba, calibre 44, y le hicieron fuego a
boca de jarro." (El Demócrata, Méx.,
marzo 15-918.) — "El Diputado Portes
Gil... fue herido por el cap. Villarreal,
... a boca de jarro, según puede ver-
se de las incrustaciones de pólvo-
ra ■que presenta el Diputado." —
"Avanzaron... sobre los otros al pun-
to de llegar a herir al diputado Por-
tes Gil dentro del coche y a boca de
jarro." (Excelslor, Méx., abril 8
de
BOCA
221 —
BOCA
918.) — "Procedieron a disparar a boca '
de jarro contra un buen número de
ellos (pasajeros)." (El Universal,
Méx-, agosto 21-918, 5a. col.)
DE BOCA. Ofrecer, una cosa
DE BOCA es ofrecerla nada más;
comprometerse y no cumplir.
"Por tercera vez le di las gracias,
conociendo que su oferta no era de
boca." (PENSADOR, Periquillo, pte.
la-, cap. XIX. p. 112.)
SER PURA BOCA: hablador, fan- ;
farrón; no cumplir lo que se ofrece
o no tener valor para sostener lo
que se dice. V. RAJÓN.
HACERSE DE LA BOCA CHI-
QUITA, "rehusar con afectado des-
dén aquello mismo que se desea."
(ICAZB.)
"Diana, con una cara de mogigata
y haciéndose de la boca chiquita, di-
jo." (MORALES. Gallo Pitagórico, p.
260.)
BOCAFLOJA. adj. y s. Hablador,
chismoso, indiscreto, que con facili-
dad dice cualquier cosa. Dícese
también muy comúnmente BOCA-
ANCHA.
ABRIR BOCA, fr. fig. fam.. tomar
pequeño alimento para despertar
el apetito, las ganas de comer más ;
el hambre. Dícese irónicamente de
la comida escasa, o para dar a en-
tender que así se la considera: to-
maremos esto para ABRIR BOCA.
"No vendría mal una copita de co-
ñá para abrir boca.". (RODR. BEL-
TRAN. Pajarito, p. 538.)
BOCABAJEAR. a. En sent. fig.,
derrotar, vencer o hacer fracasar a
alguno, sobre todo por medio de
maquinaciones o intrigas.
Méx. Significado parecido al nuestro.
Ramos y Duarte (p. 551) define: "Hu-
millar, degradar."
"Esos cobardes que han dejado has-
ta sus armas, y cuatro de a pie con
SU8 garrotes los han bocabajeado de
lo lindo." (Astucia, t. II, cap. I, p.
108.)
BOCA DE NOCHE (A), m. adv.
Al anochecer. Lo mismo se dice en
Álava. (BARÁIBAR, Voc. de pal.
usadas en Álava.)
BOCADITO, m. diminutivo de
BOGADO (V.). Porción pequeña de
comida.
Gutiérrez, s«;gún la antigua costum-
bre de los rancheros, repartió mucha
carne en bocaitos a las amistades."
(COFFIN, Gral. Gutiérrez, XXVII, p.
214.) — "Encima de la paga va el bo-
cadito que da la dueña del lavador."
(RODRtGT'EZ BELTRAN, Perfiles,
IV, p. 33.) — "Aquí de las mañas, para
llevarse a escondidas el bocadito."
(ID, p. 38.)
2. "Por modestia designa la gen-
te pobre con este nombre la comi-
da. Cuando una infeliz mujer vie-
ne a arrimarse con otra igual, ésta
no solamente la recibe, sino que
suele asegurarle que no le faltará
el BOCADITO, es decir, que ade-
más de darle alojamiento, partirá
con ella su comida." (ICAZB., p.
53.) Muy común también en Tabas-
co.
"Acomódate a todo ,haz cuanto es-
té de tu parte para granjear el boca-
ditoi demasiado favor te van a hacer
con mantenerte." (Astucia, t. II, cap.
V, p. 109.) — "Y así, aplícate que yo
te daré la casa y el bocadito, que es
lo que puedo." (PENSADOR. Periqui-
llo, pte. la., cap. XXV, p. 148.)
BOCADO, m. Porción cualquiera
de comida; por extensión suele la
gente pobre llamar así también con
eufemismo a la comida misma, al
sustento diario.
Méx. Lo mismo que entre nosotros,
en la acepción general de comida:
"¿Pasará ud. a creer que ha habido
quien facilite dinero sólo para que
Fernando asegure el bocado?" (FA-
CUNDO. Mari di tos, cap. IV, p. 73.)
BOCAMANGA, f. "Parte de la
manga, que está más cerca de la
muñeca." Todo lo contrario es pa-
ra nuestras modistas y nuestros
sastres: parte de la manga que es-
tá más lejos de la muñeca, mejor
dicto: la abertura en que la man-
ida se junta al cuerpo del saco, ca-
misa o pieza de vestir que cubre
el tronco; queda precisamente cer-
ca del hombro: es el punto de
arranque de la manga, que termi-
na en el puño, parte "que está más
BOCI
222
BODE
cerca de la muñeca." Ignoro quién
tenga la razón; pero me inclino a
creer que las costureras.... por-
que no son académicas, y deben sa-
ber más por lo mismo en este par-
ticular. A la BOCAMANGA de la
Academia, o sea la abertura de la
boca de la manga, llamámosla sim-
plemente manga, como a toda la
parte que cubre la extremidad, y
así decimos "tantas cuartas de man-
ga", de ancho en ésta, se entiende.
Méx. "La abertura de la manga por
donde saca la cabeza el que lleva aqué-
lla embrocada. Algunos extienden este
nombre a la dragona." (ICAZB.)
BOCINA, f. Ya Toro Gisb. (Dice.
Lar.) anota acepciones americanas
de esta palabra: "Chil. y Col. Cer-
batana. Amen. Trompetilla acústi-
ca para los sordos. Amén. Pieza ci-
lindrica que cubre los extremos del
eje del carruaje." Pues bien; en la
acepción de trompetilla acústica ya
hoy para .nosotros no sólo sirve pa-
ra los sordos, ni únicamente para
oír en ella, sino que expresa en ge-
neral el instrumento (especialmen-
te en los teléfonos) en que se ha-
bla y a la vez se> escucha al inter-
locutor. En fin, como todo se rela-
ciona con la boca: por una pai-te
se aplica ésta, y por la otra viene
de ella la voz, es aceptable el nom-
bre aplicado no sólo a la trompeti-
lla con que se oye, sino también al
conjunto de ésta y aquélla en que
se habla, que forman una misma
parte o pieza sola del teléfono ac-
tual. Muy usado actualmente en la
acepción de silbato, pito o trompe-
ta de aviso o de alarma, en muchos
objetéis -ée moderna invención. V.
AUDÍFONO.
"El paraguas chinesco del exhibldor
del fonógrafo que indiscreto arroja
por su bocina de latón nota.s y co-
plas, como el mitológico cuerno de
Amaltea arrojaba dones." (RODR.
BELTR., Atrevimientos literarios, La
Feria de Candelaria, p. 151.)
Bulle en la calle la gente;
Suenan los "Fords" su bocina,
Y, hecho un ascua, se ilumina
En oro el café de enfrente."
(LUIS G. URBINA, Un amigo pun-
tual.)
Méx. Icazb. da la acepción de "pie-
za cilindrica que recubre el extrema
del eje del carruaje." Hoy por hoy en
México tiene como acepción principal
1?. que hemos dado.
Cuba. La misma acepción apuntada
por Icazbalceta. (MAGIAS, p 174 v
PICHARDO. p. 30.)
BOCÓN, NA. adj. En sentido fi-
gurado, hablantín o hablador, indis-
creto; sinónimo de BOCA ANCHA.
En Cuba (Pich. y Macías) y Hon-
duras (Membreño) se dice bocate-
ro, aunque más bi,en con el signifi-
cado del bocón de la Academia;
fanfarrón.
BOCHE, m. Esta voz que la Aca-
demia da como propia de Venezue-
la en la acepción de repulsa, desai-
re, y en las frases dar boche, dar
un boche, en sentido figurado y fa-
miliar, rechazar, desairar, es tam-
bién usual para los tabasqueños,
aunque más se usa en esta forma
llevarse o darse un boche, tener
un encuentro desagradable, darse o
hallarse con una persona que nos
desagrada o que nos choca, con
quien se tiene enemistad. Se;^ún Pi-
cón-Febres (Ob. cit., p. 51), tam-
bién significa en aquella tierra "re-
gaño bien repiqueteado."
BODEGA, f. "Las bodegas son pu-
ramente depósitos de efectos: no
se hacen ventas en ellas, y mucho
menos al menudeo: nunca se ha da-
do tal nombre a las tiendas de co-
mestibles, aunque lo diga Somoano,
p. 37." (ICAZB.) Exactamente en
Tabasco, y lo mismo en el comer-
cio que en las haciendas de cam-
po y dondequiera, la BODEGA no
es más que im depósito de efectos
o artículos cualesquiera; pero nun-
ca tienda de abarrotes ni do otra
clase, como tampoco en México,
por más que también Maoías (p.
174), afirme que es acepción dé la
BODO
— 223
BOGA
República Mexicana lo de BODE-
GA por tienda de abarrotes.
Pero, verdaderamente disparata-
do es lo que dice Ramos y Duarte,
a saber: que en Tabasco se llama
así la taberna (Ob. cit.» p. 90.)
Cuando más, y sólo por accidente,
en la Habana suelen llamarse ta-
bernas determinadas tiendas, tam-
bién llamadas bodegas (Pichardo,
p. 249, art. Tienda.)
Venez. "Una tienda de víveres muy
semejante a la pulquería, pero de as-
pecto más decente y de mayor y más
vistosa significación." (PICÓN PE-
BRES, p. 51.) — RIVODÓ, p. 247.
■ Chile. "Almacén o depósito para
guardar las mercancías, en los ferro-
carriles." (TORO GISB., Dice. Lar.)
De lo visto se viene a concluir
que la BODEGA, como Americanis-
mo, no significa "Almacén donde
se venden vinos buenos y licores al
por mayor", como expresa Toro
Gisbert en su Pequeño Larousse
Ilustrado, pues cuando más será,
en algunas partes, tienda de víve-
res o de abarrotes.
BODOQUE, m. "Bulto duro que se
forma en una cosa blanda."
(ICAZB.)
"I aquella cama..., ;qué camal
Toda bodoques y bolas."
(G. PRIETO. Musa Callejera, Ro-
mances, p. 238.)
Cosa idéntica es para nosotros.
La Academima no da más que la
acepción de "Pelota o bola de barro
hecha en turquesa y endurecida al
aire, como una bola de mosquete,
la cual sirve para tirar con balles-
ta de bodoques, fig. y fam. Perso-
na de cortos alcances." Pero 5'a
Cervantes dijo muchos años ha:
"Un colchón que en lo sutil parecía
colcha, lleno de bodoques que, a no
mostrar que eran de lana por algu-
nas roturas, al tiento en la dureza
semejaban de guijarro." (Quijote,
pte. prim., cap. XVI.) De donde se
ve . que la acepción que como me-
xicanísmo tiene la palabra es muy
castiza y qué andamos tal vez me-
jor que la Academima en muchas
cosas. Mas si la cita hecha no es
bastante a conirencer a la Docta
Corporación, quédese con su "pelo-
ta de barro", que para nosotros,
como para Cerv^antes, bodoque es
y será siempre bulto, bollo, bola
dura, de cualquiera cosa, y en cual-
quiera cosa blanda, como el vesti-
do, el colchón o la colcha, etc. V.
ABODOCARSE.
2. "Chichón, bollo: hinchazón de
forma redonda que aparece en cual-
quier parte del cuerpo: tengo un
BODOQUE en el brazo." (Icazb.)
Poco usado para nosotros, que em-
pleamos más comúnmente en esta
acepción las voces chuchumo y to-
tolote y en algimos puntos también
chibol. (Vv.)
BODORRIO, m. "Boda desigual,
fam. boda sin aparato ni concurren-
cia." Para nosotros cosa muy dis-
tinta: boda ruidosa, con mucha
concurrencia, baile y comilitona,
que se transforma en verdadera
fiesta o celebración aparatosa. El
BODORRIO con todos estos agrega-
dos es de estilo entre la gente cam-
pesina principalmente. En Zacate-
cas es "bulla, fiesta", según Ramos
y Duarte; creemos que lo mismo
es en toda la República; pero siem-
pre con motivo de una boda.
BOFETAZO. m. Golpe que se da
con el bofe. De uso vulgar entre
los matanceros, por ser éstos quie-
nes por razón de su oficio trajinan
con ese órgano de la res. Por rara
que la voz sea, dado su parentesco
con pistolazo, garrotazo y demás de
igual formación, no puede juzgár-
sela de tan espuria ni corrompida.
BOGA. m. Remero que conduce
una embarcación. El BOGA hace
un verdadero oficio de su ocupa-
ción, dedicándose exclusivamente a
viajar en canoas y cayucos, para lo
cual no necesita más instrumento
que su canalete o remo. Hay dos
BOJO
— 224 —
BOLA
clases de BOGAS: de palanca y de
remo; los primeros conducen ca-
noas, o embarcaciones de mayor
tamaño, y los otros embarcaciones
menores, cayucos por lo general.
V. PALANCA y CANALETE.
"Alg-uno.s raudales como los llama-
dos "Mad Paso" y "Mal Pasito", im-
piden casi la navegación de las ca-
noas,... dirig-idas por muy hábiles y
audaces bcgas." (GONZAI^EZ, Ríos de
Tabasco, p. 80.) — "Era un cayuco con
dos bogas que se deslizaba con rapi-
dez." (MERINO, Celestina, p. 23.) —
"Los bogas o conductores de la Jan-
gada subieron para comprar leche
fresca." (ID., ib., p. 89.)
B0J6N. m. (Cordia gerascanthus,
JACQ.) Planta de la familia de las
borrag neas, muy abundante en las
selvas ribereñas de Tabasco, cuya
madera se emplea en la construc-
ción de casas. Llámase también
tambor o palo María, según expre-
sión del Sr. Ppof. Becerra (Nom-
bres geográficos de Tabasco, p. 23.)
Hay dos especies de la planta: bo-
jón blanco y bojón prieto; éste es
propio de la región de tierras al-
tas, próximas a la serranía.
Parece nombre derivado de dos
voces de la lengua maya: box, ne-
gro, y on, aguacate, viniendo por
tanto a significar en aquel idioma:
aguacate negro. No contamos con
datos suficientes de comprobación,
a mano, para poder afirmar con
certeza la' exactitud científica de
tal opinión acerca de la etimología.
Nada menos, no recordamos si el
fruto se parezca realmente al agua-
cate; aunque el árbol sí, por el ta-
llo y las hojas, siendo unos y otras
más negros que en éste.
BOLA. f. Esta palabra es un le-
gj'timo mexicanismo en la acepción
figurada de "reunión numerosa de
gente en desorden; diversión bulli-
ciosa, riña, tumulto, revolución;"
(Icazb.) motín, asonada, confusión,
etc. Ha sido inmortalizada en nues-
tra patria por el notable escritor
chiapaneco Emilio Rabaza (Sancho
Polo), en su obra La Bola. Aunque
el citado Sr. Icazbalceta dice que
"Por antonomasia se dio este nom-
bre a la terrible "guerra de tres
años" (1857-60), a que siguió la
"guerra de la segunda independen-
cia" (1861-67), ambas de imperece-
dera memoria", (Vocabulario de me-
xicanismos, p. 54); lo cierto es que
la palabra ha adquirido generalidad
completa para designar todos nues-
tros movimientos armados: revolu-
ciones, revueltas o simples y crimi-
nales cuartelazos.
"INIás de una vez oí en la tienda de
los Gonzagas la voz profética de Se-
vero, que con humos de sabio previ-
sor, creía y afirmaba que antes de mu-
cho se armaría la bola (SANCHO PO-
LO, La Bola, cap. III, p. 22.) — "¡Y
como sus cortas inteligencias confun-
dían la revolución con- la bola lamen-
tablemente." (ID., ib., cap. VIII, p.
86.) — "Nosotros inventores del género
le hemos dado el nombre, sin acudir
a raíces griegas ni latinas, y le he-
mos llamado bola. Tenemos privilegio
exclusivo; porque si la revolución co-
mo ley ineludible es conocida en todo
el mundo, la bola solo puede desarro-
llarse, como la fiebre amarilla, bajo
ciertas latitudes. La revolución se
desenvuelve sobre la idea, conmueve
a las naciones modifica una institu-
ción y necesita ciudadanos; la bola no
exige principios ni los tiene jamás,
nace y muere en corto espacio mate-
rial y moral, y necesita ignorantes.
En ima palabra: la revolución es hi-
ja del progreso del mundo, y ley inelu-
dible de la humanidad: la bola es hija
de la ignorancia y castigo inevitable
de los pueblos atrasados." (ID., ib.,
cap. XXI, p. 238.) — "Se comenzó a ar-
mar la bola de hombres y mujeres.
y los bandolones fueron despertando
los ánimos dormidos." (PENSADOR,
Periquillo, cap. XVIII, p. 257.) — "Ca-
pistrán pasó de reo a héroe, y decía
muy ufano y nuiy para sí: mi vida es-
tá en la bola." (FACUNDO. Ensalada
de Pollos, t. II, cap. X, pp. 194-9.'').) —
"La Tesorería flaquea; a la bola! Con-
cha me ha derramado la bilis: a la
bola! La revolución ha tomado cuer-
po; a la bola! Corro riesgo de quedar-
me de Coronel; a la bola!" (ID.. Ib.,
cap. último, p. 238.) — "Yo, la verdad,
como estaban de a bola, y metiendo
BOLA
225 —
BOLE
luegro los caballos y poniéndose las ar- |
mas en la cara." (ID., Gentes, t. II.
cap. XIII, p. 182.) — "Fue suntuosísima :
la celebración de su santo (de Dña.
Lugrardo), y no sólo porque no tenía
algTÍn cariñito, sino porque de algo le
ser\-ía yo en aquellas bolas, — que así
les llamaba — iba a pedir licencia a
mis padres para que me dejasen en
su casa desde la víspera." (XCSEZ.
Bagatelas, El día del Santo, p. 2.)
"Doliente, mohíno
Por tan dura broma.
Buscando la muerte
Largóse a la bola."
(PLAZA, Talento en las corvas.)
EN BOLA, m. adv. fig. y fam.,
EN MONTÓN. No solamente ex-
presa la idea de multitud, sino
también y principalmente la de
conjunta y desordenadamente.
"¿Ya no se acuerda de la amarrada
que me dio en el Monte, cuando llegó
en bola don Pedro y sus sirvientes?"
(LÓPEZ PORTILLO, La Parcela, XI,
p. 112.)
HACERSE BOLA, "perder el or-
den, la formación: dícese de la tro-
pa y de cualquiera reunión." (Icaz-
balceta.) En sentido fig., atolon-
drarse, confundirse; no dar pie con
bola.
"Es necesario reglamentarlo tam-
bién, para no hacernos bola." (Astu-
cia, t. I. cap. VII.) — "Voltearon cara,
se hicieron bola." (Id., t. II, cap. VII
bis.)
DARLE A LA BOLA, atinar, acer-
tar; tocar la flauta por casualidad.
Corre por América con diversos
significados.
VAYA UD. A freír BOLAS,
agregándose a reces EN SARTÉN
DE PALO; expr. baja equivalente
a la que da ICAZB. como mexica-
nismo. VAYA UD. A FREÍR CHON-
GOS, "usada para despedir a imo
con enfado."
BOLADA, f. fig. fam. Enredo,
complicación en un asunto; nego-
cio aventurado, oscuro o confuso y
dudoso.
"Yo me alegro mucho...' por el mi-
nistro poeta que se metió en la bola-
da y que ya le parecía flue era virrey
de México." (MORALES, Gallo Pita-
górico, p. 584.)
BOLEADA, f. Acción y efecto de,
bolear.
Méx. Muy usada en la Metrópoli. No
la trae Icazb. Una boleada, jefe, gri-»
tan a uno los boleros en los pascoe y
demás lugares públicos.
BOLEADOR, RA, adj. usado al-
gimas veces por bolero, que es más
común, o por betunero, en vez de,
limpiabotas que da la Academia.
Sustantívase.
BOLEAR. Embetunar; dar betún.
al calzado. Como el betún lleva
también el nombi-e de bola, se ba
formado el verbo BOLEAR, que es
como si dijéramos betunear, dar be-
tún, dar bola.
Méx. Por más que no lo da Icazb;,
es mexicanismo muy usual. Lo regis-
tra Toro Gisb. (Dice. Lar.)
Colomb. "Reprobar por medio de bo-
las negras.' (CL'ERVO, 879.) Toro
Gisb. (Dice. Lar.) lo da en esta acep-
ción como americanismo.
Chile, "pr. Chil. Del estudiante uni-
versitario que tiene la desgracia de ser
reprobado en el examen, dicen sus
compañeros que ha sido boleado, alu-
diendo a las bolitas blancas y negras
con que las examinadores aprueban
o reprueban." RODRÍGUEZ, p. 63.)
Rtopl. "Arrojar las bolendoras (1) a
las patas o pescuezo de un animal
para aprehenderlo. En sentido figura-
do, envolver, enredar, trampear a al-
guno, hacerle una mala partida, — ■'
Prov. de la América Meridional, se-
gún Salva. Creemos lo sea sólo del Río
de la Plata y Chile." (GRANADA, Ob.
cit., p. 116.) Toro Gisb. (Dice. Lar.)
apunta la forma bolearse de Ríopl.,
"Confundirse, equivocarse," y como
Americanismo. "Rechazar en una vo-
tación."
BOLERA, f. Borrachera. Es la
forma más común de llamar al as-
tado de ebriedad. V. AJUMARSE.
Méx. El Sr. Icazb. define dos signi-
ficados de esta palabra, uno antiguo,
como nombre de un baile, y otro usual
en el sentido de "ilusiones, opiniones
(1). Las bolea deras, segrún el mism*
Granada (Ob. cit.), son un instrumen-
to que "consiste en dos o tres bolas
de piedra u otra materia pesadas, re-
tobadas y sujetas a otros tantos ra-
males de guascas torcidas o bien de
trenzas formadas de tientos (tiritas éa
cuero)".
BOL£
226
BOLE
infundadas, palabras engañosas". En
verdad, nunca la hemos oído en esta
abunda acepción, ni en México ni en
Otr<a parte.
BOLERO, RA. adj. Betunero. Usa-
do con preferencia a boleador. (V.)
Sustantívase.
Méx. "Limpiabotas. También se lla-
ma así al que hace bolas y al menti-
roso." Esto para el D. F. ; en Chihua-
hua significa, como sust. "Sombrero
de copa alta, de seda. Es la chistera
dé España, el sorbete de México, la
soi'bétera de Yucatán, la cubeta de Ja-
lisco, la bomba de Veracruz, la pava
de. Campeche y Chiapas." (RAMOS Y
DUATE.) Todo esto puede pasar; pe-
ro lo final siguiente sí es desacertado:
"Bolero, en Tabasco, es sombrero de
guano." Esta es una majadería, y
gorda! El tal sombrero se llama allá
genéricamente "sombrero de guano", y
custfido es de clase la más sencilla y
popular, chonta!. (V.) Pero jamás se
Te ha ocurrido a nadie llamarle bolero.
JEl sombrero a que alude el autor, se
llama allá sorbetera. La bomba es
también distinta de aquélla. (V. v.)
. Hond. "Sombrero de copa alta, que
áólo usamos en las grandes festivida-
des." (MEMBR.)
C. RIea. "Tiene esta palabra dos
acepciones: la. el juguete que en cas-
tellano se llama boliche; 2a. el som-
brero que los paisanos de Cervantes
llaman hongo." (GAGINI.)
SALAZAR GARCÍA, Ob. cit., p. 52,
dá' también para América Central la
acepción de "hongo, sombrero de pe-
lo", que entre nosotros se llama mo-
rrongo (V.)
■ Colomb. TORO GISB. (Dice. Lar.) da
el significado de "faralá". No lo re-
gistra CUERVO.
Perú. "Boliche." (TORO GISB.,
Dice. Lar.)
BOLETA, f. "Cédula que se da
para poder entrar sin embarazo en
alguna parte." Nosotros hemos ge-
neralizado más la palabra, hasta
Ilegal" a hacerla sinónima de lo que
la. Academia llama Cédula: "Peda-
zo de papel o pergamino escrito, o
para escribir en él alguna cosa."
La BOLETA se caracteriza por lo
que lleva escrito o porque sirve pa-
ra escribir en ella. La cédula, en
el habla popular no sólo tabasquefia
&íno casi nacional, se diferencia de
aquélla en que es de menor tama-
ño; simple fragmento de papel, pa-
ra escribir en él uno sólo, o muy
pocos nombres, en una votación,
por ejemplo. De modo que hemos
invertido la acepción de cédula,
dándola a BOLETA, y hemos dado
a ella una acepción especial, co-
mo diminutivo ideológico de BOLE-
TA, pero conservando el mismo ob-
jeto.
Hemos formado además el mas-
culino boleto, diminutivo también
de BOLETA, porque es un papel
pequeño; pero distinto de ésta y de
la cédula, por su objeto: no sirve
para escribir en él. Es el boletín
de la Academia: "Cédula que se da
para entrar en un teatro a diver-
sión", que nunca es usado con es-
ta acepción.
De modo que nuestra cédula par-
ticipa de las condiciones de la BO-
LETA, por el uso a que se destina,
y de las de boleto, por sus dimen-
siones .
El boleto no es más que una es-
pecie de contraseña con la cual se
acredita que se ha llenado tal o
cual requisito, para tener un dere-
cho correlativo; una credencial que
justifica la personalidad, o como di-
ce G. Icazb.: "Boleto, m. Billete
(4a. acep.) (1) Tarjeta cuya pre-
sentación da derecho a entrar en
carruajes públicos, espectáculos o
reuniones."
La BOLETA en cambio acredita
o justifica lo mismo que contiene
escrito: BOLETA de aplicación, en
las escuelas; BOLETA de contribu-
ción, de impuesto, etc., como justi-
ficante del pago de esos derechos;
BOLETA electoral, la que sirve pa-
ra consignar en ella el voto.
Méx. "Cédula impresa que se repar-
te a los votantes en las elecciones
primarias para carpos públicos, a fin
de que en el reverso escriban el nom-
bre de su candidato." (ICAZB.) Más
general en la acepción prov. de Tabas-
co; bien que hoy va cayendo en des-
BOLE
227 —
BOLI
uso la forma especial que nos define
el mexicanista citado, pues con mo-
tivo de las recientes reformas revo-
lucionarias a la Constitución General,
casi todas las elecciones populares son
directas, desapareciendo por lo mismo
los grados de primaria y secundaria,
que antes había. Parece que la acep-
ción apuntada e^ corriente en Méxi-
co y resto de América.
RAMOS y DUARTE da esta voz co-
mo sinónima de parce, en Veracruz.
Nunca la hemos oído en tal acepción,
ni se usa ya el tal parce, por aquí,
hace algún. is decenas de años.
"Don Marcelino le fué a reclamar
porque no había cumplido con la or-
den de Don Julián de sacar él mis-
mo la boleta de entierro del difunto
Jesús." (AZUELA, Mala Yerba, VI,
p. 41.)
Cuba. "Por antonomasia, la cédula
u orden de los Jueces para citar a
demandas. Algunos añaden Boleta de
comparendo." (PICH., p. 30.) — MA-
GIAS, p. 178.
Amér. TORO GISB., (Dice. Lar.) la
da como Americanismo. "Cédula, para
votación o para otros usos."
BOLETERÍA, f. Lugar en donde
se expenden los boletos: taquilla,
expendeduría. Es americanismo,
según TORO GISB., (Dice. Lar.):
"despacho de billetes o boletos."
Méx. ICAZB. dice que no se usa en
México; pero no es así. La hemos oí-
do con frecuencia.
C. Am, S ALAZAR y GARCLA p. 52.
BOLETERO, m. Americanismo,
según TORO GISB. (Dice. Lar.):
"El que despacha billetes o boletos
en las taquillas de los teatros, tre-
nes, etc."
Méx. ICAZB., p. 55.
"Sin saber cómo. Pico desorientado
llegó al teatro de Oriente: el boletero
había sido sargento de su compañía,
circimstancia que hizo innecesario el
boleto de entrada." (FACUNDO, Iso-
lina, t. 1, cap. I, p. 18.) — "¿cuántos?
¿ud. cuántos? — gritaba el boletero a
Dn. Homobono." (NÜÑEZ, Bagatelas,
p. 120/> — "¿Qué? — preguntó el bolete-
ro." (ID., Ibid, p. 121.)
C. Am. SALAZAR GARCLV. p. 52.
Perú. "El boletero y la boletería que
lios recuerdan los teatros, las estacio-
nes de ferrocarriles, la plaza de to-
ros, el tranvía, etc.. tampoco existen."
(En España). ARONA, p. 66.
BOLE 1 0, m. V. BOLETA. Es
'. americanismo en nuestra acepción.
i (TORO GISB., Dice. Lar.)
I Méx. "BOLETO DE EMPEÑO. La
: cédula que los prestamistas sobre
prendas dan a la persona que recibe
el préstamo." (ICAZB.) Esto entra en
' lo que por antonomasia es para nos-
otros boleta. RAMOS y DUARTE, p.
¡9L
I "El joven recibe un boleto, un cor-
i to apunte con una dirección a Cáxiiz,
\ otra a Veracruz y otra a México; una
¡ pequeña suma para gastos menores
' y una maleta." (FACUNDO, Isollna,
' t. II, cap. XIII, p. 216.) — "¡Tres! ¡Vá-
; monos! — dijo el empleado ,aventándo-
i le los boletos." (NÜSEZ, Bagatelas, p.
120.) — "Don Homobono salió de aque-
lla apretura, con los boletos. . .
oprimidos en la mano derecha." (ID.
ib., p. 121.) — "Acaba el alcaide de
darme el correspondiente boleto."
(PENSADOR, Periquillo, cap. XXII,
pte. la., p. 129.) — "Es una cosa muy
ridicula. . . . tener baile y paseos por
' un extremo, y por otro acreedores,
trampas y boletos del montepío a pu-
ñados." (ID., ibid., pte. 2a., cap. V,
1 p. 189.) ?
Hond. y C. Am. Casase en general,
en lugar de boleta, (MEMBREífO, p.
25: SAL.\ZAR GARCÍA, p. 52.)
Guat. BATRES, p. 136.
Perú. "Para los españoles, todo lo
que nosotros llamamos boleto es bille-
te."— "El Diccionario no trae esta pa-
labra de tantísimo uso entre nos-
otros." (ARONA ,pp. 63 y 66.)
Chile. RODRÍGUEZ, p. 63.
Sur Amér. Al decir de BAYO (Ob.
clt., p. 34.), por allá se usan indistin-
tamente boleto y boleta, en nuestra
acepción: "BOLETA, O ;; BOLE-
TOS!!, gritan los revendedores a las
puertas de los teatros en estos países,
j o anuncian cobradores de tranvías y
revisores de ferrocarriles."
BOLÍN. Soga más corta y más
delgada que la ordinaria, usada en
vaquería, por su ligereza y poca
^ resistencia, para lazar animales pe-
queños o bestias mansas. V. SO-
GA.
I BOLINA, f. Es para nosotros lo
\ mismo que los ríoplatenses llaman
tiento: "Tira de cuero, pulida y
bien pareja, que sirve para hacer
I ligamentos, trenzas, etc." (GRA-
NADA, Ob. cit., p. 373.) o "Tira de
i cuero sacada con el cuchillo, que
BOLI
228 —
BOLO
sirve para anudar o sujetar algo."
(BAYO, p. 222, voz tiento.) Es voz
esencialmente campesina, de va-
quería, y de tenería y talabartería,
aunque por su origen es marítima:
"Cabo en que se hala la relinga de ¡
barlovento de la vela hacia proa, |
cuando se ciñe el viento, para que i
éste entre en ella sin hacerla to- j
car o flamear." (Dice. Marít.) Por j
antonomasia se llama así el látigo i
de cuero que sirve para castigar a j
los muchachos. V. ANQUERA. |
" — Bueno; anda tú. Llévate una tw- !
lina, cebadilla y aguarrás, por si aca-
so." (SÁNCHEZ Mx^KMOL, Antón Pé-
rez, XX, p. 208.)
Méx. En México es muy usada la
frase "a media bolina, equivalente a
la nuestra a medios chiles. (V.)
" — ^^¡ Hombre! exclamó el amigo de
Enrique; el alcohol es un excelente au-
xiliar de los enamorados. Esperan el
sí cuando la dama de sus pensamien-
tos está a media bolina." (FACUNDO,
Baile y Cochino, cap. VI, p. 159.)
Cuba. Sólo la acepción marítima y
la de esta frase "A bolina, a bolina!
exclamación en qvie prorrumpen los
chicos de la parte occidental, cuando
han echado a volar vm papelote, y que
equivale al ¡a cogerlo, a cogerlo! de
Tierradentro." (MAGIAS, p. 178.) PI-
CHARDO, p. 66, art. Cometón.
BOLINEADA, f. Azotaina, zurra
dada con bolina o con bolín. Por ser
generalmente una bolina gruesa o
un pedazo de bolín los que sirven
como látigo para azotar a los mu-
chachos.
BOLINEAR, a. Azotar con bolina
o con bolín.
BOLISTA, m. Que acostumbra
andar en bolas (revoluciones). Ra-
ro. (ICAZB.) Afecto a la bola.
"Llegó el momento en que, siéndo-
me las cavilaciones insoportables, me
determinaba como buen bolista a des-
obedecer a mi Jefe." (SANCHO PO-
LO, La Bola, cap. VII, p. 99.) — "El
borrador que yo formulé resulto
flojo, débil y sin el nervio que carac-
terizó siemore mi pluma de bolista."
(ID. íbid., cap. IX, pp. 110-11.)— "Yo
no pensé en Remedios, y a fuer de
bolista, me coloqué en el sitio en que
me dio la gana." ID., ibid., cap. XI,
p. 141.)
BOLO. m. Pan de trigo, con sal y
sin manteca, que se elabora gene-
ralmente en forma cilindrica. El
pan más corriente y barato.
Este mismo pan hecho en forma
parecida a una bola, o elipsoidal,
pero en tamaño mucho menor, co-
mo pieza común que se vende al
menudeo, se llama en Tabasco por
lo general, sisóte; aunque dentro
del mismo Estado "hay diferencias,
pues en Macuspana y algunas otras
regiones le llaman pan de sopa, por
el objeto a que se le destina, o la
forma en que de ordinario sólo se
come allá, pues con la comida se
toma de ordinario la tortilla. En es-
tas partes el sisóte es otro pan, li-
so y de igual forma que el ante-
rior, aunque de diversos tamaños;
pero con azúcar y también a veces,
con huevo.
En México se llama bolillo nues-
tro sisóte o pan de sopa. No lo re-
gistra Icazb. ; Ramos y Duarte di-
ce: "Bolillo. Pan de trigo," lo cual
': no es cierto, pues no todo pan lle-
va ese nombre. Ni uno ni otro au-
tor registran bolo; pero asegura-
mos que se usa en igual acepción
I que la nuestra.
2. adj. Lo que con tanto tino y
tanta gracia describe GAGINI en su
Diccionario de barbarismos de Cos-
ta Rica: "Del que está ebrio o bo-
rracho dicen nuestros paisanos que
; está BOLO, sin duda por semejan-
; za con los trocillos de madera así
; llamados, que caen fácilmente al
' golpe de la bola." Lo mismo opina
i MEMBREÑO, p. 25 y SALAZAR
■ GARCÍA, p. 52.
Cuba. Parece que por esta tierra
: vale el adjetivo: "El ave sin cola, es-
pecialmente el Gallo y la Gallina."
' PICH. Por lo visto equivale a nues-
tros Ixcul, currundungo. V.
BOLOCONTÉ. m. Nombre de un
árbol muy común, que produce una.
frutecilla de color guinda. Ignora-
i mos su clasificación. La palabra es
BOLS
229
BOLS
de origen maya ; tal vez derivada
de bol, redondo, cilindrico; oco,
ocom, columna y té, árbol: árbol
de forma cilindrica, ¿con relación a
la fronda?
BOLOCTOQUE. m. (Cyrtonix sp?
Rov.) Gallinácea de la familia te-
tronidea, llamada también vulgar-
mente golonchaco. (V.) Rovirosa di-
ce que es "ave común en el Va-
lle de Bulují, en el Carmen, en el
río Tulijá, especialmente en el Sal-
to y en el Cerix) del Limón." (Zoo-
logía, p. 41.) V^oz también del ma-
ya, o quizá anomatopéyica del can-
to del ave, lo mismo que goloncha<
co.
BOLÓN, aura, de bola. Gran reu-
nión de gente apretada, revuelta
y desordenada.
"Era un bolón atroz :les habían ro-
bado la bolsa con seis reales: no se
podía andar." (MICROS, Ocios y Apun-
tes, p. 189.)" ICAZB.
"Pelotón, alboroto." en Zacatecas,
dice Ramos y Duarte.
BOLSA, f. Como en C. América:
"A los bolsillos del vestido (les)
decimos bolsas: bolsillo sólo es pa-
ra nosotros el que se hace en la
parte inferior de la pretina del
pantalón." (MEMBREÑO.)
Méx. "Volver a alguno bolsa. En-
trampar, engañar sin astucia ni es-
fuerzo. Faltriquera: advirtiendo que
en nuestro lenguaje familiar es muy
raro el uso de faltriquera; raro, aun-
•que menos, el de bolsillo, y sólo co-
mún el de bolsa." (OCAMPO, Obras,
t. in. p. 135.)
"Dn. Ignacio advirtió a la ancia-
na que en la bolsa de sus calzones
había ima navaja." (FIDEL. Memo-
rias, cap. I, p. 9.) — "Cuál fué mi sor-
presa cuando, buscando en mi bol-
sa la llave de la cajita, no la hallé
en ella." — "Luego que me vieron bo-
rracho, me sacaron la llavecita de la
bolsa." (PENSADOR. Periquillo, pte.
la., cap. XXIII, p. 133.) — "Tratando
de poner en obra su consejo, registré
mi bolsa, para ver con cuánto con-
taba para papel." (ID. ibid., p. 138.)
— "Nos entretuvimos en copiar los
versos con la ayuda de un lápiz que
por fortuna se encontraba en la bol-
sa don Tadeo."
BOLSA DE MANO. f. "Ridículo."
Ramos y Duarte censura esta
forma ortográfica de la Docta Cor-
poración, dando la forma redículo,
que registra el Diccionario de la So-
ciedad Lit. y que es la correcta, por
derivarse de reticulus, lat., redeci-
lla. Tenemos también la BOLSA
OCULTA, como dice el autor cita-
do, o BOLSA interior, o como de-
cimos provincialmente, que es lo
que la Academia llama landre.
BOLSEADOR. m. "Buscón, cala-
dor", dice Salazar García. Para
nosotros el BOLSEADOR es un ca-
lador que busca en nuestras bolsas
con intención de hurtar: ratero. Es
un dei'ivado verbal de bolsear, en
la acepción propia de esta voz en
la ciudad de México, de donde es
genuina. Dícese más comúnmente
bolsista, coíno lo anota Ramos y
Duarte (p. 42), pero no únicamen-
te en Yucatán.
Méx. Con la misma acepción nues-
tra lo consigna OCAMPO: "Ladrón
que extrae lo que puede de la bolsa."
(Obras, t. III. p. 135.)
BOLSEAR, a. "Robar lo que otro
tiene en el bolsillo." (RAMOS y
D.) Esto es asimismo para nos-
otros; pero que tal acepción sea
propia de Yucatán, como afirma el
mismo autor, cosa es que no de-
biera decir quien escribió en Méxi-
co. Por eso dice muy bien Icazb. :
"Extraer del bolsillo de alguno el
ladrón ratero las monedas u otros
objetos. A FULANO LO BOLSEA-
RON AYER EN CATEDRAL."
OCAMPO, Obras, t. H, p. 135.
Lo mismo en Centro América:
GAGINL P. 91; MEMBREÑO. p.
25; SALAZAR GARCÍA, p. 53; BA-
TRES, p. 138.
Ríopl. Muy distinta y rara acepción:
"Calabacear entre amantes." (BAYO,
p. 34.)
BOLSILLO, f. Nombre con que
se designan especialmente la bolsa
pequeña hecha en la parte anterior
BOLS
230 —
EOMB
derecha de la pretina del pantalón
y las bolsas del chaleco. Dim. de
bolsa. V. BOLSA.
BOLSISTA, adj. "Ladrón de bol-
sillo", como dice RAMOS y DUAR-
TE, pero no sólo en Yucatán. V.
BOLSEADOR.
Es americanismo, según Toro
Gisb., (Amer., p. 96), aunque no le
hallamos en ningún tratado de len-
guaje provincial, por nosotros con-
sultado.
BOLLO, n. Especie de chocolate
que contiene una proporción mayor
de pinole que de cacao, y se pre-
para en pelotitas, a lo cual debe su
nombre. En México llaman bol uto
a cierto dulcecillo en forma de bo-
litas.
"Vendedoras de tamales de chile, de
dulces y de capvjlfn: tapabocas y bo-
nitos de a ocho." (FIDEL, Memorias,
cap. IT, p. 120.)
BOLLO llaman en el Estado de
Veracruz al ladrillo ordinario, cru-
do o quemado a medias, y usado
para las construcciones corrientes.
"Este bello edificio, de orden tos-
cano (la Plaza del Mercado), está
construido... de piedra múcara. co-
ral, ladrillo y bollo. (PAYNO. Viaje a
Veracruz. XA^II. p. 441.) "I "Pajarito"
no acababa de hacer una cosa, cvian-
do ya le mandaban otra; y ora con el
rimero de bollos al hombro,... cuan-
do escafllando el montón de bollos en-
trp.«;rt<-pdos del cascote." (RODRÍGUEZ
BELTRAN. Pajarito, XII, p. 225.) "A
los pocos días de la que parecía res'a-
lona tarea (que era la de remojar bo-
llos). (ID., Ibld., p. 228.) — "Aquí aca-
rrear y más acarrear bollos por esca-
lera arriba. (ID., Ibld., p. 229.) — "A
todas hora.s y en todas ocasiones era
un zarandillo por el ir y venir, el vol-
ver y revolver entre andamios, ... bo-
llos, ensordecido por el tintín del
filo de la cuchara sobre el canto del
bollo. (ID.. Ihid., pp. 320-30.'» I tam-
bién a un diilce. como en México; pe-
ro especialmente hecho de maíz tier-
no: "se aprovecha el jilote (elote que
llamamos) para hacer las dulces y
mantecosos bollltos." (RODRÍGUEZ
BET.TRAN, Perfiles, p. 2B4.)
BOMBA, f. "Composición poética
popular de carácter declamatorio,
que los bailadores echan o recitan
a sus respectivas parejas, en mo-
mentos en que, para el efecto, y
mediante la voz de ¡bomba!, dada
casi a grito pelado por alguno de
ellos, la música interrumpe su eje-
cución." (QUEVEDO, Lírica Popu-
lar Tabasqueña, p. 19, nota.)
"Y la música se eslabonó tras ima
bomba anterior y tocado algunos com-
pases, volvió a pararse en seco para
que la bomba siguiente fuera echada."
(ID., Ibld., Ídem.) "En aquel mismo
punto tomó nota de cuanto la dono-
sa ribereña sabía hacer en materia
de bombas y cantares." (ID., ibld., p.
21.) "Se les puso en la cabeza a los
muchachos que tocaran un "zapateo",
y eso sí que fué muy divertido, por-
que empezaron a echar bombas; yo me
reía a mares viendo bailar a Melquía-
des y echando bombas a cual es-
coger." (CORREA de CÁRTER, Pau-
lina, p. 12.) "Las galas abundaron,
y cuando una voz poderosa surgió de
entre la multitud gritando: ¡bomba!
¡bomba! y la música con un ritmo
distintot indicó también aquel capri-
cho original del pueblo, todos se que-
daron inmóviles contemplando ca-
da quien a su dama, como buscando
en las luces de sus ojos la inspiración
del verso o el recuerdo de la bomba
a.nrendida en la ocasión primara."
(RAFAEL DOMÍNGUEZ, La Fiesta
de San Antonio.)
Por más que nos jactamos de que
la BOMBA sea cosa muy peculiar
de nuestro lenguaje provincial, lo
cierto es que también en España
se llaman así los "versos que im-
provisa la gente del pueblo en sus
jaleos", segiín dice MEMBREÑO
(Ob. cit., p. 25) y lo comprueba con
la siguiente cita.
"Porque aquellos (los zamarros)
eran hombres de buen humor, que as:
entonaban un enitalamio fomo baila-
ban un zapateado; que así disertaban
en una Academia como imnrovisaban
ima bomh;i en tin rerralado festín."
(MESONERO RÓSTANOS. Tipos y Ca-
racteres.) Así es por más que el Dic-
cionario sólo diga que es voz intf^r-
jectiva con que se anuncia el brindis
o la. copla.
De todo esto se viene a compren-
der que la palabra no es míís nue
una aplicación extensiva o trasla-
BOMB
— 231 —
BOMB
ticia, en forma metafórica, de la
acepción castiza en el sentido de
explosivo, puesto que lo que carac-
teriza al verso es la improvisación,
la creación instantánea y oportuna,
de acuerdo con el motivo que la'
produce, en lo cual se diferencia de
la gala que es un verso cualquiera,
dicho en alabanza de la bailadora
por verdadera galantería, de donde
su nombre. La BOMBA eá el can-
tar popular por excelencia en que
se encierra el donaire, el saber, la
gracia y el alma de nuestro pueblo,
sobre todo campesino; es la más
fiel expresión del folklorismo tabas-
queño. El jarabe, el torito y demás
aires populares no son más que mo-
tivos musicales aplicados a los can-
tares populares o BOMBAS, a todo
aquello que en forma pintoresca
aunque desaliñada o hasta desenfa-
dada, traduce un sentimiento, una
lágrima o un suspiro del alma ge-
nuinamente popular. V. BOLERO.
C. Rica. ."Los campesinos llaman
también bombas a las coplas cuarte-
tas que se dicen mutuamente los que
bailan el fandango. Esto es simple-
mente ima trasnominación, porque
bomba! se emplea interjectivamente
en España para anunciar en los con-
vites y bailes que uno va a pronun-
ciar un brindis o a recitar una copla."
(GAGINI, p. 91.) "Hemos oído una de
sus bombas, coplas que en sus bai-
les se dirigen las parejas." (FERRAZ.
Nahuatlismos de Costa Rica, artículo
Esqulpoche, p. 64.)
2. Nombre dado al sombrero de
copa aovada pero no alta, y de ala
angosta, generalmente con ribete a
la orilla. Lo mismo en México, aun-
que no traen la palabra Icazb. ni
Ramos y Duarte, bien que éste la
cita en la voz BOLERO, como si-
nónima de ésta, y de uso en Vera-
cruz solamente, lo cual no es cier-
to. Tampoco es el bolero de C.
Amér. (sombrero hongo o la chis-
tera), —que llamamos SORBETE
o SORBETERA. Lo mismo en Mé-
xico, donde además llaman a éste
CUBETA, CUBETÍN, (V.v.) pero
nunca BOMBA. Llámase también y
muy comúnmente BOMBÍN. . .
Méx. "Sombrero de seda, de copa
alta y ala chica." (RAMOS y DUAR-
TE, p. 92.) "Bombín. Sombrero de
fieltro, castor o paja (?) de ala chiva
y copa alta." Jamás hemos oído que
al sombrero de paja se llame así, .ni
tampoco al de copa alta.
"Todos muchachos alegres y garbo-
sos, que todas las tardes a las seis,,.,
limpios de la tizne del taller, depo-
nen la blusa azul y el desastrado fiel-
tro para vestir jaquete y calarse la
bombita." (DELGADO, La Calandria,
x^^I, p. 144.)
Cuba. Al decir de MAGIAS y de
PICHARDO <pp. 31 y 180) es nombre
burlesco que en la parte occidental
se da al "sombrero ahormado de co-
pa alta" (sorbetera). Para nosotros
no tiene nada de burlesca la voz.
Amer. TORO BISBERT (America-
nismos, p. 81), en la voz cubilete hace
¡a misma confusión, al decir que: "es
el sombrero de copa para los colom-
bianos (Uribe). Tan estrafalario . ac-
cesorio del vestido masculino se lla-
ma bolero en Guatemala (Batres),
donde tamoién lo llaman, como en el
Perú y acaso en otras partes, som-
brero de pelo (Batres), en Perú es
I vulgarmente tarro o tarro de unto
(Arona, art. SOMBRERO DE PELO) ;
o bolero (Tobar, art. BUCHE); bom-
ba lo llama el pueblo en la Habana
(Pichardo), galera en Chile (Echeve-
rría). En Aléjico se llama sorbete, bo-
lero, sorbetera, cubeta, bomba o pava,
\ según las comarcas (Ramos), en Bo-
j livia chaco (C. Bayo) y en el Ecua-
dor, buche (Tobar)." Tal confusión ya
! se dijo que no existe entre nosotros,
! pues la bomba o bombín es de copa
! aovada; pero no alta, en tanto que la
sorbetera o sorbete es de copa alta
y generalmente chata o plana.
En Átava dicen bimba (BAR^^I-
BAR, Voc. de Alaba, p. 54.)
, 3. Burbuja, pompa (4a. acepción.)
i Cuervo (Ap. Crit., 467), en el capítu-
' lo de voces nuevas, habla así: "En
otras lenguas corresponden formas di-
ferentes a algunas acepciones de bom-
' ba: llevan b las que provienen del la-
tín bombus, ruido, zumbido (bomba
de artillería, y por semejanza de foí-
, ma, la de cristal, etc.), y p las que se
i refieren a la máquina hidráulica. En
1 castellano hay alguna confusión, pues
1 a! paso que se dice bombacho, bom-
' beo, que convienen con la bomba de
BOMB
— 232 —
BOMB
artillería en lo redondeado o comba- i
do, pompa significa el fuelle o ahue-
camiento que se forma en la ropa
con el aire. Pompa es también en cas-
tellano el globo lleno de aire que se 1
hace con agua jabonosa; entre nos-
otros, como en varias partes de Amé- i
rtca, llamamos esto bomba, y también
bombita la burbuja, en especial la que
íftrma el agua que empieza a corrom-
perse. El concepto de fasto, ostenta-
ción vana que da pompa, se enlaza
fácilmente con el de inflamiento, hin-
chazón, y esto puede haber dado lu-
gar a que tal forma prevalezca en lu- '
ífar de la otra; pero lo cierto es que ;
■el uso americano y los derivados que i
de él provienen indican bastante an- !
tigüedad. La Academia registra ya el I
verbo abombar con la acepción de |
asordar, aturdir, correspondiente al
adjetivo bombo y al sentido etimoló-
.gico de ruido. Al decir, pues, los es-
pañoles pompa de jabón y nosotros
bomba, obedemos a diferentes influen-
cias de forma y de concepto."
BOMBÁSTICO, CA. adj. "Aplica-
do a estilo o frase, ampuloso." ¡
(ICAZB.) Es americanismo. I
Hond. MEMBR., p. 26, quien dice í
que "lo mismo en el Perú." '•
Venez. RiVODó (Voces Nuevas, p. !
58): "Es un derivado de bombo, de
significación expresiva y hasta ono-
nríatopéyica." j
TORO GISB., Dice. Lar., la califica
de anglicismo.
BOMBEADORA. í. "Especie de
garrucha para facilitar en los inge-
nios el oficio de bombón cuando se
trasega el guarapo de una a otra
paila o tacho." (PICHARDO, p. 31.)
Con la misma acepción corre esta
voz por nuestras haciendas de caña :
o ingenios, seguramente trasplan-
tada de Cuba, de donde vinieron la
industria y los maestros de ella. |
BOMBEAR. "Manejar la l)omba." j
Domínguez y Caballero, — dice MA- 1
CÍAS (p. 180.) — únicos que hacen-
mérito de esta importante y usadí- j
sima acepción." j
Parece mentira que hasta hoy
permanezca rehacía la Academia a !
admitir y consignar esta acepción ;
que es sin duda la que todos, ame- ¡
ricanos y españoles, conocemos más
desde que nacimos. Pero lo curioso!
es que otros diccionaristas, de cri-
terio un poco más liberal, tampoco
la registran, Toro Gisb. en el Dice.
Lar., entre otros.
Cuba. "Poner en ejercicio el bom-
bón (aum. de bomba: bomba grande)
trasegando el guarapo de una a otra
paila o tacho." (PICH.). Hay que te-
ner presente que Pichardo escribió va-
rios años antes que Macías.
Hond. Parece que equivale a nues-
tro espantarse o alzarse una cosa:
"En el trato familiar, tomar ima co-
sa que otro había reservado para sí,
colocándola en lugar oculto. Escondí
una botella de coñac y me la BOM-
BEARON." (MEMBREÑO.)
Ríopl. Por allá tiene otro significa-
do muy distinto: "descubrir posicio-
nes, estar de espía en paz o en gue-
rra." (BATO). — "Explorar el campo
enemigo. Seguir los pasos de una ex-
pedición, observando sus movimientos.
Observar cautelosamente a alguno, a
fin de descubrir su intento, o con cual-
quiera otro objeto." (GRANADA).
2. En el lenguaje familiar vale
también entre nosotros cambiar al-
ternativamente un líquido de una
vasija a otra, dejándole caer desde
alto, con el fin de enfriarle: el café,
el chocolate, por ejemplo. BOM-
BÉEME esta bebida, se dice a las
cocineras. La acepción es metafó-
rica, por la ficción seguramente del
líquido que cae como arrojado por
una bomba.
BOMBILLA. En México (RAM. y
D.) suelen llamar así al tubo de
cristal o chimenea de la lámpara y
también a la ampolleta eléctrica.
Nosotros hemos diferenciado mejor,
llamando BOMBILLA exclusiva-
mente a la ampolleta o lámpara
eléctrica pequeña, y bombillo a la
cánula de vidrio o chimenea de la
lámpara o quinqué. Parece que allá
(Icazb.) también significa cucharón,
en la acepción de cuchara para ser-
vir en la mesa.
Chile. RODRIGI^EZ, p. 65), Registra
la acep. de tubo.
Ríopl. Advertimos gran analogía en-
tre el significado nuestro, en cuanto
a la forma de la cosa expresada, con
el que tiene por allá: "Cánula de pía-
BOMB
233 —
BONG
ta o de metal inferior con la que se
toma el mate." (BAYO, p. 35.)
bombín, m. Muy usada también
es esta voz para llamar al sombre-
ro de copa combada y baja, y ala
angosta con ribete en la orilla, que
se conoce con el nombre igualmen-
te general de bomba.
"Andaba empeñando hasta el bom-
b'in para comer la infecta comida de
los fonduchos." (MERINO, Juana San-
ta-Anna, XDC, p. 185.)
BOMBO, m. Pompa, ostentación;
notoriedad, pero falsa o ilegítima.
L'sado principalmente en la frase
darse bombo o hacerse bombo, es
decir, ocuparse de sí mismo por el
afán de hacerse notable u ocupar-
se de otro con el mismo fin para
éste, aun cuando sea inmerecida-
mente. El bombo, a veces auto bom-
bo, es efímero, deleznable y mera-
mente circunstancial o de ocasión.
Se funda las más veces en una po-
sición transitoria u ocasional y tie-
ne por causa la torpe adulación o
la vil vanidad; pero nunca consti-
tuye una verdadera celebridad, la
cual descansa sobre méritos legíti-
mos y permanentes, y es inmortal
como todo lo grande.
2. adj. Aturdido, en general; y ha-
blándose de caballerías, cansado
por acción del sol: insolado.
Lo mismo en México. (RAM. v
D., p. 93.)
3. adj. Aturdido, atontado, amo-
dorrido; hablando de la carne, tam-
bién significa poco maciza, y, en
especial, se dice de la del pescado
abombado o embarbascado. Un can-
tor popular dice:
'•No me gusta ta guabina
porque tiene carne bomba:
es peje de poca espina
y se mantiene a la sombra."
Dicese más comúnmente abom- .
bado, da. (V.)
Cuba. "D. Soso, desabrido o insí-
pido al paladar y II, "aplícase a la^
personas poco vivas y sin gracia, y a
las que están sunodorradas. Árbol."
<MACIAS. p. 181.) J
PICH., p. 31, da además el signifi-
cado de "agua u otro líquido sin gus-
to y calentado apenas, menos que ti-
bio y lo suficiente a quitarle sólo la
frialdad natural: así se dice agua o
baño bombo o bombito, esto es, lige-
ramente pasado por el fuego, que no
llegue a entibiarse, y en tal acepción
es palabra más exacta y precisa que
la sinónima del verbo quebrantar."
BONETERÍA, f. Por haber inva-
dido a Tabasco en el lenguaje co-
mercial esta palabra, copiamos a
continuación lo que acertadamente
dice el sabio Icazbalceta: "He aquí
una palabrota que ha cundido como
mancha de aceite. Por todas partes
se ven tiendas de bonetería, con ta-
maños letreros: se anuncian artícu-
los de bonetería, etc. BONETERÍA
no es más en castellano que el ta-
ller donde se fabrican bonetes y la
tienda en que se venden; y en nues-
tras boneterías no se hallará un bo-
nete ni para remedio. Lo que suce-
de es que hemos traducido del fran-
cés al gabacho la palabra bonnete-
rie, qtfe por allá no se reduce a los
bonetes, sino que significa taller
donde se hacen y tienda en que se
venden artefactos tejidos de punto,
como medias, calcetines, camisas
interiores, etc., a lo cual se agrega
acá infinitos artículos que nada tie-
nen que ver con la tal BONETE-
RÍA!" (Ob. cit., p. 36.)
BONGO, m. Embarcación menor,
cayuco; corta, ancha y honda, apro-
piada para cargar. Como se ve
nuestra acepción en el uso popular
es enteramente específica; lo que
caracteriza al BONGO es la conca-
vidad amplia y combada, o abomba-
da; y en tal sentido parece que la
palabra tiene afinidad ideológica y
fonética con bomba. No es precisa-
mente el Bombo de la Academia al
cual se parece por el uso a que se
destina, atmque no sea precisamen-
te de proa roma, pues la embarca-
ción de esta forma, se llama en-
tre nosotros chalupa o lancha; en
BONH
— 234 —
BOQXn
México chinampa. Aunque casi to-
dos l'os diccionaristas, inclusive la
Academia, circunscriben 'a embar-
cación aludida a la América Cen
tral, lo cierto es que existe en l\lé-
xico (OCAMPO, Obras, Vocabulario,
p. 136.) ; en Tabasco, en Venezue-
la (1) (PICÓN PEBRES, Ob. cit,
pág. 53.); en Cuba (MaCíAS, p.
182 y PICH., p. 31), en Filipinas
(MACÍAS) y en el Ríopl. (BAYO, p.
35.) De las descripciones, la de
Pich, es la que más se acerca a la
nuestra: "Especie de lancha muy
ancha y chata para cargar", para
todos otros es simple embarcación
hecha ahuecando un tronco. Sin e
bargo, la Academia tiene una no-
vedad, muy de las suyas, diciendo
que en Cuba es "Lancha grande su-
jeta a una maroma (?), que se uti-
liza para atravesar Los ríos." Igno-
ramos de donde copió esto que no
hallamos en ningún diccionarista
cubano. Es curioso también lo de la
maroma, pues por ello se infiere
que los ríos deben ser muy angos-
tos; sobre todo ¿qué tiene que ver
lo de la maroma como cualidad de
la cosa definida? ¿qué no cualquie-
ra embarcación se puede sujetar a
una maroma?
Parece que en general el BONGO
de las otras partes de América, co-
mo el de Filipinas, comprende a
nuestro cayuco regional. (V.)
BONHOMTA. f. No es exacta-
mente la "calidad de bonachón",
como dice TORO G. (Dice. Lar.),
el significado de esta "palabra eu-
fémica," (RIVODó, Voces Nuevas,
(1) GAGINI dice que en Venezuela
lo llaman bombóte. No trae PICÓN
esta palabra. La registra RIVODó
(Voces Nuevas, p. 248), lo mismo que
Bombetero. La derivación es incon-
cusa; sólo que no conforme el vulgo
con bombo, hizo despectiva la palabra
transformándola en bomgo, bombóte o
bombotero.
p. 53), sino la "condición de bondad
manifiesta en el hombre."
BONSHAN. (Del maya bonxaam)
m. Nombre de una especie de pal-
ma de las que se conocen con el
nombre genérico de guano. Lláma-
se también chamaropo. Es la espe-
cie más estimada, y usada en la
manufactura indígena de sombre-
ros, con preferencia S'0bre_ el gua-
no yucateco, por ser más fino que
éste.
"El Coripha textorum (taciste) es
una planta semejante al Chamaropo a
Guano Bonxaam, aunque no tan ele-
vado como éste." (ROVIROSA, El
Part. de Mac, MS. cap. IV, p. 62.)
BOQUINETE, adj. Ya boquilla
entró al Diccionario, aunque des-
acertadamente definida; pero BO-
QUINETE que es el de labio lepori-
no, el labihendido o que le falta
un pedazo de labio, todavía no en-
tra en el cuerpo de voces, por más
que muy pocos sean los que conoz-
can la liebre, para saber que tie-
ne el labio hendido y por más tam-
bién que la comparación es poco
feliz, pues aparte de que en los ani-
males el labio se llama comúnmen-
te jeta, poco comedida la compa-
ración de la persona humana con
la bestia, aunque ésta sea bestezue-
la. A tanto equivaldría como a lla-
marnos muitiungulados, sólo por-
que tenemos muchas uñas, o a lla-
mar buldoguiano al chato.
Es también de uso popular, aun-
que más bajo, el sinónimo sheto.
(V.)
Es americanismo, por más que se
usen distintas derivaciones de len-
guas indígenas en algunas partes:
en México (RÓBELO; PENSADOR,
Periquillo; Vocabulario, Ramos.),
tencua» o chuco, cheche, boquete
(Ramos); cheuto, en Chile (RO-
DRÍGUEZ); bichín, jane, janiche y
morocho en Honduras (PICÓN FE-
BRES), y, según TORO G., (Amer.,.
p. 89), huaco en Ecuador (TOBAR);
BORB
— 235
BORRA
janane en Guatemala (BATRES.)
Como se ve, nuestra forma no es
más que una derivación despectiva
de boca.
BORBUCEAR. V. BURBUCEAR.
BORCELANA, f. Lo mismo que
bacinica o bacinilla. Muy común so-
bre todo en el Estado de Veracruz.
En Ciudad del Carmen y otros pun-
tos de Campeche dicen cotorra.
Usado también en México (Icazb.,
p. 56). Ramos y Duarte dice que
en Chihuahua (Est. de Chihuahua)
significa "plato chico para servir
dulce, fruta, etc."- Es verdadera-
mente raro esto, y aun los chihua-
huenses a quienes hemos pregunta-
do lo tienen como nuevo. Registra
también borcelanita, regional de
Guanajuato, que quiere decir: "pla-
tito en que se pone la escudilla o
taza de tomar café." Nada nuevo,
ni vemos la necesidad de definir el
diminutivo, cuando tiene idéntico
significado. Además de esta redun-
dancia, creo que. después de Don
Feliz (así escribe él su nombre),
nadie en Chihuahua ni en Guana-
juato tenga el feo gusto de tomar
la fruta, el dulce o su taza de café ,
en borcelana. (1) j
"Una borcelana cascada." (PETNSA- |
DOR, Periquillo, pte. la., cap. 'KV, p.
91.) "El día 28 del pasado se perdió
en la calle de las Escalerillas núme- '
ro 12 lina borcelana de plata." (Diarlo
de México, t. I, p. 284. c. por ICAZB.) ;
En Canarias la palabra borcelana
sisnifica aljofaina, palangana, según
ZEROLO y TORO G. (Dice. Lar.)
BORDAR, a. "Adornar una tela o
piel con bordadura." Bordadura. f.
Labor de relieve ejecutada en tela
o piel con aguja y diversas clases
de hilo. En nuestra habla popular
(1) En Chiapas fabrican una taza
de forma de cono truncado, de super-
ficie brillante, con listas que simulan
dibu.jos toscos, de color verde greneral-
mente. En ella toman la comida las
grentes humildes. Tráenla a vender a
Tabasco (comunicación del Sr. Prof
Gil Segrundo Gil.)
í este verbo tiene la acepción espe-
cial de grabar en objetos, especial-
mente jicaras, cocos, etc., dibujos
: e inscripciones.
BORDEAR, a. Caminar por el
borde o la orilla de un camino o
por la ribera de un río, etc. La
Academia no le da más que la
acepción marítima de dar bordadas.
BORDOS, m. Jcazb. da a esta pa-
labra, como mexicanismo, la acep-
ción general de separo en que se
recogen las aguas en los campos.
, Esto sólo se usa en la altiplanicie;
I en las c-ostas en donde abimdan los
depósitos }• corrientes, son desco-
nocidos los bordos.
BORDÓN. COMO BORDÓN DE
CHAInFl la, f r. fam. fig. que sirve
para expresar que una cosa es muy
fuerte o resistente. Aplícase tam-
bién a las personas. Por alusión a
la madera de que hacen los cháma-
las sus bordones de viaje, madera
muy fuerte. Tiene también cierto
doble sentido, bajo y obsceno. Díce-
se asimismo como brazo -de San
José.
BORDONEAR. Para la Academia
es función propia de los ciegos:
"Tentalear con el bordón, o dar
bordonazos." Para nosotros, como
para los centroamericanos (SALA-
ZAR GARCÍA, p. 53), tiene el sig-
nificado de florear o tocar con lu-
cimiento la guitarra u otro instru-
mento de cuerda, o, como dicen los
guitarristas: recorrer el registro,
ejecutando variaciones.
BORONA, f. Dice Ramos y Duar-
te que en Tabasco se usa por "mi-
gaja, residuo o cosas pequeñas "
Ignoramos dónde haya podido espi-
gar semejante inexactitud, porque
nosotros no hemos oído jamás la
voz aludida. Tal cosa significa en
Costa Rica (GAGINI. p. 91) v en
Bogotá (CUERVO. 914.)
BORRACHENTO, TA. adj. Con
el sufijo ento, a hemos formado es-
BORRA
236
BORRA
te adjetivo, correcto por su forma-
ción, pues expresa la cualidad de
ser borracho: el que practica la bo-
rrachera o embriaguez. Es mexFca-
tó,.... se encontró con los dependien-
tes muy ufanos fregando el mostra-
dor, y el borrachín que se quedó allí,
trayéndoles agua." (Astucia, t. I, cap.
III, p. 49.) — "Eso es mucha mentira.
nismo, por mas que nuestros dic- i ^"*" f ,^°!'!'^.'L*^'*" '^?"*^* que estaba
. ¡ . 1 , . presente. (Ibid., p. 51.)— Brincó Pa-
cíonanstas nacionales no lo consig- 1 tricio el mostrador y ayudado de un
lien.
"Los pobres rancheros de aquel lu-
gar habían abandonado sus casas y
remontándose, desde que los borra
borrachín cerró las puertas muy pre-
XV, p. 300.)
Colombia. "El que tiene el vicio de
beber en grado menor que el borra-
chentos guerrilleros que antes pasaron : cho ordinario." (CUERVO, Apunts.,
los pusieron en alarma." (Astucia, t. i párr. 869).
2o., cap. VI, p. 145.) "A punto estu
vo el borrachento de derribar a la
crónica doncella al tremebundo abra-
zo con que la saludara." (AZUELA,
Mala Yerba, IX, p. 7L)
borrachín, adj. y t. s. "Bo-
rracho por costumbre; pero no con
exceso hasta caer", dice el ilustre
Cuba. PICH., p. 32.
Hond. MEMBREÑO, p. 26.
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 53.
Álava. "Persona que tiene el vicio
de la bebida, pero en menor grado
que el borracho habitual." (BARAI-
BAR, Voces de Álava, p. 56. )
B0RRACH6N, NA. adj. Borracho
Icazbalceta. Especie de frecuenta- 1 también por costumbre; pero con
tivo de borracho; el bebedor que se ! exceso: que de ordinario está ebrio,
mantiene de ordinario borracho a| Frecuentativo de borracho, y a la
medidas, a medios chiles o a me- ¡ vez despectivo. Es mexicanismo. La
dias riendas. Es americanismo que ! terminación ór>, a es castiza y for-
no registra la Academia, aun cuan ' ma aumentativo; pero en este caso
do sea conocido en España, según el significado del adjetivo es algo
afirma CUERVO (869) que cita las distinto. .
autoridades de BARÁIBAR, BARO- "Agarrado del brazo de ese borra -
chón que ha de haber sido de su ra-
lea." (Astucia, %. lo., cap. XIV, p.
274.)
BORRADOR, m. Objeto de escri-
JA (La Busca, p. 162) y TORO G.
(Amer., p. 148.)
"Sí, Santita, así le dicen los inteli-
gentes pregúnteselo usted a ese, ..,,,,,
borrachín que nos visita y que hace j torio, hecho de hule maciZO en di-
versos." (GAMBOA, Santa, V, p. 160.) ' versas formas, que sirve para bo-
— "¿Y qué me dan respecto cuatro bo- i-rar lo escrito o simnle frnempnfn
rrachines desvelados?" (FIÜEL, ^e- ¡ , , ' ,^ . ^^ A^^^^®^'^"
morías, cap. III, p. 238.)— "Terrenos in- I <i® 1^ misma materia, adherido en
mensos más que sobrados para llenar j el lápiz al extremo opuesto a aquél
ltL^ÍÍ^"^^f,.„"'l^;*!fÍ^^?^f „?fL^"*^" ^°' ' ^o^ Q"^ se escribe, y con el mismo
objeto indicado. En México le lla-
man goma. Esta palabra tan gené-
rica parece menos propia que la
nuestra que expresa el uso a que se
destina el objeto.
Lo mismo significa en Centro Amé-
rica. (GAGINI, p. 91; SALAZAR GAR-
rrachín, cuya vida se pesaba de ran
■chería en ranchería." (AZUELA, Ma-
la Yerba, VIII, p. 60.) "Había llegado
también al mismo grupo, el hermano
mayor de Julián, Gabriel, borrachín
desarrapado." (ID., Ibid., XV, p. 113.)
— "Esto es un robo. ¡Ladrones, siquie-
ra salgan al camino real! — grita im
frenético borrachín." (ID., Ibid., p
119.) — "Y todo el mundo callaba, es- ! CÍA, p. 53.)
tupefacto, pendiente de los labios del
viejo borrachín." (ID., ibid., XVI, p.
123.) — "El gendarme forcejeaba y
blandía el garrote sobre la cabeza del
borrachín que cantaba con voz aguar-
dentosa y chillona." (ROD. BELTR.,
Una docena de cuentos, V, p. 50.) —
"Cuando le pareció oportuno se levan-
BORRAJA. f. En lenguaje fami-
liar y jocoso se llama así al aguar-
diente, y, en general, a cualquiera
de los licores, como el riquísimo
habanero, con que se acostumbra
hacer Ta mañana.
BORRE
— 237 —
BOTA
BORREGO, m. fam. "Pajarota, no-
ticia falsa, BORREGO lanudo, em-
buste de marca mayor." (ICAZB.)
Muy usado en Tabasco. Equivale
al canard, más moderno. Dícese
también BORREGO peludo y cule-
brón.
"Malos informes son sin duda al-
guna los Que a! Imparcial ha dado su
repórter de Frontera; al asegurarle
que el Sr. Lie. Pizarro Suárez llegó a
aquel puerto pues la tal noticia
es un solemne borrego." (El Part.
Liberal, Xo. 43, agosto 27-1SS4.)
RAMOS y DUARTE, p. 94.
Cuba. (MACLA.S. p. ISS.)
C. Amér. "En Costa Rica es un cer-
do pequeño y rechoncho." (GAGIXI.
p. 92.) SAL.VZAR GARCÍA, p. 53.
Méx. ICAZB-, p. 57.
. . SOLTAR rN BORREGO : espar-
cir xm notición o noticia falsa, o
exagerada en demasía. Dícese tam-
bién ECHAR irN BORREGO.
SALIR BORREGO, resultar falso
lo que se había creído verdadero:
no cumplirse una cosa anunciada o
prometida". (ICAZB.) Nos parece
mejor definido asi que como lo ha-
ce TORO G.. "fallar" (Dice. Lar.)
"Pero el programa salló borrego."
(PLAZA, Cuento, c. p. Icazb.)
"I aunque al fin sale borrego
La aspiración masculina.
Más segura es la rutina:
No siempre el amor es ciego."
(FIDEL. Poesías Festivas, Un retra-
to, p. 69.)
"Que eso de Dios es borrego.
Que si la vida le amosca
Tome un pomo de cianuro."
(FIDEL, Musa Callejera, Romance,
p. 32S.)
NO PORQUE ME VEAN LANA
CREAN QUE SOY BORREGO: fra-
se con que se da a entender que la
bondad no denota cobardía o tonte-
ría, es decir, que las apariencias
engañan, o que caras vemos, cora-
zones no sabemos. En México se di-
ce vestir lana.
"Veto derecho,
Que aunque visto de lana
No soy borrego."
(PRIETO, Musa Callejera, Coplas
leperuzcas, p. 311.)
Cuba. "Aunque vestido de lana, no
soy borrego, frase con la que se ad-
vierte que aún cuando se ostenta bon-
dad, no hay candidez". Icazb. da ade-
más la frase "Topar el borrego," lo-
grar una pretensión o negocio cuando
se da a conocer con ciertto disimulo,
sin proponerlo abiertamente. Vino fu-
lano a ver si topaba EL BORREGO;
pero no TOPÓ." No se upa fuera de
México.
BORUCA.. VOLVER BORUCA
una cosa o un asunto, es confun-
dirlo, enredarlo o entretener su
resolución con ardides y artimañas:
equivale a la frase meter a bulla
del "Diccionario, o a esta otra, echar
a chacota.
"Hacer perdediza alguna cosa; en-
redar el ánimo del interesado en ella."
(OCAMPO, Ob., cit., p. 137.)
Icazbalceta da la frase "HACER-
SE BORUCA, aturdirse con cual-
quiera ocupación, en especial bu-
lliciosa, para alejar el recuerdo de
algún pesar." No se usa entre nos-
otros, y se parece a volverse ta-
rumba, que sí usamos.
BORUQUIENTO, TA. adj. "Bulli-
cioso, animado, alegre, ruidoso."
(ICAZB.) Mejor diríamos: alboro-
tador, amigo de armar o meter BO-
RUCA, frase esta también muy
nuestra: meter a bulla, o hacerla.
RAMOS y DUARTE. p. 94.
. OCAMPO: "Quien hace habitual-
mente inucho ruido al hablar." (Ob.
cit.. p. 137.)
BOSTICAR, a. Muy usado, en len-
guaje familiar por musitar, susu-
rrar o ha"Blar entre dientes.
NO BOSTICAR PALABRA, no
hablar nada, no replicar a lo que
se interpela.
"No había acabado el Teniente
Brandespino, de bosticar aquellas fra-
ses irrespetuosas, cuando la mano de
nuestro campeón lo levantaba por el
cuello." (MERINO. Juana Santa An-
na, III. p. 21.)
C. Amér. (SALAZAR GARCÍA, p.
54.)
BOTA. f. BOTA FEDERICA,
"bota fuerte y alta, ensanchada en
la boca." (ICAZB.)
BOTA
— 238 —
BOTA
"Cuando algún pobre recluta se des-
cuidaba con un botón de la casaca,
o con dejar de dar bola a sus pesa-
das botas, que todavía llaman fede-
ricas, entonces ardía Troya." (PAi-
NO, Fistol, t. III, cap. 7.)
2. adj. Estudiante torpe, poco
aventajado, y, en general, el que
no tiene a4)titud en trabajos inte-
lectuales, de pocos alcances.
BOTADERO, m. Lugar de la ri-
bera de un rí'O donde no es barran-
coso, a propósito para que se bo-
ten al agua los animales que le
cruzan. Liamase también abaianza-
dero.
Venez, Lo hallamos con significado
semejante: "Lugar de la ribera de un
río caudaloso, donde se toma vado."
(PICÓN PEBRES, p. 53.)
A esto llamamos en Tabasco, el
vado especííicamente. En el bcíía-
dero o abalanzadero, precisamente
no da vado el rio, por eso hay ne-
cesidad de abalanzar el ganado, de
arrearlo para que se bote al agua.
2. BOTADERO, se llama también
en el lenguaje de montera al lu-
gar de la ribera del río que, por
idénticas condiciones, es apropiado
para echar la madera al agua.
"Así llegaron hasta el botadero,
desprendieron el lagarto y, auxiliados
por otros trabajadores, rodaron la vi
za de lo alto de la margen al fon-
do del arroyo." (ZENTELLA, Perico,
XIII, p. 79.)
BOTADOR, RA. adj. V. BOTARA-
TE.
"Escurríanse en estas reuniones
algún hijo de casa grande atrasado y
perdulario, o un sobrino de cura, bo-
tador de dinero y arriesgado." (FI-
DEL, IVIemorias, cap. II, p. 149.)
2. m. En el lenguaje de la nave-
gación inteiior se llama así al bo-
ga que impulsa la embarcación por
medio de palanca, apoyando ésta al
fondo y haciendo fuerza sobre su
otro extremo con el hombro.
BOTAR. Bien podemos aplicar lo
que dice GAGINI: 'TEste es uno de
los verbos- más elásticos que se es-
tilan por acá, con la particularidad
de que casi nunca se emplea acer-
tadamente.
"Se dice: botar la plata, por des-
pilfarrar, malgastar, dilapidar, disi-
par o derrochar el dinero; botar
un paío, por derribar, aterrar, echar
por tierra o voltear un árbol; botar
un caballo al jinete, por tirarlo, de-
rribarlro, despedirlo de la silla;
botarse ai agua, por echarse, arro-
jarse; botar a un criado; por des-
pedirlo .etc." Decimos también bo-
tar el ganado (al agua), forma ac-
tiva; botar a un empleado, en ge-
neral separar a alguien de un em-
pleo; botar al pozo, por tirar, y
además, botar el pañuelo u otra co-
sa cualquiera, por perderlos." Como
vemos, pues, es verdaderamente so-
corrido el verbo.
"Busca marchante y ha de pensar
que él es alguno de esos ricachones
que vienen a botar la plata." (AZlíi;-
LA, IVIala Yerba, XIV, p. 108.)
2. En el lenguaje de la navega-
ción interior este verbo expresa
una forma especial de bogar por
medio de la palanca, tirando ésta
al fondo del agua y haciendo fuerza
en el otro extremo con el hombro
O el pecho apoyados sobre ella. BO-
TAR, o íirar, palanca: bogar de es-
ta manera. tJsase esta forma cuan-
I do la embarcación es grande o de-
masiado pesada para poder ser mo-
vida remando a pulso.
"Y botando al principio para bo-
gar después, surcamos las aguas del
angosto estero del Nautla." (GARCÍA
CUBAS, Recuerdos, p. 609.) El autor
define la voz: "Hacer caminar el bo-
te a impulso del remo que alcanza
el fondo del río y se apoya en él."
Cuba. MACIAS, p. 189; PICH.. p. 32.
C. Amér. Ya citamos a GAGINI
SALAZAR GARCÍA apunta solamen-
te la frase "botar el dinero "
Bogotá. El eminente CUERVO lo
censura en todos los usos apuntados.
"Algunos de nuestros escritores y un
buen golpe de gente no escritora abu-
san del verbo botar, empleándolo a
cada triquitraque en casos en que el
buen lenguaje prefiere otros términos:
BOTA
239 —
BOTE
muchos dicen botar la plata, por ti» r
rar, malgastar, disipar, dilapidar el;
dinero, y hasta botarse en brazos de
Dios por echarse en brazos de Dios,
botar el pañuelo por perderlo, y así
en otros capos; botar supone cierta
violencia en el esfuerzo (botar un bu-
que al agua, botar la pelota.)" (Apunt.
Crít., 530.) !
Nosotros decimos también hallar
botada una cosa, por hallarlar tira
da, abandonada, en forma semejan-
te a la de Sur América, en donde
llaman botados a los expósitos,
echaditos o hijos de piedra, al de-
cir de CL'ERVO (Ob. cit, ibid.),
BAYO (p. 36), TORO G-, (Dice. Lar.)
y semejante a la de Centro Améri-
ca en que botado equivale a muy
barato: MEMBREÑO, p. 26, GAGI-
NI, p. 92, quienes apuntan además
otra acepción del adjetivo, "desper-
diciado, derrocllador, despilfarrado."
RODRÍGUEZ (p. 65), dice :"como
reflexivo no se encuentra en nin-
gún Dice, de la Lengua;" sin em-
bargo la usamos mucho en la frase
botarse (echarse) al agua.
BOTARATE, m. "Hombre alboro-
tador y de poco juicio." Jamás usa-
mos la palabra en este sentido, si-
no en el de derrochador, disipado,
manirroto, y es, como dice CUERVO.
(Apunt., párr. 484), a influencia de
botar, que abusivamente empleamos
por malgastar, dilapidar. Bueno es-
tá; pero si la palabra se deriva de
botar, como no puede mev^s de ser-
lo, ignoramos por qué pase a signi-
ficar "alborotador, de poco juicio,"
como quiere la Academia. Esta-
mos con lo dicho por RIVODÓ
(Voces Nuevas, p. 53), por ser es-
to cierto: "Le falta el signiñcado
equivalente a derrochador, malba-
ratador, con el cual es usado en
muchos países, fanlo de la Penín-
sula como de América y también
en las Canarias. En este sentido se
deriva de botar, en la acepción de
"arrojar o echar fuera con violen- ;
■cia". '
"Paises hay en que nunca se usa
esta voz en el sentido que le da el
Diccionario; y en que sólo es co-
nocido por el lamoso epigrama de
Moratln :
"Pedancio. a los botarates
Que te a>-\idan en tus obras
No los mimes ni los trates:
Tú te bastas y te sobras
Para escribir disparates."
Dícese también botador.
Cuba. PICH., p. 32.
C. Amér. GAGINI, p. 93; SALAZAR
GARCÍA, p. 54.
BOTE. m. Por más que la Aca-
demia se esfuerza en definir esta
voz en la acepción de su segimdo
artículo, no queda comprendido
nuestro bote de leche. Ella dice:
"Vasija pequeña de barro vidriado,
cristal, vidrio, porcelana, hoja de la-
ta u otra materia, que sirve para
guardar medicinas, aceites, poma-
das, tabacos, conservas, etc." Nos-
otros diríamos: "Vasija por lo ge-
neral Se forma cuíndrica, que sir-
ve para guardar o conservar ácidos
o líquidos, o para transportarlos:
un BOTE de leche."
De advertir es también que nues-
tro bote no es especie de odre", C&
mo el de Venezuela (PICÓN PE-
BRES, p. 54.)
BOTE (EL), m. Da el pueblo es-
te nombre a la cárcel, especialmen-
te a la detención en el vivac de
policía.
En México EL BOTE es desde el
separo de la Comisaría hasta la
prisión de la Penitenciaria: Fulano
fue a dar al BOTE, o cayó en él,
quiere decir está preso.
BOTELLA (LA), f. Específica-
mente y por eufemismo se llama
asi a la úe aguardiente. De aquí
viene que al bebedor se le llama
también dado a la botella. V. AJU-
MARSE.
B0TELL6LOGO. V. AJUMARSE.
BOTELLÓN, "aum. de BOTE-
LLA." (Dice.) Así llamamos nos-
BOTI
— 240 —
BOTI
otros a un objeto parecido a lo que
la Academia llama GARRAFA:
"Vasija, ancha y redonda, que re-
mata en un cañón o cuello largo y I
angosto", y sirve por lo general pa- 1
ra poner en la mesa; es en ver-
dad una botella grande, pero de .
forma y para uso especiales. !
Icazbalceta dice que por BOTE- ,
LLÓN entendemos garrafón o da- 1
majuana. Entre nosotros al menos I
no es así; nuestro garrafón no es |
botella grande, como dice este au-
tor, ni es simple "aumentativo dej
Garrafa", como dice la Academia, y¡
menos que sirva para enfriar lico- 1
res, sino vasija grande de vidrio, ;
forrada de mimbre, por lo general i
con dos asas en el forro, que sirve i
para envasar áridos y líquidos, o :
para transportarlos ; por lo común |
de forma abultada y terminando en
un cuello angosto y corto. Es tam-
bién el garrafón una medida de ca- :
pacidad, equivalente a 24 botellas ;
o 36 cuartillos, en el sistema anti- :
guo, o a 18 litros y 151'2 mililitros,
en el sistema moderno. La Acade-
mia dio la capacidad de la botella;
pero se olvidó de la del garrafón, ¡
por más que es tan usual como |
aquélla, sobre todo para medir el
aguardiente en los Ingenios y alam- 1
biques. I
Cuanto a la damajuana, se usa
comúnmente, en estilo familiar y
festivo, como sinónimo de la bote- !
Ha, aunque suele aplicarse también '.
a la alcarraza de la Academia. ;
BOTIJA, f. En sentido familiar
y festivo dícese así, por extensión, '
de la barriga grande, del abdomen
abultado. V. BOTIJUELA.
La Academia trae la frase Estar!
hecho una botija que se dice del i
"niño cuando se enoja y llora", y '
"del que tiene grosura extraordina-
ria". Entre nosotros no se usa más ;
que como sinónimo de barrigona o !
barrigota (aumentativo de barriga).
Dícese también timba y bodega.
(V.)
BOTIJA VERDE, "frase familiar
despectiva, — dice MACíAS — a la
que se le da el valor de afrenta ma-
yúscula, y en tal concepto se dice:
lo pusieron como botija verde; es-
to es, como a chupa de dómine".
(Dice, cubano, p. 190, col. la.) Eii
igual forma lo explica PICH., p. 32,
col. 2a.
La frase nuestra es decirle (a
una persona) hasta botija verde,
esto es, verter contra ella todas las
injurias, aun la peor que pueda ha-
ber, tomando a botija, según se ad-
vierte, como sinónimo de barriga.
En esta forma da la frase el emi-
nente Cuervo (Apunt., párr. 622),
diciendo que: "expresa el colmo de
los denuestos".
En forma comparativa, nosotros
usamos más de estas frases: poner
a uno como Dios puso al perico,
verde y en la estaca; poner a uno
como Cristo puso al sapo (aludien-
do al aspecto repugnante de este
animal), es decir, ponerle de asco,
y ponerle como chinín jugueteado
de zorro (por la repugnancia que
produce también la fruta babosea-
da por el animal).
BOTIJÓN, NA. adj. Sinónimo de
barrigudo: que tiene la botija gran-
de, tomando a botija en el sentido
de barriga.
BOTIJÓN, m. (CANTHARIS SP?)
Coleóptero sumamente nocivo que
ataca a la planta del frijol, de cu-
yas hojas se alimenta; por sus
propiedades cáusticas destruye ade-
más la planta misma, que se vuel-
ve macilenta, y muere. Es peque-
ñito como de tres o cinco milíme-
tros, de abdomen esférico suma-
mente abultado, a lo cual debe su
nombre; de color aplomado, con ra-
yas oscuras en el dorso. El botijón
BOTI
241 —
BOZA
constituye la peor plaga de los fri-
jolares en Tabasco, y en general en
todos los terrenos costeños.
Esta voz no es sino una aplica-
ción extensiva del adjetivo sustan-
tivado, por alusión a lo barrigudo
que es el insecto.
"Uno de los insectos que más da-
ño causan en las sementeras de fri-
jol es el Botijón (orden de los anéli-
dos lameliobranquios), cuyas propie-
dades cáusticas acaso tan activas co-
mo las de las cantáridas, impiden
mucho* su destrucción." (RO^^ROSA,
El Partido de Macuspana, cap. V, p.
96, MS.) — "El párrafo que hoy in-
sertamos alude al insecto que
aquí conocemos con el nombre vulgar
de botijón, y que se encuentra en
toda la superficie del Estado con so-
brada abundancia." (El Demócrata,
de S. Jn. Bautt., No. 21, Febrero 20
de 1862.)
2. Por antonomasia suele llamar-
se también así en lenguaje familiar
a los niños muy pequeños, por la
circunstancia de que casi siempre
son barrigudos. Dícese también ba-
rrigón.
Venez. "Botijo grande, sin pico ni
azas." (TORO G., Dice. Lar.)
BOTIJUELA, f. Sinónimo de te-
soro, o entierro. Es lo que por lo
demás de América llaman botija;
lo que quiere decir que nuestros
abuelos tabasqueños eran de más
modesta fortuna, pues la botijuela
es de todos modos de menor ca-
pacidad que la botija, como dimi-
nutivo de ésta.
Picón Pebres la define: "Vasija
de barro, no muy grande, vidriada
o sin vidriar, barriguda, de cuello
corto y angosto, llena de dinero y
que se entierra en momentos de
riesgo o de peligro". (Ob. cit., ^.
54.) Es decir, que lo mismo que la
nuestra, aunque la llamen de otro
modo. Parece que sólo lleva este
valor la voz por Tierra Firme, por-
que los diccionarios cubanos no la
anotan.
Hond. MEMBRE5fO, p. 26.
' BOTÓN, m. En el lenguaje de
vaquería significa nudo, bodoque
hecho con bolinas trenzadas en los
latiguillos de la cuarta y en otros
objetos de cuero, ora por adorno,
ora para rematar el mismo trenza-
; do del objeto. También se llama así
: el nudo que lleva en un extremo el
valentón de manconiar.
Méx. El Sr. Icazbalceta, señala dos
^acepciones, de las cuales sólo la pri-
mera es también usada en Tabasco:
"Tope de hierro, y más comúnmente
' de cuerda o cerda liadas en forma de
bola, que se pone en la pica o gorguz
de la garrocha para que no penetre
en la piel del animal más de lo ne-
cesario para arriarle o detenerle." La
otra es: "Pareja de buques o de mu-
ías que a prevención se sitúa en algún
mal paso o cuesta, con el fin de agre-
i garla al tiro de los carros que por
I allí transitan y ayudarle a vencer el
obstáculo."
BOTUDO, DA. adj. Atinó siquie-
ra en esta ocasión el Sr. Ramos y
Duarte; así llaman en Tabasco a
cualquier ave, y especialmente al
gallo y la gallina, que tienen plu-
ma hasta los pies. Es lo que la Aca-
demia pretende definir por CALZA-
DO, aun cuando ella también anda
descaminada, puesto que habla so-
lamente de los pájaros, olvidando
tantos otros órdenes de las aves, y
dice que tienen "pelo", lo que es ya
un disparate. ¡Pelos en los pája-
ros! No sería raro que los Acadé-
micos hallaran pelos en la rana o
plumas en los hipopótamos.
BOYANTE, adj. Fuerte, robusto,
animoso. Dícese del que no ha per-
dido por completo las fuerzas: to-
davía está BOYANTE.
BOZAL, m.
Méx. "Usamos esta palabra en el
sentido que la Academia da a bozo
(3a. acep.)" (ICAZBALCETA.)
El autor define: "El BOZAL se
hace rodeando con lazo, reata o ca-
bestro, el cuello del animal, sin
apretarle; y después de cerrado es-
te collar con nudo que no sea es-
16
BOZA
— 242 —
BRAC
curridizo. se pasa el cabo sobrante
alrededor del hocico, sirviendo el
resto como rienda única o como ca-
bestro para conducir la bestia el
que la lleva de reata". Lo subraya-
do explica perfectamente el bozal y
todo lo demás nada tiene que ver
con él; bozal es el lazo corredizo o
sin nudo con que se rodea el h-oci-
co de la bestia para conducirla fá-
cilmente; por lo mismo, es redun-
dante también la definición equiva-
lente que de bozo da la Academia;
"Cabestro o cuerda que se echa a
las caballerías sobre la boca, y dan-
do un nudo por debajo de ella for-
ma un cabezón con sólo un cabo o
rienda". Aparte lo de las caballe-
rías, que no es cierto porque a to-
da bestia se le puede poner BO-
ZAL, o bozo hablando en académi-
co (?), y de que no es sobre la bo-
ca ni debajo de ella, sino sobre el
hocico y debajo, alrededor de éste;
aparte de todo esto, nos parece
mejor la definición dada por el Sr.
MEMBRExO (Hondureñismos, p.
26) : "Corredizo que, con la cuer-
da o soga que está unida a la ca-
beza de una caballería, se hace en
el hocico de ésta para conducirla
con facilidad".
En igual sentido se usa por lo
menos desde aquí hasta Cuba y
Centro América: GAGINI, p. 92,
"Cabestro que se anuda al hocico
de las caballerías para conducirlas
con facilidad".— SALAZAR GAR-
CÍA, p. 54.
Al bozal de la Academia le lla-
mamos nosotros morral, siempre
que sea "Esportilla", aunque no de
"esporta".
Por el resto de América parece
que significa, como adjetivo, "que
se expresa con dificultad y aturru-
lladamente en castellano". (GRA-
NADA, Vocabulario ríoplatense, p.
119), pues la acepción de "rudo,
torpe" que consigna BAYO (Vocabu-
lario sur-americano, p. 36) es cas-
tiza (3a. o 4a. de la Academia). En
aquella acepción nos parece haber
oído emplear el adjetivo en cues-
tión en Tabasco.
Cuba. PICHARDO, p. «32. col. 2a.;
MACÍAS, p. lai, col. la.
Chile. RODRÍGUEZ, p. 68.
BOZA LEAR. a. Echar bozal a la
bestia. Muy usado en lenguaje de
campo.
C. Rica. "Enseñar a las bestias ce-
rriles a obedecer a la rienda, antes de
ponerles el bocado del freno, emplean-
do para ello un bozo de cuerda o de
cuero." (GAGINI, p. 92). Esto es para
liosotros enjaquimar. (V.)
2. En sentido familiar y figurado
dominar a una persona, estrechar-
la o tenerla obligada por favorey
recibidos o por actos que motiven
gratitud. Dícese también de novios
comprometidos: fulano está bQza-
leado por fulana.
BOZAL! LLO. m.
Méx. "No es diminutivo de bozal, si-
no una especie de jáquima fina he-
cha de cerdas torcidas que se pone a
la caballería debajo de la cabezada; y
de la parte qvie rodea la boca pende
la falsarrienda." (ICAZB.)
BRACEADOR. adj.
Méx ."Aplícase al caballo que bra-
cea: llamábanse también caballos de
piso. Los hubo antiguamente, y eran
muy estimados como caballos de pa-
sto, pues no servían para otra cosa.
Hoy ya no se hallan." (ICAZB.)
Nosotros usamos del adjetivo ge-
néricamente para designar el caba-
llo que bracea o volea las manos
(las extremidades anteriores), es
decir, que al trotar las mueve sa-
cándolas a los lados.
Chile. RODR., p. 68.
BRACEAR, n.
Méx. "Levantar inucho y sacar afue-
ra los caballos las manos, cuando van
a trote corto, golpeando con ellas el
suelo fuertemente." (ICAZB.) Dícese
también volear.
Chile. RODR., p. 68. Río de la Plata,
GRANADA, p. 119.
2. También tiene la acepción que
GRANADA fija para Río de la Pía-
BRAC
— 243
BÉAS
ta: "Nadar, sacando los brazos fue- 1
ra del agua y volteándolos hacia, í
adelante". Es una forma especial
de nadar, muy gallarda. Dícese más
comúnmente nadar al BRACEO. '
(V.)
3. Medir por brazas, una cuerd£ i
o cualquiera otra cosa, extendién-
dola de mano a mano, con los bra-
zos abiertos, puesto que la braza
ordinaria en las operaciones comu-
nes, como medicfk de longitud, es
la distancia que hay de una mano
a otra teniendo los brazos extendi-
dos. V. BRAZA.
BRACELETE (DE), m. adv. DE
BRAZO. (V.) Suele decirse tam-
bién vulgarmente DE BRACILETE.
Ambas formas son innecesarias e
incorrectas.
"I frescos como claveles.
Rumbo al portal del Topacio,
Se fueron del bracelete
La Bartola y Cayetano." i
(PRIETO. Musa Callejera, Trifulca,
p. 15S.)
BRACEO, m. Acto de nadar bra-
ceando o al braceo; de bracear vs
caballo y de medir por brazas. V.
BRACEAR.
BRAGADO, DA. adj. Dícese de la
persona valiente, arrojada, resuel-
ta. Ramos y Duarte dice que es voz
de Tizapán. ;Váya por la observa-
ción! Es más enérgico que TEM-
PLADO. (V.)
Cuba. "vulg. I), animoso, invenci-
ble: y II), sobresaliente en cualquier
virtud o cualidad." (MACLVS, citando ■
a ÁRBOL.)
BRAGUETERO, RA. adj. Lasci-
vo: mirada BRAGUETERA. Térmi ;
no bajo. I
BRAGUGETUDO, DA. adj. desp.
vulg. Dícese del hombre por usar [
éste calzones, que son los que tie- ¡
nen bragueta, de donde se deriva, i
Cuba. "Bragado o templado." (>LV- \
CÍAS. p. 192, col. la.) ]
BRAMURA. f. ant. "Fiero, peste, I
bravata, muestra de grande enojo", J
dice Icazbalceta, citando los si-
guientes pasaj&s:
"Estaba tan enojado el Diego Ve-
lásquez, que hacía bramuras." (BER-
NAL ÜIAZ, Hlst. verd., t. I. cap.
XXIV.) — "Pateaba el caballo y relin-
chaba, y hacía bramuras,... y los ca-
ciques cre.veron que por ellos hacía
aquellas bramuras." (ID., cap.
XXXV). — "También se ahogaron dos
caballos, y el uno era de un soldado
que se d< cía Solís Casquete, que hacía
bramuras por él, e maldecía a Cortés
y a su viaje." (ID., ¡bid., t. III, cap.
CLXXIX.)
Y agrega: "Según el Diccionario,
bramura es un equivalente anticua-
do de bramido: mas por estos pa-
sajes de Bernal Díaz parece que las
bramuras eran algo más que bra-
midos, porque entre aquéllas se
cuenta el patear del caballo".
BRASERO, m. Hogar de la Aca-
demia: "Sitio donde se coloca la
lumbre en las cocinas", o como di-
ce Icazbalceta: "Lugar donde se
enciende el fuego en las cocinas.
Hay también braseros portátiles, y
antes de la invención de los fósfo-
ros era de rigor en las casas el
DRASERITO de barro, de porce
lana o de plata, para uso de ios
f timadores". (!)
Cuba. "BRASERITO o COPILLA.
que se destina comúnmente para en-
cender tabacos, o cigarros." (MACL\S,
citando a ÁRBOL.)
2. Actualmente existe también el
BRASERO, objeto portátil que usan
los fumadoreis; pero no para en-
cender el cigarro, sino para depo-
sitar las cenizas de éste, a medi-
da que le van fumando. Es el cenV
(1) Icazb. y Ram. y D. dan a bra-
sero como equivalente de Fogón. "Si-
tio adecuado en las cocinas, para ha-
cer fuego y guisar", o como dice el
segundo de los autores citados: "Lu-
gar donde se ponen las vasijas paia
cocer lo que se ha de comer o bel>er."
Nada más inexacto. Jamás hemos
oído llamar BRASERO al fogón ni a
la hornilla: la impropiedad consiste
en llamar conjuntamente brasero al
hogar y la hornilla, o al fuego mismo.
BRAV
— 244
BEAZ
cero (3a. acep.) de la Academia,
denominación que en realidad es la
propia y adecuada.
BRAVO, VA. adj. "Regañón, mal-
genioso, paparrabias". (RAM. y D.),
Cascarrabias: "Persona que fácil
mente se enoja, riñe o denota su
enfado". También y más común-
mente expresa estar enojado. El
usual de la costa.
"¡Mía tú, mijor doblemo la hoja,
porque me voy a poner bravo, y no
quiero que tú te amuine ora que ej-
tás malo!" (RODRÍGUEZ BELTRAN,
Pajarito, XXIX, p. 756.)
PONERSE o ESTAR BRAVO.
Enfadarse, enojarse.
Cuba. MAGIAS citando a ARBOI,
p. 194, art. BRAVO.
BRAVOSO, SA. adj. Bravo.
El historiador Bernal Díaz, que
se caracteriza por su lenguaje sen-
cillo y pintoresco y por su descui-
do peculiar de las formas retóri-
cas, usó mucho del adj..
"I después los vimos de aquel arte
y muy BRAVOSOS, y de lo de la
punta de Catoche aún no teníamos
sanas las heridas.... tuvimos- temor,
etc." (Hist. verd. de la conq., t. I,
cap. III, p. 23.)
BRAZA, f. La Academia, que co-
mo naturalista es mala, como ma-
temática resulta peor. La braza,
equivalente a dos varas, no puede
valer "1,67 18 metros", como ella
dice, sino l,676m. (un metro, 676
milímetros). Porque si una vara va-
le 0.838m., dos varas valdrán dos
veces más, o dos veces 0.838m.
(2x0.838m.)=1.676m., Q. E. D.
(abreviatura usual y comimísima
que omitió la Docta Corporación en
su tabla apendicular de la pág.
1076).
Pero no es esto todo. En el len-
guaje común y corriente esa acep-
ción de la palabra braza es meta-
fórica o traslaticia, y la fundamen-
tal, conforme su origen como deri- 1
vada de brazo, es la longitud que j'
se mide de una mano a otra, con
los brazos abiertos o extendidos en
línea recta horizontalmente. Como
la vara se mide o cuenta, en, la
práctica común, desde la mano al
eje del tronco, teniendo la extremi-
dad o el brazo en toda su exten-
sión horizontal, claro está que la
braza originaria, la que se usó an-
tes de la existencia del sistema
métrico decimal, fue la que se me-
día con los brazos mismos. V. BRA-
CEAR.
BRAZO. DE o DEL BRAZO, m.
adv. "Con que se denota que dos
(o más) personas van asidas del
brazo". Así deñne la Academia el
m. adv. DE BRACERO, el cual da
como sinónimo DE BRACELETE.^
No obstante lo que diga la Docta
Corporación, la forma usual, más
común en el habla popular, y aim
en la culta, es la nuestra DE BRA-
ZO, o DEL BRAZO, que de ambas
maneras se estila, y pocas veces o
nunca se emplean las formas aca-
démicas, si no es entre la gente
vulgar y casi siempre en tono iró-
nico, burlón o despreciativo. Perte-
nece al lenguaje nacional. V. BRA-
'CELETE.
"Pero oye, no te acontezca
Que te mire de su brazo;
Porque le jinco vm trastazo
De reforma y libertal!"
(PRIETO, Musa Callejera, Querellas,
p. 139.)
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 54.
SER EL BRAZO FUERTE de
uno, fr. fam., ser su mejor protec-
tor, quien más le favorece y ayuda.
METERLE EL BRAZO a un-o, fr.
fam., ayudarle, protegerle, favore-
cerle en trance apurado.
BRAZOS, m. pl. Trabajadores,
peones, braceros. Muy usada en to-
da la península. Usual también en
Centro América: SALAZAR GAR-
CÍA, p. 54; MEMBREÑO, p. 26,
quien dice esío que es muy impor-
tante: "No hemos sustituido los
americanos por esta palabra a bra-
BREN
— 245 —
BRILL
ceros, como afirma Juan de Arona",
y lo prueba con la siguiente muy
miportante cita:
"Como las posesiones son grandes,
para todas estas labores se necesita
un gran número de BRAZOS, que no
prestan sus auxilios sino por altos y
arbitrarios jornales." (Obras de JO-
VELLANOS, tomo 4o.)
"I con la plaga que hemos tenido de
los establecimientos de monterías;
que en lugar de adelantar hemos ido
para atrás, porque estos han sido los
sumideros y pocilgas de los brazos." —
"Lo que ha habido en Tabasco es fal-
ta de educación agrícola en sus bra-
zos... Ahora hay tantas riberitas...
que son otros tantos focos en donde
se pueden encontrar brazos. Empero,...
ya es tiempo que los hombres pen-
sadores del país,. . . se alisten para ir...
estudiando los remedios que se
han de poner, no ya a la falta de
brazos que no la hay, sino a esos con-
siderandos que he apuntado." (GIL Y
SAEXZ, El Caporal, p. 45.) — "Aquí
que dicen que hay escasez de brazos."
(ID., Ib., p. 59.) — "Ese es el adelanto
de hoy, hacerlo bien, y ahorrar
brazos y tiempo, porque el tiempo es
dinero." (ID., ib., p. 62.) — "El bien
positivo que la empresa hizo a la Ciu-
dad en particular, proporcionando tra-
bajo a multitud de brazos." (DE l..
TORRE, Morelia, p. 225.)
BRENTIL. m. Pronunciación vi-
ciosa de VENTRIL. (V.)
BREVA, f. "Cigarro puro algo
aplastado y menos apretado que
los de forma cilindrica". Academia.
Si esto no es un dislate, tampoco
es cosa muy acertada. Por lo me-
nos, creemos que las mejores au-
toridades en esta materia son los
diccionaristas antillanos, porque
antillana y muy antillana es la bre-
va, no la de la Academia sino la
que conocemos los americanos de
Tierra Firme, la misma que descri-
be tan á^certadamente GAGINI : "En
Costa Rica se llama así al tabaco
negro (preparado con miel y ela-
borado en forma de tabletas rec-
tangulares) que la gente del pue-
blo emplea exclusivamente como
masticatorio".
Cuba. MAGIAS dijo la última pala-
bra, sobre todo al explicar el origen
figurado de las acepciones que en la
lila tiene la palabra breva, por la
analogía de color con la <í e describe
en primer término la Academia: "Pri-
mer fruto que da la higuera, y que
es mayor que el higo", y "de color
oscuro" (DOMING.), adición esta ne-
cesaria para entender las acepciones
figuradas.
SIGX. MET. Las pertinentes: I). El
tabaco prepai'ado convenientemente
para mascarlo, y II), vitola de taba-
co elaborado para fumar, al que se
aprieta, o comprime, a la manera de
los vegueros, y se le hace sufrir una
fermentación después de comprimido.
— EXPR. I). BREVA AMERICANA,
tabaco de mascar, generalmnete a<
Virginia, o de Kentucky, aprensado en
forma de andullo." (Ob., cit., p. 105.)
importada de la isla hermana, que
por lo común figura una soga trenza-
da; y III), de Sto. Domingo, la que
se exporta de la República vecina en
forma de andullo." (Ob., cit., p. 195,
p. 195.)
PICHARDO, p^ 33, anduvo parco, y
sólo habló de una' especie: la america-
na: "El Tabaco de Virginia, o de otro
país, de calidad inferior, que viene
compuesto en pasta para mascar."
BREVETE, m. Marbete.
"El color de los licores se armoniza
con el de los BREVETES y contra-
señas, marcas y etiquetas de Ultra-
mar." (FACUNDO, Las prosperidades
nuestras, III, p. 222.)
BRIAGA, f. Borrachera.
BRIAGO, A. adj. Ebrio, borracho.
"Esta circunstancia agravante que
ofendía la natural delicadeza de la en-
fermera, en vez de causarle aversión
hacia la briaga, la movió a mayor
compasión." (SÁNCHEZ MARMOL,
La Pálida, V, p. 64.)
Muy usado también en México,
por más que los diccionaristas na-
cionales no lo traten. V. AJUMAR-
SE.
"En el suelo y al rayo del sol. pár-
vulos, huacales, cestos y briagos
durmiendo la tranca." (FIDEL, Me-
morias, cap. I, p. 59.) — "Vayase a dor-
mir la mona, briago de Satanás, y dé-
jeme en paz." (G. CUBAS, Recuerdos,
p. 174.)
BRILLANTINA, f.
Venez. "Especie de pomada para
lustrar el pelo y especialmente los bi-
BRILL
— 246
BROM
gotes." (RIVODO, Voces Nuevas, p.
55.) Es también el nombre de una te-
la, "percala lustrosa que se aplica pa-
ra forros." (ID., p. 125, art. Telas.)
A esta tela llamamos por acá lustrina.
(V.)
El Dice, llama a esta materia, o
su semejante, bandolina, palabra
que nosotros sólo usamos, y muy
comúnmente, como sinónimo de
bandolín o dim. de bandola.
Es de origen francés (der. de
brillantina), como lo es también su
equivalente académico. Usual en
México, aunque no la consignen los
diccionaristas nacionales, pues lle-
va ya largos días de vida ameri-
cana, según que lo demuestra el
hecho de hallarse en Rivodó.
"Diose una nueva pavoneada en el
rostro; vació en la cabeza medio bo-
te de pomada; puso más brillantina
en el escaso bigote...." (LÓPEZ
PORTILLO, La Parcela, IV, p. 48.)
C. Rica. GAGINI, p. 94, quien afir-
ma que "en algunas repúblicas de la
América del Sur anda también muy
favorecido este galicismo, cuyo equi-
valente castellano nos es desconoci-
do."
BRILLAR, BRILLARLA, O AN-
DAR BRILLANDOLA, fr. equiva-
lente a lucirse, pasarse la vida muy
contento o satisfecho.
"Una lamparilla ardiendo a la Vir-
gen de la Soledad, a San Juan Ne-
pomuceno o a San Antonio, divinida-
des que la brillaban." (FIDEL, Me-
morias, cap. II, p. 114.) — "I nosotros,
para no quedar desairados, con va-
rios motivos la brillábamos, dando
nuestros saludos a Goethe y Schiller,
o yéndonos a l.as barbas a Horacio y
a Virgilio." (ID., ibid., cap. III, p.
166.) Muy usual en México también.
BRINCO. EN UN BRINCO, DE
UN BRINCO son frases trilladas en
nuestro lenguaje lugareño, en vez
del modo adverbial "al momento",
al instante, sin dilación e inmedia-
tamente", para expresar que se va
a alguna parte en muy breve tiem-
po. Es parecido a ir ligero, o lige-
rito como también se dice, aunque
aquél expresa mejor, no la idea de
ir a prisa, sino la idea de partir
í acto continuo y empleando el míni-
I mo tiempo en el viaje, o un tiempo
I sumamente corto. Es muy expresi-
I vo el modismo, que se usa también
I en México y otras partes de la Na-
ción. Dícese igualmente de una ca-
rrera, o de una carrerita, de un pa-
so, aludiendo a la corta duración
de la acción.
