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EN EL SUR
( Dialectos Indígenas de Venezuela)
POR . / D
B. TAVERA-ACOSTA
INDIVIDUO CORRESPONDIENTE DE LA ACADEMIA VENEZOLANA
DE LA HISTORIA, MIEMBRO DE LA SOCIEDAD DE
GEOGRAFÍA DE PARÍS, ETC., ETC.
Imprenta y Encuademación de Benito Jimeno Castro
Ciudad-Bolívar (Venezuela)
1907
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^.JLomenaie de amot^ de teópe/o u ata ti tu d*
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CA^PITULO T
Propósitos — Tribus del Sur de Guayana — Lenguas y dialectos —
Exageraciones de los religiosos— Exageraciones de Solano y
de 'sus Oficiales— Confusiones que han ocasionado — Tribus
existentes hoy en las regiones del Orinoco.
Esta compilación de vocablos y frases indígenas,
no tiene para nosotros más mérito que el personalísimo
de ser uno como recuerdo de nuestra estada en la tie-
rra de los canales gigantescos, sobre cuyas ondas de
maravillosa coloración — negras, amarillas, rojas, blan-
cas, verdes y azules —
se miran cintilar las 7cbninel-li^
con su eterno y lejano parpadeo,
quiebra sus rayos pálidos arshita
y abre el día el fulgurante amor si.
En efecto, durante nuestra residencia en aquellas
regiones, en constante trato con muchas de las diver-
sas tribus que las pueblan, se nos ocurrió ir recogiendo
en nuestras repetidas incursiones por el Rionegro, fra-
ses y palabras indias, regularmente tomadas en pre-
sencia de dos, tres ó más individuos de las respectivas
familias.
TAV ERA- AGOSTA
Obra de paciencia fué esa que á nosotros mismos
lioy nos sorprende. Cuántas dificultades que Vencer!
A menudo nos sucedía que por no poseer la entona-
ción del dialecto que tomábamos, al leer en voz alta
los vocablos que sucesivamente íbamos copiando, nos
paiccía que la escritura no correspondía á la fonética
del mayor número de ellos. Hacíamos entonces repe-
tir las palabras una y más veces, y leyéndolas mental-
mente á pro[)orcion que los indígenas las pronuncia-
ban, encontrábamos entonces coi-recta la reproducción
escrita, que á nuestra vez repetíamos en voz alta, soli-
citando la aprobación ó no del interlocutor. Yocasio-
iies bubo en que, espontáneamente, los banibas, por
ejemplo, nos dijeran : ''no, así no" ; y acto continuo
corregían las palabras ó frases mal pronunciadas por
nosotros.
Con todo, aunque labori(»sa, no ba sido estéril la
tarea ; y boy nos es placentero presentar las páginas
de este libro á quienes (luieran tei^er la bondad de le-
erlas. Y para que se formen cabal concepto acerca
del número de aquellas naciones de variados lenguajes,
permítasenos transcribir aquí lo })ertinente, tomado
del Capítulo II de nuestra obra Rionegro.
Las tribus que pueblan en parte este extenso te-
rritorio de cerca de 267.000 kilómetros cuadrados, son
casi todas r(íducidas. Véanse ligeramente menciona-
das á continuación ;
la baniba, que puelda el Uainía-Rionegro y el
Atabapo, la nías distinguida y gentil y en la que se
consiguen muy buenos marineros y notables fabrican-
tes de cbincliorros.
Pensamos que esta tribu [)or su inteligencia, finu-
ra y bábitos sedentarios [)uede provenir de alguna ra-
ma de los antiguos quícbuas. Tienen mucbas analo-
gías físicas y nn>rales.
D'Orbigny dice de los quícbuas : ''la cabeza es
oblonga de la frente al occipital ; la nariz en lugar de
ser acbatada es siempre larga y algo aguileña ; los ojos
son de un tanniño regular, siempre borizontales, sin
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 3
oblicui^lad alguna ; el perfil forma un ángulo obtuso
casi iglial al de los europeos, siíi mayor diferencia que
los maxilares algo más salientes. La tísonomía es
siempi'e seria, algo melancólica, nunca indolente, ex-
presa una gran [)enetraí'i(Hi, una intensión íntima de
ocultar el pensamiento bajo la unifoiinidad, siempre
la misnfa, de los ademanes, sin nunca dejar manifes-
tarse ninguna de las emociones, como lo hacen con
tanta facilidad las demás razas. El color no es ni rojo
ni cobrizo, sino bronceado. El pié es siempre cliico y
algo elevado del tobillo."
Esos caracteres físicos de los quícbuas correspon-
den muellísimo á los de los banibas ó antiguos inara-
pizanos ; } hasta en el fonetismo de su lenguaje se ase-
mejan : éstos, como aquéllos, confunden en la pronun-
ciación el sonido de la E con el de la I y el de la O con
el de la U; y así dicen los quichuas orko ó tirkit (ca-
chorro) y yuré ó _y^/^'¿ (nació) etc. (1) y los banibas :
mciuare ó mátiari (que causa daño) y morojoy ó murujiiy
(yuca podrida) etc. También el posesivo de la prime-
ra persona, mí, mío, es el mismo en ambos lenguajes.
La uajiba, que habita el río Bichada, sus caños y
sabanas adyacentes, indios, que, aunque mañoqueros^
son levantiscos y de malas pulgas ; son los más nume-
rosos y tienen comunicaciones por tierra á manera de
los chasquis de h)S antiguos pírhuas; muchas familias
de estas tribus (ptamos ó cliiricoas, etc.) andan erran-
tes por la zona de sabanas que existe entre el Meta y
el Bichara^ como lo pronuncian ellos. (2)
La baria, que vive en los ríos Casiquiare, Baria y
Kionegro, son buenos marineros, altaneros y trabaja-
dores, gustándoles vestir bien como los banibas, y, co-
(i) Yuri, es también el nombre de un raudal del alto Uainía.
(2) En el Informe leído en la Sociedad de Geografía de París por
Mr. S. Berthelot, sobre los trabajos geográficos de Codazzi, que
inserta éste en su Atlas Físico y Político de Venezuela, se dice que
«los Guaibos viven sobre los bordes del Cuyuni.» Esto es un error.
Los uajibos han residido siempre en las regiones que dejamos
apuntadas. —Notas del Autor,
TAVERA-ACOSTA
mo éstos, descienden de los del Rionegro ; se les llama
generalmente bares ; c
la yabitera, (antigua paraenes) habitadora del
pueblo de Yabita, emprendedores y excelentes mari-
neros ;
la maquiritare, que habita el alto Orinoco y sus
afluentes Cunucunuma, Padamo y Ocamo, indios la-
boriosos y buenos gomeros ;
la maco, pobladora del Bentuari, muy industrio-
sa y unida á los maquiritares ;
la curasicana, en el caño Manapiare, que es afluen-
te del Bentuari ;
la yabarana, que, como los macos, vive en ese
mismo río y en sus caños.
Estas cuatro tribus, así como las del Oaura, Caro-
ni, Paráua, etc. descienden del grupo étnico denomi-
nado caribe.
La piaroa, agricultora y de carácter tímido que
habita en el Sipapo, Cataniapo y Matauenni y a cuyos
individuos infunde pavor la enfermedad catarral ; es
la tribu más honrada en sus transacciones comerciales;
la puinabe, ó sean los antiguos uaipunabes ó ca-
berres de los frailes, inteligentes, aunque refractarios
á la ''civilización"; vegetan en el río Inírida y en sus
caños, cometiendo, á veces, asesinatos en represalias
de los reprobos pi'ocederes que con ellos observan ó
han observado algunos de otras i'a/as ;
la canizana, la curricarro ó curi-curri-berrenais
(macuenni?) la uaiiperidácuení y la azauenió izaueni,
hijos de los antiguos marapizanos, pueblan el alto
Uainía y los ríos Izana }' Ouyare y sus afluentes ; son
especialmente oíaboradores de mañoco ó harina de ca-
sabe y cortadores de chiquichique, marama^ en su
dialecto ;
la uareca 6 uarequena, habitadora de los pueblos
de Guzmán Blanco, antiguo Sanmiguel de Dábipe,
y deBaltazar, hijos, camo los yabiteros, de la gran fa-
milia marabitana ó marapizana, son industriosos é in-
teligentes ;
los piapocos y sálibas, descendientes de los anti-
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 5
guos acbíiuas ó airicos, en los ríos Uabiare, XJba, Mu-
co, et&., a<^r¡cultores y de costumbres suaves ;
bi ualiariba, indios bárbaros que viven en las ca-
beceras del Orinoco y quienes baciendo irrupción ata-
can á los maquiritares ; á ellos seles acliacó la fábula
de los indios blancos^ á njcdiados del siglo XVIII ;
lo^uaicas, que viven también en esa zona y en las
cabeceras del Kioblanco, del Ocamo, etc. ;
la pasimonabis, que babita en el Oasiquiare y en
el Pasimoni ;
la mandaKaca, délas riberas del Mauaea, antigua
habitadora délos pueblos de Quirabuena y de Poncia-
no, en el Oasiquiare, son agricultores y vienen de los
del Rionegro.
Las tribus misataris, ainaoñas y coriubanas, en el
Siapa, y los uarifanas y (uiriaranas eri el Mauaea, que
creemos sean unas mismas y á quienes no conocemos,
apenas si existen en el Territorio Amazonas; y
asimismo:
los siáperos, en el río Castaño, los macucbíes, en
las cabeceras del Orinoco y otros ríos de la Guayana
venezolana, y los cubebas y tucanos en los ríos Uau-
pésy Uasiyé ó Xié ó Izié.
De estas tribus, la sal iba, piapoco, uarequena, ma-
co, piaroa, mandauaca, curasicana, pasimonabis y otras
disminuyen cada día más, ó alejándose del territorio
venezolano 6 tendiendo á su completa desaparición.
Debido á Humboldt — bebido en la fuente de los
Rvdos. Oaulín, Gumilla y Gilij — algunos autores
(Codazzi, Aristides Rojas, etc.) ban afirmado que los
niaipures y los atures ban desaparecido, y es un error:
son los mismos piaroasde boy, que, como antes, entie-
rran á sus deudos en las grutas ii oquedades de las pie-
dras y cerros que se hallan en sus localid^ídes. (3)
Antiguamente estaba habitada la extensa región
limitada por el Orinoco, el Uabiare y el Meta, según
algunos autores, por airicos, chucunas y amarúas, en
(3) En la tercera parte de este volumen aclaramos más estos
punios.— JVola del A u¿or.
TAVERA-ACOSTA
los ríos Manacacía y Bichada ; por acbáuas, ainariza-
nosy enanas, en el río Uba ; por clioroyes, en ^el Ua-
biare ; y por cabres ó puinabes, en b)s caños Zania y
Mataban (Matauenni) ; mas, según se ve, ya no se en-
cuentran en esos ríos familias de las mencionadas
tribus, ó acaso sean las mismas con otros nombres.
Hoy sólo existen allí uajibos, ncbáuas, ó seaK sálibas
y piapocos, y piaroas.
Cuando la célebre Expedición de Solano estuvo
'eViel Oi'inoco, etc. (1756-61) encontraron sus Jefes y
Oficiales las siguientes familias indias : uaraunos, ca-
ribes, otbomacos, uamos, mai purés, ma[){)yes, piaroas,
uaipunabis, macapu]'es,yabures, yaruros, macos, ma-
quiritares, daribazanas, urunnabis, uaribas, berapaqui-
nabis, parenes, docunabis, mai'oas, manetibitanos, ma-
cirinabis, uainoas, amoisanas, pasimonabis, maldahua-
cas, uuíerebifcanas, patzirinabis. pe/inabis, arucas, de-
simanamas, banibas, uaui>és, carinacos, cerrecunas,
yabaranas, parecas, arebirianas, dabinabis, güiperne-
yes, simpas, uajibos, mana/as, sálibas, acbáuas, uara-
cutanas, aquinabi, adibibianas, catarapenas, uaimoi-
tanas, marepizanas, marebigenas, daribitanas, naque-
ñas, parayenes, piapocos, nata payanes, chucunas, amo-
rúas y otras.
Sinembargo, debemos hacer presente que en esta
nomenclatura hay tribus con dos ó más nombres, v.
gr. : los niaroas, uainoas, mare\)izanas, aquinabis y ba-
nibas, que son los mismos ó pertenecen á la gran fa-
milia del Rionegro, etc.
El Rvdo. Eray JoséGumilIa, en su libro Histo-
ria de las Naciones del Orinoco^ escrito en 1740-42, ano-
ta las siguientes: acbáuas, sálibas, atures ó ádoles,
quiriubas, patutes, anabalis, giiaras, omáuas, beto-
yes, caribes, jaruros, ai ricos, uajibos, chiricoas, maipur
res, abañes, otomacos, uaiqueríes, cabres ó caberres,
mapoyes, uamos, tunebos, lolacas, situpas, jabiies. In-
calías, quilifayes, atabacos, palenques, rayanos, arua-
cas ó araucos y uaraunos, entre otras, como residen-
fes en el Orinoco, Meta, etc.
El Rvdo. Caulín, en su Historia de la Nueva An-
EX EL SUR DIALECTOS INÜIGKVAS
dalucia^ escrifii en 1759, liaoc alusión i iiia^or iiúinc-
ro, si bífeii es cierto (jue la extensión q ic a barcia es su-
perior, como que llei»'a hasta el Rione.-iií». Véanse las
Daciones á que se leíiere Caulín:
Caribes, parayanes, tarumas, pana-ayos, atui'ayos,
aruacas, uaicas, arimai^otos, /aparas, ;i:b'abayos, ua-
raunos, ficurías, barinagotos, sálibas, uamos, palen-
ques, betones, acliirei^(»tos ó (!ac]i¡re,i:-)t<)s, otomacos,
acarianas, aribacos, pariai^otos, cariatias. tamanacos,
ca(lupina[>os, mau;uisas, [)aracarui;()tos. ;lrures, piaroas,
parenes, tabajaris, puru^otos, mai[)Qrc>. abanes, biras,
uanungomos, cumanag(»tos, macusis, lari pacos, uai-
quiríes, cliiricoas, ipurucotos, arui'os, ra[)aritas, cabe-
rres, paudacotos, uajibos, parabenes, iiicie[)ures, pui-
nabes, yaruros, mapoyes, mací)s, quirupas, uaipuna-
bis, arebibianas, yaditanas, maquiriraros, maizanas,
yabacuyanas, civitenes, [)uipitenes, aherianas, ocome-
sianas, amai/anas, ajures, morononis, yahures, libi-
bianas, caribanas., mare[)izanas, decsanas, carinacos,
uaribas, matomatos, abinavis, cogenas, uianetibitanas,
berapaquinabis y uainimanesa.
Tanto en esta larguísima lista, como en la ante-
rior de (iumilla, hay tribus á las que s.^ b^s lia aplica-
do varias denominaciones.
Las primeras noticias que se tuvi«Mo.i de las tri-
bus indígenas habitadoras del Oiino t<í y demás ríos
de estas regiones desde bi zona de los laúdales para
arriba, se le deben al Rvdo. Fr. Juan K i vero, quien
las trae en su obra Historia de las Misiones de los llanos
de Casanare y de los ríos Orinoco y ALJa. Este religio-
so escribió su libro en 1729-35, y, no obstante los múl-
tiples errores del Kvdo. (lumilla, mucho tomó este de
aquella obi'a, [)ara escribir su Histortx dr Lis Naciones
del Orinoco.
Rivero menciona las siguientes nibus :
los ádoles ó atures, que son ios mismos pearoas ó
catarubenes ; los uajibos, chiricoas, s.llibas y piapo-
cos del río Bichara ; los airicos ó ach.luas, que son los
piapocos y sálibas, al sur de este río ; los cabarris ó
uaipís, ó sean lospuinabes ó cabres, cabríos, uaipuna-
8 TAVERA-ACOSTA
bis, caberres y cabires, que son unos mismos, en el río
Inírida (Inirricha, como dice el autor) los barrías ó
barias que son los mismos bares;
los bamíuas 6 emanas, que son los mismos ame-
nas, banibas ó baniuas del Rionegro ; y menciona ade-
más, á los pamis, clianapes, curiberene, curicuribe-
rrenais, orejones y camoniuas, como habitadores délas
márgenes del Uabiare ; á los lícataquerris, que supone-
m(»s piaroas pobladores del Ücata ; quirrubas, mugi-
rris, abanis y pizáruas.
El se refiere también á los eles, betoyes, clii natos,
giraras, tunebos, maibas, araparabas, uarinaos, cari-
bes, otomacos, yaruros, chiripas, duniberrenais, totos,
mapoyes, chauanes, tibitibes ó tiui-tiuis, aracuas ó
araucas, (que son los mismos aruacos ó aranaes) ta-
mudes ó catatíos ó ciquetíos, petates, Incalías, etc.
p]stas largas listas de nombres de tribus indias no
deben sorprender : eHas son hijas de la necesidad que
tuvieron conquistadores y religiosos de aplicarles nom-
bres distintos á las distintas pai'cialidades que cono-
cían ó de quienes tenían referencias por los indios á
quienes trataban, aun cuando algunas familias perte-
necieran á una misma tribu.
Véase un ejemplo : el Rvdo. Fray Jacinto de
Carvajal, en las páginas 301 á 305 de su libro Descu-
brimiento del rio Apure hasta su Í7igveso en el Orinoco^
escrito en 1647, trae 106 naciones distintas como po-
bladoras — de que haya tenido él conocimiento — de
las márgenes del Apure, Orinoco y Gnárico y de los
llanos de Guanare, Bar! ñas;, Sansebastián, etc. que
son, á saber :
Uamonteyes, cüicuaros, otomacos, cocaimas, soa-
pures, auyumas, uaibas, uai paras, amaibas, puchica-
naes, barbacanas, ajanas, corocotos, apones, uaranoas,
paranoas, aranoas, auaripias, uaitaparas, tucuaimas,
auribires, /aruros, uaiquiries, chacaracas, aruacas,
tiáuas, putibras, tabagayes, bateas, acuaribias, caque-
tios, quiriquires, juanaponas, cuatatos, tarucos, nana-
tarucos, chimeros, biroteros, parabenas, cuanacua-
tos, cherechenes, orocos, ainaniacotos, paimucotos.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
l)ec()s, atapaiinas, yaruros, tenas, chiricoas, ^mapas,
t¡puruc«t()s, curipayas, nierocotos, auricacotos, tia-
yos, cariclianas, orocanes, paros, bennos, cehros, tan-
nos, j i raba ras, najuyos, aaii)íos, b)cos, pabí^iies, turie-
cbes, peos, uaros, cbiricuayos, bayos, cacbicofos, cbi-
nieres, caiicotos, aránacotos, pnrn<(ocotos, adoles, ina-
eanaes, iMariinas, cariclianos, ainacuros, aeoiuros, aqiii-
les, cananas, uarapicbes, anianaes, acares, tigueres,
cauros, cacbipos, cu macares, pares, paos, zabanas, ca-
ballitos, canii/etas, yuíj^eguines, esquibios, tabacos, ga-
leras, granados, dominicos, isleños, uayanos, dragos y
salinas que fácilmente evidencian el nombre de
las varias localidades, donde residían los indios, á
quienes aplicara el gentilicio.
En efecto, los primitivos liistoriadores, así como
todos, todos los quelesban sucedido basta boy, con-
fundieron ó lian confundido lastimosamente á menu-
do, las denominaciones geográficas con el nombre de
las principales naciones; y aún más, á cada paso, da-
ban á las numerosas fra(u;iones de éstas el apelativo
de los jefes ó caciques que 'tenían y que regularmente
era el nombre de las montañas, caños, ríos 6 selvas
donde residían; circunstancias que, adenias de aumen-
tar el número de las tribus, confirma la no existencia
de mucliascon diferentes lenguas.
Por supuesto, demás está decir que casi todas esas
nomenclaturas de tribus indias, las traen servilmente
copiadas Humboldt, Balbi, Oodazzi, Letronue y mu-
cbísimos otros escritores, viajeros, geógrafos y compi-
ladores.
Ninguna de las que bemos beclio referencia ba
sido antropófaga, como no lo es ninguna de las exis-
tentes actualmente.
De toda esa multitud de naciones indias, que
traen los religiosos en sus obras, sólo se consiguen hoy
cerca de las riberas del Orinoco, las siguientes :
los parianos, ó sean los caribes, á quienes han
aplicado más de treinta denominaciones distintas, los
más ferozmente perseguidos y calumniados por su va-
lO TAVERA-ACOSTA
lor, inteligencia y actividad, espanto de los concjnista-
dores, pesadilla de los religiosí^s, y qne poblalvm des-
de las islas del mar de las Antillas hasta las márgenes
setentrionales del Amazonas y aún más al Sur :
los uaraos ó uaraunos,. llamados por Raleigli tibi-
tibesó tiui-tiuis ; ^
los aruacas 6 aruacayes, denominados asimismo
arucas, araucas, arauayos y aranaes ;
los totos iiotoíuacos ó totomacos, de la misma fa-
milia de los uamos, uruanayes 6 uruanabis, que son
nnos mismos;
los mapayos ó mapoyes, antiguos ciiacas, napoyes
6 nepoios ;
los yaruros, yarures, yuapines, zaruros y jaruros,
que son los mismos caranacos ó pumés ;
los piaroas 6 pearoas, ó sean maipures, maibas,
catarubenes, athres, áturis y adoles ; (4)
los uajibos y ptantos ó clnricoas ó cuibas, que son
unos mismos ;
los puinabes ó uitipuni^bis, antiguos naipes 6 uai-
pís, cabres, cabríos, caberres, cabiris, caburris y ca-
peros ;
los macos ó macapures, y los maquiritares, llama-
dos también mari quitares 6 mariquiaitares ;
los man da naca so mal da nacas, y
los uaribas ó ualiaribos ó nari))iras.
(4) Más adelante, en nuestto estudio La Leyenda de los Maipu-
res, aclaramos este punto : así como había cabres-maipures, ó lo
que es lo mismo puinabes-maipures, había también piaroas-mai-
pures, uajibos-maipureA, sálibas-maipures. etc, etc, es decir, que
individuos de una misma nación por vivir en las selvas, ó monteses,
(^monteros, según la impropia voz usada en Rionegro) se les deno-
minaba, para diferenciarlos de los habitantes de las Misiones, con'
el calificativo de Maipures, ó sean tapires, en lengua caribe. — Nota
del Autor,
CAPITULO TI
lya lengua Baniba—¿ Desciende del Quichua?— Su eufonismo,
sus dialectos— Kl diptongo UA— Opiniones de Caulín y de
Humboldt— Exageración de Codazzi— Número de lenguas y
dialectos que se hablan en el día.
Pero volvamos al Rionegro.
De todas las naciones del Sur de Guayana, la Ba-
niba es la más inteligente é industriosa. Puede decirse
que es la aristocracia del Territorio Amazonas. Sus
mujeres las más bellas entre las indígenas, de facciones
finas, con mucho parecido á las hijas del Indostán; ca-
bellera negra, asombrosamente espléndida; ojos que re-
salían sobre el bronce de sus mejillas, tan negros como
la noche de sus inmensas selvas y el agua de sus gran-
des ríos; y pies tan pequeños como no se consiguen ni
entre las de la raza blanca.
Sus hombres son ágiles, excelentes marineros y los
'únicos en aquellas regiones entre quienes se cuentan in-
dividuos que sepan leer y escribir.
12 TAVERA-ACOSTA
Nuestro poeta Gorrochotegui, al hablar de esta na-
ción, dice: *'son lujosos y gustan de las costunjbres del
buen tono." (5)
De su lenguaje nacen los dialectos Carúzana, Yabi-
tero, Uarequena, Mandauaca y otros. Con todo, el Ba-
niba, asi como los otros idiomas, es sumamente corto,
de tal suerte que muchas voces castellanas entran hoy
en su conversación. Con una sola expresan varias pa-
labras de nuestro lenguaje, v. gr: autoridad, Gobierno,
Jefatura, que ellos dicen améiía ú oinéua\ conversación,
chisme, enredo, cuento, chismografía : ttayáneshi, etc.
Esta lengua tiene analogías con el Omáua y con el
Moxo del Marañón, pero aún más con el Campi, deri-
vado de la de los peruanos. En la lengua de éstos el
pronombre de la primera persona es noca 6 imca^ y en el
Baniba su posesivo en singular es no ó nii, evidente
apócope de la palabra quichua. En el Campi y en el
Baniba hay algunas voces homónimas. Por lo demás,
ésta, como todos los demás lenguajes americanos, tie-
ne muy marcado el carácter aglutinante que distingue
á las lenguas embrionarias.
El Baniba es el único que hemos encontrado suave,
dulce y reposado, pues en la mayor parte de ellos la
pronunciación es algo áspera, ó nasal, ó gutural, como
emitida á pedazos en algunos, y resaltando en otros los
sonidos fuertes de la R, F, G, J, y C. En el Baniba
predominan los de la A, B. D, I, L, M, N, O, P y Z.
En la emisión de algunos vocablos se notan tam-
bién otras diferencias. En el Rionegro, por ejemplo,
los habitantes de casi todos sus pueblos modifican la
pronunciación de muchas palabras con inflexiones fina-
(5) Véase el vocabulario que trae este autor al final de su poe-
ma Aramare (Caracas, 1895)— El general Abelardo Gorrochote-
gui es uno de los mu,7 contados Gobernadores que han sabido con
sus procedimientos captarse el aprecio de los habitantes del Ama-
zonas venezolano. De este funcionario hablamos en el Capítulo
VIII de nuestro libro Rionegro. —Nota del Autor.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 13
les, produciendo así cierta confusión al oído castellano;
y así agregan á veces sonidos finales semejantes á los
guturales de la J, cuando no la sílaba JA ó JANG, etc.
Y esto que acontece en el Rionegro, también sucede en-
tre los moradores de las márgenes del Bichada, Muco,
etc; y entre los del Bentuari, Cunucunuma, etc : en al-
gunas poblaciones se pronuncian variasvoces de un mo-
do y otrcPs no de la misma manera. A veces se notan
diferencias esenciales que hacen necesaria una larga
práctica para poder analizarlas.
Generalmente viene escribiéndose el diptongo UA
como WA ó GUA. Así escriben amewa ó a7ne^ua por
améua, que en Baniba quiere decir Gobierno; guayo ó
wayo^ por t/aio^ que significa murciélago, en Yabitero ;
wa7i 6 guau por íiáji^ que equivale á tucán en Puinabe;
piiguay^ 6 puwaí por ptcuai, en Piapoco mono; guacha-
di ó wachadí, por uachadi, que en Maquiritare quiere
decir danta ó tapir; etc.
Pero acerca de ese diptongo tan frecuentemente
usado en todas las lenguas ♦americanas, es de advertir
que ninguno de los aborígenes de Guayana le da el soni-
do fuerte de la G ó de la W, sino simplemente dicen ua^
que pronuncian suavemente, así como está escrito. La
G agregada á dicha articulación es de los castellanos
(algunos emplean la H en lugar de la G) y la W corres-
ponde á los extrangeros de origen anglo-sajón, etc. (6)
Afirma Caulín que en esas regiones ''se encuentra
mucha variedad de lenguas, unas totalmente distintas
de las otras, y otras tan semejantes entre sí, que apren-
dida la una es facilísimo instruirse de la otra." {Historia
de la Nueva Andalucía, Cap. XII, Libro I.)
Y en verdad, quien habla el Baniba comprende con
(6) Don Vicente Salva, en su Diccionario de la Lengua Castella-
na, (X ed. París, 1890) dice: <^Hiia. — Aunque algunos escriben va-
^ rias voces americanas con esta sílaba al principio, se ha preferido
reunirías todas en la ^«¿z, siguiendo el sistema adoptado por la
Academia.» — Nota del Autor.
14 TAVERTA-AGOSTA"
mucha facilidad el Yabitero, el Mandauaca, el Uare-
quena, el Carúzana, etc. El Maqniritare, el Yabarana,
el Curasicana, el Mapoyo, el Uiquiare y el M5co. tie-
nen iguales simpatías, como dialectos de una misma
lengua: la Pariana.
Humboldt dice : ''es tan prodigiosa la variedad de
idiomas que se hablan en las riberas del Orinccü, Rione-
gro, Meta y Casiquiare, que un viajero por grande que
fuera su talento por las lenguas, no podría jamAs apren-
der bastante para hacerse entender en la línea de ríos
navegables desde Angostura basta el fortín de Sanearlos
deRionegro." {Viaje á hs reo-iones equinocciales del
nuevo continente, Cap. XIX, Libro VIL)
En^ efecto, como ya se ha visto en páginas anterio-
res, son más de 20 los dialectos que se hablan en estas
regiones del, ecuador. Pero, por mucha que sea *'la
variedad de lenguas," no son ellas tantas cuantas se han
traído anotadas en las obras á que hemos hecho referen-
cia, pues que, — ya lo hemos indicado, — hay algunas
inscritas con múltiples denominaciones, confundiendo
así los lugares de residencia de las tribus con ios nom-
bres de los idiomas ó dialectos hablados.
Según el Atlas Etnográfico de Balbi, corresponden
á la América 438 lenguas con más de 2.000 dialectos.
Más tarde Black, en el sayo, disminuye el* número de
lenguas á 423 y aumenta el de los dialectos á más de
2.500. Codazzi, copiando á Humboldt y á Balbi, afir-
ma para Venezuela 11 lenguas y 150 dialectos (página
246, Resitrnen cíe la Geografía de Venezíield) de los
cuales da á Guayana los siguientes, así:
Len^tia Caribe-tamanaco — purugotos, avarigotos,
hiripiripas, vara-mucuras, varacas, parieres, acherego-
tos, ariguas, boschearis, güirigüiripas, paudacotos, va-
yamaras, guáyanos, arinagotos, cudupinapos, guaicas,
arimagotos, maquiritares, pascibis, carataimas, cuchive-
ro, acavai, arivivianos, panares, ojés, ayanos, guaiqui-
res, parecas, matano, curasicana, yocuras, macos y ave-
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I 5
ríanos 33 de los
cuales, sDgún él, habían desaparecido los once
primeros.
Lengua Maravltana- marepisana : — banibas,
barias, va^upés^ azanene, macuene, manivas,
deesana, berapaquinabis, amoisana, avimaris,
ecuanabis, guainimanesa, civitenis y chevari-
chena 14
De éstos habían desaparecido, según él, los
ocho últimos.
Lengita Cabré -Maipure : — parenes, ava-
nos, caberes, etenamos, morononis, puipitenis,
o;uaipunabis, chirupas y achaguas 9
de los que habían desaparecido los 7 primeros.
Lengua Atures: — piaroas, quaquas ó ma-
poyes, guainares, mavitzi, maiongcong y quevacu 6
Lengtuí Yaruro-Betoye: — yaruros, situfas,
airicos y taparitos 4
Leiigica Guakar ióa:-quinquisdin2i y guaica 2
Lengua Avíiaca: — arecuna i
Lengua Guahtba: — chiricoa i
Lengua Gnarauna: — ningún dialecto en
Guayana , , . . .
(7) 70
(7) Cada vez que hacemos uso de la W y de la K, es copiando
la ortografía de los autores que citamos, al referirse á voces indí-
genas.— Nota del Autor.
1 6 TAVERA-ACOSTA
Y es de notarse que en el mapa de Tierra-firme
de su yiilas Físico y Político de Venezuela^ trac las si-
guientes lenguas para toda la República: Caribe-Ta-
manaco, Cabre-maipures, Yaruro-betoyes, Muiscas,
Goajiros, Sálibas, Otomacos, Manativitanos, Caquetíos,
Guaharibos y Guahibos.
Por todo lo expuesto se evidencia quede las ii
lenguas y 150 dialectos que, según Codazzi, existían en
Venezuela, á Guayana, solamente, le correspondían 9
de las primeras y 70 de los segundos, de los cuales ha-
bían desaparecido 26, para cuando acabó de escribir su
obra, en 1841. (8)
En estas listas, imitando ese autor á quienes ante-
riormente hemos citado, pagó también su tributo al pru-
rito de aumentar el número. (9) Y como de algún mo-
do había que dar salida á algunas naciones que no se
veían por ninguna parte aunque por tales nombres con
sagradas, apeló 3I recurso de hacerlas desaparecer comí
extinguidas ó por hallarse mezcladas con el resto de la
población.
o
Y como quiera que el libro de Codazzi fué la prime-
ra obra patria que se ocupó de estas cuestiones, ó por
lo menos, la más conocida, todos los que posteriormen-
te han escrito sobre etnología de Venezuela, se han
contentado, á falta de observaciones de visit^ con tomar
por base aquellas listas casi ad pédem literce,
Y eso de copiar como hizo Codazzi, — y luego los
demás, — nombres de tribus á quienes personalmente
ninguno de ellos ha visto, es ir á ciegas en una estrada
rutinera, llena de aventuras y confusiones lamentables.
(8) Este número de tribus desaparecidas lo aumenta Codazzi
en siT referido mapa.
(^9) Para que se tenga una idea de la confusión de Codazzi,
léese en su obra como si fueran diferentes tribus las Banibas, Ma-<
nibas, Manetibitanos y Uainimaneses, cuando todas ellas no son
sino la Baniba ó Uainimanesa del Uainía-Rionegro, con diver>as
denominaciones. — Notas del Aídor,
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I 7
La deficiente clasificación que por nuestra parte
podemgs presentar con relación á la Guayana venezola-
na, aún teniendo de frente nuestra incompetencia, es la
siguiente:
Pariano'. — Caribe, Tamanaco, Otomaco, Maquiri-
tare ó Uayungomo, Maco ó Macapure, Cuacua ó Ma-
poyo, Taparita, Uiquire ó Uiquiare, Panare, Pareca,
Uayamara, Cadupinapo, Curasicana, Yabarana, Arecu-
na, Macusi, Acauayo y Uaica. (lo)
Uainirnanesa: — Baniba, Baria ó Baré, Carro ó Ca-
rúzana, Curi-carro ó Curi-curi-berrena, Izaneni, Pasi-
monabis, Uariperidáqueni, Mandauaca ó Maldauaca,
Uareca ó Uarequena, Yabitero ó Paráene, (ii) Sáliba
ó Chucuna yAmarúa ó Piapoco ó Tucán.
Uajiba: — Ptamo ó Cuiba ó Chiricoa, con afinida-
des con Sálil^as y Piapocos, antiguos Acbáuas ó Airicos.
Uaipis ó Puiuabe: — 'E^te lenguaje ha sido llamado
también Uaipunabis, Cabré, Cabrío, Cauerre, Caburris,
Cabire y hasta Etenamo. Haciendo más detenido es-
tudio de él no sería difícil comprenderlo en la Uainima-
nesa, aunque mezclado con otra lengua: el posesivo de
la primera persona en singular es mo ó mu.
El Tupí ó Niagantú, ó Geral^ del Rionegro brasile-
ro, aunque hijo del Uaraní, tiene sus afinidades con el
Baniba; y asimismo otros de los hablados en los ríos
Uaupés, Izana, Cudyari, Yapurá y Putumayo.
No podemos precisar á qué agrupaciones lingüísti-
cas corresponden:
(lo) En Caribe y sus simiiares uiquiri. ó uaiquiri es hombre ;
panare, amigo; pianare, oreja.; areciina. gu^srrero ; y codo, ¿oio ,
coto, itoto y goto, signiíicaiíi persona, hombre, gente, familia.
(i i) El jefe indio Yabita, fundador del pueb'o de su nombre y
cuyo lenguaje se llama hoy yabitero, eraindigena piráenó parene
del Rionegro brasilero. Véanse el Informe del Altj Orinoco y Rio-
negro, por Fray José Antonio de Xerei, 1766, y el de 1768.— A^^?-
ias del Autor.
En el su)'—I>ialectos Indígenas. 2.
1 8 TAVERA-ACOSTA
el Uarao ó Uarauno, que tiene del Aytnara, del
Caribe y del Aruaca; <"
el Aruaca ó Aruaco ó Arauác, que nos parece un
compuesto de Pariano y de otra lengua;
el Piaroa ó Atures ó Adoles ó Aturis ó M^iibas ó
Catarupenes, si bien nos parece un mixto de Sáliba y de
Caribe; (12)
el Yaruro ó Caranaca ó Yuapín ó Zaruro ó Pumé,
que pensamos sea un derivado del lenguaje de los An-
des venezolanos con voces caribes ó tamanacas;
y el Uaharibo, que puede considerarse como de la
agrupación Pariana, pues es fácil inferir que todas las
tribus que moran en la zona comprendida entre el Ori-
noco y sus cabeceras, vertientes al Rioblanco, éste hasta
el Rionegro, el Amazonas por el Sur y las costas del
Atlántico por el Este, pueden hablar dialectos que, aun-
que distintos entre sí, tienen como matriz una sola len-
gua, la que hemos venido denominando Pariana y que
no debe ser confundida con la generalmente llamada
en Guayana Ca'^ibe.
De nuestras observaciones resultan sólo cuatro len-
guas, con derivaciones más ó menos caprichosas; empe-
ro, si teniendo nosotros la suficiente autoridad nos de-
tuviéramos á pensar hondamente en estas cuestiones y
á hacer un minucioso examen de ellas, no nos sorpren-
dería encontrar nada más que dos principales: la Paria-
ne y la Andina, y ambas con sendas matrices: la Indo-
china y alguna otra lengua asiática.
(12) El vocablo ¿f</(í7/^í ó diures 6 áturi, Qomo dicen los indios,
es el mismo áioro de los Carúzanas y adoro de los Piapocos, que en
ambos quiere decir guacamaya; en Mandauaca «/¿7r/ significa gran-
de, y así áloti-uaro qu'ere decir loro grande. Por otra parte la voz
áfo?ÍQ\\ Caribe es hueco, agujero. En Sánscrito a7itaya es hendi-
dura. En las costas de Maracaibo hay una punta y una ensenada
con el nombre de adoro. — Nota del Autot.
CAPITULO ITI
Disimilitud de las lenguas Caribe y Baniba — Sus filiaciones con las
del Asia— Opiniones de Julio Gaicano — Analogías con el idio-
ma Indo— Filólogos y lingüistas — Razas primitivas.
Desde otro punto de vista, es de notarse también
la diferencia que hay en esos lenguajes, hasta en la de-
nominación de los colores: la mayor parte de los indios
autóctonos de la región que acabamos de señalar, con-
funde en una sola palabra el amarillo y el rojo, y en
otra el azul y el verde; circunstancia que nos recuerda
que así sucede entre los llamados caribes. No así en los
del Rionegro (Banibas, Uajibos, Piapocos, Sálibas, etc.)
acaso por ser más adelantadas.
No obstante, hay también en todos estos dialectos
muchos vocablos como pertenecientes á una gran len-
gua, y muy parecidos á los de algunas del archipiélago
Malayo, acaso revelando así el común origen de todos
los individuos pertenecientes á la raza amarilla. De allí
que Julio Gaicano en la página 403 de su libro El Caste-
llano en Venezuela, diga: ''He hablado en Resúmenes
de Actas leídos en la Academia Venezolana, acerca del
origen de nuestros indios, y de la probabilidad de exis-
tir entre ellos tribus de la Oceanía." Y más adelante :
''La raiz chi tiene carácter mongol. En chino. Chin
significa ó espíritu ó cuerpo, y esta raiz entra en la for-
20 TAVERA -AGOSTA
mación de muchas voces indígenas de Venezuela: chic-
ién, viento; chirup^ fuego; chíkabó, lumbre; chimaiia-
kot, casa, familia (en chino chi^ etc." (Página /fo6) Y
en las 407-08: ''Así, para (del sánscrito pala^ significa
grande, y /^^r^-/'<7/^í^ menos grande ó pequeño. Corro-
bora estas observaciones que la voz para en el sentido
áeporc¡ó;i la tiene el cumanagoto lo mismo que otros
dialectos indígenas de Venezuela, bien que algunos de
estos le da significación muy diversa. Parahua llaman
los Cumanagotos al mar, y parah?ia\os indios de Gua-
yana á uno de nuestros ríos más hermosos; y en una y
en otra voz se ve claramente el significado de ''porción
de agua" ó "río grande." De notar es que hawa, es
voz malaya, originaria del árabe, y que significa atmós-
fera, aire, viento, clima, aliento; así como que el árabe
tiene el vocablo wad, río; y las analogías del malayo con
el árabe y el hebreo, á pesar de ser un dialecto del sáns-
crito, han sido demostradas por Robinson y Favre.
"El sustantivo bíidare es caribe, es decir indígena
de Venezuela; pero su raiz pertenece al malayo, deriva-
do del sánscrito: ^//^ asar, emparrillar. Su desinencia
es peculiar de los dialectos de los indios de Venezuela,"
En el vocabulario yaruro que traemos más adelente,
abundan las sílabas cha, che y chi, tan comunes en la
lengua Quichua; y es de advertir, además, que hay
también muchas palabras monosilábicas, á semejanza
de las de los t'\rt..ros, chinos y coreanos, y que su modo
de contar es casi idéntico; y asimismo hay voces del In-
dostano, como cana, pira, tara, cati, jáua, bure, yaja-
re, pañi, yara, puru, etc, etc.
Comparando las palabras de estos dialectos del
Rionegro con las que constan en el vocabulario Indo que
tomamos en esta ciudad entre indígenas de Calcuta, y
que también publicamos, hemos encontrado muchos vo-
cablos parecidos ó con exactas radicales. Pero, como
nada sabemos de filología, hemos pensado que todo
puede ser una paranomasia ó una simple coincidencia;
sin embargo, véanse algunas á continuación:
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
2 I
Lenguajes
del Rione^ro:
Indostano:
abuelo'
dahd-do
dahd-da
algodón
richun
ruí
allá
uát-tá
juát
almuerzo
uana-acare
cana-cáu
aquí
quiá
giá
ayer "*
cal-nibí
cal
baile
na-uéidabá
na-cho
barro
cad-gé
cad-dó
bueno
ba-iaia
bala
canas
bal-liaja
bal-luyilá
canalete
da-neira
da-rá
collar
má -iorlo
má-lá
costillas
pát-tape
pát-tauiji
cucaracha
cum-marara
cum-macará
escritura
Hcco-toraque
liceo
hueso
jad-bibí
jad-dí
laguna
poc-ca
poc-cará
largo
bár-edé
bár-ecá
maiz
mac-canatzi
mac-caí
mi, mío
jám-mue
jám-mara
muchacha
ini-beti
betía
nariz
id-naco
nac
papá
bah-ba
bah-ba
piedra
ip-pa
pat tal
pólvora
bar-idi
bar-uda
rabia
roasi
res
sí
jáa
ja
tortuga
cad-duráua
cad-tchúa
Sensible es que sean tan cortos nuestros vocabula-
rios, pues así nos privan ellos de hacer más compara-
ciones; pero, con todo, es de observarse que las pocas
raices apuntadas no se encuentran inmediatamente en
los dialectos que se hablan en las regiones que hemos
demarcado como jurisdicción de la Caribe, corroborando
así, una vez más, la disimilitud de sus dialectos con los
dialectos del Rionegro, aún cuando pensamos que am-
22 TAVERA-ACOSTA
bas pueden ser remotas derivaciones de la Indostana, ó
de otras del Continente asiático, como ya hemqs insi-
nuado.
Es de añadir aquí, que así como en el Casiquiare hay
una tribu llamada baria ó baré, también hay otra allá
con igual denominación; que al chivo lo llaman en aque-
lla península del. Asia, báq2iiri\ y al año, barés\ palabras
muy usadas en el sur de la Guayana venezolana. Tam-
bién es de notarse que en el oriente de la República hay
pueblos y caseríos en cuyos nombres se ve la sílaba
CAN, que parece china, por ejemplo : Cantaura, Can-
aima, Can-poma, Can-chunchú, Can-camure, Can-
gua, Can-canapire, etc.
Acerca de estos particulares llamamos la atención
del lector sobre los trabajos de Humboldt {Cuadros de
la Naturaleza) ; de d' Orbigny {V homme américahí) ;
de Wiener {Pérou et Bolivié) ; de Barberena {Ensayo
lingüístico) ; de Vicente Fidel López {Las razas arya-
ñas del Perú\ de Patrón ( 6^/'^^^;^ de las lenguas america-
nas) y de Girgois {El Oculto), quienes se han ocupado
de filología y lingüística americanas; especialmente los
tres últimos, que afirman ser la lengua Quechua la an-
tigua hablada en el Asia Central, ó sea un lenguaje A-
ryo aglutinante.
Cuanto al precitado Barberena, (Dr. S.) en La Uni-
versidad, del Salvador, asegura la identidad de las len-
guas Annamita hablada en la Indo-China y la denomi-
nada Queche en el centro del hemisferio americano.
Y asimismo de los trabajos de nuestros compatrio-
tas Aristides Rojas, {Estudios Indígenas) el menciona-
do Calcaño, {El Castellano en Venezuela y Resumen de
las Actas de la Academia venezolana de la lengua, t886)
Tulio Pebres Cordero, {Est7idios sobre etnografía ame-
ricana) Pedro A. Carrascosa, {Orígenes Americanos)
y Américo Briceño Valero {Factores étnicos de la raza
hisp ano-americana.)
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 23
Y no está demás recordar las grandes analogías
que guardan los geroglíficos del Egipto, etc, con los
grabados en las rocas ó pintados en los cerros de estas
comarcas, de los cuales hemos copiado muchísimos en
la fuente original, hasta llegar á tener la colección más
numerosa que se conoce, correspondiente á Guayana
ó mejor dicho á Venezuela. (13)
Carrascosa afirma categóricamente que esos gero-
glifos son similares de los del Egipto y de México, y
.dice: "Esas inscripciones consagradas j)or tantos siglos
nos parecen carbones apagados provenientes de soles ya
extinguidos. Esos misteriosos signos que grabaron en
la roca grandes seres históricos, guardan sin duda algu-
na, un magnetismo despertador de profundas emocio-
nes, y son como la varilla m igica de un nigromántico
invencible, que tiene la virtud eficaz de una verdadera
evocación. Mas esos carbones cuando encendidos en
la fragua de la ciencia moderna cristalecen, brillarán
con fulgor de diamantes heridos por el sol, allá en las
densas tinieblas en que están envueltas las más remotas
épocas. Y entonces cuántas revelaciones importantísi-
mas ! '' Y habla también de una piedra grabada con
caracteres cuneiformes semejantes á los de la escritura
asiría, que encontró en las montañas del Sarare.
Y, finalmente, compárense con las de los vocabu-
larios que publicamos en la Segunda Parte, las siguien-
tes palabras japonesas : .
Asama, lashima, Iwate, Tokima, lakumo, Hasshi-
date, íoshima, Ma-ia, Tishima, (14) Sazánani, Ishika-
wa, Oboro, Iwaki, Naniwa, etc, que parecen del Rio-
negro.
Attami y loshioma son nombres de ciudades del Ja-
(13) De estos petroglíficos tratamos extensamente eu nuestro li-
• bro <íRiojiegro.y>
(14) Tishima^ en Caribe quiere decir lejos. —Notas del Autor.
24 TAVERA-ACOSTA
pon en la provincia de Izié, muy semejantes, por cierto,
á mattami y yoshioma de la lengua Baniba.
Es de advertir también que existe un afluente del
Rionegro con el nombre de Izié ó Uasi-ié.
Humboldt en sus Cuadros de la NaturaUza, ha-
blando de las relaciones que pudieron haber existido
entre los habitantes del Asia con los del hemisferio occi-
dental, dice: "La analogía de los calendarios mexica-
nos, tibetanos y japoneses, de las pirámides de gradas
orientadas con toda exactitud, los antiguos mitos acer-
ca de las cuatro edades ó cataclismos del mundo y la
dispersión de la raza humana después de una grande
inundación, son otros tantos indicios en apoyo de esta
creencia." Y más adelante : "Conocemos harto poco
todavía los dialectos americanos para perder completa-
mente la esperanza de que, en tan gran variedad de idio-
mas, se encuentren algunos que hayan sido hablados á
la vez, aunque con modificaciones, en el interior de la
América Meridional y del Asia, ó que dejen entrever
cuando menos una comunidad antigua de origen."
(Cap. XIX, Libro II.)
Aristides Rojas en la página 22 de sus Estudios I71-
dig'enas escribe: "Aquí tenemos, pues, á los fenicios
descubriendo las regiones orientales de América, en tan-
to que pueblos diferentes, los Esquimales por el Norte,
y los pueblos del Asia oriental por el Occidente, se
adueñaban de la región montañosa de los Andes, para
establecer en ella los tres imperios de la civilización
americana ; floreciente muchos siglos antes que el euro
peo moderno viniera en el siglo XVI, á cambiar del to-
do la faz del nuevo mundo."
Y más adelante, en la página 114: "Las naciones
primitivas de Venezuela participaron de una influencia,
cuyo origen debe buscarse, no en los pueblos que con-
quistó la raza caribe, sino en la cuna de la civilización
peruana que la tuvo de los pueblos del Asia oriental."
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 25
Nuestro académico Gaicano es más categórico.
Afirma él en la página 19 de su precitado Resimien :
"De mi' digo que individuos de la raza tártara ó mon-
gola, á la cual pertenecen los chinos, japoneses, fueguia-
nos, polinesianos y malayos, constituyen la mayoría de
los habitantes primitivos de la América meridional, en
mezcla con las de otras tribus asiáticas y africanas. (15)
Y Américo Valero Briceño asegura con toda deci-
,sión : "Falta aún por comprender en esta larga nómina
de pueblos amarillos (asiáticos) uno, el más importante
á nuestro estudio, el cual es el indígena americano. Que
el americano procede del amarillo es cuestión resuelta ;
y fijada está por los científicos la razón ó causa de este
origen. Pueblos aventureros salvaron el océano Pacífi-
co y se establecieron en el continente americano
"Lo cierto es que semitas fueron los primitivos
ocupantes de este Continente ; y lo más probable es
que fueron chinos, mandchúes, coreos y japoneses, do-
minadores seculares y absolutos de toda la región ó li-
toral oriental del Asia, los primeros pueblos que se es-
tablecieron en el continente americano." (Página 17)
Aunque muy contravertido el concepto de raza,
pensamos, con muchos antropólogos y sociólogos, que
sólo tres son las grandes ó primitivas razas madres, ó
(15) Aquí es de aclarar lo que se lee en la página 24 de ese
Rcsiune?i. Dice : «Indicó el señor general Guznián Blanco que de-
bía principiarse por explorar las cavernas existentes en los territo-
rios del Oiinoco y del Amazonas ; la de Atures en la embocadura
de los ríos Guaviare y Atabapo ; la de Aturipa, donde contó Hum-
boldt hasta seiscientos esqueletos, etc.»
En la confluencia del Uabiare y del Atabapo no existe ningu-
na gruta. Esa, llamada allí, de Atures, es la miama de Atauripa,
que visitó Humboldt el 31 de mayo de 1800, y que está situada co-
mo á tres kilómetros de los raudales de Atures. Un siglo después
del célebre viajero fuimos nosotros á ella, la medimos y fotografia-
mos su entrada. Sus dimensiones son las siguientes : 30 metros
de frente por 5 de profundidad en su parte central ; se abre en for-
ma de media luna al pié del cerro, hacia el oriente, y su altura
varía entre 50 centímetros, en sus extremos, y i metro, 50, en el
centro. — Nota del Autor. .
26' TAYERA^-AC-OSTA
sean la amarilla, la negra y la blanca, naciendo del cru-
zamiento de éstas otras variedades como la roja, la co-
briza y la obscura. De donde serta fácil inferir la exac-
tátud de los juicios que anteceden.
Con relación á los llamados indios americanos, no
está demás transcribir lo que dice Humboldt en la Intro-
ducción de su citada obra:
"'Las naciones de América, excepción hecha de
las próximas al cíi?culo polar, constituyen una sola raza
que caracterizan la conformación del cráneo, el color de
la piel, lo extremadamente ralo de la barba y sus cabe-
llos lisos j aplastados, cuya raza presenta relaciones
sumamente sensibles con la mongólica, compuesta de
los descendientes de los Hiongnu, en otro tiempo cono-
cidos por Hunnos, Kalkas, Kalmukos y Buratos. Re-
cientes observaciones han probado, además, que no só-
lo los habitantes de Unalaska, sino otros muchos de la
América meridional, acusan, por algunos caracteres os-
teológicos de la cabeza, un paso de la raza americana
á la mongólica."
CAPITULO IV
Días y meses de estas tribus—Su inanera de contar^Semejanzas
de algunas en su numeración con la de los Indos y la de los
Chinos— Tabla de sus respectivas numeraciones.
Pensamos que ninguna de las tribus de Guayana
«tiene determinadas voces para nombrar los días de la
semana. Ellas dicen : un día, dos días, etc. ; y asimis-
mo no tienen nomenclatura especial para los meses : di-
cen una luna, dos lunas, etc. Sinembargo, en el vocabu-
lario ^arauno^ que trae nuestro poeta Gorrochotegui al
final de su opúsculo Viaje al Amacuro (Caracas, 1897)
encontramos los siguientes vocablos, que, según él, co-
rresponden á los días de la semana, así :
lunes yota
martes yota-manamo
^miércoles dijanam^o
jueves orabacaya
viernes mojabasi
\ sábado sauaro
domingo misa.
Pero es de advextir que en ese lenguaje, manamo
significa 2, díjanamo 3, mojojabasí 5, sauáro es corrup-
tela de la palabra castellana sábado, y misa es, induda-
blemente, por la función religiosa que se celebra en
ese día, acaso impuesta por los misioneros á aquellos
• habitantes del Delta, cuando éstos en tiempos pasados
estuvieron bajo su inmediata dirección.
28
TAVERA-ACOSTA
Los indígenas del Indostán sí tienen determinadas
palabras para los meses y para los días de la semana.
Del vocabulario Indo recortamos las voces coh'espon-
dientes :
Enero
Catie
Julio
Basac
Febrero
Agan
Agosto
Yiet
Marzo
Puss
Setiembre
Asaar
Abril
Mang
Octubre
Sáun
Mayo
Fagan'
Noviembre
B'jadu
Junio
Cheit
Diciembre
Azen
Domingo
Atuar
Jueves
Bijélip
Lunes
Sumbard
Viernes
Sucs
Martes
Mangar
Sábado
Sonícher
Miércoles,
Budh
Muchas de las naciones á que venimos refiriendo*
nos apenas si tienen numeración. Unas tribus poseen
hasta el 2, como la Baniba, Yabitera, etc., lo que nos
hace recordar á algunas pobladoras de Murray, en la
Australia ; otras hasta el 5 ó el 10, como la Caribe,
Maquiritare, Piapoco, etc.; unas cuentan hasta el 15 ó
más, como la Uarao ó Uarauna, la Puinabe, etc.; y
otras,, como la Uajiba, Yaruro, etc, hasta mayores
cantidades.
Véase el siguiente cuadro que hemos compuesto :
; Baniba .• Ya bí tero :
1 péialo I* jaziana
2 ennaba (16) 2 tzinaja
(16) Sorpréndenos encontrar en las copias délos vocabularios
que nos ha remitido el señor doctor Lisandro Alvarado, y deque
hablamos en la Tercera Parte, tomados por Wallace y traídos por
Martius en una de sus obras, la .«-iguiente numeración Baniba :
I yabibulin, 2 enabe, 3 yabébuli, 4 yunúlibumitsi,
5 pinawiaphi, 6 pimiri, 7 yumáliwi, 8 piúrhuili,
^ piehirurwhi, 10 picalaurwhili, 20 itsirúapi,
cuando individuos de seis pueblos distintos (Maroa, Tomo, Guz-
nián Bianco, Tiriquín. Uachúpiro y Colón) de quienes hemos to-
mado nuestro vocabulario, sólo cuentan hasta 2, y del 3 en ade-
lante unos lo hacen en castellano y otros emplean la lengua por-
tuguesa.— Nota del Autof . ■ -
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
29
Baria :
Niangatú ó Geral :
1 ♦bacunácarli
2 bicunam
3 clícunama
1 yepeño
2 mocoi
3 mozapire
Llareca ó Uanquena :
Ueriperidáqueni :
1 niunáuali
2 damataza
3 mabaitaliza
1 ápada
2 tzamapa
3 maudah'apa
MandaMíua :
Carúzana :
1 gedija
2 jadamenaca
3 eminaca
1 apadatza
2 zamadá
3 maudarida
Piapoco :
Yabarancc :
1 áberi
2 putzeibá
3 maizibá
4 bainoacá
5 bemai uacapi
10 abe uacapi iuere
1 ejñíspete
2 azaquen
3 petomuy yacari
4 azá contombené
5 emecure
10 eme cucotoile
Maquiritare :
Sáliba :
1 toni
2 aque
3 aruabe
4 aqueichema
5 atodema
6 toni amojade
7 aque amojade
8 aruabe amojade
9 atodemo aqueichema
1 jotage
2 tandoza
3 tandojuá
4 jotachumó
5 tandochunde
6 chutire
7 jordire
10 tieichimo
10 amojade-amojade
30
TAVERA-
-AGOSTA
Piaroa :
Caribe :
T
istete
I
oobi
2
tosiere
2
occo
3
uebótescue
3
oru-ua
4
pajácuesne
4
occo pamieme
5
jimótejua
5
añátone
6
coromatene
7
tamáreba
07)
lO
rescuájte
Puinabe :
Uajibo :
1
jétem
I
cáijaua
2
jacao
2
aniani-aubé
3
poi
3
acuéyabi
4
cauno
4
uipeniá nanché
5
dáptem
5
caicobé
6
tendabac
6
ichicobe iabérema
7
caura batabac
7
anié cobezita
8
puira batabac
8
acueya bicobezita
9
caunora-batabac
9
cuipenianche cobezita
lO
dabalcau
10
najua cobé berbereca
II
temsima batabac
20
anieta jubé
12
causima batabac
13
poisima batabac
14
cauno sima batabac
15
tembímbec
Mapoyo :
I
tósquena
6
saquena meque
2
sacane
7
saquena meque yapúi
3
to mi niaqueré
8
ueyi teromica
4
sa coro bene
9
ueyi betere
5
tósquena meque
10
tósquena micui.
(17) Y del 6 en adelante agregando á la numeración castellana
las sílabas me ó cheme, v. gr : 10, diécheme, ir, óncerae, etc.—
Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
Yaritro ó Punté :
1 cañóme
2 ñoani
3 tzarani
4 adóchemi
5 canichimo
6 canichiro-pa-caneme
7 canichiro-pa-ñoani
8 canichiro-pa-tzarani
9 canichiro-pa-adóchemi
10 echezuni-tarú
1 1 tarú-pa-caneme
12 tarú-pa-ñoani
13 taru-pa-tzarani;
y así, agregando á los
dígitos los compues-
tos hasta el 19 ó sea
tarú-pa-canichiro-pa
-adóchemi
20 ñoani-echezuni tarú
30 tzarani-echezuni-tarú
40 adóchemi-echezuni-
tarú, etc., etc., etc.
Uarao ó Uaramio :
1 jizaca
2 manamo
3 dijanamo
4 manamo manamo jasi
5 moiojabasi
6 mojojabisapa jizaca
7 mojojabisapa manamo
8 mojojabisapa dijanamo
9 mojojabisapa manamo
manamo-jasi
10 mojoreco
11 mojoreco-cuare -jizaca
12 mojoreco-cuare-mana-
mo
13 mojoreco - cuare-dija-
namo; y así agregan-
do los dígitos á las pala-
bras mojoreco-cuare, has-
ta llegar al 19: mojoreco-
mojoja - bisapa-manamo-
manamo-jasi, que quiere
decir 19.
20 mojoreco-ojireco
21 mojoreco-ojireco-jizaca;
y así agregando los cardinales á las palabras mojoreco-
ojireco, hasta llegar al 29: mojoreco-ojireco-mojojabisa-
pa-manamo-manamo-jasi, que significa, 29, etc. (18)
(18) En el mencionado vocabulario uarauno que trae Gorro-
chotegui, hemos encontrado algunas pequeñas diferencias en la de-
nominación de los números.-— A^<7/¿? del Autor,
32 TAVERA- AGOSTA
Este sistema de numeración de los Uaraos y de
otras tribus americanas como la Araucana, Yaruro, Mi-
rripuyes, etc. tiene su analogía con el de los chinos.
Véase el de éstos :
I
ynt
2
guii
3
seham
4
scli
5
uhu
6
lohog
7
tnt
8
9
lO
pahad
quíhu
sib
II
12
13
sib-yiit
sib-guíi
sib-seham
H
sib-scli
y así, agregando los dígitos á la palabra sib (diez) hasta
llegar al 19: sib— quíhu.
20 guíi-sib 21 guíi-sib-yiít
22 guíi-sib-guíi; y así, anteponiendo á los dí-
gitos las palabras guíi (dos) y sib (diez) hasta llegar á
29 : guíi-sib-quíhu ó sea 29, etc.
30 seham-sib 31 seham-sib-yiít
32 seham-sib-guíi ; y así, sucesivamente, an-
teponiendo á la voz sib (diez) la numeración cardinal y
agregando luego ésta para completar la cifra hasta el 39.
40 scli-sib, 50 uhu-sib, 60 lohog-sib, 70 tiít-sib,
etc. equivalentes en la traducción literal á cuatro-diez,
cinco-diez, seis-diez, siete diez, etc., respectivamente.
Exactamente igual á la de los chinos es la forma-
ción numeral de los peruanos. Véase : (19)
I
huc
8
puzac
2
isca
9
iscón
3
quimsa
10
chunca
4
tahua, tacua
II
chunca-huc
5
pitchca
12
chunca-isca
6
zocta
13
chunca-quimsa
7
cchanchi
14
chunca-tahua, chun
(19) Voyage á traversV Aviérique dii Siid, par Paul Marcoy,
página 235, tomo I. París, 1869. — Perón et Bolivie, par Charles Wie-
ner, París, 1880.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 33
ca-tacua; y así. agregando los cardinales á la palabra
chunca (diez) hasta llegar al 19: chunca-iscon.
20 isca-chunca 21 isca-chunca-huc
22 isca-chunca isca; y así, anteponiendo á los dígi-
tos las palabras isca (dos) y chunca (diez) hasta llegar á
29 : iscac-hunca-iscon, etc.
30 quiinsa-chunca 31 quimsa-chunca-huc
32 quimsa-chunca-isca; y así, sucesivamente, á la
voz chunca (diez) las cifras cardinales y agregándola
también al final, para completar la numeración hasta el
39, ó sea quimsa-chunca-iscon.
40 tacua-chunca, 50 pitchca- -chunca, 60 zocta-
chuiica, 70 cchanchi-chunca, etc.
Para mejor demostrar las analogías de los indivi-
duos pertenecientes á la raza amarilla de América con
la del Oriente, véase también el sistema de la numera-
ción de los indostanos :
I
lec
2
duc
3
4
5
6
tin
chaar
paach
schei
7
sat
8
at
9
10
lou
dees
1 1
12
guiare
bare
13
14
tere
chaudé
15
16
pand'ré
zule
17
satd'ré
18
átjaré
19
ums
24
chaubis
25
pachis
26
schabis
27
satais
28
attais
29
untis
30
tis
31
iec-tis
32
bat-tis
33
tet-tis
34
chau-tis, etc
40
char-tis
5^^
pacihaas
éo
^art
70
sej'ta
80
at-si
90
lloübe
100
S0U
2ÜO
du-sou
Jüii .d auf -.-Dialectos. Itia^gcims.
34 TAVERA-ACOSTA
20
bis
21
scaís
22
báis
23
teís
Y algunos niimer
I
éka
2
dva
3
tri
4
chatúr
5
pañchan
6
xax
7
sáptam
300
tin-sou
400
chaar-sou
500
paan-s^u, etc.
1000
jayar, etc. etc.
kirito
8
áxtan
9
návan'
10
dázan
1 1
ékadazan
12
dvadazan
13
trayódazan
H
chatijrdazan,etc
(20)
(20) véase Graviática Síhtscnta, por el Dr. Francisco M. Rive-
ro, Madrid, 1881.
CAPITULO V
La desinencia ARE abunda en el lenguaje denominado Caribe —
Parece corresponder á una gran lengua matriz — Cuál la raza
que la hablaba ? — El idioma Uajibo — Gramática délos Revdos.
Fernández y Bartolomé — Lenguas primitivas — Vocabulario
de indígenas del Indostán — Voces sánscritas.
En un infinito número de vocablos de la mayor par-
te de estos lenguajes, se encuentra la terminación ARE,
que ha venido considerándose como de la lengua de los
llamados Caribes. Sin embargo, entre los peruanos y
en algunos dialectos hablados en el Rionegro, ARA,
ARE, ARI, ORU, URU, significan día, claridad del
día, oriente ó lugar por donde nace el sol. (21) Pero
sea como fuere, lo cierto es que esa voz parece corres-
ponder á una gran lengua matriz que dominó en casi
todo el Continente de la América del Sur.
(21) Acabamos de recibir de Berlín, enviados por su autor el
señor Doctor Theodor Koch-Grünberg, doi trabajos etnográficos,
uno : «Las tribus indígenas del alto Rio Negro y Yapurá y su res-
pectiva afinidad lingüística» (^Die Indianerstámvie a?n obefen Rio
Negro und Yapiirá mid ihre sprachliche ZugehdrigkeW) y el otro :
(fLos bailes de máscaras de los indios del alto Rio Negro y Yapurá»
(^D¿e maskeiitanze der Iiidianer des oberen Rio Negro und Yapurá)
publicados ambos á fines del año pasado (1906) como parte de sus
observaciones verificadas en aquella zona en 1903-905.
En la página 172 del primero dice : «^^^l nombre Caiarí so. de-
riva de la lengua Aruaq, como así lo demuestra su final ari. que
36
TAVERA-ACOSTA
Ahora bien: ¿era autóctona la raza que la hablaba?
¿Vino del Norte y se internó hasta Bolivia, el Para-
guay, etc. ó viceversa : desde las faldas orient:ales de
los Andes subió hasta las islas del mar de las Antillas?
¿Vino del Asia, vino de África, vino de la Oceanía?...,
Pero estas son cuestiones que ameritan detenido
estudio y competencia científica que nosotros no po-
seemos.
Las sílabas CHA, CHE, CHI, CHU, ARE y UA,
son las que más abundan en los idiomas del mundo co-
lombiano, muy particularmente la última, de la que
trae buenas listas Tulio Febres Cordero en su obra
Estttdios sobre Etnografía Americana.
Por nuestra parte nos hemos fijado en las voces
que terminan en are. Véanse á continuación algunas
que corresponden en su mayor parte á nombres de ríos,
caños, localidades, plantas, cerros, etc., de las regiones
del Sur de la Guayana venezolana:
Are
Apiare
Cabadare
Calmare
Cayupare
Cuyare
Cuchamacare
Ari-are
Antítzare
Cabayare
Canapiare
Cáuapiare
Coñare
Culimacare
Acare
Aramare
Casiquiare
Catumare
Cuamare
Cuajayare
Dacamare
Ajrípare
Atuare.
Cayajajare
Curubuyare
Curicuriare
Curamare
Duyare
en varios nombres de ríos de estas regiones se encuentra en combi-
nación con otras palabras aruacas, probando así que en tiempos an-
teriores fueron habitados estos lugares por aruacas."
A seguir este oriterio, tendremos que concluir — dados los nu-
merosos vocablos que con esa terminación existen en Venezuela —
en qae fueron los Aruacas y no los Caribes los que ocupaban la ma-
yor parte del teiritorio, ó que fueran los mismos con distintas de-
nominaciones.
Der Ñame «Caiarí« gehórt einer Aruaksprache an, worauf die
Endung «ari» hinweist, die in Verbindung mit Aruakwortern in
vielen Flussnamen dieser Gebiete vorkommt, ein. Beweis, dass in
früheren Zeiten diese ganzen Gegenden von Aruakstámmen besie-
delt waren. — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
Dacare
Icamare
Ingare'^
Machicare
M apare
Masicare
Minare
Pare •
Pirare
Oaesare
Tacupiare
Uacare
Uabiare
Ueremare
Yaritare
Damare
lecojare
Ichuare
Manapiare
Manipitare
Merebare
Napiare
Patatare
Putare
Quirare
Temare
Uachamacare
Uacamare
Uenitoare
Yeonamare
Inumabare
Ijiare
Manimare
Maquirítare
Miniciare
Opinare
Pendare
Pajinare
Quiratare
Tapiare '
Uasimare
Uiquiare
Uibitare
Yapuare
Zerémare
(2
Iniquiare
Iquiare
Mapiriare
Marimajare
Máuare
Pachacare
Piñare
Pajchare
Siuayare
Tusare
Uanauanare
Uayauayare
Yare
Zepárare
Zirípare
2)
Casi todas estas tribus confunden en su pronuncia-
ción e) sonido de la E con el de la I, el de la L con el
de la R suave, el de ésta con el de la D, el de la O con
el de la U, el de la J con el de la F, y el de la B con el
de la P; pero en ninguna de sus voces se encuentra el
sonido de la V.
Con relación al Uajibo, algunas diferencias hemos
hallado en la escritura de las palabras anotadas por
nosotros y la de las que constan en la Gramática híspano-
goahiva de los Religiosos Manuel Fernández y Marcos
Bartolomé, editada en Bogotá, en 1895.
El vocabulario uajibo que publicamos, fiaé tomado
por nosotros entre indios de las márgenes del Bichada ó
Bichara, como dicen algunos de sus moradores, en tan-
to que el de aquella gramática lo fué entre aborígenes
del Meta ó de los afluente de este río. Pero muy bien
(22) Véanse, ya al finalizar la Cuarta Parte, otr©s vocablos
con idéntica final, que corresponden á nombres de poblaciones, ca-
ños, islas, ensenadas, localidades, etc., de las regiones situadas al
Norte del Orinoco. —Nata del AiUúr.
38 TAVERA-ACOSTA
puede suceder, y así lo creemos, que, como se lee en la
página 5 de ese libro, "aún entre las diferentes familias ó
ramas de la misma tribu goahiva, no es exactr^mente
igual la pronunciación, ni tampoco idénticos en todas sus
letras los vocablos, sino que hay sus diferencias, bien no-
tables á veces," que hasta hoy ni aquellos misioneros ni
el autor de estas líneas hanse explicado debidamente.
Con franqueza declaramos que nos ha sorprendido
la lectura de ese libro, cuyas páginas revelan conoci-
miento amplio del lenguaje Uajibo. Sus autores lo divi
den en tres partes: analogía, sintaxis y prosodia, y, no
obstante asegurar que "es inculto é iliterario," le con-
ceden ellos algunos caracteres de flexibilidad.
Empero, los mismos Rvdos. dicen en su "Intro-
ducción" que "la carencia de un lenguaje figurado entre
estos indios hace que todo su idioma se reduzca al in-
culto hablar trasmitido de padres á hijos, tosco y rudo
como su vivir salvaje, y reducido al pequeño campo de
las ideas que les sugieren la vista de los objetos que les
rodean ó la satisfacción de sus instintos y necesidades."
Como bien se sabe, las lenguas de flexión se divi-
den en 3 grandes familias, correspondientes al Asia, al
África y á la Europa. La primera, ó sea la Semítica,
se subdivide en tres ram.as principales, que son la Ara-
mea-asiria, la Cananea y la Árabe, comprendiéndose
en la Cananea el Hebreo y el Fenicio; la Camitica, ó
sea la segunda de las nombradas, en dos ramas : una
que comprende las lenguas Egipcia y Copto, y la otra
el Líbico y el Berebere; y la tercera, ó sea la Europea
ó Indo-europea, se divide en ocho, que son la India, la
Erania ó Pérsica, la Griega, la Céltica, la Ibero-itálica,
la Germana, la Eslava y la Polaca ó Lituana. En tan-
to que las lenguas americanas son semejantes á las ha
bladas en' los archipiélagos Malayo y Polinesio, por el
espíritu aglutinante que las distingue.
El libro, de más de 200 páginas, es todo un tratado
de gramática, escrito como fruto de tres años de resi-
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
39
dencia entre los indios: ímproba labor digna de imitarse
por todos los que desean conservar los dialectos indíge-
nas, qufr tan rápidamente van desapareciendo del mun-
do que extasió á Colombo
El vocabulario indostano, de Calcuta, á que hemos
venido refiriéndonos, es el siguiente:
Abajo
nitché
abuelo
dahdá
abuela
dahdí
abrazo
jat-milaya
acostado
Iota
agua
paoi
aguacero
barca
agua caliente garam-pani
agua fría
tanda-pani
aguja
súi
agricultor
mali
alacrán
bichí
allá
juát
aquí
giá
algodón
ruí
alto
unchá
almuerzo
cana-cáu
amarillo
piar
ano
gar
año
bares
anda ligero
yauyeldí
anzuelo
bandsí
árbol
gacha
arco
gulel
arena
balú
aroma
át-tár*
arriba
utchá
autoridad
lat
ayer
cal
azúcar
chiní
azufre
gandac
chundá
azul
jarriel .
Bachaco
baile
nacho
bajo
nich
barba
dargi
baño
asnana
barro
caddo
bastante
bojout
barriga
piet'
beber
pía
beso
chummá
bonito
atchá, sugar
bueno
ba-lá
brazo
poncha
bigote
moch
boca
mu
blanco
uyer
burro
gad'já
Caballo
gorá
cabeza
capar
cabello
bal
cachete
gar
caimán
gojo
calambre
daráh
calentura
bocar
calor
garam
camino
rastá
camiza
curta
canas
bal-uyilá
canalete
dará
candela
ag'n
cangrejo
quecará
cara
muj chejará
carbón
cuela
40
TAVERA-ACGSTA
carne
gos
casa
gar
casado
biotá
catarro
zerdi
cejas
nain
ceniza
raqua
ciego
cana
cielo
azmán
cerdo
zúar
cerro
pajar'
collar
mala
conuco
quet
colorado
lal
conmigo
jamara -san
contigo
tummara san
corazón
querena
costillas
pát-tui ji
cucaracha
umacará
clavo
cati
culebra
saráap
cuñado
band jói
curiara
nao (23)
Chiquito
chota
chivo
báquiri
Dedo
aunri
defecar
desá firega
desnudo
nangáj
despacio
susu
diente
daat
diablo
satán
día
din
de él
usca
dolor
pira
dos semanas
du-demás
dulce
guré
dos años
du-barés
Dios
Málic (24)
Enfermo
malina
él
uá
embarcación
yajay
empalizada
áal
escritura
liceo
espejo
ainac
estrella
taiá
embustero
yút-tá
excremento
mailá
extrangero
pardesi
está bien "
vestido
caparat cup ^
pagiray \
Familia
paloare
fea
pula
flaco
dubor
flecha
tir
flores
pful
frente
zir
frío
yara
Gallo
murga
galhna
murguí
garganta
garla
gato
bilí
gavilán
guida
grande
bárecá
gente
ádemí
Gobierno
Lat
golpes
cót-t'maró
gordo
mota
grillo
jatcarí
guacamaya
tota
(23) En Yabitero canalete, remo, se dice nao, najo.
(24) También lo denominan Rtima^ Ram, Koda, Ajaiicáu.-
Notas del Autor,
EN
EL SUR DIALECTOS INDIGE
NAS 41
Hambre
bojuca
harina
at-tá
hediondo
basaje
hermano
bajay
hermana
bajina
hilo
dora
hojas
pát-tá
hombre
márat
hormiga
chuti
hondo
gagil
hoz
jazúa
hoyo
garajá
hueco
cheda
hueso
jád-di
humo
dúha
Iguana
mangoró
iglesia
mejyite
Jardín
bac-fruari
jardinero
mali-bac
T r
efe
raya
joven (el)
chaurá
joven (la)
chaurí
Labios
torr
ladrón
charr
laguna
poccará
largo
bárecá
leche
dud
lengua
vibac
lágrimas
as-guirege
ligero
yal'dí
loco
paila
loro
zuga
luna
?:uruchi
luz
chirare
Llanto
rotaj
lloviendo
bar'ca
Mamá
mai
machete
quriche c a tari
madure
pócat
maiz
macái
mano
jat
mar (el)
samundara
mono
band're
mi, mío
jammara
monte
gas
mendigo
pfaquir
muchacho
beta
muchacha
betía
mujer
aurat
mucho
bojout
murciélago
chamgudere
muerte
maral
Nalga
chutara
nariz
nac
negro
cala, caria
nervio vir.
nuni
noche
raat
no
nejí
Norte
Daquin
nubes
bád're
Obscuro
and'jera
ojos
aac
orejas
caan
Oriente
Purú
Occidente
Pacha
orinar
pizáua
oyendo
zuñó
Papá
bahba
pájaro
chiriá
papel
caguech
paloma
cabútara
pañuelo
rumal
pecho de
mujer
chuchi
pecho
chati
pestaña
bar
42
TAVERA-ACOSTA
persona
ád'mí
pescado
máchili
perro
cúttá
perico
zuga
pierna
yan
piedra
pat-tal
pies
gorr
piel
chamara
podrido
serguia ó
saral
pólvora
baruda
pollo
batchá
puerta
quéuari
pluma para
escribir
cálam'
Quemar
yerado
Rabo
poch
rabia
res
rana
me~hagá
rama
dará
relámpago
bíyuli
rayo
bíyuli-quirá
río
nad-di
rodilla
tiona
Sal
nimác
sangre
cun
sapo
me-hagá
sed
pías
sepultura
garagá
sí
ja
sol
cham
sombrero
topí
Sur
Utere
Tabaco
tamácuro
tarde
abela
techo
tchapuar
tierno, verde
quétcha
testículos
péljar
tierra
mati
tigre
bag
tizón
agn
trabajo
cam
triste
bajal
tristeza
mane malín
toro
bei
tortuga
cádchuá
tú
tum
tu, tuyo
tum-mara
turbante
págueri
trueno
gariyá
Una
nócum
Vaca
gau
venado
jaren
verde
jariar
veneno
y ajare
vestido
caperat
vida
jantzá
viejo
burjá
vieja
burgía
viento
jáua
viudo
aquelaj
vulva
bure
Ya
abijiyaga
yo
jam
yerba
gaas
Zamuro
guid
zancudo
macarr
zorro
biyí
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
43
Este lenguaje, según los indígenas de la capital del
Indostán, es hijo del Sánscrito, ó Sáns -kirlio, como
pronuncian ellos. Véanse á continuación algunas pala-
bras de esa lengua antigua, que hemos tomado de la
Gramática del Sánscrito clásico, por el Dr, Francisco
María Rivero. (Madrid, 1881)
Abajo
ana
hombre
pumams
agua
apa
hueso
asthi
amigo
sakhi
Ir
ya
arriba
úttara
Joven
yuuan
al rededor
pari
Lejos
arat
atrás, fuera
para
Llamar
hue
aquí
ihá
Más alia
ati
azul
nila
mojar
und
Boca
baktra
mujer
stri
brazo
dos
muslo
zakthi
bueno
su
Nave
ñau
Camino
pathin
nieto
náptri
compañero
mitra
nieta
pautra
cielo
diu
Ocultar
guh
cuando
yadi
ojo
akxi
Debajo
upa
Pensamiento
mati
delante
pra
perro
zuan
dentro
ni
poeta
kavi
después
anu
puro
zuchi
día
ahán
Rápido
taráh
doblar
nam
rey
rayan
Entrar
vic
rico
magauan
enfrente
prati
río
wad
excremento
zakrit
riqueza
ray
Grande
mahat
Saber
budh
Hacia
abhi
sangre
asrij
hendidura
3 n tara
señor
pati
hijo
putrá
sobre
api
hija
duhitár
suero
dahdi'
Toro
g.o
viscera
yakrit
Vejez
jara
Yo
ahám
CA.PITULO A^I
Un artículo sobre un libro de Julio Gaicano — Inconvenientes —
Número de lenguas y dialectos recojidos — Conclusión —
Homenaje.
No queremos concluir estas líneas sin traer á con-
tinuación párrafos de un trabajo nuestro, que publica-
mos en 1 90 1, en la Revista Horizontes, órgano del
"Centro Científico-Literario" de esta Ciudad, de cuya
redacción formamos parte con el carácter de Secretario
de correspondencia de aquella Corporación. Ese tra-
bajo tiene relación con algunas voces indígenas del Sur
de Guayana. Helos aquí :
Eli estas apartadísimas regiones nos lia llegado á
las manos la monumental obra de Don Julio Cakaño,
El Castellano en Venezuela, cuyas páginas liemos leído
y releído, sirviéndonos ellas por muclios días como
de consuelo, ausentes como nos bailamos de todo cen-
tro civilizador.
En verdad : sólo ocupan el espíritu aquí tan cer-
ca de la línea ecuatorial, el estudio, la meditación y
el recuerdo; y la contemplación de los bosques inmen-
sos, de los glandes ríos y de las múltiples maravillas
de la Naturaleza, que se imponen con fuerza como de
cosas sorprendentes, desde los fucilazos del Duida,
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 45
oercii de la Bifurcación del Orinoco, hasta el vario co-
lor de las aguas de estas hoyas hidrográficas, y sus
raudales terribles y niagestuosos cdh su grito eterna-
inente*atronadoi'.
I Cuántas riquezas encierran estas regiones!
¡ Cuántos secretos se esconden en sus selvas vírgenes !
; Cuántos descubrimientos importantes no harían geó-
logos, naturalistas y antropólogos !
Ah ! si estas comarcas estuviesen pobhxdas sufi-
cientemente. . . .si la mano inmensurable del Proí»re-
so llegara hasta eUas. . . .con qué placer no escucha-
]*ían)os el silbato de las locomotoras rompiendo '^el
ruido del silencio en la montana" y asombrando al
indolente indígena con su fatigoso respirar de mons-
truo herido I Con qué fruición no veríamos cruzada
esta gigantesca red fluvial por vapores, cuyas sirenas
y penachos de humo despertarían como á nueva vida
Ja apa(;ible tranquilidad de los hogares indios !... .
Oh, cuan cierto es que el trabajo es i)rogreso y
redención !
Pero, nos separamos de nuestro objeto.
Hemos calificado de monumental la obra, y á
nuestro pobre criterio sí lo es : consagrada á la litera-
tura líispano-americana ; que bien queda el nombra
de Julio Calcaño entre los maestros del habla de Cas-
tilla, y de quien, si ya no tuviera tantos títulos adqui-
ridos en el campo de las letras, podríamos con oi'gullo
exhibir hoy su enciclopeLlicí) trabajo en coníii'mación
de nuestro aserto.
El Castellano en Venezítela es obra de consulta^
que no debe faltar en ningún Centro, llámese Acade-
mia ó Ateneo, Redacción de periódico ii Oficina Pu-
blica, Biblioteca ó Gabinete de estudio. Kn ella en-
contrarán los literatos y los amantes de la gaya cien-
cia útilísimas lecciones y consejos eruditos, [)orque
es ardua labor, noblemente altruista, emprendida y
46 TAVERA-ACOSTA
llevada á cima por tan notable lionibre intelectual,
quien, á nuestro juicio, ha superado á quienes se han
ocupado en estudiar la íilología y lin<^üística venezola-
nas, y llegado al zenit donde brillan Bello, Salva,
Monlau, Cuervo, Baralt, Barcia y otros.
Rodeados como estamos aquí por tantas tribus de
distintos dialectos, al encontrar en la página 422, de
su Capítulo Etimologías^ la palabra plátano, leímos :
''Los indios, digo, corrompieron la voz plátano. El
cumanagoto le llamaba curatane ; el goagiro prana y
pitrana\ el caribe balatana\ el ^dWhx par atañó n^ para-
tana y balata7ia ; el 'íSA'waq.'A platena\ el rucnyano paru-
rú \ el C'dv\'](m^ pa7?í ; el piapoco/>^r(^¿'?^;m ; el bai'é
pavana y palanu\ el piiinaví sáua ; el piaroa />¿zr ///-?/ ;
el guarauno simó ; el cñviiúñco palíihí ; el chaima dala -
tana y banana\ y así las demás lenguas y dialectos in-
dígenas derivando la voz barbaraujcnte, casi todas,
del castellano plátano."
En ratifícación de lo transcrito nos dimos luego á
indagar entre los aborígenes y encontramos confírma-
da la disquisición etimológica del ilustrado acadé-
mico. (25)
En efecto, en los dialectos de los hijos de estas
regiones denomínase al plátano así :
(25) Sin embargo, Prescott dice : "Es una equivocación supo-
ner que esta planta no era indígena de la América del Sur. La
hoja de plátano se ha encontrado muchas veces en los antiguos
sepulcros peruanos.»— ^z^^/za í/^ /¿í Conquista del Per ii^ Cap. IV,
Libro I, Nota.
Y José Abelardo Núñez : "Fueron lo-s Aztecas buenos agri-
cultores, y supieron aprovecharse de la feracidad del suelo, así co-
mo de la variedad y riqueza de frutos que producía el territorio de
Anahuac. Además del maíz y del plátano, cultivaban el algodón
que sabían tejer con primor y teñir con vistosos colores, y cono-
cían también el uso del cacao con el que hacían el chocolate.»—^/
Lector Americano^ núiH. 3, página 49.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
47
Oaiúzaiia
Yaba va na
Maco
Piiinalle
]Maqu i rifare
Piapoco
TJajibo
Ya b i tero
Caiba
paran a
padurru
pálulu
tootpalot
pádiirru
parátuno
prátano
jaratan
balatnna
Piaroa
Baria
Geral
Uareca
Maquiritare
Sáliba
Uajibo
Baniba
Mandauaca
paruru
pan ara
paacoa
parátana
fádurru
plátuna
balátuna
palátano
paran a
vocablos éstos que evidentemente son variantes
de una sola palabra.
La voz sáiia, ságua ó sáhua^ de losPninabes. es el
cambur pequeño ( 26 )
Casi todos los indígenas del Orinoco, Rionegro y
Amazonas abarcan en una sola denominación las va-
rias musáceas existentes, las cuales, indudablemente,
fueron importadas al alto Orinoco por los religiosos
españoles, á mediados del siglo XVIII. (27)
(26) Los Yaruros llaman al cambur ;^¿^;'¿^//¿^^¿í y al plátano para-
tiina-anná, ó sea cambur grande ; el Caribe dice panero, y al cam-
bur lo llama patatuná; los Uaraos lo denominan plátano q palata-
710, y al cambur simó, y los Mdi'poy os pdanc.
Véase, asimismo, en otros lenguajes sud-araericanos :
Ta man acó
paruru
Chontaquiro
parianta
Otomaco
paruru
Conobo
paranta
Ayamán
pratan
Antis
parianti
Macusi
baluru
Uaraní
pacoba
Aruací
prátano
Chiquita
p a coba
Uuaicura
banana
Tupí
pacoa
Mirripú
tiparantan
Cocaima
panara
Campi
parianti
Omáua
panara
(27) Sinembargo, después que publicamos estas líneas nos ha
informado el señor Dámaso Romeo, antiguo Comisario de Atures,
qne en las regiones que median entre el Sipapo y el Bentuari exis-
ten grandes platanales s'lvestres ; y hasta hoy, que se sepa, no hay
constanc'a histórica de haber estado en ellas reigliosos ó misione-
ros. — Notas del Autor,
48 TAVERA-ACOSTA
r asiniisiio sucede con los vocablos castafia y na-
ranja, que los aborígenes dicen catana y navaja,
Satisfecho y mucho debe hallarse de su libro el
afortunado autor; y más si se atiende á que á la vera
de su camino de triunfos redentores — que bien cabe
calificar así á las incruentas victorias de la idea — ha-
brán salido quizás muchos, llenos de pavorosa en\'idia,
á ladrar como los perros de la caravana, su propia
mezquina insuficiencia ....
Como saludo de siglo nuevo, que enviamos al Nor-
te desde el extremo Sur de nuestra Patria, en Innne-
naje de cariñoso recuerdo, vayan estas líneas al
maestro, empapadas en los efluvios de las selvas
amazónicas.
Continuemos.
No obstante los casi insuperables inconvenientes de
las distancias á que viven unas naciones indígenas de
otras, nosotros pensábatríos anotar el mayor número po-
sible de palabras y de frases de los dialectos que se ha-
blan en toda aquella región de la Patria ; pero tuvimos
que desistir del propósito ante la suspicacia de un ser in-
ferior que ejercía el Gobierno. Más aún : tuvimos que
apelar á la retirada de aquellos lugares, en donde tan-
tos mandarines se han creído autorizados para atropellar
todo fuero, censtituyéndose en señores de horca y cuchi-
llo y dueños absolutos de los pobres naturales. ...
Así, pues, sólo pudimos recoger vocablos de unas
quince tribus, y no, precisamente, por desgracia, de las
que ya tienen pocos representantes en el día, como la
Pasimonabis, Curasicana, &. Después tomamos el Ca-
ribe, el Uarao ó Uarauno, el Pumé ó Yaruro y el Cua-
cua ó Mapoyo : el primero se habla también en los lla-
nos de Barcelona y de Maturín, el otro en los caños del
Delta del Orinoco, el Yaruro entre los indios de los
ríos Arauca, Cunabiche y Capanaparo, y el último al
sur de la Uruana y en las orillas del Paruaza.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 49
Sin embargo, tenemos la satisfacción de poder de-
cir que yingún compatriota ha recogido hasta hoy — y
pensamos también que ningún extrangero — mayor nú-
mero de vocabularios indígenas de Venezuela, que los
que publicamos, sin pretensiones de ninguna clase, en
las páginas de este volumen. En ellas, como fácilmen-
te comprenderá quien se digne leerlas, no luce por mane-
ra alguna la inspiración científica. Son simples obser-
vaciones tomadas en su propio medio y escritas con la
sinceridad de quien no ha tenido el necio placer de obs-
tentar erudición ni ha querido atiborrarse de ideas con-
signadas en libros europeos ; advirtiendo de paso el au-
tor, que en veinte años de viajes ha logrado beber las
aguas de los más grandes ríos de su patria : el Orinoco,
el Meta, el Uabiare, el Rionegro, el Apure, el Bentuari,
el Caroni, el Caura y el Bichada, sin contar otros más
pequeños, como el Siapa, el Atabapo, el Casiquiare, el
Yuruari, el Uñare, el Neverí, etc., etc.
1906,
lün d Sur- Dialectos Jiid'igen::»,
50 TAVERA-ACOSTA
Estas páginas vienen hoy á la publicidad merced á
los generosos estímulos de nuestros ilustres compatricios
señores doctores Gaspar Marcano, Lisandro Alvarado,
José Gil-Fortoul, Alfredo Jahn, Pedro Manuel Arcaya
y Tulio Febres-Cordero, quienes, con el verbo lumino-
so de su palabra escrita, nos han impulsado á llevar á
cabo la tarea.
Son ellos délos pocos que laboran concienzuda-
mente en pro de los verdaderos ideales de la antropolo-
gía venezolana, sin que nada sea óbice á detenerlos en
su hermoso derrotero. Y mal podríamos dejar de co-
rresponder al noble estímulo de esos apóstoles del saber,
que van alumbrando los horizontes de la Patria con los
fulgores de su inteligencia, así como de recordarles
en estas líneas nuestro respeto, en homenaje de consi-
deración distinguida.
Ciudad-Bolívar : (Venezuela) 1907.
Seoainda Parte
(Vocabularios indígenas, notas i observaciones)
1
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
53
Baniba (i)
Abajo
epi-neje
amancebado
is-shuare
abierto
aitá
amistad
pué-iana
abuelo
na ando
animal
cuészi
abrazo
aput-tá
ano
ziáp-puli
acostado
tuája
andar
sá-ua
adelante
nombopi
anda tú
pi-ía sá-ua
adiós
notzatuiapizíua
anzuelo
potessi
aflicción
cui-ió-le-shiare
anhelo
nue-iaja
agachado
iamita ua
año
uen-ni ame
agua
uen-ni
apellido
siana
aguacero
uenni-ame
aquél
et-táj, enitáj
aguja
áha-uí
aquéllos
eni-paro, enita-
"agradecido
. énami anétue
paro
agradable
arsipege
aquélla
a-iutáj
ahogado
uiraná
aquella
auini
ahora
iália, iáriua
aquéllas
a-iu-paro
almuerzo
ciaja
ellas
anitsui
alegría
azoro-pen-na
araguato
morol-li,mororli
aquí
uáhni jí \ arroz
arótza
allá
uat-ta,uat-sitá''^
^rbol
mín-napi
alto
ni-hué
araña
uru
alumbrar
anana
arriba
ani-uabá
alúmbralo
piaña teta
arrodillarse
benditaátáua
alacrán
tzedze
arco
zabituletzi
algodón
áuarli, áual-ri
arco-iris
bi-uarli
altanero
pitaña
arena
iatsinaja
amarillo
téual-li
asado
tema-nezi
amor
pué-iana
asesino
maiaatzi
asqueroso
ana gudue
asimismo
arebítziró
atajo
sábul-li
abre la puerta
piaita-panisi
atrevido
pitaña
pul-li
aurora
iáua-iaperi
adelante, qué
autoridad
améua, oméua
tal?
pidáua iu-uaba?
auyama
uí-iama
agua fría
uen-ni áui-uini
activo
adzeje
agua caliente
uen-ni atal-li
avispa
ani
alli vienen
anini nupá
ayer
ia ziá
allá está
uái-taja
azul
gózel-li
anda ligero
pitza carebút-
Bava (2)
dóbiri
zialo
(1) No tiene sonido de R ni de G fuertes; la Sh se pronuncia
como en el idioma inglés. El Baniba es la lengua principal del
Rionegro desde las fronteras con el Brasil hasta las poblaciones
» del altoUainía. El acento es llano, su pronunciación es dulce y
reposada y tiene muy marcado el sonido labial de la B y de la P.
