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Full text of "En el sur. (Dialectos indígenas de Venezuela)"

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EN  EL  SUR 

(  Dialectos  Indígenas  de  Venezuela) 

POR  .    /     D 

B.   TAVERA-ACOSTA 

INDIVIDUO  CORRESPONDIENTE  DE  LA  ACADEMIA  VENEZOLANA 

DE  LA  HISTORIA,    MIEMBRO  DE    LA  SOCIEDAD  DE 

GEOGRAFÍA    DE    PARÍS,       ETC.,      ETC. 


Imprenta  y   Encuademación  de  Benito    Jimeno  Castro 

Ciudad-Bolívar  (Venezuela) 
1907 


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CA^PITULO  T 


Propósitos — Tribus  del  Sur  de  Guayana — Lenguas  y  dialectos — 
Exageraciones  de  los  religiosos— Exageraciones  de  Solano  y 
de  'sus  Oficiales— Confusiones  que  han  ocasionado — Tribus 
existentes  hoy  en  las  regiones  del  Orinoco. 


Esta  compilación  de  vocablos  y  frases  indígenas, 
no  tiene  para  nosotros  más  mérito  que  el  personalísimo 
de  ser  uno  como  recuerdo  de  nuestra  estada  en  la  tie- 
rra de  los  canales  gigantescos,  sobre  cuyas  ondas  de 
maravillosa  coloración  — negras,  amarillas,  rojas,  blan- 
cas, verdes  y   azules — 

se  miran  cintilar  las  7cbninel-li^ 
con  su  eterno  y  lejano  parpadeo, 
quiebra  sus  rayos  pálidos  arshita 
y  abre  el  día  el  fulgurante   amor  si. 

En  efecto,  durante  nuestra  residencia  en  aquellas 
regiones,  en  constante  trato  con  muchas  de  las  diver- 
sas tribus  que  las  pueblan,  se  nos  ocurrió  ir  recogiendo 
en  nuestras  repetidas  incursiones  por  el  Rionegro,  fra- 
ses y  palabras  indias,  regularmente  tomadas  en  pre- 
sencia de  dos,  tres  ó  más  individuos  de  las  respectivas 
familias. 


TAV ERA- AGOSTA 


Obra  de  paciencia  fué  esa  que  á  nosotros  mismos 
lioy  nos  sorprende.  Cuántas  dificultades  que  Vencer! 
A  menudo  nos  sucedía  que  por  no  poseer  la  entona- 
ción del  dialecto  que  tomábamos,  al  leer  en  voz  alta 
los  vocablos  que  sucesivamente  íbamos  copiando,  nos 
paiccía  que  la  escritura  no  correspondía  á  la  fonética 
del  mayor  número  de  ellos.  Hacíamos  entonces  repe- 
tir las  palabras  una  y  más  veces,  y  leyéndolas  mental- 
mente á  pro[)orcion  que  los  indígenas  las  pronuncia- 
ban, encontrábamos  entonces  coi-recta  la  reproducción 
escrita,  que  á  nuestra  vez  repetíamos  en  voz  alta,  soli- 
citando la  aprobación  ó  no  del  interlocutor.  Yocasio- 
iies  bubo  en  que,  espontáneamente,  los  banibas,  por 
ejemplo,  nos  dijeran  :  ''no,  así  no"  ;  y  acto  continuo 
corregían  las  palabras  ó  frases  mal  pronunciadas  por 
nosotros. 

Con  todo,  aunque  labori(»sa,  no  ba  sido  estéril  la 
tarea  ;  y  boy  nos  es  placentero  presentar  las  páginas 
de  este  libro  á  quienes  (luieran  tei^er  la  bondad  de  le- 
erlas. Y  para  que  se  formen  cabal  concepto  acerca 
del  número  de  aquellas  naciones  de  variados  lenguajes, 
permítasenos  transcribir  aquí  lo  })ertinente,  tomado 
del  Capítulo   II   de  nuestra  obra  Rionegro. 

Las  tribus  que  pueblan  en  parte  este  extenso  te- 
rritorio de  cerca  de  267.000  kilómetros  cuadrados,  son 
casi  todas  r(íducidas.  Véanse  ligeramente  menciona- 
das á  continuación  ; 

la  baniba,  que  puelda  el  Uainía-Rionegro  y  el 
Atabapo,  la  nías  distinguida  y  gentil  y  en  la  que  se 
consiguen  muy  buenos  marineros  y  notables  fabrican- 
tes de  cbincliorros. 

Pensamos  que  esta  tribu  [)or  su  inteligencia,  finu- 
ra y  bábitos  sedentarios  [)uede  provenir  de  alguna  ra- 
ma de  los  antiguos  quícbuas.  Tienen  mucbas  analo- 
gías físicas  y  nn>rales. 

D'Orbigny  dice  de  los  quícbuas  :  ''la  cabeza  es 
oblonga  de  la  frente  al  occipital  ;  la  nariz  en  lugar  de 
ser  acbatada  es  siempre  larga  y  algo  aguileña  ;  los  ojos 
son  de  un  tanniño  regular,  siempre    borizontales,    sin 


EN  EL  SUR  — DIALECTOS  INDÍGENAS  3 

oblicui^lad  alguna  ;  el  perfil  forma  un  ángulo  obtuso 
casi  iglial  al  de  los  europeos,  siíi  mayor  diferencia  que 
los  maxilares  algo  más  salientes.  La  tísonomía  es 
siempi'e  seria,  algo  melancólica,  nunca  indolente,  ex- 
presa una  gran  [)enetraí'i(Hi,  una  intensión  íntima  de 
ocultar  el  pensamiento  bajo  la  unifoiinidad,  siempre 
la  misnfa,  de  los  ademanes,  sin  nunca  dejar  manifes- 
tarse ninguna  de  las  emociones,  como  lo  hacen  con 
tanta  facilidad  las  demás  razas.  El  color  no  es  ni  rojo 
ni  cobrizo,  sino  bronceado.  El  pié  es  siempre  cliico  y 
algo  elevado  del  tobillo." 

Esos  caracteres  físicos  de  los  quícbuas  correspon- 
den muellísimo  á  los  de  los  banibas  ó  antiguos  inara- 
pizanos  ;  }  hasta  en  el  fonetismo  de  su  lenguaje  se  ase- 
mejan :  éstos,  como  aquéllos,  confunden  en  la  pronun- 
ciación el  sonido  de  la  E  con  el  de  la  I  y  el  de  la  O  con 
el  de  la  U;  y  así  dicen  los  quichuas  orko  ó  tirkit  (ca- 
chorro) y  yuré  ó  _y^/^'¿  (nació)  etc.  (1)  y  los  banibas  : 
mciuare  ó  mátiari  (que  causa  daño)  y  morojoy  ó  murujiiy 
(yuca  podrida)  etc.  También  el  posesivo  de  la  prime- 
ra persona,  mí,  mío,  es  el  mismo  en  ambos    lenguajes. 

La  uajiba,  que  habita  el  río  Bichada,  sus  caños  y 
sabanas  adyacentes,  indios,  que,  aunque  mañoqueros^ 
son  levantiscos  y  de  malas  pulgas  ;  son  los  más  nume- 
rosos y  tienen  comunicaciones  por  tierra  á  manera  de 
los  chasquis  de  h)S  antiguos  pírhuas;  muchas  familias 
de  estas  tribus  (ptamos  ó  cliiricoas,  etc.)  andan  erran- 
tes por  la  zona  de  sabanas  que  existe  entre  el  Meta  y 
el  Bichara^  como  lo  pronuncian  ellos.  (2) 

La  baria,  que  vive  en  los  ríos  Casiquiare,  Baria  y 
Kionegro,  son  buenos  marineros,  altaneros  y  trabaja- 
dores, gustándoles  vestir  bien  como  los  banibas,  y,  co- 


(i)   Yuri,  es  también  el  nombre  de  un  raudal  del  alto  Uainía. 

(2)  En  el  Informe  leído  en  la  Sociedad  de  Geografía  de  París  por 
Mr.  S.  Berthelot,  sobre  los  trabajos  geográficos  de  Codazzi,  que 
inserta  éste  en  su  Atlas  Físico  y  Político  de  Venezuela,  se  dice  que 
«los  Guaibos  viven  sobre  los  bordes  del  Cuyuni.»  Esto  es  un  error. 
Los  uajibos  han  residido  siempre  en  las  regiones  que  dejamos 
apuntadas.  —Notas  del  Autor, 


TAVERA-ACOSTA 


mo  éstos,  descienden  de  los  del  Rionegro  ;  se  les  llama 
generalmente  bares  ;  c 

la  yabitera,  (antigua  paraenes)  habitadora  del 
pueblo  de  Yabita,  emprendedores  y  excelentes  mari- 
neros ; 

la  maquiritare,  que  habita  el  alto  Orinoco  y  sus 
afluentes  Cunucunuma,  Padamo  y  Ocamo,  indios  la- 
boriosos y  buenos  gomeros  ; 

la  maco,  pobladora  del  Bentuari,  muy  industrio- 
sa y  unida  á  los  maquiritares ; 

la  curasicana,  en  el  caño  Manapiare,  que  es  afluen- 
te del  Bentuari  ; 

la  yabarana,  que,  como  los  macos,  vive  en  ese 
mismo  río  y  en  sus  caños. 

Estas  cuatro  tribus,  así  como  las  del  Oaura,  Caro- 
ni,  Paráua,  etc.  descienden  del  grupo  étnico  denomi- 
nado caribe. 

La  piaroa,  agricultora  y  de  carácter  tímido  que 
habita  en  el  Sipapo,  Cataniapo  y  Matauenni  y  a  cuyos 
individuos  infunde  pavor  la  enfermedad  catarral  ;  es 
la  tribu  más  honrada  en  sus  transacciones  comerciales; 

la  puinabe,  ó  sean  los  antiguos  uaipunabes  ó  ca- 
berres  de  los  frailes,  inteligentes,  aunque  refractarios 
á  la  ''civilización";  vegetan  en  el  río  Inírida  y  en  sus 
caños,  cometiendo,  á  veces,  asesinatos  en  represalias 
de  los  reprobos  pi'ocederes  que  con  ellos  observan  ó 
han  observado  algunos  de  otras  i'a/as  ; 

la  canizana,  la  curricarro  ó  curi-curri-berrenais 
(macuenni?)  la  uaiiperidácuení  y  la  azauenió  izaueni, 
hijos  de  los  antiguos  marapizanos,  pueblan  el  alto 
Uainía  y  los  ríos  Izana  }'  Ouyare  y  sus  afluentes  ;  son 
especialmente  oíaboradores  de  mañoco  ó  harina  de  ca- 
sabe y  cortadores  de  chiquichique,  marama^  en  su 
dialecto  ; 

la  uareca  6  uarequena,  habitadora  de  los  pueblos 
de  Guzmán  Blanco,  antiguo  Sanmiguel  de  Dábipe, 
y  deBaltazar,  hijos,  camo  los  yabiteros,  de  la  gran  fa- 
milia marabitana  ó  marapizana,  son  industriosos  é  in- 
teligentes ; 

los  piapocos  y  sálibas,  descendientes  de    los  anti- 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  5 

guos  acbíiuas  ó  airicos,  en  los  ríos  Uabiare,  XJba,  Mu- 
co, et&.,  a<^r¡cultores  y  de  costumbres  suaves  ; 

bi  ualiariba,  indios  bárbaros  que  viven  en  las  ca- 
beceras del  Orinoco  y  quienes  baciendo  irrupción  ata- 
can á  los  maquiritares  ;  á  ellos  seles  acliacó  la  fábula 
de  los  indios  blancos^  á  njcdiados  del  siglo  XVIII  ; 

lo^uaicas,  que  viven  también  en  esa  zona  y  en  las 
cabeceras  del  Kioblanco,  del  Ocamo,  etc.  ; 

la  pasimonabis,  que  babita  en  el  Oasiquiare  y  en 
el  Pasimoni  ; 

la  mandaKaca,  délas  riberas  del  Mauaea,  antigua 
habitadora  délos  pueblos  de  Quirabuena  y  de  Poncia- 
no,  en  el  Oasiquiare,  son  agricultores  y  vienen  de  los 
del  Rionegro. 

Las  tribus  misataris,  ainaoñas  y  coriubanas,  en  el 
Siapa,  y  los  uarifanas  y  (uiriaranas  eri  el  Mauaea,  que 
creemos  sean  unas  mismas  y  á  quienes  no  conocemos, 
apenas  si  existen  en  el  Territorio  Amazonas;  y 
asimismo: 

los  siáperos,  en  el  río  Castaño,  los  macucbíes,  en 
las  cabeceras  del  Orinoco  y  otros  ríos  de  la  Guayana 
venezolana,  y  los  cubebas  y  tucanos  en  los  ríos  Uau- 
pésy  Uasiyé  ó  Xié  ó  Izié. 

De  estas  tribus,  la  sal  iba,  piapoco,  uarequena,  ma- 
co, piaroa,  mandauaca,  curasicana,  pasimonabis  y  otras 
disminuyen  cada  día  más,  ó  alejándose  del  territorio 
venezolano  6  tendiendo  á  su  completa  desaparición. 

Debido  á  Humboldt  — bebido  en  la  fuente  de  los 
Rvdos.  Oaulín,  Gumilla  y  Gilij —  algunos  autores 
(Codazzi,  Aristides  Rojas,  etc.)  ban  afirmado  que  los 
niaipures  y  los  atures  ban  desaparecido,  y  es  un  error: 
son  los  mismos  piaroasde  boy,  que,  como  antes,  entie- 
rran  á  sus  deudos  en  las  grutas  ii  oquedades  de  las  pie- 
dras y  cerros  que  se  hallan  en  sus  localid^ídes.  (3) 

Antiguamente  estaba  habitada  la  extensa  región 
limitada  por  el  Orinoco,  el  Uabiare  y  el  Meta,  según 
algunos  autores,  por  airicos,  chucunas  y  amarúas,  en 

(3)  En  la  tercera  parte  de  este   volumen   aclaramos  más  estos 
punios.— JVola  del  A u¿or. 


TAVERA-ACOSTA 


los  ríos  Manacacía  y  Bichada  ;  por  acbáuas,  ainariza- 
nosy  enanas,  en  el  río  Uba  ;  por  clioroyes,  en  ^el  Ua- 
biare  ;  y  por  cabres  ó  puinabes,  en  b)s  caños  Zania  y 
Mataban  (Matauenni)  ;  mas,  según  se  ve,  ya  no  se  en- 
cuentran en  esos  ríos  familias  de  las  mencionadas 
tribus,  ó  acaso  sean  las  mismas  con  otros  nombres. 
Hoy  sólo  existen  allí  uajibos,  ncbáuas,  ó  seaK  sálibas 
y  piapocos,  y  piaroas. 

Cuando  la  célebre  Expedición  de  Solano  estuvo 
'eViel  Oi'inoco,  etc.  (1756-61)  encontraron  sus  Jefes  y 
Oficiales  las  siguientes  familias  indias  :  uaraunos,  ca- 
ribes, otbomacos,  uamos,  mai purés,  ma[){)yes,  piaroas, 
uaipunabis,  macapu]'es,yabures,  yaruros,  macos,  ma- 
quiritares, daribazanas,  urunnabis,  uaribas,  berapaqui- 
nabis,  parenes,  docunabis,  mai'oas,  manetibitanos,  ma- 
cirinabis,  uainoas,  amoisanas,  pasimonabis,  maldahua- 
cas,  uuíerebifcanas,  patzirinabis.  pe/inabis,  arucas,  de- 
simanamas,  banibas,  uaui>és,  carinacos,  cerrecunas, 
yabaranas,  parecas,  arebirianas,  dabinabis,  güiperne- 
yes,  simpas,  uajibos,  mana/as,  sálibas,  acbáuas,  uara- 
cutanas,  aquinabi,  adibibianas,  catarapenas,  uaimoi- 
tanas,  marepizanas,  marebigenas,  daribitanas,  naque- 
ñas,  parayenes,  piapocos,  nata  payanes,  chucunas,  amo- 
rúas  y  otras. 

Sinembargo,  debemos  hacer  presente  que  en  esta 
nomenclatura  hay  tribus  con  dos  ó  más  nombres,  v. 
gr. :  los  niaroas,  uainoas,  mare\)izanas,  aquinabis  y  ba- 
nibas, que  son  los  mismos  ó  pertenecen  á  la  gran  fa- 
milia del  Rionegro,  etc. 

El  Rvdo.  Eray  JoséGumilIa,  en  su  libro  Histo- 
ria de  las  Naciones  del  Orinoco^  escrito  en  1740-42,  ano- 
ta las  siguientes:  acbáuas,  sálibas,  atures  ó  ádoles, 
quiriubas,  patutes,  anabalis,  giiaras,  omáuas,  beto- 
yes,  caribes,  jaruros,  ai  ricos,  uajibos,  chiricoas,  maipur 
res,  abañes,  otomacos,  uaiqueríes,  cabres  ó  caberres, 
mapoyes,  uamos,  tunebos,  lolacas,  situpas,  jabiies.  In- 
calías, quilifayes,  atabacos,  palenques,  rayanos,  arua- 
cas ó  araucos  y  uaraunos,  entre  otras,  como  residen- 
fes  en  el  Orinoco,  Meta,  etc. 

El  Rvdo.  Caulín,  en  su  Historia  de  la  Nueva  An- 


EX  EL  SUR DIALECTOS  INÜIGKVAS 


dalucia^  escrifii  en  1759,  liaoc  alusión  i  iiia^or  iiúinc- 
ro,  si  bífeii  es  cierto  (jue  la  extensión  q  ic  a  barcia  es  su- 
perior, como  que  llei»'a  hasta  el  Rione.-iií».  Véanse  las 
Daciones  á  que  se  leíiere  Caulín: 

Caribes,  parayanes,  tarumas,  pana-ayos,  atui'ayos, 
aruacas,  uaicas,  arimai^otos,  /aparas,  ;i:b'abayos,  ua- 
raunos,  ficurías,  barinagotos,  sálibas,  uamos,  palen- 
ques, betones,  acliirei^(»tos  ó  (!ac]i¡re,i:-)t<)s,  otomacos, 
acarianas,  aribacos,  pariai^otos,  cariatias.  tamanacos, 
ca(lupina[>os,  mau;uisas,  [)aracarui;()tos.  ;lrures,  piaroas, 
parenes,  tabajaris,  puru^otos,  mai[)Qrc>.  abanes,  biras, 
uanungomos,  cumanag(»tos,  macusis,  lari pacos,  uai- 
quiríes,  cliiricoas,  ipurucotos,  arui'os,  ra[)aritas,  cabe- 
rres,  paudacotos,  uajibos,  parabenes,  iiicie[)ures,  pui- 
nabes,  yaruros,  mapoyes,  mací)s,  quirupas,  uaipuna- 
bis,  arebibianas,  yaditanas,  maquiriraros,  maizanas, 
yabacuyanas,  civitenes,  [)uipitenes,  aherianas,  ocome- 
sianas,  amai/anas,  ajures,  morononis,  yahures,  libi- 
bianas,  caribanas.,  mare[)izanas,  decsanas,  carinacos, 
uaribas,  matomatos,  abinavis,  cogenas,  uianetibitanas, 
berapaquinabis  y  uainimanesa. 

Tanto  en  esta  larguísima  lista,  como  en  la  ante- 
rior de  (iumilla,  hay  tribus  á  las  que  s.^  b^s  lia  aplica- 
do varias  denominaciones. 

Las  primeras  noticias  que  se  tuvi«Mo.i  de  las  tri- 
bus indígenas  habitadoras  del  Oiino  t<í  y  demás  ríos 
de  estas  regiones  desde  bi  zona  de  los  laúdales  para 
arriba,  se  le  deben  al  Rvdo.  Fr.  Juan  K  i  vero,  quien 
las  trae  en  su  obra  Historia  de  las  Misiones  de  los  llanos 
de  Casanare  y  de  los  ríos  Orinoco  y  ALJa.  Este  religio- 
so escribió  su  libro  en  1729-35,  y,  no  obstante  los  múl- 
tiples errores  del  Kvdo.  (lumilla,  mucho  tomó  este  de 
aquella  obi'a,  [)ara  escribir  su  Histortx  dr  Lis  Naciones 
del  Orinoco. 

Rivero  menciona  las  siguientes  nibus  : 

los  ádoles  ó  atures,  que  son  ios  mismos  pearoas  ó 
catarubenes  ;  los  uajibos,  chiricoas,  s.llibas  y  piapo- 
cos del  río  Bichara  ;  los  airicos  ó  ach.luas,  que  son  los 
piapocos  y  sálibas,  al  sur  de  este  río  ;  los  cabarris  ó 
uaipís,  ó  sean  lospuinabes  ó  cabres,  cabríos,  uaipuna- 


8  TAVERA-ACOSTA 


bis,  caberres  y  cabires,  que  son  unos  mismos,  en  el  río 
Inírida  (Inirricha,  como  dice  el  autor)  los  barrías  ó 
barias  que  son  los  mismos  bares; 

los  bamíuas  6  emanas,  que  son  los  mismos  ame- 
nas, banibas  ó  baniuas  del  Rionegro  ;  y  menciona  ade- 
más, á  los  pamis,  clianapes,  curiberene,  curicuribe- 
rrenais,  orejones  y  camoniuas,  como  habitadores  délas 
márgenes  del  Uabiare  ;  á  los  lícataquerris,  que  supone- 
m(»s  piaroas  pobladores  del  Ücata  ;  quirrubas,  mugi- 
rris,  abanis  y  pizáruas. 

El  se  refiere  también  á  los  eles,  betoyes,  clii natos, 
giraras,  tunebos,  maibas,  araparabas,  uarinaos,  cari- 
bes, otomacos,  yaruros,  chiripas,  duniberrenais,  totos, 
mapoyes,  chauanes,  tibitibes  ó  tiui-tiuis,  aracuas  ó 
araucas,  (que  son  los  mismos  aruacos  ó  aranaes)  ta- 
mudes  ó  catatíos  ó  ciquetíos,  petates,  Incalías,  etc. 

p]stas  largas  listas  de  nombres  de  tribus  indias  no 
deben  sorprender  :  eHas  son  hijas  de  la  necesidad  que 
tuvieron  conquistadores  y  religiosos  de  aplicarles  nom- 
bres distintos  á  las  distintas  pai'cialidades  que  cono- 
cían ó  de  quienes  tenían  referencias  por  los  indios  á 
quienes  trataban,  aun  cuando  algunas  familias  perte- 
necieran á  una   misma  tribu. 

Véase  un  ejemplo  :  el  Rvdo.  Fray  Jacinto  de 
Carvajal,  en  las  páginas  301  á  305  de  su  libro  Descu- 
brimiento del  rio  Apure  hasta  su  Í7igveso  en  el  Orinoco^ 
escrito  en  1647,  trae  106  naciones  distintas  como  po- 
bladoras — de  que  haya  tenido  él  conocimiento —  de 
las  márgenes  del  Apure,  Orinoco  y  Gnárico  y  de  los 
llanos  de  Guanare,  Bar! ñas;,  Sansebastián,  etc.  que 
son,  á  saber : 

Uamonteyes,  cüicuaros,  otomacos,  cocaimas,  soa- 
pures,  auyumas,  uaibas,  uai paras,  amaibas,  puchica- 
naes,  barbacanas,  ajanas,  corocotos,  apones,  uaranoas, 
paranoas,  aranoas,  auaripias,  uaitaparas,  tucuaimas, 
auribires,  /aruros,  uaiquiries,  chacaracas,  aruacas, 
tiáuas,  putibras,  tabagayes,  bateas,  acuaribias,  caque- 
tios,  quiriquires,  juanaponas,  cuatatos,  tarucos,  nana- 
tarucos,  chimeros,  biroteros,  parabenas,  cuanacua- 
tos,   cherechenes,   orocos,     ainaniacotos,    paimucotos. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


l)ec()s,  atapaiinas,  yaruros,  tenas,  chiricoas,  ^mapas, 
t¡puruc«t()s,  curipayas,  nierocotos,  auricacotos,  tia- 
yos,  cariclianas,  orocanes,  paros,  bennos,  cehros,  tan- 
nos,  j  i  raba  ras,  najuyos,  aaii)íos,  b)cos,  pabí^iies,  turie- 
cbes,  peos,  uaros,  cbiricuayos,  bayos,  cacbicofos,  cbi- 
nieres,  caiicotos,  aránacotos,  pnrn<(ocotos,  adoles,  ina- 
eanaes,  iMariinas,  cariclianos,  ainacuros,  aeoiuros,  aqiii- 
les,  cananas,  uarapicbes,  anianaes,  acares,  tigueres, 
cauros,  cacbipos,  cu  macares,  pares,  paos,  zabanas,  ca- 
ballitos, canii/etas,  yuíj^eguines,  esquibios,  tabacos,  ga- 
leras, granados,  dominicos,  isleños,  uayanos,  dragos  y 

salinas que  fácilmente    evidencian    el    nombre    de 

las  varias  localidades,  donde  residían  los  indios,  á 
quienes  aplicara  el  gentilicio. 

En  efecto,  los  primitivos  liistoriadores,  así  como 
todos,  todos  los  quelesban  sucedido  basta  boy,  con- 
fundieron ó  lian  confundido  lastimosamente  á  menu- 
do, las  denominaciones  geográficas  con  el  nombre  de 
las  principales  naciones;  y  aún  más,  á  cada  paso,  da- 
ban á  las  numerosas  fra(u;iones  de  éstas  el  apelativo 
de  los  jefes  ó  caciques  que 'tenían  y  que  regularmente 
era  el  nombre  de  las  montañas,  caños,  ríos  6  selvas 
donde  residían;  circunstancias  que,  adenias  de  aumen- 
tar el  número  de  las  tribus,  confirma  la  no  existencia 
de  mucliascon  diferentes  lenguas. 

Por  supuesto,  demás  está  decir  que  casi  todas  esas 
nomenclaturas  de  tribus  indias,  las  traen  servilmente 
copiadas  Humboldt,  Balbi,  Oodazzi,  Letronue  y  mu- 
cbísimos  otros  escritores,  viajeros,  geógrafos  y  compi- 
ladores. 

Ninguna  de  las  que  bemos  beclio  referencia  ba 
sido  antropófaga,  como  no  lo  es  ninguna  de  las  exis- 
tentes actualmente. 

De  toda  esa  multitud  de  naciones  indias,  que 
traen  los  religiosos  en  sus  obras,  sólo  se  consiguen  hoy 
cerca  de  las  riberas  del  Orinoco,  las  siguientes  : 

los  parianos,  ó  sean  los  caribes,  á  quienes  han 
aplicado  más  de  treinta  denominaciones  distintas,  los 
más  ferozmente  perseguidos  y  calumniados  por  su  va- 


lO  TAVERA-ACOSTA 


lor,  inteligencia  y  actividad,  espanto  de  los  concjnista- 
dores,  pesadilla  de  los  religiosí^s,  y  qne  poblalvm  des- 
de las  islas  del  mar  de  las  Antillas  hasta  las  márgenes 
setentrionales  del  Amazonas  y  aún  más  al  Sur  : 

los  uaraos  ó  uaraunos,.  llamados  por  Raleigli  tibi- 
tibesó  tiui-tiuis  ;  ^ 

los  aruacas  6  aruacayes,  denominados  asimismo 
arucas,  araucas,  arauayos  y  aranaes  ; 

los  totos  iiotoíuacos  ó  totomacos,  de  la  misma  fa- 
milia de  los  uamos,  uruanayes  6  uruanabis,  que  son 
nnos  mismos; 

los  mapayos  ó  mapoyes,  antiguos  ciiacas,  napoyes 
6  nepoios  ; 

los  yaruros,  yarures,  yuapines,  zaruros  y  jaruros, 
que  son  los  mismos  caranacos  ó  pumés  ; 

los  piaroas  6  pearoas,  ó  sean  maipures,  maibas, 
catarubenes,    athres,  áturis  y  adoles  ;   (4) 

los  uajibos  y  ptantos  ó  clnricoas  ó  cuibas,  que  son 
unos  mismos  ; 

los  puinabes  ó  uitipuni^bis,  antiguos  naipes  6  uai- 
pís,  cabres,  cabríos,  caberres,  cabiris,  caburris  y  ca- 
peros ; 

los  macos  ó  macapures,  y  los  maquiritares,  llama- 
dos también  mari quitares  6  mariquiaitares  ; 

los  man  da  naca  so  mal  da  nacas,   y 

los  uaribas  ó  ualiaribos  ó  nari))iras. 


(4)  Más  adelante,  en  nuestto  estudio  La  Leyenda  de  los  Maipu- 
res, aclaramos  este  punto  :  así  como  había  cabres-maipures,  ó  lo 
que  es  lo  mismo  puinabes-maipures,  había  también  piaroas-mai- 
pures,  uajibos-maipureA,  sálibas-maipures.  etc,  etc,  es  decir,  que 
individuos  de  una  misma  nación  por  vivir  en  las  selvas,  ó  monteses, 
(^monteros,  según  la  impropia  voz  usada  en  Rionegro)  se  les  deno- 
minaba, para  diferenciarlos  de  los  habitantes  de  las  Misiones,  con' 
el  calificativo  de  Maipures,  ó  sean  tapires,  en  lengua  caribe. — Nota 
del  Autor, 


CAPITULO  TI 


lya  lengua  Baniba—¿  Desciende  del  Quichua?— Su  eufonismo, 
sus  dialectos— Kl  diptongo  UA— Opiniones  de  Caulín  y  de 
Humboldt— Exageración  de  Codazzi— Número  de  lenguas  y 
dialectos  que  se  hablan  en  el  día. 


Pero  volvamos  al  Rionegro. 

De  todas  las  naciones  del  Sur  de  Guayana,  la  Ba- 
niba  es  la  más  inteligente  é  industriosa.  Puede  decirse 
que  es  la  aristocracia  del  Territorio  Amazonas.  Sus 
mujeres  las  más  bellas  entre  las  indígenas,  de  facciones 
finas,  con  mucho  parecido  á  las  hijas  del  Indostán;  ca- 
bellera negra,  asombrosamente  espléndida;  ojos  que  re- 
salían sobre  el  bronce  de  sus  mejillas,  tan  negros  como 
la  noche  de  sus  inmensas  selvas  y  el  agua  de  sus  gran- 
des ríos;  y  pies  tan  pequeños  como  no  se  consiguen  ni 
entre  las  de  la  raza  blanca. 

Sus  hombres  son  ágiles,  excelentes  marineros  y  los 
'únicos  en  aquellas  regiones  entre  quienes  se  cuentan  in- 
dividuos que  sepan  leer  y  escribir. 


12  TAVERA-ACOSTA 


Nuestro  poeta  Gorrochotegui,  al  hablar  de  esta  na- 
ción, dice:  *'son  lujosos  y  gustan  de  las  costunjbres  del 
buen  tono."  (5) 

De  su  lenguaje  nacen  los  dialectos  Carúzana,  Yabi- 
tero,  Uarequena,  Mandauaca  y  otros.  Con  todo,  el  Ba- 
niba,  asi  como  los  otros  idiomas,  es  sumamente  corto, 
de  tal  suerte  que  muchas  voces  castellanas  entran  hoy 
en  su  conversación.  Con  una  sola  expresan  varias  pa- 
labras de  nuestro  lenguaje,  v.  gr:  autoridad,  Gobierno, 
Jefatura,  que  ellos  dicen  améiía  ú  oinéua\  conversación, 
chisme,  enredo,  cuento,  chismografía  :    ttayáneshi,    etc. 

Esta  lengua  tiene  analogías  con  el  Omáua  y  con  el 
Moxo  del  Marañón,  pero  aún  más  con  el  Campi,  deri- 
vado de  la  de  los  peruanos.  En  la  lengua  de  éstos  el 
pronombre  de  la  primera  persona  es  noca  6  imca^  y  en  el 
Baniba  su  posesivo  en  singular  es  no  ó  nii,  evidente 
apócope  de  la  palabra  quichua.  En  el  Campi  y  en  el 
Baniba  hay  algunas  voces  homónimas.  Por  lo  demás, 
ésta,  como  todos  los  demás  lenguajes  americanos,  tie- 
ne muy  marcado  el  carácter  aglutinante  que  distingue 
á  las  lenguas  embrionarias. 

El  Baniba  es  el  único  que  hemos  encontrado  suave, 
dulce  y  reposado,  pues  en  la  mayor  parte  de  ellos  la 
pronunciación  es  algo  áspera,  ó  nasal,  ó  gutural,  como 
emitida  á  pedazos  en  algunos,  y  resaltando  en  otros  los 
sonidos  fuertes  de  la  R,  F,  G,  J,  y  C.  En  el  Baniba 
predominan  los  de  la  A,  B.  D,  I,  L,  M,  N,  O,  P  y  Z. 

En  la  emisión  de  algunos  vocablos  se  notan  tam- 
bién otras  diferencias.  En  el  Rionegro,  por  ejemplo, 
los  habitantes  de  casi  todos  sus  pueblos  modifican  la 
pronunciación  de  muchas  palabras  con  inflexiones    fina- 


(5)  Véase  el  vocabulario  que  trae  este  autor  al  final  de  su  poe- 
ma Aramare  (Caracas,  1895)— El  general  Abelardo  Gorrochote- 
gui es  uno  de  los  mu,7  contados  Gobernadores  que  han  sabido  con 
sus  procedimientos  captarse  el  aprecio  de  los  habitantes  del  Ama- 
zonas venezolano.  De  este  funcionario  hablamos  en  el  Capítulo 
VIII  de  nuestro  libro  Rionegro.  —Nota  del  Autor. 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  13 


les,  produciendo  así  cierta  confusión  al  oído  castellano; 
y  así  agregan  á  veces  sonidos  finales  semejantes  á  los 
guturales  de  la  J,  cuando  no  la  sílaba  JA  ó  JANG,  etc. 
Y  esto  que  acontece  en  el  Rionegro,  también  sucede  en- 
tre los  moradores  de  las  márgenes  del  Bichada,  Muco, 
etc;  y  entre  los  del  Bentuari,  Cunucunuma,  etc  :  en  al- 
gunas poblaciones  se  pronuncian  variasvoces  de  un  mo- 
do y  otrcPs  no  de  la  misma  manera.  A  veces  se  notan 
diferencias  esenciales  que  hacen  necesaria  una  larga 
práctica  para  poder  analizarlas. 

Generalmente  viene  escribiéndose  el  diptongo  UA 
como  WA  ó  GUA.  Así  escriben  amewa  ó  a7ne^ua  por 
améua,  que  en  Baniba  quiere  decir  Gobierno;  guayo  ó 
wayo^  por  t/aio^  que  significa  murciélago,  en  Yabitero  ; 
wa7i  6  guau  por  íiáji^  que  equivale  á  tucán  en  Puinabe; 
piiguay^  6  puwaí  por ptcuai,  en  Piapoco  mono;  guacha- 
di  ó  wachadí,  por  uachadi,  que  en  Maquiritare  quiere 
decir  danta  ó  tapir;  etc. 

Pero  acerca  de  ese  diptongo  tan  frecuentemente 
usado  en  todas  las  lenguas  ♦americanas,  es  de  advertir 
que  ninguno  de  los  aborígenes  de  Guayana  le  da  el  soni- 
do fuerte  de  la  G  ó  de  la  W,  sino  simplemente  dicen  ua^ 
que  pronuncian  suavemente,  así  como  está  escrito.  La 
G  agregada  á  dicha  articulación  es  de  los  castellanos 
(algunos  emplean  la  H  en  lugar  de  la  G)  y  la  W  corres- 
ponde á  los  extrangeros  de  origen  anglo-sajón,  etc.    (6) 

Afirma  Caulín  que  en  esas  regiones  ''se  encuentra 
mucha  variedad  de  lenguas,  unas  totalmente  distintas 
de  las  otras,  y  otras  tan  semejantes  entre  sí,  que  apren- 
dida la  una  es  facilísimo  instruirse  de  la  otra."  {Historia 
de  la  Nueva  Andalucía,  Cap.  XII,  Libro  I.) 

Y  en  verdad,  quien  habla  el  Baniba  comprende  con 


(6)  Don  Vicente  Salva,  en  su  Diccionario  de  la  Lengua  Castella- 
na, (X  ed.  París,  1890)  dice:  <^Hiia. — Aunque  algunos  escriben  va- 
^  rias  voces  americanas  con  esta  sílaba  al  principio,  se  ha  preferido 
reunirías   todas  en  la  ^«¿z,  siguiendo  el    sistema   adoptado  por  la 
Academia.» — Nota  del  Autor. 


14  TAVERTA-AGOSTA" 


mucha  facilidad  el  Yabitero,  el  Mandauaca,  el  Uare- 
quena,  el  Carúzana,  etc.  El  Maqniritare,  el  Yabarana, 
el  Curasicana,  el  Mapoyo,  el  Uiquiare  y  el  M5co.  tie- 
nen iguales  simpatías,  como  dialectos  de  una  misma 
lengua:    la    Pariana. 

Humboldt  dice  :  ''es  tan  prodigiosa  la  variedad  de 
idiomas  que  se  hablan  en  las  riberas  del  Orinccü,  Rione- 
gro,  Meta  y  Casiquiare,  que  un  viajero  por  grande  que 
fuera  su  talento  por  las  lenguas,  no  podría  jamAs  apren- 
der bastante  para  hacerse  entender  en  la  línea  de  ríos 
navegables  desde  Angostura  basta  el  fortín  de  Sanearlos 
deRionegro."  {Viaje  á  hs  reo-iones  equinocciales  del 
nuevo  continente,  Cap.  XIX,  Libro  VIL) 

En^  efecto,  como  ya  se  ha  visto  en  páginas  anterio- 
res, son  más  de  20  los  dialectos  que  se  hablan  en  estas 
regiones  del,  ecuador.  Pero,  por  mucha  que  sea  *'la 
variedad  de  lenguas,"  no  son  ellas  tantas  cuantas  se  han 
traído  anotadas  en  las  obras  á  que  hemos  hecho  referen- 
cia, pues  que, — ya  lo  hemos  indicado, —  hay  algunas 
inscritas  con  múltiples  denominaciones,  confundiendo 
así  los  lugares  de  residencia  de  las  tribus  con  ios  nom- 
bres de  los  idiomas  ó  dialectos  hablados. 

Según  el  Atlas  Etnográfico  de  Balbi,  corresponden 
á  la  América  438  lenguas  con  más  de  2.000  dialectos. 
Más  tarde  Black,  en  el  sayo,  disminuye  el*  número  de 
lenguas  á  423  y  aumenta  el  de  los  dialectos  á  más  de 
2.500.  Codazzi,  copiando  á  Humboldt  y  á  Balbi,  afir- 
ma para  Venezuela  11  lenguas  y  150  dialectos  (página 
246,  Resitrnen  cíe  la  Geografía  de  Venezíield)  de  los 
cuales  da  á  Guayana  los  siguientes,  así: 

Len^tia  Caribe-tamanaco  — purugotos,  avarigotos, 
hiripiripas,  vara-mucuras,  varacas,  parieres,  acherego- 
tos,  ariguas,  boschearis,  güirigüiripas,  paudacotos,  va- 
yamaras,  guáyanos,  arinagotos,  cudupinapos,  guaicas, 
arimagotos,  maquiritares,  pascibis,  carataimas,  cuchive- 
ro,  acavai,  arivivianos,  panares,  ojés,  ayanos,  guaiqui- 
res,  parecas,  matano,  curasicana,  yocuras,  macos  y  ave- 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  I  5 

ríanos 33  de  los 

cuales,  sDgún  él,  habían  desaparecido  los  once 
primeros. 

Lengua  Maravltana-  marepisana : — banibas, 
barias,  va^upés^  azanene,  macuene,  manivas, 
deesana,  berapaquinabis,  amoisana,  avimaris, 
ecuanabis,  guainimanesa,  civitenis  y  chevari- 
chena 14 

De  éstos    habían    desaparecido,   según   él,  los 
ocho  últimos. 


Lengita    Cabré -Maipure  : — parenes,     ava- 
nos,  caberes,  etenamos,  morononis,    puipitenis, 

o;uaipunabis,  chirupas    y  achaguas 9 

de  los  que  habían  desaparecido  los  7  primeros. 

Lengua  Atures: — piaroas,  quaquas  ó   ma- 
poyes, guainares,  mavitzi,  maiongcong  y  quevacu  6 

Lengtuí  Yaruro-Betoye: — yaruros,   situfas, 
airicos  y  taparitos 4 

Leiigica    Guakar ióa:-quinquisdin2i  y  guaica  2 

Lengua  Avíiaca: — arecuna i 

Lengua  Guahtba: — chiricoa i 

Lengua    Gnarauna: — ningún   dialecto    en 
Guayana , , . . . 

(7)  70 


(7)  Cada  vez  que  hacemos  uso  de  la  W  y  de  la  K,  es  copiando 
la  ortografía  de  los  autores  que  citamos,  al  referirse  á  voces  indí- 
genas.— Nota  del  Autor. 


1 6  TAVERA-ACOSTA 


Y  es  de  notarse  que  en  el  mapa  de  Tierra-firme 
de  su  yiilas  Físico  y  Político  de  Venezuela^  trac  las  si- 
guientes lenguas  para  toda  la  República:  Caribe-Ta- 
manaco,  Cabre-maipures,  Yaruro-betoyes,  Muiscas, 
Goajiros,  Sálibas,  Otomacos,  Manativitanos,  Caquetíos, 
Guaharibos  y  Guahibos. 

Por  todo  lo  expuesto  se  evidencia  quede  las  ii 
lenguas  y  150  dialectos  que,  según  Codazzi,  existían  en 
Venezuela,  á  Guayana,  solamente,  le  correspondían  9 
de  las  primeras  y  70  de  los  segundos,  de  los  cuales  ha- 
bían desaparecido  26,  para  cuando  acabó  de  escribir  su 
obra,  en  1841.    (8) 

En  estas  listas,  imitando  ese  autor  á  quienes  ante- 
riormente hemos  citado,  pagó  también  su  tributo  al  pru- 
rito de  aumentar  el  número.  (9)  Y  como  de  algún  mo- 
do había  que  dar  salida  á  algunas  naciones  que  no  se 
veían  por  ninguna  parte  aunque  por  tales  nombres  con 
sagradas,  apeló  3I  recurso  de  hacerlas  desaparecer  comí 
extinguidas  ó  por  hallarse  mezcladas  con  el  resto  de  la 
población. 


o 


Y  como  quiera  que  el  libro  de  Codazzi  fué  la  prime- 
ra obra  patria  que  se  ocupó  de  estas  cuestiones,  ó  por 
lo  menos,  la  más  conocida,  todos  los  que  posteriormen- 
te han  escrito  sobre  etnología  de  Venezuela,  se  han 
contentado,  á  falta  de  observaciones  de  visit^  con  tomar 
por  base  aquellas  listas  casi  ad  pédem  literce, 

Y  eso  de  copiar  como  hizo  Codazzi,  — y  luego  los 
demás, — nombres  de  tribus  á  quienes  personalmente 
ninguno  de  ellos  ha  visto,  es  ir  á  ciegas  en  una  estrada 
rutinera,  llena  de  aventuras  y  confusiones    lamentables. 


(8)     Este  número  de  tribus  desaparecidas    lo   aumenta    Codazzi 
en  siT  referido  mapa. 

(^9)     Para  que  se  tenga   una  idea  de   la    confusión   de   Codazzi, 
léese  en  su  obra  como  si  fueran  diferentes  tribus  las  Banibas,  Ma-< 
nibas,    Manetibitanos  y  Uainimaneses,  cuando  todas  ellas   no   son 
sino  la  Baniba  ó  Uainimanesa  del  Uainía-Rionegro,    con  diver>as 
denominaciones. — Notas  del  Aídor, 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  I  7 

La  deficiente  clasificación  que  por  nuestra  parte 
podemgs  presentar  con  relación  á  la  Guayana  venezola- 
na, aún  teniendo  de  frente  nuestra  incompetencia,  es  la 
siguiente: 

Pariano'. — Caribe,  Tamanaco,  Otomaco,  Maquiri- 
tare  ó  Uayungomo,  Maco  ó  Macapure,  Cuacua  ó  Ma- 
poyo,  Taparita,  Uiquire  ó  Uiquiare,  Panare,  Pareca, 
Uayamara,  Cadupinapo,  Curasicana,  Yabarana,  Arecu- 
na,  Macusi,  Acauayo  y  Uaica.   (lo) 

Uainirnanesa: — Baniba,  Baria  ó  Baré,  Carro  ó  Ca- 
rúzana,  Curi-carro  ó  Curi-curi-berrena,  Izaneni,  Pasi- 
monabis,  Uariperidáqueni,  Mandauaca  ó  Maldauaca, 
Uareca  ó  Uarequena,  Yabitero  ó  Paráene,  (ii)  Sáliba 
ó  Chucuna    yAmarúa  ó  Piapoco  ó  Tucán. 

Uajiba: — Ptamo  ó  Cuiba  ó  Chiricoa,  con  afinida- 
des con  Sálil^as  y  Piapocos,  antiguos  Acbáuas  ó  Airicos. 

Uaipis  ó  Puiuabe:  —  'E^te  lenguaje  ha  sido  llamado 
también  Uaipunabis,  Cabré,  Cabrío,  Cauerre,  Caburris, 
Cabire  y  hasta  Etenamo.  Haciendo  más  detenido  es- 
tudio de  él  no  sería  difícil  comprenderlo  en  la  Uainima- 
nesa,  aunque  mezclado  con  otra  lengua:  el  posesivo  de 
la  primera  persona  en  singular  es  mo  ó  mu. 

El  Tupí  ó  Niagantú,  ó  Geral^  del  Rionegro  brasile- 
ro, aunque  hijo  del  Uaraní,  tiene  sus  afinidades  con  el 
Baniba;  y  asimismo  otros  de  los  hablados  en  los  ríos 
Uaupés,  Izana,  Cudyari,  Yapurá  y  Putumayo. 

No  podemos  precisar  á  qué  agrupaciones  lingüísti- 
cas corresponden: 


(lo)  En  Caribe  y  sus  simiiares  uiquiri.  ó  uaiquiri  es  hombre  ; 
panare,  amigo;  pianare,  oreja.;  areciina.  gu^srrero  ;  y  codo,  ¿oio , 
coto,   itoto  y  goto,    signiíicaiíi  persona,   hombre,    gente,  familia. 

(i  i)  El  jefe  indio  Yabita,  fundador  del  pueb'o  de  su  nombre  y 
cuyo  lenguaje  se  llama  hoy  yabitero,  eraindigena  piráenó  parene 
del  Rionegro  brasilero.  Véanse  el  Informe  del  Altj  Orinoco  y  Rio- 
negro,  por  Fray  José  Antonio  de  Xerei,  1766,  y  el  de  1768.— A^^?- 
ias  del  Autor. 

En  el  su)'—I>ialectos  Indígenas.  2. 


1 8  TAVERA-ACOSTA 


el  Uarao  ó  Uarauno,  que  tiene  del  Aytnara,  del 
Caribe  y  del  Aruaca;  <" 

el  Aruaca  ó  Aruaco  ó  Arauác,  que  nos  parece  un 
compuesto  de  Pariano  y  de  otra  lengua; 

el  Piaroa  ó  Atures  ó  Adoles  ó  Aturis  ó  M^iibas  ó 
Catarupenes,  si  bien  nos  parece  un  mixto  de  Sáliba  y  de 
Caribe;  (12) 

el  Yaruro  ó  Caranaca  ó  Yuapín  ó  Zaruro  ó  Pumé, 
que  pensamos  sea  un  derivado  del  lenguaje  de  los  An- 
des venezolanos  con  voces  caribes  ó  tamanacas; 

y  el  Uaharibo,  que  puede  considerarse  como  de  la 
agrupación  Pariana,  pues  es  fácil  inferir  que  todas  las 
tribus  que  moran  en  la  zona  comprendida  entre  el  Ori- 
noco y  sus  cabeceras,  vertientes  al  Rioblanco,  éste  hasta 
el  Rionegro,  el  Amazonas  por  el  Sur  y  las  costas  del 
Atlántico  por  el  Este,  pueden  hablar  dialectos  que,  aun- 
que distintos  entre  sí,  tienen  como  matriz  una  sola  len- 
gua, la  que  hemos  venido  denominando  Pariana  y  que 
no  debe  ser  confundida  con  la  generalmente  llamada 
en  Guayana  Ca'^ibe. 

De  nuestras  observaciones  resultan  sólo  cuatro  len- 
guas, con  derivaciones  más  ó  menos  caprichosas;  empe- 
ro, si  teniendo  nosotros  la  suficiente  autoridad  nos  de- 
tuviéramos á  pensar  hondamente  en  estas  cuestiones  y 
á  hacer  un  minucioso  examen  de  ellas,  no  nos  sorpren- 
dería encontrar  nada  más  que  dos  principales:  la  Paria- 
ne  y  la  Andina,  y  ambas  con  sendas  matrices:  la  Indo- 
china y  alguna  otra  lengua  asiática. 


(12)  El  vocablo  ¿f</(í7/^í  ó  diures  6  áturi,  Qomo  dicen  los  indios, 
es  el  mismo  áioro  de  los  Carúzanas  y  adoro  de  los  Piapocos,  que  en 
ambos  quiere  decir  guacamaya;  en  Mandauaca  «/¿7r/ significa  gran- 
de, y  así  áloti-uaro  qu'ere  decir  loro  grande.  Por  otra  parte  la  voz 
áfo?ÍQ\\  Caribe  es  hueco,  agujero.  En  Sánscrito  a7itaya  es  hendi- 
dura. En  las  costas  de  Maracaibo  hay  una  punta  y  una  ensenada 
con  el  nombre  de  adoro. — Nota  del  Autot. 


CAPITULO  ITI 


Disimilitud  de  las  lenguas  Caribe  y  Baniba — Sus  filiaciones  con  las 
del  Asia— Opiniones  de  Julio  Gaicano — Analogías  con  el  idio- 
ma Indo— Filólogos  y  lingüistas — Razas  primitivas. 


Desde  otro  punto  de  vista,  es  de  notarse  también 
la  diferencia  que  hay  en  esos  lenguajes,  hasta  en  la  de- 
nominación de  los  colores:  la  mayor  parte  de  los  indios 
autóctonos  de  la  región  que  acabamos  de  señalar,  con- 
funde en  una  sola  palabra  el  amarillo  y  el  rojo,  y  en 
otra  el  azul  y  el  verde;  circunstancia  que  nos  recuerda 
que  así  sucede  entre  los  llamados  caribes.  No  así  en  los 
del  Rionegro  (Banibas,  Uajibos,  Piapocos,  Sálibas,  etc.) 
acaso  por  ser  más  adelantadas. 

No  obstante,  hay  también  en  todos  estos  dialectos 
muchos  vocablos  como  pertenecientes  á  una  gran  len- 
gua, y  muy  parecidos  á  los  de  algunas  del  archipiélago 
Malayo,  acaso  revelando  así  el  común  origen  de  todos 
los  individuos  pertenecientes  á  la  raza  amarilla.  De  allí 
que  Julio  Gaicano  en  la  página  403  de  su  libro  El  Caste- 
llano en  Venezuela,  diga:  ''He  hablado  en  Resúmenes 
de  Actas  leídos  en  la  Academia  Venezolana,  acerca  del 
origen  de  nuestros  indios,  y  de  la  probabilidad  de  exis- 
tir entre  ellos  tribus  de  la  Oceanía."  Y  más  adelante  : 
''La  raiz  chi  tiene  carácter  mongol.  En  chino.  Chin 
significa  ó  espíritu  ó  cuerpo,  y  esta  raiz  entra  en  la    for- 


20  TAVERA -AGOSTA 


mación  de  muchas  voces  indígenas  de  Venezuela:  chic- 
ién,  viento;  chirup^  fuego;  chíkabó,  lumbre;  chimaiia- 
kot,  casa,  familia  (en  chino  chi^  etc."  (Página  /fo6)  Y 
en  las  407-08:  ''Así,  para  (del  sánscrito  pala^  significa 
grande,  y /^^r^-/'<7/^í^  menos  grande  ó  pequeño.  Corro- 
bora estas  observaciones  que  la  voz  para  en  el  sentido 
áeporc¡ó;i  la  tiene  el  cumanagoto  lo  mismo  que  otros 
dialectos  indígenas  de  Venezuela,  bien  que  algunos  de 
estos  le  da  significación  muy  diversa.  Parahua  llaman 
los  Cumanagotos  al  mar,  y  parah?ia\os  indios  de  Gua- 
yana  á  uno  de  nuestros  ríos  más  hermosos;  y  en  una  y 
en  otra  voz  se  ve  claramente  el  significado  de  ''porción 
de  agua"  ó  "río  grande."  De  notar  es  que  hawa,  es 
voz  malaya,  originaria  del  árabe,  y  que  significa  atmós- 
fera, aire,  viento,  clima,  aliento;  así  como  que  el  árabe 
tiene  el  vocablo  wad,  río;  y  las  analogías  del  malayo  con 
el  árabe  y  el  hebreo,  á  pesar  de  ser  un  dialecto  del  sáns- 
crito, han  sido  demostradas  por  Robinson  y  Favre. 

"El  sustantivo  bíidare  es  caribe,  es  decir  indígena 
de  Venezuela;  pero  su  raiz  pertenece  al  malayo,  deriva- 
do del  sánscrito:  ^//^  asar,  emparrillar.  Su  desinencia 
es  peculiar  de  los  dialectos  de  los  indios  de  Venezuela," 

En  el  vocabulario  yaruro  que  traemos  más  adelente, 
abundan  las  sílabas  cha,  che  y  chi,  tan  comunes  en  la 
lengua  Quichua;  y  es  de  advertir,  además,  que  hay 
también  muchas  palabras  monosilábicas,  á  semejanza 
de  las  de  los  t'\rt..ros,  chinos  y  coreanos,  y  que  su  modo 
de  contar  es  casi  idéntico;  y  asimismo  hay  voces  del  In- 
dostano,  como  cana,  pira,  tara,  cati,  jáua,  bure,  yaja- 
re,  pañi,  yara,  puru,  etc,  etc. 

Comparando  las  palabras  de  estos  dialectos  del 
Rionegro  con  las  que  constan  en  el  vocabulario  Indo  que 
tomamos  en  esta  ciudad  entre  indígenas  de  Calcuta,  y 
que  también  publicamos,  hemos  encontrado  muchos  vo- 
cablos parecidos  ó  con  exactas  radicales.  Pero,  como 
nada  sabemos  de  filología,  hemos  pensado  que  todo 
puede  ser  una  paranomasia  ó  una  simple  coincidencia; 
sin  embargo,  véanse  algunas  á  continuación: 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


2  I 


Lenguajes 

del  Rione^ro: 

Indostano: 

abuelo' 

dahd-do 

dahd-da 

algodón 

richun 

ruí 

allá 

uát-tá 

juát 

almuerzo 

uana-acare 

cana-cáu 

aquí 

quiá 

giá 

ayer      "* 

cal-nibí 

cal 

baile 

na-uéidabá 

na-cho 

barro 

cad-gé 

cad-dó 

bueno 

ba-iaia 

bala 

canas 

bal-liaja 

bal-luyilá 

canalete 

da-neira 

da-rá 

collar 

má  -iorlo 

má-lá 

costillas 

pát-tape 

pát-tauiji 

cucaracha 

cum-marara 

cum-macará 

escritura 

Hcco-toraque 

liceo 

hueso 

jad-bibí 

jad-dí 

laguna 

poc-ca 

poc-cará 

largo 

bár-edé 

bár-ecá 

maiz 

mac-canatzi 

mac-caí 

mi,  mío 

jám-mue 

jám-mara 

muchacha 

ini-beti 

betía 

nariz 

id-naco 

nac 

papá 

bah-ba 

bah-ba 

piedra 

ip-pa 

pat  tal 

pólvora 

bar-idi 

bar-uda 

rabia 

roasi 

res 

sí 

jáa 

ja 

tortuga 

cad-duráua 

cad-tchúa 

Sensible  es  que  sean  tan  cortos  nuestros  vocabula- 
rios, pues  así  nos  privan  ellos  de  hacer  más  compara- 
ciones; pero,  con  todo,  es  de  observarse  que  las  pocas 
raices  apuntadas  no  se  encuentran  inmediatamente  en 
los  dialectos  que  se  hablan  en  las  regiones  que  hemos 
demarcado  como  jurisdicción  de  la  Caribe,  corroborando 
así,  una  vez  más,  la  disimilitud  de  sus  dialectos  con  los 
dialectos  del  Rionegro,  aún  cuando  pensamos  que    am- 


22  TAVERA-ACOSTA 


bas  pueden  ser  remotas  derivaciones  de  la  Indostana,  ó 
de  otras  del  Continente  asiático,  como  ya  hemqs  insi- 
nuado. 

Es  de  añadir  aquí,  que  así  como  en  el  Casiquiare  hay 
una  tribu  llamada  baria  ó  baré,  también  hay  otra  allá 
con  igual  denominación;  que  al  chivo  lo  llaman  en  aque- 
lla península  del.  Asia,  báq2iiri\  y  al  año,  barés\  palabras 
muy  usadas  en  el  sur  de  la  Guayana  venezolana.  Tam- 
bién es  de  notarse  que  en  el  oriente  de  la  República  hay 
pueblos  y  caseríos  en  cuyos  nombres  se  ve  la  sílaba 
CAN,  que  parece  china,  por  ejemplo  :  Cantaura,  Can- 
aima,  Can-poma,  Can-chunchú,  Can-camure,  Can- 
gua,  Can-canapire,  etc. 

Acerca  de  estos  particulares  llamamos  la  atención 
del  lector  sobre  los  trabajos  de  Humboldt  {Cuadros  de 
la  Naturaleza)  ;  de  d'  Orbigny  {V  homme  américahí)  ; 
de  Wiener  {Pérou  et  Bolivié)  ;  de  Barberena  {Ensayo 
lingüístico)  ;  de  Vicente  Fidel  López  {Las  razas  arya- 
ñas  del  Perú\  de  Patrón  ( 6^/'^^^;^  de  las  lenguas  america- 
nas) y  de  Girgois  {El  Oculto),  quienes  se  han  ocupado 
de  filología  y  lingüística  americanas;  especialmente  los 
tres  últimos,  que  afirman  ser  la  lengua  Quechua  la  an- 
tigua hablada  en  el  Asia  Central,  ó  sea  un  lenguaje  A- 
ryo  aglutinante. 

Cuanto  al  precitado  Barberena,  (Dr.  S.)  en  La  Uni- 
versidad, del  Salvador,  asegura  la  identidad  de  las  len- 
guas Annamita  hablada  en  la  Indo-China  y  la  denomi- 
nada Queche  en  el  centro  del  hemisferio  americano. 

Y  asimismo  de  los  trabajos  de  nuestros  compatrio- 
tas Aristides  Rojas,  {Estudios  Indígenas)  el  menciona- 
do Calcaño,  {El  Castellano  en  Venezuela  y  Resumen  de 
las  Actas  de  la  Academia  venezolana  de  la  lengua,  t886) 
Tulio  Pebres  Cordero,  {Est7idios  sobre  etnografía  ame- 
ricana) Pedro  A.  Carrascosa,  {Orígenes  Americanos) 
y  Américo  Briceño  Valero  {Factores  étnicos  de  la  raza 
hisp  ano-americana.) 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  23 

Y  no  está  demás  recordar  las  grandes  analogías 
que  guardan  los  geroglíficos  del  Egipto,  etc,  con  los 
grabados  en  las  rocas  ó  pintados  en  los  cerros  de  estas 
comarcas,  de  los  cuales  hemos  copiado  muchísimos  en 
la  fuente  original,  hasta  llegar  á  tener  la  colección  más 
numerosa  que  se  conoce,  correspondiente  á  Guayana 
ó  mejor  dicho  á  Venezuela.  (13) 

Carrascosa  afirma  categóricamente  que  esos  gero- 
glifos  son  similares  de  los  del  Egipto  y  de  México,  y 
.dice:  "Esas  inscripciones  consagradas  j)or  tantos  siglos 
nos  parecen  carbones  apagados  provenientes  de  soles  ya 
extinguidos.  Esos  misteriosos  signos  que  grabaron  en 
la  roca  grandes  seres  históricos,  guardan  sin  duda  algu- 
na, un  magnetismo  despertador  de  profundas  emocio- 
nes, y  son  como  la  varilla  m igica  de  un  nigromántico 
invencible,  que  tiene  la  virtud  eficaz  de  una  verdadera 
evocación.  Mas  esos  carbones  cuando  encendidos  en 
la  fragua  de  la  ciencia  moderna  cristalecen,  brillarán 
con  fulgor  de  diamantes  heridos  por  el  sol,  allá  en  las 
densas  tinieblas  en  que  están  envueltas  las  más  remotas 
épocas.  Y  entonces  cuántas  revelaciones  importantísi- 
mas ! ''  Y  habla  también  de  una  piedra  grabada  con 
caracteres  cuneiformes  semejantes  á  los  de  la  escritura 
asiría,  que  encontró  en  las  montañas  del  Sarare. 

Y,  finalmente,  compárense  con  las  de  los  vocabu- 
larios que  publicamos  en  la  Segunda  Parte,  las  siguien- 
tes palabras  japonesas  :         . 

Asama,  lashima,  Iwate,  Tokima,  lakumo,  Hasshi- 
date,  íoshima,  Ma-ia,  Tishima,  (14)  Sazánani,  Ishika- 
wa,  Oboro,  Iwaki,  Naniwa,  etc,  que  parecen  del  Rio- 
negro. 

Attami  y  loshioma  son  nombres  de  ciudades  del  Ja- 


(13)  De  estos  petroglíficos  tratamos  extensamente  eu  nuestro  li- 
•    bro  <íRiojiegro.y> 

(14)  Tishima^  en  Caribe  quiere  decir  lejos.  —Notas  del  Autor. 


24  TAVERA-ACOSTA 


pon  en  la  provincia  de  Izié,  muy  semejantes,   por  cierto, 
á  mattami  y  yoshioma  de  la  lengua  Baniba. 

Es  de  advertir  también  que  existe  un  afluente  del 
Rionegro  con  el  nombre  de  Izié  ó  Uasi-ié. 

Humboldt  en  sus  Cuadros  de  la  NaturaUza,  ha- 
blando de  las  relaciones  que  pudieron  haber  existido 
entre  los  habitantes  del  Asia  con  los  del  hemisferio  occi- 
dental, dice:  "La  analogía  de  los  calendarios  mexica- 
nos, tibetanos  y  japoneses,  de  las  pirámides  de  gradas 
orientadas  con  toda  exactitud,  los  antiguos  mitos  acer- 
ca de  las  cuatro  edades  ó  cataclismos  del  mundo  y  la 
dispersión  de  la  raza  humana  después  de  una  grande 
inundación,  son  otros  tantos  indicios  en  apoyo  de  esta 
creencia."  Y  más  adelante  :  "Conocemos  harto  poco 
todavía  los  dialectos  americanos  para  perder  completa- 
mente la  esperanza  de  que,  en  tan  gran  variedad  de  idio- 
mas, se  encuentren  algunos  que  hayan  sido  hablados  á 
la  vez,  aunque  con  modificaciones,  en  el  interior  de  la 
América  Meridional  y  del  Asia,  ó  que  dejen  entrever 
cuando  menos  una  comunidad  antigua  de  origen." 
(Cap.   XIX,   Libro  II.) 

Aristides  Rojas  en  la  página  22  de  sus  Estudios  I71- 
dig'enas  escribe:  "Aquí  tenemos,  pues,  á  los  fenicios 
descubriendo  las  regiones  orientales  de  América,  en  tan- 
to que  pueblos  diferentes,  los  Esquimales  por  el  Norte, 
y  los  pueblos  del  Asia  oriental  por  el  Occidente,  se 
adueñaban  de  la  región  montañosa  de  los  Andes,  para 
establecer  en  ella  los  tres  imperios  de  la  civilización 
americana  ;  floreciente  muchos  siglos  antes  que  el  euro 
peo  moderno  viniera  en  el  siglo  XVI,  á  cambiar  del  to- 
do la  faz  del  nuevo  mundo." 

Y  más  adelante,  en  la  página  114:  "Las  naciones 
primitivas  de  Venezuela  participaron  de  una  influencia, 
cuyo  origen  debe  buscarse,  no  en  los  pueblos  que  con- 
quistó la  raza  caribe,  sino  en  la  cuna  de  la  civilización 
peruana  que  la  tuvo  de  los  pueblos  del  Asia  oriental." 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  25 

Nuestro  académico  Gaicano  es  más  categórico. 
Afirma  él  en  la  página  19  de  su  precitado  Resimien  : 
"De  mi'  digo  que  individuos  de  la  raza  tártara  ó  mon- 
gola, á  la  cual  pertenecen  los  chinos,  japoneses,  fueguia- 
nos,  polinesianos  y  malayos,  constituyen  la  mayoría  de 
los  habitantes  primitivos  de  la  América  meridional,  en 
mezcla  con  las  de  otras  tribus  asiáticas  y  africanas.  (15) 

Y  Américo  Valero  Briceño  asegura  con  toda  deci- 
,sión  :  "Falta  aún  por  comprender  en  esta  larga  nómina 
de  pueblos  amarillos  (asiáticos)  uno,  el  más  importante 
á  nuestro  estudio,  el  cual  es  el  indígena  americano.  Que 
el  americano  procede  del  amarillo  es  cuestión  resuelta  ; 
y  fijada  está  por  los  científicos  la  razón  ó  causa  de  este 
origen.  Pueblos  aventureros  salvaron  el  océano  Pacífi- 
co y  se  establecieron  en  el  continente  americano 

"Lo  cierto  es  que  semitas  fueron  los  primitivos 
ocupantes  de  este  Continente  ;  y  lo  más  probable  es 
que  fueron  chinos,  mandchúes,  coreos  y  japoneses,  do- 
minadores seculares  y  absolutos  de  toda  la  región  ó  li- 
toral oriental  del  Asia,  los  primeros  pueblos  que  se  es- 
tablecieron en  el  continente  americano."  (Página  17) 

Aunque  muy  contravertido  el  concepto  de  raza, 
pensamos,  con  muchos  antropólogos  y  sociólogos,  que 
sólo  tres  son  las  grandes  ó  primitivas   razas    madres,    ó 


(15)  Aquí  es  de  aclarar  lo  que  se  lee  en  la  página  24  de  ese 
Rcsiune?i.  Dice  :  «Indicó  el  señor  general  Guznián  Blanco  que  de- 
bía principiarse  por  explorar  las  cavernas  existentes  en  los  territo- 
rios del  Oiinoco  y  del  Amazonas  ;  la  de  Atures  en  la  embocadura 
de  los  ríos  Guaviare  y  Atabapo ;  la  de  Aturipa,  donde  contó  Hum- 
boldt  hasta  seiscientos  esqueletos,  etc.» 

En  la  confluencia  del  Uabiare  y  del  Atabapo  no  existe  ningu- 
na gruta.  Esa,  llamada  allí,  de  Atures,  es  la  miama  de  Atauripa, 
que  visitó  Humboldt  el  31  de  mayo  de  1800,  y  que  está  situada  co- 
mo á  tres  kilómetros  de  los  raudales  de  Atures.  Un  siglo  después 
del  célebre  viajero  fuimos  nosotros  á  ella,  la  medimos  y  fotografia- 
mos su  entrada.  Sus  dimensiones  son  las  siguientes  :  30  metros 
de  frente  por  5  de  profundidad  en  su  parte  central ;  se  abre  en  for- 
ma de  media  luna  al  pié  del  cerro,  hacia  el  oriente,  y  su  altura 
varía  entre  50  centímetros,  en  sus  extremos,  y  i  metro,  50,  en  el 
centro. — Nota  del  Autor. . 


26'  TAYERA^-AC-OSTA 


sean  la  amarilla,  la  negra  y  la  blanca,  naciendo  del  cru- 
zamiento de  éstas  otras  variedades  como  la  roja,  la  co- 
briza y  la  obscura.  De  donde  serta  fácil  inferir  la  exac- 
tátud  de  los  juicios  que  anteceden. 

Con  relación  á  los  llamados  indios  americanos,  no 
está  demás  transcribir  lo  que  dice  Humboldt  en  la  Intro- 
ducción de  su  citada  obra: 

"'Las  naciones  de  América,  excepción  hecha  de 
las  próximas  al  cíi?culo  polar,  constituyen  una  sola  raza 
que  caracterizan  la  conformación  del  cráneo,  el  color  de 
la  piel,  lo  extremadamente  ralo  de  la  barba  y  sus  cabe- 
llos lisos  j  aplastados,  cuya  raza  presenta  relaciones 
sumamente  sensibles  con  la  mongólica,  compuesta  de 
los  descendientes  de  los  Hiongnu,  en  otro  tiempo  cono- 
cidos por  Hunnos,  Kalkas,  Kalmukos  y  Buratos.  Re- 
cientes observaciones  han  probado,  además,  que  no  só- 
lo los  habitantes  de  Unalaska,  sino  otros  muchos  de  la 
América  meridional,  acusan,  por  algunos  caracteres  os- 
teológicos de  la  cabeza,  un  paso  de  la  raza  americana 
á  la  mongólica." 


CAPITULO  IV 


Días  y  meses  de  estas  tribus—Su  inanera  de  contar^Semejanzas 
de  algunas  en  su  numeración  con  la  de  los  Indos  y  la  de  los 
Chinos— Tabla  de  sus  respectivas  numeraciones. 


Pensamos  que  ninguna  de  las  tribus  de  Guayana 
«tiene  determinadas  voces  para  nombrar  los  días  de  la 
semana.  Ellas  dicen  :  un  día,  dos  días,  etc.  ;  y  asimis- 
mo no  tienen  nomenclatura  especial  para  los  meses  :  di- 
cen una  luna,  dos  lunas,  etc.  Sinembargo,  en  el  vocabu- 
lario ^arauno^  que  trae  nuestro  poeta  Gorrochotegui  al 
final  de  su  opúsculo  Viaje  al  Amacuro  (Caracas,  1897) 
encontramos  los  siguientes  vocablos,  que,  según  él,  co- 
rresponden á  los  días  de  la  semana,  así  : 

lunes  yota 

martes  yota-manamo 

^miércoles  dijanam^o 

jueves  orabacaya 

viernes  mojabasi 

\  sábado  sauaro 

domingo  misa. 

Pero  es  de  advextir  que  en  ese  lenguaje,  manamo 
significa  2,  díjanamo  3,  mojojabasí  5,  sauáro  es  corrup- 
tela de  la  palabra  castellana  sábado,  y  misa  es,  induda- 
blemente, por  la  función  religiosa  que  se  celebra  en 
ese  día,  acaso  impuesta  por  los  misioneros  á  aquellos 
•  habitantes  del  Delta,  cuando  éstos  en  tiempos  pasados 
estuvieron  bajo  su  inmediata  dirección. 


28 


TAVERA-ACOSTA 


Los  indígenas  del  Indostán  sí  tienen  determinadas 
palabras  para  los  meses  y  para  los  días  de  la  semana. 
Del  vocabulario  Indo  recortamos  las  voces  coh'espon- 
dientes  : 


Enero 

Catie 

Julio 

Basac 

Febrero 

Agan 

Agosto 

Yiet 

Marzo 

Puss 

Setiembre 

Asaar 

Abril 

Mang 

Octubre 

Sáun 

Mayo 

Fagan' 

Noviembre 

B'jadu 

Junio 

Cheit 

Diciembre 

Azen 

Domingo 

Atuar 

Jueves 

Bijélip 

Lunes 

Sumbard 

Viernes 

Sucs 

Martes 

Mangar 

Sábado 

Sonícher 

Miércoles, 

Budh 

Muchas  de  las  naciones  á  que  venimos  refiriendo* 
nos  apenas  si  tienen  numeración.  Unas  tribus  poseen 
hasta  el  2,  como  la  Baniba,  Yabitera,  etc.,  lo  que  nos 
hace  recordar  á  algunas  pobladoras  de  Murray,  en  la 
Australia  ;  otras  hasta  el  5  ó  el  10,  como  la  Caribe, 
Maquiritare,  Piapoco,  etc.;  unas  cuentan  hasta  el  15  ó 
más,  como  la  Uarao  ó  Uarauna,  la  Puinabe,  etc.;  y 
otras,,  como  la  Uajiba,  Yaruro,  etc,  hasta  mayores 
cantidades. 

Véase  el   siguiente  cuadro  que  hemos  compuesto  : 

;     Baniba  .•  Ya bí tero  : 

1  péialo  I*    jaziana 

2  ennaba    (16)  2     tzinaja 

(16)     Sorpréndenos  encontrar  en  las  copias   délos   vocabularios 
que  nos  ha  remitido  el  señor  doctor  Lisandro  Alvarado,  y  deque 
hablamos  en  la  Tercera  Parte,   tomados  por  Wallace  y  traídos  por 
Martius  en  una  de  sus  obras,  la  .«-iguiente  numeración  Baniba  : 
I  yabibulin,         2  enabe,  3     yabébuli,     4  yunúlibumitsi, 

5  pinawiaphi,      6  pimiri,  7     yumáliwi,    8  piúrhuili, 

^  piehirurwhi,  10  picalaurwhili,  20  itsirúapi, 
cuando  individuos  de  seis  pueblos  distintos  (Maroa,  Tomo,  Guz- 
nián  Bianco,  Tiriquín.  Uachúpiro  y  Colón)  de  quienes  hemos  to- 
mado nuestro  vocabulario,  sólo  cuentan  hasta  2,  y  del  3  en  ade- 
lante unos  lo  hacen  en  castellano  y  otros  emplean  la  lengua  por- 
tuguesa.— Nota  del  Autof .  ■  - 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


29 


Baria  : 

Niangatú  ó  Geral  : 

1  ♦bacunácarli 

2  bicunam 

3  clícunama 

1  yepeño 

2  mocoi 

3  mozapire 

Llareca  ó  Uanquena  : 

Ueriperidáqueni  : 

1  niunáuali 

2  damataza 

3  mabaitaliza 

1  ápada 

2  tzamapa 

3  maudah'apa 

MandaMíua  : 

Carúzana  : 

1  gedija 

2  jadamenaca 

3  eminaca 

1  apadatza 

2  zamadá 

3  maudarida 

Piapoco  : 

Yabarancc  : 

1  áberi 

2  putzeibá 

3  maizibá 

4  bainoacá 

5  bemai  uacapi 
10    abe  uacapi  iuere 

1  ejñíspete 

2  azaquen 

3  petomuy  yacari 

4  azá  contombené 

5  emecure 

10    eme  cucotoile 

Maquiritare  : 

Sáliba  : 

1  toni 

2  aque 

3  aruabe 

4  aqueichema 

5  atodema 

6  toni  amojade 

7  aque  amojade 

8  aruabe  amojade 

9  atodemo  aqueichema 

1  jotage 

2  tandoza 

3  tandojuá 

4  jotachumó 

5  tandochunde 

6  chutire 

7  jordire 
10     tieichimo 

10    amojade-amojade 


30 

TAVERA- 

-AGOSTA 

Piaroa  : 

Caribe  : 

T 

istete 

I 

oobi 

2 

tosiere 

2 

occo 

3 

uebótescue 

3 

oru-ua 

4 

pajácuesne 

4 

occo  pamieme 

5 

jimótejua 

5 

añátone 

6 

coromatene 

7 

tamáreba 

07) 

lO 

rescuájte 

Puinabe  : 

Uajibo  : 

1 

jétem 

I 

cáijaua 

2 

jacao 

2 

aniani-aubé 

3 

poi 

3 

acuéyabi 

4 

cauno 

4 

uipeniá  nanché 

5 

dáptem 

5 

caicobé 

6 

tendabac 

6 

ichicobe  iabérema 

7 

caura  batabac 

7 

anié  cobezita 

8 

puira  batabac 

8 

acueya  bicobezita 

9 

caunora-batabac 

9 

cuipenianche  cobezita 

lO 

dabalcau 

10 

najua  cobé  berbereca 

II 

temsima  batabac 

20 

anieta  jubé 

12 

causima  batabac 

13 

poisima  batabac 

14 

cauno  sima  batabac 

15 

tembímbec 
Mapoyo  : 

I 

tósquena 

6 

saquena  meque 

2 

sacane 

7 

saquena  meque  yapúi 

3 

to  mi  niaqueré 

8 

ueyi  teromica 

4 

sa  coro  bene 

9 

ueyi  betere 

5 

tósquena  meque 

10 

tósquena  micui. 

(17)  Y  del  6  en  adelante  agregando  á  la  numeración  castellana 
las  sílabas  me  ó  cheme,  v.  gr  :  10,  diécheme,  ir,  óncerae,  etc.— 
Nota   del  Autor. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


Yaritro  ó  Punté  : 


1  cañóme 

2  ñoani 

3  tzarani 

4  adóchemi 

5  canichimo 

6  canichiro-pa-caneme 

7  canichiro-pa-ñoani 

8  canichiro-pa-tzarani 

9  canichiro-pa-adóchemi 

10  echezuni-tarú 

1 1  tarú-pa-caneme 


12  tarú-pa-ñoani 

13  taru-pa-tzarani; 

y  así,  agregando  á  los 
dígitos  los  compues- 
tos   hasta  el  19  ó  sea 
tarú-pa-canichiro-pa 
-adóchemi 
20  ñoani-echezuni  tarú 
30  tzarani-echezuni-tarú 
40  adóchemi-echezuni- 
tarú,  etc.,  etc.,  etc. 


Uarao  ó    Uaramio  : 


1  jizaca 

2  manamo 

3  dijanamo 

4  manamo   manamo  jasi 

5  moiojabasi 

6  mojojabisapa  jizaca 

7  mojojabisapa  manamo 

8  mojojabisapa  dijanamo 

9  mojojabisapa   manamo 
manamo-jasi 

10  mojoreco 


11  mojoreco-cuare -jizaca 

12  mojoreco-cuare-mana- 
mo 

13  mojoreco  -  cuare-dija- 
namo;  y  así  agregan- 
do los  dígitos  á  las  pala- 
bras mojoreco-cuare,  has- 
ta llegar  al  19:  mojoreco- 
mojoja  -  bisapa-manamo- 
manamo-jasi,  que  quiere 
decir  19. 


20  mojoreco-ojireco 

21  mojoreco-ojireco-jizaca; 

y  así  agregando  los  cardinales  á  las  palabras  mojoreco- 
ojireco,  hasta  llegar  al  29:  mojoreco-ojireco-mojojabisa- 
pa-manamo-manamo-jasi,  que  significa,  29,  etc.  (18) 


(18)  En  el  mencionado  vocabulario  uarauno  que  trae  Gorro- 
chotegui,  hemos  encontrado  algunas  pequeñas  diferencias  en  la  de- 
nominación de  los  números.-— A^<7/¿?  del  Autor, 


32  TAVERA- AGOSTA 


Este  sistema  de  numeración  de  los  Uaraos  y  de 
otras  tribus  americanas  como  la  Araucana,  Yaruro,  Mi- 
rripuyes,    etc.  tiene  su  analogía    con    el    de   los  chinos. 

Véase  el  de  éstos  : 


I 

ynt 

2 

guii 

3 

seham 

4 

scli 

5 

uhu 

6 

lohog 

7 

tnt 

8 
9 

lO 

pahad 

quíhu 

sib 

II 

12 

13 

sib-yiit 
sib-guíi 
sib-seham 

H 

sib-scli 

y  así,  agregando  los  dígitos  á  la  palabra  sib  (diez)  hasta 
llegar  al  19:  sib— quíhu. 

20     guíi-sib  21     guíi-sib-yiít 

22  guíi-sib-guíi;  y  así,  anteponiendo  á  los  dí- 
gitos las  palabras  guíi  (dos)  y  sib  (diez)  hasta  llegar  á 
29  :    guíi-sib-quíhu  ó  sea  29,  etc. 

30     seham-sib  31     seham-sib-yiít 

32  seham-sib-guíi  ;  y  así,  sucesivamente,  an- 
teponiendo á  la  voz  sib  (diez)  la  numeración  cardinal  y 
agregando  luego  ésta  para  completar  la  cifra  hasta  el  39. 
40  scli-sib,  50  uhu-sib,  60  lohog-sib,  70  tiít-sib, 
etc.  equivalentes  en  la  traducción  literal  á  cuatro-diez, 
cinco-diez,  seis-diez,  siete  diez,  etc.,  respectivamente. 
Exactamente  igual  á  la  de  los  chinos  es  la  forma- 
ción numeral  de  los  peruanos.     Véase  :    (19) 


I 

huc 

8 

puzac 

2 

isca 

9 

iscón 

3 

quimsa 

10 

chunca 

4 

tahua,  tacua 

II 

chunca-huc 

5 

pitchca 

12 

chunca-isca 

6 

zocta 

13 

chunca-quimsa 

7 

cchanchi 

14 

chunca-tahua,   chun 

(19)  Voyage  á  traversV  Aviérique  dii  Siid,  par  Paul  Marcoy, 
página  235,  tomo  I.  París,  1869. — Perón  et  Bolivie,  par  Charles  Wie- 
ner, París,  1880. 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  33 

ca-tacua;  y  así.  agregando  los  cardinales  á  la  palabra 
chunca  (diez)  hasta  llegar  al    19:    chunca-iscon. 

20     isca-chunca  21     isca-chunca-huc 

22     isca-chunca  isca;    y  así,  anteponiendo  á   los   dígi- 
tos las  palabras  isca  (dos)  y  chunca  (diez)  hasta  llegar  á 

29  :    iscac-hunca-iscon,   etc. 

30  quiinsa-chunca  31     quimsa-chunca-huc 
32     quimsa-chunca-isca;  y  así,    sucesivamente,    á     la 

voz  chunca  (diez)  las  cifras  cardinales  y  agregándola 
también  al  final,  para  completar  la  numeración  hasta  el 
39,  ó  sea  quimsa-chunca-iscon. 

40     tacua-chunca,      50    pitchca- -chunca,     60     zocta- 
chuiica,    70    cchanchi-chunca,  etc. 

Para  mejor  demostrar  las  analogías  de  los  indivi- 
duos pertenecientes  á  la  raza  amarilla  de  América  con 
la  del  Oriente,  véase  también  el  sistema  de  la  numera- 
ción   de    los  indostanos  : 


I 

lec 

2 

duc 

3 

4 

5 
6 

tin 

chaar 
paach 
schei 

7 

sat 

8 

at 

9 
10 

lou 
dees 

1 1 
12 

guiare 
bare 

13 
14 

tere 
chaudé 

15 
16 

pand'ré 
zule 

17 

satd'ré 

18 

átjaré 

19 

ums 

24 

chaubis 

25 

pachis 

26 

schabis 

27 

satais 

28 

attais 

29 

untis 

30 

tis 

31 

iec-tis 

32 

bat-tis 

33 

tet-tis 

34 

chau-tis,  etc 

40 

char-tis 

5^^ 

pacihaas 

éo 

^art 

70 

sej'ta 

80 

at-si 

90 

lloübe 

100 

S0U 

2ÜO 

du-sou 

Jüii  .d  auf -.-Dialectos.  Itia^gcims. 


34  TAVERA-ACOSTA 


20 

bis 

21 

scaís 

22 

báis 

23 

teís 

Y  algunos  niimer 

I 

éka 

2 

dva 

3 

tri 

4 

chatúr 

5 

pañchan 

6 

xax 

7 

sáptam 

300 

tin-sou 

400 

chaar-sou 

500 

paan-s^u,  etc. 

1000 

jayar,  etc.  etc. 

kirito 

8 

áxtan 

9 

návan' 

10 

dázan 

1 1 

ékadazan 

12 

dvadazan 

13 

trayódazan 

H 

chatijrdazan,etc 

(20) 

(20)     véase  Graviática  Síhtscnta,  por  el  Dr.  Francisco  M.  Rive- 
ro,   Madrid,  1881. 


CAPITULO  V 


La  desinencia  ARE  abunda  en  el  lenguaje  denominado  Caribe — 
Parece  corresponder  á  una  gran  lengua  matriz — Cuál  la  raza 
que  la  hablaba  ? — El  idioma  Uajibo — Gramática  délos  Revdos. 
Fernández  y  Bartolomé — Lenguas  primitivas — Vocabulario 
de  indígenas  del  Indostán — Voces  sánscritas. 


En  un  infinito  número  de  vocablos  de  la  mayor  par- 
te de  estos  lenguajes,  se  encuentra  la  terminación  ARE, 
que  ha  venido  considerándose  como  de  la  lengua  de  los 
llamados  Caribes.  Sin  embargo,  entre  los  peruanos  y 
en  algunos  dialectos  hablados  en  el  Rionegro,  ARA, 
ARE,  ARI,  ORU,  URU,  significan  día,  claridad  del 
día,  oriente  ó  lugar  por  donde  nace  el  sol.  (21)  Pero 
sea  como  fuere,  lo  cierto  es  que  esa  voz  parece  corres- 
ponder á  una  gran  lengua  matriz  que  dominó  en  casi 
todo  el  Continente  de  la  América  del  Sur. 


(21)  Acabamos  de  recibir  de  Berlín,  enviados  por  su  autor  el 
señor  Doctor  Theodor  Koch-Grünberg,  doi  trabajos  etnográficos, 
uno  :  «Las  tribus  indígenas  del  alto  Rio  Negro  y  Yapurá  y  su  res- 
pectiva afinidad  lingüística»  (^Die  Indianerstámvie  a?n  obefen  Rio 
Negro  und  Yapiirá  mid  ihre  sprachliche  ZugehdrigkeW)  y  el  otro  : 
(fLos  bailes  de  máscaras  de  los  indios  del  alto  Rio  Negro  y  Yapurá» 
(^D¿e  maskeiitanze  der  Iiidianer  des  oberen  Rio  Negro  und  Yapurá) 
publicados  ambos  á  fines  del  año  pasado  (1906)  como  parte  de  sus 
observaciones  verificadas  en  aquella  zona  en  1903-905. 

En  la  página  172  del  primero  dice  :   «^^^l  nombre  Caiarí  so.  de- 
riva de  la  lengua  Aruaq,  como  así  lo  demuestra  su   final   ari.   que 


36 


TAVERA-ACOSTA 


Ahora  bien:  ¿era  autóctona  la  raza  que  la  hablaba? 
¿Vino  del  Norte  y  se  internó  hasta  Bolivia,  el  Para- 
guay, etc.  ó  viceversa  :  desde  las  faldas  orient:ales  de 
los  Andes  subió  hasta  las  islas  del  mar  de  las  Antillas? 
¿Vino  del  Asia,  vino  de  África,  vino  de  la  Oceanía?..., 

Pero  estas  son  cuestiones  que  ameritan  detenido 
estudio  y  competencia  científica  que  nosotros  no  po- 
seemos. 

Las  sílabas  CHA,  CHE,  CHI,  CHU,  ARE  y  UA, 

son  las  que  más  abundan  en  los  idiomas  del  mundo  co- 
lombiano, muy  particularmente  la  última,  de  la  que 
trae  buenas  listas  Tulio  Febres  Cordero  en  su  obra 
Estttdios  sobre  Etnografía  Americana. 

Por  nuestra  parte  nos  hemos  fijado  en  las  voces 
que  terminan  en  are.  Véanse  á  continuación  algunas 
que  corresponden  en  su  mayor  parte  á  nombres  de  ríos, 
caños,  localidades,  plantas,  cerros,  etc.,  de  las  regiones 
del  Sur  de  la  Guayana  venezolana: 


Are 

Apiare 

Cabadare 

Calmare 

Cayupare 

Cuyare 

Cuchamacare 


Ari-are 

Antítzare 

Cabayare 

Canapiare 

Cáuapiare 

Coñare 

Culimacare 


Acare 

Aramare 

Casiquiare 

Catumare 

Cuamare 

Cuajayare 

Dacamare 


Ajrípare 

Atuare. 

Cayajajare 

Curubuyare 

Curicuriare 

Curamare 

Duyare 


en  varios  nombres  de  ríos  de  estas  regiones  se  encuentra  en  combi- 
nación con  otras  palabras  aruacas,  probando  así  que  en  tiempos  an- 
teriores fueron  habitados  estos  lugares  por  aruacas." 

A  seguir  este  oriterio,  tendremos  que  concluir  — dados  los  nu- 
merosos vocablos  que  con  esa  terminación  existen  en  Venezuela  — 
en  qae  fueron  los  Aruacas  y  no  los  Caribes  los  que  ocupaban  la  ma- 
yor parte  del  teiritorio,  ó  que  fueran  los  mismos  con  distintas  de- 
nominaciones. 

Der  Ñame  «Caiarí«  gehórt  einer  Aruaksprache  an,  worauf  die 
Endung  «ari»  hinweist,  die  in  Verbindung  mit  Aruakwortern  in 
vielen  Flussnamen  dieser  Gebiete  vorkommt,  ein.  Beweis,  dass  in 
früheren  Zeiten  diese  ganzen  Gegenden  von  Aruakstámmen  besie- 
delt  waren. — Nota  del  Autor. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


Dacare 

Icamare 

Ingare'^ 

Machicare 

M  apare 

Masicare 

Minare 

Pare      • 

Pirare 

Oaesare 

Tacupiare 

Uacare 

Uabiare 

Ueremare 

Yaritare 


Damare 

lecojare 

Ichuare 

Manapiare 

Manipitare 

Merebare 

Napiare 

Patatare 

Putare 

Quirare 

Temare 

Uachamacare 

Uacamare 

Uenitoare 

Yeonamare 


Inumabare 

Ijiare 

Manimare 

Maquirítare 

Miniciare 

Opinare 

Pendare 

Pajinare 

Quiratare 

Tapiare ' 

Uasimare 

Uiquiare 

Uibitare 

Yapuare 

Zerémare 


(2 


Iniquiare 

Iquiare 

Mapiriare 

Marimajare 

Máuare 

Pachacare 

Piñare 

Pajchare 

Siuayare 

Tusare 

Uanauanare 

Uayauayare 

Yare 

Zepárare 

Zirípare 

2) 


Casi  todas  estas  tribus  confunden  en  su  pronuncia- 
ción e)  sonido  de  la  E  con  el  de  la  I,  el  de  la  L  con  el 
de  la  R  suave,  el  de  ésta  con  el  de  la  D,  el  de  la  O  con 
el  de  la  U,  el  de  la  J  con  el  de  la  F,  y  el  de  la  B  con  el 
de  la  P;  pero  en  ninguna  de  sus  voces  se  encuentra  el 
sonido  de  la  V. 

Con  relación  al  Uajibo,  algunas  diferencias  hemos 
hallado  en  la  escritura  de  las  palabras  anotadas  por 
nosotros  y  la  de  las  que  constan  en  la  Gramática  híspano- 
goahiva  de  los  Religiosos  Manuel  Fernández  y  Marcos 
Bartolomé,  editada  en  Bogotá,  en   1895. 

El  vocabulario  uajibo  que  publicamos,  fiaé  tomado 
por  nosotros  entre  indios  de  las  márgenes  del  Bichada  ó 
Bichara,  como  dicen  algunos  de  sus  moradores,  en  tan- 
to que  el  de  aquella  gramática  lo  fué  entre  aborígenes 
del  Meta  ó  de  los  afluente  de  este  río.      Pero  muy    bien 


(22)  Véanse,  ya  al  finalizar  la  Cuarta  Parte,  otr©s  vocablos 
con  idéntica  final,  que  corresponden  á  nombres  de  poblaciones,  ca- 
ños, islas,  ensenadas,  localidades,  etc.,  de  las  regiones  situadas  al 
Norte  del  Orinoco.  —Nata  del  AiUúr. 


38  TAVERA-ACOSTA 


puede  suceder,  y  así  lo  creemos,  que,  como  se  lee  en  la 
página  5  de  ese  libro,  "aún  entre  las  diferentes  familias  ó 
ramas  de  la  misma  tribu  goahiva,  no  es  exactr^mente 
igual  la  pronunciación,  ni  tampoco  idénticos  en  todas  sus 
letras  los  vocablos,  sino  que  hay  sus  diferencias,  bien  no- 
tables á  veces,"  que  hasta  hoy  ni  aquellos  misioneros  ni 
el  autor  de  estas  líneas  hanse  explicado  debidamente. 

Con  franqueza  declaramos  que  nos  ha  sorprendido 
la  lectura  de  ese  libro,  cuyas  páginas  revelan  conoci- 
miento amplio  del  lenguaje  Uajibo.  Sus  autores  lo  divi 
den  en  tres  partes:  analogía,  sintaxis  y  prosodia,  y,  no 
obstante  asegurar  que  "es  inculto  é  iliterario,"  le  con- 
ceden ellos   algunos  caracteres  de  flexibilidad. 

Empero,  los  mismos  Rvdos.  dicen  en  su  "Intro- 
ducción" que  "la  carencia  de  un  lenguaje  figurado  entre 
estos  indios  hace  que  todo  su  idioma  se  reduzca  al  in- 
culto hablar  trasmitido  de  padres  á  hijos,  tosco  y  rudo 
como  su  vivir  salvaje,  y  reducido  al  pequeño  campo  de 
las  ideas  que  les  sugieren  la  vista  de  los  objetos  que  les 
rodean  ó  la  satisfacción  de  sus  instintos  y   necesidades." 

Como  bien  se  sabe,  las  lenguas  de  flexión  se  divi- 
den en  3  grandes  familias,  correspondientes  al  Asia,  al 
África  y  á  la  Europa.  La  primera,  ó  sea  la  Semítica, 
se  subdivide  en  tres  ram.as  principales,  que  son  la  Ara- 
mea-asiria,  la  Cananea  y  la  Árabe,  comprendiéndose 
en  la  Cananea  el  Hebreo  y  el  Fenicio;  la  Camitica,  ó 
sea  la  segunda  de  las  nombradas,  en  dos  ramas  :  una 
que  comprende  las  lenguas  Egipcia  y  Copto,  y  la  otra 
el  Líbico  y  el  Berebere;  y  la  tercera,  ó  sea  la  Europea 
ó  Indo-europea,  se  divide  en  ocho,  que  son  la  India,  la 
Erania  ó  Pérsica,  la  Griega,  la  Céltica,  la  Ibero-itálica, 
la  Germana,  la  Eslava  y  la  Polaca  ó  Lituana.  En  tan- 
to que  las  lenguas  americanas  son  semejantes  á  las  ha 
bladas  en' los  archipiélagos  Malayo  y  Polinesio,  por  el 
espíritu  aglutinante  que  las  distingue. 

El  libro,  de  más  de  200  páginas,  es  todo  un  tratado 
de  gramática,  escrito  como  fruto   de  tres   años  de  resi- 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


39 


dencia  entre  los  indios:  ímproba  labor  digna  de  imitarse 
por  todos  los  que  desean  conservar  los  dialectos  indíge- 
nas, qufr  tan  rápidamente  van  desapareciendo  del  mun- 
do que   extasió  á  Colombo 

El  vocabulario  indostano,  de  Calcuta,  á  que  hemos 
venido  refiriéndonos,  es  el  siguiente: 


Abajo 

nitché 

abuelo 

dahdá 

abuela 

dahdí 

abrazo 

jat-milaya 

acostado 

Iota 

agua 

paoi 

aguacero 

barca 

agua  caliente  garam-pani 

agua  fría 

tanda-pani 

aguja 

súi 

agricultor 

mali 

alacrán 

bichí 

allá 

juát 

aquí 

giá 

algodón 

ruí 

alto 

unchá 

almuerzo 

cana-cáu 

amarillo 

piar 

ano 

gar 

año 

bares 

anda  ligero 

yauyeldí 

anzuelo 

bandsí 

árbol 

gacha 

arco 

gulel 

arena 

balú 

aroma 

át-tár* 

arriba 

utchá 

autoridad 

lat 

ayer 

cal 

azúcar 

chiní 

azufre 

gandac 
chundá 

azul 

jarriel   . 

Bachaco 

baile 

nacho 

bajo 

nich 

barba 

dargi 

baño 

asnana 

barro 

caddo 

bastante 

bojout 

barriga 

piet' 

beber 

pía 

beso 

chummá 

bonito 

atchá,  sugar 

bueno 

ba-lá 

brazo 

poncha 

bigote 

moch 

boca 

mu 

blanco 

uyer 

burro 

gad'já 

Caballo 

gorá 

cabeza 

capar 

cabello 

bal 

cachete 

gar 

caimán 

gojo 

calambre 

daráh 

calentura 

bocar 

calor 

garam 

camino 

rastá 

camiza 

curta 

canas 

bal-uyilá 

canalete 

dará 

candela 

ag'n 

cangrejo 

quecará 

cara 

muj  chejará 

carbón 

cuela 

40 

TAVERA-ACGSTA 

carne 

gos 

casa 

gar 

casado 

biotá 

catarro 

zerdi 

cejas 

nain 

ceniza 

raqua 

ciego 

cana 

cielo 

azmán 

cerdo 

zúar 

cerro 

pajar' 

collar 

mala 

conuco 

quet 

colorado 

lal 

conmigo 

jamara -san 

contigo 

tummara  san 

corazón 

querena 

costillas 

pát-tui  ji 

cucaracha 

umacará 

clavo 

cati 

culebra 

saráap 

cuñado 

band  jói 

curiara 

nao    (23) 

Chiquito 

chota 

chivo 

báquiri 

Dedo 

aunri 

defecar 

desá  firega 

desnudo 

nangáj 

despacio 

susu 

diente 

daat 

diablo 

satán 

día 

din 

de  él 

usca 

dolor 

pira 

dos  semanas 

du-demás 

dulce 

guré 

dos  años 

du-barés 

Dios 

Málic    (24) 

Enfermo 

malina 

él 

uá 

embarcación 

yajay 

empalizada 

áal 

escritura 

liceo 

espejo 

ainac 

estrella 

taiá 

embustero 

yút-tá 

excremento 

mailá 

extrangero 

pardesi 

está  bien " 
vestido 

caparat cup  ^ 
pagiray  \ 

Familia 

paloare 

fea 

pula 

flaco 

dubor 

flecha 

tir 

flores 

pful 

frente 

zir 

frío 

yara 

Gallo 

murga 

galhna 

murguí 

garganta 

garla 

gato 

bilí 

gavilán 

guida 

grande 

bárecá 

gente 

ádemí 

Gobierno 

Lat 

golpes 

cót-t'maró 

gordo 

mota 

grillo 

jatcarí 

guacamaya 

tota 

(23)  En  Yabitero  canalete,  remo,  se  dice   nao,  najo. 

(24)  También  lo  denominan  Rtima^    Ram,    Koda,    Ajaiicáu.- 
Notas  del  Autor, 


EN 

EL    SUR DIALECTOS    INDIGE 

NAS                  41 

Hambre 

bojuca 

harina 

at-tá 

hediondo 

basaje 

hermano 

bajay 

hermana 

bajina 

hilo 

dora 

hojas 

pát-tá 

hombre 

márat 

hormiga 

chuti 

hondo 

gagil 

hoz 

jazúa 

hoyo 

garajá 

hueco 

cheda 

hueso 

jád-di 

humo 

dúha 

Iguana 

mangoró 

iglesia 

mejyite 

Jardín 

bac-fruari 

jardinero 

mali-bac 

T     r 

efe 

raya 

joven  (el) 

chaurá 

joven  (la) 

chaurí 

Labios 

torr 

ladrón 

charr 

laguna 

poccará 

largo 

bárecá 

leche 

dud 

lengua 

vibac 

lágrimas 

as-guirege 

ligero 

yal'dí 

loco 

paila 

loro 

zuga 

luna 

?:uruchi 

luz 

chirare 

Llanto 

rotaj 

lloviendo 

bar'ca 

Mamá 

mai 

machete 

quriche  c  a  tari 

madure 

pócat 

maiz 

macái 

mano 

jat 

mar  (el) 

samundara 

mono 

band're 

mi,  mío 

jammara 

monte 

gas 

mendigo 

pfaquir 

muchacho 

beta 

muchacha 

betía 

mujer 

aurat 

mucho 

bojout 

murciélago 

chamgudere 

muerte 

maral 

Nalga 

chutara 

nariz 

nac 

negro 

cala,    caria 

nervio  vir. 

nuni 

noche 

raat 

no 

nejí 

Norte 

Daquin 

nubes 

bád're 

Obscuro 

and'jera 

ojos 

aac 

orejas 

caan 

Oriente 

Purú 

Occidente 

Pacha 

orinar 

pizáua 

oyendo 

zuñó 

Papá 

bahba 

pájaro 

chiriá 

papel 

caguech 

paloma 

cabútara 

pañuelo 

rumal 

pecho     de 

mujer 

chuchi 

pecho 

chati 

pestaña 

bar 

42 

TAVERA-ACOSTA 

persona 

ád'mí 

pescado 

máchili 

perro 

cúttá 

perico 

zuga 

pierna 

yan 

piedra 

pat-tal 

pies 

gorr 

piel 

chamara 

podrido 

serguia    ó 

saral 

pólvora 

baruda 

pollo 

batchá 

puerta 

quéuari 

pluma    para 

escribir 

cálam' 

Quemar 

yerado 

Rabo 

poch 

rabia 

res 

rana 

me~hagá 

rama 

dará 

relámpago 

bíyuli 

rayo 

bíyuli-quirá 

río 

nad-di 

rodilla 

tiona 

Sal 

nimác 

sangre 

cun 

sapo 

me-hagá 

sed 

pías 

sepultura 

garagá 

sí 

ja 

sol 

cham 

sombrero 

topí 

Sur 

Utere 

Tabaco 

tamácuro 

tarde 

abela 

techo 

tchapuar 

tierno,  verde 

quétcha 

testículos 

péljar 

tierra 

mati 

tigre 

bag 

tizón 

agn 

trabajo 

cam 

triste 

bajal 

tristeza 

mane  malín 

toro 

bei 

tortuga 

cádchuá 

tú 

tum 

tu,  tuyo 

tum-mara 

turbante 

págueri 

trueno 

gariyá 

Una 

nócum 

Vaca 

gau 

venado 

jaren 

verde 

jariar 

veneno 

y  ajare 

vestido 

caperat 

vida 

jantzá 

viejo 

burjá 

vieja 

burgía 

viento 

jáua 

viudo 

aquelaj 

vulva 

bure 

Ya 

abijiyaga 

yo 

jam 

yerba 

gaas 

Zamuro 

guid 

zancudo 

macarr 

zorro 

biyí 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


43 


Este  lenguaje,  según  los  indígenas  de  la  capital  del 
Indostán,  es  hijo  del  Sánscrito,  ó  Sáns  -kirlio,  como 
pronuncian  ellos.  Véanse  á  continuación  algunas  pala- 
bras de  esa  lengua  antigua,  que  hemos  tomado  de  la 
Gramática  del  Sánscrito  clásico,  por  el  Dr,  Francisco 
María  Rivero.  (Madrid,   1881) 


Abajo 

ana 

hombre 

pumams 

agua 

apa 

hueso 

asthi 

amigo 

sakhi 

Ir 

ya 

arriba 

úttara 

Joven 

yuuan 

al  rededor 

pari 

Lejos 

arat 

atrás,  fuera 

para 

Llamar 

hue 

aquí 

ihá 

Más  alia 

ati 

azul 

nila 

mojar 

und 

Boca 

baktra 

mujer 

stri 

brazo 

dos 

muslo 

zakthi 

bueno 

su 

Nave 

ñau 

Camino 

pathin 

nieto 

náptri 

compañero 

mitra 

nieta 

pautra 

cielo 

diu 

Ocultar 

guh 

cuando 

yadi 

ojo 

akxi 

Debajo 

upa 

Pensamiento 

mati 

delante 

pra 

perro 

zuan 

dentro 

ni 

poeta 

kavi 

después 

anu 

puro 

zuchi 

día 

ahán 

Rápido 

taráh 

doblar 

nam 

rey 

rayan 

Entrar 

vic 

rico 

magauan 

enfrente 

prati 

río 

wad 

excremento 

zakrit 

riqueza 

ray 

Grande 

mahat 

Saber 

budh 

Hacia 

abhi 

sangre 

asrij 

hendidura 

3 n tara 

señor 

pati 

hijo 

putrá 

sobre 

api 

hija 

duhitár 

suero 

dahdi' 

Toro 

g.o 

viscera 

yakrit 

Vejez 

jara 

Yo 

ahám 

CA.PITULO  A^I 


Un  artículo  sobre  un  libro  de  Julio  Gaicano — Inconvenientes — 
Número  de  lenguas  y  dialectos  recojidos — Conclusión  — 
Homenaje. 


No  queremos  concluir  estas  líneas  sin  traer  á  con- 
tinuación párrafos  de  un  trabajo  nuestro,  que  publica- 
mos en  1 90 1,  en  la  Revista  Horizontes,  órgano  del 
"Centro  Científico-Literario"  de  esta  Ciudad,  de  cuya 
redacción  formamos  parte  con  el  carácter  de  Secretario 
de  correspondencia  de  aquella  Corporación.  Ese  tra- 
bajo tiene  relación  con  algunas  voces  indígenas  del  Sur 
de   Guayana.    Helos   aquí  : 

Eli  estas  apartadísimas  regiones  nos  lia  llegado  á 
las  manos  la  monumental  obra  de  Don  Julio  Cakaño, 
El  Castellano  en  Venezuela,  cuyas  páginas  liemos  leído 
y  releído,  sirviéndonos  ellas  por  muclios  días  como 
de  consuelo,  ausentes  como  nos  bailamos  de  todo  cen- 
tro civilizador. 

En  verdad  :  sólo  ocupan  el  espíritu  aquí  tan  cer- 
ca de  la  línea  ecuatorial,  el  estudio,  la  meditación  y 
el  recuerdo;  y  la  contemplación  de  los  bosques  inmen- 
sos, de  los  glandes  ríos  y  de  las  múltiples  maravillas 
de  la  Naturaleza,  que  se  imponen  con  fuerza  como  de 
cosas  sorprendentes,  desde    los   fucilazos    del    Duida, 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  45 

oercii  de  la  Bifurcación  del  Orinoco,  hasta  el  vario  co- 
lor de  las  aguas  de  estas  hoyas  hidrográficas,  y  sus 
raudales  terribles  y  niagestuosos  cdh  su  grito  eterna- 
inente*atronadoi'. 

I  Cuántas  riquezas  encierran  estas  regiones! 
¡  Cuántos  secretos  se  esconden  en  sus  selvas  vírgenes  ! 
;  Cuántos  descubrimientos  importantes  no  harían  geó- 
logos,  naturalistas  y  antropólogos  ! 

Ah  !  si  estas  comarcas  estuviesen  pobhxdas  sufi- 
cientemente. . .  .si  la  mano  inmensurable  del  Proí»re- 
so  llegara  hasta  eUas.  .  .  .con  qué  placer  no  escucha- 
]*ían)os  el  silbato  de  las  locomotoras  rompiendo  '^el 
ruido  del  silencio  en  la  montana"  y  asombrando  al 
indolente  indígena  con  su  fatigoso  respirar  de  mons- 
truo herido  I  Con  qué  fruición  no  veríamos  cruzada 
esta  gigantesca  red  fluvial  por  vapores,  cuyas  sirenas 
y  penachos  de  humo  despertarían  como  á  nueva  vida 
Ja  apa(;ible  tranquilidad  de  los  hogares  indios  !...  . 
Oh,  cuan  cierto  es  que  el  trabajo  es  i)rogreso  y 
redención  ! 

Pero,  nos  separamos  de  nuestro  objeto. 

Hemos  calificado  de  monumental  la  obra,  y  á 
nuestro  pobre  criterio  sí  lo  es  :  consagrada  á  la  litera- 
tura  líispano-americana  ;  que  bien  queda  el  nombra 
de  Julio  Calcaño  entre  los  maestros  del  habla  de  Cas- 
tilla, y  de  quien,  si  ya  no  tuviera  tantos  títulos  adqui- 
ridos en  el  campo  de  las  letras,  podríamos  con  oi'gullo 
exhibir  hoy  su  enciclopeLlicí)  trabajo  en  coníii'mación 
de  nuestro  aserto. 

El  Castellano  en  Venezítela  es  obra  de  consulta^ 
que  no  debe  faltar  en  ningún  Centro,  llámese  Acade- 
mia ó  Ateneo,  Redacción  de  periódico  ii  Oficina  Pu- 
blica, Biblioteca  ó  Gabinete  de  estudio.  Kn  ella  en- 
contrarán los  literatos  y  los  amantes  de  la  gaya  cien- 
cia útilísimas  lecciones  y  consejos  eruditos,  [)orque 
es  ardua  labor,    noblemente  altruista,    emprendida    y 


46  TAVERA-ACOSTA 


llevada  á  cima  por  tan  notable  lionibre  intelectual, 
quien,  á  nuestro  juicio,  ha  superado  á  quienes  se  han 
ocupado  en  estudiar  la  íilología  y  lin<^üística  venezola- 
nas, y  llegado  al  zenit  donde  brillan  Bello,  Salva, 
Monlau,  Cuervo,   Baralt,  Barcia  y  otros. 

Rodeados  como  estamos  aquí  por  tantas  tribus  de 
distintos  dialectos,  al  encontrar  en  la  página  422,  de 
su  Capítulo  Etimologías^  la  palabra  plátano,  leímos  : 
''Los  indios,  digo,  corrompieron  la  voz  plátano.  El 
cumanagoto  le  llamaba  curatane  ;  el  goagiro  prana  y 
pitrana\  el  caribe  balatana\  el  ^dWhx  par  atañó  n^  para- 
tana  y  balata7ia  ;  el  'íSA'waq.'A  platena\  el  rucnyano  paru- 
rú  \  el  C'dv\'](m^  pa7?í  ;  el  piapoco/>^r(^¿'?^;m  ;  el  bai'é 
pavana  y  palanu\  el  piiinaví  sáua  ;  el  piaroa />¿zr ///-?/  ; 
el  guarauno  simó  ;  el  cñviiúñco  palíihí  ;  el  chaima  dala - 
tana  y  banana\  y  así  las  demás  lenguas  y  dialectos  in- 
dígenas derivando  la  voz  barbaraujcnte,  casi  todas, 
del   castellano  plátano." 

En  ratifícación  de  lo  transcrito  nos  dimos  luego  á 
indagar  entre  los  aborígenes  y  encontramos  confírma- 
da  la  disquisición  etimológica  del  ilustrado  acadé- 
mico.    (25) 

En  efecto,  en  los  dialectos  de  los  hijos  de  estas 
regiones  denomínase  al  plátano  así  : 


(25)  Sin  embargo,  Prescott  dice  :  "Es  una  equivocación  supo- 
ner que  esta  planta  no  era  indígena  de  la  América  del  Sur.  La 
hoja  de  plátano  se  ha  encontrado  muchas  veces  en  los  antiguos 
sepulcros  peruanos.»— ^z^^/za  í/^ /¿í  Conquista  del  Per ii^  Cap.  IV, 
Libro  I,  Nota. 

Y  José  Abelardo  Núñez  :  "Fueron  lo-s  Aztecas  buenos  agri- 
cultores, y  supieron  aprovecharse  de  la  feracidad  del  suelo,  así  co- 
mo de  la  variedad  y  riqueza  de  frutos  que  producía  el  territorio  de 
Anahuac.  Además  del  maíz  y  del  plátano,  cultivaban  el  algodón 
que  sabían  tejer  con  primor  y  teñir  con  vistosos  colores,  y  cono- 
cían también  el  uso  del  cacao  con  el  que  hacían  el  chocolate.»—^/ 
Lector  Americano^  núiH.  3,  página  49. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


47 


Oaiúzaiia 
Yaba  va  na 
Maco 
Piiinalle 
]Maqu  i  rifare 
Piapoco 
TJajibo 
Ya b  i  tero 
Caiba 


paran a 

padurru 

pálulu 

tootpalot 

pádiirru 

parátuno 

prátano 

jaratan 

balatnna 


Piaroa 

Baria 

Geral 

Uareca 

Maquiritare 

Sáliba 

Uajibo 

Baniba 

Mandauaca 


paruru 

pan ara 

paacoa 

parátana 

fádurru 

plátuna 

balátuna 

palátano 

paran a 


vocablos  éstos  que  evidentemente  son  variantes 
de   una  sola  palabra. 

La  voz  sáiia,  ságua  ó  sáhua^  de  losPninabes.  es  el 
cambur  pequeño (  26  ) 

Casi  todos  los  indígenas  del  Orinoco,  Rionegro  y 
Amazonas  abarcan  en  una  sola  denominación  las  va- 
rias musáceas  existentes,  las  cuales,  indudablemente, 
fueron  importadas  al  alto  Orinoco  por  los  religiosos 
españoles,  á  mediados  del    siglo  XVIII.     (27) 


(26)  Los  Yaruros  llaman  al  cambur  ;^¿^;'¿^//¿^^¿í  y  al  plátano  para- 
tiina-anná,  ó  sea  cambur  grande  ;  el  Caribe  dice  panero,  y  al  cam- 
bur lo  llama  patatuná;  los  Uaraos  lo  denominan  plátano  q  palata- 
710,  y  al  cambur  simó,  y  los  Mdi'poy os pdanc. 

Véase,  asimismo,   en  otros  lenguajes  sud-araericanos  : 


Ta  man  acó 

paruru 

Chontaquiro 

parianta 

Otomaco 

paruru 

Conobo 

paranta 

Ayamán 

pratan 

Antis 

parianti 

Macusi 

baluru 

Uaraní 

pacoba 

Aruací 

prátano 

Chiquita 

p  a  coba 

Uuaicura 

banana 

Tupí 

pacoa 

Mirripú 

tiparantan 

Cocaima 

panara 

Campi 

parianti 

Omáua 

panara 

(27)  Sinembargo,  después  que  publicamos  estas  líneas  nos  ha 
informado  el  señor  Dámaso  Romeo,  antiguo  Comisario  de  Atures, 
qne  en  las  regiones  que  median  entre  el  Sipapo  y  el  Bentuari  exis- 
ten grandes  platanales  s'lvestres  ;  y  hasta  hoy,  que  se  sepa,  no  hay 
constanc'a  histórica  de  haber  estado  en  ellas  reigliosos  ó  misione- 
ros. — Notas  del  Autor, 


48  TAVERA-ACOSTA 


r  asiniisiio  sucede  con  los  vocablos  castafia  y  na- 
ranja, que    los    aborígenes   dicen    catana  y  navaja, 

Satisfecho  y  mucho  debe  hallarse  de  su  libro  el 
afortunado  autor;  y  más  si  se  atiende  á  que  á  la  vera 
de  su  camino  de  triunfos  redentores  — que  bien  cabe 
calificar  así  á  las  incruentas  victorias  de  la  idea — ha- 
brán salido  quizás  muchos,  llenos  de  pavorosa  en\'idia, 
á  ladrar  como  los  perros  de  la  caravana,  su  propia 
mezquina  insuficiencia .... 

Como  saludo  de  siglo  nuevo,  que  enviamos  al  Nor- 
te desde  el  extremo  Sur  de  nuestra  Patria,  en  Innne- 
naje  de  cariñoso  recuerdo,  vayan  estas  líneas  al 
maestro,  empapadas  en  los  efluvios  de  las  selvas 
amazónicas. 

Continuemos. 

No  obstante  los  casi  insuperables  inconvenientes  de 
las  distancias  á  que  viven  unas  naciones  indígenas  de 
otras,  nosotros  pensábatríos  anotar  el  mayor  número  po- 
sible de  palabras  y  de  frases  de  los  dialectos  que  se  ha- 
blan en  toda  aquella  región  de  la  Patria  ;  pero  tuvimos 
que  desistir  del  propósito  ante  la  suspicacia  de  un  ser  in- 
ferior que  ejercía  el  Gobierno.  Más  aún  :  tuvimos  que 
apelar  á  la  retirada  de  aquellos  lugares,  en  donde  tan- 
tos mandarines  se  han  creído  autorizados  para  atropellar 
todo  fuero,  censtituyéndose  en  señores  de  horca  y  cuchi- 
llo y  dueños  absolutos  de  los  pobres  naturales.  ... 

Así,  pues,  sólo  pudimos  recoger  vocablos  de  unas 
quince  tribus,  y  no,  precisamente,  por  desgracia,  de  las 
que  ya  tienen  pocos  representantes  en  el  día,  como  la 
Pasimonabis,  Curasicana,  &.  Después  tomamos  el  Ca- 
ribe, el  Uarao  ó  Uarauno,  el  Pumé  ó  Yaruro  y  el  Cua- 
cua  ó  Mapoyo  :  el  primero  se  habla  también  en  los  lla- 
nos de  Barcelona  y  de  Maturín,  el  otro  en  los  caños  del 
Delta  del  Orinoco,  el  Yaruro  entre  los  indios  de  los 
ríos  Arauca,  Cunabiche  y  Capanaparo,  y  el  último  al 
sur  de  la  Uruana  y  en  las  orillas  del  Paruaza. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  49 


Sin  embargo,  tenemos  la  satisfacción  de  poder  de- 
cir que  yingún  compatriota  ha  recogido  hasta  hoy  — y 
pensamos  también  que  ningún  extrangero —  mayor  nú- 
mero de  vocabularios  indígenas  de  Venezuela,  que  los 
que  publicamos,  sin  pretensiones  de  ninguna  clase,  en 
las  páginas  de  este  volumen.  En  ellas,  como  fácilmen- 
te comprenderá  quien  se  digne  leerlas,  no  luce  por  mane- 
ra alguna  la  inspiración  científica.  Son  simples  obser- 
vaciones tomadas  en  su  propio  medio  y  escritas  con  la 
sinceridad  de  quien  no  ha  tenido  el  necio  placer  de  obs- 
tentar  erudición  ni  ha  querido  atiborrarse  de  ideas  con- 
signadas en  libros  europeos  ;  advirtiendo  de  paso  el  au- 
tor, que  en  veinte  años  de  viajes  ha  logrado  beber  las 
aguas  de  los  más  grandes  ríos  de  su  patria  :  el  Orinoco, 
el  Meta,  el  Uabiare,  el  Rionegro,  el  Apure,  el  Bentuari, 
el  Caroni,  el  Caura  y  el  Bichada,  sin  contar  otros  más 
pequeños,  como  el  Siapa,  el  Atabapo,  el  Casiquiare,  el 
Yuruari,  el  Uñare,  el  Neverí,    etc.,  etc. 


1906, 


lün  d  Sur-  Dialectos  Jiid'igen::», 


50  TAVERA-ACOSTA 


Estas  páginas  vienen  hoy  á  la  publicidad  merced  á 
los  generosos  estímulos  de  nuestros  ilustres  compatricios 
señores  doctores  Gaspar  Marcano,  Lisandro  Alvarado, 
José  Gil-Fortoul,  Alfredo  Jahn,  Pedro  Manuel  Arcaya 
y  Tulio  Febres-Cordero,  quienes,  con  el  verbo  lumino- 
so de  su  palabra  escrita,  nos  han  impulsado  á  llevar  á 
cabo  la  tarea. 

Son  ellos  délos  pocos  que  laboran  concienzuda- 
mente en  pro  de  los  verdaderos  ideales  de  la  antropolo- 
gía venezolana,  sin  que  nada  sea  óbice  á  detenerlos  en 
su  hermoso  derrotero.  Y  mal  podríamos  dejar  de  co- 
rresponder al  noble  estímulo  de  esos  apóstoles  del  saber, 
que  van  alumbrando  los  horizontes  de  la  Patria  con  los 
fulgores  de  su  inteligencia,  así  como  de  recordarles 
en  estas  líneas  nuestro  respeto,  en  homenaje  de  consi- 
deración distinguida. 


Ciudad-Bolívar  :   (Venezuela)   1907. 


Seoainda   Parte 


(Vocabularios  indígenas,  notas  i  observaciones) 


1 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


53 


Baniba  (i) 


Abajo 

epi-neje 

amancebado 

is-shuare 

abierto 

aitá 

amistad 

pué-iana 

abuelo 

na  ando 

animal 

cuészi 

abrazo 

aput-tá 

ano 

ziáp-puli 

acostado 

tuája 

andar 

sá-ua 

adelante 

nombopi 

anda  tú 

pi-ía  sá-ua 

adiós 

notzatuiapizíua 

anzuelo 

potessi 

aflicción 

cui-ió-le-shiare 

anhelo 

nue-iaja 

agachado 

iamita  ua 

año 

uen-ni  ame 

agua 

uen-ni 

apellido 

siana 

aguacero 

uenni-ame 

aquél 

et-táj,  enitáj 

aguja 

áha-uí 

aquéllos 

eni-paro,    enita- 

"agradecido 

.  énami  anétue 

paro 

agradable 

arsipege 

aquélla 

a-iutáj 

ahogado 

uiraná 

aquella 

auini 

ahora 

iália,  iáriua 

aquéllas 

a-iu-paro 

almuerzo 

ciaja 

ellas 

anitsui 

alegría 

azoro-pen-na 

araguato 

morol-li,mororli 

aquí 

uáhni  jí           \  arroz 

arótza 

allá 

uat-ta,uat-sitá''^ 

^rbol 

mín-napi 

alto 

ni-hué 

araña 

uru 

alumbrar 

anana 

arriba 

ani-uabá 

alúmbralo 

piaña   teta 

arrodillarse 

benditaátáua 

alacrán 

tzedze 

arco 

zabituletzi 

algodón 

áuarli,  áual-ri 

arco-iris 

bi-uarli 

altanero 

pitaña 

arena 

iatsinaja 

amarillo 

téual-li 

asado 

tema-nezi 

amor 

pué-iana 

asesino 

maiaatzi 

asqueroso 

ana  gudue 

asimismo 

arebítziró 

atajo 

sábul-li 

abre  la  puerta 

piaita-panisi 

atrevido 

pitaña 

pul-li 

aurora 

iáua-iaperi 

adelante,  qué 

autoridad 

améua,  oméua 

tal? 

pidáua  iu-uaba? 

auyama 

uí-iama 

agua  fría 

uen-ni    áui-uini 

activo 

adzeje 

agua  caliente 

uen-ni   atal-li 

avispa 

ani 

alli  vienen 

anini  nupá 

ayer 

ia  ziá 

allá  está 

uái-taja 

azul 

gózel-li 

anda  ligero 

pitza    carebút- 

Bava   (2) 

dóbiri 

zialo 

(1)  No  tiene  sonido  de  R  ni  de  G  fuertes;  la  Sh  se  pronuncia 
como  en  el  idioma  inglés.  El  Baniba  es  la  lengua  principal  del 
Rionegro  desde  las  fronteras  con  el  Brasil   hasta    las    poblaciones 

»  del  altoUainía.     El  acento  es  llano,  su  pronunciación  es    dulce  y 
reposada  y  tiene  muy  marcado  el  sonido  labial  de  la  B  y  de   la  P. 