" — ^'as en un brinco a la casa del
Doctor y le dices de mi parte que
venga aquí inmediatamente." (RO-
DRÍGUEZ BELTRAN. Pajarito, XXVI,
p. 676.) — "Nos cogerá de.sprevenidos, y
entonces nos llevarán toditos los dia-
blos en un brinco." (PENSADOR, Pe-
riquillo, pte. 2a., cap. XVIII, p. 256.)
PARA QUÉ SON TANTOS BRIN-
COS, ESTANDO EL SUELO PARE-
JO, rfr. con que se expresa no ha-
ber necesidad de bravatas o habla-
durías para arreglar un asunto, por
estar en buenas condiciones.
BROMA, f. "Molusco acéfalo, con
dos conchas, que aloja el
cuerpo en un tubo de más de
veinte centímetros.... Se introdu-
ce en las maderas bañadas por las
aguas del mar." Nadie conoce este
animal en mi tierra; hablar de él
sería como hablar en chino a cual-
quier tabasQueño, y moverle a risa.
La broma que conocemos allá es un
insecto o especie de gusanillo de
medio centímetro apenas, segura-
mente llamado así porque también
tiene la propiedad de perforar y
prefiero las maderas húmedas, em-
barcaciones, etc. Tal vez sea me-
jor, una verdadera larva, como la
polilla. Ciertas maderas blandas,
como la ceiba y el pino son las
más atacadas por este nocivo ani-
malito. Es la carcoma del Diccio-
nario. *
2. Así se llama también, por an-
tonomasia, la perforación o roedu-
ra producida por el insecto en la
madera, y así .le dice este cayuco
tiene broma, aun cuando un sólo
insecto no habite ya en él.
BRUJ
— 211
BUBA
3. Tiene la palabra otra acepción
muy común, cual es la de "enfer-
medad padecida por el cacao, pro-
ducida por un insecto que perfora
el tallo, o el fruto mismo de la
planta; pero nunca sus i'aíces".
Llámase también la mancha, por-
que el primer síntoma visible que
prodduce en el vegetal es el cam-
bio de color en las regiones ataca-
das por el insecto, las cuales se
vuelven a manera de placas ama-
rillentas u oscuras, como resulta-
do de la descomposición de los te-
jidos, que trae como consecuencia
final la muerte del vegetal.
"Es una enfermedad muy generali-
zada en el Estado de Tabasco, en don-
de recibe los nombres de mancha o
broma.... La presencia de los insec-
tos que produce la broma simultánea-
mente con la enfermedad." (MARTÍ-
NEZ CHABLÉ, Cult. del Cacaotero, p.
64.)
BRUJA, m. fam. "Miserable, ham-
briento, petardista. En algunas par-
tes dicen también estoy brujo, por
estoy arrancado". Tabasco es una
de ellas; pero usada siempre la pa-
labra en género femenino.
"Pico estuvo reducido por algún
tiempo a la condición de bruja. Todos
los habitantes de México conocen a
los brujas, poco más o menos como
conocen las costumbres del perro ca-
llejero. Los brujas no son más que
perros sociales. El perro espera un ;
hueso; el brujo espera una peseta. El I
perro husmea la carne, y el bruja las \
casas de juego... el bruja se echa ei i
la casa de algún compadre... por te- i
mor de los guardas. El perro siempre
es perro: el bruja siempre es bruja."
(FACUNDO, Isolina, t. I, cap. I. p.
17.) — "Ahora sí, exclama un bruja, ya !
está aquí el desayuno de la familia." I
(ID., ib., t. II, cap. XII, p. 207.)— "El \
bruto gachupín está a los diez años :
en aptitud de prestaros, brujas en- t
canijados." (ID., ib., cap. XIII. p. 217.)
— "El portal es el manantial de la£
pesetas. El paseo de los brujas." (ID.,
Gabriel, t. I, cap. IX.) — "Yo creo que
el Licenciao unque echa munchas pa-
pas, ejtá maj brujo que toa mi paren- i
tela junta." (RODRÍGUEZ BELTRAX. I
Pajarito, XXX, p. 779.) J
Por todas estas citas, que son
(las de Facundo) poco más o me-
nos las mismas que hace Icazbal-
ceia, se ve que el significado más
preciso de la palabra es el de
arrancado, que hemos dicho.
El mismo autor da la voz, en otra
acepción, como sinónima de arran-
quera, alegando estas citas:
"Entonces la bruja
Trocóse en bambolla."
(PLAZA, Talento en las corvas.)
"Yo que una bruja singular afronto."
(ID., El tonto y el sabio.)
Tal vez sea en México; en Tabasco
se dice brujera o brujez. (V.)
"Vulg. Partera intrusa, no recibi-
da." El propio autor, 3a, acep.; tam-
bién desconocida para los tabasque-
ños, y tal vez para toda la gente de
la costa.
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 97.
Cuba. PICHARDO (p. 33), y MA-
CLAS (p. 197) reproduciendo a aquél,
nos dicen que esta voz no tiene más
que dos acepciones de historia natu-
i"al (una cebolla y una mariposa); y
de fantasma o espantajo, "En la Vuel-
tarriba, la persona disfrazada con una
sábana, . . . que en las fiestas de San
Juan, Santiago, etc., anda por las ca-
lles de noche corriendo y entrando en
las casas; apaga las luces y hace mil
locuras", dice en su lenguaje pinto-
resco el simpático Pich.
BRUJERA. f. Condición del bru-
ja: arranquera; pero constante y
habitual. Dícese también prángana,
en sentido más absoluto: arran-
quera completa, entera y verdade-
ra.
BRUJEZ, f. Brujera; más usada
que ésta.
BUBA, f Así llamamos no al tu-
mor inguinal de origen venéreo ni
a otro tumor alguno de los que
trata el Diccionario, porque aquél
llámase única y especialmente in-
cordio (V.), sino a la enfermedad
padecida por las aves de corral y
que se conoce con el nombre de
verrugas' o Cutáneous Psorosper-
mosis, en latín técnico.
El Dr. E. Salmón dice a propó-
sito de esta enfermedad lo siguien-
BUCA
248 —
BUCA
te: "En los comienzos de la medi-
cina Veterinaria se mantenía la
opinión de que esta forma de virue-
la, si no idéntica, era casi igual a
la del ganado vacuno; pero más
tarde y cuidadosamente estudiada,
se confirmó tratábase de una enfer-
medad distinta; algunas personas
a falta de un nombre apropiado,
han llamádole verrugas. Reciente-
mente ha sido descrita por Bollin-
ger como ePitelioma contagiosum y
se atribuye por muchos autores a
uno de los animales parásitos co-
nocido por Psorosperma. Esta en-
fermedad ha sido llamada ya en
sendos escritos, por autores de re-
conocida fama, Cutáneous Psoros-
permosis.... Es propia de los cli-
mas cálidos, por lo que abunda en
el Sur de Europa y los Estados del
Golfo en Norte América, donde
aparece devastadora y atacando .a
gran número de animales.... Sín-
tomas: Esta enfermedad general-
mente ataca la cabeza de las aves
de corral y aparece como una erup-
ción redondeada u oblonga, con no-
dulos amarillos, y de tamaño osci-
lante entre el de una cabeza de al-
filer al de un grano de maíz." (Las
enfermedades de las aves de co-
rral, pp. 150-1.)
BUCANERO, m. Pirata, ladrón
de mar. Con este nombre se han
designado en la historia los céle-
bres corsarios que en los siglos
XVII y XVIII asolaron las islas y
costas de la América española.
La palabra se deriva de bucan,
que en lengua caribe significa pa-
rrilla, por la costumbre que dichos
bandidos tuvieron de asar la car-
ne de los ganados robados en el
objeto de ese nombre, para ser ex-
portada o conservada. (1)
(1) No viene en demasía trasladar
a/iul lo que acerca de ésta etimolo-
gía dice el autor erudito del Dlccio'na-
"Por aquel tiempo (Comienzos del
siglo XVII), habíase formado en Jas
islas del mar de las Antillas, una aso-
ciación de piratas de diversas nacio-
nes del mundo, que con los nombres
de filibusteros, bucaneros y corsarios,
ejercían el robo y el pillaje en las is-
las y tierra firme del continente ame-
ricano, sujetas al dominio de España."
(ROVIROSA, El Grijalva, cap. I, p.
78.) El historiador yucateco Ancona
dice, hablando sobre el particular, lo
siguiente: "Estos bandidos obraron al
principio aisladamente, pero reunidos
después en gran número y bajo cier-
tas bases de comunidad a moción de
algunos franceses, ocuparon en 1625 la
isla de San Cristóbal, desde la cual
comenzaron a organizar expediciones
contra las colonias españolas. Más tar-
de se apoderaron de la parte N." E.
de Santo Domingo, y sin abandonar el
ejercicio de la piratería, se dedicaron
también a cazar el ganado salvaje,
que abundaba en aquella región. De
osta última ocupación les vino el nom-
bre de bucaneros, con que también
fueron conocidos, porque para expor-
tar la carne de este gasado, con la
cual hacían un gran comercio, la .«' ■
caban y ahumaban previamente en
una especie de parrilla, llamada bucan
en el idioma de los caribes." (Historia
de Yucatán, t. II. lib. V, cap. I, pp.
36S-9. — "Los bucaneros se esta-
blecieron primitivamente en la isla de
Santo Domingo, desde donde ejercían
sobre las colonias españolas mil san-
rio cubano, Don Miguel Maclas:
"Etim. Procede del francés boucanier
(bucanero en su acepción metaf., de-
rivada de la fund. cazador de bueyes,
o animales montaraces), voz derivada
de bouc^tn, lugar donde ahumaban la
carne, término que Fouretiére (citado
por Littré) considera palabra caribe;
ñero que nosotros sacamos de bouche,
boca, o de bucan por bacán. Véase "
(bacán quiere decir tamal). Por más
que sea inereniosa la teoría emitida ñor
el ilustre filólogo, nos narece demasia-
do lejos de estar fundada en razones
estrictamente científicas, y nos atene-
mos mejor a la opinión del yucateco
Sr. Ancona. de Littré y do Fouretiére,
no menos ilustres que aquél; porque en
realidad ¿qué tiene qué ver la boca
con el asado o n.humado de la carne?,
pn tanto que sí existe a Anidad ideo-
lógica entre bucan, parrilla, o bacán,
tamal (también el tamal suele hacer-
se asado) con la carne asada o ahu-
mada,
BlíCA
249
BUCA
grientas vejaciones, so pretexto de la
caza de bueyes, con cuyas pieles ha-
cían en Europa un rico comercio. La
]"rancia los reconoció enviándoles un
írobernador el año de 1665 y con esta
protección se entregaron a todo lina-
je de excesos. Vinieron en pos los "fi-
libusteros", más emprendedores y más
udaces que los bucaneros." (DR. D.
L'STO SIERRA. Un año en el Hospi-
tal de San Lázaro, t. II. Carta XXIV,
p. 105.) — "Ya no hacen de las suyas
por allí (en Matina) los bucaneros y
los mosquitos, si bien no son los cí-
nifes lo que escasea en las charcas."
(SEGARRA y JULIA, Costa Rica. III,
Puerto Limón y la línea vieja, p. óí».)
• — "Dícese que un bucanero escocés,
atrevido y emprendedor, llamado Pet-
ter Wallace, movido de la fama de
las riquezas que se ganaba en aque-
llas- expediciones infames, y asociado
de los más resueltos de sus camara-
das, determinó buscar un sitio a pro-
pósito en que colocar perpetuamente
su guarida." (JI'STO SIERRA, Ojea-
da s'. el establee, británico de Belice,
publc. en El Fénix, c. p. AXCON'A,
Ob. cit., ibidem., pp. 371-2.)
No nos parece fuera de lugar
agregar aquí algunas palabras co-
mo noticia histórica relativa a es-
tos piratas tan tristemente célebres
en la historia colonial de México, y
en general, de toda Hispano Amé-
rica. Las citas anteriores nos di-
cen dónde y con qué fin se formó
en las Antillas esta asociación de
piratas, de diversas nacionalidades,
que Francia más tarde reconoció,
con lo cual tomaron mayor auge
sus depredaciones y correrías. Oi-
gamos ahora quiénes fueron de sus
jefes los que más se distinguieron:
"Algunos de sus jefes, dotados de
gran valor y audacia, llegaron a
conquistarse fama imperecedera:
tales son Mansfield. Francisco Naü,
Laurent Graff o "Lorencillo", Mor-
gan, Van der Horn, Diego el Mu-
lato, Gramont y Pie de Palo."
(ROV.. Ob. cit., p. 8.). El Dr. Sie-
rra, en su obra citada, (p. 106)
nombra ademas a Légrand, Dieppe,
Olannais, Basquez, Mombers y el
Estomudador". Acerca de sus he-
chos el mismo Rov. (Ob. cit.) esco-
be: "Sus frecuentes expediciones
hacia las costas de la Capitanía
General de Caracas, de la América
Central, de Yucatán, Tabasco y Ve-
cracuz, y las no menos frecuentes
invasiones al interior de» las colo-
nias españolas cuando desembarca-
ron en sus puertos, mantenían en
constante alarma a los habitantes
y traían como consecuencia la rui-
na, la devastación, el incendio de
las poblaciones, el robo y el rapto
que se cometía con las indefensas
mujeres de los vencidos. No se pue-
de leer, sin conmoverse, los hechos
ocurridos en la isla de Tris (Téi-
minos) en 1596; el incendio de la
Victoria en 1597; el asalto de Cam-
peche llevado a cabo en 1633 por
Pie de Palo y Diego el Mulato, (1);
(1) El historiador Don Manuel A.
Lanz, refiere esta hazaña de Pie de
Palo y Diego el Mulato de la manera
que sigue: "En 11 de agosto de 1633
fue avistada la expedición de diez
navios tripulados por 500 piratas de
varios países, los cuales piratas, al
día siguiente se aproximaron a la pla-
ya de San Román.
"Los vecinos de la villa esperaban,
preparados a la defensa.
"Trescientos hcnnbres pretendieron
oponerse al desembarque, lo que no les
fue posible, porque el mayor número
de ios asaltantes y la superioridad de
sus armas, íes hizo dueños del terreno,
que quedó sembrado de cadáveres:
uno de ellos, el del capitán de Cam-
peche. Domingo Galván Romero. I
fue tal heroísmo con que este sucum-
bió, que Diego el Mulato lloró profun-
damente conmovido al contemplar
aquellos despojos del héroe: elevándo-
.«e así el bandido, a la magnanimidad
del Gran Alejandro ajite t.' cadáver de
Darío.
"Acaso contribuyó a esta sincera y
tierna demostración de dolor, la cir-
cunstancia de que "Diego el Mulato"
y Galbán Romero habían llevado es-
trechas relaciones; y tantas de fami-
lia, que éste fue el padrino de pila
del nacido para ser tan terrible pi-
rata .
"Otro rasgo de hidalguía que tuvo.
en su criminal oficio, fue defender —
BUCA
350
BUCA
y* el saqueo y los asesinatos come- í Morgan, en 1670, no menos famosa,
tidos en Veracruz en 1683 por Lo- | Po ría participación activa que en
rencillo". (1) A esta lista debe I estos hechos tomara un tabasque-
agregarse la toma de Panamá por j ño, también conocido por Lorenci-
I
(1) De las múltiples descripciones
del asalto y saqueo de Veracruz, lle-
vado a cabo por el que Payno llama
píamente en un arranque de vehemen-
cia "demonio encarnado", ninguna nos
parece de más agradable sabor — ¡lite-
rario!— por su sencillez y la fidelidad
en la expresión, que la de ese mis-
mo autor en su célebre Viaje a Vera-
cruz. Dice así: "En Mayo de 1693 (tal
vez errata de imprenta en vez de
1683) ios acontecimientos fueron más
serios. El 17 se observaron como a
tres leguas de barlovento dos navios
poco tiempo después a la vivida del
Gobernador Zenteno Maldonado, Se-
ñora Isabel Caraveo, qu«, embarcada
en Campeche para Veracruz, cayó en
poder de la flotilla que merodeaba' en
las aguas de este puerto. Severa y ai-
radamente, el jefe corsario se interpu-
so entre su soldadesca y la amenaza-
da dama a la que con los mayores
miramientos condujo a tierra dejándo-
la libre.
"Este desastre para los defensores
de Campeche, fue el resultado de una
disposición estratégica de los piratas.
El capitán Domingo Galbán Romero,
que defendía la trinchera inmediata a
la plaza principal de la Villa, rechazó
con denviedo a los piratas en la pri-
mera tentativa de asalto. Estos, con-
fiados en que sus ventajas les darían
el triunfo en una lucha a campo abier-
to, desfstieron de un nuevo asalto y
simularon retirarse en dispersión. Gal-
bán Romero cayó en el lazo: seguido
de los suyos se lanzó con arrojo en
persecución de los piratas; tales, in-
tempestivamente retroceden con des-
cargas cerradas en que quedaron en-
vueltos los nuestros; y Galbán Rome-
ro y doce compañeros quedaron allí sin
vida, dejando libre el campo a los pi-
ratas quienes se precipitaron a la pla-
za de la villa, la que hubo de presen-
ciar las vandálicas escenas de la pira-
tería.
"En aquella confusión, Diego el Mu-
lato se ocupó con ansia en encarar-
se con el capitán, Domingo Rodríguez
Calvo, para mutilarlo visiblemente en
venganza de que cuando residía en
Campeche el pirata en cierne. Rodrí-
guez le ofendió en el rostro, con ma-
no abierta.
de alto bordo. Contra la costumbre
observada escrupulosarñente", no salió
del castillo una lancha a reconocer-
los. Los bajeles, aunque tenían viento
fresco para entrar a la bahía, se hi-
cieron de la vuelta de afuera, lo cual
dio mucho en qué pensar a los vera-
cruzanos; mas no obstante esto, se
acostaron a dormir tranquilamente.
"A la madrugada del 18 se escuchó
el estruendo de muchos arcabuces y
el silbido de las balas, una turba des-
enfrenada se esparció por las colles
y plazas gritando: Viva el Rey de
Francia. Varios vecinos que acostum-
braban madrugar y salir a tomar el
fresco marino a al playa, fueron víc-
timas de las balas que a diestra y si-
niestra arrojaban los piratas, los cua-
les, armados de hachas y otros uten-
silios, continuaron la fatiga, rompiendo
las puertas que encontraban cerradas
y sacando a la plaza las familias me-
dio dormidas, y algunas enteramente
desnudas.
"Abrieron en seguida la Iglesia, e
hicieron entrar a ella en confusión a
niños, ancianos, doncellas, clérigos,
esclavos y mvilatos, y cerrando las
pviertas quedaron en posesión de re-
gistrar a su sabor todas las casas de
la ciudad.
"Los que se salvaron de la saña de
ios piratas se refugiaron en el conven-
to de San Francisco donde, acaudilla-
dos por el alcalde de primer voto, se
parapetaron y se dispusieron a la de-
fensa. Guillermo de Orange se presen -
"tó como parlamentario de Pie de Palo
ofreciendo evacuar la villa y dejarlos
en rehenes por vni rescate de cuaren-
ta mil pesos; y que en caso contra-
rio, repetiría el ataque e incendiaría
la villa.
"El Alcalde contestó desechando la
proposición, con el valeroso desdén y
no menos altivez del patriotismo de
Guzmán el Bueno y de los defenso-
res de Numancia.
"Los piratas, juzgando inexpugna-
ble el convento, bombardearon la po-
blación con la artillería do sus baje-
les y se llevaron una gran cantidad de
palo de tinte que encontraron en la
playa de San Román." (Historia de
Campeche, Lecc. 7a., pp. 71-5.)
BÜCA
— 251 —
BUCA
lio, cuya actuación no deja de He- í tuvo con los acontecimientos gene-
nar un capítulo de gran importan- j rales de la época histórica, copia-
da en la historia social de Tabas- i mos con placer lo siguiente de la
co; y por la relación que su vida | Historia de Tabasco, por el Presb.
"Como en ese tiempo estaba muy
próxima a llegar la flota de España,
había depositados en la plaza de Ve-
racruz inmensos tesoros. Aves exqui-
sitas, pieles, pedrerías, tejos de oro y
plata virgen, y considerables sumas
de pesos, encontraron los piratas, y
todo esto con gran presteza y diligen-
cia lo llevaron a bordo de su flota. í
que se componía de once barcos, al- ;
gunas piraguas, y una tripulación de |
mil doscientos hombres. !
"En la tarde había ya reunidos den- j
tro de la iglesia más de seis mil pri- :
sioneros. que acosados del hambre y !
la sed se lamentaban lastimosamente,
rogando al vicario hiciese un esfuerzo
para salir e implorar la compasión del '
pirata. i
"A costa de mil trabajos y suirien- |
do los ultrajes de la canalla que esta- i
ba de guardia en la iglesia .salió el t
padre y obtuvo el permiso de introdu- i
cir agua y galleta. Apenas la multi- '
tud hambrienta observó la vuelta del ;
eclesiástico con estos auxilios, cuan-
do se amotinó disputando rabiosa a j
mordiscos y a puñadas un poco de ;
agua y \\n mendrugo de pan. ¡Horri- i
ble sería ver este conflicto!
"Entre tanto los piratas no desper-
diciaban el tiempo, pues minuciosa- ¡
mente registraban las casas, a la vez •
que saciaban sus apetitos carnales con 1
todas las mujeres que habían caído en i
su poder. Un escrito antiguo publica- j
do por el señor L.ic. Don Carlos M. .
Bustamante, de donde he extractado j
este suceso, dice así: "Las mujeres |
han pasado muchos trabajos, porque '
su maldad no respetaba blanca, ni j
prieta, doncella ni casada, que a fuer-
za de su rigor no las sacasen llevan- i
dolas a forzarlas, siendo este exceso '
una de las cosas más sensibles." ' I
"Era el jefe de esta expedición un
demonio encarnado que se llamaba ¡
Lorenzo de Graff, y que por lo que I
va referido conocerá el lector que tal .
hombre no temía ni a Dios ni al Dia- i
blo. Así es, que como no había ya ni \
tesoros de qué apoderarse, ni mujeres ;
que forzar, ni hombres con quienes i
combatir, resolvió como un fácil ex- j
pediente el arrimar a la iglesia unos
cuantos bañiles de pólvora, y volar a
todos los prisioneros. Luego que esta
noticia se supo entre ellos, los más I
I resignados cayeron de rodillas a im-
¡ plorar el auxilio de Dios y el perdón
de sus pecados; pero otros que, co-
mo sucede a los más mundanos, no es-
taban muy conformes en morir, y mo-
rir quemados, lloraban, se desespera-
ban, y retorcían sus manos de con-
goja. En cuanto a las mujeres, las
que estaban en cinta mal parieron,
otras murieron a fuerza del hambre,
de los sustos y de la brutalidad de
los corsarios, y a todos acometió un
mal espantoso de nervios, bien que
entonces no pensaba en usarse el ro-
manticismo: pero el drama era dema-
siado patético y verídico. Trataba na-
da menos el intrépido Lorenzo de
Graff de concluir el acto incendiando
a seis mil personas.
"No se sabe qué ocupación distrae-
ría a Lorenzo de Graff, o si Dios, mo-
vido a tantas lágrimas permitió que
no llevase a cabo su proyecto diabó-
lico; el caso es que por ese día de-
sistió de prender fuego a los barriles
de pólvora.
"El día 20 sacaron a los negros y ne-
gras, empleando a los primeros en
conducir a bordo el resto del botín y
encerrando a las segundas en un pa-
tio, lo cual alivió un tanto la.^ penas
de los prisioneros que se ahogaban
con el. calor del clima y el que pro-
ducía la aplomeración de tanta gente'
reunida. Permitieron además los pira-
tas, que los muchachos saliesen a traer
algunas botijas de a.gua. En ese mis-
mo día un francés encontró escondidos
seis platos de plata, debajo del altar
de San Cayetano, lo cual movió la co-
dicia, y los santos fueron despojados
de sus alhajas, y los vasos sagrados
arrebatados del Sagrario. — Los pira-
tas profanaron la religión y la huma-
nidad, haciendo dar tormento a mu-
chos para que confesasen lo que te-
nían escondido en su casa, y prome-
tiendo prender fuego a los barriles de
pólvora, si en el acto no declaraban
los nrisioneros lo que tenían oculto.
"Esta resolución les valia algo, pues
a instancias y súplicas del vicario con-
fesaron lo que tenían escondido, y los
piratas recogieron seiscientos mil pe-
sos más. — En la noche mandaron po-
ner en silencio a los prisioneros, y to-
dos se persuadieron que era para de-
gollarlos.
BUCA
252
BUCA
Gil y Sáenz: "El autor no" mencio-
na entre los acontecimientos más
notables ocurridos en la segunda
mitad del siglo XVIII, las expedi-
ciones vandálicas que un indígena
de Jalpa de nombre Lorenzo, pe-
ro más generalmente conocido por
Lorencillo, encabezó y condujo a la
Chontalpa repetidas veces durante
algunos años, causando la ruina de
la agricultura y del comercio de
aquella comarca.
"Siendo aún muy joven el famo-
so malhechor de que nos ocupamos,
fue mandado azotar en la plaza pú-
blica por el alcalde de Jalpa, a
causa de no sabemos qué desacato
cometido contra la autoridad, y des-
de ese día se escapó de la pobla-
ción refugiándose en la costa don-
de, reuniendo a toda la gente de
mal vivir que quiso seguirlo, orga-
nizó una partida con la cual, como
ya indicamos, asoló la Chontalpa y
sembró el espanto ' en toda la pro-
vincia.
"Más tarde, acosado por los mi-
; licianos que se propusieron perse-
guirle por todas partes, se retiró a
la Isla del Carmen y se unió a los
piratas ingleses, a quienes guió en
una expedición que por indicacio-
nes suyas enviaron a la Chontalpa;
expedición que causó males sin
; cuento a la agricultura, principal-
mente en las fincas de ganado va-
' cuno.
I "Después de esta nueva invasión
i de los piratas fue cuando llegó a
I mayor extremo su maldad y su au-
dacia, y en una ocasión, queriendo
vengar los agravios que el" alcalde
de Jalpa le había inferido, pene-
tró en la población a la cabeza de
' una gavilla de foragidos, cometió
I varios asesinatos y condujo a sus
I guaridas a todas las mujeres que
hubo a mano, reduciendo a cenizas
multitud de casas."
"El 21 sacaron a los prisioneros de
la iglesia y los llevaron al punto de
los Hornos y allf los embarcaron para
la isla de Sacrificios.
"I.,a vista de las calles presentaba
un conjunto espantoso: rotas las puer-
tas de las casas, los efectos de los
almacenes esparcidos y derramados en
las aceras, y aquellos piratas anima-
dos con los licores recorriendo con el
furor de unos demonios las tiendas
donde creían encontrar alg'O de que
aprovecharse. De cuando en cuando
algunas bandad-as de zopilotes venían
graznando a posarse sobre un charco
de sangre o a desgarrar las viandas
hediondas que había sembrado en las
plazas. Entre tanto, los prisioneros
condenados en la isla a sufrir los ar-
do^-es del sol, morían de rabia y de
sed.
"El 22 estaban en la playa ciento
cincuenta mil pesos en que habían
ajustado su rescate algunos ricos, y
los piratas habiendo divisado algunas
velas en el horizonte, que eran nada
menos que las que componían la flota
de D. Diego Saldívar, se apresuraron
a embarcar el dinero, el rancho y al-
gunos esclavos y mujeres, y se dieron
a la vela.
"Al rayar la aurora del día 23, la
infeliz población de Veracruz trasla-
dada a Sacrificios, observó que los
enemigos habían desaparecido; pero
esta alegría la turbó al instante la
i consideración de que abandonados en
i la isla, sin agua y sin víveres, iban
'■ a morir de hambre.
¡ "En esos casos desesperados los
[ hombres sacaron fuerza de filaqueza,
; como suele decirse: y en efecto, los
m.ás resueltos formaron una balsa sos-
j tenida con botijas, y se resolvieron,
I con riesgo de su vida, a irse a Vera-
i cruz, donde auxiliados de a.^unor ran-
i cheros lograron equipar un barco va-
rado, en el cual, en el téimino de dos
i días, trasportaron a tierra a los vera-
crúzanos.
"Una manada de panteras no hubie-
ra hecho tanto daño como la tropa
' del almirante I^orenzo de Graff. — Se
1 calcula que este suceso costó la vida
1 a má.s de trescientas personas.
I "Tal calamidad se hubiera olvida-
] do con el transcurso de los años; pe-
ro otras nuevas no han cesado d -
! agobiar al pueblo veracruzano. (Cap.
XXIX, pp. 454-9.)
BUCHA
BÜCHA
"En esa misma época fue cuan-
do las autoridades del pueblo de
Mecoacán mandaron echar al agua
en medio de la laguna de Pompasú
la campana mayor de la iglesia,
pues se creía que los ingleses pe-
netraban hasta aquellos lugares
atraídos y guiados por el sonido de
dicha campana, la cual, según pa-
rece, se escuchaba a grandísima
distancia. Hasta el día se conserva
una vieja tradición entre nuestros
indígenas, la cual supone que du-
rante ciertos días del año se oye
el tañido de aquella campana.
"Al fin fue aprehendido el mal- .
hechor Lorencillo en el paso de
"Tancochapa" por el alcalde Gar-
duza y ahorcado inmediatamente
depués de indentificada su persoua, '
sin más formalidad.
"La circtmstancia de que este
perverso hijo de Jalpa fuese vul-
garmente conocido con el nombre
de Lorencillo, acaso por la semejan-
za que se encontraba entre sus de-
predaciones y las del pirata flamen-
co llamado como él, es sin duda la
que ha dado origen a la creencia
tan generalizada entre nuestro pue-
blo de que el célebre pirata Loren-
cillo era natural de Jalpa. en donde
aún se dice que tiene descendien-
tes. Estos indudablemente son de
la familia del pseudo Lorencillo de
que venimos hablando."
BUCHACA, f. Dase este nombre
no a una bolsa cualquiera, sino más
propiamente a la de boca ancha.
Pronunciase más comúnmente bu-
shaca. En particular, y especialmen-
te, se llama así a la bolsa que pen-
de en las troneras de los ángulos o
barandas de la mesa de billar, pa-
ra recibir las bolas.
G. Icazb. da esta última acepción
como traslaticia; como fimdamen-
tal la de "tronera en las mesas de
billar". Nimca la hemos oíd-o ex-
. presar así la boca o abertura, la
tronera, sino la bolsa únicamente.
No es tampoco nuestra buchaca o
bushaca, la burjaca del Dicciona-
rio: bolsa que usan los peregrinos
o mendigos, ni que sirva para echar
limosnas, sino una bolsa cualquie-
la, para poner en ella lo que se de-
see y para usos diversos, especial-
mente si es plegadiza.
La mayoría de los autores consi-
deran la palabra como alteración
de burchaca o burjaca que da la
Academia: solamente Maclas se sa-
le del común, cuando dice: "Es
verdad que la significación de bu-
chaca concuerda con la de burjaca;
pero, atendiendo a la evidente des-
composición del vocablo (bucha-
aca), es más verosímil que no sea
término corrjpto, sino derivado de
bucha, arca, alcancía, y después
bolsa, o lo que podía hacer el mis-
mo servicio". (Dice, cubano, p.
199).
Hond. "Alteración de bolchaca: cár-
cel." MEMBR., p. 27. (1)
Venez. RIVODO, Voces, p. 244: busa-
ca o bursaca. (2)
Colomb. "Busaca por bursaca (lo
mismo Que burjaca, cierta especie de
bolsa, en el Dice, de Aut.), nombre
que damos a las troneras del billar."
(CUERVO, Ap. Crít., párr. 769.)
Ecuad. Por allá le dicen así a nues-
tro bombín o al sorbete. ¡De tan so-
corrido el sombrero de marras, hasta
este nombre tan raro ha llegado a
merecer! (TOB.VR).
(1) Bolchaca no tiene en las dos úl-
timas ediciones del Dice, de la Acad.
otro significado que el de "bolsillo' o
faltriquera."
(2) Conforme a su etimología, del la-
tín bursa, bolsa, debiera ser bursaca,
como so lee en el Dice, de Aut. Igno-
ramos en qué fundó su crítica la
Acad. para variar la escritura de la
voz: la ch del catellano proviene ca-
si siempre de ct o It latinas: directo,
derecho: muitus, mucho; pero la rs
convertirse en ch, es raro.
BUCHE
254
BUDI
BUCHE, m. "Bocio, papera: re-
lajación de la glándula tiroides".
(ICAZB.) Suele usarse en nuestra
habla provincial.
"El mal de buche o relajación de la
garganta, que todas aquellas gentes
padecían por beber el agua pútrida."
(Astucia, I, II, cap. 8.)
RAMOS y DUARTE da la acepción
de bolsa en el vestido de las muje-
C, Amer. "Garganta, gaznate, tra-
gadero, garguero." (SAL AZAR GAR-
CÍA.)
BUDTN. m. Dulce en forma de
pasta o masa, preparado con biz-
cochos batidos en leche, azúcar y
huevos; cocido al horno o a dos
fuegos para dorarlo; se sirve a la
mesa generalmente claveteado con
almendras y pasas y se corta en
trozos cuneiformes.
Icazbalceta dice haber oído en
Andalucía esta voz que falta en el
Diccionario. Tanto es así que la ha-
llamos en la siguiente cita, hecha
por Cuervo (Apunt., párr. 979):
"Esa pobre niña no ha comido pan,
y tú has comido muchísimo, y budín
y postres." (FERNÁN CABALLE-
RO, Con mal o con bien a los tuyos
te den, I; item.. Lágrimas, VIL)
Salva trae pudín o pudingo, y de
allí sin duda toma RAMOS y D.
la equivalencia a budín. En nuestra
habla también suele decirse pudín,
nunca pudingo; pero siempre y úni-
camente aplicado al dulce; en am-
bas formas creemos que no es mas
que anglicismo por pudding, pero
muy necesario y útil en la lengua.
El mismo RAMOS reputa galleguis-
mo a budín en esta acepción y fa-
culta el uso de pudin, dándole a
aquél el significado de "relleno de
sangre y otras cosas"; del francés
boudin, morcilla.
Méx. "Plato de dulce.... cocido
en baño de María". (ICAZBALCE-
TA, p. 59). ^ X „,
Ni una ni otra cosa. Es pasta ca-
si seca, masa dura, de figura cir-
cular generalmente, y bastante
gruesa, que se divide en fragmen-
tos como se ha dicho. Por cuanto
a la preparación, veamos: "Bizco-
chos fríos y un cuartillo de leche;
se echan los bizcochos en la le-
leche, en la cual se desbaratan con
la mano ,dos cucharadas de man-
tequilla, pasas, almendras y se le
agrega acitrón en pedacitos .... Se
embarra una tortera de mantequi-
lla, se baten cinco huevos y se
mezclan con la leche.... se pone
en una hornilla , solamente con el
rescoldo ,y en la tapadera lumbre
muy fuerte para que se dore". (La
i Cocinera Poblana, oct. ed. Méx.,
I Herrero Hnos., 1913, p. 306, art.
I Budín de bizcochos, núm. 1583).
Hay otros diversos budines, de le-
che, de mamey, de maíz, cubano,
i habanero, etc., pero en todos, al
igual que en descrito, no figura pa-
ra nada el baño de María.
Suele usarse la voz en la forma
pudin, y aun puding y pudding. Es
mexicanismo.
I "Y una de esas antiguallas
I Que imperan en las cocinas,
■ Me consulta galantinas,
I Pudines y volován."
I (PRIETO, Poesías festivas, Desen-
gaño, p. 12.)
I BUDINERA, í.
Méx. "Vasija de cocina hecha de
i cobre o hierro estañado, semejante a
la carcerola, pero con tapadera suel-
ta, sin mango y más honda. Parece
que aunque esta palabra no está_ en
el Diccionario, corre en España."
(ICAZBALCETA, p. 59.) Y parece
también que debe agregarse a la de-
finición: que sirve o que se usa espe-
cialmente para hacer el budín.
De que corre en España da como
prueba el autor lo siguiente: "Eh
París hay reinas de la moda que
en veinte años apenas modifican
sensiblemente la hechura del som-
brero que mejor cuadra a su belle-
za. Ven las extravagancias y no las
siguen; dejan pasar la budinera, el
BUEY
BUL
plato, el farol, etc." (E. PARDO
BAZÁN, Mantillas j- Sombreros).
BUEY. m. "Toro castrado que sir-
ve para las labores del campo".
Acad. En Tabasco no es así; impro-
propiamente si se quiere, pero de
ordinario, al toro castrado se le
llama novillo. (V.) El buey es el no-
villo destinado al trabajo; hay buey
de yugo o de tiro y buey de llama-
da o át botÓN. El primero se desti-
na al arrastre de madera en las
monterías, no a las labores del
campo, porque no se usa el arado
en la agricultura; el buey de botón,
llamado con especialidad cabestro,
es el que sirve como guía para la
conducción de partidas, en llamada,
o para llevar al tarro a los brutos;
su nombre se debe al botón del va-
lentón con que se hace la mancuer-
na.
BUEY DE AGUA, "Cantidad de
agua que pasa con velocidad de-
terminada por un buque o data de
una vara cuadrada". (ICAZB., p.
60). Ya la Academia consigna la
voz como medida hidráulica; pero
sin explicar su capacidad. Don Ma-
nuel María Contreras en su Aritmé-
tica Razonada dice: "Cuando la ve-
locidad del agua es de 2(0 milé-
simos de vara por segundo, el buey
es la cantidad que puede pasar en
un minuto por la superficie de ima
vara cuadrada"; da para dicha me- ;
dida la equivalencia de 9,543'661056
litros por minuto; en el sistema
métrico; en el antiguo, su valor es
de 48 surcos, 144 naranjas, 1152
reales o 20736 pajas. Hay que ad-
vertir que es medida del sistema
antiguo, ya en desuso. '■
Hond. Usada según se ve que MEM-
BRE5?0 la consigna: "La mayor me-
dida de agua en las Ordenanzas de
tierra y aguas de la República Mexi-
cana: es una abertura o data de fl- ¡
gura cuadrada, que en cada lado tie- ¡
ne una vara." (Hondureñismos, p. 27.) '
' BUFEO, m. Nombre de un pez
marino, la marsopa o el delfín, que
abunda en las barras y aim algo
arriba de los ríos. La voz es ono-
matopéyica, por el resoplido que
produce el animal al arrojar con
fuerza el agua por el orificio na-
sal, y tal parece que bufa. No sa-
bemos si corresponde en verdad al
delfín o la marsopa, descritos por
la Academia, pues participa de los
caracteres de ambos: aparte de las
dimensiones, forma y color en que
éstos poco difieren, el bufeo se pa-
rece al delfín en la particularidad
de arrojar con fuerza el agua por
las narices y a la marsopa en la
costumbre de penetrar a los ríos.
El bufeo anda por lo general en
grandes cardumes y nada surgien-
do a cada momento para arrojar el
agua, operación con la cual forman
un ruido peculiar que por lo mul-
titud de los cetáceos y la simulta-
neidad en el conjunto, forma eco el
tumbo del mar.
Ríopl. En BAYO nos encontramos ia
voz: pero el autor incurre en la li-
gereza de decir que es la vaca marina,
y lo que es peor: llama Peje a ésta,
¡peje al manatí! Es para que ría im
chico de escuela! Pero su misma des-
cripción es incongruente, pues dice
que: "su carne es poca y hedionda",
cosa que no es en el manatí, cuya car-
no sabrosa tiene semejanza con la del
cerdo. "La vaca marina o peje que
citan los geógrafos antiguos al hablar
del Marañón o Amazonas. Algunos
prosistas castellanos del siglo X^^^
dicen bufeo por delfín." Esto aumen-
ta la confusión, y no sabemos si se
refiere al peje (?). vaca marina, o al
delfín. ¡Pase lo de llamarle peje al
mamífero manatí; pero confundir a
éste con el delfín, casi no pasa. ;Es
peor que aquello de la autora españo-
la que hizo volar a una gacela!
BUL. m. Bebida refrescante que
se prepara mezclando la cerveza
con azúcar o jarabe y limón; a ve-
ces se le agrega algún otro licor
suave.
Cuba. Sólo en los diccionaristas de
la Isla. MACÍAS y PICHARDO. lo ha-
BULD
— 256
BURL
llamos. Es raro que no se use en
México ni en otros países de Hispa-
no América.
Etim. "Dice Armas: "bebida refres-
cante hecha con el bowl, tazón, sope-
ra". Bowl se origina del anglosajón
bolla, cualqviier vasija redonda (Webs-
ter), y este término del celt. bol, o
boíl, copa". (MAGIAS, Dice, cub., p.
200, col. 2a.) ■
BULDOG. (Del ing. bull-dog: de
bul I, toro, y dog, perro.) m. "Así
llamamos todos a un perro de pre-
sa, muy notable por su hocico acha-
tado, gran cabeza y repugnante ca-
tadura. Aunque no muy corpulento,
es verdaderamente temible por su
mucho arrojo y ferocidad." (G.
ICAZB., p. 60.)
"Se va a pegar a mi oreja.
Unido, como un buldog!"
(PRIETO, Poesías festivas, Mi visita,
p. 25).
Cuba. MAGIAS, p. 201. PICH., p. 51.
Venez. RIVODó, p. 55.
BULTO, m. Así llamamos a la
cartera de la Academia (3a. acep.),
cubierta rectangular, generalmente
de cartoné, forrada de piel suave o
ahulado, a manera de libfo con dos
hojas, o con departamentos para
guardar papeles o secantes; sii^ve
especialmente para poner sobre ella
el papel en que se escribe o dibu-
ja. También llamamos así al car-
tapacio del Dice. (2a. acep.), bolsa
en que llevan los muchachos de es-
cuela sus libiOS, cuadernos, etc. Es
mexicanismo, por más que RAMOS
y D. diga que es voz de Yucatán.
(P. 98.)
C. Am. SALAZAR G.. p. 55; MEM-
BREÑO, p. 27.
Venez. PICÓN PEBRES, p. 55.
BULLARANGA, f. Bullanga. Muy
usado en lenguaje festivo.
Lo mismo se usa en Honduras:
MEMÍ3REÍ?, p. 27: y en Venezuela,
RIVODÓ, p. 2,39, quien dice que "es
ima epéntesis onomatopéyica y expre-
siva".
BULLIR. "BULLIR UN CABA-
LLO, volverle para conocer sus
cualidades." (ICAZB..) El mismo
autor lo da como mexicanismo en.
el sentido de "Embromar, dar can-
taleta". No la usamos así nosotros.
RAMOS y DUARTE, p. 28, también
lo anota.
BUQUERO. m. En la parte occi-
dental, región de la Chontalpa, ca-
lambuco, calabazo en que transpor-
tan huevos las gentes del campo,
especialmente los vendedores que
los llevan a las poblaciones. El BU-
QUERO tiene un mecate pasado
por dos agujeros de los bordes, por
medio del cual le cargan colgado al
hombro.
Es lo que en la parte oriental se
llama bux (pr. bush). (V.)
BURBUCEAR. a. Revolver un lí-
quido ,de manera que forme burbu-
jas por efecto de la agitación. Dí-
cese especialmente del cerdo, que
mueve o revuelve el agua hurgan-
do con el hocico, y soplando con las
narices. Dícese asimismo borbu-
cear.
Más que parónimo de burbujear
es onomatopéyico, por el ruido que
hace el agua al producir las bur-
bujas.
2. fig. fam. Refunfuñar, hablar en-
tré dientes en demostración de eno-
jo, como hacen los criados respon-
dones.
BURLISTA, adj. Dado a hacer
burletas: burlón del Dice, pero me-
nos despectivo que éste.
Nosotros usamos del adjetivo con
una sola terminación, y estamos en
lo justo, no así los centroamerica-
nos que dicen burlisto, ta, cosa que
Gagini reprueba: "nuestro burlisto
y otros adjetivos de su laya, como
bullisto, reparisto, etc., son de for-
mación defectuosa. En lugar de bur-
listo, dígase zumbón, burlón, ma-
leante, bromista o burlista. Esta
última palabra no figura en los lé-
xicos, pero es perfectamente acep-
table." (MEMBR., p. 27; SALAZAR
G., p. 56.)
BÜRL
— 257
BURÜ
BURLÓTE, m.
Méx. "Entre jugadores, el monte o
partida más pequeña, que algruno de
ellos pone, acabada por cualquier mo-
tivo la primera." (ICAZB.)
"Se puso a tallar, diciendo: tíren-
le a este burlotito". (PENSADOR, Pe-
riquillo, pte. la., cap. KYJl, p. 98.) — ,
"Señores, si a ustedes les parece, pon-
dremos burlete: yo las tejo. SI, sí,
contestaron, burlóte." (Astucia, t. I.
cap. IX.) — "La mamá, que conocía
el burlóte, y que se preciaba de saber
ju,srar .adicionó el proyecto." (FACUX- .
DO, Venus, Birján, cap. II, p. 77.)
Cuba. Borlote: MAGIAS, p. 187; "Es
una alteración inadmisible de burlóte,
que no se deriva de borla, sino de ■
burla, que, según la Acad., procede
del bajo latín burula, térm. sacado del
clásico burra, ae. bagatela, fruslería y
sandez. "-PICHARDO, p. 47. CHAO, c.
p. MAGIAS.
BURÓ. m. (Del francés bureau.)
Mesa de noche del Dice, aunque es
en realidad, no una mesa propia- •
mente, sino una especie de escrito-
rio, un mueble especial sobre el que
se ponen la palmatorira y el agua,
o las cosas de uso en la cama; con
cajoncillo, y gabeta para la bacini-
ca. Es mexicanismo muv usual.
(ICAZB., p. 61.)
"El libro de misa que te regaló tu
tía está en el cajón del buró" (MI-
GRóS. Ocios y Apuntes, p. 1.)
TORO GISBERT (Dice. Lar.) au-
toriza la voz en el mismo signifi-
cado francés: "Escritorio o pape-;
lera con tablero para escribir". No '
la usamos en este sentido.
BURÓCRATA. Xos parece que al '
igual de aristócrata, demócrata y
plutócrata, esta voz es un sustan-
tivo que puede adjetivarse. Es no-
table la falta de unidad de crite-
rio del Dice, en las voces citadas; i
en la primera y la última dice "sus- '
Tantivo común de dos"; en la se-
cunda adj., m. y f. en la tercera; ¡
¿Cur tam varié? Ninguna razón
asoma, que podamos estimar de pe-
so, para una notación tan varia. i
BU RUCA. f. Usado por boruca,
como burujo y burujón por borujo
y borujón.
A propósito: dada la afinidad
ideológica entre boruca o bu ruca y
borujo, nos parece que la etimo-
logía de aquella voz es la misma
que de esta última da el Dicciona-
rio: del b. latín volucrum, y éste
del latín volvere, envolver. Exis-
tiendo, pues, esta otra analogía en-
tre las voces citadas y la que ana-
lizamos, ¿por qué el Diccionario au-
toriza la forma burujo, de borujo,
y no así buruca por boruca? Donde
existen las mismas razones, deben
existir las mismas disposiciones;
de modo que, lógicamente, siendo
ima la etimología en ambas voces,
o no son admisibles ninguna de las
dos formas de borujo, o son admi-
sibles tanto en esta voz como ei
boruca.
Hond. MEMBREÍfO. p. 27.
C. Am. SALAZ.VR GARCÍA, p. 56.
BURUNDANGA. f. Natura del
hombre, dice pudibundamente RA-
MOS y D.. atribuyendo la voz a Yu-
catán. Muy usada en nuestro te-
rruño, como forma eufémica de lla-
mar el pene o miembro viril.
Cuba. PICJI., p. 35, col. la. "Sign.
fund. Mezcla de cosas inútiles y de
poca entidad. Sing. met. I). Objeto
despreciable, o trastajo: y ID, enredo
o algarabía. Crít. A Pich, y Árbol, les
parece corrupción del castellano mo-
rondanga, y así lo creemos también:
liemos conservado empero el vocablo en
gracia de sus significados traslaticios.
Etim. Pichardo dice que es de origen
africano, opinión que no concuerda con
la anteriormente expuesta, en donde
aparece un morón, montecillo, (que
nada tiene de nigricio nT de etíope,
pues al decir de Diez procede del vas-
cuense murua, colina o montón), an-
te el cual corre el sabio Monlau, por-
que percibe un moro armado de gu-
mía, cimitarra y espingarda." (MA-
GIAS, p. 202. col. 2a.)
BURUQUEADA. f. Acción y efec-
to de buruquear.
BURUQUEAR. a. Registrar revol-
17
BURü
— 258 —
BURRO
viendo cosas como papeles, ropas,
etc., dejándolas o poniéndolas en
desorden.
BURUQUEO. m. Acción y efecto
de buruquear, como buruqueada.
Por extensión, también se dice del
estado en desorden de cosas como
papeles, ropas, etc.
BURUQUIENTO, TA. adj. Que
gusta de armar bu ruca. Formado de
esta voz, como un supuesto boru-
quiento que debiera existir, forma-
do de boruca.
BURRA, f. Así llamamos todos
al juego de naipes que el Dic-
cionario llama burro, por más que
Gagini truene contra sus paisanos
los costarricenses que le usan en
igual forma, y aún en el sentido de
armazón de madera o burros.
BURRAJE. m. Entre rancheros
se llama as! el derecho que corres-
ponde al dueño de un burro por que
éste cubra yegua o burra ajenas, y
que suele ser efectivo, toda vez que
se toma cría del burro. Tal vez pa- ;
rezca rara esta práctitia para un
habitante del interior del país ; no
lo es para quien sepa que el asno [
solamente es bestia de silla y car- 1
ga, en el interior; pero en la eos- j
ta, en nuestro Estado, el burro no
sirve más que como padre para la
cn'a de muías, hibridado con yeguas ;
se le escoge de las mejores condi-
ciones y goza en consecuencia de'
una estimación muy especial. j
J'arece que entre algunas tribus
indígenas de la República, tal vez
de América en general, existió an-
tiguamente una especie de derecho
o contribución inmoral que el abo-
rigen pagaba por ejercer la poliga-
mia, esío es, para tener varias mu-
jeres, a un tanto anual por cada
una. Encontramos esto en un escri-
to de mediados del siglo XIX, de
manera que tal vez aun exista tan
vergonzosa práctica, autorizada só-
I lo por la costumbre; pero en ver-
I dad nos parece esto incompatible
; con la civilización actual y nos re-
sistimos a creerlo.
"Contando con el beneplácito de su
esposa, a la que, para halagarla, pros-
tituye en la embriaguez, lleva a su
misma casa la nueva dueña de su pen-
samiento, le da una parte de su sa-
feí-ado lecho, le concede cierta facul-
tad de mando sobre toda la familia,
y goza, en el punible regazo de ambas
mujeres, esa vida animal y sensitiva
que degrada a la razón y el Evange-
I lio condena. Si el alcalde lo amones-
i ta por su conducta, fácilmente obtie-
I ne de él la absolución, pagándole cin-
co pesos que es lo que vale el impues-
to que con el asqueroso nombre de
burrajo, se cobra allí anualmente por
cada manceba, y a favor de esta con-
tribución, tiene el contribuyente de-
1 recho para seguir ofendiendo las Inio-
[ ñas costumbres por todo un año."
í (Dice. Univ. de Hist. y de Geogr., t.
III del Apead., X de la Obra; art. SO-
TEAPAN, costumbres descritas por
Andrés Iglesias. Chalchicomula, julio
25 de 1856.)
BURREAR. n. Seguramente por
la influencia fonética de burro y
por el rebuzno de éste, no faltan
gentes que digan burrear en vez de
berrear; y tal vez también porque
en esta voz no se ve muy clara la
palabra becerro, de donde proviene.
BURRERO, m. "El que tiene o
conduce burras para vender la le-
che de ellas." Acad. Casi descono-
cida la burra en la costa, úsase no
obstante de esa voz, pero para de-
signar entre campesinos al propie-
tario o hacendado que tiene burros
o que se dedica a la cr'a de éstos.
Diferente también, por lo visto, del
mcxicanismo dado por Icazb. : "Due-
ño o arriero de burros."
BURRO, m. "Armazón compues-
ta de dos brazos que fonnan ángu-
lo, y un travesano.... Sirve para
sujetar y tener en alto una de las
cabezas del madero que .se ha de
serrar. ..." Acad. Nuestro burro es
BURRO
259 —
BURRO
distinto, tanto por su composición
como por sus usos. Son dos arma-
zones que forman ángulos agudos,
unidas por un eje en sus vértices,
con lo cual queda el objeto en cua-
tro pies y con una especie de lomo,
a lo cual debe su nombre. Sirve
para usos variadísimos, como so-
porte portátil y accidental, sobre
todo en las necesidades domésti-
cas; las lavanderas colocan la ba-
tea sobre burros, las planchadoras
su tabla de planchar, etc. úsase
más en plural, pues siempre son
en número de dos, o por pares.
En algunas partes de la Repúbli-
ca se aplica el nombre solamente
a la tabla que descansa sobre la
armazón; pero nos parece más pro-
pia nuestra acepción, aplicándola a
las armazones mismas que por sí
solas y cada una forman im todo
completo, semejante al cuerpo del
animal que es el símbolo.
En forma semejante a la nuestra
describo Terreros este objeto, con
el nombre de BORRIQUILLO, BO-
RRIQUITO.
"Había por el lado del mar, una en-
ramada bajo de la cual alzábanse unas
tablas de pino sobre unos burros de la
misma madera." (MERIXO, Celestina,
p. 216.) "La mesa en un periquete des-
pojáror.la de flores etc.: las ta-
blas y burros con que estab.i armada,
los pusV-ron en un extremo del patio."
ÍROD"" RELTR., Pajarito, XVII, p.
377.) — ".lulián se detuvo y como
buscardo efecto «^scér.'co, dejó al des-
cubierto una hilada de moitTiras de
imo y otro lado a horcajadas en los
toscos burros de madera sin d-^sbas-
tar." (AZUELA, Mala Yerba. VII. p.
54.)
Méx. Icazb. registra tres acepcio-
nes de la voz:
"la. Escalera de mano compuesta
de dos. unidas por arriba con una bi-
sagra, do .«¡vierte que. apartándolas por
abajo queden en forma de atril, y se
sostiene sin arrimo. Les hay también
con escalones en una de ellas sola-
mente." (p. 61.) Esto no parece sino
una aplicación extensiva del nombre
en su acepción fundamental, que es la
de nuestro utensilio.
"2a. Juego de muchachos, en que
se agacha (mejor dicho, se inclina o
se dobla) apoyando las manos en las
rodillas, y los demás saltan sobre él,
poniéndole las manos sobre la espalda,
y abriendo las piernas." Este juego se
llama entre nosotros salta burro. (A.)
".^a. Cerquillo o fleco de pelo que
dejan caer las mujeres sobre la fren-
te. Por fortuna va desapareciendo."
Hoy ha desaparecido completamente,
usándose en su lugar los chinos y fal-
sos bucles formados a fuerza dé hie-
rro y fuego, y las chocantes patillas
retorcidas como colilla de cerdo, que
dan a la interfecta más parecido con
un payaso o arlequín, que aspecto de
guapa hembra.
"(D. F.), sm. Baceta. En el juego del
entripado, que en otras partes llaman
cargatasajo, dicen burro a la baceta."
(RAMOS y DUARTE, p. 99.) Xunca lo
hemos oído usar en este sentido, si-
no siempre aplicado al juego mismo.
Cuba. Pich., en su lengn.iaje pinto-
resco nos da tma descripción de ma-
no maestra de un burro muy cubano:
"Maroma o instrumento usado en el
campo para techa^ o cobijar las casas
do guano: un palo de media vara po-
co más o menos, a cuyas dos cabe-
zas va atada una soga de casi igual
tamaño que unidas a su extremo for-
man un triángulo equilátero: en esta
unión de ambos cabos se pone un ga-
rabato que engancha por la otra pa-
beza a un cu je o vara del techo; el pa-
lo, entonces. sir\e de punto de apoyo a
un pie del hombre que está amarran-
do los gusanos del cuje inferior, lo
cual concluido sube el garabato a dis-
tinta vara, apoyando el otro pie o
parte del cuerpo necesaria en donde
haya lugar, y así gradualmente va
' '"Tdo <-\ burro hastp acíbar." y^A-
CIAS anota y comenta la anterior
acepción dando otras dos: I), "Gran
par de armazones prismáticas usada.s
por los albañiles, y parecidas, aunque
no tan macizas, al de los aserrade-
ros;" II), "Armazón de listones de
madera sobre los cuales se fijan las
pizarras, o encerados, en las escue-
las y colegios que aun no han adop-
tado las pizarras de espojo." Y agre-
ga: "Muchos nombran caballete al bu-
rro de las escuelas, y muy p>oco3 bas-
tidor."
BUERO
— 260
BURBO
SALTABURRO. b. Juego descri-
to por Icazbalceta (2a. acepción)
con el nombre de BURRO, aunque
sin explicación de muchos detalles.
Primero se sortea el orden de
los saltadores y la salida de burro:
burro es el muchacho que se coló- j
ca para que le salten. El sorteo se
hace dando la china, esto es, rifan- 1
dola a manos cerradas. El último ¡
que se queda con ella es el burro, j
El burro se para dando la izquier- 1
da a una raya, desde la cual se mi- i
den las obligas y que sirve como j
límite para la carrera de los sal-
tadores; inclinando el tronco hasta;
poner la espalda en línea horizon- ;
tal, apoyando las manos, o los co-j
dos, sobre ambas rodillas, doblando
ligeramente las corvas, o mante-^
niendo erguidas las extremidades i
inferiores, según se convenga; in-
clinando también la cabeza hacia
abajo, para evitar golpes en ella, I
porque la cabeza no es del burro»;
según una frase d§l mismo juego, i
Los saltadores saltan apoyando!
ambas manos sobre las espaldas
del burro, pero sin hacerle daño,
al mismo tiempo que abren las
piernas para salvarle.
Cuando el burro deba ser más
alto, se para de espaldas a la ra-
ya, sólo inclinando la cabeza ha-
cia adelante, con las manos apoya-
das a la cintura para darse firme-
za, y los jugadores saltan descan-
sando ambas manos sobre sus hom-
bros.
Después de cada turno en el sal-
to de todos, el burro mide una obli-
ga, o las que se convengan, desde
la raya. La obliga es una distan-
cia medida por la anchura de un
pie y la longitud del otro, coloca-
dos éstos perpendicularmente en-
tre sí, de modo que el talón del
derecho se apoye contra el tobi-
llo del mismo lado del izquierdo;
pasando éste en seguida en igual
posición a la punta del derecho,
marca la amplitud de cada obliga.
Durante las primeras dos o tres
obligas el jugador puede formar el
salto parándose a discreción, siem-
pre fuera de raya; pero después de
esa distancia, hasta las cinco obli-
gas, más o menos, sólo se permi-
te meter un pie o palmo: éste con-
siste en posar solamente un pie
después de la raya, apoyándose en
él para formar el salto sobre el bu-
rro. Después de cinco, hasta diez
obligas, aproximadamente, sólo se
permite meter un pía": éste consis-
te en posar dentro de raya los dos
pies juntos, apoyándose en ambos
para saltar. A mayor número de obli-
gas corresponden, respectivamente,
pie y plan, pie y dos planes o dos pies
y un plan, y así sucesivamente.
Cualquiera infracción de estas con-
: diciones estipuladas, ya metiendo
mayor número de pies o de planes,
: o dejando de meterlos, constituye
! en pérdida al saltador, quien pasa
¡ desde luego, por ese hecho, a ser
I burro, principiando siempre por co-
I locarse al lado de la raya, en la
I posición que se ha dicho. Los salta-
¡ dores restantes se suplen, enton-
! ees, retrogradando en orden hasta
el del perdidoso, pasando el burro
a ser cola o último. Se pierde tam-
bién en el juego por pisar raya, o,
lo que es lo mismo, posar el pie
sobre ella.
I El burro debe mantenerse firme,
¡ sin hacerse a los lados ni doblar
I las extremidades al apoyarse Bobre
! él el saltador, pues ambos movi-
i mientes son peligrosos para éste,
j porque le hacen perder el equili-
I brio de gravedad que rige el salto.
' Los saltadores tienen obligación
de decir en alta voz su número de
orden, y el último debe decir: obli-
ga, indicando que ésta sea medida.
BURRO
261 —
BURRU
por haber concluido el tumo. "La. ■
omisión de este requisito es asi-
mismo causa de pérdida.
Hay numerosas variedades del
SALTABURRO, de las cuales des-
cribiremos las principales:
BURRO con JAMÓN: consiste en
una nalgadita o golpe leve que ca-
da saltador debe dar al burro, con
la pantorrilla o el pie de la extre-
midad derecha, o con la mano cuan-
do- aquél salta descansando en un
pie sin apoyarse sobre el burro, lo
cual, como más fácil suele hacerse
cuando el saltador es inexperto o
poco liábil. En este burro se pierde
por dejar de aplicar el jamón; co-
mo se pierde también cuando se le
aplica o se tropiezan los traseros
al burro, si ésta no es condición
del juego.
BT'RRO VERACRUZANO o CAN-
TADO: en éste los saltadores tie-,
nen obligación de decir cada uno
en alta voz su respectivo número
de orden, llegando hasta vein-
te, o hasta el último, si son me-
nos de esta cantidad. Al núme-
ro asrega cada quien un remo-
tete o estribillo, especie de sonso-
nete, como: primero, salto al aire,
o de maromero; seeundo. salto tre-
mebundo; tercero, fuera el trasero;
cuarto, burro harto; quinto, monto
mi chivo pinto; sexto, chúpate es-
to (un jar"ón). y así Puc*^Pivamen-
t^: ñero el Brime»^. además, tiene
oblip'ación de repetir, en cada tur-
no, lo mismo que su antecesor en
el número de orden que haya di-
cho: nerdiéndose por la omisión de
cualo'ñera infracción a tales debe-
re".. Por esto líltimo. se llama tam-
bi-1 éste. BT'RRO OBLIGADO.
BURRO CORRIDO. En éste se
sortea la salida y el número de or-
den, pero después del primero, los
saltadores todos por su orden van
siendo burros, a medida que sal-
tan al último, unos a continuación
de los otros y a distancia de cuatro
o cinco pasos entre cada imo. Cuan-
do ha saltado el último, corre a su
vez el primer burro, para volverse
a colocar a continuación del postre-
ro de la serie, y así indefinidamen-
te. En este burro no existen con-
diciones, toda vez que no hay ju-
gador que deje de ser saltador y
burro, a su vez.
BURRUCHA. f. Bulto que se for-
ma con el hule o goma del caucho
solidificada, en bruto, es decir, co-
mo sale del árbol, solamente so-
metida a la acción del humo o de
im bejuco, con el cual se cuaja.
Hule BURRUCHA se dice del que
se prepara en tal estado, haciéndo-
se con él otros bultos paralepipei-
dales, mayores, llamados marque-
tas.
Fn la AT^érica del Sur le llaman bo-
lacha. (BAYO. p. 33.^
Es un derivado de borujo o bu-
rujo, indudablemente, según lo ma-
nifiesta la identidad radical con vo-
lucrum, envolver, cuya idea funda-
mental tiene la voz: envoltura, bo-
la, etc.
BURRUSCAL. m. Lugar poblado
de burruscos. o donde éstos abun-
dan. También expresa como colec-
tivo el conjunto de los burruscos
mismos.
T,o ni!="^o en Honduras. (MEMBRE-
í?0. p. 27.)
Creemos que sea del mismo ori-
gen que burrucha y de la misma fa-
milia que borujo, como derivado del
lat. volucrum.
BURRUSCO. m. Matorral o con-
junto de arbustos entrelazados, que
fo'-man un grupo intrincado, gene-
ralmente con muchos bejucos; ma-
leza intrincada.
Hond. "Arbusto cuyas ramas están
entrí lazadas entre sf o con bejucos."
CMEMBRESO, p. 27.)
BUSC
— 262 —
BUTA
BUSCA, f. "Provecho que se saca su coco. Para entenderlo hay que
de algún empleo o cargo, además ' saber que la alusión de mierda en
de los emolumentos anexos a él. i la playa se refiere a la bosta o bo-
úsase comúnmente en plural, y i fiiga del ganado vacuno, muy abun-
siempre en mala parte." (ICAZB.) ! dante en las playas, por ser allí
Casi siempre se califica la voz, di- : donde pace principalmente,
ciendo buscas legales, por más que \ BUSCALAVIDA. m. El Dice, da
no tengan mucho de ello, si bien se ; Buscavidas, "Persona muy diligen-
mira. En la América del Sur dicen | te en buscar por cualquier medio
cerda (PICÓN, p. 79). ; lícito el modo de vivir", que nos-
! otros sustituímos por buscalavida,
"Hay señorito de éstos, que tiene de | ^^^j^^ fQ^ma usada.
sueldo diariamente seis, ocho y diez ]
pesos, amén de su.s buscas, que esas
serán les que quisieren." (PEN5A-
BUSCAPLEITOS. m. Término
DOR. Periquillo, pte. la., cap. "^xvnu i equivalente a buscarruidos que di-
— "De todo lo que había tenido le que- i ce el Dicc, usado con exclusión de
dab.a un pico que con toda conciencia I ¿g^e y ro menoS apropiado y CO-
él llamaba busca legal." (FACUNDO, i ^ ' „„^„ „; „ í^+ÍTnr>lr>o-'p<5 vnmns
Baile y Cochino, cap. IV.)— "Con esto! rrecto, pues si a etimolog as varaos,
y las buscas de que hablamos des- 1 se deriva de buscar y pleito (etl-
pués." (ID., Chucho, t. I., cap. I.) — | molog'a de Perogrullo), tan caste-
"La protección consistía en cajas en ! ,, .^ ^ ruido, anotado en
el jucRO, y en otras buscas." (ID., '^'^"". . , , , ,. „.,„ „^„a&
Fuereños, cap. XV.)— "Eses dioses pe- la etimología de la dicción acade-
nates se llatnan busca legal." (ID., j mica.
Isolina, t. II, cap. XII.) — "¿Y las bus- i +„„i.„.i^ »,r>a
cas? En eso no hay buscas." (ID., Ja- | Confesamos que poco ti abajo nos
monas, t. II, cap. XII.) — "Con el pro- ha costado hacer la búsqueda cien-
ducto de su trabajo y sus buscas de i ^íf^^„ para hallar estas raíces, ha-
leguleyo, teníamos lumbre, pan y le- i ^^ , r>r.f>+ti P.ornnra-
cho." (RODR. BELTRÁN, Cuentos! bida cuenta que la Docta Lorpora
Costeños, Por una copa, p. 162.) — "Al ción puso la muestra, en cuya m-
Robustiano se le confiaron otros que- ; Quisición fácil es que los venera-
haceres en los cuales tenía buenas; , Arademif) se havaP que-
buscas legales." (NÚÑEZ, Bagatelas, W^^^ «e In Acaderai.. se ndy^i. q
Los Pantalones . de Perico, p. 95.) —
"Ahí lo tiene usted, ganando ciento
cincuenta pesillos. amén de las bus-
quitas, por no hacer nada." (ID., ib.,
Las recomendaciones, p. 188.) — "De
estos holgorios sacalja pingües gajes
dado calvos de tanto pensar!
Ho"d. MEMF^ " 27
C. Amér. SALAZAR G., p. 61.
BUSCAR, a. "Irritar, provocar",
(ICAZB.) Muy usado en lenguaje
el mayordomo, y los padrecitos bus- | vulgar.
cas muy legales y lucrativas." (PRIE- "Mira Rosa, no me busques: estoy
TO. Memorias, 28-40, cap. III, p. 250.) ^^ ^^^ humor de todos los demonios,
"Responderá el Gral. Domínguez, ! j^j,^^ „„a barbaridad." (Tomado de
que es amigo de la verdad y de la ^,j^ üeriódico: c. de Icazb.)
busca." (El Radical,, Villahermosa, BUSCÓN NA adj. Provocativo:
julio 21-918; núm. 25.) | persona que anda moviendo albo-
HACER LA BI^SCA, expr. equi- 1 ,.^^Qf, ^ disgustos, molestando a los
valente a robar, dicho en términos
eufémicos; ratear, hurtar cosas de
poco valor.
EL QUE BUSCA HALLA, AITN-
QUE SEA MIERDA EN LA PLA-
YA, refr. con que se da a entender
qué el buscapleitos se tiene siem-
pre su merecido, o que encuentra
demás: pendenciero.
•En la extensa nomenclatura de los
íiifofiores hallaréis muchas cla.si-
rr.n.io'--»' como éstas:.... buscones,
eto " íATERTNO. Celestina, X, p. 114)
BÚTAGO- GA. adj. Borracho;
hinchado por el alcohol. No hav du-
da de qup es una forma metastática
de abotagado. La Acad. registra
BUTA
— 263
BUX
buétago, ant., bofes, que es desde
luego de la misma familila, y que
debe provenir como el principal
abotagarse (ja que la Acad. omite
abotagado, sin nin£cuna razón para
ello), de a y bota, por más que esta
etimología sea muy forzada, si no
se atiende a lo inflado de la boca,
con la cual alegoría solamente lle-
gamos a explicamos que de allí
venga bútago.
Wév. RAMOS y DrARTE. p. 100.
BUTAQUE, m. Huelga la defini-
ción de esta voz tan vie1a en Amé-
rica y tnn común; Ta consignamos
solamente porque, a pesar de to-
do y de todos, la Acad. no le abre
las puertas de su Dice, todavía,
juzgándola con más obtuso criterio
que cayuco, la cual siquier sea con
el errado epíteto de venezolana,
t"vo ya la suerte de ser admitida.
¡Tan enterados así andan los aca-
démico", en materia de americanis-
mos! Y no ha valido que la regis-
tren todos los léxicos de autores
de este lado del charro, ni que el
eminente don Julio Gaicano haya
conterdido, con desvéntala en lo
relativo a esta voz. con el no me-
nos docto y versado en lexicofrra-
fi'a don Gonzalo Picón Febre". Xa-
da, que BT'TAQFE no entra al Dic.
porque para eso hav butaca, "sillón
de brazos, almohadillado, entapiza-
do, cómodo y comúnmente con el
respaldo echado hacia atrás". ¡Có-
mo si tan muelle y aristocrático
mena.ie puediera. sustituir al popu-
lar.. V no por ello menos cómodo y
simpático BUTAQUE de nuestras
abuelas!
BUX. (Pronunciado bush. Del
maya bux. Cucúrbita lagenaria.)
m. Planta rastrera que produce el
fruto del mismo nombre, del cual
hacen vasijas o calabazos para dis-
tintos usos. Es una cucurbitácea,
cuyas hojas grandes, acorazonadas
y de borde sumamente irregular, tie-
nen un olor desagradable pareci-
do al del zopilote. El nombre ge-
nérico comprende la planta y el
fruto; también se le llama leque,
aunque este término se aplica más
al fruto partido en forma de jica-
ra o va?ija ancha, en tanto que el
BUX es el calabazo, ahuecado na-
da más o con un estrechamiento
"en forma de cintura.
Interesantísima aparece la dis-
quisición que acerca de esta voz
hace el docto profesor don Marcos
E. Becerra en su importantísima
ob"a "Nombres geográficos del Es-
taHo de Tabasco, pp. 29-30. art. 22.
— BUSH: "El nombre de bush se
aplica en Tabasco a la planta que
produce los calabazos, bules, aco-
cotes, alacaíes o guajes, (lagena-
ria viilgaris- SER.. Cucurbitáceas),
al fruto de ésta y al utensilio o va-
sija que se obtiene del epicarpo de
dicho fruto".
"El Lie. D. Eustaquio Buelna, en
su estudio sobre los Nombres geo-
q^áfico'^ de Sinaloa, considera que
el DO'^brp bule, que allá se da al
uten'^ilio indicado, es de la l«^ngua
cahíta, que allá mismo se habla.
La ci'-cunstancia de que esa pala-
hra nn sólo pe use en Sinaloa. sino
fat^bién en otras '-egiones muv dis-
tintas de aauélla, la de que en Ta-
ba?5co se "se una palabra tan se-
mejante a bule V que tiene más
apariencia, de indígena oue éqta. y
la del significado de bush en la len-
gua ma'P í"cosa hinchada, o cosa
engrosada."") hacen suponer oue bu-
l«» no e»; más que una altei-ación
del or'"ín"ariro mava bush. el cual
nuede haberse propagado a los le-
ianc puntos r^n nne ahora, es usual,
ñor la vía de las huastecas oue,
como se sabe, son de orieen maya".
T^\ vez por esto el erudito lin-
güista Lie. D. Cecilio A. Róbelo,
BUX
— 264 —
BUX
parco por demás en opinar, dice de
la voz Bule, en su Dice, de Pseudo-
aztequismos (p. 2, col. 2a.), que es
de etimología desconocida, enten-
dido desde luego que no tiene co-
mo fuente el mexicano, toda vez
que está clasificada como pseudo-
aztequismo.
"San Pedrito el más chiquito
con San Francisco Javier
se dieron de cocotazos
por vin bushito de miel."
(Tab. Gráf., núm. 152; dic. 28-916; can-
tos populares.)
"Cuando salía con sus trabajadores al
campo, al lado de la jicara y el busch
de posol iba la cartilla, cuidadosamen-
te envuelta en un pañuelo o joloche."
(COFFIN, El Gral. Gutiérrez, IV, p.
29.) No atinamos con la razón que
al autor haya asistido para el adita-
mento o intercalación de una c en la
palabra, letra que ningún papel filo-
lógico ni lexicográfico desempeña,
pues nunca el sonido sh, fr. o igl. se
ha representado en castellano con sch,
que tiene cierto sabor sajón. — "Ven-
ga usted aquí acabo de ver unos
buxes o calabazos llenos (de agua.)"
(MERINO, Celestina, p. 169.)
2. En estilo jocoso se llama fes-
tivamente, o por desmasiado afecto,
bushes a los niños, a los mucha-
chos muy pequeños.
CABAL!
Méx. "Usado como interjección,
aprueba, afirma, o corrobora lo que
otro acaba de decir. En ig-ual caso
usan en el Perú ¡Cabales!, segTin Aro-
na, (p. 143), quien copia un pasaje
de Fernán Caballero para comprobar
que también se usa en España".
(ICAZBALCETA).
CABALONGA, f. (Strychnos trip-
tinervia. Mart.) (?) "Haba de San
Ignacio: semilla de la Ignatía ama-
ra, úsase para envenenar perros."
(ICAZBALCETA.) OCAMPO la cla-
sifica también Strychnos, y descri-
be: "Fruto redondo con algunas
depresiones irregulares, duro, cór-
neo, rubio, muy venenoso para al-
gunos cuadrúpedos."
La hallamos en Cuba con los
nombres técnicos de cervera ther-
vetica según Pichardo (p. 36) y de
thevetia nercifolia (Jussieu), según
Macías (p. 206) citando a Sauv.
Las propiedades de la fruta coinci-
den ron las de la nuestra.
CABALLADA, f. No es para nos-
otros, precisamente simple "torpe-
za o necedad", como dice Icazbal-
ceta. sino despropósito enorme, dis-
parate grosero, dicho ordinario y
soez; fuera de razón y talento, pero
también y principalmente contra-
rio a las buenas costuxabres o la
decencia. Si se quiere más ruda
que la burrada, por la forma; pero
menos gorda que ésta, en el senti-
do de la inteligencia. La Academia
que dio entrada hace algún tiempo
a burrada, apenas si a fuerza del
desgañitamiento de los diccionaris-
tas, tanto españoles como mexica-
nos, ha accedido a abrirle paso a
caballada con una sola acepción,
por cierto defectuosa: "Manada de
caballos y yeguas." La manada de
yeguas se llama yeguada, y el con-
junto de éstas y aquéllos más pro-
pia y comúnmente se designa por
bestiada, (V.). palabra que tampoco
se entra por el Diccionario todavía;
pero en cambio se dice de yeguada,
que es "Piara de ganado caballar"
y piara es "manada de yeguas"., de
modo que resulta yeguada, "¡mana-
da de yeguas de ganado caballar!"
: Cosas habedes, Sancho, que sólo a
los académicos se ocurren! . . . ¡Ye-
guas de ganado caballar; vacas de
ganado vacvmo. . . ovejas de ganado
ovino... la mar de pleonasmos de
cuño... académico!
Móx. G. ICAZB., p. 62;. RAM. y D.,
p. 101.
Cuba. PICH., p. 36. citando a Ar-
boleya: MACfAS, p. 207.
Hond. MEMBR., p. 28. "despropósi-
to: dicho o hecho fuera de razón. —
Palabras soeces."
C. Rica. GAGINI, p. 99: "Xos pa-
rece tan buena como sus sinónimos".
(Asnada, burrada, etc.>
C. Am. P.VT.AZAR. G.. p. 57.
Venez. PICÓN' PEBRES, p. 57, "Dis-
narate. desatino, estupidez, barbari-
dad, equivocación enorme o despro-
pósito inaudito." Ésta y la propuesta
CABA
— 266 —
CABA
por Membreño son las acepciones que
mejor corresponden con la nuestra.
Ríopl. GRANADA (p 128) define la
caljallada como "conjunto de caballos,
sea cual fuere su número, con espe-
cialidad cuando están destinados a un
determinado objeto"; pero no com-
prende a las yeguas.
CABALLAZO, m.
Méx. "Encontrón que da un jine-
te a otro, o a alguno de a pie, echán-
dole encima el caballo". (ICAZBAL-
"Tres o cuatro rancheros acudieron
a su defensa, y rodeándome, me ha-
brían acribillado a cuchilladas y a ba-
lazos, a no haber aparecido en ese
momento, como un Santiago, mi fiel
asistente Martín, llamando a gritos al
escuadrón que no existía y repartien-
do a diestra y siniestra caballazos y
cuchilladas". (PAYNO, Fistol, t. IV,
cap. XVI). — "Lo acabó de salpicar',
teniendo que meterse a gran prisa,
por no recibir un caballazo". (Astucia,
t. II, cap. I, p. 34.) — "Xo tengo va-
lor para darte un caballazo". (ID., ib.,
p. 36.)
CABALLERANGO, m. No es pre-
cisamente el caballerizo del Diccio-
r.ario, "El que tiene a su cargo la
caballeriza", ni es tampoco exacta-
mente como lo define Icazbalceta,
"El mozo que en las haciendas o
casas particulares cuida y ensilla
los caballos." El CABALLERANGO
tiene no sólo estos últimos oficios,
sino también y muy especialmente
el de mozo de estribo, esto es, per-
sona que acompaila constantemente
a su principal a caballo, prestan-^
dolé los servicios necesarios y las
atenciones consiguientes para la I
caballería. Es más bien un deriva- ■
do o forma peyorativa de caballero, I
en su acepción fundamental "el que I
cabalga", que derivado de caballo. •
La desinencia anga, ango ha servi- 1
do en el lenguaje popular para la |
derivación de voces de sentido y
exnresión despectivos, que expresan
a la vez semejanza o analogía, aun- 1
que bajas: bullanga o bullaranga, !
maturranga, burundanga, caballe-í
rango, etc. |
Parece que es voz exclusivamen-
te mexicana, pues no figura en los
léxicos provinciales de los demás
países de habla española en Amé-
rica.
RAMOS y DUARTE, p. 101. — OCAM-
PO, p. 137.
"El magnífico potro inglés aban-
donó dócilmente su pezuña entre las
manos del caballerango." (AZUELA
Mala Yerba, V, p. 33.) — "Los ani-
males enmantados que siguen a dis-
tancia a Julián, y que recorren
la pista llevados de la brida por
los caballerangos". (ID., Ib., XV, pp.
115-16.) — "Lo que no sabe por la
ama de la casa (hace que) lo sepa
por el cochez-o, por el lacayo o por el
caballerango". (FACUNDO, Mariditos,
cap. IV.) — "Pero él caballerango no
supo darle la dirección". — "El vica-
rio escribió la carta. Doña Pancha se
la entregó al cabaMerango. (DELGA-
DO, La Calandria, XV. pp. 135-36.) —
,,A las doce vino el caballerango."
(ID., ib., XXIV, p. 220.) — "Lo.'? jine-
tes se apearon en la casa de Rosas,
y mientras el caballerango paseaba
las cabagalduras". (ID., ib., XXXIV,
p. 292.) ,
CABALLERÍA, f. Medida agraria
en figura de paralelógramo, que mi-
de 1104 varas de largo por 552 de
ancho, o sean 609,408 vs. cuadra-
das de superficie; pertenece al sis-
tema antifíuo. aunque es muy usa-
da hoy todavía en la práctica agra-
ria y en el trato de la vida común.
Su equivalencia en el sistema mé-
trico es de 42 hectáras, 79 aras,
53 centiaras.
Ninguna de las tres medidas que
con este nombre explica el Diccio-
nario corresponden exactamente en
superficie a la nuestra: la prime-
ra va^e 3.863 -•'reas o 60 fanegas;
la cubana. 1.34,3 áreas y la porto-
rriqueña, 7.858. Debió, por tanto,
1-nencionar la mexicana, de 4,279
áreas o aras.
Entre la gente campesina, y más
rntre la ind'gena, la caballería va-
le diez zontles (V.), tomándose esta
voz en acepción traslaticia de su-
CABA
^ 267
CABA
perficie de terreno ocupada por ub
zontle de sembradura de maíz.
"Con saber que la caballería tiene
1104 vs. de largo, por 552 de ancho
o fondo, que forma un cuadrilongo,
en cuya figura entra exactamente una
caballería de terreno. Ahora bien, co-
mo la caballería contiene diez zontes,
y el zonte tiene 60,940 vs. cuads. de
sup., resulta que la caballería cons-
ta de 609,408 vs. cuads." (M. GIL, y
SAEXZ, '-El Caporal", p. 16.)
Méx. G. ICAZB-, P- 62, col. 2a.
CABALLITERO, m. Empresario
de caballitos; encargado o dueño
de ellos.
Cuba. "El que trabaja en ejercicios
ecuestres". (MAGIAS, p. 207 y PI-
CIÍARDO, p. 36.)
CABALLITO (EL), m. Baile indí-
gena introducido por los conquista-
dores y que hasta hace poco tiem-
po se veía en las festividades de
los santos y patronos de los pue-
blos. Llámase también, aunque me-
nos comúnmente, caballo: V. BAI-
LE.
CABALLITOS (LOS), m. pl. Apa-
rato o construcción especial a ma-
nera de hipódromo, para diversión
de los niños; consiste en una se-
rie de caballitos, de madera por lo
común, fijos en un plano circular, o
en forma de corona, que tiene mo-
vimiento giratorio. De ordinario, es-
te movimiento se combina con una
mpquina de música que ameniza la
diversión, y que ocupa el centro.
En Cuba significa espectáculo o
función que tiene lug^^r en los cir-
cos ecuestres (MACÍ.\S. p. 208; PI-
CHA RDO. T). 3fi) ; entre nosotros es
de?!"onocida esta acepción.
Aunque nuestros diccionaristas
nacionales, mar. conocedores de la
capital que de los Estados, omiten
la palabra, la diversión y el obje-
to de ella no son nada más provin-
cianas, como que en la Alameda de
esta Ciudad de México tenemos
unos muy simpáticos caballitos, en
donde se da cita tarde a tarde y no-
che a noclie la niñez; tampoco es
tan nueva la diversión, pues nos-
otros recordamos haber cabalgado
en los caballitos para tomar fres-
co y solazarnos desde los primeros
tiempos de la infancia, hace ya tal
vez una larga veintena de años.
Toro Gisb. (Americanismos, p.
149) censura el uso de irnos caba-
llitos como sinónimo de Tío vivo
(desconocido aquí), que se hace en
el Perú, según Arona, y en Andalu-
cía; mas parece que la. crítica se
refiere al uso de la voz en el sen-
tido de máquinas de vapor, acep-
tando la nuestra, toda vez que dice:
"Caballitos siquiera que se ven aho-
ra en las grandes ferias, exposicio-
nes, etc." Además de "dar multas",
que agrega, parece también que se
refiere a los mismos que describi-
mos aquí. Llámase también Carru-
sel. (V.)
CABALLO, m. SER DE A CABA-
LLO, fr.. ser jinete; tener destreza
o habilidad para montar a caballo;
estar acostumbrado a ello.
"S-is o siet*^ de esos muchachos de
a caballo, de las mejores familias, que
p"dan con los vaqueros". (PAYNO,
Fistol, t. II, cap. L, p. 822.)
2. También tiene el significado
metafórico que expresa Icazbalce-
ta: "expr. fam., fumar cigarro pu-
ro, y no de papel. Dlcese al que
ofrece uno de éstos."
"Sánchez sacó cigarros. ¿Fuma us-
ted?, le dijo a su vecino. — Soy de a
cabaüo". (FACUNDO, Jamonas, t. II,
cap. XII.)
CABAÑUELAS, f. pL En esto de
las CABAÑUELAS andamos en des-
acuerdo americanos con españoles,
y aún los americanos mismos en-
tre nosotros; por eso Toro Gisbert
dice (Dice. Lar.): "Cálculo que sue-
le hacer (no que suele hacer, sino
que hace) el vulgo, basándose en
el tiempo que hace en los 24 prime-
ros días de Agosto (o en los 12, 18
o 24 primeros días de enero, o en
CABA
-- 268 —
CABE
los primeros días de Septiembre,
según los países), para pronosticar
el tiempo que hará en los 12 meses
del añ'O."
Con efecto: el Diccionario las fi-
ja en los 24 primeros d'as de agos-
to; ICAZB., en los primeros 12 o
24 días de enero; ÍIEMBR., en los
primeros 18 de éste último mes;
por fin, BAYO, más impreciso, lla-
ma así' a las primeras lluvias de
verano (nuestros aguaceros), aun-
que dice, por otra parte, "allá en
el mes de septiembre."
A pesar de los defectos literarios
aue encierra la descripción de
OCAMPO (Idiotismos, p. 137) acer-
ca de las cabañuelas, son éstas las
que mejor corresponden a las nues-
tras, aunque no precisamente como
lluvias : "Lluvias . . . sobre las que
hay mil preocupaci-ones ridiculas
entre los campesinos. Cuentan p.e.
que. . . o no en el mes de Enero así
se ... . a en todo el año. Cada uno
de los doce primeros días de Ene-
ro vale por un rpes contados en el
OT-den común: Enero, Febrero, Mar-
zo, etc. El d^'a 13 comienzan los
n^ismoñ mesí^R en orden inverso:
Diciemb^-e, Noviembre. Octubre,
etc. Desde el 25 se cuentan dos me-
ses ñor día, de manera qne Enero
empieza a media noche del 24 y
acaba a medio día, sisniéndole Fe-
brero, etc. Esto va hasta el 30. El
día 31 comprende todos los meses.
uno por cada hora, en el orden di-
recto y después en el inverso." Te-
rreros y el Dice, de Aut. las refie-
ren a enero, lo mismo que nosotros.
Las de Ríopl. son tan curiosas en
verdad, qne bien vale ser reprodu-
cida su descripción: "Las prime-
ras lluvias de verano, estación en
la oue empieza la época de aguas
en la zona tropical. Los agriculto-
res bolivianos toman una piedra
distinta cada nueve días, allá en
el mes de septiembre, y por la ma-
yor o menor humedad que vierte la
parte que estaba hundida en el sue-
lo, predican la copia de aguaceros
para cada uno de los nueve meses
de la temporada agrícola. A estas
piedras cabalísticas llaman tam-
bién cabañuelas." (BAYO, p. 39.)
CABECEADA, f.
Méx. "Cabezada, por "inclinación
de la cabeza hacia el pecho del que
se va durmiendo y no está aco.stado".
(Dice.) Tamhién la acción de alzar y
bajar con rapidez la cabeza el caba-
llo. Me parece bien formado el verbo
cabecear, y se evita la equivocación
fon rabí'zada. el PTolpe que se da con
la cabeza o se recibe en ella, y con
i-r.Kc7r.da. arreo del caballo". (ICAZ-
BAT^CETA. p. fi3.)
CABELLERA. (Loranthus vene-
tijs.) f. Planta narásita muy común,
familia de las lorantáceas, que sue-
1p ser nociva para los árboles de
cultivo. Nace en forma de cepa so-
bre el tallo del árbol, y sus ramas
de color verdinegro y de hojas lan-
ceoladas pequeñitas. se desarrollan
como fibras colgantes, a lo cual de-
be su nombre.
"Dos cansa*? graves contribuyen al
mal éxito de las empresas oacaoteras:
las enfnrmedad'^s parasitarias y las
rriptosrámicas. Las primeras son pro-
ducidas por las nlantas p^aueñas que,
por el mal cultivo, se adhieren a los
tallos de los árboles. Algunas de és-
tas cbupan los jug-os de las plantas
de cacao, en muchos casos basta
ag'otarlas, entre las cuales nodemos
mencionar como principales la cabe-
llera, que hace s\is mayores estrados
en los árboles de sombra, los oue con-
fasrian despiié.»? al cacao". (MARTÍ-
NEZ. Cultivo del racpntero, p. 61.")
CABELLO, m. MUDAR o MORIR
CABELLO, fr. con que se expresa
el hecho de secarse las primeras
barbas o cabellos de la mazorca de
maíz, y que indica en ésta el pa-
so del estado de jilote o maíz tier-
no al de elote o maíz verde. V.
MAÍZ.
*'En este estado de hilotes. es muy
aoetecido, pues tanto el crrano. como
el bacal o elote están blandos y dul-
CABE
— 269 —
CABE
ees, que los echan en el puchero u
olla, etc., y es superior; luego dicen
ya mudó cabello " (GIL. y SAKXZ,
El Caporal, p. 58.) — "En efecto, ya
que asomaban las mazorcas, le avisé,
y que había mudado cabello". (ID.,
Ib., p. 69.)
CABELLO DE ÁNGEL. (Poincia-
na pulcherrima) (1) m. Hallamos
este sencillo y florido arbusto asi
en las Islas como en tierra conti-
nental de la América, con distintos
nombres: cabellos, o cabe I lites de
ángel, aunque advertimos que no
es la misma de nuestro suelo. La
descrita por Ocampo (Idiotismos
hispano mexicanos) es la única
idéntica a la nuestra: "Planta le-
guminosa de seis a ocho pies de
altura; hojas aladas compuestas;
hojuelas ovales, pares, de im gris
amarillento; flores compuestas úni-
camente, de numerosos estambres
rosados, sostenidos sobre una cú-
pula semiesférica. Inga spuria." Me-
nos, y sobre todo nada bueno lo que
dice RAM. y D. : "Flor conocida por
amapola en Yucatán, por lele en
Córdoba, por cabe Hitos en Guerre-
ro." En los lugares correspondien-
tes dice de amapola y lele, que son
"flor llamada cabellitos",. . . y se
queda tan fresco! Ranunculácea es
en Cuba; bejuco, dice Membreño;
la nuestra es leguminosa, planta en
clase de arbusto, no de bejuco, en
varias especies que se distinguen
por el color de las flores, desde
amarillo pajizo hasta rojo purpúreo.
Cuba. "Planta ranunculácea, con
hojas de tres en tres, cordiformes,
con pocos dientes, velludas como las
flores que salen en ramilletes. (Clema-
tis habanensis). Hay \arias especies,
y también dan este nombre algunos
a la Disciplinilla". (PICHARDO, p.
36.) MACÍAS reproduce lo anterior, ci-
(1) Clasificación propuesta por el se-
ñor Rovirosa en su obra "El Partido
de Macuspana", MS., p. 22. En la obra
Sin. vulg. y clent., que hemos cita-
do antes, llámase Calliandra grandi-
flora. Bent.
I tando a Sauv. que hace mención de
¡ tres especies de la Clematls.
Hond. MEMBREífO, p. 47, descri-
be con el sinónimo de crespillo, la
Clematls dioica, L., por la cual des-
cripción se ve que es otra planta en-
teramente distinta de ésta: "Bejuco
que se cría regularmente en las cer-
cas y echa unas panojas de flores en
forma de cabellos blancos. La hoja
es vm vejigatorio muy activo.
CABEZA, f. Con este nombre se
designa vulgarmente, en la planta
del plátano, la parte que el Diccio-
nario llama cepa, "parte del tron-
co.. . que está dentro de tierra y
unida a las raíces."
"Cabezas C- Aplícase este nombre
a las cepas o extremidades inferiores
de las plantas, después de que han
fructificado. Estos troncos son verda-
deros tubérculos, que al sembrarlos,
dan nacimiento a tantas plantas como
yemas u ojos tiene en su superficie".
(MARTÍNEZ, El plátano Roatán, Ta-
basco, p. 9.)
En sentido genérico se usa la pa-
labra cabeza para designar los bul-
bos o tubérculos subterráneos de
plantas como el macal, el queques-
te, etc., lo cual no es fuera de ra--
zón, habida cuenta de la semejan-
za con la cabeza de ajo que consig-
na el Diccionario.
En cambio, cepa (V.) es palabra
que tenemos reservada para expre-
sar el conjunto de tallos que tie-
nen una raíz común.
2. Por aplicación extensiva de la
acepción castiza en que la voz ex-
presa el extremo de una cosa, llá-
mase CABEZA al cogollo de las
plantas, la parte tierna del extre-
mo superior del tallo. Son comesti-
bles las CABEZAS de varias palme-
ras.
ECHAR O TIRAR DE CABEZA a
alguno, fr. que significa precipitar-
lo a la desgracia o al desprestigio,
por actos de mala ley.
CABEZA DE NEGRO (Anona mu-
ricata L.) m. Nombre íle una plan-
ta y el fruto de ésta, llamada tam-
bién polbox (maya.) (V.)
CABE
270
CABE
"El polbox, o cabeza de negro, que |
se reputa enfermiza". (Dice. Univ. de ¡
Hlst. y Geogr., art. YUCATÁN, (De- ¡
part. de), t. III. del Apénd., p. 986.) |
CABEZADA, f. "Golpe dado con j
la cabeza. El que se recibe en ella, |
chocando con un cuerpo duro." Dice, i
Para nosotros es más bien el gol- 1
pe o embestida dados de frente con
la cabeza; el golpe dado con la ca- !
beza, en cualquiera otra forma, o \
recibido en ella, se llama CABEZA- i
ZO. V. CABECEADA. !
CABEZAL, m. Nunca llamamos
así la almohada, de que habla el
Dice, sino la parte de la cama ha-
cia la cual se pone la cabeza, y en
plural, cabezales, los travesanos de
ambos extremos del mismo mueble, '•
que unen los pilares o sostenes ver- i
ticales, salientes en la parte supe- j
rior. 1
También se usa la palabra en ;
las acepciones de cabio, que expre-
sa RAMOS y D., p. 102. "Travesa-
nos que con los largueros forman el :
marco de puertas y ventanas"
(Dice), y en general llamamos así
a todo travesano sobre el cual des-
cansa un larguero, o unido al extre-
mo de éste.
CABEZAZO, m. V. CABEZADA. |
CABEZO, m. "Mar. Roca de cima
redonda que sobresale .del agua o
dista poco de la superficie do ésta." i
Dice. En nuestra costa regional son
por cierto las rocas las que menos
abundan; no por ello dejamos, sin |
embargo, de hallar en la geografía \
descriptiva del litoral, los cabezos,
sólo que hemos dado mayor exten-
sión a la voz, una generalidad que
no tiene, si se quiere, pero que no
delfi. de ser explicable. Llamamos í
así a los bajos o bancos que emer- j
gen de la superficie marina en las
barras o desembocaduras de los I
ríos, tal vez aludiendo a la circuns- ¡
tancia de hallarse en la "cabeza" i
o embocadura de la corriente flu-
vial.
"En todas las bocas de los ríos se
halla lodo hasta que se sale de las
cabezas o puntas de barra, (cabe-
zos)". (Gil y SAENZ, Cart. de la
Geografía de Tabasco, p. 69.) — "El
canal o paso de la "barra" describe
una curva a la izquierda o sea hacia
el N. W., entre los dos cabezos o ban-
cos llamados "Buey Grande" y "Pa-
jaral". (GONZÁLEZ, Los Ríos de Ta-
basco, p. 34.) — En la página 77 de la
obra vuelve el autor a hablar de los
cabezos.
CABEZOTE. m. El capitel o mon-
tera; parte superior o tapa del
alambique que cubre la caldera. Es
el nombre vulgar usado en el len-
guaje labriego de los ingenios de
caña. No es malo del todo, como
que está formado de cabeza, que
también se aplica a tal parte del
alambique.
CABO. CABO DE CITA. En los
vecindarios o riberas de Tabasco se
llama así un agente de la policía,
auxiliar de los Agentes Municipales
o Comisarios de Policía, cuya fun-
cr-ón oficial consiste principalmente
en ocuparse de hacer las notifica-
ciones o citaciones a los vecinos, a
lo cual debe su específico de CA-
BO DE CITA, aun cuando haga tam-
bién en determinadas cir constan-
cias o en caso necesario verdadero
papel de asrente de la polic.''a. para
somete^ al orden a los rijosos y
trastornadores de la p^z pública.
También en los pueblos se lla-
man así.
El cargo es meramente gratuito,
y obligatorio, por turnos de uno o
dos meses, siendo nombrados los
agraciados por el respectivo comi-
sario, a discreción.
Llámasele también alguacil (V.)
CABRESTADA. f. Conjunto de ca-
brestos, manada de éstos: formado
como boyada, caballada, vacada y
otros de igual índole que autoriza
el Diccionario.
CABE
271
CACA
A propósito, y aunque ya Cuervo
(Apuntaciones críticas, cap. X) es-
tudió como un caso de evolución ',
fonética por alteración condiciona-
da (disimilación), comunísimo en
América, esta metátesis; es tan
usual, que casi nadie dice cabestro
sino cabresto; tal parece que se ha
destituido del lenguaje popular lo
que en el lenguaje culto pasa como
forma anticuada, y así conserva- ,
mos, además de la anterior, cabres-:
tear, cabrestiilo, etc.
CABRES EAR. "CABRESTEA O
SE AHORCA. Si no lo hace por
bien, lo hará por mal." (ICAZB.)
Es de uso vulgar.
"O cabesteas o te ahorcas." (Astu-
cia, t. I. cap. A'II.) — ■"Donde lo co-
ja a carrro, cabreste? o se ahorca".
(ID., t. II, cap. III.)
CACAGUAL, m. Cacaotal; plan-
tío de árboles de cacao. RAMOS y
D. afirma que as^ se dice en Ta-
basco; pero en verdad que después
de los indios, que dicen cacagua al
cacao, a nadie más un poco culto
ha de oírsele tal badomía. Tal vez
en Cuba sea verdad que también
se usa. y sea común (MACÍAS, p.
215.) Dicho sea esto, no obstante
que el Diccionario planta un caca-
hual más feo que todo, sin decir de
donde lo deriva, cuál es su origen,
espurio sin género de duda, a me-
nos que conse-vemos el cacan del
maya o el cacahuati del mexicano;
más. en tal caeo. se contradice la
propia Corporación en su criterio
al ado'^tar cacao po" la forma casti-
za de la voz derivada de cacahuat.
como to'-ne v o-róneamente traduce
la rp'7 irdí^TPpi r^TiQ es cacahupt'.
de te-''"ip^rión t' n'-onia del náhuatl
o mexicano, no t. desconocida como
tal en -""ta len"iia.
CACA'^. m. PEDIR CACAO: "pe-
dir piafía, darse por vencido."
(IC.\ZB.)
">f" 'nt'^rrur"Dieron los gritos des-
aforados que dieron todos., unes pi-
diendo su carabina, otros sus caba-
llos, y todos cacao, como vulg-armente
dicen". (PENSADOR, Periquillo, cap.
XX. p. 2tiS.)
Bogotá. Icazbalceta cita a Cuer\-o,
{6(i'¿), que consigna la frase. Tal vez
en ediciones anteriores, pues en la
que tenemos la vista (5a., párr. 907)
ao figur-i.
Costa Rica. FERXÁXDEZ FERRAZ,
p. 16.
Venez. Rn'ODó, p. 26S, criticando a
Cuer\o el uso de onomatópica por ono-
matopéyica.
Icazbalceta, en muy eruditas ale-
gaciones, habla del cacao, emplea-
do como moneda antiguamente, se
entiende que en México. Es de ad-
vertir que igualmente se usa en los
países vecinos, como afirma Róbe-
lo (Dice, de Aztequismos, p. 248);
más aún, en todo Centro América,
: región productora por excelencia
del cacao. Batres (p. 152) dice que
aun se usa en algunos lugares esa
moneda; tenemos entendido que
así es, pues los indígenas en Ta-
basco truecan, como ellos dicen, sus
producciones menores, maíz, hue-
vos, etc. preferentemente por el ca-
cao, muy apetecido por tales gen-
tes para la bebida del chorote, que
es su predilecta.
Si el autor mexicano antes cita-
do creyó oportuno hablar del em-
pleo del cacao como moneda, no
nos parece fuera de lugar expresar
que Tabasco y Chiapas, como en
otro lugar dijimos, son las tierras
productoras por excelencia del ca-
cao en la República. También se
encuentra, aunque no tan abundan-
te ri de igual calidad, en algunos
ofos Estados, como Michoacán.
Del uso que de este grano se hi-
zo como moneda encontramos da-
tos desde las "Relaciones de la
Provincia de Tabasco." escritas en
i 1579 por mandato del Sr. D. Guillen
; de las Casas. Gobernador de la Go-
j bemación de Yucatán (de la cual
I dependía la Provincia) , y acuerdo
CACA
— 272 —
CACA
(le S. M. Felipe II. En ellas halla-
mos esto: "Ay en esta provincia en
los pueblos de los naturales della
muchas huertas y eredades de ca-
cao que es la moneda dellos desde
su gentilidad de los quales ay mu-
cha abundancia de que se coje de
tres mil cargas de cacao en cada
año, etc." (MESTRE G., Arch. hist.-
geogr. de T abasco, pp. 44-5.) "En el
bivir bestir e sustento tenían por
costumbre especial los yndios chon-
tales no comer sino solo bever e si
que éstos se hagan de metales co-
rrientes, y que sólo por excepción
se usen de oro y de plata; así tam-
bién lo común parece que se usa-
ran como bebida cualesquiera clase
de cacao, y solamente por excep-
ción el cacao fino, más preciado y
por lo mismo más propio para mo-
neda.
Los autores que hablan de tales
empleos así lo dan a entender, o
lo dicen claramente. Don Cecilio A.
Róbelo, expone: "Los mexicanos co-
comian era mui poco y bevian unai nocían..., cuatro especies (de ca-
bevida que se haze de la moneda su- i cao), a saber: el quauhcacahuati, él
ya que es el cacao." mecacahuatl, el xochicacahuatl' y
Recientemente se ha publicado el tlacacahuatl, o "cacao humilde"
en esta Capital en una colección! (?). el más pequeño de todos
de "Monografías Nacionalistas" i Todos los cacaos tenían las mismas
muy importantes, una titulada El propiedades y usos; pero para la.
Chocolate, por D. Luis Castillo Le- 1 bebida empleaban de perferencia el
don. El que esto escribe ha hecho j tlacacahuatl (esto es, el cacao hu-
algunas ligeras rectificaciones al
autor, por haber éste olvidado el
batidor y algunas otras pequeñas
cosas. Por considerarlo conducente
aquí, haré referencia de lo que en
esas rectificaciones dije acerca del
uso del cacao, como moneda y co-
mo bebida. Según» Castillo Ledón,
milde (?), el más pequeño de to-
dos). Los otros servían de moneda,
etc." (Dice, de Aztequismos» p. 248.)
El tlacacahuatl es el llamado hoy
cacahuate, de suerte que no era el
fino exclusivamente el que servía
de alimento, sino que, por el con-
trario, casi "exclusivamente" nó
'los indígenas... usaban el corrien-¡ servía para ello, toda vez que, co-
te como moneda, ... y el fino exclu- ¡
sivamente de alimento." (Ob. cit. |
p. 2). Nosotros creemos lo contra- 1
rio: que fue el cacao de mejor cía- 1
se el que se usó como moneda "ex- j
elusivamente", y el corriente comoj
bebida aun cuando también de |
aquel pudiera hacerse este uso. Pa-
mo dice el autor alegado, se em-
pleaba "de preferencia" el menor,
o de inferior calidad.
D. Mariano Veytia (Texcoco en
los últimos tiempos, Ed. Bustaman-
te: pte. 8a., cap. V, p. 230) citan-
do a Alva Ixtlilxóchitl y a Chimal-
pain dice que los indios "comercia-
rece lo indicado, del mismo modo ¡ t)an con cacaos; costumbre que aún
que en la Economía Política y So
cial moderna se emplean como mo-
neda los metales preciosos de ma-
yor valía, ya sabemos por qué ra-
zones de la propia índole económi-
ca, y por comodidad. Y así como
pueden emplearse también esos me-
tales, el oro, la plata, para hacer
alhajas y otros objetos, lo común es
se conserva^ en Oaxaca"; luego se
lee "y yo (el editor de esta obra,
originario de aquella ciudad (1) lo
(1) De este paréntesis aparece que
quien hahla no es el autor Veytia. si-
no el editor Don Carlos María de Bus-
taniento. Esto engendra una de tan-
tas confusiones a que da lugar la vi-
tuperable costumbre de este editor de
meter su hoz en mies ajena, a veces
CACA
— 273
CACA
he hecho siendo niño, comprando
fruta por 15 ó 20 cacaos de los más
gordos y escogidos que no están
quebrados en lo que son demasia-
do escrupulosos los indios para re-
cibirlos."
Lo más oscuro es lo relativo a la
equivalencia del cacao con la mo-
neda antigua. TERREROS se expre-
sa así (Art. TLACO) : "En la Amé-
rica lo mismo que cuartillo de real
colunario, de modo que dividen los
die^ cuartos y medio en dos cuar-
tillos, o cuartos tlacos, o 32 cacaos,"
etc. Él pasaje es oscuro, tanto por
la redacción como porque el autor
no define el real columnario en la
obra, moneda que según el Diccio-
nario de la Academia es el mismo
real de vellón o quinta parte de
la peseta columnaria. En las Car-
tas de Indias (Madrid, 1870) se ex-
presa con mayor precisión que "el
cacao era la moneda ínfima" y que
"cien almendras componían im
real", (p. 660, nota 33). Como se ve
la diferencia es patente. Lo cierto
es que aun en el día de hoy se con-
serva entre los indios la práctica
de estimar la libra de cacao, com-
puesta de ochenta manos o un zon-
tle de granos, en el valor de un
oeso de ocho reales; de modo que
el real equivale a 50 granos o al-
mendras, o lo que es lo mismo:
cuatro granos por un centavo. Hoy
el precio es mucho más elevado.
La última equivalencia explicada
parece la constante desde la época
colonial, según lo comprueba este
pasaje de DORANTES DE CA-
s.'.n advertirlo. Con razón sus biÓRra-
fo8 han dicho de él "jamás pudo pres-
cindir de la manía de intercalar en
el texto sus propias observaciones,
«•onfundiéndolas con las del autor, y
menos pudo curarse del prurito de
.iñadir notas... ridiculas, triviales, in-
útile.';. fastidiosas y*., obscenas."
(Dice. Univ. de Hist. y Geogr.) J
' RRANZA, que fija al cacao un va-
lor que casi concuerda con el que
hemos señalado, dice así: "Nacen
unas almendras que llaman cacao...
valen 24 mil almendras, que es una
carga que suele llevar un indio a
cuestas, 70 y ochenta pesos, y los
dichos cacaos y almendras corren
po;- toda la tierra por moneda."
(Sunn. Reí. de N. España., p. 117.)
CACAOTAL, m. Terreno planta-
do de cacao; plantío de este ár-
bol. La Academia no define esta
%oz. dándola solamente como sinó-
nimo de cacahual, lo que quiere de-
cir que ésta es la que debe usarse
preferentemente.
Lo común en Tabasco es llamar
hacienda al plantío de cacao; sue-
len las personas leídas usar de ca-
caotal, aunque aparezca algo exóti-
ca la voz; pero de cacahual (o ca-
'cagual, como dice Ramos y Duarte)
ni los muy cultos ni los que no lo
son le usan jamás. Quédese, pues,
para los académicos.
CACAOTERO, RA. adj. Relativo
al cacao: industria CACAOTERA.
"I>a alza de derechos a los cacaos
extranjeros, favoreciendo la produc-
ción nacional de este fruto, es decir,
a la industria as^rícola cacaotera, per-
judica a la indfstria nacional elabora-
dora de chocolates."' (El Partido Li-
beral, núm. 15. S. Jn. Bautta., oct. 23-
iSS3.> — "En f\ posible conflicto de la
industria asfrícola cacaotera." (Ibid.,
id.)
CACARAÑA, f. "Señal u hoyo
que lieja la v^iruola. Por extensión
se aplica a los hoyos pequeños y
numerosos que hay en cualquier
objeto". (principalmente si son
desiguales e irregulares.) (ICAZB).
La Academia que. como siempre,
anduvo desatinada. decÍH antes que
cararaña y cacarañado eran voces
de México. Ya en su última edición
(14a.) reparó en el error y quitó
lo de México; pero aún srgue sien-
do deficiente, según estas palabras
18
CACA
274
CACA
de Róbelo indican (Dice, de Pseu-
doaztequismos, p. 3): "Tampoco es
cierto que cacarañado sólo se apli-
que al rostro de una persona", pues
se dice también: fruta cacarañada,
dulce cacarañado, pared cacaraña-
da. Cacarañado es lo que estaba
terso y liso, y después tiene hoyos
u otras señales en la superficie".
Esta deñnipión, por otra parte, es
de lo más acertado y preciso que
pueda darse.