(2) De la familia de los saurios, — Notas del Autor,
54
TAVERA-ACÓSTA
Baniba
bachaco
ú-eje ^
X^azúcar
azoca
baile
tamai-li
aquí está
éro-neje
bajo
buátil-li
bonita
uendó áneli
baniba
baníua
borracho
ui-iú duadálumi
baño
anája
bostezo
tap-pa
báquiro
apida
bostezando
tap-pataja
baiba
sanomatzi
blanco
ál-lil-ri
barriga
tziabo
blanco
ál-lir-li
barro
iásipe epi ueni
brazo
nano
bastante
súb-beri
buque
piráua
basióii
dúmine
bueno
anetue
baúl
patoa
buena
anétoli
beber
co-ho rúa
busco yo
,nue iaja
bejuco
ata
busca él
pi-ia ue-ié
l)oca (mi)
non urna
bu da re
tali
Cabeza (mi)
nombó
boca de caño
uapaniuabup-pi
cabezón (3)
puri
buenos días
alia mabi
caño
uabuppi
buenas noches
iá-uabi
caclr'camo
uétze
cabeceras de río
aipera-uenni
caimán
amana
cabello (mi)
notzípana
calambre
sitzirana
cachete
caco
calentura
shu-uenni
ciego
membo
caldero
sil-li, sir-li
cielo
énno
calor
alzarebe
cerbatana
uatapa
cambur
matzero
cobre
cúperi
camino
tanepo
cobarde
iu-iútsipie
canas
baliaja
concha ó cor-
canalete
neiupa
teza
mát-tami
cangrejo
cátzi
collar
penatzi
\ candela
arshi
conuco
mioli
cansado
macar-lena
comes tú ?
pi-iaej ?
canto
cánitá
con él
in-má
caña
cu iáiziro
con ella
iu-má
caño
uabnp-pi '
conmigo
no-má
cara (mi)
napuná
contigo
pi-má
caine
mittzi
Q'-)r\
epi, má, api
cariño
nana, pue-iana
comida
caca
carta
papera
compañero
iáfitua, iálitua
carroza
paniáccar-li
corriente
i-iúpsini
carbón
zerémari
colorado
íral-li
casa
pana, panizi
corredor
cupi-iara
casado
es-shudaro
cortar
notéroca
catarro
raatützi
corrompido
zítsil-li
(3) Cada vez que menoioiíamos esta palabra en éste y en los
Vocabularios subsiguientes, es refiriéndonos al quelonio cono-
cido con aquel nombre. — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
55
Baniba
casabe
caca
costillas
pátape
cena
á-iarsi
cuándo ?
iúmere,iumireje
ceniza
palitzi
curare
mauaurli
rejas
X^cerdo
da-uitá
cuñado (mi)
nóho-li
coczi
curiara
morupa
cerro
iapa
culebra
júmeni, jómeni
cerrado
rícabo
cuerpo
mínapi
ciempiés
uasi mauilítare
cuentero
atzinerej
cruz
corotza
cucaracha
cumarara
cabeceras de un
claro
órol-li
caño
ai peni uabuppi
claridad
oror-li
cierra la puerta
pirica paniziv>
pul-li ^
\clavo
tápua
crimen
utsubálibo
caminó mucho
iótzino ta-bapá
con aquél
in-má
coje mi som-
pianta notsa-
con aquélla
iumá
brero
puana
cuánto vale
cómo estas ?
izereim bedapi?
esto ?
ipereje nenije ?
cuándo llegaste
* i ú mere pinopa ?
camino yo
notabapá
cómo te llaman'
* ís-shi pisiná ?
caminas tii
pitabapá
cuándo vienes?
iómere pipa pi-
camina él
étabapá
nopaja ?
cuándo te vas ?
iómere pisáua ?
Chácharo
suara
con cariño
api-nana
chato
cád-dece
chisme
ua-iáneshi
chinchorro
bitzá
chiquichique
marama
chipiro (4)
colilo
chivacoa
lel-lo
chispita (5)
mátzi
chorro
i-iúpini
Dame
pitana-ié
chubasco
chibaco
danta
ema
Delgado
purapiame
daño
uí-iuali
día
péposi, are
dedo (mi)
nápibo
Dios
Diotzo
dedo del pies
nótsibo
diente
narzi
de él
ishideca
diablo
iénahabapen
de otro
décata
diíícil
parencie
de ustedes
ni-deca
diferente
pape-ianatzi
debajo
epiná-aabá
discurso
iúaretá
defecar
iáh
dónde ?
dábene ?
desnudo
urárabimáy
dolor
cá-uina
despacio
oiubalo
dos
ennaba, ennáua
después
uenni-apa
de nosotros
uadeca
desunión
iabedepia niua-
de aquéllos
ni deca
nije de éste
ilia de los quelonios.
ne-ni
(4) De la fain
(5) La chispita es una hormiga pequeñita, amarilla y muy cáus-
fica su mordedura. En casi todos nuestros vocabularios la men-
cionamos, pues es muy común en aquellas regiones.
Notas del Autot .
56
TAVERA- AGOSTA
Baniba
deseo
deque color es?
dolor de cabeza
dolor de muelas
dolor de pierna
dame tu mano
El
ellos
el mismo
espíritu malo
embustero
empalizada
encorbado
encima
enfermo
espíritu, alma
este
ese
estriba
estrellas
escritura
escarabajo
ella es
ella es
ellos son
escándalo
estoy cansado
es verdad
esta noche
el nombre de
aquéllos
ése es mi esposo
Fácil
falta (una)
familia
fatiga
fea
felicidad
fétido
fin
(6)
dónde está ella?
dame tu som-
brero
dos años
dos semanas
dos meses
dos días
ella
ellas
espejo
espina
esposa
época
esquina
enfermedad
ésta
éha
escopeta
estriba ,^
escardilla
escúchanie
él es
él es ^ ►
exhalación
extraño
ellas son
escribiendo
estás cansado?
escribes tú ?
están bailando
está vivo
esa es mi esposa
fuerza
flaco
frente
flecha
frío
frijol
frito
isshibaruma paue-iare
zítsii-li frontera
babuie siame frutas
nue-iaja
is shi iánali
nel-li ?^
cá-uina nombó
cá-uina uarshi
cá-uina tá-uaná
pitaña yué pi
api
eni ji
e-paro
éero-paro
máuare
bit sé u ene
curara
iámíndami
uayuíneje
anonásiami
marutshi
eníj
eniji-ieiaje
barabocúa
uiminel-li
ianatabó
li
aiuniji
aiutsui
é-paro
iá-ieri
ieremiana
penélolo
eni yarsapoa
ue-siná
ietsui nomije
iasé sinapié
pat ziábamielo
tzábine
mapuiape
masiníndaro
dábáio ?
pitaña yue
sápuana
enáua uenniame
enáua shemaná
enáua arshita
enáua péposi
aiuiáj
aiu-paro
iapo
úribi
somi-áua
benamitzi
tauána
anonarsi
aiuniji
aiutá
mucáua
barabacoa
záharoná
pidana iotsana
eniji
iétsui
conetziiTii
yaránabe
aiunij i-paro
ianatáj
iame carepi ?
pi-ianatá ?
mali-itamá
vsome ial-li
aiuiánotsoare
iótzi
purapianie
puna
uepepi
apa tenoié
cumana
pirito
fronterana
átebu
(6) Aparato hecho de cañas, palos y bejucos que se coloca so-
bre el fondo de las embarcaciones para soportar la estiba ó para
evitar que esta se moje. También es una especie de troje pequr-
ña que hacen los indios para asar ó ahumar los productos de la
pesca y de la cacería. — Nota del Autor.
I
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
S7
Baniba
fogón
fumas tú?
V/ Gallo
'W^gallina
/^gancho
garrafón
garganta
garabato
garrapata
Karza
Vgato
gavilán
Gobierno
gota
gordo
gracias, muy
guinda tu
Hablando
hacha
hambre
hambriento
hasta
hediondo
herida
hermano
hermana
hierro
hijo (mi)
hilo
liipócrita
hojas
hombre mal
Igual
idioma
imagen
incendio
Jamás
Jefe
jala duro
ladrón
lagartija
la misma
leal
lealtad
leer
teña
libre
limpio
Xhii
arshípul li
pi-iuaja?
gente extraña
yará nabe
cuame enapeni
golpe
iaáriji
cuame
goma
mpiatzi
mauársi
guama
milessi
dametzana
guaral
potet simana
aneto
guayuco
uaiuco
mauársi
guacamaya
uaca
tup-pari
grande
sótzilii
mari, malri
gratitud
apinarsi
mitchi
guerra
uh-huí
ó-ohí
grillo
pitzi
améua, oméua
grito
supe- emaj
tiip-piá
grueso
sit-ta
cadene, sit-ta
' agradecido le quedo
sotzi Diotzo iurepari tari pih
chinchorro
piupita pi bitsá
noaiatá
hombre
enami
zóhua
hondo
badsihué
mauál li
honrado
anét-toe
mauál-liami
honor
tínajh
ata
hormiga
cabítziparo
égol-li
horrible
utsudérnami
acóueni
huevo
inena
iaritáua
huellas
apunarsi
ial-lia
huesos
ippionaja
tzipara
humo
siálil-li
not-tani
hace tiempo
benamitzi
áual li
hoyo
é-hui
utsudérnami
hasta cuándo ?
ata iumere ?
asape
hasta aquí
ata uanij
o énanii utsubali
hombre que
parijoro epiji
silba
énami suial-li
uayani
inmoral
ai ara minel-li
enánaja
invierno
uenniame
nétáua
insolente
pitaña
baboi-iasiap
isla
cád-dumel-li
zaliánarsi
jején
cabio
iotsi piñuela
joven
uendóanel-li
amí tole
justo
yusti
iut-tó
laja
ippa ^
áiolo-paro
laguna
cauiya
énami anuete
látigo
máriji
apinarsi
largo
baredé
éda
leche (savia)
sini
arsichi
leyendo
éda papera
meiénina
libertad
anetoniana
cúrale, curalali
ligero
carebúsialo
58
TA VER A- AGOSTA
Baniba
loro
lo mataron
le regalo á usted
Llamas
llano
llanto
lleva para allá
Machete
madrugada
malo
malvado
mañana
mañoco
marido
marrano
mapuey
matando
medicina
mentira
merey
mí
me voy
miseria
muchacho
monte
mosquito
muchísimo
muerto
me voy á bañar
muchas gracias,
que Dios se lo
pague
mujer que silba
Nada
nadando
nalga
negro
nigua
niño
noche
nombre
nubes
no sé
no quiero
no te rías
ayu-ui, ayubí
nimai
no regala pieje
arsi-ameret
mapara
iaia, yaya
pi anta uébul-li
uitá
matzeta
eputáiiua
utsubali
utsudérnami
iá-uayá
mat zoca
mi
coctzi
siyo
nimanieje
epinarsi
zhde-uén
ucaio
no
notza miaua
auarapézianii
yuéburi, lup-
belo
tauape, tabape
manébari
súb-beri
uiyuame
notzanuaja
sotzi Diotzo-
yué paritari
pi-ué
néiaua suial-li
iabedapi
onitáj
tep-pa
zereil-li
mapenni
lupbelo
yarsápoa
sina
sibonapi
ianosepia
ianué yapia
pida pi-ié tapi-
áua
loco
lo mismo
luna
luz
llévalo
lloviendo
llueve
madre
madrugada
maíz
maléfico ó ma-
leficio
mano
mapire
mariposa
más tarde
matar
médico
mediodía
mes
mercancía
mío
miedo
mírame
mono
morrocoy
mucho
mujer
murciélago
mi tío
mi nombre
nadar
na<lie
nariz
nervio viril
ninguno
no
no obstante
nosotros
nunca
no tengo
no tiene razón
no llores
nosotros come-
mes
nos. venimos
nos. queremos
culípeda, piara-
domé
éero, arebitziró
arshita
anánarshi
piapi
iauabiame
iuáua
oroami
eputáliba
macanatzi
máuare, máuari
ápisi
orótzocaná
capul-li
uj^oma bamiaro
nimai
sel-li piñata
merória
arshita
décasi, yumacá
no-deca
acuuená
pídama
puatzi
curimaro
acó nenna
néiaua
calitsapio
n'occo
not sina
ónita
bénama dauíari
yapa
ínaja
bénama damari
iaja
Lana
ua-iaj a
baboi-iasiap
iana yuepia
iapepia razón
ombe pia-ia
uaneje
uanupa
uá-ue-iaja
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
59
Daniba
no ha miterto
nosotros somos
nosotros vamos
Obscuro
orejas
orinar
otro
Pájaro
palabras
pantalón
X/papel
^^atio
para mí
pa-a él
para ustedes
palo
pasar
pasas tú
parece ( se )
peine
peón
pestaña
perico
perfume
perro
pequeño
picure
piel
pies
pintor
piedra
poco á poco
popa
putrefacto
puerta
^^ pueblo
plátano
púa
plumero
planta del pies
prostituta
pronto !
pies de gente
iaja uí-iapia
uayatsi
uisáua
síbume,
tanípara
teyá
patsiaja
oótsipieje
uiiani
sirora
papera
zítzipina
nayuébul-li
yuébul-li
niuébul-li
atape
tapa
pitapa
arébede
penna
peoni
pol-li sauitá
quere-quere
pos-si mel-li
sino
suít-tili
uáiul-li
mata
tzipara
seiánata
íppa
oiubalo
chipeje
zítsili
panissi-pul-li
pinarshi
parátano
uépipizi
nianatabure
totzi itzípara
curipe-iedaja
carebúsialo
itzípara niá-
mara
nuestro, a
ojos
orilla
oso
óyeme
oyendo
palma
paloma
papá
patrón
para mí
para tí
para nosotros
para ellos
parado
paso yo
pasa él
pedigüeño
pelea
pescueso
persona
pensando
pero ( 7 )
pescado
picaro
pico
piapoco
pijiguao
pierna
pollo
pólvora
poquito
porvenir
puerto
playa
punta
pluma para
escribir
plumas de aves
protector
proa
ua-deca
pol-li
íuapi
yua-yua
pida naiot sánaj
néndaro, nén-
dalo
punetsi
zótzobo
baba, papa
iacomayuá
Eoyuébul-li
pi-ébul-li
uayuébul-li
niébul-li tanitá
atsiá
nottapa
éparo tapa
anétere
nimaináua
nocurapi
niámari, niá-
mar-li
napoliuta
cawa
sima
utsubáriji
eshi
yuhué
uéppi
notzó
cuame sienipe
palitzi
áreme jetuiji
ialiapanupá
tanebi
iatsinaja
ametsui
nianatabure
uittojo
iamié-iapia má-
lipi
ibupi
(7) Conjunción adversativa
6o
TÁVERA-ACOSTA-
Bamba
para dónde vas ? uébul-li daba pi-
sáua?
ís-shi
Qué
quieres
quién
qué buscas ?
qué miras?
qué comes
qué color ?
qué hora es ?
qué te vaya bien
quién responde ?
quieres ser mi
mujer"
pueiaja
dámari, dámarli
íshi peiarli ?
íshi pida ?
íshi neje ?
íshi iananel-li ?
íshi séua iáliba ?
pitzia anuétalo
damari iauabo
tari?
pueia notzopi ?
quién habla con nueiaja noaiata
él? epi etaja ?
quiero hablar
contigo
quiero hablar
con ustedes
Rabo
rabia
rayas
rayo, relámpago
recuerdo
recortar
remanso
río
rodilla
Sal
sapo
zarcillos
semana
sepultura
si
sinembargo
silbido
siempre
sol
soltero
sombrero
suelo
sin mí
sin él
sin ustedes
nueiaja noaiata
pepi
nuiaja noaiata
nepi
pítzi
cenizi
iánane
maí ieno
napoliótali
noquérica
iúdubana
uenni
nácuru cuburli
iuquira
tololo
tani uapesi
shemaná
tamali
eje
cana
suiá
io-huítalo
amorsi, amursi
ueduáname
sapéua, sápuana
iátsipe
nolsia, nots'ua
iscia, isciua
niscia, nisciua
principio
pies de animal
pueblo abando-
nado
quejas
quiero
quién sabe?
qué quieres?
qué haces ?
qué clase ?
quieres comer ?
quién será ?
quién está allí ?
quieres dormir?
rama
rana
rallo
raudal
recortar el ca-
bello
responsable
ridículo
risa
ropa
salcocho
sangre
savia
serio
se fue
S2 rompió
si sé
sitio
sinvergüenza
sobre de carta
soldado
sobrino
sucio
sueño
sui tí
sin nosotros
sin ellos
su nombre de él
se murió
se ahogó
se fueron
dabanáua
itzípara cuezi
pinarshi bomé
pitzina isinaja
nueialo
dámarli sel-li ?
íshi pueiarli ?
íshi mana ni ?
íshi pulebá ?
pitanaja ?
dámarli séua ?
dámarli ualitá ?
nueii nótzima?
sape
gama
táia
ippá táua
noquérica zi-
pana
iauapotari ibune
utsudérnami
ientátaua
iumacá iasó-
cabo
uarápesi
mierzi
atsi atape
arseni pumai
samiáua
beri cáua
eje notzé
ñauaré
iaparsipia
niapatele pa-
pera
sorodáua
ettani
úhuréj
sirani sípuli
piscia, písiua
uescia, uésciua
iscia sábine
issina
uiyuamia
uiranaja
nisamiáua
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
6l
Baniba
Tabaco
tábano
talón
también
tarde
tapa
techo
tengo
■ tierra
tigre
tinaja
tizón
totuma
toma tú
tu, tuyo
tuerto
tranquilo
trampa
tristeza
troje
triunfo
tu nombre
tu madre
tienes hambre?
tiende tu cobija
tu vas
Uno
uña
un mes
un día
unidos todos
Vajina
valor
vecinos
ven tú .
veneno
vestido
verano
viudo
vamos con Dios
vamos con la
Virgen
.Ya
ya voy
sema, el-li
éherli, ehel-li
boduí
éeró
iauami
pottabi
hi hué
nf«-iuelo
iátsipe
uársic
onobi
arshipul-li
mato
aja
pi, pideca
membó
meiénina
cácure
cufióle siare
tarata
bép-pí?yué
pi-isina
pi-izoroame
ábipí maual-li ?
pimeteque co-
bija
pisáua
pélalo, páiaro
zóroui, zúlabi
péia arshita
péia péposi
páial lubi
iaruápisi
iotzi
ani-ia sh'arania
pi-iá nupá
apu uari
aracabó
amorsi-ame
mánine bumé
uasaba i na
Diotzo
uasáua üma
birge
bémiani
béraiani noia-
mia
te doy
terecay
tienes ?
tío
tiro
tobillo
tornasolado
tú, usted
túmulo
trabajo
traidor
triste
tres
trueno
tu eres
tu p&dre
tu hermano
tiempo pasado
tu tienes
tengo que ha-
blar contigo
unidos
un año
una semana
una noche
un pez
vaina
valiente
venado
verde
viento
viejo
vulva
ven para acá
ya está
yo
yo soy
yo quiero
yo no sé
yo vengo
yuca podrida
yo estoy bravo
yerba
yo voy
yo sé
yo como
yuca
notapie
uaranaco
pi-iuero
occo
mondoqué
cu ropa tiueje
uadal lumé
píia, píiaja
támali
patatar!
apinarsi
cufióle
teretzi
dilílume
pi-iaparo
pi baba
pi-i-iaritáua
benamitzi
iapiuero
noaiata pepi
paial-lubi
péia uenniame
péia shemaná
péia iarsápoa
péial-sima
naual-lé
iustsi, iusti
maraio
púrel-li
uitsi
étenel-lo
iarorsi, zipershi
pi-uó pasáua
umbé
not-iaja
noiatsi
noe-iaja
iaj-not-sepia
nonupa
morojoi,m'rujui
arzénina
alfpeli
no-tsáua
no-tsé
notnaja
ársiji
02 TAVERA-ACOSTA
Baniba
Zancudo aneio I zorro yuá-yua
En el vocabulario baniba tomado por el señor Sixto
Melgarejo y que se haya impreso en las páo;inas 57-67
del "Resumen de Actas de la Academia de la Lengua,"
( 1886 ) hemos encontrado algunas diferencias en la es-
critura fonética de las voces indias, muy particularmente
en el uso de la V, que no tiene dicha lengua.
Aparte de algunas palabras que no corresponden
en baniba con el significado que él les dá, por ejemplo :
noche que es iarsápoa y y\o yazvaT o, azul que es gózel-li
y no shére7'i, un pescado que el dice pena cuando es
pé-ial sima, etc., incurre también en el extrangerismo
de emplear la K y sobre todo la W, dándole así, con
esta letra, un sonido fuerte que tampoco tiene ese len-
guaje.
Véanse al final del vocabulario Uajibo que publica-
mos nnás adelante, otras observaciones que hacemos al
mencionado señor Melgarejo.
X
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 63
Mandait-aca (S)
Yabítero
(9)
Uuareca (/o)
1
Abajo
Cajajire
jasiye
oiapire
abierto
icotacane
metoque
abuela
no-ueje
abrazo
nuca-coraji
acostado
ichu uaque ui-
náua
adiós
nami-ia
aflicción
cuídoli-norico
ahogado
timita-quéua
iáuina cana
adonde vas ?
dauíde-pi-auba
agachado
ishiuica uina-
náua
aquinoque
agua
00 ni
uenni
úuni
aguacero
ooni-uaque
siya
iddá
agua fría
oonigen
uenni-cauini-
úuni-cauínil-li
nime
agua caliente
oonitaraidire
uenni-ápame
úuni-amurli
aguja
au-hí
á-uí
záhuini
alacrán
macouré
zétze
irili-uili
alegría
ua-ie-ie
tazótona
allá
á-ati
ainti
atida
almuerzo
uana-acare
alegre
quenarijase
uaieyi-quéua
(8) Se habla en el alto Caslquiare, en los pueblos dePonciano y
Qalrabusaa ( Quira-ueni ) Hoy apenas existen algunas familias
en el alto Orinoco. Se parece mucho al Baniba, salvo que en al.
gunas voces usan la J gutural en lugar de la B ó de la P de aquel.
La Sh como en inglés y la R siempre suave. Constan en este dia-
lecto algunas palabras del Caribe ó del Tamanaco
( 9 ) Se habla en las poblaciones de las fuentes del Atabapo y es
UQ derivado del B.xniba. Su pronuciación es algo fuerte y un tanto
nasal al final de muchos vocablos. Abunda el sonido de la, J y lo
confunden con el de la B ó de la P del Baniba. Yabita es el nom-
bre de una de las principeles poblaciones del Territorio Amazonas,
en Venezuela : fue fundada por el jefe indio del mismo nombre, ha-
cia mediados del siglo XVIII. Este leguaje se llamó también Pa-
ráene.
(10 ) Nombrado también Uarequena, se habla en los pueblos de
Tom? y de Guzmán Blanco, en el Uainía, y en Baltazar y Corona,
• en el Atabapo. Es un derivado del Baniba y, como éste, su pro-
nunciación es suave. JJareca quiere decir en Yabitero muchos,
aplicados á gentes ó personas. ~-iV¿?/¿?^ del Aiitof.
64
TAVERA-ACOSTA
Mandatiaca
Yahitero
Uareca
algodón
cá-uarli
tomasi
cá-ua'rli
alumbrar
jicana
altanero
jana-canaja
alentado
ionija nogetza
amarillo
uisope
téuami
uisurli
amistad
nodtari-uaca
nujate jaje
amor
nocod-taniji
nuja-tejaiú
nocubacape
anzuelo
táuari
j uttezi
jarábasi
ano
iuéjislii
sauitoletzi
nuÍ3'apo
año
camusi
animal
mauári-geri
aquí
á-auí
quiá
ádidi
arroz
arotza
araña
enni
araguato
iishi
moroili
mororli
arco
baliuishijoto
izijasi
dáitoli
arriba
denunda
ani-ié
nibica
arena
juari
cajátzina
quepe
arco-iris
caji-docco
árbol
innana
alma
irico
amo
minare
aurora
quiraslie
caubiá-jarli
quirerli
aquél
iutá
nijiate
autoridad
iuaqueri
jeja najasi
asado
que
asesino
iuara-nini
asqueroso
conichiaro
quejete-nointají
e
auyama
ui-iama
oyama
uiia-yama
ayer
déquida
ojizi
péquida
avispa
cajita carero
ani
ani
azul
bureshio
zijutemi
epurer-li
Baba
isliirore
bachaco
co-oué
joque
puje
bajo
acuidija
baile
rajacashi
uatamaja
baño
iajitaqui
uacáua
barba
schinonmashi
barro
cadjé
noniupe
bava
cadiri
cadzójite
caduili
báquiro
apija
apiya
apida
barriga
ejajishi
jitónoreje
no-zica
bastante
jauadda
bánimi
cáua-uaquiqueu
baúl
patea
patoa
brazo
nana
nu-cano
nana
blanco
malripi
cajarini
aril-li
beber
jirani
EN EL SUR — DIALECTOS INDlGb:NAS 65
Mandauaca
Yabitero
Uíiareca
bej uro *
tahaje
simase
borracho
yaraquis^
camandaromi
bostezar
naiáui-norico
bonita
ueuaca-naja
auétalitate
iale lili
boca
no-noma
nu-nunra
nu-numa
buque
pirana
piráua
piráua
blusa
camitzani
budare
jáarli
tzítari
puarli
bueno
ueuaca-naja
yóniji
yareliqun
brujo
teja cashineri
sel-li pinatzi
sucaquel-li
buen día
cajare máui
buena nochí:
yasi máui
Cabeza
iuashi
zijo
ijnoiba
cabello
uatiquishi
jimau
ijnóiyue
cabeceras
iuadda
cachete
no-caco
cacosi
caco
cabezón
eba
séjori
cahicamo
daríua
tzeh
daríua
cacao
cacáua
caimán
amana
caimana
cajuíl-lí
caldero
sírliji
no-zijuani
calor
jatamidire
ázana
amuaqueca
calambre
cada daquéua
calentura
manaco
józimi
manaco
camino
eno-jo
anipo
cangrejo
tomaro
cuei-io
tojo
\xcandela
/>casa
ishide
cajzi
izide
janishi
jana, janitzi
pana
caña
fehidoa
míndere
can na
caño
oóni, cáua ([i)
uajusi
cáua -puní
canalete
den a
najo
bena
cambur
metchero
canas
cari-shoui
canto
incantaque
cainta
caine
ijeshi
carroza
pamacari
catarro
coro-coro
matotzi
tocomali
carbón
ishide
cariño
ua-ie-ie
cazótona
iarel-li uápida
(11) Eq nombres propios del Japón se encuentra este vocablo Kawa
y también en formación con otros, v, gr : Ishi-kawa, Kawa-mura,
*Kuvo-kawa, etc. --Véase el mapa de la guerra ruso-japonesa pu-
blicado en 1904 por la casa editorial de Maucci, Barcelona, Es-
paña.— Nota del Autor,
En el Sur— Dialectos Indígenas, 5.
66
tÁVERA-AGOSTA:.
Manáauaca
Yabiiero
Uareca
Casado
ijacha jacade
<>
casabe
jushi, chachi
ajossi
zija
cansado
cuimi iana
cara
ñeco
castaña
catana
catana
catana
carta
pajaruta
cerro
idaja
yapa
dapa
V^ cerdo
cótchi
cochi
cotchi
'^ cerca
mabe-uarli
cejas
dáui-iaje
cena
uana-uama-a-
care
ceniza
jari
jaritzi
pari
cerbatana
uirijoMe
uataja
iuili-puni
cerrado
biraraji
tuaque
ciego
mad-di-io
membó
mapuimapi
cié 0
daroca
énojh
énno
cobija
cobijieni
cobre
cúperi
cóperi
comida
uana-acare
uauinaja
jia-ie
Colorado
quirasche
zítami
quirerli
cobarde
mazeni-queri
caionátzimi
comején
camata
cámara
ciempiés
icoje
Corteza
i-iabaro
conuco
irauiquia
miyurli
capineni
conmigo
no rima
Contigo
ji-rima
compañero
no-dari
collar
maioro
maioro
corriente ( la )
caro
cómo te llaman?
caniji-jitaneri ?
corrompido
conichi-míia
cortar
quiricaque ji
corozo
yauárli
quillpa
costillas
injiaraji
no-jataraja
no-pareba
corazón
najute tona
jazé
%{ clavo
^ cruz
tapoa
tájua
tápua
corotza
corotza
corotza
criminal
simiese camena
claridad
ara -are
cum-ari
curiara
itta
cuatza
ita
cuñado
uashari
curare
urari
máua-aurli
máua-curi
culebra
acoji
umeni
osi
cuándo ?
canje ?
-
caimapi ?
crimen
cadacare^areri
crudo
inna-ire^ "
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
67
Mandaic
acá
Yabiíero Uiiareca
cuerpo ,
minare
cuándo vienes?
canje uadaj ?
jacuteji-ioa
cucaracha
ca á ia
Chachare
chíguire
oiyara
chivacoa
quirero
rehero
jiljero
chispita
amai
amatzi
amé
chipiro
chjpiro
coliró
colilo
chinchorro
amacacha
amaija
noigietá
chiquichique
marama
cunetzi
marama
chato
macapo
chisme
imateshi
chorro
cárari
jajeé sinare
caraqueri
chubasco
cá-uarli
cáharí
Dame
juanoroni
pon i
danta
ema
quema
emma
daño
lamai
dedo
caji
jicájaje
nocape
despacio
amajáua
oiojana
jánime piacait
dedo del pies
coroja-ianani
defecar
shoque
de do vienes ?
dauisipe ?
debajo
cajajire
desnudo
etinaja
uarara-jimajá
después
in]eni
delgado
achidije
día
are, ari
eñajizi
are, calibi
diablo
ináui-náui
amezami
diente
ieshi
jéhesi
no-iá
Dios
Diotzo
Diotzo
Diojuanza
dolor
cáuiri
cáuiji
ueuiqueui
difícil
miricoque
diferente
jáua-ionaca
dónde ?
caranac a ?
quitzá?
detonación
uaraco
uaraque
dnlce
posidari
El
aziziana
embustero
yahuasha-neri
jijomani
piatambena
estrella
i uídoro
uinne
ibil-li
enfermo
uremi
jata iomijina
cub bajani
enfermedad
urémicashi
masicare
cateinupe
encima
iuare
escopeta
mucáua
mucáua
mucauáni
espina
dóuiri
yuitzo
buirli
escardilla
záaronáh
extrangero
j^aránabe
^escándalo
uaraca quéua
esquina
itauana
encorbado
iboioca-quéua
68
TAVERA-ACOSTA
Mandauaca
Yahitero
Uareca
empalizada
curara
t
espejo
daajo
japo
dapo
escritura
lico-toraque
esposa
nono
espíritu
irico
escuchando
noqueje-taná
Fácil
mamirico-queri
fatiga
jatamide norico
familia
nochene náui
temaca
feo
jáuá-canaja
curosí-taté
cadene-fal-li
fea
ija-uacani
fétido
conichiaro
fin
japami-ía
frío
geri
cáuininima
cáuinil-li
flecha
báuisi
santo
docoru
frente
neceo
frijol
cumana
cumana
cumana
fogón
ishidedi
nama-julitzi
izide
frito
pirito
pirito
flaco
mejequena
uauqueni
fruta
idashi
casinaja
gecoiba
fumar
poiócaque
fuerza
nostáraca
fulminantes
poleta
X Gallo
caraca
cuamare
caraca
'X^allina
i narocha caraca
cuame
caraca-innaba
gancho
maueshi
majo
garganta
noc-rajitarocaro
. garrapata
y gato
shiriba
toj ari
cuparli
raitchi
mitsi
mihchi
garza
u a cara
máari
mari
gavilán
cocouí
grande
átori
guerra
úhuí
óhouí
grillo
bitzi
jitzi
pitsíi
grito
zada-cacashi
quemaja
gemiel-li
gordo
machipi
baque-queni
goma elástica
shiringa
siringa
shiringa
gota
i toj a
jatzá
idachi zidicapo
Gobierno
iuaqueri
iuáquili
golpe
uracasi
guama
curabari
curaba
anata
guacamaj^a
coroné
caja
camacho
grueso
átdori
guaral
táuarine
Hacha
yahueshi
zúa
duca t
hambre
náiauí
má-uál-li
teorme picaril
hediondo
conichiaro
amuji
áhamucáui
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
69
Mandajiaca
Yabitero
Uíiareca
herida i
quirica-queje
hermano
dari-coro
tzinaji
V
hermoso
tauinoque-neri
-w- 1 £
/hilo
cauarli
, o:í
riierro
Izipara
tzipara
chipara' ■ "';'''
hijo
no-marica
taint-anit
ii>
hipócrita
iáua-shaneri
j.
* » í
hojas
anape
jaziata
apanape ^''j
hondo
cajajidda
hombre
ashinari
étmami
azineri
honrado
ueua-caneja
hormiga
cajita-carero
cauíjitzo
mane
hoyo
bariquiá
hueso
iájisi
jijizi
niiape
huellas
iájummishi
humo
siálili
sial-Hri
arizani- jo
huevo
domalirJshi
inesinaja
Isla
cadonori
catonori
catonuri
invierno
úuniui
tajeari
úunni-uini
incendio
icajua-quéua
caja-uajaná
uapana-menicá
idioma
jimmaté
igual
jarojá
Jefe
luaqueri
jejánazi
iuáquerli
jején
cáuij a
cauio
cahuio
joven
táuinoque-neri
iáuetuate
iasme
jugando
uaueji-ietá
Labios
toleje
nosinuma
ladrón
cannachero
cajújane
caneterli
laguna
caraquira
cabiya
cauiya
lagartija
doojo
laja
ihjá
si ja
ippapa
lapa
iáia
bapa
largo
ameji-cari
:jcá\
leal
ueua-canajá
leche, savia
iáani-aicai
cajzi
i
leche
iáami
lengua
jitate
nonene
lejos
tecurgé
león
éuanere
leña
ishide
uama
uasina
leer
ileque
arel-li
limpio
mirichio
libre
iuasa-cameía
ligero
batoje
quejerina
quedadi
loco
darami
jícame
• loro
uaro
curículi
lo mataron
nauara-miía
nizinoje
luna
quéeri
queri
querli
70
TAVERA-AGOSTA
luz
Llamas
llano
llanto
llorando
llévalo
lloviendo
Madre
maíz
madrugada
machete
mariposa
mano
mapire
mañoco
macanilla
malo
marido
mañana
matar
más tarde
mapuey
mes
médico
medicina
medio día
merey
me voy
mentira
mírame
miedo
mí, mío
miseria
mosquito
monte
mono
moriche
morrocoy
muchacho
muchos vecinos
murciélago
mucho
mujei
murió
Nación
nalga
nariz
nada
Mandauaca
Yabitero
Uareca
ibuca-quéua
camuná-jazi
cumgriz
ibuca-quéua
maparari
jiti-iame
yaya
idaca
joni
iuuaque
jajaia
idacame
idáua-carli
meme
iná
no-coami
maccanashi
cabana
mayi
are-quejore
cajárinaje
matzeta
mazete
cuaddaraje
cajurli
capurli
caji
sommocota
matchoca
matzoca
machuca
cuja
cappa
jáua-canaji
cadenare
jiséeri
dajé
jiuarane
dainaja
nacoui
atziío
nújeba
quéeri
queri
querli
teja-cashineri
sel-li pinatzi
sucaquel-li
jejeshi
epinatzi
,
meroria
caiochabá
no-miía
notzaja
no-mapoda
jiiáua
jicajana
quéua
caiónana
no, noiájh
no, nucca
no, noiájh
quina-uacari
majiri
majiti
mapirli
auacaji
auabo
auacape
ácori
juatzi
puhué
téhui
istéui
corimáro
cúr-ía
ianáui
m azi en i
iajné
3
uareque siuare
jishiri
uayo
pichil-li
jáuaddá
uareca
innarocha
zarínneni
uíyua
noina
yujénina
iapuita
iábaui
jinarta
jischaco
izíui
japadame
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
71
Manda
ti acá
Yab itero
Uuai
eca
nadie *
japadame
.nadar
coonta quéua
y naranja
n ara ja
naraja
^ negro
daicho
momomi
cabal -ii
nervio viril
adaqueshi
jitzi
nuestro
ua, uadeca
nigua
shitó
quétzosi
ninguno
japadame
niño
ianáui
nos vamos
ua-iodea
no
jáapa
uaraá
noche
daiaj inania
iajazi
bemicabi
no sé nada
japanoquenteta
no vino
jata jeitaji
no quiero
jata nujale
nubes
docamari
ziárlili
ennopizá
nunca
japada cáje
Obscuro
daichari
mazeteje
cabacabi
ojos
dishi
jórlizi
orejas
ouishi
jitásene^
nóili
orilla
inummaje
torejeisíua
yarape
orinar
nadacacque
noteja
otro
jeja
oso
cacasira
biorli
óyeme
jemaji
OÜOtO
jira
oso hormiguero
sira
motoizi
Padre
baba
papa
papa
plátano
parana
jaratan
paratun-a
pájaro
Ypapel
sese
papera
j ajera
papera
palabras
imateshi
nacúrlea
paloma
jotocoa
omoco
palmera
ingé
banimi
pantalón
sirora
cashoná
cashoneni
palo
ahico
para mi
no-rojo
para ti
ji-rojo
patio
janisi-dauída
parado
jema-quéua
parécese
camedona co-
jadá
pedazo
ijotocque
peine
mauiritá
penná
penna
pelea
iuara-csqucua
,pelón
jiraqueje
pescuezo
no-rishi
nojino
• no-casne
peón
icada-carete
TAVERA-ACOSTA
X
persona
pescado
perfume
pestañas
perico
pereza
perro
perro de agua
pequeño
pies
pierna
piragua
picaro
picure
piapoco
pico
piel
piedra
pijiguao
plato
plata
proa
popa
pollo
poco á poco
pólvora
pluma
Ídem de ave
plumero
puerto
pueblo
puerta
principio
poquito
pronto
playa
prostituta
pies de gente
id. de animal
punta
para do vas ?
pelota
podrido
Qué
quién
quej as
quiero
Rabia
íandattaca
Yabitero
Uareca
iaja-dianatire
iiota
bibi
zimazi
copé
isashi
disiuishi
quere-quere
uamo
shino
cuátsic
chinoni
neibi
neiui
achidija
matizi
no-zitziche
no-ipá
tiuishi
jicotzo
inotij
piráua
piráua
piráua
máuari-jeri
jícame
jishi
pizi
dáase
daza
ischa-cocó
éhezi
picajne
iyabaro
no-tamaca
nu-piia
ijja, siba
sija
ippapa
jijire
jarato
jiácare
jarata
jarata
parata
ichacoda
zihui
jitaco
iiábáui
tezi
nizétel-li
ianani-caraca
cuamare sijani
caraca-sijan
amajáua
jari
jaritzi
párite
tanajazi
bauajasi
idoshi
junetzi
niddó
tanajari
bauajasi
iracojoshi
tanesibi
noyete
dacare
jinarzi
dacare
janishi-numa
uaizi
no-panani
jitajáh
achidija
botojóh
jouari
ueshadó
tihuishi
coro-jashi
nomo coro
araja-cáua ?
nou ajane
meteziami
áhamu-cáuí
canica
caniátiie?
aritajaripeiaje
> campipilá?
dojo-caque
nu-jateia
uideshi
llena
caróhuerli
EN EL SUR — DIALECTOS rNDKJENAS
1^
Manda
naca
Yab itero
Uuareca
rabo j
rabo pelado
rama
rana
raya (pez)
rayo
rallo
rayas
raudal
recuerdo
remanso
relámpai^o
riendo
risa
río
rodilla
ropa
regañar
Sal
sapo
salcocho
sangre
barcillos
sepultura
serio
se fue
Si murió
sed
sí
si sé
sitio
sinvergüenza
silbido
sol
soltero
^ombrero
Ysoldado
\obrino
sucio
suelo
sueño
Tabaco
talón
tábano
tapa
, también
tarde
terecay
shijislii
iuaco
j :\ shi
inatori
daroca
docoja
ibana
cóua
quenanique
maddocari . '
daroca
uaiquishi
nabo, iuap:)
noro
iamaca
yuquirá
tora
dannocque
irai
ouisashi
catommari
camirarique
uaramo
tocotoa
yajiue
taya
jitateja
ueni, iuajo
icólezi
jija-cáuá
yuquira
tororo
sají
jujatá
cajajire
tájoshi
déhena
zoposhi
jomaqui
iecojare
jaroca
dainaja
uaranacQ
shema
jicoruase
uaranaco
tocoroa
inaturli
enno-nerlica
enno-nerlica
geintacame
úunni
no-deca
yuquira
tororo
maracanupe
^J^
eje
noquente tajada
u i 11 acaro sil i
mariari-geri
uimatacque
camoi
camuzi
camúi
niajori
menopi
shajéua
sajéua
sapéua
sliodoráua
macáua
no-itzi
cateniu uacare
capizel-li
dena
no-tepae
éeri
uaranaco
74
TAVERA-ACOSTA
Mandauaca
Yabitero
Uareca
te doy
noua-jirojo
c
techo
uareta-queje
tengo
norojo
quepe
tierra
caje
jajatzi
tiene alma
a-irico
tigre
dáui
cuaitzic
dsáhui
tío
caca
nocco
nucco
tinaja
seuajo
tizón
ishidedi
tortuga
cadduráua
cadduráua
totuma
majate
mati
mato
tobillo
moronishi
toma tu
enijirojo
trabajo
uananije
noquetetanipa
trampa
cacquire
tranquilo
miyape
*
troje
cobadda
coadezi
tristeza
cuidorique
triste
cuidori
amúribi
cuídole-caue
tuerto
maddiio
trueno
daroca
énno
diiili-pari
tu, tU3^o
ji, jideca
ji, ji-iajh
pi, pi-ia
Un día
gedij a-are
eñajizi-jaziana
calibi-niunáuali
un día
naliuna-uali-are
un mes
gedija-quéeri
jaziana-queri
niunáuali-querli
un año
gedij a-ooniui
jaziana camu-
siarli
uñas
yujashi
otzorabi
no-yústat
Vagina
iejida
valiente
soópami
valor
tara-coroli
ven acá
uáddi
uadd
verano
beroro
camusiarli
camuicabi
verde
boreshó
zijótemi
epurel-li
venado
erishi
majaio
veneno
camai
camajai
vecinos
chenenáui
sihuare
viejo
mirari-coro
catene-jumi
penil-li
viento
cari
uizi
cáari
viudo
mañoquena
vulva
riquejishi
zimauzi
ricose
Ya
iamiyaja
ya voy
iame-socáui
yerba
inana
jajuá
apa-anape
yo
no-iajah
iio-iah
iio-ía
yuca
cajiuaji
cáfesi
casne
Zancudo
annidó
ani-ío
anidó
zorro
y uá-yuá
zizi
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
75
*
* *
Tomados del mapa de la ya referida casa editorial
de Maucci, involucramos aquí por mera curiosidad, los
siguientes nombres propios de ciudades, islas, cabos,
pueblos, ríos, etc., del Imperio japonés :
Sikan
Taira
Tokatsi
Abashi
Siari
Arita
Tanabe
Urasa
Soya
Mayi
Kosima
Toisoki
Saru
Odate
Tomori
Kushiro
Satsu
Seyo
Mi nato
Siokosi
Takae
Kugi
Maebasi
Sibetsu
Ezaii
Mito
Masike ,
Sarabutsu
Ola
Irono
Irosaqui
Shakebetsu
Yerino
Sakai
Inaba
Tuknyama
Orna
Chasi
Sunoda
Nósima
Nob^gi
Nosiro
Sibata
Tósima
Noda
Tottoi
Suiuga
Nísima
Otarii
May oro
Numasu
Morioka
Atami
Poroiia
Sionomi
Kamatsa
Iro
Asaika
Yasiro
Koruvari
Irago
Ovasi
Susiki
Hayasini
Kire
Siriyá
Katsiki
Murakami
Kure
Sapporo
Hivara
Shaniani
Aki
Yutari
Suíki
Siretako
Obi
Hidaka
Takata
Abasiri
Kotsi
Tomari
Iwaki
Okusiri
Kawa
Torakii
Sabara
Oniwaki
Kuva
Nemuro
Kurume
Urakava
Nara
Isiaka
Sakura
Kunasiri
Esasi
Miyako
Tendo
Motoyosi
Yubari
Odaka
Urauli
Isikari
Tana
Omoto
Asama
Barauta
Sirakami
Yosinuro
Gotosima
Hurupirayama
Ominato
Simavara
Gamniori
Makarinupari
Koiiyama
Araakusa
Inabasima
Chicaptomiuri
Tobisima
Nagoya
Makanosiraa
Kad.senuma
Okisima
Toshi-i
Hacliimano
Abucamayaba
Ivanasiri
Kumata
Rcpunsiri
Teradomari
Oiíaama
Kamaisi
Noschiapo
Mikurasima
*Atoáaiiobori
Kurasiki
NivSinomuro
Guayasima
Sirakawa
Kuvokawa
Knromepoe
Peruhune
Muratosaki
Teuresiri
Takarasima
Okinasiina
J6
TAVERA-ACOSTA
Carúzana (12) Baria (/j) Niangatú (//)
Abajo
jipai-recurre
idocabi
ibira^quite
abierto
ca tácate
opinare
abrazo
idúcurlucani
oyumana
agua
con i
úunni
ii
aguacero
iza
ji-ía
amana
agua fría
úuni-tiuegeni
iirosangáua
agua caliente
úuni-tácani
iizacoa
acá
dáua janico
shocoi
arco
zóitiapute
sehuepi
uirapara
agachado
apamudami
uapica
ahogado
jabiuane
óhoíi
algodón
jaríderli
cáuarli
zamuma
alacrán
macarena
yabayco
allá
asaste
mishocai
amarillo
irreideríi
uítorle
pirangáua
aguja
ahui
áhui
alentado
idouarlina ju-
leina
almuerzo
anica-ía
chimbió
alegre
uaieeni
zóhori
amista^
itoto-nájh
amor
igizame cojóo
puecató
alambre
tzipara-uacarii
anzuelo
ítza
jáuarli
pindáj
ano
quéeri
anno
yepe
ano
pehericó
bicunáuaca
cuari
araguato
itH
aráuata
na riba
arriba
denóniche
uenunde
iuatequiti
araña
orrocai
{VI') Se habla on algunas poblaciones del alto Uainía, como
Puicano, Loro, Tigre, etc. Es un derivado del Baniba y se le
llama generalmente Carro. Tiene gran parecido con el dialecto
Izaneni, de las riberas del Izana, Cuyare, etc. La R tiene soni-
do fuerte.
(13.) Denominado comúnmente Baré, es propio del río Baria,
afluente del Pasimoni, el que á su vez lo es del Casiquiare. Hoy
se habla en este último río y en algunas poblaciones del Ríonegro,
como Tiriquín, Sanearlos, Amanadona. Parece provenir del Ba-
niba aunque tiene gran analogía con el Niangatú ó Tupí.
(14) Llamado generalmente Geral en el Rionegro. Es el len-
guaje predominante en ese gran río en la parte correspondiente al*
Brasil, La Sh suena como en inerlés
portugués
'geral" significa general,
y la Res suave. El vocablo
—Notas del Aufor.
EN
EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 77
Car úz ana
Baria
Niangatú
afligido »
ania-i 3^ecadán
arena
cáhadi
ibicoi
asquerOvSO
cacuno mauárl
i
asado
cheje macábuli
mishiri
aquéllos
anza aiájh
auyama
uiiama
yarumó
avispa
janni
cáua
ayer
y^ azúcar
/^ autoridad
uécoza
iáuaqueje
cuezé
puieni
asucra
taricanati
siburene
azul
ipure derli
mujúrlini
ziquiríua
Bava
jádorli
yacaré
bachaco
caibirri
cutte
ozaíba
baile
uaaiacarlijh
morazí
barba
zitzínoma
barriga
no-auaua
bidorla
marica
bastante
manúpedé
ibabúconi
zet-tá
báquiro
z a mu rito
j abía
táyaso
baño
acauanni
oyazoca
baúl
patoa
patoa
barro
tayucá
bejuco
jad aja ti
chipó
beber
adíani
jooicó
bigote
iapipen
bizinoma
zerini uáua
blanco
araderli
bárlini
morochin^^a
bonito
motzédarli
doarli
ipuranga
boca
arinamá
biduma
éyoro
borracho
debanacaita
dulrajaitei
ocaó
buque
piráua
piráua
garabazó
bueno
matzédena
odoarli
puranga
brujo
iputzoacaita
capuyo carlene
payé
brazo
no-napa
danna
uiuá
budare
budari
yapunna
blusa
camishá
camishá
buen día
iajaneina
'
buena noche
gebinámana
Cabello
rritzicore
bihita
áua
cabeza
gibidg.
bidosia
cabezón
tíbuli
cabézodo
casado
cainihuite
carbón
tizeenni
casa
pianti
pañi
oca
casabe
petté
cusse
meyó
camino
inipo
di nabo
yepepe
canalete
pihue
apoco-itaba
* caña
can na
canna
caño
ñauapo
garapé
calor
jamori
tacaninico
zacoá
r8
TAVERA-ACOSTA
Car Ú2 ana
Baria
Niangatú
cachete
bicacutá
caco ^'
caimán
tzámana
yacare-uazó
caldero
iúrloti
\/candela
cantando
cámeui
táhata
oyingare
cachicamo
iarigué
tato
cariño
uaiu uacarli
puecató
calentura
sauncaté
uisepéh
tacoa
catarro
curu-curu
cargrejo
dojo
\/ cerdo
^ cerro
cotzi
cochi
porco
itziapa
ziiaba
ibilé
cejas
patibezó
ceniza
páhali
baritzi
cerbatana
mahuipi
uitdaba
carabatana
cerca
macoti
iquenento
ciego
mauit-tíoo
chianari-coceza
cielo
eno
enno-docco
cobarde
carró-carré
maiecá uacárli
ziquiemaña
cobre
cópere
cóhobri
conuco
quiniqui
miyurli
capisáua
ccrriente
carro
castillas
ro-iájh
bi-bahada
arocanga
corteza
bácco
píreía
comején
copíi
cojo
aculrunani
chianari-cozí-
tima
colorado
quíj^aui
pirangáua
comida
nicalrije
chinipió
^y corozo
X, clavo
"cuándo?
uibbó
tocoma
itapua
prego
icaburli ?
acuepana ?
corazón
binácani
■ ':
collar
maiorlo
cocina
pani-jani
cruz
curuza
curutza
curuza
curiara
ita
istzá
igara
cuchillo
marlié
titege
quise
culebra
api
máuaya
buhía
curare
máuacurlia
máuacurli
uirari
cuándo vienes
icaburli siacaac
criminal
iiege
crepúsculo v.
asían a -ca mojo
Chiquichiqui
m a rama
titi-iájh
píasáua
chipiro
curilo
uirapiqué
chivacoa
paarro
casiuayú
micoí
chispita
amé
máhadi
tasíua-piranga
chinchorro
pit-tá
-mihi
maquira
1
EN
EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 79
C artiza na
Baria
Niangatú
chorro >
patini
piran táua
chiquito
zúdarli
chigüire
queeto
chubasco
cáuarleli
jáhuisi
triboada
Danta
gehma
déhema
tapira
dame
demeshe
dedo
rricapida
bicabijan
defecar
nétoca
delgado
mandódarli
desnudo
macanú-zaniu
chiorica-ropá
despacio
iabisaque
meropiara
día
jécobi
iajanei
are, ara
diablo
iyege
diente
no-etza
bejei
raña
Dios
Diotsu
Topana
dime si vienes
marameta uri
dolor
caica jidarica
cajahuini
zazi
dónde ?
ahuétate
mameta ?
dormir
dumacani
dulce
puyene
Embustero
pibatza
cáia-uájari
degánani
enfermo
saum-queitá
cubbajani
chicató
enfermedad
cubbájan
masiuere
él
iara
. CvScopeta
mucáua
mucáua
mocáua
>- — espina
daurri
úhuí
ió
estrella
jipiche
uinadé
si
espejo
canari
guiapo
estera
iudímada
tapecoa
excremento
iziate
estriba
cubada
iorá
empalizada
curara
está dormido
dumacani
uquire oicó
está oyendo
atemudani
Familia
familiani
chimirico
• feo
matizidarli
mapau
ipusíua
flecha
capdi
dabidag
oíua
frente
rriecoa
ñaco
cunabba
yangaibara
franela
camishademeya
frío
japerri
jamenanico
irosanga
frijol
cumana
cumana
peisao
fogón
cameni nihuite
<^^^^ fruta
adaboco
saiia
^^'^fuego
tizhe ^
cámcni
> fuerza
quítzaco
fulminantes
puleta
puletá
fumando
apu-iucani
8o
TAVERA-ACOSTA
Carúzana
Baria
Niangatú
. flor
•Yv- Gallo
»
potera,.
caraca "'
caraca
gal-lo
\y gallina
f^ gancho
siálide
caraca-ginata
zapugal-la
itzi ^
mauajai
tiaña
V gato
/ garza.
mitzi
mitchi
pichana
mari
uacara
uacara
garabato
itzi
mauajai
tiaña
garganta
uacuchi
garrapata
ziriba
gavilán
pe-elri
grande
macádarli
uazó
goma
siringa
siringa
gota
atopinani
táua
gordo
uít-tilen
uazó
Gobierno
Taricanati
Siburene
Siburene
guama
jauatzá
curabal-li *
inga
guacamaya
adoro
uacca
uacc'a
grueso
magádarli
uít-tilen
grillo
cumajan
grito
bitumámac
guerra
''*'■
juhí
guayuco
cei-ió
Hacha
zoca
eppi
yi
hambre
yumasi
hermano
quetche
biuaja
zemó
hediondo
ecuderli
pítini
inema
hijo
lilri
dítzare
zembira
hierro
tzipara
ferro
hormiga
jutzidá
cázisi
tasíua
hoy
opica
hojas
d abana
cáha
hombre
nauiqui
geina-are
apigáua **V
icamuere '^
hutso
jadbibí
huevo
rriejué
caráctenico
zopí-ia
Isla
cadénuri
cadúnorli
invierno
uní-ia
uuna jarocco
ceta amana
incendio
ácani
ocaucai .
idioma
bejeroco
Jefe
timaitanda
Siburene
Siburene
jején
toto
cáhuibi
máribí
joven
antítzare
coromia-uazó
jugando
meje-cudani
muzarai
Labios
piduma norebi
rembé
ladrón
malzi-zidárin
camarleri
munda-uazó
laguna
cáritáj
cariya-j ahueco
lapa
iaba
laja
jíppada
itta
lengua
rrienené
bineue
apecó
EN
EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 5 1
Car úz ana
Baria
Niangatú
lejos ^
cóodigé
apecató
ligero
gueetza
cattei
coróte
limpio
júrini
leña
tizheque
loro
uarrro
cúyabo
paráua
loco
matzi-deónaca
máraite
lo mató
gimo dócana
oiocá
luna
queri
qui
yoarsi
luz
camarrai
lo
candela
Llorando
bigi-iani
uiashio
lluvia
acuiani
amana
Mamá
nana
biyacao
mamai
madrugada
dépitoa
gebinamgei
gal-lo ingare
maiz
canac
mayi
malo
matzj-dáribo
iáhuini
ipushi
mañoco
matzooa
machuca
oí
mañana
tébena
macanilla
cuba, cáua
machete
matchetá
matzeta
mapuei
gidi-io
cáhará
mariposa
cat-tó
mes
queri
yarsi
me voy
niji-uaná
chazúana
mono
poe
auami
macama
moriche
izehui
mirichi
monte
auácada
cárloco
cáha
mosquito
mapiri
macarebbo
pí-o
mí, mío
no, nodeca
no, niji
muchacha
inibeti
jantítzare
coromía
mírame
pi-capa
muelas
rritzá
mujer
ínnaro
ginnátati
cuña
munición
mucagé
munisaua
siombo
música
aintamapira
mujer negra
cuña-pishunáua
mujer blanca
cuña-moro-
chinga
murciélago
biyajáu
anyira
murió
adauíquia
muchos
iba-búconi
Nació
quiebete
,nariz
títaro
batti^
echí
/naranj-i
naraja
naraja
naraja
Vualga
bibotoi
rembi
negro
itadcrli
táhain
pishunáua
> nervio viril
ichiti
bayara
tacuñáj
nigua
i teto
mabátini
tombira
no
carro
gen na
nembá
En el Sur— Dialectos Indígenas. 6.
82
TAVERA-ACOSTA
Cartizana
Baria
Niang atú
noche
depi
egebinama
pitona'aa
no vino
jaicasauaca
nembá-uyuire
no quiero
genni-niisáua
nos vamos
uajáua
yazuana
nubes
cacáitáua
serena
ibitó
Oscuro
teizaurli
pitaña
ojos
báhuiti
cezá
orejas
tieni
bi-datti
inambi
orinar
nondeca
asiyacani
orilla
inumapi
idarlégit
sembipe
oro
oróho
Papá
baba
baba, biyácarli
papai
plátano
parana
parana
pacoa
paloma
jurito
cotócorli
picazo
palabra
bejerucco
papel
papera
papera
palmera
parúgibe
pantalón
sirora
sirora
parientes
sálimauaca
anamaitá
peine
málluidá
quiuáua
perro
sino
sil i no
yauara
pescado
cupé
cubati
pira
pestañas
patipítzi
peñasco
ippa
picure
pitsi
uayuro
acuclii
piedra
jíppata
tippa
ittá
piapoco
zate
ocuhé
tuca 11 a
pies
tipa
bis
Pi
pijiguao
pípirri
piernaas
no-cáua
bishoue
retimá
pina
mabirro
plata
parata
palata
plato
parato
palato
playa
cadti
pescuezo
nóho
persona negra
tainini
persona blanca
bálini
pico
ístij
piel
lía
bid-dá
pirera
picaro
camarleri
piragua
piráua
piráua
pollito
caraquene
caraca-jani
poíto
poco á poco
yabisaqui
podrido
apitzinana
moca uacuí
popa
rriuapi
tete
yacumá
proa
ditaco
istiíj
pólvora
páhari
bariddi
puerta
pani-cunama
oquena
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
83
Carúzana
Baria
Niangatú
puerto >
d ajan uceo
garapáua
pluma
peua-nadate
plumas de ave
tabat-tita
uiraráua
punta
titaco
Quien
cuen meritapi
nabini
• •
quijadas
arinomipo
quiero
nisaui
Rabia
yáhuini
ipiayiua
rabo
igibi
soaya
rana
paitzi
youi
raudal
tarracapi
raya ( pez )
i u amaro
yauabira
rayado, pez
cabanaei
rayo
pírroca
éheno
ibizé
remanso
rricótzoa
río
óoni
iistarli
ii-uazo
risa
apianana
riendo
bi piianani
opacáua
ropa
mahá
rojo
irreiderli
relámpago
enno -pírroca
éheno
retrato
pitejenaj
Sabana
sabanáh
campiña
sal
yuquira
yuquira
yuquira
sangre
irrai
salcocho
juárlicabe
memui
sapo
gíbaro
tipau
cororo
sarcillos
ditínege-ya-
rucco
nambipora
se fue
jauana
zúana
semana
shemaná
mitoho
sed
sharicosé
se huyó
jabiyadana
uyauán
sepultura
tibuuimini
SI
ojo
ege
ehe
sol
camoi .
camojo
uorazi
soltero
mainandari
geimai-dauaca
giníio
—
sombrero
zápeua
sapéua
chapéua
sucio
camútoli
iquiá
sueño
dai
sabónuiti
tiposé
sobrino
pididua
Tabaco
zhema
áharli
pitima
tábano
ainizo
tehi
raitoca
terecai
icurli
u ara naco
taracaiá
talón
bí-sidarucco
tigre
sahui
cuát-tic
yauaraté
tío
bi-cote
chío
84
TAVERA-A.COSTA
Carúzana
Baria
Niangatú
tizón
titzhé
camenihuiti
tatasifiía
tierra
cáhadi
cáhadi
ibi
tiro
jamuducani
uyape
trabajo
juatianige
nurauaqui
triste
cuiyarlini
troje
cúbb^da
yorá
tortuga
uaránaco
cád-duráua
3^orara
trueno
eeno
durúrubei
trampa
júbisi
tu, tuyo
bi, bini-iaj
ishé ^
tienes hambre
?
uamar Hbico?
chiaricoj-amasi?
tengo hambre
uamarlinico
indi yamasi
tristeza
cuíyorli-uacare
tú
bini
ishé
Un año
bacunácarli-
anno
un día
gécopi apadatza
bacunácarli-
yajanei
yepeño-are
un mes
gécopi-queri
bacunácarli-
queri
yepeño-yarsi
uñas
rrízota
pseba
cuambé
Vagina
ierricoti
bitinajputi
icuara
valiente
macarronzá
juálroni
quirímbáua
verde
ipurederli
mujurlini
ziquíriua
verano
jamori
camojarocco
cela curaziara
veneno
camajai
ven acá
dáhuati
deyure cuaquiti
viejo
miarli
toyué
viento
caca ualerli
vulva
utinájh
ta macha
Ya
cabuli, bijuacá
yerba
matzidari
gíbere
cáhapi
yo
moni
indi
yuca
caini
canitti
macashera
yuca agria
maníaca
Zancudo
ainizo
jani-io
cara pana
EN E), SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
85
Sál-liba (/j) Piapoco (^16) Uajibo (^if)
y¡-
Abajo
abierio
abrazD
abuelo
acá"
acostado
afligido
agachado
agua
aguacero
aguja
allá
allí
alto
alegría
alacrán
amarillo
amor
amigo
almuerzo
animal
ano
año
anzuelo
árbol
arco
úbaje
cariócula
sájéua
yacuériba
jauádi
juana ricoico
dahdo
pajuyo
pajito
zaleí
berenáh
uet-to
sugindo
ururí-quinó
págena
nobiécoa
eca
uniía, cáua
unni
mera
ojóh
enma
paludai
fiduipi
parútacto
indada
pelégide
jota
pena
iyunanda
baiadire
cazi-imairi
chútshadá
ehéni
uátadi
íderi
zobi
chíitadi
náua-uaiquico
gédere
nocóueri
itzani
tícua
uayecanáj
inabodi
j^^j^
yápusi
petabo
uaná
unniiame
úpeje
puibi
curpabo
rámboa
anarime
ípabo
demapo
bitzabi
(15) Este dialocto, llamado también Sáliua y Chucuna, es sua-
ve, como el Baniba. Abundan en él las palabras esdrújulas y el
sonido de la R es siempre suave. Se habla en el alto Meta y en
el alto Bichada, ó Bichara, como dicen sus ribereíSos. Este
vocubulario fue tomado entre indios del caño Muco.
(16) Es el mismo Tucano ó Amarúa ó Amarizano de los anti-
guos Acháuas. Se había en las regiones del curso superior de los
ríos Meta, Bichada y Uabiare. Parece un derivado de la lengua
Baniba. No tiene sonido fuerte de la R y la Sh suena como en
inglés. • •
(17) Se habla en más de sesenta lugares poblados del río Bi-
chada y sus afluentes. La generalidad lo denomina "goagivo" ó
"goahivo" ; no así los indígenas de ese río, entre quienes hemos
>tomado este vocabulario. Su pronunciación es algo gutural y na-
sal. Aún cuando tiene voces con el sonido fuerte de la R, guarda
analoguis con el SáMiba y con el Piapoco. — Notas del Autor,
86
TAVERA-ACOSTA
SáUiba
Piapoco
Uajibo
arco-iris
ipauá
k:
araguato
ñompai
íizzi
néhejé
arriba
étana
zenú-niré
araña
léledi
arena
chingeda
caina
asado
elejá
yema-caresi
asesino
da jago
asqueroso
sudda oméua
yahaseri
aquel
iojo
yaide
aurora
núhué
amaraca
avispa
aini
aini
eneto
atrevido
seyobodi
autoridad
áijodi
itorbo
auyama
áyí
ébino
abogado
izicamacoa
yajopa
agua iría
unni-cazarliniri
acquemera
agua caliente
un n i -u rere
mera-piatauraja
algodón
záhuarli
papoe
aquel amigo
itza monai
ayer
átchi
táquiche
calnibi
azul
báialo
capiraleri
r reúna
Bava
cátchui
cátzuiri
maquibua
bacliaco
zúindo
cahué
pubui
baile
rémpido
uaue-laquena
naueidaba
baño
cuípada
juapídec
nauanni
barro
seio-bochingé
atsá
barriga
cuibadi
idé
pecótoto
bastante
cuiiudo jianta
manuberi
nanita
báquiro
idemo
apicha
jabuisa
barba
age
beber
juainacananj
bej uco
úpage
abe i a
innubó
bigote
juua
izinuma
piupina
boca
ungéc
numa
pecuei-boj ojoto
bola
camadó
niacapo-piuri
bonita
báia
cáiaberi
blanco
déio
niopana
borracho
óbudi
icamánica
aitajibi
bueno
balara
janépaná
brazo
chumáua
iana
buque
piráua
piráua
géherrá
brujo
séyoua
camali-queri
budare
buálibo
buarli
irabuirto
bravo
anaipáua
buen día
caiabo-cuarli-
catá
c
buena noche
caiabo-cuarli-
queri
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
87
Cabeza
cabezón
cabello
cachete
cachicamo
caimán
calambre
calur
casa
casabe
cangrejo
camino
canto
carne
canas
caña
candela
casado
cansado
castaña
canalete
calentura
carbón
castigo
caño
catarro
cejas
cerbatana
\/cerdo
^\ cerro
cerrado
ceniza
cementerio
cienpiés
ciego
cielo
cobarde
cojo
colorado
comer
comida
conmigo
contigo
conuco
corteza
(iucaracha
culebra
curiara
Sal- liba
1-10
i-io júa
paba
chutcha
dupó
tidi
jil-liaja
itto
pebe
uaiiidiná
mana
rendadi
debaje
júuade-iobó
átchieta
auzá
yájuanda
pajéua
catana
daneida
cubáua
tándoa
séio-únjada
cáua
pajintaño
zirípiua
puit-ti
úcuano
uándido
súpada
táuidure
sinabodi
sínduqui
barama
juadi
tocco
dúa
ticcuadi
ticcuá
anzema
uncueda
ómejua
ingé
auacuá
yacui
uétchuno
Piapoco
i bita
ibitá-bainá
n una ni
tzée
tzamana
ú-urequé
cappi
macado
mazza
ayapo
labai-deri
inazi
besoe
quitzei
cainuiri
catan X
de na
mecuiie .
unniba
uiyasi
Uajibo
pemata-bocoto
éhera
pemátana
pemuju-papo
tuj abo
majénej
ataju
bóo
peri
caruei
1) a ni uto
najéanná
bacabi
basué
izoto
nacojioba
tenapa
domai
baja
zirípiua
maiano
zirípibo
coctsi
dúuri
úunu
barí i
ipumana
mututá
báuacaitúi
éeri'inani
caluiri
daya-dayieri
quireri
tajutu-reuna
itábajo
pe] i junáua
jayu-jayunj
zobi
yácase
peja-yéua
caí ni
imarni
pabi
bocolo
bocobato
aapi
íida
orno
géherra
88
TAVERA-ACOSTA
X
Sál-liba
Piapoco
Uajibo
claridad
bayada
(
cuándo ?
tajinato ?
zacariná ?
cuerda
ánono
cristal
chiñandere
cariño
casimairi
jamatabui-jané-
paná
cerca
máui énita
cajéua
comején
cámara
opón
corozo
matauacurli
matauacuri
corazón
uauazic
costillas
ibarai
peyene
cuchillo
uizo-uanazi
casiupa
curare
urare
uraré
clavo
ut-túi
criminal
bayama-neri
jibitonu beya-
juobo
cruz
curulza
crú
compañero
yauata
cuñado
ptamo
Chiquito
izaje
atshumerina
chinchorro
tauza
amaca
butu
chispita
lúngede
amai
caibieri
chigüire
quíezo
jamocobi
chibacoa
chibáua
quirabiu
sujui
chipiro
zezé
chorro
chúdadi
yaracá
nabohota
chubasco
chuuaca
cáurii
jobibo
Danta
rampo
métzaja
dame
íchiji
éemima
nerejuré
dedo
chummó
icapi
pecobezito
dedo del pié
jaba-chummó
defecar
íteda
delgado ^
izaje
descolorido
uaiana
desnudo
mapbaleri
najona
diente
oayá
iyei
péonoto
día
jojo ^
éeriepi
maticabi
diablo
óondi
diferente
jóndina
dolor
duba
caiuiri
atene
dos
tandoza
putzeiba
aiiianiaubé (i8)
(18) En la pág. 57 de su obra U'n Viaje á Venezuela (Bogotá,
1890j dice el doctor Modesto Grarcós que por sus propias observa-
ciones, se convenció de que los indios del Bichada no cuentan si^io
hasta el número 5. Esto es una ligereza de apreciación. Véase la
página 30 de este libro. — Nota del Auior.
i
EN EL SUR — DIALFXTOS INDÍGENAS
89
y
Sal' liba
Piapoco
Uajibo
despacio ">
éeretá
Dios
cuai-zeiri
dietso
donde
ginato
arenapiiaje
durmiendo
dájadi
El
poni
escopeta
buiduba
éeno
yamajto
escuchando
chimnaza
yémiadoc
jumetani
embustero
juéndimue
catziueri
yemajai
enfermo
suddáh
icuro-cauá
enfermedad
seyo-uadira
mecuni
mutsuali
estrella
sípodi
durúputá
ibinei
-espina
chindi
túiri
janaye
espejo
iápube
sapoa
excremento
i te
encima
étana
éste
pifiara
empalizada
curaro
cajuoba
estriba
uirima
Fácil
bayacua
familia
yenané
bijamonaye
flaco
juempa
yuyu yériba
feo
seiobo
bauaeri
fin^
pénunda
fogón
auzadi
sahuitá
anato
frente
pamene
ipudá
frío
tidi
cazaliniqué
acqué
flecha
dóccua
chúculo
uppa
frijol
cúmode
churuta
peju
fuerza
rúndagi
fumar
jiipabi
izidueri
fruta
yacaná
péjjura
flor
ibinazi
flojo
afaetabi
/Gallo
acá
cabuame
gallina
acara
cabuame-inanai macara
gato
mitchi
michi
mizi
garza
uanaque
uatarama
garrapata
uamboucua
cúbari
totubu
gavilán
cúuadi
ocopi
grande
cue-io
manuiri
gomma
gordo
óndeua
uariberi
gota
chipio
idupieco
otopa
guerra
dajáuadi
úhuí
grillo
auaya
píido
zureto
gil LO
iniaideidec
guama
zúa
irizí
uiripa
garabato
muezi
guacamaya
aza
atoro
maja
90
TAVERA-ACOSTA
Sál-liba
Piapoco
Uajibo
golpes
zúndadi
f
garganta
uano
guaral
úpaje
Hacha
yóinte
tzipara
hambre
écuadi
canairi
janipa
hediondo
sudaoméua
yaseri
tujudseiba
hermano
cuanchumé
mereri
pemata bijina
hermana
izahbe
piona
herida
cuándire
hijo
endini
íiri
hojas
taneje
aban
pebaju
hondo
gíndara
hoy
géyome
hombre
umbei
azierli
ptamo, pebi
hormiga
lelidi
queezi
amai
hueso
sinjáuei
íyapi ^
pezito
huevo
géhia
gehesi
petouib
hoyo
tabijo
humo
chónjui
iza
itzojo
Idioma
tétaui
aiberi-tacque
jumeta
igual
badere
isla
síndure
iua-uatá
petunacto
incendio
auza-ibáua
yemacáua
tajuebo
invierno
ójojo
unniabe
emarrápai
Jefe
áijodi
iua-cairi
itorbo
jején
marlia
maspira
joven
báipodi
uculisi
pejojiobi
J"gar
izaibi queri
Labios
idure
ladrón
andáuara
cayederi
piabégene
laguna
ópobo
caliza
pocca
lapa
taba
opaib
laja
ínnacho
largo
cui-ioó
lagartija
jul-la
lejos
decuré
tajé
leche
íquci
lengua
i nene
peeberto
ligero
dina
namai
najainchie
limpio
injadire
capurenire
leña
pude
quitsei
izo
loco
marliáua
mataje-mabátsi
loro
dureba
jurra
lo mato
inoacajn
lucero
sípodi
luna
queri
qutri
uameto '
luz
icamarai
isteyota
Llanura
monócuali
uayajo
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
91
Sal- 1 ib a.
Piapoco
Uajibo
llorar
lluvia
Madre
madrugada
maiz
mañana
mañoco
marido
mariposa
mapuei
macaiiilla
malo
mano
mapire
matar
maraca
más tarde
medio día
médico
medicina
mes
merei
mercancía
mi, mío
miedo
miseria
mono
monte
morrocoy
morado
moriche
me voy
mosquito
muchacho
mucho
mujer
murió
murciélago
matamata
mezquino
Nada
nadie
nació
V /nalga ^
X/naiaiija
/\iiariz
negro
nervio viril
tuuauabi
chunjuánder
mama
bájiandi
yamo
tandema
matzoca
umbaiua
túndubi
yuccui
beio
chura mó
lísibo
dáj acua
dadóo
fáinade
jótadi
seicua
seicuadi
bejo
uorlé
umcuaña
chiajo
chindara
juanibayaje
puhuei
rampó
ícuri
nete
ínjare
najo
dájadi
son-uá
njadi
diiare
ejonde
na raja
aju
tándobi
andezá
ichauic
uizibisiri
nana
mazaréua
ccanai
matchuca
marabi
yaccui
púuba
bauaeri
úubé
queri
no. noazo
puhuai
anarime
ipul-leri
idebi
no-coadje
mapire
innanai
yetacoa
uayu
udaibacá
dume
naraja
idnaco
yései
enma
penna
getza
merrabia
sonoto
epinó
misiboto
ábeje
jamraue
junáua
papabúe
úunu
mojo
uacape
chíquire
nahuita
petíriba
túupa
auazírito
opé
azíua
nacójita
petobuito
nuiójd
peporauteito
zaibie
peboato
ga
TAVERA-ACOSTA
Sal- /i ó a
Piapoco
Uajlbo
tiigua
cüudi
isido
amurto
ninguna
ijuada
no
ge-a
cámitá
jumé
noche
tando
culiri, catta,
taiape
merrabi
no hay
agibí
no vino
camrátcageni
no queremos
caratenouauani
nosotros
gédere
no sé
paindiri
no tengo
ge-atan j adere
nunca
géiodá
nubes
léledá
acalée
itábojo
nos vamos
uauaje
Obscuro
cuadere
catta
aitaquire
ojos
pajote
itúi
pita joto
orejas
ajujo
iuuí
pemujuierto
orinar
chipi
ini
narrani
orilla
paginare
anamáh
pemujubuiri
olorcsQ
b?ya oméua
oro
oróo
oyendo
chimnaza
otro
jota
Padre
baba
bapa
paja
pájaro
jonza
paloma
onoco
pálido
uayano
palabra
tejacui
taqueisi
pijumecapona
palmera
égege
íb-bainasi
nájari-bojo
papel
papere
cuyarotá
papera
parado
sédire
parece
baicua
palo
nucco
pedazo
táuí
pez
paji
cubai
dujeini
pestaña
pajujúua
pescuezo
eoodi
canapi
peuizito
perro
jori
jaurli
jáuiri
peine
izipaba
si aba
perico
zereto
pelea
dajare
pequeño
izaje
chíquire
pies
jaba
yábarli
petauto
picaro
doyiri
catzi-beri
♦j
picure
ubi
pizi
buui
pijiguao
pípiji
pintado
buró gempa
piel
debnjcde
imasi
EN EL SUR — DIALECTOS INDJGENAS
93
Sal' liba
Piapoco
Uajibo
piapoco ^
marinabi
zazé
tucuecue
pico
chúrliri
idnacoa
piedra
innacho
ípba
íjboto
pina
jana
pierna
icutsui
petauto
plato
tétabi
quirapiel-li
uaji
plátano
palátano
parátano
palatána
proa
jóledi
iddacoa
popa
jujodi
yapoa
V pollo
acaré
atchumeziuáian
^ podrido
yasacani
prostituta
iajudire caija
playa
meseje
tajétabo
puerta
cóbadi
inuma-baré
panabo
/puerto
y^ pueblo
\pluma
mañana
idarutá
sucuanda
yacaré
pépabo
plumas de ave
jóndiri
yanabai
punta
íputa
yanacoa
púa
uándeje
bumaito
Quien
anzá
cáhue napi
queremos
iiuuaua queni
Rabia
iájeua
roasi
rabo
sémade
izipi
rama
ege
rana
iueju
raya, pez
séua
yaduri
rallo
róndadi
relámpago
buidé
meme énieri
relente
sámana
remanso
cáuo
río
ubutá
innaba
papa-uenni
risa
ségene
ícani quinzi
ropa
uaruma
papa-buiri
rodilla
chumuare
Sal
iejo
ibiduma
y ajo
salcocho
dópadi
sanaquei
j j
sangre
chondire
savia
iscade nucco
penani
sapo
ibeju
baruta
sarcillos
yuyusasi
sed
macalaca
séua
se acabó
agibí
se parece
baicua
semana
ojoadi
sepultura
táuidure
úttahui
si
ege
jáh
jáh
sitio
táua-istodi
94
TAVERA-ACOSTA
Sál-líba
Piapoco
Uajlbo
silbido
uipido
f
sólo
jotaje
sombrero
caiyóo
caiyúua
yorrey
sobrino
chipo
ibi
ptamo
sol
jojo
éeri
ícoto
soltero
jotade
mainuiri
agibi pitíriba
suelo
chinga
se fue
anzadé
yaracabúa
se rompió
décaddi
se huyó
ichú riecó
sucio
súndicu
sacasi
sueño
cuibodire
dapuri
Tabaco
arre
chema
zema
tábano
mámbata
ériba
talón
cóondi
icurutá
petaju yeberto
tarde
faenara
terecay
zetze
áhara
pitzuni
techo
biyade
testículos
poéteta
tierra
cincheje
cari
ira
tigre
impué
sháui
nebute
tizón
áuzadi
quichei-curlui
tío
chijobei
tinaja
cánari
tortuga
chapinero
zapánil-lo
tzapanil-lo
totuma
lapadeche
tobillo
úcuá-adi
trabajo
ibaili-carese
acué yeneba
triste
doje
úru-liri
troje
íbate
uirima
trueno
duyare
iduno-acáua
tu, tuyo
cuaja
pi, pi-azo
tienes casa ?
it-toto ?
tienes hambre
}
canaipe?
Uña
tuneje
ui-ubá
pecopi-bocoto
uña del pié
petauto-bocoto
Valiente
catza-inire
asaeg
ven acá
pajinata
auacáua
venado
yama
verano
ú-uana
camúi
uaí
verde
chínpin
pemátono
vidrio
pemujupá
vieja
berisién
viejo
perruj o
viento
éuade
viudo
tundiré
vulva
uíchei
pettú
Yerba
auande
imazicuei
pohoDa
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
95
Yerba '
yo, yo soy
ya
yuca dulce
yuca agria
Zancudo
zorro
Sal' liba
Piapoco
Uajibo
auande
iraaziquei
pohona
geutze
no, no-azo
mesonomei
jane
picquié
seña
chaico
capiyeldi
caini
anatcho
pulesi
uaizo
iálidó
yaliró
* *
Al vocabulario Uajibo tomado por el ya referido se-
ñor Melgarejo y publicado en las páginas 61-63 <^el ^^'■
szimeii de las Actas de la Academia ( 1886) podemos
aplicarle también lo que hemos dicho con relación al
Baniba. Esto, aparte de encontrarse en aquél voces y
frases de esta última lengua, como correspondientes al
Uajibo. Véase, si no, la página 63 de dicho Resumen,
donde constan las siguientes :
éste
aquél
aquí
allá
mi oreja
mi mano
agradable
mucho
mi tío
mi cuñado
luego, más tarde
vete ó vayase
nosotros querem-os
enij
etáj
uáhniji
uat tá, uat-sitáj
iio-tanípara
n'-apizi
arsipege
súb-beri
n'-occo
n'-oholi
uyoma bamiaro
pi-sáua
ua yaja, etc., etc.
La inclusión de estas palabras en un vocabulario
uajibo, es un evidente descuido, que ya ha empezado á
dar sus frutos : haciendo uso de él dice Febres-Cordero,
erradamente, que uaniji y tuil-tajá son vocablos ua-
jibos. (Véase la página 50 de sus Estudios sobre etno-
grafía americana, )
96
TAVEKA— AGOSTA
Puinabe { ip)
Piaroa {^20
) Mapoyo {21)
Abajo
neteajá
gen eje
mayof:a
abierto
báepu
caramu-muca-
cue
abrazo
japáui
momajé
abuelo
aroón
cháu
eumú
acá
nane
uené
béuter
acostado
éjuatá
agua
hih
ía
tuna
aguacero
hu-uau
ají-ía
quenopo
agua fría
hi rijacálic
luna etiqueu
agua caliente
hi ricáie
tuna tatumeu
adelante
abúr mestér
aguja
áhauí
parántani
cusa
^dios
ustéride
ahogado
repeu
tuna-quetá
agachado
pene
sumaque
activo
taodí
afligido
diyáua
póenare
allá
dum
ióho
maná
alacrán
shicc
ienepejei
mutucLiani
alegría
jajai
ñáui
uare
algodón
sáuarlot
puigre
quétate
alumbrar
yabescaque
ano
muhüiro
chojú
mate
año
huic
yáute dúa
ñoma
araguato
cáha
ímmué
arauto
arriba
sianajáh
jute
capuñé
(19) Antiguo Uaipunabis ó Caverre, es el lenguaje de los mo-
radores del Inírida y de sus afluentes meridionales. Su pronun-
ciación es fuerte y algo gutural. Este vocabulario lo tomamos en-
tro indios de las márgenes del caño üiña. La Sh como en ino-lés
y la R con sonido suave.
(20) Este lenguaje de los llamados antiguamente ádoles ó atu-
res, se habla entre ios indígenas de las orillas del Sipapo, Ucata,
Zama, Matabén y cabeceras del Catan iapo. Es algo nasal y en
su pronunciación abunda, como en el Yabarana, el sonido de la J ;
la Sh como en inglés y la R siempre suave.
{'¿\) Es un similar del Caribe, hablado por los moradores de
Caripo, Caripito, Uyacoa, etc., entre los ríos Paruaza y Suapure.
La R tiene sonido fuerte y en algunas voces hacen uso de la F por
J ó P. LosMapoyos son los mismos Cuacuas ó antiguos Nepoyos
Noias del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
97
Ptñnabí
Pial' o a
Mapoyo
asqueroso
ebojai quésic
uauajae
sironoqué
árbol
júg-glré
cuájate
yogé
amigo
ájui
amor
jayarcatoh
pamárije cuya
uaro botéd
amistad
ájui'Cagei
túcut-tuja
andar
usteri
anda tú
maesterímore
anzuelo
mapiu
agiratze
pihué
arco
géhec
poebi
acara
arco iris
mui-rói
arena
mai
nono
auyama
úh-iamá
cáuiya
cayaraa
alto
jutojo
capuñé
avispa
dehem
pejú
jocomo
aurora
jataruecoc
tunechi
omebuiri
ayer
den
ñipa
coñare
asimismo
yareumá
arrodillarse
tupurepó
aquí
béuter
ahora
mecua
á-bú
amarillo
uañacua
tapire
almuerzo
cuéshi
araña
muru-a
coyoyi
asado
suena
púsabue
asesino
cuei-icueto-
ubori
aquél
yoájhtá
mocre
atrevido
churone-cuo-
queji
utaquinira
autoridad
ueyono-uayejí
iyápune
azul
ihiact
játon
turaquein
Bava
úhuóu
puejécoa
macarle
bachaco
au
químuri
saúco
baile
moa-i -u
tíhi
uajarite
baño
jámac
ajeyu
copié
barriga
mopo
chuscuama
pohé
báquira
depi
imé
barro
redáua
zapazapa ,
barba
chocoyase
uyaboti
bástanle
.ginargajae
uaquirare
baúl
puerechacá
beber
uaeuto
bej uco
íhióo
uipo
minate
bigote
mueie siurot
nurocueji
boca
moyehé
chiá
uindari
borracho
muhum-caijín
churipeji
marestabe
bonito
jabaihóoc
adihueju
nupano
bola
mautehera
ichayu
En él Sur-iBialectGS Indígenas.
98
TAVER A- AGOSTA
Píiinabe Piar o a M apoyo
bostezar
uindaracari
bueno
jajei
adíua
nupano
blanco
jiboc
téhui
tagimune
budare
pammiú
puaria
tari
boca de caño
tuna-mdari
brazo
mombó
chujo
uyapueri
bravo
janaham
buen día
ombigeuno
buque
piráua
piráua
piráua
brujo
ígihic
buscar
uayabare
Cabeza
mo-juiác
chúu .
ua-stari
cabeceras de
un
caño
tuna puru
cabello
mo-jóho
chu-otsé
ua-steyare
cachete
mo-cóu
chie-babá
upetari
cachicamo
í-ióu
ascui
caimán
jámanáh
jemana
calambre
chuanacoje
yuspimami
caldero
cágoht
uri-io
jorine
calor
acá-iec
dueco
yarámucun
camino
duh
menná
jejemo
candela
doho
osculé
foato
canas
ucchotejei
ercarisare
cangrejo
ñioi
carácali
caña
shuishin
naja
naruí
cambur
sáua
meaca-paruro
caño
irmai
tunáu
carne
gérutáh
idepe
careme
carroza
haití
casabe
ahn
inizi
zede
casa
mug-gre
ofstó ^
casado
ubic puan
iré-cunane
zebasáb
cariño
ja-^
ujuare
canalete
jahuat
jueiboda
catarro
jáhaté
atóme
capitán
biji-3'Umairic
oróua
cariñoso
jaja-i
cara
ista
upetari
carbón
aña
camaraistú
canto
iáu
anahe
jereino
calentura
tamdahá
merichei
útaro bori
cansado
teneyego
noiscaeb&
cerbatana
jun
ñoanna
daza
crJle
uaru
cerca
jánae
cerdo
débom
cuchi
cusí
ceniza
dépuip
aña
quereñé
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
99
Piiinabe
Piar o a
Mapoyo
cerro
huen
mué acá
iyupi
cementerio
mushey-orai
teacua aba
cejas
chiecore
zetse
cerrado
muehepi
mucusé
cielo
jaho
mu ara je
capu
ciego
jabi-tentanjei
astoga
enubenu
ciempiés
mañana
cheji
querube
cojo
ashimbatjei
churona
queji
comején
buhurat
colorado
jácot
túu
tapírem
comer
cuístij
éráel
conmigo
tuucó
uya tsérester
contigo
uscucó
graquerést
con aquel
mocatserést
conuco
té moja
pasta
játiri
corteza
ijeya
pubá
corazón
mogé
corral
huai
costillas
mo-siehegot
chieshubaque
ere-siirare
compañero
ájui-hot
racorona
cobarde
bayun puénjin
yehecuej
i
oibuín
cobre
coopere
cortar
yopoque
coje tu som-
jesámbere yá-
brero ?
muc
claridad
teáua
tábel-li
collar
cui-iari
jua-jua
comida
erisihuai
corriente
yetún
criminal
cuei-icueto-ibori
clavo
jishi banmiú
jutu-upui
cómo te 11 amasi
' uari-ma-matám?
tomar-reite ?
cuerpo
enepunu
cruz
curuza
curiara
jah
uaica
cuyara
culebra
jocoy
cuñado
ját-ui
curare
bou-uán
manema
máccurú
cuchillo
uibio
cuándo ?
tuara
cuándo vienes ?
borau yáuan
ashiyo ?
tiñena
tuara-jerjebe?
cuándo llegaste!
>
tuara yeresrestá
cucaracha
ararua
cuica
f cueva
ejú
cuánto vale esto
tuanare minibite
Chato
nono bombi
chisme
jájarro
loo
TAVERA-ACOSTA
Puinabe
Piar o a
Mapoyo
chiquichiqui
maramño
1
chigüire
hutdé
chinchorro
cáhan
chura z a
ébaté
chipi ro
shipíri
ispiti
chispita
tíit-i-ia
erimuá
mijisaque
chorro
ippuec
puyóme
chibacoa
bihicán
tu-ape
chubasco
gem shubai
canequepua
catahuai
Dame
ize
dénec
danta
iapp
moepaña
uayayi
daño
mohuejin
uarico
dedo
mo-rabcap
chidede
ene-mécuc
de él
teicoro-quiri
de otro
ñonócoro-quire
desnudo
jápin-úi
cabuin
después
irébuelt
despacio
ione
calmare
defecar
tescú
juécai
delgado
juei
nacambuí
dedo del pié
chijape chotsé
unétacuñé pero
día
ueyu
mora
janoi
diablo
boiriquehep
auetza
jorlouamo
diferente
jaupeyana
ñonobare
Dios
Bihi
Maiuacá
diente
morlé
chascó
geneiri
dolor
ashi-ic
niñejeco
yértune
dolor de muelas
uyaya-értuu
dolor de barriga
opoeyertun
dolor de cabeza
ua-stari-yertun
donde
bonjahali
tené
durmiendo
jáhou
dulce
sushiu námot
de qué color?
jetar sin ?
Escopeta
táhat
cuumpema
caracbuza
empalizada
curara
escritura
míjirec
escándalo
sénene
esposa
dehen
ueriu
espejo
tiatácuade
pecai
€spina
úhut
peje
cou-uoque
estrella
córlot
zirica
cásipano
embustero
youanda-mánú
amone
suru quembá
encima
uemena peje i
topó
estriba
jatecot
bancori
enfermo
nahatsiji
terebúne
enfermedad
mutambiú
terébune
enemigo
ábalot
estás candado ?
oiscábue ?
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
lOI
Píiinabe
P i aro a
M apoyo
esta noche
meje cobaj
esto
náha
j i neja
él
tois
este, esta
piñema
meje
excremento
yeheco
está vivo
mare care
es mi esposo
tena ueriri
escuchando
ashi-ac
ejuco
yétac
Fatiga
ñere renare
franela
camishá-nompín
flaco
ayaueji
motrem
flecha
bop
poi
iibu-are
feo
boyeberi puén-
jin
churopejeu
í-:écubuín
flojo
jamaipari
flor
mochegú
eú
yeye-buiri
^ fogón
dóbig
ose ule
foato
X fósforos
osconcho
"Vrío
jí-o
diyáua
cúmuini
frijol
jerúe
frente
chiocorlá
ene-meyari
fumar
juhu ^
foayo mató
fulminantes
tahát-butupiná
acanta
fuerza
juru-ei
goití
fruta
mucaham
X Gato
mishi
mitzi
miji
^ garabato
húi
imma
muétaquen
V /garza
X gallo
bup
juarécose
cáua-boad
ubo
mapararu ua-
restori
V gallina
cabarem
asquiaia
mapararu
garrapata
yápden
cuaba
turema
gavilán
paré
musi
grande
adegajae
comano
garganta
cuascua carana
uarore
grillo
ji-u ^
idi-io
quiribita
guerra
capuit-tohot
joroue-uete
naginí
grito
jáhac
cabatunta
gola de agua
hi jalee siton
it-shá
tuna-jata
goma
gulehu
torú
gordo
arihuei
pitajobe
golpe
peopeji
Gobierno
lyabone
guaral
ajuásape
guacamaya
iyuhu
cara
maya
''guayuco
chastá
cáistá
guama
poho
oroué
uacma
Hablar
tusca
I
roa
TAVERA-iíiCOSTA
Puinabe
Piaroa
Mapoyo
hacha
ji
inabaque
pat-tá
hambre
abui-shic
peheri jecu
uyanirte
hediondo
jashijan
uauajae
uqueque
hermana
jajauei
upairí
hermano
japéuai
boho
uyácono
herida
..