(2)  De  la  familia  de  los  saurios, — Notas  del  Autor, 


54 


TAVERA-ACÓSTA 


Baniba 


bachaco 

ú-eje                 ^ 

X^azúcar 

azoca 

baile 

tamai-li 

aquí  está 

éro-neje 

bajo 

buátil-li 

bonita 

uendó  áneli 

baniba 

baníua 

borracho 

ui-iú  duadálumi 

baño 

anája 

bostezo 

tap-pa 

báquiro 

apida 

bostezando 

tap-pataja 

baiba 

sanomatzi 

blanco 

ál-lil-ri 

barriga 

tziabo 

blanco 

ál-lir-li 

barro 

iásipe  epi  ueni 

brazo 

nano 

bastante 

súb-beri 

buque 

piráua 

basióii 

dúmine 

bueno 

anetue 

baúl 

patoa 

buena 

anétoli 

beber 

co-ho  rúa 

busco  yo 

,nue  iaja 

bejuco 

ata 

busca  él 

pi-ia  ue-ié 

l)oca  (mi) 

non  urna 

bu da re 

tali 

Cabeza  (mi) 

nombó 

boca  de  caño 

uapaniuabup-pi 

cabezón  (3) 

puri 

buenos  días 

alia  mabi 

caño 

uabuppi 

buenas  noches 

iá-uabi 

caclr'camo 

uétze 

cabeceras  de  río 

aipera-uenni 

caimán 

amana 

cabello  (mi) 

notzípana 

calambre 

sitzirana 

cachete 

caco 

calentura 

shu-uenni 

ciego 

membo 

caldero 

sil-li,  sir-li 

cielo 

énno 

calor 

alzarebe 

cerbatana 

uatapa 

cambur 

matzero 

cobre 

cúperi 

camino 

tanepo 

cobarde 

iu-iútsipie 

canas 

baliaja 

concha  ó  cor- 

canalete 

neiupa 

teza 

mát-tami 

cangrejo 

cátzi 

collar 

penatzi 

\  candela 

arshi 

conuco 

mioli 

cansado 

macar-lena 

comes  tú  ? 

pi-iaej  ? 

canto 

cánitá 

con  él 

in-má 

caña 

cu  iáiziro 

con  ella 

iu-má 

caño 

uabnp-pi ' 

conmigo 

no-má 

cara  (mi) 

napuná 

contigo 

pi-má 

caine 

mittzi 

Q'-)r\ 

epi,  má,  api 

cariño 

nana,  pue-iana 

comida 

caca 

carta 

papera 

compañero 

iáfitua,  iálitua 

carroza 

paniáccar-li 

corriente 

i-iúpsini 

carbón 

zerémari 

colorado 

íral-li 

casa 

pana,  panizi 

corredor 

cupi-iara 

casado 

es-shudaro 

cortar 

notéroca 

catarro 

raatützi 

corrompido 

zítsil-li 

(3)  Cada  vez  que  menoioiíamos  esta  palabra  en  éste  y  en  los 
Vocabularios  subsiguientes,  es  refiriéndonos  al  quelonio  cono- 
cido con  aquel  nombre. — Nota  del  Autor. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


55 


Baniba 


casabe 

caca 

costillas 

pátape 

cena 

á-iarsi 

cuándo  ? 

iúmere,iumireje 

ceniza 

palitzi 

curare 

mauaurli 

rejas 
X^cerdo 

da-uitá 

cuñado  (mi) 

nóho-li 

coczi 

curiara 

morupa 

cerro 

iapa 

culebra 

júmeni,   jómeni 

cerrado 

rícabo 

cuerpo 

mínapi 

ciempiés 

uasi  mauilítare 

cuentero 

atzinerej 

cruz 

corotza 

cucaracha 

cumarara 

cabeceras  de  un 

claro 

órol-li 

caño 

ai  peni  uabuppi 

claridad 

oror-li 

cierra  la  puerta 

pirica     paniziv> 
pul-li  ^ 

\clavo 

tápua 

crimen 

utsubálibo 

caminó  mucho 

iótzino  ta-bapá 

con  aquél 

in-má 

coje   mi  som- 

pianta    notsa- 

con  aquélla 

iumá 

brero 

puana 

cuánto  vale 

cómo  estas  ? 

izereim  bedapi? 

esto  ? 

ipereje  nenije  ? 

cuándo  llegaste 

*  i  ú mere  pinopa  ? 

camino  yo 

notabapá 

cómo  te  llaman' 

*  ís-shi  pisiná  ? 

caminas  tii 

pitabapá 

cuándo  vienes? 

iómere  pipa  pi- 

camina  él 

étabapá 

nopaja  ? 

cuándo  te  vas  ? 

iómere  pisáua  ? 

Chácharo 

suara 

con  cariño 

api-nana 

chato 

cád-dece 

chisme 

ua-iáneshi 

chinchorro 

bitzá 

chiquichique 

marama 

chipiro  (4) 

colilo 

chivacoa 

lel-lo 

chispita  (5) 

mátzi 

chorro 

i-iúpini 

Dame 

pitana-ié 

chubasco 

chibaco 

danta 

ema 

Delgado 

purapiame 

daño 

uí-iuali 

día 

péposi,  are 

dedo  (mi) 

nápibo 

Dios 

Diotzo 

dedo  del   pies 

nótsibo 

diente 

narzi 

de  él 

ishideca 

diablo 

iénahabapen 

de   otro 

décata 

diíícil 

parencie 

de  ustedes 

ni-deca 

diferente 

pape-ianatzi 

debajo 

epiná-aabá 

discurso 

iúaretá 

defecar 

iáh 

dónde  ? 

dábene  ? 

desnudo 

urárabimáy 

dolor 

cá-uina 

despacio 

oiubalo 

dos 

ennaba,  ennáua 

después 

uenni-apa 

de  nosotros 

uadeca 

desunión 

iabedepia  niua- 

de  aquéllos 

ni  deca 

nije      de  éste 
ilia  de  los  quelonios. 

ne-ni 

(4)  De  la  fain 

(5)  La  chispita  es  una  hormiga  pequeñita,  amarilla  y  muy  cáus- 
fica  su  mordedura.  En  casi  todos  nuestros  vocabularios  la  men- 
cionamos, pues  es  muy  común  en  aquellas  regiones. 

Notas  del  Autot . 


56 


TAVERA- AGOSTA 


Baniba 


deseo 

deque  color  es? 

dolor  de  cabeza 
dolor  de  muelas 
dolor  de  pierna 
dame  tu  mano 

El 

ellos 

el  mismo 
espíritu   malo 
embustero 
empalizada 
encorbado 
encima 
enfermo 
espíritu,  alma 
este 
ese 

estriba 
estrellas 
escritura 
escarabajo 
ella  es 
ella  es 
ellos  son 
escándalo 
estoy  cansado 
es  verdad 
esta  noche 
el     nombre  de 
aquéllos 
ése  es  mi  esposo 
Fácil 

falta    (una) 
familia 
fatiga 
fea 
felicidad 
fétido 
fin 


(6) 


dónde  está  ella? 
dame  tu  som- 
brero 
dos  años 
dos  semanas 
dos   meses 
dos  días 
ella 
ellas 
espejo 
espina 
esposa 
época 
esquina 
enfermedad 
ésta 
éha 

escopeta 
estriba  ,^ 
escardilla 
escúchanie 
él  es 

él  es      ^       ► 
exhalación 
extraño 
ellas  son 
escribiendo 
estás  cansado? 
escribes  tú  ? 
están  bailando 
está  vivo 
esa  es  mi  esposa 
fuerza 
flaco 
frente 
flecha 
frío 
frijol 
frito 

isshibaruma  paue-iare 
zítsii-li  frontera 

babuie   siame       frutas 


nue-iaja 
is   shi    iánali 
nel-li  ?^ 
cá-uina  nombó 
cá-uina  uarshi 
cá-uina  tá-uaná 
pitaña  yué  pi 
api 
eni  ji 
e-paro 
éero-paro 
máuare 
bit  sé u ene 
curara 
iámíndami 
uayuíneje 
anonásiami 
marutshi 
eníj 

eniji-ieiaje 
barabocúa 
uiminel-li 
ianatabó 
li 

aiuniji 
aiutsui 
é-paro 
iá-ieri 
ieremiana 
penélolo 
eni  yarsapoa 

ue-siná 
ietsui  nomije 
iasé  sinapié 
pat  ziábamielo 
tzábine 
mapuiape 
masiníndaro 


dábáio  ? 
pitaña  yue 

sápuana 
enáua  uenniame 
enáua   shemaná 
enáua   arshita 
enáua  péposi 
aiuiáj 
aiu-paro 
iapo 
úribi 
somi-áua 
benamitzi 
tauána 
anonarsi 
aiuniji 
aiutá 
mucáua 
barabacoa 
záharoná 
pidana  iotsana 
eniji 
iétsui 
conetziiTii 
yaránabe 
aiunij  i-paro 
ianatáj 
iame  carepi  ? 
pi-ianatá  ? 
mali-itamá 
vsome  ial-li 
aiuiánotsoare 
iótzi 

purapianie 
puna 
uepepi 
apa  tenoié 
cumana 
pirito 

fronterana 
átebu 


(6)  Aparato  hecho  de  cañas,  palos  y  bejucos  que  se  coloca  so- 
bre el  fondo  de  las  embarcaciones  para  soportar  la  estiba  ó  para 
evitar  que  esta  se  moje.  También  es  una  especie  de  troje  pequr- 
ña  que  hacen  los  indios  para  asar  ó  ahumar  los  productos  de  la 
pesca  y  de  la   cacería. — Nota  del  Autor. 


I 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


S7 


Baniba 


fogón 

fumas   tú? 
V/ Gallo 
'W^gallina 
/^gancho 

garrafón 

garganta 

garabato 

garrapata 

Karza 
Vgato 

gavilán 

Gobierno 

gota 

gordo 

gracias,  muy 

guinda     tu 

Hablando 

hacha 

hambre 

hambriento 

hasta 

hediondo 

herida 

hermano 

hermana 

hierro 

hijo  (mi) 

hilo 

liipócrita 

hojas 

hombre  mal 

Igual 

idioma 

imagen 

incendio 

Jamás 

Jefe 

jala  duro 

ladrón 

lagartija 

la  misma 

leal 

lealtad 

leer 

teña 

libre 

limpio 


Xhii 


arshípul  li 

pi-iuaja? 

gente  extraña 

yará  nabe 

cuame  enapeni 

golpe 

iaáriji 

cuame 

goma 

mpiatzi 

mauársi 

guama 

milessi 

dametzana 

guaral 

potet  simana 

aneto 

guayuco 

uaiuco 

mauársi 

guacamaya 

uaca 

tup-pari 

grande 

sótzilii 

mari,   malri 

gratitud 

apinarsi 

mitchi 

guerra 

uh-huí 

ó-ohí 

grillo 

pitzi 

améua,  oméua 

grito 

supe-  emaj 

tiip-piá 

grueso 

sit-ta 

cadene,    sit-ta 

'  agradecido  le  quedo 

sotzi   Diotzo  iurepari  tari  pih 

chinchorro 

piupita   pi  bitsá 

noaiatá 

hombre 

enami 

zóhua 

hondo 

badsihué 

mauál  li 

honrado 

anét-toe 

mauál-liami 

honor 

tínajh 

ata 

hormiga 

cabítziparo 

égol-li 

horrible 

utsudérnami 

acóueni 

huevo 

inena 

iaritáua 

huellas 

apunarsi 

ial-lia 

huesos 

ippionaja 

tzipara 

humo 

siálil-li 

not-tani 

hace  tiempo 

benamitzi 

áual  li 

hoyo 

é-hui 

utsudérnami 

hasta  cuándo  ? 

ata  iumere  ? 

asape 

hasta  aquí 

ata  uanij 

o      énanii  utsubali 

hombre   que 

parijoro  epiji 

silba 

énami  suial-li 

uayani 

inmoral 

ai  ara  minel-li 

enánaja 

invierno 

uenniame 

nétáua 

insolente 

pitaña 

baboi-iasiap 

isla 

cád-dumel-li 

zaliánarsi 

jején 

cabio 

iotsi    piñuela 

joven 

uendóanel-li 

amí  tole 

justo 

yusti 

iut-tó 

laja 

ippa  ^ 

áiolo-paro 

laguna 

cauiya 

énami  anuete 

látigo 

máriji 

apinarsi 

largo 

baredé 

éda 

leche  (savia) 

sini 

arsichi 

leyendo 

éda  papera 

meiénina 

libertad 

anetoniana 

cúrale,   curalali 

ligero 

carebúsialo 

58 


TA VER A- AGOSTA 


Baniba 


loro 

lo  mataron 

le  regalo  á  usted 

Llamas 

llano 

llanto 

lleva  para  allá 

Machete 

madrugada 

malo 

malvado 

mañana 

mañoco 

marido 

marrano 

mapuey 

matando 

medicina 

mentira 

merey 

mí 

me  voy 

miseria 

muchacho 

monte 
mosquito 
muchísimo 
muerto 

me  voy  á  bañar 
muchas  gracias, 
que  Dios  se  lo 
pague 
mujer  que  silba 
Nada 
nadando 
nalga 
negro 
nigua 
niño 
noche 
nombre 
nubes 
no  sé 
no  quiero 
no  te  rías 


ayu-ui,  ayubí 

nimai 

no  regala  pieje 

arsi-ameret 

mapara 

iaia,  yaya 

pi  anta   uébul-li 

uitá 
matzeta 
eputáiiua 
utsubali 
utsudérnami 
iá-uayá 
mat  zoca 
mi 

coctzi 
siyo 

nimanieje 
epinarsi 
zhde-uén 
ucaio 
no 

notza  miaua 
auarapézianii 
yuéburi,   lup- 
belo 

tauape,  tabape 
manébari 
súb-beri 
uiyuame 
notzanuaja 
sotzi  Diotzo- 
yué  paritari 
pi-ué 
néiaua   suial-li 
iabedapi 
onitáj 
tep-pa 
zereil-li 
mapenni 
lupbelo 
yarsápoa 
sina 

sibonapi 
ianosepia 
ianué  yapia 
pida  pi-ié  tapi- 
áua 


loco 

lo  mismo 
luna 
luz 

llévalo 
lloviendo 
llueve 
madre 
madrugada 
maíz 

maléfico  ó  ma- 
leficio 
mano 
mapire 
mariposa 
más  tarde 
matar 
médico 
mediodía 
mes 

mercancía 
mío 
miedo 
mírame 
mono 
morrocoy 
mucho 
mujer 
murciélago 
mi  tío 
mi  nombre 
nadar 
na<lie 
nariz 

nervio  viril 
ninguno 
no 

no  obstante 
nosotros 
nunca 
no  tengo 
no  tiene  razón 
no  llores 
nosotros  come- 
mes 
nos.   venimos 
nos.  queremos 


culípeda,    piara- 
domé 
éero,    arebitziró 
arshita 
anánarshi 
piapi 

iauabiame 
iuáua 
oroami 
eputáliba 
macanatzi 

máuare,  máuari 

ápisi 

orótzocaná 

capul-li 

uj^oma  bamiaro 

nimai 

sel-li  piñata 

merória 

arshita 

décasi,    yumacá 

no-deca 

acuuená 

pídama 

puatzi 

curimaro 

acó  nenna 

néiaua 

calitsapio 

n'occo 

not  sina 

ónita 

bénama  dauíari 

yapa 

ínaja 

bénama  damari 

iaja 

Lana 

ua-iaj  a 

baboi-iasiap 

iana  yuepia 

iapepia  razón 

ombe   pia-ia 

uaneje 

uanupa 

uá-ue-iaja 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


59 


Daniba 


no  ha   miterto 

nosotros  somos 

nosotros  vamos 

Obscuro 

orejas 

orinar 

otro 

Pájaro 

palabras 

pantalón 
X/papel 
^^atio 

para  mí 

pa-a  él 

para  ustedes 

palo 

pasar 

pasas  tú 

parece    (  se  ) 

peine 

peón 

pestaña 

perico 

perfume 

perro 

pequeño 

picure 

piel 

pies 

pintor 

piedra 

poco  á  poco 

popa 

putrefacto 

puerta 
^^  pueblo 

plátano 

púa 

plumero 

planta  del  pies 

prostituta 

pronto  ! 

pies  de  gente 


iaja  uí-iapia 
uayatsi 
uisáua 
síbume, 
tanípara 
teyá 
patsiaja 
oótsipieje 
uiiani 
sirora 
papera 
zítzipina 
nayuébul-li 
yuébul-li 
niuébul-li 
atape 
tapa 
pitapa 
arébede 
penna 
peoni 

pol-li  sauitá 
quere-quere 
pos-si  mel-li 
sino 
suít-tili 
uáiul-li 
mata 
tzipara 
seiánata 
íppa 
oiubalo 
chipeje 
zítsili 

panissi-pul-li 
pinarshi 
parátano 
uépipizi 
nianatabure 
totzi  itzípara 
curipe-iedaja 
carebúsialo 
itzípara    niá- 
mara 


nuestro,  a 

ojos 

orilla 

oso 

óyeme 

oyendo 

palma 

paloma 

papá 

patrón 

para  mí 

para  tí 

para  nosotros 

para  ellos 

parado 

paso  yo 

pasa  él 

pedigüeño 

pelea 

pescueso 

persona 

pensando 

pero  (  7 ) 

pescado 

picaro 

pico 

piapoco 

pijiguao 

pierna 

pollo 

pólvora 

poquito 

porvenir 

puerto 

playa 

punta 

pluma  para 

escribir 
plumas  de  aves 
protector 

proa 


ua-deca 

pol-li 

íuapi 

yua-yua 

pida  naiot  sánaj 

néndaro,    nén- 

dalo 
punetsi 
zótzobo 
baba,    papa 
iacomayuá 
Eoyuébul-li 
pi-ébul-li 
uayuébul-li 
niébul-li  tanitá 
atsiá 
nottapa 
éparo  tapa 
anétere 
nimaináua 
nocurapi 
niámari,    niá- 

mar-li 
napoliuta 
cawa 
sima 

utsubáriji 
eshi 
yuhué 
uéppi 
notzó 

cuame  sienipe 
palitzi 

áreme  jetuiji 
ialiapanupá 
tanebi 
iatsinaja 
ametsui 

nianatabure 
uittojo 
iamié-iapia  má- 

lipi 
ibupi 


(7)  Conjunción  adversativa 


6o 


TÁVERA-ACOSTA- 


Bamba 


para  dónde  vas  ?  uébul-li  daba  pi- 
sáua? 
ís-shi 


Qué 

quieres 
quién 

qué  buscas  ? 
qué  miras? 
qué  comes 
qué  color  ? 
qué  hora  es  ? 
qué  te  vaya  bien 
quién  responde  ? 

quieres  ser  mi 
mujer" 


pueiaja 

dámari,  dámarli 
íshi  peiarli  ? 
íshi  pida  ? 
íshi  neje  ? 
íshi  iananel-li  ? 
íshi  séua  iáliba  ? 
pitzia  anuétalo 
damari  iauabo 
tari? 

pueia  notzopi  ? 
quién  habla  con  nueiaja   noaiata 
él?  epi  etaja  ? 


quiero  hablar 

contigo 
quiero  hablar 

con  ustedes 
Rabo 
rabia 
rayas 

rayo,  relámpago 
recuerdo 
recortar 
remanso 
río 

rodilla 
Sal 
sapo 
zarcillos 
semana 
sepultura 
si 

sinembargo 
silbido 
siempre 
sol 

soltero 
sombrero 
suelo 
sin  mí 
sin  él 
sin  ustedes 


nueiaja   noaiata 

pepi 
nuiaja  noaiata 

nepi 
pítzi 
cenizi 
iánane 
maí  ieno 
napoliótali 
noquérica 
iúdubana 
uenni 

nácuru  cuburli 
iuquira 
tololo 
tani  uapesi 
shemaná 
tamali 
eje 
cana 
suiá 

io-huítalo 
amorsi,  amursi 
ueduáname 
sapéua,  sápuana 
iátsipe 

nolsia,  nots'ua 
iscia,  isciua 
niscia,  nisciua 


principio 

pies  de  animal 

pueblo  abando- 
nado 

quejas 

quiero 

quién  sabe? 

qué  quieres? 

qué  haces  ? 

qué  clase  ? 

quieres  comer  ? 

quién  será  ? 

quién  está  allí  ? 

quieres  dormir? 

rama 

rana 

rallo 

raudal 

recortar  el  ca- 
bello 

responsable 

ridículo 

risa 

ropa 

salcocho 

sangre 

savia 

serio 

se  fue 

S2  rompió 

si  sé 

sitio 

sinvergüenza 

sobre  de  carta 

soldado 

sobrino 

sucio 

sueño 

sui  tí 

sin    nosotros 

sin  ellos 

su  nombre  de  él 

se  murió 

se  ahogó 

se  fueron 


dabanáua 
itzípara  cuezi 

pinarshi  bomé 

pitzina  isinaja 

nueialo 

dámarli  sel-li  ? 

íshi  pueiarli  ? 

íshi  mana  ni  ? 

íshi  pulebá  ? 

pitanaja  ? 

dámarli  séua  ? 

dámarli  ualitá  ? 

nueii  nótzima? 

sape 

gama 

táia 

ippá  táua 

noquérica  zi- 
pana 

iauapotari  ibune 

utsudérnami 

ientátaua 

iumacá  iasó- 
cabo 

uarápesi 

mierzi 

atsi  atape 

arseni  pumai 

samiáua 

beri  cáua 

eje  notzé 

ñauaré 

iaparsipia 

niapatele  pa- 
pera 

sorodáua 

ettani 

úhuréj 

sirani  sípuli 

piscia,  písiua 

uescia,  uésciua 

iscia  sábine 

issina 

uiyuamia 

uiranaja 

nisamiáua 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


6l 


Baniba 


Tabaco 
tábano 
talón 
también 
tarde 
tapa 
techo 
tengo 
■  tierra 
tigre 
tinaja 
tizón 
totuma 
toma  tú 
tu,  tuyo 
tuerto 
tranquilo 
trampa 
tristeza 
troje 
triunfo 
tu  nombre 
tu  madre 
tienes  hambre? 
tiende  tu  cobija 

tu  vas 

Uno 

uña 

un  mes 

un  día 

unidos  todos 

Vajina 

valor 

vecinos 

ven  tú . 

veneno 

vestido 

verano 

viudo 

vamos  con  Dios 

vamos  con   la 
Virgen 
.Ya 
ya  voy 


sema,  el-li 

éherli,  ehel-li 

boduí 

éeró 

iauami 

pottabi 

hi  hué 

nf«-iuelo 

iátsipe 

uársic 

onobi 

arshipul-li 

mato 

aja 

pi,  pideca 

membó 

meiénina 

cácure 

cufióle   siare 

tarata 

bép-pí?yué 

pi-isina 

pi-izoroame 

ábipí   maual-li  ? 

pimeteque  co- 
bija 

pisáua 

pélalo,  páiaro 

zóroui,  zúlabi 

péia  arshita 

péia  péposi 

páial  lubi 

iaruápisi 

iotzi 

ani-ia  sh'arania 

pi-iá  nupá 

apu  uari 

aracabó 

amorsi-ame 

mánine  bumé 

uasaba  i na 

Diotzo 

uasáua  üma 
birge 

bémiani 

béraiani  noia- 
mia 


te  doy 
terecay 
tienes  ? 
tío 
tiro 
tobillo 
tornasolado 
tú,  usted 
túmulo 
trabajo 
traidor 
triste 
tres 
trueno 
tu  eres 
tu  p&dre 
tu  hermano 
tiempo  pasado 
tu  tienes 
tengo  que   ha- 
blar contigo 
unidos 
un  año 
una  semana 
una  noche 
un  pez 
vaina 
valiente 
venado 
verde 
viento 
viejo 
vulva 

ven  para  acá 
ya  está 
yo 

yo  soy 
yo  quiero 
yo  no  sé 
yo  vengo 
yuca  podrida 
yo  estoy  bravo 
yerba 
yo  voy 
yo  sé 
yo  como 
yuca 


notapie 

uaranaco 

pi-iuero 

occo 

mondoqué 

cu  ropa  tiueje 

uadal  lumé 

píia,  píiaja 

támali 

patatar! 

apinarsi 

cufióle 

teretzi 

dilílume 

pi-iaparo 

pi  baba 

pi-i-iaritáua 

benamitzi 

iapiuero 

noaiata  pepi 

paial-lubi 

péia  uenniame 

péia  shemaná 

péia  iarsápoa 

péial-sima 

naual-lé 

iustsi,  iusti 

maraio 

púrel-li 

uitsi 

étenel-lo 

iarorsi,  zipershi 

pi-uó  pasáua 

umbé 

not-iaja 

noiatsi 

noe-iaja 

iaj-not-sepia 

nonupa 

morojoi,m'rujui 

arzénina 

alfpeli 

no-tsáua 

no-tsé 

notnaja 

ársiji 


02  TAVERA-ACOSTA 


Baniba 
Zancudo  aneio  I  zorro  yuá-yua 


En  el  vocabulario  baniba  tomado  por  el  señor  Sixto 
Melgarejo  y  que  se  haya  impreso  en  las  páo;inas  57-67 
del  "Resumen  de  Actas  de  la  Academia  de  la  Lengua," 
(  1886  )  hemos  encontrado  algunas  diferencias  en  la  es- 
critura fonética  de  las  voces  indias,  muy  particularmente 
en  el  uso  de  la  V,  que  no  tiene  dicha  lengua. 

Aparte  de  algunas  palabras  que  no  corresponden 
en  baniba  con  el  significado  que  él  les  dá,  por  ejemplo  : 
noche  que  es  iarsápoa  y  y\o  yazvaT o,  azul  que  es  gózel-li 
y  no  shére7'i,  un  pescado  que  el  dice  pena  cuando  es 
pé-ial  sima,  etc.,  incurre  también  en  el  extrangerismo 
de  emplear  la  K  y  sobre  todo  la  W,  dándole  así,  con 
esta  letra,  un  sonido  fuerte  que  tampoco  tiene  ese  len- 
guaje. 

Véanse  al  final  del  vocabulario  Uajibo  que  publica- 
mos nnás  adelante,  otras  observaciones  que  hacemos  al 
mencionado  señor  Melgarejo. 


X 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS                          63 

Mandait-aca  (S) 

Yabítero 

(9) 

Uuareca  (/o) 

1 

Abajo 

Cajajire 

jasiye 

oiapire 

abierto 

icotacane 

metoque 

abuela 

no-ueje 

abrazo 

nuca-coraji 

acostado 

ichu  uaque  ui- 
náua 

adiós 

nami-ia 

aflicción 

cuídoli-norico 

ahogado 

timita-quéua 

iáuina  cana 

adonde  vas  ? 

dauíde-pi-auba 

agachado 

ishiuica  uina- 
náua 

aquinoque 

agua 

00  ni 

uenni 

úuni 

aguacero 

ooni-uaque 

siya 

iddá 

agua  fría 

oonigen 

uenni-cauini- 

úuni-cauínil-li 

nime 

agua  caliente 

oonitaraidire 

uenni-ápame 

úuni-amurli 

aguja 

au-hí 

á-uí 

záhuini 

alacrán 

macouré 

zétze 

irili-uili 

alegría 

ua-ie-ie 

tazótona 

allá 

á-ati 

ainti 

atida 

almuerzo 

uana-acare 

alegre 

quenarijase 

uaieyi-quéua 

(8)  Se  habla  en  el  alto  Caslquiare,  en  los  pueblos  dePonciano  y 
Qalrabusaa  ( Quira-ueni )  Hoy  apenas  existen  algunas  familias 
en  el  alto  Orinoco.  Se  parece  mucho  al  Baniba,  salvo  que  en  al. 
gunas  voces  usan  la  J  gutural  en  lugar  de  la  B  ó  de  la  P  de  aquel. 
La  Sh  como  en  inglés  y  la  R  siempre  suave.  Constan  en  este  dia- 
lecto algunas  palabras  del    Caribe  ó  del  Tamanaco 

(  9  )  Se  habla  en  las  poblaciones  de  las  fuentes  del  Atabapo  y  es 
UQ  derivado  del  B.xniba.  Su  pronuciación  es  algo  fuerte  y  un  tanto 
nasal  al  final  de  muchos  vocablos.  Abunda  el  sonido  de  la,  J  y  lo 
confunden  con  el  de  la  B  ó  de  la  P  del  Baniba.  Yabita  es  el  nom- 
bre de  una  de  las  principeles  poblaciones  del  Territorio  Amazonas, 
en  Venezuela  :  fue  fundada  por  el  jefe  indio  del  mismo  nombre,  ha- 
cia mediados  del  siglo  XVIII.  Este  leguaje  se  llamó  también  Pa- 
ráene. 


(10  )  Nombrado  también  Uarequena,  se  habla  en  los  pueblos  de 
Tom?  y  de  Guzmán  Blanco,  en  el  Uainía,  y  en  Baltazar  y   Corona, 
•  en  el  Atabapo.     Es  un  derivado  del  Baniba  y,  como   éste,  su  pro- 
nunciación es  suave.      JJareca  quiere    decir  en   Yabitero   muchos, 
aplicados  á  gentes  ó  personas.  ~-iV¿?/¿?^  del  Aiitof. 


64 


TAVERA-ACOSTA 


Mandatiaca 

Yahitero 

Uareca 

algodón 

cá-uarli 

tomasi 

cá-ua'rli 

alumbrar 

jicana 

altanero 

jana-canaja 

alentado 

ionija  nogetza 

amarillo 

uisope 

téuami 

uisurli 

amistad 

nodtari-uaca 

nujate  jaje 

amor 

nocod-taniji 

nuja-tejaiú 

nocubacape 

anzuelo 

táuari 

j  uttezi 

jarábasi 

ano 

iuéjislii 

sauitoletzi 

nuÍ3'apo 

año 

camusi 

animal 

mauári-geri 

aquí 

á-auí 

quiá 

ádidi 

arroz 

arotza 

araña 

enni 

araguato 

iishi 

moroili 

mororli 

arco 

baliuishijoto 

izijasi 

dáitoli 

arriba 

denunda 

ani-ié 

nibica 

arena 

juari 

cajátzina 

quepe 

arco-iris 

caji-docco 

árbol 

innana 

alma 

irico 

amo 

minare 

aurora 

quiraslie 

caubiá-jarli 

quirerli 

aquél 

iutá 

nijiate 

autoridad 

iuaqueri 

jeja  najasi 

asado 

que 

asesino 

iuara-nini 

asqueroso 

conichiaro 

quejete-nointají 

e 

auyama 

ui-iama 

oyama 

uiia-yama 

ayer 

déquida 

ojizi 

péquida 

avispa 

cajita  carero 

ani 

ani 

azul 

bureshio 

zijutemi 

epurer-li 

Baba 

isliirore 

bachaco 

co-oué 

joque 

puje 

bajo 

acuidija 

baile 

rajacashi 

uatamaja 

baño 

iajitaqui 

uacáua 

barba 

schinonmashi 

barro 

cadjé 

noniupe 

bava 

cadiri 

cadzójite 

caduili 

báquiro 

apija 

apiya 

apida 

barriga 

ejajishi 

jitónoreje 

no-zica 

bastante 

jauadda 

bánimi 

cáua-uaquiqueu 

baúl 

patea 

patoa 

brazo 

nana 

nu-cano 

nana 

blanco 

malripi 

cajarini 

aril-li 

beber 

jirani 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDlGb:NAS                         65 

Mandauaca 

Yabitero 

Uíiareca 

bej  uro       * 

tahaje 

simase 

borracho 

yaraquis^ 

camandaromi 

bostezar 

naiáui-norico 

bonita 

ueuaca-naja 

auétalitate 

iale  lili 

boca 

no-noma 

nu-nunra 

nu-numa 

buque 

pirana 

piráua 

piráua 

blusa 

camitzani 

budare 

jáarli 

tzítari 

puarli 

bueno 

ueuaca-naja 

yóniji 

yareliqun 

brujo 

teja  cashineri 

sel-li  pinatzi 

sucaquel-li 

buen  día 

cajare  máui 

buena  nochí: 

yasi  máui 

Cabeza 

iuashi 

zijo 

ijnoiba 

cabello 

uatiquishi 

jimau 

ijnóiyue 

cabeceras 

iuadda 

cachete 

no-caco 

cacosi 

caco 

cabezón 

eba 

séjori 

cahicamo 

daríua 

tzeh 

daríua 

cacao 

cacáua 

caimán 

amana 

caimana 

cajuíl-lí 

caldero 

sírliji 

no-zijuani 

calor 

jatamidire 

ázana 

amuaqueca 

calambre 

cada  daquéua 

calentura 

manaco 

józimi 

manaco 

camino 

eno-jo 

anipo 

cangrejo 

tomaro 

cuei-io 

tojo 

\xcandela 
/>casa 

ishide 

cajzi 

izide 

janishi 

jana,  janitzi 

pana 

caña 

fehidoa 

míndere 

can  na 

caño 

oóni,  cáua  ([i) 

uajusi 

cáua -puní 

canalete 

den  a 

najo 

bena 

cambur 

metchero 

canas 

cari-shoui 

canto 

incantaque 

cainta 

caine 

ijeshi 

carroza 

pamacari 

catarro 

coro-coro 

matotzi 

tocomali 

carbón 

ishide 

cariño 

ua-ie-ie 

cazótona 

iarel-li  uápida 

(11)  Eq  nombres  propios  del  Japón  se  encuentra  este  vocablo  Kawa 
y  también  en  formación  con  otros,   v,  gr  :  Ishi-kawa,  Kawa-mura, 
*Kuvo-kawa,  etc. --Véase  el  mapa  de  la  guerra    ruso-japonesa    pu- 
blicado en  1904  por  la  casa  editorial  de    Maucci,    Barcelona,    Es- 
paña.— Nota  del  Autor, 

En  el  Sur— Dialectos  Indígenas,  5. 


66 


tÁVERA-AGOSTA:. 


Manáauaca 

Yabiiero 

Uareca 

Casado 

ijacha  jacade 

<> 

casabe 

jushi,  chachi 

ajossi 

zija 

cansado 

cuimi  iana 

cara 

ñeco 

castaña 

catana 

catana 

catana 

carta 

pajaruta 

cerro 

idaja 

yapa 

dapa 

V^   cerdo 

cótchi 

cochi 

cotchi 

'^      cerca 

mabe-uarli 

cejas 

dáui-iaje 

cena 

uana-uama-a- 
care 

ceniza 

jari 

jaritzi 

pari 

cerbatana 

uirijoMe 

uataja 

iuili-puni 

cerrado 

biraraji 

tuaque 

ciego 

mad-di-io 

membó 

mapuimapi 

cié  0 

daroca 

énojh 

énno 

cobija 

cobijieni 

cobre 

cúperi 

cóperi 

comida 

uana-acare 

uauinaja 

jia-ie 

Colorado 

quirasche 

zítami 

quirerli 

cobarde 

mazeni-queri 

caionátzimi 

comején 

camata 

cámara 

ciempiés 

icoje 

Corteza 

i-iabaro 

conuco 

irauiquia 

miyurli 

capineni 

conmigo 

no  rima 

Contigo 

ji-rima 

compañero 

no-dari 

collar 

maioro 

maioro 

corriente  ( la  ) 

caro 

cómo  te  llaman? 

caniji-jitaneri  ? 

corrompido 

conichi-míia 

cortar 

quiricaque  ji 

corozo 

yauárli 

quillpa 

costillas 

injiaraji 

no-jataraja 

no-pareba 

corazón 

najute  tona 

jazé 

%{  clavo 
^  cruz 

tapoa 

tájua 

tápua 

corotza 

corotza 

corotza 

criminal 

simiese  camena 

claridad 

ara -are 

cum-ari 

curiara 

itta 

cuatza 

ita 

cuñado 

uashari 

curare 

urari 

máua-aurli 

máua-curi 

culebra 

acoji 

umeni 

osi 

cuándo  ? 

canje  ? 

- 

caimapi  ? 

crimen 

cadacare^areri 

crudo 

inna-ire^  " 

EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS 


67 


Mandaic 


acá 


Yabiíero  Uiiareca 


cuerpo       , 

minare 

cuándo  vienes? 

canje  uadaj  ? 

jacuteji-ioa 

cucaracha 

ca  á  ia 

Chachare 

chíguire 

oiyara 

chivacoa 

quirero 

rehero 

jiljero 

chispita 

amai 

amatzi 

amé 

chipiro 

chjpiro 

coliró 

colilo 

chinchorro 

amacacha 

amaija 

noigietá 

chiquichique 

marama 

cunetzi 

marama 

chato 

macapo 

chisme 

imateshi 

chorro 

cárari 

jajeé  sinare 

caraqueri 

chubasco 

cá-uarli 

cáharí 

Dame 

juanoroni 

pon  i 

danta 

ema 

quema 

emma 

daño 

lamai 

dedo 

caji 

jicájaje 

nocape 

despacio 

amajáua 

oiojana 

jánime  piacait 

dedo  del   pies 

coroja-ianani 

defecar 

shoque 

de  do  vienes  ? 

dauisipe  ? 

debajo 

cajajire 

desnudo 

etinaja 

uarara-jimajá 

después 

in]eni 

delgado 

achidije 

día 

are,  ari 

eñajizi 

are,  calibi 

diablo 

ináui-náui 

amezami 

diente 

ieshi 

jéhesi 

no-iá 

Dios 

Diotzo 

Diotzo 

Diojuanza 

dolor 

cáuiri 

cáuiji 

ueuiqueui 

difícil 

miricoque 

diferente 

jáua-ionaca 

dónde  ? 

caranac  a  ? 

quitzá? 

detonación 

uaraco 

uaraque 

dnlce 

posidari 

El 

aziziana 

embustero 

yahuasha-neri 

jijomani 

piatambena 

estrella 

i  uídoro 

uinne 

ibil-li 

enfermo 

uremi 

jata  iomijina 

cub  bajani 

enfermedad 

urémicashi 

masicare 

cateinupe 

encima 

iuare 

escopeta 

mucáua 

mucáua 

mucauáni 

espina 

dóuiri 

yuitzo 

buirli 

escardilla 

záaronáh 

extrangero 

j^aránabe 

^escándalo 

uaraca  quéua 

esquina 

itauana 

encorbado 

iboioca-quéua 

68 


TAVERA-ACOSTA 


Mandauaca 

Yahitero 

Uareca 

empalizada 

curara 

t 

espejo 

daajo 

japo 

dapo 

escritura 

lico-toraque 

esposa 

nono 

espíritu 

irico 

escuchando 

noqueje-taná 

Fácil 

mamirico-queri 

fatiga 

jatamide  norico 

familia 

nochene  náui 

temaca 

feo 

jáuá-canaja 

curosí-taté 

cadene-fal-li 

fea 

ija-uacani 

fétido 

conichiaro 

fin 

japami-ía 

frío 

geri 

cáuininima 

cáuinil-li 

flecha 

báuisi 

santo 

docoru 

frente 

neceo 

frijol 

cumana 

cumana 

cumana 

fogón 

ishidedi 

nama-julitzi 

izide 

frito 

pirito 

pirito 

flaco 

mejequena 

uauqueni 

fruta 

idashi 

casinaja 

gecoiba 

fumar 

poiócaque 

fuerza 

nostáraca 

fulminantes 

poleta 

X  Gallo 

caraca 

cuamare 

caraca 

'X^allina 

i narocha  caraca 

cuame 

caraca-innaba 

gancho 

maueshi 

majo 

garganta 

noc-rajitarocaro 

.  garrapata 
y  gato 

shiriba 

toj  ari 

cuparli 

raitchi 

mitsi 

mihchi 

garza 

u a cara 

máari 

mari 

gavilán 

cocouí 

grande 

átori 

guerra 

úhuí 

óhouí 

grillo 

bitzi 

jitzi 

pitsíi 

grito 

zada-cacashi 

quemaja 

gemiel-li 

gordo 

machipi 

baque-queni 

goma  elástica 

shiringa 

siringa 

shiringa 

gota 

i  toj  a 

jatzá 

idachi  zidicapo 

Gobierno 

iuaqueri 

iuáquili 

golpe 

uracasi 

guama 

curabari 

curaba 

anata 

guacamaj^a 

coroné 

caja 

camacho 

grueso 

átdori 

guaral 

táuarine 

Hacha 

yahueshi 

zúa 

duca                   t 

hambre 

náiauí 

má-uál-li 

teorme  picaril 

hediondo 

conichiaro 

amuji 

áhamucáui 

EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS 


69 


Mandajiaca 

Yabitero 

Uíiareca 

herida         i 

quirica-queje 

hermano 

dari-coro 

tzinaji 

V 

hermoso 

tauinoque-neri 

-w- 1  £ 

/hilo 

cauarli 

,                    o:í 

riierro 

Izipara 

tzipara 

chipara'  ■  "';''' 

hijo 

no-marica 

taint-anit 

ii> 

hipócrita 

iáua-shaneri 

j. 

*   » í 

hojas 

anape 

jaziata 

apanape     ^''j 

hondo 

cajajidda 

hombre 

ashinari 

étmami 

azineri 

honrado 

ueua-caneja 

hormiga 

cajita-carero 

cauíjitzo 

mane 

hoyo 

bariquiá 

hueso 

iájisi 

jijizi 

niiape 

huellas 

iájummishi 

humo 

siálili 

sial-Hri 

arizani-        jo 

huevo 

domalirJshi 

inesinaja 

Isla 

cadonori 

catonori 

catonuri 

invierno 

úuniui 

tajeari 

úunni-uini 

incendio 

icajua-quéua 

caja-uajaná 

uapana-menicá 

idioma 

jimmaté 

igual 

jarojá 

Jefe 

luaqueri 

jejánazi 

iuáquerli 

jején 

cáuij  a 

cauio 

cahuio 

joven 

táuinoque-neri 

iáuetuate 

iasme 

jugando 

uaueji-ietá 

Labios 

toleje 

nosinuma 

ladrón 

cannachero 

cajújane 

caneterli 

laguna 

caraquira 

cabiya 

cauiya 

lagartija 

doojo 

laja 

ihjá 

si  ja 

ippapa 

lapa 

iáia 

bapa 

largo 

ameji-cari 

:jcá\ 

leal 

ueua-canajá 

leche,  savia 

iáani-aicai 

cajzi 

i 

leche 

iáami 

lengua 

jitate 

nonene 

lejos 

tecurgé 

león 

éuanere 

leña 

ishide 

uama 

uasina 

leer 

ileque 

arel-li 

limpio 

mirichio 

libre 

iuasa-cameía 

ligero 

batoje 

quejerina 

quedadi 

loco 

darami 

jícame 

•  loro 

uaro 

curículi 

lo  mataron 

nauara-miía 

nizinoje 

luna 

quéeri 

queri 

querli 

70 


TAVERA-AGOSTA 


luz 

Llamas 

llano 

llanto 

llorando 

llévalo 

lloviendo 

Madre 

maíz 

madrugada 

machete 

mariposa 

mano 

mapire 

mañoco 

macanilla 

malo 

marido 

mañana 

matar 

más  tarde 

mapuey 

mes 

médico 

medicina 

medio  día 

merey 

me  voy 

mentira 

mírame 

miedo 

mí,  mío 

miseria 

mosquito 

monte 

mono 

moriche 

morrocoy 

muchacho 

muchos  vecinos 

murciélago 

mucho 

mujei 

murió 

Nación 

nalga 

nariz 

nada 


Mandauaca 

Yabitero 

Uareca 

ibuca-quéua 

camuná-jazi 

cumgriz 

ibuca-quéua 

maparari 

jiti-iame 

yaya 

idaca 

joni 
iuuaque 

jajaia 

idacame 

idáua-carli 

meme 

iná 

no-coami 

maccanashi 

cabana 

mayi 

are-quejore 

cajárinaje 

matzeta 

mazete 

cuaddaraje 

cajurli 

capurli 

caji 

sommocota 

matchoca 

matzoca 

machuca 

cuja 

cappa 

jáua-canaji 

cadenare 

jiséeri 

dajé 

jiuarane 

dainaja 

nacoui 

atziío 

nújeba 

quéeri 

queri 

querli 

teja-cashineri 

sel-li  pinatzi 

sucaquel-li 

jejeshi 

epinatzi 

, 

meroria 

caiochabá 

no-miía 

notzaja 

no-mapoda 

jiiáua 

jicajana 

quéua 

caiónana 

no,  noiájh 

no,  nucca 

no,  noiájh 

quina-uacari 

majiri 

majiti 

mapirli 

auacaji 

auabo 

auacape 

ácori 

juatzi 

puhué 

téhui 

istéui 

corimáro 

cúr-ía 

ianáui 

m azi  en  i 

iajné 

3 

uareque  siuare 

jishiri 

uayo 

pichil-li 

jáuaddá 

uareca 

innarocha 

zarínneni 
uíyua 

noina 

yujénina 

iapuita 

iábaui 

jinarta 

jischaco 

izíui 

japadame 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


71 


Manda 


ti  acá 


Yab  itero 


Uuai 


eca 


nadie       * 

japadame 

.nadar 

coonta  quéua 

y  naranja 

n ara ja 

naraja 

^  negro 

daicho 

momomi 

cabal -ii 

nervio  viril 

adaqueshi 

jitzi 

nuestro 

ua,  uadeca 

nigua 

shitó 

quétzosi 

ninguno 

japadame 

niño 

ianáui 

nos  vamos 

ua-iodea 

no 

jáapa 

uaraá 

noche 

daiaj  inania 

iajazi 

bemicabi 

no  sé  nada 

japanoquenteta 

no  vino 

jata  jeitaji 

no  quiero 

jata  nujale 

nubes 

docamari 

ziárlili 

ennopizá 

nunca 

japada  cáje 

Obscuro 

daichari 

mazeteje 

cabacabi 

ojos 

dishi 

jórlizi 

orejas 

ouishi 

jitásene^ 

nóili 

orilla 

inummaje 

torejeisíua 

yarape 

orinar 

nadacacque 

noteja 

otro 

jeja 

oso 

cacasira 

biorli 

óyeme 

jemaji 

OÜOtO 

jira 

oso  hormiguero 

sira 

motoizi 

Padre 

baba 

papa 

papa 

plátano 

parana 

jaratan 

paratun-a 

pájaro 
Ypapel 

sese 
papera 

j  ajera 

papera 

palabras 

imateshi 

nacúrlea 

paloma 

jotocoa 

omoco 

palmera 

ingé 

banimi 

pantalón 

sirora 

cashoná 

cashoneni 

palo 

ahico 

para  mi 

no-rojo 

para  ti 

ji-rojo 

patio 

janisi-dauída 

parado 

jema-quéua 

parécese 

camedona  co- 
jadá 

pedazo 

ijotocque 

peine 

mauiritá 

penná 

penna 

pelea 

iuara-csqucua 

,pelón 

jiraqueje 

pescuezo 

no-rishi 

nojino 

•    no-casne 

peón 

icada-carete 

TAVERA-ACOSTA 


X 


persona 

pescado 

perfume 

pestañas 

perico 

pereza 

perro 

perro  de  agua 

pequeño 

pies 

pierna 

piragua 

picaro 

picure 

piapoco 

pico 

piel 

piedra 

pijiguao 

plato 

plata 

proa 

popa 

pollo 

poco  á  poco 

pólvora 

pluma 

Ídem  de  ave 

plumero 

puerto 

pueblo 

puerta 

principio 

poquito 

pronto 

playa 

prostituta 

pies  de  gente 

id.  de  animal 

punta 

para  do  vas  ? 

pelota 

podrido 

Qué 

quién 

quej  as 

quiero 

Rabia 


íandattaca 

Yabitero 

Uareca 

iaja-dianatire 

iiota 

bibi 

zimazi 

copé 

isashi 

disiuishi 

quere-quere 

uamo 

shino 

cuátsic 

chinoni 

neibi 

neiui 

achidija 

matizi 

no-zitziche 

no-ipá 

tiuishi 

jicotzo 

inotij 

piráua 

piráua 

piráua 

máuari-jeri 

jícame 

jishi 

pizi 

dáase 

daza 

ischa-cocó 

éhezi 

picajne 

iyabaro 

no-tamaca 

nu-piia 

ijja,  siba 

sija 

ippapa 

jijire 

jarato 

jiácare 

jarata 

jarata 

parata 

ichacoda 

zihui 

jitaco 

iiábáui 

tezi 

nizétel-li 

ianani-caraca 

cuamare  sijani 

caraca-sijan 

amajáua 

jari 

jaritzi 

párite 

tanajazi 

bauajasi 

idoshi 

junetzi 

niddó 

tanajari 

bauajasi 

iracojoshi 

tanesibi 

noyete 

dacare 

jinarzi 

dacare 

janishi-numa 

uaizi 

no-panani 

jitajáh 

achidija 

botojóh 

jouari 

ueshadó 

tihuishi 

coro-jashi 

nomo  coro 

araja-cáua  ? 

nou  ajane 

meteziami 

áhamu-cáuí 

canica 

caniátiie? 

aritajaripeiaje 

>  campipilá? 

dojo-caque 

nu-jateia 

uideshi 

llena 

caróhuerli 

EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    rNDKJENAS 


1^ 


Manda 


naca 


Yab  itero 


Uuareca 


rabo         j 

rabo  pelado 

rama 

rana 

raya  (pez) 

rayo 

rallo 

rayas 

raudal 

recuerdo 

remanso 

relámpai^o 

riendo 

risa 

río 

rodilla 

ropa 

regañar 

Sal 

sapo 

salcocho 

sangre 

barcillos 

sepultura 

serio 

se  fue 

Si  murió 

sed 

sí 

si  sé 

sitio 

sinvergüenza 

silbido 

sol 

soltero 
^ombrero 
Ysoldado 
\obrino 

sucio 

suelo 

sueño 

Tabaco 

talón 

tábano 

tapa 
,  también 

tarde 

terecay 


shijislii 

iuaco 

j  :\  shi 

inatori 

daroca 

docoja 

ibana 

cóua 

quenanique 

maddocari .  ' 

daroca 

uaiquishi 
nabo,  iuap:) 
noro 
iamaca 

yuquirá 

tora 

dannocque 

irai 

ouisashi 

catommari 

camirarique 


uaramo 

tocotoa 
yajiue 

taya 


jitateja 

ueni,  iuajo 

icólezi 
jija-cáuá 
yuquira 
tororo 


sají 
jujatá 


cajajire 

tájoshi 

déhena 

zoposhi 

jomaqui 

iecojare 

jaroca 

dainaja 

uaranacQ 


shema 
jicoruase 


uaranaco 


tocoroa 
inaturli 
enno-nerlica 


enno-nerlica 
geintacame 

úunni 

no-deca 

yuquira 
tororo 


maracanupe 


^J^ 

eje 

noquente  tajada 
u  i  11  acaro  sil  i 

mariari-geri 

uimatacque 

camoi 

camuzi 

camúi 

niajori 

menopi 

shajéua 

sajéua 

sapéua 

sliodoráua 

macáua 

no-itzi 

cateniu  uacare 

capizel-li 

dena 

no-tepae 

éeri 


uaranaco 


74 


TAVERA-ACOSTA 


Mandauaca 

Yabitero 

Uareca 

te  doy 

noua-jirojo 

c 

techo 

uareta-queje 

tengo 

norojo 

quepe 

tierra 

caje 

jajatzi 

tiene  alma 

a-irico 

tigre 

dáui 

cuaitzic 

dsáhui 

tío 

caca 

nocco 

nucco 

tinaja 

seuajo 

tizón 

ishidedi 

tortuga 

cadduráua 

cadduráua 

totuma 

majate 

mati 

mato 

tobillo 

moronishi 

toma  tu 

enijirojo 

trabajo 

uananije 

noquetetanipa 

trampa 

cacquire 

tranquilo 

miyape 

* 

troje 

cobadda 

coadezi 

tristeza 

cuidorique 

triste 

cuidori 

amúribi 

cuídole-caue 

tuerto 

maddiio 

trueno 

daroca 

énno 

diiili-pari 

tu,  tU3^o 

ji,  jideca 

ji,  ji-iajh 

pi,  pi-ia 

Un  día 

gedij  a-are 

eñajizi-jaziana 

calibi-niunáuali 

un  día 

naliuna-uali-are 

un  mes 

gedija-quéeri 

jaziana-queri 

niunáuali-querli 

un  año 

gedij  a-ooniui 

jaziana  camu- 
siarli 

uñas 

yujashi 

otzorabi 

no-yústat 

Vagina 

iejida 

valiente 

soópami 

valor 

tara-coroli 

ven  acá 

uáddi 

uadd 

verano 

beroro 

camusiarli 

camuicabi 

verde 

boreshó 

zijótemi 

epurel-li 

venado 

erishi 

majaio 

veneno 

camai 

camajai 

vecinos 

chenenáui 

sihuare 

viejo 

mirari-coro 

catene-jumi 

penil-li 

viento 

cari 

uizi 

cáari 

viudo 

mañoquena 

vulva 

riquejishi 

zimauzi 

ricose 

Ya 

iamiyaja 

ya  voy 

iame-socáui 

yerba 

inana 

jajuá 

apa-anape 

yo 

no-iajah 

iio-iah 

iio-ía 

yuca 

cajiuaji 

cáfesi 

casne 

Zancudo 

annidó 

ani-ío 

anidó 

zorro 

y  uá-yuá 

zizi 

EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS 


75 


* 

*   * 


Tomados  del  mapa  de  la  ya  referida  casa  editorial 
de  Maucci,  involucramos  aquí  por  mera  curiosidad,  los 
siguientes  nombres  propios  de  ciudades,  islas,  cabos, 
pueblos,  ríos,  etc.,  del  Imperio  japonés  : 


Sikan 

Taira 

Tokatsi 

Abashi 

Siari 

Arita 

Tanabe 

Urasa 

Soya 

Mayi 

Kosima 

Toisoki 

Saru 

Odate 

Tomori 

Kushiro 

Satsu 

Seyo 

Mi  nato 

Siokosi 

Takae 

Kugi 

Maebasi 

Sibetsu 

Ezaii 

Mito 

Masike    , 

Sarabutsu 

Ola 

Irono 

Irosaqui 

Shakebetsu 

Yerino 

Sakai 

Inaba 

Tuknyama 

Orna 

Chasi 

Sunoda 

Nósima 

Nob^gi 

Nosiro 

Sibata 

Tósima 

Noda 

Tottoi 

Suiuga 

Nísima 

Otarii 

May  oro 

Numasu 

Morioka 

Atami 

Poroiia 

Sionomi 

Kamatsa 

Iro 

Asaika 

Yasiro 

Koruvari 

Irago 

Ovasi 

Susiki 

Hayasini 

Kire 

Siriyá 

Katsiki 

Murakami 

Kure 

Sapporo 

Hivara 

Shaniani 

Aki 

Yutari 

Suíki 

Siretako 

Obi 

Hidaka 

Takata 

Abasiri 

Kotsi 

Tomari 

Iwaki 

Okusiri 

Kawa 

Torakii 

Sabara 

Oniwaki 

Kuva 

Nemuro 

Kurume 

Urakava 

Nara 

Isiaka 

Sakura 

Kunasiri 

Esasi 

Miyako 

Tendo 

Motoyosi 

Yubari 

Odaka 

Urauli 

Isikari 

Tana 

Omoto 

Asama 

Barauta 

Sirakami 

Yosinuro 

Gotosima 

Hurupirayama 

Ominato 

Simavara 

Gamniori 

Makarinupari 

Koiiyama 

Araakusa 

Inabasima 

Chicaptomiuri 

Tobisima 

Nagoya 

Makanosiraa 

Kad.senuma 

Okisima 

Toshi-i 

Hacliimano 

Abucamayaba 

Ivanasiri 

Kumata 

Rcpunsiri 

Teradomari 

Oiíaama 

Kamaisi 

Noschiapo 

Mikurasima 

*Atoáaiiobori 

Kurasiki 

NivSinomuro 

Guayasima 

Sirakawa 

Kuvokawa 

Knromepoe 

Peruhune 

Muratosaki 

Teuresiri 

Takarasima 

Okinasiina 

J6 


TAVERA-ACOSTA 


Carúzana  (12)    Baria  (/j)  Niangatú  (//) 


Abajo 

jipai-recurre 

idocabi 

ibira^quite 

abierto 

ca tácate 

opinare 

abrazo 

idúcurlucani 

oyumana 

agua 

con  i 

úunni 

ii 

aguacero 

iza 

ji-ía 

amana 

agua  fría 

úuni-tiuegeni 

iirosangáua 

agua  caliente 

úuni-tácani 

iizacoa 

acá 

dáua  janico 

shocoi 

arco 

zóitiapute 

sehuepi 

uirapara 

agachado 

apamudami 

uapica 

ahogado 

jabiuane 

óhoíi 

algodón 

jaríderli 

cáuarli 

zamuma 

alacrán 

macarena 

yabayco 

allá 

asaste 

mishocai 

amarillo 

irreideríi 

uítorle 

pirangáua 

aguja 

ahui 

áhui 

alentado 

idouarlina  ju- 
leina 

almuerzo 

anica-ía 

chimbió 

alegre 

uaieeni 

zóhori 

amista^ 

itoto-nájh 

amor 

igizame  cojóo 

puecató 

alambre 

tzipara-uacarii 

anzuelo 

ítza 

jáuarli 

pindáj 

ano 

quéeri 

anno 

yepe 

ano 

pehericó 

bicunáuaca 

cuari 

araguato 

itH 

aráuata 

na  riba 

arriba 

denóniche 

uenunde 

iuatequiti 

araña 

orrocai 

{VI')  Se  habla  on  algunas  poblaciones  del  alto  Uainía,  como 
Puicano,  Loro,  Tigre,  etc.  Es  un  derivado  del  Baniba  y  se  le 
llama  generalmente  Carro.  Tiene  gran  parecido  con  el  dialecto 
Izaneni,  de  las  riberas  del  Izana,  Cuyare,  etc.  La  R  tiene  soni- 
do fuerte. 


(13.)  Denominado  comúnmente  Baré,  es  propio  del  río  Baria, 
afluente  del  Pasimoni,  el  que  á  su  vez  lo  es  del  Casiquiare.  Hoy 
se  habla  en  este  último  río  y  en  algunas  poblaciones  del  Ríonegro, 
como  Tiriquín,  Sanearlos,  Amanadona.  Parece  provenir  del  Ba- 
niba aunque  tiene  gran  analogía  con  el  Niangatú  ó  Tupí. 


(14)  Llamado  generalmente  Geral  en    el  Rionegro.      Es    el    len- 
guaje predominante  en  ese  gran  río  en  la  parte  correspondiente  al* 


Brasil,     La  Sh  suena  como  en  inerlés 


portugués 


'geral"  significa  general, 


y  la  Res  suave.      El  vocablo 
—Notas  del  Aufor. 


EN 

EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS                          77 

Car úz ana 

Baria 

Niangatú 

afligido     » 

ania-i  3^ecadán 

arena 

cáhadi 

ibicoi 

asquerOvSO 

cacuno   mauárl 

i 

asado 

cheje  macábuli 

mishiri 

aquéllos 

anza  aiájh 

auyama 

uiiama 

yarumó 

avispa 

janni 

cáua 

ayer 
y^  azúcar 
/^  autoridad 

uécoza 

iáuaqueje 

cuezé 

puieni 

asucra 

taricanati 

siburene 

azul 

ipure  derli 

mujúrlini 

ziquiríua 

Bava 

jádorli 

yacaré 

bachaco 

caibirri 

cutte 

ozaíba 

baile 

uaaiacarlijh 

morazí 

barba 

zitzínoma 

barriga 

no-auaua 

bidorla 

marica 

bastante 

manúpedé 

ibabúconi 

zet-tá 

báquiro 

z  a  mu  rito 

j  abía 

táyaso 

baño 

acauanni 

oyazoca 

baúl 

patoa 

patoa 

barro 

tayucá 

bejuco 

jad  aja  ti 

chipó 

beber 

adíani 

jooicó 

bigote 

iapipen 

bizinoma 

zerini  uáua 

blanco 

araderli 

bárlini 

morochin^^a 

bonito 

motzédarli 

doarli 

ipuranga 

boca 

arinamá 

biduma 

éyoro 

borracho 

debanacaita 

dulrajaitei 

ocaó 

buque 

piráua 

piráua 

garabazó 

bueno 

matzédena 

odoarli 

puranga 

brujo 

iputzoacaita 

capuyo  carlene 

payé 

brazo 

no-napa 

danna 

uiuá 

budare 

budari 

yapunna 

blusa 

camishá 

camishá 

buen  día 

iajaneina 

' 

buena  noche 

gebinámana 

Cabello 

rritzicore 

bihita 

áua 

cabeza 

gibidg. 

bidosia 

cabezón 

tíbuli 

cabézodo 

casado 

cainihuite 

carbón 

tizeenni 

casa 

pianti 

pañi 

oca 

casabe 

petté 

cusse 

meyó 

camino 

inipo 

di  nabo 

yepepe 

canalete 

pihue 

apoco-itaba 

*  caña 

can  na 

canna 

caño 

ñauapo 

garapé 

calor 

jamori 

tacaninico 

zacoá 

r8 


TAVERA-ACOSTA 


Car Ú2 ana 

Baria 

Niangatú 

cachete 

bicacutá 

caco    ^' 

caimán 

tzámana 

yacare-uazó 

caldero 

iúrloti 

\/candela 
cantando 

cámeui 

táhata 

oyingare 

cachicamo 

iarigué 

tato 

cariño 

uaiu  uacarli 

puecató 

calentura 

sauncaté 

uisepéh 

tacoa 

catarro 

curu-curu 

cargrejo 

dojo 

\/ cerdo 
^  cerro 

cotzi 

cochi 

porco 

itziapa 

ziiaba 

ibilé 

cejas 

patibezó 

ceniza 

páhali 

baritzi 

cerbatana 

mahuipi 

uitdaba 

carabatana 

cerca 

macoti 

iquenento 

ciego 

mauit-tíoo 

chianari-coceza 

cielo 

eno 

enno-docco 

cobarde 

carró-carré 

maiecá  uacárli 

ziquiemaña 

cobre 

cópere 

cóhobri 

conuco 

quiniqui 

miyurli 

capisáua 

ccrriente 

carro 

castillas 

ro-iájh 

bi-bahada 

arocanga 

corteza 

bácco 

píreía 

comején 

copíi 

cojo 

aculrunani 

chianari-cozí- 
tima 

colorado 

quíj^aui 

pirangáua 

comida 

nicalrije 

chinipió 

^y  corozo 
X,  clavo 

"cuándo? 

uibbó 

tocoma 

itapua 

prego 

icaburli  ? 

acuepana  ? 

corazón 

binácani 

■     ': 

collar 

maiorlo 

cocina 

pani-jani 

cruz 

curuza 

curutza 

curuza 

curiara 

ita 

istzá 

igara 

cuchillo 

marlié 

titege 

quise 

culebra 

api 

máuaya 

buhía 

curare 

máuacurlia 

máuacurli 

uirari 

cuándo  vienes 

icaburli  siacaac 

criminal 

iiege 

crepúsculo  v. 

asían  a -ca  mojo 

Chiquichiqui 

m a  rama 

titi-iájh 

píasáua 

chipiro 

curilo 

uirapiqué 

chivacoa 

paarro 

casiuayú 

micoí 

chispita 

amé 

máhadi 

tasíua-piranga 

chinchorro 

pit-tá 

-mihi 

maquira 

1 


EN 

EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS                          79 

C artiza  na 

Baria 

Niangatú 

chorro      > 

patini 

piran  táua 

chiquito 

zúdarli 

chigüire 

queeto 

chubasco 

cáuarleli 

jáhuisi 

triboada 

Danta 

gehma 

déhema 

tapira 

dame 

demeshe 

dedo 

rricapida 

bicabijan 

defecar 

nétoca 

delgado 

mandódarli 

desnudo 

macanú-zaniu 

chiorica-ropá 

despacio 

iabisaque 

meropiara 

día 

jécobi 

iajanei 

are,  ara 

diablo 

iyege 

diente 

no-etza 

bejei 

raña 

Dios 

Diotsu 

Topana 

dime  si  vienes 

marameta  uri 

dolor 

caica  jidarica 

cajahuini 

zazi 

dónde  ? 

ahuétate 

mameta  ? 

dormir 

dumacani 

dulce 

puyene 

Embustero 

pibatza 

cáia-uájari 

degánani 

enfermo 

saum-queitá 

cubbajani 

chicató 

enfermedad 

cubbájan 

masiuere 

él 

iara 

.          CvScopeta 

mucáua 

mucáua 

mocáua 

>- —  espina 

daurri 

úhuí 

ió 

estrella 

jipiche 

uinadé 

si 

espejo 

canari 

guiapo 

estera 

iudímada 

tapecoa 

excremento 

iziate 

estriba 

cubada 

iorá 

empalizada 

curara 

está  dormido 

dumacani 

uquire  oicó 

está  oyendo 

atemudani 

Familia 

familiani 

chimirico 

•    feo 

matizidarli 

mapau 

ipusíua 

flecha 

capdi 

dabidag 

oíua 

frente 

rriecoa 

ñaco 

cunabba 

yangaibara 

franela 

camishademeya 

frío 

japerri 

jamenanico 

irosanga 

frijol 

cumana 

cumana 

peisao 

fogón 

cameni  nihuite 

<^^^^    fruta 

adaboco 

saiia 

^^'^fuego 

tizhe  ^ 

cámcni 

>   fuerza 

quítzaco 

fulminantes 

puleta 

puletá 

fumando 

apu-iucani 

8o 


TAVERA-ACOSTA 


Carúzana 

Baria 

Niangatú 

.  flor 
•Yv-  Gallo 

» 

potera,. 

caraca          "' 

caraca 

gal-lo 

\y  gallina 
f^  gancho 

siálide 

caraca-ginata 

zapugal-la 

itzi  ^ 

mauajai 

tiaña 

V  gato 
/     garza. 

mitzi 

mitchi 

pichana 

mari 

uacara 

uacara 

garabato 

itzi 

mauajai 

tiaña 

garganta 

uacuchi 

garrapata 

ziriba 

gavilán 

pe-elri 

grande 

macádarli 

uazó 

goma 

siringa 

siringa 

gota 

atopinani 

táua 

gordo 

uít-tilen 

uazó 

Gobierno 

Taricanati 

Siburene 

Siburene 

guama 

jauatzá 

curabal-li  * 

inga 

guacamaya 

adoro 

uacca 

uacc'a 

grueso 

magádarli 

uít-tilen 

grillo 

cumajan 

grito 

bitumámac 

guerra 

''*'■ 

juhí 

guayuco 

cei-ió 

Hacha 

zoca 

eppi 

yi 

hambre 

yumasi 

hermano 

quetche 

biuaja 

zemó 

hediondo 

ecuderli 

pítini 

inema 

hijo 

lilri 

dítzare 

zembira 

hierro 

tzipara 

ferro 

hormiga 

jutzidá 

cázisi 

tasíua 

hoy 

opica 

hojas 

d abana 

cáha 

hombre 

nauiqui 

geina-are 

apigáua      **V 
icamuere       '^ 

hutso 

jadbibí 

huevo 

rriejué 

caráctenico 

zopí-ia 

Isla 

cadénuri 

cadúnorli 

invierno 

uní-ia 

uuna  jarocco 

ceta  amana 

incendio 

ácani 

ocaucai    . 

idioma 

bejeroco 

Jefe 

timaitanda 

Siburene 

Siburene 

jején 

toto 

cáhuibi 

máribí 

joven 

antítzare 

coromia-uazó 

jugando 

meje-cudani 

muzarai 

Labios 

piduma  norebi 

rembé 

ladrón 

malzi-zidárin 

camarleri 

munda-uazó 

laguna 

cáritáj 

cariya-j  ahueco 

lapa 

iaba 

laja 

jíppada 

itta 

lengua 

rrienené 

bineue 

apecó 

EN 

EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS                         5  1 

Car úz ana 

Baria 

Niangatú 

lejos         ^ 

cóodigé 

apecató 

ligero 

gueetza 

cattei 

coróte 

limpio 

júrini 

leña 

tizheque 

loro 

uarrro 

cúyabo 

paráua 

loco 

matzi-deónaca 

máraite 

lo  mató 

gimo  dócana 

oiocá 

luna 

queri 

qui 

yoarsi 

luz 

camarrai 

lo 

candela 

Llorando 

bigi-iani 

uiashio 

lluvia 

acuiani 

amana 

Mamá 

nana 

biyacao 

mamai 

madrugada 

dépitoa 

gebinamgei 

gal-lo  ingare 

maiz 

canac 

mayi 

malo 

matzj-dáribo 

iáhuini 

ipushi 

mañoco 

matzooa 

machuca 

oí 

mañana 

tébena 

macanilla 

cuba,  cáua 

machete 

matchetá 

matzeta 

mapuei 

gidi-io 

cáhará 

mariposa 

cat-tó 

mes 

queri 

yarsi 

me  voy 

niji-uaná 

chazúana 

mono 

poe 

auami 

macama 

moriche 

izehui 

mirichi 

monte 

auácada 

cárloco 

cáha 

mosquito 

mapiri 

macarebbo 

pí-o 

mí,  mío 

no,  nodeca 

no,  niji 

muchacha 

inibeti 

jantítzare 

coromía 

mírame 

pi-capa 

muelas 

rritzá 

mujer 

ínnaro 

ginnátati 

cuña 

munición 

mucagé 

munisaua 

siombo 

música 

aintamapira 

mujer  negra 

cuña-pishunáua 

mujer  blanca 

cuña-moro- 
chinga 

murciélago 

biyajáu 

anyira 

murió 

adauíquia 

muchos 

iba-búconi 

Nació 

quiebete 

,nariz 

títaro 

batti^ 

echí 

/naranj-i 

naraja 

naraja 

naraja 

Vualga 

bibotoi 

rembi 

negro 

itadcrli 

táhain 

pishunáua 

>  nervio  viril 

ichiti 

bayara 

tacuñáj 

nigua 

i  teto 

mabátini 

tombira 

no 

carro 

gen  na 

nembá 

En  el  Sur— Dialectos  Indígenas.                6. 

82 


TAVERA-ACOSTA 


Cartizana 

Baria 

Niang  atú 

noche 

depi 

egebinama 

pitona'aa 

no  vino 

jaicasauaca 

nembá-uyuire 

no  quiero 

genni-niisáua 

nos  vamos 

uajáua 

yazuana 

nubes 

cacáitáua 

serena 

ibitó 

Oscuro 

teizaurli 

pitaña 

ojos 

báhuiti 

cezá 

orejas 

tieni 

bi-datti 

inambi 

orinar 

nondeca 

asiyacani 

orilla 

inumapi 

idarlégit 

sembipe 

oro 

oróho 

Papá 

baba 

baba,  biyácarli 

papai 

plátano 

parana 

parana 

pacoa 

paloma 

jurito 

cotócorli 

picazo 

palabra 

bejerucco 

papel 

papera 

papera 

palmera 

parúgibe 

pantalón 

sirora 

sirora 

parientes 

sálimauaca 

anamaitá 

peine 

málluidá 

quiuáua 

perro 

sino 

sil  i  no 

yauara 

pescado 

cupé 

cubati 

pira 

pestañas 

patipítzi 

peñasco 

ippa 

picure 

pitsi 

uayuro 

acuclii 

piedra 

jíppata 

tippa 

ittá 

piapoco 

zate 

ocuhé 

tuca  11  a 

pies 

tipa 

bis 

Pi 

pijiguao 

pípirri 

piernaas 

no-cáua 

bishoue 

retimá 

pina 

mabirro 

plata 

parata 

palata 

plato 

parato 

palato 

playa 

cadti 

pescuezo 

nóho 

persona  negra 

tainini 

persona  blanca 

bálini 

pico 

ístij 

piel 

lía 

bid-dá 

pirera 

picaro 

camarleri 

piragua 

piráua 

piráua 

pollito 

caraquene 

caraca-jani 

poíto 

poco  á  poco 

yabisaqui 

podrido 

apitzinana 

moca  uacuí 

popa 

rriuapi 

tete 

yacumá 

proa 

ditaco 

istiíj 

pólvora 

páhari 

bariddi 

puerta 

pani-cunama 

oquena 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


83 


Carúzana 

Baria 

Niangatú 

puerto      > 

d  ajan  uceo 

garapáua 

pluma 

peua-nadate 

plumas  de  ave 

tabat-tita 

uiraráua 

punta 

titaco 

Quien 

cuen  meritapi 

nabini 

•  • 
quijadas 

arinomipo 

quiero 

nisaui 

Rabia 

yáhuini 

ipiayiua 

rabo 

igibi 

soaya 

rana 

paitzi 

youi 

raudal 

tarracapi 

raya  (  pez ) 

i  u  amaro 

yauabira 

rayado,  pez 

cabanaei 

rayo 

pírroca 

éheno 

ibizé 

remanso 

rricótzoa 

río 

óoni 

iistarli 

ii-uazo 

risa 

apianana 

riendo 

bi  piianani 

opacáua 

ropa 

mahá 

rojo 

irreiderli 

relámpago 

enno -pírroca 

éheno 

retrato 

pitejenaj 

Sabana 

sabanáh 

campiña 

sal 

yuquira 

yuquira 

yuquira 

sangre 

irrai 

salcocho 

juárlicabe 

memui 

sapo 

gíbaro 

tipau 

cororo 

sarcillos 

ditínege-ya- 

rucco 

nambipora 

se  fue 

jauana 

zúana 

semana 

shemaná 

mitoho 

sed 

sharicosé 

se  huyó 

jabiyadana 

uyauán 

sepultura 

tibuuimini 

SI 

ojo 

ege 

ehe 

sol 

camoi  . 

camojo 

uorazi 

soltero 

mainandari 

geimai-dauaca 
giníio 

— 

sombrero 

zápeua 

sapéua 

chapéua 

sucio 

camútoli 

iquiá 

sueño 

dai 

sabónuiti 

tiposé 

sobrino 

pididua 

Tabaco 

zhema 

áharli 

pitima 

tábano 

ainizo 

tehi 

raitoca 

terecai 

icurli 

u  ara  naco 

taracaiá 

talón 

bí-sidarucco 

tigre 

sahui 

cuát-tic 

yauaraté 

tío 

bi-cote 

chío 

84 


TAVERA-A.COSTA 


Carúzana 

Baria 

Niangatú 

tizón 

titzhé 

camenihuiti 

tatasifiía 

tierra 

cáhadi 

cáhadi 

ibi 

tiro 

jamuducani 

uyape 

trabajo 

juatianige 

nurauaqui 

triste 

cuiyarlini 

troje 

cúbb^da 

yorá 

tortuga 

uaránaco 

cád-duráua 

3^orara 

trueno 

eeno 

durúrubei 

trampa 

júbisi 

tu,  tuyo 

bi,  bini-iaj 

ishé  ^ 

tienes  hambre 

? 

uamar  Hbico? 

chiaricoj-amasi? 

tengo  hambre 

uamarlinico 

indi  yamasi 

tristeza 

cuíyorli-uacare 

tú 

bini 

ishé 

Un  año 

bacunácarli- 
anno 

un  día 

gécopi  apadatza 

bacunácarli- 

yajanei 

yepeño-are 

un  mes 

gécopi-queri 

bacunácarli- 

queri 

yepeño-yarsi 

uñas 

rrízota 

pseba 

cuambé 

Vagina 

ierricoti 

bitinajputi 

icuara 

valiente 

macarronzá 

juálroni 

quirímbáua 

verde 

ipurederli 

mujurlini 

ziquíriua 

verano 

jamori 

camojarocco 

cela  curaziara 

veneno 

camajai 

ven  acá 

dáhuati 

deyure  cuaquiti 

viejo 

miarli 

toyué 

viento 

caca  ualerli 

vulva 

utinájh 

ta  macha 

Ya 

cabuli,  bijuacá 

yerba 

matzidari 

gíbere 

cáhapi 

yo 

moni 

indi 

yuca 

caini 

canitti 

macashera 

yuca  agria 

maníaca 

Zancudo 

ainizo 

jani-io 

cara pana 

EN    E),    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


85 


Sál-liba  (/j)       Piapoco  (^16)      Uajibo  (^if) 


y¡- 


Abajo 

abierio 

abrazD 

abuelo 

acá" 

acostado 

afligido 

agachado 

agua 

aguacero 

aguja 

allá 

allí 

alto 

alegría 

alacrán 

amarillo 

amor 

amigo 

almuerzo 

animal 

ano 

año 

anzuelo 

árbol 

arco 


úbaje 

cariócula 

sájéua 

yacuériba 

jauádi 

juana  ricoico 

dahdo 

pajuyo 

pajito 

zaleí 

berenáh 

uet-to 

sugindo 

ururí-quinó 

págena 

nobiécoa 

eca 

uniía,  cáua 

unni 

mera 

ojóh 

enma 

paludai 

fiduipi 

parútacto 

indada 

pelégide 

jota 

pena 

iyunanda 

baiadire 

cazi-imairi 

chútshadá 

ehéni 

uátadi 

íderi 

zobi 

chíitadi 

náua-uaiquico 

gédere 

nocóueri 

itzani 

tícua 

uayecanáj 

inabodi 

j^^j^ 

yápusi 

petabo 

uaná 

unniiame 

úpeje 

puibi 

curpabo 

rámboa 

anarime 

ípabo 

demapo 

bitzabi 

(15)  Este  dialocto,  llamado  también  Sáliua  y  Chucuna,  es  sua- 
ve, como  el  Baniba.  Abundan  en  él  las  palabras  esdrújulas  y  el 
sonido  de  la  R  es  siempre  suave.  Se  habla  en  el  alto  Meta  y  en 
el  alto  Bichada,  ó  Bichara,  como  dicen  sus  ribereíSos.  Este 
vocubulario  fue  tomado  entre  indios  del  caño  Muco. 


(16)  Es  el  mismo  Tucano  ó  Amarúa  ó  Amarizano  de  los  anti- 
guos Acháuas.  Se  había  en  las  regiones  del  curso  superior  de  los 
ríos  Meta,  Bichada  y  Uabiare.  Parece  un  derivado  de  la  lengua 
Baniba.     No  tiene  sonido  fuerte  de  la  R  y   la  Sh    suena   como    en 

inglés.  •  • 


(17)  Se  habla  en  más  de  sesenta  lugares  poblados  del  río  Bi- 
chada y  sus  afluentes.  La  generalidad  lo  denomina  "goagivo"  ó 
"goahivo"  ;  no  así  los  indígenas  de  ese  río,  entre  quienes  hemos 
>tomado  este  vocabulario.  Su  pronunciación  es  algo  gutural  y  na- 
sal. Aún  cuando  tiene  voces  con  el  sonido  fuerte  de  la  R,  guarda 
analoguis  con  el  SáMiba  y  con  el  Piapoco. — Notas  del  Autor, 


86 


TAVERA-ACOSTA 


SáUiba 

Piapoco 

Uajibo 

arco-iris 

ipauá 

k: 

araguato 

ñompai 

íizzi 

néhejé 

arriba 

étana 

zenú-niré 

araña 

léledi 

arena 

chingeda 

caina 

asado 

elejá 

yema-caresi 

asesino 

da  jago 

asqueroso 

sudda  oméua 

yahaseri 

aquel 

iojo 

yaide 

aurora 

núhué 

amaraca 

avispa 

aini 

aini 

eneto 

atrevido 

seyobodi 

autoridad 

áijodi 

itorbo 

auyama 

áyí 

ébino 

abogado 

izicamacoa 

yajopa 

agua  iría 

unni-cazarliniri 

acquemera 

agua  caliente 

un  n  i -u  rere 

mera-piatauraja 

algodón 

záhuarli 

papoe 

aquel  amigo 

itza  monai 

ayer 

átchi 

táquiche 

calnibi 

azul 

báialo 

capiraleri 

r  reúna 

Bava 

cátchui 

cátzuiri 

maquibua 

bacliaco 

zúindo 

cahué 

pubui 

baile 

rémpido 

uaue-laquena 

naueidaba 

baño 

cuípada 

juapídec 

nauanni 

barro 

seio-bochingé 

atsá 

barriga 

cuibadi 

idé 

pecótoto 

bastante 

cuiiudo  jianta 

manuberi 

nanita 

báquiro 

idemo 

apicha 

jabuisa 

barba 

age 

beber 

juainacananj 

bej  uco 

úpage 

abe  i  a 

innubó 

bigote 

juua 

izinuma 

piupina 

boca 

ungéc 

numa 

pecuei-boj  ojoto 

bola 

camadó 

niacapo-piuri 

bonita 

báia 

cáiaberi 

blanco 

déio 

niopana 

borracho 

óbudi 

icamánica 

aitajibi 

bueno 

balara 

janépaná 

brazo 

chumáua 

iana 

buque 

piráua 

piráua 

géherrá 

brujo 

séyoua 

camali-queri 

budare 

buálibo 

buarli 

irabuirto 

bravo 

anaipáua 

buen  día 

caiabo-cuarli- 

catá 

c 

buena  noche 

caiabo-cuarli- 
queri 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


87 


Cabeza 

cabezón 

cabello 

cachete 

cachicamo 

caimán 

calambre 

calur 

casa 

casabe 

cangrejo 

camino 

canto 

carne 

canas 

caña 

candela 

casado 

cansado 

castaña 

canalete 

calentura 

carbón 

castigo 

caño 

catarro 

cejas 

cerbatana 

\/cerdo 

^\  cerro 
cerrado 
ceniza 
cementerio 
cienpiés 
ciego 
cielo 
cobarde 
cojo 

colorado 
comer 
comida 
conmigo 
contigo 
conuco 
corteza 
(iucaracha 
culebra 
curiara 


Sal- liba 


1-10 

i-io  júa 

paba 

chutcha 

dupó 

tidi 

jil-liaja 

itto 

pebe 

uaiiidiná 

mana 

rendadi 

debaje 

júuade-iobó 

átchieta 

auzá 

yájuanda 

pajéua 

catana 

daneida 

cubáua 

tándoa 

séio-únjada 

cáua 

pajintaño 

zirípiua 

puit-ti 

úcuano 

uándido 

súpada 

táuidure 

sinabodi 

sínduqui 

barama 

juadi 

tocco 

dúa 

ticcuadi 

ticcuá 

anzema 

uncueda 

ómejua 

ingé 

auacuá 

yacui 

uétchuno 


Piapoco 
i  bita 

ibitá-bainá 
n una ni 
tzée 
tzamana 

ú-urequé 

cappi 

macado 

mazza 

ayapo 

labai-deri 

inazi 

besoe 

quitzei 

cainuiri 

catan  X 
de  na 
mecuiie . 


unniba 
uiyasi 


Uajibo 

pemata-bocoto 

éhera 

pemátana 

pemuju-papo 

tuj  abo 

majénej 

ataju 

bóo 

peri 

caruei 

1)  a  ni  uto 

najéanná 

bacabi 

basué 

izoto 

nacojioba 


tenapa 
domai 


baja 


zirípiua 
maiano 

zirípibo 
coctsi 

dúuri 

úunu 

barí  i 

ipumana 
mututá 

báuacaitúi 

éeri'inani 

caluiri 

daya-dayieri 

quireri 

tajutu-reuna 
itábajo 
pe]  i  junáua 
jayu-jayunj 
zobi 

yácase 

peja-yéua 

caí  ni 

imarni 

pabi 

bocolo 

bocobato 

aapi 
íida 

orno 
géherra 

88 


TAVERA-ACOSTA 


X 


Sál-liba 

Piapoco 

Uajibo 

claridad 

bayada 

( 

cuándo  ? 

tajinato  ? 

zacariná  ? 

cuerda 

ánono 

cristal 

chiñandere 

cariño 

casimairi 

jamatabui-jané- 
paná 

cerca 

máui  énita 

cajéua 

comején 

cámara 

opón 

corozo 

matauacurli 

matauacuri 

corazón 

uauazic 

costillas 

ibarai 

peyene 

cuchillo 

uizo-uanazi 

casiupa 

curare 

urare 

uraré 

clavo 

ut-túi 

criminal 

bayama-neri 

jibitonu  beya- 
juobo 

cruz 

curulza 

crú 

compañero 

yauata 

cuñado 

ptamo 

Chiquito 

izaje 

atshumerina 

chinchorro 

tauza 

amaca 

butu 

chispita 

lúngede 

amai 

caibieri 

chigüire 

quíezo 

jamocobi 

chibacoa 

chibáua 

quirabiu 

sujui 

chipiro 

zezé 

chorro 

chúdadi 

yaracá 

nabohota 

chubasco 

chuuaca 

cáurii 

jobibo 

Danta 

rampo 

métzaja 

dame 

íchiji 

éemima 

nerejuré 

dedo 

chummó 

icapi 

pecobezito 

dedo  del   pié 

jaba-chummó 

defecar 

íteda 

delgado  ^ 

izaje 

descolorido 

uaiana 

desnudo 

mapbaleri 

najona 

diente 

oayá 

iyei 

péonoto 

día 

jojo  ^ 

éeriepi 

maticabi 

diablo 

óondi 

diferente 

jóndina 

dolor 

duba 

caiuiri 

atene 

dos 

tandoza 

putzeiba 

aiiianiaubé  (i8) 

(18)  En  la  pág.  57  de  su  obra  U'n  Viaje  á  Venezuela  (Bogotá, 
1890j  dice  el  doctor  Modesto  Grarcós  que  por  sus  propias  observa- 
ciones, se  convenció  de  que  los  indios  del  Bichada  no  cuentan  si^io 
hasta  el  número  5.  Esto  es  una  ligereza  de  apreciación.  Véase  la 
página  30  de  este  libro. — Nota  del  Auior. 


i 


EN  EL  SUR — DIALFXTOS  INDÍGENAS 


89 


y 


Sal' liba 

Piapoco 

Uajibo 

despacio     "> 

éeretá 

Dios 

cuai-zeiri 

dietso 

donde 

ginato 

arenapiiaje 

durmiendo 

dájadi 

El 

poni 

escopeta 

buiduba 

éeno 

yamajto 

escuchando 

chimnaza 

yémiadoc 

jumetani 

embustero 

juéndimue 

catziueri 

yemajai 

enfermo 

suddáh 

icuro-cauá 

enfermedad 

seyo-uadira 

mecuni 

mutsuali 

estrella 

sípodi 

durúputá 

ibinei 

-espina 

chindi 

túiri 

janaye 

espejo 

iápube 

sapoa 

excremento 

i  te 

encima 

étana 

éste 

pifiara 

empalizada 

curaro 

cajuoba 

estriba 

uirima 

Fácil 

bayacua 

familia 

yenané 

bijamonaye 

flaco 

juempa 

yuyu  yériba 

feo 

seiobo 

bauaeri 

fin^ 

pénunda 

fogón 

auzadi 

sahuitá 

anato 

frente 

pamene 

ipudá 

frío 

tidi 

cazaliniqué 

acqué 

flecha 

dóccua 

chúculo 

uppa 

frijol 

cúmode 

churuta 

peju 

fuerza 

rúndagi 

fumar 

jiipabi 

izidueri 

fruta 

yacaná 

péjjura 

flor 

ibinazi 

flojo 

afaetabi 

/Gallo 

acá 

cabuame 

gallina 

acara 

cabuame-inanai  macara 

gato 

mitchi 

michi 

mizi 

garza 

uanaque 

uatarama 

garrapata 

uamboucua 

cúbari 

totubu 

gavilán 

cúuadi 

ocopi 

grande 

cue-io 

manuiri 

gomma 

gordo 

óndeua 

uariberi 

gota 

chipio 

idupieco 

otopa 

guerra 

dajáuadi 

úhuí 

grillo 

auaya 

píido 

zureto 

gil  LO 

iniaideidec 

guama 

zúa 

irizí 

uiripa 

garabato 

muezi 

guacamaya 

aza 

atoro 

maja 

90 


TAVERA-ACOSTA 


Sál-liba 

Piapoco 

Uajibo 

golpes 

zúndadi 

f 

garganta 

uano 

guaral 

úpaje 

Hacha 

yóinte 

tzipara 

hambre 

écuadi 

canairi 

janipa 

hediondo 

sudaoméua 

yaseri 

tujudseiba 

hermano 

cuanchumé 

mereri 

pemata  bijina 

hermana 

izahbe 

piona 

herida 

cuándire 

hijo 

endini 

íiri 

hojas 

taneje 

aban 

pebaju 

hondo 

gíndara 

hoy 

géyome 

hombre 

umbei 

azierli 

ptamo,  pebi 

hormiga 

lelidi 

queezi 

amai 

hueso 

sinjáuei 

íyapi  ^ 

pezito 

huevo 

géhia 

gehesi 

petouib 

hoyo 

tabijo 

humo 

chónjui 

iza 

itzojo 

Idioma 

tétaui 

aiberi-tacque 

jumeta 

igual 

badere 

isla 

síndure 

iua-uatá 

petunacto 

incendio 

auza-ibáua 

yemacáua 

tajuebo 

invierno 

ójojo 

unniabe 

emarrápai 

Jefe 

áijodi 

iua-cairi 

itorbo 

jején 

marlia 

maspira 

joven 

báipodi 

uculisi 

pejojiobi 

J"gar 

izaibi  queri 

Labios 

idure 

ladrón 

andáuara 

cayederi 

piabégene 

laguna 

ópobo 

caliza 

pocca 

lapa 

taba 

opaib 

laja 

ínnacho 

largo 

cui-ioó 

lagartija 

jul-la 

lejos 

decuré 

tajé 

leche 

íquci 

lengua 

i  nene 

peeberto 

ligero 

dina 

namai 

najainchie 

limpio 

injadire 

capurenire 

leña 

pude 

quitsei 

izo 

loco 

marliáua 

mataje-mabátsi 

loro 

dureba 

jurra 

lo  mato 

inoacajn 

lucero 

sípodi 

luna 

queri 

qutri 

uameto               ' 

luz 

icamarai 

isteyota 

Llanura 

monócuali 

uayajo 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


91 


Sal- 1  ib  a. 


Piapoco 


Uajibo 


llorar 

lluvia 

Madre 

madrugada 

maiz 

mañana 

mañoco 

marido 

mariposa 

mapuei 

macaiiilla 

malo 

mano 

mapire 

matar 

maraca 

más  tarde 

medio  día 

médico 

medicina 

mes 

merei 

mercancía 

mi,  mío 

miedo 

miseria 

mono 

monte 

morrocoy 

morado 

moriche 

me  voy 

mosquito 

muchacho 

mucho 

mujer 

murió 

murciélago 

matamata 

mezquino 

Nada 

nadie 

nació 
V    /nalga  ^ 
X/naiaiija 
/\iiariz 

negro 

nervio  viril 


tuuauabi 

chunjuánder 

mama 

bájiandi 

yamo 

tandema 

matzoca 

umbaiua 

túndubi 

yuccui 

beio 

chura  mó 

lísibo 

dáj  acua 

dadóo 

fáinade 

jótadi 

seicua 

seicuadi 

bejo 

uorlé 

umcuaña 

chiajo 

chindara 

juanibayaje 

puhuei 

rampó 

ícuri 


nete 

ínjare 

najo 

dájadi 

son-uá 


njadi 
diiare 

ejonde 
na  raja 
aju 

tándobi 
andezá 


ichauic 

uizibisiri 

nana 

mazaréua 

ccanai 

matchuca 

marabi 

yaccui 

púuba 

bauaeri 

úubé 


queri 


no.  noazo 


puhuai 
anarime 

ipul-leri 
idebi 
no-coadje 
mapire 


innanai 
yetacoa 
uayu 


udaibacá 
dume 
naraja 
idnaco 

yései 


enma 
penna 

getza 
merrabia 


sonoto 

epinó 

misiboto 


ábeje 


jamraue 
junáua 

papabúe 
úunu 


mojo 

uacape 

chíquire 

nahuita 

petíriba 

túupa 

auazírito 

opé 

azíua 


nacójita 

petobuito 

nuiójd 

peporauteito 

zaibie 

peboato 


ga 


TAVERA-ACOSTA 


Sal- /i  ó  a 

Piapoco 

Uajlbo 

tiigua 

cüudi 

isido 

amurto 

ninguna 

ijuada 

no 

ge-a 

cámitá 

jumé 

noche 

tando 

culiri,     catta, 

taiape 

merrabi 

no  hay 

agibí 

no  vino 

camrátcageni 

no  queremos 

caratenouauani 

nosotros 

gédere 

no  sé 

paindiri 

no  tengo 

ge-atan  j adere 

nunca 

géiodá 

nubes 

léledá 

acalée 

itábojo 

nos  vamos 

uauaje 

Obscuro 

cuadere 

catta 

aitaquire 

ojos 

pajote 

itúi 

pita  joto 

orejas 

ajujo 

iuuí 

pemujuierto 

orinar 

chipi 

ini 

narrani 

orilla 

paginare 

anamáh 

pemujubuiri 

olorcsQ 

b?ya  oméua 

oro 

oróo 

oyendo 

chimnaza 

otro 

jota 

Padre 

baba 

bapa 

paja 

pájaro 

jonza 

paloma 

onoco 

pálido 

uayano 

palabra 

tejacui 

taqueisi 

pijumecapona 

palmera 

égege 

íb-bainasi 

nájari-bojo 

papel 

papere 

cuyarotá 

papera 

parado 

sédire 

parece 

baicua 

palo 

nucco 

pedazo 

táuí 

pez 

paji 

cubai 

dujeini 

pestaña 

pajujúua 

pescuezo 

eoodi 

canapi 

peuizito 

perro 

jori 

jaurli 

jáuiri 

peine 

izipaba 

si  aba 

perico 

zereto 

pelea 

dajare 

pequeño 

izaje 

chíquire 

pies 

jaba 

yábarli 

petauto 

picaro 

doyiri 

catzi-beri 

♦j 

picure 

ubi 

pizi 

buui 

pijiguao 

pípiji 

pintado 

buró  gempa 

piel 

debnjcde 

imasi 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDJGENAS 


93 


Sal' liba 

Piapoco 

Uajibo 

piapoco      ^ 

marinabi 

zazé 

tucuecue 

pico 

chúrliri 

idnacoa 

piedra 

innacho 

ípba 

íjboto 

pina 

jana 

pierna 

icutsui 

petauto 

plato 

tétabi 

quirapiel-li 

uaji 

plátano 

palátano 

parátano 

palatána 

proa 

jóledi 

iddacoa 

popa 

jujodi 

yapoa 

V  pollo 

acaré 

atchumeziuáian 

^    podrido 

yasacani 

prostituta 

iajudire  caija 

playa 

meseje 

tajétabo 

puerta 

cóbadi 

inuma-baré 

panabo 

/puerto 

y^  pueblo 

\pluma 

mañana 

idarutá 

sucuanda 

yacaré 

pépabo 

plumas  de  ave 

jóndiri 

yanabai 

punta 

íputa 

yanacoa 

púa 

uándeje 

bumaito 

Quien 

anzá 

cáhue  napi 

queremos 

iiuuaua  queni 

Rabia 

iájeua 

roasi 

rabo 

sémade 

izipi 

rama 

ege 

rana 

iueju 

raya,  pez 

séua 

yaduri 

rallo 

róndadi 

relámpago 

buidé 

meme  énieri 

relente 

sámana 

remanso 

cáuo 

río 

ubutá 

innaba 

papa-uenni 

risa 

ségene 

ícani  quinzi 

ropa 

uaruma 

papa-buiri 

rodilla 

chumuare 

Sal 

iejo 

ibiduma 

y  ajo 

salcocho 

dópadi 

sanaquei 

j  j 

sangre 

chondire 

savia 

iscade  nucco 

penani 

sapo 

ibeju 

baruta 

sarcillos 

yuyusasi 

sed 

macalaca 

séua 

se  acabó 

agibí 

se  parece 

baicua 

semana 

ojoadi 

sepultura 

táuidure 

úttahui 

si 

ege 

jáh 

jáh 

sitio 

táua-istodi 

94 


TAVERA-ACOSTA 


Sál-líba 

Piapoco 

Uajlbo 

silbido 

uipido 

f 

sólo 

jotaje 

sombrero 

caiyóo 

caiyúua 

yorrey 

sobrino 

chipo 

ibi 

ptamo 

sol 

jojo 

éeri 

ícoto 

soltero 

jotade 

mainuiri 

agibi  pitíriba 

suelo 

chinga 

se  fue 

anzadé 

yaracabúa 

se  rompió 

décaddi 

se  huyó 

ichú  riecó 

sucio 

súndicu 

sacasi 

sueño 

cuibodire 

dapuri 

Tabaco 

arre 

chema 

zema 

tábano 

mámbata 

ériba 

talón 

cóondi 

icurutá 

petaju  yeberto 

tarde 

faenara 

terecay 

zetze 

áhara 

pitzuni 

techo 

biyade 

testículos 

poéteta 

tierra 

cincheje 

cari 

ira 

tigre 

impué 

sháui 

nebute 

tizón 

áuzadi 

quichei-curlui 

tío 

chijobei 

tinaja 

cánari 

tortuga 

chapinero 

zapánil-lo 

tzapanil-lo 

totuma 

lapadeche 

tobillo 

úcuá-adi 

trabajo 

ibaili-carese 

acué   yeneba 

triste 

doje 

úru-liri 

troje 

íbate 

uirima 

trueno 

duyare 

iduno-acáua 

tu, tuyo 

cuaja 

pi,  pi-azo 

tienes  casa  ? 

it-toto  ? 

tienes  hambre 

} 

canaipe? 

Uña 

tuneje 

ui-ubá 

pecopi-bocoto 

uña  del  pié 

petauto-bocoto 

Valiente 

catza-inire 

asaeg 

ven  acá 

pajinata 

auacáua 

venado 

yama 

verano 

ú-uana 

camúi 

uaí 

verde 

chínpin 

pemátono 

vidrio 

pemujupá 

vieja 

berisién 

viejo 

perruj  o 

viento 

éuade 

viudo 

tundiré 

vulva 

uíchei 

pettú 

Yerba 

auande 

imazicuei 

pohoDa 

EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS 


95 


Yerba     ' 

yo,  yo  soy 

ya 

yuca  dulce 

yuca  agria 

Zancudo 

zorro 


Sal' liba 

Piapoco 

Uajibo 

auande 

iraaziquei 

pohona 

geutze 

no,  no-azo 
mesonomei 

jane 

picquié 

seña 

chaico 

capiyeldi 

caini 

anatcho 

pulesi 
uaizo 

iálidó 

yaliró 
*    * 

Al  vocabulario  Uajibo  tomado  por  el  ya  referido  se- 
ñor Melgarejo  y  publicado  en  las  páginas  61-63  <^el  ^^'■ 
szimeii  de  las  Actas  de  la  Academia  (  1886)  podemos 
aplicarle  también  lo  que  hemos  dicho  con  relación  al 
Baniba.  Esto,  aparte  de  encontrarse  en  aquél  voces  y 
frases  de  esta  última  lengua,  como  correspondientes  al 
Uajibo.      Véase,  si  no,  la  página  63  de  dicho   Resumen, 


donde  constan  las  siguientes  : 


éste 

aquél 

aquí 

allá 

mi  oreja 

mi  mano 

agradable 

mucho 

mi  tío 

mi  cuñado 

luego,  más  tarde 

vete  ó  vayase 

nosotros  querem-os 


enij 

etáj 

uáhniji 

uat  tá,  uat-sitáj 

iio-tanípara 

n'-apizi 

arsipege 

súb-beri 

n'-occo 

n'-oholi 

uyoma  bamiaro 

pi-sáua 

ua  yaja,  etc.,  etc. 


La  inclusión  de  estas  palabras  en  un  vocabulario 
uajibo,  es  un  evidente  descuido,  que  ya  ha  empezado  á 
dar  sus  frutos  :  haciendo  uso  de  él  dice  Febres-Cordero, 
erradamente,  que  uaniji  y  tuil-tajá  son  vocablos  ua- 
jibos.  (Véase  la  página  50  de  sus  Estudios  sobre  etno- 
grafía americana, ) 


96 


TAVEKA— AGOSTA 


Puinabe  {  ip) 

Piaroa  {^20 

)  Mapoyo  {21) 

Abajo 

neteajá 

gen  eje 

mayof:a 

abierto 

báepu 

caramu-muca- 
cue 

abrazo 

japáui 

momajé 

abuelo 

aroón 

cháu 

eumú 

acá 

nane 

uené 

béuter 

acostado 

éjuatá 

agua 

hih 

ía 

tuna 

aguacero 

hu-uau 

ají-ía 

quenopo 

agua  fría 

hi  rijacálic 

luna  etiqueu 

agua  caliente 

hi  ricáie 

tuna  tatumeu 

adelante 

abúr  mestér 

aguja 

áhauí 

parántani 

cusa 

^dios 

ustéride 

ahogado 

repeu 

tuna-quetá 

agachado 

pene 

sumaque 

activo 

taodí 

afligido 

diyáua 

póenare 

allá 

dum 

ióho 

maná 

alacrán 

shicc 

ienepejei 

mutucLiani 

alegría 

jajai 

ñáui 

uare 

algodón 

sáuarlot 

puigre 

quétate 

alumbrar 

yabescaque 

ano 

muhüiro 

chojú 

mate 

año 

huic 

yáute  dúa 

ñoma 

araguato 

cáha 

ímmué 

arauto 

arriba 

sianajáh 

jute 

capuñé 

(19)  Antiguo  Uaipunabis  ó  Caverre,  es  el  lenguaje  de  los  mo- 
radores del  Inírida  y  de  sus  afluentes  meridionales.  Su  pronun- 
ciación es  fuerte  y  algo  gutural.  Este  vocabulario  lo  tomamos  en- 
tro indios  de  las  márgenes  del  caño  üiña.  La  Sh  como  en  ino-lés 
y  la  R  con  sonido  suave. 


(20)  Este  lenguaje  de  los  llamados  antiguamente  ádoles  ó  atu- 
res, se  habla  entre  ios  indígenas  de  las  orillas  del  Sipapo,  Ucata, 
Zama,  Matabén  y  cabeceras  del  Catan iapo.  Es  algo  nasal  y  en 
su  pronunciación  abunda,  como  en  el  Yabarana,  el  sonido  de  la  J  ; 
la  Sh  como  en  inglés  y  la  R  siempre  suave. 


{'¿\)  Es  un  similar  del  Caribe,  hablado  por  los  moradores  de 
Caripo,  Caripito,  Uyacoa,  etc.,  entre  los  ríos  Paruaza  y  Suapure. 
La  R  tiene  sonido  fuerte  y  en  algunas  voces  hacen  uso  de  la  F  por 
J  ó  P.     LosMapoyos  son  los  mismos  Cuacuas  ó  antiguos  Nepoyos 

Noias   del  Autor. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


97 


Ptñnabí 


Pial' o  a 


Mapoyo 


asqueroso 

ebojai  quésic 

uauajae 

sironoqué 

árbol 

júg-glré 

cuájate 

yogé 

amigo 

ájui 

amor 

jayarcatoh 

pamárije  cuya 

uaro  botéd 

amistad 

ájui'Cagei 

túcut-tuja 

andar 

usteri 

anda  tú 

maesterímore 

anzuelo 

mapiu 

agiratze 

pihué 

arco 

géhec 

poebi 

acara 

arco  iris 

mui-rói 

arena 

mai 

nono 

auyama 

úh-iamá 

cáuiya 

cayaraa 

alto 

jutojo 

capuñé 

avispa 

dehem 

pejú 

jocomo 

aurora 

jataruecoc 

tunechi 

omebuiri 

ayer 

den 

ñipa 

coñare 

asimismo 

yareumá 

arrodillarse 

tupurepó 

aquí 

béuter 

ahora 

mecua 

á-bú 

amarillo 

uañacua 

tapire 

almuerzo 

cuéshi 

araña 

muru-a 

coyoyi 

asado 

suena 

púsabue 

asesino 

cuei-icueto- 
ubori 

aquél 

yoájhtá 

mocre 

atrevido 

churone-cuo- 

queji 

utaquinira 

autoridad 

ueyono-uayejí 

iyápune 

azul 

ihiact 

játon 

turaquein 

Bava 

úhuóu 

puejécoa 

macarle 

bachaco 

au 

químuri 

saúco 

baile 

moa-i -u 

tíhi 

uajarite 

baño 

jámac 

ajeyu 

copié 

barriga 

mopo 

chuscuama 

pohé 

báquira 

depi 

imé 

barro 

redáua 

zapazapa  , 

barba 

chocoyase 

uyaboti 

bástanle 

.ginargajae 

uaquirare 

baúl 

puerechacá 

beber 

uaeuto 

bej  uco 

íhióo 

uipo 

minate 

bigote 

mueie  siurot 

nurocueji 

boca 

moyehé 

chiá 

uindari 

borracho 

muhum-caijín 

churipeji 

marestabe 

bonito 

jabaihóoc 

adihueju 

nupano 

bola 

mautehera 

ichayu 

En  él  Sur-iBialectGS  Indígenas. 


98 


TAVER A- AGOSTA 


Píiinabe  Piar  o  a  M apoyo 


bostezar 

uindaracari 

bueno 

jajei 

adíua 

nupano 

blanco 

jiboc 

téhui 

tagimune 

budare 

pammiú 

puaria 

tari 

boca  de  caño 

tuna-mdari 

brazo 

mombó 

chujo 

uyapueri 

bravo 

janaham 

buen  día 

ombigeuno 

buque 

piráua 

piráua 

piráua 

brujo 

ígihic 

buscar 

uayabare 

Cabeza 

mo-juiác 

chúu    . 

ua-stari 

cabeceras  de 

un 

caño 

tuna  puru 

cabello 

mo-jóho 

chu-otsé 

ua-steyare 

cachete 

mo-cóu 

chie-babá 

upetari 

cachicamo 

í-ióu 

ascui 

caimán 

jámanáh 

jemana 

calambre 

chuanacoje 

yuspimami 

caldero 

cágoht 

uri-io 

jorine 

calor 

acá-iec 

dueco 

yarámucun 

camino 

duh 

menná 

jejemo 

candela 

doho 

osculé 

foato 

canas 

ucchotejei 

ercarisare 

cangrejo 

ñioi 

carácali 

caña 

shuishin 

naja 

naruí 

cambur 

sáua 

meaca-paruro 

caño 

irmai 

tunáu 

carne 

gérutáh 

idepe 

careme 

carroza 

haití 

casabe 

ahn 

inizi 

zede 

casa 

mug-gre 

ofstó  ^ 

casado 

ubic  puan 

iré-cunane 

zebasáb 

cariño 

ja-^ 

ujuare 

canalete 

jahuat 

jueiboda 

catarro 

jáhaté 

atóme 

capitán 

biji-3'Umairic 

oróua 

cariñoso 

jaja-i 

cara 

ista 

upetari 

carbón 

aña 

camaraistú 

canto 

iáu 

anahe 

jereino 

calentura 

tamdahá 

merichei 

útaro  bori 

cansado 

teneyego 

noiscaeb& 

cerbatana 

jun 

ñoanna 

daza 

crJle 

uaru 

cerca 

jánae 

cerdo 

débom 

cuchi 

cusí 

ceniza 

dépuip 

aña 

quereñé 

EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS 


99 


Piiinabe 


Piar  o  a 


Mapoyo 


cerro 

huen 

mué  acá 

iyupi 

cementerio 

mushey-orai 

teacua  aba 

cejas 

chiecore 

zetse 

cerrado 

muehepi 

mucusé 

cielo 

jaho 

mu  ara  je 

capu 

ciego 

jabi-tentanjei 

astoga 

enubenu 

ciempiés 

mañana 

cheji 

querube 

cojo 

ashimbatjei 

churona 

queji 

comején 

buhurat 

colorado 

jácot 

túu 

tapírem 

comer 

cuístij 

éráel 

conmigo 

tuucó 

uya  tsérester 

contigo 

uscucó 

graquerést 

con  aquel 

mocatserést 

conuco 

té  moja 

pasta 

játiri 

corteza 

ijeya 

pubá 

corazón 

mogé 

corral 

huai 

costillas 

mo-siehegot 

chieshubaque 

ere-siirare 

compañero 

ájui-hot 

racorona 

cobarde 

bayun  puénjin 

yehecuej 

i 

oibuín 

cobre 

coopere 

cortar 

yopoque 

coje  tu  som- 

jesámbere yá- 

brero  ? 

muc 

claridad 

teáua 

tábel-li 

collar 

cui-iari 

jua-jua 

comida 

erisihuai 

corriente 

yetún 

criminal 

cuei-icueto-ibori 

clavo 

jishi  banmiú 

jutu-upui 

cómo  te  11  amasi 

'  uari-ma-matám? 

tomar-reite  ? 

cuerpo 

enepunu 

cruz 

curuza 

curiara 

jah 

uaica 

cuyara 

culebra 

jocoy 

cuñado 

ját-ui 

curare 

bou-uán 

manema 

máccurú 

cuchillo 

uibio 

cuándo  ? 

tuara 

cuándo  vienes  ? 

borau  yáuan 

ashiyo  ? 

tiñena 

tuara-jerjebe? 

cuándo  llegaste! 

> 

tuara  yeresrestá 

cucaracha 

ararua 

cuica 

f cueva 

ejú 

cuánto  vale  esto 

tuanare  minibite 

Chato 

nono  bombi 

chisme 

jájarro 

loo 


TAVERA-ACOSTA 


Puinabe 


Piar  o  a 


Mapoyo 


chiquichiqui 

maramño 

1 

chigüire 

hutdé 

chinchorro 

cáhan 

chura  z  a 

ébaté 

chipi  ro 

shipíri 

ispiti 

chispita 

tíit-i-ia 

erimuá 

mijisaque 

chorro 

ippuec 

puyóme 

chibacoa 

bihicán 

tu-ape 

chubasco 

gem  shubai 

canequepua 

catahuai 

Dame 

ize 

dénec 

danta 

iapp 

moepaña 

uayayi 

daño 

mohuejin 

uarico 

dedo 

mo-rabcap 

chidede 

ene-mécuc 

de  él 

teicoro-quiri 

de  otro 

ñonócoro-quire 

desnudo 

jápin-úi 

cabuin 

después 

irébuelt 

despacio 

ione 

calmare 

defecar 

tescú 

juécai 

delgado 

juei 

nacambuí 

dedo  del  pié 

chijape  chotsé 

unétacuñé  pero 

día 

ueyu 

mora 

janoi 

diablo 

boiriquehep 

auetza 

jorlouamo 

diferente 

jaupeyana 

ñonobare 

Dios 

Bihi 

Maiuacá 

diente 

morlé 

chascó 

geneiri 

dolor 

ashi-ic 

niñejeco 

yértune 

dolor  de  muelas 

uyaya-értuu 

dolor  de  barriga 

opoeyertun 

dolor  de  cabeza 

ua-stari-yertun 

donde 

bonjahali 

tené 

durmiendo 

jáhou 

dulce 

sushiu  námot 

de  qué  color? 

jetar  sin  ? 

Escopeta 

táhat 

cuumpema 

caracbuza 

empalizada 

curara 

escritura 

míjirec 

escándalo 

sénene 

esposa 

dehen 

ueriu 

espejo 

tiatácuade 

pecai 

€spina 

úhut 

peje 

cou-uoque 

estrella 

córlot 

zirica 

cásipano 

embustero 

youanda-mánú 

amone 

suru  quembá 

encima 

uemena  peje  i 

topó 

estriba 

jatecot 

bancori 

enfermo 

nahatsiji 

terebúne 

enfermedad 

mutambiú 

terébune 

enemigo 

ábalot 

estás  candado  ? 

oiscábue  ? 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


lOI 


Píiinabe 

P i  aro  a 

M apoyo 

esta  noche 

meje  cobaj 

esto 

náha 

j  i  neja 

él 

tois 

este,  esta 

piñema 

meje 

excremento 

yeheco 

está  vivo 

mare  care 

es  mi  esposo 

tena  ueriri 

escuchando 

ashi-ac 

ejuco 

yétac 

Fatiga 

ñere  renare 

franela 

camishá-nompín 

flaco 

ayaueji 

motrem 

flecha 

bop 

poi 

iibu-are 

feo 

boyeberi  puén- 

jin 

churopejeu 

í-:écubuín 

flojo 

jamaipari 

flor 

mochegú 

eú 

yeye-buiri 

^     fogón 

dóbig 

ose  ule 

foato 

X  fósforos 

osconcho 

"Vrío 

jí-o 

diyáua 

cúmuini 

frijol 

jerúe 

frente 

chiocorlá 

ene-meyari 

fumar 

juhu  ^ 

foayo  mató 

fulminantes 

tahát-butupiná 

acanta 

fuerza 

juru-ei 

goití 

fruta 

mucaham 

X  Gato 

mishi 

mitzi 

miji 

^  garabato 

húi 

imma 

muétaquen 

V  /garza 
X  gallo 

bup 

juarécose 

cáua-boad 

ubo 

mapararu  ua- 

restori 

V  gallina 

cabarem 

asquiaia 

mapararu 

garrapata 

yápden 

cuaba 

turema 

gavilán 

paré 

musi 

grande 

adegajae 

comano 

garganta 

cuascua  carana 

uarore 

grillo 

ji-u  ^ 

idi-io 

quiribita 

guerra 

capuit-tohot 

joroue-uete 

naginí 

grito 

jáhac 

cabatunta 

gola  de  agua 

hi  jalee  siton 

it-shá 

tuna-jata 

goma 

gulehu 

torú 

gordo 

arihuei 

pitajobe 

golpe 

peopeji 

Gobierno 

lyabone 

guaral 

ajuásape 

guacamaya 

iyuhu 

cara 

maya 

''guayuco 

chastá 

cáistá 

guama 

poho 

oroué 

uacma 

Hablar 

tusca 

I 


roa 


TAVERA-iíiCOSTA 


Puinabe 

Piaroa 

Mapoyo 

hacha 

ji 

inabaque 

pat-tá 

hambre 

abui-shic 

peheri  jecu 

uyanirte 

hediondo 

jashijan 

uauajae 

uqueque 

hermana 

jajauei 

upairí 

hermano 

japéuai 

boho 

uyácono 

herida 

.. 

úyapué 

hace  tiempo 

tenare 

hasta  aquí 

menama 

hija 

tonsiri 

hijo 

atúi 

isti 

iñeri 

hierro 

ju 

zaparate 

X  hilo 

puejequie 

intate 

^  hojas 

punióhn 

ishoje 

yútase 

hombre 

bond 

uba 

uaceést-tocomo 

hoy 

isté 

hoyo 

rejú 

yasíquire 

hormiga 

jú-shic 

tuare 

moire 

hondo 

táscuaja 

pasé 

humo 

ai 

ischopa 

marestabe 

huellas 

taboté 

hueso 

raohot 

ihueca 

yóbuo 

huevo 

cáua-big-lic 

i'gué 

jímmuá 

Idioma 

iuene 

eretucerre 

incendio 

dohobuit 

istacuaja 

tujuare 

igual 

istóu 

separe 

invierno 

hitdiat 

áenne 

quenobo 

isla 

ippon 

quecotichenza 

íretá 

Jala  duro 

tabó  eimac 

Jefe 

yumairic 

cumejui-ei 

yábone 

jején 

shágot 

májari 

posiriqui 

joven 

bond  tet 

maha-ia 

Labios 

mo-iesipic 

naúcueji 

lagartija 

dea,  sáua 

maccaí 

laguna 

uac 

dubora 

cuba 

laja 

innáua 

pere 

largo 

ostoegi 

tareque 

iadrón 

shehe  puénjin 

tamátone 

lapa 

det 

leche 

jáhuui 

ischoya 

lejos 

jáyau 

leer 

jutono 

lengua 

mo-roc 

ligero 

maipiulic 

jurune 

porirayiemaste 

leña 

duhu 

mihi 

uajto 

limpio 

japi-úi 

si  roño  puime 

libre 

tosqueuácon 

loro 

shiom 

pahade 

déua 

loco 

jábuoc 

tahameji 

* 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


ÍO3 


Fitina  be 


Piar  o  a 


M apoyo 


lo  mataron 

quiantori  uge 

lo  mismo    " 

ireboro 

luna 

jóbit 

iodo  quiáua 

nuna 

luz 

deha 

tabeyé 

Llama 

yarini 

llanura 

yéhú 

llévalo 

yarequé 

llorando 

aquejueji 

samuce 

lluvia 

hitdiat 

mahameco 

quenobo  soroca 

Madre 

ahina 

acuaji 

usanare 

maiz 

ccan 

ñamó 

ojonai 

madrugada 

neyunaca 

marujuá 

omipuice 

machete 

mazetta 

curodé 

cabara 

mañana 

yodoji 

naie 

mapire 

deje 

mapiri 

mariposa 

jáhabi 

perepi 

uaiabacasi 

mapuei 

gin 

chécque 

matamata 

io-iac 

macanilla 

quippa 

mañoco 

mazucá 

maraca 

ieuraat 

reni-io 

malo 

hehep 

churaja 

eróse  cubiné 

más  tarde 

jia  shiric 

nipérame 

baró  eca 

malhechor 

secu  puiuí 

marido 

uaristó 

matar 

uaueri 

mentira 

socoqueme 

merey 

uororoise 

me  voy 

uoterí 

medicina 

muhuin 

sunaími 

mes 

geobot 

iodecuane 

nuna 

mezquino 

mabinchioc 

coroco-puiní 

mi,  mío 

mo,  mu 

chi 

eje-naidi 

mano 

umma 

gemeco 

mediodía 

marajo  cueié 

catucum 

mi  nombre 

uiyeti 

mírame 

topui 

uiyenqui 

miedo 

ñehecua 

tamacuru 

mono 

buhu 

jiischo 

uaracaro 

morrocoy 

quienni 

caré 

monte 

júhug-glé 

yute 

morado 

acápuit 

tíioriche 

ñiho 

mosquito 

puit  dot 

mápiri 

mucho 

uaque  rare 

mujer 

dehen 

izaju 

ueyabi 

lYiuchacho 

tui-uai 

poenta 

mucú 

munición 

táhat  big 

cubeda 

I04 


TAVERA-ACOSTA 


murciélago 

Nació 

nada 

nadar 

nariz 
.      nalga 
y  naranja 
A^nadie 

negro 

nervio  viril 

nigua 

no 

nosotros 

no  sé 

noche 

nubes 

nunca 

Obscuro 

orejas 

ojos 

orilla 

orinar 

oro 

oloroso 

oso 

otro 

Oyendo 

Palmera 

padre 

pájaro 

paloma 

palabra 

papel 

pariente 

palo 

para  mí 

para  tí 

parado 

pasar 

parece  ( se  ) 

pescuezo 

perro 

pescado 

perico 

perfume 

pensar 

peine 


X 


Puinabe 

tin 
tuit  tui 


mo-goec 

mo-shompoc 

naraja 

jipíc 
múric 
daam 
uiyó 


shai 

ñio  pauán 

ibuhup 

mo-bot 

mo-mbic 

ircoho 

acahán 

oro 


a-shiac 

áhi 

uipp 

itti 

mo-ieró 

papera 

aja  calíjit 


mo-ie 

iot 

i-ioí 


penna 


Piar  o  a 

cuayube 

juiyal 

chiji-io 

chubuca 

naraja 

iqueye  peina 

idico 

uiri-ui 

uaco 

até 


jameque 

iodo 

niae 


ñode 

chajá 

chi 

jayotá 

ascuepe 

oró 

anae 

ñojo 

coro 


chau  cuinejo 

piyúa 

onoco 

cuyari  seje 

chauárua 

bau 


jaua  cuarejí 
churubeque 
jáuiri 
poi 


sahaje 


Mapoyo 
dehede 

te  irá 
abocabe 
uiyenare 
enoueberi 

te  irá 

corocqueme 

genosaidi 

zesca 

te  irá 

enebe 

juarúi 

cohobá 

cabucutu 

te  irá 

tabarine 

genu   panari 

geneyo  nuru 

tobiré 

sutaje 

carócori 

an?a 

yaconoque 
juái  tari 
atabayare 

suquire 
uacuua 
tun  né 
careta 


uere  mame 

uiña  queriatu 

caoe 

párete 

tabaraisé 

eneca  uarure 

ueroro 

moroco 

perichiqui 

eopoite 

yanuro  yoro- 

queri 
camacai 


EN  EL  SUR  — DIALECTOS  INDÍGENAS 


lO' 


Pitinabe 


Piar  o  a 


Mapoyo 


persona  blanca 
persona  négr& 
piel 

piapoco 
pierna 
pies 

pies  de  animal, 
pico 
picaro 
piedra 
picure 
pina 
pijiguao 
pintado 
pedazo 
pequeño 
pelea 
pestañas 
poco  á  poco 
poquito 
podrido 
popa 
proa 
pollito 
pólvora 
plata 
plátano 
plato 
pronto 
planta  de  pié 
puerta 
puerto 
playa 
prostituta 
^^  pueb'o 
/  'id.  abandonado 
punta 
pluma 

plumas  de  ave 
Que 
quién 

quién  está  allá 
qué  color  ? 
quién  eslá  allí 
quieres  dormir  : 
Rabo 
Vabia 
rama 


bond  jiboc 
bond  jipíc 
mo-pic 
uán 

mo-e-shiani 
moishim 

jajae 

uiuí  puénjin 

jáha 

boho 

iói 


maccaijuí 

járlin 

jajoc 

cabatui 

táhat  puip 

parata 

toliot 

parato 


mo-pa 
dijóc 


moyan 


innaun 
jomjá 

bohema  n 


jas  shiom 
mannam 


chijeta 
yéjau 

chijepue 

dahayeg 

mista  cobeji 

idoqui 

acuri 

quianá 

pajere 

uañüto 

jutó 

jiquichae 

ro-ueu 

cliiere  acuyase 


uauajae 

pejoreca 
asquiareti 
cubé  chambé 

páruru 
sharame 


apute 

uamicomé 

rema 

quiqueju 

istaui-yá 

pejoreque 


dajei 
ginécoro 


iburipa 

arauareji 

izade 


píiba 

sáabe 

peti 

taccu 

ijitiari 

pótiri 

tamapuiní 

toupú 

j acure 

pupuiri 

méherél 

tuibuambue 

juacabuc 

seboeri 

ene  sibote 

caimare 

uaquema 

uqueque 

poti 

pótiri 

rapararuni 


páharú 

bar  úeca 

tabuétam 

ócará 

pe-a 

saccau 

rociré  muyao 

patta 

patta  totoipuini 

pótiri 

sibote 

ótená 
necque 

ntarsin 

necque  mantón 
oruétui  ? 
uaquire 
useuru 
yemotari 


io6 


TAVERA-A.COSTA. 


Puinabe 

Piaroa 

Mapoyo 

raya,  pez 

hi-uín 

ziberi 

elque-ebi 

rayo 

# 

tabayé 

rallo 

juaande 

rayas 

mérabut 

raudal 

buig 

yatitun 

río 

uuth,  máhu 

aje 

tuna 

risa 

mo-ióino 

shuadae 

zari-cana 

remanso 

uiródocü 

tabiriqui 

rodilla 

toáyabi 

eno  poredi 

ropa 

yu-iot 

cástoer 

Sabana 

iehú 

^   sal 

saiú 

quiaro  babui' 

paamo 

Salcocho- 

mucaha-ac 

dahe 

o-tó 

sarcillos 

butpin 

tajáclione 

pana  yono 

sapo 

toro 

juán 

cura 

sangre 

uscuó 

raisup 

savia 

ájtane 

yoecurú 

semana 

ueiú-ípuen 

je  mate  mará 

tumanana 

sed 

uhuocsuip 

sepultura 

uátdiec 

tureji 

haba 

serio 

séurú 

se  rompió 

zeret  yijáha 

turascáj 

se  fue 

iuaji 

ísteri 

siempre 

idóptar 

silbido 

juapue 

jataquín 

sitio,  lugar 

jauodé 

paj-boet 

sí 

eje,  ahn 

áha 

eje 

sol 

jiámat 

quia-ua 

cáttan 

sólo 

nade  até 

V  soldado 
A  soltero 

jistopori 

ujúhui 

iré  cotáha 

jueri-puiní 

sobrino 

jahnei 

tabodi 

sombrero 

juippe 

tijone 

jamberero 

sueño 

mu  shaishic 

fuetúi 

sucio 

mujapi 

suelo 

netté 

rejé 

nono 

Tabaco 

Job 

jatte 

cabaji 

\    /tábano 

gip 

paschare 

tur  oec 

V  tabla 

ichoda 

^^tapa 

múcum 

talón 

mo-tapo 

chuturoaca 

uasquedé 

tarde 

nipárome 

coman  mu  ir 

terecay 

iru  ioc 

relé 

táet 

techo 

nosté-aumí 

tierra 

netté 

rejé  chapé 

nono 

tinaja 

canari-io 

tiempo  pasado 

pennare 

tienes  hambre  ? 

secare  omi  ? 