Hasta allí por cuanto al significa-
do de la voz; en relación a su eti-
mología, la cosa anda peor por
cuenta de la Real Academia. "Qui-
zá de caca", dice. ¡Eso de traer de
caca el origen del sello que al' in-
dividuo queda en la cara como tra-
sunto de la viruela, cuasi sube al
tono de una injuria! Róbelo (loe.
cit.), mejor orientado tal vez que
el Maestro Macías (Dice. Cubano,
p. 217), a quien critica, expone que
"Cacarañado es una contracción
irregular de cara arañada". Parece
lo más conforme con la eufonía, du-
plicando el sonido ca-ca, de todos
modos menos ingrato que ra (sua-
ve) : ca-ra-ra-ña-da, tanto más si se
atendió a la concordancia incorrec-
ta de cara y arañado para formar
el masculino.
La Academia se olvidó, por úl-
timo, del verbo cacarañar, "Arañar,
lellizcar una cosa hasta llenarla de
hoyos pequeños o cacarañas",
(ICAZB.), y, rehacía por tempera-
mento, aun no le da entrada en su
décimacuarta edición.
Cacaraña, cacarañado, da y caca-
rañar, corren por toda la América
española; seguramente tal vez por
España también, aun cuando la
Docta Corporación no acuerde el
uso del verbo.
Bayo, (Voc. sudamericano, p. 40)
echando su cuarto a espadas, en lo
lelativo a etimología, dice que ca-
carañado es voz quechua de caca-
raña, por más que ésta no sea re-
gistrada en el vocabulario. Dada la
tendencia irrazonada de ciertos au-
tores a sacar de una lengua deter-
minada cuanto vocablo les viene
en gana, nos creemos autorizados
para tener nuestras reservas en
admitir a ojos cerrados ciertas eti-
mologías. Lo más acertado parece,
en este caso, la opinión del Lie.
Cecilio A. Róbelo. '
CACARIZO, ZA. adj. "Méj. C»ca-
rañado". Dice. Ahora sí reapareció
lo de Méj. Si el Diccionario hubie-
ra dicho "tal vez de Méjico", nos
prestaría tanta fe como "tal vez
de caca"; pero aquí no aventuró
parecer, se comprende que por tra-
tarse de un derivado de cacaraña,
con la variante de terminación izo,
y por tanto, también procedente
"tal vez de caca".
Icazbalceta que registra el voca-
blo, no alega autoridad; podríamos
dar la siguiente:
"La A'irgen de Cíiiadahipe y la de
los Remedios:
— Necia, cacariza, le decía la de
Guadalupe.
— Ordinaria, mala .sangre, replicaba
la de los Remedios." (PRIETO, Me-
morias, (28-40) cap. r, p. 20.) — "Re-
verendos Padres, como el padre Pe-
r;ilta de San Agustín, sin olvidar ni
al cacarizo Torres, ni a mi tío Don
Manuel Rodríguez." (ID., ibid., cap.
II, p. 102.)
CACASTE, m. "CACASTLE. Ar-
mazón de madera para llevar algo
a cuestas". Aunque ligera la defi-
nición de la Academia, así es poco
más' o menos; a pesar de que no
es simple armazón, sino, mejor "es-
pecie de alacena portátil de enre-
jado". (ICAZB.) Nosotros, como en
Honduras (MEMBREÑO), decimos
CACASTE: lo mismo hemos ob-
servado en México. Róbelo (Dice,
p. 485) consigna cacasclef como
forma del aztequismo. Dado que la
terminación ti, tli, náhuatl o mexica-
CACA
CACI
na, se traduce en castellano te:
apaste, tenamaste, etc., nuestra for-
ma cacaste debe tenerse como me-
jor tradudcción del aztequismo.
OCAMPO. (Voc. de idiotismos, p.
140) establece en forma clara la
diferencia entre cacaste (cacastle,
dice él) y huacal: "Diferenciase de
éste en ser mayor y de distinta fi-
gura, como dispuesto para cargarse
sobre la espalda, mientras aquél se
carga sobre el lomo de animales,
ordinariamente acompañado de otro
igual".
I^ubio censura en forma demasia-
do acre, más que ática, la famosa
definición de la Academia, refirién-
dose a la cual dice: "Es decir, que
el cacaxtle puede ser prismático,
cónico, cilindrico, piramidal, esfé-
rico; cualquiera que sea la forma.
;Qué barbaridad!
"Seguramente que el académico
autor de esa dítmición no tuvo la
más ligera idea de lo que estaba
definiendo, y por efecto de esa in-
creíble vaguedad en la forma; con-
virtióse en un disparate la preten-
dida definición.
"Enteradísimo debe- quedar quien,
no sabiendo, quiera saber, por lo
que dice la Academia, lo que es un
cacaxtle, etc." (Los llamados mex.
de la Academia, p. 52.)
2. Especie de armazón, tapesco o
enrejado de jahuacte o de palitos,
colocado por lo común sobre el fo-
gón, en la casa campesina, para se-
car y ahumar frutas, jicaras, cocos,
carnes, etc. Llámase también ca-
castillo y tapesquillo.
En CAVADA (VOcab. de Chiloé)
hallamos descrito este utensilio ca-
sero con el nombre de COLLÍN,
que entre nosotros se aplica al ma-
chete (V.)
CACASTLERO. m. El aue carga
en cacastes. El que los hace, o los
No viene de más reproducir aquí
lo que dice el citado señor Rubio,
censurando justamente la defini-
ción de la Academia, tan desatina-
da y caprichosa como casi todas
las que a cosas de América se re-
fieren. Dice así: "Cacastiero. m.
Méj. India que transporta mercan-
cías u otras cosas en cacaxtle".
(Acad.)
No, señor; aquí, cómo de costum-
bre, sobra el indio. Cacaxtlero no
es más que el que carga el cacax-.
tle, quienquiera que él sea Si
algún académico español, el autor
de estas definiciones, por ejemplo,
viniera a menos y tuviera que ver-
se en la. . . . necesidad de. . . . car-
gar el cacaxtle, sería cacaxtlero sin
ser indio...." (Mex de la Ac, p.
53.)
CACARÉ (Del maya kak, fuego, y
té, árbol: árbol del fuego; sin du-
da, por la resistencia de la casca-
ra del fruto.) m. Árbol gigantesco,
semejante al guapaque por el ta-
llo y las hojas. Fruto del mismo
noipbre, semejante a la avellana,
negro cuando maduro, de cascara
resistente; al interior lleva una
nuez muy blanca, blanda, muy
amarga. Cómese cocido con sal, Es
planta propia de Chiapas, mejor
que de Tabasco.
CACIMBA, f. f. "Hoyo que se ha-
ce en la playa para buscar agua
potable'. (Dice. La misma defini-
ción da el Dice. Marít., diciendo
sólo después de hoyo "o pozo, que
los navegantes". MACÍAS y PICH.
dan estas otras acepciones: "Cavi-
dad formada en la tierra a mane-
ra de pozo, pero de muy poca pro-
fimdidad; II, barril o tinajón, en-
terrado para recoger el agua llove-
diza, o de algún manantial; III,
hueco, o cavidad hecha en los tron-
cos -de las palmas, u otros árboles
corpulentos, para que. conservando
CACI
276 —
CACL
el agua de lluvia, pueda mitigar la
sed del campesino trabajador, o del
transeúnte". (Dice. Cubano, pp. 217-
18.) Pich. lo escribe con s, y censu-
ra la forma con c. Ha creídosele
voz indígena (Bach., c. p. Macías) ;
pero más acertado parece lo que
opina el propio autor del Dice, cu-
bano: "Es voz española y muy cas-
tiza.... Es una variante o forma
accesoria de cachimba"; ésta la de-
riva de cazo, de donde la Acad. de-
riva directamente la cacimba.
Así sería todo esto; mas- para
nosotros la CACIMBA es otra co-
sa: especie de casa, que sirve co-
mo troje provisional para guardar
en el campo o en la misma milpa
el maíz cosechado en la pizca, en-
tre tanto se transporta a la hacien-
da. Es a manera del bohío de te-
cho cónico hecho de guano, que ca-
si llega al suelo; sin paredes ver-
ticales y asentado por lo general
sobre un piso o tapesco de palos,
levantado sobre horquetas o pilas-
tras a alguna altura del suelo, para
evitar, ora la acción de la huAie-
dad, ora la invasión de hormigas
u otros animalejos que atacan el
maíz. La CACIMBA se construye
cuando, por tenerse que tapizcar ur-
gentemente la milpa, no hay tiem-
po para transportar el maíz acto se-
guido hasta la finca.
"Si hay vía fluvial, lo acarrean en
cayucos o canoas (el maíz) ; y de no,
muchas veces lo dejan en cacimbas en
el monte. — Estas cacimbas, son unos
tapezquitos o camas, forrados de la
misma caña del maíz, que los acomo-
dan a raíz-suelo, allá forman en pi-
llóte el maíz, y luesro lo tapan con ho-
jas... Ahora el ponerlo en casimbas
m.ás adelante emitiré mi juicio." (Gil..
Y SAENZ, El Caporal, p. .58.)— "En
fin como deban prepararse las trojas
y lugares para guardar y depositar
el maíz o si se deja en casimbas en
e' monte tiene sus inconvenientes, es-
tas casimbas, por estar muy pegadas
al suelo pronto se humedece el gi-a-
no." (ID., ibid., p. 50.)
2. También llaman CACIMBA en
fcl campo, más por la región orien-
tal del Estado, a un tronco grueso
de árbol, hueco y chamuscado, a
fin de que resista la humedad, que
se acomoda a los pozos a manera
de revestimiento interior, para evi-
tar que las paredes se desplomen.
CACLE (Del mex. cactli.) m.
Icazb. define: "Sandalia tosca de
cuero que usan generalmente los
indios, y la tropa cuando camina.
Los primeros religiosos la adopta-
ron". La Acad. copió textualmente,
con supresión del párrafo final. Ru-
bio (IVIex. de la Acad., p. 53), cri-
ticando la definición del Dice, di-
ce: "Se le da el nombre de cacle,
por extensión, y vulgarmente, a to-
da clase de calzado; y eso que in-
tenta definir la Acad. no es más
que el huarache, usado en México
por una gran mayoría del pueblo
bajo. !Ah!, y también por la tro-
pa cuando camina".
Por lo dicho se entenderá que
la crítica recae, a fin de cuentas,
en Icazb., a quien copió la Acad.,
y, aunque un tanto hiperbólico, no
carece de razón Rubio, porque no
la usan sólo los indios, y porque
resulta redundante eso de "cuando
camina", aplicado a la tropa. Em-
pero; tampoco es cierto que, como
dice el crítico, se llame cacle "a to-
da clase de calzado"; jamás hemos
oído a nadie llamar cacle al zapa-
to, por tosco y corriente que sea
éste, a no ser en estilo festivo o
irónico.
Lo cierto es que en México cacle
y guarache son sinónimos, usándo-
se comúnmente éste, con marcada
preferencia sobre aquél, que casi
se ha olvidado.
En Tabasco, por el conti-ario, hua-
rache es muy poco usado; mejor
dicho, no se entiende como sinóni-
mo perfecto de cacle, sino como
CACL
CACT
cosa distinta, como pue'de verse en
su lugar. '
El cacle es una sandalia tosca,
constituida únicamente por la sue-^
la que se ata por medio de una
bolina que abraza la pala del pie
y pasa luego por el talón. La suela
lleva tres huecos: uno adelante
que corresponde a la abertura del
pulgar y el índice; y los otros dos
a ambos lados del pie, correspon-
diendo a la dirección del tobillo.
La bolina arranca del hueco delan-
tero, quedando sujeto el extremo
de la parte inferior por un nudo;
cruza el dorso del pie y penetra
de arriba abajo en uno de los hue-
cos marginales, volviendo por de-
bajo del entrante para Ipzar en sf
guida el calcañar, pasando de igual
modo la otra perforación hasta re-
matar en la guía del principio, so- ,
bre el empeine:
El cacle es usado principalmente
por la gente de campo, para- defen-
derse de las espinas o de las aspe-
rezas muy- agrias del suelo.
El guarache, por allá, es un poco
más complicado: comprende, ora
una piel que recubre el empeine y
otra el talón, ora una serie de co-
rreas o bolinas que pasan de un la-
do a otro, sujetando la suela al pie.
Es, podemos decir, como la trans-
sición del calzado, entre el cacle y
el zapato.
Comúnmente se dice cáete (1);
sólo la gente muy vulgar dice caite,
forma corriente en C. América, se-
gún Gagini y Membreño, cosa que
nos parece rara en verdad. V. GUA-
RACHE.
"Bustos formados en piedra-ladri-
llo de medio relieve y que represen-
tan a sus héroes, ora en forma de
una india ricamente ataviada, ora un
(1) Ramos y Duarte dice que cacle
os "adulteración del aztequismo cac-
tli." Es un error filológico; cactli e.'<
la propia voz azteca.
indio primorosamente esculpido, con
sus cahctes en los pies, coronada su
cabeza con el casquete, teniendo en
una mano el arco de flechas, y en la
otra masos de ellas de vistosos pluma-
jes." (GIL, Y SAEN'Z, Comp. hlst.
geográf., p. 58.) — "Yo he dado en fi-
gurármelos (a los cantadores y poe-
tas populares) lo más rústico que pue-
da inmag:inarse: descalzos o cuando
mucho con los tradicionales cacles o
cacles atados a los pies." (QUEVEDO,
Lírica popular tabasqueña, p. 2.) —
'Cuando salí al otro lado me cho-
rreaba la sangre desde la cabeza has-
ta los pies: había perdido el fusil, la
mochila, el bastimento, sombrero y
cactes." (COFFIX. Gral. Gutiérrez,
XXVI, p. 205.) — "Eso quiero, dadme
una vestimenta usada; si está sucia
y rota, mejor: dadme unos cactles y
un chontal." (MERIXO, Ruta, XXXIX,
p. 187.)
Méx. "Especie de calzado que deja
todo el pie descubierto, pues la suela
sólo se sostiene con dos anchas fajas."
(OCAMPO, Voc, p. 140.) Difiere del
nuestro en lo de "Las anchas fajas"
que en éste son correas.
C. Rica. "CAITE. Sandalia de cuero
sin curtir que cubre la planta del pie
y se sujeta con unas correhuelas cru-
zadas sobre el empeine y anudadas
al tobillo." (GAGIXI, Ob. clt., p. 106.)
El que se usa en Tabasco es de piel
curtida, pues a causa de la humedad
y abundancia de aguas, el cuero crudo
no podría usarse porque se reblandece
enteramente al inojarse. Las correhue
las no anudan al tobillo, como se ha
dicho, sino en el empeine. La forma
lexicog-ráflca caite es ima verdadera
corrupción del aztequismo: en nuestro
Estado solo la gente níuy vulgar di-
ce así.
Hond. "CAITE. Así se ha castella-
nizado en Hondui'as y Nicaragua el
azteca cactli,... que los mexicanos di-
cen cacle SóIq cubre la planta del
pie y se sujeta a éste con una corre-
huela por medio de tres puntadas. La
de los mexicanos se parece a las egip-
cias...." (MEMBREÑO. p. 31.)
CACTÉ. (Del maya: kat, salvar
el paso, y té, árbol, palo en gene-
ral.) m. Nombre que se da también
a la barandilla: palo que sirve pa-
ra pasar en los arroyos.
Respecto a la etimolog'a, la se-
giuida raíz pudiera ser también tec
(maya), breve, presto, rápidamen-
CACHA
á78 —
CACHE
le, pues el cacté o barandilla no es '
otra cosa que aquello que sirve
para "salvar un paso brevemente".
CACHA, f. Mango, puño, empu-
ñadura. "El man^odel cuchillo", di-
ce TERREROS.
El Diccionario no da a esta voz
más que el significado de "cada
una de las dos piezas u hojas de
que se compone el mango". Nos-
otros, y con nosotros todos los his-
panos del Nuevo Mundo, pasando
de las partes al todo, hemos dado
en llamar así al conjunto de las dos
cachas o sea el mango, pero en
verdad que no debemos andar muy
fuera de razón, cuando Terreros re-
gistra como primera acepción la de ¡
"mango del cucliillo". i
"Hasta la cacha, decía entre dicn- I
te.s, hasta la cacha, señor ingeniero, y|
todavía sería poco para tamaña s!n- ¡
^ergUonz.<vda." (CORRl'A DK CAR- \
TER, Paulina, p. 77.)
C. Rica. GAGINI, p. 103. i
Hond. ATE.MBREÑO, p. 20.
Chile. OKTCZAR, p. fiS. ;
Ríopl. BAYO dice que es voz que- j
chiia. Tal vez lo fuera en las acep- i
cione,s de "quebracho blanco" y de '
"iircón de madera" que el autor le da;
].ero en la tercera de "espolón arti-
ficial que se le pone al grallo de pe-
lea" tiene semejanza, casi identidad
con la castiza, y en tal caso hay que
dudar también de esa etimología. A
esto último llamaiTios nosotros zapa-
tón. (V.) Ferraz (Náhuatl, de C. Rica,
p. 17), por su parte, halla en el me-
xicano el orig-en de la voz: de catzaua.
A MEDIAS CACHAS. Expresión
equivalente a A medios chiles: me-
dio borracho. De i>so vulgar.
CACHADA. 1. Cornada.
De llamar cacho al cuerno o asta
de las reses, ha venídose en decir
CACHADA por cornada, por más .
que no sea esto muy común. Me-
nos lo es el uso de cachazo, que da '
Ramos y Duarte. Parece más bien
una acepción antigua, toda vez que
Terreros dice "el golpe de la pun-
ta y algún otro semejante". >
Hond. ME.Mi;UF>SO, p. 29.
Bogotá. Cl»ER\'0, párr. 5.32.
CACHAZA, f. "Voz brasileña. El
resacado, tafia o aguardiente de
muchos grados. (?•) — La espuma
del guarapo al retinarse". (BAYO,
Ob. cit., p. 41.)
Valias razones se oponen a que
admitamos como justificada esta
etimología. En primer lugar, el ha-
llarse en la Academia sin la indi-
cación de que sea voz americana,
o provincial (lo mismo en Terre-
ros) ; en segundo lugar, la circuns-
tancia de haber existido en Cuba
con esta acepción de "espuma de
jugo de caña", antes que eñ el Dic-
cionario de la Academia. Menos
razonable parece traerla del ná-
huatl, como se empeña en hacer-
lo 1'. Ferraz en sus Nahuatlísmos
de Costa Rica.
CACHAZUDO, m. En la nuestra
que es tierra propicia para el cul-
tivo del tabaco, como en Cuba, se
llama asi (por la lentitud con que
anda) el gusano que ataca aquella
planta, magistralmente descrito por
Fichardo: "Gusano que tiene dos
pulgadas de longitud, color cenizo
listado de amarillo luciente, cabe-
za negra y dura, provista su boca
de dos garras o dientes. Durante
el día permanece oculto debajo dé
la tierra, y por la noche sale a roer
el tallo y la hija del tabaco. Por es-
to la pesquiza se hace de noche.
(Sphiux Carolina.)" Suele llamar-
se también cachaza, como sucede
igualmente en Cuba, según Macías.
"En los semilleros (de tabaco) sue-
len perderse muchas plantas por el
r.taque de va-rios insectos nocivos; en-
tro éstos los más perjudiciales, que
})acen sus ostrag'os durante la noche,
son: el gusano conocido con el nom-
bre de cachazudo..." (KRAUSE. Cult.
del Tabaco, p. 01.) — "El gusano cacha-
zudo es de un color gris o cenizo ne-
gruzco, caulígí'.lo; llega a crecer a 4
centímetros..." (ID., Ibid., p. 109.)
CACHETADA, f. Golpe dado en
la cara con la mano abierta. Voz
CACHE
279 —
CACHI
muy nacional, pero también exten-
dida en América.
Por más que la generalidad de
los autores censuren esto que
ARONA llama "provincialismo pu-
ro", lo cierto es que, juzgando por
su analogía con nalgada, cabezada
y otr«s semejantes, aparece hasta
mejor formada, si se quiere, que la
misma bofetada, la cual como de-
rivación forzosa de bofe, poco o na-
da tiene que ver con la mejilla.
Tal vez, siquiera sea por mera ca-
sualidad, nuestro pueblo al decir
bofetazo (V.) golpe que se da en
la región del bofe, anduvo más cer-
ca de la propiedad.
"Enojado el ranchero después de un
golpe que le dolió, — ;Hola! — le dijo —
¿con que va de veras? I entonces
aquello fue una g^ranizada de cacheta-
das." (PRIETQ, Memorias, 2S-40, cap.
V, p. 336.) — "Por un quítale esas pa-
jas se armó la gorda, álzanse los gri-
tos, llueven los palos; cachetadas y
trompadas abollan ojos y narices."
(ID., ibid., 40-53, cap. II, p. 77.) — "Y
diciendo y haciendo. ... se dio el mis-
mo una tunda de cachetadas que se
puso moro." (ID., Ibid., cap. V, p. 369.)
— "Sintió (Ernesto) la luz como una
cachetada, y si hubiera podido, ha-
bría insultado a la aurora." (FACl'X-
DO, Marldltos, cap. IX, p. 136.)
Méx. ICAZBALCKTA, p. 59.
Venez. "Golpe tan fuerte como una
trompada o puñetazo, dado en una. de
las mejillas con la mano abierta."
(PICÓX PEBRES, p. 60.)
Perú. "Siendo til nuestra pereferen-
cia por la palabra ésta íoachete), es
natural que cachetada (pronvincialis-
mo puro) prive mucho más que bo-
fetada." (AUOXA. p. 7S.)
CACHETE, m. Mejilla, carrillo.
Arona truena contra el uso pre-
ferente de esta voz; Icazbalceta le
reproduce y corea; pero "téngase
entendido que entre nosotros todo
el mundo dice cachetada". (PICÓN
PEBRES, p. 60.)
TERREROS trae Cachetes, por
"los carrillos, o mejillas".
CACHETEADA, m. Tunda de ca-
chetadas; también cachetina. Ac-j
ción y efecto de cachetear o cache-
tearse. Muy coaiuin en el lenguaje
ramiliar
CACHE EAR. a. Dar de cache-
tadas. U. más c. pr., cachetearse,
dirse rec^pi ocamenle dos o más
perso::as de cachetadas.
Existiendo cachete en el Diccio-
naiio, no nos parece reprobable el
verbo cachetear, formado a modo
de nalguear, de nalga.
Aun no figuran en los léxicos na-
cionales, este verbo ni el sustanti-
vo cachetada, no obstante ser am-
bas voces de uso extendido en toda
la República.
— "¿Pos qué le pasa, compadre? Le
cacheteó mi come Petrona? inquirió
Señó Juan, deveras alarmado." (Ta-
basco gráfico, no. 1. Enero 11-913: art.
Costumbres regionales, por A. T.VRA-
CEXA.)
CACHETÓN, NA. adj. Cínico, des-
vergonzado, descarado; pero más
enérgico y despectivo que éstos.
Dícese también carón. (V.)
2. También tiene en sentido recto
la acepción que como mexicanismo
le da Icazb. : "cachetudo. Suele to-
marse también por gordo."
Bogotá. Ct'ERVO. párr. St3.
'CACHIFOLIADO, DA. DARSE
POR CACHIF OLIADO, fr. declarar-
se corrido, vencido o humillado.
Muy usual en leng. fam.
Es una corrupción de cachifollar
que da el Dice, "Dejar a tmo deslu-
cido y humillado"; pero nunca se
usa en forma transitiva, ni de este
verbo, sino solamente en la forma
de la frase apuntada.
l-A analogía con foliar, más co-
mún y conocido sin duda que follar
o afollar, que son verbos del len-
guaje culto, ha hecho privar en el
estilo familiar la forma cachifolia-
do.
CACHIMBA, f. Cachimbo; pipa
para fumar.
"De cacimba" dice el Dice, refi-
CACHI
280 —
CACHI
riéndose al origen. ¿Por qué en ton- i
ees es masculino y no femenino, '
como la voz de donde se deriva? El
vulgo, y buen golpe de gente culta,
sin averiguarlo, prefieren el feme-
nino, contentándose con decir CA-
CHIMBA. No he oído más que a
ciertos gramatómanos o meticulo-
sos el cachimbo, que no deja de ser ■.
malsonante, sobre que por la sino- ;
nimia con pipa, tenemos arraigada |
la idea del femenino. ¿A qué nos |
sabría oír decir la paraguas y el !
quitasol, o viceversa? Si pues aun i
las cosas inanimadas tienen por
fuerza un sexo que siquier sea ideo-
lógicamente, les hemos adjudicado,
debemos conservárselo, siempre y
cuando la idea no sufra variación
alguna y la sinonimia sea perfecta.
No cabría argüir que se dice el tem-
plo y la iglesia de una misma cosa,
pues, por más que se quiera, en-
tre estas dos palabras no existe si- \
nonimia perfecta, por lo menos i
ideológicamente: iglesia parece re-
ferirse, en sentido espiritual, al
dogma; templo, en lo material, al
edificio; aquéllo hace pensar más
bien en el culto, en el objeto al
cual se destina el templo. Barcia
dice, (Simón, cast., p. 416): "El
templo es edificio. La iglesia es fa-
milia".
Sutilezas son estas sin duda;
más habida cuenta de la índole
analítica de nuestra lengua; de la
penetración de nuestro pueblo pa-
ra juzgar del alcance de las voces,
y del vario significado de un mis-
mo término, no es de más inquirir
en lo posible los móviles psico-
lógicos a que obedecen ciertas
tendencias características del habla
popular, en su desarrollo.
A mal traer ha traído esta voz a
los hablistas, inclusive la Acade-
mia, que con suma ligereza consig-
na: "Cachimba, f. Amer. Cachim-
bo", siendo que en el femenino es
sinónima de cachimbo, pero en una
sola de las acepciones de esta voz:
en la de pipa de fumar.
Ramos y Duarte la consigna co-
mo usual en Veracruz. Ocampo (p.
141) dice: "El pedazo de puro que
queda sin chupar", confirmado por
esta cita:
"Quien come alcachofas
Y bebe cerveza,
Quien chupa cachimbas
Y besa a una vieja;
Ni come, ni bebe.
Ni chupa, ni besa."
Hond. "Cápsula vacía, del arma de
fuego." (MEMBR., p. 20.)
Cuba. "Pipa ordinaria para fumar,
que gen^;ra!mente usan los esclavos del
monte." ÍMACÍAS, p. 220.)
Co!. CUERVO, párr. 965, quien la
juzg-a de orig-en africano.
Venez, RTVODÓ, p. 139.
Ríopl. BAYO, p. 41. — GRANADA
(art. Cachimbo, p. 127) hace intere-
santísima d'^Quisición: "Pipa de fu-
mar, ordinaria y tosca, en especial la
aue usan los negros viejos. — En Chi-
le le llaman cachimba (Rodríguez), así
como en el Perú (Palma, Paz Soldán)
y en Cuba (Salva) . . . Acaso sea en el
Río de la Plata en donde con más
propiedad se aplique la voz cachimba,
coino actualmente en Cuba y en el Pe-
rú, donde la palabra conserva su for-
ma portuguesa, lengua de la cual pa-
rece haber pasado a la española en
América. Como quiera que sea, es ne-
cesario determinar la diversidad de.
.sentidos que se da en América al ca-
chimbo y a la cachimba."
ORTÜZAR, p. 66.
CACHIlViBO. (Cassia bicapsularis,
L.) m. Planta leguminosa que se
pioduce principalmente en las re-
giones de tierra alta. "Excelente
madera para construcción de casas
y obras de campo", se dice en el
Cat. de prod. que exhibe el Inst.
Méd. Nao. en la Exposición de Co-
yoacán, 1895.
Ya vimos anteriormente que esta
voz pulula en América; pero con
significado, aunque vario, muy dis-
tinto del que aquí se consigna. No
conocemos perfectamente el fruto
CACHI
281
CAED
dt esta planta, del cual seguramen-
te se deriva su nombre.
CACHIRULEADO, m. Pantalón
remendado, y también "cualquiera
ropa o vestido forrado exteriormen-
te sólo en la parte de más roce".
(OCAMPO, Vocab., p. 141.)
CACHIRULEAR, a. "Echar cachi-
rulo a im pantalón o a unas calzo
ñeras". (ICAZB.)
"I'nos pantalones viejos suyos .
cachiruleados." (Astucia, t. II, cap.
V.)
2. En nuestra habla regional se
ha dado mayor generalidad al ver-
bo, hasta hacerle sinónimo de re-
mendar, echar remiendos al panta-
lón, principalmente en los fondillos.
CACHIRULO, m. "Forro de paño
o de gamuza que se pone exterior-
mente al pantalón o a las calzone-
ras, y coge la mitad poco más o
mcncG, do las piernas por la parte
interior, y el asiento. Es más útil
y usado en el pantalón de montar".
(ICAZB.) — OCAMPO. p. 141.
Para nosotros, remiendo, espe-
cialmente en los fondillos de los
pantalones, en general.
Méx. "Chih. Pantalón de dos colo-
res, hecho de gamuza o paño y ca-
simir." (RAM. y D.) — "2... De dos
cachirulos ambos parte del traje mu-
jtril, aunque muy diversos, hallamos
noticia aquí. El primero, destinado
propiamente al adorno de la cabeza, es
una especie de peineta que usan to-
davía las mujeres de la costa de Ve-
racruz. La.«! hay muv ricas y costo-
sas." (ICAZB.)
"Cachirulo es una esptcie de peine-
ta de carey, de varilla angosta que
ciñe ha.«ta la mitad de la cabeza, y
a cuyo derredor se enredan graciosa-
mente el pelo, a la manera como se
i'siba h.^.ce algunos años." (PATXO,
Veracruz, XXT.)
"Mi dinero no dejmemhra.
Y si en gajtarlo me pulo,
Pueo darle un cachirulo
Como el que tiene la jembra
Mujer de ñor Cleto Ángulo."
(P:STEVA. El Jarocho.)
"Su gargantilla de falso coral
su cachirulo de carey, engastado en
oro. ■ (RODR. BELTRAX, Atrevimien-
tos , La Feria de Candelaria, p.
153.)
"El otro cachirulo era ima pieza de
uso equivalente al chai o la mantilla.
Menciónr..so con frecuencia en el Día-
rio de México, de principios del siglo
actual." (ICAZB.)
CACHORRO, m. Perro. Es pala-
bra usada solamente entre campe-
sinos, y más comúnmente en plu-
ral: los cachorros, en tono festivo.
"La mujer no replicó más,..., y di-
jo a su marido: — Pues llévate los ca-
chorros." (ZENTELLA. Perico, XVII.
' p. 111.) --La gente siempre los veía (a
señó Juan y tío Chepe),... ir al cam-
po, entonando alegres aires populares,
seguidos de sus cachorros qne coléri-
camente limpiaban el camino de pe-
rezosos y pensativos bueyes.J' (Tabas-
co Gráfico, núm. 1, enero 11-913).
CACHUCHA, m. Nombre que se
da a una especie de chile, amarillo,
muy picante, tamaño de un higo
prensado. Llámase así por su seme-
janza en la forma con el objeto de
.«iu nombre. Ignoramos su clasifica-
ción.
CACHURECO, CA. adj. fam.
"Torcido, deformado". (ICAZB.) —
OCAMPO. p. 142.
2. m. Un pan sin dulce, llamado
así por su forma irregular y con-
trahecha.
Hond. MEMBR., p. 30. Tiene por
allá una acepción política, cuyo origen
histórico explica ampliamente el au-
tor. Derívase de cacho, cuerno.
CADERUDO, DA. adj. Que tiene
grandes o abultadas las caderas.
Dícese más propiamente de las mu-
jeres, y animales hembras. Muy co-
mún en el leng. fam. y aún en el
literario, según que se le halla en
"Los muertos mandan" de Blasco
Ibáñez. que dijo: "cualquiera de las
rubias pechugonas y caderudas" (p,
88, apud. Toro Gisbert, Ap. Lex.,
p. 205.)
CAEDIZO, m. Colgadizo: alero.
"Otras voces hay que, siendo de
suyo genéricas, por aplicarse las
más veces a un objeto, se espe-
CAED
282
CAEE
cializan con olvido de términos,
acaso más castizos, pero menos cla-
ros : como sustantivos usamos
caedizo por colgadizo (tejadillo, sa-
liente en medio de una pared y sos-
tenido solamente con tornapun-
tas." (CUERVO, párr. 549.) En rea-
lidad este ha sido el fenómeno evo-
lutivo por virtud del cual ha veni-
do el CAEDIZO; pero es muy de
advertir que en nuestro lenguaje
corriente éste no es ni con mucho
el que describe la Academia.
En Tabasco, como en la generali-
dad de los puntos de la República
en donde llueve mucho, y a causa
cíe esto mismo, las casas se cons-
truyen de techo no horizontal o de
azotea, sino en forma de planos in-
clinados que descansan en las pa-
redes S'obresaliendo "para desviar
de ellas el agua llovediza". Eso que
sobresale, con tal fin exclusivo, es
el CAEDIZO, parte del mismo te-
cho, y no "tejadillo", o construcción
independiente, ni está en me-;
dio de la pared y menos sostenido
por tornapuntas, sino por las varas ¡
mismas del techo, cuya continua-!
ción fuera de la pared es propia-'
mente lo que le constituye. i
- Más bien corresponde, en la ge-|
neralidad de esta acepción, al ale- '
ro que al colgadizo, sin que esto
deje también de llamarse así.
Igualmente se le dice CAEDIZO
a cualquiera parte accesoria de te-
cho que ensambla con el principal,
•pero siempre fuera de la pared y
sin estar sostenido por la armazón
del techo mismo, sino por medio |
de soportes especiales. En este ca-
so guarda más analogía con el col- ;
gadizo del Dice, sin ser lo mismo,
que con el alero que es con mayor :
exactitud la orilla del techo.
Méx. RAM. y D., p. 105. (1) i
Hond. MEMBR., p. 30.
CAER. CAER BIEN O MAL;
CAER PESADA, una persona, una
cosa, fr., fíg., y fam., sinpatizar con
uno, producir simpatía, sentirla ha-
cia ella, agradar.
El Diccionario da la misma frase,
pero con la acepción de "tener or-
den y proporción una cosa con otra,
ser oportuna, convenirle, o al con-
trario. A fulano le CAE BIEN tal
vestido". Nuestra frase idiomática
j no parece fuera de buen sentido,
parangonada en acepción con la
académica, puesto que conserva el
espíritu de orden, arreglo, conve-
niencia, en su significado. Es me-
xi.anismo.
"Seg-ufamente que a Julia no le
caía mal el gandul aquél con quien
muchas veces charlaba durante sus
largas horas de espera en la tienda del
prestamista." (AZUELA, Sin amor,
VIII. p. 82.)
Hond. "SANGRE. Se usa en las ex-
presiones ser de sangre ligera y ser de
sangre pesada, aplicadas a las perso-
nas: con la primera significamos que
aquél de quien se trata es simpático,
o cae bien; y con la segunda, que es
antipático, o que cae mal." (MEM-
IJREK'O. p. 149.)
Cuba. "Caer ligero, caer en gracia,
agradar o ser simpático; caer pesado,
...repugnar, ser antipático." (ÁRBOL.,
apud. Macías, p. 222.) — "Cuando se di-
ce sangrl o sangre ligero y sangri pe-
sado, el verijo ser es preferido."
(PICH.)
CAER PARADO, (DE PIES), fr.
fig. fam. "Quedar en buen concep-
to, en buena posición, particular-
mente después de una contienda,
privada o pUblica, por haber obra-
do con doblez, sin declararse par-
tidario de ninguno de los conten-
dientes mientras el éxito estuvo
dudoso". (ICAZB.)
Sin estas particularidades, en
nuestra habla corriente significa en
general entrar con suerte en un or-
den de cosas, sobre todo en políti-
(1) El caedizo que este autor da (p. del provincialismo apuntado, común a
107) no es sino pronunciación viciosa nnuchas otras partes.
CAFE
283 —
OAFI
(•a. y ocupar una buena posición,
aun cuando no sé haya estado an-
tes obi-ancTo en el sentido de eon-
sesuirla,
"Si el i)eriodista descubre mucho la
hilaza de que es tejido, adiós, ya no
puede caer parado." (MORALES, Ga-
llo Ptt., p. 10.)
■'Estática. — Reirías de equilibrio pa-
ra caer parado en las oscilaciones polí-
ticas." (ID., ibid., p. 21.) — "Así lo hi-
zo también (Evaristo Sánchez) con
Palomino y lo iba a hacer con el
actual Comandante general D. Maria-
no Martínez, . . . bien que sólo con el
objeto de caer parado, como suele de-
cirse." (MESTRE, Doc y datos: Opús-
cu!o.. . con ima. . . . reseña de las vir-
tudes de... D. Evaristo Sánchez. S.
J. Btta-, oot. 23-1S33; t. I, cap. XL\an,
p. 643.)
Chile. ORTÜZAR, p. 63.
ANDAR A LA QUE SE TE CA-
YÓ. Expr. con que se da a entender
la mala posición de una persona,
por lo cual desesperadamente acep-
ta cualquiera medio de remediarse;
o. en general, también la condición
avarienta del que desea cuanto se
le presenta sin escatimar los me-
dios ; aprovechar cualquiera oportu-
nidad paia medrar, o en beneficio
personal. i
La expresión es muy gráfica, por
cuanio alude al ladrón que anda
atisbando a ver a quien se cae al-
go de las manos o los bolsillos, pa-!
ra recogerlo él o alzarse con ello. -
CAFÉ. adj. De color de café:
más cerca del negro que del rojo,
y más oscuro que el color achoco-
latado. Vestido CAFÉ; sombrero
CAFÉ.
Es muy común en nuestra habla
familiar, aún la más cuidadosa y
atildada, el uso de los sustantivos
<iue expresan objetos de color espe-
cial o definido en el sentido adjeti-i
val, para señalar por analogía las,
cosas de color semejante a aquellos [
objetos, y hacerlos perfectamente,
distintos. I
El Diccionario faculta el uso de
canela y oti'os más; por tanto, y
siguiendo la misma tendencia, es
exactamente arreglado a buen mé-
todo el uso extensivo que hacemos
, en esta forma, para designar mul-
I titud de colores cuyos matices la
naturaleza, y solamente ella, puede
producirlos. Además, la expresión
gana, así en colorido y energía, co-
mo en precisión, exactitud y bre-
vedad, puesto que ahorramos mil
circunloquios y frases de rodeo pa-
ra conseguir la propiedad del len-
guaje . Sean, pues, en buena hora
; admitidos mamey, durazno o fresa,
; limón, guaya y tantos más cuali-
tativos cuya es la propiedad de sig-
nificar analogía o semejanza en co-
lor con las fiiUas por ellos indica-
das.
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 106.
CAFETILLO. m. (Cascaría nili-
da, L.) Samidáoea. Cale silvestre.
CAFIROLETA, f. Dulce cubano
por los cuatro costados; sin embar-
go, los diccionaristas de la Isla,
aun el mismo Macías que criticó a
Pichardo por lacónico y poco explí-
cito, han andado cortos en detalles
tanto en los ingredientes cuanto en
la manera de hacerle. La Acade-
mia, naturalmente, había de que-
darse siempre con lo más malo: de
suerte y manera que copió literal-
mente a Pich., y se conformó con
eso, considerándolo suficiente para
su décimacuarta edición, plagada
de una verdadei-a lluvia de despro-
pósitos en materia de voces ameri-
canas. Oigamos, por consiguiente, a
los diccionaristas primeramente ci-
tados :
"Dulce en pasta, de boniato, coco
(rayado), huevo, azúcar y canela".
(Salva). — "Dulce compuesto de bo-
niato, coco rayado y azúcar". (Pi-
chardo) ; "con boniato y coco, y
tarnbién con almendra", (Árbol..
CAFI
— 284 —
CAGü
apud. Macías"). Lástima y grande f mológica, y nos quedaremos con su
es que el propio señor Macías ca- segunda opinión: "Más nos inclina-
liara cuando debió corregir lo que; mos a creer que cafiroleta fue pri-
criticó: la falta de detalles y exac- mitivamente caspiroleta, voz deri-
titud, siendo como era tan compe- vada de caspa (aludiendo al polvo
tente para ello, y estando como es- de canela que la cubre), proceden-
taba obligado a suplir las deficien- te al decir de los diccionaristas
cias anotadas, precisamente por su portugueses, del árabe passeba,
carácter de crítico, que no debe re- caspa".
ducirse a señalar y vituperar el: CAGADERA. f. Acción y efecto
error, lo cual es censura, sino más de cagar continuamente o repeti-
bien dedicarse a poner la enmienda i das veces. V. CALBNTADERA.
por medio del modelo. | CAGURRIENTO, TA. adj. "Ca-
De la Academia ya dijimos: leyóigón". (Tab.) (RAMOS y DUARTB).
a Pich., tal vez también a Macías De todas veras agradecemos al
que cita todas las definiciones que I señor Ramos la paternidad que tan
hemos dado, y eligió — ¿cuál? — pre- llanamente nos adjudica de este si-
cisamente la que se ha señalado nónimo de cagón, de tan buena ce-
como más deficiente por falta de pa por cuanto ve a su terminación,
exactitud, o menos detallada: la de como churrierwto, grasicnto, mu-
Pichardo. griento y otros por el estilo que
Nuestra CAFIROLETA no es más prohija el Diccionario; pero la ver-
Que un dulce especial de coco, cu- dad es que las palabras del lengua-
yo es el principal ingrediente que je popular tabasqueño, para el ca-
entra en la preparación; pero sólo so, son cursiento, churriento o ca-
en jugo, exprimido después de ra- galeriento, frecuentativos que por
yado o molido. La del interior se su índole califican al agente acti-
aseraeja algo a la nuestra: "Quite- vo que posee lo que significa el sus-
se primeramente la película que tantivo de donde se deriva: cur-
tiene el coco unida a la almendra; siento, él que tiene curso; cagale-
ráyese ésta; póngase en almíbar un riento, el que tiene cagalera, como
poco clara y arrímese al fuego pa- churriento, el que tiene churre, re-
ra darle punto .... se deja un rato conocido por el Diccionario,
corto a la lumbre y se menea bien. CAGURRIENTO, como puede ver-
Sáquese en platos, espolvoreándola se, no se acomoda por su índole en
con canela". (La cocinera poblana, el significado al espíritu de los an-
p. 364.) Es de consistencia de ja- tenores, a menos que se derive de
lea o pasta y suele servarse en ca- un supuesto sustantivo cago; mas
jetillas cuadradas de cartone o pa-
pel grueso.
ETIM. No nos parece baldío algo
ni en esta hipótesis llena el rigor
de la ideología de la lengua, por-
que los primitivos a que hemos alu-
que se refiera al origen del nomi- dido expresan siempre cosas que
nativo, y para ello oiremos a Ma-
cías eon el respeto que se merece;
son como el efecto mismo de una
acción (churre) o anejas a un su-
pero desechando desde luego lo de [ jeto que las posee (mugre), exis-
"adulteración de cáfila, por sus mu-; tiendo una concomitancia de agen-
chos ingredientes", que el mismo te activo y agente pasivo, que ni
señor Macías puso en duda, tal vez con mucho puede hallarse en el ad-
espantado de tamaña aventura eti- ', jetivo que estudiamos, aun dando-
CAID
— 285 —
CAIM
le por origen el sustantivo que pro-
pusimos para la hipótesis.
CAÍDO, m. Lo mismo que busca.
tJsase más comúnmente en plural,
tomándose en mala parte siempre.
"Mi compañero... me decía que
debíamos ganar nuestro sueldo y de-
más caídos, obedeciendo a los suijerio-
res." (COFFIX. Gral. Gut., VII, p. 48.)
Hond. MEMBRExO. p. 31. Usase
también como sinónimo de caedizo,
colgadizo.
CAIMITILLO. m. Este árbol cu-
bano, descrito por Pich., existe
también en nuestra tierra, cono-
ciéndose con el nombre de caimito
silvestre. No estoy seguro de que
sea el Chridophylum oliviforme.
CAIMITO, m. (Chrisophylium cai-
mito, L.) Corpulenta y frondosa sa-
potácea, originaria sin duda de las
Islas, de cuyas lenguas indígenas
procede también su nombre. Propia
de la zona cálida en América. Es
muy abundante como árbol de cul-
tivo en las quintas y huertas. El
fruto, de igual nombre, produce chi-
cle, como el chicozapote, y aún le-
che, que también tiene en el tallo
y las hojas. Dadas estas noticias,
nada mejor que la descripción de
Pichardo (Dice, de voces cubanas,
p. 41), para conocer la planta.
Veamos: "Árbol silvestre, de todo
terreno El señor Cura de Güa-
nutas le da dieciocho pies de altu-
ra, pero yo he visto muchos de más •
de treinta (1); corteza rojiza, ma-'
dera tierna y blanca, hojas alter-
nas, ovales, algo puntadas, lisas,
verdes por encima, amarillo-casta-
ñas por debajo, de cinco pulgadas
de largo y la mitad de ancho; flo-
res chicas blancuzcas: su agrada-
ble fruta del mismo nombre, y ta-
maño de una naranja (2), es por lo
(1) Así de grande es el nuestro.
(2) No es redonda como la naranja,
sino aovada o elipsoidal, más bien co-
mo una manzana.
: común perfectamente redonda, ter-
sa y lustrosa su cascara, blanda co-
rreosa y astringente; la pulpa azu-
carada, mucilaginosa, refrigerante,
blanca o rosada según la variedad,
en cuyo primer caso la cascara es
verde y en el segundo morada. Yo
he visto ambas variedades unidas
del pie de la mata, echando de un
lado caimitos blancos y del otro mo-
rados. (3)"
En el Dice, popular universal por
D. Luis P. de Ramón se llama cal-
mita la fruta y caimitera el árbol.
Nunca hemos advertido tal diver-
sidad de formas en el uso.
Que es originaria de Santo Do-
mingo esta planta, y que su verda-
dero nombre es caimito, lo prueba
el siguiente pasaje del P. LAS CA-
SAS: "Hay otros árboles delgados,
pequeños, en los montes de la cos-
ta del Sur hacia Santo Domingo es-
pecialmente, que los indios llaman
caymitos, la penúltima (sílaba)
luenga, que tienen la madera para
hacer arcos como de tejo, y de es-
to creo que los hacían los indios;
tienen la hoja muy señalada; por-
que de ima parte la tienen muy ver-
de' como la del naranjo, aunque es
chiquita, y de la otra parte como si
toda fuese alheñada." (Hist. de las
Indias, Apénd., cap. XIII, p. 324.)
(3) De muchas plantas se cuenta
el fenómeno de producir variedades
distintas de frutos, al oriente y al oc-
cidente: pero tal cosa nos parece exa-
gerada y no nos consta. Lo único que
hemos ohsers^ado, en el mango, por
ejemplo, es la variación del color en
los frutos, siendo por lo común mu-
cho más encendidos los del lado orien-
tal de la planta, o lado del sol, co-
mo dicen los campesinos, que los del
lado del poniente; a veces también son
mucho más ácidos los frutos del la-
do oriental. En el fruto mismo se ob-
servan colores vivos en el lado que da
frente al Este y, entre uno y otro la-
do, distintos grados de acidez o dul-
zor.
CAJA
286 —
CAJA
Róbelo describé la planta, de ma- ¡
no maestra, criticando la etimolo-
gía dada por Maclas en estos tér-
minos: "Un diccionarista cubano
dice <íue como ito es una desinen-
cia diminutiva, resulta un radical
caim, o caimán. Decir que caimito'
es dim. de caimán es lo mismo que
decir que perito es dim. de- la conj.
pero." Y termina: "Otros dicciona- !
ristas dicen que caimito es palabra;
castellana. Es curioso pretender
que objetos de Nueva España (del
Nuevo Mundo, en" general, dijera-'
mos) no hayan tenido su nombre
sino hasta que se lo puso un sol-
dado de Colón." En abono de estas
últimas palabras de tan ilustre au- \
tor, llamamos la atención acerca ;
del pasaje copiado de Ivas Casas, |
que es concluyen te: "árboles [
que los indios llamaban caymitos",
es decir, que cuando los españoles
vinieron existía ya el nombre; era
ind^'gena, por tanto.
C. Rica. GAGINI, p. 105. Dice este
autor: "La Academia trae nuestra pa-
labra en la lia. edición de su Dic-
cionario, pero la omite en la 12a." He-
mos tenido a la vista las ediciones de
la Academia, inclusive la lia., hasta
la 14a., y en ninguna aparece la voz.
Tal vez a alguna muy anterior se re-
fiera el Sr. Gagini, o a otro Dicciona-
rio.
Cuba. MAGIAS, p. 229. — PICH., p.
41.
Venez. PIGÓN F., p. 61. "Árbol que
produce una fruta semejante al níspe-
ro en la forma, muy dulce y de co-
lor morado. I>a corteza y las hojas en-
cierran una leche parecida a la de la
higuera."
Como antillana consigna la voz el
Sr. Zayas Alfonso (Lexicogr. antillana,
p. 121). "Actualmente en la República
de Haiti, se llama a esta planta y a
Eu fruto calmlte." (ID., Ib.)
CAJA, f, En el uso doméstico se
llama así especialmente la de for-
ma paralelepipeidal que hace veces
de cofre o r^r. yy^^ú: dícese también
CAJA DE ROPA. '
Para la Academia la caja puede
ser de varias formas y tamaños;
tiene muchos usos, aunque antes di-
ce que "sirve para meter algo den-
tro." Nosotros destinamos de ordi-
nario el nombre a todo depósito o
vasija que afecta forma poliédrica
de ángulos diedros rectangulares.
caja' DE AGUA. Doble codo en
forma de S .o de herradura, que se
foi-ma en los entubados o cañerías,
a manera de depósito que retiene
constantemente una parte del lí-
quido, para evitar la salida al ex-
terior del mal olor que aquéllos des-
pidan.
El Sr. Cuervo (Apunt. crít., párr.
515) da la frase como traducción
provincial o popular de la castiza
arca de agua que el Dice, define
"Casilla o depósito para recibir el
i agixa y distribuirla", distinta de la
\ nuestra en un todo.
i CAJA DE COLMENA. Trozo ci-
l'ndrico de madera, ahuecado, en
el cual se contiene la colmena en
casa. No es sino una porción del ta-
llo silvestre en que las abejas for-
man la colmena, el cual se corta en
la forma descrita, para conservar-
lo a domicilio, colgado (generalmen-
te en el alero de las casas) por
i medio de dos aros de bejuco ata-
dos hacia los extremos. La caja se
; tapa o cierra con fragmentos cir-
i culares de tiesto, que se pegan y
; sellan con barro, para impedir la
I entrada de la hormiga y otros in-
j sectos enemigos del colmenar que
i gustan de la miel. Dícesele tam-
bién corcho. (V.)
' Cuba. "Gorcho. N. o. m. — Trozo ci-
lindrico, ahuecado, de cedro o de pal-
ma r.eal, con arcos de hierro (algunos)
para colmena; a diferencia de la caja,
que no es de esa forma ni enteriza."
(PIGH.. p. 69.) Para nosotros son si-
nónimos perfectos caja y corcho, sin
las diferencias que señala este autor;
de cualquier madera, pero menos co-
CAJA
— 287 —
GAJE
múnmente de palma real. (MACÍAS. p.
232.)
CAJA DE MUERTO, o MORTUO-
ría. Ataúd. Dícese común y vulgar-
me^nte CAJÓN DE MUERTO. (V.)
CAJEARSE, pr. Entiendo que no
tiene en nuestra habla provincial el
significado que como mexicanismo
le da el Sr. Icazb., "Contraer el
jugador deudas con el montero", si-
no el más amplio de perder en ge-
neral lo que se tiene, y lo que no
habiéndose tenido, sin embargo se
queda a deber.
C. Rica. "Se toma familiarmente
(cajear) por zurrar, azotar, dar una
tanda a algimo." ÍGAGIXI, p. 107.)
CAJETA, f. "Caja redonda con ta-
pa de encajar que se usa para
echar postres y jaleas. Se hacen de
ripia muy delgada, y su fabrica-
ción es una industria especial. Las
hay de diversos tamaños: las más
usadas tienen diez o doce centíme-
tros de diámetro, por cuatro o cin-
co de altura. También se llama ca-
jeta al dulce que ésta contiene: co-
mimos CAJETA de leche, de mem-
brillo, de guayaba. Salva da a esta,
palabra una acepción obscena en
América, que jamás he oído."
(ICAZB.) Son muy afamadas las de .
Celaya. En Tabasco la más conoci-
da es la de Chiapas, llamada CA-
JETA COLETA.
"Por el otro fiado) largas filas de
cajetas de arequipa, de guayaba y de
membrillo, secándose al sol." (PAY- ■
NO, Fistol, t. IT. cap. XIIT, p. 295.)
Hond. MEMBREífO, p. 31,
C. Rica. "Especie de turrón de fi- j
grura cilindrica aplastada y de diversos i
tamaños. Debe su nombre sin duda a i
las conservas que en otros lugares de
América se hacen en cajitas delgadas
de madera." (GAGINI, p. 107.)
DE CAJETA. "Excelente en su lí- :
nea: de primera calidad." (ICAZB.) i
Usase más bien y únicamente como
frase interjectiva en sentido iróni-,
co: ¡eso estuvo de cajeta!, se dice i
del que se lleva un chasco... y se ¡
lo merece!
Ese sí que es maestro de cajeta,
porque afuera de que no es muy de-
masiado regañón, ni le pega a sus
aprendices." (PEXSADOR, PeríqíTillo
pte. la,, cap. X-\a.)— "Me dio cuatro ó
seis puñetes en los lomos;... pero eí
que yo le metí de abajo para arriba
; cuando iba a sacar su puñalito, estu-
vo de cajeta." (Astucia, t. I, cap. ir
I p. ál.) — " — ¿Cuántos, azotes?, señor
amo. — Doce, pero de cajeta, gritó As-
tucia." (ID., t. II, cap. IV, p. 105.)
ES CAJETA. Magnífico, excelen-
te, úsase en sentido irónico : ¡ ESO
i ES CAJETA!
Hond. "Como aquellos dulces (las
cajetas) son á^brosos, para ponderar
que algo es de lo bueno lo mejor, de-
cimos que es cajeta." (MEMBRESO.)
CAJETAL. m. Colect. Conjimto
de cajetas, o de cajetes.
2. Sitio, o terreno abundante en
cajetes: en hoyancos y quiebras,
pequeños pero frecuentes y nume^
rosos.
CAJETE. (Del mex. caxitl, escu-
dilla, plato, tasa, vasija. SIMEÓN.)
(1) m. "Especie de cuenca o cazue-
la honda de barro sin vidriar. Los
hay de varios tamaños." (ICAZB.)
Con modificaciones ligeras la
Acad. adoptó esta definición: "Ca-
zuela honda y grue.sa sin vidriar",
definición que Castillo (Mex. de la
Acad., p. 54) censura en estas pa-
labras: "La CAZUELA tiene co-
múnmente la forma de un cono
truncado muy cerca de su base, y
el CAJETE es de forma semiesfé-
rica, por lo cual hay, entre éste y
aquélla, una diferencia muy gran-
de.—El CAJETE no es sin vidriar:
está vidriado por la parte interior,
y el que no Ío está se llama APAS-
TE, cuya forma es igual a la del
cajete, pero es mucho más grueso
(1) Icazb. da la misma etimología,
tomada-de Mendoza, a quien cita. Mo-
lina da caxtil, por escudilla: pero cree-
mos que tal voz azteca no sea más
que \ina errata, por inversión de la
t-i, en vez de It. y que la raíz es la
misma que dan los otros autores Men-
doza y Simeón.
GAJE
— 288 —
que éste y con reborde que el caje-
te no tiene."
No es así por la costa. La forma
es precisamente la de cazuela: la
forma de un cono truncado inver-
tido. Lo del vidriado nada tiene que
ver, ni lo del grueso, ni el rebor-
de; circunstancias casi arbitrarias
en ambos utensilios. Tampoco son !
de igual forma para nosotros el |
APASTE y el CAJETE; precisa- 1
mente en esto y en el uso a que j
cada uno se aplica, estriban las di-
ferencias esenciales*- entre ambos, j
Ya en su lugar se explicó cuál es '
la forma del APASTE, y cuál laj
del CAJETE; y queda dicho asi-j
mismo que aquél hace veces de pla-
to— "plato, taza", como dice el dic- !
ci>onarista Simeón; — esto es, sirve j
especialmente para tomar en él los ;
alimentos, en tanto que el APASTE '
está destinado a hacer las veces i
de recipiente o vasija cualquiera; \
pero nunca para Comer en él. Final-
mente, y por razón del uso a que i
se destina cada uno, el APASTE es i
siempre de tamaño mucho mayor
que el CAJETE. De ordinario tam- ¡
bien difieren en la factura, siendo i
éste de barro menos fino que el de
aquél. I
El Sr. Róbelo (Dice, de Azt., p. ]
487), más discreto en detalles, ha-i
bla de forma "semiesférica" en el |
cajete, callando en el apaste, "pa- j
langana, lebrillo". (ID., p. 13.) Al
contrario: semiesférico es por con-
dición el apaste, ya sea grande o
ya sea pequeño (apastillo) ; cónico,
más exactamente, el cajete.
"En la tablita de cocina están las
mencionadas viandas en rústicos ca-
jetes de barro." (Tab. gráf., núm. 149:
Dic. 15-916.) — "Tendidas repisas en
que había vasos verdes y de pepita,
cubos de palo, cajetes y cántaros po-
rosos." (PRIETO, Memorias, ■-?8-40,
cap. II, p. 107.) V. APASTE.
Guat. PATRES, p. 156. apud. ICAZB.
2. Excavación u hoyo que se ha-
CAJE
ce en la tierra, especialmente para
trasplantar vegetales sacados de la
almáciga con pilón; es de poca pro-
fundidad y por lo común más an-
cho en la boca que en el fondo.
"Los arbustillos de café,... se siem-
bran... en cajetes, cuya dimensión
tiene cincuenta centímetros de hondu-
la y 25 centímetros cuadrados de an-
chura, los que se escarban con un ins-
trumento especie de azada, en Méxi-
co llamada coa." (B7VNO, Plantas tro-
picales, p. 6.)— "En las costas Atlán-
ticas... se hacen los hoyos o cajetes
con unos instrumentos largos, de fie-
rro, que en México se nombran barre-
tones." — "Se afloja bien la tierra y
terminados los cajetes." (ID., Ib., p.
7.) — "Se hace lo que se llama cajete —
una excavación circular de un diáme-
tro igual poco más o menos -a la lon-
gitud del borde convexo de la coa....
Después se muele la tierra, para que
no queden terrones en el cajete."
(CHAVEZ, Cult. del maíz, p. 192.) —
"Estos son los puntos que deben ocu-
par las plantas en los cuales se pro-
cede a abi-ir los. cajetes u hoyos."
(MELÓ, Tesis El Guineo Roatán, p.
25.) — "Bueno es abrir los cajetes va-
rios días antes de la siembra, para
que expuestos ese tiempo a las accio-
nes atmosféricas, se beneficien de
ellas." (ID., id.) — "El hijo es despo-
jado de todas sus raicillas, dejando
únicamente el camote. Hecho esto se
coloca verticalmente en el cajete u
hoyo practicado de antemano y se cu-
bre de tierra. (ID., Ibid., p. 26.)
3. Concavidad u hoyo naturalmen-
te abierto en el suelo; abundante
en los terrenos de campo alto. Se
diferencia del tenamaste (V.) en
que éste es una prominencia que
sobresale» o una serie de prominen-
cias separadas por una especie de
zanjas o hendiduras, en tanto que
el CAJETE es una concavidad o
una serie de concavidades muy
próximas, divididas por especie de
camellones o salientes prolongadas.
CAJETEAR, a. Preparar el terre-
no en las labores agrícolas, espe-
cialmente en la siembra del pláta-
no, abriendo los cajetes para depo-
sitar los hijos de esta planta.
GAJE
— 289 —
CALA
CAJETEO, m. Acción y efecto de
cajetear.
"Sobre estas líneas se ejecuta el
cajeteo." (MELÓ, Tesis El Guineo
Roatán, p. 25.)
CAJETERO, RA. m. Persona que j
hace, que vende o que tiene caje- '
tas, o cajetes : más comúnmente
éstos. Trabajador encargado, en la
siembra del plátano y otras plan-
tas, de abrir los cajetes u hoyos
en que se han. de depositar los hi-
jos o las cabezas.
C. Rica. "Hacer un papel cajetero en
una reunión, baile, etc. es haecr un
papel ridículo, desairado." (GAGIXI.)
CAJÓN, m. En el juego del pijije
o tuta, los dos primeros departa-
mentos que están antes del descan-
so. El que sigue a éste se llama
CAJÓN DE PICOTA. V. PIJIJE.
CAJÓN, o CAJÓN DE MUERTO,
m. "Ataúd. Hoy se dice comúnmen-
te caja o caja de muerto, o mortuo-
ria." (ICAZB.)
Perú. AROXA, p. 82; Guat. BATRES,
p. 158.
CAJONERO, m. El que hace ca-
jones, o cajas mortuorias.
La acepción que tiene en México,
"Dueño, ya veces dependiente, de
cajón de ropa", (ICAZB.) es desu-
sada en Tabasco, como los mismos
cajones.
Hond. "De cajón. Escrito de cajón."
(ME>fBRE.<?0.) Lo mismo en Bogotá.
(CT'EnvO, Ap„ párr. 852.)
CALA. f. Taurom. Prueba que se
hace de los toros, con el fin de co-
nocer sus cualidades para la lidia,
por medio de un ligero simulacro
de corrida con algunos capotazos,
sin pica ni banderillas. •
Méx. "Met. Molestia, regaño, enco-
mienda pesada," (OCAMPO, p. 142.)
Cuba, Lo que nosotros llamamos
calador. (V.)
CALABACEAR, a. "Dar calaba-
zas." (ICAZB.) Lasado también en
España: "Saliendo con el encogi-
miento propio de un amante calaba-
ceado por tres veces." (Hartzen-
busch, apud. CUERVO, párr. 878.)
—OCAMPO, p. 142.
"Como yo me he reído de ellas al
verlas calabaceadas." (Astucia^ t. II,
cap. IX, )
Hond. MEMBRESO, p. 31.
C. Rica. "Es verbo corriente en
otros países y no hay motivo para
desecharlo." (GAGIXI, p, 107.)
Venez. PICÓX-FEBRES, p. 61: "Es-
te verbo, para Don Julio (¿alcaño, i>er-
tenece al número de los apestados y
verdaderamente sucios e impasables,
y por lo mismo lo sepulta en el capí-
tulo de los barbarigmos ; pero no obs-
tante (esta) opinión, ... es imo de los
verbos más usados y mejor entendi-
dos por toda la gente del país."
CALABAZA TACHA, o EN TA-
CHA, f. "La que metida en un tom-
peate, se confita en las calderas' en
que se está fabricando la azúcar."
(ICAZB.)
"Tercios de cecina, cueros de mela-
do, calabazas en tacha." (Diario de
México, t. II, p. 3.) — "Xo contento con
cuanto me había estafado con los en-
carsruitos continuados de guajes de
melado, calabazas tachas..." (Astucia,
t. I. cap. V.)
"En los antiguos aparatos de los in-
genios se hacía la concentración del
guarapo en juegos de dos calderas có-
nicas colocadas sobre un solo horno,
lo cual se llama mancuerna: una de
las calderas era la melera, y la otra
la tacha. Concentrando un tanto el ju-
go, se reunía el contenido de la melera
al de la tacha, y allí se confitaban las
calabais. De aquí el nombre de CA-
L.\B-A.ZA EX TACHA. El de tacha por
caldera para hacer la azúcar es bien
antiguo. Se encuentra varias veces en
Ximénez, Quatro libros, etc., lib. I,
pte. 3a., cap. 14." (ICAZB.)
CALADOR, m. "Entre comercian-
tes, instrumento para sacar mues-
tras de los tercios cerrados que con-
tienen almendras, cacaos, semillas y
otros áridos. Es un tubo de hierro,
como de una cuarta de largo, agu-
zado, a manera de pluma para es-
cribir, en uno de sus extremos, por
el cual se introduce en el tercio; y
como sale lleno el hueco del tubo
con una parte del contenido, se re-
conoce la calidad de él." (ICAZB.)
19.
CALA
— 290 —
CALA
2. Acción y efecto de calar, en
todas las acepciones de este verbo
(V.)
Cuba. Llámase cala, según Macías
(p. 107.)
CALAGUALA. f. (Polipodium ca-
laguala.) Preferimos la descripción
genérica que de esta planta da Pi-
chardo (p. 42), a la del Dice, tanto
porque es más adecuada a la nues-
tra, cuanto porque ello demuestra
que no es originaria del Perú, co-
mo afirma la Docta Corporación:
"Vegetal silvestre, familia de los
heléchos, que engruesa hasta una
pulgada 'y se encuentra en los tron-
cos y raíces de los árboles viejos y
caítlos, mayormente en los guanos
o palmeras: en ellos se extiende es-
ta planta peluda, propagando sus
raíces, de las cuales brota la hoja
cortada en cinco divisiones arquea-
das de un sabor dulzaino que pasa
a una amargura pronunciada y ema-
nación rancia y aceitosa. Es antel-
míntica, sudorífera y se aplica pa-
ra reumatismos, cólicos, golpes,
ca'das, etc."
Reprodncimo.s a continuación la her-
mosísima pág-ina dí^scriptiva del sabio
Rovirosa. acerca de esta criptóg'anna
tan abundante y estimada en Tabasco.
"IST's exploraciones botánicas en los
Estados d*^ Tabasco y Chiapas, han
proporcionádome oportunidad de colec-
tar varias especies veg-etales desig'na-
das en las localidades respectivas con
el nombre que sirve de tftvilo a este
estndio (Las Calagualas). Esto de-
muestra con evidencia que tal deno-
minación vulerar es g'enérica y no es-
p»^cífica. e induce a suponer que, ba-
sado el vulero en apariencias morfoló-
gicas y no en caracteres botánicos,
se han asifínado 'dínticas propiiedades
terapéuticas a plantas pertenecientes
a géneros distintos, aimque subordTna-
das. cierto es, a un mismo grupo na-
tural.
"Las funestas consecuencias origi-
nadas en el tratamiento de las afec-
ciones morbosas, para las cuales se
aconseja el uso de las calagualas, de-
ben ser trascendentales, si el empleo
se hace, como acontece ordinariamen-
te, por manos inexpertas, dadas las
circunstancias que acabo de señalar,,
y de aquí surge la necesidad de lle-
nar uno de los vacíos que ofrece la
farmacopea naclona.1, practicando e^
análisis de aquellas plantas para des-
echar lo inútil y determinar los prin-
cipios activos y las aplicaciones que
deba dárseles. Mis coaocimientos na
me autorizan a emprender ese impor-
tante cuanto delicado estudio, y con
la esperanza de que se explote el an-
cho campo abierto a nuestros médi-
cos y farmacéuticos, en materia tan
fecunda, he de limitarme en estas pá-
ginas a establecer la oase de esa ta-
rea por medio de la descripción botá-
nica de las calagualas mexicanas. Na-
da nuevo ofrezco a mis lectores ba-
jo el punto de vista de la ciencia sis-
temática. Mis esfuerzos se .han enca-
minado a condensar en pocas líneas
los caracteres esenciales, no sólo pa-
ra identificar las. plantas de que me
ocupo, sino también para fl^ar la sec-
ción a que correspondan aquellas es-
pecies no mencionadas por mí: bien
que en esto mi trabajo es deficiente,
porque no he tenido la mira de ocu-
parme de los géneros con la debida
extensión, y ha sido inevitable pasar
en sil<='ncio muchas secciones que só-
lo podrían figurar en un tratado ana-
lítico completo."
Señala luego el autor dos géneros:
POLYPODIT'M y ACROSTICHUM:
cuatro especies del primero, y dos del
segundo. En la especie PHLEBO-
DIUM, del primer género, dos varieda-
des, de las cuales la segunda hace a
nuestro intento, y es la siguiente: "b.
— Rizoma robusto, herbáceo, rastrero
y cubierto por barbas suaves al tac-
to, de color ferruginoso claro: estípite
de 30 a 60 cent, de largo, fuerte, er-
guido y lustroso: fronda de 30 a 90
cent, de largo ~por 30 a 60 de ancho,
cortada hasta muy cerca del raquis, y
aim hasta éste hacia la parte infe-
rior, en pinas ligulado-oblongas, casi
de 30 cent, de largo por 4 o 6 de an-
cho, de consistencia papirácea o sub-
coriácea: raquis y páginas superior e
inferior de Ifis pinas, lampiños: venas
primarias paralelas, distantes entre sí
7 mil. o 1 cent, con seis o más areolas
entre ellas, conteniendo un soro cada
una, situado en las exttemidades de
dos o tres venillas libres, rarísimas
veces anastomosadas. . . . Polypodium
. . .decumanum, Willd.
"Esta es la calaguala de los tahas-
qupños, una de las especies del géne-
ro Polypodium más difundidas en la
vast.a llanura de este Estado, donde
GALA.
291 —
CALA
veg-eta de preferencia, asociada al j
Nephrolepis cordifolia, Baker, en las ■
axüas di- las hojas de la palma de co- '
bija o Bonxaan. ¡
"Los rizomas de este helécho go-
zan de renombrada fama en el viilgro
-ara la cura de muchas enfermeda-
•s. Dejando en el silencio las noti-
■ ias que se me han comunicado, ra-
yanas en lo inverosímil o desfigura-
das por la superstición que las acom-
paña, haré cor.star que son de gene-
ral uso esos rizomas, para evitar, se-
gún la opinión vulgar, la formación
d" abscesos en las regiones internas
! cuerpo por efecto de caídas o con-
siones. El modo de administrar la
< iJasruala en estos casos, consiste en
macíiacaí' sus raíces (rizomas), her-
virlas en una o media botella de agua,
endulzar el líquido y tomarlo dos o
tres veces durante varios días. Algu-
nas personas prefieren la sal común
' azúcar, y aseguran que con el adi-
mento de esa sustancia se obtiene
ayor eficacia en el medicamento.
;' imbién se emplea esta calaguala pa-
com batir las enfermedades vené-
as. e.speclalmente la gonorrea y flo-
s blancas, bajo la forma de jara-
o de infusfón que se prepara adi-
onando raíces de una planta conoci-
'.■I en Tabasco con el nombre de
HAPAPITLi o sea la Buettneria car-
thagenensis, Jacq.: esa infusión en-
dulzada se toma por tazas durante
varios días, y se me ha dicho que
hace desaparecer con prontitud aque-
llas afecciones de los órganos genita-
'• s. Este tratamiento, no muy genera-
zado en Tabasco. es digno, en mi
oncepto, de llamar la atención de
uestrcs médicos."
(JOSÉ X. ROVIROS-V Las Calagua-
las. monografía fechada en San Juan
Bautista (Tabasco'), Junio de 1894; pu-
l-licada en La Naturaleza, periódico de
Historia Natural de la Capital de la
República, 2a. Serie, Tomo 11.),
CALAMBUCO, m. Para la Acade-
mia es el árbol que produce el bál-
panio de María. Para nosotros es
una forma peyorativa de llamar al
calabazo o cualquiera otra vasija
de las que se hacen de la corteza
de ciertos frutos, jicara, coco, etc.
con tal que sean grandes, toscas o
irreeiilares: un CALAMBUCO de
pozol.
2. Metafóricamente se dice de la
persona simple, bonachona o de
presencia de tonto.
"Aquel indio, con su aire de calam-
buco, era en el fondo un pillo redo-
mado." (MERINO, Celestina, 3a. pte.,
EX, p. 266.)
CALAMBUR. (Del fr. CALAM-
BOUR) m. Juego de palabras: equí-
voco; "remoque, lenguaje ambagio-
so" (RAMOS y DUARTE, p. 108.)
Muy usado en lenguaje familiar.
"Pepilla se puso ligeramente encar-
nada por las bromas de Ortega, aun-
que derramando la sal de la coqueta
ingeniosa, hacía este calambur: si me
ven colorada, no es por el "mozo de
Ñapóles", sino por "el ^^ejo de Opor-
to." (MERINO, Celestina, X, p. S9.)
Méx. Es mexicanismo, muy usado.
"Son las bailarinas que brincan, las
coristas que se balancean, los calam-
bour que ruljorizan, el mundo que se
divierte." (FACUNDO. Artículos: La
Caridad, p. nñ.) — ORTCZAR, (p. 67)
le califica de puro francés, que en rea-
lidad lo es.
CALANDRACA, f. "Sopa que con
galleta hecha pedazos se hace a
bordo cuando hay escasez de víve-
res." (Dice.)
Nada de esto significa por acá,
donde esa acepción es punto menos
que desconocida, o enteramente
desusada. Solamente usamos del
término como despectivo de calan-
dria, en la acepción figurada de es-
ta voz: calandrajo. Es lo que en
Costa Rica llaman calandraco: "Ca-
landrajo, trapo viejo, persona ridi-
cula y despreciable." (GAGDíI, p.
107) ; pero nosotros sólo usamos de
la forma invariable para ambos gé-
neros.
CALANDRIA, f. Por aquí es des-
conocida la acepción académica de
"Persona que sin estar realmente
enferma, se acoge a un hospital
para tener vivienda y comida"; pe-
ro en cambio tiene la acepción fi-
gurada de persona ridicula en su
porte e en su traje; lo que en Cos-
ta Rica llaman calandraco.
CALA
292 —
CALD
CALAR", n. Entre las diversas!
acepciones de este verbo en el
Dice, aun las figuradas, no tiene i
la que le hemos asignado, no desa- 1
certadamente del todo, por cierto: |
"Causar mal efecto en el ánimo,
gradualmente una cosa, hasta lie- j
gar a enojar; predisponerlo a uno".
Es algo semejante a esta acepción
material que da el Dice. : "15. Mo-
jarse una persona hasta el punto de
que el agua, penetrando la ropa,
llegue al cuerpo." Así CALA ima
cosa, en sentido moral, cuando a
fuerza de fastidiar, irrita el áni-
mo, — satura, dijéramos — gasta la
paciencia, encendiendo enojo en el
individuo.
2. En el lenguaje de pesquería
significa halar, tirar de una cuer-
da, recoger una red. En este senti-
do viene a ser una extensión de la
primera acepción marítima que a
la voz da el léxico, "Arriar o ba-
jar un objeto, como mastelero, ver-
ga, etc."
3. f ig. "Tratándose de personas,
conocer sus cualidades o intencio-
nes." Lo mismo se dice en Taurom.,
tratándose del reconocimiento que
se hace de los toros antes de la
lidia, con iguales fines. V. CALA.
Bogotá. Por demás original aparece
la noticia que da CUERVO (párr. 613):
"CALA: tapaboca, particularmente en
la frase echar una cala (coger un pun-
to), alusión estudiantil a cierto medi-
camento con que se ablanda el vien-
tre. Al mismo significado reducen el
verbo calar: cachifollar, chafar."
4. Por último, tiene también la
acepción que en primer lugar re-
gistra ICAZB. (p. 73): "a. Recono-
cer el contenido de un fardo, sacan-
do de él muestra con el calador."
CALAVERA, m. Gala o regalo
que la gente del pueblo pide por
el día de difuntos, 2 de noviem-
bre. Muy usado principalmente en
México, donde son sin disputa, más
pedigüeños que en parte alguna, y
hasta descarados.
"Muy temprano repartían versos im-
presos, por medio de los cuales pedían
su tumba, su calavera, o su ofrenda,
de la misma manera que pedían sus
gages correspondientes a otras fies-
tas." (G. CUBAS, Recuerdos, p. 390.)
CALCE, m. "Pie, 17a. acep. Deci-
mos: ponga Ud. su firma al CALCE
de este escrito. Y aun algunos sa-
can verbo del nombre en esta acep-
ción: vea Ud. bien la firma que
CALZA este documento." (ICAZB.)
Guat. BATRBS, p. 159.
C. Amér. SALAZAR G., p. 60, por
donde aparece como usual en toda la
América ístmica.
CALCULACIÓN, f. "Se nota ten-
dencia a rehabilitar esta voz," di-
ce RIVODó. Es así; en lenguaje co-
mercial principalmente, para expre-
sar la serie de cálculos hechos en
una operación, en la contabilidad,
etc. Parece expresiva.
CALDEARLA, pr. Apurar el li-
cor; tomar la copa. Es término del
caló tabernario.
" — Anda, vamos a caldearla —
Vamos... — • respondió el mancebo."
{DELGADO, La Calandria, XXXVII.
pp. 306-7.)
CALDERERO, m.
Méx. "Calderero; el que hace o ven-
de calderetas y otras vasijas peque-
ñas de cobre." (ICAZB.)
CALDERETERO, m.
Méx. "En los ingenios de azúcar,
operario que cuida del cocimiento y
limpia del caldo o guarapo en las cal-
deras." (ICAZB.)
Esta voz ha llegado a ser en Mé-
xico, en general, como una forma
despectiva de apodar a los italia-
nos, por razón de que la mayor par-
j te de los emigrantes de esta na-
cionalidad, individuos de baja cla-
se social, se dedican principalmen-
te en la República al oficio de.cal-
' dereros o cobreros.
El autor citado y TORO GISB.
I (Amer., p. 149) establecen que es
también término usual en Andalu-
j cía.
CALD
293 —
CALE
CALDO, m. "Líquidos o jugos ex- I CALENTADERA. f. Nombre que
traídos de vegetales y destinados a I suele darse a la caldera, caldere-
la alimentación." Con mayor latí- ' ta o cualquier otro objeto de los
tud de esta acepción, llamamos así ' que sirven principalmente para ca-
también a los licores o bebidas pre-
paradas con el jugo de ciertas fru-
tas encurtidas en aguardiente co- '
mún: CALDO de nance, de mamey,
de durazno, ete.
2. m.
Méx. *'E1 jugo que se exprime de la
caña de azúcar, llamado en otras par- ;
tes gruarapo." (ICAZB.) I
Acepción propia de México, hoy
caída en completo desuso, es la que
EL PENSADOR da en este pasaje
del Periquillo (cap. XIV de la la.
pte., p. 79): "Este caldo es el ma-
noseo que tienen (los bailadores)
con nuestras hijas y mujeres, las
lentar líquidos a la lumbre.
Méx. "Apenas supo medio leer... lo
dedicó su padre a soldar tinas y ca-
ientaderas." {FACUNDO, Pollos, t. I,
cap. 11, p. 174.)
2. Es común también en el len-
guaje vulgar el uso de esta pala-
bra como frecuentativo de calenta-
miento, acción de calentar repeti-
das veces.
Era, ero, como dice MONLAL'
(Dice, etim., p. 97), es "desinencia
sustantiva tomada. . . del vascuen-
ce, pero muy parecida a la latina
arium, y que, como ésta, connota
la idea de continente, de cosa que
licencias pasan mil veces de las gjj.,.g ^^^^ guardar otra: cartera,...
manos a las bocas, convirtiéndose ^^^^ .. jj^ negado a tener en el len-
los manoseos claros en ósculos fur- ^^j^ popular, v a veces hasta en
tivos. que las menos escrupulosas ^j jen^uaje culto, una connotación
no llevan a mal, y las que se lia- semejante a la de la desinencia
man prudentes y honradas disimu- ^^j^ ^ ^^ ^^ ^^ sentido de colec-
ción repetida y frecuente, pero des-
lan y sufren por evitar pendencias."
En alguna parte de la Repúbli-
ca hay también una planta o flor ;;d";n¡;dam¡nte.'¡rn "método 'ñi^r¡
llamada asi: "Aquí y allí trechos -
sombríos donde borbotan en irrup-
ción lujuriosa, girasoles blancos y
rosados, y calditos como brazas."
(AZUELA, Mala Yerba, VI. pp. 39-
40.)
CALENDARIO, m. Nombre con
gla, en lo cual participa también
de cierta índole despectiva. Deci-
mos gritadera, por griterío, dife-
renciándose de ésta en que no re-
presenta o expresa una confusión
de voces simultáneas, sino más pro-
piamente una serie de gritos suce-
que también se designa la moneda i givos. repetidos con exceso; canta-
nacional de oro por valor de $20.00, , ¿^j.^^ corredera, etc.
llamada comúnmente azteca. (V.) I pntar<íE nr fie Pirarse
CALENDARIO EXFOLIADOR, m. ^'¡^^.^'^"^ ' ^ ' ^^ ^^^^'^''^•
Méx. "Género de calendario de pa- enojarse,
red. nuevamente discurrido, en el que Méx. "El jueg^o continuó, y por mo-
bay una hojilla para cada día. pega- mentos fueron calentándose los cir-
das ligeramente por la orilla una so- ¡ cunstantes, y las apuestas eran más
bre otra, de manera que forman un j considerables." (PAYNO, Fistol, t. i.
bloc, y arrancando la del día anterior. [ p. 882.)
queda descubierta la del corriente. Es ; ORTÚZ VR p 67
común imprimir epigramas, charadas, I ' _ encenderse
cuentecillos. etc. en el reverso de las | ^- "&• fi'Siai en ceio. encf uutfi &«
bolas." (ICAZB.) . en lujuria. El Dice, sólo autoriza
'En la pared, arriba del asiento | gg^g^ acepción COn respecto a laS
principal, un calendario exfoliador, i .__.„„
(DELGADO. La Calandria, II.) • Deslías.
CALE
— 294
CALI
CALENTURA DE POLLO, expr. i
fam. "que se dice del niño que se
finge enfermo por berrinche, o pa-
ra que le regalen y eximan del es-
tudio." (ICAZB.)
CALERO, m. Calera se llama el
horno en que se quema la piedra
para hacer cal. A esto, 'y en general
al lugar en que se quema la pie-
dra, o se hace la cal, llamamos or-
dinariamente con el género mascu-
lino: CALERO.
Méx. "Calera. Aposento o galera en
Que se guarda la cal." (ICAZB.)
CALIBRE, m. "El Dice, dice que
"ser de buen o mal calibre una co-
sa" es "ser de buena o mala cali-
dad." Creemos que CALIBRE se
aplica más bien al tamaño que a la
calidad." (ICAZB.) No más bien, si-
no únicamente al tamaño; al me-
nos jamás óyese en la forma aca-
démica en labios de nadie, así sea
el más rapado de conocimiento li-
terario, o el más inflado gramati-
calista.
"Amalia miraba a los hombres co-
mo' viera un arpón ... a vm pescado
de gran calibre." (FACUNDO, Jamo-
nas, t. II, cap. XIII.)
CALICANTO, m. El Diccionjirio no
ha autorizado más que cal y canto,
así, en tres palabras; pero el vul-
go, y enorme golpe de gente culta
en lenguaje literario, ya no admi-
ten esa separación, diciendo a se-
cas CAIilCANTO, lo que no parece
extrafalario por cualquier lado que
se examine, o como dice RIVODÓ
(Voces Nuevas, p. 139), "Nada tie-
ne de extraño, y aun pudiera de-
cirse que es más gramatical, y que
está más en la índole del castella-
no."
Ríopl. "Expuesta (la ciudad) conti-
nuamente a las inundaciones de las
lluvias, especialmente por la parte del
Kur'y poniente con las avenidas de la
cañada, de que la defiende un cali-
canto." (Acta del Cabildo de Córdoba
del Tucumán, de fecha 14 de enero
de 1760, apud GRANADA, p. 129.)
CALIFICACIÓN, f. Clasificación
que la autoridad municipal o políti-
ca hace diariamente de los reos de-
tenidos el día anterior, consignan-
do a unos (los reos de delitos) a
las autoridades judiciales y hacien-
do con respecto a los reos por fal-
tas o infracciones políticas, la fija-
ción de las penas respectivas, de
multa o arresto.
En los Estados, hasta hace poco
tiempo, eran los Jefes Políticos los
encargados de la CALIFICACIÓN;
pero, desaparecidos aquéllos por
efecto de la revolución, pasó a ser
atribución de los Presidentes Mu-
nicipales, interviniendo por lo ge-
neral el Agente del Ministerio Pú-
blico.
Méx. "Llámase así en México a
cierta distribución («o sé si legal)
que acostumbra hacer cada noche el
Gobernador del Distrito Federal, o su
Secretario, de los reos de delitos no
graves o de infracciones de policía,
que han sido aprehendidos en el día,
y a su arbitrio suelta a vmos, impo-
ne a otros ciertas penas y envía el
resto a la cárcel, consignados al Juez
de turno." (ICAZB.)
"Es seguro que se queden allí a es-
perar la calificación, y mañana tem-
prano, o van a Belén... o salen en li-
bertad." (FACUNDO, Fuereños,
XVIIl.) — "El Abogado Consultor del
Ayuntamiento de la Ciudad, que en
representación del Presidente Munici-
pal, haco diariamente la calificación de
los reos que ingresan a la Peniten-
ciaría, ha encontrado graves dificulta-
des,... etc." (El Universal, abril 22-
918.)
2. Fijación que hace la autoridad
administrativa o polítiva, por medio
de las Juntas Calificadoras, del va-
lor fiscal de los predios y de los
giros mercantiles, y conforme a la
cual se establecen las contribucio-
nes o derechos que los propietarios
deben enterar al erario público. V.
JT^NTAS.
CALIFICAR, a. En la Hacienda
pública este verbo tiene la acep-
ción especial de fijar el valor fis-
CALI
— 295
CALZ
jcal de la propiedad mueble o raíz
y de los giros mercantiles, y con-
forme al cual se determinan las
contribuciones o derechos que de- !
ien pagar los propietarios.
CALIFORNIANO, NA. adj. Cali-
fornio, california : natural de Cali-
fornia.
CALILLA, f. "Cala, por mecha;
etc." (ICAZB.)— OCAMPO, p. 143.
Cuba. PICHARDO. p. 43. — MAGIAS,
p. 239.
Hond. MEMBREÑO, p. 31.
Guat. BATRES, p. 159.
Perú. AROXA, p. 83.
2. fig. y fam. "Molestia, pejigue-
ra." (ICAZB.) Por extensión, la per-
sona mis^a que molesta mucho.
Méx. "Me hacen cargar el niño, la-
var los pañales, ir a la pulquería, fre-
gar toditos los trastes y aguantar
antas calillas quieren." (PENSA-
OK, Periquillo, cap. XXn^ p. 119.)
En Guatemala se aplica más co-
múnmente al individuo que molesta
' BATRES) ; lo mismo en Honduras
MEMBR., p. 32.)
CALILLAR, a. "Echar calas o ca-
lillas." (ICAZB.)
2. fig. y fam. "Molestar." (ID.)
CALMUDO, DA. ' adj. Calmoso,
2a. acep., o mejor como lo explica
PICHARDO (p. +3): "La persona
que tal vez sin ser perezosa o ne-
igente. obra con calma o lenti-
;d." Calmoso no se usa nunca.
Venez. "En calmudo, así como en
; sinónimo cachazudo, hay algo de
irlesco, a la vez que calmoso es ex-
esión más seria." (RIVODO, p. 139.)
CALÓN, m. Astil o vara a que
van sujetos los extremos del chin-
chorro o red de pescar, para man-
tenerlo abierto y fijarlo al fondo.
Esta voz olvidada del Dicciona-
rio, es término antiguo; la trae TE-
RREROS: "Sonda que penetra has-
H el fondo."
CALZA, f. "Es aquí cierta tirilla
de badana con que se rodea una de
las patas de los gallos de pelea, y
mediante un trozo de cuerda del-
gada que de la tirilla pende, sir-
ve para mantenerle sujeto a estaca
o clavo fijado en el suelo." (ICAZB.)
"Y ves que si te ponen una calza
Pierdes las plumas, pero no el valor."
(FIDEL, en el Gallo Pitagórico, p.
387.)
CALZADA, f. "Camino real em-
pedrado." (Dice.)
Entre nosotros no es precisamen-
te camino real ni está empedrado
por fuerza. La CALZADA es un ca-
mino cualquiera, en las mejores
condiciones de aplanamiento y ni-
velación, generalmente a mayor al-
tura que el terreno circundante y
hecho pa:r. mayor comodidad del
tráfico.
CÁLZ6N. AMARRARSE LOS
CALZONES, fr. fig. y fam., desple-
gar la energía necesaria para obrar
en un asimto o empresa. Dícese
también AMARRARSE LOS PAN-
TALONES.
Méx. ICAZB., p. 20; art. Amarrar.
Perú. AROXA. p. 21.
Chile. RODR., p. 26; Opina que se
usa disparatadamente el verbo ama-
rrar en este caso.
BAJAR LOS CALZONES, hablan-
do de los niños, ponerles calzones
lardos.
CALZONCILLO. (Bauhinia po-
rrecta.) ra. Planta leguminosa.
CALZONUDO. m. "Hombre."
(ICAZB.) Más usado en forma pe-
yorativa. OCAMPO (p. 144) dale
el significado de valiente, firme.
"Allí apenas va una u otra visita,
y .eso de viejas, como dice ella, por-
que calzonudos, según dice, no pisa-
rán su estrado por cuanto el mundo
tiene." (PEXS.VDOR, Periquillo, cap.
: XX, p. 119.) — "N'o consiento calzonu-
dos en la cocina." (Astucia, t. I. cap.
XV.) — "Por cierto, de calzonudos."
(ID., ib.)
Hond. "Término despectivo que a
veces usan las .señoras para referirse
! al hombre." (MEMBR.)
j C. Rica. "N'omtare festivo y familiar
■ con que las mujeres d*»signan al in-
: dividuo de sexo feo." (GAGTXI.) :Sí>-
j xo feo! ¿Por qvié no varonil, y acaso
) entonces menos feo?
CALLE
— 296
CAMA
CALLE, f. En forma genérica
llámase así el espacio comprendido
entre dos hileras, ya sean éstas de
casas, de árboles o de cualquiera
otra cosa. Principalmente en las
sementeras o sembrados, milpas,
platanares, etc., es de estilo corrien-
te llamar CALLE al espacio que
media entre dos filas de la planta-
ción, por lo común en líneas parale-
las. Nunca decimos calle de árbo-
les, como quiere el Dice, que en
este caso se diga.
CALLEJÓN, m. Así como calleja
es diminutivo de calle, CALLEJÓN
sería aumentativo de la misma voz.
Pero en el uso vulgar CALLEJÓN
es un diminutivo de calle, cottio is-
lote lo es de isla y anclote de ancla:
una calle angosta y de continuo
larga, tortuosa y sin empedrar. Los
CALLEJONES son muy comunes
tn las poblaciones coloniales- de
mediana importancia.
Méx. "Escondida entre lo que en el
pueblo se llaman callejones, — unas es-
trechas callejas sin empedrar, con es-
peso follaje de malvones, alelíes y en-
redaderas a entrambos lados; con al-
tas tapias lisas de ladrillo y argama-
sa o de caducos árboles que se desmo-
ronan." (GAMBOA, Santa, la. pte..
II, p. 36.) — "De común acuerdo táci-
to... ella internábase por los calle-
jones de la aldea." (ID., Ib., p. 56.) —
"¿Habría en México campos como los
de Pluviosilla, callejones como los del
barrio de San Antón? (DELGADO,
Parientes ricos, XXVII, p. 204.) — "Vol-
vieron todos al patio de San Cristóbal
por los callejones más frescos y her-
mosos, para gozar de aquella tarde
luminosa y dorada," (ID., La Calan-
dria, IV, p. 33.) — "Los habitantes de-
jan el beatífico retiro de sus casas y
salen a tomar fresco por los callejones
cercanos." (ID., ib., X, p. 85.) — "Car-
men gozaba lo que no es decible con
la frescura de los callejones y la be-
lleza del paisaje." (ID., ib., XXVII, p.
247.) — "Llega atravesando callejones o
huertas." (Astucia, t. II, cap. IX, p.
293.)
2. Por analogía llámase también
CALLEJONES, en el habla campes-
tre, a los caminos o veredas, más
o menos anchas, abiertas en el se-
no de los bosques, de ordinario pro-
visionalmente. Son muy comunes en
las monterías, donde sirven para
arrastrar por ellos la madera, sa-
cándola hasta el tumbo.
"Después de caminar algunos me-
tros por un sendero bastante amplio,
entraron en el callejón principal."
(ZENTELLA, Perico, XIII, p. 76.) —
"Miraba distraído por toda la longi-
tud del callejón, esperando ver a
Juan." (ID., Ib., p, 80,) — "Los hom-
bres preparan sus machetes, hachas y
escopetas con el bastimento que de-
ben llevar a mano; a la orden del Je-
fe o encargado de la montería poco
después se reúnen, y entre chanzas y
canciones generalmente demasiado li-
bres, salen al trabajo siguiente, a la
incierta claridad del alba, por los am-
plios y limpios callejones." (COFFIN,
El General Gutiérrez, I, p. 4,)
CALLEJÓN EAR. a. Abrir calle-
jones en las selvas; especialmen-
te en las monterías para sacar ma-
dera.
CALLEJONEO. m. Acción y efec-
to de callejonear: abrir los callejo-
nes en las monterías.
CAMA. f. "En el melón y otros
frutos, parte que está pegada con-
tra la tierra mientras están en la
mata." Tal vez por extensión de es-
te significado que registra el Dice,
llámase CAMA al cojín o especie
de almohadilla de yerbas u hojas
secas que a los frutos de las plan-
tas rastreras, melón, sandía, etc.,
ponen los labradores debajo, para
que, descansando sobre ella, no re-
ciban directamente el calor radia-
do por la tierra, que a veces reque-
ma o recuece el fruto.
"Los tallos se extienden a muchas
varas (del chayóte), y siempre que
se le acomoda un apoyo horizontal que
aquí llaman cama, lo puebla de mane-
ra que forma un techado impenetra-
ble a las aguas," (J, ANTONIO ÁL-
ZATE, en el Dice. Univ. de Hlst. y
Geogr., Art. Chayóte; t. IX, p, 47.) —
"Se riega a metuido por ser planta hi-
drópica, se le dispono en tapiz que aquí
nombran cama." (ID., ib., p. 48.)
GAMA
— 297 —
CAMA
2. Cortadura horizontal o al tra-
vés que se hace al tallo de los gran-
des árboles, con el fin de debilitar-
los para que, cortándoles por el la-
do opuesto, caigan fácilmente.
FORMARLE, o HACERLE LA
CAMA a alguno, fr. fig. fam., que
se dice de aquel a quien por malas
artes y medios subrepticios se le
prepara una mala situación o se
le hace perder un empleo o ima
buena posición, hasta dar con él en
la desgi'acia.
CAMA DA. f. "Todos los hijos que
paren de una vez la coneja, la lo-
ba u otros animales, y se hallan
juntos en una misma parte." La de-
finición es algo mostrenca: parir
tantos hijos de una vez es una ver-
dadera novedad, aparte de que des-
pués se hallen juntos en una misma
parte, que es como si estuvieran
separados en partes distintas. He-
chas estas salvedades, aun todavía
la CAMADA significa para nosotros
aleo más: conjunto de poUuelos o
pichones; en este sentido se usa
por lo general y casi nunca se apli-
ca a los mamíferos, lobeznos, co-
nejos, etc.
Cuba. "El conjunto de cosas nume-
rables, extendidas horizontalmente, de
manera que estén en contacto, a ni- 1
vel, sin sobreponerse, y dispuestas a
recibir otras camadas: así se dice una
carnada de huevos,... y en este sen-
tido es más propia qr.e capa." (PICH.,
p. 4,3.) Xosotros. en tal caso, decimos
capa o tendida.
CAMAJÁN, m. Marrullero, ca-
mastrón, taimado.
Méx. "(Camp), sm. Camastrón, pi-
caro, astuto, retrechero." (RAMOS T
DIÑARTE.) Es usual en toda la Pe-
nínsula.
CAM ALOTAL. m. Sitio poblado de
camalote; plantío o sembrado de
camalote. El Dice, no da más que
el sust. Camalote. |
Ríopl. Nadie más que GR.A.NADA (p. \
129) se ha acordado del vocablo: "Pa-
raje cubierto de camalote."
CAMALOTE. (Oplismenus holci-
formis. Ú.. B. K. (1). Del mex. ca-
malotl.) m. La Academia, que has-
ta sus últimas ediciones, acordó
dar entrada al vocablo, le prohijó
sin su correspondiente anotación
de Méj., con lo cual aparece de orí-
gen castizo, o por lo menos dudo-
so; menos se metió en establecer
etimologías, con lo que obró tam-
bién muy en lo derecho, aprove-
chando la brillante oportunidad de
no decir un disparate, como en ca-
cao (de cacahuat) y sobre todo en
el revoltijo de chocolate.
A mal traer ha traído a los au-
tores esta planta, en lo relativo a
la clasificación. Desde luego esta-
mos en que la nuestra es una gra-
mínea, enteramente distinta de la
de Sur América que es pontederiá-
cea, a la cual únicamente se refie-
re el Diccionario, olvidándose no
solamente de la gramínea que en
México lleva este nombre, sino a la
vez de la de Guayaquil y Nueva
Granada, que al decir de GRANA-
DA (p. 130) es también de esta fa-
milia y a la que se refiere Col-
meiro. según el propio autor. BAYO
(p. 45) incurre en la confusión de "
llamar gramínea al CAMALOTE de
los ríos de la América Meridional,
confundiéndole con la Phalaris
arundinacea de Linneo. De que no
es una gramínea no sólo dan bue-
na prueba los distintos nombres
técnicos, sino la descripción de la
planta misma: "acuática, que se
cría en las lagunas y festonea las
costas de los ríos, introducido en
el agua y afianzado en el fondo por
medio de/ raicillas como hebras de
su largo y fofo tallo, que termina
... en una h-oja nerviosa, pero ma-
jor y casi redonda, en lugar de
puntiaguda, del tamaño de un pía- '
(1) Sinonimia vulgar y científica de
plantas mexicanas.
CAMA
298
CAMA
to, y adornada por la primavera!
con una sencilla flor azul." (GRA-
NADA). Eichornia speciosa es en j
el índice de voces indígenas del j
Tabaré de Zorrilla (p. 208); pon-|
tederia nymphaeifolia, KUNTH. yj
E. azurea, apud. Gibert, en Grana- 1
da, bien que la llama bromelioidea,
lo que viene a aumentar la confu-
sión. En resumen, este CAMALOTE i
tiene semejanza con las nympheas
de Tabasco. i
Con respecto a la nuestra, pare- \
ce que no se ha fijado tampoco el |
criterio en lo relativo a su clasifi- ,
cación. En tanto que unos autores
la colocan en el género panicum !
(ICAZB.; P. Holciforme, STEND.;
ALCARAZ, Los zacates forrajeros:
P. leucophaeum, H. B. K.), OCAM-
PO la clasifica Holeus sorghum.
De todo esto venimos en concluir
que hay diferencia completa aún
entre las plantas que llevan el mis-
mo nombre en diversas partes de la
República, principalmente en las
costas. Las especies de Jalisco, San
Luis Potosí, que guardan semejan-
za con la descrita por Icazbalce-
ta, parecen coincidir con la planta
que en Tabasco se llama camalote
de agua, porque el CAMALOTE co-
mún no produce esa médula suave,
esponjosa y ligera que se emplea
para hacer flores y otros adornos,
de que habla el autor.
El CAMALOTE de Tabasco, que
es característico de todo el plano
inclinado que comprende desde las
estribaciones de la serranía del Sur
de Chiapas, todo el Estado y par-
te del de Campeche y de Veracruz,
es una planta vivaz, veraniega;
pasto tierno de poco rendimiento
como forraje; crece especialmente
en las regiones palustres e inunda-
bles, resistiendo perfectamente en-
tré el agua. En las playerías de la
í)arte baja se cría tan fecundo y
lozano que forma espesísimos acol-
chados en donde ni a caballo pue-
de transitarse, alcanzando dos o
tres metros de tallo. Es vegetal
rastrero; algo semejante al maíz
por la estructura del tallo, en ca-
ñutos, aunque mucho más delgado,
y por la forma lanceolada de las
hojas, también mucho más angos-
tas, de un color verdinegro, ner-
viosas. El tallo es macizo y la mé-
dula fibrosa está adherida y como
formando un sólo cuerpo con la ca-
pa cortical.
PICHARDO (p. 44) y MACÍAS
(p. 246) incurren en el despropósito
de llamar como la Academia CAMA-
LOTE a una planta que, no es pre-
cisamente la nuestra, pero que
coincide con alguna otra especie na-
cional. Ni en Tabasco, ni en Méxi-
co ni en parte alguna de América
se llama camalote. Creemos que na-
da tenga que ver la planta ameri-
cana con el famoso camalote, y que
su nombre es de estructura me-
xicana, como lo da RÓBELO en sus
Nombres geogr. del Est de Veracruz
(p. 29) ; aun cuando Icazbalceta,
tan sabio y tan parco en sus apre-
ciaciones, haya callado en la eti-
mología de la voz. FERNÁNDEZ
FERRAZ, que rastrea en sus Nahua-
tlismos de Costa Rica raíces azte-
cas hasta en no pocas palabras cas-
tizas, es raro que haya olvidado és-
ta y no lo aplicara su procedimien-
to de anatomía filológica de des-
composición y recomposición, has-
ta encontrar los rastros de su ori-
gen nahoa.
Parece que entran en su forma-
ción la raíz camatl, cara, y en sen-
tido más amplio, gusto, sabor, as-
pecto, idea de semejanza en gene-
ral, y elotl, elote, maíz verde: "se-
mejante al maíz verde", con el cual
en realidad tiene la planta mucho
parecido. O bien, tomando la raíz
CAMA
— 299 —
CAMB
camaua, amarillear, color de lo tier-
no (SIMEÓN), por contracción cam,
y elotl, "amarillo y verde o amari-
llo verdoso."
Siendo las costas mexicanas en
que esta planta abunda las prime-
ras que pisaron los conquistadores
españoles, probable es que aquí ha-
yan oído por primera vez el nom-
bre, y que de aquí haya sido trans-
portado a la América del Sur para
designar allá una planta acuática
semejante, pero que no es igual a
la nuestra. Esta presunción es tan-
to más razonable, cuanto que no
aparecen orígenes o raíces proba-
bles de la palabra en las lenguas
indígenas de la América Meridio-
nal.
2. adj. Por alusión al aspecto ma-
cilento que toma el CAMALOTE
en las épocas de sequía y ardiente
sol, llámase así en sentido figurado
a la persona calmosa, flemática,
cauta, taimada o maliciosa y repo-
sada en sus actos.
CAMALOTEAR. a. Segar o cor-
tar el cámalote para forraje de la
caballeriza.
Este verbo, de carácter entera-
mente regional, es semejante a ra-
monear y zacatear.
CAMALO"ERO. m. Camalotal:
sitio poblado de cámalote. Poco usa-
do.
2. adj. Dícese del ganado afecto
a pacer del cámalote. Relativo al
cámalote.
CAi^ARAZO. m. Tiro disparado
con cámara; formado a semejan-
za de cañonazo. RAMOS y DU AR-
TE da la voz como sinónima de
cámara, cohete. Desconocida en es-
ta acepción. Es mexicanismo.
"¿Han, estos señores, oído los ca-
marazos de Celaya o de Trinidad? Si'
hubieran estado aquí durante la "de- i
cena tráerica," no andarían poniendo ]
de ejemplo, para explosiones inofen-
.siva.s. los camarazos nuestros." (Ex-
celsior, Méx., nov. 14-917.)
CAMARÓN. CAMARÓN QUE SE
DUERME, SE LO LLEVA LA CO-
RRIENTE, fr. fig. y fam. con que
se expresa el fracaso a que condu-
ce la falta de actividad o previsión
para obrar en los asuntos.
"Muy bien, Sr. D. Vives, abriré cua-
tro ojos y no perderé tiempo, porque
camarón que se duerme se lo lleva la
corriente." (GIL Y SAENZ, El Capo-'
ral, p. 64.) — "Para cuando estén al
frente de sus haciendas, . . . sepan a
qué atenerse, porque camarón que se
duerme, se lo lleva la corriente." (ID.,
ib., p. 92.)
CAMARONEAR, a. Pescar cama-
rones; dedicarse a esta ocupación.
En sentido figurado tiene acepción
sinónima de gatear, por llamarse
camarones a las mujeres de la vi-
da distra'da.
CAMARONERA, f. "Lugar en que
se pescan camarones." (ICAZB.)
Más usado en Tabasco como sinó-
nimo de cangrejera, aunque con sig-
nificado más extenso.
2. Cierta red o atarraya especial,
de malla muy pequeña, que sirve
para pescar camarones.
CATiBAYA. f. "Tejido ordinario
de algodón." (OCAMPO.)
CAMBÓN. m. Cama; segundo art.,
segunda acep. En el trapiche, pie-
za, encorvada de madera que enca-
ja por un extremo al eje central en
que engranan las mazas, y por el
otro se sujeta la bestia de tiro pa-
ra poner en movimiento el apara-
to.
La voz es de la misma familia
que camba, de la cual parece un au-
mentativo, bien aplicado si se atien-
de a que el CAMBÓN es por lo ge-
neral un madero tosco y grande.
Su raíz kampé, gr., curvatura, ex-
plica su buen origen.
"Un p.ilo como nuestros cambones,
de madera no muy pesada y sin sága-
mo. tiene la figura de una es*» ;>i >■ -
vés, poco más o menos, una de sus ex-
tremidades que remata como la de
nuestro cambón." (GIL Y SAKXZ. El
Caporal, p. 66.) — "Sonó un chicotazo.
CAMB
— 300
CAMI
crujieron los cambones, . . . en sus al-
véolos de bronce rechinaron los acera-
dos grifos, y la pesada máquina ace-
leró un tanto sus interminaliles vuel-
tas; el chorro de jugo de caña, al caer
sobre el hancazo, aiunentó un milíme-
tro su diámetro." (ZENTELLA, Peri-
co, I, p. 23.) "Los mulos que monta-
ban, más acostumbrados al cambón
para la molienda de caña, que para
caminos fangosos, trotalian de un mo-
do feroz." (MERINO, Ruta, XXXVI,
p. 165.)
CAMBUJO, JA. adj. "Tratándose
de caballerías menores, morcillo."
(ACAD.) "Morcillo, Ha. Aplícase al
caballo o yegua de color negro oon
viso rojizo." (ID.)
Usámosle sobre todo aplicado a
las aves, especialmente a las galli-
nas, de piel o carné piñetas, a la
que se atiibuyen además ciertas
cualidades medicinales y aún caba-
lísticas.
Méx. RAMOS Y DUARTE, p. 110.—
ICAZB. sólo da el mexicanismo en la
acepción de "hijo de albarrazado con
negra" (Art. Castas), que también se
usp, en Tabasco. — OCAMPO, p. 145.
"La señora llevó tres blanquillos
acabaditos de poner por ima gallina
blanca, otra amarilla y otra prieta;
pero las tres cambujas y de cresta
amoratada." (NUÑEZ, Bagatelas, p.
213.)
2. Por antonomasia, dícese tam-
bién de todo individuo de color ne-
gro amoratado.
CAMBUR, m. "Especie de bana-
no, cuyo fruto no es fruto sino fru-
ta. Lo hay de diferentes clases con
distintos nombres." (PICÓN FE-
BRES, p. 67.)
Por más que GIL Y SÁENZ (El
Caporal, p. 96) diga que este pláta-
no no se conoce en Tabasco, pode-
mos afirmar que lo hay.
CAMELAR, a. "Atisbar. acechar."
(RAMOS y DUARTE.) Dícese co-
mún V familiarmente de los ena-
morados, y es más propiamente re-
auebrar. enamorar. Es voz gitana
"formada «obre la ra.'z sánscrita
kam, amar, con el sufi.io intensivo
elar." (QUINDALE, Epít. de Gram.
gitana, párr. 36.) CAMELAR, gita-
no, querer," dice Rodríguez Marín
(Cantos pop. esp., t. II, p. 102, nota
17) anotando la copla:
De tu pelo rubio
Camelo un cabello. . .
CAMINADA, f. Usado casi exclu-
sivamente por caminata. Como ant.
significa jornada.
C. Rica. GAGINI, p. 111.
¡CAMINE! ínter j. que sirve pa-
ra excitar, animar o exhortar a fin
de que se camine a prisa.
Venez. "Equivale en Colombia y en
nuestra cordillera andina a venga con-
migo, acompáñeme, ande o vaya lige-
ro." (PICÓN, p. 67.)
CAMINO, m. Entre las numero-
sas acepciones que da el Dice, a
esta voz, no se halla la de carrera
del peinado, o raya que divide en
dos el cabello.
Méx. RAMOS Y DUARTE, p. 110.
CAMISETA, f. No es precisamen-
te diminutivo de camisa, entre nos-
otros, sino "camisa interior desco-
tada y sin cuello, de algodón, lana
o seda, que ciñe los brazos y el
tronco hasta la cintura.
En Venezuela es sinónimo de tú-
nico, "Camisa larga (interior y pe-
gada al cuerpo) que usan las muje-
res." (PICÓN, p. 317.)
2. En las modernas lámparas de
carburo, vestidura metálica en for-
ma de cernedor, de malla muy fina
y tupida, que subre la flama y sir-
ve para establecer y regular la co-
rriente renovada de aire que ali-
menta la llama.
CAMISÓN, m. "Aum. de camisa.
Camisa larga. Camisa de hombre,"
y en las Antillas, "Camisa de mu-
jer". Esta última acepción, que es
la más próxima a la nuestra, con
algunas A^ariantes, es común de to-
da América.
"Traje de mujer, compuesto de fal-
da y cuerpo," dice CUERVO (párr.
843) ; casi lo mismo define PICÓN
GAMO
— 301
CAMP
FEBRES (p. 67). agregando que "en
algunas partes de Venezuela se le
dice también traje." RIVODO (p.
249) escribe: 'Llaman así al ves-
tido o traje de mujeres; excepto
cuando es de tela negra de seda,
pues entoncjBS le dan el nombre ,
castizo de saya." RODR. explica
que el pueblo llama camisones a
los vestidos hechos de algodón. La
acepción antillana más propiamen- ■
te es la que explica PICHARDO (p.