úyapué
hace tiempo
tenare
hasta aquí
menama
hija
tonsiri
hijo
atúi
isti
iñeri
hierro
ju
zaparate
X hilo
puejequie
intate
^ hojas
punióhn
ishoje
yútase
hombre
bond
uba
uaceést-tocomo
hoy
isté
hoyo
rejú
yasíquire
hormiga
jú-shic
tuare
moire
hondo
táscuaja
pasé
humo
ai
ischopa
marestabe
huellas
taboté
hueso
raohot
ihueca
yóbuo
huevo
cáua-big-lic
i'gué
jímmuá
Idioma
iuene
eretucerre
incendio
dohobuit
istacuaja
tujuare
igual
istóu
separe
invierno
hitdiat
áenne
quenobo
isla
ippon
quecotichenza
íretá
Jala duro
tabó eimac
Jefe
yumairic
cumejui-ei
yábone
jején
shágot
májari
posiriqui
joven
bond tet
maha-ia
Labios
mo-iesipic
naúcueji
lagartija
dea, sáua
maccaí
laguna
uac
dubora
cuba
laja
innáua
pere
largo
ostoegi
tareque
iadrón
shehe puénjin
tamátone
lapa
det
leche
jáhuui
ischoya
lejos
jáyau
leer
jutono
lengua
mo-roc
ligero
maipiulic
jurune
porirayiemaste
leña
duhu
mihi
uajto
limpio
japi-úi
si roño puime
libre
tosqueuácon
loro
shiom
pahade
déua
loco
jábuoc
tahameji
*
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
ÍO3
Fitina be
Piar o a
M apoyo
lo mataron
quiantori uge
lo mismo "
ireboro
luna
jóbit
iodo quiáua
nuna
luz
deha
tabeyé
Llama
yarini
llanura
yéhú
llévalo
yarequé
llorando
aquejueji
samuce
lluvia
hitdiat
mahameco
quenobo soroca
Madre
ahina
acuaji
usanare
maiz
ccan
ñamó
ojonai
madrugada
neyunaca
marujuá
omipuice
machete
mazetta
curodé
cabara
mañana
yodoji
naie
mapire
deje
mapiri
mariposa
jáhabi
perepi
uaiabacasi
mapuei
gin
chécque
matamata
io-iac
macanilla
quippa
mañoco
mazucá
maraca
ieuraat
reni-io
malo
hehep
churaja
eróse cubiné
más tarde
jia shiric
nipérame
baró eca
malhechor
secu puiuí
marido
uaristó
matar
uaueri
mentira
socoqueme
merey
uororoise
me voy
uoterí
medicina
muhuin
sunaími
mes
geobot
iodecuane
nuna
mezquino
mabinchioc
coroco-puiní
mi, mío
mo, mu
chi
eje-naidi
mano
umma
gemeco
mediodía
marajo cueié
catucum
mi nombre
uiyeti
mírame
topui
uiyenqui
miedo
ñehecua
tamacuru
mono
buhu
jiischo
uaracaro
morrocoy
quienni
caré
monte
júhug-glé
yute
morado
acápuit
tíioriche
ñiho
mosquito
puit dot
mápiri
mucho
uaque rare
mujer
dehen
izaju
ueyabi
lYiuchacho
tui-uai
poenta
mucú
munición
táhat big
cubeda
I04
TAVERA-ACOSTA
murciélago
Nació
nada
nadar
nariz
. nalga
y naranja
A^nadie
negro
nervio viril
nigua
no
nosotros
no sé
noche
nubes
nunca
Obscuro
orejas
ojos
orilla
orinar
oro
oloroso
oso
otro
Oyendo
Palmera
padre
pájaro
paloma
palabra
papel
pariente
palo
para mí
para tí
parado
pasar
parece ( se )
pescuezo
perro
pescado
perico
perfume
pensar
peine
X
Puinabe
tin
tuit tui
mo-goec
mo-shompoc
naraja
jipíc
múric
daam
uiyó
shai
ñio pauán
ibuhup
mo-bot
mo-mbic
ircoho
acahán
oro
a-shiac
áhi
uipp
itti
mo-ieró
papera
aja calíjit
mo-ie
iot
i-ioí
penna
Piar o a
cuayube
juiyal
chiji-io
chubuca
naraja
iqueye peina
idico
uiri-ui
uaco
até
jameque
iodo
niae
ñode
chajá
chi
jayotá
ascuepe
oró
anae
ñojo
coro
chau cuinejo
piyúa
onoco
cuyari seje
chauárua
bau
jaua cuarejí
churubeque
jáuiri
poi
sahaje
Mapoyo
dehede
te irá
abocabe
uiyenare
enoueberi
te irá
corocqueme
genosaidi
zesca
te irá
enebe
juarúi
cohobá
cabucutu
te irá
tabarine
genu panari
geneyo nuru
tobiré
sutaje
carócori
an?a
yaconoque
juái tari
atabayare
suquire
uacuua
tun né
careta
uere mame
uiña queriatu
caoe
párete
tabaraisé
eneca uarure
ueroro
moroco
perichiqui
eopoite
yanuro yoro-
queri
camacai
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
lO'
Pitinabe
Piar o a
Mapoyo
persona blanca
persona négr&
piel
piapoco
pierna
pies
pies de animal,
pico
picaro
piedra
picure
pina
pijiguao
pintado
pedazo
pequeño
pelea
pestañas
poco á poco
poquito
podrido
popa
proa
pollito
pólvora
plata
plátano
plato
pronto
planta de pié
puerta
puerto
playa
prostituta
^^ pueb'o
/ 'id. abandonado
punta
pluma
plumas de ave
Que
quién
quién está allá
qué color ?
quién eslá allí
quieres dormir :
Rabo
Vabia
rama
bond jiboc
bond jipíc
mo-pic
uán
mo-e-shiani
moishim
jajae
uiuí puénjin
jáha
boho
iói
maccaijuí
járlin
jajoc
cabatui
táhat puip
parata
toliot
parato
mo-pa
dijóc
moyan
innaun
jomjá
bohema n
jas shiom
mannam
chijeta
yéjau
chijepue
dahayeg
mista cobeji
idoqui
acuri
quianá
pajere
uañüto
jutó
jiquichae
ro-ueu
cliiere acuyase
uauajae
pejoreca
asquiareti
cubé chambé
páruru
sharame
apute
uamicomé
rema
quiqueju
istaui-yá
pejoreque
dajei
ginécoro
iburipa
arauareji
izade
píiba
sáabe
peti
taccu
ijitiari
pótiri
tamapuiní
toupú
j acure
pupuiri
méherél
tuibuambue
juacabuc
seboeri
ene sibote
caimare
uaquema
uqueque
poti
pótiri
rapararuni
páharú
bar úeca
tabuétam
ócará
pe-a
saccau
rociré muyao
patta
patta totoipuini
pótiri
sibote
ótená
necque
ntarsin
necque mantón
oruétui ?
uaquire
useuru
yemotari
io6
TAVERA-A.COSTA.
Puinabe
Piaroa
Mapoyo
raya, pez
hi-uín
ziberi
elque-ebi
rayo
#
tabayé
rallo
juaande
rayas
mérabut
raudal
buig
yatitun
río
uuth, máhu
aje
tuna
risa
mo-ióino
shuadae
zari-cana
remanso
uiródocü
tabiriqui
rodilla
toáyabi
eno poredi
ropa
yu-iot
cástoer
Sabana
iehú
^ sal
saiú
quiaro babui'
paamo
Salcocho-
mucaha-ac
dahe
o-tó
sarcillos
butpin
tajáclione
pana yono
sapo
toro
juán
cura
sangre
uscuó
raisup
savia
ájtane
yoecurú
semana
ueiú-ípuen
je mate mará
tumanana
sed
uhuocsuip
sepultura
uátdiec
tureji
haba
serio
séurú
se rompió
zeret yijáha
turascáj
se fue
iuaji
ísteri
siempre
idóptar
silbido
juapue
jataquín
sitio, lugar
jauodé
paj-boet
sí
eje, ahn
áha
eje
sol
jiámat
quia-ua
cáttan
sólo
nade até
V soldado
A soltero
jistopori
ujúhui
iré cotáha
jueri-puiní
sobrino
jahnei
tabodi
sombrero
juippe
tijone
jamberero
sueño
mu shaishic
fuetúi
sucio
mujapi
suelo
netté
rejé
nono
Tabaco
Job
jatte
cabaji
\ /tábano
gip
paschare
tur oec
V tabla
ichoda
^^tapa
múcum
talón
mo-tapo
chuturoaca
uasquedé
tarde
nipárome
coman mu ir
terecay
iru ioc
relé
táet
techo
nosté-aumí
tierra
netté
rejé chapé
nono
tinaja
canari-io
tiempo pasado
pennare
tienes hambre ?
secare omi ?
EN
EL SUR — díale
CTOS INDÍGENAS T07
Puinabe
P i aro a
Mapoyo
tigre
iot-dam
écquire
tío
iboi
tiro
táhat not
yoorí
tizón
diihupué
oscuquié
fuoastoyá
tortuga
edda
tinajón
jaria-io
tobillo
chieraquete
enuageri
triste
aji-shiom
chuaza
poédare
toma
japa
totuma
matti
muerica
poiti
troje
i-iái
iischaba
supí
tu, tuyo
ánpem
usco, uscójta
mueri
trampa
iem
mucúpana
trabajo
béhep
somacana
trabajador
ibaji-béhep
trueno
cóhope
capurori
tristeza
aji-shiompac
tuerto
enupuí
tu vas?
muere-stad ?
Uña
mo-rapsio
chinoje
tacupú
vaina
marlia-eli
valiente
bon-uairic-dahó
oque
venado
y ama
uaisquín
ven acá
mau iucnani
zarueca
vestido
taraaneu
verano
huic
duone
ñomá
veneno
moroto
verde
iact
rescuei
yarar
vereda
abuésotoe
viento
duechopá
catauác
vieja
quehepa
yabistón
viudo
acuatata eueji
uerita bichi
vulva
muhion
Ya
síroui
patare ust
ya es tarde
coman sare
yo soy
tiájtá
^Jl ,
yo no sé
uaju turura
yerba
tohodót
mejíache
uanapo
yuca dulce
muhudé
tzede
yuca agria
tem
asta uerlé
Zamuro
musij
zancudo
iúm
chéu
mazaca
zorro
uhuán
cáj te
jorocc©
io8
TAVER-A-ACGSTA
{22^> Caribe {2J) Maquiritare Yabaraíia {24)
y
Abajo
piño
done
tejna
abrazo
capo iía
égeque
uata'puejna
acá
éropo
ete
zaharí
adiós
acoro poteropa
bustáie
uere tetáneri
afligido
pioshimia pié
ippio
tuquereche
poáno puámeli
agachado
tuepoye
tempone
epé muqué
agua
tuna
tuna
tuna
agua fría
tunatusanore
tuna cúnese
tuna ijnáquimi
agua caliente
tuna asimpie
tuna tañe
tuna tatuneraui
aguacero
conopo
con ojo
quenepo
agradecido
cabe toncare
aguja
acusa
aguza
acusa
allá
monibuo
amoique
muijná
allí
moropo
almuerzo
adrépare nácosi
zerémane
alegre
taucañe
alegría
tignamore
uajiáquiti
alacrán
chipirire
mugege
cáiauaca
adelante
epátoco yaróua
algodón
mángluo
uadeco
quete juate
abuelo
taumo
agrio
trasacori
ahora
érome
alto
muse
altanero
tareque
ahogado
tuna acsturo-
mosi
cúnari
nacrícane
alumbrar
abeipiaco
(22) Tomado entre indios del Sur de los -Llanos de Maturín.
Su pronunciación un si es no es gutural. El sonido de la R es
suave, el de la Sh como en el Baniba, y, como éste, carece del so-
nido labi-dental de la V. Se habla en Mamo, Panapana, etc. etc.
(23 ) Llamado también Uayongomo, es el lenguaje de los indí-
genas del alto Caura, y de los ríos Cunucunuma, Uapo, Pada-
mo y Ocamo, en el alto Orinoco. Su acento es grave ge-
neralmente. Confunde en algunas voces los sonidos de la B y de
la P con los de la F y la J, y el de la R suave con el de la D.
(24) Como el Maquiritare y el Mapoyo, es nn similar del Cari-
be. Se habla en algunos afluentes del Bentuari (Uenituare, de los
indios.) Su pronunciación es algo nasal y muy frecuente el soni-
do de la J. La R como en el lenguaje Caribe y asimismo la Sh
Notas del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
109
Caríh
^e
MaqiUritare Ya bar ai
la
amancebado
ennuararote
amargo *
tumpuen
amigo
rae a cono
auicacone
acostado
tuotarusca
amarillo
tapire
saboiche
abierto
tapípiore
andar
camarupa
anzuelo
couai
anete
ano
abéce
júio
año
chincho
animal
czari
árbol
bebe
some
aquéllos
niocque
aquí
éropo
arco
urapa
jáia
arco iris
paramo
arriba
yesta
yeue
arena
asacau
nono
araña
modobai
jihuei
araguato
aráuata
aráuata
arrodillarse
ocu námaco
asado
tupure
azucaje
asesino
tañanusca
asqueroso
ticore
tuqueque
aquellas
mohocanopa
asimismo
moro-ábaro
activo
panaspe
ancla
allá está
moro poma
aquí está
erillo
allá vienen
mosco yópulo
amor
dabucurume
anda ligero
coísh tanco
abre la puerta
tapuro maca-
co pena
atajo
omame
atrevido
tudena nocque
aurora
bedu-conoza
autoridad
tupáracque
ayer
coñare
cóñade
avispa
uaripi
sumuá
auyama
uoyoma
ui-iama
azul
tamure ( 25 )
zene
azúcar
mohoroma
acono
tapire
áhnte
moné
acajra
canájtaue
nono
moyochi
aráuata
campue
aziquipé
raaijte
pona
yatu juapaacari
coñare
úcomo
caiamá
tabajné
(1¿5 ) Algunos le agregan la sílaba me.— Nota del Autor.
I ro
TAVERA-ACOSTA
Caribe
Maquiritare
Yabarana
Bava
acare
yedíue
cuiribi
b achaco
cumaco'
chauque
cazá'¿uco
baile
cunuuato
tu enua
eujuáj tené
baño
quene cupilla
tu aña
ocopiné
bajo
bi ajoré
barba
tachipiocse
zetamojoto
ejné poti
barriga
aduempo
chueno
ejne puazeti
barro
acuru
báqairo
puinque
urucadi
puinque
bastante
tu-shi-she
joje
úimpé
beber
zéhenine
eninque
ienque
bejuco
pecuco
múñate
múñate
boca
ómdtari
entadu
ejñántari
borracho
túetinye
tuedeuque
maráij tali
bonito
póito-me
innata
nope
bostezar
betupe
bostezando
betupi-bié ippio
blanco
tamútumue
pagédede
carazaque
brazo
adápari
buque
piráua
piráua
uepili
bueno
yuspuime
achique
nope
budare
ariñato
jútari
tahali
brujo
juhai
iamore
burro
paricho
busco yo
ausupilla
busca él
cunupilla
buen día
seri-otso
merute cáhano
ápaca seca
buena noche
seri-otso ( 26 )
merute cacoijai
enteu maca
Cabeza
puspo
yuge
ejnoijjuásteli
cabeceras de
caño
í iaare
íhgíare
cabezón
apótome puspo
caduzi
ñoro
cabello
únzete
ejolu
ejnéareli
cachete
apétare
ugedo
ejné pe tal i
cachicamo
capashí
capahú
calambre
natara nopui
calentura
calenturápena
ueduco
uatáropoli
caldero
pairo
eñe
zepárari
calor
carámucque
tañe
tatuné
cambur
paruro
camino
óhona
ehema
caliente
a-shimpie
caimán
yacaré
caimanáh
caimana
canas
tumune
( 26 ) La contestación es shempe.—Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
I I I
Caribe
Maqitiritare
Yabarana
canalete ,
apucutcba
danapá
cangrejo
uararu
uarácana
caiacani
j/ candela
uasto
nato
uajto
' cansado
turiípota
canto
quiribia retano
edimi
uacantánane
caña
á-shidaru
gechedo
carana
calle
fudojo
caño
íngchare
tuna
tuna
cara
adeptari
cariño
adabu cúrume
czema
carne
carene
ijono
punupuej
carbón
cámara cotospo
carama quete
casa
atto, auto
cute
géjte
cavSado
otosca
lujuta
ejuachóstene
catarro
otoño
átono
atuna
casabe, pan
arepa
uh ^
tzere
ceniza
beru ñopo
uerénate
ueremuspeté
>x/cejas
ademe surúcuro
ojñenchíbote
TS^cerdo
poruco
cocbi
cuchi
/ cerro
uipué
úju
yupui ^
cerrado
tañaqueca
aj páchique
ciempiés
zarara
cerbatana
urapa
curapa
raschá
cieí^o
enuspa
temgenera
tanurejra
cielo
capu
cajú
capu
cobre
copre
cobarde
pianáj toma
puejraa zegerá
codo
raspodenari
corteza
bebi-pispio
jigé
pispue
conejo
maza pire
conuco
maña
unáudedu
átili
collar
aneca
bocomo
ejne yápoti
cerca
senque
etenma
toispojrá
cementerio
mujna
cigarrón
pohomue
con migo
aumaro
contigo
eutomaro
con él
moscomaro
compañero
d acón orne
colorado
tapire
saboiche
tapire
cortar
tuobo
corazón
miaracaspo
euanoco
uiriabane
corrompido
ticore
costillas
adabopá
eschudadu
cjnc zurali
cojo
réncome
sene
yapuejque
pomején
cuiupo
nujque
moremui
comida
tenemo
tenézemo
corozo
píritu
I 12
TAVERA-ACOSTA
Caribe
Maqtiiritare
Yabarajia
cuchillo
mariía
cumáh
mari^
curare
curari, curáua
mudono
maráua
curiara
curiara
cudíada
curiara
cunaguaro
cáshushi
culebra
acodu
esquedu
ucoi
cuerpo
aroh né
cuñado
puame
cuerno
yéturi
cucaracha
zarabe
claro
tabeile
claridad
yupuimen
cruz
curuzo
curú
criminal
nemai
ezeicu-puiní
camina mucho
titobie ippio
cómo te llamas i
? ostade tuna-
moro ?
cuándo vienes ?
ota dar^oa bó-
pule ?
ecuara yabe
cuando te vas ?
ota camuisa ?
Chato
tupipiajque
chinchorro
níñi-aco
euate
chibacoa
cuna minocco
chipi-io
chipiro
tarícara
chijiro
chigüire
capibia
yihuili
chiquito
puijque
chorro
conozo-caro-
cáno
tétuna
chubasco
cata boi
Dame
yároco
danta
máipiure
uachadi
uayali
dedo
íumiaco
adamodo
ejni mecuno
desnudo
biomuimué
tuonquera
pui jpuejia
dedo del pié
ostaréh-me
debajo
piño nate moco
defecar
Ufccca
despacio
paimieque
jojede
caimari
deseo
i shepore
delgado
quiui risco
día
bedu, curisla
anno
yátuno
diablo
yorosca
yoroscano
diente
dérico, adere
yéde
ejne-yere
difícil
tara bácune
Dios
diot.-o
uanare
dolor
yetumpue
zini
morone
donde
naipi
echácana
úcujná
dulce
puosini
(
durmiendo
tunuque
dame tu mano
adáñare yároco
. -
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
113
Caribe
Maquiritare Yabarana
dos días
occo bedu
dos semarfis
occo samaná
dos meses
occo nuno
dos años
occo chirico
dolor de muelas
; yeri yetumpue
dolor de barriga
. uempo yetum-
pue
dolor de cabeza
dopupuo ye-
tumpue
Enfermo
tanisquema
quedeiji
terépuno
enfermedad
tanisque
empalizada
curara
curara
curara
encorbado
ñeroc co
embustero
tona pimie
ejutui
mazororli
encima
istupo
escopeta
aracapuza
dacosa
aracapuza
estrella
chirica
chinche
chirica
espejo
chipiquire
gécude -
pécure
esposa
puii ti
uendui
uiriamo
espina
pirichu
pirichu
píritu
esta noche
cóoco
estriba
cujama
cu pama
él
mejque
muijqui
escuchando
estaque
etari
está bien hecho
pasporotu-
áyerao
Familia
autoromanto
uichócono
ejnequeleti
fatiga
tarúpapa
fea
yabame
nopejra
flaco
piumue
debcuneje
matate
frente
camepuico
ejadu
ejñemerari
flecha
taboto, piríua
jacodi
pácudi
frío
camuinye
tíjnaqui
frijol
cumada
prijore
flor
bebe puírili
tipuili
fruta
bebe ispao
segéduru
tepelu
fusil
aracapuza
aracapuza
aracapuza
fogón
uasto
uato
tenezin cune-
topo
fumar
y éj maque
fulminantevS
zempamuiti
V Gallo
coróctoco
cuame
mapararu
^gallina
uori-coróctoco
cuamedi
mapararu
y gato
garganta
mishi
michi
mitchi
denázari
garza
uamau uari
anodeme
uacara
i garrapata
upari
caimatique
grande
apopto
tapopto-ijpe
Ea d Sur- Dialectos
Imllgenas. ' 8.
1 14
TAVERA-AGOSTA
V
Caribe
Maquirüare
Yab arana
guerra
arecu
nauene tanto
úalini
guerrero
arécuna
c
grito
acóstaco
tequetene
gota
conozpuichano
tunai
cata zúcali
gordo
apótome
tejuye
pijyé
golpes
apotumpue
garabato
tupántaque
imotadu
goma, resina
eñate
cuma
grillo
quirisi
quihchi
guama
uajuiio
quilita
guacamaya
cudari
caddúe
camaya
guayuco
yaducure
uaiucui
caijtá
Hacha
uiue
pata
hambre
araperépeba
tadu^ji
átate
hermana
bahba
tutu
hermano
séuo
uichócono
yáquino
heiida
pocaposi
dediondo
ticore
tuqueque
cucqui
hija
demuiri
hijo
émura,ímuro(27) quemo
muco
hierro
tzipari
zojaradi
tzipárari
hilo
cunúrimio
hoy
éromi
hojas
arimpuo
cbúuadú
itáleli
hombre
uiquire
daumua
uaráis tocomo
hondo
yanchispio
hoyo
ancuru
hombre malo-
uiquire yabame
corera daumue
hormiga
benco
sari-coro
quirimícate
hueco
átori
humo
tosquiñe
uedencha
tachiquine
hueso
ytspo
yoge
yuspue
huevo
coroctocomo
imoi
íjmoi
Idioma
ara-deuda
ej ue-cacari
incendio
uasto
quenepue yáua
( 27 ) Mura es el nombre de un raudal del alto Caura ; y es cu-
rioso ver en el Japón cómo abunda la desinencia mufa en nom-
bres propios de personas : durante la última guerra ruso-japonesa,
(1904-1905) se distinguieron los siguientes Jefes nipones : Ka-
mimura, Komura, Kan amura, Matsumura, Katumura y Kawa-
mura.
En V^enezuela hay también nombres de localidades con la misma
final t Uay amura, Chichimura, Arimura, Uatamura, etc.
Nota del Autor.
EN
EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS II5
-
Co.ribe
Maquiritare
Yab arana
isla 1
laudado
landaru
anta
iguana
tadamaca
yamánadi
y u- uaná
invierno
conopo
conojo
uetémpali
Jefe
tupáracque
acúchene
nécim-barali
jején
marébishi
picane
joven
pocho m ene
yetane
Labios
piótali
edigidu
ejne-nulu
ladrón
mona
temene
temene
laja
toppo
tejeo
íeepo
lagartija
carúuo
largo
mashipi
laguna
chuspo
uicháj quetej-
pue
lapa
urania
odoma
aroma
leche
cújta
matiécore
lejos
tíj-shima
jamoiche
poijpó
lengua
ánuru
enuru
ejne-enuro
leer
carete rupana
leña
béhebe
bejéb
león
cosaríua
marácada
ligero
copiore
tamgene
tarine
limpio
yupurapuo
ijhmeze
loro
uerébaco
cadéua
réua
loco
rócome
uelemanó
loro grande
cacáua
lo mataron
nibioi
luna
nuno
nune
n une
luz
tabédure
nuijoi
uicáui
Llamas
uasto
uájto
llanto
conota moda
tuamo
uasamori
llanura
mapara
raaparari
uanape
lluvia
con ojo
conojo
quenepo
Madre
tata
emeco
maque
maiz
abashi
enac
nacchi
machete
zúpara
mano
dañare
mariposa
parámpara
matuto
chibipispa
mapuei
máhapii
cópoli
mapurite
mapiriche
mapírichi
malo
yabame
coneda
nopej ra
mañana
acorospo
genama
omezaspe
mar (el)
parana
marido
óñote
matar
conobo-dato
macanilla
cupa
;nadrugada
cojpá ritáua
mes
nuno
nune
nune
medio día
carischane
ii6
TAVERA-ACOSTA
Caribe
Maquiritctr'e
Yabavana
merey
uorai
(
médico
piudai
mentira
tónape
me voy
úieza
mi, mío
au, aute
iuano
ajte, ejne
miedo
petescai
mirar
eneco
miseria
otouate
mono
yaracaro
yaracado
uaracalu
monte
orípuo
zome
yuttú
morrocoy
badamo
mosquito
mápiri
majidi
puilitiqui
moriche
cúhuai
uaia
muchacho
quihuilín
mudequeque
muco
mujer
ú-oli
uéndui
uiriamo
murciélago
led-re
led-de
reiré
muslo
puetri
muerto
aquepi
munición
idoto
piroto
murió
nemai
uasa masé
Nació
nenú
apata cazi
nada
uani
nalga
abecé m
agichiro
ejne-áuari
nariz
enástere
euna
nadando
V^ naranja
^ negro
quenespu nuya
naraja
naraja
naraja
mécore
judume
quíriqui
nervio viril
emurutano
azaicho
sainopilare
ninguno
uarote
niño
quihuirín
nigua
chicho
no
uanu
ómaque
no sé
anupoteuaba
noche
cóoco
co-ijai
cojpa
nubes
pescoite
huelei
Ñame
pirisha
Obscuro
tabárume
judume
quiriquí
ojos
jénuru
jenu
ejne nuru
orejas
pianare
eyanadu
ejne nali
oro
carúcuri
erohi
tapiremue
orinar
o-shioporo
tusuta
uere zústali
orilla
bopa
apetá
oripopo
payuri
óyeme
étaco
etaque
oso
báriri
Pan de maiz
puireta abashi
padre
papa
JÉ.CO
bapa
paloma
acucua
eduho
uagira
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS
117
Caribe
Maquiritare
Yabarana
V papel
^ ^ patio "
careta
papera
uanapo
pasar
epátoccó
palo
bebe
^ pálido
uaiano
para mí
auuanomi
para tí
eumonomi
pariente
cocto
icchócono
ueria-coto
pájaro
tanoro
tzique
plátano
paruro
jáduru, fárruro
páharu
plato
ariñato
jad ají
playa
azacau
tzacau
palabra
ara-deuda
pedazo
pi api pió
pecho, tórax
bereri
peine
oncai
pedir
amu
peleando
conobo-dato
pescuezo
enazarsi
ijúimudo
ejnépúmuili
pestaña
epírico
perro
pero, peroro
zunna
ueroro
perro de agua
cairo
pescado
uoto
camge
pire
pequeño
quihuilín
puijque
perico
berequeru
quiquire
quiriquile
persona blanca
dauma.lagedede
persona negra
dauraa-judume
pelota
uáijteli
picaro
mona
monaso
piel
pispio
VZ^
pies
ístari
éjuru
pierna
pieti
ejetu
ejne-peti
piedra
toppo
teeju
tehepu
pico
saunado
pótili
picure
acuri
iyáculi
piapoco
chajocco
iyapocó
pol ito
coróctoco-qui-
cuame-omque-
huilíii
reque
pólvora
curúpare
curjara
curupara
proa
úmtic
ijotru
pótili
popa
piotli
chididu
igiari
podrido
ti core
temuche
tujtujpe
plata
parata
jurata
pirata
puerta
peena
punta
zazcano
puerto
naiuatá
)<í »pueblo
eutem
pulgar
yapatori
ii8
TAVERA-ACOSTA
Caribe
Maquiritare
Yabarana
plumas
ijotu
chipoti
Quebrada
ingcharita
tuna
tuna (
quijadas
recusare
quién es?
aneco ?
anequiquilé ?
quiero
uijamraa
Rabia
tedecuade
uere-ueseyuro
rabo
da-coro
raudal
cariaibo
chodo
sábuli
rama
píoril
adda
rana
caráscasa
raya, pez
ñamadu
rayo
tarara
relámpago
. nichapeta
meumcucá
arauíscali
río
tuna
tuna
tuna
risa
nazéua
uejzaricana
ropa
Qomo
uomoi
rodilla
pecunare
Sal
uoyo
sayo
sayo
sabana
biairana
ubimapara
uanape
sangre
amuenere,mi-
nispuo
•
sapo
pororó
pueru
sarcillos
pianátocque
janazede
panacheli
sed
enuse
naquili
se fue
nieto
se ahogó
nirompue
se murió
nimai
niuasa masé
seje
peli
vSepultura
mujna
mujna
si
ée
éhe
gée
X.S0I
y soldado
saltero
bedu
chi
yátuno
sororao
niñoma
toni
uajchoj quejra
sobrino
decáponi
uafíe
poio
sombrero
sampereru
sanjerero
sombra
coige
tauanique
sucio
ajzíquipe
suelo
nono
nono
nono
sueño
uetupue
unucuse
huetui
Tabaco
tamue
cauái
cauái
tábano
tiloco
tudeque
piroco
tarde
érame
talón
ischápuro
terecay
tarécada
gede
peié
techo
yespurupuo
tío
yabuque
yabo
tigre
cáshushi, aba-
ruapi
máedo
úquere, uquei re
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
I 19
Caribe
Maquiritare Yab arana
><
tierra '
nono
nono
nono
tinaja
tuuari
múc'ra
mújura
tizón
uasto
uato
uajto yápue
tiro
imior-ue
nuhue
tojtane
tijeras
uerasi
uerashi
tití, mono
chirire
chilili
tienes hambre ?
máia talú ?
totuma
ua-i
tobillo
mascaribi
tortuga
uaraira
uaraara
toma tú
eroyo
trampa
toro
tranquilo
yuspua
triste
pioshimia
pojno-puánieli
trabajador
tuetó-araco
ueranire
tuerto
toni nuspua
troje
sura
emere
trueno
inimior-uana
zúpali
tu, tuyo
eu, eumoro
euuano
uere mare
tu padre
eumoro-pápa
tengo que ha-
• eumoro pásebe
blar contigo
aua amoro
Uña^
añamo sáchiri
se micho
ejne-nahioli
un día
oobi bedu
jetem ano
ejñíspete yá-
tuno
un mes
oobi-nuno
jetem-nune
ejñíspete-nune
un año
oobi chiricho
Vagina
tatore-mione
valiente
uezeij chemui
ven acá
irupato oscone
equede
.zejquesare
verano
iromo
uedunabe
iama
verde
azacle
zene
ta^^uraque
viento
peito
venado
czahari
iyama
vestido
ocoropuij-teiie-
zaque
viejo
tamposcuo
incho
iapístamo
viudita, mono
uacauaca
uaca-uaca
vulva
mione
muene
mone
Ya
érome
éua
emparema
yerba
uoi
uanapo
yo
au, aure
ubú-í
auj te
yuca
qdere
chere
tzere
Zamuro
curumue
idem(rey de los) aú-uana
zancudo
maco
macque
mazacque
zorro
yórocó
machiquire
ijoroccó
120
TAVERA-ACOSTA
Var7íro (2S) C/arao (^2p) .Izane7ii {jd)
X:
Abajo
dabú
abrazo
inda
acá
poro
acostado
moa-
adelante
yapuinchau
agí
j ucea
agtia
uí
jóo
agua fría
uí sutsuá
agua caliente
uí tó
aguacero
uanná
naja
abierto
arei-ió
abuela
noti
abuelo
jiamue
nobo
activo
uenapé bagá
adiós
baré cudé
agachado
cháa
agradecido
raené sandé
aguardiente
arija
aguja
cararia
^aflicción
guittó
agujero
púe
ahora
3^ámbá
ahogado
ambo
alacrán
si ara
caje
alegría
gareimpamuí
equeitía
allí
udé
tamatuca
um
(28) Este dialecto llamado también Pumé y Yuapín, se habla
entre los indígenas de las márgenes del Capanaparo, Arauca, etc.
Tiene muy marcada la acentuación aguda y es algo nasal. Abun-
dan en él las sílabas cha, che chi. Parece un mixto de lengucijes
Andino y Pariano.
(29 ) Generalmente denominado Uarauno, se habla en el Delta
del Orinoco. Parece un similar del Caribe y tiene simpatías con
el Aimara de los peruanos. En su pronunciación abunda el
sonido de la J y no tiene el de la R fuerte. Su dicción es suave y
en algunas voces muy nasal. Uarao significa familia.
( 30 ) Es un derivado del Baniba y se habla en el río Izana y en
algunos de sus afluentes como el Aiarí, Guiare, etc. Este voca.
bularlo nos lo ha remitido el señor doctor Lisandro Alvarado, re-
cogido por Wallace y tomado de una de las obras de Martius.
Notas del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
121
Ya r uro
Uarao
allá
jatchi
ote
alto
ué
altanero
sainde
algodón
tziboqui
áharuamuto
alumbrar
ñotatá
almohada
pachóquiariá
almuerzo
curariá
amarillo
sanchao
ázimo
amancebado
ienchá
amistad
caia omé
amigo
mará iza
amor
gareimpá
daubera ( 31 )
ancho
cauajera
animal
bacurá
yabata nucca
andar
baú *
anda tú
baú bué
ano
appué
jotocobo
año
janná
joira-izaca
anzuelo
amayó
ozibucay
anda ligero
uenampé
baú
aquel
odé
aquí
pijí
araguato
uya
uai
árbol
too
dagó
araña
maca
abuna moceo
arriba
ue, uerichame
arrodillarse
chucha na-
-qui-
adió
arco
tibató
jatabari
arco iris
unde-í
jubana sico
arena
dabó
caje baja
aroma
uainipa
asado
uajuyá
asesino
guná
asqueroso
pea
atajo
nóo
atrevido
sainde
aurora
dopá
autoridad
nibeuté
auyama
edddé
ayer
nomené
caji
Izaneni
hiecui
dejepitabo
(31) La partícula final era parece envolver
iilucho, bastante, extensión, abundancia.
la idea
de grande,
Nota del Autor.
122
TAVERA-AfCOSTA
Varitro
Uarao
Izaneni
\/ azúcar
cheniocói
(
^^ avispa
omí
tomón ojo
azul
tottuá
ajcbura
Bava
arí
duru-duru
bachaco
cohí
baile
togenuá
jojoyá
bajo
eteropá
báquiro
oyabuía
íbure
baño
uichoapá
nacco-quitane
barba
ñoña ñaco
nochinuma
barro
dabú caracác
joboto boto
barriga
accó
übono
noshada
bastante
giná
écra
baúl
to cara
beber
ja rapa
bejuco
tocaí
ero
beso
ibuza
bigote
ñoña ñaco
docco diji
boca
ña
docco, adocco
no numa
boca de caño
doroyá
borracho
eroñué
bonito
saudé
yacara
bolsa
nacho
bostezar
moatomicá
blanco
bereberiá
ajocco
cacalina puhli
blando
awiladi
brazo
ichí
jara
nozete
brisa
ibaji-baji
bueno
sainnuí
yacara
matcheradi
buen día
sandé do
buena noche
gñenér sandé
bu da re
jottó
jorubaza
^ buque
chara
uaira
^/ burro
yaé tananná "^
^'N^rujo
yarucá /
ui si rato
'yCaballo
3'áe ^/
cabello
tobé cu
jihio
nochidupe
cabeza
tobé
cuá
niui ideu
cabezón
icurí tobé-anná
cabeceras de ca
-
ño
bea-ciá
cachicamo
igoró
ocgá
cachete
chamajú
caimán
ñacancán
nija-arabac
calambre
chicanito-bagá
calentura
taipá^
jebu
caldero
mahú
joru
caliente
heumode
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
12
Yarttro
Uai
ao
Izaneni
X
X
calor
uni joquiá
i jíopera
calma
goepa
ajacoequiraC32)
cambur
paratuná
palaneu
camino
nóo
omonocco
anipo
carniza
tiboí-chichiá
canas
tobé-bereberiá
canalete
daintó
jaje
tiwe
cangrejo
tacaríremé
J>. .
canto
tají-uamé
jojoya
cansado
jorotó
uabauitae
caña
chianiá
caño
doró
jana
cañito
jana sanica
candela
conde
jecunu
cara
dachó
mijoro
caracol
gerlé
carbón
bachecú
juju
casa
joo
janocco
panthi
carne
gnoá
bacato
cariño
eariconé
daubera
carroza
chará-jóo
catarro
janyó
obo
casabe
també
aru
peute
casado
inchiá
diana tatirajá
ceniza
conde gumbé
juju-jocco
cejas
dañaque
muiraujo
cena
juraría
cerdo
abueiá
ibure
apija
cerro
tandé
jotacua
cerrado
tut ticará
cementerio
joo-itanocco
ciempiés
ichíginome
ciego
dacotá
mojasi
cielo
andeí
najamuta
cigarrillo
aja- macea.
cobre
carucuri
corucuri
cobarde
chapa
azabanena
corteza
toi
tschkeio
collar
goroyá
cocina
jiza-janocco
comer
jura
najoro-qui tana
comején
chinean i
comida
n ajero
conuco
taddó
dajicaba
(32) La desinencia ira parece ser de significación opuesta ^ era.
Nota del Aittor.
124
TAVERA-ACOSTA
Yaruro
Uar
a o
Izan en i
X
conmigo
meandi
contigo
coaddí
contento
yacará
cocuyo
mújerá
con él
muindí
con ella
ginndí
colmillo
iuari
colorado
cuecueyá
ázimo
ireidi
cortar
boddóue
compañero
cáia-omue
maraiza
corto
caboquira
madúadi
corriente de río
beacamé
corrompido
pea
costillas
patetuju
bamujo
cueva
joboto jara ja-
rera
cuerda
ezo ara
ninorua
cuchillo
cuananiá
dabo
mar líe
cuándo ?
noparé ?
catuca-coro ?
curare
cor i ó
culebra
póo
jubí.
cuñado
queramué
curiara
chará-buichi
uajibaca
itá
cucaracha
aregeró
claridad
sandé maiá
claro
sandé maiá
clavo
tzipararí
cruz
togoya
curuza
caminar
bautoné
camina mucho
jachí-báu
cierra la puerta
tutticará
coje tu sombrero miteue pacho-
•
choriá
cómo te llamas :
^ napaqué mu-
ñe mené
cuerpo humano
pumueto
cuándo vienes ?
noparé maná ?
cuando te vas ?
noparé bauné ?
cuándo llegaste:
* noparé ma-
nouná ?
cuánto vale estoi
} fíontani badí?
Chato
niueñó
chibacoa
coicué
jizimo
chispita
coi
chiquito
buichi, buitsá
sanic-i, sanuca
chinchorro
boré
jáa
makeitiba
chigüire
ziddó
jaba
chorro
camé
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
25
Yaritro
Uarao
Izaneni
chubasco
pupurí
Dame
i-orocué
mamo
pi-ano-huilui
^ — -danta
oiyé
napa
dedo
ichichiá
nucapi
dedo del pié
tachiá
nupipa
debajo
dabú
defecar
agorí
desnudo
imáia
despacio
baguraquia
uiriá
después
yabajudi
Dios
Ibiauté
Gebu
día
do
jocoma
hsecapi
diablo
yarucá
burasira
delgado
coningá
difícil
amuinda
diente
onde
ihí
noyeihei
\ diferente
nabadainá
)¿é^\xi^xo
cheré
burata
^Vdónde
^'^P^v
casabamo ?
dolor
guittó, jura
ajera, uapaya
dormir
mosquiá
ubaya
dolor de cabeza
tobé jura, tobé
guittó
dolor de muela
undé jura, undé
guittó
dolor de barriga
accó guittó, ac-
ccó jura
dos días
ñoani do
dos meses
ñoani gupené
dos años
ñoani janná
dos ríos
ñoani bea
dame tu mano
neichi i-orocué
dame tu som-
i-orocué pacho-
brero
chioriá
dónde está ella i
? yipé negini ?
Enfermo
ambo
uabaya
enfermedad
ambotá
embustero
manchade
encima
uerichame
empalizada
totariá
escalera
naboroya
escopeta
turacará
aracabuza
escondido
érijisaya
estrellas
boé
cura
hiwiri
j escardilla
gueregue baria
escándalo
enandió
exremento
agoricha
espejo
dackó dariá
musebuji
126
TAVERA-ACOSTA
Yaruro
Uarao
Izaneni
-—-escritura
nuespare-í
(
espina
uhú
esposa
leí
esquina
bu
espalda
caremojo
esta noche
yabagñeñero
estoy bueno
matchupiha
estoy enfermo
táradi
Fácil
sandé sható
familia
pumé
uarao
fatiga
janajam boquiá
fea
sainde
azira
flaco
coningá
botuquirá
fogón
conde
najoro noraa-
nocco
frente
dahito
cabaje
flecha
zittó
jatabu
caponi
frío
chútchuá
daira
iwiride
flor
chuchu
tocuyo
fuerza
toma
frijol
carao
fumar
nambí ñupa
- fuego
conde
obaya, jecunu
tidge
fruta
tocho
dago cuaja
keikeuda
fulminantes
ajecunu
fusil
turacará
aracabuza
>v Gallo
acararu
carina
V gallina
^gancho
acararu-ieí
carina
toanyui
garrafón
j^acodé
*
garganta
goroyá
garrapata
tut tunú
ezeruta
garabato
toanyui
garza
ocara
uauno, uara
gato ^
mitchí
mi tzi
gavilán
iú
otto
gente
jocco
gota
cattó
gota de agua
uí cattó
Gobierno
nibaute
gonorrea
zamorona
gordo
anná
taiera
guíicamaya
gaga
apugene
guaral
tibocai
graiide
anná
urirá
guayuco
siboborea
buja
guerra
nibeginó
d arija
grueso
anná
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS
127
Va?'
uro
Ua
rao
Izaneni
Y
X
grillo
achocó
grito
ená
gente
nihué
gente mala
nihué-chuindé
gusano
juba
guabina
cojo
Hacha
gibbé
gima
hambre
tomecha jambú
nojera
yalanowi
.harpón
mujo juba ca
harina
match uka
hediondo
pea
cuera
hablar
nimbué
hasta aquí
pioyé
hermano
añemue
daje
herida
uán
hermana
añecobué
dacoi
hierro
najamuto
hilo
tiboquei
'hija
jojabi
tachirauca
no itu
hijo
jojí^
auca
niri
hojas
tofo n da
yarocco
apanape
hoy
ama
hoyo
pué
iuaja
hombre
oí
daomato
atchinali
hondo
cocoró
joni
honrado
sandé
hormiga
coi
mujazimo
huellas
oraonocco
hueco
pue
hueso
j^
mi iju
noapi
humo
condé-chou
gecucu
huevo
nu
ají
liaué
hombre malo
oí-chuindé
Idioma
nimbuechá
iguana
datútumi
yoana
igual
nétami
isla
nonhié
bol ojo
insolente
sainde
invierno
noanná
naja-naja
Jején
tuddé
jefe
nibeuté
airarao
joven ( el )
piaté pamue
nebora
L,abios
yambí
doccojoro
ladrón
garomé
erigisayá
lagartija
andicara
laguna
taha
largo
noatí
cabajira
iápide
laja
tandé
toijó
128
TAVERA-ACOSTA
Yar?íro
Uarao
Izaneni
lapa
puri
etepo
f
lágrima
mujo
leche
nucu
mijo
lengua
topono
joño
nuniñe
leña
rondó
dauaja
leer
noenimbué
ligero
uenape
dubujura
limpia
boeyachá
lima, taronja
curu curu
loco
apetárame
loro
yaba
turumu
luna
gupené
uanico
queri
luz
conde toto
abije
Llamas
conde guri guri
llanto
dahui
llévalo
ebabajué
lloviendo
coo-uanná
naja eboya
Machete
topeué
buari
madre
jójini
dani
nadjo
maiz
póe
n encamo
malo-
saindi
azira
matschidi
madrugada
achidopa
mapire
tayú
V mar
noabaira
V marrano
abuela
cochi
'"'^ymano
ichí
mojo
nucapi
mañana
jaco
jaque
danacadjeri
mariposa
pampán
uaro-uaro
matar
nonapa
marido
oí
anebora
más tarde
yabajudi
mazorca
neucamo-amujo
médico
tompamé
uizirato
medicina
zapaneniu
yarácoto
medio día
dorátomo
3^acuajazica
mentira
machadé
mes
gupené
uanico
merey
uiuecho
me voy
bau pá
mi, mío
caia
ma, ine
miedo
uapá
mitad
acari
> mi familia
yinoneda
^ mono
caia-pumé
ma-uarao
cheré
burata
chu-í
nacco
monte
oi
doiua, inape
djecape
montaña
jotaina
moirocoy
godomé
uacu
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
129
Yartí
ro
Uarao
Izaneni
\
mosquito »
me
jiguilu
mucho
giná
éera
mujer
ieí
tachira, tatira
nuina
mundo
inna
muerto
ambuame
uabae
murciélago
pundizizi
záa
muchacho
neboré sanuca
Nada
equira
nadar
túa
nadie
canimá
nariz
embú
jicari
nituco
nalga
apecha
negro
buréburá
mécoroana
tapaiuna
nido
'
domoaja
nervio viril
chuá
uata
nigua
enini
niño
buichi
ne-moco-moco
mápen
ninguno
canimá
no
genimá
no sé
nobaricadé
noche
gñeñer
ima
depipo mijo io
keu
no tengo
noadé
equira eine
nosotros
añone
nubes
ande-í
najamu tojocco
'
Obscuridad
baguné
imaneéra
ocumo
chendá
ojos .
dachó
amúhu
noiti
orejas
tanna
cojojocco
orillas
chirí
mumi
orinar
cuejapá
oso
ariguri
jují
oro
oró
bürat zimo
oso palmero
bajío omuira
utro
canemodí
óyeme
tanecué
Papá
chaumui
dima
pájaro
púa
dom
tepirá
palmera
guetó
palabras
nembó
paloma
otoco
pantalón
yeineré
pañuelo
pachota boriá
cuamote
papel
nuespare-í
curata
' palo
to
dau
.pedazo
condeme ^ •
pedir
LVx
peine
nembitó
En el Sur -'Dialectos Indígenas.
I30
TAVERA-ACOSTA
Var
uro
Vara o
Izancni
pescuezo
goro
dóo
pestañas
dañaca
murocojoro
perico
guereguere
perfume
u ai ñipa
perro
aurí
peroro
pero de agua
uí-taperá
pez
chon
jü macaba
pequeño
buichi
sanuca
picaro
garome cheindá
pico
aji
piel
í
pies
ta
om-u
piedra
tandé
joyo
picure
ñantotó
uamaia
poquito
puichi
sanuquira
pierna
ya-í
cáa
poco
buitsá
sanuca-jaine
poco á poco
geinimi
pólvora
turacará-cho-
ponó
ajuju
pollito
acararo-buichi
carina-moco-
moco
popa
chara apé
auaju
proa
chara nona
auaji
putrefacto
páa
cuera
puerta
noeyá
januco-acojo
puerto
beenú
ojio
pueblo
beamá
janocoina
plata
cheré
burata-jocco
plátano
paratuná-anná
palatano
playa
non-hé
momi
plato
najorojocco
persona negra
ajoro-jocco
persona blanca
mecoro-jocco
pina
nana
pronto
uenapé
prostituta
apetarañe
púa
zí tóh
aji
pluma
noemparé-tó
plumas
puache
ajiji
pulga
en i
punta
nuná
aji
Quejas
toddé
quebrada
tzicaro
Rabia
erequia
rabo
zía
ajúi
rama
tofundá
rana
codocodobui
capje
nu-ipa
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS
Í3I
Yarzcro
Uarao
Izaneni
rayas
nué
jaba-jabera
raya, pez
buichiá
jue
rayo
tura
tuajara
rallo
choariá
remanso
goepa
río
bea
noaba
risa
einiquia
rodilla
chutcha
ropa
tibó
jiacabo
Sabana
jaráuah
sal
yaueme
jayu, pamu
salcocho
uraria-chumuá
sangre
go-é
joti
nuira
sapo
codo-codó
savia
totú
sarcillos
tana moforiá
seco
gaucho
sed
jopi -ajera
nui ra un i
serio
euamé
se fue
ba-uá
se murió
ambo-á
se acabó
ecoranai
sepultura
uarapa
si
tamo
silbido
cuirá
sinvergüenza
seindamá
sobrino
jabimuí
sol
moe
jocoi
camui
soltero
jabeamá
tatiraquíra
sombrero
pachochoriá
yasi
sortija
mojo secujo
sucio
iguenecha
sueño
muatomique
muí rejera
suelo
dabú
joboto
Tabaco
gambí
aja
tábano
pué
cobo
v/tablas
daubaza
/^ talón
tauru
tapa
ñanueriá
tarde
gintó
techo
oto-máreme
yajuji
temblador, pez
i-shibut
terecay
dame
tierra
dabú
joboto
hipey
, tigre
panemé
tOpC:
tinaja
dabú-yacode
caturéwabi
tiro
turacaráa
jatanai
tizón
condé-dacbó
jecune cabe
13/2
TAVERA-ACO^TA
Yaruro
Uai
'a o
Izaneni
tobillo
tachatú
tortuga
icurl
uacuira
totuma
tae
toma tú
%^d>k. me
ma
tía
jaini
daini-catira
tío
ademue
adacco
tu, tuyo
naia
ji.iji
túmulo
pumé-narapa
tusa
amuju
tuerto
dacoto
tu hermana
naia-añecobó
tu hermano
naia-añemue
tu casa
naia-jóo
janocco-ji
tu familia
naia-piimé
tu padre
naia amui
tu madre
naia-eiñe
tu nombre
naia-nopagué
trabajo
ambé paré gin
yaotaya
trampa
totariá
triste
uriJato
inaretía
tristeza
sarde nicodó
trueno
tura
najadibía
Un año
caneme-janna
un mes
caneme-gupené
uanico-izaca
un día
caneme do
yaa jizaca
una noche
caneme gñeñero
imá-jizaca
uñas
ibé
mujusi
Vagina
nombá-toropé
vaina
cuanane-hué
amaca
valor
suamé
valiente
suamé
taerá
venado
boa
massi
veneno
yororiá
verano
jannu
vapor (buque)
condé-chará
ven acá
huetci
Verde
ut sha
jeburida
vestido
tiboí nomé
vete
diana-naru
pipitú
viento
paipáa
aj acá
carlía
viejo
otemue
airamo
viudo
iéinaca
vulva
nombá
jótom
Ya
pioyabá
ya es tarde
gintó
yo
coddé
yo tengo
noaré-coddé
yerba
guebá
jaca
laijudí
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
133
Yarttro
Uarao
Izaneni
yo 110 sé >
dabadé
yuca
pae
Z-imuro
mocque
zancudo
taré
zapatos
zorro
uariro
aru
bu re
cojoboto
omonamo
Comparando nuestro vocabulario uarauno con el
que trae Gorrochotegui al final de su citado opúsculo
( página 30 ) sólo hemos encontrado leves variantes en
alguna que otra palabra, aparte de la evidente confusión
en que ha incurrido al escribir la numeración. Véase
la página 27 de este volumen.
Es de notarse que los nombres de algunos caños de
la residencia de los Uaraos, tienen sus equivalentes en
lengua Aimara, v. gr.:
Morroco,
Mocomoco,
Guaina,
Guararina,
Guajra,
Yaya,
Macaire,
Baruma.
redondo, circular
nudoso, lleno de nudos
joven, hombre joven
gritos.
gritería
cuerno, torcido como un cuerno
distante, lejos
golpear, aporrear
desierto, lugar abrupto
Y es asimismo digno de fijar la atención la circuns
tancia de que la desinencia ina, peculiar á algunos ad-
jetivos de ese lenguaje peruano, también tiene sus simi-
litudes con nombres de algunos caños ó localidades del
Delta orinoquense, etc., en el sentido de indicar abun-
dancia ó la cualidad del sustantivo.
Geburina, azuloso
Cajarina lugar lleno de alacranes
Í34
TAVERA-ACOSTA
Yaguaina, abundante en palmeras yaguas
Sicaina sitio lleno de niguas
Janocoina lugar poblado de casas, etc., etc.
Véanse otras palabras terminadas en ina, en nom-
bres prof)ios de esa región :
Coeuina
Uiniquina
Amoquina
Uaina
Uabina
Usirina
Uararina
Mocubina
Noina (33)
(33) No-ina, nu-ina, en Uarequena quiere decir mujer, mi
mujer. — Nota del Autor.
' ^^**v *
Tercera Parte
(La constituyen fragmentos de una correspondencia epistolar
del Autor con algunos hombres de ciencia del país ; algunas ob-
servaciones etnológicas é históricas de nuestras tribus ; varios es-
tudios sobre lingüística y dos trabajos relativos á la supuesta ex-
tinción de los Atures y de los Maipures. Pedimos humildemente
excusa por la forma en que presentamos esta Tercera Parte, pues
no hemos querido alterar ni el fondo, ni el orden en que ha sido
escrita. )
■ ■'fl|i^i(iíff^ ''^1^[|r* "" '■ ¡1^ p f p " 'C!l^i]^^-'tí¡|ft|¡^í^'-''fl^i¡j!i^'---i;||Pí^^''fl|^|^^-'ij|^^
CAPITULO T
El diptongo UA — Ortografía adoptada por el autor— Observacio-
nes del doctor Lisandro Alvarado — Prurito extraiigero — Con-
fusión del número de localidades con el de las naciones indias
— Significado de las voces paro, cáua, aima, uapo y moni —
Significado de la terminación goto ó coto — El sobrenombre de
Caribes— Opinión de Julio Caicaño — Orígenes de las palabras
Caribey Ujtyano — Américo Vespuccio y Bartolomé délas Ca-
sas— El elemento Pariano.
Enero de 1906.
Doctor Lisandro Alvarado :
Contesto las preguntas que en forma de cuestiona-
rio me hace usted.
Primera, " Por qué escribe usted constantemente
con el diptongo UA lo que todos pronuncian GUA en
voces indígenas ? "
Los indígenas puros de las selvas de Guayaaa, y
particularmente los del alto Orinoco, Rionegro, etc., no
tienen el sonido de la G en el diptongo á que usted se
refiere. Yo he querido en ese libro mío ( i ) como en
todo lo que escriba con relación á estas cosas, seguir el
fonetismo indígena; y así diré: Uabiare, Uaimara, Ua-
chamaca, Uere, Uaramaco, Uarao, etc., etc., porque así
.lo pronuncian ellos.
( I ) Anales de Guayana, V0I. I — Ciudad Bolívar, 1905.
138 TAVERA-ACOSTA
El doctor Aristides Rojas, en la página 92 de sus
Estudios Indígenas, asienta : " La sílaba HUA ( así, con
H) es de origen quechua, en tanto que la sílaba GUA
( con G ) es de procedencia guaraní, aceptadas una y
otra por el pueblo Caribe y por la gran familia Caribe-
tamanaco que pobló las secciones oriental y central de
Venezuela y una gran parte de las Antillas."
Ya queda dicho : las varias tribus que he tratado y
que corresponden á la gran agrupación Pariana, pro-
nuncian ese diptongo sin el acento fuerte que le imprime
la G, asimismo las del Rionegro, etc.
La escritura usando esta consonante en los voca-
blos que tienen los diptongos UA, UE, UI, viene de los
castellanos, entre quienes, por otra parte, un escaso nú-
mero, para acercarse al sonido indígena, empleaban á
veces (y aún emplean ) la H antes del diptongo. En
algunas tribus esos diptongos son completamente na-
sales.
Cuanto á algunos extranjeros, ellos usan la W para
producir el sonido fuerte de nuestras GU ante la letra
final de dichos diptongos, que muchos venezolanos, ó por
no haber oído nunca hablar á los indios, ó por no haber
residido el tiempo suficiente entre ellos, ó por el prurito
de inglesar, también acostumbran, echando en veces
mano hasta de la K, como si no tuviéramos el mismo
sonido fuerte con la C ante las vocales a, o, u. Respec-
to á nuestra H muda, no me parece demás indicar á los
efectos de la lectura de palabras indias recogidas por
alemanes é ingleses, que aquella tiene en esos dos idio-
mas el sonido fuerte de la J. Me parece, pues, que ta-
les extrangeros no han tomado cuidadosamente, al usar
la W, el eufonismo de las voces indias.
Si aquellos compatriotas de quienes hablo, vivieran
algún tiempo entre las tribus guayanesas, prontamente
se convencerían de que ellas pronuncian los diptongos
UA, UE, UI, así como suenan, suavemente, sin el ca-
rácter gutural que les da la G. Y así dicen : Uuainía,
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 139
Acháua, Améua, Máuare, Coyéua, Yáua, Uaraco, Uirirí,
Uenit'iare, ( Bentuare ) Uitin.i, etc. (2) Y no está de-
más añadir que todas estas naciones asan indistinta-
mente en sus voces la E y la I. la O y la U ; y así pro-
nuncian : Are-are ó Ari -ari, uayuco ó uayoco, Casiquia-
re ó Casiquiari, curare ó curari, murujuy ó morojoy, ca-
tomare ó catuniari, etc., etc. Y así confunden también
la B con la P, v-gr: Uapo y Uabo, (3 ) Atabapo y
Atapapo, Sipapo y Sibabo, Mayapo y Mayabo, etc.; y
así la L con la R (suave) y algunos, como los maquirita-
res, la F con la P.
S¿^'U7ida. '* ¿ Qué razones étnicas ó antropológi-
cas hay para comprender en una misma tribu los indios
extendidos al Norte de la sierra de Arimagua y á orillas
del Paragua y del Caroní, bajo las denominaciones de
Paudacotos, Achiregotos y Purugotos, etc. ?"
Las razones que encuentro para comprender en una
misma tribu á los indios de Arimáua, del Paráua y del
Caroni, llamados Paudacotos, Achire-gotos ó Aquere-
gotos y Puru-gotos ó Paru-gotos, qaa hoy no se cono-
cen con tales nombres, son las de derivarse sus idiomas
de una misma lengua y las de haber existido algunos je-
fezuelos denominados con las radicales de esas palabras,
radicales que también fueron nombres de caños ó loca-
(2 ) " Me han sido satisfactorias las razones que usted expone
para no escribir con G las articulaciones UA, UK, UI, en nombres
indígenas. Sin embargo, como hay ya algunas que escán consagra-
das por el uso, sobre todo en nombres propios, no se podría
hacer general esta innovación sin alguna confusión. Por mi parte
conservaría igualmente la K en las articulaciones QUE, QUI, pues
tratándose de idiomas no escritos se gana en sencillez y claridad
para la transcripción, y la G la reemplazaría con la H muda para
satisfacer la vista no más é indicar el puesto que la G ocupaba ;
así desaparecería cualquier duda en la pronunciación de voces tales
como Uruanabis, Uruanayes, etc."
( Carta del Dr. Alvarado, de 27 de junio de 1906. )
(3) Uaho, en dialecto Mandauaca quiere decir caño ; también
le dicen Cdiia y Ooni ó Moni. — Nota del Autor,
140 TAVERA-ACOSTA
lidades donde moraban aquellos señores de las selvas, ó
regularmente nombres de animales, de los cuale^ hicie-
ron una especie de patronímicos agregándoles el genitivo
goto ó coto, Y así, Achire -goto, por ejemplo, ó sea
Aquei'e ó Acqueire, tigre, y codo, parientes, quiere de-
cir " los deudos del Tigre." Por supuesto, demás está
exponer que esta palabra Tamanaco, y por ende Paria-
na, era el nombre de un Cacique, y tiene las variantes
aq2ierre, acquíre y achire, de las cuales los españoles han
hecho hasta el apellido del tirano Aguirre, acaso por las
analogías onomatográficas entre el felino y López de
Aguirre. V.gr : el caño Aguirre en el Delta del
Orinoco.
Ni en Arimáua, á orillas del Caroni, ni en el curso
inferior de este río, ni en el del Paráua, existe hoy nin-
guna tribu indígena. Sólo en las regiones del alto Pa-
ráua y del alto Caroni se encuentran los indios Arecu-
nas, y más al Sur algunos Aruacas, únicos que moran
en tales localidades. Y pienso que las tres tribus en
referencia no han sido sino parcialidades de los prime-
ros, que, como se sabe, corresponden étnicamente al
Caribe,
Por otra parte, los vocablos ^^í'íz y parny^ significan
en lengua peruana, respectivamente, lluvia y llover, y
por extensión río, agua ; y así, sus inflexiones paria,
paro, paru y puru, caño ó agua, en algunas voces de
dialectos hablados desde el mar de las Antillas hasta la
cuenca del Amazonas y aún hasta la del río de la Plata
ó Paraná. (4) Así Paru-goto, si no fuere de puro origen
Pariano, sería una palabra compuesta que quiere decir
'' la familia ó la gente del Agua ó del Caño " ó sean los
moradores de sus márgenes.
Y es de advertir que así como la voz Paro ó Pant
significa caño, río, agua, también son análogas en tal
sentido las palabras Casona ó Cana, Auna ó Aimc,
Guapo ó Uapo y Ooni ó Moni. (5 )
(4) Paraná, el mar, expresa "agua grande."
(5) En otros dialectos de las Guavanas se dice también auáb,
juna, jóo, tuna, iboí, etc. — Notas del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 14 I
Véanse algunos paradigmas :
GeÁC3.gu3. (£'^rz-cdua) caño frío; Aricagua ( ¿^r/-
cáua ) caño del Oriente ; Adorucagua ( ádoro-cáua ) ca-
ño de la guacamaya.
Arabataima {^anibata-aima^ caño del araguato ;
Conopaima ( conopo-aima ) caño de L'/s lluvias ; Guaima
{giL-aima ) caño de la lagartija.
Guacarapo {uácara-abo^ caño de la garza ; Mucu-
rapo {inúccra-abd) caño de la tinaja ; Sipapo {siba-ab(S)
caño ó río de piedras ó de cerros.
Tonoroparo ( tanoro-paro ) caño del pájaro ; Yagua-
raparo (^yauara-fiaro) caño del tigre; Mucuraparo
( múc-cra-pa/o^ caño de la tinaja ; ( 6 )
Chíguirimoni, caño del ChigíJire ; Emoni {ema-oní)
caño de la danta ; Curamoni {^cuv ía-moní) caño d>el
morrocoy. Etc., etc., etc.
Después vinieron los religiosos. Ellos, para dis-
tinguir en su ignorancia unas tribus de otras, pusieron
arbirrariam^fite nombres á las parcialidades que iban
conociendo personalmente y aún hasta á aquellas de
quienes, aún hablando igual dialecto, sólo tenían noti *
cias por referencias de los mismos indios.
Tan diversos nombres, torneados ordinariamente del
de los cabecillas (nombres de animales casi siempre) ó
del de los caños, montes o localidades en donde residían,
sirvieron luego dtr base á muchos viajeros y traficantes
y hasta á hombres de ciencia, para confirmar á aquellos
indígenas con las referidas denominaciones ; y así se ha
formado una inmensa nomenclatura de tribus, cuya con-
fusión es grande y muy difícil de aclarar, si no se saben
á fondo sus respectivos idiomas.
> (6) El término /^^/^í?, en lengua Baniba parece corresponder al
plural de los pronombres demostrativos. — Véase el vocabulario res-
p^.ctivo en la Segunda Parte. — Nota del Auter.
142 TAVERA-ACOSTA
Coincido, pues, con Schcmburgk acerca de la ter-
minación goto c coto, que él dice significa tribu ó fami-
lia, en lengua Macusi. No conozco las obras 'de este
explorador sino por referencia. Creo que nunca han
sido vertidas al castellano y ni siquiera he visto una
traducción francesa. Pero efectivamente, en Caribe
quiere decir aquella terminación, la parcialidad ó fami-
lia correspondiente á cada cacique comarcano, como lo
asiento en la página 302 y sií>'uientes de Anales de Giia-
yana, y se vé en el vocabulario que tengo de dicho len-
guaje y en el del Yarabana. (7)
Y aquí se me ocurre una pregunta. Como quiera
que desconfío tanto de los datos etnográficos de los pri-
meros cronistas, porque sugestionados por los informes
de los conquistadores, cuando no eran actores ellos mis-
mos, escribieron relatos más ó menos exagerados y
con grandísima deficiencia de análisis crítico, se me im-
pone preguntar : ¿ existiría realmente alguna tribu es-
pecial con el nombre de caribe, (cari, caríbal, caripe, ca-
reiba, caribana, calibi, calina ) ó este apelativo fue apli-
cado por los conquistadores para cohonestar los críme-
nes de éstos con el pretexto de la fábula del canibalismo
ó para mejor poder saltearlos, esclavizarlos, robarlos,
fprzarles sus mujeres y sus hijas, talar sus sementeras y
guerrear sus poblaciones. . . . ?
Julio Calcaño dice en la pagina 462 de su obra El
Castellano en Venezuela : "A cierto pez, acaso el más
estimado, si no lo fuere el pargo, y que persigue á los
más pequeños, se le puso caribe ó carite, voz que unos
tienen por indígena y otros no ; y á otro, bueno de co-
mer, pero voraz y sanguinario, le pusieron el mismo
nombre de caribe, ¿ A quienes, apartando lo fantástico
( 7 ) «Todas ó casi todas las tribus cuya terminación es coto 6 goto
han sido calificadas en la gran familia caribe-tamanaco, aunque creo
que lia}^ alguna exageración, como asienta u^ted, en el número de
esas tribus que registran los cronistas y viajeros en general. El
estudio más detenido de las lenguas que quedan resolvería cierta-
mente la cuestión.»— (Carta citada. )
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS I43
y novelesco, se le llamó caribes, como á los indicados
peces ? A los piratas sanguinarios de la nación cumana-
gota. Esta es la verdad histórica. Tengo para mí que
caribe no es término derivado de esta ó de aquella raiz
haitiana, como pretende alguien. (8) Así, como los
conquistadores llamaron goagíros, painpaniUas, cocinas^
salivas, moscas y níosquitos, orejones, etc., etc. con nom-
bres castellanos ó árabes ó latinos á diversas tribus ó
naciones, así llamaron calibes, calibis y ccirihes, á esta
tribu cumanagota porque su ferocidad sanguinaria y su
espíritu guerrero les recordó á los cálibes de Lipara que
infestaban antiguamente el mar tirreno."
Sin embargo, carib ! careibe I fue la exclamación
en que prorrumpieron los aborígenes de las Antillas
cuando en 1492, vieron por vez primera á los epañoles.
Análogas circunstancias concurren en la palabra iiayano.
Así dijeron los indígenas del Orinoco, en 1532, cuando
vieron á los primeros castellanos que remontaron el río,
y de allí provino el nombre con el que hasta hoy se co.-
nocen las regiones comprendidas entre el Atlántico, ei
Amazonas y el Orinoco. Caribe, en lengua de las Anti-
llas, y uayano, en lengua Pariana del Orinoco, parecen
tener igual significado : pálido, descolorido, extraño. Y
no está demás advertir que los calificados también como
caribes de Guayana, es decir, los del Caura, Tapaquire,
Camorica, Mayaúa, los del Caroni, los del Paráua y los
del Cuyuni, aunque hablan distintos dialectos entre sí
y algo diferentes del de los llanos de Barcelona ( Can-
taura, Sanjoaquín, Mucura, Cari, Atapirire, Cachipo,
Suápire, Uverito, etc.) y del de los de Maturín (Mamo,
Tigre, Cucasana, Yabo, etc. ) todos evidencian tener
una lengua matriz.
Todavía suelen decir los llamados caribes del Sur
de Barcelona " está uayano, " refiriéndose á un fruto
(8) En Haití había una provincia llamada «Careibana.» Véase
en la Quinta Parte el vocabulario haitiano, que hemos formado ex-
tractando palabras de la obra Apologética histofia de Indias, por
Fray B.irtolomé de las Casas. — Nota del Auto}.
144 TAVERA-ACOSTA
cualquiera que esté descolorido, ó pasado por efecto del
tiempo, y puede causar daño si se le- comiere. '
Calibi, (y también aré) en dialecto Uuareca ó Ua-
requena, quiere decir día, oriente 6 lugar por donde na-
ce el sol; carina en Uarauno es gallo; ciri en Miripuye,
es uno; en Mandauaca es viento; en Piapoco, tierra ; en
Quichua, hombre, guerrero^ del Sánscrito Karu, sol-
dadOj según Girgois.
Fray Bartolomé de las Casas, en el Capítulo
CLXVII de su incompleta obra Apologética Historia de
las Indias, empezada á escribir en 1527, trae una curio-
sa profesfa relacionada con el término caribe. Dice así :
" Tornando al propósito del cacique ó señor que
había comenzado aquel ayuno, decían y era pública
voz y fama, que habiendo hablado con cierto Cemí
(ídolo) q^ue tenía por nombre Yocahuguama, le había
dicho que los que después que el fuese muerto fuesen
vivos, poco gozarían de sus tierras y casas, porque ver-
nía (vendría) una gente vestida que los señorearía y
mataría y que se morirían de hambre ; de allí adelante
creyeron ellos que aquella gente debía ser los que lla-
mamos caribes, y entonces los llamaban y llamábamos
caníbales." (9)
Américo Vespuccio asegura que entre los indios de
(9) Es asimismo curiosa la analogía profética que acerca de la
llegada de los primeros españoles al Perú, trae Garcilasso Inca
de la Vega en el capítulo XIV, Libro I. de su obra Comentarios
Reales, publicada en 1609 y de la cual dice Prescott : "....en otras
relaciones, aceptadas por el vulgo, se refiere que la primera apari-
ción de los blancos en el país, estaba de acuerdo con antiguas pre-
dicciones •.... El mismo Hnaina Capac, cuando conoció que iba
á morir, convocó á sas grandes dignatarios, y les anunció la des-
trucción del Imperio por esa raza deexranjeros blancos y con bar-
bas, como el cumplimiento de lo que habían pronosticado los
oráculos para después del reinado del duodécimo Inca .... » — His-
toria déla Conquista del Perú. Cap. II, Lib. III.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I45
Paria la palabra charaibi, quería decir hombres sa-
bios, (fo)
De esta última cita no sería difícil inferir que el cali-
ficativo de "Caribes" fue aplicado por algunas tribus in-
dias, con elevada significación, á los primeros europeos
que llegaron, pues debe tenerse presente que aquellos
blancos fueron considerados como seres extraordinarios y
que en algunos puntos hasta adoración divina les rindie-
ron. Mal interpretado el término "Caribe" por los es-
pañoles, vino á poco á ser sinónimo de Caníbal, es decir,
antropófago. ...porque así convino para los efectos del
sórdido interés de aquellos buscadores de riquezas ....
Pero sea como fuere, de mí sé decir que no creo que
haya existido en las antillas determinada tribu á quien
poder aplicar en propiedad el calificativo de Caribes en
ninguna de las varias acepciones conocidas hasta hoy ; y
hace tiempo que he denominado PARIANO, acaso por
alejarme de la rutina más que por cualquier otra razón, al
elemento indígena que más generalizado encontraron los
españoles no sólo en las Antillas sino también en la
mayor parte del territorio venezolano. De suerte que
en mi humilde concepto, el lenguaje que ha venido lla-
mándose Caribe, y cuyo nombre he conservado para
mejor claridad de mi pretensión, no es sino un similar ó
fraterno de los conocidos hasta ahora con las denomina-
ciones de Tamanaco, Cumanagoto, Maquiritare, Mapo-
yo, Otomaco, Arecuna, Macusi, Taino, etc., etc., califi-
cados todos como derivaciones de la '* lenguti caribe,"
cuyos individuos han sido comprendidos en la gran
agrupación étnica del mismo apodo.
Ahora bien : ¿ cual era el idioma madre de tan di-
versos lenguajes ?. . . .
Empero sea cual fuere, no corresponde á mi recono-
cida insuficiencia la resolución de estas cuestiones de
historia, etnología y lingüística precolombianas.
(10) Las Casas, Historia de las Lidias, Cap. 166 lyib. I. E'>ta
obra es distiuta de la Apologética historia de las Indias.
En el Sur~DiaUctos Indígenas. 10,
146 tAVERA-ACOSTA
Quede, pues, ella para quienes con verdadera cien-
cia se ocupen de estudiar los misteriosos anales que
guardan las extintas generaciones del nuevo Continente,
en donde á cada paso se consiguen vestigios y docu-
mentos arqueológicos de remotas civilizaciones no in-
terpretadas todavía con el interés que se requiere.
CAPITTJX.O IT
El Quichua lengua aryana aglutinante— Opinión adversa del doc-
tor Pedro Manuel Aicaya apoyándose en Mr. V. Henry — Con-
greso de Americanistas — Opiniones afirmativas de López, Ro-
jas, Patrón y Girgois — ¿ Quiénes estarán en la verdad ? — Pala-
bras Sánscritas con sus equivalentes en Quichua — Observacio-
nes de Girgois— Ochenta por ciento délas voces quichuas tie-
nen origen aryano — Observaciones del Autor — Analogías con
el antiguo Egipto — Arqueología americana — Cavernas, Cal-
zadas, Diques, Cerros labrador, hachas de piedra, etc. de Ve-
nezuela.
Enero de 1906.
Doctor Pedro Mamiel Arcaya :
Vamos punto por punto.
" El libro Estudios Indígenas no es tan interesante
como usted cree por no conocerlo, y como creía yo tam-
bién antes de leerlo. Hasta contiene ciertos errores
como dar por un hecho demostrado la filiación del sáns-
crito del quichua, es decir, que este último era la forma
primitiva del idioma ario, hablado en las mezetas del
Asia Central y luego importado al Perú, todo por haber-
^lo así escrito un señor López, cuya obra fue criticada,
demostrándose su ningún fundamento, en la reunión del
segundo Congreso de Americanistas."
148 TAVERA-A-eOSTA
Permítame departir con usted, acerca de lo de
aseverar en absoluto que es un error lo que dice Aristi-
des Rojas, basado en la obra del doctor Vicenl'e Fidel
López.
No podría yo afirmar categóricamente que es un
error, por varias razones y particularmente por las po-
derosas de no haber hecho estudios adecuados ni de
poseer conocimiento alguno en la materia.
El doctor López asienta que " el quichua es una
lengua ariana, pero lengua que ha debido separarse del
tronco principal en momentos en que esa lengua madre
no usaba todavía el sistema de flexión, es decir, que
el quichua es una lengua ariana aglutinante."
Y según parece, se inclinan á semejantes conclusio-
nes, Patrón, en sus conferencias lingüísticas y en su obra
Origen de /as lenguas americanas ; Girgois, en su libro
El Oculto, y Rojas en sus Estudios Indígenas. Mas,
como no conozco el Ario ni el Sánscrito, me limitaré á
citar la opinión de estos autores, que parece comprobar
la teoría de López, negada por el señor Henry.
En mi libro Rionegro sólo hago alusión á los traba-
jos del ilustre Alcides d' Orbigny y del doctor Patrón, y
eso, incidentalmente, al referirme á la gran familia Ba-
niba del Rionegro, la aristocracia de ese río, como la ha
calificado Gorrochotegui. Existen tantas analogías
entre éstos y los peruanos, no solamente en el color y
en los rasgos finos de sus rostros, sino también en la
inteligencia de muchas de sus palabras, en sus usos y
costumbres y en su vida sedentaria, ordenada y labo-
riosa, cuyas circunstancias físicas, lingüísticas y etnoló-
gicas, hacen pensar que los Banibas pertenecen á una
de las ramas de los Quichuas que se extendió hasta el
m.ás grande de los afluentes del Apuremac ó Amazonas
por la banda del Norte. Y quizás tras ellos fueron
aquellos valerosos conquistad^ieb que se llamaron Jorge
de Speider, Felipe de Hutten, Francisco de Orellana, *
Pedro de Ursúa, etc., buscando, hambrientos de oro y
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS I49
de pillaje, el reino de los Oméuas, variante de la pala-
bra Baniba <^;;^//¿í7, que significa Gobierno, (ii)
Que el segundo Congreso de Americanistas haya
criticado la obra de López ¿ será una razón contunden-
te en contra de lo expuesto por este escritor americano ?
No conozco los trabajos de ese Cuerpo ; pero quién
sabe cuantos prejuicios entraron en la cuestión. - No
creían los sabios que la tierra era plana ? No negaban
rotundamente su movimiento ? No rechazaban la teo-
ría de la circulación de la sangre ? No negaban la evi-
dencia del magnetismo ? No niegan todavía muchos
sabios la ley de la evolución por la cual el hombre des-
de la más ínfima monera ha venido á alcanzar su forma
actual ? i No se cree aún en la fábula del Paraiso con
Adán y Eva como troncos de la familia humana ? Y,
finalmente, no se mofaban los sabios de los descubri-
mientos de Boucher de Perthes, el fundador de la an-
tropología prehistórica, que tanta luz ha esparcido so*
bre los orígenes de la humana sociedad ? . . . .
Qué mucho, pues, que el Quichua sea una lengua
aryana aglutinante ? (12)
(11) " La huida del Inca Manco, hermano de Atahualpa, á los
bosques de Pilcapampa, en la pendiente de las cordilleras orienta-
les, y la permanencia en tales soledades de Sayri Tupac y del Inca
Tupac-Amaru, dejaron recuerdos, vivos todavía. Creíase que al-
gunos descendientes déla dinastía destronada se habían establecido
entre las orillas, del Apurimacy del Beni ó acaso más hacia el Este,
en la Guayana.» — Humboldt, Cuadros de la Naturaleza^ Lib. Vil,
Cap. I, Pág. 569.— Mairid, 1876.
(12) ^' Compte fendu duCo7igres Intemational des Americayiistes
— 2e sessiotí — Luxembourg, 1877. — En el tomo II, página 75 comien-
za y sigue hasta la página 157, el extenso trabajo de Mr. V. Henry,
titulado Le Quichua esi-il unelangue aryenne? Exameii critique du
livre de V. F. López ^^Les taces aryennes du Pérou.y^ El autor combate
todas las conclusiones de López. Hay que observar que M. Henry
» es uno de los más renombrados sabios de Europa. La teoría
de López quedó destruida desde este trabajo de Henry. Aunque
los que no conocemos sánscrito ni quechua nada podemos afirmar
1 50 TAVERA-ACOSTA
Consecuente con sus ideas el señor doctor^Arcaya,
publica posteriormente en un estudio titulado Voces In-
dígenas, (13) lo siguiente:
*' De paso advertiremos que el Dr. Rojas siguiendo
las elucubraciones de D. Vicente Fidel López confundía
las palabras tupís y caribes que dejamos examinadas
( Paragoa, Par agua, ParaJiMo) pretendiendo, por ejem-
plo, que el caribe /íir<7/^7/<^ (mar) y el nombre del río
Paraguay se derivasen de la radical guaraní Para (mar)
conexionando esta radical con la voz quechua para, que
quiere decir lluvia y trayéndola de la palabra sánscrita
purua ó puruva. La lingüística contemporánea no ad-
mite ese imaginario parentesco de idiomas tan remotos."
El doctor Rojas, en la página 1 14 y siguientes de
sus Eshidtos Indígenas, dice :
" De todas las radicales del agua, en los pueblos
antiguos de la América del Sur, la que ha abrazado una
zona geográfica más extensa y ha impreso su sello so-
bre las grandes regiones acuáticas del Continente, es la
radical quechua-guaraní Para,"
"Para, en lengua quechua equivale á lluvia y en
un sentido más general á ao^ua y por lo tanto, á mar,
gran río, gra7i lago, etc."
por nuestros estudios propios, sí po lemos decir que la teoría de Ló-
pez está conceptuada como un error por los sabios especialistas en
estas materias, cuya autoridad debemos respetar. En este sentido
he dicho que Aristides Rojas, al adoptar corno verdaderas las con-
clusiones de López sufiió una grave equivocación, porque esas teo
rías han pasado á unirse con las que asentaban que el quechua y
otros idiomas americanos procedían del hebreo ; errores todos dese-
chados por la ciencia, mediante el estudio comparativo de las for-
mas gramaticales de los idiomas respectivos." — (Carta del Dr. Ar-
caya, de 26 de febrero de 1906. )
(13) Mes Litcfajío, núm. 2 Revista peiiódica de Coro (Vene-
zuela) de 30 de noviembre de 1906.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS
151
" En la lengua guaraní, la radical Para, no equi-
vale á lixivia, como en el idioma quechua, sino á ma?\"
"Refiere García ( Origen de los Indios^ que Para,
como radical de lluvia, agua, etc., se deriva de la voz
hebrea /'í^^i, que significa fertilizar. Las elucubra-
ciones modernas dan á este vocablo una acepción más
elevada. Su estudio nos resuelve, no sólo el problema
de la emigración del pueblo caribe, de Sur á Norte, sino
también los orígenes de las poblaciones primitivas, en
las regiones occidentales de América."
Bien puede ser como lo asienta el doctor Arcaya ;
pero la \oz Sínscrita púrua, ( lluvia y por extensión
agua ) tiene sus evidentes analogías en algunas pala-
bras de los lenguajes hablados no sólo entre los mora-
dores del Perú y de Bolivia, sino también entre los del
Paraguay ( Paráua-í ) del Brasil ( Parásili ) y de Ve-
nezuela, es decir, entre casi todos los antiguos habitan-
tes del continente sur-americano.
En efecto, véanse
Sánscrito
púrua
lluvia
Quichua
para
lluvia
Aymara
para i
llover
Uaraní
para
el mar
Caribe
paráana
mar, agua grande
Tamanaco
paráua
el mar
Cumanagoto
paráua
el mar
Macusi
para
río
Tupí
parana
río
Cocaima
parana
río
Omáua
parana
río,
conexionadas todas en una misma significación : AGUA.
Julio Gaicano, al hablar de la probabilidad de ha-
ber existido en Venezuela tribus de la Oceaní?^ dice :
"Así, para (del s3inscúto pala) significa grande,
y par a-par a, menos grande ó pequeño. Corrobora es-
i;2
TAVERA-ACOSTA
tas observaciones que la voz para en el sentido de por-
ción la tiene el cumanagoto lo mismo que otros ^/dialec-
tos indígenas de Venezuela, bien que algunos de estos
le da significación muy diversa. Parahíia llaman los
oumanagotos al mar, y parahua los indios de Guayana á
uno de nuestros ríos más hermosos ; y en una y otra
voz se ve claramente el significado de ''porción de
agua " ó "río grande." De notar es que hawa, es voz
malaya originaria del árabe, y que significa atmósfera,
aire, viento, clima, aliento; así como que el árabe tiene
el vocablo wad, río ; y las analogías del malayo con el
árabe y el hebreo, á pesar de ser un dialecto del sáns-
crito, han sido demostradas por Robinson y Favre."
( El Castellano en Venezuelay pág. 407 )
En el párrafo transcrito, aún cuando Gaicano no le
da á la voz para el mismo significado, sí expresa resuel-
tamente su pura filiación aryana.
Aparte de las radicales que traemos en la página
21, ( Primera Parte) comparadas del lenguaje de los
indios del Indostán, derivado del Sánscrito, con las de
algunos vocablos de los dialectos de las regiones del
Territorio Amazonas, de Venezuela, extracto de la
obra El Oculto, del doctor Girgois, las siguientes voces
sánscritas con sus equivalentes en el idioma Que-
chua : (14)
Quechua :
ayar jefe
anchi llorar, sufrir
kakamuni (15) yo como
kata cubrir
Sánscrito .
•
Ajar
jefe
ang'
penar
c'am
comer
c'ad
cubrir
(14) Qiietche, en dialecto Carúzana del Rionegro, quiere decir
"heimano;" en Cumanagoto, "siempre verde; " y en lenguaje
del Indostán significa *' tierno," que no está en sazón, envolviendo
todos así como una idea de juventud ó de ternura.
(15) Caca^ en Baniba quiere decir «'casabe" ó "comida."
Notas del Auto?
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
153
c'al
mojar
kal-luni (16)
derramar agua
gacc'a
árbol
hacha
árbol
gam »
ir
hamu
ir
P^^.
buey
ku
cuadrúpedo
JUJ
unir
juk
unir
j'ang'a
pierna
chanka
pierna
kama
amor
kamaui
gozo
kak'
reir
kacuani
yo río
koj'
feliz
kacuni
soy feliz
karu
soldado
k' kari
guerrero
kara
accción gue-
rrera
k' karu
saqueo
k'at
andar
katini
yo sigo
kut
moler
kutani
yo muelo
na
canto, hablo
ni
hablar
nakk
matar
naca
matar
nak'a
uña
naccha
uña
pañi
mano
pana
mano
pant
andar
pantani
yo ando
puc
cocer
puki
cocido
ri
ir
ri
ir
sira
culebra
sira-sira (17)
reptil
si ka
rayo de luz
siki
rayo de luz
sing'
oler
sinka
nariz
su ka
altura, cresta
sukuma
cresta, emi-
nencia
silí.
aguja
sira
aguja, coser
tata
padre
taita (18)
padre
tap
arder
tapa
esplendor
topa
luz, sol
tupa (19)
luz del sol
tutt
obscurecer
tuta
noche
tup
golpear, despe-
dazar
Quechua, es "agí
tupani (20)
ua" y asimismo (
yo rompo
(16) Uni, en
3n todos los dialec
tos del Rioneg:
ro venezolano.
(17) Sha en Mandauaca, es "oso," y caca-sita^ "oso" ó "ani-
mal que es bueno de comer."
(18) Taintmiit^ eu Yabitero, quiere decir "hijo." En Caribe
tata es " madre."
(19) Topa ó Tupa, Tupac ó Tapac, "luz del sol" ó "brillante
hijo de la luz del sol." Tupáfacqite, en lenguaje Caribe significa
Jefe. Tupa Qn Uaraní y en Chiquito, es "Dios"; en Tupí y en
Ticuna se dice Tápana.
( 20 ) Titppia, en Baniba, es " gota, " partícula de agua.
Notas del Autor.
I 54 TAV ERA- A COSTA
Todos los vocablos qae se acaban de leer evidencian
que una misma radical les corresponde ; y '* r^ps parece
lícito admitir, dice el autor, que una lengua cuyas raices
testifican el origen ariano, alejada de sus hermanas
asiáticas y europeas, confinada durante siglos en el co-
razón de la América Meridional, que se quedó en el
período transitorio aglutinante y como cristalizada, por
causa eficiente de un progreso de concentración política
y religiosa, y con un fondo completamente ariano, há-
llese con accidentes gramaticales que suelen encontrar-
se solamente en las lenguas turánias. " (21)
No son, pues, únicamente el doctor López y el
doctor Rojas los que opinan por que el Quechua es una
lengua Ariana. Son también el doctor Patrón y el
doctor Girgois.
Patrón, en una de sus memorias leída en el Con-
greso Científico del Uruguay, demuestra la íntima re-
lación que existe entre la civilización y lenguas de al-
gunas naciones sur americanas con las de los antiguos
pobladores del Asia, lleí^ando á probar que aquellas co-
nocían la escritura cuneiforme de éstos. (22)
Y Girgois afirma : "Tenemos ala vista un Dic-
cionario quichua, con sus equivalentes y radicales sáns-
critos ; resulta de su examen prolijo que más del ochen-
ta por ciento de las palabras quichuas, considerándolas
tanto com.o palabras completas, como radicales, tienen
un origen ariano. . . .
(21) El Oculto, página 42, edición de Barcelona, E^p , 1901
( 22 ) Creemos pertinente recordar aquí la piedra del Sarare,
escrita con caracteres cLiiieiforraes, análogos á los de los asirios,
cuyo diseño ha publica lo el señor Carrascosa en el número 4215
de La Religión y reproducido luego en el número 26 de El Fo-
mento Nacional, perióüco-; de la Capital de la República, y la pie-
dra escrita con caracteres fenicios, encontrada en el Brasil, en 1873,
y de que habla el referido Dr. Rojas en las páginas 21 y 22 de sus
Estudios Indíge?ias.^ Notas del Auto}.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 155
Y después de comprobar con multiplicados ejemplos
gramaticales, la exactitud de su postulado, concluye :
"Creemos con el corto estudio anterior, haber
probado que la lengua quichua es ariana, pero ariana
en el período aglutinante, punto sumamente importante
que notar, pues la alta antigüedad de esta lengua, sin
duda alguna de más mil siglos, siguiendo la cronología
Hindú, época probable de la existencia de tierras entre
el continente americano y el viejo mundo.
''PerÚQW sánscrito quiere decir ''Oriente." De
las Indias c de las altas planicies del Asia, para mar-
char hacia el oriente hay que atravesar la parte del
globo terrestre que se llama en la actualidad Oceanía.
Por su conformación representa muy bien un continente
que se sumerjió ; las islas actuales fueron sin duda al
guna las montarías y cadenas de montañas ; opinión
que no tiene nada de inverosímil, conociendo los sonda-
jes que se han practicado en esta parte del Océano,
donde la sonda indica profundidades extraordinarias.
" Es lícito suponer que aquel continente sur, la
Atlántida, ó quizás remontando más siglos, la Lemuria,
hubiera sido habitada por razas arianas madres, en una
época en que la lengua se hallaba solamente en estado
aglutinante. ..." de donde es lícito inferir también que
"el quichua es una lengua ariana, separada del tronco
principal " en momentos en que se verificara aquella es-
pantosa convulsión geológica, tanto más cuanto que,
según Girgois, más del ochenta por ciento de sus voces
tienen un origen ariano. ( 23 )
Para ensanchar un tanto la expuesta teoría en lo
tocante al parecido de razas, lenguas, escritura, civi-
lización, etc. de los precolombianos de América con los
moradores del hemisferio oriental, permítasenos copiar
del capítulo XIX de nuestro hbro Rionegro algunos pá-
(23) Véase al final de esta Tercera Parte un vocabulario de la
lengua Quichua.
i::6 TAVERA-ACOSTA
rrafos que quizas puedan servir para robustecer- lo que
hemos dicho en la Primera Parte, sobre solidaridad
de aquéllos.
Léanse :
Otra particularidad que caracteriza á los ríos de
aguas negras y rojas, es la casi ausencia de mosquitos
y zancudos, eficaces propagadores del paludismo y de
otras enfermedades. ¿ Será que aquellas plantas ( se
viene hablando de las que existen en sus orillas) con-
tienen sustancias insecticidas ? ¿ Será que hay otras,
sembradas expresamente á las márgenes, como lo ha-
cían en épocas lejanas los habitantes del antiguo Egip-
to, para sanear las zonas pantanosas y purificar el
ambiente ?
No se puede asegurar, aún cuando se tomen en
cuenta las evidentes analogías que guardan entre sí los
primitivos egipcios con los ignotos habitantes de la
región intertropical americana. Son tantas las analo-
gías á que nos referimos, que hacen pensar seriamente
por lo que atañe á nuestra Patria, que hubo en tiempos
muy remotos una civilización material superior á la que
encontraron los castellanos de la Conquista. En corro-
boración de esto, se ven por donde quiera muchas cu-
riosidades y obras de arte, que aparecen hechas unas
por la mano de la naturaleza y otras no, y que bien
pudieran haberlo sido todas por la del hombre de aque-
lla misteriosa época.
Y cabe aquí recordar las siguientes :
la gigantesca cueva del Guácharo, cerca de Caripe,
que acaso fué un templo de los aborígenes ; ( 24 )
(24) "La gruta de Caripe conserva la misma dirección, la
misma anchura y su altura piimitiva de sesenta ó setenta pies,
hasta una distancia exactamente medida de 1458 pies : no he visto
jamás en loi dos continentes ninguna caverna de estructura tan
uniforme y regular. Teníamos mucho trabajo en persuadir á los
indios que pasasen la parte anterior de la grata, la úaica que ellos
frecuentan anualmente ; y fue necesaria toda la autoridad de los
Padres para hacerles avanzar hasta el paraje, donde el suelo se
levanta repentinamente con una inclinación de 60°, y di^nde el te-
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I57
la hermosa calzada de cuatro metros de elevación
sobre el plano de las sabanas que median entre Bari-
nas y Canáua, y que mide 25 kilómetros de largo ;
la del camino entre el Sipapo y el Bentuari, cuyos
trozos aún se ven de 6 á 8 metros de ancho ;
el circo irregular de enormes piedras superpuestas
que existen en las selvas de Beticó, donde empiezan las
estribaciones del cerro, á 25 kilómetros de Trujillo ;
los cerros labrados en forma de escalinatas, para
cultivar las tierras, que aún se ven en Aricáua ;
los grandes geroglíficos pintados ú. más de 150 pies
sobre el plano de las campiñas donde se alzan los>:ce^
rros de Atures, Maipures, Pirare-ame, etc. etc ; •■ " "'/
las grutas de Sanrejis, llamadas vulgarmente San-
rey, y de Caripo, en cuyas graníticas ábsides y paredes
se observan grabados astros y símbolos curiosos ;
las grandes trompetas de barro cocido de los indí-
genas del Rionegro y de otros puntos del país ; (25)
las cuevas de Los Aposentos, Niquitao, Peña Co:-;
lorada, Culebrina y Cordoncigal, en Trujillo ; las "de
los Morros y Casa do Piedra, en Aragua ; M-acaira, en
Altagracia de Orituco ; Peñón, en Ocumare ; las de
Barrauán, Atures, Ipaibot, Maipures y Cerro de mo-
nos, las del Sipapo, las de Sarare, Aguas-blancas, etc ;i
los formidables diques de cuadradas rocas vertical-
mente colocadas, unas sobre otras, con inteligente si-
metría, como para contener ó desviar la corriente, en ^1'
sitio denominado " La Estrechura," en el río Uabiare,^
y en Candelaria, cerca de Ciudad Bolívar, á más de
de 1200 kilómetros distante uno de otro ; '
el paredón de Tiznados ;
la gruta de Arimáua con su mesa y asientos circula'-'
res, de piedra, á orillas del Caroni ;
rreno forma una pequeña casca la subterránea, pues los indígenas
creen que en el centro de la cueva descansan las altnas de sus ante-
pasados."— Humboldt, Viaje d las regiones equinocciales ^\j\\i, II,
'Cap. VII, tomo II.
(25) La trompeta era indispensable en las grañ'ie^ "Ófqíiestaá
del KgiptOj— Nota del Autor. '"^" ^- ' ' -
158 TAVERA-ACOSTA
las curiosidades de sílex halladas en 1902 en el
caño Beripa-moni (en ei Casiquiare ); en 1903 en el
Cunucunuma, y en 1904 en la confluencia del Mataban,
de las cuales aún conservamos varios phallos (26) y
algunas hachas de piedra pulimentadas ;
la piedra del Sarare cubierta de caracteres cunei-
formes semejantes á los de la escritura asiria y cuyo
diseño publicó el señor Carrascosa, de Yaritáua ;
y, finalmente, la multitud de rocas grabadas (es-
critura pictórica ) que se miran en Tocoma, Arimáua,
Candelaria, Boca del Infierno, Las Clavellinas, Mapa,
Campanero, Sedeño, Caicara, Cabruta, Encaramada,
Aima, Mocupia, Buría, Cuara, Padilla, Uaca, Uruana,
Paruaza, Tigre, Maipures, Paloma, Sipapo, Bentuari,
Camizón, Raya, Matabén, Apanabén, Cariche, Merey,
Palmana, Caripo, Culimacare, etc. etc., que testifican
con sus figuras el trabajo de los hombres, ejecutado
en una época que nadie hasta hoy ha podido pre-
cisar, y de las cuales poseemos la más hermosa co-
lección que se conoce, correspondientes al territorio
de Guayana
En vista, pues, de todo lo expuesto, no tendría
por qué producir extrañeza la idea apuntada de si los
antiguos aborígenes pudieron haber sembrado á orillas
de los ríos plantas insecticidas, con el fin de sanear las
localidades habitadas por ellos, como lo hacían los
hijos del Egipto.
En las páginas subsiguientes reproducimos algunos
de los expresados geroglíficos copiados por nosotros de
sus respectivos originales.
( 26 ) Debe recordarse que el Phallos era adorado entre los an-
tiguos egipcios como una divinidad. — Nota del Auior. ,
M|||l%|l^ '-mi%(^ "m%^ "i^ifl^ -n(|^l|||(^-iSi^(li^ "<i|¡^l<^ "i[|l^ill^ ■M|(^i(^ "iill^ill^ '",;A|¡i^ Müi^iiit^ "iij^l^ll» ^\f^f>- 'iif^Jh 'Hiftiií^
CAPITULO IIT
Petroglifos de Guayana — Su antigüedad precolombiana — Sus pri-
meros descubridores — Opiniones de Humboldt y de Schom-
burk — I^a Atlántida — Creencias y tradiciones de los indios
del Orinoco— Araali vaca ó Aniiri-uaca — Interpretaciones de
esta palabra en Quichua y en Indostano — Cuestionario —
Símbolos antiguos— Interpretación de algunos geroglifos de
Guayana — Creación de la Tierra, su inmersión y su repobla-
ción— Analogías oojíinogóaicas, teogónicasy etnológicas.
(^Continuación^
Lamentamos no tener mayor cantidad de mate-
rial á la mano para continuar estudiando el asunto
" Quichua lengua Aryana aglutinante," y seguir así
departiendo con tan ilustrado amigo. Bien puede suce-
der que estén equivocados en sus afirmaciones López,
Rojas, Girgois y Patrón, pues el error es patrimonio de
la inteligencia humana.