EN 

EL   SUR — díale 

CTOS    INDÍGENAS                         T07 

Puinabe 

P i  aro  a 

Mapoyo 

tigre 

iot-dam 

écquire 

tío 

iboi 

tiro 

táhat  not 

yoorí 

tizón 

diihupué 

oscuquié 

fuoastoyá 

tortuga 

edda 

tinajón 

jaria-io 

tobillo 

chieraquete 

enuageri 

triste 

aji-shiom 

chuaza 

poédare 

toma 

japa 

totuma 

matti 

muerica 

poiti 

troje 

i-iái 

iischaba 

supí 

tu,  tuyo 

ánpem 

usco,  uscójta 

mueri 

trampa 

iem 

mucúpana 

trabajo 

béhep 

somacana 

trabajador 

ibaji-béhep 

trueno 

cóhope 

capurori 

tristeza 

aji-shiompac 

tuerto 

enupuí 

tu  vas? 

muere-stad  ? 

Uña 

mo-rapsio 

chinoje 

tacupú 

vaina 

marlia-eli 

valiente 

bon-uairic-dahó 

oque 

venado 

y  ama 

uaisquín 

ven  acá 

mau  iucnani 

zarueca 

vestido 

taraaneu 

verano 

huic 

duone 

ñomá 

veneno 

moroto 

verde 

iact 

rescuei 

yarar 

vereda 

abuésotoe 

viento 

duechopá 

catauác 

vieja 

quehepa 

yabistón 

viudo 

acuatata  eueji 

uerita    bichi 

vulva 

muhion 

Ya 

síroui 

patare  ust 

ya  es  tarde 

coman  sare 

yo  soy 

tiájtá 

^Jl , 

yo  no  sé 

uaju  turura 

yerba 

tohodót 

mejíache 

uanapo 

yuca  dulce 

muhudé 

tzede 

yuca  agria 

tem 

asta  uerlé 

Zamuro 

musij 

zancudo 

iúm 

chéu 

mazaca 

zorro 

uhuán 

cáj  te 

jorocc© 

io8 


TAVER-A-ACGSTA 


{22^>  Caribe     {2J)  Maquiritare      Yabaraíia  {24) 


y 


Abajo 

piño 

done 

tejna 

abrazo 

capo  iía 

égeque 

uata'puejna 

acá 

éropo 

ete 

zaharí 

adiós 

acoro  poteropa 

bustáie 

uere  tetáneri 

afligido 

pioshimia  pié 

ippio 

tuquereche 

poáno  puámeli 

agachado 

tuepoye 

tempone 

epé  muqué 

agua 

tuna 

tuna 

tuna 

agua  fría 

tunatusanore 

tuna  cúnese 

tuna  ijnáquimi 

agua  caliente 

tuna  asimpie 

tuna  tañe 

tuna  tatuneraui 

aguacero 

conopo 

con  ojo 

quenepo 

agradecido 

cabe  toncare 

aguja 

acusa 

aguza 

acusa 

allá 

monibuo 

amoique 

muijná 

allí 

moropo 

almuerzo 

adrépare  nácosi 

zerémane 

alegre 

taucañe 

alegría 

tignamore 

uajiáquiti 

alacrán 

chipirire 

mugege 

cáiauaca 

adelante 

epátoco  yaróua 

algodón 

mángluo 

uadeco 

quete  juate 

abuelo 

taumo 

agrio 

trasacori 

ahora 

érome 

alto 

muse 

altanero 

tareque 

ahogado 

tuna  acsturo- 

mosi 

cúnari 

nacrícane 

alumbrar 

abeipiaco 

(22)  Tomado  entre  indios  del  Sur  de  los  -Llanos  de  Maturín. 
Su  pronunciación  un  si  es  no  es  gutural.  El  sonido  de  la  R  es 
suave,  el  de  la  Sh  como  en  el  Baniba,  y,  como  éste,  carece  del  so- 
nido labi-dental  de  la  V.     Se  habla  en  Mamo,  Panapana,    etc.  etc. 

(23  )  Llamado  también  Uayongomo,  es  el  lenguaje  de  los  indí- 
genas del  alto  Caura,  y  de  los  ríos  Cunucunuma,  Uapo,  Pada- 
mo  y  Ocamo,  en  el  alto  Orinoco.  Su  acento  es  grave  ge- 
neralmente. Confunde  en  algunas  voces  los  sonidos  de  la  B  y  de 
la  P  con  los  de  la  F  y  la  J,  y  el  de  la  R  suave  con  el  de  la  D. 


(24)  Como  el  Maquiritare  y  el  Mapoyo,  es  nn  similar  del  Cari- 
be. Se  habla  en  algunos  afluentes  del  Bentuari  (Uenituare,  de  los 
indios.)  Su  pronunciación  es  algo  nasal  y  muy  frecuente  el  soni- 
do de  la  J.     La  R  como  en  el  lenguaje  Caribe  y  asimismo   la   Sh 

Notas  del  Autor. 


EN    EL    SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS 


109 


Caríh 


^e 


MaqiUritare      Ya  bar  ai 


la 


amancebado 

ennuararote 

amargo        * 

tumpuen 

amigo 

rae a cono 

auicacone 

acostado 

tuotarusca 

amarillo 

tapire 

saboiche 

abierto 

tapípiore 

andar 

camarupa 

anzuelo 

couai 

anete 

ano 

abéce 

júio 

año 

chincho 

animal 

czari 

árbol 

bebe 

some 

aquéllos 

niocque 

aquí 

éropo 

arco 

urapa 

jáia 

arco  iris 

paramo 

arriba 

yesta 

yeue 

arena 

asacau 

nono 

araña 

modobai 

jihuei 

araguato 

aráuata 

aráuata 

arrodillarse 

ocu  námaco 

asado 

tupure 

azucaje 

asesino 

tañanusca 

asqueroso 

ticore 

tuqueque 

aquellas 

mohocanopa 

asimismo 

moro-ábaro 

activo 

panaspe 

ancla 

allá  está 

moro  poma 

aquí  está 

erillo 

allá  vienen 

mosco  yópulo 

amor 

dabucurume 

anda  ligero 

coísh  tanco 

abre  la  puerta 

tapuro  maca- 
co pena 

atajo 

omame 

atrevido 

tudena  nocque 

aurora 

bedu-conoza 

autoridad 

tupáracque 

ayer 

coñare 

cóñade 

avispa 

uaripi 

sumuá 

auyama 

uoyoma 

ui-iama 

azul 

tamure  (  25  ) 

zene 

azúcar 

mohoroma 

acono 
tapire 

áhnte 
moné 


acajra 

canájtaue 
nono 
moyochi 
aráuata 

campue 

aziquipé 


raaijte 


pona 


yatu  juapaacari 

coñare 
úcomo 
caiamá 
tabajné 


(1¿5  )  Algunos  le  agregan  la  sílaba  me.— Nota  del  Autor. 


I  ro 


TAVERA-ACOSTA 


Caribe 

Maquiritare 

Yabarana 

Bava 

acare 

yedíue 

cuiribi 

b  achaco 

cumaco' 

chauque 

cazá'¿uco 

baile 

cunuuato 

tu  enua 

eujuáj  tené 

baño 

quene  cupilla 

tu  aña 

ocopiné 

bajo 

bi  ajoré 

barba 

tachipiocse 

zetamojoto 

ejné  poti 

barriga 

aduempo 

chueno 

ejne  puazeti 

barro 

acuru 

báqairo 

puinque 

urucadi 

puinque 

bastante 

tu-shi-she 

joje 

úimpé 

beber 

zéhenine 

eninque 

ienque 

bejuco 

pecuco 

múñate 

múñate 

boca 

ómdtari 

entadu 

ejñántari 

borracho 

túetinye 

tuedeuque 

maráij  tali 

bonito 

póito-me 

innata 

nope 

bostezar 

betupe 

bostezando 

betupi-bié  ippio 

blanco 

tamútumue 

pagédede 

carazaque 

brazo 

adápari 

buque 

piráua 

piráua 

uepili 

bueno 

yuspuime 

achique 

nope 

budare 

ariñato 

jútari 

tahali 

brujo 

juhai 

iamore 

burro 

paricho 

busco  yo 

ausupilla 

busca  él 

cunupilla 

buen  día 

seri-otso 

merute  cáhano 

ápaca  seca 

buena  noche 

seri-otso  ( 26  ) 

merute  cacoijai 

enteu  maca 

Cabeza 

puspo 

yuge 

ejnoijjuásteli 

cabeceras  de 

caño 

í  iaare 

íhgíare 

cabezón 

apótome  puspo 

caduzi 

ñoro 

cabello 

únzete 

ejolu 

ejnéareli 

cachete 

apétare 

ugedo 

ejné  pe  tal  i 

cachicamo 

capashí 

capahú 

calambre 

natara  nopui 

calentura 

calenturápena 

ueduco 

uatáropoli 

caldero 

pairo 

eñe 

zepárari 

calor 

carámucque 

tañe 

tatuné 

cambur 

paruro 

camino 

óhona 

ehema 

caliente 

a-shimpie 

caimán 

yacaré 

caimanáh 

caimana 

canas 

tumune 

(  26  )  La  contestación  es  shempe.—Nota  del  Autor. 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS 


I  I  I 


Caribe 

Maqitiritare 

Yabarana 

canalete     , 

apucutcba 

danapá 

cangrejo 

uararu 

uarácana 

caiacani 

j/  candela 

uasto 

nato 

uajto 

'     cansado 

turiípota 

canto 

quiribia  retano 

edimi 

uacantánane 

caña 

á-shidaru 

gechedo 

carana 

calle 

fudojo 

caño 

íngchare 

tuna 

tuna 

cara 

adeptari 

cariño 

adabu  cúrume 

czema 

carne 

carene 

ijono 

punupuej 

carbón 

cámara   cotospo 

carama  quete 

casa 

atto,  auto 

cute 

géjte 

cavSado 

otosca 

lujuta 

ejuachóstene 

catarro 

otoño 

átono 

atuna 

casabe,  pan 

arepa 

uh  ^ 

tzere 

ceniza 

beru  ñopo 

uerénate 

ueremuspeté 

>x/cejas 

ademe  surúcuro 

ojñenchíbote 

TS^cerdo 

poruco 

cocbi 

cuchi 

/    cerro 

uipué 

úju 

yupui  ^ 

cerrado 

tañaqueca 

aj  páchique 

ciempiés 

zarara 

cerbatana 

urapa 

curapa 

raschá 

cieí^o 

enuspa 

temgenera 

tanurejra 

cielo 

capu 

cajú 

capu 

cobre 

copre 

cobarde 

pianáj  toma 

puejraa  zegerá 

codo 

raspodenari 

corteza 

bebi-pispio 

jigé 

pispue 

conejo 

maza  pire 

conuco 

maña 

unáudedu 

átili 

collar 

aneca 

bocomo 

ejne  yápoti 

cerca 

senque 

etenma 

toispojrá 

cementerio 

mujna 

cigarrón 

pohomue 

con  migo 

aumaro 

contigo 

eutomaro 

con  él 

moscomaro 

compañero 

d acón orne 

colorado 

tapire 

saboiche 

tapire 

cortar 

tuobo 

corazón 

miaracaspo 

euanoco 

uiriabane 

corrompido 

ticore 

costillas 

adabopá 

eschudadu 

cjnc  zurali 

cojo 

réncome 

sene 

yapuejque 

pomején 

cuiupo 

nujque 

moremui 

comida 

tenemo 

tenézemo 

corozo 

píritu 

I  12 


TAVERA-ACOSTA 


Caribe 

Maqtiiritare 

Yabarajia 

cuchillo 

mariía 

cumáh 

mari^ 

curare 

curari,  curáua 

mudono 

maráua 

curiara 

curiara 

cudíada 

curiara 

cunaguaro 

cáshushi 

culebra 

acodu 

esquedu 

ucoi 

cuerpo 

aroh  né 

cuñado 

puame 

cuerno 

yéturi 

cucaracha 

zarabe 

claro 

tabeile 

claridad 

yupuimen 

cruz 

curuzo 

curú 

criminal 

nemai 

ezeicu-puiní 

camina  mucho 

titobie  ippio 

cómo  te  llamas  i 

?  ostade  tuna- 
moro  ? 

cuándo  vienes  ? 

ota  dar^oa  bó- 
pule  ? 

ecuara  yabe 

cuando  te  vas  ? 

ota  camuisa  ? 

Chato 

tupipiajque 

chinchorro 

níñi-aco 

euate 

chibacoa 

cuna  minocco 

chipi-io 

chipiro 

tarícara 

chijiro 

chigüire 

capibia 

yihuili 

chiquito 

puijque 

chorro 

conozo-caro- 

cáno 

tétuna 

chubasco 

cata  boi 

Dame 

yároco 

danta 

máipiure 

uachadi 

uayali 

dedo 

íumiaco 

adamodo 

ejni  mecuno 

desnudo 

biomuimué 

tuonquera 

pui  jpuejia 

dedo  del  pié 

ostaréh-me 

debajo 

piño  nate  moco 

defecar 

Ufccca 

despacio 

paimieque 

jojede 

caimari 

deseo 

i  shepore 

delgado 

quiui  risco 

día 

bedu,  curisla 

anno 

yátuno 

diablo 

yorosca 

yoroscano 

diente 

dérico,  adere 

yéde 

ejne-yere 

difícil 

tara  bácune 

Dios 

diot.-o 

uanare 

dolor 

yetumpue 

zini 

morone 

donde 

naipi 

echácana 

úcujná 

dulce 

puosini 

( 

durmiendo 

tunuque 

dame  tu  mano 

adáñare  yároco 

.  - 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


113 


Caribe 


Maquiritare      Yabarana 


dos  días 

occo  bedu 

dos  semarfis 

occo  samaná 

dos  meses 

occo  nuno 

dos  años 

occo  chirico 

dolor  de  muelas 

;  yeri  yetumpue 

dolor  de  barriga 

.  uempo  yetum- 
pue 

dolor  de  cabeza 

dopupuo  ye- 
tumpue 

Enfermo 

tanisquema 

quedeiji 

terépuno 

enfermedad 

tanisque 

empalizada 

curara 

curara 

curara 

encorbado 

ñeroc  co 

embustero 

tona  pimie 

ejutui 

mazororli 

encima 

istupo 

escopeta 

aracapuza 

dacosa 

aracapuza 

estrella 

chirica 

chinche 

chirica 

espejo 

chipiquire 

gécude  - 

pécure 

esposa 

puii  ti 

uendui 

uiriamo 

espina 

pirichu 

pirichu 

píritu 

esta  noche 

cóoco 

estriba 

cujama 

cu  pama 

él 

mejque 

muijqui 

escuchando 

estaque 

etari 

está  bien  hecho 

pasporotu- 
áyerao 

Familia 

autoromanto 

uichócono 

ejnequeleti 

fatiga 

tarúpapa 

fea 

yabame 

nopejra 

flaco 

piumue 

debcuneje 

matate 

frente 

camepuico 

ejadu 

ejñemerari 

flecha 

taboto,  piríua 

jacodi 

pácudi 

frío 

camuinye 

tíjnaqui 

frijol 

cumada 

prijore 

flor 

bebe  puírili 

tipuili 

fruta 

bebe  ispao 

segéduru 

tepelu 

fusil 

aracapuza 

aracapuza 

aracapuza 

fogón 

uasto 

uato 

tenezin  cune- 
topo 

fumar 

y  éj  maque 

fulminantevS 

zempamuiti 

V  Gallo 

coróctoco 

cuame 

mapararu 

^gallina 

uori-coróctoco 

cuamedi 

mapararu 

y  gato 
garganta 

mishi 

michi 

mitchi 

denázari 

garza 

uamau  uari 

anodeme 

uacara 

i  garrapata 

upari 

caimatique 

grande 

apopto 

tapopto-ijpe 

Ea  d  Sur-  Dialectos 

Imllgenas.        '        8. 

1 14 


TAVERA-AGOSTA 


V 


Caribe 

Maquirüare 

Yab arana 

guerra 

arecu 

nauene  tanto 

úalini 

guerrero 

arécuna 

c 

grito 

acóstaco 

tequetene 

gota 

conozpuichano 

tunai 

cata  zúcali 

gordo 

apótome 

tejuye 

pijyé 

golpes 

apotumpue 

garabato 

tupántaque 

imotadu 

goma,  resina 

eñate 

cuma 

grillo 

quirisi 

quihchi 

guama 

uajuiio 

quilita 

guacamaya 

cudari 

caddúe 

camaya 

guayuco 

yaducure 

uaiucui 

caijtá 

Hacha 

uiue 

pata 

hambre 

araperépeba 

tadu^ji 

átate 

hermana 

bahba 

tutu 

hermano 

séuo 

uichócono 

yáquino 

heiida 

pocaposi 

dediondo 

ticore 

tuqueque 

cucqui 

hija 

demuiri 

hijo 

émura,ímuro(27)  quemo 

muco 

hierro 

tzipari 

zojaradi 

tzipárari 

hilo 

cunúrimio 

hoy 

éromi 

hojas 

arimpuo 

cbúuadú 

itáleli 

hombre 

uiquire 

daumua 

uaráis  tocomo 

hondo 

yanchispio 

hoyo 

ancuru 

hombre  malo- 

uiquire  yabame 

corera  daumue 

hormiga 

benco 

sari-coro 

quirimícate 

hueco 

átori 

humo 

tosquiñe 

uedencha 

tachiquine 

hueso 

ytspo 

yoge 

yuspue 

huevo 

coroctocomo 

imoi 

íjmoi 

Idioma 

ara-deuda 

ej  ue-cacari 

incendio 

uasto 

quenepue  yáua 

( 27  )  Mura  es  el  nombre  de  un  raudal  del  alto  Caura  ;  y  es  cu- 
rioso ver  en  el  Japón  cómo  abunda  la  desinencia  mufa  en  nom- 
bres propios  de  personas  :  durante  la  última  guerra  ruso-japonesa, 
(1904-1905)  se  distinguieron  los  siguientes  Jefes  nipones  :  Ka- 
mimura,  Komura,  Kan  amura,  Matsumura,  Katumura  y  Kawa- 
mura. 

En  V^enezuela  hay  también  nombres  de  localidades  con  la  misma 
final  t  Uay amura,  Chichimura,  Arimura,  Uatamura,  etc. 

Nota   del    Autor. 


EN 

EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS                         II5 

- 

Co.ribe 

Maquiritare 

Yab arana 

isla            1 

laudado 

landaru 

anta 

iguana 

tadamaca 

yamánadi 

y  u- uaná 

invierno 

conopo 

conojo 

uetémpali 

Jefe 

tupáracque 

acúchene 

nécim-barali 

jején 

marébishi 

picane 

joven 

pocho  m  ene 

yetane 

Labios 

piótali 

edigidu 

ejne-nulu 

ladrón 

mona 

temene 

temene 

laja 

toppo 

tejeo 

íeepo 

lagartija 

carúuo 

largo 

mashipi 

laguna 

chuspo 

uicháj  quetej- 
pue 

lapa 

urania 

odoma 

aroma 

leche 

cújta 

matiécore 

lejos 

tíj-shima 

jamoiche 

poijpó 

lengua 

ánuru 

enuru 

ejne-enuro 

leer 

carete  rupana 

leña 

béhebe 

bejéb 

león 

cosaríua 

marácada 

ligero 

copiore 

tamgene 

tarine 

limpio 

yupurapuo 

ijhmeze 

loro 

uerébaco 

cadéua 

réua 

loco 

rócome 

uelemanó 

loro  grande 

cacáua 

lo  mataron 

nibioi 

luna 

nuno 

nune 

n  une 

luz 

tabédure 

nuijoi 

uicáui 

Llamas 

uasto 

uájto 

llanto 

conota  moda 

tuamo 

uasamori 

llanura 

mapara 

raaparari 

uanape 

lluvia 

con  ojo 

conojo 

quenepo 

Madre 

tata 

emeco 

maque 

maiz 

abashi 

enac 

nacchi 

machete 

zúpara 

mano 

dañare 

mariposa 

parámpara 

matuto 

chibipispa 

mapuei 

máhapii 

cópoli 

mapurite 

mapiriche 

mapírichi 

malo 

yabame 

coneda 

nopej  ra 

mañana 

acorospo 

genama 

omezaspe 

mar  (el) 

parana 

marido 

óñote 

matar 

conobo-dato 

macanilla 

cupa 

;nadrugada 

cojpá  ritáua 

mes 

nuno 

nune 

nune 

medio  día 

carischane 

ii6 


TAVERA-ACOSTA 


Caribe 

Maquiritctr'e 

Yabavana 

merey 

uorai 

( 

médico 

piudai 

mentira 

tónape 

me  voy 

úieza 

mi,  mío 

au,  aute 

iuano 

ajte,  ejne 

miedo 

petescai 

mirar 

eneco 

miseria 

otouate 

mono 

yaracaro 

yaracado 

uaracalu 

monte 

orípuo 

zome 

yuttú 

morrocoy 

badamo 

mosquito 

mápiri 

majidi 

puilitiqui 

moriche 

cúhuai 

uaia 

muchacho 

quihuilín 

mudequeque 

muco 

mujer 

ú-oli 

uéndui 

uiriamo 

murciélago 

led-re 

led-de 

reiré 

muslo 

puetri 

muerto 

aquepi 

munición 

idoto 

piroto 

murió 

nemai 

uasa  masé 

Nació 

nenú 

apata  cazi 

nada 

uani 

nalga 

abecé  m 

agichiro 

ejne-áuari 

nariz 

enástere 

euna 

nadando 
V^ naranja 
^  negro 

quenespu  nuya 

naraja 

naraja 

naraja 

mécore 

judume 

quíriqui 

nervio  viril 

emurutano 

azaicho 

sainopilare 

ninguno 

uarote 

niño 

quihuirín 

nigua 

chicho 

no 

uanu 

ómaque 

no  sé 

anupoteuaba 

noche 

cóoco 

co-ijai 

cojpa 

nubes 

pescoite 

huelei 

Ñame 

pirisha 

Obscuro 

tabárume 

judume 

quiriquí 

ojos 

jénuru 

jenu 

ejne  nuru 

orejas 

pianare 

eyanadu 

ejne  nali 

oro 

carúcuri 

erohi 

tapiremue 

orinar 

o-shioporo 

tusuta 

uere  zústali 

orilla 

bopa 

apetá 

oripopo 

payuri 

óyeme 

étaco 

etaque 

oso 

báriri 

Pan  de  maiz 

puireta  abashi 

padre 

papa 

JÉ.CO 

bapa 

paloma 

acucua 

eduho 

uagira 

EN    EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS 


117 


Caribe 

Maquiritare 

Yabarana 

V  papel 

^  ^  patio          " 

careta 

papera 

uanapo 

pasar 

epátoccó 

palo 

bebe 

^  pálido 

uaiano 

para  mí 

auuanomi 

para  tí 

eumonomi 

pariente 

cocto 

icchócono 

ueria-coto 

pájaro 

tanoro 

tzique 

plátano 

paruro 

jáduru,  fárruro 

páharu 

plato 

ariñato 

jad  ají 

playa 

azacau 

tzacau 

palabra 

ara-deuda 

pedazo 

pi  api  pió 

pecho,  tórax 

bereri 

peine 

oncai 

pedir 

amu 

peleando 

conobo-dato 

pescuezo 

enazarsi 

ijúimudo 

ejnépúmuili 

pestaña 

epírico 

perro 

pero,   peroro 

zunna 

ueroro 

perro  de  agua 

cairo 

pescado 

uoto 

camge 

pire 

pequeño 

quihuilín 

puijque 

perico 

berequeru 

quiquire 

quiriquile 

persona  blanca 

dauma.lagedede 

persona    negra 

dauraa-judume 

pelota 

uáijteli 

picaro 

mona 

monaso 

piel 

pispio 

VZ^ 

pies 

ístari 

éjuru 

pierna 

pieti 

ejetu 

ejne-peti 

piedra 

toppo 

teeju 

tehepu 

pico 

saunado 

pótili 

picure 

acuri 

iyáculi 

piapoco 

chajocco 

iyapocó 

pol  ito 

coróctoco-qui- 

cuame-omque- 

huilíii 

reque 

pólvora 

curúpare 

curjara 

curupara 

proa 

úmtic 

ijotru 

pótili 

popa 

piotli 

chididu 

igiari 

podrido 

ti  core 

temuche 

tujtujpe 

plata 

parata 

jurata 

pirata 

puerta 

peena 

punta 

zazcano 

puerto 

naiuatá 

)<í  »pueblo 

eutem 

pulgar 

yapatori 

ii8 


TAVERA-ACOSTA 


Caribe 

Maquiritare 

Yabarana 

plumas 

ijotu 

chipoti 

Quebrada 

ingcharita 

tuna 

tuna  ( 

quijadas 

recusare 

quién  es? 

aneco  ? 

anequiquilé  ? 

quiero 

uijamraa 

Rabia 

tedecuade 

uere-ueseyuro 

rabo 

da-coro 

raudal 

cariaibo 

chodo 

sábuli 

rama 

píoril 

adda 

rana 

caráscasa 

raya,  pez 

ñamadu 

rayo 

tarara 

relámpago 

.  nichapeta 

meumcucá 

arauíscali 

río 

tuna 

tuna 

tuna 

risa 

nazéua 

uejzaricana 

ropa 

Qomo 

uomoi 

rodilla 

pecunare 

Sal 

uoyo 

sayo 

sayo 

sabana 

biairana 

ubimapara 

uanape 

sangre 

amuenere,mi- 
nispuo 

• 

sapo 

pororó 

pueru 

sarcillos 

pianátocque 

janazede 

panacheli 

sed 

enuse 

naquili 

se  fue 

nieto 

se  ahogó 

nirompue 

se  murió 

nimai 

niuasa  masé 

seje 

peli 

vSepultura 

mujna 

mujna 

si 

ée 

éhe 

gée 

X.S0I 
y  soldado 
saltero 

bedu 

chi 

yátuno 

sororao 

niñoma 

toni 

uajchoj  quejra 

sobrino 

decáponi 

uafíe 

poio 

sombrero 

sampereru 

sanjerero 

sombra 

coige 

tauanique 

sucio 

ajzíquipe 

suelo 

nono 

nono 

nono 

sueño 

uetupue 

unucuse 

huetui 

Tabaco 

tamue 

cauái 

cauái 

tábano 

tiloco 

tudeque 

piroco 

tarde 

érame 

talón 

ischápuro 

terecay 

tarécada 

gede 

peié 

techo 

yespurupuo 

tío 

yabuque 

yabo 

tigre 

cáshushi,  aba- 

ruapi 

máedo 

úquere,  uquei  re 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


I  19 


Caribe 


Maquiritare       Yab  arana 


>< 


tierra        ' 

nono 

nono 

nono 

tinaja 

tuuari 

múc'ra 

mújura 

tizón 

uasto 

uato 

uajto  yápue 

tiro 

imior-ue 

nuhue 

tojtane 

tijeras 

uerasi 

uerashi 

tití,  mono 

chirire 

chilili 

tienes  hambre  ? 

máia  talú  ? 

totuma 

ua-i 

tobillo 

mascaribi 

tortuga 

uaraira 

uaraara 

toma  tú 

eroyo 

trampa 

toro 

tranquilo 

yuspua 

triste 

pioshimia 

pojno-puánieli 

trabajador 

tuetó-araco 

ueranire 

tuerto 

toni  nuspua 

troje 

sura 

emere 

trueno 

inimior-uana 

zúpali 

tu,  tuyo 

eu,  eumoro 

euuano 

uere  mare 

tu  padre 

eumoro-pápa 

tengo   que     ha- 

• eumoro  pásebe 

blar  contigo 

aua  amoro 

Uña^ 

añamo  sáchiri 

se  micho 

ejne-nahioli 

un  día 

oobi  bedu 

jetem  ano 

ejñíspete  yá- 
tuno 

un  mes 

oobi-nuno 

jetem-nune 

ejñíspete-nune 

un  año 

oobi  chiricho 

Vagina 

tatore-mione 

valiente 

uezeij  chemui 

ven  acá 

irupato  oscone 

equede 

.zejquesare 

verano 

iromo 

uedunabe 

iama 

verde 

azacle 

zene 

ta^^uraque 

viento 

peito 

venado 

czahari 

iyama 

vestido 

ocoropuij-teiie- 
zaque 

viejo 

tamposcuo 

incho 

iapístamo 

viudita,  mono 

uacauaca 

uaca-uaca 

vulva 

mione 

muene 

mone 

Ya 

érome 

éua 

emparema 

yerba 

uoi 

uanapo 

yo 

au,  aure 

ubú-í 

auj  te 

yuca 

qdere 

chere 

tzere 

Zamuro 

curumue 

idem(rey  de  los)  aú-uana 

zancudo 

maco 

macque 

mazacque 

zorro 

yórocó 

machiquire 

ijoroccó 

120 


TAVERA-ACOSTA 


Var7íro  (2S)      C/arao  (^2p)    .Izane7ii  {jd) 


X: 


Abajo 

dabú 

abrazo 

inda 

acá 

poro 

acostado 

moa- 

adelante 

yapuinchau 

agí 

j  ucea 

agtia 

uí 

jóo 

agua  fría 

uí  sutsuá 

agua  caliente 

uí  tó 

aguacero 

uanná 

naja 

abierto 

arei-ió 

abuela 

noti 

abuelo 

jiamue 

nobo 

activo 

uenapé  bagá 

adiós 

baré  cudé 

agachado 

cháa 

agradecido 

raené  sandé 

aguardiente 

arija 

aguja 

cararia 

^aflicción 

guittó 

agujero 

púe 

ahora 

3^ámbá 

ahogado 

ambo 

alacrán 

si  ara 

caje 

alegría 

gareimpamuí 

equeitía 

allí 

udé 

tamatuca 

um 


(28)  Este  dialecto  llamado  también  Pumé  y  Yuapín,  se  habla 
entre  los  indígenas  de  las  márgenes  del  Capanaparo,  Arauca,  etc. 
Tiene  muy  marcada  la  acentuación  aguda  y  es  algo  nasal.  Abun- 
dan en  él  las  sílabas  cha,  che  chi.  Parece  un  mixto  de  lengucijes 
Andino  y  Pariano. 


(29  )  Generalmente  denominado  Uarauno,  se  habla  en  el  Delta 
del  Orinoco.  Parece  un  similar  del  Caribe  y  tiene  simpatías  con 
el  Aimara  de  los  peruanos.  En  su  pronunciación  abunda  el 
sonido  de  la  J  y  no  tiene  el  de  la  R  fuerte.  Su  dicción  es  suave  y 
en  algunas  voces  muy  nasal.      Uarao  significa  familia. 


( 30 )  Es  un  derivado  del  Baniba  y  se  habla  en  el  río  Izana  y  en 
algunos  de  sus  afluentes  como  el  Aiarí,  Guiare,  etc.  Este  voca. 
bularlo  nos  lo  ha  remitido  el  señor  doctor  Lisandro  Alvarado,  re- 
cogido por  Wallace  y  tomado  de  una  de  las  obras  de  Martius. 

Notas  del  Autor. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


121 


Ya  r  uro 

Uarao 

allá 

jatchi 

ote 

alto 

ué 

altanero 

sainde 

algodón 

tziboqui 

áharuamuto 

alumbrar 

ñotatá 

almohada 

pachóquiariá 

almuerzo 

curariá 

amarillo 

sanchao 

ázimo 

amancebado 

ienchá 

amistad 

caia  omé 

amigo 

mará  iza 

amor 

gareimpá 

daubera  (  31  ) 

ancho 

cauajera 

animal 

bacurá 

yabata  nucca 

andar 

baú  * 

anda  tú 

baú  bué 

ano 

appué 

jotocobo 

año 

janná 

joira-izaca 

anzuelo 

amayó 

ozibucay 

anda  ligero 

uenampé 

baú 

aquel 

odé 

aquí 

pijí 

araguato 

uya 

uai 

árbol 

too 

dagó 

araña 

maca 

abuna  moceo 

arriba 

ue,  uerichame 

arrodillarse 

chucha  na- 

-qui- 

adió 

arco 

tibató 

jatabari 

arco  iris 

unde-í 

jubana  sico 

arena 

dabó 

caje  baja 

aroma 

uainipa 

asado 

uajuyá 

asesino 

guná 

asqueroso 

pea 

atajo 

nóo 

atrevido 

sainde 

aurora 

dopá 

autoridad 

nibeuté 

auyama 

edddé 

ayer 

nomené 

caji 

Izaneni 


hiecui 


dejepitabo 


(31)  La  partícula  final  era  parece  envolver 
iilucho,  bastante,  extensión,  abundancia. 


la    idea 


de    grande, 


Nota   del    Autor. 


122 


TAVERA-AfCOSTA 


Varitro 

Uarao 

Izaneni 

\/   azúcar 

cheniocói 

( 

^^  avispa 

omí 

tomón  ojo 

azul 

tottuá 

ajcbura 

Bava 

arí 

duru-duru 

bachaco 

cohí 

baile 

togenuá 

jojoyá 

bajo 

eteropá 

báquiro 

oyabuía 

íbure 

baño 

uichoapá 

nacco-quitane 

barba 

ñoña  ñaco 

nochinuma 

barro 

dabú  caracác 

joboto  boto 

barriga 

accó 

übono 

noshada 

bastante 

giná 

écra 

baúl 

to  cara 

beber 

ja rapa 

bejuco 

tocaí 

ero 

beso 

ibuza 

bigote 

ñoña  ñaco 

docco  diji 

boca 

ña 

docco,  adocco 

no  numa 

boca  de  caño 

doroyá 

borracho 

eroñué 

bonito 

saudé 

yacara 

bolsa 

nacho 

bostezar 

moatomicá 

blanco 

bereberiá 

ajocco 

cacalina  puhli 

blando 

awiladi 

brazo 

ichí 

jara 

nozete 

brisa 

ibaji-baji 

bueno 

sainnuí 

yacara 

matcheradi 

buen  día 

sandé  do 

buena  noche 

gñenér  sandé 

bu  da  re 

jottó 

jorubaza 

^     buque 

chara 

uaira 

^/ burro 

yaé  tananná  "^ 

^'N^rujo 

yarucá           / 

ui  si  rato 

'yCaballo 

3'áe        ^/ 

cabello 

tobé  cu 

jihio 

nochidupe 

cabeza 

tobé 

cuá 

niui  ideu 

cabezón 

icurí  tobé-anná 

cabeceras  de  ca 

- 

ño 

bea-ciá 

cachicamo 

igoró 

ocgá 

cachete 

chamajú 

caimán 

ñacancán 

nija-arabac 

calambre 

chicanito-bagá 

calentura 

taipá^ 

jebu 

caldero 

mahú 

joru 

caliente 

heumode 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


12 


Yarttro 


Uai 


ao 


Izaneni 


X 


X 


calor 

uni  joquiá 

i jíopera 

calma 

goepa 

ajacoequiraC32) 

cambur 

paratuná 

palaneu 

camino 

nóo 

omonocco 

anipo 

carniza 

tiboí-chichiá 

canas 

tobé-bereberiá 

canalete 

daintó 

jaje 

tiwe 

cangrejo 

tacaríremé 

J>.      . 

canto 

tají-uamé 

jojoya 

cansado 

jorotó 

uabauitae 

caña 

chianiá 

caño 

doró 

jana 

cañito 

jana  sanica 

candela 

conde 

jecunu 

cara 

dachó 

mijoro 

caracol 

gerlé 

carbón 

bachecú 

juju 

casa 

joo 

janocco 

panthi 

carne 

gnoá 

bacato 

cariño 

eariconé 

daubera 

carroza 

chará-jóo 

catarro 

janyó 

obo 

casabe 

també 

aru 

peute 

casado 

inchiá 

diana  tatirajá 

ceniza 

conde  gumbé 

juju-jocco 

cejas 

dañaque 

muiraujo 

cena 

juraría 

cerdo 

abueiá 

ibure 

apija 

cerro 

tandé 

jotacua 

cerrado 

tut  ticará 

cementerio 

joo-itanocco 

ciempiés 

ichíginome 

ciego 

dacotá 

mojasi 

cielo 

andeí 

najamuta 

cigarrillo 

aja- macea. 

cobre 

carucuri 

corucuri 

cobarde 

chapa 

azabanena 

corteza 

toi 

tschkeio 

collar 

goroyá 

cocina 

jiza-janocco 

comer 

jura 

najoro-qui  tana 

comején 

chinean  i 

comida 

n  ajero 

conuco 

taddó 

dajicaba 

(32)  La  desinencia  ira  parece  ser  de  significación  opuesta  ^  era. 

Nota   del    Aittor. 


124 


TAVERA-ACOSTA 


Yaruro 


Uar 


a  o 


Izan  en  i 


X 


conmigo 

meandi 

contigo 

coaddí 

contento 

yacará 

cocuyo 

mújerá 

con  él 

muindí 

con  ella 

ginndí 

colmillo 

iuari 

colorado 

cuecueyá 

ázimo 

ireidi 

cortar 

boddóue 

compañero 

cáia-omue 

maraiza 

corto 

caboquira 

madúadi 

corriente  de  río 

beacamé 

corrompido 

pea 

costillas 

patetuju 

bamujo 

cueva 

joboto  jara  ja- 
rera 

cuerda 

ezo  ara 

ninorua 

cuchillo 

cuananiá 

dabo 

mar  líe 

cuándo  ? 

noparé  ? 

catuca-coro  ? 

curare 

cor  i  ó 

culebra 

póo 

jubí. 

cuñado 

queramué 

curiara 

chará-buichi 

uajibaca 

itá 

cucaracha 

aregeró 

claridad 

sandé  maiá 

claro 

sandé  maiá 

clavo 

tzipararí 

cruz 

togoya 

curuza 

caminar 

bautoné 

camina  mucho 

jachí-báu 

cierra  la  puerta 

tutticará 

coje  tu  sombrero  miteue  pacho- 

• 

choriá 

cómo  te  llamas  : 

^  napaqué    mu- 
ñe mené 

cuerpo  humano 

pumueto 

cuándo  vienes  ? 

noparé  maná  ? 

cuando  te  vas  ? 

noparé  bauné  ? 

cuándo  llegaste: 

*  noparé  ma- 
nouná  ? 

cuánto  vale  estoi 

}  fíontani  badí? 

Chato 

niueñó 

chibacoa 

coicué 

jizimo 

chispita 

coi 

chiquito 

buichi,  buitsá 

sanic-i,  sanuca 

chinchorro 

boré 

jáa 

makeitiba 

chigüire 

ziddó 

jaba 

chorro 

camé 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


25 


Yaritro 


Uarao 


Izaneni 


chubasco 

pupurí 

Dame 

i-orocué 

mamo 

pi-ano-huilui 

^ — -danta 

oiyé 

napa 

dedo 

ichichiá 

nucapi 

dedo  del  pié 

tachiá 

nupipa 

debajo 

dabú 

defecar 

agorí 

desnudo 

imáia 

despacio 

baguraquia 

uiriá 

después 

yabajudi 

Dios 

Ibiauté 

Gebu 

día 

do 

jocoma 

hsecapi 

diablo 

yarucá 

burasira 

delgado 

coningá 

difícil 

amuinda 

diente 

onde 

ihí 

noyeihei 

\     diferente 

nabadainá 

)¿é^\xi^xo 

cheré 

burata 

^Vdónde 

^'^P^v 

casabamo  ? 

dolor 

guittó,  jura 

ajera,  uapaya 

dormir 

mosquiá 

ubaya 

dolor  de  cabeza 

tobé  jura,  tobé 
guittó 

dolor  de  muela 

undé  jura,  undé 
guittó 

dolor  de  barriga 

accó  guittó,  ac- 
ccó  jura 

dos  días 

ñoani  do 

dos  meses 

ñoani  gupené 

dos  años 

ñoani  janná 

dos  ríos 

ñoani  bea 

dame  tu  mano 

neichi  i-orocué 

dame  tu  som- 

i-orocué pacho- 

brero 

chioriá 

dónde  está  ella  i 

?  yipé  negini  ? 

Enfermo 

ambo 

uabaya 

enfermedad 

ambotá 

embustero 

manchade 

encima 

uerichame 

empalizada 

totariá 

escalera 

naboroya 

escopeta 

turacará 

aracabuza 

escondido 

érijisaya 

estrellas 

boé 

cura 

hiwiri 

j  escardilla 

gueregue  baria 

escándalo 

enandió 

exremento 

agoricha 

espejo 

dackó  dariá 

musebuji 

126 


TAVERA-ACOSTA 


Yaruro 

Uarao 

Izaneni 

-—-escritura 

nuespare-í 

( 

espina 

uhú 

esposa 

leí 

esquina 

bu 

espalda 

caremojo 

esta  noche 

yabagñeñero 

estoy  bueno 

matchupiha 

estoy  enfermo 

táradi 

Fácil 

sandé  sható 

familia 

pumé 

uarao 

fatiga 

janajam  boquiá 

fea 

sainde 

azira 

flaco 

coningá 

botuquirá 

fogón 

conde 

najoro  noraa- 
nocco 

frente 

dahito 

cabaje 

flecha 

zittó 

jatabu 

caponi 

frío 

chútchuá 

daira 

iwiride 

flor 

chuchu 

tocuyo 

fuerza 

toma 

frijol 

carao 

fumar 

nambí  ñupa 

-     fuego 

conde 

obaya,  jecunu 

tidge 

fruta 

tocho 

dago  cuaja 

keikeuda 

fulminantes 

ajecunu 

fusil 

turacará 

aracabuza 

>v  Gallo 

acararu 

carina 

V  gallina 
^gancho 

acararu-ieí 

carina 

toanyui 

garrafón 

j^acodé 

* 

garganta 

goroyá 

garrapata 

tut  tunú 

ezeruta 

garabato 

toanyui 

garza 

ocara 

uauno,  uara 

gato  ^ 

mitchí 

mi  tzi 

gavilán 

iú 

otto 

gente 

jocco 

gota 

cattó 

gota  de  agua 

uí  cattó 

Gobierno 

nibaute 

gonorrea 

zamorona 

gordo 

anná 

taiera 

guíicamaya 

gaga 

apugene 

guaral 

tibocai 

graiide 

anná 

urirá 

guayuco 

siboborea 

buja 

guerra 

nibeginó 

d  arija 

grueso 

anná 

EN    EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS 


127 


Va?' 


uro 


Ua 


rao 


Izaneni 


Y 


X 


grillo 

achocó 

grito 

ená 

gente 

nihué 

gente  mala 

nihué-chuindé 

gusano 

juba 

guabina 

cojo 

Hacha 

gibbé 

gima 

hambre 

tomecha  jambú 

nojera 

yalanowi 

.harpón 

mujo  juba ca 

harina 

match  uka 

hediondo 

pea 

cuera 

hablar 

nimbué 

hasta  aquí 

pioyé 

hermano 

añemue 

daje 

herida 

uán 

hermana 

añecobué 

dacoi 

hierro 

najamuto 

hilo 

tiboquei 

'hija 

jojabi 

tachirauca 

no  itu 

hijo 

jojí^ 

auca 

niri 

hojas 

tofo  n  da 

yarocco 

apanape 

hoy 

ama 

hoyo 

pué 

iuaja 

hombre 

oí 

daomato 

atchinali 

hondo 

cocoró 

joni 

honrado 

sandé 

hormiga 

coi 

mujazimo 

huellas 

oraonocco 

hueco 

pue 

hueso 

j^ 

mi  iju 

noapi 

humo 

condé-chou 

gecucu 

huevo 

nu 

ají 

liaué 

hombre  malo 

oí-chuindé 

Idioma 

nimbuechá 

iguana 

datútumi 

yoana 

igual 

nétami 

isla 

nonhié 

bol  ojo 

insolente 

sainde 

invierno 

noanná 

naja-naja 

Jején 

tuddé 

jefe 

nibeuté 

airarao 

joven  (  el ) 

piaté  pamue 

nebora 

L,abios 

yambí 

doccojoro 

ladrón 

garomé 

erigisayá 

lagartija 

andicara 

laguna 

taha 

largo 

noatí 

cabajira 

iápide 

laja 

tandé 

toijó 

128 


TAVERA-ACOSTA 


Yar?íro 


Uarao 


Izaneni 


lapa 

puri 

etepo 

f 

lágrima 

mujo 

leche 

nucu 

mijo 

lengua 

topono 

joño 

nuniñe 

leña 

rondó 

dauaja 

leer 

noenimbué 

ligero 

uenape 

dubujura 

limpia 

boeyachá 

lima,  taronja 

curu  curu 

loco 

apetárame 

loro 

yaba 

turumu 

luna 

gupené 

uanico 

queri 

luz 

conde  toto 

abije 

Llamas 

conde  guri  guri 

llanto 

dahui 

llévalo 

ebabajué 

lloviendo 

coo-uanná 

naja  eboya 

Machete 

topeué 

buari 

madre 

jójini 

dani 

nadjo 

maiz 

póe 

n  encamo 

malo- 

saindi 

azira 

matschidi 

madrugada 

achidopa 

mapire 

tayú 

V      mar 

noabaira 

V  marrano 

abuela 

cochi 

'"'^ymano 

ichí 

mojo 

nucapi 

mañana 

jaco 

jaque 

danacadjeri 

mariposa 

pampán 

uaro-uaro 

matar 

nonapa 

marido 

oí 

anebora 

más  tarde 

yabajudi 

mazorca 

neucamo-amujo 

médico 

tompamé 

uizirato 

medicina 

zapaneniu 

yarácoto 

medio  día 

dorátomo 

3^acuajazica 

mentira 

machadé 

mes 

gupené 

uanico 

merey 

uiuecho 

me  voy 

bau  pá 

mi,  mío 

caia 

ma,  ine 

miedo 

uapá 

mitad 

acari 

>     mi  familia 
yinoneda 
^  mono 

caia-pumé 

ma-uarao 

cheré 

burata 

chu-í 

nacco 

monte 

oi 

doiua,  inape 

djecape 

montaña 

jotaina 

moirocoy 

godomé 

uacu 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


129 


Yartí 


ro 


Uarao 


Izaneni 


\ 


mosquito  » 

me 

jiguilu 

mucho 

giná 

éera 

mujer 

ieí 

tachira,  tatira 

nuina 

mundo 

inna 

muerto 

ambuame 

uabae 

murciélago 

pundizizi 

záa 

muchacho 

neboré  sanuca 

Nada 

equira 

nadar 

túa 

nadie 

canimá 

nariz 

embú 

jicari 

nituco 

nalga 

apecha 

negro 

buréburá 

mécoroana 

tapaiuna 

nido 

' 

domoaja 

nervio  viril 

chuá 

uata 

nigua 

enini 

niño 

buichi 

ne-moco-moco 

mápen 

ninguno 

canimá 

no 

genimá 

no  sé 

nobaricadé 

noche 

gñeñer 

ima 

depipo  mijo   io 
keu 

no  tengo 

noadé 

equira  eine 

nosotros 

añone 

nubes 

ande-í 

najamu  tojocco 

' 

Obscuridad 

baguné 

imaneéra 

ocumo 

chendá 

ojos  . 

dachó 

amúhu 

noiti 

orejas 

tanna 

cojojocco 

orillas 

chirí 

mumi 

orinar 

cuejapá 

oso 

ariguri 

jují 

oro 

oró 

bürat  zimo 

oso  palmero 

bajío  omuira 

utro 

canemodí 

óyeme 

tanecué 

Papá 

chaumui 

dima 

pájaro 

púa 

dom 

tepirá 

palmera 

guetó 

palabras 

nembó 

paloma 

otoco 

pantalón 

yeineré 

pañuelo 

pachota  boriá 

cuamote 

papel 

nuespare-í 

curata 

'  palo 

to 

dau 

.pedazo 

condeme      ^  • 

pedir 

LVx 

peine 

nembitó 

En  el  Sur -'Dialectos  Indígenas. 


I30 


TAVERA-ACOSTA 


Var 


uro 


Vara  o 


Izancni 


pescuezo 

goro 

dóo 

pestañas 

dañaca 

murocojoro 

perico 

guereguere 

perfume 

u  ai  ñipa 

perro 

aurí 

peroro 

pero  de  agua 

uí-taperá 

pez 

chon 

jü  macaba 

pequeño 

buichi 

sanuca 

picaro 

garome  cheindá 

pico 

aji 

piel 

í 

pies 

ta 

om-u 

piedra 

tandé 

joyo 

picure 

ñantotó 

uamaia 

poquito 

puichi 

sanuquira 

pierna 

ya-í 

cáa 

poco 

buitsá 

sanuca-jaine 

poco  á  poco 

geinimi 

pólvora 

turacará-cho- 

ponó 

ajuju 

pollito 

acararo-buichi 

carina-moco- 
moco 

popa 

chara  apé 

auaju 

proa 

chara  nona 

auaji 

putrefacto 

páa 

cuera 

puerta 

noeyá 

januco-acojo 

puerto 

beenú 

ojio 

pueblo 

beamá 

janocoina 

plata 

cheré 

burata-jocco 

plátano 

paratuná-anná 

palatano 

playa 

non-hé 

momi 

plato 

najorojocco 

persona  negra 

ajoro-jocco 

persona  blanca 

mecoro-jocco 

pina 

nana 

pronto 

uenapé 

prostituta 

apetarañe 

púa 

zí  tóh 

aji 

pluma 

noemparé-tó 

plumas 

puache 

ajiji 

pulga 

en  i 

punta 

nuná 

aji 

Quejas 

toddé 

quebrada 

tzicaro 

Rabia 

erequia 

rabo 

zía 

ajúi 

rama 

tofundá 

rana 

codocodobui 

capje 


nu-ipa 


EN    EL    SUR DIALECTOS    INDÍGENAS 


Í3I 


Yarzcro 


Uarao 


Izaneni 


rayas 

nué 

jaba-jabera 

raya,  pez 

buichiá 

jue 

rayo 

tura 

tuajara 

rallo 

choariá 

remanso 

goepa 

río 

bea 

noaba 

risa 

einiquia 

rodilla 

chutcha 

ropa 

tibó 

jiacabo 

Sabana 

jaráuah 

sal 

yaueme 

jayu,  pamu 

salcocho 

uraria-chumuá 

sangre 

go-é 

joti 

nuira 

sapo 

codo-codó 

savia 

totú 

sarcillos 

tana  moforiá 

seco 

gaucho 

sed 

jopi -ajera 

nui  ra  un  i 

serio 

euamé 

se  fue 

ba-uá 

se  murió 

ambo-á 

se  acabó 

ecoranai 

sepultura 

uarapa 

si 

tamo 

silbido 

cuirá 

sinvergüenza 

seindamá 

sobrino 

jabimuí 

sol 

moe 

jocoi 

camui 

soltero 

jabeamá 

tatiraquíra 

sombrero 

pachochoriá 

yasi 

sortija 

mojo  secujo 

sucio 

iguenecha 

sueño 

muatomique 

muí  rejera 

suelo 

dabú 

joboto 

Tabaco 

gambí 

aja 

tábano 

pué 

cobo 

v/tablas 

daubaza 

/^  talón 

tauru 

tapa 

ñanueriá 

tarde 

gintó 

techo 

oto-máreme 

yajuji 

temblador,  pez 

i-shibut 

terecay 

dame 

tierra 

dabú 

joboto 

hipey 

,  tigre 

panemé 

tOpC: 

tinaja 

dabú-yacode 

caturéwabi 

tiro 

turacaráa 

jatanai 

tizón 

condé-dacbó 

jecune  cabe 

13/2 


TAVERA-ACO^TA 


Yaruro 


Uai 


'a  o 


Izaneni 


tobillo 

tachatú 

tortuga 

icurl 

uacuira 

totuma 

tae 

toma  tú 

%^d>k.  me 

ma 

tía 

jaini 

daini-catira 

tío 

ademue 

adacco 

tu,  tuyo 

naia 

ji.iji 

túmulo 

pumé-narapa 

tusa 

amuju 

tuerto 

dacoto 

tu  hermana 

naia-añecobó 

tu  hermano 

naia-añemue 

tu  casa 

naia-jóo 

janocco-ji 

tu  familia 

naia-piimé 

tu  padre 

naia  amui 

tu  madre 

naia-eiñe 

tu  nombre 

naia-nopagué 

trabajo 

ambé  paré  gin 

yaotaya 

trampa 

totariá 

triste 

uriJato 

inaretía 

tristeza 

sarde  nicodó 

trueno 

tura 

najadibía 

Un  año 

caneme-janna 

un  mes 

caneme-gupené 

uanico-izaca 

un  día 

caneme  do 

yaa  jizaca 

una  noche 

caneme  gñeñero 

imá-jizaca 

uñas 

ibé 

mujusi 

Vagina 

nombá-toropé 

vaina 

cuanane-hué 

amaca 

valor 

suamé 

valiente 

suamé 

taerá 

venado 

boa 

massi 

veneno 

yororiá 

verano 

jannu 

vapor (buque) 

condé-chará 

ven  acá 

huetci 

Verde 

ut  sha 

jeburida 

vestido 

tiboí  nomé 

vete 

diana-naru 

pipitú 

viento 

paipáa 

aj  acá 

carlía 

viejo 

otemue 

airamo 

viudo 

iéinaca 

vulva 

nombá 

jótom 

Ya 

pioyabá 

ya  es  tarde 

gintó 

yo 

coddé 

yo  tengo 

noaré-coddé 

yerba 

guebá 

jaca 

laijudí 

EN    EL      SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


133 


Yarttro 


Uarao 


Izaneni 


yo  110  sé     > 

dabadé 

yuca 

pae 

Z-imuro 

mocque 

zancudo 

taré 

zapatos 

zorro 

uariro 

aru 
bu  re 
cojoboto 
omonamo 


Comparando  nuestro  vocabulario  uarauno  con  el 
que  trae  Gorrochotegui  al  final  de  su  citado  opúsculo 
(  página  30  )  sólo  hemos  encontrado  leves  variantes  en 
alguna  que  otra  palabra,  aparte  de  la  evidente  confusión 
en  que  ha  incurrido  al  escribir  la  numeración.  Véase 
la    página   27    de    este    volumen. 

Es  de  notarse  que  los  nombres  de  algunos  caños  de 
la  residencia  de  los  Uaraos,  tienen  sus  equivalentes  en 
lengua  Aimara,    v.  gr.: 


Morroco, 

Mocomoco, 

Guaina, 

Guararina, 

Guajra, 

Yaya, 

Macaire, 

Baruma. 


redondo,  circular 
nudoso,    lleno  de  nudos 
joven,    hombre  joven 


gritos. 


gritería 


cuerno,  torcido  como  un  cuerno 
distante,     lejos 
golpear,    aporrear 
desierto,  lugar  abrupto 


Y  es  asimismo  digno  de  fijar  la  atención  la  circuns 
tancia  de  que  la  desinencia  ina,  peculiar  á  algunos  ad- 
jetivos de  ese  lenguaje  peruano,  también  tiene  sus  simi- 
litudes con  nombres  de  algunos  caños  ó  localidades  del 
Delta  orinoquense,  etc.,  en  el  sentido  de  indicar  abun- 
dancia ó  la  cualidad  del  sustantivo. 


Geburina,  azuloso 

Cajarina  lugar  lleno    de  alacranes 


Í34 


TAVERA-ACOSTA 


Yaguaina,  abundante  en  palmeras  yaguas 

Sicaina  sitio    lleno   de  niguas 

Janocoina  lugar  poblado  de  casas,  etc.,  etc. 

Véanse  otras  palabras  terminadas  en  ina,  en  nom- 
bres prof)ios  de  esa  región  : 


Coeuina 

Uiniquina 

Amoquina 

Uaina 

Uabina 

Usirina 

Uararina 

Mocubina 

Noina  (33) 

(33)     No-ina,    nu-ina,    en  Uarequena   quiere  decir   mujer,   mi 
mujer. — Nota  del    Autor. 


'  ^^**v  * 


Tercera  Parte 


(La  constituyen  fragmentos  de  una  correspondencia  epistolar 
del  Autor  con  algunos  hombres  de  ciencia  del  país  ;  algunas  ob- 
servaciones etnológicas  é  históricas  de  nuestras  tribus ;  varios  es- 
tudios sobre  lingüística  y  dos  trabajos  relativos  á  la  supuesta  ex- 
tinción de  los  Atures  y  de  los  Maipures.  Pedimos  humildemente 
excusa  por  la  forma  en  que  presentamos  esta  Tercera  Parte,  pues 
no  hemos  querido  alterar  ni  el  fondo,  ni  el  orden  en  que  ha  sido 
escrita. ) 


■  ■'fl|i^i(iíff^  ''^1^[|r* ""  '■  ¡1^ p f p  "  'C!l^i]^^-'tí¡|ft|¡^í^'-''fl^i¡j!i^'---i;||Pí^^''fl|^|^^-'ij|^^ 


CAPITULO  T 


El  diptongo  UA — Ortografía  adoptada  por  el  autor— Observacio- 
nes del  doctor  Lisandro  Alvarado  — Prurito  extraiigero — Con- 
fusión del  número  de  localidades  con  el  de  las  naciones  indias 
— Significado  de  las  voces  paro,  cáua,  aima,  uapo  y  moni — 
Significado  de  la  terminación  goto  ó  coto — El  sobrenombre  de 
Caribes— Opinión  de  Julio  Caicaño — Orígenes  de  las  palabras 
Caribey  Ujtyano — Américo  Vespuccio  y  Bartolomé  délas  Ca- 
sas— El  elemento  Pariano. 


Enero  de  1906. 

Doctor  Lisandro  Alvarado  : 

Contesto  las  preguntas  que  en  forma  de  cuestiona- 
rio   me   hace  usted. 

Primera,  "  Por  qué  escribe  usted  constantemente 
con  el  diptongo  UA  lo  que  todos  pronuncian  GUA  en 
voces  indígenas  ?  " 

Los  indígenas  puros  de  las  selvas  de  Guayaaa,  y 
particularmente  los  del  alto  Orinoco,  Rionegro,  etc.,  no 
tienen  el  sonido  de  la  G  en  el  diptongo  á  que  usted  se 
refiere.  Yo  he  querido  en  ese  libro  mío  (  i  )  como  en 
todo  lo  que  escriba  con  relación  á  estas  cosas,  seguir  el 
fonetismo  indígena;  y  así  diré:  Uabiare,  Uaimara,  Ua- 
chamaca,  Uere,  Uaramaco,  Uarao,  etc.,  etc.,  porque  así 
.lo  pronuncian   ellos. 

(  I  )  Anales  de  Guayana,  V0I.  I — Ciudad  Bolívar,  1905. 


138  TAVERA-ACOSTA 


El  doctor  Aristides  Rojas,  en  la  página  92  de  sus 
Estudios  Indígenas,  asienta  :  "  La  sílaba  HUA  (  así,  con 
H)  es  de  origen  quechua,  en  tanto  que  la  sílaba  GUA 
( con  G  )  es  de  procedencia  guaraní,  aceptadas  una  y 
otra  por  el  pueblo  Caribe  y  por  la  gran  familia  Caribe- 
tamanaco  que  pobló  las  secciones  oriental  y  central  de 
Venezuela  y  una  gran  parte  de  las  Antillas." 

Ya  queda  dicho  :  las  varias  tribus  que  he  tratado  y 
que  corresponden  á  la  gran  agrupación  Pariana,  pro- 
nuncian ese  diptongo  sin  el  acento  fuerte  que  le  imprime 
la  G,  asimismo  las  del  Rionegro,  etc. 

La  escritura  usando  esta  consonante  en  los  voca- 
blos que  tienen  los  diptongos  UA,  UE,  UI,  viene  de  los 
castellanos,  entre  quienes,  por  otra  parte,  un  escaso  nú- 
mero, para  acercarse  al  sonido  indígena,  empleaban  á 
veces  (y  aún  emplean  )  la  H  antes  del  diptongo.  En 
algunas  tribus  esos  diptongos  son  completamente  na- 
sales. 

Cuanto  á  algunos  extranjeros,  ellos  usan  la  W  para 
producir  el  sonido  fuerte  de  nuestras  GU  ante  la  letra 
final  de  dichos  diptongos,  que  muchos  venezolanos,  ó  por 
no  haber  oído  nunca  hablar  á  los  indios,  ó  por  no  haber 
residido  el  tiempo  suficiente  entre  ellos,  ó  por  el  prurito 
de  inglesar,  también  acostumbran,  echando  en  veces 
mano  hasta  de  la  K,  como  si  no  tuviéramos  el  mismo 
sonido  fuerte  con  la  C  ante  las  vocales  a,  o,  u.  Respec- 
to á  nuestra  H  muda,  no  me  parece  demás  indicar  á  los 
efectos  de  la  lectura  de  palabras  indias  recogidas  por 
alemanes  é  ingleses,  que  aquella  tiene  en  esos  dos  idio- 
mas el  sonido  fuerte  de  la  J.  Me  parece,  pues,  que  ta- 
les extrangeros  no  han  tomado  cuidadosamente,  al  usar 
la  W,   el  eufonismo   de  las  voces  indias. 

Si  aquellos  compatriotas  de  quienes  hablo,  vivieran 
algún  tiempo  entre  las  tribus  guayanesas,  prontamente 
se  convencerían  de  que  ellas  pronuncian  los  diptongos 
UA,  UE,  UI,  así  como  suenan,  suavemente,  sin  el  ca- 
rácter gutural  que  les  da   la  G.     Y    así  dicen  :  Uuainía, 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  139 

Acháua,  Améua,  Máuare,  Coyéua,  Yáua,  Uaraco,  Uirirí, 
Uenit'iare,  (  Bentuare  )  Uitin.i,  etc.  (2)  Y  no  está  de- 
más añadir  que  todas  estas  naciones  asan  indistinta- 
mente en  sus  voces  la  E  y  la  I.  la  O  y  la  U  ;  y  así  pro- 
nuncian :  Are-are  ó  Ari  -ari,  uayuco  ó  uayoco,  Casiquia- 
re  ó  Casiquiari,  curare  ó  curari,  murujuy  ó  morojoy,  ca- 
tomare  ó  catuniari,  etc.,  etc.  Y  así  confunden  también 
la  B  con  la  P,  v-gr:  Uapo  y  Uabo,  (3  )  Atabapo  y 
Atapapo,  Sipapo  y  Sibabo,  Mayapo  y  Mayabo,  etc.;  y 
así  la  L  con  la  R  (suave)  y  algunos,  como  los  maquirita- 
res, la  F  con  la  P. 

S¿^'U7ida.  '*  ¿  Qué  razones  étnicas  ó  antropológi- 
cas hay  para  comprender  en  una  misma  tribu  los  indios 
extendidos  al  Norte  de  la  sierra  de  Arimagua  y  á  orillas 
del  Paragua  y  del  Caroní,  bajo  las  denominaciones  de 
Paudacotos,  Achiregotos  y  Purugotos,  etc.  ?" 

Las  razones  que  encuentro  para  comprender  en  una 
misma  tribu  á  los  indios  de  Arimáua,  del  Paráua  y  del 
Caroni,  llamados  Paudacotos,  Achire-gotos  ó  Aquere- 
gotos  y  Puru-gotos  ó  Paru-gotos,  qaa  hoy  no  se  cono- 
cen con  tales  nombres,  son  las  de  derivarse  sus  idiomas 
de  una  misma  lengua  y  las  de  haber  existido  algunos  je- 
fezuelos  denominados  con  las  radicales  de  esas  palabras, 
radicales  que  también  fueron  nombres  de  caños    ó   loca- 


(2  )  "  Me  han  sido  satisfactorias  las  razones  que  usted  expone 
para  no  escribir  con  G  las  articulaciones  UA,  UK,  UI,  en  nombres 
indígenas.  Sin  embargo,  como  hay  ya  algunas  que  escán  consagra- 
das por  el  uso,  sobre  todo  en  nombres  propios,  no  se  podría 
hacer  general  esta  innovación  sin  alguna  confusión.  Por  mi  parte 
conservaría  igualmente  la  K  en  las  articulaciones  QUE,  QUI,  pues 
tratándose  de  idiomas  no  escritos  se  gana  en  sencillez  y  claridad 
para  la  transcripción,  y  la  G  la  reemplazaría  con  la  H  muda  para 
satisfacer  la  vista  no  más  é  indicar  el  puesto  que  la  G  ocupaba  ; 
así  desaparecería  cualquier  duda  en  la  pronunciación  de  voces  tales 
como  Uruanabis,  Uruanayes,  etc." 

(  Carta  del  Dr.  Alvarado,  de  27  de  junio  de  1906.  ) 


(3)   Uaho,    en    dialecto  Mandauaca  quiere  decir  caño  ;  también 
le  dicen  Cdiia  y  Ooni  ó  Moni. — Nota    del   Autor, 


140  TAVERA-ACOSTA 

lidades  donde  moraban  aquellos  señores  de  las  selvas,  ó 
regularmente  nombres  de  animales,  de  los  cuale^  hicie- 
ron una  especie  de  patronímicos  agregándoles  el  genitivo 
goto  ó  coto,  Y  así,  Achire -goto,  por  ejemplo,  ó  sea 
Aquei'e  ó  Acqueire,  tigre,  y  codo,  parientes,  quiere  de- 
cir "  los  deudos  del  Tigre."  Por  supuesto,  demás  está 
exponer  que  esta  palabra  Tamanaco,  y  por  ende  Paria- 
na,  era  el  nombre  de  un  Cacique,  y  tiene  las  variantes 
aq2ierre,  acquíre  y  achire,  de  las  cuales  los  españoles  han 
hecho  hasta  el  apellido  del  tirano  Aguirre,  acaso  por  las 
analogías  onomatográficas  entre  el  felino  y  López  de 
Aguirre.  V.gr  :  el  caño  Aguirre  en  el  Delta  del 
Orinoco. 

Ni  en  Arimáua,  á  orillas  del  Caroni,  ni  en  el  curso 
inferior  de  este  río,  ni  en  el  del  Paráua,  existe  hoy  nin- 
guna tribu  indígena.  Sólo  en  las  regiones  del  alto  Pa- 
ráua y  del  alto  Caroni  se  encuentran  los  indios  Arecu- 
nas, y  más  al  Sur  algunos  Aruacas,  únicos  que  moran 
en  tales  localidades.  Y  pienso  que  las  tres  tribus  en 
referencia  no  han  sido  sino  parcialidades  de  los  prime- 
ros, que,  como  se  sabe,  corresponden  étnicamente  al 
Caribe, 

Por  otra  parte,  los  vocablos  ^^í'íz  y  parny^  significan 
en  lengua  peruana,  respectivamente,  lluvia  y  llover,  y 
por  extensión  río,  agua ;  y  así,  sus  inflexiones  paria, 
paro,  paru  y  puru,  caño  ó  agua,  en  algunas  voces  de 
dialectos  hablados  desde  el  mar  de  las  Antillas  hasta  la 
cuenca  del  Amazonas  y  aún  hasta  la  del  río  de  la  Plata 
ó  Paraná.  (4)  Así  Paru-goto,  si  no  fuere  de  puro  origen 
Pariano,  sería  una  palabra  compuesta  que  quiere  decir 
''  la  familia  ó  la  gente  del  Agua  ó  del  Caño  "  ó  sean  los 
moradores  de  sus  márgenes. 

Y  es  de  advertir  que  así  como  la  voz  Paro  ó  Pant 
significa  caño,  río,  agua,  también  son  análogas  en  tal 
sentido  las  palabras  Casona  ó  Cana,  Auna  ó  Aimc, 
Guapo  ó  Uapo  y  Ooni  ó  Moni.      (5  ) 


(4)  Paraná,  el  mar,  expresa  "agua  grande." 


(5)  En  otros  dialectos  de  las   Guavanas  se  dice    también    auáb, 
juna,  jóo,  tuna,  iboí,  etc. — Notas  del  Autor. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  14  I 


Véanse  algunos  paradigmas  : 


GeÁC3.gu3.  (£'^rz-cdua)  caño  frío;  Aricagua  (  ¿^r/- 
cáua  )  caño  del  Oriente  ;  Adorucagua  (  ádoro-cáua  )  ca- 
ño de  la  guacamaya. 

Arabataima  {^anibata-aima^  caño  del  araguato  ; 
Conopaima  (  conopo-aima  )  caño  de  L'/s  lluvias  ;  Guaima 
{giL-aima  )  caño  de  la  lagartija. 

Guacarapo  {uácara-abo^  caño  de  la  garza  ;  Mucu- 
rapo  {inúccra-abd)  caño  de  la  tinaja  ;  Sipapo  {siba-ab(S) 
caño  ó  río  de  piedras  ó  de  cerros. 

Tonoroparo  (  tanoro-paro  )  caño  del  pájaro  ;  Yagua- 
raparo  (^yauara-fiaro)  caño  del  tigre;  Mucuraparo 
(  múc-cra-pa/o^  caño  de  la  tinaja  ;   (  6  ) 

Chíguirimoni,  caño  del  ChigíJire  ;  Emoni  {ema-oní) 
caño  de  la  danta  ;  Curamoni  {^cuv  ía-moní)  caño  d>el 
morrocoy.     Etc.,    etc.,    etc. 

Después  vinieron  los  religiosos.  Ellos,  para  dis- 
tinguir en  su  ignorancia  unas  tribus  de  otras,  pusieron 
arbirrariam^fite  nombres  á  las  parcialidades  que  iban 
conociendo  personalmente  y  aún  hasta  á  aquellas  de 
quienes,  aún  hablando  igual  dialecto,  sólo  tenían  noti  * 
cias  por  referencias  de  los  mismos  indios. 

Tan  diversos  nombres,  torneados  ordinariamente  del 
de  los  cabecillas  (nombres  de  animales  casi  siempre)  ó 
del  de  los  caños,  montes  o  localidades  en  donde  residían, 
sirvieron  luego  dtr  base  á  muchos  viajeros  y  traficantes 
y  hasta  á  hombres  de  ciencia,  para  confirmar  á  aquellos 
indígenas  con  las  referidas  denominaciones  ;  y  así  se  ha 
formado  una  inmensa  nomenclatura  de  tribus,  cuya  con- 
fusión es  grande  y  muy  difícil  de  aclarar,  si  no  se  saben 
á  fondo  sus  respectivos  idiomas. 


>  (6)  El  término /^^/^í?,  en  lengua  Baniba  parece  corresponder  al 
plural  de  los  pronombres  demostrativos. — Véase  el  vocabulario  res- 
p^.ctivo  en  la  Segunda  Parte. — Nota  del  Auter. 


142  TAVERA-ACOSTA 


Coincido,  pues,  con  Schcmburgk  acerca  de  la  ter- 
minación goto  c  coto,  que  él  dice  significa  tribu  ó  fami- 
lia, en  lengua  Macusi.  No  conozco  las  obras  'de  este 
explorador  sino  por  referencia.  Creo  que  nunca  han 
sido  vertidas  al  castellano  y  ni  siquiera  he  visto  una 
traducción  francesa.  Pero  efectivamente,  en  Caribe 
quiere  decir  aquella  terminación,  la  parcialidad  ó  fami- 
lia correspondiente  á  cada  cacique  comarcano,  como  lo 
asiento  en  la  página  302  y  sií>'uientes  de  Anales  de  Giia- 
yana,  y  se  vé  en  el  vocabulario  que  tengo  de  dicho  len- 
guaje y  en  el  del  Yarabana.     (7) 

Y  aquí  se  me  ocurre  una  pregunta.  Como  quiera 
que  desconfío  tanto  de  los  datos  etnográficos  de  los  pri- 
meros cronistas,  porque  sugestionados  por  los  informes 
de  los  conquistadores,  cuando  no  eran  actores  ellos  mis- 
mos, escribieron  relatos  más  ó  menos  exagerados  y 
con  grandísima  deficiencia  de  análisis  crítico,  se  me  im- 
pone preguntar  :  ¿  existiría  realmente  alguna  tribu  es- 
pecial con  el  nombre  de  caribe,  (cari,  caríbal,  caripe,  ca- 
reiba,  caribana,  calibi,  calina  )  ó  este  apelativo  fue  apli- 
cado por  los  conquistadores  para  cohonestar  los  críme- 
nes de  éstos  con  el  pretexto  de  la  fábula  del  canibalismo 
ó  para  mejor  poder  saltearlos,  esclavizarlos,  robarlos, 
fprzarles  sus  mujeres  y  sus  hijas,  talar  sus  sementeras  y 
guerrear  sus  poblaciones.  .  .  .  ? 

Julio  Calcaño  dice  en  la  pagina  462  de  su  obra  El 
Castellano  en  Venezuela  :  "A  cierto  pez,  acaso  el  más 
estimado,  si  no  lo  fuere  el  pargo,  y  que  persigue  á  los 
más  pequeños,  se  le  puso  caribe  ó  carite,  voz  que  unos 
tienen  por  indígena  y  otros  no  ;  y  á  otro,  bueno  de  co- 
mer, pero  voraz  y  sanguinario,  le  pusieron  el  mismo 
nombre  de  caribe,     ¿  A  quienes,  apartando  lo  fantástico 


(  7  )  «Todas  ó  casi  todas  las  tribus  cuya  terminación  es  coto  6  goto 
han  sido  calificadas  en  la  gran  familia  caribe-tamanaco,  aunque  creo 
que  lia}^  alguna  exageración,  como  asienta  u^ted,  en  el  número  de 
esas  tribus  que  registran  los  cronistas  y  viajeros  en  general.  El 
estudio  más  detenido  de  las  lenguas  que  quedan  resolvería  cierta- 
mente   la  cuestión.»— (Carta  citada.  ) 


EN    EL      SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS  I43 


y  novelesco,  se  le  llamó  caribes,  como  á  los  indicados 
peces  ?  A  los  piratas  sanguinarios  de  la  nación  cumana- 
gota.  Esta  es  la  verdad  histórica.  Tengo  para  mí  que 
caribe  no  es  término  derivado  de  esta  ó  de  aquella  raiz 
haitiana,  como  pretende  alguien.  (8)  Así,  como  los 
conquistadores  llamaron  goagíros,  painpaniUas,  cocinas^ 
salivas,  moscas  y  níosquitos,  orejones,  etc.,  etc.  con  nom- 
bres castellanos  ó  árabes  ó  latinos  á  diversas  tribus  ó 
naciones,  así  llamaron  calibes,  calibis  y  ccirihes,  á  esta 
tribu  cumanagota  porque  su  ferocidad  sanguinaria  y  su 
espíritu  guerrero  les  recordó  á  los  cálibes  de  Lipara  que 
infestaban  antiguamente  el  mar  tirreno." 

Sin  embargo,  carib  !  careibe  I  fue  la  exclamación 
en  que  prorrumpieron  los  aborígenes  de  las  Antillas 
cuando  en  1492,  vieron  por  vez  primera  á  los  epañoles. 
Análogas  circunstancias  concurren  en  la  palabra  iiayano. 
Así  dijeron  los  indígenas  del  Orinoco,  en  1532,  cuando 
vieron  á  los  primeros  castellanos  que  remontaron  el  río, 
y  de  allí  provino  el  nombre  con  el  que  hasta  hoy  se  co.- 
nocen  las  regiones  comprendidas  entre  el  Atlántico,  ei 
Amazonas  y  el  Orinoco.  Caribe,  en  lengua  de  las  Anti- 
llas, y  uayano,  en  lengua  Pariana  del  Orinoco,  parecen 
tener  igual  significado  :  pálido,  descolorido,  extraño.  Y 
no  está  demás  advertir  que  los  calificados  también  como 
caribes  de  Guayana,  es  decir,  los  del  Caura,  Tapaquire, 
Camorica,  Mayaúa,  los  del  Caroni,  los  del  Paráua  y  los 
del  Cuyuni,  aunque  hablan  distintos  dialectos  entre  sí 
y  algo  diferentes  del  de  los  llanos  de  Barcelona  (  Can- 
taura,  Sanjoaquín,  Mucura,  Cari,  Atapirire,  Cachipo, 
Suápire,  Uverito,  etc.)  y  del  de  los  de  Maturín  (Mamo, 
Tigre,  Cucasana,  Yabo,  etc.  )  todos  evidencian  tener 
una  lengua  matriz. 

Todavía  suelen  decir  los  llamados   caribes    del   Sur 
de  Barcelona     "  está  uayano, "    refiriéndose   á    un  fruto 


(8)  En  Haití  había  una  provincia  llamada  «Careibana.»  Véase 
en  la  Quinta  Parte  el  vocabulario  haitiano,  que  hemos  formado  ex- 
tractando palabras  de  la  obra  Apologética  histofia  de  Indias,  por 
Fray  B.irtolomé  de  las  Casas. — Nota  del  Auto}. 


144  TAVERA-ACOSTA 


cualquiera  que  esté  descolorido,  ó  pasado  por   efecto  del 
tiempo,  y  puede  causar  daño  si  se  le- comiere.     ' 

Calibi,  (y  también  aré)  en  dialecto  Uuareca  ó  Ua- 
requena,  quiere  decir  día,  oriente  6 lugar  por  donde  na- 
ce el  sol;  carina  en  Uarauno  es  gallo;  ciri  en  Miripuye, 
es  uno;  en  Mandauaca  es  viento;  en  Piapoco,  tierra  ;  en 
Quichua,  hombre,  guerrero^  del  Sánscrito  Karu,  sol- 
dadOj  según  Girgois. 

Fray  Bartolomé  de  las  Casas,  en  el  Capítulo 
CLXVII  de  su  incompleta  obra  Apologética  Historia  de 
las  Indias,  empezada  á  escribir  en  1527,  trae  una  curio- 
sa profesfa  relacionada  con  el  término  caribe.     Dice  así  : 

"  Tornando  al  propósito  del  cacique  ó  señor  que 
había  comenzado  aquel  ayuno,  decían  y  era  pública 
voz  y  fama,  que  habiendo  hablado  con  cierto  Cemí 
(ídolo)  q^ue  tenía  por  nombre  Yocahuguama,  le  había 
dicho  que  los  que  después  que  el  fuese  muerto  fuesen 
vivos,  poco  gozarían  de  sus  tierras  y  casas,  porque  ver- 
nía  (vendría)  una  gente  vestida  que  los  señorearía  y 
mataría  y  que  se  morirían  de  hambre  ;  de  allí  adelante 
creyeron  ellos  que  aquella  gente  debía  ser  los  que  lla- 
mamos caribes,  y  entonces  los  llamaban  y  llamábamos 
caníbales."  (9) 

Américo  Vespuccio  asegura  que  entre  los    indios  de 


(9)  Es  asimismo  curiosa  la  analogía  profética  que  acerca  de  la 
llegada  de  los  primeros  españoles  al  Perú,  trae  Garcilasso  Inca 
de  la  Vega  en  el  capítulo  XIV,  Libro  I.  de  su  obra  Comentarios 
Reales,  publicada  en  1609  y  de  la  cual  dice  Prescott  :  "....en  otras 
relaciones,  aceptadas  por  el  vulgo,  se  refiere  que  la  primera  apari- 
ción de  los  blancos  en  el  país,  estaba  de  acuerdo  con  antiguas  pre- 
dicciones •....  El  mismo  Hnaina  Capac,  cuando  conoció  que  iba 
á  morir,  convocó  á  sas  grandes  dignatarios,  y  les  anunció  la  des- 
trucción del  Imperio  por  esa  raza  deexranjeros  blancos  y  con  bar- 
bas, como  el  cumplimiento  de  lo  que  habían  pronosticado  los 
oráculos  para  después  del  reinado  del  duodécimo  Inca  ....  » — His- 
toria déla  Conquista  del  Perú.     Cap.  II,  Lib.  III. 


EN    EL    SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  I45 


Paria     la     palabra   charaibi,    quería   decir   hombres  sa- 
bios,    (fo) 

De  esta  última  cita  no  sería  difícil  inferir  que  el  cali- 
ficativo de  "Caribes"  fue  aplicado  por  algunas  tribus  in- 
dias, con  elevada  significación,  á  los  primeros  europeos 
que  llegaron,  pues  debe  tenerse  presente  que  aquellos 
blancos  fueron  considerados  como  seres  extraordinarios  y 
que  en  algunos  puntos  hasta  adoración  divina  les  rindie- 
ron. Mal  interpretado  el  término  "Caribe"  por  los  es- 
pañoles, vino  á  poco  á  ser  sinónimo  de  Caníbal,  es  decir, 
antropófago. ...porque  así  convino  para  los  efectos  del 
sórdido  interés  de  aquellos  buscadores   de  riquezas  .... 

Pero  sea  como  fuere,  de  mí  sé  decir  que  no  creo  que 
haya  existido  en  las  antillas  determinada  tribu  á  quien 
poder  aplicar  en  propiedad  el  calificativo  de  Caribes  en 
ninguna  de  las  varias  acepciones  conocidas  hasta  hoy  ;  y 
hace  tiempo  que  he  denominado  PARIANO,  acaso  por 
alejarme  de  la  rutina  más  que  por  cualquier  otra  razón,  al 
elemento  indígena  que  más  generalizado  encontraron  los 
españoles  no  sólo  en  las  Antillas  sino  también  en  la 
mayor  parte  del  territorio  venezolano.  De  suerte  que 
en  mi  humilde  concepto,  el  lenguaje  que  ha  venido  lla- 
mándose Caribe,  y  cuyo  nombre  he  conservado  para 
mejor  claridad  de  mi  pretensión,  no  es  sino  un  similar  ó 
fraterno  de  los  conocidos  hasta  ahora  con  las  denomina- 
ciones de  Tamanaco,  Cumanagoto,  Maquiritare,  Mapo- 
yo,  Otomaco,  Arecuna,  Macusi,  Taino,  etc.,  etc.,  califi- 
cados todos  como  derivaciones  de  la  '*  lenguti  caribe," 
cuyos  individuos  han  sido  comprendidos  en  la  gran 
agrupación  étnica  del  mismo  apodo. 

Ahora  bien  :  ¿  cual  era  el  idioma  madre  de  tan  di- 
versos lenguajes  ?.  .  .  . 

Empero  sea  cual  fuere,  no  corresponde  á  mi  recono- 
cida insuficiencia  la  resolución  de  estas  cuestiones  de 
historia,   etnología  y  lingüística  precolombianas. 


(10)  Las  Casas,    Historia  de  las  Lidias,  Cap.  166  lyib.    I.       E'>ta 
obra  es  distiuta  de  la  Apologética  historia  de  las  Indias. 

En  el  Sur~DiaUctos  Indígenas.  10, 


146  tAVERA-ACOSTA 


Quede,  pues,  ella  para  quienes  con  verdadera  cien- 
cia se  ocupen  de  estudiar  los  misteriosos  anales  que 
guardan  las  extintas  generaciones  del  nuevo  Continente, 
en  donde  á  cada  paso  se  consiguen  vestigios  y  docu- 
mentos arqueológicos  de  remotas  civilizaciones  no  in- 
terpretadas todavía  con  el  interés  que  se  requiere. 


CAPITTJX.O  IT 


El  Quichua  lengua  aryana  aglutinante— Opinión  adversa  del  doc- 
tor Pedro  Manuel  Aicaya  apoyándose  en  Mr.  V.  Henry — Con- 
greso de  Americanistas — Opiniones  afirmativas  de  López,  Ro- 
jas, Patrón  y  Girgois — ¿  Quiénes  estarán  en  la  verdad  ?  — Pala- 
bras Sánscritas  con  sus  equivalentes  en  Quichua — Observacio- 
nes de  Girgois— Ochenta  por  ciento  délas  voces  quichuas  tie- 
nen origen  aryano — Observaciones  del  Autor — Analogías  con 
el  antiguo  Egipto — Arqueología  americana — Cavernas,  Cal- 
zadas, Diques,  Cerros  labrador,  hachas  de  piedra,  etc.  de  Ve- 
nezuela. 


Enero  de  1906. 
Doctor  Pedro  Mamiel  Arcaya  : 

Vamos  punto  por  punto. 

"  El  libro  Estudios  Indígenas  no  es  tan  interesante 
como  usted  cree  por  no  conocerlo,  y  como  creía  yo  tam- 
bién antes  de  leerlo.  Hasta  contiene  ciertos  errores 
como  dar  por  un  hecho  demostrado  la  filiación  del  sáns- 
crito del  quichua,  es  decir,  que  este  último  era  la  forma 
primitiva  del  idioma  ario,  hablado  en  las  mezetas  del 
Asia  Central  y  luego  importado  al  Perú,  todo  por  haber- 
^lo  así  escrito  un  señor  López,  cuya  obra  fue  criticada, 
demostrándose  su  ningún  fundamento,  en  la  reunión  del 
segundo  Congreso  de  Americanistas." 


148  TAVERA-A-eOSTA 


Permítame  departir  con  usted,  acerca  de  lo  de 
aseverar  en  absoluto  que  es  un  error  lo  que  dice  Aristi- 
des  Rojas,  basado  en  la  obra  del  doctor  Vicenl'e  Fidel 
López. 

No  podría  yo  afirmar  categóricamente  que  es  un 
error,  por  varias  razones  y  particularmente  por  las  po- 
derosas de  no  haber  hecho  estudios  adecuados  ni  de 
poseer  conocimiento  alguno  en  la  materia. 

El  doctor  López  asienta  que  "  el  quichua  es  una 
lengua  ariana,  pero  lengua  que  ha  debido  separarse  del 
tronco  principal  en  momentos  en  que  esa  lengua  madre 
no  usaba  todavía  el  sistema  de  flexión,  es  decir,  que 
el  quichua  es  una  lengua  ariana  aglutinante." 

Y  según  parece,  se  inclinan  á  semejantes  conclusio- 
nes, Patrón,  en  sus  conferencias  lingüísticas  y  en  su  obra 
Origen  de  /as  lenguas  americanas  ;  Girgois,  en  su  libro 
El  Oculto,  y  Rojas  en  sus  Estudios  Indígenas.  Mas, 
como  no  conozco  el  Ario  ni  el  Sánscrito,  me  limitaré  á 
citar  la  opinión  de  estos  autores,  que  parece  comprobar 
la  teoría  de  López,  negada  por  el  señor  Henry. 

En  mi  libro  Rionegro  sólo  hago  alusión  á  los  traba- 
jos del  ilustre  Alcides  d'  Orbigny  y  del  doctor  Patrón,  y 
eso,  incidentalmente,  al  referirme  á  la  gran  familia  Ba- 
niba  del  Rionegro,  la  aristocracia  de  ese  río,  como  la  ha 
calificado  Gorrochotegui.  Existen  tantas  analogías 
entre  éstos  y  los  peruanos,  no  solamente  en  el  color  y 
en  los  rasgos  finos  de  sus  rostros,  sino  también  en  la 
inteligencia  de  muchas  de  sus  palabras,  en  sus  usos  y 
costumbres  y  en  su  vida  sedentaria,  ordenada  y  labo- 
riosa, cuyas  circunstancias  físicas,  lingüísticas  y  etnoló- 
gicas, hacen  pensar  que  los  Banibas  pertenecen  á  una 
de  las  ramas  de  los  Quichuas  que  se  extendió  hasta  el 
m.ás  grande  de  los  afluentes  del  Apuremac  ó  Amazonas 
por  la  banda  del  Norte.  Y  quizás  tras  ellos  fueron 
aquellos  valerosos  conquistad^ieb  que  se  llamaron  Jorge 
de  Speider,  Felipe  de  Hutten,  Francisco  de  Orellana,  * 
Pedro  de  Ursúa,  etc.,  buscando,  hambrientos  de  oro   y 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  I49 


de  pillaje,  el  reino    de  los   Oméuas,  variante  de  la    pala- 
bra Baniba  <^;;^//¿í7,  que  significa    Gobierno,     (ii) 

Que  el  segundo  Congreso  de  Americanistas  haya 
criticado  la  obra  de  López  ¿  será  una  razón  contunden- 
te en  contra  de  lo  expuesto  por  este  escritor  americano  ? 

No  conozco  los  trabajos  de  ese  Cuerpo  ;  pero  quién 
sabe  cuantos  prejuicios  entraron  en  la  cuestión.  -  No 
creían  los  sabios  que  la  tierra  era  plana  ?  No  negaban 
rotundamente  su  movimiento  ?  No  rechazaban  la  teo- 
ría de  la  circulación  de  la  sangre  ?  No  negaban  la  evi- 
dencia del  magnetismo  ?  No  niegan  todavía  muchos 
sabios  la  ley  de  la  evolución  por  la  cual  el  hombre  des- 
de la  más  ínfima  monera  ha  venido  á  alcanzar  su  forma 
actual  ?  i  No  se  cree  aún  en  la  fábula  del  Paraiso  con 
Adán  y  Eva  como  troncos  de  la  familia  humana  ?  Y, 
finalmente,  no  se  mofaban  los  sabios  de  los  descubri- 
mientos de  Boucher  de  Perthes,  el  fundador  de  la  an- 
tropología prehistórica,  que  tanta  luz  ha  esparcido  so* 
bre  los  orígenes  de  la  humana  sociedad  ? . . .  . 

Qué  mucho,  pues,  que  el  Quichua  sea  una  lengua 
aryana  aglutinante  ?     (12) 


(11)  "  La  huida  del  Inca  Manco,  hermano  de  Atahualpa,  á  los 
bosques  de  Pilcapampa,  en  la  pendiente  de  las  cordilleras  orienta- 
les, y  la  permanencia  en  tales  soledades  de  Sayri  Tupac  y  del  Inca 
Tupac-Amaru,  dejaron  recuerdos,  vivos  todavía.  Creíase  que  al- 
gunos descendientes  déla  dinastía  destronada  se  habían  establecido 
entre  las  orillas, del  Apurimacy  del  Beni  ó  acaso  más  hacia  el  Este, 
en  la  Guayana.» — Humboldt,  Cuadros  de  la  Naturaleza^  Lib.  Vil, 
Cap.   I,    Pág.  569.— Mairid,  1876. 


(12)  ^'  Compte  fendu  duCo7igres  Intemational  des  Americayiistes 
— 2e  sessiotí — Luxembourg,  1877. — En  el  tomo II,  página  75  comien- 
za y  sigue  hasta  la  página  157,  el  extenso  trabajo  de  Mr.  V.  Henry, 
titulado  Le  Quichua  esi-il  unelangue  aryenne?  Exameii  critique  du 
livre  de  V.  F.  López  ^^Les  taces  aryennes  du  Pérou.y^  El  autor  combate 
todas  las  conclusiones  de  López.  Hay  que  observar  que  M.  Henry 
»  es  uno  de  los  más  renombrados  sabios  de  Europa.  La  teoría 
de  López  quedó  destruida  desde  este  trabajo  de  Henry.  Aunque 
los  que  no  conocemos  sánscrito  ni  quechua   nada  podemos  afirmar 


1 50  TAVERA-ACOSTA 

Consecuente  con  sus  ideas  el  señor  doctor^Arcaya, 
publica  posteriormente  en  un  estudio  titulado  Voces  In- 
dígenas, (13)  lo  siguiente: 

*'  De  paso  advertiremos  que  el  Dr.  Rojas  siguiendo 
las  elucubraciones  de  D.  Vicente  Fidel  López  confundía 
las  palabras  tupís  y  caribes  que  dejamos  examinadas 
(  Paragoa,  Par  agua,  ParaJiMo)  pretendiendo,  por  ejem- 
plo, que  el  caribe /íir<7/^7/<^  (mar)  y  el  nombre  del  río 
Paraguay  se  derivasen  de  la  radical  guaraní  Para  (mar) 
conexionando  esta  radical  con  la  voz  quechua  para,  que 
quiere  decir  lluvia  y  trayéndola  de  la  palabra  sánscrita 
purua  ó  puruva.  La  lingüística  contemporánea  no  ad- 
mite ese  imaginario  parentesco  de  idiomas  tan  remotos." 

El  doctor  Rojas,  en  la  página  1 14  y  siguientes  de 
sus  Eshidtos  Indígenas,   dice  : 

"  De  todas  las  radicales  del  agua,  en  los  pueblos 
antiguos  de  la  América  del  Sur,  la  que  ha  abrazado  una 
zona  geográfica  más  extensa  y  ha  impreso  su  sello  so- 
bre las  grandes  regiones  acuáticas  del  Continente,  es  la 
radical  quechua-guaraní  Para," 

"Para,  en  lengua  quechua  equivale  á  lluvia  y  en 
un  sentido  más  general  á  ao^ua  y  por  lo  tanto,  á  mar, 
gran  río,  gra7i  lago,  etc." 


por  nuestros  estudios  propios,  sí  po  lemos  decir  que  la  teoría  de  Ló- 
pez está  conceptuada  como  un  error  por  los  sabios  especialistas  en 
estas  materias,  cuya  autoridad  debemos  respetar.  En  este  sentido 
he  dicho  que  Aristides  Rojas,  al  adoptar  corno  verdaderas  las  con- 
clusiones de  López  sufiió  una  grave  equivocación,  porque  esas  teo 
rías  han  pasado  á  unirse  con  las  que  asentaban  que  el  quechua  y 
otros  idiomas  americanos  procedían  del  hebreo  ;  errores  todos  dese- 
chados por  la  ciencia,  mediante  el  estudio  comparativo  de  las  for- 
mas gramaticales  de  los  idiomas  respectivos." — (Carta  del  Dr.  Ar- 
caya,   de  26  de  febrero   de   1906.  ) 


(13)  Mes  Litcfajío,    núm.   2  Revista  peiiódica  de  Coro   (Vene- 
zuela) de  30  de  noviembre  de  1906. 


EN    EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS 


151 


"  En  la  lengua  guaraní,  la  radical  Para,  no  equi- 
vale á  lixivia,  como  en  el  idioma  quechua,  sino  á  ma?\" 

"Refiere  García  (  Origen  de  los  Indios^  que  Para, 
como  radical  de  lluvia,  agua,  etc.,  se  deriva  de  la  voz 
hebrea /'í^^i,  que  significa  fertilizar.  Las  elucubra- 
ciones modernas  dan  á  este  vocablo  una  acepción  más 
elevada.  Su  estudio  nos  resuelve,  no  sólo  el  problema 
de  la  emigración  del  pueblo  caribe,  de  Sur  á  Norte,  sino 
también  los  orígenes  de  las  poblaciones  primitivas,  en 
las  regiones  occidentales  de  América." 

Bien  puede  ser  como  lo  asienta  el  doctor  Arcaya  ; 
pero  la  \oz  Sínscrita  púrua,  (  lluvia  y  por  extensión 
agua )  tiene  sus  evidentes  analogías  en  algunas  pala- 
bras de  los  lenguajes  hablados  no  sólo  entre  los  mora- 
dores del  Perú  y  de  Bolivia,  sino  también  entre  los  del 
Paraguay  (  Paráua-í  )  del  Brasil  (  Parásili  )  y  de  Ve- 
nezuela, es  decir,  entre  casi  todos  los  antiguos  habitan- 
tes   del    continente  sur-americano. 


En  efecto,  véanse 


Sánscrito 

púrua 

lluvia 

Quichua 

para 

lluvia 

Aymara 

para  i 

llover 

Uaraní 

para 

el  mar 

Caribe 

paráana 

mar,  agua  grande 

Tamanaco 

paráua 

el  mar 

Cumanagoto 

paráua 

el  mar 

Macusi 

para 

río 

Tupí 

parana 

río 

Cocaima 

parana 

río 

Omáua 

parana 

río, 

conexionadas  todas  en  una  misma  significación  :   AGUA. 

Julio  Gaicano,  al  hablar  de  la    probabilidad    de  ha- 
ber existido  en  Venezuela  tribus  de  la  Oceaní?^    dice  : 

"Así,   para  (del  s3inscúto  pala)    significa  grande, 
y  par  a-par  a,  menos  grande  ó  pequeño.     Corrobora    es- 


i;2 


TAVERA-ACOSTA 


tas  observaciones  que  la  voz  para  en  el  sentido  de  por- 
ción la  tiene  el  cumanagoto  lo  mismo  que  otros  ^/dialec- 
tos indígenas  de  Venezuela,  bien  que  algunos  de  estos 
le  da  significación  muy  diversa.  Parahíia  llaman  los 
oumanagotos  al  mar,  y  parahua  los  indios  de  Guayana  á 
uno  de  nuestros  ríos  más  hermosos  ;  y  en  una  y  otra 
voz  se  ve  claramente  el  significado  de  ''porción  de 
agua  "  ó  "río  grande."  De  notar  es  que  hawa,  es  voz 
malaya  originaria  del  árabe,  y  que  significa  atmósfera, 
aire,  viento,  clima,  aliento;  así  como  que  el  árabe  tiene 
el  vocablo  wad,  río  ;  y  las  analogías  del  malayo  con  el 
árabe  y  el  hebreo,  á  pesar  de  ser  un  dialecto  del  sáns- 
crito, han  sido  demostradas  por  Robinson  y  Favre." 
(  El  Castellano  en    Venezuelay  pág.  407  ) 

En  el  párrafo  transcrito,  aún  cuando  Gaicano  no  le 
da  á  la  voz  para  el  mismo  significado,  sí  expresa  resuel- 
tamente su  pura  filiación  aryana. 

Aparte  de  las  radicales  que  traemos  en  la  página 
21,  ( Primera  Parte)  comparadas  del  lenguaje  de  los 
indios  del  Indostán,  derivado  del  Sánscrito,  con  las  de 
algunos  vocablos  de  los  dialectos  de  las  regiones  del 
Territorio  Amazonas,  de  Venezuela,  extracto  de  la 
obra  El  Oculto,  del  doctor  Girgois,  las  siguientes  voces 
sánscritas  con  sus  equivalentes  en  el  idioma  Que- 
chua :   (14) 

Quechua  : 

ayar  jefe 

anchi  llorar,   sufrir 

kakamuni  (15)  yo  como 

kata  cubrir 


Sánscrito  . 

• 

Ajar 

jefe 

ang' 

penar 

c'am 

comer 

c'ad 

cubrir 

(14)  Qiietche,  en  dialecto  Carúzana  del  Rionegro,  quiere  decir 
"heimano;"  en  Cumanagoto,  "siempre verde;  "  y  en  lenguaje 
del  Indostán  significa  *'  tierno,"  que  no  está  en  sazón,  envolviendo 
todos  así  como  una  idea  de  juventud   ó  de  ternura. 


(15)  Caca^   en  Baniba  quiere  decir  «'casabe"  ó  "comida." 

Notas  del  Auto? 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


153 


c'al 

mojar 

kal-luni  (16) 

derramar  agua 

gacc'a 

árbol 

hacha 

árbol 

gam              » 

ir 

hamu 

ir 

P^^. 

buey 

ku 

cuadrúpedo 

JUJ 

unir 

juk 

unir 

j'ang'a 

pierna 

chanka 

pierna 

kama 

amor 

kamaui 

gozo 

kak' 

reir 

kacuani 

yo  río 

koj' 

feliz 

kacuni 

soy  feliz 

karu 

soldado 

k'  kari 

guerrero 

kara 

accción   gue- 

rrera 

k'  karu 

saqueo 

k'at 

andar 

katini 

yo  sigo 

kut 

moler 

kutani 

yo  muelo 

na 

canto,  hablo 

ni 

hablar 

nakk 

matar 

naca 

matar 

nak'a 

uña 

naccha 

uña 

pañi 

mano 

pana 

mano 

pant 

andar 

pantani 

yo  ando 

puc 

cocer 

puki 

cocido 

ri 

ir 

ri 

ir 

sira 

culebra 

sira-sira  (17) 

reptil 

si  ka 

rayo  de  luz 

siki 

rayo  de  luz 

sing' 

oler 

sinka 

nariz 

su  ka 

altura,  cresta 

sukuma 

cresta,  emi- 
nencia 

silí. 

aguja 

sira 

aguja,  coser 

tata 

padre 

taita   (18) 

padre 

tap 

arder 

tapa 

esplendor 

topa 

luz,  sol 

tupa  (19) 

luz  del  sol 

tutt 

obscurecer 

tuta 

noche 

tup 

golpear,  despe- 

dazar 

Quechua,  es  "agí 

tupani  (20) 

ua"  y  asimismo  ( 

yo  rompo 

(16)    Uni,  en 

3n  todos  los  dialec 

tos  del  Rioneg: 

ro  venezolano. 

(17)  Sha  en  Mandauaca,  es  "oso,"  y    caca-sita^  "oso"  ó  "ani- 
mal que  es  bueno  de  comer." 

(18)  Taintmiit^   eu  Yabitero,   quiere    decir    "hijo."    En  Caribe 
tata   es    "  madre." 


(19)  Topa  ó  Tupa,  Tupac  ó  Tapac,  "luz  del  sol"  ó  "brillante 
hijo  de  la  luz  del  sol."  Tupáfacqite,  en  lenguaje  Caribe  significa 
Jefe.  Tupa  Qn  Uaraní  y  en  Chiquito,  es  "Dios";  en  Tupí  y  en 
Ticuna  se    dice    Tápana. 

( 20  )   Titppia,  en  Baniba,  es  "  gota,  "  partícula  de  agua. 

Notas  del  Autor. 


I  54  TAV  ERA- A  COSTA 

Todos  los  vocablos  qae  se  acaban  de  leer  evidencian 
que  una  misma  radical  les  corresponde  ;  y  '*  r^ps  parece 
lícito  admitir,  dice  el  autor,  que  una  lengua  cuyas  raices 
testifican  el  origen  ariano,  alejada  de  sus  hermanas 
asiáticas  y  europeas,  confinada  durante  siglos  en  el  co- 
razón de  la  América  Meridional,  que  se  quedó  en  el 
período  transitorio  aglutinante  y  como  cristalizada,  por 
causa  eficiente  de  un  progreso  de  concentración  política 
y  religiosa,  y  con  un  fondo  completamente  ariano,  há- 
llese con  accidentes  gramaticales  que  suelen  encontrar- 
se solamente  en  las  lenguas  turánias. "  (21) 

No  son,  pues,  únicamente  el  doctor  López  y  el 
doctor  Rojas  los  que  opinan  por  que  el  Quechua  es  una 
lengua  Ariana.  Son  también  el  doctor  Patrón  y  el 
doctor  Girgois. 

Patrón,  en  una  de  sus  memorias  leída  en  el  Con- 
greso Científico  del  Uruguay,  demuestra  la  íntima  re- 
lación que  existe  entre  la  civilización  y  lenguas  de  al- 
gunas naciones  sur  americanas  con  las  de  los  antiguos 
pobladores  del  Asia,  lleí^ando  á  probar  que  aquellas  co- 
nocían la  escritura  cuneiforme  de  éstos.   (22) 

Y  Girgois  afirma  :  "Tenemos  ala  vista  un  Dic- 
cionario quichua,  con  sus  equivalentes  y  radicales  sáns- 
critos ;  resulta  de  su  examen  prolijo  que  más  del  ochen- 
ta por  ciento  de  las  palabras  quichuas,  considerándolas 
tanto  com.o  palabras  completas,  como  radicales,  tienen 
un  origen  ariano.  .  .  . 


(21)  El  Oculto,    página  42,    edición  de  Barcelona,  E^p  ,  1901 


( 22  )  Creemos  pertinente  recordar  aquí  la  piedra  del  Sarare, 
escrita  con  caracteres  cLiiieiforraes,  análogos  á  los  de  los  asirios, 
cuyo  diseño  ha  publica  lo  el  señor  Carrascosa  en  el  número  4215 
de  La  Religión  y  reproducido  luego  en  el  número  26  de  El  Fo- 
mento Nacional,  perióüco-;  de  la  Capital  de  la  República,  y  la  pie- 
dra escrita  con  caracteres  fenicios,  encontrada  en  el  Brasil,  en  1873, 
y  de  que  habla  el  referido  Dr.  Rojas  en  las  páginas  21  y  22  de  sus 
Estudios  Indíge?ias.^ Notas  del  Auto}. 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS  155 


Y  después  de  comprobar  con  multiplicados  ejemplos 
gramaticales,    la  exactitud  de  su    postulado,    concluye  : 

"Creemos  con  el  corto  estudio  anterior,  haber 
probado  que  la  lengua  quichua  es  ariana,  pero  ariana 
en  el  período  aglutinante,  punto  sumamente  importante 
que  notar,  pues  la  alta  antigüedad  de  esta  lengua,  sin 
duda  alguna  de  más  mil  siglos,  siguiendo  la  cronología 
Hindú,  época  probable  de  la  existencia  de  tierras  entre 
el  continente  americano  y  el  viejo  mundo. 

''PerÚQW  sánscrito  quiere  decir  ''Oriente."  De 
las  Indias  c  de  las  altas  planicies  del  Asia,  para  mar- 
char hacia  el  oriente  hay  que  atravesar  la  parte  del 
globo  terrestre  que  se  llama  en  la  actualidad  Oceanía. 
Por  su  conformación  representa  muy  bien  un  continente 
que  se  sumerjió  ;  las  islas  actuales  fueron  sin  duda  al 
guna  las  montarías  y  cadenas  de  montañas  ;  opinión 
que  no  tiene  nada  de  inverosímil,  conociendo  los  sonda- 
jes  que  se  han  practicado  en  esta  parte  del  Océano, 
donde  la  sonda  indica  profundidades    extraordinarias. 

"  Es  lícito  suponer  que  aquel  continente  sur,  la 
Atlántida,  ó  quizás  remontando  más  siglos,  la  Lemuria, 
hubiera  sido  habitada  por  razas  arianas  madres,  en  una 
época  en  que  la  lengua  se  hallaba  solamente  en  estado 
aglutinante.  ..."  de  donde  es  lícito  inferir  también  que 
"el  quichua  es  una  lengua  ariana,  separada  del  tronco 
principal  "  en  momentos  en  que  se  verificara  aquella  es- 
pantosa convulsión  geológica,  tanto  más  cuanto  que, 
según  Girgois,  más  del  ochenta  por  ciento  de  sus  voces 
tienen  un  origen  ariano.    (  23  ) 

Para  ensanchar  un  tanto  la  expuesta  teoría  en  lo 
tocante  al  parecido  de  razas,  lenguas,  escritura,  civi- 
lización, etc.  de  los  precolombianos  de  América  con  los 
moradores  del  hemisferio  oriental,  permítasenos  copiar 
del  capítulo  XIX  de  nuestro  hbro    Rionegro   algunos  pá- 


(23)  Véase  al  final  de  esta  Tercera  Parte  un   vocabulario   de   la 
lengua  Quichua. 


i::6  TAVERA-ACOSTA 


rrafos  que  quizas  puedan  servir  para  robustecer-  lo  que 
hemos  dicho  en  la  Primera  Parte,  sobre  solidaridad 
de  aquéllos. 

Léanse  : 

Otra  particularidad  que  caracteriza  á  los  ríos  de 
aguas  negras  y  rojas,  es  la  casi  ausencia  de  mosquitos 
y  zancudos,  eficaces  propagadores  del  paludismo  y  de 
otras  enfermedades.  ¿  Será  que  aquellas  plantas  (  se 
viene  hablando  de  las  que  existen  en  sus  orillas)  con- 
tienen sustancias  insecticidas  ?  ¿  Será  que  hay  otras, 
sembradas  expresamente  á  las  márgenes,  como  lo  ha- 
cían en  épocas  lejanas  los  habitantes  del  antiguo  Egip- 
to, para  sanear  las  zonas  pantanosas  y  purificar  el 
ambiente  ? 

No  se  puede  asegurar,  aún  cuando  se  tomen  en 
cuenta  las  evidentes  analogías  que  guardan  entre  sí  los 
primitivos  egipcios  con  los  ignotos  habitantes  de  la 
región  intertropical  americana.  Son  tantas  las  analo- 
gías á  que  nos  referimos,  que  hacen  pensar  seriamente 
por  lo  que  atañe  á  nuestra  Patria,  que  hubo  en  tiempos 
muy  remotos  una  civilización  material  superior  á  la  que 
encontraron  los  castellanos  de  la  Conquista.  En  corro- 
boración de  esto,  se  ven  por  donde  quiera  muchas  cu- 
riosidades y  obras  de  arte,  que  aparecen  hechas  unas 
por  la  mano  de  la  naturaleza  y  otras  no,  y  que  bien 
pudieran  haberlo  sido  todas  por  la  del  hombre  de  aque- 
lla misteriosa  época. 

Y   cabe   aquí  recordar  las  siguientes  : 

la  gigantesca  cueva  del  Guácharo,  cerca  de  Caripe, 
que  acaso  fué  un  templo  de  los  aborígenes  ;  (  24  ) 


(24)  "La  gruta  de  Caripe  conserva  la  misma  dirección,  la 
misma  anchura  y  su  altura  piimitiva  de  sesenta  ó  setenta  pies, 
hasta  una  distancia  exactamente  medida  de  1458  pies  :  no  he  visto 
jamás  en  loi  dos  continentes  ninguna  caverna  de  estructura  tan 
uniforme  y  regular.  Teníamos  mucho  trabajo  en  persuadir  á  los 
indios  que  pasasen  la  parte  anterior  de  la  grata,  la  úaica  que  ellos 
frecuentan  anualmente  ;  y  fue  necesaria  toda  la  autoridad  de  los 
Padres  para  hacerles  avanzar  hasta  el  paraje,  donde  el  suelo  se 
levanta  repentinamente  con  una  inclinación  de  60°,  y  di^nde  el  te- 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  I57 

la  hermosa  calzada  de  cuatro  metros  de  elevación 
sobre  el  plano  de  las  sabanas  que  median  entre  Bari- 
nas  y  Canáua,  y  que  mide  25    kilómetros  de  largo  ; 

la  del  camino  entre  el  Sipapo  y  el  Bentuari,  cuyos 
trozos  aún  se   ven    de   6    á   8   metros   de  ancho  ; 

el  circo  irregular  de  enormes  piedras  superpuestas 
que  existen  en  las  selvas  de  Beticó,  donde  empiezan  las 
estribaciones  del  cerro,  á  25  kilómetros  de  Trujillo  ; 

los  cerros  labrados  en  forma  de  escalinatas,  para 
cultivar  las  tierras,  que  aún  se  ven  en  Aricáua  ; 

los  grandes  geroglíficos  pintados  ú.  más  de  150  pies 
sobre  el  plano  de  las  campiñas  donde  se  alzan  los>:ce^ 
rros  de  Atures,  Maipures,    Pirare-ame,  etc.  etc  ;      •■  "  "'/ 

las  grutas  de  Sanrejis,  llamadas  vulgarmente  San- 
rey,  y  de  Caripo,  en  cuyas  graníticas  ábsides  y  paredes 
se   observan  grabados  astros  y  símbolos  curiosos  ; 

las  grandes  trompetas  de  barro  cocido  de  los  indí- 
genas del  Rionegro  y  de  otros  puntos  del  país  ;   (25) 

las  cuevas  de  Los  Aposentos,  Niquitao,  Peña  Co:-; 
lorada,  Culebrina  y  Cordoncigal,  en  Trujillo  ;  las  "de 
los  Morros  y  Casa  do  Piedra,  en  Aragua  ;  M-acaira,  en 
Altagracia  de  Orituco  ;  Peñón,  en  Ocumare  ;  las  de 
Barrauán,  Atures,  Ipaibot,  Maipures  y  Cerro  de  mo- 
nos, las  del  Sipapo,    las  de  Sarare,  Aguas-blancas,  etc  ;i 

los  formidables  diques  de  cuadradas  rocas  vertical- 
mente  colocadas,  unas  sobre  otras,  con  inteligente  si- 
metría, como  para  contener  ó  desviar  la  corriente,  en  ^1' 
sitio  denominado  "  La  Estrechura,"  en  el  río  Uabiare,^ 
y  en  Candelaria,  cerca  de  Ciudad  Bolívar,  á  más  de 
de  1200  kilómetros  distante  uno  de  otro  ;  ' 

el  paredón  de  Tiznados  ; 

la  gruta  de  Arimáua  con  su  mesa  y  asientos  circula'-' 
res,  de  piedra,  á  orillas  del  Caroni  ; 


rreno  forma  una  pequeña  casca  la  subterránea,    pues  los    indígenas 
creen  que  en  el  centro  de  la  cueva  descansan  las  altnas  de  sus  ante- 
pasados."— Humboldt,     Viaje  d  las  regiones  equinocciales ^\j\\i,   II, 
'Cap.  VII,  tomo  II. 

(25)  La  trompeta  era   indispensable   en  las  grañ'ie^  "Ófqíiestaá 
del  KgiptOj—  Nota    del  Autor.  '"^"  ^-  '    '  - 


158  TAVERA-ACOSTA 

las  curiosidades  de  sílex  halladas  en  1902  en  el 
caño  Beripa-moni  (en  ei  Casiquiare );  en  1903  en  el 
Cunucunuma,  y  en  1904  en  la  confluencia  del  Mataban, 
de  las  cuales  aún  conservamos  varios  phallos  (26)  y 
algunas  hachas  de  piedra    pulimentadas  ; 

la  piedra  del  Sarare  cubierta  de  caracteres  cunei- 
formes semejantes  á  los  de  la  escritura  asiria  y  cuyo 
diseño  publicó  el  señor  Carrascosa,  de  Yaritáua  ; 

y,  finalmente,  la  multitud  de  rocas  grabadas  (es- 
critura pictórica  )  que  se  miran  en  Tocoma,  Arimáua, 
Candelaria,  Boca  del  Infierno,  Las  Clavellinas,  Mapa, 
Campanero,  Sedeño,  Caicara,  Cabruta,  Encaramada, 
Aima,  Mocupia,  Buría,  Cuara,  Padilla,  Uaca,  Uruana, 
Paruaza,  Tigre,  Maipures,  Paloma,  Sipapo,  Bentuari, 
Camizón,  Raya,  Matabén,  Apanabén,  Cariche,  Merey, 
Palmana,  Caripo,  Culimacare,  etc.  etc.,  que  testifican 
con  sus  figuras  el  trabajo  de  los  hombres,  ejecutado 
en  una  época  que  nadie  hasta  hoy  ha  podido  pre- 
cisar, y  de  las  cuales  poseemos  la  más  hermosa  co- 
lección que  se  conoce,  correspondientes  al  territorio 
de    Guayana 

En  vista,  pues,  de  todo  lo  expuesto,  no  tendría 
por  qué  producir  extrañeza  la  idea  apuntada  de  si  los 
antiguos  aborígenes  pudieron  haber  sembrado  á  orillas 
de  los  ríos  plantas  insecticidas,  con  el  fin  de  sanear  las 
localidades  habitadas  por  ellos,  como  lo  hacían  los 
hijos  del  Egipto. 

En  las  páginas  subsiguientes  reproducimos  algunos 
de  los  expresados  geroglíficos  copiados  por  nosotros  de 
sus  respectivos  originales. 


(  26  )  Debe  recordarse  que  el  Phallos  era  adorado   entre   los   an- 
tiguos egipcios  como  una  divinidad. — Nota   del  Auior.   , 


M|||l%|l^ '-mi%(^  "m%^  "i^ifl^  -n(|^l|||(^-iSi^(li^  "<i|¡^l<^  "i[|l^ill^  ■M|(^i(^  "iill^ill^  '",;A|¡i^  Müi^iiit^  "iij^l^ll»  ^\f^f>-  'iif^Jh  'Hiftiií^ 


CAPITULO  IIT 


Petroglifos  de  Guayana — Su  antigüedad  precolombiana — Sus  pri- 
meros descubridores — Opiniones  de  Humboldt  y  de  Schom- 
burk — I^a  Atlántida — Creencias  y  tradiciones  de  los  indios 
del  Orinoco— Araali vaca  ó  Aniiri-uaca — Interpretaciones  de 
esta  palabra  en  Quichua  y  en  Indostano — Cuestionario — 
Símbolos  antiguos— Interpretación  de  algunos  geroglifos  de 
Guayana — Creación  de  la  Tierra,  su  inmersión  y  su  repobla- 
ción— Analogías  oojíinogóaicas,  teogónicasy  etnológicas. 
(^Continuación^ 


Lamentamos  no  tener  mayor  cantidad  de  mate- 
rial á  la  mano  para  continuar  estudiando  el  asunto 
"  Quichua  lengua  Aryana  aglutinante,"  y  seguir  así 
departiendo  con  tan  ilustrado  amigo.  Bien  puede  suce- 
der que  estén  equivocados  en  sus  afirmaciones  López, 
Rojas,  Girgois  y  Patrón,  pues  el  error  es  patrimonio  de 
la  inteligencia  humana. 

Mas  sea  como  fuere,  y  entrando  en  otro  orden  de 
consideraciones,  tendientes,  puede  decirse,  al  mismo 
fin  de  solidaridad,  permítasenos  involucrar  á  continua- 
ción, tomados  de  nuestro  citado  libro  Rionegro,  los  si- 
guientes párrafos  : 

Es  prodigiosa  la  cantidad  de  cerros  pintados  y  de 
rocas  grabadas  que  hay  en  el  inmenso  espacio  com- 
prendido entre  el  Delta  del  Orinoco  y  bocas  del  Esse- 
quibo  y  las  márgenes  del  üainía  ó  Rionegro,  siendo  de 
advertirse  que  todos  los  grabados  como  que  guardan  en- 
tre sí  grandes  analogías. 


1 6o  TAVER  A- AGOSTA 

Las  primeras  noticias  que  se  dieron  de  las  del 
Orinoco,  las  divulgaron  los  frailes  jesuítas  que  en  1671 
llegaron  hasta  la  confluencia  del  Sinaruco,  el  mismo 
Sinare-occo  de  los  indígenas.  A  este  particular  dice  el 
Rvdo.  Juan  Rivero  en  su  Historia  de  las  Misiones  del 
Casanare,  Orinoco  y  nieta,  en  1729-35,  que  encontra- 
ron "peñascos  muy  alto  en  los  cuales  había  unas  figu- 
ras esculpidas  en  las  mismas  peñas  con  tal  arte  y  dis- 
posición, que  no  es  posible  haberse  formado  en  ellas 
las  tales  imágenes  ó  ídolos  sino  por  arte  del  demonio, 
porque  si  atendemos  á  la  altura  y  á  lo  inaccesible  de  las 
peñas,  no  era  posible  haber  hallado  arbitrio  los  hombres 
para  subir  á  ellas,  así  por  la  mucha  altura  como  por  lo 
tajado  del  risco."     (  Cap.  VI,    Lib.   IV.) 

El  buen  fraile  se  refería  á  las  que  están  situadas  en 
los  cerros  graníticos  de  Tigre  y  de  Paruaza,  pocos  ki- 
lómetros abajo  de  la  conjunción  del  río  Meta  con  el 
Orinoco. 

En  1739  encontró  el  cirujano  alemán  Hortsmann 
en  el  Rupununi,  algunos  petroglíficos  ;  Humboldt,  en 
1800,  habla  de  los  del  Orinoco  y  Casiquiare  (27)  ;  Ro- 
bert  Hermann  Schombargk,  en  1839,  halló  otros  en  Ins 
regiones  del  Essequibo,  Coren tin  y  Coyouini  (28)  ;  Co- 
dazi,  en  1840,  hace  referencia  á  ios  del  Orinoco  (29)  ; 
Joaquín  Acosta,  encontró  muchos  en  el  lago  de  Fii 
quene  (30)  ;  Chafifanjon,  en  1886.  menciona  los  del 
cerro  de  Atures  (31):  y  Marcano,  en  1887,  copió  al- 
gunos de  los  colocados  desde  Caicara  para  abajo.    (32) 


(27)    Viaje  d  las  regiones  equinocciales  del  Nuevo   Continente. 


(28)  Reisen  Í7i    Guiana  und  avi   Orinoko. 


(29)  Resumen  de  la  Geografía  de  Venezuela. 


(jo)  Compendio  Histórico  del  descubrimiento  de  la  Nueva  Granada. 


(ji)  D  Orénoque    et   le    Caura. 

(32)  Éthnographie  precolombienjie   de   Venezuela. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  l6l 


En  la  página  195  de  Ciíadros  de  la  Naturaleza,  dice 
Humb^ldt  :  "  Las  figuras  simbólicas  que  Roberto 
Schomburgk  halló  en  la  cuenca  del  Essequibo,  cerca  de 
los  rápidos  de  Waraputa,  se  parecen,  dice  él,  á  los  que 
existen  en  la  isla  de  St.  John  y  cuyo  origen  caribe  es 
innegable.  Sin  poner  en  duda  la  exactitud  de  tal 
afirmación,  no  puedo  creer,  sin  embargo,  á  pesar  de  la 
vasta  extensión  de  las  comarcas  por  donde  se  expar- 
cieron  los  caribes  y  del  antiguo  poder  de  esta  bella  raza, 
que  la  zona  inmensa  de  rocas  esculpidas  que  atraviesa 
de  Oeste  á  Este  gran  i")arte  de  la  América  Meridional,, 
pueda  ser  obra  de  los  caribes.  Más  bien  ha  de  verse 
en  estas  la  huella  de  una.  civilización  que  se  remonta 
á  una  época  en  que  no  se  conocían  aún  ni  los  nombres 
ni  el  parentesco  de  las  razas  que  distinguimos  hoy." 
El  mismo  Schomburgk  califica  esos  grabados  como  de 
"monumentos  respetables  de  la  civilización  y  supe- 
rioridad "  de  las  tribus  antepasadas.    (33) 

Los  indios  Banibas  del  Rionegro  llaman  esas  rocas 
grabadas  ippa-ianata,  es  decir,  piedras  escritas  :  de 
ippa,    piedra,    y  ianata,  escritura.    (34) 

I  Cuántos  años  han  transcurrido  desde  que  fueron 
pintados  esos  cerros  y  trabajadas  aquellas  rocas  ?  ¿  Cinco, 
veinte,   cuarenta   siglos  ?     ¿  Quién    lo  sabe  ? 

¿Fueron  esculpidas  las  figuras  de  las  rocas  primero, 
ó  fueron  antes  pintadas  las  de  los  cerros  ?  Misterio  ! 
Se  abisma  el  humano  pensamiento  y  no  puede  en  ma- 
nera alguna  responder  en  nuestros  días.   (35) 


(33)    Aristides    Rojas  opina   con   Schomburgk.— £'j/^/í//í7í   Li- 
dígeiías,  página  13. 


(34)  Humboldt  dice  que  los  tamanacos   las   denominan    tepame- 
7 eme.     Obra  citada,  página  361,  tomo  III.  * 


(35)  El  señor  doctor  Elias  Toro,  en  la  página  89  de  su  intere- 
sante» obra  Pí?  a /¿íí  í^/z'^í  de  Guayana,  dice  que  "  del  arle  preco- 
lombiano  en  Venezuela  sólo  existió  la  alfarería."  Pensar  os  que 
todü><  estos  grabados  en  las  rocas  y  todas  esas  pinturas  hechas  en 
los  cerros,  rectifican  tal  aserción. — Notas  del  Autor., 

En  el  Sur— Dialectos  Indígenas,  11. 


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EN    EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS  1 63 


¿Qué  habrán  querido  derhostrar  los  indígenas  con 
esas  ii>jágenes  ?  '  . 

¿Habrán  querido  señalar  alguna  época  para  recor- 
darla á  las  generaciones  que  les  sucedieran  ? 

¿Serán  simples  ensayos  caprichosos  de  artistas  in- 
cipientes ? 

¿Serán  caracteres  que  traduzcan  algo,  á  manera  de 
los  geroglífieos  del  Egipto  ? 

¿Querrían  ellos  señalar  asilas  distintas  jurisdiccio- 
nes de  mando  ? 

¿  Dirán  alguna  relación  con  el  común  origen  de  las 
razas  polinesia    y  americana  ? 

¿Serán  vestigios  de  una  civilización  que  se  pierde 
en   la    noche    de    los  tiempos  ? 

¿Simbolizarán   ellos    asuntos     histéricos    ó   religio- 


sos ? 


No  lo  sabemos  ;  pero  debemos  recordar  que  aún 
quedan  muchos  testimonios  de  la  civilización  de  los 
aztecas,  de  los  peruanos  y  de  los  chibchas.  ¿Cual  de 
ellas  fue  la  poderosa  y  adelantada  raza  artífice  de  los 
petrogHfos  venezolanos  ? 