44) : "Camisa larga sin mangas, que
usan las mujeres de primer vesti-
do." MACÍAS dice que esta es la
acepción que se entiende mejor en
América; en Tabasco, es la única
y especial que se conoce.
CAMÓN I NA. f. Apuesta que se
hace en el juego del monte con una
de las figuras del albur, pero se-
ñalando el palo. Habiendo, por
ejemplo, sota y as, se apuesta a la-
sota o al as que vengan primero,
de determinado palo que se elija.
No hallamos la voz en los léxicos
americanos. Podemos asegurar que
es usual en México.
"Ahora, — decía, asimismo, en la sa-
la de juego del Círculo ilercantil, y
en algún otro mentidero, entre una
mano de poker y una camonlna cele-
brada." (DELGADO, Los parientes ri-
cos, XATI, pp. 117-18.)
CAMOTAL, m. Plantío de camo-
tes; sitio, terreno sembrado de és-
tos.
Méx. OCAMPO. p. 14.5.
Hond. MEMBR-, p. 32.
CAMO'E. (Del mex. camotli, ba-
tata. MOL. Batatas edulis. Convol-
vulus batatas.) m. "Batata: bulbo o
tubérculo bien conocido, de que se
hace gran consumo cocido, asado,
guisado y confitado de diversas ma-
neras. Los hay de varias especies
y colores: blanco, amarillo, mora-
do, acastañado, etc Son muy esti-
mados los de Querétaro .Suele dar-
se el mismo nombre a todo bulbo.
Esta palabra mexicana ha pasado
a Costa Rica (FERRAZ, p. 21),
al Perú (ARONA, p. 87), a Chile
(RODR., p. 83) y a Cuba (MACÍAS,
p. 241; ARMAS, p. 68.)" (ICAZB.)
En Tabasco el CAMOTE, al igual
que el maíz, forma la base princi-
pal de la alimentación de las cla-
ses indígenas, en la bebida del po-
zol, que toman especialmente agrio.
El CAMOTE se siembra en el mis-
mo sitio en que se hace la milpa,
al tapiscarse el maíz.
2. Por analogía con el tubérculo,
se llama así por la gente ranchera
al cuerpo macizo del rabo de la
bestia caballar, en que se inserta
la crin.
En México vale además bobo, san-
dio.
CAMOTEAR, a. Sembrar, cose-
char, cultivar o aiTancar camotes.
Méx. "Andar de ceca en meca he-
cho un bobo, sin dar con el lugar o la
persona que se busca. También dar
pasos inútiles en un negocio."
(ICAZB.)
CAMOTERO, RA. m. y f. "Que
vende camotes". (ICAZB.) Que
siembra, cultiva o tiene camotes.
Relativo al camote: red CAMOTE-
RA, la que se usa para cargar ca-
motes.
CAMOTILLO. (Cúrcuma longa,
L.) m. "EL CAMOTILLO es una
raíz tintórea, de bello color amari-
llo; su tinte es firmísimo. En el
Estado se usa principalmente para
teñir crines y cerdas; también se
aplica a la curtimbre de pieles, a
las diales comunica un aroma de-
licado, algo semejante al que tie-
nen las estimadas pieles de Rusia".
(Cat. de prod. agrie, del Est. en la
Exposición de S. Louis M., 904, p.
28.)
Méx. OCAMPO. p. 146.
Hond. MEMBR., p. 32.
CAMPACHE. m. Nombre que el
vulgo da a la región dorsal, prin-
cipalmente en la parte media en-
CAMP
— 302 —
CAMP
tre los omoplatos. A todo padecí
miento o dolor de espaldas le lla-
man "dolor de campache."
CAMPANAZO, m. "Campanada
en sus tres acepciones". (ICAZB.)
Como tema aumentativo nos pare-
ce bien aplicado azo para distin-
guir el golpe violento y descompa-
sado de la campana.
Hond. IMEMBR., p. 32.
CAMPANEARSE, pr. Contonear-
se; moverse, oscilando como el ba-
dajo de la campana, o eomo la cam-
pana misma.
La expresión es muy gráfica, y
si el Dice, consigna campaneo co-
mo sinónimo de contoneo, no hay
razón para desechar de plano el
verbo.
Tampoco en el lenguaje corrien-
te CAMPANEAR es "Tocar la cam-
pana con frecuencia." sino tocarla
descompasada o desordenudaiuente.
CAMPEADA, f. Paseo dado por
el campo; recorrido que se hace
principalmente con el fin de revisar
los ganados. Se usa de ordinario
en la frase: echar una CAMPEA-
DA.
La acepción académica de "Co-
rrería, salida repentina, expedición
súbita contra el enemigo en son de
algarada", es inusitada o desconoci-
da en el lenguaje popular.
Méx. OCAMPO, p. 146. Es de mucho
uso en el interior de la República.
" — Pues si con ellos me he criado
señor, y ojalá que pudiéramos tener
aquí aunque fuera éstos dos (caballos),
para que saliéramos en los ratos deso-
cupados a echar una campeada. (As-
tucia, t. I, cap. I, p. 21.)
CAPEADOR, RA. adj. Díeese del
ganado acostumbrado a pacer cons-
tantemente en campo abierto. Tam-
bién persona que gusta de campear
con frecuencia.
CAMPEAR, n. Recorrer el campo,
especialmente con el propósito de
vigilar o revisar los ganados.
Es término provincial también
, de la América del Sur, según Sal-
'' vá; mas lo cierto es que se usa en
todo México, difiriendo un tanto so-
I lamente de la acepción que expli-
I can BAYO y GRANADA: "Buscar
en campo abierto un animal que
i se haya extraviado", ^ambién, co-
mo dice este autor, tiene semejan-
\ za con la acepción que antiguamen-
\ te se le daba en las milicias, según
: la Acad. : "correr o reconocer con
\ tropas el campo, para ver si hay en
'i él enemigos".
i Ríopl. "Buscar en campo abierto
animal o persona." (BAYO.) — "Reco-
rrer un campo, Duscando uno o más
animales que se hayan extraviado o
dispersado." (GRANADA.)
j CAMPECHANA, f. "Bebida com-
i puesta de diferentes licores mezcla-
dos". (PICH., p. 44.) La misma es
nuestra CAMPECHANA, y goza fa-
ma, de bebida sumamente embria-
gante, debido esto a la mezcla.
Agrega el autor citado: "Es sinóni-
mo de champurrado, que impropia-
mente dicen champurreado, no obs-
tante que en la parte oriental sin-
gularizan este nombre aplicándole
a una bebida de ciruelas cocidas
y batidas con agua, azúcar o miel
y clavo de especia".
Nuestra CAMPECHANA de nin-
gún modo es sinónima del champu-
rrado, que es una bebida no em-
briagante, especie de chocolate
mezclado con masa de maíz o ato-
le. Llámase también mixtela y re-
voltijo.
Méx. "Revuelto o mezcla de dos lí-
quidos fermentados y espirituosos."
(OCAMPO, p. 146.)
"Campechana se llama en esta Amé-
í rica la mezcla de dos licores como vi-
no y aguardiente." (BERISTAIN,
Bibl., pról., p. Xlir, nota.)
Venez. Hamaca hecha de cuero sin
curtir y cuyas cabuyeras son de re-
jos muy angostos." (PICÓN, p. 67.)
Ríopl. BAYO. p. 46.
No hay duda de que la palabra
viene de Campeche, tal vez porque
CAMP
303 —
CAMP
de allí provenga la bebida; pero en
la acepción venezolana parece te-
ner más relación con Yucatán, de
donde son peculiares las hamacas,
aun cuando las más afamadas son
las finísimas de Campeche, hechas
de hilo, no de cuero.
CAMPERO, RA. adj. Dícese del
ganado que de continuo pace en el
campo abierto, o que es afecto a
andar siempre por los campos, te-
niendo muy lejos los comederos.
Cosa muy semejante significa en
la América del Sur: "Dícese del
animal muy adiestrado en el paso
de los ríos, esteros, cañadas y zan-
jas y en la travesía de montes por
picadas, que conoce los peligi'os y
que obedece fácilmente a las' rien-
das, siendo por lo tanto útil, en es-
pecial para ejecutar las operaciones
peculiares de las estancias, como
parar rodeo, hacer apartes, enlazar,
etc". (GRANADA, p. 132).
La acepción mexicana que da
ICAZB., p. 78) : "Cierto paso de ca-
ballo a manera de trote muy sua-
ve", y que prohija sin reparos la
ACAD., es casi desusada.
2. Aplicado a las personas, como
sustantivo, expresa el vaquero de-
dicado a recorrer el campo, a ex-
cursionar por él vigilando los ga-
nados. En este sentido tiene en Sur
Amér. significación sinónima de
nuestro vaquero: "Dícese de la per-
sona que es muy baqueana o prác-
tica en el campo, así como en las
operaciones y usos peculiares de
las estancias". (GRANADA, ubi su-
pra.)
CAMPO. HACER CAMPO, fr.
fam. Ceder el paso, en medio de
una multitud. Muy expresiva, pues-
to que dejar libre el paso no es
más que hacer campo, lugar abier-
to para que se pueda transitar sin
tropiezo.
Ríopl. BAYO, p. 46.
CAMPO DE TIZÓN. Nombre con
que se designan los terrenos saba-
nales que han sido quemados, cuan-
do aun no nace la nueva vegeta-
ción que sucede a la que fue ex-
tirpada.
El nombre se debe a que en tales
casos quedan ardiendo por varios
días los troncos macizos y las ca-
bezas o bulbos de las cepas de pa-
' jón, manteniéndose en estado de ig-
nición que se hace muy visible y
fantástico por las noches, semejan-
do verdaderos tizones que iluminan
la llanura.
"Las primeras (las sabanas) se con-
ser\-an a favor de la quema que se
efectúa en los meses de marzo, abril
y mayo, cuando los ganados bajan a
las playas, y de aquí procede el nom-
bre de campos de tizón con que tam-
bién se les designa." (RO VIROSA,
Res. de Tab., XXXII, p. 52.)
CAMPO ALTO. Nombre genérico
con que se designan las sabanas o
terrenos de altura media en el Es-
tado, y en los cuales crece el pajón
como pastura peculiar. Se llaman
así por contraposición a la p laye-
rías o campo bajo, que son terrenos
inundables anualmente. Es denomi-
nación propia de Macuspana y la
región oriental de los Ríos.
"A unos cuarenta kilómetros abajo
de Montecristo, la gran corriente (del
Usumacinta) se bifurca, comprendien-
do entre sus dos ramas la isla de
Monserrate; el mayor volumen de las
aguas se dirige al N., mientras que la
parte menor de ellas sigue hacia el
Vi^. bajo el nombre de Río Chico, a cu-
yo caudal se suman desembocando por
su margen izquierda, los arroyos Po-
' trero. Tintillo y el de Playas de Cata-
' saja que se formaij con las corrientes
que riegan las magníficas sabanas o
campos altos situados al Sur, en el
Departamento chiapaneco de Palen-
, que." (GONZÁLEZ, Los Ríos de Tab.,
; p. 31.)
I CAMPOSANTO, m. Uniendo el
j sustantivo al adjetivo se ha forma-
j do im sólo nombre, que raras ve-
CAMU
304 —
CANA
ees se usa en otra forma, como si-í
nónimo de cementerio, y así le re-
gistra ya TORO G. en el Dice La-;
rousse. MBMBREÑO, en sus Hon- 1
dureñismos, (p. 33), lo registra^
también. Es usual en todo México. ]
SÁNCHEZ MÁRMOL, en Antón
Pérez (pp. 213-215), escribe: Cam- '
po-Santo. Ni el empleo del guión ni i
el de las mayúsculas encontramos i
a qué regla ortográfica atribuirlos, \
no obstante lo atildado y cuidadoso \
de las buenas formas gramaticales
y literarias que se muestra siempre
tan docto y castizo escritor.
Es ya de uso en el lenguaje culto,
según se encuentra en esta cita: i
"El camino del camposanto se ten- '
día, polvoriento. ..." (BAROJA, La
Busca, p. 225, apud. TORO G.,
Apunt. Lex., p. 234.) |
"Nuevamonte encargaba a sus alba- j
ceas, que lo eran mancomunados a
doña Matilde y don Modesto, que su
entierro fuera en el camposanto de
Santa María." (PENSADOR, La Qui-
jotita, cap. XXXVIII, p. 7SJ.) — "No
quiero ir a acabar de morir al campo-
santo, como han ido tantos." (ID., Pe-
riquillo, pte 2a., cap. XXVI, notas, r.
300.) — "En la tarde nos dirig-imos al
camposanto." (PAYNO, Veracruz,
XVII, p. 443.) — "A este punto de su
discurso llegaban nuestros amigos,
cuando sonó una descarga de fusilería
en la loma del camposanto." (MERI-
NO, Celestina, XII, p. 128.)
CAMUCAR. a. Embaucar, enga-
ñar con halagos para conseguir al-
gún ñn preconcebido. Muy usado en
los juegos
CANAL, f. "Conductos en los te-
jados, por donde cae el agua". Por
extensión llamamos así a los espa-
cios paralelos formados por los va-
rales en el tejado, y que sirven pa-
ra acomodar las tejas.
CANALEAR. n. Poner la varazón
de los tejados, formando las cana-
les.
CANALETAZO. m. Golpe dado
con el canalete.
CANALETE, m. "Remo de pala
muy ancha, generalmente postiza y
ovalada, con el cual se boga sin es-
cálamo ni chumacera, y sirve al
mismo tiempo para gobernar las
canoas. Los hay también con dos pa-
las, una a cada extremo". (ACAD.)
Nuestro CANALETE es el remo co-
mún y corriente, formado de un só-
lo cuerpo que comprende la pala
y el cabo (o cubo) ; ancha y del-
gada aquélla, cilindrico y largo és-
te, en grueso que pueda ser abra-
zado por la mano, para bogar con
él a pulso, "sin escálamo ni chu-
macera" ciertamente. Nunca tiene
dos palas; sirve en general para
I remar y naturalmente también pa-
• ra gobernar la canoa, o cayuco. El
que se emplea para bogar en bote,
con chumacera, se llama remo de
I tiro.
j ALCEDO habla magistralmente
^ del CANALETE en el Dice, geogr.
de Amér. (Apénd., t. V, Vocabula-
rio), cuando dice en el Art. Bar-
queta: "Impeliendo el agua hacia
1 atrás (el indio) con una pala que
^ tiene media vara de laigo y un pal-
mo de ancho, con un mango capaz
de ambas manos, que llaman cana-
: lete".
2. También se llama así, por ex-
! tensión, al hombre ejercitado y há-
bil para bogar con el canalete: Fu-
lano es un buen CANALETE.
CANALETEADA. f. Tunda de ca-
naletazos.
' CANELETEAR. a. Remar con ca-
nalete y también golpear con él re-
petidas veces, usándole a guisa de
tranca.
CANALETERO. m. El individuo
que hace o vende canaletes, y tam-
bién el que maneja el canalete, o
tiene por oficio remar, trabajar con
el canalete como boga.
CANALLADA, f. Hecho o acción
propia del canalla. Muy usual en
leng. fam.
Hond. MEMBR., p. 33.
CANA
— 305
CANA
CANARIO, m.
Méx. "'Hablando de colores, se en-
tiende el del pájaro así llamado: ama-
rillo semejante al del azufre."
(ICAZB.)
Cuba. PICH., p. 45. — MAGIAS, p.
251.
Riopl. Gentilicio: "Dícese del natu-
ral de la ciudad o del Departamento
oriental de Canelones. Ü. t. c. s. — Per-
teneciente a una u otro." (GRAXADA,
p. 122.)
CAÑAR, m. fain. Como en Hond.,
para nosotros significa: "Bola, pa-
jarota". (MEMB., p. 33); noticia
falsa que también llámase borrego:
menos usual que ésta.
Derivgido del fr. canard, ánade, y
en sentido figurado, embuste, noti-
cia falsa, sólo que castellanizado se
pronimcia como grave, siendo agu-
do de origen.
ORTÚZAR, (p. 70), le califica de
tosco galicismo y truena contra él
con más ira que justificación, ya
que corre autorizado por el uso. ,
CAN AS- A. f. V. CANASTO.
ALZARLE, COLGARLE o TUM-
BARLE, LA CANASTA a alguno,
vale en estilo familiar: "Suprimir
le el sueldo o la pensión que reci-
bía ; negarse a darle o prestarle
más dinero." (ICAZB.) Quitarle el
empleo; dejarle cesante. Dícese
también colgarle la galleta. V. GA-
LLETA.
Lo mismo más o menos, en Rio-
plata, y además "despedir un do- '
méstico". (BAYO, p. 59.)
CANASTADA, f. Cantidad o por-
ción que cube en la canasta, o más
propiamente, en el canasto. |
Es este uno de tantos casos de ;
agi-egación del sufijo da a un tema
nominal, para formar nombres que
expresan contenido, nombres de
sentido abundancial, como carreta-
da, cucharada. Por tal razón CA-
NASTADA es de formación culta,
sólo que dominando el género fe-
menino de tales vocablos, también
en el lenguaje popular domina, aun
cuando sean formados de temas
masculinos, como canasto.
CAN ASTEA DA. f. Acción y efec-
to de canastear: tiro que se hace
en el agua, con el canasto, para
I pescar.
i CANASTEADERA. f. Frecuenta-
' tivo y despectivo de canasteado;
acción repetida de canastear. úsa-
se también en masculino.
CANASTEADOR, RA. adj. Que
canastea. Persona diestra en pes-
car, sirviéndose para ello del ca-
nasto.
CANASTEAR. n. Como la gente
pobre no solamente usa del canas-
to para depositar o guardar sus co-
sas, sino que lo emplea también
para ciertos oficios del campo, co-
mo pescar sardinas, topetes, cama-
rones, etc.; de aquí que baja naci-
do este verbo, muy común y de uso
frecuentísimo en el habla popular
campesina: pescar con canasto, ha-
ciendo tiros con éste en el agua,
asido con ambas manos por los bor-
des. .
CANASTEO. m. Acción de canas-
tear desordenadamente o sin ton
ni son.
CANASTILLA, f. Cesta pequeña
destinada a diversos usos caseros.
Venez. "Llaman así la tienda pe-
queña en donde se venden telas, ropas,
etc.. en detal." (RIVODO, p. 249.) Es
una especie del estanquillo mexicano,
una tiendita o tiendecita. — (PICÓX, p.
67.)
CANASTILLO, m. Dim. de canas-
to. Especialmente se llaman así los
finos que se hacen de ballí, pinta-
dos a colores y delicadamente te-
jidos.
CANASTO, m. "Canasta recogida
de boca". Para nosotros no es la
forma precisamente lo que distin-
gue el canasto de la canasta, sino
20
CAIíC
306
CANO
el no tener asa y estar hecho por
lo común de materiales menos fi-
nos. Se hacen generalmente de be-
juco, llamado de canasto, de mutu-
say, de ballí.
Venez. "Cesto grande, alto, redondo,
con el fondo plano, sin tapa y que lle-
va en el borde de la boca para' car-
garlo con comodidad pendiente de la
cabeza o del pecho, vin pretal o tren-
za hecha de cabuya. Se le teje de cin-
tas de caña amarga o brava y sirve
para diferentes usos. Canastos hay de
muy distintas formas y tamaños, gran-
des y pequeños, altos y bajos, cuadra-
dos y redondos, con tapa y sin tapa,
con asas y sin ellas. En forma y en
tamaños y en aquello para lo cual sir-
ven los dos, el canasto y el manare
vienen a ser la misma cosa, y de ahí
que a uno y otro se les den de una
manera indistinta los dos nombres. Lo
que les diferencia apenas es que 'el
canasto se teje de caña amarga o
bí'ava, y el manare de mimbres o be-
jucos." (PICÓN FEBRES, pp. 67-8.)
Poco más o menos sucede entre nos-
otros, pero en general el canasto nun-
ca lleva asa.s, aun cu.ando la canasta
puede ser con asas o sin éstas. El
canasto que describe el autor es el
que usan para el mismo objeto que
el huacal, los indios de México. ' En
Tabasco nadie carga así, sino en red
o en canoa.
CANCÁN, m. Cierto baile popular
que algún tiempo estuvo muy en
uso en los circos y diversiones
acrobáticas. Con frecuencia se en-
seña a los animales educados, co-
mo el oso. Tomado del fr. canean.
Hond. MEMBR., p. 33.
CANCANEADA, f. fam. Acción y
efecto de cancanear.
CANCANEADO, m. Lectura he-
cha con cancaneo.
CANCANEADOR, RA. adj. Que
cancanea para leer.
CANCANEAR, ri. "Leer desmaña-
damente a pausas, y sin dar senti-
do a lo que se lee". (ICAZB.) "Tar-
tajear, tartalear, tartamudear".
(RAMOS y D.)
En Colombia vale también tar-
tajear, pujar. (CUERVO, párr. 933);
lo mismo en Costa Rica, (GAGINI,
p. 112) y se dice tanto de leer co-
mo de hablar. Entre nosotros se di-
ce nada más de la lectura y en la
forma definida en primer término.
Estamos sí, en que es voz onoma-
topéyica, como dice además Gagi-
ni.
CANCANEO, m. "Acción y efec-
to de cancanear". (ICAZB.) Lectu-
ra defectuosa, sin sentido, malso-
nante e ininteligible por lo desma-
ñada e inhábil. El CANCANEO no
es precisamente la tartamudez: és-
ta es un defecto orgánico, aquél es
solamente una falta de perfección
o de conocimiento en la forma de
la lectura, en la elocución.
"Siguió con el abecedario desde la
a, sin saltar una letra hasta la z; y
ya leía a-la y chillaba a-ma, en un
cancaneo que ensordecía..." (RODR.
BELTRAN, Pnjarito, IV, p. 49.)
CANCÁN ESCO, CA. adj. Relativo
al cancán.
"Volvíase loca en el coro una mú-
sica extravagente, con los aires can-
canescos, lo que dio Ivigar para que
unos extranjeros se burlasen allí de
la ceremonia y de la sociedad." (G.
CUBAS, Recuerdos, p. 300.)
CANCEL, m. El Dice, señala es-
te nombre como específico de ob-
jetos de determinada forma y usos
propios. Se ha generalizado, y sir-
ve, como equivalente de mampara,
designando todo aquello que ataja
o divide en una habitación, o que
guarda la vista en una puerta, for-
mado siempre por un bastidor cu-
bierto de tela. Si es todo dé made-
ra, se llama más propiamente ta-
bique.
Ramos y Duarte le da como sinó-
nimo de bombo, mampara, cítara,
persiana. No se usa más que como
sinónimo de mampara.
Hond. "Tabique de panderete," dice
MEMBR., p. 33.
CANCELA, f. Generalmente se
incurre en el error de llamar así
al cancel o mampara, como eufe-
CANCH
307 —
CAND
mismo, sobre todo cuando es pe-
queño, siendo que la cancela del
Dice, es ima especie de verja, re-
ja, persiana o celosía.
En Venezuela (PICÓN, p. 78) tie-
ne significado más próximo al cas-
tizo, "verja que sii've para cubrir
los comedores"; en tanto que en
Ríoplata designa (GRANADA, p.
132) "en los cercos de las estancias,
puerta o entrada,. . . . por donde só-
lo puede pasar sin holgura im hom-
bre a caballo".
CANCHAR, n. Comúnmente se
dice CANCHARSE el sombrero, por
calárselo o ladeárselo. Lo mismo se
usa en Costa Rica, (GAGINI, p.
113.)
CANCHARO, RA. adj. Lunanco:
animal que tiene una anca más al-
ta que la otra.
CANCH ÉRETE, TA. adj. Torcido,
chueco, cojo, lunanco. úsase más
hablando de animales, Sust.
CANCHÍN. m. Con este nombre
se designa el huevo de las aves, en
estado embrionario o en formación,
blando y sin cascara, como le con-
servan en los ovarios antes de po-
nerle. La palabra no es castiza ni
la hallamos en el lenguaje provin-
cial de América; pero no hay duda
que tiene el mismo origen de cán-
cer, cancro y cancho (del lat. cán-
cer, -cri), con los cuales el CAN-
CHIN guarda mucha analogía de
forma, pues que envuelve la mis-
ma idea de tumor, bulto, que es la
fundamental de las voces citadas.
2. (Cassia spectabilis.) m. Por
analogía se llama así una planta ras-
trera leguminosa que produce un
fruto análogo al tomate, con una
tela o capa delgada que le sirve de
envoltura. Crece en las playerías o
terrenos bajos, confundida con la
berenjena y el pancaliente.
3. El fruto mismo de esta planta, j
el cual es esférico y como del tama-
ño de una uva, verde claro.
CANDANGA, m. Forma familiar
muy usual de llamar al diablo, por
eufemismo. Dícese también candin-
ga.
" — Sí, mi Coronel, lo tumbamoj o
noj lleva candinga." (COFFIN, El Ge-
neral Gutiérrez, p. 156.)
Méx. RAMOS y D., p. 113.
Hond. MEMBR., p. 33, como sinóni-
mo de chanfaina, "reunión de rufia-
nes."
CANDELERO. (Cordia collococ-
ca, L.) m. Árbol alto y erguido que
produce la madera del mismo nom-
bre, empleada en construcciones ru-
rales para horcones de casa, aun-
que no es de mucha duración. Su
nombre lo debe sin duda, no sólo
a que crece muy derecho, sino a
que ramifica en verticilos circula-
res, de trecho en trecho, que le dan
el aspecto de una palmatoria o del
objeto cuya denominación lleva.
Es planta de la familia de las bo-
rragíneas.
"Candelero. — Se emplea en estantes
u horcones de casas de campo." (Cat.
de objetos enviados por el Est. de Tab.
a la Exposición de Colombia en 1S93,
p. 13.)
ESTAR EN EL CANDELERO, fr.
fig. y fam., estar en posición bue-
na, ocupar un puesto público de
consideración, ser influyente.
"Y no daré a la estampa una letra
más que pueda enorg^ullecer a Chico-
Chema, porque hoy está en el cande-
lero". (MERINO, Juana, XIV, p. 130).
"Uno de esos prohombres de dudosa
moralidad .... que brillan con luz fos-
fórica entre las medianías que están
en el candelero". (ID., Ib., VIII, p. 61).
Méx. "Si mañana la suerte os colo-
case en algún puesto brillante, que
es lo que se dice estar en el candele-
ro " (PENSADOR, Periquillo, pte.
la-, cap. XV, p. 88).
Úsase también en JPerú, se^n apa-
rece de este pasaje: "Hasta los fa-
tuos que regresan de Europa hay que
preguntarles.... si son ahijados del
Presidente o del Ministro en candele-
ro". (PALMA. Apén'd. a mis últ. trad.
peruanas, p. 145.)
CAND
~ 308
CAND
CANDIL, m. Es el utensilio más
simple para alumbrar; pero, no
compuesto de dos vasos como el
del Dice, sino de uno sólo termi-
nado en cuello, encajando en éste
la tapa, con una prolongación por
la que penetra la mecha o torcido.
Se alimenta generalmente con pe-
tróleo, y se fabrica por lo común de
hoja de lata. Los hay también de
vidrio. Algunos tienen pie.
Méx. "Úsase exclusivamente en vez
de araña, 4a. acep." j^ICAZB.)
Cuba. Es el nombre de un pez.
PICH., p. 45; MAGIAS, p. 252.
AL CANDIL, fr. a la luz del can-
dil: pescar al CANDIL, o candilear
es una forma especial de coger
pescados por la noche, con la fisga.
CANDIL DE LA CALLE Y OS-
CURIDAD DE SU CASA, fr. fam.,
"que se aplica a las personas que
n-o prestan ningún servicio en su ca-
sa, sólo en la ajena", (MEMBR, p.
33) Más propiamente se dice del
que es útil a los extraños y dis-
puesto para servirles, sin hacer, en
cambio, nada por los suyos.
Méx. "El que se muestra afable y
obsequioso en la calle y con los ex-
traños, y desahoga su mal genio con
los de su casa, tratándolos duramen-
te". (ICAZB.)
"Chicho, candil de la calle,
Ayudante del sereno".
(FIDEL, Musa callejera.
Pepa y el tuerto, p. 315.)
CANDILADA, f. "P-orción de
aceite que por algún impulso se ha
derramado o caído de un candil".
La provincial nuestra es: porción
de petróleo o de aceite que se echa
al candil; capacidad de éste.
CANDILEADERA. f. Forma des-
pectiva de llamar al hecho de can-
dilear con frecuencia o repetidas
veces.
CANDILEADERO. m. Lugar a
propósito para candilear, o en don-
de de ordinario abundan los peces
para tal objeto, prestando además
condiciones apropiadas a este gé-
nero de pesca.
CANDILEADOR, RA. adj. Perso-
na que tiene en los ranchos por ofi-
cio u ocupación pescar al candil, o
que es aficionada a este trabajo. U.
c. s.
CANDILEAR. n. Pescar de noche,
alumbrando las aguas con un can-
dil que se lleva dentro de un farol
o cosa que haga sus veces, tenien-
do éste una sola cara abierta, de
tal suerte que la luz dé al agua pa-
ra ver al pez, pero no al candilea-
dor, que debe quedar en la oscuri-
dad para no ser visto a su vez por
el pescado. La pesca se hace cla-
vando al animal con fisga o arpón,
más comúnmente con aquélla. La
gente del campo suele hacer el fa-
rol con cascaras o cortezas de ca-
labazos especiales muy alargados,
que se llaman marimbas, las cuales
portan asiéndolas del cuello.
CANDILEJA, f. "Vaso interior
del candil." Le usamos más como
despectivo de candil: candil muy
corriente, muy malo o destartalado.
CAN DI LEO. m. Acción y efecto,
de candilear.
Ocupación amena, forma especial
de pescar en las noches oscuras
por arroyos y lagunas o ríos, usan-
do de un candil, y de la fisga para
clavar o prender el pescado.
El CANDILEO solamente se prac-
tica en épocas de sequía y más co-
múnmente en las aguas sin corrien-
te, aprovechando la hora en q;ie
los peces se acercan a la superfi-
cie, a la orilla o a donde las aguas
son de muy poca profundidad, ora
para descansar, ora para buscar sus
alimentos en los peces menores que
de ordinario no salen al agua hon-
da.
Para ello se requiere que las
aguas sean claras, suficientemente,
a fin de que pueda verse el pez
CAND
— 309 —
CANG
aún a una profundidad de diez o
veinte centímetros. En la época de
crecientes o avenidas no se puede
hacer esta pesca, bien porque las
aguas se enturbian, bien porque los
peces hallan sus alinentos en el
fondo mismo en que quedan sepul-
tados los prados de verde yerba,
cubiertos por la inundación.
EL CANDILEO 'se hace en cayu-
co. El candileador va parado a proa
con el farol del candil en una ma-
no y la fisga en la otra, descansan-
do ésta (la fisga) para mayor co-
modidad en el borde de la embar-
cación. Necesítase gran atención,
vista perspicaz y gran tino en la
dirección de la fisga, pues debe
descargarse siempre calculando la
profundidad a que se halla el pez.
lo que hace variar su verdadera po-
sición por la refracción de la luz.
y la velocidad con que nada y que
hace también variar su posición
con respecto a la del momento en
que se descarga el golpe. A popa
del cayuco va la persona que go-
bierna; también ésta debe ser su-
mamente entendida en el oficio,
pues si para clavar se requiere
buen tacto y precisión, para gober-
nar o remar se necesita hacerlo
con especial sigilo, de manera que
las aguas no sean bruscamente agi-
tadas ni menos se haga ruido al-
guno golpeando la embarcación,
pues todo movimiento en la masa
líquida o el menor ruido ahuyentan
la pesca, desde luego que se da
cuenta de la presencia del pesca-
dor.
CANDILERO, m. Persona que ha-
ce o vende candiles. Es muy común
entre los emigrantes italianos, es-
pecialmente la ocupación de hoja-
lateros, y como los objetos que en
mayor número hacen son candiles,
de aquí ha venido el nombre de
candileros, con que también los lla-
ma el pueblo.
CANEVÁ. (Del fr. canevas). m.
"Tela cruda, gruesa y rala que se
usa para bordar tapicería". (ICAZ-
BALCETA).
"Bordar en canevá, tocar mal unas
piezas en el piano". (MORALES. Ga-
llo Pitagórico, p. 9S.) — "Tenía a la sa-
zón la Chata el compromiso de ayu-
dar a unas amigas a acabar ima car-
tera de cuentas con otras emprender
un cojín bordado en canevá". (FA-
CTJXDO. Jamonas, I, cap. \"1I).
RAMOS y D. lo da como sinóni-
mo de cañamazo. Entendemos que
allá, como entre nosotros, el caña-
mazo es tela distinta, hecha de cá-
ñamo, en tanto que el canevá es
de algodón.
Cuba. MACLVS, p. 253.
CANGILÓN, m. Altibajo, quiebra
o irregularidad del terreno en for-
ma longitudinal de zanjón: son ver-
daderos pliegues de la superficie,
por lo cual viene a ser una aplica-
ción extensiva de la voz en la ter-
cera acepción que le da el Diccio-
nario: "Cada uno de los pliegues
hechos con molde y forma de cañón
en los cuellos apanalados o esca-
rolados".
En sentido más amplio, en otros
lugares de América, significa en ge-
neral hoyo, bache. SALVA regis-
tra la voz como cubana en esta
acepción.
Méx. RAMOS y D., p. 113.
Cuba. MACL\S, p. 254; PICH., p.
47, la escribe con jota.
C. Rica. "Lo mismo que en otras
Repúblicas americanas, cangilón signi-
fica hoyo, bache, carril, profundo que
abren las ruedas en los caminos".
"Esta acepción no se halla en el nue-
vo Dice, de la Acad., pero sí en edi-
ción anterior, en la undécima". (GA-
GINI.) Tenemos a la vista la edición
citada por Gaprini, en la cual no sólo
no aparece esta acepción de la pa-
labra cangilón más aún. tampoco la
tercera acejK'^-n que hoy le da.-'
Bogotá. "Si nos flgruramos puesto a
lo largo uno de aquellos cuellos ale-
chugados que vemos en los retratos
de los siglos X\T y XA'II, y traemos
CANG
310 —
OANI
a la memoria lo que son algunos en
nuestros caminos, sobre todo cuando
los frecuentan muías, las cuales, como
es sabido, ponen los cascos donde los
han puesto las que van adelante, has-
ta formar surcos y caballones parale-
los, advertiremos que hay bastante se-
mejanza en la apariencia de las dos
cosas. Ahora bien, los pliegues de los
oviellos susodichos se llaman cangilo-
nes y nosotros llamamos también can-
gilones osos mortales altibajos, y en
g-eneral los hoyos y haches de un cami-
no". (CUERVO, párr. 501).
Venez. RlVODó (p. 249) cree^ue es
aplicación traslaticia de la acepción
citada por Cuervo. "Porciones de te-
rreno firme, bastante pronunciadas,
seguidas y alternadas por pequeñas
zanjas que se forman en los caminos
por el correr de las aguas llovedizas
y por el paso frecuente de las bes-
tias. (PICÓN, p. 68-9.)
CANGREJADA, f. Colección o con-
junto de cangrejos.
Con la desinencia ada, como
colectiva, el pueblo forma mul-
titud de palabras a semejanza de
las castizas, como vacada.
CANGREJEAR. n. Pescar, coger
cangrejos.
2. n. Empezar la milpa a echar
las raíces adventicias.
El campesino ve en estas raíces
un" remedo de las patas del cangre-
jo, porque nacen circularmente al
pie de la mata de maíz, muy cerca
del suelo.
La milpa cangrejea antes de es-
pigar.
CANGREJERA, f. Terreno bajo y
húmedo, muy común en las orillas
de los r'os y otros sitios de forma-
ción aluvial. Su nombre lo debe a
una especie de cangrejillos que le
son característicos y que forman
multitud de hoyuelos que hacen el
suelo sumamente falso y delezna-
ble. En la América del Sur se lla-
ma cangrejal. Son las mismas tie-
rras conocidas en Yucatán con el
nombre maya de acalché y de que
habla el Dice. Univ. de Hist, y
Geogr., en el siguiente pasaje: "El
arroz, .... prefiere los terrenos que
en la nomenclatura indiana del pais
son llamados acalchés: son tierras
que habiendo perdido el nivel de la
superficie forman hondonadas o ba-
jíos de grande extensión, que se
ensanchan o estrechan caprichosa-
mente". (Art. YUCATÁN, p. 1005.
tomo último.)
"Según la naturaleza de la planta,
así escoge el terreno alto o de lome-
ría, inundable o de vega y húmeda o
cangrejera. La cangrejera es un te-
rreno húmedo, bajo y por consiguien-
te más expuesto que el anterior a
inundaciones. (ROVIROSA, El Part.
de Mac.,, MS., p. 81.) — "No se permite
la venta de terrenos baldíos en que
se hallen tíntales, pimentales, los eji-
dos de los pueblos y las cangrejeras".
(Decr. del Congr. de Tab.; Decr. de
29 de nov. de 1S34. art. 7; p. 78.)
Ríopl. "Cangrejal m. Terreno bajo,
húmedo, que pur la acción de ciertos
cangrejillos negruzcos que se crían
con abundancia, se hallan enteramen-
te llenos de hoyuelos y surcos en que
se hunde mucho la pisada, y que son
por lo mismo no sólo pantanosos, si-
no intransitables y de difícil acceso.
El animal campero atraviesa estos te-
rrenos pisando en los caballetes que
por lo regular se forman entre sVrco
y surco, a manera de tierra arada".
(GRANADA, p. 137.)
CANGREJERO, RA. adj. Relativo
al cangrejo: canasto CANGREJE-
RO. Aficionado a comer o a pescar
cangrejos: Fulano es muy CAN-
GREJERO.
CANGREJO, m. "Alusión que, por
el supuesto andar retrógrado de és-
tos animales, daban, en la pasada
guerra civil, los liberales a los con-
servadores .Fueron muy repetidas
la música y letra de la "marcha de
los cangrejos", por fortuna ya olvi-
dadas, juntamente con el apodo".
(ICAZB.) (1).
CANICA, f. "Bolita maciza de vi-
drio, y de varios colores o dibujos.
(1)/ Regocíjase el autor porque se
haya olvidndo el apodo a los retró-
grados. Esto dice claramente que la
condición de sabio no corre siempre
aparejada a la de liberal.
CANI
— 311 —
OANI
<3ue de algún tiempo acá usan los
muchachos para diversos juegos".
(ICAZB.) Es de uso muy nacional.
"En aquella época, no estaba tan
maleada la sociedad y las llama-
das señoras de copete no abandona-
ban a sus tiernos vastagos en manos
de ayas non sanctas para ir a ver
correr la canica de marfil en el círcu-
lo de la ruleta". (MERINO, Ruta, XI,
p. 42.) — "Jenaro, muchacho al fin,....
largábase por el pueblo en amor y
compaña de sus habitantes menudos,
a jugar canicas o a hurtar frutas y
panales". (GAMBOA, Santa, V, p.
368.) — "De aquí que a los. niños gus-
ten más el juego al toro, a las cani-
cas y a la rayuela". (RODR. BEL-
TRÁN, Perfileá, Los Juegos, p. 122. >
— "Las canicas que rebotan, el trompo
que baila, son recursos siempre a la
mano para el juego". (ID., Ibid., p.
123.) — "Otros más allá, en el corredor
más lejano jugaban a las cani-
cas." (DELGADO, La Calandria, I. p.
8.)
En los dialectos montañez y viz-
caíno, canica es "bolita de barro o vi-
drio con que jiiegan los chicos", se-
gún Mugica, pp. 26-60."
CANILLA, f. "Vulgarmente, la
pierna". (MEMB., p. 34.) Muy co-
mún también en el lenguaje fami
liar. Nunca se aplica a los huesos
del brazo humano, aunque sí a los
de la pierna y aún del muslo.
C. Rica. "Para nosotros no es sino
la pierna misma, particularmente
cuando es flaca". (GAGINI, p. 114.)
C. Amér. SALAZAR G., p. 62.
Venez. PICÓX PEBRES (p. 69) ase-
gura que sólo es usada esta voz por
el ignaro vulgo, y que en ocasiones
la usan gentes de mucha señoría.
CIUDAD DE CANILLAS (LA).
Nombre figurado que se da al ce-
menterio, a la región de los muer-
tos, sin duda por alusión al esque-
leto, iiltima forma humana del in-
dividuo, en que predominan las ca-
nillas. Es muy corriente en lengua-
je familiar.
"¡Voto a bríos! si el villano saba-
nero que me hizo. este rasguño no hu-
ye a refugiarse al Estado de Campe-
che, a esta hora estaría en la ciudad
de canillas". (MERINO. Celestina, X,
p. 99.:)
CANILLÓN, NA. adj. Que tiene
muy largas las canillas, es decir,
las piernas, y en general, las ex-
tremidades inferiores.
CANISTÉ. m. Nombre de una
planta y del fruto que produce. Es
una zapotácea, tal vez la misma
que se produce en Cuba y de que
hablan MACÍAS (p. 257) y PICH.
(p. 47), clasificándola en latín téc-
nico zapota eiongata; "aunque
Sauv, lo denomina Lúcuma nervo-
sa de De Cand. Morales nombra
Lúcuma bonpiandi al de fruta pe-
queña, y lúcuma elongata de
Gaertn. al de fruta más grande".
(MACÍAS.)
El mismo autor da la siguiente
etimologa de la palabra: "Debe ser
alguna adulteración, porque del es-
tudio del vocablo sólo se obtiene
que se deriva de canasto, puesto
que el arcaico canistillo equivale
a canastillo. Si fuera canitel, po-
dría salir de canil, morena, u hoga-
za de la harina muy apurada al cer-
nerla: aquí ya existe similitud con
la masa de la fruta, y procedería
de canis, perro". Es forzar dema-
siado la dialéctica para sacar eti-
mologías de esta forma, inacepta-
bles a todas luces. La palabra es de
origen maya, como lo sostiene el
señor Prof. Becerra en sa obra
Nombres geogr. del Est. de Tab.
: (p. 77): "La estructura de esta pa-
labra (Pulinté) es análoga a la de
los nombres mayas de varias plan-
tas: munité, canisté, pucté, chacté,
chacahuanté " En efecto, la ter-
minación té, árbol, madera, plan-
ta, es característica del maya; kan,
amarillo, es también del mismo
idioma; de modo que es más natu-
ral suponer la voz formada así:
kan, amarillo, ix, desinencia del fe-
menino y té, árbol, "planta amari-
lla," como que de este color son la
madera y el fruto.
CANO
— 312
CANO
La forma canis, que el autor cita
o reputa latín desde luego, en vis-,
ta de no tener otra explicación que
el maya, conduciría al error de un
hibridismo que no es aceptable
tampoco. 1
Pudiera suponerse, por último, la
voz de origen caribe, como deriva-
da de alguna laíz de los idiomas
antillanos ¡n-.as, a esta hipótesis se
opone la circunstancia dé que nin-
guno de los diccionaristas cubanos
le atribuyen ni suponen siquiera
ese origen. Además, es muy de ad
vertir que ni Fernández de Oviedo
ni Las Casas, que tan pródigos y
minuciosos son en la descripción
de los productos de la flora y la
fauna de las Isias, tratan en par.
te alguna de ous obvj'.s de esta plan-
ta; todo lo cual confirma la idea
de que de Tierra Firme tomó el
nombre que luego fue trasportado
a las Islas.
Zayas Alfonseo no registra el vo-
cablo en su Lexicogr. antillana.
CANOA, f. A mal traer también
ha traído esta voz a los autores,
averiguando si vino con Colón o
con los conquistadores, si es ame-
ricana o fue importada del viejo
mundo. La mayoría ha convenido
en que es de origen caribe (inclu-
so Cuervo, núm. 951), y solamente
a F. Ferraz pudoi ocurrírsele decir
que: "Esta voz tiene su origen en
el náhuatl indudablemente, y
que es el adjetivo canauac — adel-
gazado, delgado, desgastado, fino,
ligero, de canaua — adelgazar, batir
el metal" (Náhuatl, de C. Rica., p.
22), cuando con tanta razón afir-
ma Cuervo, (núm. 952) : "Desde el
primer viaje de Colón se conocie-
ron en España voces del Nuevo
Mundo, como canoa, que puede de-
cirse la primogénita de ellas, pues
que Nebrija le dio cabida en su.
Dice, castellano, que se imprimió
en 1493".
Discrepan también los autores en
cuanto a detalles de la embarca-
ción y a sus diferencias con la pi-
ragua, el cayuco, etc. Lo cierto es
que la canoa es, como dice Picón
Febres, (p. 69), "al modo de im
gran cayuco", de una o de varias
piezas, con quilla o sin ésta. El
cayuco es la embarcación menor,
propia de las aguas continentales,
ríos, arroyos, lagunas, construida
de una sola pieza, del tronco de los
árboles escarbados. Desde que el
cayuco es de tales dimensiones que
puede dar cabida a varias personas,
y se puede viajar en él con cier-
tas comodidades, se llama CANOA,
y así también el barco pequeño,
generalmente de vela, y de tráfico
marítimo, como la canoa campecha-
na, muy comúnmente conocida con
este apelativo, porque en Campe-
che son construidas por lo general
las de su clase.
CANOADA. f. Carga o cantidad
que lleva una canoa: capacidad de
ella.
CANOERO, m. "El que gobierna
la canoa". Nunca se llama así esta
persona, sino simplemente boga,
canaletero. CANOERO es única-
mente el que hace canoas, el que
tiene por oficio u ocupación la
construcción de tales embarcacio-
nes.
En la América del Sur corre en
la acepción leí Dice, según se ve
de GRANADA, (p. 139.)
CANOfSTA. m. y f. Esta forma
hallamos en la Hist. de Tlaxc. por
Diego Muñoz Camargo: "El sépti-
mo prodigio fué que los laguneros
de la laguna mexicana, nautas o pi-
ratas, o cano'stas, cazadores, caza-
ron una ave parda a manera de
grulla". (Lib. II. cap. I, p. 171.) No
se usa en Tabasco.
CANT
— 313
CANT
CANTADA, f. "Comrosición poé-
tica de alguna extensión, para que
se ponga en música y se cante".
La CANTADA es el verso popular
por excelencia en el folklorismo ta-
basqueño, esencialmente de carác-
ter epigramático e irónico, impreg-
nado del aticismo finísimo que ca-
racteriza al pueblo, sobre todo cam-
pesino. CANTADAS se llaman tam-
bién los villancico.'í o composicio-
nes poéticas de carácter popular
que se cantan por Navidad, y aún
más comúnmente las mismas cere-
monias religiosas en que se cantan
por la noche los villancejos.
"En la cabecera de la Chontálpa se
han producido muchos individuos de
fama en achaques de cantadas, tro-
vas y composiciones de zapateo".
COn:\T]DO. Lír. pop. tab., p. 8.) —
"Pero escucha atento que ahí vienen
las cantad;is y las empiezan aquellos
tres cantadores". (ID., Tábasco Gráfi-
co, núrrt. l^SA
CANTADERA. f. Acción y efec-
to de cantar continuada y descom-
pasadamente, o formando una es-
pecie de sonsonete: canto frecuen-
te y molesto.
C. Amér. SALAZAR G.. p. 62.
CANTALETA, f. Cantilena: repe-
tición inoportuna y fastidiosa de '
un mismo asunto. También cantu-
ría: canto monótono.
Hond. ^^EMB., p. 34.
Venez. PICóX. p. 69. quien agreea:
"Don Ricardo Palma dice que canta-
letear en Lima es repetir hasta el
fastidio".
CANTALETEAR, n. Consecuen-
tes con el sustantivo cantaleta, no
podíamos deiar de crear el verbo
CANTALETEAR: dar cantaleta,
cantilena y también canturriar.
Méx. ICAZB.. p. 81.
"Comenzaron los compañeros a can-
taletear y darle vaya." CMOTA PADT- ;
LLA. Hist. de la N. Galicia, cap. IX. 1
núm. 2.')
CANTALETEO, m. Aplicando la
desinencia eo que denota repetición
desordenada de una misma acción,
por analogía coo manoseo, se diceJ
habloteo, que no existe, canturreo
o canturria (derivado de cantu-
rriar) y cantaleteo, reduplicativo de
la significación intrínseca de can-
taleta, en la acepción de canturía.
CANTEAR, a. Ladear, inclinar;
poner de canto ima cosa. Muy usual
en el lenguaje corriente y a veces
aún en lenguaje culto, por más que
no exista el verbo en castellano.
TERREROS da Canteado, "Lo
que está puesto de canto, oblicuo",
por lo cual parece ima acepción
perdida del lenguaje la que aquí
apuntamos, restaurada por el \ti1-
go o que ha perdurado en él. En la
evolución de las lenguas esto es
muy frecuente: se pierde una acep-
ción, y después de largo tiempo,
suele ser restaurada; o, perdura
solamente en el habla popular, y
a largo tiempo vuelve a entrar en
el caudal de la lengua culta, sin
haberse ohñdado.
ORTÚZAR (p. 71) da Cantear
por labrar: piedra canteada (labra-
da).
CANTE M 6. m. "Nombre de cier-
ta planta (Acacia filicina, WILLD.,
leguminosas). Maya." íP-ECERRA,
Nom. geogr. de Tab., p. 33.)
Es árbol corpulento, de hoja lan-
ceolada, pequeña, de madera fuer-
te, amarilla, muy usada en la in-
dustria rural en la construcción de
cayucos, aunque tiene la desventa-
ja de torcerse y aún henderse bajo
la acción del sol, por lo cual se
conserva la embarcación recién
construida largos días secándose a
la sombra, y aun después de echa-
da al agua se procura tenerla con
frecuencia sumergida.
Etim. Las raíces indudables de
la palabra son: kan, amarillo; té,
árbol, y moc, nudo: "árbol nudoso,
amarillo". En efecto, la madera es
nudosa y amarilla.
CANTIPQ. w. Panto.
CANT
314 —
CANT
Col. "Conforme al tipo sonido, ahu-
llido, bramido, decimos acecido (ace-
so), "al primer cantido (canto) del ga-
llo", "no se oye el volido (vuelo) de
vuia mosca". (CUERVO, núm. 845.)
CANTIL, m. "Sitio o lugar que
foiTiia escalón en la costa o en el
fondo del mar". Para nosotros: el
escalón mismo, la cuesta cortada a
pique; en general, el barranco o
borde que cae perpendicularmente
sobre el nivel del agua, principal-
mente cuando es alto. V. BARRAN-
CO.
Hond. "Borde de un despeñadero o
derrumbadero. Es un derivado de can-
to". (MEMB., p. 34.)
TERREROS dice: "Peñasco en
declive, o como escarpado". Más
de acuerdo con nuestra acepción.
CANTILOSO, SA. adj. Cantil, y
especialmente si éste es bastante
alto. Dícese de cualquier corriente
o depósito de agua cuyos bordes o
barrancos son altos y cortados per-
pendicularmente.
CANTINA, f. Nuestra CANTINA
participa de las cualidades de la
que así se llama en castellano, y
de las cualidades de la taberna;
sin ser tampoco exactamente nin-
guna de las d'os.
"Cantina. Puesto público inme-
diato a los cuarteles y campamen-
tos, en que se vende vino y algu-
nos comestibles".
"Taberna. Tienda o casa pública
donde se vende por menor vino y
otras bebidas espirituosas".
La nuestra es tienda o casa pú-
blica donde se vende toda clase de
bebidas embriagantes, y en ocasio-
nes, algunos comestibles ligeros:
tacos, sandwiches, etc. "Por des-
gracia — como dice ICAZBALCE-
TA— no están ya sólo inmediatas
a los cuarteles y cam^pamentos, si-
no que tropezamos a lo menos con
una en cada calle, y más en las
principales".
Hond. "Pueflt« público en qu© se
venden líquidos alcohólicos, excepto
aguardiente de la tierra". (MEMB.,
li. 34.)
2. CANTINAS. "Dos bolsas cua-
dradas, de cuero, con sus tapas, que
unidas se colocan junto al borrén
trasero (o teja) de la silla, que-
dando una a cada lado de la gru-
pa del caballo. Sirven comúnmente
para llevar en ellas comestibles, y
han sustituido a las alforjas, árga-
nas y cojinillos". (ICAZB., p. 81.) —
RAMOS y D., p. 112.
Tales son las nuestras también;
pero entendamos: de ordinario se
llevan a la manzana o cabeza de
la silla, por delante; las que junto
a la teja se colocan, son las árga-
nas. Sin embargo, en cierta clase
de sillas, las CANTINAS forman
parte del mismo vestido, y en este
caso sí quedan por detrás en sen-
,das prolongaciones a los lados y
hacia abajo de la teja.
"A la hora fijada estábamos ya ca-
balleros en vina hermosa muía tordi-
lla, ensillada con la clásica vaquera,
de cuya cabeza cuelgan dos grandes
bolsas de cuero para las provisiones,
que llaman cantinas". (CHAVERO,
Obras, t. I, La sierra de Durango, III,
p. 62.) "Un día, don Lucas tuvo ne-
cesidad de atravesar la sierra para ir
a ima de las poblaciones cercanas:
levantóse temprano, antes que el sol,
ensilló su caballo flaco, puso eti las
cantinas de la silla una torta de
pan " (Los Ceros, por CERO, p.
238.)
PICÓN FEBRES (p. 52) registra
oon el nombre de bolsones, objetos
idénticos, agregando que en Colom-
bia se llaman cuchugos. Cuervo no
da esta voz.
3. Fiambrera, 3a. acep.: "Con-
junto de cacerolas iguales que, so-
brepuestas unas a otras y con un
braserillo debajo, se usan, sujetas
en dos barras de hierro, para lle-
var la comida caliente de un pun-
to a otro". Muy usual en lengua-
je familiar, en que es desconocida
la palabra fiambrera.
CANTO
— 315 —
CAÑA
A CANTO DE AGUA. m. adv. No
es muy cerca, sino a orillas del
ag:ua, de una corriente navegable
especialmente.
CANTO. AL CANTO, m. adv.
•Junto a sí, a su lado", dice el
Dice. Para nosotros vale acto con-
tinuo, inmediatamente, al instante;
expresando consecuencia natural,
inmediata y necesaria.
"Es algo que provoca inmediatamen-
te náuseas y aborto al canto". (Re-
dención, Méx., febr. 15-918).
CANTURREO, m. Canturía. V.
CANTALETEO.
CANTURRIA, f. Canturía. "No -es
sólo voz peruana, sino también an-
daluza." (TORO G., Amer., p. 150.)
CANUTO, m. "Sorbete de leche,
huevo y azúcar, que se cuaja en
moldes cilindricos, y queda en for-
ma de CANUTO". (ICAZB.)— RA-
MOS y D., p. 112.— Ocampo, p. 147.
"En clases de refrescos, sírvense
sangrías, helados diversos y finos man-
tecados y particularmente los llama-
dos canutos". (G. CUBAS, Recuerdos,
2a. pte., VI, p. 186).
Venez. "Twbo hecho- de carrizo".
(PICÓX, p. 69.)
CAÑA. f. "Por antonomasia, la
dulce o de azúcar". (ICAZB.) Lo
mismo en Cuba (MACÍAS, p. 259;
PICH., p. 47); en Honduras
(MEMB.. p. 34) ; en Colombia ■
(CUERVO, núm. 540) y en Perú
(ARONA, p. 94). En Venezuela tie-
ne curiosa acepción, tanto en sen-
tido natural como figurado, que con- j
signa PICÓN PEBRES (p. 69) : i
"Aguardiente puro, sin ninguna ;
clase de ingredientes. También va- f
le como noticia falsa, dicha con '
habilidad para que se tome como !
cierta. L'na caña es un trago de
cualquier licor. Caña es asimismo ¡
afectación, ficción, apariencia, en-
gañifa o mistificación".
2. Eje, brazo, manubrio; CAJSA
del timón, en las canoas. Es de uso
nacional.
, "Dejan correr la canoa al soplo de
I la brisa, y al gobierno del timón, cu-
I ya caña es manejada por robustas
piernas, cuando las manos están ocu-
I podas en espequear el remo". (RODR.
' BELTRAX. Perfiles, p. 65).
CAÑA "BRAVA, f. Caña amarga
del Dice. "Caña silvestre muy du-
ra, que se utiliza principalmente
en la construcción de paredes de
■ bajaraque y de tejados". Lo mis-
mo en Sur América, al decir de GA-
GINI, cuya es la copia anterior.
"Paja brava encontramos en Taba-
ré," dice MEMB. (p. 34.) Aquél
alega la siguiente cita de María,
por Isaacs: "Iba a levantarme de
la mesa, cuando José, que subía
i del valle a la montaña arreando
i dos muías cargadas de cañabrava,
se paró en el altico".
CAÑADA, f. La milpa acabada de
cosechar, en donde quedan aún en
pie las cañas de aquélla. En Cuba
se llama así "un arroyito o cauce
de agua muy pobre y reducido, que
aparece seco ima parte del año".
(PICH., p. 47; MACÍAS, p. 261).
MONLAL' deriva la voz de caña y
la ACAD. de can na, canal. En nues-
tra acepción no tiene lugar la dis-
cusión: cañada, lugar en donde
abundan las cañas (de maíz).
"Generalmente se hacen las planta-
ciones (de camote) en las milpas, des-
pués de cosechadas, en las cañadas,
como llaman aquí a estos terrenos".
(RO\aROSA. El Part. de Mac, MS.,
p. 102.) — "El cual (terreno) quedará
convertido, después de levantadas las
cosechas de maíz, en lo que se de-
signa en Tabasco con el nombre de
cañada." (SALA., Jol., p. 20.)
CÁÑAMO, m. Por sinécdoque lla-
mamos así comúnmente en lengua-
je familiar al hilo o cordel hecho
con la fibra de su nombre y que en
España se llama guita o bramante,
al decir de GAGINI (p. 115).
Hond. MEMB.. p. 34.
CAÑAS. ESTAR EN LAS VIVAS
CAÑAS, fr. fam. con que se expre-
CAÑA
— 316 —
CAÑI
sa que una persona está muy po-
bre, miserable, en mala situación,
aludiendo sin duda a la forma de
la caña que está desnuda.
"Lo que se necesita para, soportar
las reclusiones psicológicas, son har-
tos niqueles, y sabido es que los es-
critores siempre están en las vivas
cañas". (MERINO, Juana, p. 130.)
CAÑAVERAL, m. Sitio poblado
de cañas de azúcar, plantío de és-
tas; haciéndose específico el térmi-
no, por ser la caña más común.
El nombre cañamelar, que da co-
mo castizo la ACAD., no se usa ni
se ha usado nunca. Así lo afirma
también ICAZB. (p. 82). Lo mismo
en Cuba (MACÍAS, p. 262). Nues-
tro uso es antiguo, hallándose jus-
tificado con la siguiente cita: "En
su ribera o comarca hay muchos
cañaverales o haciendas de azú-
car". (OVIEDO, Hist. de Ind., to-
mo I, p. 175) y otras que da CUER-
VO, (Apunt., núm, 540, nota.)
CAÑAVERERO. m. "Persona que
vendía cañas". No tiene esta acep-
ción, que es desconocida, sino la
que da ICAZB., "Persona entendi-
da en el cultivo de la caña de azú-
car" y que en Honduras se llama
Cañero (MEMBR., p. 35.)
CAÑAZO, m. La desinencia au-
mentativa -azo es característica del
masculino: de hombre, hombr-azo;
correspondiendo al femenino la con-
notativa también de aumento -aza:
besti-aza, carnaza, etc. (MONLAU,
Dice, etim., p. 92). Sin embargo
con mucha frecuencia se incurre
en la impropiedad de aplicar la de-
sinencia -azo a nombres del género
femenino, haciéndoles cambiar de
género en el aumentativo, y así he-
mos formado CAÑAZO: una caña
grande. Semejante despropósito no
está autorizado ni debe autorizar-
se. Por excepción puede la desinen-
cia -azo expresar connotación dis-
tinta o hasta contraria a la origi-
nal; ejemplo de ello es lech-azo (el
corderino tierno), que señala Díaz
Rubio y Carmena (Gram. razonada,
t. III, p. 88), citando a SALVA. Pe-
ro de ninguna manera está permi-
tido aplicar las terminaciones pro-
pias de un género a otro, sin alte-
lar las reglas consagradas del buen
decir,
2. m. "La herida o golpe que se
da el mismo gallo en las cañas o
piernas". (PICH., p. 48).— MACÍAS,
p. 262. — Dícese también golpe de
caña, e igualmente si otro se lo da
al gallo.
"Levantar su gallo cuando reciba
golpe de cañazo, para vendarlo y cu-
rarlo violentamente y colocarlo fren-
te al contrario acto continuo, para
proseguir la pelea " (Inciso VIII
del Art. 11 del Regí, para los Palen-
ques de gallos.)
CAÑERO, m. "En los ingenios de
azúcar, el lugar que en el edificio
del molino sirve para depositar la
caña que va llegando y no se mue-
le inmediatamente. Es también ca-
da uno de los rimeros que se for-
man con esa misma caña". (ICAZB.,
p. 82.)
En Cuba es el vendedor de caña
dulce por las calles en la Habana.
(PICH., p. 48; MACÍAS, p. 262.)
•2. adj. "Lo que sirve para ciertos
trabajos concernientes a la caña:
machete CAÑERO, el que se usa de
ordinario para cortarla; carro CA-
ÑERO, el destinado para el aca-
rreo". (ICAZB.)
CAÑIZO, m. Carrizo o caña seca,
especialmente la del tallo del maíz,
usada por la gente del campo a
manera de antorcha por su gran
combustibilidad. En el Diccionario
se llama así cierto tejido en que
entra la caña, y hallamos que en
Venezuela es "Pared construida
con viguetas colocadas perpendicu-
larmente, y a las cuales se ponen
de través cañas, rellenándola y cu-
briéndola con tierra o barro ama-
CAÑO
— 317 —
sado con paja y agua". (CALCAÑO,
apud. PICÓN, p. 70) ; pero agrega el
autor que "las cañas son carrizos o
cañas bravas y que en el relleno
entran piedras". Por lo visto, es
una especie del adobe, usado en la
Mesa Central, o de lo que en Ta-
basco se llama seto embarrado.
Hemos asignado el nombre a la
caña misma, cualquiera que sea,
siempre que esté seca y sirva co-
mo combustible, como pueden ser-
io los tallos de todas las gramí-
neas.
"Era una escena fantástica; parecía
un cuadro de Biard. Las antorchas
eran de cañizo, que movían sin cesar
dos acólitos de cotona blanca". (ME-
RINO, Juana, XIX, p. 190.) — "Las in-
dias de la alta sierra, van medio des-
nudas, cargan, corren, nadan y na-
vegan con la misma intrepidez de sus
maridos. AjTjdan a éstos a la pesca
nocturna con cañizos, inflamados y
hasta asisten con serenidad a las ca-
cerías de alimañas feroces". (ID , Ce-
lestina, X, p. 97.)
CAÑÓN, m. Este tecnicismo per-
tenece ya a la Geografía. Nacional
que le ha adoptado para designar
un "Paso áspero y estrecho entre
altas montañas, por donde ordina-
riamente corre algún río, como en
el Norte el famoso CAÑÓN del río
Colorado, y en el Sur el de To-
mellín (Oaxaca). ("ICAZB. p. 82.)
Los norteamericanos han adoptado
la palabra CANON. (BARTLETT,
Dict. of Americanisms, apud ID.)
El mismo autor advierte que
Beaumont "llama a estos pasos ca-
jones", agregando estas citas: "Por
aquí pasa el río Jabesúa que na-
ce en el laberinto de cajones que
hay por todas partes". A distancia
de imas seis leguas de sierra ce-
rrada, donde siguen todavía aque-
llos profundísimos cajones, va entre
ellos el río Colorado, regando es-
tas tierras". (Crón. de la prov. de
Mich., pte. I, lib. II, cap. 11.) |
Venez. Vale tanto como portaplumas
o palillo, que se dice por acá, llamado '
CAPA
CóV^p'^m)' P'"'"®''° y palmero. (Pi-
ta^?r?'PRf-o "^^- P°^ ^^"^ <ie la bo-
ta. (CLER\0, núm. 469)
CAÑONAZO, m. "Golpe dado con
el canon del fusil, usado a guisa
de tranca". (ICAZB.) Agi-egaremos
que el golpe puede darse con el ca-
non de cualquier arma, inclusive
la pistola,
aue^sintin?^/^"" P^'" ^^ cañonazos,
apartl^ó^f '"^'' ""° ^» «' lon^o- "o^
n^¿ D ^- ^ sosegamos". (PENS4.-
n?^' Pf 'quí'lo, pte. 2a., cap. IV D
iartiT tV ^°'^^«oS comenzaron a'rf:
repartiendo a diestro y siniestro
cañonazos con el fusil de que estiban
armados". (ID., ib., t. U, cap 12)
CAOBA. CAOBA CARACOLILLO
ni. Especie de este árbol, cuva ma-
dera tiene vetas o i-ayas en for-
ma de espiral, de jaspe muy supe-
rior al caoba común, por lo cual es
mas apreciada.
"Allí hay en la penumbra hace más
de un siglo, una cruz de madera mo
ba ^caracolillo. ..." (MERixS! Juana.
27?^^" ^^^^■' ^- ^^' ^^CÍAS. p.
CAPACETE, m. Es para nosotros,
lo mismo que para los cubanos, por
mas que no creamos que sea voz
meramente cubana, como afirman
os diccionaristas de esta naciona-
lidad; porque es de uso muy co-
mún en todo México: "Pieza de pa-
ño que cubre por delante al quitrín
o volante para preservar del sol
polvo o lluvia a los que ocupan sií
asiento". (PICH., p. 49).
Dícese también tapacete, palabra
que el mismo Pich. juzga menos
propia. Hacías le impugna victo-
riosamente, demostrando lo contra-
trario, fundándose en la analogía
que hay entre lo que llamamos así
y el tapacete del tecnicismo marí-
timo :"La cubierta corrediza de la
carroza de una escala de cámara
y cualquiera otra cosa, que de es-
CAPA
— 318
CAPA
ta misma manera sirve para tapar,
sea de lona o madera". (Dice ma-
rít.) No hay duda de que asiste la
razón a Macías, y como derivada
de tapa es más aceptable la forma
tapacete.
CAPADA, f. Capadura: acción y
efecto de capar, y también cica-
triz que queda al animal al capar-
le.
CAPAD ERA. f. Frecuentativo de
capar, por agregación de la desi-
nencia -era.
CAPADERO. m. En los ranchos
de ganado, lugar en donde se capa
a los animales, toros o potros, en
determinadas condiciones propias
para la operación.
En el interior de la República
tiene por significado el que da
ICAZB.: "Diversión de rancheros
que se organizaba con motivo de
capar los toros destinados al tra- ,
bajo o a la carnicería. Era de ri- ,
gor colearlos antes de la opera-
ción: había además almuerzo y bu-
lla, por lo cual acudía mucha gen-
te. Aun se usa en algunas hacien-
das."
Esta operación se llama entre
nosotros capazón. J
CAPAR, a. Extirpar al tabaco la |
yema tei-minal, o las que produce '
en las axilas de las hojas, con el
fin de proteger el desarrollo de és-
tas. En general se dice también por
cortar la yema terminal de las \
plantas, para evitar el creciimen-
to én altura. Dícese también des-
botonar, deshijar y desyemar, aun- i
que menos usadas éstas. Es muy j
aceptable como acepción traslati- .
cia de la castiza "extirpar los ór- ,
ganos de la generación". ^
"Aquí eso qvie usted dice, don To- ;
más, de desbotonar, le llamamos ca- ■
par, y se hace para que al florear ya
no crezca el tallo, y así el jugo se em- >
plea en formar hojas". (GIL y SAENZ, j
El Caporal, p. 78.) — "Contraria a una
de las ventajas de esta operación, co-
mienzan por decir que al cacao no
se le quita la punta (lo capan) en la
primera edad". (MARTÍNEZ, Cult. y
benef. del cacotero, p. 45.) — "Los ca-
fetos de la edad de un año y medio
a dos años, deben ser podados o co-
mo en México se dice, capados; eso
se ejecuta .sencillamente quitando con
las uñas las últimas cruces de los ar-
bustos". (BAÑO, Est. sobre el café, p.
14.)
Significado análogo tiene en el
interior de la República: "Hablan-
do del maguey, destruir el órgano
generador de la planta por medio
de una incisión triangular que se
practica en el cogollo, para impedir
el desarrollo del bohordo o quiote.
Por virtud de esta operación se for-
ma en el cogollo el agua miel de
que se hace el pulque". (ICAZB.)
Cuba. Igual acepción que entre nos-
otros. (PICH.. p. 49: MACÍAS, p. 267.)
Ríopl. BAYO le da la acepción de
"Empezar un queso, un jamón, etc.,"
traslaticia de disminuir, cercenar, que
son castizas.
CAPAR AL MAZO, fr., forma de
castrar los animales, usada entre
campesinos, y que consiste en cor-
tar los cordones espermáticos por
medio de un golpe de mazo sobre
otro cuerpo duro, sin extirpar los
testículos.
En Cuba se dice capar a machote
o a la machota. (PICH., p. 49; MA-
CÍAS, p. 267). Tiene también la
acepción del juego de monte, "de-
ducir el banquero la duarta parte
de lo que debía pagar al apunte
que ganó a la puerta, como privi-
legio general concedido". E^ta es
poco usada por acá.
CAPAZ, adj. Cuanto dice ICAZB.
de este vocablo es aplicable a nues-
tra habla regional. Oigámosle:
"Singular uso, y continuo, hacemos
de esta palabra en el sentido ge-
neral de posible o probable. Más
claro se verá por los textos si-
guientes :
"¿Cómo era capaz (posible), señor
Ilustrísimo, que estando presente mi
Prelado), fuera yo tan grosero que me
CAPA
— 319 —
capí
atre\ ur;i a seg^uir mi sermón." (PEN-
SADOR, Periquillo, t. I, cap. 6, p. 64.) !
— '"Prueba de ello son las diligencias
y el dinero que he gastado por librar- :
lo: pero no fue capaz (posible.)" (ID.,
ib., t. IV, cap. 10. p. 140.) — "¿Cómo
era capaz que usted se fuera de mi
casa, atenido a una suerte casual?" .
(lü., ib., t. IV, cap. 14, p. 189.) ;
"Porque no es capaz i
Que hable así un caudillo ;
De la libertad." ¡
(Don Simplicio, Dic. 16-1846.)
"Es capaz (probable) que esté esa
pobre vieja encomendándose a la Cor- •
te Celestial". (Astusia, t. II, cap. I, p. ;
29.) — "Voy a estar muy fea: es capaz ^
(puede suceder) que Enrique " (Ib.,
t. II, cap. 13, p. 3y2.)"
Bogotá. "Si usted me dice una pa- '
labra más. es capaz que le dé una bo- j
fetada". (CUERVO, núm. 366, 4a. ed.) '■
(1). . i
¡QUÉ CAPAZ! Interj. "Válelo!
mismo que imposible, como voz in- '
teijectiva".-(QyEVEDO, Lír. pop.!
tab-, p. 51.) Muy usado en el pue- j
blo en lenguaje familiar. I
"Hombre, Perico, no dejes de ir el |
sábado al baile. — ¡Qué capaz que fal-
te!, aunque sea cojeando". (TACXTS-
DO, Baile y Cochino, cap. III i
"Que no hace falta,
No; ¡qué capaz!
Do está el compadre
Con su mitad".
(FIDEL. Pees, fest..
La Sacamisa, p. 117.)
En Guatemala se usa también ,
¡qué capaz! por imposible! (BA-
TEES, p. 477). Dase muy común- ;
mente a la palabra capaz la acep- ;
ción que en Venezuela, según PI- ,
CON FEBRES, "Resuelto a una ac-
ción en un momento dado. Ese ne- 1
gro es capaz de robar a don Fula-
no, equivale a puede resolverse a '
robarlo". ]
CAPAZÓN, f. En lenguaje cam-
pesino, la operación de capar o .
castrar los toros de la hacienda, |
ya para el trabajo como bueyes, j
ya para el engorde ; también los \
potros. En algunas partes la CA-
(1) Suprimiendo en la 5a. edición,
que tenemos a la vista.
PAZÓN es motivo de diversión y
bulla, acompañada de comidas en
que se sirven guisadas las criadi-
llas de los toros capados. Es lo que
en el interior de la República se
dice capadero.
"Como si sus progenitores no espe-
rasen más que su colocación defini-
tiva se le murieron casi al mis-
mo tiempo, el viejo de congrestión ce-
rebral, provocada por las criadillas de
que se atiborró en unas capazones".
(ÑERVO. Otras vidas, Pascual Agrui-
lera, p. 27.) FIDEL, en sus Poes. fest.
(p. 97) canta en el Romance "Place-
res campestres", el rodeo, la cola y la
capazón.
2. CAPAZÓN es también la obra
de capar ciertas plantas, como el
cafeto y el tabaco. Se dice también
descogollado y desbotonado.
"El desbotonado, conocido también
con el nombre de descogollado o ca-
pazón, es una de las operaciones de
mayor importancia, y de su buena
ejecución depende la calidad y dimen-
siones de la hoja". (KRAUSE. Memo-
rU sobre el cultivo del tabaco, p.
105.)
CAPEAR, a. "Evitar con destre-
za un golpe, haciendo el cuerpo a
un lado". (OCAMPO.) Úsase más
comúnmente en forma pronominal:
capeárselas.
CAPINGÓN. f. En lenguaje fami-
liar se dice de la bata o vestidu-
ra amplia y holgada que se pone
a los muchachos, y algunas veces
también de la de las personas ma-
yores. Es de carácter despectivo.
Toro Gisbért (Dice. Lar.) apun-
ta Capingo, como provincialismo de
Chile, "Capa demasiado corta y de
mala calidad", y de Argentina,
"Capa corta y airosa", cosas am-
bas aue son casi iguale? a la nues-
tra. ORTÚZAR (p. 71) también
apunta la voz como Chll.
CAPÓN. CAPÓN DE GALLINA:
así llamamos al pollo castrado que
en España designan genéricamente
capón. La especiñcación es apropia-
da, toda vez que señala la fanai-
CAPO
320
CARA
lia gallinácea (gallina) a que perte- (
nece el capón, para distinguirlo de !
los demás capones : cerdo, toro, I
caballo, etc. |
CAPOTAZO, m. Capeoí Lance del \
toreo con capa corta, tomada és- ]
ta con ambas manos y a pie fijo ¡
sin cambiar de terrenos. V. CALA. |
CAPOTEAR, a. Dar capotazos, en [
el toreo: capear. En sentido figu- ¡
rado dícese también por escapar-
se, librarse de alguna cosa, úsase
más como reflexivo: capoteárselas.
En Honduras se usa (MEMBRE>
ÑO, p. 35) en la acepción de "Usar
todos los días un traje o una pie-
za cualquiera del vestido".
2. En lenguaje familiar es sinó-
nimo de capear, en el sentido de
esquivar un golpe, úsase más en
sentido figurado.
Méx. OCAMPO, 148.
CAPOTEO, m. Capeo. Acto de
capotear al toro, especialmente en
la cala, por vía de prueba.
Cuervo asigna carácter histórico
a esta voz (Apunt., párr. 895) en el
sentido de "tunda dada por los es-
tudiantes con el capote".
Icazbalceta apunta con esta mis-
ma acepción la frase Dar un capo-
te. Lo mismo en Chile.
CAPULÍN. (Mutingia calabura,
L.) m. Árbol y fruto tienen el mis-
mo nombre, que es mexicano, co-
mo dice el Sr. Icazb., quien refiere
los distintos nombres con que los
autores le designan: Capolí, capo-
llí, capulí, etc.; pero tenemos en-
tendido que el de la Costa es dis-
tinto del de que lleva este nombre
en la Mesa Central, clasificado, ya
como solanácea (SESS. y MOC),
ya como rosácea (D.C.) ; en tanto
que el nuestro pertenece a la fa-
milia de las tiliáceas. (ROV.)
El CAPULÍN de Tabasco es de
sabor y aspecto enteramente dis-
tintos del de México, que es de
"gusto detestable", según opinión
de ICAZB., en tanto que aquél es
dulce del todo, sin ácido algimo.
"El tallo produce una fibra resisten-
te, utilizable en cordeles y en la
fabricación del papel; crece es-
pontáneamente en los terrenos que
han sido sometidos al cultivo del
maíz". (Cat .de prod. de Tab. en la
Exp. de S. Louis M., 904.)
Se produce también en Perú
(ARONA, p. 95); en Costa Rica
(FERRAZ, p. 22) y en Riopl.
(BAYO, p. 48.)
El capulí que da la Acad. no sabe-
mos donde se use.
CAPULLO, m. Manojo cualquie-
ra de hojas, que sirven de envol-
tura.
"Crizneja medio suelta, (Tab.),
dice RAMOS y D.; pero no es exac-
to del todo: nuestra acepción es
más parecida a la que el Dice, da
a la misma voz, en quinto lugar.
La Corporación derívala de capi-
tulum, lat., cabecita; en nuestra
acepción guarda más semejanza
con capa (del lat. cappa, especie de
tocado), en el sentido de cubier-
ta, envoltura.
CAPULLO DE . JOLOCHE. m.
Envoltura de la mazorca de maíz:
conjunto de brácteas u hojas que
la forman. A la hoja que envuel-
ve la mazorca se llama con el ma-
yismo joloche. (V.)
"En una esquina de la mesa, tapa-
do con un capullo de joloche, que ha-
cía como de guardabrisa, tenían en-
cendido un cabo de vela." (ZENTE-
LLA, Perico, p. 217.)
CARA. DAR O HACER CARITA,
expr. fam.; "demostrar la mujer
con alguna señal exterior, y parti-
cularmente con la mirada, que co-
rresponde al afecto del que la ga-
lantea". (ICAZB.)
"Me dió carita, le hablé, y ya es-
toy al otro lado." (DELGADO, La Ca-
landria, XIID. — "Yo las conozco al
palmo, le dan a ud. carita, le expío-
CARA
— 321 —
CARA
tan a su satisfacción, y a lo mejor..."'
(FACUNDO, El egoísmo, p. 89.)
"Le da carita y lo deja.
Cuando le baila el porfiado."
(FIDEL, Musa callejera. Romance,
p. 136.)
CARA DE HERRERO MAL PA-
GADO: cara de vinagie.
"Poniéndome una cara de herrero
mal pagado".^ (PENSADOR, Periquillo,
cap. xxn\)
CARA DE PALO, expr. fam., se-
rio, adusto; dícese especialmente
con relación al semblante que no
tiene ninguna afección. Es distinta
de la frase anterior, que expresa
una c^ra de acritud o de disgusto.
DAR UNA CARADITA, expr. fam.
"Muy usado entre las mujeres ta-
basqueñas para expresar la idea de
una visita corta y cariñosa." (QU&
VEDO^ Lír. pOp. tab-, p. 51.)
">Tañana después de misa, pasaré a
darle una caradíta a mi amiga Rosau-
ra." (ID., ib.)
CARABINA, f. "Arma de fuego,
portátil, compuesta de las mismas
piezas que el fusil, pero de menor
longitud". En artillería se ha bau-
tizado con este nombre al rifle me-
nor, generalmente de marca "Win-
chester" y de calibre 30-30 ó 44;
muy usado en la reciente revolu-
ción. Pero a nuestros rancheros se
,les han mojado los papeles, y lla-
man así a la escopeta de caza, par-
ticularmente si es de clase fina y
compuesta de dos cañones. Son
afamadas las de la fábrica espa-
ñola de Eibar. La Acad. es un po-
co ambigua en su definición, pues-
to que al decir "compuesta de las
mismas piezas que el fusil, pero de
menor longitud", no se sabe si es-
ta menor longitud se refiere a las
piezas o al fusil; cosa que hubié-
rase ahorrado diciendo "de menor
longitud que éste"; ello no es im
óbice, no obstante, para entender
que lo que para nosotros es CARA-
BINA, en nada se parece a la que
describe el Dice. j
! Llámase también huaca (guaca,
pronuncia el campesino), aunque
este nombre más comúnmente está
reservado para la CARABINA co-
rriente o de ciase inferior, y fle
cargar por la boca, como la espin-
garda.
CARABINAZO, m. Gk)lpe dado
con la carabina, esgrimida a gui-
sa de tranca.
CARACOL, m. Juego de mucha-
chos, consistente en una figura en
espiral trazada en el suelo, cuya
zona se recorre a cojo pie hasta el
centro, sin pisar la raya o línea.
El muchacho salta siempre descan-
sando en un sólo pie, con el cual
va empujando una teja, la tuta, que
al mismo tiempo de saltar arroja
sucesivamente hasta llegar al cen-
tro, de tal modo que la tuta tam-
poco toque la raya, pues en ese ca-
so se dice que bebe, y pierde el ju-
gador, que tiene que salirse y to-
mar el último turno. El éxito en
el juego consiste en llevar la tuta
hasta el centro, en las condiciones
antes dichas, y una vez allí arro-
jarla de im sólo puntapié al exte-
rior de la figura.
2. En el lenguaje de campo se
llama así a cierto remate o termi-
nación que se pone a las cercas que
caen al agua, haciéndoles al extre-
mo una o varias vueltas, a mane-
ra de que el ganado no deseche o
descabece nadando. V. CARACO-
LILLO.
Esta voz en México significa
chambra y rizo, bucle en el pelo.
'(ICAZB.) También es una especie
de camisón que usan las mujeres
•para dormir, "que llega hasta las
rodillas o más abajo, muy adornado
con pliegues y bordados, con hilo
blanco". (RAMOS y D., p. 115.)
CARACOLERO, m. Parece que
lasí llamóse en Tabasco al partido
21
CARA
322 —
CARA
radical o liberal íojo, en la segunda
guerra contra los franceses.
"Allí iban los caraco leños, es de-
cir, los rojos, los implacables que
no daban cuartel". (MERINO, Jua-
na, p. 19.)
CARACOLERO, RA. adj. "Perso-
na que coge y vende caracoles".
Relativo o concerniente al caracol:
ave CARACOLERA, como la co-
rrea, (V.) Existe un género de ga-
vilán, de color achocolatado, que
se llama CARACOLERO, porque se
alimenta de caracoles en las pla-
yas; de consiguiente también sig-
nifica el que come caracoles o gus-
ta de ellos.
CARACOLILLO, m. "El café que
tiene la figura aovada del testáceo
univalvo pequeñito de ese nombre;
cuyo' gi-ano se escoge y separa del
otro común, llamado garrapata, por
el mucho aprecio que de él se ha-
ce". (PICH., p. 50.) No es usada
por acá la denominación de garra-
pata al café común. Muchos auto-
res designan también por caracol
esta clase de café; pero en el mer-
cado la designación es la de CA-
RACOLILLO.
"Muchas personas creen que el ca-
racol es una clase especial de café...
Esa creencia es completamente erró-
nea, porque el caracol crece en todos
los cafetales, y no es más que el gra-
no desperfecto de una fruta no bien
desarrollada que en vez de los dos
granos regulares, no ha producido
más que un grano pequeño y de for-
ma redonda. — Generalmente el cara-
col se encuentra en las plantas no
bien desarrolladas o en las ya muy
viejas... Se supone que el sabor del
café caraco! es mejor que el del gra-
no común y creen que eso esté basa-
do.. . en que el aroma, que... se en-
cuentra dividido en dos granos, en el
caraco! se concentra en vmo, y de
pequeño tamaño." (BAÑO, Est. sobre
varias plantas trop., p. 9.)
Cuba. MACÍAS, p. 273.
2. Inga sp? Leguminosa, m. "Ma-
dera muy abundante. El árbol es
recto, de tallo cilindrico y que al-
canza un diámetro hasta de un me-
tro. Se utiliza para las construccio-
nes" (especialmente de cayucos y
canoas, y para horcones de casa).
Cat. de la Exp. de S. Louis M., 904,
p. 34.) "Árbol silvesti-e que lleva es-
te nombre porque su madera ama-
rillosa forma encuentros, nudos o
remolinos a modo de caracol: se
eleva a treinta pies, grueso dos;
florece en primavera y su madera
es útil para fábricas". (PICH., pp.
49-50.) No da el autor nombre téc-
nico alguno; pero por los caracte-
res que señala del árbol y la ma-
dera, parece ser el mismo.
!'Las maderas de guapaque, chacté,
hoja menuda, caracolillo,... pagarán
los cortadores de ellas dos reales por
cada vara de longitud.."' (Decr. de
Tab., Regí, para el corte de maderas
finas, Art. 7, p. 129.)
¡CARACHO! Interj. muy usada y
que lo mismo es sinónima de ca-
i-amba, entre gente educada, que
de otra más común pero menos de-
cente, entre la gente maleante. Es
mexicanismo.
— "¡Caracho! pa la mujercita ejta,
tiene un geno de los demoños! (RODR.
BELTRAN, Pajarito, XXIV, p. 592.)
— "¡Caracho! pa tí el licenciao ej ta-
tadioj que todo lo puee." (ID., ib., p.
756.)
CARAMILLO, m. "Chisme, enre-
do, embuste". El CARAMILLO no
es un simple chisme, sino una im-
postura levantada o urdida con fi-
nes aviesos: a Fulano le armaron
un CARAMILLO y lo tumbaron.
'CARÁTULA, f. Por más que gra-
máticos y lexicógrafos no acepten
de buen grado esta voz, ella forma
parte de nuestro acervo literario
hace mucho tiempo, en todos los
países indolatinos. "Esta acepción
es muy común en América", dice
CUERVO (núm. 499), quien desde
su edición anterior justificaba el
uso de la voz en estas palabras:
"Carátula es lo mismo que careta
o mascarilla, y ¿en cuántos libros
GARA
— 323 —
CABO
no es la portada una máscarar con
que se engaña al público prome-
tiéndole cosas que jamás se cum-
plen en el cuerpo de la obra?"
(núm. 492.) Que es de uso antiguo,
lo prueban, el mismo autor en es-
ta nota al párrafo citado: "Según
noticia que nos comunica nuestro
buen amigo don Manuel González
de la Rosa, usa ya la palabra en
el sentido de portada el Presb. An-
tonio Gamboa y Riaño, en su obra
Astronómica y armoniosa mano, p.
37 (Méx. 1757)"; y G. Icazbalceta,
con dos citas de la misma época
colonial: "Entonces arroja aquel
Licurgo su instrucción o autos en-
tre los demás que hay en la me-
sa, y de que tal vez no ha visto
en muchos meses más que la ca-
rátula o principio". (Diario de
Méx., t. I, p. 182.)— "Se perdieron
«nos papeles importantes que se
componen de un cuaderno sin ca-
rátula ni forro " (!d., p. 398.)"
ORTÚZAR (p. 72) copió a Cuervo.
CARAVANA, f. "Reverencia, cor-
tesía, por lo común afectada".
(ICAZB.) Es de uso antiguo, se-
gún estas citas del propio autor:
"Preséntase a las puertas del estu-
dio del letrado un litigrante, y todo es
hacerle caravanas y cortesías en sus
primeros saludos." (Diario de Méx.,
t. I, p. 41.) — "Le hice una gran ca-
ravana." (ID., t. ir. p. 331.) — Agrega-
remos estas otras: "Una línea de jó-
venes hermosas... sonreían a una fila
de elegantes, que con... sus carava-
nas, mo%'imientos y miradas se esfor-
zaban en competir en coquetería con
sus bellísimas compañeras de baile."
(PAYNO, Fistol, t. I, cap. II.) — "Se
adelantó haciendo caravanas y diri-
giendo a la joven algunas excusas."
(ID., ib., t. II, cap. VIII.)— "Don Pe-
dro le hizo mil caravanas y mudos
cumplimientos." (ID., ib., t. II, cap.
XII.) — RAMOS y D., p. 11.5.
Hond. MEMBR.. p. 3.5. — Ríopl. "Pen-
diente largo que usan las mujeres del
pueblo." (BAYO).
CORRER LA CARAVANA, o CO-
RRER CARAVANAS. Indistinta-
( mente úsase de estas dos formas
como sinónimas de adular, hacer
cortesías fingidas o carantoñas.
ICAZB. anota la primera por "Dar
aviso, por pura cortesía, de lo que
se ha ejecutado o se va a ejecu-
tar"; en nuestro lenguaje tiene
siempre una acepción tomada en
mala parte: es una falsa cortesía,
una atención fingida,. más bien una
cortesanía que tiene mucho de ser-
vil. BAYO da (p. 49) la segunda
frase en el mismo sentido que
anotamos.
CARAVANERO, RA. adj. Perso-
na afecta a hacer caravanas, cor-
tesías exageradas y fingidas. Más
usado que caravanista,
CARAVANISTA. adj. Caravane-
ro. "Que hace muchas reverencias,
aun fuerpi de propósito". (ICAZB.)
Menos usado que caravanero.
"En los corredores y el patio había
ya multitud de hombres muy corte-
ses y.caravanistas." (PAYNO, Fistol,
t. I, cap. XXVI.) — "Vn mulato su-
mamente político y caravanista se co-
inidió a ser^-irme." (ID., Veracruz,
XVI.) — "Ya se había consumado el
robo, pero el compañero caravanista
hace un saludo para despedirse."
(PRIETO, Memorias, 40-53, cap. IV,
p. 147.) — "Bonachón, sincero, natura-
lote, risiieño era don iMarcelino Cas-
tañeda:... caravanista y obsequioso."
(ID., Ib., cap. V, p. 396.)
CARCAJ, m. "La funda de cue-
ro en que se lleva el rifle al arzón
de la silla". (ICAZB.) Con mayor
extensión la aplicamos también,
aunque con más impropiedad tal
vez, a la canana o cartuchera.
La ACAD. la anota como amer.,
pero es peculiar de México. No fi-
gura en Vocabularios del lengua-
je provincial de otros países.
"Quitó los botones de las fundas de
las pistolas, y el del carcaj en que
llevaba el Spencer." (FACUXDO, Po-
llos, t. III. cap. X.)
ESOS SON TIROS DE MI CAR-
CAJ, fr. que expresa que le es a
uno conocido el ardid que se quie-
OARC
— 324 —
CARE
ra intentar; que tiene uno sobren-
tendido lo que otro habla o sabe
la intención que persigue.
CARCAJEARSE, pr. "Reir a car-
cajadas. Verbo antipático que sola- '
mente el vulgo usa". (ICAZB.) Co-
mo antipático, tal vez que lo sea;
pero le usa todo el mundo, y en el
lenguaje familiar hasta la gente
empingorotada. Lo que solamente
el vulgo usa es ejecutar la acción i
del verbo: CARCAJEARSE. GAGI-
NI, por el contrario, abona por la
voz: "Es término expresivo que de-
biera conservai'se". Además, y se-
gún este mismo, "Tal palabra es
corriente en muchos lugares de
América, pero no fue inventada por
ningún hijo del Nuevo Mundo; :
consta en el Dice, de SALVA como
palabra castellana anticuada, y se '
halla además en una obra impre-
sa a principios del siglo XVII (Te-
soro de las Lenguas española, fran-
cesa e italiana, por H. VÍCTOR.)"
CUERVO (núm. 329, nota) trae las
siguientes citas que demuestran lo
mismo: "Carcajada de risa. Gagaloria.
— Carcajear assi. Gagalare." (CASAS,
Vocabulario de las dos lenguas Cas-
tellana y Toscana: Sevilla, 1570.) ■ —
"Carcajear, dar carcajadas de risa,
reyr demasiadamente, rire á gorge
desployée, etc. (OUDIN, Tesoro de las
dos lenguas francesa y española: Pa-
rís. 1G07.) — ^"Los que allí rien y car-
callean." (lATXA. Uazarillo, cap. XI:
París. 1620; pocas líneas antes carca-
Hadas por '-.arcajadas.) _
CARCELAZO, m. Prisión por lo
común arbitraria e injusta; de or- ,
diñarlo d"! poca duración. Aplícase
especialmente a la que obedece a
causas políticas; de muy usual apli-
cación por nuestros gobiernos y tal
vez también por los de otros de los
países hermanos, aunque no halla- 1
mos la palabra en el lenguaje pro- 1
vincial de éstos. Lo que caracte- ■
riza al CARCELAZO en nuestra
lengua familiar, es la arbitrariedad
o el abuso de autoridad, en lo cual j
se diferencia de la caree leada. I
CARCELEADA. f. Prisión de cor-
ta duración; arresto o detención
forzosa, generalmente por vía de
corrección.
Hond. "Detención forzada en la cár-
cel." (MEMBR., p. 36.)
CÁRCEL EAR. a. Encarcelar, ge-
neralmente por poco tiempo, o' por
vía de detención correctiva.
Hond. MEMBR., p. 36.
CARDENENSE. adj. gentilicio
con que se designa al natural de
la Municipalidad de Cárdenas del
Estado. Perteneciente o relativo a
él. U. c. s.
"Ni Cunduacán podría defenderse
del ataque de los cardenenses, ni el
Prefecto Rufz sería capaz de hacer
frente." (SÁNCHEZ MARMOL, Antón,
p. 134.) — "Así terminó el pequeño in-
cidente que por un momento pareció
dividir a dos cardenenses notables que
actualmente honran con sus nombres
a nuestro querido suelo." (COFFIN,
El Gral. Gutiérrez, V. p. 34.)
, CARDUMO. m. Cardumen o car-
dume. De uso vulgar y muy común.
La ACAD. tuvo siempre por anti-
cuado cardumen; mas en su últi-
ma edición del Dice, reparó en que
es usual hoy lo mismo que antes,
y eso a fuerza de reprimendas, las
de Cuervo, Granada y Rivodó en
primer lugar.
CAREADO, m. "En la lid de ga-
llos, el que por contraposición a
tapado, se presenta descubierto y
a la vista de los jugadoies: es de-
cir, que el contrario sabe de ante-
mano con cual gallo va a pelear el
suyo. tJsaf^e como sustantivo. Se
jugarán dos CAREADOS". (ICAZ-
BALCETA.)— OCAMPO, p. 149. Dí-
cese también del lance mismo; de
la lid en que se juegan gallos de
es?, especie.
"Llámase careados a los lances con-
certados entre los dueños de dos ga-
llos de igual peso." (G. CUBAS, Re-
cuerdos. 2a. pte., p. 356. >
CAREAR, a. "Probar los gallos
antes de echarlos a pelear, tenien-
do uno entre las manos y dejan-
CARE
— 325 —
CARG
do el otro en el suelo". Así defi-
ne PICÓN FEBRES (p. 73.) y nos
parece la mejor definición que pue-
de darse del verbo.
CAREO, m. Acción y efecto de
carear los gallos, poniéndolos fren-
te a frente, para estimar su cali-
dad y píxavocarlos a la pelea.
"Si dejaren de pelear dos gallos, los
soltadores podrán. levantarlos sólo por
un minuto, para darles careo." (Art.
12 de! Regí, para los palenques de ga-
llos.)
CARGA, f. Como medida de ca-'
pacidad para áridos, el Dice, la de-
fine: "Cierta cantidad de granos,
que en unas partes es de cuatro
fanegas, y en otras de tres". En el
trato campesino entiéndese actual-
mente el peso de sesenta libras de
cacao, que equivale más o menos
a la CARGA que define RÓBELO
<Dicc. de Azt., p. 248): "Conforme
al sistema numeral de los mexica-
nos, la base para contar los cacaos
era el número 20; así 400 cacaos
(20 por 20) formaba un tzontli;
veinte tzontles ,o sea 8,000. un xi-
quipilli, y i.res xiquipillis una carga,
la cual, por consiguiente, tenía
24,000 granos". Como la libra de
cacao se calcula, en peso, igual al
zontle en número, esto es, com-
puest?. por ochenta manos (80 por
5), el producto numérico es el mis-
mo (80 por 5 igual a 20 por 20, igual
a 400) ; de donde sesenta libras
(60 por 400) dan la equivalencia
del sistema azteca o sean tres ji-
quipiles (3 por 8,000), igual en su-
ma a 24,000 granos.
Aplícase también a la medida de
otros granos, como el maíz, calcu-
lándose el zontle compuesto de cin-
co CARGAS aproximadamente, y
cada una de ellas con un peso de
27 y medio kilogramos (ó 27,600
K., en el sistema métrico). En la
medida del maíz úsase más en Mé-
xico. 1
"Todo cacao que... se extraiga del
Estado, . . . pagará ocho reales por ca-
da carga de sesenta libras." (Art. 3
del Decr. de 21 de Dic. de 1850: —
Decr. de Tb., p. 223.) — "La cuota de
ocho reales por cada carga de sesen-
ta libras, . . . quedan reducidos a cua-
tro reales." (ID., p. 3S4: Art. único
del Decr. de 18 de Nov. de 1951.) —
"El cacao se vende en Tabasco por
cargas, cuyo peso es de sesenta libras.
Para formar una carga de este pe-
so, se necesita un término variable de
mazorcas, pues depende de la canti-
dad de éstas. — Sin embargo, por tér-
mino medio, y tomando mazorcas de
plantíos de ocho a diez años se
necesitan mil mazorcas escogida^, o
mil doscientas. . . sin escoger, para
formar una carga de grano seco. —
Conocido el número de mazorcas nece-
sarias para formar una carga de ca-
cao, pasamos a tratar lo del costo
que saca una carga." (MARTÍNEZ,
Cult. del cacaotero, p. 57.)
2. Ijos cocheros llaman así, con
no muy justificada cortesía, a la
gente que transportan en el vehícu-
lo, úsase más en México.
"A falta de ima carretela con pes-
cante, como las hay generalmente, y
en virtud de venir sin carga este si-
món, montamos en él. y ordenamos al
cochero que nos conduzca a la esqui-
na del Palacio Municipal." (G. CU-
BAS, Recuerdos, p. 177.)
CARGADA, f. "Acción y efecto
de cargar". (ICAZB.)
2. adj. "Se dice de las hembras
de los animales que están preña-
das". (ICAZB.)
"Pues como ya están cargadas las
vacas, producen poca (leche) — les con-
testé.— ¿Qué cosa es eso de cargadas?
— Preguntó la niña Elisa. — Preñadas,
niña, respondí — sencillamente..."
(Astucia, t. ir. cap. V, p. 112.)
IR (o IRLE) A LA CARGADA, es
entre jugadores apostar a la carta
en cuyo favor hay ya puestas ma-
yores cantidades. Metafóricamente
se toma por adherirse, sobre todo
en tiempo de revolución, a la causa
o al partido que cuenta con mayo-
res probabilidades de triimfo.
(ICAZB.)
CARGADOR, m. "úsase, sin ex-
cepción ,en vez de mozo de cor-
CARG
326
CARG
del". (ICAZB.) En los puertos, los ]
CARGADORES son los que se ocu-
pan de embarcar la carga y des- '
embarcarla, organizados por lo ge-
neral en cuadrillas. Llámanse en
las poblaciones, más comúnmente,
CARGADORES de número, porque
trabajan al amparo del registro ofi-
cial del Municipio, para mayor ga-
rantía del- público. El CARGADOR
ordinario es el mozo dC' cordel.
"Todo el que pretenda ejercer el
oficio de cargador, deberá proveerse
del número de orden que le asigna la
Jetatura Política y de la Patente que
le expedirá esta autoridad." (Regí, de
policía, p. 9: Art. 13.) — "Todos los car-
gadores, así los que trabajan aisla-
damente como los organizados en
cuerpos o compañías, tienen obligación
de prestar el auxilio debido en los ca-
sos de incendio o de cualquiera otra
calamidad pública." (ID., Art. 14.) —
"Lo cual era oro inolido para los car-
gadores o mozos de cordel." (SAN-
CHO POLO, Cuarto Poder, cap. I.) —
"Las andas en que estaba colocada la
imajen pesaban tanto que apenas po-
dían con ellas doce cargadores."
(DELGADO. La Calandria, VIL) —
"L'no se ofreció a ponerme el recibo,
oli'o dio el papel, otro contó el dine-
ro, otro llamó al cargador." (PAYNO,
Fistol, t. I, cap. V.) — "Agrupados a
la reja están, un cargador con todo y
mecapal: vma cocinera con todo y ca-
nasta." (FACUNDO. El correo, p.
98.) — "Fuera necedad decir que todo
payo, cargador o cochero, es tonto por
ser cochero, cargador o cainpesino."
(PENSADOR, QuIJotita, cap. XII.) —
"Doce reales de un cajón, un peso pa-
ra el cargador y otro para el sepultu-
rero." (ID., Periquillo, cap. XIII.)
Ríopl. BAYO, p. 49..
Nuestra acepción es distinta de
las dos que con relación a perso-
na da el Dice; "Mercader que em-
barca sus mercancías, para comer-
ciar con ellas en otras partes. — El
que tiene por oficio conducir car-
ga de un punto a otro".
2. Especie de cojín, o protector
de piel gruesa y resistente que
usan los trabajadores para cargar
a la espalda o al hombro. El CAR-
GADOR en forma de cojín se hace
comúnmente de bagazo de caña o
de hoja seca de plantas suaves, co-
mo el junco, el plátano, la enea,
y se llama con mayor propiedad lo-
miUo.
3. Objeto a manera de vasija en
que se mide la cantidad de pólvo-
ra con que debe cargarse una arma
de fuego en la cámara. La ACAD.
llama a esto carga (7a. acep.), aun-
que es un poco distinta: "Boquilla
del frasco con que se mide esta
pólvora (la que se echa en el ca-
ñón)." El CARGADOR se hace en
el campo con el extremo hueco del
cuerno de res, con una golillita es-
pecial en el cuello, para atarle ai
chifle. La capacidad del CARGA-
DOR se calcula tomando en la bo-
ca del cañón del arma una profun-
didad igual a la boca.
Cuba. "Correa corta, pero reforzada
con un gancho de hierro en cada ex-
tremo en sentido inverso, uno que
asegura en la silla, y en otro engan-
cha la argolla de la barra del quitrín
o volante." (PICH., p. 51.)
CARGADORA f Recipiente su-
perior de los dos que forman el
obraje, en la elaboración del añil
o jiquilite, muy explotado en Chia-
pas.
"El primer recipiente se llama pi-
la cargadora y el segundo de batidora;
el primero está provisto de cuatro
postes (cepos) enclavados fuertemente
en el piso a sesenta centímeti'os de
la pared, con altura de un metro."
(RABASA. El Est. de Chis., p. 106.)
CARGADURA. f. Hinchazón que
sufren las caballerías en la cruz, o
séase encima en la unión de las pa-
letillas, por causa de ponérseles
muy adelante la silla. Llámase tam-
bién y más generalmente cargazón.
(V.)
CARGAR, a. "Traer, llevar consi-
go; usar, gastar: CARGA pistola,
anteojos". (ICAZB.) El Sr. RAMOS
y D. apunta esta vaz como prov.
de Tab., olvidando que es "lo mis-
mo poco más o menos en toda la
CARG
— 327
CABI
América española". (SALVA, [
CUERVO, RODR.. SOLAR), como'
dice GRANADA (p. 146.) Por más
que Cuervo la repruebe: "Como de
revuelo apuntaremos ser una vul-
garidad el empleo de cargar por
traer, usar: para qué carga us,ted
anteojos", (núm. 531), lo mismo
que GAGINI, diciendo éste que se
usa incorrectamente; lo cierto es
que casi ha desterrado a sus sinó-
nimos, en el habla familiar. El mis-
mo GRANADA dice lo siguiente,
muy interesante: "Es acepción al-
go cerril: nació, sin duda, en el
campo, como lo publica su rústica
catadura y los objetos a que regu-
larmente se aplica, que son aque-
llos de que por lo general va car-
gado un hombre campesino o pai-
sano, y sólo cuando quiere uno em-
plear el lenguaje propio de esta
gente, puede tolerarse; si no, cho-
ca". PICÓN PEBRES (p. 74) hace
del verbo en cuestión cierta críti-
ca desacertada: "Llevar algo con-
sigo, tras de sí, bajo sí. o sobre sí.
Por lo cual se carga una sonrisa,
o un pesar muy hondo, o una bo-
rrachera formidable, etc." No se
aplica entre nosotros sino en el
sentido de llevar consigo en lo ma-
terial una cosa, independientemen-
te de la persona, y que constituye
en realidad una carga; no hemos
podido advertir que se diga carga
una sonrisa, un dolor, una alegría;
refiriéndose a afectos o a estados
del ánimo. Es de uso antiguo.
"Carpan buenos arcos y flechas."
(BEAUMOXT. Crón. de la Prov. de
Mich.. pte. I, lib. II, cap. Xn.) — "Se
fue presentando un don Petate en el
escritorio, demandando Quinientos pe-
sos en la libranza que mi amigo car-
gaba en su cartera." (Astucia, t. IT,
cap. m.) — "Vamos a casa por mi re-
vólver: ;.traes el tuyo? — To siempre
lo cargo." ÍFACUXDO, Polios, t, I.
cap. IX.) — "El General abrió la piier-
ta con una llave que cargaba siem-
pre." (ID., Noche buena, cap. XII.) — ,
"Cargaba un calendario de santos en
la bolsa." (ID., Gentes, t. 11, cap. I.)
"Aunque cargues arma corta
Ya lo verás con mi hermano."
(FIDEL, Musa callejera, Quintillaa,
p. 143.)
"Y más de cuatro ladinos
Cargan daga y tosen recio."
(ID., ib., Contesta de Luisa y Tules,
p. 212.)
Méx. RAMOS y D., p. 115.
Hond. MEMBR., p. 37.
C. Rica. GAGIXI, p. 119.
C. Amér. SALAZAR G., p. 63.
Guat. BATRES, p. 116.
Col. CUERVO, núm. 531.
Venez. PICóX, p. 74.
Maracaibo. MEDRAXO. p. 27, apud.
IC.VZB.
Ríopí. GRAXADA. p. 146.
Chile, RODR., p. 92.
SALVA y «OLAR también le tra-
tan.
2. "Refiriéndose a los animales,
cubrir: la vaca está CARGADA".
(MEMBREXO, p. 36.) En esta acep-
ción dícese también picar y enci-
mar,
CARGAZÓN, f. Hinchazón de la
cruz ^ que padecen las (^aballerías,
a causa de cargarse la silla más
adelante de donde regularmente de-
be ponérseles.
2. Entre rancheros, acción y efec-
to de cargarse las hembras en los
ganados, o de ser cargadas por los
machos: la CARGAZÓN es en la
época de brama.
La terminación o desinencia -azón
en el lenguaje vulgar tiene un sig-
nificado aumentativo y colectivo a
la vez. como capazón, acto de ca-
par varios o muchos machos; car-
gazón, acto de ser cargadas varias
o muchas hembras.
3. Tiempo en que se cargan las
hembras del ganado.
CARÍBAL, m. Colectivo que de-
signa un conjunto de caribes: tam-
bién se llama así al lugar en que
habitan los indios caribes en el se-
no de los bosques, o al caserío. Con
distinta acentuación, el Dice, da ca-^
ríbaí, como sinónimo de caníbal.
CARL
— 328
CARN
Hond. MEMBR., p. 36. , nF' PATJXTava v,
CARLOSANTO. m. Cardosanto CARNAZA, hacerle acometer
RAMOS y D. cuelga el saXnito T'^'T' "^ ''^^°"°' ^'■"^'^^^^^' ^°
de tamaño despropósito a Tabasco S ''^^^^^ ^ ''''. ^t^^^'^ ^^^ ^^'^^^^-
solamente, cuando es error en que I ser'v?^ n^T?''rAPArtnA^ T?^^'''
incurren los incultos de toda la Re- i !,^ "^,. ^^ CARNADA, tal vez
mas castiza que aquélla, según ex-
presión de GAGINI (p. 120) : "Echar
de carnaza a alguno, será a lo su-
mo echarlo de carnada, o más cas-
tizamente echarlo de manga".
CAR MITA. f. Diminutivo fami-
liar de Carmen. Sólo por excep-
ción decimos Carmencita. Confor-
pública. Tal vez de toda la Amé-
rica española y de España misma,
que ya son algunos!
CARMELI i A. f. Hipocorístico de
Carmen. Diminutivo familiar muy
usual.
Méx. ICAZB., p. 89. — RAMOS y D.,
p. 116.
2. m. y f. "Color de café, como el ' ™^ ^ ^^^ reglas de la Gram. de la
del hábito que usan los religiosos ACAD., las dicciones graves termi-
carmelitas" (FCAZE.) Más propia- ' ijadas en n, forman el diminutivo
mente es atabacado, más oscuro tomando uno de los tres incremen-
que el canela y más claro que el '°^ *^'*°' ^illo y cico. V. CIRCUI-
TO.
CARNE. CARNE DE RES. Como
de perlas les viene a nuestros pai-
sanos las siguientes palabras que
copiamos del Dice, de barb. de C.
Rica, por GAGINI (p. 121) : "La pa-
labra res se aplica no sólo al ga-
nado vacuno, como asignan nues-
tros compatrírotas, sino a muchos
café. RAMOS y D., p. 116,
"Los puros que contenía (la pure-
ra) eran de un tabaco de color car-
melita oscuro." (PAYNO, Fistol, t.
ir, cap. IV.)
Cuba. PICH., p. 52.— MACÍAS. p.
285.