Mas sea como fuere, y entrando en otro orden de
consideraciones, tendientes, puede decirse, al mismo
fin de solidaridad, permítasenos involucrar á continua-
ción, tomados de nuestro citado libro Rionegro, los si-
guientes párrafos :
Es prodigiosa la cantidad de cerros pintados y de
rocas grabadas que hay en el inmenso espacio com-
prendido entre el Delta del Orinoco y bocas del Esse-
quibo y las márgenes del üainía ó Rionegro, siendo de
advertirse que todos los grabados como que guardan en-
tre sí grandes analogías.
1 6o TAVER A- AGOSTA
Las primeras noticias que se dieron de las del
Orinoco, las divulgaron los frailes jesuítas que en 1671
llegaron hasta la confluencia del Sinaruco, el mismo
Sinare-occo de los indígenas. A este particular dice el
Rvdo. Juan Rivero en su Historia de las Misiones del
Casanare, Orinoco y nieta, en 1729-35, que encontra-
ron "peñascos muy alto en los cuales había unas figu-
ras esculpidas en las mismas peñas con tal arte y dis-
posición, que no es posible haberse formado en ellas
las tales imágenes ó ídolos sino por arte del demonio,
porque si atendemos á la altura y á lo inaccesible de las
peñas, no era posible haber hallado arbitrio los hombres
para subir á ellas, así por la mucha altura como por lo
tajado del risco." ( Cap. VI, Lib. IV.)
El buen fraile se refería á las que están situadas en
los cerros graníticos de Tigre y de Paruaza, pocos ki-
lómetros abajo de la conjunción del río Meta con el
Orinoco.
En 1739 encontró el cirujano alemán Hortsmann
en el Rupununi, algunos petroglíficos ; Humboldt, en
1800, habla de los del Orinoco y Casiquiare (27) ; Ro-
bert Hermann Schombargk, en 1839, halló otros en Ins
regiones del Essequibo, Coren tin y Coyouini (28) ; Co-
dazi, en 1840, hace referencia á ios del Orinoco (29) ;
Joaquín Acosta, encontró muchos en el lago de Fii
quene (30) ; Chafifanjon, en 1886. menciona los del
cerro de Atures (31): y Marcano, en 1887, copió al-
gunos de los colocados desde Caicara para abajo. (32)
(27) Viaje d las regiones equinocciales del Nuevo Continente.
(28) Reisen Í7i Guiana und avi Orinoko.
(29) Resumen de la Geografía de Venezuela.
(jo) Compendio Histórico del descubrimiento de la Nueva Granada.
(ji) D Orénoque et le Caura.
(32) Éthnographie precolombienjie de Venezuela.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS l6l
En la página 195 de Ciíadros de la Naturaleza, dice
Humb^ldt : " Las figuras simbólicas que Roberto
Schomburgk halló en la cuenca del Essequibo, cerca de
los rápidos de Waraputa, se parecen, dice él, á los que
existen en la isla de St. John y cuyo origen caribe es
innegable. Sin poner en duda la exactitud de tal
afirmación, no puedo creer, sin embargo, á pesar de la
vasta extensión de las comarcas por donde se expar-
cieron los caribes y del antiguo poder de esta bella raza,
que la zona inmensa de rocas esculpidas que atraviesa
de Oeste á Este gran i")arte de la América Meridional,,
pueda ser obra de los caribes. Más bien ha de verse
en estas la huella de una. civilización que se remonta
á una época en que no se conocían aún ni los nombres
ni el parentesco de las razas que distinguimos hoy."
El mismo Schomburgk califica esos grabados como de
"monumentos respetables de la civilización y supe-
rioridad " de las tribus antepasadas. (33)
Los indios Banibas del Rionegro llaman esas rocas
grabadas ippa-ianata, es decir, piedras escritas : de
ippa, piedra, y ianata, escritura. (34)
I Cuántos años han transcurrido desde que fueron
pintados esos cerros y trabajadas aquellas rocas ? ¿ Cinco,
veinte, cuarenta siglos ? ¿ Quién lo sabe ?
¿Fueron esculpidas las figuras de las rocas primero,
ó fueron antes pintadas las de los cerros ? Misterio !
Se abisma el humano pensamiento y no puede en ma-
nera alguna responder en nuestros días. (35)
(33) Aristides Rojas opina con Schomburgk.— £'j/^/í//í7í Li-
dígeiías, página 13.
(34) Humboldt dice que los tamanacos las denominan tepame-
7 eme. Obra citada, página 361, tomo III. *
(35) El señor doctor Elias Toro, en la página 89 de su intere-
sante» obra Pí? a /¿íí í^/z'^í de Guayana, dice que " del arle preco-
lombiano en Venezuela sólo existió la alfarería." Pensar os que
todü>< estos grabados en las rocas y todas esas pinturas hechas en
los cerros, rectifican tal aserción. — Notas del Autor.,
En el Sur— Dialectos Indígenas, 11.
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EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 1 63
¿Qué habrán querido derhostrar los indígenas con
esas ii>jágenes ? ' .
¿Habrán querido señalar alguna época para recor-
darla á las generaciones que les sucedieran ?
¿Serán simples ensayos caprichosos de artistas in-
cipientes ?
¿Serán caracteres que traduzcan algo, á manera de
los geroglífieos del Egipto ?
¿Querrían ellos señalar asilas distintas jurisdiccio-
nes de mando ?
¿ Dirán alguna relación con el común origen de las
razas polinesia y americana ?
¿Serán vestigios de una civilización que se pierde
en la noche de los tiempos ?
¿Simbolizarán ellos asuntos histéricos ó religio-
sos ?
No lo sabemos ; pero debemos recordar que aún
quedan muchos testimonios de la civilización de los
aztecas, de los peruanos y de los chibchas. ¿Cual de
ellas fue la poderosa y adelantada raza artífice de los
petrogHfos venezolanos ?
Refiriéndose Codazzi á las piedras pintadas de
Pandi, Saboyá, Facatativá, Aipe, Gámeza, etc. en Co-
lombia, dice: "Conocían también la escritura geroglífica,
destinándola á formar sus anales históricos y tenían
nociones harto exactas de astronomía con relación al
año solar y al advenimiento de las aguas. De ellos nos
quedan testimonios incontestables en el calendario es-
culpido en piedra, satisfactoriamente explicado por el
erudito Duquesne, y en los monumentos que han po-
dido resistir á la acción destructora del tiempo y de
las manos ignorantes." (36)
Al contemplar nosotros estos grabados y - todos los
demás á que hemos hecho referencia, nos ha \^enido
constantemente á la memoria el recuerdo de Ja miste-
riosa Atlántida, de que habla Platón, sumergida en las
aguas del Océano, la cual según\s.us '* DiáTpgdé,',' fue la
(36) Antigüedades Indíge7ias, por A. Codazzi, Bogotá, 1857.
Maipures.— Geroglifo pintado, no grabado, en el cerro
de la Luna. Humboldt, que no vio estas figuras, supu-
so en su.obra Cuadros de la Naturaleza, que las formaba
un nudo de cuarzo de aquella masa granítica. Kl
circulo exterior mide dos metros de diámetro y está co-
locado a más de 150 pies de altura.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS l6
patria de los seres que precedieron á la actual raza
humana. (37)
Parece que aquella isla ocupaba no sólo gran parte
de lo que es hoy Océano Atlántico, sino que también
llegaban sus tierras hasta el mar de las Indias Orienta-
les ; era superior en civilización material y fue sumer-
gida en varias secciones en el transcurso de millones
de años. La catástrofe de Poseidones, que fue la úl-
tima porción desaparecida, se remonta hoy á once mil
cuatrocientos setenta años ! Más de sés'enta. millones
de habitantes perecieron en los diversos hundimientos
de la Atlántida ; pero con todo, más tarde se hallaron
(37) El hundimiento reciente de algunas islas en el Pacífico, en
el mar de las Antillas y en el Océano índico pueden confirmar esta
teoría. En efecto, tras los terremotos del Valparaiso, Calabria,
el Japón y Sanfrancisco de California, se hundieron islas en el mar
del Sur, á mediados de 1906, y ahora, en enero de 1907, tras los
terremotos de Arica, Turquestán, Jamaica y Sumatra, se acaban
de hundir partes de estas dos últimas islas.
Y aquí es de trascribir lo que dice el Rvdo. Antonio Rafael
Mercuriali, en su obra Revohcciones próximas del globo terrestre^
publicada en Bolonia (Italia) en 1750. Refiriéndose á la Amé-
rica asienta : "La cadena de montañas que atraviesa el Mediodía
déla América Setemptrional, la América Central y del Oeste al
Este de la América Meridional puede ser justamente llamada la es-
pina dorsal del Nuevo Mundo. Está situada en el centro del
Universo y recibe las impresiones del fuego subterráneo, que es
empujado sin cesar de las extremidades al corazón y á la super-
ficie de nuestro planeta. Al fin del siglo ( XIX ) que vendrá des-
pués del nuestro, y durante el primer tercio á lo menos del (XX)
que le sucederá, esta espina dorsal, este lomo del mundo, será
violentamente levantado con las regiones de valles y llanuras que
lo rodean y otras aún más lejanas. Varias de las islas Antillas,
que no son sino puntos culminantes de las partes sumergidas de
la cadena de los Andes y de los Montes Rocayosos, sufrirán mu-
cho en estas sacudidas ; pero el alto y medio Perú y Chile, des-
pués de la región de Venezuela, experimentarán especialmente
los peores efectos. Creo poder afirmar que la ciudad de Santia-
go de Chile, por ejemplo, será arruinada en tres veces antes del
año de 1909."
Y las profesías se cumplen : al menos así parecen indicarlo las
catástrofes de Guaren íi'ín-iiíi ti re Martinica, Buenaventura, San-
tiago de Chile, Valparaiso, Arica, Ecuador, California, Jamaica y
México, verificadas al fin del siglo XIX y en lo que va corrido de
este siglo XX. — Nota del Autor.
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EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 167
descendientes de ellos en el antiguo Egipto, en la primi-
tiva Greiiia, en la remota China y en el sur del Indostán.
Dice Humboldt : " No puedo menos de citar aquí
un hecho que no fue desconocido al Padre Gilij, y de
que se ha hablado varias veces, durante nuestra man-
sión en las misiones del Orinoco. Los indígenas de
aquellas regiones han conservado la creencia de que "en
''el tiempo de las grandes aguas cuando sus padres se
"veían obligados á ir en canoas para librarse de la inun-
' 'dación general, venían las olas del mar hasta batir con-
"tra las peñas de la Encaramada." Esta idea no se
presenta aisladamente en sólo el pueblo de los tamana-
cos, sino que hace parte de un sistema de tradiciones,
cuyas nociones se hallan esparcidas entre los maipures
de las grandes cataratas, los indios del río Erebato (38)
que desagua en el Caura, y en casi todas las tribus del
alto Orinoco. Cuando se pregunta á los tamanacos
cómo ha sobrevivido el género humano á aquel cata-
clismo extraordinario ó cdcid del agua de los mexicanos,
responden " que un hombre y una mujer se salvaron
" en lo alto de un monte llamado Tamanacu, situado
'' en las orillas del Asiberu, y que habiendo arrojado
'* tras si, y por encima de sus cabezas el fruto de la
"palma mauricia, vieron nacer de los huesos de
"ese fruto los hombres y las mujeres que po-
''blaron de nuevo la tierra." He aquí en toda su
simplicidad, y entre pueblos salvajes, una tradición que
los griegos han adornado con todos los encantos de la
imaginación. A algunas leguas de la Encaramada,
se eleva en medio de la sabana, una roca llamada Te-
pamereme, Roca-pintada, que ofrece figuras de anima-
les y pinturas simbólicas semejantes á las que hemos
visto bajando el Orinoco á poca distancia y debajo de
la Encaramada, cerca de la ciudad de Caicara. Se-
mejantes piedras son llamadas en África por los viaje-
ros//^c/r^z^ de fetiches; mas no me serviré de este nom-
bre porque el fetichismo no se conoce entre los indios
(38) Modismo empleado por los españoles dd vocablo indio
arábala. — Nota del Autor.
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Casiquiare. — Geroglifos grabados en la roca llamada "Piedra
Pintada," cerca de la confluencia del río Siapa. Semeja un emr
brión que se desarrolla.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 169
del Orinoco, y porque las figuras de estrellas, sol, ti-
gres y. cocodrilos, que hemos visto trazadas en las
peñas, en lugares hoy inhabitados, no parecen de-
signar de -ningún modo objetos del culto de estos pue-
blos. Entre las riberas del Casiquiare y del Orinoco,
entre la Encaramada, Capuchino y Caicara, • se hallan
á veces estas figuras geroglíficas, á unas alturas muy
grandes y sobre murallas de rocas que no serían ac-
cesibles sino construyendo andamios muy elevados.
Cuando se pregunta á los indígenas cómo se han podi-
do esculpir aquellas figuras, responden sonriéndose, y
como contando un hecho que sólo un extrangero, un
blanco, puede ignorar, que /'á la época de las grandes
'* aguas iban sus padres en canoas hasta aquellas al-
"turas. (39)
** Estas antiguas tradiciones del género humano
que hallamos esparcidas en la superficie del globo, como
restos de un vasto naufragio, son del mayor interés
para el estudio filosófico de nuestra especie ; semejan-
tes á ciertas familias de vegetales que á pesar de la di-
versidad de climas y la influencia de las alturas, con-
servan la impresión de un tipo común, así las tradi-
ciones cosmogónicas de los pueblos ofrecen por todas
partes una misma fisonomía y unos rasgos de seme-
janza que nos llenan de admiración. Tantas lenguas
diversas que pertenecen á unas ramificaciones entera-
mente aisladas al parecer, nos trasmiten los mismos
hechos. El fondo de las tradiciones sobre las razas
destruidas, no varía casi nunca ; pero cada pueblo les da
su colorido local. Tanto en los grandes continentes
como en las islas más chicas* del Océano Pacífi.co, siempre
es la montaña más elevada y más inmediata, la en que
se salvaron los restos del género humano, apareciendo
( 39 ) "Para nosotros, dice Aristides Rojas en las páginas 25 y 26
de su mencionada obra, algunos de esos dibujos simbólicos re-
cuerdan el último cataclismo americano ; otros fijan la tradición
universal que ha existido en todos los pueblos de la tierra— el di-
luvio ; y otros, la entrada en las tierras americanas de los prime-
ros hombres que empezaron á poblarlas, muchísimos siglos antes
del cristianismo."
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EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I7I
este acontecimiento tanto más reciente cuanto las na-
ciones son más incultas, y que el conocimiento que tie-
nen de sí mismas no data de una época muy remota.
Cuando se estudian atentamente los monumentos me
xicanos, anteriores al descubrimiento del nuevo mundo,
cuando se penetra en los bosques del Orinoco, y se ad-
vierte la pequenez de los establecimientos europeos,
su aislamiento y el estado de las tribus que han
quedado independientes, es imposible atrii^uir dichas
analogías á las influencias de los misioneros, ni á las del
cristianismo sobre las tradiciones nacionales. Asimismo
es poco verosímil que el aspecto de los cuerpos marinos
hallados en las cimas de las montañas, haya hecho na-
cer entre los pueblos del Orinoco la idea de aquellas
grandes inundaciones que han apagado por algún tiem-
po el germen de la vida orgánica sobre el globo." —
( Obra y tomo citados, Libro VIII, Capítulo XIX.)
Y más adelante (Cap. XXIV ) dice : " Amalivaca,
el padre de los tamanacos, es decir el creador del gé-
nero humano (cada pueblo se considera el primero en-
tre los demás) llegó en una barca cuando la gran inun-
dación, que se llama /<i; edad del agita, cuando las olas
del Océano se estrellaban en el interior de las tierras
contra las montañas de la Encaramada. Todos los
tamanacos se ahogaron, á excepción de un hombre y una
mujer que se salvaron sobre una montaña cerca de las
orillas del Cuchibero, y la cual es el Ararat de los pue-
blos árameos ó semíticos, el Tlaloc ó Colhuacán de los
mexicanos. Amalivaca viajando en su barca, grabó
las figuras de la luna y del sol sobre la roca pintada
de la Encaramada." (40)
(40) Pensamos que el vocablo Amaliuaca corresponde á las pala-
bras Quichuas amari ó amarit y uaca. En ese idioma amari ó
amane es serpiente, y uaca significa culto ó religión, ó templo ó
deidad ó tumba. — Así Amarii-icaca, quiere decir ''deidad sagra-
da" ó " templo ó culto de la serpiente "; y como se sabe, la cu-
lebra era un animal sagrado para los Quichuas y para otras na-
ciones americanas. En Cajamarca existía para 1532 el templo
de la culebra : Aniari-íiaca, De los geroglifos de Pirare-ame,
Paloma, Atures, etc. hemos copiado sendas figuras del ofidio, cu-
yos originales pintados, no grabados como han creído algunos,
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EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I 73
¿Tendrían estos geroglíficos alguna relación con el
hundimiento de aquella isla ?
¿Cuándo surgieron las tierras del Continente ame-
ricano?
¿Cuándo se hundieron su parte céntrica y sus
extremos orientales?
¿Poblaron los asiáticos la América, eran autóctonos
los pobladores del hemisferio occidental ó ambos ele-
mentos étnicos concurrieron á formar la población?
No sabemos nada á ciencia cierta ; mas lo que sí
puede inferirse es que los escultores de todas esas rocas,
no conociendo otra escritura que la pictórica, se valie-
ron de ella para grabar sus anales y dejar constancia
de los hechos consumados; y así, indudablemente, es-
cribieron los sucesos más notables de su historia ó de
sus tradiciones. Y de exprofeso los inteligentes ar-
tífices escogieron las rocas más sólidas, á fin de que pu-
dieran resistisr mejor la acción de los siglos y pudieran
perpetuarse aquellas imágenes á través de las edades,
en el transcurso de miles y miles de años
Aquí debemos recordar algunos símbolos usados
antiguamente en el Asia Central y que aplicar podría-
mos á los geroglíficos de Atures y de Candelaria. Son
ellos :
el sol, que simboliza el día, la luz, el calor, Dios ;
la luna : las tinieblas, la noche ;
el pez ó la rana : los lagos, los ríos, el mar, la llu-
via, el agua ;
miden hasta 40 metros de largo en las faldas de aquello=5 cerros.
En las regiones bañadas por el Uba y el Uabiare, hay tribus á
quienes se han denominado Amarúas ó Amanzanas y que para
mediados del siglo XVIII, se decían descendientes de una ser-
piente gigantesca, según los religiosos.
También en lengua Hindo la palabra amalibaca tiene dos signi-
ficados: uno, mali-bac, que quiere decir jardinero ó ser que cultiva
el jardín, y el otro, Malic-bag, ó sea el Dios Tigre. Y de advertir
es que entre los antiguos Acháuas, de donde descienden los actuales
Piapocos y Sál-ibas, había la creencia de que el padre de la gran
nación Pariana ó Caribe era el tigre, según dice Gumilla ; y de
los petroglifos de Caicara hemos copiado la imagen de este fe-
lino, grabada en las rocas del puerto. Por otra parte, en Uara-
ní ibag quiere decir cielo. — Nota del Autot.
1 74 TAVERA-ACOSTA
el ave: el aire, el espacio, el éter ;
el corazón : la vida animal ;
el hombre y la mujer : la hurnanidad ;
el cuadrado : el tiempo, la vida ó la muerte ;
el círculo : lo incomprensible, el misterio ;
el árbol : las selvas, las montañas, la tierra ;
la espiga : la agricultura, la abundancia, la pros-
peridad ;
la serpiente era emblema de la Divinidad y tam-
bién de la vida ; los dientes largos eran símbolo de la
vejez, de la experiencia y también de la ferocidad ; y
la repetición de un signo cualquiera indicaba multiplici-
dad ó aumento de su significado
Hasta aquí los párrafos copiados de mi obra Rio-
ne^ro ; mas es de agregar que en la interpretación que
he emprendido de los geroglíficos de Guayana, aplican
doles el simbolismo de que acabo de hacer mención, he
obtenido muy curiosos resultados : esas figuras hablan !
Las del Casiquiare parecen expresar que el hom-
bre empezó á desarrollarse, pero no pudo llegar á su
perfección, quizás debido á una fuerza superior que lo
aniquiló; las de Atures se refieren á la creación de la tie-
rra con sus astros, seres vivientc^s, ríos, mares, etc., etc.
y como emanándolo todo déla Divinidad ; las de Cande-
laria dicen de un inmenso cataclismo en que las aguas
todo lo cubrieron, destruyéndolo todo ; y de una nueva
repoblación de la tierra con sus estaciones y sus plantas;
las de Maipures y las de Boca del Infierno se parecen
muchísimo á las inscripciones funerarias encontradas en
Chancay ( Perú ) y cuyos grabados trae Charles Wie-
ner en las páginas 650-52 de su obra Péroit et Solivie
Las interpretaciones á que me refiero,' constan en
mi libro inédito Ríonegro, así como los diseños de los
petroglíficos, entre los cuales hay uno de Candelaria
que consiste en una rara figura humana, grabada en re-
Heve sobre la roca, que por el adorno á manera de tur-
bante (págueri, en lengua indóstana ) que obstenta,
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I75
nos recuerda el tipo de los poderosos rajáhs de la tie-
rra del Ganges ; y asimismo llama la atención la figura
de la ballena, cetáceo de los grandes mares, evidente-
mente conocido por los indios escultores, y que parece
indicar la inmensa profundidad de las aguas en que to-
do se inmergió.
Es de observarse por otra parte, que "los antiguos
caminos de la India, son en todo iguales á los antiguos
caminos del reino de los Píruas, " que los tambos, don-
de descansaban los viajeros quichuas, tenían sus simi-
lares en los remotos caravxnseraiís del Indostán, y en
los actuales bengalíes ; y que, en fin. es sorprendente la
analogía que guardan en sus teogonias, en sus tradicio-
nes cosmogónicas y en sus costumbres públicas y pri-
vadas. ( Véanse la Historia de La Conquista del Perú,
por Prescott, y las obras de Wiener y Girgois, ya
nombradas.)
¿Qué, mucho, pues, que el Quichua sea una lengua
Ariana aglutinante que se habló al mismo tiempo en el
Perú y en las mezetas del. Asia Central, ahora cien
siglos ?
Esta congerie de observaciones que expongo, así
de bulto, quizás pueda servir más tarde á quienes
se ocupen de estos asuntos de antropología pre^colom-
biana de Venezuela : de mí se decir que careciendo de
medios, de ilustración y de a\)titudes, no podría dar ni
comienzo á la ardua empresa ; pero siempre me será
satisfactorio saber que haya podido haber contribuido
con mis pobres esfuerzos al estudio de tales cuestiones.
No concluyo estas líneas sin copiar del trabajo del
señor José Ignacio Lares, Etnografia del Estado Marida
(segunda ed. 1907) los siguientes párrafos :
''Las grandes analogías que hay entre Asia y
América, y la notable semejanza que los naturalistas en-
cuentran entre sus dos razas, particularmente con la
I j^ TAVERA-ACOSTA
Mongola, prueban con alguna claridad que la raza
americana procede del Asia. (41)
** La semejanza que se observa entre la raza japo-
nesa y la americana es tal y tan grande, que parecen
pertenecer á una misma raza.
** La causa de esta semejanza es tan poderosa y
persistente, que domina al través de las mezclas en la
raza americana, difiriendo únicamente en el color, ya
pardo, trigueño ó blanco en el mestizo, según la mayor
mezcla de la raza africana ó europea y según las mez-
clas de estas mezclas.
'*Y cosa singular: obsérvase que en sus condicio-
nes morales de valor, nobleza, vivacidad é ingenio, la
semejanza del americano con el japonés es más com-
pleta en el mestizo que en el americano puro.
** ¿Sería el primitivo nipón el mismo primitivo
americano ?
(41) Sin embargo, algunas autoridades expresan lo contrario,
es decir, que los aborígenes de America fueron los ascendientes de
los pobladores del Asia. Y se fijan en que los que sostienen la
opinión general de que éstos pasaron al nuevo continente, están
influenciados por el prejuicio de la conocida antigüedad histórica
de los asiáticos, en tanto que de la América es muy poco lo que
se sabe de sus anales precolombianos. — Nota del Autor,
-iiliSH^ 'mN**' '#!#' 'i(i^iii^'"i'ii^iH^ "#"1111^ "iin^iii^""#ii(i(^ '■'i#nift' 'iKi^iii^ -iflñiii^' -ii^iii^' ■«igNi^ -üN^ "iNh '#tiil^'
CAPITULO T"^
Las voces Coro y Cuiba^- «Los aborígenes del Estado Falcón»
— Estudio del doctor Arcaya — Observaciones.
Preganta el doctor Arcaya :
•'¿ Figuran en los dialectos de Guayana la palabra
Cuiba, tan común en nombres geográficos del Estado
Falcón, y la voz Coro, y cuál es el significado de ellas ?"
Con el vocablo " cuiba " sólo he conocido unos in-
dios de las márgenes del Meta ; pero no sé de donde Jes
viene esa denominación, pues ellos se dicen *' pt^m^^''
y su lengua es la Uajiba ó un derivado de ella, ''lífeci-
mo, " en esta lengua quiere decir hermano, cuñada,
hombre. En ninguno de los vocabularios que he ano-
tado, encuentro la palabra cuiba\ pero puede ser
que sí exista y se logre hallar su significado haciendo
sobre ella una información especial entre los indios del
Meta ó de sus afluentes. En el oriente de Venezuela
se conocen varias localidades con ese nombre y también
un molusco.
Con respecto á la palabra Coro sí se encuentra ella
en estos lenguajes : en Piaroa coro quiere decir otro,
coro-coro, en Mandauaca significa catarro ; y he encon-
trado en muchas voces las sílabas coro, vgr : da-coro, en
1 7^8' TAVERA-ACOSTA
Maquiritare, rabo ; dari-coro, en Mandauaca, hermano;
do-coro, en Uarequena, flecha ; mirari-coro, en Man-
dauaca, viejo ; cahici-coro, en Uarao, cuándo?; to-
coro-a, en Uarequena, rana, etc.
También he hallado en muchas otras tantas pala-
bras más la final oro, por ejemplo : en Uarao mljoro
(cara); doco-joro (labios) na-joro (comida) etc;
en Yabarana ueroro ( perro ) ; en Mandauaca mai-oro
(collar) iuidoro (estrellas) etc. Y véanse las dis-
tancias á que viven separadas unas de otras : los Ua-
raos ó Uuaraunos habitan en el Delta ; los Uarequenas
en el Uainía ; los Piaroas en la zona del Sipapo, Cata-
niapo, Zama y Matabén; los Mandauacas, que vivían en
el Casiquiare, hoy residen en el alto Orinoco; los Maqui-
ritares ó Uayongomos, en el alto Caura y en el Ocamo,
Padamo, Cunucunuma, etc ; los Paráenes ó Yabiteros
en las cabeceras del Atabapo ; y los Yabaranas en la
hoya del río Bentuare ó Uennitoare, como dicen los
indios. (42)
Con motivo de la lectura de Los ahorí<renes del Es-
tado Falcan, escrito por el referido doctor Arcaya y pu-
blicado en los números del 174 al 191, inclusive, del
periódico El Agitila, que se edita en Coro ( Venezuela)
hemos hecho las siguientes observaciones que oportu-
namente le remitimos, sometiéndolas á la ilustrada con-
sideración de tan estudioso cuanto inteligente autor :
a) Muchísimas palabras indias de los pueblos y lo-
calidades de los Estados Lara y Falcón, son exactamen-
te iguales, y cuando no, parecidas, á muchos vocablos ó
nombres propios de Guayana, desde el Delta del Ori-
noco hasta las márgenes del Rionegro, etc.
(42) TJejini, en varios idioma= es agua ó río y are, ara 6 ati, es
día, claridad del día, Oriente ó lugar por don ie nace el sol. Tam-
bién en lenguas Uaraní, Tupí y Omáua ara quiere decir día. —
.Nota del Autor.
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS
179
Véanse algunos ejemplos :
De Falcan, etc: De Guayana: De Falc6)i, etc: De Guayana
Jacura
Manuare
Carona
Uriacoa
Pipiacoa
Cacabo
Urumaco
Aracay
Adaro
Buchibicoa
Jagua ó Yagua
Cuibas
Acarigua
Itibana
Yaracuy
Aroa
Yaritagua
Apo lari
Curi magua
Manare
Mapiare
Mapararí
Bardbaco
Sacura
Manaure
Caroni
Uyacoa
Piacoa
Cácabo
Uramaco
Ara cay li
Adaru
Chibacoa
Yaua ó láua
Cuiba
Acaríui
Itibini
lara.oi
Aro
Yarítaua
Dari-apo
Urimáui
Manare
Mapiriare
Maparari
Barabaca
Guaranao
Carao
Guaibacoa
Moruy
Gaaramata
Yaraco
Paraguaná
Paraguaná
A mu acó
Casicure
Tocuyo
Cohaeri
Curahamara
Hitotes
Temeri
Albaiico
Camunare
Guagua
Yarigua
Siburua
Acurigua
Guanaguanari
Uaranaco
Caru&o
Uayabacoa
Morojuy
Uarramata
Yaraque
Parauán
Paranauá
Amoco
Caricure
Tocoyo
Coari
Cura ai ara
Itotos
Temare
Albarico
Caminare
Uaua
Yáriua
Tipurua
Acuríua
Uanauaiiare
Y así muchas más.
b) Pensamos que los Catatíos ó Caquetíos de las
riberas del Orinoco, según los Rvdos. religiosos Castella-
nos, Carvajal y Rivero, han sido confundidos por estos
sacerdotes con otras tribus de la misma agrupación etno-
génica. Gumilla, Solano, Caulín, Humbold, etc., no
los mencionan. Suponemos que nunca vivieron á ori-
llas del gran río los moradores de las playas curianas.
c) El Rvdo. Fraile Juan Rivero está errado en la
descripción topográfica que hace sobre Baráua ( Bárra-
gua, dice él.)
Baráua, situado en las regiones que median entre
el alto Meta y alto Bichada, ó Bichara, come dicen los
indios, es la parte plana y montañosa á que se refiere.
l8o TAVERA-ACOSTA
Barrauán, á orillas del Orinoco, abajo de la con-
fluencia del Meta, en donde acampó Antonio de Berrío
en 1584-86, y fundó un pueblo con el nombre de San-
tísimo Sacramento, es donde empieza la serranía que se
dilata hasta el Sipapo.
En la z.ona comprendida entre el Uabiare y el
Meta no hay serranías : es un terreno generalmente
plano que á veces forma largos "lomos de perro," más
ó menos elevados, que sirven de divortia acqiiaríim á las
arterias fluviales de dicha región, donde moran Sálibas
y Piapocos, antiguos Acháuas ó Airicos.
El vocablo airico, en lenguaje Mandauaca quiere de-
cir " que tiene alma." Según el indicado Rivero, sig-
nifica en lengua Acháua "montaña grande," y que con
tal sobrenombre se conocía á los indios que vivían in-
ternados en sus selvas, lejos de la influencia de los reli-
giosos.
Este misionero, Rivero, no visitó las márgenes del
Orinoco.
d^ El río Uba ó Uua, es afluente del Uabiare, y
los indios se comunican por sus cabeceras con el alto
Bichada.
^) Traemos en nuestro libro En el Sur los nom-
bres propios de esas localidades y los de muchos voca-
blos más con la escritura fonética cuidadosamente reco-
gida délos labios de los indígenas. Ellos dicen sáliua ó
sál-iba y no "saliva."
/) El río Sinaruco es el mismo Sinareuco ó Sina-
re-occu, como pronuncian los indios. Desagua en el
Orinoco un poco más abajo de la junción del Meta,
frente casi á los cerros de Barrauán ó Parrauán. Los
Yaruros lo denominan Bea-uitsá, que quiere decir "río
chico."
g) Pérez de Tolosa en sus cartas al Rey de Espa-
ña, dice que los Ajaguas "comían carne hunnana."
EN EL SUR^ — ^mALECTOS INDÍGENAS l8l
Abérraoióm del Ledo, findiendo parias á las costumbres
de la época, pta^sél no vio un solo ejemplo de tal an-
tropofagia.
Federmann asegura en la relación de su viaje que
los Jirajaras y los Yaguas "comían carne humana" y
asimismo los Ayamanes, indudablemente para ver de
cohonestar las infamias que contra todos esos indios se
cometieron. Federmann y todos los demás conquista-
dores calumniaron á qpienes por su genio belicoso y por
su amor ardiente á la libertad y al terruño, les opusie-
ron valerosa aunque estéril resistencia, por una parte ;
y por la otra, debido al espíritu de avaricia y de cruel-
dad que animó á los aventureros europeos de aquellos
tremendos días para los pobres aborígenes. Más de
medio siglo transcurrió de luchas, de horrores y de ex-
terminio, antes que doblaran el cuello á la coyunda los
valientes Jirajaras. ( De esta guerra tratamos en nues-
tro libro inédito Capitanes y Caciques de Venezuela?)
De igual manera fueron calificados por los frailes,
los Manatibitanos, iMarapizanos. Paraenes, Caberes,
Uaipunabis etc. porque eran los m ís inteligentes, ac-
tivos, industriosos, indepenáie^ntes y relativamente más
adelantados, que encontraron en las regiones del alto
Orinoco y Uainía -Rionegro. Y ninguno de los religio-
sos — asi como ninguna otra persona — desde los prime-
ros blancos que entraron en aquellas comarcas hasta
quienes han ido en los días que alcanzamos, ha visto
un solo caso de canibalismo. Sostener lo contrario, es
hacerse cargo de una aberración secular.
La antropofagia de los indios americanos es un
mito, y así lo sostenemos honrada y categóricamente en
las páginas de Rionegro, Ya antas, habían expresado
sus dudas y negaciones notables autoridades de todo
püiitto irrecusables, como Las Casas, Prescott, Ir-
ving, Juan Ignacio de Armas, Acosta y Calvo, Girgois,
Sthal, etc. Opinan con nosotros á ese mismo respecto,
Tulio Febres-Cordero, Pedro Antonio Carrascosa, Alfre-
do Jahn, Domínguez Acosta, Jiménez Arraiz, etc. Y
1 82 TAVERA-ACOSTA
están acordes en la no existencia del canibalismo : Stei-
nen, Coudreau, Schmidt, Meyer. Ehrenreich y otros
viajeros y observadores que recientemente se han inter-
nado en las más ignotas regiones centrales de la Amé-
rica del Sur.
h) Evidentemente, las palabras xáua, jáua, iáua,
yáua, ajáua y acháua, corresponden á un sólo vocablo
indígena, escrito por los castellanos con variaciones or-
tográficas. Jahua, en lengua Quichua quiere decir
fuera, afuera.
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CAPITULO \^
Trabajos de Crevaux, Chaffdiijon, Sagot, Adam y Martius— Pala-
bras recogidas por el Dr. Toro — La antropofagia de los in-
dios americanos es un mito — Las Casas, Hurnboldt, Irving —
Conquistadores y cronistas primitivos — Más opiniones adversas
al canibalismo.
Agosto de 1906.
Doctor A Iv arado :
Al recojer frases y vocablos indígenas de Guaya -
na, no fue con la intención de emprender un trabajo
serio, como el que usted me indica, ni de hacer deduc-
ciones filológicas, pues en manera alguna poseo los co-
nocimientos necesarios para poner manos á la empresa.
No conozco los vocabularios de Crevaux. Tengo
á la vista la obra de este viajero Voyages dans /' Amé-
rique díc Sud, y no constan en ella. Los trabajos de
Sagot y Adam, tampoco los conozco. Sólo he visto
los vocabularios que trae Chafíanjon, al final de su
fantástico libro Z' Orénoque et le Caura y los de Paul
Marcoy que trae en su obra Voyages á travers /' A^néri-
que du ^¿¿íí^ ( París, 1869) En las páginas de este úl-
timo libro constan voces del Quichua, Antis, Cocaima,
Chjntaquiro y Conibo, y del Ticuna, Omáua, Yáua,
y Tupí. — Ambos viajeros son pródigos en narraciones
pintorescas y sugestivas por el romance.
Respecto de los vocabularios banibas de Wallace,
que trae Martius, y de los que usted bondadosamente me
hi remitido sendas copias, encuentro, comparándolos con
los míos, algunas diferencias, notándose entre otras que
en el Yabitero se emplea el posesivo de la primera per-
sona en plural, que en lengua Baniba y sus derivados
es UA, q UADECA, por el correspondiente al singa-
1 84
TAVERA-ACOSTA
lar que es NO ó NU ó NODECA, mi, mío, como en
la lengua Quichua.
Véanse algunas voces del Baniba y del Yabitero,
comparadas con las de los vocabularios respectivos que
he tomado entre aquellos indígenas :
Wallace y Martius Tavera-Acosta
Baiiiba Yabitero Ba?tiba Yabitero
agua
weni
weni
uenni
uenni
blanco
arlu
caá t si
al-li-li
cajarini
bote
murupuriani
baca
morupa
cuatzá
brazo (mi ^
)nanu
wacano
nano
nucano
boca (mi )
enoma
vvanoma
nonuma
nunuma
bueno
anetua
yenii
anetue
ióniji
casa
panisi
panithi
panisi
jan i si
canalete
nehewpa
nehew
neiupa
najo
cabello
notsipana
wamaoó
notzipaua
jimau
cabeza (mi^
) nobu
wasího
nombó
zijo
chinchorro.
mitsa
ha m a ka
bitzá
amaija
dedos
naphibu
wacavithiani nápibo
jicájaje
día
pépurhi
yahenusiba
péposi
eñajisi
diente
na si
wathi
narzi
jehesi
camino
tanepó
coatha
tanepo
taneju
casabe
caca
ahosi
caca
ajossi
flecha
uéipipi
sauto
uepepi
sauto
frío
apatíwali
cafatené
apate noié
cauaninima
hambre
n)auali
watava
mauál-li
mauál-li
mañoco
matsuca
malshuca
matzoca
matzoca
hojas
tasapi
barlbuna
asape
j azi ata
hombre
henumu
catenemuni
énami
énnami
hueso
nopiuna
warlanuku
nippionaja
nijizi
luna
marhita
énoo
arshita
queri
nariz (mi)
nuyapen
wasiwi
noyapa
no-iziui
negro
uie
anuithi
zerei i
momomi
noche
yarapu
meroria (43) yarsapoa
iajazi
niño
irluberlip
mathicoya
lupbelo
mazieni
ojos
no furli
waholisi
nopol-li
nojórlisi
plátano
palatna
palatana
parátano
jaratan
perro
tsino
tschinu
sino
sino
pez
rime
si m asi
sima
siraasi
pies
nuitsipalu
wasitsi
tzipara
zi tziche
selva
tanape
tibsvená
tauape
auabo
sol
hamuri
camui
amorsi
camusi
suelo
yatsiphe
coatsi
iátsipe
jajatzi
tabaco
éeli
djeema
el-li
shema
vientre
panemi
wahnowiti
notziabo
notonoreje
(43) Meroria, probablemente corrupción del castellano, en len-
gua Baniba quiere decir mediodía. — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 185
Cuanto al señor doctor Elias Toro, apenas trae unas
veinte y tantas voces del Uarao ó Uarauno, en la pá-
gina 88 de su bello libro Por las selvas de Guayana,
Esos vocablos no se avienen en su mayor parte con los
que tengo anotados en el vocabulario recogido por mí en
el Delta, aún cuando son evidentes las analogías.
El señor doctor viajó por la parte menos poblada de
la Guayana venezolana, y en los pocos meses de incur-
siones por sus selvas y sus ríos, á duras penas logró en-
contrarse con un caribe, de quien tomó cuarenta y tan-
tas palabras, de las que con excepción de cuatro ( agua,
cuchillo, escopeta y plátano ) ninguna de las otras co-
rresponde exactamente al vocabulario que consta en mi
compilación.
Esas voces, que, sígdn él, fueron tomadas **en la
fuente original," y que aparecen como caribes en las
páginas 162 y 163 de su citada obra, corresponden al
Macusi. En efecto, véanse algunas :
Caribe, de Toro : Macusi :
ÜIOS
uyenu
lenu
nariz
geuná
uieuna
oreja
pana
upaná
padre
papai
papa
madre
mamai
amai
hijo
uumú
ommu
hija
uyenchí
gentsí
escopeta
aracabusa
arcabuza
agua
tuna
tuna
plátano
parurú
balurú
pierna
uschí
utschi
casabe
equi
ekei
fuego
apoc
apó
etc.
etc.
etc.
Sin embargo, debemos tener presente que los
Uaicas y Macusis del Cuyuni, los Arecunas y Aruacas
del Caroni y los Maquiritares ó Uayongomos, etc. del
Caura, son conocidos generalmente camo Caribes, por-
que haj^lan lenguajes más ó menos parecidos .á- los de
1 86 TAVERA-ACOSTA
los moradores de los llanos del Sur de Maturín. y de
Barcelona y como pertenecientes todos, indudablemen-
te, á una misma agrupación etnogénica y derivados sus
respectivos idiomas de una misma lengua matriz.
Es sensible que el ilustrado hombre de ciencia no
se hubiera detenido más en estas cuestiones, si bien es
cierto, como ya he dicho, que en la zona que recorrie-
ron las comisiones anglo-venezolanas sólo viven escasas
tribus uaraunas, arauayas, uaicas y mucusis. ( 44 )
Me ha sorprendido también la aseveración que ha-
ce Toro de que ** el saliva hablado en las riberas de los
ríos Meta, Vichada y Guaviare " es un dialecto deriva-
do del Caribe. ( Página 90) Puede ser ; pero compa-
rados los vocabularios que traigo de ambos lenguajes,
no me resultan afinidades, antes bien, el Sáliba parece
un derivado de la lengua Uainimanesa. (45)
Aquí me es grato recordar que á principios de julio
de 1903, hallándonos en Puerto España (Trinidad)
preparándome para emprender mi tercer viaje al Rio-
negro, rogué al doctor Toro, médico á la sazón de la
Comisión Venezolana de límites con la Guayana in-
glesa, que observase en sus estudios si eran caníbales
ó no los aborígenes de las tierras que iba á recorrer ;
y, felizmente — aunque ya Schomburgk más de medio
siglo ha indicó la ausencia del mito — el distinguido com-
patriota tampoco lo menciona como condición etnoló-
gica de las pocas familias indias que logró ver de cerca,
aun cuando el cree, siguiendo la errada versión de los
frailes, en la antropofagia de los antiguos caribes de la
cuenca del Orinoco.
Hablando él de las terramaras (página 239) ó sea
de los cementerios indígenas, dice: " Algunos conside-
( 44 ) Hablando de las regiones del Amacuro, etc. dice Gorro-
chotegui : " Ninguna especie de indios habitan esos parajes, do-
minados por el tiempo y su rigor, ni vestigios siquiera de que hu-
biesen sido poblados en alguna época remota." — Viaje al Ama-
alto, página 25, Caracas, 1897.
(45 ) Véase la clasificación que traemos en la página 17. — Notas
del Antof.
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS I 87
ran estos depósitos como cementerios antiguos ; otros
como reliquias de primitivos banquetes canibálicos ; pe-
ro esta última suposición no es tal vez aceptable, si se
considera que la única raza indígena donde se pudo
acusar el antropofagismo fue la caribe, habitadora de
la cuenca del Orinoco, y aquellas terramaras se en-
cuentran diseminadas en toda la extensión de la
América."
Aparte lo que he publicado en mis libros Memoria
del Amazonas ( 1901 ) Anales de Guayana ( 1905 ) y
Rionegro, (1906) (46) acerca del mito de la antropofagia
americana, séame permitido copiar aquí lo que dice
Humboldt en su Viaje á las regiones eqitinocciales del
Nuevo Continente, sobre los caribes de la cuenca del
Orinoco :
" Los caribes del Continente que habitaban las lla-
nuras entre el bajo Orinoco, Rioblanco, Esequibo y el
nacimiento del Oyapoc, tienen horror á la costumbre de
devorar á sus prisioneros. Esta barbaridad no existía en
el primer descubrimiento de América, sino en los caribes
de las Antillas {sic^ y son ellos los que han hecho sinóni-
mas las palabras caníbales, caribes y antropófagos, dando
lugar, por sus crueldades Q por qnéno decir represalias f)
á la promulgación de la ley de 1504, por la que era per-
mitido á los españoles hacer esclavos á todos los ame-
ricanos de origen caribe. Creo, sin embargo, que la an-
tropofagia de los habitantes de las Antilllas se ha exa-
gerado demasiado en los cuentos de los primeros viaje-
ros. Si los caribes del Orinoco han tenido desde el
principio del siglo XVI diferentes costumbres que los
de las Antillas y si siempre se les ha acusado sin razón
DE ANTROPOFAGIA, cs difícil atribuir esta diferencia á
una mejora de su estado social." ( Páginas 2Ó3-264, to-
mo IIL)
Y en punto á excogitar entre un hombre de las
( 46 ) El señor Toro ha tenido la bondad de c3lo:ir en su índice
bibliográfico de autores leídos y consalcados pira escribir su libro
Antropología General y de Venezuela precolombina — del cual nos
ocupamos vcík^ adelante — nuestras dos últimas mencionadas obras.
— Nota del Autor.
TAVERA-ACOSTA
condiciones de Humboldt y un fraile (Gumilla) á quien
tanto se ha rectificado, la hesitación no es fácil:
Ahora, por lo que respecta al canibalismo de los
indios antillanos, además de haber sido desmentido ca-
tegóricamente por el noble y virtuoso Ledo. Las Casas,
á mediados del siglo XVI, en su libro Historia de las
Indias, (47) casi á raiz déla aparición del mito in-
fantado por la ignorancia, la crueldad y la avaricia, to-
mo de la obra Vida y Viajes de Cristóbal Colón, lo que
sigue :
" Es de todo punto probable que muchas de las
pinturas que se nos han dado de esta singular raza de
gente, hayan derivado su triste colorido del miedo de
los indios y de las preocupaciones de los españoles.
Las pruebas que se presentan de su canibalismo deben
juzgarse con mucha circunspección por lo descuidado
é inexacto de las observaciones de los marineros, y la
preconcebida creencia del hecho, que existía en los
ánimos de los españoles. Era usanza general entre los
naturales de muchas de las islas y de otras partes del
del Nuevo Mundo, conservar los restos de sus difuntos,
parientes y amigos. A veces todo el cuerpo ; otras la
cabeza solamente ó algún miembro disecado, y otras, en
fin, nada más que los huesos. Estos, cuando se en-
contraron en las viviendas donde moraban los habitan-
tes indígenas de la Española ( Haití ) contra quienes no
existía semejante preocupación, se miraban regular-
mente como reliquias de los muertos conserv^adas por
afecto ó reverencia ; pero cualquiera de semejantes
restos, hallados entre los caribes, se miraba como prue-
ba de su canibalismo." (Libro VI, Cap. III, — W.
Irving.)
Y para que se juzgue del criterio de la mayor parte
( 47 ) " Estos indios nunca fueron comedores de carne humana."
Cap. LXVII, Libro I. — " Carecían de comer carne humana, etc."
Véanse también los Capítulos 84 y 135 del mismo Libro, el 19 del
Libro II y los 104 y 117 del III.
La obra del Rvdo. Las Casas es libro de rectificaciones á tan-
tos errores escritos ó patrocinados por los primeros cronistas de
Indias. — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 189
de los historiadores europeos, — basados en los relatos
de los primitivos cronistas ó viajeros — al referirse á las
condiciones Sociales de los seres que encontraron los
conquistadores, copiamos de las páginas (^'] y 68, Ca-
pítulo II, tomo I, de la obra América^ historia de su co-
lonización, dominio é independencia, por José Coroleu,
los siguientes párrafos :
"Al llegar los españoles al nuevo Mundo encontra-
ron á las tribus indígenas haciendo un horrible trabajo
de selección. Las más fuertes devoraban á las dé-
biles, y no metafóricamente, sujetándolas á su yugo, si-
no de verdad y en el recto y natural sentido de la pala-
bra ; porque la raza prepotente establecida en las pe-
queñas Antillas era una raza de antropófagos . . . . ( Sic )
" En el territorio que después se llamó la Nueva
Granada estaba excesivamente extendida la antropofa-
gia. (¿70
, " Entre aquellas gentes, los sacrificios humanos, la
antropofagia, {sic) la poligamia, las uniones incestuosas
y la sodomía {^sic) eran moneda corriente,..."
Sin tener en cuenta para nada que mal pueden in-
vocarse en todas sus partes como testimonios honrados
é imparciales, las relaciones de los " sacrificadores de
indefensos," pues bien se sabe que de tales relatos ha-
blaron sucesivamente sin criterio científico ó sin las re-
servas necesarias : Cristóbal Colombo en sus cartas á
los reyes de España ; Américo Vespuccio en 1 503-1 508;
Rodrigo de Figueroa en 1520 ; Fray Tomás Ortiz en
1525 ; Pedro Martyr en 1530 ; Ov^iedo y Valdez en
1535 ; Fray Pedro de Aguado en 1542 ; el Ledo. Pérez
de Tolosa en 1546 ; el Rdo. López de Gomara en 1552;
Cieza de León en 1553 ; Agustín de Zarate en 1555 ;
el Rvdo. Juan de Castellanos en 1589 ; el Rvdo. José
de Acosta en 1590; Antonio de Herrera en ióor-1615 ;
Fray Pedro Simón en 1625-1627 ; Fray Jacinto de
Carvajal en 1647 ; el Obispo Fernández de Piedrahita
en 1680 ; y así cuasi todos los que escribieron sobre los
horrendos primeros ochenta y cinco años de la Con-
quista de América
I90 TAYERA-ACOSTA
Febrero de 1907.
Pero en donde más dócil al prejuicio y á la rutina
se exhibe el señor doctor Toro, es cuando incluye el
antropofagismo entre los factores deternainantes de la
extinción de las tribus de Venezuela !
Kl canibalismo de los indios americanos es un mi-
to, como ya hemos tenido ocasión de comprobar en
las páginas de Rionegro, No tiene por base sino los
cuentos de los primeros marineros, sugestionados por el
prejuicio, y repetidos después por los conquistadores,
en provecho propio, y por los cronistas, sin criterio mo-
ral alguno. La crítica honrada y la filosofía de la
historia se han encargado de borrar la odiosa mancha
que estamparon sobre la raza aborigen los analfabetos
castellanos de la Conquista, pues "el error con enve-
jecerse no se transforma nunca en la verdad, ni ésta es
siempre del voto de las multitudes de donde sur-
ge. "(48)
El mismo doctor Alvarado incurre en un error al
escribir al señor doctor Gil-Fortoul, en junio del año
pasado : "De los guajibos del Métase sabe (^sic^ que
comen ó han comido á los racionales que han podido
capturar en sen de represalia." (49) Tales informes,
que ese sabio repite, son simples cuentos de algunos
mercachifles ignorantes ó de -algunos desalmados buho-
neros que trafican ó han traficado por el Meta cazando
á los pobres Uajibos y Cuibas ó Chiricoas, como si fue-
ran bestias feroces. En mis viajes por ese afluente po-
deroso del Orinoco he tenido ocasión de ver y de pal-
par la inexactitud de tales versiones, habiéndome acom-
pañado el inteligente francés Mr. Aug. Chardon, resi-
dente hoy en Puerto España, Trinidad.
(48) Carlos Brand, El Alodernismo, pag. 8— Puerto Ca-
bello, 1906.
(49) Gil-Fortoul, Hisforiii Constitucional de Venezuela, nota
de la página 33, tomo I. — Berlín, 1907.
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS I9I
En ñn, para cerrar este Capítulo, oigamos la opi-
nión de^tres compatriotas, quienes han ilustrado sus
nombres en el estudio de estas cuestiones.
'• En cuanto á mí, así como he visitado una gran
parte de los centros de civilizaci(3n de todo el mundo,
igualmente he recorrido los de ignorancia, barbarie é
infancia del hombre en su primitivo estado. He inda-
gado lo que hay de verdad ó de exageración en la
acusación que se hace al hombre de las selvas, de ser
caníbal en ciertas circunstancias ; ha sido precisamente
una de mis preferentes cuestiones á resolver, por la ín-
tima relación que tiene con todas las del orden moral,
cuyos resultados, si no del todo, por todas partes han
sido satisfactorios. En América, tanto en el Norte co-
mo en el Sur, han sido siempres jjrácticas desconocidas,
p(jr más que se haya querido juzgar mal á estos últimos."
— Francisco Michilena y Rojas, Exploración Oficial,
página 409.
'• Me es satisfactorio decirle que defiero con usted
en ideas para impugnar la fantástica antropofagia de
nuestros pobres indígenas, que por ese derecho natural
que conceden las leyes divinas y humanas en todo el
mundo, se defendieron oponiéndoles á los caníbales eu-
ropeos de los aciagos días de la Conquista, todos los
medios y recursos que estaban á sus alcances. Mere-
cen aplausos cuantos hombres defienden el suelo pa-
trio " — Pedro Antonio Carrascosa, carta de ó de
mayo de 1906.
" Estamos en un todo de acuerdo en punto á la
gran calumnia, á la inexplicable imputación hecha á los
indios de que comían carne humana ! Por acá en Los
Andes, centro de una gran población indígena preco-
lombiana, tampoco se encuentra indicio alguno de tal
pecado. Por el contrario : timidez y mansedumbre en
la índole y hasta horror á la sangre ! Usted la ha cali-
ficado bien : '*el mito de la antropofagia americana."
— Tulio Febres-Co'^derOy carta de 1 1 de mayo de 190Ó.
' "Le repito mis testimonios de simpatía y aplau-
sos por sus estudios, tan variados como importantes, y
sobre todo, nuevos en esta materia descuidada en extra-
192 TAVERA-A'COS-TA
mo por la generalidad de los pensadores patrios. Nues-
tra historia debe traerse desde su origen ; y su origen
está en ese mundo maravilloso y desconocido que ape-
nas se descubre á través de los historiadores de la Con-
quista, más empeñados en justificar los excesos de los
españoles, que en estudiar las condiciones de la raza
oprimida. — Id, id. id.
Y Francisco Jiménez Arrais, el ilustrado escritor
larense, en su estudio crítico titulado Indios que co-
vitan gente y. ¿ente qtie comía Indios, dice :
"Examinemos ahora los principales relatos de cani-
balismo que nos trac la historia, y ya veremos cómo,
tanto en los actos canibalescos practicados por los es-
pañoles como en los practicados por los indios, las con-
secuencias que se han deducido son completamente
falsas : ya se verá cómo no resisten el más leve análisis
desprevenido."
Y después de refutar juiciosamente la errónea ver-
sión de la antropofagia consignada en los libros de los
cronistas y de las religiosos, concluye :
"La historia se ha encargado de desvirtuar un
cargo que ella misma le ha hecho á los indios de Amé-
rica, y que la posteridad ha aceptado sin examen.
Analizados los hechos, sólo afirmarán lo contrario los
que apoyados en el prejuicio, autoritariamente quieran
imponer á los demás sus opiniones, en nombre de una
filosofía tiránica y de una ciencia soberbia y presuntuo-
sa." (Véase el número 355 de El Cojo Ilustrado, corres-
pondiente al 1° de octubre de 1906.)
Hoy, por fortuna, la antropofagia de los aborígenes
que se encontraron en el hemisferio occidental, desapa-
rece al estrujón formidable de la crítica, aventada por
el soplo de la filosofía de la historia. Sostener, ya en
nuestros días, tal error etnológico é histórico, es aberra-
ción, cuando no ignorancia pueril, que, por hallarse
confinada entre los muros de la propia terquedad se
hace innocua.
"Ir 'ir- ■'HK^'-' "C'''í!^' '#'#■■■#'#'"■♦♦"■ "#♦■ '#'#'--#'#>"-"<f^if'i—'##' "Il^'iiflfi»-
CAPITULO VI
Más pareceres en contra de la creencia de la antropofagia de
los indios — Otros exploradores — Trabajos del doctor Jahn- —
Piaroas y Maipures— Kl Rvdo. Gilij — El Rvdo. Gumilla —
Vocablos «maipures» análogos á los del Rionegro — La voz
maipufes — Dudas.
Agosto de 1906.
Doctor Alfredo Jahn, jr :
Grata impresión me ba proporcionado usted con la
lectura de su importante correspondenica, de. 20 de ju-
lio próximo pasado. Veo por ella que usted, en Vene-
zuela, á la par de Michelena y Rojas, Tulio Febres-
Cordero, Carrascosa, etc., cree que la antropofagia
jamás ha existido entre nuestros aborígenes. Es una
opinión más que honra mis humildes pero sinceras ob-
servaciones, fruto de algunos años de. viajes por las re-
giones situadas al Sur del Orinoco, observaciones que
he expuesto sencillamente en los Capítulos publicados
de mi libro Rionegro, y que ha tenido usted la bondad
de leer. ( 50 )
( 50 ) "He visto con agrado la defensa que usted hace de nues-
tros indígenas ea cu mto á su aitropofagia. Yo mismo tuve
ocasión de visitar el Alto Orinoco en 18S7, y estudiar detenida-
mente los Guahibos y los Piaroas, y creo, como usted, que la an-
tropofagia'jarnás ha existido entre nuestras tribus. Además, con-
En el Sur—DiaUctos Indígenas. 13.
194 TAVERA-ACOSTA
Mucho me satisface también wSaber que mi opinión
sobre este punto concuerda con la de los exploradores
Steinen, Ehrenreich, Schmidt, Coudreau y Meyer, via-
jeros que usted nombra y que han visitado "precisa-
mente las regiones más apartadas é incógnitas de la
hoya del Amazonas."
Ignoraba que usted hubiese estado en el alto
Orinoco y que hubiese estudiado las tribus Uajibas y
Piaroas. Sírvase decirme hasta dónde llegó (51). En-
tiendo por alto Orinoco, desde los Raudales de Maipu-
res para arriba, ó sea el Orinoco en una extensión de
cerca de 900 kilómetros, que he calculado haber des-
de aquel pueblo ( Maipures ) hasta las fuentes de
nuestro gran río, hacia donde pensaba dirijirme en mi
tercer viaje y que las suspicacia de una autoridad " sui
géneris " impidió realizar, teniendo que devolverme
desde más arriba de la confluencia del Uabiare. En el
primer viaje había logrado llegar hasta la Bifurcación
tras una larga recorrida por el Atabapo, Pimichín, Uai-
nía-Rionegro y Casiquiare.
cuerda su opinión con las observaciones de Steinen, Coudreau,
Ehrenreich, Schmidt, Meyer y otros viajeros modernos que han
explorado precisamente las regiones más apartadas é incógnitas
hasta entonces de la hoya del Amazonas. Steinen, Ehrenreich y
Schmidt, descubrieron en las fuentes del Xingú tribus como la
Bakairi, Suya, Kustenáu y Truinai, que viven en completa edad
de piedra, que nunca habían visto un hombre blanco, é ignora-
ban la existencia de! perro y del banano y por supuesto, los meta-
les, como hierro, cobre, etc Estas tribus viven, pues, en el mis-
mo estado en que los españoles hallaron toda la población primi-
tiva de nuestro hemisferio ; más aún, los Bakairi son los únicos
legítimos caribes existentes, {sic) su idioma es el Cumanagoto,
Tamanaco y Caribe nuestros, con pequeñas diferencias, y al en-
contrarse frente á los exploradores extrangeros, apellidaron á és-
tos "Caiaiba!" es decir, "extrangeros." Exactamente lo que
aconteció á los primeros Españoles y lo que indujo á estos á lla-
mar á nuestros indígenas "Caribes." — Ninguna de las tribus descu-
biertas por los exploradores mencionados es antropófaga." —
( Carta del doctor Jahn al Autor, de fecha 20 de julio de 1906. )
( 51 ) " Contrayéndome ahora ásu interesante carta, le diré que
mi viaje en 1887 tuvo por objeto el estudio del Alto Orinoco y
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I95
Plausible labores la emprendida por usted de cla-
sificar f^;tnológicamente nuestras tribus, teniendo como
base la filología comparada en Venezuela, acaso la única
hoy por hoy, con inmediatos resultados evidentes.
Al hacer usted la comparación del Piaroa actual
con el Maípiíres que trae Gilij, me observa usted que
no existe afinidad alguna entre ambos lenguajes, al asen-
tar yo que "los atures y maipures son los mismos pia-
roas de hoy. " ( Rionegro, pag. 6. )
Tengo entendido que Gilij no pasó de los Rauda-
les de Atures. No conozco su obra Sag^io di Storia
Americana, La he solicitado con gran ahinco y no la
he hallado en parte alguna. Lo único que sé de ella es
que no está traducida al castellano y que sus informa
cienes sirvieron á Humboldt en parte para sus relacio-
nes etnográficas sobre los indios del Orinoco, desgra-
ciadamente exageradas unas ó mal interpretadas otras
en la propia fuente misionera.
Gilij salió del Orinoco cuando la expulsión de los
Jesuítas en 1767, después de 18 años de residencia, se
gún Humboldt, á orillas del gran río, y para esos años
apenas si existían los atures ó sean les mismos piaroas.
Dudo que haya habido una nación india propia-
mente llamada Maipures. Pienso sí que hubo una
tribu de los Piaroas á la cual se la denominaría así, por-
que habitaba en la selva, lejos de la influencia de los
Atabapo desde el punto de vi.-ta geográficvO. etnográfico y botánico.
Desgraciadamente, un ataque de fiebre gástrica me impidió termi-
nar el viaje regresando del Guainía por el Casiquiare, como era
mi programa. Parte de lo relativo á la flora fue publicado por el
doctor Ernsten los Annles de la Universidad Central ( 1888); ks
observaciones astronómicas y meteorológicas se publicarán próxima-
mente en Alemania como contribución á la hidrografía del Orino-
co. En cuanto al material etnográfico constante de armas, ar-
tefactos, cráneos y algunos vocabularios, ha sido dividido en va-
rías partes, algunas publicadas ya, y los últimos se utilizarán en
'el trabajo que preparo y para el cual he solicitado la importante
colaboración de usted." (Carta del Dr. Jahn, jr. al Autor, de fe-
cha 18 de enero 1907O
196 ■ TAVERA-ACOSTA
religiosos, entre los raudales de Quituna (actual Maipu-
res) y los de Mapara ó Maparari, hoy Atures. (52)
A ser cierta la existencia de los tales " maipures "
¿tomaría Gilij su vocabulario cuando ya el lenguaje Pia-
roa estaba muy mezclado con el Uajibo ó con el Puinabe
ó con algún otro, hasta formar uno distinto ? No creo
aceptable este razonamiento, porque es menos que im-
posible que en tan corto tiempo — cincuenta años — hu-
biera podido efectuarse una diferencia tan radical. Y
digo cincuenta años, alargando un tanto el período, por-
que el primero que mencionó á los maipitres, que sepa
yo, fue el Rvdo. Fray José Gurnilla en su libro His-
toria de las naciones ael Orinoco, escrito por los años de
1740-42. Pero este religioso tampoco pasó de los Rau-
dales, ó no llegó nunca á ellos, y eran su eterna pesadi-
lla los Caribes por un lado y los Puinabes ó Cauerres por
el otro. ( 53 )
El Rvdo. Manuel Román, que sí atravesó la zona
de los grandes raudales, que remontó el Orinoco desde
Quituna para arriba hasta entrar por el Casiquiare, en
1744, no menciona en su Informe á los maipures, y sí á
los Sálibas, Uaipunabis, Marabitanos, Uarecas, etc.
El Rvdo. Juan Rivero, en su libro Historia de las
Misiones de los llanos de Casanare y de los ríos Orinoco
y Meta, escrito en 1729-35, tampoco nombra á los Mai-
pures.
(52) Maipures, Qui-tuna y Mapara, son tres palabras caribes
que significan, respeclivaraente, Danta ó Tapir, Agua ó Río formi-
dable y Llano ó Sabana, concordando, además, ti dato lingüístico
de Mapara y Quituna, con la topografía de las localidades.
( 53 ) A este buen señor se le debe la versión de la antropofagia
de los incultos moradores del río Inírida, repetida después por So-
lano, etc. etc. : " Gente no sólo bárbara, dice ese fraile, sino tam-
bién brutal, cuya vianda ordinaria es carne humana de los enemi-
gos, que buscan y persiguen no tanto por avivar la guerra, cuanto^
para apagar su hambre i^sic) ; no obstante, han bajado ya dos ve-'
ees á nuestras Misiones, de paz y amistad, y se volvieron contentos,
porque fueron bien recibidos y agasajados." Cap. XVIII, parte I.
— Notas del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS I 97
El Rvdo. Jacinto de Carvajal, en su obra Descu-
brimiento del río Apicre hasta sn ingreso en el Oriíioco,
escrita en 1647, ¡T^ncho menos los menciona.
Las primeras noticias, pues, que tenemos de ellos
provienen de Gumilla; y bien sé yo las no pocas inexac-
titudes en que ha incurrido este fraile.
Después mencionan á los maipnres: los de la
expedición de Solano, el Rvdo. Caulín, el Rvdo. Gilij,
Humboldt y muchísimos otros más
I Cual es la verdadera historia de estos Maipures ?
I Entrará también su apelativo en la caprichosa infinita
nomenclatura con que conquistadores, religiosos y tra-
ficantes, bautizaron á lejanas parcialidades aunque per-
tenecieran á un mismo grupo lingüístico ? ¿O toma-
ría Gilij el dialecto de otra nación confundiéndole con el
de los supuestos Maipures ?
Aristides Rojas, siguiendo la fuente humboldtiana,
dice que los Caribes acabaron "con los primitivos atu-
res y maipures, antes que el conquistador castellano ho-
llara con suplanta la tierra americana." {^Leyendas Mis-
¿aricas, pág. lóo, vol. 2 ) Y esta aserción pintoresca
del sabio alemán, que no tiene más base que la infor-
mación nada escrupulosa de los indios, cuando no la
sos\)echosa de los frailes, ha venido haciendo carrera
hasta nuestros días : hombres de ciencia, hombres de
letra, exploradores, viajeros, todos, han repetido el
tópico, sin parar mientes en la fantasía del asunto. . ..
Por otra parte, debe recordarse que el pueblo de
Sanjosé de Maipures fue fundado por don José Solano
con indios Puinabes ó Uaipunabis del Inírida, á quienes
se les aplicaría — por vivir retirados — el sobrenombre de
dantas, ó sea maipures, en Caribe, impuesto también á
gran número de indios de diversas naciones, por la cir-
cunstancia de morar en las selvas, ó monteses.
Muy juicioso, ¡pues, me parece comparar el voca-
bulario maipures que trae Gilij con el de los Puinabes,
Uarecas ó üarequenas, Yabiteros ó Paráenes, etc. Por
mi parte sólo he podido comparar con las voces que
constan en los vocabularios recogidos por mí, tres pala-
bras inaipicres que he tomado de Ja obra de Humboldt
igS TAVEKA-AeOSTA
Viüj'e á las regiones equinocciales del nuevo cont lítente.
Son ellas : a7nana, que quiere decir caimán ; apicia, que
significa báqiiiro ; y kieina, que equivale á danta ó
tapir.
Pero estas tres palabras corresponden á lenguajes
del Rionegro. Véanse : caimán en Baniba, amana ; en
Yabitero caimana ; en Baria, tzamana ; báquiro en Ba-
niba, api da ; en Yabitero, apiya ; en Uarequena, apida\
danta en Yabitero. qup.ema ; en Uarequena, eema ; en
Carúzana, f^ehema. Y estos cuatro dialectos son deri-
vados del Baniba de las márgenes del Uainía-Rione-
gro, etc.
Supongo que Humboldt tomó aquellos tres voca-
blos de la obra Gilij.
Dice julio Gaicano en la página 549 de su libro El
Castellano en. VcneF.nela, que " el vocablo mapurite es el
caribe maipurí, del que se formaron el cariniaca maipití-
ri ; tríos y galibí maipuri ; carijona n¿achiuri \ apalayo
machip7i'ii\ y chdÁxms mapurite.'' Puede ser así, pero
como simple observación debemos tener presente que
entre los Caribes del Sur de Barcelona, del Sur de Ma-
turín y aún entre los de Guayana ( los de Mayáua, por
ejemplo ) es la palabra mapunche con la que designan
al animal llamado mapurite, en tanto que máipuiri ó
maipurí significa danta ó tapir. Los Caribes de Pana-
pana (Guayana) llaman al tapir máipiuri y al mapu-
rite mapírichu
Estas cuestiones son dignas de más detenido estu-
dio ; pero yo, mientras tanto por las afinidades de mo-'
dits vivendi, localidades de residencia, tradiciones, etc.,
sigo pensando que atures, máipures, ádoles, etc., son los
mismos Piaroas ó Pearoas, aparte de otras conclusiones
que se desprenden de estas líneas sobre el mismo
asunto.
Curioso sería que de la comparación resultara que
el máipures del Rvdo. Gilij fuera el mismo lenguaje
hablado hoy por los habitantes de Yabita, á orillas del
Temi, afluente del Atabapo, ó en los pueblos de Maroa
y Guzmán Blanco, en las márgenes del Uainía-Rio-
negro !
'#'1l^.'-"'"#-i|||r. 'fllífí-'/ifr ■■ifr-w-'*^''!í|i!'' 'fllíKí? "#■■#'■ ■#♦' ^#' "#■#!'■■ "##i-'-"#"#' ■## ^'%f" "♦#■ '##!'■
CAPITULO VII
<( Resumen de Actas de la Academia de la I^engua »— Dialectos de
los Andes, de la Uagira y de Siquisiqui — Vocabularios -reco-
gidos por Febres-Cordero, Lares, Gaicano, Yepes y Juan To-
más Pérez. — « Etnografía del Estado Mérida.w
En el Resumeíi de Actas de la Academia Venezolana
de la Lengua, publicado en 1886 por su Secretario per-
petuo señor don Julio Gaicano, corren insertos algunos
vocabularios de dialectos indígenas del antiguo Estado
Los Andes (Mérida. ) De ellos traemos á estas pági-
nas los siguientes :
Marlpuyes ó Mirripztyes
(Tomado por Pebres Cordero, entre indios de El Morro.)
1 Karí 13 tabishisjut
2 gem . 14 tabispit
3 hisjut 15 tabiskabok
4 pit 16 tabiskapsún
5 kabok 17. tabismaigem
6 kapsún t8 tabismaijut
7 maigem 19 tabismaiput
8 maijut 20 tabis-tabis
9 maipit 2 1 tabis-tabis-karí
10 tabis 22 tabis-tabis-gem
11 tabiskari 23 tabis-tabis-hisjut
12 tabisgem etc., etc.
200
TA VER A- AGOSTA
Esta numeración la amplía y rectifica el referido
señor Febres-Cordero en su periódico El Centavo^, trise-
manario merideño, número 7, de 29 de marzo de 1900.
Dice este autor : " Pueden dar una idea de la lengua
indígena de estas comarcas las voces correspondientes
á la numeración mirripuya, las mismas con pocas va-
riantes, usadas por los mucuchíes y demás pueblos de
la Sierra Nevada. Su sistema de contar, basado en los
dedos de las manos, es perfectamente decimal, y uno
de los m^s regulares comparado aún con los de pueblos
de América superiores en cultura, que hemos podido
ver ; y por ello llamamos la atención sobre él trasmi-
tiéndolo en síntesis, en esta forma :
1 can
30
2 gen
40
3 hisjut
50
4 pit
60
5 caboc
70
6 capsún
80
7 maigén
>/ioo
8 maisjut
9 maipit
200
10 tabís
300
1 1 tabiscarí
400
12 tabisgen
500
13 tabisisjut
600
14 tabispit
700
15 tabiscaboc
800
16 tabiscapsún
900
17 tabismaigén
999
18 tabismaisjut
19 tabismaipit
20 gen-tabis
etc., etc.
hisjut -tabis
pit-tabis
caboc-tabis
capsun-tabis
maigen-tabis
maisjut-tabis
maipit-tabis
tabis-tabis
gen-tabis-tabis
hisjut- tabis-tabis
pit-tabis-tabis
caboc-tabis-tabis
capsun-tabis-tabis
maigen-tabis-tabis
maisjust-tabis-tabis
maipit -tabist-tabis
maipit-tabis-tabis-
maipit-tabis-maipií.
No se conoce la voz
con que se expre-
sa el millar."
Y es de notarse, añadimos nosotros, que este siste-
ma de numeración es exactamente igual en su com-
posición al de los chinos, como ya se habrá visto en la
Primera Parte.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
2 Oí
Sigamos con las voces marripuyes de
El Morro:
azúcar
chikibuk
pueblo (el)
musigpuek
casa
nakot
un hombre
kari kaak
candela
chikapó
un buey
kari kuish
cocuiza
nantoj
un santo
kari sut
frijol
tisituk
una bestia
kari jaguay
harina
chingkang
una vela
kari sirup
lebrel
tisirki
una puerta
kari popich
madera
timpuek
una mujer
maiz
chijsjak
fea
kari nutó
mazamorra
sarsó
una mujer
.
sal
chapik
bonita
kari nisjuó
trigo
tirkué
una mujer
papas
tingüis
vieja
kari nuntok
Del mismo dialecto Marripú ó Mirripuyes tomó el
señor D. José Ignacio Lares un vocabulario, que publi-
ca también en la segunda edición de su Etnología del
Estado Ménda, rectificando la escritura que consta en
algunos vocablos de aquel Resimien usando la K en las
articulaciones ca, co, cu, y algunos errores que parecen
tipográficos. Helo aquí :
I cari
5 casum
hombre feo
caac ñuto
2 gem
6 cabo
huevos
tasbibús
3 sirut
7 tabías
Juez
carean
4 pit
jicara
chiscau
Agua
chimpú
Látigo
timarzot
agí
chicas
las blancas
ticiuira
apio
tis sus
lavar
marso
arepa
suridipa
leña
tisceph
aquel hombre
quiu caac
los blancos
ticepe
zato
quioe
Maiz
hussá
Bellaco
chisnuguí
mentiras
asnaras
bueyes
tibuy
muchacho
timuá
Cacao
chiré
mujer
cursun
carne
choree
mujer bo-
cursun mi-
casa
characot
nita
taifoc
como le
va,
manupe ca-
No es para
hermano?
chim ?
creer
tamupaquia
202
TAVERA-ACOSTA
cerdo
tipurco
Olla
nayuu
cuñado
cues
Papas
tigúss*' tigurús
Chicha
chiscau
palonia
tigubón
chimó
chacuio
para servir á
Difunto
nascui
usted
chapichingo
dónde viene?
manucuatú
plata
saisay
dulce
tiboo
plátano
tiparantan
Está usted
platos
tiparact
bueno
amanupe ?
perro
ticirqui
Frijol
cihtuue
piedra
tituup
fuego
chirup
piojo
tiguí
Gallina
tigaiora
pueblo, el
musipue
guarapo
samup
pulga
quis
Harina
chanbong
Queso
chujachusque
hasta maña-
Sal
chapí
na
tamursi (54)
tiesto
tispac
hombre
caacne
trabajo, el
escubisut
hombre bo-
Vieja
mintocas
nito
caac nicí
viejo pichoso
quiesho quiñi
MucMchies
Agua
chumpuk
piedra
tuch
azúcar
chikiguó
sal
chapí
casa
nakot
sol
mpú
fuego
churup
sombrero
kuchiná
hombre
nachú
tabaco
tas
jefe, juez
kanisef
tierra
mikusch
mujer
naktún
viento
chiktén
Estos 14 únicos vocablos mucuchíes que fueron to-
mados por Febres-Cordero entre indios moradores de
"El Cenicero," difieren algo de los traídos por el señor
Lares. Pero debe tenerse en cuenta lo que hemos di-
cho en la página 38 aceren de las modificaciones que
sufren algunas palabras entre las diferentes tribus que
hablan un mismo lenguaje.
(54) Pareci-io albaniba ¿?w«rí/, sol. — Nota del Autor,
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
203
Véase
el Mocohíes que trae el último de los nom
brados :
agua
• chipué
huevóos
chiquipá
animal
ticaguai
ir
guateque
boca
macabó
lento
timafaá
bailemos
guateque
leña (trae)
machipé
chima bum
lengua
chiquibu
bubas
timpoch
madre
cruchman
cabello
michú
muchacho
sari
cabeza
quicham
mujer
miyoi
cacao
spiti
no
zoy
casa
chimanacót
no bailamos
zochi guate-
cerrero
chiquiré
que
comer
cuibijá
orejas
timabúm
cómo esta
plata
saisai
usted ?
' machinipé
papas
tiguis
cueva
mito}^
padre
cruchtat
dulce
chiré
piedra
apira
hermano
cuches
pies
cujú
hermana
mananium
roca, peña
carichnúch
hijo-a
guacharé
sal
chapí
hombre
miyoi
tierra
tira
Es de notarse en la escritura de aquellos 14 voca-
blos así como en las voces Miripuyes de El Morro, la
prodigalidad de la K, como si usando la C no quedara
perfectamente perspicua la fonética de sus voces en las
sílabas Ca, Co, Cu. El señor Lares se aparta de ese
extrangerismo. Igual reparo tenemos que hacer á los
que siguen, traídos aquí del citado Resitmen :
Gicagíro
{ T')iiiiio por el sen ^r D Ju io Ca'c iño en la Gia^ira ó Uagira,
en el año de 1869.)
1 Guane
2 piama
3 apuní
4 pienchi
5 jarraira
6 achipirú
7 alcarane
8 meskise
9 guane miii
10 poro
204
TAVERA-ACOSTA
Y no tienen más números, así es que los repiten
para demostrar mayores cantidades. ^
Abuela
tausa
estoy can-
mapusase
abuelo
tausi
sado
taya
arco
ureche
espera ahí
gierta bará
agua
güin
faja (la)
sira
alcaraza
güinruko
fruto del to-
anda lijero
jachón pía
tumo
arita
auyama
güire
frijol
firjul
botijuela
sirúa
folgar
sikapía
caballo
ama
fusil
karkabús
cabra
kaura
gato
musa
carne de va-
guayuco
tahiche
ca
irucu va
género (tela)
kururo
carne de
hacha
porka
cerdo
iruco-porko
hermano
casa (mi)
tepiorumúi
mayor
tapaya
carta
karauta
hermano
cerdo
purke
menor
temurie
corales
kuriirase
hijo
tachón
cuchillo
rúrie
jabón
sipuna
cuentas
kakuna
jojoto, tierno
iroro
cunaguaro
hunar
laguna
rahuna
cuero de res
bata
leña
siké
" cabra kaú-bruta
lechosa (fru
" zorro
guariruta
ta)
iguaraya
" " tigre
kareiruta
maiz
marike
cruz
kuruzu
madre
téi
chivato cas-
machete
chajaruta
trado
kapuna
madera
kunú
" no "
kaura kasi-
matacán
kaukero
kuse
mazo de
dame
painke
cuentas
sirapa
dato (fruta)
iguaraya
melón
meruna
diablo
yarfá
muy
maí
deten el paso
pisosera su-
naturaleza
kúa
(la)
piero
enea
mariche
olla
güeiu
esposa
teerín
paja
aroma
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
20:
paloma
i rúa
tela roja
i soso
para ^
pura
tengo sed
míase taya
panela
panesito
tío
tapayo
patilla
karapase
tigre
karaire
pariente
tapuse
traje (manta)
tasein
peine
pasuta
totuma
ita
perro
erka
tuna
tiuna
pecho de
tu eres rica
pía guasire
mujer
tachira
tu eres pobre
pia-kama
pepino
guasimuna
muise
pescador
parasecase
tu eres co-
permanece
queta
pía- -ignara
quieto
maikirá
tu eres ge-
piedra de
nerosa
anase-pía
fusil
ipa karkabús
ven acá
jarache-pía
piedra de
voy á bañar
moler
ip^ (55)
me
poijen taya
pólvora
púrpura
vete
púnata
plátano
V>úrana
vé tras él
puatachiro
raya (arma)
i mará
venado
ai rama
sobrino
tasipa
voy á dormir
atunka taya
sombrero
guama ó gua-
yegua
ama-jiere
kuko
yo te quiero
tache kin tain
tabaco
yuré ó sairí
zorro
guarie
tela azul
güeites
De este lenguaje de los indios de la Goagira
venezolana tomó también un vocabulario el poeta José
Ramón Yepes. De él extractamos las siguientes pa
labras, que no constan en el del serior Gaicano :
adivino piayman
arco de flecha kurarire
asta guaika
báquiro puinke
brujo hohobit
camino tapoy
canoa
kuriara
conejo
karpa
culebra
kan
choza
arkabuko
chubasco
huribav
espíritu
aimara
( 55 ) Parecido al baniba ibpa, al haitiano Ciba, al aruica siba-
Nota del Autor.
2o6
TA VER A- AGOSTA
espíritu del
hueco
kóuse
bien
ama riba
ladrón
karguarachi
espíritu del
tinaja
gacha'
mal
jolokianio
tortuga
sahua-ira
esposo
echin
sol
shué
genio tutelar
kachimana
viejo
chakón
guerra, pelea
gaazábara
zamuro
ye mes
hermana
tasinú
zorra
iboroko
Dialecto
de Siqíiisique
Es sensible que el señor don Juan Tomás Pérez al
recojer el vocabulario de los indios de esa población, ca-
pital del Distrito Urdaneta, hoy perteneciente á la juris-
dicción del Estado Falcón, se hubiera olvidado de indi-
car la nací()n ó tribu á que correspondían. ¿ Cómo se
llamará ese lenguaje ? ¿ Será un dialecto de la lengua
de los Caquetíos ó de los Jirajaras ?
El doctor Arcaya en su estudio Los aborígenes del
Estado Falcón ( cap. V ) asegura que Siquisique estaba
poblado por estos últimos, y que " casi pura se conser-
vó aUa la raza Jirajara ;" y en su trabajo Lenguas indí-
genas que se hablaron en el Estado Falcón, asienta categó-
ricamente que este vocabulario corresponde al dialecto
Ayamán. Véase :
agua
ing
cielo
ingüet
adiós !
najob !
ciempiés
siyop
araguato
duj
cuchara
dipigué
auyama
jos
cuchillo
pisiii
batea
bata
culebra
tub
barba
ustenagüe
chácharo
mondúj
baile
prarará
chinchorro
dotak
bueno-a
koñi
danta
yoyé
caballo
kabeyú
de dónde
cachicamo
dok
vienes ?
yebii porimí
?
carato
suí
escardilla
asará
carne
chüu
está enfermo
yusimá
casamiento
casagüé
estoy enfer-
i
cerro
pok diú
mo
ausín ú
cerdo
moñé
flecha
ispepé
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS
20'
fuego
dueg
perro
perú
gallo o
digueró
pereza
takumara
gallina
gato
gavilán
gato cerval
guacama37a
guacharaca
degaró
mis
güé
yu
idok
atogó
plátano
picure
quebrada
quieres ca-
sarte con-
migo ?
pratan
akuri
sat
bnk kasimi-
go turibe?
hacha
kamará
relámpago
sekuni
lapa
leche
aragua
lesi
sal
sol
tu mané
yuaú
lena
sisp
se alentó
ijuratini
león
bosin sug
si quiero
aaia
lunes
lloviendo
machete
kost goima
masep
súplicas
tapara
tengo ham-
upiyué
kub
mañoso
i jura
bre
gekyeú
mapurite »•
arok
tierras
güed ap
mazamorra
médico
dipjueyé
gasga
tigre
totuma
bosín
kururú
morrocoy
mucho frío
ñamurí
tatdmú
venado
vengo del
aguí
a parí mí ñi-
muerte
kusine
conuco
anve
no quiero
ao
viento
titate
olla
padre
pijió
eteté
voy allá
voy á comer
numagüé
tañu oy
paují
pavo
pescado
suí
tog
baii
yuca
zorro
jogón
moorí
Trae también el señor Lares en sa mencionada
Etnología de Ménda un vocabulario del dialecto Migurí,
fraterno del Miripuyes, el cual nos permitimos copiar
textualmente á continuación :
Migurí, de Acequias
Cómo está la familia ?
cómo le va, blanco ?
cómo está la señora ?
ya viene mi abuelo
man upé tascoúa ?
manupé quic sep ?
manupé carigurá ?
guó cuatú chumú
208
TAVERA-'A'COSTA
ya viene mi abuela
ya se fué \vÁ madre
ya es tarde
ya es de noche
madrugue mañana
está lloviendo
ya se va ?
cuándo vuelve- ?
déme agua
déme fuego
una culebra coral
leña
dulce
alacrán
buitre
zamuro
gavilán
cachicamo
cómo está ?
para servirle
trae leña
sople el fuego
trae agua
trae cacao
obedece !
péineme
lento !
ir
vamos á beber
bailemos
no
no bailemos
buenos días
cómo le va, amigo
güó cuatú huisí
guó euatós chugae
guó quisuí
guó quisí
gassí muchí
oquí moy
guó cuatóc ?
pena sums ?
( ' ) me chimbii
me chirup
cari suy cuatú
ti-semp
chibó
quijut
quió
mussitu
cué
uni siiy
machan isa
guariste
machipé
marú
niaíam chumpiú
spiti saisai
fin chacharé !
mechi michii
timafáa
guateque
guateque chimabum
guateque chimajó
zoi
zoichi guateque
machimpé
machinpé mayoi ?
(') Me puede ser corrupción del español. — Miyoi tiene distin-
tas acepciones, significa también amigo, y regularmente lo em-
plean como interjección.— La CH tiene el sonido de SH, ingle-
sa, ó SCH alemana. — Para llamar se dice mayoi, — Para contestar,
Mayinoch. — Notas del señof Lares.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 20^
muy bien, muy bien uniqueje güez
sentarse nis
siéntese usted manís
comer cuibijá
beber para quitar la sed cuibimú
ya comí cuibichajá
comeré mañana chabii cuibijá
quién va? machinepe in (in, ente-
ramente nasal )
me necesita señora ? michinepe, sairá ?
tengo yertas las manos currumpeché gruta cu-
ñuñumé
ruba timpóch
Dice el señor Lares que al tiempo de la Conquista
estaban muy pobladas las regiones de Mérida ; que
eran sus moradores blandos de carácter y de índole
apacible ; de gentiles proporciones y las hembras sobre
todo muy hennosas ; que sólo los del valle del Mota-
tán, los Timotes, unían á su gallardo continente, lo al-
tivo y belicoss del carácter, y que no eran como otros
pueblos de América, nómades, ni vivian del pillaje, ni
cometían actos de canibalismo. ( S¿c )
Muy bien : estamos perfectamente de acuerdo,
salvo en lo del ** canibalismo de otros pueblos de Amé-
rica," que no es sino un eco lejano de los relatos em-
busteros de los Conquistadores repetidos por los pri-
meros cronistas de Indias. Quien tuviere á la vista
sendas obras abiertas de diez de esos escritores primiti-
vos, se convencería de tal error histórico y etnológico,
resaltante de sus mismas encontradas narraciones.
De aquellos numerosos pobladores de las regiones
meridenses hoy sólo quedan ''unos tantos Mucuchíes,
Mucurabáes y Escagüeyes ; algunos Miripús, Tiqui-
ñoes y Jajiés, y uno que otro Timotes, Quinaroes y
Aricaguas."
Concluimos trayendo de la página 22, los siguien-
tes interesantes datos del mismo señor Lares :
í?n el Sur—Dialictos Xndlgenas, 14.
2IO TAVERA-ACOSTA
" Los Timotes y Quindoráes tenían por base de su
numeración el lo, que era el mismo sistema de los Cui-
cas, sus vecinos ; para seguir contando decían dos die-
ces, tres dieces, etc. Otros pueblos, y entre éstos los
Miguríes, contaban hasta siete solamente. Puede de-
cirse que cada pueblo de los Timotes hablaba un dia-
lecto distinto ;. pero todos derivados del Chibcha ó
Muisca."
' 4'*^ * '
■i^l^Hl^ #H|||^ i#nH^' -#t||l^- ■■■#i#' "#ii|!l^' ■'#i|!(^ "<|<N^ ■#iii^' '"'ülftit^ ■#!)!!»•■ ■■■#i|j)^'i#.)|f>--i||^!(!>* if^^ -x^^-
CAPITULO VIH
Significado de algunos nombres propios de Venezuela en lenguajes
que se hablan en Guayana — El nombre del sol en algunos
lenguajes sur-americanos — Estado de las tribus del territo-
rio venezolano.
Son curiosos los significados que tienen algunos
nombres de ciudades, ríos, localidades, etc. de Vene-
nezuela, en dialectos de tribus habitadoras de Guayana
y del Territorio Amazonas. Véanse á continuación :
Amana
en Tupí ó Niangatú
aguacero
»>
en Baniba
caimán
Caracas
en Mandauaca
gallo >/
>í
en Baria
r> -^
>)
en Carúzana
rj
>>
en Uarequena
y>
Paragua
en Niangatú
loro
)>
en Tamanaco
mar
Cagua
en Puinabe
gallina ^
)>
en Baria
macanilla
>>
en Niangatú
avispa
}}
en SáKba
a^ua
¡f
en Mandauaca
caño
Guanipa
en Yaruro
aroma
212
TAVERA-ACOSTA
Cumaná
en Baniba
frijol
>>
en Uarequena
en Yabitero
>>
r>
en Mandauaca
n
r>
en Carúzana
n
f)
en Baria
f)
Manaco
en Mandauaca
calentura
Cari
en Piapoco
tierra
f}
en Mandauaca
viento
Yaritagua
en Baniba
hermana
Sama
en Piaroa
familia
Guanare
en Maquiritare
talismán
Topó
Tocoy
en Mapoyo
en Ídem
encima
culebra
Mapire
en Carúzana
en Piapoco
mosquito
Naiguatá
en Mapoyo
en Yabarana
puerto
Caroni
en Mandauaca
agua corriente
Yabo
en Yabarana
tío
Oca
en Uarao
cachicamo
Muco
en Yabarana
hijo
Macagua
en Mandauaca
sobrino
Guanape
en Yabarana
llanura
Píritu
en Mapoyo
en Yabarana
yerba
espina
Güere
en Ídem
yo
Guárico
en Piaroa
daño
Egua
Baruta
Tonoro
en Maquiritare
en Piapoco
en Caribe
ya
sapo
pájaro
Guama
en Yabitero
no
Guaira
en Uarao
embarcación
Chirica
>>
en Caribe
en Piaroa
estrellas
j>
en Tamanaco
"
Chacao
en Caribe
arena
"
en Tamanaco
>>
Adoro
en Mapoyo
en Piapoco
playa
guacamaya
EN
EL SUR — DIALECTOS
INDÍGENAS 21 j
Maya
en Mapoyo
guacamaya
Guaca
en Baria
en Niangatú
>>
Guasiqui
en Yabitero
tigre
Tororo
en "
en Uarequena
sapo
Caucagua
en Mandauaca
cacao
Darigua
en Uarequena
en Mandauaca
cachicamo
Cura
en Mapoyo
sapo
Macai
en "
lagartija
Guacara
en Yabarana
en Mandauaca
garza
>»
en Niangatú
gallina ^
M
en Uajibo
Pannpán
en Yaruro
mariposa
Guayana
en Caribe
pálido
)j
en Uajibo
descolorido
Cubagua
en Sáliba
enfermedad
Uquire
en Niangatú
dormir
"
en Caribe
hombre
Manamo
en Uarauno
dos
Aque
en Maquiritare
>í
Güigüe
en Caribe
hacha
M a para
en Baniba
en Caribe
llanura
Maparari
en Mandauaca
en Maquiritare
"
Tocoma
en Niangatú
corozo
Tocuyo
en Uarao
flores
Maipures
en Caribe
danta
Uyape
en Niangatú
detonación
Yaya
sn Baniba
llanto •
Táchira
en Uarao
mujer
Macapo
en Mandauaca
chato
Cúa
en Piaroa
hombre
Uba ó Uua
en
"
Aguacagua
en Piapoco
ven acá
Guayos
en Yabitero
murciélago
Segua
en Sáliba
raya (pez)
214
TAVERA-A^GOSTA
Tarracapi
en
Curiizana
raudal
Guayuta
en
Yabitero
picure
Guagira
en
Yabarana
paloma
Aza
en
Sá
liba
guacamaya
Guaracaro
en
Mí
ipuyo
mono
>>
en
Yaban
ma
"
Macareo
en
Baria
mosquito
Véase también el
1 nc
)mb
re del sol
en algunos len-
guajes sur americanos:
Quechua
rupai
U ara ni
cuarasi
''
churi
Tupí
corase
>>
inti
Omáua
uarasi
Chontaquiro
intiti
Niangatú
uorazi
Aimara (56)
inti
Cocaima
cuarachi
Antis
issiti
Uaicana
ajsé
Araucana
antu
Uanana
sé
Yáua
hini
Moxo
sacche
Lula
inrii
Ua]:;iro
shué
Campi
quienti
Chiquita
suús
Caribe
bedü
Baniba
amorsi (57)
Ta man acó
ueju
Manda uaca camoi
Arecuna
uei
Yabitero
camuzi
Umáua
bei
Uareca
camui
Macusi
uei
Siusi
gamui
Jianacoto
uei
Carúzana
camoi
Yupúa
aué
Izaneni
camui
Desana
abé
Yucuna
camó
Carijona
beí
Baria
camojo
Mac 11
uerjó
Sáliba
jojo
Tuyuca
mújiph
li
Puinabe
jiámat
Tucano
mujipu
aimara quiere
déci
Yajuna
ir " alma" er
ijía
(59) La voz
i lenguaje Uagiro.
( 57 ) Dice Humboldt en el Libro II, Capítulo I, de sus Cuadros
de la Naturaleza que " algunos filólogos dados á las etimologías,
creen que la palabra americana camosi, parece semejante á la de
camosch, nombre del sol en uno de los dialectos fenicios."
EX EL SL'R — DIALECTOS INDÍGENAS
215
Bara
múiipbú
Cuereta
jai a
Uaiana
mújipué
Piapoco
éeri
Tsela >
mújiphú
Tariana
queri
Erulia
mujijú
M apoyo
cátun (58)
Uasena
mújipé
Yabarana
y á tuno
Maquiritare
chi
Uarao
yaa
Piaroa
quiáua
"
jocoi
Avamán
yuaú
Ya juna
aíyaga
Vílela
oló
Cobéua
auiya
Conobo
bari
Ticuna
ehajeh
Yaruro
moe
Aruaca
hadalli
Uagibo
ícoto
Uaicura
aligega _
Mucuchíes
mpú
Bujagana
omacayi
Miraña
néeba
Uitoto
jitoma
Macú
jóclem
Macú
yéu
La cultura intelectual de los habitantes de Vene-
zuela para la llegada de los españoles, era, como se sa-
be, deficientísima, ó mejor dicho, rudimentaria, si se
tienen en consideración los notables adelantos de los
Aztecas, Quichuas, Chibchas y Aimaras, habitadores
de Centro y Sur América.