Refiriéndose  Codazzi  á  las  piedras  pintadas  de 
Pandi,  Saboyá,  Facatativá,  Aipe,  Gámeza,  etc.  en  Co- 
lombia, dice:  "Conocían  también  la  escritura  geroglífica, 
destinándola  á  formar  sus  anales  históricos  y  tenían 
nociones  harto  exactas  de  astronomía  con  relación  al 
año  solar  y  al  advenimiento  de  las  aguas.  De  ellos  nos 
quedan  testimonios  incontestables  en  el  calendario  es- 
culpido en  piedra,  satisfactoriamente  explicado  por  el 
erudito  Duquesne,  y  en  los  monumentos  que  han  po- 
dido resistir  á  la  acción  destructora  del  tiempo  y  de 
las  manos  ignorantes." (36) 

Al  contemplar  nosotros  estos  grabados  y  -  todos  los 
demás  á  que  hemos  hecho  referencia,  nos  ha  \^enido 
constantemente  á  la  memoria  el  recuerdo  de  Ja  miste- 
riosa Atlántida,  de  que  habla  Platón,  sumergida  en  las 
aguas  del  Océano,  la  cual  según\s.us  '*  DiáTpgdé,','   fue  la 


(36)  Antigüedades  Indíge7ias,   por  A.  Codazzi,  Bogotá,  1857. 


Maipures.—  Geroglifo  pintado,  no  grabado,  en  el  cerro 
de  la  Luna.  Humboldt,  que  no  vio  estas  figuras,  supu- 
so en  su.obra  Cuadros  de  la  Naturaleza,  que  las  formaba 
un  nudo  de  cuarzo  de  aquella  masa  granítica.  Kl 
circulo  exterior  mide  dos  metros  de  diámetro  y  está  co- 
locado a  más  de  150  pies  de  altura. 


EN    EL      SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS  l6 


patria  de  los  seres    que    precedieron    á    la    actual    raza 
humana.      (37) 

Parece  que  aquella  isla  ocupaba  no  sólo  gran  parte 
de  lo  que  es  hoy  Océano  Atlántico,  sino  que  también 
llegaban  sus  tierras  hasta  el  mar  de  las  Indias  Orienta- 
les ;  era  superior  en  civilización  material  y  fue  sumer- 
gida en  varias  secciones  en  el  transcurso  de  millones 
de  años.  La  catástrofe  de  Poseidones,  que  fue  la  úl- 
tima porción  desaparecida,  se  remonta  hoy  á  once  mil 
cuatrocientos  setenta  años  !  Más  de  sés'enta.  millones 
de  habitantes  perecieron  en  los  diversos  hundimientos 
de  la  Atlántida  ;  pero  con  todo,  más    tarde   se   hallaron 


(37)  El  hundimiento  reciente  de  algunas  islas  en  el  Pacífico,  en 
el  mar  de  las  Antillas  y  en  el  Océano  índico  pueden  confirmar  esta 
teoría.  En  efecto,  tras  los  terremotos  del  Valparaiso,  Calabria, 
el  Japón  y  Sanfrancisco  de  California,  se  hundieron  islas  en  el  mar 
del  Sur,  á  mediados  de  1906,  y  ahora,  en  enero  de  1907,  tras  los 
terremotos  de  Arica,  Turquestán,  Jamaica  y  Sumatra,  se  acaban 
de  hundir  partes  de  estas  dos  últimas  islas. 

Y  aquí  es  de  trascribir  lo  que  dice  el  Rvdo.  Antonio  Rafael 
Mercuriali,  en  su  obra  Revohcciones  próximas  del  globo  terrestre^ 
publicada  en  Bolonia  (Italia)  en  1750.  Refiriéndose  á  la  Amé- 
rica asienta  :  "La  cadena  de  montañas  que  atraviesa  el  Mediodía 
déla  América  Setemptrional,  la  América  Central  y  del  Oeste  al 
Este  de  la  América  Meridional  puede  ser  justamente  llamada  la  es- 
pina dorsal  del  Nuevo  Mundo.  Está  situada  en  el  centro  del 
Universo  y  recibe  las  impresiones  del  fuego  subterráneo,  que  es 
empujado  sin  cesar  de  las  extremidades  al  corazón  y  á  la  super- 
ficie de  nuestro  planeta.  Al  fin  del  siglo  (  XIX  )  que  vendrá  des- 
pués del  nuestro,  y  durante  el  primer  tercio  á  lo  menos  del  (XX) 
que  le  sucederá,  esta  espina  dorsal,  este  lomo  del  mundo,  será 
violentamente  levantado  con  las  regiones  de  valles  y  llanuras  que 
lo  rodean  y  otras  aún  más  lejanas.  Varias  de  las  islas  Antillas, 
que  no  son  sino  puntos  culminantes  de  las  partes  sumergidas  de 
la  cadena  de  los  Andes  y  de  los  Montes  Rocayosos,  sufrirán  mu- 
cho en  estas  sacudidas  ;  pero  el  alto  y  medio  Perú  y  Chile,  des- 
pués de  la  región  de  Venezuela,  experimentarán  especialmente 
los  peores  efectos.  Creo  poder  afirmar  que  la  ciudad  de  Santia- 
go de  Chile,  por  ejemplo,  será  arruinada  en  tres  veces  antes  del 
año  de  1909." 

Y  las  profesías  se  cumplen  :  al  menos  así  parecen  indicarlo  las 
catástrofes  de  Guaren  íi'ín-iiíi  ti  re  Martinica,  Buenaventura,  San- 
tiago de  Chile,  Valparaiso,  Arica,  Ecuador,  California,  Jamaica  y 
México,  verificadas  al  fin  del  siglo  XIX  y  en  lo  que  va  corrido  de 
este  siglo  XX. — Nota  del  Autor. 


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EN    EL      SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  167 


descendientes  de  ellos  en  el  antiguo  Egipto,  en  la  primi- 
tiva Greiiia,  en  la  remota  China  y  en  el  sur  del  Indostán. 
Dice  Humboldt  :  "  No  puedo  menos  de  citar  aquí 
un  hecho  que  no  fue  desconocido  al  Padre  Gilij,  y  de 
que  se  ha  hablado  varias  veces,  durante  nuestra  man- 
sión en  las  misiones  del  Orinoco.  Los  indígenas  de 
aquellas  regiones  han  conservado  la  creencia  de  que  "en 
''el  tiempo  de  las  grandes  aguas  cuando  sus  padres  se 
"veían  obligados  á  ir  en  canoas  para  librarse  de  la  inun- 
' 'dación  general,  venían  las  olas  del  mar  hasta  batir  con- 
"tra  las  peñas  de  la  Encaramada."  Esta  idea  no  se 
presenta  aisladamente  en  sólo  el  pueblo  de  los  tamana- 
cos, sino  que  hace  parte  de  un  sistema  de  tradiciones, 
cuyas  nociones  se  hallan  esparcidas  entre  los  maipures 
de  las  grandes  cataratas,  los  indios  del  río  Erebato  (38) 
que  desagua  en  el  Caura,  y  en  casi  todas  las  tribus  del 
alto  Orinoco.  Cuando  se  pregunta  á  los  tamanacos 
cómo  ha  sobrevivido  el  género  humano  á  aquel  cata- 
clismo extraordinario  ó  cdcid  del  agua  de  los  mexicanos, 
responden  "  que  un  hombre  y  una  mujer  se  salvaron 
"  en  lo  alto  de  un  monte  llamado  Tamanacu,  situado 
'' en  las  orillas  del  Asiberu,  y  que  habiendo  arrojado 
'*  tras  si,  y  por  encima  de  sus  cabezas  el  fruto  de  la 
"palma  mauricia,  vieron  nacer  de  los  huesos  de 
"ese  fruto  los  hombres  y  las  mujeres  que  po- 
''blaron  de  nuevo  la  tierra."  He  aquí  en  toda  su 
simplicidad,  y  entre  pueblos  salvajes,  una  tradición  que 
los  griegos  han  adornado  con  todos  los  encantos  de  la 
imaginación.  A  algunas  leguas  de  la  Encaramada, 
se  eleva  en  medio  de  la  sabana,  una  roca  llamada  Te- 
pamereme,  Roca-pintada,  que  ofrece  figuras  de  anima- 
les y  pinturas  simbólicas  semejantes  á  las  que  hemos 
visto  bajando  el  Orinoco  á  poca  distancia  y  debajo  de 
la  Encaramada,  cerca  de  la  ciudad  de  Caicara.  Se- 
mejantes piedras  son  llamadas  en  África  por  los  viaje- 
ros//^c/r^z^  de  fetiches;  mas  no  me  serviré  de  este  nom- 
bre porque  el  fetichismo  no  se   conoce    entre    los    indios 


(38)  Modismo  empleado   por   los   españoles   dd   vocablo  indio 
arábala. — Nota  del  Autor. 


o\  © 


Casiquiare. —  Geroglifos  grabados  en  la  roca  llamada  "Piedra 
Pintada,"  cerca  de  la  confluencia  del  río  Siapa.  Semeja  un  emr 
brión   que  se  desarrolla. 


EN    EL      SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS  169 

del  Orinoco,  y  porque  las  figuras  de  estrellas,  sol,  ti- 
gres y.  cocodrilos,  que  hemos  visto  trazadas  en  las 
peñas,  en  lugares  hoy  inhabitados,  no  parecen  de- 
signar de -ningún  modo  objetos  del  culto  de  estos  pue- 
blos. Entre  las  riberas  del  Casiquiare  y  del  Orinoco, 
entre  la  Encaramada,  Capuchino  y  Caicara,  •  se  hallan 
á  veces  estas  figuras  geroglíficas,  á  unas  alturas  muy 
grandes  y  sobre  murallas  de  rocas  que  no  serían  ac- 
cesibles sino  construyendo  andamios  muy  elevados. 
Cuando  se  pregunta  á  los  indígenas  cómo  se  han  podi- 
do esculpir  aquellas  figuras,  responden  sonriéndose,  y 
como  contando  un  hecho  que  sólo  un  extrangero,  un 
blanco,  puede  ignorar,  que  /'á  la  época  de  las  grandes 
'*  aguas  iban  sus  padres  en  canoas  hasta  aquellas  al- 
"turas.   (39) 

**  Estas  antiguas  tradiciones  del  género  humano 
que  hallamos  esparcidas  en  la  superficie  del  globo,  como 
restos  de  un  vasto  naufragio,  son  del  mayor  interés 
para  el  estudio  filosófico  de  nuestra  especie  ;  semejan- 
tes á  ciertas  familias  de  vegetales  que  á  pesar  de  la  di- 
versidad de  climas  y  la  influencia  de  las  alturas,  con- 
servan la  impresión  de  un  tipo  común,  así  las  tradi- 
ciones cosmogónicas  de  los  pueblos  ofrecen  por  todas 
partes  una  misma  fisonomía  y  unos  rasgos  de  seme- 
janza que  nos  llenan  de  admiración.  Tantas  lenguas 
diversas  que  pertenecen  á  unas  ramificaciones  entera- 
mente aisladas  al  parecer,  nos  trasmiten  los  mismos 
hechos.  El  fondo  de  las  tradiciones  sobre  las  razas 
destruidas,  no  varía  casi  nunca  ;  pero  cada  pueblo  les  da 
su  colorido  local.  Tanto  en  los  grandes  continentes 
como  en  las  islas  más  chicas*  del  Océano  Pacífi.co,  siempre 
es  la  montaña  más  elevada  y  más  inmediata,  la  en  que 
se  salvaron  los  restos  del   género  humano,    apareciendo 


(  39  )  "Para  nosotros,  dice  Aristides  Rojas  en  las  páginas  25  y  26 
de  su  mencionada  obra,  algunos  de  esos  dibujos  simbólicos  re- 
cuerdan el  último  cataclismo  americano  ;  otros  fijan  la  tradición 
universal  que  ha  existido  en  todos  los  pueblos  de  la  tierra— el  di- 
luvio ;  y  otros,  la  entrada  en  las  tierras  americanas  de  los  prime- 
ros hombres  que  empezaron  á  poblarlas,  muchísimos  siglos  antes 
del  cristianismo." 


^HH 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  I7I 

este  acontecimiento  tanto  más  reciente  cuanto  las  na- 
ciones son  más  incultas,  y  que  el  conocimiento  que  tie- 
nen de  sí  mismas  no  data  de  una  época  muy  remota. 
Cuando  se  estudian  atentamente  los  monumentos  me 
xicanos,  anteriores  al  descubrimiento  del  nuevo  mundo, 
cuando  se  penetra  en  los  bosques  del  Orinoco,  y  se  ad- 
vierte la  pequenez  de  los  establecimientos  europeos, 
su  aislamiento  y  el  estado  de  las  tribus  que  han 
quedado  independientes,  es  imposible  atrii^uir  dichas 
analogías  á  las  influencias  de  los  misioneros,  ni  á  las  del 
cristianismo  sobre  las  tradiciones  nacionales.  Asimismo 
es  poco  verosímil  que  el  aspecto  de  los  cuerpos  marinos 
hallados  en  las  cimas  de  las  montañas,  haya  hecho  na- 
cer entre  los  pueblos  del  Orinoco  la  idea  de  aquellas 
grandes  inundaciones  que  han  apagado  por  algún  tiem- 
po el  germen  de  la  vida  orgánica  sobre  el  globo." — 
(  Obra  y  tomo    citados,  Libro  VIII,  Capítulo  XIX.) 

Y  más  adelante  (Cap.  XXIV  )  dice  :  "  Amalivaca, 
el  padre  de  los  tamanacos,  es  decir  el  creador  del  gé- 
nero humano  (cada  pueblo  se  considera  el  primero  en- 
tre los  demás)  llegó  en  una  barca  cuando  la  gran  inun- 
dación, que  se  llama /<i;  edad  del  agita,  cuando  las  olas 
del  Océano  se  estrellaban  en  el  interior  de  las  tierras 
contra  las  montañas  de  la  Encaramada.  Todos  los 
tamanacos  se  ahogaron,  á  excepción  de  un  hombre  y  una 
mujer  que  se  salvaron  sobre  una  montaña  cerca  de  las 
orillas  del  Cuchibero,  y  la  cual  es  el  Ararat  de  los  pue- 
blos árameos  ó  semíticos,  el  Tlaloc  ó  Colhuacán  de  los 
mexicanos.  Amalivaca  viajando  en  su  barca,  grabó 
las  figuras  de  la  luna  y  del  sol  sobre  la  roca  pintada 
de  la  Encaramada."  (40) 


(40)  Pensamos  que  el  vocablo  Amaliuaca  corresponde  á  las  pala- 
bras Quichuas  amari  ó  amarit  y  uaca.  En  ese  idioma  amari  ó 
amane  es  serpiente,  y  uaca  significa  culto  ó  religión,  ó  templo  ó 
deidad  ó  tumba. — Así  Amarii-icaca,  quiere  decir  ''deidad  sagra- 
da" ó  "  templo  ó  culto  de  la  serpiente  ";  y  como  se  sabe,  la  cu- 
lebra era  un  animal  sagrado  para  los  Quichuas  y  para  otras  na- 
ciones americanas.  En  Cajamarca  existía  para  1532  el  templo 
de  la  culebra  :  Aniari-íiaca,  De  los  geroglifos  de  Pirare-ame, 
Paloma,  Atures,  etc.  hemos  copiado  sendas  figuras  del  ofidio,  cu- 
yos originales  pintados,    no  grabados  como  han  creído  algunos, 


I  nSlí^p 


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O 


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2" 

3 
O* 
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(3) 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS         I  73 

¿Tendrían  estos  geroglíficos  alguna  relación  con  el 
hundimiento  de  aquella  isla  ? 

¿Cuándo  surgieron  las  tierras  del  Continente  ame- 
ricano? 

¿Cuándo  se  hundieron  su  parte  céntrica  y  sus 
extremos  orientales? 

¿Poblaron  los  asiáticos  la  América,  eran  autóctonos 
los  pobladores  del  hemisferio  occidental  ó  ambos  ele- 
mentos étnicos  concurrieron  á  formar  la  población? 

No  sabemos  nada  á  ciencia  cierta  ;  mas  lo  que  sí 
puede  inferirse  es  que  los  escultores  de  todas  esas  rocas, 
no  conociendo  otra  escritura  que  la  pictórica,  se  valie- 
ron de  ella  para  grabar  sus  anales  y  dejar  constancia 
de  los  hechos  consumados;  y  así,  indudablemente,  es- 
cribieron los  sucesos  más  notables  de  su  historia  ó  de 
sus  tradiciones.  Y  de  exprofeso  los  inteligentes  ar- 
tífices escogieron  las  rocas  más  sólidas,  á  fin  de  que  pu- 
dieran resistisr  mejor  la  acción  de  los  siglos  y  pudieran 
perpetuarse  aquellas  imágenes  á  través  de  las  edades, 
en  el  transcurso  de   miles  y  miles  de    años   

Aquí  debemos  recordar  algunos  símbolos  usados 
antiguamente  en  el  Asia  Central  y  que  aplicar  podría- 
mos á  los  geroglíficos  de  Atures  y  de  Candelaria.  Son 
ellos : 

el  sol,    que   simboliza  el  día,  la  luz,  el  calor,  Dios  ; 

la  luna  :  las  tinieblas,  la    noche  ; 

el  pez  ó  la  rana  :  los  lagos,  los  ríos,  el  mar,  la  llu- 
via, el  agua  ; 


miden  hasta  40  metros  de  largo  en  las  faldas  de  aquello=5  cerros. 
En  las  regiones  bañadas  por  el  Uba  y  el  Uabiare,  hay  tribus  á 
quienes  se  han  denominado  Amarúas  ó  Amanzanas  y  que  para 
mediados  del  siglo  XVIII,  se  decían  descendientes  de  una  ser- 
piente gigantesca,  según  los  religiosos. 

También  en  lengua  Hindo  la  palabra  amalibaca  tiene  dos  signi- 
ficados: uno,  mali-bac,  que  quiere  decir  jardinero  ó  ser  que  cultiva 
el  jardín,  y  el  otro,  Malic-bag,  ó  sea  el  Dios  Tigre.  Y  de  advertir 
es  que  entre  los  antiguos  Acháuas,  de  donde  descienden  los  actuales 
Piapocos  y  Sál-ibas,  había  la  creencia  de  que  el  padre  de  la  gran 
nación  Pariana  ó  Caribe  era  el  tigre,  según  dice  Gumilla  ;  y  de 
los  petroglifos  de  Caicara  hemos  copiado  la  imagen  de  este  fe- 
lino, grabada  en  las  rocas  del  puerto.  Por  otra  parte,  en  Uara- 
ní    ibag  quiere  decir  cielo. — Nota  del  Autot. 


1 74  TAVERA-ACOSTA 

el  ave:  el  aire,  el  espacio,  el  éter  ; 

el   corazón  :    la  vida  animal  ; 

el  hombre  y  la  mujer  :  la  hurnanidad  ; 

el  cuadrado  :    el  tiempo,  la    vida  ó  la  muerte  ; 

el  círculo  :  lo  incomprensible,  el  misterio  ; 

el  árbol  :  las  selvas,  las  montañas,    la  tierra  ; 

la  espiga  :  la  agricultura,  la  abundancia,  la  pros- 
peridad ; 

la  serpiente  era  emblema  de  la  Divinidad  y  tam- 
bién de  la  vida  ;  los  dientes  largos  eran  símbolo  de  la 
vejez,  de  la  experiencia  y  también  de  la  ferocidad  ;  y 
la  repetición  de  un  signo  cualquiera  indicaba  multiplici- 
dad ó  aumento  de  su  significado 


Hasta  aquí  los  párrafos  copiados  de    mi  obra    Rio- 
ne^ro  ;  mas  es  de  agregar  que  en   la  interpretación    que 
he  emprendido  de  los  geroglíficos  de  Guayana,    aplican 
doles  el  simbolismo  de  que  acabo  de  hacer  mención,  he 
obtenido  muy  curiosos  resultados  :  esas  figuras  hablan  ! 

Las  del  Casiquiare  parecen  expresar  que  el  hom- 
bre empezó  á  desarrollarse,  pero  no  pudo  llegar  á  su 
perfección,  quizás  debido  á  una  fuerza  superior  que  lo 
aniquiló;  las  de  Atures  se  refieren  á  la  creación  de  la  tie- 
rra con  sus  astros,  seres  vivientc^s,  ríos,  mares,  etc.,  etc. 
y  como  emanándolo todo  déla  Divinidad  ;  las  de  Cande- 
laria dicen  de  un  inmenso  cataclismo  en  que  las  aguas 
todo  lo  cubrieron,  destruyéndolo  todo  ;  y  de  una  nueva 
repoblación  de  la  tierra  con  sus  estaciones  y  sus  plantas; 
las  de  Maipures  y  las  de  Boca  del  Infierno  se  parecen 
muchísimo  á  las  inscripciones  funerarias  encontradas  en 
Chancay  (  Perú  )  y  cuyos  grabados  trae  Charles  Wie- 
ner en  las  páginas  650-52  de  su  obra  Péroit  et  Solivie 

Las  interpretaciones  á  que  me  refiero,'  constan  en 
mi  libro  inédito  Ríonegro,  así  como  los  diseños  de  los 
petroglíficos,  entre  los  cuales  hay  uno  de  Candelaria 
que  consiste  en  una  rara  figura  humana,  grabada  en  re- 
Heve  sobre  la  roca,  que  por  el  adorno  á  manera  de  tur- 
bante   (págueri,    en  lengua   indóstana )  que   obstenta, 


EN    EL      SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  I75 

nos  recuerda  el  tipo  de  los  poderosos  rajáhs  de  la  tie- 
rra del  Ganges  ;  y  asimismo  llama  la  atención  la  figura 
de  la  ballena,  cetáceo  de  los  grandes  mares,  evidente- 
mente conocido  por  los  indios  escultores,  y  que  parece 
indicar  la  inmensa  profundidad  de  las  aguas  en  que  to- 
do se  inmergió. 

Es  de  observarse  por  otra  parte,  que  "los  antiguos 
caminos  de  la  India,  son  en  todo  iguales  á  los  antiguos 
caminos  del  reino  de  los  Píruas, "  que  los  tambos,  don- 
de descansaban  los  viajeros  quichuas,  tenían  sus  simi- 
lares en  los  remotos  caravxnseraiís  del  Indostán,  y  en 
los  actuales  bengalíes  ;  y  que,  en  fin.  es  sorprendente  la 
analogía  que  guardan  en  sus  teogonias,  en  sus  tradicio- 
nes cosmogónicas  y  en  sus  costumbres  públicas  y  pri- 
vadas. (  Véanse  la  Historia  de  La  Conquista  del  Perú, 
por  Prescott,  y  las  obras  de  Wiener  y  Girgois,  ya 
nombradas.) 

¿Qué,  mucho,  pues,  que  el  Quichua  sea  una  lengua 
Ariana  aglutinante  que  se  habló  al  mismo  tiempo  en  el 
Perú  y  en  las  mezetas  del. Asia  Central,  ahora  cien 
siglos  ? 

Esta  congerie  de  observaciones  que  expongo,  así 
de  bulto,  quizás  pueda  servir  más  tarde  á  quienes 
se  ocupen  de  estos  asuntos  de  antropología  pre^colom- 
biana  de  Venezuela  :  de  mí  se  decir  que  careciendo  de 
medios,  de  ilustración  y  de  a\)titudes,  no  podría  dar  ni 
comienzo  á  la  ardua  empresa  ;  pero  siempre  me  será 
satisfactorio  saber  que  haya  podido  haber  contribuido 
con  mis  pobres  esfuerzos  al  estudio  de  tales    cuestiones. 

No  concluyo  estas  líneas  sin  copiar  del  trabajo  del 
señor  José  Ignacio  Lares,  Etnografia  del  Estado  Marida 
(segunda  ed.  1907)  los  siguientes  párrafos  : 

''Las  grandes  analogías  que  hay  entre  Asia  y 
América,  y  la  notable  semejanza  que  los  naturalistas  en- 
cuentran entre  sus    dos    razas,    particularmente    con    la 


I  j^  TAVERA-ACOSTA 


Mongola,   prueban     con   alguna     claridad  que  la   raza 
americana   procede  del  Asia.  (41) 

**  La  semejanza  que  se  observa  entre  la  raza  japo- 
nesa y  la  americana  es  tal  y  tan  grande,  que  parecen 
pertenecer  á  una  misma  raza. 

**  La  causa  de  esta  semejanza  es  tan  poderosa  y 
persistente,  que  domina  al  través  de  las  mezclas  en  la 
raza  americana,  difiriendo  únicamente  en  el  color,  ya 
pardo,  trigueño  ó  blanco  en  el  mestizo,  según  la  mayor 
mezcla  de  la  raza  africana  ó  europea  y  según  las  mez- 
clas de  estas  mezclas. 

'*Y  cosa  singular:  obsérvase  que  en  sus  condicio- 
nes morales  de  valor,  nobleza,  vivacidad  é  ingenio,  la 
semejanza  del  americano  con  el  japonés  es  más  com- 
pleta en  el  mestizo  que  en  el  americano    puro. 

**  ¿Sería  el  primitivo  nipón  el  mismo  primitivo 
americano  ? 


(41)  Sin  embargo,  algunas  autoridades  expresan  lo  contrario, 
es  decir,  que  los  aborígenes  de  America  fueron  los  ascendientes  de 
los  pobladores  del  Asia.  Y  se  fijan  en  que  los  que  sostienen  la 
opinión  general  de  que  éstos  pasaron  al  nuevo  continente,  están 
influenciados  por  el  prejuicio  de  la  conocida  antigüedad  histórica 
de  los  asiáticos,  en  tanto  que  de  la  América  es  muy  poco  lo  que 
se  sabe  de  sus  anales  precolombianos. — Nota  del  Autor, 


-iiliSH^  'mN**'  '#!#'  'i(i^iii^'"i'ii^iH^  "#"1111^  "iin^iii^""#ii(i(^  '■'i#nift'  'iKi^iii^ -iflñiii^'  -ii^iii^'  ■«igNi^  -üN^  "iNh  '#tiil^' 


CAPITULO  T"^ 


Las   voces   Coro  y  Cuiba^-  «Los   aborígenes   del  Estado    Falcón» 
— Estudio   del   doctor  Arcaya — Observaciones. 


Preganta  el  doctor  Arcaya  : 

•'¿  Figuran  en  los  dialectos  de  Guayana  la  palabra 
Cuiba,  tan  común  en  nombres  geográficos  del  Estado 
Falcón,  y  la  voz  Coro,  y  cuál  es  el  significado  de  ellas  ?" 

Con  el  vocablo  "  cuiba  "  sólo  he  conocido  unos  in- 
dios de  las  márgenes  del  Meta  ;  pero  no  sé  de  donde  Jes 
viene  esa  denominación,  pues  ellos  se  dicen  *'  pt^m^^'' 
y  su  lengua  es  la  Uajiba  ó  un  derivado  de  ella,  ''lífeci- 
mo, "  en  esta  lengua  quiere  decir  hermano,  cuñada, 
hombre.  En  ninguno  de  los  vocabularios  que  he  ano- 
tado, encuentro  la  palabra  cuiba\  pero  puede  ser 
que  sí  exista  y  se  logre  hallar  su  significado  haciendo 
sobre  ella  una  información  especial  entre  los  indios  del 
Meta  ó  de  sus  afluentes.  En  el  oriente  de  Venezuela 
se  conocen  varias  localidades  con  ese  nombre  y  también 
un  molusco. 

Con  respecto  á  la  palabra  Coro  sí  se  encuentra  ella 
en  estos  lenguajes  :  en  Piaroa  coro  quiere  decir  otro, 
coro-coro,  en  Mandauaca  significa  catarro  ;  y  he  encon- 
trado en  muchas  voces  las  sílabas  coro,  vgr  :  da-coro,  en 


1 7^8'  TAVERA-ACOSTA 

Maquiritare,  rabo  ;  dari-coro,  en  Mandauaca,  hermano; 
do-coro,  en  Uarequena,  flecha  ;  mirari-coro,  en  Man- 
dauaca, viejo  ;  cahici-coro,  en  Uarao,  cuándo?;  to- 
coro-a,   en  Uarequena,    rana,    etc. 

También  he  hallado  en  muchas  otras  tantas  pala- 
bras más  la  final  oro,  por  ejemplo  :  en  Uarao  mljoro 
(cara);  doco-joro  (labios)  na-joro  (comida)  etc; 
en  Yabarana  ueroro  (  perro  )  ;  en  Mandauaca  mai-oro 
(collar)  iuidoro  (estrellas)  etc.  Y  véanse  las  dis- 
tancias á  que  viven  separadas  unas  de  otras  :  los  Ua- 
raos  ó  Uuaraunos  habitan  en  el  Delta  ;  los  Uarequenas 
en  el  Uainía  ;  los  Piaroas  en  la  zona  del  Sipapo,  Cata- 
niapo,  Zama  y  Matabén;  los  Mandauacas,  que  vivían  en 
el  Casiquiare,  hoy  residen  en  el  alto  Orinoco;  los  Maqui- 
ritares ó  Uayongomos,  en  el  alto  Caura  y  en  el  Ocamo, 
Padamo,  Cunucunuma,  etc  ;  los  Paráenes  ó  Yabiteros 
en  las  cabeceras  del  Atabapo  ;  y  los  Yabaranas  en  la 
hoya  del  río  Bentuare  ó  Uennitoare,  como  dicen  los 
indios.    (42) 

Con  motivo  de  la  lectura  de  Los  ahorí<renes  del  Es- 
tado  Falcan,  escrito  por  el  referido  doctor  Arcaya  y  pu- 
blicado en  los  números  del  174  al  191,  inclusive,  del 
periódico  El  Agitila,  que  se  edita  en  Coro  (  Venezuela) 
hemos  hecho  las  siguientes  observaciones  que  oportu- 
namente le  remitimos,  sometiéndolas  á  la  ilustrada  con- 
sideración de  tan  estudioso  cuanto  inteligente  autor  : 

a)  Muchísimas  palabras  indias  de  los  pueblos  y  lo- 
calidades de  los  Estados  Lara  y  Falcón,  son  exactamen- 
te iguales,  y  cuando  no,  parecidas,  á  muchos  vocablos  ó 
nombres  propios  de  Guayana,  desde  el  Delta  del  Ori- 
noco hasta  las  márgenes  del  Rionegro,  etc. 


(42)  TJejini,  en  varios  idioma=  es  agua  ó  río  y  are,  ara  6  ati,  es 
día,  claridad  del  día,  Oriente  ó  lugar  por  don  ie  nace  el  sol.  Tam- 
bién en  lenguas  Uaraní,  Tupí  y  Omáua  ara  quiere  decir  día. — 
.Nota  del  Autor. 


EN  EL  SUR DIALECTOS  INDÍGENAS 


179 


Véanse  algunos  ejemplos  : 


De  Falcan,  etc:        De  Guayana:      De  Falc6)i,  etc:       De  Guayana 


Jacura 

Manuare 

Carona 

Uriacoa 

Pipiacoa 

Cacabo 

Urumaco 

Aracay 

Adaro 

Buchibicoa 

Jagua  ó  Yagua 

Cuibas 

Acarigua 

Itibana 

Yaracuy 

Aroa 

Yaritagua 

Apo  lari 

Curi  magua 

Manare 

Mapiare 

Mapararí 

Bardbaco 


Sacura 

Manaure 

Caroni 

Uyacoa 

Piacoa 

Cácabo 

Uramaco 

Ara  cay  li 

Adaru 

Chibacoa 

Yaua  ó  láua 

Cuiba 

Acaríui 

Itibini 

lara.oi 

Aro 

Yarítaua 

Dari-apo 

Urimáui 

Manare 

Mapiriare 

Maparari 

Barabaca 


Guaranao 

Carao 

Guaibacoa 

Moruy 

Gaaramata 

Yaraco 

Paraguaná 

Paraguaná 

A  mu  acó 

Casicure 

Tocuyo 

Cohaeri 

Curahamara 

Hitotes 

Temeri 

Albaiico 

Camunare 

Guagua 

Yarigua 

Siburua 

Acurigua 

Guanaguanari 


Uaranaco 

Caru&o 

Uayabacoa 

Morojuy 

Uarramata 

Yaraque 

Parauán 

Paranauá 

Amoco 

Caricure 

Tocoyo 

Coari 

Cura  ai  ara 

Itotos 

Temare 

Albarico 

Caminare 

Uaua 

Yáriua 

Tipurua 

Acuríua 

Uanauaiiare 


Y  así  muchas  más. 


b)  Pensamos  que  los  Catatíos  ó  Caquetíos  de  las 
riberas  del  Orinoco,  según  los  Rvdos.  religiosos  Castella- 
nos, Carvajal  y  Rivero,  han  sido  confundidos  por  estos 
sacerdotes  con  otras  tribus  de  la  misma  agrupación  etno- 
génica.  Gumilla,  Solano,  Caulín,  Humbold,  etc.,  no 
los  mencionan.  Suponemos  que  nunca  vivieron  á  ori- 
llas del  gran  río  los  moradores  de  las  playas  curianas. 

c)  El  Rvdo.  Fraile  Juan  Rivero  está  errado  en  la 
descripción  topográfica  que  hace  sobre  Baráua  (  Bárra- 
gua,  dice  él.) 

Baráua,  situado  en  las  regiones  que  median  entre 
el  alto  Meta  y  alto  Bichada,  ó  Bichara,  come  dicen  los 
indios,  es  la  parte    plana  y  montañosa  á  que   se    refiere. 


l8o  TAVERA-ACOSTA 

Barrauán,  á  orillas  del  Orinoco,  abajo  de  la  con- 
fluencia del  Meta,  en  donde  acampó  Antonio  de  Berrío 
en  1584-86,  y  fundó  un  pueblo  con  el  nombre  de  San- 
tísimo Sacramento,  es  donde  empieza  la  serranía  que  se 
dilata  hasta   el   Sipapo. 

En  la  z.ona  comprendida  entre  el  Uabiare  y  el 
Meta  no  hay  serranías  :  es  un  terreno  generalmente 
plano  que  á  veces  forma  largos  "lomos  de  perro,"  más 
ó  menos  elevados,  que  sirven  de  divortia  acqiiaríim  á  las 
arterias  fluviales  de  dicha  región,  donde  moran  Sálibas 
y  Piapocos,  antiguos  Acháuas  ó   Airicos. 

El  vocablo  airico,  en  lenguaje  Mandauaca  quiere  de- 
cir "  que  tiene  alma."  Según  el  indicado  Rivero,  sig- 
nifica en  lengua  Acháua  "montaña  grande,"  y  que  con 
tal  sobrenombre  se  conocía  á  los  indios  que  vivían  in- 
ternados en  sus  selvas,  lejos  de  la  influencia  de  los  reli- 
giosos. 

Este  misionero,  Rivero,  no  visitó  las  márgenes  del 
Orinoco. 

d^  El  río  Uba  ó  Uua,  es  afluente  del  Uabiare,  y 
los  indios  se  comunican  por  sus  cabeceras  con  el  alto 
Bichada. 

^)  Traemos  en  nuestro  libro  En  el  Sur  los  nom- 
bres propios  de  esas  localidades  y  los  de  muchos  voca- 
blos más  con  la  escritura  fonética  cuidadosamente  reco- 
gida délos  labios  de  los  indígenas.  Ellos  dicen  sáliua  ó 
sál-iba  y  no  "saliva." 

/)  El  río  Sinaruco  es  el  mismo  Sinareuco  ó  Sina- 
re-occu,  como  pronuncian  los  indios.  Desagua  en  el 
Orinoco  un  poco  más  abajo  de  la  junción  del  Meta, 
frente  casi  á  los  cerros  de  Barrauán  ó  Parrauán.  Los 
Yaruros  lo  denominan  Bea-uitsá,  que  quiere  decir  "río 
chico." 

g)  Pérez  de  Tolosa  en  sus  cartas  al  Rey  de  Espa- 
ña,   dice    que    los  Ajaguas   "comían     carne    hunnana." 


EN    EL    SUR^ — ^mALECTOS    INDÍGENAS  l8l 

Abérraoióm  del  Ledo,  findiendo  parias  á  las  costumbres 
de  la  época,  pta^sél  no  vio  un  solo  ejemplo  de  tal  an- 
tropofagia. 

Federmann  asegura  en  la  relación  de  su  viaje  que 
los  Jirajaras  y  los  Yaguas  "comían  carne  humana"  y 
asimismo  los  Ayamanes,  indudablemente  para  ver  de 
cohonestar  las  infamias  que  contra  todos  esos  indios  se 
cometieron.  Federmann  y  todos  los  demás  conquista- 
dores calumniaron  á  qpienes  por  su  genio  belicoso  y  por 
su  amor  ardiente  á  la  libertad  y  al  terruño,  les  opusie- 
ron valerosa  aunque  estéril  resistencia,  por  una  parte  ; 
y  por  la  otra,  debido  al  espíritu  de  avaricia  y  de  cruel- 
dad que  animó  á  los  aventureros  europeos  de  aquellos 
tremendos  días  para  los  pobres  aborígenes.  Más  de 
medio  siglo  transcurrió  de  luchas,  de  horrores  y  de  ex- 
terminio, antes  que  doblaran  el  cuello  á  la  coyunda  los 
valientes  Jirajaras.  (  De  esta  guerra  tratamos  en  nues- 
tro libro  inédito   Capitanes  y  Caciques  de  Venezuela?) 

De  igual  manera  fueron  calificados  por  los  frailes, 
los  Manatibitanos,  iMarapizanos.  Paraenes,  Caberes, 
Uaipunabis  etc.  porque  eran  los  m  ís  inteligentes,  ac- 
tivos, industriosos,  indepenáie^ntes  y  relativamente  más 
adelantados,  que  encontraron  en  las  regiones  del  alto 
Orinoco  y  Uainía  -Rionegro.  Y  ninguno  de  los  religio- 
sos — asi  como  ninguna  otra  persona —  desde  los  prime- 
ros blancos  que  entraron  en  aquellas  comarcas  hasta 
quienes  han  ido  en  los  días  que  alcanzamos,  ha  visto 
un  solo  caso  de  canibalismo.  Sostener  lo  contrario,  es 
hacerse  cargo    de    una  aberración  secular. 

La  antropofagia  de  los  indios  americanos  es  un 
mito,  y  así  lo  sostenemos  honrada  y  categóricamente  en 
las  páginas  de  Rionegro,  Ya  antas,  habían  expresado 
sus  dudas  y  negaciones  notables  autoridades  de  todo 
püiitto  irrecusables,  como  Las  Casas,  Prescott,  Ir- 
ving,  Juan  Ignacio  de  Armas,  Acosta  y  Calvo,  Girgois, 
Sthal,  etc.  Opinan  con  nosotros  á  ese  mismo  respecto, 
Tulio  Febres-Cordero,  Pedro  Antonio  Carrascosa,  Alfre- 
do Jahn,    Domínguez  Acosta,  Jiménez    Arraiz,    etc.     Y 


1 82  TAVERA-ACOSTA 

están  acordes  en  la  no  existencia  del  canibalismo  :  Stei- 
nen,  Coudreau,  Schmidt,  Meyer.  Ehrenreich  y  otros 
viajeros  y  observadores  que  recientemente  se  han  inter- 
nado en  las  más  ignotas  regiones  centrales  de  la  Amé- 
rica del  Sur. 

h)  Evidentemente,  las  palabras  xáua,  jáua,  iáua, 
yáua,  ajáua  y  acháua,  corresponden  á  un  sólo  vocablo 
indígena,  escrito  por  los  castellanos  con  variaciones  or- 
tográficas. Jahua,  en  lengua  Quichua  quiere  decir 
fuera,  afuera. 


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r       a 


CAPITULO  \^ 


Trabajos  de  Crevaux,  Chaffdiijon,  Sagot,  Adam  y  Martius— Pala- 
bras recogidas  por  el  Dr.  Toro — La  antropofagia  de  los  in- 
dios americanos  es  un  mito — Las  Casas,  Hurnboldt,  Irving — 
Conquistadores  y  cronistas  primitivos — Más  opiniones  adversas 
al  canibalismo. 


Agosto  de  1906. 

Doctor  A Iv arado  : 

Al  recojer  frases  y  vocablos  indígenas  de  Guaya - 
na,  no  fue  con  la  intención  de  emprender  un  trabajo 
serio,  como  el  que  usted  me  indica,  ni  de  hacer  deduc- 
ciones filológicas,  pues  en  manera  alguna  poseo  los  co- 
nocimientos   necesarios  para  poner  manos  á  la  empresa. 

No  conozco  los  vocabularios  de  Crevaux.  Tengo 
á  la  vista  la  obra  de  este  viajero  Voyages  dans  /'  Amé- 
rique  díc  Sud,  y  no  constan  en  ella.  Los  trabajos  de 
Sagot  y  Adam,  tampoco  los  conozco.  Sólo  he  visto 
los  vocabularios  que  trae  Chafíanjon,  al  final  de  su 
fantástico  libro  Z'  Orénoque  et  le  Caura  y  los  de  Paul 
Marcoy  que  trae  en  su  obra  Voyages  á  travers  /'  A^néri- 
que  du  ^¿¿íí^  (  París,  1869)  En  las  páginas  de  este  úl- 
timo libro  constan  voces  del  Quichua,  Antis,  Cocaima, 
Chjntaquiro  y  Conibo,  y  del  Ticuna,  Omáua,  Yáua, 
y  Tupí. — Ambos  viajeros  son  pródigos  en  narraciones 
pintorescas  y  sugestivas   por   el    romance. 

Respecto  de  los  vocabularios  banibas  de  Wallace, 
que  trae  Martius,  y  de  los  que  usted  bondadosamente  me 
hi  remitido  sendas  copias,  encuentro,  comparándolos  con 
los  míos,  algunas  diferencias,  notándose  entre  otras  que 
en  el  Yabitero  se  emplea  el  posesivo  de  la  primera  per- 
sona en  plural,  que  en  lengua  Baniba  y  sus  derivados 
es  UA,    q  UADECA,  por  el  correspondiente   al    singa- 


1 84 


TAVERA-ACOSTA 


lar   que  es  NO  ó  NU  ó  NODECA,    mi,    mío,    como    en 
la  lengua  Quichua. 

Véanse  algunas  voces  del  Baniba  y  del  Yabitero, 
comparadas  con  las  de  los  vocabularios  respectivos  que 
he  tomado  entre  aquellos  indígenas  : 

Wallace  y  Martius  Tavera-Acosta 

Baiiiba  Yabitero  Ba?tiba  Yabitero 


agua 

weni 

weni 

uenni 

uenni 

blanco 

arlu 

caá  t  si 

al-li-li 

cajarini 

bote 

murupuriani 

baca 

morupa 

cuatzá 

brazo  (mi  ^ 

)nanu 

wacano 

nano 

nucano 

boca  (mi  ) 

enoma 

vvanoma 

nonuma 

nunuma 

bueno 

anetua 

yenii 

anetue 

ióniji 

casa 

panisi 

panithi 

panisi 

jan  i  si 

canalete 

nehewpa 

nehew 

neiupa 

najo 

cabello 

notsipana 

wamaoó 

notzipaua 

jimau 

cabeza  (mi^ 

)  nobu 

wasího 

nombó 

zijo 

chinchorro. 

mitsa 

ha  m  a  ka 

bitzá 

amaija 

dedos 

naphibu 

wacavithiani  nápibo 

jicájaje 

día 

pépurhi 

yahenusiba 

péposi 

eñajisi 

diente 

na  si 

wathi 

narzi 

jehesi 

camino 

tanepó 

coatha 

tanepo 

taneju 

casabe 

caca 

ahosi 

caca 

ajossi 

flecha 

uéipipi 

sauto 

uepepi 

sauto 

frío 

apatíwali 

cafatené 

apate  noié 

cauaninima 

hambre 

n)auali 

watava 

mauál-li 

mauál-li 

mañoco 

matsuca 

malshuca 

matzoca 

matzoca 

hojas 

tasapi 

barlbuna 

asape 

j  azi  ata 

hombre 

henumu 

catenemuni 

énami 

énnami 

hueso 

nopiuna 

warlanuku 

nippionaja 

nijizi 

luna 

marhita 

énoo 

arshita 

queri 

nariz  (mi) 

nuyapen 

wasiwi 

noyapa 

no-iziui 

negro 

uie 

anuithi 

zerei  i 

momomi 

noche 

yarapu 

meroria   (43)  yarsapoa 

iajazi 

niño 

irluberlip 

mathicoya 

lupbelo 

mazieni 

ojos 

no  furli 

waholisi 

nopol-li 

nojórlisi 

plátano 

palatna 

palatana 

parátano 

jaratan 

perro 

tsino 

tschinu 

sino 

sino 

pez 

rime 

si  m  asi 

sima 

siraasi 

pies 

nuitsipalu 

wasitsi 

tzipara 

zi  tziche 

selva 

tanape 

tibsvená 

tauape 

auabo 

sol 

hamuri 

camui 

amorsi 

camusi 

suelo 

yatsiphe 

coatsi 

iátsipe 

jajatzi 

tabaco 

éeli 

djeema 

el-li 

shema 

vientre 

panemi 

wahnowiti 

notziabo 

notonoreje 

(43)  Meroria,  probablemente    corrupción  del  castellano,  en  len- 
gua  Baniba  quiere  decir  mediodía. — Nota   del  Autor. 


EN    EL      SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  185 

Cuanto  al  señor  doctor  Elias  Toro,  apenas  trae  unas 
veinte  y  tantas  voces  del  Uarao  ó  Uarauno,  en  la  pá- 
gina 88  de  su  bello  libro  Por  las  selvas  de  Guayana, 
Esos  vocablos  no  se  avienen  en  su  mayor  parte  con  los 
que  tengo  anotados  en  el  vocabulario  recogido  por  mí  en 
el  Delta,  aún  cuando  son  evidentes  las  analogías. 

El  señor  doctor  viajó  por  la  parte  menos  poblada  de 
la  Guayana  venezolana,  y  en  los  pocos  meses  de  incur- 
siones por  sus  selvas  y  sus  ríos,  á  duras  penas  logró  en- 
contrarse con  un  caribe,  de  quien  tomó  cuarenta  y  tan- 
tas palabras,  de  las  que  con  excepción  de  cuatro  (  agua, 
cuchillo,  escopeta  y  plátano  )  ninguna  de  las  otras  co- 
rresponde exactamente  al  vocabulario  que  consta  en  mi 
compilación. 

Esas  voces,  que,  sígdn  él,  fueron  tomadas  **en  la 
fuente  original,"  y  que  aparecen  como  caribes  en  las 
páginas  162  y  163  de  su  citada  obra,  corresponden  al 
Macusi.      En  efecto,  véanse  algunas  : 

Caribe,  de   Toro  :  Macusi  : 


ÜIOS 

uyenu 

lenu 

nariz 

geuná 

uieuna 

oreja 

pana 

upaná 

padre 

papai 

papa 

madre 

mamai 

amai 

hijo 

uumú 

ommu 

hija 

uyenchí 

gentsí 

escopeta 

aracabusa 

arcabuza 

agua 

tuna 

tuna 

plátano 

parurú 

balurú 

pierna 

uschí 

utschi 

casabe 

equi 

ekei 

fuego 

apoc 

apó 

etc. 

etc. 

etc. 

Sin  embargo,  debemos  tener  presente  que  los 
Uaicas  y  Macusis  del  Cuyuni,  los  Arecunas  y  Aruacas 
del  Caroni  y  los  Maquiritares  ó  Uayongomos,  etc.  del 
Caura,  son  conocidos  generalmente  camo  Caribes,  por- 
que haj^lan  lenguajes  más  ó  menos  parecidos  .á-  los   de 


1 86  TAVERA-ACOSTA 

los  moradores  de  los  llanos  del  Sur  de  Maturín.  y  de 
Barcelona  y  como  pertenecientes  todos,  indudablemen- 
te, á  una  misma  agrupación  etnogénica  y  derivados  sus 
respectivos  idiomas  de  una  misma  lengua  matriz. 

Es  sensible  que  el  ilustrado  hombre  de  ciencia  no 
se  hubiera  detenido  más  en  estas  cuestiones,  si  bien  es 
cierto,  como  ya  he  dicho,  que  en  la  zona  que  recorrie- 
ron las  comisiones  anglo-venezolanas  sólo  viven  escasas 
tribus  uaraunas,  arauayas,   uaicas  y  mucusis.    (  44  ) 

Me  ha  sorprendido  también  la  aseveración  que  ha- 
ce Toro  de  que  **  el  saliva  hablado  en  las  riberas  de  los 
ríos  Meta,  Vichada  y  Guaviare  "  es  un  dialecto  deriva- 
do del  Caribe.  (  Página  90)  Puede  ser  ;  pero  compa- 
rados los  vocabularios  que  traigo  de  ambos  lenguajes, 
no  me  resultan  afinidades,  antes  bien,  el  Sáliba  parece 
un  derivado  de  la  lengua  Uainimanesa.    (45) 

Aquí  me  es  grato  recordar  que  á  principios  de  julio 
de  1903,  hallándonos  en  Puerto  España  (Trinidad) 
preparándome  para  emprender  mi  tercer  viaje  al  Rio- 
negro,  rogué  al  doctor  Toro,  médico  á  la  sazón  de  la 
Comisión  Venezolana  de  límites  con  la  Guayana  in- 
glesa, que  observase  en  sus  estudios  si  eran  caníbales 
ó  no  los  aborígenes  de  las  tierras  que  iba  á  recorrer  ; 
y,  felizmente  — aunque  ya  Schomburgk  más  de  medio 
siglo  ha  indicó  la  ausencia  del  mito — el  distinguido  com- 
patriota tampoco  lo  menciona  como  condición  etnoló- 
gica de  las  pocas  familias  indias  que  logró  ver  de  cerca, 
aun  cuando  el  cree,  siguiendo  la  errada  versión  de  los 
frailes,  en  la  antropofagia  de  los  antiguos  caribes  de  la 
cuenca  del  Orinoco. 

Hablando  él  de  las  terramaras  (página  239)  ó  sea 
de  los  cementerios  indígenas,  dice:   "  Algunos   conside- 


(  44 )  Hablando  de  las  regiones  del  Amacuro,  etc.  dice  Gorro- 
chotegui :  "  Ninguna  especie  de  indios  habitan  esos  parajes,  do- 
minados por  el  tiempo  y  su  rigor,  ni  vestigios  siquiera  de  que  hu- 
biesen sido  poblados  en  alguna  época  remota." — Viaje  al  Ama- 
alto,  página  25,  Caracas,  1897. 

(45  )  Véase  la  clasificación  que  traemos  en  la  página  17. — Notas 
del  Antof. 


EN  EL  SUR DIALECTOS  INDÍGENAS  I  87 

ran  estos  depósitos  como  cementerios  antiguos  ;  otros 
como  reliquias  de  primitivos  banquetes  canibálicos  ;  pe- 
ro esta  última  suposición  no  es  tal  vez  aceptable,  si  se 
considera  que  la  única  raza  indígena  donde  se  pudo 
acusar  el  antropofagismo  fue  la  caribe,  habitadora  de 
la  cuenca  del  Orinoco,  y  aquellas  terramaras  se  en- 
cuentran diseminadas  en  toda  la  extensión  de  la 
América." 

Aparte  lo  que  he  publicado  en  mis  libros  Memoria 
del  Amazonas  (  1901  )  Anales  de  Guayana  (  1905  )  y 
Rionegro,  (1906)  (46)  acerca  del  mito  de  la  antropofagia 
americana,  séame  permitido  copiar  aquí  lo  que  dice 
Humboldt  en  su  Viaje  á  las  regiones  eqitinocciales  del 
Nuevo  Continente,  sobre  los  caribes  de  la  cuenca  del 
Orinoco  : 

"  Los  caribes  del  Continente  que  habitaban  las  lla- 
nuras entre  el  bajo  Orinoco,  Rioblanco,  Esequibo  y  el 
nacimiento  del  Oyapoc,  tienen  horror  á  la  costumbre  de 
devorar  á  sus  prisioneros.  Esta  barbaridad  no  existía  en 
el  primer  descubrimiento  de  América,  sino  en  los  caribes 
de  las  Antillas  {sic^  y  son  ellos  los  que  han  hecho  sinóni- 
mas las  palabras  caníbales,  caribes  y  antropófagos,  dando 
lugar,  por  sus  crueldades  Q  por  qnéno  decir  represalias  f) 
á  la  promulgación  de  la  ley  de  1504,  por  la  que  era  per- 
mitido á  los  españoles  hacer  esclavos  á  todos  los  ame- 
ricanos de  origen  caribe.  Creo,  sin  embargo,  que  la  an- 
tropofagia de  los  habitantes  de  las  Antilllas  se  ha  exa- 
gerado demasiado  en  los  cuentos  de  los  primeros  viaje- 
ros. Si  los  caribes  del  Orinoco  han  tenido  desde  el 
principio  del  siglo  XVI  diferentes  costumbres  que  los 
de  las  Antillas  y  si  siempre  se  les  ha  acusado  sin  razón 
DE  ANTROPOFAGIA,  cs  difícil  atribuir  esta  diferencia  á 
una  mejora  de  su  estado  social."  (  Páginas  2Ó3-264,  to- 
mo IIL) 

Y  en  punto  á    excogitar    entre    un   hombre    de    las 

(  46  )  El  señor  Toro  ha  tenido  la  bondad  de  c3lo:ir  en  su  índice 
bibliográfico  de  autores  leídos  y  consalcados  pira  escribir  su  libro 
Antropología  General  y  de  Venezuela  precolombina — del  cual  nos 
ocupamos  vcík^  adelante — nuestras  dos  últimas  mencionadas  obras. 
— Nota  del  Autor. 


TAVERA-ACOSTA 


condiciones  de  Humboldt  y  un  fraile  (Gumilla)  á  quien 
tanto  se  ha  rectificado,  la  hesitación  no    es    fácil: 

Ahora,  por  lo  que  respecta  al  canibalismo  de  los 
indios  antillanos,  además  de  haber  sido  desmentido  ca- 
tegóricamente por  el  noble  y  virtuoso  Ledo.  Las  Casas, 
á  mediados  del  siglo  XVI,  en  su  libro  Historia  de  las 
Indias,  (47)  casi  á  raiz  déla  aparición  del  mito  in- 
fantado por  la  ignorancia,  la  crueldad  y  la  avaricia,  to- 
mo de  la  obra  Vida  y  Viajes  de  Cristóbal  Colón,  lo  que 
sigue  : 

"  Es  de  todo  punto  probable  que  muchas  de  las 
pinturas  que  se  nos  han  dado  de  esta  singular  raza  de 
gente,  hayan  derivado  su  triste  colorido  del  miedo  de 
los  indios  y  de  las  preocupaciones  de  los  españoles. 
Las  pruebas  que  se  presentan  de  su  canibalismo  deben 
juzgarse  con  mucha  circunspección  por  lo  descuidado 
é  inexacto  de  las  observaciones  de  los  marineros,  y  la 
preconcebida  creencia  del  hecho,  que  existía  en  los 
ánimos  de  los  españoles.  Era  usanza  general  entre  los 
naturales  de  muchas  de  las  islas  y  de  otras  partes  del 
del  Nuevo  Mundo,  conservar  los  restos  de  sus  difuntos, 
parientes  y  amigos.  A  veces  todo  el  cuerpo  ;  otras  la 
cabeza  solamente  ó  algún  miembro  disecado,  y  otras,  en 
fin,  nada  más  que  los  huesos.  Estos,  cuando  se  en- 
contraron en  las  viviendas  donde  moraban  los  habitan- 
tes indígenas  de  la  Española  (  Haití  )  contra  quienes  no 
existía  semejante  preocupación,  se  miraban  regular- 
mente como  reliquias  de  los  muertos  conserv^adas  por 
afecto  ó  reverencia  ;  pero  cualquiera  de  semejantes 
restos,  hallados  entre  los  caribes,  se  miraba  como  prue- 
ba de  su  canibalismo."  (Libro  VI,  Cap.  III,  —  W. 
Irving.) 

Y  para  que  se  juzgue  del  criterio  de  la  mayor  parte 


(  47  )  "  Estos  indios  nunca  fueron  comedores  de  carne  humana." 
Cap.  LXVII,  Libro  I. —  "  Carecían  de  comer  carne  humana,  etc." 
Véanse  también  los  Capítulos  84  y  135  del  mismo  Libro,  el  19  del 
Libro  II  y  los  104  y  117  del  III. 

La  obra  del  Rvdo.  Las  Casas  es  libro  de  rectificaciones  á  tan- 
tos errores  escritos  ó  patrocinados  por  los  primeros  cronistas  de 
Indias. — Nota   del  Autor. 


EN    EL      SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  189 

de  los  historiadores  europeos,  — basados  en  los  relatos 
de  los  primitivos  cronistas  ó  viajeros —  al  referirse  á  las 
condiciones  Sociales  de  los  seres  que  encontraron  los 
conquistadores,  copiamos  de  las  páginas  (^']  y  68,  Ca- 
pítulo II,  tomo  I,  de  la  obra  América^  historia  de  su  co- 
lonización, dominio  é  independencia,  por  José  Coroleu, 
los  siguientes  párrafos  : 

"Al  llegar  los  españoles  al  nuevo  Mundo  encontra- 
ron á  las  tribus  indígenas  haciendo  un  horrible  trabajo 
de  selección.  Las  más  fuertes  devoraban  á  las  dé- 
biles, y  no  metafóricamente,  sujetándolas  á  su  yugo,  si- 
no de  verdad  y  en  el  recto  y  natural  sentido  de  la  pala- 
bra ;  porque  la  raza  prepotente  establecida  en  las  pe- 
queñas Antillas  era  una  raza  de  antropófagos  .  .  .  .  (  Sic  ) 
"  En  el  territorio  que  después  se  llamó  la  Nueva 
Granada  estaba  excesivamente  extendida  la  antropofa- 
gia.    (¿70 

,  "  Entre  aquellas  gentes,  los  sacrificios  humanos,  la 
antropofagia,  {sic)  la  poligamia,  las  uniones  incestuosas 
y  la  sodomía   {^sic)  eran  moneda  corriente,..." 

Sin  tener  en  cuenta  para  nada  que  mal  pueden  in- 
vocarse en  todas  sus  partes  como  testimonios  honrados 
é  imparciales,  las  relaciones  de  los  "  sacrificadores  de 
indefensos,"  pues  bien  se  sabe  que  de  tales  relatos  ha- 
blaron sucesivamente  sin  criterio  científico  ó  sin  las  re- 
servas necesarias  :  Cristóbal  Colombo  en  sus  cartas  á 
los  reyes  de  España  ;  Américo  Vespuccio  en  1 503-1 508; 
Rodrigo  de  Figueroa  en  1520  ;  Fray  Tomás  Ortiz  en 
1525  ;  Pedro  Martyr  en  1530  ;  Ov^iedo  y  Valdez  en 
1535  ;  Fray  Pedro  de  Aguado  en  1542  ;  el  Ledo.  Pérez 
de  Tolosa  en  1546  ;  el  Rdo.  López  de  Gomara  en  1552; 
Cieza  de  León  en  1553  ;  Agustín  de  Zarate  en  1555  ; 
el  Rvdo.  Juan  de  Castellanos  en  1589  ;  el  Rvdo.  José 
de  Acosta  en  1590;  Antonio  de  Herrera  en  ióor-1615  ; 
Fray  Pedro  Simón  en  1625-1627  ;  Fray  Jacinto  de 
Carvajal  en  1647  ;  el  Obispo  Fernández  de  Piedrahita 
en  1680  ;  y  así  cuasi  todos  los  que  escribieron  sobre  los 
horrendos  primeros  ochenta  y  cinco  años  de  la  Con- 
quista de  América 


I90  TAYERA-ACOSTA 


Febrero  de  1907. 

Pero  en  donde  más  dócil  al  prejuicio  y  á  la  rutina 
se  exhibe  el  señor  doctor  Toro,  es  cuando  incluye  el 
antropofagismo  entre  los  factores  deternainantes  de  la 
extinción  de  las  tribus  de  Venezuela  ! 

Kl  canibalismo  de  los  indios  americanos  es  un  mi- 
to, como  ya  hemos  tenido  ocasión  de  comprobar  en 
las  páginas  de  Rionegro,  No  tiene  por  base  sino  los 
cuentos  de  los  primeros  marineros,  sugestionados  por  el 
prejuicio,  y  repetidos  después  por  los  conquistadores, 
en  provecho  propio,  y  por  los  cronistas,  sin  criterio  mo- 
ral alguno.  La  crítica  honrada  y  la  filosofía  de  la 
historia  se  han  encargado  de  borrar  la  odiosa  mancha 
que  estamparon  sobre  la  raza  aborigen  los  analfabetos 
castellanos  de  la  Conquista,  pues  "el  error  con  enve- 
jecerse no  se  transforma  nunca  en  la  verdad,  ni  ésta  es 
siempre  del  voto  de  las  multitudes  de  donde  sur- 
ge. "(48) 

El  mismo  doctor  Alvarado  incurre  en  un  error  al 
escribir  al  señor  doctor  Gil-Fortoul,  en  junio  del  año 
pasado  :  "De  los  guajibos  del  Métase  sabe  (^sic^  que 
comen  ó  han  comido  á  los  racionales  que  han  podido 
capturar  en  sen  de  represalia."  (49)  Tales  informes, 
que  ese  sabio  repite,  son  simples  cuentos  de  algunos 
mercachifles  ignorantes  ó  de -algunos  desalmados  buho- 
neros que  trafican  ó  han  traficado  por  el  Meta  cazando 
á  los  pobres  Uajibos  y  Cuibas  ó  Chiricoas,  como  si  fue- 
ran bestias  feroces.  En  mis  viajes  por  ese  afluente  po- 
deroso del  Orinoco  he  tenido  ocasión  de  ver  y  de  pal- 
par la  inexactitud  de  tales  versiones,  habiéndome  acom- 
pañado el  inteligente  francés  Mr.  Aug.  Chardon,  resi- 
dente hoy  en  Puerto  España,  Trinidad. 


(48)  Carlos   Brand,     El  Alodernismo,     pag.   8— Puerto     Ca- 
bello, 1906. 


(49)  Gil-Fortoul,  Hisforiii   Constitucional  de  Venezuela,    nota 
de  la  página  33,  tomo  I. — Berlín,  1907. 


EN    EL    SUR DIALECTOS    INDÍGENAS  I9I 

En  ñn,  para  cerrar  este  Capítulo,  oigamos  la  opi- 
nión de^tres  compatriotas,  quienes  han  ilustrado  sus 
nombres  en  el  estudio   de  estas   cuestiones. 

'•  En  cuanto  á  mí,  así  como  he  visitado  una  gran 
parte  de  los  centros  de  civilizaci(3n  de  todo  el  mundo, 
igualmente  he  recorrido  los  de  ignorancia,  barbarie  é 
infancia  del  hombre  en  su  primitivo  estado.  He  inda- 
gado lo  que  hay  de  verdad  ó  de  exageración  en  la 
acusación  que  se  hace  al  hombre  de  las  selvas,  de  ser 
caníbal  en  ciertas  circunstancias  ;  ha  sido  precisamente 
una  de  mis  preferentes  cuestiones  á  resolver,  por  la  ín- 
tima relación  que  tiene  con  todas  las  del  orden  moral, 
cuyos  resultados,  si  no  del  todo,  por  todas  partes  han 
sido  satisfactorios.  En  América,  tanto  en  el  Norte  co- 
mo en  el  Sur,  han  sido  siempres  jjrácticas  desconocidas, 
p(jr  más  que  se  haya  querido  juzgar  mal  á  estos  últimos." 
— Francisco  Michilena  y  Rojas,  Exploración  Oficial, 
página  409. 

'•  Me  es  satisfactorio  decirle  que  defiero  con  usted 
en  ideas  para  impugnar  la  fantástica  antropofagia  de 
nuestros  pobres  indígenas,  que  por  ese  derecho  natural 
que  conceden  las  leyes  divinas  y  humanas  en  todo  el 
mundo,  se  defendieron  oponiéndoles  á  los  caníbales  eu- 
ropeos de  los  aciagos  días  de  la  Conquista,  todos  los 
medios  y  recursos  que  estaban  á  sus  alcances.  Mere- 
cen aplausos  cuantos  hombres  defienden  el  suelo  pa- 
trio    " — Pedro  Antonio  Carrascosa,    carta  de  ó    de 

mayo  de    1906. 

"  Estamos  en  un  todo  de  acuerdo  en  punto  á  la 
gran  calumnia,  á  la  inexplicable  imputación  hecha  á  los 
indios  de  que  comían  carne  humana  !  Por  acá  en  Los 
Andes,  centro  de  una  gran  población  indígena  preco- 
lombiana,  tampoco  se  encuentra  indicio  alguno  de  tal 
pecado.  Por  el  contrario  :  timidez  y  mansedumbre  en 
la  índole  y  hasta  horror  á  la  sangre  !  Usted  la  ha  cali- 
ficado bien  :  '*el  mito  de  la  antropofagia  americana." 
—  Tulio  Febres-Co'^derOy  carta  de  1 1  de  mayo  de  190Ó. 
'  "Le  repito  mis   testimonios    de  simpatía  y    aplau- 

sos  por  sus  estudios,  tan  variados  como  importantes,    y 
sobre  todo,  nuevos  en  esta  materia  descuidada  en  extra- 


192  TAVERA-A'COS-TA 

mo  por  la  generalidad  de  los  pensadores  patrios.  Nues- 
tra historia  debe  traerse  desde  su  origen  ;  y  su  origen 
está  en  ese  mundo  maravilloso  y  desconocido  que  ape- 
nas se  descubre  á  través  de  los  historiadores  de  la  Con- 
quista, más  empeñados  en  justificar  los  excesos  de  los 
españoles,  que  en  estudiar  las  condiciones  de  la  raza 
oprimida. — Id,   id.  id. 

Y  Francisco  Jiménez  Arrais,  el  ilustrado  escritor 
larense,  en  su  estudio  crítico  titulado  Indios  que  co- 
vitan  gente  y.  ¿ente  qtie  comía  Indios,  dice  : 

"Examinemos  ahora  los  principales  relatos  de  cani- 
balismo que  nos  trac  la  historia,  y  ya  veremos  cómo, 
tanto  en  los  actos  canibalescos  practicados  por  los  es- 
pañoles como  en  los  practicados  por  los  indios,  las  con- 
secuencias que  se  han  deducido  son  completamente 
falsas  :  ya  se  verá  cómo  no  resisten  el  más  leve  análisis 
desprevenido." 

Y  después  de  refutar  juiciosamente  la  errónea  ver- 
sión de  la  antropofagia  consignada  en  los  libros  de  los 
cronistas  y  de  las  religiosos,  concluye  : 

"La  historia  se  ha  encargado  de  desvirtuar  un 
cargo  que  ella  misma  le  ha  hecho  á  los  indios  de  Amé- 
rica, y  que  la  posteridad  ha  aceptado  sin  examen. 
Analizados  los  hechos,  sólo  afirmarán  lo  contrario  los 
que  apoyados  en  el  prejuicio,  autoritariamente  quieran 
imponer  á  los  demás  sus  opiniones,  en  nombre  de  una 
filosofía  tiránica  y  de  una  ciencia  soberbia  y  presuntuo- 
sa." (Véase  el  número  355  de  El  Cojo  Ilustrado,  corres- 
pondiente al  1°  de  octubre  de  1906.) 

Hoy,  por  fortuna,  la  antropofagia  de  los  aborígenes 
que  se  encontraron  en  el  hemisferio  occidental,  desapa- 
rece al  estrujón  formidable  de  la  crítica,  aventada  por 
el  soplo  de  la  filosofía  de  la  historia.  Sostener,  ya  en 
nuestros  días,  tal  error  etnológico  é  histórico,  es  aberra- 
ción, cuando  no  ignorancia  pueril,  que,  por  hallarse 
confinada  entre  los  muros  de  la  propia  terquedad  se 
hace  innocua. 


"Ir 'ir-  ■'HK^'-'  "C'''í!^'  '#'#■■■#'#'"■♦♦"■  "#♦■ '#'#'--#'#>"-"<f^if'i—'##' "Il^'iiflfi»- 


CAPITULO  VI 


Más  pareceres  en  contra  de  la  creencia  de  la  antropofagia  de 
los  indios — Otros  exploradores — Trabajos  del  doctor  Jahn- — 
Piaroas  y  Maipures— Kl  Rvdo.  Gilij  — El  Rvdo.  Gumilla — 
Vocablos  «maipures»  análogos  á  los  del  Rionegro — La  voz 
maipufes — Dudas. 


Agosto   de    1906. 
Doctor  Alfredo  Jahn,    jr  : 

Grata  impresión  me  ba  proporcionado  usted  con  la 
lectura  de  su  importante  correspondenica,  de.  20  de  ju- 
lio próximo  pasado.  Veo  por  ella  que  usted,  en  Vene- 
zuela, á  la  par  de  Michelena  y  Rojas,  Tulio  Febres- 
Cordero,  Carrascosa,  etc.,  cree  que  la  antropofagia 
jamás  ha  existido  entre  nuestros  aborígenes.  Es  una 
opinión  más  que  honra  mis  humildes  pero  sinceras  ob- 
servaciones, fruto  de  algunos  años  de.  viajes  por  las  re- 
giones situadas  al  Sur  del  Orinoco,  observaciones  que 
he  expuesto  sencillamente  en  los  Capítulos  publicados 
de  mi  libro  Rionegro,  y  que  ha  tenido  usted  la  bondad 
de  leer.   (  50  ) 


(  50  )  "He  visto  con  agrado  la  defensa  que  usted  hace  de  nues- 
tros indígenas  ea  cu  mto  á  su  aitropofagia.  Yo  mismo  tuve 
ocasión  de  visitar  el  Alto  Orinoco  en  18S7,  y  estudiar  detenida- 
mente los  Guahibos  y  los  Piaroas,  y  creo,  como  usted,  que  la  an- 
tropofagia'jarnás  ha  existido  entre  nuestras  tribus.     Además,  con- 

En  el  Sur—DiaUctos  Indígenas.  13. 


194  TAVERA-ACOSTA 

Mucho  me  satisface  también  wSaber  que  mi  opinión 
sobre  este  punto  concuerda  con  la  de  los  exploradores 
Steinen,  Ehrenreich,  Schmidt,  Coudreau  y  Meyer,  via- 
jeros que  usted  nombra  y  que  han  visitado  "precisa- 
mente las  regiones  más  apartadas  é  incógnitas  de  la 
hoya  del  Amazonas." 

Ignoraba  que  usted  hubiese  estado  en  el  alto 
Orinoco  y  que  hubiese  estudiado  las  tribus  Uajibas  y 
Piaroas.  Sírvase  decirme  hasta  dónde  llegó  (51).  En- 
tiendo por  alto  Orinoco,  desde  los  Raudales  de  Maipu- 
res  para  arriba,  ó  sea  el  Orinoco  en  una  extensión  de 
cerca  de  900  kilómetros,  que  he  calculado  haber  des- 
de aquel  pueblo  ( Maipures )  hasta  las  fuentes  de 
nuestro  gran  río,  hacia  donde  pensaba  dirijirme  en  mi 
tercer  viaje  y  que  las  suspicacia  de  una  autoridad  "  sui 
géneris "  impidió  realizar,  teniendo  que  devolverme 
desde  más  arriba  de  la  confluencia  del  Uabiare.  En  el 
primer  viaje  había  logrado  llegar  hasta  la  Bifurcación 
tras  una  larga  recorrida  por  el  Atabapo,  Pimichín,  Uai- 
nía-Rionegro  y  Casiquiare. 


cuerda  su  opinión  con  las  observaciones  de  Steinen,  Coudreau, 
Ehrenreich,  Schmidt,  Meyer  y  otros  viajeros  modernos  que  han 
explorado  precisamente  las  regiones  más  apartadas  é  incógnitas 
hasta  entonces  de  la  hoya  del  Amazonas.  Steinen,  Ehrenreich  y 
Schmidt,  descubrieron  en  las  fuentes  del  Xingú  tribus  como  la 
Bakairi,  Suya,  Kustenáu  y  Truinai,  que  viven  en  completa  edad 
de  piedra,  que  nunca  habían  visto  un  hombre  blanco,  é  ignora- 
ban la  existencia  de!  perro  y  del  banano  y  por  supuesto,  los  meta- 
les, como  hierro,  cobre,  etc  Estas  tribus  viven,  pues,  en  el  mis- 
mo estado  en  que  los  españoles  hallaron  toda  la  población  primi- 
tiva de  nuestro  hemisferio  ;  más  aún,  los  Bakairi  son  los  únicos 
legítimos  caribes  existentes,  {sic)  su  idioma  es  el  Cumanagoto, 
Tamanaco  y  Caribe  nuestros,  con  pequeñas  diferencias,  y  al  en- 
contrarse frente  á  los  exploradores  extrangeros,  apellidaron  á  és- 
tos "Caiaiba!"  es  decir,  "extrangeros."  Exactamente  lo  que 
aconteció  á  los  primeros  Españoles  y  lo  que  indujo  á  estos  á  lla- 
mar á  nuestros  indígenas  "Caribes." — Ninguna  de  las  tribus  descu- 
biertas por  los  exploradores  mencionados  es  antropófaga."  — 
(  Carta  del  doctor  Jahn  al  Autor,  de  fecha  20  de  julio  de   1906.  ) 


(  51  )  "  Contrayéndome  ahora  ásu  interesante  carta,  le  diré  que 
mi  viaje  en  1887  tuvo  por  objeto  el   estudio  del  Alto   Orinoco   y 


EN    EL    SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  I95 

Plausible  labores  la  emprendida  por  usted  de  cla- 
sificar f^;tnológicamente  nuestras  tribus,  teniendo  como 
base  la  filología  comparada  en  Venezuela,  acaso  la  única 
hoy  por  hoy,  con  inmediatos  resultados  evidentes. 

Al  hacer  usted  la  comparación  del  Piaroa  actual 
con  el  Maípiíres  que  trae  Gilij,  me  observa  usted  que 
no  existe  afinidad  alguna  entre  ambos  lenguajes,  al  asen- 
tar yo  que  "los  atures  y  maipures  son  los  mismos  pia- 
roas  de  hoy. "     (  Rionegro,  pag.   6.  ) 

Tengo  entendido  que  Gilij  no  pasó  de  los  Rauda- 
les de  Atures.  No  conozco  su  obra  Sag^io  di  Storia 
Americana,  La  he  solicitado  con  gran  ahinco  y  no  la 
he  hallado  en  parte  alguna.  Lo  único  que  sé  de  ella  es 
que  no  está  traducida  al  castellano  y  que  sus  informa 
cienes  sirvieron  á  Humboldt  en  parte  para  sus  relacio- 
nes etnográficas  sobre  los  indios  del  Orinoco,  desgra- 
ciadamente exageradas  unas  ó  mal  interpretadas  otras 
en  la  propia  fuente  misionera. 

Gilij  salió  del  Orinoco  cuando  la    expulsión    de    los 
Jesuítas  en  1767,  después  de  18  años  de  residencia,    se 
gún  Humboldt,    á  orillas  del  gran  río,    y  para  esos   años 
apenas  si  existían  los  atures  ó  sean  les  mismos    piaroas. 

Dudo  que  haya  habido  una  nación  india  propia- 
mente llamada  Maipures.  Pienso  sí  que  hubo  una 
tribu  de  los  Piaroas  á  la  cual  se  la  denominaría  así,  por- 
que habitaba  en  la  selva,    lejos   de   la    influencia    de   los 


Atabapo  desde  el  punto  de  vi.-ta  geográficvO.  etnográfico  y  botánico. 
Desgraciadamente,  un  ataque  de  fiebre  gástrica  me  impidió  termi- 
nar el  viaje  regresando  del  Guainía  por  el  Casiquiare,  como  era 
mi  programa.  Parte  de  lo  relativo  á  la  flora  fue  publicado  por  el 
doctor  Ernsten  los  Annles  de  la  Universidad  Central  (  1888);  ks 
observaciones  astronómicas  y  meteorológicas  se  publicarán  próxima- 
mente en  Alemania  como  contribución  á  la  hidrografía  del  Orino- 
co. En  cuanto  al  material  etnográfico  constante  de  armas,  ar- 
tefactos, cráneos  y  algunos  vocabularios,  ha  sido  dividido  en  va- 
rías partes,  algunas  publicadas  ya,  y  los  últimos  se  utilizarán  en 
'el  trabajo  que  preparo  y  para  el  cual  he  solicitado  la  importante 
colaboración  de  usted."  (Carta  del  Dr.  Jahn,  jr.  al  Autor,  de  fe- 
cha 18   de  enero    1907O 


196  ■  TAVERA-ACOSTA 

religiosos,  entre  los  raudales  de  Quituna  (actual  Maipu- 
res)  y  los  de  Mapara  ó  Maparari,    hoy  Atures.    (52) 

A  ser  cierta  la  existencia  de  los  tales  "  maipures  " 
¿tomaría  Gilij  su  vocabulario  cuando  ya  el  lenguaje  Pia- 
roa  estaba  muy  mezclado  con  el  Uajibo  ó  con  el  Puinabe 
ó  con  algún  otro,  hasta  formar  uno  distinto  ?  No  creo 
aceptable  este  razonamiento,  porque  es  menos  que  im- 
posible que  en  tan  corto  tiempo  — cincuenta  años —  hu- 
biera podido  efectuarse  una  diferencia  tan  radical.  Y 
digo  cincuenta  años,  alargando  un  tanto  el  período,  por- 
que el  primero  que  mencionó  á  los  maipitres,  que  sepa 
yo,  fue  el  Rvdo.  Fray  José  Gurnilla  en  su  libro  His- 
toria de  las  naciones  ael  Orinoco,  escrito  por  los  años  de 
1740-42.  Pero  este  religioso  tampoco  pasó  de  los  Rau- 
dales,  ó  no  llegó  nunca  á  ellos,  y  eran  su  eterna  pesadi- 
lla los  Caribes  por  un  lado  y  los  Puinabes  ó  Cauerres  por 
el  otro.    (  53  ) 

El  Rvdo.  Manuel  Román,  que  sí  atravesó  la  zona 
de  los  grandes  raudales,  que  remontó  el  Orinoco  desde 
Quituna  para  arriba  hasta  entrar  por  el  Casiquiare,  en 
1744,  no  menciona  en  su  Informe  á  los  maipures,  y  sí  á 
los  Sálibas,     Uaipunabis,  Marabitanos,    Uarecas,  etc. 

El  Rvdo.  Juan  Rivero,  en  su  libro  Historia  de  las 
Misiones  de  los  llanos  de  Casanare  y  de  los  ríos  Orinoco 
y  Meta,  escrito  en  1729-35,  tampoco  nombra  á  los  Mai- 
pures. 


(52)  Maipures,  Qui-tuna  y  Mapara,  son  tres  palabras  caribes 
que  significan,  respeclivaraente,  Danta  ó  Tapir,  Agua  ó  Río  formi- 
dable y  Llano  ó  Sabana,  concordando,  además,  ti  dato  lingüístico 
de  Mapara  y  Quituna,  con  la  topografía  de  las  localidades. 


(  53  )  A  este  buen  señor  se  le  debe  la  versión  de  la  antropofagia 
de  los  incultos  moradores  del  río  Inírida,  repetida  después  por  So- 
lano, etc.  etc.  :  "  Gente  no  sólo  bárbara,  dice  ese  fraile,  sino  tam- 
bién brutal,  cuya  vianda  ordinaria  es  carne  humana  de  los  enemi- 
gos, que  buscan  y  persiguen  no  tanto  por  avivar  la  guerra,  cuanto^ 
para  apagar  su  hambre  i^sic)  ;  no  obstante,  han  bajado  ya  dos  ve-' 
ees  á  nuestras  Misiones,  de  paz  y  amistad,  y  se  volvieron  contentos, 
porque  fueron  bien  recibidos  y  agasajados."  Cap.  XVIII,  parte  I. 
— Notas  del  Autor. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  I  97 

El  Rvdo.  Jacinto  de  Carvajal,  en  su  obra  Descu- 
brimiento del  río  Apicre  hasta  sn  ingreso  en  el  Oriíioco, 
escrita  en  1647,  ¡T^ncho  menos  los  menciona. 

Las  primeras  noticias,  pues,  que  tenemos  de  ellos 
provienen  de  Gumilla;  y  bien  sé  yo  las  no  pocas  inexac- 
titudes  en  que  ha  incurrido  este  fraile. 

Después  mencionan  á  los  maipnres:  los  de  la 
expedición  de  Solano,  el  Rvdo.  Caulín,  el  Rvdo.  Gilij, 
Humboldt  y  muchísimos  otros  más 

I  Cual  es  la  verdadera  historia  de  estos  Maipures  ? 
I  Entrará  también  su  apelativo  en  la  caprichosa  infinita 
nomenclatura  con  que  conquistadores,  religiosos  y  tra- 
ficantes, bautizaron  á  lejanas  parcialidades  aunque  per- 
tenecieran á  un  mismo  grupo  lingüístico  ?  ¿O  toma- 
ría Gilij  el  dialecto  de  otra  nación  confundiéndole  con  el 
de  los  supuestos  Maipures  ? 

Aristides  Rojas,  siguiendo  la  fuente  humboldtiana, 
dice  que  los  Caribes  acabaron  "con  los  primitivos  atu- 
res y  maipures,  antes  que  el  conquistador  castellano  ho- 
llara con  suplanta  la  tierra  americana."  {^Leyendas  Mis- 
¿aricas,  pág.  lóo,  vol.  2 )  Y  esta  aserción  pintoresca 
del  sabio  alemán,  que  no  tiene  más  base  que  la  infor- 
mación nada  escrupulosa  de  los  indios,  cuando  no  la 
sos\)echosa  de  los  frailes,  ha  venido  haciendo  carrera 
hasta  nuestros  días  :  hombres  de  ciencia,  hombres  de 
letra,  exploradores,  viajeros,  todos,  han  repetido  el 
tópico,  sin  parar  mientes  en  la  fantasía    del   asunto.  . .. 

Por  otra  parte,  debe  recordarse  que  el  pueblo  de 
Sanjosé  de  Maipures  fue  fundado  por  don  José  Solano 
con  indios  Puinabes  ó  Uaipunabis  del  Inírida,  á  quienes 
se  les  aplicaría — por  vivir  retirados — el  sobrenombre  de 
dantas,  ó  sea  maipures,  en  Caribe,  impuesto  también  á 
gran  número  de  indios  de  diversas  naciones,  por  la  cir- 
cunstancia de  morar  en  las  selvas,    ó  monteses. 

Muy  juicioso,  ¡pues,  me  parece  comparar  el  voca- 
bulario maipures  que  trae  Gilij  con  el  de  los  Puinabes, 
Uarecas  ó  üarequenas,  Yabiteros  ó  Paráenes,  etc.  Por 
mi  parte  sólo  he  podido  comparar  con  las  voces  que 
constan  en  los  vocabularios  recogidos  por  mí,  tres  pala- 
bras inaipicres  que  he  tomado  de  Ja  obra  de    Humboldt 


igS  TAVEKA-AeOSTA 


Viüj'e  á  las  regiones  equinocciales  del  nuevo  cont lítente. 
Son  ellas  :  a7nana,  que  quiere  decir  caimán  ;  apicia,  que 
significa  báqiiiro  ;  y  kieina,  que  equivale  á  danta  ó 
tapir. 

Pero  estas  tres  palabras  corresponden  á  lenguajes 
del  Rionegro.  Véanse  :  caimán  en  Baniba,  amana  ;  en 
Yabitero  caimana  ;  en  Baria,  tzamana  ;  báquiro  en  Ba- 
niba, api  da  ;  en  Yabitero,  apiya  ;  en  Uarequena,  apida\ 
danta  en  Yabitero.  qup.ema  ;  en  Uarequena,  eema  ;  en 
Carúzana,  f^ehema.  Y  estos  cuatro  dialectos  son  deri- 
vados del  Baniba  de  las  márgenes  del  Uainía-Rione- 
gro,    etc. 

Supongo  que  Humboldt  tomó  aquellos  tres  voca- 
blos de  la  obra  Gilij. 

Dice  julio  Gaicano  en  la  página  549  de  su  libro  El 
Castellano  en.  VcneF.nela,  que  "  el  vocablo  mapurite  es  el 
caribe  maipurí,  del  que  se  formaron  el  cariniaca  maipití- 
ri  ;  tríos  y  galibí  maipuri  ;  carijona  n¿achiuri  \  apalayo 
machip7i'ii\  y  chdÁxms  mapurite.''  Puede  ser  así,  pero 
como  simple  observación  debemos  tener  presente  que 
entre  los  Caribes  del  Sur  de  Barcelona,  del  Sur  de  Ma- 
turín  y  aún  entre  los  de  Guayana  (  los  de  Mayáua,  por 
ejemplo  )  es  la  palabra  mapunche  con  la  que  designan 
al  animal  llamado  mapurite,  en  tanto  que  máipuiri  ó 
maipurí  significa  danta  ó  tapir.  Los  Caribes  de  Pana- 
pana  (Guayana)  llaman  al  tapir  máipiuri  y  al  mapu- 
rite mapírichu 

Estas  cuestiones  son  dignas  de  más  detenido  estu- 
dio ;  pero  yo,  mientras  tanto  por  las  afinidades  de  mo-' 
dits  vivendi,  localidades  de  residencia,  tradiciones,  etc., 
sigo  pensando  que  atures,  máipures,  ádoles,  etc.,  son  los 
mismos  Piaroas  ó  Pearoas,  aparte  de  otras  conclusiones 
que  se  desprenden  de  estas  líneas  sobre  el  mismo 
asunto. 

Curioso  sería  que  de  la  comparación  resultara  que 
el  máipures  del  Rvdo.  Gilij  fuera  el  mismo  lenguaje 
hablado  hoy  por  los  habitantes  de  Yabita,  á  orillas  del 
Temi,  afluente  del  Atabapo,  ó  en  los  pueblos  de  Maroa 
y  Guzmán  Blanco,  en  las  márgenes  del  Uainía-Rio- 
negro  ! 


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CAPITULO   VII 


<(  Resumen  de  Actas  de  la  Academia  de  la  I^engua  »—  Dialectos  de 
los  Andes,  de  la  Uagira  y  de  Siquisiqui —  Vocabularios  -reco- 
gidos por  Febres-Cordero,  Lares,  Gaicano,  Yepes  y  Juan  To- 
más Pérez. — «  Etnografía  del  Estado  Mérida.w 


En  el  Resumeíi  de  Actas  de  la  Academia  Venezolana 
de  la  Lengua,  publicado  en  1886  por  su  Secretario  per- 
petuo señor  don  Julio  Gaicano,  corren  insertos  algunos 
vocabularios  de  dialectos  indígenas  del  antiguo  Estado 
Los  Andes  (Mérida.  )  De  ellos  traemos  á  estas  pági- 
nas   los  siguientes  : 

Marlpuyes    ó    Mirripztyes 

(Tomado  por  Pebres  Cordero,  entre  indios  de  El  Morro.) 

1  Karí  13  tabishisjut 

2  gem  .  14  tabispit 

3  hisjut  15  tabiskabok 

4  pit  16  tabiskapsún 

5  kabok  17.  tabismaigem 

6  kapsún  t8  tabismaijut 

7  maigem  19  tabismaiput 

8  maijut  20  tabis-tabis 

9  maipit  2 1  tabis-tabis-karí 

10  tabis  22     tabis-tabis-gem 

11  tabiskari  23     tabis-tabis-hisjut 

12  tabisgem  etc.,  etc. 


200 


TA VER A- AGOSTA 


Esta  numeración  la  amplía  y  rectifica  el  referido 
señor  Febres-Cordero  en  su  periódico  El  Centavo^,  trise- 
manario  merideño,  número  7,  de  29  de  marzo  de  1900. 
Dice  este  autor  :  "  Pueden  dar  una  idea  de  la  lengua 
indígena  de  estas  comarcas  las  voces  correspondientes 
á  la  numeración  mirripuya,  las  mismas  con  pocas  va- 
riantes, usadas  por  los  mucuchíes  y  demás  pueblos  de 
la  Sierra  Nevada.  Su  sistema  de  contar,  basado  en  los 
dedos  de  las  manos,  es  perfectamente  decimal,  y  uno 
de  los  m^s  regulares  comparado  aún  con  los  de  pueblos 
de  América  superiores  en  cultura,  que  hemos  podido 
ver  ;  y  por  ello  llamamos  la  atención  sobre  él  trasmi- 
tiéndolo en    síntesis,  en  esta  forma  : 


1   can 

30 

2  gen 

40 

3  hisjut 

50 

4  pit 

60 

5  caboc 

70 

6  capsún 

80 

7   maigén 

>/ioo 

8   maisjut 

9  maipit 

200 

10  tabís 

300 

1 1   tabiscarí 

400 

12   tabisgen 

500 

13   tabisisjut 

600 

14  tabispit 

700 

15   tabiscaboc 

800 

16  tabiscapsún 

900 

17   tabismaigén 

999 

18   tabismaisjut 

19  tabismaipit 

20  gen-tabis 

etc.,    etc. 

hisjut -tabis 
pit-tabis 
caboc-tabis 
capsun-tabis 
maigen-tabis 
maisjut-tabis 
maipit-tabis 
tabis-tabis 
gen-tabis-tabis 
hisjut- tabis-tabis 
pit-tabis-tabis 
caboc-tabis-tabis 
capsun-tabis-tabis 
maigen-tabis-tabis 
maisjust-tabis-tabis 
maipit  -tabist-tabis 
maipit-tabis-tabis- 
maipit-tabis-maipií. 
No   se  conoce  la  voz 
con  que   se  expre- 
sa el  millar." 


Y  es  de  notarse,  añadimos  nosotros,  que  este  siste- 
ma de  numeración  es  exactamente  igual  en  su  com- 
posición al  de  los  chinos,  como  ya  se  habrá  visto  en  la 
Primera    Parte. 


EN    EL      SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


2  Oí 


Sigamos  con  las  voces  marripuyes  de 

El  Morro: 

azúcar 

chikibuk 

pueblo  (el) 

musigpuek 

casa 

nakot 

un  hombre 

kari  kaak 

candela 

chikapó 

un  buey 

kari  kuish 

cocuiza 

nantoj 

un  santo 

kari  sut 

frijol 

tisituk 

una  bestia 

kari  jaguay 

harina 

chingkang 

una  vela 

kari  sirup 

lebrel 

tisirki 

una  puerta 

kari  popich 

madera 

timpuek 

una  mujer 

maiz 

chijsjak 

fea 

kari  nutó 

mazamorra 

sarsó 

una    mujer 

. 

sal 

chapik 

bonita 

kari  nisjuó 

trigo 

tirkué 

una     mujer 

papas 

tingüis 

vieja 

kari  nuntok 

Del  mismo  dialecto  Marripú  ó  Mirripuyes  tomó  el 
señor  D.  José  Ignacio  Lares  un  vocabulario,  que  publi- 
ca también  en  la  segunda  edición  de  su  Etnología  del 
Estado  Ménda,  rectificando  la  escritura  que  consta  en 
algunos  vocablos  de  aquel  Resimien  usando  la  K  en  las 
articulaciones  ca,  co,  cu,  y  algunos  errores  que  parecen 
tipográficos.      Helo  aquí  : 


I  cari 

5  casum 

hombre  feo 

caac  ñuto 

2  gem 

6  cabo 

huevos 

tasbibús 

3  sirut 

7  tabías 

Juez 

carean 

4  pit 

jicara 

chiscau 

Agua 

chimpú 

Látigo 

timarzot 

agí 

chicas 

las  blancas 

ticiuira 

apio 

tis  sus 

lavar 

marso 

arepa 

suridipa 

leña 

tisceph 

aquel  hombre 

quiu  caac 

los  blancos 

ticepe 

zato 

quioe 

Maiz 

hussá 

Bellaco 

chisnuguí 

mentiras 

asnaras 

bueyes 

tibuy 

muchacho 

timuá 

Cacao 

chiré 

mujer 

cursun 

carne 

choree 

mujer    bo- 

cursun    mi- 

casa 

characot 

nita 

taifoc 

como  le 

va, 

manupe  ca- 

No  es  para 

hermano? 

chim  ? 

creer 

tamupaquia 

202 


TAVERA-ACOSTA 


cerdo 

tipurco 

Olla 

nayuu 

cuñado 

cues 

Papas 

tigúss*'  tigurús 

Chicha 

chiscau 

palonia 

tigubón 

chimó 

chacuio 

para  servir  á 

Difunto 

nascui 

usted 

chapichingo 

dónde  viene? 

manucuatú 

plata 

saisay 

dulce 

tiboo 

plátano 

tiparantan 

Está   usted 

platos 

tiparact 

bueno 

amanupe  ? 

perro 

ticirqui 

Frijol 

cihtuue 

piedra 

tituup 

fuego 

chirup 

piojo 

tiguí 

Gallina 

tigaiora 

pueblo,  el 

musipue 

guarapo 

samup 

pulga 

quis 

Harina 

chanbong 

Queso 

chujachusque 

hasta  maña- 

Sal 

chapí 

na 

tamursi  (54) 

tiesto 

tispac 

hombre 

caacne 

trabajo,  el 

escubisut 

hombre  bo- 

Vieja 

mintocas 

nito 

caac  nicí 

viejo  pichoso 

quiesho  quiñi 

MucMchies 

Agua 

chumpuk 

piedra 

tuch 

azúcar 

chikiguó 

sal 

chapí 

casa 

nakot 

sol 

mpú 

fuego 

churup 

sombrero 

kuchiná 

hombre 

nachú 

tabaco 

tas 

jefe,  juez 

kanisef 

tierra 

mikusch 

mujer 

naktún 

viento 

chiktén 

Estos  14  únicos  vocablos  mucuchíes  que  fueron  to- 
mados por  Febres-Cordero  entre  indios  moradores  de 
"El  Cenicero,"  difieren  algo  de  los  traídos  por  el  señor 
Lares.  Pero  debe  tenerse  en  cuenta  lo  que  hemos  di- 
cho en  la  página  38  aceren  de  las  modificaciones  que 
sufren  algunas  palabras  entre  las  diferentes  tribus  que 
hablan  un  mismo  lenguaje. 


(54)  Pareci-io  albaniba  ¿?w«rí/,  sol. — Nota   del  Autor, 


EN    EL      SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


203 


Véase 

el  Mocohíes  que  trae  el   último  de    los    nom 

brados  : 

agua 

•  chipué 

huevóos 

chiquipá 

animal 

ticaguai 

ir 

guateque 

boca 

macabó 

lento 

timafaá 

bailemos 

guateque 

leña   (trae) 

machipé 

chima  bum 

lengua 

chiquibu 

bubas 

timpoch 

madre 

cruchman 

cabello 

michú 

muchacho 

sari 

cabeza 

quicham 

mujer 

miyoi 

cacao 

spiti 

no 

zoy 

casa 

chimanacót 

no  bailamos 

zochi  guate- 

cerrero 

chiquiré 

que 

comer 

cuibijá 

orejas 

timabúm 

cómo  esta 

plata 

saisai 

usted  ? 

'      machinipé 

papas 

tiguis 

cueva 

mito}^ 

padre 

cruchtat 

dulce 

chiré 

piedra 

apira 

hermano 

cuches 

pies 

cujú 

hermana 

mananium 

roca,  peña 

carichnúch 

hijo-a 

guacharé 

sal 

chapí 

hombre 

miyoi 

tierra 

tira 

Es  de  notarse  en  la  escritura  de  aquellos  14  voca- 
blos así  como  en  las  voces  Miripuyes  de  El  Morro,  la 
prodigalidad  de  la  K,  como  si  usando  la  C  no  quedara 
perfectamente  perspicua  la  fonética  de  sus  voces  en  las 
sílabas  Ca,  Co,  Cu.  El  señor  Lares  se  aparta  de  ese 
extrangerismo.  Igual  reparo  tenemos  que  hacer  á  los 
que  siguen,  traídos  aquí  del  citado  Resitmen  : 

Gicagíro 

{  T')iiiiio  por  el  sen  ^r  D   Ju  io  Ca'c  iño  en  la  Gia^ira  ó  Uagira, 
en    el     año    de    1869.) 


1  Guane 

2  piama 

3  apuní 

4  pienchi 

5  jarraira 


6  achipirú 

7  alcarane 

8  meskise 

9  guane  miii 
10  poro 


204 


TAVERA-ACOSTA 


Y   no  tienen    más  números,    así  es  que  los  repiten 
para  demostrar   mayores  cantidades.  ^ 


Abuela 

tausa 

estoy    can- 

mapusase 

abuelo 

tausi 

sado 

taya 

arco 

ureche 

espera  ahí 

gierta  bará 

agua 

güin 

faja  (la) 

sira 

alcaraza 

güinruko 

fruto  del  to- 

anda lijero 

jachón  pía 

tumo 

arita 

auyama 

güire 

frijol 

firjul 

botijuela 

sirúa 

folgar 

sikapía 

caballo 

ama 

fusil 

karkabús 

cabra 

kaura 

gato 

musa 

carne  de  va- 

guayuco 

tahiche 

ca 

irucu    va 

género  (tela) 

kururo 

carne    de 

hacha 

porka 

cerdo 

iruco-porko 

hermano 

casa  (mi) 

tepiorumúi 

mayor 

tapaya 

carta 

karauta 

hermano 

cerdo 

purke 

menor 

temurie 

corales 

kuriirase 

hijo 

tachón 

cuchillo 

rúrie 

jabón 

sipuna 

cuentas 

kakuna 

jojoto,  tierno 

iroro 

cunaguaro 

hunar 

laguna 

rahuna 

cuero  de  res 

bata 

leña 

siké 

"  cabra  kaú-bruta 

lechosa   (fru 

"  zorro 

guariruta 

ta) 

iguaraya 

"      "  tigre 

kareiruta 

maiz 

marike 

cruz 

kuruzu 

madre 

téi 

chivato  cas- 

machete 

chajaruta 

trado 

kapuna 

madera 

kunú 

"  no    " 

kaura   kasi- 

matacán 

kaukero 

kuse 

mazo    de 

dame 

painke 

cuentas 

sirapa 

dato  (fruta) 

iguaraya 

melón 

meruna 

diablo 

yarfá 

muy 

maí 

deten  el  paso 

pisosera  su- 

naturaleza 

kúa 

(la) 

piero 

enea 

mariche 

olla 

güeiu 

esposa 

teerín 

paja 

aroma 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


20: 


paloma 

i  rúa 

tela  roja 

i  soso 

para       ^ 

pura 

tengo  sed 

míase  taya 

panela 

panesito 

tío 

tapayo 

patilla 

karapase 

tigre 

karaire 

pariente 

tapuse 

traje  (manta) 

tasein 

peine 

pasuta 

totuma 

ita 

perro 

erka 

tuna 

tiuna 

pecho  de 

tu  eres  rica 

pía  guasire 

mujer 

tachira 

tu  eres  pobre 

pia-kama 

pepino 

guasimuna 

muise 

pescador 

parasecase 

tu   eres    co- 

permanece 

queta 

pía- -ignara 

quieto 

maikirá 

tu   eres   ge- 

piedra de 

nerosa 

anase-pía 

fusil 

ipa  karkabús 

ven  acá 

jarache-pía 

piedra  de 

voy  á  bañar 

moler 

ip^  (55) 

me 

poijen   taya 

pólvora 

púrpura 

vete 

púnata 

plátano 

V>úrana 

vé  tras  él 

puatachiro 

raya  (arma) 

i  mará 

venado 

ai  rama 

sobrino 

tasipa 

voy  á  dormir 

atunka   taya 

sombrero 

guama  ó  gua- 

yegua 

ama-jiere 

kuko 

yo  te  quiero 

tache  kin  tain 

tabaco 

yuré  ó  sairí 

zorro 

guarie 

tela  azul 

güeites 

De    este    lenguaje    de     los    indios    de     la    Goagira 
venezolana  tomó  también  un  vocabulario  el    poeta    José 
Ramón  Yepes.      De   él  extractamos   las    siguientes    pa 
labras,    que    no    constan    en    el    del    serior    Gaicano  : 


adivino  piayman 

arco  de  flecha  kurarire 
asta  guaika 

báquiro  puinke 

brujo  hohobit 

camino  tapoy 


canoa 

kuriara 

conejo 

karpa 

culebra 

kan 

choza 

arkabuko 

chubasco 

huribav 

espíritu 

aimara 

(  55  )  Parecido  al  baniba  ibpa,  al  haitiano  Ciba,  al  aruica  siba- 
Nota   del  Autor. 


2o6 


TA VER A- AGOSTA 


espíritu  del 

hueco 

kóuse 

bien 

ama  riba 

ladrón 

karguarachi 

espíritu  del 

tinaja 

gacha' 

mal 

jolokianio 

tortuga 

sahua-ira 

esposo 

echin 

sol 

shué 

genio  tutelar 

kachimana 

viejo 

chakón 

guerra,  pelea 

gaazábara 

zamuro 

ye  mes 

hermana 

tasinú 

zorra 

iboroko 

Dialecto 

de    Siqíiisique 

Es  sensible  que  el  señor  don  Juan  Tomás  Pérez  al 
recojer  el  vocabulario  de  los  indios  de  esa  población,  ca- 
pital del  Distrito  Urdaneta,  hoy  perteneciente  á  la  juris- 
dicción del  Estado  Falcón,  se  hubiera  olvidado  de  indi- 
car la  nací()n  ó  tribu  á  que  correspondían.  ¿  Cómo  se 
llamará  ese  lenguaje  ?  ¿  Será  un  dialecto  de  la  lengua 
de  los  Caquetíos  ó  de  los  Jirajaras  ? 

El  doctor  Arcaya  en  su  estudio  Los  aborígenes  del 
Estado  Falcón  (  cap.  V  )  asegura  que  Siquisique  estaba 
poblado  por  estos  últimos,  y  que  "  casi  pura  se  conser- 
vó aUa  la  raza  Jirajara  ;"  y  en  su  trabajo  Lenguas  indí- 
genas que  se  hablaron  en  el  Estado  Falcón,  asienta  categó- 
ricamente que  este  vocabulario  corresponde  al  dialecto 
Ayamán.      Véase  : 


agua 

ing 

cielo 

ingüet 

adiós  ! 

najob  ! 

ciempiés 

siyop 

araguato 

duj 

cuchara 

dipigué 

auyama 

jos 

cuchillo 

pisiii 

batea 

bata 

culebra 

tub 

barba 

ustenagüe 

chácharo 

mondúj 

baile 

prarará 

chinchorro 

dotak 

bueno-a 

koñi 

danta 

yoyé 

caballo 

kabeyú 

de  dónde 

cachicamo 

dok 

vienes  ? 

yebii  porimí 

? 

carato 

suí 

escardilla 

asará 

carne 

chüu 

está  enfermo 

yusimá 

casamiento 

casagüé 

estoy  enfer- 

i 

cerro 

pok  diú 

mo 

ausín  ú 

cerdo 

moñé 

flecha 

ispepé 

EN    EL    SUR DIALECTOS    INDÍGENAS 


20' 


fuego 

dueg 

perro 

perú 

gallo      o 

digueró 

pereza 

takumara 

gallina 

gato 

gavilán 

gato  cerval 

guacama37a 

guacharaca 

degaró 

mis 

güé 

yu 

idok 

atogó 

plátano 
picure 
quebrada 
quieres     ca- 
sarte con- 
migo ? 

pratan 

akuri 

sat 

bnk   kasimi- 
go  turibe? 

hacha 

kamará 

relámpago 

sekuni 

lapa 
leche 

aragua 
lesi 

sal 
sol 

tu  mané 
yuaú 

lena 

sisp 

se  alentó 

ijuratini 

león 

bosin  sug 

si  quiero 

aaia 

lunes 

lloviendo 

machete 

kost  goima 
masep 

súplicas 
tapara 
tengo  ham- 

upiyué 
kub 

mañoso 

i  jura 

bre 

gekyeú 

mapurite  »• 

arok 

tierras 

güed  ap 

mazamorra 
médico 

dipjueyé 
gasga 

tigre 
totuma 

bosín 
kururú 

morrocoy 
mucho  frío 

ñamurí 
tatdmú 

venado 
vengo  del 

aguí 

a  parí  mí    ñi- 

muerte 

kusine 

conuco 

anve 

no  quiero 

ao 

viento 

titate 

olla 
padre 

pijió 
eteté 

voy   allá 
voy  á  comer 

numagüé 
tañu  oy 

paují 
pavo 
pescado 

suí 
tog 
baii 

yuca 
zorro 

jogón 
moorí 

Trae  también  el  señor  Lares  en  sa  mencionada 
Etnología  de  Ménda  un  vocabulario  del  dialecto  Migurí, 
fraterno  del  Miripuyes,  el  cual  nos  permitimos  copiar 
textualmente  á  continuación  : 


Migurí,    de    Acequias 


Cómo  está  la  familia  ? 
cómo  le  va,  blanco  ? 
cómo  está  la  señora  ? 
ya  viene  mi  abuelo 


man  upé  tascoúa  ? 
manupé  quic  sep  ? 
manupé  carigurá  ? 
guó  cuatú  chumú 


208 


TAVERA-'A'COSTA 


ya   viene  mi  abuela 

ya  se  fué  \vÁ  madre 

ya  es  tarde 

ya  es  de  noche 

madrugue  mañana 

está  lloviendo 

ya  se  va  ? 

cuándo  vuelve-  ? 

déme  agua 

déme    fuego 

una  culebra  coral 

leña 

dulce 

alacrán 

buitre 

zamuro 

gavilán 

cachicamo 

cómo  está  ? 

para  servirle 

trae    leña 

sople  el  fuego 

trae  agua 

trae  cacao 

obedece  ! 

péineme 

lento  ! 

ir 

vamos  á  beber 

bailemos 

no 

no  bailemos 

buenos  días 

cómo  le  va,  amigo 


güó  cuatú  huisí 

guó  euatós  chugae 

guó  quisuí 

guó  quisí 

gassí  muchí 

oquí  moy 

guó  cuatóc  ? 

pena    sums  ? 

(  '  )   me  chimbii 

me  chirup 

cari  suy  cuatú 

ti-semp 

chibó 

quijut 

quió 

mussitu 

cué 

uni  siiy 

machan  isa 
guariste 

machipé 

marú 

niaíam  chumpiú 

spiti  saisai 

fin  chacharé  ! 

mechi  michii 

timafáa 

guateque 

guateque   chimabum 

guateque   chimajó 

zoi 

zoichi  guateque 

machimpé 

machinpé  mayoi  ? 


(')  Me  puede  ser  corrupción  del  español. — Miyoi  tiene  distin- 
tas acepciones,  significa  también  amigo,  y  regularmente  lo  em- 
plean como  interjección.— La  CH  tiene  el  sonido  de  SH,  ingle- 
sa, ó  SCH  alemana. — Para  llamar  se  dice  mayoi, — Para  contestar, 
Mayinoch. — Notas  del  señof  Lares. 


EN    EL      SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  20^ 

muy   bien,    muy    bien  uniqueje  güez 

sentarse  nis 

siéntese  usted  manís 

comer  cuibijá 

beber  para  quitar  la  sed  cuibimú 

ya  comí  cuibichajá 

comeré    mañana  chabii  cuibijá 

quién  va?  machinepe  in  (in,  ente- 
ramente nasal  ) 

me   necesita  señora  ?  michinepe,  sairá  ? 

tengo  yertas  las  manos  currumpeché  gruta  cu- 

ñuñumé 

ruba  timpóch 

Dice  el  señor  Lares  que  al  tiempo  de  la  Conquista 
estaban  muy  pobladas  las  regiones  de  Mérida  ;  que 
eran  sus  moradores  blandos  de  carácter  y  de  índole 
apacible  ;  de  gentiles  proporciones  y  las  hembras  sobre 
todo  muy  hennosas  ;  que  sólo  los  del  valle  del  Mota- 
tán,  los  Timotes,  unían  á  su  gallardo  continente,  lo  al- 
tivo y  belicoss  del  carácter,  y  que  no  eran  como  otros 
pueblos  de  América,  nómades,  ni  vivian  del  pillaje,  ni 
cometían  actos  de  canibalismo.     (  S¿c  ) 

Muy  bien  :  estamos  perfectamente  de  acuerdo, 
salvo  en  lo  del  **  canibalismo  de  otros  pueblos  de  Amé- 
rica," que  no  es  sino  un  eco  lejano  de  los  relatos  em- 
busteros de  los  Conquistadores  repetidos  por  los  pri- 
meros cronistas  de  Indias.  Quien  tuviere  á  la  vista 
sendas  obras  abiertas  de  diez  de  esos  escritores  primiti- 
vos, se  convencería  de  tal  error  histórico  y  etnológico, 
resaltante  de  sus  mismas  encontradas  narraciones. 

De  aquellos  numerosos  pobladores  de  las  regiones 
meridenses  hoy  sólo  quedan  ''unos  tantos  Mucuchíes, 
Mucurabáes  y  Escagüeyes  ;  algunos  Miripús,  Tiqui- 
ñoes  y  Jajiés,  y  uno  que  otro  Timotes,  Quinaroes  y 
Aricaguas." 

Concluimos  trayendo  de  la  página  22,  los  siguien- 
tes interesantes  datos  del  mismo  señor  Lares  : 

í?n  el  Sur—Dialictos  Xndlgenas,  14. 


2IO  TAVERA-ACOSTA 

"  Los  Timotes  y  Quindoráes  tenían  por  base  de  su 
numeración  el  lo,  que  era  el  mismo  sistema  de  los  Cui- 
cas, sus  vecinos  ;  para  seguir  contando  decían  dos  die- 
ces, tres  dieces,  etc.  Otros  pueblos,  y  entre  éstos  los 
Miguríes,  contaban  hasta  siete  solamente.  Puede  de- 
cirse que  cada  pueblo  de  los  Timotes  hablaba  un  dia- 
lecto distinto  ;.  pero  todos  derivados  del  Chibcha  ó 
Muisca." 


'  4'*^  *   ' 


■i^l^Hl^ #H|||^ i#nH^' -#t||l^- ■■■#i#'  "#ii|!l^'  ■'#i|!(^  "<|<N^  ■#iii^' '"'ülftit^  ■#!)!!»•■  ■■■#i|j)^'i#.)|f>--i||^!(!>*  if^^  -x^^- 


CAPITULO    VIH 


Significado  de  algunos  nombres  propios  de  Venezuela  en  lenguajes 
que  se  hablan  en  Guayana — El  nombre  del  sol  en  algunos 
lenguajes  sur-americanos — Estado  de  las  tribus  del  territo- 
rio venezolano. 


Son  curiosos  los  significados  que  tienen  algunos 
nombres  de  ciudades,  ríos,  localidades,  etc.  de  Vene- 
nezuela,  en  dialectos  de  tribus  habitadoras  de  Guayana 
y   del    Territorio  Amazonas.     Véanse   á   continuación  : 


Amana 

en  Tupí  ó  Niangatú 

aguacero 

»> 

en  Baniba 

caimán 

Caracas 

en  Mandauaca 

gallo    >/ 

>í 

en  Baria 

r>          -^ 

>) 

en  Carúzana 

rj 

>> 

en  Uarequena 

y> 

Paragua 

en  Niangatú 

loro 

)> 

en  Tamanaco 

mar 

Cagua 

en  Puinabe 

gallina  ^ 

)> 

en  Baria 

macanilla 

>> 

en  Niangatú 

avispa 

}} 

en  SáKba 

a^ua 

¡f 

en  Mandauaca 

caño 

Guanipa 

en  Yaruro 

aroma 

212 


TAVERA-ACOSTA 


Cumaná 

en  Baniba 

frijol 

>> 

en  Uarequena 
en  Yabitero 

>> 

r> 

en  Mandauaca 

n 

r> 

en  Carúzana 

n 

f) 

en  Baria 

f) 

Manaco 

en  Mandauaca 

calentura 

Cari 

en  Piapoco 

tierra 

f} 

en  Mandauaca 

viento 

Yaritagua 

en  Baniba 

hermana 

Sama 

en  Piaroa 

familia 

Guanare 

en  Maquiritare 

talismán 

Topó 
Tocoy 

en  Mapoyo 
en   Ídem 

encima 
culebra 

Mapire 

en  Carúzana 
en  Piapoco 

mosquito 

Naiguatá 

en  Mapoyo 
en  Yabarana 

puerto 

Caroni 

en  Mandauaca 

agua  corriente 

Yabo 

en  Yabarana 

tío 

Oca 

en  Uarao 

cachicamo 

Muco 

en  Yabarana 

hijo 

Macagua 

en  Mandauaca 

sobrino 

Guanape 

en  Yabarana 

llanura 

Píritu 

en  Mapoyo 
en  Yabarana 

yerba 
espina 

Güere 

en  Ídem 

yo 

Guárico 

en  Piaroa 

daño 

Egua 

Baruta 

Tonoro 

en  Maquiritare 
en  Piapoco 
en  Caribe 

ya 

sapo 
pájaro 

Guama 

en  Yabitero 

no 

Guaira 

en  Uarao 

embarcación 

Chirica 

>> 

en  Caribe 
en  Piaroa 

estrellas 

j> 

en  Tamanaco 

" 

Chacao 

en  Caribe 

arena 

" 

en  Tamanaco 

>> 

Adoro 

en  Mapoyo 
en  Piapoco 

playa 
guacamaya 

EN 

EL    SUR — DIALECTOS 

INDÍGENAS                      21  j 

Maya 

en  Mapoyo 

guacamaya 

Guaca 

en  Baria 
en  Niangatú 

>> 

Guasiqui 

en  Yabitero 

tigre 

Tororo 

en     " 

en  Uarequena 

sapo 

Caucagua 

en  Mandauaca 

cacao 

Darigua 

en  Uarequena 
en  Mandauaca 

cachicamo 

Cura 

en  Mapoyo 

sapo 

Macai 

en     " 

lagartija 

Guacara 

en  Yabarana 
en  Mandauaca 

garza 

>» 

en  Niangatú 

gallina  ^ 

M 

en  Uajibo 

Pannpán 

en  Yaruro 

mariposa 

Guayana 

en  Caribe 

pálido 

)j 

en  Uajibo 

descolorido 

Cubagua 

en  Sáliba 

enfermedad 

Uquire 

en  Niangatú 

dormir 

" 

en  Caribe 

hombre 

Manamo 

en  Uarauno 

dos 

Aque 

en  Maquiritare 

>í 

Güigüe 

en  Caribe 

hacha 

M a para 

en  Baniba 
en  Caribe 

llanura 

Maparari 

en  Mandauaca 
en  Maquiritare 

" 

Tocoma 

en  Niangatú 

corozo 

Tocuyo 

en  Uarao 

flores 

Maipures 

en  Caribe 

danta 

Uyape 

en  Niangatú 

detonación 

Yaya 

sn  Baniba 

llanto    • 

Táchira 

en  Uarao 

mujer 

Macapo 

en  Mandauaca 

chato 

Cúa 

en  Piaroa 

hombre 

Uba  ó   Uua 

en 

" 

Aguacagua 

en  Piapoco 

ven  acá 

Guayos 

en  Yabitero 

murciélago 

Segua 

en  Sáliba 

raya  (pez) 

214 


TAVERA-A^GOSTA 


Tarracapi 

en 

Curiizana 

raudal 

Guayuta 

en 

Yabitero 

picure 

Guagira 

en 

Yabarana 

paloma 

Aza 

en 

Sá 

liba 

guacamaya 

Guaracaro 

en 

Mí 

ipuyo 

mono 

>> 

en 

Yaban 

ma 

" 

Macareo 

en 

Baria 

mosquito 

Véase  también  el 

1  nc 

)mb 

re  del    sol 

en    algunos    len- 

guajes  sur  americanos: 

Quechua 

rupai 

U  ara  ni 

cuarasi 

'' 

churi 

Tupí 

corase 

>> 

inti 

Omáua 

uarasi 

Chontaquiro 

intiti 

Niangatú 

uorazi 

Aimara  (56) 

inti 

Cocaima 

cuarachi 

Antis 

issiti 

Uaicana 

ajsé 

Araucana 

antu 

Uanana 

sé 

Yáua 

hini 

Moxo 

sacche 

Lula 

inrii 

Ua]:;iro 

shué 

Campi 

quienti 

Chiquita 

suús 

Caribe 

bedü 

Baniba 

amorsi  (57) 

Ta  man  acó 

ueju 

Manda  uaca      camoi 

Arecuna 

uei 

Yabitero 

camuzi 

Umáua 

bei 

Uareca 

camui 

Macusi 

uei 

Siusi 

gamui 

Jianacoto 

uei 

Carúzana 

camoi 

Yupúa 

aué 

Izaneni 

camui 

Desana 

abé 

Yucuna 

camó 

Carijona 

beí 

Baria 

camojo 

Mac  11 

uerjó 

Sáliba 

jojo 

Tuyuca 

mújiph 

li 

Puinabe 

jiámat 

Tucano 

mujipu 
aimara  quiere 

déci 

Yajuna 
ir  "  alma"  er 

ijía 

(59)  La  voz 

i  lenguaje  Uagiro. 

(  57  )  Dice  Humboldt  en  el  Libro  II,  Capítulo  I,  de  sus  Cuadros 
de  la  Naturaleza  que  "  algunos  filólogos  dados  á  las  etimologías, 
creen  que  la  palabra  americana  camosi,  parece  semejante  á  la  de 
camosch,  nombre  del   sol  en  uno  de  los  dialectos  fenicios." 


EX    EL      SL'R  — DIALECTOS    INDÍGENAS 


215 


Bara 

múiipbú 

Cuereta 

jai  a 

Uaiana 

mújipué 

Piapoco 

éeri 

Tsela    > 

mújiphú 

Tariana 

queri 

Erulia 

mujijú 

M apoyo 

cátun   (58) 

Uasena 

mújipé 

Yabarana 

y  á  tuno 

Maquiritare 

chi 

Uarao 

yaa 

Piaroa 

quiáua 

" 

jocoi 

Avamán 

yuaú 

Ya  juna 

aíyaga 

Vílela 

oló 

Cobéua 

auiya 

Conobo 

bari 

Ticuna 

ehajeh 

Yaruro 

moe 

Aruaca 

hadalli 

Uagibo 

ícoto 

Uaicura 

aligega  _ 

Mucuchíes 

mpú 

Bujagana 

omacayi 

Miraña 

néeba 

Uitoto 

jitoma 

Macú 

jóclem 

Macú 

yéu 

La  cultura  intelectual  de  los  habitantes  de  Vene- 
zuela para  la  llegada  de  los  españoles,  era,  como  se  sa- 
be, deficientísima,  ó  mejor  dicho,  rudimentaria,  si  se 
tienen  en  consideración  los  notables  adelantos  de  los 
Aztecas,  Quichuas,  Chibchas  y  Aimaras,  habitadores 
de    Centro    y    Sur    América. 

Sin  embargo,  de  los  individuos  gobernados  por 
Maruana,  Maracapana,  Manaure,  Uriaparia,  Uaicaipuro, 
Callaurima,  etc.,  se  sabe  que,  por  regla  general,  unos 
eran  inteligentes,  agricultores  y  de  magníficas  condi- 
ciones morales  ;  otros  muy  hábiles  alfareros  y  hospi 
talarios  ;  algunos  eran  valerosos,  estratégicos,  altivos  y 
estoicos  ;  y  que  todos,  en  fin,  eran  bondadosos  por  na- 
turaleza, melómanos  y  de  una  generosidad  noble  y  sen- 
cilla, cualidades  todas  que  revelan  la  facilidad  con  que 
habría  podido  ensancharse  el  radio  de  sus  adelantos, 
si  hubieran  sabido  aprovecharlas  los  torpes  blancos  que 
los  aniquilaron  ó  que  con  su  feroz  conducta  los  convir- 
tieron de  mansos  y  humildes,  en  bravios,  montaraces 
y  vengativos. 

(58)  Dice  Rodolfo  Cronau,  en  la  página  201,  tomo  II,  de  su 
obra  Amé?' zea,  que  "  al  igual  de  los  aztecas  tenían  también  los 
mayas  en  su  calendario,  un  ciclo  de  52  años  llamado  Katim  y 
además  otro  mayor  de  312,  titulado  Ajau  Katimesy—Jáhcn.^w 
Quichua  quiere  decir  "  grande  " — 'Nota   del  Autor. 


216  TÁVERA-ACOSTA^ 


Es  verdad  que  los  Quichuas  y  los  Aztecas,  por 
ejemplo,  además  de  sus  conocimientos  médicos  y  ar- 
quitectónicos, los  poseían  también  de  astronomía  ;  y 
así,  los  Incas  tenían  ciclos  de  sesenta  aílos,  dividido 
cada  año  en  cuatro  partes  con  doce  meses  de  treinta 
días,  más  una  semana  de  cinco,  así  : 

I  a,  parte —  Sitúa,    la  primavera,    tres  meses,    que 
son  :     Umu  Raymi,    Panchin  Toktu,    Aya  Marku  ; 

2a  y^'d.xX.^  —  Kapak  Raymi,  el  verano,  meses  :  Huk 
Chuy  Pokkoy,  Jatun  Pokkoy,   Pakari  Huatay  ; 

3a  parte — A-Sittta,  el  otoño,  meses:  Pakkari 
Huanuy,  Arihua,    Hayma  Muray  ; 

4a  parte —  Intip  Raymi,  el  invierno,  también  con 
tres  meses  :  Titu,  Chiram  Pacha  y  Anta  Sitúa. 

Y  los  Mayas  dividían  los  años  en  diez  y  ocho  me- 
ses, y  cada  mes  en  veinte  días,  como  lo  comprueban 
los  respetivos  nombres.  Véanse  los  meses  del  calenda- 
rio   maya  : 


Pop 

Uo 

Zip        Tzos 

Tzec 

Xul 

Yaxkin 

Mol 

Chen     Yax 

Zac 

Ceh 

xAlak 

Kankin 

Muan    Pax 

Kayab 

Cumhu 

y  los    nombres   de 

los    días  : 

Kan 

Chiccchan 

Cimi 

Manik 

Lamat 

Muluc 

Oc 

Chuen 

Eb 

Ben 

Ix 

Men 

Cib 

Caban 

Ezanab 

Cauac 

Ahau 

Ymix 

Ik 

Akbal 

Pero  en  cambio  no  supieron  ó  no  quisieron  prolon- 
gar, como  los  de  Venezuela  y  regiones  orientales  de  Co- 
lombia, la  heroica  lucha  por  conservar  su  independencia 
y  la  libertad  del  suelo  que  los  vio  nacer,  junto  con  el 
honor  de  sus  mujeres  y  de  sus  hijas,  que  era  el  suyo 
propio. 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  2  ¡7 

Desgraciadamente,  hoy  no  se  encuentra  un  solo  in- 
dígena puro  en  la  selvas  del  país  que  sepa  pintar  en  los 
cerros  ó  grabar  en  las  rocas  uno  de  aquellos  monumenta- 
les geroglíficos,  de  que  antes  hemos  hablado ;  y  salvo 
las  curiosas  pinturas  con  que  adornan  los  productos  de 
su  cerámica,  la  inteligente  extracción  química  del  cura- 
re, la  elaboración  del  casabe  y  del  mañoco,  la  fabrica- 
ción de  sus  armas  de  cacería,  sus  bien  trabajadas  disec- 
ciones de  pájaros,  sus  instrumentos  músicos,  la  artística 
construcción  de  sus  embarcaciones  y  canaletes,  sus  fies- 
tas y  bailes,  sus  exorcismos  y  su  terapéutica ....  nada 
que  indique  los  progresos  del  espíritu  humano  que  al- 
canzaron los  Incas  y  los  Mayas,  hemos  hallado  en  nin- 
guna de  las  tribus  que  hemos  visitado,  no  obstante  ser 
todas   ellas    muy  inteligentes. 