Bogotá. CUERVO, (núm. 511): ""lo
que también se dice en España", pro-
bándolo con la sig-uiente cita: "Cha-
queta, jergrueta carmelita, dice Esté-
vanez Calderón, Escenas andaluzas, i j '_ j j ' \- ' ' , "
pp. 2, 161. (Madrid 1847.) cuadrúpedos domésticos y salvajes,
Venez. RIVODÓ, p. 58.
eomo la oveja, el venado, el jaba-
CARNADA. f. El Dice, da a esta í lí, etc. Es, pues, impropio y más
voz solamente una acepción funda- ! que impropio denominar carne de
mental y de sentido recto, úsase ¡ res a la que en otros países con
mucho también en sentido figurado I más acierto llaman carne de vaca
por servir de Instrumento, cargar ¡ o de buey". Pero en Tabasco su-
la responsabilidad en actos ajenos. ' cede no sólo esto: la contracción
Asimismo, como en Venezuela, (RI- i llega al máximo, llamando CARNE
VODó, p. 270), "llaman así p-or ex- (únicamente a la del ganado vacuno,
tensión, aunque el cebo no sea de distinguiéndose las demás con la
carne, sino de pescado mismo u | especificación de la res: carne de
otras sustancias"; y por extensión ' puerco, de chivo, de borrego, etc.;
también suele dársele este nombre y sucede también que éstas últf-
a la topota o topóte (V), cierto mas se designan comúnmente en
pescadito que es el usado regular- forma elíptica, por sólo el espéci-
men te como CARNADA para pes- fleo : puerco, chivo o borrego, en-
car.
CARNAZA, f. "Corrupción de car-
nada: cebo hecho de carne para
pescar". (ICAZB.) Da también es-
te autor la frase ECHAR A UNO
tendiéndose siempre con la palabra
CARNE otra que es la de res va-
cuna.
CARNEAR, a. Comprar, buscar
carne (de res) para el alimento.
CARN
329
CARRA
Análogo significado tiene en la
Argentina: "coger y matar gana-
do, reces, carne, en una palabra,
para comerla". (MONNER SANS,
De Gramática y de lenguaje, p. 31.)
Salva la trae como amer., en ge-
neral, por matar reses.
Chile. "Descuartizar un animal."
(ECHEVERRÍA, p. 145.) — "Amer. Ch.
Matar y descuartizar las reses. — flg:.
Eng-añar, estafar; abusar de la buena
fe de uno en los contratos." (RODRÍ-
GUEZ, c p. ZEROLO, TORO e ISA-
ZA: Dice, enciclop.)
CARNERAJE, m. Conjunto de
carneros.
"Es común el uso de la termina-
ción -aje en significado colectivo:
becerraje, terneraje, y aun anima-
laje". (ICAZB.) Nosotros tenemos
vacaje y algunos otros, además de
los citados.
CARÓN, NA. adj. aument. de ca-
ra. Dícese de la persona de cara
muy grande, o ancha y gorda.
C. Rica. "Aunque el adjetivo no nos
parece malo, pues que hay otros for-
mados por el mismo estilo, como ba-
rrigón, cabezón, conviene no echar en
olvido los equivalentes castizos cari-
gordo, carilleno." (GAGIXI, p. 121.)
2. En serit. fig., descarado, cíni-
co, desvergonzado, equivalente a
cachetón.
CARTA. NO SABER A QUÉ
CARTA IR, O QUEDARSE; expr.
que significa la indeterminación en
un negocio, o la duda para afiliar-
se a un partido, o a una idea, por
jio conocerlos bien o por el miedo
de perder.
"A los más duchos en política se
les ha enredado la regla, y no saben a
cual carta ir." (MORALES, Gallo Pi-
tagórico, p. 105.)
CARTAPACIO, m. "Funda de ba-
dana en que los muchachos que van
a la escuela meten el papel, y so-
bre la cual escriben la plana".
Nosotros trocamos los papeles, y
llamamos CARTAPACIO a lo que
el Dice, llama carpeta (2a. acep.),
"Cartera grande o cartapacio que
se tiene encima de la mesaj^ para
escribir sobre él y guardar pape-
les".
Méx. "Carta muy abultada."
(ICAZB.)— RAMOS y D., 116.
"Rodríguez se detuvo todavía a
arreglar de nuevo los papeles en el
cartapacio." (AZUELA, Los Caciques,
p. 17.) — 'Oyó pasos que se acerca-
ban; dejó el periódico sobre el carta-
pacio." (RODR. BELTRAN, Pajarito,
XIX, p. 455.)
CARTA PARTICULAR, "Aquella
en que sólo se tratan asuntos pri-
vados o de familia, que se supone
ha de ser vista únicamente por la
persona a quien va dirigida. Se le
da especialmente este nombre cuan-
do se endereza a persona con quien
se tiene negocios de comercio, los
cuales se tratan en oti'a carta, lla-
mada por algunos ostensible".
(ICAZB.)
CARTILLA. ENSEÑAR, APREN-
DER LA CARTILLA se dice en
sent. traslaticio, por enseñar, apren-
der el alfabeto, las primeras letras.
"Este bondadosamente y aunque no
era fuerte en achaques de primeras
letras, empezó a enseñarle la cartilla
y a poner su nombre." (COFFIX, El
General Gutiérrez, TV, p. 28.)
CARRANCLAN. m. Ha dádose en
la actual contienda civil este nom-
bre despectivo en la República a
los carrancistas; o partidarios del
Presidente don Venustiano Carran-
za, para distinguirlos de los demás
bandos constitucionalistas.
— "Evidentemente, señor: la ban-
dera de los carranclanes tiene este
lema..." (AZUELA, Las Moscas, p.
16.) — A estas horas mi sastrería de-
be ser chiquero de carranclanes." (ID.,
Ib., p. 85.) — "¡Con cien como tú no de-
jaba vivo a un carranclán." (ID., ib.,
p. 91.)
2. Tenemos entendido que en días
no muy lejanos este nombre se
aplicaba en México a cierta clase
de tela, usada por las mujeres (y
que estuvo muy de moda). No te-
I nemos noticia de que se usara en
I Tabasco.
GARRA
— 330 —
GARRE
"Estaba con una soga a la garganta i
las horas de oficina, siendo festejosí-
sima mi reunión a los capenses, mis
coplas y mis relaciones de compromi-
so en la frente y tuniquillos de carran-
clán, así como mis ensueños con las
de peinetas.'." (PRIETO, Memorias,
28-40, cap. II, p. 136.) — "Las demás, i
por regla general, vestían carranclán
o muselina." (ID., ib., p. 148.) — "Aque-
llo fue un horror: la indina, el ca-
rranclán, la musolina, la seda misma
sucumbieron a la moda y era el ideal
lo esférico, el mundo, no sé qué de
bombástico y estupendo." (ID., ib.,
cap. IV, p. 289.) — "Entre las demás,
formaban caprichoso mosaico los túni-
cos de muselina y carranclán." (ID.,
ib., cap. V, p. 373.)
CARRASCALOSO, SA. adj. Pi-
cajoso, quisquilloso. Es de uso vul-
gar. Parece voz onomatopéyica, que
trae aparejada la idea de aspere-
za, rudeza, acritud, en sentido figu-
rado.
CARRASPANTE, adj. Áspero,
acre. Dice CI^ERVO (núm. 900) que
es voz castellana; pero no figura
en el Diccionario. La traen SALVA,
el Dice, de la Soc. Lit. y TERRE-
ROS, con igual acepción.
CARRASPEAR, n. La ACADEMIA i
dio entrada entrada en el Dicciona-
rio a carraspera, "cierta aspereza
en la garganta que impide tragar
libremente la saliva y enronquece
la voz". Pues "aclararse la gargan-
ta, por ejemplo, después de echar-
se un largo trago de aguardiente",
— como dice PICÓN FEBRES (p.
75).— es CARRASPEAR. Se usa
en España; el mismo autor dice
que en El gusano de luz de Salva-
dor Rueda halla esta expresión:
"Luego (Roque) carraspeó con la
garganta no sé qué ecos de mori- !
bundo". La gente vulgar dice ga-
rraspera y garraspear.
"Pasó (don Prudencio) la mirada ^
inquietante por la turba desordenada,
carraspeó, afirmó los espejuelos en el
caballete de sus largas narices que
tenían por aditamento una berruga i
con pelos, y exclamó..." (RODR.
BERTRÁN, Pajarito, cap. VI., p. 84.) — '
"A eso de las doce del día oyó el
carraspear de Chencho que se aproxi-
maba." (ID., ib., XXIV, p. 595.)— "En
la penumbra reinante se destacaban
bultos, aquí y allá, de personas ador-
mitadas que bostezaban y carraspea-
ban sin hablar palabra." (ID., Ib.,
XXV, p. 636.)
CARRASPIENTO, TA. adj. Que
tiene carraspera. Vulgarmente se
dice garraspiento.
"Encorvado y trémulo sobre un le-
ño a guisa de bordón, salió señor Pa-
blo de una mísera casuca, y de cara al
tramonto, con una mano en la fren-
te para percil)ir mejor, comenzó a gri-
tar, carrasplento y sonsonetudo."
(AZI'ELA, Mala Yerba, cap. I, p. 3.)
CARRASPOSO, SA. adj. Áspero
al paladar o a la garganta; como
un licor muy fuerte o ciertas fru-
tas, el marañón, por ejemplo: as-
tringente. No "áspero al tacto", co-
mo significa para los surianos de
la América española, según CUER-
VO (núm. 900; PICÓN, p. 76.) És-
te agrega que el "CARRASPOSO
lada tiei^e de acre", a diferencia
del carraspante.
Ecuad. TORO G., Dice. Lar.
CARRERA A LA CARRERA, O
A LAS CARRERAS decimos siem-
pre por "De carrera, con celeridad
y presteza. Pig. Sin reflexión", co-
mo manda el Diccionario de la Len-
gua.
CARRETA, f. Así llamamos co-
mún y familiarmente al carrete del
Diccionario: "Cilindro taladrado,
generalmente de madera, con bor-
des en .=iu.s bases, que sirve para
devanar y mantener arrollados en
él hilos de lino, cáñamo, seda, oro,
plata, etc " ;.Y el de algodón? De-
cimos una carreta de hilei-a, o una
carretilla, si e.<í de las pequeñas,
en vez de carrete; con lo cual se
comete una doble falta: llamar CA-
RRETA J>1 carrete, e hilera al hilo.
Pero es de uso muy común, aun-
que esto no lo Justifica, antes bien
constituye el abuso. Lo mismo pa-
sa por Venezuela, respecto a la
CAERE
— 331 —
CASA
voz quG nos ocupa. PICÓN FEBRES
dice: "En nuestra cordillera andi-
na vale como carrete, en la prime-
acepción de la Academia Española."
(p. 76). Nos dice también que "En
Caracas se usa carretel y en San-
tiago de Chile, carretilla".
CARRETEO, m. Acción y efecto
de carretear; la conducción o trans-
porte de objetos en carreta o ca-
rro. "Trasporte de géneros", dice
ORTÚZAR (p. 73.) Lo trae el Dice,
de la Soc. Lit. en esta acepción; lo
mismo SALVA.
CARRETILLA, f. La de hilo, a la
cual se dice más común, pero no
menos impropiamente, CARRETI-
LLA de hilera.
CARRETILLA DE MANO. Ca-
rretilla; primera acep.
Ríopl. GRANADA, p. 148.
2. CARRETILLA llámase tam-
bién a la garrucha simple del Dice,
polea pequeña; la que se usa para
las cortinas, por ejemplo.
CARRICOCHE, m. Pajarillo ce-
nizo de patas cortas que vive en
parejas.
El nombre es onomatopéyico, por
el canto del avecilla, en el cual
creen las gentes del campo oír la
palabra carricoche, emitida con re-
petición precipitada.
CARRILLERA, f. Cartuchera, ca-
nana. Nos parece impropia, super-
abundante e innecesaria esta de-
nominación, toda vez que no esca-
sean sus equivalentes castizas. • Es
barbarismo.
CARRITO, m. Así se llama co-
múnmente al tranvía, úsase más en
plural: LOS CARRITOS.
"L.a.s empresas de tranvías
Prestan allí gran servicio.
Y hay innumerables coches
Que van en todos sentidos.
Pero llevan otro nombre
Completamente distinto.
Y en vez de tranvías, les llaman
Modestamente carritos."
(SOMOAXO, Modismos, p. 41.)
¡CARRIZO! m. Interj. que se
emplea en los mismos casos que
caramba.
C. Rica. GAGIXI. p. 122.
Venez. PICÓN, p. 76.
i CARRUSEL. (Del ing. carousel)
j m. Caballitos, o caballitos volantes,
como les llaman en otras partes.
Ríopl. "De este juego y nombre
iErringo fearrousel o como se escriba)
han hecho en Sucre título de rame-
ra, aludiendo a que estas mujeres son
como caballitos volantes, que de to-
dos se dejan montar." (BAYO, p. 50.)
CASA. f. CASA DE ASIGNA-
CIÓN, O DE CITA. Así llamamos a
lo que la ACADEMIA llama Casa
de camas y Casa de trato. Es uso
común a toda la República. Nues-
tro Regí, de Sanidad en la Munici-
palidad del Centro de Tab. estable-
ce algunas diferencias entre Casa
de asignación y Casa de cita, di-
ferencias que en México no exis-
ten.
"Se reputan casas de asignación
aquellas que, sin servir de habitación
a las mujeres públicas, son frecuenta-
das por ella.s para entregarse a actos
de prostitución." (Regí, de Sanidad,
Art. 3S.) — "Es casa de citas, para los
efectos de este Reglamento, aquella
que no sea habitada por más meretriz
que la que haya obtenido la licencia
para establecerla y en donde concu-
ri-an mujeres con el objeto de entre-
garse a actos de li\-iandad, con im
hombre determinado." (ID., Art. 48.)
Méx. RAMOS y D., p. 117.
En España, en el propio Madrid,
se llama también casa de cita, o
de paso, según lo dicen QUIRÓZ v
LLANAS AGUIL.ÍNIEGO en sil
obra La mala vida en Madrid (p.
135): "Las llamadas casas de cita
o de paso, creación ésta aún más
adelantada y provechosa para la de-
fensa de la prostituta."
I CASA DE CUNA. Inclusa; casa
destinada a la lactancia y crianza
de los niños expósitos. También se
llama Casa de maternidad. Es usual
en México. En Cuba (PICH., p. 79;
GASA
— 332
CASO
MACÍAS, p. 406) se llama Casa cu-
na.
CASA DEL TABACO. En el cul-
tivo de esta planta, casa en que
después del corte, se secan las ho-
jas a la sombra, para enmanojarlas
a continuación de algunas operacio-
nes concernientes al laboreo, que
allí mismo se practican. Llámase
también secadera y secadero.
"Casa del tabaco o secadera. — AlU
se aislan o separan los palos de ensar-
ta, a que se vayan secando, luego se
ventilan más, y cuando ya está se-
co, se escoge y se hacen los manojos."
(GIL y SAENZ, El Caporal, p. 79.) —
"Se da el nombre de casa de tabaco
al edificio destinado al secado y bene-
ficio de la hoja; se construyen de
grandes dimensiones y se dividen por
tabiques longitudinales, destinando
siempre los laterales para secaderos
con sus respectivos útiles." (KRAUSE,
Cult. del tabaco, p. 121.)
Cuba. "Casa de tabaco. — Casa rústi-
ca en las vegas, con dos corrientes y
en cada costado una p'ierta, regular-
mente de yag-cias, mucho más larga
que anclia, con barrederas o anda-
mios para aumentar o disminuir a
discreción la corriente del aire, col-
gando las hojas de tabaco o man-
cuernas en los cujes a fin de que se
sequen y no se pudran. En ella se
practican las operaciones de prensar-
le y madurarle, escogerle, enterciarle,
embetunarle, cabecearle, manojarle y
enterciarle." (PICH., p. 54.)
CASA GRANDE, o PRINCIPAL
(LA). En las haciendas de campo
o ranchos, llama así la servidum-
bre a la casa en que habita el pro-
pietario o dueño de la hacienda:
EL AMO. Las habitaciones de los
sirvientes llevan el nombre de
cuartos (V.) Es de uso nacional, co-
mo mexicanismo.
"En esos días se presentó en la
casa grande y 1« dijo al amo poco
más o menos lo siguiente." (COFFIN,
El Gral. Gutiérrez, cap. IV, p. 23.) —
"La casa grande, nombre dado por los
sirvientes a la habitación del propie-
tario, se halla situada por lo común a
la orilla de algún río caudaloso, te-
niendo por asiento una loma de suave
declive." (CORREA, Res. Ec. de Tab.,
cap. XV, p. 83.) — "La tarde de aquel
sábado fue último día de rodeo, por
esta circunstancia estaban solos en la
tienda de la casa grande Tío Goyo,-
Tío Chepe y Tío Bonifacio." (RODR.
BELTRAN, Cuentos costeños, cap. VI,
Abigeo, p. 130.) — "Los guías abrían
una vereda, chapeando las ramas has-
ta la altura de la cabeza, y les segui-
mos a caballo hasta el pie de la casa
grande." (Dice. Univr. de Hist. y
Geogr., t. X; Art. ZAYI (Ruinas de),
p. 1110.) — "Sólo había un claro en to-
da aquella áspera floresta, y ese era
el que habíamos hecho para despejar
la casa grande." (Ibid., p. 1111.) —
"Entonces haliló claro señora Cleta.
Dio los nombres de las casas grandes
donde había servido." (AZUELA, Los
Caciques, cap. VIII, p. 21.) — "Conta-
ban, con este motivo, que la criada de
una casa grande, cambiaba por menu-
do el peso, mermándole medio real."
(PRIETO, Memorias, 28-40; V. p. 311.)
En España se dice casa grande a la
casa principal de un pueblo. Valbuena,
por cierto, critica a la Academia por-
que omite esa acepción. (Fe de erra-
tas, t. II, p. 53.)
CASAMIENTO. CASAMIENTO
Y MORTAJA DEL CIELO BAJAN,
refr. que expresa que el casamien-
to es cosa que no se hace premedi-
tadamente, sino a veces por obra de
la casualidad.
"Han de saber que tengo muchas
novias a cual más donosas; pero hay
aquello de que casamiento y mortaja
del cielo baja (sic.)" (MERINO, Ce-
lestina, X, p. 100.)
CASCARERO. m.
Méx. "Conjunto de cascaras." OC AM-
PO, p. 150.)
2. El lugar mismo en que arrojan
las cascaras; como basurero.
CASCARILLA, f. Nombre de la
planta más comúnmente conocida
por copalchí. (V.)
2. Met., persona coscarrabias,
irascible, violenta.
CASCARRIA, f. "Chirla o piltra-
fa que forma el pelo de algunos
animales, unido en pelotones por el
lado o cualquiera otra Inmundicia."
(OCAMPO, p. 150.)
2. Astilla o fragmento que salta
de la piedra al ser golpeada.
Ríopl. "Cascárrea. f. Excremento del
ganado ovejuno." (GRANADA, -p. 149.)
CASO
— 333 —
CASO
CASCARRIENTO, TA. adj. Ca-
rraspiento.
Méx. "L.O que tiene cascarrias."
(OCAMPO, p. 150.)
'Salió a recibirlo (a don Pedro) un
teniente de lanceros de negro y eri-
zado bigote y cascarrienta voz." (PAY-
NO, Fistol, t. I, cap. XLII, p. 753.)
CASCO, m.
Méx. "En las fincas de campo se da
este nombre al conjunto de los edifi-
cios y terrenos contiguos a ellos."
(ICAZB.)
Llámase también plan del sitio,
generalmente encerrado en forma
de potrero, como también se desig-
na.
•'Casi no contaba Lorenzo más que
"Tienda pequeña en que se ven-
den al menudeo ciertos artículos:
CASILLA de carnes» de pulque,
etc." Entendemos que esta última
acepción ha caído o va cayendo en
desuso. No la hemos oído en parte
alguna.
En Cuba (PICH., p. 55) es una
trampa" para coger pájaros^ que lla-
man también caravana.
CASILLERO, m. "Mueble con
varios senos o divisiones, que sir-
ve para tener en él, con la conve-
niente separación, papeles, cartas,
billetes de teatro o de ferrocarril,
con los cascos de los ranchos, incluso etc." Nosotros llamamos CASILLE-
el suyo." (Astucia, t. II, cap. ATI bis.)
"CASCO DE CASA O DE LUGAR.
es el recinto en que se contiene, sin
RO a cada uno de los senos o divi-
siones, tomando la parte por el to-
los agregados o accesorios." (Dice, de do. Muy común en el comercio:
CASILLERO del arroz, del frijol,
etc., en las tiendas de menudeo.
CASMOYA, f. Planta llamada
también contí. (V.)
.CASO. ¡MIREN QUE CASO!
Méx. "Elxclamación de sorpresa del
que sufre un desengaño, o se queda
abobado." (ICAZB.. p. 91.)
"¡Vamos a que le doy medio de
Aut.)
Hond. Caja en general, según MEM-
BPvE5?0. a juzgar por el ejemplo:
casco de cajeta.
Casco de naranja se dice en Anda-
lucía, lo mismo que en Chile y en
Colombia." (TORO G.. Amer., p. 150.)
2. En Ir.s labores de montería se
llama así a la última jTinta de bue-
yes, que junto con la primera, lla-
mada swia, V las demás, fonnan el f.^la. a que si desbaratan ese j^ca-
' • Ion que le llaman en San Juan Bau-
tista teatro, a que no construyen otro.
tiro de arrastre.
— "Jala la guía. — Este es el nombre
que dan a la yunta que va primero en
el tiro, así como el de casco a la úl-
tima." (ZEXTELLA, Perico, cap. XIII.
p. 76.) — "El tiro de bueyes dio vuelta
y la Capital se queda sin ninguno,
diciendo miren qué caso, y así en las
demás cosas." (GIL y SAEXZ. El
Caporal, p. 91.) — "Como no han en-
tendido nada, se han quedado con la
sobre sí mismo, hasta que el casco jx>ca abierta, diciendo: ¡MIRA QUÉ
quedó a conveniente distancia para
poder enganchar la parte de cadena
que le correspondía." (ID., ib., p. 77.)
CASILLA, f.
Méx. "Portal o zaguán donde se po-
nen las mesas para recibir las boletas
caso:" (PENSADOR, Periquillo, pte.
2a.: sap. XV. p. 244.) — "Se quedó el
pobre gallo diciendo: ¡miren QUÉ CA-
SO!" (MORALES. Gallo Pitagórico, p.
434.) — "Nos hemos quedado con los
brazos abiertos, diciendo: ¡MIREX
de los votantes en las elecciones pri- QUÉ CASOI" (ID., ib., p. 573.)
marias. ■ (ICAZB.)
Ni e) zaguán ni el portal consti-
SER UN CASO FEO, expr.
que se dice de un caso de difícil
tuyen precisamente la CASILLA, resolución, de un conflicto, de un
smo la corporación o agrupación
políticí, de carácter transitorio, en-
cargad-i de recoger la votación de
los ciudadanos en los días de elec-
apuro.
"Antaño era muy usual entre
nuestros poetas" esta expresión, se-
ción poDular. y que suele instalar- pun Rodríguez Marín, en la Nota I
se en tales lugares. <P- 2o3) a las Poesías de Baltazar
En México tiene además otra ¡del Alcázar; pero en el sentido dis-
acepción que da el mismo autor: ' tinto de ser CASO FEO una cosa.
CASP
334 —
CAST
por mal hecha, reprobable. ¿Ha
evolucionado la frase, aun conser-
vándose en la tradicción oral?
En ambos sentidos la omite la
Academia.
CASPEJO. m. Peyorativa de cas-
pa: capa gruesa y de aspecto des-
agradable que se forma al ganado,
por efecto de la vejez o de flaque-
dad.
CASQUILLO. m. Así llamamos al
cilindro metálico del cartucho que
contiene la pólvora y la bala, en las
armas de fuego de un solo tiro.
Nos parece que cabe muy bien
esta acepción de la voz entre las
que le da el Diccionario. Se dife-
rencia muy bien el casquillo del
cartucho porque aquél es nada más
la bala, en tanto que el cartucho
una especie de casco en que encaja
envuelve la carga, pólvora y muni-
ciones, que le rellenan.
OCAMPO (p. 151). La da como
sinónima de capuchón, sin explica-
ciones. En Costa Rica (GAGINI, p.
124) es sinónimo de herradura,
acepción que el autor no ve con
malos ojos, desde luego que dice:
"No nos atrevemos redondamente
a rechazar el provincialismo, que
en suma no es otra cosa que ima
metáfora bien formada." Aplican
ese nombre también a los cañon-
citos en que se coloca la pluma de
escribir en el portaplumas. Esta
acepción es asimismo propia de por
acá.
Hond. Forro de sombrero y sustan-
cia extraída de la planta llamada la-
nilla: son las dos acepciones que da
Membrero (p. 37), ambas muy raras.
CASTAS, f. pl. Tomamos de Gar-
cía Icazbalceta lo siguiente muy im-
portante para el conocimiento de
todo hijo de la América española.
"En tiempos pasados se daba el
nombre genérico de CASTAS a las
varias mezclas de las tres razas,
blanca, india y negra, y se distin-
guían con denominaciones particu-
lares. La clasificación era bastante
complicada, y aun no alcanzaba
para la multitud de combinaciones
que resultaban de la mezcla de los
elementos primitivos, de éstos con
las mezclas, y de éstas entre sí. En
el Museo Nacional existe una pin-
tura antigua donde en cuadretes es-
tán representadas las cabezas tí-
picas de las mezclas, y al pie tie-
ne la explicación que copio en se-
guida:
Español con India. — Mestizo.
Mestizo con Española. — Castizo.
Castizo con Española. — Español.
Español con Negra. — Muíalo.
Mulato con Española. — Morisco.
Morisco con Española. — Chino.
Saltatrás con Mulata. — Lobo.
Lobo con China. — Jíbaro.
Jíbaro con Mulata. — Albarazado.
Albarazado con Negra. — Cambujo.
Cambujo con India. — Zambaigo.
Zambaigo con Loba. — Calpamulato.
Calpamulato con Cambujo. — Tente-
nelaire.
Tentenelaire con Mulata. — Noten-
tiendo.
Notentiendo con India. — Tornatrás.
"He aquí otra clasificación tomada
de las inscripciones de unos cuadretes
semejantes que existen en Michoacán:
"Modo de cómo se deben entender las
generaciones de este reino de las In-
dias:
1. Generación de español y de In-
dia, produce mestizo.
2. De español y de mestiza produ-
ce Castizo.
3. De español y de castiza produ-
ce español.
4. De español y de negra produce
mulato.
5. De español y de mulata produce
morisco.
6. De español y de morisca produce
albino.
7. De español y de albina produce
tornatrás.
8. De español y de tornatrás produ-
ce tentenelaire.
9. De indio y de negra produce
cambujo.
10. De chino cambujo, y de india
produce lobo.
11. De lobo y de india produce al-
barazado.
CAST
335
CAST
12. De albarazado y de mestiza, pro-
duce Vjarmocino.
13. De indio y de barmocino produ-
ce zambaigo.
14. De mestizo y castiza produce
chamizo.
15. De mestizo y de india produce
coyote.
16. De dicha y de indios gentiles
(sic).
'"Fuera de esas, corren o corrían
otras denominaciones, como mulato
con española, cuarterón, en vez de
morisco, etc.
"Por mi desgracia, entre tanto hijo
de su madre como estaba encerrado
en aquel sótano, no había otro blan-
co más que yo, pues todos eran in-
dios, negros, lobos, mulatos y castas".
(PENSADOR, Periquillo, t. H, cap. 7.
p. 109).
"Hoy se dice guerra de castas a la
que hacen, o se teme que hagan, los
indios contra los que no pertenecen a
su raza."
GASTAR RICA. f. Mojarra abun-
dante en nuestros arroyos y lagu-
nas, más que en ios ríos. Es cor-
ta y gruesa, de cabeza ancha y es-
camas doradas relucientes; boca
muy pequeña. Pertenece a la fami-
lia de los Escuamodermos, según
• noticia que hallamos en la Reseña
de Tab. (p. 22), por D. José N. Ro-
virosa.
2. Planta de la familia de las Ru-
biácieas que se cría en arbustos;
produce la madera del mismo nom-
bre, sumamente fuerte y en varitas
muy rectas y nudosas que se em-
plean como caña de pescar, en la
vida campesina; para hacer esta-
quTtas y otros utensilios de uso co-
mún eñ los ranchos.
"Este (Perico) tomó la talla que
consistía en un trozo de castarrica
como de seis centímetros de diámetro,
y cuarenta de largo, hundido hasta la
mitad en dirección de las fibras, y en
cuya hendidura, introdujo la tira de
cuero después de haberla untado de
sebo". (ZENTELLA, Perico, XIII, p.
73). ,
CASTIGAR, a.
Méx. "Apretar un tornillo, una cuer-
da." (ICAZB., p. 92.)
2. En el comercio tiene el sig-
nificado de rebajar o disminuir el
precio a una mercancía, por des-
mejoramiento u otra circunstancia.
La operación se hace por lo común
en balance, cargando a la partida
de "perdidas y ganancias," aquella
rebaja, o aumentando el precio a
otras mercancías de más fácil y
probable realización.
CASTILLA, f. ^'Son tantas las co-
sas que se han llamado, y que se
llaman quizá todavía de Castilla,
que Hemos creíío conveniente re-
gistrarlas bajo este epígrafe gene-
ral. Como por muchos siglos Eu-
ropa estuvo cerrada para nuestro
comercio, Castilla, es decir España,
era para nosotros el punto de pro-
cedencia de toda especie europea
de importación; y así se decía pi-
mienta de Castilla, bayeta de Cas-
tilla, ciruela de Castilla, vinagre de
Castilla, conejo de Castilla, pluma
de Castilla, paloma de Castilla."
(ARONA, p. 101.)
"Usábase aquí como en el Perú,
y por igual razón, calificar de Cas-
tilla muchas cosas de procedencia
extranjera, para distinguirlas de las
nacionales; nunca oí decir pluma,
conejo ni paloma de Castilla; en
cambio los artesanos solían llamar
así a las herramientas extranjeras:
un formón de Castilla. Todavía se
conserva ese uso en calabacitas, ro-
sa, jabón y vinagre de Castilla."
(ICAZB.. p. 92).
Con motivo de la actividad del
comercio actual, la importación eu-
ropea tan varia, y la de E. U. del
N.. han acabado con aquella deno-
minación. Es lo cierto que, como
dice Gagini en su Dice, de barb. y
prov. de Costa Rica (p. 125), "el
complemento de Castilla, agregado
a Tos artículos comerciales, no sig-
nifica que éstos provienen real-
mente de aquella tierra, sino que
CAST
— 336 —
CAST
es como a modo de título nobiliario
e indicio de buena calidad," pues
aun distinguiendo entre sí artículos
de producción nacional, como los
jabones, se usa el especifico, sola-
mente para señalar el mejor, el más
fino. Es natural que a medida que
se aTeja la época colonial, que Es-
paña ha perdido influencia en el co- j
mercio mundial y la industria se i
acrecienta en tan alto grado en to- 1
dos los países de la tierra, aquella '
denominación va desapareciendo en
la vida de los pueblos hispanoame-
ricanos. I
Era costumbre también designar
los productos indígenas o de nues-
tro suelo, con título del país»
y especialmente en Tabasco, con
los calificativos criollo, hoy casi res-
tringido al uso de la gente del cam- |
po, y de la tierra: pato oriol lo, ca-
ña criolla, pimienta de la tierra (pi-
mienta de Tabasco) o del país, así
como para distinguir al animal do-
méstico del montaraz o selvático, y
las plantas de cultivo de las sil-
vestres, se usa del adjetivo cima-
rrón (V.), en el segundo caso.
"También so usan los cocos que se
llaman de Castilla". (MERINO. Celes-
tina, p. SO). — "Este ha sido un lance
por causa de la Juana, esa mozuela
de mirar atrevido y labios de rosa de
Castllln". (ID. ib., p. 99).
Hond. :MEMBREÑ0, p. 37.
Gu.-'t. R.VTRES. p. 171.
Rtopl. BAYO, p. .51.
2. La gente vulgar o muy inida, y
más bien los indígenas, llaman así
al castellano, por contraposición a
los idiomas autóctonos o dialectos
de las Américas, que les dicen len-
guas, genéricamente, como se dice
indio al indígena: Fulano no habla
CASTILLA, sino lengua. Al que ha-
bla castilla se le llama ladino. (V.)
Ríopl. "La castilla, dicen los pue-
bleros por el idioma castellano". (BA-
YO, p. 51).
CASTILLO, m. La Academia lla-
ma a este aparato o juguete de pi-
rotecnia, muy común en nuestras
diversiones públicas y en los feste-
jos cívicos de pueblo, árbol de fue-
go, o castillo de fuego, pero no sim-
plemente castillo. Es mexicanismo.
Méx "Se presentan casos en aue
los castillos no se inflaman...." (RO-
DRÍGUEZ BELTRAN, Perfiles del te-
rruño, p. 236). — "Al través del humo
que despedían los hachones de los ven-
dedores, distinguíanse de lejos, como
sombras fantásticas, los castillos que
se levantaban erguidos en el cruce-
ro de dos calles". (GARCÍA BUBAS,
Mis recuerdos, p. 288). — "íios chicos
sueñan con los castillos". (FACUNDO,
Chucho, t. I, cap. II, p. 42). — "Salen
a gozar de nuevo del animado espec-
táculo de las luces que terminan con
los castillos y con nuevos repiques".
(ID., ib. cap. III, p. 55.) — ICAZB., p.
93
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p.
65.
CASTRA, f. Operación por me-
dio de la cual se extraen las resi-
nas, el jugo, sabia o leche .(látex)
de ciertos vegetales, como el hu-
le, el chicozapote que produce el
chicle o cicte, la trementina, etc.
Tiempo en el cual se verifica esta
, operación.
i CASTRADERO. m. Lugar donde
' abundan los árboles a propósito
para ser castrados, de hule, chico-
zapote, etc., y propicio para ello.
CASTRADOR, m. Hombre que
tiene por ocupación castrar árboles
resinosos o cuya savia se utiliza en
la" industria, especialmente el hu-
le. Llámase por esto también hule-
ro. (V.)
CASTRAR, a. Además de las
acepciones del Diccionario tiene
aquí la muy regional de extraer la
savia o resina de ciertos vegetales,
como hule y otros, por medio de
incisiones practicadas en la cor-
teza. No nos parece muy fuera
de razón esta aplicación extensiva
j del verbo, si se atiende a que cas-
trar una colmena es extraerle los
panales, que es operación análoga.
CATA
337 —
CATA
CATA. f. Diminutivo familiar y
cariñoso de Catalina y Catarina. Dí-
ceselas también Satana y Catita.
Méx. G. ICAZB., p. 94, voz Catarina.
]M1X., excavación para descubrir el
criadero metalífero.
CATALÁN, m.
Méx. "Agxiardiente catalán." (ICAZ-
BALCETA, p. 93.)
"Echó un trago de catalán, y co-
menzó a barajar." (PAYXO, Fistol, t.
I, cap. XLIII.) — "Solares destapó el
catalán con un tirabuzón de bolsa."
(FACL'XDO, Gabriel, t. I, cap. XVII.)
— "Solares dio otras dos copitas de
catalán a sus amigos." (ID., ib., t.
II, cap. I.) — "Xo escasearon, antes
de sentarse a la mesa, las copitas de
catalán con anisete." (DELGADO, La
Calandria, XVI,)
No es simplemente "alcohol", co-
mo expresa Ramos y D., sino es-
pecífico de ima clase determinada.
Tampoco es cierto que en el D. F.
digan siempre catalán pod alcohol.
CATANA, f. V. CATA.
Méx. IC.\ZB., p. 94, art. CATARI-
XA. Trae además la acepción de es-
pecie de alfanje que usan los indios,
que en el Japón llaman CATANA; de-
finida por el Dice, de Aut. y por Te-
rreros. Desconocida aquí.
Cuba. PICHARDO, p. 56. Dicen tam-
bién Catuja, "por Catalina". — fam.
"Cosa pesada, tosca, deforme."
CATAPLASMA, eom. fig. fam.
Persona pesada, torpe, inepta, en
sumo grado; demasiado lenta; zon-
zo, necio. Semejante en su signifi-
cado a lo que entienden por dundo
en Centro América. Baboso, en Mé-
xico.
ALEMANY consigna la voz en su
Diccionario con la acepción de
persona muy molesta. Es distinta
del todo la acepción tabasqueña.
BORAO (Dice, de voces aragone-
sas) da cataplasmero por zalamero,
hazañero.
¡CATAPLÚN! interj. de carácter
onomatopéyico, semejante a ¡Paf!
que da el Dice, con la cual se ex-
presa el ruido que hacen una per-
sona al caer, una cosa que se arro-
ja, especialmente al agua. Suele es-
cribirse con m ñnal.
"! Cataplum! ¿qué es eso D. Cara-
lampio, qué le pasa a D. Caralampio,
que me traigan el agua florida, que le
ha dado un parasismo." (GIL y SAEXZ,
El Caporal, p. 83.) "Apenas se había
plantado el padre en el confesonario,
; CATAPLUM! allá va Mercedes."
(FACUXDO, Chucho..., t. H, cap.
IX, p. 16S.) — "...Lo tomó por la cin-
tura y: ¡cataplum!... hasta la calle
esto es una cosa muy sencilla." (ID.,
Las Jamonas, t. I, cap. XV, p. 209.)
Hond. "Caída." (MEMBREÑO, p.
37.)
Es de uso en España, según se
ve del siguiente pasaje que cita
Toro Gisbert, en su obra Apunt.
lexicogr., p. 230: "Y ¡Cataplum!
desde una altura de lo menos cua-
renta metros el cangrejo se cayó
al suelo." (PÍO BAROJA, La Bus-
ca, p. 178). CUERVO (párr. 932) ci-
ta además, a BOTANA, en La gente
de mi tierra, I, p. 32, y refiere a
MARSH, Lectures on the english
language, II.
CATARINA, f. Nombre propio de
mujer.
Icazbalceta, que da la voz, agre-
ga: "Cuervo párr. 685) condena el
uso de CATARINA por Catalina,
que salifica de forma neta castella-
na. Por el contrario, Macías (p.
300) dice: "Catalina es una corrup-
tela española. En México y en la
América del Sur pronuncian CATA-
RINA las personas cultas, porque
leen Catharine en las obras fran-
cesas; Catharina-e o Catharine, en
las inglesas. Katharine en las ale-
manas, Catarina en las italianas,
Catharina en las portuguesas; sólo
ven escrito Catalina en las españo-
las. PivDcede del ablat. sing. del lat.
mod. Catharina, ae, voz originaría
de la gr. katharós, e, ón, puro, ní-
tidp, irreprochable." Hassey, en sus
Raíces griegas (p. 17), dice: "Ca-
tarina.... la mujer pura, siempre
limpia." Dejando el punto a la de-
22
CATA
338 —
CATE
cisión del lector, me limitaré a de
cir que llaman (ignoro con qué fun-
damento) Santa Catalina a la- de
Sena y de Ricci, y Santa Catarina
a la mártir. Hay iglesia de Santa
Catalina de Sena y parroquia de
Santa Catarina mártir."
"Cata, Catita, y Catana, son di-
minutivos de este nombre: el últi-
mo poco usado."
"A la rueda Catalina llamamos
siempre Catarina, como sustantivo."
Nosotros tenemos Catalina y Ca-
tarina, Catalino y Catarino, como
nombres propios. Cata, Catita; Ca-
to, Catito y Catano, como diminu-
tivos familiares. 1
GAGINI (p. 125) sostiene que Ca- !
talina es la forma española, "por
más que en varios lugares de Amé-
rica se esfuercen en trocar la I por
r."
CATAZUMBA. f. En estilo festi-
vo y lenguaje familiar se dice por
gran número, muchedumbre, multi-
tud de cosas o de gentes, especial-
mente si van desordenadas y en
confusión.
CATEADOR, m.
Nléx. -'Que catea casas." (ICAZB.)
Bogotá. CUERVO, núm. 947, dale la
acepción mexicana del que busca una
mina.
CATEAR, a. For. Según el Diccio-
nario este verbo es anticuado, en
la acepción de "Buscar, descubrir,"
única que da. Como dice ICAZB.
(p. 94), "no está anticuado entre
nosotros ni tiene la significación
de descubrir, sino la de "aljanar y
registrar la policía una casa en
busca de conspiradores o papeles,"
cosa que antes se ejecutaba con
deplorable frecuencia. Era el pan
de cada día oír decir al levantarse :
anoche CATEARON la casa de fu-
lano. En este sentido la trae Sal-
va como prov. de Méj. Ortúzar la
tiene por prov. de Amér. (p. 71.)"
En lenguaje forense no es "alla-
nar o registrar" exclusivamente lo
que expresa el verbo, ni el fin que
se persigue es el de "buscar cons-
piradores o papeles", ni es la poli-
cía la única que ejecuta el acto.
CATEAR es también inspeccionar
o visitar la autoridad judicial, u
otras por orden de ella, el domici-
lio de una persona, o registrar los
papeles de ésta, con el fin de des-
cubrir datos, vestigios o cualquier
otro elemento, necesarios para la
investigación de algún delito o
que constituye cuerpo de éste. No
es, pues, más que una aplicación
extensiva de la voz castiza. CUER-
VO (núm. 947) y RIVODÓ (p. 177)
tratan del verbo, el primero en la
acepción mexicana; el segundo, co-
mo cosa distinta de catar, que da
el Diccionario, pero sin que sepa-
mos en qué forma lo entiende.
"Llegaron varios hombres armados,
diciendo que querían luz, porque iban
a catear la casa, para recoger las ar-
mas y parque que debía tener allí su
papá." (COFFIN, Gral. Gutiérrez,
XIII, p. 94.)
Méx. OCAMPO, p. 151. RAMOS y D.,
p. 118.
CATEDRAL, f.
Nléx. "Es común en México supri-
mir el artículo cuando se habla de la
catedral: voy a CATEDRAL; dan las
doce en CATEDRAL." (ICAZB., p.
94; art. CATEDRAL).
"Es capaz de cargar, no sólo pa-
peles de música, sino la torre de ca-
tedral". (MORALES, Gallo, p. 310.) —
"Efectivamente, contestó Castaños, mi
reloj está con el de catedral." (FA-
CUNDO, Gentes, t. III, cap. 1).
"Vienen dos padres
de catedral".
(FIDEL, Poes. fest., p. 115.)
CATEO, m. For, Acción o efec-
to de catear: inspeccionar y regis-
trar la autoridad el domicilio de
una persona o los papeles de ésta.
Actuación judicial en que en autos
se consigna la diligencia. El cap.
II del tít. II, del lib. III de nuestro
Código de Procedimientos Penales
de Tabasco, trata: "De las visitas
CATR
— 339 —
CATR
domiciliarias y de los CÁTEOS" (p.
90), aunque no establece claramen-
te la diferencia entre una cosa y la '
otra. i
'"Sin explicar nada empezaron a ha- \
cer un minucioso cateo en todas las
casas de la finca, como si buscaran a
alguno. Terminado aquel cateo, uno ;
de los recién llegados ordenó a las i
atribuladas mujeres que sacaran de
las casas lo que pudieran, pues inme-
diatamente iban a incendiarlas por or- i
den del gobierno." (COFFIX, Gral.
Gutiérrez, Xyil, p. 123).
Méx. ICAZB., p. 94. — OCAMPO, p.
151.
Hond. MEMBR., p. 37: en la acep. '
mex.
CATRE. CATRE DE VIENTO.
Así llamamos sin excepción al que
la ACAD. define por catre de ti-
jera. Ignoramos de donde proven- '
ga tan original manera de designar
este mueble, si de que haga viento
por virtud de cerrarse a modo de
fuelle, o de su ligereza y poco pe-
so. De todos modos es ingeniosa la
metáfora.
CATREDAL. f. "Forma anticua-
da o metátesis de Catedral, que el '
%'ulgo retiene todavía y es ya un
barbarismo". (ICAZB., p. 94). Pero
tan reprobable, que no cabe ya en-
tre los provincialismos de ningún
pueblo que hable castellano; estan-
do relegado solamente para quie-
nes son tan incultos que no cono-
cen ni la o por lo redondo. Es ra-
ro, entre nuestro pueblo, mucho
más que en los habitantes del in- '
terior (México. Guanajuato, parte
de Jalisco, etc.) y el Distrito Fe-
deral, entre quienes son formas co-
rrientes redotar por derrotar; mun-
cho por mucho y mil disparates más
tan groseros como éstos, que jamás
se oj'en en el habla provincial de '
Tabasco. De toda suerte, haremos '
formas distintas e ideológicas en ,
el español ; pero le profanamos me- 1
nos, mucho menos que nuestros '
conciudadanos de otros Estados.
Méx. R.rV3IOS y DUARTE, p. 118. I
Bogotá. CUERVO, páxr. 793.
Ecuador. CEVALLOS, p. 47, apud-
Icazbalceta,
Guat. BATRES, p. 169.
CATR ERO, RA. adj. Relativo al
catre o correspondiente a este mue-
ble: formado al estilo de camero
que da el Diccionario.
"ídem (colchas) catreras." (Colec-
ción de Decretos de Tabasco, p. 61.)
Méx. OCAMPO, p. 152.
CATRÍN, NA. m. y f. "Petimetre,
lechugino, elegante. Esta palabra
se va anticuando, y sólo se conser-
va entre al gente del pueblo, como
apodo injurioso j" despectivo, que
aplica a la que no usa el traje de
ella, motejándola de ociosa e inser-
vible, cuando no de mal entreteni-
da. Y aun para esto usan más de
la palabra roto." (ICAZB. p. 95). Es
así: peripuesto, elegante, pulcro en
el vestido, significa de ordinario;
sólo por excepción úsale el pueblo
en forma despectiva, para lo cual
se sirve siempre de roto. No se an-
ticúa la voz todavía. El Pensador
Mexicano escribió una novela titu-
lada Don Catrín de la Fachenda, en
que, como es natural, abundan los
usos y empleos de la palabra.
"Xo hay catrín.... que no tenga su
Clori o su Filis". (MORALES, Gallo
p. 5). — "Prométame Ud. que escucha-
rá lo que yo le diga, que se dejará de
andar con catrines, y yo lo compondré
todo." (PAYXO, Fistol, t. I, cap. EX).
— "Yo no soy ese catrín que tanto le
fascina." (Astucia, t. I, cap. EX). —
"¡Ya se la llevan a la sacristana; que
se va la sacristana, se la roban los
catrines." (FACETXDO, Pollos, t. I.
'■ap. IX). — "Xo así Gabriel todo
ie está Si un día se vistiera de
catrín, ya verías..." (DEL,GADO. La
Calandria, X. p. 89.) — "En tanto Ga-
Ijriel. de pie en la puerta, enamora-
do como nunca y loco de celos, mi-
raba al catrín rendido ante la huér-
fana, y a ésa sonriente v feliz." (ID.,
ib., ^X^1l. p. 162.) — "Pero el maldito
acólito decía y repetía que el catrín
abrazó a la huérfana." (ID., Ib., XXI.
p. 192.) — "Cuando se viste de catrina
y que se va por ai, al tiatro o a cenar
con los rotos esos del ciú, la ves más
alta ¡palabra!, como si creciera un je-
CATE
340 —
CEBA
me de los míos." (GAMBOA, Santa,
V, p. 154). — "De todos modos el Pa-
rían era' el emporio del buen tono,
el sueño dorado de las famosas enton-
ces cotorronas, y el bello ideal de las
currutacas o catrinas, que así se 11a--
maba a las polluelas de la época."
(PRIETO, Memorias, 28-40; cap. I, p;
35.) — "Mil polvaredas blancas se al-
zaban en las cercanías del correde-
ro; grupos de montados que llegaban,
catrincillos de San Francisquito."
(AZUELA. Mala Yerba, XV, p. 113).
"Si quisiereis prosperar,
Catrincitos en la vida.
Sacudid a los de abajo
Y adulad a los de arriba."
(G. CUBAS, Recuerdos, p. 171.)
"Mira esa criada de no malos bigo-
tes que se acerca con su falda de cas-
tor floreado y el rebozo terciado al
hombro con cierta gracia, caracteres
todos que corresponden al género gar-
banzo que más de un catrín quisiera
ver en su olla." (ID., ib., p. 226.)
Méx. RAMOS y D., p. 118. OCAM-
PO, p. 152. — C. Amér., SALAZAR
GARCÍA, p. 65. — Hond. MEMBREÑO,
p. 38: dice que es término del francés.
2. Úsase también como adjetivo,
en sentido traslaticio, expresando
la cualidad de elegancia y pulcri-
tud en el vestir.
CATRINERÍA, f.
Méx. "Calidad de catrín,
junto de ellos." (ICAZB., p
CAYUCO, m. Por fin, después de \
trece ediciones ^del Dice, durante
largo de un siglo, vino a saber la
Acad. que el cayuco es embarcación \
usual de toda la América hispana i
y no solamente de Venez., com-o lo
venía diciendo hasta antes de la ;
edición actual (14a.), con tan vitu- 1
perable ignorancia. ¡ Aun sigue ig- 1
norando los nombres de muchísi-
mas cosas del Nuevo Mundo; pero i
es de esperarse que así vaya recti- j
ficando errores, siquiera cada si- !
glo! I
CAZADOR DE CONEJOS. En elj
juego del monte llaman así los ju- ¡
gadores al que espía la puerta pa- \
ra jugar.
"Otros, como los cazadores de cone-
jos sólo ponían de su parte, el i
atrevimiento, atisbando la baraja
para jugar sólo en el caso en que sus
y el con-
95.)
ojos de lince pudieran descubrir Ja
puerta." (GARCÍA CUBAS, Recuer-
dos, p. 354.)
CAZÓN, m,
Méx. "Según el Diccionai-io, es el
pez de que se saca la lija. Terre-
ros añade que es también el tibu-
rón pequeño. Respecto a Cuba, con-
firma esto Pichardo (p. 83), y lo
mismo en Veracruz." (ICAZBAL-
CETA, p. 95). No se conoce en Ta-
basco otro pez que el tiburón pe-
queño con el nombre dé CAZÓN.
CEBA. f. Jamás otro que no sea
un erudito dejará de llamar así a
la "Porción de materia explosiva
que se coloca en determinados pun-
tos de las armas de fuego. . . . para
producir, al inflamarse, la explosión
de la carga", y a la cual el Diccio-
nario llama CEBO, en acep. fig.
Icazbalceta dice (p. 95) que es
"la pólvora que se pone en la ca-
zoleta de las armas de fuego lla-
madas de chispa." No se pone en la
cazoleta, sino en la chimenea; y no
en las armas de chispa, que ya no
se usan, sino en las de pistón.
Es constante este uso en toda la
América española, según lo confir-
man los diccionaristas Cuervo(párrs
217, 650), Membreño (p. 38), Rivo-
dó (p. 239), Gagini (p. 127), Sala-
zar García (p. 65) y Picón Pebres
(p. 79). El último hace la rectifica-
ción de que "éstas (las armas) no
pueden ser sino de las antiguas ya
arrumbadas, que se llamaron de
piedra y cazoleta." Aun hoy se lla-
ma así en las escopetas de carga
por la boca y que llevan cápsula pa-
ra producir el disparo, a la porción
de pólvora de la chimenea que co-
munica el fuego.
CEBADILLA, f. Dos clases de es-
ta planta describe el Dice: una es-
pecie de cebada y la otra del géne-
ro del váratro, cuyo polvo se usa
como estornutatorio y para matar
insectos, que tal vez sea el vera-
CEIB - 341 - CEBA
trum frigidum, CH. et SEHL., que tiene también el significado que
describe el Dr. Urbina en el Cat. como mexicanismo le asigna Icaz-
de plantas Mexicanas, p. 357. Nin- balceta (p. 95), "Añadir cualquiera
gima de éstas se usa, actualmente materia a otra semejante, para ob-
por lo menos, en Tabasco. Allá se tener el objeto que se desea",
conoce por CEBADILLA un polvo En Cuba (PICHARDO, p. 57) es
de tabaco fuerte que se usa como sinónimo de nuestro repastar (V),
insecticida para matar el gusano a y en Sur América (BAYO, p. 52;
los ganados. Sin duda por esta pro- GRANADA, p. 350, y p. 276, art. Ma-
piedad, análoga a la de la planta, te) tiene la acepción privincial
se la ha dado el mismo nombre, muy común de alimentar la bebida
Hoy Se usa mucho ya también el del mate, poniéndole yerba, en la
matagusanos o ungüento cresílico, frase cebar mate,
de invención e importación amerl- CEBRUNO, NA. adj. "La Acad.
canas. ' registra cebruno y cerbuno; pero
El vaquero lleva siempre consigo, tratándose del caballo o yegua que
atado a las bolinas de la silla, el tiene la piel de color semejante a
chifle de cuerno en que carga la la del ciervo, debe ser cervuno, y
CEBADILLA, para curar gusaneras, no cebruno, que es derivado de ce-
principalmente de los becerros, que bra". (RAMOS y D., p. 119). Con-
son los más propicios a contraer- venido hasta aquí que es un dispa-
las en el ombligo, recién nacidos. rate atroz, por más que lo regis-
" — Bueno: anda tú. Llévate una bo- tre el Dice; que cebruno sea sinó-
o^" ' ,"?x'o'¿\^5 ^f J dÍ;';^^' p.'" f} ^o5" nimo de cervuno, en la 2a. acep-
so . Í&ANCHEZ iLlRMOL, Antón Pé- - - ■, , , ,
rez, XX, p. 208). <^ion de esta voz, esto es, de color
Terreros dice que llaman así a del ciento, no lo negaremos, aun-
toda especie de polvos que sii-ven que hay alguna diferencia entre el
para estornudar. color de la cebra y el del ciervo!
CEBADO, DA. adj. El Dice, no da Pero que en Tabasco se diga CE-
a esta voz, como adjetivo, más que BORUNO por cebruno, como regía-
la acepción de Blas. "El que lleva tra el autor cuyo texto transcribí-
cordero u otra presa en la boca", mos, no es cosa que podamos co-
Para los rancheros, esta voz expre- rroborar.
sa la condición del ganado cuando Terreros incurre también en el
au« no se le ha formado gordura, error lexicogi-áfico al registrar cer-
grasa, sino que está solamente me- buno.
tido en carnes — como ellos dicen,— CÉDULA, f. V. BOLETA,
esto es, que han desaparecido los CEGATÓN, NA. adj.
signos de la flaquedad, pero prin- Méx. -Cegato; corto de vista". ICAZ-
cipia apenas a engordar. Esto tie- balceta. p. 96). — RAMOS- y D.,
ne lugar cuando el ganado no ha P* ^^^^'
tenido tiempo necesario para estar ^^•^^%^'^^^^%,^^^J^''^f^
verdaderamente repastado. ¿ice que falta en el Diccionario.— C.
CEBAR, a. Consecuentemente con América, SALAZAR GARCLV, p. 65.—*
la índole de nuestro adj. cebado, Bogotá, CLT]RYO, p. 843.
CEBAR es dar alimento a un ani- CEIBA, f. Esta es la forma asig-
mal, hasta que deja de estar flaco nada por el Diccionario. Nosotros
y cría carnes, pero sin entrar en indistintamente decimos la ceiba s
el estado de graseza. En general, el ceibo.
CEJA
— 342 —
CELE
CEJA. f. úsase en la frase una
CEJA de monte, que es "el mismo
monte comprendido entre dos lim-
pios, o dos sabanas". (R. de San
Beí-nardo, apud. Maclas, p. 313).
Salva define: "La faja de un bos-
que que no se corta, y sirve de ve-
reda". "Arco de bosque que corta
un camino", djce Bayo, p. 53.
Faja de monte, monda y lironda,
es para nosotros; tenga camino o
deje de tenerle. Lo que no enten-
demos es cómo el bosque pueda
servir de vereda!
CEJADOR, TÍA. adj. Espantadizo,
asustadizo: dícese de las caballe-
rías, -f";
En Centro América dicen cejista,
cejisto, sombrista. (SAL AZAR
GARCfA, p. 66) V. BARRERSE,
PAJARERO.
CEJAR, n. Espantarse la caballe-
ría, haciéndose repentina y brusca-
mente a un lado del camino: ba-
rrerse. V.
CELAR, n. Hablándose de em-
barcaciones pequeñas, como el ca-
yuco, balancearse, moverse mucho
o con suma facilidad a uno y otro
lado.
CÉLEBRE, adj. fam. Chistoso,
íestivo, jocoso, oportuno y ocurren-
te: el que se ha hecho famoso y
goza de reputación por su vena de
gracia y simpatía. Aplícase a per-
sonas, dichos o hechos. La Acad.
así lo entendió también, hasta su
lia. edición, y no fue sino de en-
tonces acá que le redujo a sinóni-
mo de de famoso, siendo que ahora
mismo, igual que siempre, es usado
en la acepción que aquí damos. Cuer-
vo testifica esto (párr. 702), cuan-
do asegura además que la Acad. ha
ido reconociendo la legitimidad de
muchas voces del lenguaje provin-
cial", y es de creer que a medida
que el Diccionario vaya completán-
dose, los disparates americanos irán
disminuyendo". Pero al propio tiem-
po— agrega el autoi' — el mismo Dic-
i cionario es fuente de disparates.
Venez. "Bonito, precioso, lleno de
gracia y simpatía". (PICÓN FEBRES.
: p. 79).
I CELEBRIDAD, f. Persona de gran
notoriedad o celebridad. Por más
que sea galicismo puro, como no-
tabilidad y nulidad, es tanto o más
usado que éstos, como expresión
^ superlativa de haber alcanzado la
' mayor gloria posible en las bellas
artes o le'tras especialmente. La
Academia que ha autorizado las dos
que llevamos citadas, no registra
ésta. Barait ha criticado tal com-
placencia del Diccionario, porque
aun la misma Academia francesa
no reconoce tales voces. Ortúzar
(pp. 76 y 232) copia a Barait.
El P. Mir, en opulenta prosa y
i verba florida, condena inexorable-
: mente el galicado CELEBRIDAD,
en su monumental obra Hispanismo
y barbarismo.
\ CÉLELE, m. (Del mexicano cello
: O celtic, fresno verde, tierno; nuevo,
I agradable. SIMEÓN). Variedad del
I bitze o biche, que produce un fru-
I to más grande y mejor que el de
I éste, porque es más 'dulce; tiene
I una envoltura que reviste la almen-
; dra o semilla, mucho más gruesa y
I jugosa, afelpada, semejante a la del
I cojinicun o jinícuil. El nombre es
¡ aplicación figurada, como aztequis-
j mo, pues en verdad el fruto es
I fresco y agradable, de cascara ver-
■ de amarillenta y tiene aspecto de
tierno. Algunos creen que es el mis-
mo bitze. Llámase también vulgar-
mente chelele.
En Centro América usan mucho
del adjetivo cele (GAGINI, p. 129)
o celeque (MEMBREÑO, p. 38), por
"verde, tierno; finito que no está
en sazón", cuya etimología, FER-
NANDEZ FERRAZ (p. 25) en su
CELO
— 343 —
CEMP
afán anatómico, estudia así: "celic
o celtic — . . . De cena — hacer frío,
helar, que a su vez viene de cetl —
hielo.... — ^iliuiz — inconsiderada-
mente, sin reflexión". El mismo au-
tor agrega que "CELEQUE se usa
más para expresar ternura, suavi-
dad", es decir, en el sentido mo-
i-al; ya propósito expresa: "El
Profesor Brinton, de Filadelfia, en
Güegüense, cita un cantar de Nica-
ragua, que se nos ha dicho fue com-
puesto por la poetiza Guatemalteca
Pepa Granados, que dice:
"Casabuyano, mi amor
está por ti payancado:
no seas pipinte, mi bien;
sé CELEQUE, dueño amado".
CELOSO, SA. adj. Dícese de la
embarcación pequeña, especialmen-
te del cajTjco. que sé balancea mu-
cho y con suma facilidad. Dícese
también balanceóse. (V.)
"El remero, en atención a que el
bote era celoso, nos recomendó la ma-
yor tranquilidad". (GARCÍA CUBAS,
Recuerdos, p. 609). (1)
Es castellana la voz; la trae Te-
rreros: "la embarcación que fácil-
mente se vuelve a im lado y otro",
CELUTE. adj. Verdiondo; no bien
maduro, con relación a las frutas.
Término usado en La Chontalpa.
Por la Sierra dicen juco o shuco,
nombre que también conviene a un
tubérculo, especie de macalillo, co-
mestible a modo de legumbre.
Ambas denominaciones descono-
cidas en la región de Los Ríos.
CEMENTERIO, m. "Sitio descu-
bierto, fuera del templo, destinado
a enterrar cadáveres". Esto es ape-
garse a la tradición con criterio en-
teramente rutinario, desconociendo
la evolución del lenguaje. Antes se-
ría así, o tal vez losea aún en Es-
paña. Por la América toda el ce-
menterio, panteón o camposanto es,
simple y sencillamente, el sitio des-
— (1)
mucho'
"Que es sensible y so mueve
. explica el autor.
tinado para sepultar cadáveres, ge-
neralmente fuera de las poblacio-
nes. Nada tienen que ver ya con los
templos desde que por virtud de la
separación de la Iglesia del Esta-
do, el clero no interviene en la de-
función como acto civil de la vida
humana, en los países latino-ame-
ricanos. Definir así el cementerio
es lo mismo que entender por Pon-
tífice lo que en un principio expre-
só la palabra etimológicamente:
"el que hace puentes".
CEMPOAL. m. (Tagetes eratas,
L.) Contracción del aztequismo
cempasúchil (Méx. "cempoal-xó-
chitl: cempoalli, veinte; xochitl,
flor) : "Veinte flores", aludiendo a
las muchas flores que da cada plan-
ta, porque "veinte" era entre los
mexicanos número ponderativo o
hiperbólico, como entre nosotros lo
es "mil". (RÓBELO, Diccionario de
Aztequismos, p. 439).
"Planta de la familia de las si-
nantérias, cuyas flores, muy amari-
llas, se usan en la medicina vulgar
como estomacales, febrífugas y an-
tihelmínticas.— Esta flor transpor-
tada a Europa, es conocida en ella
con el nombre de clavel de Indias.
Es comunísima en México, donde
también se llama flor de los muer-
tos, porque con ella cubren las tum-
bas. Tiene muchas variedades que
se diferencian en el tamaño, en el
número y en la figura de los péta-
los". (ID., ib.)
Sahagún alude a esta flor en el
siguiente pasaje, que cita Róbelo
en una nota: "Estas flores que se
llaman cempoalzúchitl, son amarillas
y de buen olor, anchas y hermosas,
que ellas se nacen, y otras que las
siembran en los huertos; son de
dos maneras: unas que llaman
hembras cempoalxúchitl, y son
grandes y hermosas, y otras que
hay Se llaman macho, cempoalxú-
CENA
— 344 —
CENT
chitl, no son tan hermosas ni tan
grandes". (Historia General de las
cosas de Nueva España, Libro on-
ceno, cap. VII, párr. VIII, t. IV, p.
150). Si bien, como observa el pro-
pio aztequista, "por la escritura
del nombre mexicano no se advier-
te la diferencia del nombre, pues
es el mismo".
RAMOS y DUARTE, p. 119.
CENA DE NEGROS,
Méx. "Confusión, desorden, riña.
Hablando de cualquier reunión que
acabó en desorden, decimos se volvió
CENA DE NEGROS. El Diccionario
dice: Boda de negros y merienda de
negros". (ICAZBALCETA).
"Cena de negros
Tornareis vos
La sacrosanta
Federación".
(Don Simplicio, Sep. 30 (1846).
"Y aquello es cena de negros,
¿Y quién la culpa tendrá?"
ID., abril 7, 1847).
CENADA, f.
Cuba. "CENATA. Cena rumbosa,
concurrida, dilatada y con otros acce-
sorios alicientes". (PICHARDO, p.
58). Esta es la mejor expresión de
nuestra CENADA.
Méx. ICAZBALCETA, p. 96.
"En las diligencias del empeño y de
la cenada se me fué el tiempo sin ad-
vtrtirlo". (PENSADOR, Periquillo, t.
IV, cap. 8).
Bogotá. CCERVO, párr. 861, "cenata,
cena comúnmente copiosa y alegre".
CENCERRO, m. flg. Majadería,
llanto pertinaz y fastidioso. Dícese
especialmente de los niños lloro-
nes.
Venez. "Tormento, ancheta, canta-
leta, majadería constante. Tú no tie-
nes idea del alboroto y ruidajón, de
la espantosa gritería, del cencerro de
esos muchachos desde por la maña-
na hasta la tarde". (PICÓN PEBRES,
CENEFA, f. V. ARANDELA.
CENIZO, m. La Academia descri-
be una planta de este nombre que
no es ni con mucho la de los bos-
ques de Tabasco. Aquélla es un ar-
busto de seis a ocho decímetros de
altura; la nuestra es un árbol cor-
pulento, de hojas grandes, ovala-
das, y de madera resistente.
CENOTE, m. (Del maya Conoot).
"Depósito de agua que se halla en
México y otras partes de América,
generalmente a gran profundidad
de la tierra, en el centro de una
caverna". La voz es natural de Yu-
catán, en donde son peculiares los
cenotes; de allí ha pasado a Ta-
basco, para designar, por analogía,
depósitos o charcos de agua, aun-
que superficiales, pero permanentes
por lo común.
CENTAVO, m. Los académicos-
que tan pocas cosas de América
conocen, y tan mal conocidas tie-
nen esas pocas, no sabían hasta úl-
timamente que existía por acá esa
moneda común y corriente, como
el céntimo español, pero nunca
"imaginaria". Es la moneda de co-
bre que vale la centésima parte de
un peso. Por extensión, aunque im-
propiamente, se llama asi también
a las monedas de cobre por valor
de dos centavos y a las de bronce
por valor de cinco, a las cuales el
pueblo da los nombres, respectiva-
mente, de centavos de a dos y cen-
tavos de a cinco. Esta errónea de-
signación extensiva tiene por ori-
gen la similitud en inferioridad de
los metales, pues a todas las de-
más monedas, de níquel, plata u
oro, nunca se da tal nombre: a las
monedas de níquel, de a cinco cen-
tavos suele llamárselas níqueles
solamente, lo cual se explica por-
que no hay monedas de otro valor
hechas de este metal. Así también
al centavo se llama vulgarmente
cobre,
Méx. ICAZBALCETA, p. 97. — SO-
MOANO, pp. 71, 93.
Venez. RIVODÓ, p. 150. — PICÓN PE-
BRES, p. 79: "centavo negro; centavo
monaguero, por haberse introducido-
bajo el gobierno del Pte. Monatras. y
cobre".
Ríopl. BAYO, p. 53.
CENT
— 345 —
CENZ
CENTRIFUGA, f. |
Méx. "En las fábricas de azúcar se
da este nombre al aparato que por
medio de la fuerza centrífuga separa ,
en breve tiempo la miel y la azúcar
cristalizada". (ICAZBALCETA, p. 97).
2. También a esta misma azúcar
cristalizada se le llama así; común- 1
mente no se la conoce en el co- '
mercio con otro nombre.
CENTRO, m.
Méx. "Pantalón y cijaleco, o éste so-
lamente. Frac negro y CENTRO blan-
co". (ICAZBALCETA, p. 97).
En el vestido de las mujeres, fo-
rro que se pone para darle cuerpo
a la tela exterior, o cuando ésta es
transparente para lucirla como
adorno sobre el fondo de color.
"En el Ecuador se emplea esta voz
para designar el zagalejo interior de
bayeta, y también una especie de sa-
ya de la misma tela o de paño".
(Mems. de la Academia Ecuatoriana,
t. I, p. ftó: apud Icazbalceta). — En
Honduras "chaleco" (MEMBRESO, p.
38); lo mismo en Buenos Aires (SEI-
JAS, p. 57, apud Icazbalceta). — En Cu-
ba "Pantalón, camisa y chaleco" y
también "la saya o saj-uela de raso ii
otra tela que haíra fondo de color ra-
ro que se trasluzca por el túnico o
traje de punto o género claro que se
le sobrepone..." (PICHARDO, p. 58);
"pantalón y chaleco de un color".
(MACÍAS, p. 316). — Significa además
en Cuba "el asiento, o lugar en que
están situadas las fábricas en los ha-
tos o corrales". (BARREIRO. apud
Maclas, p. 316); PICHARDO, p. 16. -En
Ríoplata es "Ranchería en medio de
la selva amazónica". (BAYO, p. 53).
2. Sociedad, reimión, asociación;
conjunto de personas que se reú-
nen con determinado objeto común.
"En la casa número 9 de la calle
de la Acequia hay un centro espirita.
— Debe decirse um sociedad espirita".
(r;A>fOS y DUARTE, p. 119).
CENTROAMERICANO, NA. adj. '
Cuba. "Sign. fund. Xatural de algu- 1
i.a de las cinco repúblicas de la Amé-
rica Central. — Sign. rnet. l>o relativo,
o perteneciente a Centro América, o I
a sus habitantes". (MACÍAS, p. 316). |
Hond. MEMBREÑO, p. 39. — TORO i
BISBET, Dice. Lar. i
CENZONTLE. (Del mex. cent-
zontiatolli, pájaro que canta mu-
cho. MOL. De centzontli, cuatro-
cientos, y tlatolli voz, lengua, pa-
labi'a. Mimus polyglottas, Bp.) m.
Ave canora. "Encerrado en jaulas
canta suavísimamente, y no hay
ave o animal cuya voz no imite con
perfección. ¿Qué más? Excede con
mucho al ruiseñor tan alabado de
los antiguos". (HERN., Hist. anim.,
trat. II, cap. 30, apud Icazbalceta,
p. 97). Por lo demás, a nadie que
no sea la gente muy vulgar se le
ha ocurrido, después del Dicciona-
rio de la Academia, al cual han se-
guido lamentablemente diccionaris-
tas cubanos y casi todos los otros,
llamar sinsonte a esta ave murmu-
radora, cuya gracia principal radi-
ca en imitar a todo el mundo.
Los mexicanos usamos la verda-
dera palabra, como aztequismo, de
acuerdo con la etimología expues-
ta, que es la que dan Icazbalceta.
Róbelo (Dice, de Aztequismos, p.
186) y Fernández Ferraz (p. 26). Lo
mismo se dice en Centro América,
según Membreño (p. 39) y el mis-
mo Ferraz.
La Academia dice "Del mejicano
sentzontli, cuatrocientos, suple cán-
ticos". Los tres etimoiogistas cita-
dos dan como segunda componente
de la voz la palabra nahoa trato i I i,
palabra (de tíatoa — hablar, cantar,
gorgear, dice Ferraz). La misma
denominación en mexicano es cent-
zontlatolli, como lo atestigua el
mismo P. Sahagún, cuando dice:
"Hay una avecita en esta tierra que
se llama centzontlatolli. . . ." Igual-
mente la llamó D. Gabriel de Ro-
jas, Corregidor de Cholula en Í581,
describiendo la fauna de esta ciu-
dad (apud Róbelo, ibid., p. 189).
Centzontli consígnase en el Diccio-
nario Universal de Historia y Geo-
grafía, editado por Orozco y Berra.
CEPA
^ 346 —
CERO
CEPA. f. Según el Diccionario es
la parte del tronco de la planta que
está dentro de la tierra y a la cual
se unen las raíces. Hemos, pues,
hecho un trueque, y llamamos así
también al conjunto de vastagos o
plantas que tienen un tronco o raíz
común pero que eslán fuera de tie-
rra. Dícese asimismo surco. (V.)
"Una prole de diversos tamaños se
alza formando la cepa, en el lugar que
se sembró un sólo vastago, de mane-
ra que, después del primer año en que
se cortarán dos racimos, la fructifi-
cación se multiplicará y se cogerán
cuatro, seis y más racimos de cada
cepa". (CORREA, Reseña de Tabasco,
cap. XX, El Plátano, p. 101). — "En las
regiones dedicadas al cultivo del Rea-
tan consideran una cepa o áur-
eo en buenas condiciones para dar
bellos productos, cuando consta de
cuatro plantas". (MARTÍNEZ CH., El
plátano reatan Tabasco, pp. 18-19).
La palabra se repite numerosas veces
con' esta misma significación.
Hond. MEMBREñO, p. 39.
CEPILLAR, a. Adular, lisonjear,
en sentido metafórico "altamente
significativo", como dice GAGINI
(p. 131). Dícese también sobar.
(V.)
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 66.
CEPILLO, adj. Adulón, lisonjero.
Dícese también vulgarmente sobón,
(V.)
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 119:
dice que es provincialismo de Cam-
peche. • •
C. Ámér. SALAZAR GARCÍA, p. 66.
CEPO. CEPO DE CAMPA5?A. m.
"Género de suplicio que consiste en
oprimir a un hombre mediante un
fusil y el correaje del soldado. Sen-
tado, juntas y amarradas las muñecas,
pasados así los brazos por sobre las
rodillas, métese un fusil por entre
ellas y las corvas, dejando en este es-
tado al paciente, que si lo han atado
reciamente, acaba por desmayarse".
(GRANADA, p. 152).
Creo que aun se usa entre la tro-
pa, aun cuando Icazbalceta (p. 97),
citando también a Granada, diga
que: "En otro tiempo se usó en
México".
"Lo pusieron en cepo de campa-
ña con dos fusiles". (Astucia, t. I,
cap. 3).
Hond. MEMBREÑO, p. 39. "Esta
tortura se llama en otras partes de
América cepo colombiano". Granada
define éste, como distinto del cepo de
campaña.
CERCA, f. La Academia sólo da
a esta voz la acepción de vallado;
cerco significa "lo que ciñe o ro-
dea". Nosotros usamos indistinta-
mente de ambas voces para desig-
nar la misma cosa "vallado", y só-
lo establecemos la diferencia con
seto, que es la cerca muy tupida y
generalmente formada por palos
hechos rajas, entretejiendo éstas
horizontal y verticalmente.
Tenemos también la CERCA de
nacer, que es la que se hace de pa-
drones o estacas de vegetales que
¡ prenden y se propagan, como el
macuilís, el cocohíte, el apampo o
zapote de agua, etc., y que se lla-
man también por esto palos de na-
cer, en el lenguaje rústico.
La cerca formada por palos o
latas tendidas horizontalmente y
sostenidas de trecho en trecho por
soportes verticales, postes o mozos,
se llama vulgarmente trinchera.
(V.)
Tienen estas denominaciones cier-
ta semejanza con las que se usan
en Cuba, segiin PICHARDO, (p.
58) : "Se distingue esta clase de va-
llado.'* por su forma con el nombre
de cerca de pie o común; cerca
echada o de lienzos, y alemana: la
primera se hace con palos enterra-
dos de punta a manera de estaca-
da: la segunda con palos horizon-
tales (latas) tendidos y asegurados
de trecho en trecho en otros verti-
cales (estantes), cuyos espacios
son los lienzos, y Fa alemana en la
misma forma, con la diferencia que
los lienzos no van en línea recta.
CERO
— 347 —
CERI
sino en ángulos entrantes y salien-
tes, a modo de zigzag, que tam-
bién dicen mayetado. Por su mate-
ria son de pina de ratón o de pi-
ñón, o de pina y piñón mezclados,
o de maguey, tuna, bayoneta, jobo
u otros vegetales semejantes, que
prenden y se propagan haciendo la
cerca más fuerte".
Ríopl. GRANADA, p. 152.
CERCAR, a. Cerrar en derredor
la cama, asegurando la orilla de la
falda del pabellón debajo del peta-
te o el colchón. Es una forma fi-
gurada del significado fundamental
de esta palabra; muy usado en el
lenguaje familiar y campesino.
CERCENAR, a. "Cortar las ex-
tremidades de alguna cosa. Dismi-
nuir o acortar". A menudo usamos
de este verbo, no en esta acepción,
sino en la de aciúbillar "hacer mu-
chas heridas en el cuerpo", y así
decimos lo cercenaron a balazos,
en vez de lo acribillaron. La etimo-
logía de' la voz es cercén, lat. circi-
nus, círculo, de donde cercenar, re-
ducir una cosa a la forma de círcu-
lo, cortándole las extremidades. De
aquí la impropiedad del trueque,
toaa vez que abrir muchas heri-
das no es quitar al cuerpo parte al-
guna sino agujerearle en forma de
criba: acribillar.
CEREQUE. (Dasyprocta puncta-
ta, Gray.) m. Roedor muy común
en Tabasco, del cual dice el sabio
naturalista Rovirosa: "Estos dos roe-
dores (el CEREQUE y el tepezcuin-
te) son objeto de una tenaz perse-
cución, así porque proporcionan una
de las carnes más delicadas, como
para evitar los ataques constantes
del último a los frutos del cacao
cercanos a las raíces del árbol.
Cuando se ven perseguidos por los
perros se refugian en los huecos de
los troncos viejos o en las cuevas
de los armados, de donde les des-
aloja uno de los cazadores por me-
dio de himiaredas, en tanto que otro
espera el momento de la fuga pa-
ra darles muerte con un machete,
especie de alfanje muy pesado y
cortante. Ambas especies se do-
mestican fácilmente''. (ROVIROSA,
Apuntes de Zoología, pp. 22-3). Se
conoce también con los nombres de
guaqueque y uco. (V.)
CERILLERA, f. Cajilla de bolsi-
llo en que se llevan las cerillas. Es
mexicanismo. ICAZBALCETA, p.
97. El Diccionario de la Sociedad
Literaria, registra esta voz con la
acepción de "La especie de garru-
chuela manual en que está arrolla-
da la cerilla", entendiéndose por
ésta lUia especie de vela. TORO
GISBERT (Dice. Lar.) da también
cerillero, "Pr. And. Caja para guar-
dar los fósforos o cerillos".
CERILLO, m. Cerilla; 2a. acep-
ción.
Mexicanismo.
"Velilla muy pequeña que tiene en
uno o en ambos extremos un mixto
cuyo principal ingrediente es el fós-
foro, y que se inflama al pasarla so-
bre un cuerpo áspero. CERILLO de
seguridad es el que solamente se in-
flama pasándole por la superficie ás-
pera que se halla en las cajillas que
le contienen. Nuestro cerillo se llama
en España cerilla, mas no se encuen-
tra esta acepción en el Diccionario.
(1). Le corresponde la última de fós-
foro: acá llamamos así a la pajuela
de madera o cartón (muy poco usa-
da ya) dispuesta de igual manera y
para el mismo fln, reservando el nom-
bre de cerillo a la pajuela de cera ©
de estearina". ICAZBALCETA, pp. 97-
8.)
"La recién venida sacó cerillos, y
ofreció la lumbre a la mamá". (FA-
CUNDO. Baile y Cochino cap. V.) —
"Cigarros, cerillos, tranvías y dinero
de bolsillo". (ED., Marlditos, cap. VI).
— "Sacaron un cerillo". (ID., Ib. cap.
IX). — Y no permite que L'd. reciba
f-i cerillo, ni encienda primero". — (ID.,
(1) Alude el autor a ediciones ante-
riores. Hoy se encuentra ya en él.
CERN
— 348
. . CENO
El trabajo y la pereza, p. 263). — "Una
vez que da órdenes al criado que se
detenía a las puertas de la casuca,
enciende un cerillo y prende la vela".
(AZUELA. Mala Yerba, XXII, p. 160).
"No apague u.sted el cerillo,
que alcanza para un sudario
A las ánimas".
(FIDEL. Musa Callejera, Las Veci-
nas, p. 178).
"Encendió un puro en un cerillo, y
se sentó en la puerta que daba al
jardín". (PAYNO. Fistol, t. II. cap.
IV, p. 65). — "Estoy conforme, dijo Ar-
turo, encendiendo de nuevo su haba-
no con un cerillo". (ID., ib., cap.
XXIII, p. 416). I
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 120. I
Cuba. PICHARDO. p. 59. Refiérese ¡
a un árbol silvestre y a la vela que |
describe el Diccionario con nombre de
terminación femenina. SALVA y el
Diccionario de la SOCIEDAD LITE-'
RARIA, traen cerillo por cerilla, co-
mo provincialismo, sin expresar de
dónde. TORO GISBERT dice (Dicelo- |
nario Larouse y Amer., p. 151) que es i
provincialismo andaluz. i
CERNIDERO. m. Cernedero, 2a. i
acepción. Paraje o sitio destinado
para cerner. La la. acepción que da
el Diccionario es desconocida para
nosotros, y no parece en realidad
muy propia.
CERNIDOR, m. Cedazo o colade-
ra, usado para cernir materias ári-
das: cal, arena, etc. o líquidas.
El Diccionario sólo autoriza cer-
nedor, con esta acepción: "Torno
de cerner harina".
El nuestro se usa para cerner
materias varias. Es mexicanismo
(ICAZBALCETA, p. 98) ; lo mismo
dicen en Perú, Chile y Buenos Ai-
res, y probablemente también en Es-
paña, según Cuervo (párr. 841, nota
núm. 2), quien remite a los Canta-
res gallegos de Dña. Rosalía Castro
de Munguía, p. 219, 1872) y autori-
za ambas formas, cernidor y cerne- i
dor. I
Hagamos sin embargo, una dis-
tinción: el cernidor común y co-
rriente está formado de una tela o I
piel cualquiera perfoi'ada en criba)
y atada a un aro metálico o de ma-
dera; pero en los usos de cocina,
sobre todo en la cocina pobre, es
generalmente un güiro o jicara agu-
jereada, distinguiéndose el cedazo
por ser más fino y, de ordinario,
metálico, en forma de redecilla con
mango.
Cierto es también que en ningu-
na de las dos formas se hallaba en
el Diccionario, hasta antes de la
edición actual, ni se halla en Sal-
va, Terreros ni el Dice, de la Soc.
Lit.
Guat. BATRES (p. 172) reprueba es-
ta forma por cernedor.
CERNIR, a. Cerner. Nadie dice
de otra suerte, y no estamos fuera
de razón, cuando el Diccionario au-
toriza las dos formas. Por lo mis-
mo, tampoco erramos grandemente
al decir cernidor y cernidero.
C. Rica. GAGINI, p. 131.
CEROSO, SA adj. "Aplicamos es-
te adjetivo: lo., a los huevos pa-
sados por agua y casi duros, que
en castellano ¡se llaman encerados;
2o., a las sustancias blandas y al-
go pegajosas. — "Ceroso es un deri-
vado correcto de cera y bien mere-;
ce figurar en los diccionarios de
la lengua". (GAGINI, p. 132). Dí-
cese también acerado, da, y en ver-
dad que cualquiera de los dos nos
parece más propio que el encerado
de la Academia.
CEROTE, m. vulg. Zurullo, como
sinónimo de mojón: "Porción com-
pacta de excremento humano que
se expele de una vez". En forma
pevorativa dícese en sentido figu-
rado y familiar de la persona se-
ria, demasiado grave, de carácter
muy agrio y seco: se quedó o estu-
vo hecho un CEROTE.
C. Rica. GAGINI, p. 132.
Hond. MEMBREÑO, p. 40.
Venez. PICÓN FEBRES, p. 79.
CERQUILLO, m. "Círculo o co-
rona formada de cabello en la ca-
CERQ
349 —
CERRA
beza de los religiosos." Por analo-
gía, se llama así muy comúnmente
el fleco o pelo recortado que usan
las mujeres sobre la frente, llama-
do también fleco.
Es mexicanismo: RAMOS y
DUARTE, p. 120.
CERQUITA. Es notable nuestra
tendencia a aplicar la tenninación
diminutiva hasta a las voces que
son invariables por su índole. En
este caso los argentinos y nosotros
somos iguales. "Hasta a los adver-
bios y otras partes invariables de ,
la oración se les conceden los
diminutivos; y esta tendencia la ve-
mos muy palpable en nuestros hom-
bres de campo, más por razón de
afectividad que por idea de dimi-
nución: quien, una vez salido de
los centros urbanos, pregunte por
un paraje cualquiera y su direc-
ción, verá a su guía o interlocutor
extender el brazo, apuntar con el
índice y decir "allicito es"; y el
tal allicito, que a cualquiera poco
versado en achaques de campaña
haría pensar en un allí muy redu-
cido, en una distancia pequeña, in- 1
signiñcante resulta de dos 0|
tres leguas, si no es de diez o vein- '[
te. Menos mal que esto quede como
rezagos de nuestras pampas, donde '.
no hay distancia que sea larga pa-
ra el hombre que vive a caballo;
pero es el caso que otros, si no
tan anónimos, no por eso menos
originales y menos inútiles, a las
veces se enseñorearon en plena
ciudad y en gente cultísima. Y no
es sólo de argentinos tanta añción
a los ¡tos e itas hasta en adverbios;
así lo muestra este ejemplo de L.
Alas, citado por Amunátegui Re-
yes en Mis pasatiempos; "Adiosi-
to, ahorita vuelvo." (La Regenta,
tom. I, cap. V.) Apenitas, arribita,
bastantito, cerquita, despacito, jun-i
f tito, lejitos.. lejillos, iejuelos, lige-
rito, poquito, poquiilo, poquitito, po-
quitillo, poquitico, prontito, quedito
y tempranito, son los adverbios en
grado diminutivo de uso corriente."
(SELVA. Guía del buen decir, párr
115.)
CERULLO. m. Zurullo; "pedazo
rollizo de materia blanda." En ge-
neral llamamos así a lo que tiene
la forma de un cartucho, aunque
no sea de materia blanda, sino du-
ra: un CERULLO de dinero, es de-
cir, de monedas. Nunca úsase zu-
rullo. Lo que dice Gagini (p. 132)
es también para nosotros: "Clara-
mente se deja ver que nuestro pro-
vincialismo se ha formado bajo la
influencia de la palabra cera." Xo
hay duda: de allí pasó a designar
el cartuclK), por la semejanza de
éste con la vela, que se hace tam-
bién de cera. Una de tantas formas
de la evolución del lenguaje, si-
guiendo, ora la analogía ideológica
(ceruilo de cera), ora la analogía
material en forma o propiedades,
caracteres exteriores, aspecto, etc.
(ceruilo, cartucho, por semejanza
de éste con la vela de cera.)
C. Rica. GAGINI. supra.
C. Amér. SALAZAR G^SJICÍA, p.
67.
En España se dice sorullo, en
sentido figurado, según esta cita:
"¡Anda éste! Pues no tienes
tú poco sorullo." (Baroja, La Busca,
p. 79, apud Toro Gisbert, Apunta-
ciones Lexicográficas, p. 221.)
CERRADO, DA. adj. fig.
Méx. "Dícese de la persona necia,
torpe, incapaz de entender. Es lo mis-
mo que cerrado de mollera." (ICAZ-
BALCETA, p. 9S.)
Cuba. PICHARDO, p. 59.
Hond. MEMBRExO, p. 40.
Úsase mucho también en Espa-
ña, al decir de Toro Gisbert,
(Amer., p. 151).
2. "El que tiene todo el acento
CERRA
— 350
CIEG
de la provincia a que pertenece; y
así decimos: es un andaluz, arago-
nés, cerrado". (ICAZB.) Es acep-
ción de Salva, que también corre
aquí para designar al verdadero
gachupín, al que tiene las vulgari-
dades muy notables del español in-
culto y soez.
CERRAR GRANO. Dícese de la
milpa cuando está formado ya el
grano de maíz en la mazorca, des-
pués de muerto el segundo cabello.
"Luego decimos ya pinta a madu-
rar, o ya está madura, ya cerró gra-
no, etc." (GIL Y SAENZ, El Caporal, i
P. 58.)
CESTA. CESTA POR BALLES- ¡
TA. Decirle o andarle a alguno con \
cesta por ballesta es pretender en-
gañarlo o dar excusas, ocultando la
verdad de una cosa. Expresión muy \
frecuente. Usada en el lenguaje fa- j
miliar.
"A mí, D. Caralampio, no me digan i
cesta por ballesta, ni por ballesta ees- I
ta, que yo lie sido un hombre que me !
ha gustado exaininar los fenómeno^,". I
(GIL Y SAENZ, El Caporal, p. 74.) . i
CESTERÍA, f. Oficio o industria |
de hacer cestos. El Diccionario só-
lo da la acepción de lugar donde i
se hacen cestos y tienda donde se ;
venden; pero esta acepción es tan :
correcta como sombrerería y otras
semejantes. i
CICTE. m. V. CHICLE. i
CIEGUITO, TA. adj. dim. de cié- ¡
go. !
"Conocida es nuestra afición a !
los diminutivos en ito, y la enemi- i
ga que tenemos contra ico". (ICAZ- |
BALCETA, p. 98). Pero no es esto i
todo, sino que por la tendencia del |
lenguaje popular y plebeyo a la |
brevedad, se apocopan de ordinario
las dicciones de esta clase adop- j
tando invariablemente, pero inde-
bidamente también, los incremen-
tos bisílabos ito, ico, illo, o cito, ci-
co y cilio, con exclusión de los de-
más: ecito, ecilio, ecido; ececito,
ececico, ececillo.
Acerca de este tema gramatical, de
tanta importancia para todo el que
se precie de hablar bien, nada mejor
que lo escrito por el notable Profe-
sor D. Juan B. Selva en su obra Guía
del buen decir, en el capítulo III, in-
titulado "Formación y uso de los di-
minutivos." Dice él: "132. La abun-
dancia de chinas y chlnltas habrá da-
do nombre a una estación de P. C. O.
de la provincia de Buenos Aires, la
estación "PIEDRITAS"; y no se lar-
gue allá en busca de niñeras o mu-
camas quien ande falto de servicio
doméstico, porqu^ se va a dar un
chasco soberano. ' Esas chinas que
miento son piedrecitas, y no "criadas
o muchachas de servicio", acepción
ésta que hemos tomado al quichua
china y que hacemos extensiva a to-
da mujer de color algo cobrizo, ma-
yormente si es de plebeya condición.
No estará demás advertir que las fra-
ses figuradas, corrientes en España,
"tocarle a uno la china" y "tropezar
con una china", que equivalen a de-
cir, respectivamente y sin malicia al-
guna, "tocarle a uno la suerte" y "de-
tenerse en cosa de poca importancia",
resultan aquí escabrosas, sólo podrían
usarse con picarezco sentido. Conste,
por tanto, que unas son las chinas de
la madre patria, y otras, muy distin-
tas, las de América; para designar to-
da "piedra pequeña", china o guija-
rro, sólo emplea nuestro vulgo la voz
PIEDRITA, que disiente, como disien-
ten VIEJITO, CIEGUITO, TIERNITO,
FIESTITA, REINITA, NUEVITO,
CUENTITA, FUEGUITO, PUESTITO
y otros diminutivos que iré nombrando
con la regla académica que exige la
terminación ecito, eclllo, ecico, ezuelo
en todos los bisílabos cuya primer sí-
laba contiene el diptongo el, ie, o ue,
El decir de los máls correctos hablis-
tas y escritores del habla castellana
autoriza las formas que impone la re-
gla enunciada. La única excepción
que he podido hallar en las gramáti-
cas es sierrita; colocada, quizá inad-
vertidamente, entre los ejemplos cuer-
necito y sierpecita, en el notable tra-
tado del gramático mejicano D. Án-
gel de la Peña (pág. 275). Cuervo y
otros filólogos americanos mientan es-
tos diminutivos (CIEGUITO. TIERNI-
TO, PUEBLITO, etc.) como propios
del habla vulgar.
En coi-roboración de que piedrecita,
-lla,-ca, pedrezuela y piedrezuela,
ofrecen mejores títulos de validez li-
teraria que nuestro popular pledrita,
vayan estos ejemplos: "Aquí se des-
CIEG
— 351
CIEG
cubre un arroyuelo, cuyas frescas
agruas, qufe líquidos cristales parecen,
corren sobre menudas arenas y blan-
cas pedrezuelas, que oro cernido y pu-
ras perlas semejan." (Quijote, I, L..);
••Procurábamos, como podíamos, hacer
ermitas, poniendo unas piedrecillas
que luego se nos caían." (Santa Tere-
sa, ♦ ida, parte la., cap. lo.);
'•Saltando entre los mosaicos
De pintadas piedrecillas."
(Duque de Rivas. El Alcázar de Se-
villa); , . ^ •
"El agua lleva en pos las piedreci-
(llas
que encuentra al paso, y siempre va
(adelante."
(Hermosilla. Trad. de La Miada, to-
mo II, C. XXI). _ :
•■En su victoria, la más pequeña
piedrecilla, haría volcar su vasta má-
quina." (Toro y Gómez. Trad. de El
Dinero, de Zola, pág. 275); •'tragan
también (los avestruces) piezas de
metal, monedas y aun piedrezuelas que
encuentran." (A. Bello, El Avestruz
Americano); "No son más que pie-
drecitas talladas." (R. Palma, Papele-
tas Léx. pág. 9); Figura piedrecillas
en Azorín, de Pérez Galdós (pág. 94),
en la Gram. Hist. de Menéndez Pidal
(pág. 14S), etc.
Piedrecita,-ca,lla, que antaño tu-
vieron algún uso, son ahora arcaís-
mos; contrariando las leyes de deri-
vación más comunes, privan hoy, tan-
to en éstos como en otros diminuti-
vos, las formas que mantienen el dip-
tongo; sólo en aquellos que toman la
terminación ezuelo prevalece general-
mente el radical latino, pues tienen
mejor aceptación pedrezuela, netezue-
lo, dentezuelo, portezuela, etc. <lue
PIEDREZUELA, NIETEZUELO,
DIENTEZUELO, PUERTEZUELA,
etc.
Si no basta la regla académica pa-
ra mostrar que los diminutivos vieje-
cito,-ello,-co y vejezuelo gozan y han
gozado siempre de más legítimo uso
que nuestro vulgar VIEJITO, permí-
taseme traer a colación estas citas:
"Y llega la vejezuela al oído. . ." (Fray
Luis de León. La perfecta casada, cap.
X);
"De una vejezuela cana
Una fácil experiencia."
(Cervantes. La Entretenida, jor.
la.):
"Era ya viejeclta". (Moratin. El si
de las niñas, acto I, escena II); "Mi
role la viejecilla." (Quevedo, Jácara);
"Es un viejecito muy atildado y muy
pulcro." (V. de la Vega. La familia
improvisada, escena IX); "Qué feo y
qué viejecito!" (Campoamor. Los
grandes hombres); 'Como sencilla
viejezuela castellana." (E. Pardo Ba-
zán. Cuatro españoles, Lee. de Literat.,
pág. lOO); "el recuerdo de aquel vie-
jecito amable." (R. Darío. Fotograba-
do: R. Palma, "Tradiciones Per.", to-
mo I); ••Facundo hace traer a un vie-
jecito cojo, a quien se acusa, o no se
acusa, de haljer servido de baquia-
no." (D. F. Sarmiento. Facundo, cap.
VI.)
Es innegable que nuestros popula-
res diminutivos CIEGUITO, FIESTI-
TA, NIETITO, PIERXITA, TIERNI-
TO, HIERBITA, no podrían reempla-
zar a los que aparecen en las citas
que a continuación inserto, sin des-
merecer su sabor castizo, sin quitar-
les su corrección gramatical: •'El ni-
ño ceguezuelo a quien suelen llamar
de ordinario amor por esas calles."
(Quijote, II, LVI); "Acariciarlos y
merecer sus fiestecillas inocentes."
(Moratin. El sí de las niñas, acto I,
escena IV; "Yo, sinceramente, no es-
tuve presente, ni tuve el gusto de oír
hablar a Adán, ni siquiera a sus nie-
tecitos." (Cejador, Los gérmenes del
lenguaje, pág. 503); "El se había pues-
to de pié y se empinaba sobre sus
piernecillas." (Toro y (iómez. El Di-
nero, pág. 340); '•En este particular,
los motes son todavía más importan-
tes, por ser, digámoslo así, los nom-
bres de su primera edad, cuando aún
están frescos, tiernecitos y flamantes."
(Cejador. Motes y apodos, art. de "La
Lectura)";
"O cual pasa rompiendo el duro
(arado
Entre las hierbecillas que camina."
(Rufo. La Austríada, Canto X).
Y demás estará el recargo de citas
para mostrar que el uso literario más
correcto está de acuerdo con la re-
gla académica, toda vez, que ocurre
hacia la penúltima sílaba el dipton-
' go ie; por tanto para no pecar de in-
correctos o vulgares, bien nos estará
el sustituir a dientito, p. ej., por dien-
titecito,-co,-llo, o dentecito,-co,-llo,
dentezuelo, que consta en el Dicciona-
I rio: a FIERTTA, por fiereclta,-ca,-lla;
¡ a HIERRITO, por hierrecito,-co.-llo; a
; NIEBLITA, por nieblecita,-ca,-lla; a
PIECITA, por piececita,-ca,-lla; a
QUIETITO, por quietecito,-co,-llo; a
TIEMPTTO, por tiempecito,-co,-llo; a
TIERRITA, por tierrecita,-ca,-lla; a
VIEXTITO, por vientecito.-co.-llo; a
VIENTRITO (que choca ¡y mucho! al
oído, las pocas veces que se oye), por
CIEG
— 352 —
CIEN
vienírecito,-co,-llo. CIELITO, aunque
disiente con la regla, se impone por
su valor específico, desde que desig-
na un baile o tonada popular muy co-
nocido en nuestros campos; y SIERRI-
TA, aunque figure, como he dicho, en
la Gramática por de la Peña, no quita
su mayor corrección a sierrecita,-ca,-
lla, y iTienos a serrezuela, voz que ha
servido para bautizar vma sierra de la
provincia de Córdoba, Serrezuela."
(párr. 137). — "De los ejemplos que
he venido tratando en los últimos pá-
rrafos, fluye que el uso vulgar tiende
a la simplificación de los incrementos
suprimiendo algunas letras, si no to-
das, del aditamento colocado entre la
voz positiva y la desinencia rítmica
esencial del grado diminutivo. SOL-
CITO, por sol-e-cito, TE-CITO, por
te-ce-cito- VIEJ-ITO, por viej-ec-ito,
NUEV-ITO, por nuev-ec-ito, PLEITI-
TO, por pleit-ec-lto. etc.; se abrevia
y no es de todo pvmto reprobable tal
tendencia, desde que la brevedad co-
mo la, eufonía constituyen, según lo
sostengo en El castellano en América;
su evolución, muy importantes cau-
sas selectivas en la evolución de los
vocablos. Lia rotundidad de nuestra
habla imcomparable y a la vez el uso
de los hablistas y escritores de mayor
renombre se oponen hasta el momen-
to presente al triunfo de tal síncopa;
de aquí que haya hablado de trasgre-
siones al mentar nuestras formas di-
minutivas más vulgares. Cúmpleme
declarar que ni las condeno en abso-
luto ni las acepto; pertenecen, es
cierto, al -lenguaje más popular, pero
no al más culto y erudito, al len-
guaje literario, que es el verdadero
idioma patrio o nacional; el objeto de
este estudio es advertir a los que se
precian de hablar y de escribir bien
cuáles son las formas preferibles, más
correctas, más castizas; cuáles las que
tienen a su favor la sanción del uso
literario más autorizado.
No faltarán defensores decididos a
muchas formas diminutivas que miro
como trasgresiones del buen decir; pe-
ro prefiero que me toque esta vez al-
go de la tacha de intransigencia que
he puesto en tantas ocasiones a la
Academia, antes que reclamar libre
tránsito para vocablos que no lo mere-
cen. Hay que cuidar la pureza de la
lengua, y debemos andar con mucho
tiento para conceder pase a lo que
sólo puede ser patrimonio del vulgo.
Sea nuestra habla corriente cristalina
turbión desenfrenado que baje atre-
pellándose y recoja en su seno cuan-
ta impureza halle al paso."
Lo registra Ortúzar (p. 77.)
C. Amér, SALAZAR GARCÍA, p.
67.
CIELO. JUNTÁRSELE A UNO
EL CIELO CON LA TIERRA* fr.
fig. fam., "llenarse de congoja y
amilanarse por el repentino descu-
brimiento de un mal grave y al
parecer sin remedio." (ICAZBAL-
CETA, p. 99.)
"Reconocí mi caja y la hallé con
una suma de dinero, menos de la que
producía la existencia de mi cuenta.
Aquí se me juntó el cielo con la tie-
rra." (DIARIO de México, t. XII, p.
255.)
QUERER, O PRETENDER, AGA-
RRAR EL CIELO CON LA MANO,
fr. fig. fam. Intentar cosas imposi-
bles o que están por sobre nuestras
posibilidades.
"Al veguero le toca asentar .este
principio: guardar el equilibrio entre
los dos extremos. I entonces obtendrá
un buen tabaco. — Pero, D. Vives, eso
es querer agarrar el cielo con las ma-
nos." (GIL y SAENZ, El Caporal, p.
75.)
CIEN HOJAS, f. Nombre del rosal
que produce la flor encamada que
se llama del mismo modo, su-
mamente repollada y con gran nú-
mero de pétalos, a lo cual debe su
nombre. Es flor de agradable per-
fume; el tallo de la planta está eri-
zado de espinas.
Algunos dan el género masculino
tanto a la planta como a la flor.
"Ella (Rita) contesta sin dejar de
cortar con los dientes el pedúnculo de
un cienhojas que tiene en los labios."
— "Se sonríe al verle, poniéndose tan
colorada como el cienhojas que aún
tiene en los labios." (QUEVEDO, Tab.
Gráf., núm. 149.)
CIENTO EMBOCA, m. Nombre de
unguineo o platanillo sumamente
pequeño, propiedad a la cual se de-
be su denominación. Se aplica a la
planta y al fruto. Este es como de
cuatro a cinco centímetros de lar-
y aumente en buena hora su puro cau- , , ,.- . j ^
dal; mas no se pretenda hacer de ella! go y uno de diámetro; de color
CQlé
— 353 —
CIMA
amarillo y forma semejante a la i
del guineo manzano. Como es Ta-
basco tlen-a privilegiada para la
producción del plátano, éste lilipu-
tiense de la familia musa, apenas si
por mera curiosidad se cultiva en
las huertas , aunque es también de
agradable sabor al paladar.
CIERNES (EN). Ha de saberse
una vez más que no se dice así,
sino en cierne, singular: abogado
EX CERNE.
CIGARRERA, f. La Academia da
esta voz como sinónima de petaca,
"Estuche de cuero, metal u otra
materia adecuada, que sirve para
llevar cigarros o tabaco picado."
Nunca usamos de la voz petaca, si-
no de cigarrera, para designar este
objeto.
Hasta la décimatercia edición del
Diccionario apareció esta voz, que
no debe ser tan nueva cuando figu-
ra en la edición de Pichardo de
1862. que tenemos a la vista.
CIGARRO, m. En pocas cosas co-
mo en ésta la Academia anda tan
divorciada en su léxico con el uso
común y vulgar. CIGARRO (sinóni-
mo de CIGARRO puro) llama al
"Rollo de hojas de tabaco, de dife-
rentes tamaños, pero siempre ma-
nuables, que se encienden por un
extremo y se chupa o fuma por el
opuesto." A esto le llamamos ordi-
nariamente y sin excepción, puro,
palabra a la cual no da el Diccio-
nario para sí sola, en ningún caso,
el carácter de sustantivo, sino el
de adjetivo en todos.
Nuestro CIGARRO es el que el
Diccionario llama Cigarrillo o ciga-
rro de papel. Esta última especifi-
cación sólo se usa para distinguir
al CIGARRO común y corriente del
cigarro de hoja, que se hace con
la espata de la mazorca de maíz
como envoltura. El CIGARRO es
pues, "Hebra o picadura de ta-
baco que se fuma en porciones
de forma cilindrica, de cinco a
ocho centímetros de largo y casi
uno de grueso, con envoltura, pe-
gada o engargolada, comúnmente
de papel, pudiendo ser también de
algunas hojas, como la del maíz."
Cuba. PICH.VJIDO, p. 60. — Hond.
MEMBRESO. p. 40.— C. Rica. GAGI-
-M (p. 134) alega la- cita sigrulente, que
prueba el uso de puro, como sustan-
tivo, en España: "En esos delantales
se recoge la cfeniza caliente, y se evi-
ta que al accionar con el puro en la
mano, una chispa indiscreta prenda
fuego en aquellos atalajes de trapi-
tos." (E. SEPúL\-EDA, La vida en
Madrid en 1886.)— C. Amér. SALAZAR
G.\RCL\, p. 67.
CILANTRO. V. CULANTRO.
CILINDRERO. m. Persona que
toca el cilindro u organillo: orga-
nillero. Es mexicanismo. RAMOS y
DUARTE, p. 122.
CILINDRO, m. Organillo. Nadie
llama de otra manera a este apa-
rato de música callejera, el más po-
pular en las ciudades de la Repú-
blica, si se quiere, y en las ferias
de pueblo. -Mexicanismo: RAMOS v
DL'ARTE, p. 122.
Hond. 'Xonibre que dan todavía al-
gunas personas al revólver." (MEM-
BRExO, p. 40). Toro Gisbert (Dice.
Lar.) lo califica de barbarismo en es-
ta acepción.
Nos parece que la acepción de
poracá tiene por origen la circuns-
tancia de que los primeros apara-
tos de esta especie — según nosotros
los conocimos — consistían regular-
mente en un cilindro rotatorio gra-
bado a manera de los discos de fo-
nógrafo, el cual al ser movido pro-
ducía los sonidos musicales por el
recorrido de una aguja sobre sus
asperezas.
CIMARRÓN, NA. adj. Que sirve
para distipguir al animal montaraz
de otro cualquiera de la misma es-
pecie, pero doméstico. Nombre con
que se designa la planta silvestre,
23
CIMA
— 354 —
CIMA
para distinguirla de la cultivada de
la misma especie.
Nada más inexacto ni más dis-
paratado que lo que la Academia
ha dicho en el Diccionario, como
primera acepción de esta voz:
"Amer. Dícese del esclavo o del
animal doméstico que huye al cam-
po y se hace montaraz. Api. a
pers." He dicho que esto es, en pri-
mer lugar, inexacto. Hacías define:
"Indio alzado de la encomienda, o
huido del repartimiento", reprodu-
ciendo en seguida los textos siguien-
tes: "....Negro esclavo que anda
errante por los campos, pues al que
se halla en poblado se le llama sim-
plemente huido". (PEZ.) ; "esclavo
que acostumbra fugarse" (ÁR-
BOlk) ; el animal cuadrúpedo do-
méstico que se hace montaraz, con
excepción del perro (PICH.) y del
gato (PEZ.) que se les designa en
este caso con el epíteto de jíba-
ros". Desde luego que en América
ha desaparecido la esclavitud, cum-
ple a la Academia decíale y no dí-
cese, puesto que no existen hoy es-
clavos de quienes decir, aunque
siempre la voz expresó el esclavo
sustraído a la esclavitud, precisa-
mente. La concordancia es de lo
más académico en la definición de
marras: sujetos singulares enlaza-
dos por la conjunción disyuntiva o,
parecen pedir el singular del vferbo,
sea que le precedan o sigan; pero
— como dice el eminente Cuervo en
su Gramática (párr. 837) , — "el uso
permite el plural, aún precediendo
el verbo; y si los sustantivos prece-
den, no sólo permite, sino casi exi-
ge este número". De suerte que en
el caso de la definición, el Diccio-
nario debió decir: " — esclavo o —
animal doméstico que huyen al
campo y se hacen montaraces".
Por la noticia que hemos dado
del significado de la voz, se echa j
j de ver la diferencia que hay entre
imestra acepción y la que tiene en
Cuba y Ríoplata, principalmente,
con respecto a los animales. Para
nosotros es el animal nacido y cria-
do en condición selvática, del mis-
mo modo que la planta: al que se
cría en casa, y huye luego al mon-
te, se le llama propiamente alzado:
es el doméstico mismo transforma-
do en salvaje, y así tenemos puer-
co manso o doméstico, . puerco al-
zado y puerco cimarrón o de mon-
te. (V.) En realidad el epíteto de
cimarrón sirve para distinguir al
animal salvaje del doméstico, en
general, "y a las plantas silvestres,
de Iffs de cultivo: pato cimarrón y
pato doméstico; gallina cimarrona
y gallina doméstica; caña cimarro-
na y caña de cultivo, que puede ser
criolla y de Castilla. Cimarrón es
correlativo de doméstico, como crio-
llo lo es de Castilla; y es sinóni-
mo de silvestre, dicho también a
veces bravo, jíbaro.
Con respecto a la etimología de
esta palabra, parece que la más
acertada es la opinión de Armas,
reproducida por el mismo Maclas
(Dice. Cubano, p. 328), que "proce-
de de un bajo lat. cimardus, el que
anda por las cimas", por más que
los eruditos prefieran el origen hai-
tiano de la voz, y éste es también
el sentir del docto diccionarista cu-
bano citado.
Ríopl. "Animal montaraz o planta
silvestre, en contrap6.sición al domés-
tico o manso y a la qvie se cultiva en
las huertas. Así se dice perro cima-
rrón, vaca cimarrona, apio cimarrón,
a distinción del perro doméstico, de la
vaca mansa o sujeta a rodeo, y del
apio debido a los afanes del cultiva-
dor. Al mate amargo, para distingaiir-
lo del dulce, se le llama cimarrón, co-
mo si dijéramos bravo, que lo es en
efecto para los paladares no acostum-
ijrados a gustar la infusión de la yer-
ba en el estado de rusticidad en que
la naturaleza la ofrece." (GRANADA,
p. 153.) — BAYO, p. 53.
CIMA
— 355
CIMB
2. Se aplica, en sentido figurado,
el epíteto en general a la persona
sumamente ruda, mazorral.
CIMARRUBIA. f. Planta medici-
nal, muy usada en la terapéutica
casera, como asti'ingente, para cu-
rar la disentería y otras enfermeda-
des análogas. Tómase en infusión,
generalmente mezclada con otras
plantas de condiciones análogas.
"CÍuando el curandero del rancho, o
las comadre.s del villorrio, han agota-
do desde la cocción del vino tinto,
cimarrubia, .sruáciiiio, cuerno de cier-
vo, azafrán de Marte, hasta el baño
de asiento." (RODRÍGUEZ BEL-
"iRÁX, Perfiles. XXVIII, p. 317.)
CIM ATECA, adj. Natural de Ci-
ma tan. pueblo de origen mexicano
que existió en la provincia de Ta-
basco, con anterioridad a la con-
quista y que hoy. constituye con el
mismo nombre tm barrio de la ciu-
dad de Cunduacán.