Sin embargo, de los individuos gobernados por
Maruana, Maracapana, Manaure, Uriaparia, Uaicaipuro,
Callaurima, etc., se sabe que, por regla general, unos
eran inteligentes, agricultores y de magníficas condi-
ciones morales ; otros muy hábiles alfareros y hospi
talarios ; algunos eran valerosos, estratégicos, altivos y
estoicos ; y que todos, en fin, eran bondadosos por na-
turaleza, melómanos y de una generosidad noble y sen-
cilla, cualidades todas que revelan la facilidad con que
habría podido ensancharse el radio de sus adelantos,
si hubieran sabido aprovecharlas los torpes blancos que
los aniquilaron ó que con su feroz conducta los convir-
tieron de mansos y humildes, en bravios, montaraces
y vengativos.
(58) Dice Rodolfo Cronau, en la página 201, tomo II, de su
obra Amé?' zea, que " al igual de los aztecas tenían también los
mayas en su calendario, un ciclo de 52 años llamado Katim y
además otro mayor de 312, titulado Ajau Katimesy—Jáhcn.^w
Quichua quiere decir " grande " — 'Nota del Autor.
216 TÁVERA-ACOSTA^
Es verdad que los Quichuas y los Aztecas, por
ejemplo, además de sus conocimientos médicos y ar-
quitectónicos, los poseían también de astronomía ; y
así, los Incas tenían ciclos de sesenta aílos, dividido
cada año en cuatro partes con doce meses de treinta
días, más una semana de cinco, así :
I a, parte — Sitúa, la primavera, tres meses, que
son : Umu Raymi, Panchin Toktu, Aya Marku ;
2a y^'d.xX.^ — Kapak Raymi, el verano, meses : Huk
Chuy Pokkoy, Jatun Pokkoy, Pakari Huatay ;
3a parte — A-Sittta, el otoño, meses: Pakkari
Huanuy, Arihua, Hayma Muray ;
4a parte — Intip Raymi, el invierno, también con
tres meses : Titu, Chiram Pacha y Anta Sitúa.
Y los Mayas dividían los años en diez y ocho me-
ses, y cada mes en veinte días, como lo comprueban
los respetivos nombres. Véanse los meses del calenda-
rio maya :
Pop
Uo
Zip Tzos
Tzec
Xul
Yaxkin
Mol
Chen Yax
Zac
Ceh
xAlak
Kankin
Muan Pax
Kayab
Cumhu
y los nombres de
los días :
Kan
Chiccchan
Cimi
Manik
Lamat
Muluc
Oc
Chuen
Eb
Ben
Ix
Men
Cib
Caban
Ezanab
Cauac
Ahau
Ymix
Ik
Akbal
Pero en cambio no supieron ó no quisieron prolon-
gar, como los de Venezuela y regiones orientales de Co-
lombia, la heroica lucha por conservar su independencia
y la libertad del suelo que los vio nacer, junto con el
honor de sus mujeres y de sus hijas, que era el suyo
propio.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 2 ¡7
Desgraciadamente, hoy no se encuentra un solo in-
dígena puro en la selvas del país que sepa pintar en los
cerros ó grabar en las rocas uno de aquellos monumenta-
les geroglíficos, de que antes hemos hablado ; y salvo
las curiosas pinturas con que adornan los productos de
su cerámica, la inteligente extracción química del cura-
re, la elaboración del casabe y del mañoco, la fabrica-
ción de sus armas de cacería, sus bien trabajadas disec-
ciones de pájaros, sus instrumentos músicos, la artística
construcción de sus embarcaciones y canaletes, sus fies-
tas y bailes, sus exorcismos y su terapéutica .... nada
que indique los progresos del espíritu humano que al-
canzaron los Incas y los Mayas, hemos hallado en nin-
guna de las tribus que hemos visitado, no obstante ser
todas ellas muy inteligentes.
•#'#»""#'((|¡l>"-'"#'1Ü!l"' ##1 .i|^,íj!f|r ■!lf.||j^.^.lfíi'%'''-''#^iff|t'-'''i^ ■#i||(i i^<|»ii i»m||i||»
CAPTTUT^O IX
La leyenda de los atures — Confusiones que ella ha ocavSionado
— Aclaraciones.
En la página i6o, vclumen II de las Leyendas His-
tóricas, por Aristides Rojas, se lee que los caribes "aca-
baron con los primitivos atures y maipures, antes que
el conquistador castellano hollara con su planta la tie-
rra americana," exagerando así la época departida del
romance pintoresco de Humboldt, que no tiene más
base que la información de los indios.
Ese tropo ha venido haciendo carrera hasta nues-
tros días : hombres de ciencia, hombres de letras, ex-
ploradores, viajeros, todos, han repetido el tópico sin pa-
rar mientes en la fantasía del asunto, y dando con ello
ocasión á lamentables errores etnográficos, sobre todo
entre quienes no han estudiado de visii la vida y costum-
bres de los seres acerca de quienes se escribe, creyendo
que la falta de observaciones experimentales es fácil de
suplir, en las ciudades, teniendo á la mano libros exó-
ticos, de los cuales, al calor de las bibliotecas, se toman
datos y notas, se acumulan párrafos y se adoptan teo-
rías, que, por provenir de hombres científicos, hay que
respetar ! Infeliz influjo del magister dixit !
En efecto, tal sucede con la leyenda humboldtiana
de la extinción de los atures.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 2ig
El sabio alemán dice en la página ^yS, Libro
VIII, Capítulo XXV de su Viaje á las regiones eqiñnoc-
ciales del Nitevo Continenle :
" Corre una tradición entre los indios guahivos,
según la cual los belicosos atures perseguidos por los
caribes, se salvaron sobre las rocas que se hallan en me-
dio de las grandes cataratas, y que fue allí donde esta
nación numerosa en otro tiempo, se aniquiló poco á po-
co, igualmente que su lengua. Las últimas familias
de los atures existían aún en 1767, época del misione-
ro Gilij ; y cuando nosotros viajábamos por aquellas
regiones se enseñaba en Maipures un viejo papagayo,
de quien aseguraban los habitantes que nada podía
comprenderse de cuanto decía, porque hablaba la lengua
de los atures."
Y más tarde, en sus Cuadros de la IVahiraleza,
traducción de Bernardo Giner, ( Madrid, 1876) dice :
" Nuestros intérpretes no pudieron darnos noticias
ciertas sobre la época de estas canastillas y de estos va-
sos. ( 59 ) Sin embargo, la mayor parte de los esquele-
tos _no parece que han de contar mas de cien años.
Existe una tradicción entre los indios guarecas, según
la que los valerosos atures, perseguidos por los caribes
antropófagos se refugiaron en las rocas de las cataratas,
lúgubre morada en donde toda la raza pereció sin dejar
indicios de la lengua que hablara. En la parte más
impracticable del raudal, encuéntranse otras cavernas
llenas igualmente de osamentas. Es de suponer que
la última familia de los atures no se extinguió hasta mu-
ho tiempo después ; porque en Maipures vive ¡ cosa
rara ! un loro viejo que nadie entiende, según dicen los
naturales, porque habla la lengua de los atures." ( imagi-
na 233. )
( 59 ) Vasijas de barro cocido y catumares donde estaban coloca-
dos los esqueletos de los indios. Estos catumares son una especie de.
mapires en forma de costales, tejidos con hojas de palmeras, y de
vario tamaño. Ku mandauaca catumare significa sepultura. — Nota
del Autor.
2 2 ó TÁVERA-ACOStA
La simple lectura de estos párrafos deja campo á la
crítica. Fíjese quien quiera : en' l'a trancri'pción pue he-
mos hecho de su Viaje, asegura que la tradición existía
entre los giiahivos, y en la que acaba de leerse afirma
que era entre los indios guarecas \ allá los caribes no
eran antropófagos, acá si lo eran ; allá las últimas fami-
lias atures vivían aún para 17Ó7, acá mucho tiempo
después
Los Uarecas ó Uarequenas son del Rionegro y su
dialecto es un derivado de la lengua Baniba. Los Uaji-
bos moran en las márgenes del Bichada, etc. y aunque
afines suS' lenguajes, no tienen grandes analogías grá-
ficas, por lo menos ostensib-es á nuestra cortedad de
ent^ndimi-ento.
En la primera relación no califica de caníbales á los
caribes, en la segunda sí ; pero debemos tener presente
que él mismo ha desmentido gallardamente la antropo-
fagia de los pobres caribes del Continente. ¿ Serían
entonces los de las Antillas ^s>ic^ que subieron famé-
licos hasta el raudal de los piaroas ó ádoles para matar
y comerse á sus tímidos hermanos ?
No parece sino que todo fue una conseja de los
indios, quienes, al no entender los gritos destemplados
del papagayo, por salir dei paso ó para reírse entre ellos
di^\ yaránabe (60) preguntón', le dijeron que era la len
gua de los que estaban enterrados en las grutas de los
cerros de Atures !
Humboldt magnificó la especie con el lirismo de
su cerebro poderoso, y de allí que el poeta Ernesto Cur-
tius, su conterráneo, entusiasmado por el numen del cé-
lebre viajero y por lo peregrino de la leyenda, la trasladó
al verso con el mote de El loro de los Atures. Después
virtióla al castellano en versos octosílabos, nuestro lite-
rato doctor Lisandro Al varado, y más tarde el arqueó-
logo doctor Aristides Rojas escribió también una leyenda
histórica.
(60) Persona blanca, extranjero.— A^(?/í2 del Autor
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 22 1
Pero antes de proseguir, hachamos un breve histo-
rial de los ádoles (3 atures, ó piaroas.
'i ^
El primer autor, que sepamos, que mencionó á
los ádoles ó atures, (6i ) fue el Fraile Jacinto de
Carvajal en su libro Descubrimiento del río Apure hasta
S7i in^i eso en el Orinoco, en 1647. (Páginas 273, 299, 303)
Después, en la página 314, dice : *'Passado el río
de Meta y Orinoco arriba orilleandole por el diestro la-
do en distancia de algunas náuticas jornadas se enquen-
tra con el raudal de los Ádoles "y donde se abo-
gó el Gobernador de Guayana don Fernando de Be
rrío y Oruña, en 1629.
El Fraile Juan Rivero en su obra Historia cíe las
iV/isiones de los danos de Casanare y de los ríos Orinoco
y Meta, escrita en 1729-35, asegura que en 1680 los
religiosos Ignacio Fiol y Felipe Gómez, remontaron
el Orinoco desde la confluencia del Meta y "'na-
veo^aron contra la corriente del río, v á la fuerza de re-
mos con bastante número de indios diestros en romper
sus raudales, y después de muchos días de navegación
y trabajo, hallaron que la capacidad era casi inmensa
para muchas misiones ; las parci?lidades inumerables,
las lenguas poco diversas, pues casi todas las gentes, ó
las más, hablaban un miismo idioma " ( Pág. 253)
Y ya antes, en la página 44 : "Una de las islas
más conocidas y celebradas en este río es la de Ádoles
y sus raudales son muy nombrados porque se oponen
como una murallala al paso de las embarcaciones, por
sus precipitadas corrientes, sus oleajes encrespados
y sus horrorosos remolinos .... Habitan en esta isla
de los Ádoles muchos indios llamados ádoles tam-
(61) Recuérdese que ¿f¿j!(?r(9 en Piapoco y átoto en Carúzana,
significan guicamaya, qne dfori-ziaro en Mandauaca quiere de-
cir loru grande, que el Piaroa y el Sáliba tienen analogías y que
el Cariiz-aiia, el Madauaca, el Salaba y el Piapoco, provienen de la
lcn;:ua Baniba. — A^ota del Aittor.
2 22 TAVERA-ACOSTA
bien . . " y que vienen á ser los noismos piaroas de aquellos
contornos, que encontraron aquellos frailes viviendo en
siete pueblos nombrados así : Truage ( Tabaje ó raudal
de Borjas, hoy ) Adoles ( Athules ó Aturis, hoy Atures )
Peroa hoy Piaroa ) Cusia, Masiba, Duma ó Domo ( hoy
Tomo) y Catarubén ó Catarabén. ( PáG;ina 256) Y
en la mima página da á entender que esas parcialida-
des eran Sálibas y Acháuas. que, como ya hemos
visto, tienen sus afinidades con los del Rionegro.
El Fraile José Gumilla. continuando la indicación de
su colega Rivero, dice en el Capítulo XIII, Parte i^
de su Historia de las Naciones del Oi'ínoco : " De este
mismo calibre y genio son los indios aturis, que se repu-
tan por sálibas, aunque su dialecto es aigcí diverso. La
nación de abanes, de ?naipu es y los quirrubas son de
diferentes lenguajes, pero del mismo genio y manse-
dumbre."
Y en el XXI de la misma Parte :
" A poco más de cincuenta leguas {sic) de esta emi-
nencia (Paruaza) en que estamos, siguiendo agua arriba,
se destroza este río ( Orinoco) en el raudal de los ado-
les, del cual hablé ya. estrellando sus corrientes tres
veces por otros tantos despeñaderos ; en el último de
los cuales sobresale una peña llana tan capaz, que en
ella vive de asiento un pueblo entero de la nación
Adole, ó Ature, según su lengua."
Debe recordarse que Gumilla no llegó nunca á los
raudales de Atures, y aunque se guió en gran parte por
los relatos del Rvdo. Rivero, no menciona en su nomen-
clatura de tribus á los Piaroas, porque para los años
en que escribió su obra ( 1740-42) se conc^cían general-
mente con el nombre de aturis ó ádoles. Pero con
todo, se le ve asegurar que, aunque reputadoos por Sá-
libas, su dialecto es algo diferente, lo que en rigor es
exacto ; mas comparándose con detención se verán
grandes simpatías. Y hace muchos años — cerca de dos
siglos — que se sabe que las tribus que habitaban la zona
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 223
de los raudales de Atures eran Piaroas, Yaruros, Ma-
poyes y algunas familias de Uajibos nómades, deno-
minadas todas sin duda alguna por los misioneros, con
otros sobrenombres, como yuapines. cuacuas, meye-
pures, guiperneyes, maipures, sirupas, chirupos, quiru-
pas, quirrubas, etc.
Para 1760, Solano, ei Jefe más notable de lasfamosa
Expedición de Límites, añrma que junto con los Pia-
roas poblaban las regiones del Sipapo. etc., los Mai-
pures, Sirupas y Guiperneyes. ( Informe de 25 de se-
tiembre de 1760. )
A este inteligente y laborioso ingeniero es á quien
se le debe el trueque del vocablo " ádoles" ó " atures "
por el de "piaroas," aplicándolo por vez primera á una
de las tribus que encontró en la región de los raudales
de xAtures, al Sur. Demás está decir que no nombra
á los atures.
En la Hictoria de la Nueva Andalitcia, por el
R\do. Antonio Caulín, publicada en 1779, se lee: "Des-
de este río ( Meta ) hasta el raudal de los Atures, se
•regulan de 15 á 20 leguas ; y entran en Orinoco....
la misión de San Borjas ( Truaje ) de trescientas al-
mas de nación yaruros ; y á la frontera de este pueblo
está el raudal de Tabaje.... Después está la isla
Tarbén, el peñón de Guaripa y la isla Quémalo, á
quien sigue el río Itaba y á éste el raudal de Bayabada,
que está corno tres leguas antes de llegar al expresado
raudal de los Atures. Por el Sudeste recibe á los ríos
Paruena, Anauene y Edeua, á quien sigue el pueblo
de San Jnan Nepomuceno ó raudal de los Atures, de
320 almas de naciones atures, maipures, abanis, meye-
pures, quirrupas y yaruros." (Capítulo X. Libro I, § 2 )
Aquí es de notar que, no obstante haber acompa-
ñado Fray Caulín á la Expedición de Solano por algún
tiempo, hasta el raudal de los Piaroas, de donde no
pasó, es á quien se debe haber embrollado más la cues-
tión, haciendo aparecer nada menos que seis naciones
2 24 TAVERA-ACOSTA,
distintas como pobladoras de aquella aldea, fundada por
segunda vez al pié de los raudales de Adoles ó Atures,
por Fray Francisco del Olmo, en 1734, y luego-, por
tercera, en 1748, por Fray Francisco González.
Y conviene decir para mejor esclarecer la cuestión,
que estas dos fundaciones, así como la prim.era en 1682
por el Rvdo. Fiol, se llevaron á cabo en el mismo punto,
ó mejor dicho, donde c^stuvo el antiguo pueblo de Pea-
roa, á orillas del Cataniapo, que desagua frente á los
raudales de Atures, y que desde tiempo inmemorial se
ha reputado como residencia de los Piaroas, como con
toda veracidad asegura Caulín al final del parágrafo ci-
tado. Pero como él supuso que los atures eran distin-
tos de los piaroas, bien fuera ó para aumentar el nú-
mero de las tribus, ó porque no encontró quien le die-
ra razón de su morada, les concedió de motít proprio
como residencia habitual las regiones del alto Orinoco,
cerca de las márgenes del río Ocamo í (Véase el final
del Capítulo X, parágrafo 2, Libro I de su obra.)
Sin embargo, para 1756 no había según él, ningún
Piaroa en el raudal de Atures ; pero sí algunos indi-
viduos atures entre los 320 habitantes del pueblecillc de
Sanjuán Nepomuceno, que habrían sido traídos nada
menos que del Ocamo y del Padamo, cuando para
aquel año no se habían explorado las regiones del alto
Orinoco, arriba de la Bifurcación !
Más tarde el Rvdo. Salvador Gilij, en su libro
Saggio di Storia Amencaiia, publicado en 1780-84,
hace referencia de los Piaroas, y dice que, aunque más
rebeldes que los Cuacas, hablaban el mismo idioma y
vivían vecinos de los Mapoyes, al occidente del río Pa-
ruaza. (62)
Desde aquellos años de la Expedición de Solano
por el Orinoco, ( 1755-60) empezaron á decaer los nom-
(62) Paruaza, quiere decir "caño de la guacama^^a," de pajii,
caño, y aza^ guacamaya — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 225
bres de Adoles ó Atures con que se conocían las tribus
en referencia, predominando el de Piaroas que hoy lle-
van, >y que dio margen á Humboldt para considerarlas
destruidas por los Caribes antropófagos (s:c) que re-
montaron el Orinoco en persecución de aquellos infe-
lices. Y Gilij que desconoció á los Aturis con las deno-
minaciones de ádoles ó piaroas, los confinó á vivir entre
los ríos Padamo y Ocamo, siguiendo así la errada ver-
sión del Revdo. Caulín. ( 63 )
Sin embargo, aquella región de los raudales del
Orinoco — residencia habitual de los Piaroas — ■ siguió de-
nominándose de Atures, que es el nombre con que has-
ta hoy se la conoce.
Caulín se devolvió desde dichos raudales el mismo
año de 1756. ¿ Cómo, pues, si los atures no fueran, los
mismos piaroas, iban á residir para ese año en San-
juán Nepomuceno algunos de sus individuos cuando pa
ra entonces se hallaba desconocida la región del Orino-
co, desde la Bifurcación hasta sus cabeceras ? Y es de
apuntarse también que ninguno de los relatos que he-
m.os leído de la Expedición de Límites, menciona á los
atures, y mucho menos para darles residencia entre los
ríos Ocamo y Padamo.
No obstante, Caulín afirma que se guió por los
trabajos de aquella expedición, en lo tocante á la re-
gión desde Maipures para arriba, que él no visitó ;
y Humboldt, que en mucho se guió por las obras de
esos dos religiosos, no viendo tampoco, en 1800, por
ninguna parte á los atures, los declaró extintos
Por lo expuesto en las citas que anteceden, se evi-
dencia fácilmente que lo acontecido con los piaroas ó
atures, se debe desde un principio a la confusión produ-
cida por la caprichosa nomenclatura con que cada in-
dividuo designaba á las tribus.
(63) Véase Ethno^raphie precolombienne du Venezuela^ por el
doctor Gaspar Marca no. — París, 1890.
En el Sur —Dialectos Indígenas. 15.
220 TAVERA-ACOSTA
Y subió á tal grado el enmarañamiento de esta
cuestión, que los pobres Piaroas fueron traídos y lleva-
dos á extraña voluntad por todas partes. Con tal mo-
tivo, nuestro sabio compatriota Gaspar Marcano,
miembro de la Sociedad Antropológica de París, dice :
'*En los mapas del siglo XVII se encuentra la
isla y la catarata de los Athules, situadas generalmen-
te del lado de Rionegro. Para Gilij los atures estaban
establecidos al Este de la Esmeralda entre el Pada-
mo y el Ocamo ; los considera como extinguidos, pues
ni aún se conocían sus costumbres, asegurando que en
su tiempo (1767) apenas si existían unas veinte perso-
nas en el raudal que lleva su nombre. Ellos no figuran
en el mapa de Gumilla y apenas los nombra en el texto
de su obra para decir que ellos hablaban una lengua
algo diferente de la de los sálibas. Caulín hace man-
sión délos atures como si hubieran tenido su residencia
cerca de la Parima y las imaginarias fuentes del Orino-
co. En uno de los últimos mapas, el dibujado por Poir-
son para la obra de Depons ( 1805) en el que están
prodigadas ciertas naciones no conocidas, se hallan los
atures situados á la izquierda del lago de la Parima
en cuya existencia el autor creía todavía, y la aldea
de San Juan Nepomuceno de los Atures, en el lugar
que ocupaba cerca del raudal Los geógrafos, que
estaban acostumbrados á poner en sus mapas bajo el
nombre de Atures, ya una isla, ya una catarata, ya
una nación misma, concluyeron todos de acuerdo por
inscribir desde entonces la catarata y el pueblo en el
mismo punto," (64) es decir, á orillas del caño Ca-
taniapo, en su más antigua residencia conocida.
Pero después los Piaroas — y asimismo los Ma-
poyes y los Yaruros — humildes y mansos pobladores de
la región comprendida desde el Meta hasta el raudal
de los Adoles, fueron internándose hacia el Sur del
Orinoco, buscando, las fuentes del Cataniapo y las
márgenes del Sipapo, debido á la punible conducta de
(64) Ethnogfaphie p}€Colombierínedu Veiiezicela, páginas 26 y 27.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 227
los blancos que llegaban hasta ellos, y quienes trataban
de coartarles hasta en su adorada libertad individual,
de tal 'suerte, que hoy se hallan completamente desier-
tas las costas del Orinoco desde aquel raudal hasta los
cerros de Barrauán c Parauán.
Por otra parte, muy bien pudo acontecer que entre
esas tribus hubiera también algunas Sálibas y Piapo-
cos, ó sean Acháuas ó Airicos, quienes, á la presencia
de los extrangeros, siguieron el movimiento de aquéllas
(si ellas mismas no hubiesen dado ei ejemplo) y fue-
ran alejándose hacia el Sur Oeste, de manera que para
.1755, cuando pasó Solano, ya no existía un sólo indi-
viduo que las representase en la zona de los raudales,
lo que daría ocasión á Humboldt, medio siglo más tar-
de, para asentar, confundiéndolos con los Atures, que
estos habían desaparecido completamente. Demás es-
tá decir que este sabio no visitó el Meta, el Bichada,
el Uabiare, el Inírida, ni el alto Uainía y que según
se lee en las obras de los misioneros, familias Sálibas
habitaban la región de los raudales, desde Carichana
para arriba.
En consecuencia de todo lo expuesto, creemos,
pues, que del romance de Humboldt proviene el error
etnográfico en que han incurrido tantos hombres de
ciencia, vgr : Balbi y Codazzi. , ,,<
El primero dice en su Compendio de Geografía :
Atures . Nación antes numerosa, fuerte y guerrera, de
quien una parte formó la masa principal de la misión
de Atures, y cuyo panteón nacional es la caverna de
Atauripa."
Y Codazzi escribió : ''Los Atures, nación guerre-
ra y poderosa, ya casi extinguida, pues hace medio si-
glo que no se le conoce sino por los sepulcros de la
caverna de Atauripa, en donde se coserv^an los esque-
letos en mapires, especies de cestas, y en vasos de tie-
rra pintados con arte." ( Resumen de la Geografía de
Venezuela, )
2 28 TAVERA-ACOSTA
Y después: muchos más han venido hablando de
los Piaroas ó atures, extinguidos por obra y gracia de las
informaciones indias ó de la brillante fantasía df,l via-
jero insigne. ( 65 )
Como las obras de Humboldt son el raudal donde
todos van á beber ó consultar sobre asuntos etnográficos
con relación á los indios del Orinoco, debemos recordar
que la fuente más común de aquel sabio, para lo que él
no vio, fueron los libros de Gumilla, Caulín y Gilij,
que adolecen de exageraciones, de noticias inexactas y de
relatos de costumbres indias muy mal interpretadas ; y
que Humboldt, además, tampoco tuvo tiempo de es-
tudiar á fondo sobre el terreno estas cuestiones, pues
su viaje por las regiones del Orinoco, Atabapo, Pimi-
chin, Uainía-Rionegro y Casiquiare, apenas duró tres
meses, desgraciadamente.
Dignas de tenerse en cuenta, pues, con relación á
los atures, son las consideraciones de nuestro ilustre an-
tropólogo Gaspar Marcano, en el Capítulo I de su obra
Etnographie pvécolombienne dn Venezuela. ( Páginas del
25 al 28.) Cuanto á nosotros, por las observaciones
que dejamos apuntadas, nos atrevemos á repetir que
los ádoles, atures, athules, áturis, etc. de los siglos
XVII y XVIII, son los mismos piaroas y catarubenes
del XIX y del XX, que residen hoy en las cabeceras
del Cataniapo, márgenes del Sipapo, Úcata, Zama y
Matabén.
( 65 ) Sin embargo, es de tenerse presente que años más tarde
el mismo Humboldl en su obra Vites des Cordilliéres et Monuments
des peuples indig enes de V Amérique. se olvidó por completo del
origen de la leyenda, y, contradiciéndose, situó á los atures al lado
de los aztecas y de los incas ! ( Pág. 27 de Ethnographie pre-co-
iombie7t7ie du Venezuela. — Nota del Autor,
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c^PTTur.o x:
La leyenda de los Maipures — Los Banibas de hoy son los mismos
Maipures del siglo XVIII — Aclaraciones y rectificaciones —
Vocabulario Quichua.
La leyenda acerca de la extinción de los atures, la
amplió más tarde nuestro malogrado doctor Aristides
Rojas. No viendo por ninguna parte á los Maipures^
los incorporó á los esqueletos cuyos restos aún yacen en
el Cerro de los Muertos ó gruta de Atauripa.
En el Capítulo XXI, Libro VII, del ya citado
Viaje de Humboldt, se lee : " Reflexionando sobre los
nombres de las misiones fundadas por los frailes españo-
les, pueden cometerse algunos errores con respecto á los
elementos de población que ellos han empleado para su
fundación. Cuando los jesuitas construyeron las dos
villas de la Encaramada (66) y Atures, llevaron in-
dios maipures ; pero la misión de este nombre no ha
sido fundada por la reunión de indios maipures, sino
que deben su origen á los indios guaipunabis de las
orillas del Inírida, y pertenecen, según la analogía de
las lenguas, con los maipures, los cabres, los abanes y
quizás los parenes, á una misma rama de los pueblos
del Alto Orinoco."
(66) Corrupción de vocablo indio Caramana. En ese punto,
llamado también Pocopocori, estuvo situado el pueblo ó misión
de Sanluís. — Nal!a del Auto}.
23a TAA^ERA-ACO-STA '
En esto hay algunas confusiones que conviene
aclarar porque ellas han dado margen para que otros
hombres de ciencia hayan asentado manifiestos errores
etnográficos, semejantes á los de la extinción de los
atures, etc.
El pueblo de Sanjosé de Maipures se fundó en
1756 con indios Uaipunabis del Inírida, que son los
mismos cabres, cabires, caberres y cabres-maipures,
En tanto que ya antes, Sanjuán Nepomuceno ( Atures ).
por tercera vez en 1748, y Sanluís de la Encaramada, en
1749, ambas con indios apellidados maipures, es decir
tapires (a) " monteses," por vivir apartados en la es-
pesura de las selvas del Orinoco. ( 67 )
Nunca ha existido una nación conocida con la de-
nominación exclusiva de máipitres ; sino que como entre
todas ellas había familias que moraban fuera de las po-
blaciones ó internadas en el bosque, á éstas se les apli-
caba aquel calificativo, aún por sus mismos com\)añeros
que residían en las misiones, y muy especialmente por
los religiosos del Orinoco, en más frecuente trato con
los Parianos ó Caribes.
xSolano, en 1760, afirma que los habitadores de la
zona del Sipapo eran maipures, guiperneyes, piaroas y
simpas, y que los pobladores de las márgenes del To-
mo, del Tuparro (To-paro) y del Bichada, eran uaji-
bos ó "guahibos, " como escribe él. Mas debe hacer-
se constar que en el Sipapo no han residido nunca, por
lo menos que se tenga noticia histórica, sino piaroas ó
atures y piaroas-maipures, y algunos macos y yaba-
ranas.
( 67 ) Máipuris, como ya se ha visto, en lengua Pariana quiere
decir danta ó tapir. E^ta acepción del vocablo maipures es aná-
loga á !a de la palabra airico, aplicada á los indios que vivían inter-
nados en los montes comprendidos al Oeste del Orinoco, entre los
ríos Meta y Uabiare. El Rvdo. Rivero en la página 136 de su
Histofia de las Misiones de Casanare y del Orinoco y Meta, dice
que aifico significa «montaña grande» en lengua acháua, y que
como en ella vivían algunos indios " fueron llamados por esta ra-
zón airicos." En lenguaje Mandauaca mVí? significa alma y airi-
co, que tiene alma. — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 23
En el relato de uno de los Oficiales de aquel Jefe
(Francisco Fernández Bobadilla) en 1764, asegura
que el 3 de abril llegó al raudal de Atures donde exis*
tía para esa época " una misión de la nación maipura";
pero debe tenerse presente que la palabra maipuves no
constituía el nombre propio de ninguna nación sino que
esa "nación maipura" de Fernández Bobadilla, era
formada simplemente por indios piaroas que habían si-
do traídos de las selvas, y por consiguiente pertenecían
á los máipícns es decir, que este sobrenombre era el
que aplicaban á los que no vivían en las misiones ó que
estaban muy recientemente llegados. Y en consecuen-
cia había cabres-maipures ó sean indios cabres ó uaipu-
nabes del Inírida, que vivían en el bosque, y uaipuna-
bes ó caberres ó cabires ó puinabes que son los mismos,
residiendo en poblados ; había tamanacos-maipures y
tamanacos, simplemente, pero que no por eso dejaban
de ser los mismos : los tamanacos-maipures en el mon-
te y los tam.a nacos, á secas, en las misiones ; y así,
sucesivamente, yaruros y yaruros-maipures, sálibas y
sálibas-maipures, etc., etc.
Con ese calificativo era con el que se diferenciaban
los indígenas "gentiles, " ó no anotados en los registros
de algunos misioneros, de las familias que ya tenían
en sus reducciones ; y aún hoy mismo, con la palabra
monteros se designan en los pueblos del Rionegro á
los que no viven en las poblaciones.
Y ya aclarado el origen ó significado del vocablo
caribe ináipttris, aplicado á las tribus ó familias de
cualquier nación que habitasen en las selvas, prosigamos,
á fin de evidenciar mejor la no existencia de determi-
nada tribu con tal nombre propio, puesto ad libitum por
el Rvdo. Gilij acaso á la gran familia del Rionegro, to-
mando al mismo tiempo un vocabulario, mucho después
que su colega Gumilla salió del Orinoco. ( 68 )
( 68 ) Debe recordarse que Gumilla fue el primero que mencionó
d los maipures, no obstante haberse seguido por la obra del Rvdo.
Rivero, quien nombra ba?rias y bamiguas á algunos de los del
Rionegro. — Nota del Autor.
232
TAVERA-ACOSTA.
A aquel Revdo. Gilij, el más ilustrado de cuan-
tos residieron en el Orinoco en el siglo XVIII, por la
circunstancia de haber bautizado tanabién s'a voca-
bulario con el sobrenombre apuntado, es á quien se debe
la confirmación del error en que se ha incurrido, cre-
yendo todos, después, que efectivamente existió una
nación con semejante denominación, acentuándose más
y más esa creencia con lo dicho por Humboldt, guián-
dose por la obra del notable misionero. Y bien se de-
ja comprender todo el peso que una autoridad como la
del sabio alemán impusiera á la certidumbre de aque-
lla confirmación, cuando afirma que los Maipures ha-
bitaban la región de los raudales.
Y es de sorprender cómo se ven prodigados los
tales maipures, no sólo en los libros de los frailes, sino
también en los relatos ó informes de los Jefes de la Ex-
pedición de Límites y en las de sus Oficiales, así como
en las obras y mapas de machos viajeros posteriores :
por donde quiera aparecen indios maipures como funda-
dores de ciertos pueblos ó como residiendo en aparta-
das localidades, sin advertir absolutamente que la ma-
}cr parte de las agrupaciones conocidas para entoces
tenían familias maipures, es decir que, como ya hemos
dicho, estas no vivían sedentariamente en las reducci(<
nes católicas, sino escondidas por las selvas á manera de
dantas, de donde eran traídas para fundar las poblacio-
nes á cargo de los religiosos, y hacia donde frecuente-
mente se fugaban, al menor motivo de desagrado que
éstos les proporcionaban.
Y no es lógico suponer que una nación tan prepon-
derante hasta 1784 y cuyos individuos aparecían por
todas partes residiendo, ó fundando misiones, fuera á
extinguirse tan rápidamente, como dice Codazzi, en el
transcurso de cincuenta y tantos años. ( 69 )
(69) *' Los Maipures, nación del AL'o Orinoco, en otro tiempo
fuerte y numerosa, hoy casi extinguida. . . . Dos familia^ no más
existen de esta raza, y están mezcladíis." — Resumen de la Geogra-
fía de Venezuela, página 254.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 233
Si la lengua llamada maipures por Gilij correspon-
de al dialecto Yabitero, ó mejor dicho, á la lengua Bani
ba del Rionegro, según se colige por lo que ya hemos
visto de la comparación de algunas voces, mucho menos
hay que pensar en que para 1748, pudieron haberse traído
indios de aquel río para poblar á orillas del Orinoco,
precisamente en territorios donde residían numerosos in-
dios piaroas-maipures, tamanacos y tamanacos-maipu
res, yaruros-maipures, mapoyos-maipures, otomacos
y otomacos -maipures, etc., de donde en realidad fue-
ron llevados los indígenas para establecer las misiones
de la Encaramada y de Sanjuán Nepomuceno de los
Piaroas, pues debe recordarse que los moradores del
Rionegro empezaron á salir de sus ordinarias residencias,
debido á los trabajos de aquella Expedición de límites
de España con el Portugal, en 1757-60, para ir á for-
mar núcleos de población como el de Santabárbara,
frente á la confluencia del Bentuari, en 1759, y el de
Sanfrancisco de la Esmeralda, más arriba de la Bifur-
cación, en el mismo año.
Otra de las confusiones de Humboldt, y junto con
él la de todos los que le han copiado, es decir que, según
la analogía de la lengua Uaipunabe con la Maipures, la
Cabré, la Avane y la Parene ó Paráene, pertenecen
todas á una misma rama de los pueblos del Alto
Orinoco.
En primer lugar, los cabres y los uaipunabes son
unos mismos, hoy llamados generalmente puinabes ; en
segundo, que por las voces que tenemos anotadas, el
tal "maipures" corresponde más bien á dialectos del
Rionegro, y por consiguiente no tiene parecido lin-
güístico evidente con el Uaipunabe ó Cabere; y, final-
mente, aunque ignoramos quienes sean los Avanes, sa-
bemos sí que los Paráenes ó Parenes ( del Para ) son
los mismos Yabiteros de las cabeceras del Atabapo ; y
ya se habrán visto las diferencias que hay entre el dia-
lecto de éstos y el de los Puinabes del Inírida.
Aquellos errores los trae también Codazzi, tomados
2 34 TAVERA-ACOSTA
de Humboldt y de Balbi, en su Resumen de la Geogra-
fía de Venezuela. Y así dice él: " Pareces, pueblo antro-
pófago ( síc^ que no debe confundirse con los parecas ó
paravenes del río Caura. La lengua de los parenes es
un dialecto de ia maipures : actualmente ( 1838 ) no se
sabe su morada ó ya no existen en el territorio de
Venezuela."
Aquí este autor aumentó el imb o^lio confundiendo
á los Parecas de las regiones del alto Bentuari, con los
Paravenes ó Paráuenls que son los mismos Yabiteros, de
quienes asegura que no se sabía su m.orada ó que ya
no existían en el territorio de Venezuela !
Y sino se sabía cual era su morada, ó si ya habían
desaparecido del país ¿ cómo se puede decir que la len-
gua de los Parenes era un dialecto de la Maipures ?
Humboldt en su rapidísimo viaje en 1800 por el alto
Orinoco, no recogió ningún vocabulario indígena, que
sepamos ; tampoco Codazi, 38 años después, tomó da-
to alguno para estudios lingiiísticos. ¿ Lo diría acaso el
Rvdo. Gilij ?
Más : si la lengua Maipures es la misma Baniba
del Rionegro, y el Parenes ó Paráenes es un derivad(j
de ella ¿ por qué entonces no pensar que dicho dia-
lecto fuera más bien confundido con el Baria, con
el Cariizana, con el Uareca, ó con cualquier otro de los
varios que se hablan desde: hace siglos en las márgenes
del Uainía-Rionegro ? Per la sencilla razón de que
Codazzi también pasó á escape y en su prurito de co
piar á Humboldt. sin deterse á estudiar la cuestión, in-
currió en el mismo lapsits.
Después continúa : "Los maipures, nación del Alto
Orinoco, en otro tiempo fuerte y numerosa, hoy casi
extinguida. Los avanes, caveres, parenes, guaipunabis,
y chirupas, no hablaban sino dialectos de la lengua de los
maipures, más dulce que el idioma avano. Dos fami-
lias no más existen de toda esta raza, y están mezcla-
das. Los morononis y los cabre-puipitenes, de la fa-
milia maipure, han desaparecido."
Qué cosas tan curiosas !
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 235
¿ Por qué afirmar que han desaparecido los ca-
bre-puipitenes, morononis, etc. ? Tales aserciones ca^
recen dte fundamento razonable.
¿ Por qué no pensar más bien que aquellas deno-
minaciones correspondían para la época de Humboldt, ó
de los frailes, á algunas de las tribus existentes para
1838, que aún viven, aunque con otras denominaciones,
como la Puinabe, la Piaroa, la Yabitero, etc. ?
Además, si los Maipures son, como pensamos, los
mismos Uainimaneses, nunca han residido éstos en el
Alto Orinoco, como en residencia propia. Los traba-
jos de la Expedición de Solano, que fueron los prime-
ros que dieron luz en la cuestión, afirman que en las
regiones del Alto Orinoco, desde el Bentuari hasta las
fuentes del gran río, residían (como todavía residen )
Macos ó Macapures, Yahures ó Yabaranas, Maquirita-
res ó Macirinabis y Uaribas ó Uaharibos.
Nosotros habíamos dicho que atures, ádoles, pia-
roas, maipures, etc. eran unos mismos, yendo así con-
tra la pretensa extinción de los atures. Llamónos la
atención sobre el particular nuestro ilustrado compatrio-
ta doctor Alfredo Jahn, jr, diciéndonos que él al com-
parar el dialecto Piaroa con el Maipures que trae Gi-
lij en su libro S.igo^fo di Storia Americana, publicado
en 1780-1784, no encontró ninguna afinidad.
Esto nos hizo solicitar voces *' maipures" para
compararlas á nuestra vez con las de los vocabularios que
habíamos recogido ; y como no conocíamos la obra de
Gilij, no obstante nuestras repetidas diligencias por
conseguirla, apelamos á la de Humboldt Viaje á ¿as re-
giones equinocciales del Nuevo (Continente, y en ella hemos
encontrado tres : amana ( caimán ) apida ( báquiro ) y
quiema (danta) que corresponden al lenguaje Yabitero,
derivado del Baniba de! Uainía Rionegro.
Además de esas palabras, hemos encontrado otras
en la Historia de la Ahueva Andalucía, por Fray An-
tonio Caulín ( Libro I, Capítulo VII ) y en *'La Pe-
nínsula de los caracas " ( Estudios Indígenas') por
Aristides Rojas, que aparecen como del idioma Maipu-
236 TAVERA-ACOSTA
res y que, como aquellas, corresponden también al Ya-
bitero ó Paráenes. Son ellas : cabiya ( laguna ) mutoi
(oso palmero) cúr-ía (morrocoy) neivi ( peiro de
agua ) guatique (tigre) érrianare ( león ) y mi ¿si (gato.)
Y con estos siete más van ya diez vocablos del
Rionegro que aparecen en los viejos libros como perte-
necientes al '' maipiLves.''
Después, tras largas y constantes gestiones en so-
licitud de la referida obra de Gilij, acabamos de encon-
trarla sincrónicamente con la escritura de estas líneas, en
Cumaná, la ciudad llamada un día por la sabiduría de sus
hijos la Atenas de Venezuela, la simpática tierra que
habla á nuestro corazón con los benditos recuerdos de
la infancia ; en la tierra, en fin, de cuya noble sociedad
se ausentara Humboldt el 16 de noviembre de 1800, lle-
vando la nostalgia en su corazón y en su mente . . . (70)
Perteneciente al ilustre anticuario y sabio sacerdo-
te doctor José Antonio Ramos Martínez, cuya muerte
aún lamentamos sus discípulos junto con todos los que
le trataron y supieron valorar las relev^antes dotes de su
ingenio, tomada de su rica y selecta biblioteca, nos la
ha remitido por órgano de otro intelectual venezolano,
( el doctor Vetancourt Vigas, ) su distinguida honorable
familia. {^^ ^^ Cuan grande la deuda de gratitud que
hemos contraído : era la única obra antigua conocida
que con relación al Orinoco, no habíamos visto nunca. . . .
( 70 ) « La noche estaba fresca y hermosa, dice Humboldt, y no
fue sin bastante emoción que vimos por la última vez el disco de la
luna que alumbiabala copa de los cocoteros que sombrean las ori-
llas del Manzanares ; y nuestra vista se quedó por largo tiempo
fija sobre esa blanquecina costa . . . . » ( Lib IX, to:no IV, Via-
je á las regiones equinocciales del mtevo Continente.
( 71 ) «Con el señor Fabián Vargas le remití los cuatro tomos de
la obra de Gilij, que supongo habrá recibido. Que ellos le suminis-
tren datos preciosos para sus importantes trabajos históricos.»
(Carta del doctor Vetancourt Vigas al Autor, de fecha j6 de octu-
bre de 1906.;
Llegaron á nuestras manos el día 27 del mismo mes. — Notas
del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
237
Con avidez recorrimos sus páginas, y aunque con
muchas contrariedades por no sernos familiar el italiano,
en eUas hemos hallado la corroboración de todo lo que
hemos dicho acerca de que Gilij calificó impropiamente
de maipures ( ó dantas, en lenguaje Caribe ) á una na-
ción conocida con otro nombre, ó por mejor decir, que
la nación y lengua Maipures, de Gilij, son la misnaa
gran familia del Rionegro y su respectivo idioma, cono-
cidos desde hace dos siglos con la denominación de
bamigua ó baniua, ( Véase la obra del Padre Rivero.)
En efecto, ampliando más la comparación en ma-
yor número de voces maipures que trae ese libro, con
las del vocabulario recogido por nosotros, encontramos
la evidencia de la cuestión planteada por el autor en el
Capítulo VI de esta Tercera Parte, cuya comprobación
puede darse en el siguiente cuadro:
De Gilij
Maipures Baniba
De Tavera-Acosta
Yabitero
Y.
agua
uem
uenni
uenm
animal
cueti
cueszi
arriba
ani uché
ani-uabá
ani-ié
auyama
auiam.a
uiiama
oyama
amo. dueño
minari
minare
minare
báquiro
boca (mi)
dpiya
nu~numaco
apida
no-numa
apiya
nu-numa
brazo (mi)
nu-ano
n' ano
nu-cano
casa
paniti
panizi
janisi
casabe
ussi
caca
ajosse
caimán
amana
amana
caimana
camino
cachicamo
anepu
see
tanepu
uetze
taneju
tze
candela
cannalete
catzi
nao
arshi
neiupa
cajzi
najo
cerro
cielo
yapa
eno
iapa
en no
yapa
eno
curiara
chinchorro
cuata
amaca
morupa
bitsá
cuatza
amaija
TAVERA-ACOSTA
danta
quiema
ema
queema
Dios
Diotsu
Diotso
Diotsu
dolor
caui
cauina
caiji -
espejo
sapo
yapo
japo
^. extrangero
- gato
yaranabi
yaranabe
yaranabe
missi
mitchi
mitzi
hermano
agi
yaritáua
tizin-agi
hierro
siparari
tzipara
tzipárari
hijo
aniti
ani
taint-anit
jefe
pecanati
zelianarzi
jejanatzi
laguna
cabiya
cauiya
cabiya
león
erriánare
euánare
madre
ina
roa ni
ina
medicina
epenati
epinarzi
epinatzi
mes
queyapi
arshita
queeri
mío
nuque
nondeca
nuca
mi hijo
nuani
noani
noani
noche
yatsi
yarsapoa
yajatsi
oso
mutoi
yuayua
motoisi
pescado
timaqui
sima
simasi
perro de agí
aa neiui
neiui
pequeño
mattisi
suit-il-li
matizi
plátano
arata
paratano
jarátana
piedra
quipa
ibpa
sija
rallo
aya
taia
taya
relámpago
eno-imá
mái-eno
río
ueni
uenni
uenni
tabaco
jema
sema
dema
tigre
cuatiqui
cuarziq'
cuatsic
trueno
eno
dih'lume
enno
venado
mayaro
maraio
majaio
yuca
catsiqui
arsiji
cáfesi
Es de advertir que muchas palabras del vocabu-
lario maipures de Gilij (páginas 375-382 del tomo III de
su libro ) no constan en el nuestro Baniba y asimismo
algunas de las recogidas por nosotros no están en
aquel ; y que también hemos hallado varias voces co-
rrespondientes al Yabitero, al Campi, al Piapoco, al
Caribe, etc. ; y otras con los sonidos fuertes de la R,
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 239
que parecen del Carúzana, como purruna, cayarraquini,
urrupu, sónirri, uávirri, urruta, mayarrc, urruca, arrau,
núquirni, arruti, cantírriti, márirri, irrauipé y uatirriuati,
pues como ya se habrá visto, el Baniba no tiene aquel
sonido fuerte, antes bien, como dice Gilij del Maipures,
es "gentil, de bella y agradable pronunciación y tal,
en suma, che se rubra avere di primitivo cando re ogni
segnoy
Por otro lado, confirma más el hecho de ser la nación
llamada maipures la misma del Rionegro, la circuns-
tancia de que las pocas palabras que trae como perte-
necientes 2\ guaipunave y al cávere, corresponden al
Uarequena y al Carúzana actuales. Gilij dice :
j\'] ai pares Gítipiinave C Avere
tabaco yema dema scema
cerro yapa dapa scíapa
Son estos los únicos vocablos que trae como de
los dialectos GíLipiniave y Cávere\ pero esas voces per-
tenecen, como hemos dicho, al Uareca y al Carúzana.
Véase, tomado de nuestros vocabularios :
Baniba Lar eq nena Carúzana
tabaco sema dema shema
cerro iapa dapa itziapa
De lo que resulta que el religioso, por no haber
viajado nunca por aquellas regiones, confundió á los Cá-
berres ó Uaipunabis del Inírida con los Carúzanas y
Uarecas del Uainía-Rionegro, siendo de notarse, ade-
más, que los hace aparecer como dos tribus distintas,
cuando no son sino una sola, con varias denominacio-
nes : Uuaipis, Uaipunabis, Cabres, Caberres, Cabríos,
Puinabes, etc.
Esta circunstancia y el haber escrito en la página
•205 del mismo tomo III : "La lengua maipure tiene
los siguientes dialectos: el avano, el parene, el meepure,
240
TAVERA-ACOSTA
el cavere, el guipunave, el quirrupa, y muchos otros
lenguajes ocultos en el alto Orinoco, en el Rionegro
y en el Marañón," dio lugar á Humboldt para dscir que
'' los indios ^uaipunabis de las orillas del Inírida, per-
tenecían, segtm la analogía de las lenguas, con los mai-
pures, los cabres, los avanes y quizás con los parenes, á
una misma rama de los pueblos del alto Orinoco." (72)
De aquí que Codazzi copiando al maestro, dijese á
su vez en la página ^54 de su Restmien de la Geografía
de Venezíiela que ' ' los avanos. caveres, parenes, guai-
punabis y chirupas no hablaban sino dialectos de Ja
lengua de los maipures, más dulce que el idioma
a va no." ( 73 )
Y después, todo un enjambre más de escritores,
viajeros y compiladores, ha venido hasta hoy con el
mismo estribillo, por la falta de observaciones propias
y de detenido estudio ó examen de las tribus en sus na-
turales residencias.
Creemos por lo expuesto haber dejado plenamente
confirmada la no extinción de aquellos indígenas llama-
dos maipitres por Gilij, y asimismo aclaradas todas las
confusiones relativas á ellos ; resultando que, de la lin-
güística comparada, podemos afirmar : que la nación
denominada Maipure, es la Baniba ó Uainimanesa ; que
los Parenes ó Paráenes son los hoy llamados Yabite-
ros ; que aquellos Guipunaves son los mismos Uarecas
(72) Pag. 135. tomo III, Viaje á las regiones equinocciales del
Nuevo Continente.
( 73 ) La lingua degli avani noa é diversa che in queste scom-
ciature da quelle de ' maipuri. K' rozza la prima, di pronunzia
gutturale, é per diré in breve, storpiata in tutto. Gentile la se-
conda, di bella e grata pronunzia, e tal in somma, che sembra
avere di primitivo candore ogni segno. — Cap. XII, Lib. III, pág-
203, tomo III de Saggio di Storia Americana, ¿o que cuadra
perfectamente á la lengua Uainimanesa ó Baniba. — Nota del
Autof,
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS 24 1
Ó Uarequenas ; y que los impropiamente nombrados
Cáveres, son los Carúzanas actuales ; sin poder eviden--
ciar quienes son los Quirrupas ó Chirupas, que aca-
so puedan ser los Sálibas de hoy. (74)
Cuanto á los Avanos, asegura ese misionero en la
nota de la página 203, que en su lenguaje es frecuente
el uso de la J con sonido gutural, lo que es aplicable
no solamente al Yabitero sino también al Madauaca,
que como se ha visto, son dialectos del Baniba.
Desgraciadamente, él no trae sino unas siete pala-
bras de ese lenguaje, de las cuales sólo tres tienen ana-
logía con sus equivalentes en el Mandauaca que publi-
camos en la Segunda Parte.
Resumiendo, pues, venimos á las siguientes con-
clusiones : que entre algunas tribus indias de Guayana,
había maipures, ó sean indios monteses ó dantas, como
los cabres -maipures, etc. por vivir en las selvas aleja-
dos de las misiones que estaban bajo la dirección de los
frailes :
que nunca existió nación alguna á quien pudiera
exclusivamente aplicarse el sobrenombre de miapures :
que la lengua que con la denominación de ''mai-
pures" trae Gilij, corresponde al lenguaje de los mo
radares del Uainía-Rionegro :
que Gumilla, Solano y sus oficiales, Caulín, Hum-
(74) " Creo como usted que no ha existido nación maipures,
como dice Gilij, pues que el dialecto recogido por él no es otra
cosa que el Nu Aruac que con ligeras modificaciones hablan los
banibas, yabiteros, barias, uarekeiias y otras tribus del Atabapo y
Guainía. Sospecho, por lo tanto, que la nación maipure de Gilii,
fue desalojada de su antigua residencia por los uajibos y piaroas y
movióse hacia el Sur, donde se ha refundido en alguna ó algunas
.de las tribus nu-aruac del Guaviare y Atabapo ó existe por allí
con otro nombre.," — (Carta citada del Dr. A. Jahn, júnior, de
enero de 1907.)
En el Sur— Dialectos Indígenas. 16.
242 TA VERA- AGOSTA
boldt, ' Balbi, Codazzi y cuantos después repitieron
el vocablo caribe máipures aplicándolo al total de una
determinada tribu, incurrieron en un error de aprecia-
ción "con respecto á las parcialidades de las muchas
empleadas en la fundación de los pueblos":
que los Puinabes ó Uaipunabes del Inírida, son
los mismos Cáveres :
que los Guaipunaves de Gilij son los Uarequenas
de hoy, residentes en el Uainía-Rionegro :
que los Cáveres del mismo religioso son los actua-
les Carros ó Carúzanas, también mvoradores de aquel
río :
que los Avanes son probablemente los mismos
Mandauacas :
y que Gilij, al clasificar como derivados del Mai-
pures á los Uaipunabes y Caberes, Avanos y Parenes,
sólo confundió los vocablos *'maipures," '^uaipuna-
bes" y " caberos," por los de Banibas, Uarecas y Ca-
rúzanas, respectivamente ; y asimismo Humboldt, Bal-
bi, Codazzi, etc., etc.
Por supuesto, que estos Maipures de Gilij son
los mismos que con tal denominación menciona Lucien
Adam ; los mismos llamados por Karl von den Steinen
NtL-Ariiaks ; los mismos nombrados Aruaks por Koch-
Grünberg ; y los mismos conocidos en el alto Rionegro
y sus afluentes, etc. con la denominación colectiva de
BanUias ó Banibas, desde muchísimo antes que viniera
al Orinoco el Rvdo. Gilij.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
243
Quechua ó Quichua {ys)
Abajo ^
urapi
cielo
anac-pacha
aire
uaruy
cejas
caichi
agua
uni
cojo
kumu
algodón
utcu
conuco
chacra
amarillo
keellu
collar
huallca
anzuelo
hacchuna
comida
aycha
año
uata
claro
igliari
arco
hucchi
cuello
cunea
arco-iris
caychi
culebra
machaco
árbol
caspi
diente
quiru
azul
ancas
Dios
Pachacamac
arriba
anacpi
dulce
mizqui
aquí
caipi
dedo
ruccana
ayer
caina
día
punchao
Báquiro
h nanga na
diablo
supay
balsa
huampu
Espada
hecasa
barriga
uieza
espina
iscav
boca
simi
estrella
coillur,coigliur
blanco
yuru, yurac
esta noche
cunan tuta
brazalete
maqui hua-
Frío
chiri
tana
fuego
nina
bosque
jlamta
flecha
huachy
brazo
riera
flor
sisac
Cabellos
chuccha
)(Gallo
ulluc
cabeza
urna
grande
átun
calor
rupay
Hermana
ñaña
canaino
nan
hermano
nacané
casa
uasi ^hilo
caytu
cera
mapa
hoja
inquill
cerbatana
pucuhaña
hormiga
cici
cerro
ulcu
hombre
ccari
cerca
quiaigliapi
hoy
cai-punchau
( 75 ) Era la lengua general del Perú. Algunos la denominan
Quétchua y Quítchua. En este vocabulario están refundidos el
de la obra de Paul Marcoy Voyage á havers /' Amériqíte dii Sud
y el que trae el Rvdo. Gilij en el tomo III de su Saggio di Storia
Americana. — Nota del Autor.
244
TAVERA-ACOSTA
hueso
tullu
paují
hocco
Joven
huaina
pecho
casco
Ladrón
sua
pescado
quiagiiua
laguna
cocha
peine
naccha
lejos
caru
perro
alcu
lengua
callu
perico
uritu
luna
quilla, quiglia
piedra
rumi
Llover
parai
pierna
chanca, pin-
lluvia
para
cuyo
Madre
mama
piés
chaqui
maiz
sara
pina
achupalla
mano
naqui x/ pollo
ulluc-hualpa
montaña
ulcu
pradera
sotcha
morrocoy
motel u
Rayo
igliapa
mono
kusillo
relámpago
illu -illu
mosca
chuspi
río
mayo, paro
mar
atún cocha
rodilla
cuncuri
mañana
caya
rojo
puca
mañoco
yuca
Sapo
ampatu
mes
quilla, quiglia selva
sacha
muerte
huanury
sol
inti, chuH
mujer
uarmi
Tabaco
sairi
Nariz
cencca
tierra
hualpa
negro
yana
tinaja
manca
nervio viril
ullu
tigre
puma
niño
huahua
trueno
illapa
noche
tuta
tortuga
charapa
nubes
puhuyu-para
Veneno
challuau
Obscuro
tutuyasca
verde
komer
oloroso
agliasnac
viejo
machu
ojos
ñahuy
vida
causay
orejas
rincri
viento
uaira
Padre
tayta yaya
vulva
raca
pájaro
pisco, pitch-
Yerba
quíhua
qui
Zancudo
huánhua
Cuarta Parte
Notas al libro del Dr. Elias Toro Aiitropologia General y de
Venezuela precolombina — ConfUvSiones — Los mitos americanos — La
fábula de los indios blancos— El tópico de los perros mudos — Rec-
tificaciones— Etnología de Venezuela — Lingüística— El Tamana-
co y ei Caribe son una sola lengua ? — Orígenes — Tribus indias y
vsus agrupaciones históricas, geográficas 5' lingüísticas — La voz
agua en lenguas y dialectos í-uramericanos — La final are— Opi-
niones de los doctores Aristides Rojas y Pedro Manuel Arcaya —
Observaciones — Clasificación lingüística del doctor Koch-Grün-
berg — Conclusiones.
.Ij^;^. ..m¡^l(ü|>». .'^1^,^ '■f^^K' -'<ll^P' 'l(h^'''^0f -^lP""'<<^'lP''' ■'<ll^>^'-"<^^>^ iP^~'<i^-"^<$K"''ilhllh"'"'^l^4^
^
* *
Recientemente acaba de publicar en Caracas el se-
ñor doctor Elias Toro un libro titulado Antropología
General y de Venezuela precolombhia. Es una hermosa
obra bellamente editada y llena de numerosos datos de
erudición teórica. En ella se aprenden muchas cosas,
y la patria literatura se engalana con la aparición de
este nuevo trabajo que pone de mianifiesto las felices
dotes intelectuales del estudioso hombre de ciencia ;
pero en lo tocante á observaciones experimentales con
relación á la antropología precolombiana de Venezuela,
la deficiencia es muy sensible, la penuria es cuasi abso-
luta en informaciones originales y su etnología, que pide
reforma con ttrgencia, como muy bien dice el doctor
Marcano, ( i ) no ha adelantado un paso.
En efecto, en el Capítulo XII, el concerniente á la
etnografía de Venezuela, se ve de relieve la confirmación
de lo que acabamos de decir ; y por tanto conviene
indicar, para ver de ensayar un tanto el desbroce de la
maraña que cubre la vía histórica de nuestros pobres
aborígenes, tan obscura y tan poco conocida, algunas de
las confusiones persistentes ó sistemáticas que hemos
encontrado.
( I ) Carta del doctor Gaspar Marcano, de fecha 29 de julio
de 1906, al Autor.
248 T A VERA- AGOSTA
Queriendo este autor introducir ''cierto orden ó
sistema en el dédalo inextricable," de los grupos indí-
genas de Venezuela, dice textualmente en la página
133: "En el dédalo inextricable de los numerosos
grupos indígenas esparcidos en todo el territorio de la
República, intentaremos introducir cierto orden ó sis-
tema en la distribución geográfica de aquéllos ; sin
pretender clasificación antropológica alguna, imposible
de alcanzar en el estado actual de nuestros reducidos
conocimientos."
Y en la 134 : " . . . . descriminaremos como sigue los
grupos indígenas de Venezuela, sin pretender clasifica-
ción alguna, sino con el objeto primordial de metodizar
este confuso estudio, y teniendo como guía principal de
nuestras divisiones los caracteres psico-fisiológicos de
las agrupaciones indígenas .... " lo que parece contra-
decir abiertamente el postulado de no pretender hacer
clasificación antropológica alguna.
Y por lo que respecta á la distribución geográfica de
*' los numerosos grupos indígenas esparcidos en todo
el territorio de la República," ya veremos más adelante
cómo la verifica.
Mientras tanto, copiemos, de la página 139 el nombre
de las tribus que, según él, son de origen Caribe, en la
jurisdicción de la Guayana Venezolana :
" Vayamaras del río Paragua ;
Arecunas del Caroní ;
Majayoncos del río Cunucunuma, cerca del caño
Casiquiare ;
Waicas del Barama y Cuyuni ;
Acauayos, de este último río y Acarabisi ;
¡Varaos deJ Pomarón y del Wenamo ;
Manativitanos del Rionegro ;
Maqíiiritares, tribu blanca del Ventuari y Alto
Orinoco."
Y deja en el olvido :
á los Mapoyes del Suapure y del Paruaza ;
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 249
á los Macos de los afluentes del Bentuari ;
á los Panares del Sur de la Uruana ;
á los Yabaranas del río Bentuari ;
á los Parecas de los afluentes superiores de ese río ;
á los Curasicanas del caño Manapiare ;
á los Cadupinapos del Caura ;
á los Taparitas entre el Caura y ei Cuchibero y
á los Uiquiares del caño de su non^bre.
En cannbio, del recorte que precede, aparece, ade-
más, que los Uayongomos ó Majayongos, son distintos
de los Maquiritares, formando así dos tribus, cuando en
realidad no son sino una sola. Estos Maiongcongos ó
Uayongomos, son los mismos Maquiritares del alto
Caura, y de los ríos Cunucunuma, Padamo y Ocamo,
en el alto Orinoco, y de quienes dijo Michelena y Ro-
jas "que todos son de una hermosa raza y de la
mejor índole."
Fue Schomburgk quien primero mencionó á los
Maquiritares con el nombre de Maionkong aclarando así
la confusión de los misioneros en este punto, que ha-
cían de ellos dos tribus diferentes. En uno de los
mapas de Guayana levantados por aquel ingeniero, el
de 1846, impreso en Leipzig el año siguiente, se lee en
el índice: MAIONGKONG d^r MAQUIRITAREN ; y
de seguro que así también los denominará en su obra
Reisen in Guiana uncí am Ovinoko. que no conocemos,
fruto de sus viajes desde 1835 hasta 1839. (2)
Ciertamente que Codazzi, antes de publicar su Re-
sumen de la Geografía de Venezitela, conoció los traba-
jos de aquel explorador, puesto que hablando del Orino-
co dice textualmente: " Por los recientes viajes de M.
Schomburgk, se sabe positivamente que las cabeceras
( 2 ) Robert Hermann Schomburgk nació en Freyburg ( Prusia )
el 5 de junio de 1804. Sus exploraciones por las Guayanas, ocu-
rrieron en 1835-39 y 1840-44. Publicó su Descripción en la Gua-
yana Británica en 1841 y en ese mismo año su otra mencionada
obra. Murió en Berlín el 11 de marzo de 1865. — Nota del Autor.
250 TAVERA-ACOSTA
del Orinoco no están donde se había acostumbrado
situarlas." (Página 21 ) "El nacimiento del Orinoco,
según las observaciones hechas por M. Schomburgk en
sus recientes viajes, está en el mismo meridiano en que
se halla fundada la ciudad de Angostura." ( Pág. 28)
Y hablando de la orografía de Guayana, escribe :
** pues según los últimos viajes del señor Schomburgk,
allí está la sierra de Maracapana, de que habla Hum-
boldt." (Pág. 238) Y después tratando de los cerros
de Maschiati : "Su más alto punto es el Putubuire de
1492 varas, medido por M. Schomburgk." ( Pág 611 )
Codazzi, sin embargo tomó este apelativo Maiong-
kong para hacer una nación distinta de la Maquiritare :
á ésta la coloca como descendiente del Caribe-tamana-
co, en tanto que á los Maiongkong como derivados de
los atures ! Y esto, indudablemente ha dado margen
al error en que ha incurrido el ilustrado Profesor de
Antropología en la Universidad Central de Vene-
zuela. ( 3 )
Pero el ingeniero Codazzi pasó muy rápidamente
por el alto Orinoco, en tanto que Schomburgk es el ex-
plorador que mejor ha conocido el territorio de Guaya-
na, como que viajó diez años hasta por sus regiones
más incógnitas.
También juzgamos aventurado asentar que los
Manetibitanos ó Uainimaneses del Rionegro y los Sá-
libas ó Chucunas, y los Piapocos ó Tucanos ó Amariza-
nos ( antiguos Acháuas ó Airicos) son de origen caribe.
Por lo menos, si nos atenemos á la cultura relativa de
( 3 ) Para más datos pormenorizados sobre los Maquiritares ó Ua-
nongomos, véanse : Informe del Alio Orinoco, por D. José Solano,
1760 ; Relación del viaje de Apolinar Diez de la Fuente ( hasta los
raudales de Uaharibos ) en 1759-60 ; Relación del viaje^ de Francis-
co Fernández BobadiUa ( hasta el río Mauaca) en 1764 ; Informe
del Alto Orinoco y Rionegro, por Fray José Antonio de Xeres, 1766 ;
y Capítulo XIX Exploración Oficial, por Francisco Michelena y
Rojas, 1867. — Nota del Autor.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 25 I
los del Rionegro y á la lingüística, ellas nos dicen que
no son los mismos y que sus lenguajes no tienen cer-
cano parecido.
Recuérdense al efecto las observaciones etnográ-
ficas que traemos en la Primera Parte y lo que deci-
mos sobre la disimilitud de sus lenguajes con los que
aparecen como derivados del Pariano, ya que no se nos
ocurrió tomar un sólo ángulo facial ni ninguna otra
observación antropométrica. Sin embargo, es de verse:
vque así como el idioma Baniba tiene simpatías con la
lengua Quichua, también tiene sus afinidades con la
Omáua del Marañón y que ésta, según Gilij, tiene gran-
des analogías con el Tupí, que es un similar cercano de
la lengua Uaraní, hablada ésta en la zona comprendi-
da desde las Pampas del Paraguay hasta las costas de
Guayana.
A ser exacto que los Manetibitanos, Sálibas y Pia-
pocos, son de origen caribe, tendríamos que incluir tam-
bién á los Uainirnaneses como descendientees del Paria-
no, es decir, como similares del Caribe ; y al verificar-
se esto, sería un hecho comprobado que d' Orbigny tu-
vo razón al expresar que todas las tribus que poblaban
el territorio generalmente plano desde el pié de las fal-
das Andinas hasta el Atlántico, eran Caribes, un verda-
dero " pan-caribismo," del cual duda el señor doctor
Toro.
El doctor Koch-Grünberg asegura hoy, 1906, la
existencia de tribus de origen caribe, como los Umáuas.
los Yanácotos, los Carijonas, los Tsajatsajas, etc., más
allá del Rionegro, entre el Uaupés, el Yapurá y el
Putumayo.
Por nuestra parte ( no obstante haber tratado á
Banibas, Uarecas, Puinabes, üajibos, Sálibas, Caribes,
etc. ) como no hemos estudiado sus caracteres " psico-
fisiológicos," que podrían servirnos de "guía principal "
' para esclarecer esta cuestión, nos conformamos por hoy,
también, con el dato lingüístico ; y al efecto, insertamos
252 ^ TAVERA-ÁCOSTA
en la Quinta Parte los vocabularios Uaraní y Umáua, que
trae Gilij, tomados por los Rvdos. Legal y Caamaño,
respectivamente, y los recogidos por Koch, los cuales ro-
bustecen lo que hemos dicho al final del Capítulo II de
la Primera Parte, acerca del número de lenguas ha-
bladas.
Cuanto á los ''maquiritares, tribu blanca del
Ventuari y del Alto Orinoco," (4) es una aserción em-
pírica que no tiene explicación en las páginas de un libro
en que se trate científicamente de etnología de Venezue-
la, pues la tal fábula de los "indios blancos come es-
pañoles "se ha esfumado como sus congéneres el mito
del hombre Dorado y el mito de la antropofagia de los
aborígenes que encontraron los castellanos de la Con-
quista. ( 5 )
Buscando al autor de tal conseja, no lo hemos ha-
llado en la Relación de Apolinar Diez de la Fuente, de
su viaje en 1760 hasta los raudales de Uaharibos ; tam-
poco en la de don José Solano, en ese mismo año ;
tampoco en el Informe de don José Iturriaga, también
en 1760 ; tampoco en la Relación del viaje de Fran-
cisco Fernández Bovadlila, en 1764, hasta el río Maua-
ca ; trabajos éstos de la famosa Expedición de límites
entre España y Portugal, y que sirvieron después al
Rvdo. Caulín, para su obra Historia de la Nueva Andahi-
(4) Codazzi, copiando á Humb )ldt, dice délos maquiritares
"nación casi blanca," y sin el casi menciona á los Uaicas y á los
Uaharibos, á quienes nunca vio, al igual de Humboldt.
r5) Además de estos tres mitos americanos, otros traen los cro-
nistas. Véanse algunos : las amazonas ó mujeres sin marido, los
arroyos de oro, los gigantes, los indios de orejas tan largas que les
arrastran por el suelo, los que tienen las muelas tan grandes como
un puño, el lago encantado, las piedras verdes misteriosas, losher-
mafroditas de cinco varas de tamaño, la sodomía entre los indios,
y tantos otros que acusan en aquellos escritores una emulación en
absurdas creaciones y en dar á la publicidad relatos de costumbres
erróneamente interpretadas. — Notas del Autor.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 253
cía, en la parte correspondiente á Guayana, desde los
raudales de Adoles para arriba.
Ecfte religioso publicó su libro en 1779, y en el
Capítulo X, Lib. I, es donde encontramos por primera
vez la cuestión de los *' indios blancos como españoles,"
residiendo en el Alto Orinoco.
El R\do. Gilij, al mencionar á \o'¿ gunhibas blancos
en su catálogo de tribus descubiertas en Guayana des-
pués de su salida en 1767, escribe : ' En la historia del
Padre Caulín son llamados guaribas y dice que son
blancos como españoles." (6)
Tocóle á él, pues, la incubación de tal conseja,
sin tener en cuenta para nada la igualdad de carac
tes fisonómicos de la raza amarilla.
En nuestro sincero propósito de rectificar tantas
exageraciones qae se han repetido con respecto á los
pobres aborígenes de Venezuela, escribimos y publica-
mos en nuestro libro Rionegro lo siguiente, que juzga-
mos pertinente intercalar aquí :
" Esta fábula de los indios blancos la repitió medio
siglo después Humboldt en el Capítulo XXIV de su
libro ( Viaje á las regiones equinocciales^ y luego Co-
dazzi y otros ; pero hace también más de medio siglo
que Michelena y Rojas rectificó ese tópico en la página
346 de su Exploración Oficial.
" Nosotros mismos hemos visto uno que otro indio
del Padamo y del Cunucunuma más blanqueados que los
demás, 3^ aún hasta con los ojos verdosos ; pero eso no
quiere decir que sean pertenientes á una tribu de indios
blancos ; cuando más acusan esos individuos la heren-
cia de algunos de los blancos que comerciaron con sus
padres ó abuelos. ( 7 )
(6) Saggio di Sloria Ame}ica7ia, pag. 334, tomo I. — Roma, 1780.
( 7 ) Debe recordarse que desde antes de 1730 los holandeses del
Esequibo llegaban hasta las cabeceras del Caura, etc. y que los
portugueses subían hasta las fuentes del Rioblanco, en donde
tenían establecidos algunos villorrios. — Nota del Autor.
2 54 TAVERA-ACOSTA
"Y acerca del tipo y del color que distinguen á las
razas, la ley de herencia es siempre igual, ó acaso
modificada por el medio ó por el clima en que se agiten
sus representantes. La raza blanca dará siempre blan-
cos ; la amarilla, amarillos ó cobrizos ; y la negra, ne-
gros siempre. De suerte, que llegado el caso en que
sean muy notables las manifestaciones más ó menos
obscuras de los pigmentos y de otras circunstancias fiso-
nómicas (cabellos, labios, narices, maxilares, etc.) ten-
dremos también que recurrir juiciosamente á otra ley
de herencia, el cruzamiento, para expHcarnos el ó los
casos que puedan presentarse."
Acaso el Rvdo. Caulín quiso recordar el cuento de
Pedro Mártyr de Anghiera, repetido á mediados del si-
glo XVI por el Rvdo. López de Gomara, de que en la
península de Paria había "hombres blancos y. de ca-
bellos rubios como si fueran de origen germánico."
Pero tales versiones de los primeros nav^egantes espa-
ñoles, por carecer de razones científicas no pueden
ser hoy mencionadas sin las reservas consiguientes.
Otra aserción extraña se lee en la página 82 : ''Por
un procedimiento que no conocemos hacen ( los indios )
enmudecer á sus perros ; de modo que éstos no ladran
nunca, porque dice el indio que sus ladridos atraen
al jaguar."
Esto nos parece un vago recuerdo de los perros
mudos de que habló en 1535 el cronista Gonzalo de
Oviedo y Valdez (8) y que repitieron luego por refe-
rencia otros escritores.
Para que se tenga idea de este cuento del abuelito,
copiemos á Oviedo : ''En Tierra Firme, en poder de
los indios caribes flecheros, hay unos perrillos pequeños.
(8) Capítulo XXVI Historia Natural de las Indias. Edición
de Madrid, 1852.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 255
gozques, que tienen en casa, de todos los colores que
en España hay ; algunos bedijudos y algunos rasos, y
son perios mudos porque nunca jamás ladran, ni gañen,
ni aullan, ni hacen señal de gritar ó gemir aunque los
maten á golpes, y tienen miucho aire de lóbulos, pero
no son sino perros naturales."
Pero esto lo rectificó Fray Bartolomé de las Casas
en el Capítulo CLVI, Libro I, de su reivindicadora
Historia de las Indias : '*.... perros, dice ( Vespuccio )
que no hay, y dice verdad, puesto que perros de cierta
especie, que no la de acá, (de España) háilos en algu
ñas partes."
El célebre de las Casas concluyó su monumental
historia en 1561, y en sus páginas se rectifican algunos
de los mitos que ya hemos mencionado. Desgraciada-
mente ella vino á publicarse después de tres siglos
transcurridos !
En esa obra — obra de hoaradez, de justicia y de ver-
dad— se desvirtúan muchos errores traídos por Colombo,
Vespucio, Mártyr de Anghiera, Oviedo y Valdez, Ló-
pez de Gomara y por casi todos los que escribieron an-
tes que délas Casas sobre asuntos del mundo occidental.
La existencia de los tales perros mudos la repiten
casi todos los cronistas. Entre ellos el Rvdo. Juan de
Castellanos al relatar en verso el viaje de Alonso de
Herrera por el Meta, en 1536, así :
Hallaron las comidas que les cuadran
Y unos perrillos chicos que no ladran.
Son buenos de comer y dichos mayos,
A los cuales también llaman auríes. (9)
Sin embargo, no hemos encontrado la especie de
estos perros mudos en las minuciosas referencias del via-
(9) Canto III, Elegía XI, Varones Ilustres, de Indias.
256 f A VER A- AGOSTA
je de Herrera, que traen Oviedo y Valdez ( Cap. XXIV
de su Historia^ Antonio de Herrera ( Década V ) y
Fray Pedro Simón en la 3a de sus Noticias historiales
de las Conquistas de Tierra Firme,
Este último, hablando de los animales del Conti-
nente, escribe en el Capítulo XXVII de su 4a Noticia
historial que no sabe si "los pécuris son los mismos
animales llamados mayas por los indios, ( 10) ó si son
los denominados por las españoles perrillos pequeños
que aullan y no ladran, y tienen muy buen gusto, co-
mo lo dicen los españoles que los han comido."
Como se vé, para la época de Fray Simón ya au-
llaban, aunque no ladraban los *' perros mudos."
Por supuesto. Castellanos copió á Oviedo, y Simón,
aunque no sabe si son los mismos pécaris, se siguió por
algunos de sus colegas ; pero lo cierto es que ninguno
de ellos vio perros mudos ni conoció la obra del Padre
Bartolomé de las Casas, sino que vieron un cuadrúpedo
de la familia de las nutrias, al que bautizaron con el
nombre de '' perro de agua'' por su parecido con el
perro común de Europa y por su vivir constante en los
ríos y caños. ( 1 1 )
Acerca de los demás escritores de los siglos XVI y
XVII, bueno es tener presente que no hicieron sino co-
piar sin discernimiento crítico alguno, mucho de lo escri-
to por los primitivos cronistas.
El mismo Humboldt, discurriendo sobre los tales
perros mudos, dice en el Libro VIII, Capítulo XXIV,
(10) En Colombia, antigua Nueva Granada, donde escribió
Fray Simón sus Noticias historiales, hay ríos y caños con el nom-
bre de Ma5^o. También en Venezuela y en Haití. Mayu en
lengua Quichua quiere decir río, y asimismo en Puinabe Máhu.
Nota del Auto}.
( II ) Véanse : Gumilla, Historia de las naciones del OrÍ7toco, Cap.
XXII, parte 2a — Caulín, Historia de la Nueva Andalucía, Cap.
VIII, Libro I — OiW], Sagí^io di Storia americana, Q2i^. IV, Libro
II, tomo I.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 257
tomo 39 de su viaje, lo siguiente : *'Fue en los paises
que acabábamos de recorrer, entre el Meta, el Arauca y
el Apure, en donde en tiempo de las primeras expedicio-
nes al Orinoco, por ejemplo en la de Alonso de Herrera,
en 1535, se encontraron perros mudos que los nuturales
llamaban mayos y auríes. Puede ser que los perros que
hemos visto en el Orinoco desciendan de los que los es-
pañoles trajeron á las costas de Caracas; pero en la Nueva
Granada y la Guayana existía antes de la Conquista una
raza de perros semejantes á los nuestros de los rebaños
lanares. El allcoáe los naturales del Perú, y en gene-
ral todos los perros que hemos encontrado en los paises
más salvajes de la América del Sur, ladran con mucha
frecuencia ; sin embargo, los primeros historiadores ha-
blan todos de perros mudos que existen aún en el Ca-
nada ; y lo que me parece más digno de atención, es
que la variedad muda era la que se comía de preferen-
cia en México y el Orinoco. La costumbre de comer
en el día la carne de perro, es enteramente desconocida
en las orillas del Orinoco."
En este párrafo copiado se nota, además de la inde-
cisión del sabio, la información primitiva de aquellos
historiadores.
En otra de sus obras, Ci¿ad)'os de la Naturaleza,
(Libro I, Cap. VIII) dice: "El perro de Europa,
vuelto al salvajismo, ladra tan recio como la raza vellu-
da originaria de América. sSegún la relación de Garcila-
so, poseían los Peruanos, antes de llegar los Españoles,
la especie llamada "perros gozques." Garcilaso de-
signa al perro indígena bajo el nombre de aJlco . . . .La-
dra mucho, pero rara vez muerde á los indígenas ....
El autor de una excelente Fauna Peruana. M. de Tschu-
di, ha examinado estos cráneos ( de los alíeos ) y cree
que proceden de una especie particular, diferente del
perro de Europa, y que llama canis in^ce.''
Por todas estas citas se ve que los alíeos y " perros
de agua," tan bien descritos por Tschudi, ladran, aullan
ó gritan mucho. Sinembargo, en el mismo Capítulo,
,j Un el Sur — Dialictos Indígenas. 17.
258 TAVERA-ACOSTA
Humboldt, inspirándose en la obra del Jesuíta Feo.
Saverio Clavigero, Storia antícca del Messico ( tomo 1.
pág. 73 ) asienta : "El perro mexicano techichi tenía el
carácter distintivo de ser completamente mudo. Es
por lo demás una variedad del perro común llamado
chichi en Anahuac. Techichi significa literalmente
" perro de piedra," de la voz azteca tetl, piedra. El
perro mudo servía de alimento, como era uso entre los
chinos, y aún los mismos españoles hicieron forzados
por la necesidad tan grande consumo antes de la intro-
ducción de ganados, que la raza desapareció casi por
completo."
Y concluye el ilustre sabio : " Las investigaciones
de M. Tschudi sobre los perros indígenas de América,
llevan á los siguientes resultados: hay dos razas casi es-
pecificamente distintas: i? el canis caraibictis de Lesson,
completamente desnudo ( sin pelo ) á excepción de un
mechoncito en la frente y en el extremo de la cola ; es
del color de la pizarra y no ladra. Estos animales fue-
ron hallados por Colón en las Antillas, por Cortés en
México y por Pizarro en el Perú. Y 2? el canis ingoe,''
es decir el allco de los peruanos.
De todo lo cual se desprende que el animal deno-
minado canis caraibicHs por Lesson, es el mismo nom
brado todavía, siguiendo la costumbre castellana, ''perro
de agua," anfibio de la familia de las nutrias, cuya carne
sirve aún de alimento á muchas tribus de las orillas del
alto Orinoco, del Meta, del Inírida, del Uainía, etc. y que
lanza gritos ó aullidos tan fuertes y destemplados que
molestan mucho, especialmente cuando son pequeños,
están fuera del agua y tienen hambre.
Codazzi siguiendo á Vespuccio y á las Casas, ase-
gura en la página 185 de su citada obra: ** En Amé-
rica no los había, y cuentan los historiadores que los
indios sólo tenían perros que no ladraban. En el día
no se conocen y es muy probable que fuesen zorros
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 259
domesticados como los que suelen encontrarse to-
davía. ( 12 )
Si, como con tanta exactitud afirma Codazzi, en
América no había perros, sino que fueron introducidos
por los conquistadores ¿ cómo no reparar en el dislate en
que incurre Oviedo, cuando dice que parecían lobillos,
pero que no eran sino perros mtlurales que nunca jamás
ladran, ni gañen, ni aullan'^ (13)
Indudablemente, que los indígenas, además del
canzs caraibicus, tienen un animal parecido: el zorro
amarillo ó canis azaree, \\3imd.do yai/a7'a-c/¿i por los indios
brasileros ; pero que no es el perro denominado con
tanta razón '* el amigo del hombre," ( ca/iis fami-
íiarís ) ni es tampoco el cuadrúpedo á que hicieron alu-
sión los primeros cronistas de América, al qne les in-
dios llamaban y llaman mayos, neiui ó cairo, que es el
mismo " perro de agua" encontrado por Colombo, Cor-
tés y Pizarro.
La primera vez que los habitantes de las regiones
del Meta vieron perros, fue en 1536, cuando los lle-
vóatraillados Alonso de Herrera, primer jefe blanco
que navegó aquel río y los llamaron auries los in-
dios yaguas, según el Rvdo. Castellanos. Pero no te-
niendo los aborígenes tal variedad de los cánidas, echa-
ron mano de las voces castellanas para denominarlos.
En efecto, consultando nuestros vocabularios, encontra-
mos que los Caribes y los Uaraunos llaman al perro
peroro ; los Mapoyes, los Tamanacos y los Yabaranas
ttéroro ; y los Aruacas y Ayamanes perú, evidente co-
(12) Nosotros mismos hemos visto guachis y perros de agua
domesticados por los indios del Rionegro, y aún hemos tenido un
zorro que trajimos en 1901, siguiéndonos él como si fuera uno
de nuestros perros ordinarios y hasta con la inteligencia de éstos.
(13) Langlebert en su Histojia Natural ( Cap. XXV, 4? orden
de los mamíferos ) dice que " el />^rrí7 turco, cuya piel es casi lisa,
negra ó de color de carne ó con manchas pardas, procede de Amé-
rica de donde lo trajo Cristóbal Colón." (ízV) — Notas del ^utof.
2^0 TAVÉRA-AGOSTA
rrupción de la palabra perro ; los Banibas y Carúzanas
le dicen smo; los Barias y Mandauacas shino, y los Ua-
recas ¿:/^/;2¿?/í/, corruptela del vocablo " chino," aplicado
á los perros no lanudos ; los Yaruros, ó Yaguas de
Castellanos, le denominan auri, los Sálibas jori, los
Uajibos y Piaroas/i^^/r? y los Piapocos j7'¿?2/r//, de la voz
castellana ''jauría."
Los Uaraníes le dicen yaguar (^iauár^ y los Omá-
uas y 'Yxx^i^ yaitara, ó sea tigre, acaso por la circunstan-
cia de haber visto perros de presa menos feroces que al-
gunos de los conquistadores que los trajeron y adiestraron
para cazar indios, con cuya carne los alimentaban ; y
siendo el jaguar el animal carnívoro más sanguinario
que conocían, le aplicaron el mismo nombre.
Para el tiempo de Fray Jacinto de Carvajal,
( 1630-50) no existían " perros mudos " en el Orinoco,
Apure, etc., ni pudieron habérselos comido los españo-
les, sino "perros de agua," comestibles desde entonces,
y desde antes también, hasta nuestros días.
Para los años de los Frailes Rivero, Román, Cu-
mula, Caulín, Gilij y Xeres ( 1700-75 ) menos se cono-
cían los *' perros mudos," y sí los " perros de agua."
Para la época de Humboldt, todos los perros que en-
contró ese ilustre viajero hasta en los países más salvajes
de la América del vSur ladraban con mucha frecuencia,
y hasta el alcu de los peruanos se desgañitaba muy
á menudo ; cuarenta años después tampoco se conocían
los perros que nunca ladran ; pero pasan los días, corre
el tiempo, ya se había olvidado la conseja del abuelito,
ya nadie se acordaba de los '* perros mudos," hasta
que hoy el Dr. Toro, pcn' la circunstancia de no haber
c»ído ladrar á los perros de los pocos indios del Cuyuni
que logró ver, ó para ver de revivir la estantigua de los
perros mudos de Oviedo, afirma que ''por un procedi-
miento que no conocemos hacen enmudecer á sus perros ;
de modo que éstos no ladran nunca, porque dice el in-
dio que sus ladridos atraen al jaguar " !
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 201
Pero lo más ingratamente desconsolador para nos-
otros, profanos en todas las ciencias, pero fervorosos
amantes de la verdad, es encontrar en el Capítulo XII
sobre etnografía de Venezuela como base de la división
y nomenclatura de los indígenas, las enmarañadas listas
que trae Codazzi.
Hay tantas confusiones, que no podemos prescin-
dir de escribir los párrafos que siguen en el sentido de
aclarar algunas de las que constan allí, y que fácilmen-
te podría evidenciar cualquier vecino de las costas de
Margarita, de Cumaná y de las márgenes del Alto
Orinoco. ( 14 )
A nuestro juicio varias son las causas que han obli-
gado al estudioso autor á patrocinarlas. Las principa-
les son : la carencia de observaciones experimentales y
el haber tomado á Codazzi por guía en tales asuntos, no
obstante calificar, en la página 133, de confusa, la no-
menclatura de la tribus indias que trae en su Resitmen
de la Geoo-rafi'.i de Venezuela,
El autor de Antropología General y de Venezuela
precolombina dice en la página 134 : " Los más recientes
estudios de lingüística americana, en ausencia de datos
paleo-arqueológicos suficientes, encierran en tres gran-
des troncos lingüísticos los mismos pueblos que d' Or-
bigny agrupaba en su raza pampeana : troncos Tíipi,
Caribe y Maipure de Adám, que es el mismo Nuarhua-
ca de von den Steinen. Según este criterio todos los
elementos indígenas de Venezuela son caribes, pues en
él se incluyen : á los arecunas, macusis, aruacos, ma-
jaicones, galibi, runcuyano, guaiquerís, aguaricotos de
Guayana ; el citmanagoto y sus numerosos derivados en
el oriente de Venezuela ; los tamanacos y maquiritares
(14) Entiéndase por alto Orinoco, desde los raudales de Malpa-
res para arriba.
202 ' TAVER A.- AGOSTA
del centro y mediodía ; motilones y paraujanos del
Norte ; apenas si los aruacos, goagiros y caquetíos, de
norte y occidente, se excluyen de este pan-car:bismo
lingüístico. Concediendo á esta nomenclatura todo el
valor que ella puede tener, discriminaremos como sigue
los grupos indígenas de Venezuela, sin pretender cla-
sificación alguna, sino con el objeto primordial de meto-
dizar este confuso estudio y teniendo como guía princi-
pal de nuestras divisiones los caracteres psico-fisioló-
gicos de las agrupaciones indígenas."
Difícil empresa es esta de pretender hoy divisiones
de grupos indígenas ateniéndose á sus caracteres psico-
fisiológicos, cuando en la mayor parte de ellos no se
conocen éstos.
Sinembargo, im.itando á Codazzi este autor lo hace,
pero en la forma siguiente :
I
Caribes
7
Maipures
2
Cumanagotos
8
Sálibas
3
Tamanacos
9
Yaruros
4
Aruacos
lO
Otomacos
5
Guárannos
II
Muiscas, de la Cor-
6
Guaharibos
dillera y Colombia,
con dependencias más ó menos numerosas-^ (^5)
Consideremos ahora todas esas agrupaciones, his-
tórica, geográfica ^ lingüísticamente, á fi.n de ver cómo
nos acercamos un poco á la verdad, ya que no creemos
tan fácil obtener hoy observaciones sobre los "carac-
teres psico-fisiológicos " de todas ellas.
Empezemos por el grupo principal ó sea el Pariano,
denominado generalmente caribe. Habitaba, según el
( 15 ) Esta clasificación del Dr. Toro ha empezado ya á dar sus
frutos : en la pág. 58 de la tesis que con el título de " Contribu-
ción al estudió de la inmigración en Venezuela," presentó el
Br. Carlos Gómez, para obtar al Doctorado en Ciencias Políticas,
se menciona literalmente, admitiéndola " como guía etnográfica
de la antigua población india" \—Nota del Ardor.
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS 263
mismo Dr. Toro en la página 82 de Por las selvas de
Guayana, en ese "gran triángulo que tiene por vértice el
Cabo de Gallinas, el de San Roque y la desembocadura
de 1 Plata," de donde resulta que, concretándonos á Ve-
nezuela, desde la Goajira, costas de Maracaibo, de Pa-
raguaná y una línea imaginaria N-S al oriente de los
Andes hasta encontrar el Orinoco, todo el espacio com-
prendido entre este río, el Blanco y el Cuyuni y las
costas del Atlántico, estuvieron pobladas por esa gran
raza, cuya lengua se dividió y subdividió por acciden-
tes de tiempo, de localidades y quizás por qué otras
circunstancias ; con lo que se probaría en parte la exac-
titud de las opiniones de d' Orbigny.
Como se habrá visto en la Primera Parte de estes
estudios, por simples referencias históricas de costum-
bres, residencia y modus vivendi, peculiares á todos
ellos, habíamos incorporado á los Tamanacos y á los
Otomacos ó Totomacos como correspondientes al • Pa-
riano. Más adelante se verá la exactitud del funda-
mento.
El Rvdo. Gumilla, en el Capítulo IV, Parte Se-
gunda de su obra antes citada, hablando de la variedad
de lenguas de los indios del Orinoco, dice :
'' De la Jengua betoya y jirara, que aunque ésta
gasta pocas erres, aquella demasiadas, ambas quieren
ser matrices, se derivan las lenguas situfa, ayrica,
ele, lucalía, jabue, arauca, quilifay, lolaca, atabaca,
etc. De la lengua cariva nacen la guayana, la pálenca,
giiiri, guayquiri, mapúy y cumanagota ; de la saliva
se deriva, ó es corruptela, la aturi ;. de la guajiva sa-
len varias ramas., entre la. gran variedad de chiricoas ;
de la achagua, aunque e,s la más pronunciable, suave y
elegante de todas, todavía no se han descubierto ' len-
guajes derivados, porque aunque en la lengua, maipu
res se hallan muchas palabras achaguas, son introdu-
cidas por el comercio ; las lenguas otomaca, aruaca,
guarauna y otras que hasta hoy parecen estériles, el
tiempo y el descubrimiento de nuevos indios creo que
las hará fecundas para los venideros."
Gumilla no nombra en esta para nosotros incom-
264 TÁVERA-ACÓSTA'
prensible síntesis, á los Tamanacos, quizás por creer
que fueran los mismos Caribes ; pero en cambio trae
otros con tales denominacienes, como quilifay, "lolaca,
lucalía, etc., que no hemos podido identificar ó que no
sabemos á cuales tribus corresponden hoy, por la ab-
soluta falta de datos lingüísticos.
Gilij, siglo y medio antes que nosotros, trae como
proveniente del Pariano al Tamanaco, y es de advertir
que este erudito religioso es la fuente de donde nace
la clasificación aunque no científica del cuerpo de doc-
trina lingüística que hoy se estudia sin llegar en defini-
tiva á sus exactas conclusiones. Este misionero, el más
competente de cuantos vinieron al Orinoco en los siglos
XVII y XVIII, trae varios vocabularios de lenguas de
Norte América, México, Perú, Brasil, Paraguay y Chile;
pero con relación á Venezuela sólo el Maipures y el Ta
manaco y unas pocas voces del Sáiiba ; del Yaruro
catorce, del Otomaco catorce, del Uaipunabe y del
Cavere dos, del Payuro tres, del Yauarigoto, tres.
En el Capítulo XII, Libro III, tomo III de su
obra Saggio di Storia Americana, divide la población
india de Guayana en nueve agrupaciones, por supuesto
con algunas confusiones, á saber :
"I La caribe, que yo sepa, tiene los siguientes
dialectos : tamanaco, pareca, uoquiare, uaraca-pachili,
uara-mucuru, aiqueam-benamó, payuro, quiriquiripa,
mapoyo, oyes, aquerecoto, iauarigoto, pariagoto, cuma-
nagotd, guanero, guaiquire, guaiquerí, palenque, maqui-
ritare y areuiriano.
"II Tras la lengua caribe viene la sáliba, la
cual tiene tres dialectos : el ature, el piaroa y el
cuacua. ( 16 )
(16) Aquí es de notarse otra de las confusiones de este Jesuíta.
En la página 129 tomo I de su obra dice que los Cuacuas y
los Mapoyes hablan un mismo dialecto, es decir, que son de
origen pariano. lo que es exacto, y que forman una sola tribu.
Ahora, en la página 205, tomo III, asegura que los Cuacuas vienen
del Sáliba, es decir, que para aumentar el número de las tribus,
forma tres como derivadas de éste ; pero debe tenerse presente
que los atures y piaroas son unos mismos y asimismo los Cuacuas
ó Mapoyes. — Nota del Autor.