•#'#»""#'((|¡l>"-'"#'1Ü!l"' ##1    .i|^,íj!f|r   ■!lf.||j^.^.lfíi'%'''-''#^iff|t'-'''i^  ■#i||(i    i^<|»ii  i»m||i||» 


CAPTTUT^O    IX 


La  leyenda  de  los  atures — Confusiones    que  ella   ha   ocavSionado 
— Aclaraciones. 


En  la  página  i6o,  vclumen  II  de  las  Leyendas  His- 
tóricas, por  Aristides  Rojas,  se  lee  que  los  caribes  "aca- 
baron con  los  primitivos  atures  y  maipures,  antes  que 
el  conquistador  castellano  hollara  con  su  planta  la  tie- 
rra americana,"  exagerando  así  la  época  departida  del 
romance  pintoresco  de  Humboldt,  que  no  tiene  más 
base  que  la  información  de  los  indios. 

Ese  tropo  ha  venido  haciendo  carrera  hasta  nues- 
tros días  :  hombres  de  ciencia,  hombres  de  letras,  ex- 
ploradores, viajeros,  todos,  han  repetido  el  tópico  sin  pa- 
rar mientes  en  la  fantasía  del  asunto,  y  dando  con  ello 
ocasión  á  lamentables  errores  etnográficos,  sobre  todo 
entre  quienes  no  han  estudiado  de  visii  la  vida  y  costum- 
bres de  los  seres  acerca  de  quienes  se  escribe,  creyendo 
que  la  falta  de  observaciones  experimentales  es  fácil  de 
suplir,  en  las  ciudades,  teniendo  á  la  mano  libros  exó- 
ticos, de  los  cuales,  al  calor  de  las  bibliotecas,  se  toman 
datos  y  notas,  se  acumulan  párrafos  y  se  adoptan  teo- 
rías, que,  por  provenir  de  hombres  científicos,  hay  que 
respetar  !     Infeliz  influjo  del  magister  dixit  ! 

En  efecto,  tal  sucede  con  la  leyenda  humboldtiana 
de    la  extinción  de  los  atures. 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS  2ig 

El  sabio  alemán  dice  en  la  página  ^yS,  Libro 
VIII,  Capítulo  XXV  de  su  Viaje  á  las  regiones  eqiñnoc- 
ciales  del  Nitevo   Continenle  : 

"  Corre  una  tradición  entre  los  indios  guahivos, 
según  la  cual  los  belicosos  atures  perseguidos  por  los 
caribes,  se  salvaron  sobre  las  rocas  que  se  hallan  en  me- 
dio de  las  grandes  cataratas,  y  que  fue  allí  donde  esta 
nación  numerosa  en  otro  tiempo,  se  aniquiló  poco  á  po- 
co, igualmente  que  su  lengua.  Las  últimas  familias 
de  los  atures  existían  aún  en  1767,  época  del  misione- 
ro Gilij  ;  y  cuando  nosotros  viajábamos  por  aquellas 
regiones  se  enseñaba  en  Maipures  un  viejo  papagayo, 
de  quien  aseguraban  los  habitantes  que  nada  podía 
comprenderse  de  cuanto  decía,  porque  hablaba  la  lengua 
de  los  atures." 

Y  más  tarde,  en  sus  Cuadros  de  la  IVahiraleza, 
traducción  de  Bernardo  Giner,  (  Madrid,    1876)  dice  : 

"  Nuestros  intérpretes  no  pudieron  darnos  noticias 
ciertas  sobre  la  época  de  estas  canastillas  y  de  estos  va- 
sos. (  59  )  Sin  embargo,  la  mayor  parte  de  los  esquele- 
tos _no  parece  que  han  de  contar  mas  de  cien  años. 
Existe  una  tradicción  entre  los  indios  guarecas,  según 
la  que  los  valerosos  atures,  perseguidos  por  los  caribes 
antropófagos  se  refugiaron  en  las  rocas  de  las  cataratas, 
lúgubre  morada  en  donde  toda  la  raza  pereció  sin  dejar 
indicios  de  la  lengua  que  hablara.  En  la  parte  más 
impracticable  del  raudal,  encuéntranse  otras  cavernas 
llenas  igualmente  de  osamentas.  Es  de  suponer  que 
la  última  familia  de  los  atures  no  se  extinguió  hasta  mu- 
ho  tiempo  después  ;  porque  en  Maipures  vive  ¡  cosa 
rara  !  un  loro  viejo  que  nadie  entiende,  según  dicen  los 
naturales,  porque  habla  la  lengua  de  los  atures."  (  imagi- 
na 233.  ) 


(  59  )  Vasijas  de  barro  cocido  y  catumares  donde  estaban  coloca- 
dos los  esqueletos  de  los  indios.  Estos  catumares  son  una  especie  de. 
mapires  en  forma  de  costales,  tejidos  con  hojas  de  palmeras,  y  de 
vario  tamaño.  Ku  mandauaca  catumare  significa  sepultura. — Nota 
del  Autor. 


2 2 ó  TÁVERA-ACOStA 

La  simple  lectura  de  estos  párrafos  deja  campo  á  la 
crítica.  Fíjese  quien  quiera  :  en' l'a  trancri'pción  pue  he- 
mos hecho  de  su  Viaje,  asegura  que  la  tradición  existía 
entre  los  giiahivos,  y  en  la  que  acaba  de  leerse  afirma 
que  era  entre  los  indios  guarecas  \  allá  los  caribes  no 
eran  antropófagos,  acá  si  lo  eran  ;  allá  las  últimas  fami- 
lias atures  vivían  aún  para  17Ó7,  acá  mucho  tiempo 
después 

Los  Uarecas  ó  Uarequenas  son  del  Rionegro  y  su 
dialecto  es  un  derivado  de  la  lengua  Baniba.  Los  Uaji- 
bos  moran  en  las  márgenes  del  Bichada,  etc.  y  aunque 
afines  suS'  lenguajes,  no  tienen  grandes  analogías  grá- 
ficas, por  lo  menos  ostensib-es  á  nuestra  cortedad  de 
ent^ndimi-ento. 

En  la  primera  relación  no  califica  de  caníbales  á  los 
caribes,  en  la  segunda  sí  ;  pero  debemos  tener  presente 
que  él  mismo  ha  desmentido  gallardamente  la  antropo- 
fagia de  los  pobres  caribes  del  Continente.  ¿  Serían 
entonces  los  de  las  Antillas  ^s>ic^  que  subieron  famé- 
licos hasta  el  raudal  de  los  piaroas  ó  ádoles  para  matar 
y  comerse    á  sus  tímidos  hermanos  ? 

No  parece  sino  que  todo  fue  una  conseja  de  los 
indios,  quienes,  al  no  entender  los  gritos  destemplados 
del  papagayo,  por  salir  dei  paso  ó  para  reírse  entre  ellos 
di^\  yaránabe  (60)  preguntón',  le  dijeron  que  era  la  len 
gua  de  los  que  estaban  enterrados  en  las  grutas  de  los 
cerros  de  Atures  ! 

Humboldt  magnificó  la  especie  con  el  lirismo  de 
su  cerebro  poderoso,  y  de  allí  que  el  poeta  Ernesto  Cur- 
tius,  su  conterráneo,  entusiasmado  por  el  numen  del  cé- 
lebre viajero  y  por  lo  peregrino  de  la  leyenda,  la  trasladó 
al  verso  con  el  mote  de  El  loro  de  los  Atures.  Después 
virtióla  al  castellano  en  versos  octosílabos,  nuestro  lite- 
rato doctor  Lisandro  Al  varado,  y  más  tarde  el  arqueó- 
logo doctor  Aristides  Rojas  escribió  también  una  leyenda 
histórica. 


(60)  Persona  blanca,  extranjero.— A^(?/í2    del  Autor 


EN    EL      SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  22  1 

Pero  antes  de  proseguir,    hachamos  un    breve    histo- 
rial de  los  ádoles  (3   atures,    ó    piaroas. 
'i  ^ 

El  primer  autor,  que  sepamos,  que  mencionó  á 
los  ádoles  ó  atures,  (6i  )  fue  el  Fraile  Jacinto  de 
Carvajal  en  su  libro  Descubrimiento  del  río  Apure  hasta 
S7i  in^i eso  en  el  Orinoco,  en  1647.    (Páginas  273,  299,  303) 

Después,  en  la  página  314,  dice  :  *'Passado  el  río 
de  Meta  y  Orinoco  arriba  orilleandole  por  el  diestro  la- 
do en  distancia  de  algunas  náuticas  jornadas  se  enquen- 
tra  con  el  raudal  de  los  Ádoles "y  donde  se  abo- 
gó el  Gobernador  de  Guayana  don  Fernando  de  Be 
rrío  y    Oruña,  en  1629. 

El  Fraile  Juan  Rivero  en  su  obra  Historia  cíe  las 
iV/isiones  de  los  danos  de  Casanare  y  de  los  ríos  Orinoco 
y  Meta,  escrita  en  1729-35,  asegura  que  en  1680  los 
religiosos  Ignacio  Fiol  y  Felipe  Gómez,  remontaron 
el  Orinoco  desde  la  confluencia  del  Meta  y  "'na- 
veo^aron  contra  la  corriente  del  río,  v  á  la  fuerza  de  re- 
mos  con  bastante  número  de  indios  diestros  en  romper 
sus  raudales,  y  después  de  muchos  días  de  navegación 
y  trabajo,  hallaron  que  la  capacidad  era  casi  inmensa 
para  muchas  misiones  ;  las  parci?lidades  inumerables, 
las  lenguas  poco  diversas,  pues  casi  todas  las  gentes,  ó 
las  más,  hablaban  un  miismo  idioma    "  (  Pág.  253) 

Y  ya  antes,  en  la  página  44  :  "Una  de  las  islas 
más  conocidas  y  celebradas  en  este  río  es  la  de  Ádoles 
y  sus  raudales  son  muy  nombrados  porque  se  oponen 
como  una  murallala  al  paso  de  las  embarcaciones,  por 
sus  precipitadas  corrientes,  sus  oleajes  encrespados 
y  sus  horrorosos  remolinos  ....  Habitan  en  esta  isla 
de    los   Ádoles     muchos    indios    llamados    ádoles    tam- 


(61)  Recuérdese  que  ¿f¿j!(?r(9  en  Piapoco  y  átoto  en  Carúzana, 
significan  guicamaya,  qne  dfori-ziaro  en  Mandauaca  quiere  de- 
cir loru  grande,  que  el  Piaroa  y  el  Sáliba  tienen  analogías  y  que 
el  Cariiz-aiia,  el  Madauaca,  el  Salaba  y  el  Piapoco,  provienen  de  la 
lcn;:ua  Baniba. — A^ota   del  Aittor. 


2  22  TAVERA-ACOSTA 

bien  .  . "  y  que  vienen  á  ser  los  noismos  piaroas  de  aquellos 
contornos,  que  encontraron  aquellos  frailes  viviendo  en 
siete  pueblos  nombrados  así :  Truage  (  Tabaje  ó  raudal 
de  Borjas,  hoy  )  Adoles  (  Athules  ó  Aturis,  hoy  Atures  ) 
Peroa  hoy  Piaroa  )  Cusia,  Masiba,  Duma  ó  Domo  (  hoy 
Tomo)  y  Catarubén  ó  Catarabén.  (  PáG;ina  256)  Y 
en  la  mima  página  da  á  entender  que  esas  parcialida- 
des eran  Sálibas  y  Acháuas.  que,  como  ya  hemos 
visto,  tienen  sus  afinidades  con  los  del  Rionegro. 

El  Fraile  José  Gumilla.  continuando  la  indicación  de 
su  colega  Rivero,  dice  en  el  Capítulo  XIII,  Parte  i^ 
de  su  Historia  de  las  Naciones  del  Oi'ínoco  :  "  De  este 
mismo  calibre  y  genio  son  los  indios  aturis,  que  se  repu- 
tan por  sálibas,  aunque  su  dialecto  es  aigcí  diverso.  La 
nación  de  abanes,  de  ?naipu  es  y  los  quirrubas  son  de 
diferentes  lenguajes,  pero  del  mismo  genio  y  manse- 
dumbre." 

Y  en   el   XXI    de  la   misma  Parte  : 

"  A  poco  más  de  cincuenta  leguas  {sic)  de  esta  emi- 
nencia (Paruaza)  en  que  estamos,  siguiendo  agua  arriba, 
se  destroza  este  río  (  Orinoco)  en  el  raudal  de  los  ado- 
les, del  cual  hablé  ya.  estrellando  sus  corrientes  tres 
veces  por  otros  tantos  despeñaderos  ;  en  el  último  de 
los  cuales  sobresale  una  peña  llana  tan  capaz,  que  en 
ella  vive  de  asiento  un  pueblo  entero  de  la  nación 
Adole,    ó  Ature,    según  su  lengua." 

Debe  recordarse  que  Gumilla  no  llegó  nunca  á  los 
raudales  de  Atures,  y  aunque  se  guió  en  gran  parte  por 
los  relatos  del  Rvdo.  Rivero,  no  menciona  en  su  nomen- 
clatura de  tribus  á  los  Piaroas,  porque  para  los  años 
en  que  escribió  su  obra  (  1740-42)  se  conc^cían  general- 
mente con  el  nombre  de  aturis  ó  ádoles.  Pero  con 
todo,  se  le  ve  asegurar  que,  aunque  reputadoos  por  Sá- 
libas, su  dialecto  es  algo  diferente,  lo  que  en  rigor  es 
exacto  ;  mas  comparándose  con  detención  se  verán 
grandes  simpatías.  Y  hace  muchos  años — cerca  de  dos 
siglos — que  se  sabe  que  las  tribus  que  habitaban  la  zona 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  223 

de  los  raudales  de  Atures  eran  Piaroas,  Yaruros,  Ma- 
poyes y  algunas  familias  de  Uajibos  nómades,  deno- 
minadas todas  sin  duda  alguna  por  los  misioneros,  con 
otros  sobrenombres,  como  yuapines.  cuacuas,  meye- 
pures,  guiperneyes,  maipures,  sirupas,  chirupos,  quiru- 
pas,  quirrubas,  etc. 

Para  1760,  Solano,  ei  Jefe  más  notable  de  lasfamosa 
Expedición  de  Límites,  añrma  que  junto  con  los  Pia- 
roas poblaban  las  regiones  del  Sipapo.  etc.,  los  Mai- 
pures, Sirupas  y  Guiperneyes.  (  Informe  de  25  de  se- 
tiembre de  1760.  ) 

A  este  inteligente  y  laborioso  ingeniero  es  á  quien 
se  le  debe  el  trueque  del  vocablo  "  ádoles"  ó  "  atures  " 
por  el  de  "piaroas,"  aplicándolo  por  vez  primera  á  una 
de  las  tribus  que  encontró  en  la  región  de  los  raudales 
de  xAtures,  al  Sur.  Demás  está  decir  que  no  nombra 
á  los  atures. 

En  la  Hictoria  de  la  Nueva  Andalitcia,  por  el 
R\do.  Antonio  Caulín,  publicada  en  1779,  se  lee:  "Des- 
de este  río  (  Meta  )  hasta  el  raudal  de  los  Atures,  se 
•regulan  de  15  á  20  leguas  ;  y  entran  en  Orinoco.... 
la  misión  de  San  Borjas  ( Truaje  )  de  trescientas  al- 
mas de  nación  yaruros  ;  y  á  la  frontera  de  este  pueblo 
está  el  raudal  de  Tabaje....  Después  está  la  isla 
Tarbén,  el  peñón  de  Guaripa  y  la  isla  Quémalo,  á 
quien  sigue  el  río  Itaba  y  á  éste  el  raudal  de  Bayabada, 
que  está  corno  tres  leguas  antes  de  llegar  al  expresado 
raudal  de  los  Atures.  Por  el  Sudeste  recibe  á  los  ríos 
Paruena,  Anauene  y  Edeua,  á  quien  sigue  el  pueblo 
de  San  Jnan  Nepomuceno  ó  raudal  de  los  Atures,  de 
320  almas  de  naciones  atures,  maipures,  abanis,  meye- 
pures,  quirrupas  y  yaruros."  (Capítulo  X.  Libro  I,  §  2  ) 

Aquí  es  de  notar  que,  no  obstante  haber  acompa- 
ñado Fray  Caulín  á  la  Expedición  de  Solano  por  algún 
tiempo,  hasta  el  raudal  de  los  Piaroas,  de  donde  no 
pasó,  es  á  quien  se  debe  haber  embrollado  más  la  cues- 
tión, haciendo  aparecer  nada  menos    que   seis  naciones 


2  24  TAVERA-ACOSTA, 

distintas  como  pobladoras  de  aquella  aldea,  fundada  por 
segunda  vez  al  pié  de  los  raudales  de  Adoles  ó  Atures, 
por  Fray  Francisco  del  Olmo,  en  1734,  y  luego-,  por 
tercera,    en  1748,  por  Fray  Francisco  González. 

Y  conviene  decir  para  mejor  esclarecer  la  cuestión, 
que  estas  dos  fundaciones,  así  como  la  prim.era  en  1682 
por  el  Rvdo.  Fiol,  se  llevaron  á  cabo  en  el  mismo  punto, 
ó  mejor  dicho,  donde  c^stuvo  el  antiguo  pueblo  de  Pea- 
roa,  á  orillas  del  Cataniapo,  que  desagua  frente  á  los 
raudales  de  Atures,  y  que  desde  tiempo  inmemorial  se 
ha  reputado  como  residencia  de  los  Piaroas,  como  con 
toda  veracidad  asegura  Caulín  al  final  del  parágrafo  ci- 
tado. Pero  como  él  supuso  que  los  atures  eran  distin- 
tos de  los  piaroas,  bien  fuera  ó  para  aumentar  el  nú- 
mero de  las  tribus,  ó  porque  no  encontró  quien  le  die- 
ra razón  de  su  morada,  les  concedió  de  motít  proprio 
como  residencia  habitual  las  regiones  del  alto  Orinoco, 
cerca  de  las  márgenes  del  río  Ocamo  í  (Véase  el  final 
del    Capítulo  X,  parágrafo  2,  Libro   I  de  su    obra.) 

Sin  embargo,  para  1756  no  había  según  él,  ningún 
Piaroa  en  el  raudal  de  Atures  ;  pero  sí  algunos  indi- 
viduos atures  entre  los  320  habitantes  del  pueblecillc  de 
Sanjuán  Nepomuceno,  que  habrían  sido  traídos  nada 
menos  que  del  Ocamo  y  del  Padamo,  cuando  para 
aquel  año  no  se  habían  explorado  las  regiones  del  alto 
Orinoco,  arriba  de   la  Bifurcación  ! 

Más  tarde  el  Rvdo.  Salvador  Gilij,  en  su  libro 
Saggio  di  Storia  Amencaiia,  publicado  en  1780-84, 
hace  referencia  de  los  Piaroas,  y  dice  que,  aunque  más 
rebeldes  que  los  Cuacas,  hablaban  el  mismo  idioma  y 
vivían  vecinos  de  los  Mapoyes,  al  occidente  del  río  Pa- 
ruaza.   (62) 

Desde  aquellos  años  de  la  Expedición  de  Solano 
por  el  Orinoco,  (  1755-60)  empezaron  á  decaer  los  nom- 


(62)  Paruaza,  quiere  decir  "caño  de  la  guacama^^a,"  de  pajii, 
caño,  y  aza^  guacamaya  — Nota  del  Autor. 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS         225 

bres  de  Adoles  ó  Atures  con  que  se  conocían  las  tribus 
en  referencia,  predominando  el  de  Piaroas  que  hoy  lle- 
van, >y  que  dio  margen  á  Humboldt  para  considerarlas 
destruidas  por  los  Caribes  antropófagos  (s:c)  que  re- 
montaron el  Orinoco  en  persecución  de  aquellos  infe- 
lices. Y  Gilij  que  desconoció  á  los  Aturis  con  las  deno- 
minaciones de  ádoles  ó  piaroas,  los  confinó  á  vivir  entre 
los  ríos  Padamo  y  Ocamo,  siguiendo  así  la  errada  ver- 
sión   del    Revdo.  Caulín.    (  63  ) 

Sin  embargo,  aquella  región  de  los  raudales  del 
Orinoco  — residencia  habitual  de  los  Piaroas — ■  siguió  de- 
nominándose de  Atures,  que  es  el  nombre  con  que  has- 
ta hoy  se  la  conoce. 

Caulín  se  devolvió  desde  dichos  raudales  el  mismo 
año  de  1756.  ¿  Cómo,  pues,  si  los  atures  no  fueran,  los 
mismos  piaroas,  iban  á  residir  para  ese  año  en  San- 
juán  Nepomuceno  algunos  de  sus  individuos  cuando  pa 
ra  entonces  se  hallaba  desconocida  la  región  del  Orino- 
co, desde  la  Bifurcación  hasta  sus  cabeceras  ?  Y  es  de 
apuntarse  también  que  ninguno  de  los  relatos  que  he- 
m.os  leído  de  la  Expedición  de  Límites,  menciona  á  los 
atures,  y  mucho  menos  para  darles  residencia  entre  los 
ríos   Ocamo  y    Padamo. 

No  obstante,  Caulín  afirma  que  se  guió  por  los 
trabajos  de  aquella  expedición,  en  lo  tocante  á  la  re- 
gión desde  Maipures  para  arriba,  que  él  no  visitó  ; 
y  Humboldt,  que  en  mucho  se  guió  por  las  obras  de 
esos  dos  religiosos,  no  viendo  tampoco,  en  1800,  por 
ninguna  parte  á  los  atures,  los  declaró  extintos 

Por  lo  expuesto  en  las  citas  que  anteceden,  se  evi- 
dencia fácilmente  que  lo  acontecido  con  los  piaroas  ó 
atures,  se  debe  desde  un  principio  a  la  confusión  produ- 
cida por  la  caprichosa  nomenclatura  con  que  cada  in- 
dividuo designaba  á  las  tribus. 


(63)  Véase  Ethno^raphie  precolombienne   du    Venezuela^  por  el 
doctor  Gaspar   Marca  no. — París,  1890. 

En  el  Sur —Dialectos  Indígenas.  15. 


220  TAVERA-ACOSTA 


Y  subió  á  tal  grado  el  enmarañamiento  de  esta 
cuestión,  que  los  pobres  Piaroas  fueron  traídos  y  lleva- 
dos á  extraña  voluntad  por  todas  partes.  Con  tal  mo- 
tivo, nuestro  sabio  compatriota  Gaspar  Marcano, 
miembro  de  la  Sociedad  Antropológica  de   París,    dice  : 

'*En  los  mapas  del  siglo  XVII  se  encuentra  la 
isla  y  la  catarata  de  los  Athules,  situadas  generalmen- 
te del  lado  de  Rionegro.  Para  Gilij  los  atures  estaban 
establecidos  al  Este  de  la  Esmeralda  entre  el  Pada- 
mo  y  el  Ocamo  ;  los  considera  como  extinguidos,  pues 
ni  aún  se  conocían  sus  costumbres,  asegurando  que  en 
su  tiempo  (1767)  apenas  si  existían  unas  veinte  perso- 
nas en  el  raudal  que  lleva  su  nombre.  Ellos  no  figuran 
en  el  mapa  de  Gumilla  y  apenas  los  nombra  en  el  texto 
de  su  obra  para  decir  que  ellos  hablaban  una  lengua 
algo  diferente  de  la  de  los  sálibas.  Caulín  hace  man- 
sión délos  atures  como  si  hubieran  tenido  su  residencia 
cerca  de  la  Parima  y  las  imaginarias  fuentes  del  Orino- 
co. En  uno  de  los  últimos  mapas,  el  dibujado  por  Poir- 
son  para  la  obra  de  Depons  (  1805)  en  el  que  están 
prodigadas  ciertas  naciones  no  conocidas,  se  hallan  los 
atures  situados  á  la  izquierda  del  lago  de  la  Parima 
en  cuya  existencia  el  autor  creía  todavía,  y  la  aldea 
de  San  Juan   Nepomuceno  de    los    Atures,    en    el   lugar 

que  ocupaba  cerca  del   raudal Los  geógrafos,  que 

estaban  acostumbrados  á  poner  en  sus  mapas  bajo  el 
nombre  de  Atures,  ya  una  isla,  ya  una  catarata,  ya 
una  nación  misma,  concluyeron  todos  de  acuerdo  por 
inscribir  desde  entonces  la  catarata  y  el  pueblo  en  el 
mismo  punto,"  (64)  es  decir,  á  orillas  del  caño  Ca- 
taniapo,  en  su  más  antigua    residencia  conocida. 

Pero  después  los  Piaroas  — y  asimismo  los  Ma- 
poyes y  los  Yaruros —  humildes  y  mansos  pobladores  de 
la  región  comprendida  desde  el  Meta  hasta  el  raudal 
de  los  Adoles,  fueron  internándose  hacia  el  Sur  del 
Orinoco,  buscando,  las  fuentes  del  Cataniapo  y  las 
márgenes  del  Sipapo,  debido  á  la  punible   conducta    de 

(64)  Ethnogfaphie p}€Colombierínedu  Veiiezicela,  páginas  26  y  27. 


EN    EL      SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  227 

los  blancos  que  llegaban  hasta  ellos,  y  quienes  trataban 
de  coartarles  hasta  en  su  adorada  libertad  individual, 
de  tal 'suerte,  que  hoy  se  hallan  completamente  desier- 
tas las  costas  del  Orinoco  desde  aquel  raudal  hasta  los 
cerros  de  Barrauán  c  Parauán. 

Por  otra  parte,  muy  bien  pudo  acontecer  que  entre 
esas  tribus  hubiera  también  algunas  Sálibas  y  Piapo- 
cos, ó  sean  Acháuas  ó  Airicos,  quienes,  á  la  presencia 
de  los  extrangeros,  siguieron  el  movimiento  de  aquéllas 
(si  ellas  mismas  no  hubiesen  dado  ei  ejemplo)  y  fue- 
ran alejándose  hacia  el  Sur  Oeste,  de  manera  que  para 
.1755,  cuando  pasó  Solano,  ya  no  existía  un  sólo  indi- 
viduo que  las  representase  en  la  zona  de  los  raudales, 
lo  que  daría  ocasión  á  Humboldt,  medio  siglo  más  tar- 
de, para  asentar,  confundiéndolos  con  los  Atures,  que 
estos  habían  desaparecido  completamente.  Demás  es- 
tá decir  que  este  sabio  no  visitó  el  Meta,  el  Bichada, 
el  Uabiare,  el  Inírida,  ni  el  alto  Uainía  y  que  según 
se  lee  en  las  obras  de  los  misioneros,  familias  Sálibas 
habitaban  la  región  de  los  raudales,  desde  Carichana 
para  arriba. 

En  consecuencia  de  todo  lo  expuesto,  creemos, 
pues,  que  del  romance  de  Humboldt  proviene  el  error 
etnográfico  en  que  han  incurrido  tantos  hombres  de 
ciencia,    vgr  :   Balbi  y    Codazzi.  ,    ,,< 

El  primero  dice  en  su  Compendio  de  Geografía  : 
Atures .  Nación  antes  numerosa,  fuerte  y  guerrera,  de 
quien  una  parte  formó  la  masa  principal  de  la  misión 
de  Atures,  y  cuyo  panteón  nacional  es  la  caverna  de 
Atauripa." 

Y  Codazzi  escribió  :  ''Los  Atures,  nación  guerre- 
ra y  poderosa,  ya  casi  extinguida,  pues  hace  medio  si- 
glo que  no  se  le  conoce  sino  por  los  sepulcros  de  la 
caverna  de  Atauripa,  en  donde  se  coserv^an  los  esque- 
letos en  mapires,  especies  de  cestas,  y  en  vasos  de  tie- 
rra pintados  con  arte."  (  Resumen  de  la  Geografía  de 
Venezuela,  ) 


2  28  TAVERA-ACOSTA 

Y  después:  muchos  más  han  venido  hablando  de 
los  Piaroas  ó  atures,  extinguidos  por  obra  y  gracia  de  las 
informaciones  indias  ó  de  la  brillante  fantasía  df,l  via- 
jero insigne.   (  65  ) 

Como  las  obras  de  Humboldt  son  el  raudal  donde 
todos  van  á  beber  ó  consultar  sobre  asuntos  etnográficos 
con  relación  á  los  indios  del  Orinoco,  debemos  recordar 
que  la  fuente  más  común  de  aquel  sabio,  para  lo  que  él 
no  vio,  fueron  los  libros  de  Gumilla,  Caulín  y  Gilij, 
que  adolecen  de  exageraciones,  de  noticias  inexactas  y  de 
relatos  de  costumbres  indias  muy  mal  interpretadas  ;  y 
que  Humboldt,  además,  tampoco  tuvo  tiempo  de  es- 
tudiar á  fondo  sobre  el  terreno  estas  cuestiones,  pues 
su  viaje  por  las  regiones  del  Orinoco,  Atabapo,  Pimi- 
chin,  Uainía-Rionegro  y  Casiquiare,  apenas  duró  tres 
meses,    desgraciadamente. 

Dignas  de  tenerse  en  cuenta,  pues,  con  relación  á 
los  atures,  son  las  consideraciones  de  nuestro  ilustre  an- 
tropólogo Gaspar  Marcano,  en  el  Capítulo  I  de  su  obra 
Etnographie  pvécolombienne  dn  Venezuela.  (  Páginas  del 
25  al  28.)  Cuanto  á  nosotros,  por  las  observaciones 
que  dejamos  apuntadas,  nos  atrevemos  á  repetir  que 
los  ádoles,  atures,  athules,  áturis,  etc.  de  los  siglos 
XVII  y  XVIII,  son  los  mismos  piaroas  y  catarubenes 
del  XIX  y  del  XX,  que  residen  hoy  en  las  cabeceras 
del  Cataniapo,  márgenes  del  Sipapo,  Úcata,  Zama  y 
Matabén. 


(  65  )  Sin  embargo,  es  de  tenerse  presente  que  años  más  tarde 
el  mismo  Humboldl  en  su  obra  Vites  des  Cordilliéres  et  Monuments 
des  peuples  indig enes  de  V  Amérique.  se  olvidó  por  completo  del 
origen  de  la  leyenda,  y,  contradiciéndose,  situó  á  los  atures  al  lado 
de  los  aztecas  y  de  los  incas  !  (  Pág.  27  de  Ethnographie  pre-co- 
iombie7t7ie  du  Venezuela. — Nota  del  Autor, 


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c^PTTur.o  x: 


La  leyenda  de  los  Maipures — Los  Banibas  de  hoy  son  los  mismos 
Maipures  del  siglo  XVIII — Aclaraciones  y  rectificaciones — 
Vocabulario  Quichua. 


La  leyenda  acerca  de  la  extinción  de  los  atures,  la 
amplió  más  tarde  nuestro  malogrado  doctor  Aristides 
Rojas.  No  viendo  por  ninguna  parte  á  los  Maipures^ 
los  incorporó  á  los  esqueletos  cuyos  restos  aún  yacen  en 
el  Cerro  de  los  Muertos  ó  gruta  de   Atauripa. 

En  el  Capítulo  XXI,  Libro  VII,  del  ya  citado 
Viaje  de  Humboldt,  se  lee  :  "  Reflexionando  sobre  los 
nombres  de  las  misiones  fundadas  por  los  frailes  españo- 
les, pueden  cometerse  algunos  errores  con  respecto  á  los 
elementos  de  población  que  ellos  han  empleado  para  su 
fundación.  Cuando  los  jesuitas  construyeron  las  dos 
villas  de  la  Encaramada  (66)  y  Atures,  llevaron  in- 
dios maipures  ;  pero  la  misión  de  este  nombre  no  ha 
sido  fundada  por  la  reunión  de  indios  maipures,  sino 
que  deben  su  origen  á  los  indios  guaipunabis  de  las 
orillas  del  Inírida,  y  pertenecen,  según  la  analogía  de 
las  lenguas,  con  los  maipures,  los  cabres,  los  abanes  y 
quizás  los  parenes,  á  una  misma  rama  de  los  pueblos 
del  Alto  Orinoco." 


(66)  Corrupción  de  vocablo  indio  Caramana.  En  ese  punto, 
llamado  también  Pocopocori,  estuvo  situado  el  pueblo  ó  misión 
de  Sanluís. — Nal!a   del  Auto}. 


23a  TAA^ERA-ACO-STA  ' 

En  esto  hay  algunas  confusiones  que  conviene 
aclarar  porque  ellas  han  dado  margen  para  que  otros 
hombres  de  ciencia  hayan  asentado  manifiestos  errores 
etnográficos,  semejantes  á  los  de  la  extinción  de  los 
atures,    etc. 

El  pueblo  de  Sanjosé  de  Maipures  se  fundó  en 
1756  con  indios  Uaipunabis  del  Inírida,  que  son  los 
mismos  cabres,  cabires,  caberres  y  cabres-maipures, 
En  tanto  que  ya  antes,  Sanjuán  Nepomuceno  (  Atures  ). 
por  tercera  vez  en  1748,  y  Sanluís  de  la  Encaramada,  en 
1749,  ambas  con  indios  apellidados  maipures,  es  decir 
tapires  (a)  "  monteses,"  por  vivir  apartados  en  la  es- 
pesura de  las  selvas  del  Orinoco.    (  67  ) 

Nunca  ha  existido  una  nación  conocida  con  la  de- 
nominación exclusiva  de  máipitres  ;  sino  que  como  entre 
todas  ellas  había  familias  que  moraban  fuera  de  las  po- 
blaciones ó  internadas  en  el  bosque,  á  éstas  se  les  apli- 
caba aquel  calificativo,  aún  por  sus  mismos  com\)añeros 
que  residían  en  las  misiones,  y  muy  especialmente  por 
los  religiosos  del  Orinoco,  en  más  frecuente  trato  con 
los  Parianos  ó  Caribes. 

xSolano,  en  1760,  afirma  que  los  habitadores  de  la 
zona  del  Sipapo  eran  maipures,  guiperneyes,  piaroas  y 
simpas,  y  que  los  pobladores  de  las  márgenes  del  To- 
mo, del  Tuparro  (To-paro)  y  del  Bichada,  eran  uaji- 
bos  ó  "guahibos, "  como  escribe  él.  Mas  debe  hacer- 
se constar  que  en  el  Sipapo  no  han  residido  nunca,  por 
lo  menos  que  se  tenga  noticia  histórica,  sino  piaroas  ó 
atures  y  piaroas-maipures,  y  algunos  macos  y  yaba- 
ranas. 


(  67  )  Máipuris,  como  ya  se  ha  visto,  en  lengua  Pariana  quiere 
decir  danta  ó  tapir.  E^ta  acepción  del  vocablo  maipures  es  aná- 
loga á  !a  de  la  palabra  airico,  aplicada  á  los  indios  que  vivían  inter- 
nados en  los  montes  comprendidos  al  Oeste  del  Orinoco,  entre  los 
ríos  Meta  y  Uabiare.  El  Rvdo.  Rivero  en  la  página  136  de  su 
Histofia  de  las  Misiones  de  Casanare  y  del  Orinoco  y  Meta,  dice 
que  aifico  significa  «montaña  grande»  en  lengua  acháua,  y  que 
como  en  ella  vivían  algunos  indios  "  fueron  llamados  por  esta  ra- 
zón airicos."  En  lenguaje  Mandauaca  mVí?  significa  alma  y  airi- 
co,  que    tiene    alma. — Nota  del  Autor. 


EN  EL   SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS  23 


En  el  relato  de  uno  de  los  Oficiales  de  aquel  Jefe 
(Francisco  Fernández  Bobadilla)  en  1764,  asegura 
que  el  3  de  abril  llegó  al  raudal  de  Atures  donde  exis* 
tía  para  esa  época  "  una  misión  de  la  nación  maipura"; 
pero  debe  tenerse  presente  que  la  palabra  maipuves  no 
constituía  el  nombre  propio  de  ninguna  nación  sino  que 
esa  "nación  maipura"  de  Fernández  Bobadilla,  era 
formada  simplemente  por  indios  piaroas  que  habían  si- 
do traídos  de  las  selvas,  y  por  consiguiente  pertenecían 
á  los  máipícns  es  decir,  que  este  sobrenombre  era  el 
que  aplicaban  á  los  que  no  vivían  en  las  misiones  ó  que 
estaban  muy  recientemente  llegados.  Y  en  consecuen- 
cia había  cabres-maipures  ó  sean  indios  cabres  ó  uaipu- 
nabes  del  Inírida,  que  vivían  en  el  bosque,  y  uaipuna- 
bes  ó  caberres  ó  cabires  ó  puinabes  que  son  los  mismos, 
residiendo  en  poblados  ;  había  tamanacos-maipures  y 
tamanacos,  simplemente,  pero  que  no  por  eso  dejaban 
de  ser  los  mismos  :  los  tamanacos-maipures  en  el  mon- 
te y  los  tam.a  nacos,  á  secas,  en  las  misiones  ;  y  así, 
sucesivamente,  yaruros  y  yaruros-maipures,  sálibas  y 
sálibas-maipures,  etc.,  etc. 

Con  ese  calificativo  era  con  el  que  se  diferenciaban 
los  indígenas  "gentiles,  "  ó  no  anotados  en  los  registros 
de  algunos  misioneros,  de  las  familias  que  ya  tenían 
en  sus  reducciones  ;  y  aún  hoy  mismo,  con  la  palabra 
monteros  se  designan  en  los  pueblos  del  Rionegro  á 
los  que  no  viven  en   las  poblaciones. 

Y  ya  aclarado  el  origen  ó  significado  del  vocablo 
caribe  ináipttris,  aplicado  á  las  tribus  ó  familias  de 
cualquier  nación  que  habitasen  en  las  selvas,  prosigamos, 
á  fin  de  evidenciar  mejor  la  no  existencia  de  determi- 
nada tribu  con  tal  nombre  propio,  puesto  ad  libitum  por 
el  Rvdo.  Gilij  acaso  á  la  gran  familia  del  Rionegro,  to- 
mando al  mismo  tiempo  un  vocabulario,  mucho  después 
que  su  colega  Gumilla  salió  del  Orinoco.    (  68  ) 

(  68  )  Debe  recordarse  que  Gumilla  fue  el  primero  que  mencionó 
d  los  maipures,  no  obstante  haberse  seguido  por  la  obra  del  Rvdo. 
Rivero,  quien  nombra  ba?rias  y  bamiguas  á  algunos  de  los  del 
Rionegro. — Nota   del  Autor. 


232 


TAVERA-ACOSTA. 


A  aquel  Revdo.  Gilij,  el  más  ilustrado  de  cuan- 
tos residieron  en  el  Orinoco  en  el  siglo  XVIII,  por  la 
circunstancia  de  haber  bautizado  tanabién  s'a  voca- 
bulario con  el  sobrenombre  apuntado,  es  á  quien  se  debe 
la  confirmación  del  error  en  que  se  ha  incurrido,  cre- 
yendo todos,  después,  que  efectivamente  existió  una 
nación  con  semejante  denominación,  acentuándose  más 
y  más  esa  creencia  con  lo  dicho  por  Humboldt,  guián- 
dose por  la  obra  del  notable  misionero.  Y  bien  se  de- 
ja comprender  todo  el  peso  que  una  autoridad  como  la 
del  sabio  alemán  impusiera  á  la  certidumbre  de  aque- 
lla confirmación,  cuando  afirma  que  los  Maipures  ha- 
bitaban la  región  de  los  raudales. 

Y  es  de  sorprender  cómo  se  ven  prodigados  los 
tales  maipures,  no  sólo  en  los  libros  de  los  frailes,  sino 
también  en  los  relatos  ó  informes  de  los  Jefes  de  la  Ex- 
pedición de  Límites  y  en  las  de  sus  Oficiales,  así  como 
en  las  obras  y  mapas  de  machos  viajeros  posteriores  : 
por  donde  quiera  aparecen  indios  maipures  como  funda- 
dores de  ciertos  pueblos  ó  como  residiendo  en  aparta- 
das localidades,  sin  advertir  absolutamente  que  la  ma- 
}cr  parte  de  las  agrupaciones  conocidas  para  entoces 
tenían  familias  maipures,  es  decir  que,  como  ya  hemos 
dicho,  estas  no  vivían  sedentariamente  en  las  reducci(< 
nes  católicas,  sino  escondidas  por  las  selvas  á  manera  de 
dantas,  de  donde  eran  traídas  para  fundar  las  poblacio- 
nes á  cargo  de  los  religiosos,  y  hacia  donde  frecuente- 
mente se  fugaban,  al  menor  motivo  de  desagrado  que 
éstos  les  proporcionaban. 

Y  no  es  lógico  suponer  que  una  nación  tan  prepon- 
derante hasta  1784  y  cuyos  individuos  aparecían  por 
todas  partes  residiendo,  ó  fundando  misiones,  fuera  á 
extinguirse  tan  rápidamente,  como  dice  Codazzi,  en  el 
transcurso  de  cincuenta  y  tantos  años.   (  69  ) 


(69)  *'  Los  Maipures,  nación  del  AL'o  Orinoco,  en  otro  tiempo 
fuerte  y  numerosa,  hoy  casi  extinguida.  .  .  .  Dos  familia^  no  más 
existen  de  esta  raza,  y  están  mezcladíis." — Resumen  de  la  Geogra- 
fía  de  Venezuela,  página  254. 


EN    EL      SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS  233 

Si  la  lengua  llamada  maipures  por  Gilij  correspon- 
de al  dialecto  Yabitero,  ó  mejor  dicho,  á  la  lengua  Bani 
ba  del  Rionegro,  según  se  colige  por  lo  que  ya  hemos 
visto  de  la  comparación  de  algunas  voces,  mucho  menos 
hay  que  pensar  en  que  para  1748,  pudieron  haberse  traído 
indios  de  aquel  río  para  poblar  á  orillas  del  Orinoco, 
precisamente  en  territorios  donde  residían  numerosos  in- 
dios piaroas-maipures,  tamanacos  y  tamanacos-maipu 
res,  yaruros-maipures,  mapoyos-maipures,  otomacos 
y  otomacos -maipures,  etc.,  de  donde  en  realidad  fue- 
ron llevados  los  indígenas  para  establecer  las  misiones 
de  la  Encaramada  y  de  Sanjuán  Nepomuceno  de  los 
Piaroas,  pues  debe  recordarse  que  los  moradores  del 
Rionegro  empezaron  á  salir  de  sus  ordinarias  residencias, 
debido  á  los  trabajos  de  aquella  Expedición  de  límites 
de  España  con  el  Portugal,  en  1757-60,  para  ir  á  for- 
mar núcleos  de  población  como  el  de  Santabárbara, 
frente  á  la  confluencia  del  Bentuari,  en  1759,  y  el  de 
Sanfrancisco  de  la  Esmeralda,  más  arriba  de  la  Bifur- 
cación,   en   el  mismo  año. 

Otra  de  las  confusiones  de  Humboldt,  y  junto  con 
él  la  de  todos  los  que  le  han  copiado,  es  decir  que,  según 
la  analogía  de  la  lengua  Uaipunabe  con  la  Maipures,  la 
Cabré,  la  Avane  y  la  Parene  ó  Paráene,  pertenecen 
todas  á  una  misma  rama  de  los  pueblos  del  Alto 
Orinoco. 

En  primer  lugar,  los  cabres  y  los  uaipunabes  son 
unos  mismos,  hoy  llamados  generalmente  puinabes  ;  en 
segundo,  que  por  las  voces  que  tenemos  anotadas,  el 
tal  "maipures"  corresponde  más  bien  á  dialectos  del 
Rionegro,  y  por  consiguiente  no  tiene  parecido  lin- 
güístico evidente  con  el  Uaipunabe  ó  Cabere;  y,  final- 
mente, aunque  ignoramos  quienes  sean  los  Avanes,  sa- 
bemos sí  que  los  Paráenes  ó  Parenes  ( del  Para )  son 
los  mismos  Yabiteros  de  las  cabeceras  del  Atabapo  ;  y 
ya  se  habrán  visto  las  diferencias  que  hay  entre  el  dia- 
lecto de  éstos  y  el  de  los  Puinabes  del  Inírida. 

Aquellos  errores  los  trae  también  Codazzi,   tomados 


2  34  TAVERA-ACOSTA 


de  Humboldt  y  de  Balbi,  en  su  Resumen  de  la  Geogra- 
fía de  Venezuela.  Y  así  dice  él:  "  Pareces,  pueblo  antro- 
pófago (  síc^  que  no  debe  confundirse  con  los  parecas  ó 
paravenes  del  río  Caura.  La  lengua  de  los  parenes  es 
un  dialecto  de  ia  maipures  :  actualmente  (  1838  )  no  se 
sabe  su  morada  ó  ya  no  existen  en  el  territorio  de 
Venezuela." 

Aquí  este  autor  aumentó  el  imb  o^lio  confundiendo 
á  los  Parecas  de  las  regiones  del  alto  Bentuari,  con  los 
Paravenes  ó  Paráuenls  que  son  los  mismos  Yabiteros,  de 
quienes  asegura  que  no  se  sabía  su  m.orada  ó  que  ya 
no  existían  en  el  territorio  de   Venezuela  ! 

Y  sino  se  sabía  cual  era  su  morada,  ó  si  ya  habían 
desaparecido  del  país  ¿  cómo  se  puede  decir  que  la  len- 
gua de  los  Parenes  era  un  dialecto  de  la  Maipures  ? 
Humboldt  en  su  rapidísimo  viaje  en  1800  por  el  alto 
Orinoco,  no  recogió  ningún  vocabulario  indígena,  que 
sepamos  ;  tampoco  Codazi,  38  años  después,  tomó  da- 
to alguno  para  estudios  lingiiísticos.  ¿  Lo  diría  acaso  el 
Rvdo.    Gilij  ? 

Más  :  si  la  lengua  Maipures  es  la  misma  Baniba 
del  Rionegro,  y  el  Parenes  ó  Paráenes  es  un  derivad(j 
de  ella  ¿  por  qué  entonces  no  pensar  que  dicho  dia- 
lecto fuera  más  bien  confundido  con  el  Baria,  con 
el  Cariizana,  con  el  Uareca,  ó  con  cualquier  otro  de  los 
varios  que  se  hablan  desde:  hace  siglos  en  las  márgenes 
del  Uainía-Rionegro  ?  Per  la  sencilla  razón  de  que 
Codazzi  también  pasó  á  escape  y  en  su  prurito  de  co 
piar  á  Humboldt.  sin  deterse  á  estudiar  la  cuestión,  in- 
currió en  el  mismo  lapsits. 

Después  continúa  :  "Los  maipures,  nación  del  Alto 
Orinoco,  en  otro  tiempo  fuerte  y  numerosa,  hoy  casi 
extinguida.  Los  avanes,  caveres,  parenes,  guaipunabis, 
y  chirupas,  no  hablaban  sino  dialectos  de  la  lengua  de  los 
maipures,  más  dulce  que  el  idioma  avano.  Dos  fami- 
lias no  más  existen  de  toda  esta  raza,  y  están  mezcla- 
das. Los  morononis  y  los  cabre-puipitenes,  de  la  fa- 
milia maipure,  han  desaparecido." 

Qué  cosas   tan  curiosas  ! 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  235 

¿  Por  qué  afirmar  que  han  desaparecido  los  ca- 
bre-puipitenes,  morononis,  etc.  ?  Tales  aserciones  ca^ 
recen  dte  fundamento   razonable. 

¿  Por  qué  no  pensar  más  bien  que  aquellas  deno- 
minaciones correspondían  para  la  época  de  Humboldt,  ó 
de  los  frailes,  á  algunas  de  las  tribus  existentes  para 
1838,  que  aún  viven,  aunque  con  otras  denominaciones, 
como  la  Puinabe,  la  Piaroa,  la  Yabitero,  etc.  ? 

Además,  si  los  Maipures  son,  como  pensamos,  los 
mismos  Uainimaneses,  nunca  han  residido  éstos  en  el 
Alto  Orinoco,  como  en  residencia  propia.  Los  traba- 
jos de  la  Expedición  de  Solano,  que  fueron  los  prime- 
ros que  dieron  luz  en  la  cuestión,  afirman  que  en  las 
regiones  del  Alto  Orinoco,  desde  el  Bentuari  hasta  las 
fuentes  del  gran  río,  residían  (como  todavía  residen  ) 
Macos  ó  Macapures,  Yahures  ó  Yabaranas,  Maquirita- 
res ó  Macirinabis  y  Uaribas  ó  Uaharibos. 

Nosotros  habíamos  dicho  que  atures,  ádoles,  pia- 
roas,  maipures,  etc.  eran  unos  mismos,  yendo  así  con- 
tra la  pretensa  extinción  de  los  atures.  Llamónos  la 
atención  sobre  el  particular  nuestro  ilustrado  compatrio- 
ta doctor  Alfredo  Jahn,  jr,  diciéndonos  que  él  al  com- 
parar el  dialecto  Piaroa  con  el  Maipures  que  trae  Gi- 
lij  en  su  libro  S.igo^fo  di  Storia  Americana,  publicado 
en    1780-1784,      no  encontró    ninguna    afinidad. 

Esto  nos  hizo  solicitar  voces  *' maipures"  para 
compararlas  á  nuestra  vez  con  las  de  los  vocabularios  que 
habíamos  recogido  ;  y  como  no  conocíamos  la  obra  de 
Gilij,  no  obstante  nuestras  repetidas  diligencias  por 
conseguirla,  apelamos  á  la  de  Humboldt  Viaje  á  ¿as  re- 
giones equinocciales  del  Nuevo  (Continente,  y  en  ella  hemos 
encontrado  tres  :  amana  (  caimán  )  apida  (  báquiro  )  y 
quiema  (danta)  que  corresponden  al  lenguaje  Yabitero, 
derivado  del  Baniba  de!    Uainía  Rionegro. 

Además  de  esas  palabras,  hemos  encontrado  otras 
en  la  Historia  de  la  Ahueva  Andalucía,  por  Fray  An- 
tonio Caulín  (  Libro  I,  Capítulo  VII  )  y  en  *'La  Pe- 
nínsula de  los  caracas "  ( Estudios  Indígenas')  por 
Aristides  Rojas,  que  aparecen  como  del   idioma  Maipu- 


236  TAVERA-ACOSTA 

res  y  que,  como  aquellas,  corresponden  también  al  Ya- 
bitero  ó  Paráenes.  Son  ellas  :  cabiya  (  laguna  )  mutoi 
(oso  palmero)  cúr-ía  (morrocoy)  neivi  (  peiro  de 
agua  )  guatique  (tigre)  érrianare  (  león  )  y  mi  ¿si  (gato.) 

Y  con  estos  siete  más  van  ya  diez  vocablos  del 
Rionegro  que  aparecen  en  los  viejos  libros  como  perte- 
necientes  al  ''  maipiLves.'' 

Después,  tras  largas  y  constantes  gestiones  en  so- 
licitud de  la  referida  obra  de  Gilij,  acabamos  de  encon- 
trarla sincrónicamente  con  la  escritura  de  estas  líneas,  en 
Cumaná,  la  ciudad  llamada  un  día  por  la  sabiduría  de  sus 
hijos  la  Atenas  de  Venezuela,  la  simpática  tierra  que 
habla  á  nuestro  corazón  con  los  benditos  recuerdos  de 
la  infancia  ;  en  la  tierra,  en  fin,  de  cuya  noble  sociedad 
se  ausentara  Humboldt  el  16  de  noviembre  de  1800,  lle- 
vando la  nostalgia  en  su  corazón  y  en  su  mente  .  .  .  (70) 

Perteneciente  al  ilustre  anticuario  y  sabio  sacerdo- 
te doctor  José  Antonio  Ramos  Martínez,  cuya  muerte 
aún  lamentamos  sus  discípulos  junto  con  todos  los  que 
le  trataron  y  supieron  valorar  las  relev^antes  dotes  de  su 
ingenio,  tomada  de  su  rica  y  selecta  biblioteca,  nos  la 
ha  remitido  por  órgano  de  otro  intelectual  venezolano, 
(  el  doctor  Vetancourt  Vigas,  )  su  distinguida  honorable 
familia.  {^^ ^^  Cuan  grande  la  deuda  de  gratitud  que 
hemos  contraído  :  era  la  única  obra  antigua  conocida 
que  con  relación  al  Orinoco,  no  habíamos  visto  nunca.  .  .  . 


(  70  )  «  La  noche  estaba  fresca  y  hermosa,  dice  Humboldt,  y  no 
fue  sin  bastante  emoción  que  vimos  por  la  última  vez  el  disco  de  la 
luna  que  alumbiabala  copa  de  los  cocoteros  que  sombrean  las  ori- 
llas del  Manzanares  ;  y  nuestra  vista  se  quedó  por  largo  tiempo 
fija  sobre  esa  blanquecina  costa  .  .  .  .  »  (  Lib  IX,  to:no  IV,  Via- 
je á  las  regiones  equinocciales  del  mtevo  Continente. 

(  71  )  «Con  el  señor  Fabián  Vargas  le  remití  los  cuatro  tomos  de 
la  obra  de  Gilij,  que  supongo  habrá  recibido.  Que  ellos  le  suminis- 
tren datos  preciosos  para  sus  importantes  trabajos  históricos.» 
(Carta  del  doctor  Vetancourt  Vigas  al  Autor,  de  fecha  j6  de  octu- 
bre de  1906.; 

Llegaron   á   nuestras   manos  el  día  27  del    mismo  mes. — Notas 
del  Autor. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


237 


Con  avidez  recorrimos  sus  páginas,  y  aunque  con 
muchas  contrariedades  por  no  sernos  familiar  el  italiano, 
en  eUas  hemos  hallado  la  corroboración  de  todo  lo  que 
hemos  dicho  acerca  de  que  Gilij  calificó  impropiamente 
de  maipures  (  ó  dantas,  en  lenguaje  Caribe  )  á  una  na- 
ción conocida  con  otro  nombre,  ó  por  mejor  decir,  que 
la  nación  y  lengua  Maipures,  de  Gilij,  son  la  misnaa 
gran  familia  del  Rionegro  y  su  respectivo  idioma,  cono- 
cidos desde  hace  dos  siglos  con  la  denominación  de 
bamigua  ó   baniua,    ( Véase  la  obra  del    Padre    Rivero.) 

En  efecto,  ampliando  más  la  comparación  en  ma- 
yor número  de  voces  maipures  que  trae  ese  libro,  con 
las  del  vocabulario  recogido  por  nosotros,  encontramos 
la  evidencia  de  la  cuestión  planteada  por  el  autor  en  el 
Capítulo  VI  de  esta  Tercera  Parte,  cuya  comprobación 
puede  darse  en  el  siguiente  cuadro: 


De  Gilij 
Maipures         Baniba 


De  Tavera-Acosta 
Yabitero 


Y. 


agua 

uem 

uenni 

uenm 

animal 

cueti 

cueszi 

arriba 

ani  uché 

ani-uabá 

ani-ié 

auyama 

auiam.a 

uiiama 

oyama 

amo.  dueño 

minari 

minare 

minare 

báquiro 
boca  (mi) 

dpiya 
nu~numaco 

apida 
no-numa 

apiya 
nu-numa 

brazo   (mi) 

nu-ano 

n'  ano 

nu-cano 

casa 

paniti 

panizi 

janisi 

casabe 

ussi 

caca 

ajosse 

caimán 

amana 

amana 

caimana 

camino 
cachicamo 

anepu 
see 

tanepu 
uetze 

taneju 
tze 

candela 
cannalete 

catzi 
nao 

arshi 
neiupa 

cajzi 
najo 

cerro 
cielo 

yapa 
eno 

iapa 
en  no 

yapa 
eno 

curiara 
chinchorro 

cuata 
amaca 

morupa 
bitsá 

cuatza 
amaija 

TAVERA-ACOSTA 


danta 

quiema 

ema 

queema 

Dios 

Diotsu 

Diotso 

Diotsu 

dolor 

caui 

cauina 

caiji  - 

espejo 

sapo 

yapo 

japo 

^.   extrangero 
-  gato 

yaranabi 

yaranabe 

yaranabe 

missi 

mitchi 

mitzi 

hermano 

agi 

yaritáua 

tizin-agi 

hierro 

siparari 

tzipara 

tzipárari 

hijo 

aniti 

ani 

taint-anit 

jefe 

pecanati 

zelianarzi 

jejanatzi 

laguna 

cabiya 

cauiya 

cabiya 

león 

erriánare 

euánare 

madre 

ina 

roa  ni 

ina 

medicina 

epenati 

epinarzi 

epinatzi 

mes 

queyapi 

arshita 

queeri 

mío 

nuque 

nondeca 

nuca 

mi  hijo 

nuani 

noani 

noani 

noche 

yatsi 

yarsapoa 

yajatsi 

oso 

mutoi 

yuayua 

motoisi 

pescado 

timaqui 

sima 

simasi 

perro  de  agí 

aa  neiui 

neiui 

pequeño 

mattisi 

suit-il-li 

matizi 

plátano 

arata 

paratano 

jarátana 

piedra 

quipa 

ibpa 

sija 

rallo 

aya 

taia 

taya 

relámpago 

eno-imá 

mái-eno 

río 

ueni 

uenni 

uenni 

tabaco 

jema 

sema 

dema 

tigre 

cuatiqui 

cuarziq' 

cuatsic 

trueno 

eno 

dih'lume 

enno 

venado 

mayaro 

maraio 

majaio 

yuca 

catsiqui 

arsiji 

cáfesi 

Es  de  advertir  que  muchas  palabras  del  vocabu- 
lario maipures  de  Gilij  (páginas  375-382  del  tomo  III  de 
su  libro  )  no  constan  en  el  nuestro  Baniba  y  asimismo 
algunas  de  las  recogidas  por  nosotros  no  están  en 
aquel  ;  y  que  también  hemos  hallado  varias  voces  co- 
rrespondientes al  Yabitero,  al  Campi,  al  Piapoco,  al 
Caribe,  etc.  ;  y  otras  con  los  sonidos    fuertes    de    la    R, 


EN  EL   SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  239 

que  parecen  del  Carúzana,  como  purruna,  cayarraquini, 
urrupu,  sónirri,  uávirri,  urruta,  mayarrc,  urruca,  arrau, 
núquirni,  arruti,  cantírriti,  márirri,  irrauipé  y  uatirriuati, 
pues  como  ya  se  habrá  visto,  el  Baniba  no  tiene  aquel 
sonido  fuerte,  antes  bien,  como  dice  Gilij  del  Maipures, 
es  "gentil,  de  bella  y  agradable  pronunciación  y  tal, 
en  suma,  che  se  rubra  avere  di  primitivo  cando  re  ogni 
segnoy 

Por  otro  lado,  confirma  más  el  hecho  de  ser  la  nación 
llamada  maipures  la  misma  del  Rionegro,  la  circuns- 
tancia de  que  las  pocas  palabras  que  trae  como  perte- 
necientes 2\  guaipunave  y  al  cávere,  corresponden  al 
Uarequena  y  al  Carúzana  actuales.      Gilij    dice  : 

j\'] ai  pares  Gítipiinave  C Avere 

tabaco  yema  dema  scema 

cerro  yapa  dapa  scíapa 

Son  estos  los  únicos  vocablos  que  trae  como  de 
los  dialectos  GíLipiniave  y  Cávere\  pero  esas  voces  per- 
tenecen, como  hemos  dicho,  al  Uareca  y  al  Carúzana. 
Véase,    tomado  de  nuestros  vocabularios  : 

Baniba  Lar  eq  nena  Carúzana 

tabaco  sema  dema  shema 

cerro  iapa  dapa  itziapa 

De  lo  que  resulta  que  el  religioso,  por  no  haber 
viajado  nunca  por  aquellas  regiones,  confundió  á  los  Cá- 
berres  ó  Uaipunabis  del  Inírida  con  los  Carúzanas  y 
Uarecas  del  Uainía-Rionegro,  siendo  de  notarse,  ade- 
más, que  los  hace  aparecer  como  dos  tribus  distintas, 
cuando  no  son  sino  una  sola,  con  varias  denominacio- 
nes :  Uuaipis,  Uaipunabis,  Cabres,  Caberres,  Cabríos, 
Puinabes,  etc. 

Esta  circunstancia  y  el  haber  escrito  en  la  página 
•205  del  mismo  tomo  III  :  "La  lengua  maipure  tiene 
los  siguientes  dialectos:  el  avano,  el  parene,  el  meepure, 


240 


TAVERA-ACOSTA 


el  cavere,  el  guipunave,  el  quirrupa,  y  muchos  otros 
lenguajes  ocultos  en  el  alto  Orinoco,  en  el  Rionegro 
y  en  el  Marañón,"  dio  lugar  á  Humboldt  para  dscir  que 
''  los  indios  ^uaipunabis  de  las  orillas  del  Inírida,  per- 
tenecían, segtm  la  analogía  de  las  lenguas,  con  los  mai- 
pures,  los  cabres,  los  avanes  y  quizás  con  los  parenes,  á 
una  misma  rama  de  los  pueblos  del  alto  Orinoco."    (72) 

De  aquí  que  Codazzi  copiando  al  maestro,  dijese  á 
su  vez  en  la  página  ^54  de  su  Restmien  de  la  Geografía 
de  Venezíiela  que  ' '  los  avanos.  caveres,  parenes,  guai- 
punabis  y  chirupas  no  hablaban  sino  dialectos  de  Ja 
lengua  de  los  maipures,  más  dulce  que  el  idioma 
a  va  no."  (  73  ) 

Y  después,  todo  un  enjambre  más  de  escritores, 
viajeros  y  compiladores,  ha  venido  hasta  hoy  con  el 
mismo  estribillo,  por  la  falta  de  observaciones  propias 
y  de  detenido  estudio  ó  examen  de  las  tribus  en  sus  na- 
turales residencias. 

Creemos  por  lo  expuesto  haber  dejado  plenamente 
confirmada  la  no  extinción  de  aquellos  indígenas  llama- 
dos maipitres  por  Gilij,  y  asimismo  aclaradas  todas  las 
confusiones  relativas  á  ellos  ;  resultando  que,  de  la  lin- 
güística comparada,  podemos  afirmar  :  que  la  nación 
denominada  Maipure,  es  la  Baniba  ó  Uainimanesa  ;  que 
los  Parenes  ó  Paráenes  son  los  hoy  llamados  Yabite- 
ros  ;  que  aquellos    Guipunaves  son  los  mismos  Uarecas 


(72)    Pag.   135.   tomo  III,    Viaje  á  las  regiones  equinocciales  del 
Nuevo    Continente. 


(  73  )  La  lingua  degli  avani  noa  é  diversa  che  in  queste  scom- 
ciature  da  quelle  de  '  maipuri.  K'  rozza  la  prima,  di  pronunzia 
gutturale,  é  per  diré  in  breve,  storpiata  in  tutto.  Gentile  la  se- 
conda,  di  bella  e  grata  pronunzia,  e  tal  in  somma,  che  sembra 
avere  di  primitivo  candore  ogni  segno. — Cap.  XII,  Lib.  III,  pág- 
203,  tomo  III  de  Saggio  di  Storia  Americana,  ¿o  que  cuadra 
perfectamente  á  la  lengua  Uainimanesa  ó  Baniba. — Nota  del 
Autof, 


EN  EL  SUR DIALECTOS  INDÍGENAS  24 1 

Ó  Uarequenas  ;  y  que  los  impropiamente  nombrados 
Cáveres,  son  los  Carúzanas  actuales  ;  sin  poder  eviden-- 
ciar  quienes  son  los  Quirrupas  ó  Chirupas,  que  aca- 
so puedan  ser  los  Sálibas  de  hoy.     (74) 

Cuanto  á  los  Avanos,  asegura  ese  misionero  en  la 
nota  de  la  página  203,  que  en  su  lenguaje  es  frecuente 
el  uso  de  la  J  con  sonido  gutural,  lo  que  es  aplicable 
no  solamente  al  Yabitero  sino  también  al  Madauaca, 
que  como  se  ha  visto,  son  dialectos    del    Baniba. 

Desgraciadamente,  él  no  trae  sino  unas  siete  pala- 
bras de  ese  lenguaje,  de  las  cuales  sólo  tres  tienen  ana- 
logía con  sus  equivalentes  en  el  Mandauaca  que  publi- 
camos en   la  Segunda  Parte. 

Resumiendo,  pues,  venimos  á  las  siguientes  con- 
clusiones  :  que  entre  algunas  tribus  indias  de  Guayana, 
había  maipures,  ó  sean  indios  monteses  ó  dantas,  como 
los  cabres  -maipures,  etc.  por  vivir  en  las  selvas  aleja- 
dos de  las  misiones  que  estaban  bajo  la  dirección  de  los 
frailes  : 

que  nunca  existió  nación  alguna  á  quien  pudiera 
exclusivamente  aplicarse  el  sobrenombre    de   miapures  : 

que  la  lengua  que  con  la  denominación    de    ''mai- 
pures"   trae  Gilij,  corresponde  al  lenguaje    de    los    mo 
radares  del  Uainía-Rionegro  : 

que  Gumilla,  Solano  y  sus  oficiales,  Caulín,  Hum- 


(74)  "  Creo  como  usted  que  no  ha  existido  nación  maipures, 
como  dice  Gilij,  pues  que  el  dialecto  recogido  por  él  no  es  otra 
cosa  que  el  Nu  Aruac  que  con  ligeras  modificaciones  hablan  los 
banibas,  yabiteros,  barias,  uarekeiias  y  otras  tribus  del  Atabapo  y 
Guainía.  Sospecho,  por  lo  tanto,  que  la  nación  maipure  de  Gilii, 
fue  desalojada  de  su  antigua  residencia  por  los  uajibos  y  piaroas  y 
movióse  hacia  el  Sur,  donde  se  ha  refundido  en  alguna  ó  algunas 
.de  las  tribus  nu-aruac  del  Guaviare  y  Atabapo  ó  existe  por  allí 
con  otro  nombre.," — (Carta  citada  del  Dr.  A.  Jahn,  júnior,  de 
enero  de  1907.) 

En  el  Sur— Dialectos  Indígenas.  16. 


242  TA VERA- AGOSTA 


boldt,  '  Balbi,  Codazzi  y  cuantos  después  repitieron 
el  vocablo  caribe  máipures  aplicándolo  al  total  de  una 
determinada  tribu,  incurrieron  en  un  error  de  aprecia- 
ción "con  respecto  á  las  parcialidades  de  las  muchas 
empleadas  en  la  fundación  de  los  pueblos": 

que  los  Puinabes  ó  Uaipunabes  del  Inírida,  son 
los  mismos  Cáveres  : 

que  los  Guaipunaves  de  Gilij  son  los  Uarequenas 
de  hoy,  residentes  en  el    Uainía-Rionegro  : 

que  los  Cáveres  del  mismo  religioso  son  los  actua- 
les Carros  ó  Carúzanas,  también  mvoradores  de  aquel 
río  : 

que  los  Avanes  son  probablemente  los  mismos 
Mandauacas  : 

y  que  Gilij,  al  clasificar  como  derivados  del  Mai- 
pures  á  los  Uaipunabes  y  Caberes,  Avanos  y  Parenes, 
sólo  confundió  los  vocablos  *'maipures,"  '^uaipuna- 
bes"  y  "  caberos,"  por  los  de  Banibas,  Uarecas  y  Ca- 
rúzanas,  respectivamente  ;  y  asimismo  Humboldt,  Bal- 
bi, Codazzi,  etc.,  etc. 

Por  supuesto,  que  estos  Maipures  de  Gilij  son 
los  mismos  que  con  tal  denominación  menciona  Lucien 
Adam  ;  los  mismos  llamados  por  Karl  von  den  Steinen 
NtL-Ariiaks  ;  los  mismos  nombrados  Aruaks  por  Koch- 
Grünberg  ;  y  los  mismos  conocidos  en  el  alto  Rionegro 
y  sus  afluentes,  etc.  con  la  denominación  colectiva  de 
BanUias  ó  Banibas,  desde  muchísimo  antes  que  viniera 
al    Orinoco  el  Rvdo.   Gilij. 


EN  EL  SUR  — DIALECTOS  INDÍGENAS 


243 


Quechua    ó    Quichua  {ys) 


Abajo     ^ 

urapi 

cielo 

anac-pacha 

aire 

uaruy 

cejas 

caichi 

agua 

uni 

cojo 

kumu 

algodón 

utcu 

conuco 

chacra 

amarillo 

keellu 

collar 

huallca 

anzuelo 

hacchuna 

comida 

aycha 

año 

uata 

claro 

igliari 

arco 

hucchi 

cuello 

cunea 

arco-iris 

caychi 

culebra 

machaco 

árbol 

caspi 

diente 

quiru 

azul 

ancas 

Dios 

Pachacamac 

arriba 

anacpi 

dulce 

mizqui 

aquí 

caipi 

dedo 

ruccana 

ayer 

caina 

día 

punchao 

Báquiro 

h nanga  na 

diablo 

supay 

balsa 

huampu 

Espada 

hecasa 

barriga 

uieza 

espina 

iscav 

boca 

simi 

estrella 

coillur,coigliur 

blanco 

yuru,  yurac 

esta  noche 

cunan  tuta 

brazalete 

maqui    hua- 

Frío 

chiri 

tana 

fuego 

nina 

bosque 

jlamta 

flecha 

huachy 

brazo 

riera 

flor 

sisac 

Cabellos 

chuccha 

)(Gallo 

ulluc 

cabeza 

urna 

grande 

átun 

calor 

rupay 

Hermana 

ñaña 

canaino 

nan 

hermano 

nacané 

casa 

uasi               ^hilo 

caytu 

cera 

mapa 

hoja 

inquill 

cerbatana 

pucuhaña 

hormiga 

cici 

cerro 

ulcu 

hombre 

ccari 

cerca 

quiaigliapi 

hoy 

cai-punchau 

(  75  )  Era  la  lengua  general  del  Perú.  Algunos  la  denominan 
Quétchua  y  Quítchua.  En  este  vocabulario  están  refundidos  el 
de  la  obra  de  Paul  Marcoy  Voyage  á  havers  /'  Amériqíte  dii  Sud 
y  el  que  trae  el  Rvdo.  Gilij  en  el  tomo  III  de  su  Saggio  di  Storia 
Americana. — Nota   del  Autor. 


244 


TAVERA-ACOSTA 


hueso 

tullu 

paují 

hocco 

Joven 

huaina 

pecho 

casco 

Ladrón 

sua 

pescado 

quiagiiua 

laguna 

cocha 

peine 

naccha 

lejos 

caru 

perro 

alcu 

lengua 

callu 

perico 

uritu 

luna 

quilla,  quiglia 

piedra 

rumi 

Llover 

parai 

pierna 

chanca,  pin- 

lluvia 

para 

cuyo 

Madre 

mama 

piés 

chaqui 

maiz 

sara 

pina 

achupalla 

mano 

naqui          x/ pollo 

ulluc-hualpa 

montaña 

ulcu 

pradera 

sotcha 

morrocoy 

motel  u 

Rayo 

igliapa 

mono 

kusillo 

relámpago 

illu  -illu 

mosca 

chuspi 

río 

mayo,   paro 

mar 

atún  cocha 

rodilla 

cuncuri 

mañana 

caya 

rojo 

puca 

mañoco 

yuca 

Sapo 

ampatu 

mes 

quilla,  quiglia  selva 

sacha 

muerte 

huanury 

sol 

inti,  chuH 

mujer 

uarmi 

Tabaco 

sairi 

Nariz 

cencca 

tierra 

hualpa 

negro 

yana 

tinaja 

manca 

nervio  viril 

ullu 

tigre 

puma 

niño 

huahua 

trueno 

illapa 

noche 

tuta 

tortuga 

charapa 

nubes 

puhuyu-para 

Veneno 

challuau 

Obscuro 

tutuyasca 

verde 

komer 

oloroso 

agliasnac 

viejo 

machu 

ojos 

ñahuy 

vida 

causay 

orejas 

rincri 

viento 

uaira 

Padre 

tayta  yaya 

vulva 

raca 

pájaro 

pisco,  pitch- 

Yerba 

quíhua 

qui 

Zancudo 

huánhua 

Cuarta  Parte 


Notas  al  libro  del  Dr.  Elias  Toro  Aiitropologia  General  y  de 
Venezuela  precolombina — ConfUvSiones — Los  mitos  americanos — La 
fábula  de  los  indios  blancos— El  tópico  de  los  perros  mudos — Rec- 
tificaciones— Etnología  de  Venezuela — Lingüística— El  Tamana- 
co  y  ei  Caribe  son  una  sola  lengua  ? — Orígenes — Tribus  indias  y 
vsus  agrupaciones  históricas,  geográficas  5'  lingüísticas — La  voz 
agua  en  lenguas  y  dialectos  í-uramericanos — La  final  are— Opi- 
niones de  los  doctores  Aristides  Rojas  y  Pedro  Manuel  Arcaya — 
Observaciones — Clasificación  lingüística  del  doctor  Koch-Grün- 
berg — Conclusiones. 


.Ij^;^.    ..m¡^l(ü|>».    .'^1^,^    '■f^^K'  -'<ll^P'     'l(h^'''^0f  -^lP""'<<^'lP'''  ■'<ll^>^'-"<^^>^ iP^~'<i^-"^<$K"''ilhllh"'"'^l^4^ 


^ 
*  * 


Recientemente  acaba  de  publicar  en  Caracas  el  se- 
ñor doctor  Elias  Toro  un  libro  titulado  Antropología 
General  y  de  Venezuela  precolombhia.  Es  una  hermosa 
obra  bellamente  editada  y  llena  de  numerosos  datos  de 
erudición  teórica.  En  ella  se  aprenden  muchas  cosas, 
y  la  patria  literatura  se  engalana  con  la  aparición  de 
este  nuevo  trabajo  que  pone  de  mianifiesto  las  felices 
dotes  intelectuales  del  estudioso  hombre  de  ciencia  ; 
pero  en  lo  tocante  á  observaciones  experimentales  con 
relación  á  la  antropología  precolombiana  de  Venezuela, 
la  deficiencia  es  muy  sensible,  la  penuria  es  cuasi  abso- 
luta en  informaciones  originales  y  su  etnología,  que  pide 
reforma  con  ttrgencia,  como  muy  bien  dice  el  doctor 
Marcano,  (  i  )   no  ha  adelantado   un  paso. 

En  efecto,  en  el  Capítulo  XII,  el  concerniente  á  la 
etnografía  de  Venezuela,  se  ve  de  relieve  la  confirmación 
de  lo  que  acabamos  de  decir  ;  y  por  tanto  conviene 
indicar,  para  ver  de  ensayar  un  tanto  el  desbroce  de  la 
maraña  que  cubre  la  vía  histórica  de  nuestros  pobres 
aborígenes,  tan  obscura  y  tan  poco  conocida,  algunas  de 
las  confusiones  persistentes  ó  sistemáticas  que  hemos 
encontrado. 


(  I  )  Carta  del  doctor  Gaspar   Marcano,    de   fecha    29   de  julio 
de  1906,   al  Autor. 


248  T  A  VERA- AGOSTA 

Queriendo  este  autor  introducir  ''cierto  orden  ó 
sistema  en  el  dédalo  inextricable,"  de  los  grupos  indí- 
genas de  Venezuela,  dice  textualmente  en  la  página 
133:  "En  el  dédalo  inextricable  de  los  numerosos 
grupos  indígenas  esparcidos  en  todo  el  territorio  de  la 
República,  intentaremos  introducir  cierto  orden  ó  sis- 
tema en  la  distribución  geográfica  de  aquéllos  ;  sin 
pretender  clasificación  antropológica  alguna,  imposible 
de  alcanzar  en  el  estado  actual  de  nuestros  reducidos 
conocimientos." 

Y  en  la  134  :  " . . . .  descriminaremos  como  sigue  los 
grupos  indígenas  de  Venezuela,  sin  pretender  clasifica- 
ción alguna,  sino  con  el  objeto  primordial  de  metodizar 
este  confuso  estudio,  y  teniendo  como  guía  principal  de 
nuestras  divisiones  los  caracteres  psico-fisiológicos  de 
las  agrupaciones  indígenas ....  "  lo  que  parece  contra- 
decir abiertamente  el  postulado  de  no  pretender  hacer 
clasificación   antropológica  alguna. 

Y  por  lo  que  respecta  á  la  distribución  geográfica  de 
*' los  numerosos  grupos  indígenas  esparcidos  en  todo 
el  territorio  de  la  República,"  ya  veremos  más  adelante 
cómo  la  verifica. 

Mientras  tanto,  copiemos,  de  la  página  139  el  nombre 
de  las  tribus  que,  según  él,  son  de  origen  Caribe,  en  la 
jurisdicción  de  la  Guayana  Venezolana  : 

"  Vayamaras  del  río  Paragua  ; 

Arecunas  del  Caroní  ; 

Majayoncos  del  río  Cunucunuma,  cerca  del  caño 
Casiquiare  ; 

Waicas  del  Barama  y  Cuyuni  ; 

Acauayos,  de    este  último  río  y    Acarabisi  ; 

¡Varaos  deJ  Pomarón   y  del  Wenamo  ; 

Manativitanos    del  Rionegro  ; 

Maqíiiritares,  tribu  blanca  del  Ventuari  y  Alto 
Orinoco." 

Y  deja  en  el  olvido : 

á  los  Mapoyes  del  Suapure  y  del  Paruaza  ; 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  249 

á  los  Macos  de    los   afluentes  del    Bentuari  ; 

á  los  Panares  del  Sur  de    la    Uruana  ; 

á  los  Yabaranas  del  río   Bentuari  ; 

á  los  Parecas  de  los  afluentes  superiores  de  ese  río  ; 

á  los  Curasicanas  del  caño  Manapiare  ; 

á  los  Cadupinapos  del  Caura  ; 

á  los  Taparitas  entre  el  Caura  y  ei  Cuchibero  y 

á  los  Uiquiares  del  caño  de   su  non^bre. 

En  cannbio,  del  recorte  que  precede,  aparece,  ade- 
más, que  los  Uayongomos  ó  Majayongos,  son  distintos 
de  los  Maquiritares,  formando  así  dos  tribus,  cuando  en 
realidad  no  son  sino  una  sola.  Estos  Maiongcongos  ó 
Uayongomos,  son  los  mismos  Maquiritares  del  alto 
Caura,  y  de  los  ríos  Cunucunuma,  Padamo  y  Ocamo, 
en  el  alto  Orinoco,  y  de  quienes  dijo  Michelena  y  Ro- 
jas "que  todos  son  de  una  hermosa  raza  y  de  la 
mejor  índole." 

Fue  Schomburgk  quien  primero  mencionó  á  los 
Maquiritares  con  el  nombre  de  Maionkong  aclarando  así 
la  confusión  de  los  misioneros  en  este  punto,  que  ha- 
cían de  ellos  dos  tribus  diferentes.  En  uno  de  los 
mapas  de  Guayana  levantados  por  aquel  ingeniero,  el 
de  1846,  impreso  en  Leipzig  el  año  siguiente,  se  lee  en 
el  índice:  MAIONGKONG  d^r  MAQUIRITAREN  ;  y 
de  seguro  que  así  también  los  denominará  en  su  obra 
Reisen  in  Guiana  uncí  am  Ovinoko.  que  no  conocemos, 
fruto   de    sus    viajes  desde    1835  hasta  1839.   (2) 

Ciertamente  que  Codazzi,  antes  de  publicar  su  Re- 
sumen de  la  Geografía  de  Venezitela,  conoció  los  traba- 
jos de  aquel  explorador,  puesto  que  hablando  del  Orino- 
co dice  textualmente:  "  Por  los  recientes  viajes  de  M. 
Schomburgk,  se  sabe  positivamente    que    las    cabeceras 


(  2  )  Robert  Hermann  Schomburgk  nació  en  Freyburg  (  Prusia  ) 
el  5  de  junio  de  1804.  Sus  exploraciones  por  las  Guayanas,  ocu- 
rrieron en  1835-39  y  1840-44.  Publicó  su  Descripción  en  la  Gua- 
yana Británica  en  1841  y  en  ese  mismo  año  su  otra  mencionada 
obra.     Murió  en  Berlín  el  11  de  marzo  de    1865. — Nota  del  Autor. 


250  TAVERA-ACOSTA 

del  Orinoco  no  están  donde  se  había  acostumbrado 
situarlas."  (Página  21  )  "El  nacimiento  del  Orinoco, 
según  las  observaciones  hechas  por  M.  Schomburgk  en 
sus  recientes  viajes,  está  en  el  mismo  meridiano  en  que 
se  halla  fundada  la  ciudad  de    Angostura."  (  Pág.    28) 

Y  hablando  de  la  orografía  de  Guayana,  escribe  : 
** pues  según  los  últimos  viajes  del  señor  Schomburgk, 
allí  está  la  sierra  de  Maracapana,  de  que  habla  Hum- 
boldt."  (Pág.  238)  Y  después  tratando  de  los  cerros 
de  Maschiati :  "Su  más  alto  punto  es  el  Putubuire  de 
1492  varas,  medido  por  M.  Schomburgk."  (  Pág  611  ) 

Codazzi,  sin  embargo  tomó  este  apelativo  Maiong- 
kong  para  hacer  una  nación  distinta  de  la  Maquiritare  : 
á  ésta  la  coloca  como  descendiente  del  Caribe-tamana- 
co,  en  tanto  que  á  los  Maiongkong  como  derivados  de 
los  atures  !  Y  esto,  indudablemente  ha  dado  margen 
al  error  en  que  ha  incurrido  el  ilustrado  Profesor  de 
Antropología  en  la  Universidad  Central  de  Vene- 
zuela.   (  3  ) 

Pero  el  ingeniero  Codazzi  pasó  muy  rápidamente 
por  el  alto  Orinoco,  en  tanto  que  Schomburgk  es  el  ex- 
plorador que  mejor  ha  conocido  el  territorio  de  Guaya- 
na, como  que  viajó  diez  años  hasta  por  sus  regiones 
más  incógnitas. 

También  juzgamos  aventurado  asentar  que  los 
Manetibitanos  ó  Uainimaneses  del  Rionegro  y  los  Sá- 
libas  ó  Chucunas,  y  los  Piapocos  ó  Tucanos  ó  Amariza- 
nos  (  antiguos  Acháuas  ó  Airicos)  son  de  origen  caribe. 
Por  lo  menos,  si  nos  atenemos    á   la  cultura   relativa  de 


(  3  )  Para  más  datos  pormenorizados  sobre  los  Maquiritares  ó  Ua- 
nongomos,  véanse  :  Informe  del  Alio  Orinoco,  por  D.  José  Solano, 
1760  ;  Relación  del  viaje  de  Apolinar  Diez  de  la  Fuente  (  hasta  los 
raudales  de  Uaharibos  )  en  1759-60  ;  Relación  del  viaje^  de  Francis- 
co Fernández  BobadiUa  (  hasta  el  río  Mauaca)  en  1764  ;  Informe 
del  Alto  Orinoco  y  Rionegro,  por  Fray  José  Antonio  de  Xeres,  1766  ; 
y  Capítulo  XIX  Exploración  Oficial,  por  Francisco  Michelena  y 
Rojas,  1867. — Nota  del  Autor. 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  25  I 

los  del  Rionegro  y  á  la  lingüística,  ellas  nos  dicen  que 
no  son  los  mismos  y  que  sus  lenguajes  no  tienen  cer- 
cano parecido. 

Recuérdense  al  efecto  las  observaciones  etnográ- 
ficas que  traemos  en  la  Primera  Parte  y  lo  que  deci- 
mos sobre  la  disimilitud  de  sus  lenguajes  con  los  que 
aparecen  como  derivados  del  Pariano,  ya  que  no  se  nos 
ocurrió  tomar  un  sólo  ángulo  facial  ni  ninguna  otra 
observación  antropométrica.  Sin  embargo,  es  de  verse: 
vque  así  como  el  idioma  Baniba  tiene  simpatías  con  la 
lengua  Quichua,  también  tiene  sus  afinidades  con  la 
Omáua  del  Marañón  y  que  ésta,  según  Gilij,  tiene  gran- 
des analogías  con  el  Tupí,  que  es  un  similar  cercano  de 
la  lengua  Uaraní,  hablada  ésta  en  la  zona  comprendi- 
da desde  las  Pampas  del  Paraguay  hasta  las  costas  de 
Guayana. 

A  ser  exacto  que  los  Manetibitanos,  Sálibas  y  Pia- 
pocos, son  de  origen  caribe,  tendríamos  que  incluir  tam- 
bién á  los  Uainirnaneses  como  descendientees  del  Paria- 
no,  es  decir,  como  similares  del  Caribe  ;  y  al  verificar- 
se esto,  sería  un  hecho  comprobado  que  d'  Orbigny  tu- 
vo razón  al  expresar  que  todas  las  tribus  que  poblaban 
el  territorio  generalmente  plano  desde  el  pié  de  las  fal- 
das Andinas  hasta  el  Atlántico,  eran  Caribes,  un  verda- 
dero "  pan-caribismo,"  del  cual  duda  el  señor  doctor 
Toro. 

El  doctor  Koch-Grünberg  asegura  hoy,  1906,  la 
existencia  de  tribus  de  origen  caribe,  como  los  Umáuas. 
los  Yanácotos,  los  Carijonas,  los  Tsajatsajas,  etc.,  más 
allá  del  Rionegro,  entre  el  Uaupés,  el  Yapurá  y  el 
Putumayo. 

Por  nuestra  parte  ( no  obstante  haber  tratado  á 
Banibas,  Uarecas,  Puinabes,  üajibos,  Sálibas,  Caribes, 
etc.  )  como  no  hemos  estudiado  sus  caracteres  "  psico- 
fisiológicos,"  que  podrían  servirnos  de  "guía  principal  " 
'  para  esclarecer  esta  cuestión,  nos  conformamos  por  hoy, 
también,  con  el  dato  lingüístico  ;  y  al  efecto,  insertamos 


252  ^  TAVERA-ÁCOSTA 

en  la  Quinta  Parte  los  vocabularios  Uaraní  y  Umáua,  que 
trae  Gilij,  tomados  por  los  Rvdos.  Legal  y  Caamaño, 
respectivamente,  y  los  recogidos  por  Koch,  los  cuales  ro- 
bustecen lo  que  hemos  dicho  al  final  del  Capítulo  II  de 
la  Primera  Parte,  acerca  del  número  de  lenguas  ha- 
bladas. 

Cuanto  á  los  ''maquiritares,  tribu  blanca  del 
Ventuari  y  del  Alto  Orinoco,"  (4)  es  una  aserción  em- 
pírica que  no  tiene  explicación  en  las  páginas  de  un  libro 
en  que  se  trate  científicamente  de  etnología  de  Venezue- 
la, pues  la  tal  fábula  de  los  "indios  blancos  come  es- 
pañoles "se  ha  esfumado  como  sus  congéneres  el  mito 
del  hombre  Dorado  y  el  mito  de  la  antropofagia  de  los 
aborígenes  que  encontraron  los  castellanos  de  la  Con- 
quista.  (  5  ) 

Buscando  al  autor  de  tal  conseja,  no  lo  hemos  ha- 
llado en  la  Relación  de  Apolinar  Diez  de  la  Fuente,  de 
su  viaje  en  1760  hasta  los  raudales  de  Uaharibos  ;  tam- 
poco en  la  de  don  José  Solano,  en  ese  mismo  año  ; 
tampoco  en  el  Informe  de  don  José  Iturriaga,  también 
en  1760  ;  tampoco  en  la  Relación  del  viaje  de  Fran- 
cisco Fernández  Bovadlila,  en  1764,  hasta  el  río  Maua- 
ca  ;  trabajos  éstos  de  la  famosa  Expedición  de  límites 
entre  España  y  Portugal,  y  que  sirvieron  después  al 
Rvdo.  Caulín,  para  su  obra  Historia  de  la  Nueva  Andahi- 


(4)  Codazzi,  copiando  á  Humb  )ldt,  dice  délos  maquiritares 
"nación  casi  blanca,"  y  sin  el  casi  menciona  á  los  Uaicas  y  á  los 
Uaharibos,  á  quienes  nunca  vio,  al  igual  de  Humboldt. 


r5)  Además  de  estos  tres  mitos  americanos,  otros  traen  los  cro- 
nistas. Véanse  algunos  :  las  amazonas  ó  mujeres  sin  marido,  los 
arroyos  de  oro,  los  gigantes,  los  indios  de  orejas  tan  largas  que  les 
arrastran  por  el  suelo,  los  que  tienen  las  muelas  tan  grandes  como 
un  puño,  el  lago  encantado,  las  piedras  verdes  misteriosas,  losher- 
mafroditas  de  cinco  varas  de  tamaño,  la  sodomía  entre  los  indios, 
y  tantos  otros  que  acusan  en  aquellos  escritores  una  emulación  en 
absurdas  creaciones  y  en  dar  á  la  publicidad  relatos  de  costumbres 
erróneamente  interpretadas. — Notas  del  Autor. 


EN    EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS  253 

cía,  en  la  parte   correspondiente    á  Guayana,    desde   los 
raudales  de     Adoles  para  arriba. 

Ecfte  religioso  publicó  su  libro  en  1779,  y  en  el 
Capítulo  X,  Lib.  I,  es  donde  encontramos  por  primera 
vez  la  cuestión  de  los  *' indios  blancos  como  españoles," 
residiendo  en  el  Alto  Orinoco. 

El  R\do.  Gilij,  al  mencionar  á  \o'¿  gunhibas  blancos 
en  su  catálogo  de  tribus  descubiertas  en  Guayana  des- 
pués de  su  salida  en  1767,  escribe  :  '  En  la  historia  del 
Padre  Caulín  son  llamados  guaribas  y  dice  que  son 
blancos  como  españoles."  (6) 

Tocóle  á  él,  pues,  la  incubación  de  tal  conseja, 
sin  tener  en  cuenta  para  nada  la  igualdad  de  carac 
tes  fisonómicos  de    la  raza  amarilla. 

En  nuestro  sincero  propósito  de  rectificar  tantas 
exageraciones  qae  se  han  repetido  con  respecto  á  los 
pobres  aborígenes  de  Venezuela,  escribimos  y  publica- 
mos en  nuestro  libro  Rionegro  lo  siguiente,  que  juzga- 
mos pertinente  intercalar  aquí : 

"  Esta  fábula  de  los  indios  blancos  la  repitió  medio 
siglo  después  Humboldt  en  el  Capítulo  XXIV  de  su 
libro  (  Viaje  á  las  regiones  equinocciales^  y  luego  Co- 
dazzi  y  otros  ;  pero  hace  también  más  de  medio  siglo 
que  Michelena  y  Rojas  rectificó  ese  tópico  en  la  página 
346  de  su  Exploración  Oficial. 

"  Nosotros  mismos  hemos  visto  uno  que  otro  indio 
del  Padamo  y  del  Cunucunuma  más  blanqueados  que  los 
demás,  3^  aún  hasta  con  los  ojos  verdosos  ;  pero  eso  no 
quiere  decir  que  sean  pertenientes  á  una  tribu  de  indios 
blancos  ;  cuando  más  acusan  esos  individuos  la  heren- 
cia de  algunos  de  los  blancos  que  comerciaron  con  sus 
padres  ó  abuelos.    (  7  ) 


(6)  Saggio  di  Sloria  Ame}ica7ia,  pag.  334,  tomo  I. — Roma,  1780. 


(  7  )  Debe  recordarse  que  desde  antes  de  1730  los  holandeses  del 
Esequibo  llegaban  hasta  las  cabeceras  del  Caura,  etc.  y  que  los 
portugueses  subían  hasta  las  fuentes  del  Rioblanco,  en  donde 
tenían  establecidos  algunos  villorrios. — Nota  del   Autor. 


2  54  TAVERA-ACOSTA 


"Y  acerca  del  tipo  y  del  color  que  distinguen  á  las 
razas,  la  ley  de  herencia  es  siempre  igual,  ó  acaso 
modificada  por  el  medio  ó  por  el  clima  en  que  se  agiten 
sus  representantes.  La  raza  blanca  dará  siempre  blan- 
cos ;  la  amarilla,  amarillos  ó  cobrizos  ;  y  la  negra,  ne- 
gros siempre.  De  suerte,  que  llegado  el  caso  en  que 
sean  muy  notables  las  manifestaciones  más  ó  menos 
obscuras  de  los  pigmentos  y  de  otras  circunstancias  fiso- 
nómicas  (cabellos,  labios,  narices,  maxilares,  etc.)  ten- 
dremos también  que  recurrir  juiciosamente  á  otra  ley 
de  herencia,  el  cruzamiento,  para  expHcarnos  el  ó  los 
casos  que  puedan  presentarse." 

Acaso  el  Rvdo.  Caulín  quiso  recordar  el  cuento  de 
Pedro  Mártyr  de  Anghiera,  repetido  á  mediados  del  si- 
glo XVI  por  el  Rvdo.  López  de  Gomara,  de  que  en  la 
península  de  Paria  había  "hombres  blancos  y.  de  ca- 
bellos rubios  como  si  fueran  de  origen  germánico." 
Pero  tales  versiones  de  los  primeros  nav^egantes  espa- 
ñoles, por  carecer  de  razones  científicas  no  pueden 
ser  hoy    mencionadas  sin  las  reservas  consiguientes. 

Otra  aserción  extraña  se  lee  en  la  página  82  :  ''Por 
un  procedimiento  que  no  conocemos  hacen  (  los  indios  ) 
enmudecer  á  sus  perros  ;  de  modo  que  éstos  no  ladran 
nunca,  porque  dice  el  indio  que  sus  ladridos  atraen 
al  jaguar." 

Esto  nos  parece  un  vago  recuerdo  de  los  perros 
mudos  de  que  habló  en  1535  el  cronista  Gonzalo  de 
Oviedo  y  Valdez  (8)  y  que  repitieron  luego  por  refe- 
rencia   otros    escritores. 

Para  que  se  tenga  idea  de  este  cuento  del  abuelito, 
copiemos  á  Oviedo  :  ''En  Tierra  Firme,  en  poder  de 
los  indios  caribes  flecheros,  hay  unos  perrillos  pequeños. 


(8)  Capítulo  XXVI  Historia  Natural  de  las  Indias.     Edición 
de  Madrid,   1852. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  255 

gozques,  que  tienen  en  casa,  de  todos  los  colores  que 
en  España  hay  ;  algunos  bedijudos  y  algunos  rasos,  y 
son  perios  mudos  porque  nunca  jamás  ladran,  ni  gañen, 
ni  aullan,  ni  hacen  señal  de  gritar  ó  gemir  aunque  los 
maten  á  golpes,  y  tienen  miucho  aire  de  lóbulos,  pero 
no   son  sino  perros  naturales." 

Pero  esto  lo  rectificó  Fray  Bartolomé  de  las  Casas 
en  el  Capítulo  CLVI,  Libro  I,  de  su  reivindicadora 
Historia  de  las  Indias  :  '*....  perros,  dice  (  Vespuccio  ) 
que  no  hay,  y  dice  verdad,  puesto  que  perros  de  cierta 
especie,  que  no  la  de  acá,  (de  España)  háilos  en  algu 
ñas  partes." 

El  célebre  de  las  Casas  concluyó  su  monumental 
historia  en  1561,  y  en  sus  páginas  se  rectifican  algunos 
de  los  mitos  que  ya  hemos  mencionado.  Desgraciada- 
mente ella  vino  á  publicarse  después  de  tres  siglos 
transcurridos  ! 

En  esa  obra  — obra  de  hoaradez,  de  justicia  y  de  ver- 
dad—  se  desvirtúan  muchos  errores  traídos  por  Colombo, 
Vespucio,  Mártyr  de  Anghiera,  Oviedo  y  Valdez,  Ló- 
pez de  Gomara  y  por  casi  todos  los  que  escribieron  an- 
tes que  délas  Casas  sobre  asuntos  del  mundo  occidental. 

La  existencia  de  los  tales  perros  mudos  la  repiten 
casi  todos  los  cronistas.  Entre  ellos  el  Rvdo.  Juan  de 
Castellanos  al  relatar  en  verso  el  viaje  de  Alonso  de 
Herrera  por  el  Meta,  en  1536,  así : 


Hallaron  las  comidas  que  les  cuadran 
Y  unos  perrillos   chicos  que  no    ladran. 
Son  buenos  de  comer  y  dichos  mayos, 
A  los  cuales  también  llaman  auríes.   (9) 

Sin  embargo,  no  hemos   encontrado    la  especie   de 
estos  perros  mudos  en  las  minuciosas  referencias  del  via- 


(9)  Canto  III,  Elegía  XI,   Varones  Ilustres,  de  Indias. 


256  f A VER A- AGOSTA 


je  de  Herrera,  que  traen  Oviedo  y  Valdez  (  Cap.  XXIV 
de  su  Historia^  Antonio  de  Herrera  (  Década  V )  y 
Fray  Pedro  Simón  en  la  3a  de  sus  Noticias  historiales 
de  las  Conquistas  de  Tierra  Firme, 

Este  último,  hablando  de  los  animales  del  Conti- 
nente, escribe  en  el  Capítulo  XXVII  de  su  4a  Noticia 
historial  que  no  sabe  si  "los  pécuris  son  los  mismos 
animales  llamados  mayas  por  los  indios,  (  10)  ó  si  son 
los  denominados  por  las  españoles  perrillos  pequeños 
que  aullan  y  no  ladran,  y  tienen  muy  buen  gusto,  co- 
mo lo  dicen    los  españoles  que  los  han  comido." 

Como  se  vé,  para  la  época  de  Fray  Simón  ya  au- 
llaban,  aunque  no  ladraban  los  *'  perros  mudos." 

Por  supuesto.  Castellanos  copió  á  Oviedo,  y  Simón, 
aunque  no  sabe  si  son  los  mismos  pécaris,  se  siguió  por 
algunos  de  sus  colegas  ;  pero  lo  cierto  es  que  ninguno 
de  ellos  vio  perros  mudos  ni  conoció  la  obra  del  Padre 
Bartolomé  de  las  Casas,  sino  que  vieron  un  cuadrúpedo 
de  la  familia  de  las  nutrias,  al  que  bautizaron  con  el 
nombre  de  '' perro  de  agua''  por  su  parecido  con  el 
perro  común  de  Europa  y  por  su  vivir  constante  en  los 
ríos  y  caños.  (  1 1  ) 

Acerca  de  los  demás  escritores  de  los  siglos  XVI  y 
XVII,  bueno  es  tener  presente  que  no  hicieron  sino  co- 
piar sin  discernimiento  crítico  alguno,  mucho  de  lo  escri- 
to por  los  primitivos  cronistas. 

El  mismo  Humboldt,  discurriendo  sobre  los  tales 
perros  mudos,  dice  en  el    Libro  VIII,    Capítulo    XXIV, 


(10)  En  Colombia,  antigua  Nueva  Granada,  donde  escribió 
Fray  Simón  sus  Noticias  historiales,  hay  ríos  y  caños  con  el  nom- 
bre de  Ma5^o.  También  en  Venezuela  y  en  Haití.  Mayu  en 
lengua  Quichua  quiere  decir  río,  y  asimismo  en  Puinabe  Máhu. 
Nota    del  Auto}. 


(  II  )  Véanse  :  Gumilla,  Historia  de  las  naciones  del  OrÍ7toco,  Cap. 
XXII,  parte  2a — Caulín,  Historia  de  la  Nueva  Andalucía,  Cap. 
VIII,  Libro  I — OiW],  Sagí^io  di  Storia  americana,  Q2i^.  IV,  Libro 
II,    tomo   I. 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS         257 

tomo  39  de  su  viaje,  lo  siguiente  :  *'Fue  en  los  paises 
que  acabábamos  de  recorrer,  entre  el  Meta,  el  Arauca  y 
el  Apure,  en  donde  en  tiempo  de  las  primeras  expedicio- 
nes al  Orinoco,  por  ejemplo  en  la  de  Alonso  de  Herrera, 
en  1535,  se  encontraron  perros  mudos  que  los  nuturales 
llamaban  mayos  y  auríes.  Puede  ser  que  los  perros  que 
hemos  visto  en  el  Orinoco  desciendan  de  los  que  los  es- 
pañoles trajeron  á  las  costas  de  Caracas;  pero  en  la  Nueva 
Granada  y  la  Guayana  existía  antes  de  la  Conquista  una 
raza  de  perros  semejantes  á  los  nuestros  de  los  rebaños 
lanares.  El  allcoáe  los  naturales  del  Perú,  y  en  gene- 
ral todos  los  perros  que  hemos  encontrado  en  los  paises 
más  salvajes  de  la  América  del  Sur,  ladran  con  mucha 
frecuencia  ;  sin  embargo,  los  primeros  historiadores  ha- 
blan todos  de  perros  mudos  que  existen  aún  en  el  Ca- 
nada  ;  y  lo  que  me  parece  más  digno  de  atención,  es 
que  la  variedad  muda  era  la  que  se  comía  de  preferen- 
cia en  México  y  el  Orinoco.  La  costumbre  de  comer 
en  el  día  la  carne  de  perro,  es  enteramente  desconocida 
en  las  orillas  del  Orinoco." 

En  este  párrafo  copiado  se  nota,  además  de  la  inde- 
cisión del  sabio,  la  información  primitiva  de  aquellos 
historiadores. 

En  otra  de  sus  obras,  Ci¿ad)'os  de  la  Naturaleza, 
(Libro  I,  Cap.  VIII)  dice:  "El  perro  de  Europa, 
vuelto  al  salvajismo,  ladra  tan  recio  como  la  raza  vellu- 
da originaria  de  América.  sSegún  la  relación  de  Garcila- 
so,  poseían  los  Peruanos,  antes  de  llegar  los  Españoles, 
la  especie  llamada  "perros  gozques."  Garcilaso  de- 
signa al  perro  indígena  bajo  el  nombre  de  aJlco .  .  .  .La- 
dra mucho,  pero  rara  vez  muerde  á  los  indígenas  .... 
El  autor  de  una  excelente  Fauna  Peruana.  M.  de  Tschu- 
di,  ha  examinado  estos  cráneos  (  de  los  alíeos  )  y  cree 
que  proceden  de  una  especie  particular,  diferente  del 
perro   de  Europa,  y  que  llama  canis  in^ce.'' 

Por  todas  estas  citas  se  ve  que  los  alíeos  y  "  perros 
de  agua,"  tan  bien  descritos  por  Tschudi,  ladran,  aullan 
ó  gritan  mucho.      Sinembargo,  en    el    mismo    Capítulo, 

,j  Un  el  Sur — Dialictos  Indígenas.  17. 


258  TAVERA-ACOSTA 

Humboldt,  inspirándose  en  la  obra  del  Jesuíta  Feo. 
Saverio  Clavigero,  Storia  antícca  del  Messico  ( tomo  1. 
pág.  73  )  asienta  :  "El  perro  mexicano  techichi  tenía  el 
carácter  distintivo  de  ser  completamente  mudo.  Es 
por  lo  demás  una  variedad  del  perro  común  llamado 
chichi  en  Anahuac.  Techichi  significa  literalmente 
"  perro  de  piedra,"  de  la  voz  azteca  tetl,  piedra.  El 
perro  mudo  servía  de  alimento,  como  era  uso  entre  los 
chinos,  y  aún  los  mismos  españoles  hicieron  forzados 
por  la  necesidad  tan  grande  consumo  antes  de  la  intro- 
ducción de  ganados,  que  la  raza  desapareció  casi  por 
completo." 

Y  concluye  el  ilustre  sabio  :  "  Las  investigaciones 
de  M.  Tschudi  sobre  los  perros  indígenas  de  América, 
llevan  á  los  siguientes  resultados:  hay  dos  razas  casi  es- 
pecificamente  distintas:  i?  el  canis  caraibictis  de  Lesson, 
completamente  desnudo  (  sin  pelo  )  á  excepción  de  un 
mechoncito  en  la  frente  y  en  el  extremo  de  la  cola  ;  es 
del  color  de  la  pizarra  y  no  ladra.  Estos  animales  fue- 
ron hallados  por  Colón  en  las  Antillas,  por  Cortés  en 
México  y  por  Pizarro  en  el  Perú.  Y  2?  el  canis  ingoe,'' 
es  decir  el  allco  de  los  peruanos. 

De  todo  lo  cual  se  desprende  que  el  animal  deno- 
minado canis  caraibicHs  por  Lesson,  es  el  mismo  nom 
brado  todavía,  siguiendo  la  costumbre  castellana,  ''perro 
de  agua,"  anfibio  de  la  familia  de  las  nutrias,  cuya  carne 
sirve  aún  de  alimento  á  muchas  tribus  de  las  orillas  del 
alto  Orinoco,  del  Meta,  del  Inírida,  del  Uainía,  etc.  y  que 
lanza  gritos  ó  aullidos  tan  fuertes  y  destemplados  que 
molestan  mucho,  especialmente  cuando  son  pequeños, 
están  fuera  del  agua  y  tienen  hambre. 

Codazzi  siguiendo  á  Vespuccio  y  á  las  Casas,  ase- 
gura en  la  página  185  de  su  citada  obra:  **  En  Amé- 
rica no  los  había,  y  cuentan  los  historiadores  que  los 
indios  sólo  tenían  perros  que  no  ladraban.  En  el  día 
no    se    conocen  y   es  muy   probable    que  fuesen   zorros 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  259 

domesticados     como     los    que    suelen    encontrarse     to- 
davía.   (  12  ) 

Si,  como  con  tanta  exactitud  afirma  Codazzi,  en 
América  no  había  perros,  sino  que  fueron  introducidos 
por  los  conquistadores  ¿  cómo  no  reparar  en  el  dislate  en 
que  incurre  Oviedo,  cuando  dice  que  parecían  lobillos, 
pero  que  no  eran  sino  perros  mtlurales  que  nunca  jamás 
ladran,  ni  gañen,  ni  aullan'^  (13) 

Indudablemente,  que  los  indígenas,  además  del 
canzs  caraibicus,  tienen  un  animal  parecido:  el  zorro 
amarillo  ó  canis  azaree,  \\3imd.do yai/a7'a-c/¿i  por  los  indios 
brasileros  ;  pero  que  no  es  el  perro  denominado  con 
tanta  razón  '*  el  amigo  del  hombre,"  ( ca/iis  fami- 
íiarís  )  ni  es  tampoco  el  cuadrúpedo  á  que  hicieron  alu- 
sión los  primeros  cronistas  de  América,  al  qne  les  in- 
dios llamaban  y  llaman  mayos,  neiui  ó  cairo,  que  es  el 
mismo  "  perro  de  agua"  encontrado  por  Colombo,  Cor- 
tés y    Pizarro. 

La  primera  vez  que  los  habitantes  de  las  regiones 
del  Meta  vieron  perros,  fue  en  1536,  cuando  los  lle- 
vóatraillados  Alonso  de  Herrera,  primer  jefe  blanco 
que  navegó  aquel  río  y  los  llamaron  auries  los  in- 
dios yaguas,  según  el  Rvdo.  Castellanos.  Pero  no  te- 
niendo los  aborígenes  tal  variedad  de  los  cánidas,  echa- 
ron mano  de  las  voces  castellanas  para  denominarlos. 
En  efecto,  consultando  nuestros  vocabularios,  encontra- 
mos que  los  Caribes  y  los  Uaraunos  llaman  al  perro 
peroro  ;  los  Mapoyes,  los  Tamanacos  y  los  Yabaranas 
ttéroro  ;  y  los  Aruacas  y   Ayamanes  perú,    evidente   co- 


(12)  Nosotros  mismos  hemos  visto  guachis  y  perros  de  agua 
domesticados  por  los  indios  del  Rionegro,  y  aún  hemos  tenido  un 
zorro  que  trajimos  en  1901,  siguiéndonos  él  como  si  fuera  uno 
de  nuestros  perros  ordinarios  y  hasta  con  la   inteligencia  de   éstos. 


(13)  Langlebert  en  su  Histojia  Natural  (  Cap.  XXV,  4?  orden 
de  los  mamíferos  )  dice  que  "  el />^rrí7  turco,  cuya  piel  es  casi  lisa, 
negra  ó  de  color  de  carne  ó  con  manchas  pardas,  procede  de  Amé- 
rica  de  donde  lo  trajo  Cristóbal  Colón."  (ízV) — Notas  del  ^utof. 


2^0  TAVÉRA-AGOSTA 

rrupción  de  la  palabra  perro  ;  los  Banibas  y  Carúzanas 
le  dicen  smo;  los  Barias  y  Mandauacas  shino,  y  los  Ua- 
recas  ¿:/^/;2¿?/í/,  corruptela  del  vocablo  "  chino,"  aplicado 
á  los  perros  no  lanudos  ;  los  Yaruros,  ó  Yaguas  de 
Castellanos,  le  denominan  auri,  los  Sálibas  jori,  los 
Uajibos  y  Piaroas/i^^/r?  y  los  Piapocos  j7'¿?2/r//,  de  la  voz 
castellana  ''jauría." 

Los  Uaraníes  le  dicen  yaguar  (^iauár^  y  los  Omá- 
uas  y  'Yxx^i^ yaitara,  ó  sea  tigre,  acaso  por  la  circunstan- 
cia de  haber  visto  perros  de  presa  menos  feroces  que  al- 
gunos de  los  conquistadores  que  los  trajeron  y  adiestraron 
para  cazar  indios,  con  cuya  carne  los  alimentaban  ;  y 
siendo  el  jaguar  el  animal  carnívoro  más  sanguinario 
que  conocían,  le  aplicaron  el  mismo  nombre. 

Para  el  tiempo  de  Fray  Jacinto  de  Carvajal, 
(  1630-50)  no  existían  "  perros  mudos  "  en  el  Orinoco, 
Apure,  etc.,  ni  pudieron  habérselos  comido  los  españo- 
les, sino  "perros  de  agua,"  comestibles  desde  entonces, 
y  desde  antes  también,    hasta  nuestros  días. 

Para  los  años  de  los  Frailes  Rivero,  Román,  Cu- 
mula, Caulín,  Gilij  y  Xeres  (  1700-75  )  menos  se  cono- 
cían los  *'  perros  mudos,"  y  sí  los  "  perros  de  agua." 

Para  la  época  de  Humboldt,  todos  los  perros  que  en- 
contró ese  ilustre  viajero  hasta  en  los  países  más  salvajes 
de  la  América  del  vSur  ladraban  con  mucha  frecuencia, 
y  hasta  el  alcu  de  los  peruanos  se  desgañitaba  muy 
á  menudo  ;  cuarenta  años  después  tampoco  se  conocían 
los  perros  que  nunca  ladran  ;  pero  pasan  los  días,  corre 
el  tiempo,  ya  se  había  olvidado  la  conseja  del  abuelito, 
ya  nadie  se  acordaba  de  los  '*  perros  mudos,"  hasta 
que  hoy  el  Dr.  Toro,  pcn'  la  circunstancia  de  no  haber 
c»ído  ladrar  á  los  perros  de  los  pocos  indios  del  Cuyuni 
que  logró  ver,  ó  para  ver  de  revivir  la  estantigua  de  los 
perros  mudos  de  Oviedo,  afirma  que  ''por  un  procedi- 
miento que  no  conocemos  hacen  enmudecer  á  sus  perros  ; 
de  modo  que  éstos  no  ladran  nunca,  porque  dice  el  in- 
dio  que  sus  ladridos  atraen  al  jaguar  "  ! 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  201 


Pero  lo  más  ingratamente  desconsolador  para  nos- 
otros, profanos  en  todas  las  ciencias,  pero  fervorosos 
amantes  de  la  verdad,  es  encontrar  en  el  Capítulo  XII 
sobre  etnografía  de  Venezuela  como  base  de  la  división 
y  nomenclatura  de  los  indígenas,  las  enmarañadas  listas 
que  trae  Codazzi. 

Hay  tantas  confusiones,  que  no  podemos  prescin- 
dir de  escribir  los  párrafos  que  siguen  en  el  sentido  de 
aclarar  algunas  de  las  que  constan  allí,  y  que  fácilmen- 
te podría  evidenciar  cualquier  vecino  de  las  costas  de 
Margarita,  de  Cumaná  y  de  las  márgenes  del  Alto 
Orinoco.   (  14  ) 

A  nuestro  juicio  varias  son  las  causas  que  han  obli- 
gado al  estudioso  autor  á  patrocinarlas.  Las  principa- 
les son  :  la  carencia  de  observaciones  experimentales  y 
el  haber  tomado  á  Codazzi  por  guía  en  tales  asuntos,  no 
obstante  calificar,  en  la  página  133,  de  confusa,  la  no- 
menclatura de  la  tribus  indias  que  trae  en  su  Resitmen 
de  la  Geoo-rafi'.i  de  Venezuela, 

El  autor  de  Antropología  General  y  de  Venezuela 
precolombina  dice  en  la  página  134  :  "  Los  más  recientes 
estudios  de  lingüística  americana,  en  ausencia  de  datos 
paleo-arqueológicos  suficientes,  encierran  en  tres  gran- 
des troncos  lingüísticos  los  mismos  pueblos  que  d'  Or- 
bigny  agrupaba  en  su  raza  pampeana  :  troncos  Tíipi, 
Caribe  y  Maipure  de  Adám,  que  es  el  mismo  Nuarhua- 
ca  de  von  den  Steinen.  Según  este  criterio  todos  los 
elementos  indígenas  de  Venezuela  son  caribes,  pues  en 
él  se  incluyen  :  á  los  arecunas,  macusis,  aruacos,  ma- 
jaicones,  galibi,  runcuyano,  guaiquerís,  aguaricotos  de 
Guayana  ;  el  citmanagoto  y  sus  numerosos  derivados  en 
el  oriente  de  Venezuela  ;  los    tamanacos    y  maquiritares 


(14)  Entiéndase  por  alto  Orinoco,  desde  los  raudales  de  Malpa- 
res para  arriba. 


202  '  TAVER  A.- AGOSTA 

del  centro  y  mediodía  ;  motilones  y  paraujanos  del 
Norte  ;  apenas  si  los  aruacos,  goagiros  y  caquetíos,  de 
norte  y  occidente,  se  excluyen  de  este  pan-car:bismo 
lingüístico.  Concediendo  á  esta  nomenclatura  todo  el 
valor  que  ella  puede  tener,  discriminaremos  como  sigue 
los  grupos  indígenas  de  Venezuela,  sin  pretender  cla- 
sificación alguna,  sino  con  el  objeto  primordial  de  meto- 
dizar este  confuso  estudio  y  teniendo  como  guía  princi- 
pal de  nuestras  divisiones  los  caracteres  psico-fisioló- 
gicos  de  las  agrupaciones  indígenas." 

Difícil  empresa  es  esta  de  pretender  hoy  divisiones 
de  grupos  indígenas  ateniéndose  á  sus  caracteres  psico- 
fisiológicos,  cuando  en  la  mayor  parte  de  ellos  no  se 
conocen  éstos. 

Sinembargo,  im.itando  á  Codazzi  este  autor  lo  hace, 
pero  en  la  forma  siguiente  : 


I 

Caribes 

7 

Maipures 

2 

Cumanagotos 

8 

Sálibas 

3 

Tamanacos 

9 

Yaruros 

4 

Aruacos 

lO 

Otomacos 

5 

Guárannos 

II 

Muiscas,  de  la  Cor- 

6 

Guaharibos 

dillera  y  Colombia, 

con   dependencias    más    ó  menos  numerosas-^    (^5) 

Consideremos  ahora  todas  esas  agrupaciones,  his- 
tórica, geográfica  ^  lingüísticamente,  á  fi.n  de  ver  cómo 
nos  acercamos  un  poco  á  la  verdad,  ya  que  no  creemos 
tan  fácil  obtener  hoy  observaciones  sobre  los  "carac- 
teres psico-fisiológicos  "  de  todas  ellas. 

Empezemos  por  el  grupo  principal  ó  sea  el  Pariano, 
denominado  generalmente  caribe.     Habitaba,    según    el 


(  15  )  Esta  clasificación  del  Dr.  Toro  ha  empezado  ya  á  dar  sus 
frutos  :  en  la  pág.  58  de  la  tesis  que  con  el  título  de  "  Contribu- 
ción al  estudió  de  la  inmigración  en  Venezuela,"  presentó  el 
Br.  Carlos  Gómez,  para  obtar  al  Doctorado  en  Ciencias  Políticas, 
se  menciona  literalmente,  admitiéndola  "  como  guía  etnográfica 
de  la  antigua  población  india"  \—Nota  del  Ardor. 


EN  EL  SUR DIALECTOS  INDÍGENAS  263 

mismo  Dr.  Toro  en  la  página  82  de  Por  las  selvas  de 
Guayana,  en  ese  "gran  triángulo  que  tiene  por  vértice  el 
Cabo  de  Gallinas,  el  de  San  Roque  y  la  desembocadura 
de  1  Plata,"  de  donde  resulta  que,  concretándonos  á  Ve- 
nezuela, desde  la  Goajira,  costas  de  Maracaibo,  de  Pa- 
raguaná  y  una  línea  imaginaria  N-S  al  oriente  de  los 
Andes  hasta  encontrar  el  Orinoco,  todo  el  espacio  com- 
prendido entre  este  río,  el  Blanco  y  el  Cuyuni  y  las 
costas  del  Atlántico,  estuvieron  pobladas  por  esa  gran 
raza,  cuya  lengua  se  dividió  y  subdividió  por  acciden- 
tes de  tiempo,  de  localidades  y  quizás  por  qué  otras 
circunstancias  ;  con  lo  que  se  probaría  en  parte  la  exac- 
titud de  las   opiniones  de  d'   Orbigny. 

Como  se  habrá  visto  en  la  Primera  Parte  de  estes 
estudios,  por  simples  referencias  históricas  de  costum- 
bres, residencia  y  modus  vivendi,  peculiares  á  todos 
ellos,  habíamos  incorporado  á  los  Tamanacos  y  á  los 
Otomacos  ó  Totomacos  como  correspondientes  al  •  Pa- 
riano.  Más  adelante  se  verá  la  exactitud  del  funda- 
mento. 

El  Rvdo.  Gumilla,  en  el  Capítulo  IV,  Parte  Se- 
gunda de  su  obra  antes  citada,  hablando  de  la  variedad 
de    lenguas  de  los  indios  del  Orinoco,  dice  : 

''  De  la  Jengua  betoya  y  jirara,  que  aunque  ésta 
gasta  pocas  erres,  aquella  demasiadas,  ambas  quieren 
ser  matrices,  se  derivan  las  lenguas  situfa,  ayrica, 
ele,  lucalía,  jabue,  arauca,  quilifay,  lolaca,  atabaca, 
etc.  De  la  lengua  cariva  nacen  la  guayana,  la  pálenca, 
giiiri,  guayquiri,  mapúy  y  cumanagota  ;  de  la  saliva 
se  deriva,  ó  es  corruptela,  la  aturi  ;.  de  la  guajiva  sa- 
len varias  ramas.,  entre  la. gran  variedad  de  chiricoas  ; 
de  la  achagua,  aunque  e,s  la  más  pronunciable,  suave  y 
elegante  de  todas,  todavía  no  se  han  descubierto  '  len- 
guajes derivados,  porque  aunque  en  la  lengua,  maipu 
res  se  hallan  muchas  palabras  achaguas,  son  introdu- 
cidas por  el  comercio  ;  las  lenguas  otomaca,  aruaca, 
guarauna  y  otras  que  hasta  hoy  parecen  estériles,  el 
tiempo  y  el  descubrimiento  de  nuevos  indios  creo  que 
las  hará  fecundas  para  los  venideros." 

Gumilla   no  nombra  en  esta   para    nosotros  incom- 


264  TÁVERA-ACÓSTA' 


prensible  síntesis,  á  los  Tamanacos,  quizás  por  creer 
que  fueran  los  mismos  Caribes  ;  pero  en  cambio  trae 
otros  con  tales  denominacienes,  como  quilifay,  "lolaca, 
lucalía,  etc.,  que  no  hemos  podido  identificar  ó  que  no 
sabemos  á  cuales  tribus  corresponden  hoy,  por  la  ab- 
soluta falta  de  datos    lingüísticos. 

Gilij,  siglo  y  medio  antes  que  nosotros,  trae  como 
proveniente  del  Pariano  al  Tamanaco,  y  es  de  advertir 
que  este  erudito  religioso  es  la  fuente  de  donde  nace 
la  clasificación  aunque  no  científica  del  cuerpo  de  doc- 
trina lingüística  que  hoy  se  estudia  sin  llegar  en  defini- 
tiva á  sus  exactas  conclusiones.  Este  misionero,  el  más 
competente  de  cuantos  vinieron  al  Orinoco  en  los  siglos 
XVII  y  XVIII,  trae  varios  vocabularios  de  lenguas  de 
Norte  América,  México,  Perú,  Brasil,  Paraguay  y  Chile; 
pero  con  relación  á  Venezuela  sólo  el  Maipures  y  el  Ta 
manaco  y  unas  pocas  voces  del  Sáiiba  ;  del  Yaruro 
catorce,  del  Otomaco  catorce,  del  Uaipunabe  y  del 
Cavere  dos,   del  Payuro  tres,  del    Yauarigoto,     tres. 

En  el  Capítulo  XII,  Libro  III,  tomo  III  de  su 
obra  Saggio  di  Storia  Americana,  divide  la  población 
india  de  Guayana  en  nueve  agrupaciones,  por  supuesto 
con   algunas   confusiones,    á  saber  : 

"I  La  caribe,  que  yo  sepa,  tiene  los  siguientes 
dialectos  :  tamanaco,  pareca,  uoquiare,  uaraca-pachili, 
uara-mucuru,  aiqueam-benamó,  payuro,  quiriquiripa, 
mapoyo,  oyes,  aquerecoto,  iauarigoto,  pariagoto,  cuma- 
nagotd,  guanero,  guaiquire,  guaiquerí,  palenque,  maqui- 
ritare  y  areuiriano. 

"II  Tras  la  lengua  caribe  viene  la  sáliba,  la 
cual  tiene  tres  dialectos  :  el  ature,  el  piaroa  y  el 
cuacua.   (  16  ) 

(16)  Aquí  es  de  notarse  otra  de  las  confusiones  de  este  Jesuíta. 
En  la  página  129  tomo  I  de  su  obra  dice  que  los  Cuacuas  y 
los  Mapoyes  hablan  un  mismo  dialecto,  es  decir,  que  son  de 
origen  pariano.  lo  que  es  exacto,  y  que  forman  una  sola  tribu. 
Ahora,  en  la  página  205,  tomo  III,  asegura  que  los  Cuacuas  vienen 
del  Sáliba,  es  decir,  que  para  aumentar  el  número  de  las  tribus, 
forma  tres  como  derivadas  de  éste  ;  pero  debe  tenerse  presente 
que  los  atures  y  piaroas  son  unos  mismos  y  asimismo  los  Cuacuas 
ó  Mapoyes. — Nota  del  Autor. 


EN  EL  SUR DIALECTOS  INDÍGENAS  265 

*'III —  La  Maipures,  tiene  los  siguientes  :  el  ava- 
no,  el  meepure,  el  cabrío,  el  parene,  el  guipunabis,  el 
quirrup'a  y  muchos  otros  del  alto  Orinoco,  Rionegro  y 
Marañón,    entre  ellos  el  achagua.    (17) 

*'IV —  La  lengua  Otomaca,  tiene  por  hija  la 
taparita.   (18) 

"  V — La  Guama  no  tiene  sino  el  dialecto  cuacuaro, 

''VI — La  Guajiba  no    es  diferente    de  la   chiricoa. 

"VII —  La  lengua  de  los  Yaruros  se  cree  tam- 
bién   matriz. 

"  VIII  y  IX — No  tengo  conocimento  de  la  Uara- 
una  ni  de  la  Aruaca,  pero  parecen  dos  lenguas  diversas." 

Hasta  aquí  Gilij,  quien,  además  trae  catalogados 
70  nombres  de  diferentes  tribus,  que  mucho  nos  re- 
cuerdan las  70  de  Codazzi.  Con  todo,  la  obra  de  este 
religioso  nos  ha  sido  muy  útil,  pues  con  su  lectura  he- 
mos podido  resolver  algunas  cuestiones,  como  ya  habrá 
visto    quien  se  haya  dignado  leer    estas  páginas. 