Al iíustre Prof. D. Marcos E. Be-
cerra puede considerarse como '
creador de este gentilicio, tan co-
rrecto como cheluteca y tlaxcalteca,
si bien, por no terminar el primi-
tivo en la (Como Cholula y Tlax-
cala), debiera admitir las dos ter-
minaciones genéricas, como comite-
co, ca, gentilicio derivado de Comi-
tán; yucateco, ca, de Yucatán, y así
sucesivamente, de todos los termi-
nados en tan.
Como noticia histórica impor-
tante copiaremos lo siguiente que
consigna el señor Becerra en su
obra Nombres geográficos del Esta-
do de Tabasco:
"Según se deja comprender por el re-
lato de Bernal Díaz, -bajo el nombre
de Cimatán se entendía no una pobla-
ción sino un giupo de polilaciones, que
dieron mucho que hacer, por su in-
domable carácter, a los primeros en-
comenderos, de los .cuales fue el mis-
mo Bernal uno. Este dice que "los de
Cimatán no querían venir a la %nlla
(de Coatzacoalcos) ni obedecer manda-
mientos." Con este motivo el Capitán,
Lu¡s Marín comisionó al mismo Bernal
Díaz para ir con otros tres españo-
les a procurar reducirlos por la bue-
na, pero los indios, lejos de entender,
salieron agresivamente al encuentro
de los comisionados hasta cerca del
río Mazapa (hoy cauce del río Seco),
matando a dos de ellos, hirieron gra-
vemente iv Bernal Díaz y haciendo
"tomar las de Villadiego" (como in-
genuamente dice el soldado historia-
dor) al otro compañero. Tal estado de
insurrección dio origen a la expedi-
ción a Chiapas hasta Chamula, pa-
sando por Tepezutlán (?), Cachula
(Quechula), Estapa (Istapa) y Cina-
cantlán (Zinacantlán). De regreso por
Tapelola (Tapilula). S¡losuchiapa( So-
lusuchiapa), Cojimielapa (?), Esta-
panguaxoya (Istapangajoya), Tecoraa-
yacate (Tecomajiaca) y Atepan (Tea-
pa), quisieron tomar venganza de los
cimatecas, cosa que no lograron del
todo. pues, por lo contrario, los indios
"hirieron sobre veinte soldados y ma-
taron dos cabsllos", huyendo luego de
la población. Posteriormente, cuando
Cortés pasó por Tabasco, rumbo a
Centro-América, ordenó a Bernal Díaz
adelantarse a Iquinuapa (población
principal de los Cimatanes) con trein-
ta españoles y tres mil indios mexi-
canos, a fin de que los alojaran, cosa
que, naturalmente, logrró, l)ero volvie-
ron a alzarse tan luego como los es-
pañoles salieron. La sujeción definiti-
va no se efectuó, quizá, sino hasta la
época del Adelantado IMontejo.
Los Cimatanes o Cimatecas estaban
constituidos, probablemente, por las
poblaciones de Conduacán, Cimatlán,
Cucultiupa. Iquinuapa y quizá algu-
nas otras. En el mapa de Melchor d.
Alfaro aparece esta última (Icnoapa)
pero las demás no. viéndose, en cam-
bio, hacia el interior una inscripción
que dice: los tres Cimatanes.
Los de Cimatlán eran de filiación
mejicana, pues en las "Relaciones" se
dice: "motezuma tenía en esta pro-
\nncia (Tabasco) dos fuerzas de me-
xicanos que eran xicalango e cima-
tlán." fVéase Zaguatán)."
CIMBRAR, m. En buen castella-
no es vibrar una vara flexible asi-
da por un extremo, y golpear con
la misma vara. Por analogía del
movimiento, decimos así siempre
que un cuerpo vibra o experimenta
una conmoción fuerte, por efecto
CIMB
— 356 —
CINCH
do un golpe o un choque cualquie- '
ra
CIMBREO, m. Acción o efecto de ;
cimbrar o cimbrear.
CIMBRÓN, m. Cimbronazo; estre- '
mecimiento o sacudida fuerte, por
efecto de un golpe o de un cho-
que que hace vibrar al cuerpo. El
cimbrón o cimbronazo se distingue
del cimbreo: éste es la acción con-
tinuada de la vibración, más o me-
nos larga; aquél es una conmoción
súbita e Instantánea, cuya duración
es enteramente corta.
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 122.
CIMBRONAZO, m.
Bogotá. "Cimbronazo es para nos- :
otros estremecimiento, pues lo toma-
mos por el acto de cimbrearse, con
que designamos el moverse a la ma-
rera de una cosa flexible. Para el Dic-
cionario es cintarazo, o sea lo mismo
que los americanos llamamos planazo
o g'olpe dado de plano con la espada."
(CUERVO, párr. 486.)
En el mismo sentido se usa en
Costa Rica (GAGINI, p. 135), y en
Centro América en general (Si
LAZAR GARCÍA, p. 67).
"En Venezuela, verbi gracia, un
temblor de tierra, "¿Sintieron us-
tedes el cimbronazo de anoche?
(PICÓN FEBRES, p. 80).
CINCO, m. Moneda de bronce o
níquel que vale cinco centavos,
equivalente a un vigésimo de pe-
so. Hasta hace poco tiempo esta
moneda era de plata, como en Cos-
ta Rica (Gagini, p. 135) y en Chi-
le (Toro Gisbert, Dice. Lar.); pero
confonne a a ley monetaria vigen-
te hoy sólo se acuña de los meta-
les antes dichos.
En México se da a esta palabra
la fea acepción de trasero, ano, que
huestro pueblo llama vulgarmente
siete (V.) Es derivado del náhuatl
tzintli, ano, culo, trasero, fondillo.
(RÓBELO. Dice, de Aztequismos,
p 403) _"Tzintli y su síncopa tzín
son una misma cosa: por algo que
podríamos llamar una aberración
del mexicano y conforme al Voca-
bulario de Molina, tzintli significa
"el oj del salvo honor", es decir
anus; y su radical tzin se emplea
para denotar la reverencia, el amor,
el aprecio, la compasión y la cor-
tesía". (0R02C0 y BERRA, Hist.
Ant. y de la Conq., t. I, lib. 3o., cap.
II, p. 430).
Venez. "Guitarrita de cinco cuerdas,
basta, con trastes de madera, hecha
de cualquier manera y sin pulimen-
to alguno." (PICÓN, p. 80.) Eq. a. n.
jarana.
CINCO NEGRITOS, "(Lantana cá-
mara, L.) m. Arbusto de hojas aro-
máticas, propio de los lugares ári-
dos, de la familia de las verbená-
ceas. La infusión de la hoja es es-
timulante y tónica". (MEMBRExO,
P. 41).
Por las propiedades medicinales
de la planta, entendemos que es la
misma de Tabasco; pero no esta-
mos seguros de la identidad de cla-
sificación.
CINCUENTÓN, m. Fusil sin ce-
rrojo, del antiguo sistema de retro-
carga: con un pestillo como las es-
copetas de caza; de un sólo cartu-
cho; de cañón largo; muy pesado
y de poca ventaja, aunque de fá-
cil manejo. Creo que esta denomi-
nación popular le vino de que fue
el arma que como moderna empezó
a usarse por los republicanos en el
57, año de la Constitución federal.
CINCHADA, f. Acción y efecto
de cinchar (V.)
CINCHAR, a. Cintarcar ; dar de
cintarazos.
CINCHAZp. m. Cintarazo, cim-
bronazo; golpe dado de plano con
la espalda o el machete.
"Y para que no siga pecando con
las picardías que le grita a su com-
padre espiritual, le aplican dos o tres
cinchazos.
— ¡Ah, compadre, compadre gachu-
pín...! Se ha de acordar de estos cin-
chazos, cuando esté pataleando en los
cmcH
357 —
CIPE
infiernos..." (COFFIX, Gral. Gutié-
rrez, XXII, p. 1.55.)
Hond. MEMBRES'O, p. 41.
C. Rica. GAGIXÍ, p. 136.
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 6S.
CINCHIZA. f. Cinchada, cintarea-
da. Menos usada que la primera de
estas equivalentes.
CINCHO, m. ECHAR CINCHO, fr.
cinchar, dar cinchazos, cintarazos.
Muy contúnmente usado en el len-
guaje vulgar.
2. m. El cincho lo usan las per-
sonas solamente; pgro nosotros sin
distinción llamamos así también la
cincha de las cabalgaduras, que no
admite, según el Diccionario, más
que esta forma femenina. Dícese
tanjbién ventril. Lo mismo se dice
en México: ICAZBALCETA, p. 100
y RAMOS y D. p., 123. En Ríopla-
ta (BAYO. p. 54) significa claro en
medio del bosque. En Venezuela es
nn colador tejido. (PICÓN, p. 80).
A REVIENTA CINCHO, fr. a re-
vienta cincha, dice el Diccionario;
pero no lo tomamos por atropella-
damente, muy de prisa, como equi-
valente de a mata caballo, sino por
de mal grado, por fuerza, contra to-
da voluntad, lo cual es enteramen
te distinto.
CINE. m. Asi como de automó-
vil hemos formado auto, de cine-
matógrafo se ha formado cine, pa-
labra con que todo el mundo desig-
na la diversión más popular del
día.
"Unas muchachas que no tienen otro
{rusto aue ir al c\rif. los dominaos."
fXrSEZ V DOMIXGLT^Z, La felicidad,
p. 17.^
CINTA, f. Listónenlo o raja de
madera, generalmente muy larga,
colocada horizontalmente, y a la
cual se atan o aseguran las esta-
cas verticales de la cera, para dar
a ésta consistencia, y formar de-
rechamente los lienzos. '
Cosa semejante significa en Cu-
ba: "Listoncülo de madera atrave-
sado de vigueta a vigueta, que cu-
bre y disimula las junturas de las
tablas de] techo". (PICHARDO, p.
60).
CINTA DE ITALIA. Planta de la
familia del maguey, cuyas hojas
lanceoladas, resistentes, con púas
simétricamente colocadas en am-
bos bordes, son blancas cuando tier-
nas y luego verdes, o pintadas de
este col-or. Se usa mucho como or-
nato en las salas de las casas.
CINTAREADA. f. Tunda de cin-
tarazos o cinchazos. El Diccionario
da solamente cintarear y cintarazo.
Es mexicanismo.
— "¿T siquiera les dio una buena
cintarcada?" (LÓPEZ PORTILLO y
ROJAS, La Parcela, VIII, p. 84.) —
"Vaya, pues, y no se tarde, porque si
no me meto entre sus compañeros,
y le doy una cintarcada delante de
ellos." (ID., ib., p. 114.) — "Me dijo que
el almenistrador les había dado una
güeña cintarcada." (ID., ib., p. 293.) —
";Xo me haga tantas y le pepue una
cintarcada!" (ID., Obras, t. III: La
horma de su zapato, II. p. 127.) — " —
Cállese la boca, repuso Patricio, desen-
vainando la espada, si no quiere que
le pepue una güeña cintarcada." (ID.,
ib., III, p. 134.)
CINTILLO, m. Cinta angosta más
gruesa que la común y más corrien-
te; por lo general de algodón.
Hond. MEMBREÑ-O. p. 41.
CIPE. (Del mex. tzipitl, niño en-
fermo a causa de mala leche que
mama. SIMEÓN), adj. Hablando
del sabor de una fruta, desabrido
simple, falto de la acidez o el biien
gusto de la madurez, por haber
aquella enfermado en el desarrollo.
Dícese en general también de cual-
quier sabor simple y desabrido.
Es una aplicación traslaticia de
la acepción principal náhuatl, segu-
ramente porque la fruta así enfer-
ma por falta de sazón o madurez
se asemeja al niño canijo o desme-
jorado por el mal desarrollo. Hoy
sólo se usa aplicado a las frutas y
no a los niños.
CIRQ
358
CLAC
Dícese más comúnmente zupe.
Con relación al aspecto exterior de
la fruta, se dice suche.
Acepción análoga parece que tie-
ne en Honduras, según estas pala-
bras de MEMBREÑO (p. 41) : "Cipe
se aplica del mismo modo a las tor-
tillas y tamales que se hacen de
maíz camagera".
C. Rica. F. FERRAZ, p. 28. — Salv.
TORO GISBERT, Dice. Lar.
En Venezuela dicen cipa al fango o
lodo cenagoso y corrompido. (PICÓN,
p. SI.)
CIPENCIA. f. Condición de la
fruta que está cipe.
Hond. "Nombre de la enfermedad
del niño cipe." (MEMBREÑO, p. 41.)
Entre nosotros no se aplica a la con-
dición del niño enclenque o canijo.
CIRCO, m.
Méx. "La compañía de gimnastas,
funámbulos, volteadores, Jinetes,' etc.,
que trabaja en el circo." (ICAZBAL-
CETA, p. 100.)
"Pertenecer al circo era para Ga-
briel ima dulce compensación." (FA-
CUNDO, Gentes, t. I, cap. V.) — "En
la noche una función de circo y ma-
roma en la misma plaza." (Astucia, t.
I, cap. XV, p. 340.) — "En su circo se
lucían Vicente Avila, sin rival para la
garrocha; Mariano "La Monja", co-
mo primera espada; Pajitas, como
banderillero sin segundo etc."
(PRIETO, Memorias, 28- 40, cap. I, p.
29.)
CIRCUNSTANFLAUTICO, CA.
adj. Difícil, grave. Es vulgary y po-
co aceptado en lenguaje serio y ca
racterizado.
CIRCUNSTANCIA, f. En plural y
tratándose de personas, tiene sen-
tido ponderativo y afectado; per-
sona de alto copete, o de alta y
buena posición social.
"No es imo de los mejores partidos
para una joven rica, y de las circuns-
tancias, V de la hermosura de Tere-
sa." (PAYNO, Fistol, t. I, cap. XXX,
p. nno.i
CIRQUERO, RA. m. y f. Indivi-
duo de una compañía de circo. Da-
se especialmente este nombre a los
que ejecutan ejercicios ecuestres.
"Aprovechando la casualidad de es-
tar allí linos cirqueros. — "Escogieron
del repertorio de los cirqueros." (As-
tucia, t. I, cap. XV, p. 374.) — "Sobre
todo, había una gran novedad: tma
cirquera." (FACUNDO, Gentes, t. I,
cap. II). — "Se trataba de una compa-
ñía de cirqueros." (ID., ib., t. I, cap.
IV.) — "Al toque de una marcha ejecu-
tada por\la. murga, salían los volati-
nes y cirqueros, y a la cabeza el fa-
moso payaso." (G. CUBAS, Recuerdos,
p. 25.5.) — "Esos bailes de los cirqueros
sobre los caballos,.;, son los ejerci-
cios del primer acto ecuestre." (ID.,
ib., p. 257.)
2. El empresario de una de esas
compañías.
"Pusieron a prueba la filantropía de
los cirqueros Orrin." (FACUNDO, El
Lujo y el Dormitorio público, p. 298.)
Méx. ICAZBALCETA, p. 101.
CIRQUISTA. m. y f. Cirquero;
más usado que éste para designar
al individuo que trabaja en el cir-
co.
CISCA, f. Enojo, alteración del
ánimo producida por una chanza u
otro medio que predisponga el ca-
rácter. En México es vergüenza,
empacho, mortificación; cosa dis-
tinta a la nuestra. (ICAZBALCETA,
p. 101).
CISCADA, f. Acción y efecto de
ciscarse.
CISCARSE, pr. Enojarse, picarse
por alguna chanza u otra (¡osa que
predisponga el ánimo.
En México, avergonzarse, correrse.
(ICAZB., p. 101.) Lo mismo en Cuba
(PICH., p. 60.)
CISCÓN, NA. adj. Que gusta de
hacer que otro se cisque o pique.
CIVIL. (Malvaviscus arborens,
CAV.) m. Nombre que se da vulgar-
mente a la manzanilla de la tierra,
S'Obre todo entre la gente del cam-
po. Familia de las malváceas.
CLAC. (Del fr. claque, f.) m. Som-
brero de. muelles, llamado también
sorbete o sorbetera.
"La turba de jóvenes bailarines
que, en pantalón ajustado, zapato y
media calada, el clac debajo del bra-
zo, y alta corbata de razo blanco, mo-
vían de 'una y otra parte sus patitas
CLAR
359 —
CLAU
do codorniz." (MEEIXO, Celestina, 2a.
pte., III, p. 224.)
Cuba. MACÍAS (p. 331) escribe cla-
que.
Arg. "El frac y el clac,... han que-
rido mantenerse de acuerdo al formar
.su plural: para conservar su prosodia
sufi-en el mismo accidente ortográfico,
y sólo podrá hablarse de fraques y
claques, pues fracs y cfacs son formas
extranjeras que no condicen con el
habla correcta." (JUAN B. SEI<VA,
Guía. párr. 76, p. 35.)
CLARA. LAS CLARAS DEL DÍA,
fr. "La hora del alba. — Construyese
con el verbo venir: ya vienen las
claras del día. — Sánchez IMármol la
autoriza en su hermosa novela
Previvida". (QFEVEDO, Lírica po-
pular tabasqueña, p. 51).
CLAREAR, a. Cortar, dividiendo
de medio a medio: lo clareó de un
machetazo.
Méx. "Atravesar una bala de parte
a parte cualciuier cuerpo." (ICAZBALi-
CETA, p. 102.)
"La bala que pasó clareando la fal-
da del sombrero de Vicente no les
infundió tal pavor que..." (Astucia,
t. 11, ^ap. r\'.) — "Otros cuatro (ti-
ros) por la parte de afuera clarearon
los tablones." (ID., ib.) — "Uno de sus
arrieros, el Chango, clareada la pier-
na de un balazo." (ID., t. II, cap. ATT,
bis.)
RAilOS y DUARTE, p. 124.
CLARIDOSO, SA. adj.
Méx. "Que aco.stumbra decir clari-
dades, o frases amarg-as y ofensivas,
sin rebozo ni atenuación." (ICAZB.,
p. 102.)
"Yo le enseñaré a claridoso." (Astu-
cia, t. I. cap. ZCV^ — "Especialmente
en el desempeño de su profesión, en
que era excéntrico y claridoso." (ROA
BÁRCEXA, Noche al raso, XI, p. 37.)
I ;ay si es claridosa
T el mundo ro\-x-,elve:"
(PRIETO, Poesías festivas. Letrilla,
p. 7.5. •>
En Cuba clarioso. (MACÍAS, p. 331.)
CLARIFICADORA, f.
Ríopl. "Caldera, grran pila o tacho
donde el g-iiarapo, a la temperatura de
60, se clarifica y arroja, con las espu-
mas, las materias leñosas, acuosas y
fermentables que forman la "cacha-
za." (BAYO, p. 54.)
Cuba. PTCHARDO. n. rri; MACfAF!,
p. 331.
CLARÍN DE LA SELVA. (Mya-
dectes unicolor), m. "Ave canora
del grupo de los dentitrrostros. Es
de tamaño algo mayor que el de
un gorrión de Europa, de color
apizarrado uniforme, y con un ri-
bete blanco al rededor de los ojos.
Se domestica y se le tiene en jau-
las por gozar de su canto". (ICAZ-
BALCETA. p. 102). Aunque no es
propia de Tabasco esta ave, se la
encuentra en las selvas vírgenes
de la serranía fronteriza meridio-
nal.
CLARO, m.
Méx. "El blanco de la azúcar purt-
fi'^.'idí' : buen rfaro: cMro acotensado."
(ICAZBALCETA. p. 102.)
2. pl. "Las espumas que se reco-
gen en las calderas donde se cuece
la azúcar, después de quitada la ca-
chaza. Las primeras, cocidas, se
convierten en miel de ciaros: de
las últimas suele hacerse azúcar de
inferior calidad, o se pasan a otra
caldera cuya limpia comienza".
(ID.)
Ciiha. PICHARDO. p. 60; MACÍAS.
p. 331.
3. m. fam. Nombre con que se
conoce también el aguardiente co-
mún y corriente, llamado en la
monserga vulgar zorro blanco, ba
larrasa, etc.: un trago de CLARO.
En Hond. (irE:\rBRExO. p. 4) y
en C. A'^érica en general (SALA-
ZAR GARCÍA), expresa clara: "es-
pacio corto en que se suspende el
agua en tiempo lluvioso y hay al-
guna claridad" (primero) : a lo
cual llamamos aquí escampada. (V.)
CLAUSURAR, a. Conocida es la
tendencia de agregar desinencias
en-ar a sustantivos autorizados por
la Academia — como clausura — para
formar verbos de la primera con-
jugación, y, entre éstos se nota el
presente. Los más eminentes filólo-
fo« como CUERVO fnárr. 875). GA
GINI, (p. 137), ORTÚZAR, (p. 80),
CLAV
— 360 —
COA
han reconocido la legitimidad del
vocablo. Réstanos solamente agre
gar que ya no expresa nada más
el acto de suspender solamente sus
deliberaciones un congreso, tribu-
nal, etc., sino que se ha hecho ex
tensivo a todo aquello que suspen-
de sus funciones, cualquiera que
sea la clase de la institución y aun
en el comercio halla aplicación a
la clausura de establecimientos,
tiendas, etc.. como sinónimo de ce-
rrar.
CLAVADA, f. Herida producida
por un clavo, o cualquiera otra co-
sa puntiaguda, como una espina;
clavadura. También acción y efec
to de clavar, en general.
DEJAR EN LA CLAVADA, o EN
LA ESTACADA a uno, dejarle a
otro el cumplimiento de un compro-
miso común a ambos, sin ayudar
le.
CLAVAR, a. Pescar o coger con-
chas con el clavo; peces con la
fisga, lagartos u otros animales con
el arpón.
CLAVELLINA, f. "Se conoce con
este nombre .no la planta que pro-
duce el clavel, sino otra que da la
flor así llamada, a manera de lirio,
de varios pétalos, delgados, ensor-
tijados o rizados, olor suave, color
blanco o rosado...." (PICH., p.
60). Tenemos entendido que tam-
bién, como en Cuba, se da este
nombre a una especie de maravi-
lla.
CLAVILLO. TO. Nombre con que
se desisrna vulgarmente el ñstol o
alfiler de corbata.
2. Entre los agricultores se lla-
ma así la radícula y la plúmula de
la planta, al principiar la germina-
ción de la semilla, principalmente
del maíz y el frijol.
"Y entonces se le advierten sus dos
clavi Hitos, como dicen por acá, y que
no son otra cosa que la radícula que
se dirige hacia abajo para formar la
raíz, y 'a plúmula o vastago que se
eleva hacia arriba." (GIL y SAENZ.
El Caporal, p. 23.)
CLAVO, m. Instrumento de ace-
ro, en forma del objeto de su nom-
bre por la punta, y con cabo o as-
ta larga en lugar de cabeza, que
sirve a los pescadores y campesi-
nos para coger animales testáceos
(conchas) : tortugas, hicoteas, etc.,
especialmente las primeras. EL
CLAVO propiamente tiene forma de
pirámide cuadrangular, de unos
tres centímetros a lo sumo de lar-
go; hecho especialmente de acero,
por la propiedad que este metal
tiene de ser fuertemente penetran-
te y adhesivo en la concha del ani-
mal vivo. Lleva un asta larga co-
mo la de la fisga; pero sumamente
ligera, para que al golpear no pe-
netre demasiado, porque perforan-
do al través la concha, deja de su-
jetarla
CLOROFORMAR, a. Cloroformi-
zar; aplicar clorofoiTuo, pai'a pro-
ducir anestesia. Por más que la
Academia no autorice esta forma
del verbo, todo el mundo dice clo-
roformar» quedando reservada la
forma académica solamente para
ciertos estirados escritos o discur-
«ÍOS.
CLORÓTICO, CA. sust. y adj.
Anémico. Como la clorosis es en-
fermedad propia solamente de las
mujeres adolescentes, no es propio
llamar clorótico al hombi'e anémi-
co .nada más porque su aspecto sea
semejante al de la mujer ciorótica.
Nléx. RADIOS y DIÑARTE, p. 12.5.
C. Rica. GAGIXT, p. 137.
C. Amér. SALAZAR G.\RCtA, p. 69.
COA. f. Instrumento de labranza
hecho de hierro a guisa de pala, pe-
ro mucho más resistente que
ésta, con un cabo largo de ma-
dera, o metálico también, que
foi-ma un sólo eje con la pala.
COA
— 361
COA
y por medio del cual se la maneja
para cavar o romper la tierra, des-
cargándola fuertemente. El palo
mismo con un extremo cortado en
loi-ma de cuña o bisel y terminan-
do en filo, con iguales usos. Este
es el instrumento generalizado hoy
en los usos agrícolas. Primitiva-
mente fue hecho de una sola pie-
za de madera, y tal vez se diferen-
ciara solamente por el cuerpo, có-
nico V puntiagudo, en lugar de rec-
tangular y filoso en un lado como
es ahora. Así se desprende de las
más antiguas descripciones, como
la siguiente:" "Coas de palo, que
son unos palos de puntas agudas
que usaban (los indios) para ca-
var y hacer sus labranzas". (Me-
morial sobre el remedio de las in-
dias, presentado ai Cardenal Cisne-
ros. Es letra de Bartolomé de las
Casas. Año de 1516: apud ICAZ-
BALCETA. p. 104). En forma aná-
lo'^'a 'a d<=>fine Oviedo: "Palo tosta-
do empleado por los indios para la-
brar la tierra, a manera de azada
(Lengua de Cuba)" (Vocabulario,
t. rV). pues lo de "a manera de
azada" sólo quiere decir que se usa-
ba en lugar de este instrumento o
p'ie hac'a sus veces, no aue fuera
de la misma fonaa. La COA, pun-
tiaguda y recta, se llama hoy en el
lenguaje tabasqueño, macana, cosa
distinta también de lo que primi-
tivamente se llamó así entre los
aztecas, romo so verá después.
Pero si como instrumento indíge-
na fue la COA de tal suerte, ac-
tualmente resulta impropio definir-
la de igual modo. Icazbalceta, y con
perdón sea dicho de su respetabi-
lidad, maguer su característico es-
tilo clarísimo, sentó una definición
confusa a todas luces: "Instrumen-
to de labranza aue se usa en lu-
gar de la azada. Es uní» especie de '
pala de hierro, sin reborde alguno, i
casi recta por un lado, curva por el
otro, y terminada en punta, con un
cabo largo de madera en la línea
de la parte recta". — ¡Pala sin re-
borde recta por un lado, curva
por el otro....!! y terminada en
punta?
Peor anduvo la Academia. (1).
Tomó la definición de Oviedo, sus-
tituyendo lo de tostado por "endu-
recido al fuego" que le par.eció más
propio, y agregándole aguzado, di-
jo lo que sigue: "Palo aguzado y
endurecido al fuego, de que se va-
lían los indios americanos para la-
brar la tierra". Suprirñió lo de "a
manera de azada". Luego da una
segunda acepción, por "Instnimen-
to de agiúcultura que se usa en Mé-
xico, en lugar de la azada", copian-
do al Sr. Icazbalceta. al pie de la
letra. Todo esto es sembrar la con-
fusión en una cosa de suyo suma-
mente sencilla: la COA fue y ha
sido siempre recta formando im
sólo eje el cuerpo con el cabo; aun-
que primitivamente pueda haber si-
do un extremo o cuerpo mismo del
instrumento, ora aguzado y de for-
ma cónica, ora filoso y en forma de
cuña o rectangular, como es hoy
únicamente.
Respecto a la etimología de la
voz. la anarquía ha sido maj^or.
Quienes han creído en su origen
M' D. D«río Rubio (Mex. de la
Acad., p. 59) criticando la definición
de la jfcadeniia escribe: "Precisamen-
te lo contrario, porque la pala de hie-
rro no e.<: la COA: la COA fs: "Un p3-
lo de madera dur^ y de un metro más
o menos de longitud, aguzado por uno
de sus extremos, y qii^mado o tostada
la punta para darle mayor fortaleza."
(Zayas Alfonso. Lexicografía Antilla-
na), y a ésta se le ha aerrepado la pa-
la" Repetimos que la coa no lleva pa-
la: es una especie de pala, más resis-
tente, pero más pequeña, y que como
r.n-1 lle^-r> un f»abo. más lartro si se
quiere, como que el hombre cava con
la coa teniendo el cuerpo en pie.
COAL
362 —
COBB
mexicano, el ilustre Clavijero en
primer término; mas el Sr. Icazbal-
ceta ha probado que esto es erró-
neo; quien, como Oviedo, dice que
pertenece a la lengua de Cuba;
quien la califica simplemente de
"voz indígena", como el sobrio Pi-
chardo, y quien, por último, como
el eminentísimo Armas, halla en el
Vasco la raigambre de la palabra
en virtud de la desinencia oa. "Pe-
ro sea isleño o vasco nuestro coa,
— diremos con el autor del Vocabu-
lario de mexicanismos — el hecho
es que no pertenece a la lengua
mexicana". •
COALIGARSE. pr. "Equivocados
andan, y por ciei-to no son pocos,
los que creen que teniendo en nues-
tro idioma el sustantivo coalición,
forzosamente debe existir el verbo
coaligarse. Ni coalición nació de
coaligarse, ni este verbo ha existi-
do nimca en el habla castellana".
(GAGINI, p. 138).
Para mejor ilustración citaremos
los vocablos que por razón de pa-
ronimia suelen confundirse.
Coalición (Del lat. coalitum, sup.
de coalescere. reunirse, juntarse),
f. Confederación, liga, unión.
Coligación. (Del lat. colligatio,-
onis). f. Acción y efecto de coali
garse. — 2. Unión, trabazón -o enlace
de unas cosas con otras.
Coligarse. (Del lat. colligare; de
cum, con, y ligare, atar), r. Unir-
se, confederarse unos con otros pa-
ra algún fin.
Colisión. (Del lat. colliseo,-onis,
de collidere, chocar, rozar), f. Cho-
que de dos cuerpos. ,
COAZO. m. Golpe que se descar-
ga con la coa para romper la tie-
rra o hundirla en ésta. — Golpe da-
do con la misma, a guisa de tran-
ca.
COBA (DAR). Bromear; dar re-
moquete. Más usado en México.
COBIJA, f. "La acción y efecto
de cobijar, y también el mismo te-
cho de guano, yagua, etc." (PI-
CHARDO, p. 61).
Como se ye, nuestra acepción
provincial por el techo rústico es
estrictamente cubana. Las acepcio-
nes de manta y ropa de cama que
el Diccionario da como mexicanis-
mos, sin que sea cierto, porque co-
rren por toda la América española
(ICAZBALCETA, p. 105; RAMOS y
DUJiRTE, p. 126; OCAMPO, p. 152;
Cuba, MACÍAS, p. 335; C. Amén,
SALAZAR G.. p. 69; Hond., MEM-
BREÑO, p. 42; C. Rica., GAGINI, p.
138: Guat., BATRES, p. 176; Venez.,
PICÓN PEBRES, p. 81; Colombia,
CUERVO, p. 685; Ecuador, CEBA-
LLOS, p. 48; Ríopl., GRANADA, p.
155; BAYO, p. 54) no corren en
nuestro lenguaje provincial, y son
acepciones perdidas del castellano,
al decir de Armas, quien alega la
sigiente cita:
"Hallaron muchos niños y mujeres,
y ropas de sus mantas o cobijas."
(CAS'T., Eleg., Cartag., 7.)
Nuestra acepción es una aplica-
ción extensiva del significado de
teja que le da el Diccionario al vo-
cablo.
COBIJAR, a. "Techar de guano,
yagua o cosa semejante la casa
rústica". (PICHARDO, p. 61)— MA-
CÍAS. p. 335.
COBRAR, a. Siguiendo la corrien-
te del americanismo en el lengua-
je, es también enteramente común
a nuestra habla regional la acep-
ción de "pedir, exigir, demandar lo
debido", que este verbo no tiene en
buen decir castizo, si bien los es-
pañoles usan igualmente de él. con-
forme lo demuestra CUERVO (párr.
594) censurándolo.
El Diccionario de Aut. definió:
"Recibir, percibir y exigir la paga
de lo que se debe", aun cuando en
las trece ediciones posteriores no
COBR
— 363 —
COCA
aparezca en la definición otro ver- ■
bo que percibir. Terrei'os: "CO- i
BRAR: exigir o percibir la paga
de lo que se debe", con lo cual no
fue del todo claro, por la ambigüe-
dad que siembra la disj-untiva o.
Mas la indecisión va desaparecien-
lo. si se mira a que el Dicciona-
rio de la Lengua ha suprimido en
su última edición (14a.) la acepción
figurada de "pedir a uno con mucha
insistencia que haga alguna cosa",
con lo cual también ha estado sin
duda más. atento al uso autoriza-
do por los clásicos. Cervantes en
todas sus obras, no da al verbo
otra acepción que la reconocida
por Ta Academia. Citas de Gil y
Zarate de Amat y de Mariana, ale-
gadas por Cuervo, están acordes en
tal uso y confií-man su legitimidad.
Por último, lo que ha sucedido
y sucede en el habla popular, es lo
que el mismo autor de las Apunta-
ciones críticas ai lenguaje bogota-
-r> d'ce: "Siendo comúnmente el
cobrar efecto del pedir o exigir lo
debido, predomina el último con-
cepto y viene nuestro verbo a to-
marse impropiamente por pedir o
exigir uno lo que otro le debe". Así
esta traslación de sentido acrecien-
ta acepciones en las "'^nes del ha~
bla popular, como puede también
en ocasiones tornarse en fuente de
ociosos significados que no siendo
necesarios en el idioma por tener
quivalente puros de expresión,
vienen solamente a semlH-ar la
anarquía en una materia que es de
suyo propia para incidir en el
error y aun en la violación de re-
glas precisas. Por ello, siempre y
en toda ocasión, insistiremos en
que debe aprovecharse del habla
popular todo lo que entrañe una
necesidad, una acepción nueva que
aclare el concepto, desechándose
aquello que solamente exprese re-
petición de ideas castizamente ex-
plicadas por el Diccionario de la
Academia.
COBRATARIO. m. Cobrador.
Méx. liamos y Duarte lo registra co-
mo provincialismo de Yucatán.
COSRE. m. Centavo; centesimo
del peso; moneda única que se ha
ce de este metal, úsase también
en Veracruz.
"El cartón por cada jugada vale
tres centavos, y el agraciado tiene de
premio cincuenta cobres, y hasta un
peso." (RODRÍGUEZ BELTRAX, Per-
files, IX. La Polaca, p. 58.)
ENSEÑAR EL COBRE, fr. que-
dar en ridículo. Tómase general
mente en mala parte.
VER EL COBRE A UNO. fr. to-
marle el pelo, burlarse de él. Tó-
mase también en mala parte.
COBRERO. m. Calderero; calde-
retero. Persona que hace o vende
objetos que generalmente son de
cobre; como pailas, calderetas, etc,,
o que trabaja este metal como fun-
didor.
COCA (DE), m. adv. fam. Gra-
tis, de balde y en balde; baldío,
desocupado.
Méx. ICAZBALCETA, p. 106; OC^^JM-
PO, p. 1.53.
COCADA, f. Dulce de coco que se
hace con miel de azúcar, huevo y
mantequilla, cociéndose al horno.
En México llaman así a cualquier
dulce de coco, y se hace con pilon-
cillo ordinario.
El dulce es corriente en todr. la
América española, aunque en cada
"Izarte se componga de manera dis-
tinta.
COCAL, m. Cocotal; sitio pobla-
do de cocoteros. El Diccionario le
registra como Venez. Es voz común
de los países de Centro y Sur Amé-
rica.
"En el término del cocal se alzan
los ángulos agudos de los techos de
palma de dos casiichas." ÍRODRI-
I GrEZ BBLTR.\X. Perfiles, XXIV, Si-
' luetas. p. 224.)
coco
— 364
COCO
Cuba. PICHARDO, p. 61.
C. Rica. GAGINI, p. 140.
COCO. m. Con este nombre gt
nérico se conoce la vasija de for-
ma esférica hecha de la corteza de
la fruta del mismo nombre, del jí-
caro o del güiro, en que se toman
generalmente las bebidas campesi-
nas, el pozol, el pinol y el chocola-
te. Los hay cuidadosamente labra-
dos con curiosos dibujos e inscrip-
ciones, a los cuales llaman borda-
dos. V. BORDAR.
"Pronto cada uno tenía en las ma-
nos la manserina repleta de tortillas
con su gran coco de bebida." (MERI-
NO, Celestina, IX, p. 80.) — "Y luego
que sea repartido (el chocolate) en sus
tecomates que llaman- a unos cocos
muy labrados para el propósito."
ÍXIM., Cuatro Libros de la Nat., Lib.
I, cap. XLVI, p. 52.)
Venez. "Vasija hecha d6 la segunda
careara dol fi-uto de esto nombre. Se
coloca sobre un rodete que se teje de
junco, hoja de palma, fibra de cocui-
za, mimbre u otras cosas. A algunos
cocos se les pone pie desplata y s<
les adorna con enchapados de lo mis-
mo." (PICÓN PEBRES, p. 81.)
En Tabasco el coco se sienta so-
bre el yagual, hecho de yagua o de
bejuco, pero más comúnmente de
ballií rajado.
Méx. En OCAMPO (p. l^Z) hallamos
que se llama así al "Sudadero para
poner bajo de la silla o ap.arejo, he-
cho de los filamentos lojizos que for-
man la primera cubierta de la fruta
llamada coco."
En la América del Sur se llama
también así un "Pedruzcón hueco,
cuya forma exterior se inclina muy
grotescamente a un óvalo o a una
esfera y cuya pared interior está
cubierta de cristales". (GRANADA,
p. 155). ALCEDO habla de este mi-
neral en el Dice, geogr. hist. de las
Ind. Occ.
2. (Ibisi alba VIEILL). m. Ave del
orden de las grallatoras y la fami-
lia de las tantálidas. Vive a orillas
de las lagunas y depósitos palus-
tres, donde se alimenta de pececi-
líos, algas y plantas en descompo-
sición.
El Sr. Rovirosa en sus Ap. para
la Zoología de Tabasco (p. 45) di-
ce: "Es ave muy abundante aesde
Junio hasta Diciembre. — El vulgo
admite tres especies: coros negro.?
(1 pardos, pintados y blancos; pe-
ro estas variantes en el plumaje
dependen exclusivamente de la
edad y de ningún modo constitu-
yen caracteies específicos".
COCO PELADO, expr. fam. Así
se llama al fruto o hueso del co-
cotero, desprovisto de la envoltu-
ra fibrosa qué lo cubre.
"Se les quita con un machete el
carapacho o parte filamentosa que les
envuelve, quedando así reducidos a
menos de la mitad en volumeh y peso,
En este estado se llaman cotos pela-
dos. (RABASA, El Est. de Chis., p.
80.)
A COCO. m. adv., rapado a raíz,
de cuajo: pelarse A COCO.
COCOHITAL. m. Sitio poblado de
cocohítes. Conjunto de estos árbo-
les.
COCOHÍTE. (Del mex. quaquahuitl
Robinia? maculata, H. B. K. Legu-
minosa). Llamado también cocuite.
Árbol semejante al chipilochíte; de
hojas verde claro, compuestas,
opuestas, de tres a cinco centíme-
tros de largo, elípticas, jugosas. Es
planta que prende y se propaga por
estacas, por lo cual se llama vul-
garmente palo de nacer, como el jo-
bo y ¿tros, usándose mucho por es-
ta propiedad para cercas en luga-
res bajos o inunaables. De la flor
que es semejante en forma y color
a la alcaparra, cocida y colada, se
hace jarabe muy usado en refres-
cos. Florece a la entrada de la pri-
mavera, esparciendo muy suave y
grato olor en los campos. Es una
de las plantas del néctar de cuyas
flores gustan más las abejas para
fabricar miel. Los insectos se agol-
pan en gi-au número y forman en
coco
365
COCO
la fronda de cada árbol de COCOHl-
TE un rumor semejante al de la col
mena. Parece que hay variedades
de flor, rosada, blanda y lila, siendo
esta última la más estimada para la
fabricación del jarabe. Madera su-
mamente fuerte, e imputrescible;
úsase en la construcción rural. Por
la frondosidad de la copa se em-
plea el árbol como madre del cacao.
A esto debe sin duda el origen
de su nombre: quaquauitl, que se
descompone en quauitl-quauitl, es
decir, '"árbol del árbol", que sirve
de madre a su semejante el cacao,
prestándole sombra favorecedora
de su crianza y desarrollo.
"Los agricultores de Tabasco, des-
de tiempo inmemorial, han usado las
siguientes (plantas para dar sombra
al cacao): la madre chontal, la ma-
dre prieta, la madre blanca o serrana,
el cocohíte y la challa. Estos últimos
son má,3 bien usados como chichi-
guas." (MARTÍNEZ CHABLÉ, Cultivo
del cacaotero, cap. VII, p. 24.) — "Ter-
minada esta serie de operaciones se
plantarán a 30 centímetros de uno y
otro lado de las plantitas, y en la mis-
ma dirección estacas de challa, coco-
híte o madre serrana, que servirán pa-
ra proporcionar no sólo algima som-
l'ra, sino, para indicarle al peón en la
época de las limpias la presencia de
cada una de ellas." (ID., ib., cap. IX,
p. 37.) — "Los cocohítes y macuilices
no tenían hojas por tener flores." (CO-
RREA DE CÁRTER, Paulina, p. 60.)—
ib., p. 647.) — "Cocohíte... Esta ma-
dera es muy semejante a la anterior
(chipilcohite), tanto que muchos las
confunden;... es de igual resistencia
a la anterior." (Cat. de prod. agrie, de
la Exp. de S. Louls M., Iíi04. p. 45.)
COCO H ITERO, RA. adj. Relativo
o concerniente al cocohíte: gusano
cocohítero.
COCOL. (Del mex. cocole, "co-
lérica e impaciente persona".
MOL.?) adj. ÍNIucho tiempo ha que
oí usarlo como sinónimo de presu-
mido, soberbio o cosa semejante,
en aquellos versos de "El can-cán:"
"Ay, cocol! ya no recuerdas
cuando eras chimisclán;
y ahora que tienes tu ajonjolí
ya no te quieres acordar de mí."
Por cierto que tampoco atino con
este chimisclán, cuyo origen no apa-
rece en el mexicano ni en el maya,
por más que mi escasísimo conoci-
miento de estas lenguas tal vez sea
el óbice a encontrarle.
Pudiera ser cocol una variedad o
corrupción de cocoyol, según lo acu-
sa el hecho de llamar cocotazos
(V.) al tiroteo o combate por me-
dio de balas, seguramente por la
analogía de forma entre éstas y el
cocoyol, y porque también se dice
cocoyolazos.
Hallamos también en el maya la
palabra Kocol, sucio; pero esto es
qpntrario a la idea de nuestro pro-
vincialismo.
Como mexicanismo significa rom-
bo, en adornos, bordados, tejidos,
etc. (ICAZB., p. 107); mas aun en
esta acepción el autor dice sola-
mente: "Sospecho que esta voz es
de origen mexicako, porque entra
en la composición de varias pala-
bras de ese idioma; pero no acier-
to a encontrar en ninguna de ellas
analogía con el significado actual".
2. Significa también bucle, rizo
en el pelo. Menos hallo en esta
acepción las relaciones de la voz
con sus probables originarias coco-
le, mex., o kocol, maya, y más bien
pudiera ser, en este caso, variante
de caracol, tanto por paronimia en-
tre ambas, como porque esta voz
caracol, como mexicanismo (ICAZ-
BALCETA, p. 85) tiene el mismo
significado de bucle.
Como quiera que sea, ello es que,
no siendo castellana la voz, de uno
u otro de los citados idiomas indí-
genas de América debe derivarse,
inclinándonos siempre más al ori-
gen maya.
3. Tengo entendido que en cier-
tos casos se usa esta voz en Ta-
coco
— 366
COCO
basco como afectivo para llamar
cariñosamente a los muchachos hu-
mildes. ¿No pudiera esto ser una
confirmación de su probable origen
maya, por la relación de condición
con sucio?
Por último, el Sr. Jesús Sánchez
(apud Róbelo, Dice, de Azt., p. 525)
dice que COCOL viene de coltic,
mex., torcido. Esto guarda alguna •
relación con el significado de bucle, j
El Sr. Róbelo (OB., cit., p. 508) re- !
gistra la acepción mexicana de "Ta- !
mal de maíz y frijol amasado con
miel, que usaban los indios en sus |
comidas religiosas. Radicales des- i
conocidas". Es también digno de ]
reparo que en Tabasco no corre
ninguna de las acepciones mexica-
nas, ni tomando a cocol por rombo
en general con relación a cosa al-
guna que afecte esa figura. En XI-
MÉNEZ .y HERNÁNDEZ (Cuatro ,
Lib. de la Nat, p. 111) se lee la
descripción de una planta "De la
que llaman Cocomecatl, que quiere
decir medicina de soga retorcida
— La planta que llaman cocomecatl, :
a quien llaman algunos cocomecaxi-
huitl, es una yerba que tiene las
hojas como las del albahaca, pero ,
mucho mayores llenas de esquinas, i
cortadas al tallo pui-púreo y retor- 1
cido " Todo confirma, pues, la
mayor propiedad de nuestra acep-
ción provincial por rizo, como más
aproximada al significado etimoló-
gico del vocablo.
COCO LAZO. Usado más común-
mente en pluraT, en la frase: la ho-
ra de los COCOLAZOS, por balazos,
tiros. V. COCOL.
"Hoy 3é citan para un desafío
A pistola, puñal o cañón;
Pero a la hora de los cocolazos...
Ahí se zurran, señor don Simón.
(Cantar popular del folklorismo ta-
bfisqueño.)
COCOLBOX. (Pronunciado cocol-
bosh. Del maya kocol, sucio, y box,
negro), m. Nombre que se da al
cacao de clase inferior, provenien-
te de la mazorca que endurece se
seca y entra en descomposición, a
causa del granizo, la lluvia o cual-
quiera otra circunstancia que ataca
la fructificación del cacaotero, o
que impide la madurez normal del
grano.
"También perjudican mucho al ca-
cao los vientos del sur, las graniza-
das y otras mil causas que, bien ha-
cen morir al árbol o ennegrecen la
mazorca convirtiéndola en lo que aquí
llaman cocoibox." (ROVIROSA, El
Partido de Macuspana, MS., p. 117.) —
"Además de esta clase de cacaos,
existe en las fincas otras que resulta
de las mazorcas que por un accidente
o por descuido permanecen en la ma-
ta hasta que se secan por completo."
(MARTÍNEZ CHABLÉ, Cult. del ca-
caotero, cap. XIII, p. 57.)
COCOLMECA. (Cocoimecatl o co-
zolmecatl, mex., compuesto de co-
col 11, cuna de niño y mecatl, sogry
cuerda (SIMEÓN), que "quiere de-
cir soga de las cunas". XIM. y
HERN.) f. "Planta de cuyo tallo,
muy duro y ligero, se fabrican bas-
tones. Smilax rotundifolia, L. Esmi-
láceas, (COLMEIRO). Smilax pseu-
do-china» Sch.: Raíz de China de
México, Farm. Méx., p. 93. Cozo!-
mecatl, HERN. V., 72". (ICAZBAL-
CETA p. 107).— OCAMPO, p. 153.
"La planta que dicen Cocoimecatl,
que otros llaman olcacacan, parece
que pertenece en alpruna manera a las
especies de la China, porque tiene la
raíz, gruesa casi redonda, roja gra-
ve y hebrosa de la cual salen unos
tallos cerca de la rftíz colorados vo-
lubles y delgados, y nudosos, llenos de
zarcillos, y tijeretas, con las cuales se
sube y encarama a lo más alto, y en-
cumbrado de los arboles, más cerca-
nos, ti^ne las hojas casi redondas, de
mediana grandeza, y atravesadas con
tres venas que de largo a largo dis-
curren la frutha, como la del arrayan,
llena de semilla... nace en... tierra
caliente,... en lugares altos y bajos...
dizen que hay dos especies; una de
cuyo tronco se hacen bordones her-
mosíssimos, pintados atrechos, con
unas vetas leonadas, y negras "
íXIM. HERN., Cuatro Libros, cap.
LVII, p. 172.) Continúa el autor ha-
coco
— 367 —
COCO
blando de las propiedades medicina-
les maj-avillosas de la otra especie,
para curar heridas y llag-as, "aunque
sean nacidas del mal francés" y nu-
merosísimas aplicaciones a otras tan-
tas enfermedades, al grado de que Ue-
fca. a concluir que "por solo averse ha-
llado esta planta, y dádose a cozer a la
gente de nuestro orbe, an conseguido
su fin los soberanos ynbictos del Rey."
En nuestros días y en nuestra tierra
no tiene tan numerosas aplicaciones ni
tan maravillosos efectos medicinales.
CÓCORA, f. "Persona molesta 9
in: pertinente en demasía". Igual sig-
nificación; pero además expresa la
molestia misma. Lo mismo en Cu-
ba: "Incomodidad, escozor, tormen-
to espiritual preventivo y constan-
te". (PICH., p. 62).— MACÍAS, p.
341.
En México tiene la acepción espe-
cial de "persona que en cualquiera
reunión o espectáculo público mo-
lesta a la concurrencia, con gritos,
silbidos, siseos y otras groserías".
(ICAZBALCETA, p. 107).— OCAM-
PO, p. 153.— RAMOS y DUARTE.
p. 126.
COCOTA. (Del neol. fr. cocote),
f. neol. "Cortesana: mujer elegan-
te de costumbres libres". (ICAZ-
BiVLCETA, p. 108).
"Como no es decididamente una en-
copetada cocota, ni cosa que lo val-
ga." (FACT/XDO. Ensalada de Pollos,
t. II. cap. II.) — "¿Xo salje ud. lo que
es cocota? — Xo. — Una queridita." (ID.,
Jamonas, t. I, cap. X, p. 147 et alibi.)"
COCOTAZO. Coca, Ser. art, 4a.
acep. : golpe que se da en la ca-
beza con los nudillos de los dedos
de la mano, cerrada ésta. En Ríopl.,
se dice bícoque, y cocacho en Chi-
le, según BAYO (p. 31.) SARZÓN
(Dice, argentino) y SEGOVIA (Dice,
de argentinismos) dan cocacho. Pa-
rece que en Yucatán llaman así a
un "Pan de trigo hecho en fonna
redonda." (RAMOS y DUARTE, p.
126.)
"San Pedrito el más chiquito
con San Francisco Javier
se dieron de cocotazos,
por un bushito de miel."
(Cantar popular de Tabasco) (Tab.
Gráf., núm. 152, Dic. 28-916.)
"Salta pa juerita y verá si te pongo
choroto a cocotazos." (RODR. BEL-
TRAX, Pajarito, XII, p. 234.) En el
Vocabulario que sigue a la obra la
da como binónimo de cogotazo, el au-
tor; pero nos parece que es ligereza.
En esta misma acepción simple le re-
gistra CUERVO (párr. 849.)
Cuba. MACIAS, p. 341.
2. Fruto duro y redondo, pareci-
do por la forma a la guayaba, que
usan los muchachos para jugar al ti-
ro a guisa de pelota. El mismo nom-
bre se aplica a la planta, que es sil-
vestre; árbol frondoso, de hojas ver-
de claro de figura elíptica, abundan-
te en el campo alto. Por esta acep-
ción, parece que predomina la idea
de redondez en virtud del afijo co.
COCOYOL. (Del mex. coyoili.
Cocos pínatifoila. L.) m. Espe-
cie de palmera, parecida al co-
rozQ, que produce el fruto del
mismo nombre, semejante al coco
de agua, pero stimamente pequeño,
regularmente de dos a tres centí-
metros de diámetro, y semejante
también al que en la costa del Pa-
cífico llaman coquito de aceite. Co-
mo éste es también oleaginoso y
comestible, especialmente en dulce,
almibarando por cocción la pulpa o
pericarpio. Del hueso, negro y
grueso de más de un milímetro,
cortado en zonas, se hacen muy cu-
riosos anillos, grabados en relieve
o finamente tallados. En México se
le llama con mayor propiedad coyol,
nombre que está más de acuerdo
con la etimología de la palabra; y
sirve, según ICAZBALCETA (p.
125), "para cuentas de rosario y pa-
ra adornar ciertos objetos como las
cuartas de lujo", aplicaciones que
desconocemos en nuestro territorio.
Hay una especie de 'fruto más
COCHE
— 368 —
COCHE
grande, que se llama cocoyol de sa-
bana, por alusión a los lugares en
que más comúnmente se produce.
Suele llamarse también cocoyol al
fruto de todas las palmeras en ge-
neral. En Centro América se llama
coyol.
"Así es aue en aquellas cuya cubier-
ta es ósea, esto es, de hueso, la ger-
minación no se opera sino al cabo de
nivichos meses, como el cocoyol, coco,
corozo, etc." (GIL, y SAENZ, El Capo-
ral, p. 52.) — "Un instante alzó Antón
la vista, y frente a él, parado en la
penca de un cocoyol, se encontró con
que, al fin, contaba con un compa-
ñero en aquel escondrijo: era un zo-
pilote que le miraba de hito en hito,
moviendo su cuello acompasadamente,
de arriba a abajo en actitud de quien
medita." (SÁNCHEZ MARMOL, Antón
Pérez, XIX, p. 201.) — "El chapaleo de
los peces en la superficie tranquila;
las ardillas "sentadas" en los bejucos,
royendo verdes cocoyoles de jahuacte."
(COFFIN, Gral. Gutiérrez, V, p. 39.)
No es cierto, como asienta RA-
MOS y DUARTE (p. 126), que en
Tabasco se llame corozo al cocoyol,
pues aquél, como hemos explicado,
es otra especie (Cocos crispa), y la
fruta es enteramente distinta.
2. Por alusión a la forma, segu-
ramente que no a la dureza y re-
sistencia, se llaman vulgarmente
cocoyoles a los testículos del hom-
bre. Lo mismo es en Costa Rica
(coyoles), según F. FERRAZ (p.
32).
COCOYOLAR. m. Sitio poblado
de cocoyoles, o plantío de estos ár-
boles.
COCOYELERO, RA, adj. Relati-
vo al cocoyol; afecto a esta fruta:
puerco cocoyolero.
COCHAMBRE, m. fam. "Cosa
puerca, grasienta y mal oliente".
Usamos más ésta en la acepción de
mugre, suciedad apergaminada del
vestido.
COCHE, m. Coche, cochel, cochi,
cuche, y aún cuchí que registra el
Diccionario, y cuchín son términos
vulgares para llamar al cerdo. Que
estas palabras o algunas de ellas
sean originarias de lenguas ameri-
canas, queda resuelto negativamen-
te, desde luego que en Asturias (Es-
paña) dícese cocho que registra la
Academia. "No se trata, pues, — co-
mo dice muy bien ICAZB. (p. 133,
voz CUCHI) — de un provincialismo,
sino de una simple abreviación de
cochino, que se usaba y usa como
vocativo para llamarle o estimular-
le, y que por haberla oído de los
españoles creyeron los indios en
varias partes que aquél era el nom-
bre de un animal para ellos desco-
nocido".
Todas no son más que variacio-
nes fonéticas: nosotros usamos in-
distintamente coche, cochi y cuchi.
Lo cierto es que no es voz quichua,
como quieren Markham (citado por
Icazb.): Rodríguez (p. 109) y al-
gunos otros lexicógrafos america-
nos, sino castellana sin duda, co-
mo añrman Icazbalceta (supra)
Cuervo (párr. 967), Gagini (p. 141) y
Arona (p. 139). ni es sólo voz del
Perú, como erróneamente indica el
Diccionario.
¡COCHE! interj. que se usa para
estimular o arrear al cochino. Lo
mismo en Venezuela (PICÓN F., p.
83), y seguramente en otros luga-
res de América, dado que no es
más que el mismo nombre del cer-
do.
COCHE de MONTE, m. "Nombre
vulgar del Dicotyles tajaca, Scla-
ter., más comúnmente llamado puer-
co de monte. (V.) (Pécari en la
América del Sur y en Europa). Del
mismo modo se llama en Guatema-
la (BATRES, pp. 179, 180). Los me-
xicanos le llamaron c o y a m e 1 1
(HERNÁNDEZ, Hist. quad., cap.
XXV) y aun al cerdo común que
trajeron los españoles llamaron así
, también". (Icazb., p. 133.)
CODI
— 369 —
COGE
COCHERO, m. "Lenguaje soez.
Hablar COCHERO, o en COCHE-
RO". (ICAZB., p. 108).— OCAMPO,
p. 154
2. adj "La persona que habla
cosas obsce'níimente ambiguas".
(OCAMPO, supra), o groseramente
claras.
COCHINILLA, f. Insecto que
ataca las hojas del tabaco, ensu-
ciándolas con sus deyecciones. Llá-
mase también palomilla.
"La palomilla o cochinilla que en-
sucia la hoja — del tabaco — con sus ex-
crementos." (KRAUSE, Cultivo del ta-
baco, p. 113.)
COCHINO, NA. adj. Indigno, in-
decente; que no obra digna o de-
centemente. En Venezuela signifi-
ca "cobarde" (PICÓN, p. 83), para
lo cual usamos nosotros de la pa-
labra gallina. V. Es despectivo y
vulgar.
CODAZO. DAR CODAZO, "dar
cañutazo, comunicar oportuna y re-
servadamente a una persona algo
que le puede ser útil. Se asemeja
! CODILLO, f. En el sentido de
ángulo, que da el Diccionario a Co-
dillo en la 3a. acepción, se llama
así en las embarcaciones al que
forman los costados hacia proa y
popa pai-a teiTuinar en la quilla, o
I parte afilada de los extremos de la
' nave.
CODO. adj. Tacaño, avariento,
miserable: Fulano es CODO, o muy
CODO.
2. m. En general usamos de esta
palabra en la acepción de ángulo,
y así decimos: un CODO del cami-
no. No es desatinada la acepción,
en vista de que es una aplicación
figurada, por la forma de la extre-
midad en el codo.
"Del gallinero pasa nuestra jarocha
mueve la tierra alrededor de los co-
ditos recien sembrados." (RODRÍ-
GUEZ BELTRAN, Perfiles. I, p. 10.)
MORDERSE EL CODO. "MOR-
DERSE UN CODO. vulg. aguantar-
se, refrenarse, someterse a una ne-
cesidad hasta el último extremo",
(ICAZB., p. 109).
COGEDOR. RA. adj. Dícese de la
a la frase familiar Dar de, o del co- 'apersona excesivamente inclinada al
do, que trae el Diccionario; pero coito, a la salacidad.
ésta implica siempre una acción
material y la otra no: el CODAZO
puede darse de palabra, por escri-
to o por medio de tercera persona".
COGER, a. En tono festivo y pi-
cante, dice BAYO (p. 58), con mu-
cha propiedad, lo siguiente que ha-
cemos nuestro y que es acepción
(ICAZBALCETA, p. 109). Agregare- muy mexicana también: "GOGER-.
mos, para aclarar mejor el concep-
to, que el CODAZO se da sobre al-
go que se trata reservadamente o
que se trate de que no lo sepa pre-
cisamente aquél a quien se da. En
Lo que prohibe el sexto de la Ley
de Dios. En el Río de la Plata es
palabra mal-sonante y hay que re-
emplazarla siempre por agarrar.
Los mismos comediantes se ven
México Se usa más de la frase dar apuradillos cuando han de recitar
pitazo. — OCAMPO, p. 154. versos como la décima aquella de
"Entonces avisé o di codazo a uno La vida es sueño: "Cuentan de un
que estaba cerca de mf: tuve la fpr- j , . ,j ,,
tuna de que me creyera." (PENSA- f^^^^ ,^^1® ^^ ^^^' ^^ <l"e se con-
DOR. Catrín, cap. VIL) I juga dos veces el verbo coger." Es
CODIFICADOR, RA. adj. Que codi- vulgar. Lo mismo en México, se-
fica: persona encargada de codifl- ^^^ Somoano (pp. 19 y 84), quien
car o de hacer la codificación de las ¡asegura que es corriente en toda
leyes, reduciéndolas a un cuerpo. '^ América Latina.
Hond. MEMBRESO. p. 42. ^ ** 24
COGE
— 370 —
COHE
2. pr. Apropiarse una ;osa aje-
na; hurtar, robar.
Hond. ]\TEMBRE5ÍO, p. 42.
COGER CAMINO, fr. fam. irse,
retirarse, sobre todo repentina-
mente y a prisa: se echó un trago,
y que coge camino, dicen con fre-
cuencia los rancheros.
Coger el camino da Salazar G. (p.
70) por tomar; "pero no asir...",
lo que quiere decir que puede ser
beber.
Es común la acepción de coger
por ir, tomar un camino una direc-
ción; de ordinario regido por las
preposiciones por o para: por aquí
cogió; coger para arriba. Cuervo,
(párr. 544) refiere que en este sen-
tido no se halla en el Diccionario,
pero que son corrientes las expre-
siones: "Cogió su camino río aba-
jo; alega, además, una cita de Ba-
roja (Mala hierba, p. 329), con la
cual justifica el uso de dicha frase.
COGIENDA, f. Acto repetido de
coger, o en que cogen colectiva-
mente varias personas o anima-
les; en la acepción prohibida (
este verbo. Es vulgar.
Bogotá. "Cogida, cosecha o recolec-
ción de frutos; además la caza que en
tiempo de gruerra se da a los infeli-
ces por Rentes brutales para robarlos
v hacerlos soldados por fuerza."
(CUERVO, párr. 861.)
COGOLLERO, RA. adj. Relativo
o perteneciente al cogollo. Dícese
principalmente de ciertos insectos
y gusanos que viven en el cogollo
de las plantas y que de él se ali-
mentan. Por antonomasia suele apli-
carse como sustantivo al gusano, o
determinada clase de gusanos o in-
sectos de los que son cogolleros, y
en especial a uno que ataca a la
planta del tabaco, que PICH. (p.
64) tan acabadamente descr''^^
estos términos: "Gusano de pulga-
da y media de longitud, delgado, co-
lor blanco con vetas oscuras, ca-
beza dura y armada de dos garras
o dientes. Habita frecuentemente
en el cogollo del tabaco, desde don-
de hace sus incursiones por toda
la mata picando las hojas en térmi-
nos de ponerlas como irna criba."
"El Cogollero. — Es una especie de
saltador, pequeño, de color verde y
alg-unas veces blanquizco con vetas
negras; llega a tener una longitud de
tres centímetros; el nombre de cogo-
llero le viene porque se alimenta del
cogollo de las hojas más desarrolla-
das que están situadas en la corona."
(KRAUSE, Cultivo del tabaco, p.
110.)
Cuba. :\rACfAS, p. .318.
COGOLLO, m. "Cada uno de los
renuevos que echan los árboles."
Punta en general, yema, la parte
tierna de las ramas del árbol, y,
por antonomasia, la punta de la ca-
ña especialmente, como en México
(ICAZB., p. 109) y en Cuba (PICH.,
p. 65.)
COHETE, m. Borrachera, en len-
guaje festivo.
2. adj. Borracho; en lenguaje
festivo. Generalmente úsase con el
adverbio bien: estaba bien COHE-
éTE.
REVENTARLE O TRONARLE
EL COHETE EN LAS MANOS a
uno. frase figurada familiar oon que
se expresa la realización de un su-
ceso o acontecimiento cuyos efec-
tos o resultados afectan en primer
lugar, directamente o en más alta
escala al aludido, o cuya respon-
sabilidad recae sobre él inmediata-
mente.
"El Sr. MareraUi de.ió las riendas del
gobierno, y entró en e;ercioio del Eje-
cutivo .su vice que lo era T). Santiago
Duaue de Estrada desde el 2fi de Apos-
to dp> 182S. y duró hasta el 10 de Sep-
tiembre de 1828. en que el Congreso
le concedió dos meses de licencia pa-
ra irse a Campeche, en sus manos re-
ventó el cohete de la expulsión de los
e-JT)añoles". "rCII. v SAEXZ. Compen-
dio histórlco-geoqráfico, p. 173). — "Con
tal motivo aquél historiador usa ima
I de sus más características expreslo-
I nes "en sus manos (de Duque) le
COHE
— 371 —
COJO
los españoles". MESTRE GHIGLilAZ-
ZA, Documentos y Datos para la his-
toria de Tabasco, t. I, cap. XXV, pp.
S.5Ü-7, nota (4). — "Yo lo que siento es
que le truene a nuestro amigo el co-
hete en la mano." (Astucia, t. 11, cap.
Xlir, p. 3t36).
COMETERÍA, f. "Fábrica de co-
hetes y demás fuegos artificiales.
2. Conjunto de cohetes dispara-
dos.
"Es extraño que el Diccionario no
traiga esta voz, habiéndola' propues-
to Salva hace tantos años. Aquí es
muy usada." (ICAZBALCETA, p.
109.)
Hond. MEMBREÑO, p. 42.
COIME, m. No es "mozo de bi-
llar" simplemente; aquí — como en
Cuba — se da este nombre general-
mente al "que cuida del billar, ■
apunta los tantos y sirve en todo lo
concerniente a su juego." (PICH.,
p. 64.)— MACÍAS, p. 154.
COJINILLO, m. Cojincillo, peque-
ño revestimiento interior a mane- '
ra de almohadilla o lomillo que lle-
van los tejuelos de la silla de mon-
tar, para hacerla descansar más
suavemente sobre los lomos de la
caballería. tJsase más en plural: los
COJINILLOS.
Méx. "Especie de árganas o alfor-
jas de vaquetas seniicilíndricas y que
^irven para llevar en un camino las
provisiones colgadas de la cabeza de
la silla". (OCAMPO. p. 155). — "Bolsas
o árganas pequeñas que se colgaban
df la cabeza de la silla, para llevar
en ellas cartas, encareros de poco bul-
to, provisiones, etc." (ICAZBALCETA.
p. IIO).— RAMOS y DUARTE, p. 127.
"Vestido ya con traje de arriero,
su itacate en ios cojinillos". (Astucia.
t. I. cap. IV).
Ríool. "Manta pequeña de lana, hi-
lo, etc., que se coloca sobre el lomi-
llo del recado". (GRANADA, p. 157).
COJOLITA. f. Hembra del cojo-
lite. V.
COJOLITE. (Del mex. Coxolitli.
Penelope purpurascens, Wagl.) m.
Ave del orden de las gallináceas,
familia cracida, según la clasifica-
ción adoptada por Rovirosa (Ap. pa-
ra la Zoo!, de Tabasco, p. 41). Sue-
le llamarse también güecu, nombre
zoque. Especie de faisán real de
México, dice Toro Gisbert (Dice.
Lar.); este es el nombre que los
españoles le dieron al conocerle.
La descripción que de él hace Ró-
belo (Dice, de Aztequismos, p. 510)
es muy acabada: "Especie de fai-
sán, del tamaño del ánade, con un
penacho en la cabeza, que extiende
y encoge a voluntad; tiene ias plu-
mas leonadas. Su carne es muy sa-
brosa".
"El interior de los bosques más es-
pesos es la habitación de los cojolites
y faisanes. En los meses de marzo,
abril y mayo, cuando los árboles pier-
den parte de sus hojas por efecto de
lu escasez de lluvias y una alta tem-
peratura parece imponer silencio a los
habitantes alados de las selvas ti'opi-
cales: la magestad, el imponente as-
pecto de aquellos antros solitarios y
rriniitivos, auméntase al repetir , los
ecos, en derredor del naturalista o del
cazador, el grito del cojolite y el gru-
ñido del faisán. Si el reposo de la sel-
va no se interrumpe, el hum (aspira
do) prolongado y profundo de éste se
^próxima, ae percibe cada vez más
cerca, y no tarda en dejarse ver la
hermo.sa ave marchando con paso len-
to y majestuoso al pie de las gigan-
tescas higueras salvajes, recogiendo
los frutos que le son más codiciados.
Hay un punto muy digno de llamar
la atención de los naturalistas en lo
tocante al régimen alimenticio de las
tres aves (las anteriores y la chacha-
laca) de que me ocupo. Entre los fru-
tos más apetecidos por ellas, figura
uno conocido en Macuspana con el
nombre vulgar de chilillo, producido
por una planta que .jio he tenido oca-
sión de determinar bien, y que pudie-
ra ser el Thoa ureus de Aublet, hoy
Gnetum thoa de De Candolle. Los cra-
cidos en cuestión tragan sin triturar
esos frutos, dotados de principios al-
tamente venenosos, pero Inofensivos
para ellos. Cuando los faisanes, cojo-
lites o chachalacas tienen chilillo, se-
gún la expresión de los campesinos,
se sabe perfectamente por la trans-
parencia de los huesos, lo cual no im-
' pide que sus delicadas carnes se sir-
COJO
— 372 —
COJO
van en la mesa sin eí menor peligro
de intoxicación, pero muy bien se cui-
dan de que los pert-os coman los des-
perdicios, porque mueren inevitable-
mente, sufriendo fuertes accesos se-
mejantes a los que produce la hidro-
fobia". (ROVIROSA, Obra citada, pp.
41-2).
•'El cojolito de las dimensiones de
un pavo doméstico y de pluma ma-
tizada, es habitaante de los montes
elevados". (Diccionario Universal, t.
Iir del Apéndice, art. YUCATÁN, p.
993).
CLAVIJERO (Hist. Ant. de Méx.
y su Conq., lib. I, p. 45) habla de
esta ave en el pasaje siguiente:
"El coxolitli y el tepetototl son del
tamaño del ánade, y con un pena-
cho en la cabeza, que extienden y
encogen a su arbitrio. Estas dos
especies se distinguen entre sí por
sus colores, y por algunas propie-
dades. El coxolitli, llamado por los
españoles faisán real, tiene las plu-
mas leonadas, y la carne muy sa-
brosa". No hallamos referencia de ,
esta ave en Sahagún.
COJOLITEAR. a. Ir por el bos-
que a caza de cojolites.
COJOLITERA. f. Lugar del bos-
que en que generalmente vive o )
anida el cojolite. Por lo común las
COJOLITERAS se hallan en las re-
giones donde se producen la higue-
ra y el chilillo, de cuyos frutos se
alimenta este animal. j
COJOLITERO, RA, adj. Relativo;
al cojolite; que tiene añción P'Or j
él; perro COJOLITERO. j
COJOLLO. m. Cogollo. í
COJÓN. m. vulg. Testículo. Úsa-
se de ordinario en plural.
El Diccionario no da esta voz. La
trae Terreros. Tal vez sea aumen-
tativo de cojo, por alusión a la
forma de los testículos que por lo
común no son iguales en tamaño ,
ni están a la misma altura los dos,
en ningún animal.
Echegaray (Dice. Gral. Etim. de
la Leng. Esp.) da la voz con la si-.
guiente etimología: del griego xo-
ieós (koleó) : latín coleus.
Con relación a este nombre vul-
gar de los testículos, muy propio
en el lenguaje campesino, hay mul-
titud de plantas designadas por la
semejanza del fruto con los testí-
culos de algunos animales, y así
tenemos COJÓN DE MICO, un ár-
bol grande, lechoso, que produce un
fruto en racimos pareados y del ta-
maño y forma de los testículos del
verraco; pero el nombre alude al
color, que es blanquizco como el es-
croto del mico; COJÓN DE PE-
RRO, planta parásita como el con-
tí que produce un fruto semejante
al jujo, envuelto por una tela fina,
oscura o pintada de negro, en l-o
cual se parece a las partes del pe-
rro, y i'ecubierto por una espata;
COJÓN De VENADO, arbusto vi-
vaz, lechoso, que produce frutos de
corteza roja, de semillas pareadas,
comestibles, muy dulces, cubiertas
de una felpa.
COJONCILLO. m. Especie de abe-
ja agreste, negra, de tamaño menor
que una mosca, sumamente irrita-
ble; da piquetes muy fuertes y do-
loro&os que encienden la epidermis
El nombre lo debe a la forma de
nido o panal, semejante a las par
tes colgantes de un toro; es de co
lor gris claro y en el interior divi
dido en tabiques horizontales armo-
niosamente arreglados.
"Pues aquí en el país hay diferen-
tes clases de abejas, como la limon-
cillo. cuaiacabeza, cojoncillo, panal de
sabana, etc." (GIL. y SAENZ, El Ca-
poral, p. 105).
COJONUDO. adj. vulg. Dícese del
hombre valiente, esforzado o teme-
rario en el valor, y también por an-
tífrasis del perezoso, demasiado
lento o tardo.
Terreros da cojudo por cojonudo.
El Dice, vulgar tráelo por "animal
no castrado", con la etimología co-
COLA
— 373 —
COLA
leus, de cojón. No es, por tanto, i
razonable que no dé esta última
voz.
2. Cosa hano difícil, escabrosa.
COLA. f. En sentido figurado los
resultados o las consecuencias de
alguna cosa, sobre todo cuando t^ou
funestos o desagi'adables.
El Diccionario da esta acepción
en la frase tener o traer cola una
cosa.
'• — El huracán ha soplado en las An- ,
tillas, y esta no es más que la cola, '
como dicerr en el puerto". (PATNO.
Fistol, t. II. cap. II, p. 28).
COLA DE LORO. Dícese de la
planta recién nacida en que ape-
nas se inicia el tallo.
"Cuando está fuera del _ hoyo ver-
deando, decimos que está corpo colita
de loro". (GIL y SAEXZ. El Caporal,
p. .571. — "Reventó la milpa, la colita
de loro, antes de los ocho días". (ID.,
Ib., p. 68).
COLA DE PATO. Bacinilla, gene-
ralmente de porcelana, muy conoci-
da, propia de acomodarse al enfer-
mo para que defeque acostado, por
su forma aplanada, a lo cual debe
el nombre.
ARRASTRAR. TENER O LLE-
VAR COLA, O MÁS COLA QUE UN
PAPAGAYO (cometa, papalote) una
cosa. fr. fam. fig. tener consecuen-
cias o detalles subrepticios, ocultos
o velados; dícese de aquello en que
se persigue un fin disimulado y re-
gularmente reprochable.
FORMAR COLA. fr. fam. fig. Ha-
cer cola.
SALIR CON LA COLA, O EL
RABO. ENTRE LAS PIERNAS, fr.
fam. fig. Salir corrido, avergonzado,
confundido.
"De este modo me insultó -cada uno
lo mejor que pudo, y yo no tuve más
ot)ortuna respuesta que marcharme,
como suelen decir, con la cola entre
las piernas". (PENSADOR. Periquillo,
pte. 2a., cap. VII, p. 199). — "Don Gai-
f< ros tuvo que envainar su tajante es-
pada, y retirarse a lo perro, y no a lo
gallo, quiero decir, con la cola entre
ras piernas". (MORALES, Gallo, p.
43S).
SER uno COLA. fr. fig. En gene-
ral, ser uno el último, ya rectamen-
te en lugar, ora metafóricamen-
te en calidad o condición.
El Diccionario da la frase como
sinónima de Llevar uno cola, que
se dice especialmente del estudian-
te que ocupa el último lugar o pier-
de por elección de calidad entre
sus compañeros.
" — ¡Por la mía si puedo! — ¡Zas!
.ella es: — [Soy cola!" (RODRÍ-
GUEZ BELTRAX, Perfiles, X^TII, p.
l2.T>.
TORCER UNO LA COLA. fr.
fam. fig. Disgustarse, desagradarse,
protestar.
"El de todo un caballero andante
manifestó (sic.) acometiendo la terri-
ble y descomunal aventura de defen-
der a cola de plata: pero como éste
torció la colita, todo se lo llevó el Dia-
blo". ÍMOR-^XES. Gallo, p. 438).
Dícese también torcer la puerca
el rabo.
COLACÍÓN. f. Refacción que se
toma estando de dieta; o pequeña
porción de alimento que se toma
por vía de desayuno, para repa-
rar el estómago ligeramente.
Esta última acepción la hallamos
en ORTUZAR (p. 82). El Dicciona-
rio dice que es "Refacción noctur-
na que se toma en los días de ayu-
no". No parece descarriado el sen-
tido de nuestra acepción, según es-
to, y principalmente, porque en
sentido recto la colación académi-
ca es, o alimento ligero, o alimen-
to que se sirve por obsequio (dul-
ces, etc.) 5" en nuestro uso preva-
lecen ambas ideas, puesto que la
colación se toma en pequeña can-
tidad y a guisa de obsequio para
entretener o contentar el estómago.
Méx. Conjunto de dulces, confites,
f-tc. (IC.VZBALCETA. p. 110). Esta
acención p.<5 desconocida en Tabasco.
COLADURAS, f. pl. "El residuo
que queda en el cedazo al colar la
COLÉ
— 374 —
COLÉ
maza de maíz o harina de arroz di-
suelta en agua o leche, para hacer
el atole; éste se obtiene poniendo
a hervir el líquido colado. Las co-
laduras sirven de alimento a las
aves de corral". (ICAZBALCETA,
p. 110). Para nosotros: residuo que
queda en el colador al cerner cual-
quier líquido, el atole, el almidón,
etc., y sirve también para alimento
de los cerdos. Más comúnmente se
llama en el lenguaje vulgar xix
(pronunciado shish), palabra toma-
da del maya. (V.)
"Me divertía en ver aquéllas (las
gallinas) y a éste (el gallo) pejienar
los restos de unas coladuras de maíz,
f^uf.ndo observé que el gallo se enca-
raba hacia mí". (MORALES, Gallo Pi-
tagórico, p. 24). — Ahí tienes qvie a un
erallo se le impone inmediatamente su
harem de gallinas, se le dan sus co-
laduras de maíz, vive ^conio un sul-
tán". (ID., ib., p. 105). — "Recogiendo
todo el maíz y las coladuras que po-
dían". (ID., Ib., p. 445).
COLEADA, f. Acción de derribar
una res, tirándole de la cola. Está,
en el Diccionario como provincia- [
lismo de Venezuela.
COLEADERO, m. Acción de co-
lear varias veces; acción repetida
de colear.
Méx. "Diversión reducida a colear
toros." (ICAZBALCETA, p. 111.) Es-
taba en el suplemento de la 12a. edi-.
ción del Diccionario como piovincia-
lismo de Venezuela, en la actual ha
desaparecido de todo lugar.
2. El lugar donde se colea, o pro-
pio para ello.
Méx. OC a:\TPO. p. 155. I
3. 'Es frecuentativo también del '
verbo colear, en el sentido de fu-
mar cigarros ininterinimpidamente.
COLEADOR, m. Jerga que se ata
al extremo de un palo a guisa de
mango y que sirve, humedecida, pa-
ra limpiar suelos. Llámase también j
trapeador. (V.)
2. Que colea muchos cigarros, o
los fuma coleados.
3. Vaquero hábil para colear re-
ses, o derribarlas de esta forma, y,
en general, el que colea.
Méx. "El que colea toros". (ICAZB.,
p. 111). — OCAMPO, p. 155.
4. adj. Bestia resabiosa que mu-
cho colea.
Bogotá. CUERVO, párr. S33, 841.
5. Persona que colea los suelos.
El criado que tiene por oficio lim-
piar los pisos con el coleador.
COLEAR, a. Derribar una res, ti*
rándola de la cola, hacia un costa-
do. Es la forma vaqueril de tum-
bar la res vacuna. Pam ello y es-
tando el animal lazado por los cuer-
nos y sujeto con la soga al poste,
se le cogen las patas o extremida-
des posteriores con un lazo, y ya
así se le tira de la cola hacia un
lado, cayendo fácilrnente y sin ries-
go de que se lastime.
La bestia caballar, por el contra-
rio, se tumba lazándole las manos
o extremidades delanteras, y arrián-
dole ligeramente la soga del poste,
al saltar pierde el equilibrio y cae
hacia adelante. También puede de-
rribársele, con mayor facilidad que
a la res vacuna, encabritándole la
cabeza, esto es, tomándola por la
testera y la parte inferior del hoci-
co, y haciendo fuerzas en sentidos
contrarios con los brazos, se le apli-
ca torción a la nuca hasta que pier-
de el equilibrio y cae.
Está en el Diccionario con este
sentido; pero como provincialismo
de Venezuela.
2. Entre fumadores, continuar un
cigarro encendiéndolo en la colilla
del anterior; fumar cigarros conti-
nuadamente y sin interrupción de
uno a otro.
3. Limpiar el suelo con coleador,
MéV. RAMOS y DUARTE. p. 128.
Hond. "Frisar, acercarse. Ya N. co-
lea los cincuenta años". (MEMBRE-
ÑO. n. 42>.
ORTÚZAR (p. 83) le califica de
chilenismo vulgar, con la acepción
de engañar o engañarse.
COLÉ
— 3-
COLE
En México y el interior de la Re-
pública significa especialmente "Al-
canzar el jinete al toro que huye,
y, tomándole la cola, pasar sobre
ella la pierna derecha sin soltar el
estribo; y dando entonces mayor
arranque al caballo, derribar la
res". (ICAZBALCETA, p. 111).—
OCAMPO. p. 155.— Está en el Dic-
cionario. En la A'aquería regional y,
por lo común, de toda la costa, no
se usa esta forma de colear o tum-
bar reses.
COLEGA, m. Colega.
Por más que todos los latino-
americanos incurramos lamentable-
mente en el despropósito punible
de hacer esdrújulas ésta y muchas
otras voces que son siempre llanas
o graves, gachupín y muj- gachu-
pín es antes que nada el vicio, c& ;
mo que no hay bodeguero o emba-
rrilado de los muchos que nos vie-
nen de España que no diga colega,
perito, sincero y méndigo. Díganlo
si no Hartzenbusch en aquellos
versos:
"Hay grente que dig^a colega,
y epigrama y estalactita,
pupitre, méndigo, sutiles,
hostiles, corola y auriga".
y don Eugenio de Ochoa, en un pa-
saje que dice "Observo yo cierta
fruición morosa en el retintín con
que pronuncian algunos colega, en"
vez de colega; intervalo, en vez de
intervalo. Hay quien parece que se
va a desmayar de gusto cuando di-
ce que ha dado limosna a un mén-
digo", (Citado por GAGINI, p. 143,
y por CUERVO, párr. 10). El emi-
nentísimo Cuervo en el lugar cita-
do de su Obra, tratando los vicios
de acentuación en la América, sos-
tiene lo mismo que llevamos aquí
dicho en relación a que es vicio
común a la Península, exhibiendo
al efecto prueba de ello con las
censuras de varios escritores espa- ;
ñoles, Monlau (D. Pedro F.), Bre-
tón, etc.
COLEGIAL, m. Alumno de un co-
legio; estudiante, especialmente el
de una escuela superior. En Méxi-
co tiene la acepción de "El que no
sabe manejar un caballo". (OCAM-
PO, p. 155). En nuestro Estado se
dice en general del joven habitan-
te de Ciudad, poco ducho en* asun-
tos u ocupaciones de la vida cam-
pesina, cualesquiera que éstas sean.
ICAZBALCETA, p. 111.
colegí ALADA, f. Acción propia
del colegial; acto de poca seriedad
y poco juicio.
Méx. "Paso falso qup se da en un
negocio, y que denota inexperiencia o
fíJta de reflexión. (ICAZB.VLCETA, p.
COLEGIATURA, f. Pensión que
paga el alumno de un colegio par-
ticular, por razón de la enseñanza.
A veces también comprende el in-
ternado, o sea el pago por hospeda-
je y asistencia.
ICAZBALCETA (p. 111) diee:
"Pensión que paga el alumno inter-
no de un colegio público. Hoy sólo
tiene uso en el Seminario Conci-
liar, porque en los colegios nacio-
nales no hay ya alumnos internos,
y la enseñanza es gratuita". Tiene
uso en todos los colegios particu-
lares, no sostenidos por el gobier-
no, sino precisamente a expensas
de los educandos o sus responsa-
bles.
CÓLERA, f. "Es un humor del
cuerpo (bilis) y una pasión del áni-
mo (ira). Acá le tomamos también
de continuo pOr acto de cólera, y
de consiguiente le damos plural. A
cada paso oímos: me dio, me pegó
una cólera; no quiero hacer cóle-
ras; y corre mucho el aumentativo
COLERÓN". (ICAZBALCETA, p.
111).
"Cuando llepa un extranjero
Que con despotismo manda
COLÉ
— 376
COLÉ
Si se incomoda, le dicen
Los indios con mucha guaza:
No haga cóleras, señor,
Miro que éstas son muy malas:
Si ha de estar en esta tierra,
Tome las cosas con calma".
(SOMOANO, p. 30).
COLERÍN, m. Colerina.
Hond. MEMBREÑO, p. 42.
C. Rica. "Siendo cólera masculino.
que por extensión significa aban-
donar cualquiera oficio, profesión;
y aún algún vicio.
COLETO, TA. m. y f. Nombre
despectivo con que se designa al
habitante oriundo del Estado de
Chiapas. Sinónimo de arribeño.
En Tabasco se llama así especial-
mente a los chiapanecos de cierta
en el ^entido de epidemia, colerín nos clase social que allí se dedican a
parece un diminutivo mejor formado oficios bajos, O que viajan allá SO-
ctue la colerina que trae el Dicciona- , ^ j
i-io". (GAGINI, p. 143).
C. Amér. SALAZAR GARCÍA (p.
70), opina también que debiera admi-
tirse.
Lo trae ORTÚZAR (p. 83).
COLETA, f.
lamente como mercaderes en épo-
cas de ferias. En el mismo Estado
de Chiapas se conoce con tal apo-
do al nativo de la Ciudad de San
Cristóbal, especialmente.
Es proverbial la falta de aseo del
coleto, de donde ha nacido un ver-
"No hay guatemalteco fiel
Ni tabasqueño discreto;
Ni dulce como la miel.
Ni puerco como el coleto".
Méx. "La tela que en España se lla-
ma, o se llamaba mahón". (ICAZBAL-
CETA. p. 111) y "de que se hacen las secito vulgar
.«señoras trajes para montar a caba-
llo". CMEVIBREÑO, p. r¿).
Difieren entre sí los autores res-
pecto del nombre español de la tal
tela; pero más o menos todos con-
vienen en que es tela de cáñamo. I Empero, si bien se mira, el me-
Mahón hemos visto que dice Icaz- xicano habitante del pueblo de la
balceta; lona o crehuela, RAMOS ciudad de México, es sin duda el
y DUARTE (p. 128) y CUERVO individuo sucio por excelencia; de
(párr. 686), quien prueba que es modo que es discutible la preemi-
voz antigua, con el verso de Juan ^ nencia entre éste y el coleto.
Castellanos "Anjeos y coletas son ' "Toda la Guerra de Reforma la hizo
las telas"....; cañamazo. PICH. íDn. Mariano Apuilar) bajo las ban-
deras del Gral. Corzo, caudillo chia-
paneco. Tiene toda la malicia y do-
blez de los coletos". (S.ÁNCHEZ MAR-
MOL, Antón Pérez, XIV, p. 139). —
"Ya en edad madura, el gascón o el
franchute como le llamaban los cole-
tos, se dedicó a la siembra y cultivo
del añil". fMERlNO, Juana Santa An-
(p. 65). Dan la voz además RI-
VODó (p. 125), OCAMPO (p. 155).
Icazbalceta dice COLETA o CO-
LETILLA, si bien Gagini llama con
este segundo nombre a la percal i-
na; lo mismo SALAZAR C— Pi-
chardo describe también la COLÉ- na. cap. V, P. 37)
TILLA como tela más fina que la
COLETA.
2. Perteneciente o relativo a Chia-
pas o sus habitantes; propio, pro-
veniente de este Estado: zapatos
2. Nos parece acepción demasía- cqLETOS industria COLETA. Si-
do conocida de esta voz la que tie- . . ' -u -«
ne en tauromaquia y que no da el -m^o de^^-^'b^^ndo el .alle.o.
Diccionario, Mechón de pelo que se ; ^¡entras se cambiaba el calzado; se
dejan los toreros en la parte poste- ' quitó las botillas coletas de eramuza
rior de la cabeza y que les sirve ^^^-J^::^^}:^ ¡^^^^^^il^^^^ ^
para asegurarse la montera. ^^ ^^^^ xvi, p. 150).— "En las no-
CORTARSE LA COLETA, fr. j ches obscuras oíanse las quitan a.s
asaz conocida en tauromaquia y y las bandurrias acompañando voces
COLÉ
COLM
íTuardentosas que entregaban a las .
uras de la noche multitud de jotas, j
• aruidillas y canciones coletas". (ME- j
ASO, Celestina, XII, p. 130). — "Hoy
_ae se aproxima la feria de esta vi- i
lia, el mercado parece una especie de i
garita coleta, que pugma con la cul- j
tura de una población en que sus ha- !
l'itantes deben ir avanzando hacia el |
inogreso y no al retroceso". (Cuauh- i
támoc. Villahermosa, Tab., Oct. 14- 1
i7: núm. 81, 3a. plana). I
En Ríoplata COLETO es el nom- j
ble de una "Cota o saco de ante i
o cuei'O que usan los vaqueros en \
terrenos fragosos. La costra o cor- j
teza de algunas amasaduras", i
(BAYO, p. 59). Esta es más o me-
nos la acepción que da el Diccio-
nario. CUERVO (párr. 616) da la
de "descaro, desvergüenza, desue-
llo; en el (sentido) traslaticio
representa a la persona como po-
co sensible a los sentimientos de-
licados". Da este autor, además,
una cita del uso castellano del vo-
cablo en tal acepción, lo cual indu-
ce a sospechar que, por una nueva
forma traslaticia, haya nacido la
denominación de coletos a los que
por tales conocemos allá, si se
tiene en cuenta su poca pulcritud
proverbial, que j-a hemos indicado.
COLETUDO, DA, adj. Que usa o
gasta coleta, como el torero, o co-
mo los chinos.
Cuervo (párr. 616) dice que cole-
tudo es voz baja y vulgar; pero
"por los antecedentes se advierte
que la deriva, no de coleta, como
nosotros, sino de coleto". (ICAZ-
BALCETA, pp. 111-12), expresando
por tanto, descarado, desvergonza-
do, desollado.
COLGADOR, m. Colgadero; per-
cha.
En Venezuela (PICÓN FEBRES,
p. 83) significa lo mismo, y además.
ropero.
COLIMÓTE, m.
Méx. "Natural de Colima". (ICAZ-
PALCETA, p. 112).
Cuba. MAGIAS (p. 352) da colímen-
se, pero es menos usado.
"Y más de treinta mil indios mexi-
canos, tarascos, tlaxcaltecas, colimo-
tes y de las pro\ñncias de Avalos".
(MOTA PADILLA, Historia de la Nue-
va Galicia, cap. XXXV, núm. 4). — "El
gallo es una mezcla muy gustosa que
hacen los colimotes de naranja, coco
y chile". (CHAVERO, Obras, Colima,
t. I, p. 2S). — "Los colimotes dicen que
la ciudad está sobre un inmenso sub-
terráneo natural, llamado de San Tel-
mo, que se extiende hasta el mar en
un espacio de más de 50 leguas y va
a terminar cerca de la Cuaguayana".
(ID., ib., pp. 29-30). — "Con motivo de
los grandes males que a la ciudad cau-
saban los temblores, y no habiéndose
decidido los colimotes a abandonar su
cárcel de manipostería, idearon un mo-
do original de construir sus casas".
(ID., ib., p. 31, et alibi). «
COLINDAR, n. Lindar. Muy usa-
do, aun en lenguaje literario. No
hay título o escritura de propie-
dad de predios que no diga que CO-
LINDAN éstos al N., al S., etc., con
Fulano o Mengano. No es necesa-
rio, en realidad, el verbo.
COLIÓN. m. Ribete, 2a. acepción:
exceso en efectivo que se da en el
cambio o permuta de dos cosas, pa-
ra igualar el precio de la mayor.
COLISA, f. El Diccionario no re-
gistra más que dos acepciones de
esta voz en Mar., de las cuales la
primera, semejante a la nuestra,
es: "Plano giratorio que colo-
cado en un buque o batería, sirve
para que gire la cureña del cañón".
Para los tabasqúeños es una pieza
movible a ambos lados de la cara-
bina o escopeta guaca de retixjcar-
ga, y por medio de la cual funcio-
na el resorte para doblar el arma.
No es más que un derivado de cola,
por su figura.
COLMENEAR. n. Andar por el
bosque en busca de colmenas.
MEMBREXO (p. 43) se acordó de
este verbo agreste.
COLMENERO, RA. adj. Relativo
ja la colmena: avispa COLMENE-
COLM
— 378 —
COLÓ
RA, y también el que busca colme-
nas por el bosque.
Hond. MEMBKEÑO, p. 43.
COLMILLO. Tener uno DURO EL
COLMILLO, o MUCHO COLMI-
LLO, fr. equivalente a la que da el
Diccionario "Tener uno colmillos, o
colmillos retorcidos".
COLMOYOTE. (Del mex. ocuilin,
gusano, y moyotl, mosquito),
m. Mosquito grande, de extremida-
des muy largas, que al picar de-
posita una larva o gusano del mis-
mo nombre, blando, retorcido, con
anillos negros en los cuales cría a
manera de pestañas también ne-
gras; corto y grueso. Se desarro-
lUi formando una especie de tumor
por cuya boca destila abundante
sangraza, producto de la deyección
del animal que se alimenta de los
tejidos subcutáneos, produciendo
una picazón peculiar insoportable
y desesperante, por la cual se le
distingue de un verdadero absceso.
La larva o gusano alcanza hasta
más de dos centímetros de largo
en ocasiones en que se le deja des-
arrollar.
Los curanderos y la gente del
pueblo, principalmente la del cam-
po, entendida en achaques de me-
dicina casera, extrae el COLMO-
YOTE introduciendo en la boca del
tumor agua o ceniza de tabaco, con
lo cual muere el animal y, cedien-
do en seguida fácilmente, se le ex-
pulsa haciendo presión con los de-
dos índice y pulgar sobre la infla-
mación.
Ignoro si ésta sea la forma habi-
tual de reproducirse del mosquito
en cuestión; pero sí es un he-
cho comprobado por la observa-
ción campesina que hay ciertos
animales, como la ardilla, que de
ordinario tienen el cuerpo sembra-
do (le COLMOYOTES. Es tan pro-
verbial esto entre la gente del cam-
po que, precisamente, por el asco
que se tiene a esta larva, no comen
la ardilla.
COLONIAJE, m.
Hond. "El período de la dominación
española en América". (MEMBREÑO,
p. 43).
Bogotá. "Conforme al tipo pupilaje,
vasallaje, decimos coloniaje (tiempo
en que los pueblos americanos fueron
colonias españolas)." (CUERVO, párr.
859).
ORTÚZAR (p. 83), creemos que
erradamente, le da el carácter de
adjetivo, como sinónimo de colo-
nial.
2. El sistema mismo, o régimen
colonial: en el tiempo del colonia-
je.
MONNER SANZ (El cast. en
Arg., p. 129) propone en su lugar
colonismo, ya que la desinencia aje
es de índole despectiva.
COLONTÉ. (Del maya) m. Nom-
bre que se da también al ave co-
nocida vulgar y comúnmente por
carpintero. Más usual en Yucatán,
de donde lo da como provincialis-
mo el Sr. RAMOS y DUARTE (p.
128).
"Había ruiseñores,... el colonté, dos
castas de tortolillae, picazas, g^olondri-
nas, etc." /(MOLINA SOLIS. Historia
del Descubrimiento y Conquista de
Yucatán, p. 246).
2. Aire popular, bailable, muy
alegre.
COLOR. DAR COLOR, fr., "descu-
brir la opinión o partido que se si-
gue y que era incierto. El periódico
ya DIO COLOR. Expresión tomada
de los jugadores de albures: dicen
éstos que una carta DIÓ COLOR
cuando retirada un poco la visible, se
conoce el palo a que pertenece la
siguiente, por las interrupciones de
la línea que la rodea". (ICAZBAL-
CETA, p. 112).
COLORADILLA. f.
C. Rica. "Garrapata pequeñísima,
casi del tamaño de una nigua, que
se encuentra en cantidad asombrosa
en los pastos de las regiones cálidas.
COLÓ
379 —
COLU
Es uno de los más terribles enemi-
gos de los peones de las haciendas y
de los cazadores, a causa del insopor-
table escozor que producen sus mor-
dediu'as. Debe el nombre a su color
lojizo". (G VGIXI, pp. 144-5).
La nuestra no es casi del tama-
ño de una nigua, sino mucLo más
pequeña, como grano de polvo. In-
crustada en los poros, produce al
igual que la garrapatilla (V.), una
picazón verdaderamente molesta.
Méx. "El pinolillo se transforma en
coloradilla; insecto rojo de mayor vo-
lumen". (G. CUBAS. Recuerdos, p.
'0). El pinolillo no se transforma en
coloradilla; es otra especie de insecto,
no más pequeño, sino más grrande
ue éste: es la misma garrapatilla.
Hond. ME.MBREÍ^O. p. 43.
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, (p.
). llamada también mostacilla.
COLORADOS (LOS), pl. Nombre
que se dio en el Estado a los ín-
tervenciomstay o franco-traidores,
durante la intervención francesa, o
guerra del Imperio como se le lla-
mó también. Ei-a alusivo al traje
que usaban los franceses, caracteri-
zado por el pantalón rojo, color que
tomaron a la vez como divisa o dis-
tintivo los imperialistas, portando
una cinta en el sombrero.
"Arévalo posesionado de esta ciu-
id con sus gentes, a quienes se daba
nombre dfe los colorados, gobernó en
■mpo del Imperio pocos meses". — -
•ilLi y SAEXZ, Historia de Tabasco,
i-.ecc. XXr\', p. 212). — "¡Compañeros!
la Plaza de Comalcalco está colgada
de bandidos! ;Viva nuestro valiente
olorado Arévalo! (SÁNCHEZ MAR-
OL, Antón Pérez. XIV, p. 142). —
Fué sold.ado republicano en las po-
blaciones del Usumacinta durante la
gruerra del que hemos dado en deno-
minar imperio, y mg ha narrado al-
STunos ligeros sucesos que yo a mi vez
narro al público, a guisa de nota a la
historia de la revolución de los colo-
rados, como por razones de indumen-
taria apellidaron en TaViasco a los ra-
biosos defensores de aquel trágico dis-
parate político". (QUEVEDO, Lírica
popular tabasqueña, p. 60). — "X'o los
ha dejado saltar (el Coronel Méndez,
Gobernador de la plaza), sospechan-
do que puedan ser espías de los co-
lorados". (MERIXO, Celestina, pte.
2a.. II. p. 205).— "Estaba yo muy dis-
traído examinando a los oficiales coló-
rados". (ID., ib-, p. 206).— "El peligro
era inmmenfe: se sabía de un modo
cierto que los llamados colorados to-
marían en breve la revancha de la
c f rrota sufrida en el Jahuactal". (ID
Juana Santa Anna, p. 7).— "Y los gri-
tos de nu.era el Imperio", "mueran
los colorados" se extendían bástalas
avanzfidas que vivaqueaban en el In-
genio El Censo". (ID., ib., p. li) —"Y
el famoso comisario dé los franco-in^
tervenclonistas no tuvo en su gira
mas gloria que recibir dos grandes
desaires: el .de los llamados colorados
Yt^ ^l '°® dignos hijos de Tabasco".
(ID., Ib., p. 16).— "En su juicio, todos
los que rodeaban al jefe de los colora-
; dos eran idiotas". (ID., Ib., p 6.3)
"Lna veintena de hombres, que ' al
mando de Lartija, vino por el lado del
no a socorrer a los suyos (los colora-
dos)". (ID., ib., p. 114).
COLORADUZCO, CA. adj. Forma-
do al igual que blancuzco y ver-
dusco.
Bogotá. CUERVO, párr. 872.
COLUDIRSE. pr. "Colisión, se-
gún el Diccionario, es una voz fo-
rense que significa convenio, con-
trato, inteligencia entre dos o más
sujetos, con objeto de engañar o
perjudicar a un. tercero. Al verbo
COLUDIR, que yeputa anticuado, no
le da más acepción que la de lu-
dir una cosa con otra. Le liemos
oído usar (como recíproco) por
formar una colusión. Es análogo a
confabularse, y no parece censura-
ble. Existe en la lengua latina, y
Terreros le trae. Rivodó (p. 178)
propone solamente que se le quite
la nota de anticuado; mas no ha-
bla de darle nueva acepción"
(ICAZB., p. 113)
COLUDO, DA. adj. Que tiene laj-
ga cola. Muy común entre la gen-
te del campo: un caballo muy CO-
LUDO.
Metafói ieamente y en lenguaje fa-
miliar— como dice OCAMPO (p.
156) — "se aplica a los que dejan
tras sí las puertas abiertas, como
COLLI
380 —
COMA
si necesitasen dejar paso abierto a
su cola".
"Ese cometa coludo dará en qué en-
entender a los astrononiillos de los de-
partamentos, que tendrán cola que les
pisen". (MORALES, Gallo Pitagórico,
p. 270).
No le trae Icazbalceta, pero es de
uso común en México,
COLLIN. (De Cojiins). m. Ma-
chete de hoja más ancha hacia la
punta, y algo curvo, preferido para
los trabajos de labranza por el
peón campesino. Su nombre es el
del fabricante. Los hay también
rectos y del mismo ancho en toda
su longitud; pero es superior el
primero, por su mayor peso y re-
sistencia.
El COLLIN es el instrumento in-
dispensable del labriego tabasque-
ño, y a la vez arma terrible de com-
bate con la cual sostiene bárbaras
riñas, así como el pelado de Mé-
xico con la alevosa charrasca o el
belduque, sólo que aquél se bate en
verdadero duelo, hasta quedar a ve-
ces hechos pedazos ambos conten-
dientes.
En Chiloé (CAVADA, p. 84) es el
nombre de un objeto idéntico a nues-
tro cacaste, 2.
"Completaba su equipo la canana al
cinto, del que colgaban, tanto en ji-
netes como en infantes, tajantes ma-
chetes de la afamada fábrica Collins,
arma que si por los que la portaban
infundía respeto, era notoria su des-
ventaja para el combate, atento a que
sólo podría tener uso en las luchas
cuerpo a cuerpo." (SÁNCHEZ MAR-
MOL, Antón Pérez, p. 145.) — "Pero a
poco andar entran con él en explica-
ciones, se entusiasma "por tr.itarse de
Rutiérrpz", lo sueltan, se pone al cin-
to su collln, y poco después anda tam-
bién él amarrando a sus vecinos."
(COFFIN, El Gral. Gutiérrez, XXII, p.
155.) — "Apenas hemos podido sustituir
al mal forjado machete de nuestras
fábricas, el. cortante y pulido de co-
llins." (El Partido Liberal, S. J. Btta.'
Dic. 16-lS.SS. núm. 22.)
COLLINAZO. m. Golpe dado con
el dorso del machete collin, esgri-
mido a guisa de tranca.
COLLI NEAR. a. Dar de golpes
con el collin; o de planazos o. ma-
chetazos,
COLLINERO, RA. adj. Que gusta
de usar el collin; pendenciero que
gusta de reñir a collinazos.
COMADREAR, n. "Chismear,
murmurar". Para nosotros es andar
platicando con todo aquél que se
encuentra al paso; usar de corte-
sías, a más del saludo necesario.
Es alusivo al vínculo que hay en-
tre las comadres, por lo cual se pro-
fesan mutuo afecto y no pierden
oportunidad de platicar.
COMADREJA. (Musteia brasilien-
sis. SWASTONOFF). f. Carnívoro
de la familia de las mustelídeas, se-
mejante al tlacuache; como el cual
se alimenta también de aves de co-
rral. Se diferencia de él en que tie-
ne cuerpo más largo y más delga-
do, del tamaño de un perro media-
no; de color gris, pelo suave y tu-
pido hasta la cola.
El sabio Rovirosa dice de la CO-
MADREJA en sus Apuntes de Zoo-
logía de Tabasco, (p. 15) : "Este pe-
queño mamífero suele visitar por
las noches las habitaciones de cam-
po y los gallineros, para devorar
los huevos de las gallinas y pavas".
COMADREO, m. El acto de an-
dar comadreando: acción y efecto
de comadrear.
COMADRERO, RA. adj. Que gus-
ta del comadreo: zalamero que tra-
ba plática con todo el que encuen-
tra, o le busca especialmente para
! conversar. U. t. c. s.
Está en el Diccionario; pero con
relación al holgazán que busca con-
versación por las casas solamente.
COMADRONA, f. Partera: mujer
que tiene por oficio asistir a la que
está de parto.
Si el comadrón se llama también
partero, no hay causa para que la
partera no se llame también coma-
COMA
381
COME
drona. Vayase, pues, lo uno por lo tas, en forma de comal, especial-
otro, y es consecuente no repug- mente en el plátano.
nar este nombre que corre por las
tres Américas con muy buena acep-
;ición, aunque "a despecho de la'
Academia", como dice el Sr. Cuer-
Hond. MEMBRExO, p. 43.
COMALEO. m. Acción y efecto de
comalear: la operación de labran-
za que consiste en limpiar o des-
vo; no obstante también de que es yerbar el suelo circularmente al pie
usado asimismo en España, según
se ve en Cánovas y Ferrán, p. 107
(apud Cuervo).
Hond. MEMBRESO (p. 43), quien
legra una cita del "notable escritor"
uErentino Dn. Esteban Echeverría.
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 71
de las plantas, especialmente del
plátano.
"La plantación grande sólo recibió
un comaleo y una limpieza con ma-
chete en el curso del primer año."
(GARCÍA SALAS, Banano, p. 54.)
COMALERO, RA. m. y. f. Perso-
Venez. RR'ODó (p. 59) aboga por la na cualquiera que hace comales y
comercia con ellos.
COMALCALQUENSE o COMAL-
CALQUE ÑO, ÑA. adj. Gentilicio
con que se designa al natural o ha-
bitante de la ciudad v Municipio de
Comalcalco, Tabasco. U. c. s.
"Por allí mismo entrará rodeado
de un grupo de valientes,... aclamado
por los comalcalqueños como el rege-
nerador de su pueblo, como el liber-
tador de Tabasco." (COFFIN, Gral.
Gutiérrez, 11, p. 15.) — "El pueblo co-
(p. 145) pone a esta definición los- malcalquense está de duelo, y con él
aceptación del vocaljlo.
Colombia. CUERVO, párr. 648.
COMAL. (Del mexicano comalli).
m. Disco bajo y delgado de barro
sin vidriar, que se usa para cocer
las tortillas de maíz y para tostar ,
el café j" el cacao.
La Academia define, copiando
más o menos ad pedem litterae a
Icazbalceta: "Disco de barro muy
delgado y con bordes", y Gagini
siguientes reparos: "lo., que la voz
mexicana no es comatli, sino coma-
lli; 2o., que los comales más usa-
dos se hacen hoy de hierro y sin
bordes; 3o., que no se usan sólo en
México, sino en toda la América
Central". La primera observación
es tan cierta, como que sólo a quien
no sepa nada de mexicano puede
•ocurrirse la etimología que da el
Diccionario; por cuanto a la segun-
da, la verdad es que el COMAL he-
cho de hierro se llama siempre
plancha, siendo cierto sí que nunca
tiene bordes.
Méx. ICAZBALCETA, p. 113. —
OCAMPO. p. 136.
COMALif^DA. f Lo que de una
vez se puede cocer o tostar en el
comal: una COMALADA de torti-
llas, de cacao, etc.
COMALEAR. a. Labor que se ha-
ce limpiando en círculo alrededor
el Estado entero, pues ciudadanos co-
mo el Sr. González son el ornamento
de la sociedad que tiene la fortuna de
poseerlos." (El Partido Liberal, S. J.
Btta., Xov. 25-S83; núm. 20.)
COMBADO, DA adj. Curvo, cón-
cavo, abovedado.
Méx. "Bovedado, curvo." (OCA3IPO,
p. 156.)
COMBAR, a. Encorvar, abovedar:
darle a una cosa la forma de com-
ba; no sólo torcer una cosa, como
hierro, madera, que dice el Diccio-
nario.
COMECHILE. f. (Saurophagus
sulphuratus? SW). Avecilla del or-
den de los pájaros, familia de las
tiranideas en la clasificacióií adop-
tada por el Sr. Rovirosa en sus Ap.
para la Zoología de Tab. Es peque-
ña como el zanate; de color ama-
rillo pálido, y veteadas la cara ex-
terior de las alas y la cola; pico
cónico y recto, puntiagudo y acera-
del tronco o de la cepa de las plan- do; tarsos grises y raquíticos. Llá-
COME
— 382 —
COME
mase también pistují, justo-fué, e
indistintamente chilera (V.) a ésta
y a la otra especie, conocida tam-
bién por madrugador y tía María,
de la cual sólo se diferencia por
ser más pequeña. Dice de esta ave j
Rovirosa lo que sigue, muy intere- ¡
sante: "El hombre de Saurophagus
impuesto a este género por Swain-
son está fundado en la propiedad
que tienen estas aves de alimentar-
se con lagartijas, aunque dan caza
y es lo más frecuente, a los insec-
tos, tales como las libélulas y lepi-
dócteros. Las costumbres de esta
avecilla son semejantes a }as del
madrugador; pero su carácter es
esencialmente pendenciero. "Jamás,
dice el príncipe de Wied, deja esca-
par la ocasión de- acosar o perse-
guir a una rapaz". Y esta pi-opie-
dad. en diversas ocasiones obser-
vada por mí, se manifiesta más en
la guerra constante que hace a los
zopilotes. Basta que vea posarse
uno en el árbol donde se encuen-
tra, para que le acometa; pasa ro-
zando su cabeza y lanzando un chi-
llido, vuelve a pasar repetidas ve-
ces en sentidos opuestos, hasta que
obliga al vultúrido a emprender la
fug?.".
"El Saurófago fabrica comúnmen-
te su nido en los arbustos, prefi-
riendo el cornezuelo. Consiste en
una gran bolsa compuesta de mus-
go, hojas y plumas, con una abei'-
tura lateral pequeña y reducida.
Cada puesta consta de tres o cua-
tro huevos de un color verde pá-
lido, sembrado de espesas manchas
negras y de un verde azul, numero-
sas principalmente hacia el extre-
mo grueso".
COMEDERO, m.
Méx. "Sitio del campo abierto adon-
de acostvimbran ir las reses a pastar,
V así decimos: esa vaca que buscas ha
de estar en el comedero. Y por exten-
sión se dice, siempre con cierta mali-
cia, del lugar, barrio o casa que fre-
cuenta mucho una persona."