EN EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS 265
*'III — La Maipures, tiene los siguientes : el ava-
no, el meepure, el cabrío, el parene, el guipunabis, el
quirrup'a y muchos otros del alto Orinoco, Rionegro y
Marañón, entre ellos el achagua. (17)
*'IV — La lengua Otomaca, tiene por hija la
taparita. (18)
" V — La Guama no tiene sino el dialecto cuacuaro,
''VI — La Guajiba no es diferente de la chiricoa.
"VII — La lengua de los Yaruros se cree tam-
bién matriz.
" VIII y IX — No tengo conocimento de la Uara-
una ni de la Aruaca, pero parecen dos lenguas diversas."
Hasta aquí Gilij, quien, además trae catalogados
70 nombres de diferentes tribus, que mucho nos re-
cuerdan las 70 de Codazzi. Con todo, la obra de este
religioso nos ha sido muy útil, pues con su lectura he-
mos podido resolver algunas cuestiones, como ya habrá
visto quien se haya dignado leer estas páginas.
Muy poco ó nada conocido en Venezuela el libro
de Gilij, de sus estudios hizo uso Humboldt para sus
trabajos ; de estos se aprovechó Balbi para arreglar su
Atlas Etnográfico ; Codazzi copió á ambos en su Re-
sumen de La Geografía de Venezuela ; y, por lo que se
palpa, el autor de Antropología General y de Venezue-
la precolombina, no obstante considerar con toda exacti-
tud confuso el índex de tribus indígenas del país que
trae el último, casi les da á éstas el mismo número y la
m.isma clasiñcación.
(17) En el Capítulo anterior recuérdensa las debidas aclaracio-
nes al nombre de algunas de estas tribus.
(18) Puédese asegurar que el Otomaco es similar del Caribe,
por sus semejanzas Imgüísticas y por su vecindad de residencia;
y asimismo los Uamos, si no fueren los mismos Mapoyos. —
Notas del Autor.
266 TAVERÁ-ACOSTA
Los lenguajes de las agrupaciones Caribe "y Ta-
manaco, son tan parecidos, que casi puede decirse son
uno sólo, á pesar de haber venido asignándoseles puestos
distintos, y bien cabría pensar, en vista de los nume-
rosos vocablos que les son comunes, que, ó es la Ta
manaco, que hoy no existe con tal denominación, ó es
la Caribe, la raza que dominó en el área geográfica
de Venezuela que dejamos trazada más arriba, pues
no es fácil comprobar que una nación tan poderosa y
tan grande como la Tamanaco, haya podido haber
desaparecido para 1838 — cuando escribió Codazzi — sin
dejar siquiera un solo individiuo que hablara su len-
guaje ; y sobre todo, residiendo, como asegura hoy
Toro, copiando al ingeniero italiano, desde la Península
de Paria hasta las márgenes del Caura, inclusive la
hoya del Suapure.
Gilij vivió á orillas del Orinoco en el lapso compren-
dido desde 1749 hasta 1767, no permanentemente como
se ha venido creyendo, sino con largas estadas en el
Nuevo Reino, y publicó su obra en 1780-84. De en-
tonces á la época de Codazzi, apenas trascurren 54
años; y en medio siglo no habría desaparecido sin de-
jar una mísera familia, tanto más cuanto que para esos
años ya no existían las horribles causas que en el siglo
XVI produjeron la destrucción de gran parte de las
tribus de Venezuela. Humboldt contribuyó á embro-
llar esta cuestión, viendo que Gilij dice por un lado que
del Tamanaco nacían los dialectos hablados en las re-
giones del Caura, Cuchibero y Bentuari, al mismo
tiempo que el de los Cumanagotos, el de los Chai-
mas, Palenques, etc. de las orillas del mar de los Ca-
ribes, creyendo aquel misionero innecesario repetir que
eran Caribes ; de donde hizo Balbi, juiciosamente, una
sola lengua con el nombre ..de Caribe-tamanaco, que
copió Codazzi más tarde.
Y tal lenguaje no puede ser otro que el que he-
mos denominado Pariano, cuyos derivados se oyen
■todavía entre los moradores de los llanos del Sur del
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS
267
Guárico, del Sur de Barcelona, del Sur de Maturín,
márgenes del Orinoco, riberas del Caura, Bentuari y sus
afluentes,* alto Caroni, alto Paráua, alto Cuyuni, etc.
etc., siendo en parte de toda certidumbre lo que afirma
Toro en la página 87 de su obra Por las selvas^ de
Gitayana, que "de las seis principales familias que
componían las lenguas americanas, el caribe y sus
derivados, era el hablado por los indígenas de Vene-
zuela."
Y para que se tenga mejor idea de la fraterni-
dad del Tamanacc con el llamado Caribe, insertamos á
continuación algunas palabras del vocabulario que trae
Gilij y al mismo tiempo compulsamos sus ^equivalen-
tes en el lenguaje Caribe que, con intervalo de ciento
cincuenta años, hemos recogido :
Ca ribí
Tain anaco :
agua
X^g
aguja
'año, por invierno
arena
amarillo
ayer
báquiro
boca
brazo
X candela
casa
carta
catarro
cielo
claro
colorado
cuchillo
curiara
diente
dos
;espejo
escopeta
tuna
acusa
conopo
asacan
tapireme
coñare
puinque
ómdari
adápari
uasto
auto
careta
otoño
capu
tabeile
tapire
marí ia
curiara
dérico
occo
chipiquire
aracapuza
tuna
acuzia
canepo
ziacau
taicpireme
coinare
painca
mdari
jápari
uapto
aute
careta
átono
capu
taveire
tacpire
maria ■
curiara
deri
oco
chipiquire
caracapuzia
268
TAVERA-ACOSTA
esposa
puiti
puti
estrella
chirica
chirica
hacha
uihue
ueue
hijo
imuro
emuro
invierno
conopo
canepo
luna
nuno
nuna
lluvia
conopo
canepo
lengua
anuru
nuru
mano
damñare
j amañare
merey
uorai
uoroi
mes
nuno
nuna
noche
cóhco
coco
ojos
jénuru
jónuru
orejas
pianare
panare
pájaro
tanoro
torono
papel
careta
careta
perro
peroro
ueroro
pies
istari
ptari
playa
asacau
ziacau
plátano
paruro
paruru
plato
ariñato
arimaque
pescado
uotc^
^ uoto
piedra
topo
tepu
río
tuna
tuna
sol
bedu
ueju
tijeras
berasi
uerasi
tres
oru-ua
orúa
viento
peito
pecheíto
uno
óobi
obi
yo
au, aure
ure,
aparte de
otras con parecidas
radicales.
¿ Por qué, pues, afirmar, con Codazzi, que ese
lenguaje, el Tamanaco, desapareció en el transcurso de
medio siglo ? ¿ Por qué no pensar más bien que fuera
el mismo Caribe actual, modificado por leves dife-
rencias ?
" Y es de advertir que las semejanzas apuntadas
no son en manera alguna puras sinonimias léxicas," ó
simples homófonas palabras, sino terminantes indica-
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 269
ciones de lingüística comparada, que podrían eviden-
ciar la exactitud de nuestras humildes observaciones,
Y ca.^i iguales resultados se obtienen con las 14 pa-
labras que trae Gilij como pertenecientes al Otomaco,
ó Totomaco, (X agrupación de Toro) al ser com-
paradas con las del Caribe y otras de sus similares,
por cuya causal lingüística muy bien cabe esta tribu
( la Otomaco ) en el gran grupo histórico de los Tama-
nacos. Tampoco podríamos asignarle una categoría
geográfica distinta, pues sus antiguas vecindades de
residencia lo impiden. (19)
De manera, pues, que no sólo histórica y geográ-
ficamente pertenecen á un mismo tipo, sino que hasta
lingüísticamente pueden reducirse las agrupaciones
** I Caribes, III Tamanacos y X Otomacos, " de Toro, á
dos : Caribes del sur del Guárico, Barcelona y Maturín,
riberas del Orinoco (exclusive el Delta) Caura, Aro,
Caroni, Paráua y Cuyuni, entre 2^ 30' y 9° 30' de Lati-
tud Norte, y desde 1° 30' á 7^ Este del meridiano de
Caracas ; y los Tamanacos, vecinos á la izquierda, in-
clusive los Otomacos, en los llanos del sur-occidental del
Guárico y márgenes del Apure, Arauca, Orinoco, Caura,
Cuchibero, Arabata (Erevato), Bentuari, Sipapo, Cunu-
cunuma, Padamoy Ocamo, es decir, casi en la misma
latitud que los primeros, pero entre i^ 30' de longitud
al Oriente de Caracas y 2° al Oeste de dicho meri-
diano (20)
(19) Insertamos en la Quinta Parte las catorce voces otomacas
que trae Gilij, y asimismo los vocabularios Mbaya ó Üaicura,
del Paraguay, y Moxo ó Mojo, del alto Perú, recogidos, respec-
tivamente, por los frailes García é Iraizós.
(20) Véanse los trabajos cartográficos de la Comisión de In-
genieros encargada de levantar el plano militar de Venezuela. —
( >:^ar acá s, 1907. ) — Notas del Autor.
2 70 TAVERA-ACOSTA
Concretado nuestro estudio á las tribus de Gua-
yana, Oriente y Sur del centro de la República, no
podemos, debido á nuestros escasos conocimientos, ex-
tendernos como quisiéramos acerca de las parcialida-
des indígenas que moraban en todo el país, antes de
la llegada de Colombo.
Seguiremos, pues, con los Cumanagotos, á quienes
se les asigna en el libro del Dr. Toro el segundo puesto.
Los hombres de Ciencia (Humboldt, Schomburgk,
Reclus, L. Alvarado, Koch, & ) comprenden hoy co-
mo derivaciones (similares, decimos nosotros) del Ca-
ribe, las tribus cuya desinencia es coto ó goto, con muy
fundadas razones. Estas voces que podríamos llamar
afijas, son palabras que en aquel lenguaje significan
gente, personas, parientes. (21)
Así, Cumana-goto, expresa la gente, ó la familia, ó
los deudos del Jefe indio Cumana. ( 22 ) Y como se
sabe, fue este un cacique á quien encontraron los cas-
tellanos residiendo á orillas del río Chiripichi, que así
se llamó, según Fray Pedro Simón, el actual Manza-
nares, (23) y como tendría muchas parcialidades ba-
jo su mando, todas las tribus que vivían cerca de
Santafé, Barcelona, Píritu, etc. (24) se denominaban
con aquel nombre.
( 21 ) Cocto, coto, toto. itoto. goto. — Tonadas del ya menciona-
do mapa de Schomburgk insertamos al final las pocas palabras
macusis recogidas por este explorador.
( 22 ) Fue tan grande la raza pobladora de Venezuela que ex-
tendió su lengaaje por todas partt-s. E 1 el mismo Rionegro, por
ejemplo, hoy voces parianas como ciimaiia, que significa frijol, y
otras muchas más.
( 23 ) Noticias Historiales de Jas Conquistas de Tierra Firme,
Cap. XXV, 2a noticia, tomo I.
(24) Es de advertir también q^m^ píritu y pitichic significan es-
pina, en Caribe. — Notas del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
271
Chere-goto, quiere decir los deudos del indio
Yuca : ¿diere, yuca, y coto, parientes; Arina-goto, los
parient(?s del indio Budare: arina ó ariñac, budare, y coto
deudos ; y así otros más como Pianari-goto, Yauari-
coto, Paria-goto, etc.
Dadas las diversas familias que constituían á los
Cumana-gotos ( Chaimas ó Uarapiches, Pariagotos,
Uaiqueríes ó Uiquires, Chacopatas, Píritus, Tomusas,
Tapocuares, Palenques y Uaribes ó Uaribas, to-
dos similares del Caribe ) y el área que ocupaban
en ese como semicírculo que empieza á la derecha en
9° de latitud setemptrional, sigue por las montañas
al Norte de Maturín, litoral de Paria y Maracapana
( to° 40') hasta las márgenes del Uñare, á la izquier-
da, en 9^ 30', y entre 1° 50' y 5^ de longitud oriental
del meridiano de Caracas, bien puede asignárseles un
puesto entre las principales agrupaciones geográficas
é históricas que habitaban en el país, como muy bien
ha hecho el señor Toro.
Hemos extractado del texto de la obra del Rvdo,
Caulín las siguientes voces Cumanagotas. á ñn de
compararlas con las del Caribe, Tamanaco, etc. :
acure
acuri
largartija
gua
agua de yuca
tucuy
león
cozeíco
auyama
uyama
lengua
nuri
báquiro
batata
cuacua
yaco
maiz
mamón
erepa
muco
bejuco
cabrillas
botucu
mada uarayo
mapurite
mochuelo
mapirichi
araviri
cachicamo
caracol
cachicamo
chigua ta
morrocoy
oso hormi-
cani
casa
canela
pata
tuorco
guero
oso melero
anja
gueriche
ceniza
cunaguaro
uorimno
teepótuo
parchita
pereza
paicorucu
curbapza
conopia
uarimo
perro de agua
. cavare-poco
^chaguarama
chigüire
aracuy
tirigua
puerco-espín
rabo pelado
inicra
mapcha
272
TAVERA-ACOátá
diablo
ivoroquiamo
racimo
uarayo
enea (paja)
mataruco
río Neverí
eni-piricuar
frijol
cumana
roble
parica , .
fruta de bu-
samán
auari
rro
uaruchi
terecay
curami
higo de tuna
yacureru
tigre
equere
hombre
uaiquirí
troje
barabacoa
incienso
cúcheme
yuca amarga
catara
jobo
marapa
zorro
iborocó,
de las cuales corresponden al Caribe y al Tamanaco
las voces auyama, frijol, maiz (pan) tigre, zorro, len-
gua, batata, diablo, cachicamo, mapurite, hombre,
chaguarama, bejuco, etc.
La terminación ¿•^/¿zr, según Caulín, significa ''lu-
gar ó sitio de, " por ejemplo, cumana-cuar, piritu-cuar.
siba-cuar, que generalmente llaman '* sabacual," etc.
quieren decir, respectivamente, sitio de los frijoles, lu-
gar de los espinos, sitio lleno de piedras, etc.
Sentimos no tener á la mano un vocabulario com-
pleto del idioma Cumanagoto, para ampliar sus eviden-
cias fraternales con el Tamanaco, el Caribe, etc. Pero
desde luego puédese afirmar que, de todas las compara-
ciones lingüísticas que se hagan entre el Caribe y el Cu-
managoto, el Tamanaco, el Chaima. el Mapoyo, el
Otomaco, el Maquiritare, el Uagiro y en general entre
todos los reputados como de origen Pariano en la Amé-
rica del Sur, resulta que, unos más cercanos y otros
no, todos son dialectos de una ó dos lenguas matrices,
venidas del Asia, cuyos vestigios aún existen, aunque
desconocidos hoy, ó bien llevadas allá por los autócto-
nos de América en remotísima época.
Para que se tenga una idea más de los estrechos
lazos de los lenguajes Caribe, Tamanaco y Cumana-
goto, véanse algunas palabras Chaimas que trae Hurn -
boldt en el Capítulo IX, tomo II, de su Viaje.
EN EL SUR — día
LECTOS INDIGI
ENAS 271
Chai nía :
Tavt anaco :
Caribe :
agi^a ^
tuna
tuna
tuna
árbol
ie
ieye
. bebé
á tí
euya
auya
á él
toya
iteaya
carne
pun
punu
casa
ata
aute
auto
dos
acó
oco
occo
é] lo ha dicho nacaramaire
nacaramai
faego
apoto
uapto
uasto
ir
iteri
luna
nuna
nuna
nuno
llu 'ia
conopo
canepo
canopo
mes
nuna
nuna
nuno
miel
uane
uane
médico
pi-ache
pi-ache
pi-uday
no
pra
pra
pescado
uoto
uoto
uoto
querer
ipiri
río
tuna
tuna
tuna
saber
poturu
puturu
tres
oroa
orúa
orúua
uno
tibin
obi
oobi
yo
ure
ure
aure
Continúa el estudioso Profesor de la Universidad
Central :
** Aruacas. Rivales poderosos de los Caribes, y
extendidos también bástalas Antillas, de donde fue-
ron desalojados por los segundos ; comprendían princi-
palmente á los macusis, guagiros y sus derivados del
lago de Maracaibo, etc." (Página 149)
JEn el Sur— Dialectos Indígenas, 18.
2 74 TAVERA-ACOSTA
Aquí tenemos algunos puntos que tocar.
Fray Bartolomés de las Casas desde el primer ter-
cio del siglo XVI los llama " cuente buena." Habland
o
del viaje de Vicente Yáñez Pinzón, en 1500, y de su
paso por frente de la boca grande del Orinoco, dice :
" Creo que es este río un brazo grande del gran río Yu-
yapari, (25) el cual dijimos en el Capítulo 134 que hace
la Mar ó Golfo Dulce que está entre Paria y la isla de
Trinidad. ... y aquel brazo y río dulce .... también
juzgo que es el río donde habita aquella gente buena
que nombramos los aruacas." (26)
Gilij asegura que "eran dóciles, aliados de los
holandeses, no enemigos de lo españoles y los más be-
llos de todos los del Orinoco." (Página 42, tomo I,
Saggio di Storia Americana.^
Codazzi dice : "Los Aruacas.... nación feroz y
guerrera que habitaba las pequeñas Antillas antes de
los Caribes y que conserva todavía su independencia."
(Página 2á^6, Resum. de la Geogy. de Venezuela.')
Ignoradlos cómo pudo saber Codazzi que los Arua-
cas eran guerreros y feroces y que habitaban las Antillas
antes de ser desalojados por los Caribes ; pero ponien-
do á un lado tan opuestas opiniones, y lo transcrito de
Toro en que resalta \2 información codazziana, es de ad-
vertirse que Schomburgk trae como caribes á los Arua-
cas, Acauayos y Arecunas, entre otros ; que estas dos
últimas tribus, según el mismo Codazzi, hablan dialectos
parecidos al de los Aruacas "y muy verosímilmente de
origen caribe "; que desde el punto de vista somático,
son casi indénticos estos aborígenes venezolanos ; y que
las residencias de los Caribes que estudiamos, asi como
(25) Los primitivos historiadores llamaron al Orinoco: Hu-
yapari, Uyapar, Uiapari, Uriapan. — Véase sobre esto nuestra
obra Anales de Guayaría, vol. I, páginas 51 á 53.
(26) Histofia Apologética- de Indias, Cap. 173, Lib. I.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 275
las de los Aruacas, Macusis, Arecunas y Acauayos, y
las de 'ps Uaicas, Uaharibcs, Maquiritares, etc., han
sido consideradas siempre como en las regiones del
Orinoco, Cuyuni, Caroni, Paráua, Caura, Bentuari,
etc. etc., en ambas márgenes de dichos ríos.
De manera, pues, que sus analogías físicas, histó-
ricas y de residencia, son indiscutibles. Mas detengá-
monos un punto á fin de considerar el lenguaje de los
Aruacas.
Del estudio que hemos hecho de sus vocabularios,
comparándolos con los de otros lenguajes de las Guaya-
nas, hemos hallado más concordancias con el Caribe,
Maquiritare, Yabarana. Haitiano y Tupí, que con nin
gún otro. En efecto, los vocablos boca, brazo, budare,
brujo ó genio malo, árbol, catarro, canoa ó curiara,
rama, cara, ojos, si, hierro, flecha, tos, madera, maíz,
rabo, cerbatana, ceniza, piedra, casa, choza, hojas, ha-
maca ó chinchorro, etc. se corresponden en todos
ellos.
Más aún : el señor doctor Toro afirma que los
Aruacas comprendían principalmente á los Macusis, etc. ;
y bien sabido se tiene desde hace muchos años, que los
Macusis son de origen caribe, como los Arecunas,
etc., etc.
Siguiendo este orden de consideración, y como
quiera que ese autor también asienta que á dichos in-
dios correspondían asimismo los Uagiros, y siendo es-
tos de la misma familia Pariana, no sería sino lógica
consecuencia considerar á los Aruacas como pertene-
cientes á la gran agrupación Caribe, aunque con mez-
cla de alguna otra. Por otra parte, comparando el
idioma de los Caribes y los de sus similares con el de
los Uagiros, hemos obtenido el siguiente resultado.
Sin contar con que las palabras carta, cerdo, bá-
^ quiro, bote, cruz, fusil, papel, tortuga y zorro, son aná-
logas entre el Caribe y el Uagiro, véanse otras simi-
litudes :
276 távera-aCosta'
En Uarao, ta chira quiere decir mujer joven ; en
Uagiro significa pecho de mujer ; abuelo, en Caribe es
tauíno, en Uagiro tausi ; en éste urreche es arco, en
aquel urapa ; el caribe curari ( en aruaca urari ) tiene
su analogía con la voz uagira citraríre, que quiere decir
arco de flecha ; tigre en Uagiro es careíre, en Yabara-
na uqueire, en Tamanaco oxq^iere y en Cumanagoto
eque7're\ diablo en Tamanaco es joloquiamo, en Cumana-
goto es ibofoquiamo, y en Uagiro joloquiamo ; Dios en
Tamanaco es amaliuaca y en Uagiro amarina ; en Ca-
ribe curandero, brujo, Qspiííday, en Tamanaco />/<^¿r^é?, en
Uagiro piaimán ; venado en Uagiro aira^na, en Otoma-
co y ama y en Maquiritare iyama\ y, finalmente, Uagira
en Yabarana de las riberas del Bentuari, quiere decir
paloma ; y Caboruta ( Cabruta á orillas del Orinoco }
es palabra compuesta de ía?//'^? ( cabra ) y de bruta 6
boruta, piel, en lenguaje de los Uagiros : cuero de ca-
bra. ( 27 ) Y bien se sabe que en Cabruta residían ca-
ribes y que aún llegan algunas partidas de los que vi-
ven en las regiones de los Llanos de Barcelona y Sur
del Guárico ó (Jarico, como dicen los indios.
Siéndoles, pues, comunes unas mismas circuns-
tancias, por qué clasificar á los Aruacas de la Guayana
venezolana como una agrupación distinta ?
I Por aquello de "sus caracteres psico-fisioló-
gicos ?
Acaso sí ; pero las analogías de residencias, afini-
dades de lenguajes y los estudios hechos por Ernst, Wir-
chow y Marcano (Gaspar) sobre más de treinta cráneos
uagiros á que hace referencia el doctor Toro y que hacen
considerar á Uagiros y Aruacas como pertenecientes á
un mismo tipo, nos dicen que ambos vienen del Paria-
no y desde luego no nos permiten clasificar á los Arua-
( 27 ) Los carneros peruanos se llaman en lengona Quichua caura.
Con la voz Llama, según Garcilasso en sus Comentarios reales,
se denominaba el conjunto de cauras, ó de vicuñas, ó de huana-
cos : equivale al vocablo español rebaño. — Nota del Aíitor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 277
cas étnicamente como una agrupación distinta, salvo el
caso df que sean otros los Aruacas á que él se refiere ;
y mucho menos comprender en esa agrupación, geo
gráficamente, al mismo tiempo que á sus vecinos los
Macusis y los Arecunas, á los Üagiros que residen en
la parte más septentrional de Venezuela, cuando dice
•* intentaremos introducir cierto orden ó sistema en la
distribución geográfica " de los grupos indígenas del
país.
Enhorabuena que podamos considerar á los Üa-
giros como otra de las grandes agrupaciones caribe-
geográficas que formaban y aún forman la población
india pura de la Nación — lo que no ha hecho Toro —
pero, con respecto á los Aruacas de la Guayana ve-
nezolana no creemos de justicia distinguirlos así, por las
razones ya apuntadas, quedando desde luego compren-
didos física, histórica, lingüística y geográficamente, en
el primer gran grupo.
Antes de proseguir examinando los otros grupos
del doctor Toro, séanos permitido exponer aquí algu-
nas observaciones más sobre los Aruacas.
Pensamos que ellos son los mismos Uayanos, ó
denominados así por los que remontaron el Orinoco en
1532. Repetida esa palabra por los primeros cronistas
que escribieron acerca de ese río, Oviedo, Las Casas
y Castellanos, vino con ella á quedar perpetuamente
nominado así el territorio comprendido entre el Ama-
zonas al Sur y el Orinoco al Norte.
Según estos cronistas, los Aruacas residían á ori-
llas de nuestro gran río, desde la base del Delta
hasta muy lejos remontando sus corrientes, es de-
cir, en la zona que ocupaban (y aún ocupan hoy al-
gunas de las tribus llamadas Caribes) y eran vecinos
de los Uaraunos. De esta opinión es también Sir
278 TA VE KA-ANGOSTA
Walter Raleigh en su libro The discovery of the large,
rich and beautifíd Empire of Gttiana, (edición de "1848)
al relatar su incursión por el Orinoco en 1595. Allí
( página 19 ) llama él á los Uaraunos tiwitiwi y á sus
vecinos de la izquierda arawacs, quienes llegaban hasta
las márgenes del Guárico ( [Jarico ) en plena jurisdic-
ción de los denominados Caribes.
En Carao ó Caruao, acaso hoy Barrancas si no
fuese el punto llamado "Playa de Conquista," fue
en donde Diego de Ordaz, primer Jefe blanco que
remontó el Orinoco, cometió uno de aquellos hechos
salvajes tan comunes entre los Conquistadores : por
mera sospecha de que los infelices indios trataban de
atacarle, atrajo y encerró alevosamente á un centenar
de ellos en la choza más grande del pueblo, y poniendo
fuego al bohío, que, como los demás era de palmas, los
quemó á todos vivos.
Carao, en lenguaje Aruaca quiere decir sabana,
terreno llano, yerba ; y Barrancas y sus cercanías son
eminentemente planas. Arnaco era el nombre del ca-
cique que, al frente de dos mil indios uayanos, atacó
en ese pueblo, tres años más tarde, al capitán Alonso
de Herrera, segundo Jefe blanco que remontó el río.
El idioma de los Aruacas, como ya se ha visto, tiene
algo del Caribe. Caulín los apellida "caribes guaya-
nos." Los llamados Caribes residían ( y aún residen
muchos ) en la zona que demarcaron Raleigh y los cro-
nistas ya indicados. Cuando los indígenas vieron por
primera vez á Juan González de Sosa y á sus 20 com-
pañeros castellanos, un poco más abajo de la confluen-
cia del Caroni, exclamaron : / Uayano ! / Uayano !
Interrogados acerca de la existencia de pueblos y de
riquezas por aquellas inmediaciones, sólo respondían
al principio como admirados : / Uayano ! / Uayano /
Y este vocablo caribe quiere decir extraño, pálido, que
hace daño. En Uajibo equivale á "descolorido."
Acaso los indios quisieron significar con tal excla-
mación que aquellos hombres pálidos eran los malhe-
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 279
chores que tantas infamias cometían con los aborí-
genes. (28)
Entte los Macusis, vecinos de los Aruacas, el tér-
mino carama, quiere decir hombre blanco.
El río Maipures — palabra también caribe que quie-
re decir danta — esta distante de Ciudad-Bolívar unos
ocho kilómetros al naciente, luego sigue el río Maruan-
ta ( Maru-uanta ) á once, y después la zona territorial
conocida desde tiempo inmemorial con el nombre de
"Los Aruacas," en cuyo río existen los hermosos petro-
glifos de que hemos hablado.
Más de un siglo antes que Caulín, Fray Jacinto de
Carvajal, los había denominado ya como "caribes
guáyanos" y en la página 307, XXII Jornada náutica,
de su libro Relación del desctcbrímiento del río Apure
hasta su ingreso en el Orinoco, escrito en 1647, añrma,
además, que eran amicísimos de los españoles, que
tenían sus pueblos y viviendas vecinos á la ciudad de
Guayana, y que eran numerosísimos y muy valientes.
Considerada, pues, comiO residencia de los Uayanos
la jurisdicción en que aparecían viviendo los Aruacas,
y no viéndose desde hace muchísimos años Arua-
cas ni Uayanos en las márgenes del Orinoco, sino que
los primeros se han internado hacia el Sur y los segun-
dos no existen con tal denominación, podría inferirse
que los tales ' ' Uayanos " no son sino los mismos Arua-
cas, ó Caribes que aún vemos en Mayáua, Panapana,
Mamo, Pirital, etc., aún cuando el lenguaje de éstos di-
fiere algo del de los Aruacas, cu}os vocabularios se
verán más adelante.
Esto así, otros criterios más amplios, mejor infor-
mados y de verdadera ilustración, podrán esclarecer
( 28 ) Parécennos f )rzaclas las traduccionss que de la palabra
" uayana " traen Martius y Ernst. El Dr. Arcaya hace alusión
á ambas interpretaciones, en su trabajo Voces Indígenas ( Mes Li-
^terario, N? 3 ) El primero dice que significa en lenguaje Tupí
ho7nbres coronados de plumas, y el doctor Ernst afirma que equivale
á nicest) o país ó el país de los hombres. — Nota del Auto? .
2 8o TAVERA-ACOSTA
esta cuestión más tarde, si ya no lo estuviere resuelta
por alguno de los que se han ocupado de etnología y
lingüística venezolanas.
Recientemente el señor doctor Koch-Grünberg en
sus trabajos sobre los indios del alto Rionegro y Ya-
purá, fruto de sus viajes en 1903-905, menciona una tri-
bu del alto Cayari con el nombre de "Guaíana," la
cual . habla el lenguaje de los Tucanos. (Página 178)
Este mismo autor, en la página 167, afirma también
que pertenecen á los Aruacs todas las tribus situadas
al Norte del Uaupés, en los ríos Izana, Cayari, Uainía-
Rionegro, Atabapo, etc., es decir, los Uainimaneses,
ó sean Banibas, Uarequenas, Yabiteros, Uariperidá-
quenas, etc., etc. lo que en verdad no hemos podido ex-
plicarnos, por lo menos, lingüísticamente, pues del estu-
dio comparado de sus vocabularios nada nos resulta.
La observación del Dr. Koch parece robustecer la opi-
nión del ilustre d' Orbigny en cuanto á la etnogenia.
Mientras tanto, insertamos en la 5^} Parte los vo-
cabularios Aruacas que bondadosamente nos ha enviado
el seíior doctor Alvirado, de cuya carta remisoria copia-
mos el siguiente p;irrafo :
" Este vocabulario Aruaca está tomado de Quandt»
quien, según entiendo, pertenecía á la Congregación de
los Hermanos Herrnhut. Los holandeses enviaron es-
tos misioneros á la Guayana, á catequizar la tribu de
los Aruacas. Con tal motivo se redujo la lengua á re-
glas gramaticales y se dieron muchas notfcias que hasta
ahora he visto citadas en ediciones alemanas. Va-
rios diccionarios hay en el archivo de Zittau, y uno de
ellos ha sido insertado en la obra publicada por Adam,
Sagot y Crevaux. Siento no tener el glosario de Sa-
got, observador tan competente y que tantos años per-
maneció en la Guayana francesa ; pero algunas pala-
bras más añado á la lista que incluyo, tomadas de la
obra de Marti us Contribución á ¿a Etnografía y Lingüis
tica de América, señaladamente el Brasil. Recibió
abundantes materiales del obispo Wullschlágel y del
prepósito Breutel."
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 28 1
"5 Kjuaraunos. Habitan sus restos el Delta del
Orinoco y los ríos próximos ; los guaqueríes del litoral
de Cumaná y de Margarita hablan el dialecto guarauno."
Aparte de que en ningún punto de las costas de Mar-
garita y de Cumaná se habla desde hace mucho tiempo
dialecto alguno indígena, es de notarse que el párrafo
copiado es casi un traslado de Codazzi, quien afirma,
copiando á Humboldt, que "los guaiqueríes de la isla de
Margarita y de Cumaná hablaban un dialecto de los
guárannos. " (29)
Concediendo que así fuese y que los üaiqueríes de
Cumaná y Margarita hablaron un dialecto de los Ua-
raunos, ( 30) siempre tendremos que ambos no perte-
necen somáticamente á un mismo tipo : los Uaraos, pe-
queños, rechonchos, de facciones toscas; los Üaiqueríes,
altos, elegantes, bien dispuestos y de facciones agrada-
bles. Circunstancias que han hecho dar distintas cla-
sificaciones étnicas á ambas agrupaciones.
Mas, cómo pudieron hablar los Üaiqueríes de Cu-
maná y de Margarita un dialecto de la lengua Uarauna?
¿ Cuál era el lenguaje de los Üaiqueríes ? Tenemos en-
tendido que era un similar del Caribe, aún cuando
pensamos que tuvo mucho del Aym.ara de los perua-
nos. ¿ Se extendió acaso hasta arriba este lenguaje
mezclándose con el Pariano ? Parece que sí ; pero la
verdad es con respecto á este último, que si algunos
opinan que ascendió hasta llegar á las Antillas, en cam-
bio hay quienes aseguran que fue á la inversa, es decir,
que el Caribe ( Uaraní) invadió primero las islas del mar
( 29 ) " Ya hemos dicho que ellos consideran su lengua como
un dialecto de los guárannos, etc." — Humboldt, Viaje á las jegio-
nes equinocciales, tomo 2, página 148.
' ( 30 ) Las voces uaquerí, guaiquerí, guaoxerí, uiquire, guaiqui-
ri, uiquira, uchire, uaiquirie, son variantes de una misma palabra
pariana, que quiere decir hombre, s ñjr, jefe
282 TAVERA-ACOSTA
que lleva su nombre, luego pasó á tierra firme y después
se internó hasta las regiones del Paraguay, dividién-
dose en muchísimas ramas. En síntesis, dos corrien-
tes diametrálmente opuestas.
En efecto^ *' notables americanistas sostienen que
Chibchas y Peruanos tienen íntimo enlace con los Ma-
yas, en lo cual creemos no yerran, siendo la invasión
caribe la que rompió la continuidad del mundo qui-
chua-maya." (31 )
El doctor Gaspar Marcano en su obra EtJinographíe
pvécolombienne du Venezuela, dice : ' ' Les nations sep-
tentrionales ayant été plus nombreuses, plus policées
et plus guerrieres, étaient destinées á doininer les nations
meridionales, et \ on peut assurer que le courant ci-
vilizateur marchait, dans le Venezuela précclombien,
du Nord au Sud." ( 32 )
Y Reclus, en su mencionada Geografía, asienta :
'' La mayor parte de los etnologistas está de acuerdo
para considerar como caribes el grueso de las tribus que
hallaron los españoles en las orillas del Orinoco, de las
cuales aún quedan algunos restos. Es sabido que an-
tes se miraba como hecho innegable el origen norte-
americano de los caribes, los que entonces habrían pa-
sado al Continente del Sur tras propagarse de isla en
isla entre las que forman la cadena de las Antillas.
Sin embargo, las investigaciones filológcas de Luciano
Adam y los viajes de exploración emprendidos en las
regiones amazónicas, sobre todo los de von den Steinen
y Ehrenreich al valle del Xingú, han modificado esta
teoría y sentado que dicha raza proviene del Brasil. Las
tribus vque hablan el idioma más puro y en las que las
leyendas tienen carácter más arcaico son, sin duda,
las del Brasil central, zona de donde, como de un
( 31 ) Nota de Vergara y Velasco á la Geografía de Colombia
por Elíseo Reclus, traducida y anotada por aquél, página J98.
{32) Chapitre VIII, pág. 123.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 283
foco, marcharon sus migraciones hacia el Norte ; éxo-
dos de esos se han verificado para algunas tribus aún
en el sij^lo actual (XIX). A.ún cuando la dirección de
esas migraciones fue la del Norte, algunos restos de la
antigua tribu caribe de los Motilones, viven en los valles
altos de la Sierra de Perijá, entre Venezuela y Colom-
bia." (Etnografía, Cap. VI.) (33)
A esto opone Vergara y Velasco, el traductor, lo si-
guiente : " Es sensible que el autor acepte teoría tan
errónea, como la de considerar á los Caribes como
oriundos del Brasil ; ios autores alemanes que la esta-
blecen, olvidan por completo la verdad. En efecto,
caribes se hallaron también en Panamá, el Chocó y los
valles del Cauca y el Magdalena, y entre ellos, y como
islotes, grupos étnicos totalmente diversos. Este he-
cho lo mismo que la habilidad de los caribes en el mar,
no puede explicarse sino por migraciones de Norte á
Sur. Que en el fondo del Brasil está la porción más
pura de la raza, prueba nuestro aserto ; los primeros
inmigrantes entre los bárbaros son precisamente la flor
y nata de una raza, y por lo mismo esos indios que re-
montaron el Orinoco á sangre y fuego, siguieron al Bra-
sil para detenerse donde el llano daba campo á suelo to-
talmente diverso. En Islandia halláronse las más pu-
ras tradiciones normandas, y á nadie ha ocurrido fijar
allí la cuna de los escadinavos. Los éxodos del Brasil
hacia el Norte indican que los caribes pretendían vol-
ver á tierras mejores, cuyos recuerdos guardaban por la
tradición de sus viajes."
¿ Cual es la verdadera de estas dos hipótesis ?
¿ Cuales las causas que obligaron á la división de
esa gran raza ?
Gracias al estúpido fanatismo de los conquistado-
(33) Aristides Rojas, opina en sus Estiiiíos miígenas, que
)la invasión fue de Sur á Norte y que el elemento Caribe proviene
de la gran raza Uaraní, del Brasil, etc. — Páginas 13, 19, 48, 55,
98, 113 y 122. — Nota del Autor.
284 TATERA^-ACOSTA-
res, que destruyó hasta los archivos de los indios, nada
puede asegurarse á ciencia cierta en nuestros días.
Pero ya sonará la hora ; mientras tanto, mucho h^ay que
pensar y aún más que escribir sobre esa multitud de fa-
milias indias que, exparcidas en tan vasta extensión,
han sabido conservar analogías en idiomas, costumbres
y tradiciones.
Pero de cualquier modo que fuere, debemos hacer
notar que los soles grabados por los Náuas en las
piedras de México, de que habla Castellanos en su
Cronología Mixteca y que menciona el doctor Toro
(página 91 ) tienen parecidos con los soles y las lunas
que se hallan esculpidos en las rocas que demoran á
orillas del río de Los Aruacas, en las del Orinoco y en
Caicara, Atures y Maipures, etc., cuyos diseños hemos
hecho tomados de los mismos originales. Y de su
interpretación emprendida, por supuesto, sin compe-
tencia alguna, despréndense como referencias de un ca-
taclismo y de una repoblación de las tierras, ó que acaso
hagan también reminiscencias al significado de aque-
llos soles de los antiguos Náuas ( 34 )
Sin embargo, debemos pensar también en la gran
preponderancia de los Quichuas, de cuya lengua hay en
Venezuela no pocos vocablos aplicados á nombres de ríos,
costas, pueblos, localidades, etc., hasta en las islas mis-
mas del Mar de los Caribes. ¿ Acaso invadió también
esa grande y noble raza por el occidente del continente
(34) Ixtlilxochil, deudo del rey Montezuma y muy versado en
la lectura de los geroglifos de su patria, declara que quince si-
glos antes del nacimiento de Jesús era conocida entre los Toltecas
la creencia de que el mundo ha tenido cuatro edades ó períodos
de grandes trasíormaciones, así : la edad, conocida con el nombre
de Atonatiuh, que duró 5206 años y concluyó con un diluvio, del
cual sólo se salvaron Coxcox y sa mujer ; 2a edad, llamada Tlal-
chitonatiuh, que trastornó con horribles terremotos la superficie de
la tierra, y que duró 4804 años; 3a edad, Hecacto-iatiuh. de 4008
años, que concluyó con horrorosos huracanes en el primer siglo de
la era cristiana, según la cronología mixteca, para dar principio,
á la 4^ edad, la presente, llamadla Tletonatiuh, que acabará en
medio de tremendos cataclismos ígneos. — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 285
meridional remontándose hasta las orillas del Atlántico?
¿ Fue ella la primera invasora ó fue sincrónica con la
del Norte ?
En efecto, pensamos que, debido á la facilidad con
que puede bajarse por los ríos que vienen de los Andes
hasta ese Océano, por su cultura sorprendente, por su
admirable organización político-religiosa y por su pro-
greso y densidad de población, también llegaron los
peruanos hasta acá ; 3/ mezclándose luego con las nu-
merosas tribus que encontraron, ( Uaraní, etc. ) y sien-
do relativamente pocos los que lograron internarse,
fueron absorvidos por ellas en el transcurso de los años,
ó bien regresados por el invasor del Norte más guerre-
ro y más activo, que bien pudo ser éste el elemento
español.
El uso de los quipos entre los caribes parece un re-
cuerdo de los quichuas, y hasta Jos mismos geroglifos
de que hemos hablado, gigantescos algunos, pintados
en los cerros, y los grabados en las rocas, más nu-
merosos que los otros, parecen la obra de los hijos de
esa grande y adelantada nación, que queriendo testimo-
niar su tránsito ó su estada esculpió y pintó en las
tierras por donde pasaba, ó residió, aquellos símbolos,
entre los que á menudo se ve representada la imagen
del Sol, como recuerdos de una página del libro de su
historia nacional. ( 35 ) Con efecto, la dirección mis-
ma en que se hallan exparcidas esas figuras, de Sur á
Norte y de Oeste á Este, desde el pié de las faldas
orientales de los Andes hasta las orillas del mar, dis-
minuyendo progresivamente, parecen comprobar esta
cuestión.
Más todavía : si recordamos las grandes vías te-
rrestres construidas por los peruanos, tendremos que
( 35 ) ^'I^^ deidad, cuyo culto inculcaban especialmente y que
jamás dejaron de establecer en ningún punto en que penetraron
sus ejércitos, era el Sol." — Guillermo H., Preseott, Hístojiade la
Conquista del Perú, Cap. III, I^ibro I.
2 86 TAVERA-ACOSTA
considerar también con:io obras parecidas la hermosa
calzada de Canáua, cerca de Barinas, de que hablan
Humboldt en uno de sus libros y Pebres Corde.ro en
sus Es he di os sobre etnografía americana ; el camino en-
tre los ríos Maraca y Cumarepo, que mencionan Li-
sandro Alvarado, en sus Construcciones prehistóricas, y
Gil-Fortoul, en su Historia Constitíicional de Venezíieta ;
y finalmente, el camino que existe en las regiones del
Bentuari, entrando por el río Sipapo, y del cual se ven
aún trozos empedrados todavía.
El mismo achatamiento de los cráneos encontrados
por el doctor Jahn en algunas terramaras de los Valles de
Aragua, deformaciojí craneana que se creía usada úni-
camente por los indígenas del alto Perú, podría tam
bien tomarse en cuenta como comprobación de la es-
tada de alguna colonia aimara en el territorrio de Ve-
nezuela. Y no está demás recordar que la voz araJiua
quiere decir en lenguaje peruano horca, suplicio. (36)
Desde otro punto de vista, el de la lingüística,
véanse también algunas ligeras observaciones sobre el
particular, desprendidas de la comparación que hemos
hecho de voces de Venezuela con las del vocabulario
Qúichua-aymara de Charles Wiener, con las que cons-
tan en los de Marcoy y de Gilij, refundidos por nos-
otros, y con otras extractadas del texto de algunas
obras de historiadores primitivos de Indias.
La desinencia AI, que ^caracteriza el infinitivo de
algunos verbos en la lengua de los peruanos, como
ckancai, arrojar ; chiruai, exprimir ; apai, conducir ;
as7tai, heder; canchai. alumbrar; cJiallai, llegar; sa
mai, descansar ; etc. etc., la encontramos á menudo en
nombres de localidades, pueblos, montañas, etc. del
(36) El Dr. Pedro Manuel Arcaya en su trabajo Lenguas indígenas
que se tiablaron en el Estado Falcón ( Etimologías de nombres geo-
gráficos ) publicado en El Agíala, de Coro, dice "que no hay fun-
damentos para suponer que la raza peruana se hubiese extendido'
hasta Venezuela." — Véase el N? 213 de dicha revista periódica.
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS
287
país por ejemplo : Casanai, Arai, Taguai, Aracai, Ma-
raca!, Currucai, Suai, Aguasai, Guai, Tamai, Nacupai,
Siquisai*, Burusai, etc. ( 37 )
Véanse otros vocablos con las mismas finales :
Qiíict
ktias :
Pariajtas
.•
apiai
encai
cauai
cuai
atipai
atipascai
coijai
chacarandai
balai
carpai
jahuai
monai
causai
cachuichai
modobai
nemai
chanchai
jacai
oncai
petescai
iscai
munacuscai
pindai
terecai .
parai
puncha i
tibocai
ticarai
rupai
taccai
ticauai
uorai
uscai
uaccai
uribai
umai
Colombo en el itinerario de su tercer viaje habla de
una punta de la península de Paria, que los aborígenes
llamaron de Sara, y el vocablo sara en lengua Quichua
quiere decir maíz. Acaso sea la misma denominada hoy
de Soro. Aún se dice en el Oriente de Venezuela
•' maiz sarazo " al grano que aún cuando está en sazón,
no está completamente seco. (38)
La palabra cam piare, nombre muy conocido de los
valerosos indios de Areo-cuar, cerca de Carúpano, pa-
rece un compuesto de campi, á su vez también otro
( 37 ) Kn el Japón también hay palabras con la misma final :
Nantai, Yamsai, Onionai, Temanai, Bandai, Banzai, Sendai, Sakai,
Amai, Iwanai, Tamakomai, Chictomanai, Senatai, Sisikai, etc. —
Véase el citado mapa de Maucci.
(38) Según Prescott, Cap. IV, Lib. I, de su mencionada obra,
lo-) peruanos preparaban con el maiz un licor fermentado que se
conocía con el nombre de sora. Y Colombo, en su carta á los
Reyes de España relatándoles su tercer viaje, dice de los indios de
Paria que estos trajeron varias clases de vino de diferentes fru-
tas, entre otros uno de excelente calidad extraído del miiz *'que
, es simiente que baceuna espiga como una mazorca." — Fernández
de Navarrete, Viajes y descubnfnie?iíos qite hicieron por mar los espa-
ñoles^ vol. I. Notas del Auto?.
288 TAVERA-ACOSTA
nombre de una familia tributaria de los peruanos, cuyo
vocabulario traemos más adelante, y de are, el nacien-
te, (^are, ari, ara, aro, tirit.) (39)
Carupano nos parece un compuesto de las voces
peruanas caru, que significa lejos, distante, y pana, casa,
lugar, sitio, residencia: "lejana mansión" ó ''resi-
dencia lejana." (40)
Paraguachí, valle de la isla de Margarita, es voz
compuesta de /'^r<^, lluvia, caño, agua, y guachi, flecha,
animal. En el Perú hay una población llamada Guachi.
Guaraguara, playa y punta de Paria, es v^oz Ayma-
ra que significa estrellas. Igual vocablo tiene el
Uarauno.
La misma voz Paria inflexión de para ó parai,
agua, llover, es el nombre de toda la península.
Yaguaraparo, población del golfo de Paria, quiere
decir "caño del tigre," del U3.Ya.ni y a7iara, tigre, y del
Quichua-uaraní pa7^a, caño, lluvia, agua. (41 )
Cuchicuchi ó cusicusi, nombre de un animal, es
vocablo peruano que quiere decir astucia, mentira.
( 39 ) El doctor Arcaya en su citado estudio, dice que ara signi-
fica cuesta, pendiente, en varios dialectos caribes. (E¿ Águila^
número 212. )
(40) Dice el doctor Aristides Rojas en la página 150 de sus
Estudios Indígenas, que Carupano quiere decir "sitio de cam-
pas," y que ** campas fue el nombre que dieron los caribes á una
especie de tabaco."
(41 ) Muy generalizada está en la península de Paria la creen-
cia de que Yaguaraparo qu'ere decir la "Reina de las palmas."
Esto no es sino puto fantaseo de poeta, acaso por el parecido de
la voz yauara ( tigre ) con el nombre de la hermosa pa/mera
yáua.
El doctor Arcaya, en su referido trabajo, asienta que '^pafots
v^oz caribe, que quiere decir agua, caño, etc. según lyUcien Adam."
—Véase El Águila, N9 212 — Notas del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 289
Gaasa, punto oriental del puerto de Carúpano, es
en quichua,, espalda, á espalda, com:) quien diría hoy :
detrás del collado ''Guzmán Blanco," donde se le-
vanta el faro.
Guachi, animal de la familia del zorro, es palabra
peruana, como ya se ha visto.
Pampatar, puerto y población de Margarita, acaso
corruptela á^ pana-pata, que quiere decir 'Mugar de
arriba": á^ pana, lugar, y pata, en alto, arriba.
Guaca, playa al occidente de Campano, significa
en aquella lengua sepultura, culto, deidad, ídolo,
faja, etc.
Muco, caserío vecino de esa ciudad, es nudo,
cerrito. Mocomoco, quiere decir nudoso.
La voz tácua, tan conocida allí, corresponde
á tácita, que es el número cuatro de los quichuas.
Cancanapire, nombre de una planta muy común
en Carúpano, parece un compuesto de cancana, en perua-
no, asador, y de pira pescado, en lengua Uaraní :
" asador de pescado."
Patilla, playa situada al Oeste de Carúpano, equi-
vale á pollo en lengua Quichua.
Aragua, Estado de las regiones centrales de Vene-
zuela y nombre también de una población de los llanos
de Barcelona, significa horca, suplicio.
Maracapana, llamado vulgarmente Macarapana,
parece decir " lugar ó sitio de la ciudad," de marca,
ciudad, y pana, sitio, localidad. (42)
(42) Aristides Rojas, en la página 52 de su citada obra, dice .
'' Maracapana equivale á lugar sembrado de maracas 6 totumos y
en un sentido limitado, á lugar donde abundan las culebras de casca-
bel.''^ Y en la página 150 : " I^a terminación /)¿Z7¿¿7 ^/>tz«¿i, indica
^ En el Sur— Dialectos Indígenas. 19.
290 TATEIlA-A€OSTA
Guayacán, eosenacla inmediata á Cariipano, es
nombre análogo á la voz Jmayaca, que quiere decir
saco, ensenada.
Cuchibana, ó Cuchipana, serranía de Cumaná, po-
dría traducirse fácilmente por "lugar sucio," de cu-
chi, sucio, ^ pana, punto, lugar.
Píscua ( un ave ) y pitche, parecen variantes del
vocablo piscú 6 pitckqui, en Quichua, pájaro. (43)
Chiguana, puerto del golfo de Cariaco, nos recuer-
da á lachiguana, que significa moscardón.
Guacaparo, laguna y puerto del mismo golfo, parece
decir "caño de la tumba," de uacca, sepultura y pavo,
caño.
Cariaco, población principal que dio su nombre á
dicho golfo, podría traducirse como "pueblo del hom-
bre," á^cari, hombre, y acó, pueblo, población.
Cumacatar, lugar vecino á Carúpano, parece com-
puesto de cu77tH, carga, y de catan', vívora, culebra, en
lengua Aymara.
Panapana, caserío cerca de Angosturita, parece
expresar " muchas casas" ó " poblado de casas."
La voz citráua, bromeliácea de donde se extrae la
lugar, sitio. Maracapana lugai de maracas, etc."
Arcaya siguiendo á Rojas, dice que ) o. voz pana (ts caribe. —
Véase El Águila, número 211.
Sin embargo, el vocablo pana, quiere decir en lengua peruana
casa, hogar, mansión, morada, sitio, residencia. En Baniba pa-
na, payiizi ; en Mandauaca janishi ; en Yabitero jana^ janizi;
en V>2S^Qdi pana ; en Baria ;^¿i«z/ ^n hxi\\% panenche ; en Campi
pancoche ; en Chontaquiro panchi, etc.
( 43 ) lyS radical pi, la encontramos también en otros nombres* de
pájaros de estas localidades comopitirre, pichiche, piauta, etc., que
parecen voces peruanas. — Notas dd Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 29 1
mejor y más resistente fibra textil, significa honda,
cuerda.
De Saripana podría traducirse "lugar del sol":
de cJmri ó sJucri^ el sol, y pana, lugar.
Y asimismo de Guachapana, campiña de Santabár-
bara, en el Orinoco, " sitio ó lugar desamparado, " de
hnacha, pobre, huérfano, y paní, lugar, casa, hogar.
Fray Antonio Caulín, en el capítulo XIX, libro
III, de su Historia de la Nueva /Andalucía, dice que los
indios llamaban al río Neverí, Enipiricuar ; que bien
puede ser voz compuesta de ení, río, en lengua andina ;
pira, pez, en Uaraní ó Tupi y en otras del alto Amazo-
nas, y citar, en Cumanagoto, sitio poblado de : " Río
abundante en peces."
Tunapuna, poblado y río de la isla de Trinidad,
parece un compuesto del Caribe tu7ia, agua, río, y de
puna, que quiere decir llano elevado en lengua Quichua;
acaso signifique "río que desciende de una planicie
alta," como aquel río.
También parece un compuesto la voz Carapichaima
( cuara-pitchiq-aima ) que quiere decir "caño del pá-
jaro garza."
Uaicaipuro, nombre del cacique más notable de la
época de la Conquista, expresa '' plumaje de lágrimas,"
de itaicai, llorar, y pfuro, pluma, plumaje.
Ariauca, uno de los caciques que dieron muerte
al Illmo. Labrid, en el caño Aquire (Delta del Orinoco)
significa en lengua Aimara " hilo del diablo," de arí,
hilo, y aucca, demonio.
Chuspa, puerto de las costas centrales del país,
nos recuerda á chuspi mosca.
, Chigua, planta de las orillas de los ríos, que con-
serva siempre verde sus hojas, tiene su equivalente en
lenguaje de los aimaras en la palabra chikua, verdura.
292 TATE'KA-A€'©8TA
Chama, río de corriente poderosa que desciende de
la Cordillera, es análoga á la voz chama, que ^significa
fuerza, potencia, vigor. Y asrtnisnrío la palabra cha-
mani, que quiere decir impetuoso, formidable.
Campona, sitio y laguna cerca de Cariaco, parece
contracción de canea-puma, que significa tigre asado.
Guaira, el primer puerto de la República, significa
brisa, soplo ; en Uarauno quiere decir embarcación.
Araguaira, nombre de uno de nuestros caciques de
la Conquista,, parece decir viento del naciente.
Guacara nos recuerda á uaca-ara, que literalmen-
te es deidad, día, ó bien deidad de Oriente.
Guanta,, puerto del oriente de la República, pare-
ce variante de hnanti, bubas, enfermedad. En el Perú
hay una población con el nombre de Guanta.
Cagua, otra población de Venezuela, significa
almilla, camizeta.
Carache, nombre de otra población, quiere decir
sarna, lepra.
Atapiriri, pueblo del Sur de Barcelona, parece
paragoje de Atipiri, vencedor.
Tocuyo, nombre de otra población venezolana, pa-
rece provenir de tucuy, que quiere decir todo, todos.
En lenguaje Uarauno significa flor, flores.
Pachacari, parece contracción de pachapacari,
aurora.
Siquisiqui, otra población de Venezuela, es homó-
nimo de siquisiqíii, que quiere decir añoso, muchos
años.
Caicara, población cercana á Maturín, parece ex-
presar *'esta mañana," de cai, esta, y cara, mañana.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 293
Cancamure, río del interior de Cumaná, parece
decir niñf;» quemado, de canea, asado, y del tamanaco
7?i7fre, niño.
Según W. H. Brettes, en su libro Tke Lidian tri-
bes of Gniana (1868) algunas tribus caribes, entre
ellas la Arecuna, conocían y usaban el sistema de los
quipus. Y ya Codazzi, veintisiete años antes, había
dicho en su Resumen de la Geoo-rafía de Vene2:%tela :
''Los quipus, que los caribes habían perfeccionado y
que se encontraron también en el Perú, eran unos nu-
dos que servían á aquel pueblo guerrero y comerciante
para trasmitirse las noticias." Acaso estos autores
confundieron á los Caribes y Arecunas con algunas
parcialidades peruanas de las que llegaron hasta acá,
pues, según la mayoría de las autoridades en la mate-
ria, los quipus no fueron usados en la América del Sur
sino por los subditos incásicos. ( Garcilasso, Robertson,
Humboldt, d' Orbigny, Prescott, Wiener, Girgois, etc.)
De las obras Verdadera relación de la cofiquista
del Perú y provincia del Cuzco, por Francisco de Jerez,
La Crónica del Perú, por Pedro Cieza de León y la
Historia del descitbrimiento y conquista del Perú, por
Agustín de Zarate, escritas á mitad del siglo XVI, ex-
tractamos los siguientes nombres que corresponden á
otros de Venezuela :
En el Perú : En Veiiezuela :
Cosm.a, cerros y playa Cusma, cerros vecinos á
Carúpano
Camana, río Cumaná, ciudad á orillas
del Manzanares
Caraques, islas y bahía Caracas, islas de las costas
centrales
Guaúra, playa Guarura, playa de Oriente
Arica, puerto y población Aricagua, puerto de Paria
y población cerca de
, Cumaná
Capayapo, puerto Capayape, antigua pobla-
ción de Guayana
294
TAVERA-AQDSTAi
Cauca, provincia
Guaseo, río
Matupe, valle
Caura, nombre del carne-
ro peruano
Guanape, valle y poblado
Guanoco, población
Mayo, río
Sipisipe, cerros
Siquisica, población.
Guaima, río
Guambacho, valle y pueblo
Guarnan, río.
Guayo, población
Apurirna, río
Guana, cerros
Chiguana,. población
Cari, nombre de un cacique
Acó, población
Paria, provincia populosa
Guaica, población
Caucagua, población
Guaco, quebrada y planta
iMatú, valle del Caura
Caura, río
Guanape, valle y población
Guanoco, puerto fluvial
Mayo, caño y quebrada
Chipichipi, cerros y caserío
Siquisique, población
Guaima, caño
Guamacho, valle y poblado
Guama, río y quebrada
Guayos, población
Apure, río
Guanaguana, cerros y po-
blación
Chiguana, puerto del golfo
de Cariaco
Cari, población
Acó, localidad, planta
Paria, península
Guaica, caño y caserío
No. parece sino que los peruanos se adelantaron á
los españoles en esto de poner nombres de su patria á
las regiones donde llegaron, y que, no obstante el empe-
ño de los últimos en destruirlo todo, aún se conser-
van, por rara fortuna.
Y, finalmente, de los mencionados vocabularios
que más adelante insertamos, hemos entresacado tam-
bién las siguientes voces que corresponden á otros nom-
bres de localidades, caños, playas, etc., de nuestra
Patria :
Quichare
Mora
Ucata
Amaya
Guaraca
Aro, Aru
Mayo '
Chirguai
Chama
Guara
Caura
Cari
Caro
Mapa
Chigua
Manuí
Maitana
Sama
Maica
Machaca
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
295
Según Lares, en las páginas 10 y 39 de su Etno-
grafía del Estado Mérida, para la época de la Conquis-
ta hub» en las márgenes del río Chama una parcialidad
india con el nombre de Guarauní ; y las voces chama y
um significan en lengua Aimará, respectivamente,
fuerza, potencia, y agua, río.
La misma palabra uarauni es un compuesto de
itarao, familia, y de ttni, río : la gente del río ó los po-
baldores de sus riberas.
Los siguientes vocablos :
Chara
Chupaquire
Chaure
Coche
Chipo
Chuapir
Conoma
Guarapo
Chirimoya
Llantén
Tapaquire
Yoco
Callauri-
ma (44)
Guacharaca
Chácara
Lebranche
Chiruapo
Cachama
C? chipo
Pichigüei
Potoca
Culantro
Guásima
Patao
Curataquiche Chuare
Chupururo Mochima
Guarapiche
Pachaca
Guácharo
Canchunchú
Taquién
Calaguaia
Churura
Cauranta
Chi<:<üichio:iie Mauraco
Sibisa Chimana
Araguapiche Chinagua
Curacho
Churupare
Guaranache
Chamariapa
Caigüiri
Guatapanare
Corumiche
Yácua
Chirito
Chiquía
Choro
Cachicamo
Chuparipare Chipara
parecen un puñado de palabras peruanas exparcidas en
las regiones de Barcelona, Cumaná, Carúpano y
Paria.
¿ C(3mo pudieron los Uaiqaeríes hablar un dialecto
de los Uaraunos ? Acaso confundiendo á éstos con
los aimaras, pues, como ya se ha visto, los términos
itara ^j itni, son voces del idioma de estos últimos.
Sin embargo, es de notarse que la mayor parte de
'(44) Ei Cacique más notable del Oriente de Venezuela en la
época de la Conquista castellana. En Barcelona existe un puen-
te que lleva su glorioso nombre. — Nota del Autor.
296 TAVERA-AGOSTA-
vocablos empleados en las que aparecen como antiguas
residencias de los Uaiqueríes ó Üaoxeríes, es haitiana,
y aún de frecuentísimo uso, v. gr : en las costas ¿e Bar-
celona y Cumaná, en las de Carúpano, en las de Caria-
co, en las de Paria y en la isla de [Margarita. Véase el
vocabulario Haitiano, que publicamos en la Quinta
Parte, compuesto de palabras extractadas de las obras
de Fray Bartolomé de las Casas.
Y la extinción del lenguaje Aimara en ese litoral
sería debido á que, siendo pocos, como hemos asenta-
do, los peruanos que lograron llegar hasta el Atlántico,
y regresados luego á impulso de los invasores y hasta
aniquilados después sus restos, perdióse totalmente,
y predominaron por consecuencia los dialectos ó idiomas
de las tribus aborígenes, entre ellos el de los Tiuitiuis
(del Delta del Orinoco) y los de los llamados Caribes,
de uso general en la mayor extensión del territorio
venezolano, aunque conservando muchas voces en nom
bres de localidades, etc., como hemos tenido ocasión
de señalar páginas antes.
El almirante Colombo. pintando en su ya referida
carta á los indios de Paria, dice que "su color era más
blanca " que otra alguna de los aborígenes que había
visto hasta entonces ( 1498) ; "que tenían las cabezas
atadas con unos pañuelos labrados, hermosos, que pa-
recen de lejos de seda y almaizares"; que usaban man-
tos largos de igual tejido con que se cobijaban á mane
ra "de pañetes, ansi hombres como mujeres;" que eran
bien formados " y de muy lindos gestos," y que sus
embarcaciones eran muy grandes, y de mejor hechura,
y más livianas, y en el medio de cada una tienen un
apartamiento como cámara en que vi que andaban los
principales con sus mujeres "... .circunstancias etno-
gráficas que más corresponden á los indígenas peruanos
que á ninguna otra tribu en Venezuela, salvo una que
otra familia de las costas de Cumaná, Margarita, Ca-
racas y Coro, encontradas por los españoles en 1499-
1527, y que bien pudieron ser colonias ó retenes des-
tacados de los ejércitos del Inca.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 297
Por lo menos, además de nuestras paupérrimas ob-
servaciones, podrían ellas en parte apoyarse en el dicho
de Humboldt : "Los Guaiqueríes de la Banda del
Norte se consideran de raza más noble, porque se
creen menos mezclados con los indios Chaimas y con
otras castas bronceadas La denominación de los
Guaiqueríes, así como la del Perú y Peruvia7io, debe
su origen á una mala inteligencia.... El nombre de
esta tribu de indios era enteramente desconocido antes
de la Conquista, y los indígenas que la tienen, pertene-
cían en otro tiempo á la nación de los Guaraunos, que
sólo se encuentran ya en los terrenos pantanosos com-
prendidos entre los brazos del Orinoco. Los más an-
cianos me han asegurado que le lengua de sus antepa-
sados era un dialecto del Guarauno, pero que hace
un siglo no existe en Cumaná ni en la isla de Marga-
rita ningún indígena que hable otro idioma que el
castellano." — (Capítulo IV, Libro II, tomo I de su
Viaje á las regiones equinocciales. )
Y aquí es de observar también que casi todos los
historiadores traen el detalle de que los indios de las An-
tillas (1492-97), y los de las costas de Cumaná, de
las costas centrales de Venezuela y de las playas Cu-
rianas (1498-527) acordes todos en señalar hacia
el Sur, dijeron á los primeros conquistadores, que en
esa dirección era por donde podían encontrar precio-
sos metales en abundancia, acaso aludiendo al Imperio
del Cuzco, en donde se conocía la explotación del oro,
de la plata y del cobre. Más todavía, tal persistente
igualdad de información por parte de los indios y tal
c(>nsecuencial contumacia por parte de los castellanos
en marchar siempre hacia el Sur, parecen indicar que
estos últimos, aunque interpretando mal las noticias de
aquéllos, se empeñaron con admirable perseverancia,
en arriesgadas y heroicas empresas para alcanzarlo á
todo trance, bajo el nombre sugestivo de "El Dorado."
Y es de observar asimismo, que en 1532 cuasi sin-
crónicamente con la entrada de Pizarro á Caja-mar-
298 TAVERA-ACOSTA
ca, (45) llegaba Ordaz á la confluencia del Meta ( 46) :
que allí fue informado de que salvando una cordillera
que demora al occidente, encontraría mucho oro 'y otras
grandes riquezas, pero que era muy corto el número
de sus soldados para intentar penetrar hasta las co-
marcas en cuestión, porque su señor era poderoso y
disponía de un inmenso concurso de subditos y guerre-
ros ( 47 ) : que iguales referencias recibió del cacique
Macatoa el conquistador Felipe de Hutten, en 1542
cuando su incursión por las regiones del Ariare, en pos
del fabuloso "Dorado" (48): que cuarenta y dos
años más tarde Antonio de Berrío bajó por el Meta, y
frente á su junción con el Orinoco fundó una pobla-
ción con el nombre de Santísimo Sacramento ( 49 ) :
que allí recibió á su vez noticias, de que caminando tan-
tos días llegaría á Manoa, en donde hallaría muchísi-
mas riquezas, ( 50 ) y, finalmente, que la voz manoa
puede muy bien ser la misma mancoa, mal escrita por
los españoles, y que quiere decir en lengua Aimara,
(45) Jerez, Zarate y Cieza de León, obras citadas.
(46 ) En la nota segunda de la página 19 de P07 las selvas de
Guayayia, dice su autor que Orda7. remontó el Orinoco hasta Ca-
bruia. Error : llegó hasta los rápidos de Carichana y Caribén,
casi frente á la confluencia del Meta, si no hubiere sido hasta los
raudales de Ature-", como hacen pensar las descripciones topográ-
íica^í de los historiadores primitivos de India'^, que nombramos en
la nota que sigue.
(47 ) Oviedo y Valdez, Historia General y Natural de las In-
dias, Libro 24, Cap. II. — Juan de Castellanos, Elegías de varones
ilustres de Indias, Elegía IX. — Antonio de Herrera, Historia ge-
neral ae los hechos de los castellanos. Década IV, Libro X.
(48) Castellanos y Herrera, obras citadas. — Fray Pedro Si-
món, Noticias histotiales de las Conquistas de Tierra Firme. — Oviedo
y Baños, Histoiia de la Conquista y población de la provincia de
Venezuela.
(49) Fray Jacinto de Carvajal, Historia del descubrimiento
del río Apure.
(
(50) Walter Raleigh, Fray Simón. Obras citadas.— A^í7/tí!5 del
Autor,
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 299
adentro, hacia adentro, interior, al interior. (51) todo
lo cual podría robustecer lo que hemos dicho, , de que
aquellas 'tribus conocían la existencia del Imperio de
los hijos del Sol, si acaso no fueren éstos mismos, que
ya iban replegando hacia el corazón de la América del
Sur, huyendo á los terribles procedimientos empleados
por los blancos que entraron por el Norte y por el Este.
Todavía más : aún cuando Humboldt califica de
sueños lo que en 1595 escribió Raleigh de que estaba
seguro de que si el Gobierno de Inglaterra organizase
para la defensa de la monarquía peruana una guarni-
ción que marchase desde Guayana á la ciudad que él,
siguiendo á Antonio de Berrío, llamó de Manoa, que
acaso no fuera sino la ya expresada voz aimara, el Inga
convendría en pagar muchos centenares de libras ester-
linas por ta-es servicios ó á guisa de tributo, por la de-
fensa contra enemigos exteriores (52); no obstante —
decimos — la calificación de Humboldt, algo dirían los
indios á Releigh, además de las referencias que le hi-
ciera Berrío, acerca de la existencia de un magnate
dueño de asombrosas riquezas, y que muy bien pudo
ser el representante de la dinastía incásica.
♦
* ♦
Acerca de la numeración de los Uaraos, el doctor
Toro trae únicamente los siguientes vocablos en su obra
Por las selvas de Guayana :
1 shaca 5 mojoba
2 manamo ^ 6 montanishaca
3 ( no lo trae ) 7 montamanan
4 aravavaca
.( 51 ) Gumilla dice que manoa ea lenguaje Acháua quiere de-
j cir laguna general.
(52) Raleigh, obra citada, página i'j2,— Ilotas del Atiior.
30Ü TAVERA-ACOSTA
Estas voces nos dejan perplejos al compararlas con
las recojidas por Gorrochotegui en su Viaje al Amacuro
y con las que nosotros traemos. Véanse :
Gorrochotegui :
Tavera-Acosta :
I
Isaca
1
jizaca
2
manamo
2
manamo
-7
0
4
5
6
7
dijanamo
urapacaya
mojabasi
mojabatana
mojabatana isaca
etc.
3
4
5
6
7
dijanamo
manamo-manamo jasi
mojojabasi
mojojabisapa-jizaca
mojojabisapa manamo
etc.
Por otra parte, Gorrochotegui dice que la palabra
guarao quiere decir 20 y también "indio," por tener
20 dedos.
Nosotros traemos para indicar el número 20 las vo-
Qes mojoreco ojireco, es decir : moj or eco, 10, y ojireco,
otro tanto más. Gorrochotegui usa la misma voz mo-
joreco significando 10.
Refiriéndonos á la segunda acepción del mismo
vocablo, que trae este autor, ella envuelve una idea de
homogeneidad ó de relación de parentesco, que con-
firma el verdadero significado de la palabra uarao,
familia.
Continúa el señor doctor Toro :
' ' 6 Guaharibos. Los guaicas, piaroas O macos y
guahibos, habitaban la región de los raudales del
Orinoco."
I Cual la razón para incorporar en la familia Uaha-
riba á los Piaroas y á los Uajibos ?
Acaso por la vecindad de residencia de Uaicas y de
Uaharibos, en las cabeceras del Orinoco, del Padamo
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 3OI
(Paramo, Panamo) etc. pudieran considerarse así, co-
mo también á los Macos, porque éstos como los Uaicas,
descienaen del Pariano : pero no sucede lo mismo con
los Uajibos ni con los Piaroas. Sus residencias geo-
gráñcas tampoco son las mismas ; y en cuanto á 'Mos
caracteres psico-fisiológicos " de los Uaharibos, es un
problema que no ha sido resuelto todavía.
Ningún viajero, ni ningún hombre de ciencia hasta
hoy, ha tratado ni estudiado á los Uaharibos, ni tomado
siquiera dos palabras de su lenguaje. ¿ Cual es la base,
pues, para considerar al Uaharibo psico-fisiológicamente
como una agrupación distinta de la del Caribe ó del Ta-
manaco ? ¿Cual la razón antropológica para poder afir-
marque el Üaica, que, como el Maco, es similar del Ca-
ribe, pertenece á la agrupación Uahariba ? ¿ Por qué
no comprender á esta tribu geográficamente, á la par de
sus Vecinas Arecunas, Macos, Maquiritares, etc., que
descienden del Pariano, en la gran agrupación Caribe
ó en la Tamanaco ? Y si no se conoce al Uaharibo por
qué asegurar que los Piaroas y los Uajibos corresponden
también á su agrupación ?
Por otra parte, si aplicáramos el criterio de Schom-
burgk, Brettes, Steinen, Adam, etc. de que los Uaicas,
Macusis, Arecunas, etc. descienden del Caribe, lo
que es exacto, tendríamos también que considerar á
los Uaharibos ( dada la afinidad que dice el Dr. Toro
existe entre ellos y los Macos y los Uaicas ) como hijos
de aquella gran raza, lo que racionalmente podría in-
ferirse ; pero que suprimiría desde luego otra de las
once agrupaciones ya calificadas por él, teniendo sólo
por base la difusa nomenclatura de Codazzi, y de nin-
gún modo sus "caracteres psico-fisiológicos."
Y si ninguno que no sea indígena ha oido hablará
los Uaharibos ¿cómo es posible que se diga con este in-
geniero, que " tenían una lengua distinta " de la de los
Caribes ó Tamanacos ?
Pero aún suponiendo que así fuese, tampoco cons-
tituirían ellos geográficamente una agrupación como pa-
ra parangonarla con la de los Caribes ó con la de los
302
TAVERA-ACOSTA
Uagiros, por ejemplo, pues además de no ser muy nu-
merosos, puede decirse que los Uaharibos están ro-
deados por Maquiritares, Arecunas, Macusis y Üaicas,
( si éstos últimos no fueren los mismos Uaharibos ) que,
como se sabe, todos son de ascendencia Pariana y cu-
yos lenguajes son similares del que hasta hoy ha ve-
nido llamándose Caribe.
Por antonomasia se conoce la región comprendi-
da entre los raudales de Atures y de Maipures, como
"la región de los Raudales," y es un hecho incontes-
table que los Uaicas jamás han residido en esa loca-
lidad y sí en las fuentes del Ocamo, Padamo, Caroni,
Cuyuni, etc. ; que los Uaharibos han dado su nombre
á los raudales que se encuentran más arriba de la con-
junción del río Baruma, ó sea como á 900 kilómetros
distante de Maipures, y hasta donde han llegado Apo-
linar Diez de la Fuente en 1760, Jean Chaffanjon en
1886, Guillermo Escobar en 1897, y'm^'^s nmgún otro
que no sea indígena.
Las analogías lins^üísticas, geográficas, históricas y
aún étnicas de los Uajibos, son más bien con los Sáli-
bas y Piapocos ó Tucanos, antiguos Acháuas ó Airicos,
residentes hoy en la parte superior de los ríos Meta,
Bichada y Uabiare.
¿ Los piaroas O macos ? No. Con estos indios le
sucede al Dr. Toro á la inversa de lo que con los Ma
quintares ó Maiongcongos. Esa O disyuntiva hace
creer que los Macos son los mismos Piaroas, y no es
exacto. Los Macos hablan un dialecto muy análogo al
de los Maquiritares, de quienes, como los Curacicanas
y Uiquiares, son fraternos, y viven en las márgenes del
Mapichi, del Yaritari y de otros afluentes del Bentuari.
En tanto que los Piaroas ó atures, tribu distinta de la
Maco, aunque vecinos, residen hoy en las orillas del
Sipapo, cabeceras del Cataniapo, etc. Son, pues, dos,
y no una sola tribu. Codazzi dice "macos Y piaroas,"
no obstante que Humboldt en la página 136, Libro VII,
tomo III de su Viaje, . trae el mismo error al escribir
"macos O piaroas."
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 303
Pei*mítasenos hacer aquí un paréntesis.
En el ''Informe" presentado á la Sociedad de
Geografía, de París, sobre los trabajos geográficos y
estadísticos de Codazzi, nada menos que por una co-
misión de sabios como Aragó, Savary, Elie de Beau-
mont y Boussingault, y que aquel ingeniero inserta en
su Atlas Físico y Político de Venezuela, se lee lo si-
guiente :
"El coronel Codazzi ha llegado en el Alto Ori-
noco hasta el raudal de Guaharibos, que es precisamen-
te el punto en que en el último siglo, atacaron los in-
dios salvajes al capitán Francisco Bobadilla. No pudo
pasar de allí el señor Codazzi, porque los guaharibos
han conservado su independencia y con ella su descon-
fianza hacia los hombres blanncos. Sobrada razón tie -
nen si se considera que los indios que se han mostrado
dóciles y sumisos, han desaparecido, al paso que lo-
guaharibos se conservan y son poseedores de su desfis
ladero. Para forzar aquel raudal habría sido necesario
emplear la fuerza, y las instrucciones del señor Codazzi
no le permitían llegar á tal extremo. El Gobierno de
Venezuela ha dado pruebas de humanidad, pensando
que valía más dejar indecisa una cuestiónn de geogra-
fía, que destruir á unos indios . . . . "
Todo esto es una congerie de inexactitudes, que
conviene rectificar.
Codazzi no llegó hasta los raudales de Uaharibos
en su viaje por el Alto Orinoco. Remontó ese río sólo
hasta la confluencia del Padamo ( Michelena y Rojas
dice que bástala Bifurcación) desde allí bajó y, en-
trando por el Casiquiare ó sea la Bifurcación del Ori-
noco, descendió al Rionegro, que no sabemos si remon-
tó, y luego regresó por el mismo itinerario.
Michelena y Rojas afirma en la página i6i de su
Exploración Oficial: " La anchura del río (Orinoco)
en aquel paraje (Mauaca) es de 300 varas, (siendo el
mes de marzo, que es lo más fuerte del verano) con
304 TAVERA-ACOSTA
una profundidad de 25 á 30 pies, y una corriente casi
imperceptible, que demuestran que todos los cálculos
que existen de Humboldt, Codazzi y Schomburgk,
respecto á distancias, que ellos no han rec(.rrido, son del
todo errados, desde Esmeralda hacia arriba." Y en la
176, al hablar de la región que den^.ora entre Uaharibos
y la Bifurcación, dice que es triple la distancia que
hay " de la que habían convenido establecer, copiando
á Humboldt en sus cartas y relaciones, autoridades
respetables como Schomburgk y Codazzi : el primero
que en su viaje de Demerara por el Essequibo á la Sie-
rra Parima, y después bajando por el Padamo al Oca-
^O- (53) ^o visitó al oriente de aquel ; y el segundo
(Codazzi) que no pasó de la embocadura del Casi-
quiare con el Rionegro, de donde regresó á Angos-
tura."
Dice Codazzi en la página 22 de su Geografía :
" El Orinoco permanece desconocido desde su naci-
miento hasta el raudal de Guaharibos, porque las em-
barcaciones no pueden pasar de este último punto ;
pero atendiendo á la poca agua que se encuentra antes
del raudal y en el raudal mismo, no debe suponérsele
hasta allí un curso de más de 25 leguas, comprendiendo
las vueltas del río. El primero que llegó á aquel punto
fue el capitán don Francisco Bovadilía, comandante
que fue del castillo de San Carlos, próximamente á
mediados del siglo XVIII." Y en la página 631 : "En
este cantón ( Rionegro ) tiene también su origen el
Orinoco, no muy lejos del raudal de Guaharibos :
el primero que llegó á este raudal fue el capitán Bo-
badilla. Comandante del Castillo de San Carlos
en 1780." (54)
( 53 ) Esto es lapsus calamió un error tipográfico : Schomburgk
bajó por el Padamo al Orinoco, no al Ocarao, y el 22 de febrero de
1839 tocó en Esmeralda. — Nota del Aiitor.
(54 ) Los Comandantes que tuvo esta fortaleza desde 1759 has-
ta 1765, fueron : el alférez Simón López, y los sargentos Francis-
co Fernández Bobadilla, Antonio Balenzuela y Miguel José Cor-
nieles. —Véase pág. 145, vol. I, de Anales de Giiayana, por B.
Tavera-Acosta.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 305
Ignoramos por qué aquellos sabios aseguraron
la ida de Codazzi hasta Uaharibos ; pero lo que sí
cabe llamar la atención es que no hiciera Codazzi la
respectiva aclaratoria al insertar en su Atlas el Informe
de aquella Comisión, tanto más natural cuanto que to-
do lo que él dice con respecto á las regiones situadas al
Este de la Esmeralda hasta Uaharibos, es pura y sim-
plemente tomado de Humboldt.
Pero para que se tenga idea de la información de
este ilustre viajero, léase, copiado de la comunicación
que con fecha 23 de agosto de 1800 dirigió desde Bar-
celona al Capitán General de Venezuela, lo siguiente :
" Las cabeceras del Orinoco parecen ser de allá al Este;
pero la nación de los guaicas impide á los españoles
subir más allá del raudal de Guaharibos, el cual se ha-
lla á unas 25 leguas de distancia de la Esmeralda."
Y luego en el Capítulo XXIV, Libro VIII de su
Viaje á las regiones eqiMnocciales : "Al Este del Duida
( Esmeralda ) se distinguen por su elevación sobre la
oiilla del Orinoco, el Maraguaca, ó Sierra Maraguaca,
entre el río Caurimoni y el Padamo ; y sobre la izquier-
da las montañas de Guanaya y Yumariquín. entre los
ríos Ma guaca y Geheta. Se puede subir sin peligro el
Orinoco desde la Esmeralda hasta las cataratas ocu-
padas por los indios guaicas que impiden todo progreso
ulterior á los españoles, y es una navegación de seis
días y medio. (55) En esta travesía tiene el Orinoco
tres ó cuatrocientas toesas de ancho, y los desagua-
deros de la orilla derecha son más frecuentes, porque el
río está cercado por aquella parte de las altas montañas
del Duida y Maraguaca, sobre las que se amontonan las
nubes, mientras que la orilla izquierda está baja y con-
tigua á la llanura .... Saliendo de su embocadura (la
del Padamo) que es de una anchura bastante conside-
rable, llegan los indios en día y medio al río Maguaca
que nace en las altas montañas de Unturán, de que
( 55 ) Diez de la Fuente, ChaíFanjon y Guillermo Escobar invir-
tieron más días. — Nota del Autor.
En el Sitr— Dialectos Indígenas. 20.
»
306 TAVERA-ACOSTA
hemos hablado más arriba.... Entre los confluentes
del Padamo y del Maguaca, el Orinoco recibe al Nor-
te el Ocamo en que desagua el río Metaconi y en cu-
yo nacimiento viven los indios guainaros . . . Cerca de
la embocadura del Ocamo se indica á los viajeros una
roca que es la maravilla del país. ... Pasado el con-
fluente del Maguaca disminuye el Orinoco repentina-
mente su anchura y profundidad, y llega á ser tortuoso
como un torrente alpino. Sus dos orillas están ro
deadas.de montañas, y el número de desaguaderos del
Sur se aumenta considerablemente ; sinembargo la cor-
dillera del Norte queda más elevada. De la boca del
Maguaca al río Geheta hay dos días de camino, porque
la navegación es muy incómoda ; y muchas veces por
falta de agua es preciso arrastrar la piragua á lo largo
de la ribera. Sobre esta distancia los desaguaderos
del Sur son el Daracapo y el Maguaca y cercan al Oes
te y al Este las montañas de Guanaya y de Yumariquín,
en donde se cojen los frutos del berthoiletia. Son
las montañas del Norte las que disminuyen su elevación
progresivamente desde el cerro Maraguaca por donde
desciende el río Manaviche. A medida que se sube el
Orinoco, los chorros y remolinos se hacen más ó me-
nos frecuentes ; á la izuierda se pasa al caño Chiguire
habitado por los guaicas, otra de las tribus de indios
blancos (sü) y á dos leguas de distancia está la
desembocadura del Geheta, donde se halla una grande
catarata."
Cualquiera diría al ver tal lujo de pormeiores, que
Humboldt los trae de propio testimonio. ¿ Qué mu-
cho, pues, que Codazzi lo copiase, no habiendo él tam-
poco visitado al Oriente de la confluencia del Padamo ?
Cuanto al sangriento combate de Fernández Bo-
vadilla con los indios uaharibos y al supuesto viaje de
este oficial hasta dichos raudales son tópicos traídos por
Humboldt, que han sido ya refutados por Michelena y
Rojas en los Capítulos VIII y IX, Libro I, de su Explo-
ración Oficial, y ya antes, en 1830, por Don Felipe Bau-
za. Sin embargo, como poseemos los trabajos de todos
esos individuos, á nuestra vez podríamos evidenciarlos.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 307
Continúa Humboldt: "Un dique de rocas graníticas
atraviesa el Orinoco, y estas son las Columnas de Hér-
cules, más allá de las que ningún blanco ha podido pe-
netrar. Parece que este punto conocido con el nombre
de gran raudal de Guaharibos, está á 3/4 de grado al
Este de la Esmeralda, y por consiguiente al 67° 38' de
longitud. Una expedición militar que el comandante
del fortín de San Carlos, Don Francisco Bovadilla ha-
bía emprendido para descubrir el nacimiento del Ori-
noco, proporcionó conocimientos mucho más circuns-
tanciados, acerca de la catarata de los Guaharibos.
Este Comandante había sabido que algunos negros fu-
gitivos de la Guayana holandesa se habían mezclado,
adelantándose hacia el Oeste (más allá del istmo que se-
para el nacimiento del río Caroní y Rioblanco ) con los
indios independientes. Intentó una entrada sin per-
miso del Gobernador, y el deseo de procurarse esclavos
africanos, más útiles al trabajo que los de la raza bron-
ceada, se excedió en celo por los progresos de la
geografía. He tenido ocasión de preguntar en la Es-
meralda y Rionegro á muchos (sic) militares inteligen-
tes que habían hecho parte de esta expedición y supe
que Bovadilla llegó sin dificultad hasta el raudal de
abajo que esta frente al Geheta ; pero que habiéndose
adelantado hasta el pié del dique de rocas que forma la
grande catarata, fue atacado inopinadamente, mientras
almorzaban, por los indios guaharibos y guaicas, dos
tribus guerreras (sic) y célebres por la actividad del
curare conque envenenan sus flechas. (56) Los irji-
( 56 ) A propósito de curare, leemos en la página 109 de Por las
selvas de Guaya/ia, qvL^ " en la actualidad el us) del curare está
restingido á al-^utias tribus errantes d d Rioujgro y del Alto Ama-
zonas, y especialmente á la tribu Macusi ;" y que " el indio no
conoce el antído'o el curare-" ( Pág. iii)
Esto nos parece un otro vago recuerdo de los relatos de algu-
nos frailes que señalaban determinado número de contadísimas
trbus como misteriosas fabricantes del curare. Pero debe tenerse
:»presente que además de las tribus que menciona el señor doctor
Toio, también usan ese veneno en sus cacerías: los Uajibos del
Bichada, los Yabaranas del Bentuari, los Maquiritares del Cu-
308 TAVERA-^A^COSTA
dios ocupaban las rocas que se elevan en medio del río
y viendo á los españoles sin armas é ignorando abso-
lutamente que hubiesen armas de fuego, prov9caron á
hombres que creían desarmados. Muchos de los blan-
eos fueron heridos peligrosamente, y Bovadilla se
vio forzado á combatir. Hubo una horrorosa carnice-
ría entre los naturales ; pero no se encontró negro al-
guno holandés, de los que se creían refugiados en estos
puntos. A pesar de una batalla tan fácil de ganar, no
se atrevieron los españoles á avanzar hacia el Este en
un país montuoso por todo el largo de un río profunda-
mente encallejonado."
Todo esto es un cuento parecido al de la extin-
ción de los atures.
Sigue Humboldt : '* No hemos llegado á subir e^
Orinoco más allá de la embocadura del río Guapo, y lo
habríamos hecho si hubiéramos podido intentar llegar
al nacimieuto de este río, desde el cual hasta el rau-
dal de los Guaharibos hay 15 leguas. En esta cata-
rata, que se pasa por un puente de bejuco, hay indios
apostados, armados con arcos y flechas, é impiden á
los blancos, ó á los que vienen de su territorio, adelanten
hacia el Oeste, (sic) ¿Cómo hubiéramos podido esperar
pasar un puente en que el Comandante del Rionegro
Don Francisco Bovadilla, se vio forzado á detenerse,
cuando acompañado de sus soldados trató de penetrar
más allá del Geheta ? La carnicería que se hizo en-
tonces entre los naturales, los ha hecho más desconfia-
dos y más rencorosos contra los habitantes de las
misiones."
¡ Triste y fútil pretexto que 41 años después exhi-
bieron también en la ocasión los sabios de la Sociedad
lui ^uniuna, los Yauípiris del Rioblanco y los Puinabes del Iní-
rida. que sepamos. Y todos ellos saben que la sal común es un
Miitídoto conocido, la cual emplean para salvar la vida á los ani-
males que desean conservar. Después que los derriban con fle-
chas emponzoiíadas, los toman, ensanchan un poco la herida é
intro lucen en ella un grano de aquella sustancia, dándoles de
h'ber agua salada, quieras que no, y al hacerse en el organismo la
eliminación del cloruro, opérase la curación. — ¿Vofa del Auiof.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 309
de Geografía, para excasar la no llegada de Coda/zi á
las fuentes del Orinoco ! (57)
Ya hemos dicho que poseemos las relaciones de
viaje de aquellos oficiales'de la Expedición de Solano, y
en ninguna de ellas hemos encontrado ni el más lejano
indicio de algo parecido al relato de Humboldt.
No fue tampoco Bovadilla el primer blanco que lle-
gó hasta Uaharibos, á donde nunca logró ir, sino Diez
de la Fuente en 17Ó0. Enviado este Oficial por don
José Solano, salió de San Fernando de Atabapo el 3
de diciembre de 1759, el 31 pasaron él y sus compañe-
ros por la Bifurcación y después de varias explora-
ciones por el Padamo, Ocamo y Mauaca, llegaron '*el
once de abril al deseado fin del Orinoco," ó sea al rau-
dal de Uaharibos, de donde regresó la expedición.
Bovadilla, que en 1759 había llegado hasta el Pa-
damo, enviado también por Solano á reconocer los ca-
cahuales que le habían informado los indios existían en
sus márgenes, hizo un segundo viaje en 1764 llegando
hasta un poco más arriba de la confluencia del Padamo,
es decir, hasta el río Mauaca. En ninguno de los dos
viajes llegó hasta Uaharibos. A esta segunda explo-
ración de los cacahuales lo envió desde Santo Tomás el
Gobernador de Guayana, Moreno de Mendoza. De-
más está decir que ninguna de sus relaciones, ni otras
que también poseemos (de Solano, Iturriaga, Xeres )
traen absolutamente nada alusivo á los tales indios
blancos, al tal combate, á la tal carnicería, etc., etc. (58)
Así, pues, ni Fernández Bovadilla en 1759 y 1764,
ni el Rvdo. Xeres en 1767, ni Humboldt en 1800, ni
( 57 ) Por supuesto, que hoy podemos decir que las fuentes del
Orinoco permanecen, como en 1759, completamente desconocidas,
no obtante todo lo escrito por Chafifanjon en las páginas 313-314
de su V\}qxo L' OrénoQue et le Caura.
( 58 ) Kn el Capítulo XXI de nuestro libro inédito Rio7tegro tra-
tamos de estos asuntos, y en un apéndice insertamos íntegros los
relatos de Solano, Diez y Bovadilla. — Notas del Autor.
3' I o TA VERA-AGOSTA
Arnaud en 1735, ni Codazzi en 1838, ni Schomburgk en
1839, ni Rafael Acevedo en 1845, ^^ Míchelena y Ro-
jas en 1857, ninguno de ellos llegó á ir hasta U?.haribos.
De manera que después de Diez de la Fuente en 1760,
sólo han llegado: Chaífanjon en 1886 y Guillermo Es-
cobar en 1897.
Y aquí concluye el paréntesis, demasiado largo,
por cierto, 7 por el cual pedimos excusas.
Escribe el doctor Toro :
" 7 Maipures. — Los guapunabis, parenas, chira-
pas, arimaris y agúanos, formaban esta familia. ( 59 )
Habitaban los Maipures en el Alto Orinoco, Caura
y Meta. Algunos incluyen en esta familia á los Ete
namos, rivales de los maquiritares."
Aquí resalta más la confusión, y á primera vista se
comprende que el autor anda á ciegas en el laberinto
formado por Codazzi, y sólo cambia algunas letras
en el nombre de las tribus.
Ya hemos visto al final de la Tercera Parte cómo
quedan aclaradas y rectificadas las confusiones acerca
de los maipures ; pero aquí debemos añadir que los
Uainimaneses ó Banibas ó sean los Maipures de Gilij, ja-
más han habitado como en residencia propia las regiones
del Caura ni las del Meta, como se asienta en el párrafo
copiado, confundiendo así, como han hecho todos, á los
Banibas con los indios maipíires ( ó dantas ) por residir
éstos en las selvas lejos de la influencia religiosa. Ver-
dad es que aquéllos han vivido accidentalm.ente en el
alto Orinoco ; pero en el Caura y en el Meta, nunca,
que históricamente separaos. Ninguna de nuestras
fuentes de consulta ( Carvajal, Rivero, Gumilla, Caulín,
(59) O sean, decimos nosotros, ^z^(2z)^?¿;2(^(^/>s', parenes, chifzcpas,
avemaris y ayanos , que menciona Codazzi. — Nota del Autor.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 3 II
Solano, Gilij, Xeres, Huniboldt, Balbi, Codazzi, etc. )
trae semejante aserción.
Esos, los Banibas, sí que constituyen otra gran
arugpación, no sólo geográfica y lingüísticamente, sino
que pensamos son una raza social distinta de la de los
Caribes.
Y por lo que respecta á los tales Etenamos, no son
ellos sino familias Puinabes del Inírida que huyendo
quién sabe á qué extorsiones de los blancos, se interna-
ron á los órdenes de Cusuru hasta los afluentes del Si-
papo, en donde se quedaron residiendo. Muerto aquel
jefe indio hacia 1766, esa tribu, al mando de su herma-
no Camoare, regresó al Inírida dos años más tarde.
Esta gran agrupación, la Uainimaiiesa, ocupa las
regiones de los ríos Casiquiare, Pasimoni, Uainía-Ric-
negro, Atabapo, Izana, Cuyari, Inírida, Uabiare, Bi-
chada y Meta, en zona geográfica comprendida entre
los seis primeros grados de Latitud Norte y entre 2°
Longitud Este de Caracas ( al sur del Orinoco) y 4^ al
Occidente del mismo meridiano.
Otra de las confusiones que hemos hallado en ese
autor, es la de afirmar en la página 90 de Por las selvas
de Guayana que los "los dialectos Maypures " son de-
rivados del Caribe. La simple comparación de sus
vocabularios demuestra la inexactitud. Véanse ellos en
la Segunda Parte.
*'8 Sálibas. — En las riberas de los ríos Meta, Vi-
chada y Guaviare vivía esta raza ... ."
No vivía : vive aún ; pero á esta tribu; no raza, no
podemos considerarla como una de las grandes agrupa-
ciones ni como una raza distinta de la del Rionegro, sino
como parte de ella, física, lingüística y geográficamente,
junto con los Yabiteros ó Parenes, Uarecas ó Uareque-
nas, Piapocos ó Amarúas, etc., etc.
Tavera-acosta
" Los mapoyes, los atures (extinguidos ) hablaban
el sáliba."