Muy  poco  ó  nada  conocido  en  Venezuela  el  libro 
de  Gilij,  de  sus  estudios  hizo  uso  Humboldt  para  sus 
trabajos  ;  de  estos  se  aprovechó  Balbi  para  arreglar  su 
Atlas  Etnográfico  ;  Codazzi  copió  á  ambos  en  su  Re- 
sumen de  La  Geografía  de  Venezuela  ;  y,  por  lo  que  se 
palpa,  el  autor  de  Antropología  General  y  de  Venezue- 
la precolombina,  no  obstante  considerar  con  toda  exacti- 
tud confuso  el  índex  de  tribus  indígenas  del  país  que 
trae  el  último,  casi  les  da  á  éstas  el  mismo  número  y  la 
m.isma  clasiñcación. 


(17)  En  el  Capítulo  anterior  recuérdensa  las  debidas  aclaracio- 
nes al  nombre  de  algunas   de  estas  tribus. 

(18)  Puédese  asegurar  que  el  Otomaco  es  similar  del  Caribe, 
por  sus  semejanzas  Imgüísticas  y  por  su  vecindad  de  residencia; 
y  asimismo  los  Uamos,  si  no  fueren  los  mismos  Mapoyos. — 
Notas    del  Autor. 


266  TAVERÁ-ACOSTA 

Los  lenguajes  de  las  agrupaciones  Caribe  "y  Ta- 
manaco,  son  tan  parecidos,  que  casi  puede  decirse  son 
uno  sólo,  á  pesar  de  haber  venido  asignándoseles  puestos 
distintos,  y  bien  cabría  pensar,  en  vista  de  los  nume- 
rosos vocablos  que  les  son  comunes,  que,  ó  es  la  Ta 
manaco,  que  hoy  no  existe  con  tal  denominación,  ó  es 
la  Caribe,  la  raza  que  dominó  en  el  área  geográfica 
de  Venezuela  que  dejamos  trazada  más  arriba,  pues 
no  es  fácil  comprobar  que  una  nación  tan  poderosa  y 
tan  grande  como  la  Tamanaco,  haya  podido  haber 
desaparecido  para  1838  — cuando  escribió  Codazzi — sin 
dejar  siquiera  un  solo  individiuo  que  hablara  su  len- 
guaje ;  y  sobre  todo,  residiendo,  como  asegura  hoy 
Toro,  copiando  al  ingeniero  italiano,  desde  la  Península 
de  Paria  hasta  las  márgenes  del  Caura,  inclusive  la 
hoya  del  Suapure. 

Gilij  vivió  á  orillas  del  Orinoco  en  el  lapso  compren- 
dido desde  1749  hasta  1767,  no  permanentemente  como 
se  ha  venido  creyendo,  sino  con  largas  estadas  en  el 
Nuevo  Reino,  y  publicó  su  obra  en  1780-84.  De  en- 
tonces á  la  época  de  Codazzi,  apenas  trascurren  54 
años;  y  en  medio  siglo  no  habría  desaparecido  sin  de- 
jar una  mísera  familia,  tanto  más  cuanto  que  para  esos 
años  ya  no  existían  las  horribles  causas  que  en  el  siglo 
XVI  produjeron  la  destrucción  de  gran  parte  de  las 
tribus  de  Venezuela.  Humboldt  contribuyó  á  embro- 
llar esta  cuestión,  viendo  que  Gilij  dice  por  un  lado  que 
del  Tamanaco  nacían  los  dialectos  hablados  en  las  re- 
giones del  Caura,  Cuchibero  y  Bentuari,  al  mismo 
tiempo  que  el  de  los  Cumanagotos,  el  de  los  Chai- 
mas, Palenques,  etc.  de  las  orillas  del  mar  de  los  Ca- 
ribes, creyendo  aquel  misionero  innecesario  repetir  que 
eran  Caribes  ;  de  donde  hizo  Balbi,  juiciosamente,  una 
sola  lengua  con  el  nombre  ..de  Caribe-tamanaco,  que 
copió  Codazzi  más  tarde. 

Y  tal  lenguaje  no  puede  ser  otro  que  el  que  he- 
mos denominado  Pariano,  cuyos  derivados  se  oyen 
■todavía  entre  los   moradores  de  los  llanos   del   Sur  del 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS 


267 


Guárico,  del  Sur  de  Barcelona,  del  Sur  de  Maturín, 
márgenes  del  Orinoco,  riberas  del  Caura,  Bentuari  y  sus 
afluentes,*  alto  Caroni,  alto  Paráua,  alto  Cuyuni,  etc. 
etc.,  siendo  en  parte  de  toda  certidumbre  lo  que  afirma 
Toro  en  la  página  87  de  su  obra  Por  las  selvas^  de 
Gitayana,  que  "de  las  seis  principales  familias  que 
componían  las  lenguas  americanas,  el  caribe  y  sus 
derivados,  era  el  hablado  por  los  indígenas  de  Vene- 
zuela." 

Y  para  que  se  tenga  mejor  idea  de  la  fraterni- 
dad del  Tamanacc  con  el  llamado  Caribe,  insertamos  á 
continuación  algunas  palabras  del  vocabulario  que  trae 
Gilij  y  al  mismo  tiempo  compulsamos  sus  ^equivalen- 
tes en  el  lenguaje  Caribe  que,  con  intervalo  de  ciento 
cincuenta  años,  hemos  recogido  : 


Ca  ribí 


Tain anaco  : 


agua 


X^g 


aguja 

'año,  por  invierno 

arena 

amarillo 

ayer 

báquiro 

boca 

brazo 

X candela 
casa 
carta 
catarro 
cielo 
claro 
colorado 
cuchillo 
curiara 
diente 
dos 

;espejo 
escopeta 


tuna 

acusa 

conopo 

asacan 

tapireme 

coñare 

puinque 

ómdari 

adápari 

uasto 

auto 

careta 

otoño 

capu 

tabeile 

tapire 

marí  ia 

curiara 

dérico 

occo 

chipiquire 

aracapuza 


tuna 

acuzia 

canepo 

ziacau 

taicpireme 

coinare 

painca 

mdari 

jápari 

uapto 

aute 

careta 

átono 

capu 

taveire 

tacpire 

maria     ■ 

curiara 

deri 

oco 

chipiquire 

caracapuzia 


268 


TAVERA-ACOSTA 


esposa 

puiti 

puti 

estrella 

chirica 

chirica 

hacha 

uihue 

ueue 

hijo 

imuro 

emuro 

invierno 

conopo 

canepo 

luna 

nuno 

nuna 

lluvia 

conopo 

canepo 

lengua 

anuru 

nuru 

mano 

damñare 

j  amañare 

merey 

uorai 

uoroi 

mes 

nuno 

nuna 

noche 

cóhco 

coco 

ojos 

jénuru 

jónuru 

orejas 

pianare 

panare 

pájaro 

tanoro 

torono 

papel 

careta 

careta 

perro 

peroro 

ueroro 

pies 

istari 

ptari 

playa 

asacau 

ziacau 

plátano 

paruro 

paruru 

plato 

ariñato 

arimaque 

pescado 

uotc^ 

^  uoto 

piedra 

topo 

tepu 

río 

tuna 

tuna 

sol 

bedu 

ueju 

tijeras 

berasi 

uerasi 

tres 

oru-ua 

orúa 

viento 

peito 

pecheíto 

uno 

óobi 

obi 

yo 

au,  aure 

ure, 

aparte    de 

otras   con    parecidas 

radicales. 

¿  Por  qué,  pues,  afirmar,  con  Codazzi,  que  ese 
lenguaje,  el  Tamanaco,  desapareció  en  el  transcurso  de 
medio  siglo  ?  ¿  Por  qué  no  pensar  más  bien  que  fuera 
el  mismo  Caribe  actual,  modificado  por  leves  dife- 
rencias ? 

"  Y  es  de  advertir  que  las  semejanzas  apuntadas 
no  son  en  manera  alguna  puras  sinonimias  léxicas,"  ó 
simples    homófonas   palabras,  sino   terminantes   indica- 


EN  EL   SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS  269 

ciones  de   lingüística   comparada,  que    podrían    eviden- 
ciar la  exactitud  de  nuestras    humildes    observaciones, 

Y  ca.^i  iguales  resultados  se  obtienen  con  las  14  pa- 
labras que  trae  Gilij  como  pertenecientes  al  Otomaco, 
ó  Totomaco,  (X  agrupación  de  Toro)  al  ser  com- 
paradas con  las  del  Caribe  y  otras  de  sus  similares, 
por  cuya  causal  lingüística  muy  bien  cabe  esta  tribu 
(  la  Otomaco  )  en  el  gran  grupo  histórico  de  los  Tama- 
nacos. Tampoco  podríamos  asignarle  una  categoría 
geográfica  distinta,  pues  sus  antiguas  vecindades  de 
residencia  lo  impiden.    (19) 

De  manera,  pues,  que  no  sólo  histórica  y  geográ- 
ficamente pertenecen  á  un  mismo  tipo,  sino  que  hasta 
lingüísticamente  pueden  reducirse  las  agrupaciones 
**  I  Caribes,  III  Tamanacos  y  X  Otomacos, "  de  Toro,  á 
dos  :  Caribes  del  sur  del  Guárico,  Barcelona  y  Maturín, 
riberas  del  Orinoco  (exclusive  el  Delta)  Caura,  Aro, 
Caroni,  Paráua  y  Cuyuni,  entre  2^  30'  y  9°  30'  de  Lati- 
tud Norte,  y  desde  1°  30' á  7^  Este  del  meridiano  de 
Caracas  ;  y  los  Tamanacos,  vecinos  á  la  izquierda,  in- 
clusive los  Otomacos,  en  los  llanos  del  sur-occidental  del 
Guárico  y  márgenes  del  Apure,  Arauca,  Orinoco,  Caura, 
Cuchibero,  Arabata  (Erevato),  Bentuari,  Sipapo,  Cunu- 
cunuma,  Padamoy  Ocamo,  es  decir,  casi  en  la  misma 
latitud  que  los  primeros,  pero  entre  i^  30'  de  longitud 
al  Oriente  de  Caracas  y  2°  al  Oeste  de  dicho  meri- 
diano (20) 


(19)  Insertamos  en  la  Quinta  Parte  las  catorce  voces  otomacas 
que  trae  Gilij,  y  asimismo  los  vocabularios  Mbaya  ó  Üaicura, 
del  Paraguay,  y  Moxo  ó  Mojo,  del  alto  Perú,  recogidos,  respec- 
tivamente, por  los  frailes  García   é  Iraizós. 

(20)  Véanse  los  trabajos  cartográficos  de  la  Comisión  de  In- 
genieros encargada  de  levantar  el  plano  militar  de   Venezuela. — 

(  >:^ar acá s,  1907.  ) — Notas   del    Autor. 


2  70  TAVERA-ACOSTA 


Concretado  nuestro  estudio  á  las  tribus  de  Gua- 
yana,  Oriente  y  Sur  del  centro  de  la  República,  no 
podemos,  debido  á  nuestros  escasos  conocimientos,  ex- 
tendernos como  quisiéramos  acerca  de  las  parcialida- 
des indígenas  que  moraban  en  todo  el  país,  antes  de 
la  llegada  de  Colombo. 

Seguiremos,  pues,  con  los  Cumanagotos,  á  quienes 
se  les  asigna  en  el  libro  del  Dr.  Toro  el  segundo  puesto. 

Los  hombres  de  Ciencia  (Humboldt,  Schomburgk, 
Reclus,  L.  Alvarado,  Koch,  & )  comprenden  hoy  co- 
mo derivaciones  (similares,  decimos  nosotros)  del  Ca- 
ribe, las  tribus  cuya  desinencia  es  coto  ó  goto,  con  muy 
fundadas  razones.  Estas  voces  que  podríamos  llamar 
afijas,  son  palabras  que  en  aquel  lenguaje  significan 
gente,  personas,  parientes.    (21) 

Así,  Cumana-goto,  expresa  la  gente,  ó  la  familia,  ó 
los  deudos  del  Jefe  indio  Cumana.  (  22  )  Y  como  se 
sabe,  fue  este  un  cacique  á  quien  encontraron  los  cas- 
tellanos residiendo  á  orillas  del  río  Chiripichi,  que  así 
se  llamó,  según  Fray  Pedro  Simón,  el  actual  Manza- 
nares, (23)  y  como  tendría  muchas  parcialidades  ba- 
jo su  mando,  todas  las  tribus  que  vivían  cerca  de 
Santafé,  Barcelona,  Píritu,  etc.  (24)  se  denominaban 
con  aquel  nombre. 


(  21  )  Cocto,  coto,  toto.  itoto.  goto. — Tonadas  del  ya  menciona- 
do mapa  de  Schomburgk  insertamos  al  final  las  pocas  palabras 
macusis  recogidas  por  este  explorador. 

(  22  )  Fue  tan  grande  la  raza  pobladora  de  Venezuela  que  ex- 
tendió su  lengaaje  por  todas  partt-s.  E  1  el  mismo  Rionegro,  por 
ejemplo,  hoy  voces  parianas  como  ciimaiia,  que  significa  frijol,  y 
otras  muchas  más. 


(  23 )  Noticias  Historiales  de  Jas     Conquistas  de    Tierra   Firme, 
Cap.  XXV,  2a   noticia,  tomo  I. 

(24)  Es  de  advertir  también  q^m^  píritu  y  pitichic   significan    es- 
pina, en    Caribe. — Notas   del  Autor. 


EN  EL   SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS 


271 


Chere-goto,  quiere  decir  los  deudos  del  indio 
Yuca  :  ¿diere,  yuca,  y  coto,  parientes;  Arina-goto,  los 
parient(?s  del  indio  Budare:  arina  ó  ariñac,  budare,  y  coto 
deudos  ;  y  así  otros  más  como  Pianari-goto,  Yauari- 
coto,  Paria-goto,    etc. 

Dadas  las  diversas  familias  que  constituían  á  los 
Cumana-gotos  ( Chaimas  ó  Uarapiches,  Pariagotos, 
Uaiqueríes  ó  Uiquires,  Chacopatas,  Píritus,  Tomusas, 
Tapocuares,  Palenques  y  Uaribes  ó  Uaribas,  to- 
dos similares  del  Caribe  )  y  el  área  que  ocupaban 
en  ese  como  semicírculo  que  empieza  á  la  derecha  en 
9°  de  latitud  setemptrional,  sigue  por  las  montañas 
al  Norte  de  Maturín,  litoral  de  Paria  y  Maracapana 
(  to°  40')  hasta  las  márgenes  del  Uñare,  á  la  izquier- 
da, en  9^  30',  y  entre  1°  50'  y  5^  de  longitud  oriental 
del  meridiano  de  Caracas,  bien  puede  asignárseles  un 
puesto  entre  las  principales  agrupaciones  geográficas 
é  históricas  que  habitaban  en  el  país,  como  muy  bien 
ha  hecho  el  señor    Toro. 

Hemos  extractado  del  texto  de  la  obra  del  Rvdo, 
Caulín  las  siguientes  voces  Cumanagotas.  á  ñn  de 
compararlas  con  las  del    Caribe,  Tamanaco,  etc.  : 


acure 

acuri 

largartija 

gua 

agua  de  yuca 

tucuy 

león 

cozeíco 

auyama 

uyama 

lengua 

nuri 

báquiro 
batata 

cuacua 
yaco 

maiz 
mamón 

erepa 
muco 

bejuco 
cabrillas 

botucu 
mada  uarayo 

mapurite 
mochuelo 

mapirichi 
araviri 

cachicamo 
caracol 

cachicamo 
chigua  ta 

morrocoy 
oso  hormi- 

cani 

casa 
canela 

pata 
tuorco 

guero 
oso  melero 

anja 
gueriche 

ceniza 
cunaguaro 

uorimno 
teepótuo 

parchita 
pereza 

paicorucu 
curbapza 

conopia 

uarimo 

perro  de  agua 

.  cavare-poco 

^chaguarama 
chigüire 

aracuy 
tirigua 

puerco-espín 
rabo  pelado 

inicra 
mapcha 

272 


TAVERA-ACOátá 


diablo 

ivoroquiamo 

racimo 

uarayo 

enea  (paja) 

mataruco 

río  Neverí 

eni-piricuar 

frijol 

cumana 

roble 

parica , . 

fruta  de  bu- 

samán 

auari 

rro 

uaruchi 

terecay 

curami 

higo  de  tuna 

yacureru 

tigre 

equere 

hombre 

uaiquirí 

troje 

barabacoa 

incienso 

cúcheme 

yuca  amarga 

catara 

jobo 

marapa 

zorro 

iborocó, 

de  las  cuales  corresponden  al  Caribe  y  al  Tamanaco 
las  voces  auyama,  frijol,  maiz  (pan)  tigre,  zorro,  len- 
gua, batata,  diablo,  cachicamo,  mapurite,  hombre, 
chaguarama,    bejuco,  etc. 


La  terminación  ¿•^/¿zr,  según  Caulín,  significa  ''lu- 
gar ó  sitio  de, "  por  ejemplo,  cumana-cuar,  piritu-cuar. 
siba-cuar,  que  generalmente  llaman  '*  sabacual,"  etc. 
quieren  decir,  respectivamente,  sitio  de  los  frijoles,  lu- 
gar  de    los    espinos,    sitio  lleno  de  piedras,    etc. 


Sentimos  no  tener  á  la  mano  un  vocabulario  com- 
pleto del  idioma  Cumanagoto,  para  ampliar  sus  eviden- 
cias fraternales  con  el  Tamanaco,  el  Caribe,  etc.  Pero 
desde  luego  puédese  afirmar  que,  de  todas  las  compara- 
ciones lingüísticas  que  se  hagan  entre  el  Caribe  y  el  Cu- 
managoto, el  Tamanaco,  el  Chaima.  el  Mapoyo,  el 
Otomaco,  el  Maquiritare,  el  Uagiro  y  en  general  entre 
todos  los  reputados  como  de  origen  Pariano  en  la  Amé- 
rica del  Sur,  resulta  que,  unos  más  cercanos  y  otros 
no,  todos  son  dialectos  de  una  ó  dos  lenguas  matrices, 
venidas  del  Asia,  cuyos  vestigios  aún  existen,  aunque 
desconocidos  hoy,  ó  bien  llevadas  allá  por  los  autócto- 
nos de  América  en  remotísima  época. 


Para  que  se  tenga  una  idea  más  de  los  estrechos 
lazos  de  los  lenguajes  Caribe,  Tamanaco  y  Cumana- 
goto, véanse  algunas  palabras  Chaimas  que  trae  Hurn  - 
boldt   en    el    Capítulo  IX,  tomo  II,  de  su    Viaje. 


EN    EL    SUR — día 

LECTOS    INDIGI 

ENAS                       271 

Chai  nía  : 

Tavt anaco  : 

Caribe  : 

agi^a     ^ 

tuna 

tuna 

tuna 

árbol 

ie 

ieye 

.    bebé 

á  tí 

euya 

auya 

á  él 

toya 

iteaya 

carne 

pun 

punu 

casa 

ata 

aute 

auto 

dos 

acó 

oco 

occo 

é]  lo  ha  dicho  nacaramaire 

nacaramai 

faego 

apoto 

uapto 

uasto 

ir 

iteri 

luna 

nuna 

nuna 

nuno 

llu  'ia 

conopo 

canepo 

canopo 

mes 

nuna 

nuna 

nuno 

miel 

uane 

uane 

médico 

pi-ache 

pi-ache 

pi-uday 

no 

pra 

pra 

pescado 

uoto 

uoto 

uoto 

querer 

ipiri 

río 

tuna 

tuna 

tuna 

saber 

poturu 

puturu 

tres 

oroa 

orúa 

orúua 

uno 

tibin 

obi 

oobi 

yo 

ure 

ure 

aure 

Continúa  el  estudioso  Profesor  de  la  Universidad 
Central  : 

**  Aruacas.  Rivales  poderosos  de  los  Caribes,  y 
extendidos  también  bástalas  Antillas,  de  donde  fue- 
ron desalojados  por  los  segundos  ;  comprendían  princi- 
palmente á  los  macusis,  guagiros  y  sus  derivados  del 
lago  de    Maracaibo,    etc."  (Página  149) 

JEn  el  Sur— Dialectos  Indígenas,       18. 


2  74  TAVERA-ACOSTA 


Aquí  tenemos  algunos  puntos  que  tocar. 

Fray  Bartolomés   de  las  Casas  desde   el  primer  ter- 
cio del    siglo  XVI  los    llama    "  cuente  buena."   Habland 


o 


del  viaje  de  Vicente  Yáñez  Pinzón,  en  1500,  y  de  su 
paso  por  frente  de  la  boca  grande  del  Orinoco,  dice  : 
"  Creo  que  es  este  río  un  brazo  grande  del  gran  río  Yu- 
yapari,  (25)  el  cual  dijimos  en  el  Capítulo  134  que  hace 
la  Mar  ó  Golfo  Dulce  que  está  entre  Paria  y  la  isla  de 
Trinidad.  ...  y  aquel  brazo  y  río  dulce ....  también 
juzgo  que  es  el  río  donde  habita  aquella  gente  buena 
que  nombramos  los  aruacas."  (26) 

Gilij  asegura  que  "eran  dóciles,  aliados  de  los 
holandeses,  no  enemigos  de  lo  españoles  y  los  más  be- 
llos de  todos  los  del  Orinoco."  (Página  42,  tomo  I, 
Saggio  di  Storia  Americana.^ 

Codazzi  dice  :  "Los  Aruacas....  nación  feroz  y 
guerrera  que  habitaba  las  pequeñas  Antillas  antes  de 
los  Caribes  y  que  conserva  todavía  su  independencia." 
(Página  2á^6,  Resum.  de  la  Geogy.  de  Venezuela.') 

Ignoradlos  cómo  pudo  saber  Codazzi  que  los  Arua- 
cas eran  guerreros  y  feroces  y  que  habitaban  las  Antillas 
antes  de  ser  desalojados  por  los  Caribes  ;  pero  ponien- 
do á  un  lado  tan  opuestas  opiniones,  y  lo  transcrito  de 
Toro  en  que  resalta  \2  información  codazziana,  es  de  ad- 
vertirse que  Schomburgk  trae  como  caribes  á  los  Arua- 
cas, Acauayos  y  Arecunas,  entre  otros  ;  que  estas  dos 
últimas  tribus,  según  el  mismo  Codazzi,  hablan  dialectos 
parecidos  al  de  los  Aruacas  "y  muy  verosímilmente  de 
origen  caribe  ";  que  desde  el  punto  de  vista  somático, 
son  casi  indénticos  estos  aborígenes  venezolanos  ;  y  que 
las  residencias  de  los  Caribes  que  estudiamos,  asi    como 


(25)  Los  primitivos  historiadores  llamaron  al  Orinoco:  Hu- 
yapari,  Uyapar,  Uiapari,  Uriapan. — Véase  sobre  esto  nuestra 
obra  Anales  de    Guayaría,  vol.  I,  páginas  51  á  53. 


(26)  Histofia  Apologética-  de  Indias,    Cap.    173,  Lib.  I. 


EN    EL    SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  275 

las  de  los  Aruacas,  Macusis,  Arecunas  y  Acauayos,  y 
las  de 'ps  Uaicas,  Uaharibcs,  Maquiritares,  etc.,  han 
sido  consideradas  siempre  como  en  las  regiones  del 
Orinoco,  Cuyuni,  Caroni,  Paráua,  Caura,  Bentuari, 
etc.  etc.,  en  ambas  márgenes  de  dichos   ríos. 

De  manera,  pues,  que  sus  analogías  físicas,  histó- 
ricas y  de  residencia,  son  indiscutibles.  Mas  detengá- 
monos un  punto  á  fin  de  considerar  el  lenguaje  de  los 
Aruacas. 

Del  estudio  que  hemos  hecho  de  sus  vocabularios, 
comparándolos  con  los  de  otros  lenguajes  de  las  Guaya- 
nas,  hemos  hallado  más  concordancias  con  el  Caribe, 
Maquiritare,  Yabarana.  Haitiano  y  Tupí,  que  con  nin 
gún  otro.  En  efecto,  los  vocablos  boca,  brazo,  budare, 
brujo  ó  genio  malo,  árbol,  catarro,  canoa  ó  curiara, 
rama,  cara,  ojos,  si,  hierro,  flecha,  tos,  madera,  maíz, 
rabo,  cerbatana,  ceniza,  piedra,  casa,  choza,  hojas,  ha- 
maca ó  chinchorro,  etc.  se  corresponden  en  todos 
ellos. 

Más  aún  :  el  señor  doctor  Toro  afirma  que  los 
Aruacas  comprendían  principalmente  á  los  Macusis,  etc. ; 
y  bien  sabido  se  tiene  desde  hace  muchos  años,  que  los 
Macusis  son  de  origen  caribe,  como  los  Arecunas, 
etc.,   etc. 

Siguiendo  este  orden  de  consideración,  y  como 
quiera  que  ese  autor  también  asienta  que  á  dichos  in- 
dios correspondían  asimismo  los  Uagiros,  y  siendo  es- 
tos de  la  misma  familia  Pariana,  no  sería  sino  lógica 
consecuencia  considerar  á  los  Aruacas  como  pertene- 
cientes á  la  gran  agrupación  Caribe,  aunque  con  mez- 
cla de  alguna  otra.  Por  otra  parte,  comparando  el 
idioma  de  los  Caribes  y  los  de  sus  similares  con  el  de 
los  Uagiros,  hemos  obtenido  el  siguiente  resultado. 

Sin  contar  con  que  las    palabras  carta,    cerdo,    bá- 
^  quiro,  bote,  cruz,  fusil,  papel,  tortuga  y  zorro,  son  aná- 
logas entre  el  Caribe  y  el   Uagiro,    véanse    otras    simi- 
litudes : 


276  távera-aCosta' 


En  Uarao,  ta chira  quiere  decir  mujer  joven  ;  en 
Uagiro  significa  pecho  de  mujer  ;  abuelo,  en  Caribe  es 
tauíno,  en  Uagiro  tausi  ;  en  éste  urreche  es  arco,  en 
aquel  urapa  ;  el  caribe  curari  (  en  aruaca  urari  )  tiene 
su  analogía  con  la  voz  uagira  citraríre,  que  quiere  decir 
arco  de  flecha  ;  tigre  en  Uagiro  es  careíre,  en  Yabara- 
na  uqueire,  en  Tamanaco  oxq^iere  y  en  Cumanagoto 
eque7're\  diablo  en  Tamanaco  es  joloquiamo,  en  Cumana- 
goto  es  ibofoquiamo,  y  en  Uagiro  joloquiamo  ;  Dios  en 
Tamanaco  es  amaliuaca  y  en  Uagiro  amarina  ;  en  Ca- 
ribe curandero,  brujo,  Qspiííday,  en  Tamanaco />/<^¿r^é?,  en 
Uagiro  piaimán  ;  venado  en  Uagiro  aira^na,  en  Otoma- 
co  y  ama  y  en  Maquiritare  iyama\  y,  finalmente,  Uagira 
en  Yabarana  de  las  riberas  del  Bentuari,  quiere  decir 
paloma  ;  y  Caboruta  (  Cabruta  á  orillas  del  Orinoco  } 
es  palabra  compuesta  de  ía?//'^?  (  cabra  )  y  de  bruta  6 
boruta,  piel,  en  lenguaje  de  los  Uagiros  :  cuero  de  ca- 
bra. (  27  )  Y  bien  se  sabe  que  en  Cabruta  residían  ca- 
ribes y  que  aún  llegan  algunas  partidas  de  los  que  vi- 
ven en  las  regiones  de  los  Llanos  de  Barcelona  y  Sur 
del  Guárico  ó  (Jarico,  como  dicen  los  indios. 

Siéndoles,  pues,  comunes  unas  mismas  circuns- 
tancias, por  qué  clasificar  á  los  Aruacas  de  la  Guayana 
venezolana     como    una     agrupación     distinta  ? 

I  Por  aquello  de  "sus  caracteres  psico-fisioló- 
gicos  ? 

Acaso  sí  ;  pero  las  analogías  de  residencias,  afini- 
dades de  lenguajes  y  los  estudios  hechos  por  Ernst,  Wir- 
chow  y  Marcano  (Gaspar)  sobre  más  de  treinta  cráneos 
uagiros  á  que  hace  referencia  el  doctor  Toro  y  que  hacen 
considerar  á  Uagiros  y  Aruacas  como  pertenecientes  á 
un  mismo  tipo,  nos  dicen  que  ambos  vienen  del  Paria- 
no  y  desde  luego  no  nos  permiten  clasificar  á   los  Arua- 


(  27  )  Los  carneros  peruanos  se  llaman  en  lengona  Quichua  caura. 
Con  la  voz  Llama,  según  Garcilasso  en  sus  Comentarios  reales, 
se  denominaba  el  conjunto  de  cauras,  ó  de  vicuñas,  ó  de  huana- 
cos :  equivale  al  vocablo  español  rebaño. — Nota   del  Aíitor. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  277 

cas  étnicamente  como  una  agrupación  distinta,  salvo  el 
caso  df  que  sean  otros  los  Aruacas  á  que  él  se  refiere  ; 
y  mucho  menos  comprender  en  esa  agrupación,  geo 
gráficamente,  al  mismo  tiempo  que  á  sus  vecinos  los 
Macusis  y  los  Arecunas,  á  los  Üagiros  que  residen  en 
la  parte  más  septentrional  de  Venezuela,  cuando  dice 
•*  intentaremos  introducir  cierto  orden  ó  sistema  en  la 
distribución  geográfica "  de  los  grupos  indígenas  del 
país. 

Enhorabuena  que  podamos  considerar  á  los  Üa- 
giros como  otra  de  las  grandes  agrupaciones  caribe- 
geográficas  que  formaban  y  aún  forman  la  población 
india  pura  de  la  Nación  — lo  que  no  ha  hecho  Toro — 
pero,  con  respecto  á  los  Aruacas  de  la  Guayana  ve- 
nezolana no  creemos  de  justicia  distinguirlos  así,  por  las 
razones  ya  apuntadas,  quedando  desde  luego  compren- 
didos física,  histórica,  lingüística  y  geográficamente,  en 
el  primer  gran  grupo. 


Antes  de  proseguir  examinando  los  otros  grupos 
del  doctor  Toro,  séanos  permitido  exponer  aquí  algu- 
nas observaciones  más  sobre  los  Aruacas. 

Pensamos  que  ellos  son  los  mismos  Uayanos,  ó 
denominados  así  por  los  que  remontaron  el  Orinoco  en 
1532.  Repetida  esa  palabra  por  los  primeros  cronistas 
que  escribieron  acerca  de  ese  río,  Oviedo,  Las  Casas 
y  Castellanos,  vino  con  ella  á  quedar  perpetuamente 
nominado  así  el  territorio  comprendido  entre  el  Ama- 
zonas al  Sur  y  el  Orinoco   al    Norte. 

Según  estos  cronistas,  los  Aruacas  residían  á  ori- 
llas de  nuestro  gran  río,  desde  la  base  del  Delta 
hasta  muy  lejos  remontando  sus  corrientes,  es  de- 
cir, en  la  zona  que  ocupaban  (y  aún  ocupan  hoy  al- 
gunas de  las  tribus  llamadas  Caribes)  y  eran  vecinos 
de  los    Uaraunos.     De     esta   opinión    es    también    Sir 


278  TA  VE  KA-ANGOSTA 


Walter  Raleigh  en  su  libro  The  discovery  of  the  large, 
rich  and  beautifíd  Empire  of  Gttiana,  (edición  de  "1848) 
al  relatar  su  incursión  por  el  Orinoco  en  1595.  Allí 
(  página  19  )  llama  él  á  los  Uaraunos  tiwitiwi  y  á  sus 
vecinos  de  la  izquierda  arawacs,  quienes  llegaban  hasta 
las  márgenes  del  Guárico  (  [Jarico  )  en  plena  jurisdic- 
ción de  los  denominados  Caribes. 

En  Carao  ó  Caruao,  acaso  hoy  Barrancas  si  no 
fuese  el  punto  llamado  "Playa  de  Conquista,"  fue 
en  donde  Diego  de  Ordaz,  primer  Jefe  blanco  que 
remontó  el  Orinoco,  cometió  uno  de  aquellos  hechos 
salvajes  tan  comunes  entre  los  Conquistadores  :  por 
mera  sospecha  de  que  los  infelices  indios  trataban  de 
atacarle,  atrajo  y  encerró  alevosamente  á  un  centenar 
de  ellos  en  la  choza  más  grande  del  pueblo,  y  poniendo 
fuego  al  bohío,  que,  como  los  demás  era  de  palmas,  los 
quemó  á  todos  vivos. 

Carao,  en  lenguaje  Aruaca  quiere  decir  sabana, 
terreno  llano,  yerba  ;  y  Barrancas  y  sus  cercanías  son 
eminentemente  planas.  Arnaco  era  el  nombre  del  ca- 
cique que,  al  frente  de  dos  mil  indios  uayanos,  atacó 
en  ese  pueblo,  tres  años  más  tarde,  al  capitán  Alonso 
de  Herrera,  segundo  Jefe  blanco  que  remontó  el  río. 
El  idioma  de  los  Aruacas,  como  ya  se  ha  visto,  tiene 
algo  del  Caribe.  Caulín  los  apellida  "caribes  guaya- 
nos."  Los  llamados  Caribes  residían  ( y  aún  residen 
muchos  )  en  la  zona  que  demarcaron  Raleigh  y  los  cro- 
nistas ya  indicados.  Cuando  los  indígenas  vieron  por 
primera  vez  á  Juan  González  de  Sosa  y  á  sus  20  com- 
pañeros castellanos,  un  poco  más  abajo  de  la  confluen- 
cia del  Caroni,  exclamaron  :  /  Uayano  !  /  Uayano  ! 
Interrogados  acerca  de  la  existencia  de  pueblos  y  de 
riquezas  por  aquellas  inmediaciones,  sólo  respondían 
al  principio  como  admirados  :  /  Uayano  !  /  Uayano  / 
Y  este  vocablo  caribe  quiere  decir  extraño,  pálido,  que 
hace  daño.     En  Uajibo  equivale  á  "descolorido." 

Acaso  los  indios  quisieron  significar  con  tal  excla- 
mación que  aquellos  hombres  pálidos   eran  los  malhe- 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  279 

chores   que    tantas    infamias   cometían  con   los     aborí- 
genes.  (28) 

Entte  los  Macusis,  vecinos  de  los  Aruacas,  el  tér- 
mino carama,    quiere   decir  hombre  blanco. 

El  río  Maipures  — palabra  también  caribe  que  quie- 
re decir  danta  — esta  distante  de  Ciudad-Bolívar  unos 
ocho  kilómetros  al  naciente,  luego  sigue  el  río  Maruan- 
ta  (  Maru-uanta  )  á  once,  y  después  la  zona  territorial 
conocida  desde  tiempo  inmemorial  con  el  nombre  de 
"Los  Aruacas,"  en  cuyo  río  existen  los  hermosos  petro- 
glifos    de   que  hemos    hablado. 

Más  de  un  siglo  antes  que  Caulín,  Fray  Jacinto  de 
Carvajal,  los  había  denominado  ya  como  "caribes 
guáyanos"  y  en  la  página  307,  XXII  Jornada  náutica, 
de  su  libro  Relación  del  desctcbrímiento  del  río  Apure 
hasta  su  ingreso  en  el  Orinoco,  escrito  en  1647,  añrma, 
además,  que  eran  amicísimos  de  los  españoles,  que 
tenían  sus  pueblos  y  viviendas  vecinos  á  la  ciudad  de 
Guayana,    y  que  eran  numerosísimos    y  muy  valientes. 

Considerada,  pues,  comiO  residencia  de  los  Uayanos 
la  jurisdicción  en  que  aparecían  viviendo  los  Aruacas, 
y  no  viéndose  desde  hace  muchísimos  años  Arua- 
cas ni  Uayanos  en  las  márgenes  del  Orinoco,  sino  que 
los  primeros  se  han  internado  hacia  el  Sur  y  los  segun- 
dos no  existen  con  tal  denominación,  podría  inferirse 
que  los  tales  ' '  Uayanos  "  no  son  sino  los  mismos  Arua- 
cas, ó  Caribes  que  aún  vemos  en  Mayáua,  Panapana, 
Mamo,  Pirital,  etc.,  aún  cuando  el  lenguaje  de  éstos  di- 
fiere algo  del  de  los  Aruacas,  cu}os  vocabularios  se 
verán  más  adelante. 

Esto  así,  otros  criterios  más  amplios,  mejor  infor- 
mados y   de   verdadera    ilustración,    podrán    esclarecer 


(  28  )  Parécennos  f  )rzaclas  las  traduccionss  que  de  la  palabra 
"  uayana  "  traen  Martius  y  Ernst.  El  Dr.  Arcaya  hace  alusión 
á  ambas  interpretaciones,  en  su  trabajo  Voces  Indígenas  (  Mes  Li- 
^terario,  N?  3 )  El  primero  dice  que  significa  en  lenguaje  Tupí 
ho7nbres  coronados  de  plumas,  y  el  doctor  Ernst  afirma  que  equivale 
á  nicest)  o  país  ó  el  país  de  los  hombres. — Nota  del  Auto? . 


2  8o  TAVERA-ACOSTA 

esta  cuestión  más  tarde,  si  ya  no  lo  estuviere  resuelta 
por  alguno  de  los  que  se  han  ocupado  de  etnología  y 
lingüística   venezolanas. 

Recientemente  el  señor  doctor  Koch-Grünberg  en 
sus  trabajos  sobre  los  indios  del  alto  Rionegro  y  Ya- 
purá,  fruto  de  sus  viajes  en  1903-905,  menciona  una  tri- 
bu del  alto  Cayari  con  el  nombre  de  "Guaíana,"  la 
cual  .  habla  el  lenguaje  de  los  Tucanos.  (Página  178) 
Este  mismo  autor,  en  la  página  167,  afirma  también 
que  pertenecen  á  los  Aruacs  todas  las  tribus  situadas 
al  Norte  del  Uaupés,  en  los  ríos  Izana,  Cayari,  Uainía- 
Rionegro,  Atabapo,  etc.,  es  decir,  los  Uainimaneses, 
ó  sean  Banibas,  Uarequenas,  Yabiteros,  Uariperidá- 
quenas,  etc.,  etc.  lo  que  en  verdad  no  hemos  podido  ex- 
plicarnos, por  lo  menos, lingüísticamente,  pues  del  estu- 
dio comparado  de  sus  vocabularios  nada  nos  resulta. 
La  observación  del  Dr.  Koch  parece  robustecer  la  opi- 
nión del  ilustre  d'  Orbigny  en  cuanto  á  la  etnogenia. 

Mientras  tanto,  insertamos  en  la  5^}  Parte  los  vo- 
cabularios Aruacas  que  bondadosamente  nos  ha  enviado 
el  seíior  doctor  Alvirado,  de  cuya  carta  remisoria  copia- 
mos el  siguiente  p;irrafo  : 

"  Este  vocabulario  Aruaca  está  tomado  de  Quandt» 
quien,  según  entiendo,  pertenecía  á  la  Congregación  de 
los  Hermanos  Herrnhut.  Los  holandeses  enviaron  es- 
tos misioneros  á  la  Guayana,  á  catequizar  la  tribu  de 
los  Aruacas.  Con  tal  motivo  se  redujo  la  lengua  á  re- 
glas gramaticales  y  se  dieron  muchas  notfcias  que  hasta 
ahora  he  visto  citadas  en  ediciones  alemanas.  Va- 
rios diccionarios  hay  en  el  archivo  de  Zittau,  y  uno  de 
ellos  ha  sido  insertado  en  la  obra  publicada  por  Adam, 
Sagot  y  Crevaux.  Siento  no  tener  el  glosario  de  Sa- 
got,  observador  tan  competente  y  que  tantos  años  per- 
maneció en  la  Guayana  francesa  ;  pero  algunas  pala- 
bras más  añado  á  la  lista  que  incluyo,  tomadas  de  la 
obra  de  Marti us  Contribución  á  ¿a  Etnografía  y  Lingüis 
tica  de  América,  señaladamente  el  Brasil.  Recibió 
abundantes  materiales  del  obispo  Wullschlágel  y  del 
prepósito  Breutel." 


EN  EL   SUR  — DIALECTOS  INDÍGENAS  28 1 

"5  Kjuaraunos.  Habitan  sus  restos  el  Delta  del 
Orinoco  y  los  ríos  próximos  ;  los  guaqueríes  del  litoral 
de  Cumaná  y  de  Margarita  hablan  el  dialecto  guarauno." 

Aparte  de  que  en  ningún  punto  de  las  costas  de  Mar- 
garita y  de  Cumaná  se  habla  desde  hace  mucho  tiempo 
dialecto  alguno  indígena,  es  de  notarse  que  el  párrafo 
copiado  es  casi  un  traslado  de  Codazzi,  quien  afirma, 
copiando  á  Humboldt,  que  "los  guaiqueríes  de  la  isla  de 
Margarita  y  de  Cumaná  hablaban  un  dialecto  de  los 
guárannos. "   (29) 

Concediendo  que  así  fuese  y  que  los  üaiqueríes  de 
Cumaná  y  Margarita  hablaron  un  dialecto  de  los  Ua- 
raunos,  (  30)  siempre  tendremos  que  ambos  no  perte- 
necen somáticamente  á  un  mismo  tipo  :  los  Uaraos,  pe- 
queños, rechonchos,  de  facciones  toscas;  los  Üaiqueríes, 
altos,  elegantes,  bien  dispuestos  y  de  facciones  agrada- 
bles. Circunstancias  que  han  hecho  dar  distintas  cla- 
sificaciones étnicas  á  ambas  agrupaciones. 

Mas,  cómo  pudieron  hablar  los  Üaiqueríes  de  Cu- 
maná  y  de  Margarita  un  dialecto  de  la  lengua  Uarauna? 
¿  Cuál  era  el  lenguaje  de  los  Üaiqueríes  ?  Tenemos  en- 
tendido que  era  un  similar  del  Caribe,  aún  cuando 
pensamos  que  tuvo  mucho  del  Aym.ara  de  los  perua- 
nos. ¿  Se  extendió  acaso  hasta  arriba  este  lenguaje 
mezclándose  con  el  Pariano  ?  Parece  que  sí  ;  pero  la 
verdad  es  con  respecto  á  este  último,  que  si  algunos 
opinan  que  ascendió  hasta  llegar  á  las  Antillas,  en  cam- 
bio hay  quienes  aseguran  que  fue  á  la  inversa,  es  decir, 
que  el  Caribe  (  Uaraní)  invadió  primero  las  islas  del  mar 

(  29  )  "  Ya  hemos  dicho  que  ellos  consideran  su  lengua  como 
un  dialecto  de  los  guárannos,  etc."  —  Humboldt,  Viaje  á  las  jegio- 
nes  equinocciales,  tomo  2,  página  148. 

'  (  30  )  Las  voces  uaquerí,  guaiquerí,  guaoxerí,  uiquire,  guaiqui- 
ri,  uiquira,  uchire,  uaiquirie,  son  variantes  de  una  misma  palabra 
pariana,  que  quiere  decir  hombre,  s  ñjr,  jefe 


282  TAVERA-ACOSTA 


que  lleva  su  nombre,  luego  pasó  á  tierra  firme  y  después 
se  internó  hasta  las  regiones  del  Paraguay,  dividién- 
dose en  muchísimas  ramas.  En  síntesis,  dos  corrien- 
tes diametrálmente  opuestas. 

En  efecto^  *' notables  americanistas  sostienen  que 
Chibchas  y  Peruanos  tienen  íntimo  enlace  con  los  Ma- 
yas, en  lo  cual  creemos  no  yerran,  siendo  la  invasión 
caribe  la  que  rompió  la  continuidad  del  mundo  qui- 
chua-maya."  (31  ) 

El  doctor  Gaspar  Marcano  en  su  obra  EtJinographíe 
pvécolombienne  du  Venezuela,  dice  :  ' '  Les  nations  sep- 
tentrionales ayant  été  plus  nombreuses,  plus  policées 
et  plus  guerrieres,  étaient  destinées  á  doininer  les  nations 
meridionales,  et  \  on  peut  assurer  que  le  courant  ci- 
vilizateur  marchait,  dans  le  Venezuela  précclombien, 
du  Nord  au  Sud."  (  32  ) 

Y  Reclus,  en  su  mencionada  Geografía,  asienta  : 
'' La  mayor  parte  de  los  etnologistas  está  de  acuerdo 
para  considerar  como  caribes  el  grueso  de  las  tribus  que 
hallaron  los  españoles  en  las  orillas  del  Orinoco,  de  las 
cuales  aún  quedan  algunos  restos.  Es  sabido  que  an- 
tes se  miraba  como  hecho  innegable  el  origen  norte- 
americano de  los  caribes,  los  que  entonces  habrían  pa- 
sado al  Continente  del  Sur  tras  propagarse  de  isla  en 
isla  entre  las  que  forman  la  cadena  de  las  Antillas. 
Sin  embargo,  las  investigaciones  filológcas  de  Luciano 
Adam  y  los  viajes  de  exploración  emprendidos  en  las 
regiones  amazónicas,  sobre  todo  los  de  von  den  Steinen 
y  Ehrenreich  al  valle  del  Xingú,  han  modificado  esta 
teoría  y  sentado  que  dicha  raza  proviene  del  Brasil.  Las 
tribus  vque  hablan  el  idioma  más  puro  y  en  las  que  las 
leyendas  tienen  carácter  más  arcaico  son,  sin  duda, 
las   del    Brasil  central,    zona   de   donde,    como    de    un 


(  31  )    Nota   de  Vergara  y   Velasco  á  la  Geografía  de  Colombia 
por  Elíseo  Reclus,  traducida  y  anotada  por  aquél,  página  J98. 


{32)  Chapitre   VIII,   pág.    123. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS         283 


foco,  marcharon  sus  migraciones  hacia  el  Norte  ;  éxo- 
dos de  esos  se  han  verificado  para  algunas  tribus  aún 
en  el  sij^lo  actual  (XIX).  A.ún  cuando  la  dirección  de 
esas  migraciones  fue  la  del  Norte,  algunos  restos  de  la 
antigua  tribu  caribe  de  los  Motilones,  viven  en  los  valles 
altos  de  la  Sierra  de  Perijá,  entre  Venezuela  y  Colom- 
bia."    (Etnografía,  Cap.  VI.)   (33) 

A  esto  opone  Vergara  y  Velasco,  el  traductor,  lo  si- 
guiente :  "  Es  sensible  que  el  autor  acepte  teoría  tan 
errónea,  como  la  de  considerar  á  los  Caribes  como 
oriundos  del  Brasil  ;  ios  autores  alemanes  que  la  esta- 
blecen, olvidan  por  completo  la  verdad.  En  efecto, 
caribes  se  hallaron  también  en  Panamá,  el  Chocó  y  los 
valles  del  Cauca  y  el  Magdalena,  y  entre  ellos,  y  como 
islotes,  grupos  étnicos  totalmente  diversos.  Este  he- 
cho lo  mismo  que  la  habilidad  de  los  caribes  en  el  mar, 
no  puede  explicarse  sino  por  migraciones  de  Norte  á 
Sur.  Que  en  el  fondo  del  Brasil  está  la  porción  más 
pura  de  la  raza,  prueba  nuestro  aserto  ;  los  primeros 
inmigrantes  entre  los  bárbaros  son  precisamente  la  flor 
y  nata  de  una  raza,  y  por  lo  mismo  esos  indios  que  re- 
montaron el  Orinoco  á  sangre  y  fuego,  siguieron  al  Bra- 
sil para  detenerse  donde  el  llano  daba  campo  á  suelo  to- 
talmente diverso.  En  Islandia  halláronse  las  más  pu- 
ras tradiciones  normandas,  y  á  nadie  ha  ocurrido  fijar 
allí  la  cuna  de  los  escadinavos.  Los  éxodos  del  Brasil 
hacia  el  Norte  indican  que  los  caribes  pretendían  vol- 
ver á  tierras  mejores,  cuyos  recuerdos  guardaban  por  la 
tradición  de  sus   viajes." 

¿  Cual  es  la  verdadera  de  estas  dos  hipótesis  ? 

¿  Cuales  las  causas   que  obligaron  á  la    división   de 
esa  gran  raza  ? 

Gracias  al  estúpido  fanatismo   de   los  conquistado- 


(33)    Aristides    Rojas,  opina  en  sus   Estiiiíos  miígenas,    que 
)la  invasión  fue  de  Sur  á  Norte  y  que  el  elemento  Caribe  proviene 
de  la   gran  raza  Uaraní,   del  Brasil,  etc. — Páginas    13,  19,    48,  55, 
98,  113  y   122. — Nota   del  Autor. 


284  TATERA^-ACOSTA- 

res,  que  destruyó  hasta  los  archivos  de  los  indios,  nada 
puede  asegurarse  á  ciencia  cierta  en  nuestros  días. 
Pero  ya  sonará  la  hora  ;  mientras  tanto,  mucho  h^ay  que 
pensar  y  aún  más  que  escribir  sobre  esa  multitud  de  fa- 
milias indias  que,  exparcidas  en  tan  vasta  extensión, 
han  sabido  conservar  analogías  en  idiomas,  costumbres 
y  tradiciones. 

Pero  de  cualquier  modo  que  fuere,  debemos  hacer 
notar  que  los  soles  grabados  por  los  Náuas  en  las 
piedras  de  México,  de  que  habla  Castellanos  en  su 
Cronología  Mixteca  y  que  menciona  el  doctor  Toro 
(página  91  )  tienen  parecidos  con  los  soles  y  las  lunas 
que  se  hallan  esculpidos  en  las  rocas  que  demoran  á 
orillas  del  río  de  Los  Aruacas,  en  las  del  Orinoco  y  en 
Caicara,  Atures  y  Maipures,  etc.,  cuyos  diseños  hemos 
hecho  tomados  de  los  mismos  originales.  Y  de  su 
interpretación  emprendida,  por  supuesto,  sin  compe- 
tencia alguna,  despréndense  como  referencias  de  un  ca- 
taclismo y  de  una  repoblación  de  las  tierras,  ó  que  acaso 
hagan  también  reminiscencias  al  significado  de  aque- 
llos soles  de  los  antiguos  Náuas (  34  ) 

Sin  embargo,  debemos  pensar  también  en  la  gran 
preponderancia  de  los  Quichuas,  de  cuya  lengua  hay  en 
Venezuela  no  pocos  vocablos  aplicados  á  nombres  de  ríos, 
costas,  pueblos,  localidades,  etc.,  hasta  en  las  islas  mis- 
mas del  Mar  de  los  Caribes.  ¿  Acaso  invadió  también 
esa  grande  y  noble  raza  por  el  occidente  del   continente 


(34)  Ixtlilxochil,  deudo  del  rey  Montezuma  y  muy  versado  en 
la  lectura  de  los  geroglifos  de  su  patria,  declara  que  quince  si- 
glos antes  del  nacimiento  de  Jesús  era  conocida  entre  los  Toltecas 
la  creencia  de  que  el  mundo  ha  tenido  cuatro  edades  ó  períodos 
de  grandes  trasíormaciones,  así  :  la  edad,  conocida  con  el  nombre 
de  Atonatiuh,  que  duró  5206  años  y  concluyó  con  un  diluvio,  del 
cual  sólo  se  salvaron  Coxcox  y  sa  mujer  ;  2a  edad,  llamada  Tlal- 
chitonatiuh,  que  trastornó  con  horribles  terremotos  la  superficie  de 
la  tierra,  y  que  duró  4804  años;  3a  edad,  Hecacto-iatiuh.  de  4008 
años,  que  concluyó  con  horrorosos  huracanes  en  el  primer  siglo  de 
la  era  cristiana,  según  la  cronología  mixteca,  para  dar  principio, 
á  la  4^  edad,  la  presente,  llamadla  Tletonatiuh,  que  acabará  en 
medio  de  tremendos  cataclismos  ígneos. — Nota   del  Autor. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  285 

meridional  remontándose  hasta  las  orillas  del  Atlántico? 
¿  Fue  ella  la  primera  invasora  ó  fue  sincrónica  con  la 
del   Norte  ? 

En  efecto,  pensamos  que,  debido  á  la  facilidad  con 
que  puede  bajarse  por  los  ríos  que  vienen  de  los  Andes 
hasta  ese  Océano,  por  su  cultura  sorprendente,  por  su 
admirable  organización  político-religiosa  y  por  su  pro- 
greso y  densidad  de  población,  también  llegaron  los 
peruanos  hasta  acá  ;  3/  mezclándose  luego  con  las  nu- 
merosas tribus  que  encontraron,  (  Uaraní,  etc.  )  y  sien- 
do relativamente  pocos  los  que  lograron  internarse, 
fueron  absorvidos  por  ellas  en  el  transcurso  de  los  años, 
ó  bien  regresados  por  el  invasor  del  Norte  más  guerre- 
ro y  más  activo,  que  bien  pudo  ser  éste  el  elemento 
español. 

El  uso  de  los  quipos  entre  los  caribes  parece  un  re- 
cuerdo de  los  quichuas,  y  hasta  Jos  mismos  geroglifos 
de  que  hemos  hablado,  gigantescos  algunos,  pintados 
en  los  cerros,  y  los  grabados  en  las  rocas,  más  nu- 
merosos que  los  otros,  parecen  la  obra  de  los  hijos  de 
esa  grande  y  adelantada  nación,  que  queriendo  testimo- 
niar su  tránsito  ó  su  estada  esculpió  y  pintó  en  las 
tierras  por  donde  pasaba,  ó  residió,  aquellos  símbolos, 
entre  los  que  á  menudo  se  ve  representada  la  imagen 
del  Sol,  como  recuerdos  de  una  página  del  libro  de  su 
historia  nacional.  (  35  )  Con  efecto,  la  dirección  mis- 
ma en  que  se  hallan  exparcidas  esas  figuras,  de  Sur  á 
Norte  y  de  Oeste  á  Este,  desde  el  pié  de  las  faldas 
orientales  de  los  Andes  hasta  las  orillas  del  mar,  dis- 
minuyendo progresivamente,  parecen  comprobar  esta 
cuestión. 

Más  todavía  :  si  recordamos  las   grandes    vías    te- 
rrestres  construidas   por  los   peruanos,    tendremos    que 


( 35  )  ^'I^^  deidad,  cuyo  culto  inculcaban  especialmente  y  que 
jamás  dejaron  de  establecer  en  ningún  punto  en  que  penetraron 
sus  ejércitos,  era  el  Sol." — Guillermo  H.,  Preseott,  Hístojiade  la 
Conquista  del  Perú,  Cap.  III,  I^ibro  I. 


2  86  TAVERA-ACOSTA 


considerar  también  con:io  obras  parecidas  la  hermosa 
calzada  de  Canáua,  cerca  de  Barinas,  de  que  hablan 
Humboldt  en  uno  de  sus  libros  y  Pebres  Corde.ro  en 
sus  Es  he  di  os  sobre  etnografía  americana  ;  el  camino  en- 
tre los  ríos  Maraca  y  Cumarepo,  que  mencionan  Li- 
sandro  Alvarado,  en  sus  Construcciones  prehistóricas,  y 
Gil-Fortoul,  en  su  Historia  Constitíicional  de  Venezíieta  ; 
y  finalmente,  el  camino  que  existe  en  las  regiones  del 
Bentuari,  entrando  por  el  río  Sipapo,  y  del  cual  se  ven 
aún  trozos  empedrados   todavía. 

El  mismo  achatamiento  de  los  cráneos  encontrados 
por  el  doctor  Jahn  en  algunas  terramaras  de  los  Valles  de 
Aragua,  deformaciojí  craneana  que  se  creía  usada  úni- 
camente  por  los  indígenas  del  alto  Perú,  podría  tam 
bien  tomarse  en  cuenta  como  comprobación  de  la  es- 
tada de  alguna  colonia  aimara  en  el  territorrio  de  Ve- 
nezuela. Y  no  está  demás  recordar  que  la  voz  araJiua 
quiere  decir  en  lenguaje    peruano  horca,    suplicio.   (36) 

Desde  otro  punto  de  vista,  el  de  la  lingüística, 
véanse  también  algunas  ligeras  observaciones  sobre  el 
particular,  desprendidas  de  la  comparación  que  hemos 
hecho  de  voces  de  Venezuela  con  las  del  vocabulario 
Qúichua-aymara  de  Charles  Wiener,  con  las  que  cons- 
tan en  los  de  Marcoy  y  de  Gilij,  refundidos  por  nos- 
otros, y  con  otras  extractadas  del  texto  de  algunas 
obras  de    historiadores    primitivos   de  Indias. 

La  desinencia  AI,  que  ^caracteriza  el  infinitivo  de 
algunos  verbos  en  la  lengua  de  los  peruanos,  como 
ckancai,  arrojar  ;  chiruai,  exprimir  ;  apai,  conducir  ; 
as7tai,  heder;  canchai.  alumbrar;  cJiallai,  llegar;  sa 
mai,  descansar  ;  etc.  etc.,  la  encontramos  á  menudo  en 
nombres    de  localidades,   pueblos,     montañas,    etc.    del 


(36)  El  Dr.  Pedro  Manuel  Arcaya  en  su  trabajo  Lenguas  indígenas 
que  se  tiablaron  en  el  Estado  Falcón  (  Etimologías  de  nombres  geo- 
gráficos )  publicado  en  El  Agíala,  de  Coro,  dice  "que  no  hay  fun- 
damentos para  suponer  que  la  raza  peruana  se  hubiese  extendido' 
hasta  Venezuela." — Véase  el  N?  213  de  dicha  revista  periódica. 


EN  EL   SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS 


287 


país  por  ejemplo  :  Casanai,  Arai,  Taguai,  Aracai,  Ma- 
raca!, Currucai,  Suai,  Aguasai,  Guai,  Tamai,  Nacupai, 
Siquisai*,    Burusai,  etc.    (  37  ) 

Véanse  otros  vocablos  con  las  mismas  finales  : 


Qiíict 

ktias  : 

Pariajtas 

.• 

apiai 

encai 

cauai 

cuai 

atipai 

atipascai 

coijai 

chacarandai 

balai 

carpai 

jahuai 

monai 

causai 

cachuichai 

modobai 

nemai 

chanchai 

jacai 

oncai 

petescai 

iscai 

munacuscai 

pindai 

terecai  . 

parai 

puncha i 

tibocai 

ticarai 

rupai 

taccai 

ticauai 

uorai 

uscai 

uaccai 

uribai 

umai 

Colombo  en  el  itinerario  de  su  tercer  viaje  habla  de 
una  punta  de  la  península  de  Paria,  que  los  aborígenes 
llamaron  de  Sara,  y  el  vocablo  sara  en  lengua  Quichua 
quiere  decir  maíz.  Acaso  sea  la  misma  denominada  hoy 
de  Soro.  Aún  se  dice  en  el  Oriente  de  Venezuela 
•'  maiz  sarazo  "  al  grano  que  aún  cuando  está  en  sazón, 
no  está  completamente  seco.   (38) 

La  palabra  cam piare,  nombre  muy  conocido  de  los 
valerosos  indios  de  Areo-cuar,  cerca  de  Carúpano,  pa- 
rece un    compuesto  de   campi,  á    su  vez  también    otro 


(  37  )  Kn  el  Japón  también  hay  palabras  con  la  misma  final  : 
Nantai,  Yamsai,  Onionai,  Temanai,  Bandai,  Banzai,  Sendai,  Sakai, 
Amai,  Iwanai,  Tamakomai,  Chictomanai,  Senatai,  Sisikai,  etc. — 
Véase  el  citado  mapa  de    Maucci. 


(38)  Según  Prescott,  Cap.  IV,  Lib.  I,  de  su  mencionada  obra, 
lo-)  peruanos  preparaban  con  el  maiz  un  licor  fermentado  que  se 
conocía  con  el  nombre  de  sora.  Y  Colombo,  en  su  carta  á  los 
Reyes  de  España  relatándoles  su  tercer  viaje,  dice  de  los  indios  de 
Paria  que  estos  trajeron  varias  clases  de  vino  de  diferentes  fru- 
tas, entre  otros  uno  de  excelente  calidad  extraído  del  miiz  *'que 
,  es  simiente  que  baceuna  espiga  como  una  mazorca." — Fernández 
de  Navarrete,  Viajes  y  descubnfnie?iíos  qite  hicieron  por  mar  los  espa- 
ñoles^ vol.  I. Notas   del  Auto?. 


288  TAVERA-ACOSTA 


nombre  de  una  familia  tributaria  de  los  peruanos,  cuyo 
vocabulario  traemos  más  adelante,  y  de  are,  el  nacien- 
te, (^are,  ari,  ara,  aro,  tirit.)   (39) 

Carupano  nos  parece  un  compuesto  de  las  voces 
peruanas  caru,  que  significa  lejos,  distante,  y  pana,  casa, 
lugar,  sitio,  residencia:  "lejana  mansión"  ó  ''resi- 
dencia lejana."  (40) 

Paraguachí,  valle  de  la  isla  de  Margarita,  es  voz 
compuesta  de /'^r<^,  lluvia,  caño,  agua,  y  guachi,  flecha, 
animal.     En  el  Perú  hay  una  población  llamada  Guachi. 

Guaraguara,  playa  y  punta  de  Paria,  es  v^oz  Ayma- 
ra  que  significa  estrellas.  Igual  vocablo  tiene  el 
Uarauno. 

La  misma  voz  Paria  inflexión  de  para  ó  parai, 
agua,  llover,    es   el  nombre  de  toda  la  península. 

Yaguaraparo,  población  del  golfo  de  Paria,  quiere 
decir  "caño  del  tigre,"  del  U3.Ya.ni y a7iara,  tigre,  y  del 
Quichua-uaraní  pa7^a,  caño,  lluvia,  agua.  (41  ) 

Cuchicuchi  ó  cusicusi,  nombre  de  un  animal,  es 
vocablo  peruano  que  quiere  decir  astucia,    mentira. 


(  39  )  El  doctor  Arcaya  en  su  citado  estudio,  dice  que  ara  signi- 
fica cuesta,  pendiente,  en  varios  dialectos  caribes.  (E¿  Águila^ 
número  212.  ) 

(40)  Dice  el  doctor  Aristides  Rojas  en  la  página  150  de  sus 
Estudios  Indígenas,  que  Carupano  quiere  decir  "sitio  de  cam- 
pas," y  que  **  campas  fue  el  nombre  que  dieron  los  caribes  á  una 
especie  de  tabaco." 


(41  )  Muy  generalizada  está  en  la  península  de  Paria  la  creen- 
cia de  que  Yaguaraparo  qu'ere  decir  la  "Reina  de  las  palmas." 
Esto  no  es  sino  puto  fantaseo  de  poeta,  acaso  por  el  parecido  de 
la  voz  yauara  ( tigre )  con  el  nombre  de  la  hermosa  pa/mera 
yáua. 

El  doctor  Arcaya,  en  su  referido  trabajo,  asienta  que  '^pafots 
v^oz  caribe,  que  quiere  decir  agua,  caño,  etc.  según  lyUcien  Adam." 
—Véase   El  Águila,   N9  212 — Notas   del  Autor. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  289 

Gaasa,  punto  oriental  del  puerto  de  Carúpano,  es 
en  quichua,,  espalda,  á  espalda,  com:)  quien  diría  hoy  : 
detrás  del  collado  ''Guzmán  Blanco,"  donde  se  le- 
vanta  el  faro. 

Guachi,  animal  de  la  familia  del  zorro,  es  palabra 
peruana,  como  ya  se  ha  visto. 

Pampatar,  puerto  y  población  de  Margarita,  acaso 
corruptela  á^  pana-pata,  que  quiere  decir  'Mugar  de 
arriba":  á^  pana,  lugar,  y  pata,  en  alto,  arriba. 

Guaca,  playa  al  occidente  de  Campano,  significa 
en  aquella  lengua  sepultura,  culto,  deidad,  ídolo, 
faja,    etc. 

Muco,  caserío  vecino  de  esa  ciudad,  es  nudo, 
cerrito.      Mocomoco,    quiere  decir  nudoso. 

La  voz  tácua,  tan  conocida  allí,  corresponde 
á    tácita,    que     es   el  número    cuatro    de    los    quichuas. 

Cancanapire,  nombre  de  una  planta  muy  común 
en  Carúpano,  parece  un  compuesto  de  cancana,  en  perua- 
no, asador,  y  de  pira  pescado,  en  lengua  Uaraní  : 
"  asador  de  pescado." 

Patilla,  playa  situada  al  Oeste  de  Carúpano,  equi- 
vale á  pollo  en  lengua  Quichua. 

Aragua,  Estado  de  las  regiones  centrales  de  Vene- 
zuela y  nombre  también  de  una  población  de  los  llanos 
de  Barcelona,    significa  horca,  suplicio. 

Maracapana,  llamado  vulgarmente  Macarapana, 
parece  decir  "  lugar  ó  sitio  de  la  ciudad,"  de  marca, 
ciudad,  y  pana,  sitio,  localidad.   (42) 


(42)  Aristides  Rojas,  en  la  página  52  de  su  citada  obra,  dice  . 
''  Maracapana  equivale  á  lugar  sembrado  de  maracas  6  totumos  y 
en  un  sentido  limitado,  á  lugar  donde  abundan  las  culebras  de  casca- 
bel.''^    Y   en  la  página  150  :   "  I^a  terminación /)¿Z7¿¿7  ^/>tz«¿i,    indica 

^  En  el  Sur— Dialectos  Indígenas.        19. 


290  TATEIlA-A€OSTA 

Guayacán,  eosenacla  inmediata  á  Cariipano,  es 
nombre  análogo  á  la  voz  Jmayaca,  que  quiere  decir 
saco,     ensenada. 

Cuchibana,  ó  Cuchipana,  serranía  de  Cumaná,  po- 
dría traducirse  fácilmente  por  "lugar  sucio,"  de  cu- 
chi, sucio,  ^  pana,  punto,  lugar. 

Píscua  ( un  ave )  y  pitche,  parecen  variantes  del 
vocablo  piscú  6  pitckqui,  en  Quichua,  pájaro.    (43) 

Chiguana,  puerto  del  golfo  de  Cariaco,  nos  recuer- 
da á  lachiguana,  que  significa  moscardón. 

Guacaparo,  laguna  y  puerto  del  mismo  golfo,  parece 
decir  "caño  de  la  tumba,"  de  uacca,  sepultura  y  pavo, 
caño. 

Cariaco,  población  principal  que  dio  su  nombre  á 
dicho  golfo,  podría  traducirse  como  "pueblo  del  hom- 
bre,"  á^cari,  hombre,  y  acó,    pueblo,  población. 

Cumacatar,  lugar  vecino  á  Carúpano,  parece  com- 
puesto de  cu77tH,  carga,  y  de  catan',  vívora,  culebra,  en 
lengua    Aymara. 

Panapana,  caserío  cerca  de  Angosturita,  parece 
expresar  "  muchas  casas"  ó  "  poblado  de  casas." 

La  voz  citráua,  bromeliácea  de  donde  se   extrae    la 


lugar,  sitio.     Maracapana  lugai  de  maracas,   etc." 

Arcaya  siguiendo  á  Rojas,  dice  que  ) o.  voz  pana  (ts  caribe. — 
Véase  El  Águila,   número    211. 

Sin  embargo,  el  vocablo  pana,  quiere  decir  en  lengua  peruana 
casa,  hogar,  mansión,  morada,  sitio,  residencia.  En  Baniba  pa- 
na, payiizi ;  en  Mandauaca  janishi ;  en  Yabitero  jana^  janizi; 
en  V>2S^Qdi  pana  ;  en  Baria  ;^¿i«z/  ^n  hxi\\%  panenche  ;  en  Campi 
pancoche  ;   en   Chontaquiro  panchi,  etc. 


(  43  )  lyS  radical  pi,  la  encontramos  también  en  otros  nombres*  de 
pájaros  de  estas  localidades  comopitirre,  pichiche,  piauta,  etc.,  que 
parecen   voces  peruanas. — Notas   dd  Autor. 


EN    EL      SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS  29 1 


mejor    y    más    resistente   fibra    textil,    significa   honda, 
cuerda. 

De  Saripana  podría  traducirse  "lugar  del  sol": 
de  cJmri  ó  sJucri^  el  sol,  y  pana,  lugar. 

Y  asimismo  de  Guachapana,  campiña  de  Santabár- 
bara, en  el  Orinoco,  "  sitio  ó  lugar  desamparado, "  de 
hnacha,  pobre,  huérfano,  y  paní,    lugar,  casa,  hogar. 

Fray  Antonio  Caulín,  en  el  capítulo  XIX,  libro 
III,  de  su  Historia  de  la  Nueva  /Andalucía,  dice  que  los 
indios  llamaban  al  río  Neverí,  Enipiricuar  ;  que  bien 
puede  ser  voz  compuesta  de  ení,  río,  en  lengua  andina  ; 
pira,  pez,  en  Uaraní  ó  Tupi  y  en  otras  del  alto  Amazo- 
nas, y  citar,  en  Cumanagoto,  sitio  poblado  de  :  "  Río 
abundante  en  peces." 

Tunapuna,  poblado  y  río  de  la  isla  de  Trinidad, 
parece  un  compuesto  del  Caribe  tu7ia,  agua,  río,  y  de 
puna,  que  quiere  decir  llano  elevado  en  lengua  Quichua; 
acaso  signifique  "río  que  desciende  de  una  planicie 
alta,"   como  aquel    río. 

También  parece  un  compuesto  la  voz  Carapichaima 
(  cuara-pitchiq-aima  )  que  quiere  decir  "caño  del  pá- 
jaro garza." 

Uaicaipuro,  nombre  del  cacique  más  notable  de  la 
época  de  la  Conquista,  expresa  ''  plumaje  de  lágrimas," 
de  itaicai,    llorar,  y  pfuro,  pluma,    plumaje. 

Ariauca,  uno  de  los  caciques  que  dieron  muerte 
al  Illmo.  Labrid,  en  el  caño  Aquire  (Delta  del  Orinoco) 
significa  en  lengua  Aimara  "  hilo  del  diablo,"  de  arí, 
hilo,  y  aucca,  demonio. 

Chuspa,  puerto  de  las  costas  centrales  del  país, 
nos  recuerda  á  chuspi  mosca. 

,  Chigua,  planta  de  las  orillas  de  los  ríos,  que  con- 
serva siempre  verde  sus  hojas,  tiene  su  equivalente  en 
lenguaje  de   los  aimaras  en  la  palabra  chikua,    verdura. 


292  TATE'KA-A€'©8TA 

Chama,  río  de  corriente  poderosa  que  desciende  de 
la  Cordillera,  es  análoga  á  la  voz  chama,  que  ^significa 
fuerza,  potencia,  vigor.  Y  asrtnisnrío  la  palabra  cha- 
mani,  que  quiere  decir  impetuoso,  formidable. 

Campona,  sitio  y  laguna  cerca  de  Cariaco,  parece 
contracción  de  canea-puma,   que  significa  tigre  asado. 

Guaira,  el  primer  puerto  de  la  República,  significa 
brisa,    soplo  ;    en  Uarauno  quiere  decir    embarcación. 

Araguaira,  nombre  de  uno  de  nuestros  caciques  de 
la  Conquista,,  parece  decir    viento  del  naciente. 

Guacara  nos  recuerda  á  uaca-ara,  que  literalmen- 
te es  deidad,  día,  ó  bien  deidad  de  Oriente. 

Guanta,,  puerto  del  oriente  de  la  República,  pare- 
ce variante  de  hnanti,  bubas,  enfermedad.  En  el  Perú 
hay  una  población  con  el   nombre  de  Guanta. 

Cagua,  otra  población  de  Venezuela,  significa 
almilla,    camizeta. 

Carache,  nombre  de  otra  población,  quiere  decir 
sarna,  lepra. 

Atapiriri,  pueblo  del  Sur  de  Barcelona,  parece 
paragoje  de  Atipiri,  vencedor. 

Tocuyo,  nombre  de  otra  población  venezolana,  pa- 
rece provenir  de  tucuy,  que  quiere  decir  todo,  todos. 
En  lenguaje   Uarauno  significa  flor,  flores. 

Pachacari,  parece  contracción  de  pachapacari, 
aurora. 

Siquisiqui,  otra  población  de  Venezuela,  es  homó- 
nimo de  siquisiqíii,  que  quiere  decir  añoso,  muchos 
años. 

Caicara,  población  cercana  á  Maturín,  parece  ex- 
presar *'esta  mañana,"  de  cai,  esta,  y  cara,  mañana. 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS  293 

Cancamure,  río  del  interior  de  Cumaná,  parece 
decir  niñf;»  quemado,  de  canea,  asado,  y  del  tamanaco 
7?i7fre,    niño. 

Según  W.  H.  Brettes,  en  su  libro  Tke  Lidian  tri- 
bes  of  Gniana  (1868)  algunas  tribus  caribes,  entre 
ellas  la  Arecuna,  conocían  y  usaban  el  sistema  de  los 
quipus.  Y  ya  Codazzi,  veintisiete  años  antes,  había 
dicho  en  su  Resumen  de  la  Geoo-rafía  de  Vene2:%tela  : 
''Los  quipus,  que  los  caribes  habían  perfeccionado  y 
que  se  encontraron  también  en  el  Perú,  eran  unos  nu- 
dos que  servían  á  aquel  pueblo  guerrero  y  comerciante 
para  trasmitirse  las  noticias."  Acaso  estos  autores 
confundieron  á  los  Caribes  y  Arecunas  con  algunas 
parcialidades  peruanas  de  las  que  llegaron  hasta  acá, 
pues,  según  la  mayoría  de  las  autoridades  en  la  mate- 
ria, los  quipus  no  fueron  usados  en  la  América  del  Sur 
sino  por  los  subditos  incásicos.  (  Garcilasso,  Robertson, 
Humboldt,  d' Orbigny,  Prescott,  Wiener,  Girgois,  etc.) 

De  las  obras  Verdadera  relación  de  la  cofiquista 
del  Perú  y  provincia  del  Cuzco,  por  Francisco  de  Jerez, 
La  Crónica  del  Perú,  por  Pedro  Cieza  de  León  y  la 
Historia  del  descitbrimiento  y  conquista  del  Perú,  por 
Agustín  de  Zarate,  escritas  á  mitad  del  siglo  XVI,  ex- 
tractamos los  siguientes  nombres  que  corresponden  á 
otros    de   Venezuela  : 

En  el  Perú  :  En   Veiiezuela  : 

Cosm.a,  cerros  y  playa  Cusma,    cerros  vecinos    á 

Carúpano 

Camana,    río  Cumaná,  ciudad  á   orillas 

del  Manzanares 

Caraques,  islas  y  bahía  Caracas,  islas  de  las  costas 

centrales 

Guaúra,  playa  Guarura,    playa  de  Oriente 

Arica,  puerto  y  población     Aricagua,   puerto    de    Paria 

y    población    cerca    de 

,  Cumaná 

Capayapo,    puerto  Capayape,    antigua     pobla- 

ción de  Guayana 


294 


TAVERA-AQDSTAi 


Cauca,  provincia 
Guaseo,   río 
Matupe,   valle 
Caura,  nombre  del   carne- 
ro peruano 
Guanape,  valle  y  poblado 
Guanoco,  población 
Mayo,  río 
Sipisipe,    cerros 
Siquisica,  población. 
Guaima,    río 

Guambacho,  valle  y  pueblo 
Guarnan,  río. 
Guayo,   población 
Apurirna,  río 
Guana,  cerros 

Chiguana,.    población 

Cari,  nombre  de  un  cacique 
Acó,  población 
Paria,  provincia  populosa 
Guaica,    población 


Caucagua,   población 
Guaco,  quebrada  y  planta 
iMatú,  valle  del  Caura 

Caura,  río 

Guanape,  valle  y   población 
Guanoco,  puerto  fluvial 
Mayo,  caño  y  quebrada 
Chipichipi,    cerros  y  caserío 
Siquisique,  población 
Guaima,    caño 
Guamacho,    valle  y  poblado 
Guama,   río  y  quebrada 
Guayos,  población 
Apure,    río 

Guanaguana,    cerros    y   po- 
blación 
Chiguana,  puerto  del    golfo 

de    Cariaco 
Cari,  población 
Acó,  localidad,    planta 
Paria,    península 
Guaica,  caño  y  caserío 


No.  parece  sino  que  los  peruanos  se  adelantaron  á 
los  españoles  en  esto  de  poner  nombres  de  su  patria  á 
las  regiones  donde  llegaron,  y  que,  no  obstante  el  empe- 
ño de  los  últimos  en  destruirlo  todo,  aún  se  conser- 
van, por  rara  fortuna. 

Y,  finalmente,  de  los  mencionados  vocabularios 
que  más  adelante  insertamos,  hemos  entresacado  tam- 
bién las  siguientes  voces  que  corresponden  á  otros  nom- 
bres de  localidades,  caños,  playas,  etc.,  de  nuestra 
Patria  : 


Quichare 

Mora 

Ucata 

Amaya 

Guaraca 

Aro,  Aru 

Mayo  ' 

Chirguai 

Chama 

Guara 

Caura 

Cari 

Caro 

Mapa 

Chigua 

Manuí 

Maitana 

Sama 

Maica 

Machaca 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


295 


Según  Lares,  en  las  páginas  10  y  39  de  su  Etno- 
grafía del  Estado  Mérida,  para  la  época  de  la  Conquis- 
ta hub»  en  las  márgenes  del  río  Chama  una  parcialidad 
india  con  el  nombre  de  Guarauní  ;  y  las  voces  chama  y 
um  significan  en  lengua  Aimará,  respectivamente, 
fuerza,  potencia,  y   agua,  río. 

La  misma  palabra  uarauni  es  un  compuesto  de 
itarao,  familia,  y  de  ttni,  río  :  la  gente  del  río  ó  los  po- 
baldores    de  sus  riberas. 


Los  siguientes  vocablos  : 


Chara 

Chupaquire 

Chaure 

Coche 

Chipo 

Chuapir 

Conoma 

Guarapo 

Chirimoya 

Llantén 

Tapaquire 

Yoco 

Callauri- 

ma   (44) 
Guacharaca 


Chácara 

Lebranche 

Chiruapo 

Cachama 

C?  chipo 

Pichigüei 

Potoca 

Culantro 

Guásima 

Patao 


Curataquiche  Chuare 

Chupururo       Mochima 

Guarapiche 

Pachaca 

Guácharo 

Canchunchú 

Taquién 


Calaguaia 

Churura 

Cauranta 


Chi<:<üichio:iie  Mauraco 
Sibisa  Chimana 

Araguapiche   Chinagua 


Curacho 

Churupare 

Guaranache 

Chamariapa 

Caigüiri 

Guatapanare 

Corumiche 

Yácua 

Chirito 

Chiquía 

Choro 

Cachicamo 


Chuparipare  Chipara 
parecen  un  puñado  de  palabras  peruanas  exparcidas  en 
las  regiones  de  Barcelona,  Cumaná,  Carúpano  y 
Paria. 

¿  C(3mo  pudieron  los  Uaiqaeríes  hablar  un  dialecto 
de  los  Uaraunos  ?  Acaso  confundiendo  á  éstos  con 
los  aimaras,  pues,  como  ya  se  ha  visto,  los  términos 
itara  ^j  itni,    son  voces  del  idioma  de  estos  últimos. 

Sin   embargo,  es  de  notarse  que  la  mayor   parte  de 


'(44)  Ei  Cacique  más  notable  del  Oriente  de  Venezuela  en  la 
época  de  la  Conquista  castellana.  En  Barcelona  existe  un  puen- 
te  que  lleva  su  glorioso  nombre. — Nota   del  Autor. 


296  TAVERA-AGOSTA- 

vocablos  empleados  en  las  que  aparecen  como  antiguas 
residencias  de  los  Uaiqueríes  ó  Üaoxeríes,  es  haitiana, 
y  aún  de  frecuentísimo  uso,  v.  gr :  en  las  costas  ¿e  Bar- 
celona y  Cumaná,  en  las  de  Carúpano,  en  las  de  Caria- 
co, en  las  de  Paria  y  en  la  isla  de  [Margarita.  Véase  el 
vocabulario  Haitiano,  que  publicamos  en  la  Quinta 
Parte,  compuesto  de  palabras  extractadas  de  las  obras 
de    Fray  Bartolomé  de  las  Casas. 

Y  la  extinción  del  lenguaje  Aimara  en  ese  litoral 
sería  debido  á  que,  siendo  pocos,  como  hemos  asenta- 
do, los  peruanos  que  lograron  llegar  hasta  el  Atlántico, 
y  regresados  luego  á  impulso  de  los  invasores  y  hasta 
aniquilados  después  sus  restos,  perdióse  totalmente, 
y  predominaron  por  consecuencia  los  dialectos  ó  idiomas 
de  las  tribus  aborígenes,  entre  ellos  el  de  los  Tiuitiuis 
(del  Delta  del  Orinoco)  y  los  de  los  llamados  Caribes, 
de  uso  general  en  la  mayor  extensión  del  territorio 
venezolano,  aunque  conservando  muchas  voces  en  nom 
bres  de  localidades,  etc.,  como  hemos  tenido  ocasión 
de  señalar  páginas  antes. 

El  almirante  Colombo.  pintando  en  su  ya  referida 
carta  á  los  indios  de  Paria,  dice  que  "su  color  era  más 
blanca  "  que  otra  alguna  de  los  aborígenes  que  había 
visto  hasta  entonces  (  1498)  ;  "que  tenían  las  cabezas 
atadas  con  unos  pañuelos  labrados,  hermosos,  que  pa- 
recen de  lejos  de  seda  y  almaizares";  que  usaban  man- 
tos largos  de  igual  tejido  con  que  se  cobijaban  á  mane 
ra  "de  pañetes,  ansi  hombres  como  mujeres;"  que  eran 
bien  formados  "  y  de  muy  lindos  gestos,"  y  que  sus 
embarcaciones  eran  muy  grandes,  y  de  mejor  hechura, 
y  más  livianas,  y  en  el  medio  de  cada  una  tienen  un 
apartamiento  como  cámara  en  que  vi  que  andaban  los 
principales  con  sus  mujeres "...  .circunstancias  etno- 
gráficas que  más  corresponden  á  los  indígenas  peruanos 
que  á  ninguna  otra  tribu  en  Venezuela,  salvo  una  que 
otra  familia  de  las  costas  de  Cumaná,  Margarita,  Ca- 
racas y  Coro,  encontradas  por  los  españoles  en  1499- 
1527,  y  que  bien  pudieron  ser  colonias  ó  retenes  des- 
tacados de  los  ejércitos  del    Inca. 


EN    EL      SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS  297 

Por  lo  menos,  además  de  nuestras  paupérrimas  ob- 
servaciones, podrían  ellas  en  parte  apoyarse  en  el  dicho 
de  Humboldt  :  "Los  Guaiqueríes  de  la  Banda  del 
Norte  se  consideran  de  raza  más  noble,  porque  se 
creen  menos  mezclados    con  los  indios  Chaimas    y    con 

otras  castas  bronceadas La   denominación  de    los 

Guaiqueríes,  así  como  la  del  Perú  y  Peruvia7io,  debe 
su  origen  á  una  mala  inteligencia....  El  nombre  de 
esta  tribu  de  indios  era  enteramente  desconocido  antes 
de  la  Conquista,  y  los  indígenas  que  la  tienen,  pertene- 
cían en  otro  tiempo  á  la  nación  de  los  Guaraunos,  que 
sólo  se  encuentran  ya  en  los  terrenos  pantanosos  com- 
prendidos entre  los  brazos  del  Orinoco.  Los  más  an- 
cianos me  han  asegurado  que  le  lengua  de  sus  antepa- 
sados era  un  dialecto  del  Guarauno,  pero  que  hace 
un  siglo  no  existe  en  Cumaná  ni  en  la  isla  de  Marga- 
rita ningún  indígena  que  hable  otro  idioma  que  el 
castellano." — (Capítulo  IV,  Libro  II,  tomo  I  de  su 
Viaje  á  las  regiones  equinocciales.  ) 

Y  aquí  es  de  observar  también  que  casi  todos  los 
historiadores  traen  el  detalle  de  que  los  indios  de  las  An- 
tillas (1492-97),  y  los  de  las  costas  de  Cumaná,  de 
las  costas  centrales  de  Venezuela  y  de  las  playas  Cu- 
rianas (1498-527)  acordes  todos  en  señalar  hacia 
el  Sur,  dijeron  á  los  primeros  conquistadores,  que  en 
esa  dirección  era  por  donde  podían  encontrar  precio- 
sos metales  en  abundancia,  acaso  aludiendo  al  Imperio 
del  Cuzco,  en  donde  se  conocía  la  explotación  del  oro, 
de  la  plata  y  del  cobre.  Más  todavía,  tal  persistente 
igualdad  de  información  por  parte  de  los  indios  y  tal 
c(>nsecuencial  contumacia  por  parte  de  los  castellanos 
en  marchar  siempre  hacia  el  Sur,  parecen  indicar  que 
estos  últimos,  aunque  interpretando  mal  las  noticias  de 
aquéllos,  se  empeñaron  con  admirable  perseverancia, 
en  arriesgadas  y  heroicas  empresas  para  alcanzarlo  á 
todo  trance,  bajo  el  nombre  sugestivo  de  "El  Dorado." 

Y  es  de  observar  asimismo,  que  en  1532  cuasi  sin- 
crónicamente con    la    entrada  de    Pizarro    á  Caja-mar- 


298  TAVERA-ACOSTA 


ca,  (45)  llegaba  Ordaz  á  la  confluencia  del  Meta  (  46)  : 
que  allí  fue  informado  de  que  salvando  una  cordillera 
que  demora  al  occidente,  encontraría  mucho  oro 'y  otras 
grandes  riquezas,  pero  que  era  muy  corto  el  número 
de  sus  soldados  para  intentar  penetrar  hasta  las  co- 
marcas en  cuestión,  porque  su  señor  era  poderoso  y 
disponía  de  un  inmenso  concurso  de  subditos  y  guerre- 
ros (  47  )  :  que  iguales  referencias  recibió  del  cacique 
Macatoa  el  conquistador  Felipe  de  Hutten,  en  1542 
cuando  su  incursión  por  las  regiones  del  Ariare,  en  pos 
del  fabuloso  "Dorado"  (48):  que  cuarenta  y  dos 
años  más  tarde  Antonio  de  Berrío  bajó  por  el  Meta,  y 
frente  á  su  junción  con  el  Orinoco  fundó  una  pobla- 
ción con  el  nombre  de  Santísimo  Sacramento  (  49  )  : 
que  allí  recibió  á  su  vez  noticias,  de  que  caminando  tan- 
tos días  llegaría  á  Manoa,  en  donde  hallaría  muchísi- 
mas riquezas,  ( 50 )  y,  finalmente,  que  la  voz  manoa 
puede  muy  bien  ser  la  misma  mancoa,  mal  escrita  por 
los  españoles,  y    que    quiere   decir    en   lengua   Aimara, 

(45)  Jerez,  Zarate  y  Cieza  de  León,   obras  citadas. 


(46  )  En  la  nota  segunda  de  la  página  19  de  P07  las  selvas  de 
Guayayia,  dice  su  autor  que  Orda7.  remontó  el  Orinoco  hasta  Ca- 
bruia.  Error  :  llegó  hasta  los  rápidos  de  Carichana  y  Caribén, 
casi  frente  á  la  confluencia  del  Meta,  si  no  hubiere  sido  hasta  los 
raudales  de  Ature-",  como  hacen  pensar  las  descripciones  topográ- 
íica^í  de  los  historiadores  primitivos  de  India'^,  que  nombramos  en 
la   nota  que  sigue. 


(47  )  Oviedo  y  Valdez,  Historia  General  y  Natural  de  las  In- 
dias, Libro  24,  Cap.  II. — Juan  de  Castellanos,  Elegías  de  varones 
ilustres  de  Indias,  Elegía  IX. — Antonio  de  Herrera,  Historia  ge- 
neral ae  los  hechos  de  los  castellanos.    Década  IV,  Libro  X. 


(48)  Castellanos  y  Herrera,  obras  citadas. — Fray  Pedro  Si- 
món, Noticias  histotiales  de  las  Conquistas  de  Tierra  Firme. — Oviedo 
y  Baños,  Histoiia  de  la  Conquista  y  población  de  la  provincia  de 
Venezuela. 


(49)  Fray  Jacinto   de   Carvajal,    Historia  del  descubrimiento 
del  río  Apure. 

( 

(50)  Walter  Raleigh,  Fray  Simón.  Obras  citadas.— A^í7/tí!5  del 
Autor, 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  299 

adentro,  hacia  adentro,  interior,  al  interior.  (51)  todo 
lo  cual  podría  robustecer  lo  que  hemos  dicho,  ,  de  que 
aquellas 'tribus  conocían  la  existencia  del  Imperio  de 
los  hijos  del  Sol,  si  acaso  no  fueren  éstos  mismos,  que 
ya  iban  replegando  hacia  el  corazón  de  la  América  del 
Sur,  huyendo  á  los  terribles  procedimientos  empleados 
por  los  blancos  que  entraron  por  el  Norte  y  por  el  Este. 

Todavía  más  :  aún  cuando  Humboldt  califica  de 
sueños  lo  que  en  1595  escribió  Raleigh  de  que  estaba 
seguro  de  que  si  el  Gobierno  de  Inglaterra  organizase 
para  la  defensa  de  la  monarquía  peruana  una  guarni- 
ción que  marchase  desde  Guayana  á  la  ciudad  que  él, 
siguiendo  á  Antonio  de  Berrío,  llamó  de  Manoa,  que 
acaso  no  fuera  sino  la  ya  expresada  voz  aimara,  el  Inga 
convendría  en  pagar  muchos  centenares  de  libras  ester- 
linas por  ta-es  servicios  ó  á  guisa  de  tributo,  por  la  de- 
fensa contra  enemigos  exteriores  (52);  no  obstante  — 
decimos — la  calificación  de  Humboldt,  algo  dirían  los 
indios  á  Releigh,  además  de  las  referencias  que  le  hi- 
ciera Berrío,  acerca  de  la  existencia  de  un  magnate 
dueño  de  asombrosas  riquezas,  y  que  muy  bien  pudo 
ser  el  representante  de  la  dinastía  incásica. 


♦ 
*  ♦ 


Acerca   de   la  numeración  de  los  Uaraos,  el   doctor 
Toro  trae  únicamente  los  siguientes  vocablos  en  su   obra 

Por    las  selvas  de  Guayana  : 

1  shaca  5  mojoba 

2  manamo  ^       6  montanishaca 

3  ( no  lo  trae )  7  montamanan 

4  aravavaca 


.(  51 )  Gumilla    dice    que  manoa  ea  lenguaje  Acháua   quiere  de- 
j  cir  laguna  general. 


(52)  Raleigh,  obra  citada,  página   i'j2,— Ilotas  del  Atiior. 


30Ü  TAVERA-ACOSTA 

Estas  voces  nos  dejan  perplejos  al  compararlas  con 
las  recojidas  por  Gorrochotegui  en  su  Viaje  al  Amacuro 
y  con  las  que  nosotros  traemos.     Véanse  : 


Gorrochotegui : 

Tavera-Acosta  : 

I 

Isaca 

1 

jizaca 

2 

manamo 

2 

manamo 

-7 

0 

4 

5 
6 

7 

dijanamo 
urapacaya 
mojabasi 
mojabatana 
mojabatana  isaca 
etc. 

3 

4 

5 
6 

7 

dijanamo 

manamo-manamo  jasi 
mojojabasi 
mojojabisapa-jizaca 
mojojabisapa  manamo 
etc. 

Por  otra  parte,  Gorrochotegui  dice  que  la  palabra 
guarao  quiere  decir  20  y  también  "indio,"  por  tener 
20  dedos. 

Nosotros  traemos  para  indicar  el  número  20  las  vo- 
Qes  mojoreco  ojireco,  es  decir :  moj or eco,  10,  y  ojireco, 
otro  tanto  más.  Gorrochotegui  usa  la  misma  voz  mo- 
joreco  significando  10. 

Refiriéndonos  á  la  segunda  acepción  del  mismo 
vocablo,  que  trae  este  autor,  ella  envuelve  una  idea  de 
homogeneidad  ó  de  relación  de  parentesco,  que  con- 
firma el  verdadero  significado  de  la  palabra  uarao, 
familia. 

Continúa  el  señor  doctor  Toro  : 

' '  6  Guaharibos.  Los  guaicas,  piaroas  O  macos  y 
guahibos,  habitaban  la  región  de  los  raudales  del 
Orinoco." 

I  Cual  la  razón  para  incorporar  en  la  familia  Uaha- 
riba  á  los  Piaroas  y  á  los  Uajibos  ? 

Acaso  por  la  vecindad  de  residencia  de  Uaicas  y  de 
Uaharibos,  en  las  cabeceras  del  Orinoco,    del    Padamo 


EN  EL  SUR  — DIALECTOS  INDÍGENAS  3OI 

(Paramo,  Panamo)  etc.  pudieran  considerarse  así,  co- 
mo también  á  los  Macos,  porque  éstos  como  los  Uaicas, 
descienaen  del  Pariano  :  pero  no  sucede  lo  mismo  con 
los  Uajibos  ni  con  los  Piaroas.  Sus  residencias  geo- 
gráñcas  tampoco  son  las  mismas  ;  y  en  cuanto  á  'Mos 
caracteres  psico-fisiológicos "  de  los  Uaharibos,  es  un 
problema   que  no  ha  sido  resuelto  todavía. 

Ningún  viajero,  ni  ningún  hombre  de  ciencia  hasta 
hoy,  ha  tratado  ni  estudiado  á  los  Uaharibos,  ni  tomado 
siquiera  dos  palabras  de  su  lenguaje.  ¿  Cual  es  la  base, 
pues,  para  considerar  al  Uaharibo  psico-fisiológicamente 
como  una  agrupación  distinta  de  la  del  Caribe  ó  del  Ta- 
manaco  ?  ¿Cual  la  razón  antropológica  para  poder  afir- 
marque  el  Üaica,  que,  como  el  Maco,  es  similar  del  Ca- 
ribe, pertenece  á  la  agrupación  Uahariba  ?  ¿  Por  qué 
no  comprender  á  esta  tribu  geográficamente,  á  la  par  de 
sus  Vecinas  Arecunas,  Macos,  Maquiritares,  etc.,  que 
descienden  del  Pariano,  en  la  gran  agrupación  Caribe 
ó  en  la  Tamanaco  ?  Y  si  no  se  conoce  al  Uaharibo  por 
qué  asegurar  que  los  Piaroas  y  los  Uajibos  corresponden 
también  á  su  agrupación  ? 

Por  otra  parte,  si  aplicáramos  el  criterio  de  Schom- 
burgk,  Brettes,  Steinen,  Adam,  etc.  de  que  los  Uaicas, 
Macusis,  Arecunas,  etc.  descienden  del  Caribe,  lo 
que  es  exacto,  tendríamos  también  que  considerar  á 
los  Uaharibos  (  dada  la  afinidad  que  dice  el  Dr.  Toro 
existe  entre  ellos  y  los  Macos  y  los  Uaicas  )  como  hijos 
de  aquella  gran  raza,  lo  que  racionalmente  podría  in- 
ferirse ;  pero  que  suprimiría  desde  luego  otra  de  las 
once  agrupaciones  ya  calificadas  por  él,  teniendo  sólo 
por  base  la  difusa  nomenclatura  de  Codazzi,  y  de  nin- 
gún modo  sus  "caracteres   psico-fisiológicos." 

Y  si  ninguno  que  no  sea  indígena  ha  oido  hablará 
los  Uaharibos  ¿cómo  es  posible  que  se  diga  con  este  in- 
geniero, que  "  tenían  una  lengua  distinta  "  de  la  de  los 
Caribes  ó  Tamanacos  ? 

Pero  aún  suponiendo  que  así  fuese,  tampoco  cons- 
tituirían ellos  geográficamente  una  agrupación  como  pa- 
ra parangonarla    con    la  de  los  Caribes   ó  con  la  de  los 


302 


TAVERA-ACOSTA 


Uagiros,  por  ejemplo,  pues  además  de  no  ser  muy  nu- 
merosos, puede  decirse  que  los  Uaharibos  están  ro- 
deados por  Maquiritares,  Arecunas,  Macusis  y  Üaicas, 
(  si  éstos  últimos  no  fueren  los  mismos  Uaharibos  )  que, 
como  se  sabe,  todos  son  de  ascendencia  Pariana  y  cu- 
yos lenguajes  son  similares  del  que  hasta  hoy  ha  ve- 
nido llamándose    Caribe. 

Por  antonomasia  se  conoce  la  región  comprendi- 
da entre  los  raudales  de  Atures  y  de  Maipures,  como 
"la  región  de  los  Raudales,"  y  es  un  hecho  incontes- 
table que  los  Uaicas  jamás  han  residido  en  esa  loca- 
lidad y  sí  en  las  fuentes  del  Ocamo,  Padamo,  Caroni, 
Cuyuni,  etc.  ;  que  los  Uaharibos  han  dado  su  nombre 
á  los  raudales  que  se  encuentran  más  arriba  de  la  con- 
junción del  río  Baruma,  ó  sea  como  á  900  kilómetros 
distante  de  Maipures,  y  hasta  donde  han  llegado  Apo- 
linar Diez  de  la  Fuente  en  1760,  Jean  Chaffanjon  en 
1886,  Guillermo  Escobar  en  1897,  y'm^'^s  nmgún  otro 
que  no  sea   indígena. 

Las  analogías  lins^üísticas,  geográficas,  históricas  y 
aún  étnicas  de  los  Uajibos,  son  más  bien  con  los  Sáli- 
bas  y  Piapocos  ó  Tucanos,  antiguos  Acháuas  ó  Airicos, 
residentes  hoy  en  la  parte  superior  de  los  ríos  Meta, 
Bichada  y  Uabiare. 

¿  Los  piaroas  O  macos  ?  No.  Con  estos  indios  le 
sucede  al  Dr.  Toro  á  la  inversa  de  lo  que  con  los  Ma 
quintares  ó  Maiongcongos.  Esa  O  disyuntiva  hace 
creer  que  los  Macos  son  los  mismos  Piaroas,  y  no  es 
exacto.  Los  Macos  hablan  un  dialecto  muy  análogo  al 
de  los  Maquiritares,  de  quienes,  como  los  Curacicanas 
y  Uiquiares,  son  fraternos,  y  viven  en  las  márgenes  del 
Mapichi,  del  Yaritari  y  de  otros  afluentes  del  Bentuari. 
En  tanto  que  los  Piaroas  ó  atures,  tribu  distinta  de  la 
Maco,  aunque  vecinos,  residen  hoy  en  las  orillas  del 
Sipapo,  cabeceras  del  Cataniapo,  etc.  Son,  pues,  dos, 
y  no  una  sola  tribu.  Codazzi  dice  "macos  Y  piaroas," 
no  obstante  que  Humboldt  en  la  página  136,  Libro  VII, 
tomo  III  de  su  Viaje,  .  trae  el  mismo  error  al  escribir 
"macos  O  piaroas." 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  303 

Pei*mítasenos  hacer  aquí  un  paréntesis. 

En  el  ''Informe"  presentado  á  la  Sociedad  de 
Geografía,  de  París,  sobre  los  trabajos  geográficos  y 
estadísticos  de  Codazzi,  nada  menos  que  por  una  co- 
misión  de  sabios  como  Aragó,  Savary,  Elie  de  Beau- 
mont  y  Boussingault,  y  que  aquel  ingeniero  inserta  en 
su  Atlas  Físico  y  Político  de  Venezuela,  se  lee  lo  si- 
guiente : 

"El  coronel  Codazzi  ha  llegado  en  el  Alto  Ori- 
noco hasta  el  raudal  de  Guaharibos,  que  es  precisamen- 
te el  punto  en  que  en  el  último  siglo,  atacaron  los  in- 
dios salvajes  al  capitán  Francisco  Bobadilla.  No  pudo 
pasar  de  allí  el  señor  Codazzi,  porque  los  guaharibos 
han  conservado  su  independencia  y  con  ella  su  descon- 
fianza hacia  los  hombres  blanncos.  Sobrada  razón  tie  - 
nen  si  se  considera  que  los  indios  que  se  han  mostrado 
dóciles  y  sumisos,  han  desaparecido,  al  paso  que  lo- 
guaharibos  se  conservan  y  son  poseedores  de  su  desfis 
ladero.  Para  forzar  aquel  raudal  habría  sido  necesario 
emplear  la  fuerza,  y  las  instrucciones  del  señor  Codazzi 
no  le  permitían  llegar  á  tal  extremo.  El  Gobierno  de 
Venezuela  ha  dado  pruebas  de  humanidad,  pensando 
que  valía  más  dejar  indecisa  una  cuestiónn  de  geogra- 
fía, que  destruir  á  unos  indios  .  .  .  . " 

Todo  esto  es  una  congerie  de  inexactitudes,  que 
conviene  rectificar. 

Codazzi  no  llegó  hasta  los  raudales  de  Uaharibos 
en  su  viaje  por  el  Alto  Orinoco.  Remontó  ese  río  sólo 
hasta  la  confluencia  del  Padamo  (  Michelena  y  Rojas 
dice  que  bástala  Bifurcación)  desde  allí  bajó  y,  en- 
trando por  el  Casiquiare  ó  sea  la  Bifurcación  del  Ori- 
noco, descendió  al  Rionegro,  que  no  sabemos  si  remon- 
tó,   y  luego  regresó   por  el   mismo    itinerario. 

Michelena  y  Rojas  afirma  en  la  página  i6i  de  su 
Exploración  Oficial:  "  La  anchura  del  río  (Orinoco) 
en  aquel  paraje  (Mauaca)  es  de  300  varas,  (siendo  el 
mes  de  marzo,    que  es  lo   más  fuerte    del    verano)   con 


304  TAVERA-ACOSTA 


una  profundidad  de  25  á  30  pies,  y  una  corriente  casi 
imperceptible,  que  demuestran  que  todos  los  cálculos 
que  existen  de  Humboldt,  Codazzi  y  Schomburgk, 
respecto  á  distancias,  que  ellos  no  han  rec(.rrido,  son  del 
todo  errados,  desde  Esmeralda  hacia  arriba."  Y  en  la 
176,  al  hablar  de  la  región  que  den^.ora  entre  Uaharibos 
y  la  Bifurcación,  dice  que  es  triple  la  distancia  que 
hay  "  de  la  que  habían  convenido  establecer,  copiando 
á  Humboldt  en  sus  cartas  y  relaciones,  autoridades 
respetables  como  Schomburgk  y  Codazzi  :  el  primero 
que  en  su  viaje  de  Demerara  por  el  Essequibo  á  la  Sie- 
rra Parima,  y  después  bajando  por  el  Padamo  al  Oca- 
^O-  (53)  ^o  visitó  al  oriente  de  aquel  ;  y  el  segundo 
(Codazzi)  que  no  pasó  de  la  embocadura  del  Casi- 
quiare  con  el  Rionegro,  de  donde  regresó  á  Angos- 
tura." 

Dice  Codazzi  en  la  página  22  de  su  Geografía  : 
"  El  Orinoco  permanece  desconocido  desde  su  naci- 
miento hasta  el  raudal  de  Guaharibos,  porque  las  em- 
barcaciones no  pueden  pasar  de  este  último  punto  ; 
pero  atendiendo  á  la  poca  agua  que  se  encuentra  antes 
del  raudal  y  en  el  raudal  mismo,  no  debe  suponérsele 
hasta  allí  un  curso  de  más  de  25  leguas,  comprendiendo 
las  vueltas  del  río.  El  primero  que  llegó  á  aquel  punto 
fue  el  capitán  don  Francisco  Bovadilía,  comandante 
que  fue  del  castillo  de  San  Carlos,  próximamente  á 
mediados  del  siglo  XVIII."  Y  en  la  página  631  :  "En 
este  cantón  (  Rionegro )  tiene  también  su  origen  el 
Orinoco,  no  muy  lejos  del  raudal  de  Guaharibos  : 
el  primero  que  llegó  á  este  raudal  fue  el  capitán  Bo- 
badilla.  Comandante  del  Castillo  de  San  Carlos 
en   1780."  (54) 


(  53  )  Esto  es  lapsus  calamió  un  error  tipográfico  :  Schomburgk 
bajó  por  el  Padamo  al  Orinoco,  no  al  Ocarao,  y  el  22  de  febrero  de 
1839  tocó  en  Esmeralda. — Nota   del  Aiitor. 


(54  )  Los  Comandantes  que  tuvo  esta  fortaleza  desde  1759  has- 
ta 1765,  fueron  :  el  alférez  Simón  López,  y  los  sargentos  Francis- 
co Fernández  Bobadilla,  Antonio  Balenzuela  y  Miguel  José  Cor- 
nieles. —Véase  pág.  145,  vol.  I,  de  Anales  de  Giiayana,  por  B. 
Tavera-Acosta. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS         305 

Ignoramos  por  qué  aquellos  sabios  aseguraron 
la  ida  de  Codazzi  hasta  Uaharibos  ;  pero  lo  que  sí 
cabe  llamar  la  atención  es  que  no  hiciera  Codazzi  la 
respectiva  aclaratoria  al  insertar  en  su  Atlas  el  Informe 
de  aquella  Comisión,  tanto  más  natural  cuanto  que  to- 
do lo  que  él  dice  con  respecto  á  las  regiones  situadas  al 
Este  de  la  Esmeralda  hasta  Uaharibos,  es  pura  y  sim- 
plemente tomado  de  Humboldt. 

Pero  para  que  se  tenga  idea  de  la  información  de 
este  ilustre  viajero,  léase,  copiado  de  la  comunicación 
que  con  fecha  23  de  agosto  de  1800  dirigió  desde  Bar- 
celona al  Capitán  General  de  Venezuela,  lo  siguiente  : 
"  Las  cabeceras  del  Orinoco  parecen  ser  de  allá  al  Este; 
pero  la  nación  de  los  guaicas  impide  á  los  españoles 
subir  más  allá  del  raudal  de  Guaharibos,  el  cual  se  ha- 
lla á  unas  25    leguas    de  distancia  de  la  Esmeralda." 

Y  luego  en  el  Capítulo  XXIV,  Libro  VIII  de  su 
Viaje  á  las  regiones  eqiMnocciales  :  "Al  Este  del  Duida 
(  Esmeralda  )  se  distinguen  por  su  elevación  sobre  la 
oiilla  del  Orinoco,  el  Maraguaca,  ó  Sierra  Maraguaca, 
entre  el  río  Caurimoni  y  el  Padamo  ;  y  sobre  la  izquier- 
da las  montañas  de  Guanaya  y  Yumariquín.  entre  los 
ríos  Ma guaca  y  Geheta.  Se  puede  subir  sin  peligro  el 
Orinoco  desde  la  Esmeralda  hasta  las  cataratas  ocu- 
padas por  los  indios  guaicas  que  impiden  todo  progreso 
ulterior  á  los  españoles,  y  es  una  navegación  de  seis 
días  y  medio.  (55)  En  esta  travesía  tiene  el  Orinoco 
tres  ó  cuatrocientas  toesas  de  ancho,  y  los  desagua- 
deros de  la  orilla  derecha  son  más  frecuentes,  porque  el 
río  está  cercado  por  aquella  parte  de  las  altas  montañas 
del  Duida  y  Maraguaca,  sobre  las  que  se  amontonan  las 
nubes,  mientras  que  la  orilla  izquierda  está  baja  y  con- 
tigua á  la  llanura ....  Saliendo  de  su  embocadura  (la 
del  Padamo)  que  es  de  una  anchura  bastante  conside- 
rable, llegan  los  indios  en  día  y  medio  al  río  Maguaca 
que   nace  en  las   altas   montañas    de    Unturán,    de   que 


(  55  )  Diez  de  la  Fuente,  ChaíFanjon  y  Guillermo  Escobar  invir- 
tieron   más  días. — Nota  del  Autor. 

En  el  Sitr— Dialectos  Indígenas.        20. 
» 


306  TAVERA-ACOSTA 


hemos  hablado  más  arriba....  Entre  los  confluentes 
del  Padamo  y  del  Maguaca,  el  Orinoco  recibe  al  Nor- 
te el  Ocamo  en  que  desagua  el  río  Metaconi  y  en  cu- 
yo nacimiento  viven  los  indios  guainaros  .  .  .  Cerca  de 
la  embocadura  del  Ocamo  se  indica  á  los  viajeros  una 
roca  que  es  la  maravilla  del  país.  ...  Pasado  el  con- 
fluente del  Maguaca  disminuye  el  Orinoco  repentina- 
mente su  anchura  y  profundidad,  y  llega  á  ser  tortuoso 
como  un  torrente  alpino.  Sus  dos  orillas  están  ro 
deadas.de  montañas,  y  el  número  de  desaguaderos  del 
Sur  se  aumenta  considerablemente  ;  sinembargo  la  cor- 
dillera del  Norte  queda  más  elevada.  De  la  boca  del 
Maguaca  al  río  Geheta  hay  dos  días  de  camino,  porque 
la  navegación  es  muy  incómoda  ;  y  muchas  veces  por 
falta  de  agua  es  preciso  arrastrar  la  piragua  á  lo  largo 
de  la  ribera.  Sobre  esta  distancia  los  desaguaderos 
del  Sur  son  el  Daracapo  y  el  Maguaca  y  cercan  al  Oes 
te  y  al  Este  las  montañas  de  Guanaya  y  de  Yumariquín, 
en  donde  se  cojen  los  frutos  del  berthoiletia.  Son 
las  montañas  del  Norte  las  que  disminuyen  su  elevación 
progresivamente  desde  el  cerro  Maraguaca  por  donde 
desciende  el  río  Manaviche.  A  medida  que  se  sube  el 
Orinoco,  los  chorros  y  remolinos  se  hacen  más  ó  me- 
nos frecuentes  ;  á  la  izuierda  se  pasa  al  caño  Chiguire 
habitado  por  los  guaicas,  otra  de  las  tribus  de  indios 
blancos  (sü)  y  á  dos  leguas  de  distancia  está  la 
desembocadura  del  Geheta,  donde  se  halla  una  grande 
catarata." 

Cualquiera  diría  al  ver  tal  lujo  de  pormeiores,  que 
Humboldt  los  trae  de  propio  testimonio.  ¿  Qué  mu- 
cho, pues,  que  Codazzi  lo  copiase,  no  habiendo  él  tam- 
poco visitado  al    Oriente  de  la  confluencia  del  Padamo  ? 

Cuanto  al  sangriento  combate  de  Fernández  Bo- 
vadilla  con  los  indios  uaharibos  y  al  supuesto  viaje  de 
este  oficial  hasta  dichos  raudales  son  tópicos  traídos  por 
Humboldt,  que  han  sido  ya  refutados  por  Michelena  y 
Rojas  en  los  Capítulos  VIII  y  IX,  Libro  I,  de  su  Explo- 
ración Oficial,  y  ya  antes,  en  1830,  por  Don  Felipe  Bau- 
za. Sin  embargo,  como  poseemos  los  trabajos  de  todos 
esos  individuos,  á   nuestra  vez  podríamos  evidenciarlos. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  307 

Continúa  Humboldt:  "Un  dique  de  rocas  graníticas 
atraviesa  el  Orinoco,  y  estas  son  las  Columnas  de  Hér- 
cules, más  allá  de  las  que  ningún  blanco  ha  podido  pe- 
netrar. Parece  que  este  punto  conocido  con  el  nombre 
de  gran  raudal  de  Guaharibos,  está  á  3/4  de  grado  al 
Este  de  la  Esmeralda,  y  por  consiguiente  al  67°  38'  de 
longitud.  Una  expedición  militar  que  el  comandante 
del  fortín  de  San  Carlos,  Don  Francisco  Bovadilla  ha- 
bía emprendido  para  descubrir  el  nacimiento  del  Ori- 
noco, proporcionó  conocimientos  mucho  más  circuns- 
tanciados, acerca  de  la  catarata  de  los  Guaharibos. 
Este  Comandante  había  sabido  que  algunos  negros  fu- 
gitivos de  la  Guayana  holandesa  se  habían  mezclado, 
adelantándose  hacia  el  Oeste  (más  allá  del  istmo  que  se- 
para el  nacimiento  del  río  Caroní  y  Rioblanco  )  con  los 
indios  independientes.  Intentó  una  entrada  sin  per- 
miso del  Gobernador,  y  el  deseo  de  procurarse  esclavos 
africanos,  más  útiles  al  trabajo  que  los  de  la  raza  bron- 
ceada, se  excedió  en  celo  por  los  progresos  de  la 
geografía.  He  tenido  ocasión  de  preguntar  en  la  Es- 
meralda y  Rionegro  á  muchos  (sic)  militares  inteligen- 
tes que  habían  hecho  parte  de  esta  expedición  y  supe 
que  Bovadilla  llegó  sin  dificultad  hasta  el  raudal  de 
abajo  que  esta  frente  al  Geheta  ;  pero  que  habiéndose 
adelantado  hasta  el  pié  del  dique  de  rocas  que  forma  la 
grande  catarata,  fue  atacado  inopinadamente,  mientras 
almorzaban,  por  los  indios  guaharibos  y  guaicas,  dos 
tribus  guerreras  (sic)  y  célebres  por  la  actividad  del 
curare    conque  envenenan   sus    flechas.    (56)    Los   irji- 


(  56  )  A  propósito  de  curare,  leemos  en  la  página  109  de  Por  las 
selvas  de  Guaya/ia,  qvL^  "  en  la   actualidad  el    us)   del  curare    está 
restingido  á  al-^utias  tribus  errantes  d  d  Rioujgro  y  del  Alto  Ama- 
zonas, y  especialmente   á  la  tribu  Macusi  ;"    y  que    "  el   indio    no 
conoce  el  antído'o    el  curare-"    ( Pág.    iii) 

Esto  nos  parece  un  otro  vago  recuerdo  de  los  relatos  de  algu- 
nos frailes  que  señalaban  determinado  número  de  contadísimas 
trbus  como  misteriosas  fabricantes  del  curare.  Pero  debe  tenerse 
:»presente  que  además  de  las  tribus  que  menciona  el  señor  doctor 
Toio,  también  usan  ese  veneno  en  sus  cacerías:  los  Uajibos  del 
Bichada,    los    Yabaranas  del    Bentuari,  los  Maquiritares  del  Cu- 


308  TAVERA-^A^COSTA 

dios  ocupaban  las  rocas  que  se  elevan  en  medio  del  río 
y  viendo  á  los  españoles  sin  armas  é  ignorando  abso- 
lutamente que  hubiesen  armas  de  fuego,  prov9caron  á 
hombres  que  creían  desarmados.  Muchos  de  los  blan- 
eos  fueron  heridos  peligrosamente,  y  Bovadilla  se 
vio  forzado  á  combatir.  Hubo  una  horrorosa  carnice- 
ría entre  los  naturales  ;  pero  no  se  encontró  negro  al- 
guno holandés,  de  los  que  se  creían  refugiados  en  estos 
puntos.  A  pesar  de  una  batalla  tan  fácil  de  ganar,  no 
se  atrevieron  los  españoles  á  avanzar  hacia  el  Este  en 
un  país  montuoso  por  todo  el  largo  de  un  río  profunda- 
mente encallejonado." 

Todo  esto  es  un  cuento  parecido  al  de  la  extin- 
ción de  los  atures. 

Sigue  Humboldt  :  '*  No  hemos  llegado  á  subir  e^ 
Orinoco  más  allá  de  la  embocadura  del  río  Guapo,  y  lo 
habríamos  hecho  si  hubiéramos  podido  intentar  llegar 
al  nacimieuto  de  este  río,  desde  el  cual  hasta  el  rau- 
dal de  los  Guaharibos  hay  15  leguas.  En  esta  cata- 
rata, que  se  pasa  por  un  puente  de  bejuco,  hay  indios 
apostados,  armados  con  arcos  y  flechas,  é  impiden  á 
los  blancos,  ó  á  los  que  vienen  de  su  territorio,  adelanten 
hacia  el  Oeste,  (sic)  ¿Cómo  hubiéramos  podido  esperar 
pasar  un  puente  en  que  el  Comandante  del  Rionegro 
Don  Francisco  Bovadilla,  se  vio  forzado  á  detenerse, 
cuando  acompañado  de  sus  soldados  trató  de  penetrar 
más  allá  del  Geheta  ?  La  carnicería  que  se  hizo  en- 
tonces entre  los  naturales,  los  ha  hecho  más  desconfia- 
dos y  más  rencorosos  contra  los  habitantes  de  las 
misiones." 

¡  Triste  y  fútil  pretexto  que  41  años  después  exhi- 
bieron también  en  la  ocasión  los  sabios    de   la  Sociedad 

lui  ^uniuna,  los  Yauípiris  del  Rioblanco  y  los  Puinabes  del  Iní- 
rida.  que  sepamos.  Y  todos  ellos  saben  que  la  sal  común  es  un 
Miitídoto  conocido,  la  cual  emplean  para  salvar  la  vida  á  los  ani- 
males que  desean  conservar.  Después  que  los  derriban  con  fle- 
chas emponzoiíadas,  los  toman,  ensanchan  un  poco  la  herida  é 
intro lucen  en  ella  un  grano  de  aquella  sustancia,  dándoles  de 
h'ber  agua  salada,  quieras  que  no,  y  al  hacerse  en  el  organismo  la 
eliminación    del   cloruro,  opérase  la  curación. — ¿Vofa  del  Auiof. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  309 

de  Geografía,  para  excasar  la  no   llegada  de   Coda/zi  á 
las    fuentes   del    Orinoco  !    (57) 

Ya  hemos  dicho  que  poseemos  las  relaciones  de 
viaje  de  aquellos  oficiales'de  la  Expedición  de  Solano,  y 
en  ninguna  de  ellas  hemos  encontrado  ni  el  más  lejano 
indicio    de  algo  parecido  al  relato  de  Humboldt. 

No  fue  tampoco  Bovadilla  el  primer  blanco  que  lle- 
gó hasta  Uaharibos,  á  donde  nunca  logró  ir,  sino  Diez 
de  la  Fuente  en  17Ó0.  Enviado  este  Oficial  por  don 
José  Solano,  salió  de  San  Fernando  de  Atabapo  el  3 
de  diciembre  de  1759,  el  31  pasaron  él  y  sus  compañe- 
ros por  la  Bifurcación  y  después  de  varias  explora- 
ciones por  el  Padamo,  Ocamo  y  Mauaca,  llegaron  '*el 
once  de  abril  al  deseado  fin  del  Orinoco,"  ó  sea  al  rau- 
dal de  Uaharibos,    de  donde  regresó  la  expedición. 

Bovadilla,  que  en  1759  había  llegado  hasta  el  Pa- 
damo, enviado  también  por  Solano  á  reconocer  los  ca- 
cahuales que  le  habían  informado  los  indios  existían  en 
sus  márgenes,  hizo  un  segundo  viaje  en  1764  llegando 
hasta  un  poco  más  arriba  de  la  confluencia  del  Padamo, 
es  decir,  hasta  el  río  Mauaca.  En  ninguno  de  los  dos 
viajes  llegó  hasta  Uaharibos.  A  esta  segunda  explo- 
ración de  los  cacahuales  lo  envió  desde  Santo  Tomás  el 
Gobernador  de  Guayana,  Moreno  de  Mendoza.  De- 
más está  decir  que  ninguna  de  sus  relaciones,  ni  otras 
que  también  poseemos  (de  Solano,  Iturriaga,  Xeres ) 
traen  absolutamente  nada  alusivo  á  los  tales  indios 
blancos,  al  tal  combate,  á  la  tal  carnicería,  etc.,  etc. (58) 

Así,  pues,  ni  Fernández  Bovadilla  en  1759  y  1764, 
ni   el  Rvdo.  Xeres  en    1767,  ni  Humboldt    en    1800,    ni 


(  57  )  Por  supuesto,  que  hoy  podemos  decir  que  las  fuentes  del 
Orinoco  permanecen,  como  en  1759,  completamente  desconocidas, 
no  obtante  todo  lo  escrito  por  Chafifanjon  en  las  páginas  313-314 
de  su  V\}qxo  L'  OrénoQue  et  le    Caura. 


(  58  )  Kn  el  Capítulo  XXI  de  nuestro  libro  inédito  Rio7tegro  tra- 
tamos de  estos  asuntos,  y  en  un  apéndice  insertamos  íntegros  los 
relatos  de   Solano,  Diez   y   Bovadilla. — Notas  del  Autor. 


3' I  o  TA VERA-AGOSTA 


Arnaud  en  1735,  ni  Codazzi  en  1838,  ni  Schomburgk  en 
1839,  ni  Rafael  Acevedo  en  1845,  ^^  Míchelena  y  Ro- 
jas en  1857,  ninguno  de  ellos  llegó  á  ir  hasta  U?.haribos. 
De  manera  que  después  de  Diez  de  la  Fuente  en  1760, 
sólo  han  llegado:  Chaífanjon  en  1886  y  Guillermo  Es- 
cobar en  1897. 


Y  aquí  concluye  el  paréntesis,  demasiado  largo, 
por  cierto,  7  por  el  cual  pedimos  excusas. 

Escribe  el  doctor  Toro  : 

"  7     Maipures. — Los   guapunabis,    parenas,  chira- 
pas,   arimaris  y  agúanos,  formaban  esta  familia.     (  59  ) 
Habitaban    los    Maipures    en    el    Alto    Orinoco,    Caura 
y    Meta.      Algunos  incluyen    en   esta  familia  á    los  Ete 
namos,    rivales  de  los  maquiritares." 

Aquí  resalta  más  la  confusión,  y  á  primera  vista  se 
comprende  que  el  autor  anda  á  ciegas  en  el  laberinto 
formado  por  Codazzi,  y  sólo  cambia  algunas  letras 
en  el  nombre   de  las  tribus. 

Ya  hemos  visto  al  final  de  la  Tercera  Parte  cómo 
quedan  aclaradas  y  rectificadas  las  confusiones  acerca 
de  los  maipures  ;  pero  aquí  debemos  añadir  que  los 
Uainimaneses  ó  Banibas  ó  sean  los  Maipures  de  Gilij,  ja- 
más han  habitado  como  en  residencia  propia  las  regiones 
del  Caura  ni  las  del  Meta,  como  se  asienta  en  el  párrafo 
copiado,  confundiendo  así,  como  han  hecho  todos,  á  los 
Banibas  con  los  indios  maipíires  (  ó  dantas  )  por  residir 
éstos  en  las  selvas  lejos  de  la  influencia  religiosa.  Ver- 
dad es  que  aquéllos  han  vivido  accidentalm.ente  en  el 
alto  Orinoco  ;  pero  en  el  Caura  y  en  el  Meta,  nunca, 
que  históricamente  separaos.  Ninguna  de  nuestras 
fuentes  de  consulta  (  Carvajal,  Rivero,  Gumilla,  Caulín, 


(59)  O  sean,  decimos  nosotros,  ^z^(2z)^?¿;2(^(^/>s',    parenes,    chifzcpas, 
avemaris  y  ayanos  ,  que  menciona   Codazzi. — Nota   del  Autor. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  3  II 

Solano,  Gilij,  Xeres,   Huniboldt,  Balbi,    Codazzi,   etc.  ) 
trae  semejante  aserción. 

Esos,  los  Banibas,  sí  que  constituyen  otra  gran 
arugpación,  no  sólo  geográfica  y  lingüísticamente,  sino 
que  pensamos  son  una  raza  social  distinta  de  la  de  los 
Caribes. 