"EscFibió varias cartas y dispuso
todo de manera que sólo esperaba el
instante de que cesara la responsa-
bilidad del Juez saliente, para pin-
tar su venado y no parar hasta sus
comederos." (Astucia, t. II, cap. VII,
bis.)
Cuba. PICHARDO, p. 65.— MACI^VS,
p. 355.
Bogotá. CUERVO, párr. 850,
Venez. PICÓN, p. 84.
COMEDIDO, DA. adj. La acep-
ción castiza de este adjetivo es
"cortés, atento". Mas como el ver-
bo comedirse tiene el significado
de disponerse u ofrecerse para al-
guna cosa, es enteramente acerta-
do que demos al adjetivo comedido
la acepción de dispuesto para algu-
na cosa o que se ofrece espontá-
neamente para ella. Más común-
mente se dice acomedido y acome-
dirse. (V.)
COMELÓN, NA. adj. vulg. Comi-
lón.
Es corriente en toda la América,
seguramente por la influencia foné-
tica de comer.
COMELONERO, RA. adj. Que
gusta de las comilitonas.
COMER, a. Omitir, suprimir le-
tras, palabras o frases en la lec-
tura o en la escritura: comerse las
eses es propiedad característica del
tabasqueño. •
Hond. MEMBREÑO. p. 43.
COME SANTOS Y CAGA DIA-
BLOS, fr. que se dice del santu-
rrón hipócrita, o como expresa
Membreño (p. 43), "de aquellas per-
sonas que se dedican a la vida es-
piritual, y, sin embargo, sus accio-
nes no corresponden a lo que apa-
renta ser".
COMER COMO PAJARITO Y CA-
GAR COMO ELEFANTE, fr. fr. fig.
fam. y vulg. que sirve para desig-
nar a la persona que gasta más de
lo que gana o que aspira a cosas
comí
— 383 —
COMP
mayores de las que su posibilidad i
o recursos personales le permiten.
COMER PAVO, ir., quedarse sin
bailar por falta de pareja; se apli-
ca especialmente a la mujer. ;
C. Rica. GAGIXI, p. 146. |
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 71.
Bogotá. CUERVO, (párr. 719.) I
Venez. RIVODó, p. 282. I
2. EJntre jugadores, especialmen-
te de billar, significa ganar con su-
ma facilidad al contrario, como si
fuera novicio: no tener contendien-
te por falta de suficiencia en él.
COMERSE LAS UÑAS, fr. fig., '
estar uno tquv pobre, o arrancado.
COMERCIO. IR AL COMERCIO,
se dice por lo que en México se lla-
ma cajonear y en Madrid ir a tien-
das: andar de tienda en tienda ha-
ciendo compras o aún por mera cu-
riosidad y matar el tiempo. Debido
a que se llama COMERCIO también
a la reunión de tiendas.
COMIDERO, RA. m. y f., t. adj.
Persona que hace y vende comidas
ordinarias sin condiciones de bue-
na cocina; bodeguero, figonero, úsa-
se más aplicado a las mujeres.
Lo mismo en Centro América.
(SALAZAR GARCÍA, p. 71).
COMISARIO DE POLICÍA, m.
Así se llamaron en el régimen pa-
sado, hasta antes de la revolución
constitucionalista, los Agentes del
Ejecutivo del Estado que represen-
taban al poder político en los pue-
blos y las riberas o secciones de
los Municipios. Estos funcionarios
eran nombrados por el Goberna-
dor, a propuesta del Jefe político,
que era la primera autoridad del
Municipio; su cargo era honorífico.
Hoy han sido sustituidos por los
Agentes Municipales, que son nom-
brados por el Ayuntamiento, cuyo
Presidente ha asumido las facul-
tades de los extintos Jefes Políti-
cos.
El capítulo VI de la Ley Orgáni-
ca de Administración interior del
Estado de Tabasco, trataba de los
Comisarios de Policía, establecien-
do sus atribuciones y deberes; los
requisitos para serlo y las demás
condiciones en que funcionaban.
COMITECO. m. Aguardiente co-
mún extraído por la destilación del
jugo de una especie de maguey, en
el Departamento de Comitán, en
Chiapas, de donde ha tomado su
nombre.
"La principal industria de Comitán
es la destilación de ag-uardientes de
maguey que con el nombre especial de
comiteco, se consume en todo el Es-
tado y se exporta para Guatemala en
grandes cantidades." (RABAS \ El
Est. de Chis., p. 32.)— "...En 1802 se
elaboraron en Comitán 321,824 libros
de aguardiente:... es de creer que sea
mayor la cantidad de comiteco fabri-
cado." (ID., ib.) Todo e] comiteco que
se consume en Tabasco es proceden-
te de Chiapas.
COMODÍN, NA. m. y f., y adj.
"Muy amigo de su comodidad y re-
galo, hasta tocar en egoísta. En An-
dalucía dicen comodón". (ICAZ-
BALCETA, p. 114, art. Comodino,
na).— OCAMPO (p. 157) también dá
comodino.— RAMOS y DUARTE (p.
129), comodín, provincialismo de
Veracruz.— GAGINI (p. 147) da co-
modidoso con la misma acepción:
¡COMO NO! o ¿CÓMO NO? in-
terjección de afecto con que se ex-
presa aquiescencia espontánea: sí,
así es; o se manifiesta que tal cosa
tiene que ser así y no de otra ma-
'] ñera.
Hond. MEMBRE5ÍO, p. 43.
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 71.
Ríopl. "De variable signiflcación. En
general corresponde a los casos en
que en castellano se exclamaría: 'Có-
mo no ha de ser como usted dice?; o
j ;.Cómo no ha de suceder, o se ha de
hacer tal cosa?" (BAYO, p. 60.)
COMPA. m. Síncopa de compa-
'. dre. que usa la gente campesina
I principalmente, . como tratamiento
I afectuoso de compañerismo, aun
I cuando no haya el vínculo espiri-
COMP
— 384 —
COMP
tual. Es equivalente "del vale, vale-
dor, que usa la gente de México y
del interior.
"Así que acabamos, D. Vives se fue.
COMPADRAZGO, m. Compadraje.
Tómase en mala parte.
COMPADRES (LOS). Nombre
y yo, con" mi com'pa Santiago "enipe- í ^°^ ^^® ^^ designaban todavía a
zamos a hacer lástima de aquella mil- Últimos años los bandoleros y sal-
pa que estaba tan primorosa." (GIL
y SAENZ, El Caporal, p. 69.) — "Oiga,
compa ¿no le parece que es éste un
oficio muy pesado y mal retribuido?
teadores de camino que atacaban
en cuadrillas y que infestaron de
manera tan alarmante todo el país,
-"Vamos a ver, respóndeme, compa, i hasta la época de la administración
1 te propusieran otra manera de vi- j„i ri,.oi r^í.^r, .„i,^ i.
vir, la aceptarías?" (MERINO, Juana
Santa Anna, XIII, p. 102.) — "Hoy se
va la luna, y además es. día viernes
hoy y tenga usted sabido, compa, que
nunca ese día salen las cosas bien."
(ID., ib., p. 128.) — "Espérese tantito,
compa, que ya los vamos a ninguniar,
dijo por. lo bajo Orteguita," (ID., ib.,
p. 178.) — ";Ej !o mismo, compa." (RO
del Gral. Díaz, que acabó con ellos.
— "¡Los compadres! Los compadres
eran los ladrones, que se acercaban
unos por (ñ lado derecho y otros por
el siniestro." (GONZÁLEZ OBRE-
GÓN, México Viejo y Anecdótico, p.
107.)
COMPARECENCIA, f. Diligencia
DRíGÚEZ BÉLTRAN7per'fi'ie''s7p. Yss^) O actuación que se practica en el
— "¿Qué juegan, compás?, — preguntó ¡ juzgado y por medio de la cual com-
^'.Í?-!f"J-ai;;,^^°""'- "^"'^'f "^^"í com- parece en autos una persona ante
padre, valedor, amigo. Estas palabras, ' , ■
...son muy us.ales entre la gente del! ®^ JUez.
pueblo, y forman parte de lo que pu- I Por lo demás, y COmo dice Icaz-
diera llamarse su germanía o caló."
(PAYNO, Fistol, t. I, cap. XLV, p
820.) — "Vengan otros cien pesos, com
balceta, (p. 114) entendemos por
comparecencia la que da el Diccio-
pa o tenemos camorra." (ID., Ib., p. ' nario: "Acto de comparecer una
825.) — "Que me entreguen mi prenda j
Culebrita, y tan compás como ayer."
(ID., ib., p. 826.)
"Si dos compadritos riñen
nadie se apercibe de ello;...'
(SOIMOANO, p. 15.)
persona. ... en cumplimiento de or-
den que se le ha dado", sin que
sea indispensable el requisito de la
orden superior; antes bien, la corrir
'Compadrito es el nombre que parecencia es el acto de compáre-
se dan los indios unos a otros, sin i cer espontáneamente la persona a
que medie afinidad ni parentesco Pedir en autos,
de ninguna clase." (ID., ib., p. 83.) i Es una verdadera petición, llama-
— Salva registra cumpa, por cama- ! da así porque el ocurrente pide an-
rada, compañero. — Ortúzar le trae te el Juez y en los mismos autos,
com-o chilenismo. Es fenómeno po- ! sin necesidad de memorial u ocur-
pular común de elisión, como co-
me por comadre, señó y seña por
señor y señora, etc. (1)
so especial y por separado.
ción pa. Asimismo se ve en las si-
guientes palabras: todo, too, to; pi-
I diendo, pilando, piendo; nada, naa, na.
(1) Dice Rodríguez Marín, en svis ¡ Y aim de estas segundas elisiones se
preciosos Cantos populares españoles, j originan a veces otras y otras, como
(t. I, Nota 81, p. 132): "Coma por I vamos a ver: de padre se dice pare;
comadre... De estas elisiones... sue-
Itn resultar otras nuevas, porque fal-
tando la consonante intermedia en-
tre dos vocales iguales, ambas se con-
funden en ima. Ejemplo: en la pre-
posición para se elide la r y tenemos
paa; mas como el acento carga en la
primera a, ésta absorbe el sonido de
la segunda y resulta en la pronuncia-
mas todavía se suele elidir la r y re-
sulta pae; y, como quiera que la pro-
nimciación andaluza hace parecer en
este 'caso muda la e, óyose decir: er
pa Juan, mi coma Isabé (el padre
,Tuan, mi comadre Isabel)... No se
exagera gran cosa cuando se dice que
los andaluces nos comemos la mitad
del idioma."
COMP
— 385 —
COMP
COMPÁRENTE, ni. y f. "Compa-
reciente : el que comparece en jui- ¡
cío, o ante un notario para otorgar ■
un instrumento público". (ICAZ- '
BALCETA, p. 114).
COMPATE. f. Nombre de cierta
especie de calabaza (Cucúrbita pe-
po), de cascara delgada, lisa y re-
luciente, muy estimada para dulces
por su carne. Dícese también cum-
pate.
El Sr. Pañafiel, en su obra No-
menclatura geográfica de la Repú-
blica Mexicana, da compate entre
los nombres de origen mexicano,
pero sin explicar sus raíces. Opina-
mos que no es de origen mexicano,
sino maya: de kum, calabaza y el
verbo pat, hacer cosa en forma de
olla, seguramente por la conforma-
ción esférica del fruto.
COMPENETRARSE, refl. Ente-
rarse perfectamente de un asunto
o negocio; ocuparse en él; com-
prenderlo bien.
Icazbalceta sólo dice que se usa
más como recíproco; entendemos
que en la acepción del Diccionario.
COMPINCHE, m. Compañero y
amigo; pero tomado siempi'e en
mala parte: poliche.
COMPLICADO, DA. adj. Difícil,
indescifrable, confuso. ORTÚZAR,
p. 85.
Hond. MEMBRESO, p. 43.
GtARCIA. J. G. — Nov. 12.—
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 71.
COMPONEDOR, m. Algebrista,
2a. acepción. Persona entendida en
volver a su lugar los huesos dislo-
cados. Icazbalceta (p. 115) truena
contra estos buenos hombres, tan í
útiles a la humanidad, sobre todo I
en las rancherías en donde un mé-1
dico no se encuentra ni para reme- 1
dio. Dice el autor citado: "Los
COMPONEDORES son unos charla-
tanes con tal cual práctica, y aun-
que suelen hacer atrocidades, la
gente común tiene tal fe en ellos,
que no solamente los llaman cuan-
do no hay médicos, sino aún habién-
dolo, prefieren ocurrir al COMPO-
NEDOR, porque creen que los ciru-
janos no entienden de eso". No se-
rá que los cirujaúqs no entiendan
de eso; pero lo cierto es que un
COMPONEDOR arregla una dislo-
cación, o zafadura como dice el
vulgo, en un abrir y cerrar de ojos
y que en más de ima ocasión mé-
dicos de flamante título se han que-
dado con un palmo de narices fren-
te a los hechos prácticos que más
bien -parecen efecto de magia que
hijos de un conocimiento verdade-
ramente científico. Y es que tratán-
dose de una operación puramente
mecánica, lo que interviene es una
habilidad especial, hija más bien de
la experiencia que del estudio.
OCAMPO (p. 157) trata también de
estos curanderos campesinos.
COMPROMETIDO, DA. ,adj.
Arriesgado, peligroso: una situa-
ción COMPROMETIDA.
COMPROMETER, a. "Obligar a
uno con repetidas instancias, y aun
pesada insistencia, a que haga al-
guna cosa contra su voluntad".
(ICAZB., p. 115).
"Propagaba la consigna de la fies-
ta en el seno de sus amistades, in-
vitando a unas amig-as, comprometien-
do a otras." (FACUNDO, Gabriel, t.
II, cap. Iir.)
2. Exponer la dignidad, el honor
o la reputación a caer en mengua
o menoscabo. Esta acepción ha si-
do tachada como galicana por Ba-
ralt (Dice, de gal. p. 123) en la si-
guiente frase que dice de un perió-
dico: "Ya se guardará el gobierno
de hacerlo como lo dice, si no quie-
re comprometer su dignidad, su au-
toridad y su reputación", agregan-
do: "dígase amenguar, menoscabar,
aventurarfi infamar, etc."
COMPROMETIDO, DA. Peligro-
so, arriesgado: que ofrece gran
riesgo.
25
COMP
386
CONO
COMPROMISO, m. Obligación que
se impone a uno contra su volun-
tad, por repetidas instancias y aun
pesada insistencia; y también pe-
ligro, riesgo.
"Las familias invitadas, en las pri-
meras noches, se encontraban en un
abrir y cerrar de ojos, con el compro-
miso encima." (G. CUBAS. Recuerdos,
p. 296.)
2. Peligro, grave riesgo, aventura.
COM PURGAR, n. De continuo se
da a este verbo la acepción de pur-
gar, "Satisfacer oon una pena par- ;
te o todo lo que uno merecía por
su culpa o delito", y así se ve in-
variablemente en los fallos, aun de
los más doctos jueces, emplear es-
ta frase: dásele por compurgada la
pena con el tiempo que ha sufrido
de prisión, cuando el i'eo ha esta-
do preso igual o mayor tiempo del '
que expresa la condena.
"Es común — dice Icazbalceta (p.
115) — en las causas criminales ab-
solver al reo, dándole "por com-
purgado con la prisión sufrida" du- 1
rante la sustanciación del proceso". |
No es cierto esto ni jurídicamente, !
acertado; al reo que se absuelve;
no se le impone pena alguna, y el
tiempo de prisión sólo se obtiene
como condición indispensable por
estar sometido a proceso. Al que ;
"se da por compurgado" es porque |
ha sido condenado, y sólo por equi-
dad se le compensa el término de
prisión, contándole ésta, conforme
a la Constitución Federal, desde
que estuvo a disposición del Juez.
Tampoco lo que define Icazbalce-
ta por COMPURGAR es así: "Cum-
plir un reo la pena de prisión tem-
poral a que fué sentenciado, con lo
cual quedó extinguida la acción (pe-
nal)". Esto es cumplir la pena. Me-
nos es exacto, que con la pena que-
de "extinguida la acción"; pues la
acción penal, según nuestros Códi-
gos del crimen, queda extinguida
por la sentencia irrevocable, aun
antes de que el reo sufra o purgue
Ip, pena. (1).
COMÚN, m. vulg. Excusado, le-
trina.
"Cuando un mismo tubo de descarga
sirv-a para varios comunes colocados a
distintas alturas; etc." (Art. 15 del
Reglamento de albañlles del Distrito
Federal). — "En todas las casas los
comunes tendrán los requisitos con-
venientes para evitar las emanacio-
nes malsanas y las infiltraciones."
(Art. 23 del Código Sanitario del Es-
tado de Tabasco.) — "En los hoteles,
casas de huéspedes y mesones, habrá
por lo menos un común por cada diez
cuartos." (Art. 26, Ibid.)
COMUNICADO, m. "Escrito que,
en causa propia y firmado por una
0 más personas, se dirige a uno o
varios periódicos para que lo publi-
quen". Esto define el Diccionario
de la lengua. Nosotros le usamos
por lo común en el significado de
comunicación, sin los distingos que
establece la definición académica.
En México es (ICAZBALCETA,
p. 115) "Encargo que el testador de-
ja a su albacea".
"Pedí los cuadernos que escribió mi
amigo, para corregirlos y anotarlos,
conforme lo dejó encargado en su co-
municado respectivo." (PENSADOR,
Periquillo, cap. final, p. 302.)
COMUNICAR, a. Poner al deteni-
do en comunicación; suspenderle la
incomunicación. La incomunicación
legal, que no podía durar más de
setenta y dos horas, ha quedado
! prohibida por la reciente Constitu-
' ción de la República, promulgada
' en Querétaro el 5 de Febrero de
1 1917, por el Congreso Constituyente
I reunido a seguida del triunfo de la
: revolución.
CONCUÑADO, DA. m. y f. Dos
! nersonas cuyos cónyuges son cuña-
dos entre sí; o, lo que es igual, el
(1) Código Penal para el Distrito y
Territorios Federales, art. 253, frac-
ción V. — Código Penal del Estado de
Tabasco, art. 240, fracción V.
CONO
— 387
CONCH
cónyuge de un supérstite con res-
pecto al de un cuñado de aquél,
por parte del primer matrimonio o
del cónjTige muerto. En este caso
nunca se dice conconcuño, ña. La
Academia ha dado lugar en su Dic-
cionario a este vocablo, aunque más
vale tal vez que así sea, pues ja
veremos cómo las gasta el hojala-.
tero en la definición de conconcuño,
palabra que expresa una relación o
parentesco mucho más sencillo.
CONCUÑO- ÑA. m. y f. Concuñado.
Nunca se oye en lenguaje común y
familiar otra forma que esta sin-
copada. Cosa igual pasa en todos
los países americanos de habla es-
pañola. '
La Academia en este particular
ha sustentado un criterio entera-
mente vario, casi siempre erróneo.
No registró la voz conconcuñado en ;
su primera edición conocida con el
nombre de Diccionario de Autorida-
des; en la segunda la consignó con
muy buen acierto, diciendo: "Una
persona respecto de otra, cuando las
dos están casadas con dos herma-
nos o hermanas"; pero en algunas.,
ulteriores disparató de una manera
lamentable, en la séptima, por
ejemplo: "El hermano o hermana
del cuñado o cuñada", anfibología
que después sustituyó, en la undé-
cima, V. gr., por este otro despro-
pósito, más gordo todavía: "Lo son
entre sí los cónyuges de los cuña-
dos". No paró allí el desatino. En
la penúltima edición dijo esta nue-
va badomía: "Cónyuge de una per-
sona respecto de otra persona her-
mana de aquélla" ; y no fué sino has-
ta la vigente edición cuando ha re-
parado en tanto error, increíble en
un numeroso grupo de hombres que
deben suponerse doctos en acha-
ques de idioma, diciendo lo mismo
que había dicho en su segunda edi-
ción, cosa de dos siglos aptes aun-
que con otras palabras: "Cónj-uge
de una persona, respecto del cónjTi-
ge de otra persona, hermana de
aquélla".
Pero es, no sé decir si más
triste o más censurable, que ca-
si todos los diccionaristas, el doc-
to Salva, Domínguez, la famosa So-
ciedad Literaria, Toro Gisbert. Ale-
many, etc., han copiado o imitado
seivilmente a la Academia en sus
yerros, reproduciendo sus desafue-
ros contra él lenguaje. Muy pocos.
Zerolo entre otros, dejaron ese ca-
mino trillado, aunque tampoco és-
te anduvo muy acertado que se di-
ga al definir "Hermano de un cón-
yuge respecto del hermano del
otro".
Mi CONCUÑO o concuñado es el
marido de una hermana de mi mu-
jer, y mi mujer es CONCUÑA de
la esposa de mi hermano; al me-
nos esta es la acepción que acá tie-
ne en primer término la palabra,
la misma que le corresponde según
demostrólo Dominici hace muchos
años.
> Méx. ICAZB.. p. 115.— RAMOS, p.
132. — Cuba. PICH., p. 67. — MAGIAS,
p. 3.57. — Hond. MEMBR.. p. 4.S. — C.
Rica. GAGIXI, p. 151. — C. Amér. SA-
LAZAR G., p. 71.— Venez. ROVODó,
p. 61.
CONCHA. CONCHITA, f. Dimi-
nutivo de Concepción. Usadísimo
lo mismo que en todo México y va-
rias otras partes de América, si no
en toda.
"Se usa también en Burgos y en
otras provincias" de España, según
Baráibar (Vocab. de Álava).
Méx. ICAZBALCETA, p. 116.
Cuba. PICHARDO. p. 67.— MACÍAS,
p. 35S.
Hond. MEMBREñO. p. 44.
Venez. PICÓN', p. 84.
2. La rosa de Alejandría. (RA-
MOS y DUARTE, p. 132).
3. Genérico con que se designa
en coniúii a loa testáceos de cara-
CONCH
— 388
COND
pacho : tortuga, hicotea, pochitoque i
y otros de la misma clase: en las'
lagunas abunda la CONCHA. !
4. En Ríopl, (BAYO, p, 61) se Ha- i
ma así a "lo que las mujeres tie-
nen y es la perdición de los
hombres". Por acá se llama a esto,
tortuga, aunque en ocasiones tam-
bién se dice concha, con relación
al sexo.
5. También se llama CONCHA
por extensión la corteza de los ár-
boles, dura y consistente, de los
huevos y aún de ciertas frutas.
Hond. MEMBREÑO, p. 44.
6. Suele llamarse también así la
garrapata más conocida por con-
chuda.
CONCHABO, m. Acción del ver-
bo conchabar o conchabarse: unión
de dos personas, ilícita por lo gene-
ral.
Chile. RODR., p. 116.
Ríopl. GRANADA, p. 159.
En otras partes significa, unión,
concierto, trato entre dos personas
con motivo de empleo: colocación.
Ríopl. BAYO, p. 61.
ORTC'ZAR dale como americanismo
en esta acepción.
CONCHADA, f. Lo que cabe en
una concha, usada ésta a guisa de
vasija. Entre la gente pobre y, cam-
pesina la concha de las tortugas e
hicoteas sirve ordinariamente de
vasija para ciertos usos inferiores.
CONCHA DE ARMADO, m. Nom-
bre de una avispa grande como de
dos pulgadas, negra, cuyo piquete
produce fiebre. Es sumamente irri-
table; zumbadora. Debe este nom-
bre a la forma del nido, que es se-
mejante a la coraza del armadillo,
adherido al tallo de los árboles
gruesos, con una -abertura por de-
bajo .
Parece que en otras partes de la
República llaman a estas avispas
guitarronas, según esta descripción
del Diccionario Universal de Histo-
ria y Geografía: "Otras (avispas),
negras y grandes, que forman su
habitación en las cortezas de los
árboles, son semejantes a la con-
cha de un armadillo (las habitacio-
nes, no las avispas), y se llaman
vulgarmente guitarronas". (Art.
TEJUPILCO, t. III, del Apénd., p.
509).
CONCHUDA, f. Garrapata gran-
de, por cuya dureza se llama así.
El piquete produce llagas, tanto por
lo venenoso como por lo profundo
de la herida, pues el animal está
provisto de un aguijón como de me-
dio centímetro y sumamente duro.
El medio muy vulgar pero prácti-
co de hacer que la "conchuda afloje
y saque ella misma el pico, es ca-
lentándole, con un cigarro, por
ejemplo, los traseros.
La CONCHUDA en gran canti-
dad, perjudica aún a los animales,
que enferman de flaquedad. Entre
los caballos hace mayores estra-
gos, porque de ordinario les inva-
de las orejas, produciéndoles la caí-
da de éstas, que desfigura entera-
mente a la caballería.
Llámase también concha.
"El pinolillo se transforma en colo-
radilla. insecto rojo de mayor volu-
men; de colaradilla pasa a conchuda
(?), y este insecto, de mayores di-
mensiones, se convierte en grarrapata."
(GARCÍA CimAS, p. 600.) — Esta
transformación es enteramente falsa;
cada uno de estos insectos constitu-
ye una especie determinada y distin-
ta, aunque todos se designan genéri-
camente como g-arrapata. — "Un flaco
rocín que tenía garrapatas conchudas
pn la piel." (MERINO, Ruta, XXI, p.
106.)
Ríopl. "Libertina, mujer cogedora."
(B.VYO. p. 62.)
CONDENADO. DA. adj. No es tan
grave la significación de este ad-
jetivo, como la que tiene en el Dic-
cionario: "Reprobo, condenado a
las penas eternas". Ordinariamente
vale, ora travieso, ora picaro; tmas
veces en sentido afectivo, otras co-
mo despectivo. "Se usa y abusa tan-
COND
— 389 —
CONE
to de él— como escribe Icazbalcta ¡ orden, dar señal de partida, reco-
(p. 116)— que ha llegado a perder ger los boletos, etc."
su siniestra significación de repro-
bo, y hasta se aplica a cosas inani-
madas".
"Miré al condenado Juan Largo y
le respondí no sé aué." (PEXSADOR,
Periquillo, cap. VI.)
Dialecto aragonés. "Condenado, Per-
verso, violento; con relación al genio,
carácter, maña, etc. Se usa también
en Viscaya," (MUGICA, p. 92.)
Hond. MEMBRESO, p. 44
"Por el vano empeño de ennoble-
cer las cosas con sólo bautizarlas
de nuevo — dice también el autor ci-
tado.— sin que nada cambie su esen-
cia, tenemos hoy fábrica de pan por
panadería, taller de calzado por za-
patería, restaurant por fonda, far-
macia por botica, preceptor por
maestro de escuela, etc., etc.; y por
C. Rica. GAGIXI (p. 160) trae con- j í^y.vA razón, los cocheros han dado
fisgado, que se usa como sinónimo. • „„ ii<,,,^o..c,/^ o oí r>^^T^;^c, ^r.^^,.^*-^
Venez. PICÓN, p, 84. usase también | ^^ llamarse a Si propios conducto-
de confiscado como sinónimo. t res". Es cierto, pues hasta los de
CONDOLENCIA, f. Nosotros y j los carros de carga, carretas y ca-
cen nosotros todos nuestros herma- 1 rretones han dado en llamarse ca-
nos en lenguaje de las tres Améri-
cas, hemos sancionado con el uso
este sinónimo de pésame, que no
registra el Diccionario, a pesar de
que trae condoler y condolerse. Ga-
licismo y muy galicismo podrá ser;
poro abonan por la voz Rivodó (p.
€?), que la juzga "bien formada y
además expresiva"; Cuervo (párr.
975) que con xriás clemencia que
Gagini (p. 158), sólo dice que pode-
ros evitarla fácilmente, y, por úl-
timo el P. Isla, que no es poca au-
rretoneros, antes que carreteros.
CONDUERMA, f. Molestia cons-
tante y grande: persona o cosa que
modesta demasiado: majadería, ne-
cedad.
Verez. "Equivale aproximadamente
a modorra, o a morosidad. Parece una
voz compuesta de con y duermn. de
dormir. La frase "venir con muchas
cor.dusrmas" es como venir con mu-
chos requisitos o regodeos." (RIVO-
DÓ. p. 62.)
CONDUMBIO. m. Condumio. Es
mexicanismo.
CONECTAR, a. "Se le usa con to-
toridad quien la usa en sus Car-¡^^ j^ extensión del inglés to con-
t;.s. I, XL\I, al decir del propio ^^^ ^^ ^^^^^ j^ t^^^^s tomado....
C :ervo. Picón (p. 84.) solo dice que
se usa en Lima y Ecuador, además
do Venezuela. Al igual habla Mem-
hreño (p. 44).
CONDÓN, m. "Preservativo en
lí-.s relaciones sexuales", dice MEM-
FREÑO (p. 44). Tanto de ciertas
infecciones, ¡como de ciertos re-
sultados de. . . . multiplicación!, pa-
r^ la mujer.
CONDUCTOR, m. En los trenes
do tracción animal, es el que con-
duce las bestias; en los trenes eléc-
t -icos, el que maneja el motor y
r'ge la marcha del vehículo; en los
ferrocarriles, lo que dice Icazbal-
reta: "el encargado de un tren du-
por juntar, ligar dos cosas, estable-
cer cierta relación entre ellas".
(ICAZBALCETA, p. 116).
Conectar dos tubos, dos hilos, etc.
CONFIANZUDO, DA.' adj. Que
tiene o se toma demasiada conñan-
z?'*: que se hace de confianza con
facilidad, y gasta mucha llaneza,
sin que se le de pie para ello".
(ICAZBALCETA, p. 117).
r-iba. PICHARDO, p. 67. — MAGIAS,
p. 359.
Hond. MEMBREÑO. p. 44.
C. Rica. GAGINI (p. 160), justifica
con dos citas de la Sra. Pardo Bazán
que se usa en España.
Venez. RIVODó. p. 15 y 62. — PICÓX
fp. 84): "Entrometido en todo lo que
tienen, piensan, sienten y hacen los
rante su viaje, para conservar el j demás, pero con gran cinismo y en
CONG
— 390 —
CONS
grado iri'itador y extraordinario. Una f
gente confianzuda es la más negra de
las calamidades que pueden caer en
una casa, y por lo general no lleva !
sino guiña o inayén, pero del verde." i
Bogotá. CUERVO (núm. 844.) ¡
CONFINAR, a. Encerrar, recluir. |
U. más c. refl.
ORTÚZAR (p. 91) señálale como !
"puro francés." j
Hond. MEMBREÑO, p. 44. 1
CONFORT. (Del inglés confort). |
m. "Todo lo que constituye el bien-
estar material y las comodidades ,
de la vida. Es voz menos usada que !
el adjetivo confortable". (ICAZB.)
Le autoriza Rivodó (p. 62). i
CONFORTABLE, adj. Voz ingle- j
sa, no admitida aún por el Diccio- '
nario; pero ya muy generalizada.
Cómodo, agradable, regalado.
Hond. MEMBREñO, p. 44.
Venez. RIVODÓ, p. 62.
CONFUSIÓN, f. Término forense
muy conocido, que impropiamente
da MEMBREÑO (p. 44) como hon-
dureñismo.
CONGAL. m. Burdel, lupanar; ca-
sa de prostitución. Gamboa, en su
inmortal obra Santa, describió de
manera inimitable la organización
de los CONGALES.
RAMOS y DUARTE, p. 133.
CONGALEAR. n. Andar por los
congales.
CONGALERO, RA. adj. Hombre
relajado que frecuenta los conga-
íes; mujer muy prostituida, que
pertenece al congal o ha estado en
él.
2. Lugar, calle donde hay muchos
congales: el conjunto de éstos.
CONGO o CONGUILLO. m. Hoja
pequeña, pero de clase superior a
la bajera, que se obtiene del se-
gundo y ulteriores cortes del taba-
co. El CONGUILLO no es más que
la hoja de los renuevos o hijos que
nacen del tronco que queda al ha-
cerse la cosecha primera o prin-
cipal.
"Hecha la cosecha principal, nacen
al pie de los troncos viejos los hijos
0 mamones, que se- cuidarán según se
ha manifestado; las hojas que se ob-
tienen de esta segunda cosecha son
más pequeñas, pero su calidad es su-
perior al zacate, y se llama congo."
(KRAUSE, Cultivo del tabaco, p. .120.)
— "Apenas esté maduro el tabaco,
corten sin esperar menguante... se
van mancornando de dos en dos las
hojas, y si se quiere, ya desde allí se
va escogiendo el que es bajera, con-
guiilo y hoja buena." (GIL y SAENZ,
El Caporal, p. 79.)
Méx. "Tabaco de hoja corta," dice
RAMOS y DUARTE (p. 134.)
Por Centro América hay un pez
así llamado (CONGO), y en Costa
Rica, además, un mono. Pichardo
(p. 67) describe con este nombre
ciertos huesos del cerdo y dos bai-
les, uno popular, y otro "francés-
criollo", ambos de Cuba. GAGINI
(p. 160) ; MEMBREÑO, p. 44.
CONOCENCIA, f. Conocimiento.
Lo usa mucho la gente campesina.
"Dice bien Don Vives en todo lo que
dice, y como amor no quita conocen-
cia." (GIL y SAENZ, El Caporal, p.
65.)
Venez. PICÓN, p. 84.
CONQUIÁN, m. Juego de naipes
muy común.
"Gonzalo,... se paró de pronto y ti-
ró los naipes sobre la mesa donde Ju-
gaba el conquián con el Mayor del Ba-
tallón Iturbide." (MERINO, Celestina,
1 p. 27.) — "Nuestro simpático D. .luán
I cayó en el lazo: se enamoró de im
anillo que figuraba una duquesa con
I trece gotas de roció, ... y aceptó ri-
i farlos al conquián." (ID., ib., p. 115.)
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 133.
i CONSENTIDO, DA. adj. Mimado.
Méx. ICAZBALCETA, p. 117.
I "No son los niños más consentidos
los menos llorones." (PENSADOR Qui-
jotita, cap. XI.) — "¡Válgame Dios, y
qué consentid» y malcriado me cria-
ron." (ID., Periquillo, cap. I.) — "Yo
era un aprendiz de honor, y tan con-
sentido y bonachón que. aunque sin ca-
misa, no faltaba quien envidiara mi
fortuna." (ID., ib., cap. XI.) — "Fue su-
mamente consentido de sus padres,
y principalmente de la señora." (As-
tucia, t. T, cap. I.) — "Lo crió tan con-
sentido y licencioso." (ID., p. 9.) —
"Hoy están en mayoría l03 muchachos
CONS
391 —
CONS
consentidos." (FACUNDO, Pollos, t. i
I. cap. V.)
C. Rica. GAGIXI (p. 164) establece,
con una cita de Pérez Galdós, que es ,
dt; USO en España. '
CONSENTIDOR, RA. "En senti-
do especial, el que consiente o mi-
ma con exceso a sus hijos; y tam-
bién suele decirse del que es de-
masiado indulgente con sus inferio-
res". (ICAZBALCETA, p. 118). Ade-
más, para nosotros, alcahuete.
"Castígruenielo! . . . pé&uele! . . . que
no soy de las madres consentidoras
que se enojan porque rajen a azotes a
sus hijos." (RODRÍGUEZ BELTRÁX,
Perfiles, 11, p. 19.) — "No digo que los
padres y maestros sean susjüranos;
pero tampoco unos apoyos o consenti-
dores de sus hijos o encargados."
(PENSADOR, Periquillo, cap. II.) —
"Tu consentidora madre ya no existe."
(Astucia, t. I, cap. I.) — "Las mamas
querendonas y consentidoras están
también en mayoría." (FACUNDO,
Ensalada de Pollos, t. I, cap. V.) — "Si '
Pepito tuviera en lugar de una madre
consentidora... un padre enérgico y
con buen sentido práctico..;" (ID.,
Mariditos, cap. IV.) — "Era casi tan
consentidora y tolerante como la pa- '
tria." (ID., Chucho, t. I, cap. I.) — '
"Que Don Juan Francisco era cruel; ;
que los papas consentidores de San |
Martín de la Piedra tuvieron con el '
maestro más de un disgusto..." (SAN- '
CHO POLO, La Gran Ciencia, cap. T.)
El Diccionario trae consentido, en '¡
la acepción de marido tolerante, ca- 1
brón, o alcahuete. Nos parece más i
propia nuestra voz que indica me-
jor el agente de la acción. j
CONSENTIMIENTO, m. Acción y
efecto de consentir o mimar con
exceso.
"También olvidé en pocos días aque-
llas tales cuales máximas de buena
crianza que mi padre me había ense-
ñado en medio del consentimiento de
mi madre." (PENSADOR, Periquillo,
cap. II.) — "Mi padre estaba inexora-
ble, persuadido a que todo era efecto
de su consentimiento." (ID., ib.)
CONSERVA, f. Especialmente se
da este nombre en Tabasco, a la
que Se hace de naranja, sidra o to-
ronja, y, algunas veces, también de
la corteza muy gruesa del apompo.
o zapote de agua. Son famosas las
conservas de Toraolargo (Vecinda-
rio de la Municipalidad del Centro)
y de Jalapa. De ordinario las fa-
brican en los trapiches y en los in-
genios, en la misma miel de que se
hacen la panela y la azúcar. Hay
dos clases: la seca almibarada y la
conserva en miel, ambos hechas con
miel sin clarificar.
"Naranjas, y dulces de esta misma
fruta, que llaman conserva de Torno-
largo." (MERINO, Juana, p. 8.)
CONSERVATORIO, m. La gente
campesina suele llamar así al tra-
piche o parte de éste en que se ha-
ce la conserva, o que se destina a
esta industria.
CONSOMÉ, m. Excepto la gente
campesina que gusta de llamar al
pan, pan, y al vino, vino, pocos se-
rán los que no acostumbren llamar
así al caldo, o sopa aguada, como
también le dicen.
Lo mismo, y más comúnmente en
México, donde aparece como payo,
provinciano o ranchero el que no
diga de tal suerte. RAMOS y-
DUARTE, p. 136. Todo por aquello
de ennoblecer ciertas voces, como
si éstas no fueran bastante nobles
con ser castizas de nuestra lengua.
CONSTANCIA, f. "Lo que cons-
ta de un modo indudable en docu-
mento escrito. Muy usado en el fo-
ro, y en el trato común". (ICAZ-
BALCETA, p. 118).
"Habrá pues, que rebajar las exis-
tencias... en las cuales no hay cons-
tancia." (Diario de México, t. II, p.
295.) — "Declaró (el Juez) pertenecer-
le todos (los muebles) al almonedero,
como que tenía constancia de habér-
selos yo vendido." (PENSADOR, Pe-
riquillo, t. III, cap. 6.) — "A fuerza de
instancias recibió el síndico de los re-
ligiosos cuarenta pesos por el sitio, de
lo que hubo constancia jurídica e ins-
trumento en forma." (SEDAÑO, Noti-
cias, t. I, p. SO.) — "La primera cons-
tancia que hay en el primer libro del
Cabildo del Ayuntamiento de Méxi-
co..." (ID., ib., p. 175.) — "Recibí una
carta de vuestro padre en que me in-
CONS
— 392 —
CONT
cluía otra para nuestro corresponsal
en Ambares, diciéndome que el objeto
era obtener las constancias de vuestro
estado libre al veniros de Lovaina."
(N. DEL POMAR, Un Hereje y un
Musulmán, cap. 23.) — "Cuándo y por
qué motivo se quitasen' esas cosas que
formaban esa manzana, no hay cons-
tancia ni la tiene el Ayuntamiento."
(ALAMÁN, Disertaciones, t. II, p.
23.5.) — "Se establecía entre ellos la re-
lación, ya para las constancias del ca-
tastro, ya para asegurar la propie-
dd, caso de controversia." (OROZCO
Y BERRA, Hist. Ant. de IVIéxico, t. 1,
p. 558.) — "La defensa es oscura y em-
biollt,da: contraria al sentir de los tes-
tigos presenciales, y a las constancias '.
históricas." (ID., ib., tom. IV, p. 415,
nota.) — "No hay, pues, constancias en
la historia. . . acerca de esa mujer ma-
ravillosa." (G. OBREGÓN, IVIéxico Vie-
jo, p. 261.)
Hond. MBMBREÑO, p. 44.
Bogotá.CUERVO, párr. 487.
CONSTATAR, a. Comprobar por
medio de documento o prueba es-
crita. Muy usado en el foro.
Hond. MEMBREÑO, p. 44.
CONSULTORIO, m. Especialmen-
te llamamos así al lugar en que el
médico da consultas al público; y
no es "establecimiento particular
fundado por uno o varios profeso-
res de medicina", sino el despacho
del médico en general, en que tam-
bién hace curaciones y operaciones,
teniendo todo lo necesario para el
efecto. Tampoco es "para que las
personas poco pudientes acudan a
él a consultar sus dolencias", pues
allí ocurre toda clase de gente que
quiera economizar o que no tenga
necesidad absoluta de que el médi-
co asista a su casa, por estar impe-
dida de ir al CONSULTORIO.
RAMOS y DÜARTE (p. 136) di-
ce que, "se oye" en México y Pue-
bla. Ha oído p'oco: se oye en toda
la República.
CONTENTAR, a. Reconciliar,
avenir; reanudar la amistad. Em-
pléase comúnmente como recípro-
co: "Juan y Pedro se CONTENTA-
RON".
Lo mismo es Costa Rica (GAGI-
NI, p. 167).
CONTESTAR, n. Impugnar, repli-
car, contradecir.
Hond. MEMBREÍÍO, p. 44.
En México tiene la doble acep-
ción de conversar y discutir o dis-
putar, y es muy usado también el
sustantivo contesta, por plática y
por disputa o discusión. (ICAZBAL-
CETA, p. 119).
CONTESTO, m. Contestación, es-
pecialmente cuando es por escrito.
Lo mismo en México (RAMOS y
DUARTE, p. 136). En Venez. dicen
contesta (RIVODÓ, p. 244).
CON TI. m. Planta monocotilédó-
nea, del orden de las gramínideas,
con flores femeninas y masculinas
en la misma espiga; vivaz, herbá-
cea, provista de un rizoma o de un
tubérculo; por lo general arbores-
cente, o sarmentosa o trepadora.
Fruto en baya, de igual nombre. El
CONTí parece pertenecer a la fa-
milia de las aráceas, tribu de las
arvídeas, sección de las draconcu-
líneas. Espádice libre o soldado con
la espala; estéril en el vértice, que
es claviforme o flageliforme, o glo-
buloso e irregular; ñores masculi-
nas y femeninas numerosas, sepa-
radas a veces por órganos rudimen-
tarios: rizoma por lo común tube-
roso o grueso; hojas enteras, cor-
diformes, o astadas, o sagitadas;
espala generalmente morada, féti-
da. Varios géneros. Distribución
geográfica: las aráceas habitan
principalmente la zona tórrida, en
América y Asia, sobre todo en el
hemisferio norte. (ODÓN DE
BUEN, Hist. Nat., t., 10, Botánica.
I, pp. 159 a 162).
"El espádice de la flor experi-
menta un notable aumento de tem-
peratura al tiempo de la fecunda-
ción, durante una o dos horas, au-
CONT
— 393
CONT
mentando considerablemente de
olor a la vez.
"Este acto eleva la temperatura
en otras plantas, en menor escala
ciertamente; pero es evidente que
la causa es el movimiento de las
células sexuales aue tienden a su
conjugación".
"La gente que no alcanza las dro-
gas, le atribuye propiedades medi-
cinales. Las hojas sirven para con-
tener o pi-eservar las hemorragias
en casos de abortos o partos, apli-
cándolas asadas y estrujadas sobre
el vientre de la enferma. También
toman el espádice seco y molido
para curar otras dolencias, y hay
gentes que perfuman su ropa con
él. y aún el pinol, introduciéndolo
mientras desprende partículas odo-
ríferas". (1).
La flor presenta los tres colores
del pabellón nacional mexicano: la
espata es verde por fuera y roja
por dentro, y el espádice blanco.
Llámasele también casmoya. La
palabra contí tal vez sea de origen
maya.
CONTIMAS. Contracción vulgar,
pero muy común, de la expresión
cuanto más o cuantimás que el Dic-
cionario da como familiar y que
GAGINI (p. 167) dice "usada toda-
vía por el vulgo español y ameri-
cano", contradiciéndosje a seguida
con las citas del uso que de la voz
han hecho Santa Teresa y Pérez
Galdós (éste en su obra Trafalgar),
que no son ciertamente personas
vulgares en el arte literario, usa-
se igualmente en México.
"Sobre que apenas los envía a traer
medio de cigarros, contimás manteca,
ni chiles, ni pulque, ni carbón ni na-
(1) Las observaciones anotadas en
los párrafos señalados con comillas así
como la clasificación, me fueron pro-
porcionadas por mi hermana la Srita.
Profa. Lucía Bustamante, de Tabasco,
en carta de 14 de Spbre., de 1918,
da como acá." (PENSADOR, Periqui-
llo, cap. XXIV, p. 149.)
Venez. PICÓN, p. 84.
ORTCrZAR, (p. 95) le califica de
chilenismo vulgar.
CONTLAPACHARSE. (Del mex.
contlapachoa, encubrir, según Ra-
mos y Duarte; p. 137. No se halla
este verbo en el Diccionario Ná-
huatl por SIMEÓN. Tampoco en
MOLINA),
Confabularse, unirse, asociarse
generalmente con mal fin.
CONTLAPACHE. m. y f. fam.
Conpinche, camarada. Tómase siem-
pre en mala parte.
Méx. RAMOS y DUARTE. p. 137.
CONTORSIONISTA, m. y f. Indi-
viduo del circo que trabaja en ha-
cer contorsiones raras y difíciles.
Úsase también en España: "Yo era
entonces CONTORSIONISTA, y en
los carteles me llamaban el hom-
bre boa". (Pío BAROJA, La Busca,
p. 139, c. p. Toro Gisbert., Ap. Lex.
p. 227).
CONTRA, f. Adehala; porción o
propina que el comerciante da de
gracia sobre la mercancía que se
compra. En México se dice pilón
(Ramos y Duarte, p. 404) y tam-
bién ñapa en algunos Estados de
la Costa del Golfo, y en las Amé-
ricas Central y del Sur e Islas, don-
de también la llaman llapa o yapa.
Eii Campeche se dice quinto.
Como nosotros, sólo en Cuba di-
cen CONTRA: "La corta dádiva o
barato, que hace el vendedor por
menor al comprador en reconoci-
miento de haberle preferido. Díce-
se también ñapa, singularmente en
la parte oriental". (PICH., p. 68).
De aquí sin duda nos vino, como
muchas otras expresiones cubanas.
En Honduras, chascada (MEMBRB-
SO, p. 54).
DE CONTRA, m. adv. Además,
"o a mayor abundamiento, por aña-
didura gratuita. Otros dicen de con-
CONT
394
CONT
trapeso". (PICH., p. 68). Lo mismo
por la tierra.
CONTRABANDEAR, a. Dedicar-
se al contrabando.
Hond. MEMBREñO, p. 44.
C. Rica. GAGINI, p. 168.
CONTRAFIERRA, f. Segunda fie-
rra que en las haciendas se acos-
tumbra poner al ganado comprado,
generalmente junto al fierro de la
hacienda de donde es nativo, o en
el brazuelo. Dícese también contra-
fierro. También acción y efecto de
contraherrar.
CONTRAHERRAR, a. Poner al
ganado contrafierra; herrar por se-
gunda vez el ganado herrado que
se compra de otra^ hacienda.
CONTRAIVIARCA. f. Segunda mar-
ca que se pone al ganado, para anu-
lar la marca de sangre primitiva.
Generalmente se usa para el gana-
do que no es nativo de la misma
hacienda, poniéndole una marca
distinta a la de ésta.
CONTRAMATT^RSE.. pr. fam.
Darse un fuerte golpe, principal-
mente si es dando el cuerpo con-
tra el suelo, pero sin que llegue a
producir la muerte.
Méx. "No es mal formado este ver-
bo si se atiende a que según la Aca-
demia (Gram. 1889), la preposición
contra "en composición, además del
sentido natural y recio, uñas veces
rebaja en un grado lo "que sin ella sig-
nificaría el nombre a que se agrega,
como contralmirante y contramaestre,
etc." Pues así como esos sujetos son
menos que almirante y maestre, CON-
TRAM^ VTARSE será menos que ma-
tarse." (ICAZBALCETA, p. 120.)
Guat. Batres (p. 184) dice: "Cuando
alguno se golpea fuertí mente contra
alguna cosa, dicen que se contramató,
es decir, que se mató contra aquel ob-
■"^Hond. MEMBREÑO, p. 44.
C. Ric^. "Contramatar a alguno es
estropearlo, casi siempre golpeándolo
contra el suelo o las paredes." (GA-
GINI. p. Ifi9>
CONTRAPRODUCENTE, m. Con-
trario.
Icazbalceta (p. 120) hace larga e
interesantísima disertación acerca
del mal uso de esta voz. RAMOS y
DUARTE (p. 138), dice que es pro-
vincialismo de Zacatecas y Yuca-
tán.
CONTRAPUNTEO, m. Acción y
efecto de contrapuntearse dos a
más personas, diciéndose palabras
picantes o irónicas, recíprocamen-
te. Muy usado en lenguaje familiar.
Lo mismo en Cuba (PICHARDO,
p. 68).
CONTRAS. ECHAR, o JUGAR,
LAS CONTRAS, expr.
"Echar o jugar las cabras, o sea,
jugar los que han perdido algún par-
tido a cuál ha de pagar solo lo que se
ha perdido entre todos." (B \RAIBAR,
Voc. de pal. usadas en Álava, p. 79.)
Es término muy usual en el jue-
go del billar: perdiendo igual nú-
mero de partidos cada uno d^ los
jugadores, el que pierde el de LAS
CONTRAS, los paga todos.
Muy usado en México, aunque no
figure en los léxicos de mexicanis-
mos que hemos consultado y se vie-
nen citando.
CONTRASEÑA, f. "Vueltas; se-
ña o boleto que se entrega al que
quiere salir por breve tiempo de un
lugar de espectáculo, y le da de-
recho para volver a entrar, sin nue-
va paga". (ICAZBALCETA, p. 120).
CÓNTRAYERBA. f. Yerba medi-
cinal para corregir o atacar los
efectos de otra venenosa. Contrave-
neno, 2a. acepción.
2. en sent. fig., procedimiento que
se usa para neutralizar la acción
maléfica de otra persona o nulificar
sus efectos.
CONTROL, m. Inspección, inter-
vención, monopolio. Es término to-
mado del inglés, que no tiene en
realidad un verdadero equivalente
castellano, siendo por lo mismo to-
lerable. Muy usado en el lenfunip
comercial.
CONT
— 395
COPA
Hond. MEMBRExO. p. 44.
Ríopl. "Feo galicismo usa(^o sin con-
tradición en estos países." (BAYO, p.
63.)
CONTROLAR. Fiscalizar, mono-
polizar: CONTROLAR las acciones
de una compañía, es ser dueño de
la mayor parte de ellas.
Hond. MEMBRE5:-0, p. 44.
CONVENENCIERO, RA. adj.
"Muy amigo de su bienestar y re-
galo". (ICAZBAT.CETA, p. 120). O
como dice RAMOS y DUARTE (p.
139) : "Regalón, amigo de llevarse
la mejor parte en todo negocio;
holgachón".
Especialmente dícese del político
sin convicciones, que sólo es par-
tidario del sislema que le propor-
cione alguna conveniencia o bien-
estar personales. L'. t. c. s.
"lie parece que tú eres más conve-
nenciero que cobarde, y quisieras pa-
sarte buena vida sin arriesgarte a na-
da." íPñ:X3ADOR. Periquilio, pte. 2a.,
cap. XX, p. 266.) — "La desgracia ha-
bía hecho a tfa Marta una mujer cris-
tiana y timorata, aunque algo supers-
ticiosa y convenenciera." (PAYXO,
Fistol, t. IT, cap. TV.)
CONVOY, m. Angarillas, 4a. acep-
ción. Taller, 2a. acep. Usado, con
exclusión de éstos, en el lenguaje
familiar. Corre igualmente por la
América del Sur. No es mal em-
pleado si se atiende a que es un
séquito o conjunto de vasijitas. des-
tinadas para sendos condimentos.
Usado también en México.
"Dos son las mesas para el servi-
cio: una de manteles blancos, vasos
l>rillant-ís, botellas para asrua, cubier-
tos de acero, surtidos convoyes, sillas
V otros muebles cómodos y limpios."
(RODRIGL'EZ BELTR.4X. Perfiles,
XIV. p. 96.) — "Al fondo, el aparador,
un viejo mamotreto de encina., dete-
riorado por el uso, lucía media doce-
T a de platos, un convoy de metal oxi-
dado y un ramo de flores silve.stres."
(GONZÁLEZ PESA, La Chiquilla, I,
p. 28.)
Nléx. RAMOS y DUARTE, p. 139.
Vener. PICÓN', p. 85.
Ríopl. BAYO, p. 63.
COÑAC, m. Este licor francés es
aquí tan popular como en su pa-
tria, y hay más de uno que gustan
de embriagarse con él, prefiriéndo-
le a cualquier pulque o aguardiente
de la tierra. Ya está en el Dicciona-
rio.
Méx. OCAMPO, p. 158.
Hond. MEMBRE5?0,^ p. 44.
Venez. RR'ODó (p. 131) consigna
esta voz entre las que faltan en el
Dice.
CONO. m. Uno de los mil nom-
bres que entre la gente de malas
costumbres, y en lenguaje nada de-
cente, recibe la naturaleza femeni-
na, o sea, lo que Bayo llama sen-
tenciosamente concha (p. 61), la
perdición de los hombres".
Es de uso muy gachupín, y de
esta gente, que representa la hez
de los españoles que vienen a Amé-
rica, ha pasado lastimosamente a
nuestro pueblo.
COPA. TOMAR LA COPA, fr.
fam. con que la gente maleante o
de costumbres no muy edificantes
designa el acto de beber la consa-
bida copa de alcohol que, repeti-
da hasta el infinito, termina por
producir la borrachera.
La COPA que se toma en ajamas,
o antes del medio día, constituye
la mañana; la de después de medio
día, la tarde; y la anterior a la ce-
na, la noche, siempre tomadas an-
tes de cada comida a pretexto de
abrir el apetito. Usual en toda Mé-
, xico.
■ "El Sr. Torralba ha dejado esa, cos-
¡ tumhre, y en vez de ir, luego, a to-
mar la copa con los amigos, prefiere
permanecer al arrimo de su mujercita,
departií'ido cordialmente." (.\ZUELA,
Sin amor, pte. 2a.. I. p. 141.)
COPAL. ECHARLE COPAL AL
SANTO, fr. que entre los bebedo-
res se usa como equivalente de be-
ber, embriagarse.
A propósito, es bueno saber que
! la Academia espeta más de un de-
j satino al" tratar la palabra copaL
COPA
— 396 —
COPÓ
Oigamosy cómo le dice Darío Ru-
bio en su libro "Los llamados mexi-
canismos de la Academia: (p. 61):
"Copal, que no es adjetivo sino sus-
tantivo (la primera en la frente),
no es voz mexicana "copal I i, y és-
ta a su vez (con la suplencia re-
lativa), de "copalcuahuitl", árbol
de incienso.
"Además de emplearse el copal
(que tiene varios usos medicina-
les) "en barnices duros de buena
calidad", dice la Academia que es
"resina incolora, muy dura y sin
olor ni sabor".
"No sé si tenga sabor alguno;
pero olor, creo que sí lo tiene, pues
romo antes se quemaba en los tem-
plos, actualmente se quema en ca-
lidad de sustancia aromática y to-
ma entonces el nombre de incien-
so
COPALCHÍ. (Crotón ntveus.
JACQ.) (1). (Del mex. copalli, co-
pal, y chichic, amargo: "copal o re-
sina amarga". RÓBELO, Azt.) m.
Árbol de la quíTia silvestre del Es-
tado, cuya corteza se toma en in-
fusión contra las calenturas. Lláma-
te también CASCARILLA. V.
"Entonces, señor, se verán girar por
todas partes, ... sus plantas medicina-
les como cañafístola, zarzaparrilla,
jalapa, el güero, y una espc'e de qui-
na llamada copalchl, Qe smgulares
propiedades." (MESTRE G., Doc. y
datos para la Hlst. de Tabasco, cap.
II, p. 51: Memoria por D. José E. de
Cárdenas, II, núm. 2.)
Hond. "Son varias las plantas de es-
te nombre, cuya corteza es amarga y
de uso popular contra las calenturas
comunes. (MEMBREÑO, p. 45.)
COPETE. ESTAR HASTA EL
COPETE, fr. fig.. estar harto y fas-
tidiado en grado sumo de una cosa
o persona: fulano me tiene hasta
el COPETE con sus majaderías.
(1) En el Catálogo de productos
agrícolas que el Estado de Tabasco
envió a la Exp. de S. Louis M. en
904, formado por D. Arca dio Zentella,
Crotón suberosus, H. B. K.
El Diccionario trae ya la acep-
ción de copete por colmo que lle-
nen los vasos en los sorbetes y be-
bidas heladas. Para nosotros es
colmo en general
Méx. ICAZBALCETA, p. 121.
COPETEAR. a. Colmar; hacerle
colmo a una vasija llena.
Méx. OCAMPO, p. 159.
COPETÓN, NA. adj. Copetudo:
gallo COPETÓN. No autoriza el Dic-
cionario esta forma; pero es la que
todo el mundo usa, como barrigón
por barrigudo, y los demás. Y como
dice Icazbalceta (p. 121) : "úsase
también familiarmente como sus-
tantivo, aplicado siempre con cier-
ta intención de censurar por orgu-
Uosas. a las personas distinguidas
y de viso, o que se dan aires de ta-
les".
"Allí (en el billar) me encontré a
todos los copetoncillos jugando gue-
rra de palos." (Astucia, t. II, cap. III.)
Hond. MEMBREÑO, p. 45.
Bogotá. CUERVO (núm. 843): nom-
bre de un gorrión.
Venez. Nombre de un gorrión tam-
bién, y suele decirse al que es cobar-
de." (PICÓN, p. 85.)
COPÓ. (Del maya kopó, álamo).
m. Árbol grande, espece parecida al
álamo; parásito que se cría abra-
zado a los tallos de los árboles
grandes, terminando por matarlos
y hacerlos desaparecer, quedando
entonces él en su lugar. De las raí-
ces, generalmente edventicias, muy
fuertes y muy ligeras, se hacen
bastones.
Parece que es el mismo de que
habla Las Casas en la Historia de
las Indias, t. V, cap, XIV, pp. 327-
9, con el nombre de copey (1), en
los siguientes términos: "Hay otro
árbol en la Isla (Haití) que los in-
(1) De ser el mismo árbol, lo más
probable es que su nombre cupey per-
tenezca a la lengua haitiana o a algún
dialecto insular, aun cuando nada obs-
ta para que la voz, como canlsté, ha-
ya pasado de la Península a las Islas.
COPÓ
— 397
COPÓ
dios della llamaban cupey, la pe-
núltilia síla"Da luenga, del cual se
puede alguna cosa nueva referir;
es árbol más alto que un alto na-
ranjo, aunque no así copadi sino al-
go más abierto, tiene tres cosas no-
table, la una las hojas, que son tan
grandes y cuasi de la hechura de
una azuela de hierro de un carpin-
tero, imaginándola que sea lo agu-
do della redondo, y sin gavilanes;
es muy verde y escura y hermosa,
gruesa como un real y tiesta, no
floja, y por esto con un alfiler, y
mejor con un palillo agudo, escri-
be el hombre todo lo que quiere,
y luego señálase la letra amarilla,
de un sudor o zumo cuasi como el
de la gabila, y desde a poco tóma-
se la letra blanca; de este papel,
y péndolas, por falta del de Casti-
lla, los tiempos primeros en esta
Isla usábamos. La otra cosa es la
fruta que produve aqueste árbol, no
para comer, ni hay a qué compa-
ralla sino a unas rosas no llanas de
madera que ponen sobre las cua-
tro varas de las camas de campo,
doradas, bien hechas, con unas co-
ronillas encima cuasi de la forma
de las adormideras; por de fuera
son blancas y que tiran a verdes
claras, puesto que se abren o des-
quebrajan, lo de dentro es pez ne-
gra, con que se puede cualquier co-
sa, como con pez, empegar: tiene
algunas pepitas que comen las aves,
ó lo que con ellas está pegado. 1.a
tercera cosa es más notable, que
cuando las aves están en este ó en
otro árbol, y en él purgan algunas
de dichas pepitas, las que paran ó .
se pegan en el árbol allí nacen co- 1
mo si las ingiriesen, y lo que nasce i
son unas raíces del gordor de una I
lanza muy lisa, y todo su crecer es j
ir cara abajo á buscar la tierra y
después en ella arraigarse, y, echa- 1
das raíces, nasce della otro árbol'
como el que la fruta hobo dado;
estas raíces, descendiendo hacia
abajo, como el árbol es alto, son
de 25 y 30 y más palmos, y éstas
son muy lindas astas de lanzas, to-
das muy derechas y muy nervu-
das y lisas, que no han menester
dolallas o alisallas. Y deste árbol,
que digimos llamarse cupey salen
de la manera dicha las varas lan-
zas, y no, como algunos piensan, de
los árboles que se llaman xaguas.
Estrabón. en el libro XV de su Geo-
grafía, refiere haber en la India,
que está más al Mediodía, unos ár-
boles grandísimos, que algo pare-
cen a lo que deste cupey habernos
dicho, aunque digno de mayor ad-
miración. Destos dice que sus ra-
mas, después que han crecido has-
ta grandor de 12 codos (debe ser
en soslaj'o y no hacia arriba), van
creciendo para abajo en busca de
la tierra, y llegadas en la tierra,
echan allí raíces, y dellas nasce
otro árbol como él mismo, el cual,
después de criado y las ramas cre-
cidas como las primeras, van cara
abajo buscando la tierra, y echan
sus raíces, y dellas crece otro ár-
bol, y así de uno se hacen muchos,
y de todos se constituye una como
cámara o pabellón grande puesto
.«^•obre muchas columnas; de aquí
Dodemos colegir que estas nuestras
Ind'as son. . . . etc "
"Si paráis la canoa en la curva que
forma la posa del Caimán, . . . podréis
distinguir aún las paredes de piedra
que... están cubiertas de musgo, de
firus rubiünoso (vulgo copó) y de
otros parásitos que le incrustan sus
poderoso.s brpzos." (MERTXO. Celesti-
na, p. IS.) — "El qual (el demonio) assi
ido vernan (sic.) el patio y limpian-
dolo de las hojas del árbol que tenía
que .se dize cihom y echavan otras de
otro qvie llamaban copo, y ponían unas
sprps en tanto que el sacerdote se ves-
tía." fBOT1lBOT-RG, Reí. de Yuc. por
Landa. cap. XX^T. p. 148.)
COPROPIEDAD, f. Neol. Propie-
dad común a dos o más personas;
COPE
398
CORCH
muy usado tratándose de los comu
ñeros o propietarios de comunidad,
Empléanlo también notables escri
tores modernos, entre otros Blasco |
Ibáñez, en su notable obra Los j
muertos mandan (p. 191), en el si- 1
guíente pasaje, que cita Toro Gis- 1
bert en sus Apuntaciones lexicográ-
ficas, p. 208: "Todo suyo, sin mie-
do a la copropiedad con prestamis-
tas y usureros".
COPROPIETARIO, m. Neol. Pro-
pietario que posee en común con
otro u otros.
CORAL, m. Víbora ponzoñosa,
que ito alcanza más de tres cuartos
de metro de largo; de color rojo,
a lo cual debe su nombre, con man-
chas negras y amarillas en forma
de anillos. Se cuenta de ella que es
sumamente venenosa y que no
muerde, sino que ataca con la co-
la, en la eual lleva un aguijón; pe-
ro no hemos oído nunca mención
de un caso de ataque de este
ofidio, sobre que es xmo de los más
abundantes en los campos, y en los
techos de guano, donde anida por
lo general.
Membreño (p. 45) hace mención
de ella, pero dice que alcanza "has-
ta dos metros de longitud". Ocam-
po (p. 159) la llama coralilla. GA-
GINI (p. 193) dice que "n-o es ni
con mucho tan venenosa, y hasta
afirman algunos que es completa-
mente inofensiva, como parece cer-
tificarlo su extraordinaria abundan-
cia".
"El lector habrá tenido ya ocasión
de compararlo a esa pequeña víbora de
TieiTíicaliente. que se llama coralillo,
vestida co'n heT-mosos colore.s. pero
cuya picadura es mortal." (FACUN-
DO. Chucho, t^ II. cap. V\U, p. 161.)—
"Temblad ante esos reptiles sociales, i
ante esos corallITos de mil colores que i
se introducen en vuestro hog'ar jjara
llí»-\raros sil ponzoña." (ID., ib., cap. |
XIII, p. 283.) — "La coralilla, color ro- I
.lo m^dia vara de larpo y menos [
de pulgada de diámetro." (Diccionario'
Universal de Historia y Geografía, t.
X, p. 477.) — "El coral, que crece al au-
mento de su edad, es desde que nace
herniosamente manchado al través
de listas blancas, negras y encendidas
y vivamente rojas. Esta culebra es de
tan activo y mortal veneno que has-
ta hoy no se ha hallado remedio que
como antídoto sea contrario de su ve-
neno, y esta sola culebra entre cuan-
tas hay pica con aguijón que encu-
bre en el hocico, y las demás gene-
ralmente muerden. Los mordidos o
picados de el coral mueren, vertiendo
sangro por todas las puntas de los pe-
los del cuerpo." (FUENTES, Hist. de
Guatemala, t. II, cap. III, p. 146.)
CORAZA, f. En la silla vaquera
de montar, armadura de suela que
traba en el arzón y la teja, bajan-
do a ambos lados hasta las costi-
llas de la caballería.
Formado por semejanza del uso
a que se destina con la armadura
antigua llamada así. que cubría el
pecho y la espalda.
Bogotá. CUERVO (párr. 505) de-
muestra que es de uso antiguo, con
una cita de Tapia Salcedo, que dice:
"Sobre el casco de la silla se pone la
coraza, que es de badana carmesí, pla-
teada o dorada en labores, sobre la
cual asientan los jaces o aderezos ne-
gros o de color." (Ejercicios de la ji-
neta, etc., citado en el Glosario del
Catálogo de la Real Armería, p. 32.)
La nuestra no es tan fina, desde lue-
go que está reservada para la silla
más corriente.
CORCHARSE, pr. fig. Armarse:
hacerse de dinero o de cualquiera
otra cosa que signifique grande pro-
vecho, o utilidad obtenida de im-
proviso, inesperadamente.
CORCHO, m. En el Dice, de la
Acad. la tercera acepción de esta
voz equivale a Colmena, y colmena
es: "Especie de vaso que suele ser
de corcho, madera, mimbres, etc.,
embarrados, y que sirve a las abe-
jas de habitación y para depósito
de los panales que fabrican". Ni
una embarrada de lo que es nues-
tro CORCHO, y el de Cuba y otras
partes, contiene esta definición.
CORCHO se llama en el lenguaje
CORD
399 —
CORN
Sn'ÍSS!¿B'S'7vo' ESP^7 se-! En Honduras (MEMBREÑO, p.
na cuezo ' ''°°'" (^ALAZAR G.. p. 75; BATEES, p.
187) vale estevado, patizambo, pa-
CORDIAL. MUELA CORDIAL, tiestevado; de piernas torcidas ha-
Así llama siempre el vulgo a la "a afuera: en Venezuela (RIVODó,
muela cordal. Lo mismo en Centro P- 250), tronzo, caballería de ore-
América (SALAZAH GARCÍA, p. Jas mochas, y en Ríoplata (GRA-
75). TVAnA n 1fi1^ "^ír^c^c^ ^^1 „^; 1
NADA. p. 161), "dícese del animal
75). . ^ _.__
CORDILLERA (POR), m. adv. ; vacuno a quien (al qué?) le falta
que se usa para espresar la mane- u^i cuerno".
ra de conducir una cosa o un en-
De todoF modos, nuestro uso es
vio. pasando de uno a otro suce- ' , ^ """' ""°°'- """^^'^^ ^^° '^^
sivamente ha¿ta llegar a su desti- f °'^' ^™P'°' '^T'' '?' derivada
no. ^^ cuerno, con aplicación de la de-
no.
Icazbalceta (p. 121) no le da más
que la acepción de remitir un reo
o un pliego; pero no solamente así
se usa sino en el sentido de enviar
cualquier cosa, y a quien quiera
que sea. POR CORDILLERA, por
ejemplo, se dice que le llegaba el
sinericia pej-oratlva -ete, -eto, -eta,
que da idea de la deformidad del
óreano y del feo aspecto de la res
que la padece.
CORNEZUELO, m. (Acacia cor-
nígera? ROY.) Arbusto muy común
en los campos; espigado, de eje rec-
to con pequeñas ramas; hojas com-
pescado de Veracruz a México al "^""^ pequeñas ramas; hojas com-
emperador azteca Moctezuma 'na- P^^^^^^, ^^ hojuelas muy finas. Lle-
sando de cada uno a ntm ^o ir.e "^^ ^^ ^^ ^'^^ de cada hoja unas
sando de cada uno a otro de los ^^ ^^ ^ ^'^^ ^^ ^^^^ ^^^^ "°^^
indios apostados a determinada dis- ^^"^es púas, pareadas, unidas por
tancia entre íjí a lo- largo del ca-
mino.
la base en forma de cuernos, a lo
que debe su nombre. En estas es-
pinas, generalmente huecas, anida
con mayor restricción a la conduc- ^"^ f^ormiga de fuego o mata-venado,
ción de un reo llamada asi por el ardor intenso
CORDÓN. CORDÓN SA.XITA.RIO ^^^ produce su mordida. Estas
n junto de hombre» n* tr,,* -Hioe' abren los huecos de entrada y sa-
En Cuba (Picb., p. 70) se aplica
conjunto de hombres o guardias'
que se apostan de distancia en dis-
tancia, con el fin de impedir el pa
so, por causa de una epidemia o
peste y para evitar que ésta se ex-
tienda por el contagio.
— 'V.Por qué los Gobiernos no han
lida hacia las puntas de cada as-
tita de las espinas, comunicándo-
se por la base de ambas, y a ve-
ces aun a lo largo del mismo ta-
llo de la planta.
Este arbusto es también el pre-
u'flfdo de pstablecer un cordón sáni- ferido por la come-chile para la
ron°iI~;^v^*'rcr^ T^^ posible luchar construcción de sus nidos, que pen-
con la aa\ers)dad. Esa epidemia debe j j
ser trasmitida por los vientos reinan- ^en de SUS ramas como graciosas
tcí^.-- (O. CT'RAS, Recuerdos, p. 168.) bolsas alargadas que a merced del
CORDONCILLO, m. Plantita co- ' viento méeense ligeras con el mis-
nocida más con el nombre rabo de ; mo tallo que las sostiene,
mico. V. i "El saurofapo fabrica comúnmente
CORNETO TA. adi Gacho 2a ¡ •'" "'*^° *"" ^^^ arbustos, prefiriendo el
acepción. Res vacnna que íiene el hp^'-^soT""" ''''''™^-^- ''''• '^ ^°°'-
CORO
— 400 —
CORO
2. Gusano que destruye el taba- 1
co, devorando las hojas; su nombre
lo debe a la forma de sus palpos
o antenas que semejan cuernos.
"El cornezuelo. Vive sobre la plan-
ta (el tabaco), y la ataca en general."
(KRAUSE, Cult. del tabaco, p. 111.)
COROCERO, RA. adj. Relativo al
corozo: industria COROCERA; re-
gión COROCERA, donde abundan
los corozos.
CORONELATO, m. Coronelía
quiere el Diccionario que sea, aun-
que a la dignidad de general le lla-
ma generalato.
Igual en Honduras (MEMBREÑO, p.
45.)
COROZAL, m. Colectivo de co-
rozo: lugar en donde abunda esta
planta; sitio poblado de corozos;
plantación de estos árboles.
Dícese también en Honduras
(MEMBREÑO, p. 45), y tenemos la
seguridad de que igualmente donde-
quiera que haya la planta.
COROZALERO, RA. adj. Dícese
de los animales que andan de ordi-
nario o viven en los corozales, por-
que se alimentan con la fruta del
corozo: puerco COROZALERO.
COROZO. m. Este es el único
nombre con que todos designan a
la palmera que el Diccionario lla-
ma corojo, y a su fruto, el cual, co-
mo dice muy bien Membreño (p.
45), no es esférico, como afirma
Pich. (p. 71), sino oblongo. Ivo que
sucede, sospéchalo el mismo Mem-
breño, es que en Cuba llaman CO-
ROZO o corojo a lo que acá llama-
mos coyol o cocoyol, y tal así se
desprende de la descripción que ha-
ce del dicho fruto.
Parece que también en la Amé-
rica del Sur, o por lo menos en
Venezuela (PICÓN, p. 86), existe la
inversión, llamándole corozo a lo
que acá llamamos cocoyol. Estas
especies se diferencian completa-
mente, porque el cocoyol tiene es-
pinas en el tallo y en las pencas,
en tanto que el corozo no las tie-
ne en ninguna parte. El cocoyol
(fruto) es esférico; el COROZO es
oblongo. La cascara del cocoyol es
quebradiza, como cascara de hue-
vo; la del COROZO es fibrosa o es-
triada.
En cambio, BAYO (p. 63) lo da
como genérico por "el hueso exte-
rior de las frutas" y como "fruto
de .extrema dureza que sirve para
falsificar el marfil".
Lo que dice el Diccionario, "Ár-
bol americano de la familia de las
palmeras, cuyos frutos son del ta-
maño de un huevo de paloma, y de
ellos se saca, cociéndolos, una sus-
tancia grasa que emplean los ne-
gros como manteca en sus condi-
mentos", no e.s una definición ni-
siquiera mala; pero, en fin, por lo
del fruto "del tamaño de un hue-
vo de paloma" (y seguramente de
la misma forma), parece que es
nuestro COROZO. En efecto, la pul-
pa fibrosa que cubre el hueso, con-
tiene una gran cantidad de grasa
que sirve, lo mismo para alimento
de animales de ceba, que para la.fa-
bricación de jabón corriente, entre
la gente pobre del campo y los' in-
dígenas, no entre los negros, por-
que negros no hay en Tabasco. Pe-
ro lo que produce mejor aceite y en
mayor cantidad es la almendra con-
tenida dentro del hueso, la cual
principia hoy a ser motivo de es-
pecial explotación, aprovechándose
en la industria jabonera. Hace mu-
cho tiempo que se ha tratado de
aprovechar el corozo en esa indus-
tria; pero se presentaba el proble-
ma de romper el hueso sin romper
la almendra, cosa que no se había
obtenido sino hasta últimamente
que se han inventado máquinas
apropiadas para esa obra.
En las haciendas de campo el
CORT
401
CORT
COROZO sirve como alimento na-
tural a los cerdos, los cuales fre-
cuentan los corozales, donde toman
la fruta en abundancia al caer és-
ta en grado de madurez de los ra-
cimos.
"En aquellas (semillas) cuya cu-
bierta es ósea, esto es, de hueso, la
germinación no se opera sino al cabo
de muchos meses, conao el cocoyol,
coco, corozo, etc." (GIL Y SAJEXZ. El
Caporal, p. 52.) — "Sólo de paso aludi-
remos al ((aceite) que se saca del
corozo o coquillo de aceite." (Diccio-
nario Universal, t. III, del Apénd., art.
Yucatán, p. 962.) — "Tanto el corozo
como el coco común son plantas de
vistosísimas palmas." (ID., ib., p.
989.)
CORTADA, f. Herida o lesión en
corte, causada por instrumento cor-
tante: cortadura.
"Le dieron una porción de cortadas
en distintas partes del cuerpo." (Astu-
cia, t. II, cap. III.) — "¿Qué descanso
podrá tener mi cuerpo lleno de corta-
das sobre un pedazo de húmedo pe-
tate?" (ID., t. II, cap. \1l bis.)
"Está el afamado Hormigo,
Que recibió tres cortadas
Por sus dimes y diretes
Cuando fue a la Candelaria."
(PRIETO, Musa Callejera, Roman-
ce, p. 1S4.)
"El padre de la Calandria,
Aquél de cara de alforja, .
El que tienen una cortada ¡
Dende el ojo hasta la boca."
(ID., ib.. Romance, p. 236.)
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 75.
Bogotá. CUERVO, párr. 847.
CORTADILLO, m. Dulce de leche
que en México y otras partes se lla-
ma bocadillo. Nuestro nombre se
debe a que, hecha la pasta, córta-
se en panecillos en figura de rom-
bos o de romboides.
CORTADO, "adj. m. que expresa
el estado del cuerpo, cuando se
siente desazón con algo de escalo-
frío, lo que suele ser anímelo de
enfermedad grave. Es corriente de-
cir: tengo el cuerpo CORTADO
La acepción es antigua y todavía
muy usada". (ICAZB., p. 123). !
"Cuando vienen a sus casas no ha- ;
llají en ellas otro regalo sino humo, ,
por ser muy chicas sus casas, y échan-
se en el suelo, y así amanecen corta-
dos los cuerpos, de donde les viene a
recrecer enfermedades." (Descr. de Ci-
tlaltepec, 1579, MS., apud. ICAZB.)
CORTADOR, m. Labrador, hom-
bre del campo que se dedica al
corte de tinto. Llámase también
tumbador. Sólo se ocupa de derri-
bar los árboles al hacha.
CORTAPAPEL, m. Plegadera.
Hond. MEMBRExO, p. 46.
Venez. RIVODó, p. 64.
CORTAR, a. En sentido figurado
este verbo tiene muy diversas acep-
ciones populares, no por cierto des-
viadas del todo de su significación
recto o natural, a saber:
1. Atajar, detener, estorbar o
impedir el üaso, en general. Es me-
xicanism-'
"Los yankes avanzaban y la voz co-
rrió de que estábamos cortados, y era
verdad, pues a la retaguardia de nues-
tro campo apareció haciendo fuego
una fuerza enemiga." (PAYNO, Fistol,
t. n, cap. Lin, p. 874.) — "Un canti-
nero, . . . fue uno de los que también
gritaba: estamos cortados." (ID., ib.,
p. S75.) — "Repentinameste una voz se-
guida de otras gritaron: estamos cor-
tados, estamos en\-ueltos." (ID., ib.,
p. 878.)
Dícese también muy comúnmen-
te en este sentido cortar la retira-
da.
En Chile según ORTtJZAR (p. 99)
estar cortado significa estar sin di
ñero.
2. Tomar por el camino más ren-
to, para abreviar la distancia, ata-
jar: Juan CORTÓ por esta calle, pa-
ra ífegar más pronto.
"Bolao, que conocía bien esos sen-
deros, para no ver interrumpida su
marcha, cortó por los potreros hasta
la hacienda de Xar\-arte." (PAYXO,
Fistol, t. II, cap. LIX, p. 961.)
3. "Es común entre el pueblo
bajo (y aun de cierto viso) el uso
de este verbo, por herir cc«i instru-
mento cortante, y se le emplea ex-
clusivamente si se trata de una he-
rida en la cara, de un chirlo. Las
mujeres de esa clase, cuando están
26
CORT
— 402
CORT
celosas, acostumbran amenazar a
sus rivales, particularmente si és-
tas son jóvenes y agraciadas, con
que les han de cortar la cara, y de
ordinario ponen por obra a trai-
ción la amenaza". (ICAZBALCETA.
p. 123).
El fin avieso de cortar, preferen-
temente la cara, es el de dejar al
adversario cicatriz perpetua y vi-
sible, cosa que se tiene entre esa
gente como infamante en sumo gra-
do.
4. a. En el lenguaje campesino
tiene este verbo una doble acepción
especial : derribar los árboles con el
nacha, el machete u otros instru-
mentos de labranza, y coger, reco-
ger, cosechar o recolectar los fru-
tos.
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 140.
Lo mismo .se usa en Centro Améri-
ca, según que lo liallamos en el folle-
to La planta del banano o plátano por
GARCÍA SALAS.
"Art. 3o. Si los extraedores hubiesen
cortado el palo de su cuenta, satisfa-
rán por sí la cuota correspondiente a
los funcionarios indicados." (Colecc. de
Decr. de Tab., p. 70: Decreto de 29 de
nov. de 1832, relativo al "estableci-
miento de cortes de palo de tinte.") —
"Con unas tijeras a propósito se cor-
tan las (hojas) rastreras, que son úti-
les y no hay que desperdiciarlas."
(GIL y SAENZ, El Caporal, p. 19.) —
"Del estado de m.ndurez en que se cor-
te (la mazorca), depende la calidad de
cacao que se obtenga." (MART. CHA-
BLE, El cacao, p. 51 et alibi.) — "El
peón armado de su machete, corta al
sesgo y a la mayor altura posible del
lado en que deba caer el racimo."
(MART. CH.VBLE, El roatán, p. 25.)
— "Para consumirse en la finca inis-
ma. . . deberán cortarse (los racimos
de plátano) en la plenitud de su des-
arrollo." (ID., ib., et alibi.)
Méx. RAMOS y DIÑARTE, p. 140.
CORTE, m. Operación de labran-
za en la explotación de maderas
preciosas, principalmente tinto, cao-
ba y cedro; la empresa establecida
con tal objeto y también el lugar
mismo en que se derriban los ár-
boles. En estos dos casos últimos
se dice asimismo montería. (V.)
"Radicadas eñ San Juan Bautta.
casi todas las compañías que tienen
e&tablecidas sus monterías o cortes en
el vecino Estaio, y aún en la Repú-
blica de I Guatemala, Tabasco recibe
los beneficios de esta industria que da
notable incremento a su comercio."
(CORREA, Res. de Tab., cap. XXX,
p. 138.) — "Los otros tres (ramos) que
son: réditos del extinguido Nuevo Im-
puesto, permisos para cortes de palo
de tinte y pimienta, y productos de la
imprenta del Gobierno." (MESTRE,
Doc. para la Hist. de Tab., cap. XIX,
p. 295.) — "En lugar de la cuota pre-
ferida en el art. 2o. del decreto núm.
8 de 12 de octubre de 825 o al esta-
blecimiento de cortes de palo de tinte,
se cobrará la- de medio real por cada
quintal." (Colecc. de Decr. de Tab., p.
70; Decr. de 29 de nov. de 1832, art.
lo.) — "Las licencias continuarán li-
brándose por el Gobierno, etc...' que-
dando en libertad los propietarios de
establecer sus cortes, con el núínero
de operarios que crean convenientes."
(ID., p. 71; art. 10.) — "Los cortes de
palo, como se les llama, o sean ran-
cherías más o menos permanentes, se
establecen para aprovechar los tinta-
Íes o bosques de este árbol precioso."
(Dice. Univ. de Hist. y Geogr., t.
III, Apénd., p. 1014; art. YUCATÁN,
Departamento de.)
2. Recolección de ciertos frutos,
especialmente los que se preparan
para la exportación, como el plá-
tano.
"Al verificar el corte de los racimos
es muy difícil evitar que el tallo cor-
tado destroce al caer algunos hijos o
tallos colaterales." (MART. CHABLE,
Roatán, p. 13.) — "El corte de los ra-
mos no debe confiarse a cualquier
peón." (ID., ibid., p. 25 et alibi.)— "Só-
lo con una buena práctica se puede
ejecutar bien el corte del cacao."
ÍMART. CHABLE, Cacao, p. 51.) —
"Los agricultores tienen cuidado es-
pecial en elegir, para hacer el corte,
a peones bastante prácticos en el po-
¡ nocimiento de las mazorcas maduras."
(ID., ibid., p. 52 et alibi.)
! 3. Cortadura: separación o divi-
sión hecha en un. cuerpo con ins-
trumento cortante.
"Luego hacerle al tallo dos o tres
cortes pequeños en sentido contrario,
procurando interesar apenas la mitad
CORRA
403
CORRE
de su espesor." (MARTÍNEZ, Cult. del
Roatán, p. 19.) — "La falta de pericia
para ejecutar el corte, ocasiona la rup-
tura de las extremidades y con ella la
pérdida del racimo." (ID., ib., p. 26.)
CORTINA, f. Faja de monte: ce-
ja. (V.)
"Preparación de las cortinas de
monte, árboles frutales, que tanto
protegen al plantío." (Cuauhtémoc,
núm. 68; Villahermosa, Tab., Ag. 23-
917.) ■
CORRAL, m. En las haciendas de
campo, sitio ruadrangular cerrado
con cercas, destinado al rodeo, o a
encerrar el ganado para revisarle,
hacer su cuenta y reconocimiento.
. aparte, o cualquiera otra de las
operaciones de vaquería; o la cu-
ración de las reses, lazándolas v
tumbándolas.
CORRALERO, RA. adj. Dícese.
en lenguaje campesino, del ganado
manso, aoosturnbrado a reunirse eJi
el corral para manejarlo.
En las grandes fincas de ganado,
donde éste es muy numeroso, o jí-
baro, los rodeos y toda clase de
operaciones se hacen al campo li-
bre, reuniendo nada más las reses
que atajan y contienen los vaque-
ros a caballo.
2. (Felis pardalis, L.) m. Felino
de la misma familia que el tigre
real; pero más pequeño, abundan-
te en ciertas regiones del Estado.
Llámase también frijolillo, por la
semejanza del color y forma de las
manchitas negras de la piel con la
simiente del frijol. Su nombre de
corralero débelo este tigre a la cos-
tumbre que tiene de visitar por la
noche los corrales para dar caza a
los chivos, becerros y aún a los cer-
dos. (ROVIROSA, Áp. de Zool.. p.
13).
CORREA, f. Hilo o cordel, siem-
pre aue sea de piel, aunque no ten-
ga forma de tira.
2. (Numenius hudsonicus, Liath.)
Elscolopácido del orden de las gra-
llatoras. Es ave de ribera, de color
gris oscuro, veteada, de talla seme-
jante a una' pava común y de pi-
co largo, algo corvo y acerado. Se
alimenta principalmente de los hue-
vos y cuerpos de almejillas. caraco-
les y otros testáceos pequeños. Su
nombre es onomatopéyico, por ia
semejanza del canto con que pare-
ce proferir esta palabra.
"Desde la primera crecida de los
ríos, llamada de San Juan, porque tie-
ne lugar en Junio, principia a apare-
cer en todos los llanos inundados en
Macuspana, este escolopacido. El con
su agradable canto, que parece pro-
nunciar la voz correa, con la cual le
ha bautizado el vulgo, alegra y ame-
niza aquellas zonas palúdics del S. E.
de México, de suyo lúgubres y solita-
rias, como habrán tenido ocasión de
observarlo muchos viajeros."
"Digna de consignarse aquí es la
costumbre que tienen de alimentarse
con... el tote. Siempre observaba que
esta ave frecuentaba los sitios donde
abunda aquel molusco, fácilmente re-
conocibles por los huevos que en for-
ma de ciertos confites deposita fuera
del agua sobre los tallos de zarza. Dos
hechos vinieron a comprobar su obje-
to en los referidos lugares: los restos
de Ampullaria que logré encontrar en
el estómago de varias correas, y el ha-
ber observado constantemente que,
cuando me aproximaba a ellas o por
otro motivo se alarmaban, volaban a
los árboles de macuilís, llevando en el
pico una Ampullaria. I^as conchas y
opérculos del molusco indicado yacían
formando una gruesa capa en el sue-
lo." (ROVIROSA, Ap. de Zoología, p.
45.)
CORREDERO, m- Lugar del cam-
po adecuado para correr a caballo;
y en las diversiones públicas, lugar
adaptado especialmente para las ca-
rreras de a caballo. Es mexicanis-
mo.
"Mil polvaredas blancas se alzaban
en las cercanías del corredero."
(AZUELA, Mala Yerba, XV, p. 113.) —
"De todo aquel mar de gente no se
f^Ieva sino un sordo rumor, y se pue-
de escuchar, de extremo a extremo de
la pista, el chirriar de la manteca en
los puestos de vendimias que a la bue-
na hora han desplegado sus alas a los
CORRE
— 404 —
CORRE
ouatro vientos, de uno y otro lado del I
corredero." (ID., Ib., p. 114.) !
CORREDOR, m. En -los pueblos,
"portal (le las casas que mira a la
calle y está al ras de la acera".
(RODRÍGUEZ BELTRÁN, Pajarito,
Vocabulario, p. 2). Lo mismo se lla-
ma en las casas de campo al por-
tal que tienen al frente, abierto,
o cerrado a veces por un cerco ba-
jo, u otro más distante que es el
secadero. (V.) Es mexlcanismo.
"Acabó la vieja de murmurar en
contra del prójimo, y se fue del co-
rredor a la cocina." (RODR. BELTR.,
Pajarito, p. 13.) — "Es el corredor adi-
tamento indispensable de toda casa,
de tal modo necesario, que la que no
lo tiene antójafeeme cara a la cual le
han rapado las cejas." (ID., Perfiles,
IV, p. 31.) — "Las casas han sido blan-
queadas, y sus puertas y ventanas pin-
tadas de aplomado, azul o verde: los
corredores parece que ensanchan sus
portales en una infinita perspectiva."
(ID., Atrevimientos literarios, p. 146.)
En Cuba (PICH., p. 72) es el por-
tal ea el interior de la casa, o sea
lo contrario de acá.
CORREITA. f. dim. reg. de CO-
RREA, "muy de acuerdo con nues-
tra afición a los diminutivos en
ito"". El Diccionario da correhuela,
que jamás usamos, pero lo cierto
es que correíta es correctamente
formado, de acuerdo con las reglas
de los diminutivos que dan la Gra-
mática y el Diccionario de la Aca-
demia.
Perú. ARONA, p. 131.
CORRELÓN, NA. adj. "Que por
cobarde acostumbra huir del menor
riesgo". (ICAZB., p. 123). Es pro-
piamente termino de México, que
ha pasado a otros lugares.
RAMOS y DUARTE, p. 141.
"El animalito era un precioso ejem-
plar de la raza tecolote: era arándo-
te y correlón." (Excelsior, Méx., 917.)
Boaotá. CT^ERVO, párr. 899.
COR RE NT ADA. f. Corriente fuer-
te de las aguas. T.o mismo por Cen-
tro y Sur América, y creemos que
también en México, aunque no le
traen Icazbalceta, Ramos y Duarte
ni Ocampo.
Hond. MEMBREÑO. p. 45.
C. Rica. GAGINI (p. 171) dice que
es palabra bien formada y útil.
Ríopl. GRANADA, p. 161; quien dice
que "lo mismo en Ecuador."
ORTÚZAR, (p. 98) tráela como ame-
ricanismo.
CORRENTOSO, SA. adj. Que tie-
ne fuerte corriente; dícese de cual-
quier caudal de agua que corre con
ímpetu. Usadísimo principalmente
entre la gente de campo.
Hond. MEMBRE5ÍO, p. 45.
Bogotá. CUERVO, párr. 870.
Ríopl. "Lo mismo en el Ecuador:
"Este río (Pindó) nace en los montes
de la cordillera de Llanganate; en su •
orig-en es cerrentoso; pero cerca de su
desagüe es manso", etc. (D. Manuel
Villavicencio, Geografía de la Repú-
blica del Ecuador.." (GRANADA, p.
162.)
ORTÚZAR (p. 98) : dice que es
Americanismo.
CORREO. HACER EL CORREO
DEL ZOPILOTE, fr. fam. que se di-
ce del que dilata exageradamente
en un mandado, en alguna comi-
sión que se le da, o no vuelve de
ella.
La conseja popular dice que Noé
envió un zopilote como emisario a
inspeccionar las tierras salientes,
cuando se iniciaba el descenso de
las aguas en el diluvio universal,
y que aquel glotón enviado, como
I hallara incontables cadáveres que
¡ incitaron su apetito voraz, quedó-
se indefinidamente entregado al fes-
tín, Ib que le valió también ser con-
denado a la pena perpetua de ali-
mentarse de cosas putrefactas. De
aquí, sin duda, tomó origen nues-
tra expresión.
CORRER, a. Acobardarse y huir.
Lo mismo en Venezuela (PICÓN,
p. 87).
2. Echar, expulsar, "arrojar, echar
fuera, despedir a uno con descome-
: dimiento". (ICAZBALCETA. p. 123)
i "Los corrí para que no dilaten su
I vuelta." (Astucia, t. I, cap. XV.) —
CORRE
— 405 —
COSA
"No diga que a corro; pero no vaya
a ser que don Clemente huela algo."
(ID., t. II, cap. I.) — "Póngame de do-
minguejo en los chilares para expan-
tar los pájaros; pero no nos corra de
su lado." (ID., t. II, cap. XUI.)
CORRETEAR, a. Echar, expulsar,
despedir a alguien. Parece que lo i
mismo en Oaxaca, según Ramos y I
Duarte .(P- 141).
2. n. "Correr de aquí para allá. ;
Todo el día andan los muchach&s
CORRETEANDO por el jardín". |
(Icazb.. p. 122). I
3. a. "Perseguir, acosar al que hu- j
ye; y también huir del que persi-
gue. CORRETEAMOS al enemigo
por más de dos leguas. Me CORRE-
TEARON los ladrones". (ICAZBAL-
CETA, p. 122).
Guat. BATRES, p. 1S6.
Correr, perseguir dice Ortúzar.
CORRIDA DE CANGREJOS. Así
se llama al viaje que por costum-
bre emprenden los cangrejos en la
región de la Costa, principalmente
en Paraíso, Comalcalco y Cárdenas,
hacia el mar, en los meses de ju-
lio o agosto, cada año. Como una
gran manga, los cangrejos que
moran de ordinario por los bosques
de la costa, en sus conocidos agu-
jeros o cuevas, emprenden en co-
mún caminata, yendo a sumergirse
al mar, de donde nadie los ve sa-
lir. Se supone que sea la época del
celo en este animal, y que vaya al
mar con el objeto de reproducirse
allí. La CORRIDA es ruidosa y alar-
mante: los cangrejos, irritados e
Inquietos, produciendo un ruido es-
pecial que a cierta distancia anun-
cia la proximidad de la multitud,
invaden todo, campos y casas, no-
gal y techo, no siendo pocos los
que perecen víctimas del fuego en
las cocinas. La casa de setos y gua-
no del campesino sufre entonces un
rerdadíiro asedio, del que sólo pue-
den e\ morador y su familia librar-
se, metléudose a) fecho y cercando
cuídadosarnente el pabellón.
CORRIDO (DE) m. adv. De corri-
da. No es precisamente con veloci-
dad, sino pronimclando en la fonna
mismá~éfi~que se habla, sin silabear
ni hac^r separación de palabras o
frases, sino con las pausas natura-
les de la puntuación.
CORRIENTE, adj. "Que no es fi-
no, sino de la calidad común. Gé-
neros, calzados, finos y corrientes".
(ICAZBALCETA, p. 122).
2. "Que es llano en el trato y ene-
migo de cumplimientos". (ID.)
CORRINCHO, m. Escándalo for-
mado particularmente por el juego
desordenado o sin ningún comedi-
miento de los muchachos o cuales-
quiera otras personas.
La Academia sólo llama así la
"jimta ce gente baja"; acá es el
escándalo o desorden formado por
esa misma gente.
CORROMPER, n. Evacuar el
vientre; exonerar; defecar; gene-
ralmente por efectri de un purgan-
te. Le mismo en Cent^-^ América
y Cuba,
, Hond. MEMBRESO. p. 46.
Cuba. PICHARDO. p. 22.
i C. Amér. SALAZ.-VR GARCÍA, p. 76.
COR RUTO, TA. adj Corrupto; co-
rrompido. Es voz anticuada y en
desuso, que el vulgo conserva to-
davía, como muchas otras; aim en
lenguaje no rebuscado suele encon-
: traxse.
"Le llamaban Pedrote, cuya d fue
perdiendo por epíchifrasi (sic.) hasta
que corruto ya el nombre, quedó en lo
I que ud. ha ofdo hoy (Perote)."
i (OCAMPO. Obras, t. III, Viaje a Ve-
j racruz, Puebla y Sur de México en
1839, p. 618.)
COSARIO, según la Academia, es
una forma derivada de corsario. El
vulgo le ha hallado más semejanza
y relación con acosar y de allí ha
venido que le diera la acepción de
COSA
— 406 —
COST
perseguir. Y coñio cosario y corsa-
rio vienen de cursa, carrera, creo
iiue no sea descabellada esta acep
ción.
COSAS (LAS), pl. La gente po-
bre, y sobre todo la del campo, lla-
ma así eufémicamente a sus tras-
tos, comprendiendo muebles de to-
da clase y aun ropas y diversos en-
seres.
"Casualmente por ahí vienen tras de
mí para ayudarme a traer las cositas
del pueblo." (COFFIN, Gral. Gutiérrez,
XXIV, p. 187.)
COSCORRÓN, m. '•Golye en la
cabeza, qup no saca sangre y due-
le". Para nosotros es lo mismo que
cocotazo, como sinóhimo éste de co-
ca, 4a. acepción, "golpe dado en la :
cabeza con ios nudos de los dedos, ¡
cerrada la mano". También es nom- j
bre de la fruta y el árbol, que s( \
llaman igualmente cocotazo. ¡
COSIJO, m. Cojijo; molestia, in-
comodidad. Hallamos en Muñoz Ca-
margo un cocijo, cuyo significado ra-
zonablemente no se nos alcanza, en
el siguiente pastaje: "El alacrán co-
lotl, que representa el primero de
los grandes ciclos, coloxiliuitl o co-
xihuitl, del cual hicieron los za-
potecas su cocijo de 65 años".
(Hist. de Tlaxcala, cap. XVI. p.
132). Nota núm. 3 del Sr. Cha vero,
en la pág. 131).
Méx. OCAMPO. p. 150.
Hond. MFMBREñO, p. 46.
EL QUE NO TIENE HIJOS, TIE-
NE COSIJOS, expr. fam. que ex-
presa que no falta a nadie alguna
persona a quien subvenir en su
existencia, o que nadie carece de
obligaciones para con los demás.
COSIJOSO, SA. adj. Engorrosq,
cansado, molesto, que da mucho
quehacer.
"Y si es calcáreo, éste es muv co-
sijoso terreno para ciertas plantas."
ÍOII., y SAENZ. El Caporal, p. 61.) —
"Eso me han dicho, que es muy co-
sijosa (el tabacoC en su siembra y
cultivo." (ID., ib., p. 74.)
Méx. ICAZBALCETA, p. 124.
"Este modo me parece más fácil que
hacerlos de cañaveral, pues lo supon-
go más cosijoso y trabajoso." (ÁL-
ZATE, Gaceta de Literatura, 9 de
ag-osto, 1794.).
Hond. MEMBREÑO, p. 46: cosijoso
por cojijoso.
2. Muchacho travieso, inquieto,
turbulento, que da quehacer a sus
padres, porque tienen que estar
cgnstantemente atentos de él.
Méx. RiVMOS y DUARTE, p. 141. —
OCAMPO, p. 160.
C. Rica. GAGINI, p. 174.
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 76.
COSPE. m. Costra; caspa grue-
sa que se les forma a los anima-
les, por efecto de la caída del pe-
lo, principalmente en ciertas heri-
das.
Hond. "Pag-o o regalo inesperado."
(MEMBR., p. 46.)
C. Rica. "Echarse un COSPE: echar-
se un trago." (GAGINI, p. 175.)
COSQUILLUDO, DA. adj. Cosqui-
lloso.
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 143.
COSTALADA, f. Lo que cabe en
un costal: una COSTALADA de
maíz.
Lo mismo en Honduras (MEM-
BREÑO, p. 46).
COSTALEARSE, pr. Caer dándo-
se un costalazo.
COSTALERA. f. Conjunto de cos-
tales. LTsado sobre todo en Méxi-
co. Icazb., p. 124.
2. adj. Relativo o concerniente al
costal: industria COSTALERA.
COSTALERÍA. f. Conjunto de
costales. — "Hay, sin embargo, cier-
ta diferencia entre costalera y
COSTALERÍA. La primera voz de-
signa los costales o sacos emplea-
dos en un negocio, como en un mo-
lino de trigo: la segunda se refie-
re más bien a la fabricación, y al
artículo de comercio o al lugar en
que éste se vende: la costalera es-
tá ya maltratada; fabricante de, o
tratante en COSTALERA; almacén
COST
407 —
COVÁ
de COSTALERA". (ICAZBALCE-
TA, p. 124).
■Comercian' todos los más pueblos
de la provincia de Avalos, siendo el
principal trato aperos de recuas, y
COSTALERIA de ayate." (MOTA PA-
DILLA, Hist, de. Nueva Galicia, cap.
X7X, núm. S.)
COSTANERO, RA. adj. Relativo
al costado: tabla COSTANERA. Dí-
cese hablando de embarcaciones. U.
t. c. s.
"Allí el pronto almuerzo, de pechos
sobre la costanera." (RODRÍGUEZ
BELTRAX. Perfiles. X, p. 6.5.) — "Las
rápidas pisadas del canoero que corre
por sobre la larga costanera." (ID., ib.,
p. 66.)
COSTEÑO, ÑA. adj. Natural o
procedente de la costa; corresqon-
diente a la costa. Dícese de los ha-
bitantes de los Estados de ambos
litorales, del Golfo y del Pacífico.
"Soy costeño, amigóte, v he debido
a bordo." (FACUXDO. Chucho, t. II,
cap. I.) — "¿Costeño? — De la costa."
(ID., Gabriel, t. I, cap. II.) — "Xo han
llegado todavía las costeñas." (DEL-
GADO, La Calandria, TV.)
COSTILLAS (A LAS), m. adv.
Cargar a tmo en su contra en la
cuenta.
TENER A LAS COSTILLAS, de-
ber.
COSTURAR, a. Coser.
El Diccionario da costurera y
costurero; pero aun no admite cos-
turar.
Hond. MEMBRESO, p. 46.
COSTURERO, m. "En castellano
significa la mesita con cajones en
que las mujeres guardan los úti-
les necesarios para la costura. Aquí
también; pero le damos además la
acepción de pieza donde cosen las
señoras o las costureras". (ICAZ-
BALCETA, p. 124).
Guat. BATRES. p. 190.
Bogotá. CUERVO, párr. 6S9.
Venez. PICóX, p. 90.
COTIZARSE o CUOTIZARSE, pr.
Escotarse, hacer un gasto en común
varias personas, pagando cada ima
su cuota o escote.
Hond. MEMBREÑO p. 46.
ORTÜZAR, p. 99.
COTÓN, m. En lenguaje campe-
sino, principalmente, se llama así
en general a la camisa sencilla,
corta y holgada, que lo mismo pue-
de ser el jubón que describe la
Academia que el COTÓN de Mé-
xico (ICAZB., p. 124) que "no llega
a la cintura, es cerrado y con man-
gas algo cortas". Pero no es térmi-
no de germanía, sino muy usado
en lenguaje corriente. Es el vesti-
do habitual del indígena y de los
niños pobres.
En acepción parecida le usan en
Costa Rica (GAGINI, p. 177), y se-
gún éste, también en Chile.
COTONEAR, a. fam. fig. Dar al-
cance en la carrera, asiendo del co-
tón, de la camisa, de las faldas en
general.
Hond. "Complacer a una persona."
(MEMBREÑO, p. 46.)
COTORRA, f. Bacinilla. Es eu-
femismo de muy mal gusto.
COTORRÓN, NA. m. y f.No en-
tendemos por tales los que descri-
be la Academia, "hombre o mujer
viejos que se creen jóvenes", si-
no "Hombre o mujer entrados en
años, particularmente si permane-
cen célibes", como define Icazbal-
ceta (p. 125).
COVACHA. En el Diccionario no
es más que "cueva pequeña". "Acá
significa — como dice Icazb. (p. 125)
— ^un aposento situado debajo de la
escalera, estrecho, húmedo, oscuro,
y naturalmente con el techo en des-
ván". Lá prisión en COVACHA, co-
mo la palmeta, el látigo y las ore-
jas de burro, íue de los castigos
usuales en el régimen primitivo del
sistema de educación escolar que
prevaleció hasta hace muy pocos
años, cuando ya existía el método
lancasteriano.
Toro Gisbert registra la voz con
coxo
— 408 —
GOYO
esta acepción en su Diccionario
LarOusse.
"La casa número 24 que tiene arri-
ba siete piezas, y abajo un cuarto,
ima caballeriza y una covacha." (Dia-
rio de México, t. II, p. 396.) — "Acá
hay disciplinas... palmetas, orejas de
burro. . . y mil cosas feas; pero no las
verás muy fácilmente, porque están
encerradas en una covacha." (PEN-
SADOR, Periquillo, cap. III.) — "Ade-
más, halló en la covacha debajo de la
escalera el cadáver de un portero ju-
bilado." (G. OBREGÓN, Méx. viejo, p.
573.)
En México vale, además, la vaca,
zaga o parte posterior de las dili-
gencias y otros carruajes de cami-
no, donde va el equipaje.
COXDL, LA (pronunciado coshol.
Del maya koxol, mosquito. PÉREZ),
adj. Patiestevado o estevado: que
tiene las piernas torcidas y los pies
vueltos hacia adentro. Quizá por la
semejanza con el mosquito, que no
tiene las patas rectas. Dícese tam-
bién coshoiete y coshoieta, aplicán-
dole la desinencia ete, eta, despec-
tiva. Ú. t. c. s.
COYOTE. (Del mex. coyoti, adi-
ve. MOL.) m. Canls latrans de Har-
ían, familia de los caninos, orden
de los carniceros, clase de los ma-
míferos. Especie de lobo, del ta-
maño de un perro grande, y con
piel de color gris amarillento. Está
dotado de mucho instinto y astu-
cia, como la zorra, a la cual se ase-
meja en sus costumbres.
Este animal es propio de la Me-
sa Central, y tal vez de otras regio-
nes de la República; pero desde el
Istmo hasta la Península es desco-
nocido.
Es asimismo desconocida, y creo
que ya desusada en México la acep-
ción de "zángano que se introdu-
ce en las cárceles y estafa a los
presos embaucándolos con alardes
de valimiento y ofertas de obtener-
les gracia", que da también Icaz-
balceta (p. 126).
2. Lo que hoy conocemos por CO-
YOTE en toda la República es otro
zángano: el que se dedica a es-
pecular con el tráfico de las distin-
tas monedas, principalmente la fi-
duciaria; con motivo de la actual
grande fluctuación del valor de és-
ta, y aún de la metálica de plata
por el alza de valor que dicho me-
tal ha tenido en el extranjero. Usa-
dísimo actualmente.
El COYOTE ha sido plaga pro-
ducida por la actual ' revolución
Constitucionalista. Como ésta des-
truyó el régimen bancario, a su
triunfo el gobierno emitió diversas
clases de papeles o billetes, bilim-
biques, infalsificabies, etc., aparte
de otros que las distintas faccio-
nes contendientes emitieron. Los
COYOTES se dedicaron a especu-
lar con los diversos billetes, con-
tribuyendo antipatrióticamente a
hacerlos bajar de valor rápidamen-
te, hasta que se impuso el régimen
metálico. Aun hoy (1) comercian
comprando monedas de plata, tos-
tones principalmente, para expor-
tarlos a E.'U., en su forma o fun-
didos, por razón del alza conside-
rable que allá ha alcanzado la pla-
ta con motivo de la guerra euro-
pea. El COYOTE es, pues, en to-
dos sentidos, un parásito de la so-
ciedad, funesto enemigo del gobier-
no que con razón debiera perseguir-
lo más empeñosamente; pero peor
enemigo del pueblo, que es quien
reporta al fin de cuentas las dolo-
rosas consecuencias de las crisis
económicas.
"Que no se ffe de lo que le cuenten
los ingenieros esos que estuvieron aqií,
ayer, ni tome por lo serio a los CO-
YOTES, porque unos y otros son más
listos que él." (DELGADO, Parientes
ricos, XLIII, p. 321.) — "La policía em-
prendió ayer una batida contra los co-
yotes que operan en las calles de Isa-
(1) Escribimos esto en nov. de 918.
GOYO
409 —
CRIO
bel la Católica y Uruguay." (-El Uni-
versal, nov. 9-91S; núm. 752.)
2. COYOTE, TA. adj. "Color que
se califica de semejante al de ese
animal, aunque en realidad no lo
sea mucho, pues tira más a café
que al del original". (ICAZB., p.
126).
Nunca es tarde para recordar
aquel disparate del Dice, por D.
Vicente Salva, en que se dice que
COYOTE significa en México "lo
que es propio de la tierra". Siquie-
ra para advertir el error a quien
pueda incurrir en él todavía.
"¡Ahora a la anvga"! — dijo Doña
Mónica, rebujándose con el paño co-
yote." (RODR. BELTR., Pajarito, III,
p. 72.) — "Ese de la barba larga, que
tiene_ el sombrero coyote." (Astucia,
t. I, cap. XII.) — "Doña Pancha, muy
embozada en su rebozo coyote, vino en
busca de los muchachos." DELGADO,
La Calandria, IV.) — "Cubrióse la boca
con el (rebozo) coyote de bolita." (MI-
CROS, Ocios y Apuntes, pp. 151, 152.)
— "De la calle de las Moras a la Pla-
zuela de Santo Domingo, otra (perrl-
ta) fina con medio cuerpo pelado y la
punta de las orejas coyotas." (Diarlo
de México, t. III, p. 444.)
COYOTEADA, f. Acto propio del
coyote o de la especie de los que
éste ejecuta: hacer una COYOTEA-
DA.
COYOTEAR, m. Ejercer, princi-
palmente en las calles, el mal ofi-
cio de coyote.
COYOTEO, m. Acción y efecto, de
coyotear: el COYOTEO está a la
orden del día.
COYOTERA, f. Reunión de coyo-
tes; y también lugar donde habi-
tualmente vive o duerme el coyote
del campo.