Es un error secular la creencia de que los atures ó
adoles han desaprecido : son los mismos Piaroas, como
ya lo hemos comprobado en el Capítulo X de la Terce-
ra Parte. Por lo demás, comparando el vocabulario de
los Piaroas con el de los Sálibas, se encuentran todavía
algunas de las analogías, que hicieron decir á Gumilla ha-
ce 165 años, que el dialecto de los atures era corruptela
de la lengua sáliba ; asimismo ocurren en él otras simpa-
tías con los similares del Caribe, por cuyas razones he-
mos dicho en otra parte que el habla de los Piaroas ó
Atures es un compuesto de ambos lenguajes, y que,
geográficamente, muy bien quedan comprendidos en el
tercer gran grupo ó sea el Tamanaco.
Cuanto á lo? Mapoyos, vecinos de los atures, la
sola comparación del vocabulario que traemos, des-
miente la aserción de que ellos hablaban el sáliba y
demuestra categóricamente su filiación Pariana, que-
dando por consiguiente incluidos en el mencionado gru-
po geográfico-lingüístico de los Tamanacos.
"9 Yaruros. — -Poblaban el Orinoco, Apure y
Guárico y contaban á los giros, situfos, airicos, tapari-
tos, amaibos y toboras."
Estos Yaruros no constituyen ni han constituido
una grande agrupación. Son los mismos con quienes
formó Codazzi su familia Yaruro-Betoy, copiando á Bal-
bi, diz que por hablar la lengua de los Betoyes. Pero
I quiénes eran estos Betoyes ? Dónde están ? ¿ No
serán ellos conocidos hoy con otra denominación ?
Aquí ncvs parece ver la información de Gilij. Afir-
ma éste que el Yaruro se cree lengua matriz y que " le
voci che vi sonó frammischiatte degli otomachi, si
pensan venute dalcommercio de 'Jaruri con questa na-
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 313
zione " (laotomaca) y que la lengua Otomaca tiene
como único derivado el dialecto Taparita.
/»
Históricamente no está comprobado que los Yaru-
ros poblasen como en residencia constante en las már-
genes del río Guárico — y pensamos que no es fácil
comprobarlo— sino á orillas del Arauca, Sinaruco, Ca-
panaparo, Apure, Meta, etc.
Según nuestro humilde parecer, los Taparitas del
Caura, así como los Caribes, Tamanacos, Otomacos,
Uamos, etc. vienen del Pariano ; mientras que á los
Yaruros los consideramos lingüísticamente como un
mixto de Andino y de Caribe.
Con respecto á los Airicos, recuérdese todo lo que
hemos dicho sobre ellos. Acerca de los Maibas ó
Amaibos, son los mismos Catarubenes ó Piaroas, y por
lo que atañe á los señores Giros, Situfos y Toboras, ig-
noramos quiénes sean.
Para concluir este ya largo y desmañado estudio,
vaya una última observación.
" Algunos comprenden en esta familia ( Sáliba ) á
los Piaroas ; en cuyo caso habría también razón para
incluir en ella á los guahibos y guapunabis, que tenían
un dialecto común . . . ." dice el doctor Toro.
Ya queda explicado : los Piaroas son los mismos
Atures, que él siguiendo á otros autores, menciona como
extinguidos. Ahora con respecto á los Uaipunabis y
Uajibos, aún cuando no es cierto que tienen un dia-
lecto común, quedan ellos comprendidos en el gran
grupo geográfico y lingüístico de los Uainimaneses,
que Toro denomina maipures, por llamarlos así Hum-
boldt, Balbi, Codazzi, x^dam, etc.. copiando todos ellos
á Gilij.
3 1 4 TAVERA-ACOSTA
De todo lo expuesto, venimos á que las priixipales
agrupaciones indígenas que había en el país, se redu-
cen, según nuestras pobres observaciones, á las si-
guientes :
Étnicamente: Tres, que son, Pariana, Uainimanesa
y Andina, las cuales pueden reducirse á dos solamen-
te: Pariana y Andina, y ambas, si no con orígenes asiá-
ticos, al menos con igual origen que el de las del
Asia. (6o)
Geográficamente : Nueve, que son, Caribes, Cu-
managotos, Tamanacos, Caracas, Uaraos, Uagiros, Ca-
quetíos, Banibas y los de los Andes Venezolanos.
Lii'igüisticamente : Para el primer grupo ( Sur del
Centro, Oriente y Guayana ) : Caribe, Tamanaco, Cu-
managoto, Pariagoto, Totomaco, Chaima, Chacopata,
Píritu, Palenque, Tomusa, Tapocuar, Uarauno (con
mezcla) Maco, Maquiritare, Yabarana, Yauarigoto,
Curasicana, Panare, Uiquiare ó Uaiquire (con mezcla)
Arecuna, Aruaca ( con mezcla ) Acauayo, Uaica, Uaha-
ribo, Pareca, Cadupinapo, Uayamara, Macusi, Tapa-
rita, Mapoyo y Atures ó Piaroa, con algo de los Uaini-
maneses estos últimos.
Para el segundo grupo : Baniba, Yabitero, Carro ó
Carúzana, Baria ó Baré, Pasimonabis, Mandauaca,
( 6o ) "La semejanza entre los dialectos é idiomas americanos y
los indo-europeos ; sus estrechas relaciones con la lengua madre,
el sánscrito ; hechos tan notables como el parecido entre el calen-
dario chino y el délos aztecas ; la semejanza de caracteres ana-
tómicos, fisiológicos y psicológicos entre los indígenas mexicanos
y peruanos, vSon entre otros, motivos suficientes para aceptar la
unidad de estas razas asiáticas 5^ americanas." — Nota la de la Con-
ferencia dada por el Dr. Francisco A. Rísquez en "La Unión
Ibero-americana," en Madrid á 17 de enero de 1907.)
Véase el No 366 de El Cojo Ilustrado, Caracas, 15 marzo del mis"
mo año.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 315
Izaneni, Uareca ó Uarequena, Sál-iba, Uariperidáque-
na, Piapoco ó Tucano, Úajibo, Fuinabe, Ptamo ó Chi-
ricoa y í*iaroa ó Atures, aunque no plenamente com-
probado estos cuatro últimos.
Para el tercer grupo : apenas si podemos incluir en
él á los Yaruros, que también tienen algo del lenguaje
de las otras.
Según nuestro humilde criterio todas estas grandes
agrupaciones idiomáticas de Venezuela podrían reducir-
se también á dos: Pariana y Andina. Y esto nada
traería de nuevo á la cuestión si se tiene en cuen-
ta que Emile Carrey, en la página 69 de su libro
L' Ama207te (Fslvís, 1860) ya había afirmado que sólo
dos eran las lenguas madres usadas en la cuenca del
Amazonas : la Quichua y la Geral ó Tupí, aunque ca-
da tribu ribereña hablase un dialecto particular.
¿ Podría lingüísticamente intentarse la comproba-
ción de nuestro aserto ? Indudablemente que sí ; y
acaso sea el único medio de que podría echarse mano
en Venezuela para estudiar con resultados prácticos las
analogías de la razas precolombinas que poblaban su
territorio.
Volviendo á los Paríanos, ya hemos visto que la
gran zona ocupada por el elemento que ha venido 11a-
mándcjse Caribe, era casi toda la Repúlica. Y no sólo
eso, sino que también hasta "el núcleo de los indí-
genas del Oriente colombiano, que parece vivía allí
desde tiempos antiquísimos y que extendiéndose por el
Sur hasta las montañas de Bolivia y las fuentes del
Paraguay, constituye una de las razas sudamericanas
que ofrece en más alto grado, si no más cohesión, sí
más continuidad en la distribución de las tribus." (61 )
Más aún : según Codazzi, Felipe Pérez, Armando
Reclus, Elíseo Reclus, V. Restrepo, Vergara y Velas-
( 61 ) Elíseo Reclus, Geografía de Colombia^ traducida y anotada
por Vergara y Velascc
3l6 ,, TAVERA-ACOSTA
co, Aristides Rojas, Crev^aux, Ernst y muchos otros
y hombres de ciencia, pertenecían á tan poderosa raza
los Panches, Fijaos, Paeces, Cunas, Chocóes, Q'uimba-
yas, Tules, Catis, Cuaiqueros, Itotos, Aruacas, Bar-
bacoas, Carijonas, Chimilas, Uagiros, Motilones, etc.,
etc., de Colombia.
Confirma este aserto, no sólo la simpatía de sus
dialectos sino también la circunstancia onom.atográfica
de que muchos ríos, montes, localidades, etc. ocupados
por aquellas tribus de esa República, son voces Caribes,
ó de su lengua matriz, v. gr : Tipu, Quiratare, Chiriquí,
Túquerre, Cachiri, Guasto, Guere, Coto, Tipiri, Gua-
nico, Capiri, Yaguara, Iquire, Tuna, Palagua, Pacha-
quiaro, Síquima, Tausa, Carauta, Coco, Tuqueque,
Ture, etc., etc., etc.
Ahora, por lo que respecta á la influencia que pudo
tener en nuestra Patria la lengua de los Quichuas, sólo
recordamos lo que hem.os dicho en las páginas 281-300
de este volumen, y que hay en la vecina nación nom-
bres propios de palabras compu^estas, como Toca-aima,
Coya-aima, Pa-aima, Nataga-aima, Cam.be-aima, Ni
ma-aima, Ana-aima, etc. que nos recuerdan á Para-
aima, Aima, Pana-aima, Pacara-aima, Pa-aima, Ua-
aima, Can-aima, Arabata-aima, Conopo-aima, etc.,
etc., de Cumaná, Barcelona y Guayana.
Por otro ladc, es curiosa la división de estos len-
guajes, que hemos hecho ateniéndonos sólamnnte á la
simple palabra AGUA (ó río) por supuesto, absoluta-
mente sin valor filológico alguno. Véase :
Quichua
uni
Baniba
uenni
Quichua
unu
Omáua
uni
Antis
nía
Baria
uuni
Moxa
une
Yabitero
uenni
Cocaima
une
Mandauaca
ooni
Chontaquiro
une
Uareca
uuni
Cariizana
ooni
Uagiro
uin
EN :
EL SUR — DL
\LECTOS IND1GE^
íAS 317
Izaneni
uni
Ayamán
ing
Piapoco
uuni
Piaroa
ía
Sáliba '
unía
Otomaco
ía
Campi
eni
Conobo
huí
Tariana
uni
Bujágana
íde
Uariperidá-
Araucana
co
quena
uni
Lula
so
Yucuna
uni
Uarauna
jóo
Arauac
oniabo
Yajuna
jócoa
Aymara
urna
Cobéua
ocó
Vilela
ma
Uanana
co
Macú
ma
Tucano
ojeó
Uajiba
mera
Uaicana
ajeó
Caribe
tuna
Tuyuca
ojeó
Tamanacc
tuna
Bará
ojeó
Maquiritare
tuna
Uaíana
ocó
Yabarana
tuna
Uásena
ócó
Cumanagoto
tuna
Tsela
ojeó
Chaima
tuna
Erulia
ojeó
Chiquita
tuús
Desana
dejeó
Mapoyo
tuna
Yapúa
ócóa
Maeusi
tuna
Cueretú
cótapu
Areeuna
tuna
Miraña
negjbeajcó
Umáua
tuna
Ticuna
dechiéh
Jianácoto
tuna
Macú
ndé
Caríjona
tuna
Macú
nej
Panare
tuna
Mbaja
níogodi
Acauayo
tuna
Uitoto
jan enoi
Uaraní
í
Darauno
jana
Tupí
eí
Migurí
chimbú
Niangatú
ii
Mirripú
chimpú
Puinabe
hib
Mucochíes
chimpúc
Yaruro
uí
Mucopches
chimpué (62^)
( 62 ) No hablaban el mismo dialecto estos indios : puede decir-
se que cada pueblo ó agrupación tenía uno que le era peculiar, aun-
que todos notablemente semejantes entre si, por ser formados sobie
una sola lengua, con toda probabilidad la muisca, de la cual po-
,sean varias voces sin alteración alguna." — Tulio Febres-Cordero,
Los abofígen^s de Marida. ííúmero 6 de El Centavo^ 27 de marzo
de 1900.
3l8 TAVERA-ACOSTA
Según cita que trae el doctor Arcaya de la obra
Estudios Indígenas por el doctor Aristides Rojas, la fi-
nal ARI ó ARE significa río ó agua: " Ojíiina D.
Aristides Rojas que " iquiare " ha podido contraerse en
"iari," de modo que esta terminación significa río y
así traduce " Curicuriari, " Río del Oro. Más exac-
to nos parece decir que cuar ó cuare ha podido contra-
erse en are ó ari, conservando esta partícula los varios
significados, según los casos, de la palabra primitiva.
Cuándo la terminación are ó ari es contracción de cuar
y cuándo es de otro origen, es punto que en cada pala-
bra debe examinarse atentamente." (63)
En efecto, muy juiciosas nos parecen las obser-
vaciones del doctor Arcaya, pues debemos tener pre-
sente que también en otros lenguajes ARI, ARE, ARA,
quiere decir Oriente, día, claridad del día, lugar por
donde nace el sol y que en ninguno de los ochenta vo-
cabularios que traemos en las páginas de este volumen,
se encuentra la voz ARE ( ara, ari, uri ) significando
caño ó río ni tampoco agua, por extensión. Sólo en
nuestro vocabulario Caribe se halla dicha final en cons-
trucción con otras voces en el sentido de lugar, sitio,
localidad, v. gr : ingchare, caño ; íía-are, cabeceras de
un caño ; in^charita, quebrada, arroyo ; en las cua-
les resaltan las radicales ing, ia, ó sea agua ó caño en
Ayamán, Otomaco y Piaroa
Así, pues, bien cabe pensar que el doctor Rojas
trocó el significado que tiene dicha final en la lengua
que hemos denominado Pariana. por el de río, caño,
agua. Curicuriari quiere decir 'Mugar del oro," que
en idioma peruano se dice cori-pana. En Caribe se
llama el oro carúcuri y en Mapoyo carócoro. ( 64 ) Y
( 63 ) P. M. Arcaya, Voces Indígenas. — Estudio publicado en el
número 2 de Mes Litera?io, Coro, noviembre de 1906. — La cita
á que se refiere Arcaya está en la página 126 de Estudios Indígenas,
en el Capítulo titulado " Las ra ticales del agua en las lenguas
americanas."— A^<7/¿i del Autor.
( 64 ) Rojas dice que caricuas, es oro entre los caribes— Obra
página citadas.
EN EL SUR — DIALECTOS- INDÍGENAS
319
así Urapari, por ejemplo, quiere decir "lugar de la cer-
batana," áQ urapa, cerbatana, y ari, sitio, localidad ;
Tapiriare, por 'Mugar colorado " ó "sitio amarillo," de
tapire, colorado, amarillo, y ari, localidad, etc. De don-
de es consecuente inferir que la final ARE ( ari, cuare,
cuari, cuar, cual ) en unos lenguajes envuelve la idea
de localidad, sitio, mientras que en otros la voz ARE
(ara, ari, uri) quiere decir día, Oriente, claridad del
día, etc.
Todo esto, por supuesto, teniendo en consideración,
el atento previo examen á que se refiere el señor doc^
tor Arcaya. )
Además de los vocablos que constan en el Capítulo
V de la Primera Parte de este libro, véanse otros de las'
regiones del Norte de Venezuela, con la misma final
ARE, que sin duda corresponde á una gran lengua en
combinación con palabras de otra ú otras :
Abrare
Achibare
Amare
Amenare
Ana re
Aracauare
Aritibare
Bobare
Bidare
Bucare
Budare
Butuabare
Care
Capadare
Cabuyare
Cabadare
Carare
>Caricare
Camare
Catare
Campiare
Camaticare
Caurimare
Casanare
Cuare
Curare
Cnrduuare
Chacare
Chacachacare
Cherepare
Chiuare
Chinare
Chidare
Chiriguare
Chuare
Churupare
Chuparipare
Mare
Manzaspare
Mari mare
Mapanare
Manare
JManicuare
Masauare
Manuare
Mitare
Nare
Nuare
Ocumare
Orocuare
Pan a re
Pachacuare
Petare
Qaimare
Quiripare
Quinimare
Sarare
Sanare
Sicare
Tamare
Tamanare
Tarare
Uaicacare
Uare
Uaramare
Uñare
U rapare
Uanare,
Uariuáré
Uatam.are
Uatacare
Uatapanaie
Uazare
Urucuare
Yare
Yumare
TAVERA-ACOSTA
^
^ ^
Eri la página 204 del trabajo del Dr. Koch>-Grün-
berg " Las tribus indígenas del alto Rionegro y Yapu-
rá y su afinidad lingüística" (^D¿e Indianerstdmíne am
oberen Rio Negro und Yapurá und iJire sprachliche
Zu^ehórlgkp.it^ que bondadosamente ha traducido para
nosotros el inteligente joven Ernst Roth^. trae aquel
autor un plano ó croquis, en el cual aparecen cerca de
cincuenta tribus distintas, como pobladoras délas re-
giones que bañan las aguas de los ríos Uainía-Rionegro,
Á'tabapo, üaupés, Cudyari, Izana, Apoporis y algunos
de sus afluentes (Aiari, Caiiari,, Quirari, Yaguareté,
Papurí, Ipanoré, Abiu-igarapé, Macaya, Mesai, Pirá-
paraná, Tiquié, Dyi-agarapé, etc.) No obstante pa-
recemos exagerado el número de las diversas tribus
que constan en el cuerpo de la obra, como que pasan de
sesenta, véase' Ta clasificación lingüística de sus aborí-
genes, con su respectiva nomenclatura, según él :
Ar7iak : — Baniba, Yabiteio, Baria, Uarequena,
Cuatí, . Jujúteni, Carúzana, Catapolitani, Cáua, Ipeca,
Tariana, Siusí ó Uariperidáquena y Yu-
cuna 13
Betoya: — Jaléua, Coroá, Bajuna, Uanana,
Uaína, Cobéua, Uaícana, Tucano, Arapaso,
Paiyioa, Yupúa, Tuyuca, Bará, Erulia, Buja-
gana, Desana, Cueretú, Tsela, Yajuna, Da-
tuapa, Macuna, Opaina, Uasena 23
Caribe: — Yanácoto, Umáua, Carijona y
Tsajatsaja 4
Uitoto : — Cáimo i
Macú : — tres tribus 3
'Miraña: — Imijite . . i
45
Siendo de advertir que algunas de estas tribus son
mencionadas con otros nombres por Wallace, Naterer,
Spruce, Brinton, Coudreau, Martius y otros, al decir
del mismo Koch-Grünberg.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 32 I
Sin embargo, de las listas que constan en la pá-
gina 195 y siguientes, sólo corresponden sus cortos vo-
cabulari';)s impresos á las que se expresan :
Para el grupo Aruac : — Baniba, Baria,
Carúzana, Tariana, Siusí, Uarequena, Ya-
bitero y Yucuna 8
Para el grupo Betoyo: — Bará, Bujágana,
Erulia, Desana, Cobéua, Cueretú, Tsela, Tu-
cano, Tuyuca, Uaícana, Uaíana, Uanana,
Uásena, Yajuna y Yupúa 15
Para el grupo Caribe : — Carijona y
Jianácoto . 2
Para el grupo Macú : — ( tres tribus ) . . . 3
Para el grupo Miraña : — Imijite* •'.... i
Para el grupo Uitoto : — Cáimó i
30
Concluyamos :
Sensible es que antes de haber publicado en el Ca-
pítulo XII de su obra lo relativo á etnología de Vene-
zuela, no hubiera recorrido el ilustrado compatriota
doctor Toro, las regiones orientales del país, y especial-
mente las pobladas de Guayana por tribus aborígenes,
campo fecundo todavía para recojer observaciones y
hacer estudios adecuados, en los cuales, él con sus re-
conocidas aptitudes, hubiera podido rectificar gallar-
damente los incontablos errores que han traído tantos
hombres de ciencia, etc. con relación á nuestra Patria.
Y nos halaga la esperanza de que en la obra que está
preparando sobre etnología venezolana, tendremos oca-
sión de aplaudirlo una vez más. Adelante !
Y cabe aquí repetir con el doctor Gil-Fortoul (65):
(65) Historia Constitucional de Vciezuela, tomo I, Cap. II. pá-
gina^ 27 y 28. — Berlín, 1907.
En el Sur— Dialectos Indígenas. 21,
%2~7. TAVERA-ACOSTA
** La antropología y sociología venezolanas están
aún en mantillas, y más que aventurado sería formular
ya conclusiones científicas sobre la población ^que en-
contraron los españoles. Los conquistadores, cronistas
é historiadores no distinguieron nunca de un modo pre-
ciso, ''razas" de indios, ni mal pudieran hacerlo con
sus ningunas ó elementales nociones anatómicas, y con
vsu propensión á vef en los indígenas unos como ani-
males diferentes del hombre europeo En boca
de los conquistadores y cronistas, "nación" significa
cualquiera agrupación de indios ; "provincia" equivale
á territorio, circunscrito á veces al área de una simple
nldea ; y los nombres de naciones y provincias cam-
bian, por de contado, según los varios descubridores y
según y como interpretaban las lenguas indígenas.
P'or otra parte, sobre las lenguas de los indios venezo-
lanos no existen aún sino ensayos más ó menos cien-
tíficos, y los cementerios precoíombianos, que guardan
ki solución de muchos problemas, apenas han sido ex-
plorados en pocas partes. En suma, desde el punto de
vista sociológico é histórico, para esclarecer la orga-
nización de los diversos grupos ó " naciones " y su cru-
zamiento ó intermigración, al través de los siglos, con los
otros grupos del Brasil, Antillas, Centro América y An-
des Granadinos, sería necesario un estudio previo de
todo el territorio, comparando entre sí las tribus sobre-
vivientes y recojiendo y examinando metódicamente
datos de lingüística, alfarería comparada y craneología.'
Quinta Parte
( Más vocabularios de Lenguas americanas del Sur — Notas y
observaciones.)
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
325
Tamanaco (/) Macusi {2) Mucusi (j)
Abuela ^
keko
abuelo
amongó
abajo
nonopó
agrio
yecne
agí
pomei
aguja
acuzia
agua
tuna
duna
ahora
morer yaue
almidón
eimi
alto
caonó
amarillo
tacpireme
amargo
tutune
amigo
panari
animal
anequiamgoto
id. doméstico
yaquini
año
canepo
antiguamente
penare
alfiler
anzuelo
arena
ziaccau
allá
moro
alma
nande
arco
^
olapá
arco iris
uyi
arriba
caue
árbol
jeje
aquí
tañare
auyama
cauyama
avaro
tamane
avispa
uane-imu
prini
panare
arufuretu
conoi
sea pon g
yeh
(1 ) Este vocabulario fue tomado por el Rvdo. Filipo Salvatore
Gilij y arreglado alfabéticamente y con la traducción castellana
por el autor de estas líneas.
(2) ''El vocabulario Macusi fue tomado por Naterrer en 1832.
Otro tomó Coudreau en 1882 y más datos agregó Barbosa en
1885. De estas últimas obras se ha aprovechado Adam, del cual
extracto la lista-suplemento que á usted incluyo, en la que usted
puede notar algunas diferencias dialécticas que atribuyo á dife-
rencia de lugares ó al tiempo que media entre las colecciones.
De todas maneras, la analogía con el Caribe es evidente. " (Car-
ta del Dr. L. Alvarado al Autor, de fecha 9 de diciembre de 1906.)
(3) Tomado por Coudreau, en 1882 y remitido por el Dr.
Alvarado, al Autor.
326
TAVERA-ACOSTA
Tamanaeo
MacMsi
Macusi
ayer
coinare
antier
mini-comam-
bura
azul
quíneme
Bailar
manamu
bagre
paschesche
barba
uyetantcheri
bañar
uepeny
bajo
moticpé
báquiro
painca
penjen
batata
tsa
blanco
taremucne
aimuto
blanquear
aimuna
bello
acuriuane
bebida
uico
barriga
ueni
tulinlotá
boca
mdari
umdá
bosque
ju
brazo
yapari
bueno
patcurbe
bruto
acuriuane-pra
budare, olla
arina
Cabeza
prutpe
j ub^4
cabello
untsé
cachicamo
caiccamo
nioulú
caimán
arué
kolatú
camino
achema
iemary
canalete
craneti
caña
carana
canasto
tsumbá
id. grande
ruté
id. pequeño
jamadú
casa
aute
euete
cacique
apoto
caciquesa
apoto-puti
canoa
curiara
gulíala
canaoa
cara
yanuro
carne
wainkin
ipocon
id. salada
ziararu
casabe
ute
ekei
casado
tinoqueme
cascada
uatapurupte
carta
careta
cacería
iotón
catarro
átono
caceta
daumarin
cachicamo gran
-
kaikan
de
EN
EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 32;
Tamanaco
Macitsi
Mac US i
cavar
iacaqui
cerrrar
iatapuria
cerbatana
korá
cera
moropo
cerro
tipuiri
cielo
capu
colorado
tocpire
codo
uperétschi
cosechar
picaquy
comer
enne
comida
nanapi
comprar
apiquy
corazón
yauani
uienam
conuco
mata
collar de dientes
poingere
id. de semillas
tschilistchiri
id. de élitros
khitji
crepúsculo vesp
comamuia
cuerpo
pitpeté
ipocon
claro
taveire
cuchillo
raaría
taurá
curare
urali
cuñado
ii
wiezi
cuñada
•
topachy
Chicha
uoqui
blandiná
chinchorro
caicató
jeutsé
Danta
uariari
wuailá
después
acomne
de día
ano
de noche
coco
de pronto
amenare
defecar
conecai
dedo
amna-múcuro
oentsa-mun-
gahshi
despertar
ubeca
desollar
ipacaquy
de verdad
auene
día
ano
eleraapeu
ueinaire
diablo
joloquiamo
Dios
Amaliuaca
Macunaimá
diente
yeri
uijé
dolor
ziacchia
dormir
iuetum
dulce
tacueque
Escama
moropiti
escribir
semenunga
esposa
puti
inobe
espejo
chipiquire
328
TAVERA-ACOSTA
Tamanaco .
Macusi
Mitciisi
estante
cáreta-jeuti
(
esposo
nio
estrella
chirica
encender
ipotequy
enemigo
yatoye
esta mañana
corona reme
en este punto
chenérepe
Fiebre
uayocore
flecha
preu
poleu
id. pequeña
kungá
frijol
quiqui
frío
camiquy
frente
peri
gemetá
flor
jeje-orocopiri
iarembu
Iruto
jeje-yeperu
teberu
fuego '
uapto
apó
fusil
caracapuza
a rea buz a
A . Gato
michi
y/ gallo
guacharaca
kaliuiná
malámangá
guacamaya
kalabavá
guayuco
montsá
Hacha
ueue
uagí.
hacer
ternia
hallar
opore
heder
iquy
hediondo
coque
hermana
olitschi
hermano
u-i
hija
yamyili
gentsi
entsi
hijo
emuru
ommú
hombre
itoto
uratae
id. blanco
caraiua
hombro
mgói
umota
hormiga
omique
hierro
parari
ho>
amenare
hueso
tschiba
hepo
Infierno
joloquiamo-
yeuti
ir
ueten
Labio
unda-pupé
laguna
icutpe
icobé
lapa
shipale
lágrima
uenerecu
ladrón
amaz *
largamente
meca
leche
imanati
raanaieco
EN
EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 329
Tamanaco
Macusi
Maciísi
lechuza
mapaya
lengua
nuru
onnú
lejos
teipo
leña
tschimali
ligero
cure
loro
oroké
luna
nuna
kapoi
lugar
pata
luz
veh
Llevar
yare
lluvia
canepo
cono
Madre
occhiu
mama
uané
madera
jeí
macana
taika
maiz
acuache
. anai
maraca
mala
-
mascar
iequequy
marido
nio
inho
mano
yamnari
oentsa
matiatí
apiuná
mañana
coronare
mañoco
eqei
»
mar (el)
paráua
matriz
muné
matrimonio
puqueme
mapuey
ziacu
médico
piachi
medicina
apiete
medio día
puirene-veju
merey
uoroí
mes
nuna
y mesa
nanap yaponi
^ \miel
uane
wang
morder
iecauia
monte
oé
montaña
ju
uhí
morrocoy
alamolí
mujer
aicá
uiry
muslo
petti
upé
muerte
uataqueme
Nariz
jonari
uieuna
negro
quineme
niño
mure
mulé
niñito
mure-muriqui
nervio viril
mulé umulé
nieto
ipa, opa
noche
coco
komannoi
norte
tamengan
330
TAVERA-ACOSTA
Tamanaco
MacMsi
Macusi
Obscuridad
iuaron
obscuro
tauaneque
ojos
januru
ienú
oreja
pauari
upaná
panure
orinar
uchuta
ombligo
uponi
Padre
papa
papa
pájaro
torono
toron
paraiso
capu
paloma
uacuca
pasado mañana
muñere coro-
nare
pariente
lako
paují
páui
paja
wana
pato
maina
pesado
amuine
pescado
uoto
molo
perro
ueroro
alimalagá
pescuezo
uarori.
pedir
ipecaquy
pies
ptari
obú
piel
ipipé
pico
itebi
pipa de fumar
uíschinali
piedra
tepo
to
plátano
paruru
baluru
plato
ari maque
playa
ziacau
primero
pen áreme
pierna
utschi
puerta
nata
mi nata
plumas
alo
puerto
peya
Racimo
i perú
rabioso
ueñise
rayo
quinemeru-
uaptori
esesima
raya
chipare
rallo
chimariri
refrán
scchiauare
relámpago
esesima
remedio
epitessa
robar
imocaquy
río
tuna
duna
rodilla
jequequimuro
getsemú
ropa
atcheno
Sal
pama
pan
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
331
Tamaiu
uo
Mi
acusí
Mu
cusí
sangre ,
i'iiong
sapo
mumbe
selva
jutu
señor
yeczeme
sitio
pata
silla
aponde
siempre
ipaquere
. sol
V soldado
^^ sueño
veju
weí
sioraru
inetum
subir
enocu
Tabaco
cauai
tabaquera
cauai-ycuti
tambor
zamborá
traer
yenepu
testículos
itemum
tiempo
manca
tierra
nono
non
temer
naripe
teta
\ tijeras
mana
veíasbi
^tía
wanen
tigre
acquere
kaikushi
tigre rojizo
salibará
tigre negro
uaigalimán
tinaja
muera
*:;''■
tío materno
koko
tonina
katsali
tortuga
•peye
wuarara
trueno
quin^meru
ola napi
tu
amare
Vecinos
teipo-pra
venado
yama
venéreo
zamuroni
vestido
neponde
verde
racqueque
varón
uratae
vestirse
inaponte
viejo
indongou
pe n aro
véspero
kaiuono
vicio
porique
vienlo
pecheito
seman
vulva
moné
Yerba
reta
yo
ure
) yuca
aqueju
quissé
Zamuro
ka tsaná
ídem ( rey de 1<
3S
columare-
■vatunemporto
332
TAVERA-ACOSTA
Gilij no trae numeración en ninguno de sus voca-
bularios. La de los Macusi recogida por Schomburgk
es esta :
1 tiwing, como en el Chaima,
2 sakene, como en Yabarana y en Omáua-Jianá-
coto.
3 eserewa, parecido al Maquiritare y al Jianácoto.
Macusi
(Voces tom.adas por Schomburgk)
agua
tuna
gente
goto
abundancia
pang
montaña
wui
bastante
pang
, pueblo
yeng
caño
para
^ rápido
imeru
catarata
marari
residencia
yeng
cerro
eppining
río
tuna
familia
pityan
roca
tipu
caño
iwot
tribu
goto
Otomaco
( Voces tomadas por Gilij )
agua
ía^
maíz
onnona
candela
núa
mujer
ondua
caimán
; yondía
plátano
paruru
casabe
pérega
río
yoga
cielo
caj a
tierra
poga
estrella
chirica
tigre
maénia
hombre
andua
A
venado
recítna
y ama
( Voces tomad
as
por Schomburgk )
agua
tuna
mano
uyema
arco
urapa
nariz
uyeuna
boca
undack
ojo
3'enuru
cabeza
apuwei
perro
arimaragha
dos
atsakane
pié
uta
estrella
serrika
sol
wae
flecha
purrau
tierra
nunk
fuego
apok
tres
itseberauvvani
luna
kapui
uno
tauking
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
333
Arfiaca
Al punte,
danakebé
De
uria
alma
ulluahü
de madrugada
mautia
asiento
abaltikoana
de.^pedir olor
avivar el fuego
appüdün
fuerte
kámén
árbol
adda
despertarse
ahannuban
arrojar
abuledin
dnrar mucho
aán
algo malo
aboatu
Espíritu
üjahü
atribularse
abukun üja
escupir
owedin
aguardar
aobaddin
enderezar
imissidan
áncora
düUehü
el, ellos
likia
árido
oán
ella
turreha
así
gidea
en, sobre
ubana
arco
hamniatalli
enviar
imekudun
aquí
jáha
escocer
tettén
arco-iris
jauale
expiar
amaimadin
apetecer carne
panassián
esclavo
haijaru
amar
kansin
estar sesgado
haulen
anguila
iiniri
estar enfermo
karrin
año
wija
estar sentado
akattin
ayer
jaha
estar embara-
Barbasco
haijali
zada
kassan
brazo
addennahü
estar quieto
majaucuan
beber
attin
estar seco
oán
boca
íUerukuhu
estar cansado
mihitén
Catarro
tunnuli
estar ebrio
sommotén
cara
issibuhü
estar soñoliento
tabussián
casa
bahü
estar caliente
terén
casabe
kalli
estar hondo
tullan
cazcarria
luruli
estar descon-
cabello
ubarrahü
tento
kaiman
cabana
ubanna buhü
estar muy lejos
waikillen
crecer
püUin
en lo alto
aijumün
cera
pi mi ti ka
el que hace algo
alín
ceniza
iDalissi
estar lleno
ibén
cocer
abukun
Fango
ruruli
comer
akuttun
familia
íikürkküahü
corazón carnoso
oassinihü
feo
wakaián
cola
ihi
flor
utukurru
como
din
fructificar
kiwin
contar
ikissidán
fruto
iwihü
. ycomunidad
ükürkküahii
Garrapata
mibikí
^/clavo
puttuputtuli
grandes olas
sibassibaru
Cuchillo
jadotte
girón
udukuhí
cuero
iiddabü
golpear
abufikin
curiara
kuljara
Haber menester
bia
> culebra
wuri
habitar
kassikoan
Chinchorro
hammaca
hacer
anin
choza
ubanna buhü
id. conocer
adittikittin
534
TAVERA-ACOSTA
Artiaca
id. un rancho
abana-buttin
perro
perú '
hierro
siparalli
precio
üjaanahü
hojas
ubanna
piel
üddahü
ho}'
danuha
picar
attiadün
hongo
kamarassana
piedra
siba
hueso
ubudallihü
pronto
wahadjá
humo
kulehelli
probar
ikissidín
Igual
danukcbe
plantar
abunin
Lágrima
ikirahü
porque
udumma
lomo
ibukiki
por otra parte
abbamín
Llama
eheludmi
pulga
ubaijahü
Madre
ujuhu
Qué?
hamma?
madera
adda
quedar
majauquan
manejar
aban
Remo
nahallehü
maravilla \.
poi, poimán !
relámpago
belbeliru
macana,
ubnkuhí
resplandecer
harunnahan
maleza
kunnuku
rodilla
ubudallihü
más
abassabün
Sabana
karau
mañana
mauti
saber
adittin
magnificencia
üssaquana
señor
adaijahü
mano
ükkabbuhü
ser malo
wakaián
mi, mío
dakia
ser pesado
küddün
miel
mabba
ser fangoso
rurun
medicina
ibbehü
ser seco
sakkan
morder
ardin
ser dulce
semen
morir
ahudun, kaikan
i ser duro
tattan
mundo (el)
w^unabu
ser hondo
tullan
multiplicidad
ujuhu
ser niño
elonín
mujer
kiáru
ser nuevo
emelián
Niño
awawa, elonti,
ser bueno -
üssan
üsahíi
ser claro
üssaukan
no
kurru
ser pequeño
ibin
nombrar
assan, aritin
ser listo
wabudin
nosotros
wai
ser corvo
hudun
no tener hombrí
't máretin
ser grande
ipirrun
no tener mujtr
m are un
ser largo
wadin
nuestro
v\/akia
siglos atrás
wabuka
nunca
abbahün-kurru
sol
hadalli
Oler bien
buhuján
solo
rubuin
olvidar
ahaikass án
soltar
apussidin
Omitir
aballin
sombra
üjahü
otra vez
abbahün
soplar
appidín
Padre
ittihü
subyugar
tattan-alinua
páj aro
kuddibiu
sudar
adubuttin
parir
emeudun
Trabajar
kemekebün
Dato rojo
tukkuku
también
badia
paga
üjaunahíi
tarde
bakülama
pegar
aburikin
tener hambre
hamussián
EN
EL SUR DIALECTOS INDÍGENAS 335
todo el cue
Uo
unnuruhu
venir
audíu
tener
kamünnin
ver
addikin
tierra ( la )^
wunabu
vida
uUuahü
tos
tunulli
viento
awadulli
todo
naraqua
vomitar
owedin
tu, tuyo
büi, bokia
vosotros
hüi
V Un poco
XVaca
nikan, niman
vuestros
hükia
baka
Yerba
karau
vencer
kadanin-alinua
yo
dai
verificar
erekedin
Zaraza
jahu
vestir
káken
zapatero
sapattu-alin
Aruaca
( De la obra de Martius)
Abuela
dadukuschi
Madre
ujú
agudo
karín
marmita
toada
algodón
jahu
maraca
márraca
anzuelo
bnddehi
maiz
márissi
arcilla
waija t
manare
manali
arco
ísemaarahabu
menaje
anikuhu
artesa
adisa
merey
márepi
Boca
daliroko
mano de pilón
hakuretti
budare
búdale
moño
ukuUisi
brujo
seraetti
mortero
haku
Canasto
habba
muerte
ahudahü
casa
bahü j
Noche
wulikahü
casarse
ai-ikan
nombre
erihi
cerbatana
hüwa
Pantorrilla
ibittuna
conuco
kabbeja
plátano
parátana
cuentas
kassuJu
patilla
pattía
cuarto
uettakarra
plato
kárrubu
cuello
unuru
pina
nana
curiara
uekkanan
piedrecilla
kalekku
Chicha
paiwari
pilar
ihitin
esclavo
haiaeru
Rallar
akárrasan
enterrar
akarratan
rallo
sámali
flecha
seraaara
sangre
uettu
fosa
hitti
sebucán
juru
fruta
iwi
si
ebé
Genio malo
jawaü
Temblador, pez
issimuddu
Hilar
assürdün
totuma
iwida
lAiso
kirahudvilU
Yare
kehelli
I,eche
idiura
yuca dulce
bússuU
luna
kattj
id. amarga
kaUi
33^
TAVERA-ACQS.TA
Mbaya ó Uaicura Mqxo ó Mojo
^
Abajo
icalinedi
epoquíe
ají.
paicdi
acheti
acrua
niogodi
une
alimento
nigue enigi
nuniru
alma
niguigo
nuaquiánebo
agrio
neladi
ticasi
amarillo
logoguigo
tiococó
animal
niguicadi
sorare
anzuelo
numigo
enirobé
año
lotabi
saccheréjono
árbol
niale
jucuqui
arco
nupitenige
eziporocii
arena
dotiguadi
ñafíeriqui
arriba
ititi pigimedi
anukuie
avispa .
languedi
moposi
azul
nimagatcgi
cabararu
Bava
cadico-colidi
cajiure
batata
apigoye
coére
boca
jóladi
nujáca
bosque
nialigi
simeno
bote
niguategi
pacure
blanco
napaguigi t
tijapu
bi azo
niba agadi ocagata
> nuhoure
Cabeza
naguilo
nuehiuti
cachete
nayique
nunuro
caimán; i
niogoyegi
mero-mero
camino
naigi
acchene
canalete
nola^canagadi
náuriipe
caña rlulce
raaaiogo
ecúteno
caña brava .
epogo
curino
cara
natobi
numoy
carne
eiyegagi
neche
casa
dimigi
peti
cera .
nibuitegi .
mopo
cielo
ititi piginiei
auumó
cerdo
nigitagi
simoru
claro
ligetege
tijaray
colorado
lichagotegi-
tisi
comadreja • .
opagi logoba i
chiuruisi
conuco
niyogotagi
essánati
cuello
nichodi
n uchepo
corazón
nalegena
n usa mure
cuerpo
niboledi
nuóquie
Chicha
nudagi
ticasiomó
chinchorro
neladi
acchiu
Danta
apolicana higuaga
samo
día
nocGO
saccherei
diablo >
agu_pelgu,agi
ereonó .
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
Z?>7
Mbaya ó Uaicuru Moxo ó Mojo
diente ■>
nogue
nuoi
Dios
conoena tagodi
maimona
dulce
liidigi
títibe
Estrella
eótedi
jarairiqui
esposa
natonigi
nuyeno
Flecha
analigo
tayiriquí
frijol
ediabaga
mopoco
luego
nuledi
jucu
frutas
niale-ela
jucuqui-oi
Gato
pigíchene
mi si tu
Jiediondo
beagilanigi
tijeche
hija
yónigi
nuchiquia
hijo
yonaga
nuchiquie
hombre
uneleigua
aquiane
hormiga
ibichodi
cachiru
Labios
niguoladi
nusumu
laguna
idelogode
caquiure
lengua
nogulegi
nunene
león
eiyenigo
itioré
luna
epenai
coje
luz
natalenaga
tijarai
Lluvia
epíquim
tiquibo
Madre
eiodo ,
meme
maiz
etacoligi
seponi
maní
yoliquie
curiquie
mano
niba agadi
nubou
mañoco
eneguilamogo
cuy upa
marido
nodagua
nima
medio día
nocco eachogo
titu píriki sacche
mes
apenai
coje
miel
napigo
mopomó
mono
egeadi
io
monte
iigo loyodaga
mari-yulcu
mujer
igualo
eseno
Nariz
nionigo
nusiri
negro
napidigi
tiquiso
niña
nigana
amojo-eseronó
niño
niganigi
amojo
noche
enuale
jatti
nubes
loladi
ucoji
Obscuro
nichocaga
timopicú
ojos
nigecogée
nuqui
oloroso
lanígigi
tiyeye
olla
uooligi
meusi
orejas
napagate
nuchioca
>oso
bidioni
aticure
Padre
eliodi
tat?
pájaro
ilagagi
cai -e
En el Sur-
-Diale> ■ ns Indígenas. 22,
338
TAVERA-ACOSTA
Mbaya ó Caí cura
Moxo ó Mojo
pedregal
guetiga-uanigi
mari-m^ri <
perro
ntquenigo
tamucu
pescado
nogoyegi
simo
pecho
ratecogo
nu'upo
piedra
guetiga ^
niari
pies
nogonagi
ribopé
pierna
niti
nupae
plato
ginogo
curuju
plátano
banana
cuéreno
puerta
epobagi
topayo
Relámpago
nachacogonagadi
emárere
río
natobagi
cayacure
Sol
aligega
s.TCche
Tabaco
olodagadi
sabare
tarde
coquidi
coperei
tierra
iígodi
motejí
tigre
nigetiogo
icchini
tinaja
naacaga'chi
yupi
tortuga
logoyenigo
sipu
trueno
dimíchogo-epíquim tirurueco
Uñas
inaparhodi
nuyípoño
Venado
goticanigo
cojobo
vientre
neé e
ijujué
viento
niuocadi
tecaticobo
Yerba
nadegogo
muigi
yuca
eneguiji
cuyu
Zorro
caichoqque
chúie
En estos vocabularios, que hemos arreglado por
orden alfabético, se encuentran muclias voces del len-
guaje Baniba, y hasta se ve empleado su posesivo de
la primera persona en singular : no ó itu, apócope de la
primera persona noca de la lengua Quichua. Acerca
de ellos, traducimos de las páginas 392-93, tomo III,
de la obra de Gilij, lo siguiente :
*'La lengua Mbaya, que se llama igualmente Guai-
cura, es la que hablan los indios del mismo nombre,
moradores de ambas márgenes del Paraguay, entre los
19^ o' 26' y 23° 30' de latitud sur. Son dialectos de
esta lengua el de los avipones, el de los tobos y el de
los mocobos, parte de los cuales vagan todavía ( 1782 )
por las densas selvas del Chaco
'*Las misiones llamadas Moxos por los españoles,
fueron muy célebres en el Perú. Diez y siete eran los
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
339
pueblos y sus habitantes reducidos al cristianismo por
los jesuitas, llegaban á veinte mil. Componíanlas los
mossos,^ principalmente, mobimos, canisianos, etc."
Guara7ií (^)
Tupí
Omáucí
Abajo
ibipe
uerepe
abeja
muirera
abrir
pirare
agrio
ai
?:
zai
agua
i
eí
uni
alma
anga
sáua
atar
pucuare
agí
quií
equeí
amarillo
i>u
tóhua
iuiu
animal
mimba
mía
anzuelo
pindá
año
roí
uni
arco
ibirapá
uirapara
iéua
arriba
i bate
euaté
árbol
ibirai
muirá
enera
asar
^
mexira
arena
ibicuiti
itiui
algodón
amoniou
allá
amó
amargo
rob
iráua
aquí
ape
avispa
eirú
mapamán
ayer
cueet^i
coisé
azul
obi
suquira
Batata
ye ti
yutica
itica
báquiro
tayasu-capuera
brazo
iiba
iua
iiéua
bejuco
sipu
boca
yuru
yaru
yuro
bosque
yapéua
bote
iga
igara
eará
blanco
moroti
murutiuga
tinimai
Cabeza
acá
iacán
yacáe
cabellos
sahua
cachete
taneca
cacu
cachicamo
tatú
tatú
1 (4) Este vocabulario y así los que siguen Araucana, Chiquita,
Lula y Vilela, son tomados de la obra áe QWi] . —Nota del
Autor.
340
TAVERA-ACOSTA
V
Guaraní
Tupi
Omáua
caimán
yacaré
yacaré
c
camino
tape
pe
canalete
iga-picuita
yapupuita
cara
toba
ssissa
carne
cagui
curatamai
casa
og
oca.
u<:a
calor
sacu
caña dulce
tacuar-ée
tacuera
caña brava
tacua
uacua
caño
igarape
cera
iraiti
irari-puti
mapa
cerdo
tayasu
tayasu-memón
tayassu
cesta
erusanga
cercano
coi
cigarra
y aquí rana.
cielo
ibag
uuaca
euatemai-ritamí
comer
amaú
comida
tembiú
eomai
codo
tenibanga
iéua-senepua
colorado
pita
piranga
tururucai
collar
ayu
atoa
conejo
Guereruá
conuco
cog
tenaa
cu
correr
nahna
corazón
mbiá
iá
claridad
esapepi
tupauira
culebra
boya
Chinchorro
cuúa
tacuine
chigüira
capiuara
Danta
mborebi
t.
de día
ara-ramu!
de noche
piturama
despertar
paca
dentro
ipipé
día
ara
ara
uarassi
diablo
aña
yarupari
mai
diente
tai
sanha
zai
Dios
Tupa
Tupana
dormir
quera
dos
mocoen
dulce
ée
sée
Espalda
yatii
esposa
tembircco
imena
mericua
estómago
pea
estrella
yasitata
yasetata
sesu
Flecha..
uí
ueua
uá
frente
sibá
seuape
frío
irusanga
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
341
3
Guaraní
Tttpi
Omáua
frijol
cumanda
puroto
flor
puttira
fuego
tata
tata
tata
fuera
ocapé
frutas
euaara-iá
>(Gallo ^
/
sapucaya-ape-
gasa
V gallina
sapucaya
Vxgato
' Hermana
mbaracayá
sénéra
hediendo
ine
hija
rayi
quihuira
taira
hijo
taíra
teagra
hilo
inimu
hombre
aba
apegasa
áua
hormiga
tai
tasyhua
hoy
coara-pipe
oyara
huevo
tupia
Intestinos
ibachu
Joven
coromín
jarra
camuti
Labios
tembé
yuro
ladrón
munauasa
laguna
iupá
epassu
lanza
mimbucú
lengua
cu
apeco
león
yauáti
yauara-uassi
lejos
mombiri
lijero
imaríi
lobo
yauara-uassu
yauara-puana
loro
paráua
luna
y a si
yasé
ya se
luz
tata-eudi
cana
Llegar
usica
lluvia
amañi
amana
amana
Madre
.si
ima3^a
mama
maiz
abati
auati
auati
mariposa
panamá
marido
me
mena
maza
uisaranga
maní
mandubí
munui
mano
po
po
poa
mañana
curicoé
cuerna
mañoco
macasera
^ mediodía
ara-mbité
uarassi-ipuana
mes
yasi
yase
miel
eirelé
ira
mapa-cáui
342
TAVERA-ACOSTA
Guaraní
Tupí
Omáua
X
mono
íuonte
montaña
mosca
morrocoy
mujer
muerte
Nariz
negro
niña
niño
noche
nubes
Obscuro
ojos
oloroso
olla
ombligo
orejas
oso hormiguero
Padre
pájaro
pala
plátano
pato
perro
perro de agua
pescado
pecho
peine
pescuezo
piedra
pies
pierna
pina
plato
puerta
Rama
relámpago
río
rodilla
Salir
sapo
selva
sol
tabaco
tarde
tierra
caí
macaco
caí
ibite
cáa
uitera
meru
iauti
ehuata
cuña
cunha
umanu
uaina
ti
apuina
ti
u
pichuna
sunimai
mitacuna
huahua-cunia
mita
taúna
huahua
pitú
putuna
epuesa
ibití
ehueuaca
pitu
tesa
sesa
fsisa-zaicana
hetu
yapepó
péruan
yucusi
nambi
nami
nami
tamanduá
tamanuá
tuba
ipaya
papa
gira
huira^
tasera
huera
pacoba
pacoa
ipeca
panara
yauár
yauara
yauara
uairaca
pira
pira
ipira
pitia
camui ^
quihuán
putia
aya
ayura
yassiuca
ita
itaqué
ita
Pi
pui
poeta
tetima
nana
sotema
ñaembé
yamué
oque
apucuitana
yaquina
amatirí
sapua
iacá
parana
parana
tenipia
senepua
usema
senepua
anguvá
quiara
cáa
cáua
cuarasi
corase
uarasi
peti
petema
petema
cáaru
caruca
ibi
eué
tuyuca
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
343
Guaraní
Tupi
Omázta
tres
núsaperi
tinaja
cambuchí
raurissu
trueno
amasunu
tupa
topa
tigre
yauareté
yauaraté
yauara-uasu
topo
anguyá-tatii
tortuga
carmbé
yurara
Uñas
poape
puesapé
uno
iepé
Venado
uasu
eze-uasú
veneno
uraii
verde
«
suquira
vida
sequé
viejo
tuisé
vieja
oaínii
vientre
tíe
marica
seueca
viento
ibitú
euetú
Yerba
cáa
capir
ca
yuca
mandió
yauiri
Zancudo
carapana
zorro
aguara
Algunas palabras del lenguaje Omáua corres-
ponden al Quechua, y otras tiene muy semejantes al
Baniba.
Refiriéndose á la lengua Guaraní y al Omáua, to-
mamos del Apéndic'fe II, página 390, tomo III de la
obra de Gilij, lo siguiente :
" Ninguna lengua americana se extiende en el día
á tantas partes cuantas alcanza la lengua Guaraní. . . .
I — La lengua Guaraní se habla en toda la provincia del
Paraguay, cuya capital es la ciudad de la Asunción.
II — Hablase en las célebres misiones llamadas del Pa-
raguay, sobre las que escribió el Padre Muratori.
III — Hablase también en los ríos Paraná y Uruguay,
en cuyas orillas existen 30 grandes poblaciones.
IV — Se habla también en las provincias Topé, Guaira
é Itatín, abandonadas después por los Guaraníes.
V — Se habla en todas las costas del Brasil hasta Caye-
ha, bien que en algunos puntos de ese litoral hubo ó aún
hay algunas otras lenguas. VI — La lengua Guaraní es
344 TAVERA-ACOSTA
ia misma que en el Brasil se llama tupí, del nombre de
los indios que la hablan. Llámase aún la lengita geral,
porque fue descubierta por los portugueses, no solamen-
te en las costas del Océano sino también en el interior
del Continente. VII — La lengua de los Tupí es un
dialecto del Guaraní de quienes, según el señor abate
Caamaño, no se diferencia tanto cuanto de la española
el portugués ó bien el italiano. Los Tupí, ya dichos,
ocuparon las costas del Brasil desde Río Grande ó
Huerto de San Pedro, en 32° hasta el río de San
Francisco del Sur, y se extendieron en el interior por
todo el Gobierno ó Provincia de San Pablo de Pirati-
nanga. Después de los Tupí vienen los Tupinambos, los
Remiminis, los Tobayares y los Tamoyos. todos de
la misma lengua. Estos indios habitaron las már-
genes del río de San Francisco del Sur hasta la
Bahía de Todos los Santos, y hasta el río Camamu.
Seguidamente después hasta el río Guaricaré, el cual se
halla hacia los 18^ 45', vivían los Tupinaquis, gente
también de la misma lengua. Desde el Cabo de San
Agustín hasta el río nombrado'^ de San Francisco del
Norte, habitaban los Cactos, también de la misma len-
gua. Seguían luego los Potigoares. Del mismo idio-
ma eran también los Rarigoares, los Cariyes. los Ara-
yares, los Amoepigres y otras tribus, denominadas las
más caprichosamente por sus conquistadores, y hoy re-
ducidas á pequeño número ó mezcladas con otras na-
ciones de diferentes lenguajes. VIII— Mejor que to-
dos los ya mencionados hablan el Guaraní los Chiriua-
nes, gentiles y muy notables, que se dice habitan en
160 pueblos entre los grandes ríos del Chaco y el de
Mapayo de Santa Cruz de la Sierra, en los valles que
forman las montañas Andinas. Son belicosos y feroces
y se asegura que pasan de quince á veinte mil los indivi-
duos que saben manejar las armas."
'* La lengua Omáua, que dijinios ser un dialecto de
la Guaraní, actualmente, ( 1782) se habla en la reduc-
ción de San Joaquín, establecida sobre la parte seten-
trional del Marañón, un poco más abajo de las cabeceras*
del Ucayale. En esta parte, el célebre jesuíta Samuel
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 345
Fritz colocó á los Omauas que salieron junto con él des-
de las islas del Marañón, que están entre el Najjo y el
Rionegró. No es de. dudarse, sin embargo, que algu-
nos individuos de esta renombrada nación, dispersa á
consecuencia de la guerra pue le hicieron los portugue-
ses, se encuentren residiendo en otros puntos. . . . Ade-
más de éstos, que son católicos, se dice que existen
algunos Omáuas gentiles sobre el Putumayo y en el
Alto Ñapo, en dond^ son llamados yete. Talvez los
Cocamos, habitantes de los ríos Ucayale y Yaguara,
hablan también el idioma de los Omauas."
De estos Omáuas llamados indistintamente Umaüas
ú Omáuas por el viajero francés Paul Marcoy, en su
obra Voy a ge á travers T Amériqíie du Sud (5) tra-
ducimos :
" Para fundar la nueva ciudad ( Sampablo de Oli-
venza ) se echó mano, como base, de los indios
Umaüas ó Cambebas, cuya jurisdicción territorial, des
pues de haber ocupado doscientas leguas de río, está
hoy limitada solamente álas.islas de Yahuna, Calderón
y Capiachi, en donde se refugiaron sus restos huyendo
á la acción disolvente de la conquista portuguesa.
"Venidos del Norte desde época anterior, como
lo testifican su civilización avanzada, sus nociones en
artes manuales y sus costumbres tomadas, como las
de los Incas, de k^s antiguos Mexicanos, los Umaüas,
después de una probable estada de muchos siglos al pié
de los Andes de Popayán y en la Nueva Granada, se
dirijieron hacia las fuentes del Yapurá, en donde una
tribu de su raza existe hoy conocida con el nombre de
Mesayas, y desde ese río avanzaron luego hacia el
Amazonas. Llamados sucesivamente Aguas, Em-
Aguas, Om-Aguas, según las localidades que ellos
habían atravesado en sus migraciones hacia el Sur, los
Umaüas, al establecerse en el Brasil tomaron ellos
mismo?, ó recibieron quizás de la gran nación de los
Tupinambas, entonces dueña de una parte del Ama-
zonas, el sobrenombre de lacang'i-peüa (cabeza chata )
(5 ) Página 341, tomo II. París 1869.
346 TAVERA-ACOSTA
aludiendo así á su costumbre de deformarse el cráneo.
De estas dos palabras de la lengua tupí hicieron más
tarde los portugueses, tanto por elipsis conjo por^Corrup-
ción, la \oz CambcJiíLas, después Canibebas, con la cual
^'llos designaron á la nación Umaüas, que los Quechuas
del Perú llamaban Omahuas y los españoles Omaguas."
Y el doctor Koch-Grünberg dice en las páginas
181-182 de Las tribus del alto Rione^ro y Yapiirá, etc. :
" Los Umáuas, quienes en los mapas de los ante-
riores viajeros aparecen residiendo en el alto Caiarí,
viven efectivamente unas jornadas más al Sur, en los
anuentes del Yapurá particularmente en el principal
de la margen izquierda, el Apoporis. Su lenguaje se
confundía hasta ahora, por la completa falta de obser-
vaciones y por el parecido de los nombres, con el
Omáua del alto Solimón, se consideraba com.o perte-
neciente al Tupí, y últimamente tam.bién al grupo de
los Betoyes. Son, empero, Caribes puros, cayos mis
próximos parientes habitan las Guayanas. Se dividen
en numerosas subtribus con distintos nombres y ha-
blan un solo lenguje con pequeñas diferencias dialéc-
ticas Los que viven cerca del alto Caiari, en el río
Macaya, un afluente del alto Apoporis, se llaman á sí
mismos Jianacotos, vocabk^ genuinamente caribe. (6)
Su lenguaje, del cual tengo rico material, es completa-
mente idéntico al lenguaje de los Tscjatsaja, que viven
más al sur, en el Cudiarí y en su afluente iMesai, y se
diferencia poco del Cariyona que tomó Crevaux en las
orillas del alto Yapurá. Carijona, mejor Calijona, no
es nombre de tribu sino que significa en la lengua
Umáua "hombres, gente"; y por esos son llamadas
por los colombianos todas estas tribus caribes en la
vasta región comprendida entre el Caiarí y el alto Ya-
purá con el nombre colectivo de " Carijonas." (7 )
(6) Acaso su si «unificado sea análogo al Giiaraoitni, es decir
" ]a gente del río." En lengmje U^rauno jana significa cañ^,
río, y coto, en Caribe, es gente, familia.
( 7 ) Carijona, parece coTipuesto del Quechua cari, hombre^
guerrero, y de jana, en Uarao, río : los hombres ó los soldado,
del río. — Notas del Aiitof.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 347
Así también los Umauas del raudal de Arara-cuara
del Yapurá, á quienes Martius menciona como enemi-
gos de \ós Mirañas y considera lingüísticamente, por lo
menos, idénticos á los Cariyonas de Crevaux y á los
Ümáuas del alto Caiarí. El nombre Umáua, empero,
que pertenece al Yapúa y al Cobéua, es, como ya muy
bien ha dicho Martius, un insulto, y significa "sapo"
con cuya denominación denostaban las tribus del grupo
de los Betoyes á todos estos Caribes."
Para que se juzgue mejor de las analogías que
guardan entre sí las grandes lenguas de la América del
Sur, es decir, las de la Cordillera de los Andes y las de
las llanuras c pampas que demoran á su oriente, en todo
el cíjntinente hasta las orillas del Atlántico, nos permi-
timos traer aquí, del ya citado libro de Marcoy, algu-
nos lenguajes de las margenas del Amazonas y de sus
aí^uentes (8); y asimismo los vocabularios Quichua,
Aimara y Campi, que trae Charles Wiener en su obra
Péiou et Boíivie (9), y los de los Araucanos, Chiqui-
tos, Lulos y Vilelas, del' libro de Gilij.
También hemos etresacado de la rarísima obra del
Rvdo. Bartolomé de las Casas Apologética Historia ae
las Indias, muchas voces de la lengua de los aborígenes
de Haití, muy pare^cidas á las de la Tierra Firme. Y,
finalmente, algunos cortos vocabularios publicados por
el doctor Koch-Grünberg en 1903-1905. ( 10)
Cada día es de lamentarse más la monstruosa
destrucción de los moradores de la parte oriental de
( 8 ) Ticuna, Tupí, Chontiquiro, Ant'S, C'onoho, Yáua, Omiua,
y Cocairaa.
(9) Edición de París. 1880.
( 10 ) El doctor Koch-Grünberg es el único autor extranjero que
coincide con nosotros acerca de la escritura fonética de las voces
india<í, la cual ha llevado á cabo con paciente 3* laboriosa minu-
ciosidad.—A^í?/¿íj del Autor.
TAVERÁ-ÁCOSTA
Venezuela, comenzada en 1499 y llevada y á término
m^s de un siglo después, en cuya espantosa obra re-
saltan teñidos en sangre los nombres de A4onso de
Ojeda, Luis y Cristóbal Guerra, Alonso Niño, Diego de
Lepe, Juan de la Cosa, Jácome Castellón, Gonzalo de
Ocampo, Antonio Sedeño, Diego de Ordaz, Alonso de
Herrera, Gerónimo de Hortal, Juan de Carvajal, Cris-
tóbal Cobos y tantos otros Conquistadores del si-
glo XVI
Del estudio detenido de todas aquellas lenguas,
comparándolas con sus hermanas del Asia puede ser
que brille con más puros fulgores la luz que ilumine los
obscuros horizontes de la prehistoria americana.
*
* *
Araucana
Ticuna
Abrir
ddea
agua
co <"
dechieh
árbol
alihuen
nainé
animal
ibun
arena
nanekeb
arco
huerah
algodón
tech
asar
nahnaí
atar
' queyauai
ayer
ineh
azul
yauti
Báquiro
ñoun houn
blanco
ccori
boca
un
brazo
riun
bote
ouheh
bosque
naí
Cabellos
topel
caimán
ecoya
casa
ih
calor
ayaqué
carne
ilon
cera
eísah
cerbatana
nihich
cesta
pechi
cielo
huenu
nahné
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
349
\.
Araucana
Ticuna
cintura ,
maíchincharé
comer
toibueh
correr
•iñah
corazón
piuque
culebra
. vilu
Dedo
chagui
despertar
bayanshi
diablo
mohhoh
Dios
Tupana
dormir
peh
Estrella
uaglen
ehttha
Frío
deyoun
flor
nachacou
fuego
cutal
ejheh
Hombre
che
iyaté
hoy
heinhua
Joven
yate
Ladrón
mhuinta
lanza
nané
lago
mallin
luna
cuy en
tahue majeh
Llegar
intahua
lluvia
t
poké
Mañana
pamah
mañoco
ttcha
mariposa
dlori
mano
cuu
mosca
pullu
cauhta
mosquito
yali
mujer
^, domo
ihie
muerte
tayouh
muslo
pulag
Nariz
:yu
negro
huahua
noche
-suitan
niño
boah
Ojos
ge
orejas
pilun
Pájaro
gunun
hueri
palma
houme
plátano
ppohi
pescado
chalgua
sshom
pié
namun
pierna
chag
* V pueblo
lou
^ piedra
sheké
Rama
cuemuyh
río
leuvu
natejh
350
TAVERA-ACOSTA
Araucana
Ticuna
lobar
namcuhwita
rodilla
lucu
1 ostro
age
rojo
dahouh
Salir
reinhouhou
selva
culven
nainejé
sol
antu
ehajeh
Tierra
mapu
buain
tigre
hay
Verde
deheh
veueno
goré
viejo
hucha
yuaga
vieja
cude
yaque
vientre
pue
yerba
gutan
Zancudo
ah
I
hueih
2
tarepueh
3
tonepueh
4
aguemoujih
5
hueamuepueh
6
naimehueapueh
7
(
naimehueatareh
8
naimehuetameapue
9
goraeapueh
lO
gomeh
Ticuna es el nombre de una tribu del alto Ama-
zonas. Muy curioso es lo que acerca de este vocablo
trae Fray Bartolomé de las Casas eñ el capítulo CXXV
de su Apologética Historia de las Indias. Hablando de
la religión de los indios de Tierra Firme, dice :
'' Tenían conocimiento alguno de Dios verdadero,
y que era uno que moraba en el cielo, al cual, en la
lengua de las gentes habitadoras de la provincia del
Darién y creo que también en Veragua, llamaban Chi-
cunay la media sílaba, si no me engaño, luenga ; que-
rían decir con este nombre Chicuna principio de todo."
Antis
Conoto
Chontaquiro
Agua
algodón
arena
nía
ampechini
impaniqui
umpas
huasraué
mari
une
gojapujé
saté
EN EL SUR— DIAL
,ECTOS IND1GE^
lAs 35^1
An^zs
Conobos '
Chontaquiro
árbol »
imphato
giuhi
acrauinaja
arco
piaminchi
canuti
casiruita
achote
puchoti
masé
apisiri
/aguja
quichapi
surau
sapui
' asiento
nectiti
quencha
otapi
alba
quitai bilitai
nete sabatai
quitaichiti
aire
tampía
niuhé
tampi
anzuelo
chagalunchi
misquiti
yurimaiji
azúcar
i m puco
sanipoto
pochoacsiri
Batata
curiti
cari
ti pal i
báquira
sintuli
yáua-maheua
illavi
baile
pina
ransai
cuUa
bote
pituchi
nunti
canoa
boca
nochira
quebi
huespé
brazo
nojinpequi
puya
huecano
bal'-a
sintipua
tappa
gipalo
brazalete
ininguichiqui
unce
ririne
buitre
tisuni
schiqui
maíri
Cabeza
iquito
busca
huejijua
cabello
noquisiri
bu ^
huijiñuesa
cacao
sarhuiniinique
turampi
turampi
canela
metaqui
chitani
pitacsi
cascabel
neguichi ^
tununuati
tasacji
carbón
chimenco
chisté
chichimé
casa
panenchi
sobo, tapí
panchi
ceniza
samanpa
chimapú
chichipasé
cejas
notorinqui
buesco
huesac
ciego
mamisiraqui
buedta
cielo
inquití
naí
itahuac
cesta
chevña
bunanti
puraji
cojo
coitguinchi
yet-teté
nimejeachi
cuello
napurama
pitaniti
quisitiachi
culebra
malanqui
runi
ámuini
cuerda
ivincha
risbi
tumuti
crepúsculo
chapinitonai
yambué
chupiniti
collar
carininquichiqcii tenté
pectari
cuchillo
inquiti
chichica
chiqueti
Danta
quémalo
auha
siema
dedo
nacu
muebi
huimojé
despertar
huchi
día
quitahuiti
nete
tiajujuni
diablo
camacarinchi
yurima
mapuinchi
diente
nal
seta
huisé
Dios
Taita
Espalda
itisieta
bapuesco
huitisi
r^ espejo
nigarunchi
bueiseté
misaití
estrella
impoquiro
huirti
siri
espina
queto
musa
peti
352
TAVERA-ACOSTA
Antis
Conobo
Chontaquiro
jFrente
nutamaco
buetongo
huijiruta
frío
huanachiri
mdei
cachiere-nato-
cana
flecha
chacupi
piha
casiri
\ / fuego
X Gallo
chichi
chi
chichi
atahua-sirari
ituri-buené
achauripa-tiajini
^ gallina
atahua
ituri
ahcauripa
Hombre
sirari
huebo
queji
\ hilo
manpichi
yuma
huapocsa
hojas
chapi
puei
timecsiri
hormiga
chibuquiro
gima
iziqui
hueso
tusquiche
sau
humo
chichianca
cuhi
chichipía
Jarra
cobiti
quienti
imaté
Ladrón
custi
yumuedsumi
suri
lechoza
tinti
pucta
capallo
lengua
neuta
ana
guené
loro
niniro
bahua
pulí aro
luna
casiri
uche
cachiri
Lluvia
incani
hui
ina
Maiz
sinqui
sequi
siji
mañoco
caniri
adsa
timeca
mariposa
pempero
puetLpué
pipiro
mani
maní
tama
cacahuali
mano
paco
mueque
huamianuta
marido
ochuema
buené
maniri
miedo
machalu gana-
qui
racqué
inisnati
mono
osiato
riño
peri
muslo
noguta
vipucá f
huipuricsi
mujer
chinani
aíbo
sichuné
Nariz *
iquirimachi
recqui
huisiri
niño
ananiqui
baque
tirí
noche
echitiniqui
yanta
illachinu
no
tira
hiccama
huegonunuta
Ojo
ñoqui
buerú
hujarsaje
ombligo
nomoquito
pucutuse
huipuro
orejas
nequimpita
pabiqui
huijepé
oso
maíni
hui so
saji
Plátano
parianti
paranta
parianta
pecho
notana
suchi
perro
ochiti
h uche te
quiti
pescado
humani
huaca
capiripa
piedra
mapi
maca
suctali
pies
noquita
tac
huisiqui
pierna
iburi
vitai
huisipa
pina
chirianti
canea
atuti
perdiz
quichoti
cuma
camua
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
353
Antis
Conobo
Chontaquiro
pluma ^
pachiri
rani
malluri
Ropa
tari
usti
rostro
buemana
huegasi
Si
siti
iequi
huegoni
sol
issiti
vari
intiti
Tabaco
sairi
chica
nictiti
Vientre
nomoti
puru
huesati
Yesca
chinquirunchi
hisca
ictepape
yuca
caniri
adsa
timeca
Zancudo
siquiri
xio
llusla
I
turati
atchoupré
suriti
2
pitoni
rrabui ( 1 1 )
apiri
3
caniti
noquiri
4
maguani
ticti
5
maguarimi
Cocaima
tictisiri
Omáua
Yáua
Abrir
ipicatura
yayuechema
yamutatara
agua
une
uni, yacu
aah
árbol
ehueira
ihuira
hamunino
arco
canuto
benbeké
cano
algodón
hamanióu
imaniou
richun
atar
tequita
fíampichini
asar
michira
agatara
ayer
icuachi
icuachi
tatander
antier
amacoise
azul
sinipuca
suequera
ancachi
arena
itini
quincha
Báquira
tahuatza
hocto
agun
blanco
tini
itini
papase
bote
egara
huaquera
muinun
bosque
ehueira
bebé
hingunsen
Caimán
yacaré
icari
noroto
color
saco
sacu
hunequi ^ .1
casa
uca
nina
roré
cesta
uarata
izacanga
cera
mapa
nenia
mapa
cerbatana
puna
menaí
runcasé
cielo
cuarachi
huaca
arichu
cintura
saichini
nou
pichanai '
comer
mahun
yapaeneuma
ejenú
(11 ) Los Conobos son del Ucayale y sólo cuentan hasta el dos,
como los Banibas, oX^^.— Nota del Auto?.
En el Sur— Dialectos Indígenas. 23.
3^54
TAVERA-ACOSTA
Co caima
Omáua
Yáua
correr
y apaña
jeneuma
yansuima
culebra
muy
4
Despertar
opoca
seinasema
día
cuarachi
ara
ñiana
diablo
mahi
hibo
bayenté
Dios
Yara
Tupana
Tupana
dormir
ocquera
rimacheni
Estrella
tupa
ceso
narchi
él
rana
Frío
tsiriahi
serai
sanora
flor
sisa
potira
ramoéh
fuego
tata
tata
jigney
Hermana
teimoa
hermano
tacunia
hombre
yapisara
apisara
huano
hoy
aypo
nibia
Isla
hipua
Joven
curumitua
huarichi
medra
Lanza
patihua
jaíré
rouhuea
ladrón
muña
munasu
saperanu
luna
yasi
yase
arimaney
Llegar
yahuachima
sitamana
lluvia
tupa
amana
humbra
Madre
tamama
mañoco
yahuiri
chuchia
mañana
camutuni
huerani
tanaramasé
mariposa
hena
panamá
cuyuta
mosca
huama
majiri
naschi
mujer
huaina
huainaou
huatuzuna
muerte
humanu
imanou
sanitima
Negro
suni
mianecai
niño
tagra
huanhua
huina
no
ruaya
noche
hipuitza
épuesa
nipora
Padre
tapapa
pájaro
huirá
huiraquera
huicha
plátano
panara
panara
sambué
palma
tzua
emoa
cojohno
pescado
ipira
quihua
piedra
itaqué
itac
ahuichun
Rama
apocuita
yapucuita
satian
río
parana
parana
nahua
robar
munasuri
munasuema
saperanuma
rojo
puetani
puetani
tuineh
Salir
husema
saímana
selva
taupeta
tapuata
toha
sí
aisé
sol
cuarachi
V€Í
hini
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
355
Co caima
Omáua
Yaua
Tigre ^
yahuara
caicuchi
nimbou
tierra
chueirata
tuyuca
muca
tú
enéh
Viejo
tupa
túa
rimitio
vieja
túa
rimitona
verde
iquira
suequera
ancachi
veneno
uirari
huerari
ramua
Yo
tah
Zancudo
yatiou
maribi
ninoh
I
huipi
uyepe
tckini
2
mucuica
mocuica
nanojuí
3
muapérica
mosaperica (12) munua
4
iruaca ( 13 )
nairo juino
5
ten aja
6
teki-natea
7
nanojui-natea
8
munua-natea
9
nairojuiño-na-
tea
lO
huije-huiño
Quechua
4«
Aymara
Castellano
Acá
jama
repulsivo, cosa sucia
acatanca
jamatanca
escarabajo
aguac
sauri
tejedor
aguasca
sau
el tejido
ahucio
^chachila
abuelo
aicha
aicha
carne, comida
acja
asua
chicha
aiquei
quespiña
huir, escaparse
aiqquei
jalaña
andar, correr, caminar
aiqquei pfaguai
jalam
anda, corre, camina
alcco
anu, anacara
perro
cquea
cquea
algodón
cllic sumac
asqui
muy bien, muy bonito
apai
iscafía
guiar, llevar, conducir
apai catatispa
jiscañá
elevar, alzar
api
huchha
mazamorra
ccahua
camizeta
(12) Del cuatro en adelante cuentan en portugués, como los
Niangatús ó gerales,
( 13 ) Del cinco en adelante hacen uso de la numeración quichua.
^56
TAVERA-ACOSTA
Quichua
Ayjnara
Castellano
allyachi ucia
jaca y aña
hacer señas
anatuya ' ,,
ccamake
zorro
anatuya
anatulla
zorrino
ancu
ancu
nervios, nervioso
apu
apu
amo, dueño
apu
apu
grandioso, brillante
araranca
jararancu
lagartija
aillo
aillo
raza, linaje, cuna
asea, hucjaquei
alloja
mucho, bastante
ascaguán
ucsa
demasiado, bastante
asguán
ucampi
más
asicui
laruña
risa
asna
tucsa
hediondo, fétido
asnaí
tucsaña
heder
atipac
atipiri
vencedor
atipai
atipana
vencer, subyugar
atipasca
atipata
vencido, sometido
alrai
ainacha
bajar, abajo, bajo
aya
amaya
muerto, cadáver
balai
sappa
cesta, canasta
buampo
huarapu
balsa, canoa
hinchu
asa, cabo
cachari
antutanu
jefe de 12 soldados
cachariscca
r
suelto, desatado
cachi
jaya
sal marina
cachuichai
jayunchaña
salar, secar carne
caguai
uñjaña
mirar, observar
cai
tea
este, esta
caimauta
ácana
de aquí.
cainacmantu
tea acata
viniendo de
caiamán
niapini
* ahora mismo, ya
caicca
ca
toma, coje
caiguán
acampi
con esto, conjunta-
mente
caillaicucui
m acata ña
acercarse
cai na
masuru
ayer
cainacpi
tcaaja
por aquí
caipi
acaru
aquí, presente
«áipiccascán
caicca, tcahua
he aquí, aquí está
<:aijinacta
acama
de tal modo
callpa
chama
fuerza, vigor
callpasapa
chamani
fuerte, formidable
camachii
quitaña
tener deseo, envidia
camachii
camachina
mandar,enviar,ordnar
canea
canea
asado
cancana
cancana
asador
canchai
ceantayana
alumbrar í
canchai
ccanaqui
claro, claridad
EN
EL SUR— DIALECTOS
INDÍGENAS 357
Quechua
A y mará
Castellano
canchis
pacallu
siete
(1
quillimi
carbón
tchuma
tchuma
cardón
carcati
carcatina
temblar, tener miedo
carpai
chaj chuna
mirar
caru
iaya
lejos, distante
catari
catari
vívora, culebra
catú
tusquina
tocar
causal
jacafía
vivir, existir
causariy
jaciatana
resucitar
ccacai
caccona
frotar, restregar
ccainanaupac
hualura
anteayer
ciallari
ccallaña
comenzar
ccallu
aru
idioma, lenguaje
callen
callcu
a^rio, amargo
ccallu
lajra
lengua
ccamai
toqueña
reñir, difamar
ccaina
huasura
a3-er
ccairanculi
ccaira
rana
ccanalla
ccallachi
tiesto
ccapari
huararifía
gritos
ccascoc on coc
macatiriusa
enfermedad conta-
giosa
ccascascca
cquemíta
diablo
cea si
inata
desviarse
ccaito
chanca •
Vhilo
ccatahui
ccatahui
^cal
ccaya
carurú, ccara
mañana
cchahuai
chahuaña
ordeñar, bailar
cchapac
j ^^i'u
amargo
ccharqui
tharqui
carne ^eca
cchia
chiñi
liendre
chiji
chiji
grama
cchifíi
chiñi
murciélago
cbipana
chipana
brazalete
chirhuai
chirhuana
exprimir
ccliupu
chupu
tumor, divieso
churu
churu
caracol, forma de la-
berinto
chusac uco
chima pusa
cosa hueca
cchusa
chusa
vacío
ccocha
ccota
lago, laguna
ccotner
chojiña
verde
cconcori
cconcori
rodilla
cconcho
concho
turbio
cconcaicui
armasina
olvidar, olvidarse
>cconi
huntu
caliente
ccoñichi
juatuchaña
calentar, fiebre
358
TAVERA-ACOSTA
Quichucí
Aymara
Castellano
ccora
chihiía
verdura
ccosni
jeuque
humo
ccoya
coya
reina, soberana
ccoya
coya
mina, cavidad sub-
terránea
ccoyo
coyo
cardenal
ccuichi
curmi
arco iris
ccumu
ccumu
jorobado, cansado
ccumuicucui
altana
agacharse
ccurpa
cula
adobe, ladrillo
chacuai
ccumuña
cargar
chin cacoc
amuquina
estar callado
cconcai
armana
olvidar
ccuchu
ccuchu
rincón
chaca
chaca
picante
chacnana
cumu
carga
chacra
yapu
conuco,lugar sembrdo
chahua
choque
crudo
chai
uca
ese, esa, eso
chaimanta
ucata
después de ahí
chaimantari
ucapacha
entonces
chainac
hucauca
por allí
chaipacha
niapinihua
al momento
chairaicu
ucalaicu
por eso
chai r i
ucasti
y eso también
challua
challua
pescado
chancai
jacoña
arrojar, tirar
chani
chani
valor de una cosa
chaqui
huaña
cosa seca
chapui
cayu
pié
chaupi
taipi
'medio, en medio de
chaipi tuta
chica aruma
media noche
checa
checa
ciruela verde, verdal
chayac
puriri
el que llega
chayai
puriña
llegar
checcampuni
checampuni
verdaderamente
checainyachi
checaptayana
enderezar
chectai
chectana
hender, rajar
checnisca
unita
lleno de árboles
chichu
huallque
mujer en cinta
chicllai
ajUina
escoger, distinguir
china
ccachu
hembra
chincaicui
chacaata
perderse
chuccha
nacuta
cabellos
chumpi
huacca (14)
faja, banda
(14) Según otros, significa también culto, religión, deidad, <
tumba, etc.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
359
Quechua
Ayniara
Cas ¿ella) 10
chunca,)
tuca
diez
chunchul
jipilla
tripas
chupa
huichinca
rabo
churai
uscuña
poner
chura sea
uscuta
puesto
churi
yocca
hijo
chuspi
chichillanca
mosca
cipii
jaichjana
colgar, suspender
cirai
chucuña
coser
cjamui
quistuña
mascar
cj amusca
quistuta
lo mascado
cj uru
laceo
gusano
coi
churaña
dar
concoricui
quillpiña
arrodillarse
concorisa
quillpita
arrodillado
cóndor
cunduri
buitre, cóndor
cori
chocque
oro
corpa huasi
ccorpauta
casa, hostería
cuchi
quirari
sucio, asqueroso
cuUcu, quiuqui
cullcu
angosto, estrecho
cunan
icha
ahora
cunan punchai
ichuru
hoy, en el día
cunea
cuncao
voz, cuello
cusca
cusca
juntos, parejo, igual
cusca
tanta, chica
semejantes, los mismos
cuscachai
cusachana
emparejar
cusicunqui
cusisiña
alegrarse
cusicusi
cusicusi
engaño, mentira
cusJcui
cussi
alegría, dicha
cutai rumipi
ícconafía
moler en piedra
cutai
iyaña
moler
cutini
cutinina
volverse
cuyacui
ccugaña
compadecerse
eika
hueja
en tanto que
«
jalj ataña
arremeter, embestir
isapa3^aña
comprender, entender
huarahuara
estrellas
quella
hierro
ari
Vhilo ^
chijchi
granizo
guacaichai
huacaichaña
guardar
guacaicuna
jacha
lágrimas
guaccai
jacha ña
llorar
guachai
yacachaña
parir
guachi
michi
flecha
^uachaii
michiña
flechar
guacyai
arta na
gritar
guagua
chaclla
muchacho, niño
36o>
'Í^AVERA-ACOSTA
Qui chita
Aymara
Castellano
guanuchü
jihuayaña
matar ,
guañui
jihuaña
muerte
guarcui
huaicataña
estar colgando
guarmi
huartni
mujer, esposa
guasa
iccani
espaldas
guasa picac
chinanquiri
que está detrás
guatai
chinuña
atar, amarrar
güiñachi
al i gaña
hacer crecer
gallachi
hombro
huac cuti
niaraqui
otra vez
huacmanta
huasitaraqui
una vez más
huaca
huaca
sepulcro
huacahuán llancai
ccollina
arar, cultivar
huacha
huacha
pobre, huérfano, des-
valido
huaina
huaina
joven, hombre joven
huaicui
)a3^aña
hacer de comer
huajra
luajia
cuerno, torcido
huallpa
huallpa
V gallo, pollo
bubas, enfermedad
huanti
huanti
huaracca
curahua
honda, cuerda
hu a rauca
huaranca
mil
huasca
ppala »
.soga, cordel
hucunchac
j anchi
el cuerpo
huisa
puraca
vientre
huauque
jila, jilata
hermano
huata
mora
aiio
huichai pata
cucata
de la parte de arriba
huayaca
huayaca
saco, ensenada
huscai
jancca
»^ pronto, aligerar
icha
inaja
puede ser, quizás
ichu
ichu
paja
imaraicu
cunalaicu
por qué
imaraio uari
cunata
por qué cau^a
imaina
camisa
'CÓiTlO «
imapac
cunataqui
para qué
"i ni ata
cuna
-que
inti, rupai
inti
•s-a
iscai
pañi, paya
-dos
iscaiguán
payampi
dos más
iscai uco
panini
entre dos
iscaicuti
pacuti
dos veces
imilla
imilla
iuifía, muchacha
ímusca
nusata
podrido
isuiusca casca
nusatahua
eso está podrido
jacai
cuyu
..aquel, aquella é
X.harina
jaccu
hacu
jagua
ancana
iuera
EN El, SUR— DIALECTOS
INDÍGENAS 361
Quichua
Aymara
Castellano
jaguapi
pncaru
fuera del lugar
jancai sa/ata
jamppiño
cortar ó recoger el
maiz
jaitai
taquiña
cocear, patear
jatnpi
col laña
' ^ medicina
japii
catuña
tomar, agarrar
jqrcai
ha rea ña
atajar, estorbar
játun
j aecha
grande
játnn
ñuccha
tHmaño, dimensión
jayaquén
chillca
fiel
jescon
llatunca
nueve
jitia imaina
camisa ti
así como
jiña
jalla
si
joccara
occara
sordo
jocco
j i^iri
mojado
jucha
hucha
culpa, pecado
juchatari
juchachasiño
pecar, cometer delito
juchui
iscca
chico, pequeño
j ucucha
achaco
ratón
juccuta
iscu
sandalias
juntta
ppocca
cosa llena
juntai
ppocaio
llenar
jurucuta
culcutaya
tórtola, paloma
jusco
hocco>
agujero
juscusca
ppiato
agujereado
lachi guana
huaiaronco
moscardón
irama
ladera
laika
laika
bruja, hechicera
lappi
lappi
entiada, abertura
larca
larca
canal, acquia
laurai
»nacaña
arder, quemar
llausa
llausa
baba, baboso
licra
cbecca
ala
llancai
irnacaña
trabajar
llapfi
ppisna
cosa liviana
laquer parisca
chocrichata
herido
Uacguai
jallpaña
lamer
UacUaña
Uac laña
desbastar, labrar
llacta
marca
\7 ciudad, pueblo
llactachacui
marcachata
/^ avecindarse
llallina
llallina
exceder, aventajar
llama huiga
ccaura
carnero peruano
llamiri
mallina
probar
llampu
llampu
suave, agradable
Uantu
chihui
sombra
llampuchai
llampuchaña
suavisar, ablandar
V llaquicui
llasquisiña
tener pena
Uinquii
llinquii
greda, barro
562
TAVERA-ACOSTA
Quechua
Aymara
Castellano
llocai, llocsi
mistufía
salir, subir <
llaquisca
putiina
afiijido, estar triste
laukai
laikana
hechizar
macai
nuaña
pegar, aporrear
machai
umahui
emborracharse, ebrio
machaicucui
machafía
borracho
machu
achachi
viejo, anciano
maccha
sanu
pena, tristeza
naiccac
cama
hasta
mainacc
ccauqui
donde, en donde
mainacraanta
ccauquita
donde, en donde
mama
taica
madre
manchachicui
mulla
alarma, susto, miedo
mana
jani
no
manacasucuc
janica susiri
desobediente
manacai pichu
chusa ana
ausente, estar ausente
manafíañoc
janii huiri
inmortal.
mcana juchayor
jani huchani
inocente
manai ruraiatii
hari luraña
difícil
manarac
janirara
todavía no
manatac
janiraqui
tampoco
manca
ppucu
oUa
manchachii
ajsarayana <
intimidar, atemorizar
manchachicui
aj sarán a
temer, hesitar
manchaehicusa
ajsarana
cosa temible
maicac
cunapacha
cuándo
maiiecmán
cauquiru
á donde
mañai
mayiña
pedir
mañai manuscata
maytasina
pedir prestado
manu
manu
♦ deudor
manucai
manunna
deber
manui
raaitana
prestar
manumasi
manumasi
deudor conocido
manuta copui
manupo caña
pagar una deuda
maqiii
ampara
mano
masai chacrui
pituña
mezclar, amazar
raasi
masi
compañero, semejante
masca
ccaica
cuánto
mascai
tacaña
buscar
masqui
masqui
aunque, bien que
mati
mati
totuma, calabaza
mayu
jahuora
río
micha
micha
mezquino
michu
ahuaiiri
pastor
micjuchi
manccayana
dar de comer
micjui
manccana
comer /
micjuna
mancca
comida
millma
larhua
lana
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
363
Quichua
Aymava
Casteíla7io
misccai
lancana
tropezar
misqui
mojsa
dulce
moceo
chinu
nudo
moceo
moceo
eerrito
mocomocco
moccomoco
nudoso,lleno de nudos
molocco
moro eco
redondo
eusillo
mono
raoscocui
samcasina
soñar
mosco
machaca
nuevo
raosochumta
machacata
de nueuo
mosoc huara
machacamarra
año nuevo
mucchuchi
mutuyaña
castigar
muchusca
mutruña
sufren catigo
muju
atha
grano, semilla
muncacui
m un asi na
quererse, amarse
munacui
ananai
enamorarse
miinacuscai
huaca ampatina
idolatrar
munacuscaipuni
Imaca
ídolo
munai
munaña
querer, voluntad
munai mucha i
jampatiña
rogar, adorar, besar
munasca
m un ata
querido, amado
muspai
muspa
pensar, pensativo
muscuu
muquijña
oler
naccai
anta
apenas
naccailla
ñaña
casi
nacchasca
sanuta
peinado
nahui
nair
ojo
nan
ttaqui
camino
napaicui
aruntana
saludar, saludarse
naupacnui
nairacala
adelante
naupacui
nairataña
adelantarse
nii
saña
decir
nina
nina
fuego, lumbre
ningri
jinchu
oreja
noca chican
nohatanoa
de mi tamaño
noca
na, naya
yo, mío
nocac tatai
nahauquiha
mi padre
noca-giian
na-yampi
conmigo
noccanchac
jihuasa, na-anaca
nosotros
nocanchac iscai
panisa
nosotros dos
nacarii. huañunayai
taquesina
sufrir, padecer
nacchai
sanufía
peinar, peinarse -
noctu
lej-huc
seco
noctu
ppapa
médula, tuétano
nuñuchii
nuñuyaña
dar de mamar
ñuño
nuñu
teta, ubre
Waya
aru lanti
mañana
coju
ma coa
dentro, interior
^■64
TAVERA- AGOSTA
Quichua
Aymara
Castella7to
ocque ñagui
Ocque naira
ojos azules '
occa
occa
oca, ganso
ocllaiucu
arpi
seno, pecho, regazo
occollo
occollo
renacuajo
occoruro
jatacco
berros
oncoi
uso
enfermedad
oncosca
usuta
enfermo
opa
amu
mudo
orcco
ccollo
certo
orccoi
apsuna
sacar una cosa
pacacuJ
imantasiña
escojer sed (?)
pacai manta
ama sata
cosas ocultas
pacha
pacha
tiempo, lugar
pacha pacarii
pachacanti
aurora
pacha paccari
cantati uruni
aurora
pachallicui
istasina
vestirse
pacoma
pacoma
cauíivo, prisionero
pai
jupa
el, ella
pallai
pallafía
recojer
pampa
pampa
llano, llanura
paña maqui
cupi ampara
mano derecha
pantai
pantana
errar
papas
choque
papas
parai
tallu
lluvia, llover
para pacha
talln pacha
tiempo de agua
arusina
hablar, discutir
pascalai
ja rara ña
zafar, desatar
pata
araya
en alto, arriba
patilla
pataaii
Y pol]o
pyaa
apachi
\ vieja, bruja
pfaca
chara
pierna
pfiñachi
cquieachaña
insultar, injuriar
pfiñacui
tipusina
rabia, estar airado
piñacuicui
ccapisiña
enojarse
pfucuna
pusaña
soplar, soplador
pfuro
huaita
plumas, plumajes
pfuio
puyu
la pluma
píusca
ccapu
huso, rueca
pfuscai
ccapuna
hilar
pfuyo
cqueraya
nube
pichai
pircuña
limpiar
pichana
pichana
escoba
j'ichi tanca
pichitanca
golondrina
pichitanca
pichuichaga
j^orrión
puiquillo
puiquillo
nombre de una planta
piscca
pisca
cinco
piqui
ccuti
pulga
pisi
pisi
poco, esca->o, menos
EN KL
SUR— DIALECTOS
INDÍGENAS 365
Quechua
A y mar a
Castellano
pisicutis
canquipacbaqui
raras veces
pitac ? '
qnitisa ?
quién es?
pii
qnili
quien
airu
planta
poccosca
poco 'a
cosa madura
posocco
posocco
espuma
ppacha
isi
ropa, vestido
ppaqui
pqquifía
romper, quebrar
ppaquisca
paquita
roto, quebrado
ppisco
ja machi
pájaro
ppunchai
uru
día
plica
chupica
colorado
puchn
puchn
sobra, exceso
pucclacoc
anatiri
jugador
puccllai
unat'^nu
jugar, estar alegre
puñui
samca
sueño
puñuna
iquiña
dormir, cama
pu imita muña ni
iquihanchitu
quiero dormir
pururaa
purania
desierto, sin cultivo
piicyo
pucyo
pozo
quechi! i
apakona
irse, alejarse
qquetla
jaira
perezoso
quichari
istaraña
abril, abrirse
quilla guañi
iairi ^*
unión, conjunción
qqueniicui
queraisina
arrimarse, apoyarse
qquenii-CA
queraica
arrimado, apoyado
qquenti
quenti
picaflor, avecilla
quellcai
quelkaña
escribir
qquilla
pacsi
mes, luna
quuisa
quimsa
tres
quiru, ccama
lacachaca
diente
quisca
chapi
espina
racju, güira
lanccu
grueso, gordo
ali
rama
rantiguai
alasita
comprar, cómprame
rantii
fílana
ir á bUvScar
illapa
rayo
ri puri
saraña
ir á caminar
ritti
chuyuncaya
nieve
ritti, rittiii
ccunu
nieve, nevar
ruascca
lura tahua
cosa hecha
rumi
ccala
roca, piedra
rumisncai
calanchana
empedrar
runa
chacha
varón, hombre
runa
jaque
hombre, gente
rnntu
cauna
huevo
Vupasca
nacata
cosa quemada
sacsacui
si SI asiría
hartarse
366
TAVERA-ACOSTA
Quichua
Aymara
Casiellano
saiccucui
ccarina
cansarse
samai
sama
descanso, repodo
samari
samaña
descansar, reposar
saquei, aitaratai
jaitafía
dejar, abandonar
sara jancca
jamppi
maiz tostado
sara
tonco
maiz
carachi
saina, lepra
sayacui
sayaña
pararse, detenerse
sayasca
sayata
estar parado
senca
nasa
nariz
silvai
cuyuña
salivar, escupir
siUu
si Un
uña
simi
laca
boca, labios
siqui
china
año
siqquiy
jiqquiña
arrancar
sipas
tahuaco
moza, mujer joven
sipita
Ilica
red
si ri pita
siripita
grillo, insecto
sirqui
sirqui
berruga
jaquiri
sobrino
socta
sojta
seis
suchuri
iticana
retirarse
siiisui
susuña
cerner, cedazo
sullca pana
chinqui
< hermana
sullo
sullo
aborto
suUui
suyuña
abortar
suraac
ccacha
bueno, bonito
supai
aucca
enemigo, diablo
sutti, caiichai
ccana
luz, claridad
sutti yai
pacarifía
revelar, amanecer
suttun
chaqueri
gotear
sayai
suyana
esperar, atender
tacarpu
chacura
estaca
tacua
pusi
cuatro
tacua uco
pusini
entre cuatro
huancara
tambor
tanccai
nucuña
empezar
tantai
tantaña
juntar, reunir
tapa
tapa
nido
tapachai
tapachan
anidar
tapui
isquiña
preguntar
tarpui
sata
siembra
tarpui
satafía
sembrar
tata unainiyoc
auqui
abuelo, anciano
tataiqui
auquima
tu padre
tatan
auquipa
su padre
tatanchec
auquisa
nuestro padre
ta
ipa
tía
EN E
:l sur— dialectos indígenas 367
Quechua
A y mar a
Castellano
tiacui
utjana
asiento, sentarse
tuicui '
taripaña
hallar
tuiciinacui
haquisiña
encontrarse
ti ti
causi
estaño
ttacai
buarana
derramar
ttacsai
jariña
lavar
ttacu
ttacu
áspero, duro
ttacsac
ttacsiri
lavandera
ttanta
ttanta
\
pan
ttirapui
huallaque
^ hervir
ttio
challa
arena
ttucuichasda
chinasca
últimamente
tturuplato
chua
plato de barro
ttucsii
junuña
punzar, encajar
ttica
iquilla
flor
ttuta
ttuta
polilla
tucui
taque
todo, todos
tucnichai
tucuichafía
acabar, te i minar
tucui chaqui
ccorpa
término, fin
tucuichasca
tucusita
acabado
ttullo
ttnca
flaco, seco
tullu
cchaca
hueso
tuUuyachi
ttucaptana
eaflaquecer, adelgazar
tumpai
tumpaña
alzar, levantar
tustuu
cchacta
cuatro reales
tusuc
tocori
bailador
tusui
tocona
bailar
tuta
aruma, jaipu
noche
tutamanta
arumarp
de mañana
tutayac
chamaca
obscuro
uac huata
<> maamara
el año pasado
Otras voces C
liíichuas
( Extractadas de las obras de Humboldt, Prescott,
Carrey, Marcoy, Wiener, Girgois )
Arpak
sacrificador
arihua
fiesta
amaru
serpiente
Cajamarca
lugar de hielo
amauta
sabio
canopa
ídolo de metal
ancae
traidor
canku
pan de maiz
anta
cobre
capac
poderoso
368
TAVERA-ACOSTA
cori
oro
papa
padre
curaca (15)
jefe _
para
agua, río
cuzco
ombligo
pachaca
jefe de 100 sol-
cupai (16)
demonio
dadíís
Chauka
Ídolo de piedra
pana
hogar, sitio
champí
hacha de guerra quipu (17)
nudillos, cuen-
chasqui
correo
tas
Garúa
llovizna
quipucamaya
el que lleva ó
garuai
lloviznar
guarda los
Harabec
poeta, inventor
quipus
huaca
faja, deidad
Ramka kumi
adivinación por
huaraco
heredero
el sueño
hailli
triunfo
rimac
puente
huáscar
cable, cuerda
runa
hombre
hirka
cumbre
Tambo
posada
huakra
alacrán
tiú
arena
huaituk
adivino
Upa
silencio
Kau
brujo
Yanti
báculo
kuni
adivinación
yupanqui
rico en todas las
Llauto
turbante
virtudes
Mama
madre
Carakenke
nombre de un
mamacona
matrona
ave, cuyas
marka
torre, jurisdic-
plumas sólo
ción
usaban los In-
mar i
sagrado
cas ó los jefes
Pacíia
mundo
(
del Perú (18)
(15) Quizás la voz caraca es una variaatede atraca^ Jefe, por la
facultad que tenían los Curacas de usar plumas en la cabeza en
representación del Inca. Debe recordarse que Uacaipuro, nombre
del más glorioso de los Jefes indios de Venezuela durante la Con-
quista, expresa en lengua peruana " plumaje.de lágrimas."