Y  por  lo  que  respecta  á  los  tales  Etenamos,  no  son 
ellos  sino  familias  Puinabes  del  Inírida  que  huyendo 
quién  sabe  á  qué  extorsiones  de  los  blancos,  se  interna- 
ron á  los  órdenes  de  Cusuru  hasta  los  afluentes  del  Si- 
papo,  en  donde  se  quedaron  residiendo.  Muerto  aquel 
jefe  indio  hacia  1766,  esa  tribu,  al  mando  de  su  herma- 
no Camoare,   regresó  al  Inírida  dos  años  más    tarde. 

Esta  gran  agrupación,  la  Uainimaiiesa,  ocupa  las 
regiones  de  los  ríos  Casiquiare,  Pasimoni,  Uainía-Ric- 
negro,  Atabapo,  Izana,  Cuyari,  Inírida,  Uabiare,  Bi- 
chada y  Meta,  en  zona  geográfica  comprendida  entre 
los  seis  primeros  grados  de  Latitud  Norte  y  entre  2° 
Longitud  Este  de  Caracas  (  al  sur  del  Orinoco)  y  4^  al 
Occidente  del  mismo  meridiano. 

Otra  de  las  confusiones  que  hemos  hallado  en  ese 
autor,  es  la  de  afirmar  en  la  página  90  de  Por  las  selvas 
de  Guayana  que  los  "los  dialectos  Maypures  "  son  de- 
rivados del  Caribe.  La  simple  comparación  de  sus 
vocabularios  demuestra  la  inexactitud.  Véanse  ellos  en 
la  Segunda  Parte. 

*'8  Sálibas. — En  las  riberas  de  los  ríos  Meta,  Vi- 
chada y  Guaviare  vivía  esta  raza  ...  ." 

No  vivía :  vive  aún  ;  pero  á  esta  tribu;  no  raza,  no 
podemos  considerarla  como  una  de  las  grandes  agrupa- 
ciones ni  como  una  raza  distinta  de  la  del  Rionegro,  sino 
como  parte  de  ella,  física,  lingüística  y  geográficamente, 
junto  con  los  Yabiteros  ó  Parenes,  Uarecas  ó  Uareque- 
nas,    Piapocos  ó  Amarúas,  etc.,  etc. 


Tavera-acosta 


"  Los  mapoyes,  los  atures  (extinguidos  )  hablaban 
el  sáliba." 

Es  un  error  secular  la  creencia  de  que  los  atures  ó 
adoles  han  desaprecido  :  son  los  mismos  Piaroas,  como 
ya  lo  hemos  comprobado  en  el  Capítulo  X  de  la  Terce- 
ra Parte.  Por  lo  demás,  comparando  el  vocabulario  de 
los  Piaroas  con  el  de  los  Sálibas,  se  encuentran  todavía 
algunas  de  las  analogías,  que  hicieron  decir  á  Gumilla  ha- 
ce 165  años,  que  el  dialecto  de  los  atures  era  corruptela 
de  la  lengua  sáliba  ;  asimismo  ocurren  en  él  otras  simpa- 
tías con  los  similares  del  Caribe,  por  cuyas  razones  he- 
mos dicho  en  otra  parte  que  el  habla  de  los  Piaroas  ó 
Atures  es  un  compuesto  de  ambos  lenguajes,  y  que, 
geográficamente,  muy  bien  quedan  comprendidos  en  el 
tercer   gran  grupo   ó  sea  el  Tamanaco. 

Cuanto  á  lo?  Mapoyos,  vecinos  de  los  atures,  la 
sola  comparación  del  vocabulario  que  traemos,  des- 
miente la  aserción  de  que  ellos  hablaban  el  sáliba  y 
demuestra  categóricamente  su  filiación  Pariana,  que- 
dando por  consiguiente  incluidos  en  el  mencionado  gru- 
po geográfico-lingüístico  de  los  Tamanacos. 

"9  Yaruros. — -Poblaban  el  Orinoco,  Apure  y 
Guárico  y  contaban  á  los  giros,  situfos,  airicos,  tapari- 
tos, amaibos  y  toboras." 

Estos  Yaruros  no  constituyen  ni  han  constituido 
una  grande  agrupación.  Son  los  mismos  con  quienes 
formó  Codazzi  su  familia  Yaruro-Betoy,  copiando  á  Bal- 
bi,  diz  que  por  hablar  la  lengua  de  los  Betoyes.  Pero 
I  quiénes  eran  estos  Betoyes  ?  Dónde  están  ?  ¿  No 
serán  ellos  conocidos  hoy  con  otra   denominación  ? 

Aquí  ncvs  parece  ver  la  información  de  Gilij.  Afir- 
ma éste  que  el  Yaruro  se  cree  lengua  matriz  y  que  "  le 
voci  che  vi  sonó  frammischiatte  degli  otomachi,  si 
pensan  venute  dalcommercio  de  'Jaruri   con  questa    na- 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  313 

zione "  (laotomaca)  y  que  la  lengua  Otomaca  tiene 
como  único  derivado  el  dialecto  Taparita. 
/» 
Históricamente  no  está  comprobado  que  los  Yaru- 
ros poblasen  como  en  residencia  constante  en  las  már- 
genes del  río  Guárico  — y  pensamos  que  no  es  fácil 
comprobarlo—  sino  á  orillas  del  Arauca,  Sinaruco,  Ca- 
panaparo,  Apure,  Meta,    etc. 

Según  nuestro  humilde  parecer,  los  Taparitas  del 
Caura,  así  como  los  Caribes,  Tamanacos,  Otomacos, 
Uamos,  etc.  vienen  del  Pariano  ;  mientras  que  á  los 
Yaruros  los  consideramos  lingüísticamente  como  un 
mixto  de  Andino  y  de  Caribe. 

Con  respecto  á  los  Airicos,  recuérdese  todo  lo  que 
hemos  dicho  sobre  ellos.  Acerca  de  los  Maibas  ó 
Amaibos,  son  los  mismos  Catarubenes  ó  Piaroas,  y  por 
lo  que  atañe  á  los  señores  Giros,  Situfos  y  Toboras,  ig- 
noramos quiénes  sean. 


Para  concluir  este  ya  largo  y    desmañado    estudio, 
vaya  una  última  observación. 

"  Algunos  comprenden  en  esta  familia  (  Sáliba  )  á 
los  Piaroas  ;  en  cuyo  caso  habría  también  razón  para 
incluir  en  ella  á  los  guahibos  y  guapunabis,  que  tenían 
un  dialecto  común  .  .  .  ."   dice  el  doctor   Toro. 

Ya  queda  explicado  :  los  Piaroas  son  los  mismos 
Atures,  que  él  siguiendo  á  otros  autores,  menciona  como 
extinguidos.  Ahora  con  respecto  á  los  Uaipunabis  y 
Uajibos,  aún  cuando  no  es  cierto  que  tienen  un  dia- 
lecto común,  quedan  ellos  comprendidos  en  el  gran 
grupo  geográfico  y  lingüístico  de  los  Uainimaneses, 
que  Toro  denomina  maipures,  por  llamarlos  así  Hum- 
boldt,  Balbi,  Codazzi,  x^dam,  etc..  copiando  todos  ellos 
á  Gilij. 


3  1 4  TAVERA-ACOSTA 

De  todo  lo  expuesto,  venimos  á  que  las  priixipales 
agrupaciones  indígenas  que  había  en  el  país,  se  redu- 
cen, según  nuestras  pobres  observaciones,  á  las  si- 
guientes : 

Étnicamente:  Tres,  que  son,  Pariana,  Uainimanesa 
y  Andina,  las  cuales  pueden  reducirse  á  dos  solamen- 
te: Pariana  y  Andina,  y  ambas,  si  no  con  orígenes  asiá- 
ticos, al  menos  con  igual  origen  que  el  de  las  del 
Asia.   (6o) 

Geográficamente :  Nueve,  que  son,  Caribes,  Cu- 
managotos,  Tamanacos,  Caracas,  Uaraos,  Uagiros,  Ca- 
quetíos,  Banibas  y  los  de  los  Andes  Venezolanos. 

Lii'igüisticamente  :  Para  el  primer  grupo  (  Sur  del 
Centro,  Oriente  y  Guayana  )  :  Caribe,  Tamanaco,  Cu- 
managoto,  Pariagoto,  Totomaco,  Chaima,  Chacopata, 
Píritu,  Palenque,  Tomusa,  Tapocuar,  Uarauno  (con 
mezcla)  Maco,  Maquiritare,  Yabarana,  Yauarigoto, 
Curasicana,  Panare,  Uiquiare  ó  Uaiquire  (con  mezcla) 
Arecuna,  Aruaca  (  con  mezcla  )  Acauayo,  Uaica,  Uaha- 
ribo,  Pareca,  Cadupinapo,  Uayamara,  Macusi,  Tapa- 
rita,  Mapoyo  y  Atures  ó  Piaroa,  con  algo  de  los  Uaini- 
maneses  estos  últimos. 

Para  el  segundo  grupo  :  Baniba,  Yabitero,  Carro  ó 
Carúzana,    Baria    ó    Baré,    Pasimonabis,    Mandauaca, 


(  6o  )  "La  semejanza  entre  los  dialectos  é  idiomas  americanos  y 
los  indo-europeos  ;  sus  estrechas  relaciones  con  la  lengua  madre, 
el  sánscrito  ;  hechos  tan  notables  como  el  parecido  entre  el  calen- 
dario chino  y  el  délos  aztecas  ;  la  semejanza  de  caracteres  ana- 
tómicos, fisiológicos  y  psicológicos  entre  los  indígenas  mexicanos 
y  peruanos,  vSon  entre  otros,  motivos  suficientes  para  aceptar  la 
unidad  de  estas  razas  asiáticas  5^  americanas." — Nota  la  de  la  Con- 
ferencia dada  por  el  Dr.  Francisco  A.  Rísquez  en  "La  Unión 
Ibero-americana,"  en  Madrid  á  17  de  enero  de  1907.) 

Véase  el  No  366  de  El  Cojo  Ilustrado,  Caracas,  15  marzo  del  mis" 
mo  año. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS         315 

Izaneni,  Uareca  ó  Uarequena,  Sál-iba,  Uariperidáque- 
na,  Piapoco  ó  Tucano,  Úajibo,  Fuinabe,  Ptamo  ó  Chi- 
ricoa  y  í*iaroa  ó  Atures,  aunque  no  plenamente  com- 
probado   estos  cuatro  últimos. 

Para  el  tercer  grupo  :  apenas  si  podemos  incluir  en 
él  á  los  Yaruros,  que  también  tienen  algo  del  lenguaje 
de  las  otras. 

Según  nuestro  humilde  criterio  todas  estas  grandes 
agrupaciones  idiomáticas  de  Venezuela  podrían  reducir- 
se también  á  dos:  Pariana  y  Andina.  Y  esto  nada 
traería  de  nuevo  á  la  cuestión  si  se  tiene  en  cuen- 
ta que  Emile  Carrey,  en  la  página  69  de  su  libro 
L'  Ama207te  (Fslvís,  1860)  ya  había  afirmado  que  sólo 
dos  eran  las  lenguas  madres  usadas  en  la  cuenca  del 
Amazonas  :  la  Quichua  y  la  Geral  ó  Tupí,  aunque  ca- 
da tribu  ribereña  hablase  un  dialecto  particular. 

¿  Podría  lingüísticamente  intentarse  la  comproba- 
ción de  nuestro  aserto  ?  Indudablemente  que  sí  ;  y 
acaso  sea  el  único  medio  de  que  podría  echarse  mano 
en  Venezuela  para  estudiar  con  resultados  prácticos  las 
analogías  de  la  razas  precolombinas  que  poblaban  su 
territorio. 

Volviendo  á  los  Paríanos,  ya  hemos  visto  que  la 
gran  zona  ocupada  por  el  elemento  que  ha  venido  11a- 
mándcjse  Caribe,  era  casi  toda  la  Repúlica.  Y  no  sólo 
eso,  sino  que  también  hasta  "el  núcleo  de  los  indí- 
genas del  Oriente  colombiano,  que  parece  vivía  allí 
desde  tiempos  antiquísimos  y  que  extendiéndose  por  el 
Sur  hasta  las  montañas  de  Bolivia  y  las  fuentes  del 
Paraguay,  constituye  una  de  las  razas  sudamericanas 
que  ofrece  en  más  alto  grado,  si  no  más  cohesión,  sí 
más  continuidad  en  la  distribución  de  las  tribus."    (61  ) 

Más  aún  :  según  Codazzi,  Felipe  Pérez,  Armando 
Reclus,  Elíseo   Reclus,  V.  Restrepo,  Vergara   y    Velas- 


(  61  )  Elíseo  Reclus,    Geografía  de  Colombia^  traducida  y  anotada 
por  Vergara  y  Velascc 


3l6  ,,  TAVERA-ACOSTA 

co,  Aristides  Rojas,  Crev^aux,  Ernst  y  muchos  otros 
y  hombres  de  ciencia,  pertenecían  á  tan  poderosa  raza 
los  Panches,  Fijaos,  Paeces,  Cunas,  Chocóes,  Q'uimba- 
yas,  Tules,  Catis,  Cuaiqueros,  Itotos,  Aruacas,  Bar- 
bacoas, Carijonas,  Chimilas,  Uagiros,  Motilones,  etc., 
etc.,     de  Colombia. 

Confirma  este  aserto,  no  sólo  la  simpatía  de  sus 
dialectos  sino  también  la  circunstancia  onom.atográfica 
de  que  muchos  ríos,  montes,  localidades,  etc.  ocupados 
por  aquellas  tribus  de  esa  República,  son  voces  Caribes, 
ó  de  su  lengua  matriz,  v.  gr  :  Tipu,  Quiratare,  Chiriquí, 
Túquerre,  Cachiri,  Guasto,  Guere,  Coto,  Tipiri,  Gua- 
nico,  Capiri,  Yaguara,  Iquire,  Tuna,  Palagua,  Pacha- 
quiaro,  Síquima,  Tausa,  Carauta,  Coco,  Tuqueque, 
Ture,  etc.,  etc.,  etc. 

Ahora,  por  lo  que  respecta  á  la  influencia  que  pudo 
tener  en  nuestra  Patria  la  lengua  de  los  Quichuas,  sólo 
recordamos  lo  que  hem.os  dicho  en  las  páginas  281-300 
de  este  volumen,  y  que  hay  en  la  vecina  nación  nom- 
bres propios  de  palabras  compu^estas,  como  Toca-aima, 
Coya-aima,  Pa-aima,  Nataga-aima,  Cam.be-aima,  Ni 
ma-aima,  Ana-aima,  etc.  que  nos  recuerdan  á  Para- 
aima,  Aima,  Pana-aima,  Pacara-aima,  Pa-aima,  Ua- 
aima,  Can-aima,  Arabata-aima,  Conopo-aima,  etc., 
etc.,  de  Cumaná,    Barcelona  y  Guayana. 

Por  otro  ladc,  es  curiosa  la  división  de  estos  len- 
guajes, que  hemos  hecho  ateniéndonos  sólamnnte  á  la 
simple  palabra  AGUA  (ó  río)  por  supuesto,  absoluta- 
mente sin  valor  filológico  alguno.      Véase  : 


Quichua 

uni 

Baniba 

uenni 

Quichua 

unu 

Omáua 

uni 

Antis 

nía 

Baria 

uuni 

Moxa 

une 

Yabitero 

uenni 

Cocaima 

une 

Mandauaca 

ooni 

Chontaquiro 

une 

Uareca 

uuni 

Cariizana 

ooni 

Uagiro 

uin 

EN  : 

EL      SUR — DL 

\LECTOS    IND1GE^ 

íAS                 317 

Izaneni 

uni 

Ayamán 

ing 

Piapoco 

uuni 

Piaroa 

ía 

Sáliba ' 

unía 

Otomaco 

ía 

Campi 

eni 

Conobo 

huí 

Tariana 

uni 

Bujágana 

íde 

Uariperidá- 

Araucana 

co 

quena 

uni 

Lula 

so 

Yucuna 

uni 

Uarauna 

jóo 

Arauac 

oniabo 

Yajuna 

jócoa 

Aymara 

urna 

Cobéua 

ocó 

Vilela 

ma 

Uanana 

co 

Macú 

ma 

Tucano 

ojeó 

Uajiba 

mera 

Uaicana 

ajeó 

Caribe 

tuna 

Tuyuca 

ojeó 

Tamanacc 

tuna 

Bará 

ojeó 

Maquiritare 

tuna 

Uaíana 

ocó 

Yabarana 

tuna 

Uásena 

ócó 

Cumanagoto 

tuna 

Tsela 

ojeó 

Chaima 

tuna 

Erulia 

ojeó 

Chiquita 

tuús 

Desana 

dejeó 

Mapoyo 

tuna 

Yapúa 

ócóa 

Maeusi 

tuna 

Cueretú 

cótapu 

Areeuna 

tuna 

Miraña 

negjbeajcó 

Umáua 

tuna 

Ticuna 

dechiéh 

Jianácoto 

tuna 

Macú 

ndé 

Caríjona 

tuna 

Macú 

nej 

Panare 

tuna 

Mbaja 

níogodi 

Acauayo 

tuna 

Uitoto 

jan  enoi 

Uaraní 

í 

Darauno 

jana 

Tupí 

eí 

Migurí 

chimbú 

Niangatú 

ii 

Mirripú 

chimpú 

Puinabe 

hib 

Mucochíes 

chimpúc 

Yaruro 

uí 

Mucopches 

chimpué  (62^) 

(  62  )  No  hablaban  el  mismo  dialecto  estos  indios  :  puede  decir- 
se que  cada  pueblo  ó  agrupación  tenía  uno  que  le  era  peculiar,  aun- 
que todos  notablemente  semejantes  entre  si,  por  ser  formados  sobie 
una  sola  lengua,  con  toda  probabilidad  la  muisca,  de  la  cual  po- 
,sean  varias  voces  sin  alteración  alguna." — Tulio  Febres-Cordero, 
Los  abofígen^s  de  Marida.  ííúmero  6  de  El  Centavo^  27  de  marzo 
de  1900. 


3l8  TAVERA-ACOSTA 

Según  cita  que  trae  el  doctor  Arcaya  de  la  obra 
Estudios  Indígenas  por  el  doctor  Aristides  Rojas,  la  fi- 
nal ARI  ó  ARE  significa  río  ó  agua:  "  Ojíiina  D. 
Aristides  Rojas  que  "  iquiare  "  ha  podido  contraerse  en 
"iari,"  de  modo  que  esta  terminación  significa  río  y 
así  traduce  "  Curicuriari, "  Río  del  Oro.  Más  exac- 
to nos  parece  decir  que  cuar  ó  cuare  ha  podido  contra- 
erse en  are  ó  ari,  conservando  esta  partícula  los  varios 
significados,  según  los  casos,  de  la  palabra  primitiva. 
Cuándo  la  terminación  are  ó  ari  es  contracción  de  cuar 
y  cuándo  es  de  otro  origen,  es  punto  que  en  cada  pala- 
bra debe  examinarse  atentamente."    (63) 

En  efecto,  muy  juiciosas  nos  parecen  las  obser- 
vaciones del  doctor  Arcaya,  pues  debemos  tener  pre- 
sente que  también  en  otros  lenguajes  ARI,  ARE,  ARA, 
quiere  decir  Oriente,  día,  claridad  del  día,  lugar  por 
donde  nace  el  sol  y  que  en  ninguno  de  los  ochenta  vo- 
cabularios que  traemos  en  las  páginas  de  este  volumen, 
se  encuentra  la  voz  ARE  (  ara,  ari,  uri  )  significando 
caño  ó  río  ni  tampoco  agua,  por  extensión.  Sólo  en 
nuestro  vocabulario  Caribe  se  halla  dicha  final  en  cons- 
trucción con  otras  voces  en  el  sentido  de  lugar,  sitio, 
localidad,  v.  gr  :  ingchare,  caño  ;  íía-are,  cabeceras  de 
un  caño  ;  in^charita,  quebrada,  arroyo  ;  en  las  cua- 
les resaltan  las  radicales  ing,  ia,  ó  sea  agua  ó  caño  en 
Ayamán,  Otomaco    y    Piaroa 

Así,  pues,  bien  cabe  pensar  que  el  doctor  Rojas 
trocó  el  significado  que  tiene  dicha  final  en  la  lengua 
que  hemos  denominado  Pariana.  por  el  de  río,  caño, 
agua.  Curicuriari  quiere  decir  'Mugar  del  oro,"  que 
en  idioma  peruano  se  dice  cori-pana.  En  Caribe  se 
llama  el  oro  carúcuri  y  en    Mapoyo    carócoro.    (  64  )    Y 


(  63  )  P.  M.  Arcaya,  Voces  Indígenas. — Estudio  publicado  en  el 
número  2  de  Mes  Litera?io,  Coro,  noviembre  de  1906. — La  cita 
á  que  se  refiere  Arcaya  está  en  la  página  126  de  Estudios  Indígenas, 
en  el  Capítulo  titulado  "  Las  ra  ticales  del  agua  en  las  lenguas 
americanas."— A^<7/¿i  del  Autor. 


(  64  )  Rojas  dice  que  caricuas,  es  oro   entre  los  caribes— Obra 
página  citadas. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS-  INDÍGENAS 


319 


así  Urapari,  por  ejemplo,  quiere  decir  "lugar  de  la  cer- 
batana," áQ  urapa,  cerbatana,  y  ari,  sitio,  localidad  ; 
Tapiriare,  por  'Mugar  colorado "  ó  "sitio  amarillo,"  de 
tapire,  colorado,  amarillo,  y  ari,  localidad,  etc.  De  don- 
de es  consecuente  inferir  que  la  final  ARE  (  ari,  cuare, 
cuari,  cuar,  cual )  en  unos  lenguajes  envuelve  la  idea 
de  localidad,  sitio,  mientras  que  en  otros  la  voz  ARE 
(ara,  ari,  uri)  quiere  decir  día,  Oriente,  claridad  del 
día,    etc. 

Todo  esto,  por  supuesto,  teniendo  en  consideración, 
el  atento  previo  examen  á  que  se  refiere  el  señor  doc^ 
tor  Arcaya.  ) 

Además  de  los  vocablos  que  constan  en  el  Capítulo 
V  de  la  Primera  Parte  de  este  libro,  véanse  otros  de  las' 
regiones  del  Norte  de  Venezuela,  con  la  misma  final 
ARE,  que  sin  duda  corresponde  á  una  gran  lengua  en 
combinación  con  palabras  de  otra    ú  otras  : 


Abrare 

Achibare 

Amare 

Amenare 

Ana  re 

Aracauare 

Aritibare 

Bobare 

Bidare 

Bucare 

Budare 

Butuabare 

Care 

Capadare 

Cabuyare 

Cabadare 

Carare 

>Caricare 

Camare 


Catare 

Campiare 

Camaticare 

Caurimare 

Casanare 

Cuare 

Curare 

Cnrduuare 

Chacare 

Chacachacare 

Cherepare 

Chiuare 

Chinare 

Chidare 

Chiriguare 

Chuare 

Churupare 

Chuparipare 

Mare 


Manzaspare 

Mari  mare 

Mapanare 

Manare 

JManicuare 

Masauare 

Manuare 

Mitare 

Nare 

Nuare 

Ocumare 

Orocuare 

Pan  a  re 

Pachacuare 

Petare 

Qaimare 

Quiripare 

Quinimare 

Sarare 


Sanare 

Sicare 

Tamare 

Tamanare 

Tarare 

Uaicacare 

Uare 

Uaramare 

Uñare 

U  rapare 

Uanare, 

Uariuáré 

Uatam.are 

Uatacare 

Uatapanaie 

Uazare 

Urucuare 

Yare 

Yumare 


TAVERA-ACOSTA 


^ 
^     ^ 


Eri  la  página  204  del  trabajo  del  Dr.  Koch>-Grün- 
berg  "  Las  tribus  indígenas  del  alto  Rionegro  y  Yapu- 
rá  y  su  afinidad  lingüística"  (^D¿e  Indianerstdmíne  am 
oberen  Rio  Negro  und  Yapurá  und  iJire  sprachliche 
Zu^ehórlgkp.it^  que  bondadosamente  ha  traducido  para 
nosotros  el  inteligente  joven  Ernst  Roth^.  trae  aquel 
autor  un  plano  ó  croquis,  en  el  cual  aparecen  cerca  de 
cincuenta  tribus  distintas,  como  pobladoras  délas  re- 
giones que  bañan  las  aguas  de  los  ríos  Uainía-Rionegro, 
Á'tabapo,  üaupés,  Cudyari,  Izana,  Apoporis  y  algunos 
de  sus  afluentes  (Aiari,  Caiiari,,  Quirari,  Yaguareté, 
Papurí,  Ipanoré,  Abiu-igarapé,  Macaya,  Mesai,  Pirá- 
paraná,  Tiquié,  Dyi-agarapé,  etc.)  No  obstante  pa- 
recemos exagerado  el  número  de  las  diversas  tribus 
que  constan  en  el  cuerpo  de  la  obra,  como  que  pasan  de 
sesenta,  véase'  Ta  clasificación  lingüística  de  sus  aborí- 
genes,   con  su  respectiva  nomenclatura,    según    él  : 

Ar7iak  :  — Baniba,  Yabiteio,  Baria,  Uarequena, 
Cuatí, .  Jujúteni,  Carúzana,  Catapolitani,  Cáua,  Ipeca, 
Tariana,       Siusí    ó     Uariperidáquena    y    Yu- 

cuna 13 

Betoya: — Jaléua,  Coroá,  Bajuna,  Uanana, 
Uaína,  Cobéua,  Uaícana,  Tucano,  Arapaso, 
Paiyioa,  Yupúa,  Tuyuca,  Bará,  Erulia,  Buja- 
gana,  Desana,    Cueretú,  Tsela,    Yajuna,  Da- 

tuapa,    Macuna,    Opaina,    Uasena    23 

Caribe:  — Yanácoto,    Umáua,  Carijona  y 

Tsajatsaja 4 

Uitoto :  —  Cáimo    i 

Macú  :  — tres  tribus 3 

'Miraña:  — Imijite     .  .     i 


45 

Siendo  de  advertir  que  algunas  de  estas  tribus  son 
mencionadas  con  otros  nombres  por  Wallace,  Naterer, 
Spruce,  Brinton,  Coudreau,  Martius  y  otros,  al  decir 
del  mismo  Koch-Grünberg. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS  32  I 


Sin  embargo,  de  las  listas  que  constan  en  la  pá- 
gina 195  y  siguientes,  sólo  corresponden  sus  cortos  vo- 
cabulari';)s  impresos  á  las  que  se  expresan  : 

Para  el  grupo  Aruac  : —  Baniba,  Baria, 
Carúzana,    Tariana,    Siusí,    Uarequena,    Ya- 

bitero  y  Yucuna 8 

Para  el  grupo  Betoyo:  —  Bará,  Bujágana, 
Erulia,  Desana,  Cobéua,  Cueretú,  Tsela,  Tu- 
cano,    Tuyuca,    Uaícana,    Uaíana,    Uanana, 

Uásena,  Yajuna  y  Yupúa 15 

Para    el     grupo      Caribe  :  — Carijona    y 

Jianácoto   .  2 

Para  el  grupo  Macú  :  —  (  tres  tribus  ) .  .  .         3 
Para  el  grupo    Miraña  :  — Imijite*    •'....  i 

Para  el  grupo   Uitoto  :  — Cáimó i 


30 


Concluyamos  : 

Sensible  es  que  antes  de  haber  publicado  en  el  Ca- 
pítulo XII  de  su  obra  lo  relativo  á  etnología  de  Vene- 
zuela, no  hubiera  recorrido  el  ilustrado  compatriota 
doctor  Toro,  las  regiones  orientales  del  país,  y  especial- 
mente las  pobladas  de  Guayana  por  tribus  aborígenes, 
campo  fecundo  todavía  para  recojer  observaciones  y 
hacer  estudios  adecuados,  en  los  cuales,  él  con  sus  re- 
conocidas aptitudes,  hubiera  podido  rectificar  gallar- 
damente los  incontablos  errores  que  han  traído  tantos 
hombres  de  ciencia,  etc.  con  relación  á  nuestra  Patria. 
Y  nos  halaga  la  esperanza  de  que  en  la  obra  que  está 
preparando  sobre  etnología  venezolana,  tendremos  oca- 
sión de  aplaudirlo  una  vez  más.      Adelante  ! 

Y  cabe  aquí  repetir  con  el  doctor  Gil-Fortoul  (65): 


(65)  Historia  Constitucional  de  Vciezuela,  tomo  I,  Cap.  II.    pá- 
gina^ 27  y  28.  — Berlín,    1907. 

En  el  Sur— Dialectos  Indígenas.        21, 


%2~7.  TAVERA-ACOSTA 


**  La  antropología  y  sociología  venezolanas  están 
aún  en  mantillas,  y  más  que  aventurado  sería  formular 
ya  conclusiones  científicas  sobre  la  población  ^que  en- 
contraron los  españoles.  Los  conquistadores,  cronistas 
é  historiadores  no  distinguieron  nunca  de  un  modo  pre- 
ciso, ''razas"  de  indios,  ni  mal  pudieran  hacerlo  con 
sus  ningunas  ó  elementales  nociones  anatómicas,  y  con 
vsu  propensión  á  vef  en  los  indígenas  unos  como  ani- 
males diferentes    del    hombre    europeo En   boca 

de  los  conquistadores  y  cronistas,  "nación"  significa 
cualquiera  agrupación  de  indios  ;  "provincia"  equivale 
á  territorio,  circunscrito  á  veces  al  área  de  una  simple 
nldea  ;  y  los  nombres  de  naciones  y  provincias  cam- 
bian, por  de  contado,  según  los  varios  descubridores  y 
según  y  como  interpretaban  las  lenguas  indígenas. 
P'or  otra  parte,  sobre  las  lenguas  de  los  indios  venezo- 
lanos no  existen  aún  sino  ensayos  más  ó  menos  cien- 
tíficos, y  los  cementerios  precoíombianos,  que  guardan 
ki  solución  de  muchos  problemas,  apenas  han  sido  ex- 
plorados en  pocas  partes.  En  suma,  desde  el  punto  de 
vista  sociológico  é  histórico,  para  esclarecer  la  orga- 
nización de  los  diversos  grupos  ó  "  naciones  "  y  su  cru- 
zamiento ó  intermigración,  al  través  de  los  siglos,  con  los 
otros  grupos  del  Brasil,  Antillas,  Centro  América  y  An- 
des Granadinos,  sería  necesario  un  estudio  previo  de 
todo  el  territorio,  comparando  entre  sí  las  tribus  sobre- 
vivientes y  recojiendo  y  examinando  metódicamente 
datos  de  lingüística,  alfarería  comparada  y  craneología.' 


Quinta  Parte 


(  Más   vocabularios  de   Lenguas   americanas   del   Sur —  Notas  y 
observaciones.) 


EN    EL      SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


325 


Tamanaco  (/)       Macusi   {2)     Mucusi  (j) 


Abuela   ^ 

keko 

abuelo 

amongó 

abajo 

nonopó 

agrio 

yecne 

agí 

pomei 

aguja 

acuzia 

agua 

tuna 

duna 

ahora 

morer  yaue 

almidón 

eimi 

alto 

caonó 

amarillo 

tacpireme 

amargo 

tutune 

amigo 

panari 

animal 

anequiamgoto 

id.  doméstico 

yaquini 

año 

canepo 

antiguamente 

penare 

alfiler 

anzuelo 

arena 

ziaccau 

allá 

moro 

alma 

nande 

arco 

^ 

olapá 

arco  iris 

uyi 

arriba 

caue 

árbol 

jeje 

aquí 

tañare 

auyama 

cauyama 

avaro 

tamane 

avispa 

uane-imu 

prini 


panare 


arufuretu 
conoi 
sea pon g 


yeh 


(1 )  Este  vocabulario  fue  tomado  por  el  Rvdo.  Filipo  Salvatore 
Gilij  y  arreglado  alfabéticamente  y  con  la  traducción  castellana 
por  el  autor  de  estas  líneas. 


(2)  ''El  vocabulario  Macusi  fue  tomado  por  Naterrer  en  1832. 
Otro  tomó  Coudreau  en  1882  y  más  datos  agregó  Barbosa  en 
1885.  De  estas  últimas  obras  se  ha  aprovechado  Adam,  del  cual 
extracto  la  lista-suplemento  que  á  usted  incluyo,  en  la  que  usted 
puede  notar  algunas  diferencias  dialécticas  que  atribuyo  á  dife- 
rencia de  lugares  ó  al  tiempo  que  media  entre  las  colecciones. 
De  todas  maneras,  la  analogía  con  el  Caribe  es  evidente. "  (Car- 
ta del  Dr.  L.  Alvarado  al  Autor,  de  fecha  9  de  diciembre  de  1906.) 


(3)   Tomado    por    Coudreau,    en  1882    y    remitido  por    el   Dr. 
Alvarado,  al  Autor. 


326 


TAVERA-ACOSTA 


Tamanaeo 

MacMsi 

Macusi 

ayer 

coinare 

antier 

mini-comam- 
bura 

azul 

quíneme 

Bailar 

manamu 

bagre 

paschesche 

barba 

uyetantcheri 

bañar 

uepeny 

bajo 

moticpé 

báquiro 

painca 

penjen 

batata 

tsa 

blanco 

taremucne 

aimuto 

blanquear 

aimuna 

bello 

acuriuane 

bebida 

uico 

barriga 

ueni 

tulinlotá 

boca 

mdari 

umdá 

bosque 

ju 

brazo 

yapari 

bueno 

patcurbe 

bruto 

acuriuane-pra 

budare,  olla 

arina 

Cabeza 

prutpe 

j  ub^4 

cabello 

untsé 

cachicamo 

caiccamo 

nioulú 

caimán 

arué 

kolatú 

camino 

achema 

iemary 

canalete 

craneti 

caña 

carana 

canasto 

tsumbá 

id.  grande 

ruté 

id.  pequeño 

jamadú 

casa 

aute 

euete 

cacique 

apoto 

caciquesa 

apoto-puti 

canoa 

curiara 

gulíala 

canaoa 

cara 

yanuro 

carne 

wainkin 

ipocon 

id.  salada 

ziararu 

casabe 

ute 

ekei 

casado 

tinoqueme 

cascada 

uatapurupte 

carta 

careta 

cacería 

iotón 

catarro 

átono 

caceta 

daumarin 

cachicamo  gran 

- 

kaikan 

de 

EN 

EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS                       32; 

Tamanaco 

Macitsi 

Mac  US  i 

cavar 

iacaqui 

cerrrar 

iatapuria 

cerbatana 

korá 

cera 

moropo 

cerro 

tipuiri 

cielo 

capu 

colorado 

tocpire 

codo 

uperétschi 

cosechar 

picaquy 

comer 

enne 

comida 

nanapi 

comprar 

apiquy 

corazón 

yauani 

uienam 

conuco 

mata 

collar  de  dientes 

poingere 

id.  de  semillas 

tschilistchiri 

id.  de  élitros 

khitji 

crepúsculo  vesp 

comamuia 

cuerpo 

pitpeté 

ipocon 

claro 

taveire 

cuchillo 

raaría 

taurá 

curare 

urali 

cuñado 

ii 

wiezi 

cuñada 

• 

topachy 

Chicha 

uoqui 

blandiná 

chinchorro 

caicató 

jeutsé 

Danta 

uariari 

wuailá 

después 

acomne 

de  día 

ano 

de  noche 

coco 

de  pronto 

amenare 

defecar 

conecai 

dedo 

amna-múcuro 

oentsa-mun- 
gahshi 

despertar 

ubeca 

desollar 

ipacaquy 

de  verdad 

auene 

día 

ano 

eleraapeu 

ueinaire 

diablo 

joloquiamo 

Dios 

Amaliuaca 

Macunaimá 

diente 

yeri 

uijé 

dolor 

ziacchia 

dormir 

iuetum 

dulce 

tacueque 

Escama 

moropiti 

escribir 

semenunga 

esposa 

puti 

inobe 

espejo 

chipiquire 

328 


TAVERA-ACOSTA 


Tamanaco  . 

Macusi 

Mitciisi 

estante 

cáreta-jeuti 

( 

esposo 

nio 

estrella 

chirica 

encender 

ipotequy 

enemigo 

yatoye 

esta  mañana 

corona  reme 

en  este  punto 

chenérepe 

Fiebre 

uayocore 

flecha 

preu 

poleu 

id.  pequeña 

kungá 

frijol 

quiqui 

frío 

camiquy 

frente 

peri 

gemetá 

flor 

jeje-orocopiri 

iarembu 

Iruto 

jeje-yeperu 

teberu 

fuego    ' 

uapto 

apó 

fusil 

caracapuza 

a  rea  buz  a 

A  .  Gato 

michi 

y/  gallo 

guacharaca 

kaliuiná 

malámangá 

guacamaya 

kalabavá 

guayuco 

montsá 

Hacha 

ueue 

uagí. 

hacer 

ternia 

hallar 

opore 

heder 

iquy 

hediondo 

coque 

hermana 

olitschi 

hermano 

u-i 

hija 

yamyili 

gentsi 

entsi 

hijo 

emuru 

ommú 

hombre 

itoto 

uratae 

id.  blanco 

caraiua 

hombro 

mgói 

umota 

hormiga 

omique 

hierro 

parari 

ho> 

amenare 

hueso 

tschiba 

hepo 

Infierno 

joloquiamo- 
yeuti 

ir 

ueten 

Labio 

unda-pupé 

laguna 

icutpe 

icobé 

lapa 

shipale 

lágrima 

uenerecu 

ladrón 

amaz                   * 

largamente 

meca 

leche 

imanati 

raanaieco 

EN 

EL    SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS                         329 

Tamanaco 

Macusi 

Maciísi 

lechuza 

mapaya 

lengua 

nuru 

onnú 

lejos 

teipo 

leña 

tschimali 

ligero 

cure 

loro 

oroké 

luna 

nuna 

kapoi 

lugar 

pata 

luz 

veh 

Llevar 

yare 

lluvia 

canepo 

cono 

Madre 

occhiu 

mama 

uané 

madera 

jeí 

macana 

taika 

maiz 

acuache 

.  anai 

maraca 

mala 

- 

mascar 

iequequy 

marido 

nio 

inho 

mano 

yamnari 

oentsa 

matiatí 

apiuná 

mañana 

coronare 

mañoco 

eqei 

» 

mar  (el) 

paráua 

matriz 

muné 

matrimonio 

puqueme 

mapuey 

ziacu 

médico 

piachi 

medicina 

apiete 

medio    día 

puirene-veju 

merey 

uoroí 

mes 

nuna 

y  mesa 

nanap  yaponi 

^  \miel 

uane 

wang 

morder 

iecauia 

monte 

oé 

montaña 

ju 

uhí 

morrocoy 

alamolí 

mujer 

aicá 

uiry 

muslo 

petti 

upé 

muerte 

uataqueme 

Nariz 

jonari 

uieuna 

negro 

quineme 

niño 

mure 

mulé 

niñito 

mure-muriqui 

nervio  viril 

mulé  umulé 

nieto 

ipa,    opa 

noche 

coco 

komannoi 

norte 

tamengan 

330 


TAVERA-ACOSTA 


Tamanaco 

MacMsi 

Macusi 

Obscuridad 

iuaron 

obscuro 

tauaneque 

ojos 

januru 

ienú 

oreja 

pauari 

upaná 

panure 

orinar 

uchuta 

ombligo 

uponi 

Padre 

papa 

papa 

pájaro 

torono 

toron 

paraiso 

capu 

paloma 

uacuca 

pasado  mañana 

muñere  coro- 
nare 

pariente 

lako 

paují 

páui 

paja 

wana 

pato 

maina 

pesado 

amuine 

pescado 

uoto 

molo 

perro 

ueroro 

alimalagá 

pescuezo 

uarori. 

pedir 

ipecaquy 

pies 

ptari 

obú 

piel 

ipipé 

pico 

itebi 

pipa  de  fumar 

uíschinali 

piedra 

tepo 

to 

plátano 

paruru 

baluru 

plato 

ari  maque 

playa 

ziacau 

primero 

pen  áreme 

pierna 

utschi 

puerta 

nata 

mi  nata 

plumas 

alo 

puerto 

peya 

Racimo 

i  perú 

rabioso 

ueñise 

rayo 

quinemeru- 

uaptori 

esesima 

raya 

chipare 

rallo 

chimariri 

refrán 

scchiauare 

relámpago 

esesima 

remedio 

epitessa 

robar 

imocaquy 

río 

tuna 

duna 

rodilla 

jequequimuro 

getsemú 

ropa 

atcheno 

Sal 

pama 

pan 

EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS 


331 


Tamaiu 


uo 


Mi 


acusí 


Mu 


cusí 


sangre      , 

i'iiong 

sapo 

mumbe 

selva 

jutu 

señor 

yeczeme 

sitio 

pata 

silla 

aponde 

siempre 

ipaquere 

.     sol 

V  soldado 

^^  sueño 

veju 

weí 

sioraru 

inetum 

subir 

enocu 

Tabaco 

cauai 

tabaquera 

cauai-ycuti 

tambor 

zamborá 

traer 

yenepu 

testículos 

itemum 

tiempo 

manca 

tierra 

nono 

non 

temer 

naripe 

teta 

\   tijeras 

mana 

veíasbi 

^tía 

wanen 

tigre 

acquere 

kaikushi 

tigre  rojizo 

salibará 

tigre  negro 

uaigalimán 

tinaja 

muera 

*:;''■ 

tío  materno 

koko 

tonina 

katsali 

tortuga 

•peye 

wuarara 

trueno 

quin^meru 

ola  napi 

tu 

amare 

Vecinos 

teipo-pra 

venado 

yama 

venéreo 

zamuroni 

vestido 

neponde 

verde 

racqueque 

varón 

uratae 

vestirse 

inaponte 

viejo 

indongou 

pe n aro 

véspero 

kaiuono 

vicio 

porique 

vienlo 

pecheito 

seman 

vulva 

moné 

Yerba 

reta 

yo 

ure 

)  yuca 

aqueju 

quissé 

Zamuro 

ka  tsaná 

ídem  (  rey  de  1< 

3S 

columare- 

■vatunemporto 

332 


TAVERA-ACOSTA 


Gilij  no  trae  numeración  en  ninguno  de  sus  voca- 
bularios. La  de  los  Macusi  recogida  por  Schomburgk 
es  esta  : 

1  tiwing,  como  en  el  Chaima, 

2  sakene,  como  en  Yabarana  y    en  Omáua-Jianá- 
coto. 

3  eserewa,  parecido  al  Maquiritare  y  al  Jianácoto. 


Macusi 
(Voces    tom.adas   por    Schomburgk) 


agua 

tuna 

gente 

goto 

abundancia 

pang 

montaña 

wui 

bastante 

pang 

,     pueblo 

yeng 

caño 

para 

^      rápido 

imeru 

catarata 

marari 

residencia 

yeng 

cerro 

eppining 

río 

tuna 

familia 

pityan 

roca 

tipu 

caño 

iwot 

tribu 

goto 

Otomaco 


(  Voces    tomadas  por  Gilij  ) 


agua 

ía^ 

maíz 

onnona 

candela 

núa 

mujer 

ondua 

caimán 

;               yondía 

plátano 

paruru 

casabe 

pérega 

río 

yoga 

cielo 

caj  a 

tierra 

poga 

estrella 

chirica 

tigre 

maénia 

hombre 

andua 

A 

venado 
recítna 

y  ama 

(  Voces  tomad 

as 

por    Schomburgk  ) 

agua 

tuna 

mano 

uyema 

arco 

urapa 

nariz 

uyeuna 

boca 

undack 

ojo 

3'enuru 

cabeza 

apuwei 

perro 

arimaragha 

dos 

atsakane 

pié 

uta 

estrella 

serrika 

sol 

wae 

flecha 

purrau 

tierra 

nunk 

fuego 

apok 

tres 

itseberauvvani 

luna 

kapui 

uno 

tauking 

EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS 


333 


Arfiaca 


Al  punte, 

danakebé 

De 

uria 

alma 

ulluahü 

de  madrugada 

mautia 

asiento 

abaltikoana 

de.^pedir  olor 

avivar  el  fuego 

appüdün 

fuerte 

kámén 

árbol 

adda 

despertarse 

ahannuban 

arrojar 

abuledin 

dnrar  mucho 

aán 

algo  malo 

aboatu 

Espíritu 

üjahü 

atribularse 

abukun  üja 

escupir 

owedin 

aguardar 

aobaddin 

enderezar 

imissidan 

áncora 

düUehü 

el,  ellos 

likia 

árido 

oán 

ella 

turreha 

así 

gidea 

en,  sobre 

ubana 

arco 

hamniatalli 

enviar 

imekudun 

aquí 

jáha 

escocer 

tettén 

arco-iris 

jauale 

expiar 

amaimadin 

apetecer  carne 

panassián 

esclavo 

haijaru 

amar 

kansin 

estar  sesgado 

haulen 

anguila 

iiniri 

estar  enfermo 

karrin 

año 

wija 

estar   sentado 

akattin 

ayer 

jaha 

estar  embara- 

Barbasco 

haijali 

zada 

kassan 

brazo 

addennahü 

estar  quieto 

majaucuan 

beber 

attin 

estar  seco 

oán 

boca 

íUerukuhu 

estar   cansado 

mihitén 

Catarro 

tunnuli 

estar  ebrio 

sommotén 

cara 

issibuhü 

estar  soñoliento 

tabussián 

casa 

bahü 

estar   caliente 

terén 

casabe 

kalli 

estar  hondo 

tullan 

cazcarria 

luruli 

estar  descon- 

cabello 

ubarrahü 

tento 

kaiman 

cabana 

ubanna  buhü 

estar  muy  lejos 

waikillen 

crecer 

püUin 

en  lo  alto 

aijumün 

cera 

pi  mi  ti  ka 

el  que  hace  algo 

alín 

ceniza 

iDalissi 

estar  lleno 

ibén 

cocer 

abukun 

Fango 

ruruli 

comer 

akuttun 

familia 

íikürkküahü 

corazón  carnoso 

oassinihü 

feo 

wakaián 

cola 

ihi 

flor 

utukurru 

como 

din 

fructificar 

kiwin 

contar 

ikissidán 

fruto 

iwihü 

.    ycomunidad 

ükürkküahii 

Garrapata 

mibikí 

^/clavo 

puttuputtuli 

grandes  olas 

sibassibaru 

Cuchillo 

jadotte 

girón 

udukuhí 

cuero 

iiddabü 

golpear 

abufikin 

curiara 

kuljara 

Haber  menester 

bia 

> culebra 

wuri 

habitar 

kassikoan 

Chinchorro 

hammaca 

hacer 

anin 

choza 

ubanna  buhü 

id.  conocer 

adittikittin 

534 


TAVERA-ACOSTA 


Artiaca 


id.  un  rancho 

abana-buttin 

perro 

perú  ' 

hierro 

siparalli 

precio 

üjaanahü 

hojas 

ubanna 

piel 

üddahü 

ho}' 

danuha 

picar 

attiadün 

hongo 

kamarassana 

piedra 

siba 

hueso 

ubudallihü 

pronto 

wahadjá 

humo 

kulehelli 

probar 

ikissidín 

Igual 

danukcbe 

plantar 

abunin 

Lágrima 

ikirahü 

porque 

udumma 

lomo 

ibukiki 

por  otra  parte 

abbamín 

Llama 

eheludmi 

pulga 

ubaijahü 

Madre 

ujuhu 

Qué? 

hamma? 

madera 

adda 

quedar 

majauquan 

manejar 

aban 

Remo 

nahallehü 

maravilla  \. 

poi,  poimán  ! 

relámpago 

belbeliru 

macana, 

ubnkuhí 

resplandecer 

harunnahan 

maleza 

kunnuku 

rodilla 

ubudallihü 

más 

abassabün 

Sabana 

karau 

mañana 

mauti 

saber 

adittin 

magnificencia 

üssaquana 

señor 

adaijahü 

mano 

ükkabbuhü 

ser  malo 

wakaián 

mi,  mío 

dakia 

ser  pesado 

küddün 

miel 

mabba 

ser  fangoso 

rurun 

medicina 

ibbehü 

ser  seco 

sakkan 

morder 

ardin 

ser  dulce 

semen 

morir 

ahudun,  kaikan 

i  ser  duro 

tattan 

mundo    (el) 

w^unabu 

ser  hondo 

tullan 

multiplicidad 

ujuhu 

ser  niño 

elonín 

mujer 

kiáru 

ser  nuevo 

emelián 

Niño 

awawa,  elonti, 

ser  bueno  - 

üssan 

üsahíi 

ser  claro 

üssaukan 

no 

kurru 

ser  pequeño 

ibin 

nombrar 

assan,  aritin 

ser  listo 

wabudin 

nosotros 

wai 

ser  corvo 

hudun 

no  tener  hombrí 

't  máretin 

ser  grande 

ipirrun 

no  tener  mujtr 

m  are  un 

ser  largo 

wadin 

nuestro 

v\/akia 

siglos  atrás 

wabuka 

nunca 

abbahün-kurru 

sol 

hadalli 

Oler  bien 

buhuján 

solo 

rubuin 

olvidar 

ahaikass  án 

soltar 

apussidin 

Omitir 

aballin 

sombra 

üjahü 

otra  vez 

abbahün 

soplar 

appidín 

Padre 

ittihü 

subyugar 

tattan-alinua 

páj  aro 

kuddibiu 

sudar 

adubuttin 

parir 

emeudun 

Trabajar 

kemekebün 

Dato  rojo 

tukkuku 

también 

badia 

paga 

üjaunahíi 

tarde 

bakülama 

pegar 

aburikin 

tener   hambre 

hamussián 

EN 

EL    SUR    DIALECTOS    INDÍGENAS                     335 

todo  el  cue 

Uo 

unnuruhu 

venir 

audíu 

tener 

kamünnin 

ver 

addikin 

tierra  (  la  )^ 

wunabu 

vida 

uUuahü 

tos 

tunulli 

viento 

awadulli 

todo 

naraqua 

vomitar 

owedin 

tu,  tuyo 

büi,  bokia 

vosotros 

hüi 

V    Un  poco 
XVaca 

nikan,  niman 

vuestros 

hükia 

baka 

Yerba 

karau 

vencer 

kadanin-alinua 

yo 

dai 

verificar 

erekedin 

Zaraza 

jahu 

vestir 

káken 

zapatero 

sapattu-alin 

Aruaca 


(  De   la  obra  de  Martius) 


Abuela 

dadukuschi 

Madre 

ujú 

agudo 

karín 

marmita 

toada 

algodón 

jahu 

maraca 

márraca 

anzuelo 

bnddehi 

maiz 

márissi 

arcilla 

waija               t 

manare 

manali 

arco 

ísemaarahabu 

menaje 

anikuhu 

artesa 

adisa 

merey 

márepi 

Boca 

daliroko 

mano  de  pilón 

hakuretti 

budare 

búdale 

moño 

ukuUisi 

brujo 

seraetti 

mortero 

haku 

Canasto 

habba 

muerte 

ahudahü 

casa 

bahü    j 

Noche 

wulikahü 

casarse 

ai-ikan 

nombre 

erihi 

cerbatana 

hüwa 

Pantorrilla 

ibittuna 

conuco 

kabbeja 

plátano 

parátana 

cuentas 

kassuJu 

patilla 

pattía 

cuarto 

uettakarra 

plato 

kárrubu 

cuello 

unuru 

pina 

nana 

curiara 

uekkanan 

piedrecilla 

kalekku 

Chicha 

paiwari 

pilar 

ihitin 

esclavo 

haiaeru 

Rallar 

akárrasan 

enterrar 

akarratan 

rallo 

sámali 

flecha 

seraaara 

sangre 

uettu 

fosa 

hitti 

sebucán 

juru 

fruta 

iwi 

si 

ebé 

Genio  malo 

jawaü 

Temblador,  pez 

issimuddu 

Hilar 

assürdün 

totuma 

iwida 

lAiso 

kirahudvilU 

Yare 

kehelli 

I,eche 

idiura 

yuca  dulce 

bússuU 

luna 

kattj 

id.  amarga 

kaUi 

33^ 


TAVERA-ACQS.TA 


Mbaya  ó  Uaicura         Mqxo  ó  Mojo 


^ 


Abajo 

icalinedi 

epoquíe 

ají. 

paicdi 

acheti 

acrua 

niogodi 

une 

alimento 

nigue  enigi 

nuniru 

alma 

niguigo 

nuaquiánebo 

agrio 

neladi 

ticasi 

amarillo 

logoguigo 

tiococó 

animal 

niguicadi 

sorare 

anzuelo 

numigo 

enirobé 

año 

lotabi 

saccheréjono 

árbol 

niale 

jucuqui 

arco 

nupitenige 

eziporocii 

arena 

dotiguadi 

ñafíeriqui 

arriba 

ititi  pigimedi 

anukuie 

avispa    . 

languedi 

moposi 

azul 

nimagatcgi 

cabararu 

Bava 

cadico-colidi 

cajiure 

batata 

apigoye 

coére 

boca 

jóladi 

nujáca 

bosque 

nialigi 

simeno 

bote 

niguategi 

pacure 

blanco 

napaguigi       t 

tijapu 

bi  azo 

niba  agadi  ocagata 

>    nuhoure 

Cabeza 

naguilo 

nuehiuti 

cachete 

nayique 

nunuro 

caimán;  i 

niogoyegi 

mero-mero 

camino 

naigi 

acchene 

canalete 

nola^canagadi 

náuriipe 

caña  rlulce 

raaaiogo 

ecúteno 

caña   brava    . 

epogo 

curino 

cara 

natobi 

numoy 

carne 

eiyegagi 

neche 

casa 

dimigi 

peti 

cera    . 

nibuitegi  . 

mopo 

cielo 

ititi  piginiei 

auumó 

cerdo 

nigitagi 

simoru 

claro 

ligetege 

tijaray 

colorado 

lichagotegi- 

tisi 

comadreja      • . 

opagi    logoba    i 

chiuruisi 

conuco 

niyogotagi 

essánati 

cuello 

nichodi 

n uchepo 

corazón 

nalegena 

n  usa  mure 

cuerpo 

niboledi 

nuóquie 

Chicha 

nudagi 

ticasiomó 

chinchorro 

neladi 

acchiu 

Danta 

apolicana  higuaga 

samo 

día 

nocGO 

saccherei 

diablo  > 

agu_pelgu,agi 

ereonó   . 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


Z?>7 


Mbaya  ó  Uaicuru         Moxo  ó  Mojo 


diente       ■> 

nogue 

nuoi 

Dios 

conoena  tagodi 

maimona 

dulce 

liidigi 

títibe 

Estrella 

eótedi 

jarairiqui 

esposa 

natonigi 

nuyeno 

Flecha 

analigo 

tayiriquí 

frijol 

ediabaga 

mopoco 

luego 

nuledi 

jucu 

frutas 

niale-ela 

jucuqui-oi 

Gato 

pigíchene 

mi  si  tu 

Jiediondo 

beagilanigi 

tijeche 

hija 

yónigi 

nuchiquia 

hijo 

yonaga 

nuchiquie 

hombre 

uneleigua 

aquiane 

hormiga 

ibichodi 

cachiru 

Labios 

niguoladi 

nusumu 

laguna 

idelogode 

caquiure 

lengua 

nogulegi 

nunene 

león 

eiyenigo 

itioré 

luna 

epenai 

coje 

luz 

natalenaga 

tijarai 

Lluvia 

epíquim 

tiquibo 

Madre 

eiodo  , 

meme 

maiz 

etacoligi 

seponi 

maní 

yoliquie 

curiquie 

mano 

niba  agadi 

nubou 

mañoco 

eneguilamogo 

cuy upa 

marido 

nodagua 

nima 

medio  día 

nocco  eachogo 

titu  píriki  sacche 

mes 

apenai 

coje 

miel 

napigo 

mopomó 

mono 

egeadi 

io 

monte 

iigo  loyodaga 

mari-yulcu 

mujer 

igualo 

eseno 

Nariz 

nionigo 

nusiri 

negro 

napidigi 

tiquiso 

niña 

nigana 

amojo-eseronó 

niño 

niganigi 

amojo 

noche 

enuale 

jatti 

nubes 

loladi 

ucoji 

Obscuro 

nichocaga 

timopicú 

ojos 

nigecogée 

nuqui 

oloroso 

lanígigi 

tiyeye 

olla 

uooligi 

meusi 

orejas 

napagate 

nuchioca 

>oso 

bidioni 

aticure 

Padre 

eliodi 

tat? 

pájaro 

ilagagi 

cai   -e 

En  el  Sur- 

-Diale>  ■  ns  Indígenas.       22, 

338 


TAVERA-ACOSTA 


Mbaya  ó  Caí  cura 

Moxo  ó  Mojo 

pedregal 

guetiga-uanigi 

mari-m^ri  < 

perro 

ntquenigo 

tamucu 

pescado 

nogoyegi 

simo 

pecho 

ratecogo 

nu'upo 

piedra 

guetiga  ^ 

niari 

pies 

nogonagi 

ribopé 

pierna 

niti 

nupae 

plato 

ginogo 

curuju 

plátano 

banana 

cuéreno 

puerta 

epobagi 

topayo 

Relámpago 

nachacogonagadi 

emárere 

río 

natobagi 

cayacure 

Sol 

aligega 

s.TCche 

Tabaco 

olodagadi 

sabare 

tarde 

coquidi 

coperei 

tierra 

iígodi 

motejí 

tigre 

nigetiogo 

icchini 

tinaja 

naacaga'chi 

yupi 

tortuga 

logoyenigo 

sipu 

trueno 

dimíchogo-epíquim      tirurueco 

Uñas 

inaparhodi 

nuyípoño 

Venado 

goticanigo 

cojobo 

vientre 

neé                    e 

ijujué 

viento 

niuocadi 

tecaticobo 

Yerba 

nadegogo 

muigi 

yuca 

eneguiji 

cuyu 

Zorro 

caichoqque 

chúie 

En  estos  vocabularios,  que  hemos  arreglado  por 
orden  alfabético,  se  encuentran  muclias  voces  del  len- 
guaje Baniba,  y  hasta  se  ve  empleado  su  posesivo  de 
la  primera  persona  en  singular  :  no  ó  itu,  apócope  de  la 
primera  persona  noca  de  la  lengua  Quichua.  Acerca 
de  ellos,  traducimos  de  las  páginas  392-93,  tomo  III, 
de  la  obra  de    Gilij,  lo  siguiente  : 

*'La  lengua  Mbaya,  que  se  llama  igualmente  Guai- 
cura,  es  la  que  hablan  los  indios  del  mismo  nombre, 
moradores  de  ambas  márgenes  del  Paraguay,  entre  los 
19^  o'  26'  y  23°  30'  de  latitud  sur.  Son  dialectos  de 
esta  lengua  el  de  los  avipones,  el  de  los  tobos  y  el  de 
los  mocobos,  parte  de  los  cuales  vagan  todavía  (  1782  ) 
por  las  densas  selvas  del  Chaco 

'*Las  misiones  llamadas  Moxos  por  los  españoles, 
fueron  muy  célebres  en  el  Perú.     Diez  y  siete    eran    los 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


339 


pueblos  y  sus  habitantes  reducidos  al  cristianismo  por 
los  jesuitas,  llegaban  á  veinte  mil.  Componíanlas  los 
mossos,^  principalmente,  mobimos,  canisianos,    etc." 


Guara7ií  (^) 

Tupí 

Omáucí 

Abajo 

ibipe 

uerepe 

abeja 

muirera 

abrir 

pirare 

agrio 

ai 

?: 

zai 

agua 

i 

eí 

uni 

alma 

anga 

sáua 

atar 

pucuare 

agí 

quií 

equeí 

amarillo 

i>u 

tóhua 

iuiu 

animal 

mimba 

mía 

anzuelo 

pindá 

año 

roí 

uni 

arco 

ibirapá 

uirapara 

iéua 

arriba 

i  bate 

euaté 

árbol 

ibirai 

muirá 

enera 

asar 

^ 

mexira 

arena 

ibicuiti 

itiui 

algodón 

amoniou 

allá 

amó 

amargo 

rob 

iráua 

aquí 

ape 

avispa 

eirú 

mapamán 

ayer 

cueet^i 

coisé 

azul 

obi 

suquira 

Batata 

ye  ti 

yutica 

itica 

báquiro 

tayasu-capuera 

brazo 

iiba 

iua 

iiéua 

bejuco 

sipu 

boca 

yuru 

yaru 

yuro 

bosque 

yapéua 

bote 

iga 

igara 

eará 

blanco 

moroti 

murutiuga 

tinimai 

Cabeza 

acá 

iacán 

yacáe 

cabellos 

sahua 

cachete 

taneca 

cacu 

cachicamo 

tatú 

tatú 

1  (4)  Este  vocabulario  y  así  los  que  siguen  Araucana,  Chiquita, 
Lula  y  Vilela,  son  tomados  de  la  obra  áe  QWi] . —Nota  del 
Autor. 


340 


TAVERA-ACOSTA 


V 


Guaraní 

Tupi 

Omáua 

caimán 

yacaré 

yacaré 

c 

camino 

tape 

pe 

canalete 

iga-picuita 

yapupuita 

cara 

toba 

ssissa 

carne 

cagui 

curatamai 

casa 

og 

oca. 

u<:a 

calor 

sacu 

caña  dulce 

tacuar-ée 

tacuera 

caña  brava 

tacua 

uacua 

caño 

igarape 

cera 

iraiti 

irari-puti 

mapa 

cerdo 

tayasu 

tayasu-memón 

tayassu 

cesta 

erusanga 

cercano 

coi 

cigarra 

y  aquí  rana. 

cielo 

ibag 

uuaca 

euatemai-ritamí 

comer 

amaú 

comida 

tembiú 

eomai 

codo 

tenibanga 

iéua-senepua 

colorado 

pita 

piranga 

tururucai 

collar 

ayu 

atoa 

conejo 

Guereruá 

conuco 

cog 

tenaa 

cu 

correr 

nahna 

corazón 

mbiá 

iá 

claridad 

esapepi 

tupauira 

culebra 

boya 

Chinchorro 

cuúa 

tacuine 

chigüira 

capiuara 

Danta 

mborebi 

t. 

de  día 

ara-ramu! 

de  noche 

piturama 

despertar 

paca 

dentro 

ipipé 

día 

ara 

ara 

uarassi 

diablo 

aña 

yarupari 

mai 

diente 

tai 

sanha 

zai 

Dios 

Tupa 

Tupana 

dormir 

quera 

dos 

mocoen 

dulce 

ée 

sée 

Espalda 

yatii 

esposa 

tembircco 

imena 

mericua 

estómago 

pea 

estrella 

yasitata 

yasetata 

sesu 

Flecha.. 

uí 

ueua 

uá 

frente 

sibá 

seuape 

frío 

irusanga 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


341 


3 

Guaraní 

Tttpi 

Omáua 

frijol 

cumanda 

puroto 

flor 

puttira 

fuego 

tata 

tata 

tata 

fuera 

ocapé 

frutas 

euaara-iá 

>(Gallo     ^ 

/ 

sapucaya-ape- 
gasa 

V  gallina 

sapucaya 

Vxgato 
'  Hermana 

mbaracayá 

sénéra 

hediendo 

ine 

hija 

rayi 

quihuira 

taira 

hijo 

taíra 

teagra 

hilo 

inimu 

hombre 

aba 

apegasa 

áua 

hormiga 

tai 

tasyhua 

hoy 

coara-pipe 

oyara 

huevo 

tupia 

Intestinos 

ibachu 

Joven 

coromín 

jarra 

camuti 

Labios 

tembé 

yuro 

ladrón 

munauasa 

laguna 

iupá 

epassu 

lanza 

mimbucú 

lengua 

cu 

apeco 

león 

yauáti 

yauara-uassi 

lejos 

mombiri 

lijero 

imaríi 

lobo 

yauara-uassu 

yauara-puana 

loro 

paráua 

luna 

y  a  si 

yasé 

ya  se 

luz 

tata-eudi 

cana 

Llegar 

usica 

lluvia 

amañi 

amana 

amana 

Madre 

.si 

ima3^a 

mama 

maiz 

abati 

auati 

auati 

mariposa 

panamá 

marido 

me 

mena 

maza 

uisaranga 

maní 

mandubí 

munui 

mano 

po 

po 

poa 

mañana 

curicoé 

cuerna 

mañoco 

macasera 

^  mediodía 

ara-mbité 

uarassi-ipuana 

mes 

yasi 

yase 

miel 

eirelé 

ira 

mapa-cáui 

342 


TAVERA-ACOSTA 


Guaraní 


Tupí 


Omáua 


X 


mono 

íuonte 

montaña 

mosca 

morrocoy 

mujer 

muerte 

Nariz 

negro 

niña 

niño 

noche 

nubes 

Obscuro 

ojos 

oloroso 

olla 

ombligo 

orejas 

oso  hormiguero 

Padre 

pájaro 

pala 

plátano 

pato 

perro 

perro  de  agua 

pescado 

pecho 

peine 

pescuezo 

piedra 

pies 

pierna 

pina 

plato 

puerta 

Rama 

relámpago 

río 

rodilla 

Salir 

sapo 

selva 

sol 

tabaco 

tarde 

tierra 


caí 

macaco 

caí 

ibite 

cáa 
uitera 
meru 
iauti 

ehuata 

cuña 

cunha 
umanu 

uaina 

ti 

apuina 

ti 

u 

pichuna 

sunimai 

mitacuna 

huahua-cunia 

mita 

taúna 

huahua 

pitú 

putuna 

epuesa 

ibití 

ehueuaca 

pitu 

tesa 

sesa 

fsisa-zaicana 

hetu 

yapepó 

péruan 

yucusi 

nambi 

nami 

nami 

tamanduá 

tamanuá 

tuba 

ipaya 

papa 

gira 

huira^ 
tasera 

huera 

pacoba 

pacoa 
ipeca 

panara 

yauár 

yauara 

yauara 

uairaca 

pira 

pira 

ipira 

pitia 

camui            ^ 
quihuán 

putia 

aya 

ayura 

yassiuca 

ita 

itaqué 

ita 

Pi 

pui 

poeta 

tetima 

nana 

sotema 

ñaembé 

yamué 

oque 

apucuitana 

yaquina 

amatirí 

sapua 

iacá 

parana 

parana 

tenipia 

senepua 
usema 

senepua 

anguvá 

quiara 

cáa 

cáua 

cuarasi 

corase 

uarasi 

peti 

petema 

petema 

cáaru 

caruca 

ibi 

eué 

tuyuca 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


343 


Guaraní 

Tupi 

Omázta 

tres 

núsaperi 

tinaja 

cambuchí 

raurissu 

trueno 

amasunu 

tupa 

topa 

tigre 

yauareté 

yauaraté 

yauara-uasu 

topo 

anguyá-tatii 

tortuga 

carmbé 

yurara 

Uñas 

poape 

puesapé 

uno 

iepé 

Venado 

uasu 

eze-uasú 

veneno 

uraii 

verde 

« 

suquira 

vida 

sequé 

viejo 

tuisé 

vieja 

oaínii 

vientre 

tíe 

marica 

seueca 

viento 

ibitú 

euetú 

Yerba 

cáa 

capir 

ca 

yuca 

mandió 

yauiri 

Zancudo 

carapana 

zorro 

aguara 

Algunas  palabras  del  lenguaje  Omáua  corres- 
ponden al  Quechua,  y  otras  tiene  muy  semejantes  al 
Baniba. 

Refiriéndose  á  la  lengua  Guaraní  y  al  Omáua,  to- 
mamos del  Apéndic'fe  II,  página  390,  tomo  III  de  la 
obra  de  Gilij,    lo   siguiente  : 

"  Ninguna  lengua  americana  se  extiende  en  el  día 
á  tantas  partes  cuantas  alcanza  la  lengua  Guaraní.  .  .  . 
I — La  lengua  Guaraní  se  habla  en  toda  la  provincia  del 
Paraguay,  cuya  capital  es  la  ciudad  de  la  Asunción. 
II  —  Hablase  en  las  célebres  misiones  llamadas  del  Pa- 
raguay, sobre  las  que  escribió  el  Padre  Muratori. 
III — Hablase  también  en  los  ríos  Paraná  y  Uruguay, 
en  cuyas  orillas  existen  30  grandes  poblaciones. 
IV — Se  habla  también  en  las  provincias  Topé,  Guaira 
é  Itatín,  abandonadas  después  por  los  Guaraníes. 
V — Se  habla  en  todas  las  costas  del  Brasil  hasta  Caye- 
ha,  bien  que  en  algunos  puntos  de  ese  litoral  hubo  ó  aún 
hay  algunas  otras  lenguas.     VI — La  lengua  Guaraní  es 


344  TAVERA-ACOSTA 

ia  misma  que  en  el  Brasil  se  llama  tupí,  del  nombre  de 
los  indios  que  la  hablan.  Llámase  aún  la  lengita  geral, 
porque  fue  descubierta  por  los  portugueses,  no  solamen- 
te en  las  costas  del  Océano  sino  también  en  el  interior 
del  Continente.  VII — La  lengua  de  los  Tupí  es  un 
dialecto  del  Guaraní  de  quienes,  según  el  señor  abate 
Caamaño,  no  se  diferencia  tanto  cuanto  de  la  española 
el  portugués  ó  bien  el  italiano.  Los  Tupí,  ya  dichos, 
ocuparon  las  costas  del  Brasil  desde  Río  Grande  ó 
Huerto  de  San  Pedro,  en  32°  hasta  el  río  de  San 
Francisco  del  Sur,  y  se  extendieron  en  el  interior  por 
todo  el  Gobierno  ó  Provincia  de  San  Pablo  de  Pirati- 
nanga.  Después  de  los  Tupí  vienen  los  Tupinambos,  los 
Remiminis,  los  Tobayares  y  los  Tamoyos.  todos  de 
la  misma  lengua.  Estos  indios  habitaron  las  már- 
genes del  río  de  San  Francisco  del  Sur  hasta  la 
Bahía  de  Todos  los  Santos,  y  hasta  el  río  Camamu. 
Seguidamente  después  hasta  el  río  Guaricaré,  el  cual  se 
halla  hacia  los  18^  45',  vivían  los  Tupinaquis,  gente 
también  de  la  misma  lengua.  Desde  el  Cabo  de  San 
Agustín  hasta  el  río  nombrado'^  de  San  Francisco  del 
Norte,  habitaban  los  Cactos,  también  de  la  misma  len- 
gua. Seguían  luego  los  Potigoares.  Del  mismo  idio- 
ma eran  también  los  Rarigoares,  los  Cariyes.  los  Ara- 
yares,  los  Amoepigres  y  otras  tribus,  denominadas  las 
más  caprichosamente  por  sus  conquistadores,  y  hoy  re- 
ducidas á  pequeño  número  ó  mezcladas  con  otras  na- 
ciones de  diferentes  lenguajes.  VIII— Mejor  que  to- 
dos los  ya  mencionados  hablan  el  Guaraní  los  Chiriua- 
nes,  gentiles  y  muy  notables,  que  se  dice  habitan  en 
160  pueblos  entre  los  grandes  ríos  del  Chaco  y  el  de 
Mapayo  de  Santa  Cruz  de  la  Sierra,  en  los  valles  que 
forman  las  montañas  Andinas.  Son  belicosos  y  feroces 
y  se  asegura  que  pasan  de  quince  á  veinte  mil  los  indivi- 
duos que  saben  manejar  las  armas." 

'*  La  lengua  Omáua,    que  dijinios  ser  un    dialecto   de 
la  Guaraní,   actualmente,    (  1782)  se  habla  en  la  reduc- 
ción   de  San  Joaquín,  establecida  sobre  la  parte    seten- 
trional  del  Marañón,  un  poco  más  abajo  de  las  cabeceras* 
del  Ucayale.      En  esta  parte,  el  célebre  jesuíta  Samuel 


EN    EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS  345 

Fritz  colocó  á  los  Omauas  que  salieron  junto  con  él  des- 
de las  islas  del  Marañón,  que  están  entre  el  Najjo  y  el 
Rionegró.  No  es  de.  dudarse,  sin  embargo,  que  algu- 
nos individuos  de  esta  renombrada  nación,  dispersa  á 
consecuencia  de  la  guerra  pue  le  hicieron  los  portugue- 
ses, se  encuentren  residiendo  en  otros  puntos.  .  .  .  Ade- 
más de  éstos,  que  son  católicos,  se  dice  que  existen 
algunos  Omáuas  gentiles  sobre  el  Putumayo  y  en  el 
Alto  Ñapo,  en  dond^  son  llamados  yete.  Talvez  los 
Cocamos,  habitantes  de  los  ríos  Ucayale  y  Yaguara, 
hablan    también   el  idioma  de    los  Omauas." 

De  estos  Omáuas  llamados  indistintamente  Umaüas 
ú  Omáuas  por  el  viajero  francés  Paul  Marcoy,  en  su 
obra  Voy  a  ge  á  travers  T  Amériqíie  du  Sud  (5)  tra- 
ducimos : 

"  Para  fundar  la  nueva  ciudad  (  Sampablo  de  Oli- 
venza )  se  echó  mano,  como  base,  de  los  indios 
Umaüas  ó  Cambebas,  cuya  jurisdicción  territorial,  des 
pues  de  haber  ocupado  doscientas  leguas  de  río,  está 
hoy  limitada  solamente  álas.islas  de  Yahuna,  Calderón 
y  Capiachi,  en  donde  se  refugiaron  sus  restos  huyendo 
á  la    acción  disolvente  de  la  conquista    portuguesa. 

"Venidos  del  Norte  desde  época  anterior,  como 
lo  testifican  su  civilización  avanzada,  sus  nociones  en 
artes  manuales  y  sus  costumbres  tomadas,  como  las 
de  los  Incas,  de  k^s  antiguos  Mexicanos,  los  Umaüas, 
después  de  una  probable  estada  de  muchos  siglos  al  pié 
de  los  Andes  de  Popayán  y  en  la  Nueva  Granada,  se 
dirijieron  hacia  las  fuentes  del  Yapurá,  en  donde  una 
tribu  de  su  raza  existe  hoy  conocida  con  el  nombre  de 
Mesayas,  y  desde  ese  río  avanzaron  luego  hacia  el 
Amazonas.  Llamados  sucesivamente  Aguas,  Em- 
Aguas,  Om-Aguas,  según  las  localidades  que  ellos 
habían  atravesado  en  sus  migraciones  hacia  el  Sur,  los 
Umaüas,  al  establecerse  en  el  Brasil  tomaron  ellos 
mismo?,  ó  recibieron  quizás  de  la  gran  nación  de  los 
Tupinambas,  entonces  dueña  de  una  parte  del  Ama- 
zonas, el  sobrenombre  de  lacang'i-peüa  (cabeza  chata  ) 

(5  )  Página  341,  tomo  II.     París  1869. 


346  TAVERA-ACOSTA 


aludiendo  así  á  su  costumbre  de  deformarse  el  cráneo. 
De  estas  dos  palabras  de  la  lengua  tupí  hicieron  más 
tarde  los  portugueses,  tanto  por  elipsis  conjo  por^Corrup- 
ción,  la  \oz  CambcJiíLas,  después  Canibebas,  con  la  cual 
^'llos  designaron  á  la  nación  Umaüas,  que  los  Quechuas 
del  Perú  llamaban  Omahuas  y  los  españoles  Omaguas." 

Y  el  doctor    Koch-Grünberg   dice    en   las    páginas 
181-182   de  Las  tribus  del  alto  Rione^ro y  Yapiirá,  etc.  : 

"  Los  Umáuas,  quienes  en  los  mapas  de  los  ante- 
riores viajeros  aparecen  residiendo  en  el  alto  Caiarí, 
viven  efectivamente  unas  jornadas  más  al  Sur,  en  los 
anuentes  del  Yapurá  particularmente  en  el  principal 
de  la  margen  izquierda,  el  Apoporis.  Su  lenguaje  se 
confundía  hasta  ahora,  por  la  completa  falta  de  obser- 
vaciones y  por  el  parecido  de  los  nombres,  con  el 
Omáua  del  alto  Solimón,  se  consideraba  com.o  perte- 
neciente al  Tupí,  y  últimamente  tam.bién  al  grupo  de 
los  Betoyes.  Son,  empero,  Caribes  puros,  cayos  mis 
próximos  parientes  habitan  las  Guayanas.  Se  dividen 
en  numerosas  subtribus  con  distintos  nombres  y  ha- 
blan un  solo  lenguje  con  pequeñas  diferencias  dialéc- 
ticas Los  que  viven  cerca  del  alto  Caiari,  en  el  río 
Macaya,  un  afluente  del  alto  Apoporis,  se  llaman  á  sí 
mismos  Jianacotos,  vocabk^  genuinamente  caribe.  (6) 
Su  lenguaje,  del  cual  tengo  rico  material,  es  completa- 
mente idéntico  al  lenguaje  de  los  Tscjatsaja,  que  viven 
más  al  sur,  en  el  Cudiarí  y  en  su  afluente  iMesai,  y  se 
diferencia  poco  del  Cariyona  que  tomó  Crevaux  en  las 
orillas  del  alto  Yapurá.  Carijona,  mejor  Calijona,  no 
es  nombre  de  tribu  sino  que  significa  en  la  lengua 
Umáua  "hombres,  gente";  y  por  esos  son  llamadas 
por  los  colombianos  todas  estas  tribus  caribes  en  la 
vasta  región  comprendida  entre  el  Caiarí  y  el  alto  Ya- 
purá  con    el    nombre    colectivo    de    "  Carijonas."    (7  ) 


(6)  Acaso  su  si  «unificado  sea  análogo  al  Giiaraoitni,  es  decir 
"  ]a  gente  del  río."  En  lengmje  U^rauno  jana  significa  cañ^, 
río,  y    coto,  en  Caribe,  es  gente,    familia. 


( 7 )  Carijona,  parece  coTipuesto  del  Quechua  cari,  hombre^ 
guerrero,  y  de  jana,  en  Uarao,  río  :  los  hombres  ó  los  soldado, 
del   río. — Notas  del  Aiitof. 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  347 

Así  también  los  Umauas  del  raudal  de  Arara-cuara 
del  Yapurá,  á  quienes  Martius  menciona  como  enemi- 
gos de  \ós  Mirañas  y  considera  lingüísticamente,  por  lo 
menos,  idénticos  á  los  Cariyonas  de  Crevaux  y  á  los 
Ümáuas  del  alto  Caiarí.  El  nombre  Umáua,  empero, 
que  pertenece  al  Yapúa  y  al  Cobéua,  es,  como  ya  muy 
bien  ha  dicho  Martius,  un  insulto,  y  significa  "sapo" 
con  cuya  denominación  denostaban  las  tribus  del  grupo 
de  los  Betoyes  á  todos  estos  Caribes." 

Para  que  se  juzgue  mejor  de  las  analogías  que 
guardan  entre  sí  las  grandes  lenguas  de  la  América  del 
Sur,  es  decir,  las  de  la  Cordillera  de  los  Andes  y  las  de 
las  llanuras  c  pampas  que  demoran  á  su  oriente,  en  todo 
el  cíjntinente  hasta  las  orillas  del  Atlántico,  nos  permi- 
timos traer  aquí,  del  ya  citado  libro  de  Marcoy,  algu- 
nos lenguajes  de  las  margenas  del  Amazonas  y  de  sus 
aí^uentes  (8);  y  asimismo  los  vocabularios  Quichua, 
Aimara  y  Campi,  que  trae  Charles  Wiener  en  su  obra 
Péiou  et  Boíivie  (9),  y  los  de  los  Araucanos,  Chiqui- 
tos, Lulos  y   Vilelas,   del' libro  de    Gilij. 

También  hemos  etresacado  de  la  rarísima  obra  del 
Rvdo.  Bartolomé  de  las  Casas  Apologética  Historia  ae 
las  Indias,  muchas  voces  de  la  lengua  de  los  aborígenes 
de  Haití,  muy  pare^cidas  á  las  de  la  Tierra  Firme.  Y, 
finalmente,  algunos  cortos  vocabularios  publicados  por 
el  doctor  Koch-Grünberg  en  1903-1905.  (  10) 

Cada  día  es  de  lamentarse  más  la  monstruosa 
destrucción  de  los    moradores  de    la    parte   oriental    de 


(  8  )  Ticuna,  Tupí,  Chontiquiro,  Ant'S,   C'onoho,  Yáua,  Omiua, 
y    Cocairaa. 


(9)  Edición   de  París.  1880. 

(  10  )  El  doctor  Koch-Grünberg  es  el  único  autor  extranjero  que 
coincide  con  nosotros  acerca  de  la  escritura  fonética  de  las  voces 
india<í,  la  cual  ha  llevado  á  cabo  con  paciente  3*  laboriosa  minu- 
ciosidad.—A^í?/¿íj  del  Autor. 


TAVERÁ-ÁCOSTA 


Venezuela,  comenzada  en  1499  y  llevada  y  á  término 
m^s  de  un  siglo  después,  en  cuya  espantosa  obra  re- 
saltan teñidos  en  sangre  los  nombres  de  A4onso  de 
Ojeda,  Luis  y  Cristóbal  Guerra,  Alonso  Niño,  Diego  de 
Lepe,  Juan  de  la  Cosa,  Jácome  Castellón,  Gonzalo  de 
Ocampo,  Antonio  Sedeño,  Diego  de  Ordaz,  Alonso  de 
Herrera,  Gerónimo  de  Hortal,  Juan  de  Carvajal,  Cris- 
tóbal Cobos  y  tantos  otros  Conquistadores  del  si- 
glo  XVI 

Del  estudio  detenido  de  todas  aquellas  lenguas, 
comparándolas  con  sus  hermanas  del  Asia  puede  ser 
que  brille  con  más  puros  fulgores  la  luz  que  ilumine  los 
obscuros  horizontes  de  la  prehistoria  americana. 


* 

*    * 

Araucana 

Ticuna 

Abrir 

ddea 

agua 

co                <" 

dechieh 

árbol 

alihuen 

nainé 

animal 

ibun 

arena 

nanekeb 

arco 

huerah 

algodón 

tech 

asar 

nahnaí 

atar 

'         queyauai 

ayer 

ineh 

azul 

yauti 

Báquiro 

ñoun  houn 

blanco 

ccori 

boca 

un 

brazo 

riun 

bote 

ouheh 

bosque 

naí 

Cabellos 

topel 

caimán 

ecoya 

casa 

ih 

calor 

ayaqué 

carne 

ilon 

cera 

eísah 

cerbatana 

nihich 

cesta 

pechi 

cielo 

huenu 

nahné 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


349 


\. 


Araucana 

Ticuna 

cintura  , 

maíchincharé 

comer 

toibueh 

correr 

•iñah 

corazón 

piuque 

culebra 

.  vilu 

Dedo 

chagui 

despertar 

bayanshi 

diablo 

mohhoh 

Dios 

Tupana 

dormir 

peh 

Estrella 

uaglen 

ehttha 

Frío 

deyoun 

flor 

nachacou 

fuego 

cutal 

ejheh 

Hombre 

che 

iyaté 

hoy 

heinhua 

Joven 

yate 

Ladrón 

mhuinta 

lanza 

nané 

lago 

mallin 

luna 

cuy  en 

tahue  majeh 

Llegar 

intahua 

lluvia 

t 

poké 

Mañana 

pamah 

mañoco 

ttcha 

mariposa 

dlori 

mano 

cuu 

mosca 

pullu 

cauhta 

mosquito 

yali 

mujer 

^,  domo 

ihie 

muerte 

tayouh 

muslo 

pulag 

Nariz 

:yu 

negro 

huahua 

noche 

-suitan 

niño 

boah 

Ojos 

ge 

orejas 

pilun 

Pájaro 

gunun 

hueri 

palma 

houme 

plátano 

ppohi 

pescado 

chalgua 

sshom 

pié 

namun 

pierna 

chag 

*  V  pueblo 

lou 

^    piedra 

sheké 

Rama 

cuemuyh 

río 

leuvu 

natejh 

350 


TAVERA-ACOSTA 


Araucana 

Ticuna 

lobar 

namcuhwita 

rodilla 

lucu 

1  ostro 

age 

rojo 

dahouh 

Salir 

reinhouhou 

selva 

culven 

nainejé 

sol 

antu 

ehajeh 

Tierra 

mapu 

buain 

tigre 

hay 

Verde 

deheh 

veueno 

goré 

viejo 

hucha 

yuaga 

vieja 

cude 

yaque 

vientre 

pue 

yerba 

gutan 

Zancudo 

ah 

I 

hueih 

2 

tarepueh 

3 

tonepueh 

4 

aguemoujih 

5 

hueamuepueh 

6 

naimehueapueh 

7 

( 

naimehueatareh 

8 

naimehuetameapue 

9 

goraeapueh 

lO 

gomeh 

Ticuna  es  el  nombre  de  una  tribu  del  alto  Ama- 
zonas. Muy  curioso  es  lo  que  acerca  de  este  vocablo 
trae  Fray  Bartolomé  de  las  Casas  eñ  el  capítulo  CXXV 
de  su  Apologética  Historia  de  las  Indias.  Hablando  de 
la  religión  de  los  indios  de    Tierra  Firme,    dice  : 

'' Tenían  conocimiento  alguno  de  Dios  verdadero, 
y  que  era  uno  que  moraba  en  el  cielo,  al  cual,  en  la 
lengua  de  las  gentes  habitadoras  de  la  provincia  del 
Darién  y  creo  que  también  en  Veragua,  llamaban  Chi- 
cunay  la  media  sílaba,  si  no  me  engaño,  luenga  ;  que- 
rían decir  con  este  nombre  Chicuna  principio  de  todo." 


Antis 


Conoto 


Chontaquiro 


Agua 

algodón 

arena 


nía 

ampechini 

impaniqui 


umpas 

huasraué 

mari 


une 

gojapujé 

saté 


EN    EL    SUR— DIAL 

,ECTOS    IND1GE^ 

lAs                35^1 

An^zs 

Conobos  ' 

Chontaquiro 

árbol      » 

imphato 

giuhi 

acrauinaja 

arco 

piaminchi 

canuti 

casiruita 

achote 

puchoti 

masé 

apisiri 

/aguja 

quichapi 

surau 

sapui 

'  asiento 

nectiti 

quencha 

otapi 

alba 

quitai   bilitai 

nete  sabatai 

quitaichiti 

aire 

tampía 

niuhé 

tampi 

anzuelo 

chagalunchi 

misquiti 

yurimaiji 

azúcar 

i  m  puco 

sanipoto 

pochoacsiri 

Batata 

curiti 

cari 

ti  pal  i 

báquira 

sintuli 

yáua-maheua 

illavi 

baile 

pina 

ransai 

cuUa 

bote 

pituchi 

nunti 

canoa 

boca 

nochira 

quebi 

huespé 

brazo 

nojinpequi 

puya 

huecano 

bal'-a 

sintipua 

tappa 

gipalo 

brazalete 

ininguichiqui 

unce 

ririne 

buitre 

tisuni 

schiqui 

maíri 

Cabeza 

iquito 

busca 

huejijua 

cabello 

noquisiri 

bu    ^ 

huijiñuesa 

cacao 

sarhuiniinique 

turampi 

turampi 

canela 

metaqui 

chitani 

pitacsi 

cascabel 

neguichi     ^ 

tununuati 

tasacji 

carbón 

chimenco 

chisté 

chichimé 

casa 

panenchi 

sobo,  tapí 

panchi 

ceniza 

samanpa 

chimapú 

chichipasé 

cejas 

notorinqui 

buesco 

huesac 

ciego 

mamisiraqui 

buedta 

cielo 

inquití 

naí 

itahuac 

cesta 

chevña 

bunanti 

puraji 

cojo 

coitguinchi 

yet-teté 

nimejeachi 

cuello 

napurama 

pitaniti 

quisitiachi 

culebra 

malanqui 

runi 

ámuini 

cuerda 

ivincha 

risbi 

tumuti 

crepúsculo 

chapinitonai 

yambué 

chupiniti 

collar 

carininquichiqcii  tenté 

pectari 

cuchillo 

inquiti 

chichica 

chiqueti 

Danta 

quémalo 

auha 

siema 

dedo 

nacu 

muebi 

huimojé 

despertar 

huchi 

día 

quitahuiti 

nete 

tiajujuni 

diablo 

camacarinchi 

yurima 

mapuinchi 

diente 

nal 

seta 

huisé 

Dios 

Taita 

Espalda 

itisieta 

bapuesco 

huitisi 

r^  espejo 

nigarunchi 

bueiseté 

misaití 

estrella 

impoquiro 

huirti 

siri 

espina 

queto 

musa 

peti 

352 


TAVERA-ACOSTA 


Antis 

Conobo 

Chontaquiro 

jFrente 

nutamaco 

buetongo 

huijiruta 

frío 

huanachiri 

mdei 

cachiere-nato- 
cana 

flecha 

chacupi 

piha 

casiri 

\  /  fuego 
X  Gallo 

chichi 

chi 

chichi 

atahua-sirari 

ituri-buené 

achauripa-tiajini 

^  gallina 

atahua 

ituri 

ahcauripa 

Hombre 

sirari 

huebo 

queji 

\  hilo 

manpichi 

yuma 

huapocsa 

hojas 

chapi 

puei 

timecsiri 

hormiga 

chibuquiro 

gima 

iziqui 

hueso 

tusquiche 

sau 

humo 

chichianca 

cuhi 

chichipía 

Jarra 

cobiti 

quienti 

imaté 

Ladrón 

custi 

yumuedsumi 

suri 

lechoza 

tinti 

pucta 

capallo 

lengua 

neuta 

ana 

guené 

loro 

niniro 

bahua 

pulí  aro 

luna 

casiri 

uche 

cachiri 

Lluvia 

incani 

hui 

ina 

Maiz 

sinqui 

sequi 

siji 

mañoco 

caniri 

adsa 

timeca 

mariposa 

pempero 

puetLpué 

pipiro 

mani 

maní 

tama 

cacahuali 

mano 

paco 

mueque 

huamianuta 

marido 

ochuema 

buené 

maniri 

miedo 

machalu  gana- 
qui 

racqué 

inisnati 

mono 

osiato 

riño 

peri 

muslo 

noguta 

vipucá       f 

huipuricsi 

mujer 

chinani 

aíbo 

sichuné 

Nariz     * 

iquirimachi 

recqui 

huisiri 

niño 

ananiqui 

baque 

tirí 

noche 

echitiniqui 

yanta 

illachinu 

no 

tira 

hiccama 

huegonunuta 

Ojo 

ñoqui 

buerú 

hujarsaje 

ombligo 

nomoquito 

pucutuse 

huipuro 

orejas 

nequimpita 

pabiqui 

huijepé 

oso 

maíni 

hui  so 

saji 

Plátano 

parianti 

paranta 

parianta 

pecho 

notana 

suchi 

perro 

ochiti 

h  uche  te 

quiti 

pescado 

humani 

huaca 

capiripa 

piedra 

mapi 

maca 

suctali 

pies 

noquita 

tac 

huisiqui 

pierna 

iburi 

vitai 

huisipa 

pina 

chirianti 

canea 

atuti 

perdiz 

quichoti 

cuma 

camua 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


353 


Antis 

Conobo 

Chontaquiro 

pluma  ^ 

pachiri 

rani 

malluri 

Ropa 

tari 

usti 

rostro 

buemana 

huegasi 

Si 

siti 

iequi 

huegoni 

sol 

issiti 

vari 

intiti 

Tabaco 

sairi 

chica 

nictiti 

Vientre 

nomoti 

puru 

huesati 

Yesca 

chinquirunchi 

hisca 

ictepape 

yuca 

caniri 

adsa 

timeca 

Zancudo 

siquiri 

xio 

llusla 

I 

turati 

atchoupré 

suriti 

2 

pitoni 

rrabui  (  1 1  ) 

apiri 

3 

caniti 

noquiri 

4 

maguani 

ticti 

5 

maguarimi 
Cocaima 

tictisiri 

Omáua 

Yáua 

Abrir 

ipicatura 

yayuechema 

yamutatara 

agua 

une 

uni,  yacu 

aah 

árbol 

ehueira 

ihuira 

hamunino 

arco 

canuto 

benbeké 

cano 

algodón 

hamanióu 

imaniou 

richun 

atar 

tequita 

fíampichini 

asar 

michira 

agatara 

ayer 

icuachi 

icuachi 

tatander 

antier 

amacoise 

azul 

sinipuca 

suequera 

ancachi 

arena 

itini 

quincha 

Báquira 

tahuatza 

hocto 

agun 

blanco 

tini 

itini 

papase 

bote 

egara 

huaquera 

muinun 

bosque 

ehueira 

bebé 

hingunsen 

Caimán 

yacaré 

icari 

noroto 

color 

saco 

sacu 

hunequi  ^     .1 

casa 

uca 

nina 

roré 

cesta 

uarata 

izacanga 

cera 

mapa 

nenia 

mapa 

cerbatana 

puna 

menaí 

runcasé 

cielo 

cuarachi 

huaca 

arichu 

cintura 

saichini 

nou 

pichanai        ' 

comer 

mahun 

yapaeneuma 

ejenú 

(11 )  Los  Conobos  son  del  Ucayale  y  sólo  cuentan   hasta  el  dos, 
como  los  Banibas,  oX^^.— Nota  del  Auto?. 

En  el  Sur— Dialectos  Indígenas.       23. 


3^54 


TAVERA-ACOSTA 


Co  caima 

Omáua 

Yáua 

correr 

y apaña 

jeneuma 

yansuima 

culebra 

muy 

4 

Despertar 

opoca 

seinasema 

día 

cuarachi 

ara 

ñiana 

diablo 

mahi 

hibo 

bayenté 

Dios 

Yara 

Tupana 

Tupana 

dormir 

ocquera 

rimacheni 

Estrella 

tupa 

ceso 

narchi 

él 

rana 

Frío 

tsiriahi 

serai 

sanora 

flor 

sisa 

potira 

ramoéh 

fuego 

tata 

tata 

jigney 

Hermana 

teimoa 

hermano 

tacunia 

hombre 

yapisara 

apisara 

huano 

hoy 

aypo 

nibia 

Isla 

hipua 

Joven 

curumitua 

huarichi 

medra 

Lanza 

patihua 

jaíré 

rouhuea 

ladrón 

muña 

munasu 

saperanu 

luna 

yasi 

yase 

arimaney 

Llegar 

yahuachima 

sitamana 

lluvia 

tupa 

amana 

humbra 

Madre 

tamama 

mañoco 

yahuiri 

chuchia 

mañana 

camutuni 

huerani 

tanaramasé 

mariposa 

hena 

panamá 

cuyuta 

mosca 

huama 

majiri 

naschi 

mujer 

huaina 

huainaou 

huatuzuna 

muerte 

humanu 

imanou 

sanitima 

Negro 

suni 

mianecai 

niño 

tagra 

huanhua 

huina 

no 

ruaya 

noche 

hipuitza 

épuesa 

nipora 

Padre 

tapapa 

pájaro 

huirá 

huiraquera 

huicha 

plátano 

panara 

panara 

sambué 

palma 

tzua 

emoa 

cojohno 

pescado 

ipira 

quihua 

piedra 

itaqué 

itac 

ahuichun 

Rama 

apocuita 

yapucuita 

satian 

río 

parana 

parana 

nahua 

robar 

munasuri 

munasuema 

saperanuma 

rojo 

puetani 

puetani 

tuineh 

Salir 

husema 

saímana 

selva 

taupeta 

tapuata 

toha 

sí 

aisé 

sol 

cuarachi 

V€Í 

hini 

EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


355 


Co  caima 


Omáua 


Yaua 


Tigre      ^ 

yahuara 

caicuchi 

nimbou 

tierra 

chueirata 

tuyuca 

muca 

tú 

enéh 

Viejo 

tupa 

túa 

rimitio 

vieja 

túa 

rimitona 

verde 

iquira 

suequera 

ancachi 

veneno 

uirari 

huerari 

ramua 

Yo 

tah 

Zancudo 

yatiou 

maribi 

ninoh 

I 

huipi 

uyepe 

tckini 

2 

mucuica 

mocuica 

nanojuí 

3 

muapérica 

mosaperica  (12)   munua 

4 

iruaca  (  13  ) 

nairo  juino 

5 

ten  aja 

6 

teki-natea 

7 

nanojui-natea 

8 

munua-natea 

9 

nairojuiño-na- 
tea 

lO 

huije-huiño 

Quechua 

4« 

Aymara 

Castellano 

Acá 

jama 

repulsivo,  cosa  sucia 

acatanca 

jamatanca 

escarabajo 

aguac 

sauri 

tejedor 

aguasca 

sau 

el  tejido 

ahucio 

^chachila 

abuelo 

aicha 

aicha 

carne,  comida 

acja 

asua 

chicha 

aiquei 

quespiña 

huir,  escaparse 

aiqquei 

jalaña 

andar,  correr,  caminar 

aiqquei  pfaguai 

jalam 

anda,  corre,  camina 

alcco 

anu,  anacara 

perro 

cquea 

cquea 

algodón 

cllic  sumac 

asqui 

muy  bien,  muy  bonito 

apai 

iscafía 

guiar,  llevar,  conducir 

apai  catatispa 

jiscañá 

elevar,  alzar 

api 

huchha 

mazamorra 

ccahua 

camizeta 

(12)  Del  cuatro  en    adelante  cuentan  en  portugués,    como    los 
Niangatús  ó  gerales, 

( 13  )  Del  cinco  en  adelante  hacen  uso  de  la  numeración  quichua. 


^56 


TAVERA-ACOSTA 


Quichua 

Ayjnara 

Castellano 

allyachi  ucia 

jaca  y  aña 

hacer  señas 

anatuya  '     ,, 

ccamake 

zorro 

anatuya 

anatulla 

zorrino 

ancu 

ancu 

nervios,  nervioso 

apu 

apu 

amo,    dueño 

apu 

apu 

grandioso,  brillante 

araranca 

jararancu 

lagartija 

aillo 

aillo 

raza,  linaje,  cuna 

asea,  hucjaquei 

alloja 

mucho,  bastante 

ascaguán 

ucsa 

demasiado,  bastante 

asguán 

ucampi 

más 

asicui 

laruña 

risa 

asna 

tucsa 

hediondo,  fétido 

asnaí 

tucsaña 

heder 

atipac 

atipiri 

vencedor 

atipai 

atipana 

vencer,  subyugar 

atipasca 

atipata 

vencido,  sometido 

alrai 

ainacha 

bajar,  abajo,  bajo 

aya 

amaya 

muerto,  cadáver 

balai 

sappa 

cesta,   canasta 

buampo 

huarapu 

balsa,  canoa 

hinchu 

asa,  cabo 

cachari 

antutanu 

jefe  de  12  soldados 

cachariscca 

r 

suelto,  desatado 

cachi 

jaya 

sal  marina 

cachuichai 

jayunchaña 

salar,  secar  carne 

caguai 

uñjaña 

mirar,  observar 

cai 

tea 

este,  esta 

caimauta 

ácana 

de  aquí. 

cainacmantu 

tea  acata 

viniendo  de 

caiamán 

niapini 

*  ahora  mismo,  ya 

caicca 

ca 

toma,  coje 

caiguán 

acampi 

con  esto,   conjunta- 
mente 

caillaicucui 

m  acata  ña 

acercarse 

cai  na 

masuru 

ayer 

cainacpi 

tcaaja 

por  aquí 

caipi 

acaru 

aquí,  presente 

«áipiccascán 

caicca,  tcahua 

he  aquí,  aquí  está 

<:aijinacta 

acama 

de  tal  modo 

callpa 

chama 

fuerza,  vigor 

callpasapa 

chamani 

fuerte,    formidable 

camachii 

quitaña 

tener  deseo,  envidia 

camachii 

camachina 

mandar,enviar,ordnar 

canea 

canea 

asado 

cancana 

cancana 

asador 

canchai 

ceantayana 

alumbrar                      í 

canchai 

ccanaqui 

claro,  claridad 

EN 

EL  SUR— DIALECTOS 

INDÍGENAS                       357 

Quechua 

A  y  mará 

Castellano 

canchis 

pacallu 

siete 

(1 

quillimi 

carbón 

tchuma 

tchuma 

cardón 

carcati 

carcatina 

temblar,  tener  miedo 

carpai 

chaj  chuna 

mirar 

caru 

iaya 

lejos,  distante 

catari 

catari 

vívora,  culebra 

catú 

tusquina 

tocar 

causal 

jacafía 

vivir,   existir 

causariy 

jaciatana 

resucitar 

ccacai 

caccona 

frotar,  restregar 

ccainanaupac 

hualura 

anteayer 

ciallari 

ccallaña 

comenzar 

ccallu 

aru 

idioma,  lenguaje 

callen 

callcu 

a^rio,  amargo 

ccallu 

lajra 

lengua 

ccamai 

toqueña 

reñir,  difamar 

ccaina 

huasura 

a3-er 

ccairanculi 

ccaira 

rana 

ccanalla 

ccallachi 

tiesto 

ccapari 

huararifía 

gritos 

ccascoc  on  coc 

macatiriusa 

enfermedad  conta- 
giosa 

ccascascca 

cquemíta 

diablo 

cea  si 

inata 

desviarse 

ccaito 

chanca    • 

Vhilo 

ccatahui 

ccatahui 

^cal 

ccaya 

carurú,  ccara 

mañana 

cchahuai 

chahuaña 

ordeñar,   bailar 

cchapac 

j  ^^i'u 

amargo 

ccharqui 

tharqui 

carne  ^eca 

cchia 

chiñi 

liendre 

chiji 

chiji 

grama 

cchifíi 

chiñi 

murciélago 

cbipana 

chipana 

brazalete 

chirhuai 

chirhuana 

exprimir 

ccliupu 

chupu 

tumor,  divieso 

churu 

churu 

caracol,  forma  de  la- 
berinto 

chusac  uco 

chima  pusa 

cosa  hueca 

cchusa 

chusa 

vacío 

ccocha 

ccota 

lago,    laguna 

ccotner 

chojiña 

verde 

cconcori 

cconcori 

rodilla 

cconcho 

concho 

turbio 

cconcaicui 

armasina 

olvidar,  olvidarse 

>cconi 

huntu 

caliente 

ccoñichi 

juatuchaña 

calentar,  fiebre 

358 


TAVERA-ACOSTA 


Quichucí 

Aymara 

Castellano 

ccora 

chihiía 

verdura 

ccosni 

jeuque 

humo 

ccoya 

coya 

reina,  soberana 

ccoya 

coya 

mina,  cavidad   sub- 
terránea 

ccoyo 

coyo 

cardenal 

ccuichi 

curmi 

arco  iris 

ccumu 

ccumu 

jorobado,   cansado 

ccumuicucui 

altana 

agacharse 

ccurpa 

cula 

adobe,  ladrillo 

chacuai 

ccumuña 

cargar 

chin  cacoc 

amuquina 

estar  callado 

cconcai 

armana 

olvidar 

ccuchu 

ccuchu 

rincón 

chaca 

chaca 

picante 

chacnana 

cumu 

carga 

chacra 

yapu 

conuco,lugar  sembrdo 

chahua 

choque 

crudo 

chai 

uca 

ese,  esa,  eso 

chaimanta 

ucata 

después  de  ahí 

chaimantari 

ucapacha 

entonces 

chainac 

hucauca 

por  allí 

chaipacha 

niapinihua 

al  momento 

chairaicu 

ucalaicu 

por  eso 

chai  r  i 

ucasti 

y  eso  también 

challua 

challua 

pescado 

chancai 

jacoña 

arrojar,  tirar 

chani 

chani 

valor  de  una  cosa 

chaqui 

huaña 

cosa  seca 

chapui 

cayu 

pié 

chaupi 

taipi 

'medio,  en  medio  de 

chaipi  tuta 

chica  aruma 

media  noche 

checa 

checa 

ciruela  verde,  verdal 

chayac 

puriri 

el  que  llega 

chayai 

puriña 

llegar 

checcampuni 

checampuni 

verdaderamente 

checainyachi 

checaptayana 

enderezar 

chectai 

chectana 

hender,  rajar 

checnisca 

unita 

lleno  de  árboles 

chichu 

huallque 

mujer  en  cinta 

chicllai 

ajUina 

escoger,  distinguir 

china 

ccachu 

hembra 

chincaicui 

chacaata 

perderse 

chuccha 

nacuta 

cabellos 

chumpi 

huacca  (14) 

faja,  banda 

(14)    Según  otros,  significa    también  culto,    religión,    deidad, < 
tumba,    etc. 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS 


359 


Quechua 

Ayniara 

Cas  ¿ella)  10 

chunca,) 

tuca 

diez 

chunchul 

jipilla 

tripas 

chupa 

huichinca 

rabo 

churai 

uscuña 

poner 

chura  sea 

uscuta 

puesto 

churi 

yocca 

hijo 

chuspi 

chichillanca 

mosca 

cipii 

jaichjana 

colgar,  suspender 

cirai 

chucuña 

coser 

cjamui 

quistuña 

mascar 

cj  amusca 

quistuta 

lo  mascado 

cj  uru 

laceo 

gusano 

coi 

churaña 

dar 

concoricui 

quillpiña 

arrodillarse 

concorisa 

quillpita 

arrodillado 

cóndor 

cunduri 

buitre,  cóndor 

cori 

chocque 

oro 

corpa  huasi 

ccorpauta 

casa,   hostería 

cuchi 

quirari 

sucio,   asqueroso 

cuUcu,  quiuqui 

cullcu 

angosto,  estrecho 

cunan 

icha 

ahora 

cunan  punchai 

ichuru 

hoy,  en  el  día 

cunea 

cuncao 

voz,    cuello 

cusca 

cusca 

juntos,  parejo,  igual 

cusca 

tanta,  chica 

semejantes, los  mismos 

cuscachai 

cusachana 

emparejar 

cusicunqui 

cusisiña 

alegrarse 

cusicusi 

cusicusi 

engaño,  mentira 

cusJcui 

cussi 

alegría,  dicha 

cutai  rumipi 

ícconafía 

moler  en  piedra 

cutai 

iyaña 

moler 

cutini 

cutinina 

volverse 

cuyacui 

ccugaña 

compadecerse 

eika 

hueja 

en  tanto  que 

« 

jalj  ataña 

arremeter,  embestir 

isapa3^aña 

comprender,  entender 

huarahuara 

estrellas 

quella 

hierro 

ari 

Vhilo  ^ 

chijchi 

granizo 

guacaichai 

huacaichaña 

guardar 

guacaicuna 

jacha 

lágrimas 

guaccai 

jacha  ña 

llorar 

guachai 

yacachaña 

parir 

guachi 

michi 

flecha 

^uachaii 

michiña 

flechar 

guacyai 

arta  na 

gritar 

guagua 

chaclla 

muchacho,  niño 

36o> 


'Í^AVERA-ACOSTA 


Qui  chita 

Aymara 

Castellano 

guanuchü 

jihuayaña 

matar          , 

guañui 

jihuaña 

muerte 

guarcui 

huaicataña 

estar  colgando 

guarmi 

huartni 

mujer,  esposa 

guasa 

iccani 

espaldas 

guasa  picac 

chinanquiri 

que  está  detrás 

guatai 

chinuña 

atar,  amarrar 

güiñachi 

al  i  gaña 

hacer  crecer 

gallachi 

hombro 

huac  cuti 

niaraqui 

otra  vez 

huacmanta 

huasitaraqui 

una  vez  más 

huaca 

huaca 

sepulcro 

huacahuán  llancai 

ccollina 

arar,  cultivar 

huacha 

huacha 

pobre,  huérfano,  des- 
valido 

huaina 

huaina 

joven,  hombre  joven 

huaicui 

)a3^aña 

hacer  de  comer 

huajra 

luajia 

cuerno,  torcido 

huallpa 

huallpa 

V  gallo,  pollo 

bubas,  enfermedad 

huanti 

huanti 

huaracca 

curahua 

honda,  cuerda 

hu  a  rauca 

huaranca 

mil 

huasca 

ppala               » 

.soga,  cordel 

hucunchac 

j anchi 

el  cuerpo 

huisa 

puraca 

vientre 

huauque 

jila,  jilata 

hermano 

huata 

mora 

aiio 

huichai  pata 

cucata 

de  la  parte  de  arriba 

huayaca 

huayaca 

saco,  ensenada 

huscai 

jancca 

»^    pronto,  aligerar 

icha 

inaja 

puede  ser,  quizás 

ichu 

ichu 

paja 

imaraicu 

cunalaicu 

por  qué 

imaraio  uari 

cunata 

por  qué  cau^a 

imaina 

camisa 

'CÓiTlO                        « 

imapac 

cunataqui 

para  qué 

"i  ni  ata 

cuna 

-que 

inti,  rupai 

inti 

•s-a 

iscai 

pañi,  paya 

-dos 

iscaiguán 

payampi 

dos  más 

iscai  uco 

panini 

entre  dos 

iscaicuti 

pacuti 

dos  veces 

imilla 

imilla 

iuifía,   muchacha 

ímusca 

nusata 

podrido 

isuiusca  casca 

nusatahua 

eso  está  podrido 

jacai 

cuyu 

..aquel,  aquella          é 
X.harina 

jaccu 

hacu 

jagua 

ancana 

iuera 

EN    El,  SUR— DIALECTOS 

INDÍGENAS                      361 

Quichua 

Aymara 

Castellano 

jaguapi 

pncaru 

fuera  del  lugar 

jancai  sa/ata 

jamppiño 

cortar  ó  recoger  el 
maiz 

jaitai 

taquiña 

cocear,  patear 

jatnpi 

col  laña 

'   ^    medicina 

japii 

catuña 

tomar,  agarrar 

jqrcai 

ha  rea  ña 

atajar,  estorbar 

játun 

j aecha 

grande 

játnn 

ñuccha 

tHmaño,   dimensión 

jayaquén 

chillca 

fiel 

jescon 

llatunca 

nueve 

jitia  imaina 

camisa  ti 

así  como 

jiña 

jalla 

si 

joccara 

occara 

sordo 

jocco 

j  i^iri 

mojado 

jucha 

hucha 

culpa,  pecado 

juchatari 

juchachasiño 

pecar,  cometer  delito 

juchui 

iscca 

chico,  pequeño 

j ucucha 

achaco 

ratón 

juccuta 

iscu 

sandalias 

juntta 

ppocca 

cosa  llena 

juntai 

ppocaio 

llenar 

jurucuta 

culcutaya 

tórtola,  paloma 

jusco 

hocco> 

agujero 

juscusca 

ppiato 

agujereado 

lachi  guana 

huaiaronco 

moscardón 

irama 

ladera 

laika 

laika 

bruja,   hechicera 

lappi 

lappi 

entiada,  abertura 

larca 

larca 

canal,   acquia 

laurai 

»nacaña 

arder,  quemar 

llausa 

llausa 

baba,  baboso 

licra 

cbecca 

ala 

llancai 

irnacaña 

trabajar 

llapfi 

ppisna 

cosa  liviana 

laquer  parisca 

chocrichata 

herido 

Uacguai 

jallpaña 

lamer 

UacUaña 

Uac  laña 

desbastar,    labrar 

llacta 

marca 

\7  ciudad,  pueblo 

llactachacui 

marcachata 

/^  avecindarse 

llallina 

llallina 

exceder,  aventajar 

llama  huiga 

ccaura 

carnero  peruano 

llamiri 

mallina 

probar 

llampu 

llampu 

suave,    agradable 

Uantu 

chihui 

sombra 

llampuchai 

llampuchaña 

suavisar,  ablandar 

V  llaquicui 

llasquisiña 

tener  pena 

Uinquii 

llinquii 

greda,  barro 

562 


TAVERA-ACOSTA 


Quechua 

Aymara 

Castellano 

llocai,  llocsi 

mistufía 

salir,  subir  < 

llaquisca 

putiina 

afiijido,  estar  triste 

laukai 

laikana 

hechizar 

macai 

nuaña 

pegar,  aporrear 

machai 

umahui 

emborracharse,  ebrio 

machaicucui 

machafía 

borracho 

machu 

achachi 

viejo,  anciano 

maccha 

sanu 

pena,  tristeza 

naiccac 

cama 

hasta 

mainacc 

ccauqui 

donde,  en  donde 

mainacraanta 

ccauquita 

donde,  en  donde 

mama 

taica 

madre 

manchachicui 

mulla 

alarma,  susto,  miedo 

mana 

jani 

no 

manacasucuc 

janica  susiri 

desobediente 

manacai  pichu 

chusa  ana 

ausente,  estar  ausente 

manafíañoc 

janii  huiri 

inmortal. 

mcana  juchayor 

jani  huchani 

inocente 

manai  ruraiatii 

hari  luraña 

difícil 

manarac 

janirara 

todavía  no 

manatac 

janiraqui 

tampoco 

manca 

ppucu 

oUa 

manchachii 

ajsarayana       < 

intimidar,  atemorizar 

manchachicui 

aj sarán  a 

temer,  hesitar 

manchaehicusa 

ajsarana 

cosa  temible 

maicac 

cunapacha 

cuándo 

maiiecmán 

cauquiru 

á  donde 

mañai 

mayiña 

pedir 

mañai  manuscata 

maytasina 

pedir  prestado 

manu 

manu 

♦   deudor 

manucai 

manunna 

deber 

manui 

raaitana 

prestar 

manumasi 

manumasi 

deudor  conocido 

manuta  copui 

manupo  caña 

pagar  una  deuda 

maqiii 

ampara 

mano 

masai  chacrui 

pituña 

mezclar,  amazar 

raasi 

masi 

compañero,  semejante 

masca 

ccaica 

cuánto 

mascai 

tacaña 

buscar 

masqui 

masqui 

aunque,  bien  que 

mati 

mati 

totuma,  calabaza 

mayu 

jahuora 

río 

micha 

micha 

mezquino 

michu 

ahuaiiri 

pastor 

micjuchi 

manccayana 

dar  de  comer 

micjui 

manccana 

comer                           / 

micjuna 

mancca 

comida 

millma 

larhua 

lana 

EN    EL    SUR  — DIALECTOS    INDÍGENAS 


363 


Quichua 

Aymava 

Casteíla7io 

misccai 

lancana 

tropezar 

misqui 

mojsa 

dulce 

moceo 

chinu 

nudo 

moceo 

moceo 

eerrito 

mocomocco 

moccomoco 

nudoso,lleno  de  nudos 

molocco 

moro  eco 

redondo 

eusillo 

mono 

raoscocui 

samcasina 

soñar 

mosco 

machaca 

nuevo 

raosochumta 

machacata 

de  nueuo 

mosoc  huara 

machacamarra 

año  nuevo 

mucchuchi 

mutuyaña 

castigar 

muchusca 

mutruña 

sufren  catigo 

muju 

atha 

grano,  semilla 

muncacui 

m  un  asi  na 

quererse,  amarse 

munacui 

ananai 

enamorarse 

miinacuscai 

huaca  ampatina 

idolatrar 

munacuscaipuni 

Imaca 

ídolo 

munai 

munaña 

querer,  voluntad 

munai  mucha  i 

jampatiña 

rogar,  adorar,  besar 

munasca 

m  un  ata 

querido,    amado 

muspai 

muspa 

pensar,  pensativo 

muscuu 

muquijña 

oler 

naccai 

anta 

apenas 

naccailla 

ñaña 

casi 

nacchasca 

sanuta 

peinado 

nahui 

nair 

ojo 

nan 

ttaqui 

camino 

napaicui 

aruntana 

saludar,   saludarse 

naupacnui 

nairacala 

adelante 

naupacui 

nairataña 

adelantarse 

nii 

saña 

decir 

nina 

nina 

fuego,  lumbre 

ningri 

jinchu 

oreja 

noca  chican 

nohatanoa 

de  mi  tamaño 

noca 

na,  naya 

yo,  mío 

nocac  tatai 

nahauquiha 

mi  padre 

noca-giian 

na-yampi 

conmigo 

noccanchac 

jihuasa,  na-anaca 

nosotros 

nocanchac  iscai 

panisa 

nosotros  dos 

nacarii.   huañunayai 

taquesina 

sufrir,  padecer 

nacchai 

sanufía 

peinar,  peinarse  - 

noctu 

lej-huc 

seco 

noctu 

ppapa 

médula,  tuétano 

nuñuchii 

nuñuyaña 

dar  de  mamar 

ñuño 

nuñu 

teta,  ubre 

Waya 

aru    lanti 

mañana 

coju 

ma  coa 

dentro,  interior 

^■64 


TAVERA- AGOSTA 


Quichua 

Aymara 

Castella7to 

ocque  ñagui 

Ocque  naira 

ojos  azules  ' 

occa 

occa 

oca,  ganso 

ocllaiucu 

arpi 

seno,  pecho,  regazo 

occollo 

occollo 

renacuajo 

occoruro 

jatacco 

berros 

oncoi 

uso 

enfermedad 

oncosca 

usuta 

enfermo 

opa 

amu 

mudo 

orcco 

ccollo 

certo 

orccoi 

apsuna 

sacar  una  cosa 

pacacuJ 

imantasiña 

escojer  sed  (?) 

pacai  manta 

ama  sata 

cosas  ocultas 

pacha 

pacha 

tiempo,  lugar 

pacha  pacarii 

pachacanti 

aurora 

pacha  paccari 

cantati  uruni 

aurora 

pachallicui 

istasina 

vestirse 

pacoma 

pacoma 

cauíivo,    prisionero 

pai 

jupa 

el,  ella 

pallai 

pallafía 

recojer 

pampa 

pampa 

llano,  llanura 

paña  maqui 

cupi  ampara 

mano  derecha 

pantai 

pantana 

errar 

papas 

choque 

papas 

parai 

tallu 

lluvia,  llover 

para  pacha 

talln  pacha 

tiempo  de  agua 

arusina 

hablar,  discutir 

pascalai 

ja rara ña 

zafar,  desatar 

pata 

araya 

en  alto,  arriba 

patilla 

pataaii 

Y   pol]o 

pyaa 

apachi 

\    vieja,  bruja 

pfaca 

chara 

pierna 

pfiñachi 

cquieachaña 

insultar,  injuriar 

pfiñacui 

tipusina 

rabia,  estar  airado 

piñacuicui 

ccapisiña 

enojarse 

pfucuna 

pusaña 

soplar,  soplador 

pfuro 

huaita 

plumas,  plumajes 

pfuio 

puyu 

la  pluma 

píusca 

ccapu 

huso,  rueca 

pfuscai 

ccapuna 

hilar 

pfuyo 

cqueraya 

nube 

pichai 

pircuña 

limpiar 

pichana 

pichana 

escoba 

j'ichi  tanca 

pichitanca 

golondrina 

pichitanca 

pichuichaga 

j^orrión 

puiquillo 

puiquillo 

nombre  de  una  planta 

piscca 

pisca 

cinco 

piqui 

ccuti 

pulga 

pisi 

pisi 

poco,  esca->o,  menos 

EN    KL 

SUR— DIALECTOS 

INDÍGENAS                       365 

Quechua 

A  y  mar  a 

Castellano 

pisicutis 

canquipacbaqui 

raras  veces 

pitac  ?      ' 

qnitisa  ? 

quién   es? 

pii 

qnili 

quien 

airu 

planta 

poccosca 

poco 'a 

cosa  madura 

posocco 

posocco 

espuma 

ppacha 

isi 

ropa,  vestido 

ppaqui 

pqquifía 

romper,  quebrar 

ppaquisca 

paquita 

roto,  quebrado 

ppisco 

ja  machi 

pájaro 

ppunchai 

uru 

día 

plica 

chupica 

colorado 

puchn 

puchn 

sobra,  exceso 

pucclacoc 

anatiri 

jugador 

puccllai 

unat'^nu 

jugar,  estar  alegre 

puñui 

samca 

sueño 

puñuna 

iquiña 

dormir,  cama 

pu  imita  muña  ni 

iquihanchitu 

quiero  dormir 

pururaa 

purania 

desierto,  sin  cultivo 

piicyo 

pucyo 

pozo 

quechi!  i 

apakona 

irse,  alejarse 

qquetla 

jaira 

perezoso 

quichari 

istaraña 

abril,  abrirse 

quilla  guañi 

iairi    ^* 

unión,  conjunción 

qqueniicui 

queraisina 

arrimarse,  apoyarse 

qquenii-CA 

queraica 

arrimado,  apoyado 

qquenti 

quenti 

picaflor,  avecilla 

quellcai 

quelkaña 

escribir 

qquilla 

pacsi 

mes,  luna 

quuisa 

quimsa 

tres 

quiru,   ccama 

lacachaca 

diente 

quisca 

chapi 

espina 

racju,  güira 

lanccu 

grueso,  gordo 

ali 

rama 

rantiguai 

alasita 

comprar,    cómprame 

rantii 

fílana 

ir  á  bUvScar 

illapa 

rayo 

ri  puri 

saraña 

ir  á  caminar 

ritti 

chuyuncaya 

nieve 

ritti,  rittiii 

ccunu 

nieve,  nevar 

ruascca 

lura  tahua 

cosa   hecha 

rumi 

ccala 

roca,  piedra 

rumisncai 

calanchana 

empedrar 

runa 

chacha 

varón,  hombre 

runa 

jaque 

hombre,  gente 

rnntu 

cauna 

huevo 

Vupasca 

nacata 

cosa  quemada 

sacsacui 

si  SI  asiría 

hartarse 

366 


TAVERA-ACOSTA 


Quichua 

Aymara 

Casiellano 

saiccucui 

ccarina 

cansarse 

samai 

sama 

descanso,  repodo 

samari 

samaña 

descansar,    reposar 

saquei,  aitaratai 

jaitafía 

dejar,  abandonar 

sara jancca 

jamppi 

maiz  tostado 

sara 

tonco 

maiz 

carachi 

saina,  lepra 

sayacui 

sayaña 

pararse,  detenerse 

sayasca 

sayata 

estar  parado 

senca 

nasa 

nariz 

silvai 

cuyuña 

salivar,  escupir 

siUu 

si  Un 

uña 

simi 

laca 

boca,  labios 

siqui 

china 

año 

siqquiy 

jiqquiña 

arrancar 

sipas 

tahuaco 

moza,  mujer  joven 

sipita 

Ilica 

red 

si  ri  pita 

siripita 

grillo,  insecto 

sirqui 

sirqui 

berruga 

jaquiri 

sobrino 

socta 

sojta 

seis 

suchuri 

iticana 

retirarse 

siiisui 

susuña 

cerner,  cedazo 

sullca  pana 

chinqui 

<         hermana 

sullo 

sullo 

aborto 

suUui 

suyuña 

abortar 

suraac 

ccacha 

bueno,  bonito 

supai 

aucca 

enemigo,   diablo 

sutti,  caiichai 

ccana 

luz,  claridad 

sutti  yai 

pacarifía 

revelar,   amanecer 

suttun 

chaqueri 

gotear 

sayai 

suyana 

esperar,   atender 

tacarpu 

chacura 

estaca 

tacua 

pusi 

cuatro 

tacua  uco 

pusini 

entre  cuatro 

huancara 

tambor 

tanccai 

nucuña 

empezar 

tantai 

tantaña 

juntar,  reunir 

tapa 

tapa 

nido 

tapachai 

tapachan 

anidar 

tapui 

isquiña 

preguntar 

tarpui 

sata 

siembra 

tarpui 

satafía 

sembrar 

tata  unainiyoc 

auqui 

abuelo,  anciano 

tataiqui 

auquima 

tu  padre 

tatan 

auquipa 

su  padre 

tatanchec 

auquisa 

nuestro  padre 

ta 

ipa 

tía 

EN    E 

:l  sur— dialectos   indígenas                367 

Quechua 

A  y  mar  a 

Castellano 

tiacui 

utjana 

asiento,  sentarse 

tuicui     ' 

taripaña 

hallar 

tuiciinacui 

haquisiña 

encontrarse 

ti  ti 

causi 

estaño 

ttacai 

buarana 

derramar 

ttacsai 

jariña 

lavar 

ttacu 

ttacu 

áspero,  duro 

ttacsac 

ttacsiri 

lavandera 

ttanta 

ttanta 

\ 

pan 

ttirapui 

huallaque 

^  hervir 

ttio 

challa 

arena 

ttucuichasda 

chinasca 

últimamente 

tturuplato 

chua 

plato  de  barro 

ttucsii 

junuña 

punzar,  encajar 

ttica 

iquilla 

flor 

ttuta 

ttuta 

polilla 

tucui 

taque 

todo,  todos 

tucnichai 

tucuichafía 

acabar,  te  i  minar 

tucui  chaqui 

ccorpa 

término,  fin 

tucuichasca 

tucusita 

acabado 

ttullo 

ttnca 

flaco,   seco 

tullu 

cchaca 

hueso 

tuUuyachi 

ttucaptana 

eaflaquecer,  adelgazar 

tumpai 

tumpaña 

alzar,  levantar 

tustuu 

cchacta 

cuatro  reales 

tusuc 

tocori 

bailador 

tusui 

tocona 

bailar 

tuta 

aruma,  jaipu 

noche 

tutamanta 

arumarp 

de  mañana 

tutayac 

chamaca 

obscuro 

uac  huata 

<>  maamara 

el  año  pasado 

Otras  voces    C 

liíichuas 

(  Extractadas     de    las  obras   de     Humboldt,  Prescott, 
Carrey,    Marcoy,     Wiener,    Girgois ) 


Arpak 

sacrificador 

arihua 

fiesta 

amaru 

serpiente 

Cajamarca 

lugar  de  hielo 

amauta 

sabio 

canopa 

ídolo  de  metal 

ancae 

traidor 

canku 

pan  de  maiz 

anta 

cobre 

capac 

poderoso 

368 


TAVERA-ACOSTA 


cori 

oro 

papa 

padre 

curaca  (15) 

jefe  _ 

para 

agua,  río 

cuzco 

ombligo 

pachaca 

jefe  de  100  sol- 

cupai   (16) 

demonio 

dadíís 

Chauka 

Ídolo  de  piedra 

pana 

hogar,  sitio 

champí 

hacha  de  guerra  quipu  (17) 

nudillos,   cuen- 

chasqui 

correo 

tas 

Garúa 

llovizna 

quipucamaya 

el  que  lleva  ó 

garuai 

lloviznar 

guarda  los 

Harabec 

poeta,  inventor 

quipus 

huaca 

faja,  deidad 

Ramka  kumi 

adivinación  por 

huaraco 

heredero 

el  sueño 

hailli 

triunfo 

rimac 

puente 

huáscar 

cable,  cuerda 

runa 

hombre 

hirka 

cumbre 

Tambo 

posada 

huakra 

alacrán 

tiú 

arena 

huaituk 

adivino 

Upa 

silencio 

Kau 

brujo 

Yanti 

báculo 

kuni 

adivinación 

yupanqui 

rico  en  todas  las 

Llauto 

turbante 

virtudes 

Mama 

madre 

Carakenke 

nombre  de  un 

mamacona 

matrona 

ave,     cuyas 

marka 

torre,  jurisdic- 

plumas sólo 

ción 

usaban  los  In- 

mar i 

sagrado 

cas  ó  los  jefes 

Pacíia 

mundo 

( 

del  Perú  (18) 

(15)  Quizás  la  voz  caraca  es  una  variaatede  atraca^  Jefe,  por  la 
facultad  que  tenían  los  Curacas  de  usar  plumas  en  la  cabeza  en 
representación  del  Inca.  Debe  recordarse  que  Uacaipuro,  nombre 
del  más  glorioso  de  los  Jefes  indios  de  Venezuela  durante  la  Con- 
quista, expresa  en  lengua  peruana    "  plumaje.de  lágrimas." 