Méx. ICAZBALCETA (p. 126), la pri-
mera, y además: "2. fam. Gritería,
conjunto de voces latas y confusas,
semejante al que forman los aullidos
de muchos coyotes. Las mujeres ar-
maron una COYOTERA."
CREMA (LA), fr. fam. y fig. Lo
más distinguido en sociedad; la
gente de mejor y más elevada cla-
se. Es mexicanismo. j
"Las mismas desesperantes caras de
los tres o cuatro que por sí y ante sí
se han declarado la crema." (AZUE-
LA, Sin amor, 2a. pte., X, p. 227.)
CRESTA, f. fam. PICAR LA
CRESTA, provocar con dichos o
hechos.
Méx. ICAZB., p. 126.
"Xuestro hombre estaba en los se-
gundos (palcos) con la chica, nos picó
la cresta a todos los de la carpanta, y
nos propusimos averiguar quien era
la azul." (FACUNDO, Ensalada de Po-
llos, t. II, cap. III.) — "Cuidadito con
picarme la cresta, señor marido." (ID.,
Gabriel, t. I, cap. XV.)
CRÍA. CRÍA MUERTA, fr., el ter-
nero, potrillo, lechón, o cachorro
cuando aun son mamones o no están
destetados, y por lo mismo no en-
tran en el cómputo de los animales
mayores, quedando comprendidos
también en el precio de éstos pa-
ra la venta.
DAR, O GUARDAR, PRESTAR
LA CRÍA. fr. vulg. que se emplea
para ridiculizar algo, y así se di-
ce, por ejemplo, al que tiene un
sombrero grasicnto; guárdame la
cría.
TENER AMARRADA LA CRÍA.
fr. fam.. que se dice generalmente
del que está enamorado en vm. lu-
gar, porque no prescinde de ir allá,
Las dos primeras de estas fra-
ses las registra Maclas en su Dic-
cionario Cubano, p. 386.
CRIANDERA, adj. y s. Dícese de
)a hembra que está criando al hi-
jo o que ha parido ya.
CRIOLLO, LLA. adj. Usado tam-
bién como sustantivo. "Dícese del
hijo de padres europeos, nacidos en
cualquiera otra parte del mundo".
(Dice.) La definición no es exacta,
porque la palabra está confinada a
la América española o francesa, y a
las Islas Filipinas. Por CRIOLLO y
creóle se entiende el descendiente
de españoles o franceses, sin mez-
cla de otra raza, nacido en tierras
americanas donde dominaron y aun
CRIS
— 410
CRUD
dominan esas naciones. El nombre
suena mal en América, dice Salva:
aquí ha caído en desuso aplicado a !
personas. Suele todavía llamarse !
CRIOLLO a lo propio de la tierra,
en contraposición a lo importado:
denominación que también va des-
apareciendo, y comúnmente se dice
del pais o nacional. La palabra pa-
rece haberse originado de los ne-
gros, pues se daba ese nombre a.
los nacidos en Indias, para distin-
guirIo.=< de lo.^' africanos, y aun se
usa en las Antillas". (ICAZB., p.
127). Hoy ha agregado el Dicciona-
rio una 3a. acepción: "Dícese de los
americanos descendientes de euro-
peos". Lo cual tamj)Oco es cierto,
por lo mismo que afirma el autor
citado: CRIOLLO es el descendien-'
te de españoles o franceses, sm
mezcla de otra raza; tampoco son
solamente los americanos, puesto
que también se dice de los filipi-
nos hijos de tales extranjeros,
"Criollo es vocablo de negros y quie-
re decir persona nacida en la tierra, y
no venida de otra parte, el cual vo-
cablo se ha ya españolizado, y signi-
fican con él los nacidos en las Indias,
a quien llaman criollos, y al nacido en
vma u otra parte o ciudad, llaman
criollo de tal o cual parte." (FR. P.
SIMÓN, Not hist., Glosario.)
Cuba. PICH., p. 74.— MAGIAS. p.
386.
Venez. PIGÓN, p. 92.
Ríopl. GRANADA, p. 163.
V. tamb. BARTLETT, Dict. of
Americanlsms. V Creóle, V. AR-
MAS, P. 79.
CRISMTV. f. Cabeza; especialmen-
te la frente. Tan a pecho hemos to-
mado la frase romper a uno la
CRISMA que da el Dice, como equi-
valente de romper a uno fa cabeza,
que hemos lleeado a creer que pro-
piamente crisma quiere decir cabe-
za, y así hemos consagrado esta
acepción de la palabra, aun cuan-
do ían lejos está dé slgniTicar tal
cosa hasta por su etimología que
quiere decir ungir, de donde por
traslación pasó a expresar el acei-
te y bálsamo consagrados con que
se unge en el bautizo y la confir-
mación. Y por una nueva traslación,
en nada vituperable si se la equi-
para a la anterior, ha pasado a va-
ler en general frente; le dio en la
CRISMA. .
CRISTALILLO. m. Nombre de un
musgo de apariencia cristalina por
lo jugoso, que crece en los Tugares
húmedos, en los muros viejos y so-
bre los tejados.
"El tejado era antiquísimo, y tan
abandonado que se veía por sobre los
canales crecer el musgo y el cristali-
no." (MERINO, Juana, VIII, p. 60.)
CRUCERO, m. Usado exclusiva-
mente por cruce, cruzamiento: pun-
to donde se cruzan dos líneas o
dos vías. La Acad. no le da más que
el equivalente de Encrucijada:
"Paraje en donde se cruzan dos o
más calles o caminos".
Ríopl. BAYO, p. 65.
CRUCETA, f. Especie de apare-
jo o armazón de madera, o de hie-
rro, en forma de dos cruces, a ma-
nera de arzón y teja, sobre la cua,l
se cuelga a ambos lados la carga al
lomo de la caballería.
CRUCETEO. m. Multitud de cru-
zamientos, como en donde hay mu-
chas vías. También significa lo que
en Cuba: "El acto de pasar y re-
pasar en direcciones diversas y con
repetición por un mismo punto".
i (PICH., p. 74 V
I CRUCITA. f. dim. de Cruz: cru-
I cecita.
"Pérdida. El domingo pasado, en la
ierlesia de la Santísima, un rosario de
Jerusalén con su crucita de palo."
Diario de México, t. II, p. 292.)
' Méx. IG:\ZB., p. 128.
CRUDA, f. Calidad o condición
del que está crudo. (V.)
CRUDO, DA. adj. "Término del
lenguaje vulgar que denota el es-
tado del embargo, somnolencia y
CRUJ
411 —
CUAC
sopor en que se encuentra el hom- '
bre al día siguiente de una Dorra-
chera". (ICAZB. p. 128).
"En el cuarto número 1 vive un za-
patero que se emborracha domin-
go y lunes; el martes está crudo, y el
miércoles consigue obra." (FACUNDO,
Casa de vecindad, p. 102.) Como el za-
patero aludido por el autor son casi to-
dos los artesanos de México, y algunos
peores: beben pulque todos los días;
pero se emborrachan domingo y lu-
nes; martes y miércoles están crudos:
jueves y viernes trabajan, si a caso,
y el sábado medio día solamente, pa-
ra prepararse a la parranda por la
tarde. Son, creo, de los obreros más
informales y viciosos que se conocen.
"I siempre crudo cuando no beodo."
(PLAZA, El Borracho.)
2. ro. "Tela burda de cáñamo que
se usa para empacar y hacer sacos.
Es voz española, aunque no se ha-
lla en el Diccionario". (ICAZBALr
CETA. ib.y La trae ORTÚZAR (p.
101).
CRUJIDA, f. Gagini (pp. 181-2),
copiando a Z. Rodríguez del Dice,
de Chilenismos, dice: "Hasta hace
poco estábamos creyendo que nues-
tro pasar crujidas era un legítimo,
si bien algo caprichoso, derivado
de crujir.
"Leyendo el Viaje al Parnaso de
Cervantes salimos de nuestro error,
que no era chico, como lo harán
comprender Iop siguientes versos
que copiamos del susodicho poe-
ma :
"Hecha ser la crujía se me mues-
(tra
de una luenga y tristísima elefjía
que no en cantar sino en llorar es
(diestra.
Por esta entiendo yo qua se diría
lo que suele decirse a tm desgra-
( ciado
cuando lo üasa mal. pasó crujía''
"De manera, pues, que cuando
decimos que alguno ha pasado mu-
chas crujías, decimos sin saberlo
que ha sufrido muchas de las que
en la tierra se llaman carreras de
baqueta.
"EIn efecto, pasaba crujía en las
antiguas galeras el infeliz a quien
se le obligaba a correr de popa a
proa por entre dos filas de desalma-
dos marineros, quienes .al pasar
aquél, a tuerza de látigo lo desolla-
ban vivo".
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 78.
Venez. PICÓX, p. 93.
Boootá. CUERVO, párr. 820.
ORTÚZAR, p. 101.
CRUJIDO^, RA. adj. Que mucho
cruje: zapatos GRUJIDORES.
CRUZADORA, f. Mujer ladrona,
que roba en combinación con el ra-
tero, protegiéndole o encubriéndo-
le, úsase principalmente en Méxi-
co, donae se halla a cada paso en
los expedientes del crimen.
CRUZ DE MAYO. Nombre que se
da a la constelación de la Cruz del
Sur. por la circunstancia de que en
las tierras tropicales está sobre el
horizonte a prima noche en el mes
de mayo, en que se la observa es-
pléndida y hermosa.
El crucero, como la designan en
Ríoplata (BAYO. p. 65), es voz
aceptada con esta acepción por la
Academia.
Hond. MEMBRESO (p. 47) cree que
es "probablemente la constelación 11a-
maaa Cruz del Sud." Xo es otra,
CUACO, m. Entr^ campesinos, ca-
ballo
Es mexicanJsmo: ICAZBALCE-
TA. p. 128, aunque RAMOS y
DUARTE (p. 145) le da como pro-
pio de PueSla; y de N. L,. con la
acepción de "Cuerno de res. asta.
Del azteca cuacuahué, buey".
"El Sr. M. quiere dejarnos su caba-
llo, continuó, dirigiéndose al Sr. Es-
teves y señalando a Villanueva: yo los
dejé que continuaran su discusión, cu-
yo resultado fue que un poco adelan-
te de la Cruz Blanca volviéríimos a
pararnos para la entrega del tal cua-
co, como decía el comprador, quien dio
en el acto los doscientos pesos fuer-
tes." (OCAMPO, obras, t. III, p. 618.)
CUAD
412
CUAJ
— "¿Qué le parece a usted este cua-
co?" (Astucia, t. I, cap. II.) — "Este
cuaco me lo arrendó, y muy bien
aperado me lo mandó." (ID.)
"Arremetiendo su cuaco,
Le arrienda con franco envite."
(PRIETO, Musa callejera, Roman-
ce, p. 290.)
"Volvió la espalda la china,
El reprimió su berrinche,
Y al cuaco le metió espuelas
Meditando en su desquite." I
(ID., Ib., p. 300.) i
CUADRA, f. Cada uno de los la- 1
dos de la manzana de casas. Esta ¡
es la acepción que en el uso co- i
mün tiene por toda América.
Icazbalceta (p. 128) le da la acep- i
ción de "manzana de casas" que
justifica en los términos siguien- 1
tes: "Tal es sin duda la verdadera?
acepción de la palabra, porque la \
manzana es un cuadrado o cuadri- I
longo, y no hay razón para llamar
cuadra a un sólo lado de él". La i
Academia registra hoy esta acep- ;
ción como americanismo, aunque no '
se la halla en otro autor. i
Es razonable la acepción que ex- !
plica Icazbalceta, mas en donde no ,
estuvo en lo cierto fue en que la '
CUADRA sea "espacio de una ca-
lie comprendido entre dos transver-
sales". La CUADRA es siempre el
lado de la manzana, la distancia que
media de una esquina a otra inme-
diata de la misma manzana; no es I
espacio de calle, sino longitud de la
fila de casas de cada manzana que !
cierra la calle. j
En algunas partes de América '
(Hond. MEMBREÑO, p. 47; Cuba: j
PICH., 75; C. Rica: GAGINI, p. 182; ,
Ríopi., GRANADA, p. 163; ORTfJ- ;
ZAR, p. 101) vale también eomo |
medida de longitud representada
por el largo de la CUADRA o lado I
de la manzana. |
Cuadra, por costado de la manzana, i
se halla en Cuba (Pieh., p. 75. — MA-
CfAS, p. .'^OO); en C. Rica (GAGINI, p. !
182); en Venez. (RIVODó, p. 65.); en I
Perú (ARONA, p. 134); en Ríopl. '
(GRANADA, p. 163); en el mismo
Méx. (RAMOS y DUARTE, p. 146), y
como Amer., en ORTÚZAR.
CUADRILLA, f. Baile de figuras,
que estuvo muy en moda a fines
del siglo pasado y principios del
actual. Ha caído enteramente en
desuso, lo mismo que el rigodón y
los lanceros.
Méx. ICAZBALCETA, p. 129. — RA-
MOS y DUARTE, p. 146.
"Unas cuadrillas en el campo."
(MORALES, Gallo Pitagórico, p. 163.)
"Ved qué estiradas!
Picando con el pie la polka leve.
Bailando las cuadrillas desmaya-
(das!
(PRIETO, Poes. fest., Contra el gran
tono, p. 87.)
Hond. MEMBREÑO, p. 47.
Guat. BATRES (art. Lanceros), p.
359. ,
Perú. ARONA, p. 135.
CUAJA-CABEZA, m. Nombre de
una avispa negra muy pequeña;
que para dar sus agudos y doloro-
sos piquetes se introduce en el pe-
lo de la cabeza, a lo cual debe su
denominación, produciendo su ve-
neno un grande ardor. Hace sus
nidos, iramados del mismo modo,
como el comején, en forma de unas
grandes esferas negras y celulosas
que envuelven el tallo de los árbo-
les, principalmente en los puntos
de ramificación, abrazando también
las ramas. Llámase asimismo sayúl.
(V.)
"Pues aquí en el país hay diferen-
tes clases de abejas, r|>mo la, llmonci-
llo, cuaja-cabezas, cojoncillo, panal de
sabana, etc." (GIL y SAENZ, El Capo-
ral, p. 105.) — "Una vez vio un gran
avispero, de esas que llaman cuaja-
cabezas, en la copa de un almendro."
(MERINO. Celestina, p. 29.) — "Estas
pintas difieren enter.amente de las pro-
ducidas por el cuaja-cabeza (sayul)."
(MARTÍNEZ. El plátano roatán en
Tabasco, p. 34.)
CUAJAR, n. Hablándose de fru-
tos, y especialmente del cacao, ad-
quirir definitivamente la flor este
estado; lograrse la fructificación.
CUAJILOTE. (Del mex. quauhxi-
lotl, "árbol fereus fructum similera
CUAN
— 413
CUAR
spicae maizii". HERN. Parmentie-
ra edulis. L.) m. Árbol de tronco
audoso, que produce el fruto del
mismo nopibre. Este es de unos 8
hasta 16 centímetros de largo y 4
de diámetro, de forma casi cilin-
drica, con la superficie estriada, de
color pardo verdoso y de pulpa fi-
brosa, lleno de semillas menudas,
jugosas y dulces. Cocido toma un
color pardo oscuro uniforme por
fuera y violado por dentro, y el ju-
go se vuelve meloso. Es muy agra-
dable y gozd entre el pueblo fama
de poseer íacultades medicinales
para las afecciones de las vías res-
piratorias.
Hond. MEMBRE5JO; p. 47.
C. Rica. FERRAZ (p. 33) dice que
hay dos especies en México. ICAZ-
BALOETA (p. 129) sólo habla de una.
¡CUANDO! "Usado a manera de
interjección, sirve para denotar que
es imposible una cosa". (ICAZBAL-
CETA, p. 130).
"Creyendo que yo me había de
ablandar a los gritos del muchacho;
pero ¡cuándo!" (PENSADOR, Quijo-
tita, cap. I.) — "Si lo he sabido ; cuán-
do! me sucede!" (FACUNDO, Gentes,
t. rV, cap. V.) — "¿Entrar ese popu-
lacho a mi casa? ¡Cuándo, padre.
cuándo, cuándo!" (DELGADO, La Ca-
landria, II.)
¿CUANTO HA? "En España, don-
de es también de uso corriente es-
ta expresión, se emplea en forma
admirativa para denotar largo es-
pacio de tiempo: ¡Cuánto ha que
no recibo caria suya!
"Entre nosotros ¡parece mentira!
cuánto há o cuantuá o acuanta, que
de todas estas maneras se pronun-
cia, significa precisamente lo con-
trario, esto es: ha poco, hace un
instante, no ha mucho". (GAGINI,
p. 184).
"i Parece mentira! en el mismo
sentido lo usamos acá también y !
así decimos: ¿CUÁNTO HA QUE '
me escribió,, es decir, ¿qué tiempo
hace?, hace muy poco tiempo; pe- j
ro más bien en forma interrogati-
va que admirativa, pues en esta
siempre vale lo mismo que en Es-
paña y lo mismo que en Chile: "Xos
parece digno de notar el uso de
cuanto seguido del verbo haber
(hacer?) en la tercera persona del
presente de indicativo, apocopada,
para denotar largo espacio de tiem-
po: ¿cómo van los negocios de
nuestro amigo? Cuanto ha que no
recibo noticias s^yas". (RODRÍ-
GUEZ, p. 121), en donde es tan
usada como México (ICAZBAL.CE-
TA. p. 130).
CU API NO L. V. GUAPINOL.
CUARENTARIO, RÍA. adj. Dice-
se de aquello que se verifica o des-
arrolla en cuai'enta días: maíz
CUARENTARIO, el que fructifica a
los cuarenta días de sembrado; co-
rrespondiente a un término de cua-
renta días.
No parece fuera de razón la gé-
nesis de esta voz, atendiendo a que
la desinencia -ario, -aria tiene sig-
nificado enteramente vario en los
adjetivos, y entre otros comprende
al def tiempo, como diario.
"El maíz común tarda en cosechar-
se de cuatro a cinco meses; pero exis-
ten dos variedades, de las cuales una
da fruto a los 60 días y otra, que lla-
man cuarentario, apenas tarda poco
más de treinta o cuarenta días, des-
de la época de la siembra hasta que
se cosecha." (RO\TROSA, El Partido
de Macuspana, MS., cap. V, p. 92.)
CUARTA, f. No es precisamente
"látigo corto para las caballerías",
como dice la Academia (9a. acep.),
sino "Látigo corto para las caballe-
rías de silla.... Tiene en el cabo
una asa o anillo del mismo cuero,
con que se asegura a la muñeca, y
en el otro extremo una pajuela o
tira delgada, que es propiamente el
azote". El jinete a la inglesa, que
monta en albardón, no usa de la
cuarta sino del fuete, fusta: vara
CUAR
414
CUAR
flexible, aun sin la trencilla de que
habla el Dice, en esta voz.
La CUARTA es el látigo del va-
quero o campesino de a caballo, y
del charro, pero no del sportman.
En Cuba es sinónimo de fusta
(PICHARDO, p. 75) y en Ríopl. es
la ayuda, que una cabalgadura, una
yunta, presta al tiro de un vehícu-
lo. (GRANADA, p. 167).
ECHAR CUARTA, fr. azotar con
ella.
"Le echaba cuarta al pobre de mi
hermano a manta de Dios." (PENSA-
DOR, Periquillo, t. II, cap. II.)
CUARTAZO, m. Azote dado con
la cuarta.
"Primer cuartazo al patriota de los
Ayuntamientos." (Diario de IVléxico,
tomo XVII, p. 647.)
Méx. ICAZBALCETA, p. 130. — RA-
MOS y DUARTE, p. 147.
Cuba. PICHARDO, p. 75.
CUARTEADO, DA. adj. Dícese
del color del ganado que tiene lar-
gas rayas en las costillas que ba-
jan hasta la barriga o los hijares.
U. t. c. s.
CUARTEAR, a. Pegar repetidas
veces con la cuarta. (ICAZB., p.
130).
2 pr. fig., fam., echarse atrás; fal-
tar al compromiso contraído.
CUARTERÍA, f. colect. Conjunto
de cuartos o aposentos. Dícese más
comúnmente en las haciendas de
campo del conjunto de habitaciones
destinadas a los peones.
Cuba. PICHARDO, p. 75.
CUARTILLA, f. Como la cuarti-
lla del antiguo sistema monetario
nacional equivalía a un cuarto de
real o tres y un octavo centavos,
quedó la costumbre de llamar así
a los tres centavos; por extensión,
a lo que tiene este valor, y en el
comercio al menudeo a las envoltu-
ras de azúcar, arroz, etc., que ha-
cen los dependientes y que contie-
nen CT^ ARTILLA de la mercancía:
hacer CUARTILLAS, es la primera
ocupación del dependiente tiovícío.
También se usa en sentido figura-
do para expresar que una cosa es
muy pequeña o de muy poca enti-
dad: CUARTILLA de gente, dicen
de la persona de muy baja estatu-
ra y desmedrada.
CUARTILLERO, RA. adj. y t.
sust. Dícese del comerciante en pe-
queño, que sólo vende por cuarti-
llas, cuyo comercio es de muy poca
entidad.
CUARTO, m. En las haciendas se
llama así la casa que habita el sir-
viente o peón de campo, el mozo.
Llámase también así la accesoria
o casa de una sola pieza, aunque
independiente o con libre acceso a
la calle. En este sentido la trae RA-
MOS y DUARTE (p. 147).
"Algunas (mujeres trabajadoras) co-
locaron el petatillo en varios dobleces
sobre los tercios que habían traído,
y sentadas en ellos, principiaron a dar
el pecho a sus hijos, que de sus cuar-
tos eran conducidos a la casa de mo-
lienda." (ZENTELLA, Perico, III, p.
29.) — "Hizo algunas observaciones jo-
! cosas, celebrándolas él mismo con
glandes carcajadas y terminó mandan-
do al joven gañán que pasara al
, cuarto de sus padres a descansar, y
! al día siguiente hablarían del nego-
cio de los trapos." (COFFIN, Generar
Gutiérrez, IV, p. 24.)
I 2. "pl. Miembros del cuerpo del
I animal robusto y fornido; y entre
líos.... conocedores de caballos,
i miembros bien proporcionados".
I (Dice.) Sin tales condiciones, 11a-
I mamos CUARTOS en general a las
extremidades del animal: sentar un
caballo sobre los CUARTOS trase-
ros.
CUARTUCHO, m. Desp. derivado
' de cuarto, como casucha de casa:
cuarto pequeño y destartalado. Es
i de uso literario en España.
' "La Petra entró en un cuartucho os-
curo." (BAROJA, La Busca, p. 9. c
p. Toro Gisbert, Apuntaciones Lexico-
gráficas, p. 210.)
CUAT
— 415 —
CUAT
CUATE, TA. (Del mes. coatí, cu- -■
lebia, mellizo), m. y f. Mellizo, ge-
melo. Es palabra usual en Méxi-
co, que hoy ha llegado a la provin-
cia (ICAZBALCETA, p. 131).
NO TIENE CUATE," expr. fam.: ,'
no tiene igual o semejante. (ICAZ- ;
BALOETA, ib.)
CUATERNA, f. Conjunto de cua-
tro personas propuestas a quien co- '
rresponde. paja que entre ellas se
designe la que debe ocupar algún
cargo o empleo.
No la registra el Diccionario, pe-
ro i-O se ve la razón para que no
tenga igual derecho que terna.
"Art. lo. En todas las cabeceras de
Partido del Estado, había un mayor-
domo de fábrica para la recaudación,
manejo e inversión de los derechos que
por arancel correspondan a este ra-
mo.
Art. 2o. El nombramiento de éstos
será proponiéndose cuatro vecinos de
la misma población de probidad y ap-
titud necesarias: dos de éstos serán
propuestos por el párroco y los otros
dos por el A>'untamiento respectivo.
— Art. 4o. El Ayuntamiento, imiendo
su postulación con la del Párroco, la
remitirá al Gobierno por el conducto
regular; pero si pasados tres días no
lo verificase dicho Párroco, el Ayunta-
miento designando los dos individuos
que a aquél correspondan, pasará pre-
cisamente ai día siguiente la Cuaterna
expresando esta ocurrencia." (Decr. de
Tpb. ; decr. df- 24 do noviem!>re de
1831, sobre fabricación de las Iglesias.)
CUATEZÓN, NA. (Del mex. qua-
tezc.T, motilón. MOL.) adj. "Dícese
del animal que debiendo por su es-
pecie, tener cuernos, carece de
ello., natural o artificialmente".
(ICAZB., p. 131).
En lenguaje vulgar ha alcanzado
a valer como sinónimo de cuate,
por compañero, compinche, contla- j
pache. í
CUATRAPEAR. a. Verbo nuevo. ,
nacido con el automovilismo, que
significa el movimiento que hacp
el vehículo fuertemente hacia un |
lado con la parte trasera, a conse- 1
euencia de una vuelta dada con i
mucha velocidad o describiendo ima
curva muy cerrada, úsase más co-
mo pr. refl.
CUATREAR, n. Decir cuatros:
disparatar, barbarizar.
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 148.
CUATRERO, RA. adj. Que dice
cuatros o disparates.
En España llámase así al ladrón
de ganado, en la jerga del popula-
cho de Madrid: "El dronista reali-
za sus hazañas fuera de la ciudad,
donde, no obstante, mora, las pre-
para y encubre. — Otro tanto suce-
de con los cuatreros o ladrones de
ganado". (QL'IRÓS. Y LLANAS
AGUILANIEDO. La Mala vida en
Madrid, cap. II, p. 150).
Méx. IC.\ZBALCETA, p. 131.
CUATRO, m. Disparate, barbaris-
mo: especialmente el de los indios
hablando el castellano.
úsase mucho también en México.
ICAZBALCETA (p. 131) da la si-
guiente explicación que no deja de
ser fundada: "El origen de esa
acepción de cuatro puede ser éste:
los Indios solían antes cortarse a
raíz el pelo, dejándose solamente
dos melenas o balcarrotas tras de
las orejas, lo cual se usaba entre
los más rústicos y mazorrales, que
por lo mismo hablaban peor el cas-
tellano r eran CUATRO orejas".
2. Celada.
CUATRO REALES, fr. fam. flg.,
i>oca cantidad de dinero, capital pe-
queño, especialmente tratándose de
herencias. Muy usado sobre todo en
el trato compesino o ranchero: tie-
ne sus CT'ATRO REALES.
— "Don Ign.icio, Don Ignacio: ya ve
usted cuántos disgustos halla en la
vida el hombre trabajador que busca
cuatro reales para dejar a sus hijos."
ÍCOFFIX. Gral. Gutiérrez, ^TÍTI, p. 57.)
DE A CUATRO. Llámase así al
tostón, porque equivale a medio pe-
so, que en^l sistema monetario an-
tiguo valía" cuatro reales. La Acá-
CUBI
416
CUCA
demia lo llama REAL DE A CÜA- f
TRO. Suele usarse en México, y
también en otros lugares de la Re-
pública.
"Pa él, la peseta era rial y los de ;
a cuatro, paseta!... Y ¡ay Jesú! lo
remolón pa coge la moneda!" (RODR. i
EELTRAX, Pajarito, I, p. 9.) ;
CUBIERTA, f. "Eufemismo por
vaina de espada, puñal, etc." (ICAZ-
BALCETA. p. 132)^ En Tabaseo no
ee dice de otra manera de la vai- ;
na del machete.
2. Suele usarse como sinónimo de
carátula: portada de libro o cua-
derno. :
CUBIJARSE, pr. Llenarse, en el
sentido de cubrirse de alguna co-
pa por su abundancia: CUBIJARSE
de piojos, de garrapatas, etc. Co- 1
mim nubvogación de una letra por
otra, la u por la o en este caso, en ,
el habla del pueblo: CUBIJARSE
por cpbijaroe, en acepción figurada,
y algo hip?vbólicr., de este verbo, i
CUBO. m. Extremo cónico y hue-
co de la fisga y demás instrumen- 1
tos análogos, en el cual se introdu-
ce y asegura el asta.
La acepción es enteramente pro-
pia; la Academia explica algo que
es lo mismo, sólo que se concreta
a un objeto, la lanza, como 4a.
acep. de la voz". "Cilindro (cono )
hueco en que remata por abajo
(¿cuáles serán en la lanza la parte
de arriba y la de abajo?) le moha-
rra de la lanza y en el cual se in-
troduce y asegura el asta".
Suele usarse también la palabra
como sinónima de la misma asta:
el CUBO del remo, dicen l-os cam-
pesinos. Esto sí es impropio de to-
da impropiedad. (1). Lo mismo su-
cede en Venezuela (PICÓN, p. 95).
2. Caña; parte cónica del zapato
0 la bota, que cubre la pierna. Lo
mismo en México y otras partes del
país.
"Quien los quería (los zapatos) con
botones; quien los prefería de resor-
tes con punteras; quien bayos y borce-
guíes; quien acharolados con cubos de
paño." (RODRÍGUEZ BKLTRAN, Una
docena de cuentos, IV, El Zapato, p.
47.)
CUCA. f. dim. cariñoso o hipocons-
tico de Refugio, nombre de mujer.
Lo mismo en México (ICAZBAL-
CETA, p. 132).
2. La palomita llamada también
purbuca o purugüés (V.) Es ono-
matopéyico, por el sonido que emi-
te esta ave.
Hotvd. "Palomita. — La parte del
cuerpo de un niñito que indica que és-
te pertenece al sí^xo masculino. — En
Argentina, pajarito." (MEMBREÑO,
1 p 49.)
C. Amér. "Cucaracha." (SALAZAR
G., p. 79.)
Venez. "Especie de torta o galletita
' dulce." (RIVODÓ, p. 26.)
CUCAR, a. Como en Costa Rica
(GAGINI, p. 186), por mi provincia
son desconocidas las dos acepcio-
nes que el Diccionario da a este
verbo, y que son a saber: "la.. Gui-
ñar un ojo, y 2a., ant. Hacer burla,
mofar". Sólo se usa como sinónimo
de provocar, incitar, azuzar,. Es ge-
neral en Centro América (SALA-
ZAR G., p. 79), y se usa también
en Ríopl. (BAYO, p. 65). En Cuba
dicen "CUQUEAR. Provocar, mor-
tificar, exitar la cólera o amor pro-
pio ajeno burlescamente". (PICH.,
p. 79). La coloca además entre las
voces corrompidas, por CUCAR (p.
81).
CUCARACHERO, m. Lugar en
donde abimdan las cucarachas; y
(1) En México dicen muy orondos:
el cubo del zacjúan. Es frase tan so-
corrida, que anda lo mismo en boca j
del plebeyo que del hombre culto, y [
no hay amanuense, cagatinta o le- [
puleyo que no la plante en diligencias
judiciales y actuaciones de todas cla-
ses. Siendo el zaguán un pórtico, no
.se nos alcanza cuál sea el cubo de él.
como no sea el zaguán mismo, que es
tanto como decir la cavidad de la bo-
ca la columna del pilar, la abertura de
la puerta o disparates por el estilo.
CUCA
417 —
CUCHA
también gran número de éstas, co-
mo colectivo. Metafóricamente se
usa mucho en lenguaje familiar, pa-
ra designar una pieza o habitación
muy pobre y destartalada; pero
más bien en sentido eufémico y no
con cai'ácter despectivo como cuar-
tucho o co(?hitril. Dícese principal-
mente del cuarto de los estudian-
tes, o de personas dedicadas al es-
tudio, en que abundan los papeles
y libros en desorden.
Cuba. "El polvo de tabaco," de que
habla PICH., (p. 76), es desconocido
con ese nombre acá. MAGIAS (p. 397)
registra las acepciones que explicamos
en primer término.
Hond. y Bogotá. Tampoco conoce-
mos el pajarito de que hablan ilEM-
BRE5?0 (p. 79 y CUERVO (párr. S52.)
CUCAYO, m. Por más que la Aca-
demia diga cocuyo, y los dicciona-
ristas americanos cocuyo y cucuyo
(PICH.. p. 6 3), o cucuy, cucayo
(CUERVO, párr. 953), nunca deci-
mos más qtie CUCAYO.
Por cuanto a la etimología. Ró-
belo la da como "muy incierta",
llegando a suponer solamente que
venga de coco, espanto; pero a Fe-
rraz (p. 28) se ocurrió lo que a na-
die: derivarla del mexicano, y ha-
lla su raíz nada menos que en co-
coyot!. "aunque el análisis de este
nombre es sumamente difícil", di-
ce él mismo.
"t)ir\r^e miradas angiistiosas al fal-
so incendio de los fuepos fatuos, a
lo.s luminosos cucayos y luciérnagras, y
a la opaca claridad de un cielo tem-
pestuoso." (COFFIX, Gral. Gutiérrez,
XIII, p. 98.)
2. Nudo; encuentro o remolino
que se forma en el interior de la
madera de los árboles y en el cual
las fibras leñosas en vez de seguir
la dirección longitudinal del tallo,
toman la dirección circular o como
formando un eje transversal. Es un
grave defecto de los llamados palos
de canoai porque la embarcación
resulta con una falla o hueco en
cada CUCAYO. En cambio en la
ebanistería es apropiadísima la ma-
dera de estas condiciones, por el
hermoso jaspe que produce la irre-
gularidad de la fibra.
CUCULTEUPA. adj. Gentilicio
con que se designa al natural o ha-
bitante del barrio de igual nombre
en la Ciudad de Cunduacán, y que
en la época precolonial, fue una
población indígena separada de la
principal. Dícese también cuculteu-
pano y cucultiupa, y úsase como
sustantivo.
"Los santiagueños pagaban el tri-
buto de amistosa cortesía el 28 de
Julio y el 7 de Diciembre, vísperas ae
San Pedro y de la Inmaculada Con-
cepción; pagábanlo por su parte los
cuculteupas el lo. de Febrero y el 24
de Julio, vísperas de la Candelaria y
del Apóstol Santiago." (SÁNCHEZ
MARMOL, Antón, VII, p. 56.) — "En
llegando a la puerta hicieron alto,
atraídos por la danza religiosa llama
de El Gigante ,que ejecutaban diez cu-
cuiteupanos en anacrónico traje del si-
glo XV." íID.. ib., p. 61.)
CU CU RUCHA, f. "Tab. Cogullo,
panela". (Art. de RAMOS y DU AR-
TE). Nos es desconocida esta voz
y tal vez haya error en asignárse-
la a Tabasco.
CUCURUCHO, CHA. adj. y tam-
bién sust. Jorobado, jiboso.
Parece el mismo cucho, curcu-
cho, corcuncho, usado en la Amé-
rica Central (SALAZAR GARCÍA,
p. 79; MEMBREÑO, p. 51; GAGINI,
p. 171), en Ríopl. (BAYO. p. 67),
en Chile (RODR., p. 92) y que pro-
viene, segt'm este último autor, del
quichua Rcumuruna (corcovado) o
del aimará ckunco; el cual puede
haber tomado la forma cucurucho
por aflinidad ideológica, en cuanto
a la forma retorcida y la fonética
por semejanza del sonido con cur-
cuncho o corcuncho.
CUCHARA, f. Llana; paleta de
albañil.
Méx. ICAZCALCETA. p. 132.
C. Rica. GAGIXI, p. 187.
27
CUCHA
— 418
CUCHI
Venez. RIVODó, p. 250.
Ríopl. BAYO, p. 65; GRANADA, p.
168.
DESPACHARSE CON LA CU-
CHARA GRANDE, fr. fig. fam. equi-
valente a DESPACHARSE CON EL
CUCHARÓN, que da el Diccionario,
la cual nunca usamos.
HACER CUCHARAS, o la CU-
CHARA, fr. fam., hacer pucheros.
Hond. MEMBREÑO. p. 49.
C. Rica. GAGINI, p. 187.
CUCHAREAR, n. Servir con la
cuchara: cucharetear, que dice el
Diccionario. Como refl., en sent. fig.,
tomar para sí más de lo debido; dí-
cese principalmente en el juego del
billar del que se raya mayor nú-
mero de carambolas de las que ha-
ce.
CUCHAREO, m. Acción y efecto
de cucharear.
CUCHARÓN, m. Platón acuchara-
do de las balanzas de pie como la
de Roverbal y de brazo, como la
romana, comúnmente llamada de
mostrador, porque es la que se usa
de ordinario en las tiendas.
2. Nombre del ave más conocida
por paspaque. (V.)
CUCHILLA, f. Entre labradores,
faja de terreno o de monte más an-
gosta por uno de sus extremos, que
por el otro. Entre sastres y costu-
reras, CUCHILLA, 2a. acepción; pe-
ro no añadidura o remiendo, sino
retazo cualquiera de género, de for-
ma triangular muy alargada.
Méx. ICAZBALCETA, p. 133.—
Hond. MEMBREÑO, p. 49.— En Cu-
ba (PICH., p. 77), y especialmente
en la América del Sur (CUERVO,
párr. 500; GRANADA, p. 168; OR-
TÚZAR, p. 103) vale loma, meseta
muy prolongada o de arista afilada.
Son muy conocidas las CUCHI-
LLAS del Brasil que penetran al
Uruguay y constituyen el sistema
orográfico de este país.
CUCHILLERO, RA. adj. y sust.
Ni el que hace ni el que vende cu-
chillos; sino el rufián que de pre-
ferencia hace uso del cuchillo pa-
ra reñir, en sus pendencias.
El pelado de México se distingue
como CUCHILLERO y por su mie-
do notorio al arma de fuego.
Hond. IMEMBREÑO, p. 49.
Arg. "Allá va una verdad de a pu-
ño, y dicho como debe ser: con voz
campanuda. No siempre la termina-
ción ero indica oficio, pues si bien pa-
nadero es el que hace panes, enfer-
mero no es el que hace enfermos, por
más que al^runos galenos merezcan tal
nombre. Y así como copero, por ejem-
plo, es el que fabrica copas, y el que
antig'uamente las manejaba para dar
de beber a su señor, cuchillero será no
sólo el que fabrica cuchillos, sino el
que los maneja. Tomada la palabra en
ese sentido, será hermana de espada-
chín; pero así como éste se apoya en
la espada, el cuchillero hace descan-
sar su fama en el manejo del cuchi-
llo.
— GARZÓN, p. 134: "Pendenciero,
peleador a cuchillo."
2. Nombre que también se da a
los matanceros, a aquéllos que tie-
nen por oficio matar ganado para
el expendio público.
CUCHILLO. DAR AL CUCHI-
LLO, fr. PASAR A CUCHILLO,
sacrificar, matar una res para
el abasto público. "Todas las frases
análogas conocidas en la lengua,
no llevan artículo, y así tenemos
"pasar a cuchillo", la única que hoy
conservamos y que significa dar la
muerte; usada ordinariamente cuan-
do se habla de una plaza toma-
da...."
"La locución dar ai cuchillo no
es idiomática, sino tosca, bárbara.
Para que pudiera pasar habría que
decir "dar a cuchillo", pero no la
necesitamos para nada, cuando te-
nemos la muy castiza pasar a cu-
chiiio". (QUEVEDO, Ei Lenguaje
en Tabasco: El Liberal, Villaher-
mosa, Tabasco, febrero, 3-918).
CUCHI
— 419
CUER
CUCHI PON, NA. adj. Persona?
gorda, de muy baja estatura. Equi-
valente a chaparro, pero de índo-
le despectiva.
Cuchipoñi, en Chiloé (CAVADA,
p. 86) es el nombre de ima clase ,
de papas chicas; palabra compues-
ta de las voces araucanas cuchi,
cerdo, y poñi, papa. (FEBRéS,
Dice, arauc. esp.)
De allá debe provenir nuestro vo-
cablo, que señala también la ca-
lidad de chico.
CUCHUFLÍ. "(Tab. y Camp.) sm.
Vivienda pobre y reducida; cuchi-
tril". (RAMOS y DUARTE, p. 149).
Podrá ser en Campeche; en Ta-
basco no tenemos noticia alguna
de que se use.
CUCHUFLETA, f. No la usamos
como dicho o palabra de chanza
o broma, sino como embuste o di-
cho insustancial, aunque sencillo y
sin mala intención ni doble senti-
do.
En México es "cierto biscocho".
(ICAZBALCETA, p. 133).
CUCHUMBO, m. Entre jugadores,
cubilete o vaso de cuero en forma
de cono truncado, cuya parte más
ancha es la boca; y sirt'e para mo-
ver y echar los dados. También el
juego mismo de dados que en esta
forma se hace.
Hond. MEMBREÑ'O. p. 49.
C. Amér. 'Embudo", dice SALA- '
ZAR GARCÍA, p. 70.
CU ECO. CA. m. y f. Eufemismo
usado entre la ger^te humilde del
campo por puerco, cerdo, cochl,
etc.
CUENTA. PONER, O METER, A
LA CUENTA, fr. que expresa en-
tre labradores el hecho de traba-
jar a>-udando a otro a desquitar, o
pagar con el trabajo personal, una
deuda.
Por lo común se usaba entre la
servidumbre adeudada de las ha-
ciendas, que los hijos entraran tam- ,
bien como deudores, aj-udando al
padre a desquitar la cuenta al amo,
entendido que para los mozos o
peones la cuenta es el importe de
la deuda misma.
"En esos días, a pesar de las pro-
testas de la familia, Pedro que se le
seguía en edad, fue puesto a la cuenta
de Quirino y declarado mozo de una
cuadrilla." (COFFIN, Gral. Gutiérrez.
IV, p. 2S.)
PAPEL DE CUENTA, es el do-
cumento que da el amo al sirvien-
te, en que expresa la cantidad que
éste adeuda y que deberá pagar
quien quiera tomarle a su servicio.
Llámase también carta cuenta, o
simplemente papeL (V.)
CUERA, f. Piel curtida, ordina-
riamente aderezada y muy suave,
que sirve en el lecho a guisa de es-
tera.
En Centro América se usa como
sinónimo de polaina; para el Dic-
cionario es una jaquetilla que no
conocemos.
CUERAZO, m. Azote dado con un
cuero o látigo ancho.
Méx. ICAZB.VLCETA, p. 133.
Cuba. PICHARDO, p. 77.
Hond. MEMBRExO, p. 50.
C. Rica. GAGIXI, p. 189.
C. Amér. SAL.\ZAR GARCÍA, p. 80.
CUERDA, f. Medida agraria,
usual en los ranchos, que tiene
veinticinco varas por lado o sean,
seiscientas veinticinco varas cua-
dradas. Dos CUERDAS forman de
ordinario la tarea diaria de des-
monte para los peones de campo,
en las labores agrícolas.
"La medida usual por estos terre-
iios para arreglar los trabajos, lleva el
nombre de cuerda, que es un cuadra-
do de veinticinco varas castellanas
por cada lado o seiscientas veinticin-
co varas cuadradas." — "Roza del mon-
te bajo..., a dos cuerdas por jornal."
(RABASA, El Est. de Chis., p. 66.)
CUERDA DE LEÑA. "La porción
de leña que ocupa el espacio de una
raja de ésta (que son cuatro pies
ingleses) en lo ancho, otro tanto
CUER
420 —
CUER
de alto y dos tantos de largo". (PI-
CHARDO, p. 77). "2. % varas de
largo y 1 vara y 16 pulgadas de an-
cho y alto" (MACÍAS, p. 400). Nos
parece que ninguna de las dos es
igual a la nuestra, en que no en-
tran tantos detalles de dimensión,
pues creemos también que tiene
tres varas de largo por una y me-
dia o dos de alto, con el ancho na-
tural qae da la raja de leña.
POR CUERDA SEPARADA, fr.
independientemente, por separado.
Es voz forense muy usada en nues-
tra legislación, tratándose de la sus-
tanciación de incidentes.
Con el verbo correr significa:
"Gobernarse, regirse un negocio
con independencia de otro..." (ICAZ-
BALCETA, p. 134). Parece ésta;
un?, acepción antigua. i
"Bien pocos años había, cuando es-
cribía, que corría la Provincia del Santo
Evangelio por cuerda aeparada de la
de Michoacán." (BEAUMOXT. Crón.
de la Prov. de Mich., pte. I, lib. 2, cap.
20.)
CUEREADA, f. fam. Azotaina,
tunda, zurra, en sentido natural y
fig.
fViéx. ICAZB-ABCET.-V, p. 134. — RA-
MOS y DTTARTE, p. 149.
— "Ño me ande con oraciones, por- ;
que le doy otra cuereada." (FACUN-
DO. Gentes, cap. XVIII, p. 255.) — " —
Dejen, aepen, voy a darle una cuerea- ,
da, decía Otero." (FIDEL, Memorias, j
40-53; cap. III, p. 135.) !
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. SO.
CUEREAR, a. Azotar con cuero: ¡
rorrea pedazo o tira de cuero.
Méx. ICAZBABCETA, p. 134. — RA- i
MOS y DUARTE, p. 140. !
Guat. BATRES, p. 193. |
C. Rica. GAGINI. p. 189.
Ecuador. CEVALLOS, p. 51, y iVIems.
de la Acad. Ecuat., t. I, p. 68, apud.
Icazbalceta. i
CUERIZA, f. fam. Cuereada, zu- ¡
rra de azotes. Corre por toda la '',
América española. |
Méx. ICAZBALCETA, p. 134. — RA-
MOS y DUARTE, p. 149.
C. Rica. GAGINI, p. 189.
C. Amér. SALAZAR GARCÍA, p. 8j0.
Venez. RIVODó, p. 66 y PICÓN, p.
94.
Bogotá. CUERVO, párr. 861.
Perú. .ARONA, p. 139.
Ecuador. Mems. de la Acad. Ecuat.,
t. I, p. 68, apud. Icazbalceta.
CUERO, m. fam. Látigo, correa,
tira de piel para azotar, especial-
mente a los muchachos.
Cuba. ÁRBOL., p. 400.
Venez. PICÓN, p. 96.
2. Prostituta; puta, cuzca.
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 149.
3. En sent. jocoso la piel de
nuestro cuerpo, no sólo la de los
animales. Arg. (MONNER, De Gra-
mática y de lenguaje, p. 33).
CUERO tíRUDO. Cuero sin cur-
tir. Usado ordinariamente para los
diversos utensilios de vaquería: so-
ga, volín y valentones o mancorna-
dores. Se cura con sebo para darle
mayor resistencia y evitar que se
apolille.
Venez. PICÓN, p. 96.
ARRIMAR, DAR, ECHAR CUE-
RO, son frases del lenguaje fami-
liar que expresan azotar, particu-
larmente hablándose de los mucha-
chos.
Méx. ICAZBALCETA, p. 134.
Hond. MBMBREÑO, p. 50.
DE CUERITO A CUERITO, ex-
presión familiar: del principio al
fin de un libro, como quien dice,
de un cuero al otro de la pasta, que
en lo antiguo solía ser de pergami-
no. En otro tiempo se dijo de ta-
bla a tabla, según cita de ORTú-
ZAR (p. 300), y con razón, porque
las tapas de los libros solían ser
de tabla, y no de cartón como aho-
ra. (ICAZBALCETA, p. 134).
"Só la doctrina de cuerito a cuerito."
(PENSADOR, Qüijotita, cap. XIII.) —
"Es también indispensable que apren-
das el arte de capite ad calcem, de
cuerito a cuerito." (Diario de México,
t. HF. p. 303.)
CUERPO, m. Cuartel: porción
de un terreno, acotada para obje-
to determinado.
"Con objeto de evitar los perjuicios
ocasionados en gran parte por los
CUEZ
421
cuu
vientos, y de facilitar los trabajos de '
administración, conviene dividir los
plantíos en varios cuerpos o paños de
4 a 5 mil plantas cada uno, procuran-
do que estén limitadoá por cejas o va-
llados de arboleda grande." )MARTi-
>;ez CHA.BL,é. El Plátano Roatán Ta- '
basco, p. 11.)
CUERPO COLEGIADO, "llama-
mos al que se forma de individuos
que resuelven los negocios por vo-
tación, y cuyos acuerdos obligan
a quien corresponde, según el ca-
so; a diferencia de aquellos agre-
gados de personas en que las unas
no se sujetan al parecer de las
otras, ni ejercen autoridad. Un
AjTintamiento es un CUERPO CO-
LEGIADO: no lo son el CUERPO
diplomático y el CUERPO de baile."
(ICAZBALCETA, p. 134.) Las Cá-
maras nacionales, los congresos, el
Tribunal Pleno y sus Salas Terna-
rias son también CUERPOS LEGIS-
LADOS.
'"Ni somos periodistas, ni estamos
discutiendo algún asunto en CL'ICIÍPO
COLEGIADO." (MORALES, Gallo Pi-
tagórico, p. 139.) — ^^"Todo cuerpo cole-
giado que pretende apoyarse en el en-
tusiasmo... está condenado a sufrir
svistanciales transformaciones."
(FACUXDO, El Aseo, etc., p. 153.) —
"Las múltiples atenciones de que es-
tá rodeado ese cuerpo colegiado (el
Ayuntamiento.)" (ID., Vistazos, p.
186.)
DE CUERPO ENTERO, fr., díce-
se de los retratos o fotografías en
que aparece todo el cuerpo de la
persona, a diferencia de los de bus-
to en que sólo se ven la cabeza y
el tronco.
"I'na crencha de pelo, gruesa y en-
corvada, amén de un retrato de cuer-
po entero." (RODRÍGUEZ BELTRAN,
Perfiles, XVI, p. 110.)
CUEZA, f. Raíz tuberculosa del
chayóte, blanca, fibrosa, blanda y
de sabor muy agradable. Tiene los
mismos usos que la fruta de la plan-
ta, se come asada, y cocida en el
puchero.
cuíco, m. Gendarme; guarda o
agente de policía. Es palabra in-
juriosa con que la plebe y los mu-
chachos apodan al guardján del or-
den público, a quien también lla-
man tecolote. (V.) Más usado en
México.
"Viene, según algunos, de la voz
mexicana cuicatl, cantar o canto, por-
que esos ag.^ntes denuncian las infrac-
ciones de los reglamentos de policía,
por lo cual la plebe los considera co-
mo soplones o chismosos." (ICAZBAL-
CETA, p. 135.)
"¡Pobre de tí si lo denuncias, o ha-
ces que vengan esos cuícos de la Di-
putación a cogerlo, porque no dilata-
rás tres días en morir cosido a puña-
ladas." (PAYXO, Fistol, t. II, cap.
xn.)
Según Pich., (p. 78), es "Apodo
o tratamiento burlesco, aplicado a
los mexicanos del bajo pueblo." Ma-
cías (p. 402) dice que ya no tiene
uso al presente. Salva cree que es
"apodo que suelen dar los habane-
ros a los mexicanos." RAMOS y
DUARTE escribe que en Michoacán
significa embustero. Bayo (p. 66) :
"Indio de raza enana y desmedra-
do.— Apodo que dan los chilenos a
los Bolivianos." Por último, Ortúzar
(p. 105) concluye con que es "apo-
do que suele darse a los mexicanos
y bolivianos." V. RODRÍGUEZ, p.
134. En C. América (SALAZAR
GARCÍA, p. 80) se dice cu i lio, cui-
lote.
CUIDADO. SALIR DE SU CUI-
DADO, expresión familiar muy usa-
da, para no ofender la castidad, en
vez de parir, dar a luz, alumbrar.
Dícese también salir de parto.
CUIQADORA. f. Criada que cui-
da }' sirve a los niños, o que sirve
y acompaña a una señora sola, o a
ima señorita. Es más usado en Mé-
xico.
CUIJI. (Del mex. cuixi, gavilán)
m. Nombre que dan los campesi-
nos al gavilancillo conocido tam-
bién por espanta-venados» porque
chilla desaforadamente desde que
ve al cazador, al mismo tiempo que
CUIJ
422
CUIJ
va delante de él, volando de ár-
bol en árbol sucesivamente, en oca-
siones por largas (Jistancias del bos-
que o del campo. Con, este nombre
y el de gavilán pollero, también
vulgar, le describe Rovirosa en su
Zoo. de Tab., p. 36. Pertenece al
orden de los raptores, familia fal-
conídea; su nombre técnico es As-
turina magnirostris, ver. grisocauda,
Ridgw. (ROV., Ob. cit.) La voz CUI- 1
JI parece onomatopéyica del chi- !
11 ido del avecilla fastidiosa. . I
CUIJINICUIL. (Del mexicano!
cuauhzonecuilli. Inga j i n i c u i I. i
SCHL.) m. Árbol perteneciente a i
la familia de las leguminosas, muy
frondoso, de hojas pequeñas ovali-
formes y agudas. Produce el fruto
del mismo nombre en vainas ver-
des, de una tercia y aun más de
largo por dos o tres pulgadas de
ancho, chatas, angostas, irregula-
res, algo encorvadas o torcidas,
dentro de las cuales se encuentran
unos almendrones de tegumentos
verdes que saben muy bien coci-
dos, sirviendo como verdura, y es-
tán envueltos por una pulpa ater-
ciopelada, blanca y dulce, sumamen-
te agradable, que se come cinida.
La madera es excelente combusti-
ble. Dase esta fruta en los meses
de julio y agosto; es muy busca-
da por los muchachos. Llámase tam-
bién simplemente jinicuil. El verda-
dero aztequismo es cuajinicuil, y
así le llaman en México y la Amé-
rica Central, en donde Ifcmbién
abunda, aunque en Honduras pare-
ce que le llaman paterna, según
Membreño (pp. 47 y 127), aplican-
do el nombre de cuajinicuil a una
mimosa.
Grave disputa existe en cuanto a
la etimología del nombre. Róbelo
(Dice, de Azt., p. 140) da la siguien-
te: "(CTJACH-XONECUILLI: cua-
huitl, árbol; xo, forma que toma
ixitl, pie, en composición necuilli,
torcedura: Pies torcidos de árbol)."
(1) En la nota (6) de la misma
obra (pp. 146-7) agrega: "A varias
cosas daban el nombre de xonecui-
lle los mexicanos, y Lo. representa-
ban con un signo parecido a nues-
tra S. — Sahagún dice: "A las estre-
llas que están en la boca de la bo-
cina llamaba esta gente citlalxune-
cuilli, pintada a manera de S re-
vueltas siete estrellas... llamadas
citlaixunecuitli, porque tiene seme-
janza con cierta manera de pan que
hacen a modo de S, al cual llaman
xunecuilli." También llamaban xu-
necuilii — según Molina — a un palo
como bordón, con muescas, torci-
do, que presentaba el sacerdote a
los ídolos. Xonecuiltic llaman los
indios al cojo del pie, no porque le
falte éste, sino porque lo tiene tor-
cido. De esta significación, que es
la primitiva, vienen todas las dem.'"
que son figuradas."
Membreño en sus Hondureñismos
(p. 47) adopta esta etimología de
la voz.
Fernández Ferraz (Náhuatl, de C.
Rica, p. 34) hace este análisis de
la palabra: "CUAJINICUIL (mimo-
sa inga), árbol mediano de grandes
hojas, verdes en el verso y acho-
teadas en el reverso, hojas que es-
tá cambiando constantemente. Aca-
so sea el quauhxiotl mejicano; pe-
ro el nombre que aquí se le da es
perfectamente nahua: quauhxini-
quitl, compuesto de quauitl-árbol -I»
xini-caer -|- quilitl-quilite, verdura;
es decir, "árbol a quien se le caen
constantemente los quelites o can-
délas", que las ,tiene semejantes a
las del castaño. Hay una variedad
llamada huaba, y las vainas de am-
bas son muy gustadas por los mu-
(1> Parece más natural la interpre-
tación o traducción "Árbol de pie tor-
cido."
CÜDí
— 423
GULA
chachos, que les chupan una pulpa
dulcísima que envuelve las semillas.
También se emplean estos árboles
para sombrear y refrescar los ca-
fetales. Quauitl nos parece forma-
do de quaitl-cabeza -- uitequ i -fusti-
gar, castigar; xini, de xioti-sarna,
caspa, costra -¡- inic-como, a seme-
janza; quilitl (V. QUELITE.)" ¡Es-
to es llevar el análisis hasta la di-
sociación de la materia!
Gagini (p. 183) prohija esta eti-
mología: "Cuajiniquil es evidente-
mente voz oriunda de Méjico, com-
puesta de las palabras nahuales
quauitl (árbol), xini (caer) y quilitl
(brote o cogollo) : esto es, "árbol
que tiene los brotes caídos", por-
que efectivamente las vainas bro-
tan a manera de colgajos en la
parte inferior de las ramas de las
hojas."
Las Casas en su Historia de las
Indias (t. IV, p. 318) habla de la
variedad llamada guaba que crece
silvestre a orillas de los ríos y que
parece ser la misma que con el
nombre cuajinicuil describe Mem-
breño. La que nosotros llamamos
de esta manera parece ser la que
Fernández de Oviedo (Hist. gral, y
nat. de las Indias, t. I, lib. VIII,
cap. XXXV, p. 325) describe con el
nombre de caoba.
Fuentes y Guzmán (Hist, de
Guat., t. I, cap. V, p. 351) dice jini-
cuil: "Abunda esta alegre pobla-
ción (San Juan Amatitlán) de sa-
zonada y copiosa variedad de fru-
tas produciendo la jugosa y
pingue natui-aleza de su terreno li-
mas y naranjas agrias y dulces, pi-
nas, zapotes, nísperos, plátanos,
nanches. jinicuiles, etc."
CUINO, NA. m. y f. "Nombre que
se da en México a los cerdos de
una raza de menos cuerpo que la or-
dinaria, los cuales tienen la parti-
cularidad de ser gordos desde que
nacen, se conservan lo mismo du-
rante el crecimiento, y con gran fa-
cilidad adquieren gordura extraor-
dinaria, y tanta, que los criadores
procuran evitarla en las hembras,
para que no se esterilicen." (ICAZ-
BALCETA, p. 135). Es la raza pre-
ferida para el engorde, por la ra-
pidez con que esto se consigue.
"Porque ha de saber para bien en-
tender que a iin puerco dándole seis
libras de camote diarias, cada mes
aumenta 22 libras de manteca, esto
es, si si cochino es mantequero, co-
mo sucede con los cuinos y gallegos,
porque hay otra raza que sólo da car-
ne y muy poca manteca." (GIL y
SAENZ, El Caporal, p. 82.) — "Pué
que se ejpere sentao, porque nojotro
ro semos tan guajes de darle maíz al
cuino pa que otro fría la manteca y
se comí los chicharrones." (RODRÍ-
GUEZ BELTRAX. Pajarito, p. 779.)
ESTAE HECHO UN CUINO,
expr. fam., estar uno sumamente
gordo.
GÜISQUE. (Del lat. quisque, ca-
• da uno.) m. L'n individuo cualquie-
ra, de poca significación y poco va-
ler; un hombre vulgar, úsase en
forma despectiva.
Con significación varia, pero más
o menos aproximada a lo que de-
jamos dicho, viene usándose fre-
cuentemente esta voz de poco tiem-
po a esta parte, principalmente en
el periodismo, y especialmente en
las frases cada QUISQUE, cualquier
QUISQUE, pleonásticas a todas
luces, y abusivas, puesto que quis-
que por sí solo, según su origen,
lleva implícito el distributivo cada.
"Que todos los hombres juegan de
continuo una comedia, tomándose ca-
da quisque el papel más acomodado a
sus aptitudes y aficiones,... tampoco
; puedo dudarlo." ÍS.\LAS CEPEDA,
Est. estéticos, p. 251.)
I CUJA. f. Sobre para carta.
I Hond. MEMBRESO, p. 50.
■ CULATA, f. Parte trasera de la
casa, especialmente entre campesi-
nos.
! Ya que la parte trasera de un
GULA
424 —
CULE
coche ha recibido este nombre, no
parece desatinado que se aplique a
la misma parte de una casa.
En forma ininteligible más o
menos lo mismo define Pichardo (n
78) ; "Cada uno de los dos lados de
una casa opuesta al frente y fondo."
CULATEADA, f. Tunda de cula-
tazos, dados con el arma.
CULATEAR, a. Dar de culatazos
con el arma. La Academia sólo re-
gistra culatazo, pero no culateada
ni culatear.
CULEBRA, f. Nombre genérico
de todos los reptiles ofidianos, en-
tre los cuales hay especies vene-
nosas y especies no venenosas.
En Cuba lo mismo (PICH., p.
78) ; pero ninguna de esas culebras
es venenosa, por más que MACÍAS
(p. 404) no haga mención de esta
propiedad.
2. f. Funda de cuero en forma de
tubo, que usada a guisa de cintu-
rón, sirve para llevar monedas. Llá- [
mase igualmente víbora. (V.) i
"He descendido hasta pedir favores
a los mismos que me han explotado
cuando 'levaba oro en la culebra, y me
vuelven la espalda." (MERINO, Juana
Santa Anna, XXI, p. 211.)
Méx. ICAZBALCETA, p. 136.
"Compró una culebra que llenó de
onzas." (FACUNDO, Gentes, t. I, oap. i
III.)
CULEBREO, m. neol. Acción y
efecto de culebrear: marcha ondu-
lada e irregular, de una tropa, pro- '
cesión, comitiva, etc. ; y también la
marcha en línea ondulada, aunque
sea una persona. La dirección -on-
dulada.
Es mexicanismo (ICAZBALCE-
TA. p. 136.) I
"De allí el culebreo de la línea, que I
apenas podía modei-ar la constante |
tromoeta del irritado pedagogo." (S.
POI..O, La Bola, cap. I.) ¡
Tiene ya derecho a entrar al Dic- i
cionario esta voz, cuando la usan
escritores contemporáneos tan ilus- 1
tres como Blasco Ibáñez, de la me- i
jor cepa española literaria: "Dos
pequeños relámpagos, dos culebreos
I de fuego marcáronse uno tras otro
¡ en las tinieblas de los matorrales."
I (Los muertos mandan, p. 363.)
I "Fulgurante cu'ebreo
I que rasga el negro capuz,
I trémula grieta de luz
: que simula un parpadeo;"
I DÍAZ MIRÓN, Preludios.)
! CULEBRÓN, m. "Nombre burles-
¡ co que se da a una pieza de tea-
tro disparatada, particularmente si
se ha buscado en ella el efecto por
medio de incidentes estrepitosos y
escenas truculentas." (ISAZBAL-
CETA, p. 136.)
"¿Esperpento es. lo mismo que cu-
lebrón?.— Sí, señor. — ¿Y culebrón y
esperpento quiere decir... — Una co-
media mala." (FACUNDO, Isollna, t.
I. cap. VII.)
2. Úsase también como sinónimo
de borrego: noticia falsa, especial-
mente si es alarmante, o de marca
mayor.
CULECA, adj. f. Corrupción o
metátesis de clueca. Maclas (p.
405) cree, por el contrario, que el
término correcto es culeca y "que
clueca, término moderno (relativa-
mente hablando) es metátesis de-
cente de culeca, término originario.
¿Por qué ningún etimologista se ha
atrevido a determinar los orígenes
de clueco?" Se antoja, positivamen-
te, que no sea más que un deriva-
do recto de culo, porque la gallina
culeca se echa o pone esa parte del
cuerpo sobre los huevos para empo-
llarlos.
Méx. ICAZBALCETA, p. 136. — RA-
MOS y DUARTE, p. 150.
Cuba. PICHARDO, p. 78. — MACÍAS,
p; 405.
Hond..MEMBREÑO, p. 50.
C. Rica. GAGINI, p. 194.
Bogotá. CUERVO, párr. 794, quien
asegura que es también usado en Ara-
gón.
Ecuad. CEVALL03. p. 52.
Guat. B.VTRES, p. 194.
NO TENER MÁS QUE, O ESTAR
CON, LA CULECA Y LA PONE-
CULE
— 425
CÜPA
DORA, expr. fam. que se dice del
que no tiene más ropa que la que
lleva encima y si acaso otra mu-
da para cambiársela.
CULEQUERA. f. La calidad de
estar culeca la gallina u otra ave.
En sentido figurado dícese de la
persona recién casada o que está
en la luna de miel. Es común a
varios lugares de la República.
"Si eso jíiccs en vísperas de casorio,
¿QTié sucederá en cuanto se te pase la
culequera?" (RODRÍGUEZ BELTRAX,
Pajarito. XVI. p. 3.5.5.)
CULI PANDEARSE, pr. Echarse
atrás; no cumplir lo prometido,
arrepentirse o acobardarse. Por lo
general se usa con el verbo andar,
en forma reflexiva: no te andes
CVLIPANDEANDO.
CUMBRERA, f. De este modo llá-
mase sin excepción en lenguaje po-
pular al caballete de la casa, cuyo
techo es de dos aguas, y no está
mal que así se diga, desde luego
que es sinónimo de cima, cumbre.
Lo mismo en Cuba (PICHARDO,
p. 78; ÁRBOL., c. p. Maclas, p.
406). En Bogotá (CUERVO, párr.
710) es sinónimo de cumbre en ge-
neral. Con esta acepción le regis-
tra RAMOS y DUARTE, p. 154.
CUNDEAMOR. m. Planta trepa-
do-a de hojas acorazonadas y flores
rojas, que produce un fruto del mis-
mo nombre, amarillo, de corteza
rugosa que encierra las semillas, li-
bres en el interior, de color rojo,
cubiertas de una pulpita dulce.
Hond. >fEMBREí?0. p. 51.
CUNDIRSE, pr. No tiene en el
Diccionario acepción en forma pro-
nominal, como se usa de ordinario
en el leneruaje común: CUNDIR-
SE de hormigas.
"Son anticuadas estas expresio-
nes: "Se cundió de piojos, est; cu-
bierto de niguas. — Cundirse síeui-
ficaba antiguamente llenarse; hoy
se conjuga sin pronombre y oon la ,
acepción de extenderse, propagarse;
por ejemplo, el mal ejemplo cunde,
el pánico cundió entre las filas "
(GAGINI, p. 195.) (1) Ignoramos
cómo pueda ser anticuada una for-
ma que todo el mundo usa, y sobre
todo el pueblo que entiende poco
de gramática y gramatiquerías.
CUNDUACANECO, CA. adj. Na-
tural o habitante de Cunduacán,
Ciudad y Municipio de Tabasco.
"Al ver la solicitud con que las in-
dustrias cunduacanecas provenían a
las necesidades de la tropa republica-
na.'" (SAXCHEZ MARMOL, Antón,
XV, p. 153.) — "T ya verán, ag^regró el
llamado Aniaya, quién es el Mavor Pé-
rej y quienej somoj loj cundüacane-
coj." (ID., ib., p. 207.)
CUOTIZARSE, pr. Fijar entre ca-
da ima de diversas personas la
parte proporcional que a cada una.
corresponde en un gasto en co-
mún. V. COTIZARSE.
Icazbalceta registra esta acep-
ción. Es galicismo que no debe au-
torizáis o, según opina Or tuzar (CO-
TIZARSE, p. 99), desde luego que
no hace falta, puesto que tenemos
escotarse, muy castizo y muy lim-
pio.
CUPACHE. LLEVAR A CUPA-
CHE, fr. llevar una persona a cues-
tas, de suerte que las pieraas de
ésta pasen por la cintura de la que
transporta. Dícese también a mico,
porque la hembra de este animal
lleva los hijos a las espaldas; y
a cuchupache.
Arricetes se dice en ciertas par-
tes de España (BARAIBAR. Voc.
de Álava, pp. 234 y 269), y a son-^
saina, llevar ima persona sentada
en los hombros, pasando los pies
adelante del cuello. (ID., ib.)
(1) El ní>oclásioo P. ^ri^ y Xoeruera
(Juan) abona el uso reflexivo de
cundirse con numerosas citas de los
mejores autores del buen tiempo
(Rebusco de voces castizas, p. 190.)
CUPI
— 426 —
CURS
CUPIDO, m. Ave de ribera del or-
den de las grallatoras, de color ca-
te con pintas blancas; de cuello
corto y grueso, pico recto, cola cor-
ta; de lento vuelo, silenciosa. Bo-
taurus minor, Bou; y Nyctiardea
grísea, Alien., son las dos especies
clasificadas por Rovirosa (Ap. de
Zoo!., p. 46). Las de esta segunda
especie son de color gris, mancha- :
das de blanco.
CURA DE JALATLACO. "Perso-
naje proverbial, que es el tipo del
que se aflige y acongoja por cuida-
dos ajenos que nada le importan.
En dos Estados de la República
hay pueblo llamado Jalatíaco, y el
nombre parece habarse elegido
adrede, por el equívoco a que se
presta, como compuesto de jala, del
verbo jalar, que en estilo familiar
significa coger, estirar, sacar; y de
tlaco, moneda antigua de cobre: co-
mo quien dice, codicioso, aficiona-
do al dinero." (ICAZBALCETA, p.
136). Úsase generalmente en la fra-
se: "Morir como el CURA DE JA-
LATLACO, de cuidados ajenos."
CURAR, a. Tratándose del cuero
crudo, prepararle convenientemen-
te con sebo, frotándolo fuertemen-
te, o como se dice, tallándole. (V.)
para que al calentarse la grasa, se
derrita y le impregne completamen-
te. Esto se hace para preservar al
cuero de la humedad y de la poli-
lla. No es sinónimo de curtir, como
lo da el Diccionario en la 6a. acep-
ción, pues el procedimiento es dis-
tinto del todo. El curtimiento se
practica empapando en tinta el cue-
ro; el curado se hace en seco, a
virtud del calor, por medio del fro-
tamiento.
Algo parecida es la acepción que
]p da Membreño (p. 51) : "Untar j^-
bón o sebo por fuera a las vasijas
nuevas de barro, para que el lí-
quido que se eche en ellas no se re-
zume." También esto se practica
con el mismo nombre acá.
2. Entre bebedores CURARSE la
borrachera, la mona, o la cruda, es
tomar una copa adicional, para no
suspender repentinamente la bebi-
da, que es más perjudicial, úsase
en México.
"Los oficiales abandonados se abs-
tienen de trabajar en ellos (los lunes)
por curarse la borrachera." (PENSA-
DOR, Periquillo, cap. XVII, p. 97.) —
"Y esta manera de curar está tan ge-
neralizada, que así se curan la cruda
los bebedores de oficio, desayunándo-
se hojas de naranjo con patadas ao-
bles, es decir, dos copas de agUK»-dieii
te; y tomando irritantes, i3 rtTa' com-
prueba, mal que les pese, la veracidad
de esa comodísima doctrina médica,
cuyo lema es el famoso similia simili-
bus..." (NÜSKZ, Bagatelas, p. 210).
CURI. (Cavia cobaya) m. Tal vez
sea el animal que la Academia lla-
ma conejillo de Indias. En América
del Sur tiene diversos nombres:
Cui, cuis, en Chile y Pei-ú, según
(GAGINI, p. 191); en Ríopl. (BA-
YO, p. 66; GRANADA, p. 169); acu-
re en Venezuela (PICÓN,, p. 32);
cuilo, en Costa Rica ÍGAGINI, p.
191) y curie! en Cuba (PICHARDO,
p. 79). La palabra sin duda es hai-
tiana; procede, según Picón Pe-
bres, de los vocablos curí, corí y cu-
ría, equivalentes a animales ix)edo-
res. En los Andes de Venezuela, —
dice este autor — también se llama
curí. De los historiadores de Indias,
Oviedo le llama cori (I, p. 390) ;
Las Casas, curie (V, p. 301); Go-
mara, cori. Salva dice: curí, "espe-
cie de conejo sin cola del Perú." '
CURSI ENTO, TA. adj. y también
sust. Que padece curso, diarrea,
frecuentemente.— Es voz baja y vul-
I gar. — Mexicanismo. (ICAZBALCE-
TA. p. 137.).
"Con- tan bonito método lograron
verme dentro de pocos meses cursien-
to, l)arrÍKÓn V descolorido." (PENSA-
i DOR. Periquillo, cap. IX.)
1 Bogotá. CfERVO. párr. 871.
CUES
427 —
CURRI
CURSILERÍA. £. Hecho o dichos
propios del cursi.
Es mexicanismo (ICAZBALCETA
TA, p. 137.)
"Las cursilerías y el ^uror bélico de
la de Jurado daban al muchacho mu-
cho que hacer y que reír..." (DEL-
GADO. La Calandria, XXXII.)
CURTIDO, DA. adj. De ordinario,
y tomado el primitivo por el deri-
vado, usamos de este calificativo
por encurtido, tratándose de frutos
mantenidos en vinagre o alcohol:
nance CURTIDO, chiles CURTI-
DOS, por la afinidad con cuero
CURTIDO, y sin reparar en que en
aquéllos el CURTIDO es la prepara-
ción de vinagre o alcohol en que
se pone el fruto, en tanto que en
éste, es la piel la que se curte.
C. Amér. SALAZAR GARCLA., p. 82.
Bogotá. CUERVO, párr. 469.
2. Sucio; pero en grado superlati-
vo. Lo mismo en Costa Rica (GAGI-
NI, p. 197.)
3. Dícese también del muchacho
que a fuerza de castigos llega a ser
insensible a ellos, y a perder la
vergüenza; en "general, de aqn^'
que a fuerza de sufrimientos, llegan
a serle éstos indiferentes. Es me-
xicanismo (ICAZBALCETA, p. 137.)
"Ya éste no le hace caso a los azo-
tes, ya está curtido." (PENSADOR,
Quijotita, cap. II, p. 34.) — "Y como
rnic'^acbo curtido, que le va repug-
nando ir a la escuela, asi lleeró a mi
casa." (^Astucia, t. I, cap. XV.)
"Al tfs'do esRoso
Curtido lo tiene."
ÍPRIETO. Pees, fest., Letrilla, -p.
75.)
CURTIEMBRE, f. Tenería, curti-
duría. La oficina o taller en que se
curten y preparan las pieles. Tam-
bién el arte u oficio de prepararlas,
curtirlas, y err este sentido la usa-
mos por curtimiento. Salva da cur-
timbre, por curtimiento y conjunto
de p*íeles curtidas, que tampoco re-
gistra el -Diccionario. Este uso es
común a casi toda la América.
"Los talleres donde se curtían las
pieles, llamábanse curtiembres, y eran
grandes solares con pilas y cañerías
.de cal y canto." (MOLIXA SOLÍS,
Historia de Yucatán durante la do-
minación española, t. I, cap. XII. n
297.)
Méx. RAMOS y DUARTE, p. 152.
Hond. MEMBRESO, p. 51.
C. Rica. GAGIXI, p. 197.
Venez. RIVODó. p. 140.
Bogotá. CTi:.i<\'0 párr. 902.
CURTIR, a. Encurtir; tratándose
de frutos que se ponen en vinagre,
o en alcohol.
2. pr. "En boca del pueblo tiene
curtirse la acepción de ensuciarse,
mancharse, emporcarse; v. gr. : los
muchachos se curten (empuercan)
en un momento; la camisa está
muy curtida (mugrienta, sucia.)"
(GAG.. p. 197.)
C. Amér. SALAZAR GARCL\. p. S2.
3. Castigar a un muchacho en de-
masía, hasta el grado de que llega
a perder la vergüenza: CURTIR a
azotes.
CU RUCO. m. Nombre con que
también se conoce el bagre o ron-
cador, aunque algunos creen que
sea otra variedad. Es onomatopéyi-
co, por el ruido que este animal
produce debajo del agua al sentir-
se preso en las redes. RAMOS y
DUARTE (p. 152) registra nuestro
provincialismo, con la nota de
(Tab.) /
"A. la orilla del río,... bajo los sau-
ces f'-onr!osos. <^ntre rocas cubiertas de
inusgo. donde se emboscan el curuco,
la mojarra plateada, y el bobo-esca-
ma " OIERIXO. Celestina, p. 58.) —
"Llepa>an los domingos y fiestas de
dos cri>cf^s. con sus cañas y sus pux-
caquas de lomljrices a pescíTr^urucos
y dorr-ilones." (ID., ib., p. 132.)
CURRICÁN, m. Cordel fuerte y
muy corchado, de cáñamo.
En Cuba (PICH.. p. 80; MAGIAS,
p. 420) se le usa especialmente pa-
ra pescar. Salva le registra como
"provincialismo de Cuba".
CURRIPIPÍ (EL). Nombre de una
melodía popular a cuya música se
CURRO
— 428
CUYO
han arreglado A^ersos y cantares es-
peciales. Ya hoy es casi descono-
cida en Tabasco. Parece que tuvo
origen en Yucatán, o por. lo menos
que allá tomó nombre. ■
¿Quién fue el autor de El Toro,
quién de El Jarabe, quién de El Cu-
rripípí, quién de El Asitoy? Imposible
saberlo!" (QUEVEDO, Lírica popular
tabasqueña, p. 33.)
CURRO, RRA. m. y f. Nombre
popular que se da al andaluz, segu-
ramente por lo afectado en sus ma-j
ñeras y en la pronunciación.
úsase también, aunque poco, co- ;
mo derivado de Francisco.
RAMOS y DUARTE (p. 152) dice
que en Durango significa señor, se-
ñora.
Cubp. MAGIAS, p. 410. |
Algún durangueño ha protestado, '
dir lindónos que sólo se usa como
sinónimo de catrín, roto, etc., que
se usan acá en México.
2. Aplícase también a la persona
de estatura muy baja.
r.üRRUNDUNGO, GA, adj.. y m.
y f. El gallo y la gallina sin cola.
En sentido figurado dícese de la
persona rechoncha que se contonea
o eR mnv afectada en el andar, por
la semejanza en sus movimientos
con la gallina CURUNDUNGA.
En Cuba se dice Bolo, la (PICH.,
p. 30).
Es una corrupción o derivación
peyorativa de curro, currutaco, en
forma traslaticia, como burundan-
rsn, de moronga; tanto por lo peque-
ña que parece el ave sin cola, co-
mo por lo raro que aparecen sus
movimientos.
Díc?se también tuncul, e ixcul,
vor.er. ambas tomadas del maya.
CUSUCHE. m. Hongo comestible,
pn-apitario de los árboles, por lo
cual pe llama también oreja de pa-
lo. Pe ordinario se come en unos
tamalitos especiales muy sabrosos.
Abundr, en Teapa.
"Un hongo conocido con el nom-
bre de cusuche, que vive en los
troncos viejos del bursera gumífe-*
ra, spondias y otros árboles". (RO-
VIROSA, Ixtac, p. 27).
CUTARA, f. Alguna vez había-
mos oído esta palabra por chancle-
ta o sandalia. Dícese también en
Cuba (PICH., p. 80; MACÍAS, p.
410), de donde debe haber venido.
Es de uso antiguo en México.
"Unas grebas de oro en las panto-
rrillas, y cascabeles de lo mismo en
las gargantas de los pies. En ellos
unas cutaras, y por boidón en la ma-
no derecha una flecha grande." (PO-
MAR, Reí. de Texcoco, p. 9.) — "Te-
nía sus grebas de oro con sus casca-
beles, con cutaras azules." (ID., Ib., p.
11.)
Fernández de Oviedo dice gutara,
en el pasaje siguiente: "E tras
aqueste almuerzo presentaron al
capitán general tres pares de capo-
tes o guiaras", (Hist. de Indias, t.
I, lib. 17, cap. 15, p. 527).
CUTICA. f. Cierta tela.
"En esos bailes lucían los chicos le-
vitas de cutica (sic.) cortadas por Gal-
rna o Gómez." (FIDEL, Memorias, 40,
.53. cap. IV, p. 192.)
CUTUFOSO, SA. adj. Delicado,
sentido, cojijoso, quisquilloso, peli-
lloso, vidrioso, etc.
Dícese también del animal don^éb-
t'co asustadizo.
Tiene origen seguramente en tu-
fo, en la acep. fam. de esta voz, por
soberbia, vanidad o entonamiento.
CUY. CUYO. (Del maya Ku.)
m. Montículo, cerro de poca eleva-
ción, generalmente artificial.
Todavía pueden verse nuestras
extensas llanuras sembradas de
estos curiosos y puntiagudos cerri-
tos. pequeñas eminencias de tierra
que los antiguos pobladores cons-
truyeron con diversos fines: pero
en nuestro Estado seguramente con
el muy principal de ponerse a 'sal-
vo de las frecuentes inundaciones.
Los primitivos CUES o KUES
CUYO
429 —
CUYO
mayas fueron sitios destinados al f
I. Ito, pclificios o túauílos en f-nrmí'. '
piramidal, levantados sobre la tum-
ba de los muertos, y en cuya cima
establecían los adoratorios; de
aquí vino que a los templos azte-
cas llamaran CUES los españoles,
puesto que fue palabra que oyeron
y aprendieron al paso de la con-
quista por la península yucateca.
Tal vez por la semejanza con di-
chas construcciones mayas, más
que por los fines a que estuvieron
destinadas, han recibido el mismo
nombre las eminencias a que nos
referimos, e indistintamente en to-
do el Estado; porque existen tan-
to en la región oriental poblada por
la raza maya, como en la occiden-
tal, que fue asiento de los ahua-
lulcos, descendientes mexicanos, en
la parte de Huimanguillo, y es sa-
bido que los aztecas no practica-
ban ese estilo de construcciones re- ;
ligiosas y que sus templos tenían
otro nombre muy distintó, teocalis.
Es general también la creencia
de que algunos de estos CUYOS
fueron levantados en la época co- j
lonial para servir, principalmente i
en las costas y lugares cercanos a
éstas, como semáforos o puntos de
observación a manera de atalayas,
para advertir los movimientos o la
aproxim-ación de los piratas que en
los siglos XVI y XV' I h cieron i-iui-
ción por toda la costa del Golfo.
Induce a esta conjetura la circuns-
tacia de que los CT'YOS abundan
más en las costas, por la región de
la barra de Dos Bocas, y en los
puntos interiores de mayor tráfico
en la .época colonial, sobre el río
Mexcalapa, cerca de Huimanguillo;
(1) sobre el Usumacinta, en Jonu-
(1) En Huimanguillo y toda la re-
gión occidental del TCstado, que fue po-
blada por los .-ihualulcos con anterio-
ridad a la conquista, no se usa la pala-
ta, precisamente en el lugar en que
a este río llega el de Paulada que
conduce directamente al mar, y so-
bre el río Chilapilla, donde se ha-
lla el conocido CUY de Santa Isa-
bel, además de otros varios.
Por lo general en estos montículos
se enciu ntvan sepultados nume-
rosos y variados objetos de barro,
de uso doméstico sobre todo, ju-
guetes, adornos, etc., lo cual indi-
ca que fueron lugares de residen-
cia, a menos también que dichos
objetos fueran enterrados allí jun-
tamente con el cadáver de sus due-
ños, como era costumbre entre al-
gunas razas aborígenes.
Materia de larga controversia pa-
rece que ha sido y es aún sin duda
la etimología de la voz CU, CUES,
que preferentemente usan los his-
toriadores antiguos de América. El
Diccionario de la Real Academia
Española trae: "CU. m. Templo de
los antiguos mexicanos". No es cier-
to esto; los templos de los antiguos
mexicanos c aztecas se llamaron
teocalisl "(TEOCALLI: teotl, dios;
cali!, casa: "Casa de Dios". Tem-
plo). Nombre de los templos entre
los nahuas". (RÓBELO, Dice, de Az-
teq., p. 91). Está comprobado esto
por la autoridad- de los historiado-
res antiguos de México, que así los
llaman invariablemente, y la pala-
bra CU fue nombre que los mismos
españoles les aplicaron, como tam-
bién les llamaban mezquitas. Oroz-
co y Berra en la nota (2) al cap.
VII del t. I, de su Hist. Ant. de
Méx. (p. 140), dice: "Los españo-
les llamaron a los teocali!, CU en
singular, CUES en plural; el pri-
mero es voz de la lengua de las is-
bra cuy, cuyo, lo cual es una prueba
más de la filiación de esta voz.
CUYO
430
CUYO
las, el segundo de íorraación cas
tellana": En la Colecc. de doc. pa-
ra la Hist. de Méx., publicada por
D. J. García Icazbalceta, ed. de
1858, se lee una nota del tenor si-
guiente: "Acostumbrados los con-
quistadores al trato con los árabes
de su país, diferon algunos el nom-
bre de mezquitas a los templos de
los indios, aunque comúnmente les
llamaban Cues", (t. I. p. 170). Se
lefiere al pasaje del Conquistaaor
Anónimo en que éste dice: "Solían
tener los naturales de esta tierra
he"-'.' i^-pp, r^ezquitas". En . tra
nota de la Historia de México por
Hernán Cortés, o sea la ed. de
l>s82 de las Relaciones o Cartas de
dicho Conquista' do^-. liecha en Nue-
va York por D. Manuel del Mar,
p. 87, se encuentra escrito lo si-
guiente: "Los templos de los indios
tenían muchas gradas para subir:
otros eran montes hechos a m.ano
r^iv-' altos, como aún se ve uno en
Cholula. dos en San Juan Teotihua-
c"n. que quiere decir lugar de los
dioses, y dos en otros pueblos. A
los altares o adoratorios les llama-
ban CUES, que también estaban en
lugares elevado?". El P. Mendieta,
hablando "De la forma, grandeza y
multitud de los templos de los ído-
los", dice: El templo del demonio
en la lengua mexicana llabaman
Teucalli, vocablo compuesto de
teutl, que quiere decir Dios, y de
cali!, que es la casa;' de manera
aue quiere decir casa de dios, o
de los dioses". (Hist. ecles. ind.,
lib. II, cap. VII. p. 84). Clavijero se
expresa en los términos siguientes:
"Tenían los mexicanos y los otros
pueblos de Anáhuac, como todas
Ipp naciones cultas del mundo, tem-
plos o lugares destinados al ejerci-
cio de su religión, donde se reu-
nían para tributar culto a sus dio-
ses e implorar su protección. Lla-
mabap al templo Teocalli, es decir,
casa de dios, y Teopan, lugar de
dios; cuyos nombres, después que
abrazaron el cristianismo, dieron
con mayor propiedad a los templos
erigidos en honor del verdadero
dios". (Hist. ant. de Méx. y de su
Conq., t. I, lib. VI, p. 189).
El grave error de la Academia
provino de que algunos historiado-
res y los autores de las Relaciones
de las provincias de Indias, usan in-
distintamente la voz, así tratándo-
se de los adoratorios de la región
peninsular, como de los templos az-
tecas en el valle de Anáhuac. El
mismo Bernal Díaz parece at'ibui
o ig n mexicano a la palabra cu.
El nombre es a todas luces maya,
y de la región peninsular habitada
por esta raza fue importada, e in-
troducida en los pueblos aztecas.
Ahora bien; como los mexicanos o
nahoas se extendieron por gran
parte de la región del S. E. de Mé-
xico, por el Istmo y la Península,
y aún en una vasta zona de la Amé-
rica Central, el nombre maya inva-
dió grandes comarcas además de la
propia, hasta Guatemala, por ejem-
plo, en donde la hallamos en la re-
ferencia que sigue: "Tenían preve-
nida ima gran olla de barro cocido
muy forme y durable, que hoy sue-
len hallarse algunas, y ésta, puesta
en eV hoyo, que era muy crecido;
acomodaban en ella el cadáver y las
joyas, lo demás ponían en torno de
la olla y ésta tapaban con una la-
ja, y lue'go cubrían de tierra toda
la fosa. Sobre ella levantaban un
cerrillo, más o menos alto, según la
calidad del difunto, y éste se fabri-
caba de piedra y lodo: de que s&
ven hoy infinitos por todas las lla-
nuras, de estos excelentes y fecun-
dísimos valles, que llaman cues".
(FUENTES Y GUZMÁN, Hist. de
Guat., t. I, cap. final, p. 366). Y lúe-
CUYO
— 431 —
CUYO
go en el Vocabulario con que ter-
mina el tomo segundo se lee: "Cu,
Cues. Monumentos que se levanta-
ban sobre los sepulcros de l-os se-
ñores principales en Guatemala, y
servían ordinariamente, de adorato-
rios a las gentes del pueblo. Solían
manifestarse por im cerrillo, más o
menos alto, según la calidad del
sujeto enterrado, y algunos termi-
naban con una estatua".
Bernal Díaz del Castillo habla en
varios pasajes de los Cues; en el
capítulo en que se refiere la des-
trucción de los ídolos de Cingapan-
cinga, dice:" y cuando vio que
queríamos subir en un alto CU, que
es un adoratorio, que estaba alto, y
había muchas gradas, que ya no se
me acuerda que tantas había".
(Hist. verd. de la Conq., cap. LI, p.
200).
La Real Academia de la Historia
de Madrid, en el Vocabulario final
que puso a la Historia de Indias
por Fernández de Oviedo, pscribe:
"CU: templo, casa de adoración.
Esta voz era muy general en casi
toda la América, y muy principal-
mente en las comarcas de Yucatán
y Michoacán". (Tomo IV, p. 604). A
Michoacán la palabra fue llevada
como al Anáhuac; pero advirtamos
también que se asegura la genera-
lidad de la voz en Yucatán, en don-
de era sin duda característica.
En el "Vocabulario maya-fran-
cais" de la Relation des choses de
Yucatán de Diego Landa. por Bras-
seur de Bourbourg, aparece: "KU
ou KT'Y. n. adj. divin., sáint.", y en
el "Vocabulario de l'ancienne lan-
gue de Haití et de ses dialects", de
la misma obra: "CU. s. temple, lieu
sacre (?)". Es raro que voces tan
semejantes existieran en idiomas
distintos, aunque es cosa frecuente;
pero, el signo de duda (?) que lle-
va la definición de la voz llamada
haitiana, expresa claramente la iii-
seguridad de su existencia, en tan-
to que es voz reconocida del maya,
y hoy mismo es común como ape-
llido entre los indios de Yucatán,
tal como Dios o de Dios en caste-
llano.
Es muy probable que los escri-
tores sobre cosas de América ha-
yan oído la voz en tierra firme y
también en las Islas, cosa explica-
ble por el activo comercio de ideas
que la misma conquista estableció
entre las diversas tierras del con-
tienente nuevo, y en virtud de lo
cual bien pudo la voz maya pasar
a las Islas, o extenderse, como de
hecho se entendió, por gran parte
de América. Sin embargo, ni Fer-
-."nrí^z ñe Oviedo, aue escribió en
Santo Domingo, ni Las Casas ha-
blan de semejantes monumentos ni
de templos en sus largas descrip-
ciones sobre las cosas, costumbres
y religión de la Isla Femandina y
d-^ la Isabelina, hoy Haití: antes
bien, Oviedo en cierto pasaje dice
que los indios celebraban el culto
a sus ídolos en sus casas, en luga-
res apartados y oscuros.
D. Juan Francisco Molina Solís.
confirmando el origen maya de la
voz, escribe: "Para expresar su
creencia (los mavas) en la divini-
dad, tenían la palabra KU, que sig-
nifica Dios en absti-acto, sin concre-
tarse a ninguno de los ídolos que
veneraban. A veces le invocaban
con muchos suspiros, diciendo Kúe,
Kúe, Kúe, y cuando esto decían, se
dirigían en espíritu de un Dios in-
visible, inmaterial, omnipotente".
(Hist. de! Descubr. y Conq. de Yuc,
cap. XIII, pp. 278-79). Y de una ma-
nera terminante llamaba así a los
adoratorios mayas en la parte que
sigue: "A la pesca precedía siem-
pre la práctica de sacrificios y en-
salmos o en los numerosos Kúes o
CUYO
— 432
CUYO
adoratorios que habían esparcidos
por la playa". (Ob. cit., cap. VIII,
p. 249). El mismo uso se halla en
las Relaciones de Yucatán de la
"Colecc. de doc. inéd. de Ultramar"
(tomos 11 y 13) : "en medio de es-
ta villa de Valladolid, el tiempo que
se pobló, en la plaza de ella, le ca-
ya un cu de piedra, hecho a mano,
muy alto; tenía en la cumbre de él
muy blanqueada y hecha una pie-
Qa que se vei? dende lejos, y alli te-
nían a quel ídolo que atrás dije en
el primer capitulo, donde los indios
iban a idolatrar; era este cu cerro
de proporción redonda ocupaba en
contorno mas de cuatrocientos pa-
sos; arriba era seguido no tan an-
cho; llamábase cu porque ansí lla-
maban los indios a sus dioses que
adoraban; tenían sus ídolos en la
casa de arriba, hechos de barro, de
la forma de macetas de albahaca
muy bocadeadas, con sus píes, y en
ellos rostros mal ajustados y dis-
formes de malas cataduras; echa-
ban dentro de este ídolo una resina
que llamaban copal a manera de in-
cienso, y esta en reverencia ofren-
daban y quemaban, que da de si
muy mal olor, y con esto hacen
contino sus ritos, cerimonías y ado-
raciones; esta aun el día de oy, y
que se puede ver bien lo que este
cu ocupaba. Trazo el capitán Mon-
tejo esta villa norte sur y del este
a oeste;.... tiene en la dicha pla-
za, frontero de este cu,. .. . un tem-
plo mediano", etc. (Reí. de la Ciu-
dad de Valladalid por su Alcalde
Mr.yor D. Diego Sarmiento de Fí-
gueroa. Ob., cit., tomo I, p. 19). En
otro lugar se lee: " — ay en este
pueblo de guaymas unos cues de
piedra hechos a mano, muy altos,
de los quales se sacaba piedra pa-
ra hacer la iglesia y aposentos de
los Religiosos." (Reí. de los pue-
blos de Guayma y Cantarique, Ob.
cit., t. I, p. 81).
Todo esto es convincente, siendo
de advertir también que la voz no
se usa en la región occidental de
la Chontalpa, que fue poblada por
];; famüía mexicana. Además, el vo-
cablo no existe en la lengua me-
xicana: ni el Dict. de la Langue Ná-
huatl por Remí Simeón ni el Voca-
bniario de l^iolina, le registran. Ma-
clas (pp. 388-9), con una estrechez
de criterio que menos honra al eru-
dito que ridiculizara a un vulgar
hazmerreír, después de citar diver-
sas opiniones acerca de la etimolo-
gía de la voz, concluye por creer
que quien ha descifrado el vocablo
es Armas, cuando dice éste que el
cu.... es un aditado incivil, como
designación humorística puesta a
los templos mexicanos. El Líe. D.
Cecilio Róbelo rebatió eruditamen-
te a Macías en su Diccionario de
Seudoaztequismos, dedicando a la
voz CUE el largo artículo que con
deleite reproducimos y en el cual
llegó también a la conclusión del
origen maya de la voz: "CUÉ. El
nombre propio es Cu, que significa
"templo de ídolos", plural castella-
no Cues. Algunos cronistas creyen-
do que el singular era cué, han de-
rivado el diminutivo Cuecillo, que
han adulterado diciendo Coesilio y
Coecillo. El diminutivo cuecillo tie^
ne la significación de "templo pe-
queño" y de "túmulo" equivalente
? las voces mexicanas tetelli y mo-
mostli. El primitivo Cu sólo se en-
cuentra en las crónicas o historias
antiguas. En cuanto a la etimología,
expondremos las diversas opinio-
nes que hemos encontrado.
"Gomara dice: "Al templo lla-
man (los mexicanos) teucali i, que
quiere decir casa de Dios y está
; compuesto de teutl que es Dios, y
de calli, que es casa; vocablo bar-
CUYO
— 433 —
CUYO
to propio si fuera Dios verdadero.
Los españoles que no saben esta
lengua, llaman cues a los templos
y a Vilcilopuchtli (Huitzilopochtli)
Vichüobos '. Según Gomara, Cu es
una corrupción de teocali!.
"Herrera dice que el vocablo vie-
ne de teocalli; pero que los caste-
ilanoá, como poco ¡lácticos en la
lengua, llamaron a los templos,
Cues, esto es, teues". Herrera, co-
mo se ve, no hace más que copiar
a Gomara, de suerte que no trae
ningún contingente a la discusión.
Bernal Díaz del Castillo, refirien-
do su viaje con Grijalva a las pla-
yas de Veracruz, estando en Coa-
zacoalcos, dice: " un soldado
que se decía Bartolomé Prado, fue
a una casa de ídolos, que ya he
dicho que se dicen Cues, que es co-
mo quien dice casa de sus Dio-
ses...." (1). En las cuarenta y
cuatro páginas que preceden a este
pasaje, no dice nada; de suerte que '
creyó haberlo dicho. A juzgar por
este pasaje, también Bernal Díaz le
atribuyela Cu origen mexicano.
Dóvila Padi'la dice: "....fuei-on
los españoles los que importaron en
México de las Antillas esta pala-
bra Cu, para designar los templos".
El jesuíta Acosta hablando del
templo mayor de México, ya había
dicho.... "le llamaban los españo-
les el Cu y decían ser vocablo to-
mado de los isleños de Santo Do-
mingo o de Cuba, como otros mu-
chos que se usan, y no son ni de
España ni de otra lengua que hoy
se use en Indias, como el maíz, chi-
rla. baqueano y chapetón y otros
tales".
"Contra las aseveraciones de los
dos últimos autores hace observar
el filólogo Armas que en las Anti-
llas no había ningún género de tem-
(1) Hist. verd. de la Conq., cap.
XA'I, p. 67.
■ pío. Si fue atinada esta contunden-
te observación de Armas, no lo es,
en nuestro concepto, la opinión pro-
pia que expone, y que a juicio de
Macías descifra el vocablo.
"Escribe Armas: "Otros veces la
designación más bien que arbitraria
era humorística o imitativa. Entre
las primeras citaré el dictado inci-
vil del Cu ... . puesto cristianamen-
te a los teocallís mexicanos para
hacer creer luego que es palabra
azteca, según unos, según otros, de
las Antillas". No creemos que los
beneméritos frailes de aquella épo-
ca, como Molina y Sahagún. hayan
usado el CU con la significación in
civil que le atribuye Armas.
"Nosotros creemos que el voca-
blo es Kúe, de origen maya, y que
significa "pequeño adoratorio", "tú-
mulo", equivalente a los vocablos
mexicanos tetelli y monostll. Los
españoles aprendieron la palabra
en las costas de Yucatán y la in-
trodujeron a México con la signi-
ficación de "templo" en general.
Nos sugirió esta idea la lectura de
un pasaje de la Reseña Geográfica
de Yucatán, del Sr. Regil, que dice:
"Toda esta- costa está sembrada de
vigías con atalayas de madera para
explotar la marina.... la del cuyo
es particularmente notable por una
altura hecha de piedra y arena que,
como otras semejantes de que
abundan nuestras costas, es obra
de la gentilidad indiana: "acostiun-
bran. dice el Sr. Cogolludo, antes
de empezar sus pesequerías. ofre-
cer a sus dioses sacrificios y ofren-
das en unos que llamaban Kues o
adoratorios que se ven en los bra-
zos de mar y laguas saladas que
existen hacia Río Lagartos." En
efecto, por lo interior, de esta cos-
ta se observa una serie de estas al-
turas que son aún más elevadas
28
CUYO
— 434 —
CUYÜ
desde el Río Lagartos hasta la otra
vigía de Cilam. ..."
"Hacía mucho tiempo que lo ha-
bíamos escrito y aun olvidado este
artículo sobre Cu, cuando llegó a
nuestras manos la Nomenclatura
geográfica de México, cuyo autor es
nuestro amigo el Dr. Antonio Peña-
fiel, yy en esta obra encontramos
el artículo siguiente: "CUE, o QUE.
Cuecillo, Coesitlo, Cuicillos, pala-
bras todas derivadas de Cue, de ori-
gen maya, según mi amigo el Dr.
Eduardo Seler." Debe advertirse
que el Sr. Seler al graduarse de
doctor en una Universidad de Ale-
mania, presentó una disertación so-
bre el idioma maya."
CUYO, YA. pron. reí. pos. Ya Ri-
vodó (p. 188) lo había dicho: "En
el Diccionario se encuentra repeti-
das veces mal usada esta voz, aten-
ta a que es un relativo posesivo y
no simplemente lo primero. Véase
en las definiciones de elipse, helio-
cospio, horca, marinero." En las dos
últimas ediciones la Academia ha
corregido el error. Mas esto no em-
pece para que nuestros paisanos,
como muchos otros americanos que
se precian de hablar en español, di-
gan a cada triquitraque, frases co-
mo la que va de muestra: me deben
un dinero, CUYO dinero no hay mo-
do que me paguen.
Cuyo expresa relación de pose-
sión, de modo que nunca y de nin-
gún modo puede referirse a una so-
la y misma cosa; requiere indispen-
sablemente la concurrencia de dos
personas o cosas que se relacionan
entre sí; de un sujeto o predicado
y un atributo: un dinero cuyo dine-
ro, es expresión que no tiene senti-
do, porque cuyo no es reproductivo,
es decir, no encierra una repetición
elíptica, sino que establece relación
de posesión o pertenencia, corres-
pondencia de una cosa con otra. Dí-
gase el cual dinero y todo queda
bien, porque el cual sí reproduce la
cosa misma, como si dijéramos:
"Me deben un dinero, dinero que no
me pagan."
Si decimos "tengo un deudor cu-
ya deuda es de cien pesos," sí esta-
blecemos la relación entre la deuda
(atributo) y el deudor (predicado),
es decir, la deuda del deudor; un
deudor, la deuda del cual es, etc.
En una palabra, cuyo equivale
por regla general a del cual, de
quien. Además, no concierta con el
poseedor, sino con la cosa poseída:
cuya concierta con deuda (femeni-
nos singulares ambos) en el ejem-
plo propuesto, no con el deudor.
Sin excepción, siempre que se use
de cuyo, cuya, repitiendo la misma
cosa a que se refiere, se usa mal.
CUYUCHE o CUYUSO, SA. adj.
Nombre de color amarillo jaspeado,
principalmente en las aves de co-
rral; en tonos distintos, desde el
pajizo, o sembrado de manchas de
tono más fuerte, especialmente ha-
cia el cuello. CUYUCHE se oje en
el sur del Estado; CUYUSO en Ma-
cuspana y región oriental.
Méx. D. F., y nov. 15-918.
OMISIONES.
ACANGALLARSE. pr.
Debe derivarse del portugués
cangalho, cobarde. En Argentina
dícese cangalla por hombre cobar-
de (SEGOVIA, p. 169).
ACIDOSO, SA. adj. Acidulado. Lo
dicen también en Cuba. (SUAREZ,
Vocab. cubano, 921).
AGUA. TECHO DE DOS AGUAS,
el formado por dos planos inclina-
dos que convergen en el caballete
o cumbrera como arista común, y
por los cuales descienden las aguas
pluviales. Dícese en contraposición
'de azotea, techo plano horizontal
poco usado en las construcciones
regionales. Son propios de las casas
de teja, paja o guano, o cosa se-
mejante.
AMANTIBLE...
De la Puente de Mantible se tra-
ta en la Historia de Garlo Magno,
y constaba de treinta arcos y dos
torres, todo hecho de mármol; pe-
ro esto poco hace a la ficción poé-
tica.
BALCONAZO. m. fig. fam. Amo-
rosa plática furtiva hecha por el
balcón entre novios o enamorados.
Dícese también ventanazo.
BALCONEAR, n. fig. fam. En el
lenguaje de los enamorados, plati-
car furtivamente ellos por el bal-
cón, asomándose la novia a éste.
Tan común como este verbo es su
sinónimo ventanear.
En la Argentina (GARZÓN, p
47) tiene el valor de curiosear por
el balcón, observar con curiosidad
lo que pasa .en público. Suele tam-
bién usarse en Tabasco.
BANDEARSE, pr. En sent. recto,
caminar haciendo zetas; trastabi-
llar, bambolearse, tambalearse.
2. En sont. fiji.. flaquear: obrar
vacilantemente, sin las energías o
la firmeza de carácter necesarias.
La ACAD. dice: "Saberse gobernar
o ingeniar para satisfacer las nece-
sidades de la vida."
barí...
Baria se llama en Cuba donde es
árbol muy común y hay varias es-
pecies (SÜAREZ. Vocabulario cuba-
no, 1921). ZAYAS ALFONSO la in-
cluye como* voz antillana. Es lo
más probable.
BATIR, a. En el lenguaje de cam-
po, ahuyentar, perseguir, acosar los
animales, ganados, caza, volate-
ría, etc. Perseguir, acosar, también
con relación a persona.
La Academia da al verbo, con re-
lación al campo, la acepción de re-
conocer, registrar, recorrer. La
acepción provincial que anotamos
difiere de ésta en que alude a la
caza misma, a las reses cualesquie-
ra acosadas por la persecución en
campo o bosque.
En Argentina tiene el mismo
uso. (GARZÓN, p. 54).
BOCA. ABRIR uno la BOCA, fr.
fig. fam.,- estar uno abstraído, . aler
BOCA
— 436 —
CURS
lado. Usase con los verbos andar y
estar.
BOCABIERTA, adj. y s. Tonto,
lelo, distraído en sumo grado: ba-
bieca.
BENDICIÓN. ECHAR LA BENDI-
CIÓN a una cosa, fr. fig. fam. darla
o tenerla por perdida; en sentido
absoluto, sin esperanza de volver a
verla. También con relación a per-
sona, en estilo irónico.
BOTADA, f. No nos gusta bota-
dura, que da el Diccionario, si és-
ta fuera la acción de botar o botar-
se, en toda su comprensión. Y así,
decimos BOTADA al hecho de diri-
gir o enderezar la embarcación de
una margen a otra, hacer la trave-
sía de las corrientes peligrosas por
sus ímpetus, en los sitios más apro-
piados; BOTADA al acto de echar
un barco al agua, etc.
BOTELLERÍO. m. vulg. Conjun-
to, multitud de botellas.
BRAGUETAZO, m. vulg. Casa-
miento que el hombre hace con
mujer fea, o vieja, pero rica, con
el fin reprochable de apoderarse del
dinero de ésta. En general, matri-
monio hecho por el hombre, por
simple interés de la fortuna de la
consorte. Es término bajo.
CABE. m. Coyuntura, oportuni-
dad. Muy usaíTo en lenguaje fami-
liar. Lo mismo en la Argentina
(SEGOVIA, Dice, de argentinismos,!
p. 165.) I
CAMARÓN, m. Nombre vulgar'
de un arbusto de la familia de las
leguminosas. Produce flores rojas, '
o amarillas; muy abundante en jar-
dines y huertas.
CAMPACHE (por las espaldas)
y A CUPACHE (a las espaldas) de-
ben ser adulteraciones vulgares de
CAPACHA o CAPACHO. Por una
traslación ideológica original, el
I nombre de una cosa (capacho, bol-
sa, espuerta, sera para cargar a
I las espaldas) pasó a otra correla-
j tiva suya (la espalda), sobre la
i cual se lleva aquélla. Luego, por
I analogía en la forma de cargar, se
i diría A CUPACHE, como quien di-
ce a modo de capacho, como se car-
ga o lleva el capacho. Curiosas e in-
teresantísimas traslaciones y metá-
foras del habla popular, más dig-
nas de cuidadosa atención, obra
del estudioso, que de vituperio o
censura, obra de dómines.
CAMPOSANTERO, RA. m. y f.
Persona encargada de la adminis-
tración y guarda del panteón, én
las poblaciones, y aun en los ve-
cindarios y rancherías de alguna
importancia, en donde, al mismo
tiempo, se ocupa en limpiar las se-
pulturas y medir y fijar el terreno
para ellas.
CANALLESCO, CA. adj. Propio,
característico del canalla, o de la.
canalla. También en Argentina (SE-
GOVIA, p. 169.)
CATAZUMBA. f. En estilo festi-
vo y lenguaje familiar se dice así
por gran número, muchedumbre,
multitud de cosas o gentes, espe-
cialmente si van desordenadas o en
confusión.
En Guatemala dicen catizumba.
(BATRES, p. 164).
CUERO, ENTRE CUERO Y CAR-
NE, fr. fam., "lo que no penetra
sino que es casi superficial." (CO-
VARRT'BIAS, Tesoro.) Va para
días que se usó esta expresión, no
consignada en el Diccionario ofi-
cial, pero comunísima en el lengua-
je corriente y no inflado.
CURSO, m. vulg. Diarrea, caga-
lera. El Diccionario no da esta
acepción, pero la emplea en la voz
Cagalera.
ERRATAS MAYORES.
Pp.
Cois.
Líneas.
Dice.
Debe decir.
4J
la.
4-5
acolchado
acolchonado
89
„
6
1915
1515
105
,j
15
amolado
amolando
131
2.a.
14
de
da
137
Ija.
10
darle
dar
197
>'
,,
Art. BARRIL
BARRIAL
228
2;a.
40
opina
opinan
243
>'
Art. BRAGUGETU-
DO
BRAGUETUDO
267
2:a.
19
de "dac multas".
de que, por lo de "dar
vueltas".
275
^,
CACASTLERO
CACASTERO
280
la.
14
quitasol
sombrilla
288
,,
18
aquél
éste
292
"
Inviértanse las citas de
CALDERERO y CALr
DERETERO.
298
2 a.
17
CAMALOTE
CAMELOTE
,j
,j
23
camalote
camelote
386
CONCUÑADO
CONCONCUÑADO
DEL MISMO AUTOR :
AMERICANISMO Y BARBARISMO.
APUNTES DE GEOGRAFÍA GENERAL.
APUNTES DE GEOMETRÍA Y DIBUJO LINEAL.
EL VERDADERO GRIJALVA. (Agotado).
ASCENCIÓN A LA MONTAÑA "MADRIGAL".
LECCIONES DE EDUCACIÓN CÍVICA.
DE MI COSECHA (Narraciones, cuentos, etc.)
PROBLEMARIO ARITMÉTICO-GEOMÉTRICO RAZONADO.
EN PRENSA:
APUNTES PARA UNA BIBLIOGRAFÍA TABASQUEÑA.
EL REFRANERO TABASQUEÑO (Apuntamientos paremiológicos).
GEOGRAFÍA DEL ESTADO DE TABASCO.
EN PREPARACIÓN:
ALGUNAS ETIMOLOGÍAS INDÍGENAS DE TABASCO.
VOCABULARIO TÉCNICO DE GEOGRAFÍA.
NOMENCLÁTOR GEOGRÁFICO TABASQUEÑO.
VOCES CASTIZAS OT^ITIDAS EN EL DICCIONARIO DE LA ACADE-
MIA.
BINDírJG SECT. JAN 25 1972
PC Santamaría, Francisco Javier
4.834- El provincialismo tabasqueno
T353
t.l
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