(16j En el vocabulario que trae Gilij, tomado por el Rvdo.
Suárez, dice súpai. Girgois escribe tupay.
(17 ) Dice Aristidcs Rojas : "Los quipus fueron conocidos de
los Paráhuas antes que de los Incas, y usáronlos los Caribes y Ta-
manacos en las llanuras del Orinoco y los del Canadá y de México.
Su uso primitivo viere de la China y de otras regiones deL Asia."
— Estudios Indígenas^ página 16.
(18) A<;aso algunas tribus del Rionegro denominaron á los ga-
llos importados por españoles y portugueses con ios vocablos ca-
raca y caráquene, en recuerdo del pájaro sagrado de los Incas, al
que jamás habían mirado. — Notas del Auto) .
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
369
Carnpi ó Cainpa
Achote
pUiita, colorado
ah
si
aniani ,
el que vive
anta pancochi
en la casa
anta ma qui
sobre la piedla
apa
padre, abuelo
aytio
ser, tener
aytio pijitia ?
tienes mujer ?
ay niobi ?
cómo estás ?
ay nionaro
estoy bien
cachiguezanai
estar enfermo
cahasiba
bañarse
camachuneari
azul
cametina
bueno, bonito
cauari
ave negra y
caniri
yuca
blanca
capiro
loro
capí
caucho
carisi
trueno
careti
relámpago
cascarolla
lo mismo
casiri
luna
chagatacchi
pescar
chacupi
flecha
chiguicha
vulva
chichi
fuego
chinani
mujer
chiguito
mosca que pica
chirianti
pina
chinchipote
mono pequeño
coca
coca
chuirai
cerca, en redor
cubisi
olla
cotea
tortuga
estat
escarabajo
esca
pintura
etchibiste
mono amarillo
estia
chicha
eni
agua, río
hearoto
abeja
huaracca
algarrobo
hericha
cuerda
igié
hermano
igina
esposa
igiso serari
cabeza
ihpagri
norab. de u,n peí
'> imperita
cerro
impogo
caña dulce
impoquiro
estrella
incani
aguacero
iña
madre
inchaso
árbol
inchato
bosque
inquintacqui
herir
inquintiro
flechar
inquito
cielo
itomi
hijo
i pari gaiíacqui
irampoli
vientre
incani
lluvia
isihui
nervio viril
irichori
tío
ispatona
barbas
isongissaco
un objeto
legori
sin escamas
firo
tu
macero
sapo, rana
jetacomendoche puerta
matanqui
culebra
leri
tabaco
mapui
piedra
raahuani
tres
roereto
chato
mapi siqui
cerca de la pie-
naco
mano
dra
naco
candelero
ramemeri
perico
nada
animal
mongotacqui
cocinar, hervir
namahatanac-
,
naco
brazo
qui
nadar
nada
enemigo
naro
yo
nahuapitacqui
coser
nuitoce
negro
nia
agua, deudo
nanigacqui
corazón
noaseri
chicha de yuca
^^ nai
diente
noatacqui sa-
nencon
nube
mani
voy lejos
En el Sur— Dialectos Indígenas. 24.
370
TAVERA-ACOSTA
noaqui
lágrima
noataiha
yo voy
noccehona
setas
nobora
mejilla
nocheba
labios
nocheba
boca
nochón
cuello
nocchoncona
capilla
nogassaregi
testículo
nogamaguete-
í^
nogisi
pierna
rida
matar
nogriaqui
rodilla
nogili
pies
noguirimasi
nariz
nogiso sacqui
amarrar
tiomaga nacqui
dormir
noguera
quijadas
nomuchac
notoso tacchi
bailar
ctempi
beso, besar
nompimantacqu
i vender, cambiar
nonema
lengua
noncamantacqui
te contaré
nonenquietqui
collar
nonenchacqui
ropa, camisa
rooiacquira
tragar, glotón
nonei
pecho
nopariganacqui
caer
nonianaqui
hablar
norirai
sangre
nocuaimanacqui grito
notsirini
disentería
nosiste
espalda
obegantara
redondo
nunquirigacqui
hilar
ochariate
chico
ogachisuiai
dolor
ocquicho
semilla
ochili
perro
osictü
mono ne^ro
oquisoti
duro
otega tarjaqui
flor amarilla
osiquiena
cuadrado
pachaiitabi
mariposa
otenate
pesado
payro
mucho
pachenti
paloma
paDCOche
casa
pairnisimi
bastante
parianti
plátano
paquicha
anguila
piamenchi
arco
pe ni pero
mariposa
piniíitiro
amar
pichi
miel
pisüiii
mono nocturno
piniro chozi
tía
pochoti
pintar
piteni
dos
puchitari
negro
pubica
beber
queri
madera negra
pañaca
gente
quienti
sol
quetari
blanco
quipachi
serranía
quíntalo '*
loro verde
quiseri
amarillo
quirchari
rojo
sancati
color café
sabun birunchi
guayuco
sanlaberi
cedro
sanfíiro
caracol
serari
hombre, esposo
sargiminiqui
cacao
seui
tabaco
serepegari
médico
sima
pescado
si cata
comer
sinqui
maiz
simasiriahuanti
vainilla
tampia
viento
sitachi
cama
tera caraeti
malo
tasitacqui
asar
lera nonisero
no quiero
tera
no
umaginalo
mono pardo
tisoni
zamuro
umuius.-^ra
hueco, agujero
umalani
grande
yachicaquieiia
morder
unechotéguila
blando, suave
yamri
mono castaño
yocaío
botar
caniri
yuca
ywga
él
EN
EL SUR— Dialectos indígenas 371
Chiquita (/^)
Lula {20)
Vileta {21)
Agua ,
tuús
so
ma
arena
accíies
zu
arco
pines
aquép
árbol
é
quiré
ají ^
ostó
quiodai
aquí
asna
alma
ascipio
iscet
gosé
abajo
aaqui
sanmá
baslebé
arriba
a pe
soma
laué
año
nasuquibibés
vohó
sapé
animal
baus
váa
moít
amargo
piciananene
aap
curt
amarillo
axizuriqui
zoóp
sananáp
agrio
ocoro
aasp
curít
avispa
yanacuá
caxpa
ayer
ausere n' anenez
azul
oxicinama
Batata
quibichos
bosque
etul
cohuit
boca
ais
ca
yep
brazo
ipás
blanco
purucibi
po ^
pop ^
Cabeza
taani
tocco
uiscone
caimán
oquirís *
camino
vin
yagé^
casa
enú
quane
caña
nalha pulun
aqué
claro
anetás
voacquerap
pahue
cachicamo
ritacoós
\/ cerdo
^'^ejas
upauchéz
raaan
yinit
saquez
cera
jopoonoús
mapa
lappá
cielo
apez
so
laué
conuco
jacp
pemulbép
corazón
auzazís
iseet
gosé
cuerpo
quitipís
Chinchorro
sipé
peuisagúet
chigüire
oquis
chicha
zuma
suqué
Danta
oquitapaquis
día
anenéz
inni
ció
diablo
oichoboré
icheló
goz
Dios
Tupa
(19) Habitaban en la región S.
el interior del Chaco. — (21)
Notas del Autor
E. de Bolivia. — (20) Habitaban en
Vivían á orillas del río Salado. —
372
TAVER A- AGOSTA
diente
oos
llu
lupé
dulce
ociña
osaabp
dupmá
dueño, amo
maatas
anzulú
corít
Esposa
izipoci
camueptitó
güimá ^
Flecha
lata
aqué
frente
cutacuús
frijol
quichiores
polotó
poroté
fuego
pees
jucué
níe
frutas
velep
peié
Gato
oichebeis
missi
Hediondo
zuuzabo
ayup
puslít iquiét
hombre
ñoñeis
pelé
nitemoy
hijo
zai
cué
inaké
hija
ichaquimoco
cué
inaké
hoy
auza n' anenéz
hormiga
ochepéz
opeopé
zuzulí
lago
arubaituús
soisí
maiep
lanza
cayé
iquén
lechoza
zapayús
liebre
oiyorís
ligero
caacaa-apaeso
lengua
o tus
lequí
lequíp
lobo
uraamenéz
luna
paas
allit
^opi
Lluvia
taas
mep
loué
Madre
ipagui ipapa
hu»nué
nané
mañana
tubauca
maní
maquis
medio dia
izapez
inni tantaqui
olópaté
mano
ees
is
isip
miel
cus
yana
caxpajané
mono
oquiubis
monte
iritus
aizu ^
uagoseraop
mes
paas
allit
copí
muslo
ocheus
maíz
pilis
anapeyé
mujer
país
vacal
quislé
Nariz
iñas
ñus
limic
neí^io
quibizi
celé
quirimit
niño
vais
cué
cus
niña
cupiqurs
cué
bapús
noche
itobís
viyoc
uí
nubes
cuzaibos
voótni
saqué
Obscuro
tomicaneneca
vouyóc
dubquisé
oloroso
orio
acquemeixp
pulelét
ojos
sutos
chu
toqué
oso
upaichabis
orejas
umazus
cusp
maslup
Padre
iyai
pe
op
páiaro
utaús
sotó
aleí
EN EL SUR— DIALECTOS INDIGI
^NAS 373
plátano
pacobás
pecho
tucío
iné
gosé
perro
uta moco
culé
huan-ocol
perro de ig
Lia opiños
peí^cuezo
tapeús
pez
opiocóz
peas
aquep
pié
popéz
elu
apé
pierna
iis
isep
dose
piedra
caas
ai
uagosé
puerta
enuca
uep
Rostro
sus
rodilla
i chas
rayo
anetás
aguémp
paué
relámpago
mapaezós
rojo
quituriq.ui
laps
sukuéts
río
ocirús
soyabaltó
i telo
Sapo
oxixos
sol
suús
ini
oló
Tabaco
tabaco
tusup
trueno
iciu ntaás
tigre
oi timis
yauá
iquém
tierra
quiís
á
baslé
tortuga
apetás
Uñas
eequiquís
isl hu
valúp
Venacio
oibós
cocs
quigi
viento
maquietís
.> voopu
uó
vientre
quiporúz
ep ^
uúp
Yerba
nalha
ané
Zorro
umatucés
culé-elebí
ocol
Payuro
Auarigoto
Auano
Casabe
u
aquej u
pussi
tu
ama
amuere
yo
iu
ure
nuja
Otros
voces Ananas
Hacha
yabaji
tigre
cuajiji
mujer
inioji
yo voy
nujacau (22)
(22) Estos vocablos Payuros, Auarigotos, Auanos y Otomacos,
así como los vocabularios Chiquito, fiulo y Vilelo, los hemos toma-
do de la obra del Rvdo. Gilij, quien asegura en la pág. 149, Cap. 3,
Lib. 3, tomo 3 de su Saggio di Sioria Americana que la lengua Ta-
.V manaco y la Maypures son la clave de casi todas las naciones del
Orinoco. — Nota del Autor.
374
T AVERÍA-AGOSTA
Otras voces
Otommas
Bueno
tenuma
si
aa
bonísimo
tenuma-araó
tabaco
ghí •
dos
de
tortuga^
acquea
lechoza
pappai
tu
í
padre
aua^
uno
engá
pájaro
ga
yo
no
VOCES HAITIANAS- (23)
Nombres de pueblos y de Caeiqítes
Guacanagari
Jaraguá
Marién
Guahaba
Guarionej
Guacaiyarima
Amaguei
€iguayo
Behechío
Aniguayagua
Macorij
Cubao
Caonabó
Iguamuco
Icaguá
Macao
Higuei
Bainoa
Banique
Cayacoa
Cotúbanamá
Yaquimo
Careibana
Yaguana
Ujraatei
Magua
Cibao
Baoruco
Mavobanej
Maimón
Caiguán
Zahai
Nombres de ríos f de arr
'oyos
Yuna
Dahabón
Maho
Guayobín
Neiba
Hatibonico
Camo^
Maimón
Camín
Guarico
Nigua
Nizao
Cotui
Agmina
Bahabonico
Ocoa
Yaqui
Heuna
Para maho
Janiqne
Haina
Guaba
Cibú '
Mayo
Báho
Guanahumá
Cepecepe
Diccayagua
Coaclinucúm
Buemicúm
Nombres de pía
nías y de frutas
guayaca n
yagua
guayaba
yabruma
ceibíi
copel
anona
guaba
caóbán
hibuero
hobo
tuna
caimito
maní
guanábana
h i caco
guácima
palmicha
pitahaya
mamey
(23) Las
voces que siguen,
(así como el g
;losario ) las h
hemos
entresacado de la obra de Fray Bartolomé de las Casas^ titulada
Apologética Historia de las Indias.
Nota del A2U0X. *
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
375
Haití
Guanabo
quemí
hutía
curie
Nombres de islas y de golfos
Guanahaní Samaná Azua
Saona Yagua Yaquimo
Nombres de cíiadrúpedos y d.e insectos
Iguana
raohic
cocuyo
nigua
jejen ^
comején
Nombres de peces y raices comestibles
tiburón manatí batata guajeare
tetí guabina lerén [lairénj ages [ñame]
dihaca danao yuca yahubia
zoge guayaga
Otras voces
Ají
Atabej
Baharí
batei
behique
bejecu
bija^
bohío
burén
buti
Cabuya
caco
caney
canoa
caona
catebía
casabi
cerní
ciba
cohoba
conuco
cohoiba
Daca
duho
Guaoxerí
•"^uariquitén
pimiento
nombre de la ma-
dre de Dios
señor, señoría
pelota 3^ sitio pa-
ra jugarla
sicerdote, adivi-
no
bejuco
pintura colorada
casa, albergue
budare
zarco
cuerda >
ojos
casa grande
bote
oro
yuca rallada
pan de yuca
ídolo, estatua
piedra, cuentas
rapé (ñopo)
labranza, cemen
tera
tabaco
yo, mi, mío
asiento
hombre, señor
aparato para ra-
llar yuca
guamiquuia
Guanique
guaca
Guaca
guanín
Hamí
hamaca
hupía
huracán
Ibiz
Jabjao
jagüey
jaiba
Libuza
Macana
mahiz
mahite
matunheri
Naboría
nitaiíno
0-camo
peití
taguagua
sebucán
Jefe superior
nomb. de sierra
guacamaya
nomb. del her-
mano de Dios
joya
nomb. de valle
cama colgante
alma, espíritu
viento impetuoso
cedazo, manare
lo mismo que
jaujau
algibe, ojo de
agua
nomb. de un
crustáceo
piel de lija
arma de guerra
grano alimenti-
cio
dientes
señor, señoría
criado, sirviente
capitán
oye, tu
negro
sarcillos
aparato para ex-
primir la cate-
bía
376
TAVERA-ACOSTA
Yarí
joyel, tesoro
Zapita
nomb. de val^e
ye
lomisruoq'y
eiba Uno
hequeti
yen
lo mismo q'
yare dos
yamoca
Yocahu-Vagua-
tres
canocún
Maorocoti Dios
cuatro
yamonco-
Zabana
campiña
Siusi (^5)
bre (24)
Tartana
Y u cuna {26)
Lengua
nuenéne
uénene
nurlena
diente
nuetsa
ué
nói
nariz
nitacu
uéchtacu
nutacu
boca
nunuma
uanuma
nunuma
ojo
nuti
pátida
nújrlu
oreja
núeni
uejeni
noujjuí
cabeza
niuita
pajjuida
nuirla
agua
uni
ur.i
uni
fuego
tidse
tchiáua
tsiá
sol
gamui
queri
camó
luna
queri
queri
queri
estrella
jiuiclii
uitsudape
jiuiri
uno
apaba
pada
pajrlúasa
dos
dsamapa
. yamaite
jiamá
tres
mandalíapa
mandálite
uesiquierle
-,
Tticano
¡Janana
Uaicana
Lengua
yéemenó
yáamanó
manó
diente
u>piri
piri, pidi
ujpiri
nariz
equéa
quenó
equéa
boca
ejsero
dejsero
desero
ojo
caj peri
cajpádi
caj pea
(24) Segúndelas Casas, los aborígoiies haitianos contaban
hasta el 10 ; pero él no trae sino estos cuatro primeros números.
(25) Koch-Grünberg dice de los Uariperidáquenas, á quienes
llama Siusí, que -'representan el tipo más puro de los Aruacas, por
sus facciones finas, casi europeas," en oposición á las de los Cata.
polítani del raudal de Tunahí, en el Izana, y los Jujutenis de]
bajo Aiari, que tienen " caras gruesas, pómulos salientes, ancha
boca, abertura angosta de los ojos y ésta inclinada hacia la nariz."
._.0b. cit. pág 170.
(26) El mismo autor dice de estos indios del bajo Uaupés-Cu.
yari, que ''hablan un dialecto muy puro del Aruak" y que "el
parecido de sus facciones ñnas é inteligentes, con el de sus parien-
tes los Uuariperidáquenas, es muy visible. — Ob. cit. — Notas deU
Aíitor.
^
EN EL SUR — DÍA]
LECTOS INDÍGENAS 377
oreja
comépero
caá mono
camono
cabeza
dejpóa
dejpúe
da j púa
agua
ajeó, ojeó
có
ajeó
fuego
) pechcámee
pchtcháca
pechcaca
sol
mujipu
sé
ajsé
luna
niujipu
sé
ajsayemiqueno
estrella
yájcoá
yapítclioa
5'apicoa
uno
niicanó
querlia
ajcaqairó
dos
peáro
peáro
peáro
tres
íitiaro
tíaro
tíaro
Tuyzíca
Bar a
U ai ana
Lengua
yemeno
yémenó
yéraeno
diente
ujohi
ujphi
opi
nariz
echquéa
échqnea
équeá
boca
ejsero
ejero
esero
ojo
caj pliea
cájphea
cape
oreja
camóphero
amóphero
camópero
cabeza
dejphuo
déjphea
depone
agua
ojeó
ojeó
ocó
fuego
pechcámene
péchcame
pecame
sol
mújiphú
mújiphú
mújipué
luna
mujiphú
mújiphú
miijipué
estrella
yájcóá
yójcóá
yécoá
uno
tchichcarlo ^^
jichcaga
icapeleco
dos
peárlo
peága
peápeleco
tres
ichtiero
ichtiaga
itiápeleco
Uasena
Bujagana
Tsela
Lengua
yémenó
yémenó
yémenó
diente
opi
^uji^
ojphi
nariz
equéá >
inyá
íchcueá
boca
edsero
rlichsé
rlijé
ojo
capeca
cajea
cájphea
oreja
camópero
gamo rio
amorío
cabeza
depone
rlichjoga
lichphóa
agua
ócó
íde
ojeó
fuego
pecame
jéame
pero
sol
mújipe
omacayi
mújiphú
luna
mújipe
yamigague
mjiphú
estrella
yócóa
yójcóá
yójcóá
uno
j icario
enría
jica
dos
peárlo
jéarlá
pega
tres
itíarlo
edíarla
ichtíaphe
Ertdra
Des ana
Yupua
Lengua
yéraenó
nériru
dódo
Miente
g^iji
gujícudi
gojpega
nariz
inyá
íniuú
éngedé
378
TAVERA-ACOSTA
boca
lisé
dijsiro
díjsi
ojo
cajea
cuiri
yerle
oreja
gámonó
gáaminó
n-yamú
cabeza
rijjoa
dejpuru
cuerle a
agua
ojeo
dejcó
dejcó
fuego
hearoe
pea rae
pierle
sol
mújijú
abé
aué
luna
yamíague
abé
yaímagueáue
estrella
y ojeó
neyajca
yoj corlo
uno
cojoga
yújuye
tzuúdyá
dos
géaga
péyee
aj pedyá
tres
edíaga
erleye
arledyá
Vajuna
Cobéua
Cueretu
Lengua
nénoqueca
jemedo
siámerlaco
diente
ópía
jicopi
sicojiri
nariz
óme
ueca
sicomeo
boca
dijocope
jijécamu
sírisepu
ojo
> áacoá
jiyacorli
siacoquia
oreja
ámú
jicámucá
siquiaurlo
cabeza
dupucoa
jipobe
sirojo
agua
ocoa, jocóa
ocó
cótapu
fuego
peca
toa
jequiequie
sol
ijía, aiyaga
auiys
ja-ia
luna
yámigacaiyaga
auiya yamícaque ja-ia
estrella
táapía
abiácoa
yacoje
uno
ínojo
cuínarlo
ñamare
dos
ípo
pecarloa
najáraquiare
tres
mácarlaco
yóperquerloa
masiraquiare
Umáua-Jianacoto Míraña-Imijite Uítoto-Caimó
Lengua
yinyico
menéjecoa
egueta
diente
yerli
meecoajee
ijsie
nariz
yonárli
metejao
dopo
boca
yétarli
méeje
pue
ojo
yenurlu
maatje
uise
oreja
banárli
meneraeo
quenobe
cabeza
bútuje
meenícoae
ejpogue
agua
tuna
néjbaicu
jan enoi
fuego
majoto
quejegoa
reque
sol
uei
néeba
j i toma
luna
nune
btjcoejpi
pheui
estrella
cirlique
mequérecoa
ocuto
uno
ten yi
tsane-ere
daje
dos
sequénerle
rainyeque
menaje
tres
tserláuerle
máaquini
daje ámani
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
379
Macú (2/)
Macií (2c?)
Macú (2^)
Lengua
noquepa
noquedn
neg
diente
taqui
tagn
máu
nariz
tóite
toidn
tiégna
boca
no
nodyidn
jagtjú
ojo
tem
tapegn
quíbnda
oreja
cúi
buitongn
munitjú
cabeza
nu
nu
uaitibn
agua
nej
n-de
má
fuego
bej au
n-degnjó
tequéd
sol
jódén
uerjó
yeú
luna
tchemjó
tcheébnjaiáb
uídn
estrella
tamé
ueramé
quéiyoa
uno
mé-id
taiyaba
bignou
dos
tem-id
m-beé
tehéneoú
tres
matneuáp
Ca
moneg uáb
rijona
bechcamanou
(Del
Dr
•. Crevaux)
Diente
yeri
ojo
yenuru
oreja
anari
cabeza
utuhé
agua
tuna
fuego
tata
sol
beí
luna
nunua
uno
teni
tres
¿>
dos
seraueré
sequenere
DOCUMENTOS ARQUEOLITiCOS
Entre los numerosps utensilios y curiosidades indígenas que
que poseemos, se encuentran las siguientes antigüedades :
I mortero de piedra de 28 centímetros de circunferencia exte-
rior, 15 en el borde interior de la concavidad y 6 de altura, hallado
en las márgenes del Sipapo.
I monolito circular, pulimentado, de 28 centímetros de cir-
cunferencia por 35 de diámetro y 14 de espesor ; de las cercanías
de la Uruana.
I falo de piedra de 15 cm. de largo por 20 de circunferencia
en la base y 9 en el glande ; 5 de diámetro en ésta y 3 en el ex-
tremo ; del río Matabén.
I id. id. de 10 de largo, 15 de circunferencia en la base y 12
en el balano ; diámetro, 3 ; del río Uapo.
I id. id. de 8 de largo. 14 de circunferencia en la base y 13
en el extremo ; diámetro, 3 ; del mismo río.
'■^ (27) Del río Cui-icuriari. — (28) Del río Tiquié. --( 29 ) De
ríos Papurí, Caiarí y Quirari
los
380 TAVERA-ACOSTA
1 ídolo representando una rara cabeza de cuadrúpedo. Mide
8 centímetros de largo desde la punta del hocico hasta la nuca,
por 6 de ancho en el extremo inferior de la boca 713 en el supe-
rior ; del Delta del Orinoco. <
2 hachas de piedra, pulimentadas, de 8 y 1/2 centímetros de
largo, cada una, por 7 y t/2 de ancho y 3 de espesor ; del alto
Orinoco.
I hacha de piedra de 9 cm. de largo por 6 1/2 de ancho y 3
de grue.^o ; del caño Beripamoni.
I id. id. de 9 y 1/2 de largo por 6 de ancho ; del río Matabéu.
I id. id. de 6 de largo, 6 de ancho y 2 y 1/2 de grueso ; del río
Uapo.
3 id. id. encontradas más arriba de la confluencia del Cunu-
cunuma, con las siguientes dimensiones : una de 6 x 6 y 3 de
grueso ; otra de 5 x 6 y 2 de espesor y la última de 5 x 5 y i y 1/2
de grueso.
-,^^
Sexta Parte
Supuesta antropofagia de los indios del Caquetá y del Putu-
mayo — Un artículo del Dr. Mosquera — P.elato canibalesco de un
señor Calderón — Tópico del señor Delegado por Colombia ante
el Cor^reso pan-americano reunido en México — Consideraciones
— HisSria del origen del mito de la antropofagia americana.
"■¡^■jr" ■■ivP^ '^■tr" ^ifaff- 'if^HSf- ^ÜÜ»- '<^P-' -^t" "^■j^'" '<^4>' •<JN!i>'-'"^'<l>--'#^^"<^-^"'<N|>"-'^^l>-
En el número 29 del periódico bogotano El Público,
de 26 de enero de este año, ha publicado el distinguido
escritor colombiano, nuestro docto amigo señor don Ru-
bén J. Mosquera, un artículo en el que inserta una lar-
ga carta de un señor Abel Calderón S., contestación á
una suya en la que excita á dicho individuo para que le
informe si existe la antropofagia entre los indios del
Caquetá y Putumayo, con el propósito de refutar lo
asentado por el autor de estas líneas acerca del tópico
usado por el explorador ' Rafael Reyes, actualmente
Presidente de Colombia, de que los aborígenes de
aquellas regiones se comieron á su hermano Néstor, etc.
El Sr. Calderón, acaso deudo del señor general Re-
yes, al decir de Mosquera ha sido y es comerciante de
aquellas lejanas comarcas, en donde ha hecho una sólida
fortuna ; mas no sabemos si ha destinado parte de
ella á cultivar científicamente su mentalidad. Em-
pieza éste su epístola así :
"En mi poder su estimable de fecha de ayer (21
de enero de 1907) en la cual me excita para que le diga
con toda sinceridad si es cierto que en la región del
Caquetá y Putumayo existen indios antropófagos, pues
desea desvanecer una duda, y salvar, en cuanto de us-
ted dependa, la veracidad del dicho del señor general
Rafael Reyes, "' quien ha afirmado su existencia, en su
" importante narración de viajes, que tanto ha intere-
'^ado al mundo, como que su hermano Néstor murió
" devorado por ellos."
3 84 - T A V E K A-A G O &TA
" Siento mucho no conocer la obra del escritor ve-
nezolano de que usted me habla ; pero en mérito á la
verdad y deseando esclarecer este punto, digo» á usted
que es evidente el dicho del señor general Reyes : la
antropofagia existe aún en la región salvaje meridional
de Colombia."
Y á vuelta de minuciosos detalles espeluznantes y de
horrorosas circunstancias, que parecen hijas de una
imaginación febril, refiere el señor Calderón el espan-
toso suplicio de una joven ferozmente devorada /o mismo
que el infeliz Néstor, por " más de ochocientos " indios
de los afluentes del Caquetá y del Putumayo ; y con-
cluye repitiendo que '*LA ANTROPOFAGIA ES UN HECHO
DOLOROSO EN LOS POSTREROS BALUARTES DE LA TIERRA CO-
LOMBIANA" ; y ya antes: ''Tocóme explorar esa re-
gión el año de 1899, muchísimos años después del señor
general Reyes, y puedo asegurar a usted oue los an-
tropófagos PUEDEN CONTARSE POR MILES. QuiZÁS NO
BAJE DE 20.000 EL NUMERO DE ESTOS."
Es decir, agregamos nosotros, de los que no son
esclavos de los r<ij¿:/6';^¿í/^j' ó no soportan " foete y plan
de machete, modo como los gobiernan sus patronos ci-
vilizados," según la gráfica expresión del narrador.
Hay tal lujo de horrendos detaMes en la relación
que hace éste, relación que deja máy atrás la del señor
Reyes ante el Congreso Pan-americano que se reunió
en México ; se nota tal em¡)eño en sacar avante el di-
cho de este explorador, que ese mismo empeño y aquel
mismo lujo de pormenores hacen pensar aún hasta á los
sostenedores del mito, en el idealismo de tales asertos.
Se ha querido elocuentemente probar tanto en
pro del canibalismo, que sólo se ha logrado comprobar
que los indios en veces son vengativos y crueles por
represalias, corroborando así lo que ya hemos dicho en
las páginas de Rionegro, (i)
(i) Ninguno de los conquistadores, ni ninguno de los mis>íj-
neros, vieron á estas tribus comer carne humana ; y si nos referi-
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS
Pero para que nuestros lectores juzguen mejor del
relato del comerciante señor Calderón, léanse unos pá-
rrafos de.»su carta al señor Mosquera:
*' Algunos Capitanes ó Caciques, interrogados por
mí, me dijeron lo siguiente, que después confirmé por mi
propia experiencia: "Nosotros no nos comemos entre
'ios mismos de nuestra nación ni de las demás nacio-
"nes vecinas y amigas, lo hacemos con lasque no teñe-
'*mos relaciones, á quienes por tal razón consideramos
"como enemigos natos. Lo hacemos también como
"una necesidad, porque es la carne que más nos au-
gmenta, dándonos mis fuerzas que el pescado, las aves
"y demás animales del monte, como que es la más sa
"brosa, ó mejor dicho, más rica."
"Paso, pues, á enumerarle algunos de los casos,
de los cuales fui testigo ocular, así como mis compañe-
ros civilizados, que presenciaron conmigo esos festines
repugnantes. Muchas de las personas que cito, testi-
gos presenciales, podrán sacarme avante, puesto que
muchos existen. ^
mos á toda la América, podemos decir que sí pudieron haber
presenciado entre algunas de ellas escenas sangrientas y feroces
que suspendieran el ánimo, como quemar seres vivos, destrozarlos,
asarlos en pedazos ( como á su vez hacía el Santo Oficio en España
é Inglaterra ) aniquilarlo^ cruelmente, etc. y todo en represalias,
debido á su infeliz estado social. Pero de eso á mirarlos comer
carne humana, hay una diferencia inmensa.
Los cronistas del siglo XVI, á que hemos hecho alusión en
el anterior Capítulo y que escribieron sobre antropofagia, lo
hicieron : ó para cohonestar los crímenes horrendos cometidos por
sus compatriotas contra la raza americana, ó sugestionados por
las narraciones fabulosas de los primeros conquistadores, ignoran-
tísimos de suyo ; y cuanto á los que les siguieron repitiendo la
conseja, también por ignorancia lo hicieron ó por pura convenien-
cia, á fin de no tener competidores en la espantosa influencia que
ejercieron en los siglos XVII 3' XVIII sobre los pobres indígenas,
á quienes, si bien ya no podían vender como esclavos, los mante-
nían en condiciones de terrible servidumbre. - ....
Y esto que decimos acerca de la supuesta antropofagia de los
indios de Venezuela, podemos aplicarlo también á todas las tribus
indígenas del Nuevo Mundo : para la época en que llegaron los
ca!stellanos no había caníbales en este Continente. — Rionegro, por
B. Tavera-Acosta, Capítulo VII. — Ciudad-Bolívar, 1906.
386 TA VER A- AGOSTA
" I? En la nación denominada los Nonuyas (achio-
tes) cuyo nombre del Capitán ó Cacique se me escapa,
tenían apresada y lista para ser devorada en up festín, á
una india joven, de la nación de los Noicomíñne, situa-
da á mucha distancia, y por consiguiente, enemiga na-
tural, según práctica inveterada en los salvajes.
''Habiendo yo tenido noticia de este suceso, me
dirigí de la nación de los Cttmaride, donde me encon-
traba, en compañía de los Sres. Celio Silva, Apa-
ricio Cuellar, Tomás Vela (tolimenses) Ángel En-
rique Larraniaga (pastuso), y otros más, á la citada
nación de los Nonuyas, con el fin de impedir dicho su-
ceso, ya fuera comprando la víctima á sus enemigos, ó
ya tomándola á la fuerza. Antes de llegar, fuimos ob-
servados por ellos, como á la distancia de dos cuadras y
apercibidos quizá de nuestra intención, se apresuraron á
cortar una pierna á la víctima, desprendiéndosela des-
de la rodilla, operación que ejecutó el Capitán de la na-
ción. Este suplicio se verificaba en un patio limpio
entre un concurso de más de (^00 indios de ambos sexos,
convidados al efecto, tomando parte hasta los niños pa-
ra ultrajar á la víctima. No interrumpieron su cere-
monial, no obstante haber llegado á tiempo en que sólo
le habían cortado una pierna. Continuaron su fiesta,
y como demostración de agasajo, nos obsequiaron chi-
cha, yuca y casabe, que no aceptáronos por asco, impa-
cientes y mal humorados por no haber podido lograr el
fin que nos proponíamos. Es de advertir que los indios,
sagaces como son, se dieron cuenta de que nuestra
llegada tenía por objeto estorbar su regocijo, y sin dar-
nos lugar á reclamo, procedieron á mutilarla, á fin de
no verse obligados á suspender su festín. Impedirlo en
esas circunstancias habría sido una temeridad en que
teníamos la pro,babilidad de salir desastrados y con ries-
go de la vida. Nos limitamos en nuestra impotencia,
á presenciar el resto de la ceremonia, aterrados de su
crueldad.
" Sentada la víctima en una especie de banqu¿?lo
rústico, fue amarrada luego por los hombros, sin que hi-
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 387
ciese efuerzo alguno para libertarse, y con la resignación
más estoica resistió á todas las crueldades á que la quisie-
ron sometef, sin hacer un gesto de dolor ni oponer nin-
guna resistencia. Apenas fruncía los labios y se retor-
cía en su potro de martirio, á tiempo que sus verdugos
daban gritos salvajes de contento viéndola padecer y
danzaban frenéticos en torno de la inocente. Le in-
culpaban á voces diciéndole que en ella vengaban las
muertes que les había hecho el Jefe de su nación, sin que
la víctima contestase una sola palabra. . Terrible es ver
que hasta los niños de cuatro años bailan y se agitan
ebrios de placer al rededor de la supliciada, con sus ar-
mas en la mano, amenazándola, mostrándole los dien-
tes, sacándole la lengua y arañándola en señal de ven-
ganza, halagados con la dulce perspectiva de comer su
carne como exquisito manjar.
*' La víctima de que hablo era joven de cerca de
dieciocho años y muy robusta. (2) No era fácil distin-
guir sus facciones, porque le habían cubierto la cara con
un barniz muy blanco y brillante, con que acostum-
bran untarlos antes de descuartizarlos, pero que se ase-
meja mucho al que ponen en el rostro de los santos.
" Poco después de nuestra llegada, una india vieja,
especie de bruja, le cortó un pecho á la víctima, quien
sólo hizo un gesto dolproso, sin proferir una queja.
"La muchedumbre lanzó un berrido de fiera que se
prolongó amenazante, y continuaron con más ardor sus
bestiales regocijos. Aquello era el delirio de la em-
briaguez !
( 2 ) Aún cuando el narrador dice que eran " más de 800 ind'os
de ambos sexos," fijémonos en la cifra de 8oo, solamente; y su-
poniendo que la joven pesara 60 kilogramos, tocaría á cada uno de
ellos 75 gramos de carne y hueso. Por supuesto, sin contar la ca-
beza de la víctima, que se comió el Capitán Nonuya ; los intesti-
nos, que no devoraron por inservibles ; los húmeros, que habían
utilizado como pitos ó flautas; una pierna, no sabemos si la derecha
ó la izquierda, que se llevó el capitán de los Uigíiines ; los dientes,
con los cuales el mismo Nonuya se fabricó un collar ; y, final-
mlHite, sin contar los pedacitos de carne que cada Capitán se llevó
para su casa ¿ Cuántos kilogramos pesaría aquella res ?
388 TAVERA-ACOSTA
" Serían las cuatro de la tarde cuando tuvo lu-
^ar esta fiesta de la infamia, y el bullicio y la algazara
no disminuyeron. Acto continuo cortáronlec el brazo
derecho, con paleta y ¿odo ; después de esta operación,
que resistió con el valor de que había dado prueba., in-
clinó la cabeza sobre el hombro del brazo que le queda-
ba, y expiró Entonces un indio de formas atléticas,
la tomó por el pelo, y de un tajo le separó la cabeza.
Desatado el cuerpo, la llevaron á rastras hasta una fuen-
te, dando todos aullidos de contento, en donde la abrie-
ron y lavaron muy bien, sacándole el corazón y el hí-
gado, presas que estiman en mucho ; botaron los intes-
tinos y regresaron con el resto de carne despresada, que
echaron en grandes calderos y comieron cocinada. Es
de advertir que las primeras piezas que le habían corta-
do, se las comieron asadas, llegando muchas veces su
crueldad hasta obligar á la víctima á comer de su pro-
pia carne.
*'A las 8 de la noche ya los brazos de la víctima ha-
bían sido devorados con muestras de exquisito agrado
y regocijo de la multitud ;* mientras que los huesos
del ante brazo, cortados convenientemente, desem-
peñaban, como es uso, las funciones de instrumento de
música ó silbatos — que no acostumbran otros — -para ale-
grar sus festines. Siguió luego una ceremonia muy lar-
ga que le hacen á la cabeza de la victima, que terminó
como á las dos de la mañana, y que por no ser dema-
siado cansado no relato aquí. Excusado será decir que
durante aquella noche ó aquelarre, no era posible dor-
mir, tanto era el bullicio y estruendo, como grande
nuestra excitación.
"Una parte de la carne de la pobre salvaje la coci-
naron y se la comieron, durante la noche ; la cabeza se
la comió el Capitán Nonuya, y los dientes los colocó en
un hebra ó piola delgada, formando una especie de cin-
tillo, que se ciñó al cuello como muestra de orgullosa
distinción, propia de su jerarquía.
"Al día siguiente se regresaron las naciones convi-
dadas, llevando á sus casas cada Capitán un pedacito
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 389
de carne de la víctima. Recuerdo que las naciones con-
vidadas que tomaron parte en el festín, fueron las si-
guientes '.^^Citmarides, Enocayé^ Muitidifó^ Muitof eches ^
Cuyog gards, Ameíianiy Uígüines, cuyos Capitanes, res-
pectivamente, son como siguen : Cumaredock, Güípina-
7'e, Muitipiiküi, CJuirocagüídto, Cuyo7tiray y Fusiyamy^
sin anotar el nombre del Capitán de los Amenanis^ pc^r
no recordarlo. El Capitán de los Uigüines obtuvo la
mayor participación, pues supongo que las dos naciones
tienen algún parentesco, porque le obsequiaron una pier-
na entera de la india, que se echó él mismo al hombro,
para llevarla á su casa. Repugnante espectáculo el
que presentaba este miembro mutilado y sangriento
pendiente de la espalda de aquel salvaje, y cuyo pie se
movía de un njodo particular en displicente vaivén.
¿ Puede comprenderse una saturnal semejante ?
'' La nación de los Nonuyas queda en medio de las
ya enumeradas. Advierto que conozco personalmente
la gente de las ya citadas naciones, inclusive sus Ca-
pitanes.
''2° El Sn D. Emilió'Gutiérrez (antioqueño) entró
á esa región acompañado de sesenta hombres civiliza-
dos, peones de él. No conocía el carácter de los indios
de esa región y estaba acostumbrado á manejar los Ta-
mas, Core^'íiajes, Macagua] es y Andaquíes^ ya conquis-
tados por los pastosos y cuyo número es muy reducido.
Están enseñados á resistir foete y plan de machete,
m'')do como los gobiernan sus patrones civilizados.
"' El Sr. Gutiérrez cometió probablemente muchos
atropellos con los indios, según el dicho de éstos, y
quizá muy particularmente con los Andoques, que son
los indios más belicosos entre todos los de esa región,
y partió para el Brasil, embarcándose en el Quebradón
de Machaggaró, afluente del Fahay, con algunos peo-
nes, quedando el resto de ellos dividido en cuatro ó
cinco grupos distribuidos en varias naciones de los Ando-
ques. Empleó algunos meses en su viaje hasta el re-
gí^eso, y varios de sus peones, sin ninguna clase de re-
cursos, unos con fiebre, otros anémicos y casi muertos
3'9<^ TAVERA— AGOSTA
de hambre, llegaron un día á nuestra casa en busca de
remedios para sus enfermedades. Gustóle nuestro tra-
to y particularmente las atenciones que les ¡x"odigaban
los Sres. Rafael Tobar Cabrera y Aquileo Torres L., mis
socios, y en vista de esto, resolvieron quedarse en nues-
tra casa. Llamábanse Eliseo Atencio, Juan Bautista
Betancoart, Antonio Parra, Antonio Cano, Aparicio
Cuellar, Cerbeleón Sánchez, Ricardo Duarte y Matías
Gómez. \^o^m6\o^, ofendidos por el trato que habían
recibido de éstos, resovlievon matarlos y atacaron grupo
por grupo hasta que los ultimaron á todos, preparándose
luego para atacar á Gutiérrez, cuando regresara de su
viaje, y al efecto, cuando hubo llegado á la nación An-
doque (cuyo nombre no recuerdo en este dialecto, pero
que traducido al español, corresponde á la voz sapo ) el
capitán llamado ñíayordia lo atacó matándolo junto con
sus compañeros, una mujer civilizada, tres c cuatro ex-
tranjeros, entre éstos un portugués y otro brasilero.
Creyendo luego los Andoques que yo era hermano de
Gutiérrez por tener á mi lado una p irte de los peones
que habían conociio con éste, Veso! vieron atacar mi ca-
sa llamada \£;^/r^r/í;5-, matarnos y robarse las mercan-
cías y demás efectos que hubiera. Cuando tal pensaron,
ya me había yo separado de los Sres. Tobar Cabrera y
Torres L., y trabajaba por mi cuenta como aviado de la
casa Larraniaga, Rajnirez & O,* establecida en el río
Iga-ra-paraná, afluente de) Putumayo.
" En un día miércoles del mes de Febrero 1901,
los Andoques me atacaron la casa, matándome por sor-
presa los peones que en ella estaban, y después de ro-
bar cuanto encontraron, la redujeron á cenizas. Fueron
la víctimas : Cerbeleón Sánchez, Ricardo Duarte, Ma-
tías Gómez ( tolimenses ) y Cándido Gutiérrez (antio-
queño). Fue á las nueve de la mañana del citado día,
cuando tuvo lugar el horroroso crtmen en mi casa, y
apenas hacía media hora que en compañía del Sr. Apa-
ricio Cuellar, había salido en dirección al Puerto de los
indios Caniene (Huitotos), sobre el Iga-ra-pararná, de
manera, pues, que nuestra salvación fue providencia^.'
Así las cosas, marchó á nuestro encuentro una comisión
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 39I
de Larraniaga, compuesta de los Sres. Celio Silva, Án-
gel Enrique Larraniaga, Tomás Vela, Arturo Trujillo,
Carlos Veiasco, unos dos peruanos y otros cuyos nom
bres no recuerdo. La comisión llegó á la casa de los
Acacias, nación de Uigüines, de propiedad de los Sres.
Ismael Cuartas y Severiano Liscano, en donde me ha-
llaba desde hacía dos días esperando la mercancía del
puerto, y me hizo saber que iba en mi auxilio enviado
por Larraniaga, quien hacía cerca de ocho días sabía
que. yo sería atacado. Entonces ya malicioso de que
fuera cierto que los Andoques pretendieran atacarme la
casa y matarme la gente, convidé á los comisionados
para que me acompañaran á casa y á una correría por las
naciones de los indios que me trabajaban. Fueron con-
migo, y al pasar por la nación de los Cumaride, me infor-
mó el Capitán de ellos que los Andoques me habían ata-
cado la casa, matándome la gente. Seguí inmediatamen-
te á ver qué era lo que había ocurrido y al llegar al sitio de
mi casa encontré sólo cenizas y algunos restos de los cuer-
pos de mis peones Inmediatamente regresé en dirección
á la casa de Cuartas y List?ano ( Las Acacias ) Esa no-
che estuvimos amenazados por numerosa turba de indios
y al día siguiente nos marchamos todos, inclusive
Cuartas y Liscano con su gente, á refugiarnos en la ca-
sa de Larraniaga, sobre el Iga-ra-paraná, y al pasar
por la casa del Sr. Ilcjefonso González, también sobre el
Iga-ra-paraná, me encontré con los Sres. Gregorio,
Alonso, Tobías}) Abelardo Calderones, Hipólito Pérez,
Carlos Lemos, Marcos Castro, Antonio Ordóñez, Eladio
Trujillo, N. Chacón (veinte por todos), acompañados
de ciento cincuenta indios casi reducidos, que habiendo
tenido noticia de lo ocurrido en mi casa, iban en mi
auxilio. Entonces Ildefonso González se ofreció á
acompañarnos excitándonos para que volviéramos todos
á tomarle cuenta á los Andoques, Para tal efecto, man-
dó á llamar una nación de indios que dijo estar bien in-
tencionada, y tanto los 150 arriba citados como los de
González, armados de carabinas, escopetas, machetes
y* flechas, nos pusimos en camino. Entre los indios
suministrados por González, iban sin caer en la cuenta.
392 f AtERA-ACOSTA
seis andoqíies, que hablaban el di alecto de los Huitotos,
y que se habían introducido subrepticiamente con el ob-
jeto de averiguar donde se encontraban los ck^ilizados,
que se habían salvado, manifestando á los indios de
González, que eran Huitotos y trabajadores míos, pero
los indios del Caraparaná los desconocieron, y averigua-
do el hecho, descubrieron ser Audoques, El Capitán de
los Erayes, Quichá, de la gente de Gregorio Calderón,
nosavisó lo que ocurría con esos seis indios espías, y
habiendo descubierto que éstos eran de los que habían
ayudado á matar y comerse á los civilizados, resolvió
el Capitán y su gente comerse á sU vez á los seis espías;
y en la ya citada casa de González celebraron el festín,
con gran regocijo de ellos, comiéndose cinco, y reser-
vándose al Capitán, cjue iba entre éstos, para devorár-
selo después, de lo cual se encargó el mismo Capitán
Quichá, que ardía en deseos de adornarse con los dien-
tes de su prisionero, lo que estiman como un triunfo.
(3) Esta escena la presenciamos todos los civilizados
ya nombrados, sin que lográramos disuadir á los indios
de tan repugnante empeño."
Por supuesto, que en esta relación tan cargada de
sombríos colores, río podemos seriamente tomar al pié
de Ja letra la versión del canibalismo, y dejamos sus
comentarios á los criterios que, sin prejuicio de ninguna
especie, estudien estas cuestiones. ^ Sí debemos adver-
tir que tanto el señor Calderón en 1899-901, como el
señor general Rafael Reyes y sus hermanos, en 1875-84,
se internaron en las regiones del Caquetá y Putumayo,
en asuntos de intereses puramente materiales.
Más que otra cosa la relación que antecede parece
una ampliación de lo que hace más de 360 años dijo
empíricamente Fray Pedro de Aguado, al referirse á la
expedición de los soldados de Ortal por el Oriente de
Venezuela,
(3) Aquí la cosa es á la inversa: ids indios llegarían á unos
200 y se dieron un buen hartazgo comiéndose á cinco hombres,
que por lo menos pesarían 300 kilogranjos, ó lo que es lo misnip,
tocaría á kilo y medio de carne y hueso, por cabeza, acaso por 10
poco que comieron los 800 de marras . . .
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 393
Véase : " Como en la batalla dada á sus enemigos
cogieron un capitán indio de los principales, los de Gua-
ramental sp llegaban á él y dirigiéndole con ceremonia
ciertos razonamientos, vivo como estaba le iban cortan-
do los miembros y otros pedazos del cuerpo, hasta
que con aquel tormento lo mataron, y sacándole enton-
ces la asadura, embijadas las bocas (es de cii\ pintadas
derojo^ por mayor grandeza (^ ó para mejor representar
la comedia) la repartieron entre ellos y se la comieron.
En solo tal acto y ceremonia, y en razón de venganza
y rito suelen comer estos indios y otros de la provincia
esta parte del cuerpo humano y no otra ninguna." ( 4 )
No pensó nunca el buen fraile que lo que relató y
que sus ojos jamás vieron, fuera á ser repetido en ma-
yores proporciones y con más rebuscamiento de deta
lies, después de haber transcurrido más de tres siglos y
medio
i Cómo á través del tiempo y la distancia se co-
rreponden clérigos y comerciantes, buscadores de rique-
zas y narradores de costumbres indias mal interpre-
tadas ! 9
Hoy el señor general Reyes, en su carácter de Jefe
de la Nación, podría nombrar una comisión científica
que, sin tener en cuenta para nada las influencias polí-
ticas ó mercantiles, ni el temor al desagrado de los po-
derosos, explorara concienzudamente aquellas recóndi-
tas comarcas, llamadas á mejor vida por la riqueza de
sus bosques, por sus mismos numerosos habitantes y por
(4) Esta relación la repite Fray P¿dro Simón e:i el Capítulo
XXV, 4a Noticia de sus Noticias historiales de la^ conquistas ae
Tierra Firme ; y quizás ella inspiró al Rvdo. Fray Matías Ruiz
Blanco para escribir en su obra Conversión de Piritu^ de Indios Cu-
fnanagotos, Palenques y otros, impresi en Madrid, en 1690, lo si-
guiente : " El ordinariu alimento del caribe es el casabe, que co-
me siempre fresco, plátanos, pescado ó carne de monte : no comen
carne de vaca ni tocino ; alguna vez comen carne humana de
aquellos indios con quienes tienen guerra y lo hacen por trofeo, no
para sustentarse."
(Pág. 51, ed. de 1892, dato del doctor Jahn.)
\ Demás está decir que ninguno de esos religiosos vio jamás
comer carne humana á los aborígenes de América.
39i TAVERA--ACOSTA
SU extraordinaria hidrografía. Esa sería plausible la-
bor de un patriota, que los verdaderos intereses de la
etnología americana aguardan del actual Presidente de
Colombia.
Y aquí nos parece pertinente reproducir lo que en
el Capítulo VII de nuestra obra Rlonegro hemos pu-
blicado con relación al señor general Reyes, en su con- ^
dición de explorador.
Dice así :
Como quiera que ya antes hemos mencionado al
explorador Reyes, no debemos concluir este Capítulo
sin que copiemos algo de sus aventuras, en las cuales
hace principal papel la combatida antropofagia. Ellas
parecen escritas más bien para llamar la atención por
sus rarezas, que para hacer un servicio á la etnología.
Y lo más extraordinario del relato — expuesto en un
discurso pronunciadoel 30 de diciembre de 1901 ante
el Congreso pan americano reunido en México — es que
á principio del siglo XX ó mejor dicho, un siglo después
de Humboldt, venga á repetit con toda la seriedad que
le diera el cargo de Delegado por Colombia, ante los
demás Representantes del mundo americano, que mu-
chas de las tribus indígenas con que se tropezó eran an-
tropófagas ! Y tanto ! que se comieron á un her-
mano del explorador
Se ve, pues, que ha quedado éste después de cua-
tro siglos repitiendo lo que desgraciadamente escribie-
ron los primeros cronistas y de que ya antes que él se
habían hecho cargo Humboldt y los demás que hemos
nombrado. Pero para que los bondadosos lectores que
no conozcan el relato en cuestión, tengan una idea,
vamos á trascribirles algunos párrafos :
"... .porque la desastrosa muerte de mis dos her-
manos, durante las exploraciones, víctima Enrique, el
mayor, de la fiebre, y devorado Néstor, el menor, por los
antropófagos del Putumayo
De esto apenas hace 20 á 25 años ; y no está de-
más advertir que las condiciones étnicas de esas tri-
bus son las mismas que las de los indios que habitan
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 395
á orillas del Cuyare, del Izana, del CJainía, del Inírida,
etc., etc.
" En las extensas selvas en nue vagaban (ya no
vagan, por fortuna) los salvajes antropófagos (sic)
cuando hicimos esas exploraciones (1875-1884) se sos
tiene hoy ( 1901 ) (5) un importante comercio de va-
rias decenas de millones de pesos, y se levantan po-
blaciones de millares de habitantes."
¡ Con cuánta rapidez se fue la antropofagia y con
cuánta velocidad llegaron el progreso y la civilización
de aquellos indios ! En menos de un cuarto de siglo to-
do se ha trocado
" Después de grandes fatigas y soportando ya una
temperatura de 30^ centigrados, llegamos á una vía na-
vegable por canoa, en cuyas orillas habita la tribu de los
Mocoas, indios que, aunque salvajes, practican la hospi-
talidad y no son antropófagos."
Nótese que esta primera tribu que encuentra vive
en las cabeceras, es decir,* en donde por el poco volu-
men de agua no se puede navegar sino en canoas y por
tanto son las más internadas de aquellas regiones.
Y adviértase tamb-ién que desde 1630, 250 años an-
tes que fuera Reyes al Puturaayo, habían fundado los je-
suítas de Pasto con las tribus de las fuentes de ese río,
los siguientes puebleciilos : Santiago, Sampedro, Se-
bondoy, Putumayo y Mocoa.
"En medio de esa tribu permanecimos un mes, du
rante el cual conseguimos de los indios una canoa para
seguir nuestra exploración al Amazonas, y seis indios
que nos acompañasen en el viaje. Estos no conocían si-
no 600 millas agua abajo (mil kilómetros de los 2.333
que dice él tiene de curso el Putumayo ) y nos informa-
ban que de allí para adelante nunca habían pasado,
porque los que antes se atrevieron á hacerlo, fueron de-
vorados (he aquí la información india para evitar el
( 5 ) El mismo año en que el señor Calderón vio comerse á la
pobre india. '
396 TAVERA-ACOSTA
contacto con los blancos) por las tribus antropófagas
( sic ) que habitan la otra mitad del río hasta el Ama-
zonas." *
Pero continuemos.
"Lanzamos nuestra canoa á merced de la co-
rriente de ese río desconocido ( parece que no llevaban
canaletes ó pagayas ) al cual dejamos el nombre que le
daban los salvajes del Putumayo, aguas claras, en el
idioma siona."
Después de un mes de navegación "llegamos has-
ta un punto conocido por los salvajes de Mocoa, ó sea
una extensión de 600 millas. . . . Visitamos las tribus nó-
mades, que nos trataron con benevolencia y hasta con
generosidad obsequiándonos con provisiones ahumadas,
productos de la caza y de la pesca, que constituyen su
principal ocupación."
- Estas costumbres son las de todos los indios puros
de la América intertropical. •
Sigue Reyes : " Esas tribus son : los cosacuntis,
los montepas, ^los toballa y los inquisilla, todas bien
formadas y constantes migradoras en busca de la caza
y de la pesca. Apenas tienen habitaciones de ranchos
de paja y cultivan pequeñas plantaciones de plátano y
yuca, que se extienden en los claros de la selva, las
cuales derriban con hachas de piedra ( ¿ las tribus del
Putumayo á ftnes del siglo XIX con hachas de piedra !)
y consumen con el fuego . . . . "
Por lo que se observa, las tribus que deja mencio-
nadas el explorador tienen ranchos y cultivan plátano y
yuca ; sinembargo, añrma que son migradpras.
Ahora viene lo más grave.
/ "Entrábamos á la región habitada por los indios
antropófagos (es decir, ala parte más navegable del
río, á la parte que desde casi dos siglos antes tenían
conocida españoles y portugueses.) La primera trij^u
con quien teníamos que entendernos era la poderosa y
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 397
guerrera de los mirañas, ( 6 ) Nuestros compañeros los
indios de Mocoa, nos notificaron categóricamente que
de allí para adelante no seguirían y que debíamos bus-
car canoas y bogas ó tripulantes de aquella tribu, por-
que ellos se devolvían. Así lo hicimos, saltamos á tie-
rra y con un intérprete (?) nos dirijimos á la primera
ranchería."
Qué raro que siendo caníbales los mirañas, fueran
los mocoas á servir de intérpretes á Reyes, cuando
''nunca había pasado por allí porque los que se atrevie-
ron á hacerlo fueron devorados por los antropófagos"!
** Enelia (la ranchería) encontramos á su poderoso
jefe Chúa, ó tigre, hermoso joven, de esbelta y atlética
figura, de edad de unos 30 años ; nos recibió como
amigos, nos tendió la mano, signo inequívoco de a mis
tad entre aquellos salvajes, y nos invitó á entrar en su
cabana."
Por estos rasgos compréndese la inteligencia de
aquellos indios : dan la mano en demostración inequí-
voca de sociabilidad como unos londoneses y llevan la
finura hasta invitar á sus hogares á los forasteros, cir-
(6) " Bajo el rombre colectivo de Miraña s? comprende utr
gran número de tribns, casi siempre enemigas entre sí y con len-
guajes muy diferentes, Cvimo se evidencia de la comparación de
los vocabularios que trae Martms de los llamados Miraña-Cara-
pana-Tapuya (Indios-Zancudos) (*) y MUaña-Oitauasíi-Ta-
puya ( Indios-Zamuros ) ( ** ) Martius, que residió algunas sema-
nas entre los primeros, hace un cuadro horrible de sus costum-
bres, y los describe como un pueblo bárbaro, antropófago y de la-
drones, pero alaba, sin embargo, su habilidad en hacer tejidos.
Kl calcilla su número en 6.000 y da como centro de ellos el río Ca-
huinari, el Anioadel mapa de Codazzi, y las regiones al Oeste en-
tre el Yapurá y el Iza. Allí viven todavía en gran número, «^.odia-
dos y temidos DE IjAS tribus VECINAS Y DE I.OS COLOMBIANOS
RECOi,ECTORES DE CAUCHO." — Koch-Grünberg, Las tribus indí-
genas del alio Ríonegto y Yapurá y su respectiva afinidad lingüís-
tica^ páginas 187 y 188. Berlín, 1906. — (Traiucción especial del
señor Krnst Rothe. )
')(' ^ Caravana, enleinguAJe Niangatú significa zancudo.
(' ' ) ütro-ttojru, en lenguaje Tupi, .que es el mismo Niangatú, ^quiere ¿uctr pajaro
grande.
39^ TAVERA-ACOSTA
'^19^
cLinstancias éstas que, indudablemente, dejan entender
estaban cansados de ver á los blancos con quienes tra-
tarían quién sabe desde cuándo, pues, como«es sabido,
los indios no reducidos nunca se saludan dándose las
manos, Sinernbargo, dice el explorador colombiano que
son caníbales !
" Era yo el primer hombre blanco que veían aque-
llos salvajes y por lo mismo fui el objeto de su curiosi-
dad infantil. '
Debemos observar que ya desde 1703 los jesuitas
debilito y los franciscanos de Popayán tenían funda-
das poblaciones en el Putumayo —de que viene hablan-
do Reyes— y que '; por espacio de más de un siglo los
especuiadares de sangre humana (la trata) remonta-
ban el Yapurá y el Putumayo en busca de infelices in-
dígenas para esclavizar y vender, " (7) sin que jamás
encontrasen una tribu antropófaga.
Los establecimientos fundados en el Putumayo
desde su desembocadura para arriba, precisamente don
de dice Reyes que. habitaban los caníbales, eran San-
fernando, Sanantonio,., Asunción, Sanjósé de ' Yaguas,
Sanramón, Agustinillo, Concepción y ^4iraña.
Cuando Michelena hizo sus viajes por el Amazo-
nas y sus afluentes, pidió por los años 1855-56 al Pre-
sidente de la Provincia de Amazonas, en el Brasil, *M'a
protección necesaria para la exploración de los tributa-
rios del Amazonas especialmente del Yapurá y del Pu-
tumayo ó Iza." Y luego habla extensamente de este
río diciendo, én 1856, que tiene 1333 kilómetros de cur-
so y que están sus cabeceras en los Andes en la parte
qué porre--por. Nueva Granada, cerca de las m.ontanas
del Pasto, entre 1° de Latitud Norte y 0^35, de lat.
ur.
(7) Exploración Oficial, por Michelena y Rojas, página 5ÍÍ9.
Única edición, Bruselas, 1867.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 399
En la página 291 de la Geografía de Balbi, se lee :
"El Putumayo tiene su origen en la ciénaga de Sebondoy
á la partb Sur Este del páramo de Aponte, situado en
la cordillera oriental de Pasto, al Sur de Iscansé."
En 1876, Simpson visitó ese río y describió su
curso. Lo mismo Crevaux tres años después.
Por todo esto se verá que son impropias las aser-
ciones del explorador Reyes, cuando afirma en pleno
Congreso pan-americano á principios del siglo XX que
''lanzamos nuestra canoa á merced de la corriente de
ese río desconocido, al cual dejamos el nombre que le
daban los salvajes, Putumayo' ; y más delante : "el
río Putumayo, descubierto y explorado por noso-
tros" ! (8)
Y de las exploraciones de Reyes sólo hace cuatro ó
cinco lustros !
Para los primeros años del siglo pasado, escribió
Humboldt en la página 224, tomo IV, de su ya citada
obra (9) lo que sigue : ''En el Putumayo ó Iza, las
misiones españolas más meridionales llamadas las misio-
nes bajas, servidas por religiosos de Popayán y de Pas-
to, no se extienden hasta la confluencia del Amazonas,
sino solamente has^a 2^ 20' de latitud austral, que es
donde están situadas las aldeas de Mariva, Sanramón
y la Asunción. Los portugueses son dueños de la em-
bocadura del Putumayo."
Y en la página 226 : "La tortuosidad extraordina-
ria de la frontera entre el alto Rionegro y el Amazonas,
nace de haberse introducido los portugeses en el río
Yapurá, subiendo hacia el N. O. al paso que los españo-
les han bajado al Putumayo. " Y véase también lo que en
V (8) Mayo, en lengua Qiiichaa quiere decir río,
( 9 ) Viaje á las regiones equinocciales del Nuevo Continente.
400 TAVERA-ACOSTA
página 2 1 8, tomo III, dice acerca de ese río desconocido,
descubierto y explorado por los hermanos Reyes á fines
del mismo siglo. ^
Continuemos.
''Celebraban una fiesta á la luna llena y nos ofre-
cieron de sus manjares de carne humana, de indios hui-
totos, enemigos de los mirañas, que habían hecho pri-
sioneros."
Individuos que cultivan plátano y yuca en sus se-
menteras ó conucos, que tienen ranchos ó cabanas
(itotos ) á donde llevan á los forasteros, que viven tam-
bién de la caza y de la pesca en lugares abundantísimos
por cierto y que saludan dando la mano " en señal ine-
quívoca de amistad," no son migradores ó nómades ;
más bián revelan estas condiciones ciertos puntos de
relaciones sociales que mal cuadran con los manjares de
carne humana de que habla este explorador.
" Por medio de un intérprete (recuérdese que no
había sino mocóas y mirañas y que aquéllos no trataban
á éstos porque temían ser devorados) pedimos á Chúa,
quien desde aquel día se hizo nuestro amigo y siempre
nos fue fiel, llevando su cariño hasta tomar mi nombre,
pues se llamó en adelante Rafael Chúa, que nos diera
canoas, provisiones é indios pan; continuar nuestra
marcha al Amazonas Despedimos á nuestros com-
pañeros los mocoas y nos quedamos de huéspedes de
los mirañas. Permanecimos entre ellos por quince días
(tiempo suficiente para haber sido devorados) durante
los cuales les acompañamos en sus expediciones de ca-
za y pesca." ( Cuyo producto anterior fue confundi-
do con " carne humana de indios huitotos, " si es que
hubo el tal festín á la luna llena. )
" Pasado este tiempo, Chúa nos dio una canoa
grande y diez robusstos y jóvenes tripulantes para con-
tinuar nuestro viajíe al Amazonas."
De todo esto se desprende, para los que hemos tr^^-
tado á las tribus incultas j estudiado sus costumbres,
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 4OI
que Reyes se condujo bien con ellos, lo que compren-
dieron perfectamente los indios, pues son inteligentes,
comoheiHos dicho; pero que, no obstante esa conducta,
ellos no deseaban sino que se fuera cuanto antes.
'' Visitamos é hicimos amistad con lus tribus an-
tropófagas ( sic ) de los huitotos, (lo) beneció, orejo-
nes, carijonas, garaparana y campulla. Todas éstas nos
recibieron y trataron con benevolencia y generosidad."
Aquí cabe recordar que, precisamente, desde la
desembocadura del Putumayo, aguas arriba, ó sean las
regiones ocupadas, según Reyes, por los tales antropó-
fagos, había sido recorrida también desde 1835, por su
compatriota Blas Santacruz, quien negociaba con
aquellas tribus sin que jamás las viera comer carne hu-
mana, ni siquiera en un mísero festín á la luna llena, veri-
ficado en ''esas selvas vírgenes que pueblan el cocodrilo,
la serpiente y el jaguar en concurrencia salvaje con el
indio nativo."
Asimismo es dable recordar que 30 años más tarde
un hijo del referido Santacruz, nombrado Hipólito, fue
empleado del Gobierno colombiano en aquella misma
región, por la cual pasó después el explorador Reyes ;
y aquel Comisario, que tantos años residió, como su
padre, con vivienda propia, entre aquellas tribus, tam-
poco las afrentó con el absurdo sambenito. ( Véase la
obra Fronteras Amazónicas, páginas 14 y 15, por el
colombiano Demetrio Salamanca. —1905.) (11)
(10) 'Xos vecinos de estos Miraña-5, y enemigos mortales de
losUmáuas, son los nombrados Uitotos, comunidad populosa de nu-
merosas hordas lingüísticamente emparentadas, con nombres es-
peciales y á veces con muy distinto dialecto, que viven en el alto
Yapurá y el Iza, particularmente en los ríos Carapaná é Igara-pa-
rana, en donde muchos sirven con los colombianos como recolecto-
res de caucho. Calcúlase su número total en 20.000 y más almas
Y SE DICE que son todavía antropófagos. " Uitoto " es un insulto
de sus vecinos hostiles y significa "enemigo" en el lenguaje
de los Umáuas. — Dr. Koch-Grümberg, ob. cit., pág. 188.
% ( II ) Salamanca fue de los compañeros de Reyes, en sus viajes.
-Residió 25 años en aquellas localidades y fue quien condujo has-
ta Bogotá los restos de Enrique Reyes muerto en 1887.
En el Sur—Dvaleotos Indígenas. 26.
402 TAVERA-ACOSTA
; Y' bien sabido se tiene, hace muchísimos años, que
los individuos de esas tribus y de otras incultas de
aquellos contornos, son con sus enemigos ó con fjuienes
algún mal les han hecho, vengativas, crueles, asesinas,
feroces, pero caníbales nunca. Y de esto el mismo Re-
yéSi'es testigo, cuando dice : *' Debemos reconocer que
durante diez años que hicimos exploraciones en el Pu-
tumayo, en el Amazonas y sus afluentes, nunca fuimos
amenazados ni atacados por los salvajes," lo que no dice
relación con la supuesta antropofagia de que tanto ha-
bla para venir luego á esta conclusión : "lo que por
desgracia no aconteció con nuestro hermano menor,
Néstor, quien fue devorado por los antropófagos del
Putumayo, " y eso, ya á fines del siglo de las luces !
Además, él no vio el festín humano, y sólo se con-
creta á decir más adelante : " Néstor, mi hermano me-
nor, se perdió explorando las selvas del Putumayo, en
donde, como queda dicho, fue devorado por los salva-
jes." ( De cual tribu ?) ^
¡ Qué prurito ! ¿ Por qué no decir que en medio
de las selvas murió de fiebre, ó de hambre, ó fue vic-
timado por una serpiente, ó devorado por las fieras, lo
que sí pudo suceder ?
€
Quizás por la sencilla razón de conmover los ánimos
con el relato de quimeras anacrónicas ......
La Idea, periódico de Bogotá, número 42, fecha 20
de junio de 1905, refiere el incidente así: Néstor
"fue compañero de su hermano Rafael en las explora-
ciones del Putumayo. Quedó con varios salvajes en
Puerto Sofía, término de la navegación por vapor, y su
hermano Rafael siguió á explorar el Caquetá. En
noche lluviosa fue alcanzado por un salvaje, que sin
descanso navegó río abajo en débil canoa, con una in-
fausta nueva : su hermano se había perdido en las sel-
vas. Durante tres días lo habían buscado y todo había-
sido inútil. . . . Esa misma noche, con tres tripulantes,
regresó en la canoa que trajo la noticia fatal. . . . Al otro
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS 403
día, como rayo de consuelo en su amargura, divisó una
canoa que bajaba. ¡ Lo encontramos ! gritó el tripu-
lante sobre el silencio de las aguas, j Encontrado sí,
pero su esqueleto ! . "
Y este esqueleto fue hallado "en una playa desier-
ta," de donde fue ''recojido por su hermano".
Y aquí cabe preguntar : por fin, dónde fue encon-
trado, en la selva ó en la orilla del río ?
Y sí aconteció el hallazgo en las márgenes del
Putumayo ¿ por qué no pensar que Néstor se ahogó y,
arrastrado después su cadáver por la corriente, fue á re-
calar á una playa solitaria, donde las aves y las fieras
concluyeron el trabajo de los peces (ó de algún caimán)?
Hasta aquí lo concerniente al explorador Reyes.
Por supuesto, fácilmente se comprenderá que des-
pués que éste relate sus viajes ante un Congreso y que
los imprimió en lujosa 'edición, que luego ha sido repro-
ducida en varias ocasiones y lugares, fácilmente se com-
prenderd, decimos, el empeño que pueda haber en sos-
tener la peregrina especie de que los indios del Putu-
mayo devoraron á un hermano del actual Presidente de
Colombia. ,,
Tres meses más tarde, abril de 1907, publica un
señor Luis M. Gaviria, en el mismo periódico El Público,
un largo artículo de variaciones sobre el mismo tema,
es decir, encaminado también á hacer la entusiástica
apología de los hermanos Reyes, como no ha mucho lo
hizo el señor D. Rafael Antonio Orduz en La Ldea, y
como lo hiciera el famoso Juan Coronel, ahora cinco
años, en la Introducción del relato del señor Reyes.
Pero, á quienes, como nosotros, han residido años
enteros entre tribus incultas y estudiado de cerca, sin
prejuicio, sus costumbres, mal se les puede venir con
\^ narraciones de la índole de las que dejamos anotadas.
Y cabe aquí transcribir lo que en carta fecha 10 de
404 TAVERA-ACOSTA
junio de este año de 1907, nos escribe desde el Alto
Uainía el inteligente francés M. Franíois Quin. Dice
así :
''Antropófagos ! Aplaudo mucho su laudable es-
fuerzo por rechazar al dominio de la fábula á los quimé-
ricos antropófagos Sud americanos. Por mi parte, nun-
ca he creído en tales costumbres, no diré americanas
sino mundiales. He viajado mucho y nunca he visto
entre las numerosas tribus que he conocido, comedores
de carne humana. Diez años tengo ya recorriendo los
ríos del Territorio Amazonas, viviendo con los indios,
hablando su lenguaje, y no como esos ''exploradores-re-
lámpagos " de quienes hace usted mención en sus obras
.... Puedo, afirmar, pues, que no hay antropófagos, ni
los ha habido, por lo menos desde que los indios cono-
cen el arco y e- hacha de piedra, lo que remonta á varios
millares de años.
" Todas las tribus del Amazonas viven ahora co-
mo vivían para la llegada de los españoles y de los Por-
tugueses, con la diferencia de r que no habiendo sido
asustada nunca la cacería por las detonaciones de las
armas de fuego, era entonces mucho más abundante
que hoy : un argumento de mis contra la pretendida
antropofagia
"El animal inferior es sociable. Sería muy triste
que el hombre, infi.nitamente supericír, hubiera sido el
único comedor de su semejante ! Fue necesario que
aparecieran los "gumillas" para inventar y propagar
tal absurdo. .. .Los simios araguato, caparro y mari
monda, principalmente el último, representan bastante
bien, cuando asados, el cuerpo de un joven de 13 á 14
años. El miedo ó la ignorancia hicieron lo restante :
de ahí ciertamente provino el mito."
Después de insertar el literato Mosquera el angus- ,
tieso relato del señor Calderón, concluye su Refutación
á un historiador venezolano, así :
EN EL SUR— DIALECTOS INDÍGENAS 405
"Si esta elocuente disertación no hace mudar
de parecer al joven historiador venezolano por lo
que respecta á lo aseverado por el señor General Reyes,
ó no hay imparcialidad ó priva deliberado propósito ;
cosas ambas que no queremos suponer en quien se
ocupa de ilustrar un punto sombrío, que para honra de
la humanidad bien quisiéramos que nunca hubiese exis-
tido." -
En efecto, bien hace en no suponer ni lo uno ni
lo otro. Nada tenemos que ver con la concreta indi-
vidualidad del señor general Reyes. En nuestras rec-
tificaciones, nos referimos á un viajero que emplea un
tópico como el del canibalismo aTiericano, tan repeti-
do por muchos, desgraciadamente, por la falta de exa-
men crítico. Llámese tíamboldt, llámese Codazzi,
llámese Mosquera ( T. C. ) llámese Joaquín Acosta, llá-
mese como se llamare el explorador, el viajero, el
hombre de ciencia, el negociante, el buhonero, que tal
error histórico y etnográfico traiga ( tratándose de los
indios americanos desdo la Conquista para acá ) y con-
tra todos ellos quedarán en pié no sólo nuestras humil-
des observaciones en el sentido de desvirtuar la ver-
sión de la antropofagia de los habitantes que encon-
traron los castellanos en el hemisferio occidental (12) si-
no también lo expuesto por Fray Bartolomé de las Casas
en sus libros Historia Gene /al de las Indias y Apologética
historia de Indias ; por Prescott en su Historia de la
Conquista del Perú ; por Michelena y Rojas en su
Exploración Oficial ; por Irving en su Vida y viajes de
Colón ; por Juan Ignacio de Armas en sus Estudios
Americanistas ; por Pebres Cordero, por Jahn, por
Jiménez Arraiz, por Carrascosa, etc., etc.
La antropofagia de los americanos se ha ido esfu-
mando como una sombra negra en el horizonte de la
Historia, y á medida que van pasando los años la cre-
(12) Véanse : Memoria del Amazonas, páginas 347 35, Ciiidad-
\ Boiívar, 1901 — Anales de Guayana, páginas 317-325, volumen I.
Ciudad-Bolívar, i()o^. ^Rionegro, Capítulos VI y VII (publicados)
Ciudad-Bolívar, 1906.
406 TAVERA-ACOSTA
encia en ella se va haciendo más rara y difícil de soste-
ner científicamente.
Que los Delegados á la segunda Conferencia inter-
nacional americana, bajo la influencia del "Oncle Sam,"
decretasen una placa en honor de Néstor y de Enrique
Reyes, muertos en servicio de la civilización de América,
( 13 ) y que el Congreso de Colombia ensus sesiones de
este año 1907, accediese á la petición de los periodistas
bogotanos de levantar un monumento que perpetuase la
memoria de los hermanos Reyes, nada dicen en contra
de nuestras aserciones, antes bien, dan ocasión, para re
cordar que el actual Presidente de Colombia es el mi?-
mo señor general Reyes, autor de la ** Memoria de ex-
ploraciones'' presentada en 1902, y para [lensar tam-
bién que desde ese año, Roosebelt, acaso pretendió ga-
narse la buena voluntad del futuro Presidente qolom
biano, hermano de los Reyes muertos
Por lo demás, harto bien se sabe que á éstos así co-
mo tampoco á ninguno de sus compañeros, — á saber •
José María Calderón Reyes, Alejandro Plazas Reyes,
Nemesio Reyes, Juan Reyes V., Florentino Calderón
Reyes, Dario Rojas, Gabriel Escobar, Alejandro Quin-
tero Wallis, Demetrio Salamanca, Antonio Ángulo,
Salvador Quintero y Bernardo Spn^ela — harto bien se
sabe que á ninguno de ellos impulsaron en sus incursio-
nes por el Caquetá, Putumayo y Amazonas, ningún pro-
pósito científico, ni ideales de civilización filantrópica,
ni anhelos de reducción de indígenas, ni especiales de-
seos de prosperidad y progreso nacionales, sino que se
lanzaron á particulares proyectos de intereses especula-
tivos, llevando fuertes cantidades en metálico, en papel
ó en especies, con miras de acrecentarlas en honrosas y
atrevidas empresas- dignas de todo encomio. Pero,
muerto Néstor en 1883, ahogado en el Putumayo, y
( 13 ) Placa de bronce de 35 centímetros de lago por 25 de ancho ^
Los Representantes de Norte América comisionaron á lá Secre^
taría de Washington para remitirla al Gobierno colombiano, co-
mo lo cumplió.
EN EL SUR— DIATECTOS INDÍGENAS 407
extinto Enrique en 1887, devorado por las fiebres sien-
do capitán de un vapor mercante, abandonó el señor
general 'Reyes sus grandiosos proyectos comerciales, á
los cuales había consagrado durante algunos años las
grandes energías de su temperamento de luchador. (14)
Algún día llegará la luz de la verdad hasta los po-
bres estigmatizados alárabes del Caquetá y del Putuma-
yo Mientras tanto, copiemos el final del Capítulo
VII de nuestro libro Rione^vo. Dice así :
En resumen, y para concluir este Capítulo, desen-
trañemos en pocas palabras la historia del espantoso
mito multicéfalo.
El 12 de octubre de 1492 pisó tierra del nuevo
mundo el almirante Colombo. Para fines de noviem-
bre había descubierto, además de la de Sansalvador,
varias otras islas, entre ellas Cuba y Haití. En ésta
se detuvo 40 días en cuyo lapso hizo levantar una
casa fuerte en el pueblo de Uacanagari, cerca de la des-
embocadura del río (Jarvco, en las costas de dicha isla.
Colombo, como es natural, no conocía el idioma de
los mdios ni éstos el de los españoles y en menos de dos
meses no pudieron aprenderlo ; sinembargo aque-
llos "ilustrados" castellanos, sin intérpretes, enten
dieron que los indÍ9S les decían que hacia al oriente ha-
bía pequeñas islas (lasLucayas, Barbados, Gigantes,
etc. ) unus pobladas por amazonas ó sean las mujeres
sin marido y más belicosas que el Cid Campeador; otras,
donde residían hombres que comían carne humana y
que eran muchos, grandes y valerosos ; y otras, en
fin, donde corrían arroyos de oro.
El 4 de enero de 1493 sale Colombo de Navidad,
que así se llamó la Casa-fuerte inauojurada el 24 de
diciembre anterior, con rumbo á España, á donde lle-
gó el 15 de marzo siguiente,-^ conduciendo algunos indí-
genas, oro, pájaros y curiosidades que había embarcado
en la Española ó sea Haití.
)
(14) Véase el ya indicado número de " La Idea."
408 TAVEÍlA^ACÓStA
Ya iba en la mente de Colombo y de sus compa-
ñeros el germen del terrible minotauro.
Emprende su segundo viaje, y sale de Cádiz el Al-
mirante el 25 de setiembre de 1493 5 desde el 3 noviem-
bre empieza á descubrir las pequeñas Antillas; llega á la
de Turuqueire ( Marigalante ) envía á tierra á algunos
de sus " eruditos" marineros con el propósito de reco-
cerla. Los españoles encuentran mejores casas, labo-
res y tejidos, muebles y utensilios muy bien trabajados,
estatuas de madera, ostentando á sus pies sendas cule-
bras entalladas, provisiones en abundancia, de carne
fresca, y armas bien construidas. A la llegada de los
extranjeros los indígenas corren, huyen ; unos se van á
los montes, otros se esconden en sus chozas. Y no es
eso todo : aquellos supersticiosos europeos, que ya "sa-
bían " que por allí había antropófagos, por lo que enten-
dió Colombo, sin intérpretes, de los indios haitianos,
quedaron sobrecojidos al ver colgando de los techos, á
á la par de los jamones de cerdos monteses y de vena-
dos, cuartos de araguatos y cabezas de estos animles
sirviendo de receptáculo á cualquier líquido. . . .exacta-
mente como lo hacen aún hoy los indios de nuestras sel-
vas.
j Qué horror ! Corrieron á bordo, propalaron el
descubrimiento junto con la noticia de su ignorancia,
sembraron aquella en terreno abonado, y . . . . después :
la codicia, el fanatismo, la crueldad y hasta la astucia de
los indios mismos, contribuyeron á infantar al monstruo,
que llegó á tener colosales proporciones y que hoy en
medio al estertor de su agonía, desaparece el estrujón
formidable del Análisis crítico y aventado como mísera
pajuela por el soplo de la Filosofía de la Historia.
EN EL SUR — DIALECTOS INDÍGENAS
409
NOTAS FINALES
Son curiosos los significados que tienen algunos
vocablos Uaraní-Caribe-Tamanaco, en las regiones
de la jurisdicción de Barcelona, muy particularmente
los que hoy constituyen algunos apellidos conocidos en
esas localidades. Véanse á continuación con la simple
variante de la primera O en el término goto ó coto, que,
como se sabe, es pronunciado indistintamente por los
indios, así como la U y la O :
Yaguaricoto,
los deudos
ó la familia
del Tigre
Guararicoto
id
id
de la Danta
Tcherecoto,
id
id
de la Yuca
Cumanacoto
id
id
del Frijol
Moropocoto
id
id
de la Cera
Yaguaracoto
id
id
del Tigre
Paracoto
id
id
del Caño
Paraguacoto
id
id
del Mar
Maríacoto
id»
id
del Cuchillo
Querecoto
id
id
de la Yuca
Arinacoto
id
id
del Budare
Marapacoto
id
id
del Jobo
Bericoto
id
id
de la Frente
Pianaricoto
id
1 • _
id
de la Oreja
Acquerecoto
id
id
del Tigre
Janacoto
id
id
del Río
Guacoto
id
id
de la Lagartija
Panarecoto
id
id
del Amigo
Parucoto
id
id
del Caño
Pitacoto
id
id
del Rojo
Los grabados que constan en este volumen fueron
hechos por el inteligente compatriota señor Manuel
Mariani, á puro esfuerzo y buena voluntad. El foto-
grabado es obra ejecutada en los talleres de "El Cojo
Ilutrado," de Caracas.
4T0
TAVERA-ACOSTA
ERRATAS
•
Páginas
Línea
Dice
Léase
23
18
cristalecen
cristalicen
24
21
Libro II
Libro I
29
27
jordire
jodire
33
6
iscac-hunea
isca-chunca
47
36
reigliosos
religiosos
48
25
centituyéndose
constituyéndose
100
28
uyaya-értua
uyaya-értun
145
14
antillas
Antillas
195
En el
primer párrafo se lee
: teniendo como
base la filología comparada en Venezuela, acaso la única
hoy por hoy, con inmediatos resultados evidentes. De-
be leerse : teniendo como base la filología comparada,
acaso la única hoy por hoy, en*Venezuela, con inmedia-
tos resultados evidentes.
211
6
Venenezuela
Venezuela
221
28
murallala
muralla
253
13
caractes
caracteres
253
29
pertenienteí^
pertenecientes
265
15
de este
de ese
299
19
Releigh
Raleigh
299
24
siguientes
siguientes
307
32
restingido
restringido
346
38
hombres
hombre,
346
39
soldado,
soldados
347
21
etresacado
entresacado
348
I
y llevada y
y llevada á
397
10
había
habían
399
29
portugeses
portugueses
400
15
bian
bien
40S
30
desaparece el
dasaparece al
409
33
Ilutradc»
Ilustrsdo f
IN'OIGEl
CaPITUI^O i— Propósitos— Tribus del Sur de Guayana—
Lenguas -y dialectos — Exasperaciones de los religiosos — Exagera-
ciones de Solano y de sus oficiales — Confusiones que han ocasiona-
do— Tribus existentes hoy en las regiones del Orinoco.
CAPITULO II— La lengua Baniba— ¿ Desciende del Qui-
chua?— Su eufonismo — Sus dialectos— El diptongo UA— Opinio-
nes de Caulín y de Humboldt — Exageración de Codazzi — Nú-
mero de lenguas y de dialectos que se hablan en el día.
CAPITULO III— Disimilitud de las lenguas Caribe y Bani-
ba— Sus filiaciones con las del Asia — Opiniones de Julio Calcafío
— Analogías con el idioma Indo — Filólogos y lingüistas — Razas
primitivas.
CAPITULO IV — Días y meses de estas tribus — Su manera
de contar — Semejanzas de algunas en su numeración con la de los
Indos y la de los Chinos — Tabla de sus respectivas numeraciones.
CAPITULO V — La desinencia ARE abunda en el lenguaje
denominado Caribe — Parece corresponder á una gran lengua ma-
triz— ¿ Cual la raza que la hablaba ? — El idioma Uajibo — Gramá-
tica de los Padres Fernández y Bartolomé— Lenguas primitivas —
Vocabularios de indígenas del Indostán — Voces sánscritas.
CAPITULO VI— Un artículo sobre un libro de Julio Calca-
ño — Inconvenientes — Número de lenguas y dialectos recogidos —
Conclusión — Homenaje.
SEGUNDA PARTE
Vocabularios indígenas — Notas y observaciones.
TERCERA PARTE
CAPITULO I— El diptongo UA— Ortografía adoptada por el
autor — Observaciones del Doctor Lisandro Alvarado — Prurito ex-
tranjero— Confusión del número de localidades con el de las na-
ciones indias— Sgnificado de las voces paro, cáaa, aima, uapo y
moni — Significado de la terminación gofo ó co¿o—Kl sobrenom-
bre de " Caribes " — Opinión de Julio Calcaño — Orígenes de las
palabras Cande y Uayano— Américo Vespucio y Bartolomé de las
Casas— El elemento Pariano.
CAPITULO II — El Quichua lengua aryana aglutinante —
Opinión adversa del Doctor Pedro Manuel Arcaya, apoyándose en
Mr. V. Henry — Congreso de Americanistas — Opiniones afirma-
tivas de López, Rojas, Patrón y Girgois. — ¿Quiénes estarán en la
verdad ? — Palabras sán^^cntas on sus equivalentes en Quichua —
Observaciones de Girgois — Ochenta por ciento de las voces qui-
chuas tienen origen aryano — Observaciones del autor — Analogías
1 con el antiguo Egipto — Arqueología americana — Cavernas, cal-
zadas, diques, cerros labrados, hachas de piedra, etc. de Vene-
zuela.
CAPITULO III— Continuación— Petroglifos de Guayana—
Su antigüedad precolombiana — Sus primeros descubridores — Opi-
niones de Humboldt y de Schomburgk — La Atlántida — Creen-
cias y tradiciones de los indios del Orinoco— AMALIVACA ó
Amali-uaca — Interpretaciones de esta palabra en Quicjjua y en
Indostano — Cuestionario— Símbolos antiguos — Interpretación de
algunos geroglifos de Guayana — Creación de la tierra, su inmer-
sión y su repoblación — Analogías cosmogónicas, teogónicas y
etnológicas.
CAPITULO IV — Las voces Coro y Onda — " Los aborígenes
de Falcón " — Estudio del Dr. Arcaya-- Observaciones.
CAPITULO V— Trabajos de Crevaux, Chaffanjon, Sagot,
Adam y Martius — Palabras recogidas por el Dr. Toro — La antro-
pofagia de los indios americanos es un mito — Las Casas, Hum-
boldt, Irving — Conquistadores y cronistas primitivos— Más opi-
niones adversas al canibalismo.
Capitulo vi — Más pareceres en contra de la creencia de
la antropofagia de los indios — Otros exploradores — Trabajos del
Dr.Jahn, jr. — Piaroas y Maipures— El Rvdo. Gilij — El Rvdo. Gu-
milla — Vocablos "maipures" análogos á los del R otiegro — La
voz maipures — Dudas.
CAPITULO VII " Resumen de Actas de la Academia de
la Lengua " — Dialectos de los Andes, de la Uagira y de Siquisi-
que — Vocabularios recogidos por Febres-Cordero, L^res, Calcaño,
Yepes y Juan Tomás Pérez — " Etnología del «Estado Mérida."
CAPITULO VIII— Significado de algunos nombres propios
de Venezuela en lenguajes que se haWan en Guayana — El nom-
bre del sol en algunos lenguajes sur-americanos — Estado de las
tribus del territorio venezolano.
CAPITULO IX— La leyenda de los atares— Confusiones
que ella ha ocasionado — Aclaraciones.
CAPITULO X— Lfl leyenda de los Maipures— Los Banibas
de hoy son los mismos Maipures del siglo XVIII — Aclaraciones
y rectificaciones — Vocabulario quitchua. ♦
CUARTA PARTE
Notas al libro del Doctor Elias Toro "Antropología Gene-
ral y de Venezuela precolombina" — Confusiones — Los mitos ame-
ricanos— La fábula de los indios blancos — El tópico de los perros
mudos — Rectificaciones-- Etnología de Venezuela — Lingüística
— ¿ El Tamanaco y el Caribe son ana sola lengua? — Orígenes —
Tribus indias y sus agrupaciones históricas, geo;^ráficas y lin-
güísticas— La voz agua en lenguas y dialectos suramencanos — La
final ARE — Opiniones de los doctores Aristides Rojas y Pedro Ma-
nuel Arcaya — Observaciones — ^Clasificación lingüística del doctor
Koch-Grünberg — Conclusiones.
QUINTA PARTE ,
Más vocabularios de lenguas americanas del Sur — Notas y ob-
servaciones— ^Documentos arqueolíticos.
SEXTA PARTE
Supuesta antropofagia de los indios del Caquetá y del Putu-
mayo — Un artículo del Dr. Mosquera — Relato canibalesco de un
señor Calderón — Tópico del señor Delegado por Colombia ante el
Congreso pan-americano reunido en México — Consideraciones-
Historia del origen del mito de la antropofagia americana.
NOTAS FINAI^KS
ERRATAS
OBRAS DE TAVERA-ACOSTA
FÜBL LOADAS :
N'ofas—V.stnáio crítico— Antología Venezolana
Amazonas — Memoria de 1900- 1 901
Impresiones y Recuerdos— Poesías
Apuntes pata la Historia — Revolución de 1902- 1903
El caucho e7i Venezuela
Anales de Guayana — primer volumen
Rio7legro—^^^^{\^x\o?> II, VI, VII, X y XI
Lo i^w/MV^— Capítulos XIV, XV y XVI
En el Sur — Dialectos indígenas de Venezuela
FOE PÜBLICAE :
Lo Histórico. — Sucesos de la Guerra Federal en el Oriente de
Venezuela
Rionegro —Visi}eSy observaciones, historia, etc.
Capitanes y Caciques de Venezuela
Ef óticas — Poesías
Páginas dispersas — Poesías
El Caucho en Venezuela — 2a. edición
De mi cáfiera — Artículos literarios, históricos y políticos
Anales de Guayana — 2? volumen
Efemérides patrias
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