(16j  En  el  vocabulario  que  trae  Gilij,  tomado  por  el  Rvdo. 
Suárez,  dice  súpai.     Girgois  escribe  tupay. 

(17  )  Dice  Aristidcs  Rojas  :  "Los  quipus  fueron  conocidos  de 
los  Paráhuas  antes  que  de  los  Incas,  y  usáronlos  los  Caribes  y  Ta- 
manacos en  las  llanuras  del  Orinoco  y  los  del  Canadá  y  de  México. 
Su  uso  primitivo  viere  de  la  China  y  de  otras  regiones  deL  Asia." 
— Estudios  Indígenas^  página  16. 


(18)  A<;aso  algunas  tribus  del  Rionegro  denominaron  á  los  ga- 
llos importados  por  españoles  y  portugueses  con  ios  vocablos  ca- 
raca y  caráquene,  en  recuerdo  del  pájaro  sagrado  de  los  Incas,  al 
que  jamás  habían  mirado. — Notas   del   Auto) . 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


369 


Carnpi  ó  Cainpa 


Achote 

pUiita,  colorado 

ah 

si 

aniani     , 

el  que  vive 

anta  pancochi 

en  la  casa 

anta  ma  qui 

sobre  la  piedla 

apa 

padre,  abuelo 

aytio 

ser,  tener 

aytio  pijitia  ? 

tienes  mujer  ? 

ay  niobi  ? 

cómo  estás  ? 

ay  nionaro 

estoy  bien 

cachiguezanai 

estar  enfermo 

cahasiba 

bañarse 

camachuneari 

azul 

cametina 

bueno,  bonito 

cauari 

ave  negra  y 

caniri 

yuca 

blanca 

capiro 

loro 

capí 

caucho 

carisi 

trueno 

careti 

relámpago 

cascarolla 

lo  mismo 

casiri 

luna 

chagatacchi 

pescar 

chacupi 

flecha 

chiguicha 

vulva 

chichi 

fuego 

chinani 

mujer 

chiguito 

mosca  que  pica 

chirianti 

pina 

chinchipote 

mono  pequeño 

coca 

coca 

chuirai 

cerca,    en  redor 

cubisi 

olla 

cotea 

tortuga 

estat 

escarabajo 

esca 

pintura 

etchibiste 

mono  amarillo 

estia 

chicha 

eni 

agua,  río 

hearoto 

abeja 

huaracca 

algarrobo 

hericha 

cuerda 

igié 

hermano 

igina 

esposa 

igiso  serari 

cabeza 

ihpagri 

norab.  de  u,n  peí 

'>  imperita 

cerro 

impogo 

caña  dulce 

impoquiro 

estrella 

incani 

aguacero 

iña 

madre 

inchaso 

árbol 

inchato 

bosque 

inquintacqui 

herir 

inquintiro 

flechar 

inquito 

cielo 

itomi 

hijo 

i  pari  gaiíacqui 

irampoli 

vientre 

incani 

lluvia 

isihui 

nervio  viril 

irichori 

tío 

ispatona 

barbas 

isongissaco 

un  objeto 

legori 

sin  escamas 

firo 

tu 

macero 

sapo,  rana 

jetacomendoche  puerta 

matanqui 

culebra 

leri 

tabaco 

mapui 

piedra 

raahuani 

tres 

roereto 

chato 

mapi  siqui 

cerca  de  la  pie- 

naco 

mano 

dra 

naco 

candelero 

ramemeri 

perico 

nada 

animal 

mongotacqui 

cocinar,  hervir 

namahatanac- 

, 

naco 

brazo 

qui 

nadar 

nada 

enemigo 

naro 

yo 

nahuapitacqui 

coser 

nuitoce 

negro 

nia 

agua,  deudo 

nanigacqui 

corazón 

noaseri 

chicha  de  yuca 

^^   nai 

diente 

noatacqui  sa- 

nencon 

nube 

mani 

voy  lejos 

En  el  Sur— Dialectos  Indígenas.        24. 


370 


TAVERA-ACOSTA 


noaqui 

lágrima 

noataiha 

yo  voy 

noccehona 

setas 

nobora 

mejilla 

nocheba 

labios 

nocheba 

boca 

nochón 

cuello 

nocchoncona 

capilla 

nogassaregi 

testículo 

nogamaguete- 

í^ 

nogisi 

pierna 

rida 

matar 

nogriaqui 

rodilla 

nogili 

pies 

noguirimasi 

nariz 

nogiso  sacqui 

amarrar 

tiomaga  nacqui 

dormir 

noguera 

quijadas 

nomuchac 

notoso  tacchi 

bailar 

ctempi 

beso,  besar 

nompimantacqu 

i  vender, cambiar 

nonema 

lengua 

noncamantacqui 

te  contaré 

nonenquietqui 

collar 

nonenchacqui 

ropa,  camisa 

rooiacquira 

tragar,  glotón 

nonei 

pecho 

nopariganacqui 

caer 

nonianaqui 

hablar 

norirai 

sangre 

nocuaimanacqui  grito 

notsirini 

disentería 

nosiste 

espalda 

obegantara 

redondo 

nunquirigacqui 

hilar 

ochariate 

chico 

ogachisuiai 

dolor 

ocquicho 

semilla 

ochili 

perro 

osictü 

mono  ne^ro 

oquisoti 

duro 

otega  tarjaqui 

flor  amarilla 

osiquiena 

cuadrado 

pachaiitabi 

mariposa 

otenate 

pesado 

payro 

mucho 

pachenti 

paloma 

paDCOche 

casa 

pairnisimi 

bastante 

parianti 

plátano 

paquicha 

anguila 

piamenchi 

arco 

pe ni pero 

mariposa 

piniíitiro 

amar 

pichi 

miel 

pisüiii 

mono  nocturno 

piniro  chozi 

tía 

pochoti 

pintar 

piteni 

dos 

puchitari 

negro 

pubica 

beber 

queri 

madera  negra 

pañaca 

gente 

quienti 

sol 

quetari 

blanco 

quipachi 

serranía 

quíntalo     '* 

loro  verde 

quiseri 

amarillo 

quirchari 

rojo 

sancati 

color  café 

sabun  birunchi 

guayuco 

sanlaberi 

cedro 

sanfíiro 

caracol 

serari 

hombre,  esposo 

sargiminiqui 

cacao 

seui 

tabaco 

serepegari 

médico 

sima 

pescado 

si  cata 

comer 

sinqui 

maiz 

simasiriahuanti 

vainilla 

tampia 

viento 

sitachi 

cama 

tera  caraeti 

malo 

tasitacqui 

asar 

lera  nonisero 

no  quiero 

tera 

no 

umaginalo 

mono  pardo 

tisoni 

zamuro 

umuius.-^ra 

hueco,  agujero 

umalani 

grande 

yachicaquieiia 

morder 

unechotéguila 

blando,  suave 

yamri 

mono  castaño 

yocaío 

botar 

caniri 

yuca 

ywga 

él 

EN 

EL  SUR— Dialectos  indígenas                  371 

Chiquita  (/^) 

Lula  {20) 

Vileta  {21) 

Agua       , 

tuús 

so 

ma 

arena 

accíies 

zu 

arco 

pines 

aquép 

árbol 

é 

quiré 

ají  ^ 

ostó 

quiodai 

aquí 

asna 

alma 

ascipio 

iscet 

gosé 

abajo 

aaqui 

sanmá 

baslebé 

arriba 

a  pe 

soma 

laué 

año 

nasuquibibés 

vohó 

sapé 

animal 

baus 

váa 

moít 

amargo 

piciananene 

aap 

curt 

amarillo 

axizuriqui 

zoóp 

sananáp 

agrio 

ocoro 

aasp 

curít 

avispa 

yanacuá 

caxpa 

ayer 

ausere  n'  anenez 

azul 

oxicinama 

Batata 

quibichos 

bosque 

etul 

cohuit 

boca 

ais 

ca 

yep 

brazo 

ipás 

blanco 

purucibi 

po    ^ 

pop      ^ 

Cabeza 

taani 

tocco 

uiscone 

caimán 

oquirís      * 

camino 

vin 

yagé^ 

casa 

enú 

quane 

caña 

nalha  pulun 

aqué 

claro 

anetás 

voacquerap 

pahue 

cachicamo 

ritacoós 

\/ cerdo 
^'^ejas 

upauchéz 

raaan 

yinit 

saquez 

cera 

jopoonoús 

mapa 

lappá 

cielo 

apez 

so 

laué 

conuco 

jacp 

pemulbép 

corazón 

auzazís 

iseet 

gosé 

cuerpo 

quitipís 

Chinchorro 

sipé 

peuisagúet 

chigüire 

oquis 

chicha 

zuma 

suqué 

Danta 

oquitapaquis 

día 

anenéz 

inni 

ció 

diablo 

oichoboré 

icheló 

goz 

Dios 

Tupa 

(19)  Habitaban  en  la  región  S. 
el  interior  del  Chaco. —  (21) 
Notas  del  Autor 


E.  de  Bolivia. — (20)  Habitaban  en 
Vivían  á  orillas  del  río   Salado. — 


372 


TAVER A- AGOSTA 


diente 

oos 

llu 

lupé 

dulce 

ociña 

osaabp 

dupmá 

dueño,  amo 

maatas 

anzulú 

corít 

Esposa 

izipoci 

camueptitó 

güimá  ^ 

Flecha 

lata 

aqué 

frente 

cutacuús 

frijol 

quichiores 

polotó 

poroté 

fuego 

pees 

jucué 

níe 

frutas 

velep 

peié 

Gato 

oichebeis 

missi 

Hediondo 

zuuzabo 

ayup 

puslít  iquiét 

hombre 

ñoñeis 

pelé 

nitemoy 

hijo 

zai 

cué 

inaké 

hija 

ichaquimoco 

cué 

inaké 

hoy 

auza  n'  anenéz 

hormiga 

ochepéz 

opeopé 

zuzulí 

lago 

arubaituús 

soisí 

maiep 

lanza 

cayé 

iquén 

lechoza 

zapayús 

liebre 

oiyorís 

ligero 

caacaa-apaeso 

lengua 

o  tus 

lequí 

lequíp 

lobo 

uraamenéz 

luna 

paas 

allit 

^opi 

Lluvia 

taas 

mep 

loué 

Madre 

ipagui  ipapa 

hu»nué 

nané 

mañana 

tubauca 

maní 

maquis 

medio  dia 

izapez 

inni  tantaqui 

olópaté 

mano 

ees 

is 

isip 

miel 

cus 

yana 

caxpajané 

mono 

oquiubis 

monte 

iritus 

aizu          ^ 

uagoseraop 

mes 

paas 

allit 

copí 

muslo 

ocheus 

maíz 

pilis 

anapeyé 

mujer 

país 

vacal 

quislé 

Nariz 

iñas 

ñus 

limic 

neí^io 

quibizi 

celé 

quirimit 

niño 

vais 

cué 

cus 

niña 

cupiqurs 

cué 

bapús 

noche 

itobís 

viyoc 

uí 

nubes 

cuzaibos 

voótni 

saqué 

Obscuro 

tomicaneneca 

vouyóc 

dubquisé 

oloroso 

orio 

acquemeixp 

pulelét 

ojos 

sutos 

chu 

toqué 

oso 

upaichabis 

orejas 

umazus 

cusp 

maslup 

Padre 

iyai 

pe 

op 

páiaro 

utaús 

sotó 

aleí 

EN    EL  SUR— DIALECTOS    INDIGI 

^NAS                 373 

plátano 

pacobás 

pecho 

tucío 

iné 

gosé 

perro 

uta  moco 

culé 

huan-ocol 

perro  de  ig 

Lia       opiños 

peí^cuezo 

tapeús 

pez 

opiocóz 

peas 

aquep 

pié 

popéz 

elu 

apé 

pierna 

iis 

isep 

dose 

piedra 

caas 

ai 

uagosé 

puerta 

enuca 

uep 

Rostro 

sus 

rodilla 

i  chas 

rayo 

anetás 

aguémp 

paué 

relámpago 

mapaezós 

rojo 

quituriq.ui 

laps 

sukuéts 

río 

ocirús 

soyabaltó 

i  telo 

Sapo 

oxixos 

sol 

suús 

ini 

oló 

Tabaco 

tabaco 

tusup 

trueno 

iciu  ntaás 

tigre 

oi  timis 

yauá 

iquém 

tierra 

quiís 

á 

baslé 

tortuga 

apetás 

Uñas 

eequiquís 

isl  hu 

valúp 

Venacio 

oibós 

cocs 

quigi 

viento 

maquietís 

.>         voopu 

uó 

vientre 

quiporúz 

ep     ^ 

uúp 

Yerba 

nalha 

ané 

Zorro 

umatucés 

culé-elebí 

ocol 

Payuro 

Auarigoto 

Auano 

Casabe 

u 

aquej  u 

pussi 

tu 

ama 

amuere 

yo 

iu 

ure 

nuja 

Otros 

voces  Ananas 

Hacha 

yabaji 

tigre 

cuajiji 

mujer 

inioji 

yo  voy 

nujacau    (22) 

(22)  Estos  vocablos  Payuros,  Auarigotos,  Auanos  y  Otomacos, 
así  como  los  vocabularios  Chiquito,  fiulo  y  Vilelo,  los  hemos  toma- 
do de  la  obra  del  Rvdo.  Gilij,  quien  asegura  en  la  pág.  149,  Cap.  3, 
Lib.  3,  tomo  3  de  su  Saggio  di  Sioria  Americana  que  la  lengua  Ta- 
.V  manaco  y  la  Maypures  son  la  clave  de  casi  todas  las  naciones  del 
Orinoco. — Nota   del  Autor. 


374 


T  AVERÍA-AGOSTA 


Otras  voces 

Otommas 

Bueno 

tenuma 

si 

aa 

bonísimo 

tenuma-araó 

tabaco 

ghí        • 

dos 

de 

tortuga^ 

acquea 

lechoza 

pappai 

tu 

í 

padre 

aua^ 

uno 

engá 

pájaro 

ga 

yo 

no 

VOCES  HAITIANAS- (23) 


Nombres     de  pueblos  y    de    Caeiqítes 

Guacanagari 

Jaraguá 

Marién 

Guahaba 

Guarionej 

Guacaiyarima 

Amaguei 

€iguayo 

Behechío 

Aniguayagua 

Macorij 

Cubao 

Caonabó 

Iguamuco 

Icaguá 

Macao 

Higuei 

Bainoa 

Banique 

Cayacoa 

Cotúbanamá 

Yaquimo 

Careibana 

Yaguana 

Ujraatei 

Magua 

Cibao 

Baoruco 

Mavobanej 

Maimón 

Caiguán 

Zahai 

Nombres    de  ríos  f  de  arr 

'oyos 

Yuna 

Dahabón 

Maho 

Guayobín 

Neiba 

Hatibonico 

Camo^ 

Maimón 

Camín 

Guarico 

Nigua 

Nizao 

Cotui 

Agmina 

Bahabonico 

Ocoa 

Yaqui 

Heuna 

Para  maho 

Janiqne 

Haina 

Guaba 

Cibú          ' 

Mayo 

Báho 

Guanahumá 

Cepecepe 

Diccayagua 

Coaclinucúm 

Buemicúm 

Nombres  de  pía 

nías  y    de  frutas 

guayaca n 

yagua 

guayaba 

yabruma 

ceibíi 

copel 

anona 

guaba 

caóbán 

hibuero 

hobo 

tuna 

caimito 

maní 

guanábana 

h  i  caco 

guácima 

palmicha 

pitahaya 

mamey 

(23)  Las 

voces  que  siguen, 

(así  como  el  g 

;losario  )   las    h 

hemos 
entresacado  de  la  obra  de  Fray  Bartolomé  de  las  Casas^  titulada 
Apologética  Historia  de  las  Indias. 

Nota  del  A2U0X.         * 


EN    EL  SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS 


375 


Haití 
Guanabo 


quemí 

hutía 

curie 


Nombres  de  islas  y  de  golfos 

Guanahaní  Samaná  Azua 

Saona  Yagua  Yaquimo 

Nombres  de  cíiadrúpedos  y  d.e  insectos 


Iguana 
raohic 


cocuyo 
nigua 


jejen  ^ 
comején 


Nombres     de  peces  y  raices    comestibles 

tiburón  manatí  batata  guajeare 

tetí  guabina  lerén  [lairénj  ages  [ñame] 

dihaca  danao  yuca  yahubia 

zoge  guayaga 

Otras   voces 


Ají 
Atabej 

Baharí 
batei 

behique 

bejecu 

bija^ 

bohío 

burén 

buti 

Cabuya 

caco 

caney 

canoa 

caona 

catebía 

casabi 

cerní 

ciba 

cohoba 

conuco 

cohoiba 
Daca 
duho 
Guaoxerí 
•"^uariquitén 


pimiento 

nombre  de  la  ma- 
dre de  Dios 

señor,  señoría 

pelota  3^  sitio  pa- 
ra jugarla 

sicerdote,  adivi- 
no 

bejuco 

pintura  colorada 

casa,  albergue 

budare 

zarco 

cuerda  > 

ojos 

casa  grande 

bote 

oro 

yuca  rallada 

pan  de  yuca 

ídolo,  estatua 

piedra,  cuentas 

rapé  (ñopo) 

labranza,  cemen 
tera 

tabaco 

yo,  mi,  mío 

asiento 

hombre,  señor 

aparato  para  ra- 
llar yuca 


guamiquuia 
Guanique 
guaca 
Guaca 

guanín 

Hamí 

hamaca 

hupía 

huracán 

Ibiz 

Jabjao 

jagüey 

jaiba 

Libuza 
Macana 

mahiz 

mahite 

matunheri 

Naboría 

nitaiíno 

0-camo 

peití 

taguagua 

sebucán 


Jefe  superior 
nomb.  de  sierra 
guacamaya 
nomb.  del  her- 
mano de  Dios 
joya 

nomb.  de  valle 
cama  colgante 
alma,   espíritu 
viento  impetuoso 
cedazo,  manare 
lo  mismo  que 

jaujau 
algibe,  ojo  de 

agua 
nomb.  de   un 

crustáceo 
piel  de  lija 
arma  de  guerra 
grano  alimenti- 
cio 
dientes 

señor,  señoría 
criado,  sirviente 
capitán 
oye,  tu 
negro 
sarcillos 

aparato  para  ex- 
primir la  cate- 
bía 


376 


TAVERA-ACOSTA 


Yarí 

joyel,  tesoro 

Zapita 

nomb.  de  val^e 

ye 

lomisruoq'y 

eiba  Uno 

hequeti 

yen 

lo  mismo  q' 

yare  dos 

yamoca 

Yocahu-Vagua- 

tres 

canocún 

Maorocoti      Dios 

cuatro 

yamonco- 

Zabana 

campiña 
Siusi  (^5) 

bre  (24) 

Tartana 

Y u cuna  {26) 

Lengua 

nuenéne 

uénene 

nurlena 

diente 

nuetsa 

ué 

nói 

nariz 

nitacu 

uéchtacu 

nutacu 

boca 

nunuma 

uanuma 

nunuma 

ojo 

nuti 

pátida 

nújrlu 

oreja 

núeni 

uejeni 

noujjuí 

cabeza 

niuita 

pajjuida 

nuirla 

agua 

uni 

ur.i 

uni 

fuego 

tidse 

tchiáua 

tsiá 

sol 

gamui 

queri 

camó 

luna 

queri 

queri 

queri 

estrella 

jiuiclii 

uitsudape 

jiuiri 

uno 

apaba 

pada 

pajrlúasa 

dos 

dsamapa 

.    yamaite 

jiamá 

tres 

mandalíapa 

mandálite 

uesiquierle 

-, 

Tticano 

¡Janana 

Uaicana 

Lengua 

yéemenó 

yáamanó 

manó 

diente 

u>piri 

piri,  pidi 

ujpiri 

nariz 

equéa 

quenó 

equéa 

boca 

ejsero 

dejsero 

desero 

ojo 

caj  peri 

cajpádi 

caj  pea 

(24)  Segúndelas  Casas,  los  aborígoiies  haitianos  contaban 
hasta  el  10  ;  pero  él  no  trae  sino  estos  cuatro    primeros   números. 

(25)  Koch-Grünberg  dice  de  los  Uariperidáquenas,  á  quienes 
llama  Siusí,  que  -'representan  el  tipo  más  puro  de  los  Aruacas,  por 
sus  facciones  finas,  casi  europeas,"  en  oposición  á  las  de  los  Cata. 
polítani  del  raudal  de  Tunahí,  en  el  Izana,  y  los  Jujutenis  de] 
bajo  Aiari,  que  tienen  "  caras  gruesas,  pómulos  salientes,  ancha 
boca,  abertura  angosta  de  los  ojos  y  ésta  inclinada  hacia  la  nariz." 
._.0b.  cit.  pág   170. 


(26)  El  mismo  autor  dice  de  estos  indios    del   bajo  Uaupés-Cu. 
yari,  que  ''hablan  un  dialecto  muy    puro    del   Aruak"  y    que    "el 
parecido  de  sus  facciones  ñnas  é  inteligentes,  con  el  de  sus  parien- 
tes los  Uuariperidáquenas,    es    muy  visible. — Ob.    cit. — Notas  deU 
Aíitor. 


^ 

EN    EL    SUR  — DÍA] 

LECTOS    INDÍGENAS                         377 

oreja 

comépero 

caá  mono 

camono 

cabeza 

dejpóa 

dejpúe 

da  j  púa 

agua 

ajeó,  ojeó 

có 

ajeó 

fuego 

)           pechcámee 

pchtcháca 

pechcaca 

sol 

mujipu 

sé 

ajsé 

luna 

niujipu 

sé 

ajsayemiqueno 

estrella 

yájcoá 

yapítclioa 

5'apicoa 

uno 

niicanó 

querlia 

ajcaqairó 

dos 

peáro 

peáro 

peáro 

tres 

íitiaro 

tíaro 

tíaro 

Tuyzíca 

Bar  a 

U ai  ana 

Lengua 

yemeno 

yémenó 

yéraeno 

diente 

ujohi 

ujphi 

opi 

nariz 

echquéa 

échqnea 

équeá 

boca 

ejsero 

ejero 

esero 

ojo 

caj  pliea 

cájphea 

cape 

oreja 

camóphero 

amóphero 

camópero 

cabeza 

dejphuo 

déjphea 

depone 

agua 

ojeó 

ojeó 

ocó 

fuego 

pechcámene 

péchcame 

pecame 

sol 

mújiphú 

mújiphú 

mújipué 

luna 

mujiphú 

mújiphú 

miijipué 

estrella 

yájcóá 

yójcóá 

yécoá 

uno 

tchichcarlo     ^^ 

jichcaga 

icapeleco 

dos 

peárlo 

peága 

peápeleco 

tres 

ichtiero 

ichtiaga 

itiápeleco 

Uasena 

Bujagana 

Tsela 

Lengua 

yémenó 

yémenó 

yémenó 

diente 

opi 

^uji^ 

ojphi 

nariz 

equéá   > 

inyá 

íchcueá 

boca 

edsero 

rlichsé 

rlijé 

ojo 

capeca 

cajea 

cájphea 

oreja 

camópero 

gamo  rio 

amorío 

cabeza 

depone 

rlichjoga 

lichphóa 

agua 

ócó 

íde 

ojeó 

fuego 

pecame 

jéame 

pero 

sol 

mújipe 

omacayi 

mújiphú 

luna 

mújipe 

yamigague 

mjiphú 

estrella 

yócóa 

yójcóá 

yójcóá 

uno 

j  icario 

enría 

jica 

dos 

peárlo 

jéarlá 

pega 

tres 

itíarlo 

edíarla 

ichtíaphe 

Ertdra 

Des  ana 

Yupua 

Lengua 

yéraenó 

nériru 

dódo 

Miente 

g^iji 

gujícudi 

gojpega 

nariz 

inyá 

íniuú 

éngedé 

378 


TAVERA-ACOSTA 


boca 

lisé 

dijsiro 

díjsi 

ojo 

cajea 

cuiri 

yerle 

oreja 

gámonó 

gáaminó 

n-yamú 

cabeza 

rijjoa 

dejpuru 

cuerle    a 

agua 

ojeo 

dejcó 

dejcó 

fuego 

hearoe 

pea  rae 

pierle 

sol 

mújijú 

abé 

aué 

luna 

yamíague 

abé 

yaímagueáue 

estrella 

y  ojeó 

neyajca 

yoj  corlo 

uno 

cojoga 

yújuye 

tzuúdyá 

dos 

géaga 

péyee 

aj  pedyá 

tres 

edíaga 

erleye 

arledyá 

Vajuna 


Cobéua 


Cueretu 


Lengua 

nénoqueca 

jemedo 

siámerlaco 

diente 

ópía 

jicopi 

sicojiri 

nariz 

óme 

ueca 

sicomeo 

boca 

dijocope 

jijécamu 

sírisepu 

ojo 

>  áacoá 

jiyacorli 

siacoquia 

oreja 

ámú 

jicámucá 

siquiaurlo 

cabeza 

dupucoa 

jipobe 

sirojo 

agua 

ocoa, jocóa 

ocó 

cótapu 

fuego 

peca 

toa 

jequiequie 

sol 

ijía,  aiyaga 

auiys 

ja-ia 

luna 

yámigacaiyaga 

auiya  yamícaque  ja-ia 

estrella 

táapía 

abiácoa 

yacoje 

uno 

ínojo 

cuínarlo 

ñamare 

dos 

ípo 

pecarloa 

najáraquiare 

tres 

mácarlaco 

yóperquerloa 

masiraquiare 

Umáua-Jianacoto    Míraña-Imijite    Uítoto-Caimó 


Lengua 

yinyico 

menéjecoa 

egueta 

diente 

yerli 

meecoajee 

ijsie 

nariz 

yonárli 

metejao 

dopo 

boca 

yétarli 

méeje 

pue 

ojo 

yenurlu 

maatje 

uise 

oreja 

banárli 

meneraeo 

quenobe 

cabeza 

bútuje 

meenícoae 

ejpogue 

agua 

tuna 

néjbaicu 

jan  enoi 

fuego 

majoto 

quejegoa 

reque 

sol 

uei 

néeba 

j  i  toma 

luna 

nune 

btjcoejpi 

pheui 

estrella 

cirlique 

mequérecoa 

ocuto 

uno 

ten  yi 

tsane-ere 

daje 

dos 

sequénerle 

rainyeque 

menaje 

tres 

tserláuerle 

máaquini 

daje  ámani 

EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


379 


Macú    (2/) 

Macií    (2c?) 

Macú  (2^) 

Lengua 

noquepa 

noquedn 

neg 

diente 

taqui 

tagn 

máu 

nariz 

tóite 

toidn 

tiégna 

boca 

no 

nodyidn 

jagtjú 

ojo 

tem 

tapegn 

quíbnda 

oreja 

cúi 

buitongn 

munitjú 

cabeza 

nu 

nu 

uaitibn 

agua 

nej 

n-de 

má 

fuego 

bej  au 

n-degnjó 

tequéd 

sol 

jódén 

uerjó 

yeú 

luna 

tchemjó 

tcheébnjaiáb 

uídn 

estrella 

tamé 

ueramé 

quéiyoa 

uno 

mé-id 

taiyaba 

bignou 

dos 

tem-id 

m-beé 

tehéneoú 

tres 

matneuáp 

Ca 

moneg  uáb 
rijona 

bechcamanou 

(Del 

Dr 

•.    Crevaux) 

Diente 

yeri 

ojo 

yenuru 

oreja 

anari 

cabeza 

utuhé 

agua 

tuna 

fuego 

tata 

sol 

beí 

luna 

nunua 

uno 

teni 
tres 

¿> 

dos 
seraueré 

sequenere 

DOCUMENTOS   ARQUEOLITiCOS 


Entre  los  numerosps  utensilios  y  curiosidades  indígenas  que 
que   poseemos,  se  encuentran  las  siguientes    antigüedades  : 

I  mortero  de  piedra  de  28  centímetros  de  circunferencia  exte- 
rior, 15  en  el  borde  interior  de  la  concavidad  y  6  de  altura,  hallado 
en  las  márgenes  del  Sipapo. 

I  monolito  circular,  pulimentado,  de  28  centímetros  de  cir- 
cunferencia por  35  de  diámetro  y  14  de  espesor  ;  de  las  cercanías 
de  la  Uruana. 

I  falo  de  piedra  de  15  cm.  de  largo  por  20  de  circunferencia 
en  la  base  y  9  en  el  glande  ;  5  de  diámetro  en  ésta  y  3  en  el  ex- 
tremo ;  del  río  Matabén. 

I  id.  id.  de  10  de  largo,  15  de  circunferencia  en  la  base  y  12 
en  el  balano  ;  diámetro,  3  ;  del  río  Uapo. 

I  id.  id.  de  8  de  largo.  14  de  circunferencia  en  la  base  y  13 
en  el  extremo  ;    diámetro,    3  ;    del  mismo  río. 


'■^     (27)   Del  río  Cui-icuriari. — (28)  Del    río  Tiquié. --(  29  )  De 
ríos  Papurí,  Caiarí  y  Quirari 


los 


380  TAVERA-ACOSTA 


1  ídolo  representando  una  rara  cabeza  de  cuadrúpedo.  Mide 
8  centímetros  de  largo  desde  la  punta  del  hocico  hasta  la  nuca, 
por  6  de  ancho  en  el  extremo  inferior  de  la  boca  713  en  el  supe- 
rior ;  del    Delta   del   Orinoco.  < 

2  hachas  de  piedra,  pulimentadas,  de  8  y  1/2  centímetros  de 
largo,  cada  una,  por  7  y  t/2  de  ancho  y  3  de  espesor  ;  del  alto 
Orinoco. 

I  hacha  de  piedra  de  9  cm.  de  largo  por  6  1/2  de  ancho  y  3 
de  grue.^o  ;  del  caño  Beripamoni. 

I  id.  id.  de  9  y  1/2  de  largo  por  6  de  ancho  ;  del  río  Matabéu. 

I  id.  id.  de  6  de  largo,  6  de  ancho  y  2  y  1/2  de  grueso  ;  del  río 
Uapo. 

3  id.  id.  encontradas  más  arriba  de  la  confluencia  del  Cunu- 
cunuma,  con  las  siguientes  dimensiones  :  una  de  6  x  6  y  3  de 
grueso  ;  otra  de  5  x  6  y  2  de  espesor  y  la  última  de  5  x  5  y  i  y  1/2 
de  grueso. 


-,^^ 


Sexta  Parte 


Supuesta  antropofagia  de  los  indios  del  Caquetá  y  del  Putu- 
mayo — Un  artículo  del  Dr.  Mosquera — P.elato  canibalesco  de  un 
señor  Calderón — Tópico  del  señor  Delegado  por  Colombia  ante 
el  Cor^reso  pan-americano  reunido  en  México — Consideraciones 
— HisSria  del  origen  del  mito  de  la  antropofagia   americana. 


"■¡^■jr"  ■■ivP^  '^■tr"  ^ifaff-  'if^HSf-  ^ÜÜ»-   '<^P-'  -^t"  "^■j^'"  '<^4>'  •<JN!i>'-'"^'<l>--'#^^"<^-^"'<N|>"-'^^l>- 


En  el  número  29  del  periódico  bogotano  El  Público, 
de  26  de  enero  de  este  año,  ha  publicado  el  distinguido 
escritor  colombiano,  nuestro  docto  amigo  señor  don  Ru- 
bén J.  Mosquera,  un  artículo  en  el  que  inserta  una  lar- 
ga carta  de  un  señor  Abel  Calderón  S.,  contestación  á 
una  suya  en  la  que  excita  á  dicho  individuo  para  que  le 
informe  si  existe  la  antropofagia  entre  los  indios  del 
Caquetá  y  Putumayo,  con  el  propósito  de  refutar  lo 
asentado  por  el  autor  de  estas  líneas  acerca  del  tópico 
usado  por  el  explorador  '  Rafael  Reyes,  actualmente 
Presidente  de  Colombia,  de  que  los  aborígenes  de 
aquellas  regiones  se  comieron  á  su  hermano  Néstor,  etc. 

El  Sr.  Calderón,  acaso  deudo  del  señor  general  Re- 
yes, al  decir  de  Mosquera  ha  sido  y  es  comerciante  de 
aquellas  lejanas  comarcas,  en  donde  ha  hecho  una  sólida 
fortuna  ;  mas  no  sabemos  si  ha  destinado  parte  de 
ella  á  cultivar  científicamente  su  mentalidad.  Em- 
pieza éste  su  epístola  así : 

"En  mi  poder  su  estimable  de  fecha  de  ayer  (21 
de  enero  de  1907)  en  la  cual  me  excita  para  que  le  diga 
con  toda  sinceridad  si  es  cierto  que  en  la  región  del 
Caquetá  y  Putumayo  existen  indios  antropófagos,  pues 
desea  desvanecer  una  duda,  y  salvar,  en  cuanto  de  us- 
ted dependa,  la  veracidad  del  dicho  del  señor  general 
Rafael  Reyes,  "'  quien  ha  afirmado  su  existencia,  en  su 
"  importante  narración  de  viajes,  que  tanto  ha  intere- 
'^ado  al  mundo,  como  que  su  hermano  Néstor  murió 
"  devorado  por  ellos." 


3  84  -  T  A  V  E  K  A-A  G  O  &TA 


"  Siento  mucho  no  conocer  la  obra  del  escritor  ve- 
nezolano de  que  usted  me  habla  ;  pero  en  mérito  á  la 
verdad  y  deseando  esclarecer  este  punto,  digo»  á  usted 
que  es  evidente  el  dicho  del  señor  general  Reyes  :  la 
antropofagia  existe  aún  en  la  región  salvaje  meridional 
de  Colombia." 

Y  á  vuelta  de  minuciosos  detalles  espeluznantes  y  de 
horrorosas  circunstancias,  que  parecen  hijas  de  una 
imaginación  febril,  refiere  el  señor  Calderón  el  espan- 
toso suplicio  de  una  joven  ferozmente  devorada  /o  mismo 
que  el  infeliz  Néstor,  por  "  más  de  ochocientos  "  indios 
de  los  afluentes  del  Caquetá  y  del  Putumayo  ;  y  con- 
cluye repitiendo  que  '*LA  ANTROPOFAGIA  ES  UN  HECHO 
DOLOROSO  EN  LOS  POSTREROS  BALUARTES  DE  LA  TIERRA  CO- 
LOMBIANA" ;  y  ya  antes:  ''Tocóme  explorar  esa  re- 
gión el  año  de  1899,  muchísimos  años  después  del  señor 
general  Reyes,  y  puedo  asegurar  a  usted  oue  los  an- 
tropófagos PUEDEN  CONTARSE  POR  MILES.  QuiZÁS  NO 
BAJE  DE    20.000  EL  NUMERO  DE  ESTOS." 

Es  decir,  agregamos  nosotros,  de  los  que  no  son 
esclavos  de  los  r<ij¿:/6';^¿í/^j' ó  no  soportan  "  foete  y  plan 
de  machete,  modo  como  los  gobiernan  sus  patronos  ci- 
vilizados," según  la  gráfica  expresión  del  narrador. 

Hay  tal  lujo  de  horrendos  detaMes  en  la  relación 
que  hace  éste,  relación  que  deja  máy  atrás  la  del  señor 
Reyes  ante  el  Congreso  Pan-americano  que  se  reunió 
en  México  ;  se  nota  tal  em¡)eño  en  sacar  avante  el  di- 
cho de  este  explorador,  que  ese  mismo  empeño  y  aquel 
mismo  lujo  de  pormenores  hacen  pensar  aún  hasta  á  los 
sostenedores  del  mito,  en  el  idealismo   de  tales  asertos. 

Se  ha  querido  elocuentemente  probar  tanto  en 
pro  del  canibalismo,  que  sólo  se  ha  logrado  comprobar 
que  los  indios  en  veces  son  vengativos  y  crueles  por 
represalias,  corroborando  así  lo  que  ya  hemos  dicho  en 
las  páginas  de  Rionegro,    (i) 


(i)  Ninguno  de  los  conquistadores,    ni  ninguno   de  los   mis>íj- 
neros,   vieron  á  estas  tribus  comer  carne  humana  ;  y  si  nos  referi- 


EN    EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS 


Pero  para  que  nuestros  lectores  juzguen  mejor  del 
relato  del  comerciante  señor  Calderón,  léanse  unos  pá- 
rrafos  de.»su    carta  al  señor    Mosquera: 

*' Algunos  Capitanes  ó  Caciques,  interrogados  por 
mí,  me  dijeron  lo  siguiente,  que  después  confirmé  por  mi 
propia  experiencia:  "Nosotros  no  nos  comemos  entre 
'ios  mismos  de  nuestra  nación  ni  de  las  demás  nacio- 
"nes  vecinas  y  amigas,  lo  hacemos  con  lasque  no  teñe- 
'*mos  relaciones,  á  quienes  por  tal  razón  consideramos 
"como  enemigos  natos.  Lo  hacemos  también  como 
"una  necesidad,  porque  es  la  carne  que  más  nos  au- 
gmenta, dándonos  mis  fuerzas  que  el  pescado,  las  aves 
"y  demás  animales  del  monte,  como  que  es  la  más  sa 
"brosa,    ó  mejor  dicho,  más  rica." 

"Paso,  pues,  á  enumerarle  algunos  de  los  casos, 
de  los  cuales  fui  testigo  ocular,  así  como  mis  compañe- 
ros civilizados,  que  presenciaron  conmigo  esos  festines 
repugnantes.  Muchas  de  las  personas  que  cito,  testi- 
gos presenciales,  podrán  sacarme  avante,  puesto  que 
muchos  existen.  ^ 


mos  á  toda  la  América,  podemos  decir  que  sí  pudieron  haber 
presenciado  entre  algunas  de  ellas  escenas  sangrientas  y  feroces 
que  suspendieran  el  ánimo,  como  quemar  seres  vivos,  destrozarlos, 
asarlos  en  pedazos  (  como  á  su  vez  hacía  el  Santo  Oficio  en  España 
é  Inglaterra  )  aniquilarlo^  cruelmente,  etc.  y  todo  en  represalias, 
debido  á  su  infeliz  estado  social.  Pero  de  eso  á  mirarlos  comer 
carne  humana,  hay  una  diferencia    inmensa. 

Los  cronistas  del  siglo  XVI,  á  que  hemos  hecho  alusión  en 
el  anterior  Capítulo  y  que  escribieron  sobre  antropofagia,  lo 
hicieron  :  ó  para  cohonestar  los  crímenes  horrendos  cometidos  por 
sus  compatriotas  contra  la  raza  americana,  ó  sugestionados  por 
las  narraciones  fabulosas  de  los  primeros  conquistadores,  ignoran- 
tísimos de  suyo  ;  y  cuanto  á  los  que  les  siguieron  repitiendo  la 
conseja,  también  por  ignorancia  lo  hicieron  ó  por  pura  convenien- 
cia, á  fin  de  no  tener  competidores  en  la  espantosa  influencia  que 
ejercieron  en  los  siglos  XVII  3'  XVIII  sobre  los  pobres  indígenas, 
á  quienes,  si  bien  ya  no  podían  vender  como  esclavos,  los  mante- 
nían en  condiciones  de  terrible   servidumbre.  - .... 

Y  esto  que  decimos  acerca  de  la  supuesta  antropofagia  de  los 
indios  de  Venezuela,  podemos  aplicarlo  también  á  todas  las  tribus 
indígenas  del  Nuevo  Mundo  :  para  la  época  en  que  llegaron  los 
ca!stellanos  no  había  caníbales  en  este  Continente. — Rionegro,  por 
B.  Tavera-Acosta,    Capítulo  VII. — Ciudad-Bolívar,    1906. 


386  TA VER A- AGOSTA 

"  I?  En  la  nación  denominada  los  Nonuyas  (achio- 
tes) cuyo  nombre  del  Capitán  ó  Cacique  se  me  escapa, 
tenían  apresada  y  lista  para  ser  devorada  en  up  festín,  á 
una  india  joven,  de  la  nación  de  los  Noicomíñne,  situa- 
da á  mucha  distancia,  y  por  consiguiente,  enemiga  na- 
tural, según  práctica  inveterada  en  los  salvajes. 

''Habiendo  yo  tenido  noticia  de  este  suceso,  me 
dirigí  de  la  nación  de  los  Cttmaride,  donde  me  encon- 
traba, en  compañía  de  los  Sres.  Celio  Silva,  Apa- 
ricio Cuellar,  Tomás  Vela  (tolimenses)  Ángel  En- 
rique Larraniaga  (pastuso),  y  otros  más,  á  la  citada 
nación  de  los  Nonuyas,  con  el  fin  de  impedir  dicho  su- 
ceso, ya  fuera  comprando  la  víctima  á  sus  enemigos,  ó 
ya  tomándola  á  la  fuerza.  Antes  de  llegar,  fuimos  ob- 
servados por  ellos,  como  á  la  distancia  de  dos  cuadras  y 
apercibidos  quizá  de  nuestra  intención,  se  apresuraron  á 
cortar  una  pierna  á  la  víctima,  desprendiéndosela  des- 
de la  rodilla,  operación  que  ejecutó  el  Capitán  de  la  na- 
ción. Este  suplicio  se  verificaba  en  un  patio  limpio 
entre  un  concurso  de  más  de  (^00  indios  de  ambos  sexos, 
convidados  al  efecto,  tomando  parte  hasta  los  niños  pa- 
ra ultrajar  á  la  víctima.  No  interrumpieron  su  cere- 
monial, no  obstante  haber  llegado  á  tiempo  en  que  sólo 
le  habían  cortado  una  pierna.  Continuaron  su  fiesta, 
y  como  demostración  de  agasajo,  nos  obsequiaron  chi- 
cha, yuca  y  casabe,  que  no  aceptáronos  por  asco,  impa- 
cientes y  mal  humorados  por  no  haber  podido  lograr  el 
fin  que  nos  proponíamos.  Es  de  advertir  que  los  indios, 
sagaces  como  son,  se  dieron  cuenta  de  que  nuestra 
llegada  tenía  por  objeto  estorbar  su  regocijo,  y  sin  dar- 
nos lugar  á  reclamo,  procedieron  á  mutilarla,  á  fin  de 
no  verse  obligados  á  suspender  su  festín.  Impedirlo  en 
esas  circunstancias  habría  sido  una  temeridad  en  que 
teníamos  la  pro,babilidad  de  salir  desastrados  y  con  ries- 
go de  la  vida.  Nos  limitamos  en  nuestra  impotencia, 
á  presenciar  el  resto  de  la  ceremonia,  aterrados  de  su 
crueldad. 

"  Sentada  la  víctima  en  una   especie    de    banqu¿?lo 
rústico,  fue  amarrada  luego  por  los  hombros,  sin  que  hi- 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  387 

ciese  efuerzo  alguno  para  libertarse,  y  con  la  resignación 
más  estoica  resistió  á  todas  las  crueldades  á  que  la  quisie- 
ron sometef,  sin  hacer  un  gesto  de  dolor  ni  oponer  nin- 
guna resistencia.  Apenas  fruncía  los  labios  y  se  retor- 
cía en  su  potro  de  martirio,  á  tiempo  que  sus  verdugos 
daban  gritos  salvajes  de  contento  viéndola  padecer  y 
danzaban  frenéticos  en  torno  de  la  inocente.  Le  in- 
culpaban á  voces  diciéndole  que  en  ella  vengaban  las 
muertes  que  les  había  hecho  el  Jefe  de  su  nación,  sin  que 
la  víctima  contestase  una  sola  palabra.  .  Terrible  es  ver 
que  hasta  los  niños  de  cuatro  años  bailan  y  se  agitan 
ebrios  de  placer  al  rededor  de  la  supliciada,  con  sus  ar- 
mas en  la  mano,  amenazándola,  mostrándole  los  dien- 
tes, sacándole  la  lengua  y  arañándola  en  señal  de  ven- 
ganza, halagados  con  la  dulce  perspectiva  de  comer  su 
carne  como  exquisito   manjar. 

*'  La  víctima  de  que  hablo  era  joven  de  cerca  de 
dieciocho  años  y  muy  robusta.  (2)  No  era  fácil  distin- 
guir sus  facciones,  porque  le  habían  cubierto  la  cara  con 
un  barniz  muy  blanco  y  brillante,  con  que  acostum- 
bran untarlos  antes  de  descuartizarlos,  pero  que  se  ase- 
meja mucho  al  que  ponen  en  el  rostro  de  los  santos. 

"  Poco  después  de  nuestra  llegada,  una  india  vieja, 
especie  de  bruja,  le  cortó  un  pecho  á  la  víctima,  quien 
sólo  hizo  un  gesto  dolproso,    sin    proferir    una    queja. 

"La  muchedumbre  lanzó  un  berrido  de  fiera  que  se 
prolongó  amenazante,  y  continuaron  con  más  ardor  sus 
bestiales  regocijos.  Aquello  era  el  delirio  de  la  em- 
briaguez ! 

(  2  )  Aún  cuando  el  narrador  dice  que  eran  "  más  de  800  ind'os 
de  ambos  sexos,"  fijémonos  en  la  cifra  de  8oo,  solamente;  y  su- 
poniendo que  la  joven  pesara  60  kilogramos,  tocaría  á  cada  uno  de 
ellos  75  gramos  de  carne  y  hueso.  Por  supuesto,  sin  contar  la  ca- 
beza de  la  víctima,  que  se  comió  el  Capitán  Nonuya  ;  los  intesti- 
nos, que  no  devoraron  por  inservibles  ;  los  húmeros,  que  habían 
utilizado  como  pitos  ó  flautas;  una  pierna,  no  sabemos  si  la  derecha 
ó  la  izquierda,  que  se  llevó  el  capitán  de  los  Uigíiines  ;  los  dientes, 
con  los  cuales  el  mismo  Nonuya  se  fabricó  un  collar ;  y,  final- 
mlHite,  sin  contar  los  pedacitos  de  carne  que  cada  Capitán  se  llevó 
para  su  casa ¿  Cuántos  kilogramos  pesaría  aquella  res  ? 


388  TAVERA-ACOSTA 


"  Serían  las  cuatro  de  la  tarde  cuando  tuvo  lu- 
^ar  esta  fiesta  de  la  infamia,  y  el  bullicio  y  la  algazara 
no  disminuyeron.  Acto  continuo  cortáronlec  el  brazo 
derecho,  con  paleta  y  ¿odo  ;  después  de  esta  operación, 
que  resistió  con  el  valor  de  que  había  dado  prueba.,  in- 
clinó la  cabeza  sobre  el  hombro  del  brazo  que  le  queda- 
ba, y  expiró Entonces  un  indio  de  formas  atléticas, 

la  tomó  por  el  pelo,  y  de  un  tajo  le  separó  la  cabeza. 
Desatado  el  cuerpo,  la  llevaron  á  rastras  hasta  una  fuen- 
te, dando  todos  aullidos  de  contento,  en  donde  la  abrie- 
ron y  lavaron  muy  bien,  sacándole  el  corazón  y  el  hí- 
gado, presas  que  estiman  en  mucho  ;  botaron  los  intes- 
tinos y  regresaron  con  el  resto  de  carne  despresada,  que 
echaron  en  grandes  calderos  y  comieron  cocinada.  Es 
de  advertir  que  las  primeras  piezas  que  le  habían  corta- 
do, se  las  comieron  asadas,  llegando  muchas  veces  su 
crueldad  hasta  obligar  á  la  víctima  á  comer  de  su  pro- 
pia carne. 

*'A  las  8  de  la  noche  ya  los  brazos  de  la  víctima  ha- 
bían sido  devorados  con  muestras  de  exquisito  agrado 
y  regocijo  de  la  multitud  ;*  mientras  que  los  huesos 
del  ante  brazo,  cortados  convenientemente,  desem- 
peñaban, como  es  uso,  las  funciones  de  instrumento  de 
música  ó  silbatos — que  no  acostumbran  otros — -para  ale- 
grar sus  festines.  Siguió  luego  una  ceremonia  muy  lar- 
ga que  le  hacen  á  la  cabeza  de  la  victima,  que  terminó 
como  á  las  dos  de  la  mañana,  y  que  por  no  ser  dema- 
siado cansado  no  relato  aquí.  Excusado  será  decir  que 
durante  aquella  noche  ó  aquelarre,  no  era  posible  dor- 
mir, tanto  era  el  bullicio  y  estruendo,  como  grande 
nuestra  excitación. 

"Una  parte  de  la  carne  de  la  pobre  salvaje  la  coci- 
naron y  se  la  comieron,  durante  la  noche  ;  la  cabeza  se 
la  comió  el  Capitán  Nonuya,  y  los  dientes  los  colocó  en 
un  hebra  ó  piola  delgada,  formando  una  especie  de  cin- 
tillo, que  se  ciñó  al  cuello  como  muestra  de  orgullosa 
distinción,  propia  de  su  jerarquía. 

"Al  día  siguiente  se  regresaron  las  naciones  convi- 
dadas, llevando  á  sus  casas  cada    Capitán    un    pedacito 


EN    EL    SUR — DIALECTOS    INDÍGENAS  389 

de  carne  de  la  víctima.  Recuerdo  que  las  naciones  con- 
vidadas que  tomaron  parte  en  el  festín,  fueron  las  si- 
guientes '.^^Citmarides,  Enocayé^  Muitidifó^  Muitof eches ^ 
Cuyog gards,  Ameíianiy  Uígüines,  cuyos  Capitanes,  res- 
pectivamente, son  como  siguen  :  Cumaredock,  Güípina- 
7'e,  Muitipiiküi,  CJuirocagüídto,  Cuyo7tiray  y  Fusiyamy^ 
sin  anotar  el  nombre  del  Capitán  de  los  Amenanis^  pc^r 
no  recordarlo.  El  Capitán  de  los  Uigüines  obtuvo  la 
mayor  participación,  pues  supongo  que  las  dos  naciones 
tienen  algún  parentesco,  porque  le  obsequiaron  una  pier- 
na entera  de  la  india,  que  se  echó  él  mismo  al  hombro, 
para  llevarla  á  su  casa.  Repugnante  espectáculo  el 
que  presentaba  este  miembro  mutilado  y  sangriento 
pendiente  de  la  espalda  de  aquel  salvaje,  y  cuyo  pie  se 
movía   de  un    njodo    particular   en    displicente   vaivén. 

¿  Puede  comprenderse  una  saturnal    semejante  ? 

''  La  nación  de  los  Nonuyas  queda  en  medio  de  las 
ya  enumeradas.  Advierto  que  conozco  personalmente 
la  gente  de  las  ya  citadas  naciones,  inclusive  sus  Ca- 
pitanes. 

''2°  El  Sn  D.  Emilió'Gutiérrez  (antioqueño)  entró 
á  esa  región  acompañado  de  sesenta  hombres  civiliza- 
dos, peones  de  él.  No  conocía  el  carácter  de  los  indios 
de  esa  región  y  estaba  acostumbrado  á  manejar  los  Ta- 
mas, Core^'íiajes,  Macagua] es  y  Andaquíes^  ya  conquis- 
tados por  los  pastosos  y  cuyo  número  es  muy  reducido. 
Están  enseñados  á  resistir  foete  y  plan  de  machete, 
m'')do  como  los  gobiernan  sus  patrones  civilizados. 

"'  El  Sr.  Gutiérrez  cometió  probablemente  muchos 
atropellos  con  los  indios,  según  el  dicho  de  éstos,  y 
quizá  muy  particularmente  con  los  Andoques,  que  son 
los  indios  más  belicosos  entre  todos  los  de  esa  región, 
y  partió  para  el  Brasil,  embarcándose  en  el  Quebradón 
de  Machaggaró,  afluente  del  Fahay,  con  algunos  peo- 
nes, quedando  el  resto  de  ellos  dividido  en  cuatro  ó 
cinco  grupos  distribuidos  en  varias  naciones  de  los  Ando- 
ques.  Empleó  algunos  meses  en  su  viaje  hasta  el  re- 
gí^eso,  y  varios  de  sus  peones,  sin  ninguna  clase  de  re- 
cursos, unos  con  fiebre,    otros  anémicos  y  casi    muertos 


3'9<^  TAVERA— AGOSTA 


de  hambre,  llegaron  un  día  á  nuestra  casa  en  busca  de 
remedios  para  sus  enfermedades.  Gustóle  nuestro  tra- 
to y  particularmente  las  atenciones  que  les  ¡x"odigaban 
los  Sres.  Rafael  Tobar  Cabrera  y  Aquileo  Torres  L.,  mis 
socios,  y  en  vista  de  esto,  resolvieron  quedarse  en  nues- 
tra casa.  Llamábanse  Eliseo  Atencio,  Juan  Bautista 
Betancoart,  Antonio  Parra,  Antonio  Cano,  Aparicio 
Cuellar,  Cerbeleón  Sánchez,  Ricardo  Duarte  y  Matías 
Gómez.  \^o^m6\o^,  ofendidos  por  el  trato  que  habían 
recibido  de  éstos,  resovlievon  matarlos  y  atacaron  grupo 
por  grupo  hasta  que  los  ultimaron  á  todos,  preparándose 
luego  para  atacar  á  Gutiérrez,  cuando  regresara  de  su 
viaje,  y  al  efecto,  cuando  hubo  llegado  á  la  nación  An- 
doque  (cuyo  nombre  no  recuerdo  en  este  dialecto,  pero 
que  traducido  al  español,  corresponde  á  la  voz  sapo  )  el 
capitán  llamado  ñíayordia  lo  atacó  matándolo  junto  con 
sus  compañeros,  una  mujer  civilizada,  tres  c  cuatro  ex- 
tranjeros, entre  éstos  un  portugués  y  otro  brasilero. 
Creyendo  luego  los  Andoques  que  yo  era  hermano  de 
Gutiérrez  por  tener  á  mi  lado  una  p  irte  de  los  peones 
que  habían  conociio  con  éste,  Veso! vieron  atacar  mi  ca- 
sa llamada \£;^/r^r/í;5-,  matarnos  y  robarse  las  mercan- 
cías y  demás  efectos  que  hubiera.  Cuando  tal  pensaron, 
ya  me  había  yo  separado  de  los  Sres.  Tobar  Cabrera  y 
Torres  L.,  y  trabajaba  por  mi  cuenta  como  aviado  de  la 
casa  Larraniaga,  Rajnirez  &  O,* establecida  en  el  río 
Iga-ra-paraná,  afluente  de)  Putumayo. 

"  En  un  día  miércoles  del  mes  de  Febrero  1901, 
los  Andoques  me  atacaron  la  casa,  matándome  por  sor- 
presa los  peones  que  en  ella  estaban,  y  después  de  ro- 
bar cuanto  encontraron,  la  redujeron  á  cenizas.  Fueron 
la  víctimas  :  Cerbeleón  Sánchez,  Ricardo  Duarte,  Ma- 
tías Gómez  (  tolimenses  )  y  Cándido  Gutiérrez  (antio- 
queño).  Fue  á  las  nueve  de  la  mañana  del  citado  día, 
cuando  tuvo  lugar  el  horroroso  crtmen  en  mi  casa,  y 
apenas  hacía  media  hora  que  en  compañía  del  Sr.  Apa- 
ricio Cuellar,  había  salido  en  dirección  al  Puerto  de  los 
indios  Caniene  (Huitotos),  sobre  el  Iga-ra-pararná,  de 
manera,  pues,  que  nuestra  salvación  fue  providencia^.' 
Así  las  cosas,  marchó  á  nuestro  encuentro  una  comisión 


EN    EL    SUR— DIALECTOS    INDÍGENAS  39I 

de  Larraniaga,  compuesta  de  los  Sres.  Celio  Silva,  Án- 
gel Enrique  Larraniaga,  Tomás  Vela,  Arturo  Trujillo, 
Carlos  Veiasco,  unos  dos  peruanos  y  otros  cuyos  nom 
bres  no  recuerdo.  La  comisión  llegó  á  la  casa  de  los 
Acacias,  nación  de  Uigüines,  de  propiedad  de  los  Sres. 
Ismael  Cuartas  y  Severiano  Liscano,  en  donde  me  ha- 
llaba desde  hacía  dos  días  esperando  la  mercancía  del 
puerto,  y  me  hizo  saber  que  iba  en  mi  auxilio  enviado 
por  Larraniaga,  quien  hacía  cerca  de  ocho  días  sabía 
que. yo  sería  atacado.  Entonces  ya  malicioso  de  que 
fuera  cierto  que  los  Andoques  pretendieran  atacarme  la 
casa  y  matarme  la  gente,  convidé  á  los  comisionados 
para  que  me  acompañaran  á  casa  y  á  una  correría  por  las 
naciones  de  los  indios  que  me  trabajaban.  Fueron  con- 
migo, y  al  pasar  por  la  nación  de  los  Cumaride,  me  infor- 
mó el  Capitán  de  ellos  que  los  Andoques  me  habían  ata- 
cado la  casa,  matándome  la  gente.  Seguí  inmediatamen- 
te á  ver  qué  era  lo  que  había  ocurrido  y  al  llegar  al  sitio  de 
mi  casa  encontré  sólo  cenizas  y  algunos  restos  de  los  cuer- 
pos de  mis  peones  Inmediatamente  regresé  en  dirección 
á  la  casa  de  Cuartas  y  List?ano  (  Las  Acacias  )  Esa  no- 
che estuvimos  amenazados  por  numerosa  turba  de  indios 
y  al  día  siguiente  nos  marchamos  todos,  inclusive 
Cuartas  y  Liscano  con  su  gente,  á  refugiarnos  en  la  ca- 
sa de  Larraniaga,  sobre  el  Iga-ra-paraná,  y  al  pasar 
por  la  casa  del  Sr.  Ilcjefonso  González,  también  sobre  el 
Iga-ra-paraná,  me  encontré  con  los  Sres.  Gregorio, 
Alonso,  Tobías})  Abelardo  Calderones,  Hipólito  Pérez, 
Carlos  Lemos,  Marcos  Castro,  Antonio  Ordóñez,  Eladio 
Trujillo,  N.  Chacón  (veinte  por  todos),  acompañados 
de  ciento  cincuenta  indios  casi  reducidos,  que  habiendo 
tenido  noticia  de  lo  ocurrido  en  mi  casa,  iban  en  mi 
auxilio.  Entonces  Ildefonso  González  se  ofreció  á 
acompañarnos  excitándonos  para  que  volviéramos  todos 
á  tomarle  cuenta  á  los  Andoques,  Para  tal  efecto,  man- 
dó á  llamar  una  nación  de  indios  que  dijo  estar  bien  in- 
tencionada, y  tanto  los  150  arriba  citados  como  los  de 
González,  armados  de  carabinas,  escopetas,  machetes 
y*  flechas,  nos  pusimos  en  camino.  Entre  los  indios 
suministrados  por  González,  iban  sin  caer  en  la  cuenta. 


392  f AtERA-ACOSTA 


seis  andoqíies,  que  hablaban  el  di  alecto  de  los  Huitotos, 
y  que  se  habían  introducido  subrepticiamente  con  el  ob- 
jeto de  averiguar  donde  se  encontraban  los  ck^ilizados, 
que  se  habían  salvado,  manifestando  á  los  indios  de 
González,  que  eran  Huitotos  y  trabajadores  míos,  pero 
los  indios  del  Caraparaná  los  desconocieron,  y  averigua- 
do el  hecho,  descubrieron  ser  Audoques,  El  Capitán  de 
los  Erayes,  Quichá,  de  la  gente  de  Gregorio  Calderón, 
nosavisó  lo  que  ocurría  con  esos  seis  indios  espías,  y 
habiendo  descubierto  que  éstos  eran  de  los  que  habían 
ayudado  á  matar  y  comerse  á  los  civilizados,  resolvió 
el  Capitán  y  su  gente  comerse  á  sU  vez  á  los  seis  espías; 
y  en  la  ya  citada  casa  de  González  celebraron  el  festín, 
con  gran  regocijo  de  ellos,  comiéndose  cinco,  y  reser- 
vándose al  Capitán,  cjue  iba  entre  éstos,  para  devorár- 
selo después,  de  lo  cual  se  encargó  el  mismo  Capitán 
Quichá,  que  ardía  en  deseos  de  adornarse  con  los  dien- 
tes de  su  prisionero,  lo  que  estiman  como  un  triunfo. 
(3)  Esta  escena  la  presenciamos  todos  los  civilizados 
ya  nombrados,  sin  que  lográramos  disuadir  á  los  indios 
de  tan  repugnante  empeño." 

Por  supuesto,  que  en  esta  relación  tan  cargada  de 
sombríos  colores,  río  podemos  seriamente  tomar  al  pié 
de  Ja  letra  la  versión  del  canibalismo,  y  dejamos  sus 
comentarios  á  los  criterios  que,  sin  prejuicio  de  ninguna 
especie,  estudien  estas  cuestiones.  ^  Sí  debemos  adver- 
tir que  tanto  el  señor  Calderón  en  1899-901,  como  el 
señor  general  Rafael  Reyes  y  sus  hermanos,  en  1875-84, 
se  internaron  en  las  regiones  del  Caquetá  y  Putumayo, 
en  asuntos  de  intereses  puramente  materiales. 

Más  que  otra  cosa  la  relación  que  antecede  parece 
una  ampliación  de  lo  que  hace  más  de  360  años  dijo 
empíricamente  Fray  Pedro  de  Aguado,  al  referirse  á  la 
expedición  de  los  soldados  de  Ortal  por  el  Oriente  de 
Venezuela, 


(3)  Aquí  la  cosa  es  á  la  inversa:  ids  indios  llegarían  á  unos 
200  y  se  dieron  un  buen  hartazgo  comiéndose  á  cinco  hombres, 
que  por  lo  menos  pesarían  300  kilogranjos,  ó  lo  que  es  lo  misnip, 
tocaría  á  kilo  y  medio  de  carne  y  hueso,  por  cabeza,  acaso  por  10 
poco   que   comieron  los  800  de  marras  .    .    . 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  393 

Véase  :  "  Como  en  la  batalla  dada  á  sus  enemigos 
cogieron  un  capitán  indio  de  los  principales,  los  de  Gua- 
ramental  sp  llegaban  á  él  y  dirigiéndole  con  ceremonia 
ciertos  razonamientos,  vivo  como  estaba  le  iban  cortan- 
do los  miembros  y  otros  pedazos  del  cuerpo,  hasta 
que  con  aquel  tormento  lo  mataron,  y  sacándole  enton- 
ces la  asadura,  embijadas  las  bocas  (es  de cii\  pintadas 
derojo^  por  mayor  grandeza  (^  ó  para  mejor  representar 
la  comedia)  la  repartieron  entre  ellos  y  se  la  comieron. 
En  solo  tal  acto  y  ceremonia,  y  en  razón  de  venganza 
y  rito  suelen  comer  estos  indios  y  otros  de  la  provincia 
esta  parte  del  cuerpo  humano  y  no  otra  ninguna."  (  4  ) 

No  pensó  nunca  el  buen  fraile  que  lo  que   relató    y 
que  sus  ojos  jamás  vieron,  fuera  á  ser   repetido  en    ma- 
yores proporciones  y  con  más    rebuscamiento    de    deta 
lies,  después  de  haber  transcurrido  más  de  tres  siglos  y 
medio 

i  Cómo  á  través  del  tiempo  y  la  distancia  se  co- 
rreponden  clérigos  y  comerciantes,  buscadores  de  rique- 
zas y  narradores  de  costumbres  indias  mal  interpre- 
tadas !  9 

Hoy  el  señor  general  Reyes,  en  su  carácter  de  Jefe 
de  la  Nación,  podría  nombrar  una  comisión  científica 
que,  sin  tener  en  cuenta  para  nada  las  influencias  polí- 
ticas ó  mercantiles,  ni  el  temor  al  desagrado  de  los  po- 
derosos, explorara  concienzudamente  aquellas  recóndi- 
tas comarcas,  llamadas  á  mejor  vida  por  la  riqueza  de 
sus  bosques,  por  sus  mismos  numerosos  habitantes  y  por 


(4)  Esta  relación  la  repite  Fray  P¿dro  Simón  e:i  el  Capítulo 
XXV,  4a  Noticia  de  sus  Noticias  historiales  de  la^  conquistas  ae 
Tierra  Firme ;  y  quizás  ella  inspiró  al  Rvdo.  Fray  Matías  Ruiz 
Blanco  para  escribir  en  su  obra  Conversión  de  Piritu^  de  Indios  Cu- 
fnanagotos,  Palenques  y  otros,  impresi  en  Madrid,  en  1690,  lo  si- 
guiente :  "  El  ordinariu  alimento  del  caribe  es  el  casabe,  que  co- 
me siempre  fresco,  plátanos,  pescado  ó  carne  de  monte  :  no  comen 
carne  de  vaca  ni  tocino ;  alguna  vez  comen  carne  humana  de 
aquellos  indios  con  quienes  tienen  guerra  y  lo  hacen  por  trofeo,  no 
para  sustentarse." 

(Pág.  51,  ed.  de  1892,  dato  del  doctor  Jahn.) 
\     Demás  está    decir   que  ninguno  de  esos  religiosos  vio    jamás 
comer  carne  humana  á  los  aborígenes  de  América. 


39i  TAVERA--ACOSTA 


SU  extraordinaria  hidrografía.  Esa  sería  plausible  la- 
bor de  un  patriota,  que  los  verdaderos  intereses  de  la 
etnología  americana  aguardan  del  actual  Presidente  de 
Colombia. 

Y  aquí  nos  parece  pertinente  reproducir   lo  que  en 
el  Capítulo  VII  de    nuestra    obra    Rlonegro  hemos   pu- 
blicado con  relación  al  señor  general  Reyes,  en  su   con-  ^ 
dición  de  explorador. 

Dice  así  : 

Como  quiera  que  ya  antes  hemos  mencionado  al 
explorador  Reyes,  no  debemos  concluir  este  Capítulo 
sin  que  copiemos  algo  de  sus  aventuras,  en  las  cuales 
hace  principal  papel  la  combatida  antropofagia.  Ellas 
parecen  escritas  más  bien  para  llamar  la  atención  por 
sus  rarezas,  que  para  hacer  un  servicio  á  la  etnología. 
Y  lo  más  extraordinario  del  relato  — expuesto  en  un 
discurso  pronunciadoel  30  de  diciembre  de  1901  ante 
el  Congreso  pan  americano  reunido  en  México —  es  que 
á  principio  del  siglo  XX  ó  mejor  dicho,  un  siglo  después 
de  Humboldt,  venga  á  repetit  con  toda  la  seriedad  que 
le  diera  el  cargo  de  Delegado  por  Colombia,  ante  los 
demás  Representantes  del  mundo  americano,  que  mu- 
chas de  las  tribus  indígenas  con  que  se  tropezó  eran  an- 
tropófagas  !  Y  tanto  ! que  se  comieron  á  un  her- 
mano del  explorador 

Se  ve,  pues,  que  ha  quedado  éste  después  de  cua- 
tro siglos  repitiendo  lo  que  desgraciadamente  escribie- 
ron los  primeros  cronistas  y  de  que  ya  antes  que  él  se 
habían  hecho  cargo  Humboldt  y  los  demás  que  hemos 
nombrado.  Pero  para  que  los  bondadosos  lectores  que 
no  conozcan  el  relato  en  cuestión,  tengan  una  idea, 
vamos  á  trascribirles  algunos  párrafos  : 

"...  .porque  la  desastrosa  muerte  de  mis  dos  her- 
manos, durante  las  exploraciones,  víctima  Enrique,  el 
mayor,  de  la  fiebre,  y  devorado  Néstor,  el  menor,  por  los 
antropófagos  del  Putumayo 

De  esto  apenas  hace  20  á  25  años  ;  y  no  está  de- 
más advertir  que  las  condiciones  étnicas  de  esas  tri- 
bus son  las  mismas  que  las  de    los   indios  que    habitan 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS  395 


á   orillas  del   Cuyare,  del  Izana,  del  CJainía,  del  Inírida, 
etc.,    etc. 

"  En  las  extensas  selvas  en  nue  vagaban  (ya  no 
vagan,  por  fortuna)  los  salvajes  antropófagos  (sic) 
cuando  hicimos  esas  exploraciones  (1875-1884)  se  sos 
tiene  hoy  (  1901  )  (5)  un  importante  comercio  de  va- 
rias decenas  de  millones  de  pesos,  y  se  levantan  po- 
blaciones de  millares  de  habitantes." 

¡  Con  cuánta  rapidez  se  fue  la  antropofagia  y  con 
cuánta  velocidad  llegaron  el  progreso  y  la  civilización 
de  aquellos  indios  !  En  menos  de  un  cuarto  de  siglo  to- 
do se  ha  trocado    

"  Después  de  grandes  fatigas  y  soportando  ya  una 
temperatura  de  30^  centigrados,  llegamos  á  una  vía  na- 
vegable por  canoa,  en  cuyas  orillas  habita  la  tribu  de  los 
Mocoas,  indios  que,  aunque  salvajes,  practican  la  hospi- 
talidad y  no  son  antropófagos." 

Nótese  que  esta  primera  tribu  que  encuentra  vive 
en  las  cabeceras,  es  decir,*  en  donde  por  el  poco  volu- 
men de  agua  no  se  puede  navegar  sino  en  canoas  y  por 
tanto  son  las  más  internadas  de  aquellas  regiones. 

Y  adviértase  tamb-ién  que  desde  1630,  250  años  an- 
tes que  fuera  Reyes  al  Puturaayo,  habían  fundado  los  je- 
suítas de  Pasto  con  las  tribus  de  las  fuentes  de  ese  río, 
los  siguientes  puebleciilos  :  Santiago,  Sampedro,  Se- 
bondoy,  Putumayo  y  Mocoa. 

"En  medio  de  esa  tribu  permanecimos  un  mes,  du 
rante  el  cual  conseguimos  de  los  indios  una  canoa  para 
seguir  nuestra  exploración  al  Amazonas,  y  seis  indios 
que  nos  acompañasen  en  el  viaje.  Estos  no  conocían  si- 
no 600  millas  agua  abajo  (mil  kilómetros  de  los  2.333 
que  dice  él  tiene  de  curso  el  Putumayo  )  y  nos  informa- 
ban que  de  allí  para  adelante  nunca  habían  pasado, 
porque  los  que  antes  se  atrevieron  á  hacerlo,  fueron  de- 
vorados   (he  aquí  la   información    india    para    evitar    el 


(  5 )  El  mismo  año  en  que    el  señor  Calderón    vio   comerse  á   la 
pobre  india.  ' 


396  TAVERA-ACOSTA 


contacto  con  los  blancos)  por  las  tribus  antropófagas 
(  sic  )  que  habitan  la  otra  mitad  del  río  hasta  el  Ama- 
zonas." * 


Pero  continuemos. 

"Lanzamos  nuestra  canoa  á  merced  de  la  co- 
rriente de  ese  río  desconocido  (  parece  que  no  llevaban 
canaletes  ó  pagayas  )  al  cual  dejamos  el  nombre  que  le 
daban  los  salvajes  del  Putumayo,  aguas  claras,  en  el 
idioma  siona." 

Después  de  un  mes  de  navegación  "llegamos  has- 
ta un  punto  conocido  por  los  salvajes  de  Mocoa,  ó  sea 
una  extensión  de  600  millas.  . . .  Visitamos  las  tribus  nó- 
mades, que  nos  trataron  con  benevolencia  y  hasta  con 
generosidad  obsequiándonos  con  provisiones  ahumadas, 
productos  de  la  caza  y  de  la  pesca,  que  constituyen  su 
principal    ocupación." 

-   Estas    costumbres  son  las  de  todos  los  indios  puros 
de  la  América  intertropical.     • 

Sigue  Reyes  :  "  Esas  tribus  son  :  los  cosacuntis, 
los  montepas,  ^los  toballa  y  los  inquisilla,  todas  bien 
formadas  y  constantes  migradoras  en  busca  de  la  caza 
y  de  la  pesca.  Apenas  tienen  habitaciones  de  ranchos 
de  paja  y  cultivan  pequeñas  plantaciones  de  plátano  y 
yuca,  que  se  extienden  en  los  claros  de  la  selva,  las 
cuales  derriban  con  hachas  de  piedra  (  ¿  las  tribus  del 
Putumayo  á  ftnes  del  siglo  XIX  con  hachas  de  piedra  !) 
y  consumen  con  el  fuego .  .  .  .  " 

Por  lo  que  se  observa,  las  tribus  que  deja  mencio- 
nadas el  explorador  tienen  ranchos  y  cultivan  plátano  y 
yuca  ;  sinembargo,    añrma  que  son  migradpras. 

Ahora  viene  lo  más  grave. 

/  "Entrábamos  á  la  región  habitada  por  los  indios 
antropófagos  (es  decir,  ala  parte  más  navegable  del 
río,  á  la  parte  que  desde  casi  dos  siglos  antes  tenían 
conocida  españoles  y  portugueses.)  La  primera  trij^u 
con  quien  teníamos  que  entendernos  era   la   poderosa  y 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS         397 

guerrera  de  los  mirañas,  (  6  )  Nuestros  compañeros  los 
indios  de  Mocoa,  nos  notificaron  categóricamente  que 
de  allí  para  adelante  no  seguirían  y  que  debíamos  bus- 
car canoas  y  bogas  ó  tripulantes  de  aquella  tribu,  por- 
que ellos  se  devolvían.  Así  lo  hicimos,  saltamos  á  tie- 
rra y  con  un  intérprete  (?)  nos  dirijimos  á  la  primera 
ranchería." 

Qué  raro  que  siendo  caníbales  los  mirañas,  fueran 
los  mocoas  á  servir  de  intérpretes  á  Reyes,  cuando 
''nunca  había  pasado  por  allí  porque  los  que  se  atrevie- 
ron á  hacerlo  fueron  devorados  por  los  antropófagos"! 

**  Enelia  (la  ranchería)  encontramos  á  su  poderoso 
jefe  Chúa,  ó  tigre,  hermoso  joven,  de  esbelta  y  atlética 
figura,  de  edad  de  unos  30  años  ;  nos  recibió  como 
amigos,  nos  tendió  la  mano,  signo  inequívoco  de  a  mis 
tad  entre  aquellos  salvajes,  y  nos  invitó  á  entrar  en  su 
cabana." 

Por  estos  rasgos  compréndese  la  inteligencia  de 
aquellos  indios  :  dan  la  mano  en  demostración  inequí- 
voca de  sociabilidad  como  unos  londoneses  y  llevan  la 
finura  hasta  invitar  á  sus  hogares  á  los    forasteros,    cir- 


(6)  "  Bajo  el  rombre  colectivo  de  Miraña  s?  comprende  utr 
gran  número  de  tribns,  casi  siempre  enemigas  entre  sí  y  con  len- 
guajes muy  diferentes,  Cvimo  se  evidencia  de  la  comparación  de 
los  vocabularios  que  trae  Martms  de  los  llamados  Miraña-Cara- 
pana-Tapuya  (Indios-Zancudos)  (*)  y  MUaña-Oitauasíi-Ta- 
puya  ( Indios-Zamuros  )  ( **  )  Martius,  que  residió  algunas  sema- 
nas entre  los  primeros,  hace  un  cuadro  horrible  de  sus  costum- 
bres, y  los  describe  como  un  pueblo  bárbaro,  antropófago  y  de  la- 
drones, pero  alaba,  sin  embargo,  su  habilidad  en  hacer  tejidos. 
Kl  calcilla  su  número  en  6.000  y  da  como  centro  de  ellos  el  río  Ca- 
huinari,  el  Anioadel  mapa  de  Codazzi,  y  las  regiones  al  Oeste  en- 
tre el  Yapurá  y  el  Iza.  Allí  viven  todavía  en  gran  número,  «^.odia- 
dos y  temidos  DE  IjAS  tribus  VECINAS  Y  DE  I.OS  COLOMBIANOS 
RECOi,ECTORES  DE  CAUCHO." — Koch-Grünberg,  Las  tribus  indí- 
genas del  alio  Ríonegto  y  Yapurá  y  su  respectiva  afinidad  lingüís- 
tica^ páginas  187  y  188.  Berlín,  1906. — (Traiucción  especial  del 
señor  Krnst  Rothe. ) 


')('  ^    Caravana,  enleinguAJe  Niangatú  significa  zancudo. 


('  '  )    ütro-ttojru,  en  lenguaje  Tupi,    .que  es  el  mismo  Niangatú,  ^quiere  ¿uctr  pajaro 
grande. 


39^  TAVERA-ACOSTA 


'^19^ 


cLinstancias  éstas  que,  indudablemente,  dejan  entender 
estaban  cansados  de  ver  á  los  blancos  con  quienes  tra- 
tarían quién  sabe  desde  cuándo,  pues,  como«es  sabido, 
los  indios  no  reducidos  nunca  se  saludan  dándose  las 
manos,  Sinernbargo,  dice  el  explorador  colombiano  que 
son  caníbales  ! 

"  Era  yo  el  primer  hombre  blanco  que  veían  aque- 
llos salvajes  y  por  lo  mismo  fui  el  objeto  de  su  curiosi- 
dad infantil.  ' 

Debemos  observar  que  ya  desde  1703  los  jesuitas 
debilito  y  los  franciscanos  de  Popayán  tenían  funda- 
das poblaciones  en  el  Putumayo  —de  que  viene  hablan- 
do Reyes— y  que  ';  por  espacio  de  más  de  un  siglo  los 
especuiadares  de  sangre  humana  (la  trata)  remonta- 
ban el  Yapurá  y  el  Putumayo  en  busca  de  infelices  in- 
dígenas para  esclavizar  y  vender, "  (7)  sin  que  jamás 
encontrasen  una  tribu  antropófaga. 

Los    establecimientos    fundados   en    el    Putumayo 
desde  su  desembocadura  para  arriba,  precisamente  don 
de  dice  Reyes  que.  habitaban  los    caníbales,    eran    San- 
fernando,    Sanantonio,.,  Asunción,  Sanjósé   de  '  Yaguas, 
Sanramón,  Agustinillo,  Concepción  y  ^4iraña. 

Cuando  Michelena  hizo  sus  viajes  por  el  Amazo- 
nas y  sus  afluentes,  pidió  por  los  años  1855-56  al  Pre- 
sidente de  la  Provincia  de  Amazonas,  en  el  Brasil,  *M'a 
protección  necesaria  para  la  exploración  de  los  tributa- 
rios del  Amazonas  especialmente  del  Yapurá  y  del  Pu- 
tumayo ó  Iza."  Y  luego  habla  extensamente  de  este 
río  diciendo,  én  1856,  que  tiene  1333  kilómetros  de  cur- 
so y  que  están  sus  cabeceras  en  los  Andes  en  la  parte 
qué  porre--por.  Nueva  Granada,  cerca  de  las  m.ontanas 
del  Pasto,  entre  1°  de  Latitud  Norte  y  0^35,  de  lat. 
ur. 


(7)  Exploración  Oficial,    por   Michelena  y  Rojas,    página  5ÍÍ9. 
Única  edición,  Bruselas,   1867. 


EN  EL  SUR  —  DIALECTOS  INDÍGENAS  399 

En  la  página  291  de  la  Geografía  de  Balbi,  se  lee  : 
"El  Putumayo  tiene  su  origen  en  la  ciénaga  de  Sebondoy 
á  la  partb  Sur  Este  del  páramo  de  Aponte,  situado  en 
la  cordillera  oriental  de  Pasto,  al  Sur  de  Iscansé." 

En  1876,  Simpson  visitó  ese  río  y  describió  su 
curso.      Lo  mismo  Crevaux  tres  años  después. 

Por  todo  esto  se  verá  que  son  impropias  las  aser- 
ciones del  explorador  Reyes,  cuando  afirma  en  pleno 
Congreso  pan-americano  á  principios  del  siglo  XX  que 
''lanzamos  nuestra  canoa  á  merced  de  la  corriente  de 
ese  río  desconocido,  al  cual  dejamos  el  nombre  que  le 
daban  los  salvajes,  Putumayo'  ;  y  más  delante  :  "el 
río  Putumayo,  descubierto  y  explorado  por  noso- 
tros" !  (8) 

Y  de  las  exploraciones  de  Reyes  sólo  hace  cuatro  ó 
cinco  lustros  ! 

Para  los  primeros  años  del  siglo  pasado,  escribió 
Humboldt  en  la  página  224,  tomo  IV,  de  su  ya  citada 
obra  (9)  lo  que  sigue  :  ''En  el  Putumayo  ó  Iza,  las 
misiones  españolas  más  meridionales  llamadas  las  misio- 
nes bajas,  servidas  por  religiosos  de  Popayán  y  de  Pas- 
to, no  se  extienden  hasta  la  confluencia  del  Amazonas, 
sino  solamente  has^a  2^  20'  de  latitud  austral,  que  es 
donde  están  situadas  las  aldeas  de  Mariva,  Sanramón 
y  la  Asunción.  Los  portugueses  son  dueños  de  la  em- 
bocadura del  Putumayo." 


Y  en  la  página  226  :  "La  tortuosidad  extraordina- 
ria de  la  frontera  entre  el  alto  Rionegro  y  el  Amazonas, 
nace  de  haberse  introducido  los  portugeses  en  el  río 
Yapurá,  subiendo  hacia  el  N.  O.  al  paso  que  los  españo- 
les han  bajado  al  Putumayo. "  Y  véase  también  lo  que  en 


V      (8)  Mayo,  en  lengua  Qiiichaa  quiere  decir  río, 

(  9  )    Viaje  á  las  regiones  equinocciales  del  Nuevo  Continente. 


400  TAVERA-ACOSTA 


página  2 1 8,  tomo  III,  dice  acerca  de  ese  río  desconocido, 
descubierto  y  explorado  por  los  hermanos  Reyes  á  fines 
del  mismo  siglo.  ^ 

Continuemos. 

''Celebraban  una  fiesta  á  la  luna  llena  y  nos  ofre- 
cieron de  sus  manjares  de  carne  humana,  de  indios  hui- 
totos,  enemigos  de  los  mirañas,  que  habían  hecho  pri- 
sioneros." 

Individuos  que  cultivan  plátano  y  yuca  en  sus  se- 
menteras ó  conucos,  que  tienen  ranchos  ó  cabanas 
(itotos  )  á  donde  llevan  á  los  forasteros,  que  viven  tam- 
bién de  la  caza  y  de  la  pesca  en  lugares  abundantísimos 
por  cierto  y  que  saludan  dando  la  mano  "  en  señal  ine- 
quívoca de  amistad,"  no  son  migradores  ó  nómades  ; 
más  bián  revelan  estas  condiciones  ciertos  puntos  de 
relaciones  sociales  que  mal  cuadran  con  los  manjares  de 
carne  humana  de  que  habla  este  explorador. 

"  Por  medio  de  un  intérprete  (recuérdese  que  no 
había  sino  mocóas  y  mirañas  y  que  aquéllos  no  trataban 
á  éstos  porque  temían  ser  devorados)  pedimos  á  Chúa, 
quien  desde  aquel  día  se  hizo  nuestro  amigo  y  siempre 
nos  fue  fiel,  llevando  su  cariño  hasta  tomar  mi  nombre, 
pues  se  llamó  en  adelante  Rafael  Chúa,  que  nos  diera 
canoas,  provisiones  é  indios  pan;  continuar  nuestra 
marcha  al  Amazonas Despedimos  á  nuestros  com- 
pañeros los  mocoas  y  nos  quedamos  de  huéspedes  de 
los  mirañas.  Permanecimos  entre  ellos  por  quince  días 
(tiempo  suficiente  para  haber  sido  devorados)  durante 
los  cuales  les  acompañamos  en  sus  expediciones  de  ca- 
za y  pesca."  ( Cuyo  producto  anterior  fue  confundi- 
do con  "  carne  humana  de  indios  huitotos, "  si  es  que 
hubo  el  tal  festín  á  la  luna  llena.  ) 

"  Pasado  este  tiempo,  Chúa  nos  dio  una  canoa 
grande  y  diez  robusstos  y  jóvenes  tripulantes  para  con- 
tinuar nuestro  viajíe  al  Amazonas." 

De  todo  esto  se  desprende,  para  los  que  hemos  tr^^- 
tado  á   las  tribus  incultas  j   estudiado  sus  costumbres, 


EN    EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  4OI 

que  Reyes  se  condujo  bien  con  ellos,  lo  que  compren- 
dieron perfectamente  los  indios,  pues  son  inteligentes, 
comoheiHos  dicho;  pero  que,  no  obstante  esa  conducta, 
ellos  no  deseaban  sino  que  se  fuera  cuanto  antes. 

'' Visitamos  é  hicimos  amistad  con  lus  tribus  an- 
tropófagas  (  sic  )  de  los  huitotos,  (lo)  beneció,  orejo- 
nes, carijonas,  garaparana  y  campulla.  Todas  éstas  nos 
recibieron  y  trataron  con  benevolencia    y    generosidad." 

Aquí  cabe  recordar  que,  precisamente,  desde  la 
desembocadura  del  Putumayo,  aguas  arriba,  ó  sean  las 
regiones  ocupadas,  según  Reyes,  por  los  tales  antropó- 
fagos, había  sido  recorrida  también  desde  1835,  por  su 
compatriota  Blas  Santacruz,  quien  negociaba  con 
aquellas  tribus  sin  que  jamás  las  viera  comer  carne  hu- 
mana, ni  siquiera  en  un  mísero  festín  á  la  luna  llena,  veri- 
ficado en  ''esas  selvas  vírgenes  que  pueblan  el  cocodrilo, 
la  serpiente  y  el  jaguar  en  concurrencia  salvaje  con  el 
indio  nativo." 

Asimismo  es  dable  recordar  que  30  años  más  tarde 
un  hijo  del  referido  Santacruz,  nombrado  Hipólito,  fue 
empleado  del  Gobierno  colombiano  en  aquella  misma 
región,  por  la  cual  pasó  después  el  explorador  Reyes  ; 
y  aquel  Comisario,  que  tantos  años  residió,  como  su 
padre,  con  vivienda  propia,  entre  aquellas  tribus,  tam- 
poco las  afrentó  con  el  absurdo  sambenito.  (  Véase  la 
obra  Fronteras  Amazónicas,  páginas  14  y  15,  por  el 
colombiano  Demetrio  Salamanca. —1905.)  (11) 


(10)  'Xos  vecinos  de  estos  Miraña-5,  y  enemigos  mortales  de 
losUmáuas,  son  los  nombrados  Uitotos,  comunidad  populosa  de  nu- 
merosas hordas  lingüísticamente  emparentadas,  con  nombres  es- 
peciales y  á  veces  con  muy  distinto  dialecto,  que  viven  en  el  alto 
Yapurá  y  el  Iza,  particularmente  en  los  ríos  Carapaná  é  Igara-pa- 
rana,  en  donde  muchos  sirven  con  los  colombianos  como  recolecto- 
res de  caucho.  Calcúlase  su  número  total  en  20.000  y  más  almas 
Y  SE  DICE  que  son  todavía  antropófagos.  "  Uitoto  "  es  un  insulto 
de  sus  vecinos  hostiles  y  significa  "enemigo"  en  el  lenguaje 
de  los  Umáuas. — Dr.  Koch-Grümberg,  ob.  cit.,  pág.    188. 

%  (  II  )  Salamanca  fue  de  los  compañeros  de  Reyes,  en  sus  viajes. 
-Residió  25  años  en  aquellas  localidades  y  fue  quien  condujo  has- 
ta Bogotá  los  restos  de  Enrique  Reyes  muerto  en  1887. 

En  el  Sur—Dvaleotos  Indígenas.       26. 


402  TAVERA-ACOSTA 


;  Y' bien  sabido  se  tiene,  hace  muchísimos  años,  que 
los  individuos  de  esas  tribus  y  de  otras  incultas  de 
aquellos  contornos,  son  con  sus  enemigos  ó  con  fjuienes 
algún  mal  les  han  hecho,  vengativas,  crueles,  asesinas, 
feroces,  pero  caníbales  nunca.  Y  de  esto  el  mismo  Re- 
yéSi'es  testigo,  cuando  dice  :  *'  Debemos  reconocer  que 
durante  diez  años  que  hicimos  exploraciones  en  el  Pu- 
tumayo,  en  el  Amazonas  y  sus  afluentes,  nunca  fuimos 
amenazados  ni  atacados  por  los  salvajes,"  lo  que  no  dice 
relación  con  la  supuesta  antropofagia  de  que  tanto  ha- 
bla para  venir  luego  á  esta  conclusión  :  "lo  que  por 
desgracia  no  aconteció  con  nuestro  hermano  menor, 
Néstor,  quien  fue  devorado  por  los  antropófagos  del 
Putumayo, "    y  eso,  ya  á  fines  del  siglo  de  las  luces  ! 

Además,  él  no  vio  el  festín  humano,  y  sólo  se  con- 
creta á  decir  más  adelante  :  "  Néstor,  mi  hermano  me- 
nor, se  perdió  explorando  las  selvas  del  Putumayo,  en 
donde,  como  queda  dicho,  fue  devorado  por  los  salva- 
jes."    (  De  cual  tribu  ?)  ^ 

¡  Qué  prurito  !  ¿  Por  qué  no  decir  que  en  medio 
de  las  selvas  murió  de  fiebre,  ó  de  hambre,  ó  fue  vic- 
timado por  una  serpiente,  ó  devorado  por  las  fieras,  lo 
que  sí  pudo  suceder  ? 

€ 

Quizás  por  la  sencilla  razón  de  conmover  los  ánimos 
con  el  relato  de  quimeras  anacrónicas  ...... 

La  Idea,  periódico  de  Bogotá,  número  42,  fecha  20 
de  junio  de  1905,  refiere  el  incidente  así:  Néstor 
"fue  compañero  de  su  hermano  Rafael  en  las  explora- 
ciones del  Putumayo.  Quedó  con  varios  salvajes  en 
Puerto  Sofía,  término  de  la  navegación  por  vapor,  y  su 
hermano  Rafael  siguió  á  explorar  el  Caquetá.  En 
noche  lluviosa  fue  alcanzado  por  un  salvaje,  que  sin 
descanso  navegó  río  abajo  en  débil  canoa,  con  una  in- 
fausta nueva  :  su  hermano  se  había  perdido  en  las  sel- 
vas. Durante  tres  días  lo  habían  buscado  y  todo  había- 
sido  inútil.  . . .  Esa  misma  noche,  con  tres  tripulantes, 
regresó  en  la  canoa  que  trajo  la  noticia  fatal.  . . .  Al  otro 


EN    EL    SUR  —  DIALECTOS    INDÍGENAS  403 

día,  como  rayo  de  consuelo  en  su  amargura,  divisó  una 
canoa  que  bajaba.  ¡  Lo  encontramos  !  gritó  el  tripu- 
lante sobre  el  silencio  de  las  aguas,  j  Encontrado  sí, 
pero  su  esqueleto  !      .    " 

Y  este  esqueleto  fue  hallado  "en  una  playa  desier- 
ta," de  donde  fue  ''recojido  por  su  hermano". 

Y  aquí  cabe  preguntar  :  por  fin,  dónde  fue  encon- 
trado, en  la  selva  ó  en  la  orilla  del  río  ? 

Y  sí  aconteció  el  hallazgo  en  las  márgenes  del 
Putumayo  ¿  por  qué  no  pensar  que  Néstor  se  ahogó  y, 
arrastrado  después  su  cadáver  por  la  corriente,  fue  á  re- 
calar á  una  playa  solitaria,  donde  las  aves  y  las  fieras 
concluyeron  el  trabajo  de  los  peces  (ó  de  algún  caimán)? 

Hasta  aquí  lo  concerniente  al  explorador  Reyes. 

Por  supuesto,  fácilmente  se  comprenderá  que  des- 
pués que  éste  relate  sus  viajes  ante  un  Congreso  y  que 
los  imprimió  en  lujosa  'edición,  que  luego  ha  sido  repro- 
ducida en  varias  ocasiones  y  lugares,  fácilmente  se  com- 
prenderd,  decimos,  el  empeño  que  pueda  haber  en  sos- 
tener la  peregrina  especie  de  que  los  indios  del  Putu- 
mayo devoraron  á  un  hermano  del  actual  Presidente  de 
Colombia.  ,, 

Tres  meses  más  tarde,  abril  de  1907,  publica  un 
señor  Luis  M.  Gaviria,  en  el  mismo  periódico  El  Público, 
un  largo  artículo  de  variaciones  sobre  el  mismo  tema, 
es  decir,  encaminado  también  á  hacer  la  entusiástica 
apología  de  los  hermanos  Reyes,  como  no  ha  mucho  lo 
hizo  el  señor  D.  Rafael  Antonio  Orduz  en  La  Ldea,  y 
como  lo  hiciera  el  famoso  Juan  Coronel,  ahora  cinco 
años,  en  la  Introducción  del  relato  del  señor  Reyes. 

Pero,  á  quienes,  como  nosotros,  han    residido  años 
enteros  entre  tribus  incultas  y  estudiado  de  cerca,    sin 
prejuicio,    sus  costumbres,    mal  se   les  puede    venir  con 
\^  narraciones  de  la  índole  de  las  que  dejamos   anotadas. 

Y  cabe  aquí  transcribir  lo  que  en  carta  fecha  10   de 


404  TAVERA-ACOSTA 


junio  de  este  año  de  1907,  nos  escribe  desde  el  Alto 
Uainía  el  inteligente  francés  M.  Franíois  Quin.  Dice 
así : 

''Antropófagos  !  Aplaudo  mucho  su  laudable  es- 
fuerzo por  rechazar  al  dominio  de  la  fábula  á  los  quimé- 
ricos antropófagos  Sud  americanos.  Por  mi  parte,  nun- 
ca he  creído  en  tales  costumbres,  no  diré  americanas 
sino  mundiales.  He  viajado  mucho  y  nunca  he  visto 
entre  las  numerosas  tribus  que  he  conocido,  comedores 
de  carne  humana.  Diez  años  tengo  ya  recorriendo  los 
ríos  del  Territorio  Amazonas,  viviendo  con  los  indios, 
hablando  su  lenguaje,  y  no  como  esos  ''exploradores-re- 
lámpagos "  de  quienes  hace  usted  mención  en  sus  obras 
....  Puedo,  afirmar,  pues,  que  no  hay  antropófagos,  ni 
los  ha  habido,  por  lo  menos  desde  que  los  indios  cono- 
cen el  arco  y  e-  hacha  de  piedra,  lo  que  remonta  á  varios 
millares  de    años. 

"  Todas  las  tribus  del  Amazonas  viven  ahora  co- 
mo vivían  para  la  llegada  de  los  españoles  y  de  los  Por- 
tugueses, con  la  diferencia  de  r  que  no  habiendo  sido 
asustada  nunca  la  cacería  por  las  detonaciones  de  las 
armas  de  fuego,  era  entonces  mucho  más  abundante 
que  hoy :  un  argumento  de  mis  contra  la  pretendida 
antropofagia 

"El  animal  inferior  es  sociable.  Sería  muy  triste 
que  el  hombre,  infi.nitamente  supericír,  hubiera  sido  el 
único  comedor  de  su  semejante  !  Fue  necesario  que 
aparecieran  los  "gumillas"  para  inventar  y  propagar 
tal  absurdo.  ..  .Los  simios  araguato,  caparro  y  mari 
monda,  principalmente  el  último,  representan  bastante 
bien,  cuando  asados,  el  cuerpo  de  un  joven  de  13  á  14 
años.  El  miedo  ó  la  ignorancia  hicieron  lo  restante  : 
de  ahí  ciertamente  provino  el  mito." 


Después  de  insertar  el  literato  Mosquera  el  angus- , 
tieso  relato  del  señor  Calderón,  concluye  su    Refutación 
á  un  historiador  venezolano,  así  : 


EN  EL  SUR— DIALECTOS  INDÍGENAS  405 

"Si  esta  elocuente  disertación  no  hace  mudar 
de  parecer  al  joven  historiador  venezolano  por  lo 
que  respecta  á  lo  aseverado  por  el  señor  General  Reyes, 
ó  no  hay  imparcialidad  ó  priva  deliberado  propósito  ; 
cosas  ambas  que  no  queremos  suponer  en  quien  se 
ocupa  de  ilustrar  un  punto  sombrío,  que  para  honra  de 
la  humanidad  bien  quisiéramos  que  nunca  hubiese  exis- 
tido." - 

En  efecto,  bien  hace  en  no  suponer  ni  lo  uno  ni 
lo  otro.  Nada  tenemos  que  ver  con  la  concreta  indi- 
vidualidad del  señor  general  Reyes.  En  nuestras  rec- 
tificaciones, nos  referimos  á  un  viajero  que  emplea  un 
tópico  como  el  del  canibalismo  aTiericano,  tan  repeti- 
do por  muchos,  desgraciadamente,  por  la  falta  de  exa- 
men crítico.  Llámese  tíamboldt,  llámese  Codazzi, 
llámese  Mosquera  (  T.  C.  )  llámese  Joaquín  Acosta,  llá- 
mese como  se  llamare  el  explorador,  el  viajero,  el 
hombre  de  ciencia,  el  negociante,  el  buhonero,  que  tal 
error  histórico  y  etnográfico  traiga  ( tratándose  de  los 
indios  americanos  desdo  la  Conquista  para  acá  )  y  con- 
tra todos  ellos  quedarán  en  pié  no  sólo  nuestras  humil- 
des observaciones  en  el  sentido  de  desvirtuar  la  ver- 
sión de  la  antropofagia  de  los  habitantes  que  encon- 
traron los  castellanos  en  el  hemisferio  occidental  (12)  si- 
no también  lo  expuesto  por  Fray  Bartolomé  de  las  Casas 
en  sus  libros  Historia  Gene /al  de  las  Indias  y  Apologética 
historia  de  Indias  ;  por  Prescott  en  su  Historia  de  la 
Conquista  del  Perú  ;  por  Michelena  y  Rojas  en  su 
Exploración  Oficial  ;  por  Irving  en  su  Vida  y  viajes  de 
Colón  ;  por  Juan  Ignacio  de  Armas  en  sus  Estudios 
Americanistas  ;  por  Pebres  Cordero,  por  Jahn,  por 
Jiménez  Arraiz,  por  Carrascosa,  etc.,   etc. 

La  antropofagia  de  los  americanos  se  ha  ido  esfu- 
mando como  una  sombra  negra  en  el  horizonte  de  la 
Historia,    y  á  medida  que  van  pasando  los  años    la  cre- 


(12)  Véanse  :  Memoria  del  Amazonas,  páginas  347  35,  Ciiidad- 
\  Boiívar,   1901 — Anales  de   Guayana,  páginas  317-325,  volumen  I. 
Ciudad-Bolívar,  i()o^. ^Rionegro,  Capítulos  VI  y  VII  (publicados) 
Ciudad-Bolívar,  1906. 


406  TAVERA-ACOSTA 

encia  en  ella  se  va  haciendo  más  rara  y  difícil  de   soste- 
ner científicamente. 

Que  los  Delegados  á  la  segunda  Conferencia  inter- 
nacional americana,  bajo  la  influencia  del  "Oncle  Sam," 
decretasen  una  placa  en  honor  de  Néstor  y  de  Enrique 
Reyes,  muertos  en  servicio  de  la  civilización  de  América, 
(  13  )  y  que  el  Congreso  de  Colombia  ensus  sesiones  de 
este  año  1907,  accediese  á  la  petición  de  los  periodistas 
bogotanos  de  levantar  un  monumento  que  perpetuase  la 
memoria  de  los  hermanos  Reyes,  nada  dicen  en  contra 
de  nuestras  aserciones,  antes  bien,  dan  ocasión, para  re 
cordar  que  el  actual  Presidente  de  Colombia  es  el  mi?- 
mo  señor  general  Reyes,  autor  de  la  **  Memoria  de  ex- 
ploraciones'' presentada  en  1902,  y  para  [lensar  tam- 
bién que  desde  ese  año,  Roosebelt,  acaso  pretendió  ga- 
narse la  buena  voluntad  del  futuro  Presidente  qolom 
biano,    hermano  de  los  Reyes  muertos 

Por  lo  demás,  harto  bien  se  sabe  que  á  éstos  así  co- 
mo tampoco  á  ninguno  de  sus  compañeros, — á  saber  • 
José  María  Calderón  Reyes,  Alejandro  Plazas  Reyes, 
Nemesio  Reyes,  Juan  Reyes  V.,  Florentino  Calderón 
Reyes,  Dario  Rojas,  Gabriel  Escobar,  Alejandro  Quin- 
tero Wallis,  Demetrio  Salamanca,  Antonio  Ángulo, 
Salvador  Quintero  y  Bernardo  Spn^ela — harto  bien  se 
sabe  que  á  ninguno  de  ellos  impulsaron  en  sus  incursio- 
nes por  el  Caquetá,  Putumayo  y  Amazonas,  ningún  pro- 
pósito científico,  ni  ideales  de  civilización  filantrópica, 
ni  anhelos  de  reducción  de  indígenas,  ni  especiales  de- 
seos de  prosperidad  y  progreso  nacionales,  sino  que  se 
lanzaron  á  particulares  proyectos  de  intereses  especula- 
tivos, llevando  fuertes  cantidades  en  metálico,  en  papel 
ó  en  especies,  con  miras  de  acrecentarlas  en  honrosas  y 
atrevidas  empresas-  dignas  de  todo  encomio.  Pero, 
muerto  Néstor  en  1883,    ahogado  en    el    Putumayo,    y 


(  13  )  Placa  de  bronce  de  35  centímetros  de  lago  por  25  de  ancho ^ 
Los  Representantes  de  Norte  América  comisionaron  á  lá  Secre^ 
taría  de  Washington  para  remitirla  al  Gobierno  colombiano,  co- 
mo lo  cumplió. 


EN    EL    SUR— DIATECTOS    INDÍGENAS  407 

extinto  Enrique  en  1887,  devorado  por  las  fiebres  sien- 
do capitán  de  un  vapor  mercante,  abandonó  el  señor 
general  'Reyes  sus  grandiosos  proyectos  comerciales,  á 
los  cuales  había  consagrado  durante  algunos  años  las 
grandes  energías  de  su  temperamento  de  luchador.  (14) 
Algún  día  llegará  la  luz  de  la  verdad  hasta  los  po- 
bres estigmatizados    alárabes  del  Caquetá  y  del  Putuma- 

yo Mientras  tanto,   copiemos  el  final  del  Capítulo 

VII  de  nuestro  libro  Rione^vo.      Dice  así  : 

En  resumen,  y  para  concluir  este  Capítulo,  desen- 
trañemos en  pocas  palabras  la  historia  del  espantoso 
mito  multicéfalo. 

El  12  de  octubre  de  1492  pisó  tierra  del  nuevo 
mundo  el  almirante  Colombo.  Para  fines  de  noviem- 
bre había  descubierto,  además  de  la  de  Sansalvador, 
varias  otras  islas,  entre  ellas  Cuba  y  Haití.  En  ésta 
se  detuvo  40  días  en  cuyo  lapso  hizo  levantar  una 
casa  fuerte  en  el  pueblo  de  Uacanagari,  cerca  de  la  des- 
embocadura del  río  (Jarvco,  en  las  costas  de  dicha  isla. 

Colombo,  como  es  natural,  no  conocía  el  idioma  de 
los  mdios  ni  éstos  el  de  los  españoles  y  en  menos  de  dos 
meses  no  pudieron  aprenderlo  ;  sinembargo  aque- 
llos "ilustrados"  castellanos,  sin  intérpretes,  enten 
dieron  que  los  indÍ9S  les  decían  que  hacia  al  oriente  ha- 
bía pequeñas  islas  (lasLucayas,  Barbados,  Gigantes, 
etc.  )  unus  pobladas  por  amazonas  ó  sean  las  mujeres 
sin  marido  y  más  belicosas  que  el  Cid  Campeador;  otras, 
donde  residían  hombres  que  comían  carne  humana  y 
que  eran  muchos,  grandes  y  valerosos  ;  y  otras,  en 
fin,  donde  corrían  arroyos  de  oro. 

El  4  de  enero  de  1493  sale  Colombo  de  Navidad, 
que  así  se  llamó  la  Casa-fuerte  inauojurada  el  24  de 
diciembre  anterior,  con  rumbo  á  España,  á  donde  lle- 
gó el  15  de  marzo  siguiente,-^  conduciendo  algunos  indí- 
genas, oro,  pájaros  y  curiosidades  que  había  embarcado 
en  la  Española  ó  sea  Haití. 
) 

(14)  Véase  el  ya  indicado  número  de  "  La   Idea." 


408  TAVEÍlA^ACÓStA 

Ya  iba  en  la  mente  de  Colombo  y  de  sus  compa- 
ñeros el  germen  del  terrible  minotauro. 

Emprende  su  segundo  viaje,  y  sale  de  Cádiz  el  Al- 
mirante el  25  de  setiembre  de  1493  5  desde  el  3  noviem- 
bre empieza  á  descubrir  las  pequeñas  Antillas;  llega  á  la 
de  Turuqueire  (  Marigalante  )  envía  á  tierra  á  algunos 
de  sus  "  eruditos"  marineros  con  el  propósito  de  reco- 
cerla. Los  españoles  encuentran  mejores  casas,  labo- 
res y  tejidos,  muebles  y  utensilios  muy  bien  trabajados, 
estatuas  de  madera,  ostentando  á  sus  pies  sendas  cule- 
bras entalladas,  provisiones  en  abundancia,  de  carne 
fresca,  y  armas  bien  construidas.  A  la  llegada  de  los 
extranjeros  los  indígenas  corren,  huyen  ;  unos  se  van  á 
los  montes,  otros  se  esconden  en  sus  chozas.  Y  no  es 
eso  todo  :  aquellos  supersticiosos  europeos,  que  ya  "sa- 
bían "  que  por  allí  había  antropófagos,  por  lo  que  enten- 
dió Colombo,  sin  intérpretes,  de  los  indios  haitianos, 
quedaron  sobrecojidos  al  ver  colgando  de  los  techos,  á 
á  la  par  de  los  jamones  de  cerdos  monteses  y  de  vena- 
dos, cuartos  de  araguatos  y  cabezas  de  estos  animles 
sirviendo  de  receptáculo  á  cualquier  líquido.  . .  .exacta- 
mente como  lo  hacen  aún  hoy  los  indios  de  nuestras  sel- 
vas. 

j  Qué  horror  !  Corrieron  á  bordo,  propalaron  el 
descubrimiento  junto  con  la  noticia  de  su  ignorancia, 
sembraron  aquella  en  terreno  abonado,  y .  . . .  después  : 
la  codicia,  el  fanatismo,  la  crueldad  y  hasta  la  astucia  de 
los  indios  mismos,  contribuyeron  á  infantar  al  monstruo, 
que  llegó  á  tener  colosales  proporciones  y  que  hoy  en 
medio  al  estertor  de  su  agonía,  desaparece  el  estrujón 
formidable  del  Análisis  crítico  y  aventado  como  mísera 
pajuela  por  el  soplo  de  la  Filosofía  de  la  Historia. 


EN  EL  SUR — DIALECTOS  INDÍGENAS 


409 


NOTAS  FINALES 


Son  curiosos  los  significados  que  tienen  algunos 
vocablos  Uaraní-Caribe-Tamanaco,  en  las  regiones 
de  la  jurisdicción  de  Barcelona,  muy  particularmente 
los  que  hoy  constituyen  algunos  apellidos  conocidos  en 
esas  localidades.  Véanse  á  continuación  con  la  simple 
variante  de  la  primera  O  en  el  término  goto  ó  coto,  que, 
como  se  sabe,  es  pronunciado  indistintamente  por  los 
indios,  así  como  la  U  y  la  O  : 


Yaguaricoto, 

los  deudos 

ó  la  familia 

del  Tigre 

Guararicoto 

id 

id 

de  la  Danta 

Tcherecoto, 

id 

id 

de  la  Yuca 

Cumanacoto 

id 

id 

del  Frijol 

Moropocoto 

id 

id 

de  la  Cera 

Yaguaracoto 

id 

id 

del    Tigre 

Paracoto 

id 

id 

del  Caño 

Paraguacoto 

id 

id 

del  Mar 

Maríacoto 

id» 

id 

del  Cuchillo 

Querecoto 

id 

id 

de  la  Yuca 

Arinacoto 

id 

id 

del  Budare 

Marapacoto 

id 

id 

del  Jobo 

Bericoto 

id 

id 

de  la  Frente 

Pianaricoto 

id 
1       •  _ 

id 

de  la  Oreja 

Acquerecoto 

id 

id 

del  Tigre 

Janacoto 

id 

id 

del  Río 

Guacoto 

id 

id 

de  la    Lagartija 

Panarecoto 

id 

id 

del  Amigo 

Parucoto 

id 

id 

del  Caño 

Pitacoto 

id 

id 

del  Rojo 

Los  grabados  que  constan  en  este  volumen  fueron 
hechos  por  el  inteligente  compatriota  señor  Manuel 
Mariani,  á  puro  esfuerzo  y  buena  voluntad.  El  foto- 
grabado es  obra  ejecutada  en  los  talleres  de  "El  Cojo 
Ilutrado,"  de  Caracas. 


4T0 

TAVERA-ACOSTA 

ERRATAS 

• 

Páginas 

Línea 

Dice 

Léase 

23 

18 

cristalecen 

cristalicen 

24 

21 

Libro  II 

Libro  I 

29 

27 

jordire 

jodire 

33 

6 

iscac-hunea 

isca-chunca 

47 

36 

reigliosos 

religiosos 

48 

25 

centituyéndose 

constituyéndose 

100 

28 

uyaya-értua 

uyaya-értun 

145 

14 

antillas 

Antillas 

195 

En  el 

primer  párrafo  se  lee 

:  teniendo   como 

base  la  filología  comparada  en  Venezuela,  acaso  la  única 
hoy  por  hoy,  con  inmediatos  resultados  evidentes.  De- 
be leerse  :  teniendo  como  base  la  filología  comparada, 
acaso  la  única  hoy  por  hoy,  en*Venezuela,  con  inmedia- 
tos resultados  evidentes. 


211 

6 

Venenezuela 

Venezuela 

221 

28 

murallala 

muralla 

253 

13 

caractes 

caracteres 

253 

29 

pertenienteí^ 

pertenecientes 

265 

15 

de  este 

de  ese 

299 

19 

Releigh 

Raleigh 

299 

24 

siguientes 

siguientes 

307 

32 

restingido 

restringido 

346 

38 

hombres 

hombre, 

346 

39 

soldado, 

soldados 

347 

21 

etresacado 

entresacado 

348 

I 

y  llevada  y 

y  llevada  á 

397 

10 

había 

habían 

399 

29 

portugeses 

portugueses 

400 

15 

bian 

bien 

40S 

30 

desaparece  el 

dasaparece   al 

409 

33 

Ilutradc» 

Ilustrsdo         f 

IN'OIGEl 


CaPITUI^O  i— Propósitos—  Tribus  del  Sur  de  Guayana— 
Lenguas  -y  dialectos —  Exasperaciones  de  los  religiosos —  Exagera- 
ciones de  Solano  y  de  sus  oficiales —  Confusiones  que  han  ocasiona- 
do—  Tribus  existentes  hoy  en  las  regiones  del  Orinoco. 

CAPITULO  II— La  lengua  Baniba— ¿  Desciende  del  Qui- 
chua?—  Su  eufonismo  — Sus  dialectos— El  diptongo  UA—  Opinio- 
nes de  Caulín  y  de  Humboldt —  Exageración  de  Codazzi —  Nú- 
mero  de  lenguas  y  de  dialectos  que  se  hablan  en  el  día. 

CAPITULO  III—  Disimilitud  de  las  lenguas  Caribe  y  Bani- 
ba—  Sus  filiaciones  con  las  del  Asia —  Opiniones  de  Julio  Calcafío 
—  Analogías  con  el  idioma  Indo —  Filólogos  y  lingüistas —  Razas 
primitivas. 

CAPITULO  IV — Días  y  meses  de  estas  tribus — Su  manera 
de  contar — Semejanzas  de  algunas  en  su  numeración  con  la  de  los 
Indos  y  la  de  los  Chinos —  Tabla   de  sus  respectivas  numeraciones. 

CAPITULO  V —  La  desinencia  ARE  abunda  en  el  lenguaje 
denominado  Caribe —  Parece  corresponder  á  una  gran  lengua  ma- 
triz— ¿  Cual  la  raza  que  la  hablaba  ? —  El  idioma  Uajibo —  Gramá- 
tica de  los  Padres  Fernández  y  Bartolomé—  Lenguas  primitivas — 
Vocabularios  de  indígenas  del  Indostán —  Voces  sánscritas. 

CAPITULO  VI—  Un  artículo  sobre  un  libro  de  Julio  Calca- 
ño —  Inconvenientes —  Número  de  lenguas  y  dialectos  recogidos  — 
Conclusión — Homenaje. 

SEGUNDA   PARTE 

Vocabularios  indígenas —  Notas  y  observaciones. 

TERCERA  PARTE 

CAPITULO  I—  El  diptongo  UA— Ortografía  adoptada  por  el 
autor — Observaciones  del  Doctor  Lisandro  Alvarado —  Prurito  ex- 
tranjero—  Confusión  del  número  de  localidades  con  el  de  las  na- 
ciones indias— Sgnificado  de  las  voces  paro,  cáaa,  aima,  uapo  y 
moni — Significado  de  la  terminación  gofo  ó  co¿o—Kl  sobrenom- 
bre de  "  Caribes  " —  Opinión  de  Julio  Calcaño — Orígenes  de  las 
palabras  Cande  y  Uayano—  Américo  Vespucio  y  Bartolomé  de  las 
Casas—  El  elemento  Pariano. 

CAPITULO  II — El  Quichua  lengua  aryana  aglutinante — 
Opinión  adversa  del  Doctor  Pedro  Manuel  Arcaya,  apoyándose  en 
Mr.  V.  Henry — Congreso  de  Americanistas — Opiniones  afirma- 
tivas de  López,  Rojas,  Patrón  y  Girgois. — ¿Quiénes  estarán  en  la 
verdad  ? —  Palabras  sán^^cntas  on  sus  equivalentes  en  Quichua — 
Observaciones  de  Girgois —  Ochenta  por  ciento  de  las  voces  qui- 
chuas tienen  origen  aryano —  Observaciones  del  autor —  Analogías 
1  con  el  antiguo  Egipto —  Arqueología  americana  —  Cavernas,  cal- 
zadas, diques,  cerros  labrados,  hachas  de  piedra,  etc.  de  Vene- 
zuela. 


CAPITULO  III—  Continuación—  Petroglifos  de  Guayana— 
Su  antigüedad  precolombiana —  Sus  primeros  descubridores —  Opi- 
niones de  Humboldt  y  de  Schomburgk —  La  Atlántida —  Creen- 
cias y  tradiciones  de  los  indios  del  Orinoco—  AMALIVACA  ó 
Amali-uaca — Interpretaciones  de  esta  palabra  en  Quicjjua  y  en 
Indostano —  Cuestionario— Símbolos  antiguos — Interpretación  de 
algunos  geroglifos  de  Guayana —  Creación  de  la  tierra,  su  inmer- 
sión y  su  repoblación —  Analogías  cosmogónicas,  teogónicas  y 
etnológicas. 

CAPITULO  IV —  Las  voces  Coro  y  Onda — "  Los  aborígenes 
de  Falcón  " — Estudio  del  Dr.  Arcaya--  Observaciones. 

CAPITULO  V— Trabajos  de  Crevaux,  Chaffanjon,  Sagot, 
Adam  y  Martius —  Palabras  recogidas  por  el  Dr.  Toro —  La  antro- 
pofagia de  los  indios  americanos  es  un  mito — Las  Casas,  Hum- 
boldt, Irving — Conquistadores  y  cronistas  primitivos— Más  opi- 
niones adversas  al  canibalismo. 

Capitulo  vi —  Más  pareceres  en  contra  de  la  creencia  de 
la  antropofagia  de  los  indios — Otros  exploradores — Trabajos  del 
Dr.Jahn,  jr. — Piaroas  y  Maipures— El  Rvdo.  Gilij — El  Rvdo.  Gu- 
milla — Vocablos  "maipures"  análogos  á  los  del  R  otiegro — La 
voz  maipures — Dudas. 

CAPITULO  VII  "  Resumen  de  Actas  de  la  Academia  de 
la  Lengua  " — Dialectos  de  los  Andes,  de  la  Uagira  y  de  Siquisi- 
que — Vocabularios  recogidos  por  Febres-Cordero,  L^res,  Calcaño, 
Yepes  y  Juan  Tomás  Pérez — "  Etnología  del  «Estado  Mérida." 

CAPITULO  VIII— Significado  de  algunos  nombres  propios 
de  Venezuela  en  lenguajes  que  se  haWan  en  Guayana — El  nom- 
bre del  sol  en  algunos  lenguajes  sur-americanos — Estado  de  las 
tribus  del  territorio  venezolano. 

CAPITULO  IX— La  leyenda  de  los  atares— Confusiones 
que  ella  ha  ocasionado — Aclaraciones. 

CAPITULO  X—  Lfl  leyenda  de  los  Maipures— Los  Banibas 
de  hoy  son  los  mismos  Maipures  del  siglo  XVIII — Aclaraciones 
y  rectificaciones — Vocabulario   quitchua.      ♦ 

CUARTA  PARTE 

Notas  al  libro  del  Doctor  Elias  Toro  "Antropología  Gene- 
ral y  de  Venezuela  precolombina" — Confusiones — Los  mitos  ame- 
ricanos— La  fábula  de  los  indios  blancos — El  tópico  de  los  perros 
mudos — Rectificaciones-- Etnología  de  Venezuela — Lingüística 
— ¿ El  Tamanaco  y  el  Caribe  son  ana  sola  lengua? — Orígenes — 
Tribus  indias  y  sus  agrupaciones  históricas,  geo;^ráficas  y  lin- 
güísticas—  La  voz  agua  en  lenguas  y  dialectos  suramencanos — La 
final  ARE — Opiniones  de  los  doctores  Aristides  Rojas  y  Pedro  Ma- 
nuel Arcaya — Observaciones — ^Clasificación  lingüística  del  doctor 
Koch-Grünberg — Conclusiones. 

QUINTA    PARTE  , 

Más  vocabularios  de  lenguas  americanas  del  Sur — Notas  y  ob- 
servaciones— ^Documentos  arqueolíticos. 


SEXTA    PARTE 

Supuesta  antropofagia  de  los  indios  del  Caquetá  y  del  Putu- 
mayo —  Un  artículo  del  Dr.  Mosquera —  Relato  canibalesco  de  un 
señor  Calderón  — Tópico  del  señor  Delegado  por  Colombia  ante  el 
Congreso  pan-americano  reunido  en  México — Consideraciones- 
Historia  del  origen  del  mito  de  la  antropofagia  americana. 


NOTAS  FINAI^KS 


ERRATAS 


OBRAS  DE  TAVERA-ACOSTA 


FÜBL LOADAS  : 

N'ofas—V.stnáio  crítico— Antología  Venezolana 

Amazonas — Memoria  de  1900- 1 901 

Impresiones  y  Recuerdos—  Poesías 

Apuntes  pata  la  Historia — Revolución  de  1902- 1903 

El  caucho  e7i  Venezuela 

Anales  de  Guayana — primer  volumen 

Rio7legro—^^^^{\^x\o?>  II,  VI,  VII,  X  y  XI 

Lo  i^w/MV^— Capítulos  XIV,  XV  y  XVI 

En  el  Sur — Dialectos  indígenas  de  Venezuela 

FOE   PÜBLICAE  : 

Lo  Histórico. — Sucesos  de  la  Guerra  Federal  en  el  Oriente  de 
Venezuela 

Rionegro —Visi}eSy  observaciones,  historia,  etc. 

Capitanes  y  Caciques  de   Venezuela 

Ef  óticas — Poesías 

Páginas  dispersas — Poesías 

El  Caucho  en  Venezuela — 2a.  edición 

De  mi  cáfiera — Artículos  literarios,  históricos  y  políticos 

Anales  de  Guayana — 2?  volumen 

Efemérides  patrias 


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